Guía de Supervivencia
January 7, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Por Gerardo M S.
The Hunter
La presente fue creada para mis amigos. Por el simple hecho de compartir mis conocimientos y experiencias en la materia. Para demostrarles cuanto les aprecio y hasta donde soy capaz de llegar por ellos, el esfuerzo y la dedicación que soy capaz de dedicarles, que no importa el cansancio ni las horas y minutos que esto me haya tomado hacer pues ustedes lo valen. A mis amigos….
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A mis amigos: Miguel A. García Robles
El Gnomo
José Manuel Girón García
El Piojo
José Carlos Mañon Vera
El Nipón
Victo Hugo Arellano Rojas
El Sardo
Juan Carlos Jiménez Guaso
Tata
Miguel……………………………
El Moco
Carlos Zúñiga Valladares
El Pollo
Ulises Barcenas ………………
El Potter
Alfredo Arcos ………………..
El muñeco
Gabriel Solorio Robles……
TK
Cristian Alanis Lainez ..…..
El mongol
Erick David Ballesteros……
La Nena
Manuel………………………….
El Chore
Ernesto………………………….
El Bynner
Marco Antonio Solis………..
El Buky uppss no perdón
Marco Medina………………….
El chiquis
Arturo ……………………………
El Tico
Rodrigo Solorio Gómez ….
El Barros, El Cenicero, El Árbol,
La Mole, El Gran Oso, La Cárcel, La Piedra, El Temazcal, Etc. Etc. Etc. Y los que faltan no por memoria, si no por falta de papel, los de los edificios 4, 6, 7, 8, 9 ,11.
Para ustedes esto…………………….
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Guía de supervivencia
Sobrevivir
Una situación de supervivencia puede ser cualquier situación en donde se nos prive de las necesidades básicas dado algún accidente, catástrofe o simplemente porque salimos en alguna actividad recreativa a la naturaleza y nos perdemos. La naturaleza tiene ese doble sentido, es maravillosa, pero puede meternos en serios aprietos. En esos momentos, la voluntad de sobrevivir, la capacidad de controlar el miedo, y unos sencillos recursos nos pueden devolver a casa, sanos y salvos. Es importante destacar que lo que usted encontrará aquí es una ayuda para salir adelante en una situación de sobrevivencia, pero no es todo lo que debe saber. Sin embargo, lo más importante en cualquier situación difícil a que se enfrente, sea sobrevivencia o no, es su actitud frente a los problemas. Se dice que mucha gente que se pierde o se ve enfrentada a este tipo de situaciones habría sobrevivido si no hubiera pensado demasiado en ¿PORQUE ME OCURRIO ESTO A MI? y se hubiera dedicado a pensar ¿COMO ENFRENTO ESTO Y SALGO DE AQUÍ? Es por esto que lo primero que debe tener presente que el encontrarse ante esta situación requerirá de un ajuste psicológico al cual le debe dedicar un poco de tiempo. No olvide que el miedo es algo normal y es muy útil en la medida adecuada pues alerta sus sentidos y le ayuda a trabajar con eficiencia. Sin embargo si no controla el miedo y este le vence a usted, puede cometer torpezas que pueden llegar a ser muy lamentables. Entonces prepárese para asumir su situación y no divague ni imagine cosas irreales y terribles, más bien dedique sus fuerzas a pensar que la naturaleza no actuará en su contra ni a su favor, si no que de usted depende como termine esta experiencia. Los ruidos nocturnos son algo normal y no están allí para asustarlo o algo similar, si no que forman parte de la naturaleza y del ciclo de muchas especies de esta tierra que en realidad no les interesa su presencia y que solo continúan con su ciclo de vida habitual. En general los animales no atacan al hombre, más bien los evitan. Los animales venenosos actúan solo si se ven amenazados o molestados. Analícense los peligros o emergencias que nos pueden sobrevenir y prepare planes para afrontarlos. Es buena idea elaborar un programa de actividades que nos imponga disciplina al cuerpo y la mente, para así mantener la moral alta. Sugerencias Las siguientes acciones mejoraran nuestra situación y mantendrán nuestra mente ocupada alejando los sentimientos destructivos. 1.- Análisis de la situación: Se debe analizar la situación para organizar un plan. ¿Hay heridos? ¿Me amenaza algún peligro? ¿Tengo agua y alimentos? ¿Puedo obtenerlos por los alrededores? A la hora de trazar un plan hay que establecer prioridades. Hay que tener en cuenta los peligros del entorno y cómo evitarlos. En ocasiones, dependiendo de cada situación concreta, habrá que alterar el orden de las prioridades o sustituir unas por otras. Por ejemplo:
Prestar primeros auxilios Preparar señales Abastecerse de agua Preparar un refugio Abastecerse de comida Prepararse para desplazarse (normalmente es mejor quedarse junto al vehículo accidentado).
Tenga además en cuenta que ahorrar nuestras energías es importante y que debemos utilizarla de buena manera. Recuerde que le estarán buscando, pero que es probable que pasen días antes de que ello ocurra, por ello evite la fatiga desmedida pues esto provoca una situación de desamparo que socava nuestra moral. Por ello, todo lo que hagamos tiene que responder a un plan y un objetivo preciso.
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La toma de decisiones Cada acción del sobreviviente implica una toma de decisión. La más grave tiene relación con la permanencia en el lugar en espera de ser hallado o el desplazamiento para encontrar auxilio. Para tomar esta última decisión puede ser recomendable el aventurarse un poco a explorar los alrededores. En estos casos hay que tomarse un tiempo en analizar los rasgos del paisaje y hacer un mapa mental del lugar. Debemos marcar el camino para poder volver sobre nuestros pasos y no perdernos, pues el golpe psicológico que provoca esta situación es durísimo. De todas formas siempre es una buena opción permanecer en el lugar pues es el primer lugar más probable al que acudirán los equipos de rescate. Ya sea que decida partir o quedarse, debe procurar hacer buenas señales para que lo encuentren desde cualquier punto ojala, y en caso de abandonar el lugar del accidente, señale muy bien y con claridad hacia donde se marchó y el día en que lo hizo. Procure ir dejando señales cada cierto tramo pues esto evitará que usted de vueltas en círculos por horas y ayudará a ser encontrado por los que encuentren las señales. Finalmente no tome decisiones abruptas de cambiar de dirección para que esto no despiste a sus socorristas. La soledad Quiero hacer un comentario sobre la soledad, pues es un sentimiento delicado que aparece en un momento determinado, y suele hacer mas daño del que a priori creamos. Cuando va pasando el tiempo, y el rescate se dilata, un nuevo sentimiento va apareciendo paulatinamente sin darnos cuenta: es la soledad. La voluntad de sobrevivir va perdiendo fuerza, y se socava la unidad del grupo. Lo mejor es prevenir su aparición, y para ello, mantener la mente ocupada vuelve a ser el antídoto maravilloso. Aun cuando pensemos que no necesitamos realizar ninguna tarea mas, mantener un programa de actividades, es conveniente. Proveerse de un refugio mas grande y mejor, llevar un diario, programar juegos con los que mantenerse en forma psicológica y anímicamente son recursos a tener en cuenta. Ante todo siempre debemos mantener un pensamiento positivo, y mantenernos con vida es la base de toda acción. ¡Sobrevive!. Preparación Es cierto que nadie desea que se produzca una situación límite, pero si vamos a circular por zonas inhóspitas, al menos debemos saber que es un riesgo que corremos. Una preparación básica, es importante y mi consejo es: A). Proveerse de un pequeño y sencillo equipo de supervivencia (del cual se hablara en próximos capítulos). B). Llevar impreso un manual con trucos y técnicas de supervivencia (como podría ser esta guía). C). Memorizar la mayor cantidad de información, sobre supervivencia, que nos sea posible. El conocimiento de las técnicas genera mayor confianza en su uso. A partir de este punto, empezaremos a conocer las técnicas más útiles, para recolectar agua, orientarse, construir un refugio, hacer fuego, etc. Muchas de ellas son básicas y no requieren conocimientos adicionales, en cambio otras necesitan conocimientos matemáticos o físicos, aunque no son de difícil comprensión. Muchos los he probado personalmente, pues lo importante es que sean útiles, y no lo recomendaría sino fuese así.
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El agua En una situación de supervivencia, después de tratar a los heridos, la búsqueda de agua suele ser la necesidad más apremiante. Si carecemos de agua nuestras esperanzas de vida se cifran en torno a los dos días en el desierto y a algo más de una semana en climas frescos. La cantidad de agua que necesitamos depende de la temperatura y humedad ambiental y de la actividad física que desempeñemos, pero nunca será menos de 2 litros diarios. En un desierto necesitaremos 10 ó 12 litros para llevar una actividad normal. Encontrar agua En las zonas templadas no suele ser difícil encontrar cursos de agua. En las zonas secas y desérticas la cosa puede complicarse más. Escarbar en los lechos secos de ríos o arroyos da a veces buenos resultados. Los cúmulos de vegetación en un determinado lugar son indicativos de existencia de agua. En los terrenos calcáreos podemos buscar en el interior de las grutas. Los animales también necesitan beber; observar sus desplazamientos a primera hora de la mañana o última de la tarde puede darnos pistas de dónde se encuentra el agua. Determinadas plantas, que varían según la zona geográfica, sólo crecen donde hay agua. En caso de que no encontremos ninguna fuente de agua aún podemos aprovechar la de la condensación que se produce incluso en los desiertos improvisando un destilador. Necesitaremos un plástico de 2 x 2 m. y un cubo u otro recipiente para recoger el agua. Un tubo de plástico para beber sin desmontar el destilador es también muy útil. Con este sistema se dice que podemos obtener entre 0,5 y 1 litro de agua al día. Hay que cavar un hoyo en cuyo fondo colocaremos un recipiente que recibirá el agua de la condensación que se produce en las paredes del plástico con que cubrimos este hoyo. Una piedra en el centro del plástico conducirá las gotas hasta el cubo. El destilador será más efectivo si introducimos plantas en el agujero para aprovechar su humedad. Sin embargo cuando yo lo he hecho no he obtenido más de medio vaso, por lo que su construcción requiere mayor esfuerzo que la recompensa. Podemos aprovechar el rocio de la noche dejando ropa de algodón o que absorba bastante agua a la intemperie, aprovechando algún plástico o lata que destile agua a un recipiente (como un vaso, un tarro, una bota), o simplemente arrastrando la ropa temprano al amanecer para recoger el rocío de la noche anterior. Lo mismo ocurre si hay neblina o vapor de agua en el ambiente. Peligros En muchas zonas del globo, especialmente en el tercer mundo existe un riesgo alto de intoxicación al consumir agua, bien sea por contaminación bacteriana, bien por ingerir parásitos con ella. También en el primer mundo existe cierto riesgo al consumir agua de arroyos que discurren entre prados sometidos a abonos con purines, altamente contaminantes. El consumo de aguas contaminadas puede producir enfermedades como fiebre tifoidea, cólera o disentería, además de otros trastornos provocados por parásitos que podemos pillar no sólo al beber, también al bañarnos en aguas estancadas y contaminadas. No se debe beber agua salada, su concentración en sal es tan alta que colapsa los riñones y provoca la muerte entre fuertes dolores. Tampoco se debe beber orina y no debemos olvidar que las sabias de aspecto lechoso de muchas plantas son, con frecuencia, venenosas. Purificar el agua Si existe riesgo de contaminación hay que purificar el agua con alguno de estos métodos y esperar al menos una hora antes de consumirla.
