His Fore
February 13, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Índice Sinopsis ____________________ 4
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5 __________________ _________________________ _______ 21
16 ___________ ______________________ _____________ __83
6 __________________ _________________________ _______ 27
17 ___________ ______________________ _____________ __89
7 __________________ _________________________ _______ 31
18 ___________ ______________________ _____________ __95
8 __________________ _________________________ _______ 37
Epílogo ___________________100
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Epílogo ___________________105
10 _________________ ________________________ _______ 46
Próximo Libro ______________110 ______________110
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Sinopsis
Zoey Hawthorne siempre ha sido mi para siempre. Mejores amigos desde que éramos niños, ella y yo estábamos destinados a ser. Hasta que lo estropeé todo antes de que fuéramos a la preparatoria. Tuve que alejarme antes de arruinar mi oportunidad con la chica que tenía mi corazón en sus manos. Dejarla ir fue el mayor arrepentimiento de mi vida. Arreglar las cosas no será fácil, pero tengo que demostrarle que nunca la perdí de vista. Lo digo en sentido literal y figurado. Zoey no es solo mi amor, es mi obsesión. Me preocupo por ella, la cuido y, sobre todo, quiero protegerla. Es demasiado buena para mí, pero eso no va a impedir que la tenga. Amar a Zoey nunca ha sido opcional para mí. Ella es la indicada, y tengo la intención de demostrarle lo mucho que significa para mí.
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1 Zoey Miro fijamente el enorme sobre en mis manos. Sé lo que es. Lo he estado esperando. Muerdo mi labio, sin abrirlo todavía. ¿Cómo ¿ Cómo es que puedes querer algo y no al mismo tiempo? Así es como me siento en este momento. Por supuesto, la única razón por la cual algo así puede sucederle a una chica es por culpa de un chico. Y mi situación no es diferente. Sostengo en mis manos el futuro que siempre he soñado. Hace años, lo habría incluido, pero ahora el pensamiento de él estando ahí solo me trae tristeza. Mi mamá sigue en el trabajo. Acabo de llegar de la escuela. Como cada día desde que envié mis cartas para admisión hacia docenas de universidades, inmediatamente corro al buzón para revisar si mi carta llegó. Ya he recibido un montón de cartas de aceptación de un montón de universidades las cuales incluyen un montón de becas y beneficios. Sin embargo, la que se encuentra en mis manos, es la que realmente he estado esperando. Esta es la universidad a la que he estado soñando asistir desde que era una niña pequeña. La misma universidad a la que estará yendo Reid R eid Knight. El chico que vive en la casa de al lado quien obtuvo un viaje completo después de llevar a nuestra escuela al campeonato estatal de fútbol americano y ganarlo. Reid siempre ganó. Mi teléfono celular vibró al otro lado de mi cama. El nombre de Willow aparece en la pantalla. Supongo que también obtuvo su carta hoy. Hicimos todas nuestras cartas de admisión juntas. Es como hemos hecho todo desde que estábamos en primer año de secundaria. Ella estuvo ahí para recoger las piezas cuando mi amigo de la infancia, Reid, me desechó y fingió como si nunca hubiera existido. Después de todos estos años, nada ha cambiado en lo que incumbe a Reid. Sigue actuado de esa manera. Contesto la llamada y lo pongo en altavoz.
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—¡Entré! —grita Willow Willow a través del teléfono—. teléfono—. Mis padres están en la luna por ello. El sarcasmo en su tono no puede pasar desapercibido. Hay dos grupos diferentes de niños en nuestra escuela. Están los niños ricos y luego los demás. Willow viene de la parte rica del pueblo. Su fondo fiduciario por sí solo la tiene acomodada de por vida si quería. Sus dos padres son unos adictos al trabajo. Ella pasa más tiempo en mi casa que en la suya. —¿Bueno? —pregunta—. Si yo entré, entonces no ha hayy forma en que tú no hayas entrado. Eso no es precisamente verdad. El apellido Harlow conlleva un peso en este. Tanto Willow como yo aprobamos todas nuestras clases, pero mis resultados en los exámenes se salieron de lo normal. También hicimos un millón de actividades extracurriculares. Juro que estábamos en más clubes de los que podía contar. Queríamos asegurarnos de tener lo suficiente suf iciente para ponerlo en nuestras solicitudes. —Todavía no lo he abierto —le digo. —Mi sobre era pequeño, así que no pienses que puede no ser una aceptación. —El mío no es pequeño. Willow aspira profundamente. —Tienes un viaje completo. completo. Lo sé. Ábrelo, me estás matando aquí. Iré hasta allí y lo abriré yo misma si no te das prisa. Lo haría. Abro lentamente el sobre, sacando s acando los papeles. Se me llenan los ojos de lágrimas. Todo mi esfuerzo ha dado sus frutos. —He entrado —susurro—. Un viaje completo. Willow empieza a gritar. Puedo verla en mi mente bailando. Tenía muchas ganas de entrar, pero sabía que la universidad costaría mucho. No quería ponerle esa presión a mi madre. No es que ella no pudiera pagarla; solo sé que sería un coste enorme. También sé, que si me hubieran aceptado incluso sin beca, mamá me habría presionado para que fuera. Incluso si una de las otras me ofreciera más ventajas, insistiría en que fuera a la que realmente quería.
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Ahora no tengo que hacerlo. No sé si quiero reír o llorar. Estoy llena de tantas emociones. Pensaba que lo celebraría con él, pero él no está por ningún lado. ¿Por qué dejo que mi mente me lleve a ese lugar de nuevo? Tengo que aprender a superar eso; mi futuro está literalmente en mis manos. —Vamos a compartir un dormitorio. Lo exijo. Dejo escapar una pequeña risa. La mayoría de la gente no puede elegir con quién se aloja en su primer año, pero te garantizo que Willow lo hará suceder. —Él va a estar allí —le recuerdo. —Que se joda. Las palabras salen fácilmente de Willow. Son unas que ha pronunciado muchas veces antes. No hace falta decir que nuestra escuela tiene grupos. Los chicos del fútbol, por supuesto, son uno de ellos. Luego están las animadoras y el grupo de baile que losafueras sigue. Hay un equipo de teatrocon y algunos otros. Willow y yo siempre s iempre flotamos en las de todos. Por supuesto, todos los clubes y actividades escolares nos mezclábamos aquí y allá. Además, yo estaba a cargo de la mayoría de las fotos que van en la parte de atrás del anuario. La mayor parte del tiempo me sentía como si tuviera la peste. Nunca tuve ningún enamoramiento escolar ni citas. Willow me rogó que fuera a un baile, y lo hice. Nadie me sacó a bailar ni una sola vez. Lo único que hice fue mirar a Reid esa noche. Estaba tan guapo con su traje. Nunca pude seguir el ritmo de quién salía con quién. Cambiaba tanto de lugar que nunca lo había intentado. Aun así, me hizo mella en mi ego el hecho de que ni una alguienNunca me pidiera número fuerapudo a unoexperimentar de los bailes.las Willow teníasola citasvez a veces. resultóminada, perooalque menos citas. Tomaría una mala cita antes que no tener ninguna. —Deberíamos celebrar. —¿Qué quieres hacer? —pregunto. Es viernes por la noche, y estoy emocionada por esto. Lo único que no me entusiasma son otros cuatro años de Reid. Pensé que por fin me alejaría de él cuando me fuera a la universidad. No solo quería alejarme de él, sino también de sus amigos. Aunque me rompió el corazón en
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la escuela secundaria cuando me dejó como un mal hábito, lo que realmente me dolió fue la gente que eligió como amigos. No me importa lo que nadie diga. Eran un montón de imbéciles. Escuché como hablaban sobre otras chicas. He estado en el lado receptor de algunos de sus comentarios. Creo que eso fue lo que más me dolió. Que no solo me dejara caer, sino que ni siquiera se molestara en dar la cara por mí. El Reid que recuerdo nunca habría estado de acuerdo con eso. ¿Pero qué sabía yo? Tenía trece años en ese momento. Era difícil creer lo equivocada que estaba sobre s obre Reid Knight.
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2 Reid —Va a ser jodidamente raro que ya no me lances el balón —dice Jackson. Estoy tumbado en mi cama, aburrido. Lanzo el balón al aire y lo atrapo. Llevo diez minutos haciendo lo mismo. —Las cosas cambian —murmuro, incorporándome cuando me me parece oír que se abre la puerta de al lado. Tengo la ventana abierta. Me levanto de la cama y veo cómo Zoey sale corriendo de su casa. Lleva unos pantalones cortos de mezclilla y una sudadera con capucha. Observo sus tonificadas piernas. Puede que Zoey sea más bajita, pero sus piernas siempre m mee llaman llaman la atención. Creo que es porque a menudo me pregunto si ella podría envolverlas completamente alrededor de mí mientras conduzco mi polla profundamente dentro de ella. Observo cómo se sube al Lexus negro negro descapotable de Willow antes de arrancar. Sé que es imposible que vaya a la fiesta de Megan. Ella nunca ¿A dónde demonios van? Sé aparece en ninguna de las fiestas. Fui principalmente con el propósito de asegurarme de que no lo hiciera. La otra razón por la que fui fue que he jodido todo lo que hago. Solo hay un número de veces que uno puede masturbarse en una noche pensando en una chica que no puedes tener. Últimamente me he preguntado por qué no podía tenerla. Durante años me he negado a mí mismo. Ni siquiera me he permitido ser amigo de ella. Me aislé de ella por completo, sabiendo que era la única manera de poder controlarme. Ha sido una maldita tortura. —Te vendrá bien alejarte. Jackson me da una palmada en el hombro. Nunca he dicho en voz alta lo que Zoey significa para mí, pero creo que la gente ha captado el mensaje de mantenerse jodidamente alejados de ella.
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Sin embargo, Jackson consiguió una entrada en primera fila para el espectáculo. Trabajamos bien juntos. Atrapaba todo lo que le lanzaba. Era el más cercano a mí en el equipo. Me ayudó a mantener la calma cuando empecé a ponerme nervioso. Una vez caí tan bajo que le hice intentar salir con Willow. Es una chica bonita. No es mi tipo. El único tipo que tengo se llama Zoey. Ella es para mí, aunque ella no lo sepa. Nadie es más sexy que Zoey. A Jackson le gustaba la idea de salir con Willow. Desafortunadamente, solo tuvo una cita antes de que ella lo dejara. Ella tampoco parecía tener muchas citas. —No me voy a alejar —admito. Vuelvo a acercarme a la cama y lanzo el balón al aire y lo atrapo. —¿No me digas que van a la misma universidad? —La Universidad de Kingston, allá vamos. Baja la cabeza, sacudiéndola. —Sabes que mi mamá es terapeuta. Me río ante su especie de broma. No necesito una terapeuta, necesito a Zoey. La cosa es que me aparté de su vida casi por completo, y ahora no sé cómo volver a entrar en ella. O si ella querrá que vuelva. Lo que sí sé es que haré cualquier cosa para compensar lo que le hice. Ella no se merecía que yo saliera de su vida como lo hice. Empecé a enloquecer cuando mis sentimientos por Zoey empezaron a cambiar. No pudetanto controlar las cosas que empecé a pensar en ella. Habíamos sido amigos durante tiempo. Nunca olvidaré ese día. Cerré mis ojos y recuerdo la mirada en su rostro cuando intentó sentarse junto a mí. Las palabras que salieron de mi boca me acechan cada día de mi vida. Me siento rápidamente, sin querer pensar sobre ello de nuevo. Pero no funciona. El recuerdo de mí diciéndole que se perdiera se reproduce una y otra vez en mi cabeza. E hizo exactamente lo que pedí. Se mantuvo alejada de mí. Froto el área sobre mi corazón, esperando que el dolor que siempre siento cuando pienso sobre lo que sucedió con ella se irá. Lo único que me hace sentir mejor es saber que la tendré por otros años pores loun menos. estoydeseguro poder con esto. También sé quecuatro la universidad nuevoNo campo juego.deSerá tanseguir jodidamente grande para
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asegurarme que los imbéciles se mantengan alejados de mi chica. Porque ella es mi chica. Siempre lo ha sido y siempre s iempre lo será. —Jódete —le digo—. ¿Vas a la fiesta esta noche? Jackson se encoge de hombros, sin importar si vamos o no. Me quedo ahí recostado esperando escuchar otros sonidos de la casa de al lado. Cuando escucho que un coche entra en el camino de entrada, comienzo a levantarme pero me detengo cuando escucho que se comienza a abrir la puerta del garaje, sabiendo que su mamá llegó a casa. Estoy al borde. Siempre es así cada vez que ella sale. —Creo que deberíamos salir de aquí por tu propia cordura —dice Jackson, levantando su mirada desde su celular. —Comamos —estoy de acuerdo. Agarro las llaves de la camioneta, asegurándome de ponerle seguro a la casa detrás de mí, sinTiene saber un cuando regresará mi horas trabajopero pueden ser muy irregulares. taller mecánico. Lopapá. ayudoSus de vez ende cuando, siempre anda tras de mí por mis calificaciones, diciendo que en la escuela es dónde debería estar mi concentración. No debería enojarme por ello, porque sé que lo hace porque quiere un mejor futuro para mí. Él puede tener razón, pero mi mente siempre está en dos cosas, y esos son Zoey y el fútbol. Parte de que me esforzara tanto por el fútbol era Zoey. Me imaginé que si llegaba hasta la NFL nuestras vidas estarían hechas. Siempre estoy planeando para nuestro futuro. Incluso a pesar que Zoey ya ni siquiera me mira. Su mejor amiga, Willow, me mira como si fuera algo que se le embarró en la suela de su zapato. Eso es en un buen día. En otros me mira como si quisiera asesinarme. No me molesta en lo más mínimo. Me alegra saber que Zoey tenga tan buena amiga. Conducimos hacia la plaza principal. Donde hay un montón de lugares para comer. Cuando veo el coche de d e Willow, me estaciono a unos lugares de este. —Jodido infierno —murmura Jackson, sabiendo exactamente lo que estoy haciendo. Me estoy torturando. Soy un masoquista. Quiero verla. Quiero saber que está haciendo. No puedo evitarlo.
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Las cosas están empeorando a cada segundo. Con el fútbol tenía dónde sacar mi agresión. En este momento, sin embargo, me siento como si fuera una bestia enjaulada, y solo hay una cosa que me calmará. Zoey Hawthorne.
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3 Zoey Le tomo una foto a Willow mientras le da una mordida a su hamburguesa. Ella no dice nada, está acostumbrada a que siempre esté tomando fotos al azar. Dividimos una hamburguesa con queso y nos aseguramos de tener una orden de papas a la francesa extra. Las hamburguesas de The Burger House son del tamaño de mi cabeza. Estoy lista para comenzar a comerme la mía cuando veo a Reid empujar la puerta frontal. El lugar no esta muy lleno, así que no es como si no fuera a vernos. La mesera saca más su pecho, esperando mostrarle a Reid y a Jackson lo que tiene para ofrecer mientras habla con ellos. Unos momentos después están sentados en la cabina detrás de mí. Mi espalda está hacia Reid. Jodidamente genial. Bajo mi hamburguesa, perdiendo mi apetito. Mi estómago se aprieta más. O tal vez todo de mí se tensa. Willow llena el aire con plática, intentando distraerme. Sé lo que está haciendo. Está haciendo parecer como si no hubiéramos notado que ellos siquiera están aquí. Incluso va tan lejos al ordenarnos una rebanada de tarta de manzana como si no tuviéramos prisa por salir de ahí. Cuando la mesera comienza a regresar a nuestra cabina con la rebanada de tarta, Raid se pone de pie. —Ese es de melocotón, no de manz manzana. ana. —Escucho que le dice, bloqueándola bloqueándola de mí con su ancho cuerpo cuando me giro para mirar. —Tienes razón. Perdón por ello. —Escucho decir a la mesera. Vuelvo mi cabeza de golpe hacia Willow para mirarla, fingiendo que no escuché nada. Siempre he sido alérgica a los melocotones. No es que me maten, pero me salían ronchas y acababa rascándome durante horas. Soy miserable. Se me hace un nudo en la garganta al pensar que lo recuerda.
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—Baño. Le doy a Willow una sonrisa apretada. Ella me devuelve una, sabiendo que no puede seguirme. Llamaría demasiado la atención. Pero necesito un momento para digerir qué demonios acaba de pasar. No entiendo mis emociones. ¿Por qué no puedo superar esto? ¿Superarlo a él? Respiro hondo cuando entro en el cuarto de baño, deseando recomponerme. Cuando abro la puerta del baño, me encuentro con el ancho pecho de Reid. —Hola —me dice. De verdad. Hace años que no me habla. Apenas me dedicó una mirada, ¿Hola? De ¿y ahora quiere actuar como si pudiera decir ‘hola’ y se supone que yo tengo que seguirle la corriente? Me quedé confundida y sorprendida. —¿De verdad puedes puedes verme? Guau. Guau. Todo este tiempo pensé que era invisible. — Mis palabras están llenas de sarcasmo. Realmente no entiendo lo que está haciendo. Primero impide que la mesera me entregue el postre equivocado y ahora me habla. ¿Qué demonios? Se pasa la mano por el corto cabello y se mueve de un pie a otro. Por primera vez en mi vida, creo que Reid se siente inseguro de algo. No es mi problema. Lo empujo para pasar. Obviamente me deja porque no tiene que moverse. Cuando vuelvo a nuestra cabina, Willow dice que tiene la propina mientras se levanta, y salimos por la puerta. —¿Te ha dicho algo? —me pregunta en cuanto salimos por la puerta. —Supongo que sí. Si ‘hola’ es que realmente decirle decirle algo a alguien. —Entramos —Entramos en su coche y nos vamos. No estoy segura de a dónde vamos. Creo que solo está conduciendo por ahí—. Es raro. Es como si me hubiera seguido al baño. b año. —Lo hizo —confirma Willow—. Salió justo detrás de ti, así que nunca fue al baño. Me muerdo el labio, preguntándome por qué. Esto se iba a repetir en mi cabeza durante horas. Voy a obsesionarme con ello. Así soy. Especialmente cuando se trata de Reid. Cuando dejó de hablarme hace tantos años, casi me había vuelto loca tratando de averiguar por qué.
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—Deberíamos ir a la fie fiesta sta de Megan —sugiero cuando llegamos a un semáforo. Ella gira la cabeza y me pone una expresión de sorpresa. Yo también me sorprendo, pero quedarme en la cama toda la noche obsesionada con Reid ya no es algo que haga, y no voy a dejar que se reforme el hábito. —De acuerdo —acepta. Willow agarra mi cámara, sacando una foto mía y haciéndome reír—. Tenía que captar el momento. Todavía estoy un poco sorprendida. Yo también lo estoy, pero ¿qué es lo peor que puede pasar? No tardamos mucho en llegar. Creo que los demás están tan sorprendidos como lo estaba Willow de que apareciéramos. Parece que todo el equipo de fútbol está aquí. Ellos dominan la escuela. Todos actúan como si tuviera la peste, así que no tengo que preocuparme de que ninguno memucho. han prestado unmucho ápice de atención. decentes con Willow. me No hable. es queNunca importe No hay tiempo libreSon de todos modos cuando estás tratando de entrar en la universidad con becas. Era fácil mantener la cabeza baja. No significa que no calara. Como la temporada de fútbol ha terminado, ahora somos casi todos estudiantes de último año. Los grupos han comenzado a dispersarse un poco con el año que pronto terminará. La única cosa que sigue siendo la misma es que todo el mundo parece mirar a Reid por dirección. Como si necesitaran su permiso para hacer cualquier cosa. Willow saluda a algunas personas mientras nos abrimos paso por la casa. Me doy cuenta de que algunos de los presentes no son s on de nuestra escuela. Cuando llegamos a la cocina, alguien me entrega una cosa con aspecto de vino preparado. Sonrío al chico que nunca he visto mientras la destapa por mí. Hago como que bebo un trago. El alcohol no es lo mío. —Gracias —digo. Veo cómo Willow se aleja para permitirme desplegar un poco mis alas. Quiero alargar la mano y agarrarla, pero no lo hago. El chico es guapo con su cabello rubio desgreñado. Es alto, pero no más que Reid. Me reprendo por hacer una comparación entre ellos. Me quejo de que nadie se interesa por mí. Luego, cuando un chico muestra interés, lo primero que hago es compararlo con Reid. sin saber que un decir, ya que no soydice genial pláticas. DiceMuerdo que es mi de labio, Raymore, y gana punto cuando quecon nopequeñas juega fútbol. Sin
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embargo, él juega béisbol. Cuando me pide mi teléfono, me congelo. Me siento como un venado deslumbrado. También estoy segura que me veo como una. Yo, incómodamente, le doy mi número telefónico. Tengo que admitir que se siente algo bien solo tener a alguien pidiéndomelo. De repente, Willow está de regreso a mi lado mientras el chico, el cual se llama Andrew programa mi número en su teléfono. —Están aquí. —Por supuesto que están es tán aquí. Creo que sabía que eso sucedería. Casualmente tomo un trago completo de la bebida. Es dulce, pero tiene un raro regusto—. Gusto en conocerte, Andrew —digo mientras soy alejada. Puedo decir por su mirada en su rostro que quería platicar más. Se siente bien al ser notada por una vez. No estoy arreglada. Estoy usando mis pantalones cortos y sudadera con capucha. No estoy maquillada, y mi cabello es un moño desastroso. —No estaba segura si querías quedarte a platicar, además quería avisarte que… —Deja de hablar cuando mi bebida es arrebatada justo de mi mano. Estoy a punto de gritarle a alguien, pero cuando veo sobre mi hombro, mis ojos se encuentran con los de Reid. Juro que mi boca ssee seca. Observo como le entrega mi bebida b ebida a alguien más. —Porqué, gracias, Reid —dice Missy, del equipo de animadoras. Ella intenta agarrar su brazo mientras yo intento alejarme de él. Ambas perdemos, como siempre Reid gana.
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4 Reid —Mindy. Retrocede. Supongo que al entregarle la bebida la hice h ice pensar que tenía permiso de tocarme. Ni siquiera estaba prestando atención a quién se la entregaba. Estaba sorprendido de ver a Zoey para empezar, mucho más con una bebida en su mano. —Missy —me corrige, como si me importara. Esta es una de las razones por las que hice un punto al mantenerme alejado de las animadoras lo más posible. Ellas toman cualquier oportunidad para volverse cariñosas. Me enloquece. Continúo siguiendo a Zoey a través de la multitud de personas. Es bajita, lo cual hace que sea fácil que la pierda. Gracias a Dios que soy más alto que la mayoría de las personas aquí y la veo deslizándose hacia afuera por la puerta lateral. Casi llego a la puerta, pero apenas me detengo cuando Willow se para en frente de esta bloqueándome el camino. Casi sonrío, pero se ve seria. Sus brazos cruzados sobre su pecho, dejando en claro que está dispuesta a enfrentarse a mí. Me alegra saber que está intentando proteger a Zoey de mí. —¿Qué estás haciendo? —pregunta, yendo directo al punto. Sé que Willow no es alguien a quien decirle que se vaya a la mierda. No si quiero ganar puntos con Zoey. Si algo, estoy en deuda con ella. Fue una amiga para Zoey cuando yo no pude. —Quiero hablar con ella. Me observa.
