Gorgias de Leontini - Περί του μη όντος ή Περί Φύσεως Sobre el no ser

February 24, 2018 | Author: quandoegoteascipiam | Category: Rhetoric, Plato, Argument, Socrates, Author
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Descripción: Grupo de traducción de griego Universidad de los Andes: Sergio Ariza Estudio introductorio, notas y apéndi...

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G O R G I A S D E L E O N T IN I

SOBRE EL NO SER EDICIÓN BILINGÜE

S e r g i o A r iz a (E s tu d io in t r o d u c t o r io , n o ta s y ap é n d ice )

G

r u p o de t r a d u c c i ó n de g r ie g o

U

n i v e r s i d a d de l o s

A

ndes

Gorgias de Leontini Sobre el no ser

Sergio Ariza

Estudio introductorio, notas y apéndice

Grupo de traducción de griego de la Universidad de los Andes Felipe Ángel · Sergio Ariza · Emperatriz Chinchilla · Juan Sebastián Franco · Manuel Alejandro Garzón · Santiago Meló · Luis Carlos Suárez · Manuel de Zubiría

Traducción

Facultad de Ciencias Sociales Departam ento de Filosofía

Gorgias ile Leontini: sobre el no ser / Sergio Ariza, estudio introductorio, notas y apéndice -Bogotá: Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Filosofía, Ediciones Uniandes, 2014. 96 pp.; 17 X24 cm Traductores del griego al español: Emperatriz Chinchilla, Manuel de Zubiria, Santiago Meló, Luis Carlos Suárez, Felipe Ángel Flórez, Juan Sebastián Franco. Manuel Alejandro Garzón. ISBN 978-958-774-009-7 l. Gorgias, de Leontini. 485-380 a.C. 2. Filosofía griega 3. Retórica antigua 1. Ariza Rodríguez, Sergio Reinei II. Chinchilla, Emperatriz III. Universidad de los Andes (Colombia). Facultad de Ciencias Sociales. Departamento de Filosofía. CDD 183. SBUA

Texto original del griego Text originally published in “Sofisti, Testimonianze e frammenri” © 2009 Bompiani/RCS Libri S.p.A., Milan Primera edición: septiembre de 2014 © Sergio Ariza © Emperatriz Chinchilla, Manuel de Zubiria, Santiago Melo, Luis Carlos Suárez, Sergio Ariza. Felipe Angel Flórez, Juan Sebastián Franco y Manuel Alejandro Garzón, traductores del griego al español © Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Filosofía Ediciones Uniandes Carrera 1.* num. 19-27, edificio Aulas 6, piso 2 Bogotá, D. C„ Colom bia Teléfono: 3394949, ext. 2133 http ://ediciones.un ¡andes.edu.co infeduni@ uniandes.edu.co ISBN: 978-958-774-009-7 Corrección de estilo en español: Yecid Muñoz Diagramación interna: Proceditor Diagramación de cubierca: Víctor Gómez Ilustración de cubierta: M arisol Leal Leal, “Gorgias, el no ser Impresión: Editorial Kimpres Ltda. C alle 19 sur núm. 69C -17 Teléfono: 4136884 Bogotá, D. C., Colom bia Impreso en Colom bia - Printed in Colom bia

C

o n t e n id o

P r e f a c io

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Estudio in tro d u cto rio Gorgias de Leontini Los reportes de Sobre el no ser Gorgias y la escuela eleática La estrategia argumentativa El objetivo del tratado Análisis del reporte de MXG Nada es Es incognoscible Es incomunicable Análisis del reporte de Sexto Empírico Nada es Es incognoscible Es incomunicable Bibliografía Ediciones, traducciones y comentarios Ediciones de otros autores antiguos Bibliografía secundaria

5 5 9 11 12 15 15 22 26 29 29 31 32 35 35 36 36

ΠΕΡΙ ΓΟΡΓΙΟΥ

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S obre G o r g ia s Nada es

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G O R G I A S DE L E O N T I N I

VIII

Argumento propio Crítica del argumento propio Es incognoscible Es incomunicable

^ ^ ^ 47

ΠΕΡΙ TO T ΜΗ ΟΝΤΟΣ Η ΠΕΡΙ ΦΤΣΕΩΣ

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Sobre

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lo q u e n o es o

Sobre

la n a t u r a le z a

Nada es Es incognoscible Es incomunicable A p é n d ic e

Gorgias y la incomunicabilidad del ser. Una crítica a la aproximación de Alexander Mourelatos Transmisión del conocimiento en Sobre el no ser El argumento categorial El argumento perceptual Conductismo y epistemología en el Elogio de Helena Bibliografía

5] 55 57 59

59 62 63 69 79 82

G lo s a r io e ín d ic e d e té r m in o s

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Í n d ic e d e a u t o r e s

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P r e f a c io

Presentamos la traducción del tratado de Gorgias de Leontini titu­ lado Sobre el no ser o Sobre la naturaleza. El texto original no sobrevivió y contamos únicamente con dos reportes extensos de autores tardíos. El uno pertenece a un autor anónimo, falsamente identificado con Aris­ tóteles, de un ensayo denominado Sobre M eliso, Jenófanes y Gorgias {MXG)·, el otro se encuentra en la famosa obra del filósofo escéptico Sexto Empírico titulada A dversus m athem aticos (M.). El presente tra­ bajo recoge ambos reportes. En su tratado Gorgias argumenta a favor de las siguientes tres tesis: 1. Nada es. 2. Incluso si es no es cognoscible. 3. Incluso si es cognoscible no es comunicable. Basta con leer estos enunciados para percibir la fuerza sugestiva y el espíritu provocador que anima este tratado. Gorgias cuestiona la experiencia hum ana m ism a, pues niega la existencia de tres funda­ mentos esenciales de esta: el ser, el conocim iento y el lenguaje. El resultado es paradójico y no es de extrañar que tanto en la antigüedad