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Pastillas potabilizadoras: Es el método más práctico y efectivo 100%. Consiste en añadir al agua pastillas purificadoras. Estas liberan iones de plata que acaban con los gérmenes, previenen de nuevas infecciones y no producen daño alguno aunque se rebase la dosis. Se venden en cajas con un número variable de pastillas según sea cada pastilla para purificar 1, 5 ó 20 litros de agua. Podrán encontrarlas con facilidad en tiendas de montaña, también en Internet. Yodo: Para desinfectar el agua con tintura de yodo usaremos unas 10 gotas por litro. La coloración tarda un rato en desaparecer. Lejía: La lejía deja un sabor poco agradable en el agua. Usaremos de 4 a 6 gotas por litro. Ebullición: Hervir el agua no termina con todos los gérmenes (el de la hepatitis, por ejemplo, resiste la ebullición), pero acaba con la mayor parte de ellos y con todos los parásitos. Hay que hervirla durante unos 10 minutos. En este caso se puede beber en cuanto enfría. Una forma para purificar cualquier líquido y dejar solo el agua que este contiene, (La orina por ejemplo o el agua de mar), es hacer hervir el líquido y destilar el vapor en otro recipiente en donde obtendremos agua pura sin peligro de bacterias, concentración de sales o minerales peligrosos para la salud. Hay que tener paciencia y el cuidado que el vapor no escape a otro lugar para no perder el preciado líquido a utilizar. Filtrado del agua En ocasiones, la única agua que podremos conseguir será la que se encuentre estancada en charcos, sucia por el barro. Antes de beberla, y si olvidarse del aspecto de la purificación, debemos clarificarla para eliminar las partículas en suspensión. La manera más sencilla es dejarla reposar varias horas en un recipiente, y después, con un tubo de plástico o el tallo hueco y flexible de una planta (por ejemplo un nenúfar) traspasarla a otro recipiente situado en una posición más baja. También se puede filtrar usando varias capas de tejidos o con arena limpia, ayudándonos de un filtro improvisado con un pedazo de caña de bambú, cuyo extremo, agujereado, taponaremos con unas briznas de hierba.
El Refugio La función principal del refugio es protegernos de los peligros de medio ambiente. Un calor extremo puede producir un síncope o un golpe de calor; por el contrario, el exceso de frío produce hipotermias y congelaciones. En las zonas pantanosas nos pueden devorar los mosquitos y si nos calamos hasta los huesos mientras dormimos podemos coger una pulmonía, aparte de la incomodidad, la ausencia de descanso y el golpe contra nuestra moral que esto supone. Un buen refugio, además de protegernos de los elementos anteriores, proporciona comodidad, seguridad y firmeza psicológica. El tipo de refugio que construyamos dependerá de nuestras necesidades, del tiempo que vamos a permanecer en ese lugar y de las herramientas de las que dispongamos. Siempre deberíamos incluir en nuestro equipaje al menos una buena navaja, un cuchillo de monte y una lámina de plástico de 2x2 metros o similar que ocupa y pesa poco y nos proporciona un techo impermeable. Si el peso no importa, también podemos incluir un hacha pequeña o un machete. Donde establecernos Para situar el campamento escójase dentro de lo posible una zona seca, situada en una protuberancia, no en la zona mas baja de los alrededores, de esa manera evitaremos el agua de inundación y tendremos una perspectiva mejor de la zona en la que nos encontramos. Ha de quedar lejos de pantanos, ciénagas, en suma de aguas retenidas, pero no demasiado lejos de algún manantial o río, que nos servirá de reserva de agua fresca. Con estas precauciones, alejamos la molestia de los mosquitos. Se estudiaran los vientos predominantes, para hacerlo abrigados de los mismos. Evitaremos las zonas cercanas a las laderas, pues suponen un riesgo en caso de lluvia, aunque también lo es los cauces de ríos secos, ya que en cuestión de horas pueden contener agua y llevarnos por delante, sin que hayamos advertido la lluvia (podría haber llovido a decenas de kilómetros).
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Es importante prestar atención a los alrededores para no darnos cuenta, una vez terminada nuestra construcción, de que tenemos un hormiguero o un avispero como vecinos. El fuego ha de estar situado a una distancia prudencial, con el fin de evitar que las llamas alcancen el lugar donde dormiremos. El humo por otro lado, nos ayudara a mantener alejados los mosquitos, aunque pueden atraer (el calor) otros visitantes no deseados. Como consejo adicional, si nos encontramos en le desierto, aprovéchense todas los accidentes naturales que puedan proveernos de sombra, podemos buscar una cueva, con sumo cuidado de revisar su interior (animales, etc). Incluso podemos usar construcciones abandonadas indígenas. El caso es disponer de algo de sombra, pues seria más fácil nuestra supervivencia. En selvas, bosques, etc., no tendremos ese problema. Tipos de refugios Vehículo Si nos encontramos en una situación de supervivencia real por haber sufrido un accidente y nuestro vehículo aún está habitable, puede constituir un buen refugio. De lo contrario prestemos atención al material que lleva dentro y que podría servirnos. Los periódicos son un buen aislante; si disponemos de ellos utilicémoslos para cubrir las ventanas y protegernos mejor del frío. Si necesitamos hacer fuego y no disponemos de cerillas ni mechero podemos empapar con gasolina un trozo de tela, de papel, de esponja de los asientos, etc. y hacer chispas sobre él cruzando los terminales de la batería. Si quemamos o añadimos aceite de motor al fuego conseguiremos un humo negro y denso excelente para hacer señales. Refugios naturales Son refugios cuya construcción requiere poco o ningún esfuerzo por nuestra parte. Se improvisan en hendiduras y oquedades de rocas, cuevas, formaciones del terreno y de la vegetación. Una hendidura en una pared rocosa que nos proteja de la lluvia y el viento y no ofrezca riesgos de desprendimientos es ideal. Sólo tendremos que preocuparnos de construir un lecho seco y confortable. Refugios improvisados Son los que construimos con los materiales que encontramos en la naturaleza o que llevamos en nuestro equipaje. Refugio con una lámina de plástico Si disponemos de una lámina de plástico suficientemente grande podemos improvisar un refugio tendiendo una cuerda entre dos árboles y colocando la lámina como una tienda de campaña clásica. En los extremos envolveremos unas piedras que luego sujetaremos con unas orquillas de madera o las anudaremos y las afirmaremos con cuerdas y piquetas improvisadas con unos palos de madera resistente. Si cavamos una zanja alrededor evitaremos que nos anegue el agua en caso de tormenta.
Una Agua Es probablemente el más clásico de los refugios de supervivencia. Utiliza un armazón de madera, pero si utilizamos uno o dos árboles como columnas nos ahorraremos mucho trabajo y el refugio ganará en solidez. En climas fríos utilizaremos un fuego para calentarnos y un reflector de troncos detrás para aprovechar mejor el calor. Por ello es importante tener en cuenta la dirección del viento si no queremos terminar ahumados. El techo lo cubriremos de materia vegetal. En algunas zonas es fácil encontrar grandes hojas con las que construir un techo impermeable ensamblándolas a modo de tejas. También se pueden improvisar tejas con trozos de corteza. Si no, un techo de hierba seca y paja, si es lo suficientemente grueso, también nos proporciona cierta impermeabilidad.
Refugio con un árbol caído Hay que cortar algunas ramas para hacer una oquedad en la copa caída. Es un refugio acogedor y, si el árbol es frondoso, nos protegerá del viento, pero no de la lluvia.
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Refugio con soporte de ramas en forma de A Es otro refugio clásico y que ofrece mayor abrigo que el cobertizo. Se construye con un armazón de palos que adoptan la forma de una tienda de campaña canadiense tradicional o de una A. Se cubre con una capa de hojas grandes a modo de tejas, y por encima de éstas una capa de hierba, hojarasca, ramas que no perforen las tejas para evitar que el viento nos levante el techo.