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—Oh. Perdona. ¿Ahora quieres hablar con ella? ¿Qué demonios está mal contigo? —No sé cómo lo hace, pero me hace sentir de medio metro de altura—. Te voy a dar una oportunidad. —Sostiene un dedo en alto—. Una. ¿Me entiendes? Si ella me dice que has hecho una cosa que la lastime… —Hace una pausa para pensar por un momento—. Bueno, ya sabes, tengo el dinero suficiente para hacer que te asesinen, te desmiembren y te entierren en la granja de mi abuelo. Sonríe mientras lo dice como si estuviera disfrutando la idea de que yo acabe con un final doloroso. —Trato. En este punto estoy dispuesto a caer en una espada si eso hace que Zoey me perdone. —¿Estás planeando llevarla a casa esta noche? —Sí. —Te tomó mucho tiempo, imbécil —dice antes de hacerse a un lado. Me detendría y le preguntaría que demonios significa eso, pero quiero llegar a Zoey lo más rápido posible. ¿Quién sabe quién podría estar afuera con ella en este momento? Creo que Willow podría estar apoyándome. No estoy seguro. No me toma mucho tiempo encontrar a Zoey. Está apoyada contra el auto de Willow mirando su cámara. También veo que Mitchell de la Preparatoria Raymore tiene los ojos fijos en ella y se dirige hacia ella. Sé lo que está pensando. Carne fresca. Zoey nunca viene a las fiestas. Acelero. —Ni siquiera pienses en eso, Mitchell —le llamo. llamo. Su cabeza se sacude en mi dirección. Ha estado dentro de la mitad de las animadoras de nuestra escuela y de la suya. De ninguna manera voy a dejar que se acerque a Zoey. Ella es dulce y se merece el puto mundo. Ni siquiera soy lo suficientemente bueno para ella, pero no estoy seguro de tener la voluntad de seguir manteniéndome alejado. Cada razón que he tenido se ha desvanecido con el tiempo. —¿Ella es tuya? —me pregunta el bastardo engreído con una sonrisa.
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Mitchell es un cazamariscales en su equipo. Nunca consiguió atraparme como mariscal de campo como siempre quiso, pero ahora mismo podemos enfrentarnos. No hay línea entre nosotros. —¿Qué? Zoey nos da una mirada adorable y confundida, sin tener idea de lo que está pasando. Otra razón por la que no debería estar a solas con alguien como Mitchell. Me muevo para pararme frente a ella para que Mitchell ya ni ssiquiera iquiera pueda mirarla. Puedo sentir su calor en mi espalda. No pasa mucho tiempo antes de que sienta sus manos descansar sobre mi espalda. Su toque casi me pone de rodillas. La he extrañado muchísimo. Tomaré lo que ella me dé. —No estoy jodiendo. Debe ser la mirada en mi rostro lo que finalmente le da una pista de lo serio s erio que hablo porque deja de caminar. —Ella no vale todo eso. Sacude la cabeza y se gira para volver a entrar. Si no estuviera tratando de arreglar las cosas con Zoey, lo perseguiría y me aseguraría de que supiera que ella lo vale todo. Esa no es una opción en este momento porque las manos de Zoey están sobre mí y descubro que no puedo moverme. —¿Qué estás haciendo? —pregunta, dejando caer sus manos de mi espalda. Me doy la vuelta y la miro fijamente. Todavía hay un poco de luz y estoy lo suficientemente cerca como para ver las pequeñas pecas que salpican su nariz y sus mejillas. —Llevarte a casa. Voy a tomar su mano, pero ella me sacude. Me conformo con envolver mi mano alrededor de su muñeca para llevarla a mi camioneta. Trata de retroceder. Dejo de caminar y la agarro por las caderas antes de levantarla y ponerla sobre mi hombro. Sus pequeños puños golpean mi espalda y me pregunto si esto me traerá problemas con Willow. —¿Qué estás haciendo? Bájame. —Ya te dije lo que estaba haciendo.
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Abro la puerta del lado del pasajero de mi camioneta, colocándola adentro suavemente como si fuera una muñeca de porcelana. Me estiro est iro y le pongo el cinturón de seguridad. Creo que la he sorprendido porque lo único que está haciendo es mirarme fijamente. Sus labios rosados están separados. Cierro la puerta, p uerta, corro hacia el lado del conductor y arranco antes de que ella intente escapar. Puedo sentir sus ojos en mí todo el camino a casa. Cuando me detengo fuera de nuestras casas, sale por la puerta antes de que la camioneta se detenga. La llamo, pero me ignora. Me quedo allí sabiendo que no puedo correr tras ella. Quiero hacerlo, pero sé que su mamá saldría si nos escuchara. Se detiene cuando llega al porche. Se gira para p ara mirarme por un momento. —No sé qué estás hacie haciendo ndo aquí, Reid, pero créeme cuando te digo que no confío en ti. Con eso, entra a su casa. Dejo caer la cabeza. Sus palabras son como un cuchillo en mi corazón. Creo que hubiera preferido que dijera que ya no le gustaba que a que no confía en mí. Me quema muy profundo. No tengo a nadie a quien culpar sino a mí mismo por nada de esto. Hubo un tiempo en que me hubiera confiado cualquier cosa. Cuando me miraba como si colgara la luna para ella. Es por eso que la alejé. Ya no podía confiar en mí mismo cerca de ella. Sin embargo, me las arreglé para romper la única cosa que había tratado de proteger. Eso no me va a detener. No me importa lo que se necesita. Voy a hacer que vuelva a confiar en mí. Aunque sea lo último que haga. Nunca me rendiré. No en esto. No en ella. Vale la pena pelear por Zoey. Ella siempre lo ha valido.
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5 Zoey Me meto otra cucharada de cereal en la boca mientras paso el dedo por la página de mi lector electrónico. Mi teléfono vibra al otro lado de la mesa de nuevo. Había apagado el timbre. El sonido seguía distrayéndome de la lectura. Estaba lo suficientemente distraída con mis propios pensamientos. Mi mente ha estado acelerada desde que Reid me dejó anoche. —Alguien es popular hoy. Cuéntame sobre eso. Mi teléfono no deja de sonar y no estoy segura de cómo me siento al respecto. Willow no solo me está enviando mensajes de texto, también lo está haciendo el chico de anoche al que le di mi número. Tomo mi teléfono para revisar mis mensajes porque ignorarlos parece imposible en este momento. Hago clic en Willow primero. Willow: Entonces Entonces vas a ir, ¿verdad? Yo: Eso Eso creo. Willow: Hazlo. Hazlo. Será divertido. Yo: Bien, Bien, iré.
Realmente todavía estoy indecisa acerca de ir. Me desperté con un mensaje de texto de Andrew. No pensé que me enviaría un mensaje de texto tan pronto después de cómo actuó Reid. Escuché que había reglas para esto de las citas. Que tal vez esperas unos días para parecer ocupado y no demasiado desesperado. Personalmente, creo que todo eso es una tontería, así que Andrew obtiene su segundo punto conmigo. Decidí que debería enviarle un mensaje de texto y decirle que podíamos encontrarnos. Yo: Claro. ¿Puedo encontrarte allí?
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Con la forma en que Reid ha estado actuando, no estoy tan segura de querer que Andrew se presente en mi casa. Además, no estoy lista para todo el asunto de conocer a tus padres. No es que le ocultaré lo que estoy haciendo a mi mamá. Tengo dieciocho años, así que puedo tener una cita si quiero. Simplemente no quiero presentarlo porque esto probablemente será algo de una sola vez. Entonces, ¿cuál sería el punto? No hubo chispa entre nosotros, si te soy completamente honesta. Estaba más emocionada de que alguien realmente me coqueteara que cualquier otra cosa. Mordisqueo mi labio entre mis dientes. Tampoco quiero hacerle perder el tiempo al chico si ya estoy pensando que no funcionará. ¿Tal vez una chispa crecerá una vez que salgamos? Bien, sé que no es así como suelen funcionar las chispas, pero podría pasar. Si nada más, espero que una nueva amistad florezca a partir de esto. —¿Qué estás debatiendo? —pregunta mi mamá mientras toma un sorbo de su café. —Un chico. —Sus cejas se levantan con sorpresa—. Me pidieron una cita. Aunque no estoy segura de estar interesada en él. Iba a ir, pero no quiero hacerle perder el tiempo o… —Ve —dice mamá, interrumpiéndome antes ddee que empiece a divagar más—. Paga por tus propias cosas y sin daño, sin falta. Nunca se sabe lo que podría pasar. No te cierres. Ella se encoge de hombros. —Bien. Eso suena como una buena idea. Andrew: ¿Nos ¿Nos vemos allí a las 7? Yo: Estaré Estaré allí. Te veo entonces.
Supongo que eso es todo. Tengo una cita. Eso no debería parecerme raro, pero lo hace. —¿Estás emocionada? Mamá se sienta en la mesita que tenemos en la cocina. Apenas usamos el comedor. A veces lo hago si estoy haciendo una sesión de estudio intensivo.
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—No estoy segura de cómo me siento —admito. Reid está jodiendo con mi mente. Sigo reproduciendo en mi mente una y otra vez lo que sucedió anoche. ¿Por qué de repente me está dando la hora del día? Debería estar pensando en Andrew, pero no. Todos mis pensamientos me llevan de vuelta a Reid. ¿Por qué le importaba una mierda si un tipo quería hablar conmigo anoche? ¿Por qué le importaba una mierda en absoluto? Cuanto más lo pienso, más confuso se vuelve. —Es solo una cita. Recuerda estar a salvo y todas las cosas de las que hemos hablado. —Lo sé, mamá. Lo prometo. Se pone de pie, dándome un beso en la cabeza antes de volver a salir de la cocina. Amo a mi mamá con locura, y tengo suerte de tener una mamá como ella. Siempre hemos sido solo ella y yo desde el principio. Según tengo entendido, mi padre fue una aventura de una noche que no buscaba ser padre. Realmente nunca he preguntado por él. Sé que ella estaría más que dispuesta a compartir cualquier información que tuviera sobre él, pero para ser honesta, realmente no quiero qu iero saberlo. Tomó la decisión de no ser parte de mi vida. Mamá, por otro lado, lo tomó como una bendición cuando supo que estaba embarazada. Siempre quiso tener hijos, pero nunca hubo el momento adecuado a decuado ni el chico adecuado. Entonces simplemente sucedió. Somos una especie de nuestra propia familia. Incluso esta casa era en la que mi madre había crecido. Perdió a sus padres unos meses antes de enterarse de mí. Había planeado vender la casa, pero cambió de opinión por mí. Dijo que tenía tantos buenos recuerdos de su infancia en esta casa que quería que yo también tuviera ese ambiente. Quería hacer nuevos recuerdos aquí conmigo. No es que hubiera sido s ido difícil para ella venderla. Es su trabajo, después des pués de todo, y ella es muy buena en eso. Limpio mi desorden antes de acostarme en el sofá para ver la televisión. Debo haberme quedado dormida en algún momento porque antes de que me dé cuenta, Willow me sacude para despertarme. —¿Qué estás haciendo? —pregunta. —¿Qué diablos parece que estoy haciendo? Me froto los ojos, sentándome.
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—Tienes que prepararte para tu cita. —Eso no es hasta… —Dejo de hablar cuando veo la hora. Tomé una gran siesta. Creo que estaba compensando el mal descanso de anoche después de todo el asunto de Reid. —Hagamos que te veas extra sexy. Miro hacia abajo para ver la bolsa gigante que trajo con ella. —Me vas a hacer peinar y maquillar, ¿no? Willow y yo tenemos dos tipos muy diferentes de cabello y maquillaje. Soy más relajada cuando se trata de arreglarme. Normalmente me pongo un poco de brillo de labios y rímel. Eso parece funcionar perfectamente para mí. Para mí, dejarme el cabello suelto significaba que estaba arreglado. —Me darás esto. —Asiento. Está tan emocionada que no puedo decirle que no. Me toma de la mano y me levanta del sofá. La dejo hacer lo suyo mientras hablo de Reid y lo raro que está siendo. —¿Alguna vez has notado que hablas mucho de Reid? —¿Yo? —Separa tus labios un poco más para mí. —Hago lo que ella pide. Me está pintando los labios. Siempre es tan difícil quitarlo, pero debo admitir que hace que tus labios se vean increíbles—. Sí, siempre haces comentarios despreocupados sobre él. —¿De verdad? Trato de recordar—. ¡No! —me espeta. —¿No qué? —No mordisquees tu labio inferior como siempre lo haces cuando piensas demasiado. —Oh. Me aseguro de no hacerlo porque no quiero me mis labios pintados manchen mis dientes. Hago un esfuerzo consciente para dejar de hablar de Reid y concentrarme más en hablar de mi cita con Andrew.
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—Deberías estar más emocionada. Andrew no es malo a la vista. —Ha sido agradable —admito. Tiene todo el aspecto de chico de al lado. No mi chico chico de al lado, sino la mayoría de los demás. Reid no es tuyo, me recuerdo por millonésima vez desde que dejó de hablarme hace tantos años. —Agradable es bueno. Solo pasaron unos breves minutos juntos. Dale una oportunidad. —No estoy segura de que debamos darle una oportunidad a nadie en este momento. Nos iremos pronto. —Kingston podría estar en otro estado, pero está a solo tres horas de distancia. Eso es verdad. Ya estoy inventando razones por las que no debería ir. —Él también podría estar yendo a algún lado. No puedo evitarlo. —Sí, podría ser Kingston. Hay una pregunta que puedes hacer en tu cita. — Debería hacer una lista de cosas para preguntar para que no haya esos silencios incómodos—. Deja de hacer una lista de cosas para preguntarle. Sonríe, sabiendo que me atrapó. —¿Ya terminamos? Todavía tengo que llegar allí. —Creo que sí. En esa nota, yo te voy a llevar. —Puedo conducir sola. —Me pongo de pie, queriendo echarme un vistazo. Tengo puestos pantalones negros de pierna ancha y un lindo suéter de punto que se cae constantemente de un hombro—. Guau —digo cuando mis ojos se encuentran con el espejo. Todavía me parezco a mí misma, pero parezco mayor. Incluso iría tan lejos como para decir que me veo sexy. Mis pecas se han ido, y ella hizo que mis ojos sobresalieran más—. Me veo caliente. Debería haber confiado en que no se excedería. Willow nunca me guiaría mal ni me haría quedar mal. —Estoy conduciendo —insiste.
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—Está bien. Esta no es la colina en la que voy a morir. Willow siempre quiere conducir. Tengo mi propio auto, es un lindo Beetle azul azul cielo que mi mamá me regaló para mi decimosexto cumpleaños. Willow siempre insiste en conducir, y como casi siempre estamos juntas, parece que nunca lo saco. —Sin embargo, ¿debería cambiar mi blusa? Si miras lo suficientemente cerca puedes ver mi sostén a través de él. También puedes ver el tirante de este sostén. Incluso mientras digo las palabras, el suéter se cae de mi hombro. —No. Así As í es como se supone qque ue debe ser. Es sexy sin realmente tratar de ser sexy, que es totalmente lo tuyo. —¿Al no tratar de ser sexy termino siendo sexy? No tengo idea de lo que ella está hablando. —Sí. —Asiente—. Ese es el atractivo de Zoey. Dulce e inteligente con este atractivo sexual subyacente. El hecho de que no sepas que lo tienes es lo que lo hace aún más caliente. —Está bien. No estoy segura de seguirla, pero entiendo la idea. Agarro mi bolso y me dirijo a la puerta principal. Me detengo en la oficina de mamá antes de irme. Ella está trabajando, pero me besa en la mejilla y me dice que esté a salvo. —Esto va a ser maravilloso —dice Willow mientras la sigo por la puerta principal y hacia su auto. Tiene una expresión que no puedo distinguir. No puedo evitar echar un vistazo hacia la casa de Reid. —¿Por qué estás más emocionada por mi cita que yo? Me da una sonrisa. Una que me dice que está tramando algo. Así como puede leerme, yo también puedo leerla a ella. Mi mejor amiga definitivamente está tramando algo. Sea lo que sea, será maravilloso o un completo desastre. Supongo que pronto lo descubriré.
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6 Reid Apoyo mi mano contra la pared de la ducha. Finalmente terminé de quitarme la grasa y la mugre de la tienda. Entré con mi papá esta mañana. Lo ayudo la mayoría de los sábados. Estoy agradecido por esa mierda. Necesitaba algo para mantener mis manos ocupadas y mi mente. Estoy al borde pensando en Zoey. Ella estaba en mi camioneta anoche. Su olor no perduró mucho después de que se fue. Me senté en mi camioneta hasta que ya no pude olerla. Luego arrastré mi trasero a la casa para poder ducharme y aliviar la tensión en mi cuerpo masturbándome. Una vez más estoy haciendo lo mismo una vez que me he quitado el olor al taller y la suciedad. Incluso en mis fantasías inventadas sobre ella, me aseguro de estar limpio, nunca queriendo ensuciarla. No de esa manera al menos. Cierro mis ojos. He tenido a Zoey en todas las posiciones posibles y en todas partes posibles mil veces en mi mente. Esta vez, está en su cama. No he estado en su dormitorio en años, pero todavía recuerdo cada centímetro. Estoy seguro de que ha cambiado con los años. Me la imagino desnuda en la cama con las piernas abiertas para mí. Me acaricio más fuerte. Me pide que me una a ella. Ella me necesita tanto como yo la necesito también. Sus mejillas estarían rosadas y su boca hinchada por mis besos. Estaría tan excitada que sería capaz de ver su coño y sus muslos cubiertos por su necesidad de mí. La observo mientras desliza su mano entre sus muslos. Juega consigo misma, dándome un espectáculo. Me la imagino gimiendo mi nombre. Eso es todo lo que se necesita y me corro. Aprieto los dientes. La sesión de masturbación no me sirvió de mucho en cuanto a alivio. Maldigo, cerrando la ducha ahora fría y saliendo. Voy a necesitar hacer ejercicio o algo así. No hay forma de que pueda quedarme aquí toda la noche y no terminar yendo a su casa y llamando a su puerta.
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Desde que entré por la puerta del taller, seguí yendo a la ventana para ver hacia su casa. La puerta del garaje de su casa está abierta en este momento y puedo ver que ambos autos están en casa. Me seco antes de vestirme rápidamente. Una vez más, compruebo que ambos autos todavía están allí. No es que realmente importe. La mayor parte del tiempo, cuando va v a a un lugar que no es la escuela, Willow conduce. Trato de pensar en una razón para ir allí. El césped no es lo suficientemente largo para cortarlo, pero también podría acercarme y preguntarle a Quinn si necesita que me ocupe de algo. Empecé a cortar el césped de su jardín después de que papá me hubiera enseñado. Corto el nuestro y luego el de ellas justo después. Lo mismo ocurre con palear las entradas de vehículos en invierno. Mi teléfono suena. Lo agarro y reviso mis mensajes de texto. Es de Jackson. Miro la foto que tomó. Es mi Zoey. Se ríe mientras está sentada en una mesa al aire libre en La Puerta Roja. ¿Cómo diablos? La Puerta Roja está prácticamente en el centro de la plaza, donde la gente suele pasar el rato. Hay algunos restaurantes, restaurant es, un lugar de cine y algunas otras cosas al azar para hacer. Lo que no puedo entender es por qué la persona que está sentada con ella haciéndola reír no es Willow. Es el jodido Andrew And rew Jennings. Yo: Voy en camino.
Le devuelvo un mensaje de texto. Cuando llego a mi camioneta le mando otro mensaje de texto. Yo: Vigílalos. NO dejes que la toque. Jackson: ¿Cómo ¿Cómo diablos esperas que le impida tocarla? Yo: Rómpele Rómpele los dedos.
Lanzo mi teléfono en el asiento del pasajero y llevo mi culo hacia La Puerta Roja. Cuando llego allí, veo a Jackson. Salta frente a mí, bloqueando mi camino. —¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —Muévete —le digo, pero no lo hace.
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—Toma una respiración profunda. Cálmate un segundo. No puedes simplemente caminar hacia allí y nivelar al tipo. Eso no va a ayudar a tu situación con Zoey. Si quieres estar enojado con alguien, debes ser contigo mismo. Tiene razón. Tomo una respiración profunda, sabiendo que si entro y golpeo al tipo, solo la enojará más. Solo la alejaré más de mí de lo que ya lo he hecho. —Está bien —estoy de acuerdo. No golpearé al tipo a menos que él lo pida. No tengo que ir al restaurante para llegar a ellos. El patio está abierto de par en par. Cuando doy vuelta en la esquina, no tengo que buscar a Zoey. Mis ojos van directamente a ella. Uno pensaría que sintió mi mirada porque levanta esos brillantes ojos azules para encontrarse con los míos. Se ensanchan cuando ve que me dirijo directamente hacia ella. Busco en mi bolsillo trasero, sacando un par de billetes de veinte. —Andrew. Debes haberte perdido el memorándum. O tal vez no fui lo suficientemente claro anoche. Cierro mis manos alrededor de su muñeca. Estaba a punto de acomodar un mechón del cabello sedoso de Zoey detrás de su oreja que se mueve con el viento. —¿Qué? Se sacude hacia atrás y lo suelto. —Zoey está conmigo. Dejo caer el par de billetes de veinte sobre la mesa. Eso debería cubrir al menos la comida de ella. De todos modos, parece que solo le ha dado unos cuantos bocados. ¿La recogió de su casa? ¿Cuánto tiempo ha estado en esta cita? Extiendo mi mano para que Zoey la tome. Ella la mira. —No sabía que estabas con Reid —dice Andrew. —No estoy con él. —Ella aparta mi mano. Pero la mantengo extendida. Pone los ojos en blanco—. Lo siento, Andrew —le dice. Luego, para mi jodida sorpresa, toma mi mano.
