Guillermo Fadanelli - Barracuda

April 21, 2018 | Author: Giovanni Bello | Category: N/A
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Descripción: Colección de cuentos publicada en 1997...

Description

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BlVRIUVLUftIV

KELAT ACO t t P A" A33B37 1997

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parada un cartel de Cuide mos el agua, por el blen de todos. Tenia un vestido color betabel y zapatos de agujas largas y charol impecable, y su cabello negro, casi de plastico, cortado por unas tijeras bien aflladas. Era tan palida como una puta del Caucaso, o si se quiere, tan blanca como la avena o como el semen de un toro. “Una mujer

es

blanca para esta noche negra y estupida”, pense. La calle bautizada con el nombre de un santo, la banqueta estrecha y del fondo de sus coladeras un olor a orines y sangre de rata, y excremento y aroma tizador Wizard.

El la man tenia la bar

biii a

alzada, la nuca recargada en la pared, y la mirada extraviada en un cartel de letras enormes, tipografia helv^tica: “No hay obstaculos, lo que hay son malas decisiones.” Me detuve, tenia los huevos ardiendo, tal vez porque desde hacia muchos meses no recogia a una desconocida para cubriria con mis sabanas sucias, Menas de m an chita s de

mo staza

y ref resco de

naranja,

salpicadas con gotitas de sangre y escupitajos de plum a fue nte . Me ace rque

a ella , m isterioso

,

como si guardara la navaja en la mano, aunque en lugar de la hoja filosa y refulgente saque unas pastillas de frambuesa que tambien brillaron con un rojo intense. Y se las ofrecf. Meti la Nave en el ojo de la cerradura, a tientas, porque mis ojos estaban en otra parte, y mis'^labios untados a su pezon, tan duro perate

como

una

avella na seca.

a que entremo

“Es-

s, pa pit o” , dij o,

H

1o

y su papito obedecio, empujo la puerta de pino con olor a viejo y a barniz, encendio la luz de un foco de 50 watts y la invito a entrar a un de-

D

partamento sin alfombras, ni lavadora en el bano, ni closet de puertas averiadas, ni peceras con peces de ojos

saltones, nl envolturas de chocolate Hersheys tiradas en el tapete del baho. Y ella entro, tea como en realidad era, descubierta por la vil y amarillenta fatalidad del foco, con su cabello mal cortado y sus zapatos de charol descascarados por el uso, y sus uhas pinladas de un naranja infeliz y su piel dorada como la piel de una tortilla, y su vagina limpia y rojiza como su vestido marcado con una quemadura de cigarro en el escote. “^Cuanto me cobras por hacer de c e n a r? ” “ N ad a” , di jo y prepa re dos huevos estrellados, supurando aceite, y calento en un comal el pan Bimbo y exprimio la salsera como si es tuv iera e strujan

do

l a gr an

verga para sacarle el ultimo chorrito de Catsup. Nos lavamos los dientes con el mismo cepillo de cerdas

j o d i d a s e h i c i m o s b u c h e s c on A s t r i n g o s o l y nos ensenamos la lengua como los que van a agarrarse a madrazos y antes se muestran los punos llenos de anillos y de huesos cicatrizados y nudillos

negros.

Per o la verdad

estab amo s ta n

agotados, yo a causa del trabajo en la oficina, con la mano adolorida de tanto poner sellos en la parte inferior izquierda de cientos de facturas, y de ir en metro hasta Atzcapotzalco a cobrar un adeudo, y volver y esperar que a un puto gerente se le hincharan las bolas para dec irme ; “Vete de u

na vez para

que

manana vuelvas mas temprano.” Y ella estaba tambien a punto de dormirse, molesta por la violeta de genciana que tenia a un lado del culo, “me

mordio un

maldito

pe rro” , men tia,

por-

que se la habian cogido ya tres veces, tres malas de cis ion es

que habfa

tor nado para salva

r el

obstaculo, el gran obstaculo. “Yo soy tu buena de cis ion , m i pu tit a” , le dije, pero n

o pudo esc u-

charme, estaba dormida, llenandome el cueilo con su olor a Astringosol, clavandome una rodilla en los tes-

2

ticu los hace u n par de horas ard

iente s, y ahora

frios como dos albondigas amoratadas reci^n sacadas del refrigerador. Se qu ed o a v iv ir en m i casa

3

mientras estuve curandole su mordida de perro, y ella haciendome espaguetis, a veces con crema y a veces con tom ate y

nu nca con m

osta za co mo a

mi me

gustaban. Pero lo que si hacia muy bien era ch up arm ela

mientras y

o cerraba

l o s oj os

imaginandome a la puta caucasica de cabello az ulos o y zap atos

imp eca bles que recogi en l

a

esquina de una calle con el nombre de un santo. Y seguir poniendo sellos y firmando facturas se volvio un poco menos aburrido porque sabia que llegando a mi departamento abriria la puerta de pino y ella estaria ofreciendome un plato de espaguetis con tomate y sus labios hinchados y rojos com o una gom a de m as ca r a pun to de re ventarse, y su culo ya cicatrlzado, y mi casa un poco mas ordenada, sin los Corn Flakes regados en el piso, ni mis calzones Rimbros colgando en la

falleba de la ventana, ni la taza del bano tatuada con las costras de orines, ni las cajitas de Maizena de fresa almacenadas en el homo de la estufa, ni mis revistas porno tiesas de semen regadas en e! piso del baho. “Al final la puta se co nv irt io en tu sirv ie nt a” , me d ijo un dia antes de que nos casaramos por el civil, porque no teniamos el dinero suficiente para masturbar a Cristo, ni para el vestido, y el arroz preferiamos comernoslo con platanos fritos, y chicharos muy verdes, y ejotes blanditos.

A hora vuelvo a pasar por esa calle donde recogi a mi esposa y madre de mis dos hijos, y su sp iro cu ando veo a

una

jo ve n cita

de pi el

amarilla y ojos grandes que me llama para decirme; “Por que no nos venimos juntos, papito.” Y tiaci6n

do m e pend ejo, dejo m

i po rtafoli

Samsonite en el piso para buscar en los bolsillos m ientra

s le

die cis eis

veo esas p

ahos

iern as de

y lo s pe zon es la-

miendo el escote de su vestido, y sus

os

orejas pequefias como de perro chihuahuefio, y encuentro un billete de doscientos pesos que le mue stro pas

I

and ose lo por

entre la s piernas y

dandole una debil mordida en el hom bro . “ Es todo

lo que te n g o ” , le

digo, pero ella, tierna, me dice: “Es tod o lo que v a lg o ” , y nos

va m os

a un hotel

llamado Fabiola donde nunca hay agua caliente, ni musica estereofonica, ni alfombras, ni ropa ordena da, ni cajas d e Maizen a de fresa

ju nt ita s y

formaditas en la alacena, ni gritos de nihos estupidos, ni putas con el culo cicatrizado exigiendote a gritos el dinero para comprar pahales, pagar la luz, el agua y la renta del departamento.

c

16

am or

n o

b a su r a ,

F abi a/ a

a s

fc

s c d cc o lo r

c s a f c ip a d o y b r illa n t c c o m o c l d cu np iic r c o : CSC

lo m o

s o b r c

lo m oh a yin s c r it a s

d o sp a la b r a sc nb ia n c o q iicd ic c nLo ving E nc l le u mg a s t a d o ,

yt ir a d a sa l a z a r ,

q u ev ie n cd clac a llc ,

c l

p c c h oc o nc l

p is ou n lin o s u c ia sp o r

c s t a nla sm c d ia s ,

yu n a ca m isc t ac s c o c a d a ,

a z u l

you.

p a s t e l,

c l

p o lv o

p a n t a lc c a s , c s t a m p a d ac n

d ib u jod cu np c q u c h oc a n a r io .

