GriegoII.2014.Andalucia

December 10, 2017 | Author: juanjbp | Category: Codex, Ink, Languages
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CUADERNO DE

GRIEGO II (ANDALUCÍA – 2014)

Incluye ediciones bilingües del Libro IV de la Anábasis de Jenofonte y de la Antología.

Prof. Juan J. Bossini

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ÍNDICE. 5.1.1. Características del género 5.1.2. Principales autores y obras. 5.1.3. Influencia posterior. 5.2. Lecturas: Heródoto (Historias I, I); Tucídides (Guerra del Peloponeso I, I). 5.3. Textos: Antología, Apolodoro (II). 5.4. Morfosintaxis del pronombre relativo. 5.5. Étimos griegos. APÉNDICE. La Historiografía griega: Orígenes y rasgos generales. Actividades complementarias.

UNIDAD 1. Originalidad de la Literatura griega. 1.1. Originalidad de la Literatura griega. 1.2. Lectura: La transmisión de la Literatura antigua (¿Cómo se preservó la Literatura antigua? Soportes de la escritura en la Antigüedad. Instrumentos y materiales). 1.3. Textos: Jenofonte, Libro IV de la Anábasis caps. 1 y 2. 1.4. Las formas personales del verbo. 1.5. Las reglas de transcripción y Étimos griegos (I). APÉNDICE. Normas de uso del diccionario de griego. Actividades complementarias. UNIDAD 2. La Poesía épica griega. 2.1. La poesía épica (Homero. Hesíodo). 2.1.1. Características del género 2.1.2. Principales autores y obras. 2.1.3. Influencia posterior. 2.2. Lecturas: Homero, Ilíada Α 1-100; Odisea α 1-101; Hesíodo, Teogonía 1-103. 2.3. Textos: Jenofonte, Libro IV de la Anábasis, caps. 3 a 5. 2.4. Los sustantivos, adjetivos, el artículo y pronombres personales y posesivos. 2.5. Étimos griegos. APÉNDICE. Métrica (I). Nociones básicas de Prosodia griega. Métrica de la Épica. Actividades complementarias.

UNIDAD 6. La Oratoria griega. 6.1. La Oratoria griega. 6.2. Lecturas: Demóstenes, Contra Filipo I. 6.3. Textos: Antología, otros autores distintos de Apolodoro. 6.4. Las conjunciones. Los adverbios. 6.5. Étimos griegos. APÉNDICE. La constitución de la Oratoria como género literario en el siglo V. Actividades complementarias. UNIDAD 7. La Literatura filosófica griega. 7.1. La Literatura filosófica griega (Platón. Aristóteles). 7.2. Lecturas: Platón, Apología de Socrates 24; Aristóteles, Metafísica I. 7.3. Textos y actividades correspondientes: Opción A de las PAEGs. 7.4. Observaciones gramaticales del Libro IV de la Anábasis. APÉNDICE. Primera Filosofía griega. Actividades complementarias.

UNIDAD 3. La Poesía lírica arcaica griega. 3.1. La Poesía lírica. 3.1.1. Características del género 3.1.2. Principales autores y obras. 3.1.3. Influencia posterior. 3.2. Lecturas: Safo, Himno a Afrodita; Píndaro, Olímpica I. 3.3. Textos: Jenofonte, Libro IV de la Anábasis, caps. 6 a 8. 3.4. Las preposiciones. 3.5. Étimos griegos. APÉNDICE. Métrica griega (II). Métrica de la lírica. Actividades complementarias.

UNIDAD 8. La Novela griega. 8.1. La Novela griega. 8.2. Lecturas: Longo, Dafnis y Cloe Libro I. 8.3. Textos y actividades correspondientes: Opción B de las PAEGs. 8.4. Observaciones gramaticales de la Antología. APÉNDICE. El cuento popular y la Fábula en Grecia. Actividades complementarias.

UNIDAD 4. El Teatro griego clásico. 4.1. El drama ático (Tragedia. Comedia). 4.1.1. Características del género 4.1.2. Principales autores y obras. 4.1.3. Influencia posterior. 4.2. Lecturas: Esquilo, los Persas, 1-154; Esquilo, Edipo Rey, 157; Eurípides, Medea 1-48; Aristófanes, Lisístrata 1-45. 4.3. Textos: Antología, Apolodoro (I). 4.4. Lengua griega: Morfosintaxis del infinitivo y del participio. 4.5. Étimos griegos. APÉNDICE. Métrica (III): Métrica del drama.. Actividades complementarias.

UNIDAD 9. La Literatura científica griega. 9.1. La Literatura científica griega. 9.2. Lecturas: Hipócrates, Corpus hippocraticum Juramento. 9.3. Textos y actividades correspondientes: PAEGs (a elegir entre las dos opciones). 9.4. “Orígenes de la Medicina y el Hipócrates histórico” (De la página El Corpus hipocrático y los orígenes del pensamiento científico. APÉNDICE. Extracto de: Las traducciones en la transmisión del legado médico clásico al mundo occidental (P. García Bravo). Actividades complementarias.

UNIDAD 5. La Historiografía griega. 5.1. La Historiografía griega (Heródoto. Jenofonte. Tucídides).

ANEXO I. Jenofonte, El Libro IV de la Anábasis (bilingüe). ANEXO II. Varios Autores, Antología (bilingüe).

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UNIDAD 1. ORIGINALIDAD DE LA LITERATURA GRIEGA. Índice. 1.1. Originalidad de la Literatura griega. 1.2. La transmisión de la Literatura antigua (¿Cómo se preservó la Literatura antigua? Soportes de la escritura en la Antigüedad. Instrumentos y materiales). 1.3. Textos: Jenofonte, Libro IV de la Anábasis 1 y 2. 1.4. Lengua griega: Las formas personales del verbo. 1.5. Las reglas de transcripción. APÉNDICE. Normas de uso del diccionario de griego. Actividades complementarias.

1.1. Originalidad de la Literatura griega (F. Rodríguez Adrados). La Literatura griega está en el origen de la nuestra y, en realidad, de todas las literaturas posteriores. Su presencia está viva en los nombres de los géneros literarios (épica, lírica, teatro, historia, retórica) y en la restante terminología literaria (poema, himno, estrofa, treno, comedia, parodia, etc.), también en el hecho de que el léxico culto, incluido el científico, de todas las lenguas europeas sea fundamentalmente griego o traducido del griego. Ahora bien, la literatura griega no es sino una de las múltiples literaturas que conocemos; una literatura, de otra parte, que empezó siendo oral en la épica y la lírica, incluso en otros dominios, y que luego pasó a ser escrita. Esto sí: a partir de ella hubo una continuidad. No ha habido nunca una ruptura absoluta: los textos literarios griegos fueron copiado en papiro, luego en pergamino y han llegado a nosotros a través de Bizancio; ha habido, además, tra ducciones e imitaciones en latín, árabe, gótico, eslavo, etc etc. Ha actuado siempre de modelo, directo o indirecto, siendo, a partir de aquí, imitada y, por supuesto, a veces, modificada en direcciones diversas. Pero, en un cierto sentido, todas las literaturas a partir de los griegos han sido helenocéntricas, a diferencias de literaturas previas del antiguo Oriente. No solo eran ajenas a la griega, sino que quedaron rotas, sin continuidad: solo por inscripciones o papiros sacados a la luz en hallazgos casuales o en excavaciones arqueológicas nos son conocidas. También son, por supuesto, no helenocéntricas literaturas de diversos pueblos a los que no llegó, o llegó levemente, el influjo griego: de la China y la India a las de diversos pueblos del planeta. La cuestión que aquí nos planteamos es la de la diferencia, el salto cualitativo que representa la literatura griega respecto a las literaturas ajenas a la griega; en parte continúa a las literaturas orientales que la precedieron, en parte se diferencia de ellas introduciendo una nueva originalidad. Y esta originalidad fue aceptada, a su vez, como modelo por las literaturas posteriores, dentro de esa línea de continuidad de que he hablado. Investiguemos, pues, aquí, en qué consiste esa originalidad, que tanto éxito tuvo, hasta el punto de que no puede hacerse, realmente, un estudio particular de ninguna de esas literaturas sin tener en cuenta el modelo griego o el modelo latino, de él derivado. Para estudiar el grado de originalidad de una literatura, la que sea, hay que conocer, efectivamente, sus precedentes. Y también la Literatura griega tuvo sus precedentes: de una parte, en la literatura oral indoeuropea, épica y lírica, que reconstruimos más o menos a través de sus derivaciones en la épica y la lírica de los demás pueblos indoeuropeos. De otra parte, en las literaturas orientales, sobre todo las de la antigua Mesopotamia (de los sumerios en adelante), de otra en la egipcia. Las conocemos hoy en una cierta medida a través de las inscripciones y papiros sacados a la luz en las excavaciones; las conocieron los griegos, en alguna medida, principalmente, pensamos, por vía oral, puesto que fue antigua su relación con Mesopotamia y Egipto, ya desde el siglo VIII a. C. y aun antes, y sobre todo a partir de Alejandro. No hay sino pensar, por dar algunos ejemplos, en el influjo que en Homero se ha encontrado del Poema de Gilgamés, en textos que van del sumerio al asirio; en Hesíodo, el de obras cosmogónicas como El reinado de los Cielos hurrita y hetita y el Enuma Elis mesopotámicos y el de obras sapienciales como las Instrucciones de Surrupak sumerias, las Instrucciones de Ptahhotep egipcias o el Ahikar asirio; en la fábula y la gnomología, el de las

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diversas colecciones de Proverbios mesopotánicos, las fábulas del águila y la serpiente en el Etana acadio y la del escarabajo en Egipto; etc. etc. Es un universal en la historia de las literaturas que ninguna nace aisladamente. He estudiado en otros lugares cómo, por ejemplo, la literatura latina nació primero en griego, en obras como los Annales de Fabio Pictor; luego, como traducción del griego, en otras como la Odisea de Livio Andronico; solo más tarde se lanzó por el camino, primero, de la imitación, luego de la originalidad. Hay siempre un modelo que indica el camino, aunque luego se proceda ya por cuenta propia. Igual es el caso de la literatura castellana y de tantas otras. En Castilla, en el siglo XI, por ejemplo, se escribía fundamentalmente en latín; luego se tradujeron del latín al castellano obras como las Vidas de Apolonio, Secundo o Esopo, la Historia Troyana de Dictis Cretense, el libro de Barlaam y Josafat, las traducciones latinas de la Biblia, las Historias de Lucas y Tuy y el arzobispo don Rodrigo. Y del árabe al castellano obras (por lo demás de origen griego) como el Libro de los Buenos Proverbios, los Bocados de Oro, la Poridat de las Poridades, la Historia de la donzella Teodor. Solo después vinieron las imitaciones y después todavía las obras ya plenamente originales, llenas por lo demás de reminiscencias greco-latinas. Es, pues, un error considerable tratar aisladamente las diversas literaturas. Para la griega es cierto que existe una bibliografía copiosa sobre modelos orientales presentes en la épica, la lírica, la fábula, por ejemplo: algo he adelantado. A diferencias de los modelos griegos de la literatura latina y de los latinos o árabes (con frecuencia griegos en el origen) de la castellana, los modelos orientales de la literatura griega llegaron seguramente por vía oral, en razón de antiguos contactos ya en época micénica y, luego, a partir del siglo VIII y VII. De esto he escrito en otros lugares. Pues bien, el estudio de los modelos es útil para conocer las fases más antiguas de una literatura y, dentro de ellas, lo que ofrecen de original. Solo comparativamente puede esto establecerse. Son importantes los elementos orientales e indoeuropeos en la más antigua poesía griega: épica, cosmogónica, didáctica, fabulística, ya lo he dicho. Pero lo interesante es descubrir qué es lo que los griegos aportaron de nuevo, a partir de una serie de temas y de procedimientos literarios más o menos comunes. Se ha dicho, por ejemplo, que la épica homérica representa un estadio de grandes poemas de intención dramática y aun trágica, con tendencia a una composición unitaria, algo bien diferente de la épica griega más primitiva. O que la poesía cosmogónica de Hesíodo presenta una evolución desde el caos y las divinidades monstruosas de los orígenes a un Zeus inteligente y racional, una humanización que enlaza el mundo divino, en sus últimas fases, con el de los hombres. Se ha dicho que la lírica griega, sobre todo la monódica, contiene a su vez un humanismo y un pensamiento crítico y predemocrático ausente de lasliteraturas orientales. Todo esto abría un camino al futuro. Nunca habría ya una pérdida definitiva de esta orientación, pese a largos eclipses. Pues bien, todo esto puede considerarse como cierto, pero no es sino un prólogo a otras grandes originalidades de la cultura griega, que hay que fechar sobre todo a partir del siglo VII antes de Cristo. No quiero limitar esta consideración a la literatura, puesto que la literatura no es sino un integrante de un contextos social más amplio. Puede extenderse a la historia; creación de la polis como sistema de autogobierno, primero aristocrático, luego democrático, bien ajeno a los sistemas de las monarquías orientales anteriores y contemporáneas. Pero hay, sobre todo, un punto de vista general que todo lo condiciona: el nacimiento del individuo libre, del pensamiento libre, de la posibilidad de una creatividad que es capaz de romper, aquí y allá, con la tradición. Los artistas orientales eran más bien artesanos, geniales artesanos, que no firmaban sus obras. Pero los escultores griegos las firmaban desde el siglo VII, e igual los poetas, los filósofos, los ceramistas. Estaban orgullosos de su obra, de la novedad de su obra, y personajes como Alcmán, Arquíloco, Teognis o Heráclito lo proclaman abiertamente. Y su pensamiento tiene repercusión histórica y social, se abre camino. No hay el continuismo que encontramos en Egipto, salvo la excepción del período de Tell-el-Amarna, o en Mesopotamia. No hay ese monolitismo de los sistemas políticos. Todo cambia y evoluciona rápidamente. Esto es lo griego, esta es la originalidad de los griegos, su gran salto que creó una ruptura con el pasado y que hizo que, a partir de ellos, todo fuera diferente. Y ello pese a otras rupturas traumáticas que hicieron perecer, por largos siglos, productos tan griegos como la democracia, el atletismo agonal o la oratoria política o el teatro. El modelo estaba ya dado y antes o después, cuando las condiciones de progreso humano lo hicieran posible, rebrotaría. Sin duda, porque ello respondía a tendencias insitas en la naturaleza humana en una ciertas circunstancias de desarrollo intelectual y económico. Pero, también, porque el modelo griego, y los calcos posteriores del modelo griego, servían de apoyo. Pero no adelantemos acontecimientos. Dentro del terreno de la literatura yo señalaría como la principales originalidad de la griega la creación de una serie de géneros: unos nacidos en la edad arcaica, otros en la clásica, otros en la helenística. Se trata, por supuesto, de un mínimo esquema, que trata de completar cosas apuntadas más arriba. Tenemos, en efecto, como principales géneros originales de los griegos: 1. La lírica personal, como superación de la puramente cultual, que también fue cultivada. En ella, poeta manifiesta su pensar, trata de imbuírselo al destinatario del poema, elogia a personajes destacados de órdenes diversos, influye incluso sobre su ciudad, critica incluso acerbamente. Crea su propia ideología, su propio universo. De Arquíloco a Píndaro es esta una línea absolutamente clara. El concepto tradicional del eros es ampliado: hay el amor masculino y no solo el femenino, hay el del viejo, y el amor homosexual. Una ampliación constante: en

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fecha helenística se hizo más personalista que nunca. 2. El teatro. El teatro nació, sin entrar aquí en detalles que he dado en otro lugar, del preteatro: es decir, de la lírica danzada de coros dialógicos y miméticos, celebrada en ciertas festividades y que representaba antiguos mitos. Los coreutas se hicieron actores y representaron el mito alternando canto y recitado, entre sí y con el coro. Y hubo la gran especialización, tan esencialmente griega: la creación de la tragedia, dedicada al dolor y la muerte, y la posterior de la comedia, satírica y erótica. Todo ello, imbuido de las formas y el pensamiento de la épica y la lírica. Estas danzas miméticas son comunes a festivales numerosos no solo de la Grecia antigua, también de pueblos dispares entre los esquimales, los amerindios, los africanos, los australianos. En la Europa cristianizada subsistieron en variantes carnavalescas, en rituales festivos como la moresca o la pieza del arado. Se cristianizaron a veces en fiestas como la de las mayas o la epifanía. Se llegó, incluso, en lugares como la India y China, a crear un teatro que incluía danza, mito y máscara. Pero siempre fue mixto, tragicómico. Un género como la tragedia, que explora lo más profundo y doloroso, espléndido y peligroso a la vez, del ser humano, solo en Grecia nació. Y allí donde está vivo hoy, de la tragedia griega viene por unas u otras vías. Y ello pese a que la tragedia casi se agotó en el siglo V y la comedia solo muy transformada sobrevivió luego. 3. La Historia crítica. Ya Heródoto, y no digamos Tucídides, representa la primer andadura de una Historia con talante crítico y con vocación universal. El autor viaja, escucha, toma notas, critica, compara y aspira a ser imparcial. Ninguna relación con los anales hetitas o los autoelogios interesados de Ramsés II o de los reyes hebreos. No es el poderoso el que escribe o hacer escribir para inmortalizarse, sino un individuo privado que tiene deseos de conocer y de trasladar a los demás ese conocimiento. Va implícita en su relato una filosofía, sea la religiosa y trágica de Heródoto, sea la racional y pragmática de Tucídides. Esto, con las alternativas que se quiera, no se extinguió ya. 4. La oratoria política, forense y epidíctica es una creación de Atenas, aunque tenga precedentes en lugares como Siracusa. Tiene como exigencia necesaria la existencia de una democracia: por eso se perdió en la edad helenística, resucitó bajo el influjo griego durante la República romana, volvió a perderse luego hasta fecha muy posterior. Habiendo sido importante la oratoria durante toda la democracia ateniense del siglo V, solo en su final se convirtió en un género escrito, muy importante en el siglo IV. En realidad, géneros como la Historia, el Teatro y la Filosofía socrática están llenos de oratoria antilógica, participan del mismo espíritu, que es el de la democracia. La oratoria influyó enormemente en todos los géneros de prosa, en todos los períodos. 5. La literatura filosófica y científica. Primero en verso, luego en prosa la Filosofía compitió desde el siglo VI con los géneros poéticos por el alma de los griegos. Creada en Mileto y otros lugares de Jonia desde el siglo VI, floreció especialmente en Atenas, como es conocido. Buscaba investigar racionalmente los primeros principios del cosmos y de la vida humana y establecer para esta vías de conducta. Creó géneros y subgéneros propios, entre ellos el tratado o tekhne, que floreció en la edad helenística, pero ya existía, desde el siglo V, en Siracusa y Atenas. A diferencia de los géneros anteriores, la Filosofía no desapareció en la Edad Helenística, se mantuvo siempre viva, aunque la orientación en parte variara. Es conocida su confluencia con la literatura cristiana en la Antigüedad tardía y la Edad Media, así como sus nuevos desarrollos a partir de la época del Humanismo. 6. La novela. Mitos y cuentos son comunes en las literaturas orientales, también, como pequeños excursos, en los historiadores y otros prosistas. Pero en fecha helenística se crearon dos géneros propiamente novelísticos: relatos extensos con mucho contenido erótico. Ya eran en torno a una pareja de enamorados que viajaba entre peligros, género de la novela idealizante o "novela griega"; ya en torno a un personaje de baja extracción social, que viajaba haciendo crítica del mundo y de las clases y valores dominantes ("novela realista", del tipo de la Vida de Esopo o del Satiricón). Son estos géneros que ejercieron enorme influencia, sobre todo a partir del siglo XIV. La novelística occidental los superó ampliamente, pero sin estos precedentes no puede comprenderse. 7. Géneros antológicos. La Edad Helenística desarrolló los que llamo "géneros antológicos": recogida de materiales diversos (inscripciones, gnômai, doctrinas de los físicos y filósofos, fábulas, mitos, etc.),o bien creaciones de un mismo autor (Corona de Meleagro, Metamorfosis de Ovidio, etc.) Todo esto no es sino un breve recopilación de los géneros creados por los griegos. No hablo de temas poéticos o filosóficos o estilos artísticos que siguen ejerciendo influencia: puede decirse que, en cualquier situación humana, las principales posiciones teóricas o de conducta que pueden adoptarse, estaban ya preestablecidas por los griegos. Seguimos siendo estoicos o epicúreos, trágicos o racionales, providencialistas o escépticos. Quiero hacer constar, cerrando este tema, que las principales originalidades de los griegos forman un verdadero ciclo, con coincidencias y diferencias cronológicas; y se alían con otros elementos más tradicionales y comunes. Provocan adhesiones y críticas, comportan variantes múltiples, como también su descendencia en las edades posteriores. En todo caso, de lo que no puede dudarse es de que con los griegos y, en nuestro caso, con la literatura griega, surgió algo nuevo en el mundo, hubo un corte, un giro decisivo. El mundo se hizo diferente tras ellos, por mu-

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chas que fueran, a veces, las reacciones hostiles. En esto quiero insistir, para terminar. En realidad, las reacciones contra algunos de estos inventos de los griegos comenzaron ya dentro de Grecia. Por ejemplo, la democracia era hostilizada en mil lugares, en el siglo IV había ya, por reacción contra sus excesos, un giro monárquico: en Isócrates, Jenofonte, ciertos escritos de Platón; luego en Alejandro y en las monarquías helenísticas. O bien, frente a la tragedia, la filosofía socrático-platónica inició una reacción que buscaba una seguridad para la vida humana, un sistema de normas que traerían la felicidad en esta vida o en otra. En definitiva, la libre discusión de las ideas y la apertura total, sin restricciones, experimentaron cortapisas. Ciertos géneros literarios, ciertas corrientes filosóficas, ciertos comportamientos políticos unidos a la idea de apertura de la sociedad griega, decayeron o desaparecieron. Y esto no fue sino el comienzo. En Roma, tras el período republicano, se perdió, en el imperio, la democracia, y otra vez se estableció la visión del poder como algo que viene de arriba abajo, volvieron los gobiernos personales y en cierto modo teocráticos, puesto que el emperador, a su muerte, se convertía en dios. Y ya antes, en un momento u otro, se habían perdido la oratoria política, la tragedia y otras creaciones de los griegos. Pero otras creaciones griegas persistieron incluso en época imperial, de la lírica al atletismo, del epicureísmo y cinismo a la novela, a la Ciencia sobre todo. La reacción ante los griegos era mixta: estaban en el núcleo de la cultura romana, pero algunas de sus más audaces construcciones desaparecían o eran miradas con sospecha. Eso no es sino una mínima descripción. Pues bien, desde el siglo IV después de Cristo, con el triunfo del cristianismo, y desde el V, con la caída del imperio de Occidente y la consolidación del de Oriente como un régimen plenamente teocrático, el giro fue mucho más radical frente al antiguo humanismo greco-romano. El siglo V es el momento en que, en cualquier ruina romana en torno al Mediterráneo, las construcciones de tipo teatral o político o deportivo fueron arruinadas, para dejar lugar a las nuevas basílicas o baptisterios o palacios episcopales. Y, poco después, en el Edad Media, parece que hubiéramos vuelto a los comienzos: a sociedades que vivían atadas a normas tradicionales, a la casi extinción del pensamiento libre, a las monarquías teocráticas, a una épica de tradición indoeuropea que vivía de viejos ideales aristocráticos, a la desaparición del teatro y de la Ciencia, a la sustitución de la historia crítica por crónicas elementales. Parecía que todo rastro de helenismo había desaparecido del mundo. Pero a la larga no fue así. Los enemigos de los griegos salvaron a los griegos. Los textos latinos llevaron huellas de la sabiduría griega a todas partes. La Iglesia, enemiga en principio de los griegos, aceptó con Basilio, los dos Gregorios, Juan Crisóstomo, Ambrosio, Agustín, Isidoro una parte de su legado y lo fundió con el suyo propio; y, sobre todo, salvó, en Oriente y Occidente, muchos de los textos escritos de los griegos, que inspirarían la resurrección, en el Renacimiento, de una nueva cultura de tradición antigua. Los musulmanes, por su parte, tradujeron textos griegos, sobre todo de Filosofía y Ciencia, textos que luego pasaron al latín o al castellano. De alguna manera, trabajosamente, el legado griego, con todos sus matices y aspectos, fue abriéndose paso. A partir del siglo IX tanto en Oriente como en Occidente fueron surgiendo Renacimientos ligados a la Antigüedad. No puedo explicar aquí cómo un mínimo conocimiento del teatro o del pensamiento antiguo, por ejemplo, fue suficiente para que, gradualmente, se crearan literaturas que cultivaban una nueva historia, un nuevo teatro, una nueva ciencia. La épica y la lírica tradicionales, los cronicones, la filosofía dogmática, el preteatro popular, recibieron ese influjo, lejano y mediato, de los griegos y dejaron pasos a formas literarias que continuaban su espíritu. Y se creaba de nuevo la novela. Y el humanismo todo, y el léxico culto de las lenguas europeas, recogían y profundizaban la antigua tradición. La cronología es varia, incluye también la reconstrucción de la democracia, a partir de los ensayos de las ciudades italianas y hanseáticas y de las revoluciones inglesa, americana y francesa. Y el renacimiento del deporte competitivo. Y tantas cosas más. En definitiva, al final, nos encontramos en las literaturas europeas con los mismos géneros griegos, aunque hayan creado productos modificados, de una nueva originalidad. Y con tipos de sociedad y política más abiertos, que superaban el bache de los larguísimos siglos de monarquías de base teológica. Naturalmente, la vuelta del espíritu libre creado por los griegos y manifestado en tantas creaciones suyas, no es sin riegos. Los mismos peligros, las mismas luchas, las mismas reacciones que ya operaban en Grecia siguen operando, también, en nuestros días. Y ello en la política, la sociedad, el pensamiento la literatura. Pero no es este el tema que debo desarrollar aquí ahora. El impulso hacia la creación y la libertad es tan connatural al espíritu humano como el impulso hacia formas cerradas y seguras. El primero solo en ciertas circunstancias de desarrollo espiritual, social y económico se abre paso. Pues bien, esto que sucedió en Grecia a lo largo de pasos sucesivos, desde el siglo VII a. C., volvió a suceder gradualmente en nuestra Edad Media. Solo que aquí había un modelo: lo que se conocía de los griegos a través de una larga y mínima tradición. Tradición primero indirecta, luego, más adelante, directa, a través de los textos y las ruinas. El hombre necesita modelos para acelerar su marcha, para saber a dónde dirigirla. El influjo de las grandes creaciones de los griegos nunca se ha perdido, pero ha sido fructífero porque en ciertas ocasiones eran literalmente llamados, buscados. Por eso termino como comencé: los griegos y sus grandes creaciones, a algunas de las cuales, sobre todo en el campo de la literatura me he referido, representan un corte, un giro en la historia. Desde ellos, pese a largos olvidos, largas marchas atrás, siempre se vuelve a su espíritu.

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Es un fenómeno que no es fácil de ver, precisamente por su misma constancia y por su proximidad. Esas creaciones de los griegos a que he venido refiriéndome son para nosotros tan naturales, tan lógicas, que ni siquiera las vemos. En realidad, hace falta una comparación con las culturas no helenizadas del pasado o del presente, para notar la diferencia. Hace falta estudiar en detalle los puntos cruciales en que se perdían las creaciones helénicas y aquéllos en que se recobraban. Esto es lo que, muy esquemáticamente, he tratado de hacer aquí. A través de este examen de lo prehelénico de Oriente y de fases posteriores como la helenística, la romana imperial y la medieval latina y bizantina, se puede ver qué es lo más novedoso de la helenidad. Y se puede seguir su lucha para volver a abrirse paso apoyado en la mima naturaleza humana de que estoy hablando. Naturalmente, una vez que se cumplen los condicionamientos sociales necesarios. Pues he tratado de hacer ver que ni en Grecia ni en los tiempos posteriores, ni la literatura ni el pensamiento han nacido y vivido de sí mismos. Que están acompañados de otros fenómenos sociales, económicos y políticos con los cuales son concomitantes. Se condicionan unos a otros. Y cuando retornan, en un giro posterior de la historia, traen de nuevo un ambiente literario e intelectual paralelo al de los griegos. Y apoyado, en su nacimiento, por los ecos de aquellas antiguas creaciones griegas, débiles ecos que, sin embargo, fueron suficientes paantigua.ra que se encarnaran y renacieran y crecieran en nuestras naciones de herencia griega. Nuestras literaturas son, en efecto, continuadores de esa esencia helénica, aunque con nueva sangre, nuevas oportunidades. Es una esencia de creación y de libertad. Actividad: Realiza un resumen y un mapa conceptual del apartado anterior.

1.2. La transmisión de la Literatura antigua: ¿Cómo se preservó la Literatura antigua? Soportes de la escritura en la Antigüedad. Instrumentos y materiales. 1. ¿Cómo se preservó la literatura antigua? Una parte del legado de la Antigüedad clásica grecolatina ha podido llegar hasta nosotros por vía directa, y podemos apreciarlo en testimonios que aún perviven a pesar del tiempo transcurrido y de los efectos, a menudo destructivos, que las sucesivas generaciones han obrado sobre él: monumentos, inscripciones, monedas, cerámicas, mosaicos, esculturas, etc. son testimonios directos de esa época remota. Sin embargo, otra parte del saber antiguo, quizá la principal, se ha conservado en forma de libros manuscritos (códices), copiados sucesivamente por los monjes medievales. Hubo numerosos factores que influyeron en la transmisión de las obras antiguas. En primer lugar habría que mencionar el hecho de que los gustos varían de una época a otra, haciendo que se conserven las obras de los autores más prestigiosos, en detrimento de otros que caen en el olvido. Por razones parecidas, se pone mayor interés en conservar lo nuevo, dejando que lo antiguo se pierda si se considera superado. La conservación de las obras menos leídas estaba encomendada a las grandes bibliotecas, pero estas eventualmente podían quedar destruidas por incendios, como ocurrió con la Biblioteca de Alejandría destruida definitivamente en el 646 por las invasiones musulmanas. Aunque en menor grado de lo que podría suponerse, la prevención del cristianismo hacia la literatura pagana, también pudo determinar la suerte de algunas obras. Quizá no de manera intencionada. La escasez de materiales y su levado coste era un factor selectivo importante para determinar qué obras se copiaban. La carestía de materiales nuevos paliada con el aprovechamiento de los viejos explica también el fenómeno de los codices rescripti (palimpsestos). Las recopilaciones, antologías y resúmenes, que comenzaron a elaborarse ya en época romana, fueron perniciosas para las obras más voluminosas, que dejaron de copiarse. En los periodos en se produjo un cambio en el soporte principal de las obras literarias, por ejemplo cuando los códices sustituyeron a los rollos de pergamino (siglos III-IV), o cuando se comenzó a usar la escritura minúscula para las obras literarias (siglos VIII-IX), hubo una gran pérdida de obras; aquellas que no interesaban no se transcribieron o, en su caso, se transliteraron. Con todo, la suerte de las obras que no se perdieron y se transmitieron con el correr de los siglos se mantuvo en permanente precariedad hasta que Johannes Gutenberg perfeccionó la imprenta de caracteres móviles hacia 1440. Así se hizo posible la multiplicación de las obras vetustas, a veces conservadas en un único ejemplar, y se garantizó su preservación definitiva. 2. Soportes de la escritura en la Antigüedad. - Los rollos de papiro. El libro no ha tenido siempre la forma en que lo conocemos hoy en día. Para nosotros, un libro es un conjunto de hojas que se han cosido o encuadernado por uno de sus lados. Al leerlo basta con ir pasando sus hojas de papel, una tras otra, con un ligero movimiento de los dedos. La consulta se ve facilitada por la numeración de las páginas y por los índices. Podemos sostener un libro con una mano mientras lo leemos porque la mayoría son muy livianos, y si sus dimensiones no permiten una lectura cómoda, podemos colocarlo sobre una mesa o atril. En la Grecia clásica, punto de arranque del grueso de nuestra tradición literaria, no había libros de esas características, ni había papel, y, lo que es más, se podían encontrar muy pocas personas capaces de leer. Los griegos conocían la escritura desde el siglo IX a.C. (en que

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adaptaron el silabario fenicio a las peculiaridades de su lengua, creando el primer alfabeto occidental) pero no pusieron sus obras literarias por escrito hasta varios siglos después, cuando la prevalencia del carácter oral de sus tradiciones comenzó a decrecer. Lo que existía era el rollo o volumen: una banda, más o menos ancha, confeccionada con hojas de papiro encoladas sucesivamente y enrollada en una especie de bastón. El texto se escribía en columnas regulares sólo por una de las caras del papiro, la que quedaba hacia el interior cuando estaba enrollado; así se evitaba el deterioro producido por el roce. Los inconvenientes de este tipo de ”libros” eran muchos: para leerlos había que desenrollarlos, colocándolos sobre las rodillas y sujetando la parte enrollada con una mano, al tiempo que con la otra se iba desenrollando con cuidado. Su capacidad era muy limitada, debían emplearse varios rollos si se trataba de una obra extensa; efectuar una consulta o verificar una cita se convertía, además, en una engorrosa tarea. Elaboración del papiro y de los rollos. Los tallos de la planta, ricos en celulosa, se partían en trozos de unos 40–50 cm. de largo. Luego se cortaban finas láminas longitudinales y se aplanaban con un mazo. Las láminas se extendían sobre una superficie lisa, todas en el mismo sentido, formando una primera capa. A continuación, se superponía otra capa de láminas, en sentido perpendicular a las anteriores. Se ponían en remojo, se prensaban y, por último, se dejaban secar al sol. El resultado era un material (gr. χαρτή / lat. charta) apto para la escritura. Los pliegos de papiro (paginae, plagulae, schedae) se encolaban sucesivamente por su lado más ancho, de manera que formasen una larga banda (normalmente de seis metros de largo por veinte centímetros de alto), que debía enrollarse sobre un cilindro de madera o hueso llamado ”ombligo” (umbilicus): éste se remataba en sus extremos con unos pomos de madera o marfil, denominados ”cuernos” (cornua); algunos rollos tenían un umbilicus en cada extremo. El rollo así formado era llamado rotulus o, más comúnmente, volumen o, incluso, liber, y se empleaba principalmente para la copia de obras literarias, ya que para los menesteres de la vida cotidiana, la escuela, o las cartas se empleaban las tablillas enceradas, más baratas, pero demasiado voluminosas y frágiles. Sobre la banda de papiro se escribía en columnas. Los márgenes superior e inferior de la banda de papiro enrollado se llamaban ”frentes” (frontes) y se alisaban para eliminar las irregularidades y el deshilachado de las fibras; para ello se empleaba la piedra pómez (pumex). Al rollo se le ataba un trozo de pergamino en el que figuraba escrito el título o el contenido (titulus, index). Para preservarlo de la humedad y de los parásitos se untaba con aceite de cedro y se introducía en un estuche, también de pergamino, coloreado de púrpura o amarillo. - El rollo de pergamino. El rollo o volumen de papiro entraría en competencia con el de otro material: el pergamino. El autor romano Plinio el Viejo (siglo I d.C.) documenta en su Historia Natural que, por una rivalidad acerca de sus bibliotecas entre los reyes Tolomeo de Egipto y Eumenes de Pérgamo (en la región de Misia, en el Asia Menor, actual Turquía), el primero suprimió la exportación de papiro, y la escasez inmediata de este material hizo que en Pérgamo se buscase otro que lo sustituyese; ello dio lugar a que se perfeccionase la técnica de fabricación de membrana (”pieles”, ”pergaminos”), que ya se conocía de antiguo. El nuevo material destinado a la escritura, la charta pergamena, procedente de Pérgamo se adaptó al modelo del volumen o rollo. El pergamino era un material más resistente que el papiro, algo que se convertiría en un factor vital en la supervivencia de la literatura clásica. - Las tablillas enceradas Otro de los soportes utilizados para la escritura fueron las tablillas, hechas de madera o marfil, que podían ser ”blanqueadas” (dealbatae), es decir, cubiertas de un barniz blanco, o ”enceradas” (ceratae), recubiertas de cera. Para escribir (exarare) sobre las tablillas enceradas, se practicaba un rebaje en la superficie de éstas, en el cual se vertía cera derretida, que posteriormente se ahumaba para que resaltasen las letras grabadas. Las tablillas llamadas en latín tabellae o cerae, recibían también el nombre de pugillares, porque se sostenían con el puño izquierdo (pugnus) para escribir con la mano derecha. Las tablillas se utilizaban sobre todo para los ejercicios escolares, cuentas o borradores. Se escribía mediante un punzón de madera, marfil, hueso o metal, llamado stilus o, con el nombre griego, graphium. Las tablillas, unidas con cuerdas o con cierres, formaban una especie de libro; según el numero de tablillas unidas se hablaba de duplices, triplices, etc., o con las palabras griegas, diptycha, triptycha, polyptycha (de πτύξ, ”lámina”). - El códice de pergamino. A comienzos de nuestra era comenzó a emplearse otro soporte para la escritura: el códice (codex). Se trata de un conjunto de cuadernos formados al doblar una o más hojas y cosidos unos con otros. Hubo códices de papiro, pero terminó por imponerse el de pergamino (codex membraneus). El poeta Marcial, en el siglo I d.C., ponderó las ventajas de los códices frente a los volúmenes, pero el proceso de sustitución no comenzaría a imponerse hasta dos siglos más tarde, y no se completó definitivamente hasta el siglo IV. Un códice estaba formado por cuadernos, que eran pliegos de un cierto número de hojas plegadas por el centro y cosidas, llamadas bifolios; los bifolios de encajaban unos con otros de manera que el primer folio del cuaderno tuviera por detrás el último, el segundo el penúltimo, y así sucesivamente. Según el número de bifolios plegados que componen el cuaderno se habla de biniones (dos bifolios plegados), terniones (tres), cuaterniones (cuatro), que era el preferido para el pergamino, quiniones (cinco), seniones (seis), que era el

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preferido para los códices en papel. El pergamino de los códices debía ser fino y bien alisado, pues se escribía por ambas caras. Los romanos teñían los pergaminos de distintos colores, sobre todo amarillo o rojo, porque su blancura se ensuciaba y molestaba a la vista. Las caras más ásperas del pergamino (la parte del pelo) se disponían de manera que coincidiesen, lo mismo que las más lisas, las de la carne; así se conseguía que no hubiese contraste entre las dos partes, que solían tener diferente coloración. Para controlar la paginación y evitar alteraciones durante la fase de encuadernación, hubo diversos procedimientos. Numerar el último folio de cada cuaderno era lo que se conocía como ”signatura”. Un procedimiento parecido era el del ”reclamo”: se escribía al final del cuaderno las primeras palabras del cuaderno siguiente. En el siglo XIII comenzó a aparecer la numeración por folios (abrev. «f.»/ «ff.», folio[s]), con su recto (abrev. «ro»), la cara impar, y su verso (abrev. «vo»), la cara par, terminología que todavía se usa para facilitar la descripción de los manuscritos (abrev. «ms»). La numeración por páginas, tal y como la conocemos en los libros impresos actuales, comenzó a usarse en el siglo XV. El códice no tenía una primera página con el título, sino que al comienzo de la obra había una frase en tinta roja y letras mayúsculas que contenía el título de la obra, aunque sin aludir al nombre del autor. Al final se repetía el título del libro con una indicación de que había terminado y el nombre del autor. Tales indicaciones en los códices eran una supervivencia del comienzo y el final de los volumina o rollos: en ellos, el comienzo venía también indicado por la palabra ”incipit” (p. e. Incipit Aeneidos liber primus, ”Comienza el primer libro de la Eneida”), mientras que al final figuraba una advertencia de que el volumen estaba totalmente desenrollado, es decir, explicitus (p. e. Explicitus (est) Aeneidos liber primus, ”Desenrollado el primer libro de la Eneida”); la abreviatura ”explicit.”, se conservó cuando los rollos fueron sustituidos por los códices, pero desprovista de su sentido, pues los códices ya no se desenrollaban, y se tomó como una forma verbal correlativa de incipit (”comienza”), con el significado de ”ha terminado”. Estos términos perviven en la práctica moderna de catalogación y descripción de los manuscritos: el íncipit designa las primeras palabras del documento antiguo, y el éxplicit, las últimas. - El papel. El papel comenzó a utilizarse para los códices desde el siglo XII. Su invención se atribuye a los chinos, que ya lo fabricaban en el siglo I de nuestra era, y su técnica secreta constituía un monopolio del Estado. A través de prisioneros de guerra, la técnica de fabricación llegó a los árabes a mediados del siglo VIII, quienes lo difundieron por todo el mundo islámico, incluido Al-Ándalus, hacia el año 1000 (las primeras fábricas estuvieron en Córdoba y Xátiva), de donde pasó al resto de Europa en el siglo XII. Los árabes aportaron una innovación al papel chino, consistente en cubrirlo con una solución de almidón que lo hacía más fuerte y reducía la absorción de tinta. El nuevo material, más económico que el pergamino, recibió diversos nombres, unos ya conocidos: charta o papyrus (el primero se mantiene en el italiano carta, el segundo ha prevalecido en otras lenguas modernas: papel, paper, papier, etc.), y otros nuevos: bombycina, cuttunea, pannicea (sc. charta), que recuerdan que el principal ingrediente en el proceso de elaboración de este primitivo papel eran los trapos; sólo en el siglo XIX el aumento de la demanda de libros haría que la madera triturada se convirtiese en la materia prima. Para fabricar el primitivo papel se ponían en maceración trapos de cáñamo o lino; luego se golpeaban con mazos hasta que se reducían a una pasta homogénea, que se echaba dentro de un molde en el que había un entramado de hilos de latón o cobre; después del secado se procedía a encolarlo, alisarlo y dejarlo satinado. Cada fabricante tenía unas filigranas o distintivos que aparecían en el papel, y hoy permiten datarlo e identificarlo. 3. Instrumentos y materiales. - Estilo (stilus). La palabra stilus designa una especie de punzón del tamaño de un lápiz de nuestros días, que se utilizaba para escribir sobre las tablillas enceradas. Se relaciona con el griego stýlos, ”columna”, y también ”punzón”, si bien el término griego más corriente con este último significado es gráphion. El más común era de hierro, pero podía ser de hueso, marfil, plata, etc. El extremo usado para escribir tenía una punta afilada, mientras que el opuesto, más ancho y aplanado, se utilizaba para borrar o raspar la cera y aplastarla de nuevo en caso de error. - Caña (calamus). Los romanos conocieron la plumilla de bronce para escribir con tinta, pero su falta de flexibilidad hizo que cayera en desuso. Para escribir con tinta sobre el papiro o el pergamino se empleaba el calamus scriptorius, es decir, una cañita de junco, uno de cuyos extremos se afilaba con el culter o scalprum librarium, una especie de cortaplumas, y se hendía de modo análogo a las plumillas, para que el corte absorbiese la tinta por capilaridad. Plinio1 asegura que las mejores procedían de Egipto y de Gnido. Se guardaban en la theca calamaria. En español conservamos la expresión latina ”lapsus calami” con el significado de ”error cometido al correr de la pluma”, es decir, al escribir. - Pluma (penna). Además de los calami, en el siglo IV comenzaron a usarse para escribir las plumas de ave, preferentemente de oca, que eran más flexibles y se adaptaban mejor a la escritura sobre pergamino. La pluma (penna) se endurecía calentándola e introduciéndola en arena. Lo mismo que en el calamus, la extremidad del cañón de la pluma se cortaba en bisel mediante un cortaplumas,

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con distintos ángulos que determinaban la forma de los caracteres; luego se practicaba una incisión en el centro para que absorbiera la tinta. - Raspador (rasorium). Con el fin de eliminar las manchas de tinta o de efectuar correcciones (rasurae) sobre el texto, el copista se valía para raspar el pergamino del rasorium. - Compás (circinus), plomada (plumbum), regla (regulae), escuadra (norma), punzón (punctorium), lápiz de plomo (plumbum). Antes de comenzar a escribir, se delimitaba el área de la escritura en el folio (márgenes) con dos líneas verticales, y se trazaban transversalmente las líneas paralelas de los renglones con el ”lápiz de plomo”, practicando con el compás dos series de diminutos agujeros para que sirvieran de guía. - Tinta (atramentum). La tinta, de color negro, se llamaba atramentum (del lat. ater, ”negro”) scriptorium o librarium. En la Edad Media se impuso el vocablo de origen griego encaustum, de donde deriva el italiano inchiostro, el francés encre y el inglés ink. Nuestra palabra ”tinta”, así como el alemán tinte, vienen del latín medieval tincta, ”teñida”. El recipiente para la tinta se llamaba atramentarium, también scriptorium y calamarium. El molusco que llamamos ”calamar”, con su bolsa de tinta negra, recibió su nombre precisamente por ser una especie de ”tintero portátil”. Según Plinio,2 la tinta se hacía al principio a base de hollín, resina, heces de vino o tinta de sepia, que se mezclaban con goma. Más tarde se emplearon otros ingredientes, como la agalla de encina o el sulfato de hierro, diluidos en vitriolo, vinagre o incluso cerveza, con lo que la tinta negra tomó otros tonos y matices, además del negro. La tinta roja, a base de minium, o terra rubrica (de ruber, ”rojo”, era el bermellón, es decir, cinabrio reducido a polvo), se usaba en las rubricae, ”títulos” e ”iniciales”, y para todo lo que se quería resaltar. La tinta era espesa y untuosa, y su adherencia era muy variable, dependiendo también de la capacidad de absorción de cada material; en fresco, podía borrarse simplemente restregándola con una esponja húmeda (spongia deletilis). Suetonio3 cuenta que el emperador Calígula obligaba a los poetas que no le agradaban a borrar sus obras con la lengua. Los romanos también utilizaron ”tinta invisible”: Ovidio recomienda a los amantes escribir con leche fresca, que sería ilegible hasta que sus cartas fueran espolvoreadas con carbón, y Plinio menciona para este uso la savia de determinadas plantas. - Colores para iluminar (pigmenta). El copista reservaba en el pergamino los espacios en blanco sobre los que posteriormente trabajaría el miniaturista. La miniatura era la técnica por medio de la cual se embellecían las páginas de los manuscritos, lo que afectaba particularmente a las iniciales. Del ya citado minium procede el vocablo ”miniatura” . Se utilizó también el término alluminare, que significaba ”dar alumbre”, es decir, iluminar con lacas obtenidas por reacción química del alumbre (alumen) mezclado con materias colorantes vegetales. Las diversas clases de tintas y sustancias colorantes, los pigmentos de origen animal, mineral o vegetal, se hacían más consistentes y tenaces con goma arábiga, aunque también se utilizó miel o clara de huevo; hasta el cerumen se empleó, precisamente para combatir la espuma de la clara de huevo batida. Gracias a la hiel de buey, el pergamino recibía mejor los colores al agua. En occidente no se utilizó la decoración de oro (pan de oro) o plata tanto como en los códices bizantinos, debido a la peor adherencia de los pergaminos, aunque se ideó el procedimiento de dorarlos con purpurina, es decir, con el metal pulverizado. En cuanto a la decoración de plata, se sustituyó con hoja de estaño. En los códices de gran valor se utilizó también el exótico lapislázuli para preparar un pigmento muy vivo de color azul ultramar.

1.3. Textos: Jenofonte, Anábasis IV, 1 y 2. La Anábasis o Expedición de los Diez Mil (también La retirada de los Diez Mil o La marcha de los Diez Mil; en griego clásico Κύρου Ανάβασις, que significa «subida o marcha tierra adentro de Ciro») es un relato del historiador griego Jenofonte, un discípulo de Sócrates que participó como aventurero y posteriormente como comandante en la expedición.

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JENOFONTE. 1. Lee los capítulos 1 y 2 del Libro IV de la Anábasis de Jenofonte. 2. Analiza sintácticamente y traduce los siguientes textos:

1. Ἡνίκα δ΄ ἦν ἀμφὶ τὴν τελευταίαν φυλακὴν καὶ ἐλείπετο τῆς νυκτὸς ὅσον σκοταίους διελθεῖν τὸ πεδίον, τηνικαῦτα ἀναστάντες ἀπὸ παραγγέλσεως πορευόμενοι ἀφικνοῦνται ἅμα τῇ ἡμέρᾳ πρὸς τὸ ὄρος. 2. ἔνθα δὴ Χειρίσοφος μὲν ἡγεῖτο τοῦ στρατεύματος λαβὼν τὸ ἀμφ΄ αὑτὸν καὶ τοὺς γυμνῆτας πάντας, Ξενοφῶν δὲ σὺν τοῖς ὀπισθοφύλαξιν ὁπλίταις εἵπετο οὐδένα ἔχων γυμνῆτα· 3. οὐδεὶς γὰρ κίνδυνος ἐδόκειεἶναιμή τις ἄνω πορευομένων ἐκ τοῦ ὄπισθεν ἐπίσποιτο. καὶ ἐπὶ μὲν τὸ ἄκρον ἀναβαίνειΧειρίσοφος πρίν τινας αἰσθέσθαιτῶν πολεμίων· 4. πολλοὶ δὲ οἱ ἐπὶ τούτοις ὄντες ἀπόμαχοι ἦσαν, διπλάσιά τε ἐπιτήδεια ἔδει πορίζεσθαι καὶ φέρεσθαιπολλῶν τῶν ἀνθρώπων ὄντων. δόξαν δὲ ταῦτα ἐκήρυξαν οὕτω ποιεῖν. 5. Ἐπεὶ δὲ ἀριστήσαντες ἐπορεύοντο, ὑποστήσαντες ἐν τῷ στενῷ οἱ στρατηγοί, εἴ τιεὑρίσκοιεν τῶν εἰρημένων μὴ ἀφειμένον, ἀφῃροῦντο, οἱ δ΄ ἐπείθοντο, πλὴν εἴ τις ἔκλεψεν. 6. τότε δὲ οὐχ ὑπέμενεν, ἀλλ΄ ἦγε ταχέως καὶ παρηγγύα ἕπεσθαι, ὥστε δῆλον ἦν ὅτι πρᾶγμά τιεἴη· σχολὴ δ΄ οὐκ ἦν ἰδεῖν παρελθόντιτὸ αἴτιον τῆς σπουδῆς· 7. καὶ Βασίας Ἀρκὰς διαμπερὲς τὴν κεφαλήν. ἐπεὶ δὲ ἀφίκοντο ἐπὶ σταθμόν, εὐθὺς ὥσπερ εἶχεν ὁ Ξενοφῶν ἐλθὼν πρὸς τὸν Χειρίσοφον ᾐτιᾶτο αὐτὸν ὅτιοὐχ ὑπέμενεν. 8. Καὶ εὐθὺς ἀγαγόντες τοὺς ἀνθρώπους ἤλεγχον διαλαβόντες εἴ τινα εἰδεῖεν ἄλλην ὁδὸν ἢ τὴν φανεράν. ὁ μὲν οὖν ἕτερος οὐκ ἔφη μάλα πολλῶν φόβων προσαγομένων· 9. ἐνταῦθα δ΄ ἐδόκει συγκαλέσαντας λοχαγοὺς καὶ πελταστὰς καὶ τῶν ὁπλιτῶν λέγειν τε τὰ παρόντα καὶ ἐρωτᾶν εἴ τις αὐτῶν ἔστιν ὅστις ἀνὴρ ἀγαθὸς ἐθέλοι ἂν γενέσθαι καὶ ὑποστὰς ἐθελοντὴς πορεύεσθαι. 10. Καὶ ἦν μὲν δείλη, οἱ δ΄ ἐκέλευον αὐτοὺς ἐμφαγόντας πορεύεσθαι. καὶ τὸν ἡγεμόνα δήσαντες παραδιδόασιν αὐτοῖς, καὶ συντίθενται τὴν μὲν νύκτα, ἢν λάβωσι τὸ ἄκρον, τὸ χωρίον φυλάττειν, 11. τηνικαῦτα ἐκύλινδον οἱ βάρβαροι ὁλοιτρόχους ἁμαξιαίους καὶ μείζους καὶ ἐλάττους, οἳ φερόμενοι πρὸς τὰς πέτρας παίοντες διεσφενδονῶντο· καὶ παντάπασιν οὐδὲ πελάσαι οἷόν τ΄ ἦν τῇ εἰσόδῳ. 12. οἱ δὲ οὐκ ἐδέξαντο, ἀλλὰ λιπόντες τὴν ὁδὸν φεύγοντες ὀλίγοι ἀπέθνῃσκον· εὔζωνοι γὰρ ἦσαν. οἱ δὲ ἀμφὶ Χειρίσοφον ἀκούσαντες τῆς σάλπιγγος εὐθὺς ἵεντο ἄνω κατὰ τὴν φανερὰν ὁδόν· 13. ἄλλοι δὲ τῶν στρατηγῶν κατὰ ἀτριβεῖς ὁδοὺς ἐπορεύοντο ᾗ ἔτυχον ἕκαστοι ὄντες, καὶ ἀναβάντες ὡς ἐδύναντο ἀνίμων ἀλλήλους τοῖς δόρασι. καὶ οὗτοι πρῶτοι συνέμειξαν τοῖς προκαταλαβοῦσιτὸ χωρίον. 14. Ξενοφῶν δὲ ἔχων τῶν ὀπισθοφυλάκων τοὺς ἡμίσεις ἐπορεύετο ᾗπερ οἱ τὸν ἡγεμόνα ἔχοντες· εὐοδωτάτη γὰρ ἦν τοῖς ὑποζυγίοις· τοὺς δὲ ἡμίσεις ὄπισθεν τῶν ὑποζυγίων ἔταξε. 15. ἐγγὺς δ΄ οὐ προσίεντο, ἀλλὰ φυγῇ λείπουσι τὸ χωρίον. καὶ τοῦτόν τε παρεληλύθεσαν οἱ Ἕλληνες καὶ ἕτερον ὁρῶσιν ἔμπροσθεν λόφον κατεχόμενον ἐπὶ τοῦτον αὖθις ἐδόκει πορεύεσθαι. 16. καταλείπει ἐπὶ τοῦ λόφου λοχαγοὺς Κηφισόδωρον Κηφισοφῶντος Ἀθηναῖον καὶ Ἀμφικράτην Ἀμφιδήμου Ἀθηναῖον καὶ Ἀρχαγόραν Ἀργεῖον φυγάδα, αὐτὸς δὲ σὺν τοῖς λοιποῖς ἐπορεύετο ἐπὶ τὸν δεύτερον λόφον. 17. καὶ τῷ αὐτῷ τρόπῳ καὶ τοῦτον αἱροῦσιν. ἔτι δ΄ αὐτοῖς τρίτος μαστὸς λοιπὸς ἦν πολὺ ὀρθιώτατος ὁ ὑπὲρ τῆς ἐπὶ τῷ πυρὶ καταληφθείσης φυλακῆς τῆς νυκτὸς ὑπὸ τῶν ἐθελοντῶν. 18.

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18. ἐνταῦθα ἵσταντο οἱ πολέμιοι. καὶ ἐπεὶ ἤρξαντο καταβαίνειν ἀπὸ τοῦ μαστοῦ πρὸς τοὺς ἄλλους ἔνθα τὰ ὅπλα ἔκειντο, ἵεντο δὴ οἱ πολέμιοι πολλῷ πλήθει καὶ θορύβῳ· 3. Analiza morfológicamente las palabras subrayadas en los textos anteriores.

1.4. Lengua griega: Las formas personales del verbo. Formas personales. A.1. Presente de indicativo. – El indicativo presente indica que la acción va desarrollándose en el tiempo presente: λύω desato, voy desatando; ἀποθνῄσκει (se) muere, está muriendo(se), El indicativo presente puede también significar: – simple tentativa: ἡµᾶς πείθουσι intentan convencernos. – repetición o costumbre: πλοῖον ἐς ∆ῆλον Ἀθεναῖοι πέµπουσιν los atenienses envían (todos los años) una nave a Delos. – un hecho histórico: ἐντεῦθεν ἐξελαύνει εἰς Πέλτας desde allí avanza hacia Peltas. – Voz activa. Verbos en -ω: Verbos puros Verbos contractos -αω

-εω

-οω



-ῶ

-ῶ

-ῶ

-εις

-ᾶς

-εῖς

-οῖς

-ει

-ᾷ

-εῖ

-οῖ

-οµεν

-ῶµεν

-οῦµεν

-οῦµεν

-ετε

-ᾶτε

-εῖτε

-οῦτε

-ῶσι(ν)

-οῦσι(ν)

-οῦσι(ν)

-ουσι Verbos en -µι:



δίδωµι

φηµί

δίδω-µι

φη-µί

δίδω-ς

φή-ς

δίδω-σι(ν)

φη-σί(ν)

δίδο-µεν

φα-µέν

δίδο-τε

φα-τέ

διδό-ασι(ν)

φα-σί(ν)

Voz mediopasiva: Desinencias personales -µαι -ει ( Edipo 4. Los diptongos αυ, ευ se transcriben au, eu.

αὐτονοµία [autonomía] εὐφονία [eufonía]

5. El diptongo ου se transcribe u.

Οὐρανός [Urano]

6. Si los diptongos αυ, ευ, ου se encuentran ante vocal, la υ, segundo elemnto del diptongo, se transcribe v.

εὐαγγέλιον [evangelio]

7. La ζ, en latín z, se transcribe z.

Βιζάντιον > Bizantium > Bizancio

8. La κ, en latín c, se transcribe c.

Κάσσανδρα [Casandra]

9. La θ se transcribe t, a través del latín th.

θέατρον > theatrum > teatro

10. La φ, en latín ph, se transcribe f.

φιλοσοφία > philosophia > filosofía

11. La ψ, en latín ps, se transcribe ps.

ψυχιατρεία [psiquiatría]

12. El espíritu áspero inicial (῾) se transcribe h.

ἱππικός [hípico]

13. La υ se transcribe i.

πυραµίδα [pirámide]

14. La χ delante de e, i, se transcribe qu; ante consonante o vocal a, o, u se transcribe c.

χίµαιρα [quimera] χρονολογία [cronología]

- Aplica las reglas de transcripción a las raíces de los étimos griegos propuestos por la Ponencia de la PAEGs de Griego II de las Universidades Andaluzas, busca su significado y escribe dos derivados castellanos como mínimo de cada uno de los étimos: Étimo griego

Resultado de aplicar las reglas de transcripción a la raíz

Significado

Αἷμα, -ατος Ἄνθρωπος Ἄριστος Ἀρχή Αὐτός Βιβλίον Βίος Γαστήρ Γῆ Γράφω Γυνή

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Derivados castellanos

Apéndice: Normas de uso del diccionario de griego. A. Formas variables (Sustantivos, adjetivos y verbos). A.1) Sustantivos: Se buscan mediante su enunciado: nominativo y genitivo singular. Sólo extraordinariamente se recogerán en plural. El género del sustantivo quedará indicado en el diccionario mediante el artículo que viene escrito detrás (ej. εἰρήνη -ης, ἡ). A.2) Adjetivos: Se buscan mediante su enunciado: nominativo singular en todos los géneros. Se originarán, por tanto, adjetivos de tres terminaciones (tipos: σοφός -ή -όν; νέος -α -ον; πᾶς πᾶσα πᾶν) o de dos terminaciones (tipos: ἀθάνατος -ον; σώφρων -ον). Los adjetivos que estén en grado comparativo o superlativo deberán buscarse sin los sufijos empleados para la formación de dichos grados, es decir, se buscarán los adjetivos en grado positivo. Por ej. µέγιστος debe identificarse como superlativo y buscarse µέγας µεγάλλη µέγα. Sólo las formas irregulares aparecerán recogidas en el diccionario tal cual, pero siempre en nominativo singular. Por ej. ἀµείνονος debe buscarse como ἀµείνων, ἀµείνον y el diccionario lo presentará como comparativo de ἀγαθός. A.3) Verbos: Deben buscarse por la 1ª persona del singular del presente de indicativo de la voz activa o, en su defecto, de la voz media. Para ello habrá que despojar a la forma verbal de todo elemento extraño al presente y añadir las terminaciones de dicho tiempo. Algunas formas verbales más complejas vienen recogidas tal cual o, al menos, en la 1ª persona del singular del tiempo que sea pero en el modo indicativo. B. Formas invariables (preposiciones, conjunciones, adverbios, interjecciones). B.1) Se buscan tal cual, excepto los adverbios formados con -έως, que deben ser reconocidos como tales adverbios y buscados por la forma correspondiente del adjetivo. B.2) En las preposiciones debe atenderse al valor que tienen según el caso con el que esté usada. CONSEJOS 1) No deben buscarse en el diccionario sino ser memorizados elementos gramaticales de uso corriente tales como artículo, pronombres (personales, reflexivos, posesivos, demostrativos, relativos), verbo copulativo, algunas conjunciones etc. 2) En caso de duda sobre la interpretación de alguna abreviatura del diccionario debe consultarse la lista de abreviaturas que se recoge al principio del mismo. (Ej. m. = masculino; ép. = épico) 3) Debe atenderse siempre a las indicaciones que se dan sobre el uso de cada palabra, tales como la diferencia de significado en un verbo según la voz empleada (ej. Πείθω = convencer ; πείθοµαι = obedecer) ; el caso con el que se construye un verbo –suplemento- ( ej. Πεινάω = carecer de + genitivo), etc.

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Actividades complementarias. 1. Lectura recomendada: La Ilíada. La Ilíada (en griego antiguo Ἰλιάς: Iliás; en griego moderno Ιλιάδα: Iliáda) es una epopeya griega y el poema más antiguo escrito de la literatura occidental. Se atribuye tradicionalmente a Homero. Compuesta en hexámetrosdactílicos, consta de 15.693 versos (divididos por los editores, ya en la antigüedad, en 24 cantos o rapsodias) y su trama radica en la cólera de Aquiles (µῆνις, mênis).1 Narra los acontecimientos ocurridos durante 51 días en el décimo y último año de la guerra de Troya. El título de la obra deriva del nombre griego de Troya, Ιlión. Tanto la Ilíada como la Odisea fueron consideradas por los griegos de la época clásica y por las generaciones posteriores como las composiciones más importantes en la literatura de la Antigua Grecia y fueron utilizadas como fundamentos de la pedagogía griega. Ambas forman parte de una serie más amplia de poemas épicos de diferentes autores y extensiones denominado ciclo troyano; sin embargo, de los otros poemas, únicamente han sobrevivido fragmentos. Fue muy famosa en su época y es obligatorio estudiarla en Grecia. 2. Visionado de Troya.

En el año 1193 a. C., Paris (Orlando Bloom), hijo de Príamo y príncipe de Troya, rapta a Helena (Diane Kruger), esposa de Menelao, el rey de Esparta, lo que desencadena la Guerra De Troya, en la que se enfrentan griegos y troyanos. El ejército griego asedió la ciudad de Troya durante más de diez años. Aquiles (Brad Pitt) era el gran héroe de los griegos, mientras Héctor (Eric Bana), el hijo mayor de Príamo (Peter O'Toole), el rey de Troya, representaba la única esperanza de salvación para la ciudad.

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UNIDAD 2. LA POESÍA ÉPICA GRIEGA. Índice. 2.1. La poesía épica (Homero. Hesíodo). 2.2. Lecturas: Homero, Ilíada Α 1-100; Odisea α 1-101; Hesíodo, Teogonía 1-103. 2.3. Textos: Jenofonte, Libro IV de la Anábasis, 3 a 5. 2.4. Lengua griega: Los sustantivos, adjetivos y pronombres. 2.5. Étimos griegos. APÉNDICE. Métrica griega (I). El hexámetro. Actividades complementarias.

2.1. La poesía épica (Homero. Hesíodo). 2.1.1. Características del género. - Por poesía épica se entiende un tipo de poesía narrativa que canta las hazañas de unos héroes pertenecientes a un pasado más o menos legendario y cuyo comportamiento glorioso acaba convirtiéndose en modelo de virtudes (valor, fidelidad, nobleza, etc.). - Es poesía cantada por aedos (ἀοιδός) o cantores profesionales, con acompañamiento musical; esto era una ayuda para la memoria, como lo era también la dicción formularia, un saber técnico que comprendía expresiones válidas para muchas situaciones, la aplicación mecánica de epítetos a nombres (Atenea, la de los ojos de lechuza; Aquiles, el de los pies ligeros,. . . ), que se transmitían de generación en generación (por eso se dice también que es una poesía formularia). Todo ello facilitaba la retención memorística por parte del cantor. - Es poesía objetiva, pues el poeta actúa como simple narrador de unos hechos ajenos a él. - La forma de esta poesía es el hexámetro dactílico. Consiste en la repetición, seis veces, del pie rítmico llamado dáctilo (una algunos pies por un espondeo (dos sílabas largas). El elemento fundamental de la versificación griega es la cantidad de la sílaba o alternancia de sílabas largas y breves en el metro de acuerdo a determinados esquemas; es por tanto diferente a nuestra versificación, ya que su ritmo no es acentual y la rima no se utiliza. - La poesía épica tuvo una primera etapa oral, en la que el cantor se limita a repetir, con pequeñas variaciones, una serie de cantos de héroes y personajes míticos que había aprendido de otros aedos. A esta etapa sucede otra en la que utilizando la escritura crea sus propios poemas. Esta es la etapa de la poesía culta y a ésta pertenece el gran autor épico griego, Homero. - Esta poesía utiliza ciertos recursos estilísticos, como comparaciones, catálogos (largas enumeraciones de guerreros, pueblos que participan, etc.), invocaciones a las Musas, digresiones, narraciones o relatos que se alejan de la acción principal. 2.1.2. Principales autores y obras. - Homero. Es el símbolo de la épica y el poeta por excelencia. La leyenda nos habla de su vida y nos lo presenta en Quíos u otra ciudad de Asia Menor, deambulando ciego o jefe genial de una escuela de rapsodas, entre los siglos IX y VIII a.C. A él se atribuye, además de la Ilíada y la Odisea, los Himnos homéricos, dedicados a diversas divinidades (Hermes, Deméter, Apolo, etc.). También se le atribuyen otros poemas como la Batracomiomaquia (parodia épico– burlesca), el Margites (cómico asimismo), la Tebaida, los Epígonos o los Cantos ciprios: estas atribuciones se fundamentan sólo en que Homero es el símbolo de la poesía épica para los griegos. No se sabe con exactitud la época en la que vivió ni su patria, y se ha llegado a poner en duda incluso su existencia, sobre todo a partir de las conjeturas de los críticos franceses del siglo XVII y del alemán Wolf a finales del XVIII. Sostenían que no había existido un Homero autor de la Ilíada y de la Odisea, ni los dos poemas podían ser de un mismo autor ni época y que ni siquiera podía hablarse de un autor personal y único, sino de un conglomerado de pequeños cantos épicos originariamente independientes, obras quizá del espíritu popular, que en sucesivas refundiciones de compiladores anónimos, habían dado lugar a poemas más extensos. Luego, la mentalidad popular habría atribuido su paternidad a Homero.

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La polémica sobre este tema, bautizada con el nombre de ”cuestión homérica", ha dividido a los filólogos y a los críticos literarios hasta bien entrado nuestro siglo en unitaristas, defensores de la unidad de autor, y analistas, quienes siguiendo las teorías de Wolf tratan de explicar la génesis de ambos poemas prescindiendo de un autor personal. Hoy puede decirse que las posturas se han acercado; nadie sostiene que Homero sea el autor, en el sentido moderno, de los poemas, es decir, que Homero se inventase la Ilíada, y mucho menos la Odisea, cuya cronología es sin duda posterior. Es evidente e innegable la existencia de una larga tradición èpica oral en Grecia que se remonta hasta plena época micénica; en esta tradición épica el ’autor’ o ’autores’ de la Ilíada se han basado ampliamente, tanto en la temática como en el aspecto formal de dicción y métrica. Pero tampoco ningún analista niega ya la existencia de una persona que, partiendo de estos materiales preexistentes, los organiza dentro de un plan general, y es responsable, al menos, de la estructura de uno y otro poema. Efectivamente, el análisis de los poemas homéricos, especialmente de la Ilíada, refuerza la impresión de unidad y la dinámica de sus casi 15.000 versos, exige una mano maestra que organice el conjunto. Resumiendo: Sin que nada esté demostrado, es muy probable la existencia de un poeta de carne y hueso llamado Homero en la región de Quíos y Esmirna, en Asia Menor, y que debió desarrollar su actividad literaria durante el siglo VIII a.C. Puede ser el autor de la Ilíada, pero no de la Odisea. - Los poemas homéricos: la Ilíada y la Odisea. Los poemas se hallan insertos en un gran hecho de armas: la conquista micénica de la ciudadela de Troya, que, según los testimonios arqueológicos, pudo tener lugar hacia 1250 a.C. o poco después. Tales sucesos debieron impresionar al pueblo griego lo suficiente como para que sus cantores se decidieran a componer poemas que lo recordaran. Y sin duda, los poemas homéricos (al menos la Ilíada) arrancan de esta épica micénica, puesto que en ellos hay incorporados datos (elementos y lugares desaparecidos) que un griego de la época de Homero no podía conocer. Si todas estas noticias han sobrevivido desde el siglo XIII hasta el siglo VIII es gracias a la tradición oral y sus procedimientos. El fondo más o menos históricos de los poemas épicos griegos no hacia de ellos una mera historia del pasado. Por el contrario, el enaltecer las hazañas del pasado convertía a los héroes que las llevaban a cabo en un ideal digno de imitación; lo mismo que al mostrar las tristes consecuencias de sus errores incitaba a reflexionar sobre las pautas del comportamiento humano. La lengua de los poemas homéricos es una lengua artificial, meramente literaria, que no se corresponde con ningún dialecto griego de ninguna época o región determinada. Al estar escritos en una lengua que no era un dialecto local adquirían un carácter suprarregional, contribuyendo sin duda a la formación de una conciencia panhelénica. - La Ilíada. - Argumento. No explica la guerra de Troya sino un episodio de ella, ocurrido hacia el final de la contienda, llamado la cólera de Aquiles. Este héroe, verdadero protagonista del poema desde su primer verso hasta el último, se encoleriza contra Agamenón porque éste le ofende arrebatándole la esclava Briseida que le había correspondido en el reparto de un botín. Aquiles se retira de la guerra, lo que ocasiona a los aqueos un terrible descalabro militar que les pone al borde de la ruina. Aquiles consiente en que su más querido amigo, Patroclo, salga a combatir para salvar a los aqueos del desastre, pero Patroclo, aunque lo logra, muere en el empeño a manos de Héctor, el campeón troyano. Esto causa la desesperación de Aquiles que, reconciliándose con Agamenón, sale a combatir y mata a Héctor. Con los funerales de Patroclo en el campamento aqueo y de Héctor en la ciudad de Troya se cierra la epopeya, cuyo argumento es rectilíneo y sin ningún corte. - Estructura. Consta de 24 cantos y de algo más de 15000 versos, todos ellos en hexámetros dactílicos. Al leer la Ilíada nos damos cuenta que está formada por episodios que gozan de una cierta independencia. Citaremos los siguientes: la cólera de Aquiles, el designio de Zeus, la Patroclía, la venganza de Aquiles, los juegos en honor de Patroclo, la muerte de Héctor, el catálogo de naves, el catálogo de aliados troyanos, la Ticoscopia, la revista de tropas, la aristía de Diomedes, el combate de Paris y Menelao, el combate de Héctor y Áyax, la Dolonía o la Teomaquia. Tales episodios son el tipo de narraciones relativamente breves que pudieron cantar los aedos históricos. Probablemente proceden de repertorios o leyendas distintas del ciclo troyano y su antigüedad es muy diferente. No obstante y a pesar del este carácter episódico, la Ilíada es un poema unitario y bien planeado estructuralmente, pues todos los episodios están entretejidos, y la composición es dinámica y dilatoria. En efecto, todo está pensado para ir dando tensión dramática al relato; así, el desastre griego previsto por Zeus en I no se produce hasta XI; en XI se concibe la intervención de Patroclo, pero ésta no se produce hasta XVI; Patroclo muere en XVI pero Aquiles no se entera hasta XVIII y sólo combate en XX. Todos los actores parecen saber que Troya caerá: lo sabe Agamenón, y lo sabe Diomedes. El propio Aquiles sabe que ha de morir, pues su propia madre se lo dice. La Ilíada es un poema guerrero y pesimista: se inicia con la cólera de Aquiles y acaba con la pira de Héctor. Pesimista es la concepción del hombre en la obra, pues aparece como un ser miserable; no hay forma de escapar a la voluntad de los dioses que engañan a los hombres, incluso a sus devotos; ni la piedad ni la virtud sirven a la hora de la muerte.

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- La Odisea. - Argumento. Un tema clásico anexionado al del asedio y destrucción de Troya es el de los llamados retornos, poemas épicos en los que se describían las peripecias de los caudillos griegos en sus regresos a sus tierras. A estos poemas de retorno pertenece la Odisea, que se ocupa del retorno de Ulises a su patria Ítaca. Tal vuelta duró veinte años, y el poema en sí se ocupa sólo de la parte final de este regreso, si bien hacia la mitad de la obra Ulises narra en primera persona todas sus aventuras. El tema central de la Odisea es el accidentado regreso de Ulises de Troya, perseguido por Poseidón, su llegada a Ítaca y la venganza de los pretendientes ávidos de ocupar su puesto en el trono y en el corazón de su esposa. Es un tema típico de relatos populares en muchas literaturas, que en el caso de la Odisea parece que el personaje de Ulises, como protagonista de la leyenda del héroe que regresa, es muy antiguo, conocido sin duda antes de la guerra de Troya. Este tema se iría ampliando con material folklórico de distintas procedencias, así se han encontrado semejanzas con la epopeya babilónica, o con las leyendas hititas y egipcias. Esta historia del retorno y venganza de un héroe y sus aventuras fabulosas se integra dentro del ciclo troyano, haciendo que su protagonista, Ulises, fuese uno de los héroes aqueos que vuelven a su patria trás la toma de Troya. - Estructura. La Odisea se compone de 24 cantos en hexámetros dactílicos. La narración no es continua; bajo su forma actual, se compone de tres conjuntos épicos: a) La Telemaquia (Cantos I–IV): especie de prólogo. Describen la situación del palacio real de Ítaca en ausencia de su rey Ulises, los pretendientes de su fiel esposa Penélope la acosan, y al mismo tiempo devoran los bienes de palacio; el hijo de Penélope y Ulises, Telémaco, llegado a una incipiente madurez, emprende un viaje a Pilos y a Esparta para buscar noticias de su padre. b) Los relatos en la corte de Alcínoo (Cantos V–XIII). En el Canto V nos enteramos de la situación real de Ulises: retenido por la ninfa Calipso en la isla fabulosa de Ogigia, logra escapar en una balsa, pero naufraga y arriba desnudo y desfallecido de cansancio y de hambre a la costa de los feacios. En los Cantos VI-XII se narra el hermoso episodio de Ulises y Nausícaa, y la estancia del héroe en la corte de los feacios, adonde Ulises ha llegado en su largo peregrinar, en la que es acogido benévolamente por el rey Alcínoo; aquí narra Ulises todas sus peripecias desde que salió de Troya. Y tiene lugar la decisión de los dioses de acabar con las penalidades del héroe y dejarle arribar a su patria. En esta narración se encuentran los elementos más antiguos del folclore primitivo y está llena de evocaciones legendarias : los Cíclopes, las Sirenas, la bajada a los Infiernos, las vacas del Sol devoradas por los compañeros de Ulises, etc. c) La matanza de los pretendientes (Cantos XIII–XXIV). Se narra la oculta llegada de Ulises a Ítaca, el regreso de Telémaco, los sucesivos reconocimientos de Ulises por su fiel porquerizo Eumeo, por su hijo y por sus leales. En el Canto XXII se llega al punto culminante de la acción con la victoria de Ulises, como un mendigo, en la prueba del arco y la posterior matanza de los que asediaban a su esposa y su patrimonio. En el Canto XXIII se produce el reconocimiento del héroe por su esposa, y en el XXIV se describe la llegada de los pretendientes al Hades, la visita de Ulises a su padre Laertes, y la pacificación de Ítaca cuando Ulises asume de nuevo el mando. - Comparación entre Ilíada y Odisea. La Ilíada y la Odisea son obras diferentes y ello por muchas razones: - La Ilíada es un poema pesimista, abocado a una tragedia; nos habla de la triste condición de los hombres, juguetes de los dioses; la Odisea es el poema que exalta el deseo de sobrevivir, donde los hombres son responsables de sus vidas. - La Ilíada es un poema sólo de héroes: generosos y egoístas, valientes pero no liberados del miedo, bellos, buenos, viriles, excelentes y, en buena medida, sobrenaturales. La Odisea es un poema de la gente, que exalta la hospitalidad, la vida familiar, que se detiene, por ejemplo, a estudiar la psicología femenina (el sentimentalismo y coquetería de Calipso, la candidez de Nausícaa, la fidelidad de Penélope, el carácter afectuoso y gruñón de Euriclea); aparecen en la Odisea personajes sencillos: el porquero Eumeo, la nodriza Euriclea, el mendigo y hasta el perro. Ello la convierte en un poema nuevo pues se está adaptando la forma épica a un contenido familiar y cotidiano. - La Ilíada es un poema sencillo y económico en sus escenarios: la ciudad de Troya, el campamento griego, el campo de batalla; la Odisea se mueve en mares, islas fantásticas, campos, chozas y palacios. - La acción en la Ilíada es más concentrada y tensa (la cuestión, hasta la muerte de Héctor, se resuelve en cinco días); en la Odisea, más difusa y dispersa. - En la Ilíada la acción es continua y lineal. La estructura de la Odisea es variada: hay acciones paralelas, digresiones, retrospecciones, etc. - Las diferencias, consecuentemente, se plasman en la forma: en la Ilíada abundan los símiles que dan variedad y plasticidad a la acción; en la Odisea hay bastantes menos y de un corte bien diferente. - La Ilíada es poéticamente más vigorosa; la Odisea es una obra que se complace en la técnica (la narrativa, en este caso). - La Ilíada parece partir de leyendas micénicas, aunque algunas no pertenecieran en origen al ciclo troyano. La Odisea parece hundir sus raíces en el mundo oriental (babilónico, por ejemplo; Poema de Gilgamesh) y en el mundo del cuento popular cuyos motivos están presentes en muchas culturas y literaturas.

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Tantas son las diferencias que a primera vista se perciben que ello ha dado lugar a dos cuestiones: la autoría de ambas obras y la fecha de composición. Es muy antigua la teoría que quita a Homero la autoría de la Odisea. Hasta hoy llega la disputa; algunos críticos siguen pensando que las diferencias cosmológicas e ideológicas son tan profundas que el redactor final de la Odisea no sería el mismo que la Ilíada, aunque es posible que el autor de la Ilíada tuviera algo que ver en las redacciones más primitivas del poema de Ulises. Para otros críticos, el autor podría ser el mismo: en un caso habría trabajado con material de la tradición micénica; en otro, habría tomado material de la época de las grandes colonizaciones, haciendo un relato de corte oriental. Podría ser obra –dicen– de un Homero viejo, ya al final de su carrera, lo que explicaría la mayor pericia técnica. Lo que nadie duda es que la Odisea es un poema más moderno que podría situarse en la primera mitad del siglo VII. No sólo se fundamenta la idea en los componentes temáticos y de tono que hemos apuntado arriba, sino en algo más objetivo como es la lengua y el estilo. Aunque escrita en eso que se ha llamado ”dialecto homérico”, la Odisea presenta formas lingüísticas (por ejemplo mayor presencia de los aumentos y de la subordinación) y estilísticas (presencia de fórmulas exclusivas, desaparición de algunas presentes en la Ilíada, composición no lineal, etc.). - Hesíodo. Frente a la figura semilegendaria de Homero, la existencia de Hesíodo no ha planteado dudas a los investigadores. Parece que vivió sobre el último tercio del siglo VIII o comienzos del VII a.C., siendo por tanto posterior a Homero. Creció y vivió en Ascra, en Beocia, y casi todos los detalles que conocemos de su vida provienen de él mismo. En cuanto a su obra, es autor, entre otras, de la Teogonía y de Los trabajos y los días. La Teogonía trata de ordenar mediante catálogos y genealogías el mundo de los dioses griegos, desde Caos hasta Zeus. Se han encontrado similitudes entre esta obra de Hesíodo y poemas o mitos de origen hitita o babilónicos. En su ordenación del mundo divino no sigue un criterio genealógico (y cronológico) estricto, sino que tiene en cuenta la dignidad de cada dios. Todos los dioses aquí representados no son sino la personificación de las fuerzas naturales, de modo que lo que se persigue es dar una explicación divina al orden del universo. Uno de los núcleos que estructuran el poema es el llamado mito de las sucesiones (Urano, Cronos y Zeus), que no es una simple lista de los reyes del trono olímpico, sino que indica el proceso seguido por el mundo hasta alcanzar su perfección actual, encarnada en el mismo Zeus. Los trabajos y los días parte de una supuesta situación real: la petición de ayuda que Perses, hermano de Hesíodo, le dirige a éste. Esto le permite recordar el pleito que mantuvo con su hermano por la herencia paterna y criticar la injusticia de los reyes gobernantes de las ciudades, a la vez que le da a su hermano una serie de consejos sobre los trabajos agrícolas necesarios para sacar mayor provecho de la tierra. Por ello se considera que son dos los temas de la obra: el trabajo y la justicia. El trabajo es considerado como el único medio seguro y lícito para el progreso humano; al mismo tiempo, la crítica contra la injusticia de los reyes, aunque es una prueba del pesimismo del autor, se basa también en la esperanza de que la Justicia triunfe. Se han hallado influencias orientales y egipcias en la obra: así, el mito de Pandora o el de las edades del hombre o la conocida fábula del halcón y el ruiseñor. Aunque Hesíodo compuso su obra en hexámetros dactílicos y utilizó la lengua y las técnicas de la poesía homérica, son muy notables las diferencias entre ambos: - El mundo de Hesíodo ya no es el de la aristocracia guerrera de Homero, sino el de los pequeños campesinos beocios, acuciados por problemas económicos. - Homero y Hesíodo contribuyeron a poner orden en el complejo mundo de los dioses griegos, pero mientras el primero selecciona los dioses más relacionados con los círculos aristocráticos, Hesíodo los presenta de modo sistemático, mediante árboles genealógicos. - Los personajes de Homero son guerreros, los de Hesíodo son básicamente campesinos que cuando luchan lo hacen por necesidad. - En la obra de Hesíodo se encuentra un contenido espiritual y moral mayor que en Homero, pues la finalidad de su poesía no es ya entretener, sino instruir. Por eso la fantasía pasa a un segundo plano en él. No olvidemos además que Hesíodo fue el padre de la poesía didáctica, cuya finalidad es precisamente la de instruir. - Homero, como todo poeta épico, no aparece para nada en su obra, mientras que Hesíodo es un poeta personal y destaca especialmente en la suya. En suma, Hesíodo está situado entre dos épocas: la que representa el fin del mundo de la aristocracia guerrera y de la literatura épica y el comienzo de una nueva etapa, socialmente cambiante, más abierta, y en la que la literatura se va a preocupar de tomar al individuo como centro de su interés. 2.1.3. Influencia posterior. Desde la Antigüedad el género épico tuvo una gran repercusión, tanta que Homero fue considerado el punto de referencia de todo conocimiento. Por ello desde muy pronto aparece una épica de carácter didáctico, como Los trabajos y los días de Hesíodo, donde se dan instrucciones de cómo ha de organizarse la vida del campesino, y una épica religiosa, como la Teogonía, también de Hesíodo, o los llamados Himnos homéricos.

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Asimismo, cuando aparece la filosofía, algunos autores, sobre todo los procedentes del sur de Italia, como Parménides y Empédocles, escriben su pensamiento como si se tratara de poemas épicos. Y cuando a principios del siglo V a.C. se desarrolla la tragedia, muchos de sus argumentos se toman de los antiguos poemas épicos, olvidando los temas dionisíacos que le dieron origen. Por otro lado, esta rica creación épica griega es la fuente fundamental de inspiración de la épica latina y en concreto de una obra tan genial como la Eneida de Virgilio. El Renacimiento recuperó el gusto por la Antigüedad clásica y con ello aparece de nuevo un tipo de épica culta a lo largo del siglo XVI que sigue la estela de los antiguos poemas griegos y latinos, aunque con preferencia de estos últimos. De este tipo son La Araucana de Alonso de Ercilla, Os Lusiadas de Camoens, o la Jerusalén liberada de Torcuato Tasso. A partir del siglo XX la novela, verdadero sustituto de la épica, es el género literario fundamental tanto por el número como por la calidad de sus obras. Casualmente una novela –para algunos la mejor de todo el siglo XX–, el Ulises de James Joyce, fue compuesta bajo la influencia de la Odisea de Homero, según el propio Joyce aseguró.

2.2. Lecturas: Homero, Ilíada Α 1-100; Odisea α 1-101; Hesíodo, Teogonía 1-103. - Homero, Ilíada Α, 1-100. (Traducción de E. Crespo Güemes)

La cólera canta, oh diosa, del Pelida Aquiles, maldita, que causó a los aqueos incontables dolores, precipitó al Hades muchas valientes vidas de héroes y a ellos mismos los hizo presa para los perros y para todas las aves —y así se cumplía el plan de Zeus—, desde que por primera vez se separaron tras haber reñido el Atrida, soberano de hombres, y Aquiles, de la casta de Zeus. ¿Quién de los dioses lanzó a ambos a entablar disputa? El hijo de Leto y de Zeus. Pues, irritado contra el rey, una maligna peste suscitó en el ejército, y perecían las huestes porque al sacerdote Crise» había deshonrado el Atrida. Pues aquél llegó a las veloces naves de los aqueos cargado de inmensos rescates para liberar a su hija, llevando en sus manos las ínfulas del flechador Apolo en lo alto del áureo cetro, y suplicaba a todos los aqueos, pero sobre todo a los dos Atridas, ordenadores de huestes: «¡Oh Atridas y demás aqueos, de buenas grebas! Que los dioses, dueños de las olímpicas moradas, os concedan saquear la ciudad de Priamo y regresar bien a casa; a mi hija, por favor, liberadmela y aceptad el rescate por piedad del flechador hijo de Zeus, de Apolo.>> Entonces todos los demás aqueos aprobaron unánimes respetar al sacerdote y aceptar el espléndido rescate, pero no le plugo en su ánimo al Atrida Agamenón, que lo alejó de mala manera y le dictó un riguroso mandato ≪Viejo, que no te encuentre yo junto a las cóncavas naves, bien porque ahora te demores o porque vuelvas más tarde, no sea que no te socorran el cetro ni las ínfulas del dios. No la pienso soltar; antes le va a sobrevenir la vejez en mi casa, en Argos, lejos de la patria, aplicándose al telar y compartiendo mi lecho. Mas vete, no me provoques y así podrás regresar sano y salvo.>> Así habló, y el anciano sintió miedo y acató sus palabras. Marchó en silencio a lo largo de la ribera del fragoroso mar y, yéndose luego lejos, muchas súplicas dirigió el anciano al soberano Apolo, al que dio a luz Leto, de hermosos cabellos: >.

κύκλῳ πανταχῇ μέλλοντας ἡμᾶς καὶ καθημένους περιστοιχίζεται. πότ᾽ οὖν, ὦ ἄνδρες Ἀθηναῖοι, πόθ᾽ ἃ χρὴ πράξετε; ἐπειδὰν τί γένηται; ἐπειδὰν νὴ Δί᾽ ἀνάγκη τις ᾖ. νῦν δὲ τί χρὴ τὰ γιγνόμεν᾽ ἡγεῖσθαι; ἐγὼ μὲν γὰρ οἴομαι τοῖς ἐλευθέροις μεγίστην ἀνάγκην τὴν ὑπὲρ τῶν πραγμάτων αἰσχύνην εἶναι. ἢ βούλεσθ᾽, εἰπέ μοι, περιιόντες αὑτῶν πυνθάνεσθαι, ‘λέγεταί τι καινόν;’ γένοιτο γὰρ ἄν τι καινότερον ἢ Μακεδὼν ἀνὴρ Ἀθηναίους καταπολεμῶν καὶ τὰ τῶν Ἑλλήνων διοικῶν; ‘τέθνηκε Φίλιππος;’ ‘οὐ μὰ Δί᾽, ἀλλ᾽ ἀσθενεῖ.’

- Isócrates, Contra los sofistas 1-10. (Traducción de J.M. Guzmán) Si todos los que intentan educar quisieraan decir la verdad y no se comprometieran a más de lo que pueden cumplir, no les tendrían en mal concepto los ciudadanos comunes, peero ahora, los que se atreven a fanfarronear muy irreflexivamente, han hecho parecer que deciden máas sensatamente quienes eligen la molicie que quienes se ocupan de la Filosofía. Porque ¿quién no odiaría y despreciaría, en primer lugar, a los que pasan el tiempo en discusiones y pretenden buscar la verdad, pero nada más comenzar su propósito intentan mentir? Creo, en efecto, que está claro para todos que conocer de antemano el provenir no es propio de nuestra naturaleza; sino que estamos tan lejos de esta capacidad que Homero, el que ha conseguido mayor renombre por su sabiduría, ha hecho que incluso los dioses deliberen sobre ello, no porque conociera su manera de pensar, sino con la intención de demostrarnos que esto es una de las cosas imposibles para los hombres. Y estos individuos han llegado a tal atrevimiento que intentan convencer a los jóvenes de que, si tienen trato con ellos, sabrán lo que se debe hacer y, por medio de esta ciencia, serán felices. Y establecidos como maestros y dueños de bienes tan importantes, no se avergüenzan de pedir por ello tres o cuatro minas. Si vendieran alguna otra riqueza por menos de su valor, ni ellos mismos negarían que están locos; en cambio, tasando en tan poco toda la virtud y felicidad, pretenden hacerse maestros de otros como poseedores de la inteligencia. Y dicen que para nada necesitan el dinero, llamando a la riqueza plata baja y oropel, pero por una pequeña ganancia prometen todo menos la inmortalidad a los que están con ellos. Y lo más ridículo de todo es que de confían de esos de quienes tienen que cobrar y a quienes pretenden transmitirles el sentido de la justicia, y además exigen

εἰ πάντες ἤθελον οἱ παιδεύειν ἐπιχειροῦντες ἀληθῆ λέγειν, καὶ μὴ μείζους ποιεῖσθαι τὰς ὑποσχέσεις ὧν ἔμελλον ἐπιτελεῖν, οὐκ ἂν κακῶς ἤκουον ὑπὸ τῶν ἰδιωτῶν: νῦν δ᾽ οἱ τολμῶντες λίαν ἀπερισκέπτως ἀλαζονεύεσθαι πεποιήκασιν ὥστε δοκεῖν ἄμεινον βουλεύεσθαι τοὺς ῥᾳθυμεῖν αἱρουμένους τῶν περὶ τὴν φιλοσοφίαν διατριβόντων. τίς γὰρ οὐκ ἃν μισήσειεν ἅμα καὶ καταφρονήσειε πρῶτον μὲν τῶν περὶ τὰς ἔριδας διατριβόντων, οἳ προσποιοῦνται μὲν τὴν ἀλήθειαν ζητεῖν, εὐθὺς δ᾽ ἐν ἀρχῇ τῶν ἐπαγγελμάτων ψευδῆ λέγειν ἐπιχειροῦσιν; [2] οἶμαι γὰρ ἅπασιν εἶναι φανερὸν ὅτι τὰ μέλλοντα προγιγνώσκειν οὐ τῆς ἡμετέρας φύσεώς ἐστιν, ἀλλὰ τοσοῦτον ἀπέχομεν ταύτης τῆς φρονήσεως, ὥσθ᾽ Ὅμηρος ὁ μεγίστην ἐπὶ σοφίᾳ δόξαν εἰληφὼς καὶ τοὺς θεοὺς πεποίηκεν ἔστιν ὅτε βουλευομένους ὑπὲρ αὐτῶν, οὐ τὴν ἐκείνων γνώμην εἰδώς, ἀλλ᾽ ἡμῖν ἐνδείξασθαι βουλόμενος ὅτι τοῖς ἀνθρώποις ἓν τοῦτο τῶν ἀδυνάτων ἐστίν. [3] οὗτοι τοίνυν εἰς τοῦτο τόλμης ἐληλύθασιν, ὥστε πειρῶνται πείθειν τοὺς νεωτέρους ὡς, ἢν αὐτοῖς πλησιάζωσιν ἅ τε πρακτέον ἐστὶν εἴσονται καὶ διὰ ταύτης τῆς ἐπιστήμης εὐδαίμονες γενήσονται. καὶ τηλικούτων ἀγαθῶν αὑτοὺς διδασκάλους καὶ κυρίους καταστήσαντες, οὐκ αἰσχύνονται τρεῖς ἢ τέτταρας μνᾶς ὑπὲρ τούτων αἰτοῦντες. [4] ἀλλ᾽ εἰ μέν τι τῶν ἄλλων κτημάτων πολλοστοῦ μέρους τῆς ἀξίας ἐπώλουν, οὐκ ἂν ἠμφεσβήτησαν ὡς1 εὖ φρονοῦντες τυγχάνουσι, σύμπασαν δὲ τὴν ἀρετὴν καὶ τὴν εὐδαιμονίαν οὕτως ὀλίγου τιμῶντες, ὡς νοῦν ἔχοντες διδάσκαλοι τῶν ἄλλων ἀξιοῦσι γίγνεσθαι. καὶ λέγουσι μὲν ὡς οὐδὲν δέονται χρημάτων, ἀργυρίδιον καὶ χρυσίδιον τὸν πλοῦτον ἀποκαλοῦντες, μικροῦ δὲ κέρδους ὀρεγόμενοι μόνον οὐκ ἀθανάτους ὑπισχνοῦνται τοὺς συνόντας ποιήσειν. [5] ὃ δὲ πάντων καταγελαστότατον, ὅτιπαρὰ μὲν ὧν δεῖ λαβεῖν αὐτούς, τούτοις μὲν ἀπιστοῦσιν, οἷς μέλλουσι τὴν δικαιοσύνην

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como fiadores de sus discípulos a gente de la que nunca han sido maestros; y deciden bien sobre su seguridad, pero hacen lo contrario de lo que anuncian. Pues conviene que los maestros de otras disciplinas cualesquiera examinen con minuciosidad lo que se les debe, porque nada impide que los que se han hecho expertos en algo, no sean cumplidores de sus contratos; en cambio ¿cómo no va a ser ilógico que los que hacen nacer la virtud y la prudencia no confíen al máximo en sus discípulos? Pues si éstos son buenos y justos con los demás, no dejarían de serlo con esos gracias a los cuales lleagrona aser así. Cuando alguno de los ciudaddanos comunes, tras reflexionar sobre todo esto, se dan cuenta de que los que enseñan la sabiduría y transmiten la felicidad, están faltos ellos mismos de muchas cosas, y exigen una cantidad pequeña a sus discípulos; de que observan las contradicciones entre las palabras, pero no examinan las que hay en las obras; de que además se jactan de saber el futuro, pero no son capaces de dir ni aconsejar nada de lo que es preciso para el presente; de que, en cambio, los que utilizan su sentido común se ponen más de acuerdo y más cuenta se dan que los que proclaman tener ciencia, con razón, creo, desprecian estas ocupaciones y las juzgan charlatanería y mezquindad de espíritu, pero no cuidado del alma. No sólo hay que criticar a éstos, sino también a los que prometen enseñar discursos políticos; pues ellos tampoco se interesan por la verdad, sino que piensan que esto es un arte: eel atraer a los más posibles por la pequeñez de sus salarios y la magnitud de sus proclamas, y el recibir de ellos lo que puedan Tan estúpidos son y han creído que lo son los demás, que, escribiendo peores discursos que los que algunos particulares improvisarían, sin embrago prometen que harán a los que están con ellos oradres de tal categoría que no pasarán por alto nada de lo que haya en cada asunto. Y de esta habilidad en nada hacen partícipes ni a las experiencias ni a la naturaleza del alumno, sino que afirman que les transmitirán la ciencia de los discursos como la de la escritura, sin haber examinado que son cosas distintas y creyendo que, gracias a las exageraciones de sus programas, serán admirados y parecerá más improtante su enseñanza retórica. Ignoran que hacen prosperar las artes no los que se atreven a envanecerse de ellas, sino quienes puedan descubrir qué posibilidades hay en cada una.