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G O RG I A S DE LE ON T I N I

como actualmente se discuta sobre el sentido de estas tesis, el valor de los argumentos y el objetivo del tratado. Pero las discusiones no se limitan al aspecto filosófico del tratado. El hecho de que contemos con dos reportes que presentan diferencias sus­ tanciales en varios pasajes es ya un indicio de los problemas filológicos que surgen en la tarea de reconstruir el contenido del texto. Igualmente, se debe tener en cuenta que MXG presenta corrupciones importantes y divergencias en los manuscritos transmitidos. No hay que olvidar, además, que se trata de reportes de autores que vivieron varios siglos después de Gorgias y que debemos contar con una cantidad de distor­ siones del pensamiento de este pensador acumuladas a lo largo de siglos de incierta transmisión. El presente trabajo pretende guiar al lector tanto en los proble­ mas filosóficos del tratado como en aquellos referentes a la fijación del texto. Conscientes de que la traducción no basta para familiarizar al lector con las dificultades referidas hemos agregado un estudio intro­ ductorio que pretende ser una guía de los problemas filosóficos y filo­ lógicos del tratado. La introducción no se la debe entender como una interpretación propia, aunque en algunos puntos se han introducido propuestas originales. Su énfasis, en todo caso, es sobre los problemas antes que sobre las soluciones. El lector encontrará, igualmente, una abundante serie de referencias a autores contemporáneos que discuten el amplio espectro de proble­ mas en torno a este tratado. Ello se ha hecho así para ofrecer una guía de la literatura secundaria disponible sobre el tema. Mucho del mate­ rial bibliográfico sobre el tratado se halla disperso en revistas de difí­ cil acceso o se precisa de cierta experiencia para valorar su relevancia. De autores como Platón y Aristóteles contamos en español con buenas introducciones que nos guían en los problemas y en la discusión de la literatura especializada. En el caso de Gorgias no existe una sola obra en español que nos sirva de introducción al pensamiento y al debate en torno a este. El presente trabajo pretende aminorar tal déficit. Contamos en español con algunas traducciones de Sobre el no ser. En particular, vale la pena resaltar la traducción de Antonio Melero Bellido para la editorial Gredos y la más reciente de Días y Spangenberg para la editorial Winograd. Las diferencias de la presente obra con estas traducciones y con cualquier otra no radican tanto en la traducción

PREFACIO

misma del texto sino más bien en el conjunto de decisiones que se han tomado sobre su edición. No se debe olvidar que, en particular con MXG, nos enfrentamos a un número considerable de conjeturas por parte de los editores, cuya aceptación o rechazo determinan la natura­ leza del tratado. En el presente trabajo se emplea la edición de Unters­ teiner, pero modificada en algunos puntos gracias a las ediciones de Newiger, Buchheim, Caston y Ioli. El criterio para tal elección ha sido casi siempre la preferencia por propuestas interpretativas que alteren lo menos posible los manuscritos transmitidos. En particular, nos ale­ gra haber introducido algunas propuestas extraídas de la reciente edi­ ción de Ioli, quien ofrece el estudio sistemático más importante de Sobre el no ser de las últimas décadas. Una edición que por cuestio­ nes de cronología no estaba disponible ni para Melero Bellido ni para Días y Spangenberg. Finalmente, llamamos la atención sobre el hecho de que se ha interpo­ lado, a modo de apéndice, una versión revisada de un ensayo aparecido en esta editorial. Sirva este ensayo como una ampliación de ciertas ideas esbozadas en el estudio introductorio a la tercera sección del tratado.

E s t u d io in t r o d u c t o r io

Gorgias de Leontini

Gorgias nace en Leontini, en la costa oriental de Sicilia. Las fechas de nacimiento y de muerte no se pueden fijar con precisión, pero los reportes más confiables apuntan a localizar su nacimiento en las pri­ meras décadas del siglo V a. C. y su muerte en las primeras décadas del siglo IV a. C. Ello nos ofrece la imagen de un Gorgias que vive y desa­ rrolla su carrera a lo largo del siglo quinto, en una época de particular florecimiento de la civilización griega, conocida como la etapa clásica. Informaciones relevantes sobre su vida son, como cabe esperar, esca­ sas y poco confiables. El testimonio más diciente es el que refiere que Gorgias participó en una embajada a Atenas, comisionado por su ciu­ dad natal, en el 427 a. C., con el fin de solicitar ayuda militar debido al ataque de una ciudad rival, Siracusa, contra Leontini. Este evento es un indicio de la estima en que se encontraba Gorgias en su ciudad natal e igualmente nos informa sobre el primer contacto testimoniado de Gorgias con Atenas. La anécdota cuenta también que Gorgias fas­ cinó y ganó la admiración con sus discursos en esta ciudad. Independiente de las anécdotas podemos constatar la influencia de Gorgias sobre pensadores atenienses como el historiador Tucídides y 5

