Han todos los pájaros... Francisco Morazán, identidad y Complejo de Edipo

December 19, 2017 | Author: anakincaelambulus | Category: Karl Marx, Oedipus Complex, Social Alienation, State (Polity), Politics (General)
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Descripción: Investigación histórico-filosófico acerca de Honduras, Francisco Morazán y el Edipo Colectivo...

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José Manuel Cardona

José Manuel Cardona Amaya Han todos los pájaros... Francisco Morazán, identidad y complejo de Edipo

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Han todos los pájaros...

001.432 Cardona Amaya, José Manuel C17 Han todos los pájaros... Francisco Morazán, C. H. identidad y complejo de Edipo / José Manuel Cardona Amaya - (Tegucigalpa): (Litografía López), (2015). 172 p.

ISBN: 978-99926-51-01-8



1.- INVESTIGACIÓN-HISTORIA.

© Han todos los pájaros...

Francisco Morazán, identidad y complejo de Edipo José Manuel Cardona Amaya

Primera Edición 2015 ISBN: 978-99926-51-01-8 Diseño: José Manuel Moncada Amaya Diagramación: Hektor Varela

Prohibida la reproducción total o parcial de este libro sin la autorización del autor. Impreso por Litografía López S. de R. L. Tegucigalpa, M.D.C., Honduras, C. A. Tel. 2237-3178

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José Manuel Cardona

ÍNDICE I. INTRODUCCIÓN............................................... 4 II. MARCO REFERENCIAL.................................... 6 III. MARCO TEÓRICO......................................... 23 IV. EL MIRLO NEGRO......................................... 75 V. ABISMO DE PÁJAROS................................. 102 VI. CONCLUSIÓN............................................. 158 VII.ANEXOS...................................................... 162 VII. BIBLIOGRAFÍA........................................... 165

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Vieja todos María,los vaspájaros... a morir. Han

INTRODUCCIÓN Habent omnes uolucres nidos inceptos, nisi ego et tu, quid expectamus, nunc? Y revolotea la frase -hebban olla uogala- y canta escondido desde las hojas -¿han todos los pájaros comenzado sus nidos, excepto tu y yo, qué esperamos entonces? Vehemente reclamo, ¿han todos los pájaros comenzado sus nidos, menos tu y yo, entonces qué esperamos? Historia de la ausencia, de la respuesta a venir, que sin embargo no vendrá porque ya ha venido, presente, como el pájaro que hace la pregunta y se queda sin respuesta, como si este pájaro pudiese preguntar, hablar, decir, como si estuviese vivo para comenzar. La pregunta, nunca pronunciada, persiste, porque si bien Narciso desdeña la garrula de Eco, hace falta precipitarse al agua para convertirse en flor. De eso habla el pájaro, no del primer Narciso, sino de la flor, de como en el fondo del estanque Narciso, quien nunca vivió, observa la flor y ve en ella todo lo que querría ser, lo que debería ser y el pobre quiere nadar hacia la superficie, pero la flor ordena, impone a que permanezca hundido, como si esta fuera el peso mismo del agua. La pregunta del pájaro es, entonces, la de la identidad nacional, pero es, también, la del complejo de Edipo. El origen de la identidad de todo pueblo capitalista puede remontarse a un mito fundacional, este 4

quiero hablarte en serio:

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mito puede ser mejor comprendido como trama edípica. La identidad del hondureño en el capitalismo tiene sus bases en la trama edípica morazánica. Edipo transforma al individuo en sujeto. Edipo transforma al individuo en sujeto. El presente trabajo comprende cuatro secciones. La primera sección es una revisión acerca de los escritos acerca de identidad nacional en Honduras, sus argumentos y cómo difiere el planteamiento de este trabajo con respecto a estos. El segundo es la voz del pájaro, voz sin pájaro, venida de la ramas, el marco teórico. La tercera sección es el trazado de línea entre el significante y el significado, en el cual, los argumentos de Francisco Morazán -el héroe, el padre y también la flor que hunde a Narciso- son removidos y de esta acción se nos muestra la ausencia, aquello que en verdad quería decir. Por último, la cuarta sección comprende un estudio de la trama morazánica, como viaje del heroe a la manera de Joseph Campbell, como angustia fálica a la manera de Freud y Lacan y sobre todo, como muerte, a la manera de Blanchot. En sintesis, la pregunta: ¿han todos los pájaros comenzado sus nidos, excepto tu y yo, qué esperamos, entonces?

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tu vida fue un completo de agonías, Han todos los rosario pájaros...

Marco Referencial: Al pasar entre las hojas silba el viento, imitando a los pájaros

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no hubo hombre amado, ni salud, ni dinero,

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El tema de la identidad nacional en Honduras es eso, un tema, no es una aproximación teórica, no es un postulado, no es debate intelectual, es un tema y siendo un tema es una lástima, es decir, un tema que da lástima, es una decepción, un engaño. La introducción a la historiografía de la identidad se la debe a Marvin Barahona (1983) ¡Y cuántas esperanza se tenía en aquel entonces, para que de éste surgiera una respuesta! Barahona introduce no el tema, sino la pregunta esencial, ¿qué es la identidad nacional? Y la fragmenta en múltiples preguntas, centradas en ejes temáticos. De estos uno ha predominado, el argumento étnico-racial en torno a la cuestión de la nación-estado. El presente apartado, se dividirá en tres secciones: la pregunta de la identidad nacional, la fragilidad del objeto identidad nacional y la respuesta a la pregunta que se le ha dado.

La Pregunta Marvin Barahona en Introducción al estudio de la Identidad Nacional (1980), abre las puertas para la discusión del tema y las cierra inmediatamente. Tan grande ha sido el estruendo, que aquellos otros que han intentado entrar se han resignado con sus maletas en la puerta, suspirado y vuelto a sus ocupaciones, abandonando toda aspiración que tenían dentro de las murallas. Barahona es el 7

apenas el hambre para ser compartida; Han todos los pájaros...

antecedente, ladrando en la puerta, caue canem, porque ladra, y ladra así: “Si la historia sirve de contexto formador da la identidad, esta última actúa como conciencia testimonial y viva de la historia.” (pg.8) Caue canem, porque muerde, el perro es la historia que muerde si se acercan a su comida, el tema de la identidad nacional. No obstante Barahona, antes de hacer esta declaración -declaración en forma de advertencia- emplea un espacio considerable en explicar cómo han tratado otras disciplinas diferentes a la Historia la identidad nacional, aclarando, en ese último pasaje, que sin la historia el tema es intratable. Bien, la identidad nacional es tema de la historia para Barahona, es tema pues cronológico, crono-lógico, con lógica en el tiempo, y aquí la primera ruptura, si la experiencia fenomenológica es en sí experiencia límite, y el espacio de las reflexiones presentes le pertenece a la escritura (límite de la experiencia), la necesidad para un movimiento lógica y temporal desaparece, es decir, si la identidad nacional es, deja de serlo, en cuanto sea comunicado por un otro en presente. La identidad será habiendo sido, inminente. “La identidad de un país se forja -como ya lo hemos señalado- en la historia de ese país, nutriéndose con los elementos que esta le aporta en la larga su8

quiero hablar de tu esperanza,

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cesión del tiempo; entre otros, la cultura, la religión, un espacio geográfico donde se desenvuelven formas económicas particulares, etc.” (pg.7) “La identidad de un país” reza la oración, no de un pueblo, no mía ni tuya, ni de él, de un país, de un todo indiferente. El trabajo de Barahona reconoció la pregunta en toda su amplitud, fue él el primero en ver que sí, era tierra fértil, y declaró que se podían sembrar calabazas y trigo, maíz y tomates, café y manzanos: “…podemos decir que la identidad nacional, aun en condiciones tan precarias de existencia como es el caso de Honduras, hunde sus raíces en los complejos fenómenos en los que se ha forjado la nación hondureña. Por esta razón no es fácil a primera vista descubrir los hilos fundamentales de la compleja trama de la que ha surgido. El mestizaje racial y cultural así como el sincretismo religioso han sido elementos claves en la constitución de esa identidad. Esos fenómenos hunden sus raíces y se desarrollan durante los trescientos años que duró la dominación colonial hispana en Honduras. Por eso es preciso que estudiemos la historia de ese período para obtener de él una visión completa y retrospectiva de la formación de nuestra identidad”. (pg.39) 9

de las tres distintas esperanzas, Han todos los pájaros...

Quizá solamente el fabuloso trabajo de Mario Felipe Castillo (1990) se le compare al aporte de Barahona y con una advertencia -porque el perro no ladra una vez solamente, que si bien Barahona ha afirmado que hay tierra fértil y que en esta pueden crecer calabazas y trigo, maíz y tomates, café y manzanos, sus sucesores se han decidido por el monocultivo, acordando, en consenso inconsciente que lo que mejor explica el tema es el argumento racial. Los apuntes históricos que realiza Barahona serán revisitados por el resto de autores que cubren este trabajo y con razón, pues colocan el germen de la identidad nacional con el nacimiento del Estado centralizado, no como entidad jurídica sino como producto del capitalismo. El mismo Barahona los retomaría, posteriormente, en Evolución histórica de la identidad nacional (1993). Cabe resaltar: El proyecto de la sociedad liberal postcolonial pasaba también por la creación de una nueva conciencia social, de carácter nacional. Esta tendría que ser reforzada y, de alguna manera, auspiciada por el Estado independiente por medio de nuevos cultos que sustituyeran a la iglesia colonial. Es decir, el Estado buscaba una “religión de la patria” en cuyo centro se encontrarían los héroes de la independencia y de la nueva nacionalidad. Es lo que 10

que tu hija fabricó sin saber cómo.

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en Honduras llamamos hoy “próceres”. En este mismo país, los reformadores liberales de 1876 establecieron el culto al general Francisco Morazán (1792-1842), considerado el líder de la lucha por la unión centroamericana. (pg.23) Sus observaciones acerca de la Federación centroamericana y su fracaso, además de los intereses criollos serán retomadas más adelante en este trabajo. De Barahona concluyo, entonces, que el tema de la identidad nacional ha sido, prominentemente histórico y de él parte, la ligazón absoluta de la mal llamada identidad nacional con el Estado nación, es decir, el sentido de sí con la explotación capitalista. Este vínculo orientará los trabajos de Darío Euraque y Jorge Amaya, de los cuales se ocupará la tercera sección de este apartado.

LA FRAGILIDAD DEL OBJETO “There was a youth, who, as with toil and travel, had grown quite weak and grey before his time”1, así abre Shelley su Príncipe Athanase, poema inconcluso, con un hombre que siendo joven se ha vuelto viejo, entiéndase que no cancela esto su 1.Percy Shelley: “hubo un joven que, en tribulaciones y viajes, se puso viejo y gris antes de su tiempo

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tomatodos esta mano que parece de niño Han los pájaros...

juventud. Es un joven viejo, Apolo ocupando el puesto de su padre. Pareciera que el “cómo” de Barahona estuviese exhausto, habiendo sido sustituido por un débil “por qué”. No por qué la identidad nacional, mas por qué es tan débil la identidad nacional, y debe decirse suave, casi susurrando, sin partir los labios, porque el aire que sale de nuestras bocas, cargando las palabras, puede destrozarle. German Moncada, en su curioso estudio Identidad Social y desarrollo, trazos de un perfil (2000), parte del presupuesto de la “hondureñidad” y trata la noción de cómo el auto-concepto de aquellas personas que se identifican a sí como hondureños puede afectar en el positivo desarrollo del país. La importancia del trabajo de Moncada, al igual que el siguiente que se trata en esta sección, es el salto que se da sobre el absolutismo de la pregunta ontológica y la ubicación del tema de la identidad nacional en el sistema de tensiones del “cómo”, mecanicismo introducido por Barahona. Sin embargo, surge la cuestión de la fragilidad del objeto y se renueva el imperio de los extremos. La identidad social de Moncada está ligada al Estado capitalista y es responsabilidad del Estado capitalista fortalecerla. 12

en las tuyas pulidas por el jabón amarillo.

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Dos observaciones deben de hacerse. La primera, es que Moncada, brillantemente, plantea al Estado como obstructor del proceso de desarrollo de la identidad, a pesar de apelar, posteriormente en su texto, a que esté emprenda campañas para difusión de estereotipos positivos: "El Estado ha mantenido la gestión de bienes tradicionales, emblemáticos, que propician el patriotismo cultural y el esencialismo identitario, como si con ello fuera suficiente para sostener la identidad. Su apropiación del patriotismo cultural esteriliza la variedad de experiencias humanas en un repertorio sesgado y congela la cultura en atributos inmutables. La identidad es presentada como una esencia en la que las desigualdades son leves diferencias y las tapona e provecho de una unidad cristalizada." (pg.195) Esta apropiación de la que habla Moncada es, en argumento, idéntica a las acusaciones de utilización de símbolos raciales por el Estado hechas por Euraque y Amaya (las cuales se discutirán en la siguiente sección), diferenciando en contenido. Remito a la palabra esencial, "gestión" y agrego, el Estado capitalista no crea, solamente gestiona y acto de escamoteo, se piensa que aquello que es originario de la colectividad -del individuo, ha sido otorgado por una fuerza exterior, cuando en verdad, se le ha usurpado. 13

restriega tus duros y los nudillos puros Han todos loscallos pájaros...

La segunda: “La ideología dominante propone como símbolos de identidad nacional, y por tanto como modelos de socialización, a nuestros próceres. Pero éstos tienen escasas posibilidades de competir y formar una identidad fundamentada en ellos mismos, ya que son figuras míticas que proceden de un pasado muy lejano, de varios siglos atrás, que se han mistificado, en un terreno propicio, en la medida en que nuestro pensamiento mágico los mantiene a un nivel casi divino". (pg.194) La creencia en los próceres, héroes de la patria, es pensamiento mágico, asegura Moncada, yo diría, al menos para Francisco Morazán -el sujeto del presente trabajo-, remanentes de Edipo. Retorno al príncipe Athanase, de quien hemos dicho ya, y Moncada nos lo ha confirmado, se encuentra débil y gris. Falta solamente confirmar que es un joven, un joven débil y gris. ¿Quién engendró la patria?, se pregunta Rodolfo Pastor Fasquelle (2002) y procede con un trabajo que despoja a los gobernantes liberales de todo el crédito que ellos mismos se han brindado y los reparte, liberalmente, entre cuatro figuras, dos conservadores y dos liberales. El revisionismo de Pastor Fasquelle sirve para fortalecer sus argu14

en la suave vergüenza de mi mano de médico.

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mentos -más sustanciales que los posmodernos nos afirma: “Yo suscribo una tesis más sustancialista que las posmodernas. Una nación es fruto de una experiencia compartida, de una conciencia y de traumas y retos superados o no.” (pg.104) Una experiencia común, de comunion, como si yo pudiese sentir en el cuerpo del otro. Y es aquí que al príncipe Athanase de Shelley, Pastor Fasquelle le atribuye su carácter ex-tempore: “No voy a concluir que la debilidad es directamente atribuible a un problema historiográfico o a que nos faltan todavía más guerras. Creo que sería ir demasiado lejos atribuir la débil identidad nacional a la calidad ficticia y maquinada de la historia oficial. Tenemos una identidad débil porque el parto esta inconcluso. El gremialismo ha sido un sustituto de la solidaridad. Igual, al lealtad al partido quiere constantemente imponerse sobre el deber con la patria.” (pg.318) La comunión de hermanos de Pastor Fasquelle pertenece a la historia y requiere “una gran empresa”: 15

Escucha, proletaria: Han todosabuela los pájaros...

“En cuanto a la identidad nacional requiere una comprensión del pasado, una ubicación clara en el presente y un proyecto de futuro, la falta de una historia ajustada a los hechos es una de las carencias de la identidad nacional, sin cuyo remedio difícilmente la patria podrá caminar hacia consenso o aun subsistir.” (320) Ambos trabajos expuestos en esta sección son irregulares en temática y metodología, por tanto especiales y difíciles de ignorar. De ambos se rescata que sí, el objeto es frágil, pero se refuta que sea el príncipe de Shelley, envejecido antes de su tiempo, pero sí Byron, amargado a los trientaisiete años, cantando: My days are in the yellow leaf;The flowers and fruits of love are gone; The worm, the canker, and the grief/Are mine alone!2 También se rechaza la idea de que la identidad nacional sea una cuestión de grupos, de masas, de hermanos en comunión.

LA RESPUESTA Ahora bien, no se malentienda la respuesta, ni aquel que cuestiona. Marvin Barahona fue el primero en tener conciencia de la pregunta, en afirmarnos que, entre las hojas, se escuchaba un 2 George Gordon Byron: mis años están en la hoja amarilla, las flores y frutos del armor se han marchado, los gusanos, el chancro y la pena, son todos para mí. 16

cree en el hombre que llega,

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silbido y se lo atribuyó a un pájaro. Pastor Fasquelle reconoció que sí, había un silbido, pero que a penas se escuchaba. La crítica de los autores ha venir corresponde a que, si bien escuchamos un silbar entre las hojas, no es del pájaro, sino las distorsiones de su voz a través del follaje, pues el ave se encuentra oculta detrás de estas, inasible. La tesis de Darío Euraque reposa en que las burguesías del Estado centralizado han tornado en invisibles a las minorías étnicas para fomentar una identidad homogénea a base de que toda la población es mestiza. Pastor Fasquelle saluda este postulado (2000) y, es expandido y llevado a su máxima expresión por Jorge Alberto Amaya en la mayoría de sus obras. Euraque (1996) se diferencia de sus predecesores, por ejemplo Mario Felipe Castillo (1990; p.7) quien proponía un sincretismo cultural : “Nuestros escritos hasta ahora han argumentado entre otras cosas, que los análisis de la construcción de la identidad nacional que ofrecen casi todos los analistas ya citados, en particular aquellos que ofrecen apuntes históricos, sufren un problema clave: menosprecian el nivel y significado de la heterogeneidad racial de la hondureñidad existente entre comienzos del siglo XIX y las primeras tres o cuatro décadas del siglo actual. Casi todos los 17

cree todos en el futuro que nunca verás, Han los pájaros...

analistas destacados sí reconocen la heterogeneidad étnico-racial de la época colonial.” (pg.6-7) Además aclara Euraque: “Hasta ahora, hemos intentado escudriñar no la relación entre la “cultura hondureña” y la identidad nacional, sino la identidad nacional que ha proyectado el estado mediante discursos ideológicos desplegados en sus instancias ministeriales.” (pg.5-6) Euraque busca explicar cómo las elites gobernantes -representantes del capital- han impuesto una falsa idea de país homogéneo, resumiéndose sus postulados así: “El hecho es que esta conceptualización del papel de las razas en la evolución histórica de Honduras desconoce o neutraliza la heterogeneidad racial posterior a la época colonial. De hecho, existe una visión sobre el asunto que creemos debe de cuestionarse. Esta visión se fundamenta en varias suposiciones. Primero, que Honduras según el juicio del importante historiador Mario R. Argueta, se ha beneficiado de una integración racial armónica. Segundo, que en comparación con otros países de América Latina, los conflictos raciales han sido mínimos aún desde la época colonial. Tercero, que esta situación histórica se debió al avanzado mestizaje entre indígenas y españoles registrado 18

ni reces al dios inclemente

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en Honduras durante la época colonial y posteriormente. Quinto, esta visión también presume, aunque no en todos los casos, que en Honduras la discriminación racial se terminó con el avanzado mestizaje”. (pg.7) La innovación de Euraque consiste en el efectivo uso de la herramienta histórica para la interpretación de las manifestaciones estatales de la identidad, a diferencia del revisionismo de Fasquelle. Los trabajos consultados, por ejemplo, cubren la presidencia de López Arellano y los comerciantes árabes de ese tiempo (1996); la relación del cariato con monseñor Federico Lunardi (1999); el debate del congreso para la elección del nombre de la moneda nacional (1996); y, la influencia de los Estados Unidos en el discurso arqueológico durante las bananeras (1998) ¡Y todos hablan de los mismo! Todos son manifestaciones de la manipulación estatal en el tema de identidad. Jorge Alberto Amaya, quien puede considerarse el sucesor de este euraquismo o, quizá, el más genial de sus expositores, conduce el tema de discurso de nación a su extremo, evidenciando como se han desaparecido a las etnias de este, integrándolos en una unidad mestiza conocida como Honduras. Amaya, utiliza el recurso histórico con aún mayor efectividad, dándole seguimiento a cada proceso desde la prostitución 19

que toda mintió tu esperanza; Han todosuna losvida pájaros...

(2013) hasta los llegada de los chinos (2002) y palestinos (2000). Como síntesis de su pensamiento: “El modelo mediante el cual se imaginó la nación encarnaba las aspiraciones de la élite dominante de origen criollo y mestizo; por ende, las "representaciones" de la nación se inspiraban en los valores y expresiones de las clases que ostentaban el poder. Así, se fraguó toda una creación de símbolos e imaginarios: la estatuaria cívica, que exaltaba a los héroes criollos de la independencia (como Francisco Morazán y José Cecilio del Valle); las fiestas cívicas e historias nacionales que glorificaban las gestas patrias; se aprobó el "español" como única lengua oficial de la república; se decretaron otros símbolos nacionales y a la vez, se inventaron tradiciones como el culto al origen mestizo de los hondureños.” (2010; pg.389-390) Por lo tanto, en Amaya y en Euraque el problema no es la identidad, es el Estado y el discurso de nación que ha impuesto este. En conclusión: Barahona pregunta “cómo” podemos escuchar la voz del pájaro, Fasquelle le dice “en silencio porque es débil” y Euraque le responde “viendo como se mueven las hojas”.

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ni pidas clemencia a la muerte

José Manuel Cardona

BIBLIOGRAFÍA DEL MARCO REFERENCIAL · Marvin Barahona, Introducción al estudio de la identidad nacional; Editorial Guaymuras; Tegucigalpa, Honduras; 1980 · Marvin Barahona, Evolución Histórica de la Identidad Nacional; Editorial Guaymuras; Tegucigalpa, Honduras; 1993 · Mario Felipe Castillo, Honduras: Cultura e identidad; Ediciones Librería Paradiso; Tegucigalpa, Honduras; 1990 · Germán Moncada, Identidad social y desarrollo: trazos de un perfil; Revista Paraninfo, año 9, número 17; Tegucigalpa, Honduras; 2000 · Rodolfo Pastor Fasquelle, ¿Quién engendró la patria?; Revista Paraninfo, año 11, números 20-21; Tegucigalpa, Honduras; 2002 · Darío Euraque, Movimientos populares, etnoracismo y la problemática de la identidad nacional; Revista Paraninfo, año 5, número 10; Tegucigalpa, Honduras; 1996 · Darío Euraque, Mayanización e identidad nacional; Revista Paraninfo, año 8, número 16; Tegucigalpa, Honduras; 1999 · Darío Euraque, La Creación de la moneda nacional y el enclave bananero en la costa caribeña de Honduras: ¿en busca de una identidad étnico-racial?; Yaxkin, Volumen XIV, números 1 y 2;Tegucigalpa, Honduras; 1996 · Darío Euraque, Antropólogos, arqueólogos, imperialismo y la mayanización de Honduras: 1890-1946; Yaxkin, Volumen XVII; Tegucigalpa, Honduras; 1998 · Jorge Alberto Amaya, Las imágenes de los negros garífunas en la literatura hondureña: la construcción de discursividades nacionales excluyentes; en Investigación educativa de la UPNFM:2006-2010; Tegucigalpa, Honduras; 2011 21

apenas el hambre para ser compartida; Han todos los pájaros...