παραδώσειν, ὧν δ᾽ οὐδεπώποτε διδάσκαλοι γεγόνασι, παρὰ τούτοις τὰ παρὰ τῶν μαθητῶν μεσεγγυοῦνται, πρὸς μὲν τὴν ἀσφάλειαν εὖ βουλευόμενοι, τῷ δ᾽ ἐπαγγέλματι τἀναντία πράττοντες. [6] τοὺς μὲν γὰρ ἄλλο τι παιδεύοντας προσήκει διακριβοῦσθαι περὶ τῶν διαφερόντω ν, οὐδὲν γὰρ κω λύει τοὺς περὶ ἕτερα δεινοὺς γενομένους μὴ χρηστοὺς εἶναι περὶ τὰ συμβόλαια: τοὺς δὲ τὴν ἀρετὴν καὶ τὴν σω φροσύνην ἐνεργαζομένους πῶς οὐκ ἄλογόν ἐστι μὴ τοῖς μαθηταῖς μάλιστα πιστεύειν; οὐ γὰρ δή που περὶ τοὺς ἄλλους ὄντες καλοὶ κἀγαθοὶ καὶ δίκαιοι περὶ τούτους ἐξαμαρτήσονται, δι᾽ οὓς τοιοῦτοι γεγόνασιν. [7] ἐπειδὰν οὖν τῶν ἰδιω τῶν τινες, ἅπαντα ταῦτα συλλογισάμενοι, κατίδω σι τοὺς τὴν σοφίαν διδάσκοντας καὶ τὴν εὐδαιμονίαν παραδιδόντας αὐτούς τε πολλῶν δεομένους καὶ τοὺς μαθητὰς μικρὸν πραττομένους, καὶ τὰς ἐναντιώσεις ἐπὶ μὲν τῶν λόγω ν τηροῦντας, ἐπὶ δὲ τῶν ἔργω ν μὴ καθορῶντας, ἔτι δὲ περὶ μὲν τῶν μελλόντω ν εἰδέναι προσποιουμένους, [8] περὶ δὲ τῶν παρόντω ν μηδὲν τῶν δεόντω ν μήτ᾽ εἰπεῖν μήτε συμβουλεῦσαι δυναμένους, ἀλλὰ μᾶλλον ὁμονοοῦντας καὶ πλείω κατορθοῦντας τοὺς ταῖς δόξαις χρω μένους ἢ τοὺς τὴν ἐπιστήμην ἔχειν ἐπαγγελλομένους, εἰκότω ς οἶμαι καταφρονοῦσι, καὶ νομίζουσιν ἀδολεσχίαν καὶ μικρολογίαν ἀλλ᾽ οὐ τῆς ψυχῆς ἐπιμέλειαν εἶναι τὰς τοιαύτας διατριβάς. [9] οὐ μόνον δὲ τούτοις ἀλλὰ καὶ τοῖς τοὺς πολιτικοὺς λόγους ὑπισχνουμένοις ἄξιον ἐπιτιμῆσαι καὶ γὰρ ἐκεῖνοι τῆς μὲν ἀληθείας οὐδὲν φροντίζουσιν, ἡγοῦνται δὲ τοῦτ᾽ εἶναι τὴν τέχνην, ἢν ὡς πλείστους τῇ μικρότητι τῶν μισθῶν καὶ τῷ μεγέθει τῶν ἐπαγγελμάτω ν προσαγάγω νται καὶ λαβεῖν τι παρ᾽ αὐτῶν δυνηθῶσιν: οὕτω δ᾽ ἀναισθήτω ς αὐτοί τε διάκεινται καὶ τοὺς ἄλλους ἔχειν ὑπειλήφασιν, ὥστε χεῖρον γράφοντες τοὺς λόγους ἢ τῶν ἰδιω τῶν τινες αὐτοσχεδιάζουσιν, ὅμω ς ὑπισχνοῦνται τοιούτους ῥήτορας τοὺς συνόντας ποιήσειν ὥστε μηδὲν τῶν ἐνόντω ν ἐν τοῖς πράγμασι παραλιπεῖν. [10] καὶ ταύτης τῆς δυνάμεω ς οὐδὲν οὔτε ταῖς ἐμπειρίαις οὔτε τῇ φύσει τῇ τοῦ μαθητοῦ μεταδιδόασιν, ἀλλά φασιν ὁμοίω ς τὴν τῶν λόγω ν ἐπιστήμην ὥσπερ τὴν τῶν γραμμάτω ν παραδώσειν, ὡς μὲν ἔχει τούτω ν ἑκάτερον, οὐκ ἐξετάσαντες, οἰόμενοι δὲ διὰ τὰς ὑπερβολὰς τῶν ἐπαγγελμάτω ν αὐτοί τε θαυμασθήσεσθαι καὶ τὴν παίδευσιν τὴν τῶν λόγω ν πλέονος ἀξίαν δόξειν εἶναι, κακῶς εἰδότες ὅτι μεγάλας ποιοῦσι τὰς τέχνας οὐχ οἱ τολμῶντες ἀλαζονεύεσθαι περὶ αὐτῶν, ἀλλ᾽ οἵτινες ἄν, ὅσον ἔνεστιν ἐν ἑκάστῃ, τοῦτ᾽ ἐξευρεῖν δυνηθῶσιν.

- Actividad: Reconoce las características del género y pon ejemplo de las mismas sacados de las lecturas.

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6.3. Textos: Antología, otros autores distintos de Apolodoro. - Lee la Tercera parte de la Antología, Otros autores distintos de Apolodoro. - Analiza sintácticameente y traduce los siguientes textos:

54. ΗΦΑΙΣΤΟΣ Ἑώρακας167͵ ὦ Ἄπολλον͵ τὸ τῆς Μαίας βρέφος τὸ ἄρτι τεχθέν 168͵ ὡς καλόν τέ ἐστι καὶ προσγελᾷ πᾶσι καὶ δηλοῖ ἤδη μέγα τι ἀγαθὸν ἀποβησόμενον169; 55. ΑΠΟΛΛΩΝ Ἐκεῖνο τὸ βρέφος͵ ὦ ῞Ηφαιστε͵ ἦ μέγα ἀγαθόν͵ ὃ τοῦ Ἰαπετοῦ πρεσβύτερόν ἐστιν ὅσον ἐπὶ τῇ πανουργίᾳ; ΗΦΑΙΣΤΟΣ Καὶ τί ἂν ἀδικῆσαι δύναιτο170 ἀρτίτοκον ὄν; 56. ΑΠΟΛΛΩΝ Ἐρώτα τὸν Ποσειδῶνα͵ οὗ τὴν τρίαιναν ἔκλεψεν͵ ἢ τὸν Ἄρη 171· καὶ τούτου γὰρ ἐξείλκυσε172 λαθὸν ἐκ τοῦ κολεοῦ τὸ ξίφος͵ ἵνα μὴ ἐμαυτὸν λέγω ͵ ὃν ἀφώπλισε173 τοῦ τόξου καὶ τῶν βελῶν. 57. ΑΠΟΛΛΩΝ Εἴσῃ174͵ ὦ ῞Ηφαιστε͵ ἤν175 σοι προσέλθῃ176 μόνον. ΗΦΑΙΣΤΟΣ Καὶ μὴν προσῆλθεν ἤδη. ΑΠΟΛΛΩΝ Τί οὖν; πάντα ἔχεις τὰ ἐργαλεῖα καὶ οὐδὲν ἀπόλω λεν177 αὐτῶν; ΗΦΑΙΣΤΟΣ Πάντα͵ ὦ Ἄπολλον. ΑΠΟΛΛΩΝ Ὅμω ς ἐπίσκεψαι178 ἀκριβῶς. 58. ΗΦΑΙΣΤΟΣ Μὰ Δία179͵ τὴν πυράγραν οὐχ ὁρῶ. ΑΠΟΛΛΩΝ Ἀλλ΄ ὄψει180 που ἐν τοῖς σπαργάνοις αὐτὴν τοῦ βρέφους. ΗΦΑΙΣΤΟΣ Οὕτω ς ὀξύχειρ ἐστὶ καθάπερ ἐν τῇ γαστρὶ ἐκμελετήσας181 τὴν κλεπτικήν; 59. ΑΠΟΛΛΩΝ Οὐ γὰρ ἤκουσας αὐτοῦ καὶ λαλοῦντος ἤδη στω μύλα καὶ ἐπίτροχα· ὁ δὲ καὶ διακονεῖσθαι ἡμῖν ἐθέλει. χθὲς δὲ προκαλεσάμενος182 τὸν Ἔρω τα183 κατεπάλαισεν184 εὐθὺς οὐκ οἶδ΄ ὅπω ς ὑφελὼν τὼ πόδε185· 60. ΑΠΟΛΛΩΝ Ὑπόπτερος δ΄ ἐστὶ καὶ ῥάβδον τινὰ πεποίηται186 θαυμασίαν τὴν δύναμιν͵ ᾗ ψυχαγω γεῖ καὶ κατάγει τοὺς νεκρούς. ΗΦΑΙΣΤΟΣ Ἐγὼ ἐκείνην ἔδω κα187 αὐτῷ παίγνιον εἶναι. ΑΠΟΛΛΩΝ Τοιγαροῦν ἀπέδω κέ188 σοι τὸν μισθόν͵ τὴν πυράγραν...

167 Perfecto activo de ὁράω. 168 Participio de aoristo pasivo de τίκτω. 169 Participio de futuro de ἀποβαίνω. 170 Optativo de δύναµαι. 171 Acusativo de Ἄρης, Ἄρεος ὁ: Ares. 172 Aoristo de ἐξελκύω. 173 Aoristo de ἀφοπλίζω. 174 2ª persona del singular del futuro de οἴδα. 175 Conjunción condicional. 176 Subjuntivo de προσέρχοµαι. 177 Perfecto de ἀπόλλυµι. 178 2ª persona del singular del imperativo de aoristo de ἐπισκέπτοµαι. 179 “por Zeus”. 180 2ª persona del singular del futuro de indicativo medio de ὁράω. 181 Participio de aoristo de ἐκµελετάω. 182 Participio de aoristo medio de προκαλέω. 183 De Ἔρως, Ἔρωτος ὁ: “Eros” (dios del amor) 184 Aoristo de καταπαλαίω. 185 Acusativo del dual. 186 Perfecto pasivo de ποιέω. 187 Aoristo de indicativo de δίδωµι. 188 Aoristo de indicativo de ἀποδίδωµι.

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61. ΠΟΣΕΙΔΩΝ Τίς δὲ ἦν ὁ ταῦτα τολμήσας, ὦ Πολύφημε; ΚΥΚΛΩΨ Τὸ μὲν πρῶτον189 Οὖτιν ἑαυτὸν ἀπεκάλει, ἐπεὶ δὲ διέφυγε καὶ ἔξω ἦν βέλους, Ὀδυσσεὺς ὀνομάζεσθαι ἔφη. ΠΟΣΕΙΔΩΝ Οἶδα ὃν λέγεις, τὸν Ἰθακήσιον· 62. ΚΥΚΛΩΨ... ἐνταῦθα ὁ πανουργότατος ἐκεῖνος, εἴτε Οὖτις εἴτε Ὀδυσσεὺς ἦν, δίδωσί μοι πιεῖν φάρμακόν τι ἐγχέας190, ἡδὺ μὲν καὶ εὔοσμον, ἐπιβουλότατον δὲ καὶ ταραχωδέστατον· 63. ΠΟΣΕΙΔΩΝ Ὡς βαθὺν ἐκοιμήθης, ὦ τέκνον, ὃς οὐκ ἐξέθορες μεταξὺ τυφλούμενος. Ὁ δ' οὖν Ὀδυσσεὺς πῶς διέφυγεν; οὐ γὰρ ἂν εὖ οἶδ' ὅτι ἠδυνήθη ἀποκινῆσαι τὴν πέτραν ἀπὸ τῆς θύρας. 64. ΠΟΣΕΙΔΩΝ Μανθάνω· ὑπ' ἐκείνοις ἔλαθον ὑπεξελθόντες191· σὲ δὲ τοὺς ἄλλους Κύκλωπας ἔδει ἐπιβοήσασθαι ἐπ' αὐτόν. ΚΥΚΛΩΨ Συνεκάλεσα, ὦ πάτερ, καὶ ἧκον· ἐπεὶ δὲ ἤροντο192 τοῦ ἐπιβουλεύοντος τοὔνομα193 κἀγὼ194 ἔφην ὅτι Οὖτίς ἐστι, 65. ΚΥΚΛΩΨ μελαγχολᾶν195 οἰηθέντες196 με ἀπιόντες ᾤχοντο. Οὕτω κατεσοφίσατό με ὁ κατάρατος τῷ ὀνόματι. καὶ ὃ μάλιστα ἠνίασέ με, ὅτι καὶ ὀνειδίζων ἐμοὶ τὴν συμφοράν, Οὐδὲ ὁ πατήρ, φησίν, ὁ Ποσειδῶν ἰάσεται197 σε. 66. ΠΟΣΕΙΔΩΝ Θάρρει, ὦ τέκνον· ἀμυνοῦμαι γὰρ αὐτόν, ὡς μάθῃ ὅτι, εἰ καὶ πήρωσίν 198 μοι τῶν ὀφθαλμῶν ἰᾶσθαι ἀδύνατον, τὰ γοῦν τῶν πλεόντων [τὸ σῴζειν αὐτοὺς καὶ ἀπολλύναι] ἐπ' ἐμοί ἐστι· πλεῖ δὲ ἔτι. 67. ΘΕΤΙΣ... ἐκέλευσεν δὲ ὁ πατὴρ τοὺς ναύτας ἀναλαβόντας τὸ κιβώτιον, ἐπειδὰν πολὺ τῆς γῆς ἀποσπάσωσιν, ἀφεῖναι199 εἰς τὴν θάλασσαν, ὡς ἀπόλοιτο ἡ ἀθλία, καὶ αὐτὴ καὶ τὸ βρέφος. 68. ΔΩΡΙΣ Τίνος ἕνεκα, ὦ ἀδελφή; εἰπέ, εἴ τι ἔμαθες ἀκριβῶς. ΘΕΤΙΣ Ἅπαντα. ὁ γὰρ Ἀκρίσιος ὁ πατὴρ αὐτῆς καλλίστην οὖσαν ἐπαρθένευεν ἐς χαλκοῦν τινα θάλαμον ἐμβαλών· 69. ΘΕΤΙΣ ...τοῦτο αἰσθόμενος200 ὁ πατήρ, ἄγριός τις καὶ ζηλότυπος201 γέρων, ἠγανάκτησε καὶ ὑπό τινος μεμοιχεῦσθαι οἰηθεὶς αὐτὴν ἐμβάλλει εἰς τὴν κιβωτὸν ἄρτι τετοκυῖαν202. ΔΩΡΙΣ Ἡ δὲ τί ἔπραττεν, ὦ Θέτι, ὁπότε καθίετο; 70. ΘΕΤΙΣ Ὑπὲρ αὐτῆς μὲν ἐσίγα, ὦ Δωρί, καὶ ἔφερε τὴν καταδίκην. τὸ βρέφος δὲ παρῃτεῖτο 203 μὴ ἀποθανεῖν204 δακρύουσα καὶ τῷ πάππῳ δεικνύουσα αὐτό, κάλλιστον ὄν·

189 Valor adverbial: “en primer lugar”. 190 Participio de aoristo activo de ἐγχέω. 191 De ὑπεξέρχοµαι. 192 De ἒροµαι. 193 Τὸ ὄνοµα. 194 Καὶ ἐγώ. 195 Infinitivo de µελαγχολάω. 196 Participio pasivo de οἴοµαι, en activa οἴω. 197 Futuro de ἰαίννω. 198 De πήρωσις, -εως. 199 Infinitivo de aoristo de ἀφίηµι. 200 Participio de participio de aoristo de αἰσθάνοµαι. 201 Ζηλότυπος, -ον: “celoso”. 202 Participio de perfecto activo de τίκτω. 203 De µαραιτέοµαι. 204 Infinitivo de aoristo activo de ἀποθνῄσκω.

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71. ΘΕΤΙΣ... τὸ δὲ ὑπ' ἀγνοίας τῶν κακῶν ὑπεμειδία πρὸς τὴν θάλασσαν. ὑποπίμπλαμαι αὖθις τοὺς φθαλμοὺς δακρύων μνημονεύσασα αὐτῶν205. ΔΩΡΙΣ Κἀμὲ206 δακρῦσαι ἐποίησας. ἀλλ' ἤδη τεθνᾶσιν207; 72. ΘΕΤΙΣ Οὐδαμῶς· νήχεται γὰρ ἔτι ἡ κιβωτὸς ἀμφὶ τὴν Σέριφον ζῶντας αὐτοὺς φυλάττουσα. ΔΩΡΙΣ Τί οὖν οὐχὶ σῴζομεν αὐτοὺς τοῖς ἁλιεῦσι τούτοις ἐμβαλοῦσαι ἐς τὰ δίκτυα τοῖς Σεριφίοις; 73. ὅτε τὸν Ὀρφέα διεσπάσαντο208 αἱ Θρᾷτται209, φασὶ210 τὴν κεφαλὴν αὐτοῦ σὺν τῇ λύρᾳ εἰς τὸν Ἕβρον211 ἐμπεσοῦσαν212 ἐκβληθῆναι213 εἰς τὸν μέλανα κόλπον214, καὶ ἐπιπλεῖν γε τὴν κεφαλὴν τῇ λύρᾳ, 74. ἐπειδὴ δὲ καὶ215 τούτοις χρόνος ἦλθεν216 εἱμαρμένος217 γενέσεως218, τυποῦσιν219 αὐτὰ220 θεοὶ γῆς ἔνδον ἐκ γῆς καὶ πυρὸς μείξαντες221 καὶ τῶν ὅσα222 πυρὶ καὶ γῇ κεράννυται. 75. Προμηθέα δὲ παραιτεῖται Ἐπιμηθεὺς αὐτὸς νεῖμαι, ʺΝείμαντος δέ μου223,ʺ ἔφη, ʺἐπίσκεψαι224·ʺ καὶ οὕτω πείσας225 νέμει. νέμων δὲ τοῖς μὲν ἰσχὺν ἄνευ τάχους προσῆπτεν226, τοὺς δ'227 ἀσθενεστέρους τάχει ἐκόσμει· 76. ἅτε δὴ οὖν οὐ πάνυ τι σοφὸς ὢν ὁ Ἐπιμηθεὺς ἔλαθεν αὑτὸν καταναλώσας228 τὰς δυνάμεις εἰς τὰ ἄλογα· λοιπὸν δὴ ἀκόσμητον ἔτι αὐτῷ ἦν229 τὸ ἀνθρώπων γένος, καὶ ἠπόρει230 ὅτι χρήσαιτο231. 77. ἀποροῦντι δὲ αὐτῷ ἔρχεται Προμηθεὺς ἐπισκεψόμενος232 τὴν νομήν, καὶ ὁρᾷ τὰ μὲν ἄλλα ζῷα ἐμμελῶς233 πάντων ἔχοντα, τὸν δὲ ἄνθρωπον γυμνόν τε καὶ ἀνυπόδητον καὶ ἄστρωτον καὶ ἄοπλον· 205 Genitivo regido por el verbo µνηµονεύω, como todos los verbos de recuerdo u olvido. 206 Καὶ ἐµέ. 207 Perfecto activo de θνῄσκω. 208 Aoristo de διασπάω. 209 Θρᾷττα, -ης ἡ: “(mujer) Tracia”. Cuentan los mitos que cuando Orfeo perdió a su amada Eurídice, su llanto y su desdén llegaron a ser tan insoportables que las mujeres de Tracia decidieron matarlo ritualmente (σπαραγµός) despedazándolo. 210 De este verbo dependen todos los infinitivos que siguen, formando oraciones completivas. 211 Río de Tracia, algunos lo asimilan al Danubio que desemboca en el mar Negro. 212 Participio femenino de ἐµπίπτω. 213 Infinitivo aoristo pasivo de ἐκβάλλω. 214 Subraya en el diccionario el sentido de “golfo”, referido al Mar Negro. 215 Valor adverbial pues no coordina. 216 Ver ἦλθον. 217 De µείροµαι con el sentido de “decretar por el destino”. 218 De γένεσις, -εως ἡ. 219 De τυπόω. 220 Acusativo referido a θνητὰ δὲ γένη anterior. 221 De µείγνυµι o µειγνύω. 222 Con valor de demostrativo. 223 Genitivo absoluto. 224 De ἐπισκέπτοµαι o ἐπισκοπέω, con valor de imperativo. 225 Participio aoristo de πείθω. 226 De προσ-άπτω. Atención al aumento de los verbos compuestos con preposición, situado entre la preposición y el verbo simple; en este caso, además, hay que señalar el aumento en los verbos con vocal inicial (con alargamiento de dicha vocal). 227 Con sentido distributivo. 228 Participio de aoristo de ἀναλίσκω. 229 “ser” con dativo. 230 Imperfecto del contracto ἀπορέω; recuerda las notas anteriores sobre el aumento temporal o vocal inicial alargada. 231 Optativo aoristo de χράοµαι. 232 Participio de futuro de ἐπισκοπέω, concertado con Epimeteo y valor final. 233 Adverbio construido sobre el adjetivo correspondiente.

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78. ἀλώπηξ εἰς οἰκίαν ἐλθοῦσα ὑποκριτοῦ καὶ ἕκαστα τῶν αὐτοῦ σκευῶν διερευνωμένη εὗρε καὶ κεφαλὴν μορμολυκίου234 εὐφυῶς235 κατεσκευασμένην236, ἣν καὶ ἀναλαβοῦσα ταῖς χερσὶν ἔφη “ὦ οἵα κεφαλή, καὶ ἐγκέφαλον οὐκ ἔχει.” 79. ἀλώπηξ λιμώττουσα ὡς ἐθεάσατο ἀπό τινος ἀναδενδράδος βότρυας κρεμαμένους237, ἠβουλήθη αὐτῶν περιγενέσθαι καὶ οὐκ ἠδύνατο. ἀπαλλαττομένη δὲ πρὸς ἑαυτὴν εἶπεν· “ὄμφακές εἰσιν.” 80. Γραφομένων οὖν τότε τῶν ὀστράκων, λέγεταί τινα τῶν ἀγραμμάτων καὶ παντελῶς ἀγροίκων ἀναδόντα238 τῷ Ἀριστείδῃ τὸ ὄστρακον ὡς ἑνὶ τῶν τυχόντων239 παρακαλεῖν, ὅπως Ἀριστείδην ἐγγράψειε. 81. τῆς δὲ πόλεως ἀπαλλαττόμενος ἤδη, τὰς χεῖρας ἀνατείνας πρὸς τὸν οὐρανὸν ηὔξατο τὴν ἐναντίαν ὡς ἔοικεν εὐχὴν τῷ Ἀχιλλεῖ240, μηδένα καιρὸν Ἀθηναίους καταλαβεῖν241 ὃς ἀναγκάσει τὸν δῆμον Ἀριστείδου μνησθῆναι242. 82. Δημήτριος ὁ Φαληρεὺς Πτολεμαίῳ τῷ βασιλεῖ παρῄνει243 τὰ περὶ βασιλείας καὶ ἡγεμονίας βιβλία κτᾶσθαι καὶ ἀναγινώσκειν· ‘ἃ γὰρ οἱ φίλοι τοῖς βασιλεῦσιν οὐ θαρροῦσι παραινεῖν, ταῦτα ἐν τοῖς βιβλίοις γέγραπται244. 83. ἐνομίζοντο245 δὲ διὰ τὴν εὐψυχίαν μᾶλλον246 ἄνδρες ἢ διὰ τὴν φύσιν γυναῖκες· πλέον γὰρ ἐδόκουν247 τῶν ἀνδρῶν ταῖς ψυχαῖς διαφέρειν ἢ ταῖς ἰδέαις ἐλλείπειν. 84. παρασκευασαμένη κύνας ἐθήρευεν, ἔστιν ὅτε248 καὶ ἐν τῇ Λακωνικῇ καὶ ἐπιφοιτῶσα εἰς τὰ λοιπὰ τῆς Πελοποννήσου ὄρη· δι᾽ ἣν αἰτίαν μάλα καταθύμιος ἦν Ἀρτέμιδι, καὶ αὐτὴν εὔστοχα249 βάλλειν ἐποίει. tras disponer a los perros, iba de caza, hay veces que en Laconia y también frecuentando los demás montes del Peloponeso. Por este motivo era muy querida para Artemis y la hacía disparar con buena puntería. 85. ταύτης περὶ τὴν Ἠλιδίαν ἀλωμένης Λεύκιππος Οἰνομάου παῖς εἰς ἐπιθυμίαν ἦλθε, καὶ τὸ μὲν ἄλλως πως αὐτῆς πειράσθαι250 ἀπέγνω251, ἀμφιεσάμενος252 δὲ γυναικείαις ἀμπεχόναις καὶ ὁμοιωθεὶς253 κόρῃ συνεθήρα254 αὐτῃ.

234 “máscara de tragedia”. 235 Adverbio derivado de εὐφυής. 236 Participio de perfecto pasivo de κατασκευάζω. 237 De κρεµάννυµι. 238 Participio de aoristo de ἀναδίδωµι. 239 Participio de τυγχάνω. Sustantivado de traduce por “el primero con quien se tropieza, uno cualquiera”. 240 Aquiles (cf. Il. I 365-412) suplica a su madre, la diosa Tetis, que sus compatriotas los griegos sean derrotados para que se acuerden de él. 241 La oración de infinitivo explica la súplica de Arístides. 242 De µιµνήσκω, rige genitivo. 243 De παραινέω. 244 De γράφω. 245 Imperfecto medio-pasivo con sujeto Ἀµαζόντες y predicativos ἄνδρες/γυναϊκες. 246 Más (bien)... que, como más adelante πλέον... ἤ. 247 Imperfecto con sujeto Ἀµαζόντες y dos infinitivos concertados διαφέρειν τῶν ἀνδρῶν/ἐλλείπειν [τῶν ἀνδρῶν], cada uno con su complemento circunstancial de causa en dativo. 248 Loc. “hay tiempos en que a veces...”. 249 Adv. = εὔτοχως. 250 De πειράω, 251 Aoristo de ἀπαγιγνώσκω. 252 De ἀφιέννυµι. 253 De ὀµοιόω. 254 Imperfecto de συνθηράω.

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86. Ἀπόλλων δὲ καὶ αὐτὸς τῆς παιδὸς πόθῳ καιόμενος, ὀργῇ τε καὶ φθόνῳ εἴχετο τοῦ Λευκίππου συνόντος255, καὶ ἐπὶ νοῦν αὐτῇ βάλλει σὺν ταῖς λοιπαῖς παρθένοις ἐπὶ κρήνην ἐλθούσαις λούεσθαι. 87. ἔνθα δὴ ὡς ἀφινόμεναι ἀπεδιδύσκοντο256 καὶ ἑώρων τὸν Λευκκίπον μὴ βουλόμενον, περιέρρηξαν257 αὐτόν· μαθοῦσαι δὲ τὴν ἀπάτην καὶ ὡς ἐπεβούλευεν αὐταῖς, πᾶσαι μεθίεσαν258 εἰς αὐτὸν τὰς αἰχμάς. 8. Ἀπόλλωνα δὲ Δάφνη ἐπ᾽ αὐτὴν ἰόντα259 προϊδομένη260, μάλα ἐρρωμένος ἔφευγεν. ὡς δὲ συνεδιώκετο, παρὰ Διὸς αἰτεῖται ἐξ ἀνθρώπων ἀπαλλαγῆναι261· καὶ αὐτὴν φασι γενέσθαι τὸ δένδρον τὸ ἐπικληθεν262 ἀπ᾽ ἐκείνης δάφνην. 89. φασὶν Ἀκταίωνα ὑπὸ τῶν ἰδίων κυνῶν καταβρωθῆναι263. τοῦτο δὲ ψευδές· κύων γὰρ δεσπότην καὶ τροφέα μάλιστα φιλεῖ, ἄλλως τε καὶ αἱ θηρευτικαὶ264 πάντας ἀνθρώπους σαίνουσιν. 90. ἔνιοι δέ φασιν ὡς265 Ἄρτεμις μὲν εἰς ἔλαφον μετέβαλεν αὐτόν, ἔλαφον δὲ ἀνεῖλον αἱ κύνες. ἐμοὶ δὲ δοκεῖ Ἄρτεμιν μὲν δύνασθαι266 ὅ τι θέλοι267 ποιῆσαι· 91. οὐ μέντοι ἐστὶν ἀληθὲς ἔλαφον ἐξ ἀνδρὸς ἢ ἐξ ἐλάφου ἄνδρα γενέσθαι· τοὺς δὲ μύθους τούτους συνέθεσαν268 οἱ ποιηταί, ἵνα269 οἱ ἀκοώμενοι270 μὴ ὑβρίζοιεν εἰς τὸ θεῖον. 92. τὸ δὲ ἀληθὲς ἔχει271 ὧδε. Ἀκταίων ἦν ἁνὴρ τὸ γένος Ἀρκάς, φιλοκύνηγος. οὑτος ἔτρεφεν ἀεὶ κύνας πολλὰς καὶ ἐθήρευεν ἐν τοῖς ὄρεσιν, τῶν δὲ αὑτοῦ πραγμάτων ἠμέλει272. 93. τῷ οὖν Ἀκταίωνι ἀμελοῦντι τῶν οἰκείων, μᾶλλον δὲ κυνηγετοῦντι, διεφθάρη273 ὁ βίος. ὅτε δὲ οὐκέτι εἶχεν οὐδέν, ἔλεγον οἱ ἄνθρωποι "δείλαιος Ἀκταίων, ὃς ὑπὸ τῶν ἰδίων κυνῶν κατεβρώθη", 94. Περὶ τῶν Διομήδους ἵππων φασὶν ὅτι ἀνδροφάγοι ἦσαν, γελοίως· τὸ γὰρ ζῷον τοῦτο μᾶλλον274 χόρτῳ καὶ κριθῇ ἥδεται ἢ ἀνθρωπίνοις. τὸ δ᾽ ἀληθὲς ὧδε ἔχει. 95. καὶ μέχρι τούτου275 ἵπποις ἥδετο, ἕως οὗ τὰ αὑτοῦ ἀπώλεσε276 καὶ πάντα πωλῶν277 κατανάλωσεν278 εἰς τὴν τῶν ἵππων τροφήν. οἱ οὖν φίλοι ἀνδροφάγους τοὺς ἵππους ὠνόμασαν. ὧν γενομένων προήχθη279 ὁ μῦθος. - Analiza morfológicamente las palabras subrayadas de los textos anteriores. 255 De συνείµι. 256 Aoristo reduplicado iterativo de ἀποδύω. 257 Aoristo de περιρρήγνυµι. 258 De µεθίηµι. 259 De εἶµι. 260 De προοράω. 261 Infinitivo aoristo pasivo de ἀπαλλάσσω. 262 Participio aoristo pasivo de ἐπικαλέω. 263 Infinitivo aoristo pasivo de καταβιβρώσκω. 264 Se refiere a las κύνες; el sexo del animal sólo se diferencia por el artículo. 265 Valor temporal. 266 El verbo δοκέω+ dat. + inf. : “parece a (dat.) que (inf. con o sin sujeto). 267 Presente optativo de θέλω. 268 De συντίθηµι. 269 Ἱνα... µή, valor final: para que no. 270 De ἀκροάοµαι, 271 Valor intransitivo. 272 De ἀµελέω. 273 Aoristo pasivo de διαφθείρω. 274 Construcción comparativa. 275 “hasta tanto... que”. 276 De ἀπόλλυµι. 277 De πωλέω. 278 De καταναλίσκοµαι. 279 Aoristo pasivo de προάγω.

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6.4. Conjunciones. a) Las conjunciones coordinantes: – copulativas: καί, τε; οὐδέ, µηδέ; οὔτε... οὔτε, etc. – adversativas: δέ, ἀλλά; αὖ, αὖτε, µέντοι, καίτοι, etc. – disyuntivas: ἤ; εἴτε... εἴτε, etc. – consecutivas o ilativas: ἄρα, τοίνυν, οὖν, etc. – causales o explicativas: γάρ. b) Conjunciones subordinantes: Sinopsis de las oraciones subordinadas

completivas

Con conjunción: ὅτι, ὡς, ὅπως, µή. Ej.: Ἐβόα καὶ βαρναρικῶς καὶ ἑλληνικῶς ὅτι βασιλεὺς σὺν στρατεύµατι πολλῷ προσέρχεται (Gritaba en lengua bárbara y griega que el rey se acercaba con un ejército numeroso). Con µή (temor). Sin conjunción: De infinitivo. Ej.: Ἔφασαν δὲ τινεσ καὶ τήν Σαρδίων ἀκρόπολιν ὑπὸ ύρου τοῦ Περσῶν βασιλέως ἁλῶναι (algunos dijeron que la ciudadela de Sardes fue conquistada por Ciro, rey de los persas). Sin conjunción: De participio. Ej.: Ζεὺς παρεσκεύασε χελώνην τὸν οἶκον βαστάζουσαν (Zeus dispuso que la tortuga cargase la casa encima). Interrogativas indirectas. Ej.: Πρῶτον µὲν οὖν σκεπτέον τὶ τῶν βασιλευόντων ἔργον ἐστίν (Primeramente, pues, es preciso considerar cuál es la misión de los que reinan).

relativas

Ὅς, ἥ, ὅ / ὅστις, ἥτις, ὅ τι. Ej.: Ἀπιοῦσα φανερῶς ἐπὶ τὴν δρῦν, ἐν ᾗ ἐκαθέζετο ∆άφνις καὶ Ξλόη (Yendo evidentemente a la encina, en la cual estaban sentados Dafnis y Cloe). Finales: ἵνα, ὡς, ὅπως, ὄφρα. Ej.: Ἵϝα δὲ σαφέστερον δηλωθῆ πᾶσα ἡ Περσῶν πολιτεία, µικρὸν ἐπάνειµι (Para que se vea más claramente toda la constitución política de los persas, recapitularé un poco).

circunstanciales

Temporales: ὅτε, ὁπότε, ὡς, ἐπεί, ἕως, ἠνίκα. Ej.: Ἐπει δ῾ἐξῆλθεν, ἀπήγγειλε τοῖς φίλοις τὴν κρίσιν του Ὀρόντου ὡς ἐγένετο (Después que salió, explicó a sus amigos cómo había sucedido el juicio de Orontes). Causales: ὅτι, διότι, ὡς, ἐπεί, οὕνεκα. Ej.: Ἔπεµψεν ἡµᾶς, ὦ ἄνδρες στρατιῶται, ἡ τῶν Σινοπέων πόλις ἐπαινέσοντάς τε ὑµᾶς ὅτι νικᾶτε Ἕλληνες ὄντες βαρβάρπυς (Nos ha enviado, ¿oh soldados!, la ciudad de Sinope para felicitarnos, porque siendo griegos habéis vencido a los bárbaros). Consecutivas: ὥστε, ὡς. Ej.: ∆αιµονίως µὲν οὖν, ὦ ἐταῖρε, ὥστε µε ἐκπλαγῆναι (Es tan genial, compañero, que me he quedado de piedra). Condicionales: εἰ, ἐάν. Ej.: Ἀλλ᾿ εἰ οὕτω βούλει, ὦ Σώκρατες, καὶ οὕτω σοι φράσω (si lo quieres de este modo, Sócrates, también te lo explicaré así). Concesivas: καὶ εἰ, εἰ καί. Ej.: Θήσουσι γὰρ σοφὸν εἶναι, εἰ καὶ µή εἰµι, οἱ βουλόµενοι ὑµῖν ὀνειδίζειν (Dirán que soy sabio, aunque no lo soy, los que os quieren ofender). Comparativas: ὡς, ὥσπερ, ὅπως. Ej.: Σὲ δὲ ζῆν, ὥσπερ ἤδη ζῇς, ἄνευ σωτερίας (que tú vivas, como ya estás viviendo, sin curación).

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6.5. Étimos griegos. Aplica las reglas de transcripción a las raíces de los étimos griegos propuestos por la Ponencia de la PAEGs de Griego II de las Universidades Andaluzas, busca su significado y escribe dos derivados castellanos como mínimo de cada uno de los étimos: Étimo griego

Resultado de aplicar las reglas de transcripción a la raíz

Significado

Derivados castellanos

Ὕδωρ Ὑπό Φέρω Φίλος Φόβος Φονή Φώς, φοτός Χείρ Χρόνος Χρῶμα Ψευδής Ψυχή

APÉNDICE. El género de la oratoria se constituyó como tal en la Atenas del siglo V a. C., al amparo del ambiente político y social introducido por la democracia. 1. NUEVAS CIRCUNSTANCIAS, NUEVAS NECESIDADES. I. En la sociedad aristocrática, las grandes decisiones “políticas” no se tomaban de manera pública sino entre bastidores. No se contaban votos, se llegaba a decisiones a través de la conversación “entre iguales”. Por ello, en esos ambientes, para llevar la negociación al punto apetecido podía bastar con la autoridad del individuo. Es significativo, en este sentido, recordar la situación en Ilíada II y lo extemporánea que resulta la intervención en la asamblea de Tersites, quien ni tiene autoridad para tomar la palabra ante Agamenón ni domina las pautas de expresión tradicionales que desempeñaban también un papel en la cultura oral. En la nueva situación de la democracia ateniense ya no basta con el prestigio individual. Aunque éste pudiera tener un valor determinante en algunos casos como el de Pericles. Para atraer mayorías en las asambleas populares y “llevarse el gato al agua”, lo habitual es que otro elemento tuviera más peso que la autoridad del personaje. Ese elemento era la capacidad de hablar en público, el dominio de la técnica de la palabra. II. Es equiparable la situación que se vivía en los tribunales de justicia de la democracia. El sistema judicial en Atenas era claramente distinto del actual: No había un acusador público. Cualquier ciudadano podía presentar la acusación cuando creía que se había transgredido la ley. Ante una acusación, el estado constituía un jurado compuesto de ciudadanos de a pie, personas sin vinculo profesional con la justicia. Como sabemos por la comedia de Aristófanes (p. ej., Avispas), estos individuos cobraban de la pólis una indemnización por los servicios prestados. El conseguir que la causa de uno triunfara o fracasase dependía de la propia habilidad en defenderse y atacar. Por ello, también en este ámbito se imponía como necesidad tener un dominio técnico de la palabra. Tanto más si recordamos que, en la oratoria judicial griega, el peso de la argumentación descansaba en los razonamientos de verosimilitud. En cambio, el testimonio de los testigos (los mártyres) tenía sólo importancia subsidiaria. Contra esta situación (que parece primar lo que se presente como verosímil por encima de la verdad) se pronunció Platón: mira Fedro 267 a, en referencia a Tisias y Gorgias. III. A los dos foros antes mencionados (asamblea política y tribunales de justicia) han de añadirse, como tercer ámbito potencial de ejercicio de la retórica, ciertas celebraciones públicas. Con ocasión de las fiestas de la pólis, también se pronunciaban discursos con carácter oficial. P. ej., con motivo de la conmemoración anual de los caídos en

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combate comenzó a pronunciarse, a partir de algún momento del s. V, un epitáphios lógos. El más famoso de estos discursos es el que Tucídides pone en boca de Pericles dentro de su Historia. Para satisfacer precisamente todas estas nuevas necesidades surge en este momento, en Atenas, el género literario de la retórica: con este género, alcanza su madurez la prosa literaria ática. 2. LA RETÓRICA COMO GÉNERO. Con cada uno de los tres ámbitos definidos (asamblea política, tribunales de justicia, celebraciones públicas) se corresponde uno de los tres géneros de la retórica: - génos symbouleutikón (género deliberativo), - génos dikanikón (género judicial), - génos epideiktikón (género demostrativo). Esta tripartición de la oratoria recibe fundamento teórico en la obra de Aristóteles (Retórica I 3, 1358 a 36 ss.), quien se expresa así sobre los tres genera dicendi clásicos: Los géneros de la retórica son tres, pues éste es el número de los tipos posibles de oyentes de los discursos. En efecto, en el discurso hay que distinguir tres elementos: quién habla, sobre qué habla y a quién habla; pero el fin del discurso está en éste, o sea en el oyente. Y es necesario que el oyente sea o espectador o árbitro, y de ser árbitro lo será de acontecimientos pasados o futuros. El que dictamina sobre los acontecimientos futuros es el miembro de una asamblea, el que dictamina sobre los pasados es el juez y el que lo hace sobre la habilidad es el espectador. Así pues, necesariamente debe haber tres géneros de discursos retóricos: el deliberativo, el judicial y el demostrativo (trad. J.B. Torres). Los tres géneros del discurso retórico parecen tener un carácter efímero: su objetivo no es permanecer en la posteridad sino convencer al auditorio en un momento concreto. No obstante, lo cierto es que se ha conservado un corpus importante de discursos de finales del s. V y, sobre todo, del IV. Ello se puede contemplar como un índice de la alta elaboración formal que alcanzaron estos discursos: su forma no es algo secundario sino esencial, que les hacía merecedores de permanecer en el tiempo. Como sucedió habitualmente con los otros géneros literarios de Grecia, la constitución del género retórico llevó al establecimiento de pautas y convenciones: La experiencia enseñó que éstas constituían la mejor estrategia si se quería tener éxito en la ejecución pública del discurso. Por ello, las convenciones del género habían de ser conocidas por quienes desearan tener éxito en sus intervenciones. Como un ejemplo simple y bien conocido de las convenciones del género retórico puede mencionarse la típica estructura cuatripartita de los discursos judiciales: Prooímion, diégesis, pístis, epílogos. Introducción, narración, argumentación (prueba), conclusión. Esta es la estructura que solemos encontrar en los discursos judiciales clásicos. Es, por cierto, una división del discurso distinta de la identificada por Aristóteles en la Retórica (III 13, 1414 a 31 ss.); según dice el filósofo en ese lugar, el discurso debe constar de sólo dos partes: 1. Proposición (próthesis). 2. Argumentación (pístis). El discurso consta de dos partes, pues es necesario decir de qué trata el asunto y demostrarlo. Por ello es imposible decir algo y no demostrarlo, o demostrarlo sin haberlo anunciado: el que demuestra, demuestra algo, y, el que anuncia, anuncia en función de su demostración. De estas dos partes del discurso, la una es la proposición (próthesis) y la otra la argumentación (pístis); daría lo mismo distinguir entre problema (prób lema) y demostración (apódeixis). Sin embargo, las divisiones al uso son risibles. En efecto, la narración sólo se da en el discurso judicial; mas en el demostrativo y en la arenga, ¿cómo va a haber una narración del tipo que dicen?; ¿o cómo habrá una refutación del contrario o un epílogo en los discursos demostrativos? (trad. J.B. Torres). 3. LOS SOFISTAS Y LA RETÓRICA. Un estudio de la oratoria en el s. V a.C. debe referirse necesariamente a la labor de los sofistas. Uno de los saberes que ofrecían era precisamente la habilidad en el manejo de la palabra, gracias a la cual lograrían triunfar sus jóvenes alumnos. Empezamos por Protágoras y recordamos su papel como maestro de retórica, concretamente de erística. La erística es el arte de disputar sobre el que escribió una obra con ese título. En ella debía de defenderse la idea de que sobre todo asunto hay dos lógoi contrapuestos. Y que el orador ha de esforzarse por convertir en superior el lógos o argumento inferior, τὸν ἥττω λόγον κρείττω ποιεῖν. En relación con Gorgias de Leontinos (en torno a 485 – 390) destaco que fue, fundamentalmente, un maestro de retórica. Por ello creo que es ilustrativo recordar lo que dice Gorgias, en su Elogio de Helena, a propósito de la palabra: poderoso soberano que, con un pequeñísimo y muy invisible cuerpo, realiza empresas absolutamente divinas. En efecto, puede eliminar el temor, suprimir la tristeza, infundir alegría, aumentar la compasión. Se han de destacar los supuestos vínculos de Gorgias con la retórica siciliana. Nótese que Sicilia y Siracusa vivieron también un largo período de democracia (desde 466, tras la muerte de Hierón, hasta 405) en el que pudo desarrollarse el arte de la palabra. En el período democrático, tras la caída de las tiranías sicilianas, quienes antes habían sido desprovistos de sus bienes tuvieron que pleitear para poder recuperarlos. Los representantes principales de la retórica siciliana de la época debieron de ser Córax y Tisias, aunque de su trabajo no queda apenas nada. Todo lo más podemos decir, partiendo del testimonio de Platón (Fedro 273 a), que Tisias desarrolló el método de la argumentación y confirió al eikós (el argumento de verosimilitud) el puesto que ocupa dentro de la oratoria griega. Un ejemplo clásico

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del argumento de verosimilitud puede ser éste: un hombre pequeño es acusado de haber iniciado una pelea contra un hombre grande / el hombre pequeño se defenderá diciendo que es improbable que él hubiera empezado una pelea contra otro más grande y más fuerte. Gorgias de Leontinos (Sicilia) pasa por haber sido discípulo de Córax y Tisias. En el año 427 llegó a Atenas como embajador de su patria: obtuvo rápidamente el éxito popular por el llamativo estilo de su oratoria, rica en efectos rítmicos.De la producción retórica de Gorgias conservamos dos ejemplos, dos discursos epidícticos: el Elogio de Helena y la Defensa de Palamedes. Estos dos discursos son verdaderos tours de force en los que la retórica se aplica a defender dos causas imposibles tomadas de la leyenda. En el Elogio de Helena, Gorgias argumenta a favor de que Helena (la adúltera por excelencia en la mitología clásica) no es culpable porque cometió adulterio bajo coacción, no por decisión voluntaria sino obligada o por disposición del destino, o por la fuerza, o persuadida por la palabra o por amor. En la Defensa de Palamedes, Gorgias asumió la defensa de Palamedes: en la leyenda, fue condenado a muerte por culpa de una acusación falsa de Odiseo. Para defender a Palamedes, Gorgias recurría al método de la reducción al absurdo, que había sido desarrollado por la escuela de Elea. Así pues, su defensa de Palamedes consiste en hacer ver que carece de sentido suponer que el héroe hubiera sido sobornado por los troyanos. El mismo tipo de argumentación lo aplicó también en su obra de carácter filosófico: en el escrito Sobre el no ser (hay resumen en Sexto Empírico), toma postura contra las tesis de Parménides intentando reducirlas al absurdo. 4. RETÓRICA EN LA ATENAS DEL S. V A. C.: ANTIFONTE; ANDÓCIDES. Como representantes fundamentales de la oratoria ática del s. V a.C. destacaremos, tras lo dicho sobre Gorgias, a Antifonte y Andócides, de los cuales conservamos discursos. No son, obviamente, los únicos oradores áticos del s. V; a su número se podrían agregar otros que conocemos, al menos, por sus nombres: - Trasímaco de Calcedón. - Teodoro de Bizancio. - Eveno de Paros. - Critias... En el caso de Antifonte (supuestamente, 480-411) no sabemos con certeza si Antifonte, el orador oriundo de Ramnunte, ha de ser identificado con Antifonte, el sofista. De ser idénticos, este único Antifonte, sofista y orador, habría sido el oligarca que murió ejecutado en 411, tras el paréntesis oligárquico de ese año (gobierno de los Cuatrocientos). Según Tucídides (VIII 68), este Antifonte fue, además, el ideólogo del golpe del 411. Algunos creen en una evolución de Antifonte: primero, orador; después, con más edad, sofista y filósofo. De tratarse de personas distintas (en la Antigüedad, era ya la opinión de Dídimo; también lo dice López Eire 1988), al primero se le deberían atribuir los tratados que circularon bajo el nombre de Antifonte. Éstos trataban de temas como la verdad y la concordia (Sobre la verdad, Sobre la concordia). Por otro lado, el orador Antifonte, del que Tucídides habla en términos claramente elogiosos, es el rétor ático más antiguo del que conservamos textos. Este Antifonte fue un logógraphos, un escritor de discursos judiciales por cuenta ajena. Redactó modelos de discurso en los que presentaba, para un mismo caso (relacionados todos con homicidios), tanto el escrito de la defensa como el de la acusación. Han de destacarse, por cierto, las concomitancias que tal modo de proceder presenta con la Sofística, con los tratados anónimos conocidos como Dissoì lógoi. Las concomitancias con la Sofística se advierten además en aspectos de estilo. Los modelos de discursos de Antifonte se agrupan en tres tetralogías, que nosotros conservamos. Cada tetralogía consta de un escrito de la acusación, otro de la defensa, otro de réplica de la acusación, otro de réplica de la defensa. Estos doce discursos presentan introducción, argumentación y conclusión pero apenas se detienen en la narración. Dada la consideración del homicidio en estos “discursos de muestra” como una mancha que contamina a toda la ciudad, dada la relación que en ellos se advierte todavía entre religión y derecho, suelen ser atribuidos a una fecha de composición temprana: 440 aproximadamente. En la Antigüedad se le atribuían a Antifonte, en total, 35 discursos. Nosotros, aparte de las Tetralogías, conservamos otros tres discursos, sus únicos discursos reales, todos obras de encargo, todos sobre casos de homicidio: - Sobre el coreuta (419 / 418). - Acusación de envenenamiento contra la madrastra (416 aproximadamente). - Sobre el asesinato de Herodes (414 aproximadamente). Además, tenemos fragmentos de su Autodefensa (pronunciada en el proceso del 411): es el único discurso en el que Antifonte habla en nombre propio. Es notable la habilidad con que Antifonte maneja el argumento del eikós, por ejemplo en el discurso I: Acusación de envenenamiento contra la madrastra (presenta la demanda el hijastro de la madrastra, pues piensa que ésta ha envenenado a su padre): la defensa de la madrastra no accedía a que los esclavos fueran sometidos al básanos; por tanto, el orador deduce que los acusados basaban la salvación de la madrastra en que los esclavos no fueran interrogados bajo tortura; de ahí se llegaba a deducir, como lo más verosímil, la culpabilidad de la madrastra.

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Antifonte es el primero de los diez oradores áticos canónicos a los que se refieren las Vidas incluidas en el corpus de Plutarco: - Antifonte. - Andócides. - Lisias. - Iseo. - Isócrates. - Demóstenes. - Esquines. - Hiperides. - Licurgo. - Dinarco. Cerraremos esta entrada sobre la oratoria del S. V con algunas observaciones acerca de Andócides (en torno a 440-390). A este le corresponde el dudoso honor de haber sido considerado el peor de los diez oradores áticos canónicos. En realidad, no fue un orador profesional sino un aficionado del que, por suerte para él, conservamos discursos. Actividades complementarias: 1. Lectura de Demóstenes, Discursos políticos I. Demóstenes (Atenas, 384 a.C.-Calauria, 322 a.C.) es uno de los grandes oradores de todos los tiempos (Cicerón escribió que era «el orador perfecto») y estuvo intensamente implicado en la política ateniense y griega. Vivió en el siglo IV a.C., tiempo de gran agitación política, de declive de la ciudad-estado ática y de creciente hegemonía macedonia, a la que se opuso con toda su energía y capacidad intelectual. Tras sus estudios de retórica, en los que se familiarizó con los oradores anteriores y sus recursos lingüísticos y argumentativos, así como con los del historiador Tucídides, Demóstenes trabajó un tiempo como logógrafo, o abogado en casos particulares, componiendo los llamados discursos privados, o forenses, de los que la tradición ha conservado muchos: más de cuarenta, si bien más de una docena parecen de otros autores. En este ámbito, sus discursos más famosos son los que afectan a asuntos personales del autor y los que discuten la herencia y la suerte de la familia del banquero Pasión. No tardó, sin embargo, en interesarse por la actividad política: en 354 a.C. ya pronunció sus primeros discursos en público en este ámbito, y dedicó años a oponerse a la expansión de Macedonia y su rey Filipo II. Demóstenes, que conservaba el ideal de Atenas desde la lectura de Tucídides y quería preservar la libertad de la ciudad, trató de pactar con Filipo que no atacara Grecia. El orador fue decisivo para que Atenas y Tebas tomaran armas contra Alejandro Magno en la batalla de Queronea, en la que cayeron ante el conquistador macedonio. Demóstenes se suicidó antes de que los soldados del sucesor de Alejandro, Antípatro, pudieran acabar con su vida. Sus mayores empeños fueron restablecer el espíritu público en Atenas y conservar la cultura griega ante la crisis de la ciudad-estado. Entre sus discursos políticos cabe mencionar, los iniciales de confrontación con Eubulo, el político más poderoso en la Atenas del momento. Después se centró por completo en la política exterior ateniense, en relación con Filipo II de Macedonia, al que veía como gran amenaza para todas las ciudades griegas. Contra él escribiría, a lo largo de muchos años, cuatro Filípicas, en las que exhortaba a sus conciudadanos a enfrentarse a él para proteger la independencia de Atenas. A raíz de la conquista de Olinto, ciudad de la Calcídica, por Filipo II, Demóstenes escribió las tres Olínticas, en las que reclamó que los atenienses apoyaran a su aliado, pero esta ayuda militar fue en vano. Demóstenes participó en una embajada para firmar un acuerdo con Filipo, y se mostró partidario de contemporizar con el macedonio, desde una perspectiva posibilista, reconociendo sus conquistas en la Hélade a cambio de evitar otras posteriores (razona su postura en Sobre la paz). En la Segunda y la Tercera Filípicas (considerada su mejor discurso), escritas a raíz del incumplimiento de la contención expansionista, Demóstenes se volvió resueltamente contra Filipo. Pero la mayoría de griegos veían en éste un garante de su seguridad. Abundó en esta línea en Sobre el Quersoneso. Demóstenes tomó el control de la política ateniense y se convirtió en el líder político más influyente de Atenas. La Cuarta Filípica es una declaración de guerra que condujo a una nueva derrota griega frente los macedonios: la de Queronea, aunque sirvió para demorar la conquista macedonia de parte de Grecia y de Bizancio. Demóstenes pronunció el discurso fúnebre por los atenienses muertos en la batalla. En Sobre la Corona, su discurso más famoso, escrito tras la muerte de Filipo y de su sucesión por su primogénito, Alejandro Magno, Demóstenes deplora la paz pactada con Macedonia y sus efectos, al tiempo que defiende su propia trayectoria política en favor de Atenas, frente al partido promacedonio de Esquines. La fama de Demóstenes perduró a través de los siglos. Los filólogos de la Biblioteca de Alejandría editaron los manuscritos de sus discursos, y los estudiantes de Roma los leyeron para formarse en retórica. En su honor, Cicerón tituló Filípicas sus discursos contra Marco Antonio. En la Edad Media y el Renacimiento fue el más leído de los oradores antiguos, y al cabo de los siglos influyó a los oradores de la Revolución Francesa y a los partidarios de la Constitución de los Estados Unidos.

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2. Visionado de Antígona s. XXI (Teatro-CDT).

El hombre es un ser extraordinario. Lo dice Sófocles en su Antígona. Y debe tener razón, porque, después de muerto, sigue siendo motivo de conflicto. Antígona muere por enterrar un muerto, Creonte mata a quien entierra al muerto. Es lo que tienen los muertos, que son necesarios para ejemplarizar y apuntalar el poder en unos casos, mientras que en otros son necesarios para apuntalar la memoria, el lugar donde renovar la frescura de las flores un día al año, el 1 de noviembre. Entre tanto, el muerto no dice nada. No habla, porque está muerto. Naturalmente, en este punto la Antígona de Sófocles nos revela su vigencia. Y en el enfrentamiento entre un hombre adulto poderoso y una mujer muy joven. Entre un hombre y una mujer, al fin. Antígona defiende, más allá de la ley de los dioses, su derecho a ser escuchada como mujer, como ser humano, en un momento en que la polis griega se configura y los derechos de la mujer están humillados. Lo dice Creonte, nada hay peor que estar subordinado a una mujer. Y se lo dice a Hemón, su hijo, No hemos cambiado tanto. Y así, probablemente, todo esto de la universalidad de los textos clásicos sonará menos casual, más cercano, si pensamos en el conflicto socio-político creado a raíz de la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica. Para unos, las Antígonas contemporáneas, es imprescindible, para que todos los españoles se sientan igual ante el tribunal de la Historia. Para otros, es una forma de buscar la división de la unidad del Estado. Lo que es bueno para unos, los que no consiguieron enterrar los restos de sus muertos, es malo para otros que, habiendo enterrado a los suyos, teniéndoles presentes hasta en el callejero de sus ciudades y pueblos y en los muros de sus iglesias, entienden que buscar y desenterrar a los desaparecidos es algo así como reabrir heridas. Es probable que teman que los muertos hablen. Como Creonte. Pero, no. Tranquilos. El hombre es un ser extraordinario, pero no ha conseguido decir ni pío después de muerto.

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UNIDAD 7. LA LITERATURA FILOSÓFICA GRIEGA. Índice. 7.1. La Literatura filosófica griega (Platón. Aristóteles). 7.2. Lecturas: Platón (Apología de Socrates 24); Aristóteles (Metafísica I). 7.3. Textos y actividades correspondientes: Textos de la Opción A de las PAEGs. Actividades complementarias.

Sócrates

7.1. La Literatura filosófica griega (Platón. Aristóteles). “Los textos filosóficos griegos –a diferencia de lo que sucede en otras literaturas– se incluyen con pleno derecho en el conjunto literario por las dos razones aducidas por Dihle: por una parte, porque la literatura filosófica y técnica griega antigua incluye obras del más alto mérito literario; por otra, porque estos escritos científico-técnicos constituyeron la primera ocasión que hallaron los griegos de ejercitar la prosa literaria. Surge, por tanto, la necesidad de explorar con mayor detenimiento el empleo por los filósofos de formas literarias, tanto en la reutilización de formas preexistentes en las que se vierten nuevos contenidos especulativos, como en las novedosas formas que el contenido especulativo contribuye a forjar”280. A. Platón como autor literario. Platón (en griego antiguo: Πλάτων) (Atenas o Egina, ca. 427-347 a. C.) fue un filósofo griego seguidor de Sócrates y maestro de Aristóteles. En 387 fundó la Academia, institución que continuaría su marcha a lo largo de más de novecientos años y a la que Aristóteles acudiría desde Estagira a estudiar Filosofía alrededor del 367, compartiendo, de este modo, unos veinte años de amistad y trabajo con su maestro Platón; participó activamente en la enseñanza de la Academia y escribió, siempre en forma de diálogo, sobre los más diversos temas, tales como filosofía política, ética, psicología, antropología filosófica, epistemología, gnoseología, metafísica, cosmogonía, cosmología, filosofía del lenguaje y filosofía de la educación; intentó también plasmar en un Estado real su original teoría política, razón por la cual viajó dos veces a Siracusa, Sicilia, con intenciones de poner en práctica allí su proyecto, pero fracasó en ambas ocasiones y logró escapar penosamente y corriendo peligro su vida debido a las persecuciones que sufrió por parte de sus opositores. Su influencia como autor y sistematizador ha sido incalculable en toda la Historia de la Filosofía, de la que se ha dicho con frecuencia que alcanzó identidad como disciplina gracias a sus trabajos. Alfred North Whitehead llegó a comentar: “La caracterización general más segura de la tradición filosófica europea es que consiste en una serie de notas al pie a Platón”. 1. Los orígenes del diálogo platónico. Una primera cuestión que se ha de aclarar es la de si el género del diálogo es un invento platónico: parece que no es asÍ. Sobre las raíces del diálogo de Platón podemos decir lo siguiente: Evidentemente, su precedente más próximo es la actividad histórica de Sócrates, con independencia de la mayor o menor fidelidad de los diálogos al Sócrates histórico. Las raíces que hemos de rastrear son las literarias, las raíces que llevaron a la constitución del diálogo como género. Por lo que se refiere a esas raíces literarias, el diálogo platónico presenta un componente dramático obvio y parte de sus raíces se hallan en el drama. Sabemos que Platón compuso en su juventud tragedias. Pero, dentro del 280Díaz de Cerio Díez, M.; “Filosofía griega antigua”, en AA.VV.; Géneros grecolatinos en prosa; Cuadernos de Literatura griega y latina V.

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drama, los orígenes del diálogo literario están más bien en la comedia de Sicilia, no en la tragedia. En Sicilia se le concedió carácter literario a la conversación a través de la forma dramática del mimo, cuyos máximos representantes fueron Epicarmo y Sofrón. Según testimonios antiguos, los mimos de Sofrón serían una de las inspiraciones de Platón. La forma dialógica fue desarrollada además en Atenas por la Sofística: Parece, p. ej., que Hipias escribió el Troyano en forma de diálogo. Es posible que Pródico hiciese algo similar con su Heracles. Existe incluso una tradición según la cual Protágoras habría sido el creador del diálogo socrático; no obstante, esto parece una tradición poco verosímil. Aunque ello no sea verosímil, la forma dialógica que presentaban las Antinomias de Protágoras (con la contraposición de discursos sobre un mismo tema) debió de suponer un avance en el desarrollo de la dialéctica. El diálogo en cuanto conversación oral fue la única forma escogida por Sócrates para expresar su pensamiento: Platón reproduce (o finge reproducir) esas conversaciones en sus obras; pero ¿fue él el primer discípulo de Sócrates que concibió esta idea? Parece suficientemente acreditada la existencia de un diálogo socrático preplatónico. En este sentido, la tradición antigua nos habla de las aportaciones de una serie de autores que fueron desarrollando el género: Alaxámenes de Teos (según Ateneo XI 505 c, quien da como fuente a Aristóteles): es una noticia oscura. Simón (según Diógenes Laercio II 123). Además, debieron de circular supuestos diálogos de Simias, Cebes, Critón, espurios. Según parece, los precursores más importantes de Platón son dos: 1. Antίstenes (en torno a 455-360): muchos datos de Jenofonte sobre Sócrates deben de proceder de Antístenes. Pero se supone que Antístenes debió de actuar con gran libertad, mezclando lo socrático con lo sofístico y lo retórico. 2. Esquines de Esfeto (figura distinta del orador Esquines): ¿era él el díscípulo más allegado a Sócrates? Se conocen siete títulos de diálogos de Esquines, seguramente auténticos: pero sólo se conservan fragmentos. A partir de esta evidencia se observa la importancia que le concedía Esquines a ciertos rasgos de Sócrates: el interés por la conversación; la tendencia a la “ironía” (de la que se habla más adelante); la afirmación de la propia ignorancia; la preocupación por el tema del amor. El diálogo socrático preplatónico debió de caracterizarse según Gigon por la mayor importancia concedida al elemento escénico; la fijación de tipos humanos, a la manera de la comedia (el crápula Alcibíades por contraste con el ascético Sócrates); el mayor papel del componente parenético, esto es, el mayor papel de la exhortación a la virtud, de la “moraleja”: lo cual contrasta con el carácter abierto, problemático, de muchos diálogos platónicos). Pese a la existencia de antecedentes, los diálogos de Platón, los únicos que conservamos, debÍan de poseer un carácter peculiar. El problema es que, dado el estado parcial de nuestro conocimiento de los diálogos socráticos preplatónicos, nos resulta difícil apreciar por contraste la originalidad del diálogo de Platón. 2. Características del diálogo platónico. El diálogo platónico es siempre una conversación: obviamente, requiere la presencia de al menos dos personajes. Esos personajes dialogan entre sí, intercambiando preguntas y respuestas. El protagonista del diálogo nunca es Platón: es más, Platón nunca es personaje de los diálogos (al principio del Fedón se niega explícitamente su presencia en la muerte de Sócrates): por ello se ha hablado de la anonimia de Platón en los diálogos. El protagonista del diálogo (habitualmente Sócrates) dirige la discusión a través de sus preguntas, llevando a su interlocutor a que por sí mismo rechace o acepte diversos puntos de vista: en principio se evitan los grandes discursos del protagonista, el tono monológico; ahora bien, Platón tiene por norma general evitar la monotonía: y como una serie continuada de preguntas con respuesta afirmativa (o negativa) puede llegar a ser monótona, en ocasiones intercala exposiciones continuadas: p. ej., en Ión, Sócrates rebate que la actividad de este rapsoda sea una téchne: a continuación expone la teoría de la actividad poética como enthousiasmós a través del símil del imán y los anillos de hierro (533 d ss.). Platón manejó diversas posibilidades a la hora de presentar las conversaciones de los diálogos: 1. Lo más simple es que adquieran la forma de un drama conversado: así sucede, p. ej., en diálogos de primera época como el citado Ión o el Critón, y en los diálogos posteriores al Teeteto. 2. En otros casos, la conversación es referida por un narrador: lo más habitual es que ese narrador sea el propio Sócrates. La narración del diálogo puede introducirse de dos formas distintas: de manera directa (es el caso de la República, con Sócrates de narrador); dentro de un diálogo introductorio (así sucede en el Fedón: Equécrates de Fliunte interroga a Fedón sobre las circunstancias de la muerte de Sócrates: esta conversación se convierte en ocasión de que Fedón narre el último día del filósofo). Este último recurso se desecha explícitamente en el Teeteto: ningún diálogo escrito en esta forma debe de ser posterior. 3. Hay un par de diálogos en los que el procedimiento reviste mayor complejidad: Banquete: el Banquete es un diálogo en segundo grado; Apolodoro conversa con un amigo que le pregunta por la conversación que mantuvieron acerca del amor Sócrates, Agatón y otros; Apolodoro refiere lo que le contó Aristodemo. Diálogo 1 (Apolodoro-Amigo) → Narrador 1 (Apolodoro) → Narrador 2 (Aristodemo) → Diálogo 2 (Sócrates-Agatón-Alcibíades etc ...).

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Parménides: es un diálogo en tercer grado; Céfalo relata lo que le contó Antifonte que le había dicho Pitodoro sobre una conversación mantenida por Parménides, Zenón y Sócrates en Atenas. Narrador 1 (Céfalo) → Narrador 2 (Antifonte) → Narrador 3 (Pitodoro) → Diálogo (Parménides, Zenón, Sócrates). Es difícil precisar el móvil de estas elaboraciones: podría suceder que no hubiese ningún motivo específico, sólo un interés de Platón por explorar estas técnicas de presentación. Pero también podría suceder que la forma literaria de estos diálogos fuese significativa. En el caso del Parménides el móvil de Platón pudo ser el deseo de relativizar los contenidos de la conversación, en la que se critica la Teoría de las Ideas. Esa crítica ¿se hace en serio? ¿está llena de falacias conscientes, para que los académicos se ejerciten descubriéndolas? en último término: ¿cuál es la intención de este diálogo, dónde se esconde el verdadero pensamiento de Platón?: existe un desacuerdo insoluble entre la crítica. En algunos diálogos, la narración y la pintura del escenario del diálogo posee gran protagonismo: en esos casos, el diálogo prefigura la novela (no en vano Bajtín consideró al diálogo socrático como precursor de lo que él llamaba “novela dialógica”). Un ejemplo posible de la imaginación visual de Platón se halla en el Protágoras: En un diálogo con un amigo, Sócrates le narra que acaba de estar y conversar con aquel sofista; fue a visitarlo urgido por Hipócrates, quien acudió a despertarlo muy de mañana para que le acompañase a casa de Calias, donde se alojaba Protágoras junto con otros sofistas. Platón se recrea en describir el ambiente que se encuentran los dos visitantes en aquella casa (314 e ss.) El Protágoras es uno de los diálogos más cuidados literariamente. Recuérdese que la elaboración literaria es una característica de Platón, reconocida de manera general desde la Antigüedad. Algunos de los recursos más utilizados por Platón son los siguientes: – El símil y el ejemplo. Ya nos hemos referido al símil del imán y los anillos en el Ión. Otro ejemplo posible: la perplejidad que produce Sócrates en sus oyentes se compara con el efecto del pez torpedo en Menón 80a. Una comparación de mayor trascendencia y especialmente famosa es la que se encuentra en Fedro 253 c - 254 e: el alma humana es comparada con un carro conducido por un auriga que debe encontrar un equilibrio entre sus dos caballos. – La ironía. En griego, eironeía designa la “falsa modestia”, el hacerse de menos. Ésta es una actitud habitual en Sócrates, quien suele iniciar los diálogos afirmando su ignorancia y alabando la sabiduría o la virtud del interlocutor: a lo largo del diálogo se verá que la sabiduría, la virtud, están realmente en el lado contrario. En este sentido, los diálogos de Platón son constantemente irónicos. Pero también lo son a veces en el sentido que nosotros damos a la palabra: ironía es decir en serio algo que no se cree realmente. – El mito. El mito en Platón es mucho más que un recurso literario o un elemento estructural de los diálogos. De hecho, el empleo del mito en lugares-clave es uno de los motivos para dudar de que en Platón culmine el tránsito de la imagen al concepto, como afirma Havelock. Los temas más recurrentes (de los primeros diálogos a los últimos) son el político y el escatológico. Las posiciones que ocupan los mitos en los diálogos: también son significativas y guardan relación con el tema de los mismos; p. ej., los mitos escatológicos tienden a aparecer en la posición final del diálogo. La estructura de los mitos: distingue mitos con estructura simple y mitos con estructura compleja, separando entre éstos los de “crecimiento orgánico” y “crecimiento por aglomeración”. Es importante observar la actitud de distanciamiento hacia ese mito tradicional reutilizado: el narrador del mito no se compromete con los contenidos del mismo. En la exposición anterior de las características del diálogo hemos prescindido del factor cronológico: tomándolo en cuenta se observa una evolución clara en los diálogos: de los diálogos de juventud a los diálogos de vejez (Timeo, Critias, Sofista, Político, Filebo, Leyes) se reduce el elemento dramático y, en cambio, se intensifica el elemento filosófico: Por ello, en los diálogos de vejez la forma del diálogo se convierte en un mero artificio (¿tratados revestidos de diálogo?): p. ej., en las Leyes la forma general es de diálogo, pero el intercambio de preguntas y respuestas (dialogismo) es sustituido por largas tiradas de un personaje (monologismo): el libro quinto lo ocupa íntegro un discurso del ateniense, el personaje principal. En los diálogos de vejez desaparecen además las referencias cuidadas al marco escénico. Y, paralelamente, desaparece la naturalidad del estilo: en este sentido, Pseudo-Longino cita en cuatro ocasiones las Leyes para censurar vicios de estilo; p. ej., en XXXII 7 critica las metáforas violentas y exageradas. La evolución, además de afectar a los rasgos de composición y estilo, afectó también a los personajes del diálogo. Sócrates, que había sido el gran protagonista de los diálogos, cede el papel principal a otros personajes en los últimos: Timeo (en el Timeo); el extranjero de Elea (en el Sofista y el Político); el ateniense (en las Leyes). Pero en todos estos diálogos, menos en las Leyes, Sócrates se halla presente: éste es uno de los motivos por los que se ha dudado de la autenticidad de las Leyes. B. Aristóteles como científico y literato. Aristóteles nació en el 384 a. C. en Estagiro (en la Calcídica, zona culturalmente jónica). Era hijo de Nicómaco, un médico: este hecho puede dar cuenta del interés de Aristóteles por la experimentación e investigación. Llegó a Atenas en 368/367 y entró en contacto con la Academia. Aristóteles se mantuvo como discípulo de Platón hasta la muerte de éste (348/347): posteriormente, la actitud hacia el maestro será una mezcla de atracción y rechazo. Abandonó Atenas con Jenócrates en el 348/347: pasó a pertenecer al círculo

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intelectual del tirano Hermias en Aso (Misia). Aristóteles marchó de Aso a Mitilene en compañía de Teofrasto; datos internos a las obras implican que ya en esta época Aristóteles estudiaba los fenómenos de la Historia Natural. A Macedonia llegó en el año 343/342; allí Aristóteles recibió de Filipo el encargo de educar a Alejandro. Pero hay dudas sobre el alcance de la relación entre ambos; dos datos: 1. el pensamiento político de Alejandro no parece influido por Aristóteles; 2. entre los dos se produjo con seguridad un distanciamiento paulatino a raíz del episodio de Calístenes. Aristóteles regresó a Atenas en el 335/334 y fundó el Liceo (el Perípato). Sobre la organización externa del Perípato recordaremos que se impartían, por separado, cursos difíciles y fáciles, por la mañana y por la tarde (heōthinós, deilinòs perípatos). A la muerte de Alejandro en el año 323 se desató una fuerte reacción antimacedónica que afectó a Aristóteles. Debió de emigrar a Calcis, donde murió (el 322 a. C.). 1. El corpus aristotélico. El extenso corpus aristotélico ha de ser clasificado, ante todo, en función de los criterios temáticos que él mismo fija en Met. E 1025 b 25. Según lo que ahí se dice, Aristóteles entiende, en primer lugar, que las ciencias se dividen en teóricas, prácticas y productivas, y por tanto esta misma división se ha de aplicar a sus obras. Así lo entendió también en el s. I a. C. Andrónico de Rodas, a quien debemos la divulgación de la obra de Aristóteles. Al margen de la tripartición en ciencias teóricas, prácticas y productivas queda la lógica, pues (dice también el Estagirita) no es parte de ninguna ciencia sino un método de trabajo que se debe aplicar en toda ciencia. De ahí que los escritos lógicos se sitúen como grupo aparte en cabeza del corpus. Por tanto, la tradición ha clasificado las obras del corpus en cuatro grupos: 1. Obras de lógica (el Órganon de los peripatéticos): p. ej., Categorías, Tópicos. 2. Obras del conocimiento teórico; constituyen el grupo más numeroso del corpus: las más importantes son la Física y la Metafísica. 3. Obras del conocimiento práctico: Ética a Nicómaco, Política. 4. Obras del conocimiento productivo: Poética, Retórica. 2. El género del tratado en Aristóteles. La elección de la forma del tratado en Aristóteles es significativa, como también lo era (pero en sentido inverso) la elección de la forma del diálogo en Platón. Las características básicas que presenta el tratado aristotélico son quizá las cuatro siguientes: a) Sistematismo. El sistematismo parece una característica clara de los escritos conservados de Aristóteles. La visión sistemática de Aristóteles es, desde luego, la que tuvieron sus comentadores de la Antigüedad tardía y los medievales; en época contemporánea consagraron esa visión de Aristóteles Hegel y la historia de Zeller. Sin embargo, puede que el sistematismo del estagirita no sea tan cerrado como se ha pensado tradicionalmente: El análisis de la obra transmitida de Aristóteles (recuérdense los estudios de Jaeger en relación con la Metafísica) ha hecho ver que el sistematismo parece proceder, en buena medida, de la transmisión. Es decir, Aristóteles sería sistemático en el tratamiento de problemas, no en la imposición de soluciones; al sistema que sigue en el tratamiento de problemas obedecen aspectos como las categorías lógicas que recurren a lo largo de su obra (el método de la investigación); la definición y utilización de términos técnicos. Pero, por encima de esta tendencia al sistematismo, Aristóteles es ante todo un investigador que se plantea problemas para los que busca soluciones dentro de categorías conceptuales definidas: es decir, en Aristóteles el análisis prevalece sobre el sistematismo. b) Monologismo. Aristóteles renuncia en los tratados al dialogismo de Platón: en los escritos habla una voz única (monólogo), que además es la voz del propio Aristóteles. No existe, como en el caso de Platón, la ambigüedad que surge de la anonimia y de la ironía: en el caso de los tratados de Aristóteles, sí existe una actitud clara de compromiso con los contenidos de los mismos. No obstante, debe tenerse en cuenta que en Aristóteles también existe una forma del diálogo: es el diálogo de Aristóteles consigo mismo, confrontando los pros y los contras de diversos puntos de vista: P. ej., en la Poética, cuando discute la distinta valoración relativa de la épica y la tragedia (XXVI). c) Léxico técnico. Otra característica que también genera ambigüedad en los diálogos platónicos es la ausencia de una terminología técnica. Aristóteles, en cambio, tiende a constituir una terminología técnica, aunque pueda vacilar en ocasiones. La existencia de esta terminología técnica plantea un problema de traducción: los traductores de Aristóteles deben hacer una opción, y por ello suelen explicar en sus introducciones los términos escogidos. Recurrimos ahora a estos prolegómenos de dos traductores para poner algunos ejemplos del léxico técnico de Aristóteles. P. ej., en el prólogo a la Metafísica (XXX-XXXIV), García Yebra comenta estos seis términos: εἶδος: especie. ἕξις: hábito / manera de ser / posesión. λόγος: razón / razonamiento. οὐσία: sustancia.

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τὸ τί ἐστι: quididad (esencia real). τὸ τί ἦν εἶναι: esencia (concepto esencial). En el prólogo a la traducción de T. Calvo se incluyen indicaciones sobre trece términos filosóficos, para los que la traducción no coincide siempre con la de García Yebra; cfr. p. ej.: τὸ ὄν, τὰ ὄντα: lo que es, las cosas que son. οὐσία: entidad. τί ἐστι: qué-es. τὸ τί ἦν εἶναι: esencia. ἕξις: posesión / hábito / estado. Según indica el mismo T. Calvo (p. 56), sus traducciones de la terminología aristotélica quieren desvincularse de la tradición escolástica. Cfr. τὸ ὄν (ens), traducido no como “el ente” sino como “lo que es” (por conservar relación con el verbo “ser”, εἶναι). d) Ausencia de recursos poéticos. Visto en negativo, la búsqueda de un lenguaje técnico implica renuncias: Aristóteles abandona el léxico variado que utilizaba Platón; igualmente abandona las figuras poéticas y los recursos literarios. Pese a ello, Aristóteles recurre con cierta frecuencia a intertextos poéticos, de manera distinta según el carácter de sus obras. P. ej., en la Ética los utiliza con mucha frecuencia para ilustrar puntos morales. Como resultado de estas cuatro características generales (sistematismo / monologismo / léxico técnico / ausencia de recursos poéticos) la obra del Estagirita resulta ciertamente una obra árida (recuérdese que Aristóteles “balbucea”), difícil no tanto por la lengua como por los problemas que trata. Sin embargo, en ocasiones también los tratados permiten reconocer al estilista. A este respecto se suelen mencionar ciertos pasajes: Sobre las partes de los animales I 5, Ética a Nicómaco X (1177 b 26 – 78 a 2), o las primeras líneas de la Metafísica. Ha de considerarse, por otro lado, como un mérito el hecho de que Aristóteles supiese encontrar un camino para exponer problemas tan abstractos. En su técnica de exposición se observan (siguiendo a Long 1990) ciertas regularidades (estructuras típicas a las que adapta el método de exposición) que podemos comentar con brevedad: 1) Tratamiento histórico del problema (el equivalente a nuestro status quaestionis): Aristóteles suele empezar su tratamiento de cada problema exponiendo las opiniones previas sobre el mismo: Estos tratamientos históricos son habituales pero a veces faltan: p. ej., no existe en la Poética. El tratamiento histórico puede prescindir de referencias a autores concretos, o bien puede darlas, según sucede en el caso de la Metafísica. 2) En segundo lugar, es característica de la manera de escribir de Aristóteles la búsqueda de definciones de los conceptos considerados como centrales. Esa definición precisa conduce en ocasiones al autor a elucidar los distintos sentidos posibles de un término. 3) A continuación, el tratamiento de cuestiones de detalle permite presentar modificaciones a la definición general. 4) También es característico del estilo de Aristóteles la presentación de aporías 281 que interrumpen la argumentación: esas aporías vienen a equivaler a lo que serían hoy nuestras notas a pie de página. Concluímos con una última consideración: las observaciones desarrolladas en este punto valen sólo como caracterización general del modo de escribir de Aristóteles: en cada caso concreto manifiesta el empeño por adecuar el método a la naturaleza de la investigación; por ello no es igual el formato de los Analíticos (lógica) y el de la Ética a Nicómaco (saber práctico).

7.2. Lecturas. Platón (Apología de Socrates 24); Aristóteles (Metafísica I). - Platón, Apología de Sócrates 24 (Traducción de J. Calonge). Apología de Sócrates (Ἀπολογία Σωκράτους) es una obra de Platón que da una versión del discurso que Sócrates pronunció como defensa, ante los tribunales atenienses, en el juicio en el que se lo acusó de corromper a la juventud y no creer en los dioses de la polis. Aunque su datación exacta es incierta, el texto, por su temática, pertenece al ciclo platónico de las primeras obras llamadas «socráticas», que Platón escribió en su juventud, e incluso se piensa que es su primera obra. Sócrates.- De manera que, como decía yo al principio, me causaría extrañeza que yo fuera capaz de arrancar de vosotros, en tan escaso tiempo, esta falsa imagen que ha tomado tanto cuerpo. Ahí tenéis, atenienses, la verdad y os estoy hablando sin ocultar nada, ni grande

ὥστε, ὅπερ ἀρχόµενος ἐγὼ ἔλεγον, θαυµάζοιµ᾽ ἂν εἰ οἷός τ᾽ εἴην ἐγὼ ὑµῶν ταύτην τὴν διαβολὴν ἐξελέσθαι ἐν οὕτω ς ὀλίγῳ χρόνῳ οὕτω πολλὴν γεγονυῖαν. ταῦτ᾽ ἔστιν ὑµῖν, ὦ ἄνδρες Ἀθηναῖοι, τἀληθῆ, καὶ ὑµᾶς οὔτε µέγα οὔτε µικρὸν

281Imposibilidad de resolver un problema si se comienza a partir de ciertas premisas.

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ni pequeño, y sin tomar precauciones en lo que digo. Sin embargo, sé casi con certeza que con estas palabras me consigo enemistades, lo cual es también una prueba de que digo la verdad, y que es ésta la mala fama mía y que éstas son sus causas. Si investigáis esto ahora o en otra ocasión, confirmaréis que es así. Acerca de las acusaciones que me hicieron los primeros acusadores sea ésta suficiente defcnsa ante vosotros. Contra Meleto, el honrado y el amante de la ciudad. según él dice. y contra los acusadores recientes voy a intentar defenderme a continuación. Tomemos, pues, a su vez, la acusación jurada de éstos, dado que son otros acusadores. Es así: «Sócrates delinque corrompiendo a los jóvenes y no creyendo en los dioses en los que la ciudad cree, sino en otras divinidades nuevas. Tal es la acusación. Examinémosla punto por punto. Dice , en efecto, que yo delinco corrompiendo a los jóvenes. Yo, por mi parte, afirmo que Meleto delinque porque bromea en asunto serio, sometiendo a juicio con ligereza a las personas y simulando esforzarse e inquietarse por cosas que jamás le han preocupado. Voy a intentar mostraros que esto es así. - Ven aquí, Meleto. y dime: ¿No es cierto que consideras de la mayor importancia que los jóvenes sean lo mejor posible? -Yo sí. - Ea, di entonces a éstos quién los hace mejores. Pues es evidente que lo sabes, puesto que te preocupa. En efecto, has descubierto al que los corrompe, a mí, según dices, y me traes ante estos jueces y me acusas. Vamos, di y revela quién es el que los hace mejores. ¿Estás viendo, Meleto, que callas y no puedes decirlo? Sin embargo, ¿No te parece que esto es vergonzoso y testimonio suficiente de lo que yo digo, de que este asunto no ha sido en nada objeto de tu preocupación? Pero dilo, amigo, ¿quién los hace mejores? - Las leyes. - Pero no te pregunto eso, excelente Meleto, sino qué hombre. el cual ante todo debe conocer esto mismo, las leyes. - Estos, Sócrates , los jueces . - ¿Qué dices. Meleto, éstos son capaces de educar a los jóvenes y de hacerlos mejores? - Sí, especialmente. - ¿Todos, o unos sí y otros no? - Todos. - Hablas bien, por Hera, y presentas una gran abundancia de bienhechores. ¿Qué, pues? ¿Los que nos escuchan los hacen también mejores, o no?

ἀποκρυψάµενος ἐγὼ λέγω οὐδ᾽ ὑποστειλάµενος. κα ίτοι οἶδα σχεδὸν ὅτι α ὐτοῖς τούτοις ἀπεχθάνοµα ι, ὃ κα ὶ τεκµήριον ὅτι ἀληθῆ λέγω κα ὶ ὅτι α ὕτη ἐστὶν ἡ δια βολὴ ἡ ἐµὴ κα ὶ τὰ αἴτια [24β] τα ῦτά ἐστιν. κα ὶ ἐάντε νῦν ἐάντε α ὖθις ζητήσητε τα ῦτα , οὕτως εὑρήσετε. περὶ µὲν οὖν ὧν οἱ πρῶτοί µου κατήγοροι κα τηγόρουν α ὕτη ἔστω ἱκα νὴ ἀπολογία πρὸς ὑµᾶς: πρὸς δὲ Μέλητον τὸν ἀγαθὸν καὶ φιλόπολιν, ὥς φησι, κα ὶ τοὺς ὑστέρους µετὰ τα ῦτα πειράσοµαι ἀπολογήσα σθα ι. α ὖθις γὰρ δή, ὥσπερ ἑτέρων τούτων ὄντων κα τηγόρων, λάβωµεν α ὖ τὴν τούτων ἀντωµοσίαν. ἔχει δέ πως ὧδε: Σωκράτη φησὶν ἀδικεῖν τούς τε νέους δια φθείροντα καὶ θεοὺς οὓς ἡ πόλις νοµίζει οὐ νοµίζοντα , ἕτερα δὲ δα ιµόνια κα ινά. τὸ µὲν δὴ ἔγκληµα τοιοῦτόν ἐστιν: τούτου δὲ τοῦ ἐγκλήµα τος ἓν ἕκα στον ἐξετάσωµεν. φησὶ γὰρ δὴ τοὺς νέους ἀδικεῖν µε δια φθείροντα . ἐγὼ δέ γε, ὦ ἄνδρες Ἀθηνα ῖοι, ἀδικεῖν φηµι Μέλητον, ὅτι σπουδῇ χα ριεντίζετα ι, ῥᾳδίως εἰς ἀγῶνα κα θιστὰς ἀνθρώπους, περὶ πρα γµάτων προσποιούµενος σπουδάζειν κα ὶ κήδεσθα ι ὧν οὐδὲν τούτῳ πώποτε ἐµέλησεν: ὡς δὲ τοῦτο οὕτως ἔχει, πειράσοµα ι καὶ ὑµῖν ἐπιδεῖξα ι. κα ί µοι δεῦρο, ὦ Μέλητε, εἰπέ: ἄλλο τι ἢ περὶ πλείστου ποιῇ ὅπως ὡς βέλτιστοι οἱ νεώτεροι ἔσοντα ι; ἔγωγε. ἴθι δή νυν εἰπὲ τούτοις, τίς α ὐτοὺς βελτίους ποιεῖ; δῆλον γὰρ ὅτι οἶσθα , µέλον γέ σοι. τὸν µὲν γὰρ δια φθείροντα ἐξευρών, ὡς φῄς, ἐµέ, εἰσάγεις τουτοισὶ κα ὶ κα τηγορεῖς: τὸν δὲ δὴ βελτίους ποιοῦντα ἴθι εἰπὲ κα ὶ µήνυσον αὐτοῖς τίς ἐστιν. —ὁρᾷς, ὦ Μέλητε, ὅτι σιγᾷς κα ὶ οὐκ ἔχεις εἰπεῖν; κα ίτοι οὐκ αἰσχρόν σοι δοκεῖ εἶναι κα ὶ ἱκα νὸν τεκµήριον οὗ δὴ ἐγὼ λέγω, ὅτι σοι οὐδὲν µεµέληκεν; ἀλλ᾽ εἰπέ, ὠγα θέ, τίς α ὐτοὺς ἀµείνους ποιεῖ; οἱ νόµοι. ἀλλ᾽ οὐ τοῦτο ἐρωτῶ, ὦ βέλτιστε, ἀλλὰ τίς ἄνθρωπος, ὅστις πρῶτον καὶ α ὐτὸ τοῦτο οἶδε, τοὺς νόµους; οὗτοι, ὦ Σώκρα τες, οἱ δικα στα ί. πῶς λέγεις, ὦ Μέλητε; οἵδε τοὺς νέους πα ιδεύειν οἷοί τέ εἰσι καὶ βελτίους ποιοῦσιν; µάλιστα . πότερον ἅπα ντες, ἢ οἱ µὲν α ὐτῶν, οἱ δ᾽ οὔ; ἅπα ντες. εὖ γε νὴ τὴν Ἥρα ν λέγεις καὶ πολλὴν ἀφθονία ν τῶν ὠφελούντων. τί δὲ δή; οἱ δὲ ἀκροα τα ὶ βελτίους ποιοῦσιν ἢ οὔ;

- Aristóteles, Metafísica I 1 (Traducción de T. Calvo Martínez). Metafísica (Tα Μετα Tα φυσικά) es una de las obras más controvertidas de Aristóteles. El nombre es post-aristotélico, generado por Andrónico de Rodas para denominar un conjunto de tratados dispersos y en cierta manera también disímiles. El objeto principal de la metafísica es errático, comprendiéndose tanto un aspecto ontológico como teológico que generará diversas interpretaciones acerca de la predominancia e importancia de uno u otro aspecto. En parte, examina lo que puede ser afirmado sobre cualquier cosa que exista sólo debido a su existencia y no debido a las cualidades especiales que tiene (interpretación de Gómez

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Lobo). También analiza los distintos tipos de causa, forma y materia, la existencia de objetos matemáticos, cuestiones tratadas en otras obras. Finalmente, incluye la temática de la de Dios como principio y causa. LIBRO PRIMERO (A) Capitulo primero (EL CONOCIMIENTO DE LAS CAUSAS Y LA SABIDURIA) Todos los hombres por naturaleza desean saber. Señal de ello es el amor a las sensaciones. Éstas, en efecto, son amadas por sí mismas, incluso al margen de su utilidad y más que todas las demás, las sensaciones visuales. Y es que no sólo en orden a la acción, sino cuando no vamos a actuar, preferimos la visión a todas —digámoslo— las demás. La razón estriba en que ésta es, de las sensaciones, la que más nos hace conocer y muestra múltiples diferencias. Pues bien, los animales tienen por naturaleza sensación y a partir de esta en algunos de ellos no se genera la memoria, mientras que en otros sí que se genera, y por eso estos últimos son más inteligentes y más capaces de aprender que los que no pueden recordar: inteligentes, si bien no aprenden, son aquellos que no pueden percibir sonidos (por ejemplo, la abeja y cualquier otro género de animales semejante, si es que los hay); aprenden, por su parte, cuantos tienen, además de memoria, esta clase de sensación. Ciertamente, el resto (de los animales) vive gracias a las imágenes y a los recuerdos sin participar apenas de la experiencia, mientras que el género humano (vive), además, gracias al arte y a los razonamientos. Por su parte, la experiencia se genera en los hombres a partir de la memoria: en efecto, una multitud de recuerdos del mismo asunto acaban por constituir la fuerza de una única experiencia. La experiencia parece relativamente semejante a la ciencia y al arte, pero el hecho es que, en los hombres, la ciencia y el arte resultan de la experiencia: y es que, como dice Polo, y dice bien, la experiencia da lugar al arte y la falta de experiencia al azar. El arte, a su vez, se genera cuando a partir de múltiples percepciones de la experiencia resulta una única idea general acerca de los casos semejantes. En efecto, el tener la idea de que a Calias tal cosa le vino bien cuando padecia tal enfermedad, y a Sócrates, e igualmente a muchos individuos, es algo propio de la experiencia; pero la idea de que a todos ellos, delimitados como un caso específicamente idéntico, les vino bien cuando padecían tal enfermedad (por ejemplo, a los flematicos o biliosos o aquejados de ardores febriles); es algo propio del arte. A efectos prácticos, la experiencia no parece diferir en absoluto del arte, sino que los hombres de experiencia tienen más éxito, incluso, que los que-poseen la teoría, pero no la experiencia (la razón está en que la experiencia es el conocimiento de cada caso individual, mientras que el arte lo es de los generales, y las acciones y producciones todas se refieren a lo individual: desde luego, el médico no cura a un hombre, a no ser accidentalmente, sino a Calias, a Socrates o a cualquier otro de los que de este modo se nombran, al cual sucede accidentalmente que es hombre; así pues, si alguien tuviera la teoría careciendo de la experiencia, y conociera lo general, pero desconociera al individuo contenido en ello, errará muchas veces en la cura, ya que lo que se trata de curar es el individuo). Pero no es menos cierto que pensamos que el saber y el conocer se dan más bien en el

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πάντες ἄνθρωποι τοῦ εἰδέναι ὀρέγονται φύσει. σηµεῖον δ᾽ ἡ τῶν αἰσθήσεων ἀγάπησις: καὶ γὰρ χωρὶς τῆς χρείας ἀγαπῶνται δι᾽ αὑτάς, καὶ µάλιστα τῶν ἄλλων ἡ διὰ τῶν ὀµµάτων. οὐ γὰρ µόνον ἵνα πράττωµεν ἀλλὰ καὶ µηθὲν µέλλοντες πράττειν τὸ ὁρᾶν αἱρούµεθα ἀντὶ πάντων ὡς εἰπεῖν τῶν ἄλλων. αἴτιον δ᾽ ὅτι µάλιστα ποιεῖ γνωρίζειν ἡµᾶς αὕτη τῶν αἰσθήσεων καὶ πολλὰς δηλοῖ διαφοράς. φύσει µὲν οὖν αἴσθησιν ἔχοντα γίγνεται τὰ ζῷα, ἐκ δὲ ταύτης τοῖς µὲν αὐτῶν οὐκ ἐγγίγνεται µνήµη, τοῖς δ᾽ ἐγγίγνεται. καὶ διὰ τοῦτο ταῦτα φρονιµώτερα καὶ µαθητικώτερα τῶν µὴ δυναµένων µνηµονεύειν ἐστί, φρόνιµα µὲν ἄνευ τοῦ µανθάνειν ὅσα µὴ δύναται τῶν ψόφων ἀκούειν (οἷον µέλιττα κἂν εἴ τι τοιοῦτον ἄλλο γένος ζῴων ἔστι), µανθάνει δ᾽ ὅσα πρὸς τῇ µνήµῃ καὶ ταύτην ἔχει τὴν αἴσθησιν. τὰ µὲν οὖν ἄλλα ταῖς φαντασίαις ζῇ καὶ ταῖς µνήµαις, ἐµπειρίας δὲ µετέχει µικρόν: τὸ δὲ τῶν ἀνθρώπων γένος καὶ τέχνῃ καὶ λογισµοῖς. γίγνεται δ᾽ ἐκ τῆς µνήµης ἐµπειρία τοῖς ἀνθρώποις: αἱ γὰρ πολλαὶ µνῆµαι τοῦ αὐτοῦ πράγµατος µιᾶς ἐµπειρίας δύναµιν ἀποτελοῦσιν. καὶ δοκεῖ σχεδὸν ἐπιστήµῃ καὶ τέχνῃ ὅµοιον εἶναι καὶ ἐµπειρία, ἀποβαίνει δ᾽ ἐπιστήµη καὶ τέχνη διὰ τῆς ἐµπειρίας τοῖς ἀνθρώποις: ἡ µὲν γὰρ ἐµπειρία τέχνην ἐποίησεν, ὡς φησὶ Πῶλος, ἡ δ᾽ ἀπειρία τύχην. γίγνεται δὲ τέχνη ὅταν ἐκ πολλῶν τῆς ἐµπειρίας ἐννοηµάτων µία καθόλου γένηται περὶ τῶν ὁµοίων ὑπόληψις. τὸ µὲν γὰρ ἔχειν ὑπόληψιν ὅτι Καλλίᾳ κάµνοντι τηνδὶ τὴν νόσον τοδὶ συνήνεγκε καὶ Σωκράτει καὶ καθ᾽ ἕκαστον οὕτω πολλοῖς, ἐµπειρίας ἐστίν: τὸ δ᾽ ὅτι πᾶσι τοῖς τοιοῖσδε κατ᾽ εἶδος ἓν ἀφορισθεῖσι, κάµνουσι τηνδὶ τὴν νόσον, συνήνεγκεν, οἷον τοῖς φλεγµατώδεσιν ἢ χολώδεσι ἢ πυρέττουσι καύσῳ, τέχνης. πρὸς µὲν οὖν τὸ πράττειν ἐµπειρία τέχνης οὐδὲν δοκεῖ διαφέρειν, ἀλλὰ καὶ µᾶλλον ἐπιτυγχάνουσιν οἱ ἔµπειροι τῶν ἄνευ τῆς ἐµπειρίας λόγον ἐχόντων (αἴτιον δ᾽ ὅτι ἡ µὲν ἐµπειρία τῶν καθ᾽ ἕκαστόν ἐστι γνῶσις ἡ δὲ τέχνη τῶν καθόλου, αἱ δὲ πράξεις καὶ αἱ γενέσεις πᾶσαι περὶ τὸ καθ᾽ ἕκαστόν εἰσιν: οὐ γὰρ ἄνθρωπον ὑγιάζει ὁ ἰατρεύων ἀλλ᾽ ἢ κατὰ συµβεβηκός, ἀλλὰ Καλλίαν ἢ Σωκράτην ἢ τῶν ἄλλων τινὰ τῶν οὕτω λεγοµένων ᾧ συµβέβηκεν ἀνθρώπῳ εἶναι: ἐὰν οὖν ἄνευ τῆς ἐµπειρίας ἔχῃ τις τὸν λόγον, καὶ τὸ καθόλου µὲν γνωρίζῃ τὸ δ᾽ ἐν τούτῳ καθ᾽ ἕκαστον ἀγνοῇ, πολλάκις διαµαρτήσεται τῆς θεραπείας: θεραπευτὸν γὰρ τὸ καθ᾽ ἕκαστον): ἀλλ᾽ ὅµως τό γε εἰδέναι καὶ τὸ

arte que en la experiencia y tenemos por más sabios a los hombres de arte que a los de experiencia, como que la sabiduría acompaña a cada uno en mayor grado según (el nivel de) su saber. Y esto porque los unos saben la causa y los otros no. Efectivamente, los hombres de experiencia saben el hecho, pero no el por qué, mientras que los otros conocen el por qué, la causa. Por ello, en cada caso consideramos que los que dirigen la obra son más dignos de estima y saben más, y son más sabios que los obreros manuales: porque saben las causas de lo que se está haciendo (a los otros, por su parte, (los consideramos) como a algunos seres inanimados que tambien hacen, pero hacen lo que hacen sin conocimiento como, por ejemplo, quema el fuego, si bien los seres inanimados hacen cosas tales por cierta disposición natural, mientras que los obreros manuales las hacen por hábito). Conque no se considera que aquéllos son más sabios por su capacidad práctica, sino porque poseen la teoría y conocen las causas. En general, el ser capaz de enseñar es una señal distintiva del que sabe frente al que no sabe, por lo cual pensamos que el arte es más ciencia que la experiencia: (los que poseen aquél) son capaces, mientras que los otros no son capaces de enseñar. Además, no pensamos que ninguna de las sensaciones sea sabiduría, por más que éstas sean el modo de conocimiento por excelencia respecto de los casos individuales: y es que no dicen el por qué acerca de nada, por ejemplo, por qué el fuego es caliente, sino solamente que es caliente. Es, pues, verosímil que en un principio el que descubrió cualquier arte, más allá de los conocimientos sensibles comunmente poseídos, fuera admirado por la humanidad, no sólo porque alguno de sus descubrimientos resultara útil, sino como hombre sabio que descollaba entre los demás; y que, una vez descubiertas múltiples artes, orientadas las unas a hacer frente a las necesidades y las otras a pasarlo bien, fueran siempre considerados más sabios estos últimos que aquéllos, ya que sus ciencias no estaban orientadas a la utilidad. A partir de este momento y listas ya todas las ciencias tales, se inventaron las que no se orientan al placer ni a la necesidad, primeramente en aquellos lugares en que los hombres gozaban de ocio: de ahí que las artes matemáticas se constituyeran por primera vez en Egipto, ya que allí la casta de los sacerdotes gozaba de ocio. En la Ética esta dicho cuál es la diferencia entre el arte y la ciencia y los demás (conocimientos) del mismo género: la finalidad que perseguimos al explicarlo ahora es ésta: (mos-trar) como todos opinan que lo que se llama se ocupa de las causas primeras y de los principios. Conque, como antes se ha dicho, el hombre de experiencia es considerado más sabio que los que poseen sensación del tipo que sea, y el hombre de arte más que los hombres de experiencia, y el director de la obra más que el obrero manual, y las ciencias teoréticas más que las productivas. Es obvio, pues, que la sabiduría es ciencia acerca de ciertos principios y causas.