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GORGIAS DE LEONTINI

el orador Isócrates. Platón mismo discute en diversos diálogos ( Gorgias, Menón , Fedro y quizás Parménides) aspectos del pensamiento y de la pro­ fesión de este pensador. Incluso se ha especulado que Gorgias influenció a Sócrates de un modo más determinante que Pródico de Ceos, quien pasa por ser el maestro del pensador ateniense (Calogero 1957). A pesar del reconocimiento de sus contemporáneos, Gorgias pasa a nosotros más bien como una figura menor cuyos mayores alcances se localizan en el área de la técnica de la persuasión, tal como la entiende Gorgias mismo en su Elogio de Helena donde señala que “la persuasión, adicionada al discurso, moldea el alma tal como se le antoja”1(Hel. 13) y la compara con los encantamientos mágicos y las drogas de los médi­ cos2. No hay que olvidar, sin embargo, que Gorgias fue un testigo de excepción de uno de los siglos más ricos a nivel cultural de la histo­ ria de Grecia. Si nos atenemos a las fechas de su vida y a los lugares en que vivió, resulta posible imaginar un Gorgias que conoció personal­ mente a representantes directos de las escuelas eleática y pitagórica, las cuales tuvieron su epicentro en el sur de Italia. Él mismo fue, según los reportes, discípulo de Empédocles, quien refleja en su filosofía rasgos tanto eleáticos como pitagóricos amén de ser un magnífico receptor de la tradición jonia. En la ciudad vecina de Siracusa aparecieron los pri­ meros profesionales en la retórica, Córax y Tisias. Gorgias aparece rela­ cionado con estas figuras en los reportas que conservamos. En su viaje a Atenas pudo muy bien conocer personalmente a Sócrates y a otras grandes figuras de la filosofía, del drama y de las artes plásticas activas en las últimas décadas del siglo V. Incluso se cuenta que alcanzó a leer el diálogo Gorgias de Platón y a comentarlo. Aunque esto no es prueba de la altura intelectual y de la importancia de Gorgias, al menos nos debe prevenir de precipitarnos a la hora de juzgar esta compleja figura. Gorgias es conocido ante todo por ser uno de los grandes maestros de la retórica de la antigüedad. Aunque posiblemente no fue el primero en emprender un estudio sistemático de esta actividad, su nombre apa­ rece ligado a los orígenes de la retorikê tecbné , como el Gorgias de Platón lo atestigua. Sin duda, Gorgias fue un innovador tanto en la composición 1 Todas las traducciones son mías. 2 Una influyente lectura de Gorgias como un verbal m agic la ofrece Dodds en su comentario al Gorgias de Platón (Dodds 1959: 8).

ESTUDIO I N T R O D U C T O R I O

en el empleo de figuras literarias, muchas de las cuales él fue el primero en usar sistemáticamente. Además, como lo revelan el Elogio de Helena, la Defensa de Palamedes y la tercera sección de Sobre el no ser, desarrolló una teoría del discurso investigando su naturaleza, su estatus epistemológico y los mecanismos de persuasión en el oyente. Estos alcan­ ces pueden llevar a pensar que Gorgias es ante todo un retórico y no un filósofo. Tal apreciación, sin embargo, es discutible. Los testimonios de sus contemporáneos no tienden a distinguir entre un Gorgias retórico y un conjunto de pensadores que podríamos llamar filósofos. Todo lo con­ trario, se le asocia sistemáticamente con el grupo de pensadores que lla­ mamos sofistas y con distinguidos presocráticos, en particular aquellos provenientes del sur de Italia. Igualmente, los textos de Gorgias mencio­ nan y discuten tesis de sus contemporáneos. Ello, por supuesto, no es una prueba concluyente de sus aportes filosóficos, pues la cuestión no es si Gorgias es un hombre culto de su época, al tanto de los alcances intelec­ tuales de sus contemporáneos, sino si él mismo hace un aporte sustan­ cial a la discusión. Aquí como en otros casos la decisión debe provenir del estudio de sus textos antes que de la doxografia transmitida. Finalmente, cabe anotar que las clasificaciones que distinguen entre retórica, filoso­ fía y sofística son de hecho anacrónicas, pues tales distinciones surgen en épocas ulteriores, en particular a partir de Platón y Aristóteles, y, por tanto, resulta temerario afirmar que Gorgias es un retórico, entendiendo por ello alguien que ejerce un campo de conocimiento claramente dife­ renciado del de la filosofía (Schiappa 1992). De seguro resultaría inentendible para Gorgias y sus contemporáneos el que se los rotule como retóricos o filósofos, posiblemente todos se ven entre sí como colegas. El hecho de que ellos mismos vean a sus otros contemporáneos como com­ petidores y antagonistas es un indicio de que no se perciben como espe­ cialistas en diferentes áreas, sino como rivales en la misma. com o

Los reportes de Sobre el no ser

El tratado conocido como el Sobre el no ser o Sobre la naturaleza 3 es uno de los textos más extensos de prosa preplatónica. A diferencia

3 Sexto Empírico es quien menciona estos dos títulos y quien los refiere a un mismo tratado.

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GORGIAS 1)E LEONTINI

del Elogio de Helem y de la Defensa de Palamedes , las otras dos obras de extensión importante que conservamos de Gorgias, poseemos tes­ timonios antiguos que corroboran la autoría de Gorgias. Así, Isócrates expresa en su Elogio de Helena que Gorgias ha afirmado que “Ninguna de ¡as cosas que son son” (Isócrates, Helenae encomium X, 3)\ una clara referencia a Sobre el no ser. Incluso un autor antiguo, Olimpiodoro, se arriesga a proponer una fecha de composición: la Olimpiada 84 (444441 a. C.) (Olimpiodoro, In Platonis Gorgiam commentaria 20,5). Sin embargo, a diferencia de los discursos arriba mencionados, la tradición no ha preservado el texto original, sino que contamos únicamente con dos reportes tardíos, el uno de Sexto Empírico en su voluminosa obra Adversus mathematicos (M. 7.65-87) y el otro de un autor anónimo, falsamente identificado con Aristóteles, quien escribió un breve escrito llamado Sobre Meliso, Jenófanesy Gorgias (MXG 979a 12-980b21). Hay una controversia sobre la relación de los dos reportes entre sí y de estos con el texto original: ¿Cuál de los dos refleja con mayor fidelidad las palabras de Gorgias? ¿Se remontan a un mismo manuscrito o parafra­ sean versiones ya diferentes del tratado? ¿Es posible derivar un reporte del otro? ¿Son los dos textos divergentes o compatibles? Una inspección de los más importantes trabajos sobre esta temática arroja que la valoración de los reportes no ha permanecido estable a lo largo del último siglo. Los primeros grandes estudios otorgaron su confianza al reporte de Sexto y tendieron a ignorar el de MXG\ La claridad de la exposición de Sexto y la coherencia lógica de las argumen­ taciones reportadas, en contraste con la oscuridad y opacidad estructu­ ral de MXG, fueron factores importantes para valorar positivamente el texto del escéptico. Sin embargo, encontramos ya en la misma época voces discordantes que prefieren el reporte de MXG al de Sexto (Apelt 1888; Gigon 1936). La crítica más sistemática a la versión de Sexto y, al mismo tiempo, la mejor defensa de la versión de MXG la realiza Newiger (1973). Los argumentos en contra del reporte de Sexto son, en parte, aquellos mismos que se utilizaron anteriormente para privilegiarlo: La

4 Ver además Isócrates, Antidosis XV, 268. 5 Diels, en su famosa edición de los textos de los presocráticos, transcribió única­ mente el reporte de Sexto, marginando por completo el de MXG. Gompcrz (1912) y Nestle (1922) igualmente privilegian a Sexto sobre MXG.

