Grupo de Entrevernes (Ed.) - Signos y Parábolas. Semiotica y texto evangelico (Cristiandad, 1979, 254pp)

December 22, 2017 | Author: santelmo | Category: Semiotics, Gospels, Jesus, Reading (Process), Science
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Short Description

Descripción: Collection of articles on New Testament texts from a French semiotic perspective....

Description

EDICIONES CRISTIANDAD

Entrevernes es una aldea de la alta Saboya. En ella se reúnen periódicamente un grupo de exegetas y lingüistas, entre ellos J . Delorme, J.-C. Giroud y L. Panier, para discutir problemas de semiótica textual. En el grupo se planeó y redactó este libro. En él colaboran, además, J. Geninasca, profesor de la Universidad de Zurich y director de la revista «Semiotica», y A. Julien Greimas , patriarca de este campo lingüístico.

La semiótica, una disciplina nacida en nuestro siglo, es a la vez ambiciosa y humilde. Se propone nada menos que abordar el problema del sentido en su raíz, pero renunciando a decidir sobre el mensaje de un texto dado. Su objetivo es descubrir los elementos y las relaciones que constituyen el sistema significante de un discurso. Se trata, en el fondo, de una tarea de análisis estructural. En este libro, el método de investigación semiótica se aplica a algunos pasajes evangélicos: relatos de milagro y parábolas, es decir, hechos y dichos de Jesús. Tal aplicación tiene para el lector familiarizado con la Biblia la doble ventaja de presentarle los principios e instrumentos de la semiótica textual, a la vez que se le abren nuevas perspectivas para la comprensión de los textos analizados. El trabajo semiótico no se opone a la exégesis. En el presente caso quiere sencillamente caminar a su lado para servirle de ayuda.

Colección

BIBLIA Y LENGUAJE 6

SIGNOS Y PARABOLAS

Colección

BIBLIA Y LENGUAJE La dirige A. DE LA FUENTE ADÁNEZ

l.

R. Barthes, P. Ricoeur, X. Léon-Dufour: Exégesis y Hermenéutica. 291 págs.

2.

E. A. Nida/Ch. R. Taber: Teoría y práctica de la traducción.

3.

L. Alonso Schokel/E. Zurro: La traducción bíblica: Lingüística y estilística. 451 págs.

4.

P. Beauchamp: Ley, Profetas, Sabios. Lectura sincrónica del Antiguo Testamento. 304 págs.

5.

X. Léon-Dufour (ed.): Los milagros de Jesús. 370 págs.

6.

Grupo de Entrevernes: Signos y parábolas. Semiótica y texto evangélico. 256 págs.

7.

]. Jeremías: La Ultima Cena. Palabras de Jesús.

GRUPO DE ENTREVERNES

SIGNOS Y PARABO LAS SEMIOTICA Y TEXTO EVANGELICO

Con un estudio de J acques Geninasca Epílogo de Algirdas Julien Greimas

EDICIONES CRISTIANDAD

Huesca, 30-32 MADRID

Este libro fue publicado por ÉDITIONS DU SEUIL, París 1977 con el título SIGNES ET PARABOLES

Sémiotique et texte évangélique Los tradujo al castellano IVAN ALMEIDA

Derechos para todos, los países de lengua española en EDICIONES CRISTIANDAD, S.L. Madrid 1979 Depósito legal: BU- 606.-1979

ISBN 84-7057-265-2

Printed in Spain Imprenta de Aldecoa. Diego de Siloe, 18.- Burgos

19888

CONTENIDO

Preámbulo . . . . . .

15"

l.

¿Por qué? ... De la lectura a la semiótica Por el sentido

16 17 18:

2.

¿Cómo? . . . . . . Elección de los fragmentos analizados . . . . . . . . . . . . Itinerario propuesto Envío ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

19 19 20 22"

CAPÍTULO 1

«ANDA Y HAZ TU OTRO TANTO» RELATO Y DIALOGO (Lucas 10,25-37)

I. El relato: «Un hombre baiaba de Jerusalén a Jericó» l. Organización narrativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Búsqueda de los personajes . . . . . . . . . . . . . . . . . . Organización narrativa del conjunto . . . . . . . . . . . . 2. Organización discursiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Los personajes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Estados y transformaciones de los personajes ... Modelo lógico-semántico del relato . . . . . . . . . . . . Del modelo a las otras figuras del relato . . . . . . 3. Balance provisional ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

25"

II. El debate: «Se levantó entonces un ;urista para tentarlo ... »

44-

1. Organización narrativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Las dos preguntas del jurista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Primera fase del debate: ¿poner a prueba o amar? ... Segunda fase del debate: ¿justificarse o hacerse prójimo? Organización narrativa del conjunto . . . . . . . . . . . . . . . 2. Organización discursiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Papeles temáticos e isotopías generales . . . . . . . . . . . . ¿Qué es amar al prójimo? . .. . . . . . . . . . . . . . . . Un jurista, un sacerdote, un samaritano . . . . . . . . . Organización de conjunto del debate . . . . . . . . . . . . 3. Conclusión: «La parábola del buen samaritano» Un relato en forma de espejo . . . . . . . . . . . . . . . . . .

44 44 4648 51 52 53 55"

26 27 30 31 32 3437 39 · 43

56 57 5858;

JO

Contenido Un texto en busca de personajes Un puesto libre . . . . . . . . . . ..

59 60

CAPÍTULO Il

-«NO HABlAN COMPRENDIDO EL ASUNTO DE LOS PANES ... >> VARIOS EPISODIOS Y UN SOW RELATO (Marcos 6,30-53) 1.

Primera secuencia: La travesía desviada . . . . . . . . . . . . . . . . . .

63

1.1.

63 63 64 66 66 67

1.2.

2.

Componente narrativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. a) Del informe al reposo . . . . . . . . . . . . . .. b) El reposo robado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Componente discursivo . . . . . . . . . . . . . .. a) Caminar o navegar ..... . b) Retirarse . . . . . . . . . . . . . . . . .. e) Transformación semántica de los lugares ... d) Conclusiones ....................... .

69 70

Segunda secuencia: La muchedumbre alimentada

72

2.1.

72 72 73 76 76 78 81 82 83

2.2.

Componente narrativo ... ... ... ... ... ... ... ... a) La compasión del pastor ... ... ... ... ... ... b) 5 + 2 > 5.000 ... ... ... ... ... ... Componente discursivo ... .. . .. . ... ... ... ... a) Enseñar y alimentar ... ... ... ... ... ... b) Panes y peces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . e) La muchedumbre de los invitados d) La construcción de los lugares . . . e) Las figuras de los actantes

.3. Tercera secuencia: El estupor ... ... Componente narrativo ... . . . ... ... ... ... ... ... a) Soledad de Jesús . .. ... ... ... ... . .. ... ... ... ... b) Caminar o remar . . . . . . e) Del miedo al estupor .. . d) Conclusión . . . . . . . . . . . . 3.2. Componente discursivo ..... . 3.1.

4. Observaciones de conjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 4.1.

Componente narrativo ... . .. ... ... ... . .... . a) Recurrencia de una forma narrativa ........ . b) Progresión del relato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

4.2.

Componente discursivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

84 84 84 85 87 90 90 93 93 93

95 97

CAPÍTULO III

«HABlA QUE CELEBRAR FIESTA ... » CONTROVERSIA Y PARABOLAS (Lucas 15) I.

II.

«Hay alegría por uno solo ... » ... ... . .. . . . l. Secuencia I: Divergencias entre Jesús y sus adversarios ( 15,1-2) . .. ... . . . . .. . . . .. . . . . .. . ... . .. . .. . .. . . . l. l. Los programas narrativos ... ... ... ... . .. ... ... ... 1.2. El desdoblamiento del hacer ... ... .. . . .. ... ... ... 1.3. El sistema de papeles temáticos . .. .. . ... ... .. . . .. ... a) Papeles indicados por la denominación b) Papeles indicados por las acciones ... ... e) Sistema de los papeles ... ... .. . ... ... 2. Secuencia II: Invitación a comprender (15,3-10) ... 2.1. Los programas narrativos ... . .. ... .. . . .. ... 2.2. Diversos tipos de hacer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.3. Los papeles temáticos ... ... . . . ... ... . .. .. . a) Los itinerarios figurativos . . . . . . . . . . . . . . . b) La transformación de los papeles . . . . . . . . . . . . e) Nuevas precisiones sobre los papeles temáticos ... d) El sistema de los papeles temáticos ... ... ... 3. Secuencia III: Aventura de los dos hijos (15, 11-31)

103 104 104 105 106 106 107 108 109 110 112 115 115 116 118 120 120

«Un hombre tenía dos hijos ... » ... ... ... ... ... ... l. La degradación (15,11-16) ... ... ... . . . . . . ... 1.1. Los programas narrativos . .. . .. . .. ... ... a) Un programa explícito . . . . . . . . . . . . . . . b) Un programa opuesto . . . . . . . . . . . . . . . . . . e) Programa único de la degradación ... 1.2. Diversos tipos de hacer . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.3. Los papeles temáticos ... ... ... ... ... ... ... a) Los papeles familiares . . . . . . . . . . . . . . . . . . b) El papel del patrón extranjero e) El papel del hambre ...

121 122 123 123 124 125 126 127 127 128 131

2. La reintegración (15,17-24) ... ... ... ... 2.1. Programas narrativos ... ... ... ... a) Orientación del programa narrativo . .. b) Representación actorial ... ... ... ... ... e) Atribución del objeto ... ... ... ... . . . 2.2. Diversos tipos de hacer . . . . . . . . . 2.3. Los papeles temáticos . . . .. . . . . . .. . . . a) El papel paterno ... ... ... ... ... b) El papel materno ... ... ... ... ... e) El papel de hijo . . . . . . . . . . . . . . .

134 134 134 135 136 136 137 137 142 144

Contenido

12 3.

La protesta (15,25-32) ... ... ... ... ... ... ... ... 3.1. Los programas narrativos ... ... ... ... ... ... 3.2. Diversos tipos de hacer . .. ... ... ... ... .. . ... 3.3. Los papeles temáticos ... ... ... ... ... .. . a) El papel de hermano ... ... ... ... .. . .. . b) El papel de padre .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. .

... ... .. . ...

Conclusión .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. .

146 146 147 147 148 151 152

CAPÍTULO IV

PESCAR/PREDICAR RELATO Y METAFORA (Lucas 5,1-11) Identidad del ob;eto estudiado .. . .. . .. . .. . .. . . .. .. . La identidad del texto no es la identidad del relato La instancia del discurso .. . .. . .. . . .. .. . Los paralelismos y su función .. . . .. .. . .. . .. . .. . Elementos de una descripción .. . .. . .. . La segmentación .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . Los tres estados de la relación Pr, - Pr, . . . . . .

154 154 155 157

Procesos y actores .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . La invariante sintáctica .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . . .. .. . .. . El itinerario figurativo .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . Proceso tópico y proceso correlacionado . . . . . . . . . . . . . . . La construcción de los actores .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . Los tres segmentos como realización de las unidades A B C . . . Papel particular de la primera unidad .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . Análisis de la segunda unidad .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . Análisis de la última unidad .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . Conclusión en forma de obertura .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. .

163 163 164 165 165

159 159 160

169 169 171 175 178

CAPÍTULO V

MILAGROS Y PARABOLAS EN EL RELATO EVANGELICO l. El aspecto formal de los relatos secundarios .. . .. . .. .

Las parábolas .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . a) Las parábolas y el relato primario ... .. . .. . b) Las parábolas y los milagros .. . .. . .. . .. . .. . 1.2. Los relatos de milagro .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . a) Los milagros y el relato primario ... ... ... b) Los milagros y las parábolas .. . .. . .. . .. . 1.3. Conclusión .. . .. . .. . ... ... ... .. . ... .. . ... .. . 1.1.

