Hessen, J. - Teoría Del Conocimiento
August 26, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Juan Hessen, filósofo alemán, nacido en Lobberich en 1889, fue profesor de la Universidad de Colonia desde 1927 y una de las inteligencias más claras y agudas de nuestro tiempo. Forma parte del grupo católico de su país y ha dedicado gran espacio en su labor a defender las tesis escolásticas. De él ha escrito Ferrater Mora: "Su propósito pr p r in ci cipp a l es la e r e cc ccii ón d e u n a filos fil osofía ofía cr cris istt ia n a e n la cual se aprovechen las principales contribuciones del pensamiento contemporáneo, entre ellas la fenomenología, el neokantismo y la teoría objeíivista de los valores." Y pro sigue el gran pensador e historiador español de la filosofía: "Fuertemente influido por el agustinismo. Hessen ha tra ba b a ja d o s ob obrr e t od o e n el ca m p o d e la filos fil osofía ofía d e la r e l i gión, a su entender, toda concepción religiosa filosófica*
mente fundada debe apoyarse en una previa epistemología y axiología religiosas, así como en una doctrina personalista, para cuya edificación ha recibido muchas influencias de Scheler." Entre los numerosos trabajos que lleva pu bl b l i ca d os es es,, s in d u d a , el m á s l og ogrr a d o su TEORÍA DEL CO Re viss NOCIMIENTO, que expresamente autorizados por la Revi ta de Occidente, incorporamos a COLECCIÓN AUSTRAL. Otras obras importantes de Juan Hessen son: La La filosofía filosofí a de la religión del neokantismo, Exposición histórica y sistemática de la demostración agustiniana de la existencia de Dios, El sentido de la vida o su Manu Manual al de filosofía en tres volúmenes. TEORÍA DEL CONOCIMIENTO es ya un estudio clásico. Su autor, con Nicolás Hartmann (1882 1950), considera "que el último sentido del conocimiento filosófico no es tanto resolver enigmas como descubrir por p or t e n t os os". ". En s ínt ín t es esis is h e s s e n ia n a , "la p r e s e n t e e x p os i ci ción ón se distingue de las usuales desde tres puntos de vista: p on e el m é t od o fe n om e n ol ológ óg i co a l s e r v i ci cioo d e la t e or oría ía del conocimiento, plantea una detenida discusión sobre el problema de la intuición, desenvuelve la teoría especial del conocimiento, además de la teoría general del mismo"
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACION - ULA ULA
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DONACION CARLOS CESAR RODRIGUEZ
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TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
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AU STRAL 107
J. HESSEN -e -z .
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO DECIMOTERCERA EDICIÓN
ESPASA-CALPE, S. A. MADRID
Ediciones especialmente autorizadas par paraa la COLECCIÓN AUSTRAL Prim era edició Primera edición: n: Segunda edición: Tercera edición: Cuarta edición: Quinta edición: Sexta edición: Séptima edición: Octava edición: Novena edic edición ión:: Décimaa edici Décim edición: ón: Undécima edición: Duodécimaa edic Duodécim edición: ión: Decimotercera edici edición: ón:
20 15 11 20 112 30 -
I - 1940 I X - 1942 I I I - 1944 X I I - 1945 V I - 1948 V I - 1951 X . 1952
17 13 2 8 3 300 11-
I X - 1956 X I I -1961 V -1964 V I - 1966 I -1970 X -1973
Traducción del alemán por José Caos ©
Espasa Esp asa-Cá -Cálpe lpe , S. A., Madrid, 1940
Dep D epós ósit itoo legal leg al:: M. 29.915— 29.915— 19 1978 78 ISBN IS BN 81— 81— 239—0107 239—0107— —6
Imp reso en E Impreso España spaña Printed Prin ted in Spain Acabado de iimprim mprimir ir el día 11 de octubre de 1973 Talleres tipográficos de la Editorial Espasa-Calpe, S. A. Carretera de Irún, km. 12,200. Madrid-34
ÍNDICE i Página V l
P r ó l o g o ...............................................
9
I n t r o d u c c i ó n :
1. 2. 3.
La esenc esen cia de la filosofía ............................ ............................ La posic posició ión n de la teoría t eoría del con ocimien t o en el sist ema de la filosofía ..................... .......................... ..... La hist or ia de la t eor eor ía de dell con ocimient o. . .
11 20 21
PRIMERA PARTE T e o r í a g e n e r a l d e l c o n o c i m ie ie n t o
Investigación Investiga ción fenomenológic fenomenológica a prelimin preliminar ar Elcofenómeno y los problemas n t enidos en idos del en éconocimiento l................................................. l..................................... ............
I.— I.— La po posi sibi bili lida dad d del conocimiento conocimiento
...........................
1. 2. 3. 4. 5.
25
El E l dogm dogmaa t ism o........................ o............................................. ....................... .. E l escept ic icism ismo o.............................................. El su bjet bjet ivi ivism smo o y el el r ela t ivism ivismo o................ E l pr a gma gm a t ism o. o...... .......... .......... .......... .......... ......... ......... .......... .......... ..... E l crit icismo..... icism o.......................... ......................................... ......................... .....
II. E Ell origen del conocimiento.................................... 1. 2.
El r a cion ion a lismo............................................. E l empir ismo.................................................
34 34 36 40 43 46 49 50 55
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INDIC IND ICE E
Páginas
3. El int intele elecctu al ism o..................... 4. E l a pr iorism ioris m o........ o.............. ............. .............. ......... 5. Crít Cr ítica ica y posic posició iónn pr opia opia....... ............. ............ ............. .......... ...
60 62 64
La ese esenci ncia a del conocimi conocimiento ento............................... III.—
68
1. So Soluc lucio iones nes pr em et a fí física sicas: s: o) E l objet objetivism ivism o......................................... b) El su subj bjetivismo etivismo.......................................