Refugio de tronco Es un tipo de refugio únicamente apropiado para pasar cortos periodos de tiempo porque no suele ser muy cómodo, a no ser que el tronco posea un gran diámetro. Consiste en un sencillo cobertizo que se realiza apoyando una serie de ramas sobre un tronco caído y cubriéndolas con los materiales indicados anteriormente. El problema de este refugio serán los insectos que viven asociados a este árbol caído. Plataforma con tela mosquitera Este refugio nos aísla del suelo y nos protege de insectos. Si se le añade un techo nos protegerá además de la lluvia. El lecho lo cubriremos con hojas de palmera u otra material. El lecho Es una parte fundamental de nuestro refugio. Debe de ser blando, seco, horizontal y caliente (excepto en el desierto, que será fresco). Esto lo lograremos escogiendo bien el emplazamiento (huir de zonas con humedad), quitando los palos y piedras que pueda haber en el suelo, y aislándonos bien de éste con hojarasca, helechos, ropa, etc. En el desierto En el desierto debemos protegernos del sol y del calor. Otros factores importantes son las tormentas de arena y las, en ocasiones, frías temperaturas nocturnas. En estas condiciones debemos evitar la perdida de agua al máximo que podamos. Se recomienda enterrarse en la arena para minimizar las pérdidas de agua y protegerse del sol. También podemos cubrirnos con una tela de paracaídas si disponemos de ella. Para construir un refugio o desplazarse escójanse las horas más frescas del día, al amanecer o al atardecer. La temperatura suele ser varios grados más baja a unos centímetros por debajo del suelo, por lo que excavaremos un hoyo que cubriremos con una tela o el material del que dispongamos y que nos ofrezca sombra. Cuando el frío se acerca a valores extremos, el refugio se convierte en el elemento del que dependerá nuestra supervivencia, y su construcción pasa a ser la principal prioridad. En la nieve No debemos olvidar que el viento agrava los efectos negativos del frío. El propósito fundamental del refugio en zonas frías es retener nuestro calor y el producido por otras fuentes de calor que podamos emplear. Para eso es necesario que no haya corrientes de aire y que el refugio no sea grande en exceso. Un refugio pequeño es más caliente y da menos trabajo que uno grande. Cueva de nieve Después del iglú, probablemente sea el mejor refugio para zonas frías. Se necesita una pala u otro utensilio improvisado (un plato, un palo...) con el que cavar donde haya nieve amontonada. Debe excavarse una cueva pequeña (cuanto más grande más difícil será
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de calentar) con un lecho a unos 40 cm. por encima del nivel del suelo y, si se desea, también podemos añadir una plataforma para cocinar con un hornillo 30 cm. más alta. No debemos olvidarnos de practicar un agujero de ventilación en la parte de arriba y otro en el bloque de hielo o nieve compactada que sirva de puerta. La pala debe guardarse dentro por si es necesario utilizarla para salir por la mañana. Encendiendo una simple vela en el interior de este refugio conseguiremos que la temperatura aumente varios grados.
El Fuego En una situación de supervivencia en zonas frías, nuestra vida puede depender de nuestra capacidad para encender y mantener un fuego. Sin llegar a esos extremos, podremos necesitar fuego para secarnos, calentarnos, hacer señales a los equipos de rescate y cocinar eliminando los posibles gérmenes y parásitos de nuestros alimentos. Siempre debemos llevar en nuestra mochila o equipaje, especialmente si vamos a atravesar zonas inhóspitas, un mechero y/o cerillas en un recipiente impermeable (una caja de carrete fotográfico, por ejemplo. Lleva también los rascadores) o impermeabilizadas (con esmalte de uñas o parafina). Si así lo hacemos, nuestras posibilidades de supervivencia aumentarán y no tendremos que preocuparnos de hacer fuego con medios improvisados. Como noción previa, deciros que el fuego se puede convertir en nuestro enemigo, si perdemos el control sobre el mismo. Por ello es conveniente en todo momento tener a mano algún medio para sofocar repentinamente un posible conato de incendio. Es muy útil un recipiente grande lleno de tierra o de arena o incluso de agua. Preparar, encender y mantener un fuego Antes de nada debemos decidir donde lo ubicaremos, prestando atención a viento y a la vegetación, y preparar el lugar eliminando ramas, hierbas, etc. Es buena idea excavar un hoyo de unos 10 ó 15 cm. y rodearlo con piedras para alojar en él la hoguera. Cuando deshagamos el campamento, taparemos las cenizas con la tierra que sacamos, devolveremos las piedras a donde las hayamos cogido y dejaremos todo de manera que nadie pueda notar que hemos estado allí. (Esta norma es bueno seguirla tanto si hacemos fuego como si no). Hay que buscar el material combustible: ramas secas de diferentes grosores, la más menuda para encenderlo y la más gruesa para mantenerlo. No será difícil de encontrar en zonas boscosas y con tiempo seco. Las crecidas acumulan ramas en las orillas de los ríos y en ocasiones las convierten en un auténtico filón. Las ramas más bajas de los árboles están, con frecuencia, secas y se rompen con facilidad. En caso de tiempo húmedo debemos buscar en los huecos de los troncos secos, que proporcionan madera podrida que arde bien, en zonas resguardadas al lado de rocas, caminos, grutas. Si no ha llovido demasiado, quizá logremos madera seca simplemente descortezando las ramas húmedas. Si no, tendremos que coger las ramas gruesas y cortarlas en pedazos longitudinales para aprovechas las astillas secas que obtengamos. Pondremos la madera húmeda a secar cerca del fuego. Para prender el fuego usaremos al principio leña más fina que dispondremos con ayuda de una roca o un tronco para que el aire circule bien y se inflame rápido. Por encima de la leña fina la iremos añadiendo más gruesa. Si no disponemos de suficiente leña fina podemos hacer astillas la más gruesa con ayuda de nuestro cuchillo. También podemos rodear la hoguera con un pequeño muro de piedra, que servirá para concentrar el calor (reflector), para servir de soporte a los utensilios de cocina, para proteger del viento las llamas y mejorar la seguridad del fuego. Podemos construir el parapeto con troncos en vez de con piedra, pero deberemos separarlo unos 80 cm. para evitar que pueda arder. El tipo de madera influye en su uso, así tenemos para calentarnos: fresno, abeto, manzano, avellano. Combustionan rápidamente con muchas chispas, pero dan calor rápido e intenso. Se consumen rápidamente y dejan ceniza en vez de rescoldo. No son aconsejables para cocinar. Para esto ultimo tenemos el haya, roble, nogal, etc. Son maderas duras (al contrario que las anteriores) y arden lentamente dejando rescoldos. Estas son ideales para elaborar alimentos. Hay otras que no son recomendables para realizar fuegos, como el pino, el endrino, el bambú, castaño, álamo, etc. No arden bien y producen demasiado humo. En la base habremos puesto la "yesca", que es el material inflamable que encenderemos. Consistirá en hojarasca, hierba seca, ramitas resinosas de pinos, sus hojas o agujas, su resina. La madera podrida es una buena yesca en tiempo húmedo, pues suele ser fácil arrancar las partes externas de los troncos para alcanzar
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las zonas interiores secas. Algunos frutos secos, como las nueces, poseen un aceite que les hace inflamables y arden lentamente. Especialmente útil es la corteza de abedul cortada en tiras, pues se inflama rápido, y arde despacio y con buena llama. Se puede, incluso, hacer una antorcha improvisada enrollando una tira de corteza a una vara. En los lugares donde no hay leña el hombre recurre a otro tipo de combustibles. En los desiertos se queman los excrementos de los camellos; y en las zonas polares, la grasa de las focas y otros animales. En las playas las algas secas también constituyen un combustible excelente. Iniciar el Fuego Saber encender fuego sin los elementos habituales (cerillas, mecheros, etc), es una habilidad que deberíamos practicar por nuestra propia supervivencia. Métodos y útiles existen muchos, pero les recomendaré solo aquellos que he probado con éxito. En estos casos se hace especialmente importante tener preparada suficiente yesca (hierba seca, hojarasca, etc. bien compactada para que la brasa se propague con facilidad) y leña fina y seca para no desperdiciar una llama que puede habernos costado mucho esfuerzo conseguir. Suele ser efectivo soplar suavemente cuando aparece el primer puntito rojo para avivar la llama. Los métodos son los siguientes: Las lentes: Una lupa o las lentes de una cámara fotográfica, los prismáticos o determinadas gafas son un medio muy efectivo para encender un fuego, pero no nos servirá si no hay sol. Prepara primero una buena yesca que prenda con facilidad y apunta hacia ellas el puntito de luz. Pedernal y Acero: Es un buen sistema que funciona en cualquier circunstancia. Si no disponemos de pedernal podemos probar con una piedra dura. (Hay que probar hasta que encontremos una que desprenda buenas chispas, y entonces guardarla para otras ocasiones). Sostendremos el pedernal cerca de la yesca y lo golpearemos con un trozo de acero, como puede ser la hoja de un cuchillo, tratando de dirigir las chispas a la yesca. Arco de rodamiento indio: Es un conocido sistema de fricción de aire muy aventurero, pero si no sabemos escoger la madera que vamos a usar lo más probable es que no logremos encender el fuego. Consiste en girar rápidamente una vara con ayuda de un arco sobre otro trozo de madera. Construiremos el arco con una rama flexible y un cordón (de los zapatos, mochila, anorak, etc). Si queremos que el método funcione debemos frotar madera blanda contra madera dura. En cualquier sistema de fricción de madera, si obtenemos un polvillo negro, como de carbón, habremos acertado con la madera adecuada, en cambio, si obtenemos un polvo basto y arenoso, desechémosla y busquemos otra. Cuando empiece a salir humo se añade la yesca bien compactada para que la brasa se propague con facilidad y se sopla con suavidad mientras se continúa frotando para lograr una llama. Otros métodos: Podemos emplear una batería para hacer chispas uniendo los cables de ambos polos. También, en teoría, es posible fabricar una lente con un pedazo de hielo que labraremos con el cuchillo y terminaremos dando forma con las concavidades de las manos. Aunque si el frío es intenso el riesgo de congelación de nuestras manos puede ser demasiado alto. También es posible usar un objeto cóncavo (el culo de una botella, por ejemplo) para hacer la lente, vertiendo agua sobre él y dejando que se congele. Si hacemos dos, podemos pegarlos con un poco de agua que, si el frío es intenso, se congelará enseguida. En ocasiones, echar unas gotas de gasolina o alcohol sobre la yesca puede facilitar la inflamación, pero no la empapes completamente. Si usas gasolina u otro combustible en un recipiente para calentarte, ten en cuenta que existe un riesgo potencial de accidente. Nunca añadas más combustible hasta que la llama se haya apagado y el recipiente se enfríe. Fuegos para cocinar: Para cocinar es mejor una hoguera pequeña, que consume menos leña y es fácil de mantener. Siempre es más práctico cocinar sobre las brasas que sobre la llama. Podemos construir un hogar que nos servirá para poner la cazuela haciendo un pequeño fuego entre dos troncos, dos piedras, etc. Si nuestra cazuela tiene un asa como la de los cubos podemos sujetarla sobre el fuego con una "grúa" improvisada con una rama inclinada sujeta entre unas piedras y otra rama que funcionara como "percha". Otro truco importante es el cocinar sobre piedras calientes. Para ello, las calentaremos sobre la hoguera y aprovecharemos el calor por ellas retenido para cocinar. Sustituye a una plancha, y por ello podremos asar por contacto directo.