· Jorge Alberto Amaya, El que esté libre de pecado… prostitución femenina y control social en Honduras durante la época liberal (1876-1950); Editorial Guaymuras; Tegucigalpa Honduras; 2013 · Jorge Alberto Amaya, Los chinos de Ultramar en Honduras; Editorial Guaymuras; Tegucigalpa, Honduras; 2002 · Jorge Alberto Amaya, Los árabes y palestinos en Honduras (1900-1950); Editorial Guaymuras; 2000

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para ver crecer a tus caricias pardas;

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MARCO TEÓRICO: Mientras las hienas devoran el cadáver, en derredor planean las aves de rapiña

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los cielos y en ti manda el oscuro, Han todosson los sordos pájaros...

El presente apartado tiene como motivo servir de marco teórico, se tratarán los siguientes puntos: el corte de cordón umbilical entre la placenta, que es el Estado capitalista- y el no-nato de Pastor Fasquelle que es la identidad; el Edipo y su lugar en nuestro argumento; y la necesidad de renovación, en otros términos, que el hijo mate al padre.

Fenomenología de Blanchot a Marx El Estado nación, así como se lee, hay un salto, un espacio, para llegar del Estado a la nación; el Estado capitalista, de nuevo, hay un vació que no nos remete a ninguna de las dos palabras, existen independientes. Identidad nacional, ¿qué hay de identidad que nos remita el nacional? Nada. Nada que nos lleve de una palabra a la otra más que nuestra compulsión gestáltica de agrupar las imágenes. El tema de identidad ha sido dañado por esta insistencia de comprenderle ligado a la nacionalidad, entendible, sí, especialmente cuando se invoca a Benedict Anderson (1993) en el argumento, insostenible, no obstante, cuando irrumpe la fenomenología. De Kant nada puede decirse porque todo lo dicho es dicho a través de él. 24

sobre todo tendrás una roja venganza

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La palabra escrita es de Kant, como antes lo fue de Platón. Cogito ergo sum. Este ergo es introducido para soportar el vacío. En verdad no existe puente entre pensar ser. La identidad es mía, pero no compartida, no puede ser mía y del otro, es del otro, porque al ser mía no me pertenece. El otro da presencia. Yo soy otro. ¿Cómo podemos conciliar que la comunidad viene desde afuera (cómo lo exponen los teóricos hondureños) con el individualismo de la inmanencia? ¿Dónde cabe el postulado de Fasquelle de que la nación es experiencia compartida? Retornemos al fuego esta palabra, que el capitalismo afirma nos pertenece, “nación”, que queme que queme, que arda. Refuto, primero la idea de la experiencia en común, sin exorcizarla. Experiencia en común crea conciencia en común -como explica la fenomenología marxiana-, esto es sí, dentro la fenomenología de Blanchot (1991) -que es, a su vez, fenomenología de Levinas25

los juro porlos la exacta dimensión de mis ideales. Han todos pájaros...

puedo interiorizar al otro, propuesta risible. Yo me interioriza en el otro, yo soy otro. En La communauté inavouable (1983), Blanchot expone el caso de los comunismos soviéticos, a través de la literatura de Georges Bataille como critica a Jean-Luc Nancy. En estos comunismos, la base teórica se sustenta en que, dotando a las personas de una experiencia idéntica -que cubra todas sus necesidades, se arriba a una comunidad inmanente, surgida desde los hombres y no del exterior: “Le communisme, s’il dit que l’égalité est son fondement et qu’il n’y a pas de communauté tant que les besoins de tous les hommes ne sont pas également satisfaits (exigence en elle-même minime), suppose, non pas une société parfaite, mais le principe d’une humanité transparente, produite essentiellement par elle seule, « immanente » (dit Jean-Luc Nancy) : immanence de l’homme à l’homme, ce qui désigne aussi l’homme comme l’être absolument immanent, parce qu’il est ou doit devenir tel qu’il soit entièrement œuvre, son œuvre et, finalement, l’œuvre de tout ; rien qui ne doive être façonné par lui, dit Herder : de l’humanité jusqu’à la nature (et jusqu’à Dieu). Pas de reste, à la limite. C’est l’origine apparemment saine 26

muere en paz, vieja luchadora.

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du totalitarisme le plus malsain.”1 (pg.10) Se repite el error del aparato jurídico capitalista, como todos los hombres son iguales para la ley, todos los hombres son iguales. El hombre es sujeto. “Mais, si le rapport de l’homme à l’homme cesse d’être le rapport du Même avec le Même mais introduit l’Autre comme irréductible et, dans son égalité, toujours en dissymétrie par rapport à celui qui le considère, c’est une tout autre sorte de relation qui s’impose et qui impose une autre forme de société qu’on osera à peine nommer « communauté » Ou on acceptera de l’appeler ainsi en se demandant ce qui est en jeu dans la pensée d’une communauté et si celle-ci, qu’elle ait existé ou non, ne pose pas toujours à la fin absence de 3. Traducción: “El comunismo, si este dice que la igualdad es su fundmento y que no hay igualdad de comunidad en tanto que las necesidades de todos los hombres no sean igualmente satisfechas (exigencia, en ella misma, mínima), supone, no una sociedad perfecta, pero el principio de una humanidad transparente, producida esencialmente por ella misma, “inmanente” (dice Jean-Luc Nancy): inmanencia del hombre al hombre, que designa al hombre como el ser absolutamente inmanente, porque es o debe ser hasta que sea enteramente obra, su obra y, finalmente, la obra de todo; nada que no deba de ser hecho por él, dijo Herder: de la humanidad hasta la naturaleza (y hasta Dios). Nada que quede al límite. Es el origen, aparentemente sano, del totalitarismo más insano”. 27

vas atodos morir,los vieja María. Han pájaros...

communauté.”2 (pg.12) El Otro como irreductible, particula fenomenológica, yo soy otro. De la analogía que introduce Freud entre psicología individual y psicología de las masas (1921; pg.63), es notable: “Por tanto, la psicología de las masas trata del individuo como miembro de un linaje, de un pueblo, de una casta, de un estamento, de una institución, o como integrante de una multitud organizada en forma de masa durante cierto lapso y para determinado fin”. (pg.68) ¿Qué hay entonces del hecho compartido por todos, el Edipo, del que hablaré más adelante? Quizá serías prudente alejar esta cuestión de Freud y remitirse a las apreciaciones de la muerte que hace Blanchot, dejando de lado su dualidad muerte sin lugar-muerte sin tiempo y hondando 2. Traducción: “Pero, si la relación de hombre a hombre cesa de ser la relación entre el Mismo y el Mismo e introduce al Otro como irreductible y, en su igualdad, siempre en desimetría por relación a aquel que lo considera, es totalmente otra relación que se impone y que impone otra forma de sociedad que se osará a penas nombrarse comunidad. O, se aceptará de llamarla como tal al preguntase qué está en juego en el pensamiento de una comunidad y si este, que existe o no, no proponga siempre ausencia de comunidad”. 28

treinta proyectos de mortaja

José Manuel Cardona

en el texto de Bataille: “Qu’est-ce donc qui me met le plus radicalement en cause? fini ou comme conscience d’être à la mort ou pour la mort, mais ma présence à autrui en tant que celui-ci s’absente en mourant.Me maintenir présent dans la proximité d’autrui qui s’éloigne définitivement en mourant, prendre sur moi la mort d’autrui comme la seule mort qui me concerne, voilà ce qui me met hors de moi et est la seule séparation qui puisse m’ouvrir, dans son impossibilité, à l’Ouvert d’une communauté.”3 (pg.21) La muerte del otro como mi misma muerte. « Oui, c’est vrai (de quelle vérité ?), tu meurs. Seulement, mourant, tu ne t’éloignes pas seulement, tu es encore présent, car voici que tu m’accordes ce mourir comme l’accord qui passe toute peine, et où je frémis doucement dans ce qui déchire, perdant la parole avec toi,mourant avec toi sans toi, me laissant mourir à ta place, recevant ce don au-delà de toi et de moi. » A quoi il y a cet3. Traducción: ¿Qué es, entonces, lo que me arroja más radicalmente a la causa? Finito o como conciencia de estar en la muerte o por la muerte, más que mi presencia a otro en tanto que este se ausenta muriendo. Mantenerme presente en la proximidad de otro, que se aleja definitivamente muriendo, tomar sobre mí la muerte de otro como la unica muerte que me concierne, he allí lo que me pone fuera de mí y es la unica separación que me puede abrir, en su imposibilidad, a la apertura de comunidad. 29

dirántodos adiós los conpájaros... la mirada, Han

te réponse : "Dans l’illusion qui te fait vivre tandis que je meurs.» A quoi il y a cette réponse : «Dans l’illu sion qui te fait mourir tandis que tu meurs.»4 (pg.21-22) Y a manera de complementar: Violá ce qui fonde la communauté. Il ne saurait y avoir communauté si n'etait commun l'evenement premier et dernier qui en chacun cesse de puvoir l'etre (naissance, mort)5. (pg.22) La muerte es acto fundador de la comunidad y como se verá más adelante, la muerte del padre. De Blanchot concluimos que la comunidad es individual, del yo que no es yo, o sea, del otro. Marx, el profeta. 4. Traducción: Sí, es cierto (¿de qué verdad?), Tú mueres. Solamente, muriendo, tu no te alejas solamente, tu eres todavía presente, por aquí que tu me acuerdas este morir como el acuerdo que sobrepasa toda pena, y me he estremecido dulcemente en aquello que destroza, perdiendo la palabra contigo, muriendo contigo sin ti, dejando morir en tu lugar, recibiendo ese don más allá de ti y de mí. A lo hay ha esta respuesta: en la ilusión que te hace vivir mientras yo muero. A lo que hay esta respuesta: en la ilusión que te hace morir mientras yo muero, 5. Traducción: He aquí lo que funda la comunidad. No sabría haber comunidad si no fuese común el evento primero y último que en cada uno cesa de poder cesar (nacimiento, muerte) 30

el día de estos que te vayas.

José Manuel Cardona

Se ha escogido para este trabajo a Leszeck Kolakowski como el interprete más propio de Marx, utilizando como único criterio que su estudio de las predicas y del evangelio del profeta, no traiciona el propósito. Kolakowski ha comprendido que el fin de la escatología marxiana es una vida humana, más allá de la existencia capitalista, existir por sobre los romanos, en el reino del señor, en vez de tomar la herramienta capitalista (la política) para establecer un nuevo imperio. El Marx de Leszeck Kolakowski (1980), a diferencia del Marx de los herejes, no presenta ruptura entre sus trabajos tempranos y su etapa del capital (p.240); además, este Marx no ha sido deformado por intereses políticos. Es el Marx del hermeneuta, de los obreros. Kolakowski presenta como, para Marx, el Estado no es independiente de los individuos que lo componen (pg.130-133; 277-283), sino, una falsa conciencia que regula las fuerzas para reproducirse (pg.159-161), dado esto, se concluye que las dos esferas de la sociedad -residuo de su pensamiento hegeliano-, no son compatibles entre sí, imposibilitando la complementación sintética. La necesidad para una revolución obrera se presentaría posteriormente en el pensamiento de Marx, no obstante corresponde ésta a su escatología. 31

Vas atodos morir,los vieja María, Han pájaros...

Sobre todo, el Marx de Kolakowski, es el mismo Marx del siglo XIX, el Marx que luchaba contra la tendencia vulgar de los jóvenes hegelianos de abolir la religión, el filosofo, no el simbol político que denuncia la religión y predica su abolición, mas el eterno predicador que la reconoce como una manifestación de la alienación de la población feudal como lo es la política en el capitalismo. He aquí, el punto más importante. Cito textualmente las palabras de Marx de su Introducción a la crítica de la filosofía del derecho, como aparecen en el libro de su sacerdote, ya que estas han causado mucha confusión en los jóvenes politiqueros: “El hombre es su propio mundo, Estado, sociedad; Estado y sociedad que producen la religión como conciencia tergiversada del mundo, porque ellos son un mundo al revés, La religión es... la realización fantástica del ser humano, puesto que el ser humano carece de verdadera realidad. Por tanto la lucha contra la religión es indirectamente una lucha contra este mundo al que le da su aroma espiritual... La religión es el opio del pueblo. La superación de la religión como felicidad ilusoria del pueblo es la exigencia de que éste sea realmente feliz. La exigencia de que el pueblo se deje deilusiones es la exigencia de que abandone un estado de cosas que las necesita,.. Es una filo32

quedarán mudas las paredes de la sala

José Manuel Cardona

sofía al servicio de la historia a quien corresponde en primera línea la tarea de desenmascarar la enajenación de sí mismo en sus formas profanas, después que ha sido desenmascarada la figura santificada de la enajenación del hombre por sí mismo. La critica del cielo se transforma así en crítica de la tierra, la crítica de la religión en crítica del Derecho, la critica de la teología en crítica de la política.” (pg.133) Estas líneas son producto de una crítica hacia la postura antirreligiosa de Feuerbach, además son parte de un más grande proyecto que incluye su Sagrada Familia. Aparecen como ataque a los jóvenes hegelianos, quienes creían que la abolición de la religión era requisito imperante para la obtención de la divina síntesis con el uno de Hegel. En sus lecturas de Hess, Marx desarrollará su concepto de alienación económica a partir de la analogía con la religiosa, no aceptando esta última. Recapitulando, la religión es una manifestación de la alienación del hombre, esta es análoga al Estado. “En primer lugar, Marx consideraba a la exigencia de inmediata abolición de la herencia como una forma de poner el carro delante del caballo, pues el derecho a legar la propiedad era sólo un aspecto particular del sistema de propiedad. 33

cuando la muerte se conjugue con el asma Han todos los pájaros...

En segundo lugar, Marx pensó que el estado no era una fuente independiente de todo mal social, sino sólo el instrumento por el que se mantenían los privilegios existentes. En este punto, el desacuerdo no era esencial, pues Marx, al igual que Bakunin, consideraba que las instituciones políticas existentes debían ser abolidas, mientras que Bakunín pensaba que el estado había surgido históricamente como un instrumento de la propiedad privada, si bien creía que en el curso del tiempo se había convertido en una fuerza independiente y en un baluarte necesario del sistema de clases.” (pg.256) Y de la siguiente manera, resume, Kolakowski la postura de Marx en cuanto al Estado: “Marx creía que el estado del futuro no tendría por misión «gobernar a las personas», sino «administrar las cosas», es decir, organizar la producción. Para Bakunin esto equivalía a un estatismo extremo: no podría haber una administración económica centralizada sin centralización política y por tanto sin esclavitud.” (pg.256-257) Se debe de agregar que el Marx de la internacional había abandonado el romanticismo que tanto le caracterizaba en su primera etapa y que por destellos se vislumbra en su El Capital. 34

y copulen su amor en tu garganta.

José Manuel Cardona

Nietzsche, romántico del vacío, heredero de Marx. Dos resúmenes son necesarios. Primero, la fenomenología marxiana puede definirse así: nada puede existir afuera del hombre, el hombre interioriza al mundo a través de su contacto con este, el contacto se realiza con el trabajo, al trabajar el mundo el hombre lo entiende, al entender el mundo el hombre desarrolla la técnica, con nueva técnica viene un nuevo entendimiento del mundo y un nuevo hombre, cuando el hombre alcance el máximo de la técnica vendrá el comunismo (parte de su escatología). Esta pequeña maqueta excluye el pensamiento de Marx acerca de la alienación nacida de la propiedad privada -una necesidad histórica, pero nos acerca a la convivencia con el modelo de Blanchot. Con esta maquetita, se comprende la visión del comunismo de Marx y cómo proclamaba que este exaltaba al individuo, evitando la disolución en una masa incomprensible. Marx y Blanchot no eran muy diferentes, ambos plantearon comunidades de individuos, el primero aplicando la técnica y el segundo, la muerte, sin ser mutuamente excluyentes. En cuanto a la alienación y el proceso histórico, a pesar de que Kolakowski realiza quizá el mejor trabajo en cuanto a la utilización de este concepto por Marx, sería de mayor utilidad remitir a Les 35

Esastodos tres caricias construidas de bronce Han los pájaros...

Spectres de Marx, por Jacques Derrida (1993) y su noción de escamoteo, en la que comprueba la universalidad del concepto, la falsa conciencia del valor de cambio. Como segundo resumen, tenemos el corte del cordón umbilical que ata Estado y comunidad: la comunidad es individual, no remite a persona más que a mí, es por lo tanto la comunión imposible entre los individuos, requiriendo del otro para donarle presencia. El Estado es la falsa conciencia, sostenida por el capital, los capitalistas no son los enemigos, nunca lo serán, están más alienados que los obreros (Kolakowski, 1980, pg.286-288). El solo pilar que sostiene al capital es la técnica capitalista, el trabajo asalariado, la separación del productor de su producto. El capital no crea nada de valor, crea únicamente valor de cambio (el escamoteo). Concluyendo, la identidad es independiente al Estado, el Estado no es una comunidad ni menos una idea de comunidad y -Apolo nos guardetampoco una comunidad “imaginada”. El Estado es falsa conciencia. La comunidad es imposible, es decir, absoluta, es decir necesaria.

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(la única luz que alivia tu noche)

José Manuel Cardona

Introducción al Complejo de Edipo Edipo no es valida analogía para Edipo, sí lo digo, como lo han dicho otros antes que mi, Edipo no es Edipo, pero Hamlet lo es. Las palabras de Hamlet: country matters6, de eso trata el Edipo. Una aclaración. La psicología de las masas es, como lo dijo Freud en la cita que proporcione en la anterior sección, una psicología del individuo en la masa, en otras palabras, una psicología del individuo frente al otro, del yo ante el otro y ya que yo es otro, es una psicología del yo (y del otro). El complejo de Edipo no es fase, se sepa esto, pero sí es normativa, debe de suceder y sucede dentro de una fase, la fase fálica. Lo que se decide en Edipo es la elección de objeto, que se manifestará durante la genitalización, es decir, hasta después de Edipo se sabrá si el niño es niño y la niña, niña, en los estereotipos de la cultura, claro está.

6. Juego de palabras en el Hamlet de Shakespeare. Country Matters es homfóno a cuntry matters, cosas del coño, de la vagina, 37

esostodos tres nietos vestidos de hambre, Han los pájaros...

J.D. Nasio (2010) despeja el primer mito del Edipo vulgar: “el complejo de Edipo no es una historia de amor y de odio entre padres e hijos; es una historia de sexo, es decir, de cuerpos que experimentan placer al acariciarse, al besarse, al morderse, al exhibirse y mirarse, en suma, de cuerpos que sienten placer tanto tocándose como provocándose dolor.” (13-14) Comenta también que Edipo es un mito, de esto se tratará más adelante cuando se cubra la formación del Ideal-yo y la sublimación del padre. Por ahora, se sepa que Edipo es un evento traumático en la vida del individuo. Oscar Massotta (2012), nos indica que para Freud hay dos visiones de Edipo: un Edipo reducido o simple, en el cual “la ligazón libidinal amorosa con el padre del sexo opuesto y, simultáneamente, la reacción hostil para con el padre del mismo sexo” (pg.28). Este es un Edipo heterosexual y también va el Edipo invertido o negativo, el Edipo homosexual, y lo completa el Edipo completo o Edipo bisexual, para Freud, en todo complejo de Edipo hay un Edipo completo. El proceso del segundo Edipo es el que interesa aquí y será aplicado para el análisis del caso del 38

añorarán los nudos de los dedos viejos

José Manuel Cardona

sujeto en cuestión, Francisco Morazán (no se diga su nombre, escribase solamente).

El Estadio del Espejo y el narcicismo El Edipo está antecedido por lo que Lacan llamó el Estadio del Espejo, que mejor puede definirse como momento de las identificaciones dentro de la fase oral, y que en Freud se puede encontrar en trozos diseminados, en sus pasajes acerca del narcicismo. Lacan (1966), con su bagaje estructuralista, se preocupa por la cuestión en que, un nenito, que es superado en inteligencia instrumental por un chimpancé de la misma edad, logra asimilar su imagen en un espejo: “…le petit d’homme à un âge où il est pour un temps court, mais encore pour un temps, dépassé en intelligence instrumentale par le chimpanzé, reconnaît pourtant déjà son image dans le miroir comme telle.”7 (pg.93) 7. Traducción: el pequeño hombre, en una edad por la cual pasa por un corto tiempo, pero tiempo es, superado en inteligencia instrumental por un chimpancé, reconoce ya su imagen en el espejo como tal 39

donde siempre encontraban una sonrisa. Han todos los pájaros...

La criatura de aproximadamente dieciocho meses se ve en el espejo y reconoce una discrepancia, ¿cómo es posible que aquella unidad que se representa en la imagen sea yo, si mi cuerpo está desunido? Lacan nos aclara esto en su L’aggresivite en psychanalyse (1966): Ce que j’ai appelé le stade du miiroir a l’intérêt de manifester le dynamisme affectif par où le sujet s’identifie primordialement à la Gestalt visuelle de son propre corps : elle est, par rapport à l’incoordination encore très profonde de sa propre motricité, unité idéale, imago salutaire; elle est valorisée de toute la détresse originelle, liée à la discordance intra-organique et relationnelle du petit d’homme, durant les six premiers mois,où il porte les signes, neurologiques et humoraux, d’une prématuration natale physilogique.”8(p.133) “C’est cette captation par l’imago de la forme humaine, plus qu’une Einfühlung dont tout démontre l’absence dans la premier enfance, qui entre six 8. Traducción: eso que yo he llamado el Estadio del espejo tiene por interes manifestar el dinamisno afectivo por donde el sujeto se identifica primordialmente a la Gestalt visual de su propio cuerpo: esta es, por relación a la incordinación, todavía muy profunda de su propia motricidad, unidad ideal, imago salvadora; esta es valorizada de toda la angustia original, ligada a la discordancia intra-orgánica y relacional del hombrecito, durante los primeros 6 meses, en donde porta los signos neurológicos y de humor, de una premaduración natal fisilógica. 40

Eso era todo, vieja María.