69 70
2. So Soluc lucio iones nes m et a física s: a) El rea li lismo smo............................................. b) El idealismo............................................ El feno enomena mena li lismo smo................................... Crít Cr ític icaa y posic posició iónn pr opia...... opia ............ ............. .......... ...
72 78 83 85
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a) La so soluc lució iónn mo monista nista y pa nt eíst eístaa .........
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b) La so soluci lucióón dua lista y t eís t a ...... ......... ...... ...... ... Las especies especies del del conoci conocimi mient ento o............................. IV.—
90 92 1. E l probl problema ema de la int uici uicióón y su hist oria . 92 2. Razó Razónn y sinr sinraa zó zónn del int u icio icionis nismo mo........... 102
V .—El criterio de la verdad..................................... 110 1. E l concepto de la ver da d ............................. 110 2. E l cr iter io de la ver da d ............................... 113 SEGUNDA PARTE Teor
1. 2. 3. 4. 5.
ía
especial
del
c o n o c im ie n t o
Su pr oblem blemaa .................................................. La esenc esencia ia de las cat egoría egor ía s ........................ El sis sistema tema de las ca t ego egorr ías ía s ....................... La sust an ciali ialidad dad .......................................... La ca usa li lida dad: d: a) El concept nceptoo de ca u sa lida lidadd .................... b) E l pr princi incipio pio de ca us a lidad ..................
119 120 124 13 1300 132 134
CONCLUSIÓN La fe y él saber......................... . ................................ 14 1433
PRÓLOGO La exposi exp osició ción n que ofre of rece cem m os de la teoría teor ía del cono cimiento ha surgido de las lecciones dadas por el autor en la Universidad de Colon Colonia. ia. E sto st o explica explic a su forma form a elemental. E l esfu es fuer erzo zo del autor au tor se ha enderezado no tanto a ofrecer llanas soluciones como a exponer clara y razonadamente el sentido de los problemas problem as y las distintas posibilidades de resolverlos, sin renunciar na turalmente a desarrollar un examen crítico y a adoptar , una posición El autor au tor comparte comp arte con N i c o l á s H a r t m a n n la convicc convicción ión de que “ el último sentido del conocimien conocim ien to filosófico no es tanto resolver enigmas como descu brir portentos”. La p rese re sent ntee exp exposic osición ión de la teor teoría ía del conocim conocimiento iento se disting dis tingue ue de las usuales desde tres tre s pun puntos tos de vista. En prim pr imer er término, térm ino, porque por que pone pon e el método méto do femomefemome- nológico al servicio de la teoría del conocimiento. En segundo lugar, porqu por quee plantea una discusión detenida del problema de la intuición., que no suelen tratar las más de las exposiciones. Finalmente, porque desenvuel ve la teoría especial del conocimiento, además de la general. Ojalá el presente trabajo contribuya a fomentar el interés, hoy redivivo, por las cuestiones filosóficas. J
Colonia, octubre de 1925.
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La teoría del conocimiento es una disciplina filosófica. Para definir su posición en el todo, que es la filosofía, necesitamos partir de una definición esencial de ésta. Pero ¿cómo llegar a esta definición? ¿Qué método debemos emplear para definir la esencia de la filosofía filosof ía ? Se podría intentar, ante todo, obtener una definición esencial esenci al de la fil filoso osofí fíaa /pa r t ien do de la sign if ific icaa ció ión n de la palabra. La palabra filosofía procede de la lengua griega y vale tanto como amor a la sabiduría, o lo que quiere decir lo mismo, deseo de saber, de conocimiento. Es palmario que esta significación etimológica de la palabra filosofía es demasiado general para extraer de ella una definición esencial. Es menester evidentemente elegir otro método. Podría pensarse en recoger las distintas definiciones esenciales que los filósofos han dado de la filosofía en el curso de la historia y, comparándolas unas con otras, obtener una definición exhaustiva. Pero tampoco este p prr oce oced d im ie n t o con d u ce a l fin b u s ca d o. L a s d e fin icioici ones esenciales que encontramos en la historia de la filosofía discrepan tanto, muchas veces, unas de otras, que parece completamente imposible extraer de ellas una definición esencial unitaria de la filosofía. Com p páá r e s e , p or e je jem m p lo, la d e fin ición ici ón d e la fi fill os ofía ofí a q u e da n
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Platón Pla tón y A rist ri stóó tele te less —que definen la filosofía como la ciencia pura y simplemente— con la definición de los estoic es toicos os y de los ep epicú icúre reos os , para quienes la filosofía es una aspiración a la virtud o a la felicidad, respectivamente. O compárese la definición que en la Edad Moderna da de la filosofía Cristian Wolff —que la depossibilium ium, quatenus esse possunt — , fine como scientia possibil con la definición que da F eder Fed erico ico Über Überioeg ioeg en su conocido Tratado de Historia de la filosofía, según el cual la filosof filosofía ía e s : “la_ “la_ cien cia de lo loss p r in cipios”. Ta les divergencias hacen vano el intento de encontrar por este camino una definición esencial de la filosofía./A tal definición sólo se llega, pues, prescindiendo de dichas definiciones y encarándose con el contenido histórico de la la ffilo ilosof sofía ía m ism a ./E ./E st e co c ont enido no noss da el material de que podemos sacar el concepto esencial en la filosofía. Ha sido Guülei'mo Dilthey el que ha empleado por primera vez este método, en su ensayo