Historia Antigua de México

September 20, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Historia ntigua de

éxico

Volumen ElMéxico ElMéxicoantiguo us reas reas ulturales losorígenes los orígenes el horizonte reclásico



Coordinadores:Linda Manzanilla

LeonardoLópez Leonardo LópezLuján Luján

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Historiantigua Historiantigua deMéxico Volumen ElMéxico El México ntiguo usáreas usáreas ulturales losorígenes los orígenes el horizonte reclásico

oordinadoes LindaManzanilla Leonardoópez Leonardoópez uján

 

 

Primera edición, noviembre de 1994

resentación

CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTt:RA Y LAS ARTES a través del

MaríaTeresa María Teresa ranco*

I:S:STITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA ANTROPOLOGÍA E HISTORIA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE Mf:x1co Mf:x1co a través de la COORDINACIÓN DE HUMANIDADES ye

INSTITUTO DE lNVESTIGACIOl'\ES AKTROPOLÓGICAS

1994, Pº características tipográficas

MIGUEL ANGEL PORRÚA, LIBRERO-EDITOR

ISBN: 968-842-393-9 Obra completa ISBN: 968-842-394-7 Tomo I Derechos reservados conforme a la ley

APASIONANTE e ineludible es la reflexión sobre elpasado. Entrar

1994, por coordinación académica

las diversas culturas antiguas de México, así como identificar los contenidos variados de nuestra herencia prehispánica, pro-

de lleno en el análisis de losprocesos los procesos de undación y cambio de

LINDA MANZANILLA LEONARDO LóPEZ Lt_;JÁJ\

porciona

Dirección editorial

ante otras civilizaciones y reinte1pretar nuestro presente.

Miguel Ángel Porrúa Luz María Bueno de Porrúa

Esta

Edición, diseño y formación

Historia Antigua de México, en tres volúmenes, nos pre-

senta la evolución de los lospueblos pueblos prehispánicos en Mesoamérica.

Humherto Díaz Moreno Onix Acevedo Frómeta Karina Calles Barradas Sonia Jiménez Chávez

El volunien primero trata del poblamiento en el continente, del surgimiento de lospueblos sedentarios y hace un acercamiento a las diversas regiones culturales del Preclásico; ofrece así una

Fotomecánica e Impresión

Miguel Ángel Díaz Moreno Gabriel Vilchis Saulo Rodríguez Dorantes Moisés Y ízar Rojas

caracterización de Mesoamérica como área cultural y define sus fronteras. El segundo volumen aborda los principales focos de desarrollo que dan identidad al horizonte Clásico y plantea

Proceso de Edición

Talleres de impresión impresión del editor. Chihuahua 23. Col. Progreso Tizapán 01090 México, D.F.

interesantes contrastes entre éstos. El tercero está dedicado al horizonte Posclásico, desde el establecimiento del Estado Estado Tolteca

Los textos contenidos contenidos en esta obra, son responsabilidad de sus autores. IMPRESO EN MÉXICO •

un marco de referencia niilenaria para situarnos

hasta el surgimiento de la Triple Triple Alianza mexica, y se refiere, • Directora general del Instituto Nacional de Antropología Antropología e Historia

PRINTJ::D N Mt XICO

 

l

además a algunos a~pectos esenciales del desarrollo cultural mesoamericano en su conjunto. El loable esfuerzo de varios especialistas coordinados por Linda Manzanilla y Leonardo López Lóp ez Luján por producir u na obra actualizada y sintética sobre el pasado de los antiguos pueblos mesoamericanos es el que ahora presentamos en coedición con la Universidad Nacional Autónoma de ivléxico y el Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa. Indudablemente el texo será de utilidad para las tareas docentes y deja abiertas líneas de investigación que serán vigentes en el ya próxinzo tercer milenio. [Octubre de 199-' ]

1ntroducción Leonardo ópezLuján ópezLuján

L DECIR HOY DÍA que la ciencia avanza a ritmos cada vez más acelerados. se insiste en una idea demasiado trillada y no por por ello menos ciercier ta y trascendente en nuestro nuestro quehacer cotidiano. Vivimos en efecto un periodo marcado por los signos de la multiplicación y la pluralización de los esfuerzos científicos. Imperan de igual forma los vientos de la competencia individualizada y un furor productivo que en ocasiones sustituye los criterios de calidad por aquellos que obedecen a la supervivencia en medios académicos a todas luces agresivos. El resultado más tangible ele el e dichos fenómenos es la proliferación de conferencias congresos publicaciones periódicas y monografías; es decir e.le odos los produ productos ctos que potencian la retroalimentación entre los especialistas. Las nuevas dinámicas y políticas mundiales de investigación generan obras cuya vida útil salvo contadas excepciones se torna paulatinamente más efímera. Basta cotejar las bibliografías conte-

nidas en una revista re vista especializada para constatar que son pocos pocos los trabajos que resisten el devenir de un decenio. El estudio de la historia antigua de México claro está no ha permanecido al margen de esta corriente. Las investigaciones que poblaron nuestro país nos muestran en las postrimerías de este siglo un rostro cualitativamente renovado. Por un lado nuestra capacidad de comprensión de los procesos pretéritos se ha revolucionado en una forma inusitada: a los viejos cuestionamientos caracterizados por la obsesiva búsqueda de quién dónde y cuándo se han añadido preguntas en las que se hace mayor énfasis en el cómo y el porqué. porqué. Un cúmulo fá fáctico ctico

 

ElMéxico antiguo,sus antiguo,susáreas áreas ulturales, osorígenes el horizonte Preclásico Preclásico

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Leonardo ópez uján ntroducción

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nada despreciable, un verdadero ejército de investigadores del pasado, una tecnología siempre e n avance, así como el continuo mejoramiento metodológico y el refinamiento de las perspectivas teóricas, han propi ciado que, día a día, nuestro conocimiento se amplíe a la par de que que se profundice. Podemos afirmar que, en comparación con nuestros colegas de hace medio siglo (y también gracias a ellos), tenemos una idea bastante acabada -aunque -aunque nunca satisfacto satisfactoriaria- de la vida de los puebl pueblos os que moraron antes de 1521 el territorio que actualmente ocupa México. Desde un punto de vista cuantitativo, nuestra capac idad productiva, en tanto arqueólogos arqueólogos o historiadores, ha sobrepasado sustantivamente nuestro propio c onsumo. La velocidad en que que se gesta una propuesta ha llegado al extremo de impedirnos analizarla y evaluarla con deteni miento, antes de que surja otra. No hay q que ue insistir demasiado en lo vano

la luz de los datos, las técnicas. las metodologías y las teorías dispo nibles. y, por qué no decirlo, de los prejuicios en boga y de las necesi dades históricas imperantes. Cada ejercicio de retrospección cristaliza en el papel los logros. las equivocaciones, las circunstancias y las aspiraciones de su tiempo. En el caso específico de la historia antigu antiguaa de México, abundan las obras generales que intentan ofrecer al lector panoramas coherentes del devenir social. Contamos con ricas informaciones que atestiguan que esta tradición de corte historiográfico hunde sus raíces en el mundo posclásico mesoamericano. Sin embargo, tuvo que transcurrir mucho tiempo para que se alcanzara la madurez plena. El hito lo marca en el siglo pasado la aparición de la obra monumental México a través de los siglos. Siguiendo su ejemplo y a partir de entonces, han sido publi cados numerosos y pro profusos fusos trabajos colectivos, entre los que recor

que resulta cualquier intento de estar al corriente de todos y cada uno de los avances que acontecen en este campo. De frente a esta problemática se ha intent intentado ado reduci reducirr -hasta -hasta dond dondee ha sido posibleposible- el increm incremento ento de las publicaciones por medio medio de criterios más selectivos; paralelamente se ha acelerado el consumo gracias al desarrollo de un unaa infinidad de técni cas entre las que se encuentran los bancos de datos computarizados. Otra respuesta lógica ha sido la superespecialización que, no obs tante sus múltiples aspectos benéficos, ha contribuido al abandono de las visiones de conjunto, únicas vías de comprensión de un objeto ~e estu dio tan complejo y multiforme como lo_ s el pasado. Un ciar~ eiemplo de lo anterior es el paulatino alejamiento entre los estudiosos del mundo maya y los del resto de Mesoamérica. De todo lo anterior se desprende la necesidad de detenernos perió dicamente para reflexionar sobre los alcances colectivos. Entonces con viene preguntarse cuáles son los hallé .zgos recientes más significativos y cómo inciden en nuestros esquemas conceptuales. Estos remansos fugaces permiten no sólo asimilar críticamente los datos, sino también modificar o elaborar modelos generale s de comprensión, así como difundirlos. Precisamente en d dicho icho contexto se inscribe un afán tan caro para cada generación como lo es la reescritura de su propia historia a

damos el Esplendor del México antiguo organizado por Carmen Cook de Leonard, el Handbook of Middle American Jndians ~oordin~do por Robert Wauchope, la Historia de México dirigida ~or M1g_ueleon-Por~ M1g_ueleon-Por~ tilla, la Historia general de Cos10V11legas,_s1 _s1 d e México editada por Daniel Cos10V11legas, como Nléxico: panorama bistórico y cultural coordinado ~or Ignacio Bernal, y México: un pueblo en la bistoria dirigido por Enrique Semo. Aquí debemos mencionar también otro tipo d dee obras que, aunque de mucho menor formato, han jugado un papel muy importante en el avance de nuestras concepciones de conjunt conjunto. o. Entre ellas se encuen tran, por citar unas cuantas: Una visión del México prehispánico de Román Piña Chan; Pueblos y culturas de Mesoamérica de Eric Wolf; Mesoamerica: Tbe Evolution ofa Civil ization de William T. Sanders y Barbara J.Price; Culturas de la América indígena: Mesoamérica y América Central de Wolfgang Haberland; Ancíent Mesoamerica. A comparison of change in three regions de Richard E. Blanton, Stephen A. Kowalewski, Gary Feinman y JillAppel, y The Aztec Maya and their Predecessors de Muriel Porter Weaver. Hace unos cuantos años se gestó un nuevo esfuerzo colectivo de síntesis histórica, cuyo fruto tiene el lector en sus manos. En los pasi llos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, durante la gestión

 

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El México antiguo susáreas susáreas ulturales osorígenes el horizonte Preclásico

del Dr. Arturo Azuela, varios profesores coincidieron coincidier on en la carencia de textos en español sobr sobree las sociedades prehispánicas que fueran al mismo tiempo completos, sintéticos, actualizados y asequibles. Se con cibió entonces un volumen dirigido, en primera instancia, a los estudian tes universitar universitarios ios que siguen cursos de historia antigua de México y a los maestros de educación media-superior media-superi or y universitar universitaria. ia. Sin embargo, también se tomó en cuenta que la obra debería ser útil a un público más amplio e inclusive no universitario. universitario. Con el paso del tiempo, el proyecto sufrió varias modificaciones modificaciones y traspiés. En ciertos momentos se atravesaron situaciones que nos hi cieron pensar en suspender la empresa. En algunas ocasi ones, por ejemplo, nos fue muy difícil o prácticamente prácticament e imposible encontrar investigadore s que quisieran hacerse cargo de algún tema específico. En otras, tuvimos proble mas para hacer coincidir intereses y ritmos de trabajo de un equipo tan grande. Igualmente, varias veces nos vimos forzados a recorrer sin éxito los caminos laberínti laberínticos cos de algunas institu ciones y casas editorial editoriales. es. Pero finalmente finalment e llegamos a nuestra m meta. eta. En esta obra colaboraron 36 especialist especialistas as en la materia. procedentes de renombradas instituciones instituci ones de investigación investigaci ón y enseñanza nacionales extranjeras. a mayoría de ellos están adscritos adscri tos a un total de 11 cen ~os del del Instituto Instituto Nacional de Antropología e Historia y tres dependen cias de la Universidad Nacional Autónoma de México," si bien es cierto el _Centre Natio~al de la Rechercl:e que también están representad~s Scientifique, Scientifi que, el Centro de Invest1gac1~nes y ?stud10s en Antrop_olog1~1 I

Social, of El Colegio de México, El Colegio Mex1quense, Un~ la Co umbia la Universidad versity New York, Complutense de Madnd y el Instituto Escuela. El carácter colectivo de estos volúmenes los convierte en algo a la vez rico y diverso. El lector advertirá la pluralidad en los los estilos de re dacción, en los tratamientos tratamient os de un mismo tipo de problema y en la uti' Centro Centro Regional de Campeche. Centro Regional de Oaxaca. Centro Regional de ccide_nte. :entro Regional de Tabasco. Dirección de Etnohistoria, Etnohistoria, Dirección ele Etnolo~ía_ y Antropolog1a So:ial: Esc_uela Nacional de Antropología Antropología e Historia, Museo del Templo /Vlayor. Museo l\anonal de Antropologia. Antropologia. Suhd1rección ele Apoyo Apoyo Académico, Subdirecciém ~e Estudios Arqueológicos.__ Arqueológicos.__ _ _ . _ _ , C Centro entro ele Estudios Mayas d del el Insllluto de Invesllgac1o Invesllgac1ones nes f1lolog1cas f1lolog1cas.. lnsututo de frn·esllganone.~ Antropológicas. Antropológica s. Instituto ele Investigaciones Investigaciones Estéticas.