ἐπαΐειν τῇ τέχνῃ τῆς ἐμπειρίας ὑπάρχειν οἰόμεθα μᾶλλον, καὶ σοφωτέρους τοὺς τεχνίτας τῶν ἐμπείρων ὑπολαμβάνομεν, ὡς κατὰ τὸ εἰδέναι μᾶλλον ἀκολουθοῦσαν τὴν σοφίαν πᾶσι: τοῦτο δ᾽ ὅτι οἱ μὲν τὴν αἰτίαν ἴσασιν οἱ δ᾽ οὔ. οἱ μὲν γὰρ ἔμπειροι τὸ ὅτι μὲν ἴσασι, διότι δ᾽ οὐκ ἴσασιν: οἱ δὲ τὸ διότι καὶ τὴν αἰτίαν γνωρίζουσιν. διὸ καὶ τοὺς ἀρχιτέκτονας περὶ ἕκαστον τιμιωτέρους καὶ μᾶλλον εἰδέναι νομίζομεν τῶν χειροτεχνῶν καὶ σοφωτέρους, ὅτι τὰς αἰτίας τῶν ποιουμένων ἴσασιν (τοὺς δ᾽, ὥσπερ καὶ τῶν ἀψύχων ἔνια ποιεῖ μέν, οὐκ εἰδότα δὲ ποιεῖ ἃ ποιεῖ, οἷον καίει τὸ πῦρ: τὰ μὲν οὖν ἄψυχα φύσει τινὶ ποιεῖν τούτων ἕκαστον τοὺς δὲ χειροτέχνας δι᾽ ἔθος), ὡς οὐ κατὰ τὸ πρακτικοὺς εἶναι σοφωτέρους ὄντας ἀλλὰ κατὰ τὸ λόγον ἔχειν αὐτοὺς καὶ τὰς αἰτίας γνωρίζειν. ὅλως τε σημεῖον τοῦ εἰδότος καὶ μὴ εἰδότος τὸ δύνασθαι διδάσκειν ἐστίν, καὶ διὰ τοῦτο τὴν τέχνην τῆς ἐμπειρίας ἡγούμεθα μᾶλλον ἐπιστήμην εἶναι: δύνανται γάρ, οἱ δὲ οὐ δύνανται διδάσκειν. ἔτι δὲ τῶν αἰσθήσεων οὐδεμίαν ἡγούμεθα εἶναι σοφίαν: καίτοι κυριώταταί γ᾽ εἰσὶν αὗται τῶν καθ᾽ ἕκαστα γνώσεις: ἀλλ᾽ οὐ λέγουσι τὸ διὰ τί περὶ οὐδενός, οἷον διὰ τί θερμὸν τὸ πῦρ, ἀλλὰ μόνον ὅτι θερμόν. Τὸ μὲν οὖν πρῶτον εἰκὸς τὸν ὁποιανοῦν εὑρόντα τέχνην παρὰ τὰς κοινὰς αἰσθήσεις θαυμάζεσθαι ὑπὸ τῶν ἀνθρώπων μὴ μόνον διὰ τὸ χρήσιμον εἶναί τι τῶν εὑρεθέντων ἀλλ᾽ ὡς σοφὸν καὶ διαφέροντα τῶν ἄλλων: πλειόνων δ᾽ εὑρισκομένων τεχνῶν καὶ τῶν μὲν πρὸς τἀναγκαῖα τῶν δὲ πρὸς διαγωγὴν οὐσῶν, ἀεὶ σοφωτέρους τοὺς τοιούτους ἐκείνων ὑπολαμβάνεσθαι διὰ τὸ μὴ πρὸς χρῆσιν εἶναι τὰς ἐπιστήμας αὐτῶν. ὅθεν ἤδη πάντων τῶν τοιούτων κατεσκευασμένων αἱ μὴ πρὸς ἡδονὴν μηδὲ πρὸς τἀναγκαῖα τῶν ἐπιστημῶν εὑρέθησαν, καὶ πρῶτον ἐν τούτοις τοῖς τόποις οὗ πρῶτον ἐσχόλασαν: διὸ περὶ Αἴγυπτον αἱ μαθηματικαὶ πρῶτον τέχναι συνέστησαν, ἐκεῖ γὰρ ἀφείθη σχολάζειν τὸ τῶν ἱερέων ἔθνος. εἴρηται μὲν οὖν ἐν τοῖς ἠθικοῖς τίς διαφορὰ τέχνης καὶ ἐπιστήμης καὶ τῶν ἄλλων τῶν ὁμογενῶν: οὗ δ᾽ ἕνεκα νῦν ποιούμεθα τὸν λόγον τοῦτ᾽ ἐστίν, ὅτι τὴν ὀνομαζομένην σοφίαν περὶ τὰ πρῶτα αἴτια καὶ τὰς ἀρχὰς ὑπολαμβάνουσι πάντες: ὥστε, καθάπερ εἴρηται πρότερον, ὁ μὲν ἔμπειρος τῶν ὁποιανοῦν ἐχόντων αἴσθησιν εἶναι δοκεῖ σοφώτερος, ὁ δὲ τεχνίτης τῶν ἐμπείρων, χειροτέχνου δὲ ἀρχιτέκτων, αἱ δὲ θεωρητικαὶ τῶν ποιητικῶν μᾶλλον. ὅτι μὲν οὖν ἡ σοφία περί τινας ἀρχὰς καὶ αἰτίας ἐστὶν ἐπιστήμη, δῆλον.

Actividad: Reconoce y explica las características del diálogo platónico con ejemplos sacados de la Lectura de Platón, y reconoce y explica las características de los tratados de Aristóteles con ejemplos sacados de la Lectura de Aristóteles.

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7.3. Textos y actividades correspondientes. TEXTO 1. OPCIÓN A Reacción de los bárbaros ante el tumulto. οἱ δὲ βάρβαροι ἀκούσαντες τὸν θόρυβον οὐχ ὑπέμειναν1, ἀλλ΄ ἔφευγον· ὅμως δὲ καὶ ἀπέθανόν2 τινες τῶν βαρβάρων καὶ ἵπποι ἥλωσαν3 εἰς εἴκοσι καὶ ἡ σκηνὴ ἡ Τιριβάζου4 ἑάλω5. 1. 3ª pl. del aor. de ὑπο-μένω. 2. 3ª pl. del aor. de ἀπο-θνῄσκω. 3. 3ª pl. del aor. de ἁλίσκομαι 4. Τιρίβαζος, -ου (ὁ): Tiribazo (un gobernador persa). 5. 3ª sing. del aor. de ἁλίσκομαι. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde οἱ δὲ βάρβαροι hasta ἔφευγον (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de ἵππος «caballo» y dos de χρόνος «tiempo» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: El drama (3 puntos).

4. TEXTO 2. OPCIÓN A Los griegos despiden al guía tras haberle entregado regalos. τὸν ἡγεμόνα οἱ Ἕλληνες1 ἀποπέμπουσι δῶρα δόντες2 ἵππον καὶ φιάλην ἀργυρᾶν3 καὶ σκευὴν Περσικὴν καὶ δαρεικοὺς δέκα· ᾔτει4 δὲ μάλιστα τοὺς δακτυλίους, καὶ ἔλαβε5 πολλοὺς παρὰ τῶν στρατιωτῶν. 1. Ἕλληνες, -ων (οἱ): los griegos. 2. Part. aor. act. nom. plur. de δίδωμι. 3. Ver ἀργύρεος -α -ον. 4. Del verbo αἰτέω. 5. Aor. act. λαμβάνω. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde τὸν ἡγεμόνα hasta δέκα (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de ἵππος «caballo» y dos de δέκα «diez» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La poesía lírica (3 puntos).

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TEXTO 3. OPCIÓN A El ejército griego pasa la noche en las aldeas cercanas al río Centrites. ταύτην δ΄ αὖ τὴν ἡµέραν ηὐλίσθησαν1 ἐν ταῖς κώµαις ταῖς ὑπὲρ τοῦ πεδίου παρὰ τὸν Κεντρίτην2 ποταµόν, εὖρος ὡς δίπλεθρον3, ὃς ὁρίζει τὴν Ἀρµενίαν4 καὶ τὴν τῶν Καρδούχων5 χώραν. 1. Del verbo αὐλίζοµαι. 2. Κεντρίτης, -ου (ὁ): Centrites (río de Armenia). 3. δίπλεθρος -ον (adj.): de dos pletros (medida de longitud). 4. Ἀρµενία, -ας (ἡ): Armenia (región de Asia). 5. Καρδοῦχοι, -ων (οἱ): los Carducos (pueblo de Asia). CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde ταύτην hasta ποταµόν (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de ἀρχή «principio, mando» y dos de χρῶµα «color» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: El drama (3 puntos). TEXTO 4. OPCIÓN A Los griegos muestran su alegría ante el carácter favorable de los sacrificios. ἐπεὶ δὲ καλὰ ἦν τὰ σφάγια, ἐπαιάνιζον πάντες οἱ στρατιῶται καὶ ἀνηλάλαζον1, συνωλόλυζον2 δὲ καὶ αἱ γυναῖκες ἅπασαι. πολλαὶ γὰρ ἦσαν ἑταῖραι ἐν τῷ στρατεύµατι. 1. Del verbo ἀνα-λαλάζω. 2. Del verbo συν-ολολύζω. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde ἐπεὶ hasta ἀνηλάλαζον (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de γυνή «mujer» y dos de περί «alrededor de» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La poesía lírica (3 puntos).

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TEXTO 5. OPCIÓN A Los griegos llegaron hasta el río Teleboas, que no era muy grande. ἐντεῦθεν δ' ἐπορεύθησαν σταθμοὺς τρεῖς παρασάγγας πεντεκαίδεκα ἐπὶ τὸν Τηλεβόαν1 ποταμόν. οὗτος δ' ἦν καλὸς μέν, μέγας δ' οὔ· κῶμαι δὲ πολλαὶ περὶ τὸν ποταμὸν ἦσαν. 1. Τηλεβόαs, -ου (ὁ): Teleboas (río). CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde ἐντεῦθεν hasta ποταμόν (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de μέγας «grande» y dos de πολύς «mucho» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La poesía épica (3 puntos). TEXTO 6. OPCIÓN A Los griegos se adentran en el territorio de los taocos. ἐκ δὲ τούτω ν ἐπορεύθησαν εἰς Ταόχους1 σταθμοὺς πέντε παρασάγγας τριάκοντα· καὶ τὰ ἐπιτήδεια ἐπέλειπε2· χω ρία γὰρ ᾤκουν3 ἰσχυρὰ οἱ Τάοχοι1, ἐν οἷς καὶ τὰ ἐπιτήδεια ἅπαντα εἶχον. 1. Τάοχοι, -ω ν (οἱ): los taocos (pueblo de Asia). 2. Del verbo ἐπι-λείπω . 3. Del verbo οἰκέω . CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde χω ρία hasta el final (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de πέντε «cinco» y dos de μισῶ «odiar» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La historiografía (3 puntos).

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APÉNDICE. Primera Filosofía griega. La primera Filosofía griega equivale a aquellos autores a los que tradicionalmente conocemos como filósofos presocráticos, aunque algunos de los autores incluidos bajo la etiqueta no son en realidad “presocráticos” sino contemporáneos de Sócrates: es el caso de los atomistas, y en especial de Demócrito; además, el término “filósofos presocráticos” lleva a no valorar por sí mismos a estos autores. 1. LA TRANSICIÓN DE LA SABIDURÍA TRADICIONAL A LA FILOSOFÍA. Es habitual considerar que el tránsito de la sabiduría tradicional a la filosofía es el resultado de un proceso de reflexión y autocrítica propiciado por las nuevas circunstancias a que se enfrentaron los griegos en las tierras de frontera de Asia Menor y Magna Grecia. No parece indiferente que el paso “del mito al lógos” del que hablaba un conocido libro de W. Nestle (1942, 2ª ed.) comenzara a producirse en los territorios de las colonias, donde los griegos entraron en contacto con otras culturas. Esta toma de contacto con culturas ajenas debió de llevar a los griegos a cuestionarse muchas de sus creencias y sentir el asombro (thaûma) que, para Aristóteles, constituía el principio de la filosofía. Sin negar la validez de estas consideraciones tradicionales, considero necesario tomar también en consideración el enfoque de la cuestión que ofreció Eric Havelock, por la luz que puede arrojarnos sobre el contexto cultural y literario en que empiezan a trabajar los primeros filósofos de Grecia. La Grecia arcaica, en la que surge la filosofía, vive en un estadio cultural de oralidad orgánica, según parecen indicarnos los datos arqueológicos y las fuentes. La oralidad orgánica es algo distinto de la oralidad absoluta: es posible saber leer y escribir y vivir, sin embargo, en la oralidad más orgánica. La cuestión es que la presencia o ausencia de escritura determina las características de una cultura y que, curiosamente, es en un mundo oral donde nace la filosofía de Occidente. Un intento pionero de dar cuenta de los rasgos culturales de la oralidad arcaica griega y de los condicionantes que impuso en el nacimiento de la filosofía es el de E. Havelock (Preface to Plato, Oxford, 1963). Este trabajo es considerado como la extensión al ámbito de la cultura arcaica de las apreciaciones de Milman Parry sobre la oralidad literaria. El título del libro parece indicar que Havelock escribe una introducción a Platón, pero no es así: Preface to Plato ha de ser entendido como “presupuestos de Platón”. Con todo, es verdad que Havelock inicia su argumentación planteándose una pregunta relativa al filósofo de Atenas: ¿por qué ataca Platón a la poesía en República (libros III y X)?. Havelock constata dos hechos que pueden parecer llamativos: 1. Platón atribuye a la poesía una función que a nosotros nos resulta ajena, la función educativa (Platón no plantea el problema de la poesía en términos de cuestión estética). 2. Platón critica la condición mimética que impone la poesía en la cadena creación-ejecución-recepción. Platón dice que el acto de creación (que efectúa el poeta) es un acto de imitación, mímesis, y que también lo son los de ejecución (efectuado por el performer, quizá el propio poeta) y el de recepción (ámbito del auditorio). Pero este último punto resulta extraño: ¿en qué sentido adopta una actitud mimética el receptor? Havelock explica este hecho a través de la hipótesis según la cual la poesía arcaica griega habría sido una “enciclopedia En este punto Havelock recuerda que la escritura no se introdujo en Grecia hasta bien avanzado el s. VIII, y que pese a ello, la Grecia arcaica siguió siendo orgánicamente oral. En esa tradición oral preplatónica (afirma Havelock) el contacto con la poesía comportaba la educación en una “enciclopedia tribal”, entendiendo por tal el conjunto de saberes tradicionales que constituyen el patrimonio cultural de la comunidad y se intercalan en la narración poética. Ahora podemos entender la dificultad del texto de Platón referida a la actitud mimética del receptor: para que la poesía cumpla esta función educativa en una cultura oral es necesario que el receptor se identifique con el canto de forma acrítica, lo interiorice y lo memorice. Por ello reconoce Platón un tipo de mímesis en los oyentes de esta poesía. Parte de la tesis de Havelock es que el ataque platónico al saber tradicional había sido iniciado ya en los presocráticos, cuya consideración como pensadores sobre física o metafísica sería, por tanto, un anacronismo. Al contrario, el interés de los presocráticos por el tema del ser y el devenir no indica preocupación sobre física o metafísica sino que es, en realidad, una reacción al esquema mental de la educación tribal. ¿Por qué se inicia con los Presocráticos la superación de la educación tribal?: porque (sigue Havelock) con ellos se produce históricamente el descubrimiento del Yo. Descubrir el Yo (dice) equivale a separar el sujeto del objeto de conocimiento (el conocedor de lo conocido), que en la cultura oral estaban imbricados. De esta forma se hace posible la re-flexión sobre el canto y la crítica a la tradición: se rompe el “encanto”, la actitud acrítica ante los saberes tradicionales: se produce, en definitiva, el paso del mito al lógos. El planteamiento de Havelock es sugerente y entiendo que acertado, en líneas generales, en su análisis del estadio cultural previo a Platón. Ahora bien, es innegable que ciertos puntos de su exposición pueden resultar controvertidos. Ante todo: ¿es verdad que los presocráticos no se preocuparon por cuestiones físicas ni metafísicas sino por crear un nuevo lenguaje? Pero, pese a todas las objeciones que se puedan hacer a Havelock (y ésta es, obviamente, una de peso), parece que de su trabajo han de extraerse corolarios de gran relevancia para cualquier estudio sobre la primera filosofía griega: 1. Se hace preciso situar a los presocráticos en su contexto cultural y literario. 2. El ataque a la poesía no es un aspecto periférico del pensamiento presocrático, sino una faceta central que manifiesta su actitud polémica frente a la paideía precedente. 3. Pese a su actitud polémica, los poetas presocráticos surgen de la tradición que atacan y son aún parte de esa tradición:

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han de ser leídos tomando en cuenta esa y, por tanto, desde una perspectiva filológica. Ésa es la orientación con la que está planteada toda esta exposición: es una exposición filológica, no de historia de lafilosofía. 2. LOS FISIÓLOGOS: TALES, ANAXIMANDRO Y ANAXÍMENES. Las primeras explicaciones filosóficas del origen de la phýsis, de su diversidad y unidad, son las que ofrecieron los pensadores de Jonia, según indica Aristóteles (Metafísica, A 3, 983 b). Estos pensadores de Jonia son conocidos, significativamente, como los fisiólogos: - Tales (floruit 585/84 a.C.), - Anaximandro (hacia 610/09 – hacia 547/46) y Anaxímenes (floruit 546/45). El pensamiento y la obra de los fisiólogos nos son conocidos a través de los testimonios y fragmentos transmitidos por los doxógrafos. El problema con el que nos encontramos al intentar acercarnos al pensamiento de los primeros filósofos griegos es que quienes nos lo han transmitido han actuado como filtro, pues han intentado adaptar sus ideas a sus propios sistemas; así sucede p. ej. con el propio Aristóteles. En el caso de los fisiólogos no está totalmente clara su relación con la escritura y la oralidad; pero parece que, en el mejor de los casos, debieron de componer sendos tratados en prosa, los clásicos perì phýseos. Ahora bien, este título fue asignado por la posteridad (los peripatéticos) y no puede proceder de los propios autores, pues la palabra phýsis no ha debido de aplicarse con el sentido colectivo de “naturaleza” hasta el s. V a.C. Gracias a la doxografía sabemos que Tales y Anaxímenes intentaron explicar el Ser suponiendo que su principio (arché) era un ser concreto, el agua para Tales y el aire para Anaxímenes. - TALES, el primero cronológicamente, debió de transmitir su pensamiento en forma de máximas (que después se habrían transmitido oralmente). Es p. ej. la opinión de Bernabé (1979): a la forma de la máxima parece corresponder este fragmento: πάντα πλήρη θεῶν (Arist., de An. 411 a 7); otro indicio de que Tales seguía la tradición del apotegma podría verse en su inclusión en el canon de los Siete Sabios. No tenemos certeza, ni siquiera constancia, de que compusiera una obra. En relación con la forma de difusión de su pensamiento parece lo más probable que él, como los otros pensadores milesios, hubiera sido un maestro con discípulos y relevancia pública, y que por ello hubiera ocupado un puesto destacado como consejero de la ciudad (mira lo que dice Heródoto I 74 y 170). - ANAXIMANDRO adopta un punto de vista diferente del de Tales (y del de Anaxímenes) y supone que el principio y origen de la naturaleza ha de buscarse en una entidad indefinida, el ápeiron. Lo cual puede entenderse y valorarse como un avance en la abstracción. Es también novedoso el hecho de que, al parecer, Anaximandro fuese el primer autor griego que recurrió a la prosa como canal de expresión de sus ideas (cfr. DK 12 A 9, B 1). Ahora bien, la obra en prosa de Anaximandro debió de ser un texto breve, según el testimonio de Diógenes Laercio II 2: τῶν δ᾿ ἀρεσκόντων αὐτῷ πεποίηται κεφαλαιώδη τὴν ἔκθεσιν, “la exposición de sus puntos de vista la hizo ateniéndose a las cuestiones capitales”. En lo que se refiere al contenido, es de suponer que la obra de Anaximandro fuese un “discurso sobre la naturaleza de las cosas en general” (Bernabé 1979, 367). En lo que se refiere al estilo también podemos decir algo: debía de ser un estilo poético a juzgar por los fragmentos, que en algún caso parecen ser fragmentos literales: Según Simplicio, Teofrasto (cfr. D-K 12 A 9) comentaba un fragmento de Anaximandro (διδόναι γὰρ αὐτὰ δίκην καὶ τίσιν ἀλλήλοις τῆς ἀδικίας κατὰ τὴν τοῦ χρόνου τάξιν: “se dan recíprocamente satisfacción y pago por su injusticia según la disposición del tiempo”) diciendo ποιητικωτέροις οὕτως ὀνόµασιν αὐτὰ λέγων (“lo describe con términos muy poéticos”). El propio término de ἄπειρον, lo indefinido, es un término tradicional en la poesía. - ANAXÍMENES, por su parte, parece dar un paso atrás al volver a conceptos análogos a los de Tales, aunque sustituyendo ahora el agua por el aire. Pero, desde un punto de vista más positivo, puede entenderse también que la renuncia de Anaxímenes al ápeiron implica una mayor atención a la experiencia sensible. También en el caso de Anaxímenes es posible un cierto comentario filológico de sus fragmentos; Bernabé (“Los filósofos presocráticos como autores literarios”) lo hace basándose en Diógenes Laercio II 3 (13 A 1): κέχρηταί τε λέξει Ἰάδι ἁπλῇ καὶ ἀπερίττῳ (“usa la lengua jónica simple y ordinaria”). Es decir, Anaxímenes escribe en prosa, en una prosa que, además, debe de haber sido poco poética: atiende a su empleo de un término sin tradición poética como χαλαρός (“suelto”; 13 B 1). Sin embargo, es notable que también recurra, dándole un uso nuevo, al procedimiento épico del símil, como en este caso: οἷον ἡ ψυχὴ ἡ ἡµετέρα ἀὴρ οὖσα συγκρατεῖ ἡµᾶς, καὶ ὅλον τὸν κόσµον πνεῦµα καὶ ἀὴρ περιέχει (“como nuestra alma, que es aire, ejerce control sobre nosotros, también al universo entero lo abarcan el aliento y el aire”; 13 B 2). 3. LA FILOSOFÍA EN EL EXTREMO OCCIDENTAL: PITÁGORAS. En el extremo occidental del mundo griego, en la Magna Grecia (Crotona, Metaponto), desarrolló su actividad PITÁGORAS (floruit 532/31), oriundo de Samos, de donde debió de expulsarlo el tirano Polícrates. Debía de ser, por tanto, otro aristócrata exiliado por los tiranos, como Alceo, Mimnermo, Safo... De hecho, hay mucho de aristocrático en su actitud hacia el saber y la transmisión de ese saber. Al parecer, Pitágoras no puso por escrito sus ideas, y en este sentido es significativo que el nombre que reciben los preceptos o máximas que se le atribuyen sea ἀκούσµατα: parece que Pitágoras sólo transmitía su sabiduría de manera oral dentro de su círculo. Más aún, la divulgación de las ideas del maestro fuera de su círculo estaba vetada por un pacto de silencio. Parece que hemos de entender que el círculo del

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filósofo poseía carácter aristocrático (estaba constituido a la manera de las hetairías aristocráticas), según refleja también la actuación política de algunos de sus miembros. A través de los escritos de pitagóricos posteriores (a partir del 450 comienzan las indiscreciones: Filolao de Crotona, Arquitas de Tarento) podemos saber que, para Pitágoras, el cosmos debe explicarse como orden matemático. Lo cual representa, por cierto, un grado mayor de abstracción en la búsqueda de los fundamentos del Ser, que ahora no es ya un ser concreto ni una entidad indefinida: es una abstracción. Con todo, Pitágoras también asumió la teoría del ápeiron recibida de Anaximandro. Éste es el principio ilimitado del cosmos, que él contrapone a un principio limitado, el Uno. Al aplicar al microcosmos del hombre la teoría cosmológica de los dos principios contrapuestos, se deduce además la creencia en la contraposición de alma y cuerpo. A esta teoría superpuso ideas de posible origen chamanístico, según Burkert (1972). Esta combinación de lo filosófico y lo religioso da cuenta de la creencia pitagórica en la transmigración de las almas. Tal creencia establece además vínculos entre Pitágoras, la tradición órfica y Platón, de quien además sabemos que mantuvo relaciones personales con los círculos pitagóricos de la Magna Grecia. 4. DE JENÓFANES A ANAXÁGORAS. El paso siguiente de nuestra exposición consistirá en tratar de Jenófanes, Heráclito, Parménides, Empédocles y Anaxágoras. - JENÓFANES DE COLOFÓN (hacia 580 a. C. – hacia 475) emigró de su patria por culpa de la invasión persa: es, otra vez, el tipo del poeta aristócrata emigrado. Fue autor de elegías, de sátiras hexamétricas (σίλλοι) y de un περὶ φύσεως en hexámetros. En su caso ha sido especialmente discutido si nos hallamos ante un filósofo o un poeta. La cuestión es en realidad anacrónica, y lo mejor es caracterizar a Jenófanes como “filósofo de simposio”. - HERÁCLITO DE ÉFESO (floruit 504/01), de origen aristocrático: lo que conservamos de él es una serie de máximas, de oscuridad característica (¿es su oscuridad indicio de una arrogancia de clase, como se supuso en la Antigüedad?). Según parece, estas máximas debían de ser el contenido del “libro de Heráclito”, conservado en una copia única en el templo de Ártemis en Éfeso. Ahora bien, no sabemos si fue el mismo autor quien reunió las máximas en forma de libro, o si fueron recopiladas tras su muerte. Por lo que se refiere a los contenidos de su pensamiento se recordará que Heráclito consideraba como fundamento de la naturaleza el Lógos, la “razón común” que regula, a través de la armonía recurrente (παλίντροπος ἁρµονίη), el contraste de contrarios. - PARMÉNIDES DE ELEA (floruit 1ª mitad S. V) regresamos a la parte occidental del mundo griego. Desde un punto de vista filológico se observará que su poema, compuesto en hexámetros (154 vv.), renunciaba a formas previas de expresión filosófica (la prosa de Anaximandro). La obra constaba de tres partes: 1. Proemio. 2. La vía de la verdad. 3. La vía de la opinión. Por lo que a los contenidos se refiere se ha de indicar que Parménides construía una metafísica del Ser, la cual relativizaba (y disminuía) el valor de la experiencia sensible: Parménides ya no explica ese Ser a partir de seres o substancias como Tales o Anaximandro. Por otro lado, suponía el carácter inalterable y la ausencia de cambio de ese mismo Ser. - EMPÉDOCLES (hacia 483/82 – hacia 423), oriundo de Sicilia (Acragante), tomó postura contra el monismo de los eléaticos. Regresó a la doctrina de los principios, que para él son cuatro: fuego, aire, agua y tierra. Y supuso que estos cuatro principios están regidos por las fuerzas contrapuestas de la philótes y la éris, el Amor y la Rencilla. (Nótese la impronta poética de esta concepción). Sabemos que compuso dos poemas didácticos en hexámetros, los Katharmoí y un escrito Sobre la naturaleza. De éste recuperamos partes extensas en los años noventa del s. XX gracias a un importante hallazgo papiráceo (editado en Martin-Primavesi 1999 y la exposición actualizada del pensamiento de Empédocles en Trépanier 2004). En su momento se supuso que este hallazgo demostraba que en realidad Empédocles había escrito una única obra, porque los cinco primeros versos del papiro coincidían con el final del περὶ φύσεως y, en los versos siguientes, podían leerse términos atribuidos al Purificaciones. Pero esta teoría parece ahora falsa: la cuestión debe de ser más bien que las atribuciones hechas a una y otra obra eran erróneas, se habían basado en criterios de contenido y eran apriorísticas. Se había supuesto, sin base suficiente, que lo que sonaba a “filosófico” debía ser asignado al Sobre la naturaleza, y que lo que sonaba a “religioso” debía ser asignado al Purificaciones. - ANAXÁGORAS DE CLAZOMENE (500/496 – 428), quien pasa por ser el introductor de la filosofía en Atenas, donde se vio expuesto a grandes controversias. Escribió un tratado en prosa; por la Apología platónica (26 d) sabemos que el libro de Anaxágoras podía adquirirse en aquella época por una pequeña cantidad de dinero (una dracma); por tanto, debía de tratarse de un libro de extensión breve. El punto básico de la doctrina de Anaxágoras que debe ser recordado es que, según él, el cosmos se halla regido por una Noûs trascendente, idea que puede contemplarse como precursora de la teleología aristotélica. 5. LOS FILÓSOFOS ATOMISTAS DEL s. V a.C. Por los temas que abordaron parece que han de estudiarse a renglón seguido los filósofos atomistas del s. V

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a.C.: dando, por cierto un salto en el tiempo, y obviando a los sofistas y a Sócrates. Su preocupación preferente por el mundo físico parece conectarlos con los pensadores anteriores y diferenciarlos de los sofistas o de Sócrates, sus contemporáneos. - Leucipo (nacido hacia 475): oriundo quizá de Mileto; se instaló en Abdera; parece que debió de ser otro de los filósofos de una sola obra. - Demócrito de Abdera (468/60 – 380/70), discípulo de Leucipo. Su obra (notablemente extensa) consistía en tratados en prosa que se agruparon en tetralogías, como la obra de Platón. Lo único que conservamos de él son fragmentos, máximas éticas. Según Diógenes Laercio, trató gran variedad de temas: física / ética / matemáticas / “cultura general” / arte...: Sobre el buen humor, Sobre los planetas, Sobre los colores, Fundamentos de los sonidos, Sobre líneas irracionales y sólidos, Sobre poesía, Sobre la pintura... De ahí que en la Antigüedad se le comparase con un atleta del pentatlón. Por sus fechas es contemporáneo de Platón y Jenofonte. Y, como ellos, es representante de una cultura puramente libresca, punto en el cual se manifiesta una diferencia clara con los filósofos previos. Demócrito ya no escribe un libro (como era el caso de los περὶ φύσεως, como debió de ser el caso de su maestro Leucipo): Demócrito es autor de muchos libros. Tanto él como su maestro Leucipo son continuadores de la tesis de Parménides según la cual nada surge de la nada. Ahora bien, para escapar a las aporías a las que podía llevar la tesis (negación del movimiento), asumieron la existencias de una multiplicidad de elementos a los que llamaron átomos. El átomo implica, por su propio nombre, que no se trata de elementos indivisibles ad infinitum, lo cual habría llevado a aporías de tipo distinto. En la concepción de los atomistas, todo (todos) nos componemos de átomos, también nuestras almas y los dioses. Tal concepto fue heredado por Epicuro, quien hereda también conceptos atomistas en el campo de la ética. Actividades complementarias: 1. Lectura de Platón, Diálogos I (Apología, Critón, Eutrifón, Ión, Lisis, Cármides, Hipias menor, Hipias mayor, Laques, Protágoras). Este primer volumen dedicado a Platón (427-347 a.C.) incluye, junto con el segundo, los diálogos iniciales, los llamados de juventud o «socráticos», en los que la hondísima impresión que le produjo Sócrates (al que conoció teniendo dieciocho años, momento en que vivió su «conversión» a la filosofía) se manifiesta en una constante presencia del maestro, tratado con una admiración indisimulada y con afán vindicador tanto de su persona como de sus ideas y principios. En estos primeros diálogos ya quedan fijados los rasgos estructurales que definirán las obras platónicas posteriores: suceden siempre en Atenas o en sus alrededores; no se refieren a sucesos contemporáneos, sino que la acción se desarrolla en el siglo V, durante la vida de Sócrates; las conversaciones nunca se extienden más allá de un día, como en la tragedia. Lo específico de estos diálogos iniciales es el carácter breve, la estructura dramática sencilla, el carácter aporético (no conclusivo) y el contenido exclusivamente ético, al margen de la metafísica y de la teoría de las Ideas o Formas que surgirán en la obra de madurez. Apología de Sócrates afirma reproducir el parlamento del maestro en el juicio que acabó conduciendo a su muerte, a raíz de una confusión (algunos le tomaron por un sofista que socavaba los más firmes cimientos morales de la sociedad ateniense) tal vez no exenta de mala fe. Platón estuvo presente en el juicio, y guardó un vivo recuerdo de la intervención de Sócrates, de su rectitud moral (que le llevó a defender sus convicciones más que su vida) y de su respeto por las leyes, aunque dieran lugar a veredictos erróneos. El Critón, el más breve de los escritos platónicos iniciales, está muy vinculado a la Apología. Tras la terrible sentencia, Sócrates y Critón repasan los conceptos y puntos de vista que ambos aceptaban anteriormente, para comprobar si siguen siendo válidos. El Eutifrón se sustrae ya a las circunstancias del juicio y a su dramatismo, y aborda un tema filosófico: la piedad y la impiedad, que de todos modos constituyó un aspecto fundamental en el proceso. Sócrates empieza a ser aquí un personaje dramático que permite filosofar, no sólo el Sócrates histórico. El Ion, cuya autoría ha estado sometida a debate, tiene como protagonista a un rapsodo o cantor ambulante, primer fundamento de la educación griega con sus recitaciones de poesía épica. El diálogo trata la inspiración poética, y plantea la oposición decisiva entre conocimiento racional, inteligencia y arrebato o entusiasmo. El Lisis, diálogo entre cuatro jóvenes atenienses y Sócrates, tiene por tema principal (Platón es un pensador sintético y siempre trata varios temas asociados, entre los que en todo caso pone más énfasis en uno) el concepto de amistad, la philía, el vínculo entre personas que rebasa la relación familiar y la camaradería o compañerismo. La importancia histórica del Lisis consiste en ser el primer texto literario que indaga en la naturaleza del amor y la amistad, en su dimensión ética y vital. Cármides está dedicado al debate sobre la palabra sophrosýne (sabiduría, moderación, prudencia, disciplina...), fundamental en filosofía, para alcanzar un concepto claro que permita avanzar y profundizar en el conocimiento, que como siempre en Platón tiene una aplicación práctica en la realidad de la sociedad, en la pólis: los conceptos pueden modificar los comportamientos y por tanto la realidad. Hipias Menor e Hipias Mayor ponen en evidencia la superficialidad de los conocimientos de los sofistas, y las absurdidades a las que conducen sus argumentos caso de creerlos; el primero trata de la virtud de personajes homéricos;

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el segundo, del concepto de la belleza, que acabará conduciendo en los diálogos medios a la teoría de las Formas o Ideas. En el Laques, un diálogo vivaz de gran encanto literario y protagonistas (dos generales) muy bien trazados, se analiza la virtud del valor; ninguno de los dos estrategos sabe dar cuenta de la esencia conceptual de sus acciones, aunque ambos se han distinguido en el servicio valeroso a su ciudad. El Protágoras, por último, tiene como tema principal determinar si la areté (virtud, excelencia moral y política) es enseñable, como sostenían los sofistas. El sofista Protágoras y Sócrates debaten desde posiciones enfrentadas al principio, pero al final del diálogo parecen haber intercambiado sus pareceres; en todo caso la cuestión permanece abierta, y será recuperada, ya dentro del marco de la teoría de las Formas o Ideas, en Menón y La República. 2. Visionado de Ágora (2009).

En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del mundo antiguo, sin percibir que su joven esclavo Davo se debate entre el amor que le profesa en secreto y la libertad que podría alcanzar uniéndose al imparable ascenso del Cristianismo.

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UNIDAD 8. LA NOVELA GRIEGA. UNIDAD 8. La Novela griega. 8.1. La Novela griega. 8.2. Lecturas: Longo, Dafnis y Cloe Libro I. 8.3. Textos y actividades correspondientes: Textos de la Opción B de las PAEGs. Actividades complementarias.

Dafnis y Cloe

8.1. La Novela griega. 1. Marco cronológico y cultural. La Novela fue el último de los géneros literarios inventados y cultivados por los griegos. Lo tardío de su aparición y lo turbio y complejo de sus orígenes hizo que ninguna corriente literaria antigua se ocupara de él; e incluso, careció de una denominación propia en la Antigüedad. Esto no fue obstáculo para que floreciera y alcanzara una notable difusión durante un amplio período, cerca de cinco siglos, desde el I a. C. hasta el III o IV d. C. Nos encontramos, por tanto, en plena época helenística, en la que los reyes sucesores de Alejandro controlan todos los territorios de influencia helénica, desde la Península de los Balcanes hasta prácticamente la India. Ahora los ciudadanos son siervos de un rey, y han perdido gran parte (por no decir todas) de sus libertades ciudadanas. Sin embargo, nos encontramos ante una sociedad heredera de la antigua y esplendorosa Atenas, en la que el nivel de alfabetización es bastante elevado. Puesto que el público ya no es libre y no tiene potestad para expresarse libremente en la ciudad (principal causa del declive de la Oratoria) o de acudir a los espectáculos (desaparición del Teatro), la Literatura ha de volverse más íntima y personal y ha de buscar la evasión del lector hacia mundos muy distintos al suyo. Y en este contexto nace la Novela, encargada de transportar a su público a un escenario exótico en el que las aventuras y el amor son protagonistas. 2. Público. Si las características de un género literario van a variar en función del público al que está dirigido, en la Novela este hecho es aún más patente que en otras manifestaciones literarias. En efecto, vamos a encontrarnos ante un público muy diverso, sin duda, que va desde jóvenes con afán romántico y un tanto “pobres de espíritu” hasta los doctos más refinados que pudieron aceptar tales relatos como lectura de diversión sentimental. Dentro de este público variopinto hay que hacer mención al hecho de que gran parte de los consumidores de Novela fuesen mujeres, que buscaban divertirse y emocionarse con estos relatos azarosos y apasionados. Tal vez estas mujeres contribuyeran a que el novelesco se convirtiera en un género romántico. Lo que sí es cierto es que, el hecho de que la novela esté dirigida sobre todo al público femenino indica un alto grado de alfabetización entre las mujeres de la época, algo totalmente novedoso en la Antigüedad. La Novela supone una relación un tanto nueva con sus lectores: está destinada a un consumo privado y es la menos política de las formas literarias; por su informalidad es la más abierta y vulgar de ellas, y como ficción desligada de los mitos y de la historia conoce una libertad temática inusitada.

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3. Características generales. Aunque es un género muy difícil de definir, podríamos resumir las características generales de las novelas griegas en las siguientes: 1. Literatura de evasión: Para conseguir que el lector sea transportado a un mundo ficticio se necesita una literatura sencilla, con elementos que en algunos casos inciten la excitación sexual, la violencia o el aislamiento. 2. Forma abierta: La narración no es lineal, sino que se intercalan diálogos dramáticos, pasajes líricos, discursos filosóficos, etc. Todo ello respetando una prosa lo más sencilla posible que permita el acercamiento a todo el pueblo. 3. Desarrollo en lugares exóticos: Puesto que estamos ante una literatura de evasión, las aventuras de los protagonistas se desarrollarán en escenarios propios de la poesía bucólica: se vuelve al campo y se abandona la ciudad. Por otro lado, las aventuras también difieren mucho de las vividas en las ciudades. En este sentido, no es extraño encontrar secuestros o encuentros con piratas dentro de las narraciones. 4. Ubicación temporal del relato: Puesto que para los griegos todo tiempo pasado fue mejor, las aventuras de las novelas suelen situarse o bien en época Clásica (ss. V- IV a.C.) o bien en una época indeterminada, aunque idealizada y adaptada al mundo helenístico. Con ello se pretende mostrar la intemporalidad del amor. 5. Personajes: Los protagonistas son siempre un chico y una chica, ambos jóvenes y hermosos. El enamoramiento siempre va a surgir a primera vista. A la mujer se le suele comparar con una divinidad y al chico se le compara con los héroes mitológicos. Desde el punto de vista moral, destaca la gran fidelidad de todos los personajes en todos los sentidos, aunque en algunos autores esta fidelidad es siempre absoluta para la mujer, pero relativa para el hombre, sobre todo en Aquiles Tacio y en Longo. Por tanto, y a partir de estas breves características, podríamos definir la novela como el relato en prosa, de características muy sencillas, cuyos protagonistas viven una serie de aventuras y encuentros amorosos situados en lugares exóticos y en un tiempo remoto; y con la finalidad de evadir al lector del mundo en el que vive. 4. Autores y obras282. Aunque se piensa que pudo ser un género muy prolífico, en realidad únicamente conservamos cinco obras más o menos completas: 1. Caritón de Afrodisias, Quéreas y Calírroe (s. I a. C.). 2. Jenofonte de Éfeso, Antea y Habrócomes o Efesíacas (s. I d. C.). 3. Aquiles Tacio, Leucipa y Clitofonte (s. II d. C.). 4. Longo de Lesbos, Dafnis y Cloe (s. II d. C.). 5. Heliodoro de Émesa, Teágenes y Cariclea o Etiópicas (ss. III-IV d. C.). De todas ellas, la principal es Dafnis y Cloe, de Longo, autor de dudosa biografía, probablemente procedente de la ciudad de Mitilene, en la isla de Lesbos. Narra las aventuras y desventuras de Dafnis, un joven cabrero, y su amada Cloe. En Dafnis y Cloe va a predominar el amor sobre las aventuras y va a haber una caracterización muy realista de los personajes. El marco histórico brilla por su ausencia, y se idealiza la vida rural, sin conflictos sociales. También se observa la presencia de la naturaleza, la música y la religiosidad. Danfis y Cloe es la única novela en la que el amor es el protagonista. El viaje en el espacio en busca de un puerto seguro es sustituido por el viaje en el tiempo, determinado por las estaciones (seis estaciones; año y medio), a través de las cuales los personajes van madurando psicológica y sexualmente. Esto también choca con el resto de los enamoramientos de la novela griega, ya que en Dafnis y Cloe hay un proceso de enamoramiento. 5. Influencia en la literatura posterior. La tradición de la novela (sobre todo de Dafnis y Cloe) en las literaturas posteriores va a ir estrechamente relacionada con la de la Bucólica, género poético dedicado a ensalzar la vida en el campo. Puesto que no se le otorgó su merecida importancia, en Roma no hubo mucha influencia del género novelesco; y no será hasta el prerrenacimiento cuando encontremos algún elemento procedente de las obras griegas. Aparecerán en las serranillas del Marqués de Santillana, donde se presenta el tema de la pastora idealizada por cuyo amor se lucha. En la literatura europea tendremos que hablar de dos autores principales: 1. Jacobo Sannázaro: Escribe en Nápoles un obra dividida en doce capítulos separados por una égloga. Retoma el tema de la Arcadia Feliz: un amante infortunado se marcha a la Arcadia y cuando regresa encuentra muerta a la mujer a la que ama. 2. Jorge de Montemayor: Es un autor portugués que escribe en castellano. También retoma de la Arcadia el tema pastoril. En el Barroco, Cervantes heredará estos tópicos en la Galatea. En la quema de libros del Quijote salva la Diana de Montemayor. Además, Don Quijote en su locura decide hacerse pastor bucólico cambiando su nombre por Quijotiz y el de Sancho por Panfil. Lope de Vega también tiene una Arcadia. En Pastores de Belén cristianiza el mundo pastoril 282“Los fragmentos de novela que han aparecido en los últimos años nos impiden ya aceptar la simple división tradicional entre “novela seria, idealista o sentimental” y “cómica, paródica o satírica”, perteneciendo a las las primeras... [las que se han conservado completas], y a las segundas... el Asno atribuido a Luciano... Que novelas cómicas o paródicas existían también engriego lo prueban los fragmentos de Yolao y de las fenicíacas de Loliano... Además... .”

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convirtiendo a los pastores de Teócrito en cristianos. En el siglo XVIII destaca Pablo y Virginia, una pervivencia de Dafnis y Cloe pero en un contexto cristiano. Juan Valera se ve muy influenciado por la obra de Longo. En la introducción de Pepita Jiménez habla de las relaciones entre esta obra y la del autor lesbio. Y para terminar, ya en el siglo XIX, en la segunda parte de Los Pazos de Ulloa, Madre Naturaleza, Emilia Pardo Bazán se ve influenciada también por Dafnis y Cloe.

8.2. Lecturas: Longo, Dafnis y Cloe, Libro I - Longo, Dafnis y Cloe, Libro I (Traducción de M. Brioso Sánchez). Mitilene es una ciudad de Lesbos, grande y bella, pues esta dividida por canales, circulando en su interior el mar, y la engalanan, puentes de pulida y blanca piedra. Cabría pensar que no se ve una ciudad, sino una isla. A unos doscientos estadios de esta ciudad de Mitilene había una finca de un hombre adinerado, la más bonita propiedad: montes criaderos de caza, llanadas de trigales, colinas de viñedos, pastos para el ganado. Y a lo largo de una playa dilatada, de muelle arena, batía el mar. Cuando en esta finca apacentaba el rebano un cabrero, por nombre Lamón, encontró un niño al que una de las cabras daba de mamar. Había un encinar y maleza poblada de zarzales con hiedra errante por encima y blando césped, en el cual el crío yacía. Allá la cabra corriendo de continuo iba a desaparecer una y otra vez y, dejando a su chivo abandonado, se demoraba junto a la criatura. Atento está Lamón a estas idas y venidas, compadecido del chivo descuidado. Y en el apogeo del mediodía, yendo en pos del rastro, ve a la cabra que cautelosamente lo tiene con sus patas rodeado, para, al pisar, no ocasionarle con las pezuñas ningún daño, y al niño que, como del seno mismo de su madre, el hilo de leche succionaba. Con el asombro que era natural, se les acerca y descubre a un varoncito, robusto y lindo, entre pañales mejores que la suerte de un niño abandonado. Pues había una mantilla de púrpura, un broche de oro y una espadita con empuñadura de marfil. A lo primero se le ocurrió, llevándose tan sólo las prendas de identificación, no atender a la criatura. Luego, avergonzado de no imitar en humanidad ni aún a una cabra, y esperando la llegada de la noche, lleva todo, las prendas y el niño y hasta la propia cabra, ante Mirtale, su mujer. Y a ella, estupefacta ante la idea de que las cabras paran niños, todo se lo explica: cómo lo encontrara abandonado, cómo lo viera alimentarse, cómo se avergonzó de dejarlo para que muriese allí. Siendo ella de igual parecer, esconden los objetos que acompañaban al expósito, aceptan la criatura como suya y confían a la cabra su crianza. Y a fin de que también el nombre del niño pareciese el de un pastor, acordaron ponerle Dafnis. Pasados que fueron ya dos años, un pastor, de nombre Driante, que apacentaba ganado en campos aledaños, tropieza también él con hallazgo y espectáculo parejos. Había una gruta dedicada a las Ninfas, un gran peñasco hueco en su interior, por fuera redondeado. Las

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Πόλις ἐστὶ τῆς Λέσβου Μυτιλήνη, μεγάλη καὶ καλή: διείληπται γὰρ εὐρίποις ὑπεισρεούσης τῆς θαλάττης, καὶ κεκόσμηται γεφύραις ξεστοῦ καὶ λευκοῦ λίθου. Νομίσειας ἂν οὐ πόλιν ὁρᾶν ἀλλὰ νῆσον. Ταύτης τῆς πόλεως ὅσον ἀπὸ σταδίων διακοσίων ἀγρὸς ἦν ἀνδρὸς εὐδαίμονος, κτῆμα κάλλιστον· ὄρη θηροτρόφα, πεδία πυροφόρα: γήλοφοι κλημάτων, νομαὶ ποιμνίων· καὶ ἡ θάλαττα προσέκλυζεν ᾐόνι ἐκτεταμένῃ, ψάμμῳ μαλθακῇ. Ἐν τῷδε τῷ ἀγρῷ νέμων αἰπόλος, Λάμων τοὔνομα, παιδίον εὗρεν ὑπὸ μιᾶς τῶν αἰγῶν τρεφόμενον. Δρυμὸς ἦν καὶ λόχμη βάτων καὶ κιττὸς ἐπιπλανώμενος καὶ πόα μαλθακή, καθ' ἧς ἔκειτο τὸ παιδίον. Ἐνταῦθα ἡ αἲξ θέουσα συνεχὲς ἀφανὴς ἐγίνετο πολλάκις καὶ τὸν ἔριφον ἀπολιποῦσα τῷ βρέφει παρέμενε. Φυλάττει τὰς διαδρομὰς ὁ Λάμων οἰκτείρας ἀμελούμενον τὸν ἔριφον, καὶ μεσημβρίας ἀκμαζούσης κατ' ἴχνος ἐλθὼν ὁρᾷ τὴν μὲν αἶγα πεφυλαγμένως περιβεβηκυῖαν τὸ βρέφος, μὴ ταῖς χηλαῖς βλάπτοι πατοῦσα, τὸ δὲ ὥσπερ ἐκ μητρῴας θηλῆς τὴν ἐπιρροὴν ἕλκον τοῦ γάλακτος. Θαυμάσας, ὥσπερ εἰκὸς ἦν, πρόσεισιν ἐγγὺς καὶ εὑρίσκει παιδίον ἄρρεν, μέγα καὶ καλὸν καὶ τῆς κατὰ τὴν ἔκθεσιν τύχης ἐν σπαργάνοις κρείττοσι· χλαμύδιόν τε γὰρ ἦν ἁλουργὲς καὶ πόρπη χρυσῆ καὶ ξιφίδιον ἐλεφαντόκωπον. Τὸ μὲν οὖν πρῶτον ἐβουλεύσατο μόνα τὰ γνωρίσματα βαστάσας ἀμελῆσαι τοῦ βρέφους· ἔπειτα αἰδεσθεὶς εἰ μηδὲ αἰγὸς φιλανθρωπίαν μιμήσεται, νύκτα φυλάξας κομίζει πάντα πρὸς τὴν γυναῖκα Μυρτάλην, καὶ τὰ γνωρίσματα καὶ τὸ παιδίον καὶ τὴν αἶγα αὐτήν. Τῆς δὲ ἐκπλαγείσης εἰ παιδία τίκτουσιν αἶγες, ὁ δὲ πάντα αὐτῇ διηγεῖται, πῶς εὗρεν ἐκκείμενον, πῶς εἶδε τρεφόμενον, πῶς ᾐδέσθη καταλιπεῖν ἀποθανούμενον. Δόξαν δὴ κἀκείνῃ, τὰ μὲν συνεκτεθέντα κρύπτουσι, τὸ δὲ παιδίον αὑτῶν νομίζουσι, τῇ δὲ αἰγὶ τὴν τροφὴν ἐπιτρέπουσιν. Ὡς δ' ἂν καὶ τοὔνομα τοῦ παιδίου ποιμενικὸν δοκοίη, Δάφνιν αὐτὸν ἔγνωσαν καλεῖν. Ἤδη δὲ διετοῦς χρόνου διικνουμένου, ποιμὴν ἐξ ἀγρῶν ὁμόρων νέμων, Δρύας τοὔνομα, καὶ αὐτὸς ὁμοίοις ἐπιτυγχάνει καὶ εὑρήμασι καὶ θέαμασι. Νυμφῶν ἄντρον ἦν, πέτρα μεγάλη, τὰ ἔνδοθεν κοίλη, τὰ ἔξωθεν περιφερής. Τὰ ἀγάλματα τῶν Νυμφῶν

imágenes de las propias Ninfas habían sido labradas en piedra: los pies descalzos, brazos desnudos hasta la altura de los hombros, las cabelleras sueltas hasta las gargantas, un cinto en torno al talle, despejado el ceño por una sonrisa. El aire del grupo era el de un corro de danzantes. La cueva arrancaba desde el centro exacto de la gran peña. Y el agua que del manantial borboteaba se vertía en forma de arroyuelo, de suerte que delante de la gruta también se extendía un prado delicioso, al nutrir la humedad abundante y tierna hierba. Y estaban allí consagrados, como exvotos de viejos pastores, colodras, flautas, zampoñas y caramillos. A este santuario de las Ninfas una oveja recien parida acudía con tal asiduidad que en muchas ocasiones se la creyó perdida. Con la intencion de corregirla y hacerla retornar a las buenas costumbres anteriores, Driante, combando una atadura de verde varilla de mimbre a manera de lazo, se allegó a la peña para atraparla allí. Mas de cerca no alcanzó a ver nada de lo que había esperado, sino a aquélla, que le daba a una criatura la ubre del modo más humano para que sin escatimar mamara de su leche, y a ésta que, sin llorar, ansiosamente pasaba de la una a la otra ubre su boca limpia y reluciente, pues la oveja con su lengua le lamía la cara en cuanto se saciaba de alimento. Hembra era el pequeñuelo éste y también la acompañaban pañales y prendas destinadas a ser reconocidas: una cofia bordada en oro, zapatos dorados y ajorcas de oro para los tobillos. Con la idea de que su hallazgo era algún designio divino y con la oveja de maestra en compasión y amor a la criatura, la alza entre sus brazos, pone a buen recaudo en su zurrón las prendas y ruega a las Ninfas que sea de feliz augurio la crianza de la que bajo su amparo había estado. Y al llegar la hora de recoger el hato y llegado que hubo a la majada, le cuenta lo que viera a su mujer, le enseña lo encontrado, la anima a tenerla por su hijita y, sin dar cuenta a nadie, a criarla como propia. Y Nape (que así se llamaba), al punto, fue una madre que puso tal amor en la pequeña cual si temiera que la oveja fuese a avergonzarla. Y también ella le da, para evitar sospechas, un nombre de pastora: Cloe. Estos niños crecieron prontamente y en ellos resaltaba una belleza en nada rústica. Ya tenía el uno quince años y ella dos menos, cuando Driante y Lamón en una misma noche tuvieron este sueño: les pareció que las Ninfas de la gruta aquella de la fuente, en que Driante hallara a la pequeña, ponían a Dafnis y a Cloe en manos; de un rapaz presuntuoso y guapo, con alas en los hombros y dardos y un arco diminutos, Y que el rapaz, con, un toque a ambos de una saeta solamente, les ordenaba apacentar en adelante, a el el rebaño de las cabras, a ella las ovejas. La vision de este sueño los afligió, porque pararían en pastores y cabreros los que por la calidad de sus pañales estaban llamados a un destino superior, en atención al cual con mesa más escogida los criaban y habían hecho que aprendieran las letras y todo cuanto de bueno la vida del campo permitía. Pero su parecer fue seguir los dictados de los dioses, por cuya providencia se habían salvado. Se dan cuenta mutuamente de su sueño y hacen un sacrificio al lado de las Ninfas en honor del mozalbete de las alas

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αὐτῶν λίθοις ἐπεποίητο· πόδες ἀνυπόδητοι, χεῖρες εἰς ὤμους γυμναί, κόμαι μέχρι τῶν αὐχένω ν λελυμέναι, ζῶμα περὶ τὴν ἰξύν, μειδίαμα περὶ τὴν ὀφρύν· τὸ πᾶν σχῆμα χορεία ἦν ὀρχουμένω ν. Ἡ ὤα τοῦ ἄντρου τῆς μεγάλης πέτρας ἦν τὸ μεσαίτατον. Ἐκ πηγῆς ἀναβλύζον ὕδω ρ ῥεῖθρον ἐποίει χεόμενον, ὥστε καὶ λειμὼν πάνυ γλαφυρὸς ἐξετέτατο πρὸ τοῦ ἄντρου, πολλῆς καὶ μαλθακῆς πόας ὑπὸ τῆς νοτίδος τρεφομένης. Ἀνέκειντο δὲ καὶ γαυλοὶ καὶ αὐλοὶ πλάγιοι καὶ σύριγγες καὶ κάλαμοι, πρεσβυτέρω ν ποιμένω ν ἀναθήματα. Εἰς τοῦτο τὸ νυμφαῖον οἶς ἀρτιτόκος συχνὰ φοιτῶσα δόξαν πολλάκις ἀπω λείας παρεῖχε. Κολάσαι δὴ βουλόμενος αὐτὴν καὶ εἰς τὴν πρότερον εὐνομίαν καταστῆσαι, δεσμὸν ῥάβδου χλω ρᾶς λυγίσας ὅμοιον βρόχῳ τῇ πέτρᾳ προσῆλθεν, ὡς ἐκεῖ συλληψόμενος αὐτήν. Ἐπιστὰς δὲ οὐδὲν εἶδεν ὧν ἤλπισεν, ἀλλὰ τὴν μὲν διδοῦσαν πάνυ ἀνθρω πίνω ς τὴν θηλὴν εἰς ἄφθονον τοῦ γάλακτος ὁλκήν, τὸ δὲ παιδίον ἀκλαυτὶ λάβρω ς εἰς ἀμφοτέρας τὰς θηλὰς μεταφέρον τὸ στόμα καθαρὸν καὶ φαιδρόν, οἷα τῆς οἰὸς τῇ γλώττῃ τὸ πρόσω πον ἀπολιχμω μένης μετὰ τὸν κόρον τῆς τροφῆς. Θῆλυ ἦν τοῦτο τὸ παιδίον, καὶ παρέκειτο καὶ τούτῳ γνω ρίσματα· μίτρα διάχρυσος, ὑποδήματα ἐπίχρυσα, περισκελίδες χρυσαῖ. Θεῖον δή τι νομίσας τὸ εὕρημα καὶ διδασκόμενος παρὰ τῆς οἰὸς ἐλεεῖν τε τὸ παιδίον καὶ φιλεῖν ἀναιρεῖται μὲν τὸ βρέφος ἐπ' ἀγκῶνος, ἀποτίθεται δὲ τὰ γνω ρίσματα κατὰ τῆς πήρας, εὔχεται δὲ ταῖς Νύμφαις ἐπὶ χρηστῇ τύχῃ θρέψαι τὴν ἱκέτιν αὐτῶν. Καὶ ἐπεὶ καιρὸς ἦν ἀπελαύνειν τὴν ποίμνην, ἐλθὼν εἰς τὴν ἔπαυλιν τῇ γυναικὶ διηγεῖται τὰ ὀφθέντα, δείκνυσι τὰ εὑρεθέντα, παρακελεύεται θυγάτριον νομίζειν καὶ λανθάνουσαν ὡς ἴδιον τρέφειν. Ἡ μὲν δὴ Νάπη ῾τοῦτο γὰρ ἐκαλεῖτὀ μήτηρ εὐθὺς ἦν καὶ ἐφίλει τὸ παιδίον, ὥσπερ ὑπὸ τῆς οἰὸς παρευδοκιμηθῆναι δεδοικυῖα, καὶ τίθεται καὶ αὐτὴ ποιμενικὸν ὄνομα πρὸς πίστιν αὐτῷ, Χλόην. Ταῦτα τὰ παιδία ταχὺ μάλα ηὔξησε, καὶ κάλλος αὐτοῖς ἐνεφαίνετο κρεῖττον ἀγροικίας. Ἤδη τε ἦν ὁ μὲν πέντε καὶ δέκα ἐτῶν ἀπὸ γενεᾶς, ἡ δὲ τοσούτω ν, δυοῖν ἀποδεόντω ν, καὶ ὁ Δρύας καὶ ὁ Λάμω ν ἐπὶ μιᾶς νυκτὸς ὁρῶσιν ὄναρ τοιόνδε τι. Τὰς Νύμφας ἐδόκουν ἐκείνας, τὰς ἐν τῷ ἄντρῳ, ἐν ᾧ ἡ πηγή, ἐν ᾧ τὸ παιδίον εὗρεν ὁ Δρύας, τὸν Δάφνιν καὶ τὴν Χλόην παραδιδόναι παιδίῳ μάλα σοβαρῷ καὶ καλῷ, πτερὰ ἐκ τῶν ὤμω ν ἔχοντι, βέλη σμικρὰ ἅμα τοξαρίῳ φέροντι· τὸ δὲ ἐφαψάμενον ἀμφοτέρω ν ἑνὶ βέλει κελεῦσαι λοιπὸν ποιμαίνειν τὸν μὲν τὸ αἰπόλιον, τὴν δὲ τὸ ποίμνιον. Τοῦτο τὸ ὄναρ ἰδόντες ἤχθοντο μὲν εἰ ποιμένες ἔσονται οἱ τύχην ἐκ σπαργάνω ν ἐπαγγελλόμενοι κρείττονα ῾διὸ αὐτοὺς καὶ τροφαῖς ἔτρεφον ἁβροτέραις καὶ γράμματα ἐπαίδευον καὶ πάντα ὅσα καλὰ ἦν ἐπ' ἀγροικίας᾿, ἐδόκει δὲ πείθεσθαι θεοῖς περὶ τῶν σω θέντω ν προνοίᾳ θεῶν. Καὶ κοινώσαντες ἀλλήλοις τὸ ὄναρ καὶ θύσαντες τῷ τὰ πτερὰ ἔχοντι παιδίῳ παρὰ ταῖς Νύμφαις ῾τὸ γὰρ ὄνομα λέγειν οὐκ εἶχον ὡς ποιμένας ἐκπέμπουσιν

(pues no sabían su nombre) y los mandan de pastores con sus hatos, no sin enseñarles cada cosa: de como hay que llevarlos al pasto antes del mediodía y. luego de que afloje la calor; de la hora de abrevarlos, de la de traerlos de vuelta a la majada; con cuáles se ha de echar mano del cayado, con cuáles sólo de la voz. Y ellos con mucho gozo lo aceptaban, como elevado mando, y en cabras y en ovejas pusieron más amor que es de uso entre pastores, la una porque el estar a salvo a una oveja atribuía, el otro por tener en la memoria cómo, abandonado, una cabra lo criara. Érase el comenzar la primavera y todas las flores mostraban su esplendor, en los sotos, en los prados y en los montes. Había ya rumor de abejas, gorjeo de los pájaros cantores, brincos de recentales: los corderos retozaban en las lomas, zumbaban en las praderas las abejas, las espesuras resonaban con el trino de las aves. En todo reinaba tan bonancible tiempo que, tiernos y juveniles como eran, se pusieron a imitar cuanto escuchaban y veían. Si oían el canto de los pájaros, cantaban ellos; si contemplaban a los corderos respingando, saltaban ágilmente, y, también por querer emular a las abejas, recogían las flores y unas se las echaban al regazo y otras, entretejidas en menudas guirnaldas, las llevaban a las Ninfas. Comunes eran todos sus actos a fuerza de acudir a vecinos pastizales. Muchas veces Dafnis reagrupaba las ovejas que se apartaban del rebaño, muchas veces era Cloe la que hacía descender desde los riscos a las más atrevidas de las cabras. Y también uno guardaba ambas manadas, cuando el otro se enfrascaba en un juego. Y estos juegos suyos eran los propios de pastores y de niños. Ella salía a recoger de algún paraje tallos de asfodelo y tejer una jaula para grillos y, atareada en esto, desatendía sus ovejas. Él cortaba finas cañas, agujereaba los tramos entre nudos y, soldándolos con blanda cera, se ejercitaba en taner su flauta hasta que era anochecido. En ocasiones incluso compartían su leche y vino, y de las meriendas, que llevaban de casa, hacían plato común. Y antes se habría visto sus ovejas y sus cabras unas de otras separadas que a Cloe de Dafnis. Pero mientras se dedican a semejantes juegos Amor se ingeniaba para darles desazón de esta manera: Una loba, que criaba unos cachorros y urgida de buscar pitanza para darles el sustento, de los campos vecinos sustraía abundantes presas de otros rebaños. Se reúnen, pues, los aldeanos. Por la noche cavan fosos de una braza de ancho por cuatro de hondo. Desparraman, llevándola a distancia, la mayor parte de la tierra removida y, tendiendo varas secas y alargadas para cubrir la zanja, esparcen el resto de la tierra hasta dar la apariencia que el suelo tenía antes. De tal modo que, con una liebre que a la carrera cruce, quiebre las ramas, menos resistentes que pajuelas, y entonces se averigue que no había tal suelo sino un remedo solamente. Pese a que excavaron muchos hoyos así , tanto en los montes como en los llanos, no lograron capturar a la loba, pues no se le escapaba que aquel era un suelo artificial. Pero sí hicieron perecer muchas cabras y ovejas, y por poco a Dafnis de este modo: Unos machos cabríos en pleno celo se pusieron a luchar. A uno de ellos de resultas de

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αὐτοὺς ἅµα ταῖς ἀγέλαις, ἐκδιδάξαντες ἕκαστα· πῶς δεῖ νέµειν πρὸ µεσηµβρίας, πῶς κοπάσαντος τοῦ καύµατος· πότε ἐξάγειν ἐπὶ πότον, πότε ἀπάγειν ἐπὶ κοῖτον· ἐπὶ τίσι καλαύροπι χρηστέον, ἐπὶ τίσι φωνῇ µόνῃ. Οἱ δὲ µάλα χαίροντες ὡς ἀρχὴν µεγάλην παρελάµβανον καὶ ἐφίλουν τὰς αἶγας καὶ τὰ πρόβατα µᾶλλον ἢ ποιµέσιν ἔθος, ἡ µὲν ἐς ποίµνιον ἀνάγουσα τῆς σωτηρίας τὴν αἰτίαν, ὁ δὲ µεµνηµένος ὡς ἐκκείµενον αὐτὸν αἲξ ἀνέθρεψεν. Ἦρος ἦν ἀρχὴ καὶ πάντα ἤκµαζεν ἄνθη, τὰ ἐν δρυµοῖς, τὰ ἐν λειµῶσι καὶ ὅσα ὄρεια· βόµβος ἦν ἤδη µελιττῶν, ἦχος ὀρνίθων µουσικῶν, σκιρτήµατα ποιµνίων ἀρτιγεννήτων· ἄρνες ἐσκίρτων ἐν τοῖς ὄρεσιν, ἐβόµβουν ἐν τοῖς λειµῶσι µέλιτται, ἐν ταῖς λόχµαις κατῇδον ὄρνιθες. Τοσαύτης δὴ πάντα κατεχούσης εὐωρίας οἱ ἁπαλοὶ καὶ νέοι µιµηταὶ τῶν ἀκουοµένων ἐγίνοντο καὶ βλεποµένων· ἀκούοντες µὲν τῶν ὀρνίθων ᾀδόντων ᾖδον, βλέποντες δὲ σκιρτῶντας τοὺς ἄρνας ἥλλοντο κοῦφα, τὰς µελίττας δὲ µιµούµενοι ἄνθη συνέλεγον· καὶ τὰ µὲν εἰς τοὺς κόλπους ἔβαλλον, τὰ δὲ στεφανίσκους πλέκοντες ταῖς Νύµφαις ἐπέφερον. Ἔπραττον δὲ κοινῇ πάντα, πλησίον ἀλλήλων νέµοντες. Καὶ πολλάκις µὲν ὁ Δάφνις τῶν προβάτων τὰ ἀποπλανώµενα συνέστελλε, πολλάκις δὲ ἡ Χλόη τὰς θρασυτέρας τῶν αἰγῶν ἀπὸ τῶν κρηµνῶν κατήλαυνεν, ἤδη δέ τις καὶ τὰς ἀγέλας ἀµφοτέρας ἐφρούρησε θατέρου προσλιπαρήσαντος ἁθύρµατι. Ἁθύρµατα δὲ ἦν αὐτοῖς ποιµενικὰ καὶ παιδικά. Ἡ µὲν ἀνθερίκους ἀνελοµένη ποθὲν ἐξ ἕλους ἀκριδοθήραν ἔπλεκε καὶ περὶ τοῦτο πονουµένη τῶν ποιµνίων ἠµέλησεν· ὁ δὲ καλάµους ἐκτεµὼν λεπτοὺς καὶ τρήσας τὰς τῶν γονάτων διαφυὰς ἐπαλλήλους τε κηρῷ µαλθακῷ συναρτήσας µέχρι νυκτὸς συρίττειν ἐµελέτα· ποτὲ δὲ ἐκοινώνουν γάλακτος καὶ οἴνου, καὶ τροφάς, ἃς οἴκοθεν ἔφερον, εἰς κοινὸν ἔφερον. Θᾶττον ἅν τις εἶδε τὰ ποίµνια καὶ τὰς αἶγας ἀπ' ἀλλήλων µεµερισµένας ἢ Χλόην καὶ Δάφνιν. Τοιαῦτα δὲ αὐτῶν παιζόντων τοιάνδε σπουδὴν Ἔρως ἀνέπλασε. Λύκαινα τρέφουσα σκύµνους νέους ἐκ τῶν πλησίον ἀγρῶν ἐξ ἄλλων ποιµνίων πολλάκις ἥρπαζε, πολλῆς τροφῆς ἐς ἀνατροφὴν τῶν σκύµνων δεοµένη. Συνελθόντες οὖν οἱ κωµῆται νύκτωρ σιροὺς ὀρύττουσι τὸ εὖρος ὀργυιᾶς, τὸ βάθος τεττάρων. Τὸ µὲν δὴ χῶµα τὸ πολὺ σπείρουσι κοµίσαντες µακράν, ξύλα δὲ ξηρὰ µακρὰ τείναντες ὑπὲρ τοῦ χάσµατος τὸ περιττὸν τοῦ χώµατος κατέπασαν τῆς πρότερον γῆς εἰκόνα, ὥστε κἂν λαγὼς ἐπιδράµῃ, κατακλᾷ τὰ ξύλα κάρφων ἀσθενέστερα ὄντα, καὶ τότε παρέχει µαθεῖν ὅτι γῆ οὐκ ἦν, ἀλλὰ ἐµεµίµητο γῆν. Τοιαῦτα πολλὰ ὀρύγµατα κἀν τοῖς ὄρεσι κἀν τοῖς πεδίοις ὀρύξαντες τὴν µὲν λύκαιναν οὐκ εὐτύχησαν λαβεῖν· αἰσθάνεται γὰρ γῆς σεσοφισµένης· πολλὰς δὲ αἶγας καὶ ποίµνια διέφθειραν, καὶ Δάφνιν παῤ ὀλίγον ὧδε. Τράγοι παροξυνθέντες ἐς µάχην συνέπεσον. Τῷ οὖν ἑτέρῳ τὸ ἕτερον κέρας βιαιοτέρας γενοµένης

un choque más violento se le quiebra un cuerno y, dolorido y resoplando, emprende una huida que el ganador, yéndole a la zaga, no le deja detener. Dafnis, con sentimiento por el cuerno roto, a la vez que irritación por la arrogancia, toma un palo y el cayado y tras el perseguidor se lanza en persecució n. Y como lo mismo el que escapaba que el que furibundo perseguía no acertaban a distinguir con precisión lo que pisaban, caen los dos en una zanja, por delante el macho y detrás Dafnis. A Dafnis justamente lo libró que el buco le sirviera de sostén en su caída. Quedó, pues, el muchacho entre sollozos a la espera de que alguien, si pasaba, fuera a izarlo. Pero Cloe, que vió lo sucedido, se presenta a la carrera junto al foso, se entera de que vive y reclama el socorro de un vaquero de los campos cercanos. Éste llega y busca una soga tan larga que, sujeto a ella y a tirones desde arriba, pueda salir Dafnis. No había cuerda ninguna, pero Cloe, soltándose el ceñidor, se lo alarga al vaquero para echarlo, y así los dos en el borde se pusieron de pie a tirar. Y Dafnis trepó ayudando con las manos a sus tirones del ceñidor, e izaron también al macho desdichado, que tenía quebrados los dos cuernos: !tanto expió por el buco derrotado! Al vaquero se lo dan agradecidos en recompensa para ser sacrificado, y se aprestan a fingir un ataque de los lobos si alguien de sus casas lo echa en falta. De regreso pasan revista a sus ovejas y sus cabras, y una vez que han averiguado que tanto unas como otras siguen paciendo en orden, sentados en el tronco de una encina miran a ver si Dafnis, de la caída, sangra en alguna parte de su cuerpo, No había desde luego herida alguna ni sangraba, pero tenía cubiertos de tierra y de barro el pelo y el resto del cuerpo. Y decidieron que se lavara antes de que Lamón y Mirtale cayeran en la cuenta del suceso. Llegándose con Cloe a la cueva de las Ninfas le da a guardar su ropilla y su zurrón. Se acerca al manantial y se lava el pelo y todo el cuerpo. Y era su melena negra y abundante, y estaba tostado por el sol: se hubiera podido imaginar que el color de su piel se lo daba la sombra del cabello. Y a Cloe, que lo miraba, le parecía que Dafnis era hermoso, y, como antes no le parecía así, dedujo que el baño era el causante de esta belleza. Y tambien, mientras le lavaba la espalda, la carne le resultaba blanda al tacto, de modo que a escondidas muchas veces Cloe se tocaba para probar si su cuerpo era aún más delicado. Entonces (pues el sol se ponía), llevaron de recogida los rebaños a sus casas, y Cloe no sentía ningún otro deseo que el de volver a contemplar a Dafnis en el baño. Al día siguiente, al llegar a los pastos, Dafnis se sentó al pie de la encina acostumbrada a tocar la flauta y, a la vez, vigilaba sus cabras que, echadas, estaban como atentas a sus sones. Y Cloe, sentada a la vera, también tenía la vista en sus ovejas, aunque más aún en Dafnis, y éste tocando la zampoña otra vez se le antojaba hermoso, y en esta ocasión a la música achacaba su belleza, de modo que, cuando Dafnis cesó, tomó, igualmente ella la zampoña por ver si también se volvía hermosa. Lo convenció para que de nuevo se bañara y lo vio bañarse y tras mirarlo lo tocó y otra vez al regresar se deshacía

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συμβολῆς θραύεται, καὶ ἀλγήσας φριμαξάμενος ἐς φυγὴν ἐτράπετο· ὁ δὲ νικῶν κατ' ἴχνος ἑπόμενος ἄπαυστον ἐποίει τὴν φυγήν. Ἀλγεῖ Δάφνις περὶ τῷ κέρατι καὶ τῇ θρασύτητι ἀχθεσθεὶς τὴν καλαύροπα λαβὼν ἐδίω κε τὸν διώκοντα. Οἷα δὲ τοῦ μὲν ὑπεκφεύγοντος, τοῦ δὲ ὀργῇ διώκοντος οὐκ ἀκριβὴς ἦν τῶν ἐν ποσὶν ἡ πρόσοψις, ἀλλὰ κατὰ τοῦ χάσματος ἄμφω πίπτουσιν, ὁ τράγος πρότερος, ὁ Δάφνις δεύτερος. Τοῦτο καὶ ἔσω σε Δάφνιν, χρήσασθαι τῆς καταφορᾶς ὀχήματι τῷ τράγῳ. Ὁ μὲν δὴ τὸν ἀνιμησόμενον, εἴ τις ἄρα γένοιτο, δακρύω ν ἀνέμενεν· ἡ δὲ Χλόη θεασαμένη τὸ συμβὰν δρόμῳ παραγίνεται πρὸς τὸν σιρόν, καὶ μαθοῦσα ὅτι ζῇ, καλεῖ τινὰ βουκόλον ἐκ τῶν ἀγρῶν τῶν πλησίον πρὸς ἐπικουρίαν. Ὁ δὲ ἐλθὼν σχοῖνον ἐζήτει μακράν, ἧς ἐχόμενος ἀνιμώμενος ἐκβήσεται. Καὶ σχοῖνος μὲν οὐκ ἦν, ἡ δὲ Χλόη λυσαμένη ταινίαν δίδω σι καθεῖναι τῷ βουκόλῳ· καὶ οὕτω ς οἱ μὲν ἐπὶ τοῦ χείλους ἑστῶτες εἷλκον, ὁ δὲ ἀνέβη ταῖς τῆς ταινίας ὁλκαῖς ταῖς χερσὶν ἀκολουθῶν. Ἀνιμήσαντο δὲ καὶ τὸν ἄθλιον τράγον συντεθραυσμένον ἄμφω τὰ κέρατα· τοσοῦτον ἄρα ἡ δίκη μετῆλθε τοῦ νικηθέντος τράγου. Τοῦτον μὲν δὴ τυθησόμενον χαρίζονται σῶστρα τῷ βουκόλῳ, καὶ ἔμελλον ψεύδεσθαι πρὸς τοὺς οἴκοι λύκω ν ἐπιδρομήν, εἴ τις αὐτὸν ἐπόθησεν· αὐτοὶ δὲ ἐπανελθόντες ἐπεσκόπουν τὴν ποίμνην καὶ τὸ αἰπόλιον· καὶ ἐπεὶ κατέμαθον ἐν κόσμῳ νομῆς καὶ τὰς αἶγας καὶ τὰ πρόβατα, καθίσαντες ὑπὸ στελέχει δρυὸς ἐσκόπουν μή τι μέρος τοῦ σώματος ὁ Δάφνις ᾕμαξε καταπεσών. Ἐτέτρω το μὲν οὖν οὐδὲν οὐδὲ ᾕμακτο οὐδέν χώματος δὲ καὶ πηλοῦ ἐπέπαστο καὶ τὰς κόμας καὶ τὸ ἄλλο σῶμα. Ἐδόκει δὴ λούσασθαι, πρὶν αἴσθησιν γενέσθαι τοῦ συμβάντος Λάμω νι καὶ Μυρτάλῃ. Καὶ ἐλθὼν ἅμα τῇ Χλόῃ πρὸς τὸ νυμφαῖον τῇ μὲν ἔδω κε καὶ τὸν χιτω νίσκον καὶ τὴν πήραν φυλάττειν, αὐτὸς δὲ τῇ πηγῇ παραστὰς τήν τε κόμην καὶ τὸ σῶμα πᾶν ἀπελούετο. Ἦν δὲ ἡ μὲν κόμη μέλαινα καὶ πολλή, τὸ δὲ σῶμα ἐπίκαυτον ἡλίῳ· εἴκασεν ἄν τις αὐτὸ χρώζεσθαι τῇ σκιᾷ τῆς κόμης. Ἐδόκει δὲ τῇ Χλόῃ θεω μένῃ καλὸς ὁ Δάφνις, καὶ ὅτι τότε πρῶτον αὐτῇ καλὸς ἐδόκει, τὸ λουτρὸν ἐνόμιζε τοῦ κάλλους αἴτιον. Τὰ νῶτα δὲ ἀπολουούσης ἡ σὰρξ ὑπέπιπτε μαλθακή, ὥστε λαθοῦσα ἑαυτῆς ἥψατο πολλάκις, εἰ τρυφερω τέρα εἴη πειρω μένη. Καὶ ῾τότε γὰρ ἐπὶ δυσμαῖς ἦν ὁ ἥλιος᾿ ἀπήλασαν τὰς ἀγέλας οἴκαδε, καὶ ἐπεπόνθει Χλόη περιττὸν οὐδέν, ὅτι μὴ Δάφνιν ἐπεθύμει λουόμενον ἰδέσθαι πάλιν. Τῆς δὲ ἐπιούσης ὡς ἧκον εἰς τὴν νομήν, ὁ μὲν Δάφνις ὑπὸ τῇ δρυῒ τῇ συνήθει καθεζόμενος ἐσύριττε καὶ ἅμα τὰς αἶγας ἐπεσκόπει κατακειμένας καὶ ὥσπερ τῶν μελῶν ἀκροω μένας, ἡ δὲ Χλόη πλησίον καθημένη τὴν ἀγέλην μὲν τῶν προβάτω ν ἐπέβλεπε, τὸ δὲ πλέον εἰς Δάφνιν ἑώρα· καὶ ἐδόκει καλὸς αὐτῇ συρίττω ν πάλιν, καὶ αὖθις αἰτίαν ἐνόμιζε τὴν μουσικὴν τοῦ κάλλους, ὥστε μετ' ἐκεῖνον καὶ αὐτὴ τὴν σύριγγα ἔλαβεν, εἴ πω ς γένοιτο

en elogios, en elogios que eran avanzadilla del amor. La verdad era que la muchacha no sabía que le pasaba, jovencita aún y criada en los campos y sin oír a ninguna otra persona mencionar el nombre del amor. Una desazón continua se había apoderado de su alma, los ojos no la obedecían, murmuraba a cada instante ≪Dafnis≫, no reparaba en la comida, de noche no dormía, el ganado tenía desatendido, tan pronta estaba a la risa como al llanto, lo mismo dormitaba que se alzaba de un brinco; su rostro estaba macilento, otras veces se le ponía rojo y ardiente. Conducta tal, que ni (se esperaría en) una becerra picada por un tabano. En ocasiones, a solas, se le venían a la mente, incluso, palabras como éstas: ≪Ahora estoy enferma, pero ignoro cuál sea mi mal. Tengo una dolencia y no sufro herida alguna. Estoy llena de pena y ninguna oveja se me ha muerto. Me abraso y estoy sentada en plena sombra. Cuántos zarzales tantas veces me arañaron sin que llorase; cuantas abejas me hincaron su aguijón, más seguí comiendo. Pero más doloroso que todo aquello es esto que me punza el corazón. Hermoso es Dafnis: también lo son las flores; hermosamente suena su zampoñ a: también los ruiseñores, pero ellos no me importan. !Ojalá me convirtiera en su zampoña, para que su soplo penetrara en mí! !Ojalá en cabra, para que el fuera mi cabrero!. !Agua malvada!: a Dafnis solo hiciste bello, y yo me he bañado para nada. Estoy perdida, amadas Ninfas. Y ni aún vosotras acudís a salvar a la doncella que se criara entre vosotras. ¿Quién, cuando yo no esté, os pondrá guirnaldas? ¿Quién sacará adelante a los míseros corderos? ¿Quién cuidará del grillo parlanchín, que con muchos esfuerzos capturé para que con su canto junto a la gruta me hiciera conciliar el sueño? Pero ahora estoy insomne por causa de Dafnis y el grillo parla en vano.≫ Por trance tal pasaba Cloe y con tales palabras se expresaba, en busca del nombre del amor. Pero el cabrero Dorcón, que a Dafnis y al macho había izado fuera de la zanja, un muchacho al que apuntaba ya la barba y que sabía de las obras y los nombres del amor, aquel día se enamoró de Cloe, y cuantos más pasaban más se le abrasaba el alma. De Dafnis, como de un niño, no se preocupaba, y resolvió conseguirla con regalos o a la fuerza. Como primeros presentes les llevó, al uno, una zampoña pastoril, con nueve cañas ensambladas con bronce en vez de c e ra, y a la otra una piel de cervatillo de las que usan las bacantes, con tal colorido que parecía pintada. Pero, desde el momento en que por un camarada lo tuvieron, poco a poco dejó de ocuparse de Dafnis, en tanto que sin faltar ni un día le llevaba a Cloe o un queso fresco o una guirnalda hecha de flores o una manzana bien madura. Y alguna vez hasta le llevó un ternero recién nacido y un vaso con adornos de oro y crías de los pájaros del monte. Y ella, que ignoraba las mañas de un enamorado, disfrutaba al recibir estos presentes, pero su placer era mayor porque podía regalárselos a Dafnis. Y como era hora de que también Dafnis conociera ya los trabajos que da amor, cierta vez se produjo entre Dorcón y él una disputa sobre cuestión de belleza. Cloe hacia de juez y un beso de Cloe era el

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καὶ αὐτὴ καλή. Ἔπεισε δὲ αὐτὸν καὶ λούσασθαι πάλιν καὶ λουόμενον εἶδε καὶ ἰδοῦσα ἥψατο καὶ ἀπῆλθε πάλιν ἐπαινέσασα, καὶ ὁ ἔπαινος ἦν ἔρωτος ἀρχή. Ὅ τι μὲν οὖν ἔπασχεν οὐκ ᾔδει νέα κόρη καὶ ἐν ἀγροικίᾳ τεθραμμένη καὶ οὐδὲ ἄλλου λέγοντος ἀκούσασα τὸ τοῦ ἔρωτος ὄνομα· ἄση δὲ αὐτῆς εἶχε τὴν ψυχήν, καὶ τῶν ὀφθαλμῶν οὐκ ἐκράτει καὶ πολλὰ ἐλάλει Δάφνιν· τροφῆς ἠμέλει, νύκτωρ ἠγρύπνει, τῆς ἀγέλης κατεφρόνει· νῦν ἐγέλα, νῦν ἔκλαεν· εἶτα ἐκάθευδεν, εἶτα ἀνεπήδα· ὠχρία τὸ πρόσωπον, ἐρυθήματι αὖθις ἐφλέγετο. Οὐδὲ βοὸς οἴστρῳ πληγείσης τοιαῦτα ἔργα. Ἐπῆλθόν ποτε αὐτῇ καὶ τοιοίδε λόγοι μόνῃ γενομένῃ. ‘Νῦν ἐγὼ νοσῶ μέν, τί δὲ ἡ νόσος ἀγνοῶ· ἀλγῶ, καὶ ἕλκος οὐκ ἔστι μοι· λυποῦμαι, καὶ οὐδὲν τῶν προβάτων ἀπόλωλέ μοι· κάομαι, καὶ ἐν σκιᾷ τοσαύτῃ κάθημαι. Πόσοι βάτοι με ἤμυξαν, καὶ οὐκ ἔκλαυσα· πόσαι μέλιτται κέντρον ἐνῆκαν, ἀλλὰ ἔφαγον· τουτὶ δὲ τὸ νύττον μου τὴν καρδίαν πάντων ἐκείνων πικρότερον. Καλὸς ὁ Δάφνις, καὶ γὰρ τὰ ἄνθη· καλὸν ἡ σύριγξ αὐτοῦ φθέγγεται, καὶ γὰρ αἱ ἀηδόνες. Ἀλλ' ἐκείνων οὐδείς μοι λόγος. Εἴθε αὐτοῦ σύριγξ ἐγενόμην, ἵν' ἐμπνέῃ μοι· εἴθε αἴξ, ἵν' ὑπ' ἐκείνου νέμωμαι. Ὦ πονηρὸν ὕδωρ, μόνον Δάφνιν καλὸν ἐποίησας, ἐγὼ δὲ μάτην ἀπελουσάμην. Οἴχομαι, Νύμφαι φίλαι· οὐδὲ ὑμεῖς σώζετε τὴν παρθένον τὴν ἐν ὑμῖν τραφεῖσαν; Τίς ὑμᾶς στεφανώσει μετ' ἐμέ; τίς τοὺς ἀθλίους ἄρνας ἀναθρέψει; τίς τὴν λάλον ἀκρίδα θεραπεύσει, ἣν πολλὰ καμοῦσα ἐθήρασα, ἵνα με κατακοιμίζῃ φθεγγομένη πρὸ τοῦ ἄντρου; νῦν δὲ ἐγὼ μὲν ἀγρυπνῶ διὰ Δάφνιν, ἡ δὲ μάτην λαλεῖ.’ Τοιαῦτα ἔπασχε, τοιαῦτα ἔλεγεν, ἐπιζητοῦσα τὸ ἔρωτος ὄνομα. Δόρκων δὲ ὁ βουκόλος, ὁ τὸν Δάφνιν ἐκ τοῦ σιροῦ ἀνιμησάμενος, ἀρτιγένειος μειρακίσκος καὶ εἰδὼς ἔρωτος καὶ τὰ ἔργα καὶ τοὔνομα, εὐθὺς μὲν ἐππ ἐκείνης τῆς ἡμέρας ἐρωτικῶς τῆς Χλόης διετέθη, πλειόνων δὲ διαγενομένων μᾶλλον τὴν ψυχὴν ἐξεπυρσεύθη καὶ τοῦ Δάφνιδος ὡς παιδὸς καταφρονήσας ἔγνω κατεργάσασθαι δώροις ἢ βίᾳ. Τὰ μὲν δὴ πρῶτα δῶρα αὐτοῖς ἐκόμισε τῷ μὲν σύριγγα βουκολικὴν καλάμων ἐννέα χαλκῷ δεδεμένων ἀντὶ κηροῦ, τῇ δὲ νεβρίδα βακχικήν· καὶ αὐτῇ τὸ χρῶμα ἦν ὥσπερ γεγραμμένον χρώμασιν. Ἐντεῦθεν δὲ φίλος νομιζόμενος τοῦ μὲν Δάφνιδος ἠμέλει κατ' ὀλίγον, τῇ Χλόῃ δὲ ἀνὰ πᾶσαν ἡμέραν ἐπέφερεν ἢ τυρὸν ἁπαλὸν ἢ στέφανον ἀνθηρὸν ἢ μῆλον ὡραῖον· ἐκόμισε δέ ποτε αὐτῇ καὶ μόσχον ἀρτιγέννητον καὶ κισσύβιον διάχρυσον καὶ ὀρνίθων ὀρείων νεοττούς. Ἡ δὲ ἄπειρος οὖσα τέχνης ἐραστοῦ, λαμβάνουσα τὰ δῶρα ἔχαιρεν, ὅτι Δάφνιδι εἶχεν αὐτὰ χαρίζεσθαι. Καὶ ῾ἔδει γὰρ ἤδη καὶ Δάφνιν γνῶναι τὰ ἔρωτος ἔργἀ γίνεταί ποτε τῷ Δόρκωνι πρὸς αὐτὸν ὑπὲρ κάλλους ἔρις, καὶ ἐδίκαζε μὲν Χλόη, ἔκειτο δὲ ἆθλον τῷ νικήσαντι φιλῆσαι Χλόην. Δόρκων δὲ πρότερος ὧδε ἔλεγεν. ‘Ἐγώ, παρθένε, μείζων εἰμὶ Δάφνιδος, κἀγὼ μὲν βουκόλος, ὁ δ'

galardón del vencedor. Y habló Dorcón así el primero: —Yo, muchacha, soy más alto que Dafnis; yo un vaquero y él un cabrero. Y valgo tanto más que él cuanto los bueyes valen más que las cabras. Soy blanco como la leche y rubio como la mies a punto de siega. Y me crió mi madre, no una bestia. Ése, en cambio, es pequeño, imberbe cual mujer y negro como un lobo. De apacentar cabrones se le ha pegado su horrible hedor, y es tan pobre que ni a un perro puede mantener. Y si, según cuentan, lo amamantó una cabra, en nada se distingue de los chivos. Tales fueron las palabras de Dorcón y, después de este discurso, dijo Dafnis: —A mí me crió una cabra, igual que a Zeus. Apaciento cabrones más altos que sus bueyes. Pero no me han pegado olor alguno, porque tampoco a Pan, por más que un buco sea en su mayor parte. No me falta el queso, el pan cocido al espetón y el vino blanco, que son bienes del campesino rico. Soy imberbe, que lo es también Dioniso. Negro, como lo es el jacinto. Pero más vale Dioniso que los sátiros y más el jacinto que los lirios. Ése es rubio, igual que lo es la zorra; barbado como un macho cabrío y blanco como una dama de ciudad. Caso de que sea a mí al que hayas de besar, besarás mi boca; y, en cambio, de ese besarías los pelos de su barba. Y acuérdate, muchacha, de que a ti te crió una oveja y, sin embargo, también eres hermosa. Cloe no esperó más, sino que, encantada con el piropo y deseosa hacía tiempo de besar a Dafnis, se abalanzó a besarlo, de modo inexperto y torpemente, pero capaz de sobra de inflamar un alma. Dorcón, pues, dolorido, se alejó a la carrera buscando al tiempo como abrir otras vías a su pasión. Pero Dafnis, como si lo hubieran mordido y no besado, tomó de inmediato un aire taciturno, sufría continuamente escalofrios, trataba de contener el palpitante corazón y no quería sino mirar a Cloe, aunque al mirarla se cubría de rubor. Por primera vez entonces le causaban maravilla su cabello, por ser rubio; sus ojos, por grandes como los ojos de una vaca;. y el rostro, porque de cierto era más blanco incluso que la leche de las cabras: como si se estrenara en tener ojos y antes hubiera estado ciego. Ni tomaba alimentos, sino para, a lo más, probarlos; y de beber, si en algún momento era obligado, de humedecer la boca no pasaba. Se estaba callado quien antes era más parlero que los grillos; perezoso quien antes más inquieto que sus cabras. El rebaño incluso estaba descuidado, tirada la zampoña. Su cara tenía menos color que la hierba en el verano, y guardaba su plática tan sólo para Cloe, y si algún rato se apartaba de ella mantenía consigo tal soliloquio: ≪¿Qué efecto es éste que me produce un beso de Cloe? Sus labios son más suaves que las rosas y su boca más dulce que un panal, pero su beso más punzante que el aguijón de una abeja. Muchas veces besé a mis cabritos, muchas besé a los perrillos a poco de nacer y al ternero que Dorcón le regaló. Pero este beso es otra cosa: se me escapa el resuello, se me sale el corazón a saltos, se me derrite el alma y, sin embargo, quiero besarla otra vez. ! Que funesta victoria!, ¡que extraña enfermedad, cuyo nombre ni siquiera conozco! ¿Acaso antes de besarme probo Cloe alguna pócima? ¿Cómo entonces no