182 183 183 185 186 186 188 189

Contenido 2. Función de las parábolas y de las milagros 1.2. Función de la parábola ... ... ... ... ... a) Distanciación ... ... ... ... ... ... .. . b) Exposición .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . . .. e) Interpretación ... ... ... ... ... .. . .. . .. . ... 2.2. Función de los relatos de milagro ... ... ... ... ... ... a) La realización ... . .. . . . ... ... ... ... ... ... . .. b) El requerimiento ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... e) El reconocimiento . .. ... ... ... ... .. . ... ... ... ... Observaciones: los «milagros sobre la naturaleza» . .. 2.3. Conclusión . .. ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 3. Parábolas y milagros en la estrategia de los actores 3.1. Los relatos parabólicos ... .. . ... . .. ... ... a) El plano narrativo ... ... ... ... ... ... . .. b) El plano semántico .. . .. . . .. .. . . .. . . . .. . e) Dos ejemplos (la parábola del sembrador y la parábola de los viñadores homicidas) .. . . . . . .. . .. .. . .. . . .. d) Observaciones sobre la significación del relato como tal. 3.2. Los relatos de milagros ... ... ... ... ... ... ... ... ... a) Alejamiento y reducción de la distancia ... ... ... ... b) Clasificación de los milagros en función del contexto ... 3.3. Conclusión . . . . ..

13 190 190 190 191 193 194 195 1% 200 202 203 204 204 204 207 209 212 214 214 216 218

CONCLUSIÓN

HACIA UNA NUEVA FORMA DE TRATAR EL TEXTO EVANGELICO l. Un nuevo camino ... ... ... ... ... ... ... ... ... El texto .. . .. . . .. .. . .. . . .. . .. .. . Las raíces del sentido .. . .. . .. . .. . .. . . .. .. . .. .

221 222 223

2. U na nueva relación con el texto .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . A partir del texto . .. .. . . .. .. . .. . .. . .. . El trabajo de lectura y la semiótica . . . . . . El «hacer semiótico» .. . . .. . .. .. . . .. . ..

226 226 226 228

3.

Preguntas abiertas ... ... ... ... ... .. . ... ... ... ... ... ... ... La enunciación . .. .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . La historia . .. .. . . .. .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . La hermenéutica ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... La exégesis .. . .. . . .. .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. .

229 230 231 231 232

Para na concluir ... ... A. J. Greimas: Epílogo ... .. . .. . .. . .. . .. . ... .. . .. .

233 235

Indice de términos y nociones .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. .

246

Entrevernes es una aldea situada en las montañas de la alta Saboya. Allí comenzó a concretarse el proyecto de este libro. Los responsables de su elaboración y redacción son varios exegetas y semiólogos que trabajan, en Lyon, en el Centre pour l'analyse du discours religieux (CADIR) y en la revista Sémiotique et Bible: Jean Calloud Corina Combet-Galland Georges Combet J ean Delorme

Fran~;ois Génuyt Jean-Claude Giroud Louis Panier Annie Perrin

Jacques Geninasca, profesor adjunto de la Universidad de Zurich, miembro del consejo directivo de la Asociación internacional de Semiótica y de la revista Se.miotica, ha publicado Analyse structurale des «Chimeres» de Nerval. Discours critique et Discours poétique (París 1973). Algirdas Julien Greimas, director de investigaciones en la École des Hautes Études en Sciences sociales de París, es autor de Sémantique structurale (París 1966; trad. española: Semántica estructural, Madrid 1971), Du sens. Essais sémiotiques (París 1970; trad. española: En torno al sentido. Ensayos semióticos, Madrid 1973), Essais de sémiotique poétique (París 1972), Sémiotique et Sciences sociales (París ( 1976) y Maupassant. La Sémiotique du texte: exercices pratiques (París 1976 ).

SIGNOS UTILIZADOS Y EQUIVALENCIAS equivalencia 1\ : conjunción

V : disyunción vs : versus, opuesto a -+ :

sentido de una operación de transformación

=? :

hacer transformador

11 : indicación de un valor semántico, d. pág. 34, nota 14.

PREAMBULO Este libro es obra de un grupo. A. J. Greimas, cuyas investigaciones nos han inspirado constantemente, ha tenido la gentileza de expresarse en el epílogo sobre nuestro trabajo. En muchas ocasiones, J. Geninasca nos ha esclarecido y estimulado en nuestra búsqueda. Prueba de ello es el estudio que nos proporcionó y que aquí publicamos. Nuestro grupo trabaja desde hace muchos años en largas reuniones vespertinas, durante fines de semana o en sesiones de verano, contando con múltiples colaboraciones. Cuando se trató de elaborar y redactar este libro, la comunicación entre nosotros fue tal que no había lugar para hablar de propiedad intelectual privada. Dentro de una metodología común, el ínter· cambio se vio enriquecido por la variedad de las aportaciones, lo cual, lejos de estorbar, incrementaba el juego de las diferencias que existen entre nosotros. Eso explica la diversidad que, de un capítulo a otro, va tomando la escritura. Nos ha guiado un dobles interés: por los evangelios y por la forma de significar que tienen los textos. Leemos asiduamente· los evangelios por razones que van más allá del simple conocimiento. Pero, desde el momento en que se trata de su sentido,. las preguntas que surgen exigen una reflexión capaz de controlarse y de asegurar su coherencia. La pregunta más común es bien conocida: ¿qué quiere decir este texto? Para darle una. respuesta, la exégesis ha establecido ciertos principios y procedimientos. Sus resultados son ampliamente utilizados, incluso en la ediciones más populares de la Biblia. Pero puede surgir otra pregunta: ¿a qué se debe que haya sentido? Los evangelios, como cualquier texto, se presentan como una serie de señales· que es preciso descifrar. ¿Qué es lo que las organiza para que lleguen a ser un discurso legible y con sentido? Tal es la pregunta que nos interesa aquí. Esta pregunta ha dado origen a una disciplina reciente, la semiótica, cuyo objetivo es elucidar los sistemas significantes allí donde se da una producción de sentido 1 • Nosotros hemos que1 F. de Saussure llama semiología a la «ciencia general de los signos»,. que él presagiaba. Con el término semiótica, Charles S. Pierce designaba

16

Preámbulo

rido poner a prueba sus hipótesis y procedimientos aplicándolos a los evangelios. Hemos tenido que entregarnos con paciencia a su aprendizaje. Otras personas se han mostrado interesadas por nuestro itinerario. Pero para muchos la semiótica sigue siendo un terreno rodeado de misterio o un camino apetecible pero sembrado de emboscadas, cuando no pertrechado de designios tenebrosos ... Por eso queremos arriesgar este libro. Precisemos nuestro proyecto. l.

¿POR QUE?

Se nos ha preguntado a menudo: si lo que a ustedes les preocupa es el funcionamiento del sentido en los textos, ¿por qué eligen especialmente los evangelios? ¿No temen despojarlos de su fuerza persuasiva, de su carácter sagrado? Nosotros decimos más bien: si es oportuno plantearse el problema sobre la manera de significar de los textos, ¿por qué no elegir los evangelios? ¿Acaso no son una escritura? No es la primera vez que ofrecen un terreno favorable a las investigaciones sobre el lenguaje. Escrutándolos, helenistas, filósofos, especialistas de las tradiciones orales han puesto a prueba y, a veces, perfeccionado ciertos métodos que no habían sido especialmente concebidos para los evangelios. La historia de la exégesis muestra que las cuestiones actuales sobre el texto, su relación con la lectura y la pluralidad de sentidos de la escritura son más antiguas, más complicadas también y más difíciles de lo que a veces se imagina. La semiótica del discurso o del texto 2 permite replantear esas una «doctrina casi necesaria o formal de los signos.». Ambos términos se emplean a menudo como sinónimos o concurrentes para designar el estudio de los sistemas significantes. Hjelmslev proponía reservar el término semióticas para los campos particulares (literario, gestual, pictórico ... ) y semiología para la teoría general de las semióticas. El uso internacional ( «Association Internationale de Sémiotique», revista Semiotica, etc.) tiende a prescindir de «semiología* en beneficio de «semiótica». Aquí nos referimos a la semiótica del discurso o del texto, estudiado como organización productora de sentido. 2 La semiótica del discurso utiliza los resultados de la lingüística, pero planteando los problemas de otra manera. La lingüística los sitúa en el marco de la oración; la semiótica discursiva, en la dimensión de un discurso compuesto ordinariamente de varias oraciones. El análisis del .relato como organización significante ha sido decisivo en el paso de una lingüística de la oración a una semiótica del discurso. Aquí hablamos en forma casi indiferente y aproximada de discurso o de texto, porque la

Preámbulo

17

cuestiones desde un punto de vista nuevo, con instrumentos controlables. ¿Por qué no hacerlo entonces sobre escritos que no han cesado de incitar a la investigación? Nosotros pensamos, en efecto, que la tradición creyente y el uso que ella hace de sus Escrituras multiplican el interés por esta forma de atención al texto. De la lectura a la semiótica

Los evangelios no nos han sido transmitidos para ser conservados en un relicario. Basta que un discurso teológico, exegético, literario o histórico aplicado a ellos se vuelva repetitivo para que queden aprisionados. Se quiere transmitir un sentido, una lectura: se crea una ideología, se clausura la palabra, se cierra el libro. Por fortuna, la experiencia prueba que no se leen los evangelios sin riesgos. Aqui más que en otra parte, el lector puede decir que cabria una lectura diferente. El sentido no se adquiere de una vez por todas. Hay que inventarlo constantemente: el libro se abre y ofrece la palabra, pierde su valor de tabú y se convierte en instrumento de una búsqueda. Las lecturas de los evangelios siguen hoy múltiples senderos. A menudo se dejan llevar. A veces quieren controlarse. Entonces ciertas lecturas «espontáneas» revelan mucho más conformismo del deseado, y se llega a comprobar que no basta cambiar los puntos de vista sobre el texto para que éste cambie de voz. Sea cual fuere el «lugar de lectura» adoptado, se le puede hacer hablar tan fácilmente que al final no diga nada. Siempre queda un problema inevitable: ¿qué relación mantiene un escrito con sus lecturas? Tal problema no puede ser resuelto solamente por la experiencia. Esta produciría otra lectura, aun cuando pretendiera ser una superlectura. Es necesario llevar a cabo una reflexión teórica sobre las condiciones sin las cuales no habria ni texto ni lectura. Para ello no se puede prescindir de «modelos». Todo lector conoce la necesidad de modelos gramaticales para comprender las proposiciones, sobre todo si está descifrando un libro antiguo o escrito en una lengua extranjera. Pero el problema es organización discursiva se nos presenta prácticamente, en los estudios que siguen, en forma de textos escritos. Rápidamente se podrá comprobar que el texto se distingue del discurso puramente oral por ciertas características importantes y que ofrece ventajas para el análisis. 2

18

Preámbulo

más vasto: el discurso, el texto, integrado por muchas proposiciones sin constituir una simple suma de las mismas, exige otros modelos que la semiótica trata de construir y de poner a prueba. No podremos prescindir de una teoría de la significación propia del discurso y del texto. ¿Nos hallamos ante la imposición de un tercero, armado de conceptos intimidantes, que pretende infiltrarse entre los lectores y su objeto de placer o preocupación? Al contrario, el hecho de poner de manifiesto los mecanismos de la producción del sentido libera el poder de lectura, estimula la facultad de invención sobre el texto y a través de él. Basta pensar en las teorias de la física, las cuales, por el hecho de situarse como un tercero entre el hombre y la naturaleza, han liberado el poder del hombre sobre la naturaleza. Por el sentido

Se ha escrito y se ha repetido que la semiótica no es una técnica para establecer el sentido de un discurso oral o escrito. Es cierto. Pero también es cierto que, por el hecho de situarse más acá de esta técnica, la semiótica se interesa por el sentido más y de manera más fundamental que toda exégesis. Y cuando verifica sus hipótesis sobre un discurso particular, lo que se busca es el sentido de ese discurso. Pensamos, sin embargo, que vale la pena analizar un texto, no como si el sentido ya estuviera alli y bastara hallarlo para poder decirlo, sino como si fuera producto de un dispositivo interno que hay que llegar a encontrar o, más bien, a simular, porque escapa a la observación. ¿En virtud de qué relaciones produce sentido un texto?, ¿con qué elementos, con qué reglas de combinación y transformación? La semiótica construye una representación de ese trabajo significante y lo hace con un lenguaje adaptado, univoco, con un «metalenguaje» capaz de describir en lo posible el funcionamiento de todo texto sin repetir o parafrasear los términos del mismo. Abordar de esta forma el sentido, partiendo de sus condiciones internas de producción, no es esquivarlo ni reducirlo, sino devolverlo a sus raices. De esta forma es posible apreciar el alcance que para el sentido tienen las ambigüedades que frecuentemente hacen vacilar a los exegetas. Es posible valorar la distancia que existe entre un texto, sus variantes, sus comentarios y los discursos sostenidos por sus lectores.