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Resumiré los consejos más importantes en este capitulo: 1.- Para saber distinguir entre la madera ideal para cocinar, esto es calor duradero y la ideal para dar calor rápido, nos quedaremos con este truco: la madera dura arde lentamente y la blanda mas rápido. 2.- La yesca ha de estar muy seca para poder se efectiva. 3.- Un parapeto nos proporcionara refracción del calor hacia donde deseemos e incluso protegerá la hoguera del viento. 4.- El fuego en fosos (agujeros naturales o practicados en el suelo), son más seguros, proporcionan más calor para cocinar, son más discretos, más resguardados del viento y más fáciles de apagar. Para ello, practicaremos el fuego de la misma manera que a nivel del suelo. No es necesaria ninguna maniobra adicional. Quizás abanicar con algún elemento al comienzo del fuego para proporcionar mayor aporte de oxigeno. 5.- Si necesitamos calentar ropa, lo haremos separándola convenientemente, pues corremos el peligro de dañarla con chispas o simplemente quemarla.
Obtener alimento Los alimentos son una importante preocupación de un superviviente, aún cuando el agua es de mayor importancia, son indispensables para mantener las energías, el calor corporal, y la moral elevada. En condiciones de emergencia no piense en dietas equilibradas; sin embargo si ello fuera posible recuerde que hay tres grupos de alimentos vitales y que debe ingerir de los tres: carnes, granos y grasas. La falta de alimentos limita las fuerzas y la sensación de hambre baja la moral, aún cuando agudiza el ingenio. Si dispone de poco alimento, es preferible que lo consuma de a poco en varias veces al día, pues así sentirá menos hambre. Además así se asegura que, de serle dañino alguno de ellos, disminuya las consecuencias fatales de ello. Debe tener en cuenta que el organismo puede pasar varios días sin alimentos, pero no abuse de ello. Usted debe alimentarse, aún cuando lo que tenga a disposición le parezca poco delicioso o desagradable. ¿Qué se puede comer? Bueno, casi todo animal que se arrastra, camina, vuela o se desplaza bajo agua, excepto los conocidamente tóxicos y que por lo general destacan por sus vivos colores o formas infladas o con espinas. El resto de los peces son comestibles, aún cuando su sabor no sea enteramente placentero. Los animales marinos son casi todos comestibles, los moluscos pegados a rocas o enterrados, los peces, crustáceos y otros. Se pueden consumir crudos, asados o hervidos. En tierra, las lombrices, larvas de insectos, insectos, babosas, caracoles, arañas, se pueden comer enteros, especialmente asados sobre una lata o sobre el fuego. Culebras, sapos, ranas, lagartijas, se pueden pueden consumir pero teniendo la precaución de sacarles la piel, pues tienen glándulas tóxicas. No comer cabeza y vísceras de ellos. Los ratones silvestres son recomendables pues no ofrecen peligro, con excepción del ratón de cola larga y los de los poblados. Los demás pueden ser un buen alimento si se les retira la piel y los testículos a los machos haciendo un corte en "V". La aves son todas comestibles, aún cuando algunas no tienen buen sabor como las carroñeras o las marinas que tienen un fuerte olor y sabor a pescado.
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Lo único que no es recomendable comer es el hígado de animales grandes pues es tóxico, pero se puede consumir en porciones muy pequeñas. Respecto a las plantas tenga en cuenta lo siguiente: * No consuma hongos ni callampas a menos de estar completamente seguro de conocerlas. * No comer plantas que al cortarlas secreten un líquido lechoso. * Prefiera las partes tiernas de plantas, estas en general se pueden tomar como té y dan una sensación de alivio y refresco. * Los vegetales hervidos presentan menos riesgos que los crudos. * Los frutos y las raíces son las partes más nutritivas, en especial en las plantas con raíces gruesas y pulposas. * De no estar seguro de ser comestible, puede probarla con la punta de la lengua y esperar algunos minutos. Luego consuma una muy pequeña porción y espere algunas horas. * Evite las que tienen hojas en ramilletes de a tres y las que tengan vallas blancas. En general es menos seguro consumir plantas que animales, pero tome siempre las precauciones necesarias para evitar malos ratos o problemas graves de intoxicación. Obtener el alimento Bien, hemos visto lo que se puede o no comer en general. Ahora veamos como obtener estos alimentos. Las plantas y algunos animales se recolectan simplemente observando, dando vuelta algunos troncos o rocas, escarbando en la arena o simplemente extrayéndolos del lugar en donde se encuentran. En lagos, ríos y esteros se pueden recolectar moluscos, crustáceos o peces pequeños. Estos pueden servir para ser comidos por nosotros o como carnada para peces de mayor tamaño. Para ello debemos de hacernos de anzuelos ya sea de madera o en un mejor caso de alambre o algún metal. Animales de mayor tamaño se pueden obtener por medio de trampas o por el no fácil arte de cazarlos con lanzas pues además de la técnica que se requiere para ello, nuestra presa puede escapar con la herida causada y morir a muchos kilómetros, en un lugar en donde jamás la encontraremos. Las trampas brindan la posibilidad de dejarlas durante la noche pero es importante dejar siempre más de una para asegurarnos de capturar algo.
Como orientarse En el caso de tener una brújula, debemos saber que la mayoría de ellas apunta con la aguja obscura al norte magnético. Existen varios métodos que nos permiten encontrar el norte con mayor o menor precisión cuando carecemos de brújula. Los más eficaces son, probablemente, el reloj cuando es de día y las estrellas de noche y con el cielo despejado. Método del reloj Podemos valernos de un reloj de agujas y de la posición del sol para encontrar el norte con facilidad. Para ello debemos conocer la hora solar, que en España y los países de su franja horaria es dos horas menos en horario oficial de verano y una hora menos en invierno.
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En las zonas templadas del hemisferio norte, si alineamos la aguja horaria (la pequeña) con el sol, en la bisectriz que forma esta con la cifra "12" del reloj se encuentra siempre el sur. En las zonas templadas del hemisferio sur es la cifra 12 la que debe apuntar hacia el sol, y en la bisectriz que forma con la aguja horaria, se encuentra el norte. Por las estrellas Por la noche, si está despejado, guiarse por las estrellas es eficaz y sencillo. En el hemisferio norte del planeta, la estrella polar indica siempre el norte. Este estrella es la última de la cola de la osa menor y, a pesar de que en casi todas las ilustraciones se muestra como una estrella muy brillante, su luz es tan pálida que con frecuencia no es fácil de ver. No obstante, es sencillo guiarse por la Osa Mayor para localizar el punto donde se encuentra la estrella polar. Para ello sólo tenemos que prolongar cuatro veces la distancia que separa las Mayor. dos estrellas frontales de la Osa En el hemisferio sur debemos buscar la "Cruz del Sur", una constelación con forma de rombo o cometa. Si prolongamos la longitud de la cometa cuatro veces y media, el punto imaginario que localicemos indicará siempre el sur. Por el sol La salida y la puesta del sol también son una referencia. A todos nos han enseñado que el sol sale por el este y se pone por el oeste. Sin embargo sólo lo hace por el punto exacto en los equinoccios, o sea, alrededor del 21 de marzo y del 23 de septiembre y si nos encontramos en terreno llano. El resto del año y rodeados de cadenas montañosas, la referencia es sólo aproximada. Por la luna La luna puede proporcionarnos también una aproximación de los puntos cardinales. Cuando está en creciente, las puntas señalan siempre hacia el este y cuando está en menguante, hacia el oeste. Si tienes dudas para saber cuando está de una u otra forma, piensa que la luna "miente". Cuando tiene forma de "C" de "creciente", en realidad está menguando. Con la sombra de un palo Si clavamos un palo en el suelo, marcamos el extremo de la sombra, dejamos pasar quince minutos y volvemos a marcar el nuevo extremo de la sombra, al unir estos dos puntos, la línea que obtenemos nos indicará el este y el oeste (el primer punto el oeste y el segundo el este). Al trazar una perpendicular tendremos el norte y el sur. Este sistema sólo nos permite tener una referencia aproximada. Cuanto más tiempo dejemos pasar entre la primera y la segunda marca y más próximos nos encontremos la mediodía, más aumentará su precisión. Existe otro método más preciso, pero limitado al mediodía. Clavamos en un terreno llano un palo que proyecte una sombra de unos 30 ó 40 cm. y marcamos el extremo de la sombra. A continuación, con un cordón de un zapato, una rama u otro método improvisado, trazaremos una semicircunferencia usando como radio la longitud de la sombra. Ahora debemos esperar el movimiento del sol. La sombra se irá haciendo más pequeña a medida que nos acercamos a las 12:00 h. Momento en que alcanzará su menor tamaño para después volver a crecer. En el punto en el que la sombra vuelva a alcanzar la semicircunferencia pondremos una marca. Al unir las dos marcas trazaremos una línea oeste (primera marca) - este (segunda marca). En la perpendicular se encontraran el norte y el sur. Signos naturales Existen indicios en la naturaleza que pueden darnos pistas sobre la
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dirección que llevamos. No son muy precisos, pero en circunstancias excepcionales pueden impedir que perdamos el tiempo dando vueltas en círculo. En el hemisferio norte los musgos crecen en las zonas más sombrías y húmedas de los troncos, que suele corresponder a la cara norte. Si bien esto puede variar localmente a causa de un microclima particular. También en las montañas reciben menos sol las laderas orientadas al norte, por lo que suelen ser más húmedas, de tonalidades más frías y retienen la nieve por más tiempo. Los anillos de crecimiento de los árboles suelen estar más desarrollados del lado que reciben más sol, aunque pueden darse factores que alteren este desarrollo.