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El pequeño toque de su piel suave en la mía no se parece a nada que haya sentido antes. No creo que pueda volver a soltar su mano nunca más. No sabía que algo podía ser tan malditamente suave. —Ella es mía. Ella comienza a decir algo de nuevo, pero presiono mi boca contra la suya para que se detenga. Sus ojos se abren de nuevo. Jódeme, sus labios son incluso más suaves que su mano. Libero su boca rápidamente, pero funcionó. No dice nada más. Con su mano aún en la mía, me sigue cuando empiezo a caminar hacia mi auto. Veo a algunas personas que conozco de la escuela. No es impactante. Es un sábado por la noche. Todo el mundo viene a la plaza a pasar el rato todo el tiempo. Estoy seguro de que esto estará en toda la escuela el lunes por la mañana. No tengo duda al respecto. Probablemente también habrá videos y fotos publicados en las redes sociales. Eso me hace sonreír. Esperemos que todos entiendan el punto. Tenía a todos los chicos de mi escuela encerrados cuando se trataba de Zoey. Todos sabían mejor que tratar de coquetear con ella o invitarla a salir. Me aseguré de dejarles claro que estaba fuera de los límites. Sin embargo, no había pensado en chicos de otras escuelas. Este pequeño espectáculo debería hacer el truco. Cuando miro a mi Zoey, me doy cuenta de que no está sonriendo en absoluto. Puede que me tome toda mi jodida vida hacerla sonreír de nuevo cuando me vea venir, pero estoy seguro de que haré todo lo posible para que eso suceda.
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7 Zoey ¿Cómo diablos estoy de vuelta en la camioneta ddee Reid? Me Me hizo pasar y salí sin pelear.
Una pelea es lo último que quería. Es por eso que me fui tan fácilmente con Reid. Puede que no hayamos sido cercanos durante los últimos cinco años, pero todavía puedo leer algunas de sus miradas y estados de ánimo. Sabía que estaba ansioso por pelear con Andrew. Lo único que no puedo entender es ¿por qué? Probablemente debería haberlo permitido. Andrew resultó ser un imbécil. Rápidamente perdió el punto que ganó antes por no esperar para llamarme o enviarme un mensaje de texto. Quería meterse en mis pantalones, y lo quería esta noche. No importa lo que dijera, lo volvería a algo sexual. Tampoco dejaba de mirar mi pecho. Realmente estaba tratando de ver a través del suéter de punto. Estaba a punto de fingir usar el baño y decirle a Willow que me llamara con una emergencia falsa cuando apareció Reid. No había forma de que pudiera pasar toda la comida y una película. Estaba emitiendo una vibra espeluznante. Probablemente habría tratado de conseguir tocarme en una sala de cine oscura. Él no era para mí. Debería haber seguido mi instinto, pero quería tener la experiencia de tener una cita. No era el tipo de chico en el que pudiera confiar, y mi madre siempre me decía que necesitaba confiar en el chico con el que estaba. —Te ves hermosa esta noche, nena —dice Reid. Escucho las palabras, pero no entiendo cómo sucede esto. ¿Por qué está haciendo esto? Arranca la camioneta antes de volver a tomar mi mano entre las suyas. La sostiene mientras conduce. Cierro los ojos y trato de ordenar mis pensamientos. Estaría mintiendo si dijera que no disfruté la sensación de su mano sosteniendo la mía. No. No puedo permitirme caer en esa madriguera cuando se trata de Reid, me recuerdo—. ¿Sigues con hambre? Podemos parar en el restaurante.
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—Está bien —digo. Le da a mi mano un pequeño apretón. Tiro, pero p ero él no la suelta—. Tengo que enviarle un mensaje de texto a Willow y hacerle saber dónde estoy. A regañadientes suelta mi mano para que pueda usar mi teléfono. ¡Dios mío! Yo: ¡Dios mío! Reid ap apareció areció en mi horrible cita. ¡Le dijo a Andrew que yo era su suya! ya! Esas palabras realmente salieron de su boca. Willow: ¿Entonces ¿Entonces que pasó? Rastreé tu ubicación. ubicación. ¿Estás en su camioneta? camioneta?
Sonrío hacia el teléfono. Por supuesto que me siguió. Por el rabillo del ojo veo a Reid echarme una mirada. Estuve de acuerdo en ir a comer al restaurante porque claramente Reid y yo necesitamos hablar. Además, el restaurante tiene papas fritas increíbles. Yo: Me Me llamó nena y luego me preguntó si todavía todavía tenía hambre. Yo: Oh y presionó su boca contra la mía para que dejara de hablar . Willow: Quieres decir que te besó. Yo: No, No, solo apretó su boca contra contra la mía.
Mientras envío el mensaje me doy cuenta de que tiene razón. Fue un beso. Reid me besó. Reflexiono sobre eso en mi mente por un minuto, llegando a la conclusión de que él fue mi primer beso. Willow: Está Está bien. Deberíamos hablar hablar de los pájaros y las abejas más tarde. Yo: Está Está bien, tú ganas, ganas, me besó.
Cuando pienso en cómo se habían sentido sus labios contra los míos, las mariposas cobran vida en mi estómago. Willow: Creo que es genial que haya comprobado si tienes hambre. Punto para Reid. Yo: ….. Willow: ¿Qué? ¿Qué? ¡Eso tiene un punto! punto! Ha bajado 100 por lo que solo lo lo convierte en -99.
Bufo una el teléfono de carcajada. la mano. Empiezo a enviarle un mensaje de texto, pero Reid me roba
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—Oye. Intento recuperarlo. —Pongo mi número. Te lo devolveré —dice mientras lee los últimos mensajes de nuestra conversación. ¿Por qué siento que realmente estaba tratando de asegurarse de que era Willow con quien estaba hablando? —Seguro que lo estás. Un segundo después, su teléfono suena y luego se detiene. De acuerdo, podría haber estado tratando de obtener mi número, pero también estaba siendo entrometido. La forma en que está actuando en este momento me hace pensar en una época en que éramos mejores amigos. Siempre al pendiente de mí. También se ponía de mal humor si no le prestaba la atención que necesitaba. Una vez me dijo que lo iba a reemplazar con una mejor amiga. Me hizo prometer que no lo haría. Creo que teníamos doce años en ese momento. Realmente no me había dado otra opción más que romper la promesa. Me devuelve el teléfono. —Borré los mensajes de texto de Andrew y lo bloqueé. Pongo los ojos en blanco, arrebatando mi teléfono de vuelta. —Comamos. Salta de la camioneta. Miro mi teléfono para ver que ha programado su nombre en mi teléfono como Completamente Tuyo. La puerta del pasajero se abre un momento después. Suelto mi cinturón de seguridad antes de girarme para bajar de su camioneta. Antes de que pueda, tiene sus manos en mis caderas y me ayuda a bajar. Mi cuerpo lo roza cuando mis pies encuentran el suelo. Lamo mi labio inferior. Sus ojos caen allí. De nuevo se inclina, rozando su boca contra la mía. —Maldita sea, eres suave en todas partes.
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Entrelaza sus dedos con los míos mientras entramos al restaurante. Es un tipo de lugar por orden de llegada en lo que respecta a los asientos. Reid nos lleva a una mesa en la esquina trasera. —Me besaste —digo mientras mientras saca una silla para para mí. Me siento—. D Dos os veces — agrego. Miro a mi alrededor y veo que Missy está aquí y me mira con enojo. —Quizás quieras acostumbrarte. Reid es salvado por la camarera. —Soy Celia. Yo los atenderé. ¿Qué puedo traerles de beber? Celia no pierde el tiempo. Pepper Además, tendremos dos órdenes de —Tomaré agua. Zoey quiere un Dr. papas fritas para empezar. Si puedes conseguir.eso lo antes posible porque mi chica tiene hambre.
¿Acaba de decirle a la camarera que yo era su chica? Juro que me siento como si estuviera en una especie de sueño. Y si todo es un sueño, no estoy segura de querer despertar alguna vez. —Sí. La camarera me saca de mis pensamientos. Ella se vuelve para ir a poner en nuestro pedido. —Tienen las mejores papas fritas. Debe pensar lo mismo. Fue rápido en ordenar para nosotros. Parece que tomó las palabras de mi boca. Miro a Reid. R eid. Sus ojos siempre están sobre mí últimamente. —¿Qué está pasando aquí? —Quiero ir al grano. Reid me está volviendo loca— . Esto es raro y no va a funcionar para mí. ¿Puedes volver a ignorarme? —sugiero. —Nunca en mi vida te he ignorado. En realidad, lo dice en un tono como si estuviera loca por siquiera sugerir tal cosa.
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Nos miramos el uno al otro hasta que la camarera regresa para dejar nuestras bebidas y papas fritas. Reid agarra la cátsup, formando una pila antes de poner un poco de sal encima. Algo que siempre s iempre hago. Agarro una papa frita y la sumerjo antes de comerla. —Recuerdo el día que me dejaste. Como si yo no fuera nada para ti. Se suponía que eras mi mejor amigo. —Solté una risa con humor—. Irónicamente, tú siempre fuiste el que se preocupó de que dejara de ser tu amiga. Suena como si tuvieras alguna proyección en marcha incluso entonces. —Ese era el problema. No quería ser tu amigo. —¿Qué demonios? Empiezo a ponerme de pie, pero él me agarra por la muñeca. —Quería más. Cosas que no nos hicieron amigos, y éramos demasiado jóvenes para eso en ese entonces. Mi cara se sonroja. Tengo que girarme y apartar la mirada de él. Sé de lo que está hablando. Recuerdo querer que me besara. Realmente pensé que creceríamos y nos casaríamos. A esa edad nunca pensé realmente en los entresijos del matrimonio. Solo sabía que siempre estaríamos juntos. —Pensé que creceríamos y nos casaríamos —le digo. Niego con la cabeza—. Fue una cosa ingenua para mí pensarlo, pero era joven. —No pensé que crecería para casarme contigo, Zoey. —Sus palabras son como un cuchillo en mi corazón. No debería sentir nada por el hecho de que Reid no quiera casarse conmigo. Mis ojos comienzan a arder—. Sabía que me iba a casar contigo. Me siento allí en estado de shock. Agarra una papa frita, la sumerge en la cátsup y la lleva a mi boca. Tomo el bocado. —No funciona de esa manera, Reid. —Finalmente logro pronunciar las palabras—. Quiero ir a casa. Me pongo de pie. Asiente antes de dejar algo de dinero en la mesa, y ambos salimos del restaurante. Mantiene su mano en la parte baja de mi espalda mientrasjuntos caminamos hacia su camioneta.
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Cuando llegamos a su camioneta, no abre la puerta. En cambio, me aprieta por detrás. Me doy la vuelta para mirarlo. Mis manos aterrizan en su pecho. —Lo jodí. Sé eso. Tengo que recuperar tu confianza. Lo entiendo. Pero quiero que sepas esto. No voy a ninguna parte. Voy a hacer que te enamores de mí.
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8 Reid Me pregunto cuánto tardará Zoey en darse cuenta de que compartí ubicaciones con ella. Cuando alertó a su teléfono después de que lo encendí, entré y lo borré. Fue una estupidez hacerlo. Lo sé. Pero de esta manera puedo protegerla de otros imbéciles. Al menos soy un imbécil con buenas b uenas intenciones. Le envié un mensaje de texto un par de veces ayer, pero no respondió. Podría haberme bloqueado, pero vi que leyó los mensajes. Uno era un ‘buenos días’ y el otro era yo diciéndole que ‘la llevaría a la escuela mañana’. Tomo la no respuesta como un sí. Es por eso que estacioné mi camioneta justo en el centro de su entrada. Su mamá se va unos diez minutos antes que Zoey. Observo cómo se abre la puerta del garaje y luego bajo de un salto de mi camioneta. Abre la puerta de su auto para arrojar su mochila, pero se detiene cuando me ve. —Cuando no respondes, lo tomo como un sí. Está usando jeans y una sudadera con capucha hoy. Tiene el cabello recogido en lo alto de la cabeza. Es impredecible por aquí con el clima. Un día podría ser todo sol y al siguiente podría haber una ventisca. —Puedo conducir sola. Ahora mueve esa camioneta. Agita su mano hacia mi camioneta mientras lo dice. Se ve tan determinada que es adorable. —No me estoy moviendo. Entonces puedes subirte o podemos quedarnos aquí todo el día. Pone los ojos en blanco mientras cierra la puerta de su auto. Me acerco al garaje y pulso el código para cerrar la puerta. Ella me mira boquiabierta. —Ha sido el mismo código desde que éramos pequeños. Tu cumpleaños.
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Su rostro se suaviza un poco. —Correcto. —Realmente no necesita mi ayuda para subirse a la camioneta. Podía hacerlo sola, pero quería tocarla y esto me lo permitió. No es hasta que me dirijo a la escuela que dice algo de nuevo—. Todo el mundo va a estar hablando de nosotros. —Me importa una mierda. Me encojo de hombros. Me mira. La suavidad de su rostro se ha ido. —Eso es porque eres la maldita maldita estrella de la escuela. Todos te aman y siguen tu ejemplo. Parte de esa ventaja durante todos estos años ha sido fingir que no existo. La secundaria y preparatoria fue un infierno por esa mierda. No sabes lo que es ser tratado como si tuvieras la peste. —¿Qué mierda? —Es todo lo que puedo sacar. No tengo ni idea de lo que está hablando—. ¿La gente ha sido mala contigo? Mis manos en el volante se aprietan. —¿Qué creías que iban a hacer todos, Reid? Siguen tu ejemplo. Algunos de tus amigos son asquerosos, por cierto. La forma en que hablan de otras chicas y de con quién se han acostado. Ah, y los pequeños comentarios despectivos que me dan por ser probablemente virgen. —¿Quién dijo esa maldita mierda? Los voy a joder a todos. Les dije que se mantuvieran jodidamente alejados de ella, que no fueran groseros e irrespetuosos. Darle pequeños comentarios despectivos no es mantenerse alejado. —Tus. Amigos. —Puntúa cada palabra—. Te juntas con ellos. Ya sabes lo que dicen de las chicas. Cerdos. —Me junto con Jackson. El equipo de fútbol siempre s iempre está presente, pero fuera de la escuela, Jackson es el único con el que salgo. Esos otros son repugnantes y asquerosos a veces. Es una de las razones por las que no salgo con ellos a menos que sea bastante forzado. —Lo que sea. No creas que ser amable conmigo durante unos días cambia nada.
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Puedo ver el dolor en su rostro. Sé que nunca me hablaría de esta manera si no la hubiera lastimado. No es quien es ella. —Jodidamente lo siento tanto. —Detengo la camioneta. Estamos casi en la escuela—. Pensé que estaba haciendo lo correcto. No me di cuenta de que la gente te estaba haciendo pasar una mierda. —Siento un nudo en la garganta—. Lo siento —digo de nuevo. Lo diré una y otra vez si es necesario. Se relaja un poco, pero el dolor no deja sus ojos. —No me gusta llegar tarde —dice. Asiento y me detengo en el camino a la escuela. Cuando mi camioneta se detiene, sale y se dirige hacia la escuela antes de que pueda detenerla. La dejé ir. Todos se giraron para mirarnos cuando llegamos al estacionamiento. Me paso la mano por la cara viendo lo jodido que está esto. La molestaron por mi culpa. Aquí mi idiota yo estaba pensando que la estaba manteniendo a salvo de mí cuando un montón de otros la estaban atacando. Joder. No hay vuelta atrás en el tiempo para abofetear a mi yo de trece años. Aunque realmente desearía poder hacerlo. Todo lo que puedo hacer ahora es tratar de hacerlo bien. Zoey puede seguir corriendo ttodo odo lo que quiera, pero aprenderá rápidamente que nunca dejaré de perseguirla.
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9 Zoey Puedo escuchar a la gente susurrar y sentir sus miradas mientras me dirijo a Química Avanzada. Corro hacia donde está sentada Willow. Es mi compañera de laboratorio y compartimos escritorio. Ella levanta la vista de su teléfono, dándome una sonrisa. —Escuché que Reid te trajo a la escuela hoy. —¿Cómo diablos? Se encoge de hombros ante mi respuesta. —Sabes que los chismes corren desenfrenados por aquí. —Es verdad—. Mucho para ignorarlo. Ese era mi plan. Le conté todo lo que pasó. De hecho, después de que Reid me dejó en casa, le dije que llevara su trasero a mi casa. —Ese era el plan —murmuro. No sabía cómo lidiar con las cosas que seguían saliendo de la boca b oca de Reid. Mis sentimientos son un revoltijo, y mi corazón y mi cerebro no se conectan. Está jodiendo con mi cuerpo. No sabía si debería estar enojada o un poco excitada. No tengo ni puta idea de dónde vino la cosa de excitada de repente. Eso es una especie de mentira. Cada vez que me toqué a lo largo de los años, mi mente se llenaba de imágenes de Reid. Nunca pude llegar el orgasmo, porque no podía dejar de pensar en él y eso me excitaba, así que renuncié. Veo a algunos de mis compañeros susurrando entre sí. Sus ojos siguen moviéndose hacia mí, por lo que se nota demasiado que están hablando de mí. No estoy segura si esto es peor o mejor. Pasó de que nadie me prestara atención, a que ahora soy la comidilla de toda la preparatoria.
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Antes de que pueda intentar formar un nuevo plan, suena el timbre y nuestra maestra, la Sra. Webster, comienza a hablar. Mi teléfono vibra en mi bolsillo trasero. Lo saco y veo un mensaje de texto de Reid. Reid: Te extraño.
Willow lee mi mensaje de texto por el rabillo del ojo. Ella tiembla con una risa silenciosa. Reid lo está poniendo difícil. Desde que obtuvo mi número de teléfono, me ha enviado mensajes de buenos días. Hoy había dicho que soñó con cómo sería verme despertar en la cama junto a él. Estoy segura de que los ojos de Willow tampoco se perdieron ese mensaje. La clase parece prolongarse con lo mucho que habla la maestra. Tengo mi teléfono en mi regazo para que no vea que estoy leyendo mensajes de texto. Reid: ¿Cómo ¿Cómo está Química Avanzada? Yo: ¿Cómo ¿Cómo sabes en qué clase estoy? ¿Acechándome? ¿Acechándome? Reid: Siempre cuando se trata de ti.
La última parte de mi texto es una provocación, pero cuanto más lo pienso, hay algo de verdad en ello. Todos estos años me ha querido. No veo por qué mentiría sobre esto. A menos que haya alguna apuesta para meterse en mis pantalones. Mi estómago se hunde ante la idea. Eso no es mucho porque se sabe que el equipo de fútbol tiene una lista de chicas con las que se han acostado. Fue una especie de competencia que tuvieron el año pasado. Afortunadamente, la escuela se enteró y la cerró, diciendo que si escuchaban es cuchaban otro pío al respecto, todos serían expulsados por una semana. No estaba mintiendo cuando le dije que sus amigos son imbéciles. —¿Qué? —Willow —Willow me me da da un codazo en el costado—. Te estás mordiendo el labio labio inferior —susurra. Dejo ir mi labio. Voy a preguntarle a Reid R eid sobre eso. Finalmente suena el timbre, liberándonos a todos de la clase. Tenemos un horario en bloque, por lo que hay cuatro clases largas todos los días. —Veré tu trasero en el almuerzo —dice Willow antes de separarnos. Nuestras próximas clases van en diferentes direcciones.
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Salto cuando alguien me rodea con el brazo. Tardo menos de un segundo en darme cuenta de que alguien es Reid. Trato de quitármelo de encima, pero él no se mueve. Olvidé que tenemos Inglés juntos. La gente se separa en el pasillo para Reid. No sé si es por su tamaño o por algo más. Lo miro mientras caminamos. —El equipo de fútbol… Reid me interrumpe. —No significan nada para mí. Se acabó el fútbol. Apenas les hablo y cuando lo hago es en la escuela. —Jackson —le recuerdo. —La única persona además de ti con la que hablaré una vez que termine este año escolar. Trato de leer su rostro, pero no obtengo nada. —Recuerdas el año pasado cuando hicieron esa competencia sobre… Me acerca más a él mientras me interrumpe de nuevo. Es mejor que esto no sea un hábito. —Yo los denuncié. —Dejo de caminar, pero Reid me da un empujoncito—. Odias llegar tarde. —¿De verdad? la respiración por un momento, deseando que eso sea cierto. Ese es el ReidContengo que recuerdo cuando era niño. —Sí. Eso era repugnante. También una de las razones por las que les dije a todos que se mantuvieran alejados de ti o los echaría del equipo. —¿Es eso posible? ¿Eso no depende del entrenador o algo así? —Si digo que son ellos o yo. Está bien, eso funcionaría. Esta escuela vive y respira fútbol.
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—¿Es por eso que nadie me invitó a salir? —Las cosas empiezan a caer en mí— . Me bloqueaste cualquier posibilidad. Esta vez es Reid quien deja de caminar. —Supongo que lo hic hice. e. Ninguno Ninguno de ellos vale tu tiempo, nena. Puedo prometerte eso. —Bueno, es un montón de mierda que tú hayas salido y yo no. Ahora vamos a la universidad juntos. ¿Vas a seguir bloqueándome? Algunas personas se giran para mirarnos. —Zoey y Reid, entren al salón de clases ahora —dice el Sr. Hope. Estamos parados afuera de la puerta. El timbre está a punto de sonar. Me agacho, liberándome de Reid para entrar al salón de clases. Me dirijo a mi asiento habitual. Reid me sigue. —Cambia conmigo, Zack —le dice Reid. Nuestros asientos no están asignados, pero la gente tiende a sentarse en el mismo lugar todos los días. —Sí. —Es todo lo que dice Za Zack, ck, y se levanta de su asiento, asiento, dejando que Reid se siente en su lugar. —¿Todos hacen lo que dices? Niego con la cabeza hacia él. —Tú no —dice con una sonrisa. La sonrisa jugando en sus labios me hace pensar que le gusta eso de mí. Que no me doblego a todos sus caprichos. Suena el timbre antes de que cualquiera de nosotros pueda decir algo. El profesor comienza a hablar y, por supuesto, Reid comienza a enviarme mensajes de texto. Reid: Para Para ser justos, también me bloqueaste.
Lo miro y lo fulmino con la mirada. ¿Cómo podría haberlo bloqueado? Se recuesta en su silla y me mira abiertamente. Esto es una locura. Sé que no debería,
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pero no puedo evitar preguntarle cómo se le ocurrió la idea de que de alguna manera lo bloqueé. Yo: ¿Cómo ¿Cómo te bloqueé? Reid: Porque Porque has hecho que mi polla solo te te quiera a ti.
Sorprendida por su respuesta, dejo caer mi teléfono. Golpea mi escritorio, haciendo un ruido sordo antes de que se deslice y se dirija al suelo. Reid lo atrapa fácilmente. Miro hacia arriba para ver a todos mirándome. —Lo siento. El Sr. Hope asiente con la cabeza y vuelve a su lectura. Reid se acerca y deja mi teléfono en mi escritorio. ¿Es así como se siente s iente estar en estado de shock? Ni siquiera puedo empezar a procesar lo que me envió. Debo haberlo entendido mal. Eso tiene que ser. O tal vez me estoy volviendo loca. Yo: Sé que saliste con Megan.