Preámbulo

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Dicho esto, es cierto que la semiótica no tiene respuesta para todo. Explora el cómo del sentido, no el por qué. No usurpa al filósofo, al hermeneuta o al teólogo su tarea ni sus criterios para determinar el sentido. Les ofrece más bien la ocasión de ponerlos en práctica, quizá de redefinidos, en función de una elaboración razonada, y no ya de una experiencia, pretendidamente inmediata de la significación.

2.

¿coMo?

Elección de los fragmentos analizados

Hemos extraído de los evangelios cuatro fragmentos para someterlos a análisis. La operación no carece de riesgos, sobre todo cuando se adopta el punto de vista de la semiótica: para ésta, las relaciones prevalecen sobre los elementos articulados por ellas, y la organización global de un texto sobre sus componentes. Consideraciones de comodidad nos han impuesto esta opción provisional. También razones pedagógicas: los textos relativamente breves se prestan a ejercicios prácticos que permiten controlar mejor los procedimientos del análisis y presentan más fácilmente los instrumentos a medida que se van empleando. La elección de los fragmentos no se debe al azar. Hemos eséogido parábolas y relatos de milagro, porque el problema de la significación se plantea en ellos con toda su agudeza. En los evangelios, las parábolas y los milagros de Jesús exigen una interpretación, y estas dos maneras de hacer signo, de palabras y de hecho, son asumidas por un sistema de signos -el texto-que los convierte en narración. El terreno es particularmente propicio para una exploración semiótica. De ahí nuestro intento de considerar conjuntamente dos tipos de relatos que nadie confunde al leerlos y que los expertos caracterizan como «formas literarias» distintas. Partiendo de lo que los distingue, muchos estudios los han reunido en colecciones separadas, para compararlos con las parábolas rabínicas o bien con los milagros de los taumaturgos judíos o helenísticos. Nosotros no seguiremos ese camino. Es evidente que los relatos parabólicos atribuidos a Jesús y los relatos narrados sobre sus milagros exigen tratamientos diferenciados si nos interesamos por su origen, por su historia y prehistoria literarias. Por el contrario, sus diferencias no tienen el mismo alcance si

20

Preámbulo

investigamos sus condiciones inmanentes de significación. Y, dado que los evagelios integran en su relato trozos tan dispares, es importante buscar qué significa esta disparidad. Itinerario propuesto

Cuatro análisis se refieren alternativamente a dos fragmentos reconocidos como parábolas (capítulos 1 y 111) y a otros dos considerados como relatos de milagro (capítulo 11 y IV). Tales análisis desembocarán en un estudio más global sobre las parábolas y los milagros y su función en el relato evangélico (capítulo V). Los cuatro primeros capítulos se presentan como ejercicios prácticos que permiten la familiarización con los instrumentos del análisis. A veces el lenguaje de la semiótica provoca cierta resistencia. ¿No basta fijarse en el texto para que nos abra sus secretos? Es cierto que las observaciones que se hacen sobre el texto son siempre interesantes. Pero ¿cómo medir su importancia cuando se trata de explicar el sentido que se produce? En este caso, como en tantos otros, la observación no conduce a la explicación si no se dispone de hipótesis confrontables con lo «real». Presentaremos, pues, nuestras hipótesis y los modelos que éstas inspiran de suerte que los términos abstractos queden definidos e ilustrados por el análisis que se va haciendo. Hemos multiplicado las notas referentes a la terminología, sobre todo en el capítulo 1, y el índice final permitirá encontrar fácilmente la definición de las palabras técnicas que empleamos. Al pasar al capítulo IV, el lector advertirá ciertas diferencias. Los tres primeros capítulos, en su diversidad, son fruto de un trabajo colectivo llevado a cabo en nuestro grupo de investigación; es fácil advertir su unidad de inspiración. Algunos de nosotros hemos asistido, en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, al seminario de A. J. Greimas, a quien debemos nuestros procedimientos y nuestros modelos. El capítulo IV es de J. Geninasca, profesor en la Universidad de Zurich, quien ha colaborado activamente en varias de nuestras sesiones de trabajo. Su forma de tratar «la pesca abundante» de Lucas se debe en gran parte a la experiencia que ha adquirido en el análisis de textos poéticos, sobre todo Les Chi'meres de Nerval. Jacques Geninasca trata de verificar el carácter operatorio de una hipótesis según la cual el relato de Lucas, al igual que un poema articulado en estrofas y grupos de estrofas, está constituido por

Preámbulo

21

las relaciones que tienen las unidades que él llama discursivas. Tales unidades se definen fundamentalmente por una relación de equivalencia semántica, con respecto a la cual los paralelismos observables en el texto griego, a nivel de superficie, funcionan como un índice. Ello explica la atención prioritaria que el autor presta a las articulaciones del texto antes de tomar en consideración la organización de los encadenamientos narrativos. Las diferencias que separan su punto de vista del nuestro, tanto en lo que se refiere al procedimiento analítico como en lo que hace a la forma de las representaciones semánticas, no afectan al acuerdo básico sobre una misma teoría de la significación. El capítulo V parecerá tal vez ambicioso. Pero no podíamos quedarnos en la simple descripción semiótica de algunos extractos de los evangelios. Era necesario compararlos y tratar de elucidar su función en el texto evangélico que los engloba. Y como se trata de fragmentos clasificados en géneros literarios diferentes, hemos pasado a considerar el conjunto de los relatos parabólicos y de los relatos de milagro para formular algunas hipótesis. Los análisis que publicamos aquí no bastan para fundar tales hipótesis, y no hemos podido detallar su verificación en este libro a propósito de cada uno de los fragmentos evangélicos a los que se aplican. Más que demostrar, hemos querido mostrar el interés de aplicar el punto de vista semiótico a conjuntos importantes en el campo de la literatura evangélica. La preocupación histórica de la mayoría de los estudios exegéticas dedicados a ellos no permitía examinar cómo, de manera diferente, dos tipos de textos colaboran con la significación de un relato más vasto que los engloba, los afecta y es afectado por ellos. A enfoque nuevo, cuestiones nuevas. Al término de este itinerario volveremos sobre el camino recorrido. Haremos algunas aclaraciones sobre las opciones y los procedimiento adoptados y los situaremos en relación con otras maneras de abordar y de interrogar el texto (cualquier texto). Un nuevo enfoque del texto evangélico o bíblico planteará preguntas importantes. Algunos lectores se precipitarán sin duda a leer las páginas finales: sepan que no pretenden ser conclusivas y que no se deben separar de una ulterior práctica de lectura y de análisis. Puesto que el camino que hemos tratado de seguir ha sido iniciado y orientado por la reflexión teórica y los trabajos analíticos de A. J. Greimas, hemos sometido a su consideración

22

Preámbulo

nuestros ensayos. A él va ya nuestra viva gratitud por la atención, afable y crítica, con que siempre nos ha acogido y por la muestra de interés que nos da con el epílogo de este libro.

En.vío El modo de comunicacwn que ha presidido la elaboración colectiva de nuestro trabajo se vería traicionado si, una v~ fijado por escrito, se presentara como un discurso magistral. Ha sido reelaborado muchas veces y no pretende decir todo sobre nada. Hemos hallado gran placer y provecho en nuestros intercambios y desearíamos que otros hagan también esta experiencia, aunque sea criticando nuestra obra.

CAPITULO I

«ANDA Y HAZ TU OTRO TANTO» RELATO Y DIALOGO

Lucas 10,25-37 Se levantó entonces un jurista para tentarlo y le dijo: «Maestro, ¿por medio de qué actos heredaré la vida eterna?» 26Elle respondió: «¿Qué es lo que está escrito en la Ley?/ ¿cómo lees?». 27El le respondió:

25

«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con. toda tu alma, con toda tu fuerza y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo». 21lEl le dijo: «Has respondido bien. Haz eso y vzvzras». Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?». 30Jesús respondió diciendo:

29

«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en medio de bandidos, que después de haberle despojado y cubierto de golpes, se fueron, dejándole medio muerto. 31 Bajaba casualmente u.n· sacerdote por aquel camino_. le vio y pasó de largo alejándose. 32Llegando igualmente a ese lugar un levita, le vio y pasó de largo alejándose. 33Un samaritano que iba de viaje llegó hasta él,· le ·vio y se movió a compasión 34y se acercó, vendó sus llagas echándoles aceite y vino, luego le cargó sobre su propia .montura, le condujo a un albergue y cuidó de él. 35 Al día siguiente sacó dos denarios, los dio al posadero y le dijo: 'Cuídalo, y lo que gastes de más, yo te lo abonaré a mi vuelta'. ¿Quién de estos tres te parece haberse convertido en prójimo del que había caído en .manos de los bandidos?». 31El dijo: «Aquel que usó con él de misericordia». Jesús le dijo: «Anda, y haz otro tanto».

36

tu

24

«Anda y haz tú otro tanto» (Le 10,25-37)

>como figura conjunta con el pan, cuando se pasa de un relato al otro.

-80

«No habían comprendido el asunto de los panes»

a un sujeto y a un lugar) se realiza pasando por «otra parte» («elevar los oíos al cielo y pronunciar la bendición»). Jesús es el operador de esta transformación que une el «cielo» y la «palabra» con los objetos transformados. Esta transformación corresponde a una reorganización de los lugares y del espacio del relato: la «tierra», el «mar» y el «cielo». El pan, hipónimo del alimento, entra en el relato (versículo 37) en conjunción con los lugares habitados en los que puede comprarse, es la figura -de una tierra 1socioeconómica/, pero va a ser consumido en un desierto, tierra /no socioeconómica/ (lugar en que es imposible comprar) que será transformado por esta misma comunicación en tierra /pastoral/ («sobre la hierba verde»). En el marco de nuestro fragmento de texto, podemos considerar los peces como la figura de otro lugar, el «mar», del que ya hemos indicado ciertas determinaciones semánticas y figurativas. Frente al cielo, y en y «reconocer») implica la carrera que deja atrás a los navegantes y se encuentra en correlación, en la secuencia 11, con el saber adquirido por Jesús («ver» y «sentir compasión») que implica la enseñanza. Este primer bloque narrativo constituye, en su parte cognitiva, la manifestación del querer (quererser y querer-hacer). En la secuencia 11, el hacer interpretativo precede a la realización de PN2 y pone en escena, en el debate entre los discípulos y Jesús, la relación paradigmática entre PNt y PN2, a propósito del poder-hacer que será actualizado en la alimentación de la muchedumbre. La secuencia 111 es más compleja. Manifiesta el hacer interpretativo de los discípulos que sigue a la performancia pragmática de Jesús sobre el mar, en. posición de performancia glorificante y con vistas a la adquisición del saber sobre el ser y sobre el poder-ser del sujeto. Peroya en la búsqueda misma del saber hemos encontrado la forma narrativa de base presentada anteriormente: fracaso de un PNt