 

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-

Leonardo ópez uján

ntroducción

11

lización de las pruebas facticas. Sin embargo. tales diferencias se con servaron en se11.al e respeto a las perspectivas ele cada autor. En algu nas secciones es e,,idente el desigual conocimiento ele las áreas y periodos e.le esta larga histor historia. ia. No obstante, las 33 colaboraciones siguen lineamientos generales: buscan la síntesis actualizada del tema, la presentación de las polémicas vigentes a propósito de él y las referen cias fundamentales para una profundizaci profundización ón posterior posterior.. Además, están redactadas en un lenguaje sencill sencillo o en el que se evita el uso excesivo del aparato instrument instrumental al que exige la presentación de los resultados ele investigación investigaci ón en medios académicos. Asimismo se prescinde de con ceptos notablemen te especializados, pero cuando hay la necesidad ele incluirlos, se definen convenientemente. Los capítulos se dividen en tres volúmenes ~emáticos: el primero cuenta c on una sección int introductoria roductoria y otra reterente al lapso com prendido entre la llegada de los primeros grupos humanos al actua_l territorio mexicano v el final del horizonte Preclásico: el segundo esta consagrado exclush;~unente al horizonte Clásico: el tercer volu_men se ocupa del horizonte Posclásico y de los principal principales es aspectos mt mtelecelectuales de las sociedades mesoamericanas. . Debemos advertir que seguimos esta manera de parcelar la historia antigua e.leMéxico e.leMéxico nüs por costumbre que por convicción, ~ 1_ás~omo _ás~omo llave bibliográfica que como parte de una concepción q ue pnvtlegia los "avances" estéticos o la sucesión de horizontes homogéneos . En conse cuencia se retienen los térm términos inos ele los tres g graneles raneles horizontes (Pre clásico. Clási co y Posclásico). pero sin atribuir atribuirles les un sentido evol evolutivo utivo unilineal,, ni caracteres compar unilineal compartidos tidos en un mismo momento por todas las sociedades de Mesoamérica. En calidad de coordinadores de la obra, Linda Manzanilla y yo agradecemos la colaboración de todos aquellos que participaron de una u otra manera en esta empresa. En primer término hacemos pat patente ente nu es tro reconocimiento a Alfred Alfredo o López Austin y a Pablo Escalante Gonzal ho: ambos dieron el primer iimpulso mpulso al proyecto tanto en su concepción como durante la puesta en marcha de los trabajos. Apartado especial merecen los autores de cada uno de los capítulos, quienes mostraron

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El ElMéxico Méxicoantiguo antiguo usáreas usáreas ulturales osorígenes osorígenes el horizontePreclásico horizontePreclásico

su entusiasmo en todo momento e hicieron derroche de paciencia durante los procesos de edición. Gracias a las gestiones del Dr. Enrique Florescano titular de la Dirección de Proyectos Históricos Especiales del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes pudimos obtener -en el momento momento oportunooportuno- un aport aportee económico para ffinanci inanciar ar la primera primera parte de la edición: coordinación traducción captura y dibujo. Tam bién queremos dar crédito a la excelente labor gráfica de Fernando Botas con quien tuvimos la fortuna de tr trabajar abajar de nueva cuenta. Igual mente importante fue para nosotros el apoyo de Teresa Marín debido a que tuvo bajo su responsabilidad responsabilidad la dura tarea de capturar en la com putadora la totalidad de los textos; además introdujo una y otra vez la lass correcciones editoriales y unificó los formatos. Emily Carreón con con  tribuyó amablemente con la traducción del inglés al español del capí tulo escrito por la Dra. Esther Pasztory. El proceso de edi edición ción al cuidado del grupo editorial Miguel Ángel Porrúa fue coordinado por la doctora Linda Manzanilla. [Ciudad de México octubre de 1994]

umarioeneral umario eneral e a obra

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Presentación MaríaTeresa Teresaranco ranco González

Introducción Leonardoópez Leonardo ópez uján

Volumen - ---- ---- ---- - ---- ---- -----~----------El ElMéxico México ntiguo usáreas usáreas ulturales los orígenes el horizontePreclásico Mesoaméricaasisamérica Aridamérica Antropología iológicae as ociedadesrehispánicas rehispánicas Johannaau Johanna au haber

Mesoamérica Eduardo atos

Aridamérica Oasisamérica Oasisamérica Jesús árez

La ronteraeptentrional eMesoamérica Beatriz raniff ornejo

La rontera eridionaleMesoamérica Ernestoargas

 

De asprimeras asprimerasociedades ociedades l Preclásico Los rimeros obladores elactual erritorio mexicano mexicano LorenaMirambe/1

Las rimerasociedades rimerasociedadesedentarias edentarias

EmilyMcC/ung Emily McC/ung e Tapia JudithZurita JudithZuritaNoguera Noguera

La reación elos losprimeros primeros entros e poder

La onanororiental nelClásico Dominique iche/et

La onanoroccidental nelClásico Marie Areti ers

ElEpiclásico: Epiclásico: lcaso elValle elValleeMore eMore os Leonardoópez Leonardo ópez uján

Grise/da armiento

La onadel onadel Golfo n el Preclásico: Preclásico:aetapao etapao meca RebecaGonzález auck

La onaoaxaqueña onaoaxaqueñanelPreclásico

Volumen111 ---~-Elhorizonte ElhorizontePosclásico algunos spectos intelectuales e lasculturas lasculturasmesoamericanas mesoamericanas - --- --- ---

- --- --- ---

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WalburgaWiesheu

Elhorizonte horizonteosclásico

Volumen El Elhorizonte horizonteClásico Clásico La onadel onadel Golfo n el Clásico }ürgenBrüggemann }ürgen Brüggemann

Lorenzo choa alas

La ona axaqueña nelPosclásico Ernesto onz í/ezicón Lourdes írquez orfín

Las Lasierras ierrasltas e a onamaya nel nelPosclásico Posclásico

La onaoaxaqueña onaoaxaqueñan el Clásico

Ma. Ma.Josefa Josefaglesias once eLeón eLeón Andrés iudad uiz

MarcusWinter Marcus Winter

Las Lasierras ierrasajas e a onamaya nel nelPosclásico

El ury ury el centrode centrode lazonamaya zonamaya n elClásico

MiguelRivera Rivera orado

AntonioBenavides Antonio Benavides

La onaoccidental onaoccidentalnelPosclásico

Elnorte Elnortede de lazona lazonamaya maya n elClásico

 

La ona ona elGolfo elGolfo nel nelPosclásico

Dominique ichelet

AntonioBenavides

La ona elAltiplano elAltiplanoentral entraln nelPosclásico: aetapaolteca

La onadel onadelAltiplano Altiplano entral n el Clásico

XavierNoguez Noguez

LindaManzanilla Linda Manzanilla

La onaoccidental onaoccidentalnelClásico

La onadel onadelAltiplano Altiplanoentral nel nelPosc ásico: tapa chichimeca

Roda/fo ernández Daría DaríaDeraga Deraga

Luis LuisReyes Reyes arcía UnaOdena UnaOdenaGüemes

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Mesoamérica Oasisamérica Aridamérica

la zon del delAltiplano Altiplanoentral nel Posclásico:

laetapa etapade de la Triple lianza ConcepciónObregónRodríguez

la zon eptentrionalnel Posclásico RosaBrambilaPaz

Oasisamérican el Posc/ásico:azon de Chihuahua ArturoGuevara

Aspectosntelectualese ntelectualese lasculturas lasculturasmesoamericanas mesoamericanas La irculación Carmen orenzo

La scritura l calendario lla anumeración Marice aAya aFalcón aFalcón

la religión amagia la cosmovisión AlfredoLópez Alfredo LópezAustin

..

Elarte Elarte Esther asztory

 

  ntropología iológica de as ociedadesrehispánicas ociedadesrehispánicas JohannaFaulhaber*

ntroducción Todas las poblaciones humanas se caracterizan por su historia biológica-cul tural. rL·ladonada íntimamente con el medio ambiente natural. En conse l'LIL'IKia. e han establecido establecido dos grandes campos de estudio del hombre que necesariamente se complementan: la antropología biológica o física y la antropología cultural. En esta interacci(m existe una diferencia fundamental que se refiere al mo do de transmisiún de una generación a otra ttanto anto del patrimonio cultural como dl'l hiol(>gico. Este último. p or ser relativamente fijo, pasa de padres a hijos por medio de la herencia codificada en los genes y. salvo algunas muta ciones, éstos se combinan como unidades relativamente estables. Las po l?laciones puestas en contac contacto to por las migraciones se mezclan y el mestizaje la,·oreCL' una nue,·a recombinación de los genes ya existentes. aumentando así la ,·ariahilidad fenotípica: es decir, apareciendo nuevas carac características terísticas en el aspecto externo de los individuos. En otras palabras. dichas características biol6gicas se fijan desde el momento de la fecundación del óvulo, aun cuan do la magnitud de su desarrollo posterior dependerá en cierto grado de las condiciones favorables o desfavorables existentes durante todo el periodo de crecimiento. No ocurre lo mismo en la transmisión de los hábitos culturales o lingüísticos. I\Iuchas ve es se dice que la cultura se hereda : sin embargo no es así. No existe en eesta sta transmisión transmisión una predisposición como la biológica o gené genéti ti ca. La cultura, incluyendo al idioma. no se hereda, sino que se aprende y ello • I11n·s1ig:1doradl'I I11n·s1ig:1doradl'I lnslitulo dl' lil\'L'~ligacionl'~ :\111ropolúgicas. t ·,.ü1. I'rofL sora dl· la Esn1L b \al'ional dl' A111ropología ' Hiswria. I'rl'mio

1·,A.\I. W WN. N.