A lo largo de los años, he escuchado pequeños rumores sobre con quién estaba saliendo Reid. Algunas de las chicas dijeron que no salía con chicas de preparatoria. Que le gustaba más el tipo universitario. Todo se contradecía así que nunca supe s upe qué era verdad. Seguro que nunca lo vi caminar por los pasillos con su brazo alrededor de una chica como lo hizo conmigo hoy. Reid: No. No.
Su respuesta es instantánea. No sé qué decir a eso excepto que no estoy segura de creerle. Dicho esto, nunca lo he visto con otras chicas. Muerdo mi labio, deseando que este día termine. Pensar en todo esto es abrumador. Necesito hablar con Willow antes de que pierda la cabeza. En este momento, todos mis pensamientos están envueltos con Reid y los celos que siento porque él esté con alguien además de mí. Yo: Si realmente estás tratando de volver a ser mi amigo, no puedes mentirme sobre las cosas. Reid: Ya te lo dije. No quiero ser tu amigo .
Guardo mi teléfono y trato de prestar atención al Sr. Hope. Cuando suena el timbre, todos saltan. Yo hago lo mismo, pero no llego lejos porque Reid me bloquea el camino. Me agarra por las caderas, tirando de mí hacia él. Su boca cae sobre la mía mientras me roba un rápido beso. bes o.
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—No te estoy mintiendo. Tu boca es la única boca que ha estado en la mía. Se hace a un lado y me deja pasar, pero no llego muy lejos antes de que envuelva su brazo alrededor de mí. Todo el mundo nos está mirando. Vuelvo a mi estado de shock cuando dejo que me guíe hacia la cafetería. —¿Quieres papas fritas hoy? —pregunta Reid. No soy una gran admiradora de la comida aquí, pero las papas fritas son buenas. A menudo solo obtengo un plato lleno de estas para mi almuerzo. Por supuesto que Reid lo sabe, demostrando nuevamente su punto de que me ha estado observando. —Traeré la comida mientras tú nos consigues una mesa. Deja caer su brazo alrededor de mí, pero no antes de presionar su boca contra la mía de nuevo. Escucho algunos jadeos ahogados de las personas que nos rodean, pero tan rápido como su boca está sobre mí, desaparece. Me da una pequeña sonrisa antes de irse a buscar nuestro almuerzo. Está empezando a irritarme y no porque no quiera que me bese. Esa debería ser la razón, pero no lo es. Mis dedos pican por agarrar su camiseta y tirar de él hacia mí, deseando que me dé un beso de verdad. —¿Estás bien? Estás parada aquí —dice Willow, sacándome de mis pensamientos sobre Reid. Pasa su brazo por el mío—. Traje almuerzo. Nos dirigimos hacia nuestra mesa normal para sentarnos. Miro a mi alrededor para asegurarme de que Reid no está de regreso. Veo que todavía está en la fila. Es fácil de detectar porque se eleva sobre todos los demás. —No vas a creer esto —le digo a Willow mientras trato de decirle todo lo que puedo antes de que Reid me encuentre de nuevo.
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10 Reid Me apoyo contra los casilleros, esperando que suene el timbre. He estado haciendo exactamente lo mismo todos los días de esta semana. Poco a poco me estoy ganando a mi chica. No me importa si me lleva una eternidad, no voy a parar. Tampoco me ha pedido que la deje en paz. Ella me da estos lindos resoplidos y pone los ojos en blanco, pero capto las pequeñas sonrisas que trata de ocultarme. Creo que esta podría ser una de las mejores semanas de mi vida. Me emocioné cuando fuimos a la estatal y luego logramos la victoria. Sin embargo, eso palidece en comparación con tener a Zoey de vuelta en mi vida. Ella siempre superará todo porque la realidad, es por ella que presioné mucho, porque quería una beca. Quería asegurarme de poder apoyarla en el futuro. f uturo. Solo tenía una universidad en mente. La misma universidad sobre la que escuché a Zoey hablar al crecer. Y que me jodan si no ha crecido. Ella embarneció con los años. Si alguien alguien se daría cuenta, sería yo con lo mucho que la miro. Luego me voy a casa, cierro los ojos y pretendo que ella está allí para hacerme venir. El verano después del último año de secundaria fue el peor. Parecía como si hubiera madurado de la noche a la mañana. Pasóque de la nopiel tener a sersetodo culo en un abrir y cerrar de ojos. Juro que pensé detetas mi pene iba tetas a saliry con lo mucho que me masturbé pensando en ella ese verano. A ella y a Willow les encantaba tomar el sol en la cubierta. Sus trajes de baño, si se pudiera llamar a esas tres piezas trajes de baño que q ue apenas se ven, casi me matan. Menos mal que nunca trató de ir a una piscina pública o a algún otro lugar usando eso. Habría perdido mi mierda. Suena el timbre, me enderezo y me dirijo directamente al pasillo fuera de la clase de Zoey para esperar a que salga, pero no lo hace. Entro en el salón de clases para ver si todavía está allí. La Sra. Petters me da una sonrisa. Ella tiene sus audífonos puestos mientras comienza a empacar sus cosas. Estoy seguro de que quiere salir de aquí tanto como el resto de nosotros.
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Cuando me doy la vuelta, mis ojos se posan justo en el trasero de Zoey. Está inclinada sobre la mesa escribiendo en el cuaderno que está frente a Jake. Creo que ella lo está ayudando con algo. O eso es lo que ella cree que está haciendo. Creo que Jake tiene otras ideas y se está haciendo el tonto porque sus ojos no están en el papel. Están en sus tetas. Con la forma en que está inclinada, su blusa se abre un poco y sé que él tiene una buena vista de las tetas de mi chica. Dejé escapar un sonido que se asemeja a un gruñido. Jódeme. Estoy gruñendo a la gente ahora por ella. Ella gira la cabeza y sus ojos azules se encuentran con los míos. Sus cejas se levantan mientras se endereza. Estoy seguro de que mi cara muestra que estoy enojado. Agarro a mi chica por las caderas, levantándola fácilmente y colocándola detrás de mí. Agarro la nuca de Jacob, empujándolo hacia abajo para que no pueda levantarse de su asiento. Lo golpearía en la boca, pero eso me suspendería por unos días. No hay forma de que falte a la escuela porque eso significaría perder tiempo con Zoey. Me inclino junto a su oreja. —¿Qué diablos crees que estás haciendo? —Ella me estaba ayudando. Aprieto más fuerte ante la mentira. —Parecía que estabas tratando de echar un vistazo a algo que no te pertenece. —Lo siento —se apresura a decir, dándose cuenta que no estoy jodiendo con él. —Si te atrapo mirándola de nuevo, te prometo que encontraré tu trasero y me ocuparé de ti fuera f uera de la escuela. ¿Nos entendemos? —Intenta sacudir la cabeza hacia arriba y hacia abajo, pero no puede con el control que tengo sobre él—. Quiero las palabras, Jake. —Sí, nos entendemos. Le doy un último apretón fuerte. Deja escapar un grito y lo suelto. Zoey está de pie allí, mirándome con los ojos muy abiertos. La Sra. Petters se quitó los auriculares y ahora nos mira.
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—Estaba mirando dentro de tu blusa. Agarro la mochila de Zoey antes de que mi otra mano agarre la de ella. —Tengan un buen fin de semana. La Sra. Petters nos da una sonrisa antes de que sus ojos regresen a Jake, y los entrecierra en él. Parece que la Sra. Petters está de mi lado. No dejo de caminar hasta que llegamos a mi camioneta. Le abro la puerta, tiro su mochila antes de que entre y cierro la puerta detrás de ella. Me subo y arranco. Finalmente estamos solos. Su dulce aroma llena mi camioneta y me hace relajarme. Tenerla cerca siempre ha hecho eso. Había olvidado lo bien que se sentía estar cerca de ella. —¿Tienes hambre? Ella deja escapar una pequeña risa. La miro cuando me detengo en una señal de alto. Se lame los labios, sus mejillas se ven un poco más rosadas. La idea de que esté excitada me golpea como un camión Mack. —¿Estás excitada, nena? —pregunto. Sus labios se abren mientras deja escapar un grito ahogado. —No le preguntas eso a una chica. No puedo evitar la sonrisa que tira de mis labios. —Te lo dije, nena. Tu no respuesta a una pregunta es un sí. Ella pone los ojos en blanco b lanco y mira por la ventana. —¿Tienes hambre? —pregunta mientras sigue mirando el paisaje pasar por la ventana. —Famélico. Solo puedo ver su mejilla izquierda, pero veo florecer el rubor. Mis jeans se vuelven más ajustados. Te juro que he tenido una erección durante una semana seguida. Me estiro, descansando mi mano en su muslo mientras nos dirigimos hacia la plaza. Ella no aparta mi mano. De hecho, pone su mano sobre la mía. La tomaré… y seguiré tomando cada pedacito que q ue me da hasta tenerla entera.
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11 Zoey Me está volviendo loca. En realidad, podría estar volviéndome loca yo sola. Ha bajado mis defensas, y apenas ha pasado una semana desde que volvió a mi vida. El El Reid del que me enamoré hace tantos años está de vuelta. Tenía razón cuando me dijo que estaba excitada. Era fácil reprimir mis verdaderos sentimientos por él cuando no tenía que verlo o hablar con él todos los días. Pero ahora es imposible. Sus celos hacia mí me iluminaron por dentro. En un momento estoy bastante segura de que lo escuché gruñir. No me sorprendió mucho el sonido. A veces, cuando atrapo a Reid mirándome, creo que sus ojos parecen casi salvajes. Que está listo para abalanzarse sobre mí en cualquier momento. Pero nunca lo hace. Todavía solo me da uno de esos besos que se acaban antes de que realmente empiecen. Ya nos hemos deslizado justo en una rutina. Willow también me empuja suavemente hacia Reid. No sé cuándo cambió de bando, pero sus argumentos sobre por qué debería intentarlo son buenos. Mi corazón ya estaba atrapado en Reid; es mi mente la que necesita ser convencida. Willow pasajero sigue insistiendo en que oyadel salga con él para saberQue si semerezco trata de un enamoramiento de la infancia verdadero asunto. saber de una forma u otra. Que tal vez lo había convertido en mi cabeza en algo que no es. Esa es la cosa. Tiene razón. Tenía esta idea en mi cabeza desde que era una niña que Reid y yo creceríamos y nos casaríamos. Me imaginé el tipo de marido que sería, pero la realidad es mejor que cualquier sueño que haya imaginado. De cualquier manera, ya estoy demasiado profundo. Si tratara de alejarme ahora, todavía tendría el corazón roto. No tengo nada que perder si intento esto, siempre y cuando Reid siga siendo el hombre que es para mí ahora. Dicho esto, no voy a darle pistas sobre nada de eso. Estoy disfrutando de ser perseguida por él.
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Reid se detiene en mi restaurante favorito de la ciudad. Sé esperar a que abra mi puerta. Aprendí eso la última vez cuando salté antes de que él viniera a abrirla y me diera una nalgada. Lo que me había hecho gritar y que todos se giraran y me miraran en el estacionamiento. La mayoría de las chicas me fulminan con la mirada en estos días. Antes apenas me notaban, pero ahora que estoy con su preciado Reid, miran fijamente queriendo hacer un agujero a través de mí. Hemos sido la comidilla de la preparatoria durante toda la semana. No me importa lo que cualquiera de ellos piense de mí. La escuela casi ha terminado. Tampoco es que Reid esté siendo sutil con respecto a nada de esto. Así que es su su culpa de alguna manera por ser tan insistente frente a todos. Siempre tiene que tener su brazo alrededor de mí y definitivamente no es tímido con las demostraciones públicas de afecto. No puedo culpar a las chicas por sentir envidia. Si Reid estuviera actuando de esta manera con una de ellas y haciendo cualquier cosa debajo de la luna por ellas, estaría hirviendo de celos. Sus muestras de cariño por mí no tienen límites. Comenzó trayéndome el desayuno por las mañanas. No era nada elaborado o loco. Varía desde donas hasta bagels, y hoy obtuve Pop-Tarts . En la escuela comenzó a esperarme y darme golosinas a lo largo del día. Sé que es una tontería sentirse cálida y mareada con una barra de chocolate que sacó de la máquina expendedora, pero no puedo evitarlo. No fueron los dulces lo que me hacen sentir cálida y me emocionó, fue el hecho de que estaba pensando en mí y quería hacer algo por mí. Era tan dulce como todo el chocolate que me dio. Me estaba comiendo toda su atención a pesar de que estaba tratando de mantenerlo un poco alejado. Me abre la puerta y me dirijo hacia una mesa en la parte de atrás. —¿Pedirás por mí? —pregunto —pregunto mientras me quita el abrigo y lo cuelga sobre una silla. —Sí. Dejo caer la cabeza hacia atrás y presiona su boca contra la mía. Casi resoplo cuando se aleja rápidamente. Sé que este no es el lugar, pero ¡necesito que me bese ya! —Baño.
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Me doy la vuelta y salgo corriendo antes de agarrarlo y besarlo sin importarme quién está mirando. Agarro uno de los compartimentos, cierro la puerta y la bloqueo detrás de mí. —¿Viste que Reid acababa de entrar? Miro a través de la rendija del cubículo para ver el largo cabello rubio de Wendy. —¡No! ¿Está en mi sección o en la tuya? Me inclino más, tratando de ver v er quién es la otra chica. Veo a Melissa alisándose el cabello oscuro en el espejo. —Mía. —Perra —dice Melissa. Pongo los ojos en blanco. —¿Tiene a esa chica gordita, Zoey, con él? Realmente está tratando de ganar esta apuesta. Mi estómago se hunde. Niego con la cabeza. Reid no haría eso. Tampoco pensaste que Reid dejaría de hablarte y te rompería el corazón cuando tenías trece años , esa pequeña voz en mi cabeza me recuerda molestamente. —¿Qué pasa con los chicos que quieren vírgenes? No saben hacer una mierda. Apuesto a que es terrible para las mamadas. Ambas empiezan a reírse. —Estoy esperando a que se separen. Quiero decir, él nunca sale con nadie de nuestra escuela. Entonces, de repente, él está sobre la chica inteligente y gorda —dice Melissa. Su voz está llena de disgusto. Lucho contra el nudo que se forma en mi garganta, tratando de que no se metan en mi cabeza, pero es difícil. —Ella no es demasiado inteligente si está creyendo lo que dice Reid. Ambas se echaron a reír de nuevo. Afortunadamente salen del baño. Me pongo de pie y me lavo las manos rápidamente, necesitando salir de este baño lo antes posible. Por supuesto, cuando salgo veo a Wendy en nuestra mesa. Ella echa la cabeza hacia atrás y se ríe de algo que Reid le dice. Luego ella apoya su mano en su hombro.
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Wendy mira en mi dirección con una sonrisa en sus labios. ¿Sabían que estaba en el baño? Reid levanta la mano y le quita la mano del hombro antes de devolverle los menús. —Volveré enseguida con tus bebidas. —La escucho decir mientras me acerco a la mesa. Reid salta para sacar mi silla para mí. Me siento, ya sin sentir hambre. Lo único que quiero ahora es irme a casa. Afortunadamente mi mamá está fuera de la ciudad este fin de semana para asistir a una conferencia. Ella lee mis estados de ánimo demasiado bien. Estaría sobre mí en el momento en que entrara por la puerta principal. Le ha encantado el hecho de que Reid y yo volvamos a ser amigos. —No sabía si querías un Dr. Pepper o o un batido de fresa, así que pedí ambos. —Gracias —digo. Me mira fijamente, entrecerrando los ojos—. ¿Qué era tan divertido? —No sé. Algo sobre mí siempre pidiendo lo mismo. —Se encoge de hombros— hombros— . Empujé la mano de Mindy de mi hombro. Lo hizo. —Su nombre es Wendy. —Mindy, Wendy, Cindy, no sé ni me importa cuál es su nombre o cualquier otra cosa sobre ella. No hay necesidad de que estés celosa. —Se inclina hacia mí—. Soy todo tuyo, nena. Wendy deja caer mi bebida sobre la mesa con tanta fuerza que parte del refresco se derrama. A continuación, coloca el agua de Reid frente a él. —¿Hay algún problema? Reid mira a Wendy mientras toma mi mano que está sobre la mesa y comienza a acariciar mis dedos. —No —responde Wendy rápidamente. Sus ojosde seReid posanacerca en nuestras No mío. tengo ninguna duda de que escuchó el comentario de que manos. él era todo
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—¿Dónde está el batido de mi chica? —¿Estás segura de que quieres uno? —Wendy levanta las cejas mientras me mira—. Quiero decir, creo que uno tiene cuatrocientas calorías. La mano de Reid golpea la mesa. Más de mi refresco se derrama. Todo el restaurante se queda en silencio, pero puedo sentir los ojos de todos sobre nosotros. —Mindy, vete… —Wendy —lo corrijo, incapaz de detenerme. —Aléjate de mi mesa y no vuelvas. El rostro de Wendy se pone rojo de vergüenza, sabiendo que todos nos están mirando. —No puedes decirme qué hacer. Estás en mi sección —resopla. —Ve a la mesa doce —le ordena Gary. Ella me me da una mirada fulminante antes de girarse y hacer lo que Gary le dijo. Es su restaurante, después de todo—. Lo siento, Reid. Incluso fuera de la escuela, la gente ama a Reid. La gente lo respeta por llevar al equipo de fútbol a la estatal y ganar. Mucha gente vive y respira fútbol aquí. —No te preocupes, pero ¿podemos conseguir nuestra comida para llevar? Reid me mira mientras hace la pregunta. —Seguro. Gary se dirige hacia la cocina, dejándonos solos. —¿Ese es el tipo de mierda que has tenido que soportar? —Un poco en la secundaria. —Para ser honesta, quién sabe si fue porque Reid dejó de hablarme o si fue el típico acoso escolar—. No tanto en la preparatoria hasta hace poco. Creen que saqué a Reid Knight del mercado. —Nunca estuve en el mercado. Se pasa una mano por el cabello. Puedo decir que está frustrado.
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—No me han dicho nada nad a en realidad. Recibo muchas miradas. No importa. imp orta. La preparatoria casi ha terminado. —Lo siento tanto. Todavía tiene mis dedos agarrados. Entrelaza sus prop propios ios dedos a través de ellos para que estemos tomados de la mano. No fue su comentario sobre ser gorda lo que dolió. Dolía un poco, pero era la otra mierda de la apuesta. Tampoco se equivocó al decir que no tengo ni idea de cómo hacer una mamada. m amada. Nunca he hecho nada de eso antes. Antes de esto, habría pensado que no importaría porque, según Reid, nunca antes había tenido una. Así que pensé que él no sabría si era buena o mala de todos modos. Ahora la duda se ha filtrado, f iltrado, y me pregunto si todo lo que ha estado diciendo es mentira. Willow no pareció sorprendida cuando le conté lo que dijo Reid sobre no estar con nadie de ninguna manera. Gary regresa un momento después, colocando nuestros pedidos sobre la mesa. Reid saca su billetera. Gary lo rechaza. —Hoy es bajo cuenta de la casa. —No tienes que hacer eso. Gracias por empaquetarlo para nosotros. —Cuando quieras —dice Gary, y se dirige a revisar otra mesa. Reid abre su billetera, deja caer el dinero sobre la mesa antes de ponerse de pie y agarrar mi abrigo. Lo mantiene abierto para que deslice mis brazos en este. —Gracias —murmuro. Agarra las bolsas con una mano, y su otra mano agarra la mía, entrelazando nuestros dedos de nuevo. Trato de liberar mi mano, pero él no me deja. Nos lleva de regreso a su camioneta que está estacionada al costado del restaurante. —Suéltame la mano —digo cuando estamos lejos de los ojos vigilantes. No quiero dar más chismes a nadie. Ya hay suficiente. Reid abre la puerta trasera del pasajero para dejar caer la bolsa antes de cerrarla—. ¿Qué estás haciendo? Sus manos bajan junto a mi cabeza apoyada contra el costado de la camioneta. Me tiene enjaulada. Una vez más me estoy excitada cuando no debería. —No solo estás enojada por las tonterías de Mindy. Hay algo más.
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—Wendy —lo corrijo de nuevo. —Nena. —Su tono está lleno de advertencia. ¿Qué es lo que va a hacer? Además me enciende más porque eso es todo lo que está pasando. —Escuché a las chicas hablando en el baño. —Bien. Espera a que le dé más, y no tengo ninguna duda de que se quedará aquí toda la noche hasta que se lo diga. —Escuché sobre la apuesta. —¿Qué apuesta? Me mira como si realmente no tuviera t uviera idea de lo que estoy hablando. —Algunas apuestas sobre dormir conmigo. —Él echa la cabeza hacia atrás y se ríe. Golpeo su pecho—. No es gracioso. —No tengo ni idea de lo que estás hablando, pero si hay alguna apuesta sobre que me acostaré contigo, entonces vamos v amos a ganar. —No me voy a acostar contigo. Le golpeo el pecho de nuevo. —Algún día. Presiona su boca contra la mía antes de que pueda decir algo más. Agarro su camisa mientras él comienza a alejarse. —No hay apuesta. —Yo debería haber sabido—. Lo siento. Muerdo mi labio inferior. —Tienes motivos para dudar de mí, pero voy a segui seguirr insistiendo hasta que veas que esto es real. No voy a ninguna parte. Tú eres mía y yo soy tuyo. Nos vamos a casar, recuerda. Sonríe. Pongo los ojos en blanco, b lanco, fingiendo estar molesta.
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La realidad es que siento el aleteo en mi estómago que solo él puede provocar. Lo tiro hacia abajo para otro beso. Roza su boca contra la mía. Esta vez v ez se queda allí por un momento. Creo que realmente me va a besar esta vez, pero levanta su boca de la mía. —Maldita sea, Reid. Reid. —Tiro de su camiseta, tra tratando tando de tirar de él hacia abajo— abajo— . ¿De verdad vas a besarme o no? Apenas logro sacar las palabras de mi boca y él está sobre mí. Me levanta de mis pies. Mis piernas se envuelven alrededor de él mientras me inmoviliza contra el costado de la camioneta, dándome exactamente lo que pedí.