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mois et deux ans et demi domine toute la dialectique du comportement de l’enfant en présence de son sem­blable. l’absence dans la premier enfance, qui entre six mois et deux ans et demi domine toute la dialectique du comportement de l’enfant en présence de son sem­blable. Durant toute cette période on enregistrera les réactions émotionnelles et les témoignages articulés d’un transitivisme normal. L’enfant qui bat dit avoir été battu, celui qui voit tomber pleure. De même c’est dans une identification à l’autre qu’il vit toute la gamme des réactions de prestance et de parade, dont ses conduites révèlent avec évidence l’ambivalence structurale, esclave identifié au despote, acteur au spectateur, séduit au séducteur.”9 (pg.113) El niño interioriza esta Gestalt y se identifica con ella, pero debe expulsar esos trozos de los que 9. Traducción: Es esta captación por la imago de la forma humana, más que un Einfühlung en el cual todo demuestra la ausencia en la primera infancia, que entre seis meses y dos años y medio domina toda la dialéctica del comportamiento del infante, en presencia de su semejante. Durante todo este periodo se registrará las reacciones emocionales y testimonios articulados de un transitivismo normal. El niño que golpea, dice haber sido golpeado, aquel que va a alguien caer, llora. Igualmente, es en una identificación a el otro que él vive toda la gama de reacciones de prestancia y de desfile, en los cuales su conducta revela con evidencia de ambivalencia estructural, esclavo identificado con el déspota, actor al espectador, seducido al seductor. 41

Tu vida fue los un rosario de flacas agonías Han todos pájaros...

está compuesto, ya que el esfuerzo de mantener reprimido su verdadero cuerpo despedazado es demasiado, de allí la agresividad. Esta acción es sustentada por la madre, como agrega Masotta (2012): “el Ministro mirándose en el espejo y la Reina mirándolo mirarse y diciendo: “Si, eres lindo”. El decía: “Soy omnipotente”. Y la Reina lo confirmaba: “Eres omnipotente”. (pg.61) Lo que en verdad sucede es que el Ministro dice tengo falo, estoy completo” y la madre le dice “sí, tienes falo, estás completo” y de allí se nutre el narcicismo primario, del que se hablará ahora. Narcicismo, como aflicción, es el proceso en el cual las investiduras libidinales sobre el objeto se regresan al yo, y este es investido en su lugar, tornándose en objeto de placer. Como proceso primario, Freud (1914) lo explica de esta manera: “...nuestras observaciones y concepciones sobre la vida anímica de los niños y de los pueblos primitivos. En estos últimos hallamos rasgos que, si se presentasen aislados, podrían imputarse al delirio de grandeza: una sobrestimación del poder de sus deseos y de sus actos psíquicos, la «omnipotencia de los pensamientos», una fe en la virtud ensalmadora de las palabras y una técnica dirigida al mundo exterior, la «magia», que aparece como una aplicación consecuente de las premisas de la manía de grandeza.” (pg.73) 42

no hubo hombre amado, salud, alegría,

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Explica Freud, que originalmente existe una libido yoica, y que, por las limitaciones físicas del infante, luego es cedida a los objetos, como sucede con el otro en el Estadio del Espejo de Lacan.No sirve a los intereses de este trabajo de introducir en este momento las observaciones hechas en Más allá del principio del placer (1920), en las que las pulsiones yoicas son relegadas -no a su totalidad- a la auto conservación, mientras que las pulsiones sexuales a la exteriorización, todo para culminar en un síntesis placentera, es decir, el regreso a la placenta. Sin embargo, sí debo de señalar que estas observaciones tienen su correspondencia con el Estadio del Espejo de Lacan, quizá mejor que las expuestas en Introducción al narcicismo, no obstante, no persiguen el objeto narcisista como en este último trabajo, por lo que, aparecerán a su tiempo dentro del presente ensayo. Continua Freud apuntando: “Así como al comienzo la libido yoica quedó oculta para nuestra observación tras la libido de objeto, reparamos primero en que el niño (y el adolescente) elige sus objetos sexuales tomándolos de sus vivencias de satisfacción. Las primeras satisfacciones sexuales autoeróticas son vivenciadas a remolque de funciones vitales que sirven a la autoconservacíón. Las pulsiones sexuales se apuntalan al principio en la satisfacción de las pulsiones 43

apenas el hambre para ser compartida, Han todos los pájaros...

yoicas, y sólo más tarde se independizan de ellas; ahora bien, ese apuntalamiento sigue mostrándose en el hecho de que las personas encargadas de la nutrición, el cuidado y la protección del niño devienen los primeros objetos que que puede llamarse el tipo del apuntalamiento [tipo anaclítico]” (pg.84) Aclara Freud que no existe una separación precisa entre ambos grupos, no hay humanos nacidos narcisistas y otros de apuntalamiento, ya que todos aquellos que han arribado a esta etapa del desarrollo tienen ante sí la posibilidad de dirigir su pulsión yoica, formulando también los siguientes tipos (pg.87): 1. Según el tipo narcisista: a. A lo que uno mismo es (a sí mismo), b. A lo que uno mismo fue, c. A lo que uno querría ser, y d. A la persona que fue una parte del sí-mismo propio. 2. Según el tipo del apuntalamiento: a. A la mujer nutricia, y b. Al hombre protector Según como se ama. Una última cita de Freud, la más extensa hasta ahora, tras la cual se proporcionará una síntesis de esta sección: 44

tu vida fue triste, vieja María.

José Manuel Cardona

“El narcisismo primario que suponemos en el niño, y que contiene una de las premisas de nuestras teorías sobre la libido, es más difícil de asir por observación directa que de comprobar mediante una inferencia retrospectiva hecha desde otro punto. Si consideramos la actitud de padres tiernos hacia sus hijos, habremos de discernirla como renacimiento y reproducción del narcisismo propio, ha mucho abandonado. La sobrestimación, marca inequívoca que apreciamos como estigma narcisista ya en el caso de la elección de objeto, gobierna, como todos saben, este vínculo afectivo. Así prevalece una compulsión a atribuir al niño toda clase de perfecciones (para lo cual un observador desapasionado no descubriría motivo alguno) y a encubrir y olvidar todos sus defectos (lo cual mantiene estrecha relación con la desmentida de la sexualidad infantil). Pero también prevalece la proclividad a suspender frente al niño todas esas conquistas culturales cuya aceptación hubo de arrancarse al propio narcisismo, y a renovar a propósito de él la exigencia de prerrogativas a que se renunció hace mucho tiempo. El niño debe tener mejor suerte que sus padres, no debe estar sometido a esas necesidades objetivas cuyo imperio en la vida hubo de reconocerse. Enfermedad, muerte, renuncia al goce, restricción de la voluntad propia no han de tener vigencia para el niño, las leyes de la naturaleza y de la sociedad han de cesar ante él, y realmente debe 45

cuando el anuncio del descanso eterno Han todos los pájaros...

ser de nuevo el centro y el núcleo de la creación. His Majesty the Baby, como una vez nos creímos. Debe cumplir los sueños, los irrealizados deseos de sus padres; el varón será un grande hombre y un héroe en lugar del padre, y la niña se casará con un príncipe como tardía recompensa para la madre. El punto más espinoso del sistema narcisista, esa inmortalidad del yo que la fuerza de la realidad asedia duramente, ha ganado su seguridad refugiándose en el niño. El conmovedor amor parental, tan infantil en el fondo, no es otra cosa que el narcisismo redivivo de los padres, que en su trasmudación al amor de objeto revela inequívoca su prístina naturaleza.” (pg.88) En síntesis, el Estadio del Espejo de Lacan explica cómo, por primera vez un ser humano puede interiorizar una imagen -que sin embargo no le pertenece- identificándose con ella, esto crea una disonancia en su interior que debe de ser expulsada y que se manifiesta posteriormente en la agresividad sexual durante la etapa fálica, al asumir el varón el papel del padre. En ambos, Freud y Lacan esta agresividad tiene forma de líbido y se expulsa revistiéndose en los objetos edípicos -según el desarrollo normal del infante. En Edipo sucede una disonancia análoga, con consecuencias catastróficas. 46

enturbia el dolor de tus pupilas,

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Yo falo, tu falo, el/ella falo, ellos/ellas falo, nosotros falo, vosotros falo Si el lector puede procurarse en los instantes que lee estas líneas un infante de la edad adecuada y mostrarle este escrito, tenga por seguro que el niño piensa que este libro tiene pene, al igual que la superficie en la que está usted sentado y que el televisor lo tiene en alguna parte, además, la computadora en la que estoy escribiendo lo tiene también. Ahora bien, el falo no es el pene, es la noción en la niñez temprana de que todos poseen un pene. El falo es inicialmente real, luego imaginario, sin sustancia en la realidad, y pasa pues por el lenguaje, deviniendo en símbolo. En la presente sección se tratará el objeto fálico desde la perspectiva de un varón, con el propósito de mantenerse en línea con las observaciones de Freud y complementarlas con Lacan, Masotta y Nasio, no obstante, para no dejar esta cuestión suelta, incluyo como anexos los dos cuadros acerca del Edipo femenino presentes en el libro El Edipo, concepto crucial del psicoanálisis (Nasio, 2010), además de recomendar, vehemente, la lectura de su trabajo. La obra más famosa de Freud es La interpretación de los sueños, su trabajo más importante es 47

cuando tuslos manos de perpetua fregrona Han todos pájaros...

Tres ensayos de teoría sexual (1905). No es de extrañar entonces, que un pequeño apéndice a este contenga una crucial idea que serviría para al fin sistematizar el Edipo, y cristalizar una de sus famosas fase, la fase fálica. En la organización genital infantil, Freud (1923), afirma que: “Hoy ya no me declararía satisfecho con la tesis de que el primado de los genitales no se consuma en la primera infancia, o lo hace sólo de manera muy incompleta. La aproximación de la vida sexual infantil a la del adulto llega mucho más allá, y no se circunscribe a la emergencia de una elección de objeto. Si bien no se alcanza una verdadera unificación de las pulsiones parciales bajo el primado de los genitales, en el apogeo del proceso de desarrollo de la sexualidad infantil el interés por los genitales y el quehacer genital cobran una significatividad dominante, que poco le va en zaga a la de la edad madura. El carácter principal de esta «organización genital infantil» es, al mismo tiempo, su diferencia respecto de la organización genital definitiva del adulto. Reside en que, para ambos sexos, sólo desempeña un papel un genital, el masculino. Por tanto, no hay un primado genital, sino un primado del falo.” (pg.146) En este párrafo se encuentran tres cuestiones: la vida sexual (interna) de los niños es análoga a los adultos, el falo no es un genital, y el falo tiene pri48

absorban la última ingenua caricia,

José Manuel Cardona

macía en ambos sexos durante su etapa propia. La primera cuestión se tratará con el desarrollo del Edipo más adelante, para las otras dos reservo esta sección. Al igual como en el estadio del espejo, el pene es desdoblado desde una imago de pene, como mejor lo explica Nasio: “...a los cuatro años, el pene no es solamente el órgano más rico en sensaciones. También es el objeto más amado y el que reclama toda la atención.” (pg.26) “La fuerza imaginaria del pene es tal que el niño lo convierte en su objeto narcisista más preciado, en lo que más valora y se siente orgulloso de poseer. En consecuencia, semejante culto del pene eleva el pequeño órgano al rango de símbolo del poder absoluto y de emblema de la fuerza viril. Pero, ¡atención!; “Por estas mismas razones, el niño también lo siente como un órgano frágil, demasiado expuesto a los peligros y, por lo tanto, como símbolo, no sólo de poder sino también de vulnerabilidad y de debilidad. Pues bien, cuando ese apéndice, eminentemente excitable, netamente visible, eréctil manipulable y alto grado valorizado se transforma a los ojos de todos —varones y niñas— en el representante del deseo, lo llamamos “Falo”. El Falo no es el pene en su condición de órgano. es el pene fantaseado, idealizado, símbo49

piensas en los ellos... y lloras, Han todos pájaros...

lo de la omnipotencia y su reverso, la vulnerabilidad.” (pg.26) En tanto que el niño se identifica con el otro, le otorga pene, su objeto narcisista. La fantasía se fisura por primera vez con la diferenciación de los sexos, como explica Freud: “En el curso de estas indagaciones el niño llega a descubrir que el pene no es un patrimonio común de todos los seres semejantes a él. Da ocasión a ello la visión casual de los genitales de una hermanita o compañerita de juegos; pero niños agudos ya tuvieron antes, por sus percepciones del orinar de las niñas, en quienes veían otra posición y escuchaban otro ruido, la sospecha de que ahí había algo distinto, y luego intentaron repetir tales observaciones de manera más esclarecedora. Es notoria su reacción frente a las primeras impresiones de la falta del pene. Desconocen esa falta; creen ver un miembro a pesar de todo; cohonestan la contradicción entre observación y prejuicio mediante el subterfugio de que aún sería pequeño y ya va a crecer,” y después, poco a poco, llegan a la conclusión, afectivamente sustantiva, de que sin duda estuvo presente y luego fue removido. La falta de pene es entendida como resultado de una castración, y ahora se le plantea al niño la tarea de 50

pobre vieja María,

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habérselas con la referencia de la castración a su propia persona.” (pg.147) Pero la fantasía del niño nunca termina de quebrarse, permanece así, con múltiples fisuras, por las cuales se escapa, en los momentos de debilidad del yo, el significante. Aparece un nuevo elemento, la amenaza de castración y esta conduce a la angustia de castración. Al igual que el falo, estas dos son fantasías, de cuyo papel se tratará cuando se hable del desarrollo del Edipo. Es, menester, entonces, que se atienda la cuestión de cómo arribar al falo, para esto cedo la palabra a Lacan (1966): “La phallus ici s’éclaire de sa fonction. Le phallus dans la doctrine freudienne n’est pas un fantasme, s’il faut entendre par lá un effet imaginaire. II n’est pas non plus comme tel un objet (partiel, interne, bon, mauvais etc...) pour autant que ce terme tend á apprécier la réalité intéressée dans une relation. II est encore bien moins l’organe, penis ou clitoris, qu’il symbolise. Et ce n’est pas sans raison que Freud en a pris la référence au simulacre qu’il était pour les Anciens.”10 (pg.690) 10 Traducción: Aquí se aclara la función del falo. El falo en la doctrina freudiana no es un fantasma, si hace falta entender por ello un efecto imaginario, no es tampoco un objeto (parcial, interno, bueno, malo, etc...), por lo tanto que este término tienda a apreciar la realidad interesada en una relación. Tampoco es el organo, pene o clitoris, que simboliza. Y no fue sin razón que Freud haya tomado la referencia al simulacio que era este para los antiguos. 51

¡No, todos no lo hagas! Han los pájaros...

La historia del falo es la de un objeto ausente, por esta ausencia en el otro el varón teme perderlo y la niña lucha por recuperarlo. Si bien esta es una sobre simplificación de la noción fálica -una fase, recuerdo, que le sigue a la fase anal y antecede la latencia-, queda claro que falo es alcanzable solamente por lo simbólico, por el lenguaje. El falo es el significante lacaniano, que ocupará toda la tercera sección de este ensayo y al cual le reservo la penúltima sección de este marco teórico, pasando ahora a discutir los personajes del Edipo y la sola dirigente del destino del falo, que es la madre, la figura de madre fálica.

Les Enfants du Paradis: los personajes del Edipo Odio la mayoría de las películas, tardan demasiado en desarrollar una trama, cuando lo que en verdad busco es la proeza cinematográfica del director, la marca del cincel y no la escultura. Tengo la fantasía (y esta palabra cobrará importancia dentro de poco) de que un frustrado Lacan decía lo mismo de sus pacientes, me lo imagino saliendo de la Sorbona y quejándose: “odio a mis pacientes, pierden demasiado tiempo, cuando lo que en verdad busco es el significado”. Recalco, es una fantasía, porque Lacan nunca diría eso, nunca diría nada, permitiría decir. 52

no ores al dios indolente

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Les Enfants du Paradis es una película filmada en la Francia ocupada por los nazis, clandestinamente, con un sustancial número de judíos sirviendo en la producción. Es una película de amor, más que eso, es una película del arte de la interpretación y de esa manera, reflejo de su producción. Entiéndase la imposibilidad de no hacer una película y se comprenderá porque Baptiste soportaba el sol de mediodía para actuar en el mercado o porque Garance aun siendo honesta actuaba o porque Frédérick no podía hacer otra cosa que actuar. La necesidad de actuar los compelía y, pues, así mismo es el Edipo, es como una película, una fantasía que se juega en la cabeza del niño y a la cual sus padres están forzados a participar. Los personajes del Edipo son tres: la madre, el niño y el falo; y siendo tres son cinco: la madre, el niño, la ley, el padre encarnado y la castración. Al alcanzar la fase fálica, el niño engendra tres fantasías, que son derivadas de las investiduras de objeto -que como ya se ha explicado, es un proceso normal derivado del narcicismo primario. Nasio (2010) resume estas tres fantasías de esta manera: “Así es como en el varón de cuatro años y en todo ser humano en posición masculina, sea cual fuere su edad, están presentes tres deseos fundamen53

que toda mintió tu esperanza Han todosuna losvida pájaros...

tales: el deseo de poseer sexualmente el cuerpo del Otro, particularmente de la madre; el deseo de ser poseído por el cuerpo del Otro, particularmente el padre y el deseo de suprimir el cuerpo del Otro, particularmente el del padre. Deseo de poseer, deseo de ser poseído y deseo de suprimir, he aquí los tres movimientos fundadores del deseo masculino.” (pg.31) Una observación por cada fantasía. El varón desea poseer el cuerpo de la madre, porque él, en el proceso de identificación con el padre desea ser ese falo, que le puede ser otorgado solamente por la madre. El varón tiene el deseo de ser poseído por el otro, es esto una feminización y conduce, como la primera y la tercera fantasía, a la angustia de castración. La tercera fantasía, la de suprimir al otro, es la fantasía de ser falo, al estar el padre ausente de la casa, el niño adopta un tono autoritativo y hace berrinches por cosas que al padre enfurecería -que la casa esté desordenada, que las puertas hayan sido dejadas sin seguro-, el niño desea ser falo. De los tres roles del Edipo, el niño es el director, la fantasía es vivida a través de su cámara de cuerpo atomizado, buscando siempre darle sentido a las imágenes externas cuando, en sentidos técnicos estas están diseminadas en su interior, atomizadas, como células de una película; la madre es la actriz principal, aquella que refuerza la fantasía 54

ni pidas clemencia a la muerte,

José Manuel Cardona

narcisista del niño siendo ahora investidura de objeto, y como en este narcicismo primario el falo cobró la investidura, la madre es ahora donadora de falo; el padre es el productor, es aquel cuya presencia causa ansiedad en el set de filmación, por ser el vínculo directo con el financiamiento, y un intruso entre la realización de la fantasía -la película- y el director. La madre es el nexo al falo, o como lo expresa Lacan (1956):

Arriba: falo Abajo izquierda: madre Abajo derecha: niño 55

tu vida fue horriblemente Han todos los pájaros... vestida de hambre,

Esto devendrá en la elección de objeto del sexo opuesto, después de una genitalización heterosexual y con el descarte de la figura materna como posibilidad de la realización sexual. Hay un proceso que se encuentra en Freud y al que no se le ha dado mucha importancia, pero que, al explicar el destino de las pulsiones, se debe de mencionar. El padre se sublima y la madre se idealiza. Así de sencillo. El padre se sublima y ya no es padre, es súper-yo, es ley, es el falo y la madre se idealiza, hay una especie de regresión a la creencia pre-fálica en la que solamente las mujeres buenas tienen pene y las malas lo han perdido. Y esta idealización condicionará la búsqueda de objeto, un objeto como la madre fálica.

De lo que pasa en el Edipo Resumiendo: existe una investidura yoica primaria que luego es dirigida a los objetos, es esto el narcicismo del infante. El niño descubre el falo y lo hace su objeto narcisista y se lo otorga a todos, según la formula del Estadio del Espejo de Lacan. Adviene la fase fálica y el niño, con esta capacidad que le ha dado desdoblarse en el espejo, formula una serie de fantasías en las que puede expulsar sus deseos sexuales incestuosos. Y aquí se da la disonancia entre el yo del espejo, el yo completo, la Gestalt del yo y el yo verdadero, el yo atomizado y despedazado de mi interior, que en el 56

acaba vestida de asma.

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proceso fenomenológico percibe el mundo como si fuese boca y brazos y piernas y ojos y orejas y no un todo. Lo que pasa es que el niño no puede cumplir sus fantasías incestuosas, su cuerpo no se lo permite, el lugar del falo es inmutable, una ley que su cuerpecito debe de seguir. Y hay un corte de las fantasías que proviene de la angustia de castración. El niño debe de decidir, o prosigue con sus designios fantasiosos o pierde su objeto narcisista. Nasio adjunta a cada una de las fantasías edípicas una amenaza de castración: 1-“Si la fantasía de placer es morder a la madre o tener un hijo con ella, es decir poseer al Otro, la amenaza de castración pende sobre el objeto más preciado: el pene-Falo, es decir, la parte del cuerpo más catectizada, de mayor investidura. En este caso, el agente de la amenaza es el padre que prohíbe y le recuerda al niño la Ley de interdicción del incesto: “¡No puedes poseer a tu madre ni hacerle un hijo!”. También se dirige a la madre y le dice: “¡Tú no puedes hacer volver a tu hijo a tu seno!” 2-Si la fantasía de placer es una fantasía de seducción, es decir, de ser poseído por el Otro, más exactamente, ofrecerse al padre, la amenaza de 57

pero todos quierolos anunciarte Han pájaros...

castración pende igualmente sobre el Falo, pero esta vez considerado menos como apéndice separable que como símbolo de la virilidad. En este caso, el agente de la amenaza no es el padre portador de la prohibición, sino él padre seductor: el padre es un amante al que el niño desea pero de quien teme un exceso, la posibilidad de que abuse de él. En tal caso, la angustia no es el temor a perder su pene-Falo, sino a perder su virilidad transformándose en la mujer-objeto del padre. "Temo que mi padre abuse sexualmente de mí y perder con ello mi virilidad." Insisto en afirmar que esta fantasía de seducción, del niño varón seducido por el padre, así como la angustia de ser objeto de abuso, es una fantasía primordial que es necesario identificar en la cura analítica de los hombres neuróticos.” (pg.40) 3-“Por último, si la fantasía de placer es una fantasía de apartar al padre rival, la amenaza de castración pende nuevamente sobre el pene-Falo considerado como la parte expuesta del cuerpo. En este caso, el agente de la amenaza es el padre odiado que intimida al niño porque puede poner freno a sus impulsos parricidas.” (pg.41) El niño es asediado por una insoportable angustia de perder el falo, ayudada por la disonancia de que su imago y su yo no coinciden y pues, para salvar su falo, el niño reprime toda su ener58

en voz baja y viril de las esperanzas,

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gía sexual, retirando la investidura libidinosa de su madre, quien pasa a ser un objeto idealizado, y sublima al padre, su falo narcisista.