·96

«No habían comprendido el asunto de los panes»

en cuanto al reconocimiento de Jesús (se le toma por un fantasma) y aserción por parte de Jesús de su propia identidad. Esta progresión narrativa en el saber nos permite dar cuenta, ·en el marco de la gramática narrativa, de los siguientes enunciados: «en ellos mismos estaban en el colmo del estupor. No habían comprendido, en efecto, el asunto de los panes, sino que su corazón estaba endurecido». Estos enunciados manifiestan tres planos del no saber: el «estupor», la «incomprensión de los panes» y el «corazón endurecido». Lanzamos la hipótesis de que se trata de una relectura del conjunto del relato en una isotopía cognitiva y desde el punto de vista de los discípulos: ·encontramos indicios de la progresión narrativa entre las tres secuencias que acabamos de describir. El estupor se nos ha presentado como la marca de la incapacidad de los discípulos para realizar el paso de no PN1 a PNz en el momento del reconocimiento del poder-ser de Jesús; la incomprensión de los panes marca la incapacidad de los discípulos para realizar el paso de no PN1 a PNz en el momento de la adquisición del saber-hacer '(comprar vs dar); en cuanto al «corazón endurecido», está representando en este fin del relato la marca de la incapacidad de los discípulos para realizar el paso de no PN1 a PN2 en el momento de la adquisición del querer-hacer: se trata, en lo que hace a los discípulos, de la figura inversa de la «compasión» de Jesús. En el conjunto de las tres secuencias, el paso de no PN1 :a PNz, bajo las diferentes figuras que éste toma, es propuesto .a los tres actores del relato. La muchedumbre realiza la transformación que la hace sujeto del querer-ser en la primera secuencia; en la segunda, Jesús se define como sujeto del quererhacer en la compasión y del poder-hacer en la performancia de enseñanza y de la alimentación de la muchedumbre. En esta realización de PNz, los discípulos, cuyos poder-hacer y saberhacer dentro de PN1 han sido virtualizados, toman parte en la performancia de Jesús, sin que sea atestiguada por ellos la aceptación de los valores que están en juego en tal performancia. Por eso lo hemos reconocido en el puesto de no antidestinante. La aserción positiva de los valores de PN2 entra en cuestión en la secuencia 111 bajo la figura del reconocimiento, pero ya hemos visto que no logra su objetivo. La primera y la tercera secuencia manifiestan en nuestro relato unos contenidos correlacionados con los cuales debe me··dirse la transformación principal operada en el relato en el nivel

Observaciones de coniunto

97

de los contenidos tópicos 21 • Esa transformación es asumida por la realización del programa PN2 en favor de la muchedumbre a través de la enseñanza y el alimento. Ya hemos visto cómo al comienzo del texto afloraba el nivel de la manipulación-sanción en la sanción del destinante Jesús frente a la enseñanza de los apóstoles; en el mismo plano, la tercera secuencia manifiesta la manipulación de los discípulos por parte del destinante Jesús.

CORRELACIONADOS

Manipulación discípulos (secuencia III)

Sanción apóstoles (secuencia I)

TOPICOS

Realización sujeto de estado muchedumbre (secuencia 11)

El conjunto del relato puede ser leído, en el plano narrativo, como una instauración compleja del contrato, en la que un sujeto (apóstoles), virtualizado dentro de un determinado programa en el que parecía competente, recibe la propuesta de la búsqueda y la realización de nuevos valores. Esos nuevos valores son introducidos en el relato mediante la performancias pragmáticas de Jesús en favor de la muchedumbre. Son propuestos a los discípulos a partir de la interpretación y del reconocimiento de las performancias pragmáticas. La secuencia III, que recoge elementos figurativos de la secuencia I, presenta en forma negativa la aceptación y el reconocimiento de los valores puestos en obra por Jesús en la realización del PN2. El relato queda inacabado.

4.2.

Componente discursivo

En el análisis progresivo del texto hemos construido varios sistemas parciales que dan cuenta de determinados efectos de sentido en lugares circunscritos del texto y organizan las figuras en isotopías limitadas. Al ·término de este estudio podemos in21 La distinción entre contenidos correlacionados y tópicos tiene su origen en el hecho de que generalmente, en los relatos, la transformación de los contenidos manifestados en las secuencias inicial y final pasa por la transformación de un contenido de otro tipo realizada por la performancia principal.

7

98

«No habían comprendido el asunto de los panes»

tentar, en forma hipotética, construir un modelo único que describa de forma sistemática la organización de las categorías semánticas más generales que se seleccionan en la interrelación de las figuras lexemáticas del relato. Para ello tenemos en cuenta que una forma narrativa fija articula los contenidos en la correlación de PNt y PN2. Tenemos en cuenta igualmente que, para cada realización de ese modelo narrativo, la articulación de los programas de uso se manifiesta mediante el paralelismo de dos itinerarios figurativos que pertenecen a la misma configuración discursiva. Los valores semánticos articulados por el código que tratamos de construir deben seleccionar las figuras que manifiestan los estados característicos de los sujetos en cada una de las realizaciones discursivas de PNt y PN2. El código semántico toma las formas de un cuadrado semiótico constituido por la correlación de dos esquemas isotópicos: el de la distintividad y el de la afinidad. Estas denominaciones son arbitrarias y corresponden a los rasgos seleccionados por la organización de los sistemas parciales que hemos construido a lo largo de nuestro análisis y por las posibilidades de homologación de tales sistemas. Esta organización fundamental de los valores corresponde a la organización de los elementos discursivos (configuraciones discursivas, itinerarios figurativos) que componen al texto. Esos elementos discursivos se establecen de acuerdo con cuatro registros o planos semiológicos: se trata de isotopías figurativas sobre cuya base pueden reconocerse diferencias entre las figuras. Hemos considerado el plano de la figuras cosmológicas, en las que hemos observado los elementos del espacio y sus relaciones; el plano sociológico, dentro del cual hemos seguido la transformación de los papeles de la muchedumbre; el plano comunicativo, que presenta las transferencias de objetos y sus modalidades; el plano cognitivo, en el que hemos seguido la transformación de los discípulos en la adquisición del saber. El código semántico da cuenta, en estos cuatro planos, de la diferenciación significativa de los itinerarios figurativos. Las figuras de la 1sobreabundancia/, de la 1comunión/ y del 1reconocimiento/ son portadoras del valor 1afinidad!; éste se establece en contradicción con la /no afinidad/, sostenida por las figuras del /exceso/, la /agrupación/ y el /no reconocimiento/, características de la muchedumbre al comienzo del texto y luego de los discípulos en su hacer interpretativo. En el esquema de la distintividad, el valor 1distintividad/ corres-

Observaciones de coniunto

99

ponde a todo lo que es medida, separación, intercambio, sucesión, repartición de tiempos y lugares. Hemos encontrado figuras de este valor en los cuatro planos semiológicos. El valor contradictorio /no distintividad/ aparece en los estados deceptivos de los sujetos comprometidos en el programa de 1distintividad/, tanto en los desplazamientos marítimos desviados o fracasados como en las proposiciones de intercambio rehusadas o en el replanteamiento de la distribución de tiempos y lugares. El siguiente modelo resume esos datos. En él se precisan los valores semánticos más generales mediante algunas de sus determinaciones semánticas: AFINIDAD

1sobreabundancia/ /comunión/ 1reconocimiento/

X

NO DISTINTIVIDAD

/no medida/ /no separación/ /no desconocimiento/

DISTINTIVIDAD

/medida!

1separación/ 1desconocimiento/

NO AFINIDAD

/exceso/ 1agrupación/ /no reconocimiento/

Hemos visto en el análisis narrativo cómo cada esquema del modelo puede corresponder a cada uno de los dos programas narrativos sobre cuya comparación se organiza el relato. Esos dos programas de uso están orientados, en cada secuencia, a la adquisición de los medios para la realización de un programa principal. Situados en el plano de la competencia, son significativos de las relaciones del sujeto con el destinante y de los valores que deben regir la acción del sujeto. 1Afinidad! y 1distintividadl, en cuanto valores característicos de los programas de uso, representan dos modos de competencia del sujeto operador en los procesos asumidos por los planos semiológicos del discurso. El paso de PN1 a PNz corresponde, en el plano semántico, a la relación de implicación de /no distintividad/ a /afinidad/, que se opone a la implicación inversa de 1no afinidad/ a 1distintividad!. Estas implicaciones representan el cambio de isotopía,

100

«No habían comprendido el asunto de los panes»

el paso de un esquema al otro, y caracterizan, en el plano narrativo, tanto la manipulación (atribución a un sujeto, por parte de un destinante, del saber sobre el ser de los valores de un progralllil) como la sanción (aserción de los valores en cuyo nombre el sujeto realiza el programa y revelación del valor de los objetos de ese programa). El juego particular del modelo, en este relato, sería el énfasis en las operaciones de aserción, de suerte que los actores se oponen, sobre todo en el caso de Jesús y de sus discípulos, según el tipo de aserción que adoptan, es decir, según la deixis que realizan. El funcionamiento de los planos semiológicos contribuye igualmente a caracterizar este relato. Lo hemos observado a propósito de la enseñanza y del alimento: la posible homologación de las operaciones realizadas en los diferentes itinerarios figurativos produce una figuración particular de los valores de los objetos, y se ha podido asimilar lo somático y lo noológico, lo cosmológico y lo sociológico para definir al nuevo objeto de valor propuesto a los discípulos. Indudablemente, el recorrido de análisis y de descripción semiótica que hemos efectuado sobre el texto de Marcos no queda completo. Su pretensión era mostrar, sobre un texto, cómo lo que habitualmente leemos como una sucesión circunstancial de episodios constituye una unidad de sentido de la que se puede dar cuenta tanto desde el punto de vista narrativo como desde el discursivo.

CAPITULO III

«HABlA QUE CELEBRAR FIESTA ... » CONTROVERSIA Y PARABOLAS

Lucas 15 1Los publicanos y los pecadores se acercaban todos a él para escucharle. 2Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos». 3Entonces él les dijo esta. parábola:

«4 ¿Qué hombre de vosotros, que tiene cien. ovejas y ha perdido una de ellas, n·o abandona las noventa y nueve en el desierto y no parte hacia la oveja perdida hasta que la haya encontrado? 5Y cuando la ha encontrado, la pone sobre sus hombros alegrándose 6y, llegando a casa, reúne a los amigos y vecinos diciendo: 'Alegraos conmigo, porque he encontrado a mi oveja que estaba perdida'. 70s declaro que así habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se con.vierte que por noventa y nueve justos que no necesitan conversión. «80 bien, ¿qué mujer?, que tiene diez dracmas, si ha perdido una dracma, no enciende una lámpara, no barre la casa y no busca con empeño hasta que la haya encontrado? 9Y cuando la ha encontrado, reú.n·e a las amigas y ·Vecinas diciendo: 'Alegraos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido'. 100s declaro que así hay alegría en. presencia de los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte». Dijo además:

11

«Un hombre tenía dos hijos. 12El más jove,n dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de fortuna que me corresponde'. Elles distribuyó sus bienes. 13Y, pocos días más tarde, el hijo más joven, después de juntar todo, partió para un país lejano y allí disipó su fortuna viviendo como un pródigo. 14Cua.ndo hubo gastado todo, sobrevino una gran hambre en aquel país, y él

102

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

comenzó a padecer necesidad. 15Y fue a unirse a uno de los ciudadanos de aquel país, el cual lo e.nvió a sus campos a cuidar cerdos. 16Y tenía ganas de llenarse el vientre con las algarrobas que comían los cerdos, y nadie se las daba. 17Volviendo en sí, dijo: '¡Cuántos obreros de mi padre tienen pan de sobra, mientras que yo aquí me muero de hambre! 18.M.e levantaré e iré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; 19ya n.o soy dign·o de ser llamado hijo tuyo; trátame como a uno de tus obreros'. 20Y se levantó y fue hacia su Padre. Estaba todavía lejos cuando su padre lo vio y se llenó de compasión; corrió a echársele al cuello y lo cubrió de besos. 21El hijo le dijo: 'Padre, he pecado contra el cielo y ante tí, ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo'. 22Pero el padre dijo a sus sirvientes: 'Rápido, traed el vestido más hermoso y vestidlo, ponedle un anillo en el dedo y sandalias en los pies, l3traed el ternero cebado, matadlo, y comamos, celebremos una fiesta, 2Aporque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido hallado». Y comenzaron a celebrar la fiesta. 25Ahora bien, su hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando estuvo cerca de la casa, oyó la música y los bailes. 1f>Ltamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. ZlEste le dijo: 'Está tu hermano, y tu padre ha matado el becerro cebado porque lo ha hallado en buena salud'. 28El montó en cólera y no quería entrar. Su padre salió y lo invitaba. 29Pero él respondió a su padre: 'Hace tantos años que te sirvo sin haber descuidado nunca una de tus órdenes, y nunca me has dado a mí un cabrito para festejar con mis amigos; YJpero ahora que ha venido este hijo tuyo, que ha gastado tus bienes con prostitutas, has matado para él el becerro cebado'. 31 Pero él le dijo: 'Hijo mío, tú estás siempre con·migo, y todo lo mío es tuyo; 32pero había que celebrar fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y ha sido hallado'». El capítulo 15 de Lucas está construido en torno a dos polos: una situación de controversia y un discurso de Jesús lleno de imágenes. La controversia enfrenta a Jesús con los escribas y fariseos a propósito de una comedia con los pecadores. No se desarrolla como una conversación polémica: los adversarios de Jesús se contentan con «murmurar» al observar su comporta-

