Grafton, Anthony - Los Origenes Tragicos de La Erudicion

April 26, 2018 | Author: Erick | Category: Historiography, Germany, Origen, Science, Bible
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Anthony Grafton

Los orígenes trágicos de la erudición*

*Breve tratado sobre la nota al pie de página

Traducido del inglés por Daniel Zadunaisky

ANTHONY GRAFTON

Los orígenes trágicos de la erudición

Fondo

de

C ultura Económica

M éxico - Argentina - Brasil - C olombia - C hile - España Estados U nidos de América - Perú - Venezuela

Primera edición en inglés, 1998 Primera edición en español, 1998

Voltairc dans son cabinet de travail, detalle pintura siglo XVIII. Museo Carnavalet, París.

'l apa:

Título original: Tragic Origine ofthe Germán Footnote (Les origines trngiqucs de l'irudition) © 1998, Éditions du Seuil

Colección La Librairie du XXéme. iiécle; dirigida por Maurice Olender D.R. ©

1998, F o n d o

du

C u l t u r a E c o n ó m ic a

du a r g e n t in a ,

El Salvador 5665; 1414 Buenos Aires Av. Picacho Ajusco 227; Col. Bosques del Pedregal; 14200 México D.F.

ISBN: 950-557-260-3 Im p r e so

en

A r g e n t in a

Hecho el depósito que previene la ley 11.723

S.

A.

PREFACIO

Muchos libros se refieren a hechos secundarios de la historia: relatan anécdotas marginales, reconstruyen batallas sin importancia o describen a individuos raros. Pero hasta donde se sabe, nadie ha escrito un libro sobre la historia de las notas al pie de página que relatan esos hechos marginales en los tratados históricos modernos. Sin embargo, las notas al pie son importantes para los historiadores. En las ciencias humanas, tienen una función más o menos similar a la que cumplen los informes sobre datos en las ciencias: constituyen el sustento empírico de los suce­ sos relatados y los argumentos expuestos. Sin ellas, una tesis histórica puede ser objeto de admiración o rechazo, pero no se la puede verificar ni refutar. Como recurso profesional e intelectual básico, merecen la misma atención que los historiadores de la ciencia dedican desde hace mucho tiempo a los cuadernos de apuntes de laboratorio y los artículos científicos. Las historias de la historiografía y los manuales para redactores de tesis históricas contienen pasajes acerca de la naturaleza y los orígenes de la nota al pie. Estos abundan sobre todo en las polémicas sobre los buenos tiempos de antaño, cuando los historiadores eran hombres de verdad y las notas eran notas. Suelen sugerir que en cierta época -gene­ ralmente el siglo XIX- y lugar -las universidades alemanas antes de la Primera Guerra Mundial—las notas conocieron una edad dorada de en­ jundia y precisión. Con todo, esos pasajes rara vez se basan en investi­ gaciones profundas y en general tratan de apoyar o refutar los métodos de tal o cual escuela en lugar de reconstruir sus orígenes y desarrollo. Además, los escasos estudios que existen reflejan lógicamente la forma­ ción y el punto de vista especializados de sus autores. Distintos autores han situado el nacimiento de la nota al pie en los siglos XII, XVII, XVIII y XIX, nunca sin fundamentos, pero generalmente sin prestar atención a otros aspectos de esta historia. Uno de los objetos del presente ensayo 7

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es sencillamente reunir estos hilos desparramados de la investigación. Otro, más importante, es demostrar que juntos constituyen una histo­ ria tan inesperadamente rica en interés humano e intelectual como mu­ chos episodios más célebres de la historia del pensamiento. La nota al pie no es tan uniforme ni fiable como creen muchos historiadores. Pero es la creación de un grupo abigarrado y talentoso, que incluye a filóso­ fos además de historiadores. Su desarrollo tomó mucho tiempo y siguió un camino zarandeado. Y su historia arroja nueva luz sobre los muchos rincones oscuros de la historia no escrita de la investigación histórica.

RECONOCIMIENTO

Este tema empezó a interesarme siendo estudiante, cuando leí partes i'AS AL CAPÍTULO I 1. Véase, en general, G. W. Bowersock, “ I he Air oí me hootnoíc'*, en: , í¡¡icrican Schohir, 53, 1983-1984, pp. 54-62. Sobre ei contexto más ampíio, véa­ se ei notable estudio anterior de M. Bcrnays, “Zur Lcl.re vou dea Cataten und Noten”, en: Scbriften zur Kririk und /átteraturgesclnchle, IV, Berlín, 1899, pp. .155-347, en particular pp. 302-322. 2. E. Gibbon, The History oftbe Decline und rail oftbe Román Empine, cap. 4, editado por D. B. Wormsley, Londres, 1994, I, pp. 108-109. [Hay trad. españo­ la: Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano, Ily.spamerica Ediciones Argentina, 2a cd., 1988.] 3 . ibíd., cap. 4, ñora 4, p. 109. 4. Ibíd., cap. 16, l, p. 473. 5- Ibíd., cap. 15, ñora 81, p. 474. 6. Ibíd., p. 480. 7. Ibíd., cap. 15, ñora 96. Véase un análisis crítico recienre sobre la historia de la autocastración de Orígenes en P. Brown, The Body and Society, Nueva York, 1988, p. 168 y nota 44. 8. Este punto está bien explicado por Bcrnays. Para estudios más recientes sobre temas afines, véanse E. Paimeri, “The Satiric Foofnotes oí Swift and Gibbon”, en: The Eighteemb Centwy, 31, 1990, pp. 245-262, y P. W. Cosgrove, “Undermining the Pootnote: Edwarc! Gibbon, Alexander Pope and the Antí-Authenticating Eoornote’, en: Annotation and its Tcxts, editado por S. Barney, Oxford, 1991, pp. 130-151. 9. Dos historias clínicas útiles en este sentido son las de J. D. Garrison, “Gibbon and the ‘Troacherous Language of Panegyrics’”, en: Eighteenth Centíiry Studies, 11, 1977-1978, pp. 40-62; y J. D. Garrison, “Livcly and Laboríos: ( iharacterization in Gibbon’s Metahistory”, en: Modera Philolngy, 76, 19781979, pp. 163-178. 10. Gibbon, E., ob. cit., cap. 15, nota 32; 1, p. 458. 11. Ibíd., cap. 15, nota 9, p. 449. 12. Véase, por ejemplo, nota 98, cap. 70, en la que Gibbon reseña y evalúa 135

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con toda destreza la obra del infatigable historiador y compilador de textos Ludovico Antonio Muratori, “mi guia y maestro en la historia de Italia”. “En to­ das sus obras -comenta Gibbon- Muratori demuestra ser un autor diligente y trabajador, que aspira a superar los prejuicios del sacerdote católico” (Muratori hubiera respondido que escribir la historia con precisión era uno de los deberes del buen sacerdote...); editado por Womersley, III, p. 106). 13. “Advertisemenr”, I, 5 (este texto aparece por primera vez, bajo el mismo título, en el verso del semitítulo a las notas al final de la primera edición del to­ mo 1 de Decadencia y caída, Londres, 1776). 14. La frase lehrreicbe Fiille es de Jacob, citada con aprobación por Michael Bernays (p. 305, nota 34). La relación entre ambos es digna de ser estudiada. Jacob lloró la muerte de su hermano cuando éste se convirtió al cristianismo; pero en su estudio genealógico de las ediciones de Goethe, Michael emuló el análisis de Jacob de la tradición manuscrita de Lucrecio. Sobre Jacob, véase A. Momigliano, “Jacob Bernays” , Quinto contributo alia storia degli studi dassici e del mondo tíntico Roma, 1975, pp. 127-158; acerca de su trabajo sobre Lucre­ cio, S. Timpanaro, La genesi del método del Lachmann, 2a ed., Padua, 1985- So­ bre Michael Bernays, véanse W. Rehm, Epate Studien, Berna y Munich, 1964, pp. 359-458, y H. Weigel, S u r utas du nie gcsehn unrd ewig dauern, Friburgo, 1989. Hasta donde sé, el tercer hermano, Bcrman, suegro de Freud, no emitió opinión alguna sobre las notas al pie de Gibbon. 15. Véase, por ejemplo, E. Faber c I. Geiss, Arbeitsbuch zum Geschicbtsstudium, 2“ cd., Heidelberg y Wiesbadcn, 1922. 16. Véanse A, Corbin, Le miasme et la jonquille, París, 19S2; L. Chevalier, Classes laboriatses et classes dangereuses d París fendant la premiere moitié du XÍXe. siecle, París, 1984. [Hay trad. española: Elperfiim e o el miasma: el olfato o lo imaginario social, s. XVIIIy XIX, México, Fondo de Cultura Económica, 1987.] 17. P. Sharratt, “Nicolaus Nancclius, Petri Rami Vita, edited with an English translación", Humanística Lovaniensia, 24, 1975, pp. 238-239. 18. Cf- V. Ladcnrhin, “Geheime Zeichen und Botschaften”, Siiddeutscbe Zeitung, 8/9 de octubre de 1994. 19. Cf. Bruce Lincoln, Antbority, Chicago y Londres, 1994. 20. Véase un análisis elegante (y satírico) de estas prácticas de la jurispru­ dencia alemana en P. Riess, Vorstudien zu einer Theorie der Fussnote, Berlín y Nueva York, 1983-1984, por ejemplo, p. 3: “ Der Fussnote ist (oder gibt vor, es zu sein), Triiger wissenschaftlichen Information...” [“La nota al pie es (o se ha­ ce pasar por) portadora de información científica...”] La nota 5 (una de las tres que remiten a esta frase) dice sobre la palabra information: “Oder auch nicht...” [“O no...”] Véanse también pp. 20-21 y U. Holbein, Samthase und Odradek, Francfort, 1990, pp. 18-23.