Dios: producto del Edipo Aparentemente, en la superficie del estanque, la flor ha sustituido a Narciso, sin embargo, de vez en vez, burbujas de aire se elevan desde la profundidad, turbando las aguas. A esta sección corresponde lo siguiente: la sublimación del padre y la idealización de la madre y el principio de realidad como limitador del principio de placer. Según Nasio (2010), el Edipo rinde el siguiente fruto: “El superyó se instituye gracias a un gesto psíquico sorprendente: el niño varón aparta de sí a los padres entendidos como objetos sexuales y los conserva como objetos de identificación. Puesto que ya no puede tenerlos como objetos de su deseo, se apropia de ellos como objetos de su yo; a la imposibilidad de tenerlos como compañeros sexuales sigue el deseo inconsciente de ser como ellos, en sus ambiciones, en su debilidad y en sus ideales.” (pg.45) 59

la más roja los y viril de las venganzas Han todos pájaros...

Freud (1914) indica que: “Y sobre este yo ideal recae ahora el amor de sí mismo de que en la infancia gozó el yo real. El narcisismo aparece desplazado a este nuevo yo ideal que, como el infantil, se encuentra en posesión de todas las perfecciones valiosas. Aquí, como siempre ocurre en el ámbito de la libido, el hombre se ha mostrado incapaz de renunciar a la satisfacción de que gozó una vez. No quiere privarse de la perfección narcisista de su infancia, y si no pudo mantenerla por estorbárselo las admoniciones que recibió en la época de su desarrollo y por el despertar de su juicio propio, procura recobrarla en la nueva forma del ideal del yo. Lo que él proyecta frente a sí como su ideal es el sustituto del narcisismo perdido de su infancia, en la que él fue su propio ideal.” (pg.91) El ideal yo es el individuo en otro, pero hay aquí una advertencia, este proceso se desarrolla en una complicada moción de pulsión yoica. Figúrese un pulpo que se aferra a una roca con las copas de succión de sus tentáculos, ahora este pulpo debe de renunciar a la roca, y lo hace, porque de contrario verá sus tentáculos cortados, sin embargo, en una vana acción narcisista, arranca parte de esta roca, y la arrastrará con sí por siempre, aunque esta le pese y le dificulte el nado. Esa acción narcisista es la sublimación con el padre y 60

quiero jurarlo por la exacta

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la idealización de la madre, como mejor lo explica Freud: “Conviene indagar las relaciones que esta formación de ideal mantiene con la sublimación. La sublimación es un proceso que atañe a la libido de objeto y consiste en que la pulsión se lanza a otra meta, distante de la satisfacción sexual; el acento recae entonces en la desviación respecto de lo sexual. La idealización es un proceso que envuelve al objeto; sin variar de naturaleza, este es engrandecido y realzado psíquicamente. La idealización es posible tanto en el campo de la libido yoica cuanto en el de la libido de objeto. Por ejemplo, la sobrestimación sexual del objeto es una idealización de este. Y entonces, puesto que la sublimación describe algo que sucede con la pulsión, y la idealización algo que sucede con el objeto, es preciso distinguirlas en el plano conceptual.” (pg.91) De esta sublimación nace el súper yo y de la idealización la elección de objeto sexual. Para ir despejando, la sublimación es la falsa conciencia (la religión en el feudalismo, la creencia en el Estado en el capitalismo, el feudalismo y el capitalismo mismo), y la idealización es los sistemas administrativos. 61

dimensión ideales. Han todos de los mis pájaros...

Para regresar a Freud (1923), la formación del súper yo no es una simple sublimación de aquello que el niño deseó ser (el posesor de la madre, el falo): “Empero, el superyó no es simplemente un residuo de las primeras elecciones de objeto del ello, sino que tiene también la significatividad de una enérgica formación reactiva frente a ellas. Su vínculo con el yo no se agota en la advertencia; «Así (como el padre) debes ser», sino que comprende también la prohibición: «Así (como el padre) no te es lícito ser, esto es, no puedes hacer todo lo que él hace; muchas cosas le están reservadas». Esta doble faz del ideal del yo deriva del hecho de que estuvo empeñado en la represión del complejo de Edipo; más aún: debe su génesis, únicamente, a este ímpetu subvirtiente. No cabe duda de que la represión esfuerzo de desalojo del complejo de Edipo no ha sido una tarea fácil. Discerniendo en los progenitores, en particular en el padre, el obstáculo para la realización de los deseos del Edipo,-el yo infantil se fortaleció para esa operación represiva erigiendo dentro de sí ese mismo obstáculo. En cierta medida toma prestada del padre la fuerza para lograrlo, y este empréstito es un acto extraordinariamente grávido de consecuencias. El superyó conservará el carácter del padre, y cuanto más intenso fue el complejo de Edipo y más rápido se produjo su represión (por el influjo de 62

Toma esta mano de hombre que parace de niño

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la autoridad, la doctrina religiosa, la enseñanza, la lectura, tanto más riguroso devendrá después el imperio del superyó como con- ciencia moral, quizá también como sentimiento inconsciente de culpa, sobre el yo.” (pg.36) La función del súper yo ha sido relegada a la de rector moral, es decir, el juez que actúa entre el principio del placer y el principio de realidad. Antes de proseguir, se debe de aclarar que el principio del placer no refiere a designios hedonistas, su instancia trata de cómo el cuerpo encuentra la estabilidad placentera, como en la siguiente formula: placer-placentero-placenta. Estar en la placenta, regresar a la protección intrauterina antes del trauma del parto. Las pulsiones yoicas (de auto conservación) deben de conciliarse con as pulsiones sexuales (de exteriorización), el imperio del principio del placer es la tendencia del organismo a evitar excitaciones innecesarias. Concluyendo: el súper yo es la fuerza rectora que nos compele a seguir las normas, las pulsiones sexuales nos incitan a exteriorizarnos constantemente, las pulsiones yoicas a conservarnos. La negociación entre estas está ligada por la fuerza del súper yo y dependerá del yo. 63

en lastodos tuyaslos pulidas por el jabón amarillo Han pájaros...

Matar a Dios-padre: acto fundacional de la comunidad Paso ahora de la psicología del individuo a la psicología de las masas, remitiendo a mi anterior observación que ambas son lo mismo. La psicología de las masas es la del individuo en la masa, la del yo frente al otro. El Edipo colectivo es el Edipo individual. En Tótem y Tabú (1913) al igual que en Moisés y la religión monoteísta (1939), Freud desarrollaría su analogía entre psicología de las masas y del individuo, teniendo como fundamento teórico, Psicología de las masas y análisis del yo, además del resto del psicoanálisis. “El retorno del totemismo en la infancia” es el nombre del cuarto ensayo de Tótem y Tabú, bien pudo haberse llamado, analogía entre el pensamiento infantil y la sublimación social, o quizá “manifestación del totemismo en el hombre moderno”. El niño, habiendo adquirido las habilidades que Lacan atribuye al Estadio del Espejo, es capaz ahora de hacer una transferencia simbólica de objeto: “Dentro de la trama del historial clínico de un varoncito de nueve años, nos refiere que a la edad de cuatro años padecía de una fobia al perro. «Cuan64

restriega los callos duros y los nudillos puros

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do veía pasar un perro por la calle, echaba a llorar y gritaba: “¡Perro querido, no me agarres, me portaré bien!”. Por “portarse bien” entendía “no tocar más el violín” (masturbarse)». (Wulff, 1912, pág. 15.) El mismo autor resume más adelante: «Su fobia al perro es en verdad la angustia frente al padre desplazada al perro, pues su rara manifestación: “¡Perro, me portaré bien!” —o sea, “no me masturbaré”—, en realidad se refiere al padre, quien le ha prohibido la masturbación». (pg.131) “Según lo dejaba conocer de manera hipernítida, sentía al padre como un competidor en el favor de la madre, a quien se dirigían en oscuras vislumbres sus deseos sexuales en germen. Por tanto, se encontraba en aquella típica actitud del niño varón hacia sus progenitores que hemos designado «complejo de Edipo» y en la cual discernimos el complejo nuclear de las neurosis. Lo nuevo que averiguamos en el análisis del pequeño Hans fue el hecho, importante respecto del totemismo, de que en tales condiciones el niño desplaza una parte de sus sentimientos desde el padre hacia un animal.” (pg.131-132) Paso previo a la sublimación parental. Acto inmemorial, no perteneciente a la memoria, fantasía primaria, es el Edipo de la masa: 65

en latodos suavelos vergüenza Han pájaros...de mis manos de médico.

“Un día" los hermanos expulsados se aliaron, mataron y devoraron al padre, y así pusieron fin a la horda paterna. Unidos osaron hacer y llevaron a cabo lo que individualmente les habría sido imposible. (Quizás un progreso cultural, el manejo de un arma nueva, les había dado el sentimiento de su superioridad.) Que devoraran al muerto era cosa natural para unos salvajes caníbales. El violento padre primordial era por cierto el arquetipo envidiado y temido de cada uno de los miembros de la banda de hermanos. Y ahora, en el acto de la devoración, consumaban la identificación con él, cada uno se apropiaba de una parte de su fuerza.” (pg.143-144) Freud introduce, no obstante, un concepto que quedará sin desarrollarse a su cabalidad y que juzgo meritorio invocar: la ambivalencia. El individuo quiere ser como el padre, quiere ser el falo, poseer a la madre, pero también le teme, teme perder su falo desafiando al padre. La culpa por haber asesinado al padre es el motivo inicial de la comunidad. Es cuestion de regresar al padre lo que es del padre, como lo explica en Moisés y la religión monoteísta (1939): “La reinstitución del padre primordial en los derechos que que le correspondían en lo histórico-vi66

Descanza en paz, vieja María.

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vencial [historisch) era un gran progreso, mas no podía ser el final. También los otros fragmentos de la tragedia prehistórica esforzaban hacia su cumplimiento. No es fácil colegir qué puso en marcha este proceso. Parece que una creciente conciencia de culpa se había apoderado del pueblo judío, acaso de todo el universo de cultura de aquel tiempo, como precursora del retorno del contenido reprimido. Hasta que al fin alguien de este pueblo judío halló, en la absolución de culpa de un agitador político-religioso, la ocasión con la cual una religión nueva, la cristiana, se desasió del judaísmo. Pablo, un judío romano de Tarso, aprehendió esta conciencia de culpa y la recondujo certeramente a su fuente en el acontecer histórico primordial. La llamó el «pecado original», era un crimen contra Dios que sólo se podía expiar mediante la muerte. Con el pecado original había llegado la muerte al mundo. En realidad, ese crimen merecedor de la muerte había sido el asesinato del padre primordial después endiosado. Pero no se recordó el asesinato, sino que, en lugar de él, se fantaseó su expiación, y por eso esta fantasía pudo ser saludada como mensaje de redención (evangelium). Un Hijo de Dios se había hecho matar siendo inocente, y así tomaba sobre sí la culpa de todos. Tenía que ser un Hijo, pues había sido un asesinato perpetrado en el Padre. Es probable que tradiciones de misterios orientales y griegos hayan influido sobre la trama de la fan67

descanza vieja luchadora, Han todosen lospaz, pájaros...

tasía de redención. Lo esencial de ella parece ser contribución del propio Pablo. Era un hombre de disposición religiosa en el sentido genuino; las oscuras huellas del pasado acechaban en su alma, prontas a irrumpir en regiones más conscientes.” (pg.83) Debo de hacer recurso a la fenomenología para resolver el siguiente asunto. Freud plantea que la relación entre hermanos tuvo que ser una simétrica, pues de elevarse alguno de ellos al puesto del padre -del tótem- este era asesinado como otrora había pasado con su antecesor. En este fluir de simetría-asimetría se gesta la renovación de la sociedad, el surgimiento del héroe que mató al padre y se convirtió en explotador, nuevo padre, dios. La complicación se anula con la fenomenología blanchotiana. Si yo es otro, y este otro busca imponerse a mí como yo, convirtiéndome en el mismo, es decir, una repetición de él, deja de existir. Mientras que el héroe, el yo que mató al padre, pasa a ser yo común, súper yo. Todo esto, por supuesto, a través de la técnica de Marx. Por ahora, dejo el Edipo y paso al significante lacaniano, para luego proporcionar una síntesis teórica que encajará todas las piezas hasta ahora. Para esta último sección se reservan las observaciones del carácter del héroe y su transición a padre. 68

tus nietos todos vivirán la aurora,

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El significante: en tus palabras veo tu falo En su romance con el estructuralismo, Lacan ha desarrollado su técnica psicoterapéutica de modo que evidencie, con mayor efectividad, aquello que ya mostraba, y aun no podía verse, ya que no se conocía. La historia del falo es historia de la ausencia, el significante está ausente y por eso se dice que el falo es el significante, porque remite al complejo de Edipo. Lacan (1966) confirma esto al decir que: “C’est que le signifiant est unité d’être unique, n’étant de par sa nature symbole que d’une absence. Et c’est ainsi qu’on ne peut dire de la lettre volée qu’il faille qu’à l’instar des autres objets, elle soit ou ne soit pas quelque part, mais rien qu’à leur différence, elle sera et ne sera pas là où elle est, où qu’elle aille.11” (pg.24) La carta robada en esta instancia es el falo, lo que mueve el complejo de Edipo, que se mueve en el complejo de Edipo y que condiciona las relacio11 Traducción: Eso que es el significante es unidad de ser unico, no sienda más que, por su naturaleza, símbolo de una ausencia. Y es así que no se puede decir de la carta robada que faltase más que el arranque de otros objetos, esté o no en alguna parte, y solamente por la diferencia de estos, estará y no estará dónde esté, o donde vaya. 69

LO JURO. Han todos los pájaros...

nes. La función del significante es remitir al significado, cosa imposible, porque no hay nada en este que conduzca al otro, por lo tanto se trata de ausentar: “…le signifiant a fonction active dans la détermination des effets oú le signifiable apparait comme subissant sa marque, en devenant par cette passion le signifie12.” (pg.688) Aquello que separa al significante del significado es el inconsciente o, para seguir nuestra analogía, aquello que explica la búsqueda desesperada por un tipo de objeto sexual (falo) es lo reprimido durante el Edipo.

Síntesis Teórica Basado en todo lo anteriormente expuesto, mi propuesta es la siguiente: La identidad no puede ser comprendida estudiando a la masa porque es individual (Blanchot, Freud), fundada en la experiencia en común: la muerte, y esta muerte es la muerte del otro de la primera identificación, el padre detentor del falo. Estudiar la identidad en el capitalismo requiere la utilización de la fenomenología marxiana, introduciendo el constructo de 12Traducción: el significante tiene la función activa en la determinación de los efectos donde aparece el significable como cargador de su marca, deviniendo en su pasión en el significado. 70

Vieja María, escrito por:

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la técnica, la cuál define el tipo de sociedad-individuo a tratar. Los individuos están alienados por una falsa conciencia que se mantiene en pie por el súper yo, la culpa por haber asesinado al padre que no obstante trajo la técnica (Prometeo trajo el fuego, Jesucristo el feudalismo; véase Otto Rank, el mito del nacimiento del héroe). Esta falsa conciencia es superada con el venir de una nueva técnica y un nuevo héroe parricida. Ya que el Edipo se encuentra en el inconsciente, se debe hacer recurso al significante para evidenciarlo, encontrar el falo. Esto nos permite evitar el efecto de visera (Derrida, 1993), en el cual el padre de Hamlet, utilizando una armadura se presentó como fantasma, oculto a su hijo, quien aceptó las órdenes porque pensaba provenían de su progenitor. En otras palabras, esquivo al Estado capitalista y alcanzo al padre. El aparato teórico queda entonces evidenciado: Blanchot-Marx-Freud; o, si el lector prefiere un abstracto: fenomenología-fenomenología-fenomenología. Igual como la última sección de Las Metamorfosis -aquella innolvidable escena en la que Venus arrancó a César de la tierra y Ovidio proclamó su lugar en la cuspide del peñon- explica la sociedad romana, la trama edípica morazánica explica el capitalismo en Honduras. 71

Ernesto “Che” Guevara. Han todos los pájaros...

La máquina teórica que he diseñado es un punto de abordaje, un constructo fenomenológico, se trata de acercarse al problema y tratar cómo la falsa conciencia del Estado, cómo el patriarcado capitalista, cómo la identidad (nacional). Es este el propósito, fijar un punto desde el cual trabajar el sistema de tensiones y disolver los absolutos que han plagado la escritura. Hablar es absoluto. Escribir es desastre. Desastre es escribir. Escribir desastre. Desastre.

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José Manuel Cardona

BIBLIOGRAFÍA DEL MARCO TEÓRICO · Maurice Blanchot, L’écriture du désastre; Editions Gallimard; Mayenne, Francia; 1991 · Maurice Blanchot, La communauté inavouable; Editions de Minuit; París, Francia; 1983 · Leszeck Kolakowski, Las principales corrientes del marxismo: I: los fundadores; Alianza Editorial; Madrid, España; 1980 · Sigmund Freud, El yo y el ello; 1923; en Sigmund Freud Obras completas: volumen XIX; Amorrortu Editores; Buenos Aires, Argentina; 1992 · Sigmund Freud, La organización genital infantil; 1923; en Sigmund Freud Obras Completas: volumen XIX; Amorrortu Editores; Buenos Aires, Argentina; 1992 · Sigmund Freud, Tótem y Tabú; 1913; en Sigmund Freud Obras Completas: volumen XIII; Amorrortu Editores, Buenas Aires, Argentina · Sigmund Freud, Más allá del principio del placer, 1920; en Sigmund Freud Obras Completas: volumen XVIII; Amorrortu Editores; Buenos Aires Argentina; 1992 · Sigmund Freud, Psicología de las masas y análisis del yo; 1921; en Sigmund Freud Obras Completas: volumen XVIII; Amorrortu Editores; Buenos Aires, Argentina; 1992 · Sigmund Freud, Tres ensayos de teoría sexual; 1905; en Sigmund Freud Obras Completas: volumen VII; Amorrotu Editores; Buenos Aires, Argentina; 1992 · Sigmund Freud, Introducción al narcicismo; 1914; en Sigmund Freud Obras Completas: volumen XIV; Amorrortu Editores; Buenas Aires, Argentina; 1992 · Sigmund Freud, Moisés y la religión monoteísta; 1939; en Sigmund Freud Obras Completas: volumen XXIII; Amorrortu Editores; Buenos Aires, Argentina, 1992 · Jacques Lacan, Seminaire de la lettre volée; 1966; en Écrits; Editions du Seuil; París, Francia; 1966 · Jacques Lacan, La signification du phallus; 1966; en Écrits; Editions du Seuil; París, Francia; 1966Jacques 73

Han todos los pájaros...

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Lacan, L’aggresivité en psychanalyse; 1966; en Écrits; Editions du Seuil; París, Francia, 1966 Jacques Lacan, La relation d’objet et les structures freudienne (1956-1957); consultado el 8 de Enero del 2015 en: http://www.ecole-lacanienne.net/fr/p/ lacan/m/nouvelles/paris-7/stenotypies-version-j-lseminaire-iv-la-relation-d-objet-1956-1957-70 Jacques Derrida, Les spectres de Marx; Editions Galilée; París, Francia; 1993 Benedict Anderson, Comunidades imaginadas: reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo; Fondo Cultural de México; México D.F, México; 1993 Joseph Campbell, The Hero with a thousand faces; Princeton University; Princeton, New Jersey; Estados Unidos; 2004 Otto Rank, El mito del nacimiento del Héroe; Ediciones Paidos; Buenos Aires, Argentina; 1981

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El Mirlo Negro: el significante de Francisco Morazán

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Han todos los pájaros...

Que Morazán se recline en el diván y decirle: "quieres ser como tu padre y poseer a tu madre", es eso lo que haré ahora. Este apartado busca darle sentido al discurso morazánico, que hasta ahora se ha considerado uno de unionismo político, iluminismo de las ideas y triunfo de la razón, sin tomar en cuenta el inconsciente. No es cuestión de encontrar el Edipo de Morazán el individuo, mas el Edipo de Morazán el héroe, el futuro padre. Rafael Montufar (1982), un comentador de la vida de Morazán nos lo presenta como el hombre que trajo a Centroamérica la "libertad de conciencia", quien "rompió con su espada, en este país, las cadenas de la intolerancia, que pesaban sobre España desde la conversión del monarca Recaredo." (pg.35), en cuanto a la reforma religiosa menciona que "en todos los países libres de la tierra fue celebrado con entusiasmo, y el nombre de Morazán se inscribió entre los benefactores de la humanidad" (pg.37) ¿De qué hablaba Morazán cuando hablaba? Esa es la interrogante de este apartado. Hablar, ¿acaso eso es posible? La posibilidad del habla. Los escritos que se han consultado para formar este apartado se encuentran en Francisco Mo76

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razán: Vida, obra y pensamiento (2012), editado por la fundación biblioteca Ayaucho, de Venezuela y teniendo como base Pensamiento político del general Francisco Morazán (1985), recopilada por Rafael Bardales. Llama la atención el prológo por Adalberto Santana, otro notado comentador de la vida y obra de Morazán y cuyo primer apartado se título "el ideario integrador morazánista". Querer hacer hablar a Morazán, para un interés político por supuesto, porque la política estatal pertenece al capitalismo, pero quizá sirva este ejemplo para dilucidar el método, transformando la pregunta: ¿de qué habla Morazán cuando se le quiere hacer hablar? Nótese que no se trata de una segunda pregunta. ¿De qué habla Morazán cuando habla? Esa es la pregunta, en presente. Tomo un escrito aparentemente inocente, una solicitud hecha por Morazán -en 1823- al ayuntamiento para solicitar fondos con propósito de la apertura de una plaza de maestro y presento los extractos de cuándo Morazán en verdad habla: “El Cuerpo privilegiado de labradores me ha manifestado los graves perjuicios que se les originan por la diferencia de medidas que hay para comprar y vender sus granos en el Cabildo y algunas tiendas “de regatones”. Sírvase V.S. el proteger 77

Han todos los pájaros...

unaclase tan recomendada por las leyes y principalmente en un asunto en que se interesa tanto el bien público. No es la plata ni ninguno de los metales preciosos los que enriquecen un reino: es la agricultura. Aquella no es más que el precio de todas las cosas y el móvil de las disensiones, cuando esta es el origen de la abundancia y de todas las virtudes.” (pg.3) “No puedo creer más que hay manos ocultas que fomentan la rusticidad de este pueblo.” (pg.3) “No faltan más que 180 pesos para completar el sueldo de 25 pesos del maestro. Para esto, exítase el patriotismo de tantos sujetos pudientes que pueden contribuir sin perjudicarse.” (pg.4) “Sin esta no habrá buenas costumbres; no habrá igualdad ni en las personas ni en los intereses ni en los bienes; y estamos expuestos a que caiga sobre nosotros un yugo que no lo podamos sacudir jamás.” (pg.4) Morazán habla de lo siguiente: proteccionismo del producto interno, circulación de capital sobre acumulación, alejar al pueblo de la rusticidad, apelar al patriotismo, la educación como instrumento para la igualdad y la transmisión de valores y, sobre todo, sacudir el yugo. Al decir todo esto, lo que hace Morazán es morder el labio de madre, 78

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con el mismo deseo sexual que un niño en pleno Edipo lo hace, habla de poseer a la madre y de destruir al padre, de sacudirse del padre, Morazán habla de capitalismo. Se evidencia, entonces, como la teoría puede ponerse en práctica en el caso presente. Habiendo definido el objeto de fijación morazánico, la política estatal, es decir, el capitalismo, se procede a desarrollar esta relación para mejor discernir el falo, encontrar el significante, el momento en que lo reprimido logra escaparse por las fisuras del espejo. Los textos escogidos cubren desde 1823 hasta 1831, cuando Morazán es nombrado presidente de la Federación, alcanzando el punto álgido de su fantasía edípica, escritos de fechas posteriores serán tratados en el siguiente apartado, al igual que se revisitarán estos. Téngase por entendido que este apartado no trata de Edipo, ni del Edipo de Morazán, sino de encontrar el significante que nos remeta al falo que nos remete a Edipo, para, en el siguiente apartado, tratar la trama edípica morazánica, de nuevo, no el Edipo de Francisco Morazán, mas la narrativa héroe-dios, la historia de Hamlet y Edipo.