«Hay alegría por uno solo ... »

103

miento. Jesús toma la palabra por un buen rato y propone dos comparaciones y un relato parabólico. Los adversarios no responden. Sería posible y fácil extraer una de las tres «parábolas» para analizarla independientemente de su contexto. Pero la relación que tienen aquí el relato y el discurso, el hacer pragmático y el hacer cognitivo, invita a proceder primero a un análisis global. La presentación de la controversia constituye el marco fáctico del discurso. Este prolonga el discurso, ya que constituye la réplica de Jesús a la murmuración de sus adversarios y se transforma, a su vez, en relato. De esta forma se articulan en el texto varias escenas narrativas. La escena en que se mueven Jesús, los pecadores, los escribas y los fariseos la llamaremos «relato primario». La escena en que se mueven los personajes del relato parabólico, el padre, los dos hijos ... la llamaremos «relato secundario». Entre las dos se da una especie de «relato intermedio» que pone en escena a la vez los personajes del relato primario con nuevos papeles y otros personajes complementarios. La primera parte del análisis estudiará las relaciones constituidas por esos tres relatos. En ella nos interesaremos particularmente por el problema de los papeles temáticos y de los papeles actanciales. La segunda parte se dedicará al análisis detallado del relato parabólico de los dos hijos.

l.

«HAY ALEGRIA POR UNO SOLO ... >>

La repartición de los personajes en tres grupos, que corresponden a los tres relatos, suministra un principio de segmentación del texto. De hecho, los tres niveles narrativos aparecen en secuencias sucesivas: las divergencias entre Jesús y sus adversarios (15,1-2); la invitación a comprender (15,3-10); la aventura de los dos hijos (15,11-32). Mantienen de esta forma entre si dos clases de relaciones: paradigmáticas y sintagmáticas, de equivalencia y de transformación.

104

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

l.

SECUENCIA I: DIVERGENCIAS ENTRE JESUS Y SUS ADVERSARIOS (15,1-2).

Esta primera secuencia se caracteriza por la introducción de programas narrativos incompatibles, por el desdoblamiento del hacer de los sujetos operadores y por el establecimiento de un sistema de papeles temáticos. 1.1.

Los programas narrativos

Las relaciones entre los tres grupos de personajes (Jesús, los publicanos y pecadores, los escribas y fariseos) se establecen como sigue: un objeto (palabra) es susceptible de ser transmitido por Jesús a los pecadores. Estos se desplazan «para escucharlo». Son los sujetos de un querer-ser capaces de convertirse, después de la performancia, en sujetos de estado conjuntos con su objeto. Jesús es el sujeto operador capaz de efectuar la transmisión del objeto: manifiesta un querer-hacer, un poder-hacer y un saber-hacer. El texto no lo declara directamente, pero lo presupone la observación de los escribas y fariseos: «Recibe bien a los pecadores y come con ellos». El mandato que instituye a Jesús en ese papel actancial y precede a su aceptación está representado directamente por la conducta de los destinatarios. Estas operaciones y sus consecuencias son compatibles y complementarias. Se inscriben dentro de un programa narrativo, PN2 1, orientado a la transmisión de la palabra a los pecadores. La reacción de los escribas y fariseos, por el contrario, no puede encontrar un lugar en dicho programa. Corresponde a un programa opuesto: PN3. Este no aparece como programa de atribución de antiobjeto, sino como una tentativa de obstaculización de PN2, tratando de desacreditar a su sujeto operador. Si contiene una eventualidad de virtualización de PN2, es sólo indirectamente, no porque el antisujeto tenga poder para impedir directamente o detener la performancia desencadenada en PN2, 1 Si llamamos PN, a este programa narrativo que hemos aclarado en primer lugar, es para que aparezcan mejor la correspondencia entre los tres niveles narrativos del texto. De esta forma podremos conservar el mismo número de orden para los programas homologables. Más tarde hablaremos de un PN1, lógicamente anterior a PN2.

«Hay alegría por uno solo ... »

sino porque sobre esta performancia se ejerce un hacer inter-pretativo de depreciación. 1.2.

El desdo-blamiento del hacer

Aunque opuestos, los dos programas narrativos no son perfectamente simétricos. En PNz, la performancia se define en el orden de un hacer pragmático: comer y enseñar. En PN3 se define en el orden de un hacer interpretativo. El sujeto operador de PNz obra, el de PN3 interpreta. Este desequilibrio de las operaciones, muy visible en la primera secuencia, se atenuará, más adelante, cuando Jesús exponga su propia interpretación de los hechos. La utilización de un sistema de actantes más complejo que la simple oposición sujeto vs antisujeto puede permitir una, mejor descripción de esa distribución actancial 2 • Actante Sujeto Hacer interpretativo de Jesús

PN' explicar+ illvirM

Negantactante No antisujeto Hacer pragmático de Jesús y los pecadores «comer», «enseñar»

X

Antactante Antisujeto ?

PN;

Negactante No sujeto Hacer interpretativo de los escribas y fariseos «murmurar»

Cada esquema del cuadrado semiótico corresponde a una isotapia diferente. Por ello la distinción de papeles se hace en función de una doble oposición: sintáctica, PNz vs PN3, y semántica, /obrar/ vs /interpretar/. Jesús asume sucesivamentec ambos papeles, obrando y luego explicando. Sus adversarios directos asumen solamente uno de ellos. Un sitio vado en la 2 Véase capítulo II, nota 12. Greimas propone y utiliza ese dispo-sitivo en su obra Maupassant (París 1976) 63.

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

106

deixis correspondiente a PN3 señala el carácter incompleto de la representación de los valores por los personajes. La secuencia se abre así al conjunto del capítulo y del relato evangélico.

J.3.

El sistema de papeles temáticos

De un fragmento de texto tan breve no pueden esperarse indicaciones numerosas y muy precisas sobre los itinerarios figurativos y su articulación. Por ello, lo que sigue deberá ser verificado más tarde. Se mencionan tres grupos de personajes: «publicanos y pecadores», «fariseos y escribas», «él» (pronombre anafórico que remite a Jesús); después se les califica por su acción: los primeros «se acercan para escuchar a Jesús», los se.gundos «murmuran», Jesús «acoge bien a los pecadores y come con ellos». Los rasgos semánticos de la denominación se añaden aquí a los de la definición calificativa para indicar el papel de .cada uno. a)

Papeles indicados por la denominación.

Desde el punto de vista de los valores sémicos contenidos en su denominación y consignados en el diccionario cultural de las figuras, los «publicanos y los pecadores» pertenecen a la misma configuración (religiosa y social) que los «fariseos y los -escribas». Son los representantes negativos de éstos, al haber transgredido los valores que éstos encomian. Podemos escribir: Fariseos y escribas

guardianes de la ley

Publicanos y pecadores

transgresores de la ley

Ese doble papel es adquirido anteriormente, a la entrada de los personajes en el texto. Por tanto admite transformaciones, dado -que un tercero entra en escena con ellos y que ellos tendrán que determinarse con respecto a él. Jesús no pertenece, desde el punto de vista de su denomi_nación, a 1a configuración religiosa. Su nombre propio lo designa como un individuo particular no dotado de un papel social. El pronombre anafórico que aquí lo designa remite a todo lo que el desarrollo del texto ha manifestado previamente a propósito de él, pero lo que conserva de todo ello no aparece de entrada ,en forma de un título que designe un papel. Ser la tercera per-

«Hay alegría por uno solo ... »

107

sona, entre los guardianes y los transgresores de ia ley, es lo que constituye su título narrativo inicial. Siendo distinto de los unos y de los otros, no representa una configuración particular. Jesús

configuración no marcada

escribas, fariseos+ publ., pecadores b)

configuración marcada

Papeles indicados por las acciones.

Los papeles pertinentes en el texto analizado deben deducirse del conjunto de las operaciones asumidas por esos tres personajes. Publicanos y pecadores se acercan para escuchar a Jesús. La acción está definida como un desplazamiento orientado. Este desplazamiento puede interpretarse como figura del deseo S__.,. O, cuya intensidad se representa por la duración y la unanimidad del movimiento: « ... se acercaban todos a él». Se indica el objeto de ese querer: buscan una palabra. El texto no precisa su contenido. La configuración discursiva introducida aqtú no es dudosa: es la de la comunicación. Ella define a Jesús como locutor, a los publicanos y pecadores como oyentes, al objeto como palabra o signos. Pero es difícil decidir sobre el itinerario figurativo y, por tanto, sobre el papel temático: ¿se trata de una relación de profesor a estudiantes, de amo a siervos, de predicador a fieles ... ? La denuncia del comportamiento de Jesús por sus adversarios reduce la ambigüedad y selecciona los papeles. Al callar la enseñanza y subrayar la buena acogida y la comida en común, dicha denuncia pone en evidencia el aspecto afectivo y festivo de la comunicación, así como su efecto de instauración de relaciones significantes. Como locutor, Jesús representa una palabra amiga, que acoge, y una utilización eficaz de los signos, que transforma sus oyentes en comensales. Jesús ------------~

Public. + pecad.

poseedor de la palabra

sujeto

beneficiarios de la palabra

destinatarios

~

Dentro de un mismo itinerario figurativo, los papeles temáticos de Jesús y de sus interlocutores son conformes. Sólo se distinguen por la diversidad de las posiciones actanciales. Algo totalmente distinto ocurre con el papel de los escribas y fariseos: murmuran. Se da también un uso de la palabra y

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

108

una posición en el orden de la comunicación, pero con intención de denuncia, con vistas a una suspensión de la fiesta y una anulación de sus efectos de comunión. Lo escribiremos así: Jesús

palabra amiga

acogida

-----~

Faris.

+ escri.

+ comida

~

palabra que denuncia

murmuración

+ desaprobación

comunión propuesta

potencia de los signos

separación exigida

control de los signos

~

La diferencia ya no es más puramente actancial, sino axiológica. Si se tiene en cuenta la connotación ligada a la murmuracwn, como una condenación desviada o indignación no declarada, podremos completar el cuadro de esta forma: Escrib.

+ faris.

Jesús e)

palabra subarticulada

---------------

palabra franca

inconfesable ~

explicable

Sistema de los papeles.

Al entrar en un mismo texto, los personajes conservan las determinaciones ligadas a su denominación y adquieren otras. Ese proceso está sometido a exigencias estrictas, que imponen a cada uno de los papeles resultantes una definición en correlación con todos los restantes. Para construir ese sistema, hay que conocer el universo en que se definen los papeles (es lo invariable del sistema) y los criterios o variables de distinción. Lo invariable es aquí el universo del gesto significante, de la palabra y de sus efectos. La diversidad de los papeles obedece a la variedad de los papeles actanciales y el desdoblamiento de los programas narrativos:

«Hay alegría por uno solo ... »

Palabra que llama invita explica ~ 99

Poseedor cálculo 99 1 < 99

no poseedor no 99 1 99

no amante no 1 1 99

<

>

100 (ni 1, ni 99)

S El lexema es el significante que corresponde a un semema o conjunto estructurado de semas. El lexema es estable, pero puede corresponder a un abanico bastante amplio de sememas. Entre las múltiples virtualidades de sentido de un lexema considerado fuera de contexto y el sentido efectivamente realizado en un determinado sintagma hay siempre cierta distancia. La lectura debe superarla para asegurar la comprensión correcta de la proposición. Lo mismo hace el análisis para procurar la exacta descripción del sistema semántico. La relación entre configuraciones discursivas y papeles temáticos es exactamente, a escala del discurso, la misma que la que se da entre lexema y semema. Hay que superar la misma distancia para asegurar la descripción de los elementos del sentido. Como se ve, la construcción de los sememas o de los papeles temáticos no es libre. Está condicionada por la presencia de los demás sememas o de las configuraciones discursivas y se reduce así a un problema de intersección de figuras.