,

NOTAS

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21. Sobre el programa de Acton, véanse The Varieties ofHistory, editado por !•'. Stern, 2» ed., Londres, 1970, p. 249, y el comentario de H. Butterfield, M an on his Past, Boston, 1960. 22. Véase, por ejemplo, W. Ulbricht, “ Die Novcmberrevolution und der narionale Kampf gegen den deutschen Imperialismus”, en: Bcitrdge zur Geschichte der deittschen Arbeiterbewegung, 1, 1959, pp. 8-25 en particular 17-18. El “Vorwort”, 7, también subraya que la revista publicaría “unveróffentlichte, fiir die Forschung wie fiir die Propagandaarbeit weitvolle Dokuinentc und Materialien” (“documentos y materiales inéditos valiosos, tanto para la investigación como para el trabajo de propaganda”], y en efecto lo hizo bajo el título de “ Dokumente und Materialien”. 23. Véanse, en general, 13. Cronin, The Citation Process, Londres, 1984, con una bibliografía exhaustiva. 24. Véase Fieldnotes: The Mnking o f Anthropology, editado por R. Saniak, Irhaca, Nueva York, 1990, y R. M. Emerson, R. I. Fretz y L. L. Shaw, Writing Ethnographic Fieldnotes, Chicago y Londres, 1995. 25. Véase un análisis precursor de estos problemas en L. Stonc, The Past and the Present Revisited, Londres, 1987, pp. 33-37. [Hay trad. española: E l p a­ sado y elpresente. México, Fondo de Cultura Económica, 1986.] 26. Véase, por ejemplo, C. V. Langlois y C. Seignobos, Introduction to the Stttdy ofHistory (trad. inglesa G. G. Berry), Londres y Nueva York, 1898, reed. 1912, pp. 305-306. 27. Por ejemplo, A. Duchesne, Preuves de l ’histoire de la maison des Chasteigners, París, 1633. 28. Véase un análisis polémico -y nostálgico- de lo que ¡a nota al pie puede y no puede hacer en G. Himmelfarb, “Wlierc llave ail the footnotes gone?”, en: On Looking into the Abyss, Nueva York, 1994, pp. 122-130. 29. Cf. P. Veyne, Comment on ccrit Thistoire, París, 1977, pp. 273-276. [Hay trad. española: Cómo se escribe la historia. Alianza, 2a ed., 1994.] 30. Acerca de lo que sigue, así como de los textos editados e inéditos a los que dio lugar la polémica, véase P. Novick, That Noble Dream, Cambridge, 1988, pp. 612-621; debo advertir al lector que David Abraham y yo fuimos co­ legas en Princeton durante varios años (cf. Novick, p. 612, nota 51). 31. No fue éste el primer ataque de esta clase realizado por Turncr. Véanse H. A. Turner, “Grossunternehmcrtum und Nationalsozialismus 1930-1933. Kritisches und Ergánzcndcs zu zwci ncucn Forschungsbeitriigcn”, en: Historische Zeitschrifi, 221, 1975, pp. 18-68, y la respuesta de D. Stegmann, “Antiquierte Personalisierung oder sozialiñkonomischc Faschismus-Analyse?”, en: Archiv fiir Sozialgeschichtc, 17, 1977, pp. 275-296. 32. Véase K. Wernecke, “ In den Quellen steht zuweilen das Gegenteil”, en:

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Frankfurter Rundschau, 17 de mayo de 1986, ZB 4; F. L. Carsten, reseña de H. A. Turner, Germán Histórica!. Instituto, Londres, Boletín núm. 22, verano de 1986, pp. 20-23; citados previamente por Novick, p. 619, nota 60; “The Da­ vid Abraham Case: Ten Commenrs from Hisrorians”, en: Radical History Re­ vine, 32, 1985, pp. 75-96 en particular 76-77. Véase otro ejemplo en R. M. Bell v J. Brown, “Renaissance Sexuality and the Florentine Archives: An Ex­ citante”, en: Renaissance Quarterly, 40, 1987, pp. 485-511. 33. Acerca de otro episodio parecido en ciertos aspectos al caso Abraham, véase R. M. Bell y J. Brown, “ Renaissance Sexuality and the Florentine Archi­ ves: An Kxchange”, en: Renaissance Quarterly, 40, 1987, pp. 485-511. 34. Véanse G. Obcyesekere, The Apotheosis o f Captain Coolt: European Mylhmaking in the Pacific, Princeton V Honolulú, 1992, y M. Sahlins, How “Natioes” i'hink. About Captain Cook, Por Exampie, Chicago y Iatndrcs, 1995. Exclusivamente en cuanto a la crítica histórica, Sahlins sale mejor parado de la polémica, como señaló correctamente 1. Hacking en su reseña del libro de éste, London Review oftiooks, 7 de septiembre de 1995, pp. 6-7, 9. Pero, en ocasio­ nes, Sahlins transforma lo que evidentemente son atajos normales en los argu­ mentos de Obcyesekere en errores inexistentes. 35. Aceren de la formación inicial de Kantorowicz, E. Griincwald, Ernst Kantomvicz und Stefitn (¡eorge, Wiesbaden, 1982, contiene mucha informa­ ción novedosa; sobre su época en Heidclberg, véase pp. 34-56. Kantorowicz di­ jo que había omitido las notas al pie por dos razones: “Um einerscirs den IJmfang des Buches nicht zu vergróssern, andererseits die Lesbarkeit nicln herabzumindern, unterblieb jede Arr von Quellcn und l.itcraturnachweiscn” [“Para no aumentar, por un lado, el volumen del libro y no reducir, por el otro, la legibilidad del mismo, no se realizó la especificación de fuentes y bibliogra­ fía”]. Kaiser Friedrich der Zweite, Berlín, 1927, p. 651. 36. Grflnewald, ob. cit., pp. 86-87; A. Brackmann, “ Kaiser Friedrich II in ‘mystischer Schau’”, en: HistoriscbeZeilschrifi, 140, 1929, pp. 534-549. 37. Kantorowicz, ob. cit., pp. 184-186.

38. Kantorowicz, “‘Mythenschau’, cine Erwiderung”, en: Historiscbe Zeitschrifi, 141, 1930, pp. 534-549 en 469-470; Brackmann, “Nachwort”, ibíd., pp. 472-478 en particular 476-477. 39. Kantorowicz, Kaiser Friedrich der Zweite. Hrganzungsband, Berlín, 1931; reed. Dusseldorf y Munich, 1964, p. 74. 40. Véanse G.H. Nadel, “Philosophy of History before Historicism”, History & Theory 3, 1964, pp. 291-315; R. Koselleck, Vergangene Zukunft, Francfort, 1984, pp. 38-66; F.. Kessler, “Das rhetorische Modell der Historiographie”, en: Formen der Geschichtsschreibung, editado por R. Koselleck y cois, Munich, 1982, pp. 37-85.

NOTAS

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41. Véase Bernays. 42. Sobre un intento reciente de irritar, que logró su propósito, véase S. Schama, D ead Certainties. Unwarranted Speculations, Nueva York, 1991. 43. Véanse, respectivamente, “Common-Law Origins o f the Infícld Fly Ru­ le”, en: Univenity o f Pennsylvania íjtw Reuiew, 123, 1975, pp. 1474-1481, y Riess, ob. cit. 44. Véanse los artículos citados por B. Hilbert, “Elegy for Excursus: The Descent o f the Footnote”, en: College Engüsh, 51, 1989, pp. 400-404 en par­ ticular 401. Este artículo es una de varias excepciones a la descripción general en la presente obra. Acerca del impacto acaso excesivo de las notas al pie de al­ gunos jueces, véase A. Mikva, “Goodbye to Footnotes”, en: Univenity o f Colo­ rado Law Revietv, 56, 1984-1985, pp. 647-653 en particular 649. 45. Riess, ob. cit., p. 3: “Die Hauíigkcit der Fussnote, namentlich im rechtswissenchaftlichen Schrifttum, steht in einem auffálligen Gegensatz zu der geringen wissenschaftlichen Bchandlung, die die Fussnote ais solche erfahren hat”. 46. J. H. Hexter, reseña de Christopher Hill, Times Literary Supplement, 24 de octubre de 1975; reed. en Hexter, On Historiaos, Londres, 1979, pp. 227251. Véase una crítica más profunda de Hill en H. R. Trevor-Roper, reseña de Intelectual Origins o f the English Revolution, History and Theory, 5, 1966, pp. 61-82. Fin este asunto, coino en otros mayores, estoy en deuda con una conver­ sación que mantuve con el recordado Arnaldo Momigliano en Chicago, poco después de la aparición de la reseña original de Hexter. Véase también T. Bender, “’Fíjcts’ and History”, en: Radical History Revieu/, 32, 1985, pp. 81-83. 47. Langlois y Seignobos, Introduction to the Study o f History (trad. Berry). p. 299 y nota 1. Observan los autores: “En las compilaciones de documentos y en las tesis críticas se empleó por primera vez el recurso de la anotación; desde allí se extendió lentamente hacia obras históricas de otras clases”. 48. Véanse, por ejemplo, J. B. Henderson, Scripture, Canon and Commentary, Princeton, 1991; J. Assmann, Das kulturelle Gediichtnis, Munich, 1992, pp. 102 y 174-177. 49. M. Fishbane, Biblical Interpretation in Ancient Israel, Oxford, 198550. B. Sandkühler, Die fruhen Dantekommentare und ihr Verhdltnis zur mittelalterlichen Kommentartradition, Munich, 1967; K. Krautter, D er Renaissance der Bukolik in der lateinischen Literatur des XIV. Jahrhunderts: von Dante bis Pe­ trarca, Munich, 1983; W. Rehm, “Jean Pauls vergnügtes Notenleben oder Notenmacher und Notenleser” , en: Spiite Studien, Berna y Munich, 1964, pp. 7-96 en particular 7-10; cf. el comentario de Goethe sobre las Romische Elegien, citada ibíd., p. 10: “Denn bei den alten lieben Toten / Braucht man Erklarung, will man Noten; / Die Neuen glaubt man blank zu verstehn; / Doch ohne Dol-

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metsch wird’s auch nicht gehn”. [“Pues acerca de los amados antiguos muertos / uno necesita explicación, uno quiere notas; / a los nuevos uno cree entenderlos perfectamente; / mas, sin un intérprete, esto tampoco va a ser posible.”] 51. Sobre Petrarca y Kepler, véase el polémico y lúcido análisis de H. Giinther, Z cit der Geschichte, Francfort, 1993. El comentario de Kepler sobre el Mysterium aparece en el volumen VIII de su Gesammelte Werke, editado por M. Caspar y cois., Munich, 1937. 52. Véase J. Whittaker, “The Valué o f Indirect Tradition in the Establishment o f Greck Philosopliical Texts or the Art of Misquotation” , en: Editing Greek and Latín Texts, editado por J. Grant, Nueva York, 1989, pp. 63-95. 53. Véase A. L. Ascarita, La cultura nelle Noctes Atticae, Catania, 1993, pp. 23-26. 54. P. Stcin, Rcgulae inris, Edimburgo, 1966, pp. 115-116. 55. Véase el fecundo artículo de M. 13, Parkes, “The Influence o f the Concepts o f Ordinatio and Compilatio on the Development o f the Book”, en: M e­ dioeval Literature and Learning /FS R W. Hunt], editado por J. J. G. Alexander y M. Gibson, Oxford, 1976, pp. 115-141 en 1166-117; cf. también P. Lombard, Sententiae in IV. libris distinctae, Spicilegium Bonaventurianum, 4, Roma, 1 9 7 9 ,1, pt. 1, prolegómeno, *138-139*. 56. Ibíd., *140. Véase el texto íntegro en Patrología latina, 190, col. 1418 B-C; sobre el contexto, véase B. Smallcy, “A Commcntary on the Hebraica by Horhert of Bosham", en: Recherches de tbéologie ancienne et mcdiévale, 18, 1959, pp. 29-65 en particular 37-40. 57. Parkes, ob. cit. p. 133. Véanse también J. P. Gumbert, “‘Typography’ in rhc Manuscript Book”, Journal o f the Printing History Society, 22, 1993, pp. 5-28 en particular 8, y sobre el contexto general, M. A. Rouse y R. H. Rouse, Authentic Witnesses, Notre Dame, 1991, caps. 4-7. 58. Véase, por ejemplo, E. B. Tribble, Margins andM arginality, Charlottesville y Londres, 1993, cap. 1.