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De que habla Morazán cuando habla de Estado-Nación El Estado, para Morazán es el ente supremo, administrador de la voluntad del pueblo, regido por la razón de las leyes, diferente al Estado tirano y despótico de los monarcas españoles y de la iglesia católica. Esta diferenciación puede apreciarse en el siguiente pasaje: “Pero una pequeña ráfaga de aquella luz penetró el mar de Colón, y vino a sacarlos de las tinieblas en que se hallaban sepultados: y desde entonces pudieron conocer a sus opresores y descubrir al otro lado del Océano, la mano del tirano que había fijado sus tristes destinos, y el primer eslabón de la cadena que arrastraron por más de tres siglos atado al trono de los Borbones y sostenido por los Regulares que venían de España en lugar de soldados, y por los desnaturalizados que entre nosotros, haciendo con ellos causa común, se iniciaban en los misterios del engaño.” (pg.14-15) “Centro América, que desde 1827 hasta 1829 fue el teatro de la guerra civil y ofreció en varios puntos de su territorio un apoyo a los autores de sus desgracias, hoy es la mansión del orden y la patria de los amigos de la libertad. Centro América, que en el mismo tiempo apareció como sorda a 80

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los gritos de la razón, olvidada de sus deberes y ocupada en sacrificios vergonzosos, hoy se dedica a restablecer la confianza pública y el honor nacional.” (pg.50) Nótese que en el primer pasaje no se hace referencia al Estado, sino a la tiranía, la tiranía del padre. Cuando los enemigos de este Estado buscan ofenderle, Morazán escribe: “Era necesario comenzar por desacreditarla y acabar por destruirla; pero la opinión puso baluarte inexpugnable a sus miras, hasta que hallaron en la ambición de un gobernante, y de una nobleza resentida, el mejor apoyo de sus ideas y el instrumento a propósito para poner en práctica sus planes.” (pg.16) Una nobleza resentida. El antiguo orden colonial se vislumbra, con estas palabras, como incompatible con el Estado morazánico. Aquellos que se afilien con este antiguo orden enfrentarán la ruina: “Compatriotas: Vuestra ruina hubiera sido completa si aún continuarais obstinados en no obedecer al Gobierno. Ved los inmensos perjuicios que os ha causado esta conducta, y no olvidéis quiénes son sus autores.” (pg.32) 81

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Porque el Estado, validado por su aparato jurídico, tiene el derecho de aplastar todo aquello que se le oponga: “…examinad el delito que comete un pueblo, sustrayéndose a la obediencia de la legítima autoridad, y volved a poneros bajo su protección.” (pg.11) “A los legisladores toca removerlos y destruir los obstáculos que se oponen a la consolidación del sistema.” (pg.46) “Ayer ha ocupado la capital de la República el ejército que tengo el honor de mandar; allanando antes con sus armas las fortificaciones que los enemigos creyeron inexpugnables, y hoy se ve humillada y abatida, a solo el peso de sus propios crímenes, esa cerviz altanera de la aristocracia que insultaba al hombre libre y le presagiaba los males de su futura suerte.” (pg.12) Aristocracia, recuérdese, representa el orden colonial, el feudalismo americano, los hijos del padre. Las acciones estatales se justifican por la causa común: “Tengo la satisfacción de comunicar a Ud. estas ventajas que se han adquirido en favor de nuestra 82

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causa las que estoy seguro, que aunque son pequeñas en sí, son grandes por las consecuencias que han producido.” (pg.6) “Cuando abracé la causa común, no existía un solo principio de esperanza, sino es para aquellos que desean morir en defensa de la ley. La República se hallaba envuelta en una guerra insensata y fratricida, desacreditando el nombre centroamericano, sin mancilla hasta entonces, pronunciado después con desprecio por los enemigos de su engrandecimiento, y próximo a sepultarse en las ruinas de la patria ese puñado de valientes defensores de la libertad, que, arrostrando toda clase de peligros para salvarla, supo arrancar con la palma de la victoria a los enemigos, y reivindicar el honor nacional.” (pg.43) El pueblo, pobre pueblo, desconoce sus propios intereses, siendo fácilmente engañado por los traidores: “Nada tienen que temer sus sencillos habitantes, que engañados han obrado contra sus propios intereses.” (pg.11) “Nicaragua tiene pueblos desafectos, y sus directores han sido unidos a la aristocracia en todo el período de la revolución, sea cual fuere la conducta que observan en el día.” (pg.26) 83

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En los pasajes citados, se encuentran las siguientes ideas: el Estado como ente supremo, representación del pueblo, sustituto del antiguo orden; la naturaleza reaccionaria de la aristocracia (feudal) contra este nuevo Estado; la idea de una causa común y la ignorancia del pueblo que no acepta la luz. En términos técnicos, lo que aquí hay es: el desplazamiento del orden feudal-católico por un organismo político (el Estado); la apelación a la noción de la causa común para crear conciencia (capitalista) y el paternalismo hacia el pueblo (pensamiento burgués). ¿De qué habla Morazán cuando habla de Estado-nación? Habla a jugar a la casita, a ser padre, Morazán está en su etapa de identificación, y así como el padre ha impuesto el orden feudal, él impone el capitalismo, el imperio de la razón y la lógica que popularizaron los burgueses del siglo XVIII.

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¿De qué habla Morazán cuando habla de ley? El Estado morazánico está fundado en leyes que sobrepasan a los hombres y que, sin embargo, surgen de los hombres, asombroso malabar que surgió de los ilustrados del siglo XVIII, quienes nunca se dignaron a explicar cómo diferenciar a la jurisprudencia estatal de la biblia feudal. Remito al marco teórico en el cual mostré que ambas, religión y Estado (y sus leyes) son falsa conciencia, perteneciendo a dos periodos diferentes: la primera al feudalismo y la segunda al capitalismo. Ahora bien, regreso a Morazán, para quien las leyes eran sagradas (como lo era la biblia en el cristianismo), el lugar de poder del padre: “¿No conocéis que estos son vuestros enemigos, que se valen de vuestra bondad para engañaros? ¿Que abusan de vuestra inocencia para obligaros a trabajar contra los derechos más sagrados de los pueblos?” (pg.10) “El deseado día de la paz ha llegado; el sagrado código de nuestras instituciones que ha conservado el patriota a costa de su sangre, lo presenta como un don precioso para los pueblos, y a su 85

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vista desaparece el tiempo de las desgracias.” (pg.12) De nuevo, Morazán hace recurso a la comparación para mostrar que este sagrado código no tiene nada de parecido a las fuerzas que regían el feudalismo, aun permaneciendo igual de demandantes: “Él ha sido acordado, no por el capricho de un déspota, ni por las ambiciosas miras de una facción, sino por el voto libre y espontáneo del pueblo soberano, expresado por el órgano de sus representantes, autores de la Constitución que nos rige. Esta Carta fundamental, que manda respetar los derechos más sagrados del hondureño, designa al mismo tiempo los que deben velar sobre su conservación, y establece entre las autoridades y el pueblo una obligación recíproca.” (pg.38) Exige de las primeras el cumplimiento de las leyes, que garantizan la libertad, la igualdad, la seguridad, y la propiedad del ciudadano. Demanda del segundo, obediencia a estas mismas leyes, sus brazos, y una pequeña parte de lo que posee.” (pg.38) “Si la independencia puso en tanta consternación al arzobispo y Regulares, la Constitución les descubrió el abismo en que iban a sepultarse sus 86

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fueros y derechos, sus gustos y placeres..., y creyéndose perdidos se olvidaron de las armas del disimulo, de su aparente moderación, y se presentaron en la arena a combatirla, resistiéndose a prestar el juramento que se les exigía. Pero las autoridades, apoyadas en los pueblos que sostenían esta sagrada Carta, los hicieron entrar en su deber, y esos mismos esfuerzos que sirvieron para jus- tificar su oposición, los denunciaron ante la opinión pública.” (pg.15-16) Desobedecer estas leyes sagradas es un atropello al Estado (cosa paterna), representación del pueblo: “Conciudadanos: De los hechos se forma la ciencia donde aprenden los pueblos a conocer lo que les aprovecha; y los del departamento de Olancho han recibido en la revolución una de las más fuertes lecciones que da la experiencia a los que ciegos desprecian la opinión general. Si en las guerras civiles se tiene por enemigos a los neutrales, en las que se hacen contra las autoridades que abusando del poder que les da la Nación, se sobreponen a las leyes y se quieren erigir en los tiranos del pueblo, deben tenerse por delincuentes.” (pg.32) Resumo: las leyes rigen a los hombres siendo, a la vez, su voluntad. Ya que las leyes son la expresión 87

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de la colectividad y no del tirano, deben de obedecerse, no hacerlo sería conspirar con el antiguo orden. ¿De qué habla Morazán cuando habla de la ley? Habla de como, en su casita imaginaria, ha matado al padre, y, siguiendo la formula de Freud: “así como el padre debes de ser... así como el padre no te es lícito ser”, ha establecido su propio mandato.

¿De qué habla Morazán cuando habla de economía? Constantemente (desesperadamente), Morazán se diferencia a sí mismos de sus antecesores. Por ejemplo, cuando Morazán justifica los impuestos estatales, asegurando que nada tienen que ver con los cobros de la corona y la iglesia: “Las religiones de América son idénticas en todo a las de la península española, y a las de toda Europa, y sus riquezas han sido adquiridas del mismo modo. ¿Será, pues, justa su adquisición? ¿No tendrán igual derecho los Gobiernos de América a hacer de ellas el uso que los reyes de otras naciones? ¿Es, acaso, lo mismo que la propiedad de un particular la de un cuerpo moral, que se han enriquecido por los medios que todos saben: 88

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que existe en una Nación por su consentimiento y que deja de existir cuando esta lo cree nocivo y perjudicial a los intereses generales? ¿Y podrán negarse a dar sus tesoros, cuando la Nación tiene un derecho de exigírselos, y se halla en necesidad de tomárselos, los que han renunciado por Jesucristo no solo cuanto tienen, sino cuanto pueden tener?” (pg.18) Que se remarque esto, porque por primera vez vemos claramente el rostro del padre, aquel que posee todo lo que Morazán desea y lo denuncia: “Las comunidades religiosas, bajo las reglas que han estado hasta hoy, son en todos conceptos perjudiciales, principalmente en una sociedad de hombres libres en donde no se conoce más ley que la razón ni más equidad que la justicia. Ellas perjudican en lo económico, en lo político y en lo religioso. En lo económico, perjudican a la agricultura privándola de tantos brazos útiles: a los propietarios, acumulando en uno solo las riquezas de muchos: a la población con un celibatismo a veces temerario: a las artes y a la industria, oponiendo trabas insuperables a estas fuentes de la riqueza pública. En lo político, esas grandes corporaciones, esas verdaderas monarquías, cuyas leyes se escriben en los cielos, que tienen tanto poder e influjo en el orden civil y religioso, incorporadas en las sociedades, son capaces de muchos males, y 89

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los han causado aun en las monarquías que tienen un interés en sostener. ¿Qué será pues, en la República, que en lugar de encontrar apoyo sus exenciones y privilegios desaparecen a presencia de la igualdad legal? Esas grandes disputas de la Antigüedad sostenidas por muchos siglos que han arruinado los Estados, y han comprometido la Iglesia: que han confundido la doctrina, obscureciendo las luces, ocupando los entendimientos con ideas abstractas: han sido sostenidas la mayor parte por los monjes, como los eutiquianos, los nestorianos, los monotelistas, los patripacianos y otras tantas sectas que no pudieron sostenerse tanto tiempo si no es por un espíritu de corporación.” (pg.18-19) El padre ha entorpecido la economía, la política y su propio invención: la religión. Y se compele a pagar tributo como se hacía con el padre antiguo, a forma de amenaza, como lo hacía el padre antiguo: “Es necesario, pues, que cada ciudadano contribuya, si desea vivir en paz, y quiere gozar de garantías en su persona y propiedad. El dar una pequeña parte de ella es un interés particular suyo, porque esta moderada cantidad con que contribuye, se emplea en los que sostienen el orden público. El negarse a franquearla, es obrar sin conocimientos: es preparar los materiales que van 90

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a ocasionar su ruina: es trastornar este mismo orden que asegura lo que más aprecia el hombre honrado. La guerra será sin duda el funesto resultado de esta conducta y el que ha cooperado a ella con negar en tiempo a la autoridad una mezquina parte de lo que posee, verá pasar el todo de sus bienes a manos del tirano ambicioso, o del charlatán aspirante.” (pg.39) Y se apela a la idea de que, de aportar, la nueva casa se derrumbará, como sucedió con la del padre: “Pero la Asamblea no pudo reunir los datos necesarios al decretarla, en circunstancias que el Estado se hallaba a peligro de disolverse por falta de Hacienda y que las rentas antiguas, creadas bajo un sistema complicado y monstruoso, se habían hecho insignificantes. Por estas razones, la contribución que se va a exigir, es susceptible de un aumento proporcionado a llenar el déficit que se advierta entre lo que ella produzca, y lo que se necesite para cubrir los gastos generales.” (pg.39) Y sucede, otra vez, que Morazán toma el lugar del padre diciéndole a sus hijos que no saben lo que hacen: “Conocidas en los pueblos las ventajas que se van a reportar con la abo- lición de las rentas an91

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tiguas, y establecimiento de la nueva, solo resta que los jefes intendentes, y municipalidades, penetrados de ellas, cooperen por su parte a que se cobre con exactitud la contribución decretada por el Cuerpo Legislativo.” (pg.39) ¿De qué habla Morazán cuando habla de economía? Habla de la discordancia entre su fantasía (el Estado capitalista) y su realidad física (un Estado feudal), insistiendo, una y otra vez, que la casa del padre es su casa y que la cosa del padre es su cosa.

¿De qué habla Morazán cuando habla de religión? Una de las nociones que más ha permanecido en el vulgo acerca de Francisco Morazán es que era anticlericalista, enemigo de la religión. Esto ha sido utilizado, innumerables veces, para justificar el ateísmo de tal o cual intelectual o para vituperar contra la iglesia católica. Sépase que Morazán no era anticlerical, ni anti-religión, ni anti-católico, era un capitalista y como tal, le parecía un menester alejar toda influencia de la religión de la administración estatal. Morazán era, además, un capitalista inteligente, y reconocía la diferencia de la iglesia como aparato explotador y como organismo religioso. La alienación de la religión debe de ser 92

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sustituida por la alienación del Estado, la política y el trabajo asalariado, he allí la noción de un capitalista educado. Morazán denuncia el reino del padre: “Pero después que predicaron que la religión no podía existir sin sacrificios, y que esta necesidad exigía ante todas las cosas el de los bienes y riquezas: que esta máxima proclamada por los oráculos del pueblo y recibida por la ignorancia y la superstición de un siglo bárbaro como la ley del cielo, conmovió hasta el corazón de los mismos reyes, que les entregaron lo que habían usurpado a los pueblos: que las ofrendas y donaciones que produjo su publicación, fueron luego acogidas como contribuciones necesarias para lavar los pecados del alma, y llegaron a ser por este artificioso medio los mayores propietarios de Europa, las sociedades sintieron en la miseria todo el mal que les había causado su imprudente condescendencia, y los monarcas mismos temblaron por su existencia y trataron del remedio, conciliando la pobreza de sus Estados, y la escasez de sus rentas, con el interés de conservar a los Regulares que sostenían sus tronos, en posición que no pudiesen llegar a ser con el tiempo sus usurpadores; y acordaron disminuir su número y despojarlos de sus riquezas.” (pg.17) 93

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En un ejercicio de proyección, Morazán otorga su propio miedo, el miedo de ser castrado, a los aliados de su padre: “Este feliz descubrimiento llenó de horror e indignación a los americanos, y de un terror pánico a los frailes que estaban encargados de mantenerlos en la ignorancia de sus derechos.” (pg.15) “Ellos negaron la absolución a los penitentes que manifestaban sus deseos de ser libres y los denunciaron revelando el secreto de la confesión. Ellos los cargaron de maldiciones en los púlpitos, como conspira- dores contra el Gobierno español, y les fulminaron anatemas como enemigos de la religión: ellos, en fin, nada omitieron que les pudiese hacer odioso ante el sencillo pueblo; y en nuestra República llegó el atrevimiento hasta el grado de preparar la apoteosis de una fingida santa (cuyos hechos callo por pudor), que, engañando a los incautos con sus falsos milagros prevenía la opinión en favor de los enemigos de la independencia.” (pg.15) Las medidas que toma el padre para evitar su extinción: “Ellos vieron en la independencia la ruina del soberano con quien habían identificado sus intereses, y en las consecuencias de este suceso la 94

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propagación de la filosofía y la destrucción de sus abusos. ¿Qué resortes han dejado de tocar para minar este grandioso edificio que veían elevarse sobre sus mismas ruinas? No han conmovido la Nación y la han sembrado de cadáveres; no han abierto los infiernos y mandado allí a los amigos de la libertad; no les han cerrado las puertas de los cielos. Pero por fortuna de los americanos, estos esfuerzos solo han servido para precipitar su caída.” (pg.15) Y por último, y más importante en este apartado, la ambivalencia de Morazán hacia el padre: “En su observancia ofrezco sostener a todo trance la Constitución federal que he defendido como soldado y como ciudadano. Ella establece como una de sus bases la Santa Religión de Jesucristo. Esta ha triunfado del fanatismo que la desacreditaba; y muchos de sus ministros [que] excitaban en su nombre a la matanza y a la destrucción, han justificado con su conducta, la providencia que los separó de la República, y han descubierto, desde el lugar de su destierro, las miras criminales del tirano español a quien servían. La religión se presenta hoy entre nosotros con toda su pureza, y sus verdaderos enemigos que la tomaban en sus labios para desacreditarla no la harán aparecer ya como el instrumento de las venganzas. Yo procuraré que se conserve intacta, y que proporcione 95

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a los centroamericanos los inmensos bienes que brinda a los que la profesan. Las comunicaciones que van a establecerse con la Silla Apostólica, aquietarán las conciencias de los verdaderos creyentes, y harán cesar la orfandad en que se haya nuestra Iglesia.” (pg.44) ¿Qué habla Morazán cuando habla de religión? Habla de la necesidad histórica de matar al padre para renovar el orden social. Como expliqué con anterioridad, la ambivalencia hacia el padre es una de los misterios del Edipo, “soy como mi padre, amo a mi padre, pero lo maté, lo maté pero lo amo, tanto lo amo que lo maté”.

¿De qué habla Morazán cuando habla de ideas? Libertad y razón, estas dos palabras son la clave, no porque ubican a Morazán en una etapa del pensamiento filosófico (iluminismo del siglo XVIII), sino porque evocan al falo, al padre, sin llamarle. Libertad y razón son la ausencia del padre. Libertad, ¿de quién? Del padre. Razón, ¿sobre qué? Sobre la barbarie del padre. 96

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El reino del padre es la tiranía feudal: “A este tiempo de ruinas y de horrores, de devastaciones y de crímenes, se sucederá el del orden, y en él tendrá su trono la justicia y la ley que osaron destruir los tiranos de Centro América.” (pg.12) El padre está muerto, la libertad y la razón lo han matado: “Cuando la filosofía había roto las cadenas con que fue uncida la Europa muchos siglos al carro de la ignorancia y de la superstición religiosa, los americanos daban las gracias a sus opresores, porque les compraban su libertad a cambio de mortajas usadas y de sandalias rotas.” (pg.14) “Conciudadanos: Yo me presento a vosotros, sin excepción ninguna, con el olivo, símbolo de la paz y de mis sentimientos, en una mano, y con la espada vengadora de la justicia y de la patria, en la otra.” (pg.23-34) El que se niegue a reafirmar la muerte del padre será castigado: “La mala conducta de Milla le quitó el prestigio que había adquirido entre sus partidarios, y los esfuerzos de los amigos del pueblo que supieron inflamar el espíritu de los descontentos, y excitar 97

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el patriotismo de los oprimidos les proporcionó una fuerza con que pudieron otra vez levantar el estandarte de la libertad.” (pg.35) “Yo creo [que] no remitiréis a vuestras débiles fuerzas lo que se puede terminar por la razón. Me persuado que esta hará en vosotros lo que debía hacer el ejército que marcha a mis órdenes.” (pg.11) Pero puede regresar, el padre puede regresar: “Si todas las autoridades faltan a su obligación, la libertad peligra y los que componen la sociedad se encuentran en el caso de recobrar la facultad que delegaron en los que han abusado del poder.” (pg.38)

¿De qué habla Morazán cuando habla? Morazán se levanta del diván, terminada la sesión, y el psicoanalista procede a revisar aquello que apuntó. Repasando las palabras de Morazán, él dice: “falo, falo, falo, falo, falo, falo”, y el psicoanalista escucha: “capitalismo, capitalismo, capitalismo, capitalismo, capitalismo, capitalismo”. Sépase que cuando Morazán habla de Estado, está hablando del falo y pues, de algo que le pertenece al padre, y cuando habla de leyes también 98

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está hablando del falo, y al parlar de economía, de libertad, de razón, de religión, está hablando siempre del falo. En su caso, y esto es algo que se puede saber solamente a posteriori, dada la riqueza del mito morazánico, el falo es el capitalismo, es decir, el lugar simbólico del padre es el capitalismo. ¿Morazán sabía esto? Por supuesto que no, pues esto pertenece a Edipo, que reside en el inconsciente, reprimido. Sobre todo, no se trata del Edipo de Francisco Morazán, el cual se preocuparía por sus deseos sexuales, se trata del Edipo del héroe de la trama mítica. Morazán nada sabía de la noción moderna de capitalismo, murió antes de su formulación, pero vivía en un mundo que lo estaba adoptando por sobre los modelos feudales (reteniendo las monarquías). Decir que Morazán habló, en tiempo pasado, de capitalismo de Marx, es una mentira, lo que digo es que Morazán habla de capitalismo, en tiempo presente. Por lo tanto, en el siguiente apartado, cuando aquellos que se han dedicado a la cultivación del mito de Morazán hablen de Estado-nación, hablen de república, estarán hablando de capitalismo; cuando hablen de quitarle los derechos a la iglesia estarán hablando de capitalismo; cuando 99

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hablen de la civilización y del imperio de la razón, estarán hablando de capitalismo. La lucha del propio Morazán, el personaje histórico, el héroe, fue la de traer la modernidad a Centroamérica, no se olvide esto, de destruir el orden feudal y establecer el capitalismo republicano, del cual tantas esperanzas se tenía en aquel entonces. Morazán fue un baluarte de la pregunta eterna, fue Casandra ignorada por Héctor, y sigue allí, entre las ramas de los árboles, cantando su pregunta: ¿han todos los pájaros comenzado sus nidos, excepto tu y yo, qué esperamos, entonces?