sobre La ese esencia ncia de la fi filo loso sofía fía.. Aquí le seguiremos, con cierta libertad, intentando, sin embargo, a la vez, desarrollar sus pensamientos. Pero el procedimiento que acabamos de señalar parece destinado al fracaso, porque tropieza con una dificultad de principio. Se trata de extraer del contenido histórico de la filosofía el concepto de su esencia. Mas p paa r a p od e r h a b la r de u n con t e n i d o h i s t ór i co d e la filofil osofía necesitamos —parece— poseer ya un concepto de la filosofía. Necesitamos saber lo que es la filosofía, para sacar su concepto de los hechos. En la definición esencial de la filosofía, dada la forma en que queremos obtenerla, parece haber, pues, un círculo; este procedimiento parece, entonces, por esta dificultad, condenado al fracaso. Sin embargo, no es así. La dificultad señalada desaparece si se piensa que no partimos de un concepto definido de la filosofía, sino de la representación ge neral que toda persona culta tiene de ella. Como in Dil ilth thee y : “Lo primero que debemos intentar es dica D descubrir un contenido objetivo común en todos aquellos sistemas a la vista de los cuales se forma la represen t a ción ión gener a l de la ffilo ilosof sofía ía . ”
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Estos sistemas existen, en efecto. Acerca de muchos p prr odu od u ct os d el p e n s a m ie n t o ca b e d u d a r q u e d e ba n con siderarse como filosofía. Pero toda duda de esta especie enmudece tratándose de otros numerosos sistemas. Desde su primera aparición, la humanidad los ha considerado siempre como productos filosóficos del §s p pír ír it u , h a v i s t o en ellos el los la e s e n cia m is m a de la fi filo loss ofía ofí a . Tales sistemas son los de Pla Platón tón y A ri rist stót ótel eles es , Descartes y Le Leib ibniz niz , Ka Kant nt y H Hege egel. l. Si profundizamos en ellos, hallamos ciertos rasgos esenciales comunes, a pesar de todas las diferencias que presentan. Encontramos en todos ellos una tendencia a la universalidad, una orientación hacia la totalidad de los objetos. En contraste con la actitud del especialista, cuya mirada se dirige siempre a un sector mayor o menor de la totalidad de los objetos del conocimento, hallamos aquí un punto de vista universal o que abarca la totalidad de las cosas. Dichos sistemas presentan, pues, el carácter de la universalidad. A éste se añade un segundo rasgo esencial común: la actitud del filósofo ante la totalidad de los objetos es una actitud intelectual, una actitud de pen pensam samien iento to. ET filósofo filósofo t r a t a de co con n ocer ocer , de saber. Es por esencia un espíritu cognoscente. Como notas esenciales de toda filosofía se presentan, según esto: l.°, la orientación hacia la totalidad de los objetos ; 2.°, el el car á cte r r a cion ion a l, ccognoscitivo, ognoscitivo, de est a or ie n . tación. Con esto hemos logrado un concepto esencial de la filosofía, aunque muy formal aún. Enriqueceremos el contenido de este concepto considerando los distintos sistemas, no aisladamente, sino en su conexión histórica. Se trata, por tanto, de abrazar con la mirada la total evolución evolu ción histór his tórica ica de la filosofía en sus rasgos princi p paa le less . D e s d e e s t e p u n t o de v is t a n os r e s u lt a r á n com p prr e n s ib le s la s con co n t r a d i ct or i a s d e fin icion ici on e s de la fi filo loss ofía ofí a a que hemos aludido hace un momento. Se ha designado, no sin razón, a Sócrates como el creador de la filosofía occidental. En él se manifiesta claramente la expresa actitud teórica del espíritu griego. Sus pensamientos y aspiraciones se enderezan a edificar la vida humana sobre la reflexión, sobre el
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saber. Sócrates intenta hacer de toda acción humana una acción consciente, un saber. Trata de elevar la vida, con todos sus contenidos, a la conciencia filosófica. Esta tendencia llega a su pleno desarrollo en su Platón tón . La reflexión filosófica se exmáximo discípulo, Pla tiende en éste al contenido total de la conciencia humana. No se dirige sólo a los objetos prácticos, a los valores y las virtudes, como acaecía las más de las veces en Sócrates, sino también al conocimiento científico. La actividad del estadista, del poeta, del hom b brr e de cie n cia , s e t or n a , p or igu ig u a l, ob je t o d e la r e fle xi xión ón filosófica. La filosofía se presenta, según esto, en Só crates y todavía más en Pla Platón tón,, como una autorrefle xión del espíritu sobre sus supremos valores teóricos y prácticos, sobre los valores de lo verdadero, lo bueno y lo bello. A rist Ari stó ó te tele less present La filosofía de prese nt a un aspecto aspecto disti distinnto. El espíritu de A rist Ari stó ó te tele less se dirige preferentemente al conocimiento científico y a su objeto: el ser. En el centro de su filosofía se halla una ciencia universal del ser: la “filosofía primera” o metafísica, como se llamó más tarde. Esta ciencia nos instruye acerca de la esencia de las cosas, las conexiones y el principio último de la realidad. Si la filosofía socraticoplatónica p pu u e d e ca r a ct e r i z a r s e com o u n a concepción del espíritu, Ari rist stó ó te tele less que su filosofía se predeberá decirse de A senta, ante todo, como una concepción del universo . La filosofía torna a ser reflexión del espíritu sobre mismo enreos las. época postaristotélica, con los estoic est oicos os ysí los ep icúreo epicú Sin embargo, la concepción socrático p pla la t ón ic icaa s u fr e u n e m p e q u e ñ e cim ie ien n t o, p u e s t o qu e s olamente las cuestiones prácticas entran en el círculo visual de la conciencia filosófica. La filosofía se presenta, según frase de Cicerón, como la “maestra de la vida, la inventora de las leyes, la guía de toda virtud”. Se ha convertido —dicho brevemente— en una filosofía de la vida. Al comienzo de la Edad Moderna volvemos a marchar por las vías de la concepción aristotélica. Los sis Des esca cart rtes es,, Spinoza y Leibn Le ibniz iz revelan todos temas de D la misma dirección hacia el conocimiento del mundo