Hacer Señales Una de las principales preocupaciones de un sobreviviente es dejar señales para llamar la atención de las patrullas de rescate o de personas que casualmente se encuentren cerca y tienen posibilidad de prestarle ayuda. En una situación de supervivencia podemos dejar señales que revelen que hemos pasado por allí. Por ejemplo, con piedras formemos una flecha dibujada en el suelo, que indique la dirección que hemos tomado, en los cruces, dividamos una rama de un árbol, que señale hacia el camino tomado, y en la división introduzcamos un trozo de madera o piedra. También al acampar podremos necesitar fuego para hacer señales a los equipos de rescate para ser vistos de noche, o durante el día producir una nube de humo blanco que se verá desde cualquier punto. Esto se logra colocando ramas verdes por sobre el fuego, a una distancia prudente para no apagarlo pero para que encienda y produzca humo. En el desierto, usando las piedras establezcamos el rumbo que más o menos hemos tomado, para ello busquemos superficies pedregosas y no de arena, pues esta puede tapar las piedras en muy poco tiempo, enterrándolas para siempre. Una señal que se ve desde muy lejos en un día soleado es con un espejo; esto puede ser altamente efectivo en lugares algo descubiertos, para ser visto por un helicóptero u otro equipo de rescate. El dejar señales en nuestro camino es algo muy importante tanto para guiar a los equipos de rescate, como para volver sobre nuestros pasos si fuese necesario. Además nos ayuda a no dar vueltas en círculos en un mismo lugar lo cual es importante pues podríamos perder horas en esto creyendo que vamos a alguna parte.
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Los Nudos En una situación de supervivencia el saber hacer nudos adecuados para construcciones es de gran utilidad, dado que de esto depende lo bien que quede nuestro refugio, nuestras armas para cazar, y aún nuestra balsa para desplazarnos si fuese necesario. En caso de no contar con cuerdas para ello, nuestra creatividad y el conocimiento serán de gran ayuda. Por ejemplo, podemos utilizar los cordones, hacer tiras de cuero o de ropa, buscar raíces delgadas y flexibles para ello o lianas entre otros.
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Ver ultima parte formas de nudos
GENERALIDADES Todas las temporadas en la amplia geografía de Sudamérica, salen al monte o a la montaña miles de cazadores, pescadores o turistas de aventura. Lo más normal es que regresen agotados y satisfechos de haber logrado sus propósitos. Pero también otros volverán defraudados por una suerte adversa, aunque debemos reconocer que las situaciones de peligro que se presentan en la naturaleza en un 90% dependerá de nosotros evitarlas. Saber orientarse en cualquier región es una virtud tan remota como la misma humanidad. Normalmente las personas cuando se trasladan lo hacen por el conocimiento de la zona y algunas por instinto, lo que no suele ser muy seguro. Ud. habitante de la gran ciudad, puede caminar por un alejado paraje boscoso, disfrutando de una diáfana mañana hasta que al intentar regresar no puede encontrar la senda original. Inmediatamente busca ubicar el cerro que tenía a su espalda pero ahora ve dos más. "Alguien puso otro" masculla con fastidio. Empieza a pensar que las sucesivas vueltas que dio lo han desorientado. Quiere regresar apresuradamente. "Tal vez ésta sea la huella...; no, mejor intento por aquella otra." Sólo se confunde más y comprueba que está definitivamente perdido. Pasan los minutos y la preocupación inicial se convierte en angustia. ¡Se viene la noche! La ignorancia asociada con la imprudencia hace que de vez en cuando aparezcan en los diarios noticias sobre personas extraviadas en alejados parajes. Sin duda, es una situación muy desagradable que paraliza y hasta puede generar pánico especialmente en personas habituadas al "asfalto". Naturalmente esa sensación de temor se acentúa con la llegada de la noche, el frío y al tomarse conciencia de la considerable distancia que nos separa de la civilización. Es lamentable la poca importancia que se le suele dar al legendario mapa y a su compañera la brújula. En tal sentido pude comprobar que la mayoría de las personas desconocen las más elementales normas para interpretar y leer un mapa que contiene valiosa información. Por lo general los individuos que viven en las grandes urbes con enormes edificios, desconocen la ubicación de los puntos cardinales y si uno de improviso les pregunta ¿dónde está el norte? Es muy probable que no sepan como responder. Es obvio que ellos no lo necesitan conocer; pues en las ciudades se estila llegar a un determinado punto por medio del conocimiento de las calles o preguntando. Pero esta circunstancia cambia abruptamente y hasta podría pagarse muy caro cuando se transita por terrenos desconocidos y solitarios.
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Las posibilidades que tiene una persona de extraviarse o verse imposibilitada de regresar, son bastante altas en los departamentos de algunas provincias argentinas. En especial aquellas que tienen una muy baja densidad de población y están en zonas limítrofes. Para dimensionar mejor esto, sólo diré que casi 900.000 Km2 de la Patagonia están considerados como semidesierto. Para comprender mejor la vastedad de los enormes territorios que posee Sudamérica, únicamente mencionaré que existieron casos de aviones extraviados que aparecieron luego de más de 30 años y otros aún son buscados. Pero no es necesario alejarse tanto para desorientarse. Hace algunos años en Sierra La Ventana (Provincia de Buenos Aires), se perdió un nutrido grupo de escolares con sus profesores. Por fortuna fueron rescatados dos días después sin consecuencias. Cuando sucede algo así, la irresponsabilidad con la ignorancia van tomadas de la mano. No existen excusas.
CÓMO PERDERSE
No saber identificar puntos de referencia en el terreno. No llevar una brújula ni mapa de la zona o no saber emplearlos. Estar desinformado de las características del terreno. Desconocer los horarios diurnos del lugar. Brusco cambio de las condiciones climáticas. Perder el dominio emocional. Accidente.
LECTURA DE MAPAS Un mapa es la representación gráfica de una porción de la superficie terrestre. Para un cazador, deportista, etc. Lo mejor para orientarse son las cartas topográficas que imprime el Instituto Geográfico Militar Argentino. Estas cartas constituyen maravillosos planos de precisión, son elementos primarios de orientación y si se saben usar, juegan un papel vital. En ellas encontramos signos convencionales llamados topográficos que asocian características de diversas representaciones y están indicados en los márgenes de la hoja. El conocimiento de estos símbolos cartográficos nos permitirá leer un mapa con absoluta facilidad asociando dichos símbolos convencionales con casas, caminos, montañas, etc. Básicamente se dividen en dos grandes grupos: 1. Los elementos planimétricos, que representan caminos, vegetación, hidrografía y construcciones. 2. Los elementos altimétricos, que representan los desniveles del suelo. Para representar las alturas (montañas), el mejor sistema es el de curvas de nivel y consiste en líneas representadas en el papel que unen puntos terrestres de una misma altura. Una verdadera carta topográfica debe expresar la planimetría y la altimetría del terreno que representa. Estas cartas topográficas, poseen una red de cuadrículas formadas por líneas que corren de norte a sur y de este a oeste. La distancia entre esas líneas representan 1000 o 4000 metros según la escala de que se trate y nos permiten señalar un determinado lugar geográfico. No es serio un mapa que carezca de escala. Para definirla podemos decir que es la permanente relación de la distancia real del terreno con la correspondiente en el papel. Esto nos ayudará a determinar distancias. Sólo los mapas y las cartas topográficas tienen escalas precisas que aparecen al final de la hoja, lo que no ocurre con algunos folletos de rutas. Aquí debo reconocer que los mapas de caminos que edita el Automóvil Club Argentino, por ser específicos, están más actualizados con relación a las rutas y caminos, pero no son precisos topográficamente.
a. Serranía.
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b. Estribación Vista panorámica de un terreno y su representación en una carta topográfica Con la escala gráfica, podemos medir directamente distancias del terreno sobre el propio mapa. Simplemente habrá que medir la distancia que se desea y luego transportarla sobre la escala gráfica para obtener la distancia. En cambio la escala numérica, aparece escrita con números arábigos. Por ejemplo: 1:25.000 significa que, un metro en el papel equivale a 25.000 metros en el terreno. El desdoblamiento de una escala consiste en dividir el metro (1:...), en centésimas y milésimas partes simplificando. Supongamos una escala de 1: 100.000. Para desdoblarla debemos proceder de la siguiente manera: Medir Medir Medir Medir
1 1 1 1
m. en el mapa equivale a 100.000 metros en el terreno. dm. en el mapa equivale a 10.000 metros en el terreno. cm. en el mapa equivale a 1000 metros en el terreno. mm. en el mapa equivale a 100 metros en el terreno.