N O TA S AL CAPÍTULO II 1. Sobre la fundación y los primeros años de la universidad de Berlín, véanse los trabajos complementarios de U. Muhlack, “Die Universitaten im Zcichen von Neuhumanismus und Idealismos: Berlín”, en: Beitrage zu Problemen deutscher Umversit'átsgründungen der frühen Neuzeit, en P. Baumgart y N. Hammerstein (eds.), Wolfenbütteler Forscbungen, 4, Nedeln/Liechtenstein, 1978, pp. 299-340, y C. McClelland, '“ To Live for Science’. Ideáis and Realities at the University o f Berlin”, The University and the City, en T.

NOTAS

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Bender (ed.), Nueva York y Oxford, 1988, pp. 181-197. Sobre la refunda­ ción de las instituciones culturales alemanas en este período, véase el trabajo documentado de T. Ziolkowski, Germán Romanticism and its Im titutions, Princeton, 1990. 2. L. von Ranke, Das Briefiverk, editado por W. P. Fuchs, Hamburgo, 1949, pp. 131-132. “Nach drei Uhr begebe ich mich nach den Archiv. Hier arbeitet noch Hammer (an den osmanischen Sachen) und ein Herr v. Buchholtz, der eine Geschichte Fcrdinands I. schreiben will. Es ist eine vollige Kanzlei: man findet Federn, Federmesser, Papierschere, usw. vorbcreitet, har seinen umzáuncen Platz. Gewóhnlich wird es bald etwas dunkel, und ein angenehmer Augenblick ist mir, wcnn der Vorsteher ruft: ‘a Liecht’, worauf der Diencr fiir jeden, der da arbeitet, deren zwei bringt.” 3. Ibíd., p. 194: “Ein grosser Genuss sind die frischen, kiihlen, stillen Abende und Nach te. Bis Mitternacht ist der Corso belebt. Die Cafés sind 2-3 Uhr nach Mitternacht eroffnet. Das Theater schliesst oft crst halb zwei. Dann nimmt man noch die Cena ein. Ich natürlich nicht. Ich eile ins Bett; ich mochte gerne des andern Morgens um sieben beim Palast Barberini anlangen. Dott benutze ich ein Zimmer des Bibliothekars, welches die Tramontana hat, wo meine Manuskripte aufgehauft sind. Bald nach mir langt mein Schreiber an und huscht mit einem Ben levatoí zur Tür herein. Der Diener des Bibliothekars oder die Frau des Diencrs erscheint und bictet mir mit dem gewóhnlichen: occorre niente? Ihre Dienste an. Auch der Bibliothekar namens Raz/.i ist wahrhaft gut und hat mir und anderen Deutschen die besten Dienste geleistet. Wenige Schritte von da ist die Bibliothek Albani, wo Winckelmann die Kunstgeschichte schrieb... Noch zwei andere Bibliotheken besuche ich mit gutem Fortgang. Wie bald ist ein Tag wegstudiert!” 4. A. Farge, Le Goút de ¡.'archive, París, 1989, una descripción maravillosa de la naturaleza dei trabajo de archivo en una de las grandes colecciones nacionales. 5. Ranke, Sammtliche Werke, vol. 53-54, Leipzig, 1890, pp. 61-62: “Bei der Vergleichung iiberzeugte ich mich, dass das historisch Ueberlieferte selbst schóner und jedenfalls interessanter sei, ais die romantische Fiction”. [“En la com­ paración me convenzo de que lo que nos ha sido legado históricamente es más bello y, en todo caso, más interesante que la ficción romántica.”] 6. Ranke, Geschichten der romanischen und germanischen V’ólker von 1494 bis 1514, Z ur Kritik neuerer Geschichtschreiber, Leipzig y Berlín, 1824, p. IV: “Wie einem zu Muth seyn würde, der in eine grosse Sammlung von Alterthümern trate, von Aechtes und Unachtes, Schones und Zurückstossendes, Glanzendes und Unscheinbares, aus mancherley Nationen und Zeitaltern, ohne Ordnung neben einander lage, so etwa musste sicli auch der fühlen, der sich mit Einem Mal im Anschaun der mannichfaltigen Denkmale der ncuern Geschichte fan-

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de. Sie reden uns in tausend Stimmen an: sie zeigen die verschiedensten Naturen: sie sind in alie Farben geldeidet”. [Hay trad. española: Pueblos y estados en la historia moderna, México, Fondo de Cultura Económica, 1948.] 7. G. Nadel, “Philosophy o f History before Historicism”, History and Theory, 3, 1964, pp. 291-315. 8. Al respecto, véase, por ejemplo, P. B. Stadler, Geschichtschreibung und hístorisches Denken in Frankreich 1789-1871, Zurich, 1958, cap. 5. 9. Rankc, Zur Kritik, ob. cit., pp. 47-48: “Was in jedem Fall zu erwarten, zu thun, was der eigentliche Grund einer Handlung gewesen, will er zeigen. Dahcr ist er in den Eriauterungcn, in wiefern eine jede menschliche Handlung aus angeborner Leidenscbaft, Ehrgeiz, Eigennurz, komme, ein wahrer Virluos und Meister. Diese Discorsen sind nidu eine Hervorbringung von Guicciardinis Geist allein; sie ruhen, und zwar in doppelter Hinsicht, nur allzuwohl auf dem Zustand seiner Vaterstadt Floren/.. Erstens nandich, da die Macbt von Floren/, nicht selbstandig war, und die Lage der offenrlichen Angelengenheiten zuweilen von dem einen Extrem zum andern schwankte, ricluete sich die Aufmerksamkeit unwillkürlich auf die móglichcn Flrfolge der Dinge... Das ist Eine. Aber auch in den innern Angelengenheiten pílegen sic dcrsdben Art und Weise. Wcnn man in Varchi und Nerlí liest, wie viel vor einer Gonfalonierewahl gesonnen, gcscltwatzt, unterbandelt, vermuthet, geurtheilt ward, wie man in diesem klcinen Kreis, so gut ais in den europaischen Angelengenheiten, Verwandschaften, Bitndnissc, Gegenbündnisse schloss, um einigc schwarze Bohnen inelir zu bekoinmen, wie viel es da zu Berücksichtigen gab, wie sich nun Beobachtungen, Regeln, Rathschlage entwickelten, so versteht man erst den Ursprung cines Werks, wie Guicciardini’s Werk ist”. 10. W. Kaeg., Jacob Burckhardt: Eine Biographie, II, Basilea, 1950, pp. 54-74. 11. Ranke, Z ur Kritik, ob. cit., pp. 8-20. 12. Ibíd., p. 38: “Agnolo, der Neffe Franzesco’s, der Herausgeber dieser Gescltichte, behauptet, sein Oheiin habe mit besonderem Fleiss die oíFencliclicn Denkmáler ipubbliche memorie) erforscht, und habe vicien Zugang zu ihnen gehabt". Ranke observa a continuación: “Wir salten, wie Johann Bodin auf diese originale Runde der Beschlüsse und Bündnisse einen besondern Werrh legre”. [“Como hemos visto, Jean Bodin atribuía un valor especial a estos infor­ mes originales sobre decisiones y alianzas.”] Sobre la importancia del uso de Bodin por Ranke, véase el capítulo 3. 13. Ibíd., p. 27: “...mit historischen Monumenten so gut wie nichts gemein hatten”. 14. Aquí Ranke exagera: véanse, por ejemplo, E. Schulin, Traditionskritik und liekonstruktionversuch, Gotinga, 1979, pp. 48-50; y, sobre todo, la obra clásica de F. Gilberr, Machiavelli and Guicciardini, Princeton, 1965.

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15. Ranke, Z tir Kritik, ob. cit., V: “ ...wcm von so Vielen eine origínale Kenncniss beygcwohnt, von wem wir wahrhaft belehrt werden kónnen”. 16. Ibíd., p. 36: “Erkennen wir klar, dass das unbedingte Ansehen, welches diess Buch bis jctzt genossen, ihm mit Unrecht gewahrt wordcn, dass es nicht eine Quelle, eine Urkunde, sondern allein cinc Bearbeitung, und zwar eine mangelhafte zu nennen ist, so ist unser Zweck crreicht; so müsseil die Sismondi Aufhóren, unrcr jeder Seite den Guicciardini und innner den namlichen zu citiren; sie müssen wissen, dass er nicht beweist”. 17. Sobre el trabajo de Ranke en la biblioteca real, véanse C. Varrentrapp, “ Briefe an Ranke,,.” , en: Historische Zeitschrife, 105, 1i>10, pp. 105-131, y Ran­ ke, Nene Briefe, editado por 11. Hoeít y H. Herzfeld, Hamburgo, 1949, pp. 22, 24-25,39,41-42, 44-45, 54-55. 18. Véase un excelente amílisis en Schulin, ob. cit'., p. 49. 19. Ranke, Das Briefwerk, ob. cit., p. 65: “Du wirst Dich wohl noch auf das geschriebenc Eoliobuch besinnen (viclmehr das noch nicht geschriebene) in das ich alie Norizcn iibcr die Geschicluschreiber, die ich las, einrrug. Nun war es unerlasslich, dass ich meine Behandlung dieser Geschichtsschreiber in der Geschichte selbst einigermassen rechtfertigte. Da habe ich nun aus jenem Foliobucli cins in qttarto geinacbt, nnd daraus wird cins in octavo gedruckt; aus diesem prophczcit man inir cincn grosscrn Erfolg ais aus den» andcrn”. Los estudiosos de Burckhardt recordarán que él también extraía pasajes de las fuen­ tes primarias con notable energía y asiduidad (W. Kaegi, Jacob Burckhardt: Eine Biographie, III, Basilea, 1956, pp. 383-396). Su historia cultural del Renaci­ miento tomó forma mientras reelaboraba un inmenso cúmulo de pasajes. Cf. su célebre carta a Paul Heyse, 14 de agosto de 1858, citada ibíd., p. 666: “Gestcm habe ich zum Beispiel 700 kleine Zcddel nur mit Citatcn aus Vasari, die ich in cin Buch zusammengeschrieben Imite, atiseinandergeschnittcn und sorticrt zum neucn Aufldcben nacli Sachen. Aus andern Autoren habe ich noch ctwa 1000 Quartseiten Hxcerpte über die Kunst und 2000 líber dic Kultur. Wie viel von all diesem werde ich wohl wirklich verarbeiten?” f“Ayer, por ejemplo, tenía 700 papeletas pequeñas sólo con citas de Vasari, que había escri­ to todas en un libro, luego recortadas y clasificadas por tema para ser pegadas nuevamente. De otros autores tengo aún unas 1.000 hojas en cuarto (cuartillas) de extractos sobre el arte y 2.000 sobre la cultura. ¿Cuánto de todo eso voy realmente a utilizar?’’] Sobre los métodos de trabajo de Burckhardt, véase P. Ganz, “Jacob Burckhardts Kultur der Renaissance in Italien. Handwerk und Methode”, en: Deutsche Vierteljahrsschrifi flir Literatttrmssenschafi und Geistegeschichte, 62, 1988, pp. 24-59. Junto con la historia inédita de la referencia que ronda por las bibliotecas de los seminarios históricos, aúlla el fantasma de la historia aun más extensa de la anotación.