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objetivo, que hemos descubierto en el E Est sta a giri gi rita ta . La filosofía se presenta de un modo expreso como una concepción del universo. En Ka Kant, nt, por el contrario, revive el tipo platónico. La filosofía toma de nuevo el carácter de la autorreflexión, de la autoconcepción del espíritu. Cierto que se presenta en primer término como teoría del conocimiento o como fundamen tación crítica del conocimiento científico. Pero no se limita a la esfera teórica, sino que prosigue hasta llegar a una fundamentación crítica de las restantes esferas del valor. Junto a la Critica de la razón pura aparecen la Crítica de la razón práctica , que trata la esfera del valor moral, y la Crítica del juicio , que hace de los valores estéticos objeto de investigaciones críticas. También en Ka Kant nt se presenta, pues, la filosofía como una reflexión universal del espíritu sobre sí mismo, como una reflexión del hombre culto sobre su total conducta valorativa. En el siglo xix revive el tipo aristotélico de la filosofía en los sistemas del idealismo alemán, principalmente en Schellvng y H Heg egel. el. La forma e xa l t a da y exclusivista en que el tipo se manifiesta origina un movimiento contrario igualmente exclusivista. Este movimiento lleva, por un lado, a una completa desvalorización de la filosofía como la que se revela en el materialismo y el positivismo, y, por otro lado, a una renovación del tipo kantiano, como la que ha tenido lugar en el neokantismo. El exclusivismo de esta renovación consiste en la eliminación de todos los elementos materiales y objetivos, que existen de modo innegable en Kan Kant, t, tomando así la filosofía un carácter puramente formal y metodológico. En esta manera de ver radica a su vez el impulso que conduce a un nuevo movimiento del pensamiento filosófico, el cual torna a dirigirse principalmente a lo material y objetivo, frente al formalismo y metodismo de los neokan tianos, y significa, por ende, una renovación del tipo aristotélico. Nos encontramos todavía en medio de este movimiento, que ha conducido, por una parte, a ensayos de una metafísica inductiva, como los emprendidos p por or Eduardo de Hartmann Hartm ann, Wundt y Dr Driesch iesch,, y por
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otra, a una filosofía de la intuición, como la que encontramos en B Berg ergso son, n, y, en otra forma, en la moderna fenomenología representada por H Hus usser serll y Scheler. Esta ojeada histórica sobre la evolución total del p pee n s a m ie n t o filos fil osófico ófico n os h a con d u ci cid d o a d e t e r m in a r otros dos elementos en el concepto esencial de la filosofía. Caracterizamos uno de estos elementos con el término “concepción del yo”, y el otro con la expresión “concepción del universo”. Entre ambos elementos existe un peculiar antagonismo, como nos ha revelado la historia. Ya resalta más el uno, ya más el otro; y cuanto más resalta el uno, tanto más desciende el otro. La historia de la filosofía se presenta finalmente como un movimiento pendular entre estos dos elementos. Pero ello prueba precisamente que ambos elementos pertenecen a aquel concepto esencial. No se trata de una alternativa (o el uno, o el otro), sino de una cumulativa (tantouna el concepción uno como del el otro)/ La filosofía es ambas cosas: yo y una concepción del universo. Se trata ahora para nosotros de enlazar los dos elementos materiales acabados de obtener, con las dos notas formales primeramente señaladas, para llegar así a una plena definición esencial. Habíamos encontrado anteriormente que las dos notas principales de toda filosofía eran la dirección hacia la totalidad de los objetos y el carácter cognoscitivo de esta dirección. La p r i m e r a de e s t a s d os n ot a s e xp e r im e n t a a h or a u n a d iferenciación por obra de los elementos esenciales últimamente obtenidos. Por totalidad de los objetos puede entenderse tanto el mundo exterior como el mundo interior, tanto el macrocosmo como el microcosmo. Cuando la conciencia filosófica se dirige al macrocosmo, tenemos la filosofía en el sentido de una concepción del universo. Por el contrario, cuando el microcosmo constituye el objeto a que se dirige la filosofía, se da el segundo tipo de ésta: la filosofía en el sentido de u n a concepción del yo. Los dos elementos esenciales últimamente obtenidos se insertan muy bien, pues, en el concepto formal primeramente establecido, ya que lo completan y corrigen.
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Podemos definir ahora la esencia de la filosofía diciendo: la filosofía es una au auto tom' m'eefle flexi xión ón del esp espíritu íritu sobre su conducta valorativa teórica y práctica, y a la vez una aspiración al conocimiento de las últimas conexiones entre las cosas, a una concepción racional del universo. Pero todavía podemos establecer una conexión más profunda entre ambos elementos esencia Plató Pl atón n y Kan Kant, t, existe entre ellos les.relación Como prueban la de medio a fin. La reflexión del espíritu sobre sí mismo es el medio y el camino para llegar a una imagen del mundo, a una visión metafísica del universo. Podemos decir, pues, en conclusión: la filoso
fí a es un inten fía in tento to del espí es pírit ritu u humano humano para llega lle garr a una concepción del universo mediante la autorreflexión so bre sus funciones valorativas teóricas y prácticas.