ESTUDIO INTRO D UCT O RIO

claridad y coherencia lógica en Sexto resulca sospechosa y se tiende a considerarla una adaptación de Sexto a los modelos argumentativos y los objetivos de los escépticos6. En cambio, se piensa que MXG preserva mejor el plan original y la forma de argumentar de Gorgias. En las últi­ mas décadas ha crecido la reputación de MXG y difícilmente un autor privilegiaría actualmente el reporte de Sexto. Sin embargo, cabe adver­ tir que algunos especialistas encuentran compatibles los dos reportes y, por tanto, no se sienten obligados a escoger alguno de los dos (Kerferd 1955; Ioli 2010). Pero se debe indicar, a su vez, que lecturas compatibilistas tienden subrepticiamente a adaptar de manera no tan clara uno de los reportes al otro.

Gorgias y la escuela eleática

Sobre el no ser es un texto que desde la antigüedad ha despertado agudas controversias sobre la forma en que debemos interpretarlo y valorarlo. Varios factores atentan contra una interpretación del tra­ tado que ofrezca un mínimo consenso en torno a su lectura. Además del hecho de contar con dos versiones diferentes complica la situación el estado en que se encuentra el texto de MXG, que presenta considera­ bles corrupciones. Igualmente, la tendencia en ambos tratados a agre­ gar una pátina modernizante y reformular el pensamiento de Gorgias en un lenguaje claramente anacrónico dificulta su compresión. Final­ mente, cabe señalar que el carácter abstracto de las argumentaciones deja un amplio espacio a interpretaciones conflictivas. Fuera de duda está la estructura general del tratado, pues en esto coin­ ciden los dos reportes que poseemos. El tratado consta del siguiente trilema: ( 1) nada es, (2) pero incluso si algo es no es cognoscible, (3) pero incluso si es cognoscible no es comunicable. Igualmente, está fuera de duda la fuente de inspiración de este esquema: la filosofía eleática. De hecho, cada una de las tesis gorgianas

6 Pero cabe señalar que Mansfeld (1988) descubre en MXG “λPyrrhonized form of Aristotelian dialectic”. Así que según esta lectura la valoración no puede pender de los elementos escépticos que encontremos en ambos textos, pues precisamente en este aspecto no se diferenciarían.

GO R GI A S DE LEONTINI

contradice de forma provocativa afirmaciones que encontramos en cl poema de Parmenides. Así, si Parménides afirma en su poema que "la nada no es” (B6.2), Gorgias expresa en su primera tesis lo contrariola nada es. Parménides igualmente rechaza el camino del no ser por­ que no es cognoscible: “Pues no podrías conocer lo que de cierto no es” (B2.7). Ello no significa sino que el camino del ser sí es cognos­ cible. Además, este filósofo defiende la identidad entre pensar y ser: “Lo mismo es para pensar (noein ) y ser” (B3). Gorgias, por el contra­ rio, afirma en su segunda tesis que lo que es no es cognoscible y argu­ menta tal tesis demostrando que no hay identidad entre lo que es y el pensamiento. Finalmente, leemos en el poema de Parménides que el ser es expresable en el lenguaje: “Es necesario que lo que es para decir y pensar sea, pues es para ser” (B6.1). Gorgias niega tal afirmación en su tercera tesis: el ser no es comunicable. Que el tratado, entonces, surge en el contexto de la filosofía parmenídea y tiene un carácter polémico se puede asumir como un buen punto de partida. Sin embargo, esto no implica que el tratado se limite a una inversión de las tesis de Par­ ménides y que no pretenda avanzar hacia esferas fuera de la órbita de la escuela eleática. Se ha notado ya, y han sido buscadas por los dife­ rentes intérpretes, claves interpretativas que van más allá del eleatismo. Por ejemplo, en la primera sección Gorgias (en la versión de MXG) introduce como sujeto un misterioso ta pragmata. Tal expresión no refiere al parecer al ente de Parménides, pues usualmente se la emplea para hacer referencia al mundo fenoménico corriente. La pregunta que surge, entonces, es si, dado que el sujeto no es parmenídeo, el examen gorgiano apunta a este filósofo o debemos buscar un pensador distinto, ajeno a la escuela eleática, que sea el objeto del tratado. Igualmente, en la segunda sección Gorgias intenta demostrar que nada es cognoscible en un marco que parece más amplio que el de Parménides. Al igual que este, Gorgias se pregunta por la relación entre el ser y el pensamiento. Pero, en contraste, parece trabajar con un concepto de pensamiento más amplio y complejo que el del monolítico noein parmenídeo. Así, vemos que en esta segunda sección se diferencia entre varios estados sicológicos de un modo que parece revelar preocupaciones más amplias que las que determinan la filosofía de Parménides. Igualmente, hay una preocupación por el mundo fenoménico que no se compadece con el ser parmenídeo. Recuérdese que el experimento del pensamiento que

ESTUDIO INTRODUCTORIO

es propuesto en la segunda sección del tratado es el caso de un sujeto que imagina una carrera de carros en el mar. Finalmente, en la sección sobre incomunicabilidad, a diferencia de Parménides, que parece inte­ resado en el problema de si el ser puede ser expresado de modo inteli­ gible —quizás entendiendo con ello el hablar con sentido—, Gorgias está preocupado por el problema de la comunicación en toda su com­ plejidad. Se interesa, por ejemplo, por el problema de la transmisión de discursos entre dos interlocutores, por el análisis sicológico del oyente, al igual que por problemas de variabilidad del entendimiento de un dis­ curso en diferentes lapsos de tiempo. El tratado, por tanto, parece partir de Parménides, ir contra Parménides y avanzar más allá de Parménides.