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αἰπόλος· τοσοῦτον κρείττων ὅσον αἰγῶν βόες· καὶ λευκός εἰμι ὡς γάλα, καὶ πυρρὸς ὡς θέρος μέλλον ἀμᾶσθαι, καὶ ἔθρεψε μήτηρ, οὐ θηρίον. Οὗτος δέ ἐστι σμικρὸς καὶ ἀγένειος ὡς γυνή, καὶ μέλας ὡς λύκος· νέμει δὲ τράγους, ὀδωδὼς ἀπ' αὐτῶν δεινόν, καὶ ἔστι πένης ὡς μηδὲ κύνα τρέφειν. Εἰ δ', ὡς λέγουσι, καὶ αἲξ αὐτῷ γάλα δέδωκεν, οὐδὲν ἐρίφου διαφέρει.’ Ταῦτα καὶ τοιαῦτα ὁ Δόρκων· καὶ μετὰ ταῦτα ὁ Δάφνις ‘Ἐμὲ αἲξ ἀνέθρεψεν ὥσπερ τὸν Δία· νέμω δὲ τράγους τῶν τούτου βοῶν μείζονας· ὄζω δὲ οὐδὲν ἀπ' αὐτῶν, ὅτι μηδὲ ὁ Πάν, καίτοιγε ὢν τὸ πλέον τράγος. Ἀρκεῖ δέ μοι τυρὸς καὶ ἄρτος ὀβελίας καὶ οἶνος λευκός, ὅσα ἀγροίκων πλουσίων κτήματα. Ἀγένειός εἰμι, καὶ γὰρ ὁ Διόνυσος· μέλας, καὶ γὰρ ὁ ὑάκινθος· ἀλλὰ κρείττων καὶ ὁ Διόνυσος Σατύρων καὶ ὁ ὑάκινθος κρίνων. Οὗτος δὲ καὶ πυρρὸς ὡς ἀλώπηξ καὶ προγένειος ὡς τράγος καὶ λευκὸς ὡς ἐξ ἄστεος γυνή· κἂν δέῃ σε φιλεῖν, ἐμοῦ μὲν φιλήσεις τὸ στόμα, τούτου δὲ τὰς ἐπὶ τοῦ γενείου τρίχας. Μέμνησο δέ, ὦ παρθένε, ὅτι καὶ σὲ ποίμνιον ἔθρεψεν, ἀλλὰ καὶ ὣς εἶ καλή.’ Οὐκέθ' ἡ Χλόη περιέμεινεν, ἀλλὰ τὰ μὲν ἡσθεῖσα τῷ ἐγκωμίῳ, τὰ δὲ πάλαι ποθοῦσα φιλῆσαι Δάφνιν, ἀναπηδήσασα αὐτὸν ἐφίλησεν, ἀδίδακτον μὲν καὶ ἄτεχνον, πάνυ δὲ ψυχὴν θερμᾶναι δυνάμενον. Δόρκων μὲν οὖν ἀλγήσας ἀπέδραμε ζητῶν ἄλλην ὁδὸν ἔρωτος· Δάφνις δέ, ὥσπερ οὐ φιληθείς, ἀλλὰ δηχθείς, σκυθρωπός τις εὐθὺς ἦν καὶ πολλάκις ἐψύχετο καὶ τὴν καρδίαν παλλομένην εἶχε, καὶ βλέπειν μὲν ἤθελε τὴν Χλόην, βλέπων δ' ἐρυθήματος ἐνεπίμπλατο. Τότε πρῶτον καὶ τὴν κόμην αὐτῆς ἐθαύμασεν ὅτι ξανθή, καὶ τοὺς ὀφθαλμοὺς ὅτι μεγάλοι καθάπερ βοός, καὶ τὸ πρόσωπον ὅτι λευκότερον ἀληθῶς καὶ τοῦ τῶν αἰγῶν γάλακτος, ὥσπερ τότε πρῶτον ὀφθαλμοὺς κτησάμενος, τὸν δὲ πρότερον χρόνον πεπηρωμένος. Οὔτε οὖν τροφὴν προσεφέρετο πλὴν ὅσον ἀπογεύσασθαι· καὶ πότον, εἴ ποτε ἐβιάσθη, μέχρι τοῦ διαβρέξαι τὸ στόμα προσεφέρετο. Σιωπηλὸς ἦν ὁ πρότερον τῶν ἀκρίδων λαλίστερος, ἀργὸς ὁ περιττότερα τῶν αἰγῶν κινούμενος. Ἠμέλητο ἡ ἀγέλη· ἔρριπτο ἡ σύριγξ· χλωρότερον τὸ πρόσωπον ἦν πόας θερινῆς. Πρὸς μόνην Χλόην ἐγίνετο λάλος· καὶ εἴ ποτε ἀπ' αὐτῆς ἐγένετο, τοιαῦτα πρὸς αὑτὸν ἀπελήρει ‘Τί ποτέ με Χλόης ἐργάζεται φίλημα; Χείλη μὲν ῥόδων ἁπαλώτερα καὶ στόμα κηρίων γλυκύτερον· τὸ δὲ φίλημα κέντρου μελίττης πικρότερον. Πολλάκις ἐφίλησα ἐρίφους, πολλάκις ἐφίλησα σκύλακας ἀρτιγεννήτους καὶ τὸν μόσχον, ὃν ὁ Δόρκων ἐδωρήσατο· ἀλλὰ τοῦτο φίλημα καινόν· ἐκπηδᾷ μου τὸ πνεῦμα, ἐξάλλεται ἡ καρδία, τήκεται ἡ ψυχή, καὶ ὅμως πάλιν φιλῆσαι θέλω. Ὢ νίκης κακῆς· ὢ νόσου καινῆς, ἧς οὐδὲ εἰπεῖν οἶδα τοὔνομα. Ἆρα φαρμάκων ἐγεύσατο ἡ Χλόη μέλλουσά με φιλεῖν; Πῶς οὖν οὐκ ἀπέθανεν; Οἷον ᾄδουσιν αἱ ἀηδόνες, ἡ δὲ ἐμὴ σύριγξ σιωπᾷ· οἷον σκιρτῶσιν οἱ ἔριφοι, κἀγὼ κάθημαι· οἷον ἀκμάζει τὰ ἄνθη, κἀγὼ στεφάνους οὐ πλέκω, ἀλλὰ

murió? !Cómo se oyen cantar los ruiseñores y mi zampoña está en silencio! !Cómo respingan los cabritos y yo me estoy sentado! !Cómo se abren las flores y yo no trenzo guirnaldas! Florecen las violetas y el jacinto, mientras Dafnis se marchita. ¿Hasta Dorcón habrá de parecer más guapo que yo?≫. Por tal trance pasaba el buen Dafnis, tal decía: que por primera vez probaba las obras y palabras del amor. Y el boyero Dorcón, el que andaba de Cloe enamorado, y que acechaba a Driante cuando enterraba un plantón de vid por allí cerca, se le arrima con unos quesillos deliciosos y se los ofrece de regalo, pues era un viejo amigo de cuando el propio Driante apacentaba sus ovejas. Y luego de comenzar por ese extremo, logró llevar la charla hacia el casamiento de Cloe. Si la tomaba por esposa, prometía presentes tantos y valiosos como se espera de un boyero: una yunta de bueyes de labranza, cuatro colmenas, cincuenta plantones de manzanos, una piel de toro para hacerse zapatos, un ternero destetado cada año. De manera que Driante estuvo casi a punto, seducido por los regalos, de dar a tal unión su asentimiento. Mas en la idea de que la doncella era digna de un esposo de más alta calidad, y por el miedo a caer en infortunios sin remedio si alguna vez fuese público su hurto, dio un no a la boda, pidió disculpas y declinó los obsequios nombrados. Dorcón, pues, como en su segunda esperanza hubiera errado y perdido unos ricos quesos sin provecho, resolvió apoderarse de Cloe cuando se encontrara sola. Al observar que cada día llevan sus ganados a abrevar Dafnis una vez y otra la muchacha, maquina una artimaña muy propia de un pastor. Toma la piel de un lobo enorme, al que un toro, en lucha por defender a la vacada, había en una ocasión matado con sus cuernos. Con ella se recubre desde los hombros a los pies, de modo que las patas delanteras se superpongan a sus brazos, las traseras a sus piernas hasta el talón, y que la abertura del hocico envuelva su cabeza, tal cual el yelmo de un guerrero. Transformado así, lo más que pudo, en fiera, se acerca al manantial en que beben las cabras y ovejas después de haber pastado. El manantial estaba en una hondonada y por todo su contorno el paraje era bravío, con espinos y zarzales y enebro bajo y cardos: incluso un lobo de verdad fácilmente podría haber estado allí escondido y al acecho. Y allí se oculto Dorcón a la espera de la hora de abrevar, con toda su esperanza puesta en atrapar a Cloe valiéndose del miedo que con su figura le infundiera. Al cabo de un rato no muy largo hacía Cloe bajar el ganado hacia la fuente, dejando a Dafnis, que cortaba ramas verdes para regalo de sus chivos tras el pasto. Y los perros que la seguían, guardianes de las ovejas y las cabras, que como canes que eran iban registrando todo con su alfato, descubren a Dorcón cuando ya rebullía para atacar a la zagala, le ladran ferozmente y se lanzan a por él como si de un lobo se tratara. Rodeándolo, antes de que con el susto acabara de alzarse, la emprendieron a dentelladas con la piel. En tanto él, con la vergüenza de verse en evidencia y al resguardo de la piel que lo tapaba, se estaba echado y en silencio en la espesura. Pero una vez que Cloe, en el sobresalto de lo primero que acertara a ver, llamó a

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τὰ μὲν ἴα καὶ ὁ ὑάκινθος ἀνθεῖ, Δάφνις δὲ μαραίνεται. Ἆρά μου καὶ Δόρκων εὐμορφότερος ὀφθήσεται;’ Τοιαῦτα ὁ βέλτιστος Δάφνις ἔπασχε καὶ ἔλεγεν, οἷα πρῶτον γευόμενος τῶν ἔρωτος ἔργων καὶ λόγων. Ὁ δὲ Δόρκων ὁ βουκόλος ὁ τῆς Χλόης ἐραστὴς φυλάξας τὸν Δρύαντα φυτὸν κατορύττοντα κλήματος πρόσεισιν αὐτῷ μετὰ τυρίσκων τινῶν γεννικῶν, καὶ τοὺς μὲν δῶρον εἶναι δίδωσι, πάλαι φίλος ὤν, ἡνίκα αὐτὸς ἔνεμεν· ἐντεῦθεν δὲ ἀρξάμενος ἐνέβαλε λόγον περὶ τοῦ τῆς Χλόης γάμου· καὶ εἰ λαμβάνοι γυναῖκα, δῶρα πολλὰ καὶ μεγάλα, ὡς βουκόλος, ἐπηγγέλλετο· ζεῦγος βοῶν ἀροτήρων, σμήνη τέτταρα μελιττῶν, φυτὰ μηλεῶν πεντήκοντα, δέρμα ταύρου τεμεῖν ὑποδήματα, μόσχον ἀνὰ πᾶν ἔτος, μηκέτι γάλακτος δεόμενον· ὥστε σμικροῦ δεῖν ὁ Δρύας θελχθεὶς τοῖς δώροις ἐπένευσε τὸν γάμον. Ἐννοήσας δὲ ὡς κρείττονος ἡ παρθένος ἀξία νυμφίου, καὶ δείσας μήποτε κακοῖς ἀνηκέστοις περιπέσῃ, τόν τε γάμον ἀνένευσε καὶ συγγνώμην ἔχειν ᾐτήσατο καὶ τὰ ὀνομασθέντα δῶρα παρῃτήσατο. Δευτέρας δὴ διαμαρτὼν ὁ Δόρκων ἐλπίδος καὶ μάτην τυροὺς ἀγαθοὺς ἀπολέσας ἔγνω διὰ χειρῶν ἐπιθέσθαι τῇ Χλόῃ μόνῃ γενομένῃ· καὶ παραφυλάξας ὅτι παῤ ἡμέραν ἐπὶ πότον ἄγουσι τὰς ἀγέλας ποτὲ μὲν ὁ Δάφνις ποτὲ δὲ ἡ παῖς, ἐπιτεχνᾶται τέχνην ποιμένι πρέπουσαν. Λύκου μεγάλου δέρμα λαβών, ὅν ταῦρός ποτε πρὸ τῶν βοῶν μαχόμενος τοῖς κέρασι διέφθειρε, περιέτεινε τῷ σώματι, ποδῆρες κατανωτισάμενος, ὡς τούς τ' ἐμπροσθίους πόδας ἐφηπλῶσθαι ταῖς χερσὶ καὶ τοὺς κατόπιν τοῖς σκέλεσιν ἄχρι πτέρνης καὶ τοῦ στόματος τὸ χάσμα σκέπειν τὴν κεφαλήν, ὥσπερ ἀνδρὸς ὁπλίτου κράνος· ἐκθηριώσας δὲ αὑτὸν ὡς ἔνι μάλιστα, παραγίνεται πρὸς τὴν πηγήν, ἧς ἔπινον αἱ αἶγες καὶ τὰ πρόβατα μετὰ τὴν νομήν. Ἐν κοίλῃ δὲ πάνυ γῇ ἦν ἡ πηγή, καὶ περὶ αὐτὴν πᾶς ὁ τόπος ἀκάνθαις καὶ βάτοις καὶ ἀρκεύθῳ ταπεινῇ καὶ σκολύμοις ἠγρίωτο· ῥᾳδίως ἂν ἐκεῖ καὶ λύκος ἀληθινὸς ἔλαθε λοχῶν. Ἐνταῦθα κρύψας ἑαυτὸν ἐπετήρει τοῦ πότου τὴν ὥραν ὁ Δόρκων, καὶ πολλὴν εἶχεν ἐλπίδα τῷ σχήματι φοβήσας λαβεῖν ταῖς χερσὶ τὴν χλόην. Χρόνος ὀλίγος διαγίνεται καὶ Χλόη κατήλαυνε τὰς ἀγέλας εἰς τὴν πηγήν, καταλιποῦσα τὸν Δάφνιν φυλλάδα χλωρὰν κόπτοντα τοῖς ἐρίφοις τροφὴν μετὰ τὴν νομήν. Καὶ οἱ κύνες οἱ τῶν προβάτων ἐπὶ φυλακῇ καὶ τῶν αἰγῶν ἑπόμενοι, οἵα δὴ κυνῶν ἐν ῥινηλασίαις περιεργία, κινούμενον τὸν Δόρκωνα πρὸς τὴν ἐπίθεσιν τῆς κόρης φωράσαντες, πικρὸν μάλα ὑλακτήσαντες ὥρμησαν ὡς ἐπὶ λύκον καὶ περισχόντες, πρὶν ὅλως ἀναστῆναι δἰ ἔκπληξιν, ἔδακνον κατὰ τοῦ δέρματος. Τέως μὲν οὖν τὸν ἔλεγχον αἰδούμενος καὶ ὑπὸ τοῦ δέρματος τοῦ ἐπισκέποντος φρουρούμενος ἔκειτο σιωπῶν ἐν τῇ λόχμῃ· ἐπεὶ δὲ ἥ τε Χλόη πρὸς τὴν πρώτην θέαν διαταραχθεῖσα τὸν Δάφνιν ἐκάλει βοηθόν, οἵ τε κύνες περισπῶντες τὸ δέρμα τοῦ σώματος ἥπτοντο αὐτοῦ, μέγα οἰμώξας ἱκέτευε βοηθεῖν τὴν κόρην καὶ

Dafnis en su ayuda, y los perros, arrancándole la piel por todas partes, en su propio cuerpo lo alcanzaban, lamentándose a gritos suplicaba socorro a la muchacha y a Dafnis que acudía. Entonces a los canes prontamente los aplacan con la llamada de costumbre y llevan a Dorcón hasta el manantial para lavarle los mordiscos, que en muslos y hombros le habían hecho las dentelladas de los perros, y le aplican, despues de masticarla, corteza tierna de olmo. Con su inexperiencia de los atrevimientos que el amor provoca, atribuyeron el disfraz de la piel a una broma de pastor, y ni siquiera se enfadaron; al contrario, consolando a Dorcón, lo despidieron un trecho llevandolo del brazo. Éste dedicaba cuidados a su cuerpo, tras correr tan gran peligro y a salvo de boca de perro, no de lobo, según dicen. Y a Dafnis y a Cloe harto trabajo hasta la noche les costó reunir cabras y ovejas. Pues, espantadas por la piel y alborotadas por los ladridos de los perros, unas habían trepado hasta las peñas y otras bajado a la carrera hasta el mismo mar. Por más que estaban amaestradas para que obedecieran a una voz, cedieran a la seducción de una zampoña y se reunieran al oír una palmada, esa vez sin embargo el terror les infundió el olvido de todas esas normas. Y a duras penas, siguiéndoles el rastro como a liebres, terminaron por llevarlas al aprisco. Por sólo aquella noche durmieron con un profundo sueño, hallando en su fatiga un tónico para sus inquietudes amorosas. Pero, al renovarse el día, otra vez de vuelta se encontraban con semejantes congojas. De verse disfrutaban, se afligían al separarse, sufrían, deseaban algo sin que supieran que era lo deseado. Tan sólo esto conocían: que a él un beso lo perdió y un baño a ella. También los abrasaba la época del año. Érase ya entonces el fin de la primavera y el inicio del verano, y todo estaba ya en sazón, los árboles con fruto, los llanos con las mieses. Dulce era el resonar de las cigarras, dulce el aroma de la fruta, grato el balar de las ovejas. Cabría imaginar que hasta los ríos con su manso fluir entonaban un canto, que los vientos tocaban la zampoña al soplar entre los pinos, que las manzanas buscaban amorosas desplomarse por tierra, y que el sol, aficionado a la belleza, a todos procuraba desnudarlos. Dafnis, que sufría los ardores que le llegaban de la naturaleza toda, se sumergía en las aguas de los ríos, unas veces se lavaba, otras pretendía pescar entre el torbellino de los peces. Y en más de una ocasión bebía incluso, con el afán de apagar la interna quemazón. Y Cloe, cuando había ordenado sus ovejas y la mayor parte de las cabras, por largo tiempo se ocupaba en hacer que la leche se cuajase, pues las moscas se mostraban tenaces molestándola y hasta picándola si pretendía ahuyentarlas. Y luego de esto, se lavaba la cara, se coronaba con ramas de pino, se ceñía la piel de cervatillo y, llenando el cuenco a rebosar de vino y leche, con Dafnis en común se lo bebía. Pero era al llegar el mediodía cuando sus ojos quedaban apresados. Pues a ella, al ver desnudo a Dafnis, su entera belleza la invadía y derretíase sin poder descubrir la menor tacha en parte alguna de su cuerpo. Y él, al contemplarla cuando con su piel y su guirnalda le alargaba el cuenco,

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τὸν Δάφνιν ἤδη παρόντα. Τοὺς μὲν δὴ κύνας ἀνακλήσει συνήθει ταχέως ἡμέρωσαν, τὸν δὲ Δόρκωνα κατά τε μηρῶν καὶ ὤμων δεδηγμένον ἀγαγόντες ἐπὶ τὴν πηγὴν ἀπένιψαν τὰ δήγματα καὶ διαμασησάμενοι φλοιὸν χλωρὸν πτελέας ἐπέπασαν· ὑπό τε ἀπειρίας ἐρωτικῶν τολμημάτων ποιμενικὴν παιδιὰν νομίζοντες τὴν ἐπιβολὴν τοῦ δέρματος, οὐδὲν ὀργισθέντες, ἀλλὰ καὶ παραμυθησάμενοι καὶ μέχρι τινὸς χειραγωγήσαντες ἀπέπεμψαν. Καὶ ὁ μὲν κινδύνου παρὰ τοσοῦτον ἐλθὼν καὶ σωθεὶς ἐκ κυνός, οὐ λύκου στόματος, ἐθεράπευε τὸ σῶμα. ὁ δὲ Δάφνις καὶ ἡ Χλόη κάματον πολὺν ἔσχον μέχρι νυκτὸς τὰς αἶγας καὶ τὰς οἶς συλλέγοντες· ὑπὸ γὰρ τοῦ δέρματος πτοηθεῖσαι καὶ ὑπὸ τῶν κυνῶν ὑλακτησάντων ταραχθεῖσαι αἱ μὲν εἰς πέτρας ἀνέδραμον, αἱ δὲ μέχρι τῆς θαλάττης αὐτῆς κατέδραμον. Καίτοιγε ἐπεπαίδευντο καὶ φωνῇ πείθεσθαι καὶ σύριγγι θέλγεσθαι καὶ χειρὸς πλαταγῇ συλλέγεσθαι· ἀλλὰ τότε πάντων αὐταῖς ὁ φόβος λήθην ἐνέβαλε. Καὶ μόλις ὥσπερ λαγὼς ἐκ τῶν ἰχνῶν εὑρίσκοντες εἰς τὰς ἐπαύλεις ἤγαγον. Ἐκείνης μόνης τῆς νυκτὸς ἐκοιμήθησαν βαθὺν ὕπνον καὶ τῆς ἐρωτικῆς λύπης φάρμακον τὸν κάματον ἔσχον. Αὖθις δὲ ἡμέρας ἐπελθούσης, πάλιν ἔπασχον παραπλήσια. Ἔχαιρον ἰδόντες, ἀπαλλαγέντες ἤλγουν· ἤθελόν τι, ἠγνόουν ὅ τι θέλουσι. Τοῦτο μόνον ᾔδεσαν ὅτι τὸν μὲν φίλημα, τὴν δὲ λουτρὸν ἀπώλεσεν. Ἐξέκαε δ' αὐτοὺς καὶ ἡ ὥρα τοῦ ἔτους. Ἦρος ἦν ἤδη τέλος καὶ θέρους ἀρχή, καὶ πάντα ἐν ἀκμῇ· δένδρα ἐν καρποῖς, πεδία ἐν ληίοις. Ἡδεῖα μὲν τεττίγων ἠχή, γλυκεῖα δὲ ὀπώρας ὀδμή, τερπνὴ δὲ ποιμνίων βληχή. Εἴκασεν ἄν τις καὶ τοὺς ποταμοὺς ᾄδειν ἠρέμα ῥέοντας καὶ τοὺς ἀνέμους συρίττειν ταῖς πίτυσιν ἐμπνέοντας καὶ τὰ μῆλα ἐρῶντα πίπτειν χαμαὶ καὶ τὸν ἥλιον φιλόκαλον ὄντα πάντας ἀποδύειν. Ὁ μὲν οὖν Δάφνις θαλπόμενος τούτοις ἅπασιν εἰς τοὺς ποταμοὺς ἐνέβαινε, καὶ ποτὲ μὲν ἐλούετο, ποτὲ δὲ τῶν ἰχθύων τοὺς ἐνδινεύοντας ἐθήρα· πολλάκις δὲ καὶ ἔπινεν, ὡς τὸ ἔνδοθεν καῦμα σβέσων. Ἡ δὲ Χλόη μετὰ τὸ ἀμέλξαι τὰς οἶς καὶ τῶν αἰγῶν τὰς πολλὰς ἐπὶ πολὺν μὲν χρόνον πράγματα εἶχε πηγνῦσα τὸ γάλα· δειναὶ γὰρ αἱ μυῖαι λυπῆσαι καὶ δακεῖν, εἰ διώκοιντο· τὸ δὲ ἐντεῦθεν ἀπολουσαμένη τὸ πρόσωπον πίτυος ἐστεφανοῦτο κλάδοις καὶ τῇ νεβρίδι ἐζώννυτο καὶ τὸν γαυλὸν ἀναπλήσασα οἴνου καὶ γάλακτος κοινὸν μετὰ τοῦ Δάφνιδος πότον εἶχε. Τῆς δὲ μεσημβρίας ἐπελθούσης ἐγίνετο ἤδη τῶν ὀφθαλμῶν ἅλωσις αὐτοῖς· ἡ μὲν γὰρ γυμνὸν ὁρῶσα τὸν Δάφνιν ἐς ἄθρουν ἐνέπιπτε τὸ κάλλος, καὶ ἐτήκετο μηδὲν αὐτοῦ μέρος μέμψασθαι δυναμένη· ὁ δὲ ἰδὼν ἐν νεβρίδι καὶ στεφάνῳ πίτυος ὀρέγουσαν τὸν γαυλὸν μίαν ᾤετο τῶν ἐκ τοῦ ἄντρου Νυμφῶν ὁρᾶν. Ὁ μὲν οὖν τὴν πίτυν ἀπὸ τῆς κεφαλῆς ἁρπάζων αὐτὸς ἐστεφανοῦτο, πρότερον φιλήσας τὸν στέφανον· ἡ δὲ τὴν ἐσθῆτα αὐτοῦ λουομένου καὶ γυμνωθέντος ἐνεδύετο, πρότερον καὶ αὐτὴ

creía ver a una de las Ninfas de la gruta. Entonces le arrebataba de la cabeza las ramas de pino y él mismo se coronaba, besando antes la guirnalda. Y Cloe se vestía con las ropas de Dafnis, mientras él estaba lavándose y desnudo, no sin antes besarlas también ella. En alguna ocasión, incluso, se arrojaron manzanas uno al otro y, peinándose el cabello, se engalanaron mutuamente las cabezas. Ella comparó, por negro, el pelo de Dafnis con los mirtos; él con una manzana el rostro de ella, porque era blanco y sonrosado. La enseñaba a taner la flauta, pero, apenas empezaba a soplar, Dafnis arrancándole la zampoña recorría las cañas con sus labios. Y parecía corregirle sus errores, mas con este simulacro besaba por mediación de la zampoña a Cloe. Y mientras tañía Dafnis su siringa a la hora de la siesta y los ganados se refugiaban en la sombra, Cloe sin darse cuenta dormitaba. En cuanto descubría esto, dejaba Dafnis su zampoña e insaciable demoraba su mirada por toda ella, como sin tener que avergonzarse, y al tiempo disimuladamente con voz queda susurraba: ≪!Cómo duermen sus ojos! !Qué aliento el de su boca!: ni siquiera las manzanas ni los sotos pueden comparársele. Pero recelo de besarla: su beso muerde el corazón y, como la miel reciente, hace enloquecer. Tampoco me decido, no sea que al besarla la despierte. !Ruidosas cigarras, que no la dejaran dormir con tal escándalo! Es más, ¡hasta los machos a golpes de cornamenta se enzarzan ahora! !Lobos más cobardes que zorras, que no se los han llevado!≫. Con tales razones se expresaba cuando, en su huida de una golondrina que quería capturarla, una cigarra vino a parar al regazo de Cloe. La golondrina que iba persiguiéndola no acertó a alcanzarla, pero con la persecución se acercó tanto que le rozó las mejillas con sus alas. Y a Cloe, sin saber que le pasaba, con un grito el sobresalto la sacó del sueño. Al ver la golondrina que aún volaba cerca y a Dafnis que se reía de su miedo, el susto se le pasó y se frotaba los ojos, que en seguir dormidos se empeñaban. La cigarra desde el regazo retornó a su canto, igual que un suplicante reconocido de haber sido salvado. De nuevo dejó Cloe escapar un grito. Dafnis volvió a reír y, aprovechando el pretexto, le deslizó sus manos en el pecho y a la buena cigarra saco fuera, la cual ni así en su mano derecha se callaba. Cloe la miró complacida, la cogió y, con un beso, volvió a depositarla, sin que cesara de cantar, en su regazo. En cierta ocasión les llegaba para su gozo desde el bosque el pastoril zureo de una paloma torcaz. Cloe deseaba saber lo que decía y Dafnis se lo enseña contándole esta historia tan común: ≪Hubo, zagala, una zagala igual de linda y que así apacentaba muchas vacas en un bosque. Era también cantarina y sus vacas se recreaban con el arte de su canto y las pastoreaba sin golpes de cayado ni picarlas con la aijada. Sentada, en cambio, al pie de un pino, con una guirnalda de sus ramas, entonaba una canción de Pan y Pitis. Y las vacas permanecian junto a su voz. Un muchacho que no lejos apacentaba vacas, también él lindo y cantarín igual que la zagala, puesto a rivalizar con sus canciones hizo gala, a su vez, de una voz más potente, que por algo era varón, pero dulce, como propia

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φιλήσασα. Ἤδη ποτὲ καὶ μήλοις ἀλλήλους ἔβαλον καὶ τὰς κεφαλὰς ἀλλήλων ἐκόσμησαν διακρίνοντες τὰς κόμας· καὶ ἡ μὲν εἴκασεν αὐτοῦ τὴν κόμην, ὅτι μέλαινα, μύρτοις, ὁ δὲ μήλῳ τὸ πρόσωπον αὐτῆς, ὅτι λευκὸν καὶ ἐνερευθὲς ἦν. Ἐδίδασκεν αὐτὴν καὶ συρίττειν· καὶ ἀρξαμένης ἐμπνεῖν ἁρπάζων τὴν σύριγγα τοῖς χείλεσιν αὐτὸς τοὺς καλάμους ἐπέτρεχε· καὶ ἐδόκει μὲν διδάσκειν ἁμαρτάνουσαν, εὐπρεπῶς δὲ διὰ τῆς σύριγγος Χλόην κατεφίλει. Συρίττοντος δὲ αὐτοῦ τὸ μεσημβρινὸν καὶ τῶν ποιμνίων σκιαζομένων ἔλαθεν ἡ Χλόη κατανυστάξασα. Φωράσας τοῦτο ὁ Δάφνις καὶ καταθέμενος τὴν σύριγγα πᾶσαν αὐτὴν ἔβλεπεν ἀπλήστως, οἷα μηδὲν αἰδούμενος, καὶ ἅμα ἠρέμα ὑπεφθέγγετο ‘οἷον καθεύδουσιν ὀφθαλμοί, οἷον δὲ ἀποπνεῖ τὸ στόμα. Οὐδὲ τὰ μῆλα τοιοῦτον, οὐδὲ αἱ ὄχναι. Ἀλλὰ φιλῆσαι μὲν δέδοικα· δάκνει τὸ φίλημα τὴν καρδίαν, καὶ ὥσπερ τὸ νέον μέλι μαίνεσθαι ποιεῖ· ὀκνῶ δὲ καὶ μὴ φιλήσας αὐτὴν ἀφυπνίσω. Ὤ λάλων τεττίγων, οὐκ ἐάσουσιν αὐτὴν καθεύδειν μέγα ἠχοῦντες. Ἀλλὰ καὶ οἱ τράγοι τοῖς κέρασι παταγοῦσι μαχόμενοι. Ὤ λύκων ἀλωπέκων δειλοτέρων, οἳ τούτους οὐχ ἥρπασαν.’ Ἐν τοιούτοις ὄντος αὐτοῦ λόγοις τέττιξ φεύγων χελιδόνα θηρᾶσαι θέλουσαν κατέπεσεν εἰς τὸν κόλπον τῆς Χλόης· καὶ ἡ χελιδὼν ἑπομένη τὸν μὲν οὐκ ἠδυνήθη λαβεῖν, ταῖς δὲ πτέρυξιν ἐγγὺς διὰ τὴν δίωξιν γενομένη τῶν παρειῶν αὐτῆς ἥψατο. Ἡ δὲ οὐκ εἰδυῖα τὸ πραχθὲν μέγα βοήσασα τῶν ὕπνων ἐξέθορεν. Ἰδοῦσα δὲ καὶ τὴν χελιδόνα ἔτι πλησίον πετομένην καὶ τὸν Δάφνιν ἐπὶ τῷ δέει γελῶντα τοῦ φόβου μὲν ἐπαύσατο, τοὺς δὲ ὀφθαλμοὺς ἀπέματτεν ἔτι καθεύδειν θέλοντας. Καὶ ὁ τέττιξ ἐκ τῶν κόλπων ἐπήχησεν ὅμοιον ἱκέτῃ χάριν ὁμολογοῦντι τῆς σωτηρίας. Πάλιν οὖν ἡ Χλόη μέγα ἐβόησεν, ὁ δὲ Δάφνις ἐγέλασε· καὶ προφάσεως λαβόμενος καθῆκεν αὐτῆς εἰς τὰ στέρνα τὰς χεῖρας καὶ ἐξάγει τὸν βέλτιστον τέττιγα, μηδὲ ἐν τῇ δεξιᾷ σιωπῶντα. Ἡ δὲ ἥδετο ἰδοῦσα καὶ ἐφίλησε λαβοῦσα καὶ αὖθις ἐνέβαλε τῷ κόλπῳ λαλοῦντα. Ἔτερψεν αὐτοὺς τότε φάττα βουκολικὸν ἐκ τῆς ὕλης φθεγξαμένη. Καὶ τῆς Χλόης ζητούσης μαθεῖν ὅ τι λέγει, διδάσκει αὐτὴν ὁ Δάφνις μυθολογῶν τὰ θρυλούμενα. ‘Ἦν οὕτω, παρθένε, παρθένος καλὴ καὶ ἔνεμε βοῦς πολλὰς ἐν ὕλῃ· ἦν δὲ ἄρα καὶ ᾠδικὴ καὶ ἐτέρποντο αἱ βόες αὐτῆς τῇ μουσικῇ, καὶ ἔνεμεν οὔτε καλαύροπος πληγῇ οὔτε κέντρου προσβολῇ, ἀλλὰ καθίσασα ὑπὸ πίτυν καὶ στεφανωσαμένη πίτυϊ ᾖδε Πᾶνα καὶ τὴν Πίτυν, καὶ αἱ βόες τῇ φωνῇ παρέμενον. Παῖς οὐ μακρὰν νέμων βοῦς, καὶ αὐτὸς καλὸς καὶ ᾠδικὸς ὡς ἡ παρθένος, φιλονεικήσας πρὸς τὴν μελῳδίαν, μείζονα ὡς ἀνήρ, ἡδίονα ὡς παῖς φωνὴν ἀντεπεδείξατο, καὶ τῶν βοῶν ὀκτὼ τὰς ἀρίστας ἐς τὴν ἰδίαν ἀγέλην θέλξας ἀπεβουκόλησεν. [4] Ἄχθεται ἡ παρθένος τῇ βλάβῃ τῆς ἀγέλης, τῇ ἥττῃ τῆς ᾠδῆς, καὶ εὔχεται τοῖς θεοῖς ὄρνις γενέσθαι πρὶν οἴκαδε ἀφικέσθαι. Πείθονται οἱ θεοὶ καὶ ποιοῦσι

de un muchacho, y a ocho de las vacas, las mejores, con este hechizo extraviadas se las llevó con su rebaño. Se duele la zagala con el daño recibido en su ganado, a más de verse derrotada en sus canciones, y a los dioses les suplica que antes de estar en el hogar de vuelta se haya convertido en ave. Los dioses acceden y la mudan en el pájaro ese, montaraz cual la zagala, y como aquella melodioso. Y aún ahora con su arrullo denuncia su infortunio, queriendo recobrar sus vacas≫. Placeres como éstos les traía el verano. Pero, cuando ya el otoño estuvo en su apogeo y maduros los racimos, unos piratas tirios, que tripulaban una nave caria para no pasar por extranjeros, fueron a tocar en la campiña y, desembarcando con petos y machetes, expoliaban cuanto a las manos les venía, vinos olorosos, grano en abundancia, miel de los panales. Se llevaron incluso algunos bueyes del hato de Dorcón. Y a Dafnis lo sorprenden caminando al azar por el borde de la playa, pues Cloe, como zagala, por miedo a los pastores insolentes sacaba más tarde los ganados de Driante. Y, al ver a un mozalbete crecido y apuesto y de mayor valía que lo que rapiñaran de los campos, ya no se ocuparon para nada ni de las cabras ni del resto de las fincas y lo condujeron a bordo de su barco entre sollozos, sin recursos y con sus gritos invocando a Cloe, Y soltando la amarra y empuñando los remos se alejaban mar adentro, y en esto que Cloe llegaba con su grey y una zampoña nueva que de regalo le traía a Dafnis. Al ver el alboroto de las cabras y oír que Dafnis la llamaba con gritos más agudos cada vez, no piensa en sus ovejas, tira la zampoña y a todo correr se presenta donde estaba Dorcón a demandar su ayuda. Pero Dorcón yacía en tierra, quebrantado por los piratas con profundas heridas apenas alentaba y perdía la sangre a chorros. Con todo, al ver a Cloe, recobrando un pequeño rescoldo por su viejo amor le dijo: ≪Yo, Cloe, estaré muerto dentro de poco, pues los impios salteadores por luchar en defensa de mis bueyes me han abatido como a un buey. Mas tu salva para ti a Dafnis, véngame a mí y a ellos destrúyelos. He enseñado a mis vacas a seguir el tañido de mi flauta, a perseguir su melodía, por lejos que esté el sitio donde pasten. Ve, pues, toma esa zampoña y toca el aire aquel que yo enseñé una vez a Dafnis y Dafnis a ti. !El resto correrá a cargo de la flauta y de las vacas que allí están. Y la zampoña misma, con la que en competición derroté a muchos boyeros y cabreros, de regalo te la dejo. Y tú, a cambio de esto, mientras aún vivo, bésame y, cuando haya muerto, llórame. Y, cuando veas que otro lleva mis vacas a pastar, acuérdate de mí.≫ Tan sólo estas palabras pronunció Dorcón y, al tiempo que besaba por postrera vez, con el beso y con la voz se le escapó la vida. Y Cloe, empuñando la siringa y aplicándole los labios, tocó con la mayor fuerza de que fue capaz. Y las vacas oyen y reconocen la canción; con unánime arrancadaamugiendo se precipitan en el mar. Y como su brusco salto se produjo por una misma borda de la nave y con la zambullida de las vacas se hendió el mar, se volcó la embarcación y, cuando las olas se cerraron, acabó de naufragar. Los hombres se arrojan de la nave, pero con esperanzas diversas de salvarse: los

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τήνδε τὴν ὄρνιν, ὄρειον ὡς παρθένον, μουσικὴν ὡς ἐκείνην. Καὶ ἔτι νῦν ᾄδουσα μηνύει τὴν συμφοράν, ὅτι βοῦς ζητεῖ πεπλανημένας.’ Τοιάσδε τέρψεις αὐτοῖς τὸ θέρος παρεῖχε. Μετοπώρου δὲ ἀκμάζοντος καὶ τοῦ βότρυος Τύριοι λῃσταὶ Καρικὴν ἔχοντες ἡμιολίαν, ὡς ἂν μὴ δοκοῖεν βάρβαροι, προσέσχον τοῖς ἀγροῖς, καὶ ἐκβάντες σὺν μαχαίραις καὶ ἡμιθωρακίοις κατέσυρον πάντα τὰ εἰς χεῖρας ἐλθόντα, οἶνον ἀνθοσμίαν, πυρὸν ἄφθονον, μέλι ἐν κηρίοις· ἤλασάν τινας καὶ βοῦς ἐκ τῆς Δόρκωνος ἀγέλης. Λαμβάνουσι καὶ τὸν Δάφνιν ἀλύοντα παρὰ τὴν θάλατταν· ἡ γὰρ Χλόη βραδύτερον ὡς κόρη τὰ πρόβατα ἐξῆγε τοῦ Δρύαντος, φόβῳ τῶν ἀγερώχων ποιμένων. Ἰδόντες δὲ μειράκιον μέγα καὶ καλὸν καὶ κρεῖττον τῆς ἐξ ἀγρῶν ἁρπαγῆς, μηκέτι μηδὲν μήτε ἐς τὰς αἶγας μήτε ἐς τοὺς ἄλλους ἀγροὺς περιεργασάμενοι κατῆγον αὐτὸν ἐπὶ τὴν ναῦν κλάοντα καὶ ἠπορημένον καὶ μέγα Χλόην καλοῦντα. Καὶ οἱ μὲν τὸ πεῖσμα ἄρτι ἀπολύσαντες καὶ τὰς κώπας ταῖς χερσὶν ἐμβαλόντες ἀνέπλεον εἰς τὸ πέλαγος· Χλόη δὲ κατήλαυνε τὸ ποίμνιον, σύριγγα καινὴν τῷ Δάφνιδι δῶρον κομίζουσα. Ἰδοῦσα δὲ τὰς αἶγας τεταραγμένας καὶ ἀκούσασα τοῦ Δάφνιδος ἀεὶ μεῖζον αὐτὴν βοῶντος, προβάτων μὲν ἀμελεῖ καὶ τὴν σύριγγα ῥίπτει, δρόμῳ δὲ πρὸς τὸν Δόρκωνα παραγίνεται δεησομένη βοηθεῖν. Ὁ δὲ ἔκειτο πληγαῖς νεανικαῖς συγκεκομμένος ὑπὸ τῶν λῃστῶν καὶ ὀλίγον ἐμπνέων, αἵματος πολλοῦ χεομένου. Ἰδὼν δὲ τὴν Χλόην καὶ ὀλίγον ἐκ τοῦ πρότερον ἔρωτος ἐμπύρευμα λαβὼν ‘ἐγὼ μὲν’ εἶπε, ‘Χλόη, τεθνήξομαι μετʹ ὀλίγον· οἱ γάρ με ἀσεβεῖς λῃσταὶ πρὸ τῶν βοῶν μαχόμενον κατέκοψαν ὡς βοῦν. Σὺ δὲ καὶ Δάφνιν σῶσον κἀμοὶ τιμώρησον κἀκείνους ἀπόλεσον. Ἐπαίδευσα τὰς βοῦς ἤχῳ σύριγγος ἀκολουθεῖν καὶ διώκειν τὸ μέλος αὐτῆς, κἂν νέμωνταί που μακράν. Ἴθι δή, λαβοῦσα τὴν σύριγγα ταύτην ἔμπνευσον αὐτῇ μέλος ἐκεῖνο, ὃ Δάφνιν μὲν ἐγώ ποτε ἐδιδαξάμην, Δάφνις δὲ σέ· τὸ δὲ ἐντεῦθεν τῇ σύριγγι μελήσει καὶ τῶν βοῶν ταῖς ἐκεῖ. Χαρίζομαι δέ σοι καὶ τὴν σύριγγα αὐτήν, ᾗ πολλοὺς ἐρίζων καὶ βουκόλους ἐνίκησα καὶ αἰπόλους. Σὺ δὲ ἀντὶ τῶνδε καὶ ζῶντα ἔτι φίλησον καὶ ἀποθανόντα κλαῦσον· κἂν ἴδῃς ἄλλον νέμοντα τὰς βοῦς, ἐμοῦ μνημόνευσον Δόρκων μὲν δὴ τοσαῦτα εἰπὼν καὶ φίλημα φιλήσας ὕστατον ἀφῆκεν ἅμα τῷ φιλήματι τὴν ψυχήν· ἡ δὲ Χλόη λαβοῦσα τὴν σύριγγα καὶ ἐνθεῖσα τοῖς χείλεσιν ἐσύριττεν ὡς ἐδύνατο μέγιστον· καὶ αἱ βόες ἀκούουσι καὶ τὸ μέλος γνωρίζουσι καὶ ὁρμῇ μιᾷ μυκησάμεναι πηδῶσιν εἰς τὴν θάλατταν. Βιαίου δὲ πηδήματος εἰς ἕνα τοῖχον τῆς νεὼς γενομένου κἀκ της ἐμπτώσεως τῶν βοῶν κοίλης τῆς θαλάττης διαστάσης στρέφεται μὲν ἡ ναῦς καὶ τοῦ κλύδωνος συνιόντος ἀπόλλυται, οἱ δὲ ἐκπίπτουσιν οὐχ ὁμοίαν ἔχοντες ἐλπίδα σωτηρίας. Οἱ μὲν γὰρ λῃσταὶ τὰς μαχαίρας παρήρτηντο καὶ τὰ ἡμιθωράκια τὰ λεπιδωτὰ ἐνεδέδυντο καὶ κνημῖδας εἰς μέσην κνήμην ὑπεδέδεντο· ὁ δὲ Δάφνις

piratas tenían ceñidos sus machetes, estaban revestidos de sus petos escamosos y calzaban grebas hasta media pierna. Dafnis en cambio estaba descalzo, por estar apacentando sus ganados en el llano, y medio desnudo, porque era todavía la estación del calor. A áquellos, pues, después de nadar un breve rato, sus armaduras los arrastraron hasta el fondo, mientras Dafnis sin esfuerzo se despojaba de su ropa, aunque nadar le resultaba fatigoso por haber nadado antes sólo en los ríos. Pero luego su propio apuro le enseñó que había de hacer: tomó impulso hasta el centro de las vacas, se aferró a los cuernos de dos con ambas manos y se dejó llevar en medio, sin más molestia ni cansancio que si condujera un carro. Y es que una vaca nada incluso mejor que un hombre: sólo le ganan los pájaros acuáticos y los propios peces. Y no perecería mientras nada a no ser que perdiera las pezuñas, caladas de humedad. Y son testimonios de esta noticia, hasta ahora, los muchos puntos del mar que reciben el nombre de ≪Paso de la Vaca≫. Y es de esta manera como viene Dafnis a salvarse, escapando de dos peligros contra toda esperanza: de los piratas y de un naufragio. Sale del agua, encuentra en la ribera a Cloe, que ríe y llora a la vez, se arroja en su regazo y le pregunta con que fin había tocado la zampoña. Y ella todo se lo cuenta: su carrera en busca de Dorcón, el amaestramiento de las reses, como la animó a taner la flauta y que Dorcón estaba muerto. Tan sólo, por pudor, no le hablo del beso. Resolvieron honrar a su bienhechor y, con sus allegados, acudieron a enterrar al infeliz Dorcón. Amontonaron un gran tumulo de tierra, sembraron plantas de jardín en abundancia y colgaron en su honor primicias de sus labores. Pero también le hicieron libaciones de leche, exprimieron racimos y quebraron muchas flautas. A sus vacas se las oyó mugir en tonos lastimeros y entre mugidos se las vio corretear desatentadas. Que, según se imaginaban pastores y cabreros, ése era él duelo de las reses, por su vaquero muerto. Después del entierro de Dorcón llevó Cloe, para lavarlo, a Dafnis allá junto a las Ninfas, dentro de la gruta. También ella en esa ocasión por primera vez, mientras Dafnis la miraba, lavó su cuerpo, blanco y pulcro por su propia hermosura y que no precisaba baño alguno para ser tan hermoso. Recogieron cuantas flores trae esa época del año, coronaron de guirnaldas las imágenes y de la peña colgaron como ofrenda la zampoña de Dorcón. Tras esto, fueron a inspeccionar sus hatos de cabras y de ovejas. Y estaban todas echadas, sin pastar, sin balar, sino —creo yo— con nostalgia por Dafnis y por Cloe, que no aparecían. Con que, una vez que se dejaron ver y les dirigieron las voces que solían y tañeron la zampoña, las ovejas se alzaron y se pusieron a pastar, y las cabras brincaron resoplando, como gozosas de que su cabrero habitual estuviera sano y salvo. No obstante, Dafnis no podía animar a su alma a estar alegre, tras haber visto a Cloe desnuda y desvelada la belleza que antes le había estado oculta. Le dolía el corazón, como roído por ponzoñas, y exhalaba agitadamente a ratos el aliento, como si lo fueran persiguiendo, y otras veces le faltaba, como si lo tuviera extenuado de las carreras anteriores.

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ἀνυπόδητος, ὡς ἐν πεδίῳ νέμων, καὶ ἡμίγυμνος, ὡς ἔτι τῆς ὥρας οὔσης καυματώδους. Ἐκείνους μὲν οὖν ἐππ ὀλίγον νηξαμένους τὰ ὅπλα κατήνεγκεν εἰς βυθόν· ὁ δὲ Δάφνις τὴν μὲν ἐσθῆτα ῥᾳδίως ἀπεδύσατο, περὶ δὲ τὴν νῆξιν ἔκαμνεν, οἷα πρότερον νηχόμενος ἐν ποταμοῖς μόνοις· ὕστερον δὲ παρὰ τῆς ἀνάγκης τὸ πρακτέον διδαχθεὶς εἰς μέσας ὥρμησε τὰς βοῦς, καὶ βοῶν δύο κεράτων ταῖς δύο χερσὶ λαβόμενος ἐκομίζετο μέσος ἀλύπως καὶ ἀπόνως, ὥσπερ ἐλαύνων ἅμαξαν. Νήχεται δὲ ἄρα βοῦς ὅσον οὐδὲ ἄνθρωπος· μόνων λείπεται τῶν ἐνύδρων ὀρνίθων καὶ αὐτῶν ἰχθύων· οὐδ' ἂν ἀπόλοιτο βοῦς νηχόμενος, εἰ μὴ τῶν χηλῶν οἱ ὄνυχες περιπέσοιεν διάβροχοι γενόμενοι. Μαρτυροῦσι τῷ λόγῳ μέχρι νῦν πολλοὶ τόποι τῆς θαλάττης, βοὸς πόροι λεγόμενοι. Σώζεται μὲν δὴ τοῦτον τὸν τρόπον ὁ Δάφνις, δύο κινδύνους παῤ ἐλπίδα πᾶσαν διαφυγών, λῃστηρίου καὶ ναυαγίας· ἐξελθὼν δὲ καὶ τὴν Χλόην ἐπὶ τῆς γῆς γελῶσαν ἅμα καὶ δακρύουσαν εὑρὼν ἐμπίπτει τε αὐτῆς τοῖς κόλποις καὶ ἐπυνθάνετο τί βουλομένη συρίσειεν· ἡ δὲ αὐτῷ διηγεῖται πάντα· τὸν δρόμον τὸν ἐπὶ τὸν Δόρκωνα, τὸ παίδευμα τῶν βοῶν, πῶς κελευσθείη συρίσαι, καὶ ὅτι τέθνηκε Δόρκων· μόνον αἰδεσθεῖσα τὸ φίλημα οὐκ εἶπεν. Ἔδοξε δὴ τιμῆσαι τὸν εὐεργέτην, καὶ ἐλθόντες μετὰ τῶν προσηκόντων Δόρκωνα θάπτουσι τὸν ἄθλιον. Γῆν μὲν οὖν πολλὴν ἐπένησαν, φυτὰ δὲ ἥμερα πολλὰ ἐφύτευσαν καὶ ἐξήρτησαν αὐτῶν τῶν ἔργων ἀπαρχάς· ἀλλὰ καὶ γάλα κατέσπεισαν καὶ βότρυς κατέθλιψαν καὶ σύριγγας πολλὰς κατέκλασαν. Ἠκούσθη καὶ τῶν βοῶν ἐλεεινὰ μυκήματα καὶ δρόμοι τινὲς ὤφθησαν ἅμα τοῖς μυκήμασιν ἄτακτοι· καὶ ὡς ἐν ποιμέσιν εἰκάζετο καὶ αἰπόλοις, ταῦτα θρῆνος ἦν τῶν βοῶν ἐπὶ βουκόλῳ τετελευτηκότι. Μετὰ δὲ τὸν τοῦ Δόρκωνος τάφον λούει τὸν Δάφνιν ἡ Χλόη πρὸς τὰς Νύμφας ἀγαγοῦσα. Καὶ αὐτὴ τότε πρῶτον Δάφνιδος ὁρῶντος ἐλούσατο τὸ σῶμα λευκὸν καὶ καθαρὸν ὑπὸ κάλλους καὶ οὐδὲν λουτρῶν ἐς κάλλος δεόμενον· καὶ ἄνθη συλλέξαντες, ὅσα τῆς ὥρας ἐκείνης, ἐστεφάνωσαν τὰ ἀγάλματα καὶ τὴν τοῦ Δόρκωνος σύριγγα τῆς πέτρας ἐξήρτησαν ἀνάθημα. Καὶ μετὰ τοῦτο ἐλθόντες ἐπεσκόπουν τὰς αἶγας καὶ τὰ πρόβατα. Τὰ δὲ πάντα κατέκειτο μήτε νεμόμενα μήτε βληχώμενα, ἀλλ' οἶμαι, τὸν Δάφνιν καὶ τὴν Χλόην ἀφανεῖς ὄντας ποθοῦντα. Ἐπειδὴ οὖν ὀφθέντες καὶ ἐβόησαν τὸ σύνηθες καὶ ἐσύρισαν, τὰ μὲν ποίμνια ἀναστάντα ἐνέμετο, αἱ δὲ αἶγες ἐσκίρτων φριματτόμεναι, καθάπερ ἡδόμεναι σωτηρίᾳ συνήθους αἰπόλου. Οὐ μὴν ὁ Δάφνις χαίρειν ἔπειθε τὴν ψυχήν, ἰδὼν τὴν Χλόην γυμνὴν καὶ τὸ πρότερον λανθάνον κάλλος ἐκκεκαλυμμένον. Ἤλγει τὴν καρδίαν ὡς ἐσθιομένην ὑπὸ φαρμάκων, καὶ αὐτῷ τὸ πνεῦμα ποτὲ μὲν λάβρον ἐξέπνει, καθάπερ τινὸς διώκοντος αὐτόν, ποτὲ δὲ ἐξέλειπε, καθάπερ ἐκδαπανηθὲν ἐν ταῖς πρότερον ἐπιδρομαῖς. Ἐδόκει τὸ λουτρὸν εἶναι τῆς θαλάττης φοβερώτερον·

Juzgaba que el baño era más temible que el mar y pensaba que aún su alma permanecía entre los piratas: tan joven era y rústico, sin que supiera todavía que Amor es un pirata.

ἐνόμιζε τὴν ψυχὴν ἔτι παρὰ τοῖς λῃσταῖς μένειν, οἷα νέος καὶ ἄγροικος καὶ ἔτι ἀγνοῶν τὸ ἔρωτος λῃστήριον.

- Actividades sobre la lectura (Debe realizarse la lectura de la novela completa). Antes de la lectura. 1) Contesta brevemente las siguientes preguntas sobre el autor y su obra: – ¿Qué se sabe del autor? – ¿Cuándo se escribió la obra? – ¿Cuál es el tema principal de la obra? – ¿A qué género pertenece la obra? – ¿Qué otras obras griegas del mismo género nos han llegado? – ¿Por qué se valora especialmente esta obra? – Influencia de la obra en la literatura posterior. Preguntas sobre la lectura. 3) Esta obra es una novela helenística, género cuyas principales características son: tema amoroso, estructura salpicada de aventuras y percances que obstaculiza el amor de los protagonistas y los ponen en peligro de muerte, intervención decisiva de Τὐχη (la fortunao azar) en el desarrollo de la trama y final feliz. Comenta como se cumplen estas características en la novela. 4) En la novela aparecen cultos religiosos relacionados con la fertilidad y la naturaleza: a) Explica en que consisten los cultos que se mencionan. b)bHaz una lista de las divinidades que se mencionan y explica brevemente su genealogía, atribuciones, imagen y culto. 5) Un aspecto muy importante de la obra es la oposición entre el campoy la ciudad. a) ¿Qué acontecimientos ocurren en un escenario urbano y cuáles en un medio rural? b) ¿Cuáles son los personajes “de ciudad” y cuáles los “de campo”? ¿Qué características se atribuyen a cada uno de estos grupos? c) ¿Qué medio se considera más positivo? d) ¿Cómo está idealizada la vida en el campo? 6) En la novela se describe el paso de las estaciones y la historia de amor va evolucionando con ella. Comenta este aspecto de la narración y haz un esquema en que se muestren las distintas fases de la relación de Dafnis y Cloe y cómo se enmarcan en el ciclo de las estaciones. 7) En la novela se mencionan dos huertos ¿Cuáles? ¿Qué importancia tienen? ¿Qué simbolizan? 8) Dibuja un esquema en que se representen las relaciones entre todos personajes individuales que aparecen. 9) Explica el papel de cada uno de los siguientes personajes en la historia de amor de los dos jóvenes protagonistas y en la evolución de la trama: - Los visitantes de Metimna: - Dorcón: - Eros - Las ninfas: - Los padres adoptivos de los jóvenes: - Lycenia: - Filetas: - Dionisofanes: 10) Explica con tus palabras como estan caracterizados Dafnis y Cloe y cómo evolucionan a lo largo de la obra. Valoración y creación. 11) ¿Consideras la historia de amor de Dafnis y Cloe como una historia modélica que vale para cualquier época? Si conocieras personalmente a estos personajes ¿Qué les comentarías acerca de su amor? ¿Qué les contarías sobre las relaciones amorosas hoy en día y sobre cómo ves su historia desde tu punto de visa actual? 12) Escribe una resena de unas 20 líneas sobre la obra. 1. Breve introducción de la obra. 2. Análisisy opinión. 3. Conclusión y recomendación.

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8.3. Textos y actividades correspondientes: Textos de la Opción B de las PAEGs. TEXTO 1. OPCIÓN B Cécrope es el primer rey mítico del Ática. Κέκροψ1 αὐτόχθων, συμφυὲς2 ἔχων σῶμα ἀνδρὸς καὶ δράκοντος, τῆς Ἀττικῆς ἐβασίλευσε πρῶτος, καὶ τὴν γῆν πρότερον λεγομένην Ἀκτὴν3 ἀφ᾽ ἑαυτοῦ Κεκροπίαν4 ὠνόμασεν. 1. Κέκροψ, -οπος (ὁ): Cécrope. 2. συμφυής, -ές: mixto. 3. Ἀκτή, -ῆς (ἡ): Acté. 4. Κεκροπία, -ας (ἡ): Cecropia. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde Κέκροψ hasta ἐβασίλευσε (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de σῶμα «cuerpo» y otros dos de πρῶτος «primero» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La poesía épica (3 puntos).

TEXTO 2. OPCIÓN B Euristeo pone una segunda prueba a Heracles: matar a la hidra de Lerna. δεύτερον δὲ ἆθλον ἐπέταξεν1 αὐτῷ τὴν Λερναίαν2 ὕδραν κτεῖναι3· αὕτη δὲ ἐν τῷ τῆς Λέρνης4 ἕλει5 ἐκτραφεῖσα6 ἐξέβαινεν7 εἰς τὸ πεδίον καὶ τά τε βοσκήματα καὶ τὴν χώραν διέφθειρεν8. 1. Del verbo ἐπι-τάσσω. 2. Λερναίος -α -ον: de Lerna. 3. Inf. aor. Κτείνω. 4. Λέρνη, -ης (ἡ): Lerna. 5. De ἕλος, -ους (τó): pantano. 6. Part. aor. pas. de ἐκ-τρέφω. 7. Del verbo ἐκ-βαίνω. 8. Del verbo δια-φθείρω. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde el principio hasta κτεῖναι (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de τραῦμα «herida» y otros dos de ζῷον «animal» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: El drama (3 puntos). 133

TEXTO 3. OPCIÓN B Prometeo entrega el fuego a los hombres y Zeus ordena que sea clavado en el Cáucaso. Προμηθεὺς1 δὲ ἐξ ὕδατος καὶ γῆς ἀνθρώπους πλάσας2 ἔδωκεν3 αὐτοῖς καὶ πῦρ, λάθρᾳ :ιὸς ἐν νάρθηκι κρύψας. ὡς δὲ ᾔσθετο4 Ζεύς, ἐπέταξεν5 Ἡφαίστῳ τῷ Καυκάσῳ6 ὄρει τὸ σῶμα αὐτοῦ προσηλῶσαι. 1. Προμηθεύς, -έως (ὁ): Prometeo. 2. Del verbo πλάσσω. 3. 3ª pers. sing. aor. act. de δίδωμι. 4. Aor. de αἰσθάνομαι. 5. Del verbo ἐπι-τάσσω. 6. Καύκασος, -ου (ὁ): Cáucaso (nombre de un monte). CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde Προμηθεὺς hasta πῦρ (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de πῦρ «fuego» y otros dos de γῆ «tierra» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La historiografía (3 puntos).

TEXTO 4. OPCIÓN B Las ninfas y los Curetes se ocupan del niño Zeus. αὗται1 μὲν οὖν τὸν παῖδα ἔτρεφον τῷ τῆς Ἀμαλθείας2 γάλακτι, οἱ δὲ Κούρητες3 ἔνοπλοι ἐν τῷ ἄντρῳ τὸ βρέφος φυλάσσοντες τοῖς δόρασι4 τὰς ἀσπίδας συνέκρουον5. 1. Se refiere a las ninfas. 2. Ἀμαλθεία, -ας (ἡ): Amaltea. 3. Κούρητες, -ων (οἱ): Curetes. 4. Dat. plur. de δόρυ, δόρατος (τό). 5. Del verbo συγ-κρούω. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde οἱ δὲ Κούρητες hasta el final (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de παῖς «niño» y otros dos de γαστήρ «vientre» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La historiografía (3 puntos).

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TEXTO 5. OPCIÓN B Los Cíclopes reparten armas a los dioses y estos arrojan a los Titanes al Tártaro. Κύκλωπες1 Διὶ μὲν διδόασι2 βροντὴν καὶ κεραυνόν, Πλούτωνι3 δὲ κυνέην, Ποσειδῶνι δὲ τρίαιναν· οἱ δὲ τούτοις ὁπλισθέντες4 κρατοῦσι Τιτάνων5, καὶ καθείρξαντες αὐτοὺς ἐν τῷ Ταρτάρῳ6 τοὺς ἑκατόγχειρας κατέστησαν7 φύλακας. 1. Κύκλωψ, -οπος (ὁ): Cíclope. 2. 3ª pl. pres. ind. act. de δίδωμι. 3. Πλούτων, ονος (ὁ): Plutón. 4. Del verbo ὁπλίζω. 5. Τιτάν, -ᾶνος (ὁ): Titán. 6. Τάρταρος, -ου (ὁ): el Tártaro (profundidades de las regiones infernales). 7. 3ª pl. aor. act. de καθίστημι. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde καὶ καθείρξαντες hasta el final (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de βιβλίον «libro» y otros dos de αὐτός «mismo» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La poesía lírica (3 puntos).

TEXTO 6. OPCIÓN B Heracles se enfrenta a la naturaleza prodigiosa de la Hidra. ὁ Ἡρακλῆς δὲ τῷ ῥοπάλῳ τὰς κεφαλὰς κόπτων οὐδὲν ἀνύειν ἠδύνατο1· μιᾶς2 γὰρ κοπτομένης κεφαλῆς δύο ἀνεφύοντο. ἐπεβοήθει3 δὲ καρκίνος τῇ ὕδρᾳ ὑπερμεγέθης, δάκνων τὸν πόδα4. 1. 3ª sg. impf. de δύναμαι. 2. De εἷς, μία, ἕν. 3. ἐπεβοήθει: del verbo ἐπι-βοηθέω. 4. De πούς, ποδός (ὁ). CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y análisis sintáctico desde ἐπεβοήθει hasta el final (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de κεφαλή «cabeza» y otros dos de πούς, ποδός «pie» (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La poesía épica (3 puntos). 135

APÉNDICE. El cuento popular y la Fábula en Grecia. 1. EL CUENTO POPULAR EN GRECIA. La Fábula es un género narrativo breve, propio de tradiciones culturales orales. En ese sentido la fábula puede ser puesta en relación con el cuento popular, género también narrativo y propio de las mismas tradiciones. De hecho, según veremos poco más adelante, los mismos términos pueden emplearse en las fuentes griegas para referirse a fábulas o cuentos populares: lógos / mythos. Según indican Mensching (1969) y (con matices) Käppel (1999), el cuento de Grecia o Roma nos es prácticamente desconocido: No se han conservado repertorios griegos de cuentos (como los de mitos o fábulas). Además tampoco parece que los haya habido. El único relato con forma de cuento procedente de la Antigüedad que conservamos es la fábula de Psique y Cupido de Apuleyo: el carácter de cuento se aprecia p. ej. en el inicio: erat in quadam ciuitate rex et regina. hi tres numero filias ... habuere: hay semejanza con las fórmulas introductorias de los cuentos en otras tradiciones. Ahora bien, aunque es evidente que Apuleyo ha querido darle a este relato el aspecto de un cuento tradicional, no sabemos si la historia es invención suya o si realmente ha transformado (y refinado) un cuento popular. Entonces, ¿de qué evidencia disponemos para suponer que en Grecia hubo un cultivo del cuento popular? Hay evidencias de dos tipos distintos: 1. Los testimonios sobre cuentos en Grecia. 2. Los motivos del cuento presentes en obras de otros géneros. 1. Por lo que se refiere a los testimonios, ha de decirse ante todorias de los cuentos en otras tradiciones. que éstos son difíciles de interpretar. Sucede que las fuentes no diferencian entre cuento / fábula / leyenda / mito. Por ello utilizan fórmulas idénticas para referirse a todos estos géneros y no tenemos seguridad total de cuándo se nos está hablando de cuentos; las fórmulas a la que me refiero son, en griego: mythos (graôn) / mytheúo / lógos. Y en latín: fabula / fabella (anilis). 2. En casi todos los géneros literarios de Grecia aparecen en ocasiones motivos del cuento. Hay ejemplos de ello en Heródoto y logógrafos, Comedia Antigua, Lírica coral, Tragedia, Pero, sobre todo, en la Epopeya, y muy especialmente en la Odisea. De hecho, la trama de todo este poema puede ser analizada como una trama típica del cuento, según indicó Hölscher (1988): Es la historia del héroe (Odiseo) que debe superar distintas pruebas hasta alcanzar finalmente la mano de la princesa (Penélope). En otro nivel textual, en la Odisea se atestiguan p. ej. los siguientes motivos del cuento popular: el motivo del monstruo que devora carne humana, al que el protagonista mata (o deja ciego) en IX 350 ss. (cfr. la historia de Caperucita, el lobo y el cazador); el motivo del recipiente que es abierto en contra de lo que había sido mandado (en X 44 ss.): el motivo recurre, dentro del arcaísmo griego, en la historia de Pandora; el motivo de la transformación de los hombres en animales (X 325 ss.). En todos estos casos se trata de motivos folklóricos documentados en otras tradiciones (cfr Aarne-Thompson 1964, 2ª ed.). Pero, a pesar de lo dicho, debe recalcarse que todo lo que sabemos sobre el cuento en Grecia sólo lo sabemos por analogía con otras tradiciones populares. Por tanto, el cuento popular griego sólo se puede conocer por vía indirecta y no es posible determinar las características peculiares de ese cuento. 2. DEFINICIÓN DE LA FÁBULA COMO GÉNERO LITERARIO. En ausencia de cuentos populares, el único género de narración breve que conocemos en Grecia es la fábula. Ciertamente, la fábula puede ser vista como un tipo especial de cuento, el “cuento de animales” según la tipología de Aarne-Thompson (1964, 2ª ed.). Con todo, el hecho de que estos estudiosos del cuento popular diferencien entre “cuentos de animales”, “cuentos de humor” y “cuentos en sentido propio”, ya nos está indicando que parece más funcional distinguir entre fábula y cuento. Por otra parte ha de tomarse en consideración que, aun no siendo lo más habitual, también pueden ser figuras de la fábula, junto a los animales dotados de palabra, otros personajes:

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* Los hombres: p. ej., en “los hijos del granjero” de Esopo: Los hijos de un labrador vivían en discordia y desunión. Sus exhortaciones eran inútiles para hacerles mudar de sentimientos, por lo cual resolvió darles una lección con la experiencia. Les llamó y les dijo que le llevaran un manojo de varas. Cumplida la orden, les dio las varas en haz y les dijo que las rompieran; mas a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo el haz y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron fácilmente. -¡Ahí tenéis! -les dijo el padre-. Si también vosotros, hijos míos, permanecéis unidos, seréis invencibles ante vuestros enemigos; pero estando divididos seréis vencidos uno a uno con facilidad. Nunca olvides que en la unión se encuentra la fortaleza. * Las plantas (asimismo capaces de hablar): mira p. ej. “el abeto y el espino”, también de Esopo: Disputaban entre sí el abeto y el espino. Se jactaba el abeto diciendo: -Soy hermoso, esbelto y alto, y sirvo para construir las naves y los techos de los templos. ¿Cómo tienes la osadía de compararte a mí? -¡Si recordaras-replicó el espino- las hachas y las sierras que te cortan, preferirías la suerte del espino! Busca siempre la buena reputación pues es una gran honra, pero sin jactarte por ello, y también cuídate de los que quieren aprovecharse de ella para su propio provecho. * E incluso los dioses, a los cuales se dirigen en ocasiones las protestas de los animales (en Calímaco, fr. 192 Pfeiffer). Por cierto que en esta fábula de Calímaco se expone un suceso que explica el hecho de que los animales de las fábulas sigan pautas de comportamiento humanas, en contra de nuestra experiencia: en un primer estadio los animales estaban dotados de palabra como los hombres; molestos por motivos diversos, los animales enviaban embajadas ante Zeus; hasta que, finalmente, Zeus, molesto a su vez por la impertinencia de los animales, los castigó reduciéndolos a la condición en que los conocemos. La fábula griega, como la latina o la oriental, se caracteriza por la brevedad de su extensión y por el hecho de presentar tres elementos característicos e invariables, según observó ya en la Antigüedad Elio Teón (Progymnásmata 72, 27 ss.): - la forma narrativa; - un argumento ficticio que expresa de manera figurada una lección moral; - y una moraleja que hace explícita esa lección. También podría decirse, en la formulación sintética de Teón, que la fábula es una “historia ficticia que reproduce la verdad”. Contra lo que tendemos a pensar, la moraleja no necesita aparecer al final: también puede aparecer precediendo al relato (mira p. ej. la fábula sobre Simónides en Fedro IV 23); en este caso recibe el nombre de promýthion, frente al más habitual epimýthion. Como ejemplo de promýthion, cf. también Fedro I 13: Quienes se alegran al ser alabados por palabras engañosas, sufren, tarde, castigos de vergonzosa penitencia. Como de una ventana un cuervo un queso robado quisiera comerse, sentándose en un alto árbol, lo envidió una zorra, luego así empezó a hablar: «¡Oh cómo es, cuervo, el brillo de tus plumas! ¡Qué gran belleza llevas en tu cuerpo y en tu rostro! Si voz tuvieras, ningún ave superior habría». Y aquel, mientras quiere también su voz mostrar, de su boca abierta soltó el queso; rápidamente la astuta zorra lo arrebató con sus ávidos dientes. Solo entonces gimió el cuervo, burlado por su estupidez. Los tres elementos enunciados antes (forma narrativa / argumento ficticio / moraleja) aparecen ya en la primera fábula griega conservada: el áinos del halcón y el ruiseñor que relata Hesíodo en Trabajos y Días (vv. 202-212). (El primer autor griego que transmite una fábula es Hesíodo: en Homero no hay fábulas, posiblemente por el carácter esencialmente popular de este género – recuerda que Homero margina también por el mismo motivo a las dos divinidades más populares, Deméter y Dioniso). Ahora una fábula les contaré a los reyes, que también ellos son sabios. / Así le dijo el halcón al ruiseñor de variopinto cuello / mientras lo llevaba muy por lo alto entre las nubes, apresándolo con las garras; / él de forma lastimera, traspasado por las corvas garras, / se lamentaba. A éste el otro le dirigió con prepotencia estas palabras: / “Infeliz, ¿por qué chillas? Ahora estás a merced de uno mucho más fuerte que tú. / Irás allí donde yo te lleve, por muy cantor que seas. / Y si quiero te convertiré en mi almuerzo, o bien te soltaré. / Insensato todo aquel que quiera rivalizar con los que son más fuertes: / de la victoria se ve privado y, junto a tal vergüenza, sufre calamidades”. / Así dijo el halcón de raudo vuelo, ave de amplias alas. La fábula del halcón y el ruiseñor parece adaptarse deficientemente a su contexto en Trabajos...: así lo interpreta al menos West (en su comentario al pasaje), aunque otros (Van Dijk) son de otra opinión. Hesíodo compone los Trabajos y Días a raíz de un conflicto con su hermano Perses. Al presentar el caso ante los magistrados, éstos fallaron de forma injusta contra los intereses de Hesíodo, quien tomó así pie para componer su poema sobre la justicia entre los humanos. En realidad la fábula que relata en estos versos parece darles la razón a los poderosos que, en su opinión, se sirven de su posición para vulnerar la justicia. Podríamos decir incluso que la fábula no debería habérsela dirigido Hesíodo a los reyes: al revés, éstos podrían habérsela propuesto a él. El problema deriva posiblemente de la adaptación, poco afortunada en este contexto, de una fábula preexistente. Es muy posible que en este punto, como en otros de sus obras, Hesíodo dependa del influjo de Oriente. Ese influjo debió de desempeñar un papel en el desarrollo de la fábula en Grecia: P. ej., en la India desempeñaron un papel importante las fábulas de animales. También sabemos que ese tipo de fábulas existió en Mesopotamia. Podemos contar con que los jonios de Asia Menor hayan hecho de vía de entrada de esas fábulas, facilitando el tránsito de Oriente Próximo a Grecia. P. ej., la fábula esópica de “la mosca y el elefante” tiene un correlato en una fábula acadia con los

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mismos protagonistas // la fábula sumeria de “el perro y la higuera” es antecedente de la fábula esópica de “la zorra y las uvas”. Lo que aquí interesa es señalar que Hesíodo asume la fábula con los tres elementos invariables que le venían dados (la forma narrativa, el argumento ficticio y la moraleja), aun cuando pueda dar la impresión de que el resultado perjudica sus intereses. Importa indicar también que, en el texto de Hesíodo, la fábula posee un elemento de crítica social, de protesta de los desvalidos frente a los poderosos. Ese elemento de crítica social, que debía de pertenecer al género desde sus orígenes, aparece también en más fábulas de época arcaica o clásica (p. ej. en Arquíloco). En esas denuncias sociales se hace apelación al concepto de justicia, que ha de poner a cada uno en su lugar; pero se evita la denuncia directa por medio del artificio del argumento ficticio, tantas veces protagonizado por animales. 3. EVOLUCIÓN DE LA FÁBULA EN GRECIA: LA COLECCIÓN DE ESOPO: BABRIO. Las fábulas griegas de esas épocas han llegado hasta nosotros insertas en obras literarias mayores, como la ya comentada de Hesíodo o como las que escriben Arquíloco, Heródoto o Aristófanes; miraArquíloco, frs. 174-181 (la venganza de la zorra frente al águila perjura) y 185-187 West (la zorra y el mono); Heródoto I 141, 1-2 (el flautista y los peces); Aristófanes, Avispas 1399-1405 (Esopo y la perra). De época posterior conservamos colecciones de fábulas en las que éstas aparecen como textos autónomos; incluso podríamos decir: como modelos de narración breve. De estas colecciones la más famosa es la colección esópica, que toma su nombre del legendario Esopo. Suponemos que el Esopo histórico debió de nacer en Tracia a principios del s. VI a.C. y que vivió en Samos. En el S. VI debe de datarse la Novela de Esopo, que sólo se conserva en reelaboraciones posteriores que anteceden en algunos manuscritos a la colección de fábulas. Esta Novela de Esopo debió de ser ya nuestra primera colección de fábulas, enlazadas a la narración fantasiosa de la vida del personaje. Heródoto (II 134) ya conocía una versión de la Novela de Esopo. Este tipo de texto contaba con precedentes en Oriente, como la Novela de Ahiqar, que parece haber sido conocida en Atenas en el s. V a.C. Este tipo de obras son, en general, textos en los que relatos de tipo variado se engarzan en la narración de la vida de un personaje famoso por su sabiduría. A este tipo de escritos, propios de la literatura popular, pertenecen también, en la tradición griega, algunas Vidas de Homero, o el Certamen de Homero y Hesíodo. En el s. V los griegos ya asociaban la fábula in genere con el logopoiós tracio Esopo. La obra original de Esopo, más o menos coincidente con la incluida en su Novela, debió de constituir el núcleo originario del corpus posterior de fábulas esópicas. La diferencia estriba en que, en fechas posteriores, se renunciará al artificio de la vida del personaje como elemento estructurante de todo tipo de relatos. La colección esópica que ha llegado a nosotros fue preparada, en origen, en época helenística (en torno a 300 a. C.) por Demetrio de Falero (según Diógenes Laercio V 80-81). Demetrio de Falero es el escritor peripatético, autor también de los Dichos de los siete sabios; les dio a los textos el nombre de lógoi Aisópeioi. Evidentemente, este nombre ya indica que Demetrio no consideraba todos los textos como obra de Esopo. Muy posiblemente (si la ordenación es similar a la que aparece en un papiro Rylands del s. I d.C., nuestra recopilación de fábulas más antigua), dentro de esta colección las fábulas debían de estar agrupadas en función de la identidad de sus protagonistas. Y así algún crítico (Luzzato) propone grupos como “fábulas de plantas / de animales / de animales y hombres / de héroes y dioses”, etc... La colección de Demetrio debía de perseguir un objetivo práctico y ser algo así como un “libro de texto”, un repertorio de fábulas similar a los repertorios de proverbios o sentencias, que podían tener aplicación práctica en el ámbito de la retórica. La teoría antigua sobre la fábula es la de un retórico, Elio Teón. Con todo, los lógoi Aisópeioi no nos conocidos de modo directo por la recopilación de Demetrio: nos son conocidos fundamentalmente por la Collectio Augustana, que Perry sitúa en los ss. I / II d.C. Adrados (1979, 78-79) la atribuye a una fecha posterior: Antigüedad Tardía. Luzzato (1983) sitúa la recopilación en los ss. IX / X, pues la considera como parte de un proyecto enciclopédico bizantino: su interpretación parte de la consideración de que Aes. T 1 contiene el proemio original del recopilador. Poseemos además otras collectiones, como La Collectio Vindobonensis, que incluye relatos coloristas y presenta un lenguaje poco cuidado; contiene fábulas en verso. La Collectio Accursiana fue la más divulgada hasta el descubrimiento de la Augustana. Fue editada por Acursio en 1479 / 1480. Esta colección refunde la tradición de la Vindobonensis y de la Augustana. En la colección esópica, que nosotros podemos leer gracias a Demetrio de Falero y las collectiones, volvemos, por cierto, a encontrarnos con la historia del halcón y el ruiseñor (Aes. 4a), sólo que ahora está readaptada y moralizada en otro sentido: Un ruiseñor que estaba posado sobre una elevada cantaba según su costumbre. Mas un halcón que lo vio, como andaba falto de comida, se precipitó sobre él y lo atrapó. El ruiseñor, viendo que iba a morir, le rogaba que le soltase, diciendo que él no alcanzaba a llenar el vientre del halcón y que éste debía, si necesitaba comida, atacar a los pájaros de mayor tamaño. El halcón le replicó diciendo: “Pero es que yo estaría tonto si dejase pasar la pieza que tengo presa entre mis garras para ir detrás de las que aún no se han presentado”. La fábula muestra que, de igual manera, son los más insensatos de los hombres quienes dejan escapar lo que tienen entre manos por la esperanza de bienes mayores. En relación con este texto querría llamar la atención sobre tres cuestiones: 1. La fábula se denomina a sí misma como lógos: en el caso de la versión de Hesíodo el término empleado había sido el de áinos (término empleado sólo en época arcaica: subraya el aspecto parenético de la fábula).

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2. El término lógos, en cambio, destaca el elemento narrativo; otras veces, dentro del corpus esópico, el término lógos se sustituye por mythos, que subraya a su vez el aspecto ficticio del argumento. 3. En la versión esópica, la fábula carece de la dimensión de crítica social presente en Trabajos y Días. La colección esópica, aun siendo la más famosa que nos ha dejado en herencia el mundo antiguo, no es la única que ha llegado íntegra hasta nosotros. De la literatura griega conservamos, ante todo, las fábulas en verso de Babrio (¿s. II d.C.?), sus Mythíamboi, 144 composiciones métricas agrupadas en dos libros. En los manuscritos, estos Mythíamboi aparecen por orden alfabético (por el orden alfabético de la primera palabra de cada fábula). Babrio debió de vivir y trabajar en la corte de algún gobernante del ámbito griego. A partir de evidencias internas se ha supuesto (es la teoría de Perry) que su lengua materna fue el latín y que después se helenizó. Dedicó su colección a su alumno Branco. Esta dedicatoria sirve para recordar la aplicación escolar que seguía teniendo en la época el estudio de las fábulas. Pero, al tiempo, la fábula de Babrio transciende esa aplicación práctica, pues en él la fábula está concebida como pieza artística y de lectura personal. De hecho, la fábula de Babrio es un tipo de fábula más elaborada que la esópica, y así lo proclama él ya en el prólogo a la colección. En ese lugar dice que lo que pretende es recrear para Branco las fábulas de Esopo: “a cada una de ellas yo las voy a hacer florecer en mi memoria, recreándolas” (trad. López Facal). Este aspecto de virtuosismo de los Mythíamboi se aprecia hasta en el aspecto métrico: Babrio escribe en yambos escazontes, el metro de Hiponacte. 4. SUERTE DE LA FÁBULA EN LA TRADICIÓN POSTERIOR. Aunque de lo que debemos hablar es de Grecia y su literatura, parece que nuestra exposición quedaría coja si no incluyéramos al menos una referencia breve a las colecciones de fábulas de Roma. Los mismos textos saltan con facilidad de unas tradiciones a otras, pues de las fábulas se puede decir lo que decía Northrop Frye a propósito del género emparentado del cuento popular: los cuentos tienen “una existencia nómada por pueblos, lenguas y culturas”. Esto es así en el paso de las fábulas de Oriente a Grecia, y también es así en el paso de las fábulas de Grecia a Roma. Aunque, en este segundo caso (parece que no en el primero), el papel fundamental lo debió de desempeñar la transmisión escrita, la cultura de escuela, que es cultura escrita. Al menos en Roma se escribieron: - la colección de Fedro (primer tercio del s. I d.C.), en verso, como las fábulas de Babrio; - el repertorio de Aviano (s. V d.C.); - y el compuesto bajo el pseudónimo de Rómulo (ss. IV/V d.C.). Parece que el éxito de la fábula en la Tradición deriva del puesto que se le asignó en el sistema de educación helenístico. Ese sistema fue luego copiado en la Antigüedad Tardía griega y en la Edad Media bizantina. Para el caso de las fábulas en latín, sucedió algo análogo en la Edad Media de Occidente. Las fábulas podían ser fácilmente consideradas como una lectura muy adecuada para los niños en su primera fase aprendizaje. Además sabemos, por los manuales de retórica, que la composición de fábulas era ejercicio retórico tipificado para los estudiantes de edad más avanzada (en la fase de los progymnásmata o “ejercicios preparatorios”. Estas condiciones explican la proliferación posterior de colecciones de fábulas, así como la consideración de las colecciones esópicas como libro escolar hasta la época del Renacimiento e incluso en fechas posteriores. Luego, al preferirse cánones más estrictos de lo clásico, la obra de “Esopo” cayó en desgracia. Hoy en día se valoran y exploran estas fábulas por lo que pueden revelar sobre tradiciones populares.

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Actividades complementarias: 1. Lectura recomendada de Longo, Dafnis y Cloe. Apenas sabemos nada del autor de Dafnis y Cloe. Todo lo que le rodea son conjeturas de difícil constatación: desde su nombre, Longo, hasta su procedencia, la isla de Lesbos, pasando incluso por la época en que vivió, muy probablemente el siglo II a.C., aunque se ha llegado a creer que pudo vivir en fecha más tardía. Sin embargo, para leer esta pequeña joya intemporal poco importan estos detalles, porque el lector puede disfrutar del elegante y sensual relato prescindiendo de ellos. La novela narra el nacimiento del amor y la pasión de dos jóvenes pastores en el marco idílico de la campiña griega. Las peripecias que viven estos adolescentes son mínimas; lo que cuenta es la descripción de sus sentimientos y la exaltación de la naturaleza, que acaba asumiendo un papel principal. Dafnis y Cloe es uno de los pocos ejemplos de novela griega antigua que conservamos y quizá el mejor. Máximo exponente de la novela pastoril, la importancia que le concedieron sus contemporáneos no fue tanta como la que se le dio en toda Europa a partir del Renacimiento, y que se ha prolongado en el tiempo con toda justicia. 2. Visionado de Hércules. El origen de la leyenda (2014).

En la Grecia Antigua, año 1200 A.C. En un intento desesperado por liberar a su pueblo de la opresión de su vengativo esposo, la reina Alcmena dirige sus súplicas hacia los dioses y fruto de sus plegarias nace Hércules, engendrado por Zeus, padre de los dioses y los hombres. Ajeno a su verdadera identidad, Hércules sufre el desprecio del rey Anfitrión, quien favorece siempre a su hijo legítimo, Ificles.

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UNIDAD 9. LA LITERATURA CIENTÍFICA GRIEGA. Índice. 9.1. Literatura griega (IX): La Literatura científica griega. 9.2. Lecturas: Hipócrates (Tratados hipocráticos, Juramento). 9.3. Textos (IX) y actividades correspondientes: Textos de las PAEGs (a elegir entre las dos opciones) APÉNDICE. "La lengua griega y el lenguaje científico de hoy" (fragmento) (M. Fernández-Galiano). Actividades complementarias.

Hipócrates

9.1. Literatura griega (VII): La prosa ciéntífica. 1. Introducción. Las “Historias de la Literatura Griega”, en general, abordan el estudio de las ciencias griegas como un capítulo más dentro de la literatura, y, aunque no se extiendan en ellas con toda la minuciosidad con que abordan la poesía o la historia, por ejemplo, no eluden, el tratarlas, por saber que entre los griegos se sientan las bases de la “Literatura Científica” y surge el tratado científico como género literario. Pues bien, si en el campo de la medicina tenemos espléndidos escritos que se remontan a los últimos decenios del siglo V a.C., en las demás ciencias tenemos que conformarnos con escasísimos fragmentos, citas indirectas y testimonios, muchos de los cuales son tardíos. Las primeras tentativas de investigación científica en el mundo griego, pertenecen a los filósofos presocráticos. En realidad, en la época arcaica no había diferencia entre ciencia y filosofía, a los primeros filósofos los llamó Aristóteles “físicos”, por su aproximación racional a la naturaleza, sólo a partir del “Período Helenístico” la ciencia emprenderá su camino por separado. A diferencia de lo que ocurrió en Babilonia y en Egipto, donde los saberes, en general, y la matemática, en particular, fueron monopolio de una casta sacerdotal, en el mundo griego el cultivo de las ciencias no se vio constreñido por prescripciones religiosas ni observaciones rutinarias de ningún tipo. 2. Primeros matemáticos y astrónomos. El primer personaje mitad filósofo, matemático y astrónomo fue Tales de Mileto, s. VII-VI a.C. Su mérito consiste en que fue capaz de aplicar sus conocimientos teóricos a problemas prácticos, como determinar la altura de las pirámides a partir de las sombras proyectadas por ellas o la distancia de un barco en el mar. Su teorema: “si dos rectas se cortan, los ángulos opuestos son iguales”, no es más que una de sus aportaciones al campo de las matemáticas. También fue capaz de predecir las elipses, etc. Pitágoras de Samos, s. VI a.C., logra crear una escuela. Construye un auténtico mundo en el que el número, la proporción y la medida son conceptos claves; estableció una relación entre matemática y música. Es importante su teorema, etc. Durante los siglos V y VI a.C. Destacan: Hipias de Elis; Demócrito; Arquitas de Tarento, que fue inventor de la hélice y de la polea; Teeteto, descubridor del icosaedro; Teodoro de Cirene, que fue especialista en números irracionales; Platón, que se ocupó en algunos de sus diálogos de cuestiones científicas; Euclides, autor de la obra "Elementos", donde todo saber de su época se sistematiza en ese volumen; Aristarco de Samos, que defiende que la tierra gira alrededor del sol, hipótesis rechazada por Ptolomeo hasta que Copérnico volvió a retomarla en el Renacimiento. Ya en el siglo III a.C. Eratóstenes se atreve a medir el perímetro o circunferencia de la tierra, en su obra “Sobre la medida de la tierra”. Es autor de “Los Catasterismos”. En el siglo II a.C. Hiparco de Nicea se consagra como creador de la astronomía matemática, realiza el primer catálogo de estrellas, calcula el mes lunar y determina con precisión los equinoccios. En el siglo IV Claudio Ptolomeo, matemático, físico y geógrafo, diseña un sistema astronómico basado en que la tierra es el centro del Universo y que el sol y los demás astros son quienes giran a su alrededor. Sus teoremas fueron dogmas de fe hasta bien entrado el Renacimiento.

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3. Física e Ingeniería. Del término griego φύσις, se han formado: fisiología, que pretende explicar la génesis y la transformación de la naturaleza; la física, ciencia que observa y constata fenómenos que se dan en la naturaleza y les aplica leyes matemáticas. En el primer sentido tenemos a Empédocles con la teoría de los cuatro elementos, y Demócrito, con su teoría de los átomos. Físicos en el sentido actual tenemos a: Arquímedes, cuyos inventos fueron numerosos y populares: la polea compuesta, el tornillo, máquinas de guerra, inventor de la hidrostática, y famoso por el principio que lleva su nombre, etc. Escribió “Sobre la cuadratura de la parábola”, “Arenario” y “Sobre los cuerpos flotantes”. Otros autores como Ctesibio, fundador de la escuela de Mecánica de Alejandría, inventó el órgano hidráulico, el reloj de agua, la bomba de doble acción, etc. Herón de Alejandría escribió “La Mecánica” y “La Pneumatica”, etc. 4. Ciencias Naturales. Los primeros en observar la realidad e intentar dar una respuesta de tipo especulativo son los Presocráticos, como Anaximandro y Empédocles, que hablan sobre el origen de las especies naturales. Igualmente las teorías de Demócrito ejercieron una gran influencia sobre la doctrina médico-genética del Corpus Hippocraticum. El primero en clasificar y sistematizar en lo referente a la Biología fue Aristóteles, que escribió “Historia de los Animales”, “Las Partes de los Animales”, “La Generación de los Animales”, entre otras. En cuanto a Botánica y Geología destaca Teofrasto que clasifica diferentes plantas, se preocupa por el clima y el suelo; escribió un tratado sobre los minerales “Sobre las Piedras”. Posteriormente Dioscórides cataloga y clasifica más de 600 plantas, a las que atribuye propiedades curativas, sería el precedente de la farmacopea. 5. Medicina. En un primer momento la Medicina tenía que ver con la superstición y la magia, pero los griegos sentaron las bases de la ciencia médica. Hipócrates de Cos -430-375 a.C., maestro de la Medicina, será el médico más nombrado, pero no el primero. También están Alcmeón de Crotona, fundador la escuela de Crotona; Eurifonte, fundador de la escuela de Cnido, etc. El Corpus Hippocraticum consta de varios tratados sobre medicina general, anatomía y fisiología, patologías, traumatología etc. Estos médicos definen la Medicina como una ciencia de observación totalmente empírica: observan los síntomas, detectadas las causas, realizan un pronóstico, hoy en día diagnóstico, que incluye un tratamiento para su curación. La Medicina proseguirá sus avances y en el siglo II d.C. Galeno recopila y recoge lo mejor de las diversas escuelas. De sus 400 escritos se conservan unos 80, entre ellos “Sobre el Pulso”, Sobre la Respiración”, “Tratado de Disección”, “De la Función de las Partes del Cuerpo”, etc. 6. Hipócrates. 6.1. Vida. Hipócrates 460 a.C.-377 a.C., el médico más importante de la Antigüedad, es considerado el padre de la Medicina. Nacido probablemente en la isla de Cos, Grecia. Realizó numerosos viajes antes de establecerse definitivamente en la isla para dedicarse a la enseñanza y a la práctica de la Medicina. Murió en Larissa, Grecia, y poco más se sabe de él. Su nombre se asocia al “juramento hipocrático”, aunque es muy posible que no fuera el autor del documento. De hecho, de las casi setenta obras que forman parte de la Corpus Hippocraticum, es posible que sólo escribiera alrededor de seis. El Corpus Hippocraticum probablemente es lo único que queda de la biblioteca médica de la famosa Escuela de Medicina de Cos. Sus enseñanzas, su sentido del distanciamiento y su capacidad para la observación clínica directa quizá influyeran a los autores de esos trabajos y, sin duda, contribuyeron en gran medida a desterrar la superstición de la medicina antigua. 6.2. Obra. Entre las obras más importantes del Corpus Hippocraticum está el “Tratado de los aires, las aguas y los lugares” del siglo V a.C. que, en vez de atribuir un origen divino a las enfermedades, discute sus causas ambientales. Sugiere que consideraciones tales como el clima de una población, el agua o su situación en un lugar en el que los vientos sean favorables son elementos que pueden ayudar al médico a evaluar la salud general de sus habitantes. Otras obras, “Tratado del pronóstico" y "Aforismos”, anticiparon la idea, entonces revolucionaria, de que el médico podría predecir la evolución de una enfermedad mediante la observación de un número suficiente de casos. La idea de la medicina preventiva, concebida por primera vez en “Régimen” y en “Régimen en enfermedades agudas”, hace hincapié no sólo en la dieta, sino también en el estilo de vida del paciente y en cómo ello influye sobre su estado de salud y convalecencia. “La enfermedad sagrada”, un tratado sobre la epilepsia, revela el rudimentario conocimiento de la anatomía que imperaba en la antigua Grecia. Se creía que su causa era la falta de aire, transportada al cerebro y las extremidades a través de las venas. En “Articulaciones”, se describe el uso del llamado banco hipocrático para el tratamiento de las dislocaciones.

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9.2. Lectura. Hipócrates, Tratados hipocráticos, Juramento (Traducción de M.D. Lara Nava). Juro por Apolo médico, por Asclepio, Higiea y Panacea, así como por todos los dioses y diosas, poniéndolos por testigos, dar cumplimiento en la medida de mis fuerzas y de acuerdo con mi criterio a este juramento y compromiso: Tener al que me enseñó este arte en igual estima que a mis progenitores, compartir con él mi hacienda y tomar a mi cargo sus necesidades si le hiciere falta; considerar a sus hijos como hermanos míos y enseñarles este arte, si es que tuvieran necesidad de aprenderlo, de forma gratuita y sin contrato; hacerme cargo de la preceptiva, la instrucción oral y todas las demás enseñanzas de mis hijos, de los de mi maestro y de los discípulos que hayan suscrito el compromiso y estén sometidos por juramento a la ley médica, pero a nadie más. Haré uso del régimen dietético para ayuda del enfermo, según mi capacidad y recto entender: del daño y la injusticia le preservaré. No daré a nadie, aunque me lo pida, ningún fármaco letal, ni haré semejante sugerencia Igualmente tampoco proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo.. En pureza y santidad mantendré mi vida y mi arte. No haré uso del bisturí ni aun con los que sufren del mal de piedra: dejaré esa práctica a los que la realizan. A cualquier casa que entrare acudiré para asistencia del enfermo, fuera de todo agravio intencionado o corrupción, en especial de prácticas sexuales con las personas, ya sean hombres o mujeres, esclavos o libres. Lo que en el tratamiento, o incluso fuera de él, viere u oyere en relación con la vida de los hombres, aquello que jamás deba trascender, lo callaré teniéndolo por secreto. En consecuencia séame dado, si a este juramento fuere fiel y no lo quebrantare, el gozar de mi vida y de mi arte, siempre celebrado entre todos los hombres. Mas si lo trasgredo y cometo perjurio, sea de esto lo contrario.