Hemos obtenido esta definición esencial de la filosofía por un procedimiento inductivo. Pero podemos completar este procedimiento inductivo con un procedimiento en situar la filosofía dentro deldeductivo. conjunto Éste de lasconsiste funciones superiores del es pí p í r it u , en s e ñ a la r el p u e s t o q u e ocu p a en el s is t e m a total de la cultura. El conjunto de las funciones culturales arroja una nueva luz sobre el concepto esencia] de la filosofía que hemos obtenido. Entre las funciones superiores del espíritu y de la cultura contamos la ciencia, el arte, la religión y la moral. Si ponemos en relación con ella la filosofía, ésta pa p a r e ce d i s t a r m á s d e la e s fe ferr a d e la cu lt u r a ú lt im a m e n te nombrada, de la morad. Si la moral se refiere al lado pr p r á ct ic icoo d e l s e r h u m a n o, p u e s t o q u e t ie ienn e p or s u je t o la voluntad, la filosofía pertenece por completo al lado teórico del espíritu humano. Con esto la filosofía parece entrar en la vecindad de la ciencia. Y, en efecto, existe una afinidad entre la filosofía y la ciencia, en cuanto que ambas descansan en la misma función del espíritu humano, en el pensamiento. Pero ambas se distinguen, como ya se ha indicado, por su objeto . Mientras que las ciencias especiales tienen por objeto pa p a r ce cela la s de la r e a lid li d a d , la fil fi l os ofía ofí a s e d i r i g e a l con ju n t o d e é s t a . C a b r ía , n o ob obss t a n t e , p e n s a r e n a p li lica ca r el concepto de la ciencia a la filosofía. Bastaría dis Nü
m.
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tinguir entre ciencia particular y ciencia universal y llamar a esta última filosofía. Pero no es lícito subordinar la filosofía a la ciencia, como a un género más alto, y considerarla de esta suerte como una determinada especie de ciencia. La filosofía se distingue de toda ciencia, no sólo gradual, sino esencialmente, por su objeto. lo existente más que una adición de La lastotalidad distintasdeparcelas de laes realidad, que constituyen el objeto de las ciencias especiales. Es frente a éstas un objeto nuevo heterogéneo. Supone, p pu u es , u n a n u e va fu n ción ci ón p or p a r t e del de l s u je t o. E l coco nocimiento filosófico, dirigido a la totalidad de las cosas, y el científico, orientado hacia las parcelas de la realidad, son esencialmente distintos, de suerte que entre la filosofía y la ciencia impera la diversidad, no sólo en sentido objetivo, sino también su subj bjet etiv ivo. o. ¿Qué relación guarda ahora la filosofía con las dos rest an tes esfera esfera s de la cultu ra , co con el arte y la religión? La respuesta es: existe profunda afinidad entre estas tres esferas de la cultura. Todas ellas están entrelazadas por un vínculo común, que reside en su objeto. El mismo enigma del universo y de la vida se halla frente a la poesía, la religión y la filosofía. Todas ellas quieren en el fondo resolver este enigma, dar una interpretación de la realidad, forjar una concepción del universo. Lo que las diferencia es el origen de esta concepción. Mientras la concepción filosófica del universo brota del conocimiento racional, el origen de la concepción religiosa del mismo está en la fe religiosa. El principio de que procede y que define su espíritu es la vivencia de los valores religiosos, la experiencia de Dios. Por eso, mientras la concepción filosófica del universo pretende tener una validez universal y ser susceptible de una demostración racional, la aceptación de la concepción religiosa del universo depende, por modo decisivo, de factores subjetivos. El acceso a ella no está en el conocimiento universalmente válido, sino en la experiencia personal, en las vivencias religiosas. Existe, pues, una diferencia esencial entre la concepción religiosa del universo y la filosófica; y, por ende, entre la religión y la filosofía.
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La filosofía es también esencialmente distinta del arte . Como la concepción del universo que tiene el hombre religioso, la interpretación que da de él el artista no procede del pensamiento puro. También ella debe su origen más bien a la vivencia y a la intuición. El artista y el poeta no crean su obra con el intelecto, sino que sacan de la totalidad de las su fuerzas espirituales. A la esta diversidad de funciones sub b je tivas se agrega una diferencia en el sentido objetivo. El poeta y el artista no están atentos directamente a la totalidad del ser, como el filósofo. Su espíritu se dirige, en primer término, a un ser y un proceso concretos. Y al representar éstos, los elevan a la esfera de la apariencia, de lo irreal. Lo peculiar de esta representación consiste en que en este proceso irreal se manifiesta el sentido del proceso real; en el proceso particular se expresa el sentido y la significación del proceso del universo. El artista y el poeta, interpretando primordialmente un ser o un proceso particulares, dan indirectamente una interpretación del conjunto del universo y de la vida. Si intentamos definir en resumen la posición de la filosofía en el sistema de la cultura, deberemos decir lo siguiente: la filosofía tiene dos caras: una mira a la religión y al arte; la otra a la ciencia. Tiene de común con aquélla la dirección hacia el conjunto de la realidad; con ésta el carácter teórico. La filosofía ocupa, por ende, su puesto en el sistema de la cultura, entre la ciencia por un lado y la religión y el arte por arte, otro, puesto aunqueque estátambién más cercana de la sereligión que del la religión dirige i nme di diaa t a m e nt e a l a t ot a l ida ida d d e l s e r y t r a t a dé iint nt e r pr p r et a r la . De este modo hemos completado nuestro procedimiento inductivo con otro deductivo. Situando la filosofía dentro del conjunto de la cultura, poniéndola en relación con las distintas esferas de la cultura, hemos confirmado el concepto esencial de la filosofía que habíamos obtenido y hecho resaltar claramente sus distintos rasgos./
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L a p o s i c i ó n d e l a t e o r í a d e l c o n o c i m i e n EN EL SISTEMA DE LA FILOSOFÍA