 

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Mesoamérica,Oasisamérica Oasisaméricay t\rid,1m(•ric 

Johanna Faulhaher

Antropofagia iológicade iológicade associedades associedadesrehisp,ínicas rehisp,ínicas

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...

depende exclusivamente del medio ambiente social que rodea al indi,·iduo desde su nacimiento. Conviene tener claro estos hechos inherentes a la ,·ida human human:,. :,. :111tes e pretender conocer la biología o la cultura de poblaciones ¡xL·hist :1 Amé·rica pertenecía ya a la misma especie a la que pertenece toda la humanidad actual: Humo sopiens sapi< 11s

lhombre hombreprecolombino precolombino

lhombre e las culturas culturas recerámicas

Al descubrirse el continente americano. hace cinco siglos. siglos. se present(> al mundo occidental el dilema ele si los hombres que habitaban el NUL'\'o tviunclo eran o no seres humanos. ele acuerdo con el criterio impL'rante en aquel entonces entre los europeos. Este problema se resoh·i(>. en parte. al decretar el p~1paJulio Il. en 1 512.que los amerindios descendían de Adán y I-\·a. hecho que clescartab:1 su posible origen aut(ictono en América. Sin emharoo 0 • siguió en pie la incógnita ele c(imo y cuándo entraron a estas tierras v se recurrió a b c.liscusi(m e.le un:1 supuesta llegada de fL·nicios. hehrc·os. etrus~·os egipcios. sumerios y arios. al igual qul.' ele la mítica AtLíntida. sin que .'ic: pudiera comprob:1r ninguna de l.'S l.'Stas tas hip(itesis. El enfoque a] problema cambió en la Europa del sig siglo lo x1x con el des cubrimiento de ]os primeros fósiles huma humanos nos ele Neandertal, de Cromagnon y de Chancelacle). junto con restos prehistóricos culturales. lo cual SL'nt(> as bases para el concepto de la evolución humana tanto biológic1 como cultural. La anatomía comparada mostró además que en el el Nue\'C> \Junelo no existe la premisa biológica para poder sustentar una teoría científica acerca ckl autoc tonismo del hombre hombre de América: los m monos onos c1tarrinos. Así, los intentos al respecto han sido descartados. Consecuentemente, el hombre migró a América; aunque se han propues to varias rutas de migración, hay un acuerdo generalizado dl.' que la po blación principal llegó de Asia vía el Estrecho de Bering Beringia. ia. extendié·ndose rápidamente hacia eell sur por todo el continente americano. Sin embargo, no

En J\lé·xico. la época precerámica se ha dividido en tres hhorizontes: orizontes: Arqueolí tico. Cenolítico y Protoneolítico. 1 Durante el Arqueolítico(? a 14.000 años aP) predominantemente de la recolección de plan el hombre era n(imada. ,·ida predominantemente tas. en grado menor ele la caza y habitaba en cueYas. S Suu presencia en l\Iéxi co tales. pero la caza de grandes animales asumió una nuyor importancia que en el horizonte anterior. Con las mejoras en la ohtenci(m de medios de subsistencia, la pohlaci(Jn se voh·ió más densa, hecho que se refleja en un mavor número de sitios :1rqueológicos cconocidos onocidos para esta etapa. Para muchos. muchos. investigadores, ésta ha sido la época e.le os cazadores de mamutes , aunque la caza de un anim animal al ele 8 a 10 toneladas seguramente era poco frecuente y ayudada por otros inciden incidentes. tes. En lloo que se refiere a la lass características biológicas del hombre precerámi co, se reunieron los datos datos de los restos adultos en el cuadro 1 según su cronología. Hay que hacer la advertencia e.leque e.leque el fechamiento de muchos restos abarca un period periodo, o, lo cual hace imp imposible osible situarlos con certeza en los límites establecidos establecidos para los horizontes culturales seúalados. En este cuadro no ' l.ml'nzo:

" .a

l'la¡x1 lítica l'll \lé-:s:il . p. lh.

 

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Mesoamérica,Oasisamérica Ariclamérica

Antropologíaiológica iológica e las ociedades rehisp rehispánicas ánicas Johanna aulhaber Antropología

Cuadro . Restos dultoshumanos dultos humanosdel horizonteprecer;ímirn* precer;ímirn* Horizonte

Lugarel hallazgo

Arqueolítico

No hay estos seos

Cenolítico

Metro,México,D.F. Metro,México, D.F. Tlapacoya, do. e Méx.

Cronolog ~1

11,000 ip

Cueva el Tecolote,Hgo. Tecolote,Hgo. SantaMaríaAstahuacán, MaríaAstahuacán, do. e Méx.Ent.1 Ent.1 CuevaCoxcatlán, Cueva Coxcatlán, ehuacán, ue. Ent.Te.50-4, Fase l Riego Ent.Te. Ent.Te. 50-5,Fase l Riego CuevaPurrón, Cueva Purrón, ehuacán,Pue. Pue. Ent.272-4, Ent.272-4,Fase Fase l Riego Protoneolítico

..

htudi,i

Mase.

7,000aP 7,000aP

Mase. Mase.

-

7,000aP 7,000aP 7,000aP 7,000aP

Fem. Mase.

8,000aP 8,000aP

CuevaPurrón, ehuacán, ue. CuevaPurrón, Ent.272-2, Ent.272-2,Fase FaseCoxcatlán Peñón 11 Peñón e os Baños,O F.

c,irnp:1r:11iui dL· o., rv,1,i, t/isik-, l1L1111,111c ci,·,1li1,1d,i,

Ll

Fem.

7,000

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5,500aP 5,500aP

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7,000

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4,500aP 4,500aP 4,500 aP

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7,000 7,000

SanVicente SanVicenteChicoloapan, Chicoloapan, Edo. e México Tepexpan, do.de do.de México Sta.Ma. Sta.Ma. Astahuacán, Edo. e MéxicoEnt.2 Ent.2 l di.:

200 aP

9,000 9,000 aP 8,500 8,500

Cueva el Tex Tex a1,Pue. Pue. Ent.3 Ent.3 Ent.1 Ent.1

'Sala.,

como fL·nwnino.' Otro desacuerdo se refiere a los entierros de Santa .\fa ría Astaln1ac:111. a los cuales se asignc'J una antigüedad de 9,000 aP,' pero según Lorenzo el Entierro 2 estaba asociado a restos ele cerámica, lo cual lo hace mucho más reciente. Por último. el cr:.íneo del Entierro 3 de Texcal muestra indicios de una deformación deformación intencional durante la vida del individuo, con el consecuente aumento en la anchura relativa del mismo. Como resalta en esta concentración de los restos humanos humanos precerámicos. contamos con poco poco material para un periodo tan grande, y seguramente el desarrollo cultural y genético no se efectuó en todas todas partes a la misma veloci dad y de la misma manera. debido al grado de aislamiento geográfico. Sin embargo. con has hasee en este material se pueden apreciar algunos caracteres gl'nerales, a pesar de su gran variabilidad. El cráneo más antiguo es el encon trado en 1968-69 en la construccic'm del Metro en la calle de Bale.leras. Méxi 1, 2 v 3). co, Distrito Federal con una cronolonía cronolon0ía de 11•000 aP (véanse figuras \... Existen varios estudios descripti\·os de los diversos hallazgos.' Con base en el estudio de ,1() medidas absolutas y 21 índices craneanos obtenidos de 14 cráneos incompletos. 11 con mandíbula. se llegó a las conclusiones conclusionesde de que el diámetro anteroposterior m:.íximo y el di:.ímetro transverso máximo. además del índice craneal horizontal. son las características que nos dan una mayor informacic'm acerca de las semejanzas y divergencias morfológicas. A este respecto se observa que los cráneos masculinos que tienen por lo menos 9.000 a11.osde a11.osde antigüedad se asemejan entre sí, siendo muy largos Y estre chos (dolicocráneos). Entre los cráneos masculinos de menor antigüedad, antigüedad, sigue existiendo esta forma en el cdneo 272-2 de Tehuacán que cuenta con una edad de 7.000 a S.000 S.000 a11.os.Sin embargo. también se hallaron otros ejemplares de anchura media en relación con su longitud (mesocráneos). como los del Entierro 2 de Astahuacán. Astahuacán. de Tepexpan Tepexpan y del Entierro 1 ele Tex cal, al igual que hraquicr:.íneos de anchura proporcional mayor (Entierro 3 del Texcal, con la deformación intencional mencionada, y Tehuac::ín 272-4 Y

Sexo

9,920 ±

-

-

5,500 aP 5,000aP 5,000aP

Mase. Fem.

5,000aP 5,000aP ?)

Mase.

\lé·xicc,. p. ¡511 111,dilk,id,i. ,dilk,id,i.

se incluyeron los ~tc.lultos e.le cronología inc.leterminacfa ( Pl'1'1(Jn I \'JI.\ los restos del descubrimiento reciente e.le Chimalhuacán. Estado e.le l'vlc.r·-,:ico.).sí como los restos infantiles y las piezas dentarias aisladas. Para los restos de Tepexpan no se consideré) la cronología e.lada original m~nte por De Terra. su descubridor, de 11,000 a 12,000 anos aP. sino la detl:'r mmada por Libhy e.le 5,000 a11.osaP. ~o obstante. 2 Tom Stafford Jr. de la lJnivl rsic.lad el rec 1as1Co e 11a\11an 11ane , · eremoniales no sólo en la reoión olmeca de Veracruz v Tabasco, sino también en los valles de • oión nny·1 • • i-. l\kx1co, Morelos. Puebla y Oaxaca,• as1• como en l·,1 ,11ei-. 1ei-. ' • · Fue durante e ·o·nnericmas alcanzaron su · , · · ¡ 1 · · 1 el honzonte Clas1co cua11 con una frecuencia aún mayor, se pueden observar diferencias regionales en la forma normal e.le a cabeza. . , El cráneo es muy largo y estrecho (hiperdolicoide) entre los pencues_ cl_e Baja California, entrl' los pailas e.leCoahuila y en Huamango. Es_tac.'.oe Mex1co. Sigue siendo largo y angosto, aunque en menor grad~ (dolicoide~). en la Cueva e.le a Canc.ldaria. Coahuila: en el Ejido ele Torrec11la, Tamauhpas: en Cerro e.leSilva e.leSilva ven Gu~1c.lalcázar.San San Luis Potosí: en Tuxcacuesco, Jalisco Y en Teotenanoo: Estado de México. Una proporción media entre longitud Y an· ]()S sp 1•1·s •1·s'' lc>sp1·111·1s lc>sp1·111·1s a¡·os de Sonora v , ) se aprena · ent Je C1 1ura (·mesocraneos · 1es c.\ Nayant.· E n l·,l Hu,1s , ·tect, de h' costa. ,del Golfo entre los cora-hutCho , e.le 0

,

'-

'

,

''

'



Veracruz y en la región maya sigue persistiendo una poblacion ~le craneo ancho y corto ( braquicraneana) que se extendió también hasta C01xtlahuaca en Oaxaca. En otras palabras, los invasores del norte eran de cabeza alarga, ·, lllgos •t·cl. ) • l( )S· 1·tl)i·t·mtes corta C l , , , orioi1nles " , , en el extremo . , sur. la . presentan . . ' y ancha: parece que en la zona central se establec10 una torma mter_mec.ha, mesocraneana. posiblemente en parte debido a la mezcla entre los diversos grupos que se ponían en contacto durante ~ ~ ~ migra~iones. En cuanto a la cara, ésta es de prnporc1on mecha (mesena) en algunas poblaciones del norte. habiendo. sin embargo, otras de cara ancha en la mis ma región. Hacia el sur, la cara se alarga de nuevo un poco más. La forma ele la nariz es de anchura media o es ancha. sin que se pueda apreciar una dife rencia regional.

 

32

Mesoamérica,asisaméricaAridamérica

Cuadro 5. Estatura urante uranteel el periodoPosclásico periodoPosclásico Poblaciones

Autor

Mase. nz

Fem.

Pericúes, .C.

1.64

1.56

Pericúes, .C. Seris, on.

1.65

1.54

1.70

1.55

Rivet, 909 Jaén López, 9i4 Genna, 933-1934

PimasBajos, Bajos, on.

1.61

1.50

Jaén López, 97

LaCandelaria, LaCandelaria, oah.

1.64

1.56

Romano,956

LaCandelaria, LaCandelaria, oah.