L a

c a s ac sd cF a b io la ,

yl a sp a n t a lc t a syc l

t a p c t cy

t o d oloq u eh a yd e n t r od cc llat a m b ic nc sd c F a b io la .

“M c n o slag r a b a d o r aylac a z ar o ja ,

s o n d cM a r ic la . ”

e s a s

L im p iol a s u c lad cm isz a p a t o sc n

e l t a p c t ca f e lp a d o yv o ya s c n t a r m ca iinr in c o nd c la c a m a — e l

u n ic oo b jc t ov o lu m in o s oa p a r t ed cla

g r a b a d o r ayu n as illad cp la s t ic o — , “^ ^ s a t a m p o c o c sm ia , c sc l

p c r oy a n o c r c oq u cv c n g a np o r

d c p a r t a m c n t od cF a b io la ,

s o yd cc lla ,

m ed ic e ,

c lla . ”

E s t o

ya h o r a y ot a m b ic n

c o m os ug a t ad co jo sh e -

p a t ic o s ym u s c u lo st c n s o s ,

yc o m os u sp ic r n a s

a c a n c la d a sys uI c n g u ad cs c r p ic n t cys u s . . . — V o ya p o n e ra L u s c io u sJ a c k s o n , , j t cg u s t a . ^ — M ec sig u a i — led ig o . — E n t o n c c sn o p o n g on a d a . — E s t ab ic n . — ijE s t a s ag u s t oc o n m ig o ?— m ep r c g u n t a h u r g a n d oe n la e x p r c s io nd cm iso jo s , m o v im ic n t o sf a c ile s ,

m ie n t r a sc o n

s cd c s p o jad cs ub lu s ays u s

p a n t a lo n cs . — S i, c s t o ya g u s t oc nc u a lq u ie r la d o , p c r o c o n t ig oc s t o ym c jo r . F a b io lac s t au np o c op c r d id a ,

a 18

v c c e s llo r ac o m ou n an in ayav c c c s

r ic c in ic a m c n t c c o m os i loh av is t ot o d o . d cc u m p lir

f u c r au n av ie jaq u cy a

D ic eq u cq u ic r c m o r ir s ca n t e s

o ls2 0 ,

“n ov o ya s o p o r t a r lo ”.

c o n s u c lo ,

m eg u s t ac o n s o la r la ,

Y ol a p a -

9 s a n d o lc

u nb r a z oa ir e d c d o r

h o m b r o s led ig o : p o r p o r

a l c d a d , m a t a r

c io s a ,

“N ot cp r c o c u p c s

lojo d id oc sc s t a r

u np o c oe l

d cs u s

v iv o .”

L od ig o

s ile n c iop c r oc lla ,

m a li-

m ec la v as u so jo st a nn c g r o sc o m oc l

a c c it cd e l

m a r .

— E r c su np c s im is t a , u nm ic r d a . S ic m p r ct c c s t a sq u cj a n d o . — N oc sc ic r t o , F a b io la .Y o n u n c am eq u e jo . — P c r od ic e sc o s a sa m a r g a s ,^ * n o v c sq u cy ot c am o. ^ — jY c s o q u c ? — S i a m a sa a lg u ic nn oI cp u c d c sd c c ir t a n t a m ic r d a ;

c sc o m os i

b a s u r a ,

p o r q u c

d ijc r a s :

t ua m o r

n oim p o r t a ,

d ct o d a sm a n c r a slav id as ig u c

s ic n d oig u a l. — T u a m o r n oc s b a s u r a , F a b io la . — ^ ’M cq u ic r c s ? — N om eh a g a sp r c g u n t a s

c s

p cn d cj a s, n ot cn cm o sla m is m ac d a d . — P e r os i a c a b a sd cd c c ir q u c lac d a dn o im p o r t a . A s i s o n l a sc o n v c r s a c io n e sc o nF a b io la ,n i m a s n i

m e n o s ;

s ic m p r c lle g a na u np u n t oe nc l

t o d ov u c lv ea r c p c t ir s e . s ula d o ,

q u c

P c r om e c n c u c n t r ob ic na

I c jo sd c lo st it u la r c s d cp c -

ri o d ic o syd clo sin t c lig c n t c s ,

I c jo sd c

lo sp c r r o sb ra v o sq u ct cla d r a nc nl a s a z o t c a s ,

c c r c ad cP a b io laq u ca h o r a la n z a

s u sp a n t a le t a sa l s i

f u e r ay oe l

c a r r u s c l,

p is oym em o n t ac o m o c a b a llo m a sv ic jo d e l

c o nc u id a d o ,

yt a m b ic nc o n

am or . — ^ 'T cs ig u cp a r c c ie n d o jo d id al a v id a ?, j E h ? — N o , y an o— I cd ig o — . I c n g o lo sp a n c a lo n c sc o r r id o s a la r g a r

h a s t a la r o d illa p c r o lo g r o

m i m a n oyt o m a r

c l

f r a s c o po d pc per s

a lo ja d oc nu n ad cs u sb o ls a st r a s c r a s . r ic .

F a b io las c

L oh a c cs ic m p r c q u cc s t am u yc x c it a d a ,

r icys ur c s p ir a c io nc o m ic n z aa t c m b la r , u np c zf u c r ad e l

a g u a ,

p c z ap u n t od cm o r ir .

p a r c c c

u nh c r m o s o

L c

a c c r c oc l 2 0

f ra s q u it o alan a ri z yloa s p ira p ro -

s c

f n n d a m c n t c ; v c z ,

yy o ,

y oh a g olom is m o ,

ya s i

v a r ia sv e c e s .

— jN o s v a m o s am o r ir , p u t a !

ylu c g oc llao t r a

c a b r o n ,

jN o sm o r im o s !

h ijo d c

— g r it aF a b io la ,

m i c o r a z o nt a m b ic ng r it a ; m a sC L ia n d os c n t im o sc l

q u c r e m o s

liq u id oc v a -

p o r a r s c

e n la r c c a m a r a v a c ia d c n u c s t r o

c e r c b r o ,

c u a n d oc a s i

e ne l

in c c n d ia yn u e s t r a sp u p ila s p la n d o r

d c iir io u nt u n e l s o lo v c nc l

s c

r c s -

d cu n alu zn c g r a .

— jM cm u c r o , m a ld it o , h ijo d cp u t a ! jT c q u ic r o !

jl'eq u ic r o !

— jM u c r c t cp e r r a !— I cg r it oa n t e sd cv c n ir m e yt ir a r

l aI c c h ec ns uc u e r p oin c r t c ,

c n c im ad cc lla , b c r n a b lc ,

a n t e sd cc a c r

c o nm i c u c r p ov ic jo c in g o -

a n t e sd cd a r m cc u c n t aq u ch a np a s a d o

m u c h a sh o r a syc s t a m o sd c s p c r t a n d o , n o c h cyF a b io lam ed ic e : — ( l E s t a sb ic n ? — S i . — ijQ u ic r c s q u c p o n g a a L u sci o u sJ a c k s o n ? — M ee sig u a l. — M a ld it as e a ,p u c sn o p o n g o

yc sm e d ia

n a d as i

n oq u ie r c s .

— H a zloq u cq u ie r a s . — ^ * Y a t cq u ic r c si r ? — N o ,^ * t u q u ic r c sq u cm ev a y a ? — N o ,q u e d a t co t r or a t o .^ M cq u ie r c s ?