La localización de dos puntos, la toma de mediciones entre ellos y el cálculo de tiempo que demandaría un recorrido es fundamental previo a cualquier excursión. Pero qué pasaría si en esa trayectoria existiera un cordón montañoso. Esa irregularidad terrestre deberá ser interpretada y comprendida la configuración de cada cerro, como así su altura. Es decir, mediante estos símbolos convencionales Ud. podrá leer un mapa, sea este impreso en Japón, EE.UU. Alemania, Argentina o cualquier otro país. Como se comprenderá esto adquiere una importancia fundamental. Si Ud. sabe leer, podrá disfrutar con la lectura de un buen libro. Lo mismo ocurre con los mapas; los signos cartográficos a que hemos hecho referencia conforman un conjunto de información que, para quien pueda interpretarla son de inestimable utilidad. El aprendizaje para leer un mapa debe ser progresivo y con la ayuda de alguien que sepa. Al principio puede ser algo aburrido pero no difícil. ¡Animo! Primero la teoría y luego con la práctica. Para ello compremos una carta topográfica de una zona ya conocida por nosotros, de forma tal que no nos podamos perder. Tracemos un itinerario en el papel. Luego poco a poco iremos avanzando, reconociendo y asociando las distintas características del terreno con las que leemos en el papel. Es importante hacerlo despacio, manejando la brújula y la carta topográfica con cuidado para asimilar la enseñanza. Esta práctica, muy útil por cierto, nos permitirá leer de un "vistazo" cualquier mapa y recorrer terrenos desconocidos por nosotros sin cuidado de extraviarnos. Es verdaderamente fascinante salir de un apuro gracias al simple hecho de saber aprovechar la valiosa información que siempre nos brinda un mapa. No intente ninguna travesía sin conocimientos de topografía y de orientación. ¡Recuérdelo...!
LA BRÚJULA Un rumbo equivocado que nos aparta por algunas horas de la senda principal. La llegada de la noche, el frío y la angustia de no saber regresar, son algunas enseñanzas que nos da una experiencia desafortunada. Esta situación suele ser más frecuente de lo que se supone y ocurre todos los años en distintas regiones. En este estudio nuestro personaje invitado es la brújula, cuya vital importancia es demasiado obvia para quienes se alejan de zonas pobladas. Según se cree la brújula ya era conocida por los chinos unos mil años atrás de la era cristiana. Luego fueron los árabes los que la usaron y enseñaron ese descubrimiento a los occidentales durante las cruzadas. Básicamente consiste en una diminuta barra metálica imantada que invariablemente indica el norte. Las de mejor calidad poseen en su interior un limbo graduado en un disco numerado giratorio que aumenta de cero a los 360° de la siguiente manera: N = 0°, E = 90°, S = 180°, W = 270°. El norte se denomina 360° ó 0 indistintamente.
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La brújula magnética o el compás náutico son los instrumentos más sencillos y precisos para obtener rumbos y junto con la carta topográfica del lugar constituyen elementos básicos de orientación. Son necesarios para la navegación, obras civiles, etc. Orientarse con una brújula es muy fácil y hasta un niño de corta edad lo puede hacer. Simplemente habrá que depositarla sobre una superficie plana no metálica, esperar que se detenga la aguja o el disco graduado y luego leer el rumbo buscado. Es decir, nos indica solamente la dirección de marcha no la deriva que tengamos respecto al lugar donde debamos ir. Por ejemplo, con mi lancha navego directamente hacia el norte donde debo llegar a una isla, pero los vientos me desvían al este. En este caso la brújula me seguirá marcando el norte, aunque tenga que corregir el rumbo para llegar al lugar propuesto. Para ello necesariamente tendré que disponer de puntos geográficos identificables que me adviertan dicha deriva. Con cierta sorpresa pude comprobar que algunos excursionistas que se aventuran por solitarios parajes no incluyen en su equipo la tan mentada brújula. El error de pensar que se conoce bien el terreno, no pensar en una imprevista marcha nocturna o la simple negligencia, influye para que esas descuidadas personas olviden tan útil instrumento. Existieron casos de quienes debieron regresar de urgencia de noche o sobre terreno nevado que cubre referencias geográficas. En estas circunstancias la orientación es sólo posible con una brújula de buena calidad. Las brújulas manuales tipo militar con lente son muy prácticas. Con ellas podemos hacer navegación terrestre, medir rumbos de día o de noche y hasta admiten un trato rudo. También existen brújulas donde la aguja magnética está suspendida en un líquido especial que impide que ésta baile bruscamente cada vez que intentamos leer la graduación. Son de uso común pero requieren un cuidado mayor. Los modelos descriptos son los indicados para nuestros fines de usos terrestre y nos pueden sacar de apuro tanto caminando como en una embarcación no metálica. Una brújula militar con lente, se empuña de la siguiente manera: Abra la tapa superior hasta que ésta forme una línea recta con la base y se abra el ocular hasta su apertura máxima. Luego introduzca el pulgar de su mano derecha en el anillo de bronce y con los otros dedos forme una base firme. Apoye todo el conjunto con la otra mano y junte los codos contra el cuerpo. Espere que el limbo graduado se detenga. Luego con la brújula a la altura de la barbilla lea por intermedio de la lente el rumbo marcado. Cuando se desee medir un rumbo hacia un punto geográfico, apunte cuidadosamente el instrumento como se indicara. Finalmente mediante la línea de guía lea el acimut como el caso anterior.
ORIENTACIÓN La base para orientarse en el terreno es la determinación de los puntos cardinales. Aunque esté desorientado y molesto por ello, no camine sin rumbo definido; invariablemente terminará extraviado, sediento, agotado y habrá empeorado su situación. Una antigua pista para retomar el rumbo puede ser conocer que el sol sale por el este y se pone al oeste, indicando el norte al mediodía. En Sudamérica, de noche, con un poco de práctica es muy fácil orientarse por el método de "La Cruz del Sur". Corresponde a un grupo de estrellas que pueden verse perfectamente en toda época del año y en especial a mediados de mayo. Están dispuestas en forma de cruz. Prolongando imaginariamente el eje mayor de éstas, tres veces hacia abajo, es posible obtener el rumbo sur. Existen otros métodos. Pero supongamos que Ud. es una persona precavida y sacó de su mochila la brújula y la carta topográfica de la región. Como primer medida, deposite ambas cosas sobre una superficie plana y haga coincidir el norte del lugar con el de la hoja impresa o sea donde se lee el título. Para ello ponga en paralelo el norte del mapa con el de la aguja magnética. Luego habrá que reconocer visualmente la zona y ubicar los accidentes naturales del área en la carta (montañas, ríos, etc.). Es decir, en base a ellos, se determinará en la carta topográfica el lugar donde Ud. se encuentra. Luego determine el camino a seguir. Cuando maneje la brújula, aléjela de cualquier masa metálica o campo magnético que necesariamente alterará cualquier medición. No es nada raro que algún "despistado" intente orientarse con una brújula manual dentro de un automóvil o al lado de un transmisor de radio. Aleje dicho instrumento de cualquier masa metálica como armas, linternas, cuchillos, etc.
CÁLCULO DE DISTANCIA En numerosas oportunidades durante las travesías siempre habrá necesidad de saber la distancia que se encuentra un determinado punto de referencia que observamos. Como se supone que nadie de nuestro grupo lleva instrumento alguno de medición, lo mejor será recurrir al siguiente sistema: cada uno de los integrantes deberá individualmente apreciar la distancia que interpreta se encuentra el referido punto que se observa a la distancia. Luego Ud. sume todas esas
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cantidades y divídalas por el número de personas que participaron en el cálculo. De esa manera se obtendrá un promedio muy aproximado de esa distancia. Se tendrá en cuenta que las condiciones atmosféricas inciden en los cálculos de distancia. Tanto es así que, un observador terrestre aprecia distancias diferentes según determinadas circunstancias.
Se aprecian distancias mayores a las reales
Con el sol de frente Con tiempo lluvioso Nublado En los crepúsculos En superficies rectas (caminos, costas) En cuestas ascendentes
Se aprecian distancias menores a las reales En los días claros y diáfanos Con el sol detrás En planos lisos (playas, salinas, agua, nieve) En cuestas descendentes
NAVEGACIÓN TERRESTRE El limbo graduado de una brújula como se explicó es un disco cuya numeración aumenta conforme a los grados. Para hacer una navegación terrestre a pie, sólo debemos disponer de una brújula del tipo militar y un papel para anotar el azimut (grados que marca la brújula) y los pasos que damos al caminar. No es imprescindible un mapa. Se registrará el "punto inicial" (PI) y el "punto terminal" (PT). Para ello tendremos que apuntar en la dirección de nuestra marcha hacia un objeto algo lejano. Una vez detenido el limbo graduado, se podrá leer con sólo mirar hacia abajo. Ejemplo: PI rumbo 40°. Se caminará hacia dicho punto contando los pasos. Al llegarse al mismo o al primer cambio obligado de dirección, mida como en el caso anterior el nuevo azimut, anote los grados y la cantidad de pasos. Así sucesivamente cada vez que haya un cambio de rumbo. Mejor aún si anotamos el tiempo tardado.
Lectura de rumbos
Como se explicó no haga mediciones cerca de metales, líneas de alta tensión, etc. El sistema de navegación terrestre, es útil para señalar una senda que luego nos llevará a un determinado lugar muy difícil de encontrar. Como interesante motivo de enseñanza, consiga una brújula y una carta topográfica del lugar donde pasará sus vacaciones. Después ubique el punto donde se piensa llegar. Practique estas enseñanzas. Desdoble la escala, mida distancias, calcule tiempos de marcha y compruébelos. Esta ejercitación le permitirá leer un mapa de un simple vistazo, adquiriendo conocimientos de orientación muy útiles. Desde hace algunos años la orientación por mapa es un deporte popular en Europa y en los EE.UU. donde se organizan con gran entusiasmo competencias al aire libre.
GLOBAL POSITIONING SYSTEM (GPS) Constituye un excelente sistema para ubicar rápidamente la longitud, latitud y la altimetría de quien posea este maravilloso instrumento y cuente con un transmisor para pedir auxilio. Pero es un error pensar que un GPS. Puede reemplazar al uso cotidiano de la cartografía como se explicó anteriormente. Básicamente, una carta topográfica, una brújula y un GPS. conforman un excelente equipo, pero con diferentes funciones.