1.65

1.56

LaPaila, LaPaila,Coah. Coah.

1.65

1.56

Jaén, 968 Jaén, 965

111

Johanna aulhaber ntropología iológicae as ociedadesrehispánicas

33

" Los datos referent~s \l a estatura calculada, reunidos en el cuadro s, ndi cm que hay una vanac1ón de l. 57 a 1.70 m entre los hombres y de 1.46 a ~-~1 m en ~as mujeres. Según la clasificación internacional, la mayor parte de l.ts poblaciones eran_d~ eran_d~ talla media y sólo unas pocas de estatura pequeña al prese~tar valores mferiores a 1.60 m en varones y 1.49 m en mujeres. mismo tiempo se pueden apreciar diferencias regionales en el sentido de ue la talla es mús alta en el norte de México, de magnitud algo menor en el c~n tro, para llegar a una talla aún mús baja en el extremo sur. Parece, po r lo tan to, ~ue los invasores d e Mesoamérica durante el Posclásico eran más altos y posiblemente afectaron la talla de aalgunos lgunos pueblos, aunque los pocos datos

Al

Tancol, amps. RíoVerde, RíoVerde, .L.P. Guadalcázar,.L.P. Guadalcázar,.L.P. Cerro e Silva, .L.P.

1.68

1.55

1.65

1.54

1.67

1.61

Serrano Ramos, 984 Serrano Ramos, 984

1.69

Culiacán, in.

1.65

1.55

Hulse, 945

Tecualil/a, ay.

1.63

1.50

Pompa, 975

1.61

1.51

Gaván, 949

1.61

1.48

T scacuesco,a/. a/.

disponibles de un mismo lugar hacen sospechar que en el centro, la talla del Posclúsico era más alta y posiblemente afectó la talla de algunos pueblos. Sin embargo. los pocos datos disponibles de un mismo lugar, hacen hacen sospechar que en el centro, la talla del Posclásico no varió mucho de la del Clásico. También la estatura encontrada en Oaxaca es un poco menor en ambos hori zontes que la de las regiones vecinas y, tanto aquí como en algunas pobla ciones de la zona maya. al igual que en Teotenango, Estado de ~é~ico, se encuentran las poblaciones de ta talla lla más pequeña de toda Mesoamenca. Mesoamenca.

Faulhaber,948-1949 Serrano Ramos, 984

Cuenca e México T/ate/olco, .F. "Metro'', .F.

1.62

1.48

Comas, 952 Jaén López, 97

1.60

1.50

Salas. 977

Culhuacán, .F. Huamango, do. e Méx. Méx.

1.65 1.62

1.49

López Sánchez n Jaén Jaény y López, 974 Lagunas, 981

Teotihuacan, do. e Méx.

1.61

1,50

Lagunas Serrano, 983

Teotenango,do. Teotenango, do. e Méx.

1.59

1.48

Romano, 975

Cholula, ue.

1.64

1.54

Romero, 935

CholuJa, ue.

1.60

1.50

López tal. 1970

Venta alada, ehuacán, ue.

1.65

1.59

Anderson, 967

MonteAlbán,Oax. Oax.

1,59

1,47

Romeron Jaén López, 974

Coixtlahuaca, ax.

1.59

1,47

Genovés, 958 Estrada, 972

Yagul, ax.

1.60

1.50

CerroGuacamaya, ax.

1.57

1.46

Jiménez n Jaény Jaény López, 974 Márquez, 982 982yy 1984

Regiónmaya Playa elCarmen ozumel ElMeco, Meco,Cenote CenoteSagrado Cancún)

1.62

1.49

Cancún .R.

1.63

1.46

Ramos. 978

Playa el Carm Carmen, en,Q Q.R. .R.

1.63

1.50

Márquez, 982

1.48

Stewart, 953

Altar e Sacrificios, uatemala uatemala

1.59

Zaculeu,Guatemala** Guatemala**

1.59

: 'ªL'.lhahl'r y Sch~,·illetzki: ...kxirn ...kxirn Cla,1co y Po.,dasico.

Saul,1972

... r. 106- 0-. mc,dificido.

onsideracionesorfológicasenerales enerales

Para caracterizar caracterizar a la población prehispánica, solamente se cuenta para el horizonte Preclúsico con restos fósiles provenientes del centro de México, con una antigüedad de 11,000 años antes del presente o menos. Sus carac terísticas craneales indican tipos físicos que difieren en el transcurso transcurso del tiem po, mientras la estatura calculada para estos restos es media Y bastante parecida entre sí. Con el invento del cultivo y el inicio de las altas culturas mesoamericanas, los pocos datos dispon ibles indican cierta divergencia en los caracteres mor fométricos de las poblaciones, aunque la estatura obtenida para 10 de ellas son medias y no presentan presentan grandes variaciones regionales. Con el Clásico, época de mayor esplendor, el tipo antropofísico indica una mayor variabilidad entre los diversos grupos en ccuanto uanto a la forma del cráneo y también se pueden apreciar diferencias regionales en la estatura de las poblaciones. Sin embargo, ella es es de magnitud media en la mayoría, aunque las diferencias se han querido interpretar en la zona maya como el resultado de una estratificación social y de la implantación de condiciones nutricionales más precarias en algunos grupos hum anos.

 

Mesoamérica,Oasisamérica Oasisamérica Aridamérica

34

Con la caída de Teotihu Teotihuacan acan se inicia la invasión de grupos del norte norte y para el Posclásico los datos recabados por la arqueología se refuerzan por las tradiciones orales conservadas en el momento de la conquista. En lo que se refiere al aspecto somático de los diversos pueblos afectados por estas grandes presiones demográficas demográficas y por las consecuentes migraciones. existen claras diferencias entre los grupos humanos del norte, de cabeza alargada y angosta, que aparecen también en algunos sitios del centro de México, México, mien tras que los de la región región del Golfo y de la zona maya se caracterizan por un cráneo ancho y corto. También en cuanto a la estatura, la de las poblaciones septentrionales septentrional es es mayor, la del centro es media y la de Oaxac Oaxacaa y algunos grupos mayas es la más pequeña. Como se ha visto, los estudios osteométricos, debido a la escasez del material, no nos permiten más que que llegar a apreciaciones generales de carác ter regional. Sin embargo, hace relativamente poco tiempo se inició el estu dio de de 3 30 0 caracteres no métricos, es decir, antroposcópicos, antroposcópicos, llamados también epigenéticos, del cráneo. Ellos permiten la inclusión de aquéllos deformados artificialmente.)) artificialme nte.)) Con b base ase en los resultados de estudios estudios de esta esta índole, se ha calculado la distancia biológica que separa a los mexicas de Tenochtitlan Tenochtitlan ele los tlatelolcas vecinos, ambos del Posclásico. 1(, Se llegó a la conclusión de que se trata trata de variantes variantes de un solo grupo. Este conjunto se separa en sus carac teres claramente, por un lado, de la población Preclásica de Tlatilco, Tlatilco, también situada en la Cuenca de México y, por por el otro, otro, de la m maya aya de Jaina. Campe che, perteneciente perteneciente al Clásico.¡Estos resultados antropométricos y antroposcópicos, antroposcópicos, aún escasos, indican que de ninguna manera se puede afirmar que la la población prehispánica era biológicamente biológicame nte homogénea, sino que las presiones demográficas ejercidas por las migraciones deben haber originado un intenso mestizaje que, junto con los cambios habidos en el medio ambiente natural, dieron como resulta do grupos humanos humanos morfológicamente morfológicamente heterogéneo heterogéneos. s.

lgunos spectosdemográficos spectosdemográficos Con base en los entierros hallados en las exploraciones exploraciones arqueológicas, arqueológicas, se pueden empezar a conocer algunos aspectos de la paleodemogr paleodemografía afía de las poblaciones prehispánicas, teniendo en cuenta, sin embargo, que son pocas Vargas: Estudio de los caracteres crc111em1osisconti1111os crc111em1osisconti1111os 11 a pohlaci611 de TTatilco. ''' Salas y Pijoan: ·'Variantes no métricas en cráneos de la población mexicana , p. 1.35. ,- Pijoan y Salas: La población prehispánica de Jaina, análisis osteológico , p. 476.

lohannaFaulhaber lohanna Faulhaber Antropología Antropologíaiológica iológica e las ociedades rehispánicas

35

las que presentan restos óseos de un número suficiente de individuos individuos done.le los hay hay.. posiblemente no se trate de una muestra muestra obtenida al azar, ya que pueden pueden haber intervenido intervenido factores culturales que originaron originaron una selec selec ción de los individuos individuos encontrados. En cuanto a la distribución de los esqueletos según su edad (véase cua dro 6), se puede apreciar que en Tlajinga 33, Teotihu Teotihuacan acan ( 48.1 por ciento), Cholula (42.5 por ciento) y Teotenango (48.9 por ciento), ciento), un poco menos de la mitad de los individuos individuos no alcanzó la edad adulta y fallec falleció ió antes de los 21 anos. Enpor otras poblaciones poblacione s como la de de Cuicuilco (83.3 adultos. por ciento) y de de Tikal (73.1 ciento) predomina el número de individuos Si se consideran más en detalle las edades en que que fallecieron los menores de 21 anos. predominan los in infantiles fantiles menores de 12 años (64 a 89 por ciento) sobre los adolescentes adolescentes (3 a 18 por ciento) y los subadultos subadultos (6 a 23 por ciento). ciento). Entre los infantiles son más frecuentes los restos óseos de niños entre el nacimiento y los 3 años de edad (53 a 67 por ciento). Hay un solo sitio, el de Tlatilco, Tlatilco, en el cual la mayoría de los niños falleció entre los 4 y los 6 anos. La alta mortandad infantil antes de los 3 años _encuentra _encuentra su explicación en la ablactación y la introducció introducción n de nu_ev nu_ev?s ?s alm:entos_ en la dieta del niño con el consecuente aumento de padec11111entos padec11111entos111fecc1osos, 111fecc1osos, característico; de condiciones higiénicas desfavorabl~ desfavorabl~s. s. No a~í el ~;to nú mero de nii'los muertos muertos entre los 4 y los 6 anos que ha sido sido explicado explicado por la posible intervención ele un factor cultural, como podría ser el sacrificio_con fines ceremoniales. ya que en 11 de los 15 15 entierros múltiples de Tlatilco, había restos infantiles. probablemente en forma forma de ofrenda. Cuando se pudo determinar su edad, correspondían al grupo de 4 a 6 años. , En cuanto a la población adulta, se obser observó vó que en _la mayona de las poblaciones estudiadas predominan ligeramente las mu1e~·es(52 a 59 por ciento). En Cholula se encontró encontró la misma frecuencia de muieres Y hombres, mientras que la pob población lación masculina es m mayor ayor en una serie de :eotihuacan (65 por ciento), en Mexico-Tenochtitlan Mexico-Tenochtitlan (56 por por ciento) Y en T1kal (73 p~r ciento). Para varios varios sitios de la reg región ión maya, Ruz 19 indica en general un nu mero mayor de esqueletos esqueletos masculinos. Sin embargo, debido a las condicio nes en las cuales se hallaron los esqueletos, hay que ttornar ornar con cautela los datos en relación con l frecuencia de los se sexos, xos, para deducir la ccomposición omposición real de las poblaciones. faulhaher: La población de Tlatilco, l\léxil'o. caracterizada caracterizada por sus entierros , p. H7. e los m1tip 1ws 11c1yas. ,., ,.,Ruz: Ruz: Cost11111hresji111crarias . 17 ',.