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20. Véanse los materiales publicados por Varrentrapp en H istorischer Zeitschrift, 105, 1910, p. 109 (Heeren), 112 (v. Raumer), 114 (Scliulze), 115 (Kampts); A. von Hase, “Brückenschlag nach Paris. Zu einem unbekannten Vorstoss Rankcs bei Karl Bcnedikt Hase (1825)”, en: Archiv ju r Kulturgeschichte, 60, 1978, pp. 213-221 en particular 215. Acerca de Hase, véase el ingenioso y erudito artículo de P. Petitmengin, “ Deux tetes de pont de la philologie allemande en France: le Thcsaums linguae Graecae et la ‘Bibliothcque des auteurs grecs’ 1830-1867”, en: Philologie und Hermeneutik im 19. Jahrhundert, II, edi­ tado por M. Bollacky H. Wismann, Gotinga, 1983, pp. 76-98. 21. Reseña anónima de Rankc, Ergdnzungsbldtter zur Allgemeinen LiteraturZeitung, febrero de 1828, núms. 23-24, cois. 183-189 en particular 183-184: “Mit der Fackcl ciner unbestcchlichcn, strengen Kritik beleuchtet er díe Werke der bisher ais Hauptquellcn für die Geschichten der beizeichneten Periode... geachtetcn Historiker wie die Persónlichkeit ihrer Urheber, und beraubt beide schonungslos des Nimbus, worin sie bisher geglanzet, oder bestimmt wenigstens genau, in wie fern und in wie fern nicht sie wirldich Glauben verdienen, übcrhaupr in wiefern sie ais wahre Qttellen zu achten seyen”. 22. H. L. Manin [H. Leo], reseña de Ranke, Ergiinzungsbatter zur Jenaischen Allgemeinen Literatu r-Zeitu ng, 16, 1828, núms. 17-18, cois. 129-140 en parti­ cular 138: “ Beytrage zur Kritik ncuerer Geschichtschreiber” de Rankc eran “das beste an Hn. Rankes Arbeit, und zeigen wenigstens zugleich von mannichfachcr Verglcichung der verschiedenen Excerpte linter sich”. 23- Ranke, Zur Kritik, ob. cit., p. 177: “Es sind iiber diese Zeit Actcn, Bricfe, Lebensbcschrcibungen, Chroniken von der grossten Wichtigkeit vorlianden, für die es aber ist, ais ware die Buchdrukerkunst noch gar nicht erfunden”. 24. Ibíd., p. 181: “Hier ware ein Mann erforderiich, der mit leidlichcn Kcnntnissen, sattsamen Empfehlungen und guter Gcsundlieit ausgerüstet, Dcutschland nach alien Seiten durchzoge, und die Reste einer halb untergegangenen und so nahe liegenden Welt aufsuchte. Wir jagen unbekannten Grasern bis in die Wüsten Libyens nach; sollte das Lebcn unserer Altvordern nicht denselben Eifer in unserm eigenen Land werth sein?” 25. Ranke, D as Briefwerk, ob. cit., p. 70. Sobre Pertz, véase D. Knowles, Great Historical Enterprises. Problems in Monastic History, Edimburgo, 1963, cap. 3, con referencias a la literatura anterior. 26. Véase, por ejemplo, Ranke, Nene Briefe, editado por Hoeft y Herzfeld, pp. 56-59. 27. H. Chadwick, Catholicism and History, Cambridge, 1978, contiene un análisis fascinante sobre la apertura glacial de uno de los archivos más ricos de Europa. 28. Sobre las prácticas de Ranke, véase U. Tucci, “Ranke and the Venetian

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Document Market", en: Leopold von Ranke and the Shaping o f tbe Historical Discipline, editado por G. G. Iggers y J. Powell, Siracusa, 1990, pp. 99-107; hay una lámina que lo muestra en su biblioteca. Véase también el notable catá­ logo de E. Muir, The Leopold von Ranke Manuscript Coüection o f Siracusa University, Siracusa, 1983. 29. Ranke, Deutsche Geschichte mi Zeitalter der Reformation, editado por P. Joachimsen y cois., Munich, 1923-1926, 1, 6*: “Ich sebe die Zeit kommen, wo wir die neuere Geschichte nicht mehr auf die Berichte, selbst nicht der gleichzeitigen Historiker, ausser insoweit ihnen eine origínale Kenntnis beiwohnte, geschweige denn auf die weiter abgeleiteten Qearbcitungen zu gründen haben, sondern aus den Relationen der Augenzeugen und den Schstcten unmittclbarstcn Urkunden aufbauen werden”. A pesar de los progresos importan­ tes en el estudio de Ranke y su Nachlass, parte de los cuales derivaron en correcciones en la obra de Joachimsen y sus colaboradores, su introducción a esta edición sigue siendo uno de los estudios más sutiles de la erudición y el pensamiento de Ranke. Está reproducido en su Gesammelte Aufiatze, edit. por N . Hammcrstein, Aalen, 1970-1983,1, pp. 627-734. Sobre el pensamiento y la erudición de Ranke, véase también ibíd., pp. 735-758. 30. Ranke, Deutsche Geschichte mi Zeitalter der Reformation, VI, pp. 3-4: “Wer will auch die ganzen Archive drucken lassen?” [“¿Quién quiere, además, hacer publicar el archivo entero?”) 31. Leopold von Ranke Nachlass, Staatsbibliothek zu Berlín Preussicher Kulturbesitz Haus II, p. 38 II A, fol. 72 recto: “ ...eorum, qui historiae rerum discendae penitusque imbibendac vitam suam dicare constituerunt. lstos animi quodam Ímpetu ingeniique sui natura ad liaec studia ferri credo. Hi sine dubio fontes, e quibus historia hauriuntur, cognosquere volent. Non satis habentes scriptores perlegisse quos schola supedit.it, promos omnis relati volent cognoscere” . Sobre este texto (y el seminario de Ranke), véase la monografía ejemplar de G. Berg, Leopold von Ranke ais historischer Lehrer, Gotinga, 1968, pp. 51-56 en 52 y nota 2. 32. Ranke Nachlass, p. 38 II A, fol. 72 recto: “Non tamen satis habent accipere ea, crederc, docere, fidem aliis habere, sed suo ipsorum judicio in his rebus uti cupiunt”. 33. Ibíd., fol. 72 verso: “Si primum tantum genus hic adesset, rem ita instituerem -digerem seriem locorum classicorum- eos lengendos proponerem. Difficulrates, quae legentibus offendunt, e medio tollere curarem. Eadem ratione historiam medii aevi tractaremus”. 34. Ibíd., I, pp. 83-84. Cf., en general Geschichtswissenchaft in Berlín im 19. Jahrhundert, Berlín, 1992, y acerca del seminario de Sybel en Munich, véase V. Dotterweich, Heinrich von Sybel, Gotinga, 1978, pp. 255-284.

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35. Véase Berg; I,, ven Ranke, Aus Werke uncí Nachlass, editado por W. P. Fuclis y cois., Munich y Viena, 1964-1975, IV. 36. T. Wiedemann, “Scchsen Jahre in der Wcrkstatt Leopokl von Rankes", en: Deutsche Reúne, noviembre de 1891, pp. 177-179. 37. Véase la apreciación magistral de I\ Gilbert, Histvry: Politics or Culture?, Princeton, 1990. P. Burke, “Ranke the Rcactionary", expresa un punto de vista más crítico que subraya la amplitud y la originalidad de la historiografía del siglo XVIII (y destaca los aspectos de esa tradición no señalados en estas páginas, rales como su interés por la historia cultural y social: en Iggers y Powell (eds.),

Leopold von Ranke. 38. Acerca del “mal de Fronde”, véase C. V. Langlois y C. Scignobos, Introduction to the Study o f History (trad. G. G. Bcrry), Londres y Nueva York, 1898, reed. 1912, pp. 124-128. 39. Th. Wiedemann, “Sechsen Jahre in der Wcrkstatt Leopold von Ran­ kes”, en: Deutsche Remte, noviembre de 1891, p. 322. 40. Ranke, Sdmmtiichc Werke, vol. 53-54, p. 62; cf. L. Stone, The Past and the Present Revisited, Londres, 1987. 41. Véase la carra de Voigt a Ranke, que sorprende por su humildad, por tratarse del compilador del Codex diplomáticas prusiano y el autor de la muy documentada (¡eschichte Maricnburgs, obra innovadora desde el punto de vista metodológico; y Hildebrand, Weimar, J81 5, en Varrentrapp, pp. 127-128, con su cita estratégica del pasaje de Ranke sobre la maduración de la historia basada en manuscritos, citada más arriba, en Rriefivechsel der berühmtcstcn Gelehrten des Zeitalters der Reformation mit Herzog Alhrccht von Prcussen, Konigsberg, 1841. Evidentemente, Voigr era un historiador mucho menos original y crítico que Ranke, un hombre desilusionado, incapaz de obtener licencias para investi­ gar, perintido en sus críticas técnicas. Véanse, por ejemplo, el largo y documen­ tado artículo sobre Voigt en Allgemeine Deutsche Biographie; H. Prut/., Die Kdnigliche Albertus-Universitiit zu Konigsberg i. Pr. ¡m neunzehnlen Jahrhundcrt, Konigsberg, 1984, pp. 186-188: G. von Selle, Geschichte der Albcrtus-Universitdt zu Konigsberg in Prcussen, Konigsberg, 1944, pp. 278-280. Pero su testimo­ nio es por ello tanto más representativo. 42. Nissen, Kritiscbc Untcrsuchungen iiber die Qjiellen der vierten undjiinfien Dekade des Livius, Berlín, 1863, pp. 70-79. Hay un análisis reciente de cómo los historiadores antiguos utilizaban a sus predecesores, que demuestra lo úril y lo limitado de la perspectiva de Nissen, en S. Hornblower, “Introduction”, en: Greek Historiography, editado por S. Hornblower, Oxford, 1994, pp. 1-71 en particular 54-71. 43. Nissen, Kritische Untcrsuchungen, p. 77: Livío “steht unter dem Einfluss dcssclben Grundgesetzes, welches die ganze Historiographie bis auf die Entwic-