ὄμνυμι Ἀπόλλωνα ἰητρὸν καὶ Ἀσκληπιὸν καὶ Ὑγείαν καὶ Πανάκειαν καὶ θεοὺς πάντας τε καὶ πάσας, ἵστορας ποιεύμενος, ἐπιτελέα ποιήσειν κατὰ δύναμιν καὶ κρίσιν ἐμὴν ὅρκον τόνδε καὶ συγγραφὴν τήνδε ἡγήσεσθαι μὲν τὸν διδάξαντά με τὴν τέχνην ταύτην· ἴσα γενέτῃσιν ἐμοῖς, καὶ βίου κοινώσεσθαι, καὶ χρεῶν χρηΐζοντι μετάδοσιν ποιήσεσθαι, καὶ γένος τὸ ἐξ αὐτοῦ ἀδελφοῖς ἴσον ἐπικρινεῖν ἄρρεσι, καὶ διδάξειν τὴν τέχνην ταύτην, ἢν χρηΐζωσι μανθάνειν, ἄνευ μισθοῦ καὶ συγγραφῆς, παραγγελίης τε καὶ ἀκροήσιος καὶ τῆς λοίπης ἁπάσης μαθήσιος μετάδοσιν ποιήσεσθαι υἱοῖς τε ἐμοῖς καὶ τοῖς τοῦ ἐμὲ διδάξαντος, καὶ μαθητῇσι συγγεγραμμένοις τε καὶ ὡρκισμένοις νόμῳ ἰητρικῷ, ἄλλῳ δὲ οὐδενί. διαιτήμασί τε χρήσομαι ἐπ᾽ ὠφελείῃ καμνόντωνκατὰ δύναμιν καὶ κρίσιν ἐμήν, ἐπὶ δηλήσει δὲ καὶ ἀδικίῃ εἴρξειν. οὐ δώσω δὲ οὐδὲ φάρμακον οὐδενὶ αἰτηθεὶς θανάσιμον, οὐδὲ ὑφηγήσομαι συμβουλίην τοιήνδε: ὁμοίως δὲ οὐδὲ γυναικὶ πεσσὸν φθόριον δώσω. ἁγνῶς δὲ καὶ ὁσίως διατηρήσω βίον τὸν ἐμὸν καὶ τέχνην τὴν ἐμήν. οὐ τεμέω δὲ οὐδὲ μὴν λιθιῶντας, ἐκχωρήσω δὲ ἐργάτῃσιν ἀνδράσι πρήξιος τῆσδε. ἐς οἰκίας δὲ ὁκόσας ἂν ἐσίω, ἐσελεύσομαι ἐπ᾽ ὠφελείῃ καμνόντων, ἐκτὸς ἐὼν πάσης ἀδικίης ἑκουσίης καὶ φθορίης, τῆς τε ἄλλης καὶ ἀφροδισίων ἔργων ἐπί τε γυναικείων σωμάτων καὶ ἀνδρῴων, ἐλευθέρων τε καὶ δούλων. ἃ δ᾽ ἂν ἐν θεραπείῃ ἢ ἴδω ἢ ἀκούσω, ἢ καὶ ἄνευ θεραπείης κατὰ βίον ἀνθρώπων, ἃ μὴ χρή ποτε ἐκλαλεῖσθαι ἔξω, σιγήσομαι, ἄρρητα ἡγεύμενος εἶναι τὰ τοιαῦτα. ὅρκον μὲν οὖν μοι τόνδε ἐπιτελέα ποιέοντι, καὶ μὴ συγχέοντι, εἴη ἐπαύρασθαι καὶ βίου καὶ τέχνης δοξαζομένῳ παρὰ πᾶσιν ἀνθρώποις ἐς τὸν αἰεὶ χρόνον: παραβαίνοντι δὲ καὶ ἐπιορκέοντι, τἀναντία τούτων.

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9.3. Textos (VII) y actividades correspondientes. TEXTO 1. Instrucciones:

a) Duración: 1 hora y 30 minutos. b) Se podrá hacer uso del diccionario y su apéndice gramatical. c) El alumno elegirá y desarrollará en su totalidad una de las dos opciones propuestas, no pudiendo, en ningún caso, combinar ambas. d) La puntuación máxima que se otorgará a cada apartado figura entre paréntesis. OPCIÓN A

TRADUCCIÓN DE JENOFONTE, Anábasis (5 puntos). Los griegos se recuperan tras el paso de los montes de los Carducos. καὶ οἱ Ἕλληνες ἐνταῦθα ἀνέπνευσαν1 ἄσμενοι ἰδόντες πεδίον· ἀπεῖχε2 δὲ τῶν ὀρέων ὁ ποταμὸς ἓξ ἢ ἑπτὰ στάδια τῶν Καρδούχων3. τότε μὲν οὖν ηὐλίσθησαν4 μάλα ἡδέως. 1. de ἀναπνεύω 2. de ἀπέχω. 3. Καρδοῦχοι (-ων): los Carducos. 4. de αὐλίζω. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde ἀνέπνευσαν hasta πεδίον (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de αἷμα “sangre” y de κεφαλή “cabeza” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La historiografía (3 puntos). OPCIÓN B TRADUCCIÓN DE UN TEXTO DE LA ANTOLOGÍA (5 puntos). A Prometeo un águila le devora el hígado pero todas las noches le vuelve a crecer. ἐν δὴ τούτῳ προσηλωθεὶς Προμηθεὺς1 πολλῶν ἐτῶν ἀριθμὸν ἐδέδετο· καθ᾽ ἑκάστην δὲ ἡμέραν ἀετὸς ἐφιπτάμενος2 αὐτῷ τοὺς λοβοὺς ἐνέμετο τοῦ ἥπατος3 αὐξανομένου διὰ νυκτός. 1. Προμηθεύς (-εως): Prometeo. 2. participio de ἐφίπταμαι “acercarse volando”. 3. de ἧπαρ. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde desde ἐν hasta ἐδέδετο (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de ἄνθρωπος “hombre”, “ser humano” y de ἄριστος “mejor” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La épica (3 puntos). 144

TEXTO 2. Instrucciones:

a) Duración: 1 hora y 30 minutos. b) Se podrá hacer uso del diccionario y su apéndice gramatical. c) El alumno elegirá y desarrollará en su totalidad una de las dos opciones propuestas, no pudiendo, en ningún caso, combinar ambas. d) La puntuación máxima que se otorgará a cada apartado figura entre paréntesis. OPCIÓN A

TRADUCCIÓN DE JENOFONTE, Anábasis (5 puntos). Al otro lado del río los Macrones, en formación, se animan mutuamente. οἱ δὲ Μάκρωνες1 ἔχοντες γέρρα καὶ λόγχας καὶ τριχίνους χιτῶνας καταντιπέραν τῆς διαβάσεως παρατεταγμένοι2 ἦσαν καὶ ἀλλήλοις διεκελεύοντο καὶ λίθους εἰς τὸν ποταμὸν ἔρριπτον· ἐξικνοῦντο3 γὰρ οὒ οὐδ΄ ἔβλαπτον οὐδέν. 1. Μάκρωνες (–ων): los Macrones. 2. participio perfecto medio-pasivo de παρατάσσω. 3. imperfecto de ἐξικνέομαι. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde οἱ δὲ Μάκρωνες hasta ἦσαν (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de λίθος “piedra” y de μικρός “pequeño” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La poesía épica (3 puntos). OPCIÓN B TRADUCCIÓN DE UN TEXTO DE LA ANTOLOGÍA (5 puntos). Prometeo observa las diferencias entre los animales y los hombres. Προμηθεὺς1 ὁρᾷ τὰ μὲν ἄλλα ζῷα ἐμμελῶς2 πάντων ἔχοντα, τὸν δὲ ἄνθρωπον γυμνόν τε καὶ ἀνυπόδητον καὶ ἄστρωτον καὶ ἄοπλον· ἤδη δὲ καὶ ἡ εἱμαρμένη3 ἡμέρα παρῆν 1. Προμηθεὺς (-εως): Prometeo. 2. de ἐμμελής. 3. participio perfecto medio-pasivo de μείρομαι. CUESTIONES 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde Προμηθεύς hasta ἄοπλον (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de φόβος “miedo” y de φωνή “voz” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La historiografía (3 puntos).

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TEXTO 3. Instrucciones:

a) Duración: 1 hora y 30 minutos. b) Se podrá hacer uso del diccionario y su apéndice gramatical. c) El alumno elegirá y desarrollará en su totalidad una de las dos opciones propuestas, no pudiendo, en ningún caso, combinar ambas. d) La puntuación máxima que se otorgará a cada apartado figura entre paréntesis. OPCIÓN A

TRADUCCIÓN DE JENOFONTE, Anábasis (5 puntos). Los griegos sufren bajas al avanzar entre la nieve. ἦν δὲ τῆς χιόνος τὸ βάθος ὀργυιά· ὥστε καὶ τῶν ὑποζυγίων καὶ τῶν ἀνδραπόδων πολλὰ ἀπώλετο1 καὶ τῶν στρατιωτῶν ὡς τριάκοντα. διεγένοντο2 δὲ τὴν νύκτα πῦρ καίοντες·. 1. de ἀπόλλυμι 2. de διαγίγνομαι. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde τῶν ὑποζυγίων hasta ὡς τριάκοντα (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados πᾶς πᾶσα πᾶν “todo” y de τραῦμα “herida” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La lírica (3 puntos). OPCIÓN B TRADUCCIÓN DE UN TEXTO DE LA ANTOLOGÍA (5 puntos). Descripción de la esfinge y actuación de ésta en Tebas. εἶχε1 δὲ πρόσωπον μὲν γυναικός, στῆθος δὲ καὶ βάσιν καὶ οὐρὰν λέοντος καὶ πτέρυγας ὄρνιθος. μαθοῦσα2 δὲ αἴνιγμα παρὰ μουσῶν ἐπὶ τὸ Φίκιον3 ὄρος ἐκαθέζετο, καὶ τοῦτο προύτεινε4 Θηβαίοις5. 1. de ἔχω. 2. de μανθάνω. 3. Φίκιον (-ου): Ficio. 4. de προτείνω. 5. Θηβαῖος (-ου): Tebano. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde μαθοῦσα hasta Θηβαίοις (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de de γυνή “mujer” y de ψυχή “alma” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: El drama (3 puntos).

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TEXTO 4. Instrucciones:

a) Duración: 1 hora y 30 minutos. b) Se podrá hacer uso del diccionario y su apéndice gramatical. c) El alumno elegirá y desarrollará en su totalidad una de las dos opciones propuestas, no pudiendo, en ningún caso, combinar ambas. d) La puntuación máxima que se otorgará a cada apartado figura entre paréntesis. OPCIÓN A

TRADUCCIÓN DE JENOFONTE, Anábasis (5 puntos). Los Carducos huyen a las montañas abandonando sus casas. ἔνθα δὴ οἱ μὲν Καρδοῦχοι1 ἐκλιπόντες2 τὰς οἰκίας ἔχοντες καὶ γυναῖκας καὶ παῖδας ἔφευγον ἐπὶ τὰ ὄρη. τὰ δὲ ἐπιτήδεια πολλὰ ἦν, ἦσαν δὲ καὶ χαλκώμασι παμπόλλοις κατεσκευασμέναι3 αἱ οἰκίαι. 1. Καρδοῦχοι, (-ων): los Carducos. 2. de ἐκλείπω. 3. participio medio-pasivo de κατασκευάζω. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde ἔνθα hasta τὰ ὄρη (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de πάθος, “pasión”, “sufrimiento” y dos de μέλας “negro” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La historiografía (3 puntos). OPCIÓN B TRADUCCIÓN DE UN TEXTO DE LA ANTOLOGÍA (5 puntos). Teseo mata al Minotauro y parte con Ariadna. καταλαβὼν1 δὲ Μινώταυρον2 ἐν ἐσχάτῳ μέρει τοῦ λαβυρίνθου παίων πυγμαῖς ἀπέκτεινεν, ἐφελκόμενος δὲ τὸ λίνον πάλιν ἐξῄει. καὶ διὰ νυκτὸς μετὰ Ἀριάδνης 3 καὶ τῶν παίδων εἰς Νάξον4 ἀφικνεῖται. 1. de καταλαμβάνω. 2. Μινώταυρος (-ου): Minotauro. 3. Νάξος (-ου): Naxos. 4. Ἀριάδνη (-ης): Ariadna. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde καταλαβὼν hasta ἀπέκτεινεν (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de χείρ “mano” y de χρόνος “tiempo” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La épica (3 puntos). 147

TEXTO 5. Instrucciones:

a) Duración: 1 hora y 30 minutos. b) Se podrá hacer uso del diccionario y su apéndice gramatical. c) El alumno elegirá y desarrollará en su totalidad una de las dos opciones propuestas, no pudiendo, en ningún caso, combinar ambas. d) La puntuación máxima que se otorgará a cada apartado figura entre paréntesis. OPCIÓN A

TRADUCCIÓN DE JENOFONTE, Anábasis (5 puntos). Los griegos amontonan objetos sobre el túmulo que han levantado. ἐνταῦθα ἀνετίθεσαν1 δερμάτων πλῆθος ὠμοβοείων καὶ βακτηρίας καὶ τὰ αἰχμάλωτα γέρρα καὶ ὁ ἡγεμὼν αὐτός τε κατέτεμνε τὰ γέρρα καὶ τοῖς ἄλλοις διεκελεύετο. μετὰ ταῦτα τὸν ἡγεμόνα οἱ Ἕλληνες ἀποπέμπουσι. 1. imperfecto de ἀνατίθημι. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde ὁ ἡγεμὼν hasta διεκελεύετο (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de ὄνομα “nombre” y δέρμα “piel” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: El drama (3 puntos). OPCIÓN B TRADUCCIÓN DE UN TEXTO DE LA ANTOLOGÍA (5 puntos). Deméter busca a su hija y, enfadada, abandona el cielo. Δημήτηρ1 δὲ μετὰ λαμπάδων νυκτός τε καὶ ἡμέρας κατὰ πᾶσαν τὴν γῆν ζητοῦσα περιῄει· μαθοῦσα2 δὲ παρ᾽ Ἑρμιονέων3 ὅτι Πλούτων4 αὐτὴν ἥρπασεν, ὀργιζομένη θεοῖς κατέλιπεν5 οὐρανόν. 1. Δημήτηρ (-τρος): Deméter. 2. de μανθάνω. habitantes de Hermíone”. 4. Πλούτων (-ωνος): Plutón.

3. Ἑρμιονέων gen.pl. “los 5. de καταλείπω.

CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde Δημήτηρ hasta περιῄει (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de πνεῦμα “aire” y de πόλις “ciudad” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La lírica (3 puntos).

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TEXTO 6. Instrucciones:

a) Duración: 1 hora y 30 minutos. b) Se podrá hacer uso del diccionario y su apéndice gramatical. c) El alumno elegirá y desarrollará en su totalidad una de las dos opciones propuestas, no pudiendo, en ningún caso, combinar ambas. d) La puntuación máxima que se otorgará a cada apartado figura entre paréntesis. OPCIÓN A

TRADUCCIÓN DE JENOFONTE, Anábasis (5 puntos). Los griegos ocupan las montañas. Ἐπειδὴ δὲ ἐδείπνησαν καὶ νὺξ ἐγένετο1, οἱ μὲν ᾤχοντο2 καὶ καταλαμβάνουσι τὸ ὄρος, οἱ δὲ ἄλλοι αὐτοῦ ἀνεπαύοντο. οἱ δὲ πολέμιοι ἐγρηγόρεσαν3 καὶ ἔκαιον πυρὰ πολλὰ διὰ νυκτός. 1. de γίγνομαι.

2. de οἴχομαι.

3. pluscuamperfecto de ἐγέιρω.

CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde Ἐπειδὴ hasta ὄρος (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de δέκα “diez” y de θάνατος “muerte” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La épica (3 puntos). OPCIÓN B TRADUCCIÓN DE UN TEXTO DE LA ANTOLOGÍA (5 puntos). El dios del oráculo de Delfos responde a Edipo. ἀφικόμενος1 δὲ εἰς Δελφοὺς2 περὶ τῶν ἰδίων ἐπυνθάνετο γονέων. ὁ δὲ θεὸς εἶπεν αὐτῷ εἰς τὴν πατρίδα μὴ πορεύεσθαι· τὸν μὲν γὰρ πατέρα φονεύσειν, τῇ μητρὶ δὲ μιγήσεσθαι3. 1. de ἀφικνέομαι. 2. Δελφοί (-ῶν) Delfos. 3. infinitivo de futuro de μιγάζομαι. CUESTIONES: 1. Análisis morfológico de las palabras subrayadas y sintáctico desde ὁ hasta πορεύεσθαι (1 punto). 2. Citar dos términos castellanos derivados de παῖς “niño” y παλαιός “antiguo” (1 punto). 3. Responder a la pregunta siguiente: La historiografía (3 puntos).

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APÉNDICE. Las traducciones 3n la transmisión del legado médico clásico al Mundo occidental. Es indudable que la práctica médica ha debido de existir desde los tiempos más remotos. Parece ser que desde el Paleolítico (P. Lain Entralgo, 1997, pp.3-5) el hombre se ha visto obligado a poner en práctica sus mecanismos de autodefensa y de autoconservación, si bien no es menos cierto que en los tiempos más remotos, incluyendo las grandes civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, Irán, China, y las de los pueblos precolombinos, el dualismo salud/enfermedad parecía concebirse en términos de premio o castigo de los dioses y, en consecuencia, las prácticas médicas tenían un componente esencial de ritos religiosos o teúrgicos. No obstante, debemos reconocer el aporte de estas civilizaciones de algunas medidas higiénicas y terapéuticas. Las medicinas prehelénicas, las de Mesopotamia y Egipto, se extinguieron ante la superioridad de la medicina griega y la unificación de pueblos llevada a cabo por Alejandro Magno, mientras que las medicinas hindú, china e incluso la precolombina continuaron evolucionando de forma independiente por no haberse visto influidas por la helenización. Así pues, tras la caída del Imperio Persa a manos de Alejandro Magno, y debido a la dilatada extensión de su imperio, la antigua Mesopotamia, Egipto, Irán e incluso parte de la cultura hindú se helenizan al tiempo que hacen sus aportaciones a la cultura griega, intercambio desigual que tiene su exponente más claro en la medicina alejandrina y en la romana. Ya en Bizancio encontramos una primera fusión de la medicina griega y de la oriental antes de que ésta se produjera de nuevo con el Islam. En una segunda etapa, ya en la Edad Media, primero Bizancio y más tarde los extensos territorios en manos del Islam entran de nuevo en contacto con la medicina hindú y ante todo, con la helénica. Este contacto se establece, en parte, a través de las rutas comerciales que transcurrían por el norte de África, el sur del continente indostánico y las zonas más occidentales de Europa. El Islam conocedor de la cultura científica griega es el transmisor fundamental de la medicina helénica a la que incorpora elementos del mundo oriental y aportaciones propias. Se adopta así la ciencia helénica en ciudades como Edessa, situado en el sur de Turquía y centro religioso de los nestorianos hasta el 489, Nisibis o Gondishapur de forma que el legado griego se adapta a la cultura, a la civilización, a la religión, a la lengua árabe y, con ello, a su manera de concebir y explicar la salud y la enfermedad. Claro exponente de este proceso de transmisión y de la diversidad cultural que interviene en todo este proceso es el origen persa de tres prestigiosos médicos islamicos islamicos: Rhàzes, Avicena y Al-Farabi, autor de una obra muy leída, El Paraíso de la Sabiduría, en la que se funden teorías griegas e hindúes. Posteriormente la Europa de los reinos cristianos, fundamentalmente el sur de Italia y España, iban a conservar en los monasterios, en las Escuelas de Salerno, Chartres y Toledo y en las incipientes universidades este legado médico misceláneo en cuanto a pueblos, culturas y lenguas e iban a iniciar una labor de recopilación, confrontación, traducción y retrotraducciones a distintas lenguas, hasta llegar a la versión latina para su posterior transmisión al mundo europeo. El intercambio entre los conocimientos médicos del viejo continente y el nuevo se inicia ya en el Renacimiento como parte integrante del proceso de colonización. Posteriormente será desde el Reino Unido, tras la Revolución Industrial, y definitivamente, a partir de la Segunda Guerra Mundial, como consecuencia de la expulsión de los judíos y de otros grupos de científicos a los Estados Unidos de América, donde alcanza su grado más alto de desarrollo debido a factores económicos, tecnológicos y políticos favorables. Lo expuesto más arriba hace evidente que, muy lejos de la progresiva internacionalización cultural, científica incluso lingüística en el mundo de la medicina occidental contemporánea que tienen sus bases en la socialización, en la nivelación cultural y, a un nivel superior, en el continuo contacto entre especialistas de un mismo campo a través de revistas, congresos, medios técnicos e informáticos, denominado por D. D. Price "colegio invisible" (Lain Entralgo, 1990, p. 470), la transmisión del saber médico de la antigüedad se ha realizado mediante un proceso de encuentro e intercambio de conocimientos y métodos entre pueblos distantes en el espacio y distintos en el tiempo, y de civilizaciones con lenguas y métodos cognitivos diferentes. La transmisión del legado médico de los pueblos de la Antigüedad inevitablemente se ha producido a través de un proceso comunicativo, transcultural, transliteral, translingüístico y transtextual continuo que parece remansarse con las traducciones al latín de la Edad Media hasta que paulatinamente esta lingua franca para los intelectuales va sustituyéndose tímidamente, por algunas lenguas vernáculas, y masivamente por las versiones latinas más refinadas y cuidadas de los humanistas desde el siglo XVI hasta la época del Absolutismo en el siglo XVII. Posteriormente comenzarán a publicarse obras en lenguas europeas, hasta que de nuevo otras lenguas francas, el francés en el siglo XVIII y el alemán a principios del siglo XIX y definitivamente, el inglés, coincidiendo con el final de la Segunda Guerra Mundial, se impusiera en el mundo científico actual. I. BASES DEL CORPUS: LA MEDICINA DE LA ÉPOCA HELÉNICA. Según Sánchez Granjel (1975, 57) la doctrina científica de la enfermedad es una creación de los filósofos presocráticos que tiene sus orígenes en el fondo teúrgico de la cultura aquea. Sabido es que todavía en algunos textos literarios como La Riada a ciertas enfermedades se les atribuye un origen divino; sin embargo, en el siglo VI a.C. los pensadores jonios elaboran ya una concepción del mundo y del hombre desligada de toda religión.

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Empédocles desarrolla su doctrina de los elementos recogida posteriormente por Hipócrates, en las colonias de la Magna Grecia y Alcmeón de Crotona concibe la salud y la enfermedad como estados de armonía o disarmonía del organismo humano, como desorden de origen natural, y no como castigo de los dioses: la medicina se emancipa de la religión. Es importante tener en cuenta la situación geográfica de encrucijada en la que se asienta la confluencia etnológica y cultural de los griegos ya que este hecho permite que una base micénico cretense asimile elementos de otras culturas arcaicas, como la egipcia y la mesopotámica, al mismo tiempo que facilita la influencia de los reinos de Tracia y Lidia. Parece que la medicina griega tiene sus orígenes en las interpretaciones racionales de los pensadores presocráticos. A. Tovar (1972, 4) hace hincapié en la tendencia de la lengua griega hacia términos neutros y abstractos, desligados de elementos mágicos propios de otras lenguas coetáneas. La palabra, el logos griego, pasa de ser palabra mágica a signo racional apta para el pensamiento como lo demuestran la filosofia y la physiologia, que aparece unida a la experiencia clínica de los sanadores con sus prácticas artesanales. Así, habría que consiconsiderar la medicina en estos primeros tiempos, como una tékhné (lat. ars) que podríamos interpretar y traducir como "práctica técnica con base científica". Ya a finales del siglo VI a.C. encontramos agrupaciones artesanales formando las escuelas médicas de Crotona, Agrigento, Siracusa, Cirene, Rodas, Cnido y Cos. El texto más importante que conocemos de esta época es el Corpus Hippocraticum, del que tenemos noticia desde el s. III en la Biblioteca de Alejandría. Esta obra parece ser una colección de escritos de diferentes autores y épocas, fundamentalmente de médicos jónicos del s. VI a.C. Según Lain Entralgo (J. M. López Pinero, 1990, 8). la diversidad interna de los tratados hipocráticos se debe a las distintas épocas y escuelas de las que procede. V. Fleischer y F. Kudlien (López Pinero, 1990, 8) opinan que entre el primer texto y los últimos transcurrieron seis o siete siglos. Los tratados hipocráticos proceden de las escuelas médicas de Cnido y Cos, dos colonias griegas en la actual Turquía. La de Cnido, más antigua, estuvo en contacto con los círculos pitagóricos; la de Cos, los hipocráticos, observaba minuciosamente las semeia o señales de enfermedad, entendía el diagnóstico en el sentido de la posibilidad o no de curar la enfermedad y tenía como recursos terapéuticos la dietética o díaita, los fármacos y la cirugía. Estos tres campos de actividad se mantuvieron durante siglos. K. Deichgräber y M. Pohlenz (López Pinero, 1995, 8) apoyándose en el Anonymus Londinenses, en testimonios de Platón y en el propio contenido interno de los textos opinan que de este compendio pertenecerían al propio Hipócrates: Sobre los aires, las aguas y los lugares, Las Epidemias y Sobre la enfermedad sagrada, la epilepsia, en donde se rechaza la medicina mágico-religiosa. Entre los siglos IV y III a.C. Transcurre un periodo intermedio que explica la transición entre la medicina hipocrática y el florecimiento de la alejandrina. De ahí que se conozca esta etapa como periodo posthipocrático. En esta época se desarrollan las escuelas médicas en el sentido que le da Lain Entralgo al término "autoafirmación reflexiva y crítica". El pensamiento aristotélico se utiliza como instrumento intelectual y fundamento científico. Conceptos aristotélicos tan elementales ahora como naturaleza, causa y movimiento o cambio mantendrían su vigencia durante milenios. La Lógica de Aristóteles sería posteriormente consagrada como instrumento u "organon" por Galeno. También influyó en la medicina de esta época la obra biológica de Aristóteles, Sobre las partes de los animales y Sobre la generación de los animales, así como la botánica de Teofrasto, discípulo de Aristóteles, Sobre la descripción de las Plantas, en especial, su taxonomía vigente hasta el Renacimiento. - EL HELENISMO ALEJANDRINO. Durante esta época la medicina se traslada desde las ciudades griegas de la metrópoli, Asia Menor y el sur de Italia, a las zonas ocupadas por el nuevo imperio, fundamentalmente a Alejandría, capital del Egipto ptolomeico. Alejandría había sido fundada en la costa de Egipto por Alejandro Magno, artífice de la unificación helénica, tras la pugna entre las distintas ciudades estados. La medicina vive en esta ciudad un periodo de gran esplendor, particularmente hacia el 300 a.C. y se convierte en centro de formación de los mejores médicos que ejercerán posteriormente en Roma, razón que explica que se mantuviera la lengua griega, y en Bizancio. Las nuevas circunstancias políticas, sociales y económicas favorecen el cambio de escenario. En el año 280 a.C. Ptolomeo había fundado el Museum de Alejandría, una fundación interdisciplinar con fines docentes e investigadores. Este centro había sido inspirado por Demetrio de Faleron, miembro del Liceo, por lo que la orientación de la nueva fundación seguía siendo aristotélica. Sin embargo, el Museum pretendía contrarrestar la influencia de las escuelas atenienses de ideología antimonárquica. Ptolomeo II Filadelfo fundó posteriormente la Biblioteca, cercana al Museum que llegó a contar con varios centenares de miles de volúmenes y con un gran número de copistas, lo que la convirtió en el centro más prestigioso e importante de su época. Su gran rival era la Biblioteca de Pérgamo, fundada por Eumenes II en el siglo II a.C. Por estas circunstancias la lengua griega se convierte en lengua de cultura y en ella se expresa también la prestigiosa medicina helenística del momento. La medicina del periodo alejandrino tuvo una vertiente escolástica, representada por Serófilo de Calcedonia, desde una postura antiaristotélica y antihipocrática, y por Erasistrato de Ceos, ambos interesados por la anatomía. La otra vertiente empírica, en contra de las prácticas anatómicas de cadáveres, se dedicó al estudio de la farmacología, la toxicología, la cirugía y al comentario filológico de los textos hipocráticos de contenido clínico y quirúrgico. Dentro de esta tendencia se escribieron varios comentarios sobre los textos del Corpus Hippocraticum, que consistían en una mera

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aclaración de los términos, a diferencia de la lectura crética que realizaron Serófilo y Erasistrato. Esta labor lexicográfica y terminológica tuvo una gran trascendencia como podemos constatar en el comentario de Apolonio de Citio al tratado hipocrático "Sobre las articulaciones" (S. I a.C), texto en el que además de parafrasear el contenido, se ilustra con figuras. Posteriormente un médico bizantino del s. IX copió este texto lo que propició que se convirtiera en una de las pocas obras médicas alejandrinas que se conservan completas. Cuando en Alejandría creció el odio entre judíos, cristianos y alejandrinos, (450 d.C.) los judíos comenzaron a traducir obras del griego al hebreo; algunos fragmentos de estas traducciones se encuentran en el Códicede Asaf Harofé. Algunos médicos judíos se trasladaron a Edessa, Nisibis y Gondishapur y contribuyeron a que la ciencia griega llegara al sirio-arameo a través de sus traducciones. - LA ÉPOCA ROMANA. Tras la muerte de Alejandro Magno su imperio sucumbe y cae así en poder del Imperio Romano que lo convierte en provincias. Roma amplía sus límites y se convierte así en heredera y difusora de la cultura filosófica y científica de los griegos. La hegemonía cultural del Imperio Romano es una consecuencia de la expansión y el dominio de Roma por la mayoría de los territorios del centro y sur de Europa a los que se une Egipto. Cronológicamente el Imperio Romano se sitúa entre el s. I a.C. y el siglo VI d.C. Así pues, en el siglo I a.C. los romanos se apoderaron de los territorios griegos y extendieron su dominio por Egipto y por los territorios del Mediterráneo oriental, a los que se había extendido la cultura helenística, fundamentalmente centrada en Pérgamo y Antioquía que rivalizaban con Alejandría por la primacía científica. La antigua medicina romana era muy primitiva, por lo que, en breve tiempo, se impuso la griega en los nuevos dominios romanos. En un primer momento los médicos griegos fueron trasladados a Roma como esclavos, pero muy pronto fueron llegando libremente a esta ciudad en busca de mayores ganancias. Hasta finales de la Antigüedad casi todos los médicos fueron de procedencia helénica y la lengua de la ciencia y de la medicina continuaba siendo la griega. La pérdida de esplendor de la Escuela Médica de Alejandría, así como la destrucción de su Biblioteca favorecieron el desplazamiento a Roma de una serie de médicos griegos con experiencia y conocimientos, a partir del siglo I a.C. Por otro lado, la presencia de la teoría médica helénica en Roma se ve favorecida por la influencia de la cultura griega en Sicilia y en el sur de Italia. Médicos griegos significativos de esta época fueron Asclepíades de Bitina (91 a.C), Ateneo de Atalea, fundador de la escuela neumática que derivó hacia el eclecticismo y Rufo de Éfeso. El eclecticismo médico fue dominante a partir del S.I d.C. Mostrando su oposición a toda sistematización cerrada y su preferencia por aspectos clínicos como podemos comprobar en la obra de Sorano de Éfeso que estudió en Alejandría y ejerció en Roma a finales del s. I d.C. De las treinta obras que se le atribuyen se conservan la Gynaekeia y Sobre las enfermedades agudas y crónicas, obra traducida al latín en el s. IV por el médico Celio Aureliano. La estructura de la Gynaekeia (causas de las enfermedades y técnicas para tratarlas; descripción de las afecciones ginecológicas; cuidados del recién nacido y breve resumen de las enfermedades infantiles) se mantuvo hasta el Renacimiento a través de un complejo proceso de transmisión durante la Edad Media. Otro médico de esta época, Areteo, destaca por sus descripciones de cuadros clínicos como frenitos, manía, melancolía, que mantuvo su vigencia hasta la nosología moderna. También en este periodo, el latín se mantuvo en un segundo plano como lengua científica ya que la mayor parte de las obras se escribían en griego. El único texto latino importante de esta época De medicina de Aulio Cornelio Celso (s. I d.C.) forma parte de una enciclopedia de todo el saber y parece ser según Kudlien (J. M. López Pinero, 1995, 24) que se trata de una traducción y recopilación de textos de diferentes autores griegos. Otro texto de la época escrito en latín es Compositiones medicae, colección de recetas de un nivel muy inferior a los escritos en griego. En Roma encontramos a Celso en el siglo I d.C, autor de De re medica, impreso en 1478, y a Galeno de Pérgamo, ambos de gran influencia en épocas posteriores, especialmente durante el Renacimiento. Mención especial merece la obra de Galeno de Pérgamo por tratarse de la culminación sistemática de la medicina antigua y mantener su autoridad durante quince siglos, hasta la medicina renacentista moderna. Galeno, de origen griego, realizó un comentario y actualización del Corpus Hippocraticum. Su obra, conservada sólo en parte, consiste en una reelaboración de la medicina griega y de la alejandrina a la que se unen las aportaciones de los profesionales romanos y la propia contribución de Galeno, dentro de un método influido por la filosofía aristotélica. Su doctrina médica se mantuvo vigente durante muchos siglos y, con la recepción y aceptación de los grandes médicos árabes como Avicena, contribuyó decisivamente al legado más importante del mundo clásico en los tres grandes ámbitos de la Edad Media: Bizancio, el Islam y la Europa cristiana. Esta obra se imprimió por primera vez en Venecia en 1490 y en la misma ciudad en 1525 en su versión original. En Galeno encontramos pues la tradición hipocrática, el pensamiento de Platón y Aristóteles, los enfoques contrapuestos de diferentes escuelas y sus propias contribuciones. De todos estos elementos hay que destacar la aplicación de la lógica aristotélica como elemento necesario para dotar de rigor científico a la medicina. En la Baja Antigüedad la trayectoria de la medicina clásica siguió un curso diferente en el Imperio Romano de Occidente y en el de Oriente, con consecuencias para la transmisión de los conocimientos helenísticos del Medioevo. El distanciamiento entre el Imperio Romano de Oriente y el de Occidente a partir del año 395 se evidencia en el hecho de que mientras la cultura griega retrocede en occidente quedando la lengua griega restringida a pequeños núcleos, en el Imperio Romano de Oriente continúa manteniendo su hegemonía.

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Durante los siglos III y IV los médicos griegos fueron abandonando Roma por lo que la medicina quedó, en muchos casos, en manos de legos latinos de escasa formación. Entre sus publicaciones hay que mencionar el Liber medicinales de Quinto Sereno Samónico y Medicinae ex oleribus et pomis de Gargilio Marcial, basados en los capítulos sobre medicina de la Naturales Historia de Plinio, resumidos y provistos de un prólogo contra los médicos: Plinii secundi iuraris de medicina libri tres. Estos textos sirvieron de fuente en la medicina monástica medieval. Por el contrario, en esta misma época destacan los escritos de una serie de médicos númidas en África Menor. Sus obras, escritas también en latín se basan en Sorano. El médico más importante de la Baja Antigüedad latina fue Celio Aureliano, traductor del tratado de Sorano Sobre las enfermedades agudas y crónicas. Esta producción númida constituyó el punto de partida para los textos médicos de la Italia ostrogoda y la España visigoda, como la obra de Casiodoro y la de San Isidoro de Sevilla, lo que explica el planteamiento metódico de la Alta Edad Media latina. En Oriente encontramos dos imperios rivales: el Imperio Persa y el Imperio Bizantino, antiguo Imperio Romano de Oriente. En Alejandría, a finales de la Antigüedad, la lengua vehicular era el griego. En otras zonas orientales se empleaba el siríaco, principalmente en la zona turca que servía de asentamiento a los nestorianos, en Siria y en Egipto, como lo atestiguan las traducciones de textos griegos al siríaco. Esta labor debió plantear los problemas derivados de la confrontación entre una lengua indoeuropea, la griega, y otra semítica, en particular en la reproducción de afijos, palabras compuestas, modos y tiempos verbales etc. El Imperio Romano de Oriente, por el contrario, se helenizó progresivamente a partir de su escisión del occidental en el año 395, hecho que repercute en la lengua de la cultura que continuó siendo el griego. El centro médico más prestigioso siguió siendo durante estos siglos Alejandría. En el s.III la corriente dominante fue la metódica bajo la influencia de Sorano. En el siglo siguiente Galeno pasó a ocupar un primer plano a través de Zenón de Chipre, que reunió y ordenó la labor del maestro de forma similar a lo que se había hecho con los escritos de Hipócrates en la época de los Ptolomeos. Oribasio de Pérgamo, discípulo de Zenón, residió gran parte de su vida en Constantinopla y escribió una compilación de la producción de Galeno, con referencias de Ateneo, Arquígenes, Posidonio etc.: Synagogai o colecciones médicas, posteriormente resumidas en una Sinopsis. Estas dos obras sintetizadas sirvieron como punto de partida del galenismo medieval, primero en Bizancio y después en el Islam, tras las versiones del griego al árabe, y por último en Europa occidental cuando los textos médicos griegos, helenísticos, bizantinos e islámicos fueron traducidos al latín. II. PERIODO DE RECEPCIÓN Y ADAPTACIÓN CREADORA: BIZANCIO Y EL ISLAM. Tras el periodo conocido como Antigüedad, encontramos los restos de lo que había constituido el Imperio Romano fraccionado en tres grandes áreas geográficas, políticas, religiosas, culturales y lingüísticas: Bizancio y el Islam, en un primer momento, y la Europa cristiana, posteriormente. Bizancio surge como consecuencia de la división del Imperio Romano decretada por Teodosio. En el Imperio Bizantino predominó la tradición helenística mezclada con influencias orientales posteriores. El siglo VI es la época de mayor esplendor bajo el dominio de Justiniano I. Los médicos más destacados del Imperio, Oribasio, Aecio de Amida, Alejandro de Tralles, se limitaron a realizar una labor de compilación del legado recibido en antologías. Debido a la predicación del cristianismo algunos padres alejandrinos y capadocios intentaron adaptar el saber médico a la nueva religión iniciándose así el culto a San Sebastián y a los santos Cosme y Damián. Consecuencia del cristianismo fue también la creación de los primeros hospitales: el que fundó Basilio de Cesárea (370-379) sirvió de ejemplo para otras instituciones de este tipo en diversas ciudades del Imperio. A partir de los centros culturales sirios se inicia desde el siglo II d.C. una intensa emigración cultural hacia el este europeo. Nisibis y Edessa fueron centros importantes en este proceso de transmisión ya que allí se tradujeron los nestorianos al sirio el Corpus Hippocraticum. En el año 489 los emigrantes nestorianos fueron expulsados de Edessa y encontraron refugio en el Imperio Persa de Sassanidan donde fundaron una escuela médica siguiendo el ejemplo alejandrino conocida como Academia Hippocratica. La gran civilización islámica tiene sus orígenes en la unificación de las numerosas tribus árabes nómadas a través de la predicación religiosa de Mahoma. En el siglo VII el Islam a través de las conquistas de otros territorios ocupa ya una gran extensión desde el sur del continente indostánico, Asia Menor, Egipto, el norte de África llegando hasta la Península Ibérica. Por lo tanto, ya en tiempos de Ornar el Islamismo se había propagado por las zonas de Persia, Siria, Palestina, Egipto y Alejandría y mostró una gran capacidad para asimilar y refundir la cultura y los conocimientos científico-médicos de los distintos pueblos conquistados: griegos, persas e hindúes. Pero, en el curso de sus conquistas el Islam inicia un proceso de apropiación y asimilación del legado cultural antiguo al que incorpora sus propias aportaciones en el campo de la medicina, fundamentalmente en las provincias del Imperio Bizantino, donde se había conservado mejor la tradición científica helénica. Bagdad era en el siglo VIII la capital del imperio, lugar en el que se utilizaban las lenguas árabe, griego, siríaco, pehlevi y copto. En un primer momento se realizaron traducciones del griego al siríaco y del siríaco al árabe, posteriormente, en el siglo IX la lengua de partida fue el griego y la de llegada el árabe. H. Schipperges (Lain Entralgo, 1972, p.183) distingue tres etapas dentro de la medicina islámica: un primer periodo de recepción (año 700 al 900) en el que los árabes se apropian de manuscritos griegos, iraníes e hindúes utilizando como lengua vehicular el sirio y el hebreo; un segundo momento de asimilación (año 900 a 1150) durante el cual la cultura clásica se ve incrementada con la creación de importantes médicos árabes y un tercer periodo de estancamiento (1150 a 1500) en el que la otrora medicina árabe se paraliza y sucumbe.

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El primer contacto de los árabes con el saber médico helénico parece tener sus raíces en la siguiente anécdota: el Califa al-Mansur cayó enfermo en Bagdad y al no poder ser atendido satisfactoriamente por ningún médico árabe mandó llamar al médico cristiano-nestoriano Girgis bn Gibril, director del Hospital de Gondishapur, que logró curar al califa. En agradecimiento el califa mandó traducir las obras de Hipócrates, Dioscórides, Aristóteles y Galeno. Sea leyenda o no, lo cierto es que a mediados del siglo IX los árabes conocen ya a los grandes clásicos: Aristóteles, Galeno y el Corpus Hippocraticum. Como ya se ha mencionado, en una primera fase los árabes se limitan a asimilar la tradición científica clásica llevada a cabo por nestorianos, griegos, judíos y persas helenizados y refugiados en Siria y Persia. Un buen número de estos eruditos se refugiaron en Bagdad, la primera capital del Islam, donde acometieron la traducción del siríaco o del griego al árabe de las obras más importantes de la medicina antigua: Galeno, Hipócrates, Oribasio, Pablo de Egina etc. Bagdad, creada por al-Mansur (754-775) y desde finales del siglo VII capital centralizada de los musulmanes, se convirtió en gran centro cultural, propiciado por ser lugar de encuentro entre las culturas persa e india, bajo el dominio de Harem al-Rasid (789-809) y de su sucesor al-Ma'nun (813-833). En esta ciudad tuvo lugar una intensa labor de traducción desde el griego, siríaco y persa a la lengua árabe, utilizándose como procedimientos léxicos o bien el préstamo: sir. mawtono, ár. mawtan, o epidemia; gr. hippiatros, sir. byatra, ár. baytara o hipiatría; gr. kephalikos, ár. kifal o cefálico; gr. melancolía, ár. malankhuliya o melancolía; o bien de traducciones a palabras árabes ya existentes asignándoles un nuevo significado: gr. dodeka, ár. itna' ashar (duodeno) gr. sístole, ar. Inquibad (sístole). La lengua árabe se vio así enriquecida no sólo a nivel léxico sino también morfosintáctico, según M.B.Gutiérrez Rodilla (1998, 51) de quien he tomado estos ejemplos. Másargawayh, traductor judío vierte aquí al árabe las Pandectas del sacerdote alejandrino Aaron; Ibn Muqaffa traduce también textos médicos y el médico indio Mikna, textos del sánscrito al árabe. Destacan en este crisol de civilizaciones y lenguas la tolerancia intelectual de que dan muestras, por ejemplo, el gran filósofo de la medicina árabe al-Kindï, al-Fârâbï y Averroes. El primero de ellos muestra su postura de compromiso cuando afirma: "No deberíamos avergonzarnos de reconocer la verdad y aceptarla venga de la fuente que venga, incluso aunque nos haya sido proporcionada por generaciones antiguas y pueblos extraños... Yo me baso en las citas completas de lo que los antiguos escribieron sobre el te-ma, y, además, en contemplar todo lo que no dijeron totalmente, según nuestra lengua árabe, las costumbres de nuestros días y nuestra propia capacidad", cita que, de no conocer su procedencia, muy bien se podría atribuir a los traductólogos de las postrimerías del siglo XX comienzos del XXI. Esta postura intelectual refrendada por otros no se consolida hasta la fundación de la Escuela de Traductores en la Casa de la Sabiduría por parte del gran traductor sirio Hunayn bn Ishäq, gracias a sus excelentes conocimientos de la lengua griega. A al-Ma'nun se debe la fundación en esta ciudad de la Biblioteca Real, el Bayt al-Hikma o Casa de la Sabiduría, importante centro de erudición. El médico personal del califa Hunayn bn Ishäq dirigía allí a un equipo de traductores, siguiendo criterios filológicos totalmente actuales: Su método de traducción consistía en partir de una serie de manuscritos griegos, cotejarlos y corregirlos con el fin de obtener un texto crítico de partida, que a su vez comparaba con las correspondientes traducciones sirias. Hunayn tradujo a Galeno cambiando la antigua versión literal por una técnica compleja de confrontación que le permitió afianzar la terminología. El mismo Hunayn explica el método seguido en su traducción en Sobre los nombres médicos, citando a Aristóteles. Los traductores de Bagdad indudablemente seguían criterios filológicos modernos ya que investigan sistemáticamente los manuscritos griegos, los confrontan y los enmiendan para lograr un texto correcto que, posteriormente, se comparaba con la traducción siria. El propio Hunayn se encargaba de dictarles a sus colaboradores las enmiendas para iniciar a continuación la traducción al árabe. En ocasiones, se llegaba incluso a arabizar los nombres de griegos y romanos eminentes, como Empédocles que aparece como Ibn Duqlis, y es latinizado posteriormente con el nombre de Abrucalis; la misma suerte corrieron Hipócrates y Galeno. Allí se tradujeron gran cantidad de textos médicos y de Ciencias Naturales a pesar de que los manuscritos griegos de que partían los traductores no carecían de fallos, por lo que se produjeron algunas interpretaciones erróneas, ante todo debido a los textos intermedios sirios. Además de manuscritos clásicos de Lógica, Metafísica, Retórica y Poética se tradujeron obras de Filosofía Natural y textos de medicina de Galeno, Arquígenes, Rufo de Éfeso, Oribasio, Alejandro de Tralles y Pablo de Egina. La labor de los traductores se vio también favorecida por la ocasión de aprender de sus prisioneros de guerra chinos la técnica de la producción de papel, de forma que esta técnica redundó también en la organización de la biblioteca. Otros traductores árabes reconocidos fueron Hunayn bn Ishäq (877), su hijo Ishäq bn Hunayn (911), Yahyä bn Adï, Isa bn Zur'a, Abü Bisr Matta bn Yünus, Täbit bn Qurra al Harrànï y Qusta bn Lüqä alBalabakkï, que tradujeron o corrigieran traducciones anteriores de Aristóteles, Dioscórides, Euclides, Galeno, Nicolás de Damasco, Platón, Plotino, Proclo y Ptolomeo entre otros. La segunda etapa de la medicina islámica constituye un momento de gran esplendor en el que destacan figuras como Ali Abbas, Rhazès y Avicena; los hispanoárabes Abulcasis, Avenzoar y Averroes y los judíos Isaac Iudeus y Maimónides, con orígenes muy diversos: Rhazès y Avicena proceden de Persia; Alfarabi era turco; Abulcasis y Averroes, hispano-andalusíes; Hunayn bn Ishäq perteneció a la secta de los nestorianos y Maimónides e Isaac eran judíos. El elemento en común entre todos ellos era la lengua, "la sangre roja que fluye por el organismo de las ciencias", en palabras de al-Beruni.

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Ali Abbas es autor de un tratado general de medicina que posteriormente sería traducido al latín por Constantino el Africano y que gozó de gran estimación entre los médicos cristianos. Rhazès (865-925) fue el clínico islámico más importante y también su obra fue traducida posteriormente al latín, Liber medicinales ad Almansorem. Avicena (980-1037) fue el transmisor del pensamiento médico galénico a la Europa medieval mediante una recopilación y ordenación de los saberes médicos que muestra la influencia de Aristóteles y que fue traducido al latín con el nombre de Canon medicinae, transliteración y adaptación de la palabra árabe quanun, que significa norma, ley, "regula". Se trata de 1000 folios sobre patología general y especializada, terapéutica, para el que sirvió como base metodológica la obra de Aristóteles. Este Canon de Avicena se ha utilizado hasta el siglo XVIII en las universidades europeas. Encontramos en la terminología médica varios conceptos que tienen su origen y su primera verbalización en lengua árabe: amígdala, tonsille o Mandeln; tórax, caja torácica o Brustkorb; orificio uterino, ostium uteri o Muttermund; úvula o Gaumenvorhang; rima pudendi o Schaumspalte, etc. adaptados o traducidos posteriormente a otras lenguas. Avicena concibe la medicina como "scientia conservandi sanitatem et curando infirmitatem", cuyo "genus" es la fisiología y su materia la patología y la terapia. El médico o "artifex" (lat. medicus) concurre a partir de finales del siglo XII con el "physicus". Otros médicos árabes destacados fueron: Abulcasis, autor de un texto quirúrgico; Averroes, filósofo y médico; Avenzoar, clínico; Isaac Iudeus que se ocupó de las fiebres y del examen de la orina y Maimónides del que conservamos unos Aforismos sobre higiene y dietética. Como podemos comprobar, los árabes enriquecieron la medicina de la época con una gran variedad y cantidad de aportaciones propias, entre las que cabe destacar: la cirugía general y la especializada en oftalmología, la terapéutica, el estudio de la viruela por parte de Rhazès, Avenzoar y Maimónides; la farmacología a través de una traducción de Dioscórides al árabe y de varias botánicas médicas, entre las que destacan la del hispano-árabe Ibn-al-Baítar. Entre las fuentes auxiliares para esta labor cabe destacar el catálogo Fihrist de Ibn al-Nadim (987), el diccionario al Quifti (1249) y la Historia de la Medicina de Ibn Usaybi'a (siglo XIII). El auge de la botánica médica se debe a la dilatada extensión territorial del Islam y a las rutas comerciales. Asimismo debemos a la medicina islámica la utilización de aguas termales y fuentes medicinales con fines terapéuticos, el cuidado por la higiene personal, la cosmética y las normas dietéticas (Maimónides), modelo de los divulgados por la Europa medieval. Los árabes separan las profesiones de médico y cirujano e inician las asociaciones y los gremios entre estos profesionales. Importante es también resaltar una organización hospitalaria en la que además se impartían enseñanzas. Entre estos hospitales cabría destacar el Gran Hospital de Bagdad fundado por Rhazes en el siglo X. El papel que desempeñó el eslabón árabe en la cadena transmisora del saber médico de la Antigüedad fue decisivo. B.M.Gutiérrez Rodilla (1998,55) presenta un esquema sintético en el que podemos observar cómo el árabe recibe el legado médico de lenguas tan dispares como el griego, siríaco o el chino, directamente o a través del sánscrito, copto, persa y hebreo en forma de traducciones. Posteriormente, como veremos más adelante se realizarían traducciones del árabe al latín y a algunas lenguas romances, y del árabe a las leguas romances a través del latín. Así se prolongó durante toda la Edad Media llegando hasta el siglo XVII, en las más prestigiosas universidades europeas: París, Padua o Salamanca. En sus bibliotecas se conservó, entre otros volúmenes, la "Isagoge" o Introductio de Johannitius, nombre latinizado del médico árabe o cristiano sirio del s. IX Hunayn bn Ishäq, escrito en árabe pero siguiendo una fuente griega del s. II, el "Mikroteckn" o lo que es lo mismo, el "Ars parva" de Galeno en versión latina. Se trata de algunos ejemplos de medicina griega trasvasada por medio del sirio al árabe, y posteriormente latinizada. 3. PERIODO DE RECEPCIÓN, COMPILACIÓN Y ASIMILACIÓN DE LA MEDICINA GRECO-ÁRABE EN OCCIDENTE. La vía fundamental de transmisión de los conocimientos médicos de la Antigüedad al mundo occidental son las traducciones, en especial, en las zonas de contacto entre las culturas cristiana y la árabe: La Italia meridional y España, que atrajeron a gran número de estudiosos de otras zonas europeas, como a Abelardo de Bath a quien encontramos en Sicilia, confluencia de culturas griega, árabe y latina. Los médicos italianos de la Baja Edad Media se pusieron en contacto con las fuentes griegas antiguas de las bibliotecas bizantinas a través de viajes a Constantinopla y descubrieron los focos bizantinos del sur de Italia donde también se mantenía la presencia griega. El contacto de los italianos con científicos e intelectuales bizantinos, que a partir del siglo XIV se instalaron en Italia, particularmente en Florencia, contribuyó también a favorecer este proceso de transmisión. Parece ser que hasta el siglo XI se llevaron a cabo traducciones libres con el fin de que el texto terminal fuera lo más claro e inteligible posible. A partir del siglo XII las traducciones pretendían ser más fieles al original, momento en el que el flujo de traducciones de textos médicos del griego al latín fue incrementándose hasta llegar a un momento incluso de saturación, a pesar del escaso número de científicos con conocimientos de la lengua de partida e incluso de la de llegada, y de la profunda separación física y cultural del mundo latino y el bizantino. Una característica esencial de estas traducciones directas del griego al latín era la estricta fidelidad al texto original. En el siglo XII Burgundio de Pissa hace especial hincapié en que las traducciones sean "de verbo ad verbum", método recogido en el siglo XIV por Nicolás de Regio "nihil addens, minuens vel permutans". Entre los principales traductores de la época destaca el propio Burgundio de Pissa (1110-1193) que tradujo los Aforismos hipocráticos y diez escritos galénicos siguiendo, como queda dicho, un método literal pero también un acercamiento crítico al texto que facilita el posterior enjuiciamiento del contenido traducido. Pietro d'Abano (1250-

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1316), otro traductor italiano, tradujo los Problemata de Cassio (siglo III), completó la traducción de Método medendi ad Glauconem iniciada por Burgundio y la de los tratados De locis affectis, De optima nostri corporis compositione, De cholera nigra, De sectis, De ingenio sanitatis etc. Nicolás de Regio (1280-1350) se ocupó de la traducción intensamente entre el año 1308 y 1345. Fueron en total cincuenta y seis obras médicas: veintiséis de Galeno, cuatro del Corpus Hippocraticum, dieciocho pseudo-galénicas, ocho de un autor no identificado y el Recetario de Nicolás Myrepsos. Su traducción más importante fue el extenso texto de Galeno De usu partium, que constituye un hito en la historia de la anatomía y de la medicina. A partir del siglo XIV los monarcas y los príncipes italianos así como algunos particulares adquirieron para sus bibliotecas privadas manuscritos médicos griegos. Entre ellos destacan Roberto de Anjou, Andrónico III o el médico Giovanni Noto Siciliano. - LA ESCUELA DE SALERNO. En el sur de Italia, confluencia de las culturas griega, árabe y latina y con clara influencia bizantina, destaca la Escuela de Salerno, de orígenes y temprano desarrollo desconocidos. Una leyenda muy significativa cuenta que en Salerno se reunieron cuatro médicos para fundar una escuela: un griego, un judío, un árabe y un cristiano. El elemento griego se explicaría por la existencia de la cultura helenístico-bizantina, lo que posibilitaba el contacto permanente con la antigüedad. El conocimiento de la lengua griega se mantuvo gracias a las relaciones comerciales y culturales con Bizancio, incluso desde los tiempos de los longobardos. Sabemos también que desde mediados del siglo X encontramos médicos judíos en Salerno, entre los que destaca Sabattai ben Abraham, conocido como Donnollo. La influencia árabe comenzó ya desde el siglo VII-VIII, ya que el sur de Italia se encontraba en esa época bajo control político musulmán. Ya desde el siglo X-XI debió conocerse en Salerno la Isagoge de Johannitius que se mantuvo vigente en las universidades europeas hasta el siglo XVI en su versión latina. El cuarto componente cristiano-latino es evidente por la presencia de la cultura monacal en esta época. En este caso se explica por los contactos entre Salerno y Montecassino, mantenidos a través de un monasterio benedictino cercano a la ciudad italiana. Entre los siglos X y XI encontramos en el Collegium Hippocraticum salertino el Passionarius Galeni, difundido con el nombre de Garioponto o Warbod, cuyos orígenes se encuentran en el pseudo Galeno, en el Aurelius y el Escolapius, y en otras recopilaciones de fuentes bizantinas y de finales de la Antigüedad. Mención especial merece también la Natura hominis de Alfano (1058-1078), considerada como ampliación de una traducción del Premnon physikon griego, del obispo Nemesio de Emesa. Del mismo autor es la Summa Pulsum o De pulsibus tractatus archiepiscopi Alphani, obra basada en Erasístrato y Asclepíades y en algunas fuentes bizantinas. Alfano representa el eslabón entre la antigua tradición siria y la tradición médica conservada en el monasterio de Montecassino. A través de él se ponen en contacto Galeno y la Regula Benediciti pronto extendida también a la medicina árabe a través de Constantino el Africano, sabio droguero y comerciante, de origen africano que había viajado por Oriente durante decenios donde tomó contacto con la medicina árabe y a quien posteriormente sus viajes le llevaron a Salerno. Constantino el Africano tomó este nombre después de una estancia de dos años en el Monasterio de Montecassino donde se había convertido al cristianismo. Allí tradujo, comentó y recopiló una treintena de escritos árabes, entre los que destacan el Kitäb al-Maläki de 'Ali bn al-'Abbäs, llamado Pantegne, el Viaticum de Ibn al-Gazzär y los Libri universalium et particularium diaetarum de Isaac Iudeus Como consecuencia de esta labor la escuela adquiere gran auge en el siglo XII, época en la que se la conoce como Alto Salerno en la que destacan una veintena de personalidades que representan la tradición grecoárabe. La biblioteca de la escuela se va incrementando de forma que hacia el año 1150 se disponía ya de toda la Lógica y gran parte de la Filosofía Natural de Aristóteles, y de gran parte de las obras de Hipócrates y Galeno debido a la mediación de los árabes Rhazès, Avicena, Abulcasis y al-Farabi. La primera traducción de Constantino, quien se considera a sí mismo como coadunator, o compilador, parece ser El Liber urinis que procede del autor árabe Ishäq bn Sulaimán al Isrâllï, conocido en la Edad Media como Isaac Iudaeus. La Materia medica de Galeno, adaptada anteriormente por Hunayn bn Ishäq fue traducida con el nombre de Isagoge in artem parvam y de nuevo traducida en Toledo en el siglo XII. El Liber Pantegni de Ali bn al-Abbas es también una traducción de Kitäb al-Malakï. En el año 1127 Esteban de Antioquía reproduce esta obra con el nombre de Regalis dispositio, mejorando la traducción anterior. Juan Aflacio, discípulo de Constantino, reelaboró también un compendio de la misma obra con el título de Liber aureus. Otra obra reconocida por Constantino el Africano como traducción es el Viaticum cuyo autor habría sido Ibn al Gazzär. Esta obra ya había sido traducida en el año 1124 del latín al hebreo y en el año 1259 Moses ben Tibbön la traduce en esta ocasión del árabe al hebreo. Este último traductor le reprocha a Constantino haber abreviado y alterado ciertos fragmentos. La crítica de infidelidad con el texto original perduró durante bastante tiempo, aunque recientemente parece haber sido matizada con el argumento de que, a pesar de las omisiones, vierte el sentido del texto. El corpus constantiníano parece manifestar una cierta voluntad de helenización manifiesta en algunos títulos (Isagoge, Pantegni); dentro de su gran obra echamos de menos grandes figuas como Rhazès o Ibn Sina. Sus traducciones se centran en el galenismo alejandrino y en algunos autores del norte de África. Constantino introduce en su obra una serie de términos nuevos transcritos del árabe como mery (ár.man) o esófago; nucha {ár.nukha) o médula; siphac [áx.sifaq] o peritoné; zirbus (ar.tharb) epiplon, etc. que desaparecieron a lo

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largo de la Edad Media, pero de los que en algunos casos quedan testimonios como en pia mater y dura mater, procedentes del árabe al-umm al-raqiq y alumm aljafi, respectivamente. Más cortas son las traducciones de una Oftalmología de Hunyan bn Ishäq, y un escrito sobre la melancolía de Rufo de Efeso adaptado por Ishäq bn Amrän. La Articella es obra también de la Escuela de Salerno; se trata de una Ars medicinae bien estructurada, considerada hasta el siglo XV obra representativa de la medicina constantiniana. Tuvo mucha importancia en Salerno y fue también decisiva en la primitiva enseñanza de las facultades dentro del Studium Generale. El Corpus contiene en la primera versión la Isagoge de Johannitius, el antiguo comentario In artem parvam Galeni, el Prognósytikon de Hipócrates, el escrito sobre la orina de Teófilo, el del pulso de Filareto y el Liber diaetarum. Más tarde se añadieron los Aforismos de Hipócrates y parte del Canon de Avicena. Benvenuto Graffeo recoge la Oftalmología de Hunayn bn Ishäq y recopila textos árabes en una Practica oculorum, proseguida por otros médicos provenzales. En Ginecología hay que mencionar una compilación anónima, Trotula de passionibus mulierum, recopilación del siglo XII basada en Constantino el Africano, y atribuida a una mujer, la señora Trott. Dentro de esta obra encontramos ya una Cosmética en la que se habla de maquillajes, tintes y de tratamientos "anti-aging,"si se me permite el anacronismo lingüístico en este laberinto de lenguas y culturas que es la historia de la traducción. Desde comienzos del siglo XII la obra de Constantino el Africano, especialmente la refundición de la Articella, comienza a irradiarse por Europa, especialmente por las escuelas franconas y anglosajonas y hacia 1140 la encontramos ya en Toledo. En la Escuela de Salerno enseñaban profesores griegos, latinos, árabes y hebreos, cada uno en su lengua. El gran mérito de la Escuela de Salerno consiste en presentar un fondo teórico médico más elaborado que el que se venía practicando en el occidente medieval, basado exclusivamente en cuadros clínicos, reglas para determinar el diagnóstico, recetas y regímenes dietarios. Se trata de una medicina operativa empírica sin base teórica. Oribasio, por ejemplo, presenta una serie de descripciones de enfermedades y de remedios sin aportar la teoría fisiológica subyacente. Característico de la Escuela de Salerno es el método del comentario, origen del Corpus medicinae Salerni genuino. - La Escuela de Chartres, contemporánea de la de Salerno, importante centro del estudio del hombre y su mundo, con dedicación especial a la medicina y la música, se convirtió en centro de gravitación de las obras árabes traducidas por Constantino el Africano, en receptáculo de todas las corrientes de su época, en núcleo de cristalización y de irradiación, sirviendo de puente entre Toledo e Inglaterra, París y Salerno, Oxford y Montpellier, debido a la atracción que ejercía entre los estudiosos de la época, procedentes de los más variados lugares. Una de las figuras más destacadas, Guillermo de Conches cita en su Philosophia mundi la Isagoge y el Pantegni,donde se utilizan las palabras proa y popa en el sentido de parte anterior y posterior del cerebro para la localización de las facultades mentales. La Isagoge y el Pantegni de Constantino el Africano suponen un precedente de la estructura de la enseñanza de la medicina, ya que se basan en la teoría y la práctica médicas, que habría que remontar a Aristóteles (Tópicos VI 1; Metafisica II,l), teoría desarrollada por Macrote y Boecio. La novedad consiste en la aplicación de este esquema a campos del saber específicos. - LAS ESCUELAS DE TRADUCTORES EN ESPAÑA: TOLEDO. Indudablemente, no sólo en Toledo se realizaron traducciones durante la Edad Media, pero sí es cierto que parece haber sido el centro más importante o, al menos, el mejor estudiado. Las primeras traducciones del árabe al latín se realizan a mediados del siglo X en la Marca Hispánica. Se trataba de textos largos que se presentaban como resúmenes de obras orientales, en los que no constaba ni el nombre del autor, ni el del traductor. Los centros dedicados a la traducción en la España medieval son numerosos, posiblemente debido a la confluencia pacífica y tolerante entre hebreos, árabes y cristianos, y se extienden por la zona oriental y central. Destacan Vie y Santa María de Ripoll, que ya en el siglo X contaba con gran número de manuscritos, que recogen la tradición heredada de San Isidoro de Sevilla injertada en la ciencia musulmana, y a donde acude Gerberto de Aurillac (967-969) a estudiar la ciencia árabe. Otros centros de interés son Logroño, Tarazona, donde ejerció Hugo de Santalla; Barcelona que contaba con traductores como Abraham bar Hiyya o Platón de Tivoli; Segovia, y ante todo, Toledo. La ciudad ibero-romana de Toletum permaneció en poder de los musulmanes desde el año 711 hasta el 1085 fecha en la que fue recuperada para los reinos cristianos por Alfonso VI, lo que explica el status que alcanza el árabe como lengua de la ciencia. Ello no supuso ningún obstáculo para que convivieran en esta ciudad con los mismos derechos, árabes, judíos y cristianos, que aprovechaban el gran número de manuscritos allí conservados y sus conocimientos para dedicarse al estudio de la ciencia y de las letras. Según H. Schipperges (1972,235), el árabe se mantuvo hasta el siglo XII como la lengua de los intelectuales, hecho que propició la llegada a esta ciudad de estudiosos procedentes de los más variados lugares en busca de obras científicas árabes. En esta época la escuela de traductores cuenta con muchos y brillantes filólogos. Por razones políticas y culturales, la zona del sur de Francia no fue ajena al proceso traductor de Toledo. Toledo vivió dos grandes etapas como transmisora cultural: la primera se inicia entre 1130 y 1140 y la segunda transcurre durante entre los años 1160 a 1185 bajo el mecenazgo de Alfonso X el Sabio. El primer grupo de traductores

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estuvo capitaneado por Domingo Gundisalino a instancias de Raimundo de Sauvetat en sus inicios y posteriormente apoyado por el arzobispo Juan de Toledo sucesor de Raimundo en el cargo. Entre los componentes de esta "socci y adiutores translations o judíos Salomón y Avendehut, identificado como Juan Hispalense, más tarde (1140-1145) se unieron a esta colectividad Roberto Kretense y Germán Dálmata, originario este último de Corintia y procedente de Chartres y París donde había estudiado. Las particularidades lingüísticas de Toledo, donde, como queda dicho, predominaba el árabe como lengua de ciencia, supusieron inicialmente un obstáculo para la comprensión de los textos latinos y griegos, a pesar de que la lengua franca de los intelectuales era el latín. Sin embargo, los traductores medievales carecían de modelos por no contar con obras escritas en esta lengua, razón por la que, en muchas ocasiones, tuvieron que innovarla. Otro tanto ocurría con el desconocimiento del griego que dio lugar a curiosas traducciones y retrotraducciones: gr. ureter, ár. alhabib, lat. alhaleb, que algún traductor no experto en la materia y deseoso de eliminar el arabismo, tradujo como vena veridis, lo que dio lugar a la "vena verde". Tomo esta cita y la siguiente que reproduzco textualmente de B.M.Gutiérrez Rodilla, 1998, 57): "Los médicos griegos distinguían dos tipos de dolor abdominal, localizados respectivamente en los intestinos grueso y delgado: kolikos (de colon) y eilós (de íleon), arabizados en el siglo IX con las formas quluny y aylawsus. Posiblemente un judío o un cristiano oriental leería la segunda palabra en nominativo (ar. aylawsun, que, en alguna variedad dialectal se oiría cómo algo similar a eyleson. Esta palabra la relacionarían con Kyrie eleison (¡Señor, ten piedad!), ayudados por el carácter mortal de la enfermedad (...) Los traductores del árabe al latín entendieron que debían traducir este cólico por el "cólico miserere", término que ha permanecido hasta nuestros días. Contra este desconocimiento del latín y el griego reaccionarán Juan de Garlandia y Robet Bacon en el siglo XIII, lo que no evitó que este idioma fuera deteriorándose hasta el Humanismo. El incentivo para la labor traductora de Toledo en su primera fase (1130-1150) fue el proyecto de la traducción al latín de la obra completa de Aristóteles, trabajo acariciado ya por Boecio y San Alberto Magno. Dentro de la obra de Aristóteles llamó especialmente la atención el escrito De Anima y, especialmente para los médicos, la Physica donde hallamos un estudio de la situación del hombre en el cosmos, la relación entre el cuerpo y el alma y otros temas más racionalizados como cuestiones de patología o etiología. Miguel de Escotto (1235) representa un elemento de enlace entre la primera Escuela Toledana y la ciencia italiana en la corte del emperador Federico II de Hohenstaufen, quien había reunido en su corte del sur de Italia a una serie de hombres de diversas procedencias: itálicos, anglosajones e hispano-portugueses. La etapa más gloriosa de la Escuela de Toledo fue sin embargo, la segunda (1252-1285) bajo el reinado del rey Alfonso X el Sabio y dirigida por Gerardo de Cremona, que realizó allí una gran labor traductora, atraído por la medicina y por la lengua árabe. Se dice que traducía o transliteraba directamente del árabe y del griego, como podemos ver en los siguientes ejemplos: gr. phrenitis, ár. faranitis; ar.qaranaitis, lat. Karabitus o "color en la membrana del cerebro."; gr. phrenitis, lat. frenesis (locura). El vocabulario médico se fue haciendo cada vez más rico y preciso con el empleo de términos griegos y árabes, hasta el punto de que en el siglo XIII aparece una obra de Simon de Gênes, Sinónima o clavis sanitatis, diccionario consagrado en gran parte a la medicina. En este grupo se incrementó el número de especialistas judíos y mozárabes, como Galippo y Marcos de Toledo que volvió a traducir la Isagoge de Johannitius, con el propósito de investigar la obra de Galeno en la tradición árabe. Mención especial merece Daniel de Morley, un anglosajón desilusionado de los estudios de París que llegó a Toledo con la intención de estudiar, como tantos otros, la medicina árabe. Después de dejarnos en Toledo el Liber de naturas inferiorum et superiorum, regresó a Inglaterra para colaborar en la recepción anglosajona del nuevo Aristóteles. La recepción de las obras médicas de la Escuela de Toledo recoge a través de versiones sirio-árabes los comentarios de Galeno a los Pronósticos y al Regimen acutorum aegritudinum de Hipócrates. De nuevo se traduce la Isagoge de Hunayn bn Isháq a la que se añade el comentario de 'Ali bn Ridwän. Asimismo se traducen y se comentan los Librii ad Almansoren de Rhazès, que gozan de gran difusión durante los siglos XII y XI, especialmente el Liber nonus ad Almansorem, que fueron editados en Milán y Venecia en 1480 y 1500, respectivamente. Un siglo más tarde, Faräg bn Sälim tradujo la obra fundamental de Rhazès, al-Hâwï, con el título Continens. El Quanun de Avicena fue traducido al hebreo por Natán ha-Meati en 1269. Este Canon medicinae considerado como una compilación de la medicina helenística en lengua árabe se mantuvo como libro básico durante los siglos XVI y XVII. Los Cántica Avicennae o Urgúza fit-tibb poema didáctico sobre el arte de curar, que había sido ya comentado por Averroes, fue traducido por Gerardo de Cremona y posteriormente al latín por Armengaudus Blassi, maestro de Montpellier. Igualmente se traduce la Materia medica de Disocórides, que había alcanzado ya gran difusión en la cultura árabe. A los Simplicia de Galeno se le añaden algunos textos del Liber de medicinis et cibis simplicibus de Ibn al-Wafid, mientras que para los Composita se parte de el Medicinarum compositarum gradibus investigandis de al-Kindï. Destacan también las traducciones de Guillermo de Moerbecke a partir de textos griegos de Aristóteles y las de Nicolás de Regio de la obra latina de Galeno. En el campo de la cirugía se selecciona la Sinopsis de Abulcasis. Los textos quirúrgicos del Alto Salerno se comparan ahora con la terminología de Gundisalvo. Las versiones arábigo-latinas de Toledo adolecen de ser muy literales. Los términos árabes suelen aparecer transliterados en latín, lo que supone un enriquecimiento léxico. Por otro lado, parece ser que los errores de las traducciones se deben más a una mala lectura que a una mala interpretación. No hay que olvidar que en la segunda

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etapa de Toledo sólo se han documentado diecisiete arabistas. A finales del siglo XII la sistemática científica de Aristóteles sirve de base también para la Medicina, dividida en Teórica y Práctica, que en los albores del siglo XII se incluye en los Studium Generale de las incipientes universidades. La medicina alcanza el lugar más destacado entre las Naturalia, siguiendo el orden de importancia de Gundisalvo, que a su vez, tendría sus orígenes en un compendio alejandrino que nos trasmite al-Fârâbï. A este lugar destacado de la medicina contribuyeron los modelos árabes de Avicena, al-Fârâbï y al- Kindï, refrendados por autores occidentales como Boecio, Casiodoro y San Isidoro de Sevilla. 4. PERIODO DE RESTAURACIÓN Y ASIMILACIÓN CRÍTICO-SINTÉTICA: EL HUMANISMO RENACENTISTA. El periodo conocido como Renacimiento abarca los siglos XV y XVI. Durante esta época aparecen una serie de características, en todos los ámbitos de la relación del hombre con el cosmos y con su propia forma de entender la realidad, que venían fraguándose ya en Italia desde siglos anteriores. Las novedades alcanzan a todas las circunstancias del hombre en el mundo, pero fundamentalmente el elemento desencadenante va a ser el antropocentrismo, la confianza del hombre en sus propias facultades cognitivas a través del descubrimiento de la realidad y de la experimentación, la fuerza motriz de toda la serie de cambios que caracterizan a esta época. En el ámbito intelectual y como consecuencia del factor desencadenante mencionado cabe destacar los siguientes aspectos: la pérdida de valor del legado manipulado por versiones, comentarios, compilaciones, traducciones y retrotraducciones de las autoridades clásicas, sometidas en este momento a un proceso de reconstrucción, de legitimidad y de crítica por parte de los humanistas; la observación y experimentación directa de la naturaleza, que posibilita el espíritu crítico y abierto a lo nuevo con respecto al legado greco-árabe recibido; el progreso técnico ligado a una burguesía plenamente configurada que sustituye a la nobleza medieval y actúa en las ciudades donde el feudalismo ha sido sustituido por una economía de mercado. Ello dará sus frutos en la invención de la imprenta, técnica importantísima para la difusión de la cultura, hasta el punto de que en cincuenta años se editan ocho millones de libros en Europa. La secularización del sabio, como consecuencia de la emancipación de la lógica con respecto a la teología y del objeto de estudio: Las antiguas universidades italianas sitúan ahora en lugar preeminente la Medicina y el Derecho, en lugar de la Teología medieval. No menor importancia tiene en este cúmulo de cambios un hecho histórico definitivo: la caída de Constantinopla en poder de los turcos, hecho que desencadena la huida a Italia de una serie de sabios con los manuscritos custodiados en el antiguo Bizancio. Este hecho va a facilitar la labor de los cultos humanistas en su tarea de recuperación del saber clásico, no exento de críticas a las autoridades. Por último hay que mencionar el nacimiento de las naciones y con ello la identidad nacional de los sabios y la recuperación de las lenguas vernáculas que, poco a poco irán sustituyendo al latín en algunas publicaciones. En este sentido habría que recordar a Theophrastus Bombastus von Hohenheim (1493-1541), el polémico y nacionalista médico alemán como desafío a la tradición consagrada, conocido, por esas ironías de la historia, como Paracelsus. Parece ser que el primer texto de anatomía en una lengua vulgar sería el de Chauliac, escrito a principios del siglos XIV en catalán y posteriormente traducido al latín. No obstante, todo lo mencionado anteriormente tiene como resultado la aparición del médico humanista, erudito, polígrafo, con amplios conocimientos de la lengua griega. Esta nueva figura será la responsable de las nuevas versiones latinas acompañadas de comentarios críticos, fundamentalmente, en torno a dos figuras fundamentales Hipócrates y Galeno, pero sin olvidar a otras autoridades clásicas de amplia difusión durante el Medioevo. A la tendencia purista y a la labor de reconstrucción concienzuda de los médicos humanistas habría que atribuir su voluntad de eliminar los términos árabes o de procedencia árabe del vocabulario médico, así como la vuelta al griego debido los excesivos comentarios latinos, no siempre oportunos, y a la degeneración de esta lengua. En ocasiones hay que atribuir la disparidad de los términos actuales a la coexistencia de antiguos términos diferentes en griego, latín y árabe. Es el caso de las amígdalas o anginas, cuyo nombre griego era paristhmia o antiades y el latino tonsillae, que dio en castellano tonsila. En árabe, sin embargo se conocía como al-lauz (almendra) que fue traducido al latín literalmente como amygdalus, forma en la que se conoce en castellano, francés (amygdale), italiano (amígdala) e incluso en inglés y alemán (Mandel), como sinónimo de los términos más cultos: tonsil y tonsilla. A pesar, o quizá, debido a toda esta acumulación de términos, la alfabetización, la imprenta y la consiguiente difusión de libros en ferias como las de Frankfurt, Leipzig, Medina del Campo o Lyon, así como la facilidad de contar con una terminología acuñada de forma uniforme hicieron que el latín se convirtiera en lengua franca. Las versiones impresas más antiguas, según Sánchez Granjel, (Lain Entralgo, 1972, tomo 4, p.32-37), son las Articella salertianas o escritos en latín en los que se recopilan diversos autores clásicos, que incluyen el Corpus Hippocraticum, los Aforismos con comentarios de Galeno, algunos libros de las Epidemias, los Pronósticos y algunos textos galénicos y de Johannitius. La Articella fue publicada por primera vez en Padua en 1476 y posteriormente entre 1483 y 1500 aparecieron cinco ediciones más en Venecia. El Corpus Hippocraticum fue estudiado y comentado en Italia por Lorenzo Laurenziani y Nicolö Leoniceno, y traducido al latín por Fabius Calvus. De él se hizo una primera impresión en Roma en el año 1525 y un año más tarde apareció en Venecia el texto en griego. Durante el siglo XVI los médicos italianos realizaron versiones críticas comentadas entre las que cabe destacar las de Giambattista da Monte o Montanus, Expectatissimae in Aphorismos Hippocratis lectiones (1553-1554) y la de

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Marsilio Cagnati, In Hippocratis aphorismorum secundae sectiones XXIV commentarius( 1591). Especial mención merece Jerónimo Mercuriale (1530-1606) que fue profesor sucesivamente en ciudades como Padua, Bolonia, Pisa, Viena, donde coincidió con Maximiliano II, y Roma en tiempos de Gregorio XIII, y que llevó a cabo una auténtica crítica filológica con el fin de determinar la autenticidad de los textos del Corpus Hippocraticum. A él le debemos una edición de Hipócrates aparecida en Venecia en el año 1588, con marcado carácter crítico: Opera quae extant graece et latine. Veterum codicum collationes restituía novo ordine in quattuor classes digesta, interpretationis latinae emendatione & scrwolis illustrata. Ya con anterioridad, en 1584 había aparecido otra obra del traductor comentarista con el sugestivo título de Censura operum Hippocratis. No debemos olvidar la labor clínica de este autor que se manifiesta en sus tratados: De morbis puerorum (1584); De pestilentia (1577) y De arte gymnastica. También Girolano Cordano siguió la línea de Mercuriale con comentarios críticos a varios textos de Hipócrates. Entre los médicos humanistas franceses encontramos a Jacques Houllier (Hollerius) a quien debemos las obras Magni Hippocratis coaca praesagia (Lyon, 1576J y In aphorismos Hippocratis commentarii septem (Paris, 1579); a Louis Duret, autor de Commentair sur le six premières sections des aphorismes d'Hippocrate; Interpretationes et enarrationes in magni Hippocratis coacas praenotiones, opus admirabile in tres libros tributum y In magni Hippocratis librum de humoribus purgandis... commentarii. Anuncio Foes o Foësius, discípulo de Houllier nos presenta en 1595 la edición crítica Opera omnia quae extant. In VIII sectiones ex Erotiani mente distributa. Nunc recens latina interpretatione & ennotationibus illustrata, considerada como la más valiosa hasta que apareciera la greco-francesa de Littré en el siglo XIX. En 1588 aparece la Oeconomia Hippocratis alphabeti serie distincta. Johannes Hagenbutt o Cornarus realiza en 1546 una traducción de Hipócrates comparando diversos manuscritos. Leonhard Fuchs traduce las Epidemias y los Aforismos que aparecen en Basilea en 1537 y 1544 respectivamente. A Theodor Zwinger le debemos la edición de Tabulae in XXII commentaries Hippocratis nee non sententiae insignes Hippocratae per locos communes digestae aparecida en Basilea en 1579. En el ámbito hispano-portugués cabe destacar a Francisco Valles que presenta sus versiones y comentarios en español o latín. Entre ellos se cuentan: Comentarios a los Aforismos (Alcalá 1561); Commentaria in morbis Prognosticum Hippocratis (1567), Commentaria in libros Hippocratis de ratione victus in morbis acutis (1569), In libros Hippocratis de morbis popularibus, sobre las epidemias (Madrid, 1577); Cristóbal de Vega que realiza una traducción comentada de los Aforismos (1562) así como el Liber Prognosticarum Hippocratis (1551) y Luis de Lemos, autor destacado por haber realizado varias versiones galénicas y de Aristóteles y por el estudio crítico para determinar la autoría de los escritos reunidos en el Corpus Hippocraticum, basándose en el análisis de los textos objeto de estudio y en la tradición de los primeros comentaristas. Fruto de esta labor es su obra Iudicium operum Magni Hippocratis, aparecido en Salamanca en 1588 y en Venecia, en 1592. Gabriel de Tórrega (1522), Benedicto Bustamante Paz (1550) y Ambrosio Núñez (1603) se ocuparon de los Aforismos mientras que Enrique Cuellar (1543), Juan Bravo (1578), Alonso López Pinciano (1595 y Rodrigo de Fonseca (1597) estudiaron el Pronostico. Por lo que respecta a la recuperación de la obra de Galeno cabe destacar que la primera versión latina apareció en Venecia en 1490 y la griega en la misma ciudad en 1525. Entre los médicos humanistas que se ocuparon de su obra figuran los italianos Niccoló Leoniceno con los textos In artem parvam Galeni explanationes (Venecia, 1544; Lyón, 1556); In libris Galeni sententia libri V (Vene-cia, 1554) y De morbis e Galeni sententia libri V (Venecia, 1581). Giovanni Filippo Ingrassia es autor de Galeni ars medica (1573) y de In Galeni librum de ossibus doctíssima et expeetatissima commentaría... Palermo, 1603). En Francia contamos también con una pléyade de autores dedicados a la reconstrucción y comentario de la obra de Galeno. Entre ellos merecen especial mención Symphorien Champier o Camperius, autor de un epítome de la obra de Galeno en 1511; Jacques Houllier que contribuye a esta labor con su obra Ad libros Galeni de compositione medicamentorum secundum locos periochae octo. En Oxford y procedente de Italia encontramos a Tomas Linacre, fundador del Royal College of Physicians, a quien debemos las obras De sanitate tuenda libri sex (1526), De temperamentis, et de inaequali intemperie libri tres (1549) y De naturalibus facultatibus libri tres (1550). John Kaye o Cajus editó Galeni de tuenda valetudine libri sex (Basilea, 1549) y un libro cuyo título habla por sí sólo: Cl. Galeni Pergameni libri aliquot graeci partim hactenus non visi, partim a mendis, quibus scatebant innumeris ad vetustíssimos codices repurgati, et sua integritati restituti annotationibusque ilustrati. Leonhard Fuchs es autor de Claudii Galeni aliquot opera, editado en París en 1549; Johann Günther von Andernach que fue profesor en París, realizó ediciones de Galeno, Hipócrates, Alejandro de Tralles, Pablo de Egina y Polibio de Cos. A Theodor Zwinger pertenece la obra Tabula et commentarius in artem medicinalem Galeni ejusdemque librum de constitutione artis medicae, editado en Basilea en 1561. España se sumó a esta labor de recuperación de la medicina clásica con los siguientes autores: Andrés Laguna a quien debemos De urinis (1535); Epitome Omnium Galera Pergameni Operara (1548) y una obra escrita en español Vida de Galeno, publicada en Venecia en 1548. Francisco Valles contribuyó con De locis patientibus (Lyón, 1551);

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Galeni ars medicinales commentariis (Alcalá, 1567) y Comentaría in libros Galeni de differentia febrium(Alced&, 1569). Otros autores españoles fueron Fernando Mena, Cristóbal de Vega, López de Corella, Gerónimo Murillo y Luis de Lemos. Además de las figuras señeras de la medicina, Hipócrates y Galeno, fueron objeto de estudio otros clásicos no menos representativos como Oribasio, Alejandro de Tralles, Pablo de Egina, Celio Aureliano o Aecio estudiados por Johann Günther von Andernach, Guillaume Cop, Cornarus y Cristóbal de Orozco. Francisco López Villalobos y Jerónimo Gómez de Huerta se ocuparon de la obra de Plinio y Jean de la Ruelle o Ruellius y Pier Andrea Mattiolli de Dioscórides, en especial el último de quien apareció una versión latina en Venecia, 1554 Pedacii Dioscórides de materia medica libri VI, y posteriormente otras tres versiones en italiano, francés y alemán. A Andreas Laguna le debemos una excelente versión sobre Dioscórides que intentó evitar errores cotejando varios códices y manuscritos. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, que se ocupa de la materia medicinal y de los mortíferos (1555). Ya en pleno renacimiento serán Fernel y Mercado quienes se ocupen de ordenar este saber médico heredado con aportaciones propias tanto en el método expositivo como en los conocimientos que les aporta su actividad clínica. A partir de este momento y de la difusión del legado clásico médico a las distintas nacionalidades europeas podemos dar por terminada esta larga etapa de transmisión de la herencia greco-árabe y latina a la Europa renacentista en el campo de la medicina.

Actividades complementarias: 1. Lectura recomendada de Hipócrates, Tratados Hipocráticos I. El Corpus Hippocraticum es un conjunto de más de cincuenta tratados médicos de enorme importancia, pues constituyen los textos fundacionales de la ciencia médica europea y forman la primera biblioteca científica de Occidente. Casi todos se remontan a finales del siglo V y comienzos del IV a.C., la época en que vivieron Hipócrates y sus discípulos directos. No sabemos cuántos de estos escritos son del «Padre de la Medicina», pero todos muestran una orientación coherente e ilustrada, racional y profesional, que bien puede deberse al maestro de Cos. Más importante que la debatida cuestión de la autoría es comprender el alcance de esta medicina, su empeño humanitario y su afán metódico. Este corpus resulta esencial no sólo para la historia de la ciencia médica, sino para el conocimiento cabal de la cultura griega. Éste es el primer intento de verter al castellano todos estos tratados, y se ha hecho con el mayor rigor filológico: se ha partido de las ediciones más recientes y contrastadas de los textos griegos, se han anotado las versiones a fin de aclarar cualquier dificultad científica o lingüística y se han añadido introducciones a cada uno de los tratados, con lo cual se incorpora una explicación pormenorizada a la Introducción General, que sitúa el conjunto de los escritos en su contexto histórico. El primer volumen de los Tratados hipocráticos incluye los escritos «Juramento», «Ley», «Sobre la ciencia médica», «Sobre la medicina antigua», «Sobre el médico», «Sobre la decencia», «Aforismos», «Preceptos», «El pronóstico», «Sobre la dieta en las enfermedades agudas» y «Sobre la enfermedad sagrada». 2. Visionado de Alejandro Magno (2004).

Antigüedad, Helenismo. Alejandro (336-323 a. C.), rey de Macedonia, comenzó a reinar a los veinte años. Se apoderó primero de Grecia y, después de conquistar el inmenso Imperio Persa, siguió avanzando hacia la India. Fue un gran estratega que nunca perdió una batalla, un visionario cuyos sueños, hazañas y destino dejaron huella en la Historia. Cuando murió, a los 33 años, había forjado un imperio sin precedentes en la historia. Los personajes más influyentes de su vida fueron: Filippo, su padre; Olimpia, su madre; Hefestión, su gran amigo; Roxana, su ambiciosa mujer, y el general Ptolomeo, confidente y leal compañero de armas.

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ANEXO I: JENOFONTE, LIBRO IV DE LA ANÁBASIS.

