Los españoles poco a poco integraron a su dieta diaria los ingredientes de la nueva tierra y los mezclaron con los ya conocidos; comenzaron la industria industria del pan (1525), convirtieron el azúcar en el endulzante principal, el guajolote fue una de las carnes más apreciadas; y conservaron recetas madres como los tamales.
Los españoles aportaron la fritura y la carne de cerdo fue aceptada rápidamente en la dieta de la Nueva España. El chocolate y el pan no podían faltar en la mesa de mestizos y criollos.
Las cocinas novohispanas se fueron armando desde el siglo XVI, y para el XVIII ya se tenía el concepto de "cocina mexicana", ya fuera en los conventos o en las casas particulares
Mientras los indios conservaron la mesura al comer, el español hacía cinco comidas al día: al amanecer chocolate; a las nueve un buen caldo, frijoles, huevos o alguna carne; a las once un tentempié; a las dos la comida fuerte; a las cinco una merienda con chocolate y pan; y al final la cena.
Surgen las haciendas a partir de las mercedes de tierra concedidas a los conquistadores. Hubo haciendas agrícolas, ganaderas, mineras, de granos y pulqueras. Eran lugares donde se tenían muy arraigadas costumbres religiosas como la celebración de los santos y cumpleaños de los dueños, fiestas patronales y festejos de cosechas.
El surgimiento de mesones y hospederías fue de gran importancias para la gastronomía del país. Eran lugares ubicados en puntos estratégicos para que los viajeros descansaran y hasta podían comerciar. Para finales del periodo colonial (1790) se comienza con el cultivo del café en México, y para 1802, la mayor parte de la producción ya se exportaba.
REFERENCIA; Gortari Krauss, Yuri y Escamilla Solís, Edmundo. ( 2000). Guisos y Golosos del Barroco. México; Clío. Barroco.
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