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BIBLIOGRAFÍA DEL MIRLO NEGRO · Lorenza Montúfar, Francisco Morazán; Editorial Universitaria Centroamericana; San José, Costa Rica; 1992 · Fundación Biblioteca Ayaucho; Francisco Morazán, vida, obra y pensamiento; Carcas, Venezuela; 2012

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Abismo de pájaros: Francisco Morazán, el Edipo hondureño

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Morazán fue un héroe, Morazán es un padre. Esa es la cuestión central de este último apartado. He de tomar la narrativa morazánica que tiene sus raíces en los inicios del Estado centralizado en Honduras (el capitalismo) con Ramón Rosa y seguir el hilo de la historia, explicando el paralelo con Edipo. El postulado es el siguiente: Morazán es el héroe que mató al padre feudal, murió y fue sublimado como padre del capitalismo (republicanismo estatal). Este padre es el súper yo freudiano, en la conciencia de masa, que es, recuerdo, conciencia individual. Por lo tanto, el capitalismo en Honduras depende de la figura del padre para mantenerse, eclipsando al héroe libertador. La necesidad de un nuevo parricidio es inminente, llega, habiendo llegado, nunca llegando. Ahora bien, este postulado contiene una presuposición, que además del Edipo individual por el cual cada individuo se ve afligido, hay un Edipo colectivo. Aclaro, ambos son lo mismo, el Edipo individual y el colectivo, son lo mismo. La sublimación del padre es la que me permite hacer tal aseveración. El padre es sublimado, pero mi padre no es mío, es del otro que soy yo, y así, ambos compartimos un padre, la figura de la ley, el lugar del falo. Este padre es el dador del fuego, el que trajo el avance social, Jesucristo quien nos libró del esclavismo romano, Morazán príncipe de la libertad. 103

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Para lograr que Morazán se convirtiera en padre, se representó en la literatura como héroe -asesino del padre-, de esta manera, inconscientemente, se le atribuyó el papel de Edipo. El trabajo de Joseph Campbell, The hero with a thousand faces (2004), es quizá el mejor trabajo de literatura comparativa que se ha hecho con respecto a la figura del héroe. El monomito de Campbell es tratado aquí más allá de la idea de los arquetipos (colectivos) y condensado en el individuo, sujeto por Edipo. Ambos ciclos heróicos contemplados por Campbell son válidos y compatibles dentro del aparato teórico aquí planteado, sin embargo, no ocupan un lugar central en la narrativa. Incluyo, en los anexos, dos esquemas de Campbell, con el propósito de que el lector se sirva de ellos en un estudio comparativo. Lo que interesa es la sublimación del héroe.

Los personajes del Edipo morazánico En su forma más simple, para que haya Edipo deben de haber tres: el niño, la madre y el falo. De el niño se hablará en la siguiente sección, por ahora discutiré el falo y la madre. He logrado sacar a relucir el falo en el apartado anterior sin que este tome forma concreta. He di104

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cho que el falo es el capitalismo, sin decir qué es el capitalismo, mas que incluye trabajo asalariado, una superestructura política y jurídica que sustituya a la religión (la superestructura del padre, del falo de la identificación) y un ideario basado en la ilustración del siglo XVIII. Figúrese que un niño se saca el pene frente a su padre y le dice “mira, tengo un capitalismo como el tuyo”, y se comprenderá porque el falo no es el capitalismo, siendo el capitalismo. El falo es el feudalismo y el capitalismo, es el lugar del poder, es aquello que condiciona las relaciones. En ningún momento tiene el falo sustancia, aunque se le intente otorgar. Por eso, se verá, que en un momento el asiento de presidente es el falo y en otro es el puesto de general, el pulpito del orador. El falo se mueve, cambia de manos, eso es lo importante, seguir el movimiento del falo. En el apartado anterior familiaricé al lector con el falo y cómo Morazán ensaya, siempre, una diferenciación ambivalente, "este falo no es igual al de mi padre pero es el mismo". Durante la narración de la trama edípica, lo que impulsará al héroe -al niño, a Edipo- es el falo. Sería contraproducente asignar a un objeto la noción fálica, despojarla de su dimensión simbólica y traerla a una realidad que desconoce como interpretarlo.El falo en la trama edípica es entonces, 105

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el lugar de la ley del padre, es la iglesia católica como institución política y la aristocracia que despreciaba Morazán, es todo el ideario de la divinidad de los reyes, el sistema de tributos español. El falo es, también, el padre totémico, cuya ley sostiene el sistema, es Jesucristo y el rey, es la superstición y la ignorancia que menciona Morazán. Y sucede algo, Edipo sigue su curso, y el falo pasa a ser el Estado republicano, el sistema jurídico, el asiento de los burgueses, el ejército federal, los impuestos. Los detalles de este movimiento fálico los reservo para la siguiente sección, deseo solamente que se entienda que el falo se mueve, pero no se posee, nadie posee el falo. Este movimiento del falo es lo que caracteriza la fantasía del niño y es el motor esencial del Edipo. No se puede infravalorar el puesto de la madre en Edipo. Si el falo es el motor que permite arrancar el complejo, la madre es el timón que conduce a su gusto las relaciones. La madre dice: “eres como tu padre” y el niño actúa como su padre; la madre dice: “mira a tu hijo lo que hace” y el padre castiga al niño. En este juego, la madre permite que el niño tome el falo y corra con él, para finalmente arrebatárselo y devolvérselo a su lugar respectivo. El niño busca dar falo a la madre, la ausencia de falo de la madre se llena (teóricamente) con un niño, el falo del falo, el niño quiere ser padre. 106

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La madre es madre por su relación con respecto al falo, remarco. Cuando en un apartado anterior dije que la madre era el sistema de explotación me refería a los individuos que dirigen el sistema de explotación, deshumanizados por este mismo. El curso de Edipo y el movimiento del falo es regido por la madre, que se repita cuantas veces sea necesario. Suprema abstracción, los capitalistas han sido deshumanizados por el capital, son sustituibles, reemplazables. Sería un error decir que el capital es la madre. La madre es la que rige el movimiento del falo, justificada por su relación a este, es el poder mismo sin serlo, es el poder político. El sistema económico condiciona las relaciones y sienta las bases para la fenomenología marxiana, el poder político debe su posición privilegiada al sistema económico. El niño quiere poseer a la madre y matar al padre; Morazán quiere el poder político y destruir el feudalismo. El falo es el sistema económico (no exactamente), la madre es las instituciones sociales de este sistema (no exactamente) y Morazán es Edipo, el héroe (exactamente).

La trama edípica morazánica Parte I: la idílica escena familiar La trama morazánica, hablando históricamente, comienza en un tiempo en que grandes refor107

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mas, que se suponían traerían orden al Reino de Guatemala, fracasan y la tensión entre criollos y peninsulares se agudiza, mientras la metrópoli se muestra impotente a actuar. que se suponían traerían orden al Reino de Guatemala, fracasan y la tensión entre criollos y peninsulares se agudiza, mientras la metrópoli se muestra impotente a actuar. El sistema colonial, feudal en su naturaleza, se consolidaba en un complicadísimo sistema de castas, que sin embargo puede resumirse en la siguiente jerarquía descendiente: la iglesia católica, los señores feudales, los comerciantes y los siervos. Pérez Brignoli (1990), explica: “Hubo dos condiciones para que funcionara y perviviera esta compleja arquitectura social. La primera de orden ideológico, la segunda de tipo demográfico. La Iglesia y la cristianización —mitigando en no pocos casos la dureza de la explotación— proporcionaron la sumisión y el convencimiento necesarios; el nuevo sistema de valores, primeramente entrelazado con rituales y cultos precolombinos, hizo de la dominación un don del Cielo. La segunda condición se refiere al hecho de que el inexorable pero regionalmente diferenciado decrecimiento de la población indígena dictó pautas objetivas para la reproducción y supervivencia de los pueblos de indios.” (pg.56) 108

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Un organismo que justifica la explotación y un mecanismo que se asegura de la reproducción, es decir, conservar y si es posible, multiplicar a los explotados. La iglesia católica se ubica en el lugar del poder, un poder de facto, a pesar de que la potestad de iuris le correspondiese al monarca español. La razón es la misma que la del feudalismo europeo (¿acaso no es el mismo feudalismo europeo implantado en América?), la administración feudal respondía a la organización católica, era esta la que comunicaba un pueblo con otro, la que educaba y la que recibía los mayores beneficios. El poder de la iglesia católica era, entonces, una manifestación de la madre en el Edipo, dirigiendo el fluir del falo (el feudalismo). Remarco, no me refiero a la iglesia católica como institución, sino, al poder administrativo de la iglesia católica en el feudalismo. Para este propósito, Peréz Brignoli indica: “La Iglesia constituía un sector fundamental de la sociedad colonial. No sólo representaba la dimensión espiritual de la Conquista y un instrumento de control ideológico de los indios colonizados; su poderío económico, en recursos y propiedades, era inmenso. El clero secular, estrechamente supeditado a la autoridad real, estaba organizado en cuatro obispados: Chiapas, Guatemala, Honduras y León; mientras que las órdenes religiosas 109

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(dominicos, franciscanos, mercedarios y betlemitas eran las más poderosas) se encargaban de las reducciones y misiones en las zonas de frontera, a la vez que administraban diversos colegios, hospitales y hospicios. El Estado proveía a la Iglesia con una parte de los tributos, mientras que toda la población indígena estaba sometida al diezmo. Las donaciones de particulares en propiedades o rentas perpetuas eran particularmente importantes. Pero esa masa de recursos retomaba parcialmente a los sectores productivos, ya que la Iglesia era el principal agente financiero de la época... Cofradías y hermandades cumplían un papel importante en el sostenimiento del culto y la participación de los fieles en la vida religiosa. Se trataba de asociaciones dedicadas a la honra de un Santo Patrono, que debían contar con la aprobación previa del Obispo. Existieron en todos los medios sociales y en todas las parroquias, pero adquirieron particular relieve en los pueblos de indios. Sus bienes provenían de limosnas y donaciones, no estaban sujetos a la alcabala, e incluían dinero efectivo, haciendas y ganado. Con el flujo producido por estos bienes (el dinero se colocaba a interés) las cofradías sufragaban los gastos del culto, construían y mantenían iglesias y santuarios, y organizaban festejos y celebraciones.” (pg.62) El propio desarrollo económico de la metrópoli la conduce al mercantilismo que antecede, en el 110

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caso europeo, al capitalismo. Este viene acompañado de las ideas ilustradas, las cuales, influenciando al monarca Borbón, le llevan a implementar sus famosas reformas en la administración de las colonias, las cuales fracasarían espectacularmente, pero evidenciarían unos rasgos del capitalismo que se avecinaba: la limitación de las órdenes religiosas y la centralización. No se debe subestimar como estas reformas modernizadoras dañaron al imperio español. En primer lugar, y siguiendo la narrativa de Brignoli, favorecieron el comercio inter-colonial, dominado por los criollos y en segundo, siendo una medida centralizadora, fueron repudiados por los criollos, agravando la polarización entre la clase dominante por la ley y la clase económica. Una conclusión que puede sacarse de la aplicación estas reformas es que agravaron la incoherencia entre el modelo de explotación español y el comercio colonial. Estas aluciones históricas tienen su correspondencia en el mito morazánico, cuando se habla del feudalismo (el padre) y de la administración feudal (la madre). Ramón Rosa (1996), uno de los fundadores del mito, afirma que: “El absolutismo del régimen colonial, con su cortejo de desaciertos y de iniquidades; y las rudas luchas siguientes a la independencia, con sus ten111

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dencias ora a afirmar el despotismo, ora a plantear las instituciones de la República; tales son los dos grandes hechos que aparecen y resaltan en el vasto cuadro.” (pg.9) El régimen del padre del padre, es considerado, por los hijos del padre, el mayor obscurantismo por el cual se haya pasado: “...aquel rey era Felipe II, el más sombrío, el más poderoso, y el más despótico de los tiranos coronados; y aquella religión era la religión más análoga a la de Satanás en el infierno; era la religión del espionaje, de las tentaciones, del tormento y de la inquisición” (pg.17) Se vivía en la casa del padre, bajo la ley del padre. Francisco Morazán nació en esta casa. Remito al lector, al Mito del nacimiento del héroe, por Otto Rank e igual al trabajo de Joseph Campbell, en el cual ya he depositado tanta lisonja. El nacimiento del héroe ha sido retratado en la literatura como un hecho fantástico en el cual intercede una multiplicidad de símbolos (por ejemplo, la canasta flotando en el Nilo con el pequeño Moisés, recuerda de un niño en el útero). Más allá de este simbolismo fantástico, uno de los elementos más comunes es la ascendencia aristocrática del niño, 112

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Rómulo desciende de Eneas, Paris desciende de Príamo y Jesucristo desciende del rey David. Ahora bien, este pequeño es alejado de su lugar en la aristocracia y pasa su infancia en humildad para luego reclamar su puesto como héroe. En el mito morazánico, esto sucede igualmente. Ramón Rosa sigue la pista a la ascendencia de Morazán y afirma que, por parte materna (nótese esto pues, al igual que Dios impregnó a María en el mito católico; la descendencia judía es dada por la madre solamente; quizá es este otro punto no tratado en este trabajo, pero que, en la comparación mítica, ofrece curiosos resultados): “Por parte materna, los ascendientes de Morazán pertenecieron a las familias de los Quezada y de los Herrera establecida en Tegucigalpa. Esta familia fue de las más antiguas y distinguidas por su posición social, por su carácter noble y caballeroso y por los talentos e instrucción de algunos de sus individuos. Hay que considerar además, que los Quezada y los Herrera eran gente de distinción atendiendo a que Tegucigalpa fue declarada por el gobierno español Real de Minas, y bajo este concepto los peninsulares no podían venir a establecerse a esta comarca sin obtener para ello patente del rey. Esto constituía un nuevo privilegio, una nueva restricción aun para los españoles de medio fárrago de restricciones y de privilegios que 113

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caracterizaba el fondo de la legislación de la metrópoli. El rey no concedía el privilegio de patente sino era a peninsulares distinguidos por su posición, por sus haberes, por servicios prestados o por otros méritos. Así es que puede asegurarse que todas las familias antiguas, de origen español y del Real de Minas de Tegucigalpa, no descienden de aventureros sin nombre conocido y sin fortuna, sino de peninsulares que aun en España tuvieron una reconocida posición social. De aquí proviene el derecho que tenían todas las familias antiguas de Tegucigalpa, a anteponer la partícula de a su apellido, lo que denotaba como muy bien se sabe, en los tiempos de rancias preocupaciones, un distintivo de nobleza”. (pg.41- 42) Morazán nació en la casa del padre, bajo la ley del padre, administrada por la madre: “Debe llamar la atención el calificativo de español que se da a Morazán en la nota marginal de su fe de bautismo. Esa nota se ponía en tales documentos, 1º porque antes de la independencia ninguno debía llevar el nombre de americano; y 2do. porque la sociedad estaba dividida en clases desiguales ante la ley era de alta importancia para las familias fijar el carácter español de sus hijos”. (pg.44) El mito morazánico relata entonces que Morazán nació en el feudalismo, regido por sus leyes y ins114

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tituciones, de las cuales era un miembro privilegiado.

Parte II: El Estadio del Espejo Es aquí, en el estadio del espejo, la etapa de la identificación, que se asientan las bases para el Edipo, el Edipo que causa el mito morazánico, el Edipo de Morazán el héroe, no del sujeto. Hago esta aclaración, como la he hecho en repetidas ocasiones durante el curso de este trabajo, para evitar la confusión entre Morazán el sujeto, cuyo estadio del espejo sucedió en sus primeros años de infante, y el Morazán mítico, perteneciente al mito, cuya etapa de identificación ocupa un largo periodo desde el comienzo de sus lecturas con Dionisio de Herrera hasta la independencia de las colonias españoles de la metrópoli. A esta sección corresponde: el momento en que Morazán se sienta frente al espejo y se (des)conoce; la madre diciéndole, “sí eres tú, eres bello” y, la investidura yoica del narcicismo primario. En el mito del héroe, después de que este ha sido despojado de sus derechos aristocráticos desde el nacimiento, lo conduce a una viaje de iluminación, de auto-descubrimiento. El instante que corresponde a esta fase, en la mitología morazánica es el de su educación, la cual pasó 115

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por muchas dificultades porque, como señala Ramón Rosa: “Cuando Morazán hubo salido de la infancia, sus padres que se distinguieron por la sencillez de su carácter, por la pureza de sus costumbres y por un grande y amoroso apego a sus hijos, se empeñaron con esmerada solicitud en proporcionar a su primogénito la mejor educación posible. Dificultades insuperables se oponían a la satisfacción de aquella solicitud paternal. Todavía a fines del pasado siglo y en comienzos del presente eran casi nulos los medios de educación en Honduras. Entraba en el sistema político y administrativo de la madre patria mantener a los americanos en perpetuo estado de ignorancia, debían de tener sus ojos cerrados a la luz de la ciencia y del derecho, porque la ciencia y el derecho alguna vez habían de hacerles conocer su carácter de hombres libres y rechazar un régimen de odiosa desigualdad, de inícua explotación y de embrutecedor oscurantismo.” (pg.45) “Morazán tuvo la desgracia de nacer y formarse en aquella triste época de aislamiento y de completa oscuridad en que Honduras carecía de escuelas.” (pg.45) De nuevo, la figura del padre es presentada como opresor, el “sistema político” como dice Rosa, te116

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nía en sus mayores intereses mantener la ignorancia del pueblo, y esto lo hacía a través del sistema administrativo. Entendiéndolo de otra manera: Aquello que mueve las relaciones (la administración colonial, la madre) pretendía enceguecer a Morazán acerca de la naturaleza aquello que condiciona las relaciones (el feudalismo), a modo que no descubriera la desgarradora verdad de la explotación. El Morazán mítico, en su sed de conocimiento, se sienta frente al espejo que estaba en la biblioteca de Dionisio de Herrera y se ve por primera vez, como lo relata Julio Escoto (1992): “Allí, en la morosa Tegucigalpa, aquel pueblo de Honduras donde el aire de la Colonia quedó atrapado entre las colinas del Berrinche y la montaña del Picacho, pude encerrarme en 1820 a discutir mis silenciosos monólogos con Pope, Voltaire y Montesquieu, quienes volcaban sobre mí, desde sus páginas, la biografía del Estado, la volubilidad y el heroísmo de la humanidad y la permanencia absoluta de la naturaleza. Sin esas ambiciosas lecturas a marchas forzadas la batalla de mi vida hubiera sido la de un caudillo más, la de un atrevido montonero sin idea de la trenza de la historia, quizás sólo la de un honorable mercader, como mi padre, oscuro en el sinfín de als sierras y los montes nacionales” (pg.25) 117

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La experiencia fenomenológica que Morazán degusta en ese instante es la exposición al otro, a él mismo, al otro que soy yo. Morazán se ve en el espejo y se reconoce, es él en Pope, en Voltaire, en Montesquieu, es el capitalismo, la idea republicana y se desconoce. También se observa el narcicismo primario en este pasaje. El Morazán de Escoto afirma que su destino hubiese sido distinto, el de los otros hijos del padre, de no haberse él reconocido en estos pasajes, es decir, un amor a lo que es él (y por extensión, más adelante, en el Edipo, a su madre y a su padre). Este trabajo, al tratarse del Edipo del mito de Morazán, no seguirá el movimiento de la investidura de objeto, mas sí, como se ha aclarado, la del falo. Por lo tanto, aprovecho este espacio para dilucidar como en la trama morazánica puede vislumbrase la estructura. Morazán se reconoce en el espejo, Morazán dice, “soy Pope, Voltaire y Montesquieu”, y se pregunta: ¿por qué me veo como capitalismo si en mi interior soy feudal? Y reprime esta imagen de capitalismo. Ahora bien, cuando Morazán en sus escritos tempranos defiende con elocuencia sus ideas “liberales”, lo que está haciendo es expulsar esta imago reprimida. En este caso, durante Edipo, la investidura pasa al padre y a la madre, de acuerdo al apuntalamiento freudiano y la investidu118

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ra narcisista se torna en investidura de objeto. La identificación con el padre para poseer a la madre, la identificación con la madre para huir del padre. Cuando los deseos edípicos del Morazán mítico son cortados, esta investidura regresa al yo, a Morazán (que es otro, que soy yo). Morazán está sentado frente al espejo, se identifica y se reconoce y desconoce, y reprime la imago. Habiendo ya definido el lugar del padre en el Edipo de este ensayo, queda solo evidenciarlo antes de Edipo, en esta etapa pre-edípico, con el propósito de mostrar como el Morazán mítico sabe que el lugar que está ocupando -siendo Pope, Voltaire y Montesquieu- es el lugar del padre. Escoto escribe: “No nos atrevíamos entonces a hablar en voz alta sobre las virtudes de la revolución francesa, o a apreciar el gran trasfondo de contenido humano que la rebelión de las colonias norteamericanas había depositado en su sistema federal, menos aún, más tarde, a justipreciar el derecho de las provincias para plantear ante las Cortes de Cádiz, disueltas por Fernando VII, su necesidad de regenerar la pudrición del gobierno ibero en América. Mi juventud fue una siembra de sotovoz, la instancia del miedo, la cosecha del terror que la justicia europea había impuesto sobre nuestras cabezas.” (pg.25-26) 119

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Yo desplazo al padre, pero le temo. Esto es uno de los fundamentos de los tres deseos incestuosos durante el Edipo. El Morazán mítico es, entonces, el de las ideas republicanas, es el capitalismo, pero su identificación no se ha consolidado todavía, falta que sea reafirmado por la madre. La escena, narrado por el Morazán de Escoto, sucede así: “El veintiocho de Septiembre de 1821 amaneció como otro Viernes más. Nadie sospechó que con las primeras luces que arrancaban luminarias de jade en los pinares cercanos a Tegucigalpa arribaba también la mañana de la historia. Noticias de viajeros extraviados nos habían advertido ya consabidamente que en la Capitanía General de Guatemala rumores de sublevaciones triunfantes recorrían la capital y que en los últimos periódicos se escribía ya tan abiertamente a favor de nuestra apetecida independencia que evitarla y retenerla por más tiempo sólo conduciría a las aventuras de proclamarla o abortarla. México había dado el ejemplo y no nos sorprendió excesivamente que el correo detuviera ese día su caballo con más prisa que la acostumbrada a la puerta de la Alcaldía Mayor y desempolvara, con el rostro de benevolencia de quien sabe más, los pliegos que anunciaban nuestra libertad.” (pg.28) 120

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Nuestra libertad, el Morazán de Escoto habla como si fuera un rey, imponiendo su experiencia perceptiva a los otros o, como un niño en pleno Estadio del Espejo, el cual, al ver que su hermano mayor se golpea accidentalmente, asegura ser el depositario de este golpe como si el mismo fuese su hermano, y llora. Y Morazán dice: “este soy yo” y entonces, estruendo silencioso, arriba una carta a Tegucigalpa que dice: “sí eres tú”, y lee: Acta de Independencia de 1821. Con esas palabra la madre confirma el falo, aprueba la omnipotencia de su hijo, quien cree ser capitalismo, pero que en su interior se siente feudal. Acaricia su cabeza y repite, una y otra vez, itera las mismas palabras: “eres tú, eres la república, el capitalismo, la libertad, la unión, eres tú Pope, Voltaire, Montesquieu, es 1822 y te he nombrado teniente, valiente como Héctor, fuerte como Aquiles, como tu padre, eres tú, mírate que bello eres”. Ni siquiera la anexión a México irrumpiría en esta fantasía, la república era él. El Morazán verdadero, el sujeto, tenía 28 años cuando sucedió esto, el Morazán mítico era una criatura de 3 o 4 años. De esta sección se concluye: Morazán se identifica con las ideas republicanas europeas, sabiendo que estas contradicen el orden feudal; la 121

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independencia de 1821 validaría las identificación morazánica y su falo (no el falo del padre, sino su idea de falo), reluciría en 1822 cuando es nombrado teniente para combatir contra Comayagua. Quede expreso que este último hecho histórico es solo una manifestación del falo, es la madre diciendo “sí tienes falo”, no el falo mismo. Del falo me ocupo ahora. Edipo entra en escena.