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

118

no lO

9 1/10 =

o

no 1 1/10-# 10

no 9

1/10-# o

10 (ni 1, ni 9) e)

Nuevas precisiones sobre los papeles temáticos.

En virtud de la relación de semejanza establecida entre lo que ocurre en el desierto o en la casa y lo que ocurre en el cielo, podemos considerar que los papeles temáticos están armonizados en ambas partes y que la configuración económica se integra, junto con la configuración religiosa, en un mismo dispositivo temático. Las nuevas determinaciones contenidas en la declaración relativa al gozo del cielo nos van a permitir precisar el sistema común. Dichas precisiones ofrecen tanto más interés cuanto que son asumidas por un hacer interpretativo y representan así el plano del ser, en este caso en acuerdo con el parecer. En la configuración religiosa se produce una selección que sólo conserva el paralelismo entre el pecador que se convierte y los 99 justos que no necesitan conversión. El paralelismo es explícito en la primera declaración, implícito en la segunda: « ... habrá alegría ... más que ... » vs « ... hay alegría ... por uno solo ... ». La distinción entre la unidad y una cantidad mayor y la sobrevaloración de la unidad presuponen aquí la misma selección de rasgos sémicos que en los dos microrrelatos: lo pertinente y definitorio del papel temático del sujeto no es el aspecto cuantitativo del objeto.

«Hay alegría por uno solo ... »

1 pecador que se convierte más alegría que por

r

por 99 menos alegría

Norma particular

119

99 que no necesitan conversión alegría

l

que por

por 1

menos alegria

Norma cuantitativa

Debemos señalar una diferencia importante desde el punto de vista de ese rasgo sémico: lo que puede contabilizarse y evaluarse ya no es el objeto perdido y encontrado, sino la performancia de un sujeto que transforma su propio estado: «un solo pecador que se convierte». La relación con el sujeto de la alegría resulta modificado. Pierde toda connotación de posesión o propiedad. Este desplazamiento actancial comporta una modificación del dispositivo de reconocimiento. La alegría ya no consagra la recuperación de un objeto, sino el éxito de una performa.ncia llevada a cabo por un sujeto. Quien se alegra no es el que ha buscado y luego encontrado, sino los que son testigos y actores. La alegría define un lugar, el cielo, y a un grupo, los ángeles de Dios. Los 99 se definen simétricamente por la ausencia de performancia y no por lo que podría representar como bien poseído y conservado por un sujeto. La alegría a causa de ellos no queda excluida: simplemente es menos grande. Esta incompatibilidad más visible de los papeles con las determinaciones económicas confirma que su definición, en los microrrelatos de la oveja y de la dracma, debe buscarse en una dirección más afectiva que económica. Recíprocamente, el carácter experimental e indiscutible que afecta a las relaciones de orden económico marca. el universo religioso de que habla Jesús. Su declaración pone conjuntamente de acuerdo el orden del

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

120

parecer (la experiencia) y el orden del ser (en el cielo y desde

el punto de vista del cielo). Manifiesta lo verdadero en el acuerdo entre dos prácticas y lo establece en correlación con un papel temático propio y apto para subsumir todas las figuras utilizadas. d)

El sistema de los papeles temáticos.

La armonización de los papeles se hace aquí en torno al tipo de relación que mantienen entre sí el sujeto y el objeto. El objeto puede ser un valor económico o una performancia llevada a cabo por otro sujeto. El equilibrio del sistema presupone que predomina la consideración del valor del objeto por sí mismo -de su interés en el caso del pecador que se convierte- sobre la consideración del goce del poseedor. Podemos indicarlo así: pastor

+ ama

de casa

propietario de ovejas o de dinero

amante poseedor

cielo (ángeles de Dios) descontentos que murmuran Es claro que los dos ámbitos (rebaño y dinero) de que provienen las figuraciones de esos papeles no son perfectamente adecuados. El pastor y la mujer conservan algo de su papel de propietarios, y la distancia entre lo que ocurre en el cielo y lo que ocurre en la tierra no queda abolida por la aserción de la semejanza: «Üs declaro que asÍ...». Varios aspectos de los papeles quedan todavla por manifestar. El relato parabólico, que ocupa dos tercios del texto, presenta nuevas posibilidades que ahora va a explotar el discurso. 3.

SECUENCIA 111:

AVENTURA DE LOS DOS HIJOS

(15,11-31)

Esta secuencia será objeto de un análisis detallado, que por ahora nos contentamos con preparar indicando el modo de articulación de este relato parabólico con las dos secuencias precedentes. Es introducido por una fórmula de enunciación diferente de la que introducía la segunda secuencia: «Dijo además ... ».·

«Un hombre tenía dos hijos ... »

121

No se menciona el destinatario. El texto toma así más distancia con respecto al relato primario. Esta distancia se verá acentuada por el hecho de que todos los personajes son aquí diferentes de los del relato primario y por la ausencia de toda interpelación a los interlocutores. La estructura de la tercera secuencia es, por tanto, más simple que la de las dos anteriores. A causa de esa autonomia narrativa, de ese «desembrague» 6 , gracias al cual la aventura narrada se desarrolla en su tiempo y en su lugar y según su lógica interna, podemos decir que se trata de un «relato parabólico» y «secundario». Pero es curioso que, a pesar de esa estricta distinción de las escenas narrativas, el relato parabólico se hace eco de todos los elementos importantes del relato primario y del relato intermedio: la desaparición y la carencia, el retorno y el hallazgo, la fiesta y la comida, la murmuración y la protesta, la invitación a comprender y a entrar en el gozo. Es, pues, una especie de condensación de todo el capítulo, un punto en el que se reflejan sus líneas principales. Pero el interés dominante de este dispositivo reside tal vez en la nueva configuración de la que toma sus figuras: la configuración familiar. Se trata de una historia de familia, como había antes una historia de rebaño y una historia de dinero. La relación de esta configuración familiar con la configuración religiosa, que constituye el punto común de las dos primeras secuencias, es más estrecha: el pecado y el pecador aparecen ahora en la escena narrativa, y el cielo se presenta en conjunción con el actor padre («he pecado contra el cielo y ante ti ... »), de manera que la ausencia de declaración final sobre la alegría celestial se ve compensada de antemano por esta conjunción. Estudiemos ahora el conjunto de ese desplazamiento.

Il.

«UN HOMBRE TENIA DOS HIJOS ... »

Al abordar esta tercera secuencia como una unidad pertinente dentro del conjunto del capítulo, deberemos tener en cuen6 Llamamos «desembrague», siguiendo a Greimas, al fenómeno que, en un texto o en una parte del mismo, borra las marcaSJ de enunciación y delega a los actores del enunciado la totalidad de la función expresivac que el enunciante asume sólo de manera invisible.

122

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

ta a la vez su autonomía narrativa y su dependencia con respecto al sistema significante global. Por tanto tendremos que preocuparnos simultáneamente de la descripción de los programas narrativos y de la correlación de éstos con los de las secuencias anteriores. Para facilitar la observación del texto, lo subdividiremos en .tres subsecuencias: la degradación (15,11-16), la reintegración .(15,17-24) y la protesta (15,25-32). Esta segmentación obedece a tres clases de criterios (representados en el cuadro siguiente): la situación en el espacio, la orientación de la acción y la posi,ción del padre con respecto a sus hijos.

JI

Subsecuencia I

III

Lugar

país extranjero

Casa

Exterior de la casa

Acción

Alejamiento carencia

Retorno atribución

No querer entrar denuncia

Actores

Padre+ dos hijos Padre + hijo Padre+ hijo mayor menor

l.

LA DEGRADACION

(15,11-16)

Esta primera subsecuencia es más compleja de lo que da :a entender su denominación. La degradación, en efecto, no se

manifiesta hasta el final de un proceso en el que se mezclan performancias logradas y performancias deceptivas, y el punto de vista -el del hijo mayor- a partir del cual se valoran el éxito y el fracaso no representa más que un aspecto de la situa[(S V 0)

2. Intercambio:

S=>[(Ot 1\ S V Oz)

~

(Ot V S 1\ Oz)]

Cuando Ot •= objeto-poder (Op ), como en este caso («su fortuna»), la adquisición de Oz coincide con la pérdida del poder: S=> [(Op 1\ S V

O)~

(Op V S 1\ 0)]

En consecuencia, la performancia se halla limitada en el tiempo. Su límite está aquí correlacionado, por una parte, con el carácter extinguible de la calificación y, por otra, con la intervención de un agente cósmico, el hambre, cuya posición habrá que definir más tarde. Se produce entonces un retorno al subprograma de uso con vistas al restablecimiento de la coro-

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

124

petencia. El patrón extranjero ocupa ahora el puesto del padre en lo que hace a la comunicación del objeto modal. Pero el resultado de esta performancia calificativa se opone al de la anterior: no se da ninguna atribución de poder. El patrón es un actor deceptivo: «Tenía ganas de las algarrobas ... y nadie se las daba». Ya no hay destinante. Tiene lugar una transformación, que pasamos a describir. b)

Un programa opuesto.

Si es fácil identificar a los agentes principales de la degradación -hambre y patrón extranjero-, es difícil precisar en qué momento se invierte el curso de los acontecimientos y dónde se alude por primera vez al oponente del programa del hijo menor. Ya hemos indicado que la adquisición del objeto-valor coincidía con la extinción del poder. Cabe señalar además que el mismo objeto-valor no está representado como un objeto durable, capaz de subsistir después de su atribución. Se trata de un objeto consumible, sometido a la misma ley que el poder que permite su adquisición. Por tanto desaparece no bien cesa el poder. Es lo que declara el enunciado antes aludido: «Disipó su fortuna en una vida de pródigo»; dato que se ve confirmado por la oposición entre «después de haber juntado todo ... » y «cuando hubo gastado todo ... ». El intercambio en que ha consistido la performancia es una especie de intercambio desigual, que lleva por sí mismo a la disyunción entre el sujeto y el objeto. El antipoder, representado por el hambre, presupone esta primera fase de la degradación .. Esa calamidad natural no es en sí y por sí sola el antisujeto. Más que causarlo, hace simplemente aparecer el estado precario del hijo. Desplaza la carencia al terreno del alimento y la convierte en una necesidad elemental, fisiológica. De esta forma revela la anterioridad de la carencia. Por tanto, los indicios de un programa opuesto, que acabará por dominar, deben buscarse en la realización del programa principal. ¿Cómo dar cuenta de este tipo particular de oposición? No cabe pensar en dos programas narrativos contrarios, uno de los cuales anularía al otro en una confrontación, puesto que los dos se cumplen simultáneamente: se adquiere el objeto al mismo tiempo que se pierde el poder, el sujeto se realiza al mismo tiempo que se aliena. Se trata más bien de un único programa narrativo desdoblado por el juego del ser y el pa-

«Un hombre tenía dos hiios ... »

125

recer. La misma serie de acciones es susceptible de constituir la realización aparente del sujeto y su alienación efectiva. La manifestación textual declara inmediatamente lo que sucede desde el punto de vista del ser: el hambre y el patrón extranjero eliminan toda ambigüedad: « ... y él comenzó a padecer necesidad». Queda claro que el itinerario del hijo desemboca en el deseo de alimento y que, bajo otras apariencias, nunca ha estado inspirado más que por ese querer y que, a fin de cuentas, es deceptivo. Dado que el sujeto se ha investido a sí mismo, se puede decir que la carencia es también resultado de su propia fechoría. Al querer y creer adquirir el objeto-valor, se ha puesto él mismo en disyunción con respecto a él. Podemos representar su posición modal mediante el modelo siguiente:

no ser

no parecer

PN del hijo según la apariencia mentira, ilusión

PN del hijo manifestado como negativo, por el hambre y el patrón extranjero. e)

Programa único de la degradación.