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N u e s t r a d efi efinn ici ición ón es esen en cia l t ien ie n e p or con conss e cu cuee n cia una división de la filosofía en diversas disciplinas. La filosofía es, en primer término, según vimos, una au torreflexión del espíritu su conducta teórica y práctica. Comosobre reflexión sobre lavalorativa, conducta teórica, sobre lo que llamamos ciencia, la filosofía es teoría del conocimiento científico, teoría de la ciencia. Como reflexión sobre la conducta práctica del espíritu, sobre lo que llamamos valores en sentido estricto, la filosofía es teoría de los valores. Mas la reflexión del espíritu sobre sí mismo no es un fin autónomo, sino un medio y un camino para llegar a una concepción del universo. La filosofía es, pues, en tercer lugar teoría de la concepción del universo. La esfera total de la filosofía se divide, pues, en tres partes: teoría de la ciencia, teoría de los valores, concepción del universo. Una mayor diferenciación de estas partes tiene por consecuencia la distinción de las disciplinas filosóficas fundamentales. La concepción del universo se divide en metafísica (que se subdivide en metafísica de la naturaleza y metafísica del espíritu) y en concepción o teoría del universo en sentido estricto, que investiga los problemas de Dios, la libertad y la inmortalidad. La teoría de los valores se divide, con arreglo a las distintas clases de valores, en teoría de los valores éticos, de los valores estéticos y de los valores religiosos. Obtenemos así las tres disciplinas llamadas ética étic a es esté , té tica y filo fi loso sofí fía a de la relig religión ión.. La teoría de la ciencia, p por or ú lt im o, s e d i v id e e n for m a l y m a t e r ia l. L la m a m os a la l a pr i mera lógica, a la última teoría del conocimiento. Con esto hemos indicado el lugar que la teoría del conocimiento ocupa en el conjunto de la filosofía. Es, según lo dicho, una parte de la teoría de la ciencia. Podemos definirla como la teoría material de la cien cia, o como la teoría de los principios materiales del conocimiento humano. Mientras que la lógica investiga los principios formales del conocimiento, esto es,
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las formas y las leyes más generales del pensamiento humano, la teoría del conocimiento se dirige a los su p pu u e s t os m a t e r ia le s m á s gen ge n e r a le less de dell con ocim oci m i e n t o cie ci e n tífico. Mientras la primera prescinde de la referencia del pensamiento a los objetos y considera aquél puramente sí mismo, objetiva la última del fija pensamiento, su vista justamente en la en significación en su referencia a los objetos. Mientras la lógica pregunta p or la cor r e cción cci ón for m a l del de l p e n s a m ie n t o, e s t o es, es , p or su concordancia consigo mismo, por sus propias formas y leyes, la teoría del conocimiento pregunta por la verdad del pensamiento, esto es, por su concordancia con el objeto. Por tanto, puede definirse también la teoría del conocimiento como la teoría del pensamiento verdadero, en oposición a la lógica, que sería la teoría del pensamiento correcto. Esto ilumina a la vez la fundamental importancia que la teoría del conocimiento posee para la esfera total de la filosofía. Por eso es también llamada con razón la ciencia filosófica
fundamental (philos (philosophia ophia funda fundament mentalis) alis)..
Suele dividirse la teoría del conocimiento en ge gene ne ral y especial. La primera investiga la referencia del p pee n s a m ie n t o a l ob je t o en gen ge n e r a l. L a . ú lt im a h a ce t em a de investigaciones críticas los principios y conceptos fundamentales en que se expresa la referencia de nuestro pensamiento a los objetos. Nosotros empezaremos, naturalmente, por la exposición de la teoría general del conocimiento. Pero antes echemos una ojeada so-
b brr e la h i s t or i a de la t e or í a del de l con ocim oci m ie n t o. 3.
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h is t o r ia
d e l a t e o r í a d e l c o n o c i m ie n t o
N o s e p u ed e h a b la r de u n a t e or í a del con ocim oci m ie n t o, en el sentido de una disciplina filosófica independiente, ni en la Antig An tigüed üedad ad ni en la Edad Edad Media. En la filosofía antigua encontramos múltiples reflexiones epistemológicas, especialmente en Platón Pla tón y Ari A rist stót ótel eles es Pero las investigaciones epistemológicas están ensartadas aún en los textos metafísicos y psicológicos. La teoría del conocimiento, como disciplina autónoma, anarece ñor nrimera vez en la Edad Moderna. Como
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su fundador debe considerarse al filósofo inglés John Loche, Lo che, Su obra maestra, A An n essay ess ay concern con cerning ing huma human n understanding (“Ensayo sobre el entendimiento human o” ), a pa r ec ecida ida en 169 1690, 0, tr a t a de un modo sistem á t ico ico las cuestiones del origen, la esencia y la certeza del conocimiento humano. Leih Leihniz niz intentó en su obra No Nou u veaux essais sur Ventendement humain (“Nuevos ensayos entendimiento humano”), p pos ostt u msobre a e n el 17 1765 65, , u n a r e fu t a ción ci ón d el p ueditada n t o d e como vi viss t a epistemológico defendido por Loc Loche, he, Sobre los resultados obtenidos por éste edificaron nuevas construcciones en Inglaterra George Berheley , en su obra A trea tr eatis tisee concern con cerning ing the principie prin cipiess o f human human hnow ledge (“Tratado de los principios del conocimiento humano”, 1710), y Dav David id Hume Hu me , en su obra maestra A trea tr eatis tisee o f human human natu nature re (“Tratado de la naturaleza humana”, 173940), y en la obra más breve In- quiry concerning human understavAing (“Investigación sobre el entendimiento humano”, 1748). Como el verdadero fundador de la teoría del conocimiento dentro de la filosofía continental se presenta Manuel K a nt . En su obra maestra epistemológica, la Critica de la razón pura (1781), trata ante todo de dar una fundamentación crítica del conocimiento científico de la naturaleza. Él mismo llama al método de que se sirve en ella “método trascendental”. Este método no investiga el origen psicológico, sino la validez lógica del conocimiento. No pregunta —como el método psicológico— cómo surge el conocimiento, sino cómo es posible el conocimiento, sobre qué bases, sobre qué supuestos supremos descansa. causa debreveeste método, la filosofía de K Kan ant t se llamaA también, mente, trascendentalismo o criticismo. En el sucesor inmediato de Ka Kant, nt, F ich ic h te , la teoría del conocimiento aparece por primera vez bajo el título de “teoría de la ciencia”. Pero ya en él se manifiesta esa confusión de la teoría del conocimiento y la metafísica, que se desborda francamente en Schelling y H Heg egel el y que también se encuentra de modo innegable e n Schopenhauer y Eduardo de Harton Hartonann ann.. En oposición a esta forma metafísica de tratar la teoría del conocimiento, el neokantismo, aparecido hacia el año
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setenta del siglo pasado, se esforzó por trazar una se p paa r a ción ci ón n e t a e n t r e los p r oble ob le m a s e p is t e m ológi ol ógicos cos y los metafísicos. Pero puso tan en primer término los p prr oble ob le m a s e p is t e m ol ológ ógic icos os,, q u e la fi fill os ofía ofí a cor co r r i ó p eligro de reducirse a la teoría del conocimiento. El neokantismo desenvolvió además la teoría kantiana del conocimiento en una dirección El exclusivismo originado por ello,muy hizodeterminada. surgir pronto varias corrientes epistemológicas contrarias. Así es como nos encontramos hoy ante toda una multitud de direcciones epistemológicas, las más importantes de las cuales vamos a conocer en seguida en conexión sistemática.