La estrategia argumentativa

Si dejamos el problema del contenido de las tesis que articulan el tra­ tado y nos concentramos en la forma general de la argumentación descu­ briremos que es típicamente gorgiana. El esquema “No P. Pero, incluso si P, no Q. Pero incluso si Q no Z”, que constituye el esqueleto lógico de Sobre el no ser, es típicamente gorgiano y lo encontramos en la Defensa de Palamedes. En realidad, se trata de una técnica típicamente jurídica en la que se intenta comprobar que un hecho no pudo haber sucedido (por ejemplo, que alguien cometió un asesinato) desplegando una serie de condiciones necesarias que se deben dar para que sucediera tal hecho y demostrando que la serie completa de condiciones no tuvo lugar. Así por ejemplo, si se quiere demostrar que el hecho H no sucedió se recons­ truye una cadena de condiciones que son necesarias para este: C 1 -» C2 -» C3 -» H. La estrategia consiste en demostrar que C1 no se da; inmediata­ mente después se concede de modo hipotético que C 1 sí se dio, pero úni­ camente para demostrar que, incluso si C 1 se dio, C2 no tuvo lugar. Y así sucesivamente. Long llama a esta forma de argumentación “secuencia de cajas chinas”, pues la serie de condiciones parece organizada a semejanza de las famosas cajas chinas: al destapar una encontramos otra dentro que a su vez contiene otra más pequeña, y así sucesivamente (Long 1984:235).7 7 Spatharas (2001 ) prefiere el concepto “muñecas japonesas”. Igualmente, podríamos introducir la noción de “matrioska" (“muñeca rusa").

Ci O RC; 1A S ΠΚ l .KONTINI

El problema que plantea tal estructura argumentativa para Ja inter­ pretación de Sobre el no ser es que parece más adecuada a argumen­ tos probabilísticos, cuyo objetivo no es llegar a conclusiones obtenidas deductivamente de premisas ciertas, sino acumular razones que hacen que la conclusión resulte cada vez más plausible sin que se llegue a la certeza propia de un argumento deductivo. Esta estrategia se ajusta muy bien a argumentos jurídicos, pero no a argumentos filosóficos como el de Gorgias, que se ocupa de conceptos abstractos, en donde uno espe­ raría una argumentación deductiva. Una alternativa para evadir este problema es pensar que el tratado no es un argumento que desea llegar a una sola conclusión, sino tres argu­ mentos que intentan dar cuenta de la situación de lo que es con respecto al ser, el conocimiento y la comunicación. El tratado pretende, enton­ ces, aclarar la relación entre tres conceptos: ser, conocimiento y comu­ nicación. En este caso, la expresión “incluso si” no hace parte de un argumento probabilístico, sino que concede como verdadera, en gracia de la discusión, una proposición que ya ha sido demostrada falsa (por ejemplo, “El ser es cognoscible”) únicamente con el fin de demostrar como falsa una nueva proposición acerca del ser (que es comunicable).

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objetivo del tratado

Hay un hecho que no escapa a un lector de este tratado, y es que toda la argumentación es una especie de autorrefutación. Si es verdad que el ser no es y no puede ser conocido ni comunicado entonces de la acep­ tación misma de estas afirmaciones se desprende que no es el caso que el ser no sea y que no pueda ser conocido ni comunicado, pues existe algo, el argumento de Gorgias, que es, que puede ser conocido (pues Gorgias conoce que es verdadero) y que puede ser comunicado (el lec­ tor del argumento ha obtenido esta información del escrito de Gor­ gias). Esta falacia es solo la más evidente en el tratado, pero mucha de la argumentación de Gorgias parece jugar con conclusiones paradójicas y argumentos poco convincentes. Ello nos lleva directamente a la pre­ gunta por el objetivo que Gorgias tuvo en mente a la hora de escribir el Sobre el no ser. En la literatura secundaria se pueden distinguir tres líneas interpretativas.

ESTUDIO INT RODUCTORIO

Una linca interpretativa, que podemos llamar la interpretación retó­ rica, sostiene, en vista del carácter fuertemente paradójico del tratado, que se trata de un mero ejercicio retórico sin ningún tipo de pretensión filosófica seria. H. Gomperz es uno de los primeros representantes en tiempos modernos de esta línea interpretativa. En su famosa monogra­ fía sobre sofistas y retóricos griegos sostuvo que el tratado gorgiano no debe ser tomado como una muestra seria de discurso filosófico, sino que se trata, más bien, de un ejercicio epidictico que demuestra las virtudes de la retórica gorgiana a la hora de maximizar el carácter paradójico de los discursos filosóficos (Gomperz: 1912). Según este intérprete, el Sobre el no ser no pretende ser más que “un récord insuperable de ‘paradoxología’”8. Cabe anotar que en la antigüedad Isócrates, en su famoso Elogio de Helena , sostiene una tesis similar a la de Gomperz.9 Otra línea interpretativa, que podemos denominar la lectura dog­ mática , asume que los argumentos de Sobre el no ser son serios y que hay que asumirlos como expresiones del pensamiento de Gorgias. Ya antes de Gomperz el gran filólogo Hermann Diels consideró que el Sobre el no ser representaba una etapa importante del desarrollo intelectual de Gorgias, en el que el pensador, influenciado en una etapa anterior por la ciencia y aun creyente de esta (la conexión con Empédocles es detectable en Gorgias), cae en un nihilismo, justo antes de abando­ nar toda esperanza en una ciencia y seguir el camino de la mera retó­ rica. En Sobre el no ser encontraríamos los argumentos que llevaron a Gorgias a no creer más en la ciencia y es, por tanto, una expresión de su nihilismo. Por supuesto, antes de Diels tal lectura la encontramos en Sexto Empírico. Pero entre las lecturas retóricas y las dogmáticas encontramos una tercera línea interpretativa que podemos llamar dialéctica. El tratado no expresa la opinión de Gorgias, pero tampoco es una mera parodia sin ningún objetivo serio, sino que más bien extrae consecuencias (absurdas) que se siguen de ciertas proposiciones que no son del propio Gorgias.