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klung der modernen Wissenschaft beherrscht. Rankc hat zuerst in glanzender Weise an einer Reihe von Geschichtschreibern des 15. und 16. Jabrhunderts nachgeweisen, wie sie die Werke ihre Vorganger in der Are benützten, dass sie dieselbcn einfach aussehrieben” . [Livio “está bajo la influencia de la misma ley fundamental que domina toda la historiografía hasta el desarrollo de la ciencia moderna. Ranke fue el primero en demostrar, de un modo brillante, en una serie de historiadores de los siglos XV y XVI, que éstos utilizan las obras de sus predecesores de tal manera que, simplemente, las transcriben.”] Desde luego, Ranke jamás hubiese confundido a Tucídides con los periodistas de su propia época, ni hubiera tratado toda la tradición de la historiografía como si fuera uniforme. 44. “Das liegt in scinem schleswigholtcinernen Kopf” [“Esto depende de su mentalidad de Slevig-Holstein”], escribió quejumbroso Hermann Usener al ex­ plicar cómo había fracasado en su intento de convencer a su viejo amigo de que abandonara el argumento de que los antiguos reyes del Lacio, de alguna manera, representaban los días bíblicos de la Creación. H. Diels, H. Usener y E. Zeller, Briefwechsel, editado por D. Ehlers, Berlín, 1992, I, p. 425. La obra en cuestión era D as Templum de Nissen, Berlín, 1869, p. 127. Además de imitado, Nissen fue muy criticado: véase, por ejemplo, L. O. Brockcr, Moderne Qtiellenforscher ti. antike Geschichtschreiber, Innsbruck, 1882. Pero la era de Qiiellenforschung que comenzó con su obra también fue regida, en gran medi­ da, por su espíritu de simplificación temeraria: véanse C. Wachsmurh, liinleitung in das Studium der alten Geschichte, Leipzig, 1895, pp. 55-56, y la obra erudita (y de plan y redacción singulares) de B. A. Desbords, hitroduction a Diogéne Lacree, tesis, Utrecht, 1990. 45. Véase The Varieties ofH istory, editado por F. Stern, 2a ed., Londres, 1970, p. 211.

46. Véanse, especialmente, E. Fueter, Geschichte der neneren Historíographie, Munich y Berlín, 1911, pp. 480-482; H. Buttcrfield, Man on H is Past, Cam­ bridge, 1955; reed. Boston, 1960; G. Ben/.oni, “ Rankc’s Favorite Source”, en: Lcopold von Ranke, editado por Iggers y Powell, pp. 45-57. 47. A. G. Dickens, Ranke as Reformarían Historian, Stenton Lecture 13, Reading, 1980, pp. 12-17, resumida en Dickens y J. lonkin con K. Powell, The Reformaríon in Historical Thought, Cambridge, Mass., 1985, pp. 174-175.

N O TAS AL. CAPÍTULO III 1. G. Stanton Ford, “A Ranke Letter”, en: Journal ofM odern History, 32, 1960, p. 143: “Sorfaltig habe ich mich vor der eigentlichen Adnotation gehii-

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tet: das Citar schien mir in dem Werk cines Anfangers, der sich crst Balín ma­ chen und Clauben verdienen solí, uncrlászlich”. 2. L. Ranke Nachlass, Staatsbibliorhek zu Berlín Prenssicher Kulturbesitz (Haus II), Fasz. 1 ,1. 3. T. Wiedcmann, “Sechsen Jalirc in der Werkstatt Leopold von Rankes, en: Deutsche Revue, diciembre de 1891, p. 333: “ ...wovon Ranke immer nur sehr scliwer iiberzeugt wurde”. 4. H. Mannin (H. Leo], reseña de Ranke en Erganzungsbliitter zur Jenaisehen Allgemeinen Literatur-Zeitung, 16, 1828, míms. 17-18, cois. 129-140 en particular 136. “ Doch wozu noch mehr anfiihren? Man sdilage nacli, auf jedem Blattc fast wird ein verdrehtes, ein niclitssagcndes oder nachlSssig benutztes C itat zu finden seyn. H eisst das nun nackte W ahrheit? H cisst das gründliche Erforschung des Einzelnen?” [“Mas, ¿para qué seguir mencionando? Hojéese e1 libro: en cada página podrá encontrar, prácticamente, una cita ter­ giversada, insignificante o utilizada de forma negligente ¿Es esto, pues, la pura verdad? ¿Es esto la investigación escrupulosa de la particular?”] Sobre la dimen­ sión filosófica de la polémica entre Leo y Ranbke, véase G. G. Iggers, The Ger­ mán Conception ofHistory, Middletown, 1968, pp. 66-69. 5. L. von Ranke, Das Briefwerk (editado por W.P. Fuchs), Hamburgo, 1949, pp. 136-161, 165, 168,240: ". ..auf dem kitzlichsten Punkt der Forschung”. 6. Ranke, “ Rcplik”, en: Intelligeiizbhut der Allgemeinen IJteratur-Zeitung, ma­ yo de 1828, ntím. 131, cois. 193-199 en particular 195-196: “Ich citire fiir die, welche finden wollen, aber nicht Air solche, die da suchen, um nidtt zu finden; bey einer Tasse Kaflfe, mit einem einzigen der citirten Ausgaben in der Hand, lasst sich übrigens diess Buch nicht priifen”. Cf. Das Briefwerk, ob. cít., p. 159. 7. H. Leo, “ Rcplik” , en: Intelligenzblatt der Jenaischen Allgemeinen LiteraturZeitung, junio 1828, nüm. 39, cois. 305-312 en particular 310: “...in denen ganz andere Dinge zu finden sind, ais in den Cicaten.” 8. M. Bernays, “Zur Lehre von den Citaren und Noten”, en: Schriften zur Kritik und Litteraturgeschichte, IV, Berlín, 1899, p. 333: “Keiner, der Ranke zu lesen verdient, mochte Noten dieser Art entbehren; jeder aber sieht ein dass ihr Inhalt sich in den Text nicht schicken wurde.” 9. Véase ahora el notable estudio de G. Walther, Niebuhrs Forschung, Stuttgart, 1993, con amplias referencias a la literatura anterior. 10. B. G. Niebuhr, Briefe, Neue Folge, 1816-1830, editado por E. Vische, IV; Briefe aus Bonn (futí bis Dezember 1830), Berna y Munich, 1984, p. 117: “” Es war für mich ein reizender Gedanke, wenn dies gelehrte Werk, wodurch der Stoff wieder geschaffen wird, vollendet seyn würde, eine ganz erzahlende Geschichte der Romer zu schreiben, ohne Untersuchung, Erweis und Geiehrsamkeit; wie man sie vor 1800 Jahren geschrieben haben würde”. Cf. W. Nip-

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peí, “’Geschichte’ und ‘Altertümer’: Zur Periodisieiung in der Althistorie”, en: Geschichtdiskurs, editado por W. Küttler y cois., I, Francfort. 1993, pp. 310-311. 11. Sobre las cualidades de Ranke como escritor, véase el excelente análisis de P. Gay, Style in Hístory, Londres, 1975, cap. 2. Hay descripciones de otros dos casos de resistencia a la necesidad de incluir notas al pie, ambos protagoni­ zados por destacados historiadores que poseían conocimientos minuciosos y precisos de los documentos que empleaban, en el elegante ensayo de J. H . Hcxter, “Garrett Mattingly, Historian”, en: From the lienaissance to the Counter-Reformation, editado por C. H. Cárter, Londres, 1966, pp. 13-28 en particular 15-17: y en los análisis contrastantes de G. H. Selement, “ Perty Miller: A Note on His Sources in The New England Minel: The Seventeenth Centnry", en: WiUiam and Mary Qttarterly, 3 1 ,1 9 7 4 , pp. 453-464, y P. Miller, Sources for “The New England M ind: The Seventeenth Century”, cdirado por J. Hoopes, Williamsburg. Virginia, 1981; sobre el segundo caso cf. D. Levin, Exemplary Elders, Atenas y Londres, 1990, pp. 30-32. 12. Sobre la redacción de este texto, véase W. P. Ftichs, “Was hcisst das: ‘bloss zeigen, wie es eigentlich gewesen’?”, en: Geschichte in Wissenschafi und Unterricht II, 1979, pp. 655-667, donde se demuestra que, en 1874, Ranke modificó la frase original citada en el texto y la redactó así: “bloss zeigen, wie es eigentlich gewesen” . 13. H. Holborn, Hístory and the Humanities, Carden City, 1972, pp. 9091; K. Repgen, “ Ueber Rankes Dikttim von 1824; ‘ Bloss sagen, wie es cigentlich gewesen’”, en: Historisches Jahrbuch, 192, 1982, pp. 439-449. Cf. F. Gilberr, History, Politics or Culture?, Princeton, 1990. 14. L. Gosstnan, Between History and Literature, Cambridge y Londres, 1990, pp. 249-250; F. Hartog, LeXJXe. siiele et l ’histoire, París, 1988. en parti­ cular pp. 112-115; G . Pomata, “Versions o f Narrative: Qvcrr and Covert Nartators in Nineteenth Century Historiography”, en: History Workshop, 27, 1989, pp. 1-17. Debo la mención de Noel Coward a B. Hilbert, “FJegy for Excursus: The Descent o f the Footnote”, en: College English, 51, 1989, p. 401. 15. Parece cumplir los dos papeles en Pomata, pp. 12 y 14. 16. Véase la declaración de Fustel, publicada por Judian en 1891, en Har­ tog, p. 360: “J ’appartiens a une génération que n’est plus jcune, et dans laquelle les travailleurs s’imposaicnt deux regles: d’abord d’étudier un sujet d’aprés toutcs les sources observées directement et de prés, ensuite de ne présenter au lecteur que le resultat de leurs recherches; on lui épargnait i’appareil d’érudition, l’éruditien étant pour l’auteur scul et non pour le lecteur; quelques ¡ndications au bas des pages suffisaient au lecteur, qu’on invitait a vérifier. Depuis une vingtaine d ’années les procedes habituéis ont changó: l’usage aujourd’hui est de présenter au lecteur l’appareil d’érudition plutót que les résultats. On tient plus