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T E OR ÍA GE NE R AL DE L C ONOC IM IE NT O INVESTIGACIÓN FENOMENOLÓGICA PRELIMINAR E L FE FENÓM NÓMENO ENO DEL CONOCIMIENTO CONOCIMIENTO Y LOS P PROB ROBLEMA LEMAS S
La teoría del conocimiento es, como su nombre indica, una teoría, esto es, una explicación o interpretación filosófica del conocimiento humano. Pero antes de filosofar sobre un objeto es menester examinar escrupulosamente este objeto. Una exacta observación y descripción del objeto debe preceder a toda explicación e interpretación. Hace falta, pues, en nuestro caso, observar con rigor y describir con exactitud1lo que llamamos conocimiento, este peculiar fenómeno dé conciencia. Hagámoslo tratando de aprehender los rasgos esenciales generales de este fenómeno, mediante la au torreflexión sobre lo que vivimos cuando hablamos del conocimiento. Este método se llama el fen fenom omen enoló ológic gico, o, a diferencia del psicológico. Mientras este último investiga los procesos psíquicos concretos en su curso regular y su conexión con otros procesos, el primero aspira a aprehender la esencia gene ge neral ral en el fenómeno concreto. En nuestro caso no describirá un proceso de conocimiento determinado, no tratará de establecer lo que es propio de un conocimiento determinado, sino
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lo que es esencial a todo conocimiento, en qué consiste su estructura general. Si empleamos este método, el fenómeno del conocimiento se nos presenta en sus rasgos fundamentales de la manera siguiente (1) < En el conocimiento se hallan frente a frente la conciencia y el objeto, el suje su jeto to y el objeto . El conocimiento se presenta como una relación entre estos dos miembros, que permanecen en ella eternamente separados el uno del otro. El dualismo de sujeto y objeto pertenece a la esencia del conocimiento. La relación entre los dos miembros es a la vez una correlación. El sujeto sólo es sujeto para un objeto y el objeto sólo es objeto para un sujeto. Ambos sólo son lo que son en cuanto son para el otro. Pero esta correlación no es reversible. Ser sujeto es algo completamente distinto que ser objeto. La función del sujeto consiste en aprehender el objeto, la del objeto en'ser aprehensible y aprehendido por el sujeto. Vista desde el su jeto je to,, esta aprehensión se presenta como una salida del sujeto fuera de su propia una invasión en la esfera del objeto y una captura dé' las propiedades de éste. El objeto no es arrastrado, empero, dentro de la esfera del sujeto, sino que permanece trascendente a él. No en el objeto, sino en el sujeto, cambia algo por obra de la función de conocimiento. En el sujeto surge una cosa que contiene las p prr op opie ie d a d e s d el ob je t o, s u r g e u n a “ im a g e n ” d el ob je t o. Visto desde el objeto, el conocimiento se presenta como una transferencia de las propiedades del objeto al sujeto. Al trascender del sujeto a la esfera del ob je j e t o cor r e s p on d e u n t r a s cen ce n d e r d el ob je t o a la e s fer fe r a del sujeto. Ambos son sólo distintos aspectos del misx :m o a cto. P er o en éste t iene el el objet objet o el el pr edo edom m inio sobr e el su jet o. "E l obj objet et o es el deter m ina n te, el su jeto el determinado. El conocimiento puede definirse, por ende, como una determinación del sujeto por el objetó, Pero lo determinado no es el sujeto pura y simple (1) Cf. a lo lo siguien te el “An á lisis del fen óm en o del con con oc ocimien imien to” que d a Nico Nicolás lás Hartm Ha rtmann ann e n s u i m p o r t a n t e o b r a Fund Fundamen amento to de una m e tafísica del conocimiento, págs. 3648.