)

’ m

o

r\

\

cualquier cosa capaz de bro tar de la

po dr i-

da garg anla de m i Pa  nasonic, algo que ma te el mu rm ull o pa tib ularlo de mis vecinos: ruido, solamente ruido. No importa si es buena o mala musica, solo debe sonar fuerte y jamas llegar al co razo n . Y a e sta , sin to n izo e l m art ill ean te gem id o de una mujer,

nadi e es capaz

de co germe

co mo

im agin o que me

pueden coge

le tra d e u n m odo v elado

r, sugie

re la

, dic e calor, pasion,

esp eran za, di ce te qu ier o, su garganta s

e afin a, s u

corazdn resuella, dice nuestro amor en lugar de no qu ier o s e men sino

tu s gotitas d

e le ch e. Dio s,

^como pueden ser tan sucios? Pero la gente es asi, dicen otra,

una

co sa cu ando q

no

en cu en tr an

adecuadas justo po

uieren la s

decir

palabras

rqu e la s tiencn

fren-

te a sus narices; y a pesar de todo, todo esta tan bi en, me siento c lunar, co

mo

ga nte sca

om o una roca

el un ic o sim io de l a gi-

jaula:

bo carrib

a, d escaiz

beb iend o wh isk y y a gua de mand o ciga rros de magn ifi cos

co caina, p

m oh ada y Vida !"

gritar:

fruta s, fu-

ro vo can do m e es o s

e ste rtore s, e se e ntusi asmo

efi m ero c uya fu erza

o,

repent

me ob lig a a mo rder

in o y la al -

" iCar ajo , m ald it a s ea, e sto es la

Y cu and o tod o acabe

— es decir, cuand

acabe e l efec to — , tom are un baho, me pon so do ran te y tal co dent ro de lo s z apatos,

o

dr e dey saldre

a la calle a respirar un poco de mierda y a comprobar si las hijas de mis vecinas h an creci do

lo su fic iente como

2 4

para invitarlas a lomar un vaso de Limolin y ver de paso un video de Sonic Youth o un documental qu e n os alert e sobre la

ex li n c io n de la s tortu gas

marinas.

25

E sl oy

m or d iend

cu and o suena la com o s i quien in fu n d ir a

estuvie

su llam

ra

ado

o

l a alm oh ada

puert a, grave go lpeand

u n halo

y sol ida,

ola

de

quisiera

auto rid ad.

Normalmente nunca abro la puerta a nadie, sea la hora que sea, tenga el dinero o el puesto o la fama o las piernas que tenga; pienso de quien llama que est a equ iv oc ado

y pro nto — si co nt in ua s u bu s-

q u c d a— enco nt rara

la puerta

adecu ada; pero

est a

vez es diferente porque tengo deseos y planes para salir a

la cal le;

es do m in go y mis vecin

ali m ent and o y cu id ando es o me

a sus pre ciosas hija

in co rpo ro avanzand

d o n d e lo s gol pes no

o con lentit

ce sa n de pro

tupido eco en las paredes: es una mujer, di ana estatura, cla ros,

pelo

tez casta

seha en particular,

dis crete m

eciend

os siguen

bl anc a, ojos no, ning

un a

y un crucifijo os e e ntre s us

senos avaros y curvilineos. La in-

ud

vo car

s; por ha cia un e sde me-

v it o a pasa r, a resg uar dar se de lo s osc ur os y enfer m izo s rayos de Li m ol in

l s ol, a

m ienlras me

to m arse un

dic e que

vaso

de

lo s sace rdotes

mienten porque Dios esta en nuestra piel y en nuestras i^grimas, en nuestros dolores m^s intimos, alu m br and o con s u fulgor in

fi ni to la soleda d; y yo

le pr egun to s i e l Li m ol fn azucar o

prefi

lo lo m a con

ere miel;

pr efiere miel

au n q u e el Seno r no sol

o e sta e n la s

cosas dulces sino principalmente en las a mar gas,

acidas, pur

dig o esloy de a fuma;

vi era a

ta;

le

cu erd o y le pr egun to s i

pero ella s

call ada, po

ul enlas, apun

e ha qu edad o qu ieta,

rqu e de pro nto , com o s i vol-

la vi da despues de

un largo y pro

fu nd o

sueno, se ha percatado de que esta sentada en el h or de de

m i cam a ( el un ic o lugar

ca sa, a parte de l suelo, d

on de uno

den tr o de

pu ede e sta r c6-

mo do ), y yo e stoy ve sti do tan solo con •vamarilla y Rimbros, y u

mi s

c alzo

na jarra

n c illo

mi

mi camisa

s blancos

de liq ui do co lo r verde

mar ca jade

en mis manos. Muc has gra

cia s por

di ce, pero debo seguir

recib

irm e,

mi c ami no , y yo

2 6

le co nt esto q ue no s e deb e march man ecer a

ar, sino

mi lado, p or qu e me siento solo,

pe rso y u n

adicto y ella es la senal que esperaba desde hacia mu ch os a nos para

red im i rm e. La be so :

sus labio s s abe n a L i m o l in , y su s pi ernas a som an b ajo s u fald a d e alg od on , y su cuello tiene la sa! de un leve sudor. Entonces, par a ganar television

li em p o , me ? Le

supue sto, y

di ce:

^ Podrfamos ve

respondo que natu

ralm ent e, po r

enci end o c ualq ui er ca nal, aument

v o lu m en , y m ientras ella mira

r la

u n western

o el le

muerdo las piernas, la nuca, le paso la verga entre los senos y se la unto al ombligo; ella me pregunta si hay ma s L im ol fn , le dig o qu e solo tengo Aid

de n ar an ja, d ic e no

Im p o r t a;

ex ci tad o y me hi nc o f rente a

p er o

Kool y o es t o y

ella que no me

ve

po rq ue e sta tr alan do de segu ir e l argu ment o de lo s vaqu eros , y me mastur

bo ha sta que m i lec he ca e

a sus pie s e n e l mi sm o i ns tant e qu e relu m ban bal azos, de Sm ith

un o de escop eta y & We sso n,

pi nc hes vaqu

eros

otro

po rq ue lo s

se e sta n ma-

tando y se insultan, y desangran, y

uno

m on ta

e n

un

cab all o

do s

car gan do

una

cab algand

o ligero,

espe sa

bols a rep leta d e dol ares y

de arbustos

orgul loso, hacia do rado s,

se aleja

una mo ntaha

piedr as lisa s, una

montana en cuya cima comienza a ocultarse el sol.

28

c>aar)udos

s c >i >7b x b )

mas de diez anos p ^ e r a un d oc to r, recuerdo se trataba de un hombre viejo, bueno y comprensivo; fui porque en aquel entonces la consulta era gratuita durante las mananas y yo tenia un animal metido en el estomago. “El problema es exactamente el contrario — dij o el d o c t o r — ; ust ed no tie ne casi nu nca nada en el estomago.” No quise anadir nada mas ni tarn-

poco pedir consejo, solo tom6 un par de pastillas mentoladas de una pecera Mena de dulces y volvi a ml casa. Ahora el estomago vuelve a dolerme y estoy seguro que hay una enorme bestia alli dentro, mordisqueando los intestines y cagandose en el pancreas. Pero no voy a ir al doctor, es muy caro y no conozco a nadie; ademas, como voy a ir a un doctor a estas alturas. Pienso en todo eso, tirade en mi cama, esperando la primera seha! del dia: e! timbre del telefono, un cobrador, o un vecino que venga a joder la puerta. No he escrito nada desde hace varias semanas pues no le encuentro sentido a hacerlo si no es estrictamente necesario; si alguien me dice “andale, cabron, te doy cien pe sos por

una cua rtilla” , enton ces me levanto

y es

cribe cualquier cosa, pensando en la marca del vino, en el tipo de droga, en el telefono que voy a marcar; pero estoy retirado y nadie da un quinto -vpor lo que escribo. Pienso en ello justo cuando llega la primera sehal: es el telefono y una voz que me pregunta “^estoy hablando con Guillermo Fadanelli?” No lo reconozco, no s6 qui6n es, tal vez un amigo de la infancia. “Si, 3 0