 

Mesoamérica,, asisamérica Aridamérica Mesoamérica

36

Johanna aulhaber Antropologíaiológica elas ociedades ociedadesrehispánicas rehispánicas

Mortandadegún l sexoy laedaden edaden años Cuadro . Mortandadegún

Cuadro . Distribución e los ndividuos o adultos adultos No adulta Oa20años Oa20años n %

No adulta Oa20años n %

Población

n Total

Cuicuilco

150

25

16.7

125

83.3

Sánchez, 971

Tlatilco

222

64

30.2

155

69.8

Faulhaber, 965

Autor

Preclásico

Poblaciones

La LaVentilla VentillaB T otihuacan

172

66

38.4

106

61.6

Serrano-Lagunas 974

Tlajinga 3 T otihuacan

106

51

48.1

55

51.9

Storey 987

T otihuacan

194

71

36.6

123

63.4

González 989

núm decasos

21 35

Hombres 36 55 56 75

núm de casos

Mujeres 21 35 36 55 56 75

%

%

Cuicuilco

43

37.2

41.9

20.9

62

54.8

41.9

3.2

Tlatilco

37

83.8

13.5

2.7

62

64.5

30.6

4.8

T otihuacan

40

77.5

22.5

26

73.1

26.9

Tikal

48

75.0

22.9

2.1

9

88.1

11.1

102

44.1

54.9

1.0

99

58.6

35.3

Teotenango

25

76.0

24.0

74

74.3

25.7

Mexico-Tenochtitlan

53

56.6

41.5

36

63.9

27.8

Cholula

Clásico

37

1.9

6.1 8.3

la actual, ya que ahora el número ele hombres que sobreviven hasta edades

Tikiil.

134

36

26.9

Cholula

494

210

42.5

284

57.5

Serrano 973

Teotenango

577

282

48.9

295

51.1

Zacarías 975

Mexico-Tnochtitlan

372

142

38.2

230

61.8

Salas 982

98

73.1

avanzadas es menor q ue el ele las mujeres. Con la alta mortandad antes ele llegar a la edad adulta y con la reducida longevidad seflalacb, las poblaciones prehispánicas seguramente no tuvieron un alto crecimiento demográfico. hecho que tiene imp(1rtancia a la luz del desarrollo cultural que se verificó en Mesoamérica. Mesoamérica.

Pijoan Salas, 984

Posclásico

Patología

Al combinar la mortandad adulta por sexo y por edad, se obtuvieron los datos reunidos en el cuadro 7. Se aprecia en tocias las poblaciones, para las cuales existen datos mune rosos, que las personas adultas, en su mayoría, fallecieron entre los 21 y 35 a~os de edad, es decir, tenían una long evidad sumamente corta. Sin embargo, s1 se analizan estos datos según el sexo, se aprecia cierta diferencia sexual: el predominio de fallecimientos a esta eedad dad en mujeres es absoluto y rela cionado posiblemente con las edades d e mayor procreación. Las condiciones insalubres en las cuales se verificaba el parto seguramente contribuyeron. La presencia de 34 restos fetales en La Ventilla (Teotihuacan), ele 19 en Teote nango, de 20 en Cholula y ele 3 en Tlatilco, también puede ser indicio de estas condiciones.

Es difícil determinar el estado de salud ele una población para la cual se cuenta sólo con restos óseos. ya que se excluyen todo s aquellos padeci mientos que no dejan huella en ellos. En lo que se refiere a la osteopa tología,2 en la población prehispánica ele todas las épocas son frecuentes las lesiones artríticas degenerativas que afectan a las grandes articulaciones de las extremidades, pero sobre tocio a las intervertebrales. Parecen estar ligadas al aavance vance ele la eedad dad y pudieron llegar al grado de impedir la movilidad del individuo. También se conocen los resultados de procesos inflamatorios infecciosos como la osteomielitis en los huesos largos y la frecuente periostitis, tanto en éstos como en el cráneo. Además se han mencionado escasos vestigios inter pretados como una posible sífilis, tuberculosis o yau•s Las lesiones traumáticas provocadas por golpes y sobre todo fracturas. sanaron en muchos casos sin dejar vestigios de procesos inflamatorios Y a

. _Enel sexo masculino, por el contrario, el porcentaje ele individuos que vnneron hasta alcanzar una edad superior a los 36 años es elevado en Cuicuilco (63 por ciento), en Cholula (56 por ciento) y en Mexico-Tenochti tlan (43 por ciento). En términos demográficos, esta situación es contraria a

 

' Jaén y Serrano: Osteopatología , pp. J i';-178.

-

38

Mesoamérica, asisamérica Aridamérica

reducción de las fracturas indica que existía una práctica curativa bien desa rrollada. En cuanto a los padecimientos bucales, se conocen las caries. las infec ciones de la arcada alveolar y los abscesos periapicales. También hay casos casos en los cuales el individuo perdió algún diente durante su vida y el alveolo del mismo fue reabsorbido, pero no hay manera de ssaber aber si la pérdida fue na na tural o por extracción. Existen igualmente indicios de afecciones afecciones carenciales tales como la osteo porosis que forma cribas en la lámina externa de la bóveda craneana, en el techo de las órbitas (véase figura 4) y a veces en otros huesos. Dentro de esta categoría hay que mencionar también las líneas de Harris, que aparecen en las tibias, debidas a un detenimiento temporal del crecimiento. En una población de 192 individuos de Cholula, un aalto lto porcentaje presentó estas líneas, siendo más frecuentes en la segunda y tercera infancia, es decir, entre los 4 y 12 años de edad. 21 Estas afecciones se han interpretado como el resul resul tado de raquitismo o escorbuto, relacionado con una dieta deficiente en vita minas D y C, por una alimentación basada principalmente en el maíz. Si Sin n embargo, estos casos patológicos no parecen ser tan frecuentes como para poder caracterizar caracterizar a la población prehispánica como subalimentada. Esta apreciación es reforzada por los estudios etnohistóricos acerca de la ali mentación seguida, sobre todo entre los mexicas,2z los cuales indican que consumían una gran variedad de productos, además del ma maíz. íz.

ntervencionesulturalesue ulturalesuese seaprecian en osrestosóseos La repanación rehispánica Existen en Mesoamérica cráneos que presentan perforaciones que se han interpretado como trepanaciones. 2j El cráneo trepanado más antiguo pro viene de Montenegro, cerca de Tilantongo, Oaxaca, y corresponde al periodo Monte Albán I del Preclásico Preclásico medio, con una antigüedad de aproximada mente 900 aC. Este ejemplar es de importa importancia, ncia, puesto que la trepanación hecha por raspado, indica principios de una rregeneración egeneración ósea, es decir, el individuo sobrevivió un corto tiempo después de la intervención. Mansilla: Las condiciones biológicas de la población prehispánica de Clwl11/a P11ehla p. 65. ,, Dávalos: Dávalos: La alimentación entre los mexicas , pp. 201-216; López y Jaén: ··ta alimentaciún alimentaciún en el Mt.x·. . ... pp. 133-158. ~-1to ., entre 1os mex1cas h pre ispánico , pp. 139-1 -?C _; as1·11 as y Vargas: ..La a t·1mentac1on ,. Romero: ··J.a repanación prehispánica , pp. 181-194; Winter: La repanación repanación en Oaxaca , pp. '59-64.

 

iológicae as ociedadesrehispánicas JohannaaulhaberAntropología

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39

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Figura . Criba orbitaria. Cráneo infantil

1974,P· P· 166). del Preclúsico de Cholula. Puebla (Jaén y Serrano, 1974,

Del Preclásico superior se hallaron en Tlatilco, Estado de México, tres crá neos con perforaciones circulares hechas con taladro, y del Cerro del Tepal cate. próximo a Tlatilco. Tlatilco. un cráneo con una perforación por raspado sobre la escama del temporal, pero ninguno de los individuos sobrevivió a la ope ración. El lugar del cual proviene el mayor número de ejemplares, es ~ante Alb{111,axaca. donde se encontraron 13 cráneos trepanados, pertenecientes a la época III B del del Clásico superior, de aproximadamente 500 a 75_0 Hay además además informes sobre do s cráneos trepanados del PosclaSico, hallados a fines del siglo pasado por Lumholz, en Chihuahua. . .. Para practicar esta operación. se usaron dos técnicas de igual anugue~~d. La primera consistió en el raspado raspado del hueso hasta logra~ su perforac~on, cuyo borde era en bisel (véase figura 5). En la se segunda gunda técnica se empleo un taladro hueco de piedra, piedra, log rándose una perforación perforación circular de borde per pendicular a la superficie del hueso. En la figura 6 se aprecia ~-nel_ ~-nel_ ragmen to del cráneo del Entierro III-19de Monte Albán, una trepanac1on circular (en parte destruida) y al lado. el intento de una segunda operación con taladro hueco. está inconclusa, inconclusa, posiblemente por la muerte del individuo. De hecho. pocos son los individuos que sobrevivían por un tiempo pro longado a esta intervención. Hay casos en los cuales existen evidencias de

?C.

 

40

Mesoamérica, Oasisamérica y Aridamérica

Johanna Faulhaber •

ntropologíaiológica iológicaee las ociedadesrehispánicas

Figura 7. Escultura olmeca del Preclásico de Tenango del Valle, Estado de México, Colección del Museo Nacional de Antropología.

41

eformación efálicantencional efálicantencional Figura S. Trepanación hecha por raspado. Proceso infeccioso producidoIX-11 por de la herida. Entierro Monte Albán, Oaxaca. Figura 6. Trepanación hecha con taladro y otra iniciada. Al lado amplia zona de raspado.

haberlo logrado, pero al practicarles una segunda operación, fallecieron. Se trepanaban los cráneos de hombres y mujeres, afectando sobre todo a los parietales y raras veces al frontal. Es difícil determ determinar inar la causa o la finalidad de esta práctica. No parece haber sido por lograr el alivio de algún traumatismo craneal, ya que de nueve cráneos conocidos, sólo cuatro presentan huellas de lesiones. Se ha pensado que se trataba de reducir altas presiones intercraneanas o de mejorar estados de demencia, pero no se ha podido llegar a conclusión alguna. Fuera de los lugares citados no se ha reportado la trepanación en otro otro lugar de Meso américa, pero se practicaba con mucha frecuencia en Sudamérica, especial mente en Perú.

Como deformación cefálica intencional se designa a la modificación causada en la forma del cráneo cerebral. Las más comunes en Mesoamérica2• son las tabulares, las cuales se obtenían aplicando en el recién nacido tablas en la parte frontal y en la occipital, o sólo en una de éstas, manteniéndolas en supo sición con bandas fuertemente anudadas. Esta compresión provocaba en el niño un crecimiento mayor del cráneo cerebral en altura y anchura, disminu yendo la longitud del mismo en sentido antero-p~~terior. De acuerdo con la dirección del eje de la altura aumentada en relac1on con la base craneal, se distinguen la deformación tabular erecta, cuando el ángulo formado entre ambos planos se acerca a los 90° (véase (véase figura 7) y la deformación tabular oblicua, cuando el desarrollo de la altura presenta una inclinación hacia atrás (véase figura 8). Parece que la deformación cefálica tiene una gran antigüedad en Meso américa, ya que se encuentra en el Cráneo 3 de la Cueva de Texcal de Valse quillo, Puebla, con una edad de 7,000 a 4,500 años aP. Con posterioridad se '' Romero: Deformación cefálica intencional intencional , pp 197-226.

 

Mesoamérica, Oasisamérica y Aridamérica

42

Johanna Faulhaber • ntropologíaiológica e las las ociedadesrehispánicas ociedadesrehispánicas

A

B

1

E F

conocen abundantes ejemplares de todos los horizontes culturales, siendo la deformación tabular erecta mucho más frecuente que la oblicua. Al ser una práctica tan común, la deformación cefálica reduce, en mucho, el número de cráneos a nuestra disposición para el estudio de los caracteres morfológicos normales de las poblaciones prehispánicas.

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Figura 9. Mutilación dentaria por limado. Procedencia:Jaina, Campeche. Figura 1O. Mutilación dentaria con incrustaciones y con limado. Procedencia: Jaina, Campeche.