8 “Einen unüberbietbaren Rekord der ‘Paradoxologic’” (Gomperz 1912:30). 9 Hay que reconocer que pocos intérpretes siguen actualmente la lectura retórica. Robinson es una notable excepción. Este autor sostiene que aunque Gorgias mismo no pensó el tratado como una broma nosotros no lo debemos tomar en serio, pues se trata de “a very clever pastiche o f‘Eleatic logic (Robinson 1973:59).

G O R G I A S DE L E O N T I N I

El argumento es entonces una crítica a ciertas posturas no comparti­ das por su autor y la estrategia argumentativa consiste en mostrar que tales posturas son insostenibles porque llevan a absurdos como negar que algo es o que es cognoscible o comunicable. ¿Qué posiciones son criticadas? La respuesta más frecuente es, por supuesto, que es una crí­ tica del eleatismo, sea en la versión de Parménides o en la de Meliso, En esta interpretación lo que es no significa, en general, cualquier rea­ lidad, sino que refiere únicamente al ser eleático, el cual posee estric­ tos criterios para ser una realidad, los cuales Parménides consignó en el famoso fragmento B8. Así lo entiende Bröcker, quien cree que el tra­ tado de Gorgias debemos entenderlo como “respuesta a la pregunta: ¿hay algo así como el eon [ente] de los eleáticos?”. Por tanto, cuando Gorgias llega a la conclusión de que nada es, se debe entender que se le niega la realidad al eon [ente] eleático10. Es corriente que quienes siguen esta lectura antiparmenídea no vean únicamente un fin polémico y crí­ tico, sino que postulen que Gorgias defiende al mismo tiempo alguna postura positiva. Así, Calogero (1932) ve en este ataque contra Parmé­ nides a un Gorgias que no solamente polemiza contra Parménides, sino que defiende una especie de relativismo empírico. Otros comentaristas encuentran que el punto de ataque no se limita a Parménides, sino que su blanco son todos los filósofos anteriores a Gorgias que han defen­ dido alguna teoría sobre el ser (Sicking 1964) o algún movimiento no eleático, como el atomismo (loli 2010) o el protagorismo (Caston 2002; loli 2010). Finalmente, cabe resaltar que en las últimas décadas hay una creciente tendencia a presentar un Gorgias “posmodemo” que critica en su tratado todo tipo fundacionalismo u objetivismo. Cassin (2008), por ejemplo, afirma que Gorgias procede a debilitar la ontología parmenídea y a plantear una concepción filosófica en la que el ser no determina al logos (ontología), sino el logos al ser (logología). Por su parte, Consigny (2001) encuentra en el tratado un proyecto antifundacionalista que intenta mostrar los absurdos en que se cae

10 “W ir müssen das Ganze verstehen als Antwort auf die Frage: Gibt es so etwas wie das eon der Eleaten? Es wird argumentiert: ei esti ti, nämlich dergleichen wie das eon die Eleaten, dann ergibt sich dies oder jenes Unmögliche, folglich ouden estin, nämlich dergleichen wie das eon die Eleaten” (En el original las expresiones en griego no están transliteradas. Bröcker 1958: 428).

E S T U DI O I N T R O D U C T O R I O

cuando se concibe que el lenguaje no es más que una representación de la realid ad y se fundamenta en esta. Contrario a ello, Gorgias sostendría que el lenguaje no se fundamenta en una realidad, sino que adquiere su sentido en juegos del lenguaje, teniendo un carácter contextual y “ago­ nístico”. McComiskey (2002) considera que el fin del tratado es recha­ zar ontologías esencialistas y totalizantes y criticar concepciones del logos en las que este cumple una función representacional de la realidad. Esta breve reseña de algunas importantes líneas interpretativas es una muestra del carácter polémico que tiene el tratado gorgiano y, a su vez, de su capacidad de inspirar una gran variedad de interpretaciones imaginativas y filosóficamente dignas de discutir. Análisis del reporte de MXG

El reporte de Sobre el no ser en MXG se divide en tres grandes sec­ ciones que corresponden a las tres tesis centrales del tratado: nada es, incluso si algo es es incognoscible, incluso si es cognoscible es incomu­ nicable. Cada una de estas secciones presenta a su vez cierta comple­ jidad en su estructura, y es importante distinguir las subdivisiones al interior de cada sección. En función de esta tarea se ha introducido en el texto un conjunto de títulos y subtítulos que intentan captar las divi­ siones del tratado. El presente análisis sigue el orden de estas divisiones.

Nada es En MXG la demostración de que nada es se divide en tres partes. El autor de MXG refiere en primer lugar lo que él considera que es un argumento cuya originalidad depende plenamente del propio Gorgias —el autor lo llama el argumento propio (idios logos) y aquí se adopta esta expresión como título de la correspondiente subsección—. Una segunda parte la constituye una crítica al argumento propio realizada por el autor de MXG la cual aparece justo al final de su reporte de este argumento. En una tercera parte encontramos un segundo argumento de Gorgias, el cual es el resultado de una combinación de tesis de pen­ sadores eleáticos, más específicamente de Meliso y Zenón (que llama­ remos el argum ento sintético) para llegar a conclusiones antieleáticas.