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a I’échafaudage qu’a la construcción. L’érudition a changé ses formes et ses pro­ cedes; elle n’est pas d ’aujourd ‘huí; mais lerudirion veut se montrer davantage. On veut avanr tout paraítre érudit”. (“Yo pertenezco a una generación que ya no es joven, y en la cual los trabajadores se imponían dos reglas: en primer lu­ gar, estudiar un tenia según todas las fuentes, observadas directamente y en de­ talle; luego, no presentar al lector más que el resultado de sus investigaciones; se le ahorraba el aparato erudito, dado que la erudición estaba sólo para el aucor y no para el lector; algunas indicaciones al pie de página bascaban al lector, al cual uno invitaba a verificar. Desde hace una veintena de años, los procedi­ mientos habituales han cambiado: el uso, hoy en día, es presentar al lector el aparato erudito antes que los resultados. Se le tiene más aprecio al andamiaje que a la construcción. La erudición ha cambiado sus formas y sus procedimien­ tos; no es más profunda, y la exactitud no es algo de hoy; pero la erudición quiere mostrarse más. Ante todo, uno quiete parecer erudito.”] 17. Véase, por ejemplo, Y. Malkicl, “Ernsr H. Kantorowicz”, en: OnFour Modern Humanists, editado por A. R. Evans, Princefon, 1970, pp. 150-151, 181192. Malkiel señala que Kantorowicz modificó sus posiciones a una edad más avanzada, cuando escribía en inglés, sin ambiciones artísticas y con una fuerte conciencia de los peligros que encerraban las tesis históricas no derivadas de do­ cumentos. Rechazó una propuesta de eliminar las notas al pie de Specidum, la principal publicación norteamericana de estudios medievales, y proveyó a las obras que escribió en Rcrkeley y Princeton de un espléndido conjunto de referencias. 18. Ranke, Siimmtliche Werhc, vol. 53-54, Leipzig, 1890, p. 62: “ Ich habe hier weder auf Niebuhr, der eigentlich mehr der tradition cincn Sinn vcrschaffon will, noch voilends auf Gottfried í [crinann, der die Auroren im einzelncn kritisirt, Rücksicht genommen, obwohl ich mir bei grossen Manncrn dieser Art Beifalf versprach”. 19. Véase una reseña reciente de los sucesos sintetizados aquí, en U. Muhlack, Gcschichtswísscnschnfi rni Humanismm undin der Anfkliirung, Munich, 1991. 20. Véase J. Franklin, Jcan Bodin and the Sixteenth-Century Revolution in the Methodology ofLaw and History, Nueva York y Londres, 1963. 21. Ranke, Zur Kritik neuerer Gescbichtsschreiber, ob. cit., pp. 20-21: “Fünf Jahr, nachdem das Werk Guicciardini’s zuerst erschienen, schrieb Johann Bo­ din im methodus ad facilem historiae cognitionem cap. IV. von demsclben: Est niirum ín co studium veritatis inquirendae. Fertur epístolas, decreta, Redera, ex ipsis fontibus hausisse et expressisse. Iraque frequenter occurrit illud: ‘locutus est haec verba’, aut si ipsa verba defuerint: ‘locutus est in hanc sententíam’. Man sicht, die Meynung Bodins ist: die Reden bey Guicciardini seyen acht... Diese Meynung, obwohl nicht ohne einigen Widerxpruch, hat sich jedoch bis auf den heutigen Tag erhalten”.

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22. Véase otra cita crítica pero reveladora de Bodin en ibíd., p. 73 y nota 1. 23. Ibíd., pp. 46-47: “Es ist wohl nie cine Zcit gcwcsen, wclche in lebcndiger Theilnahme an dem óffentliche Echen, an jedem ldeinsfcn Freigniss dic letzte Hálfte des 16. Jalirliunderts übcrrroffen. Allenthalbcn Selbststándigkcit, und doch durch die beydcn Partheyen cine so cnge Vereinigung, dass fast kcine Geschichte gcschricben werden konntc, sie wrire dcnn allgemeine Weltgeschichte geworden. Da kamen denn die discorse Guicciardinis, diese Betrachtungen jeder Bcgcbenhcit von alien Seiten zur rcchtcn Stunde”. [“No ha existido, probablemente, ninguna época que haya sobrepasado a la segunda mitad del siglo XVI en activa participación en la vida pública, en el más pequeño acontecimiento. Había independencia por doquier, y, sin embargo, por intermedio de ambos par­ tidos, una unión tan íntima que, prácticamente, ninguna historia podía ser escri­ ta, pues se hubiera convertido en historia mundial universal. Entonces llegaron, en tiempo oportuno, los discursos de Guicciardini, esas consideraciones de cada acontecimiento desde todos los ángulos.”] “ Ubi quid in deliberarioncm cadit”, sagt Bodin, “quod inexplicabilc videatur, illic admirabilem in disserendo subtiiitatem ostentar.” [“Cuando algo se somete a discusión”, sostiene Bodin, “por inexplicable que parezca, muestra en esa circunstancia una admirable sutileza en su tratamiento.” ] “Man ftihlte sogleich, dass diess die 1 lauptsache in dem Wcrk sey." [“Uno sentía, en el acto, que ésta era la cuestión principal en la obra.”] “1.a pardo”, sagt Montaigne, “de quoi il se semble vouloir prcvaloir le plus sont ses digressions et ses discours.” |“Ia parte” , dice Montaigne, “en la cual él parece querer descollar más, son sus digresiones y sus discursos.”] 24. Véanse P. H. ReíII, The Germán Fnlightenmem and the llisc ofFIistoricism, Bcrkclcy, 1975, y H. W. Blanko, “Aufldárutigsliisrorie, Historismus und historische Kritik. Eine Ski/.ze", en: Van der Aufkl'ártlng znm Historismus, edita­ do por H. W. Blanke y J. Rüsen, Padcrborn, 1984, pp. 167-186, con el co­ mentario de W. Weber, pp. 188-189, y la réplica de Blanke, pp. 189-190. 25. “Schlozer líber die Geschichtsverfassung (Schreiben iiber Mably an seincu deurschen Herausgebcr)” en: J. G. Hcinzmann, Litterarische Chronik, Ber­ na, 1875, 1, pp. 268-289, traducido al inglés con un interesante comentario por H. D. Schmidt como “Schlozer on Hisioriography”, en: History and Theory, 18. 1979, pp. 37-51. Véanse también Rcill; N. Hammerstein, “Der Antcil des 18. jahrhundetts an der Ausbildung det historischcn Schulen des 19. Jahihunderts”, Historische Forschtmg mi 18. Jahrhundert, editado por K. Hammer y J. Voss, Bonn, 1976, pp. 432-450; G. Wirth, Die Entwicklung der Aben Geschich­ te an der Philipps-UniversitSt Marhttrg, Marburg, 1977, pp. 114-116, 141, 146-1 55; y los ensayos en AtífUdrung and Geschichte, editado por H. E. Büdeker, G. Iggers y J. Knudscn, Gotinga, 1986. 26. L. Wachler, Geschichte der historischcn Forschtmg und Kunst seit der Wie-

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derherstellung der litterarischen Cultur in Europa, I, 1, Gotinga, 1812, pp. 174175: “Da er oft ais Augcnzeuge und thátiger Theilnehmer, stets mit genaucr Kenntniss der Personen und Verhaltnisse, würdig ernsc und freymüluig erzahlt, so kann er auf einen sehr hohcn Grad von Glaubwürdigkcit Anspruch ma­ chen... Das Bild des Zeitalrers trict in reinen Umrisscn, scliarí und ausdrucksvoll gezeichnet, vor unser Gemiith, wenn wir dieses Geschiclitsbuch aus der Hand legón”. H. W. Blanke hace un análisis positivo de Wachlcr y sus esfuerzos por colocar a los historiadores del pasado en sus propios contextos históricos en Historiographiegeschichte ais Historik, Fundamenta Histórica, 3, Stuttgart-Bad Canstatt, 1991, pp. 193-204. 27. Rankc, Z urK rítik neuerer Geschichtsschreiber, ob. cic., p. 76, nota 1. 28. Bernays, ob. cit., pp. 334-336: sobre la manera en que Ranke se apropia de Mtillcr, véase L. Krieger, Ranke, the Meaning o f History, Chicago y Londres, 1977, pp. 81 y 366-367, nota 33. 29. Véase, en general, E. Cochrane, “The Settccento Medievalists”, en: Journal o f the History o f Ideas, 19, 1958, pp. 35-61. 30. Véase A. Fabroni, “Lcctori”, en: Laurentii Medicis M agnifici vita. Pisa, 1784,1, pp. Vil-VIH. Al describir una obra de M. Brutus que no está a su alcan­ ce, escribe: “Nam quamvis ilie non admodum esset Mediceis amicus, suspexit ramen semper in Laurentium nobilitatem et niagnitudincm animi, singularemque prudentiam qua consuluit glotiae Florentinae Reipublicae in temporibus, quibus dissidentes cives deditique luxui arque libidini eo pervencrunt, tu nec vitia nec remedia pati amplias posse viderentur. Sed haec et his similia dum nos explicabimus, uteumque judicata erunc, non magnopere laborabimus, ea gloria conrenti, quod in narrandis rebus incorrupta rerum gestarum monumenta secuti fuerimus. Ex his sccundum operis volumen conflabitur; quodque eorum plcraquc asserventur in Florentino tabalario, quod mediceum vel Segreteria Veccbia appellari soler, quae nominavimus volumina, seu Filze, ad illud spectare existimabis.” [“En verdad, aunque él nunca fue muy amigo de los M edid, siempre admiró, sin embargo, en Lorenzo, la grandeza y la nobleza de espíritu, así como la singular prudencia con la que veló por la gloria de la Repiíblica de Florencia en épocas en las que los ciudadanos disidentes, entregados al desen­ freno y el libertinaje, alcanzaron ese punto en el que ni los vicios ni sus reme­ dios parecen poder soportarse por más tiempo. Pero hasta tanto expliquemos estas y otras cosas similares, sea como fuere que ellas sean juzgadas, satisfechos de aquella gloria, no nos esforzaremos demasiado, porque en la narración de los acontecimientos tomaremos como guía el testimonio incorruptible de los hechos. A partir de ellos fue forjado el segundo volumen de esta obra, y como la mayor parte de estos acontecimientos se conservará en el Archivo Florentino, el cual suele llamarse De los M edid o Antigua secretaría, cuyos volúmenes holis-

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tas ya mencionamos, el lector creerá estar contemplándolo desde ese lugar.”} Véase también Leonis X Potnifici M aximi Vita, Pisa, 1797. 31. Al final de iMurentii Vita, II, p. 399, después de nota 227, Fabroni agregó una advertencia final: “Cave putes, lector bumanissime, nos omnia monumenta, quae ad Laurentium pertinent, quaeque nis studiose collegimus, in hoc voluirien retulissc. Innúmera crtim pene sunt, quae, dolenter sane, edere praetermisimus, en mínimum cxcrcscerct magnitudo voluminis. Utinam quae praestitimus, aequis iudicibus minime displiceant". (“Guardare de creer, amable lector, que he­ mos incluido en este volumen todos los testimonios que conciernen a Lorenzo, a los que hemos reunido con gran celo. En efecto, son innumerables los que, sin duda con dolor, hemos omitido citar para que no creciera demasiado el tamaño de este libro. Ojalá que los que hemos presentado degraden lo menos pasible a los jueces ecuánimes.") En Zur Kritik, ob. cit„ pp. 173-174, Ranke insistió que aun en Florencia los documentos sobre asuntos exteriores no estaban disponibles en cantidad suficiente (a diferencia de los referidos a los ásuittos internos). Sobre Fabroni escribió que “Fabroni bekcnnt, es sey ihm nichf moglich gewesen, alie seine Utkunden aufzunehmén, ais deren eme fast unzahlbarc Menge sey; und wertn er sicli in seincm Ijtrenzo beschránkt hat, so har cr’s im Leben Lco’s X. noch melir gethan. ln Hinsicht auf den Zweck cines Biographen muss man diess billigen... Doch wem an der genauern Kenntniss dieser Dinge gelegen ist, der wird hiemit nicht befriedigt (p. 174).” (“Fabroni reconoce que no le fue posible reunir todos sus documentos, por cuanto constituyen una cantidad casi innume­ rable; y si se ha limitado en su Lorenza, lo ha hecho mucho más en la vida de León X... Esto puede ser admitido en relación al objetivo de un biógrafo... Pero quien tiene interés en un conocimiento exacto de estas cosas, no estará satisfecho con eso.”] Este comentario parece ingrato, y refleja, por cierto, la falta de expe­ riencia de Ranke con los problemas prácticos de la obtención de documentos. 32. Véase W. Roscoe, The Life and Tonifícate ofLeo the Tenth, Liverpool, 1803, sobre todo el prefacio, 1, p. [l]-XXXVII en Vlll, donde sé anticipa a Ranke al argumentar que Givio “tenía la oportunidad de obtener la información más exacta y auténtica sobre el tema de su historia; XI-X1II, sobre Fabroni, elogia su uso de “mucha información original”; XV, sobre problemas literarios, donde Roscoe afirma que citó fuentes originales “en la medida en que lo permitieron mis oportunidades”; XV y ss. sobre el uso por Roscoe de “documentos origina­ les” de los archivos florentinos, vaticanos y de otras partes, Roscoe sentía un vi­ vo aprecio por los eruditos italianos que ya habían explorado el país. Agradeció a A. M. Bandini, autor del gran catálogo de los manuscritos de la Laurenziana, por proveerle “varios documentos raros y valiosos, tanto impresos como ma­ nuscritos” (XVUi-xiX), a J. Morclli por su ayuda en Venecia (XX-XXI) y a un amigo inglés que obtuvo “varios pasajes curiosos” de los manuscritos parisinos