Primera parte: Capítulos 1 y 2. 1. [Ὅσα μὲν δὴ ἐν τῇ ἀναβάσει ἐγένετο μέχρι τῆς μάχης, καὶ ὅσα μετὰ τὴν μάχην ἐν ταῖς σπονδαῖς ἃς βασιλεὺς καὶ οἱ σὺν Κύρῳ ἀναβάντες Ἕλληνες ἐποιήσαντο, καὶ ὅσα παραβάντος τὰς σπονδὰς βασιλέως καὶ Τισσαφέρνους ἐπολεμήθη πρὸς τοὺς Ἕλληνας ἐπακολουθοῦντος τοῦ Περσικοῦ στρατεύματος, ἐν τῷ πρόσθεν λόγῳ δεδήλωται. ἐπεὶ δὲ ἀφίκοντο ἔνθα ὁ μὲν Τίγρης ποταμὸς παντάπασιν ἄπορος ἦν διὰ τὸ βάθος καὶ μέγεθος, πάροδος δὲ οὐκ ἦν, ἀλλὰ τὰ Καρδούχεια ὄρη ἀπότομα ὑπὲρ αὐτοῦ τοῦ ποταμοῦ ἐκρέματο, ἐδόκει δὴ τοῖς στρατηγοῖς διὰ τῶν ὀρέων πορευτέον εἶναι. ἤκουον γὰρ τῶν ἁλισκομένων ὅτι εἰ διέλθοιεν τὰ Καρδούχεια ὄρη, ἐν τῇ Ἀρμενίᾳ τὰς πηγὰς τοῦ Τίγρητος ποταμοῦ, ἢν μὲν βούλωνται, διαβήσονται, ἢν δὲ μὴ βούλωνται, περιίασι. καὶ τοῦ Εὐφράτου δὲ τὰς πηγὰς ἐλέγετο οὐ πρόσω τοῦ Τίγρητος εἶναι, καὶ ἔστιν οὕτως ἔχον. τὴν δ΄ εἰς τοὺς Καρδούχους ἐμβολὴν ὧδε ποιοῦνται, ἅμα μὲν λαθεῖν πειρώμενοι, ἅμα δὲ φθάσαι πρὶν τοὺς πολεμίους καταλαβεῖν τὰ ἄκρα.] Ἡνίκα δ΄ ἦν ἀμφὶ τὴν τελευταίαν φυλακὴν καὶ ἐλείπετο τῆς νυκτὸς ὅσον σκοταίους διελθεῖν τὸ πεδίον, τηνικαῦτα ἀναστάντες ἀπὸ παραγγέλσεως πορευόμενοι ἀφικνοῦνται ἅμα τῇ ἡμέρᾳ πρὸς τὸ ὄρος. ἔνθα δὴ Χειρίσοφος μὲν ἡγεῖτο τοῦ στρατεύματος λαβὼν τὸ ἀμφ΄ αὑτὸν καὶ τοὺς γυμνῆτας πάντας, Ξενοφῶν δὲ σὺν τοῖς ὀπισθοφύλαξιν ὁπλίταις εἵπετο οὐδένα ἔχων γυμνῆτα· οὐδεὶς γὰρ κίνδυνος ἐδόκει εἶναι μή τις ἄνω πορευομένων ἐκ τοῦ ὄπισθεν ἐπίσποιτο. καὶ ἐπὶ μὲν τὸ ἄκρον ἀναβαίνει Χειρίσοφος πρίν τινας αἰσθέσθαι τῶν πολεμίων· ἔπειτα δ΄ ὑφηγεῖτο·

1. [Cuanto sucedió en la expedición hasta la batalla y cuanto después de la batalla, durante la tregua que el Rey y los griegos que acompañaron a Ciro en la expedición concertaron, y cuanto, una vez que el Rey y Tisafernes violaron la tregua, se combatió contra los griegos, mientras los perseguía el ejécito persa, ha sido expuesto en el libro anterior. Cuando llegaron donde el río Tigris era absolutamente invadeable, por su profundidad y anchura, y no existía ningún paso, sino que los escarpados montes Carducos se precipitaban sobre el propio río, pareció bien a los estrategos que había que avanzar a través de las montañas. Pues oían decir a los prisioneros que, si conseguían cruzar los montes carducos, en Armenia, pasarían las fuentes del río Tigris, si querían, y si no, podían rodearlas. Y se decía que las fuentes del Éufrates no estaban lejos de las del Tigris, y esto es así. La penetración en el país de los carducos, la hacen así: en parte, intentando pasar desapercibidos, en parte, tratando de anticiparse a que los enemigos ocupen las cimas]. Cuando ya era aproximadamente el momento de la última guardia y de noche sólo quedaba cuanto para cruzar la llanura a oscuras, entonces, después de levantarse a una orden y recorrer el camino, llegaron al amanecer a la montaña. Quirísofo estaba al frente del ejército con los suyos y con todos los soldados de infantería ligera, mientras Jenofonte seguía con los hoplitas de retaguardia sin ningún soldado de infantería ligera; pues no parecía existir ningún peligro de que alguien los hostigara por detrás mientras ascendían. Quirísofo alcanza la cima antes de que algunos de los enemigos se den cuenta. Después continuó la marcha mientras lo seguía el resto del ejército a

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ἐφείπετο δὲ ἀεὶ τὸ ὑπερβάλλον τοῦ στρατεύματος εἰς τὰς κώμας τὰς ἐν τοῖς ἄγκεσί τε καὶ μυχοῖς τῶν ὀρέων. ἔνθα δὴ οἱ μὲν Καρδοῦχοι ἐκλιπόντες τὰς οἰκίας ἔχοντες καὶ γυναῖκας καὶ παῖδας ἔφευγον ἐπὶ τὰ ὄρη. τὰ δὲ ἐπιτήδεια πολλὰ ἦν λαμβάνειν, ἦσαν δὲ καὶ χαλκώμασι παμπόλλοις κατεσκευασμέναι αἱ οἰκίαι, ὧν οὐδὲν ἔφερον οἱ Ἕλληνες, οὐδὲ τοὺς ἀνθρώπους ἐδίωκον, ὑποφειδόμενοι, εἴ πως ἐθελήσειαν οἱ Καρδοῦχοι διιέναι αὐτοὺς ὡς διὰ φιλίας τῆς χώρας, ἐπείπερ βασιλεῖ πολέμιοι ἦσαν· τὰ μέντοι ἐπιτήδεια ὅτῳ τις ἐπιτυγχάνοι ἐλάμβανεν· ἀνάγκη γὰρ ἦν. οἱ δὲ Καρδοῦχοι οὔτε καλούντων ὑπήκουον οὔτε ἄλλο φιλικὸν οὐδὲν ἐποίουν. ἐπεὶ δὲ οἱ τελευταῖοι τῶν Ἑλλήνων κατέβαινον εἰς τὰς κώμας ἀπὸ τοῦ ἄκρου ἤδη σκοταῖοι (διὰ γὰρ τὸ στενὴν εἶναι τὴν ὁδὸν ὅλην τὴν ἡμέραν ἡ ἀνάβασις αὐτοῖς ἐγένετο καὶ κατάβασις), τότε δὴ συλλεγέντες τινὲς τῶν Καρδούχων τοῖς τελευταίοις ἐπετίθεντο, καὶ ἀπέκτεινάν τινας καὶ λίθοις καὶ τοξεύμασι κατέτρωσαν, ὀλίγοι ὄντες· ἐξ ἀπροσδοκήτου γὰρ αὐτοῖς ἐπέπεσε τὸ Ἑλληνικόν. εἰ μέντοι τότε πλείους συνελέγησαν, ἐκινδύνευσεν ἂν διαφθαρῆναι πολὺ τοῦ στρατεύματος. καὶ ταύτην μὲν τὴν νύκτα οὕτως ἐν ταῖς κώμαις ηὐλίσθησαν· οἱ δὲ Καρδοῦχοι πυρὰ πολλὰ ἔκαιον κύκλῳ ἐπὶ τῶν ὀρέων καὶ συνεώρων ἀλλήλους. ἅμα δὲ τῇ ἡμέρᾳ συνελθοῦσι τοῖς στρατηγοῖς καὶ λοχαγοῖς τῶν Ἑλλήνων ἔδοξε τῶν τε ὑποζυγίων τὰ ἀναγκαῖα καὶ δυνατώτατα ἔχοντας πορεύεσθαι, καταλιπόντας τἆλλα, καὶ ὅσα ἦν νεωστὶ αἰχμάλωτα ἀνδράποδα ἐν τῇ στρατιᾷ πάντα ἀφεῖναι. σχολαίαν γὰρ ἐποίουν τὴν πορείαν πολλὰ ὄντα τὰ ὑποζύγια καὶ τὰ αἰχμάλωτα, πολλοὶ δὲ οἱ ἐπὶ τούτοις ὄντες ἀπόμαχοι ἦσαν, διπλάσιά τε ἐπιτήδεια ἔδει πορίζεσθαι καὶ φέρεσθαι πολλῶν τῶν ἀνθρώπων ὄντων. δόξαν δὲ ταῦτα ἐκήρυξαν οὕτω ποιεῖν. Ἐπεὶ δὲ ἀριστήσαντες ἐπορεύοντο, ὑποστήσαντες ἐν τῷ στενῷ οἱ στρατηγοί, εἴ τι εὑρίσκοιεν τῶν εἰρημένων μὴ ἀφειμένον, ἀφῃροῦντο, οἱ δ΄ ἐπείθοντο, πλὴν εἴ τις ἔκλεψεν, οἷον ἢ παιδὸς ἐπιθυμήσας ἢ γυναικὸς τῶν εὐπρεπῶν. καὶ ταύτην μὲν τὴν ἡμέραν οὕτως ἐπορεύθησαν, τὰ μέν τι μαχόμενοι τὰ δὲ καὶ ἀναπαυόμενοι. εἰς δὲ τὴν ὑστεραίαν γίγνεται χειμὼν πολύς, ἀναγκαῖον δ΄ ἦν πορεύεσθαι· οὐ γὰρ ἦν ἱκανὰ τἀπιτήδεια. καὶ ἡγεῖτο μὲν Χειρίσοφος, ὠπισθοφυλάκει δὲ Ξενοφῶν. καὶ οἱ πολέμιοι ἰσχυρῶς ἐπετίθεντο, καὶ στενῶν ὄντων τῶν χωρίων ἐγγὺς προσιόντες ἐτόξευον καὶ ἐσφενδόνων· ὥστε ἠναγκάζοντο οἱ Ἕλληνες ἐπιδιώκοντες καὶ πάλιν ἀναχάζοντες σχολῇ πορεύεσθαι· καὶ θαμινὰ παρήγγελλεν ὁ Ξενοφῶν ὑπομένειν, ὅτε οἱ πολέμιοι ἰσχυρῶς ἐπικέοιντο. ἐνταῦθα ὁ Χειρίσοφος ἄλλοτε μὲν ὅτε παρεγγυῷτο ὑπέμενε, τότε δὲ οὐχ ὑπέμενεν, ἀλλ΄ ἦγε ταχέως καὶ παρηγγύα ἕπεσθαι, ὥστε δῆλον ἦν ὅτι πρᾶγμά τι εἴη· σχολὴ δ΄ οὐκ ἦν ἰδεῖν παρελθόντι τὸ αἴτιον τῆς

las aldeas en los valles y profundidades de las montañas. Entonces los carducos, abandonando sus casas, huyeron a las montañas con sus mujeres e hijos. Había muchas provisiones para coger, las casas estaban también surtidas de todo tipo de objetos de bronce. Ninguno de éstos se llevaron los griegos, tampoco persiguieron a los habitantes, tratándolos con consideración en la esperanza de que los carducos les permitieran pasar como si se tratase de un país amigo, ya que ellos mismos eran enemigos del Rey. Sin embargo, respecto a los víveres,, cogía cada cual lo que encontraba, pues tenían necesidad. Los carducos ni prestaban atención cuando los llamaban, ni mostraban amistosa alguna. Cuando los últimos griegos descendían de la cima hacia las aldeas, ya en plena noche (debido a la estrechez del camino habían empleado todo el día en el ascemso y descenso), entonces, reuniéndose algunos carducos, atacaron a los últimos y mataron a algunos e hirieron a otros con piedras y flechas, a pesar de ser pocos. Pues el ejército griego se les presentó de improviso. Sin embargo, si entonces se hubiesen reunido más , habría corrido peligro de ser destruida una gran parte del ejército. Durante esa noche vivaquearon así en las aldeas; los carducos encendía muchas hogueras alrededor, en las montañas, y no se perdían de vista unos a otros. Al amanecer, a los estrategos y capitanes griegos reunidos les pareció bien seguir la marcha con los mulos necesarios y más fuertes, abandonando el resto, y poner en libertad a cuantos prisioneros se habían hecho recientemente, como esclavos para el ejército. Pues retardaban la marcha, al ser muchas la acémilas y los prisioneros, y muchos que estaban al cuidado de éstos no podían combatir, y había que suministrar doble cantidad de víveres y transportarlos, al ser muchos los hombres. Tomada esta decisión, dieron la orden por medio del heraldo de actuar así. Después de desayunar, continuaron la marcha; los estrategos, apostados en el desfiladero, si encontraban a uno que no había dejado de lo dicho, se lo quitaban, y éstos obedecían, salvo si alguien había ocultado , por desear, por ejemplo, a un muchacho o a una mujer de entre las hermosas. Durante ese día avanzaron así, unos ratos luchando, otros descansando. Al día siguiente se produjo una intensa tempestad, pero era necesario proseguir la marcha, pues no tenían víveres suficientes. Iba al frente Quirísofo y Jenofonte cerraba la retaguardia. Los enemigos atacaban violentamente y, como el lugar era estrecho, acercándose, disparaban sus arcos y hondas, de manera que los griegos se veían forzados a avanzar con lentitud, persiguiéndolos y retirándose de nuevo. Y con frecuencia Jenofonte ordenaba detenerse, cuando los enemigos atacaban violentamente. Quirísofo, en otras ocasiones, había aguardado siempre que recibía esta orden, pero en ésta no lo hizo, sino que seguía avanzando con rapidez y transmitía la orden de seguirlo, de maneera que estaba claro que pasaba algo. Pero quien se acercaba no tenía tranquilidad para ver la causa de la prisa. Por tanto, la marcha parecía una huída para los de

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σπουδῆς· ὥστε ἡ πορεία ὁµοία φυγῇ ἐγίγνετο τοῖς ὀπισθοφύλαξι. καὶ ἐνταῦθα ἀποθνῄσκει ἀνὴρ ἀγαθὸς Λακω νικὸς Λεώνυµος τοξευθεὶς διὰ τῆς ἀσπίδος καὶ τῆς σπολάδος εἰς τὰς πλευράς, καὶ Βασίας Ἀρκὰς διαµπερὲς τὴν κεφαλήν. ἐπεὶ δὲ ἀφίκοντο ἐπὶ σταθµόν, εὐθὺς ὥσπερ εἶχεν ὁ Ξενοφῶν ἐλθὼν πρὸς τὸν Χειρίσοφον ᾐτιᾶτο αὐτὸν ὅτι οὐχ ὑπέµενεν, ἀλλ΄ ἠναγκάζοντο φεύγοντες ἅµα µάχεσθαι. καὶ νῦν δύο καλώ τε καὶ ἀγαθὼ ἄνδρε τέθνατον καὶ οὔτε ἀνελέσθαι οὔτε θάψαι ἐδυνάµεθα. ἀποκρίνεται ὁ Χειρίσοφος· Βλέψον, ἔφη, πρὸς τὰ ὄρη καὶ ἰδὲ ὡς ἄβατα πάντα ἐστί· µία δ΄ αὕτη ὁδὸς ἣν ὁρᾷς ὀρθία, καὶ ἐπὶ ταύτῃ ἀνθρώπω ν ὁρᾶν ἔξεστί σοι ὄχλον τοσοῦτον, οἳ κατειληφότες φυλάττουσι τὴν ἔκβασιν. ταῦτ΄ ἐγὼ ἔσπευδον καὶ διὰ τοῦτό σε οὐχ ὑπέµενον, εἴ πω ς δυναίµην φθάσαι πρὶν κατειλῆφθαι τὴν ὑπερβολήν· οἱ δ΄ ἡγεµόνες οὓς ἔχοµεν οὔ φασιν εἶναι ἄλλην ὁδόν. ὁ δὲ Ξενοφῶν λέγει· Ἀλλ΄ ἐγὼ ἔχω δύο ἄνδρας. ἐπεὶ γὰρ ἡµῖν πράγµατα παρεῖχον, ἐνηδρεύσαµεν, ὅπερ ἡµᾶς καὶ ἀναπνεῦσαι ἐποίησε, καὶ ἀπεκτείναµέν τινας αὐτῶν, καὶ ζῶντας προυθυµήθηµεν λαβεῖν αὐτοῦ τούτου ἕνεκα ὅπω ς ἡγεµόσιν εἰδόσι τὴν χώραν χρησαίµεθα. Καὶ εὐθὺς ἀγαγόντες τοὺς ἀνθρώπους ἤλεγχον διαλαβόντες εἴ τινα εἰδεῖεν ἄλλην ὁδὸν ἢ τὴν φανεράν. ὁ µὲν οὖν ἕτερος οὐκ ἔφη µάλα πολλῶν φόβω ν προσαγοµένω ν· ἐπεὶ δὲ οὐδὲν ὠφέλιµον ἔλεγεν, ὁρῶντος τοῦ ἑτέρου κατεσφάγη. ὁ δὲ λοιπὸς ἔλεξεν ὅτι οὗτος µὲν οὐ φαίη διὰ ταῦτα εἰδέναι, ὅτι αὐτῷ ἐτύγχανε θυγάτηρ ἐκεῖ παρ΄ ἀνδρὶ ἐκδεδοµένη· αὐτὸς δ΄ ἔφη ἡγήσεσθαι δυνατὴν καὶ ὑποζυγίοις πορεύεσθαι ὁδόν. ἐρω τώµενος δ΄ εἰ εἴη τι ἐν αὐτῇ δυσπάριτον χω ρίον, ἔφη εἶναι ἄκρον ὃ εἰ µή τις προκαταλήψοιτο, ἀδύνατον ἔσεσθαι παρελθεῖν. ἐνταῦθα δ΄ ἐδόκει συγκαλέσαντας λοχαγοὺς καὶ πελταστὰς καὶ τῶν ὁπλιτῶν λέγειν τε τὰ παρόντα καὶ ἐρω τᾶν εἴ τις αὐτῶν ἔστιν ὅστις ἀνὴρ ἀγαθὸς ἐθέλοι ἂν γενέσθαι καὶ ὑποστὰς ἐθελοντὴς πορεύεσθαι. ὑφίσταται τῶν µὲν ὁπλιτῶν Ἀριστώνυµος Μεθυδριεὺς [Ἀρκὰς] καὶ Ἀγασίας Στυµφάλιος [Ἀρκάς], ἀντιστασιάζω ν δὲ αὐτοῖς Καλλίµαχος Παρράσιος [Ἀρκὰς καὶ οὗτος] ἔφη ἐθέλειν πορεύεσθαι προσλαβὼν ἐθελοντὰς ἐκ παντὸς τοῦ στρατεύµατος· ἐγὼ γάρ, ἔφη, οἶδα ὅτι ἕψονται πολλοὶ τῶν νέω ν ἐµοῦ ἡγουµένου. ἐκ τούτου ἐρω τῶσιν εἴ τις καὶ τῶν γυµνήτω ν ταξιάρχω ν ἐθέλοι συµπορεύεσθαι. ὑφίσταται Ἀριστέας Χῖος, ὃς πολλαχοῦ πολλοῦ ἄξιος τῇ στρατιᾷ εἰς τὰ τοιαῦτα ἐγένετο. Καὶ ἦν µὲν δείλη, οἱ δ΄ ἐκέλευον αὐτοὺς ἐµφαγόντας πορεύεσθαι. καὶ τὸν ἡγεµόνα δήσαντες παραδιδόασιν αὐτοῖς, καὶ συντίθενται τὴν µὲν νύκτα, ἢν λάβω σι τὸ ἄκρον, τὸ χω ρίον φυλάττειν, ἅµα δὲ τῇ ἡµέρᾳ τῇ σάλπιγγι σηµαίνειν· καὶ τοὺς µὲν ἄνω ὄντας ἰέναι ἐπὶ τοὺς

retaguardia. Entonces murió un hombre valiente, Leónimo de Laconia, alcanzado por una flecha a través del escudo y la coraza en el costado, y también Basias de Arcadia, con la cabeza atravesada. Cuando llegaron al fin de la jornada, Jenofonte, tal como estaba, yendo al encuentro de Quirísofo, lo censuró por no haber esperado, pues se vieron obligados a luchar al tiempo que huían. Le respondió Quirísofo: Jenofonte le dice: Trayendo al punto a los hombres, les preguntaron, por separado, si conocían un camino distinto del visible. Uno de ellos dijo que no, y eso que le metían mucho miedo. Y, como nada útil decía, fue degollado en presencia del otro. El que quedaba dijo que aquél había dicho que no conocía por esto, porque tenía una hija casada con un hombre de allí; sin embargo, él dijo que los guiaría por un camino transitable incluso para las mulas. Preguntado si había en él algún lugar de difícil paso, contestó que había una cima que, si no se tomaba de antemano, sería imposble cruzar. Entonces decidieron, tras convocar a los capitanes, peltastas y a algunos hoplitas, comunicarles la situación y también preguntarles si habaía alguno entre ellos que quisiera mostrarse como valiente prometiendo marchar como voluntario. Entre los hoplitas se ofrece Aristónimo de Metridio [arcadio] y Agasias de Estinfalia [arcadio], y, rivalizando con ellos, Calímaco de Parrasio [arcadio también éste] dijo que estaba dispuesto a marchar tomando voluntarios de todo el ejército. A continuación preguntan si hay también algún taxiarco entre los soldados de infantería ligera dispuesto a participar en la marcha. Se ofrece Aristeas de Quíos, que muchas veces, en circunstancias parecidas, había prestado una valiosa colaboración al ejército. Era el atardecer, y a los voluntarios se les dio la orden de ponerse en camino después de cenar. Tras haber atado al guía, se lo entregan y acuerdan vigilar el lugar, si toman la cima, durante toda la noche, y, al amanecer, dar la señal con la trompeta. también que los que están arriba se dirigirán contra los que ocupan la salida visible, mientras que ellos mismos acudirán en su ayuda, saliendo con la mayor rapidez posible. Tras este acuerdo, se pusieron en marcha en un número aproximado de dos mil. Caía del cielo mucha agua. Jenofonte, con los hom-

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κατέχοντας τὴν φανερὰν ἔκβασιν, αὐτοὶ δὲ συμβοηθήσειν ἐκβαίνοντες ὡς ἂν δύνωνται τάχιστα. ταῦτα συνθέμενοι οἱ μὲν ἐπορεύοντο πλῆθος ὡς δισχίλιοι· καὶ ὕδωρ πολὺ ἦν ἐξ οὐρανοῦ· Ξενοφῶν δὲ ἔχων τοὺς ὀπισθοφύλακας ἡγεῖτο πρὸς τὴν φανερὰν ἔκβασιν, ὅπως ταύτῃ τῇ ὁδῷ οἱ πολέμιοι προσέχοιεν τὸν νοῦν καὶ ὡς μάλιστα λάθοιεν οἱ περιιόντες. ἐπεὶ δὲ ἦσαν ἐπὶ χαράδρᾳ οἱ ὀπισθοφύλακες ἣν ἔδει διαβάντας πρὸς τὸ ὄρθιον ἐκβαίνειν, τηνικαῦτα ἐκύλινδον οἱ βάρβαροι ὁλοιτρόχους ἁμαξιαίους καὶ μείζους καὶ ἐλάττους, οἳ φερόμενοι πρὸς τὰς πέτρας παίοντες διεσφενδονῶντο· καὶ παντάπασιν οὐδὲ πελάσαι οἷόν τ΄ ἦν τῇ εἰσόδῳ. ἔνιοι δὲ τῶν λοχαγῶν, εἰ μὴ ταύτῃ δύναιντο, ἄλλῃ ἐπειρῶντο· καὶ ταῦτα ἐποίουν μέχρι σκότος ἐγένετο· ἐπεὶ δὲ ᾤοντο ἀφανεῖς εἶναι ἀπιόντες, τότε ἀπῆλθον ἐπὶ τὸ δεῖπνον· ἐτύγχανον δὲ καὶ ἀνάριστοι ὄντες αὐτῶν οἱ ὀπισθοφυλακήσαντες. οἱ μέντοι πολέμιοι οὐδὲν ἐπαύσαντο δι΄ ὅλης τῆς νυκτὸς κυλίνδοντες τοὺς λίθους· τεκμαίρεσθαι δ΄ ἦν τῷ ψόφῳ. οἱ δ΄ ἔχοντες τὸν ἡγεμόνα κύκλῳ περιιόντες καταλαμβάνουσι τοὺς φύλακας ἀμφὶ πῦρ καθημένους· καὶ τοὺς μὲν κατακαίνοντες τοὺς δὲ καταδιώξαντες αὐτοὶ ἐνταῦθ΄ ἔμενον ὡς τὸ ἄκρον κατέχοντες. οἱ δ΄ οὐ κατεῖχον, ἀλλὰ μαστὸς ἦν ὑπὲρ αὐτῶν παρ΄ ὃν ἦν ἡ στενὴ αὕτη ὁδὸς ἐφ΄ ᾗ ἐκάθηντο οἱ φύλακες. ἔφοδος μέντοι αὐτόθεν ἐπὶ τοὺς πολεμίους ἦν οἳ ἐπὶ τῇ φανερᾷ ὁδῷ ἐκάθηντο. καὶ τὴν μὲν νύκτα ἐνταῦθα διήγαγον· ἐπεὶ δ΄ ἡμέρα ὑπέφαινεν, ἐπορεύοντο σιγῇ συντεταγμένοι ἐπὶ τοὺς πολεμίους· καὶ γὰρ ὁμίχλη ἐγένετο, ὥστ΄ ἔλαθον ἐγγὺς προσελθόντες. ἐπεὶ δὲ εἶδον ἀλλήλους, ἥ τε σάλπιγξ ἐφθέγξατο καὶ ἀλαλάξαντες ἵεντο ἐπὶ τοὺς ἀνθρώπους· οἱ δὲ οὐκ ἐδέξαντο, ἀλλὰ λιπόντες τὴν ὁδὸν φεύγοντες ὀλίγοι ἀπέθνῃσκον· εὔζωνοι γὰρ ἦσαν. οἱ δὲ ἀμφὶ Χειρίσοφον ἀκούσαντες τῆς σάλπιγγος εὐθὺς ἵεντο ἄνω κατὰ τὴν φανερὰν ὁδόν· ἄλλοι δὲ τῶν στρατηγῶν κατὰ ἀτριβεῖς ὁδοὺς ἐπορεύοντο ᾗ ἔτυχον ἕκαστοι ὄντες, καὶ ἀναβάντες ὡς ἐδύναντο ἀνίμων ἀλλήλους τοῖς δόρασι. καὶ οὗτοι πρῶτοι συνέμειξαν τοῖς προκαταλαβοῦσι τὸ χωρίον. Ξενοφῶν δὲ ἔχων τῶν ὀπισθοφυλάκων τοὺς ἡμίσεις ἐπορεύετο ᾗπερ οἱ τὸν ἡγεμόνα ἔχοντες· εὐοδωτάτη γὰρ ἦν τοῖς ὑποζυγίοις· τοὺς δὲ ἡμίσεις ὄπισθεν τῶν ὑποζυγίων ἔταξε. πορευόμενοι δ΄ ἐντυγχάνουσι λόφῳ ὑπὲρ τῆς ὁδοῦ κατειλημμένῳ ὑπὸ τῶν πολεμίων, οὓς ἢ ἀποκόψαι ἦν ἀνάγκη ἢ διεζεῦχθαι ἀπὸ τῶν ἄλλων Ἑλλήνων. καὶ αὐτοὶ μὲν ἂν ἐπορεύθησαν ᾗπερ οἱ ἄλλοι, τὰ δὲ ὑποζύγια οὐκ ἦν ἄλλῃ ἢ ταύτῃ ἐκβῆναι. ἔνθα δὴ παρακελευσάμενοι ἀλλήλοις προσβάλλουσι πρὸς τὸν λόφον ὀρθίοις τοῖς λόχοις, οὐ κύκλῳ ἀλλὰ καταλιπόντες ἄφοδον τοῖς πολεμίοις, εἰ βούλοιντο φεύγειν. καὶ τέως μὲν αὐτοὺς ἀναβαίνοντας ὅπῃ ἐδύναντο ἕκαστος οἱ βάρβαροι ἐτόξευον καὶ ἔβαλλον, ἐγγὺς δ΄ οὐ

bres de retaguardia, se dirigía hacia la salida visible, para que los enemigos prestaran atención a este punto y no advirtieran el movimiento envolvente de los otros. Cuando los hombres de la retaguardia estaban ante el barranco que debían cruzar para salir hacia la subida, entonces los bárbaros hicieron rodar enormes bloques de piedras, grandes y pequeñas, que, arrojadas contra las rocas, saltaban por doquier como piedras de honda. Y era del todo imposible acercarse al camino de acceso. Algunos capitanes, si no podían por allí, lo intentaban por otro lugar; y así continuaron hasta que se hizo de noche. Cuando creyeron que no los veían a fuerza de retirarse, entonces se fueron a cenar. Se daba eñ caso, incluso, de que los hombres de la retaguardia no habían desayunado. Sin embargo, los enemigos no cesaron en toda la noche de hacer rodar las piedras; por el ruido era comprobarlo. Los que llevaban al guía con una maniobra envolvente apresan a los guardianes sentados alrededor del fuego. Tras matar a unos y perseguir a otros, ellos permanecieron allí, convencidos de que dominaban la cima. Pero no la dominaban, sino que encima de ellos había una colina junto a la cual se encontraba este desfiladero en el que estaban sentados los guardianes. Sin embargo, había un paso que desde allí comunicaba con los enemigos que estaban sentados junto al camino a la vista. Allí pasaron la noche, cuando asomó el día, avanzaron en silencio, en orden de combate, contra los enemigos. Había niebla, de manera que se acercaron sin ser vistos. Cuando se vieron unos a otros, sonó la trompeta y, dando gritos de guerra, se lanzaron contra los enemigos. Éstos no opusieron resistencia, sino que, abandonando el camino, murieron sólo unos pocos en la huida, pues eran ágiles. Quirísofo y los suyos, al oír la trompeta, se lanzaron al punto hacia arriba por el camino a la vista. Otros estrategos avanzaban por caminos intransitables, por donde cada uno tenía posibilidad, y subían como podían, tirando hacia arriba unos de otros con las lanzas. Éstos fueron los primeros que se unieron a los que habían tomado de antemano la posición. Jenofonte, con la mitad de la retaguardia, avanzó por el mismo lugar que los que llevaban al guía, pues era el camino más accesible para las acémilas. Dispuso la otra mitad detrás de las acémilas. Y en su avance se encuentran con una colina, encima del camino, ocupada por los enemigos, a los que había que desalojar o quedarse separados del resto de los griegos. Ellos hubieran podido avanzar por donde los demás, pero los mulos no podían salir por otro más que por éste. Entonces, animándose mutuamente, se lanzaron hacia la colina con las compañías formadas en columnas, no en círculo, sino dejando una salida a los enemigos, por si querían huir. Mientras ellos subían por donde cada uno podía, los bárbaros les disparaban flechas y les arrojaban , pero no se acercaron, sino que abandonaron la posición a la fuga. Atravesaron esta colina los griegos y vieron delante otra, ocupada. De nuevo pareció oportuno emprender la marcha para tomarla. Jenofonte, temiendo que, si dejaba sin guarnición la colina conquistada, los

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προσίεντο, ἀλλὰ φυγῇ λείπουσι τὸ χωρίον. καὶ τοῦτόν τε παρεληλύθεσαν οἱ Ἕλληνες καὶ ἕτερον ὁρῶσιν ἔμπροσθεν λόφον κατεχόμενον ἐπὶ τοῦτον αὖθις ἐδόκει πορεύεσθαι. ἐννοήσας δ΄ ὁ Ξενοφῶν μή, εἰ ἔρημον καταλίποι τὸν ἡλωκότα λόφον, [καὶ] πάλιν λαβόντες οἱ πολέμιοι ἐπιθοῖντο τοῖς ὑποζυγίοις παριοῦσιν (ἐπὶ πολὺ δ΄ ἦν τὰ ὑποζύγια ἅτε διὰ στενῆς τῆς ὁδοῦ πορευόμενα), καταλείπει ἐπὶ τοῦ λόφου λοχαγοὺς Κηφισόδωρον Κηφισοφῶντος Ἀθηναῖον καὶ Ἀμφικράτην Ἀμφιδήμου Ἀθηναῖον καὶ Ἀρχαγόραν Ἀργεῖον φυγάδα, αὐτὸς δὲ σὺν τοῖς λοιποῖς ἐπορεύετο ἐπὶ τὸν δεύτερον λόφον, καὶ τῷ αὐτῷ τρόπῳ καὶ τοῦτον αἱροῦσιν. ἔτι δ΄ αὐτοῖς τρίτος μαστὸς λοιπὸς ἦν πολὺ ὀρθιώτατος ὁ ὑπὲρ τῆς ἐπὶ τῷ πυρὶ καταληφθείσης φυλακῆς τῆς νυκτὸς ὑπὸ τῶν ἐθελοντῶν. ἐπεὶ δ΄ ἐγγὺς ἐγένοντο οἱ Ἕλληνες, λείπουσιν οἱ βάρβαροι ἀμαχητὶ τὸν μαστόν, ὥστε θαυμαστὸν πᾶσι γενέσθαι καὶ ὑπώπτευον δείσαντας αὐτοὺς μὴ κυκλωθέντες πολιορκοῖντο ἀπολιπεῖν. οἱ δ΄ ἄρα ἀπὸ τοῦ ἄκρου καθορῶντες τὰ ὄπισθεν γιγνόμενα πάντες ἐπὶ τοὺς ὀπισθοφύλακας ἐχώρουν. καὶ Ξενοφῶν μὲν σὺν τοῖς νεωτάτοις ἀνέβαινεν ἐπὶ τὸ ἄκρον, τοὺς δὲ ἄλλους ἐκέλευσεν ὑπάγειν, ὅπως οἱ τελευταῖοι λόχοι προσμείξειαν, καὶ προελθόντας κατὰ τὴν ὁδὸν ἐν τῷ ὁμαλῷ θέσθαι τὰ ὅπλα εἶπε. καὶ ἐν τούτῳ τῷ χρόνῳ ἦλθεν Ἀρχαγόρας ὁ Ἀργεῖος πεφευγὼς καὶ λέγει ὡς ἀπεκόπησαν ἀπὸ τοῦ λόφου καὶ ὅτι τεθνᾶσι Κηφισόδωρος καὶ Ἀμφικράτης καὶ ἄλλοι ὅσοι μὴ ἁλόμενοι κατὰ τῆς πέτρας πρὸς τοὺς ὀπισθοφύλακας ἀφίκοντο. ταῦτα δὲ διαπραξάμενοι οἱ βάρβαροι ἧκον ἐπ΄ ἀντίπορον λόφον τῷ μαστῷ· καὶ ὁ Ξενοφῶν διελέγετο αὐτοῖς δι΄ ἑρμηνέως περὶ σπονδῶν καὶ τοὺς νεκροὺς ἀπῄτει. οἱ δὲ ἔφασαν ἀποδώσειν ἐφ΄ ᾧ μὴ καίειν τὰς οἰκίας. συνωμολόγει ταῦτα ὁ Ξενοφῶν. ἐν ᾧ δὲ τὸ μὲν ἄλλο στράτευμα παρῄει, οἱ δὲ ταῦτα διελέγοντο, πάντες οἱ ἐκ τούτου τοῦ τόπου συνερρύησαν· ἐνταῦθα ἵσταντο οἱ πολέμιοι. καὶ ἐπεὶ ἤρξαντο καταβαίνειν ἀπὸ τοῦ μαστοῦ πρὸς τοὺς ἄλλους ἔνθα τὰ ὅπλα ἔκειντο, ἵεντο δὴ οἱ πολέμιοι πολλῷ πλήθει καὶ θορύβῳ· καὶ ἐπεὶ ἐγένοντο ἐπὶ τῆς κορυφῆς τοῦ μαστοῦ ἀφ΄ οὗ Ξενοφῶν κατέβαινεν, ἐκυλίνδουν πέτρους· καὶ ἑνὸς μὲν κατέαξαν τὸ σκέλος, Ξενοφῶντα δὲ ὁ ὑπασπιστὴς ἔχων τὴν ἀσπίδα ἀπέλιπεν· Εὐρύλοχος δὲ Λουσιεὺς [Ἀρκὰς] προσέδραμεν αὐτῷ ὁπλίτης, καὶ πρὸ ἀμφοῖν προβεβλημένος ἀπεχώρει, καὶ οἱ ἄλλοι πρὸς τοὺς συντεταγμένους ἀπῆλθον. ἐκ δὲ τούτου πᾶν ὁμοῦ ἐγένετο τὸ Ἑλληνικόν, καὶ ἐσκήνησαν αὐτοῦ ἐν πολλαῖς καὶ καλαῖς οἰκίαις καὶ ἐπιτηδείοις δαψιλέσι· καὶ γὰρ οἶνος πολὺς ἦν, ὥστε ἐν λάκκοις κονιατοῖς εἶχον. Ξενοφῶν δὲ καὶ Χειρίσοφος διεπράξαντο ὥστε λαβόντες τοὺς νεκροὺς ἀπέδοσαν τὸν ἡγεμόνα· καὶ πάντα ἐποίησαν τοῖς ἀποθανοῦσιν ἐκ τῶν δυνατῶν

enemigos, tomándola de nuevo, atacarían a los mulos al pasar -pues ocupaban gran extensión las acémilas que avanzaban por el desfiladero-, deja en la colina a los capitanes Cefisodoro de Atenas, hijo de Cefisofonte, Anfícrates de Atenas, hijo de Anfidemo, y Arcágoras, desterrado de Argos; él, con los restantes, avanzaba hacia la segunda colina y, de la misma manera, la ocupan también. Todavía les quedaba una tercera colina, muchísimo más escarpada, la que encima de la guardia que la noche pasada había sido sorprendida junto al fuego por los voluntarios. Cuando los griegos estuvieron cerca, los bárbaros se retiraron de la colina sin luchar, de manera que a todos resultó sorpendente y sospechaban que, por temor a ser asediados de forma envolvente, la habían abandonado. Pero entonces éstos, que veían desde la cima lo que ocurría detrás, se lanzaron en bloque contra la retaguardia. Jenofonte, con los más jóvenes, subía hacia la cima y dio orden a los demás de avanzar lentamente, para que las últimas compañías pudieran unírseles, y les ordenó que, al llegar a la llanura, siguiendo el camino, se armaran. En este momento llegó Arcágoras de Argos, que había escapado , y dijo que habían sido desalojados de la colina y que habían muerto Cefisodoro y Anfícrates, y que todos cuantos no llegaron junto a los de retaguardia, saltando rocas abajo. Tras llevar a cabo esto, los bárbaros llegaron a la cima situada frente a la colina, donde Jenofonte dialogó con ellos por medio de un intérprete acerca de la tregua y reclamó los cadáveres. Dijeron ellos que los devolverían a condición de que no les quemaran las casas. En este punto llegó a un acuerdo Jenofonte. Pero mientras el resto del ejército avanzaba y éstos seguían las conversaciones, todos los de aquel lugar confluyeron; allí se presentaron los enemigos. Y cuando empezaron a bajar de la colina hacia los demás donde estaba el campamento, los enemigos se lanzaron en tropel y con gran alboroto. Y cuando estuvieron en la cima de la colina de la que descendía Jenofonte, hicieron rodar piedras. A un le rompieron la pierna, a Jenofonte lo abandonó su escudero llevándose el escudo. Eurílocoo de Lusio [de Arcadia], hoplita, corrió hacia él y, poniendo el escudo delante de los dos, iba retrocediendo. Los demás llegaron a unirse a los camaradas de filas. Desde este momento todo el ejército griego estuvo reunido en el mismo lugar y acamparon allí en muchas y hermosas casas con abundantes provisiones. Había vino abundante, hasta el punto de conservarlo en cisternas encaladas. Jenofonte y Quirísofo negociaron de forma que, tomando los cadáveres, devolvieran a cambio al guía. Rindieron todos de entre los posibles a los muertos, como es normal hacerlo con los hombres valientes. Al día siguiente prosiguieron la marcha sin guía. Los enemigos, luchando y, donde el lugar era estrecho, ocupándolo antes, impedían el paso. Por consiguiente, cada vez que obstaculizaban a los de vanguardia, Jenofonte, saliendo por detrás en dirección a las montañas, rompía el obstáculo del paso para los de vanguardia, tratando de

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ὥσπερ νομίζεται ἀνδράσιν ἀγαθοῖς. τῇ δὲ ὑστεραίᾳ ἄνευ ἡγεμόνος ἐπορεύοντο· μαχόμενοι δ΄ οἱ πολέμιοι καὶ ὅπῃ εἴη στενὸν χωρίον προκαταλαμβάνοντες ἐκώλυον τὰς παρόδους. ὁπότε μὲν οὖν τοὺς πρώτους κωλύοιεν, Ξενοφῶν ὄπισθεν ἐκβαίνων πρὸς τὰ ὄρη ἔλυε τὴν ἀπόφραξιν τῆς ὁδοῦ τοῖς πρώτοις ἀνωτέρω πειρώμενος γίγνεσθαι τῶν κωλυόντων, ὁπότε δὲ τοῖς ὄπισθεν ἐπιθοῖντο, Χειρίσοφος ἐκβαίνων καὶ πειρώμενος ἀνωτέρω γίγνεσθαι τῶν κωλυόντων ἔλυε τὴν ἀπόφραξιν τῆς παρόδου τοῖς ὄπισθεν· καὶ ἀεὶ οὕτως ἐβοήθουν ἀλλήλοις καὶ ἰσχυρῶς ἀλλήλων ἐπεμέλοντο. ἦν δὲ καὶ ὁπότε αὐτοῖς τοῖς ἀναβᾶσι πολλὰ πράγματα παρεῖχον οἱ βάρβαροι πάλιν καταβαίνουσιν· ἐλαφροὶ γὰρ ἦσαν ὥστε καὶ ἐγγύθεν φεύγοντες ἀποφεύγειν· οὐδὲν γὰρ εἶχον ἄλλο ἢ τόξα καὶ σφενδόνας. ἄριστοι δὲ καὶ τοξόται ἦσαν· εἶχον δὲ τόξα ἐγγὺς τριπήχη, τὰ δὲ τοξεύματα πλέον ἢ διπήχη· εἷλκον δὲ τὰς νευρὰς ὁπότε τοξεύοιεν πρὸς τὸ κάτω τοῦ τόξου τῷ ἀριστερῷ ποδὶ προσβαίνοντες. τὰ δὲ τοξεύματα ἐχώρει διὰ τῶν ἀσπίδων καὶ διὰ τῶν θωράκων. ἐχρῶντο δὲ αὐτοῖς οἱ Ἕλληνες, ἐπεὶ λάβοιεν, ἀκοντίοις ἐναγκυλῶντες. ἐν τούτοις τοῖς χωρίοις οἱ Κρῆτες χρησιμώτατοι ἐγένοντο. ἦρχε δὲ αὐτῶν Στρατοκλῆς Κρής.

situarse más arriba que los que lo impedían. Y cuando atacaban a los de retaguardia, Quirísofo, saliendo e intentando de la llanura situarse más arriba que los que lo impedían, rompia el obstáculo del paso para los de retaguardia. Y siempre de esta manera se ayudaban mutuamente y se preocupaban con intensidad los unos de los otros. También había ocasiones en las que los bárbaros hostigaban mucho a los que subían, cuando bajaban. Eran ágiles hasta tal extremo que incluso huyendo desde muy cerca escapaban, pues no llevaban más que arcos y hondas. También eran excelentes arqueros; llevaban arcos de una medida aproximada de tres codos y flechas de más de dos codos. Tendían las cuerdas del arco, cuando disparaban, pisando en la parte inferior del arco con el pie izquierdo. Las flechas atravesaban los escudos y las corazas. Los griegos, cuando las cogían, las utilizaban como dardos, aplicando unas correas. En estas regiones los cretenses fueron especialmente útiles; al frente de ellos estaba Estratocles de Creta.

Segunda parte: Capítulos 3 a 5. 3. Ταύτην δ΄ αὖ τὴν ἡμέραν ηὐλίσθησαν ἐν ταῖς κώμαις ταῖς ὑπὲρ τοῦ πεδίου παρὰ τὸν Κεντρίτην ποταμόν͵ εὖρος ὡς δίπλεθρον͵ ὃς ὁρίζει τὴν Ἀρμενίαν καὶ τὴν τῶν Καρδούχων χώραν. καὶ οἱ Ἕλληνες ἐνταῦθα ἀνέπνευσαν ἄσμενοι ἰδόντες πεδίον· ἀπεῖχε δὲ τῶν ὀρέων ὁ ποταμὸς ἓξ ἢ ἑπτὰ στάδια τῶν Καρδούχων. τότε μὲν οὖν ηὐλίσθησαν μάλα ἡδέως καὶ τἀπιτήδεια ἔχοντες καὶ πολλὰ τῶν παρεληλυθότων πόνων μνημονεύοντες. ἑπτὰ γὰρ ἡμέρας ὅσασπερ ἐπορεύθησαν διὰ τῶν Καρδούχων πάσας μαχόμενοι διετέλεσαν͵ καὶ ἔπαθον κακὰ ὅσα οὐδὲ τὰ σύμπαντα ὑπὸ βασιλέως καὶ Τισσαφέρνους. ὡς οὖν ἀπηλλαγμένοι τούτων ἡδέως ἐκοιμήθησαν. Ἅμα δὲ τῇ ἡμέρᾳ ὁρῶσιν ἱππέας που πέραν τοῦ ποταμοῦ ἐξωπλισμένους ὡς κωλύσοντας διαβαίνειν͵ πεζοὺς δ΄ ἐπὶ ταῖς ὄχθαις παρατεταγμένους ἄνω τῶν ἱππέων ὡς κωλύσοντας εἰς τὴν Ἀρμενίαν ἐκβαίνειν. ἦσαν δ΄ οὗτοι Ὀρόντα καὶ Ἀρτούχα Ἀρμένιοι καὶ Μάρδοι καὶ Χαλδαῖοι μισθοφόροι. ἐλέγοντο δὲ οἱ Χαλδαῖοι ἐλεύθεροί τε καὶ ἄλκιμοι εἶναι· ὅπλα δ΄ εἶχον γέρρα μακρὰ καὶ λόγχας. αἱ δὲ ὄχθαι αὗται ἐφ΄ ὧν παρατεταγμένοι οὗτοι ἦσαν τρία ἢ τέτταρα πλέθρα ἀπὸ τοῦ ποταμοῦ ἀπεῖχον· ὁδὸς δὲ μία ὁρωμένη ἦν ἄγουσα ἄνω ὥσπερ χειροποίητος· ταύτῃ ἐπειρῶντο διαβαίνειν οἱ Ἕλληνες. ἐπεὶ δὲ πειρωμένοις τό τε

3. Aquel día acamparon de nuevo en las aldeas situadas encima de la llanura junto al río Centrites, de unos dos pletros de anchura, río que separaba Armenia del país de los carducos. Los griegos recuperaron el ánimo aquí, contentos al ver la llanura. Distaba el río seis o siete estadios de las montañas de los carducos. Así, pues, entonces acamparon muy contentos, porque tenían víveres y se acordaban mucho de las penalidades pasadas. Pues durante los siete días que marcharon a través del de los carducos, todos los pasaron luchando y sufrieron tantos males cuαntos ni siquiera habían recibido del Rey y de Tisafernes juntos. Por consiguiente, loiberados de estos sufrimientos, se acostarona gusto. Al amanecer, ven al otro lado del río unos jinetes armados, con la intención de impedirles el paso, y soldados de infanteríapostados en orden de batalla en las lomas, más arriba de los jinetes, para impedirles partir hacia Armenia. Eran éstos hombres de Orontas y Artucas, mercenarios armenios, mardos y caldeos. Se decía que los caldeos eran libres y valientes y como armas tenían largos escudos de mimbre y lanzas. Estos ribazos sobre los que estaban apostados distaban del río tres o cautro pletros. Sólo era visible un camino que conducía hacia arriba, como si hubiera sido construido a mano. Por ahí intentaron cruzar los griegos. Dado que a los que intentaban el agua los cubría

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ὕδωρ ὑπὲρ τῶν µαστῶν ἐφαίνετο͵ καὶ τραχὺς ἦν ὁ ποταµὸς µεγάλοις λίθοις καὶ ὀλισθηροῖς͵ καὶ οὔτ΄ ἐν τῷ ὕδατι τὰ ὅπλα ἦν ἔχειν· εἰ δὲ µή͵ ἥρπαζεν ὁ ποταµός· ἐπί τε τῆς κεφαλῆς τὰ ὅπλα εἴ τις φέροι͵ γυµνοὶ ἐγίγνοντο πρὸς τὰ τοξεύµατα καὶ τἆλλα βέλη͵ ἀνεχώρησαν καὶ αὐτοῦ ἐστρατοπεδεύσαντο παρὰ τὸν ποταµόν. ἔνθα δὲ αὐτοὶ τὴν πρόσθεν νύκτα ἦσαν ἐπὶ τοῦ ὄρους ἑώρων τοὺς Καρδούχους πολλοὺς συνειλεγµένους ἐν τοῖς ὅπλοις. ἐνταῦθα δὴ πολλὴ ἀθυµία ἦν τοῖς Ἕλλησιν͵ ὁρῶσι µὲν τοῦ ποταµοῦ τὴν δυσπορίαν͵ ὁρῶσι δὲ τοὺς διαβαίνειν κωλύσοντας͵ ὁρῶσι δὲ τοῖς διαβαίνουσιν ἐπικεισοµένους τοὺς Καρδούχους ὄπισθεν. ταύτην µὲν οὖν τὴν ἡµέραν καὶ νύκτα ἔµειναν ἐν πολλῇ ἀπορίᾳ ὄντες. Ξενοφῶν δὲ ὄναρ εἶδεν· ἔδοξεν ἐν πέδαις δεδέσθαι͵ αὗται δὲ αὐτῷ αὐτόµαται περιρρυῆναι͵ ὥστε λυθῆναι καὶ διαβαίνειν ὁπόσον ἐβούλετο. ἐπεὶ δὲ ὄρθρος ἦν͵ ἔρχεται πρὸς τὸν Χειρίσοφον καὶ λέγει ὅτι ἐλπίδας ἔχει καλῶς ἔσεσθαι͵ καὶ διηγεῖται αὐτῷ τὸ ὄναρ. ὁ δὲ ἥδετό τε καὶ ὡς τάχιστα ἕως ὑπέφαινεν ἐθύοντο πάντες παρόντες οἱ στρατηγοί· καὶ τὰ ἱερὰ καλὰ ἦν εὐθὺς ἐπὶ τοῦ πρώτου. καὶ ἀπιόντες ἀπὸ τῶν ἱερῶν οἱ στρατηγοὶ καὶ λοχαγοὶ παρήγγελλον τῇ στρατιᾷ ἀριστοποιεῖσθαι. Los griegos cruzan el río Centrites καὶ ἀριστῶντι τῷ Ξενοφῶντι προσέτρεχον δύο νεανίσκω· ᾔδεσαν γὰρ πάντες ὅτι ἐξείη αὐτῷ καὶ ἀριστῶντι καὶ δειπνοῦντι προσελθεῖν καὶ εἰ καθεύδοι ἐπεγείραντα εἰπεῖν͵ εἴ τίς τι ἔχοι τῶν πρὸς τὸν πόλεµον. καὶ τότε ἔλεγον ὅτι τυγχάνοιεν φρύγανα συλλέγοντες ὡς ἐπὶ πῦρ͵ κἄπειτα κατίδοιεν ἐν τῷ πέραν ἐν πέτραις καθηκούσαις ἐπ΄ αὐτὸν τὸν ποταµὸν γέροντά τε καὶ γυναῖκα καὶ παιδίσκας ὥσπερ µαρσίπους ἱµατίων κατατιθεµένους ἐν πέτρᾳ ἀντρώδει. ἰδοῦσι δὲ σφίσι δόξαι ἀσφαλὲς εἶναι διαβῆναι· οὐδὲ γὰρ τοῖς πολεµίοις ἱππεῦσι προσβατὸν εἶναι κατὰ τοῦτο. ἐκδύντες δ΄ ἔφασαν ἔχοντες τὰ ἐγχειρίδια γυµνοὶ ὡς νευσόµενοι διαβαίνειν· πορευόµενοι δὲ πρόσθεν διαβῆναι πρὶν βρέξαι τὰ αἰδοῖα· καὶ διαβάντες͵ λαβόντες τὰ ἱµάτια πάλιν ἥκειν. εὐθὺς οὖν Ξενοφῶν αὐτός τε ἔσπενδε καὶ τοῖς νεανίσκοις ἐγχεῖν ἐκέλευε καὶ εὔχεσθαι τοῖς φήνασι θεοῖς τά τε ὀνείρατα καὶ τὸν πόρον καὶ τὰ λοιπὰ ἀγαθὰ ἐπιτελέσαι. σπείσας δ΄ εὐθὺς ἦγε τοὺς νεανίσκους παρὰ τὸν Χειρίσοφον͵ καὶ διηγοῦνται ταὐτά. ἀκούσας δὲ καὶ ὁ Χειρίσοφος σπονδὰς ἐποίει. σπείσαντες δὲ τοῖς µὲν ἄλλοις παρήγγελλον συσκευάζεσθαι͵ αὐτοὶ δὲ συγκαλέσαντες τοὺς στρατηγοὺς ἐβουλεύοντο ὅπως ἂν κάλλιστα διαβαῖεν καὶ τούς τε ἔµπροσθεν νικῷεν καὶ ὑπὸ τῶν ὄπισθεν µηδὲν πάσχοιεν κακόν. καὶ ἔδοξεν αὐτοῖς Χειρίσοφον µὲν ἡγεῖσθαι καὶ διαβαίνειν ἔχοντα τὸ ἥµισυ τοῦ στρατεύµατος͵ τὸ δ΄ ἥµισυ ἔτι ὑποµένειν σὺν Ξενοφῶντι͵ τὰ δὲ ὑποζύγια καὶ τὸν ὄχλον ἐν µέσῳ τούτων διαβαίνειν. ἐπεὶ δὲ ταῦτα καλῶς εἶχεν

por encima del pecho y el río era desigual, con piedras grandes y resbaladizas, y tampoco podían sostener las armas en el agua (si no , el río los arrastraba y, si llevaba las armas sobre la cabeza, quedaban indefensos ante las flechas y los demás proyectiles), se retiraron y acamparon allí al lado del río. Donde ellos estuvieron la noche anterior sobre la montaña habían visto a muchos carducos reunidos en armas. Entonces un gran desánimo cundió entre los griegos, al ver la dificultad de pasar el río, y al ver a los que se lo impedirían y al ver que los carducos atacarían por la espalda a los que intentaran pasar. Por consiguiente, durante aquel día y aquella noche permanecieron quietos, sin saber qué hacer. Pero Jenofonte tuvo un sueño: le pareció estar atado con grilletes y que éstos le caían resbalando por sí solos, de manera que quedaba libre y podía cruzar cuanto quería. Cuando fue de día, marcha junto a Quirísofo y le dice que tiene esperanzas de que todo saldrá bien, y le explica el sueño. Éste se alegró y, tan pronto como apareció la aurora, todos los estrategos presentes hicieron sacrificios. Las víctimas resultaron propicias desde el primer momento. Al regresar de los sacrificios, los estrategos y capitanes ordenaron al ejército desayunar. Mientras desayunaba Jenofonte, dos jovencitos corrieron a su encuentro, pues todos sabían era posible acercarse a él, mientras desayunaba o cenaba, e incluso tras despertarlo, si dormía, hablarle, si alguien tenía algo en relación con la guerra. Entonces le cuentan que se encontraban recogiendo leña como para el fuego, cuando vieron en la otra orilla, en las rocas que llegaban hasta el mismo río, a un anciano, una mujer y unas muchachitas colocando como unos sacos con vestidos en la cavidad de una roca. Al verlo, les pareció que era seguro cruzar, pues por ese punto no podía acercarse la caballería enemiga. Y añadieron que, después de quitarse las ropas, cruzaron desnudos, como para nadar, llevando únicamente un puñal. Pero que lo cruzaron sin haberse mojado sus partes. Y después de cruzar, se volvieron tras recoger los vestidos. Así, pues, enseguida Jenofonte en persona ofreció libaciones y ordenó a los muchachos derramar vino y pedir a los dioses, que le habían revelado los sueños y el paso, que culminaran también con éxito lo restante. Hechas las libaciones, inmediatamente condujo a los muchachos ante Quirísofo y le cuentan lo mismo. Después de haberlos escuchado, también Quirísofo ofreció libaciones. Tras ofrecerlas, transmitieron a los demás la orden de recoger los bagajes, y mientras ellos mismos, tras convocar a los estrategos, deliberaron sobre cómo pasar el río con más éxito, vencer a los enfrente y no recibir ningún daño de los detrás. Acordaron que Quirísifo fuera el guía y atravesara con la mitad del ejército, y que la otra mitad aguardara todavía con Jenofonte y que las acémilas y la multitud cruzara en medio de éstos. En cuanto todo estuvo bien , se pusieron en marcha; los muchachos los guiaban, con el río a la izquierda. Unos

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ἐπορεύοντο· ἡγοῦντο δ΄ οἱ νεανίσκοι ἐν ἀριστερᾷ ἔχοντες τὸν ποταµόν· ὁδὸς δὲ ἦν ἐπὶ τὴν διάβασιν ὡς τέτταρες στάδιοι. πορευοµένων δ΄ αὐτῶν ἀντιπαρῇσαν αἱ τάξεις τῶν ἱππέων. ἐπειδὴ δὲ ἦσαν κατὰ τὴν διάβασιν καὶ τὰς ὄχθας τοῦ ποταµοῦ͵ ἔθεντο τὰ ὅπλα͵ καὶ αὐτὸς πρῶτος Χειρίσοφος στεφανωσάµενος καὶ ἀποδὺς ἐλάµβανε τὰ ὅπλα καὶ τοῖς ἄλλοις πᾶσι παρήγγελλε͵ καὶ τοὺς λοχαγοὺς ἐκέλευεν ἄγειν τοὺς λόχους ὀρθίους͵ τοὺς µὲν ἐν ἀριστερᾷ τοὺς δ΄ ἐν δεξιᾷ ἑαυτοῦ. καὶ οἱ µὲν µάντεις ἐσφαγιάζοντο εἰς τὸν ποταµόν· οἱ δὲ πολέµιοι ἐτόξευον καὶ ἐσφενδόνων· ἀλλ΄ οὔπω ἐξικνοῦντο· ἐπεὶ δὲ καλὰ ἦν τὰ σφάγια͵ ἐπαιάνιζον πάντες οἱ στρατιῶται καὶ ἀνηλάλαζον͵ συνωλόλυζον δὲ καὶ αἱ γυναῖκες ἅπασαι. πολλαὶ γὰρ ἦσαν ἑταῖραι ἐν τῷ στρατεύµατι. καὶ Χειρίσοφος µὲν ἐνέβαινε καὶ οἱ σὺν ἐκείνῳ· ὁ δὲ Ξενοφῶν τῶν ὀπισθοφυλάκων λαβὼν τοὺς εὐζωνοτάτους ἔθει ἀνὰ κράτος πάλιν ἐπὶ τὸν πόρον τὸν κατὰ τὴν ἔκβασιν τὴν εἰς τὰ τῶν Ἀρµενίων ὄρη͵ προσποιούµενος ταύτῃ διαβὰς ἀποκλείσειν τοὺς παρὰ τὸν ποταµὸν ἱππέας. οἱ δὲ πολέµιοι ὁρῶντες µὲν τοὺς ἀµφὶ Χειρίσοφον εὐπετῶς τὸ ὕδωρ περῶντας͵ ὁρῶντες δὲ τοὺς ἀµφὶ Ξενοφῶντα θέοντας εἰς τοὔµπαλιν͵ δείσαντες µὴ ἀποληφθείησαν φεύγουσιν ἀνὰ κράτος ὡς πρὸς τὴν τοῦ ποταµοῦ ἄνω ἔκβασιν. ἐπεὶ δὲ κατὰ τὴν ὁδὸν ἐγένοντο͵ ἔτεινον ἄνω πρὸς τὸ ὄρος. Λύκιος δ΄ ὁ τὴν τάξιν ἔχων τῶν ἱππέων καὶ Α ἰσχίνης ὁ τὴν τάξιν τῶν πελταστῶν τῶν ἀµφὶ Χειρίσοφον ἐπεὶ ἑώρων ἀνὰ κράτος φεύγοντας͵ εἵποντο· οἱ δὲ στρατιῶται ἐβόων µὴ ἀπολείπεσθαι͵ ἀλλὰ συνεκβαίνειν ἐπὶ τὸ ὄρος. Χειρίσοφος δ΄ αὖ ἐπεὶ διέβη͵ τοὺς ἱππέας οὐκ ἐδίωκεν͵ εὐθὺς δὲ κατὰ τὰς προσηκούσας ὄχθας ἐπὶ τὸν ποταµὸν ἐξέβαινεν ἐπὶ τοὺς ἄνω πολεµίους. οἱ δὲ ἄνω͵ ὁρῶντες µὲν τοὺς ἑαυτῶν ἱππέας φεύγοντας͵ ὁρῶντες δ΄ ὁπλίτας σφίσιν ἐπιόντας͵ ἐκλείπουσι τὰ ὑπὲρ τοῦ ποταµοῦ ἄκρα. Ξενοφῶν δ΄ ἐπεὶ τὰ πέραν ἑώρα καλῶς γιγνόµενα͵ ἀπεχώρει τὴν ταχίστην πρὸς τὸ διαβαῖνον στράτευµα· καὶ γὰρ οἱ Καρδοῦχοι φανεροὶ ἤδη ἦσαν εἰς τὸ πεδίον καταβαίνοντες ὡς ἐπιθησόµενοι τοῖς τελευταίοις. καὶ Χειρίσοφος µὲν τὰ ἄνω κατεῖχε͵ Λύκιος δὲ σὺν ὀλίγοις ἐπιχειρήσας ἐπιδιῶξαι ἔλαβε τῶν σκευοφόρων τὰ ὑπολειπόµενα καὶ µετὰ τούτων ἐσθῆτά τε καλὴν καὶ ἐκπώµατα. καὶ τὰ σκευοφόρα τῶν Ἑλλήνων καὶ ὁ ὄχλος ἀκµὴν διέβαινε͵ Ξενοφῶν δὲ στρέψας πρὸς τοὺς Καρδούχους ἀντία τὰ ὅπλα ἔθετο͵ καὶ παρήγγειλε τοῖς λοχαγοῖς κατ΄ ἐνωµοτίας ποιήσασθαι ἕκαστον τὸν ἑαυτοῦ λόχον͵ παρ΄ ἀσπίδα παραγαγόντας τὴν ἐνωµοτίαν ἐπὶ φάλαγγος· καὶ τοὺς µὲν λοχαγοὺς καὶ τοὺς ἐνωµοτάρχους πρὸς τῶν Καρδούχων ἰέναι͵ οὐραγοὺς δὲ καταστήσασθαι πρὸς τοῦ ποταµοῦ. οἱ δὲ Καρδοῦχοι ὡς ἑώρων τοὺς ὀπισθοφύλακας τοῦ ὄχλου ψιλουµένους καὶ ὀλίγους ἤδη φαινοµένους͵ θᾶττον δὴ ἐπῇσαν ᾠδάς τινας ᾄδοντες. ὁ δὲ

cuatro estadios de camino había hasta el vado. Mientras ellos avanzaban, las filas de la caballería marchaban por el lado opuesto. Una vez que estuvieron en el vado y en los ribazos del río, pusieron en tierra las armas y el propio Quirísofo, el primero, después de ponerse una corona y desvestirse, cogió las armas y transmitió la orden a todos los demás, y ordenó a los capitanes conducir las compañías en línea recta, unas a su izquierda y las otras a su derecha. Mientras tanto, los adivinos inmolaban víctimas en el río. Los enemigos disparaban con sus arcos y hondas. Pero todavía no los alcanzaban. Dado que los sacrificios eran favorables, todos los soldados entonaban el peán y daban gritos de guerra, y también todas las mujeres, pues había muchas cortesanas en la expedición. Quirísofo y los que iban con él se adentraron , mientras Jenofonte, tomando a los más ligeros de la retaguardia, regresó corriendo con todas sus fuerzas hacia el paso situado frente al camino que conducía a las montañas de Armenia, fingiendo que, después de cruzar por allí, cerraría a los jinetes junto al río. Los enemigos, al ver que los de Quirísofo cruzaban fácilmente la corriente y al ver que los de Jenofonte corrían hacia atrás, temiendo quedar aislados, huyeron con fuerza como hacia la salida del río arriba. Cuando estuvieron cerca del camino, se desplegaron montaña arriba. Licio, que llevaba el destacamento de jinetes, y Esquines que estaba al frente del destacamento de peltastas situados de alrededor de Quirísifo, cuando vieron que huían con fuerza, los persiguieron. Los soldados les pedían a gritos que no los dejaran atrás, sino que salieran juntos a la montaña. Quirísofo, por contra, cuando hubo cruzado no persiguió a los jinetes, sino que, de inmediato, siguiendo los ribazos que llevaban hasta el río, salió contra los enemigos de arriba. Y los de arriba, al ver que huían sus jinetes y que los hoplitas los atacaban, abandonaron las cimas sobre el río. Cuando Jenofonte vio que las cosas del otro lado salían bien, retrocede por el camino más rápido en dirección al ejército que todavía atravesaba el río. Pues era evidente que los carducos bajaban a la llanura como para atacar a los últimos. Quirísofo ocupó las cumbres y Licio, con unos pocos, intentando perseguir , cogió los bagajes que habían sido abandonados y,entre ellos, un hermoso vestido y vasos. Todavía seguían cruzando los bagajes de los griegos y la muchedumbre cuando Jenofonte, dando media vuelta, alineó las tropas frente a los carducos y ordenó a los capitanes que cada uno formara a su batallón por enomotías, avanzando en formación de combate la enomotía por la izquierda. Y que de tal forma los capitanes y los enomotarcos avanzaran del lado de los carducos y que los jefes de la retaguardia, en cambio, se alinearan del lado del río. Los carducos, como vieron que la retaguardia estaba desprovista de tropa y que parecían ya pocos, a toda prisa atacaron, entonando ciertos cantos. Quirisofo, cuando lo de junto a él estuvo seguro, envía adonde Jenofonte los peltastas, honderos y arqueros, les

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Χειρίσοφος͵ ἐπεὶ τὰ παρ΄ αὐτῷ ἀσφαλῶς εἶχε͵ πέμπει παρὰ Ξενοφῶντα τοὺς πελταστὰς καὶ σφενδονήτας καὶ τοξότας καὶ κελεύει ποιεῖν ὅ τι ἂν παραγγέλλῃ. ἰδὼν δ΄ αὐτοὺς διαβαίνοντας Ξενοφῶν πέμψας ἄγγελον κελεύει αὐτοῦ μεῖναι ἐπὶ τοῦ ποταμοῦ μὴ διαβάντας· ὅταν δ΄ ἄρξωνται αὐτοὶ διαβαίνειν͵ ἐναντίους ἔνθεν καὶ ἔνθεν σφῶν ἐμβαίνειν ὡς διαβησομένους͵ διηγκυλωμένους τοὺς ἀκοντιστὰς καὶ ἐπιβεβλημένους τοὺς τοξότας· μὴ πρόσω δὲ τοῦ ποταμοῦ προβαίνειν. τοῖς δὲ παρ΄ ἑαυτῷ παρήγγειλεν͵ ἐπειδὰν σφενδόνη ἐξικνῆται καὶ ἀσπὶς ψοφῇ͵ παιανίσαντας θεῖν εἰς τοὺς πολεμίους͵ ἐπειδὰν δ΄ ἀναστρέψωσιν οἱ πολέμιοι καὶ ἐκ τοῦ ποταμοῦ ὁ σαλπικτὴς σημήνῃ τὸ πολεμικόν͵ ἀναστρέψαντας ἐπὶ δόρυ ἡγεῖσθαι μὲν τοὺς οὐραγούς͵ θεῖν δὲ πάντας καὶ διαβαίνειν ὅτι τάχιστα ᾗ ἕκαστος τὴν τάξιν εἶχεν͵ ὡς μὴ ἐμποδίζειν ἀλλήλους· ὅτι οὗτος ἄριστος ἔσοιτο ὃς ἂν πρῶτος ἐν τῷ πέραν γένηται. οἱ δὲ Καρδοῦχοι ὁρῶντες ὀλίγους ἤδη τοὺς λοιπούς (πολλοὶ γὰρ καὶ τῶν μένειν τεταγμένων ᾤχοντο ἐπιμελόμενοι οἱ μὲν ὑποζυγίων͵ οἱ δὲ σκευῶν͵ οἱ δ΄ ἑταιρῶν)͵ ἐνταῦθα δὴ ἐπέκειντο θρασέως καὶ ἤρχοντο σφενδονᾶν καὶ τοξεύειν. οἱδὲ Ἕλληνες παιανίσαντες ὥρμησαν δρόμῳ ἐπ΄ αὐτούς· οἱ δὲ οὐκ ἐδέξαντο· καὶ γὰρ ἦσαν ὡπλισμένοι ὡς μὲν ἐν τοῖς ὄρεσιν ἱκανῶς πρὸς τὸ ἐπιδραμεῖν καὶ φεύγειν͵ πρὸς δὲ τὸ εἰς χεῖρας δέχεσθαι οὐχ ἱκανῶς. ἐν τούτῳ σημαίνει ὁ σαλπικτής· καὶ οἱ μὲν πολέμιοι ἔφευγον πολὺ ἔτι θᾶττον͵ οἱ δὲ Ἕλληνες τἀναντία στρέψαντες ἔφευγον διὰ τοῦ ποταμοῦ ὅτι τάχιστα. τῶν δὲ πολεμίων οἱ μέν τινες αἰσθόμενοι πάλιν ἔδραμον ἐπὶ τὸν ποταμὸν καὶ τοξεύοντες ὀλίγους ἔτρωσαν͵ οἱ δὲ πολλοὶ καὶ πέραν ὄντων τῶν Ἑλλήνων ἔτι φανεροὶ ἦσαν φεύγοντες. οἱ δὲ ὑπαντήσαντες ἀνδριζόμενοι καὶ προσωτέρω τοῦ καιροῦ προϊόντες ὕστερον τῶν μετὰ Ξενοφῶντος διέβησαν πάλιν· καὶ ἐτρώθησάν τινες καὶ τούτων. Los griegos penetran en Armenia 4. Ἐπεὶ δὲ διέβησαν͵ συνταξάμενοι ἀμφὶ μέσον ἡμέρας ἐπορεύθησαν διὰ τῆς Ἀρμενίας πεδίον ἅπαν καὶ λείους γηλόφους οὐ μεῖον ἢ πέντε παρασάγγας· οὐ γὰρ ἦσαν ἐγγὺς τοῦ ποταμοῦ κῶμαι διὰ τοὺς πολέμους τοὺς πρὸς τοὺς Καρδούχους. εἰς δὲ ἣν ἀφίκοντο κώμην μεγάλη τε ἦν καὶ βασίλειον εἶχε τῷ σατράπῃ καὶ ἐπὶ ταῖς πλείσταις οἰκίαις τύρσεις ἐπῆσαν· ἐπιτήδεια δ΄ ἦν δαψιλῆ. ἐντεῦθεν δ΄ ἐπορεύθησαν σταθμοὺς δύο παρασάγγας δέκα μέχρι ὑπερῆλθον τὰς πηγὰς τοῦ Τίγρητος ποταμοῦ. ἐντεῦθεν δ΄ ἐπορεύθησαν σταθμοὺς τρεῖς παρασάγγας πεντεκαίδεκα ἐπὶ τὸν Τηλεβόαν ποταμόν. οὗτος δ΄ ἦν καλὸς μέν͵ μέγας δ΄ οὔ· κῶμαι δὲ πολλαὶ περὶ τὸν ποταμὸν ἦσαν. Negociaciones y acuerdo con Tiribazo, gobernador de Armenia ὁ δὲ τόπος οὗτος Ἀρμενία ἐκαλεῖτο ἡ πρὸς ἑσπέραν. ὕπαρχος δ΄ ἦν αὐτῆς Τιρίβαζος͵ ὁ καὶ βασιλεῖ φίλος

ordena que cumplan lo que les encomiende . Al verlos cruzar, Jenofonte, tras enviar un mensajero, ordena que permanezcan allí en el río, sin pasar, y que, cuando ellos mismos empiecen a atravesar, penetren a su encuentro, a ambos lados de ellos mismos, como si fueran a pasar, los lanceros blandiendo y los arqueros listos para disparar, pero que no se adentren en el río. Y a los suyos les dio la orden de que, cuando la honda alcanzara y el escudo resonara, corrieran contra los enemigos entonando un peán, y que cuando los enemigos diesen media vuelta y el trompeta diera la señal de guerra desde el río, dando media vuelta a la derecha, los guiasen los jefes de la retaguardia, y que todos corrieran y cruzaran lo más rápidamente posible por donde cada uno tenía su puesto, para no estorbarse unos a otros. Pues el más valeroso sería el que alcanzara en primer lugar la orilla opuesta. Los carducos, al ver que eran pocos los que quedaban -pues muchos, incluso de los encargados de permanecer , se habían ido, unos por ocuparse de las acémilas, otros de los bagajes, otros de las cortesanas-, atacaron entonces con ardor y empezaron a disparar con las hondas y los arcos. Los griegos, entonando un peán, se lanzaron a la carrera contra ellos. Pero éstos no ofrecieron resistencia. Pues, aunque estaban suficientemente armados en las montañas como para hacer incursiones y darse a la fuga, para el cuerpo a cuerpo, sin embargo, no suficiente para resistir. En este momento el trompeta dio la señal, los enemigos huyeron todavía más deprisa y los griegos, dando la vuelta en sentido contrario, huyeron a través del río a toda velocidad. Entre los enemigos, unos, al darse cuenta corrieron de nuevo hacia el río y, disparando flechas, hirieron a unos pocos, mientras que a la mayoría, incluso estando los griegos en la otra orilla, se les veía todavía huir. Los que salieron al encuentro del enemigo, demostrando su valentía y avanzando más lejos de lo que era oportuno, cruzaron de nuevo el río detrás de las tropas de Jenofonte. También algunos de éstos fueron heridos. 4. Después de cruzar el río, volviendo a formar, hacia mediodía recorrieron, a través de Armenia, una llanura entera y algunas ligeras elevaciones, no menos de cinco parasangas. Pues no había aldeascerca del río debido a las guerras contra los carducos. La aldea a la que llegaron era grande, tenía un palacio real para el sátrapa y en la mayoría de las casas había torres. Los víveres eran abundante. Desde allí recorrieron, en dos etapas, diez parasangas hasta rebasar las fuentes del río Tigris. Desde allí recorrieron, en tres etapas, quince parasangas, hasta el río Teleboas; era éste hermoso, pero no grande. En torno al río había muchas aldeas. Este lugar se llamaba Armenia occidental. Su gobernador era Tiribazo, que se había hecho también amigo del Rey; siempre que él estaba presente, nadie más lo ayudaba a montar a caballo. Éste se acercó con unos jinetes y, mandando por delante a su intérpete, dijo que quería

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γενόµενος͵ καὶ ὁπότε παρείη͵ οὐδεὶς ἄλλος βασιλέα ἐπὶ τὸν ἵππον ἀνέβαλλεν. οὗτος προσήλασεν ἱππέας ἔχων͵ καὶ προπέµψας ἑρµηνέα εἶπεν ὅτι βούλοιτο διαλεχθῆναι τοῖς ἄρχουσι. τοῖς δὲ στρατηγοῖς ἔδοξεν ἀκοῦσαι· καὶ προσελθόντες εἰς ἐπήκοον ἠρώτων τί θέλει. ὁ δὲ εἶπεν ὅτι σπείσασθαι βούλοιτο ἐφ΄ ᾧ µήτε αὐτὸς τοὺς Ἕλληνας ἀδικεῖν µήτε ἐκείνους καίειν τὰς οἰκίας λαµβάνειν τε τἀπιτήδεια ὅσων δέοιντο. ἔδοξε ταῦτα τοῖς στρατηγοῖς καὶ ἐσπείσαντο ἐπὶ τούτοις. Ἐντεῦθεν δ΄ ἐπορεύθησαν σταθµοὺς τρεῖς διὰ πεδίου παρασάγγας πεντεκαίδεκα· καὶ Τιρίβαζος παρηκολούθει ἔχων τὴν ἑαυτοῦ δύναµιν ἀπέχων ὡς δέκα σταδίους· καὶ ἀφίκοντο εἰς βασίλεια καὶ κώµας πέριξ πολλὰς πολλῶν τῶν ἐπιτηδείων µεστάς. στρατοπεδευοµένων δ΄ αὐτῶν γίγνεται τῆς νυκτὸς χιὼν πολλή· καὶ ἕωθεν ἔδοξε διασκηνῆσαι τὰς τάξεις καὶ τοὺς στρατηγοὺς κατὰ τὰς κώµας· οὐ γὰρ ἑώρων πολέµιον οὐδένα καὶ ἀσφαλὲς ἐδόκει εἶναι διὰ τὸ πλῆθος τῆς χιόνος. ἐνταῦθα εἶχον τὰ ἐπιτήδεια ὅσα ἐστὶν ἀγαθά͵ ἱερεῖα͵ σῖτον͵ οἴνους παλαιοὺς εὐώδεις͵ ἀσταφίδας͵ ὄσπρια παντοδαπά. τῶν δὲ ἀποσκεδαννυµένων τινὲς ἀπὸ τοῦ στρατοπέδου ἔλεγον ὅτι κατίδοιεν νύκτωρ πολλὰ πυρὰ φαίνοντα. ἐδόκει δὴ τοῖς στρατηγοῖς οὐκ ἀσφαλὲς εἶναι διασκηνοῦν͵ ἀλλὰ συναγαγεῖν τὸ στράτευµα πάλιν. ἐντεῦθεν συνῆλθον· καὶ γὰρ ἐδόκει διαιθριάζειν. νυκτερευόντων δ΄ αὐτῶν ἐνταῦθα ἐπιπίπτει χιὼν ἄπλετος͵ ὥστε ἀπέκρυψε καὶ τὰ ὅπλα καὶ τοὺς ἀνθρώπους κατακειµένους· καὶ τὰ ὑποζύγια συνεπόδισεν ἡ χιών· καὶ πολὺς ὄκνος ἦν ἀνίστασθαι· κατακειµένων γὰρ ἀλεεινὸν ἦν ἡ χιὼν ἐπιπεπτωκυῖα ὅτῳ µὴ παραρρυείη. ἐπεὶ δὲ Ξενοφῶν ἐτόλµησε γυµνὸς ἀναστὰς σχίζειν ξύλα͵ τάχ΄ ἀναστάς τις καὶ ἄλλος ἐκείνου ἀφελόµενος ἔσχιζεν. ἐκ δὲ τούτου καὶ ἄλλοι ἀναστάντες πῦρ ἔκαιον καὶ ἐχρίοντο· πολὺ γὰρ ἐνταῦθα ηὑρίσκετο χρῖµα͵ ᾧ ἐχρῶντο ἀντ΄ ἐλαίου͵ σύειον καὶ σησάµινον καὶ ἀµυγδάλινον ἐκ τῶν πικρῶν καὶ τερµίνθινον. ἐκ δὲ τῶν αὐτῶν τούτων καὶ µύρον ηὑρίσκετο. Μετὰ ταῦτα ἐδόκει πάλιν διασκηνητέον εἶναι [τὰς κώµας] εἰς στέγας. ἔνθα δὴ οἱ στρατιῶται σὺν πολλῇ κραυγῇ καὶ ἡδονῇ ᾖσαν ἐπὶ τὰς στέγας καὶ τὰ ἐπιτήδεια· ὅσοι δὲ ὅτε τὸ πρότερον ἀπῇσαν τὰς οἰκίας ἐνέπρησαν ὑπὸ ἀτασθαλίας͵ δίκην ἐδίδοσαν κακῶς σκηνοῦντες. ἐντεῦθεν ἔπεµψαν νυκτὸς Δηµοκράτην Τηµνίτην ἄνδρας δόντες ἐπὶ τὰ ὄρη ἔνθα ἔφασαν οἱ ἀποσκεδαννύµενοι καθορᾶν τὰ πυρά· οὗτος γὰρ ἐδόκει καὶ πρότερον πολλὰ ἤδη ἀληθεῦσαι τοιαῦτα͵ τὰ ὄντα τε ὡς ὄντα καὶ τὰ µὴ ὄντα ὡς οὐκ ὄντα. πορευθεὶς δὲ τὰ µὲν πυρὰ οὐκ ἔφη ἰδεῖν͵ ἄνδρα δὲ συλλαβὼν ἧκεν ἄγων ἔχοντα τόξον Περσικὸν καὶ φαρέτραν καὶ σάγαριν οἵανπερ καὶ αἱ Ἀµαζόνες ἔχουσιν. ἐρωτώµενος δὲ ποδαπὸς εἴη Πέρσης µὲν ἔφη εἶναι͵ πορεύεσθαι δ΄ ἀπὸ τοῦ Τιριβάζου στρατοπέδου͵ ὅπως ἐπιτήδεια λάβοι. οἱ δὲ ἠρώτων αὐτὸν τὸ στράτευµα ὁπόσον τε εἴη καὶ ἐπὶ

hablar con los jefes. Los estrategos decidieron escucharlo; acercándose hasta donde podía oírse su voz, le preguntaron qué quería. Contestó que quería pactar una tregua bajo la condición de que ni él perjudicaría a los griegos, ni ellos quemarían las casas, sino que cogerían todos los víveres que precisaran. Pareció bien esta propuesta a los estrategos y pactaron la tregua bajo estas condiciones. Desde allí recorrieron, en tres etapas a través de la llanura, quince parasangas. Y Tiribazo los seguía con sus fuerzas a una distancia aproximada de diez estadios. Llegaron a unos palacios reales y muchas aldeas en los alrededores, llenas de víveres en abundancia. Mientras ellos estaban acampados, cayó mucha nieve durante la noche. Al amanecer decidieron que los cuerpos del ejército y sus estrategos se alojaran por las aldeas, pues no veían ningún enemigo y parecía el lugar seguro debido a la abundancia de nieve. Aquí tenían toda clase de cosas buenas: animales para sacrificar, trigo, vinos viejos y aromáticos, pasas, legumbres de todo tipo. Algunos de los que se habían alejado del campamento decían haber visto resplandecer muchas hogueras durante la noche. Entonces los estrategos pensaron que no era seguro acampar dispersos, sino que debían reunir de nuevo al ejército. Así lo hicieron. Y pareció que el cielo se despejaba. Mientras ellos pasaban la noche aquí, cayó una inmensa nevada, de forma que cubrió las armas y los hombres tendidos en el suelo. La nieve también inmovilizó las acémilas. Daba mucha pereza levantarse, pues, mientras estaban echados, la nieve caída les proporcionaba calor, en tanto no se deslizaba . Pero como Jenofonte tuvo la osadía de, levantándose desnudo, ponerse a partir leña, al punto, levantándose un soldado y luεgo otro, se pusieron a cortar, apartando de aquél. A continuación se levantaron otros, encendieron fuego y se ungieron. Pues se encontraba aquí una gran variedad de ungüentos, que utilizaban en vez de aceite de oliva: manteca de cerdo, aceite de sésamo y aceite de almendras amargas y de terebinto. De estos mismos se encontró también perfume. Después de esto pareció que había que separase de nuevo y ponerse bajo techo [en las aldeas]. Entonces los soldados, con mucho griterío y satisfacción, fueron a las casas y a por los víveres. Y los que, al abandonar antes las casas, las quemaron por insensatez, fueron castigados a acampar en malas condiciones. Desde allí enviaron por la noche con un destacamento a Demócrates de Temnos a las montañas, donde los que se habían dispersado decían haber visto hogueras. Pues se consideraba que este hombre había dicho la verdad en otras muchas ocasiones anteriores semejantes, lo que es como es y lo que no es como no es. Cuando regresó, dijo que no había visto hogueras, pero tras capturar a un hombre, vino conduciendo que llevaba un arco persa, un carcaj y un hacha como la que llevan las amazonas. Preguntado de qué país era, dijo que era persa y que se había alejado del campamento de Tiribazo para conseguir provisiones.

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τίνι συνειλεγμένον. ὁ δὲ εἶπεν ὅτι Τιρίβαζος εἴη ἔχων τήν τε ἑαυτοῦ δύναμιν καὶ μισθοφόρους Χάλυβας καὶ Ταόχους· παρεσκευάσθαι δὲ αὐτὸν ἔφη ὡς ἐπὶ τῇ ὑπερβολῇ τοῦ ὄρους ἐν τοῖς στενοῖς ᾗπερ μοναχῇ εἴη πορεία͵ ἐνταῦθα ἐπιθησόμενον τοῖς Ἕλλησιν. ἀκούσασι τοῖς στρατηγοῖς ταῦτα ἔδοξε τὸ στράτευμα συναγαγεῖν· καὶ εὐθὺς φύλακας καταλιπόντες καὶ στρατηγὸν ἐπὶ τοῖς μένουσι Σοφαίνετον Στυμφάλιον ἐπορεύοντο ἔχοντες ἡγεμόνα τὸν ἁλόντα ἄνθρωπον. ἐπειδὴ δὲ ὑπερέβαλλον τὰ ὄρη͵ οἱ πελτασταὶ προϊόντες καὶ κατιδόντες τὸ στρατόπεδον οὐκ ἔμειναν τοὺς ὁπλίτας͵ ἀλλ΄ ἀνακραγόντες ἔθεον ἐπὶ τὸ στρατόπεδον. οἱ δὲ βάρβαροι ἀκούσαντες τὸν θόρυβον οὐχ ὑπέμειναν͵ ἀλλ΄ ἔφευγον· ὅμως δὲ καὶ ἀπέθανόν τινες τῶν βαρβάρων καὶ ἵπποι ἥλωσαν εἰς εἴκοσι καὶ ἡ σκηνὴ ἡ Τιριβάζου ἑάλω καὶ ἐν αὐτῇ κλῖναι ἀργυρόποδες καὶ ἐκπώματα καὶ οἱ ἀρτοκόποι καὶ οἱ οἰνοχόοι φάσκοντες εἶναι. ἐπειδὴ δὲ ἐπύθοντο ταῦτα οἱ τῶν ὁπλιτῶν στρατηγοί͵ ἐδόκει αὐτοῖς ἀπιέναι τὴν ταχίστην ἐπὶ τὸ στρατόπεδον͵ μή τις ἐπίθεσις γένοιτο τοῖς καταλελειμμένοις. καὶ εὐθὺς ἀνακαλεσάμενοι τῇ σάλπιγγι ἀπῇσαν͵ καὶ ἀφίκοντο αὐθημερὸν ἐπὶ τὸ στρατόπεδον. 5. Τῇ δ΄ ὑστεραίᾳ ἐδόκει πορευτέον εἶναι ὅπῃ δύναιντο τάχιστα πρὶν ἢ συλλεγῆναι τὸ στράτευμα πάλιν καὶ καταλαβεῖν τὰ στενά. συσκευασάμενοι δ΄ εὐθὺς ἐπορεύοντο διὰ χιόνος πολλῆς ἡγεμόνας ἔχοντες πολλούς· καὶ αὐθημερὸν ὑπερβαλόντες τὸ ἄκρον ἐφ΄ ᾧ ἔμελλεν ἐπιτίθεσθαι Τιρίβαζος κατεστρατοπεδεύσαντο. ἐντεῦθεν δ΄ ἐπορεύθησαν σταθμοὺς ἐρήμους τρεῖς παρασάγγας πεντεκαίδεκα ἐπὶ τὸν Εὐφράτην ποταμόν͵ καὶ διέβαινον αὐτὸν βρεχόμενοι πρὸς τὸν ὀμφαλόν. La nieve dificulta el avance de los griegos ἐλέγοντο δ΄ οὐδὲ πηγαὶ πρόσω εἶναι. ἐντεῦθεν ἐπορεύοντο διὰ χιόνος πολλῆς καὶ πεδίου σταθμοὺς τρεῖς παρασάγγας πεντεκαίδεκα. ὁ δὲ τρίτος ἐγένετο χαλεπὸς καὶ ἄνεμος βορρᾶς ἐναντίος ἔπνει παντάπασιν ἀποκαίων πάντα καὶ πηγνὺς τοὺς ἀνθρώπους. ἔνθα δὴ τῶν μάντεών τις εἶπε σφαγιάσασθαι τῷ ἀνέμῳ͵ καὶ σφαγιάζεται· καὶ πᾶσι δὴ περιφανῶς ἔδοξεν λῆξαι τὸ χαλεπὸν τοῦ πνεύματος. ἦν δὲ τῆς χιόνος τὸ βάθος ὀργυιά· ὥστε καὶ τῶν ὑποζυγίων καὶ τῶν ἀνδραπόδων πολλὰ ἀπώλετο καὶ τῶν στρατιωτῶν ὡς τριάκοντα. διεγένοντο δὲ τὴν νύκτα πῦρ καίοντες· ξύλα δ΄ ἦν ἐν τῷ σταθμῷ πολλά· οἱ δὲ ὀψὲ προσιόντες ξύλα οὐκ εἶχον. οἱ οὖν πάλαι ἥκοντες καὶ τὸ πῦρ καίοντες οὐ προσίεσαν πρὸς τὸ πῦρ τοὺς ὀψίζοντας͵ εἰ μὴ μεταδοῖεν αὐτοῖς πυροὺς ἢ ἄλλο [τι] εἴ τι ἔχοιεν βρωτόν. ἔνθα δὴ μετεδίδοσαν ἀλλήλοις ὧν εἶχον ἕκαστοι. ἔνθα δὲ τὸ πῦρ ἐκαίετο͵ διατηκομένης τῆς χιόνος βόθροι ἐγένοντο μεγάλοι ἔστε ἐπὶ τὸ δάπεδον· οὗ δὴ παρῆν μετρεῖν τὸ βάθος τῆς χιόνος. ἐντεῦθεν δὲ τὴν ἐπιοῦσαν ἡμέραν ὅλην ἐπορεύοντο

Ellos le preguntaron a él sobre el campamento, cuán grande era y para qué había sido reunido. Contestó éste que Tiribazo estaba con su propio ejército y con mercenarios cálibes y taocos. , además, que aquel estaba preparado para atacar a los griegos, al escalar la montaña, en los desfiladeros, por donde había un solo camino. Al oírlo, los estrategos acordaron reunir al ejército. Y, acto seguido, después de dejar una guarnición y a Soféneto de Estinfalia como estratego para los que se quedasen, se pusieron en marcha llevando como guía al prisionero. Tras superar las montañas, los peltastas se adelantaron y, al ver el campamento, no esperaron a los hoplitas, sino que profiriendo gritos, se lanzaron a la carrera contra él. Los bárbaros al oír el alboroto, no permanecieron, sino que huyeron. Con todo, murieron algunos bárbaros, unos veinte caballos fueron capturados, así como la tienda de Tirabazo; en ella camas con patas de plata, vasos y unos hombres que decían ser panaderos y escanciadores de vino. Cuando se enteraron de esto los estrategos de los hoplitas, decidieron regresar al campamento lo más rápidamente posible, para que no se produjera ningún ataque contra los que se habían quedado atrás. Al punto, después de convocarlos a toque de trompeta, retrocedieron y llegaron al campamento el mismo día. 5. Al día siguiente acordaron que había que ponerse en camino por donde pudieran avanzar con la mayor rapidez, antes de que el ejército enemigo se reuniese de nuevo y ocupase los desfiladeros. Acto seguido, recogiendo los bagajes, se pusieron en marcha a través de la abundante nieve, con muchos guías. Aquel mismo día, después de haber superado la cima en la que Tiribazo pensaba atacar, acamparon. Desde allí recorrieron, en tres etapas a través del desierto, quince parasangas, hasta el río Eúfrates, y lo cruzaron mojándose hasta el ombligo. Se decía que las fuentes del río no estaban lejos. Desde allí recorrienron, a través de una llanura cubierta de espesa nieve, en tres etapas, quince parasangas. La tercera fue difícil: soplaba de cara un viento del Norte que lo quemaba absolutamente todo y helaba a los hombres. Entonces uno de los adivinos ordenó que ofrecieran una víctima al viento, y se hizo el sacrificio. Y resultó evidente a todos que cesaba la furia del viento. Había una braza de nieve de espesor, de manera que perecieron muchas acémilas y esclavos, y unos treinta soldados. Pasaron la noche encendiendo fuego; había leña abundante donde acamparon, pero los que llegaron tarde no tenían. En efecto, los que habían encendido el fuego no dejaban acercarse al fuego a los rezagados si no compartían con ellos trigo u otro alimento de los que tenían. Entonces intercambiaron entre sí de lo que cada uno tenía. Y donde ardía el fuego, al derretirse la nieve, se produjeron grandes hoyos que llegaban hasta el suelo, a partir de lo cual fue posible medir el espesor de la nieve. Desde allí avanzaron durante todo el día siguiente a través de la nieve, y muchos de los hombres sufrieron el

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διὰ χιόνος͵ καὶ πολλοὶ τῶν ἀνθρώπων ἐβουλιµίασαν. Ξενοφῶν δ΄ ὀπισθοφυλακῶν καὶ καταλαµβάνων τοὺς πίπτοντας τῶν ἀνθρώπων ἠγνόει ὅ τι τὸ πάθος εἴη. ἐπειδὴ δὲ εἶπέ τις αὐτῷ τῶν ἐµπείρων ὅτι σαφῶς βουλιµιῶσι κἄν τι φάγωσιν ἀναστήσονται͵ περιιὼν περὶ τὰ ὑποζύγια͵ εἴ πού τι ὁρῴη βρωτόν͵ διεδίδου καὶ διέπεµπε διδόντας τοὺς δυναµένους περιτρέχειν τοῖς βουλιµιῶσιν. ἐπειδὴ δέ τι ἐµφάγοιεν͵ ἀνίσταντο καὶ ἐπορεύοντο. πορευοµένων δὲ Χειρίσοφος µὲν ἀµφὶ κνέφας πρὸς κώµην ἀφικνεῖται͵ καὶ ὑδροφορούσας ἐκ τῆς κώµης πρὸς τῇ κρήνῃ γυναῖκας καὶ κόρας καταλαµβάνει ἔµπροσθεν τοῦ ἐρύµατος. αὗται ἠρώτων αὐτοὺς τίνες εἶεν. ὁ δ΄ ἑρµηνεὺς εἶπε περσιστὶ ὅτι παρὰ βασιλέως πορεύονται πρὸς τὸν σατράπην. αἱ δὲ ἀπεκρίναντο ὅτι οὐκ ἐνταῦθα εἴη͵ ἀλλ΄ ἀπέχει ὅσον παρασάγγην. οἱ δ΄͵ ἐπεὶ ὀψὲ ἦν͵ πρὸς τὸν κώµαρχον συνεισέρχονται εἰς τὸ ἔρυµα σὺν ταῖς ὑδροφόροις. Χειρίσοφος µὲν οὖν καὶ ὅσοι ἐδυνήθησαν τοῦ στρατεύµατος ἐνταῦθα ἐστρατοπεδεύσαντο͵ τῶν δ΄ ἄλλων στρατιωτῶν οἱ µὴ δυνάµενοι διατελέσαι τὴν ὁδὸν ἐνυκτέρευσαν ἄσιτοι καὶ ἄνευ πυρός· καὶ ἐνταῦθά τινες ἀπώλοντο τῶν στρατιωτῶν. ἐφείποντο δὲ τῶν πολεµίων συνειλεγµένοι τινὲς καὶ τὰ µὴ δυνάµενα τῶν ὑποζυγίων ἥρπαζον καὶ ἀλλήλοις ἐµάχοντο περὶ αὐτῶν. ἐλείποντο δὲ τῶν στρατιωτῶν οἵ τε διεφθαρµένοι ὑπὸ τῆς χιόνος τοὺς ὀφθαλµοὺς οἵ τε ὑπὸ τοῦ ψύχους τοὺς δακτύλους τῶν ποδῶν ἀποσεσηπότες. ἦν δὲ τοῖς µὲν ὀφθαλµοῖς ἐπικούρηµα τῆς χιόνος εἴ τις µέλαν τι ἔχων πρὸ τῶν ὀφθαλµῶν ἐπορεύετο͵ τῶν δὲ ποδῶν εἴ τις κινοῖτο καὶ µηδέποτε ἡσυχίαν ἔχοι καὶ εἰς τὴν νύκτα ὑπολύοιτο· ὅσοι δὲ ὑποδεδεµένοι ἐκοιµῶντο͵ εἰσεδύοντο εἰς τοὺς πόδας οἱ ἱµάντες καὶ τὰ ὑποδήµατα περιεπήγνυντο· καὶ γὰρ ἦσαν͵ ἐπειδὴ ἐπέλιπε τὰ ἀρχαῖα ὑποδήµατα͵ καρβάτιναι πεποιηµέναι ἐκ τῶν νεοδάρτων βοῶν. διὰ τὰς τοιαύτας οὖν ἀνάγκας ὑπελείποντό τινες τῶν στρατιωτῶν· καὶ ἰδόντες µέλαν τι χωρίον διὰ τὸ ἐκλελοιπέναι αὐτόθι τὴν χιόνα εἴκαζον τετηκέναι· καὶ ἐτετήκει διὰ κρήνην τινὰ ἣ πλησίον ἦν ἀτµίζουσα ἐν νάπῃ. ἐνταῦθ΄ ἐκτραπόµενοι ἐκάθηντο καὶ οὐκ ἔφασαν πορεύεσθαι. ὁ δὲ Ξενοφῶν ἔχων ὀπισθοφύλακας ὡς ᾔσθετο͵ ἐδεῖτο αὐτῶν πάσῃ τέχνῃ καὶ µηχανῇ µὴ ἀπολείπεσθαι͵ λέγων ὅτι ἕπονται πολλοὶ πολέµιοι συνειλεγµένοι͵ καὶ τελευτῶν ἐχαλέπαινεν. οἱ δὲ σφάττειν ἐκέλευον· οὐ γὰρ ἂν δύνασθαι πορευθῆναι. ἐνταῦθα ἔδοξε κράτιστον εἶναι τοὺς ἑποµένους πολεµίους φοβῆσαι͵ εἴ τις δύναιτο͵ µὴ ἐπίοιεν τοῖς κάµνουσι. καὶ ἦν µὲν σκότος ἤδη͵ οἱ δὲ προσῇσαν πολλῷ θορύβῳ ἀµφὶ ὧν εἶχον διαφερόµενοι. ἔνθα δὴ οἱ ὀπισθοφύλακες͵ ἅτε ὑγιαίνοντες͵ ἐξαναστάντες ἔδραµον εἰς τοὺς πολεµίους· οἱ δὲ κάµνοντες ἀνακραγόντες ὅσον ἐδύναντο µέγιστον τὰς ἀσπίδας πρὸς τὰ δόρατα ἔκρουσαν. οἱ δὲ πολέµιοι δείσαντες ἧκαν ἑαυτοὺς κατὰ τῆς χιόνος

efecto de la bulimia. Jenofonte, que iba en la retaguardia e iba recogiendo a los hombres que caían, ignoraba de qué enfermedad se trataba. Pero cuando uno de los expertos le dijo que con seguridad padecían bulimia y que si comían algo se repondrían, supervisando las acémilas, por si veía algo comestible, lo repartía y a los que eran capaces de correr los enviaba repartiendo a los bulímicos. Y tan pronto como comían algo, se incorporaban y continuaban la marcha. En su avance, Quirísofo llega al anochecer a una aldea y delante de la fortificación encuentra unas mujeres y muchachas que, desde la aldea, iban a la fuente a buscar agua. Les preguntaron éstas quiénes era. El intérprete contestó, en persa, que iban a ver al sátrapa de parte del Rey. Contestaron ellas que no estaba allí, sino que se hallaba a la distancia aproximada de una parasanga y éstos, como era tarde, se dirigieron, junto con las aguadoras, hacia la fortificación a presencia del jefe de la aldea. Así, pues, Quirísofo y cuantos del ejército pudieron acamparon aquí. Del resto de los soldados los que no pudieron terminar el trayecto pasaron la noche sin comer y sin fuego. Aquí murieron unos cuantos soldados. Algunos enemigos, en grupos, seguían sus pasos, y les robaban de las acémilas las que no podía y peleaban entre sí por ellas. Quedaban atrás de los soldados aquellos que habían sido cegados por la nieve y los que tenían gangrenados los dedos de los pies por el frío. Para los ojos había protección contra la nieve, si se avanzaba con algo negro puesto delante de los ojos, y de los pies, si no movía y nunca se estaba quieto y se descalzaba por la noche. Y a aquellos que se acostaban calzados se les incrustaban en los pies las correas, y las sandalias se les quedaban pegadas alrededor; eran carbatinas, ya que habían dejado las viejas sandalias, hechas con pieles de bueyes recién degollados. Por tanto, debido a tales penalidades, algunos soldados se quedaban rezagados. Al ver un espacio negro, por haber desaparecido allí la nieve, imaginaron que se había fundido. Y se había fundido a causa de que había cerca una fuente humeante en el valle. Entonces, desviándose del camino, se sentaron y dijeron que no continuaban la marcha. Jenofonte, con la retaguardia, cuando se enteró, les pidió, valiéndose de toda su habilidad y de todos los medios, que no se quedaran atrás, diciéndoles que los seguían muchos enemigos reunidos, y acabó por enfadarse. Ellos pidieron que los degollasen, pues no podían seguir avanzando. En estas circunstancias pareció que lo mejor era asustar a los enemigos que los perseguían, si se podía, para que no atacaran a los cansados. Era ya de noche y los se acercaban con gran alboroto discutiendo acerca de lo que habían obtenido. Entonces los de retaguardia, dado que estaban sanos, levantándose, corrieron contra los enemigos. Mientras los enfermos, gritando con toda la fuerza que podían, golpearon sus escudos contra las lanzas. Los enemigos, asustados, se precipitaron por la nieve hacia el valle, y nadie gritó más por ninguna parte. Jenofonte y los suyos,