G O R G I A S I)E L E O N T I N I

El argumento propio La estructura del argumento propio es, en líneas generales, com­ prensible: el punto de partida del argumento es la prótasis “si el no ser es no ser” (en 5.4). Las consecuencias de esta prótasis se desarrollan en los apartados 5.4, 5.5 y 5.6 donde finalmente se llega a la conclusión de que ni ser ni no ser son o, como lo dice en la presentación del argu­ mento, “no es posible ni ser ni no ser” (en 5.3). Ahora bien, dado que ni ser ni no ser son entonces nada es. Ahora debemos mirar con más detenimiento las consecuencias que deriva Gorgias de la prótasis “si el no ser es no ser”. Estas consecuencias están estructuradas en tres breves argumentos que corresponden a los apartados 5.4, 5.5 y 5.6. En 5.4 se concluye, a partir del hecho de que el no ser es no ser y el ser es ser, que las cosas no son más de lo que no son. Claramente, Gorgias está explotando tesis parmenídeas para llegar a conclusiones antiparmenídeas. Que el no ser es no ser, es una tesis que Parménides mismo suscribiría, pues él explícitamente afirma respecto del camino del no ser que “no es y que no es posible que sea” (B2.5). Lo característico del no ser es no ser, al igual que lo característico del ser es ser. En Parménides esta afirmación lleva a una oposición excluyente entre ser y no ser frente a la cual uno debe elegir una y solo una alter­ nativa del dilema: “La decisión respecto a esto yace en lo siguiente: es o no es” (B8.15-16). En Gorgias, por el contrario, no lleva a una oposi­ ción entre ser y no ser, sino a una equiparación entre ambos opuestos: “Las cosas en nada son más de lo que no son” (en 5.4). Gorgias sostiene, entonces, que en la misma adscripción del no ser al no ser se adscribe paradójicamente el ser al no ser, y en ello no es inferior el no ser al ser: “Lo que no es en nada sería menos que lo que es” (en 5.4). En los parágrafos 5.5 y 5.6 el autor explota las consecuencias de esta adscripción del ser al no ser y su equiparación con el ser. Si concebimos que el ser y el no ser son opuestos entonces resulta que el ser no es, dado que su opuesto, el no ser, es. Si consideramos que el ser y el no ser son idénticos, nuevamente, resulta que el ser no es. Ello es así debido a que el ser sería idéntico al no ser. La conclusión, entonces, es que ni el ser ni el no ser son y que, por tanto, nada es. El argumento tiene ciertas peculiaridades que el lector debe tener en cuenta:

ESTUDIO IN T RODUCT ORIO

El sentido del verbo ser. Un punto a discutir en cualquier tratamiento de la ontología griega es el uso y sentido del verbo ser en contextos filo­ sóficos, pues se trata de un verbo que despliega una variedad de senti­ dos que guardan complejas relaciones entre sí. En el caso de este primer argumento resulta particularmente digno de atención el que Gorgias se desplace desde un uso copulativo del verbo (el ser es ser / el no ser es no ser) a un sentido absoluto (las cosas no son en nada más de lo que no son). ¿Es este desplazamiento justificable y, por tanto, lícito? ¿O, como el autor de MXG en el capítulo 6 sostiene, se trata de una confusión indebida entre estos dos usos del verbo?11 El sujeto del argumento. Obsérvese el sujeto en la primera línea de 5.4: “Pues si el no ser es no ser, lo que no es en nada sería menos que 10 que es\ Primero se introduce como sujeto el no ser , empleándose el infinitivo del verbo (einai ) para expresar este pensamiento. Luego, en el consecuente de la misma proposición, esta forma desaparece y se emplea más bien el participio substantivado lo que no es/lo que es (to mè on/to on). Finalmente, desaparecen estas dos formas como sujetos del discurso y son reemplazadas en 5.4 por “las cosas”, tapragmata. Un sujeto extraño a Parménides y que puede referir al mundo fenoménico corriente. ¿Cómo entender esta variación del sujeto?

El empleo de la expresión “en nada son más de lo que no son [oudén... mallon... ê...]”. Esta expresión, que aparece al final de 5.4, es una fór­ mula que conocemos ante todo de argumentos escépticos en los que se la usa para expresar que una afirmación no tiene mayor validez que su opuesto (en nada es P más (válido) que no P). Ello, por supuesto, arroja sospechas sobre la autenticidad del pasaje y lleva a pensar en un ana­ cronismo en el que se proyecta el escepticismo antiguo en un autor muy anterior a tal movimiento. Sin embargo, tales frases se encuentran en la literatura de la época de Gorgias y anterior a él, así que no se trata nece­ sariamente de un anacronismo12. Más diciente aún es que los atomistas

11 Un análisis de posibles interpretaciones de Sobre el no ser a partir de los dife­ rentes valores que puede tomar el verbo en el argumento lo ofrecen Schiappa & Hoffman (1994). 12 Newiger (1973: 23-29) ofrece un excelente análisis de esta expresión rastreando sus orígenes en otros autores (incluyendo Homero) y exponiendo las posibles interpretaciones de tal fórmula en el caso de Gorgias.

G OR GI A S DE LEONTINI

—posiblemente Leucipo, contemporáneo de Gorgias— han usado tales expresiones en una discusión similar a la de Gorgias para afirmar que tanto los cuerpos como el vacío son: “Los cuerpos no son más que el vacío” (Ver Ioli 2010: 35-36).