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b·~·~·~·~•g•~·B ~·~·~·~•g•~·B D · ·A· ~· A·A· · '"

e Figura 8. Deformación tabular oblicua. Vaso maya pintado del sur e.leCampeche e.leCampeche o norte dd Peti:n (Coe, 1973, p. 92).

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G

A· · ·~· .· · ·A·''" &""4" 4".. ....

Figura 11 Tabla de clasificación de los tipos y formas de mutilación dentaria conocido s hasta 1982 (Romero, 1982, p. 11).

Mutilaciónentaria Mutilación entaria

Otra práctica muy extendida en las altas culturas de Mesoamérica es la mutilación de los dientes frontales. Ésta consiste, por un lado, en el limado del borde de los dientes anteriores, para darles la forma de ondulaciones o picos (véase figura 9). Por el otro, se hacían limaduras o incrust incrustaciones aciones en la cara

más visible de los dientes anteriores. Para las incrustaciones, se practicaban, por medio de un taladro hueco, pequeñas cavidades en la cara anterior de las piezas dentarias y luego se ajustaban pequeños discos de piedra verde o café rojiza, así como de hueso (véase figura 10).

 

Mesoamérica, asisamérica Aridamérica

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Las diversas formas de mutilaciones dentarias fueron estudiadas y clasifi cadas por Romero 25 (véase figura 11), quien mostró que dicha práctica se conocía en los horizontes Preclásico, Clásico y Posclásico, y que las mutila ciones se hacían tanto en hombres como en mujeres adultos vivos. como lo evidencian los casos en los cuales una perforación demasiado profunda afec tó a la pulpa, provocando grandes ab scesos en el vértice de la raíz de la pieza. Es imposible determinar la razón de esta práctica, pero puede haber sido de índole mágico-religiosa o de adorno.

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-'¡ant.· r-,-t1111.slll >lll postas y puntos oh ligados de paso en las rutas distantes entre los grandes asL·numil'ntos de la colonia y los nuevos poblados hacia el norte ele 1\J(,xico. Así surgen. entre otros, Nombre ele Dios, Guadiana, Saltillo, San ,\,Jigul'I l'l Cr~111de. ilao. Charcas, Fresnillo. Sombrerete, Aguascalientes, Colo tbn. San Luis Potosí, l)urango. Real de l\Iinas de Comanja. y San Luis de la Paz. A medida que se fue reconociendo el norte de l\Iéxico, pudieron distin guirSL' y ubicarse nu n1L'rosos grupos de nómadas recolectores-cazadores que L' distinguiL·ron por su hran1ra y resistencia a la sujeción por los espaüoles. Algunos de estos grupos. a fin de facilitar su ubicación por estados, son: en Baja Ctlifornia. los guavcuras. pericúes, monquis. liuis, clidines, huichitíes, coras, callepus. aris1;es. ¿·ata ¿·atauros. uros. cantiles. bymones y cochimíes: en Coahuila, los grupos laguneros, cabezas. hoboles, huyquetzales, cacaxtes y tobosos; en I\:ucvo Lec'm. los otujanos. alazapas. cataaras. icauras. ayancuras, borrados,

Desde mediados del siglo xv1.numerosos españoles se aventuraron en las O i~~óspitas de Ariclamérica, fundando algunas guarniciones sidios a los regiones que llamaron compafiías compa fiías presidiales, organizadas de acuerdo pre con las necesidades que la situación requería. Entre ellos tenemos a Francisco Vázquez de Coronado, Cristóbal de Ofiate. Baltazar Temeño ele Bañuelos. Diego de Ibarra, Francisco de Ibarra, Francisco de Urdifiola. Luis ele Carvajal, Juan de Oñate, Ginés Giné s del Mercado, Juan ele Tolosa, Antonio Espejo, Luis de Carvajal y de la Cueva, y Agustín de Hinojosa Villavicencio. Numerosos misioneros acompañaron a los aventureros que pretendían pretendían conquistar y someter o exterminar a los grupos chichimecas; algunos de ellos g~~ron por la fundación de pueblos y misiones. buscando la evange ~zacion d~ los nómadas y su congregación en asentamientos, como Fray Juan e San Miguel, Jerónimo de Mendoza, Pedro de Espinorecla, Diego de la Cadena Ja cm · t o d e San Francisco, Bernardo Cossin, Junípero Serra. Gonzalo 1-

f

:: ~elg_arejo: AntiRua , t. 1   p. Zl. ,, .utmez Ca aza: El norte bcírham de MJxico p. 12. ,-Melg_are10: ntigua ... t. ,, pp. 22-25. Ma11111ez:l none ... p. 7 _

bocales y comepescados: en Durango, los tepehuanes. xiximes Y zacateca~: en Zacatecas. los zac1tecos v los cazcanes; en Aguascalientes. los guachi chiil's: en San Luis Potosí, los. guachichiles. negritos y pames: en Tamaulipas. los pintos. rnalinche11o s. pisrn;as. guachichiles. janambres. borrados. siguill~ nl's y p:tmes; en Querétaro. los pames: en Guanajuato, los guamares. guachi chiles y copuces: en Chihuahua. los manso. suma. jumano, conchos Y tarahumaras: en Sonora. los ()pata, púpagos, pimas, jovas, chinipa, varojíos. cahítas y seris. Numerosas lenguas se hablaban entre los diferentes grupos del de l no_rte de México, englobadas en tres grandes grupos: coahuiltecas, nahuatmdes Y yutoaztecas, principalmente. . , . Otro aspecto muy interesante relacionado con los grupos de Andam~nca. lo constituyen los petroglifos y pictogramas, tan abundantes en esas _regiones úridas, donde es frecuente encontrar en los riscos y ¡x111.os ¡x111.osee los destiladeros, barrancos, grietas. abrigos, cuevas y algunas peúas aisladas, numerosas figu ras, tangibles algunas. abstractas la mayoría: numerosas líneas. puntos, círcu los y un número indeterminado de figuras animales y humanas. pintadas o

 

Mesoamérica, Oasisamérica y Aridamérica

92

lest. 1sárez 1sárez • Aridamérica Oasisamérica

93

grabadas en los muros o piedras. Estas manifestaciones son aún difíciks difíciks de ubicar cronológicamente, pero las hay dese.le etapas muy tempranas rela cionadas con los primeros grupos e.lepenetraci(m e.lepenetraci(m en el continente\' en tierras mexicanas. hasta aquellas que se ubican en etapas relacionadas ~·on la pre sencia e.le os europeos en esas regiones ( ·éase figura 12 l.

asisamérica Oasisamérica se ubica geogrMicamente en lo que hoy es el suroeste e.le Esta dos Unidos y una porción del noreste mexicano ( '('.'ase figura J ). El paisaje e.le esta {1rea se caracteriza por lo accidentado del teITL'no: lo mismo tenernos tenernos altas montafias. como la Cordillera i\logoll(m al orkntL'. donde se desarrolló la cultura del mismo nombre. que el resquebrajado suelo que ocuparon los Anasazi. aunque en esta rL·gi(>n e localizan algunos ríos de escaso caudal. como L'I San Juan. el Colorado y el río Gran~lc. L'n cuyas márgenes surgieron numt'rosos asent:tmkntos. lfacia el occidentL', el paisaje es más bien llano. con vegetaci(m raquítica, característica ele las zonas áridas. y fue el lugar de u ubicación bicación de los grupos I-Iohokam que supieron canalizar húhilmente las corrientes de agua para hacerlas llegar a sus cultivos. Hacia el sur. ya en territorio mexicano. se desarro desarroll ll la cultura Casas Grandes. en terrenos terrenos úridos y grane.les llanos. exlt'ndié·nc.losn Americana, abarcando también en México al estado de Chihuahua y por ciones de los estados de Sonora, y Zacatecas, familiarizados con llamarle CulturaDurango Casas G Grandes. randes.

donde

estamos

nüs

"Marquina: Arquitect11ra prebi.1pú11ic:a, p. 281. 1  l\árez: Oasisaméric:a. pp. 12-21.

Figura 12. Pintura rupestrL en Baja California. Aridamérica.

Hacia la confluencia de los cuatro estados primeramente mencionados. se localizan numerosos ríos de reducido caudal. como son el Gila. el Sala do, el Colorado. el Yaki, el San Juan y el Grande. Grande. entre otros. Las márgenes de estos ríos ofreci ofreciL·ron L·ron con condiciones diciones propicias para los asentamientos de peque11os grupos humanos. y hacia el a110 500 aC. grupos posiblemente clt'sccndientes de las antiguas tribus Cochisse, que se considera habitaron estas regiones aproximadamente desde el a1108,000 aC. se establecieron aquí.

Anasazi Los grupos Anasazi. nombre deri\·aclo e.le una palabra de los indios navajo que se supone significa pueblos antiguos . :" :"ocuparon ocuparon la porción más septen trional del { rea ele Oasisamérica. hacia la confluencia de los estados de Utah, Colorado. Arizona y Nuevo México. Era gente de baja estatur estaturaa y con crúneos alargados. Su indumentaria se compor;ía e.lesandalias. e.lesandalias. taparrabo y una banda que se colocaba en la frente, todo esto trabajado con fibras vegetales como yuca y agave; para las mujeres había capas y camisas. bandas y enredos para la cabeza. sandalias y el delan tal o faldellín pélvico que usaban durante la menstruación. Usaron el átlat/ o lanzadardos. redes, trampas. mazas de madera. palos curvos. etcétera. AproYechaban el maíz cocido y tostado. molido en metates y muelas; en etapas tempranas cocinaban en cestos mediante el uso de piedras calientes, ces tos que usaban también para almacenar y transportar ali mentos. semillas y agua, ya que las fibras vegetales se expandían con el agua cubriendo los intersticios y evitando que el líquido se saliera. '" :\larquina: An¡11itect11m

p. 2. ,I.

 

94

MesoaméricaOasisamérica Mesoamérica Oasisamérica Aridamérica

Habitaron principalmente las grandes mesetas y \'alks prc'>ximos a los ríos: según el lugar preciso c.k ocupación se les ubica en ramaks. Así. el ramal de Mesa Verde se establece a orillas del río San Juan al sureste e.le.·:t;th: e.le.·:t;th: el ramal Chaco se establece en el G111.ónel Chaco y e;1 la porci(m noroc.·ste e.le Nuevo México: el ramal del río Grande, en la porciún norte del ríe> .Id mism< nombre: el ramal del pequeño río Colorado. hacia el centro y parte.· este e.le Arizona y en Nuevo México, porciones del oeste y parte centro: el r;1111;tlLtLtmado la Virgen se ubica a orillas del río Virgen y suroeste e.le 'tah. Los seis ramales se dividen en periodos que se han fechado e.le.·manera aproximada apoyándose principalmente en la dendrocronología aplicada ;1 os troncos de las construcciones y en muestras fechadas por el procedimknto del carbono 14; así se se tiene el periodo Basketmaker II. que se ubica c.·ntre los a11.os 100 aC y 500 dC, en que se considera que los grupos Anasazi vidan en cue,·as y chozas semisubterráneas. cubiertas con troncos v ramas. Posiblemente en esa época comenzaron a ndt.ivar maíz. frijol. calabaza y otras plantas cuyo conocimiento se había e.lado primeramente en MC·xico. Complementaban su dieta con los productos e.le a caza ,. la n..-cokccic'm. Su utillaje se hacía principalmente e.le ihras vegetak·s. ~-on as que se.·daho se.·daho raban canastas, cestos. sandalias. cordeles y mantas. pero se dio ya la pproc.luc.· roc.luc.· ción ele burdas cerámicas, en colores naturales c.lL'as as arcillas locaks. \' en gris y negro por uso y cocción. Sus armas eran sencillas: usaban principalmente el arco y las flechas e.lemadera e.lemadera endurecida al fut>go o con puntas e.lepiedra. En el siguiente periodo. Basketmaker III. 700 clC. se incrementú la .:;oo población y surgieron pequei1as villas con estructuras semisuhterr:111l'as cir <