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de París de Grassis, autor de un diario personal del papa (XXV-XXVI). Los 218 pasajes de las fuentes al final de los cuatro tomos fiieron utilizados asiduamente por los historiadores críticos de la generación siguiente. Véase también su The Life o f Lorenzo de'Medid, called che Magnificent, Liverpool, 1795. 33. Véase un argumento general según estos lincamientos en U. Muhlack, “Von der philologischen zur historischen Methode”, en: Thcorie der Geschichte, Beitrage zur Historik, V: Historische Methode, editado por C. Meier y J. Riisen, Munich, 1988, pp. 154-180. 34. F. A. Wolf, Prolegomemi ad Homerum, I, Halle, 1795, cap. XLIX: “Habemis nunc Homerum in manibus, non qui viguit in ore Graecorum suorum, sed inde a Solonis temporibus usque ad haec Alexandrina mutatum varié, interpolatum, casrigatum et emendatum”. 35- Véase Walther, ob. cit. 36. Véase A. Grafton, Defenders of the Text, Cambridge y Londres, 1991, cap. 9. 37. Rankc, Das Briefwerk, editado por W. P. Fuchs, Hamburgo, 1949, pp. 69-70: “Ew. Exzellenz eigene Romische Geschichte ist eins der ersten deutschen historischen Werke, die ich eigcntlich studiert habe. Schon au f der Universiriit habe ich dieselbe exzerpiert und mir auf alie Weise zu eigen zu machen gesucht... dass gcgenwartige Bücher des Unterrichts, den ich ohne Ihr Wissen von limen genossen, nicht vóllig unwiirdig crscheinen mogen.” 38. lbíd., p. 70, “der Urhebeeiner ncuen Kritik”. 39. Véase E. Vischer, “Niebuhr und Rankc”, en: Schweizerische Zeitsehrift fu r Geschichte, 39, 1989, pp. 243-265; en definitiva, los documentos de Alficri resultaron de escasa utilidad para los fines de Ranke, pero la relación es fasci­ nante, como demuestra Vischer por medio de documentos descubiertos recientemente. 40. Sobre un admirador, véase C. Varrentrapp, “ Briefe an Ranke...”, en: Historische Zeitsehrift, 105, 1910, p. 108; sobre un crítico, W. Weber, Priester derKlio, Berna y Nueva York, 1984, p. 213. 41. Sobre los recuerdos tardíos de Ranke, de Hermann y sus otros maestros en Leipzig, véanse sus Neae Briefe, editado por B. Hoeft y H. Herzfeld, Ham­ burgo, 1949, pp. 476-477; allí habla de “ fdjie geistvollen Interpretationcn der Klassikcr, z. B. des Pindar, welche der unsterbliche Hermann vortrug” [“ [Ijas interpretaciones agudas de los clásicos, por ejemplo, de Píndaro, que el impere­ cedero Hermann nos expuso”], p. 476. 42. Ranke-Nachlass, Staatsbibliothek zu Berlin, Preussicher Kulturbesitz (Haus II), 38 II C.: Kollegnaschriften aus Leipzig, 1: “Observationes Godofredi Hermanni ad Aeschyli Persas a v. 758 usque ad finem, a die XXVI mensis Maii ad diem XIV mensis iulii MDCCCXIV", fol. 2 verso: “Hic frustra ii sunt, qui his-

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toricam fidem et certitudinem in Acschylo quaerunt, cum, tu putant, andquior sit ipsi Herodoto; sed ut poetae ei licuit ut in omni re ita hic res ad consilimn suum adtemperare”. 43. Ibíd., fol. 3 verso - 4 recto. 44. Ibíd., cuaderno 2, “Godofredi Hermanni Prof. Lips. Praelectiones in Pindarum”, p. 3: “Quae nobis restant graecae poeseos monumenta, ruderan sunt ex magno naufragio servata” . 45. Ibíd.: “ Historia graecae poeseos quam non habemus” se transformó en “De difficultatibus quae se historiam graecae poeseos scripturo obiiciunt”. 46. Ibíd., p. 13: “Pindari scripta in antiquitate et Aristarchus et alii scholae Alexandrinac grammatici tractarunt, ita ut tum ea explicarent, tum ad grammatices et ethices, quam sibi fixerant, praecepta corrigerent. Quod quomodo fecerint, non cognitum habemus, cum pleraque ex eorum commentariis interierint. Hiñe quam nunc in manu habemus horum carminum recensionem, ea non putanda est ita esse a Pindaro instituta, sed Grammaticorum cortectionibus inter­ polara. Genuina ergo emenda sunt, ciicienda haec Grammaticorum figmenta”. 47. Ibíd., pp. 13, 16. 48. Ibíd., pp. 15 y ss. 49. Véase el interesante análisis que hace Walther de Niebuhr, pp. 319-320; él recurre, a su vez, a W. Lepenies, “Fast ein Poet. Johann Joachim Winckelmanns Begriindung der Kunstgeschichte”, en: Autoren und Wissenschafiler im 1S. Jahrhundert, Munich y Viena, 1988, pp. 91-120.

N O T A S A L CAPÍTULO IV 1. Voltaire a Dubos, 30 de octubre de 1738; (trad. inglesa J. Barzun), en: The Varieties ofH istory, editado por F. Stern, Nueva York, 1973, pp. 38-40. Véase G. G. Iggers, “The European Context o f Eightcenth-Ccntury Germán Enlighrenment Historiography”, en: Aufklarungtmd Geschtchte, editado por H. E. Bodeker y cois., Gotinga, 1986, pp. 225-245 en particular 229. 2. Voltaire a Maffei, 1744, citada por K. Pomian, Collectionneurs, amateun et curiettx. Pitris, Venise: XVIes-XVI/les siecles, París, 1987, p. 198. 3. S. A. Tissot, “Vorrede”, Von der Gestuidheit der Gelehrten, (trad. J. R. Füesslin), Zurich, 1768, sig. [)8(] recto-verso: “Die Citationen habe icli beybehalten, weil sie mir nützlich scheinen, obgleich sie táglich mehr aus den franzosischen Schriften verbannt werden. Schriftsteller die ihren Gegenstand erschopfen, und ihren Nachfolgern nichts mehr zu sagen übrig lassen, kónnen derselben entbehren; ihre Werke sind vollendete Gebaude, an die man niemals mehr Hand legen wird; zum Unglück ist das mein Fall nicht, so wenig ais vie-

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ler andero ilircr, und dennzumalil dtinkt mir, solí man citiren, damit man denen welche die namlicl^e Arbcit cinmal Air die liand nehmeii wollen, die Entdcckung der Queden cdcichrcfe, woraus sie schópfcn kónnen. In Werken die der Erfolg meiner eigeneq Bermcrkungen sind, habe ich nifht gethan, allein wenn man sich aqdercr ibrer bedicnt, so find ich nichts boses darín, wenn man ihnen durch einige unten an det Seite hingesetzte Worte wo sie niemandem nichts schadcn, dieserwegen die schuldige phrc bewcisct”. 4. Véase, sobre todo. A, Momigliano, “Gibbon’s Cootribution to Hisrorical Mcdiod” , en: Contributo, alio storía degli Midi classici, Roma, 1955, pp. 195-211. 5. E. Gibbon, Menwirs ofM y Life, editado por G. A. Bonnard, Nueva York,

1966, p. 43. 6. Ibíd., p. 99. 7. Gibbon's Journal to January 28th, 1761, editado por D . M. L.ow, Nueva York, s.f., pp. 22-23, 42, 44, 81, 87, 95, 104, 105, 10S-109, 123, 125. 163, 166-169, 173, 181-182, 187, 197-198. 8. H. E. Davis, BA, An Examination o f the Fificcnth andSixteenth Chapters o f Mr. Gibbon ’s History o f the Decline and F all o f the Román Empire, Londres, 1778, p. II, citado en Gibbon, Miscellaneous Works, editado por John, lo rd Shcfficld, Londres, 1814, IV, p. 523 (subrayado por Gibbon). En Memoirs o f My Life, Gibhon dice que Davis “no pretendía atacar la fe, sino la buena A: del historiador”; editado por G. Bonnard, Iondrcs, 1966, p. 160. 9. Davis, Examination, ob. cif-, p. 230, nota, 10. Véase la respuesta no muy eficaz de J)avis en A Reply to Mr. Gibbon’s Vindication, Londres, 1779. 11. GSttingische Gclehrte Anzcigeu, 18 de octubre de 1783, p- 1704. 12. The Letters o f D avid Hume, editado por J. Y. T. Grcig, Oxford, 1932, II, p. 313. 13. E. Palmicri, “The Satiric Footnotes of Swift and Gibbon”, en: The Eighteenth Century, 31, 199Q, pp. ¡145-262 en particular 246. 14. Sobre el uso sistemático creciente de documentación en la historiografía inglesa del siglo XVIII, véase D. Hay, Annalists and Historians, Londres. 1977, pp. 175-181. 15- Sobre esta tradición, véase el clásico estudio de N, Hammerstein, Ju s und Historie, Gotinga, 1972. 16. Disscrtatio genealógica de fam ilia Augusta Franconica qttam sub praesidio lo. Davidis Koeleri P. P. publice disceptandam pxoponit Carolus Gustavos Ftirer de H aim endorf ep W olkersdorf ctd d. gxv. Septembris a. MDCCXX/l, Altdorf, 1722, Praefatio, sig. [*4] recto: “Plus cnim apud nos valept tot antiquorum scriptonim testimonia... quam variae et ingeniosae [de. Ingeniosa] recentiorum autorum deductiones gcnealogicae, quae nudis innituntur coniccturis, et solam