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εἰς τὴν νάπην͵ καὶ οὐδεὶς ἔτι οὐδαµοῦ ἐφθέγξατο. καὶ Ξενοφῶν µὲν καὶ οἱ σὺν αὐτῷ εἰπόντες τοῖς ἀσθενοῦσιν ὅτι τῇ ὑστεραίᾳ ἥξουσί τινες ἐπ΄ αὐτούς͵ πορευόµενοι πρὶν τέτταρα στάδια διελθεῖν ἐντυγχάνουσιν ἐν τῇ ὁδῷ ἀναπαυοµένοις ἐπὶ τῆς χιόνος τοῖς στρατιώταις ἐγκεκαλυµµένοις͵ καὶ οὐδὲ φυλακὴ οὐδεµία καθειστήκει· καὶ ἀνίστασαν αὐτούς. οἱ δ΄ ἔλεγον ὅτι οἱ ἔµπροσθεν οὐχ ὑποχωροῖεν. ὁ δὲ παριὼν καὶ παραπέµπων τῶν πελταστῶν τοὺς ἰσχυροτάτους ἐκέλευε σκέψασθαι τί εἴη τὸ κωλῦον. οἱ δὲ ἀπήγγελλον ὅτι ὅλον οὕτως ἀναπαύοιτο τὸ στράτευµα. ἐνταῦθα καὶ οἱ περὶ Ξενοφῶντα ηὐλίσθησαν αὐτοῦ ἄνευ πυρὸς καὶ ἄδειπνοι͵ φυλακὰς οἵας ἐδύναντο καταστησάµενοι. ἐπεὶ δὲ πρὸς ἡµέραν ἦν͵ ὁ µὲν Ξενοφῶν πέµψας πρὸς τοὺς ἀσθενοῦντας τοὺς νεωτάτους ἀναστήσαντας ἐκέλευεν ἀναγκάζειν προϊέναι. ἐν δὲ τούτῳ Χειρίσοφος πέµπει τῶν ἐκ τῆς κώµης σκεψοµένους πῶς ἔχοιεν οἱ τελευταῖοι. οἱ δὲ ἄσµενοι ἰδόντες τοὺς µὲν ἀσθενοῦντας τούτοις παρέδοσαν κοµίζειν ἐπὶ τὸ στρατόπεδον͵ αὐτοὶ δὲ ἐπορεύοντο͵ καὶ πρὶν εἴκοσι στάδια διεληλυθέναι ἦσαν πρὸς τῇ κώµῃ ἔνθα Χειρίσοφος ηὐλίζετο. ἐπεὶ δὲ συνεγένοντο ἀλλήλοις͵ ἔδοξε κατὰ τὰς κώµας ἀσφαλὲς εἶναι τὰς τάξεις σκηνοῦν. καὶ Χειρίσοφος µὲν αὐτοῦ ἔµενεν͵ οἱ δὲ ἄλλοι διαλαχόντες ἃς ἑώρων κώµας ἐπορεύοντο ἕκαστοι τοὺς ἑαυτῶν ἔχοντες. ἔνθα δὴ Πολυκράτης Ἀθηναῖος λοχαγὸς ἐκέλευσεν ἀφιέναι ἑαυτόν· καὶ λαβὼν τοὺς εὐζώνους͵ θέων ἐπὶ τὴν κώµην ἣν εἰλήχει Ξενοφῶν καταλαµβάνει πάντας ἔνδον τοὺς κωµήτας καὶ τὸν κώµαρχον͵ καὶ πώλους εἰς δασµὸν βασιλεῖ τρεφοµένους ἑπτακαίδεκα͵ καὶ τὴν θυγατέρα τοῦ κωµάρχου ἐνάτην ἡµέραν γεγαµηµένην· ὁ δ΄ ἀνὴρ αὐτῆς λαγῶς ᾤχετο θηράσων καὶ οὐχ ἥλω ἐν τῇ κώµῃ. αἱ δ΄ οἰκίαι ἦσαν κατάγειοι͵ τὸ µὲν στόµα ὥσπερ φρέατος͵ κάτω δ΄ εὐρεῖαι· αἱ δὲ εἴσοδοι τοῖς µὲν ὑποζυγίοις ὀρυκταί͵ οἱ δὲ ἄνθρωποι κατέβαινον ἐπὶ κλίµακος. ἐν δὲ ταῖς οἰκίαις ἦσαν αἶγες͵ οἶες͵ βόες͵ ὄρνιθες͵ καὶ τὰ ἔκγονα τούτων· τὰ δὲ κτήνη πάντα χιλῷ ἔνδον ἐτρέφοντο. ἦσαν δὲ καὶ πυροὶ καὶ κριθαὶ καὶ ὄσπρια καὶ οἶνος κρίθινος ἐν κρατῆρσιν. ἐνῆσαν δὲ καὶ αὐταὶ αἱ κριθαὶ ἰσοχειλεῖς͵ καὶ κάλαµοι ἐνέκειντο͵ οἱ µὲν µείζους οἱ δὲ ἐλάττους͵ γόνατα οὐκ ἔχοντες· τούτους ἔδει ὁπότε τις διψῴη λαβόντα εἰς τὸ στόµα µύζειν. καὶ πάνυ ἄκρατος ἦν͵ εἰ µή τις ὕδωρ ἐπιχέοι· καὶ πάνυ ἡδὺ συµµαθόντι τὸ πῶµα ἦν. ὁ δὲ Ξενοφῶν τὸν ἄρχοντα τῆς κώµης ταύτης σύνδειπνον ἐποιήσατο καὶ θαρρεῖν αὐτὸν ἐκέλευε λέγων ὅτι οὔτε τῶν τέκνων στερήσοιτο τήν τε οἰκίαν αὐτοῦ ἀντεµπλήσαντες τῶν ἐπιτηδείων ἀπίασιν͵ ἢν ἀγαθόν τι τῷ στρατεύµατι ἐξηγησάµενος φαίνηται ἔστ΄ ἂν ἐν ἄλλῳ ἔθνει γένωνται. ὁ δὲ ταῦτα ὑπισχνεῖτο͵ καὶ φιλοφρονούµενος οἶνον ἔφρασεν ἔνθα ἦν κατορωρυγµένος. ταύτην µὲν τὴν νύκτα διασκηνήσαντες οὕτως ἐκοιµήθησαν ἐν πᾶσιν

después de decir a los que estaban agotados que al día siguiente acudirían algunos a por ellos, siguiendo la marcha, antes de haber recorrido cuatro estadios se encuentran en el camino a los soldados descansando sobre la nieve envueltos en sus mantas, sin tan siquiera haber establecido una guardia. Los hicieron levantarse. Pero ellos dijeron que los de delante no los dejaban pasar. se presentó y, enviando a los más vigorosos de los peltastas, ordenó averiguar cuál era el obstáculo. Éstos le comunicaron que todo el ejército estaba igualmente descansando. Entonces también los de Jenofonte acamparon allí sin fuego y sin cenar, después de haber montado las guardias que pudieron. Cuando llegó el día, Jenofonte, tras enviar a los más jóvenes a por los enfermos, les ordenó que, levantándolos, los obligaran a avanzar. Entretanto, Quirísofo envía a algunos desde la aldea para que examinen cómo estaban los últimos. Éstos, contentos al verlos, les entregaron a los enfermos para que los llevaran al campamento; mientras, ellos prosiguieron la marcha, y, antes de haber recorrido veinte estadios, estuvieron junto a la aldea donde Quirísofo acampaba. Cuando todos estuvieron reunidos, pareció seguro que los destacamentos acamparan en las aldeas. Quirísofo se quedó allí y los demás, después de haberse repartido las aldeas que veían, se dirigieron a ellas cada uno con sus . Entonces Polícrates de Atenas, un capitán pidió que lo dejaran marchar; y con los más ligeros, corriendo hacia la aldea que había obtenido en suerte Jenofonte, captura dentro a todos sus habitantes y al jefe de la aldea, así como diecisiete potros criados para entregarlos al Rey como tributo. También cogieron a la hija del jefe, casada hacía nueve días. Su marido se había ido a cazar liebres y no fue capturado en la aldea. Las casas eran subterráneas, su entrada como la de un pozo, pero debajo amplias. Las entradas para las acémilas estaban excavadas, mientras que los hombres bajaban por una escalera. En las casas había cabras, ovejas, vacas y aves con sus crías. Todo el ganado era alimentado dentro con forraje. Había también trigo, cebada, legumbres y vino de cebada en crateras. Los granos de cebada flotaban en la superficie, y había también cañas dentro, una más grandes, otras más pequeñas, que no tenían nudos. Cada vez que alguien tenía sed, llevando estas a la boca, debía sorber . Era muy fuerte , si no se le vertía agua, pero resultaba una bebida muy agradable para quien estaba acostumbrado. Jenofonte compartió la cena con el jefe de esta aldea y le pidió que tuviera confianza, asegurándole que no lo privaría de sus hijos y que se marcharía, tras llenar, en compensación, la casa de provisiones si se demostraba que había sido un buen guía del ejército hasta que llegasen a otro pueblo. Éste lo prometió y, tratándolo amistosamente, le indicó dónde estaba enterrado el vino. Repartiéndose para dormir así aquella noche, todos los soldados se acostaron en medio de la abundancia más absoluta, teniendo bajo vigilancia al jefe de la aldea y a

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ἀφθόνοις πάντες οἱ στρατιῶται͵ ἐν φυλακῇ ἔχοντες τὸν κώμαρχον καὶ τὰ τέκνα αὐτοῦ ὁμοῦ ἐν ὀφθαλμοῖς. τῇ δ΄ ἐπιούσῃ ἡμέρᾳ Ξενοφῶν λαβὼν τὸν κώμαρχον πρὸς Χειρίσοφον ἐπορεύετο· ὅπου δὲ παρίοι κώμην͵ ἐτρέπετο πρὸς τοὺς ἐν ταῖς κώμαις καὶ κατελάμβανε πανταχοῦ εὐω χουμένους καὶ εὐθυμουμένους͵ καὶ οὐδαμόθεν ἀφίεσαν πρὶν παραθεῖναι αὐτοῖς ἄριστον· οὐκ ἦν δ΄ ὅπου οὐ παρετίθεσαν ἐπὶ τὴν αὐτὴν τράπεζαν κρέα ἄρνεια͵ ἐρίφεια͵ χοίρεια͵ μόσχεια͵ ὀρνίθεια͵ σὺν πολλοῖς ἄρτοις τοῖς μὲν πυρίνοις τοῖς δὲ κριθίνοις. ὁπότε δέ τις φιλοφρονούμενός τῳ βούλοιτο προπιεῖν͵ εἷλκεν ἐπὶ τὸν κρατῆρα͵ ἔνθεν ἐπικύψαντα ἔδει ῥοφοῦντα πίνειν ὥσπερ βοῦν. καὶ τῷ κω μάρχῳ ἐδίδοσαν λαμβάνειν ὅ τι βούλοιτο. ὁ δὲ ἄλλο μὲν οὐδὲν ἐδέχετο͵ ὅπου δέ τινα τῶν συγγενῶν ἴδοι͵ πρὸς ἑαυτὸν ἀεὶ ἐλάμβανεν. ἐπεὶ δ΄ ἦλθον πρὸς Χειρίσοφον͵ κατελάμβανον κἀκείνους σκηνοῦντας ἐστεφανω μένους τοῦ ξηροῦ χιλοῦ στεφάνοις͵ καὶ διακονοῦντας Ἀρμενίους παῖδας σὺν ταῖς βαρβαρικαῖς στολαῖς· τοῖς παισὶν ἐδείκνυσαν ὥσπερ ἐνεοῖς ὅ τι δέοι ποιεῖν. ἐπεὶ δ΄ ἀλλήλους ἐφιλοφρονήσαντο Χειρίσοφος καὶ Ξενοφῶν͵ κοινῇ δὴ ἀνηρώτω ν τὸν κώμαρχον διὰ τοῦ περσίζοντος ἑρμηνέω ς τίς εἴη ἡ χώρα. ὁ δ΄ ἔλεγεν ὅτι Ἀρμενία. καὶ πάλιν ἠρώτω ν τίνι οἱ ἵπποι τρέφονται. ὁ δ΄ ἔλεγεν ὅτι βασιλεῖ δασμός· τὴν δὲ πλησίον χώραν ἔφη εἶναι Χάλυβας͵ καὶ τὴν ὁδὸν ἔφραζεν ᾗ εἴη. καὶ αὐτὸν τότε μὲν ᾤχετο ἄγω ν ὁ Ξενοφῶν πρὸς τοὺς ἑαυτοῦ οἰκέτας͵ καὶ ἵππον ὃν εἰλήφει παλαίτερον δίδω σι τῷ κω μάρχῳ ἀναθρέψαντι καταθῦσαι͵ ὅτι ἤκουεν αὐτὸν ἱερὸν εἶναι τοῦ Ἡλίου͵ δεδιὼς μὴ ἀποθάνῃ· ἐκεκάκω το γὰρ ὑπὸ τῆς πορείας· αὐτὸς δὲ τῶν πώλω ν λαμβάνει͵ καὶ τῶν ἄλλω ν στρατηγῶν καὶ λοχαγῶν ἔδω κεν ἑκάστῳ πῶλον. ἦσαν δ΄ οἱ ταύτῃ ἵπποι μείονες μὲν τῶν Περσικῶν͵ θυμοειδέστεροι δὲ πολύ. ἐνταῦθα δὴ καὶ διδάσκει ὁ κώμαρχος περὶ τοὺς πόδας τῶν ἵππω ν καὶ τῶν ὑποζυγίω ν σακία περιειλεῖν͵ ὅταν διὰ τῆς χιόνος ἄγω σιν· ἄνευ γὰρ τῶν σακίω ν κατεδύοντο μέχρι τῆς γαστρός.

sus hijos a la vista. Al día siguiente, Jenofonte marchó con el jefe de la aldea a presencia de Quirísofo. Cuando estaba junto a una aldea, se desviaba hacia los que allí estaban y en todas partes los encontraba celebrando banquetes y muy contentos. En ninguna parte los dejaba ir sin antes haberles ofrecido comida. No había donde no les pusieran en la misma mesa carne de cordero, de cabrito, de lechón, de ternero, de ave, con muchos panes de trigo y de cebada. Cada vez que alguno, en señal de amistad, quería brindar por otro, lo arrastraba hasta la cratera, donde debía agacharse y beber engullendo como un buey. Al jefe de la aldea le ofrecieron tomar lo que quisiera. Él nada aceptaba, pero donde veía a alguno de sus parientes, lo tomaba siempre para sí. Cuando llegaron ante Quirísofo, encontraon también a aquellos alojados allí, coronados con coronas de heno seco y niños armenios sirviéndoles ataviados con vestidos bárbaros; y a los niños les indicaban, como a sordomudos, lo que debían hacer. Después de que Quirísofo y Jenofonte se dieran un abrazo, preguntaron en común al jefe de la aldea, por medio de un intérprete que hablaba persa, qué país era aquél. Él respondió que Armenia. Le preguntaron, además, para quién se criaban los caballos. Él contestó que era un tributo destinado al Rey. Dijo que los cálibes habitaban el país vecino y les indicó el camino por donde ir. Entonces Jenofonte se fue y condujo a éste junto a sus familiares, y le da un caballo bastante viejo que había cogido para que, tras haberlo alimentado, lo sacrifique, porque había oído decir que éste era consagrado al Sol, y tenía miedo de que muriese, pues estaba maltrecho por la marcha. Él mismo cogió uno de los potros y dio uno a cada uno de los demás estrategos. Los caballos de aquí eran más pequeños que los pérsicos, pero mucho más bravos. Entonces el jefe de la aldea también les enseñó a envolver unos saquitos alrededor de los cascos de los caballos y acémilas para cuando los llevasen a través de la nieve, pues sin los saquitos se hundían hasta el vientre.

Tercera parte: Capítulos 6 a 8. 6. Ἐπεὶ δ΄ ἡμέρα ἦν ὀγδόη, τὸν μὲν ἡγεμόνα παραδίδω σι Χειρισόφῳ, τοὺς δὲ οἰκέτας καταλείπει τῷ κω μάρχῳ, πλὴν τοῦ υἱοῦ τοῦ ἄρτι ἡβάσκοντος· τοῦτον δὲ Πλεισθένει Ἀμφιπολίτῃ δίδω σι φυλάττειν, ὅπω ς εἰ καλῶς ἡγήσοιτο, ἔχω ν καὶ τοῦτον ἀπίοι. καὶ εἰς τὴν οἰκίαν αὐτοῦ εἰσεφόρησαν ὡς ἐδύναντο πλεῖστα, καὶ ἀναζεύξαντες ἐπορεύοντο. ἡγεῖτο δ΄ αὐτοῖς ὁ κώμαρχος λελυμένος διὰ χιόνος· καὶ ἤδη τε ἦν ἐν τῷ τρίτῳ σταθμῷ, καὶ Χειρίσοφος αὐτῷ ἐχαλεπάνθη ὅτι οὐκ εἰς κώμας ἤγαγεν. ὁ δ΄ ἔλεγεν ὅτι οὐκ εἶεν ἐν τῷ τόπῳ τούτῳ. ὁ δὲ Χειρίσοφος αὐτὸν ἔπαισεν, ἔδησε

6. Cuando llegó el octavo día, entrega el guía a Quirísofo y deja a los familiares del jefe de la aldea excepto a un hijo, recién entrado en la adolescencia. Confía éste a Plístenes de Anfípolis, para que lo vigile, a fin de que, si el padre los guiaba bien, regresara en compañía de éste. Introdujeron en su casa el mayor número de cosas que pudieron y, después de enganchar las acémilas, se pusieron en marcha. El jefe de la aldea, ya libre, los guiaba a través de la nieve. Ya estaba en la tercera etapa, y Quirísofo se molestó con él porque no los había conducido a las aldeas. Él dijo que no había en ese lugar. Quirísofo lo golpeó, pero no lo ató. A continuación,

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δ΄ οὔ. ἐκ δὲ τούτου ἐκεῖνος τῆς νυκτὸς ἀποδρὰς ᾤχετο κα τα λιπὼν τὸν υἱόν. τοῦτό γε δὴ Χειρισόφῳ καὶ Ξενοφῶντι μόνον διάφορον ἐν τῇ πορείᾳ ἐγένετο, ἡ τοῦ ἡγεμόνος κάκωσις κα ὶ ἀμέλεια . Πλεισθένης δὲ ἠράσθη τοῦ πα ιδὸς κα ὶ οἴκα δε κομίσα ς πιστοτάτῳ ἐχρῆτο. μετὰ τοῦτο ἐπορεύθησα ν ἑπτὰ στα θμοὺς ἀνὰ πέντε πα ρα σάγγα ς τῆς ἡμέρα ς πα ρὰ τὸν Φᾶσιν ποτα μόν, εὖρος πλεθριαῖον. ἐντεῦθεν ἐπορεύθησα ν στα θμοὺς δύο παρα σάγγα ς δέκα · ἐπὶ δὲ τῇ εἰς τὸ πεδίον ὑπερβολῇ ἀπήντησα ν α ὐτοῖς Χάλυβες κα ὶ Τάοχοι κα ὶ Φα σια νοί. Χειρίσοφος δ΄ ἐπεὶ κα τεῖδε τοὺς πολεμίους ἐπὶ τῇ ὑπερβολῇ, ἐπα ύσα το πορευόμενος, ἀπέχων εἰς τριάκοντα στα δίους, ἵνα μὴ κα τὰ κέρα ς ἄγων πλησιάσῃ τοῖς πολεμίοις· πα ρήγγειλε δὲ καὶ τοῖς ἄλλοις παράγειν τοὺς λόχους, ὅπως ἐπὶ φάλα γγος γένοιτο τὸ στράτευμα . ἐπεὶ δὲ ἦλθον οἱ ὀπισθοφύλακες, συνεκάλεσε στρα τηγοὺς κα ὶ λοχαγούς, καὶ ἔλεξεν ὧδε. Οἱ μὲν πολέμιοι, ὡς ὁρᾶτε, κα τέχουσι τὰς ὑπερβολὰς τοῦ ὄρους· ὥρα δὲ βουλεύεσθα ι ὅπως ὡς κάλλιστα ἀγωνιούμεθα . ἐμοὶ μὲν οὖν δοκεῖ παραγγεῖλα ι μὲν ἀριστοποιεῖσθα ι τοῖς στρα τιώτα ις, ἡμᾶς δὲ βουλεύεσθαι εἴτε τήμερον εἴτε α ὔριον δοκεῖ ὑπερβάλλειν τὸ ὄρος. Ἐμοὶ δέ γε, ἔφη ὁ Κλεάνωρ, δοκεῖ, ἐπὰν τάχιστα ἀριστήσωμεν, ἐξοπλισα μένους ὡς κράτιστα ἰένα ι ἐπὶ τοὺς ἄνδρα ς. εἰ γὰρ δια τρίψομεν τὴν τήμερον ἡμέρα ν, οἵ τε νῦν ἡμᾶς ὁρῶντες πολέμιοι θα ρραλεώτεροι ἔσοντα ι κα ὶ ἄλλους εἰκὸς τούτων θαρρούντων πλείους προσγενέσθα ι. μετὰ τοῦτον Ξενοφῶν εἶπεν· Ἐγὼ δ΄ οὕτω γιγνώσκω. εἰ μὲν ἀνάγκη ἐστὶ μάχεσθα ι, τοῦτο δεῖ παρα σκευάσα σθαι, ὅπως ὡς κράτιστα μα χούμεθα · εἰ δὲ βουλόμεθα ὡς ῥᾷστα ὑπερβάλλειν, τοῦτό μοι δοκεῖ σκεπτέον εἶνα ι, ὅπως ὡς ἐλάχιστα μὲν τραύμα τα λάβωμεν, ὡς ἐλάχιστα δὲ σώματα ἀνδρῶν ἀποβάλωμεν. τὸ μὲν οὖν ὄρος ἐστὶ τὸ ὁρώμενον πλέον ἢ ἐφ΄ ἑξήκοντα στάδια, ἄνδρες δ΄ οὐδα μοῦ φυλάττοντες ἡμᾶς φα νεροί εἰσιν ἀλλ΄ ἢ κα τ΄ α ὐτὴν τὴν ὁδόν· πολὺ οὖν κρεῖττον τοῦ ἐρήμου ὄρους καὶ κλέψα ι τι πειρᾶσθα ι λα θόντα ς καὶ ἁρπάσα ι φθάσα ντα ς, εἰ δυνα ίμεθα , μᾶλλον ἢ πρὸς ἰσχυρὰ χωρία κα ὶ ἀνθρώπους πα ρεσκευα σμένους μάχεσθα ι. πολὺ γὰρ ῥᾷον ὄρθιον ἀμα χεὶ ἰένα ι ἢ ὁμαλὲς ἔνθεν κα ὶ ἔνθεν πολεμίων ὄντων, καὶ νύκτωρ ἀμα χεὶ μᾶλλον ἂν τὰ πρὸ ποδῶν ὁρῴη τις ἢ μεθ΄ ἡμέρα ν μα χόμενος, κα ὶ ἡ τρα χεῖα τοῖς ποσὶν ἀμα χεὶ ἰοῦσιν εὐμενεστέρα ἢ ἡ ὁμαλὴ τὰς κεφα λὰς βαλλομένοις. καὶ κλέψαι δ΄ οὐκ ἀδύνα τόν μοι δοκεῖ εἶνα ι, ἐξὸν μὲν νυκτὸς ἰένα ι, ὡς μὴ ὁρᾶσθα ι, ἐξὸν δ΄ ἀπελθεῖν τοσοῦτον ὡς μὴ α ἴσθησιν παρέχειν. δοκοῦμεν δ΄ ἄν μοι τα ύτῃ προσποιούμενοι προσβάλλειν ἐρημοτέρῳ ἂν τῷ ὄρει χρῆσθα ι· μένοιεν γὰρ ἂν α ὐτοῦ μᾶλλον ἁθρόοι οἱ πολέμιοι. ἀτὰρ τί ἐγὼ περὶ κλοπῆς συμβάλλομαι; ὑμᾶς γὰρ ἔγωγε, ὦ Χειρίσοφε, ἀκούω τοὺς Λα κεδα ιμονίους ὅσοι ἐστὲ τῶν ὁμοίων εὐθὺς ἐκ

aquél huyó por la noche abandonando a su hijo. Éste fue el único motivo de discusión entre Quirísofo y Jenofonte durante la marcha: el maltrato y la negligencia con el guía. Plístenes se enamoró del niño y, llevándoselo a su casa, lo trató como a su más leal . Después de esto, recorrieron, en siete etapas, unas cinco parasangas por día, siguiendo el curso del río Fasis, de un pletro de ancho. Desde allí avanzaron, en dos etapas, diez parasangas. En la cima que conducía a la llanura, les salieron al encuentro cálibes, taocos y fasianos. Cuando Quirísofo vio a los enemigos en la cima, detuvo la marcha a una distancia de unos treinta estadios, a fin de no aproximarse a los enemigos en columna, y transmitió la orden a los demás de que hicieran avanzar sus compañías, para que el ejército se presentase en línea de combate. Cuando llegaron los de retaguardia, convocó a los estrategos y capitanes, y les habló en estos términos: Después de éste, Jenofonte dijo: Entonces Quirísofo dijo: Tras esto, Aristónimo de Metridio acude con unos hoplitas, Aristeo de Quíos y Nicómaco de Eta con soldados de infantería ligera. Convinieron que, cuando se adueñaran de la cima, encenderían muchas hogueras. Acordado esto, almorzaron. Después del almuerzo, Quirísofo llevó delante a todo el ejército como unos diez estadios frente a los enemigos, para que pareciera lo más posible que iban a atacar por allí. Una vez que cenaron y se hizo de noche, los hombres designados partieron y ocuparon la montaña, mientras los demás descansaban en el mismo lugar. Pero cuando los enemigos se dieron cuenta de que la montaña estaba ocupada, se mantuvieron despiertos y estuvieron encendiendo muchas hogueras durante toda la noche. Cuando llegó el día, Quirísofo, tras ofrecer sacrificios, avanzó por el camino, mientras que los que habían ocupado la montaña avanzaban por las cumbres. La mayor parte de los enemigos permanecían en el paso de la montaña y una parte de ellos salió al encuentro de los que estaban en la cima. Antes de que la mayor parte de uno y otro bando se encontraran, los hombres que ocupaban las cimas entran en combate. Vencen los griegos y persiguen. Entretanto, los peltastas griegos procedentes de la llanura se lanzaron en carrera contra los que estaban alineados , mientras Quirísofo los seguía a paso ligero con los hoplitas. Los enemigos situados en el camino, cuando

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Victoria sobre los taocos 7. Ἐκ δὲ τούτων ἐπορεύθησαν εἰς Ταόχους σταθµοὺς πέντε παρασάγγας τριάκοντα· καὶ τὰ ἐπιτήδεια ἐπέλειπε· χωρία γὰρ ᾤκουν ἰσχυρὰ οἱ Τάοχοι, ἐν οἷς καὶ τὰ ἐπιτήδεια ἅπαντα εἶχον ἀνακεκοµισµένοι. ἐπεὶ δ΄ ἀφίκοντο πρὸς χωρίον ὃ πόλιν µὲν οὐκ εἶχεν οὐδ΄ οἰκίας, συνεληλυθότες δ΄ ἦσαν αὐτόσε καὶ ἄνδρες καὶ γυναῖκες καὶ κτήνη πολλά, Χειρίσοφος µὲν οὖν πρὸς τοῦτο προσέβαλλεν εὐθὺς ἥκων· ἐπειδὴ δὲ ἡ πρώτη τάξις ἀπέκαµνεν, ἄλλη προσῄει καὶ αὖθις ἄλλη· οὐ γὰρ ἦν ἁθρόοις περιστῆναι, ἀλλ΄ ἀπότοµον ἦν κύκλῳ. ἐπειδὴ δὲ Ξενοφῶν ἦλθε σὺν τοῖς ὀπισθοφύλαξι καὶ πελτασταῖς καὶ ὁπλίταις, ἐνταῦθα δὴ λέγει Χειρίσοφος· Εἰς καλὸν ἥκετε· τὸ γὰρ χωρίον αἱρετέον· τῇ γὰρ στρατιᾷ οὐκ ἔστι τὰ ἐπιτήδεια, εἰ µὴ ληψόµεθα τὸ χωρίον. ἐνταῦθα δὴ κοινῇ ἐβουλεύοντο· καὶ τοῦ Ξενοφῶντος ἐρωτῶντος τί τὸ κωλῦον εἴη εἰσελθεῖν, εἶπεν ὁ Χειρίσοφος· Μία αὕτη πάροδός ἐστιν ἣν ὁρᾷς· ὅταν δέ τις ταύτῃ πειρᾶται παριέναι, κυλίνδουσι λίθους ὑπὲρ ταύτης τῆς ὑπερεχούσης πέτρας· ὃς δ΄ ἂν καταληφθῇ, οὕτω διατίθεται. ἅµα δ΄ ἔδειξε συντετριµµένους ἀνθρώπους καὶ σκέλη καὶ πλευράς. ῍Ην δὲ τοὺς λίθους ἀναλώσωσιν, ἔφη ὁ Ξενοφῶν, ἄλλο τι ἢ οὐδὲν κωλύει παριέναι; οὐ γὰρ δὴ ἐκ τοῦ ἐναντίου ὁρῶµεν εἰ µὴ ὀλίγους τούτους ἀνθρώπους, καὶ τούτων δύο ἢ τρεῖς ὡπλισµένους. τὸ δὲ χωρίον, ὡς καὶ σὺ ὁρᾷς, σχεδὸν τρία ἡµίπλεθρά ἐστιν ὃ δεῖ βαλλοµένους διελθεῖν· τούτου δὲ ὅσον πλέθρον δασὺ πίτυσι διαλειπούσαις µεγάλαις, ἀνθ΄ ὧν ἑστηκότες ἄνδρες τί ἂν πάσχοιεν ἢ ὑπὸ τῶν φεροµένων λίθων ἢ ὑπὸ τῶν κυλινδοµένων; τὸ λοιπὸν οὖν γίγνεται ὡς ἡµίπλεθρον, ὃ δεῖ ὅταν λωφήσωσιν οἱ λίθοι παραδραµεῖν. Ἀλλὰ εὐθύς, ἔφη ὁ Χειρίσοφος, ἐπειδὰν ἀρξώµεθα εἰς τὸ δασὺ προσιέναι, φέρονται οἱ λίθοι πολλοί. Αὐτὸ ἄν, ἔφη, τὸ δέον εἴη· θᾶττον γὰρ ἀναλώσουσι τοὺς λίθους. ἀλλὰ πορευώµεθα ἔνθεν ἡµῖν µικρόν τι παραδραµεῖν ἔσται, ἢν δυνώµεθα, καὶ ἀπελθεῖν ῥᾴδιον, ἢν βουλώµεθα. Ἐντεῦθεν ἐπορεύοντο Χειρίσοφος καὶ Ξενοφῶν καὶ Καλλίµαχος Παρράσιος λοχαγός· τούτου γὰρ ἡ ἡγεµονία ἦν τῶν ὀπισθοφυλάκων λοχαγῶν ἐκείνῃ τῇ ἡµέρᾳ· οἱ δὲ ἄλλοι λοχαγοὶ ἔµενον ἐν τῷ ἀσφαλεῖ. µετὰ τοῦτο οὖν ἀπῆλθον ὑπὸ τὰ δένδρα ἄνθρωποι ὡς ἑβδοµήκοντα, οὐχ ἁθρόοι ἀλλὰ καθ΄ ἕνα, ἕκαστος φυλαττόµενος ὡς ἐδύνατο. Ἀγασίας δὲ ὁ Στυµφάλιος καὶ Ἀριστώνυµος Μεθυδριεὺς καὶ οὗτοι τῶν ὀπισθοφυλάκων λοχαγοὶ ὄντες, καὶ ἄλλοι δέ, ἐφέστασαν ἔξω τῶν δένδρων· οὐ γὰρ ἦν ἀσφαλῶς ἐν τοῖς δένδροις ἑστάναι πλέον ἢ τὸν ἕνα λόχον. ἔνθα δὴ Καλλίµαχος µηχανᾶταί τι· προύτρεχεν ἀπὸ

vieron que la parte alta eran derrotadas, huyeron. No murieron muchos de ellos, pero fueron capturados muchísimos escudos de mimbre, que los griegos hicieron inservibles cortándolos con los cuchillos. Cuando llegaron arriba, después de ofrecer sacrificios y levantar un trofeo, bajaron a la llanura y llegaron a aldeas repletas de bienes en abundancia. 7. Después de esto recorrieron, en cinco etapas, treinta parasangas hasta los taocos. Las provisiones escaseaban, pues los taocos habitaban en plazas fuertes a las que habían transportado todas las provisiones. Cuando llegaron a un lugar que no tenía ciudad ni casas, aunque se habían reunido allí hombres, mujeres y mucho ganado, Quirísofo, nada más llegar, lo atacó. Cuando el primer destacamento se cansaba, avanzaba otro y después un tercero, pues no era rodearlo todos a la vez, sino que era escarpado alrededor. Cuando Jenofonte llegó con los de retaguardia, peltastas y hoplitas, entonces Quirísofo dice: Entonces deliberaron juntos. Y al preguntar Jenofonte cuál era el obstáculo para entrar, contestó Quirísofo: Y al mismo tiempo le mostró hombres con las piernas y costillas rotas. Desde allí se pusieron en marcha Quirísofo, Jenofonte y el capitan Calímaco de Parrasia, pues el mando de las compañías de retaguardia era de él ese día. Los demás capitanes permanecieron en seguro. Detrás de éstos partieron bajo los árboles unos sesenta hombres, no en grupo, sino uno a uno, tomando cada uno las precauciones como podía.7.9 Agasias de Estinfalia y Aristónimo de Metridio -pues éstos eran los capitanes de la retaguardia- y otros se apostaron fuera de los árboles, pues no era seguro colocar al abrigo de los árboles más de una compañía. Entonces, Calímaco maquina una : echó a correr desde el árbol bajo el que estaba unos dos o tres

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τοῦ δένδρου ὑφ΄ ᾧ ἦν αὐτὸς δύο ἢ τρία βήµατα· ἐπειδὴ δὲ οἱ λίθοι φέροιντο, ἀνέχαζεν εὐπετῶς· ἐφ΄ ἑκάστης δὲ τῆς προδροµῆς πλέον ἢ δέκα ἅµαξαι πετρῶν ἀνηλίσκοντο. ὁ δὲ Ἀγασίας ὡς ὁρᾷ τὸν Καλλίµαχον ἃ ἐποίει τὸ στράτευµα πᾶν θεώµενον, δείσας µὴ οὐ πρῶτος παραδράµῃ εἰς τὸ χω ρίον, οὐδὲ τὸν Ἀριστώνυµον πλησίον ὄντα παρακαλέσας οὐδὲ Εὐρύλοχον τὸν Λουσιέα, ἑταίρους ὄντας, οὐδὲ ἄλλον οὐδένα χω ρεῖ αὐτός, καὶ παρέρχεται πάντας. ὁ δὲ Καλλίµαχος ὡς ὁρᾷ αὐτὸν παριόντα, ἐπιλαµβάνεται αὐτοῦ τῆς ἴτυος· ἐν δὲ τούτῳ παραθεῖ αὐτοὺς Ἀριστώνυµος Μεθυδριεύς, καὶ µετὰ τοῦτον Εὐρύλοχος Λουσιεύς· πάντες γὰρ οὗτοι ἀντεποιοῦντο ἀρετῆς καὶ διηγω νίζοντο πρὸς ἀλλήλους· καὶ οὕτω ς ἐρίζοντες αἱροῦσι τὸ χω ρίον. ὡς γὰρ ἅπαξ εἰσέδραµον, οὐδεὶς πέτρος ἄνω θεν ἠνέχθη. ἐνταῦθα δὴ δεινὸν ἦν θέαµα. αἱ γὰρ γυναῖκες ῥίπτουσαι τὰ παιδία εἶτα ἑαυτὰς ἐπικατερρίπτουν, καὶ οἱ ἄνδρες ὡσαύτω ς. ἐνταῦθα δὴ καὶ Αἰνείας Στυµφάλιος λοχαγὸς ἰδών τινα θέοντα ὡς ῥίψοντα ἑαυτὸν στολὴν ἔχοντα καλὴν ἐπιλαµβάνεται ὡς κω λύσω ν· ὁ δὲ αὐτὸν ἐπισπᾶται, καὶ ἀµφότεροι ᾤχοντο κατὰ τῶν πετρῶν φερόµενοι καὶ ἀπέθανον. ἐντεῦθεν ἄνθρω ποι µὲν πάνυ ὀλίγοι ἐλήφθησαν, βόες δὲ καὶ ὄνοι πολλοὶ καὶ πρόβατα. Llegan al país de los cálibes Ἐντεῦθεν ἐπορεύθησαν διὰ Χαλύβω ν σταθµοὺς ἑπτὰ παρασάγγας πεντήκοντα. οὗτοι ἦσαν ὧν διῆλθον ἀλκιµώτατοι, καὶ εἰς χεῖρας ᾖσαν. εἶχον δὲ θώρακας λινοῦς µέχρι τοῦ ἤτρου, ἀντὶ δὲ τῶν πτερύγω ν σπάρτα πυκνὰ ἐστραµµένα. εἶχον δὲ καὶ κνηµῖδας καὶ κράνη καὶ παρὰ τὴν ζώνην µαχαίριον ὅσον ξυήλην Λακω νικήν, ᾧ ἔσφαττον ὧν κρατεῖν δύναιντο, καὶ ἀποτεµόντες ἂν τὰς κεφαλὰς ἔχοντες ἐπορεύοντο, καὶ ᾖδον καὶ ἐχόρευον ὁπότε οἱ πολέµιοι αὐτοὺς ὄψεσθαι ἔµελλον. εἶχον δὲ καὶ δόρυ ὡς πεντεκαίδεκα πήχεω ν µίαν λόγχην ἔχον. οὗτοι ἐνέµενον ἐν τοῖς πολίσµασιν· ἐπεὶ δὲ παρέλθοιεν οἱ Ἕλληνες, εἵποντο ἀεὶ µαχούµενοι. ᾤκουν δὲ ἐν τοῖς ὀχυροῖς, καὶ τὰ ἐπιτήδεια ἐν τούτοις ἀνακεκοµισµένοι ἦσαν· ὥστε µηδὲν λαµβάνειν αὐτόθεν τοὺς Ἕλληνας, ἀλλὰ διετράφησαν τοῖς κτήνεσιν ἃ ἐκ τῶν Ταόχω ν ἔλαβον. ἐκ τούτω ν οἱ Ἕλληνες ἀφίκοντο ἐπὶ Ἅρπασον ποταµόν, εὖρος τεττάρω ν πλέθρω ν. ἐντεῦθεν ἐπορεύθησαν διὰ Σκυθηνῶν σταθµοὺς τέτταρας παρασάγγας εἴκοσι διὰ πεδίου εἰς κώµας· ἐν αἷς ἔµειναν ἡµέρας τρεῖς καὶ ἐπεσιτίσαντο. ἐντεῦθεν διῆλθον σταθµοὺς τέτταρας παρασάγγας εἴκοσι πρὸς πόλιν µεγάλην καὶ εὐδαίµονα καὶ οἰκουµένην ἣ ἐκαλεῖτο Γυµνιάς. ἐκ ταύτης τῆς χώρας ὁ ἄρχω ν τοῖς Ἕλλησιν ἡγεµόνα πέµπει, ὅπω ς διὰ τῆς ἑαυτῶν πολεµίας χώρας ἄγοι αὐτούς. ἐλθὼν δ΄ ἐκεῖνος λέγει ὅτι ἄξει αὐτοὺς πέντε ἡµερῶν εἰς χω ρίον ὅθεν ὄψονται θάλατταν· εἰ δὲ µή, τεθνάναι ἐπηγγείλατο. καὶ ἡγούµενος ἐπειδὴ ἐνέβαλλεν εἰς τὴν [ἑαυτοῦ] πολεµίαν,

pasos, y cuando lanzaban las piedras retrocedía tranquilamente; en cada carrera gastaban más de diez carros de piedras. Agasias, cuando ve que todo el ejército contemplaba lo que Calímaco estaba haciendo, temiendo no ser el primero en echar a correr hacia la posición, sin haber llamadoa Aristónimo, que estaba cerca, ni a Euríloco lusio, que eran sus compañeros, ni a ningún otro, avanza en solitario y se adelanta a todos. Calímaco, cuando lo ve pasando a su lado, lo coge por el borde del escudo. En ese momento lo adelanta corriendo Aristónimo de Metridio y detrás de él Euríloco lusio. Todos estos rivalizan en valor y competían entre sí. Disputando así, ocupan el lugar. Una vez entraron a la carera, ninguna piedra fue lanzada desde lo alto. Entonces se produjo un espectáculo terrible: las mujeres, tras arrojar primero a sus hijos, se despeñaron ellas mismas después y los hombres igualmente. Entonces también el capitán Eneas de Estinfalia, habiendo visto corriendo como con intención de arrojarse a uno que llevaba un hermoso vestido, agarra para impedírselo. Éste lo arrastra y ambos se precipitaron cayendo rocas abajo y murieron. Allí muy pocos hombres fueron capturados, pero sí muchos bueyes, asnos y ovejas. Desde allí recorrieron, a través del país de los cálibes, cincuenta parasangas en siete etapas. Éstos eran, de cuantos pueblos atravesaron, los más belicosos y tuvieron combates. Llevaban corazas de lino hasta el vientre y, en vez de bandas, cuerdas de esparto entrelazadas de manera compacta. Llevaban también grebas, cascos y, en la cintura, un cuchillo como el puñal lacedemonio, con el que degollaban a los que podían vencer y se marchaban con sus cabezas, tras cortárselas, y cantaban y danzaban cuando los enemigos iban a verlos. Llevaban también una lanza de unos quince codos con una sola punta de hierro. Éstos permanecían en sus aldeas y, cuando los griegos habían pasado, los perseguían luchando. Vivían en fortalezas y a ellas habían transportado las provisiones. Así pues, los griegos nada pudieron coger de allí, sino que se alimentaron con las reses que habían cogido de los taocos. Después de éstos los griegos llegaron al río Harpaso, de cuatro pletros de ancho. Desde allí recorrieron, a través del país de los escitenos, en cuatro etapas, veinte parasangas a través de la llanura, hasta unas aldeas en las que permanecieron tres días y se aprovisionaron. Desde este lugar recorrieron, en cuatro etapas, veinte parasangas, hasta una ciudad grande, próspera y habitada, que se llamaba Gimnias. El gobernador de este territorio envía un guía a los griegos para que los conduzca a través del territorio enemigo. Cuando aquél llega, les dice que los conducirá, en cinco días, a un lugar desde donde verán el mar; si no, pidió que lo mataran. Y mientras los guiaba, desde el momento que irrumpió en tierra enemiga los animaba a quemar y destruir el territorio, lo que puso de manifiesto que los acompañaba por este motivo, no por benevolencia hacia los griegos.

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παρεκελεύετο αἴθειν καὶ φθείρειν τὴν χώραν· ᾧ καὶ δῆλον ἐγένετο ὅτι τούτου ἕνεκα ἔλθοι, οὐ τῆς τῶν Ἑλλήνω ν εὐνοίας. Los griegos divisan el mar καὶ ἀφικνοῦνται ἐπὶ τὸ ὄρος τῇ πέµπτῃ ἡµέρᾳ· ὄνοµα δὲ τῷ ὄρει ἦν Θήχης. ἐπεὶ δὲ οἱ πρῶτοι ἐγένοντο ἐπὶ τοῦ ὄρους καὶ κατεῖδον τὴν θάλατταν, κραυγὴ πολλὴ ἐγένετο. ἀκούσας δὲ ὁ Ξενοφῶν καὶ οἱ ὀπισθοφύλακες ᾠήθησαν ἔµπροσθεν ἄλλους ἐπιτίθεσθαι πολεµίους· εἵποντο γὰρ ὄπισθεν ἐκ τῆς καιοµένης χώρας, καὶ αὐτῶν οἱ ὀπισθοφύλακες ἀπέκτεινάν τέ τινας καὶ ἐζώγρησαν ἐνέδραν ποιησάµενοι, καὶ γέρρα ἔλαβον δασειῶν βοῶν ὠµοβόεια ἀµφὶ τὰ εἴκοσιν. ἐπειδὴ δὲ βοὴ πλείω ν τε ἐγίγνετο καὶ ἐγγύτερον καὶ οἱ ἀεὶ ἐπιόντες ἔθεον δρόµῳ ἐπὶ τοὺς ἀεὶ βοῶντας καὶ πολλῷ µείζω ν ἐγίγνετο ἡ βοὴ ὅσῳ δὴ πλείους ἐγίγνοντο, ἐδόκει δὴ µεῖζόν τι εἶναι τῷ Ξενοφῶντι, καὶ ἀναβὰς ἐφ΄ ἵππον καὶ Λύκιον καὶ τοὺς ἱππέας ἀναλαβὼν παρεβοήθει· καὶ τάχα δὴ ἀκούουσι βοώντω ν τῶν στρατιω τῶν Θάλαττα θάλαττα καὶ παρεγγυώντω ν. ἔνθα δὴ ἔθεον πάντες καὶ οἱ ὀπισθοφύλακες, καὶ τὰ ὑποζύγια ἠλαύνετο καὶ οἱ ἵπποι. ἐπεὶ δὲ ἀφίκοντο πάντες ἐπὶ τὸ ἄκρον, ἐνταῦθα δὴ περιέβαλλον ἀλλήλους καὶ στρατηγοὺς καὶ λοχαγοὺς δακρύοντες. καὶ ἐξαπίνης ὅτου δὴ παρεγγυήσαντος οἱ στρατιῶται φέρουσι λίθους καὶ ποιοῦσι κολω νὸν µέγαν. ἐνταῦθα ἀνετίθεσαν δερµάτω ν πλῆθος ὠµοβοείω ν καὶ βακτηρίας καὶ τὰ αἰχµάλω τα γέρρα, καὶ ὁ ἡγεµὼν αὐτός τε κατέτεµνε τὰ γέρρα καὶ τοῖς ἄλλοις διεκελεύετο. µετὰ ταῦτα τὸν ἡγεµόνα οἱ Ἕλληνες ἀποπέµπουσι δῶρα δόντες ἀπὸ κοινοῦ ἵππον καὶ φιάλην ἀργυρᾶν καὶ σκευὴν Περσικὴν καὶ δαρεικοὺς δέκα· ᾔτει δὲ µάλιστα τοὺς δακτυλίους, καὶ ἔλαβε πολλοὺς παρὰ τῶν στρατιω τῶν. κώµην δὲ δείξας αὐτοῖς οὗ σκηνήσουσι καὶ τὴν ὁδὸν ἣν πορεύσονται εἰς Μάκρω νας, ἐπεὶ ἑσπέρα ἐγένετο, ᾤχετο τῆς νυκτὸς ἀπιών. Pacto con los macrones 8. Ἐντεῦθεν δ΄ ἐπορεύθησαν οἱ Ἕλληνες διὰ Μακρώνω ν σταθµοὺς τρεῖς παρασάγγας δέκα. τῇ πρώτῃ δὲ ἡµέρᾳ ἀφίκοντο ἐπὶ τὸν ποταµὸν ὃς ὥριζε τὴν τῶν Μακρώνω ν καὶ τὴν τῶν Σκυθηνῶν. εἶχον δ΄ ὑπὲρ δεξιῶν χω ρίον οἷον χαλεπώτατον καὶ ἐξ ἀριστερᾶς ἄλλον ποταµόν, εἰς ὃν ἐνέβαλλεν ὁ ὁρίζω ν, δι΄ οὗ ἔδει διαβῆναι. ἦν δὲ οὗτος δασὺς δένδρεσι παχέσι µὲν οὔ, πυκνοῖς δέ. ταῦτ΄ ἐπεὶ προσῆλθον οἱ Ἕλληνες ἔκοπτον, σπεύδοντες ἐκ τοῦ χω ρίου ὡς τάχιστα ἐξελθεῖν. οἱ δὲ Μάκρω νες ἔχοντες γέρρα καὶ λόγχας καὶ τριχίνους χιτῶνας κατ΄ ἀντιπέραν τῆς διαβάσεω ς παρατεταγµένοι ἦσαν καὶ ἀλλήλοις διεκελεύοντο καὶ λίθους εἰς τὸν ποταµὸν ἔρριπτον· ἐξικνοῦντο γὰρ οὒ οὐδ΄ ἔβλαπτον οὐδέν. Ἔνθα δὴ προσέρχεται Ξενοφῶντι τῶν πελταστῶν ἀνὴρ Ἀθήνησι φάσκω ν δεδουλευκέναι, λέγω ν ὅτι γιγνώσκοι τὴν φω νὴν τῶν ἀνθρώπω ν. καὶ οἶµαι, ἔφη, ἐµὴν ταύτην

Y llegan a la montaña el quinto día. El nombre de la montaña era Teques. Cuando los primeros alcanzaron la cima y divisaron el mar, se produjo un gran griterío. Al oírlo Jenofonte y los de retaguardia, imaginaron que otros enemigos los atacaban por delante, pues los seguían por detrás desde la tierra quemada. De éstos los de retaguardia a algunos mataron e hicieron prisioneros tendiéndoles una emboscada, y también capturaron alrededor de veinte escudos de mimbre recubiertos de piel tupida de bueyes. Dado que el griteríos e hacía más grande y más cercano, que los que avanzaban ininterrumpidamente se dirigían a la carrera hacia los que gritaban sin parar y que el griterío se hacía mayor a medida que aumentaba el número de gente, pareció a Jeneofonte que se trataba de algo más serio. Montó a caballo y, cogiendo a Licio y sus jinetes, acudió en su ayuda, y al punto oyen a los soldados gritar: , y transmitirlo de boca en boca. Entonces todos corrieron, incluso los de retaguardia. Las acémilas y los caballos eran azuzados también. Cuando todos llegaron a la cima, entonces se abrazaron los unos a los otros, incluso los estrategos y capitanes, entre lágrimas. Y de repente, habiéndolo ordenado cualquiera, los soldados trajeron piedras y levantaron un gran túmulo. Allí colocaron gran cantidad de pieles de buey sin curtir, bastones y escudos de mimbre conseguidos en guerra, y el guía mismo cortaba los escudos de mimbre y animaba a los demás . Después de esto, los griegos despiden al guía, habiéndole dado como presentes del fondo común un caballo, una copa de plata, un vestido persa y diez dáricos. Él les pedía, sobre todo, anillos y obtuvo muchos de los soldados. Después de haberles indicado un lugar para acampar y el camino que debían seguir para llegar al país de los macrones, puesto que había caído la tarde, regresó por la noche.

8. Desde allí recorrieron los griegos, a través del país de los macrones, en tres etapas, diez parasangas. En el primer día llegaron hasta el río que separaba el país de los macrones y el de los escitenos. Tenían a la derecha un lugar especialmente escarpado y, a la izquierda, otro río, en el que desembocaba el que deslindaba , por el que era preciso cruzar. Este río estaba cubierto de árboles no gruesos, pero sí espesos. Los griegos, después de acercarse, los iban cortando, apresurándose en salir del lugar cuanto antes. Los macrones, con sus escudos de mimbre, lanzas y túnicas de crin, alineados al otro lado del paso, se animaban mutuamente y arrojaban piedras al río; pero no los alcanzaban ni les hacían ningún daño. Entonces se acerca a Jenofonte uno de los peltastas que afirmaba haber sido esclavo en Atenas, diciendo que comprendía le lengua de hombres.

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πατρίδα εἶναι· καὶ εἰ µή τι κωλύει, ἐθέλω αὐτοῖς διαλεχθῆναι. Ἀλλ΄ οὐδὲν κωλύει, ἔφη, ἀλλὰ διαλέγου καὶ µάθε πρῶτον τίνες εἰσίν. οἱ δ΄ εἶπον ἐρωτήσαντος ὅτι Μάκρωνες. Ἐρώτα τοίνυν, ἔφη, αὐτοὺς τί ἀντιτετάχαται καὶ χρῄζουσιν ἡµῖν πολέµιοι εἶναι. οἱ δ΄ ἀπεκρίναντο· Ὅτι καὶ ὑµεῖς ἐπὶ τὴν ἡµετέραν χώραν ἔρχεσθε. λέγειν ἐκέλευον οἱ στρατηγοὶ ὅτι οὐ κακῶς γε ποιήσοντες, ἀλλὰ βασιλεῖ πολεµήσαντες ἀπερχόµεθα εἰς τὴν Ἑλλάδα, καὶ ἐπὶ θάλατταν βουλόµεθα ἀφικέσθαι. ἠρώτων ἐκεῖνοι εἰ δοῖεν ἂν τούτων τὰ πιστά. οἱ δ΄ ἔφασαν καὶ δοῦναι καὶ λαβεῖν ἐθέλειν. ἐντεῦθεν διδόασιν οἱ Μάκρωνες βαρβαρικὴν λόγχην τοῖς Ἕλλησιν, οἱ δὲ Ἕλληνες ἐκείνοις Ἑλληνικήν· ταῦτα γὰρ ἔφασαν πιστὰ εἶναι· θεοὺς δ΄ ἐπεµαρτύραντο ἀµφότεροι. Los colcos son derrotados Μετὰ δὲ τὰ πιστὰ εὐθὺς οἱ Μάκρωνες τὰ δένδρα συνεξέκοπτον τήν τε ὁδὸν ὡδοποίουν ὡς διαβιβάσοντες ἐν µέσοις ἀναµεµιγµένοι τοῖς Ἕλλησι, καὶ ἀγορὰν οἵαν ἐδύναντο παρεῖχον, καὶ παρήγαγον ἐν τρισὶν ἡµέραις ἕως ἐπὶ τὰ Κόλχων ὅρια κατέστησαν τοὺς Ἕλληνας. ἐνταῦθα ἦν ὄρος µέγα, προσβατὸν δέ· καὶ ἐπὶ τούτου οἱ Κόλχοι παρατεταγµένοι ἦσαν. καὶ τὸ µὲν πρῶτον οἱ Ἕλληνες ἀντιπαρετάξαντο φάλαγγα, ὡς οὕτως ἄξοντες πρὸς τὸ ὄρος· ἔπειτα δὲ ἔδοξε τοῖς στρατηγοῖς βουλεύσασθαι συλλεγεῖσιν ὅπως ὡς κάλλιστα ἀγωνιοῦνται. ἔλεξεν οὖν Ξενοφῶν ὅτι δοκοίη παύσαντας τὴν φάλαγγα λόχους ὀρθίους ποιῆσαι· ἡ µὲν γὰρ φάλαγξ διασπασθήσεται εὐθύς· τῇ µὲν γὰρ ἄνοδον τῇ δὲ εὔοδον εὑρήσοµεν τὸ ὄρος· καὶ εὐθὺς τοῦτο ἀθυµίαν ποιήσει ὅταν τεταγµένοι εἰς φάλαγγα ταύτην διεσπασµένην ὁρῶσιν. ἔπειτα ἢν µὲν ἐπὶ πολλῶν τεταγµένοι προσάγωµεν, περιττεύσουσιν ἡµῶν οἱ πολέµιοι καὶ τοῖς περιττοῖς χρήσονται ὅ τι ἂν βούλωνται· ἐὰν δὲ ἐπ΄ ὀλίγων τεταγµένοι ὦµεν, οὐδὲν ἂν εἴη θαυµαστὸν εἰ διακοπείη ἡµῶν ἡ φάλαγξ ὑπὸ ἁθρόων καὶ βελῶν καὶ ἀνθρώπων πολλῶν ἐµπεσόντων· εἰ δέ πῃ τοῦτο ἔσται, τῇ ὅλῃ φάλαγγι κακὸν ἔσται. ἀλλά µοι δοκεῖ ὀρθίους τοὺς λόχους ποιησαµένους τοσοῦτον χωρίον κατασχεῖν διαλιπόντας τοῖς λόχοις ὅσον ἔξω τοὺς ἐσχάτους λόχους γενέσθαι τῶν πολεµίων κεράτων· καὶ οὕτως ἐσόµεθα τῆς τε τῶν πολεµίων φάλαγγος ἔξω [οἱ ἔσχατοι λόχοι], καὶ ὀρθίους ἄγοντες οἱ κράτιστοι ἡµῶν πρῶτοι προσίασιν, ᾗ τε ἂν εὔοδον ᾖ, ταύτῃ ἕκαστος ἄξει [ὁ λόχος]. καὶ εἴς τε τὸ διαλεῖπον οὐ ῥᾴδιον ἔσται τοῖς πολεµίοις εἰσελθεῖν ἔνθεν καὶ ἔνθεν λόχων ὄντων, διακόψαι τε οὐ ῥᾴδιον ἔσται λόχον ὄρθιον προσιόντα. ἄν τέ τις πιέζηται τῶν λόχων, ὁ πλησίον βοηθήσει. ἤν τε εἷς πῃ δυνηθῇ τῶν λόχων ἐπὶ τὸ ἄκρον ἀναβῆναι, οὐδεὶς µηκέτι µείνῃ τῶν πολεµίων. ταῦτα ἔδοξε, καὶ ἐποίουν ὀρθίους τοὺς λόχους. Ξενοφῶν δὲ ἀπιὼν ἐπὶ τὸ εὐώνυµον ἀπὸ τοῦ δεξιοῦ ἔλεγε τοῖς στρατιώταις· Ἄνδρες, οὗτοί εἰσιν οὓς ὁρᾶτε µόνοι ἔτι

. Hecha la pregunta, éstos respondieron que era macrones. . Éstos respondieron: Los estrategos les ordenaron decir que, no teniendo intención de hacerles daño, sino que, después de haber hecho la guerra al Rey, regresamos a Grecia y queremos llegar al mar. Preguntaron aquéllos si les darían garantías de esto. Contestaron que estaban dispuestos a darlas y a recibirlas. Entonces los macrones dieron una lanza bárbara a los griegos y a ellos los griegos, una lanza griega. Decían que éstas eran sus garantías y ambos pusieron por testigos a los dioses. Después de los compromisos, enseguida los macrones colaboraban en la tala de árboles, hicieron un camino para que pasaran y, mezclados entre los griegos, les ofrecían el mercado que podían y los acompañaron durante tres días, hasta conducirlos a las fronteras de los colcos. Allí había una montaña grande, aunque accesible, y sobre ésta los colcos estaban apostados en formación de combate.. Al principio, los griegos formaron a sus hombres en falange, con intención de conducirlos a la montaña; pero luego los estrategos reunidos decidieron deliberar sobre cómo luchar con las mayores ventajas. Así pues, Jenofonte dijo que le parecía bien formar las compañías en columnas, deshaciendo la falange: Esto pareció bien

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ἡμῖν ἐμποδὼν τὸ μὴ ἤδη εἶναι ἔνθα πάλαι σπεύδομεν· τούτους, ἤν πω ς δυνώμεθα, καὶ ὠμοὺς δεῖ καταφαγεῖν. Ἐπεὶ δ΄ ἐν ταῖς χώραις ἕκαστοι ἐγένοντο καὶ τοὺς λόχους ὀρθίους ἐποιήσαντο, ἐγένοντο μὲν λόχοι τῶν ὁπλιτῶν ἀμφὶ τοὺς ὀγδοήκοντα, ὁ δὲ λόχος ἕκαστος σχεδὸν εἰς τοὺς ἑκατόν· τοὺς δὲ πελταστὰς καὶ τοὺς τοξότας τριχῇ ἐποιήσαντο, τοὺς μὲν τοῦ εὐω νύμου ἔξω , τοὺς δὲ τοῦ δεξιοῦ, τοὺς δὲ κατὰ μέσον, σχεδὸν ἑξακοσίους ἑκάστους. ἐκ τούτου παρηγγύησαν οἱ στρατηγοὶ εὔχεσθαι· εὐξάμενοι δὲ καὶ παιανίσαντες ἐπορεύοντο. καὶ Χειρίσοφος μὲν καὶ Ξενοφῶν καὶ οἱ σὺν αὐτοῖς πελτασταὶ τῆς τῶν πολεμίω ν φάλαγγος ἔξω γενόμενοι ἐπορεύοντο· οἱ δὲ πολέμιοι ὡς εἶδον αὐτούς, ἀντιπαραθέοντες οἱ μὲν ἐπὶ τὸ δεξιὸν οἱ δὲ ἐπὶ τὸ εὐώνυμον διεσπάσθησαν, καὶ πολὺ τῆς αὑτῶν φάλαγγος ἐν τῷ μέσῳ κενὸν ἐποίησαν. οἱ δὲ κατὰ τὸ Ἀρκαδικὸν πελτασταί, ὧν ἦρχεν Αἰσχίνης ὁ Ἀκαρνάν, νομίσαντες φεύγειν ἀνακραγόντες ἔθεον· καὶ οὗτοι πρῶτοι ἐπὶ τὸ ὄρος ἀναβαίνουσι· συνεφείπετο δὲ αὐτοῖς καὶ τὸ Ἀρκαδικὸν ὁπλιτικόν, ὧν ἦρχε Κλεάνω ρ ὁ Ὀρχομένιος. οἱ δὲ πολέμιοι, ὡς ἤρξαντο θεῖν, οὐκέτι ἔστησαν, ἀλλὰ φυγῇ ἄλλος ἄλλῃ ἐτράπετο. οἱ δὲ Ἕλληνες ἀναβάντες ἐστρατοπεδεύοντο ἐν πολλαῖς κώμαις καὶ τἀπιτήδεια πολλὰ ἐχούσαις. Efectos de la miel envenenada καὶ τὰ μὲν ἄλλα οὐδὲν ὅ τι καὶ ἐθαύμασαν· τὰ δὲ σμήνη πολλὰ ἦν αὐτόθι, καὶ τῶν κηρίω ν ὅσοι ἔφαγον τῶν στρατιω τῶν πάντες ἄφρονές τε ἐγίγνοντο καὶ ἤμουν καὶ κάτω διεχώρει αὐτοῖς καὶ ὀρθὸς οὐδεὶς ἐδύνατο ἵστασθαι, ἀλλ΄ οἱ μὲν ὀλίγον ἐδηδοκότες σφόδρα μεθύουσιν ἐῴκεσαν, οἱ δὲ πολὺ μαινομένοις, οἱ δὲ καὶ ἀποθνῄσκουσιν. ἔκειντο δὲ οὕτω πολλοὶ ὥσπερ τροπῆς γεγενημένης, καὶ πολλὴ ἦν ἀθυμία. τῇ δ΄ ὑστεραίᾳ ἀπέθανε μὲν οὐδείς, ἀμφὶ δὲ τὴν αὐτήν πω ς ὥραν ἀνεφρόνουν· τρίτῃ δὲ καὶ τετάρτῃ ἀνίσταντο ὥσπερ ἐκ φαρμακοποσίας. Llegan a Trapezunte Ἐντεῦθεν δ΄ ἐπορεύθησαν δύο σταθμοὺς παρασάγγας ἑπτά, καὶ ἦλθον ἐπὶ θάλατταν εἰς Τραπεζοῦντα πόλιν Ἑλληνίδα οἰκουμένην ἐν τῷ Εὐξείνῳ Πόντῳ, Σινω πέω ν ἀποικίαν, ἐν τῇ Κόλχω ν χώρᾳ. ἐνταῦθα ἔμειναν ἡμέρας ἀμφὶ τὰς τριάκοντα ἐν ταῖς τῶν Κόλχω ν κώμαις· κἀντεῦθεν ὁρμώμενοι ἐλῄζοντο τὴν Κολχίδα. ἀγορὰν δὲ παρεῖχον τῷ στρατοπέδῳ Τραπεζούντιοι, καὶ ἐδέξαντό τε τοὺς Ἕλληνας καὶ ξένια ἔδοσαν βοῦς καὶ ἄλφιτα καὶ οἶνον. συνδιεπράττοντο δὲ καὶ ὑπὲρ τῶν πλησίον Κόλχω ν τῶν ἐν τῷ πεδίῳ μάλιστα οἰκούντω ν, καὶ ξένια καὶ παρ΄ ἐκείνω ν ἦλθον βόες. μετὰ δὲ τοῦτο τὴν θυσίαν ἣν ηὔξαντο παρεσκευάζοντο· ἦλθον δ΄ αὐτοῖς ἱκανοὶ βόες ἀποθῦσαι τῷ Διὶ τῷ σω τῆρι καὶ τῷ Ἡρακλεῖ ἡγεμόσυνα καὶ τοῖς ἄλλοις θεοῖς ἃ ηὔξαντο. ἐποίησαν δὲ καὶ ἀγῶνα γυμνικὸν ἐν τῷ ὄρει ἔνθαπερ ἐσκήνουν. εἵλοντο δὲ Δρακόντιον

y formaron las compañías en columnas. Jenofonte, al retirarse del flanco derecho al flanco izquierdo, decía a los soldados: Cuando cada uno estuvo en su puesto y hubieron formado las compañías en columna, resultaron alrededor de ochenta compañías de hoplitas y cada compañía tenía unos cien hombres. Dividieron entres partes a los peltastas y a los arqueros, situados uno fuera del flanco izquierdo, otro fuera del derecho y el otro en el centro, casi seiscientos cada uno. A continuación, los estrategos transmitieron la orden de realizar oraciones. Después de las oraciones y de haber entonado el peán, reaunudaron la marcha. Quirísofo y Jenofonte, con los peltastas que los acompañaban, habiendo desbordado la falange de los enemigos, continuaron el avance. Los enemigos, cuando los vieron, corriendo unos hacia la derecha, otros hacia la izquierda, se dispersaron y dejaron un enorme hueco en medio de su propia falange. Los peltastas que seguían al arcadio, a quienes mandaba Esquines de Acarnania, creyendo que huían, se echaron a correr dando gritos; ellos fueron los primeros en coronar la montaña, y los siguieron el destacamento arcadio, a quienes mandaba Cleanor el orcomenio. Los enemigos, cuando empezaron a correr, ya no se detuvieron, sino que cada uno emprendió la huida por donde pudo. Los griegos, después de alcanzar la cima, acamparon en muchas aldeas que tenían víveres en abundancia. En cuanto a los demás, nada que considerasen extraordinario. Pero había allí muchas colmenas y cuantos soldados comían miel todos perdían la razón, vomitaban, los atacaba la diarrea y ninguno podía mantenerse en pie. Los que habían comido un poco se parecían a los muy borrachos, los que habían comido mucho se parecían a los enloquecidos y algunos, incluso, a los moribundos. Muchos yacían tendidos como si se hubiese producido una derrota, y grande era el desaliento. Al día siguiente no murió ninguno y, a la misma hora, aproximadamente, recobraron la razón. Al tercer y al cuarto día se levantaron como de resultas de un fármaco. Desde allí recorrieron, en dos etapas, siete parasangas y llegaron al mar en Trapezunte, ciudad griega, habitada, en el Ponto Euxino, colonia de Sinope en el país de los colcos. Aquí permanecieron unos treinta días en las aldeas de los colcos. Partiendo desde allí, devastaban la Cólquide. Los habitantes de Trapezunte proporcionaban mercado al campamento, acogieron a los griegos y les dieron, como regalos de hospitalidad, bueyes, harina de cebada y vino. Negociaron también en nombre de sus vecinos colcos, que vivían sobre todo en la llanura, y como dones de hospitalidad también de parte de éstos les llegaron bueyes. A continuación prepararon el sacrificio que habían prometido. Les llegaron bueyes suficientes para sacrificar a Zeus Salvador, a Heracles, por su feliz

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Σπαρτιάτην, ὃς ἔφυγε παῖς ὢν οἴκοθεν, παῖδα ἄκων κατακανὼν ξυήλῃ πατάξας, δρόµου τ΄ ἐπιµεληθῆναι καὶ τοῦ ἀγῶνος προστατῆσαι. ἐπειδὴ δὲ ἡ θυσία ἐγένετο, τὰ δέρµατα παρέδοσαν τῷ Δρακοντίῳ, καὶ ἡγεῖσθαι ἐκέλευον ὅπου τὸν δρόµον πεποιηκὼς εἴη. ὁ δὲ δείξας οὗπερ ἑστηκότες ἐτύγχανον Οὗτος ὁ λόφος, ἔφη, κάλλιστος τρέχειν ὅπου ἄν τις βούληται. Πῶς οὖν, ἔφασαν, δυνήσονται παλαίειν ἐν σκληρῷ καὶ δασεῖ οὕτως; ὁ δ΄ εἶπε· Μᾶλλόν τι ἀνιάσεται ὁ καταπεσών. ἠγωνίζοντο δὲ παῖδες µὲν στάδιον τῶν αἰχµαλώτων οἱ πλεῖστοι, δόλιχον δὲ Κρῆτες πλείους ἢ ἑξήκοντα ἔθεον, πάλην δὲ καὶ πυγµὴν καὶ παγκράτιον ἕτεροι, καὶ καλὴ θέα ἐγένετο· πολλοὶ γὰρ κατέβησαν καὶ ἅτε θεωµένων τῶν ἑταίρων πολλὴ φιλονικία ἐγίγνετο. ἔθεον δὲ καὶ ἵπποι καὶ ἔδει αὐτοὺς κατὰ τοῦ πρανοῦς ἐλάσαντας ἐν τῇ θαλάττῃ ἀποστρέψαντας πάλιν πρὸς τὸν βωµὸν ἄγειν. καὶ κάτω µὲν οἱ πολλοὶ ἐκαλινδοῦντο· ἄνω δὲ πρὸς τὸ ἰσχυρῶς ὄρθιον µόλις βάδην ἐπορεύοντο οἱ ἵπποι· ἔνθα πολλὴ κραυγὴ καὶ γέλως καὶ παρακέλευσις ἐγίγνετο.

conducción, y a los demás dioses lo que habían prometido ofrecer. Organizaron también un certamen deportivo en la montaña donde acampaban. Al espartano Draconcio, que de niño había huido de su país por haber matado involuntariamente a un niño golpeándolo con un puñal, lo eligieron para que organizara la carrera y presidiese el certamen. Una vez que el sacrificio se realizó, entregaron las pieles a Draconcio y le ordenaron que los llevara donde había organizado la carrera. Y éste, indicándoles dónde se encontraba, dijo: Y contestó: Competían en la carrera del estadio niños, la mayor parte hijos de prisioneros, corrieron la gran carrera los cretenses en número superior a sesenta; otros la lucha, el pugilato y el pancracio. Resultó un bello espectáculo. Muchos bajaron a la arena y, dado que sus compañeros los estaban contemplando, había mucha rivalidad. Hubo también carreras de caballos, y debían conducirlos, galopando cuesta abajo y dando la vuelta en el mar, de vuelta hasta el altar. Hacia abajo, la mayor parte rodaba, pero hacia arriba, debido a la fuerte pendiente, a duras penas los caballos caminaban al paso. Entonces se producia gran griterío, risa y animación.

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ANEXO II: ANTOLOGÍA (Bilingüe).

Primera parte: Apolodoro (I). Gea y Urano, dioses primitivos: su descendencia. Οὐρανὸς πρῶτος τοῦ παντὸς ἐδυνάστευσε κόσμου. γήμας δὲ Γῆν ἐτέκνωσε πρώτους τοὺς ἑκατόγχειρας προσαγορευθέντας, Βριάρεων Γύην Κόττον, οἳ μεγέθει τε ἀνυπέρβλητοι καὶ δυνάμει καθειστήκεσαν, χεῖρας μὲν ἀνὰ ἑκατὸν κεφαλὰς δὲ ἀνὰ πεντήκοντα ἔχοντες. μετὰ τούτους δὲ αὐτῷ τεκνοῖ Γῆ Κύκλωπας, Ἄργην Στερόπην Βρόντην, ὧν ἕκαστος εἶχεν ἕνα ὀφθαλμὸν ἐπὶ τοῦ μετώπου. ἀλλὰ τούτους μὲν Οὐρανὸς δήσας εἰς Τάρταρον ἔρριψε (τόπος δὲ οὗτος ἐρεβώδης ἐστὶν ἐν Ἅιδου, τοσοῦτον ἀπὸ γῆς ἔχων διάστημα ὅσον ἀπ᾽ οὐρανοῦ γῆ), τεκνοῖ δὲ αὖθις ἐκ Γῆς παῖδας μὲν τοὺς Τιτᾶνας προσαγορευθέντας, Ὠκεανὸν Κοῖον Ὑπερίονα Κρεῖον Ἰαπετὸν καὶ νεώτατον ἁπάντων Κρόνον, θυγατέρας δὲ τὰς κληθείσας Τιτανίδας, Τηθὺν ῾Ρέαν Θέμιν Μνημοσύνην Φοίβην Διώνην Θείαν.

Urano fue el primero que gobernó sobre todo el mundo. Casado con Gea engendró en primer lugar a los llamados Hecatonquiros: Briareo, Gies y Coto, los cuales eran invencibles en tamaño y fuerza y tenían cien manos y cincuenta cabezas. Tras éstos Gea dio a luz a los Cíclopes: Arges, Esteropes y Brontes, cada uno de ellos con un solo ojo en la frente. Pero Urano, una vez atados, los arrojó al Tártaro (lugar tenebroso que se halla en el Hades, a tanta distancia de la tierra como la tierra del cielo). Y de nuevo engendra hijos de Gea, los llamados Titanes: Océano, Ceo, Hiperión, Crio, Japeto y Crono, el más joven de todos; y las hijas, llamadas Titánides: Tetis, Rea, Temis, Mnemosine, Febe, Dione y Tea.

Castración de Urano. ἀγανακτοῦσα δὲ Γῆ ἐπὶ τῇ ἀπωλείᾳ τῶν εἰς Τάρταρον ῥιφέντων παίδων πείθει τοὺς Τιτᾶνας ἐπιθέσθαι τῷ πατρί, καὶ δίδωσιν ἀδαμαντίνην ἅρπην Κρόνῳ. οἱ δὲ Ὠκεανοῦ χωρὶς ἐπιτίθενται, καὶ Κρόνος ἀποτεμὼν τὰ αἰδοῖα τοῦ πατρὸς εἰς τὴν θάλασσαν ἀφίησιν. ἐκ δὲ τῶν σταλαγμῶν τοῦ ῥέοντος αἵματος ἐρινύες ἐγένοντο, Ἀληκτὼ Τισιφόνη Μέγαιρα. τῆς δὲ ἀρχῆς ἐκβαλόντες τούς τε καταταρταρωθέντας ἀνήγαγον ἀδελφοὺς καὶ τὴν ἀρχὴν Κρόνῳ παρέδοσαν.

Pero Gea estando afligida por la perdida de sus hijos que habían sido arrojados al Tártaro persuade a los Titanes para atacar al padre y le entrega a Crono una hoz de acero. Éstos excepto Océano lo atacan, y Crono habiendo cortado los genitales de su padre los arrojó al mar. De las gotas de la sangre que fluía nacieron las Erinias, Alecto, Tisifone y Megera. Una vez que lo echaron del poder trajeron a los que habían sido precipitados en el Tártaro y entregaron el mando a Crono.

Engaño de Rea a Cronos e infancia de Zeus. ὁ δὲ τούτους μὲν τῷ Ταρτάρῳ πάλιν δήσας καθεῖρξε, τὴν δὲ ἀδελφὴν Ῥέαν γήμας, ἐπειδὴ Γῆ τε καὶ Οὐρανὸς ἐθεσπιῴδουν αὐτῷ λέγοντες ὑπὸ παιδὸς ἰδίου τὴν ἀρχὴν ἀφαιρεθήσεσθαι, κατέπινε τὰ γεννώμενα. καὶ πρώτην μὲν γεννηθεῖσαν Ἑστίαν κατέπιεν, εἶτα Δήμητραν καὶἭραν, μεθ' ἃς Πλούτωνα καὶ Ποσειδῶνα. ὀργισθεῖσα δὲ ἐπὶ τούτοις Ῥέα παραγίνεται μὲν εἰς Κρήτην, ὁπηνίκα τὸν Δία ἐγκυμονοῦσα ἐτύγχανε, γεννᾷ δὲ ἐν ἄντρῳ τῆς Δίκτης Δία. καὶ τοῦτον μὲν δίδωσι τρέφεσθαι Κούρησί τε καὶ ταῖς Μελισσέως παισὶ νύμφαις,

Éste, habiéndolos atado los encerró de nuevo en el Tártaro y habiendo desposado a su hermana Rea, puesto que Gea y Urano le habían hecho una profecía diciéndole que sería desposeído del poder por su hijo, devoraba a los recién nacidos. Y devoró a la primogénita Hestia, luego a Deméter y a Hera, después de las cuales (devoró) a Plutón y Posidón. Irritada por esas cosas Rea se dirige a Creta, cuando estaba encinta de Zeus, y da a luz a Zeus en una cueva de Dicte. Y lo entrega a los Curetes y a las ninfas hijas de Meliseo, Adrastea e Ida, para criarlo. Así pues, éstas alimentaban

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Ἀδραστείᾳ τε καὶἼδῃ. αὗται μὲν οὖν τὸν παῖδα ἔτρεφον τῷ τῆς Ἀμαλθείας γάλακτι, οἱ δὲ Κούρητες ἔνοπλοι ἐν τῷ ἄντρῳ τὸ βρέφος φυλάσσοντες τοῖς δόρασι τὰς ἀσπίδας συνέκρουον, ἵνα μὴ τῆς τοῦ παιδὸς φωνῆς ὁ Κρόνος ἀκούσῃ. Ῥέα δὲ λὶθον σπαργανώσασα δέδωκε Κρόνῳ καταπιεῖν ὡς τὸν γεγεννημένον παῖδα.

al niño con la leche de Amaltea y los Curetes que armados custodiaban al niño recién nacido en la cueva entrechocaban las lanzas con los escudos para que Crono no escuchara la voz del niño. Rea, habiendo envuelto una piedra en pañales, se la dio a Crono para devorarla como (si fuera) el niño recién nacido.

Reparto del mundo entre Zeus, Poseidón y Hades. ἐπειδὴ δὲ Ζεὺς ἐγενήθη τέλειος, λαμβάνει Μῆτιν τὴν Ὠκεανοῦ συνεργόν, ἣ δίδωσι Κρόνῳ καταπιεῖν φάρμακον, ὑφ᾽ οὗ ἐκεῖνος ἀναγκασθεὶς πρῶτον μὲν ἐξεμεῖ τὸν λίθον, ἔπειτα τοὺς παῖδας οὓς κατέπιε· μεθ᾽ ὧν Ζεὺς τὸν πρὸς Κρόνον καὶ Τιτᾶνας ἐξήνεγκε πόλεμον. μαχομένων δὲ αὐτῶν ἐνιαυτοὺς δέκα ἡ Γῆ τῷ Διὶ ἔχρησε τὴν νίκην, τοὺς καταταρταρωθέντας ἂν ἔχῃ συμμάχους· ὁ δὲ τὴν φρουροῦσαν αὐτῶν τὰ δεσμὰ Κάμπην ἀποκτείνας ἔλυσε. καὶ Κύκλωπες τότε Διὶ μὲν διδόασι βροντὴν καὶ ἀστραπὴν καὶ κεραυνόν, Πλούτωνι δὲ κυνέην, Ποσειδῶνι δὲ τρίαιναν· οἱ δὲ τούτοις ὁπλισθέντες κρατοῦσι Τιτάνων, καὶ καθείρξαντες αὐτοὺς ἐν τῷ Ταρτάρῳ τοὺς ἑκατόγχειρας κατέστησαν φύλακας. αὐτοὶ δὲ διακληροῦνται περὶ τῆς ἀρχῆς, καὶ λαγχάνει Ζεὺς μὲν τὴν ἐν οὐρανῷ δυναστείαν, Ποσειδῶν δὲ τὴν ἐν θαλάσσῃ, Πλούτων δὲ τὴν ἐν Ἅιδου.

Y cuando Zeus se hizo adulto, toma a Metis, la (hija) de Océano como colaboradora, la cual da a Crono para beber una pócima, forzado por la cual vomita primero la piedra y luego a los hijos que había devorado. Con ellos Zeus hizo la guerra contra Crono y los Titanes. Después de luchar diez años, Gea profetizó la victoria a Zeus si tomaba como aliados a los que habían sido arrojados en el Tártaro. Él matando a Campe la guardiana los desató de sus ataduras. Y entonces los Cíclopes entregaron a Zeus el trueno, el relámpago y el rayo, a Plutón el yelmo y a Posidón el tridente. Éstos, armados con ellas (así), se apoderan de los Titanes y habiéndolos encerrados en el Tártaro colocaron a los Hecatonquiros como guardianes. Ellos echan a suertes el poder, y Zeus obtiene el dominio en el Cielo, Posidón en el mar y Plutón en el Hades.

Prometeo: el robo del fuego. Προμηθεὺς δὲ ἐξ ὕδατος καὶ γῆς ἀνθρώπους πλάσας ἔδωκεν αὐτοῖς καὶ πῦρ, λάθρᾳ Διὸς ἐν νάρθηκι κρύψας. ὡς δὲ ᾔσθετο Ζεύς, ἐπέταξεν Ἡφαίστῳ τῷ Καυκάσῳ ὄρει τὸ σῶμα αὐτοῦ προσηλῶσαι· τοῦτο δὲ Σκυθικὸν ὄρος ἐστίν. ἐν δὴ τούτῳ προσηλωθεὶς Προμηθεὺς πολλῶν ἐτῶν ἀριθμὸν ἐδέδετο· καθ᾽ ἑκάστην δὲ ἡμέραν ἀετὸς ἐφιπτάμενος αὐτῷ τοὺς λοβοὺς ἐνέμετο τοῦ ἥπατος αὐξανομένου διὰ νυκτός. καὶ Προμηθεὺς μὲν πυρὸς κλαπέντος δίκην ἔτινε ταύτην, μέχρις Ἡρακλῆς αὐτὸν ὕστερον ἔλυσεν, ὡς ἐν τοῖς καθ᾽ Ἡρακλέα δηλώσομεν.

Prometeo, habiendo modelado a los hombres de agua y tierra, les dio también el fuego, a escondidas de Zeus, ocultándolo en una caña. Pero cuando Zeus se dio cuenta, ordenó a Hefesto que clavara su cuerpo en el monte Caúcaso; y éste es un monte escita. En efecto clavado en ese (monte) Prometeo estuvo atado muchos años; y cada día un águila volando hacia él le devoraba los lóbulos del hígado que crecía por la noche. Y Prometeo por haber robado el fuego expió esta pena, hasta que Heracles más tarde lo liberó.

El mito del nacimiento de la humanidad: Deucalión y Pirra. Προμηθέως δὲ παῖς Δευκαλίων ἐγένετο. οὗτος βασιλεύων τῶν περὶ τὴν Φθίαν τόπων γαμεῖ Πύρραν τὴν Ἐπιμηθέως καὶ Πανδώρας, ἣν ἔπλασαν θεοὶ πρώτην γυναῖκα. ἐπεὶ δὲ ἀφανίσαι Ζεὺς τὸ χαλκοῦν ἠθέλησε γένος, ὑποθεμένου Προμηθέως Δευκαλίων τεκτηνάμενος λάρνακα, καὶ τὰ ἐπιτήδεια ἐνθέμενος, εἰς ταύτην μετὰ Πύρρας εἰσέβη. Ζεὺς δὲ πολὺν ὑετὸν ἀπ᾽ οὐρανοῦ χέας τὰ πλεῖστα μέρη τῆς Ἑλλάδος κατέκλυσεν, ὥστε διαφθαρῆναι πάντας ἀνθρώπους, ὀλίγων χωρὶς οἳ συνέφυγον εἰς τὰ πλησίον ὑψηλὰ ὄρη. τότε δὲ καὶ τὰ κατὰ Θεσσαλίαν ὄρη διέστη, καὶ τὰ ἐκτὸς Ἰσθμοῦ καὶ Πελοποννήσου συνεχέθη πάντα. Δευκαλίων δὲ ἐν τῇ λάρνακι διὰ τῆς θαλάσσης φερόμενος ἡμέρας ἐννέα καὶ νύκτας ἴσας τῷ Παρνασῷ προσίσχει, κἀκεῖ τῶν ὄμβρων παῦλαν λαβόντων ἐκβὰς θύει Διὶ φυξίῳ. Ζεὺς δὲ πέμψας

E hijo de Prometeo fue Deucalion. éste reinando en los lugares alrededor de Ftía toma por esposa a Pirra la (hija) de Epimeteo y Pandora, a la que los dioses modelaron como primera mujer. Cuando Zeus quiso destruir la raza de bronce, tras aconsejárselo Prometeo, Deucalión construyó un arca, y, habiendo puesto dentro las cosas necesarias, embarcó con Pirra. Zeus mandando mucha lluvia desde el cielo inundó la mayor parte de la Hélade, de manera que perecieron todos los seres humanos, excepto unos pocos que huyeron a las elevadas montañas cercanas. Entonces también se separaron las montañas a lo largo de Tesalia, y se inundó todo lo de más allá del Istmo y el Peloponeso. Deucalión, llevado en el arca por mar nueve días y las mismas noches, arribó al Parnaso, y allí, cuando tomaron un descanso las lluvias, habiendo desembarcado, hizo sacrificios a Zeus Fixio. Zeus

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Ἑρμῆν πρὸς αὐτὸν ἐπέτρεψεν αἱρεῖσθαι ὅ τι βούλεται· ὁ δὲ αἱρεῖται ἀνθρώπους αὐτῷ γενέσθαι. καὶ Διὸς εἰπόντος ὑπὲρ κεφαλῆς ἔβαλλεν αἴρω ν λίθους, καὶ οὓς μὲν ἔβαλε Δευκαλίω ν, ἄνδρες ἐγένοντο, οὓς δὲ Πύρρα, γυναῖκες.

enviándole a Hermes le concedió elegir lo que quisiera; él elige tener personas. Y tras ordenarlo Zeus cogiendo piedras las arrojaba por encima de su cabeza, y de las que arrojó Deucalión, nacieron hombres, y de las que (arrojó) Pirra, mujeres.

Rapto de Perséfone por su tío Plutón. Πλούτω ν δὲ Περσεφόνης ἐρασθεὶς Διὸς συνεργοῦντος ἥρπασεν αὐτὴν κρύφα. Δημήτηρ δὲ μετὰ λαμπάδω ν νυκτός τε καὶ ἡμέρας κατὰ πᾶσαν τὴν γῆν ζητοῦσα περιῄει· μαθοῦσα δὲ παρ᾽ Ἑρμιονέω ν ὅτι Πλούτω ν αὐτὴν ἥρπασεν, ὀργιζομένη θεοῖς κατέλιπεν οὐρανόν, εἰκασθεῖσα δὲ γυναικὶ ἧκεν εἰς Ἐλευσῖνα. καὶ πρῶτον μὲν ἐπὶ τὴν ἀπ᾽ ἐκείνης κληθεῖσαν Ἀγέλαστον ἐκάθισε πέτραν παρὰ τὸ Καλλίχορον φρέαρ καλούμενον, ἔπειτα πρὸς Κελεὸν ἐλθοῦσα τὸν βασιλεύοντα τότε Ἐλευσινίω ν, ἔνδον οὐσῶν γυναικῶν, καὶ λεγουσῶν τούτω ν παρ᾽ αὑτὰς καθέζεσθαι, γραῖά τις Ἰάμβη σκώψασα τὴν θεὸν ἐποίησε μειδιᾶσαι.

Plutón, enamorado de Perséfone, la raptó furtivamente con la ayuda de Zeus. Deméter daba vueltas por toda la tierra buscándola de día y de noche con antorchas; al enterarse por los (habitantes) de Hermíone que Plutón la había raptado, irritada con los dioses, abandonó el cielo, llegó a Eleusis bajo la apariencia de una mujer y primero se sentó en la piedra que se llamó Agelasto junto a la fuente llamada Calícoro. Luego, cuando llegó al palacio de Celeo, quien gobernaba entonces a los eleusinos, como estaban dentro unas mujeres y la invitaron a sentarse junto a ellas, una anciana, Yambe, bromeando le hizo reír a la diosa.

Ártemis y Apolo. … Ἄρτεμις μὲν οὖν τὰ περὶ θήραν ἀσκήσασα παρθένος ἔμεινεν, Ἀπόλλω ν δὲ τὴν μαντικὴν μαθὼν παρὰ Πανὸς τοῦ Διὸς καὶ Ὕβρεω ς ἧκεν εἰς Δελφούς, χρησμῳδούσης τότε Θέμιδος· ὡς δὲ ὁ φρουρῶν τὸ μαντεῖον Πύθω ν ὄφις ἐκώλυεν αὐτὸν παρελθεῖν ἐπὶ τὸ χάσμα, τοῦτον ἀνελὼν τὸ μαντεῖον παραλαμβάνει.

Ártemis permanecía virgen dedicándose a la caza, mientras Apolo que había aprendido el arte adivinatorio de Pan, el hijo de Zeus e Hibris, llegó a Delfos, donde vaticinaba entonces Temis. Y como la que vigilaba el oráculo, la serpiente Pitón, le impedía acercarse a la sima, se apodera del oráculo matándola.

Apolo y Ártemis se vengan y matan a los hijos de Níobe. Ἡσίοδος δὲ δέκα μὲν υἱοὺς δέκα δὲ θυγατέρας, Ἡρόδω ρος δὲ δύο μὲν ἄρρενας τρεῖς δὲ θηλείας, Ὅμηρος δὲ ἓξ μὲν υἱοὺς ἓξ δὲ θυγατέρας φησὶ γενέσθαι. εὔτεκνος δὲ οὖσα Νιόβη τῆς Λητοῦς εὐτεκνοτέρα εἶπεν ὑπάρχειν· Λητὼ δὲ ἀγανακτήσασα τήν τε Ἄρτεμιν καὶ τὸν Ἀπόλλω να κατ᾽ αὐτῶν παρώξυνε, καὶ τὰς μὲν θηλείας ἐπὶ τῆς οἰκίας κατετόξευσεν Ἄρτεμις, τοὺς δὲ ἄρρενας κοινῇ πάντας ἐν Κιθαιρῶνι Ἀπόλλω ν κυνηγετοῦντας ἀπέκτεινεν. ἐσώθη δὲ τῶν μὲν ἀρρένω ν Ἀμφίω ν, τῶν δὲ θηλειῶν Χλω ρὶς ἡ πρεσβυτέρα, ᾗ Νηλεὺς συνῴκησε. κατὰ δὲ Τελέσιλλαν ἐσώθησαν Ἀμύκλας καὶ Μελίβοια, ἐτοξεύθη δὲ ὑπ᾽ αὐτῶν καὶ Ἀμφίω ν, αὐτὴ δὲ Νιόβη Θήβας ἀπολιποῦσα πρὸς τὸν πατέρα Τάνταλον ἧκεν εἰς Σίπυλον, κἀκεῖ Διὶ εὐξαμένη τὴν μορφὴν εἰς λίθον μετέβαλε, καὶ χεῖται δάκρυα νύκτω ρ καὶ μεθ᾽ ἡμέραν τοῦ λίθου. Atenea y Poseidón se disputan el dominio del Ática. Κέκροψ αὐτόχθω ν, συμφυὲς ἔχω ν σῶμα ἀνδρὸς καὶ δράκοντος, τῆς Ἀττικῆς ἐβασίλευσε πρῶτος, καὶ τὴν γῆν πρότερον λεγομένην Ἀκτὴν ἀφ᾽ ἑαυτοῦ Κεκροπίαν ὠνόμασεν. ἐπὶ τούτου, φασίν, ἔδοξε τοῖς θεοῖς πόλεις καταλαβέσθαι, ἐν αἷς ἔμελλον ἔχειν τιμὰς ἰδίας ἕκαστος. ἧκεν οὖν πρῶτος Ποσειδῶν ἐπὶ τὴν Ἀττικήν, καὶ πλήξας τῇ τριαίνῃ κατὰ μέσην τὴν ἀκρόπολιν ἀπέφηνε θάλασσαν, ἣν νῦν Ἐρεχθηίδα

Y Hesíodo dice que, por una parte, nacieron (de Níobe) diez hijos y diez hijas, Heródoro, por otra, que dos varones, y tres hembras; Homero, por otra, seis hijos y seis hijas; y, estando Níobe orgullosa de sus hijos, llegó a decir que era más capaz de tener hijos que Leto; y Leto, enfadándose, azuzó a Ártemis y Apolo contra ellos; y, por una parte, Ártemis asaeteó a las hijas en casa, y a los varones, por otra, Apolo los mató a todos juntos mientras cazaban en el monte Citerón; pero se salvó, de los varones, Anfión; de las hijas, Cloris, la mayor, con la que se casó Neleo; y, según Telésila, sobrevivieron Amiclas y Melibea, pues Anfión fue asaeteado por ellos, y la misma Níobe después de abandonar Tebas llegó a casa de su padre Tántalo en Sípilo y allí, suplicando a Zeus, cambió su forma a piedra, y noche y día derrama lágrimas desde la roca.