soy yo”, le digo. Se hace un breve si-

lencio, oportunidad que ambos aprovechamos para divagar; en mi cabeza sobrevuela una parvada de cuervos flacos y desnudos, y en la suya: “Usted no 31

me conoce, pero yo si. He leido sus articulos y quisiera invitarlo a un encuentro...” “No me interesa —lo Interrum-

po— , no quiero

enc ontr arm e con nadie; s

i quiere

venga a mi casa a tomarse algo y desahoguese, pero no me invite a ningun lado.” Cuando cuelgo el aparato, se que el dia ha comenzado; la bestia lo sabe tambien y muerde algo alli dentro. jHija de puta! Abro el refrigerador, su puerta blanca cruje dejando caer un monton de huesos; no hay nada para beber ni masticar, solo una voluminosa capa de hielo obstruyendo el congelador. No me desanimo, porque se me ha ocurrido una idea: una mujer camina sola, es media noche y debe escoger entre cruzar el parque por la mitad o rodearlo y llegar diez minutos mas tarde a su casa. Tras un arbusto, un hombre aguarda su decision, tien e b otas

de m ilita r y.. . l o

demas saldra apenas escriba un par de lineas. Busco una hoja debajo de la cama, meto la mano

con asco, como si la hundiera en el agua del excusado. Entonces tocan a la puerta. Es Alejandra y viene acompanada de una j o v e n c i t a . “ Te p r e s e n t o a — d i c e un n o m b r e de mujer que n o l ogro

rec ord er— ; que riam os ver s i

nos dejabas fumar, ya sabes.” “Claro, pasen.” No tienen mas de veinte anos y son estudiantes de literatura. Se sientan sobre mi

cama

y

fuman

un

cigarro

de

marihuana mal hecho y abundante. — Mi m a e s t r o d i ce q ue tu no ha c e s literatura —suelta de pronto Alejandra. — ^No? — finjo asombrarme. — No. Te e s t u v i m o s d e f e n d i e n d o , ^verdad? Ella tambien te lee. — M u ch as gr aci as. — Quedamo s de llevar al go tuyo para leer mahana en clase. Dice ei maestro que te va a destrozar. — Cara y, e s p e r o c o n o c e r l o pr o n t o . ‘

Cu an do term inan

de fumar,

A leja nd ra se

levanta y va hacia la puerta. La otra sigue sus movimientos con la mirada y luego se da cuenta que ha llegado el momento de partir. “Oye, muchas gracias, mahana

3 2

nos ia va a pagar ese cabron”, dice. Sonrio porque mi personaje finalmente ha decidido atravesar el parque, si, el camino mas facif, a simple vista. Y 33

el tel6fono otra vez. — ^Guillermo? —Si .

Soy yo.

— Te l l a mo a e s t a h or a p o r q u e d i c e n q ue te levantas hasta despu^s de la una. — G r ac i a s p o r l lamar. — Mi ra, el punt o es este: m a h an a me voy a vivir a Estados Unidos; pero no deseaba irme sin decirte que algun dia te admire, te lo digo de veras. — ( i Quien er es? — p re gu n t o so lo con el fin de interrumpir el halago. — E so no i m p o r t a . Te a d m i r a b a de v e r d a d , compr6 tus libros, todo, pero ahora ya no, ^.sabes por que?, ^te interesa saberlo? — Si no es muy l a rgo . — Por que tu crees que las mujeres somo s unas pendejas. En el fondo, por mas que trates de hacerte el listo, cre es que solo servimos para tener hijos. No eres quien yo pensaba. — O y e — d ij e, p o r q u e la es-

cuc hab a muy af ligi da — ; eso es lo que

pensa ba

hace un mes, pero ya no. He cambiado de opinion. — Eres un m a l d i t o p e n d e j o y yo u na e s t u p i d a por leer tus libros —dijo y colgo, justo cuando mis dedos tocaron el fajo de hojas blancas jalando hacia afuera. Quiero un cuento breve, sin laberintos ni encrucijadas, ligeramente curveado como el sender© que corta al parque por la mitad. ^Que caso tiene invertir tiempo en un cuento?, nadie va a pagar lo suficiente, tal vez manana te daran un premio y un profesor de literatura dira que lo mejor de tus cronicas eran los comienzos: “Nunca supo term inar sus

cu ent os” , sente nciara,

y ni Aiejandra

ni su amiga estaran allf para defenderme, 6que caso tiene entonces? Todo se ira al carajo antes de que logre aprender como terminar un cuento. Y en lugar de sentarme a escribir, salgo a la calle para volver minutos despues cargando una bolsa con pan y dos latas de atun. Atras de mi viene ^A rm a n d o. “Que bueno que

te vi” , dice . “Si, qu e

bu en o” , digo yo tambien. — T ra i g o un d e m o q ue te v a a gustar, ^lo puedo poner? — Si .

3 4

— El g r u p o se l l a m a S o n i d o C o n t i n e n t a l ; sus mejores rolas son Mambo Malvavisco y Chevy Nova, ^eh? ^Que tal? — E xcel ent e. 3 5

Cuando el caset concluye, Arman do se mueve en direccion a mi cocina; all! solo encuentra un par de latas de atun y una bolsa de pan. Se prepara un sandwich y vuelve a la recamara. Estoy tratando de comenzar el cuento . “ ^Qu e t e parecio e l grupo? — preg un ta— , bi en , ^verdad? Yo sabfa que iba a gustarte, es como musica de supermercado, ^no?” Cuando Armando se marcha solo me queda una lata de atun y el sentimiento de otro dia perdido. La bestia sin co mer; yo, sin escribir nada; pero me vale madres. La tarde viene cargada de una Iluvia tranquila, los vecinos hablan en voz alta y yo no se como va a reaccionar la mujer cuando se encuentre de frente co n aq uel hom bre. Y a r n ! qu6 m e imp orta , susurro en el momento de levantar otra vez la bocina. — Q u i e ro h a b l a r con G u i l l e r mo . — El h abl a.

— ^ C o m o e s t a s , M e m o ? E s to y h a c i e n d o u n a encu esta entre escritores y quier

o sa ber si habl as

francos. — No, s o l o e s p a n o l . —

s i qui er a i n g l e s t e c n i c o ?

— No, n ada. — ^ C u a l fu e el p r im e r i i b r o

que

leiste en tu vida? — No s6, a lg u n i n s t r u c ti v o . — Es to d o, M em o, te lo a g r a d e z c o . — H a s t a l u eg o. Dejo la bocina descolgada y vuelvo a la cama. Quiero seguir durmiendo, doce boras mas, todas las que sean necesarias. La beslia se morira de hambre y la lluvia terminara meti^ndose a mi recamara de alguna manera. Me envuelvo en una cobija y le paso lista a las palabras que puedo decir en trances; le voitiure, le soleil, la maison.

la rue,

No s6 si la pronun-

ciacion es correcta, pero no importa, porque estoy cayendo de cabeza en el sueno,

la rue, la maison.

le chian... 3 6

X'oSTT^'a

\ 2i

Se- ASs

erp

/e nf e

'd ct r c sd f a sd c e l

s o !