Una vez restablecida la unidad del programa narrativo, cuyo desdoblamiento se explica como efecto de veredicción 7 , pasemos 7 Aun cuando las figuras que manifiestan más frecuentemente la dimensión veridictoria del texto (mentira, secreto) son poco visibles en este acto, hablamos de veridicción para dar cuenta del efecto de ilusión que invierte, a los ojos de un personaje, los valores de un programa narrativo. La ilusión (o el error) es simétrica de la mentira. Así se puede reconstituir el sistema completo de las figuras de la veridicción, como modalización de la aserción y del saber, tal como será utilizado más adelante:

v~"""'"' no falso (secreto)

X

F.OO

no verdadero (mentira)

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

126

a caracterizarlo. Se trata de un programa negativo, ya que se inscriben en él una carencia y un daño. Es negativo con relación a un programa positivo implícito, que no tiene aquí más representación que la de su destinante: el padre de los dos hijos. No se sabe todavía a qué corresponde, pero se ve que, al romper con el destinante, el hijo menor entra en disyunción con respecto al objeto-valor y entra en el espacio del antidestinante, representado por el «país lejano» o anticasa. La fase intermedia de intercambio de objetos corresponde al punto de transición entre lo verdadero y lo falso, es decir, al paso por la mentira y el error. Padre

Secreto (no falso) 1.2.

Falso

Verdadero

X

patrón extranjero

Mentiroso «vida de pródigo» (no verdadero)

Diversos tipos de hacer

Todas las operaciones narrativas explícitas de esta primera subsecuencia se efectúan en el orden somático: los intercambios de bienes. El carácter práctico de las performancias y de los objetos se hace particularmente visible a partir del versículo 14, en el que pasa al primer plan el problema del alimento. Puede observarse, sin embargo, que el desdoblamiento del programa narrativo según el ser y el parecer incluye una operación interpretativa del sujeto operador. En efecto, dado que el objeto está propuesto en un doble aspecto, aparente y verídico, el sujeto debe aprehenderlo bajo el uno o el otro modo. Y lo hace Estas figuras pueden definirse a partir de una oposición más elemental: :Verdadero

¡

Ser

Secreto

X----------

Parecer

Mentiroso

no parecer

----p;¡;;--

no ser

«Un hombre tenía dos hijos ... »

12T

por una operac10n interpretativa que asegura su saber sobre el objeto y condiciona su querer. La petición del híjo: «Dame la parte de fortuna que me corresponde» contiene, aunque implícitamente, este hacer interpretativo. Lo presupone la valorización de la fortuna y del objeto que ésta permite adquirir. Dicho hacer interpretativo hace problemática la performancia y la expone a ser deceptiva. Se opone así a la interpretación enunciativa del texto mismo, el cual, al situar la aventura del hijo en su propia perspectiva axiológica, declara ya su negatividad: «Disipó su fortuna viviendo como un pródigo». Estos dos puntos ·de vista corresponden, en nuestro texto, el uno al plano fenoménico y el otro al plano numénico.

1.3.

Los papeles temáticos

Las observaciones que preceden, por el hecho de tomar en. consideración ciertos aspectos de la dotación semántica de los actores, han anticipado en parte el análisis de los papeles temáticos. Propondremos una primera sistematización, que deberá ser· controlada por el subsiguiente análisis. Lo esencial de las figuras de esta subsecuencia lo suministran tres configuraciones: la familia, los goces y la subsistencia .. Las tres se comunican por la consideración de los medios económicos. a) Los papeles familiares. l. La configuración familiar summ1strá un grupo de papeles preorganizados: padre, hijos y hermanos. Falta la madre, pero,. su ausencia no es un problema para el lector, dado el tono jurídico del relato. El papel paterno se limita, en efecto, a la actividad de repartir los bienes familiares. Esta restricción esconsecutiva a la petición del hijo menor. Presupone, por tanto, una primera determinación restrictiva de su propio papel. Ese hijo viene a ser peticionario de unos bienes económicos. Es un: propietario en potencia y luego en acto. Por consiguiente, no sale de la configuración familiar, pero transforma al padre en distribuidor de riqueza y al objeto participativo que circula en el espacio familiar en objeto divisible, apropiado por cada uno y gastable. También la posición del hijo mayor, aunque no ha pedido el reparto, se ve modificada: «El les distribuyó sus bie-· nes».

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

128

La transformación de los papeles familiares, que se realiza así en dirección de la configuración económica, prepara y hace posible el paso del hijo menor a la configuración del ocio y de los goces: todavía hijo, pero «pródigo», es decir, definido únicamente por su capacidad de gasto. Las figuras del espacio se ven transformadas en forma correlativa: hijo

padre

valor participable

~

propietario

~

distribuidor de bienes familiar

haber

casa

+

patria

~

~

gasto

valor apropiado

económico

país lejano

2. «Cuando hubo gastado todo ... »: al cambio de situación corresponde una inversión de papeles. El hijo pródigo pasa a ser menesteroso, y su deseo se orienta hacia el alimento. Su papel se articula ahora en el del hambre y del patrón extranjero. El primero corresponde a una configuración cósmica, el segundo a una configuración socioprofesional. Nos encontramos así más alejados que nunca de la configuración familiar. Con todo, ésta se indica negativamente mediante los papeles que de hecho intervienen. El papel del patrón extranjero. Los pasos que da el hijo menor para relacionarse con él y cambiar su trabajo por el alimento recuerda el contrato inicial entre padre e hijo. Tal decisión debería permitirle subsistir a pesar de la miseria y del hambre: es el equivalente, en tierra extranjera y por lo que hace a la adquisición del objeto-comida, de la petición de reparto de los bienes. Bajo las figuras conexas del patrón y de su servidor, los papeles asumidos pueden definirse todavía en correlación con el sistema familiar, pero en el orden de los valores opuestos: el comportamiento del patrón se opone al del padre, puesto que rehúsa el objeto pedido. La suerte del hijo se opone a su situación primera, dado que no recibe su parte de bienes. Aparte estas diferencias, lo que asegura la homogeneidad semántica profunda, o isotopía, del relato es la permanencia de un sistema de papeles familiares 8 • Ello b)

8 En lo que sigue deberemos distinguir con cuidado el nivel figura.tívo, observable en el texto, y el nivel temático, construido. El nivel

«Un hombre tenía dos hijos. .. »

129

nos va a permitir comparar los papeles. Las correspondencias se establecen como sigue: papel patemo

papel lugar materno

petición del hijo

título

resultado

----

primer padre contrato

alimento casa asegurado

segundo patrón contrato

hambre

parte de herencia. positivo derechos' bienes del hijo

país alimento trabajo negativo lejano (de los (porquecerdos) ro)

1

En la serie correspondiente al segundo contrato hay que distinguir con cuidado el aspecto disfórico de los elementos y su negatividad axiológica. El aspecto disfórico es evidente. Es un efecto de la oposición al desarrollo del programa del hijo. Es el caso del hambre, del trabajo y de la negación de alimento. En cambio, el valor axiológico es más difícil de establecer. Desde este punto de vista hay que distinguirse algo que se tiende a confundir: el papel del patrón y la negación de las algarrobas. El patrón transforma al hijo en porquero. Es la antítesis del padre. Ese papel es directamente negativo. A veces se hace notar que él se niega a dar la comida normal que debe a cambio del trabajo. El texto no precisa ni subraya ese punto. No es esencial. Para determinar su negatividad basta que la acción vaya en el sentido de la alienación del hijo. El espacio en que se sitúa el hijo, «los campos para cuidar cerdos», es la parte más negativa del espado extranjero. No es necesario atribuirle además la negación de las algarrobas, cuya significación es diferente. temático se articula de manera más sistemática: al optar aquí por describirlo desde el punto de vista familiar, tenemos la posibilidad de hacer aparecer, en el único personaje del padte, dos papeles complementarios que es útil distinguir para mostrar un sistema completo de papeles. Si llamamos «materno» al que está en relación con el alimento es sólo por comodidad y en referencia con el sistema completo de los papeles familiares. De ninguna manera se trata de inventar un nuevo personaje, sino de ordenar los contenidos vertidos en los personajes que aparecen de hecho en el texto. 9

130

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

De hecho, la negación del alimento de los cerdos no puede considerarse negativa a menos que la petición sea positiva. Ahora bien -esto no se suele tener muy en cuenta-, desear el alimento de los cerdos es un comportamiento axiológicamente marcado como negativo, anticultural, una vuelta al orden de la naturaleza y de la animalidad. Este punto de vista se incluye, sin ambigüedad, en el diccionario discursivo aplicable a este texto. Es una sobre estimación de los valores económico-biológicos, una petición excesiva. Rehusar tal petición es un acto positivo. Pero no se dice que el patrón sea el agente de ese rechazo. Una vez más, el afán de polarizar la atención en su injusticia conduce a desbordar los datos del texto. Es posible que el patrón sea injusto, pero ello no es pertinente en este caso. El texto se contenta con registrar la no atribución: «nadie se las daba», y con ello la no realización del deseo por ausencia de destinante 9 • En ese espacio extranjero no hay un ser que dé algarrobas al hijo famélico. La distribución de los valores económico-biológicos no se efectúa. Es un límite, modesto tal vez y difícil a interpretar, pero significativo, que impide la realización del deseo de comer el alimento de los cerdos y hace imposible la prolongación de la permanencia en tierra extranjera. De esta forma pone término al proceso de degradación que seguía su curso en detrimento del hijo menor. También ese hijo-servidor debe definirse dentro del universo semántico. Su papel de porquero confirma su disyunción del espacio familiar, implica una asimilación al espacio animal, impuro y anticultural, presupone el alejamiento extremo del papel de hijo. Al desear el alimento (vegetal, crudo), de los cerdos, corre el riesgo de convertirse en la antítesis del hijo. La no atribución de tal alimento evita esa transformación negativa: aunque peor alimentado que los cerdos, y contra su deseo, se distingue de los animales. Pero esta distinción es una carencia. Vemos una vez más que no hay que interpretar la situación ideológicamente. Lo malo habría sido que alguien 9. El texto no emplea aquí el término «deseo», sino «ganas»: «Y tenía ganas de llenarse el vientre con algarobas ... ». Más adelante utilizaremos esta diferencia lexemática para resumir la oposición, por ejemplo, entre PN, y PN,. En el mentalenguaje semiótico, el término deseo corresponde tanto al «deseo» como a las «ganas» en la lengua natural. En cambio, en el metalenguaje psicoanalítico, la diferencia entre las dos palabras es muy pertinente. Nuestra utilización del término «ganas» se situará más bien en el nivel de la lengua natural, en la que esta diferencia es pertinente, pero menos precisa.

«Un hombre tenía dos hijos ... »

131

le diese las algarrobas «que comían los cerdos» mamos este análisis en un cuadro semiótico: Padre hijo

/humano/ /cultural/

«nadie /no animal/ se las daba» ( = ausencia de la falsa madre)

10 •

Resu-

/animal+impuro/ patrón donante de algarrobas = falsa madre porquero

1an ti cultural/

X

/no humano/

prioridad de los bienes económico-biológicos

Como se ve, la fase intermedia llamada «vida de pródigo» es ya una puesta en escena de los valores de la deixis negativa, si bien el juego de la veridicción mantiene todavía la ilusión. De la misma manera se confirma la distinción axiológica entre el papel del patrón que aliena al hijo y prolonga su estancia en tierra extranjera (le atribuye un nuevo papel: «porquero») y el papel reintegrador asumido por la ausencia de atribución de alimento animal para el hijo. e)

El papel del hambre.