JesúsNárez• AridaméricaOasisamérica

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tibe.los. numerosas habitaciones, uno o más niveles, habitaciones semisub terráneas v kil'as. La ct>¿mica en cambio se ve enriquecida con nuevas formas y otros colo res. con c.lise11os eométricos en negro sobre fondo blanco o rojo. La agricul tura se intensificó y perfeccionó. Algunos sitios de este periodo son Piedra Ruin\' Cahone. E1;el periodo Pueblo 11,900 a 1150 dC, se advierte un mayor incremento de habitantes Anasazi. lo que conlleva el crecimiento de los pueblos y el surgimiento de nuevos asentamientos. A las cerúmicas anteriores se agregaron, en este este periodo, la corrugada y la enrollada. Chetro Ketl y Kings Ruin son sitios de esta época. Al periodo Pueblo 111. 111.1150 1150 a 1300 dC, se le con_sidera como ~l Periodo Clásico e.le os grupos Anasazi, con pueblos que pudieron tener mas de de 1000 habitantes. La arquitectura. la cerámica y los cultivos, ~ntre ~:ros a~p~ctos, alcanzaron su máxima expresión: su más notable ma111festac1on ut1st;c:1 ut1st;c:1se se encuentra en la famosa cerámica de Mi Mimbres, mbres, del sur sur de Nuevo Mexic~, c.lecorac.lacon c.lecorac.la con elegantes v finos dibujos en negro o rojo sobre blanco, de ani males y personaj~s estilizados con un gusto irreprochable. 1 Hacia 1300 se advierte c.lecac.lencia v abandono de sus poblados; las causas nos so~ desconocidas: tal vez Íargos periodos de sequías, problemas internos, epi demias o el ataque de grupos nómadas fueran la causa del ~band~n~, de_}os asentamientos como Mesa Verde, Kayenta, Chaco y otros (vease f~gma 14). El siguiente periodo, Pueblo IV, se desarrolló desarrolló entre 1300 Y 1 98 ° 17?0 .i c.C: c.lC: algunos grupos se so1xepus1eron l o · • s p1·oble111asue afectaron al peno-.

• . . • poblados desarrollando una arqrnc.1o anterior y cons1ou1eron mantene1 . sus , , . . . b. . . con p"ntLiras tectura de me1or calidad que d eco1a10n 1 · de temas . mag1co-reh· - · tam ¡Jten · - se enu··quece con me1or. acabado y. g1osos en los muros. Su ceram1ca ·nuevas formas · , s 111-1ntL1v1·e1·on u importancia y c.¡ corac.los;· 1as· k"1v,1 , . ,en los n· l · · -· -· v lLig·tr p-11·-1 p-11·-1ecisiones ecisiones de mteres para . la tua les. ceremomas c.e c.e m1uauon , , , , • comunidad. Algunos sitios Je esta época son P Pottery ottery Mound, Av,.'tov1 Av,.'tov1yy Kuaua. pei·i·c>c.loe dio el contacto de los Anasazi con En i los . _ colonizadores _;. ) . " es•t.,e pei·i·c>c.loe espaúoles, al mando de Francisco Vázquez de Coro~ac. o ( 1, 10-1 4~ • qmen dirigía una expedición a la legendaria Cíbola en 1,40. La pres_enc1a de los europeos afectó seriamente la integridad de los grupos Anasaz1. con lo que su decadencia fue inminente.

culares llamadas kivas, las cuales tenían usos ceremoniah:s y e.leritos inici:tti cos. Produjeron cerámica gris lisa al principio. luego gris sob sobre re fondo negro y con motivos geométricos estilizados. La agricultura se intensifin'>. puL's hicieron canalizaciones para llevar el agua e.le os ríos hasta sus cultivos. con lo que ya no dependieron exclusivamente e.le os cultivos e.le emporal. Para los patrones constructivos aprovecharon los acantilados y salee.lizos. donde edificaban sus casas como una medie.la de protecciém. Hacían sus viviendas de piedra, lodo y troncos. con numerosas habitaciones e.le uno o más niveles, con puertas y ventanas en forma e.le paleta. El sitio arqueolúgi co de Mesa Verde, en Colorado es uno de los ejemplos más representativos de este periodo (véase figura 13). El siguiente periodo se denomina Pueblo I, y se ubica entre los a11.os a11.os700 700 Y 900 dC. La arquitectura muestra el mismo patr(m anterior: casas en los acan-

" Covarrubias

y

Rubín de

la

Borbolla: El

111<

11díge11aee .\ ortea111frica. . 23. 11díge11a

 

Jesús árez Aridamérica Oasisamérica

Mesoamérica asisamérica Ariclamérica Ariclamérica

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base en cambios en los estilos constructivos, decoración de la cerámica y subsistencia. se ha dividido su desarrollo en cuatro grandes periodos: Perio do Pionero, 300 a -S00aC: -S00aC: Periodo Colonial. 500 a 900 dC; Periodo Seden tario. 900 a 1100 dC. y por último, el Periodo Periodo Clásico, considerado considerado a partir de 1100 y hasta 1450 dC. Los Hohokam fueron grupos agricultores del desierto, hábiles para abrir canales a fin e.lehacer e.lehacer llegar el agua de los ríos hasta las áreas de cultivo, lo que propició el asentamiento de numerosos grupos en las márgenes de los ríos e.leArizona, e.leArizona, permitiendo el desarrollo de las aldeas sobre todo en lo que ahora es eell fftrea trea metropolitana de Phoenix. Durante el Periodo Pionero se dieron dieron los primeros asentamientos en el centro. sur y occidente ele Arizona. Los grupos dependían básicamente de la

Figura 13. Casas en acantilado. Oasisam0rica, sitio de :>.IL :>.IL"" ->a 'L•rde. Colorado.

Figura 14. Cerámica policroma.

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recolecciún y la caza. aunque tuvieron ya una agricultura incipiente. Su arqui tectura era sencilla sencilla y predominaban las habitaciones semisubterráneas y techadas con troncos de mezquite, varas y ramas a veces recubiertas con lodo. Su cerúmica cerúmica era sencilla. monocroma gris a cafetosa, de uso doméstico; doméstico; hacia finales de este periodo mejoran las técnicas de manufactura y se enriquecieron los estilos y la pintura, elaborándose cajetes y jarros pintados con líneas. volutas y pequef1os elementos pintados en rojo sobre un fondo gris. El procedimiento para construir la cerámica consistía en colocar rollos de barro unos sobre otros y después adelgazarlos por medio de golpes que se daban daban con una paleta. colocando un cuerpo cuerpo duro en el interior. 22 La cedmica pintada en rojo sobre fondo crema es la más característica de los Hohokam, siendo uno de los estilos más peculiares las ollas llamadas de silueta quebrada. Los motivos decorativos son a base de líneas geométricas, ganchos y figuras antropomorfas y de animales estilizados (véase figura 15). En el Periodo Colonial fue cuando la cultura Hohokam alcanzó su mayor extensión, ocupando pr:.ícticamente las cuencas de los ríos Salado y Gila, lle gando hasta el sur de Arizona. Realizaron trabajos de canalización canalización del agua para la irrigación, concepto que seguramente se presentó como consecuen cia de los contactos con las altas culturas mesoamericanas, a través de las actividades relacionadas con el comercio y el intercambio de productos a larga distancia. Con la irrigación, la producción de alimentos alimentos se incrementó pues ya no dependían solamente de los cultivos de temporal, lo que favore ció al aumento de la población y con ello el surgimiento de nuevos asen-

Cultura Anasazi.

Un último periodo, llamado Pueblo V, se ubicaría de l -S98 -S98aa 1700 en ade lante, caracterizado caracterizado por la dispersión y mestizaje d e los grupos Hohokam.

Hohokam La cultura Hohokam es la más importante del área subce subcentral ntral de Arizona. Arizona. La palabra hohokam procede del pima y significa "los que cksaparecieron·· cksaparecieron·· o ··los ~ue se fueron". Se considera que tienen su antecedente en los grupos Coch1sse de que se habló anteriormente. A fin de facilitar su estudio y con

tamientos. "1\larquina: An¡11itect11 An¡11itect11ra ra . .. p.

300

l.

.,

 

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Mesoamérica,Oasisamérica Aridamérica

' Figura 15. Olla de silueta q quebrada. uebrada. Cultura 1-Iohokam.

En algL~n_as algL~n_as le las villas se han descubierto canchas para L'l juego de pelota, act1v1claclque act1v1claclque debió darse por influencia mesoamericana también posiblemente tolteca o huasteca. Los grupos Hohokam tenían la costumbre e.le cremar a sus muertos, guardando las cenizas en vasos vasos de cerámica; también practicaban la inhu mación. acompañando al muerto con numerosos enseres ¡x~rsonales, los que al ser recuperados en trabajos de investigación arc¡ueolé>gica, nos han pro porcionado abundante información sobre la vida y costumbn:s de estos pueblos. Aprovechando las temporadas de lluvias, y sobre todo la irrigaciém con trolada, los Hohokam cultivaron el maíz, distintos tipos de frijol, calabazas v algodón; aprovecharon también diversas plantas silvestre silvestress como compl~ m~~to de su alimentación, como cactos, frutas, bulbos. mezquites y aga\·es.

lesúsNárez lesúsNárez • Aridamérica Oasisamérica

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Su cedmica era dec decorada orada en ternos rojos sobre fondo café o crema, con formando jarros. cuencos, cuencos, platos, vasijas efigie, ccajetes ajetes trípodes. cucharones e incensarios de parede paredess gruesas. La decoración fina se hizo con base en motivos geométricos estilizados, y figuras antropomorfa antropomorfass y zoomorfas. tam hiC-nestilizac.las. hiC-n estilizac.las.1   Supieron asimismo trabajar hábilmente diversas piedras, con las que manufacturaron hachas pulidas. vasijas con detalles detalles en relieve y paletas con una superficie ahondada para la preparación ele pigmentos minerales y orgánicos, apnivechadS para colorear y pintar. De concha y caracol realizaron cuentas para collares. pendientes. pec torales, brazaletes \ otros abalorios. algunos con formas de animales, como aves. ranas. serpil 1~1es: para algunos e.le e.leestos estos trabajos utilizaron ácidos que obtenían de algunas algunas cae tácea táceass para roer la superficie de la concha y lograr el relieve. Con pirita elaboraron elaboraron espejos, algunos con superficie cóncava para reflejar la luz solar. Pocos sitios Ilohokam se han preserva preservado; do; la mayoría fueron destruidos por el cultivo moderno v otros fueron arrasados por la urba urbanización. nización. Los más conocidos son Casa Gr:;nde, Pueblo Grande y Ca Castillo stillo de Moctezuma Moctezuma (véase figura 16 ). El Periodo Sedentario es muy similar al anterior; sin embargo, se aprecian detalles importantes, como el uso de escalones para entrar a las casas, en vez de rampas. Los juegos de pelota son e.le e.lemenores menores proporciones; parece que los asentamientos se e;tabilizan e;tabilizan o muestran ligeros retrocesos. Junto con el periodo anterior, el inicio de éste marca el máximo desarrollo de la cultura Hohokam. Las manifestaciones cerámicas alcanzaron su máxima calidad, pe persistien rsistien do las formas, estilos, colores y disei\os anteriores, anteriores, pero enriquec enriqueciéndose iéndose en el acabado. Se advierte asimismo la presencia de cerámicas cerámicas procedentes de las {1reas {1reasvecinas. vecinas. Los materiales elaborados en piedra se decoraron con relieves de anima-

D1stmtos animales fueron aprovechados: jabalíes, conejos, liebres, roedores, reptiles y algunos peces y aves. 1 ~ En sitios Hohokam se han desc descubierto ubierto di\ ersos materiales que denotan los contactos con otros grupos, principalmente dl I sur. como cascabeles de cobre, vasijas, espejos ele pirita, así como conchas y caracoles procedentes ele la c~sta del Golfo de Mé México xico y Golfo de California, que nos refieren el comercio con los grupos de los litorales. Oppelt:

Cuide lo Prehis/uric Prehis/uric Rui11s f"lbe So11/l111 es/.

les y dibujos estilizados. con un fino acabado; realizaron trabajos en cobre, como cascabeles, cascabeles, pendientes y cuentas. finalmente tenemos el Periodo Clásico, cuando se advierte la presencia de grupos e.le iliación Mogollón, procedentes de las márgenes del río Salado, que vivieron en las mismas áreas que los Hohokam, pero sin mezclarse mezclarse.. En su arquitectura arquitectura se notan cambios significativos, con grandes concen traciones de cuartos, algunas veces hechos con muros de adobe, sin dejar de '' OppL lt: G11icle..