EL CUIDADO DE LA CARTOGRAFÍA Personalmente respeto a todo aquel que al igual que un libro cuida el material cartográfico. En tal sentido debo recordar que basta solamente una breve salida para que el mapa que nos acompaña se deteriore rápidamente. El viento, la lluvia y el trato en campamento estropean un plano aún antes de finalizar nuestro viaje. Lo más indicado es introducirlo en una
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bolsa rectangular hecha por nosotros mismos de buen plástico transparente. Se deben coser los bordes a máquina dejando un costado abierto para ir poniendo nuevos mapas. De esa manera podremos leer dos planos de ambos lados de la funda, marcar rumbos y otras escrituras hechas sobre el plástico a la vez que el papel estará protegido de cualquier inclemencia.
UNOS CONSEJOS Hago notar que, como no existe un manual de supervivencia aplicable para todo el planeta, es fundamental obtener bibliografía específica de la zona elegida. A todos recomiendo la sana costumbre de informar a la autoridad jurisdiccional más cercana respecto a nuestras intenciones: ruta elegida, campamentos, etc. Además de asesorarse sobre la factibilidad de sus proyectos, este simple trámite podrá evitar serios inconvenientes. Finalmente, si planea un viaje de aventuras, consiga una carta topográfica del lugar y una brújula buena. De lo contrario busque un baqueano de la zona. No tiene otra alternativa. En el hombre y en los animales todos, la orientación es una forma de conocer el mundo a partir de puntos ya conocidos. Es un instinto que tenemos ya desde recién nacidos y que se puede observar en los niños pequeños cuando buscan un objeto que se perdió de su vista porque algo se cruzó y lo ocultó. En la ciudad, el trazo generalmente cuadrado de las calles hace que el hombre se sienta muy limitado, sobre todo porque parece que sólo se moviera en un plano, es decir: en un mundo de sólo dos dimensiones (porque además, la llegada de los elevadores y las escaleras eléctricas hacen que el movimiento vertical se anule casi por completo) y de esta manera ese instinto de orientación está sumamente reducido. ¿QUÉ ES? La orientación, vista de esta manera, es el conjunto de técnicas necesarias para que el hombre pueda moverse en un espacio tridimensional a partir de puntos de referencia específicos. Es necesario remarcar la importancia de esta tridimensionalidad, pues es precisamente este cambio de un mundo cotidiano de dos dimensiones a otro de tres el que hace sentir a la gente que es muy complicado moverse y orientarse en el campo. A rasgos generales, se distinguen dos tipos de orientación: la artificial o con instrumentos elaborados por el hombre, y la natural, donde se utilizan todos los elementos que nos proporciona el medio. Precisamente este último tipo de orientación es el que ha perdido el hombre de la ciudad. ¿EN QUÉ CONSISTE? En responder tres preguntas básicas:
¿Dónde estamos? ¿Adónde vamos? ¿Cuál es el camino más corto?
El último punto necesita una explicación aparte: en los cursos de orientación que doy, la gente entiende generalmente como “camino más corto” aquel que siga la línea recta pues todos saben que la distancia más corta entre dos puntos es precisamente ésa. Hay que recordar que en el campo difícilmente podremos encontrar como “mejor camino” una recta. Tal nombre se aplica a aquel camino que ofrezca las menores dificultades y, de ser posible, con amplia visibilidad; es decir: el “camino más corto” es en realidad el “mejor camino”. Es precisamente este punto el más difícil de resolver en la práctica. ORIENTACIÓN ARTIFICIAL La división de la orientación entre “natural” y artificial” sirve sólo para señalar el uso o no se elementos fabricados por el hombre para orientarse; aunque no deja de ser arbitraria, es bastante útil. ¿Qué elementos ha creado el hombre para orientarse?
Mapas Brújulas Astrolabio Octante Sextante GPS (de las siglas en inglés: Global Position System: Sistema de Posición Global) Otros
Tocaremos sólo los dos primeros como los más esenciales. Es necesario aprender y dominar su uso para estar orientados
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en todas las disciplinas de las actividades que se realizan fuera de las ciudades. Si se dominan, con el tiempo se puede rescatar gran parte del sentido de orientación, aunque no todo. ¿QUÉ ES LA BRÚJULA? Inventada por los chinos, la brújula no es más que una aguja imantada que responde al campo magnético de la Tierra. Por supuesto, es la brújula más sencilla pero las actuales tienen diferentes partes específicas que evitan muchos errores de medición debidos al factor humano. La más completa pero sencilla es de la marca Silva, que se usa para las competencias de “orientacionismo” en Europa. Es ligera, sencilla y de fácil uso. Aquí hablaré de este tipo de brújula porque es más sencillo explicar todo el procedimiento de esa forma, pero si no se tiene a la mano este tipo, cualquiera será suficiente para aprender y únicamente se tendrán que hacer algunas pequeñas adaptaciones a lo aquí explicado. PARTES DE LA BRÚJULA Las partes son:
Base de plástico Anillo giratorio graduado Aguja magnética Flecha orientadora y sus líneas auxiliares Punto de lectura Flecha de dirección de viaje y sus líneas auxiliares
BASE DE PLÁSTICO Todo el cuerpo de la brújula está sostenido por una base de plástico resistente y transparente. Ahí están las demás piezas y generalmente uno olvida que la base está ahí. Tiene por sí misma sus privilegios, como una a tres escalas de medición y a veces una lupa, pero, sobre todo, la flecha de dirección de viaje. Es importante que la base sea transparente para que permita ver el mapa sin dificultad. ANILLO GIRATORIO La parte más notoria en la base de plástico es un cilindro aplastado. Sobre él hay un anillo giratorio que tiene divisiones cada determinada distancia y que completan un círculo de 360 grados, lo que convierte a esta escala en un transportador que puede medir ángulos. Las brújulas estándar tienen una división mínima de dos grados y son lo suficientemente buenas como para hacer viajes de mediana longitud sin muchas correcciones. Es preferible que la brújula tenga esta división lo más pequeña posible para evitar errores adicionales. Existen brújulas con división de cinco grados que se pusieron de moda de un día al otro, quizá sólo por ser un poco más baratas. Sencillamente no sirven en la mayoría de los casos en que deben ser usadas porque arrojan un error de medición demasiado alto. AGUJA MAGNÉTICA Dentro del cilindro está la aguja magnética, inmersa en aceite para que el movimiento de inercia sea frenado lo más rápidamente pero sin detener el avance de la aguja. Como ya dijimos, la aguja es la parte más importante de toda la brújula pues aún si se rompe toda la base y el cilindro, se puede usar, aunque con muchas más dificultades. FLECHA ORIENTADORA La flecha orientadora está también dentro del cilindro pero por debajo de la aguja magnética. Generalmente es una doble línea que semeja una gran flecha, con la punta señalada claramente por tres líneas que pretenden ser movimiento continuo. A los lados de esta flecha hay líneas que son paralelas a esta flecha y que son auxiliares. PUNTO DE LECTURA En la parte superior del cilindro, sobre la numeración de las divisiones mínimas del transportador, existe un punto, generalmente de color blanco. Ahí se realizará cualquier lectura que se haga con la brújula. FLECHA DE DIRECCIÓN DE VIAJE Es una línea que atraviesa la mayor parte de la base de plástico y termina con una flecha sencilla. A sus lados también hay líneas auxiliares, pero diferentes de la flecha orientadora. ¿QUÉ ES LO QUE MIDE UNA BRÚJULA? Este aparato mide ángulos horizontales con respecto a una línea que es fija: la línea magnética de la Tierra. La parte roja
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de la aguja se dirigirá a la parte norte del campo magnético mientras la blanca se dirigirá al sur. Es muy importante remarcar que la brújula no apunta al norte, sino que sigue las líneas magnéticas. Lo que mide, entonces son ángulos horizontales con respecto a la línea magnética en la que estemos. LÍNEAS MAGNÉTICAS El magnetismo terrestre no es constante en toda la superficie. Se altera por yacimientos de minerales y masas de agua, por ejemplo. Si quisiéramos cortar una manzana con gajos que siguieran la forma de estas líneas, no tendríamos formas simétricas, sino bastante irregulares. Hay dos tipos de líneas magnéticas: las agónicas [de a, privativo, y gonos, ángulo: sin ángulo] y las isogónicas. En las primeras la parte roja de la aguja magnética apunta exactamente al norte geográfico y al mismo tiempo al norte magnético porque están alineadas. Sólo existen dos. En las líneas isogónicas la parte roja de la aguja magnética apunta exclusivamente al norte magnético. LA ROSA DE LOS VIENTOS La llamada “Rosa de los Vientos” es una representación que surgió de la marinería y representa básicamente los cuatro puntos cardinales (norte, sur, este, oeste) y los otros cuatro que hay entre ellos. Este forma de orientarse es útil en rasgos generales y se sigue usando, pero si se quiere tener más precisión, se usa un método numérico. Por supuesto, la Rosa de los Vientos abarca todo un círculo, por lo que puede ser dividido en grados, y todas las subdivisiones de éstos. Cuando se usa esta forma de orientarse, a cada una de las direcciones que se marca o se dirige uno, se le llama azimut o lectura azimutal. Como la numeración parte del norte y crece hacia el oriente, los azimutes para los puntos cardinales son norte (N), 0 o 360ª; este (E), 90º; sur (S), 180º; oeste (W), 270º. El oeste no tiene como letra representativa la O para evitar confundirse con un cero y así se le pone la W, de la palabra alemana e inglesa para designar al mismo punto: “West”. FORMA DE USAR LA BRÚJULA Debe mantenérsela en la palma de la mano, con la flecha de orientación de viaje apuntando directamente hacia el frente, lo mismo que uno. La mejor posición es a la altura de la cintura pues de ese modo se evita el error de paralaje creado por los ojos. Cuando la aguja magnética se estabilice en una posición, el disco graduado debe girarse de tal manera que la punta de la flecha orientadora esté directamente debajo del extremo rojo de la aguja magnética. TIPS ÚTILES PARA USAR LA BRUJULA
Colocarla justo a nivel de la cintura El frente del cuerpo debe mirar en la misma dirección que la Flecha de dirección de viaje La brújula no debe estar inclinada Alejarse de cuerpos metálicos o electrificados Quitarse el reloj de pulsera (sobre todo si es electrónico) al usarla
EJERCICIOS PARA SU USO En el papel se puede trazar una figura geométrica en base a un transportador y eso no nos causa ningún problema. Sin embargo, al tratar de trazar esa misma figura geométrica con una brújula (que no es a fin de cuentas más que otro transportador) empiezan a surgir problemas que en realidad son aparentes. Para solucionarlos en una práctica sencilla es necesario “dibujar” un triángulo sobre una superficie plana de gran extensión. Se hace de la siguiente forma:
Se dirige la flecha orientadora hacia el azimut cero, es decir, al norte magnético. Se traza una línea de caminata hacia ese punto indefinido que marca la aguja. Se camina por esa línea rectas por una distancia determinada. Digamos: unos veinte pasos. Al terminar de caminar esa distancia, se le suman 120 grados al azimut que se ha seguido. Se repite la misma distancia: 20 pasos y después se vuelven a sumar 120º a la segunda lectura para caminar por tercera vez 20 pasos.