Cécrope, originario de la tierra, que tenía un cuerpo dotado de naturaleza humana y de serpiente, reinó el primero en el Ática y a esta tierra, llamada antes Actén, la denominó Cecropia por él mismo; en su tiempo, según cuentan, les pareció a los dioses tomar posesión de las ciudades en las que cada uno iba a recibir sus particulares honores; por tanto, Poseidón llegó el primero al Ática y, golpeando con el tridente en mitad de la acrópolis, sacó a la luz el mar al que llaman ahora

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καλοῦσι. μετὰ δὲ τοῦτον ἧκεν Ἀθηνᾶ, καὶ ποιησαμένη τῆς καταλήψεως Κέκροπα μάρτυρα ἐφύτευσεν ἐλαίαν, ἣ νῦν ἐν τῷ Πανδροσείῳ δείκνυται. γενομένης δὲ ἔριδος ἀμφοῖν περὶ τῆς χώρας, διαλύσας Ζεὺς κριτὰς ἔδωκεν, οὐχ ὡς εἶπόν τινες, Κέκροπα καὶ Κραναόν, οὐδὲ Ἐρυσίχθονα, θεοὺς δὲ τοὺς δώδεκα. Καὶ τούτων δικαζόντων ἡ χώρα τῆς Ἀθηνᾶς ἐκρίθη, Κέκροπος μαρτυρήσαντος ὅτι πρώτη τὴν ἐλαίαν ἐφύτευσεν. Ἀθηνᾶ μὲν οὖν ἀφ᾽ ἑαυτῆς τὴν πόλιν ἐκάλεσεν Ἀθήνας, Ποσειδῶν δὲ θυμῷ ὀργισθεὶς τὸ Θριάσιον πεδίον ἐπέκλυσε καὶ τὴν Ἀττικὴν ὕφαλον ἐποίησε. Aquiles. ὡς δὲ ἐγέννησε Θέτις ἐκ Πηλέως βρέφος, ἀθάνατον θέλουσα ποιῆσαι τοῦτο, κρύφα Πηλέως εἰς τὸ πῦρ ἐγκρύβουσα τῆς νυκτὸς ἔφθειρεν ὃ ἦν αὐτῷ θνητὸν πατρῷον, μεθ᾽ ἡμέραν δὲ ἔχριεν ἀμβροσίᾳ. Πηλεὺς δὲ ἐπιτηρήσας καὶ σπαίροντα τὸν παῖδα ἰδὼν ἐπὶ τοῦ πυρὸς ἐβόησε· καὶ Θέτις κωλυθεῖσα τὴν προαίρεσιν τελειῶσαι, νήπιον τὸν παῖδα ἀπολιποῦσα πρὸς Νηρηίδας ᾤχετο. κομίζει δὲ τὸν παῖδα πρὸς Χείρωνα Πηλεύς. ὁ δὲ λαβὼν αὐτὸν ἔτρεφε σπλάγχνοις λεόντων καὶ συῶν ἀγρίων καὶ ἄρκτων μυελοῖς, καὶ ὠνόμασεν Ἀχιλλέα (πρότερον δὲ ἦν ὄνομα αὐτῷ Λιγύρων) ὅτι τὰ χείλη μαστοῖς οὐ προσήνεγκε. Edipo. … ἀλλ᾽ οὗτος μὲν ἐξέθηκεν εἰς Κιθαιρῶνα, Πολύβου δὲ βουκόλοι, τοῦ Κορινθίων βασιλέως, τὸ βρέφος εὐρόντες πρὸς τὴν αὐτοῦ γυναῖκα Περίβοιαν ἤνεγκαν. ἡ δὲ ἀνελοῦσα ὑποβάλλεται, καὶ θεραπεύσασα τὰ σφυρὰ Οἰδίπουν καλεῖ, τοῦτο θεμένη το ὄνομα διὰ τὸ τοὺς πόδας ἀνοιδῆσαι. τελειωθεὶς δὲ ὁ παῖς, καὶ διαφέρων τῶν ἡλίκων ῥώμῃ, διὰ φθόνον ὠνειδίζετο ὑπόβλητος. Περιβοίας μαθεῖν οὐκ ἠδύνατο· ἀφικόμενος δὲ εἰς Δελφοὺς περὶ τῶν ἰδίων ἐπυνθάνετο γονέων. ὁ δὲ θεὸς εἶπεν αὐτῷ εἰς τὴν πατρίδα μὴ πορεύεσθαι· τὸν μὲν γὰρ πατέρα φονεύσειν, τῇ μητρὶ δὲ μιγήσεσθαι τοῦτο ἀκούσας, καὶ νομίζων ἐξ ὧν ἐλέγετο γεγεννῆσθαι, Κόρινθον μὲν ἀπέλιπεν, ἐφ᾽ ἅρματος δὲ διὰ τῆς Φωκίδος φερόμενος συντυγχάνει κατά τινα στενὴν ὁδὸν ἐφ᾽ ἅρματος ὀχουμένῳ Λαΐῳ. καὶ Πολυφόντου (κῆρυξ δὲ οὗτος ἦν Λαΐου) κελεύοντος ἐκχωρεῖν καὶ δι᾽ ἀπείθειαν καὶ ἀναβολὴν κτείναντος τῶν ἵππων τὸν ἕτερον, ἀγανακτήσας Οἰδίπους καὶ Πολυφόντην καὶ Λάιον ἀπέκτεινε, καὶ παρεγένετο εἰς Θήβας. Λάιον μὲν οὖν θάπτει βασιλεύς Πλαταιέων Δαμασίστρατος, τὴν δὲ βασιλείαν Κρέων ὁ Μενοικέως παραλαμβάνει. Τούτου δε βασιλεύοντος οὐ μικρὰ συμφορὰ κατέσχε Θήβας. Ἔπεμψε γὰρ Ἡρα Σφίνγα, ἡ μητρὸς μὲν Ἐχίδνης ἦν πατρὸς δὲ Τυφῶνος, εἶχε δὲ πρόσωπον μὲν γυναικός, σκῆθος δὲ καὶ βάσιν καὶ οὐρὰν λέοντος καὶ πτέρυγας ὄρνιθος. Μαθοῦσα δὲ αἴνιγμα παρὰ μουσῶν ἐπὶ τὸ Φίκιον

Erecteida; y, después de él, vino Atenea y, poniendo como testigo de su ocupación a Cécrope, plantó el olivo que ahora se muestra en el Pandrosio; y originándose una disputa entre ellos sobre la tierra, Zeus, después de separar a Atenea y Poseidón, les impuso jueces, no a Cécrope y Cranao, como dijeron algunos, ni a Erictonio sino a los doce dioses; y a raíz de la resolución de éstos, la tierra fue adjudicada como propia de Atenea, atestiguando Cécrope que ella plantó la primera un olivo. Entonces Atenea denominó, por una parte, a la ciudad de Atenas según su nombre, pero por otra Poseidón, dejándose llevar de la cólera en su corazón, inundó la llanura Triasia y colocó al Ática bajo el mar. Y cuando Tetis dio a luz a un hijo de Peleo, queriendo hacer a éste inmortal, ocultándolo entre el fuego por la noche, a escondidas de Peleo, deshacía la naturaleza mortal de su padre que había en él, y durante el día lo untaba con ambrosía; pero Peleo, acechando y viendo al niño palpitando entre el fuego, gritó, y Tetis al verse imposilibilitada para llevar a cabo su voluntad, abandonando al niño, aún pequeño, se fue con las Nereidas, y Peleo encomienda al niño a Quirón, y éste, acogiéndolo, lo alimentaba con vísceras de leones y jabalíes salvajes, y con médulas de osos; y lo llamó Aquiles (pues su primitivo nombre era Ligirón) porque no había llevado sus labios a unos pechos. Pero éste (Layo) lo (a Edipo) dejó abandonado en el (monte) Citerión, y unos boyeros de Polibio, rey de Corinto, lo llevaron a su mujer Peribea. Ésta, habiéndolo recogido, lo hace pasar por hijo suyo, y una vez que le curó los tobillos lo llama Edipo, habiéndole puesto ese nombre por tener hinchados los pies. Cuando el niño llegó a la madurez, y como aventajara a los de la misma edad en fuerza, por envidia fue llamado ilegítimo. Preguntando a Peribea, no podía saberlo; y habiendo llegado a Delfos preguntó sobre sus propios padres. Y el dios le dijo que no volviera a su patria: pues habría de matar a su padre y habría de unirse a su madre. Tras haber oído esto y creyendo que era hijo de los que se decía, se alejó de Corinto y siendo llevado en su carro a través de la Fócide, encontró por un camino estrecho a Layo que iba en su carro. y como le ordenara Polifontes (pues ése era el heraldo de Layo) que cediera el sitio y ante su desobediencia y dilación, mató a uno de sus caballos, habiéndose irritado Edipo mató no sólo a Polifontes sino también a Layo, y se dirigió a Tebas. Layo fue sepultado por Damaístrato, rey de Platea, y Creonte, hijo de Meneceo, ocupó el trono. Durante su reinado una gran calamidad cayó sobre Tebas, pues Hera envió la Esfinge, cuya madre era Equidna y su padre Tifón y que tenía rostro de mejer, pecho, patas y cola de león y alas de ave. habiendo aprendido de las Musas un enigma se instaló en el monte Ficio, y planteaba ese (enigma) a los tebanos. Y el enigma era:

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ὄρος ἐκαθέζετο, καὶ τοῦτο προύτεινε Θηβαίοις. Ἦν δὲ τὸ αἴνιγμα· τί ἐστιν ὅ μίαν ἐχον φωνὴν τετράπουν καὶ δίπουν καὶ τρίπουν γίνεται; χρησμοῦ δὲ Θηβαίοις ὑπάρχοντος τηνικαῦτα ἀπαλλαγήσεσθαι τῆς Σφιγγὸς ἡνίκα ἄν τὸ αἴνιγμα λύσωσι, συνιόντες εἰς ταὐτὸ πολλάκις ἐζήτουν τί τὸ λεγόμενόν ἐστιν, ἐπεὶ δέ μὴ εὕρισκον, ἁρπασασα ἕνα κατεβίβρωσκε. Πολλῶν δὲ ἀπολομένων, καὶ τὸ τελευταῖον Αἵμονος τοῦ Κρέοντος, Κηρύσσει Κρέων τῷ τὸ αἴνιγμα λύσοντι καὶ τὴν βασιλείαν καὶ τὴν Λαΐου δώσειν γυναῖκα. Οἰδίπους δὲ ἀκούσας ἔλυσεν, εἰπὼν τὸ αἴνιγμα τὸ ὑπὸ τῆς Σφιγγὸς λεγόμενον ἄνθρωπον εἶναι· γίνεσθαι τετράπουν βρέφος ὅντα τοῖς τέτταρσιν ὁχούμενον κώλοις, τελειούμενον δὲ δίπουν, γηρῶντα δὲ τρίτην προσλαμβάνειν βάσιν τὸ βάκτρον. ἡ μὲν οὖν Σφὶγξ ἀπὸ τῆς ἀκροπόλεως ἑαυτὴν ἔρριψεν, Οἰδίπους δὲ καὶ τὴν βασιλείαν παρέλαβε καὶ τὴν μητέρα ἔγημεν ἀγνοῶν, καὶ παῖδας ἐτέκνωσεν ἐξ αὐτῆς Πολυνείκη καὶ Ἐτεοκλέα, θυγατέρας δὲ Ἰσμήνην καὶ Ἀντιγόνην.

¿Qué es lo que teniendo una sola voz llega a ser de cuatro, de dos y de tres pies? Como los tebanos tenían un oráculo, a saber, que se verían libre de la Esfinge tan pronto como resolvieran el enigma, reuniéndose para lo mismo a menudo trataban de qué es lo dicho, y puesto que no lo encontraban, (la Esfinge) apoderándose de uno lo devoraba. Y habiendo perecido muchos y finalmente Hemón, el hijo de Creonte, anuncia Creonte que al que resuelva el enigma le dará no sólo el reino sino también a la mujer de Layo. Edipo en cuanto lo oyó lo resolvió, diciendo que el enigma propuesto por la Esfinge era el hombre; (diciendo) que siendo niño llega a ser cuadrúpedo, moviéndose con cuatro miembros, llegando a la madurez, bípedo, y al envejecer toma el bastón como tercer pie. La Esfinge se arrojó a sí misma de la acrópolis, y Edipo recibió el reino, se casó con su madre sin saberlo y engendró hijos de ella, Polinices y Eteocles, e hijas, Ismene y Antígona.

Segunda parte: Apolodoro (II). Orfeo. Καλλιόπης μὲν οὖν καὶ Οἰάγρου, κατ᾽ ἐπίκλησιν δὲ Ἀπόλλωνος, Λίνος, ὃν Ἡρακλῆς ἀπέκτεινε, καὶ Ὀρφεὺς ὁ ἀσκήσας κιθαρῳδίαν, ὃς ᾄδων ἐκίνει λίθους τε καὶ δένδρα. ἀποθανούσης δὲ Εὐρυδίκης τῆς γυναικὸς αὐτοῦ, δηχθείσης ὑπὸ ὄφεως, κατῆλθεν εἰς Ἅιδου θέλων ἀνάγειν αὐτήν, καὶ Πλούτωνα ἔπεισεν ἀναπέμψαι. ὁ δὲ ὑπέσχετο τοῦτο ποιήσειν, ἂν μὴ πορευόμενος Ὀρφεὺς ἐπιστραφῇ πρὶν εἰς τὴν οἰκίαν αὑτοῦ παραγενέσθαι· ὁ δὲ ἀπιστῶν ἐπιστραφεὶς ἐθεάσατο τὴν γυναῖκα, ἡ δὲ πάλιν ὑπέστρεψεν. εὗρε δὲ Ὀρφεὺς καὶ τὰ Διονύσου μυστήρια, καὶ τέθαπται περὶ τὴν Πιερίαν διασπασθεὶς ὑπὸ τῶν μαινάδων. Perseo se enfrenta a las Gorgonas. ἦσαν δὲ αὗται Σθενὼ Εὐρυάλη Μέδουσα. μόνη δὲ ἦν θνητὴ Μέδουσα· διὰ τοῦτο ἐπὶ τὴν ταύτης κεφαλὴν Περσεὺς ἐπέμφθη. εἶχον δὲ αἱ Γοργόνες κεφαλὰς μὲν περιεσπειραμένας φολίσι δρακόντω ν, ὀδόντας δὲ μεγάλους ὡς συῶν, καὶ χεῖρας χαλκᾶς, καὶ πτέρυγας χρυσᾶς, δι᾽ ὧν ἐπέτοντο. τοὺς δὲ ἰδόντας λίθους ἐποίουν. ἐπιστὰς οὖν αὐταῖς ὁ Περσεὺς κοιμωμέναις, κατευθυνούσης τὴν χεῖρα Ἀθηνᾶς, ἀπεστραμμένος καὶ βλέπων εἰς ἀσπίδα χαλκῆν, δι᾽ ἧς τὴν εἰκόνα τῆς Γοργόνος ἔβλεπεν, ἐκαρατόμησεν αὐτήν. ἀποτμηθείσης δὲ τῆς κεφαλῆς, ἐκ τῆς Γοργόνος ἐξέθορε Πήγασος πτηνὸς ἵππος, καὶ Χρυσάωρ ὁ Γηρυόνου πατήρ· [Β 4,3] τούτους δὲ ἐγέννησεν ἐκ Ποσειδῶνος. Perseo libera a Andrómeda. παραγενόμενος δὲ εἰς Αἰθιοπίαν, ἧς ἐβασίλευε Κηφεύς, εὗρε τὴν τούτου θυγατέρα Ἀνδρομέδαν

Así pues por un lado de Calíope y Eagro, por otro según la fama de Apolo, (nacieron) Lino al que mató Heracles, y Orfeo, el que tocaba la citara, que cantando conmovía tanto a piedras como a árboles. Cuando murió su mujer Eurídice, mordida por una serpiente, bajó al Hades queriendo llevarla hacia arriba, y persuadió a Plutón para que la enviara arriba. Éste permitió que se hiciera eso, si Orfeo cuando marchara no se volvía antes de llegar a su casa; Éste, que lo ponía en duda, habiéndose vuelto contempló a su mujer, pero ella regresó de nuevo. Orfeo también inventó los misterios de Dioniso, y fue enterrado en las cercanías de la Pieria, habiendo sido despedazado por las ménades. Ellas (las Gorgonas) eran Esteno, Euríale y Medusa. La única mortal era Medusa. Por esa causa Perseo fue enviado por la cabeza de ésta. Las Gorgonas tenían las cabezas rodeadas de escamas de dragón y grandes colmillos como de jabalíes, manos broncíneas y alas doradas con las que volaban. A los que las miraban los convertían en piedras. Perseo, colocándose junto a ellas cuando estaban dormidas y guiándole Atenea su mano, volviéndose y mirando al escudo de bronce por el que él veía la imagen de la Gorgona, la decapitó. Una vez cortada la cabeza, surgió de la Gorgona el caballo alado Pegaso y Crisaor, el padre de Gerión. A éstos los había engendrado de Poseidón.

Presentándose en Etiopía, a la que gobernaba Cefeo, encontró a la hija de éste, Andrómeda, que estaba

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παρακειμένην βορὰν θαλασσίῳ κήτει. Κασσιέπεια γὰρ ἡ Κηφέως γυνὴ Νηρηίσιν ἤρισε περὶ κάλλους, καὶ πασῶν εἶναι κρείσσων ηὔχησεν· ὅθεν αἱ Νηρηίδες ἐμήνισαν, καὶ Ποσειδῶν αὐταῖς συνοργισθεὶς πλήμμυράν τε ἐπὶ τὴν χώραν ἔπεμψε καὶ κῆτος. Ἄμμωνος δὲ χρήσαντος τὴν ἀπαλλαγὴν τῆς συμφορᾶς, ἐὰν ἡ Κασσιεπείας θυγάτηρ Ἀνδρομέδα προτεθῇ τῷ κήτει βορά, τοῦτο ἀναγκασθεὶς ὁ Κηφεὺς ὑπὸ τῶν Αἰθιόπων ἔπραξε, καὶ προσέδησε τὴν θυγατέρα πέτρα. ταύτην θεασάμενος ὁ Περσεὺς καὶ ἐρασθεὶς ἀναιρήσειν ὑπέσχετο Κηφεῖ τὸ κῆτος, εἰ μέλλει σωθεῖσαν αὐτὴν αὐτῷ δώσειν γυναῖκα. ἐπὶ τούτοις γενομένων ὅρκων, ὑποστὰς τὸ κῆτος ἔκτεινε καὶ τὴν Ἀνδρομέδαν ἔλυσεν. Heracles, en un rapto de locura inducida por Hera, mata a sus propios hijos. μετὰ δὲ τὴν πρὸς Μινύας μάχην συνέβη αὐτῷ κατὰ ζῆλον Ἥρας μανῆναι, καὶ τούς τε ἰδίους παῖδας, οὓς ἐκ Μεγάρας εἶχεν, εἰς πῦρ ἐμβαλεῖν καὶ τῶν Ἰφικλέους δύο· διὸ καταδικάσας ἑαυτοῦ φυγὴν καθαίρεται μὲν ὑπὸ Θεσπίου, παραγενόμενος δὲ εἰς Δελφοὺς πυνθάνεται τοῦ θεοῦ ποῦ κατοικήσει. ἡ δὲ Πυθία τότε πρῶτον Ἡρακλέα αὐτὸν προσηγόρευσε· τὸ δὲ πρώην Ἀλκείδης προσηγορεύετο. κατοικεῖν δὲ αὐτὸν εἶπεν ἐν Τίρυνθι, Εὐρυσθεῖ λατρεύοντα ἔτη δώδεκα, καὶ τοὺς ἐπιτασσομένους ἄθλους δέκα ἐπιτελεῖν, καὶ οὕτως ἔφη, τῶν ἄθλων, ἀθάνατον αὐτὸν ἔσεσθαι. Segundo trabajo: La hidra de Lerna. δεύτερον δὲ ἆθλον ἐπέταξεν αὐτῷ τὴν Λερναίαν ὕδραν κτεῖναι· αὕτη δὲ ἐν τῷ τῆς Λέρνης ἕλει ἐκτραφεῖσα ἐξέβαινεν εἰς τὸ πεδίον καὶ τά τε βοσκήματα καὶ τὴν χώραν διέφθειρεν. εἶχε δὲ ἡ ὕδρα ὑπερμέγεθες σῶμα, κεφαλὰς ἔχον ἐννέα, τὰς μὲν ὀκτὼ θνητάς, τὴν δὲ μέσην ἀθάνατον. ἐπιβὰς οὖν ἅρματος, ἡνιοχοῦντος Ἰολάου, παρεγένετο εἰς τὴν Λέρνην, καὶ τοὺς μὲν ἵππους ἔστησε, τὴν δὲ ὕδραν εὑρὼν ἔν τινι λόφῳ παρὰ τὰς πηγὰς τῆς Ἀμυμώνης, ὅπου ὁ φωλεὸς αὐτῆς ὑπῆρχε, βάλλων βέλεσι πεπυρωμένοις ἠνάγκασεν ἐξελθεῖν, ἐκβαίνουσαν δὲ αὐτὴν κρατήσας κατεῖχεν. ἡ δὲ θατέρῳ τῶν ποδῶν ἐνείχετο περιπλακεῖσα. τῷ ῥοπάλῳ δὲ τὰς κεφαλὰς κόπτων οὐδὲν ἀνύειν ἠδύνατο· μιᾶς γὰρ κοπτομένης κεφαλῆς δύο ἀνεφύοντο. ἐπεβοήθει δὲ καρκίνος τῇ ὕδρᾳ ὑπερμεγέθης, δάκνων τὸν πόδα. διὸ τοῦτον ἀποκτείνας ἐπεκαλέσατο καὶ αὐτὸς βοηθὸν τὸν Ἰόλαον, ὃς μέρος τι καταπρήσας τῆς ἐγγὺς ὕλης τοῖς δαλοῖς ἐπικαίων τὰς ἀνατολὰς τῶν κεφαλῶν ἐκώλυεν ἀνιέναι. καὶ τοῦτον τὸν τρόπον τῶν ἀναφυομένων κεφαλῶν περιγενόμενος, τὴν ἀθάνατον ἀποκόψας κατώρυξε καὶ βαρεῖαν ἐπέθηκε πέτραν, παρὰ τὴν ὁδὸν τὴν φέρουσαν διὰ Λέρνης εἰς Ἐλαιοῦντα τὸ δὲ σῶμα τῆς ὕδρας ἀνασχίσας τῇ χολῇ τοὺς ὀιστοὺς ἔβαψεν. Εὐρυσθεὺς δὲ ἔφη μὴ δεῖν καταριθμῆσαι τοῦτον ἐν τοῖς δέκα τὸν ἆθλον· οὐ γὰρ

expuesta como alimento para un monstruo marino. Pues Casiopea, la mujer de Cefeo disputó con las Nereidas por su belleza y se jactó de ser mejor que todas. Por esto las Nereidas se enojaron y Poseidón compartiendo su indignación con ellas envió al país una inundación y un monstruo. Y al vaticinarle Amón el fin de la desdicha si Andrómeda, la hija de Casiopea, era expuesta como alimento para el monstruo, Cefeo obligado por los etíopes lo hizo y la ató a una roca. Cuando Perseo la vio y se enamoró de ella prometió a Cefeo matar al monstruo si, una vez liberada, se la entregaba a él como esposa. Hechos los juramentos en este sentido, apostándose mató al monstruo y liberó a Andrómeda.

Y después de la batalla contra los Minias le sobrevino el volverse loco por los celos de Hera y a sus propios hijos, que tenía con Megara, los arrojó al fuego, y a dos de los de Ificles; por cual, condenándose a sí mismo al destierro, por una parte, es purificado por Téspio y, por otra, presentándose en Delfos, pregunta al dios dónde debería vivir. y la Pitia, entonces, lo llamó por primera vez Heracles, pues antes era llamado Alcides, y le dijo que viviera en Tirinto, sirviendo doce años a Euristeo, y que cumpliera los doce trabajos que le encargaran y dijo que de esa manera, una vez terminados los trabajos, él sería inmortal.

Y le ordenó como segundo trabajo matar a la Hidra de Lerna; y ésta, criándose en el pantano de Lerna, salía a la llanura y a los pastos y arruinaba la tierra; y tenía la hidra un cuerpo desmesurado que tenía nueve cabezas, por una parte, ocho mortales, y, por otra, la de enmedio inmortal. Así pues, montando en un carro, aunque llevando las riendas Yolao, se presentó en Lerna y detuvo los caballos, y encontrando la hidra en una colina junto a las fuentes del Amimones, en donde estaba la guarida de ésta, hiriéndola con dardos impregnados en fuego, la obligó a salir, y, reteniendo a ésta cuando salía, la asió con fuerza, pero ella lo impedía, enroscándose en una de las piernas, y a pesar de golpear las cabezas con la maza, nada podía conseguir, pues de una cabeza cortada surgían dos cabezas, y socorría a la hidra un cangrejo enorme que (le) mordía los pies. Por eso, después de matarlo (al cangrejo) pidió el también socorro a Iolao, quien tomando una parte de un bosque próximo, quemando con tizones los cuellos de las cabezas, impedía que salieran de nuevo. y, haciéndose dueño de las cabezas que crecían de tal forma, cortando la que era inmortal, la enterró y le colocó encima una pesada piedra junto al camino que lleva a través de Lerna hacia Eleunte; y abriendo el cuerpo de la hidra, empapó los dardos en la bilis, pero Euristeo dijo que no podía contarse este

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μόνος ἀλλὰ καὶ μετὰ Ἰολάου τῆς ὕδρας περιεγένετο.

trabajo entre los diez, pues no lo había dominado a la hidra solo sino con la ayuda de Yolao.

Tercer trabajo: La cierva de Cerinia. τρίτον ἆθλον ἐπέταξεν αὐτῷ τὴν Κερυνῖτιν ἔλαφον εἰς Μυκήνας ἔμπνουν ἐνεγκεῖν. ἦν δὲ ἡ ἔλαφος ἐν Οἰνόῃ, χρυσόκερω ς, Ἀρτέμιδος ἱερά· διὸ καὶ βουλόμενος αὐτὴν Ἡρακλῆς μήτε ἀνελεῖν μήτε τρῶσαι, συνεδίω ξεν ὅλον ἐνιαυτόν. ἐπεὶ δὲ κάμνον τὸ θηρίον τῇ διώξει συνέφυγεν εἰς ὄρος τὸ λεγόμενον Ἀρτεμίσιον, κἀκεῖθεν ἐπὶ ποταμὸν Λάδω να, τοῦτον διαβαίνειν μέλλουσαν τοξεύσας συνέλαβε, καὶ θέμενος ἐπὶ τῶν ὤμω ν διὰ τῆς Ἀρκαδίας ἠπείγετο. μετ᾽ Ἀπόλλω νος δὲ Ἄρτεμις συντυχοῦσα ἀφῃρεῖτο, καὶ τὸ ἱερὸν ζῷον αὐτῆς κτείνοντα κατεμέμφετο. ὁ δὲ ὑποτιμησάμενος τὴν ἀνάγκην, καὶ τὸν αἴτιον εἰπὼν Εὐρυσθέα γεγονέναι, πραΰνας τὴν ὀργὴν τῆς θεοῦ τὸ θηρίον ἐκόμισεν ἔμπνουν εἰς Μυκήνας. Sexto trabajo de Heracles: las aves del lago Estínfalo. ἕκτον ἐπέταξεν ἆθλον αὐτῷ τὰς Στυμφαλίδας ὄρνιθας ἐκδιῶξαι. ἦν δὲ ἐν Στυμφάλῳ πόλει τῆς Ἀρκαδίας Στυμφαλὶς λεγομένη λίμνη, πολλῇ συνηρεφὴς ὕλῃ· εἰς ταύτην ὄρνεις συνέφυγον ἄπλετοι, τὴν ἀπὸ τῶν λύκω ν ἁρπαγὴν δεδοικυῖαι. ἀμηχανοῦντος οὖν Ἡρακλέους πῶς ἐκ τῆς ὕλης τὰς ὄρνιθας ἐκβάλῃ, χάλκεα κρόταλα δίδω σιν αὐτῷ Ἀθηνᾶ παρὰ Ἡφαίστου λαβοῦσα. ταῦτα κρούω ν ἐπί τινος ὄρους τῇ λίμνῃ παρακειμένου τὰς ὄρνιθας ἐφόβει· αἱ δὲ τὸν δοῦπον οὐχ ὑπομένουσαι μετὰ δέους ἀνίπταντο, καὶ τοῦτον τὸν τρόπον Ἡρακλῆς ἐτόξευσεν αὐτάς.

Como tercer trabajo le ordenó traer viva a Micenas a la cierva de Cerinia. La cierva, de cuernos de oro, consagrada a Artemis, estaba en Enoe; por eso no queriendo Heracles ni matarla ni herirla la persiguió todo un año. Cuando el animal, cansado por el acoso, huyó al monte que se llama Artemisio y desde allí al río Ladon, estando (la cierva) a punto de cruzarlo, habiéndola herido con sus flechas, la cogió y, tras colocarla sobre sus hombros, la condujo a través de Arcadia. Pero Ártemis junto con Apolo, encontrándoselo, se la quitó, y le reprochó que quisiera matar a un animal consagrado a ella. Éste alegando su obligación, y diciendo que Euristeo había sido el culpable, una vez que calmó la cólera de la diosa, llevó al animal vivo a Micenas. Como sexto trabajo le encargó ahuyentar a las aves del Estinfálide. Había en la ciudad de Estínfalo de Arcadia un lago llamado Estinfálide, enteramente cubierto de mucho bosque; en este se refugiaron aves en cantidad extraordinaria, temiendo la captura por los lobos. Así pues, puesto que Heracles no sabía cómo echar fuera del bosque a los pájaros, Atenea le dio unos crótalos de bronce, que había recibido de Hefesto. Golpeándolos en una montaña que se hallaba junto al lago espantó a las aves. Éstas, al no soportar el estrépito, echaron el vuelo con miedo, y de esta forma Heracles las asaeteó.

Las Lemnias. αἱ Λήμνιαι τὴν Ἀφροδίτην οὐκ ἐτίμω ν· ἡ δὲ αὐταῖς ἐμβάλλει δυσοσμίαν, καὶ διὰ τοῦτο οἱ γήμαντες αὐτὰς ἐκ τῆς πλησίον Θρᾴκης λαβόντες αἰχμαλω τίδας συνευνάζοντο αὐταῖς. ἀτιμαζόμεναι δὲ αἱ Λήμνιαι τούς τε πατέρας καὶ τοὺς ἄνδρας φονεύουσιν. μόνη δὲ ἔσω σεν Ὑψιπύλη τὸν ἑαυτῆς πατέρα κρύψασα Θόαντα. προσσχόντες οὖν τότε γυναικοκρατουμένῃ τῇ Λήμνῳ μίσγονται ταῖς γυναιξίν. Ὑψιπύλη δὲ Ἰάσονι συνευνάζεται.

Las lemnias no veneraban a Afrodita. Ésta les lanzó un olor fétido, y a causa de ello sus maridos, tras tomar cautivas de la vecina Tracia, se acostaban con ellas. Sintiéndose deshonradas las lemnias mataron a sus padres y maridos. Solamente Hipsipila salvó a su padre, Toante, habiéndolo ocultado. Así pues, habiendo arribado [los argonautas] a Lemnos, que estaba gobernada entonces por mujeres, se unieron a ellas, e Hipsipila se acostó con Jasón.

Décimo trabajo de Heracles: las vacas de Gerión. δέκατον ἐπετάγη ἆθλον τὰς Γηρυόνου βόας ἐξ Ἐρυθείας κομίζειν. Ἐρύθεια δὲ ἦν … νῆσος, ἣ νῦν Γάδειρα καλεῖται. ταύτην κατῴκει Γηρυόνης ... τριῶν ἔχω ν ἀνδρῶν συμφυὲς σῶμα ... . εἶχε δὲ φοινικᾶς βόας, ὧν ἦν βουκόλος Εὐρυτίω ν, φύλαξ δὲ Ὄρθος ὁ κύω ν δικέφαλος ... . πορευόμενος οὖν ἐπὶ τὰς Γηρυόνου βόας διὰ τῆς Εὐρώπης, ... Λιβύης ἐπέβαινε, καὶ παρελθὼν Ταρτησσὸν ἔστησε σημεῖα τῆς πορείας ἐπὶ τῶν ὅρω ν Εὐρώπης καὶ Λιβύης ἀντιστοίχους δύο στήλας. θερόμενος δὲ ὑπὸ Ἡλίου κατὰ τὴν πορείαν, τὸ τόξον ἐπὶ τὸν θεὸν ἐνέτεινεν· ὁ δὲ τὴν ἀνδρείαν αὐτοῦ θαυμάσας χρύσεον ἔδω κε δέπας, ἐν ᾧ τὸν Ὠκεανὸν διεπέρασε. καὶ

Como décimo trabajo recibió la orden de traer las vacas de Gerión desde Eritia. Eritia era una isla que ahora se llama Cadiz. La habitaba Gerion, que tenía un cuerpo combinado de tres hombres. Poseía unas vacas rojizas, de las cuales era boyero Euritión y guardián Orto, el perro de dos cabezas. Así pues, marchando a por las vacas de Gerión a través de Europa, llegó a Libia, y tras pasar a Tartesos levantó como señal de su paso dos columnas simétricas sobre los montes de Europa y Libia. Quemado por el Sol durante el viaje, tendió su arco contra el dios. Éste (el Sol), habiendo admirado su valentía, le dio una copa de oro, en la cual atravesó el Océano. Tras llegar a Eritia, acampó en el monte Abante.

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παραγενόμενος εἰς Ἐρύθειαν ἐν ὄρει Ἄβαντι αὐλίζεται. αἰσθόμενος δὲ ὁ κύων ἐπʹ αὐτὸν ὥρμα· ὁ δὲ καὶ τοῦτον τῷ ῥοπάλῳ παίει, καὶ τὸν βουκόλον Εὐρυτίωνα τῷ κυνὶ βοηθοῦντα ἀπέκτεινε. Μενοίτης δὲ ἐκεῖ τὰς Ἅιδου βόας βόσκων Γηρυόνῃ τὸ γεγονὸς ἀπήγγειλεν. ὁ δὲ καταλαβὼν Ἡρακλέα ... τὰς βόας ἀπάγοντα, συστησάμενος μάχην τοξευθεὶς ἀπέθανεν. Ἡρακλῆς δὲ ἐνθέμενος τὰς βόας εἰς τὸ δέπας καὶ διαπλεύσας εἰς Ταρτησσὸν Ἡλίῳ πάλιν ἀπέδωκε τὸ δέπας. ... καὶ τὰς βόας Εὐρυσθεῖ κομίσας δέδωκεν. ὁ δὲ αὐτὰς κατέθυσεν Ἥρᾳ.

Al percibirlo el perro se lanzó sobre él. Éste lo golpeó con la maza y mató al boyero Euritión que corrió en auxilio del perro. Menetes, que estaba apacentando allí los bueyes de Hades, comunicó lo sucedido a Gerión. Éste (Gerión), tras encontrar a Heracles llevándose las vacas y trabar combate, murió asaeteado. Heracles, tras embarcar las vacas en la copa y navegar a Tartesos, devolvió la copa a Helios. Y tras llevar las vacas a Euristeo, se las entregó y éste las sacrificó a Hera.

Teseo y el Minotauro. ὡς δὲ ἧκεν εἰς Κρήτην, Ἀριάδνη θυγάτηρ Μίνωος ἐρωτικῶς διατεθεῖσα πρὸς αὐτὸν συμπράσσειν ἐπαγγέλλεται, ἐὰν ὁμολογήσῃ γυναῖκα αὐτὴν ἕξειν ἀπαγαγὼν εἰς Ἀθήνας. ὁμολογήσαντος δὲ σὺν ὅρκοις Θησέως δεῖται Δαιδάλου μηνῦσαι τοῦ λαβυρίνθου τὴν ἔξοδον. [9] ὑποθεμένου δὲ ἐκείνου, λίνον εἰσιόντι Θησεῖ δίδωσι· τοῦτο ἐξάψας Θησεὺς τῆς θύρας ἐφελκόμενος εἰσῄει. καταλαβὼν δὲ Μινώταυρον ἐν ἐσχάτῳ μέρει τοῦ λαβυρίνθου παίων πυγμαῖς ἀπέκτεινεν, ἐφελκόμενος δὲ τὸ λίνον πάλιν ἐξῄει. καὶ διὰ νυκτὸς μετὰ Ἀριάδνης καὶ τῶν παίδων εἰς Νάξον ἀφικνεῖται. ἔνθα Διόνυσος ἐρασθεὶς Ἀριάδνης ἥρπασε, καὶ κομίσας εἰς Λῆμνον ἐμίγη... λυπούμενος δὲ Θησεὺς ἐπ᾽ Ἀριάδνῃ καταπλέων ἐπελάθετο πετάσαι τὴν ναῦν λευκοῖς ἱστίοις. Αἰγεὺς δὲ ἀπὸ τῆς ἀκροπόλεως τὴν ναῦν ἰδὼν ἔχουσαν μέλαν ἱστίον, Θησέα νομίσας ἀπολωλέναι ῥίψας ἑαυτὸν μετήλλαξε.

Y cuando (Teseo) llegó a Creta, Ariadna, hija de Minos, enamorada de él, se ofrece a ayudarlo, si le prometía, llevándola a Atenas, hacerla su mujer. Habiéndolo prometido Teseo con juramentos, (Ariadna) le pide a Dédalo que le revele la salida del laberinto. Y aconsejándolo aquél, le da a Teseo, cuando entraba, un hilo. Teseo, atando ése (el hilo) de la puerta y arrastrándolo tras de sí, entró. Y encontrando al Minotauro en la parte extrema del laberinto, golpeándolo con sus puños, lo mató, y, tras recoger de nuevo el hilo, salió. Y por la noche llega a Naxos con Ariadna y los muchachos. Allí Dioniso, enamorado de Ariadna, la raptó y, habiéndosela llevado a Lemnos, se unió a ella. Y Teseo, afligido por Ariadna, al navegar hacia la costa, olvidó desplegar en la nave las velas blancas. Y Egeo, al ver desde la acrópolis que la nave tenía la vela negra, creyendo que Teseo había muerto, arrojándose a sí mismo, pereció.

Odiseo y las Sirenas. …καὶ τὴν νῆσον παρέπλει τῶν Σειρήνων. αἱ δὲ Σειρῆνες ἦσαν Ἀχελῴου καὶ Μελπομένης μιᾶς τῶν Μουσῶν θυγατέρες, Πεισινόη Ἀγλαόπη Θελξιέπεια. τούτων ἡ μὲν ἐκιθάριζεν, ἡ δὲ ᾖδεν, ἡ δὲ ηὔλει, καὶ διὰ τούτων ἔπειθον καταμένειν τοὺς παραπλέοντας. [19] εἶχον δὲ ἀπὸ τῶν μηρῶν ὀρνίθων μορφάς. ταύτας παραπλέων Ὀδυσσεύς, τῆς ᾠδῆς βουλόμενος ὑπακοῦσαι, Κίρκης ὑποθεμένης τῶν μὲν ἑταίρων τὰ ὦτα ἔβυσε κηρῷ, ἑαυτὸν δὲ ἐκέλευσε προσδεθῆναι τῷ ἱστῷ. πειθόμενος δὲ ὑπὸ τῶν Σειρήνων καταμένειν ἠξίου λυθῆναι, οἱ δὲ μᾶλλον αὐτὸν ἐδέσμευον, καὶ οὕτω παρέπλει.

Y (Odiseo) costeaba la isla de las Sirenas. Las Sirenas eran hijas de Aqueloo y Melpomene, una de las Musas, Pisione, Aglaope y Telxiepia. De ésas (las sirenas) una tocaba la citara, otra cantaba y otra tocaba la flauta, y por medio de estas habilidades persuadían a los que navegaban a que se quedasen; y tenían desde los muslos formas de pájaros. Odiseo, al costearlas, queriendo oír su canto, como Circe le había aconsejado, tapó los oídos de sus compañeros con cera, y ordenó que él mismo fuera atado al mástil. Y persuadido por las Sirenas a quedarse, pedía ser desatado, pero ellos lo ataban aún más, y así pasó navegando.

El rapto de Europa. … Ἀγήνωρ δὲ παραγενόμενος εἰς τὴν Φοινίκην γαμεῖ Τηλέφασσαν καὶ τεκνοῖ θυγατέρα μὲν Εὐρώπην, παῖδας δὲ Κάδμον καὶ Φοίνικα καὶ Κίλικα. τινὲς δὲ Εὐρώπην οὐκ Ἀγήνορος ἀλλὰ Φοίνικος λέγουσι. ταύτης Ζεὺς ἐρασθείς, †ῥόδου ἀποπλέων, ταῦρος χειροήθης γενόμενος, ἐπιβιβασθεῖσαν διὰ τῆς θαλάσσης ἐκόμισεν εἰς Κρήτην. ἡ δέ, ἐκεῖ συνευνασθέντος αὐτῇ Διός, ἐγέννησε Μίνωα Σαρπηδόνα Ῥαδάμανθυν. καθ᾽ Ὅμηρον δὲ Σαρπηδὼν ἐκ Διὸς καὶ Λαοδαμείας τῆς Βελλεροφόντου. ἀφανοῦς δὲ Εὐρώπης γενομένης ὁ

… Y Agenor llegando a Fenicia se casa con Telefasa y engendra una hija, Europa, e hijos, Cadmo, Fenix y Cilix. Pero algunos dicen que Europa no es hija de Agenor sino de Fénix. Zeus, enamorado de ésta, navegando desde Rodas, tras convertirse en un toro manso, se la (a Europa) llevó cargada en su lomo a través del mar a Creta. Y ésta, después de unirse Zeus a ella, dio a luz a Minos, Sarpedón y Radamantis. Pero según Homero, Sarpedón es hijo de Zeus y Laodamía, la hija de Belerofonte. Estando Europa desaparecida, su padre, Agenor, envió en su búsqueda a sus hijos,

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πατὴρ αὐτῆς Ἀγήνωρ ἐπὶ ζήτησιν ἐξέπεμψε τοὺς παῖδας, εἰπὼν μὴ πρότερον ἀναστρέφειν πρὶν ἂν ἐξεύρωσιν Εὐρώπην. συνεξῆλθε δὲ ἐπὶ τὴν ζήτησιν αὐτῆς Τηλέφασσα ἡ μήτηρ καὶ Θάσος ὁ Ποσειδῶνος, ὡς δὲ Φερεκύδης φησὶ Κίλικος. ὡς δὲ πᾶσαν ποιούμενοι ζήτησιν εὑρεῖν ἦσαν Εὐρώπην ἀδύνατοι, τὴν εἰς οἶκον ἀνακομιδὴν ἀπογνόντες ἄλλος ἀλλαχοῦ κατῴκησαν, Φοῖνιξ μὲν ἐν Φοινίκῃ, Κίλιξ δὲ Φοινίκης πλησίον, καὶ πᾶσαν τὴν ὑφ᾽ ἑαυτοῦ κειμένην χώραν ποταμῷ σύνεγγυς Πυράμῳ Κιλικίαν ἐκάλεσε. Κάδμος δὲ καὶ Τηλέφασσα ἐν Θρᾴκῃ κατῴκησαν. ὁμοίως δὲ καὶ Θάσος ἐν Θρᾴκῃ κτίσας πόλιν Θάσον κατῴκησεν. [2] Εὐρώπην δὲ γήμας283 Ἀστέριος ὁ Κρητῶν δυνάστης τοὺς ἐκ ταύτης παῖδας ἔτρεφεν…

diciéndoles que no volvieran hasta haber encontrado a Europa. Y salieron en su búsqueda su madre, Telefasa, y Taso, el hijo de Poseidón, pero, según dice Ferecides, de Cílix. Y como, después de buscarla por todas partes, fueron incapaces de encontrar a Europa, renunciando al regreso a casa, se establecieron cada uno por su lado: Fénix en Fenicia, Cílix cerca de Fenicia, y toda la región que se hallaba bajo su control, muy cerca del río Piramo, la llamó Cilicia. Y Cadmo y Telefasa habitaron en Tracia. E igualmente también Taso, después de fundar la ciudad de Taso, habitó en Tracia. Asterio, el soberano de los cretenses, casándose con Europa, crió a los hijos de ésta…

Tercera parte: Otros autores distintos de Apolodoro. Luciano. Atribuciones de Hermes. XI. HEFESTO Y APOLO. ΗΦΑ ΙΣΤΟΣ Ἑώρακας͵ ὦ Ἄπολλον͵ τὸ τῆς Μαίας βρέφος τὸ ἄρτι τεχθέν͵ ὡς καλόν τέ ἐστι καὶ προσγελᾷ πᾶσι καὶ δηλοῖ ἤδη μέγα τι ἀγαθὸν ἀποβησόμενον; Α ΠΟΛΛΩΝ Ἐκεῖνο τὸ βρέφος͵ ὦ ῞Ηφαιστε͵ ἦ μέγα ἀγαθόν͵ ὃ τοῦ Ἰαπετοῦ πρεσβύτερόν ἐστιν ὅσον ἐπὶ τῇ πανουργίᾳ; ΗΦΑ ΙΣΤΟΣ Καὶ τί ἂν ἀδικῆσαι δύναιτο ἀρτίτοκον ὄν; Α ΠΟΛΛΩΝ Ἐρώτα τὸν Ποσειδῶνα͵ οὗ τὴν τρίαιναν ἔκλεψεν͵ ἢ τὸν Ἄρη· καὶ τούτου γὰρ ἐξείλκυσε λαθὸν ἐκ τοῦ κολεοῦ τὸ ξίφος͵ ἵνα μὴ ἐμαυτὸν λέγω͵ ὃν ἀφώπλισε τοῦ τόξου καὶ τῶν βελῶν. ΗΦΑ ΙΣΤΟΣ Τὸ νεογνὸν ταῦτα͵ ὃ μόλις ἕστηκε͵ τὸ ἐν τοῖς σπαργάνοις; Α ΠΟΛΛΩΝ Εἴσῃ͵ ὦ ῞Ηφαιστε͵ ἤν σοι προσέλθῃ μόνον. ΗΦΑ ΙΣΤΟΣ Καὶ μὴν προσῆλθεν ἤδη. Α ΠΟΛΛΩΝ Τί οὖν; πάντα ἔχεις τὰ ἐργαλεῖα καὶ οὐδὲν ἀπόλωλεν αὐτῶν; ΗΦΑ ΙΣΤΟΣ Πάντα͵ ὦ Ἄπολλον. Α ΠΟΛΛΩΝ Ὅμως ἐπίσκεψαι ἀκριβῶς. ΗΦΑ ΙΣΤΟΣ Μὰ Δία͵ τὴν πυράγραν οὐχ ὁρῶ. Α ΠΟΛΛΩΝ Ἀλλ΄ ὄψει που ἐν τοῖς σπαργάνοις αὐτὴν τοῦ βρέφους. ΗΦΑ ΙΣΤΟΣ Οὕτως ὀξύχειρ ἐστὶ καθάπερ ἐν τῇ γαστρὶ ἐκμελετήσας τὴν κλεπτικήν; Α ΠΟΛΛΩΝ 3 Οὐ γὰρ ἤκουσας αὐτοῦ καὶ λαλοῦντος ἤδη στωμύλα καὶ ἐπίτροχα· ὁ δὲ καὶ διακονεῖσθαι ἡμῖν ἐθέλει. χθὲς δὲ προκαλεσάμενος τὸν Ἔρωτα κατεπάλαισεν εὐθὺς οὐκ οἶδ΄ ὅπως ὑφελὼν τὼ πόδε· εἶτα μεταξὺ ἐπαινούμενος τῆς Ἀφροδίτης μὲν τὸν κεστὸν ἔκλεψε προσπτυξαμένης αὐτὸν ἐπὶ τῇ νίκῃ͵

Hefesto: ¿Has visto, Apolo, al hijo de Maya nacido recientemente, qué hermoso es y sonríe a todos y muestra ya que resultará un gran bien? Apolo: ¿Este niño, Hefesto, o gran bien, que es más viejo que Japeto solamente en astucia? Hefesto: Y ¿qué daño podría causar siendo recién nacido? Apolo: Pregúntaselo a Posidón, al que robó el tridente, o a Ares también a ése robó ocultamente la espada de la vaina, por no decirte a mí mismo, al que desarmó del arco y las flechas. Hefesto: ¿Esas cosas (ha hecho) el recién nacido, que con dificultad se pone en pie, el (que está) envuelto en pañales? Apolo: Lo sabrás, Hefesto, si solamente se te acerca. Hefesto: Y ciertamente se me acercó ya. Apolo: Así pues ¿qué? ¿Tienes todas tus herramientas y ninguna de ellas has perdido? Hefesto: Todas, Apolo. Apolo: Sin embargo examínalo bien. Hefesto: ¡Por Zeus, no veo las tenazas! Apolo: Pero sin duda las veras entre los pañales del recién nacido. Hefesto: ¿Tan ligero de manos es como si hubiera practicado el arte de robar en el vientre (de su madre)? Apolo: Pues no lo has oído incluso hablando de manera ingeniosa y desenvuelta; éste también desea servirnos. Ayer habiendo desafiado a Eros al punto lo derribó, no sé como, trabándole los pies; luego de pronto por un lado mientras era aplaudido, a Afrodita, que lo abrazaba por su victoria, le robó el ceñidor, por otro a Zeus, que se reía, el cetro; Y si el rayo no fuera pesadísimo y tuviera mucho fuego, ciertamente lo

283 Participio de aoristo de γαµέω.

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τοῦ Διὸς δὲ γελῶντος ἔτι τὸ σκῆπτρον· εἰ δὲ µὴ βαρύτερος ὁ κεραυνὸς ἦν καὶ πολὺ τὸ πῦρ εἶχε͵ κἀκεῖνον ἂν ὑφείλετο. ΗΦΑΙΣΤΟΣ Ὑπέρδριµύν τινα τὸν παῖδα φῄς. ΑΠΟΛΛΩΝ Οὐ µόνον͵ ἀλλ΄ ἤδη καὶ µουσικόν. ΗΦΑΙΣΤΟΣ Τῷ τοῦτο τεκµαίρεσθαι ἔχεις; ΑΠΟΛΛΩΝ Χελώνην που νεκρὰν εὑρὼν ὄργανον ἀπ΄ αὐτῆς συνεπήξατο· πήχεις γὰρ ἐναρµόσας καὶ ζυγώσας͵ ἔπειτα κολλάβους ἐµπήξας καὶ µαγάδιον ὑποθεὶς καὶ ἐντεινάµενος ἑπτὰ χορδὰς µελῳδεῖ πάνυ γλαφυρόν͵ ὦ ῞Ηφαιστε͵ καὶ ἐναρµόνιον͵ ὡς κἀµὲ αὐτῷ φθονεῖν πάλαι κιθαρίζειν ἀσκοῦντα. ἔλεγε δὲ ἡ Μαῖα͵ ὡς µηδὲ µένοι τὰς νύκτας ἐν τῷ οὐρανῷ͵ ἀλλ΄ ὑπὸ περιεργίας ἄχρι τοῦ ᾅδου κατίοι͵ κλέψων τι κἀκεῖθεν δηλαδή. Ὑπόπτερος δ΄ ἐστὶ καὶ ῥάβδον τινὰ πεποίηται θαυµασίαν τὴν δύναµιν͵ ᾗ ψυχαγωγεῖ καὶ κατάγει τοὺς νεκρούς. ΗΦΑΙΣΤΟΣ Ἐγὼ ἐκείνην ἔδωκα αὐτῷ παίγνιον εἶναι. ΑΠΟΛΛΩΝ Τοιγαροῦν ἀπέδωκέ σοι τὸν µισθόν͵ τὴν πυάγραν ΗΦΑΙΣΤΟΣ Εὖ γε ὑπέµνησας· ὥστε βαδιοῦµαι ἀποληψόµενος αὐτήν͵ εἴ που ὡς φῂς εὑρεθείη ἐν τοῖς σπαργάνοις. Cíclope y Poseidón. CICLOPE Y POSEIDON. ΚΥΚΛΩΨ Ὦ πάτερ, οἷα πέπονθα ὑπὸ τοῦ καταράτου ξένου, ὃς µεθύσας ἐξετύφλωσέ µε κοιµωµένῳ ἐπιχειρήσας. ΠΟΣΕΙΔΩΝ Τίς δὲ ἦν ὁ ταῦτα τολµήσας, ὦ Πολύφηµε; ΚΥΚΛΩΨ Τὸ µὲν πρῶτον Οὖτιν ἑαυτὸν ἀπεκάλει, ἐπεὶ δὲ διέφυγε καὶ ἔξω ἦν βέλους, Ὀδυσσεὺς ὀνοµάζεσθαι ἔφη. ΠΟΣΕΙΔΩΝ Οἶδα ὃν λέγεις, τὸν Ἰθακήσιον· ἐξ Ἰλίου δʹ ἀνέπλει. ἀλλὰ πῶς ταῦτα ἔπραξεν οὐδὲ πάνυ εὐθαρσὴς ὤν; ΚΥΚΛΩΨ Κατέλαβον αὐτοὺς ἐν τῷ ἄντρῳ ἀπὸ τῆς νοµῆς ἀναστρέψας πολλούς τινας, ἐπιβουλεύοντας δῆλον ὅτι τοῖς ποιµνίοις· ἐπεὶ γὰρ ἐπέθηκα τῇ θύρᾳ τὸ πῶµα – πέτρα δέ ἐστί µοι µαµµεγέθης καὶ τὸ πῦρ ἀνέκαυσα ἐναυσάµενος ὃ ἔφερον δένδρον ἀπὸ τοῦ ὄρους, ἐφάνησαν ἀποκρύπτειν αὑτοὺς πειρώµενοι· ἐγὼ δὲ συλλαβών τινας αὐτῶν, ὥσπερ εἰκὸς ἦν, κατέφαγον λῃστάς γε ὄντας. ἐνταῦθα ὁ πανουργότατος ἐκεῖνος, εἴτε Οὖτις εἴτε Ὀδυσσεὺς ἦν, δίδωσί µοι πιεῖν φάρµακόν τι ἐγχέας, ἡδὺ µὲν καὶ εὔοσµον, ἐπιβουλότατον δὲ καὶ ταραχωδέστατον· ἅπαντα γὰρ εὐθὺς ἐδόκει µοι περιφέρεσθαι πιόντι καὶ τὸ σπήλαιον αὐτὸ ἀνεστρέφετο καὶ οὐκέτι ὅλως ἐν ἐµαυτοῦ ἤµην, τέλος δὲ εἰς ὕπνον κατεσπάσθην. ὁ δὲ ἀποξύνας τὸν µοχλὸν καὶ πυρώσας προσέτι ἐτύφλωσέ µε καθεύδοντα, καὶ ἀπʹ ἐκείνου τυφλός εἰµί σοι, ὦ Πόσειδον.

robaría también. Hefesto: Hablas de un niño terrible. Apolo: No solamente, sino que además también (es) músico. Hefesto: ¿Tienes (puedes) para demostrar eso? Apolo: Habiendo encontrado en algún lugar una tortuga muerta hizo a partir de ella un instrumento (de música); pues habiéndole ajustado brazos y puesto un yugo, luego que fijó unas clavijas y colocó debajo un caballete y le hubo puesto siete cuerdas tocaba muy dulce, Hefesto, y afinadamente, de modo que también yo que toco la cítara desde antiguo lo veo con malos ojos. Y decía Maya que no se queda durante la noche en el cielo, sino que por curiosidad enteramente desciende al Hades, para robar también allí algo sin duda. Y está alado y ha hecho una varita mágica de admirable eficacia con la que conduce las almas y guía a los muertos. Hefesto: Yo le di aquella que es un juguete. Apolo: Pues te pagó la recompensa, las tenazas… Hefesto: Bien me advertiste; de modo que voy a recobrarlas. Si, como dices, las encontrara entre los pañales.

Ciclope: Oh padre, cuanto he sufrido por el maldito extranjero que me dejó ciego después de embriagarme y atacarme mientras dormía. Poseidon: ¿Y quién era el que se atrevió a eso, Polifemo? Ciclope: Al principio se hacía llamar Nadie, pero cuando huyó y estaba lejos de tiro, dijo que se llamaba Odiseo. Poseidón: Se de quien hablas, del itacense. Navegaba de regreso de Ilion. Pero ¿cómo hizo eso si no es muy valiente? evidentemente intentaban atacar a los rebaños. Pues cuando coloqué en la puerta la tapa - pues es para mi una piedra muy grande – y encendí el fuego prendiendo un árbol que traía del monte, intentaron claramente esconderse; y yo, cogiendo a unos de ellos, me los comí, como es natural, porque eran ladrones. Entonces aquel hombre tan astuto, ya fuera Nadie u Odiseo, me da a beber vertiendo un fármaco, dulce y de agradable olor, pero muy insidioso e inquietante. Pues cuando lo bebí inmediatamente me pareció que todo daba vueltas, que la misma cueva daba vueltas y yo no estaba en mί mismo, y al final me rendí al sueño. Él, aguzando una estaca y poniéndola al fuego además, me cegó mientras dormía y desde aquel momento estoy ciego, ¡oh Poseidón! Poseidón: ¡Que profundamente dormías, hijo, que no diste un salto de pronto mientras te dejaba ciego! Pero ¿cómo huyó Odiseo? Pues yo sé bien que él no pudo quitar de la puerta la piedra. Cíclope: Yo la quité para atraparlo mejor cuando saliera y sentándome junto a la puerta intentaba apresarlo

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ΠΟΣΕΙΔΩΝ Ὡς βαθὺν ἐκοιμήθης, ὦ τέκνον, ὃς οὐκ ἐξέθορες μεταξὺ τυφλούμενος. Ὁ δ' οὖν Ὀδυσσεὺς πῶς διέφυγεν; οὐ γὰρ ἂν εὖ οἶδ' ὅτι ἠδυνήθη ἀποκινῆσαι τὴν πέτραν ἀπὸ τῆς θύρας. ΚΥΚΛΩΨ Ἀλλ' ἐγὼ ἀφεῖλον, ὡς μᾶλλον αὐτὸν λάβοιμι ἐξιόντα, καὶ καθίσας παρὰ τὴν θύραν ἐθήρω ν τὰς χεῖρας ἐκπετάσας, μόνα παρεὶς τὰ πρόβατα εἰς τὴν νομήν, ἐντειλάμενος τῷ κριῷ ὅσα ἐχρῆν πράττειν αὐτὸν ὑπὲρ ἐμοῦ. ΠΟΣΕΙΔΩΝ Μανθάνω· ὑπ' ἐκείνοις ἔλαθον ὑπεξελθόντες· σὲ δὲ τοὺς ἄλλους Κύκλωπας ἔδει ἐπιβοήσασθαι ἐπ' αὐτόν. ΚΥΚΛΩΨ Συνεκάλεσα, ὦ πάτερ, καὶ ἧκον· ἐπεὶ δὲ ἤροντο τοῦ ἐπιβουλεύοντος τοὔνομα κἀγὼ ἔφην ὅτι Οὖτίς ἐστι, μελαγχολᾶν οἰηθέντες με ἀπιόντες ᾤχοντο. Οὕτω κατεσοφίσατό με ὁ κατάρατος τῷ ὀνόματι. καὶ ὃ μάλιστα ἠνίασέ με, ὅτι καὶ ὀνειδίζων ἐμοὶ τὴν συμφοράν, Οὐδὲ ὁ πατήρ, φησίν, ὁ Ποσειδῶν ἰάσεται σε. ΠΟΣΕΙΔΩΝ Θάρρει, ὦ τέκνον· ἀμυνοῦμαι γὰρ αὐτόν, ὡς μάθῃ ὅτι, εἰ καὶ πήρωσίν μοι τῶν ὀφθαλμῶν ἰᾶσθαι ἀδύνατον, τὰ γοῦν τῶν πλεόντων [τὸ σῴζειν αὐτοὺς καὶ ἀπολλύναι] ἐπ' ἐμοί ἐστι· πλεῖ δὲ ἔτι. Doris y Tetis. ΔΩΡΙΣ Τί δακρύεις, ὦ Θέτι; ΘΕΤΙΣ Καλλίστην, ὦ Δωρί, κόρην εἶδον ἐς κιβωτὸν ὑπὸ τοῦ πατρὸς ἐμβληθεῖσαν, αὐτήν τε καὶ βρέφος αὐτῆς ἀρτιγέννητον· ἐκέλευσεν δὲ ὁ πατὴρ τοὺς ναύτας ἀναλαβόντας τὸ κιβώτιον, ἐπειδὰν πολὺ τῆς γῆς ἀποσπάσωσιν, ἀφεῖναι εἰς τὴν θάλασσαν, ὡς ἀπόλοιτο ἡ ἀθλία, καὶ αὐτὴ καὶ τὸ βρέφος. ΔΩΡΙΣ Τίνος ἕνεκα, ὦ ἀδελφή; εἰπέ, εἴ τι ἔμαθες ἀκριβῶς. ΘΕΤΙΣ Ἅπαντα. ὁ γὰρ Ἀκρίσιος ὁ πατὴρ αὐτῆς καλλίστην οὖσαν ἐπαρθένευεν ἐς χαλκοῦν τινα θάλαμον ἐμβαλών· εἶτα, εἰ μὲν ἀληθὲς οὐκ ἔχω εἰπεῖν, φασὶ δ' οὖν τὸν Δία χρυσὸν γενόμενον ῥυῆναι διὰ τοῦ ὀρόφου ἐπ' αὐτήν, δεξαμένην δὲ ἐκείνην ἐς τὸν κόλπον καταρρέοντα τὸν θεὸν ἐγκύμονα γενέσθαι. οῦτο αἰσθόμενος ὁ πατήρ, ἄγριός τις καὶ ζηλότυπος γέρων, ἠγανάκτησε καὶ ὑπό τινος μεμοιχεῦσθαι οἰηθεὶς αὐτὴν ἐμβάλλει εἰς τὴν κιβωτὸν ἄρτι τετοκυῖαν. ΔΩΡΙΣ 12.2 Ἡ δὲ τί ἔπραττεν, ὦ Θέτι, ὁπότε καθίετο; ΘΕΤΙΣ Ὑπὲρ αὐτῆς μὲν ἐσίγα, ὦ Δωρί, καὶ ἔφερε τὴν καταδίκην. τὸ βρέφος δὲ παρῃτεῖτο μὴ ἀποθανεῖν δακρύουσα καὶ τῷ πάππῳ δεικνύουσα αὐτό, κάλλιστον ὄν· τὸ δὲ ὑπ' ἀγνοίας τῶν κακῶν ὑπεμειδία πρὸς τὴν θάλασσαν. ὑποπίμπλαμαι αὖθις τοὺς φθαλμοὺς δακρύων μνημονεύσασα αὐτῶν. ΔΩΡΙΣ Κἀμὲ δακρῦσαι ἐποίησας. ἀλλ' ἤδη τεθνᾶσιν; ΘΕΤΙΣ Οὐδαμῶς· νήχεται γὰρ ἔτι ἡ κιβωτὸς ἀμφὶ τὴν Σέριφον ζῶντας αὐτοὺς φυλάττουσα. ΔΩΡΙΣ Τί οὖν οὐχὶ σῴζομεν αὐτοὺς τοῖς ἁλιεῦσι τούτοις ἐμβαλοῦσαι ἐς τὰ δίκτυα τοῖς Σεριφίοις; οἱ δὲ

extendiendo las manos, dejando pasar sólo a las reses al pasto después de haberle encargado al carnero todo lo que debía hacer en mi lugar. Poseidon: Comprendo. Escaparon bajo aquellas (las reses) furtivamente. Pero tu debías haber llamado a los demás Cíclopes en tu ayuda. Cíclope: Los llamé y vinieron. Pero cuando me preguntaron el nombre del que me atacaba y yo les dije “Nadie”, ellos, creyendo que yo tenía un ataque de cólera se marcharon dando la vuelta. ¡Hasta tal punto me engañó con su nombre el maldito! Y lo que más me irritó es que echándome en cara mi desgracia incluso me decía: “Ni tu padre Poseidón te curará”. Poseidón: ¡Ánimo, hijo! Pues yo lo castigaré, para que sepa que, si para mí es imposible curar la pérdida de la vista, al menos la suerte de los navegantes, el salvarlos o aniquilarlos, está en mis manos, y él aún navega.

Doris: ¿Por qué lloras, Tetis? Tetis: He visto a una joven hermosísima que ha sido lanzada por su padre en un arca, ella y su criatura recién nacida. El padre ordenó a unos marineros que tomaran el arca y, cuando estuvieran muy lejos de tierra, la tiraran al mar para que la desgraciada muriera, ella y su hijito. Doris: Pero ¿por qué, hermana? Dime si sabes algo con total exactitud. Tetis: Acrisio, su padre por ser ella bellísima la mantenía virgen habiéndola metido en un aposento de bronce, luego, no puedo decir si es verdad, dicen que Zeus, convertido en oro, se derramó por el techo hasta ella y que se quedó encinta al recibir en su seno al dios que se precipitaba desde arriba. Al enterarse su padre, un viejo cruel y celoso, se irritó y, creyendo que había sido seducida por alguien, la echó en el arca tan pronto como dio a luz. Doris: ¿Y qué hacía ella, Τetis, cuando la dejaban caer? Tetis: Sobre ella callaba, Doris, y soportaba la condena pero pedía, mientras lloraba y se lo mostraba al abuelo, que no muriera su hijo, que era muy hermoso. Éste (el hijo) sonreía hacia el mar por la ignorancia de los males. De nuevo se me llenan los ojos de lágrimas al recodarlos. Doris: También a mí me has hecho llorar. Pero ¿están ya muertos? Tetis: De ningún modo. Pues aún el arca flota cerca de Sérifos, manteniéndolos vivos. Doris: Pues ¿por qué no la salvamos arrojándola a las redes de esos pescadores serifios? Pues ellos, es

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ἀνασπάσαντες σώσουσι δῆλον ὅτι. ΘΕΤΙΣ Εὖ λέγεις, οὕτω ποιῶµεν· µὴ γὰρ ἀπολέσθω µήτε αὐτὴ µήτε τὸ παιδίον οὕτω ς ὂν καλόν.

evidente, la salvaran sacándola. Tetis: Dices bien, hagámoslo así. Que no se muera, ni ella ni el niñito que es tan hermoso.

Orfeo. ὅτε τὸν Ὀρφέα διεσπάσαντο αἱ Θρᾷτται, φασὶ τὴν κεφαλὴν αὐτοῦ σὺν τῇ λύρᾳ εἰς τὸν Ἕβρον ἐµπεσοῦσαν ἐκβληθῆναι εἰς τὸν µέλανα κόλπον, καὶ ἐπιπλεῖν γε τὴν κεφαλὴν τῇ λύρᾳ, τὴν µὲν ᾄδουσαν θρῆνόν τινα ἐπὶ τῷ Ὀρφεῖ, ὡς λόγος, τὴν λύραν δὲ αὐτὴν ὑπηχεῖν τῶν ἀνέµω ν ἐµπιπτόντω ν ταῖς χορδαῖς, καὶ οὕτω µετ' ᾠδῆς προσενεχθῆναι τῇ Λέσβῳ, κἀκείνους ἀνελοµένους τὴν µὲν κεφαλὴν καταθάψαι ἵναπερ νῦν τὸ Βακχεῖον αὐτοῖς ἐστι, τὴν λύραν δὲ ἀναθεῖναι εἰς τοῦ Ἀπόλλω νος τὸ ἱερόν, καὶ ἐπὶ πολύ γε σώζεσθαι αὐτήν.

Cuando las Tracias despedazaron a Orfeo, dicen que su cabeza con la lira, cayendo al río Hebro fue arrojada hacia el golfo negro y que, además, navegaba la cabeza con la lira; la una, entonando un treno por Orfeo, según se dice, y que la lira, por otra parte, hacía el acompañamiento mientras caían los vientos entre las cuerdas, y que de esta manera, acompañada del canto, fue llevada a Lesbos, y que aquellos, recogiendo la cabeza la enterraron precisamente en donde ahora tienen el Bacheion, y que consagraron la lira al templo de Apolo y que ésta se conservaba durante muchísimo tiempo.

- Platón. Los dioses encargan a Prometeo y Epimeteo la distribución de las capacidades a los seres vivos. Πλάτων, Πρωταγόρας (320c 8) Ἦν γάρ ποτε χρόνος ὅτε θεοὶ µὲν ἦσαν, θνητὰ δὲ γένη οὐκ ἦν. ἐπειδὴ δὲ καὶ τούτοις χρόνος ἦλθεν εἱµαρµένος γενέσεω ς, τυποῦσιν αὐτὰ θεοὶ γῆς ἔνδον ἐκ γῆς καὶ πυρὸς µείξαντες καὶ τῶν ὅσα πυρὶ καὶ γῇ κεράννυται. ἐπειδὴ δ' ἄγειν αὐτὰ πρὸς φῶς ἔµελλον, προσέταξαν καὶ Ἐπιµηθεῖ κοσµῆσαί τε καὶ νεῖµαι δυνάµεις ἑκάστοις ὡς πρέπει. Προµηθέα δὲ παραιτεῖται Ἐπιµηθεὺς αὐτὸς νεῖµαι, ʺΝείµαντος δέ µου,ʺ ἔφη, ʺἐπίσκεψαι·ʺ καὶ οὕτω πείσας νέµει. νέµω ν δὲ τοῖς µὲν ἰσχὺν ἄνευ τάχους προσῆπτεν, τοὺς δ' ἀσθενεστέρους τάχει ἐκόσµει· τοὺς δὲ ὥπλιζε, τοῖς δ' ἄοπλον διδοὺς φύσιν ἄλλην τιν' αὐτοῖς ἐµηχανᾶτο δύναµιν εἰς σω τηρίαν.

Epimeteo pretende compensar a todos los seres vivos pero se queda sin recursos para las personas. καὶ τοῖς µὲν ὀλιγογονίαν προσῆψε, τοῖς δ' ἀναλισκοµένοις ὑπὸ τούτω ν πολυγονίαν, σω τηρίαν τῷ γένει πορίζω ν. ἅτε δὴ οὖν οὐ πάνυ τι σοφὸς ὢν ὁ Ἐπιµηθεὺς ἔλαθεν αὑτὸν καταναλώσας τὰς δυνάµεις εἰς τὰ ἄλογα· λοιπὸν δὴ ἀκόσµητον ἔτι αὐτῷ ἦν τὸ ἀνθρώπω ν γένος, καὶ ἠπόρει ὅτι χρήσαιτο. ἀποροῦντι δὲ αὐτῷ ἔρχεται Προµηθεὺς

Pues érase una vez un tiempo cuando, por una parte, existían dioses, por otra, no había raza de mortales; y, después que les llegó también a ellos el tiempo decretado por el destino para su nacimiento, los dioses los modelan de las entrañas de la tierra, mezclando tierra y fuego y de cuanto puede fundirse con fuego y tierra; y, después que estaban a punto de llevarlos hacia la luz, ordenaron a Prometeo y a Epimeteo poner orden y distribuir las capacidades cada uno como es conveniente. Y Epimeteo mismo le pide a Prometeo hacer la distribución, “Mientras yo hago el reparto – dijo- presta atención” y así, una vez que lo convence, reparte. Y al hacer la distribución, a unos concedía fortaleza sin rapidez, a los más carentes de fuerzas los dotaba de velocidad, a otros les daba armas, a los que carecían de armas, dotándolos de alguna otra cualidad les procuraba posibilidad de salvación. y a unos les otorgaba una escasa prole, pero a otros, al ser devorados por aquéllos, (les otorgaba) numerosa descendencia, procurando la salvación para la especie; por consiguiente, Epimeteo que, como es sabido, en modo alguno era sabio, se olvidó de él (de la persona) al gastar las capacidades entre los seres irracionales, por tanto tenía al resto (de los otros seres), a la raza de las personas, aún sin ordenar y carecía de lo que

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ἐπισκεψόμενος τὴν νομήν, καὶ ὁρᾷ τὰ μὲν ἄλλα ζῷα ἐμμελῶς πάντων ἔχοντα, τὸν δὲ ἄνθρωπον γυμνόν τε καὶ ἀνυπόδητον καὶ ἄστρωτον καὶ ἄοπλον· ἤδη δὲ καὶ ἡ εἱμαρμένη ἡμέρα παρῆν, ἐν ᾗ ἔδει καὶ ἄνθρωπον ἐξιέναι ἐκ γῆς εἰς φῶς. ἀπορίᾳ οὖν σχόμενος ὁ Προμηθεὺς ἥντινα σωτηρίαν τῷ ἀνθρώπῳ εὕροι, κλέπτει Ἡφαίστου καὶ Ἀθηνᾶς τὴν ἔντεχνον σοφίαν σὺν πυρί ἀμήχανον γὰρ ἦν ἄνευ πυρὸς αὐτὴν κτητήν τῳ ἢ χρησίμην γενέσθαι καὶ οὕτω δὴ δωρεῖται ἀνθρώπῳ.

El Eros platónico. Πατρὸς δέ, ἦν δʹ ἐγώ, τίνος ἐστὶ καὶ μητρός; Μακρότερον μέν, ἔφη, διηγήσασθαι· ὅμως δέ σοι ἐρῶ. ὅτε γὰρ ἐγένετο ἡ Ἀφροδίτη, ἡστιῶντο οἱ θεοὶ οἵ τε ἄλλοι καὶ ὁ τῆς Μήτιδος ὑὸς Πόρος. ἐπειδὴ δὲ ἐδείπνησαν, προσαιτήσουσα οἷον δὴ εὐωχίας οὔσης ἀφίκετο ἡ Πενία, καὶ ἦν περὶ τὰς θύρας. ὁ οὖν Πόρος μεθυσθεὶς τοῦ νέκταρος –οἶνος γὰρ οὔπω ἦν– εἰς τὸν τοῦ Διὸς κῆπον εἰσελθὼν βεβαρημένος ηὗδεν. ἡ οὖν Πενία ἐπιβουλεύουσα διὰ τὴν αὑτῆς ἀπορίαν παιδίον ποιήσασθαι ἐκ τοῦ Πόρου, κατακλίνεταί τε παρʹ αὐτῷ καὶ ἐκύησε τὸν Ἔρωτα. διὸ δὴ καὶ τῆς Ἀφροδίτης ἀκόλουθος καὶ θεράπων γέγονεν ὁ Ἔρως, γεννηθεὶς ἐν τοῖς ἐκείνης γενεθλίοις, καὶ ἅμα φύσει ἐραστὴς ὢν περὶ τὸ καλὸν καὶ τῆς Ἀφροδίτης καλῆς οὔσης. ἅτε οὖν Πόρου καὶ Πενίας ὑὸς ὢν ὁἜρως ἐν τοιαύτῃ τύχῃ καθέστηκεν. πρῶτον μὲν πένης ἀεί ἐστι, καὶ πολλοῦ δεῖ ἁπαλός τε καὶ καλός, οἷον οἱ πολλοὶ οἴονται, ἀλλὰ σκληρὸς καὶ αὐχμηρὸς καὶ ἀνυπόδητος καὶ ἄοικος, χαμαιπετὴς ἀεὶ ὢν καὶ ἄστρωτος, ἐπὶ θύραις καὶ ἐν ὁδοῖς ὑπαίθριος κοιμώμενος, τὴν τῆς μητρὸς φύσιν ἔχων, ἀεὶ ἐνδείᾳ σύνοικος. κατὰ δὲ αὖ τὸν πατέρα ἐπίβουλός ἐστι τοῖς καλοῖς καὶ τοῖς ἀγαθοῖς, ἀνδρεῖος ὢν καὶ ἴτης καὶ σύντονος, θηρευτὴς δεινός, ἀεί τινας πλέκων μηχανάς, καὶ φρονήσεως ἐπιθυμητὴς καὶ πόριμος, φιλοσοφῶν διὰ παντὸς τοῦ βίου, δεινὸς γόης καὶ φαρμακεὺς καὶ σοφιστής· καὶ οὔτε ὡς ἀθάνατος πέφυκεν οὔτε ὡς θνητός, ἀλλὰ τοτὲ μὲν τῆς αὐτῆς ἡμέρας θάλλει τε καὶ ζῇ, ὅταν εὐπορήσῃ, τοτὲ δὲ ἀποθνῄσκει, πάλιν δὲ ἀναβιώσκεται διὰ τὴν τοῦ πατρὸς φύσιν, τὸ δὲ ποριζόμενον ἀεὶ ὑπεκρεῖ, ὥστε οὔτε ἀπορεῖ Ἔρως ποτὲ οὔτε πλουτεῖ, σοφίας τε αὖ καὶ ἀμαθίας ἐν μέσῳ ἐστίν. ἔχει γὰρ ὧδε.

necesitaba; y Prometeo se acerca a él, que estaba hecho un mar de dudas, para supervisar el reparto y observa, por una parte, a los otros seres vivos provistos de todo armoniosamente, pero a la persona desnuda, descalza y sin ropas para el lecho y sin armas; y ya estaba además próximo el día decretado por el destino en el que también la persona saliera de la tierra a la luz, hallándose Prometeo, pues, en el apuro de cuál salvación encontraría para la persona, roba la sabiduría artística de Hefesto y Atenea junto con el fuego, pues era imposible, sin el fuego, que aquella fuera accesible o útil para él y, de esta manera, la regala entonces a las personas. Y ¿de qué padre es –dije yo- y de qué madre? Realmente es larguísimo de contar, pero, no obstante, te lo referiré: Pues cuando nació Afrodita los dioses estaban invitados y, entre otros, Poros, el hijo de Metis; y, después que terminaron el banquete, llegó Penía, mendigando, como es natural de un banquete, y estaba alrededor de las puertas; entonces Poros, embriagado por el néctar –pues aún no existía el vino- penetrando en el jardín de Zeus presa de la pesadez se dormía; así pues Penia, queriendo, por su indigencia, tener un hijo de Poros se acuesta junto a él y dio a luz a Eros, por esa razón, precisamente, también Eros ha llegado a ser acompañante incondicional (=acólito) y servidor de Afrodita, lo bello, puesto que también lo es Afrodita; de esta manera Eros, como hijo que es de Poros y de Penía, participa de una naturaleza tal: por una parte, en primer lugar, siempre es pobre y, delicado y bello, tiene necesidad de mucho, como muchos desean, pero duro y seco y descalzo y sin hogar, estando siempre en el suelo como lecho y sin cama, durmiendo al raso en las puertas y caminos, por tener la naturaleza de su madre, siempre compañero inseparable de la necesidad; por otra, por el contrario, conforme a la de su padre, es acechador para los bellos y los buenos, siendo valiente y audaz y vehemente, cazador temible, siempre urdiendo algunas maquinaciones, amante de la sabiduría y hábil en recursos, filosofando durante toda la vida, temible charlatán, preparador de venenos y experto en saberes; y así no ha sido dotado de una naturaleza inmortal ni tampoco mortal, sino que, unas veces florece y sale a la vida en un mismo día, cuando está en la abundancia, pero otras veces cae muerto y, de nuevo, resucita gracias a la naturaleza de su padre, y lo que consigue siempre corre poco a poco, de manera que Eros nunca es pobre ni se enriquece, y, por el contrario esta en medio de la sabiduría y de la ignorancia, pues es así.

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- Esopo. La zorra y la máscara de tragedia ἀλώπηξ εἰς οἰκίαν ἐλθοῦσα ὑποκριτοῦ καὶ ἕκαστα τῶν αὐτοῦ σκευῶν διερευνωμένη εὗρε καὶ κεφαλὴν μορμολυκίου εὐφυῶς κατεσκευασμένην, ἣν καὶ ἀναλαβοῦσα ταῖς χερσὶν ἔφη “ὦ οἵα κεφαλή, καὶ ἐγκέφαλον οὐκ ἔχει.” ὁ μῦθος πρὸς ἄνδρας μεγαλοπρεπεῖς μὲν τῷ σώματι, κατὰ δὲ ψυχὴν ἀλογίστους. La zorra y las uvas ἀλώπηξ λιμώττουσα ὡς ἐθεάσατο ἀπό τινος ἀναδενδράδος βότρυας κρεμαμένους, ἠβουλήθη αὐτῶν περιγενέσθαι καὶ οὐκ ἠδύνατο. ἀπαλλαττομένη δὲ πρὸς ἑαυτὴν εἶπεν· “ὄμφακές εἰσιν.” οὕτω καὶ τῶν ἀνθρώπων ἔνιοι τῶν πραγμάτων ἐφικέσθαι μὴ δυνάμενοι δι' ἀσθένειαν τοὺς καιροὺς αἰτιῶνται.

Una zorra, después de entrar en la casa de un actor y examinar cada una de sus cosas, encontró también una máscara de tragedia bellamente arreglada; tomándola entre sus manos dijo: "¡oh, qué cabeza, y sin embargo no tiene cerebro!" La fábula [se ajusta] a los hombres magníficos en cuanto al cuerpo, pero faltos de razón en su mente. Una zorra que tenia hambre, cuando contempló unos racimos colgados de una parra, quiso apoderarse de ellos y no pudo. Alejándose se dijo: "Las uvas están verdes". Así también algunos de los hombres que no pueden alcanzar sus metas a causa de su debilidad, culpan a las circunstancias.

- Plutarco. Arístides Γραφομένων οὖν τότε τῶν ὀστράκων, λέγεταί τινα τῶν ἀγραμμάτων καὶ παντελῶς ἀγροίκων ἀναδόντα τῷ Ἀριστείδῃ τὸ ὄστρακον ὡς ἑνὶ τῶν τυχόντων παρακαλεῖν, ὅπως Ἀριστείδην ἐγγράψειε. τοῦ δὲ θαυμάσαντος καὶ πυθομένου μή τι κακὸν αὐτὸν Ἀριστείδης πεποίηκεν,’οὐδέν’ εἰπεῖν, ‘οὐδὲ γινώσκω τὸν ἄνθρωπον, ἀλλ' ἐνοχλοῦμαι πανταχοῦ τὸν Δίκαιον ἀκούων’. ταῦτ' ἀκούσαντα τὸν Ἀριστείδην ἀποκρίνασθαι μὲν οὐδέν, ἐγγράψαι δὲ τοὔνομα τῷ ὀστράκῳ καὶ ἀποδοῦναι. τῆς δὲ πόλεως ἀπαλλαττόμενος ἤδη, τὰς χεῖρας ἀνατείνας πρὸς τὸν οὐρανὸν ηὔξατο τὴν ἐναντίαν ὡς ἔοικεν εὐχὴν τῷ Ἀχιλλεῖ, μηδένα καιρὸν Ἀθηναίους καταλαβεῖν ὃς ἀναγκάσει τὸν δῆμον Ἀριστείδου μνησθῆναι. Demetrio. Δημήτριος ὁ Φαληρεὺς Πτολεμαίῳ τῷ βασιλεῖ παρῄνει τὰ περὶ βασιλείας καὶ ἡγεμονίας βιβλία κτᾶσθαι καὶ ἀναγινώσκειν· ‘ἃ γὰρ οἱ φίλοι τοῖς βασιλεῦσιν οὐ θαρροῦσι παραινεῖν, ταῦτα ἐν τοῖς βιβλίοις γέγραπται.

Así pues, mientras se escribían los votos de cerámica, se dice que un tipo de entre los analfabetos y enteramente incultos, tras entregarle a Arístides su cerámica como a uno cualquiera, le pidió que escribiera “Arístides”. Al sorprenderse éste y preguntarle si Arístides le había hecho algún mal, le respondió: “ninguno, ni siquiera conozco al individuo, pero estoy harto de oírle llamar en todas partes “el justo”.. Se dice que Arístides, tras escuchar estas palabras, no respondió nada, grabó su nombre en la cerámica y se la devolvió. En el momento en que se alejaba de la ciudad, alzando las manos al cielo hizo la suplica, según parece, contraria a Aquiles: que no sobreviniera a los atenienses ninguna coyuntura que obligara al pueblo a acordarse de Arístides. Demetrio de Falero aconsejaba al rey Ptolomeo adquirir y leer los libros acerca de la monarquía y el gobierno, pues lo que los amigos no se atreven a aconsejar a los reyes, eso está escrito en los libros.

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- Lisias. Las amazonas. Ἀμαζόνες γὰρ Ἄρεως μὲν τὸ παλαιὸν ἦσαν θυγατέρες, οἰκοῦσαι [δὲ] παρὰ τὸν Θερμώδοντα ποταμόν, μόναι μὲν ὡπλισμέναι σιδήρῳ τῶν περὶ αὐτάς, πρῶται δὲ τῶν πάντων ἐφ' ἵππους ἀναβᾶσαι, οἷς ἀνελπίστως δι' ἀπειρίαν τῶν ἐναντίων ᾕρουν μὲν τοὺς φεύγοντας, ἀπέλειπον δὲ τοὺς διώκοντας· ἐνομίζοντο δὲ διὰ τὴν εὐψυχίαν μᾶλλον ἄνδρες ἢ διὰ τὴν φύσιν γυναῖκες· πλέον γὰρ ἐδόκουν τῶν ἀνδρῶν ταῖς ψυχαῖς διαφέρειν ἢ ταῖς ἰδέαις ἐλλείπειν. ἄρχουσαι δὲ πολλῶν ἐθνῶν, καὶ ἔργῳ μὲν τοὺς περὶ αὐτὰς καταδεδουλωμέναι, λόγῳ δὲ περὶ τῆσδε τῆς χώρας ἀκούουσαι κλέος μέγα, πολλῆς δόξης καὶ μεγάλης ἐλπίδος χάριν παραλαβοῦσαι τὰ μαχιμώτατα τῶν ἐθνῶν ἐστράτευσαν ἐπὶ τήνδε τὴν πόλιν. τυχοῦσαι δ' ἀγαθῶν ἀνδρῶν ὁμοίας ἐκτήσαντο τὰς ψυχὰς τῇ φύσει, καὶ ἐναντίαν τὴν δόξαν τῆς προτέρας λαβοῦσαι μᾶλλον ἐκ τῶν κινδύνων ἢ ἐκ τῶν σωμάτων ἔδοξαν εἶναι γυναῖκες. μόναις δ' αὐταῖς οὐκ ἐξεγένετο ἐκ τῶν ἡμαρτημένων μαθούσαις περὶ τῶν λοιπῶν ἄμεινον βουλεύσασθαι, οὐδ' οἴκαδε ἀπελθούσαις ἀπαγγεῖλαι τήν τε σφετέραν αὐτῶν δυστυχίαν καὶ τὴν τῶν ἡμετέρων προγόνων ἀρετήν· αὐτοῦ γὰρ ἀποθανοῦσαι, καὶ δοῦσαι δίκην τῆς ἀνοίας, τῆσδε μὲν τῆς πόλεως διὰ τὴν ἀρετὴν ἀθάνατον μνήμην ἐποίησαν, τὴν δὲ ἑαυτῶν πατρίδα διὰ τὴν ἐνθάδε συμφορὰν ἀνώνυμον κατέστησαν. ἐκεῖναι μὲν οὖν τῆς ἀλλοτρίας ἀδίκως ἐπιθυμήσασαι τὴν ἑαυτῶν δικαίως ἀπώλεσαν.

Pues las Amazonas en el tiempo antiguo fueron hijas de Ares, que vivían junto al río Termodonte y fueron las únicas armadas con hierro de cuantos vivían a su alrededor, y las primeras en montar a caballo, con los que inesperadamente, por el desconocimiento de los contrarios, atrapaban a los que huían y dejaban atrás a los que [las] perseguían. Eran consideradas, por su presencia de ánimo, más bien hombres que mujeres por naturaleza. Pues más parecían superar en las almas a los hombres que ser deficientes en aspecto. Dominando a muchos pueblos, y de hecho habiendo ya sometido a los de su alrededor, al haber oído de palabra la gran gloria sobre este país, por causa de mucha reputación y una gran esperanza, tomando a los más belicosos de los pueblos una campaña contra esta ciudad. Al caerles en suerte valerosos hombres, hicieron sus almas iguales a su naturaleza, y recibiendo una fama contraria a la anterior, más por los peligros que por los cuerpos mostraron ser mujeres. A ellas solas no les aconteció, aprendiendo de los errores, decidir mejor sobre lo restante, ni regresando a casa anunciar la propia desgracia de ellas mismas y la virtud de nuestros antepasados. Pues muriendo aquí, y pagando la pena por su insensatez, hicieron inmortal la memoria de esta ciudad por la virtud, y a su patria establecieron anónima por la desgracia de aquí. Ellas, en efecto, anhelando injustamente la (patria) ajena, destruyeron la suya justamente.

- Partenio de Nicea. Sobre Dafne. 1. Περὶ δὲ τῆς Ἀμύκλα θυγατρὸς τάδε λέγεται Δάφνης· αὕτη τὸ μὲν ἅπαν εἰς πόλιν οὐ κατῄει, οὐδ᾽ ἀνεμίσγετο ταῖς λοιπαῖς παρθένοις· παρασκευασαμένη κύνας ἐθήρυεν ἔστιν ὅτε καὶ ἐν τῇ Λακωνικῇ καὶ ἐπιφοιτῶσα εἰς τὰ λοιπὰ τῆς Πελοποννήσου ὄρη· δι᾽ ἣν αἰτίαν μάλα καταθύμιος ἦν Ἀρτέμιδι, καὶ αὐτὴν εὔστοχα βάλλειν ἐποίει. 2. ταύτης περὶ τὴν Ἠλιδίαν ἀλωμένης Λεύκιππος Οἰνομάου παῖς εἰς ἐπιθυμίαν ἦλθε, καὶ τὸ μὲν ἄλλως πως αὐτῆς πειράσθαι ἀπέγνω, ἀμφιεσάμενος δὲ γυναικείαις ἀμπεχόναις καὶ ὁμοιωθεὶς κόρῃ συνεθήρα αὐτῃ. ἔτυχε δὲ πως αὐτῇ κατὰ νοῦν γενομένος, οὐ μεθίει τε αὐτὸν ἀμφιπεσοῦσά τε καὶ ἐξηρτημένη πᾶσαν ὥραν. 3. Ἀπόλλων δὲ καὶ αὐτὸς τῆς παιδὸς πόθῳ καιόμενος, ὀργῇ τε καὶ φθόνῳ εἴχετο τοῦ Λευκίππου συνόντος, καὶ ἐπὶ νοῦν αὐτῇ βάλλει σὺν ταῖς λοιπαῖς παρθένοις ἐπὶ κρήνην ἐλθούσαις λούεσθαι. ἔνθα δὴ ὡς ἀφινόμεναι

1. Sobre la hija de Amiclas, Dafne, se cuenta esto: ella en absoluto iba a la ciudad, ni se mezclaba con las demás doncellas; tras disponer a los perros, iba de caza, hay veces que en Laconia y también frecuentando los demás montes del Peloponeso. Por este motivo era muy querida para Artemis y la hacía disparar con buena puntería. 2. Vagando ella por la Elide, Leucipo, hijo de Enomao, se enamoró de ella y renunció a seducirla de otra manera: tras vestirse con ropas femeninas y asemejándose a una muchacha, cazaba en su compañía. Casualmente llegó a conseguir su atención y no lo dejaba ir, abrazándolo y estando colgada de él en todo momento. 3. Pero Apolo, que también ardía por el deseo por la joven, era dominado por la rabia y la envidia al estar Leucipo en su compañía e infunde en la mente de ella el bañarse con las demás doncellas que habían ido a una fuente. Cuando, tras llegar allí entonces, comenzaron a desnudarse y veían que Leucipo no

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ἀπεδιδύσκοντο καὶ ἑώρων τὸν Λευκκίπον μὴ βουλόμενον, περιέρρηξαν αὐτόν· μαθοῦσαι δὲ τὴν ἀπάτην καὶ ὡς ἐπεβούλευεν αὐταῖς, πᾶσαι μεθίεσαν εἰς αὐτὸν τὰς αἰχμάς. 4. καὶ ὁ μὲν δὴ κατὰ θεῶν βούλησιν ἀφανὴς γίνεται· Ἀπόλλωνα δὲ Δάφνη ἐπ᾽ αὐτὴν ἰόντα προϊδομένη, μάλα ἐρρωμένος ἔφευγεν. ὡς δὲ συνεδιώκετο, παρὰ Διὸς αἰτεῖται ἐξ ἀνθρώπων ἀπαλλαγῆναι· καὶ αὐτὴν φασι γενέσθαι τὸ δένδρον τὸ ἐπικληθεν ἀπ᾽ ἐκείνης δάφνην.

quería, se los arrancaron. Al comprender el engaño y que se las injuriaba, todas dirigieron contra él sus venablos. 4. Y mientras que él desapareció entonces por decisión de los dioses, Dafne, al percatarse de que Apolo iba en su busca, huía con rapidez, pero como era perseguida, suplica a Zeus que sea alejada de los seres humanos y cuentan que fue transformada en el árbol que a partir de ella se llama laurel.

- Paléfato. Sobre Acteón. 1. φασὶν Ἀκταίωνα ὑπὸ τῶν ἰδίων κυνῶν καταβρωθῆναι. τοῦτο δὲ ψευδές· κύων γὰρ δεσπότην καὶ τροφέα μάλιστα φιλεῖ, ἄλλως τε καὶ αἱ θηρευτικαὶ πάντας ἀνθρώπους σαίνουσιν. ἔνιοι δέ φασιν ὡς Ἄρτεμις μὲν εἰς ἔλαφον μετέβαλεν αὐτόν, ἔλαφον δὲ ἀνεῖλον αἱ κύνες.. 2. ἐμοὶ δὲ δοκεῖ Ἄρτεμιν μὲν δύνασθαι ὅ τι θέλοι ποιῆσαι· οὐ μέντοι ἐστὶν ἀληθὲς ἔλαφον ἐξ ἀνδρὸς ἢ ἐξ ἐλάφου ἄνδρα γενέσθαι· τοὺς δὲ μύθους τούτους συνέθεσαν οἱ ποιηταί, ἵνα οἱ ἀκοώμενοι μὴ ὑβρίζοιεν εἰς τὸ θεῖον. τὸ δὲ ἀλησὲς ἔχει ὧδε. 3. Ἀκταίων ἦν ἁνὴρ τὸ γένος Ἀρκάς, φιλοκύνηγος. οὑτος ἔτρεφεν ἀεὶ κύνας πολλὰς καὶ ἐθήρευεν ἐν τοῖς ὄρεσιν, τῶν δὲ αὑτοῦ πραγμάτων ἠμέλει. οἱ δὲ τότε ἄνθρωποι αὐτουργοὶ πάντες ἦσαν οἰκέτας τε οὐκ εἶχον, ἀλλ᾽ ἑαυτοῖς ἐγεώργουν, καὶ οὑτος ἦν πλουσιώτατος, ὅς αὐτὸς ἐγεώργει καὶ ἐργατικώτατος ὑπῆρχε. 4. τῷ οὖν Ἀκταίωνι ἀμελοῦντι τῶν οἰκείων, μᾶλλον δὲ κυνηγετοῦντι, διεφθάρη ὁ βίος. ὅτε δὲ οὐκέτι αἶχεν οὐδέν, ἔλεγον οἱ ἄνθρωποι "δείλαιος Ἀκταίων, ὃς ὑπὸ τῶν ἰδίων κυνῶν κατεβρώθη", ὥσπερ καὶ νυν ἐάν τις πορνοβοσκῶν ἀτυχήσῃ, λέγειν εἰώθαμεν "ὑπὸ τῶν πορνῶν κατεβρώθη". τοιοῦτον δή τι καὶ τὸ περὶ τὸν Ἀκταίωνα γέγονεν. Sobre las yeguas de Diomedes. 1. Περὶ τῶν Διομήδους ἵππων φασὶν ὅτι ἀνδροφάγοι ἦσαν, γελοίως· τὸ γὰρ ζῷον τοῦτο μᾶλλον χόρτῳ καὶ κριθῇ ἥδεται ἢ ἀνθρωπίνοις. τὸ δ᾽ ἀληθὲς ὧδε ἔχει. 2. τῶν παλαιῶν ἀνθρώπων ὄντων αὐτουργῶν, καὶ τὴν τροφὴν καὶ τὴν περιουσίαν οὕτως κτωμένων, ἅτε τὴν γῆν ἐργαζομένων, ἱπποτροφεῖν τις ἐπελάβετο, καὶ μέχρι τούτου ἵπποις ἥδετο, ἕως οὗ τὰ αὑτοῦ ἀπώλεσε καὶ πάντα πωλῶν κατανάλωσεν εἰς τὴν τῶν ἵππων τροφήν. οἱ οὖν φίλοι ἀνδροφάγους τοὺς ἵππους ὠνόμασαν. ὧν γενομένων προήχθη ὁ μῦθος.

1. Cuentan que Acteón fue devorado por sus propias perras. Esto es mentira, pues un perro ama mucho a su amo y criador y sobre todo las perras de caza mueven la cola a todos los hombres. Unos cuentan que Ártemis lo transformó en ciervo y las perras mataron al ciervo. 2. A mí me parece que Ártemis puede hacer lo que quiera, pero ciertamente no es verdad que se pueda ser de ciervo hombre u hombre a partir de ciervo. Estos mitos los compusieron los poetas para que los que los escuchen no deshonren a la divinidad. La verdad es así. 3. Acteón era un hombre de origen arcadio, amante de la caza. Éste criaba siempre muchas perras y cazaba en los montes, pero descuidaba sus propios asuntos. Por entonces los hombres eran todos cultivadores de los suyo y no tenían servidumbre, sino que trabajaban la tierra para sí mismo y, quien trabajaba la tierra y se mostraba más trabajador, éste era el más rico. 4. Así pues, la vida se le pasó a Acteón descuidando sus bienes y cazando más bien. Cuando ya no tenía nada, los hombres decían: “pobre Acteón, que ha sido devorado por sus propios perros”, de igual modo que también hoy, si alguno que mantiene prostitutas no tiene suerte, solemos decir: “ha sido devorado por las prostitutas”. En efecto, algo así ha sucedido con Acteón.

1. Sobre las yeguas de Diomedes cuentan irrisoriamente que eran antropófagas, pues este animal disfruta más con el forraje y el grano que con la carne humana. La verdad es ésta. 2. Siendo los humanos antiguos cultivadores de su tierra y obteniendo así la comida y el sustento, porque labraban la tierra, uno se dedicó a criar caballos y hasta tanto disfrutaba con los caballos que arruinó sus bienes y, vendiéndolo todo, lo gastó para la crianza de las yeguas. Así pues, sus amigos llamaron antropófagas a las yeguas. De estos hechos se produjo el mito.

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