 

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Mesoamérica,Oasisamérica Oasisamérica Aridamérica

Figura 16. Castillo de Moctezuma en Arizona. Cultura Hohokam.

aprovechar las postas y troncos de madera. Algunas de estas casas eran e.le e.leal al t~s muros y varios pisos o niveles. De este periodo los sitios más n:presenta n:presenta tlvos son Casa Grande Florencia, en el Valle del Gila, y Casas Grane.les en el estado de Chihuahua. Chihuahua. La cerámica de este periodo es ele gran calidad. decorada con motin>s geométricos, antropomorfos y zoomorfos muy estilizados. pero mantenien do siempre el estilo y los ternos rojo y negro sobre fondo crema. Las kivas que fueron fueron un elemento arquitectúnico constante en los perio dos anteriores, anteriores, no se advierten o no han sido identificadas en este periodo. periodo. Las costumbres funerarias se conservaron: incineraciún de los muertos y entierro de los cuerpos flexionados y amortajados. fuertemente atados con frazadas. Para algunos investigadores, los actuales grupos Pima son descen descendientes dientes directos de los Hohokam Hohokam..

Mogollón La cultura Mogollón recibe este nombre de la cordillera montañosa que se localiza en una una porción de Nu Nuevo evo México. El área Mogollón queda ubicada al suroeste de Nuevo México y sureste de Arizona, al su surr ele los asentamien tos Anasazi y al este de los Hohokam. Se considera que esta cultura proviene de la fase última ele la cultura Co~hisse. Para facilitar su estudio ha sido dividida por los especialistas en periodos, aunque difieren entre ellos en en cuanto a nomenclatura y fechas. Se ha considerado

en este estudio la periogi cas c{1hren 111 1~ de 51) ha. de las que sólo se han explorado unas e.los erceras partes~-   v(·asL'figur~1 1H . Se sabe que el primer europeo que visitó Casas Casas Gra Grandes ndes fue Alvar Alvar N NútlL'Z útlL'Z Cabeza de Vaca y el negro Estebanico. hacia 15ú3 . Poco despu(•s Francisco de Ibarra Ibarra inicia la conquista y colonización del norte, norte, siendo t:1mhi(·n lk los primeros europeos en llega llegarr a Casas Gr~tndes. El nombre de Paquimé parece derivarse del idioma idioma pima. pues al pre guntarle los europeos a los indígenas del lugar sobre quiénes habían cons truido y vivido en ese lugar, contestaron: contestaron: ' paquimé paquimé , o algo pa parecido. recido. quL· en su lengua equivale a '·no lo sé : la expresi(m se quedó y viene a cconstituir onstituir otro de los términos términos con que conocemos el lugar. En Paquimé se llevaron a cabo trabajos arqueológicos de l 9S8 a }l)() 1 por investigadores del Amerind Foundation Inc. de Arizona, y del Instituto Instituto Nacional de Antropología e Historia. donde participaron. entre otros. los arqueólogos Charles Di Peso y Eduardo Contreras. Este proyecto duré> 3 a11os. trabajándose alrededor de 30 ha. Para Para su mejor estudio, se dividiú el área área de trabajo en 16 unidades. de acuerdo con estructuras estructuras sobresalientes. sobresalientes. Por ejem

Figura 17. Cajete con motin1s antropomorfos. Cultura :\'logollón.

Figura 18. Muros de lodo acumulado. Casas Grandes. Chihuahua.

esquinas se descubrieron entierros humanos con bellas bellas ofrendas ofrendas de cerám~ cerám~ ca y lítica, así como cuatro hornos para procesar el agave y obtener una bebi da alcohólica. La l Tnidad 3 est{1 ntegrada por el juego de pelota, en forma de I con sus bordes ligeramente redondeados, de influencia totalmente totalmente

1 1

i

plo, la Unidad I está compuesta

por una serie de peque11os cuart os, en cuyas

,,. Braniff. ··Arqueología del. .. , p. 2'i"7'. ,- \{1r \{1rez: ez: Casas Grmules pp. 10-22.

mesoamericana. mesoameric ana. La Unidad 6 la forman un grupo de ccuartos uartos donde se des cubrieron muchos fragmentos de metates. metates. manos ele metates y entierros con c>frenclas.

 

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Mesoamérica, asisamérica Aridamérica

La Unidad 7 es particularmente interesante, pues compr comprende ende los criaderos ele pericos y guacamayas, así como las hornillas para proporcionar c~tlor a esos animales en tiempo de in invierno. vierno. En la Unidad 2, se encontraron L'\·i dencias ele 38 cuartos y las llamadas coconeras '. pec¡uei'los cubíntlos que seguramente servían de nido a los guajolotes. Las edificaciones ele Paquimé llegaron a tener más de seis pisos. según algunos cronistas y viajeros viajeros ele los siglos xv1y xv11;odas ellas construidas ck arcilla y gravilla, no ele adobe propiamente dicho, s ino dl' lodo acumulado sin material orgánico, como harbas de pino o estiércol de animales. Los muros se construían construían con el sistema de cajones hechos con tahlonl's ck ma dera de pino, donde se vaciaba el lodo. El grueso de los muros ,·arfa ck l .-10 m en los primeros primeros niveles y hasta 50 cm en las partes altas.,. con muros delga dos hacían hacían algunas adaptaciones interiores. No hay evid~ncia de que se lni lni ciaran cimentaciones como las que ahora conocemos; s(>lo se hacía una pequeña ranura ele unos 25 cm de p profundidad rofundidad donde se empotraba l'I muro. Terminados los muros, se recubrían con una mezcla del mismo mismo material. con figurando grandes bloques ele una so sola la pieza, luego se aplicaba otra capa más fina, y por último, un enlucido hecho de arena delgada. cal y polvo de conchas de ostión. Después se pintaban los muros, generalmente generalmente e.lecolores e.lecolores azul, verde y rosa, obtenid obtenidos os de pigmentos minerales y vegetales. Le>s >spise pise >sy escaleras también eran estucados. Las habitaciones tenían en promedio 2 :.;om de altura; contaban con su hornilla Y una cama cama hecha de delgados morillos empotrados en los muros, regularmente altas, de forma que eran necesarios unos escalones hechos también de Iodo, para llegar al lecho. Las llamadas galerías ' son enormes enormes cuartos donde no se encontraron evi dencias de hornillas ni camas, por lo que se supone que fueron espacios uti lizados como almacenes; además tenían postes de madera de pino apro vechados como columnas, a los que en su parte superior se les ponían unas lozas de piedra de forma circular, generalmente de 70 cm de diámet diámetro ro y 1 1O O cm de espesor, con un hueco cuadrado en el centro donde se empotraba la espi ga del poste. Este soporte soporte o cabezal, hacía las veces veces de capi capitel; tel; sobre él des cansaban los morillos que sostenían el techo, que a la vez servía de piso el siguiente nivel. Las puertas eran muy angostas angostas en su parte inferior y más amplias arriba, obligando a quienes cruzaran a entrar de lado: ade además más son bajas, lo que obliga a inclinar el cuerpo. Algunas de estas puertas tenían dintel de madera, otras solamente solamente el mismo material de construcciém: lodo. Unas son de forma

Jesús árez

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ridamérica Oasisamérica

arqueada. predominando las rectangulares. La mayoría de los cuartos en todo este laberinto de construcciones. construcciones. se comunica entre sí. Tenían también un eficiente sistema de ventilación mediante ventanas ubicadas en la parte superior de las puertas. Las escaleras se hacían hacia la parte interior como una medida de seguridad. Los techos, de los que la~1enta hlemente no quedan evidencias, seguramente fueron ele terrado, consistente en poner morillos de pino: sobre éstos colocaban colocaban un emparrillado de tallos c.lelgac.los e.le arilla o de carrizo, y sobre esta cama, una gruesa capa de ar cill~~ gravilla alisada. dándole una ligera inclinación inclinación para facilitar la caída del agua e.le luYia. misma que se hacía bajar por tron troncos cos acanalados para que no at·ectara a los muros. muros. Sobre la capa de arcilla, se ponía ponía un enlucido enlucido de estu co a manera de impermeab impermeabilizante. ilizante. La orientación de todas las construc ciones era hacia los puntos puntos cardinales y agrupadas en torno a grandes plazas o patios. l ll 1 La ciudad tenía un ingenioso sistema de duetos: duetos: uno para 1acer egar e '   l no C·isas Grandes y otro otr o ¡ , ¡ 11 10 0 , agua rodada que se cana 1iza iza 11a ( es( e e cerca ' · Estos, cana les e1··1n ·ect·rngulares para hacer salir las aguas sucias. , ' , de unos basalto. o. 30 cm por lado. hechos de lajas de basalt • arqueo Jog1cos, · numeCuando se atendieron los traba1os se rescataron ' . rosas muestras de carbón, mismas que se aprovecharon para fechami~n~os . . mec.lhnte el procecl11111ento procecl11111ento e car 11ono l4 . 1o que per•mitió fechar los d1stm' . .. · es y excivaciones en Casas tos periodos distinguidos durante 1as exp 101dc1on ' . , ' .. . 'd hoy en las colomas EnnGrandes y numerosos s1t1os vecinos. reconoc1 os , . , 1 L' .. Ca'rclen·1s Rancho San Jose, La quez. Altamirano, Ranc 110 Pmue as. auro ' ' , · 1 ., d . bl r cuatro grandes epocas de a Estancia y muchos otros, pud1en ose estd ece ' Cultura Casas Grandes: ·c1o en t 1· e e l 700 - 1060 dC , momento en se - Periodo Viejo, compren( l1 _ . que , ·, J , • pos Pt1eblo· surge y crece la cmdad de I establecen en a reg1on os gm , . · , .·LiltLll''tl · 1a 1es ¡·lll'rZ< >1 c>i· ·t. s· llllSll1as ·· · . S1co11oor·1h0 ' cos, que son sistemas de comunicación e inteo 1,1.·, . .· ¡ . · f . , . . ¡n '-- 1011 O('ª . C< >11ceplos eltg1osos y 01m,,P {~). _et'. ~tal:=. ' ·'·~1s;r~11'.des. PI?· I?·Ho -H21(1->-,7 ,r.tn1 : .''1.rte 1.rteactos I11co:-.e San Luis Potosí: ens·1vo tk• s iiss ttL· L·m· m·ii tt·· · . . · · • · · · - · · Rodrigu z () t ·¡¡ ¡ ¡ · ¡ ·• • · · , 1z.1uon. . e : 11 1 uge 11 .11que e e11usse11rs-cullecte11rs . 1 11w,rd 1w,rd du 11, .. ,. ¡ , . ·¡ · -¡ · , 0

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