M a d r B dp o r V ia ,

e n t r oa

laG r a n

d u r o lh a s c a la s

s c isd cla t g rd cylu c g o

d e -

ja n d oiinr a s t r o d cm i n i f a ld a s ,

c a b e ile r a s

s u c lt a syc lit o r isr c la ja d o s . S a lir al a c a llcr c s u lt a b a u nh u m illa n t ep c lig r o : m u jc r c sp a s e a n d oc l p ie r n a s ,

laim a g c nd ct o d a sc s a s

c u loe nla c im ad cs u sb c lla s

m ec x c it a b at a n t oq u cd c b iab u s c a r

u n

b a n ooc u a lq u ic r b a r m c , ca m in o .

o t r olu g a r

yc o n t in u a r

a n o n im op a r am a s t u r -

d c s p u c st r a n q u ila m cn t c

C u a n d o e r a n in o ,

r ccu cr d o ,

t u m b r a b allc v a r m cc o ne llaa h a c c r ! am a n a n a .

m i

m i m a d r ca c o s -

la sc o m p r a sd c

U s a b af a ld a sc o r t a syz a p a t o sd ct a c o n

— t o d a v iah o ye s c u c h ol a sa g u j a sd cs u sz a p a t o s a z o t a n d os inp ic d a dla a c c r a — , ys o lia llc v a r m cd c lam a n op o r q u cy ad c s d cc n t o n c c se r au nc a b r o n c it oyn od e s p r c c ia b al ao p o r t u n id a dp a r az a f a r m c yc o r r c r I c jo sd ce lia .

R c c u c r d oq u clo sh o m b r c sl a

m ir a b a nyI cd c c f a nc o s a sc o m o“^ 'a d o n d cv a s ,

p u -

t it a ? ”, o “ d c ja m c h a c c r t c o t r o h ijo ”. E n c r e s p a d o , c o m o u np e q u c n oc ic lo n ,

a r r e m c t iac o n t r ac llo sa p a t a d a s ,

m o r d id a scin s u lt o sin o f c n s iv o s ,

h a s t a q u oe x h a u s t o ,

c o nla g r im a sd cr a b iae nlo so j o s , “ C u a n d o s e a g r a n d e t cv o ya p a r t ir

l o ss c n t c n c ia b a : lo sh u e v o s . ”

A h o r aq u cm eh em a s t u r b a d oc nu n as o lit a r ia c a b in at e lc f o n ic a ,

im a g in a n d o m cl a sp ie r n a syc l

y c u lod ca q u c llar u b iaq u cc nc o m p a n iad cs uh ijo s a liad e l

C o r t cI n g le s ,

^ • q u cp c n s a r ia s i

m eh ad a d op c n ap o r

e l,

s u p ic r aq u cu nh o m b r cd ca s p e c t o

t a na n o d in oc o m oc l

m f os cm e t ea u n a

c a b in a t e lc f o n ic a ys cm a s t u r b ap c n s a n 38

d o c n s u m a d r c ? P c r on o t o d o slo sn in e s

s o nt a n a c o m p lc ja d o sc o m o loe r a y o e n la in f a n c ia ; q u iz a sc s t c ,

u nn in om o d e r n o ,

p o d r iav o lv e r s em i

a m ig ocin c lu s oa y u d a r m ca c o n s c g u ir , d cs um a d r c ,

39

d e l

la sp a n t a lc t a s ,

a r m a r io

la sm e d ia s

o c u a lq u ie r o t r a p r c n d a q u ca y u d ca f o r t a lc c e r

m isf a n t a s ia s .

G a s t oe l

p c n s a n d oc nlap o s ib ilid a dd ct a l

t ic m p o

a m is t a d ,

lo s

t ic m p o sb a n c a m b ia d o ,

lo sn in e ss o n c o m oa d u lt o s ,

m u r m u r o .

A n d r a d em et o c alac s p a ld a ,

D cp r o n t o ,

A n d r a d e ,u n v ic joa m ig o m io ,v c s t id oc o m oc s t r u c t u r a lis t af r a n c o s : b a r d in a ,

p a n t a lo n c sg r is c s ,

b u f a n d a in g lc s a ,

yc l

m o c a s in c s ,

g a -

g c s t op r o p iod e l q u c

h ad e s c u b ic r t o lo sm e c a n is m o ss c c r c t o sd cl a c u lt u r ayn oe s t ad is p u c s t oa p r o f u n d iz a r c llo s .

L am u jc r

m a sc n

q u cs ce n c u e n t r aa s ula d oyc u y o

a s p c c t om es u g ie r ca u n alim o s n c r ac a s u a l

q u eh a

s c g u id oa A n d r a d ep a r as a c a r lca lg u n a sp e s e t a s , r c s u lt as e r

u n aa m ig as u y alla m a d aC o n c e p c io n

l^a Ji m e n e z, C o n ch a jim cn a :

m a n o ,

Concha

.

d o sb e s o sa la u s a n z a e u r o

p e a yu n af r a s ea m a b le : J im e n e z ,

“ C o n c h a

t ud e b c st cn e r

m a sd e

6 0 a no s , ^ * n o . ^ ” D e s p u c sd ea q u e l

e st u p id o

s E t r e c h os u

c o m ie n z on o sv a m o slo st r c sa n d a n d op o r B e r n a r d o ,

c n s ilc n c io ;

S a n

m isp a la b r a sh a nb o r r a d os u

s o n r is ayy ot a m b ic nm es ic n t ou np o c om a s d e s g r a c ia d o ;

se g u r a m e n t e v a m o slo st r cs p c n sa n d o

c nn u c s t r a sc d a d c s ,

y oe nm isv c in t it a n t o s ,

A n

d r a d ec ns u st r c in t ayt a n t o syC o n c h ae ns u s s c s c n t aya lg o .

E n t r a m o sau nb a r

n o m b r cE l G a t oN e g r o ; 1 1 : 3 7 ,

c l

r e lo j

d c

m a r c a la s

la sc c r v c z a sc u c s t a n3 5 0 p e s e t a sy

c nl o sm o n it o r e sv ic jo sq u cc u c lg a nd e l a p a r e d ,

d c s f ila n ,

m a ld it au r t ic a r ia ,

r o s t . r o sd cm u s ic o sa d o lc s c c n t c s m u e s t r a nla I c n g u aa la c a m a r a .

l o s

q u c

N o ss e n -

t a m o sl o st r c sju n t oa l a b a r r ayp c d im o s t r c sc c r v c z a s ,

s o lot r c s .

L ad c c o r a c io nd e l

p is on e g r o ,

c l

lu g a r

t c c h on e g r o ,

n o

c s t at a nm a l ,

c l

s illa sn c g r a s ,

p a r c d c sh c c h a sd ca la m b r cq u cn o s

h a c e ns c n t ir n o sc o m oa n im a lc sc nc a u t iv c r io . C o n c h an o sc u c n t aq u cc ns ut ic r r an a t a l,

L a

B ilb a o ,

t u v oa lg u n av e zm u c h oc x it om o n t a n d ou nc s p c c t a c u lod o n d cb a ila b ad c s n u d ac o nu n as c r p ic n t c c n r o s c a d ac nc l

c u c llo .

E l

c s p c c t a c u lo

e r aco n o ci d oc o m o“L aC o n c h aJ im e n a 4 0

ys u S c x is c r p ie n t c ”.

A n d r a d e ,

q u ic ns in

l a s

d u d ac o n o c cy ala h is t o r ia ,

s e q u it ad ce n m e d ioy

v aa s u g e r ir lcu nc a m b iod ca c m o s f c r aa l d is c o s .

“ M e in t r o d u c f au n a p u n t a d e la s c r p ic n t ce n e l c o n oyl ao t r ae nl ab o c a . m ee n r o lla b ac nc l b a ila b a ;

c u c r p o ,

d cm c t c r s ca lg oc ne l c o n o . ”

t a c io n ; f in a l.