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12 Reid Gruño contra su boca. La he estado esperando, y ahora me dio luz verde, verd e, así que me abalancé sobre ella. No tengo ni puta idea de cómo he logrado pasar tanto tiempo sin saborearla por completo. Cada vez que apartaba mi boca de la suya, todo mi cuerpo se rebelaba. Ha liberado esta hambre dentro de mí ahora, y rezo para que no me pida que me detenga. dedosen se que clavan su cabello. Le doy un pequeño la hace jadear. En elMis segundo s us en sus labios se separan, deslizo mi lenguatirón en suque boca. Ella aprieta su agarre sobre mí, empujando sus tetas hacia mí. Está tratando de acercarse lo más posible a mí. Creo que mi chica tiene t iene algo de hambre propia y necesita que la cuide. Al principio, me deja tomar lo que quiero. No tenía ni puta idea de que los labios de alguien pudieran ser tan suaves como los de ella. Todo sobre mi Zoey es dulce y suave. —Devuélveme el beso —le ordeno antes de que mi boca esté de vuelta sobre ella. Le doy un apretón en el culo. Su lengua se encuentra con la mía, y un gemido de necesidad sale de ella. Al igual que ella, el gemido es suave y dulce. Quiero saber qué otros sonidos puedo extraerle. —¡Asqueroso! Giro la cabeza hacia atrás para ver a Melissa parada allí con un cigarrillo en la mano. Su rostro está arrugado en disgusto. —Vete a la mierda mierda —dice Zoey. Se ve tan sorprendida por sus palabras como yo. Estallé en carcajadas mientras ella mira a Melissa, quien se marcha. Zoey se relaja de nuevo en mí, y una sonrisa tira de esa boca suya—. No puedo creer que haya dicho eso. —Lo siento, nena, pero verte celosa por mí hace que mi pene se ponga más más duro, y está jodidamente duro en este momento. —La dejo deslizarse por mi cuerpo para
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que pueda sentir lo duro que estoy por ella. Ella aspira una bocanada de aire, e incluso eso es caliente. —El sentimiento es mutuo. La guío hacia atrás unos pasos para poder abrirle la puerta. Ella va a saltar y le doy una palmada en el trasero, lo que hace que me fulmine con la mirada. Gira la cabeza, tratando de ocultar la sonrisa en su rostro. Rodeo la camioneta y subo. —¿Vamos a la fiesta de Megan? —pregunta. —No. ¿Por qué querría ir allí? Se encoge de hombros mientras saca una papa frita de la bolsa. —Solo fui a esas fiestas para tener algo que hacer y para asegurarme de que nunca aparecieras. —Estás lleno de eso. —No tengo vergüenza por las cosas que he hecho porque sé que soy un hombre celoso cuando se trata de ti. Podría haber terminado en la cárcel por golpear a un hijo de puta. No me gusta todo el asunto de las visitas conyugales. —Resopla una risa adorable—. ¿Vamos a comer en tu casa? —Sí, mi mamá no está en casa. Asiento, sin decirle que ya lo sabía. Quinn me dijo el otro día que se iría el fin de semana pero que cuidara a Zoey. Incluso I ncluso me dio una llave. Es difícil no acelerar a casa, pero me controlo. No voy a ser estúpido y arriesgarme a que le pase algo a Zoey para llegar a casa unos minutos más rápido. Es un viaje corto, y su casa aparece a la vista bastante rápido. —¿Por qué no te estacionas en tu entrada? —Salto de la camioneta y doy la vuelta para abrirle la puerta. Tomo la bolsa de comida de su mano, luego agarro su mochila para seguirla adentro. Dejo caer la comida en la pequeña mesa de la cocina—. ¿Quieres agua? —pregunta, olvidando que no respondí por qué no quería estacionar en mi propia entrada. —Agua está bien. Iré a mi casa y tomaré algunas cosas que quería mostrarte. — Me da una mirada perpleja, pero sigue sonriendo—. Te gustará.
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Trato de dejar un beso rápido en sus labios, pero rápidamente se convierte en mí levantándola de sus pies otra vez y sentándola s entándola en el mostrador. Esta vez es ella la que retrocede, su respiración pesada. —No sabía que los besos podían ser así. —Yo tampoco. —Agarro sus caderas, tirando de ella fuera del mostrador—. Consigue nuestras bebidas, nena —le digo, dándole un golpecito en el trasero. Ella pone los ojos en blanco como siempre lo hace cuando le doy una palmada en el culo—. Vuelvo enseguida. Asiente, sacando un par de vasos. Salgo por la puerta principal y entro en mi casa. Corro escaleras arriba a mi habitación, agarrando mi bolso de viaje y la caja de regalos que he tenido escondida en mi armario durante años. Le he añadido algo cada año. Cuando llego a su casa, se está sentando a comer. Dejo mi bolso en el suelo. Sus ojos van de mi bolso de viaje a la caja en mi mano llena de regalos. Algunos tienen envoltorio navideño y otros dicen feliz cumpleaños. Lo dejo. —¿Es eso un bolso de viaje? —Sí. —Sonrío—. Me quedo a dormir. Puedes dejarme dormir en tu cama, o dormiré en el sofá. No me importa. De cualquier manera, mis ppantalones antalones se quedarán puestos todo este fin de semana. No estamos teniendo sexo. Es difícil decir las palabras, pero las saco. —¿Por qué no estamos teniendo sexo? Agarra una papa frita y le da un mordisco. —No quiero que pienses que de eso ssee trata. Tampoco quiero que eso cuelgue sobre nosotros este fin de semana. Vamos a relajarnos y pasar el rato. No menciono que dije que mis pantalones pantalones se quedarían puestos. Yo no dije nada sobre los de ella. —¿Como en los viejos tiempos? Me da una gran sonrisa. —Como en los viejos tiempos, excepto que puedo poner mi boca sobre ti.
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—Come antes de que tu comida se enfríe —ordena, con los ojos ahora fijos en la caja de regalos—. ¿Vas a decirme de qué se trata esto? —pregunta antes de darle un mordisco gigante a su hamburguesa con queso. No sé de qué diablos estaba hablando Mindy cuando intentaba molestar a Zoey sobre su peso. Casi me mata ver cómo las curvas de Zoey se llenaban a lo largo de los años. Sé que nunca antes había tenido sexo, pero pensar en el cuerpo plano de Mindy no hace nada por mí. Parece como si alguien pudiera partirla por la mitad. Que se joda esa mierda. Mi chica es suave con caderas para agarrar. Y he estado agarrando sus caderas cada vez que puedo. Me acerco detrás de ella, las agarro y tiro de su cuerpo hacia el mío. —Tierra a Reid. —Zoey —Zoey chasquea los dedos—. ¿En qué diabl diablos os estás pensando? —Tus caderas. —¿Mis caderas? Su rostro se arruga como si no le gustaran sus caderas. —Lo suaves que son cuando las agarro y te atraigo hacia mí. Ajuste perfecto. Mi pene presiona mis jeans, pero lo ignoro como siempre. —Lo que sea. Pone los ojos en blanco normalmente, pero está sonriendo. —Estos son s on tus regalos. —Me da una mirada confundida. Meto la mano en la caja y saco uno de ellos—. Conseguí Cons eguí este para tu decimocuarto cumpleaños. Se ve tan sorprendida por mi revelación. —¿Reid? Empuja su silla hacia atrás para ponerse de pie. —Ábrelo —insto—. No es nada loco. Recuerda que tenía el presupuesto de un chico de catorce años. Lo toma de mi mano y comienza a desenvolverlo. Levanta la camiseta y se ríe antes de girarla para mí.
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—Mi tipo de sangre es Dr. Pepper . —Sonríe ampliamente, sosteniéndola contra su pecho—. Parece exacto. ¿Qué más hay en esa caja? —Adelante, mira. Son todos tuyos. Mete la mano en la caja para agarrar otro. El papel de regalo comienza a volar cuando abre algunos blocs de notas, bolígrafos y una pulsera que le hice. El brazalete tiene esas pequeñas letras mayúsculas que deletrean las palabras ‘para siempre’. Debería estar avergonzado por lo cursi que es, pero no lo estoy. —No puedo creer que todavía me estuvieras comprando regalos. —No pude evitarlo. Yo hice el brazalete. Me encojo de hombros. Camina hacia mí. Agarro sus caderas mientras cae en mi regazo. —¿Me lo puedes poner? —Sostiene su muñeca hacia mí. Lo deslizo en su muñeca y lo aprieto. Observo mientras pasa su dedo sobre este—. Me encanta. — Quiero decirle que la amo, pero no quiero presionarla demasiado rápido. Sigo recordándome que tengo que tomármelo con calma—. Esta semana ha sido loca. Nunca hubiera pensado que estabas en la puerta de al lado deseando que fuera tuya. —Siempre fuiste mía. —Levanto la mano y le coloco el cabello detrás de la oreja—. Ahora solo tengo que conseguir que me perdones. Nunca supe que la gente te molestaba por mi culpa. Si hubiera sabido… —Reid. —Me interrumpe—. No estoy 100 por ciento segura de que me molestaron por tu culpa. —Sí, pero si estuviera contigo no habrían dicho una mierda. Aprieto los dientes, enojándome de pensar en ello. —No sé. Algunas de las chicas de la escuela están bastante enfadadas porque eres mío. —Zoey. Esas dos palabras me golpearon fuerte. Ella se mueve para que ahora esté a horcajadas sobre mí. —Eres mío, ¿no? —se burla.
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—Todo tuyo. Ella se inclina y me besa esta vez. Cierro C ierro los ojos y me pierdo en ella.
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13 Zoey Lentamente abro los ojos, sin recordar quedarme dormida. La televisión está silenciada, pero sigue iluminando mi dormitorio. Levanto la cabeza para mirar a Reid. En algún momento debo haberme desmayado mientras me acurrucaba con él. Sus dedos están jugando con mi cabello mientras me mira. —¿Me estás viendo dormir? —pregunto antes de que un bostezo me atrape. —Vuelve a dormir si estás cansada. —No quiero dormir. Seguí pensando durante toda la película que Reid iba a hacer un movimiento conmigo o algo así. Pero no lo hizo. Lo único que hizo fue envolver sus brazos alrededor de mí para mantenerme cerca. Me había hecho sentir tan cómoda que me quedé dormida. —¿Quieres que empiece otra película? —Niego con la cabeza—. ¿Tienes hambre? Me desenredo de él. Su mano se desliza, pero no antes de recibir un puñado de mi trasero. —Baño —digo. Se sienta en la cama. Ambos nos cambiamos antes de empezar la película. Está en pantalones de chándal grises y una camiseta blanca. Reid tiene el cuerpo de un vikingo o algo que verías en una pantalla y no en la vida real. Supongo que ser un mariscal de campo estrella te mantiene en buena forma. Me miro en el espejo. Llevo calcetines afelpados, pantalones cortos para dormir y mi camiseta de Dr. Pepper que que me compró. Todavía es difícil creer que Reid siempre ha sido mío. Incluso cuando no lo sabía. Esa es la cosa, y realmente debería hablar con él al respecto. No puede ocultarme cosas como esa otra vez. O pasar por encima
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de mi cabeza porque piensa que es lo mejor. Me causó tanto daño innecesario en el pasado, y no quiero que cometamos ese error nuevamente en el futuro. Esa era una conversación para otro día. Esta noche estoy tratando de hacer que Reid haga un movimiento conmigo. Sé que dijo que no se quitaría los pantalones, pero ¿y los míos? Supongo que no grito atractivo sexual de la misma manera que lo hacen algunas de las otras chicas de la escuela. Me doy la vuelta y veo en el espejo para mirar mi trasero. Los pantalones cortos llegan hasta la mitad de mis muslos. ¿Tal vez necesito pantalones más cortos? Sin embargo, creo que podría tener demasiado culo para esos pantalones cortos. Probablemente se saldría por todos lados. Me agacho, me quito los calcetines y los pantalones cortos, dejándome en unas bragas blancas lisas que tienen pequeños lazos a los lados. Realmente no estoy preparada para seducir a alguien. A continuación, me quito la camiseta y luego el sostén fino que uso para dormir la mayoría de las noches. Toco mis curvas, recordando lo que dijo Reid sobre ellas. —¿Quieres algo de beber? Voy a buscarnos otra película. —Lo escucho escucho moverse en mi dormitorio—. ¿Qué tal Drop Dead Fred ? Esa me trasporta al pasado. ¿Sigue siendo tu favorita? —Sí —respondo —resp ondo mientras tiro de mi cabello hacia abajo—. Pero no quiero ver una película. Puedes hacer esto, Zoey . Me doy una pequeña charla de ánimo. Tengo dieciocho
años, y desde que Reid volvió pisando fuerte a mi vida, siento como si mi cuerpo hubiera despertado de un sueño profundo y mis hormonas estuvieran fuera de control. Y lo va a arreglar, o voy a empezar a pensar que solo me está dando líneas sobre amar mis curvas. Aunque no creo que puedas fingir esa mirada que tiene en sus ojos. La que siempre me tiene pensando que se va a abalanzar sobre mí en cualquier momento. Pero nunca lo hace. Además, no creo que puedas fingir una erección, y él siempre está está duro. —¿Quieres volver a dormir? Estaba disfrutando ser tu almohada. ¿Qué tipo de champú estás usando estos días? Me voy a poner duro cada vez que huela manzanas por el resto de mi vida. —Resoplé una carcajada—. ¿Qué estás haciendo ahí? Te extraño. Mis entrañas se derriten con sus dulces palabras. —Entonces estos últimos años deben haber sido un infierno para ti —le respondo.
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—No tienes ni puta idea. Tuve que llevar mi agresividad al campo para no arrastrarme a la ventana de tu habitación una noche y reclamarte. Tomo un respiro. Mis pezones se tensan tanto que es casi doloroso. —¿Qué pasa si te digo que eso me excita? Que me causa dolor entre los muslos. Oigo que algo cae al suelo. —No necesito que animes a la bestia que vive dentro de mí que te desea tanto. Si supieras la mitad de las cosas sucias que he pensado sobre ti mientras me acuesto en la cama por la noche, estarías huyendo. Apago la luz del baño antes de abrir la puerta. Está de espaldas a mí y está arreglando mi cama. —No estoy huyendo. —Te lo ruego… —Sus palabras se apagan cuando se da la vuelta. Muerdo el interior de mi mejilla. Cierra los ojos, su mano frotándolos antes de abrirlos de nuevo—. Necesito asegurarme de que no estoy soñando esto. Vuelve a mirar la cama como si fuera a verse durmiendo allí. —Reid... —Todo lo que digo es su nombre. Está ssobre obre mí incluso antes de que lo vea moverse. Supongo que todos tenían razón; el hombre realmente es rápido en sus pies. Su boca está sobre la mía antes de que pueda decir otra palabra. Me levanta de mis pies, llevándome a la cama—. Me vas a matar. Mi espalda se encuentra con el colchón. —El sentimiento es mutuo. Me has estado volviendo loca. Su nariz se ensancha mientras me da una sonrisa. s onrisa. —¿Te duele? —Sí. —Levanto mis caderas, sintiendo su erección. Me froto contra él. Cierra los ojos por un momento. Parece que está teniendo una lucha interna consigo mismo—. Reid. —Solté su nombre, haciendo que sus ojos se abran de golpe—. No hagas eso. Intentar ocultar cualquier parte de ti que estés tratando de controlar. La historia dice que eso no funciona muy bien para nosotros. —Estoy aquí.
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Empuja contra mí, dándome una sonrisa arrogante. —¿Sabes qué? Empiezo a empujar su pecho, pero no se mueve. Aprieta la mandíbula. —Sí, ya sé qué —gruñe antes de que su boca esté sobre la mía. Su beso es salvaje y posesivo. Tantas emociones y sentimientos corren por todo mi cuerpo. Clavo mis dedos en su espalda, queriendo acercarlo más. Aparta su boca de la mía. Mi respiración pesada llena la habitación mientras trato de controlarla. Reid no parece tener el mismo problema que yo. Su boca sigue bajando por mi cuello hacia mis mis pechos. Inhalo. Estoy casi desnuda en mi cama con Reid. Mi corazón late tan rápido que puedo sentirlo latiendo en mis oídos. —Camiseta, Reid. Quiero ver más de ti. Se inclina hacia arriba, solo quitando su boca de mí por un momento para sacarla s acarla sobre su cabeza y tirarla. Su boca vuelve a mi pecho. Succiona mi pezón en su boca antes de girar su lengua. Gruño su nombre mientras se mueve hacia el otro. Hundo mis dedos en su cabello, sosteniéndolo. —Jódeme. Estás tan necesitada de mí. —Sus palabras son espesas—. Me necesitas —repite. —Lo hago. Me mira, sus ojos se cruzan con los míos. —Nada volverá a alejarte de mí. Por la mirada en sus ojos, sé que Reid haría lo que fuera necesario para mantenerme cerca de él. Se inclina de nuevo, su boca recorriendo mi estómago hasta que llega a mis bragas. Hace una pausa por un momento, mirándolas. No tengo ninguna duda de que mi deseo se muestra a través del delgado material blanco. Puedo sentirlas pegadas a mí. No tenía idea de que pudieras encender esto, pero mi clítoris late, necesitando su atención. —Sé que no son bragas sexys, pero…
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—Son perfectas. Son tú. —Besa la m mancha ancha húmeda antes de enganchar sus dedos en ellas, bajándolas por mis piernas y sacándolas de mi cuerpo. Sus manos agarran mis muslos, abriéndome más para él—. Tan jodidamente húmeda para mí. —Se lame los labios, haciéndome gemir—. ¿Sabes cuántas veces me acosté en la cama imaginando cómo sabrías? ¿Cuántas veces me acaricié hasta el orgasmo pensando en ti viniéndote solo con mi boca? —Entonces, ¿por qué no lo averiguas? Estoy a punto de empujarle la cabeza hacia abajo, pero Reid no se mueve a menos que quiera hacerlo, así que no tendría sentido. —Pídemelo. Quiero escuchar las palabras salir de tu boca. Siento que mi rostro ya cálido se vuelve más caliente. —Quiero que lo hagas. Levanto mis caderas en una invitación silenciosa. —Nena, dilo y sácanos a los dos de nuestra miseria. —Reid, ¿me harías tener un orgasmo? —¿Y cómo exactamente haría eso? Suspiro profundamente, sabiendo que no me va a dejar ir fácil en este caso. —Te voy a asesinar si no me devoras pronto. Tiembla de risa. —Un día voy a conseguir que digas la palabra coño. Ahora mismo voy a cuidar a mi chica. Otro gemido sale de mí. Me encanta cuando me llama su chica. Su boca roza mi sexo mientras aspira profundamente. Y entonces él está allí. El mero roce de su lengua contra mi clítoris me hace explotar. Grito su nombre mientras mis manos encuentran su cabello. Estoy enojada conmigo misma por correrme demasiado rápido y estoy locamente feliz. No sabía que un orgasmo podía ser así. Me recorre el cuerpo. Mi espalda se arquea fuera de la cama y mis piernas tiemblan de todo placer.
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La mano de Reid llega a mi estómago y me empuja hacia abajo, inmovilizándome en la cama. Él continúa. Me sacudo un par de veces, tratando de alejarme de él. Estoy demasiado sensible. No estoy segura de poder aguantar mucho más. —Es demasiado —le digo. Mientras digo las palabras, estoy tratando de levantar mis caderas para empujarlo más. —Nunca es demasiado cuando se trata de nosotros. Su lengua se desliza hacia abajo y presiona dentro de mí. La empuja dentro y fuera de mí antes de reemplazarla con su dedo. Esa lengua suya vuelve a mi clítoris mientras introduce lentamente otro dedo dentro de mí. Esta vez puedo sentir lo que realmente me está haciendo. Su boca continúa brindándome el mayor placer que he conocido. El orgasmo comienza a construirse de nuevo. Succiona mi clítoris en su boca esta vez antes de deslizar su lengua de un lado a otro sobre mi clítoris. Su dedo se engancha dentro de mí. Jadeo ante la sensación desconocida. Me envía a otro orgasmo. Uno que me deja flácida sobre sob re la cama. Todo mi cuerpo vibra de placer. Cuando Reid se mueve, mis ojos se abren. Se pone de pie al final de la cama, y lo veo sacar su mano de dentro de sus pantalones de chándal. Veo una mancha húmeda. —¿Tú…? —me interrumpo, haciéndolo sonreír ante mi timidez de algunas palabras. —¿Me vine mientras te comía el coño? Sí, lo hice. Camina hacia el lado de la cama. Se inclina para besarme. Me pruebo en él, y me encanta. Se pone de pie y lo observo mientras agarra otro par de pantalones y camina hacia mi baño. Me siento buscando mis bragas, pero no las veo por ninguna parte. ¿Dónde diablos las tiró? Tomo su camiseta, me la pongo y observo cómo sale del baño. Olvidé lo que estaba haci haciendo endo para mirarlo. Sus pantalones de chá chándal ndal cuelg cuelgan an bajos en sus caderas y muestran su V perfecta. —¿Te gusta lo que ves? Si no, no tienes suerte porque solo a mí me verás por el resto de nuestras vidas.
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—No hay quejas aquí. —Me río—. ¿Ves mi ropa interior en alguna parte? — pregunto mientras se sube a la cama. Presiona reproducir con el control remoto antes de agarrarme y envolverse a mi alrededor. Su mano se desliza por mi camiseta hasta que llega a mi pecho y lo ahueca. La otra se desliza entre mis muslos mientras acaricia mi sexo. —No necesitas ropa interior. —Puedo decir d ecir honestamente que nunca pensé en el millón de veces que vimos Drop Dead Fred que que algún día la veríamos así. —Eso nos convierte en uno de nosotros —dice secamente, haciéndome es estallar tallar en carcajadas. Entierra su cabeza en mi cabello, su agarre sobre mí se hace más fuerte cuando comienza la película. No creo que lleguemos ni a los diez minutos de la película antes de que la boca de Reid esté sobre mí otra vez.
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14 Reid Mis ojos recorren las imágenes que están pegadas a la pizarra. Son todas de Willow, Zoey y su mamá. Érase una vez, Zoey y yo llenábamos sus tableros de fotos. Oigo que se apaga la pistola de aire de cabello y Zoey sale del baño un momento después. No sé si sus mejillas están sonrojadas por lo que le hice en la ducha o por el calor de la secadora. No he sidoTenía capazhambre de quitarle las manos y la bocaintentar de encima. Ella tampoco trató de detenerme. de ella, y me permitió llenarme. Rápidamente me di cuenta de que nunca tendría suficiente. Solo pude saciar mi hambre. Ella había presionado un par de veces para que fuéramos más lejos, pero me mantuve firme. Era jodidamente difícil, pero necesitaba que supiera que no se trataba de que me corriera. Se trataba de amarla y ser lo que ella necesitaba por el resto de nuestras vidas. Se acerca a mí y la atraigo hacia mis brazos. Las últimas cuarenta y ocho horas han sido las mejores de mi vida. No estoy deseando volver a casa pronto. Entierro mi cara en su cabello, respirándola, tratando de llenarme antes de tener que volver a pasar las noches sin ella. —¿Vas a agregar algunas imágenes nuevas a tu tablero? Trato de sonar casual y mantener los celos fuera de mi tono. Es mi culpa que Willow se deslizó en mi lugar. Willow es buena para ella, y lo sé. Ni siquiera pensaría en interponerme entre ellas, ni hay razón para hacerlo. No significa que no sea un bastardo celoso. —Yo no reemplazo las imágenes. Tengo tableros nuevos. Gira en mis brazos. Después de desenredarnos el sábado por la mañana, Zoey nos preparó el desayuno antes de que la llevara al lago Ortero. Cuando éramos niños, pasábamos mucho tiempo nadando y pescando. Zoey traería su cámara y lo capturaría todo.