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convenientiam quorundam nominum pro solido fundamento demonstrationis adhibent”. La obra consta de una serie de tablas genealógicas con 66 páginas de probationes documentales. 17. Véase en general J . Knudscn, Justas Móser and the Germán Enlightenment, Cambridge, 1986. 18. Móser a Abbt, 26 de junio de 1765; Móser, Briefwechsel, editado por W.F. Suelden y cois., Hannover, 1992, p. 365: “Allein, wie wird man das alies in einer ossnabrückischcn Gcschichre vertragen? Doch es sind 12 Bogen Einlcirung. und icli kann mir nicht helfen. Gesrcm führtc ich in einer Note cin hcbtaisch Wort an und kann doch diese Sprachc niclu lesen. Ist das nicht pedantischr Und doch konnte ich es nicht lassen; ja, ich war sogar in der Vcrsuchung, nachdem ich des Bochan Gcographicam sacram durchgelesen hatte, einhundert Anmerkungen darüber zu madicn und ilun mi Hcbraischcn und Arabischcn zurechte zu weisen, ich, der die Buchstahcn nicht kenne". 19. Véase E. Fuctcr, Gcschichre der mueren Historiographie, Munich y Ber­ lín, 1911, pp. 393-397. Se hace un análisis detallado de su método de trabajo en P. Schmidt, Studien üherJustas Móser ais Historiker, Gotinga, 1975. 20. G. W. F. Hegel, Vorlesungen überdic Gcschichre der Philosophie, I: Siimtliche Werke, Jubiltiumsasisgabe XVII, Stuttgart-Bad Canstatt, 15165, pp. 147-148: “Dabei ist Tennemann so aufrichtig, die Stelle aus dem Aristóteles unter den Tcxt zu sefzten, so dass Origina! und Uebersetzung sich oft wiedersprechen". 21. Sobre Kant, véase W. Von Rahden, “Sprachpsychonautcn", en: Sprachwissenschafien mi 18. Jahrhundert, Munich, 1993, pp. 111-141 en particular 1 18-127. 22. S. Nimis, “ Fussnoten: das Fundament der Wissenschaft”, en-.Arethusa, 17, 1984, pp. 105-134. 23. Bernays a Heyse, 9 de marzo de 1855, citado por H. I. Bach, Jacob Bernays, Tubinga, 1974, p. 128 (“Giftschrank”); Bernays a Ritschl, 19 de julio de 1855, ibíd., p. 130, nota 23: “Was Jans Wunsch nach mehr Dctail angeht, so kann ich nicht ‘simpliciter’ darauf antworten. Meint er, mit Mommsen, dass alies Dctail der Noten gleich in don Tcxt hatte vcrwebt werden und die Cítate, nach der gewOnlichen Manier, die untere Hiilftc der Seiten bedecken sollen: so kann ich dagegen nur sagen, dass dieses nicht meine Weise ist, dass das Ganze dadurch ein viel zu abschreckend gelehrtes Ansehen bekommen hatte und dass ich mir ein kurzarhmigeres Pubiicum gedaclu habe ais dasjenige scin diirfte, welches im Stande warc, 20 Bogen solcher Art in einer Tour durchzuackern”. 24. W. Rehm, “jean Pauls vergniigtes Notenleben oder Notenniacher und Notenleser”, en: Spate Studien, Bern y Munich, 1964, pp. 7-96. 25. Véase, en general, H. Stang, Einleitung-Fussnatc-Kommcntar, Biclefeld, 1992.

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26. Véase R. C. Darnton, The Forbidden Best-Sellers o f Pre-Revolutionary Trance, Nueva York, 1995, pp. 76-77, 115-136, 139, 337-389 (que incluye parte de las Anccdotes-, para el prefacio, véanse pp. 337-338). Para muestras del trabajo de Mercier en traducción inglesa, véase ibíd., pp. 300-336. 27. Para esta versión del contexto, estoy en deuda con J. Lcvine, Doctor Woodward’s Shield, Berkeley, 1977, y Humanism and History, Ithaca y Londres, 1987. R. C. Jebb, Bentley, Londres, 1882, sigue siendo una excelente introduc­ ción a su método. Véanse también S. Timpanaro, Lagenesi del método del Lachmann, 3‘ ed., Padua, 1985, y L. D. Reynolds y N. G. Wilson, Scrihes and Scholars, 3' ed., Oxford, 1991. 28. J. Swift, A Tale o f a Tub, to which is added The Battle o f the Books and the Mechanical Operation o f the Spirit, editado por A. C. Guthkclch y D. Nichol Smith, 2a ed., Oxford, 1958, p. 225. 29. Ibíd., p. 224 y nota 2. 30. Ibíd., pp. 244, 247, 248, 250. 31. Véase un estudio clínico en A. Grafton, “ Petronius and Neo-Latin Satire: The Rcception o f the Cena Trimalchionis", en: Journal o f the W arburgand Cmirtauld Institutos, 53, 1990, pp. 1 17-129. 32. Pope, The Variorum Dttnciad, ivith tíre Prolcgomena ofScriblertis, Reprodttced in Facsímile from the First Issue o f the Original Edition o f 1729, editado por R. K. Root, Princeton, 1929, p. 2. 33. K1 28 de junio de 1728, Pope escribió a Swift que el poema “será acom­ pañado con Proeme, Prolcgomena, Testimonia Scriptorum, Index Anthorum y no­ tas Variorum. En cuanto a éstas, deseo que leas el texto y prepares algunas de la manera que te parezca mejor...”. Girado en la introducción de Root, ibíd., p. 12. 34. Ibíd., pt. II, p. 1. 35. Pope a Swift, 28 de junio de 1728, citado por Root, en ibíd., p. 12. 36. Ibíd., pt. II, p. 30. 37- Ibíd., p. 99: “Flatu, ventorum Aeoli, tu sequitur” . Sobre la fecha y auto­ ría de estas notas, véase Pope y cois., Memoirs o f the Extraordirutry Life, Works, and Discoveries o f M artinas Scriblerus, editado por C. Kerby-Millcr, New Haven y Londres, 1950, pp. 267-269. 38. Ibíd., pp. 49-50. 39- Ibíd., p. 51. Véase también W. Schmidt-Biggcmarín, Maschine und Tettfil, Frciburg y Munich, 1975, pp. 104-111. 40. Véase, en general, W. Martens, “Von Thomasius bis Lichtenberg: Zur Gelehrtensatire der Aufklárung”, en: Lessing Yearbook 10, 1978, pp. 7-34. 41. G. W. Rabener, Satiren, III, Berna, 1776, p. 6: “Lente, von denen man schwóren sollte, dass sie Natur zu nichts weniger, ais zu Gelehrten, geschaffen hárte; Leute, welche, ohne selbst zu denken, die Gedankcn der Alten und ande-

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rer berühmten Manner erldaren; solche Leute sind es, die sich gross und fiirchtbar machen; und wodurch? Durch Noten!” . Rabener observa, asimismo, que “hingegen getraue ich mir, durch hundert Excmpel zu behaupten, dass man durch kein Mittel in d tr Welt ieichter zu gehórigen Autorgrosse gelangen kann, ais durch die Bescháfftigung, die Schriften anderer Manner durch Noten zu vermehren, und zu verbessern” . [“En cambio, me atrevo a sostener, con un centenar de ejemplos, que nadie puede alcanzar más fácilmente la debida cele­ bridad como autor por ningún otro medio que no sea ampliando y mejorando los escritos de otros hombres mediante nota.”] 42. Rehm, ob. cit., p. 12 y nota 7: “Man lacht iiber Rabeners Noten ohnc Text, aber Lavater ist in der That noch viel weiter gegangen, der hat uns Noten gegeben, wozu der Text der Commentar seyn niuss. Dass ist die walire Sprache der Selier, die man erst versteht, wenn sich die Begebenheiten ereignet haben, die sie verkündigen”. Una sátira sobre las notas al pie y muchas otras cosas que pro­ vocó hilaridad en el círculo de Lichtenberg (cí. carta 2452 en su Corresponden­ cia) lúe el muy gracioso escrito de J. F. Lamprecht Der Smndenmfer zu Teníate, 1739. Sobre la historia posterior de la nota al pie en la literatura, véase Stang.

N O TAS AL CAPÍTULO V 1. L. von Ranke, Atis Werke und Nachlass, editado por P. W. Fuchs y cois., Munich y Viena, 1964-1975, IV, pp. 226-231 (“Einleitung: Die Historiographie seit Machiavelli”, del curso de Ranke sobre Romische Geschichte en el Sommersemester 1852; cf. pp. 360, 365). La Einleitung revela claramente que Ranke ya comprendía las dificultades pata adecuar el desarrollo de la historia antigua al esquema normal, en la cual la Escuela Histórica emergió triunfante de las guerras napoleónicas. 2. Ranke, Zur Kritik Neuerer Geschichtscbreiber, Leipzig y Berlín, 1824, pp. 68-78. 3. Sobre Corio, véase E. Cochrane, Historians and Historiography in the Italian Renaissance, Chicago y Londres, 1981, pp. 117-118. 4. Ibíd., p. 94: “Unmóglich aber kann Gravius hiemit die letzten Bücher gemeint haben, wo er die vorziiglichste Urkunde wichtiger Geschicliten ist, wo er viele Denkmale wcirtlich aufnimmt”. 5. L. Wachler, Geschichte der historischen Fonchung und Kunst, I, 1, Gotinga, 1812, pp. 135-136 en particular 136: “Die kleinlichsten Umstande sind auf das genaueste und mit der Alies untersuchenden Gewissenshaftigkeit eines ernsten Forschers angegeben; viele Nachrichten sind hier zuerst aus Urkunden beygebracht, viele Erzühlungen Anderer mit Sorgfalt berichtigt” .

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LO S O RÍG ENES TR Á G ICO S D E LA ERUDICIÓN

6. Para el caso del historiador florentino Leonardo Bruñí, véase E. Santini, “Leonardo Bruñí Aretino e i suoi ‘Historíarum Florcntini Populi Libri XII’”, en: Annali della Scuola Nórmale Sttperiore di Pisa, classe di ftlosojia e filología, 22, 19)0, y Coclirane, ob. cít., p. 5. 7. R. White, H iítoriarum libri... cum notis am iquitarum fíritannicarum , Atrebati, 1597, pp. 3-4: “saris admirari ncqueo. Princeps illtistrissime, nullum extare librum antiquitus ea de re scriptum: sed oportere nos, ranquam apes ex variis iloribus niel carpunt, ita de diversis auctoribns carpere [de., capere] passim sentencias casque simul ad unum collectas velut in álveos rccondere. Qui labor admodum pauca lcligendi ex multis pcrlectis, quantus fuerit liomini publicis privacisque negotiis occupatissinio, intclligi facile potcst”.
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