Si se ha hecho todo bien, al finalizar el ejercicio la persona debe estar exactamente en el mismo punto en que comenzó. Para saber si esto es cierto, es recomendable dejar una moneda o piedra pequeña en el sitio de partida. La habilidad de quien haga este ejercicio depende de la constancia y de que encuentre los errores que comete cada ocasión que realice el ejercicio.
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ELEMENTOS PARA MEJORAR EL EJERCICIO
En la línea que se va a caminar: elegir un punto visible al cual dirigirse. Si esto no es posible, ubicar puntos que sirvan de referencia y que eviten una desviación. Al caminar: dar los pasos con la misma longitud de zancada. Generalmente todos comenzamos con una zancada larga y después aminoramos. También damos pasos más largos con una pierna que con otra. No mirar continuamente la brújula, sino la superficie sobre la cual se camina. Este es uno de los errores más frecuentes, pues la gente olvida que al moverse hacia un lado o al otro, la aguja sigue marcando al mismo punto. Al cambiar de dirección: dar el giro con todo el cuerpo y no sólo con la brújula. Evita hacer este ejercicio en lugares donde haya alumbrado público o edificios altos, pues están electrizados y desvían a la aguja. Por supuesto, cuando alguien puede hacer correctamente este ejercicio, podrá seguir trazando cualquier figura geométrica con la brújula. La siguiente en dificultad es un cuadrado, luego un rectángulo, un pentágono, un hexágono y posteriormente una figura irregular. El ejercicio es algo tedioso al principio, pero está elaborado precisamente para mejorar el uso de la brújula, que es el primer paso, y muy importante, para orientarse con ella.
¿QUÉ BRÚJULA ELEGIR? El tipo de brújula a elegir depende de la actividad que se realice, pero para actividades en tierra que no tengan mucha precisión, las brújulas Silva funcionan muy bien. Aunque la marca Silva fue prohibida en Estados Unidos, hay otras marcas de buena calidad que pueden conseguirse, como la Brunton o la Sunnto. Todas están diseñadas en base al funcionamiento de las brújulas Silva. La aguja magnética está siempre sumergida en un aceite especial para que no se balancee sobre su eje y se detenga pronto. Generalmente, una brújula de un costo de $15.00 USD es suficiente
NUDOS
PRESILLA DE CAZONETE
ALONDRA
CON
Permite unir una cuerda a un poste y a una argolla. Es un nudo fácil de hacer y deshacer, es resistente a la tensión. Se puede utilizar para colgar pesos de ramas de árboles o para arrastrar troncos por medio de cuerdas. El cazonete permite
AS DE GUÍA
COTE DOBLE
Este nudo consiste en una gasa que no se corre; es útil para subir o bajar a una persona a modo de arnés o mantener unidas a varias personas por medio de una cuerda. El As de Guía tiene la ventaja de que no se afloja fácilmente.
Es un nudo muy útil, ya que no se deshace fácilmente al estar en tensión. Se puede utilizar para atar a un poste cuerdas que están sometidas a tensión constante (por ejemplo, la cuerda que sujeta a un toldo o tienda de campaña).
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hacerlo rápidamente. AS DE GUÍA DOBLE
NUDO DE EMPAQUETADOR
ARNÉS DE HOMBRE
Se hace de la misma manera que el As de Guía simple, sólo que la gasa se hace doble como se muestra en el esquema. Se utiliza también para labores como elevar personas u objetos ofreciendo mayor seguridad.
Esta es un aplicación del nudo en forma de ocho y tiene la particularidad de quedar plano con respecto a lo que vayamos a sujetar.
Este nudo es útil para hacer una gasa que no se deslice a la mitad de una cuerda de remolque, de modo que una persona pase dicha gasa a través de su hombro (a modo de arnés) y le permita remolcar objetos más fácilmente. También se puede utilizar para hacer peldaños y agarraderas en una cuerda para trepar.
NUDO SIMPLE
NUDO DE CIRUJANO
AJUSTE SIMPLE
Tiene varios usos, uno de ellos es el de dar un acabado temporal al cabo de una cuerda que no ha sido reforzado y con éste evitar que se deshaga.
Es una variación del nudo de rizo, con una vuelta más en la primera torcida, la cual ofrece más firmeza al nudo. Generalmente es utilizado por los cirujanos para unir la sutura durante una operación.
Sirve para unir dos cuerdas del mismo o diferente grosor, proporciona mayor firmeza que el Vuelta de escota.
REFUERZO DE CABO
Utilizando una cuerda delgada nos es posible rematar el extremo o cabo de una cuerda para evitar que se deshaga. El refuerzo de cabo tiene la ventaja de ser más resistente que el nudo de ocho, por lo que es recomendable usarlo cuando a la cuerda rematada se le va a dar un uso más rudo.
VUELTA DE TUBO
VUELTAS DE GANCHO
AS DE GUÍA CORREDIZO
Es como el cote doble, sólo que se le dan varias vueltas alrededor
Este nudo se utiliza para fijar una cuerda a
El As de Guía corredizo es útil para hacer una gasa ajustable que se puede usar como lazo.
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del poste para aumentar la resistencia del nudo. Se aplica para atar cuerdas que están sujetas a cambios continuos de tensión.
un gancho y así poder levantar algún objeto. Se comienza dando una vuelta alrededor del gancho y cruzando las cuerdas como se muestra.
Se hace del mismo modo que un As de Guía simple, sólo que el extremo largo de la cuerda se pasa a través de la gasa fija.
NUDO DE MOLINERO
NUDO DE ATESAR
NUDO CORREDIZO
El nudo de molinero se utiliza para atar sacos de forma segura y rápida. Se le dan dos vueltas a la cuerda alrededor del paquete cruzándolas como se muestra en la figura.
Se utiliza para sustituir un tensor en tiendas o para fijar toldos, pero no ofrece mucha resistencia ante variaciones en la tensión.
Se hace un nudo simple y se pasa la punta por en medio del nudo para hacer una gasa corrediza. Este nudo puede ser útil en la elaboración de gasas corredizas.
ZARPA DE GATO
COTE CORREDIZO
NUDO DE CALZADO
Se utiliza principalmente para hacer una gasa temporal en una cuerda o para fijarla a un gancho. Se hace una presilla, se le da la vuelta de modo similar a una presilla de alondra y se tuercen las dos gasas que se forman.
Con las mismas aplicaciones que el cote, este nudo tiene la particularidad de deshacerse con un simple tirón de la cuerda.
Este nudo es una variante del nudo de rizo (cuadrado) utilizado comúnmente para atar las agujetas de los zapatos o algunos paquetes pequeños. Tiene dos gasas corredizas que nos permite deshacerlo fácilmente con sólo tirar de las puntas.
Consejos
Mochilero Colgante:
pasa una cuerda por dos ramas de un árbol a una distancia razonable, para unir los extremos de la cuerda utiliza un palo de escoba y ahí pones las mochilas.
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Fogón:
haces un tripie, abajo de éste una fogata y ahí tienes tu fogón.
Lavadero:
haces un pozo de aproximadamente 5 cm. de profundidad y después le pones una bolsa que lo tape, la sostienes con piedras y adentro de ella le pones agua y jabón. Lo cubres con una bolsa.
Vestidor:
con varejones haces un tripie, le pones un toldo encima y listo.
Refrigerador:
con palos de escoba haces un tripie y mojas una camiseta, ésta tiene que tener muy bien amarradas las 2 mangas, la parte de abajo y con un corredizo la parte de arriba. Por la parte de arriba introduces y sacas las cosas. Tienes que mantenerlo mojado.
Timbre:
en una lata de refresco metes piedritas y la cuelgas de un árbol.
Ganchos:
te buscas palitos medio encorvados y en medio les pones una cuerda para poder colgarlos.
) Mesa China:
haces 2 tripies y los conectas con 4 palos formando un rectángulo (amarre cuadrado) y le haces un tejido. Pones 2 palos en los lados más largos para que te sirvan como banca.
2) Mesa En Tripie:
con varejones haces un tripie y unes seis palos de escoba (3 para el tejido y 3 para la silla), le haces un tejido y listo.
Para evitar que el agua moje tu carpa haz esto: 1. Forma un cuadrado con varejones 2. Entierra cuatro barejones que tenga tu cuadrado
a
la
distancia
3. Amarra el cuadrado a los postes 4. Haz un tejido en el cuadrado 5. Pon la carpa encima del tejido
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HAAAAAAAAAAA la primera impresión fue de mi impresora las demás son copias y el engargolado Lo hizo Maricela..
Mapa de Saigón 1968 Esta obra fue editada e impresa en mi compu, en mi casa. Con un tiraje de 5 ejemplares La misma esta protegida por Bat Man y Robin, Superman, El Hombre Araña y todos los demás de La Liga de la Justicia…. Esta obra fue impresa en Xochimilco D.F. 22/03/2006 Derechos Reservados y chin chinn de perra negra el que lo copie y además %&$?¡&%$**@ y puto el que lo lea. Y por si es albur chupas. 28
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