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mente, sino tan sólo la imagen del objeto en éL Z Zssza. imagen es objetiva, en cuanto que lleva en sí los rasgos del objeto. Siendo distinta del objeto, se halla en cierto modo entre el sujeto y el objeto. Constituye el instrumento mediante el cual la conciencia cognoscente aprehende su objeto. Puesto el conocimiento es una del sujeto porque el objeto, queda dichp que determinación el sujeto se conduce receptivamente frente al objeto. Esta receptividad n o signif signific icaa , emper o, p a sividad ." P or el ccoon t r a r io io,, pu p u e d e h a b la r s e d e u n a a ct ivid iv id a d y e s p on t a n e id a d de dell sujeto en el conocimiento^JÉsta no se refiere, sin em ba b a r g o, a l ob obje jett o, s i n o a la im a ge genn d el ob obje jett o, e n 'q u e la conciencia puede muy bien tener parte, contribuyendo a engendrarla. La receptividad frente al objeto y la es pon p on t a n e id a d fr e n t e a la im a ge genn de dell ob je t o e n el s u je t o son perfectamente compatibles. Al determinar el sujeto, el objeto se muestra inde pe p e n d ie ienn t e d e él, él , trascendente a él. Todo conocimiento menta (“intende”) un objeto, que es independiente de la conciencia cognoscente. El carácter de trascendentes es propio, por ende, a todos los objetos del con ocimien t o.^ Dividim os lo loss objet os en rea les e idea idea-les. Llamamos real todo lo que nos es dado en la experiencia externa o interna o se infiere de ella. Los objetos ideales se presentan, por el contrario, como irreales, como meramente pensados. Objetos ideales son, por ejemplo, los objetos de la matemática, los núm ero eross y las ffii guras ge geoom étr i cas. Pu es b ie n fío si sinngularenessíque también estos en objetos ideales poseen un ser o trascendencia, sentido epistemológica Las leyes de los números, las relaciones que existen, por p or e je jem m p lo, e n t r e los la d os y lo loss á n gu los d e u n t r i á n gulo, son independientes de nuestro pensamiento sub je t i v o, en el m is m o s e n t id o en q u e lo s on los obje ob jett os reales. A pesar de su irrealidad, le hacen frente como algo en sí determinado y autónomo/' Ahora bien: parece existir una contradicción entre la trascendencia del objeto al sujeto y la correlación del sujeto y el objeto, señalada anteriormente. Pero esta contradicción es sólo aparente. Sólo en cuanto que es objeto del conocimiento hállase el objeto necesaria
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mente incluso en la correlación. La correlación del sujeto y el objeto sólo es irrompible dentro del conocimiento; pero no en sí. El sujeto y el objeto no se agotan en su ser el uno para el otro, sino que tienen además un ser en sí. Éste consiste, para el objeto, en lo que aún hay de desconocido en él. En el sujeto reside en lo que él sea además de sujeto cognoscente. Pues además de conocer, el sujeto siente y quiere. Así, el objeto deja de ser objeto cuando sale de la correlación; y en este caso el sujeto sólo deja de ser sujeto cognoscente. Así como la correlación del sujeto y el objeto sólo es irrompible dentro del conocimiento, así también sólo es irreversible como correlación de conocimiento.^ En sí es muy posible una inversión, la cual tiene lugar efectivamente en la acción. En la acción no determina el objeto al sujeto, sino el sujeto al objeto. Lo que cambia no es el sujeto, sino el objeto. Aquél ya no semientras conduceque receptiva, espontánea y activamente, éste se sino conduce pasivamente. El conocimiento y la acción presentan, pues, una estructura completamente opuesta. El concepto de la verdad se relaciona estrechamente con la esencia del conocimiento. Verdadero conocimiento es tan sólo el conocimiento verdadero. Un “conocimiento falso” no es propiamente conocimiento, sino er r or e ilus ió iónn ^ Mas • ¿ en qué con sist e la verda d de dell conocimiento? Según lo dicho, debe radicar en la concordancia de la “imagen” con el objeto. Un conocimiento es verdadero si su contenido concuerda con el objeto mentadoJjEl concepto de la verdad es, según esto, el concepto de una relación. Expresa una relación, la relación del contenido del pensamiento, de la “imagen”, con el objeto. Este objeto, en cambio, no puede ser verdadero ni falso; se encuentra, en cierto modo, más allá de la verdad y la falsedad. Una representación inadecuada puede ser, por el contrario, absolutamente verdadera. Pues aunque sea incompleta, puede ser exacta si las notas que contiene existen realmente en el objeto., El concepto de la verdad, que hemos obtenido de la consideración fenomenológica del conocimiento, pue
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de designarse como concepto trascendente de la ver dad. Pero no basta que un conocimiento sea verdadero necesitamos poder alcanzar la certeza de que es verdadero. E st o susci suscita ta la cu es t ión : (¿en qué po podemo demoss coconocer si un conocimiento es verdadero? Es la cuestión del criterio de la verdad^ Los Los da t os fen omen olpgico lpgicos no nos dicen nada sobre si existe un criterio semejante. El fenómeno del conocimiento implica sólo su presunta existencia; pero no su existencia real. Con esto queda iluminado el fenómeno del conocimiento humano en sus rasgos principales. A la vez hemos puesto en claro que este fenómeno linda con tr es es fer a s d ist in t a s.:^ om o h emos v i sto, sto, el co n o cimiento la “im a presenta gen ” y etres l objet objelementos et o. P or eprincipales: l su jeto, jeto, el 'el fen fensujeto, óm en o psi sico coló lógi gica ca;; por del conoc conocimient imient o~ t oca con la es fer a p la “imagen”, con la lógica; por el objeto, con la orto lógica . Co Com m o p r oces oces o p sicológico sicológico en un su jet o, el coconocimiento es objeto de la psicología. Sin embargo, se Ve en segu ida que la p sicolo sicología gía n o pu ede r eso esolv lver er el problema de la esencia del conocimiento humano. Pues el conocimiento consiste en una aprehensión es p ir it u a l de u n ob je t o, com co m o n os h a r e v e la d o n u e s t r a investigación fenomenológica. Ahora bien, la psicologíaa , al inves t iga r los gí los pr ocesos del del pensa m iento, prescinde por completo de esta referencia al objeto. La p s ic icol olog ogíí a d i r i g e s u m ir a d a , co com m o y a s e h a d ich o, a l origen y curso de los procesos psicológicos. Pregunta cómo tiene lugar el conocimiento, pero no si es verdadero, esto es, si concuerda con el objeto. La cuestión de la verdad del conocimiento se halla fuera de su alcance. Si, no obstante, intentase resolver esta cuest ió ión n i n cu r r i r í a en u n a p e r fe ct a ' ixe ixeTápocai
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