Parte III: Edipo I: las tres fantasías incestuosas de Francisco Morazán Cronológicamente lo que se sucede es: la Federación centroamericana es formada en 1824 bajo la constitución federal, Morazán es nombrado Secretario General del gobierno en septiembre de ese mismo año. En 1827, con Manuel José Arce a la cabeza hay un golpe de Estado, Morazán intenta responder pero es capturado. En El Salvador consigue apoyo militar, marcha a Honduras y se gesta la famosa Batalla de la Trinidad, Morazán resulta victorioso y es nombrado jefe de Estado de Honduras. Luego, la cruenta guerra civil de Centroamérica (1827-1829) y el triunfo morazánico, la 122

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restitución de las leyes federales y el nombramiento de Morazán como presidente de la Federación en 1830. Hasta esa fecha cubre esta sección, sin ser el orden cronológico, pero sí el falo-lógico. Este periodo de guerras es la primera reacción “conservadora” contra el nuevo modelo republicano-capitalista. En el modelo teórico de este trabajo, se interpreta como la lucha entre el padre y el hijo por la madre, una lucha fantaseada en la cabeza del niño que transcurre por Edipo. La narrativa morazánica es rica en detalles acerca de estos deseos sexuales expresados por su Edipo hacia la madre y su violenta arremetida en contra del padre. Siguiendo el movimiento del falo (con el cual el Morazán había dado en la sección pasada), ahora este le es permitido tomarlo y hacer con él lo que se le plazca (en su fantasía, por supuesto), mostrándose agresivo hacia su padre. El primer deseo incestuoso, el poseer a la madre se manifiesta en múltiples formas y tendrá su consolidación con la presidencia de Morazán en 1830. La indignación es la razón por la cual Morazán -el héroe- se lanza con tanto arrebato a la guerra, no porque Honduras había sido invadida injustificadamente, sino porque, en sus fantasías edípicas, había encontrado la oportunidad de poseer a la madre. Seduciría a la madre, sería el hé123

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roe de la madre y cumpliría su deseo -el deseo del otro, su deseo-, darle falo. La batalla de la Trinidad (1827) fue, en proporción, un conflicto mínimo en la guerra civil de Centroamérica, pero, en el mito morazánico, es el primer momento concreto en el que la figura edípica fantasea tener el falo. Miguel R. Ortega (Morazán, laurel sin ocaso; volumen II; 1991) comenta: "En la Trinidad se abre, como una corola nimbada de gloria, la estrella de Morazán". (pg.581) Escoto (1992) agrega: "Milla se interpuso en nuestro camino y en el de su fatalidad. Lo vencimos a las tres de la tarde y en el campo de la Trinidad quedó abandonado su orgullo, su ejército de 1150 soldados y los arreos de guerra de que disponía. Al día siguiente, doce de Noviembre de 1827, entré en Tegucigalpa y el veintiséis en Comayagua... Mi espada comenzaba a deslizarse en su funda con un suave brillo de veteranía". (pg.31-32) Tal fue el despliegue fálico en la Trinidad que Remigio Díaz, coronel de las fuerzas del Estado de Honduras le pregunta a Morazán tras la victoria: ¿aceptas el mando? y el interpelado responde -”lo acepto”. (Miguel R. Ortega, 1991, 580). Así Fran124

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cisco Morazán deviene en padre en la casa del padre. Y el pequeño Edipo muerde a la madre, la lame, la acaricia como lo haría el padre. Un dato curioso: para su expedición a Guatemala en 1829, el ejército comandado por Morazán se hacía llamar “Ejército Aliado Protector de la Ley”. La ley del padre, ostentada por la madre. El deseo por la madre alcanza un punto intolerable: “Dos mil hombres marchaban conmigo hacia Guatemala, dos mil hombres cuya columna de polvo ennegrecía los ceibos, atragantaba la luz y dictaba silencios en el valle y la montaña, dos mil hombres balanceándose entre los pesos del miedo y la gloria, dos mil hombres solos con la esperanza de su propio corazón.” (Escoto, 1992, pg.35) Y hace alarde su potencia sexual: “dos mil hombres que donde penetraban hacían enmudecer la floresta” (Escoto, 1992, pg.36) En la fantasía del Edipo, la trama morazánica imagina a la madre, lascivamente esperando su llegada y a su padre, vencido y gastando el último poder que le queda: 125

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“El rumor de la proximidad de Morazán cundió varias veces por la capital y sobrecogía todos los corazones lo cual, -además del rigor que había asumido el gobierno- eran escenas que servían de fondo a la recaudación de empréstitos forzosos.” (Miguel R. Ortega; Morazán, laurel sin ocaso; Volumen III; 1992, pg.33) El Morazán mítico, como todo individuo que pasa por Edipo (es decir, todo individuo), es bisexual y pues aquí ocurre la primera instancia de feminización, la cual será más evidente durante la angustia de castración. Esta primera feminización es un deseo, el deseo de complacer sus impulsos bisexuales. Ser poseído por el padre, en el aparato teórico que he elaborado, es ser seducido por el padre, por el lugar del falo, ser tomado por el falo para complacer los deseos sexuales de la madre (la madre es yo), dar a la madre falo. Ahora bien, sucede algo gracioso en la trama edípica, un chiste. Resulta que Morazán marcha a Guatemala, logra que capitule, deja a sus designados y parte de vuelta a calmar algunas rebeliones. Morazán, en un despliegue de fatuidad, se aleja del gobierno Federal para ser perseguido por este, deseado por este, para ser seducido por él. 126

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Morazán regresa a Honduras a exhibir su carencia de falo, su magnanimidad, su sacrificio frente al peligro para llamar la atención del padre. Nótese, en el siguiente pasaje, como el Morazán de Escoto recibe la noticia de ser nombrado presidente de la Federación, como lo haría una jovencita que recibe una carta de admiración, sin darle excesiva importancia, sin demostrar la excitación que le provoca: "Creí entonces que la armonía por fin inundaba el corazón de los centroamericanos, pero era mi afecto por María Josefa el que me hacía ver el mundo de esa manera. En Junio, tras algunos meses de tranquilidad pasajera, se me comunicó que el Congreso Federal reunido en Guatemala me había designado Presidente del gobierno de toda Centroamérica. En los sufragios José Cecilio del Valle y yo -los José hondureños- disputábamos tan grande honor, pero en verdad era el ilustrado y altivo Valle quien más lo merecía y lo anhelaba." (pg.42) Y el Morazán de Escoto acude a la cita con su seductor casi obligado, por educación, por respeto a ese amor que le profesa: "Declaro que vi esa designación como un deber y la gran oportunidad de volver un hecho los sueños centroamericanos por el bienestar, la riqueza y la felicidad. (pg.42) 127

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Los sueños centroamericanos, no los suyos. Morazán se encuentra con su amante y confirma su vacilación a asistir, le dice “casi no vengo, pero vine”, para que este comprenda la suerte que ha tenido: No era posible prometerme en las varias posiciones en que me colocaron los diversos acontecimientos de la revolución que terminó en 1829, que mis pequeños servicios llegasen a merecer la confianza con que me han honrado los Estados prefiriéndome a sus hijos más beneméritos. (Escoto, 1992, pg.43) Pero estaba obligado a ir, obligado por sus propios deseos sexuales, justificado por la autoridad del padre a entregarse: “El pueblo soberano, sin embargo, me manda colocarme en el más peligroso de sus destinos, y debo obedecer sus respetables preceptos, y cumplir el solemne juramento que acabo de prestar en vuestras manos.” (Francisco Morazán, en Fundación biblioteca Ayaucho, 2012; pg.44) La última de las tres fantasías del niño en Edipo es la destrucción del padre, la remoción de este obstáculo que considera es el único que previene el cumplimiento de su primera fantasía. La 128

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ambivalencia hacia el padre es expuesta: por una parte el niño desea ser seducido por este, por otra, desea destruirlo por ocupar el lugar del falo, el que el niño piensa le corresponde. Las relaciones se complican aún más cuando se agrega a la madre en la ecuación. El niño desea el padre, el lugar del falo, pero en la complicación de la identificación el niño es también la madre, aquella que mueve el falo y se justifica por este. De allí que, en la segunda fantasía, el niño busque darle falo a la madre a través del padre, porque él mismo es la madre en la ecuación "yo es otro". De igual manera, el niño busca poseer a la madre, arrancársela al padre, porque él mismo es el padre en la identificación. Estos dos procesos tendrán destinos diferentes, derivando ambos del mismo proceso de identificación: la sublimación del padre y la idealización. La fantasía de matar al padre. Adalberto Santana (2000), expone los "retos" a los que se enfrentaba Morazán para el cumplimiento de su fantasía edípica: "Los nuevos retos a los que se enfrentaba el gobierno giraban en torno a los problemas generados por "la conjura de la aristocracia criolla, el clero recalcitrante y el colonialismo inglés", elementos que "lo obligaron a salir a los campos de 129

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batalla, quitándole el tiempo y la tranquilidad indispensables para el desarrollo de un programa verdaderamente revolucionario". (pg.39) El deseo de destrucción es el deseo de creación. La casa del padre no es mi casa, mi casa es la casa del padre. Marcos Carías (2005), escribe: “Lo que pretendió hacer Morazán desde el gobierno federal y los morazanistas hondureños en su tierra, en la década comprendida entre 18291838, fue una revolución política de carácter fundacional. Se trataba de fundar, esto es, de establecer las bases organizativas de un nuevo régimen.” (p.174) Fundar. Estoy en la casa del padre, pero esta ya no es casa del padre, es mi casa, una casa nueva. Morazán reconoce que para el cumplimiento de su fantasía deben eliminarse los sustratos que quedan del padre: La Asamblea Nacional Constituyente, para allanar el difícil camino de la libertad a un pueblo que lo apreciaba ya como por instinto, y que acababa de sacudir las cadenas del despotismo y de la tiranía, para levantar los primeros fundamentos del 130

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edificio social, y abrir la senda de la inmortalidad a los representantes dichosos que perfeccionasen la obra de nuestra regeneración política, encontraron obstáculos difíciles de vencer, opiniones envejecidas que combatir y una vigorosa resistencia en esos mismos elementos del sistema absoluto. (Francisco Morazán, en Fundación biblioteca Ayaucho, 2012; pg.48-49) Y a cada hijo que se rebele ante el nuevo padre, corresponde a la autoridad del nuevo silenciar: “…su autoridad es nula para prescribir órdenes a las autoridades nacionales; pero esta corporación se cree omnipotente en su concepto: ella no representa más que un Estado; pero no conformándose con lo que los otros adoptan, no respetando a las autoridades de la Nación, quiere ser federal, con tal que se le deje imperar y disponer de la suerte de la República; obedecer o no, según le place, conservar y romper al mismo tiempo el pacto federativo. Así ha sido siempre. Yo marcho, entre tanto, sin que me arredren sus decretos.” (Francisco Morazán, en Fundación biblioteca Ayaucho, 2012; pg.63) El deseo parricida alcanza al símbolo del padre en el feudalismo y adquiere la forma de iconoclastismo. 131

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“Ni Morazán ni la mayoría de los dirigentes Liberales pretendían destruir la religión católica como fe doctrinaria, ni a la Iglesia como institución. Su pensamiento no era ateo, lo que no excluye que hubiera en su seno libre-pensadores radicales. Lo que se trataba, volveremos a enfatizarlo, era retomar los privilegios reales de la subordinación de la autoridad religiosa a la secular”. (Argueta, 1999, p.58-59) “Con la victoria de Morazán en 1829, también el Vicario Irías tomó el camino del exilio. Otro sacerdote, pero este de convicciones y ejecutorias muy liberales, el presbítero Francisco Antonio Márquez, como presidente del Congreso del Estado de Honduras, fue el encargado de introducir la legislación que reformaba las relaciones con la Iglesia. Se suprimió el diezmo, impuesto que obligatoriamente todo mundo debía pagar a la Iglesia, se afectaron los fondos de las cofradías religiosas, para destinarlos a la educación; se expropiaron y pasaron a poder del Estado los bienes inmuebles de las órdenes religiosas; se aprobó la validez del matrimonio civil; se suprimió el fuero eclesiástico que impedía que un sacerdote que cometía un delito común fuera juzgado por los tribunales civiles.” (Marcos Carías,2005; pg.163) Los deseos incestuosos en esta sección llegarán a su fin con la presidencia de Morazán de 1830132

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1838. Puede parecer contradictoria tal afirmación, que las ambiciones del Morazán mítico muriesen cuando él, que tanto había anhelado el poder, como se ha mostrado en esta sección, lo alcance al fin, pero, como se ha explicado, es esto una fantasía, Edipo en la cabeza del héroe mítico y por lo tanto, ahora que sus deseos sexuales le urgen a manifestarse en la realidad, él se muestra impotente a cumplirlos. El periodo de gobernación es una lucha constante, lucha por no cometer incesto, lucha por no ser abusado por el padre, lucha por no matar al padre. El padre entra en escena.

Parte IV: Edipo II: la angustia de castración Angustia, perpetua angustia, miedo a que lo fantaseado se suceda, inminencia, aquello que viene. La inminencia es el término que asocio con la angustia de castración. La castración no sucede, lo más cercano es la amenaza de castración. La angustia de castración es el asedio psíquico por la figura del padre del cual es preso el niño, la amenaza de castración es la figura del padre mismo. La figura del padre que en la fantasía edípica ha estado presente desde el inicio, y se ha 133

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retirado de la vista del niño, alejado del niño, por el mismo imaginar de este. El padre siempre ha estado allí, observando, impaciente a que el niño cometa el acto incestuoso para cortarle su pene. Pero este acto no llega, atrapado entre el irresistible deseo sexual que es incapaz de cumplir y la inmensa figura del padre, el niño se retira, huye para salvar su falo fantaseado. En su fantasía, el Morazán mítico tiene falo, el cual ha sido dado por la madre. La madre ha creado una ilusión de falo y pronto llega el padre, el feudalismo, a arrebatárselo. Ciertamente, estoy un poco reacio a utilizar la palabra, pero ayudará a avanzar el argumento y mejorar la comprensión del lector. Reacción, reaccionario, así puede denominarse el ataque del feudalismo al héroe capitalista y a pesar de la validez de este término, erraría en utilizarlo en desmedida. Las fuerzas que luchan por mantener el denominado status-quo de explotación, no hacen más que obedecer la dicotomía principio del placer-principio de realidad, que Morazán amenaza. El principio del placer refiere a la normalidad, a la anestesia, a evitar la excitación. El excitador en la casa del padre ha sido Morazán y es natural que sea repelido. La figura del padre siempre ha estado allí, impidiendo que la fantasía se cumpla: 134

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"La prepotencia cultural y material de la Iglesia Católica no es culpable de obstaculizar el establecimiento de una autoridad unitaria sino de dificultar con su forma de funcionamiento la creación de un Estado moderno. La presencia económica de la Iglesia y de las congregaciones religiosas -por su inmensa dotación de riquezas- eran incompatibles con un sistema capitalista de mercado, con el movimiento libre de tierras, con la propiedad capitalista del suelo, todo ello fundamental en el nuevo arreglo.” (Argueta, 1999, pg.57) Esta figura inmensa del padre, tanto pavor causaba, que se recurrió a negarlo, así como en la horda primitiva el hijo no tenía padre y era objeto solo de la madre: "Se abolió el artículo 11 de la Constitución Federal que establecía la religión católica como la única oficialmente permitida y bajo la tutela de la República. Paralelamente, se emitió decreto de libertad de cultos, garantizando protección a todas las denominaciones. Ese mismo año de 1832 se aprobó la ley Federal de Libertad de Imprenta." (Argueta, 1999, pg.62) Comienza el exorcismo, Morazán, el sacerdote, repite: “no eres mi padre, no eres mi padre” y con cada palabra se agrándese la sombra del padre y se ilumina su rostro, es Saturno, el devorador: 135

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“...[Williams] sostiene que el Catolicismo Romano demostró ser la causa más directa y más inevitable de la caída de los Liberales y de la destrucción de la Unión. Esto se debió al hecho de que en sus esfuerzos por destruir la amenaza clerical, el gobierno simplemente aumentó el poder del enemigo.” (Argueta, 1999, pg.64) Un miedo, el más grande de los miedos, el de ser mujer del padre, que el padre lo haga mujer, que abuse de él. El falo pasa a las manos del gran capitalismo del Siglo XIX, la corona británica. Miedo a ser poseído por el capitalismo. “En Guatemala, sobre todo, la política agraria Liberal alienó al campesinado. Y ello así por cuanto el gobierno de Mariano Gálvez, quien ocupó la Jefatura del Estado de Guatemala, de 1831 a 1838, firmó contratas con empresarios ingleses para explotar y colonizar la región del norte guatemalteco con inmigrantes europeos, de religión protestante... las políticas agrarias del Jefe de Estado guatemalteco, Mariano Gálvez, causaron inquietudes y recelos entre la población local, que se consideran amenazados por la presencia foránea.” (Argueta, 1999, pg.66) Y si fuera poco, la guerra, la insurrección, el padre reclamando a la madre, encerrándola en su habitación. 136

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“Para 1831, cuando todavía la paz regional centroamericana era muy endeble, estalla una nueva asonada contra la Federación en la costa norte de Honduras. En diciembre de ese año, Vicente Domínguez, en Trujillo, y paralelamente el español Ramón Guzmán, en Omoa, provocan una nueva rebelión que finalmente sería sofocada en septiembre de 1832”. (Santana, 2000, pg.41) Más guerra, Arce en Guatemala, Cornejo en El Salvador, desespera Morazán: “Arce y Domínguez, levantando el estandarte de rebelión contra la República, que los había expedido de su seno por sus crímenes, han puesto en la necesidad de alarmarse al Estado de Guatemala, a quien he suministrado las pocas fuerzas que tenía a mis órdenes, para que, formando con ellas la vanguardia del ejército que debe preservar la Nación de un trastorno general, los demás Estados formasen una respetable reserva a mi dirección inmediata, y en caso necesario, bajo de mi mando. La ejecución de este plan requería, pues, mi residencia en punto céntrico, de donde con energía y brevedad, pudiese obrar, emitiendo con más inmediación las órdenes conducentes a todos los Estados que aún no se hallaban bastante preparados para resistir a un enemigo que, aunque débil, quizá cuenta con la perfidia de algunos descontentos y amigos de novedades.” (Santana, 2000; pg.60) 137

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Y reconoce que el padre reclama su lugar, reclama ser el falo de la madre: “Pero como el verdadero motivo de esta oposición era el de disolver los Poderes Federales, poniendo al Ejecutivo en impotencia de obrar contra los trastornadores del orden público, también se opusieron a que continuase mi marcha para Nicaragua, obligándome a regresar al Estado de Guatemala.” (Francisco Morazán; Francisco Morazán, en Fundación biblioteca Ayaucho, 2012; pg.62) Morazán se recluye en su habitación, en donde la fantasía edípica continua sin la amenaza de castración, está a salvo, conservará su falo. “Accediendo a algunas de sus proposiciones y con el fin exclusivo de evitar la guerra civil, recibí autorización del Senado para instalar la administración centroamericana en El Salvador. Como respuesta, la Asamblea de aquel Estado decretó que se separaba de la unión...” (Escoto, 1992; pg. 44) Por debajo de la puerta, de vez en vez, Morazán cree ver pasar la sombra de su padre: “Los inquietos salvadoreños nos esperaban, y así lo hicieron saber, con más grande número de efectivos, por lo que debí rehuirlos y pasar a Guatemala para aguardar refuerzos que el gobier138

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no federal y el dudoso Estado de Guatemala me harían llegar. Aun así, hacía lo indispensable para evitar la lucha. Mi misión era de paz, y no para deponer autoridades en una sociedad envuelta en la confusión , lo que sólo agravaría los sucesos”. (Escoto, 1992; pg.46) Seguro en su habitación, da rienda suelta a su fantasía. En 1834, José Cecilio del Valle muere tras haber sido electo presidente de la Federación centroamericana, en una segunda elección Morazán es reelecto y reemprende la mimesis del padre: “Nada provocó quizás tantas reacciones como las cargas impositivas. El tributo indígena había sido abolido en 1811, luego restablecido, y suprimido de nuevo con la Independencia. Gálvez lo reimplantó en 1831. Sobre los campesinos y artesanos mestizos pesaba la «contribución directa» y el diezmo había sido sustituido en 1832 por una contribución territorial de 4 reales por cada caballería de tierra. Un decreto de 1836, que unificaba todos estos impuestos, parece haber sido una de las causas inmediatas de la insurrección indígena general, liderada por Rafael Carrera, que estalló en 1837.” (Brignoli, 1990; pg. 86) Y el niño en Edipo cubre su cabeza con su cobija y retrocede en la cama, ¿acaso el padre es fa139

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vorecido por la providencia al punto de otorgarle poderes sobrenaturales? "Como desde principios del año 37 había hecho su aparición la epidemia del "colera morbus" (una especie de gastroenteritis) y el gobierno del doctor Mariano Gálvez envió médicos, practicantes y medicamentos, se hizo creer a los aborígenes que el gobierno estaba envenenando las aguas. En una población aborigen, un señor Maradiaga decía que le constaba que Morazán había mandado a echar veneno en un manantial que surgía en su propiedad, y que a consecuencia de ello había muerto una determinada cantidad de semovientes. De manera que las entradas que se restringían al clero, con la autorización del matrimonio civil y con la peste -pues se prohibió enterrar a los muertos por el cólera en los "camposantos", se prohibieron los "dobles" y toda la liturgia de las exequias para no exponer a las comunidades al contagio-, se sembraron el descontento entre los curas de los poblados, quienes empezaron a azuzar a los aborígenes que perseguían a los que suministraban los medicamentos y destruían las cajas que los contenían". (Miguel R. Ortega, Morazán, laurel sin ocaso; 1991; pg.107) La guerra, la peste, la angustia de castración, 140

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la puerta, la puerta estremecida por la mano del padre.