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Zoey siempre fue la soñadora de los dos, declarando que algún día tendríamos nuestra propia casa en el lago. Nunca hubo un deberíamos intentarlo o un quiero con Zoey. Cuando tenía la mente puesta en algo, lo iba a hacer. Al igual que entrar en Kingston. Ella hizo eso también. —Voy a mostrarte algo, pero es mejor que no te pongas arrogante. —Sonrío, incapaz de evitarlo. Le doy un apretón en el culo antes de dejarla ir. Se acerca a su armario y la veo barajar unos cuantos tableros antes de darse la vuelta con uno en la mano—. Al principio me dije a mí misma que estaba tomando las fotos para el anuario. Luego, cuando comencé a colocarlas en un tablero, pensé que tal vez podría ser un regalo para tu papá. Siempre ha sido bueno con mamá y conmigo. Asiento entendiendo. Siempre las cuidábamos, incluso cortando el césped y limpiando el camino cuando nevaba. Sé que papá ha trabajado un poco en los autos de ambas. Para ser honesto, he visto a mi papá mirando hacia aquí varias veces. Creo que podría tener algo con la madre de Zoey. Da la vuelta al tablero y me muestra todas las fotografías que ha tomado. La mayoría son de mí en el campo de fútbol. fútb ol. Hay algunas otras de mí sin uniforme. Una es de mí dormido en clase y otra en la cafetería. Ella también me ha estado observando. No sé mucho sobre toda esa mierda de almas gemelas, pero eso tiene que ser lo que somos. A pesar de que ella pensó que la había abandonado, en el fondo todavía no me soltaba. Siempre estuvimos destinados a ser. —Debería haber tantas de ti y de mí juntos —digo, sintiendo un nudo en la garganta. —Quizás. —Se encoge de hombros—. Pero somos jóvenes y estamos llenos de hormonas. Willow. De hecho, podría haber sido bueno para nosotros. Además, encontré a Solo asiento. ¿Estoy sobre la luna porque ella se siente de esa manera? No, pero esa es mi mierda que soportar porque yo fui la razón por la que no estábamos juntos. Mi cabeza había estado tan desordenada tratando de entender qué demonios estaba pasando. Y tratando de convencerme de que no debería tener ese tipo de pensamientos sobre mi mejor amiga. Pensé que lo tenía bajo control hasta que comenzaron los sueños sobre ella. No importa lo que hiciera, no podía hacer que se detuvieran. Ese fue mi punto de quiebre. Fue entonces cuando decidí que necesitaba dejarla ir por un tiempo por su propio bien. Fui tan idiota.
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—Detente. —Golpea mi brazo—. Déjalo ir. No vas a castigarte por esto por el resto de nuestras vidas. Creo que ya hiciste suficiente de eso por tu cuenta a lo largo de los años. —Coloca el tablero en su cama—. Siempre quise preguntarte por qué nunca sonreías. —Pasa los dedos por una de las imágenes donde todos celebran nuestra siemprevictoria asentisteestatal—. un poco.Nunca muestras mucha emoción en ninguno de ellas, pero —Otro paso más —digo. Sus cejas se juntan, y quiero inclinarme y besarla al allí— lí— . Un paso más cerca de conseguir lo que quiero. —¿La beca? —En parte, pero necesitaba una beca para el lugar correcto. Sus labios se abren, un pequeño jadeo los deja. —Oh, Reid. —Se gira y pone su mano en mi pecho. Sus ojos están llenos de lágrimas no derramadas—. Tienes que seguir tus propios sueños. sueños . No tenemos que ir a la misma universidad, lo haremos funcionar. Sí, de ninguna maldita manera voy a perderla de d e nuevo. —Estoy siguiendo mis sueños. —¿Quién hubiera dicho que Reid Knight sería tan adorable? —No llores. Me estás matando aquí. Además, ¿realmente quieres hacer lo de larga distancia? Puedo jugar al fútbol en cualquier lugar. Me importa una mierda. —Son lágrimas de felicidad. Lo prometo. La atraigo hacia mí, envolviendo mis brazos alrededor de ella. No sé cuánto tiempo la abrazo. Cuando escucho que se abre la puerta del garaje, sé que se acabó nuestro tiempo para esta noche. no che. Beso la parte superior de su cabeza. —Zoey. —Su mamá toca la puerta antes de abrirla—. Estoy en casa. Zoey levanta la cabeza de mi pecho, pero no se aparta de mí. —Hola, Reid. Quinn me da una sonrisa.
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—Quinn. —Zoey deja caer los brazos—. ¿Cómo estuvo la convención? — pregunta ella. —Bien, pero estoy cansada. —¿Quieres que te prepare algo? Reid y yo vamos por hamburguesas. Podría traerte algo. —No, ustedes us tedes dos vayan a divertirse. Es bueno verte aquí de nuevo, Reid. No puedo decir que estoy sorprendida. —Me alegro de estar de vuelta aquí. Zoey va y le da un abrazo a su mamá. —¿No vas a decirme decirme que regrese a cierta hora y que tengo eescuela scuela mañana o que deje la puerta del dormitorio abierta si Reid está aquí? —se burla Zoey de su mamá. —No, tienes dieciocho años, Zoey. Puedes entrar y salir cuando quieras. —¿De verdad? —¿Alguna vez te he dicho que no cuando me has pedido hacer algo? —Quinn se ríe—. Cariño, entraste en una universidad con una beca. Creo que tomarás las decisiones correctas. —Te quiero. Quinn besa la mejilla de Zoey. —También te quiero, cariño. cariño. Me encantaría que Reid viniera a cenar una noche esta semana. —Estaré aquí —respondo. No pensé que las cosas volverían a la normalidad con Quinn, pero tampoco sabía que todo iría tan bien. Siento una sensación de alivio porque no solo extrañé a Zoey sino también a Quinn. Ella había sido como una madre para mí cuando éramos niños y sé que también la lastimé. —Diviértanse —dice antes de girarse, dejándonos solos. —Eso se sintió un poco demasiado fácil.
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Miro a Zoey. Tiene una sonrisa gigante en su rostro. —Creo que está feliz de que esté ssaliendo. aliendo. —Resopla—. Y todos sabemos que mi mamá te ama con todos los besos en el culo que me diste, incluso cuando no estabas hablando conmigo. Le doy un golpe en el culo. Ella salta, dejando escapar un chillido adorable. —Vamos a alimentarte. Tomo su mano y salgo de la casa. Todavía recibimos algunas miradas de la gente cuando estamos fuera. No me molesta, pero Zoey se inquieta un poco. Me hace preocuparme un poco por la universidad. No tengo idea de cómo será allí. No creo que sea mucho tiempo para que me presten atención. Es algo de lo que tendremos que hablar. Quiero que seamos más que sólidos cuando comencemos la escuela en el otoño. Necesito asegurarme de que Zoey no tiene ninguna duda sobre lo que somos. Ella es para mí, y lo mismo vale para ella; asegurarme de que entienda que nunca he querido ni querré a otra nos ayudará a ambos a respirar mejor. La noche pasa demasiado rápido y, antes de darme cuenta, le doy un beso de buenas noches a Zoey antes de dejarla en la puerta. Esa mierda va a envejecer rápido. Entro por la puerta lateral de mi casa y veo a mi papá parado en la cocina comiendo un pedazo de pizza. Se acaba de duchar, pero tiene puestos jeans y una camiseta como si fuera a alguna parte. Él nunca va a ningún lado excepto al trabajo o a mis juegos. —¿Quieres un poco? —ofrece. —No. Zoey y yo fuimos a cenar. Sus cejas se levantan. —¿Finalmente sacaste la cabeza de tu trasero? Sonríe antes de sentarse a la mesa de la cocina. —Supongo que mis habilidades de actuación son una mierda. Abro el refrigerador y agarro una botella de agua. —Vas a ir a la misma universidad. No soy tonto. Es verdad. Había algunas opciones mejores con las que podría haber ido en lo que respecta al fútbol, pero habría jugado como una mierda incluso si Zoey todavía
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fuera mi chica, pero viviera en otro estado. Estaba mejor así, estando en la misma escuela donde podía verla todos los días. He pasado suficiente tiempo sin ella y no estoy dispuesto a hacerlo un día más. —Sí. Tomo un trago de mi agua. —Lo entiendo. Probablemente, para mejor, ustedes dos se separaron hace unos años. Todavía no estoy seguro de si fue lo correcto o no. No importa ahora. Lo hecho, hecho está, y Zoey es tuya ahora. Eso es todo lo que importa. —Voy arriba. Levanta el puño y golpeo el costado cuando paso junto a él, dirigiéndome a mi habitación. Me dejo caer en mi cama y espero. Cuando dan las once, salgo por la puerta trasera. Me congelo, agachándome detrás del aire acondicionado cuando creo que escucho una voz femenina. —Está en la cama —dice mi papá—. Vas a venir. venir. Te has ido dos días. Miro por encima del aire acondicionado para ver a mi papá agarrando a Quinn. Ella deja escapar una risita que es exactamente la misma que mi Zoey. Me siento allí conmocionado por un minuto. Él la besa por un largo momento antes de llevarla hacia nuestra casa. Voy a ser condenado. El viejo todavía tiene juego. Fácilmente salto la cerca antes de agarrarme al techo del cobertizo y levantarme. Salto al techo sobre el garaje, cruzando de regreso a la ventana de Zoey. La abro para poder deslizarme dentro. La cierro con llave antes de quitarme los zapatos y la sudadera. Caigo de nuevo en su s u cama, poniendo mis manos detrás de mi cabeza. Eso fue más fácil de lo que pensé que sería. Tracé ese plan hace años. Fue agradable finalmente llegar a usarlo. Oigo que el grifo del lavabo se abre y se cierra unos segundos después. Zoey abre la puerta y apaga la luz del baño. Deja escapar un grito ahogado, pero rápidamente lo corta. —¿Qué estás haciendo? Mira hacia la puerta de su dormitorio. Camina hacia esta y cierra con seguro la puerta en su lugar. —Creo que sabes lo que estoy haciendo.
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Tiro de la manta hacia atrás para que se meta en la cama. Se sube y enciende la lámpara. Se acurruca contra mí, apoyando su cabeza en mi hombro y tirando su pierna sobre la mía. —Me pregunto qué dirá mamá si nos atrapan. Zoey suelta una carcajada, sin sonar demasiado preocupada. Creo que conseguiría un pase, para ser honesto. Basado en lo que su madre dijo antes, de todos modos. Zoey nunca fue alguien que rompiera las reglas. Demonios, no estoy seguro de cuáles son las reglas en este momento. Especialmente no después de lo que vi afuera hace unos minutos. —Me iré antes de que nadie se dé cuenta. —Ella besa mi cuello—. Unos pocos años y tendremos un lugar propio. Tengo que vivir en el campus. Una casa de fraternidad, creo. A menos que tu familia viva cerca de la universidad, todos los estudiantes de primer año del equipo deben vivir en el campus el primer año. —¿Una casa de fraternidad? fraternidad? —Sé lo que está pensando. Es la misma misma mierda que yo también estoy pensando. Toda la porquería que ves en la tele con fiestas salvajes y demás. No participaré en nada de esa mierda—. ¿Vas a estar bien con nosotros cuando salgamos? —Traza corazones una y otra vez en mi pecho con sus dedos—. Parece que no te gustaron las personas que nos miraban a hurtadillas durante la cena más temprano. —Me preocupa un poco, a decir verdad. Creo que nos miran ahora, y no entienden por qué, de repente, Reid Knight está enamorado de una chica, para empezar. La otra razón por la que creo que tienen tanta curiosidad es porque no pueden creer que sea de mí de quien te enamoraste y no de una animadora o algo así. Me muevo, moviendo a Zoey. Enciendo la luz de la mesita de noche, volviendo sobre ella. Quiero que vea mi cara. —Nunca te he sido infiel. Ni siquiera me he acercado a eso. Le dije esto más o menos cuando dije que nunca había besado a nadie más que a ella. Creo que lo entiende, pero quiere que se lo explique, lo cual estoy feliz de hacer si la hace sentir mejor. —Hemos estado juntos… —Desde el momento en que me mudé a la casa de al lado. —Ella me da una pequeña sonrisa—. No estoy tratando de ser dulce aquí, Zoey. Te estoy dando la
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verdad. Ni una sola vez pensé que sería alguien más que tú. En todo caso, eso probablemente debería asustarte un poco. Es seguro decir que estoy obsesionado contigo. Cuando me tomaste esas fotos, dijiste que nunca sonreía. Solo asentía cuando anotamos o ganaba un juego. Consideré todos esos momentos como otro paso en la la Universidad dirección de de miKingston futuro. Ese futuro siempre has asido y serás tú. para Metíirmia culo en porque sabía que ibas estar allí. No una fiesta de fraternidad o ligar con animadoras. Todo lo que he hecho ha sido por ti, por nuestro futuro. —Reid. Mi nombre sale de sus labios en un suave suspiro. —¿Si, nena? Me inclino más. Mi corazón late en mi pecho. —Se acabó el fin de semana. —Asiento. Ella envuelve sus piernas a mi alrededor—. Hazme el amor. —Cierro los ojos, dejando caer mi frente sobre la de ella—. Claramente me amas, y sé que te amo. Incluso cuando trato de ocultarlo, de alguna manera mi cámara siempre te encuentra. —Dilo otra vez. Abro mis ojos. Ella envuelve sus brazos alrededor de mi cuello. —Te amo, Reid Knight. —Yo también te amo, Zoey Hawthorne. Un día serás Zoey Knight. —Deja escapar una risita—. Te estoy obligando a eso. —Está bien —está de acuerdo—. Ahora, ¿por qué no me muestras exactamente cuánto me amas? Tira de mí hacia abajo para un beso. Lo que mi chica quiere lo consigue. De alguna manera soy el bastardo afortunado que le robó el corazón, y nunca lo dejaré ir de nuevo.
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15 Zoey Reid me besa, tomándose su tiempo. Mi corazón todavía late con fuerza por sus palabras. Creo que tenía miedo de contarme algunos de sus sentimientos. Está claro que lo asustaron en algún nivel. Es por eso que casi me sacó de su vida antes, pero nunca dejó de amarme y desearme. Creo que sería más difícil lidiar con eso que pensar que iba a seguir adelante con su vida. Reid no puede seguir adelante, y la realidad es que yo tampoco lo hice. En algún nivel, nunca lo dejé ir realmente. En el fondo siempre lo amé, pero sus acciones me dolieron demasiado como para admitirlo. Su boca deja la mía, viajando por mi cuello. —Ropa. Quiero sentirnos piel con piel. Se sienta para sacarse la camiseta por la cabeza. Yo hago lo mismo. Solo tengo una camiseta de dormir larga con bragas. Alcanzo mis bragas, bajándolas por mis piernas y tirándolas. Reid se pone de pie, bajando sus pantalones y bóxer. Permito que mis ojos deambulen por cada centímetro de él. Juro que el cuerpo del hombre es una obra de arte. Lo vi desnudo cuando nos duchábamos juntos. Reid es grande en todas partes, pero no tengo miedo por alguna razón. Confío en que él cuidará de mí. Creo que el dolor sería peor si él no me toma. Todo mi cuerpo ha estado doliendo por él desde que puso su boca entre mis piernas, explorando qué otros placeres podría darme. Se agarra la polla, acariciándose un par de veces antes de volver a subirse a la cama. Mis manos llegaron a su rostro, tomándolo antes de besarlo mientras me recostaba en la cama. Se desliza entre mis muslos. Abrí mis piernas para acomodar su gran cuerpo. Aparta su boca de la mía y empieza a dejar un rastro de besos por mi cuerpo. El calor de su boca enciende todo mi cuerpo. La necesidad de que me dé más crece hasta el punto de ser insoportable. —Reid —resoplo.
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Lo quiero dentro de mí ahora. —En la cama cama yo decido lo que es mejor para ti. ¿Entiendo? —Levanta llaa cabeza, sus ojos se cruzan con los míos, haciéndome saber que decidirá cuándo es el momento adecuado para tomarme. Sacudo con la cabeza que sí—. Haz lo que te digo. —Mi sexo se aprieta ante su orden—. Si quiero lamer tu coño hasta que te corras en mi lengua, me dejarás. —Está bien —estoy de acuerdo. El latido entre mis muslos parece estar empeorando por segundos. Juro que la anticipación va a ser mi muerte. —Buena niña. Me besa de nuevo, mordisqueando mi labio inferior antes de que sienta su cálida boca en mi pezón. Mi cuerpo se arquea fuera de la cama mientras él lame y chupa mi pecho. Su mano baja entre mis piernas. Estoy tan mojada que no le toma nada deslizar un dedo dentro de mí y luego otro. Los empuja dentro y fuera de mí mientras esa experta boca suya continúa trabajando en mi pezón. Mi respiración se acelera. Necesito más. —Ahora quieres mi boca, ¿no? ¿Pensaste que iba a tomarte por completo sin probar primero tu dulce coño? Nunca va a pasar. —Mis muslos se abrieron más, haciéndole espacio. Él sigue bombeando sus dedos dentro y fuera de mí. Mira fijamente mi sexo, y creo que está tratando de matarme. Empiezo a apretar sus dedos una y otra vez—. Ahora tu coño también está rogando por mi boca. —Levanto mis caderas. —Por favor, Reid. Te necesito. Cierra los ojos como si estuviera saboreando mis palabras. Agarro las sábanas s ábanas en mis manos para no agarrarlo y empujarlo hacia mí. Empuja mis caderas hacia abajo, recordándome que tiene el control. Todavía mi cuerpo sigue tratando de moverse con el movimiento de sus dedos. La mirada oscura y hambrienta en sus ojos me tiene conteniendo el aliento. —Yo también te necesito, Zoey. Más de lo que jamás entenderás. Pero Pero no voy a darte lo que quieres hasta que me digas exactamente dónde quieres mi boca. b oca. Juro que algún día pagará por esta tortura, pero por ahora le digo exactamente lo que quiere escuchar y lo que necesito.
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—Necesito tu boca en mi coño. Juro que las palabras apenas han terminado de salir de mis labios y su boca está sobre mí, succionando mi clítoris en su boca. Pongo mi mano sobre mis labios cuando empiezo a correrme. Reid no se detiene mientras me devora. Un orgasmo se funde con otro. El último orgasmo me golpea fuerte. Antes de que me dé cuenta de lo que está pasando, empuja completamente dentro de mí. Su boca cubre la mía mientras mi cuerpo sigue subiendo. Puedo sentir la punzada aguda de dolor, pero el orgasmo lo anula. Reid no deja de besarme. Me quedo quieta debajo de él, mi cuerpo y mi mente tratando de ponerse al día con todo lo que estoy sintiendo. Reid está completamente dentro de mí. Su cuerpo está sobre el mío. Entierro mis dedos en su espalda mientras empiezo a besarlo de nuevo. Envuelvo mis piernas alrededor de él. —Te amo. —Aparta su boca de la mía mía y deja besos por toda mi cara—. Mierda. ¿Te lastimé? Su nariz se ensancha, y veo la mirada de enojo en sus ojos hacia sí s í mismo. —No me lastimaste. Paso mis dedos arriba y abajo por su espalda, tratando de calmarlo. —Estás llorando. Vuelve a besar mi mejilla y luego la otra. —Estoy feliz. Son lágrimas de felicidad —le digo—. Me encanta lo cerca que me siento de ti en este momento. Que esta conexión es algo que solo tendremos juntos. —Maldita sea, es correcto, solo será nuestra juntos —gruñe, haciéndome reír. —Te amo. —Lo jalo hacia mí. El Sr. En Control En La Cama me deja robarle un beso, pero se hace cargo rápidamente. Se retira y empuja de nuevo dentro de mí. Jadeo, y él se congela—. No te detengas. d etengas. —Nunca me detendré —dice mientras acele acelera. ra. Mi placer comi comienza enza a construirse de nuevo. Observo su rostro, queriendo ver todo lo que siente—. Necesito que te vengas conmigo.
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Se mueve, todavía empujando dentro y fuera de mí mientras sus manos se deslizan entre nosotros y mi clítoris. Todo esto es demasiado. No me toma mucho tiempo venirme de nuevo. Reid entierra su cara en mi cuello, gimiendo mi nombre. Es el sonido más erótico que he escuchado en mi vida. Su cálida liberación se derrama dentro de mí mientras empuja unas cuantas veces más, ordeñando su s u propia liberación. Él rueda, yendo a su espalda y llevándome con él para que esté sobre su pecho. Él todavía está dentro de mí. Siento su pene sacudirse. Me hace jadear. Me muevo un poco. Reid agarra mi trasero, deteniéndome. det eniéndome. —Te vas a lastimar. —Esto está lejos de ser doloroso. Me río y me muevo de nuevo. Me da una pequeña nalgada. —Confía en mí. Dolerá mañana. Sé que probablemente tenga razón. —¿Cómo sabrías? Levanto la cabeza para mirarlo. Dios, es tan malditamente atractivo y es todo mío. —Leí sobre eso —admite, haciéndome reír más. Esta vez es él quien gime cuando su pene se sacude dentro de mí. Claramente, los dos no están en la misma página. —Por supuesto que sí. Vuelvo a apoyar la cabeza en su pecho. Él apaga la luz. Debería haberlo sabido. Ya se aseguró de que tuviéramos la charla sobre el control de la natalidad. Se alegró de saber que tenía un implante en el brazo que me protege. —Cuando se trata de ti, trato de asegurarme de que estoy haciendo lo mejor. Dejé escapar un profundo suspiro. —Necesitas dejarme dejarme ser parte de esas deci decisiones. siones. No puedes decidir por ti mismo las cosas que crees que son mejores para mí.
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—Lo intentaré. —Giro la cabeza y lo muerdo. Se sacude, luego deja escapar una risa que sacude todo mi cuerpo—. No voy a mentir. A veces tengo reacciones instintivas cuando se trata de cosas que conciernen a tu bienestar, pero te juro que lo intentaré. Todo lo que hago es porque creo que es lo mejor para ti. —Quiero que hagas lo que sea mejor para ti también. No quiero que todo se trate de mí. —Ya tengo lo mejor para mí. Ahora solo tengo que mantenerlo. Sus manos recorren mi cuerpo arriba y abajo. Vuelvo a girar la cabeza y esta vez lo beso. —Te amo —le digo, cerrando los ojos. —También te amo —dice, abrazándome fuerte. Sé que Reid nunca me dejará ir. Cualquier temor que tenga sobre el futuro desaparece. Reid siempre me pertenecerá.