“ N o ,

c o s ac o nt a l

P c r oc lla ,

G u ille r m o :

a r t e ,

c n t u s ia s p c lig r o ,

e x c i-

n os e a st a ns im p leo d c ja r ed cc o n t a r t cc l E l a c t o c u lm in a b a c u a n d om e c o r r f a yu n t a b a ,

c o nm isp r o p io sH q u id o s , s ii

m ic n t r a sy o

“ ( ^a r a jo — b r o m co — ,

la sm u jc r c ss o nc a p a c e sd cc u a lq u ie r

m e d ic e :

Z u lm as c

e s t o ys c g u r ad cq u cZ u lm as c

p o n iat a nc a ch o n d a c o m oyo . ”

m a d a ,

p in c h a

c u c r p o ,

c l

c u e r p od cZ u lm a ,

d clac a b c z aa lac o la .

t o d o

S i v ie r a sc o m o

b r illa b a . ” M icn t r a sC o n ch a y y o co n vc r sa b a m o s, A n d r a d e h a b f alo g r a d oc o la r s c ,

v a lic n d o s cd ce s cf n 'or a z o -

n a m ic n t of a t a lis t a t a np r o p io d cc l, p in ch ad is c o s . c nd e f e n d e r , c is m od e l

c n l a c a b in a d e l

C o nsc g u r id a ds e h a lla b ae m p e n a d o c o n t r ac l

c s c e p t i-

t ip om a lc n c a r a d o ,

u lt im od is c od eN c u b a u t c n :

e l

e r a

u nin t c lc c t u a l. P cr o ,

C o n ch a , n o v a sa p c

d ir m eq u ct cc r c a ;

p a r a m o ja r

u n a s e r p ie n t ec n t c r a

n e c e s it a sa lg o m a sq u cu n as im p lev c n id a . — T un u n c a h a sc s t a d o c o n u n a v c r d a d c r am u je r ,^ 'v c r d a d ? — ^ P c r o c o d a s l a sn o c h c s ?jQ u cb r u t a ,C o n c h a ! P c r d o n a m c ,

p e r on o t cp u c d oc r c c r .

— L av e r d a dc sq u cm eo r i n a b a ; p c r ob u c n o , l ag c n t c ,

m i p u b lic o ,

p c n s a b aq u cm ec s t a b a

c o r r ic n d o ,

ys i

c o r r ic n d o ,

^ ’e n t ic n d c s ?L o sa r t is t a ss o m o slo q u cc l

c llo sl oc r c f a n ,

c sq u cm ec s t a b a

p u b lic oq u icr cq u cs c a m o s . C u a n d oM in ist r i d c t o n oe l

b a r ,

p in c h a d is c o s .

s a c u d ioc l

c c m e n t c r io y

s u p cq u cA n d r a d eh a b f av c n c id oa l

A s u r c g r c s o l a v ic t o r ia f u e c c lc b r a d a

c o nt r c sd o b lc sd cv o d k a . L o sa s id u o sd e l q u cc nc l

T cm p lod e l

v e s t ib u lod e l b a r ,

d e s c a n s a u n a h c r m o s ab o a ,

G a t o N e g r os a b e n

d c n t r od cu n a v ic r in a ,

u n a p it o nq u cd cs a f ia n -

d o la sI c y c sd cla n a t u r a lc z a c a m b ia d cp ic l s cI ca n t o ja .

P a r aC o n c h a ,

a q u c l

lu g a r

c u a n d o e r a u n ac s -

A

p e c icd cs a l o nd e l

r c c u c r d o :

c a d av c zq u cib aa l

b a h op e r m a n c c iala r g o sm in u t o sju n t oa l a v it r in a ,

m ir a n d oa l a s c r p ic n t c ,

c s p c 4 2

t a n d o lcp a la b r a sd ca m o r :

“Z u lm a ,

m i

c u loc s t a m u ys o los inti”, b e s a n d ol o sc r is t a le sd c lav itr in aym a n c h a n d o lo sd cu nro jot r is t c in t e n s e .

A la sc u a t r od clam a n a n a , h a ila b ac a s i

43

v a c f o ;

c l

c

T c m p los c

s o loq u c d a b au n a

p a r c jab e s a n d o s cb a jol alu zd cu n a la m p a r a , g a n d o b illa r ; c nc l

yu np a r

la m u s ic a s c h a b ia v u c lt os u a v e , c o m o

in t e r io r

d cu ne lc v a d o r .

in t c n t a b ac o n v c n c c r a p a r c c ioL a d ia n t c ,

d cc u a r e n c o n e sju -

Con ch a

D cp r o n t o ,

a A n d r a d ed cp a g a r

n c c l

la c u c n t a ,

c e n t r ed clap is t a ,

c o m oc ns u sm c jo r c st ic m p o s ,

d cv o lv c r t a c u lo , c l

ra -

d e s n u d ay

c o nu n ac n o r m cp it o ne n r o lla d ac nc l C o n c h aJ im e n e z ,

m ic n t r a s

c u e r p o .

c ns ua f a nd cim p r c s io n a r n o s ,

o

a s e n t ir l aa d r c n a lin ad cs u v ie joc s p c c -

n o c a lc u loc l

p e s o d cs u sa n o s ;

s uco m p a n c r a ,

p e s o d cla b o a ym u c h o m c n o s p r o b a b lc m c n t cla v ic jaZ u lm a ,

d cb iod ch a b e r

s id om u c h om a s

p e q u c n ap u c sc s t a v c zc a y o d cr o d illa sv c n c id ap o r c l

p e s od e l

a n im a l,

ya n t e sd cq u cc l

T c m p loo lo sju g a d o r e sd cb illa r p u d ic r a nc o r r c r

c ns ua y u d a ,

la

b o al ah a b iac s t r a n g u la d od cu n lig c r oyd e f in it iv ea p r e t o n . d r a d e ,

“ A n

t eh a sq u e d a d os ina b u c -

d u c h od e l

la ”,

d ijc ,

p o r

d clat r a g c d ia , a b ic r t a ,

d c c ir

a lg o ,

p o r

n op o n e r m ed e l

p c r oA n d r a d ee s t a b aliv id o ,

m ir a n d oc l

la d o

la b o c a

u lt im oc s p c c t a c jilod eC o n c h a

J im en ez. S a lim o sd e l

b a r lu c g od cs o p o r t a r

t o d ala p a r a -

f c r n a liaq u cp r o c c d ca la m u c r t ed cu n s e r

u h m a n o .

S u b im o sh a s t alaG r a nV iad cn u c v op o r la c a llcd e S a nB e r n a r d o yn o sd c t u v im o s b a jou n r e lo j q u cm a r c a b a la s6 : 2 4 . L ed i jca A n d r a d e : “E s p c r on ollc g a rn u n c aa lo s6 0 . ”

E l,

s in m ir a r m e ,

n o sc n s u g a b a n a n t ig u o ,

a p u n t od ca v a n -

z a r c n d ir c c c io nc o n t r a r ia , c h a , h ijod cp u t a ,

m c t ic n d o la sm a -

m e d ijo :

“ C o n

e r a u n a g r a na r t is t a . ”

O a ( o T

rrs a j

e r

mi casa, como ITs los di as . Los mu ebles e n e l mi smo lugar, el olor de la cocina, la luz del

I fito ^ ,

cuantas veces

d^^^a ha bi a em pu ja d^ puerta para encontrarme co n e l m is mo escen ari o, ^mil? ^Cle Cuantas v

ece s me hab fa dej ado

abr azando mi portafolio hasta que s

u voz

s contra

n mil

ve ce s?

cae r e n e l s il l6n el pe cho, do

rm id o

me des per tab a y el o lo r de la

cocina, un aroma a esp^rragos cocidos, se volvia mas i nt enso . Cenabam

os e n s ilen ci o po rqu e a ella no l

c o m p lac ia h ablar co ap ren d id o de tr ozo

n la

boc a M e na , lo

e

habia

su madr e: no h abl ar s i tienes un

de co m id a e n la boca. — No

te preo

cu pes

por

mi,

no

le

dir§ a nadie que hablas con la boca Mena — le di je, au nq u e la iro

ni a no fue nun

ca

a la esc u ela,

re -

mi costumbre. — Yo no pu d e ir

cuerdalo; la Onica educacion que poseo es la que me dio mi madre. — Siempre

e st ^s

ta n cal lad a — le

repr oc he. No er a aquel e l uni co c ons ejo que habia her ed ado d e su madr e, tam b ien a m ast ic ar l en tam en te. c am e por e l es6fago e

idea s con respecto

Si va s a pasa r un tro zo de s m ejo r que vaya

muy

bien

masticado. ^

— No en b ald e Dios

muelas

nos di o lo s di entes

y la s

— dec ia ella, m i mujer.