Es un actor ambiguo desde el punto de vista actancial: negativo con respecto al programa narrativo del hijo menor, puesto que acentúa y radicaliza la carencia; positivo con respecto a un programa inicial opuesto al del hijo, puesto que manifiesta la negatividad de la ruptura con el destinante y tiende así a interrumpir la experiencia. Desde el punto de vista temático, el hambre se caracteriza como carencia de comida para los hombres, y más precisamente como ruptura del contrato nutricio entre el hombre y la tierra. En ese sentido se habla de «calamidad» o de «plaga». Así, el hambre resulta ser una figura negativa de la tierra nutrida y completa, en el polo femenino lO Para persuadirnos de ello, procederemos como los lingüístas, por conmutación, preguntándonos: si alguien diera al hijo el alimento de los cerdos, o si él lo tomara por sí mismo, ¿qué cambiaría en el relato y cómo podría éste continuar?

132

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

y maternal, el dispositivo de papeles en que hemos situado el del patrón sin piedad y el de su servidor explotado. Por esa misma razón, el hambre empalma con el sistema de papeles familiares que predomina desde el comienzo del relato y descubre la pertinencia de cierta imagen de la madre como dispensadora de bienes y de alimento. Pero es significativo que ese polo maternal y nutricio sólo aparezca en una figuración deceptiva (y extranjera: «en país lejano»): al romper con el padre y entrar en conjunción con su parte de bienes familiares, el hijo menor ha roto igualmente con la verdadera destinante. Ya no hay nadie que le procure alimento. La tierra extranjera deja de alimentar a los hombres e indica la ausencia de la verdadera madre. Por otra parte, no siempre se observa que, al introducir en escena a la tierra que no alimenta, el relato ofrece dos determinaciones: la primera corresponde a la orientación del deseo y a la inscripción de la carencia. El alimento se convierte en el único objeto propuesto al querer. El deseo se convierte en «ganas». La carencia se inscribe en el cuerpo (que llegará a ser «vientre por llenar»). Y se comprende que ya se tratara de ese deseo, de ese objeto y de esa carencia en la partida del hijo. La segunda .determinación corresponde a la orientación de la performancia, que en adelante será exclusivamente deceptiva (lo cual no había ocurrido hasta ahora): no se atribuye ningún objeto-alimento. El hambre representa la no atribución de un alimento normal, humano y cultural. La negación de las algarrobas representa la no atribución de un alimento excesivo, impura y anticultural. Mientras tanto, el contrato con el patrón, que es una pedormancia negativa, habrá agravado la situación y confirmado la ruptura con el padre. Podemos precisar un poco el modelo: verdadero padre

= fiesta

verdadera madre

= alimento

falso padre

=

trabajo con los cerdos falsa madre = algarrobas

normal espacio familiar

X

espacio extranjero

no verdadero padre = no fiesta no falso padre = patrón rio verdadera madre = hambre + no falsa madre = pan de prostitutas los obreros «de sobra»

«Un hombre tenía dos hijos ... »

133

Conclusión: Esta primera subsecuencia instala así un doble programa narrativo: el que se desarrolla en la casa bajo el signo del padre y de una donación efectiva de bienes económicos y el que se desarrolla en país extranjero bajo el signo del contrato deceptivo y de la negación del alimento indispensable. La apariencia de positividad, que invierte provisionalmente el segundo programa, no resiste a la operación veredictoria que manifiesta finalmente su carácter deceptivo. En este segundo programa, el sujeto de estado permanece en disyunción no solamente del objeto-valor temporal .adquirido por intercambio, sino de un objeto-valor implícito y elemental, cuya posesión él había subestimado y cuya conservación había descuidado. Correlativamente, un sistema semántico selecciona y distribuye los rasgos sémicos, permitiendo así definir tantos itinerarios figurativos como exige la estructura narrativa y constituir papeles temáticos adaptables a los papeles actanciales con vistas a la constitución de los actores. Los papeles temáticos pueden definirse al margen de cada una de las configuraciones discursivas citadas, pero la configuración familiar es la que da mejor idea de ellos. Nos quedamos con dos formas del papel paterno: dispensador de la herencia o patrón de porquero; dos formas del papel de hijo: sucesor del padre en la posesión de los bienes familiares o compañero de los cerdos y consumidor virtual de alimento animal; finalmente, dos formas de un papel que podemos llamar -por comodidad- materno, porque está en relación con la comida: una función nutrida normal de la que el texto sólo manifiesta la figura colectiva negativa (el hambre) y una función nutrida excesiva y anormal, pero puramente virtual en este caso, que consiste en dar al hombre el alimento de los animales. Se observará que hemos tenido cuidado en no decidir, prematuramente y en función de una idea preconcebida exterior al texto, sobre la positividad o negatividad de los papeles y de comportamientos. Una y otra son exclusivamente correlativas. A la ambigüedad actancial corresponde una ambigüedad temática. Es difícil determinar el límite entre lo que representa un progreso de la alienación del sujeto y lo que anuncia o prepara su reintegración. La interferencia del punto de vista propio de los actores y con el punto de vista del enunciador complica el análisis. Suspender el papel nutricio de la tierra o privar al hijo del alimento de los cerdos es agravar su miseria física. Pero el poner fin a la «vida de pródigo» es manifestar la verdadera sig-

134

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

nificación de la partida y hacer posible el retorno. Por eso nos ha parecido necesario reaccionar contra la lectura habitual, que considera esos operadores y esas operaciones como claros valores negativos del sistema axiológico principal. La continuación del relato debería ser decisiva al respecto. 2.

LA REINTEGRACION

(15,17-24)

Sería demasiado largo proseguir el análisis de forma tan detallada. Por eso centraremos el examen de esta segunda subsecuencia en los puntos que prolongan las perspectivas sugeridas, aunque sin pasar por alto las eventuales resistencias del texto o las invitaciones a manejar mejor los modelos. 2.1.

Programas narrativos

Esta subsecuencia es notable por la simplicidad de su estructura narrativa. En ella se desarrolla un solo programa según una sucesión clásica de estados y de papeles actanciales: sujeto virtual, sujeto investido, sujeto calificado, sujeto actualizado, sujeto realizado. Las etapas fundamentales de ese proceso son bien visibles: el contrato, en forma de automandato y de atribución reflexiva del querer y del saber programático («me levantaré ... »), el desplazamiento, la performancia principal que brinda la comunicación del objeto y el reconocimiento. Nada se opone a la realización de este programa. No hay, por tanto, antisujeto no oponente. La performancia principal no adopta el aire de un enfrentamiento. Hay tres puntos que merecen algunas explicaciones. a) Orientación del programa narrativo Puede deducirse de la dirección de los desplazamientos. El principal: «Se levantó y fue hacia su padre» se efectúa en dirección opuesta a la de la partida hacia un país lejano. Es un retorno. Por tanto debe corresponder a un programa opuesto al que llamábamos programa del hijo menor o PN de degradación. Si llamamos PN1 a ese programa de degradación y PNz al que aquí nos interesa, podemos escribir: PNz =no PN1. Como PN1 se oponía por su parte a PNo (implícito en la primera subsecuencia), de forma que PNo =no PN1, vemos que PNz = PNo. En la medida en que PN1 ha sido descrito como programa de

«Un hombre tenía dos hi¡os ... »

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degradación, con respecto a un objeto-valor complejo, representado por la integridad del hijo menor, PNz será un programa de restauración. Por ambas partes del desplazamiento principal y fisico del hijo, el texto menciona otros dos: un desplazamiento noológico («volviendo en sí...») y el desplazamiento del padre («corrió a echársele al cuello ... »). La recapacitación del hijo marca la inversión del proceso performancial, en el plano del querer y de la dotación del sujeto, y hace aparecer ante todo un saber sobre un nuevo objeto: el pan. El aspecto reflexivo del movimiento indica la identidad actorial del destinante y del sujeto. Al mismo tiempo sugiere que PNt dependía de un destinante exterior al hijo o, al menos, distinto de su punto más interno. b)

Representación actorial.

El hijo menor asume este PNz en su fase inicial. Pero, por una y otra parte de las operaciones que él efectúa, se observa un desdoblamiento actorial. Hemos señalado que, antes de que se opere el cambio decisivo, la ausencia de distribuidor de alimento animal para el hijo representaba un límite en la degradación, una carencia dentro del antiprograma. Por eso debemos ahora reconocer como primera figura del sujeto positivo y como primer efecto de dominio de PNz sobre PNt la no atribución de las algarrobas. Tal vez debiéramos incluso remontarnos más en el desarrollo de PNt y reconocer como virtualidaes de PNz todo lo que tendía a restringir la amplitud de las performancias y a limitar la atribución del objeto de PNt: el carácter agotable de la fortuna, el hambre y la imposibilidad de paliar, mediante el trabajo, la falta de alimento. Cuanto más se restringía el deseo del hijo, hasta el punto de afectar solamente a su supervivencia corporal, más imposible se hacía la atribución. En el momento del retorno, un nuevo relevo actorial substituye al hijo por el padre. Esta sustitución está representada por el desplazamiento del padre, que transforma el retorno en reencuentro y lo relaciona con el descubrimiento de la oveja y de la dracma por un pastor que sale al desierto y una mujer que busca por toda la casa. Si la inversión del desplazamiento debe ponerse a cuenta del hijo (lo cual corresponde más bien al «pecador que se convierte»), el desplazamiento pone en escena al padre. Este dispositivo reúne rasgos de cada una de las performancias mencionadas en las comparaciones anteriores.

«Había que celebrar fiesta ... » (Le 15)

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La sustitución del hijo por el padre para efectuar la performancia se manifiesta más claramente todavía en la diferencia entre las propuestas de contrato para obtener el pan de los obreros y la atribución efectiva del objeto. El padre vuelve a tomar la iniciativa, y ello provoca una especie de aceleración del relato. El objeto comunicado, si bien no excluye el objeto deseado, lo supera en dirección del reconocimiento. El mismo problema particular del hijo se ve desbordado por el de la constitución, en la fiesta, de un actor colectivo de gozo. Así, esta subsecuencia presenta a la vez una mayor simplicidad actancial y una mayor complejidad actorial. Atribución del objeto. El hijo pide pan. El padre le da un vestido, un anillo, sandalias y organiza un banquete de fiesta. La diferencia es interesante sobre todo para el análisis discursivo, pero también entra en la descripción del programa narrativo, ya que la redefinición del objeto en el momento de la performancia principal y de la atribución repercute en las fases anteriores y puede, eventualmente, precisar las correlaciones entre los diversos programas. De donde resulta que el recentramiento del relato en la manifestación de la dignidad filial y en el carácter participativo del objeto confirma a la vez la negatividad de PN1, que valoraba un objeto apropiado, de tipo económico-biológico, y su carácter engañoso, dado que sus primeras fases se desarrollaban a pesar de todo de un modo casi festivo (lo que se llama a veces el «placer» de la vida de pródigo). e)

2.2.

Diversos tipos de hacer

El desplazamiento del hijo y el del padre son operaciones somáticas. El programa previsto por el hijo: «Trátame como a uno de tus obreros ... » puede también considerarse como de tipo somático, ya que está orientado a la atribución del pan. Pero la operación por la que el hijo intenta lograr que el padre acepte su proyecto corresponde a un hacer persuasivo. Este no tiene un efecto directo, dado que el padre no lo sigue. Pero no puede decirse que fracase, puesto que la realización supera a la propuesta. El desarrollo ulterior de la performancia va a exceder el plano somático. Al revestir al hijo con los signos de su estatuto socio-familiar, el padre efectúa una operación que atañe al ser y al parecer del sujeto más que a su tener. Se trata, al mismo

«Un hombre tenía dos hijos ... »

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tiempo, de una realización y una proclamación de la filiación. El cuerpo se ve afectado, pero a través de la significación. El cuerpo se vuelve significante. Al hijo hambriento y tal vez mal vestido se le ofrecen vestidos elegantes y un banquete de fiesta. El saber se ve afectado al mismo tiempo que el cuerpo. Llamaremos
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