Parte V: Edipo III: represión de los deseos sexuales La puerta se abre y la ilusión del falo morazánico es disuelto por la inmensa figura del padre. Ha sido derrotado, su derrota es la derrota de la Federación, es Carrera, el feudalismo, la sombra del padre, exiliando al capitalismo. En la sección anterior, cubrí algunas tensiones que operaron en el aparato psíquico del Edipo de la trama, ahora es cuestión exponer la razón por la cual sus deseos incestuosos se retiraron. Cómo se retiraron se explica en la narración histórica: Morazán es derrotado y se exilia en Perú (la trama es mucho más complicado de lo que aquí expongo, pero estas son las generalidades). Retomo la analogía de base de este trabajo, el Edipo y el proceso económico. Las fantasías que el niño se formula en Edipo y la angustia que le causa la posibilidad de la castración obligan al niño a enfrentarse a la realidad de su cuerpo. Con ese cuerpecito de seis años no es capaz de satisfacer sexualmente ni a la madre ni al padre, y tampoco puede llevar a cabo sus designios parricidas. La angustia de castración pesa tanto, que 141

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él termina por retirar las investiduras sexuales y regresarlas al yo. Se sublima al padre y se idealiza a la madre. Este último proceso se hará evidente en la siguiente sección. ¿Qué es lo que sucede entonces en la trama edípica de Morazán? Nada, eso es lo que sucede, nada, absolutamente nada, pues todo ha sido una fantasía, el inmenso trauma que han traído las guerras, la Federación centroamericana, todo se ha vivido en la fantasía del capitalismo. Marvin Barahona (1980), en su trabajo Introducción al estudio de la Identidad Nacional, avanza este argumento, el cual tengo el atrevimiento de considerar paralelo al propio: “El divorcio entre el arsenal de ideas importadas de otras realidades y el contexto social real en el que éstas iban a ser trasplantadas se convirtió en la causa más importan de su fracaso.” (pg.31) Barahona comprende la disonancia entre los deseos incestuosos, la angustia de castración y la realidad del cuerpo del sujeto edípico: “La sociedad hondureña de la época no había creado las fuerzas internas necesarias para impulsar desde dentro un proceso autónomo que culminara con la formación del Estado-nación como 142

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había ocurrido en Europa. Honduras no era una excepción; por el contrario, su experiencia confirmaba lo ocurrido a otros países latinoamericanos enfrentados a una situación análoga.” (pg.31) “la formación del Estado nacional requiere de la presencia de condiciones materiales, es decir económicas y sociales, que permitan su evolución y estimulen su desarrollo. Entre otras, la integración regional, una cierta homogeneidad económica y cultural y, especialmente, una conciencia colectiva de integración en un todo unificado” (pg.33) E, igualmente, conoce los designios de destrucción hacia el padre: “los criollos sólo buscaban crear las condiciones propicias para ejercer el poder político en beneficio propio. Las medidas tomadas por el liberalismo criollo durante el período de la federación centroamericana (1824-1838) no dejan duda de ello: la separación de la Iglesia y del Estado, la subasta de los bienes nacionales, la liberación de la mano de obra servil y esclava, la secularización de los bienes eclesiásticos, tc, contribuían a eliminar los obstáculos que s e interpusieran en el camino hacia una hegemonía política indisputada” (pg.32) Barahona expande estos argumentos en Honduras: El Estado Fragmentado (1995), pasando 143

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por la política, la economía, el territorio nacional y otros. He escogido no entrar en específicos para permanecer en el Edipo. Se pensaría que hubo una regresión, que después de la Federación los Estados centroamericanos abrazaron el “oscurantismo” del feudalismo, lo que sería una ridiculez, porque, como ya lo he dicho, el capitalismo Federal fue una fantasía, nunca sucedió. Lo que sí hubo fue un avance, no en la sociedad, sino en la trama edípica de la sociedad. Leticia de Oyuela (1994), en la que puede considerarse la mejor obra acerca del feudalismo hondureño, Un Siglo en la Hacienda: estancias y haciendas ganaderas en la antigua Alcaldía Mayor de Tegucigalpa (1670-1850), explica cómo funcionaba este sistema de nodos feudales y la relación patrón-siervo, además de concentrarse en la cosmovisión de los residentes en las haciendas. Según Oyuela, las legislaciones emprendidas por una especie de burguesía criolla habían debilitado el sistema de haciendas que terminaría por derrumbarse aproximadamente en 1850 (pg.165168).La caída de estos grandes nodos feudales es, en tiempo, cercana al proceso de centralización de la reforma liberal. José Guevara Escudero (2007) atribuye la entrada del capitalismo formal en Honduras al flujo de capital introducido por los Estados Unidos y los países europeos a mediados de la década de 1870. Mario Posas y Rafaél 144

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del Cid (1983) describen la época pre-capitalista de la siguiente manera: "Hacia mediados de la década de 1870, la formación social hondureña es avallasadoramente precapitalista, dominada por las actividades agrícolas de subsistencia. Las relaciones cuasi-serviles entre los grandes terratenientes que explotan y subordinan a las masas campesinas mediante formas precarias de tenencia de la tierra (colonato, aparcería, etc.) dominan el espacio." (pg.22) Un proceso más que hay que tomar en cuenta es la llegada de inmigrantes para servir como mano de obra en el nuevo capitalismo hondureño. Cronológicamente, se aleja demasiado del estudio presente, por lo que remito a los estudios de Jorge Amaya, sobre todo Los Chinos de Ultramar en Honduras (2002) y Los árabes y palestinos en Honduras (2000). En síntesis, el sistema feudal pervivió en Honduras hasta alrededor de 1870. La genitalización de la figura edípica de la trama se evidencia con el retorno de Morazán en 1842 a Costa Rica y su captura. Pasa que el personaje edípico ha elegido su objeto sexual, la administración del capitalismo, la Federación, y ahora, un adolescente, con su cuerpo en plena flor, viene a reclamarlo. Morazán 145

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es asesinado pero la trama continúa. La genitalización de la trama edípica morazánica refiere, en presente, a la creencia de un sistema administrativo ideal, es decir, un ejecutivo, legislativo y judicial son las mejores instituciones para guiar el destino de la patria (cosa del padre). Aquí termina la historia de Morazán el héroe, sin que en esta sección se haya hablado de Morazán. Ha completado el ciclo heroico, ha hecho su viaje de iluminación, ha otorgado al pueblo el fuego y ha sido rechazado y asesinado. Aun falta algo, el final de la trama edípica, la sublimación del padre y la idealización de la madre. Morazán, ocupa al fin el lugar del falo.

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Parte VI: Edipo IV: la sublimación del padre y la idealización de la madre Morazán está muerto, cántenlo, declámenlo, perenne declaración, Morazán ha muerto, está muerto y repítanlo, una y cien y mil veces, para que no regrese, miedo a que regrese, porque Morazán no ha muerto, está allí, sombra inmensa del padre que acecha con castrarnos. Puede que el lector esté un poco confundido en este momento, después de todo, le pedí que siguiera el movimiento del falo y resulta que el falo nunca se movió, nunca cambió de lugar. Es hasta en la sección anterior que indiqué el momento exacto en que lo hace, a mediados de la década de 1870, con la entrada del capitalismo y fue depositado en Francisco Morazán, padre simbólico del capitalismo y en la república democrática, la madre idealizada. De eso trata esta sección. El poema de Neruda: Alta es la noche y Morazán vigila. ¿Es hoy, ayer, mañana? Tú lo sabes. La sublimación del padre ocurre con la entrada del capitalismo, como observa Oscar Rápalo (2007): 147

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“Es hasta la Reforma Liberal que se logra el avance del proceso de consolidación del proyecto de nación. Esta se fijó como objetivos entre otros: la secularización definitiva de la sociedad que se emprendió desde las esferas del poder del Estado -para excluir la competencia que aun conservaba la iglesia en algunos asuntos políticos y civiles... Este proceso de elaboración histórica, los ideólogos liberales construyeron una versión sobre la identidad y la cultural nacional.” (pg. 136-137) Cinta central, América angostura que los golpes azules de dos mares fueron haciendo, levantando en vilo cordilleras y plumas de esmeralda: territorio, unidad, delgada diosa nacida en el combate de la espuma. Morazán triunfó, que se sepa, Morazán mató al padre, mató al feudalismo, lanzó la flecha que terminó de desangrar a los explotadores en 1876: “Para comprenderla requiérese también conocer y juzgar aquella edad heroica que sucedió a la independencia, en que el espíritu de libertad y de reforma, que muchas veces extraviado, supo obrar milagros de constancia, de abnegación y patriotismo.” (Ramón Rosa, 1996, pg.9). De esta manera Ramón Rosa, el genio de la Reforma Liberal, el hombre que con su pluma jus148

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tificaría al capitalismo, institucionaliza al padre. Morazán ha traído el fuego y nosotros le hemos matado. “Voy a escribir la Historia de aquel grande hombre, obra dificilísima que declaro ingenuamente, excede, con mucho, a mis fuerzas. Escribir la Historia de Morazán no es redactar los preparativos, combinaciones y resultados de las batallas de un héroe que supo imponerse a la fortuna; es más que todo esto; es juzgar, en una época de vacilaciones, de dudas, y aún de escepticismo y con el difícil criterio de la Filosofía de la Historia, a un hombre de ideas, de principios; es apreciar, con la mayor exactitud posible, todo un sistema político, si se quiere exótico, en una tierra virgen, y para un pueblo nuevo, planteado y desarrollado, durante una dilatada época, en medio de la exaltación de los ánimos, del desbordamiento de pasiones, inocentes o aviesas en su origen y entre el choque de opuestas e irreconciliables ideas, y entre el horrible fragor de los combates.” (pg.11) Sigamos el ejemplo del padre, escribe Rosa, permanezcamos bajo su sombra: “He aquí la cuestión de los hombres abyectos, pero no la cuestión de los hombres dignos formados bajo la inspiración de las enseñanzas y de los ejemplos de Francisco Morazán.” (pg.21) 149

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Con Ramón Rosa y la Reforma Liberal, Morazán pasa a ser efectivamente el fundador del capitalismo hondureño, el Jesucristo del feudalismo: “Mas una verdadera revolución no puede hacerse sin bandera, y el patriotismo centro americano para moverse revolucionariamente debe levantar, muy alto, la bandera de Francisco Morazán, que simboliza estos dos grandes principios: Unidad de la Patria y efectividad de sus instituciones republicanas.” (26) Morazán, en el Edipo colectivo (que es el Edipo de cada individuo de un pueblo, el Edipo individual), ocupa el lugar del falo, el que condiciona las relaciones (el capitalismo) y estas relaciones son dirigidas por la madre (las instituciones republicanas). Y a pesar de que Morazán nos libró de la tiranía del padre, lo matamos, porque era él como su padre, imperfecto: “Pero si hay errores en la vida del guerrero y del político, nunca pueden hallarse crímenes en la vida del repúblico. El error no rebaja la dignidad del hombre: el crimen la mancha y la degrada. Morazán, aunque equivocado algunas veces, no en el fondo de su sistema, si en la apreciación de sus aplicaciones, es y será un gran modelo; más no podría serlo si el crimen hubiese viciado 150

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su carácter y tornándolo en adulterador de principios, en falso apóstol, y en encubierto o descarado dictador, que hubiese servido a sus egoístas intereses, que hubiese asaltado el poder para convertirlo en medio de opresión y en objeto de especulaciones, y que hubiese, en suma, conculcado los principios y desnaturalizado los fines de las instituciones republicanas”. (pg.29) Como se aprecia, Morazán es presentado aquí como el padre del sistema que Ramón Rosa y Marco Aurelio Soto impulsaban, es el modelo a seguir y como tal se transforma en súper yo de la sociedad capitalista. Remarco en este punto, que todo este proceso es inconsciente y como plantee en el marco teórico, el capitalismo solamente instucionaliza las ideas prevalentes de la clase productora, es decir, Morazán era héroe antes de ser padre. Te desmoronan hijos y gusanos, se extienden sobre ti las alimañas y una tenaza te arrebata el sueño y un puñal con tu sangre te salpica mientras se despedaza tu estandarte. En 1926, se reúne el Congreso Nacional para debatir acerca del nombre de la moneda, Lempira es elegido al final, por las cuestiones raciales que imperaban en el discurso de la época, de las cuales 151

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Euraque ha realizado ya una exposición detallada y que han sido mencionadas ya en el marco referencial de este trabajo. El contrincante de Lempira era Francisco Morazán, y transcribe Euraque (1996) en su trabajo, un curioso discurso de un diputado innombrado, que convendría reproducir aquí: Desde que niños empezamos a hablar, oímos el nombre de Morazán y en las escuelas ese nombre se nos hace repetir. En el cielo azulado de la Patria hemos oído ese nombre, y las hazañas gloriosas de ese genio de la guerra que defendía la federación Centroamericana con su espada. En su testamento dijo: la posteridad me hará justicia. Y nosotros somos la posteridad y hay que hacerle justicia a ese nombre que fue grande”. (pg.145) Los hijos del padre. Alta es la noche y Morazán vigila Incluso Argueta (1999), cuyo trabajo había estado, hasta el momento, libre de toda pasión y sentimentalismo, degenera en admiración al héroe: “Muchos calificativos se han usado para describir a Morazán: heróico, generoso, audaz, entre otros. Yo agregaría, si acaso aún no han sido empleados, la claridad y la tenacidad. Claridad de propó152

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sitos: la edificación de una sociedad democrática, igualitaria, en la que no fuera el privilegio de clase y la posición el que determinara el avance social, sino que la igualdad de oportunidades permitiera la superación individual.” (pg.110) Ya viene el tigre enarbolando un hacha. Vienen a devorarte las entrañas. Vienen a dividir la estrella. vienen, Pequeña América olorosa, a clavarte en la cruz a desollarte, a tumbar el metal de tu bandera. El culto a Morazán es el culto mismo al capitalismo, su figura heroica es utilizada para perpetuar la explotación. Y los capitalistas representan su muerte, cada 21 de septiembre: se coronan las estatuas de Francisco Morazán, para quien Honduras era un estado de la nación centro americana (Rodolfo Fasquell; 2002, pg.302). La muerte de Morazán, así como la muerte de Cristo, no es celebrada en su día, sino en una fecha simbólica. Alta es la noche y Morazán vigila. Francisco Morazán en la literatura hondureña (1995), por Helen Umaña, comprende un extenso análisis de la figura morazánica tanto en la lírica, como en la narrativa, en la dramaturgia y el 153

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ensayo literario. Umaña rescata un párrafo de la obra Destacamento Rojo (1962) por Ramón Amaya Amador, uno de los novelistas más relevantes de la historia de Honduras, la cual muestra hasta dónde ha penetrado el mito morazánico: “Te equivocas cuando díces que a Morazán, el revolucionario, lo han olvidado, que nadie le hace justicia. ¡Si hay! Precisamente quienes le hacen justicia entre nosotros, la clase obrera revolucionaria. Nosotros hemos recogido el legado del gran Paladín y luchamos por la misma causa, sólo que en otras condiciones: por la independencia nacional, la unidad de nuestro pueblo, contra el coloniaje (...) Y cuando nosotros luchamos contra el imperialismo y contra los reaccionarios del país, estamos precisamente haciendo justicia a Morazán, siguiendo su ruta libertadora, levantando banderas.” (pg.58) Punto de reflexión. ¿Acaso este personaje invoca a Morazán el héroe, cuando dice: “el revolucionario” o ha caído en la falsa conciencia del capitalismo que sostiene la ingente figura de Morazán, el padre? No me atrevo a formular una respuesta, siquiera una suposición. Escribiré, solamente, que denota esta última cita como en la cabeza del novelista había penetrado el mito morazánico hasta en los obreros comunistas. 154

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Invasores llenaron tu morada. Y te partieron como fruta muerta, y otros sellaron sobre tus espaldas los dientes de una estirpe sanguinaria, y otros te saquearon en los puertos cargando sangre sobre tus dolores. Solamente dos trabajos se encontraron que reconocieran el proceso de sublimación del padre e idealización de la madre, por supuesto que no en esos términos sino en que Morazán es utilizado como figura por el capitalismo para mantenerse. Primero, el trabajo revisionista de Pastor Fasquelle (2002) ¿Quién engendró la patria?, del cuál ya he tratado. Y segundo, De la patria del criollo a la patria compartida(2005), por Marcos Carías. De este último trabajo tomaré los argumentos finales para cerrar este apartado. Edipo transforma al individuo en sujeto. Escribí esto en la introducción a este trabajo y lo he sacado hasta ahora. De haberlo hecho antes, estas palabras no hubiesen tenido sentido. El individuo que ha pasado por Edipo, estará sujeto por toda su vida al trauma que causó la represión de los deseos sexuales y a la angustia inmensa de la castración. Su vida estará dirigida a conseguir el objeto ausente, el falo, a lograr aquello que con su cuerpo de infante no pudo. La sociedad capitalista hondureña, al haber pasado por su Edipo 155

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por la figura de Morazán, el parricida, en la trama edípica morazánica, estará siempre en duelo. En otras palabras: la sociedad hondureña, en su niñez intentó establecer el capitalismo, fracasó ante el feudalismo, reprimió estos deseos y ahora que está en su madurez, puede al fin cumplir su deseo de ser padre explotador. La sublimación de Francisco Morazán es el establecimiento del súper-yo, del padre asesinado por la horda primordial. Marcos Carías explica: "El título del héroe, por antonomasia, recae en Francisco Morazán. La muy citada frase de Álvaro Contreras: "Suprimid el genio de Morazán y habreís aniquilado el alma de la historia de Centroamérica" se inscribe en la tendencia impulsada en el siglo XIX por el inglés Thomas Carlyle según la cual los héroes, las individualidades sobresalientes, son los privilegiados que hacen avanzar la Historia. (pg.172) "Políticos, más que historiadores, han venido manteniendo hasta nuestros días el Culto a la Personalidad, justificador de dictaduras de derecha y izquierda, que no son más que maneras irracionales y ventajistas para manipular a las masas. Con el Morazán Héroe Epónimo, sin cuya presencia la historia de Centroamérica carecería de sentido, se pretende simbolizar un ideal de política perfección, 156

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un dechado absoluto de virtudes y con ello se ha logrado sentarlo en un sitial impoluto pero expulsarlo del campo real de la Historia adonde tales súper-hombres son inexistentes. O sea, que con fines patrióticos se ha construido un mito, porque abundan, desde los tiempos de Platón, quienes creen que los mitos son excelentes recursos para formar buenos ciudadanos." (pg.173) "Entre el mito y esa política patriotera la figura del General Morazán corre el peligro de volverse cada vez más fantasmagórica e incomprensible." (pg.173) ¿Es hoy, ayer, mañana? Tú lo sabes. Hermanos, amanece. (Y Morazán vigila).

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Conclusión: lo amaba con locura

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He loved him madly, compuso Miles Davis al morir Duke Ellington, lo amaba con locura y por eso lo exorcizaba con locura. El individuo es sujeto al capitalismo por sus vínculos a Edipo. Del nuevo parricidio, de la destrucción del capitalismo restarán dos y siendo dos serán uno: yo y el otro, yo que soy otro, el otro. La fenomenología de Marx: yo frente a otro que es yo. La fenomenología de Blanchot: yo escribiendo a otro que es yo. La fenomenología de Freud: yo deseando al otro que soy yo. Hagamos como el héroe que mató a su padre. Y de este absolutismo, de esta afirmación aberrante que destruye la fenomenología, que da presencia, queda solo la pregunta, aquella que Morazán el héroe hacía constantemente, sin palabras, con el batir de sus alas, estremeciendo las hojas, y que hoy recuerdo: ¿Han todos los pájaros comenzado sus nidos, excepto tú y yo, qué esperamos, entonces?

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· Darío Euraque, La Creación de la moneda nacional y el enclave bananero en la costa caribeña de Honduras: ¿en busca de una identidad étnico-racial?; Yaxkin, Volumen XIV, números 1 y 2;Tegucigalpa, Honduras; 1996 · Rodolfo Pastor Fasquelle, ¿Quién engendró la patria?; Revista Paraninfo, año 11, números 20-21; Tegucigalpa, Honduras; 2002 · Helen Umaña, Francisco Morazán en la literatura hondureña; PROPASA, San Pedro Sula, Honduras; 1996

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ANEXOS ANEXO I Cuadro resumen del Edipo femenino J.D Nasio , El Edipo: concepto crucial del psicoanalisis Paidos editores; Buenos Aires, Argentina, 2010; (pg71)

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ANEXO II Cuadro resumen de la lógica del Edipo femenino J.D Nasio , El Edipo: concepto crucial del psicoanalisis Paidos editores; Buenos Aires, Argentina, 2010; (pg70)

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ANEXO III I Cuadro resumen del ciclo heróica Joseph Campbell ,The hero with a thousand faces; Princeton University Press; Princeton New Jersey; 2004; (pg227)

ANEXO IV Cuadro resumen del ciclo cosmogónico Joseph Campbell ,The hero with a thousand faces; Princeton University Press; Princeton New Jersey; 2004; (pg247)

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BIBLIOGRAFÍA

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lumen XIV, números 1 y 2;Tegucigalpa, Honduras; 1996 · Rodolfo Pastor Fasquelle, ¿Quién engendró la patria?; Revista Paraninfo, año 11, números 20-21; Tegucigalpa, Honduras; 2002 · Helen Umaña, Francisco Morazán en la literatura hondureña; PROPASA, San Pedro Sula, Honduras; 1996

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Se terminó de imprimir en los talleres de Litografía López, S. de R. L. en el mes de junio de 2015. Su edición consta de 500 ejemplares.

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