— El esto mago

es cap az de di geri r

cualquier cosa, por dura que sea —^aha4 6

di, satisfec

ho de co nt ar con

un tema

de co nversaci dur ante

on y de tener la

pos ib ili dad de hablar

la cena . Un h om br e ne cesita hablar

con su

mujer, ^que importa acerca de que? 47

■ IH

Ante s de i r a la ca ma

re vise

la

correspondencia. ^Cuantas personas tend rian gu ntaba p

m i n om br e y m i dir eccio n? Me orq ue du rante

lo s ultimo

lo pre -

s me se s habia

estado llegando a casa una gran cantidad de anuncios comerciales dirigidos a mi persona. — Ha e stado

ll egand o t od a e sa basura

con tu

no mb re — dij o m i es posa , co mo si hu bi era logrado leer

en mi m ent e. S u cu erp o d elg ad o se der ret ia a l

cubrirse con el edredon y las sabanas. Parecia tan inofensiva. — No e stoy

de acuerd

o co nt ig o. Si ellos

envfan su publicidad, es porque me creen capaz de comprar sus productos. No se la enviarian a cualquier persona. — eQuienes son

e//o s? — me

pr egun to . Se ntfa el c uerp o duro y pesado como una piedra, deseaba descansar, entr

ar a la s cob ij as y

sentir el calor de mi mujer.

me

— No se qu ien es so n e/ /os, muy

bien qu — No

ien

pero

ello s

saben

so y y o — le res pondf.

lo saben.

Solo ere s un n o m b re

di rec ci on — di jo . Su puse que s u madre senad o a dec ir t am b ien

y una

le habfa e n-

ese tl p o de fra se s. Po r un

mo m ent o od ic a su ma dre. — S i , pero

detr as de

e se

di rec ci on hay una so la persona — Pue s entonc

n o m b re

y esa

: yo.

es ha y mucho

s co mo tu, clen-

tos, miles. Mis zapatos n

uevos p

arecian

se r ta n v iejos.

^Por que me pasaban eslas cosas? Todo se hacia ta n v ic jo apcn as lo palabra

to cab a yo.

du rante minut

os;

Estuvimos

yo sentado e

si n deci r n e l bo rde

de la cama, ella a mis espaldas. — ^E n verdad

piensas e

so? — le pr egun te.

— ^Qu^? ^ Pie nso qu 6? — Que hay

cie ntos,

— No, claro

que

no — dijo . Me intro

la s cob ijas , si n desvesti pero fue

mile s co mo yo .

rm e. No

im p o si b le no llorar. Ella

lagri mas se

acerc o a mi,

du je e n

me sentia triste

,

, si n not ar m is

me abr azo,

me dio su calor de mujer. 48

mas de ras para llegar a la pu ert a do nde un numero 9, oxidado, I I esta a punto de caer

I al suelo. Toco un timbr e y espe ro. Siento ^stoniago se abre y derrama un liquido amargoBobre las otras visceras. Voy a entregar dos gramos de cocaina a un hombre que nunca antes he visto en mi vida. Solo sS que su nombre es Arturo y que debe

entregarme 400 pesos; de ese dinero me corresponde el 15 por clento. MIentras espero veo que las golondrinas han fabricado un nido muy cerca del numero 9; un crio estira el cuello y abre el pico, una cavidad inmensa; estoy pensando meterle el dedo menique hasta la garganta cuando la puerta se abre y aparece un hombre descaizo; podria apostar a que tiene el cabello pintado. Me invita a pasar a donde lo espera otro hombre sentado en una silla antigua. Me sonrie y hace una seha invitandome a ocupar otra silla, esta no tan antigua. No se quien es Arturo, pero supongo que es el hombre descaizo; lo compruebo cuando me dice que antes de pagarme van a probar la coca; no desconfian pero creen que obrar de esa manera sera mejor para todos. Yo no tengo objecion, nadie me dio instrucciones para afirmar o negar. Solo debo cobrar 400 pesos de los cuales me correspondera el 15 por clento. El que no es Arturo descuelga un cuadro de ^

la pare d y sobr e el crist al for ma dos Ifneas blancas. En otra pared sobresale la cabeza de un venado muerto; me acerco y acaricio su piel: sus ojos se pa-

5 0

recen a los de Elizabeth Taylor. A un lado hay una placa dorada que dice: "Cazado en Canada por el Dr. Arturo Jimenez.” Imagine al venado

B

corriendo a lo largo de una colina cubierta de nieve. Escucho sus jadeos; se estan besando; el que no es Artu

ro esta sentado en las piernas del que si es: son maricones. Les pregunto si pueden pagarme, pero el que no es Arturo se arrodilla y te chupa alii al otro, enfrente de mf. Me volteo y quedo otra vez frente a frente con el venado, solo que ahora me resulta imposible imaginarmelo corriendo en la nieve. Despues de algunos minutos, Arturo me toca la espalda; es casi de mi tamaho y tiene arrugas en la frente: “400 pesos por la coca y 50 para ti, por soportarnos”, dice. Si las cuentas no me fallen, los 50 pesos mas el 15 por ciento, deberan ser un poco mas de 100. Si ahorro, algun dia podr6 ir a Canada a cazar un venado. Eso har6 cuando cumpla 18 ahos: me ire a Canada, comprar6 un rifle y cazar6 un venado.

I

i

5 2

T )^ O ' 7b T >

B

777 )

t >

p ^ ^ 7 S>

^ r a vc z quc me li pa d re , yo seis o cdad, bien:

te ni a

sic tc anos

de

l o rccu erdo muy una imagen quc

jamas olvidarc cn toda m i vida. L

a razon dc

la golp iza fue qu contu y o , le

bern io c o n miftcrm rob am os

dab a en la

cartcra

gruc so dc

billetc

ano , d os an os mcnor

tlB W H lH iidc

cien

peso s q ue

cu br ic nd o un fa jo mas o s dc a

peso ; lo

hicimos

c,

cn

quc g u a r>

meno s

micn tras

c l sc ban

ab a y mi madr

c I c pon la su ropa

cnc ima

dc

la cama: camisa Zaga, cartcra, citituron, zapacos ncgros

y su locion Old

nos sal

imos a

Spicc.

Co n cl b illc tc cn las

co mp ra r un a lata dc

rcsistol

ma-

a la t la -

p a l c r i a q u c c s c a b a j u n t o al c d i f i c i o d o n d e v i v i a m o s . firamos una

famil ia hu m il dc y c l barrio e

dc p obr cs.

El cnca

rccu crd o,

ra un barr io

rgad o dc l a tlapalcria, aun

sc llamaba P

edro y

un gii cy dc

ba ja cstatura,

llo s ncgros.

C u an d o c ! Maidi

lo

I c dccia n cl Maldito,

mano s agrietadas to vio

cl billc

y cabctc d c cicn

p e s o s , lo a r r e b a t o d c m i s m a n o s y n o s a c u s o c o n mi padre.