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16 Reid Me quedo en la cocina mirando la hora. Salí por la ventana de Zoey hace una hora para ir a casa y prepararme para la escuela. Cuando los Pop-Tart de de s’mores saltan de la tostadora, los envuelvo en una toalla de papel. Escucho a papá bajar las escaleras, así que me estiro y presiono el botón de la cafetera para que empiece a funcionar. Él viene paseando unos momentos después. —Gracias —dice, agarrando una taza—. Activaste uno de mis sensores anoche. Levanto la vista de mi teléfono mientras se sirve un café. —No estaban encendidos. Lo comprobé antes de irme. Iba a apagarlos y volver a encenderlos. Además, él había estado afuera cuando me escapé. ¿Por qué? Supongo que no estaban en primer lugar. —Los que tengo al lado. Toma un sorbo de su s u café y niego con la cabeza. —¿Cuánto tiempo ha estado pasando al lado? —pregunto, deslizando mi teléfono en mi bolsillo. —¿Para mí? Desde que puse mis ojos en ella, pero ella no estaba lista. La he desgastado a lo largo de los años. Ahora quiere esperar a que Zoey se gradúe antes de hacer algo oficial. —A Zoey no le importará. Le gustas. Era yo quien no le gustaba. Sonrío. —No jodas esto para ninguno de los dos.
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—¿Quinn sabe que tienes sensores en su patio trasero? —pregunto. Ahora estoy empezando a preguntarme sobre todas las noches que trabaja. Apuesto a que algunas de esas se las pasa con Quinn. Bien. Pensé que solo era un adicto al trabajo. Mebuena hace feliz saber que tiene a alguien. Además, quiero a Quinn. Ella siempre ha sido conmigo. —Me da tranquilidad. Dos chicas bonitas como ellas que viven solas necesitan protección. Sonrío, mirando a mi papá. Es el único padre que he conocido. Mamá era una aventura de una noche. Estoy empezando a pensar que tenemos mucho más en común de lo que pensaba si está poniendo sensores en su patio trasero para asegurarse de que estén a salvo. Supongo Sup ongo que la manzana no cae lejos del árbol. —Bueno, los estaré activando mucho más a menudo. Le doy un aviso antes de agarrar mi bolsa de la mesa. Chocamos los puños antes de que salga por la puerta. Llevo mi camioneta hacia atrás y hacia el camino de entrada de Zoey. Ella sale saltando por la puerta principal. Su cabello está recogido en la parte superior de su cabeza. Lleva un overol corto. Ni siquiera tiene que tratar de ser sexy. Ella simplemente lo es. Una sonrisa ilumina todo su rostro cuando me ve. Me golpea justo en el estómago. Dios, se siente bien ver esa sonrisa en su rostro, y el hecho de que esté dirigida a mí lo hace aún mejor. Me inclino y abro su puerta. Ella salta y directamente sobre mí, besándome. —Buenos días —dice. —Te extrañé. Robo un beso más antes de que se recueste en su asiento, abrochándose el cinturón. —Te vi hace una hora. Ríe. Le entrego el Pop-Tart . Es su favorito. Ama cualquier cosa y todo lo relacionado con los s’mores. Ella lo mira y sonríe más grande antes de darle un mordisco.
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Hace una hora y cuatro minutos, para ser exactos. Retrocedo fuera del camino de entrada, dirigiéndonos hacia la escuela. Las cosas deberían estar tranquilas por ahora. Todo el mundo sabe que somos una cosa. Parece que las cosas han comenzado a calmarse y ya no somos el centro de atención. No es que nada de esa mierda importe. No pasará mucho tiempo hasta que estemos fuera de aquí. Miro hacia arriba para ver a Zoey escribiendo en su teléfono. Cuando deja escapar una pequeña risa, sé que está enviando mensajes de texto a Willow. Esas dos, juntas, son problemas. Mis sospechas se confirman cuando nos detenemos y veo que Willow nos está esperando. Estaciono el coche y observo cómo Zoey sale y se dirige a hablar con ella. Me tomo mi tiempo para salir, permitiéndoles unos momentos para ponerse al día antes de dirigirme hacia ellas. —Estaba a punto de llamar llamar a la policía y reportar reportar su desaparición —dice Willow con una sonrisa en mientras me acerco a ellas. Zoey se ríe y golpea el brazo degran su amiga—. Vassuarostro tener que aprender a compartir. —No es uno de mis puntos fuertes, pero lo intentaré. Quiero a Zoey solo para mí cada minuto de cada día, pero sé que eso no es posible. Quiero recuperar el tiempo perdido, pero sé que también tengo que dejarla vivir su vida. —Bueno, tenemos la próxima clase juntas. Willow se encoge de hombros, pasando su brazo alrededor del de Zoey. Tira de ella, haciendo reír a Zoey. Las veo alejarse, y no pasa mucho tiempo antes de que Zoey gire la cabeza para mirarme. Frunce los labios, levanta la mano y lanza un beso en mi dirección. Lo atrapo y le doy una mirada que le hace saber que sus besos son solo míos. La escucho reír mientras las sigo detrás. Espero no haberla desgastado demasiado anoche. Me desperté en medio de la noche con Zoey encima de mí gimiendo mi nombre en sueños mientras movía las caderas. ¿Por qué dejarla tener un sueño sexual si podía tener algo real? Después, nos quedamos hablando. Me encantaban esos momentos con ella. Se sentían tan íntimos, y estaba deseando tenerlos toda la vida. No me sorprendió cuando me dijo que iba a estudiar Bellas Artes con especialización en fotografía. Cuando éramos más jóvenes, sacaba revistas diciendo que algún día escribirían artículos sobresucediera. sus fotos.Ella Esaharía era que mi Zoey. Nunca se acercó a nada diciendo que esperaba que las cosas sucedieran.
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Las sigo todo el camino hasta el salón de clases. Atrapo a Zoey antes de que pueda entrar y le doy un beso en los labios. —Nos vemos para el almuerzo. —Mm-bien. —Consigan una habitación —dice Missy mientras pasa junto a nosotros. El grupo de chicas con las que está comienza a reír. No me pierdo la mierda maliciosa que dicen sobre Zoey, comentando cómo su overol la hace parecer una preadolescente. No creo que los preadolescentes tengan tetas como las de ella. Me gustan los overoles. Sería tan fácil f ácil deslizar mi mano en el costado de ellos. —Vete a la mierda... Hago una pausa. —Missy —dice Zoey por mí. Su cuerpo tiembla con una risa silenciosa. —Es una perra. Tod Todavía avía no entiendo por qué la mitad del equipo quería estar dentro de ella. —Asqueroso. —Zoey arruga la nariz—. Ella no me molesta. Estoy ganando, y ella está irritada por eso. Tengo a Reid R eid Knight solo para mí. —Malditamente cierto. Le doy otro beso antes de que se dé la vuelta para entrar en su salón de clases, pero no antes de darle una suave nalgada. Ella me mira por encima del hombro, pero sé que está luchando contra una sonrisa. Me giro para dirigirme a mi clase hasta que escucho al entrenador Billings decir mi nombre. —Alguien está aquí para verte. —Ya elegí una universidad —le recuerdo mientras camino hacia él. habido exploradores que hanpara aparecido aquí y allá, que esavoy mierda habíaHaterminado. No tenía sentido, ser honesto. Sé a pero qué pensé universidad a ir. No hay nada ni nadie que pueda convencerme de volver a dejar a Zoey.
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—Es Grayson. Hago una pausa. Grayson. Mierda, era uno de los mejores centros de la NFL cuando solía jugar. El hombre no solo tiene la constitución de una bestia, sino que también es jodidamente inteligente. Siempre es peculado especulado hizo las llamadas de su equipo cuando estaban en el campo. Esoseesha anormal. Él esque así de bueno leyendo a la gente. Pero luego fue y sorprendió a todos cuando se retiró después de solo seis años en la liga. —Es el nuevo entrenador de la Universidad de Kingston. —Me quedo allí por un momento en estado de shock—. Sí —dice el entrenador con una risa—. Usa mi oficina. Me da una palmada en el hombro antes de dirigirse por el pasillo. Voy a su oficina para ver a Grayson allí. Voy a ser condenado. Mentiría si no admitiera que estoy un poco deslumbrado. El hombre es una leyenda viva. —Reid Knight. —Se pone de pie, ofreciéndome su mano—. Pensé que debería venir a presentarme. Soy Theodore Grayson. Seré tu entrenador el próximo año. —¿Qué le pasó a Meeks? —pregunto—. No es que no esté contento con este cambio. —Se retiró. —Pensé que también te habías retirado. —Terminé de recibir golpes en mi cuerpo. Hice lo que amaba amaba y salí antes de que me lastimara demasiado como para disfrutar el resto de mi vida. Pero basta de mí. Estoy aquí para hablar de ti. Se deja caer de nuevo en la silla. Me siento frente a él. Inmediatamente se lanza a hacerme preguntas y decirme los planes que quiere poner en marcha. Cuando miro mi teléfono, me sorprende ver que es casi la hora del almuerzo. —Debería irme. Le dije a mi chica que la encontraría para almorzar. Me paro. —Sobre eso. Cuando te ofrecieron la beca, escuché que solicitaste que Zoey Hawthorne fuera aceptada en la universidad. Que si ella no estaba allí, entonces tú no ibas a estar allí.
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Había hecho exactamente eso. —¿Tu punto? —pregunto—. Ella ya ha sido aceptada, entonces, ¿realmente importa ahora? Hice la solicitud para estar en el lado seguro. No fue aceptada por mi ayuda; ha conseguido un viaje completo también. Me sentí como un imbécil por dudar de eso, pero cuando se trata de Zoey, prefiero prevenir que lamentar. No hay mucho que no haría para tratar de asegurarme de que sus sueños se hagan realidad. —¿Ella va a ser una distracción para ti? —Sí. —Aprieta la mandíbula y sé que no le gusta mi respuesta—. ¿Querías que mintiera? Primero viene mi chica y luego el fútbol. Me encanta el fútbol, pero también me encanta que con él voy v oy a tener el dinero que necesito para la vida que le voy a construir. No estoy en el campo para joder. Es mi trabajo. —Bien. —Deja escapar un suspiro mientras se pone de pie, saca una tarjeta y me la da—. Si necesitas algo o surge algo, me llamas. —Puse la tarjeta en mi bolsillo trasero—. Nos vemos en unos meses. Me estrecha la mano de nuevo antes de salir por la puerta. Respiro hondo y me doy cuenta de que, a pesar de que estos últimos años han sido duros, finalmente todo está encajando. Salgo de la oficina y me dirijo al comedor para reunirme con mi chica. Ella es la razón por la que mi vida es tan buena. Ella es lo único que siempre me ha mantenido conectado a tierra.
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17 Zoey —Mira esto. Willow me pasa su teléfono. —¿Qué estoy mirando aquí? Empiezo a hojear las fotos de un bonito condominio. —Donde vamos a vivir. Levanto la vista del teléfono hacia ella. —¿No vamos a vivir en el campus? Pensé que ese era el plan. —No. Esto está a solo cinco minutos a pie de la universidad. Tiene una puerta de entrada e incluso un portero. Además, hay un gimnasio, piscina y sala de juegos. Tiene todo lo que podríamos desear, y la mejor parte es que mis padres están pagando la factura. —Estás loca. Le devuelvo su teléfono. —No, soy brillante. Es lo menos que mis padres podían hacer. Además, no tendrás que preocuparte de que venga tu hombre. Ella mueve sus cejas hacia mí. —Va a vivir en una casa de fraternidad. Hago una mueca, aún sin amar esa idea, pero es lo que es.
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—Él solo tiene que tener una habitación allí. Estoy segur seguraa de que se quedará con nosotras la mayor parte del tiempo. —¿Es esto realmente lo que quieres hacer? —Sí. Ya le envié un correo electrónico al asistente de mi padre al respecto. Ella dijo que se encargaría de eso. —¿Incluso preguntaste? Dejé escapar una pequeña risa. —No. —Dejo de reír. No estoy segura si eso es divertido o terrible—. Es lo que es. Al menos vamos a tener un buen lugar para dormir. Es justo. Prácticamente he vivido en tu casa a lo largo de los años. Lo hizo, pero a mamá y a mí nos encanta tenerla allí. Creo que a Willow le gusta que mi mamá la trate igual que a mí, dándole a Willow algo que no tiene en casa. —Está bien —acepto cuando la clase finalmente sale. Todos los profesores y alumnos están en piloto automático. Los mayores están listos para salir de aquí en este momento. Reviso mi teléfono para ver si hay algún mensaje de texto de Reid cuando no lo veo fuera de mi salón de clases. Por lo general, está allí esperando para caminar conmigo a almorzar. —¿Quieres esperar o ir al comedor? —pregunta Willow, buscando también a Reid. Es difícil pasarlo por alto ya que es más alto que los demás, pero no lo veo por ninguna parte. —¿Buscando a Reid? Levanto la mirada para ver a Missy, que tiene una mirada de suficiencia en su rostro. —Vete a la mierda —dice Willow, rodando los ojos. —Ustedes dos siempre caminan por aquí como si fueran mucho mejores que todos nosotros. Cuando la verdad es que Zoey se abrió camino hasta la Universidad de Kingston. —¿Qué? —Le doy una mirada sucia—. ¿No tienes otro lugar donde estar? —¿Una polla para chupar? —interviene Willow.
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—No estés celosa de que nadie te deje tocar su verga, Will. —Vamos. Agarro el brazo de Willow. Está más alterada de lo normal, o tal vez ella también haya superado su mierda. Missy se pone delante de nosotras. —Reid es la única razón por la que entraste en Kingston, ya sabes. Así que deberías sacar esa nariz tuya del aire. Sé con certeza que les dijo que si no estabas allí, él tampoco estaría allí. —Quiero abofetear esa malvada sonrisa de su rostro. En cambio, me quedo allí en estado de shock por un momento, sabiendo que lo que ella dijo no está fuera del ámbito de algo que Reid haría—. No entiendo por qué está tan pegado a ti. —Tal vez porque ella no es una perra. Willow me lleva con ella mientras revisa el cuerpo de Missy, haciéndola caer de culo. —Zoey —dice Willow mi nombre. Saco mi teléfono y llamo a Reid. Contesta después de un timbre. —Lo siento, nena. Me quedé atascado en… —lo interrumpí. —¿Solicitaste que me aceptaran en Kingston? ¿Les dijiste que no confirmarías confirmarías si no me aceptaban? —Zoey —dice mi nombre en voz baja, y en ese momento sé que lo que dijo Missy era verdad. Termino la llamada, apagando mi teléfono. No estoy segura de qué me duele más, si una vez más tomó una decisión sin siquiera consultarme o no creía que yo tuviera lo necesario para entrar por mi cuenta. —Vamos. Willow vuelve a tirar de mí por el pasillo hacia las puertas que conducen al exterior. —¿Vamos como en faltar a la escuela? —¿Por qué no?
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Sí. ¿Por qué no? Siempre hago todo según las reglas. —Vamos —estoy de acuerdo. Sé que Reid estará encima de mí si me quedo. Necesito tiempo para pensar. Todavía no estoy segura de cómo manejar esto. No es hasta que entramos por mérito propio. al garaje de Willow que finalmente vuelvo a hablar—. No entré Me limpio la lágrima que se escapa. —Te mereces estar allí más que nadie. Te rompiste el culo. —Lo hice, pero eso no significa que lo logré—. Quiero decir, vamos. v amos. Tus notas son mejores que las mías, y saliste de las malditas tablas. De ninguna manera yo entré y tú no. Al menos te habrían dado una carta de aceptación. —Eso no es necesariamente cierto. Tu apellido tiene mucho peso. Salgo del auto y Willow me sigue dentro de la casa. Cuando llegamos a su habitación, me dejo caer sobre su cama. De repente me siento exhausta. El teléfono de Willow comienza a sonar una y otra vez. La observo mientras lo apaga antes de volver a caer a mi lado en la cama. —Solo puedes ignorarlo por un tiempo. —Lo sé. —Tomo una respiración profunda—. Ni siquiera estoy segura de si puedo estar enojada con él o no. Estoy enojada porque no tuvo fe en mí para entrar, pero al mismo tiempo es solo Reid haciendo lo que cree que es mejor para mí, incluso si me enoja. Cierro mis ojos. Willow agarra mi mano. —¿Todavía vas a ir? —pregunta. —Sí —admito—. ¿Eso es terrible de mi parte? parte? Es donde estarás. Estamos en esto juntas. Hemos hecho planes ppara ara nuestro futuro y no solo para la universidad. No voy a dejar eso de lado por mi orgullo. —Es donde Reid también estará. —Me duele el corazón al escuchar escuchar su nombre. Estoy molesta y, sin embargo, no quiero nada más que subirme a su regazo a pesar de que él es parte de la razón por la que estoy tan molesta. Ella rueda sobre su costado, apoyando su cabeza con su mano—. Los hombres son estúpidos. —Sus palabras me hacen sonreír. Willow siempre sabe cómo animarme.
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—Ellos realmente lo son. Suspiro pesadamente mientras trato de ordenar mis pensamientos. En el fondo, sé que Reid solo tenía mis mejores intereses en el corazón. Las palabras de Missy me sorprendieron, eso fue Peromanera. sé que Reid nunca haría algo para lastimarme o disminuir mis logros detodo. ninguna El timbre suena a través de la casa antes de que comiencen a tocar fuerte en la puerta principal de Willow. Ya sé que es Reid y que lo voy a perdonar. —Bueno, eso no le tomó mucho tiempo —dice Willow Willow mientras se levanta para ir a abrir la puerta. Permanezco en su habitación, sabiendo que solo pasarán unos segundos hasta que Reid me encuentre. Suena como un tren de carga subiendo las escaleras. Me incorporo cuando irrumpe en la habitación. Sus ojos parecen llenos de pánico. Se acerca al lado de la cama donde estoy sentada con mis piernas colgando del costado. Se pone de rodillas, me rodea la cintura con los brazos y apoya la cabeza en mi regazo. Incapaz de detenerme, estiro la mano para pasar mis dedos por su pelo corto. —Te amo —dice. Me mira—. Puedes est estar ar enojada conmigo, pero no te dejaré ir. Eres mía. No me importa si eres demasiado buena para mí. —No soy demasiado buena para ti. —Le doy un tirón a su cabello—. ¿Ni siquiera vas a decir lo siento? —No te voy a mentir. —Gira la cabeza, besando besando mi m muslo—. uslo—. Fue una estupidez pedirlo. No es que pensara que no podrías entrar por tu cuenta, pero cuando se trata de ti, no me arriesgo. Lo sé. Es por eso que realmente no puedo estar enojada. ¿El mayor defecto de mi hombre es que está tratando de hacer que mi vida sea perfecta para mí? ¿Cómo diablos podría seguir enojada por eso? —Simplemente me dolió escuchar que no entré por mi cuenta. Se levanta de un tirón, sacando la cabeza de mi regazo. Mis manos van a sus antebrazos. —¿Qué? Lo solicité y me dijeron que ya había habíass entrado entrado con beca, aasí sí que el punto era discutible.
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—¡Lo sabía! —Oigo gritar a Willow desde el pasillo. pasillo. Mi corazón salta. —Oh. —Reid niega con la cabeza, dejando caer su frente contra la mía—. Es bueno que me persigas a veces. Palmeo su brazo. Me besa. Gimo en su boca, el beso va de dulce a caliente en segundos. Lo siguiente que sé es que estoy sobre el hombro de Reid, con el trasero en el aire. —Ahora averiguas lo que sucede cuando te atrapo. Me muevo y él me da una nalgada. Dejé escapar un grito. —¡Adiós! Oigo gritar a Willow mientras él me saca de su dormitorio. Estoy bastante b astante segura de que Reid y yo estamos a punto de tener otra primicia. Sexo de reconciliación.
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Reid Muchos meses después La música resuena a través de la casa de fraternidad. Se ha convertido en algo típico que ocurre los sábados por la noche después del partido. Yo diría que tienen fiestas ganen o pierdan, pero no lo sabría porque nunca hemos perdido. Tampoco veo que eso suceda pronto. No con el entrenador Grayson. El hombre es increíblemente inteligente cuando se trata de jugar al fútbol. He aprendido más de él que de nadie. Me acuesto en mi cama mirando al techo mientras espero que mi chica llegue. Realmente no pasamos mucho tiempo aquí, pero Willow y Zoey tuvieron que terminar algunas publicaciones de blog que estaban haciendo y hacer uno de sus videos en vivo. Solo quería ir a su casa, pero mencionó algo sobre que Willow realmente quería pasar el rato esta noche. Demonios, si ambas quieren pasar el rato aquí y soltarse, deberían hacerlo. Conmigo de pie ahí mirando cada puto movimiento. Describieron una noche de diversión. Una noche de diversión para mí es estar cerca de Zoey y terminar conmigo dentro de ella. Las dos han estado triunfando tanto como yo en el campo. Cuando llegamos al campus habrías pensado que éramos una pareja famosa. Zoey dijo que nos volvimos virales. El pequeño blog que ella y Willow hicieron ha explotado. Hablan de cualquier cosa y de todo bajo el sol. Ambas escriben en él, pero Willow se encarga de la mierda de Internet y Zoey hace todas las fotos. Se compraron algunas de sus fotografías para usarlas en algunos de los juegos. La gente ha comenzado a darles dinero para anunciarse en su blog. Me sorprendió la cantidad de dinero que las empresas pagan para que su logotipo se deslice en una imagen. Como dije, es una locura, y amo cada jodido segundo. De acuerdo, no la mierda de las redes sociales con hombres mirándolas o haciendo comentarios. el mundoalgunas sabe mejor quepara hacer esa mierda al alcance del oído. SoloTodo se necesitaron peleas aclarar las cosasconmigo en la Universidad de Kingston, pero todos recibieron el memorándum.
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Me encanta porque Zoey está haciendo lo que siempre quiso hacer: compartir sus palabras e imágenes con el mundo. Suena mi teléfono y es Zoey avisándome que estará aquí en cinco minutos. Sonrío, pensando en la vez que a Zoey le pareció extraño que no tuviera ninguna red social. Supongo que ya no, pero alguna vez lo hice. Érase una vez yo era Ava Smith. Ava, por supuesto, era amiga de una de las cuentas de Zoey. Había sido mi única opción en un momento en que q ue no podía confiar en mí mismo para estar cerca de ella. Necesitaba una forma de seguir siendo parte de su vida. Cuando me di cuenta de que no podías ver la mierda de la gente si no eras amigo de ellos y si tenían algo de privacidad, fue cuando me convertí en Ava Smith. Cuando le conté a Zoey mi pequeño secreto, solo me miró, pero por la forma for ma en que sus labios se torcieron, supe que le gustaba que la hubiera estado vigilando. Por alguna razón, está de acuerdo con mis tendencias obsesivas de hombre de las cavernas. Me levanto, poniéndome los zapatos, queriendo estar abajo antes de que lleguen aquí. La gente podría haber recibido el memorándum sobre Zoey, pero los imbéciles borrachos pueden ser impredecibles. Mi teléfono suena. Lo miro y veo el nombre del entrenador Grayson iluminar mi pantalla. —Hola —digo, respondiendo mientras tomo una sudadera con capucha del armario que tiene mi apellido en la parte de atrás. Hace frío y Zoey siempre olvida una maldita chaqueta. Además, la sudadera con capucha se traga todas sus curvas. —¿Estás en la fiesta esta noche? —pregunta. ¿Por qué demonios me pregunta eso? Sabe que no voy a ninguna de estas fiestas. No me interesa beber. Disfruto tener el control. Además, necesito mi cuerpo en plena forma para dar lo mejor de mí en el campo. —A punto de ir allí ahora para encontrarme con mi chica. —¿Está Willow con ella? Hago una pausa. —¿Por qué? Willow se ha convertido en una hermana pequeña para mí. ¿Cómo es que ella está en el radar del entrenador para que pregunte? —Responde a la maldita pregunta.