Rccucrdo

la c s c e n a c o m o

si f u e r a a y e r ,

mi

p a d r e t o m o cl c i n t u r o n y m e a z o t o c o m o n u n c a a n t e s lo hab fa h cc ho ; yo corrla buscando

cn

vano

po r toda la

un

lugar donde

aquellos gol

pcs . Cua ndo h ubo

busco

hcrmano,

a mi

dc ba jo

y con

lo s pan talo ncs hu

mo des

I c ascsto

dc

y

pic

cama y cncon

rccargada

con tcm pla ba como aq

cn

rcfugiarmc

dc

mucrto dc

micdo

i p adr e lev an to la tro

m cd os

dc cinturon

llo ran do y

terminado conmigo

cscondido,

dc l a cama; furioso, m

arm adu ra dc la

casa

al ma rica sollozando dc orin

azos m una

uel cabron go

cs. Dc todos

ientras mi madrc,

pared

,

lpeaba 54

a sus hijos como

si fuc ran

pcrros.

Sic mp rc qu c rcc ucrd o l a escena dc vomitar. T de pali

eng o otra s histo

zas sc

me jan tcs, zon , csa

5 5

rcconst

rias dc cint

pcro

aldita r

l a unica q

pcrfc

ctam cntc

gan as

uron azo s y

por alguna m

historia cs ruir

me dan

uc

a-

pu cd o

cn m i mcmo-

ri a dc sp uc s dc tantos anos. Ha pasado m uc ho

ticm po y ahora l

cribir rclat

os, a

a vida

me ha llevado

pub lica r dc vcz cn cua

a cs -

nd o cn

cl

pcriodico, y a cocinar una pasta mas o m cnos bucna pa ra , du ran te la televis

ion.

y he pcrd

No quiero

, co mer

l a esperan

za dc quc

uc

cscribi cu

an do era ma

he pcrd

ido

micn tras vco l

part icipa r cn ning

ido

nov clas q dad

nochc

un proycc

m i nom brc

una rcvisia, ahora

, l a vcrdad,

culo con

pios

mis pro

artfcul

to

sc pu bl iq ue n l a s s jovcn;

l a vc r-

c l intcrcs. Todavia hacc unos ano

me gu stab a vcr

a

s

cn un pcriodic podri

o o cn

a lim pia rm c c l

os. Y a no me s

ienta

bicn p o n c rm c a dar op in io n cs y m uy p ronto dejarc dc c scribir

pc nd cja da s ac erc a dc Gaudf, l

dc rn id ad y todas c

sas

sobrc novclas dc cscri no conozco p

tores quc

crs on alm cn tc,

ta l s i son u no s hijos dc to sc acabo. H

mam adas; o

pu ta?

^' quc Es-

e con oc id o a algu-

a posmo-

no s qu c escribcn Ictras

profcs

ionalmen

cn l a un ive rsid

fr cc uc ntc m cn tc ,

ad , o

tc, q uc cstudiaron

qu c pu blic

j ca ra jo ! De vc

qu c un cs cu pit ajo a

an

ras quc s

la s scis dc l

a mana na;

m uch o en comun

con c ll os , no

he pod

amigos y

qu c pasa me prc

cada dia

c l camino adecu

ticrro, no

qu cr ia ver

ticrr a cncima,

n i leer mi

dcsd

e m uy jovcn y

divcr

tirsc,

hu nd ir l o s

i r a su cn-

de ser viuda

sicmprc sup

no fuc una abu co como

o como

cla normal, yo

ell a, naci vi

fr ir , n i csforzar

s rclac os cn voz a

no es facil,

ido hacer

com o I c tiraban

tuvo l a sue rtc

ud o y no

mc dcm asia do,

lta , ni t om ar mc un cafe

con ta l o cua l p in ch c cscrit pasta

no tcngo

ado . H acc unos mcscs

bu cl a y no q ui se

me gusta su

on p eor

gu nt o si esco gi

mu rio mi a

soy un po

li bros

or. A pr cn dc r a haccr

n o c s n a d a m a s p o n e r el a g u a y

tall arines, sc

rcq uicrc

dc t icmp

o,

j car aj o! D i o s s a b c lo d i fi ci l q u c cs h a c c r u n a b u c n a pasta.

Si a d c m a s

levisio

n,

En

hay

buen

programa

no s c I c p u cd c pc di r nada

cso no soy como mi ab

gus taba

un

cstar sicm

fucra, vcr a sus amigas.

uc la,

pr c cn la

mas a

en

la t e 

l a vida.

a ella I c

cal lc, come r

56

^^\K

de(

In f ( e r n o

cribir, es una pendej a d a i gua l q u e o t r a s ; j a m ^ s p l e n s o q u e soy un artisla o que soy superior al que Iimpia la mierda en un baho; incluso, despues de conocer a algunos escritores, p l e n s o q u e es m e j o r l i m p i a r m i e r d a en un b a n o . Pero la escritura sirve para desahogarse, al menos en este caso, sirve para decirle a julieta que es una

mald ita perra y

tod o eso que no pu

de deci rle en

su cara. Tengo una lista de tipos de mujer con quienes no deseo tener ninguna clase de contacto; por ejem pio, no quiero saber nada de escritoras, ojaU !es den a todas por el culo, no conozco a una sola capaz de afectar mi sensibilidad; en fin, olvidemos esto, porque de quien deseo hablar en esta ocasion es de Julieta, para eso va a servirme la escritura, para hablar de la perra del infierno que conocf hace meses bailando en minifalda encima de una mesa, fingiendo orgasmos, poniendo cara de que se

venfa

sobre

la pe qu eh a multitud

que, extasiada, observaba su numerito. Recuerdo la musica, tocaban Motorcrash de los Sugar Cubes y julieta tenia

18 ahos, los calzones blancos y unas

medias satinadas y unos zapatos de plataforma y un top con la bandera de Somalia y unos labios morados y una cara de puta que podria reconocer hasta un poeta. A veces pienso que no he tenido suerte en la vida, y tal vez de haber sido acuario, tendria ya una relacidn estable con alguna mujer que habria de convertir mi vida en un nido de momentos inolvidables; pero al nacer escorpion, enmedio de este mu-

5 8

ladar de cemento y orines, no me quedo otro remedio que enamorarme de una perra que se excita b a i l a n d o s o b r e u n a me s a . 5 9

Cuando era nino deseaba ser Ul traman y aprender karate, despues qulse convertirme en Godzilla y aplastar

j a p o n e s e s c o n la p l a n t a d e los pi es: c a m b i a b a d e opinion a cada momento, despues creel y comence a masturbarme viendo un programa llamado Senorita Cometa; ^se fue ml primer simbolo sexual: una sirvienta japonesa en minifalda. Pero no me quejo, al menos tuve llusiones y una infancia nor mal, no como julieta, a quien desde los dlez anos — d i c e ella, la m e n t i r o s a — , un p r i me suyo le met i a en l a vagina

un ded o unta do con

mer mel ada de

fresa; yo creo que lo inventa para darse ese

look

de nina violada que gusta ahora tanto a las muj e r e s : p o n e n c a r a d e m o n j a m i e n t r a s te h a c e n las confesiones mas puercas; pero asi son, que se le va a hacer. Uno jamas debe enamorarse de una mujer, hacerlo serla algo tan estupido como escribi r p o e m a s , o c o l e c c i o n a r m o n e das, o discutir sobre pintura; las

mujeres estan ahf, como el Sida o las nubes, o los calendarios mayas; se les usa, se les chupa aqui o alia, se les saca dinero, pero no esta uno pensando en ellas, jcarajo! He aili el mejor consejo que se le p u e d e da r a c u a l q u i e r h o mb r c : j Dur o c o n las perras! Y si n e mba rg o, yo comet i el error de sallr mas de una vez de la mano de Julieta, de drogarnos juntos, de regalarle de mi coca, de lavarle los calzones; mas el tiempo esta en la sangre, y una noche, una maldila noche que recordar
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