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—Sí —concedo, saliendo s aliendo de mi habitación, pero no antes de bbloquearla loquearla y bajar las escaleras. Estoy a punto de presionarlo para que responda por qué está preguntando por Willow, pero me detengo cuando deja escapar una serie de maldiciones. —Mantén a esos chicos de la fraternidad lejos de ella. Sus palabras me sorprenden, pero antes de que pueda responder, cuelga. Guardo mi teléfono cuando veo a Zoey y Willow caminando por la acera. Willow está lista para la fiesta. Zoey está en jeans y una de las camisetas de nuestra escuela. Cuando me ve, su rostro se ilumina. Ella corre hacia mí y la atrapo. Mis manos van a su trasero mientras deja caer un beso sobre mí. —Bueno, bueno, bueno. ¿A quién tenemos aquí? Si no es Reid Knight. El hombre más amado en el campus que tiene mujeres saltando en sus brazos. Ella me sonríe pensando que está siendo jodidamente linda al burlarse de mí. Sabiendo que nunca habrá otra mujer además de ella que alguna vez estará en mis brazos. Cuando Zoey y yo nos convertimos en nosotros, o supongo s upongo que cuando le informé que éramos nosotros, tenía algunos temores persistentes. Lo entiendo. De hecho, lo entendí demasiado. Esa mierda me volvió loco. No solo porque sé que la única razón por la que estas otras chicas me quieren es por el fútbol. No es por mi personalidad encantadora, que incluye mis respuestas de dos palabras o simples gruñidos. No soporto que estén tratando de joder con mi Zoey porque joderla es joderme a mí. Pondré en el culo a cualquiera que intente amenazar lo que tenemos. —¿Terminaste? —le pregunto. —No. Sonríe más grande, dejando otro beso en mí. —¿Cómo está la fiesta? —pregunta Willow. Mira hacia la puerta principal, no parece que quiera entrar. —La misma mierda. Trato de mantenerme alejado de este lugar tanto como sea posible. A veces me detengo entre clases para trabajar en algo porque está cerca, pero siempre termino en
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casa de Zoey y Willow. Un día le compraré a mi chica la casa de sus ssueños. ueños. Ella me dice que deje de pensar tan adelante. Tenemos toda nuestra vida. Haremos lo de la universidad y luego haremos lo siguiente. s iguiente. —Te quieres ir, ¿no? Zoey se menea en mis brazos. La dejé ir, poniéndola de pie. —Sí. Necesito salir. ¿Cita? —dice como si nos estuviera preguntando si ella debería tener una cita. —Si quieres. —Me enc encojo ojo de hombros. Salir con alguien alguien suena doloroso—. Oye, ¿tienes alguna idea de por qué el entrenador Grayson estaba preguntando si vendrías aquí esta noche? Su cabeza se levanta de su teléfono. —¿Él qué? Mira a su alrededor. —Me llamó hace unos cinco minutos y me preguntó si vendrías a la fiesta. —De verdad, creo que voy a ir a la cafetería en su lugar. Se da vuelta y comienza a alejarse. —¿Ahora mismo? —grita Zoey detrás de ella. —Ustedes dos, niños, diviértanse. Camina más rápido. —¿De qué diablos se trata eso? Zoey me da una mirada perpleja. —Todo lo que me importa es que eso significa que no tenemos que ir a la fiesta. Jodidamente gracias.
—¿Qué haremos con nuestro tiempo?
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Ella bate sus pestañas hacia mí. No pierdo el tiempo echándola sobre mi hombro. Nadie dice una mierda mientras camino por el campus con Zoey riéndose mientras golpea con sus pequeños puños en mi espalda y yo le doy una palmada en el trasero a cambio. Todos están acostumbrados a ver esto; no es nada nuevo. Si le preguntaras a alguien en el campus, se encogerían de hombros y dirían que solo es Reid siendo Reid cuando se trata de Zoey. Están bien. Solo soy yo mostrándoles a todos que Zoey es mía. Ella siempre ha sido y será el amor de mi vida.
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Zoey Epílogo Muchos años después ¿Cuánto tiempo he estado soñando con esta boda? Lo planeé todo hasta el más mínimo detalle, y ahora fui y perdí a la novia. En realidad, creo que es más como si ella pudiera estar escondiéndose de mí. Esto es un montón de mierda. Creo que a estos dos les gusta esconderse o algo así. Supongo que es cosa de ellos. Tengo que admitir que son bastante buenos en eso. —¿Por qué estás frunciendo el ceño? Reid quita mi cabello de mi cuello. Dejo caer mi cabeza a un lado mientras acaricia mi cuello. Me permití fundirme con él y relajarme. Necesito relajarme, pero quiero que esto sea perfecto para ellos. Se merecen su final feliz. Tanto el papá de Reid como mi mamá nos dieron gran parte de sus vidas. Incluso pensando que tenían que ocultar que estaban enamorados. Quiero celebrar esto. Quiero que el día sea todo sobre ellos por una vez. —Quiero que hoy sea perfecto. Dejé escapar un suspiro. —Será perfecto. Este lugar podría incendiarse, y todo lo que tendrías que hacer es soltar el hecho de que estás embarazada y será el mejor día de la vida de tu mamá y de mi papá. Me giro en sus brazos y le tapo la boca con la mano. Él lame la banda de mi anillo de bodas. Dejo caer mi mano y le doy mi mirada más seria. —Este es su día. No quiero hacerlo sobre nosotros. Todo siempre se trata de nosotros.
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Desde que Willow y yo escribimos es cribimos un libro sobre la importancia de las amistades y llegamos a la lista de los más vendidos del New York Times (creo que la mayoría de la gente quería conocer los detalles internos de nuestras vidas amorosas un tanto públicas), hasta graduaciones universitarias, bodas, drafts de la NFL y un millón de otras pequeñas cosas en el camino. Siempre se trata de nosotros. Hoy tiene que ser sobre nuestros padres. Los que nos guiaron a lo largo de nuestras vidas, animándonos en cada paso del camino. —Entiendo lo que dices y estoy de acuerdo. La cosa es que disfrutan muchísimo con la mierda que hacemos. Estoy seguro s eguro de que seremos los mismos. Lo seremos. Puse mi mano en mi estómago. Recién tomé la prueba esta mañana. Nadie lo sabe excepto Reid. Está bien, Willow lo sabe, pero eso no hace falta decirlo. Cuando escucho un golpe en la cocina, me doy la vuelta y avanzo. —¡Encuéntralos! —grito. Me detengo en la cocina y dejo escapar un suspiro de alivio cuando veo que solo son un par de vasos rotos. —Lo siento —dice una chica con un delantal negro. —Está bien. Me alegro de que nadie esté herido. Me giro, casi tropezando con un hombre vestido todo de negro. Su placa de identificación me permite saber que es el cantinero. ¿Realmente necesitamos un cantinero con una boda pequeña de treinta personas? Probablemente no, pero en lo que se refiere a esta boda he sido más o menos una persona de ‘sí’ al noventa por ciento de las sugerencias del planificador de bodas. —Zoey. Él me sonríe. Parece que apenas tiene la edad suficiente para beber y mucho menos para hacer cócteles. —Hola, Landon. —Le doy una sonrisa—. La gente debería empezar a aparecer en una hora. ¿Puedes tener champán listo? —Puedo hacer lo que quieras, dulzura. Un hoyuelo se forma en su mejilla. Creo que me está coqueteando, pero tal vez solo está siendo amable.
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—Dos vasos rotos es suficiente daño por hoy. La casa de nuestros padres es nueva y celebraremos la boda aquí. La construcción tomó alrededor de cuatro meses una vez que se acordaron todos los planes. Laimpresionante casa parece ordinaria desdelos el exterior, el interior es otraque historia. La cocina es y tiene todos pequeñospero detalles que hacen una casa luzca grandiosa. Pensarías que estás en una mansión y no en una casa de tamaño mediano. Nuestros padres no querían una casa gigante. Solo querían estar cerca de nosotros. Con el primer contrato de Reid justo después de algunos patrocinios muy buenos, compramos nuestra casa en un terreno gigante y comenzamos a construir este lugar para ellos. No está ni a un kilómetro de distancia. Queríamos hacer algo por ellos y a Reid le encantaba la idea de que estuvieran cerca cuando tenía que viajar v iajar para un partido. Ahora Reid está en el proceso de construir un garaje gigante para su padre. —¿Qué? Sus cejas se juntan cuando una mirada confusa se apodera de su rostro. —Champán. Empiezo a caminar alrededor de él, necesitando encontrar a mi mamá. Se acerca, agarrándome por el brazo. —¿Qué tal si nos tomamos una copa juntos? Tómate un trago antes de que lleguen todos. Mira justo debajo de la parte superior de mi vestido. Antes de que pueda decir una palabra, Landon se ha ido. —¿Los encontraste? —Reid me lanza una mirada que mataría a muchos—. No lo mates. No tengo tiempo para p ara informes policiales. —Oye, hombre, ¿no eres Reid Knight? Landon comienza a levantarse del suelo. El impacto de ver a Reid Knight en persona le hace olvidar que lo arrojaron por la habitación como un muñeco de trapo. Hombres. —Huye. —Agarro el brazo de mi esposo antes de que pueda ir por el chico ot otra ra vez. Landon finalmente comprende el peligro en el que se encuentra y se va—. Vas
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a ser cantinero por la noche si lo asesinas —le informo, soltando su brazo. Intento subir las escaleras, pero me enganchan por la cintura y me empujan hacia la oficina— of icina— . Reid. No tenemos… Mis palabras se apagan cuando me sujeta contra la pared, cayendo de rodillas frente a mí. —Siempre hay tiempo para que mi esposa se venga y le recuerde que es mía. —Confía en mí. Sé que soy tuya. Ya tiene mi vestido a la altura de mis caderas. El hombre tiene manos rápidas dentro y fuera del campo. —Sujeta el vestido —me ordena—. Quiero ver tu coño. —Su nariz se ensancha, y me doy cuenta de que realmente está alterado. Uno pensaría que con el tiempo esta loca necesidad que tiene Reid de saber siempre que le pertenezco, y que todos los demás también lo sepan, se desvanecería un poco, pero creo que solo ha empeorado. No es volver que mea importe. cuando me mira como si fuera su todo—. Zoey. No me hagas pedir ver No lo que me pertenece. Estaría mintiendo si no admitiera que cuando él se pone así, me excita más que nada. Si tuviéramos más tiempo, me resistiría un poco más para hacerle pasar un mal rato. Pero sé que el tiempo corre hasta que nuestros padres caminan por el pasillo, así que levanto mi vestido, revelándome a él. —Sin jodidas bragas —gruñe contra mi clítoris antes de chuparlo con su boca. —¡Reid! Dejé escapar un pequeño grito. Él no está jugando. Él trabaja mi clítoris. Reid conoce mi cuerpo mejor que yo. Mi Reid es suave y dulce conmigo, pero cuando estamos así, todo sigue las reglas de Reid. El control de Reid. Puede hacer que me corra en segundos, minutos u horas. —Lo quiero ahora —gruñe, y mi cuerpo hace lo que pide. Lo dejo ir cuando el placer me golpea. El orgasmo es tan rápido que saca el aire de mis pulmones. Cuando abro los ojos, Reid me levanta y empuja profundamente dentro de mí. Es implacable—. Mía. Mía. Mía —canta una y otra vez mientras empuja dentro y fuera f uera de mí. Mi segundo orgasmo ya está descendiendo en mí. —Tuya —concuerdo mientras mis uñas se clavan en sus hombros.
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Deja escapar un fuerte gemido, mi nombre en sus labios que todavía están cubiertos por mí. Voy al límite con él. Cuando Reid levanta la cabeza para mirarme, lo beso. —¿Estás tranquila? —me pregunta. Asiento. Estoy tranquila. Lentamente me pone de pie. Siento su semen por todo el interior de mis muslos. Por la mirada en el rostro de Reid, ese era el punto. También para lograr que ambos nos calmemos. Este hombre siempre sabe lo que necesito. —Vamos a darles a nuestros padres el felices para siempre que se merecen — digo mientras Reid me arregla el vestido. Llevándome a su s u lado. —Te amo —le digo mientras caminamos, haciendo que se incline y me dé un beso rápido. —Yo también te amo. Para siempre. Es posible que hayamos tenido algunos pequeños baches en el camino hacia nuestro felices para siempre, pero siempre supe que estaba destinado a ser ssuya. uya.
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Reid Epílogo Muchos años después Me siento en mi escritorio, mirando la pantalla de mi computadora, pero sin comprender realmente nada de lo que hay en esta. Tuve una noche de sueño inquieto. Tomé a Zoey tantas veces durante la noche, tratando de calmarme perdiéndome en mi esposa, sin estar seguro de estar est ar listo para que la vida cambie. Hasta que me echó de la cama y me dijo que tenía que aceptar que nuestra pequeña niña estaba creciendo. He estado sentado en mi oficina desde d esde entonces. Pensé que el trabajo sería la mejor manera de distraerme de todo. Después de retirarme de la NFL, me ofrecí como voluntario en la preparatoria local, entrenando al equipo de fútbol. Insistieron en pagarme, así que donaba el salario todos los años para mejorar la escuela. Quería retribuir ya que he sido muy afortunado en la vida. Bien, quería vigilar a Izzy y asegurarme de que ningún pequeño vago intentara algo fuera de lugar. Tener dos niñas no ha sido fácil. Sé qué clase de imbéciles hay por ahí. Trato de concentrarme en las jugadas de carrera para el juego de este fin de semana, pero cada vez que levanto la vista, veo la foto de Izzy que está en la esquina de mi escritorio. Probablemente tenga cinco años en esta. Estamos en el campo de atrás, el sol está brillando y la estoy haciendo girar en una nube llena de burbujas que había soplado para ella. Se ríe y me mira como si fuera el único hombre al que amará. Lo hacía hasta que apareció ese pequeño imbécil. —Él no es un imbécil. —Levanto la mirada para ver a Zoey de pie en la puerta de mi oficina. Debo haber dicho las últimas palabras en voz alta—. Amas a Noah. —Amor es una palabra bastante fuerte. —Eso me provoca una risita de Zoey. Observo mientras camina hacia mi escritorio. Es más hermosa hoy de lo que era hace tantosaaños cuandoLo mehace enamoré de ella. Me la vueltade encalma mi sillame para que pueda subir mi regazo. sin dudarlo. Unadoy sensación invade como siempre cuando ella está cerca. Acaricia mi cuello—. No estoy listo para dejarla ir.
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—No la vas a perder. Es una adulta, Reid. Está comenzando su vida de la misma misma manera que tú y yo y o comenzamos la nuestra. Están enamorados. Levanta la cabeza para mirarme a los ojos. Sus dedos trazan la dura línea de mi mandíbula. Sé que tiene razón. anteponiendo Noah ama a Izzy. Me recuerda a mí mismo cuando era más joven. Siempre las necesidades demucho Izzy a las suyas. Al decir eso, todavía no quiero darle permiso para casarse con mi niña. —Siento como si la estuviera perdiendo. —No puedes pensar en ello de esa manera. Tienes que pensar en ello como si nuestra familia creciera. —Sé que tiene razón, pero eso no significa que me tenga que gustar—. ¿No quieres que nuestra pequeña tenga un amor como el nuestro? Eso me golpea justo en mi maldito trasero. Quiero eso. De hecho, sé que quiero tanto eso para ella que quiero asegurarme de que así será. Suena la alarma, haciéndome saber que Noah está subiendo por el camino de entrada ahora. El chico me recuerda demasiado a mí a veces. Me encanta la pequeña mierda. Él e Izzy han estado juntos desde la secundaria. Al menos creo que fue entonces cuando logró que ella dejara de llamarlo su amigo. —Noah está aquí. Mi otra hija, Riley, dice cuando entra en mi oficina. Se deja caer en la silla frente a mi escritorio, levanta los pies mientras mira su teléfono. La cosa siempre está pegada a su maldita mano. —Voy a abrir la puerta. Me pongo de pie, poniendo a Zoey en mi asiento. Cuando llego a la parte superior de las escaleras, veo que Izzy ya lo ha dejado entrar. Bajo unos pocos escalones. Izzy está más animada con sus manos mientras habla con él. —No hay razón para decírselo. —La oigo decir mientras bajo un par de escalones más. —No le estoy mintiendo a tu padre ni a nadie. Él se enterará de todos modos. —¿Enterarme de qué? Ambos se giran para mirar en mi dirección.
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—Sí, ¿qué? —Por supuesto, Riley está detrás de mí. Riley es una chica brillante, brillante, la mejor de su clase, y obtiene los mejores puntajes en los exámenes como su madre, pero es entrometida como la mierda. A veces me encanta eso y a veces la odio—. ¿Estas embarazada? —¡Riley! —le grita Izzy—. No —agrega rápidamente. rápidamente. —Hoy no —agrega Noah. Mi cuerpo se tensa pensando en que mi pequeña niña tendrá un pequeño ella misma. Me relajo cuando la mano de mi esposa descansa des cansa sobre mi espalda. —Hola, Noah —le dice. —Buenos días, Zoey —la saluda—. Reid. —Él asiente con la cabeza antes de responder a mi pregunta—. Enterarte que Izzy se mudará conmigo. De hecho, estoy un poco sorprendido de que esto no haya sucedido antes, pero Noah cumplió su palabra cuando me prometió que la dejaría pasar su primer año en la universidad. Podría haber estado mal que le pidiera eso debido a mi propia historia, pero lo hice de todos modos. Todo el mundo sabe, que si bien Zoey y yo técnicamente teníamos nuestros propios lugares en el primer año de la universidad, nunca pasamos una noche separados. El primer año ya terminó para Izzy y parece que Noah no está dispuesto a esperar un segundo más para estar con ella. —¿Por qué no trasladamos esta conversación a la cocina? Me vendría bien un poco de café. Puse mi mano en la espalda de Zoey para guiarla escaleras abajo conmigo. Todos se dirigen a la cocina, pero no antes de que yo llame la atención de Noah y me mueva hacia la sala de estar. —La amo —dice antes de que pueda decir algo. —Sé eso. Está por toda su cara. Una mirada que siempre ha estado ahí cuando se trata de Izzy. Es una que conozco bien porque he visto la misma mirada todos los días durante la mayor parte de mi vida cuando estoy frente a un espejo. —Cumplí mi palabra. —Lo hiciste.
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Estoy siendo duro con el chico, pero es bueno para él. Para mí también, de hecho. No importa cuánto, estoy seguro de que él quería decirme que me fuera a la mierda el año pasado cuando le pedí que lo hiciera, porque más que querer a Izzy para él solo, la quería feliz y la ponía primero. No queriendo comenzar una pelea conmigo que la lastimaría. La antepone y hace lo que cree que es mejor para ella, incluso si ella se enoja por eso. La historia de mi vida. —Sabes que no estoy aquí por la mierda de mudarse, ¿verdad? Se mueve sobre sus pies. —Sí, y es por eso que necesito otra promesa. Una que me dice que estás en esto para siempre. Y que la vas a amar hasta el final de los tiempos. —Esa es una promesa que puedo cumplir. —Se pone de pie un poco más derecho—. La única vida que quiero es una con Izzy. —Tienes nuestra bendición. Noah deja escapar un suspiro y puedo ver que la tensión abandona su cuerpo. Me preguntó con respeto. Noah no dejará ir a Izzy. Pelearía conmigo por eso, como debería hacerlo si de verdad quiere casarse con ella. Lo jalo para darle un abrazo, dándole palmaditas en la espalda. —¿Están…? Izzy se detiene cuando nos ve. Una sonrisa ilumina todo su rostro, haciéndola parecerse más a Zoey que de costumbre. —Ahí vamos. Me acerco a ella y le doy un beso en la cabeza antes de dirigirme a la cocina. Se quedan atrás. —¿Qué pasa? —pregunta Riley cuando entro en la cocina. Zoey me me entrega una taza de café. Tomo un sorbo antes de dejarla—. Nadie se está muriendo o algo así, ¿verdad? —Hoy no —digo mientras Zoey se inclina hacia mí.
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La miro, y solo con mis ojos le cuento lo que pasó. Me da la misma sonrisa que Izzy me dio hace unos momentos. Agarro a Zoey y la siento en la isla de la cocina, recuperando su taza que dejó junto al fregadero. Noah e Izzy se unen a nosotros más tarde. discutir sobre lo que debemos comer, unos lo queminutos se convierte en otraTodos pelea comienzan sobre si estoa es el desayuno o el almuerzo. Bebo mi café, disfruto cada segundo. Nuevamente los ojos de mi esposa se encuentran con los míos, diciéndome que también lo está disfrutando. Nuestras niñas pueden estar creciendo, pero como dijo Zoey, nuestra familia también está creciendo. —Te amo —dice Zoey al oído. Giro la cabeza para mirarla. —Yo también te amo. Para siempre. Dejo caer mi boca sobre la de d e ella.
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His Forever Libro Love Próximo
11 El fútbol es mi vida, siempre lo ha sido. Hasta que la conocí. Willow es justo la distracción que no necesito cuando estoy tratando de reiniciar mi carrera de jugador de la NFL a entrenador universitario. ¿Y lo que es peor? p eor? Es una estudiante de primer año. Puede que sea el entrenador jefe de la NCAA más joven de la historia, pero sigo siendo demasiado mayor para ella. Demasiado grande también, jugué en la liga como liniero ofensivo. Ella es pequeña comparada conmigo. Inocente, ingenua y completamente fuera de los límites, Willow me tienta incluso cuando no lo intenta. Debería alejarme de ella. Pero no puedo. Me llama su oso, y nunca he querido a nadie como a ella. Si tengo que luchar contra la mitad de mi equipo para mantenerla para mí, lo haré. Por ella, arriesgaré mi carrera y mi reputación. Porque ganarla es el único juego que no puedo permitirme perder. Forever #2
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