Crítica del argumento propio El autor de MXG emprende una breve crítica de este argumento. Por una parte, acusa a Gorgias de confundir dos usos muy bien diferencia­ dos de ser: el copulativo y el absoluto. Gorgias únicamente ha mostrado que el no ser es no ser (uso copulativo), pero nunca nos demuestra que el no ser sea (sin agregar ningún tipo de complemento: uso absoluto). Sin embargo, Gorgias cree que puede concluir a partir del uso copula­ tivo que el no ser es en sentido absoluto. Esto, a ojos del autor de MXG no es más que una falacia. Por otra parte, el autor considera que, incluso si se concede la equipa­ ración del ser y el no ser, no se puede concluir que nada es, sino precisa­ mente lo contrario: que todo es. La razón está a la vista: si se equiparan el ser y el no ser debido a que ambos son, entonces la conclusión que se impone no es que nada es, sino que todo es. Aquí es interesante comparar las posiciones de Parmenides, Gorgias y el autor de MXG: Parménides dice que el ser es y el no ser no es; Gorgias, usando argumentos parraenídeos, concluye que nada es; el autor de MXG usando el argumento de Gorgias, concluye que todo es. Quizás podemos completar el espectro de posibilidades trayendo a colación a Platón, quien afirma en la República, en un argumento que guarda ciertas semejanzas con el de Gorgias, que respecto a las cosas que son múltiples “no se puede concebir firmemente que sean, que no sean, o que sean ambas cosas o ninguna de las dos cosas” (R. 479c). Como se puede ver, se trata de un problema que preocupa pro­ fundamente a los pensadores griegos después de Parménides y en el que Gorgias toma una posición de la que al menos se puede decir que no es más polémica que las concepciones rivales. Finalmente, un comentario sobre el estilo de la crítica. Es claro que su autor gusta del estilo pleonástico, pues repite una y otra vez sus dos críticas al punto de que la estructura de su argumentación pierde en coherencia, pues una crítica interrumpe la otra. Igualmente, es claro

ESTUDIO INTRODUCTORIO

que la crítica se estructura a partir de ideas y tesis posteriores a Gorgias mismo y que este no podía conocer. En particular, la distinción entre un uso absoluto del verbo ser y un uso copulativo la propone Platón en el Sofista. Aristóteles, igualmente, tiende a diferenciar entre uso abso­ luto y copulativo de muchas nociones, entre ellas la del ser.13

El argum ento sintético

El argumento sintético pretende también demostrar, como el argu­ mento propio, que nada es; pero, a diferencia de este, Gorgias no usa una demostración de su propia cosecha, sino que elabora un razona­ miento “combinando lo dicho por aquellos otros que al hablar sobre lo que es manifiestan posiciones contrarias entre sí” (5.2). Su punto de partida son dos dicotomías que pretenden caracterizar el ser de modo exhaustivo: 1. O bien es ingénito o bien generado. 2. O bien es uno o bien plural. La estrategia de Gorgias consiste en mostrar que si asumimos que el ser tiene alguna de estas cuatro características se debe concluir que nada es. Los autores de los que extrae las premisas de su argumento son, como explícitamente lo dice MXG, Meliso y Zenón. Ello implica que Gorgias está más interesado en analizar a los discípulos de Parméni­ des que a Parménides mismo. Esta es una actitud que no debe extrañar, pues es típico de los pensadores antiguos que se ocuparon del pensa­ miento eleático leer el cuerpo doctrinal de este movimiento en las ver­ siones de los discípulos de Parménides, en particular en la de Meliso, antes que en la del propio maestro. Cabeseñalar que,aunque la inspi­ ración del argumento gorgiano es la escuela eleática y aunque nueva­ mente encontramos un carácter polémico, la estructura misma de la argumentación va más allá de lo que se necesita para polemizar con sus representantes, pues al intentar refutar no solamente que el ser sea

13 Mansfeld (1988) realiza una magnífica arqueología de las fuentes aristotélicas y escépticas que emplea el autor de MXG.

G O R G I A S DE L E O N T I N I

ingénito y uno (características del ser eleático), sino también quc SCa generado y múltiple (características que no tiene el ser eleático), realiza un análisis extraeleático.

Ingénito o generado La estructura del primer argumento de esta subsección (6.9) está cla­ ramente definida. Gorgias construye una cadena de implicaciones que parte del supuesto de que el ser es ingénito y que concluye que en rea­ lidad nada es: Ingénito -» infinito (pues según Meliso ingénito = infinito) ·» en ningún lugar nada es (esta última implicación obtenida a partir de Zenón). Gorgias está en lo correcto cuando afirma que Meliso sostuvo que lo ingénito es infinito: D ado que no se generó, siem pre es, siem pre fue y siempre será, y no tiene ni p rincipio ni fin, sino que es ilim itado. Pues si se generó, ten d ría un principio (pues com enzó a generarse en algún momento) y un fin (pues finalizó de ser en algún m om ento). Pero dado que no com enzó ni term inó, siem pre fue y siem pre será, y no tiene ni princi­ pio ni fin, pues lo que no es un todo no puede ser siempre (B2). Pero del m ism o m odo que es siem pre, tam bién tiene que ser ilim i­ tado en m agnitud (B 3). N ada que tenga un principio y un fin es eterno e ilim itado (B4).

Los pasajes son muy claros respecto a la conexión que lleva a cabo Meliso entre ausencia de génesis e infinitud, pero mucho menos clara es la argumentación que fundamenta tal conexión. Al parecer, Meliso piensa que tener un principio y un fin es propio y exclusivo de las cosas que se generan. Quizás tiene razón Aristóteles (Ph. 186a), quien ve aquí una falacia bastante burda: lo que se genera debe tener un prin­ cipio y un fin; las cosas ingénitas, por suparte, no tienen tal principio ni tal fin,; por lo tanto, estas últimas son espacialmente ilimitadas. En cual­ quier caso, lo que llama la atención del empleo del argumento de Meliso por parte de Gorgias no es tanto la calidad de este como que utilice un

KSTUDIO I NT Ft (>DU C T O RI Ο

argumento de Meliso para llegar a una conclusión que postula exac­ tamente lo contrario de lo que este sostiene (que el ser es ingénito). Entonces tenemos que, exactamente como en el argumento propio — donde utilizó la adscripción parmenídea del no ser al no ser para lle­ gar a lo contrario, la adscripción del ser al no ser—, aquí Gorgias usa el argumento de Meliso sobre la no génesis del ser para llegar a la conclu­ sión contraria: el ser no puede ser ingénito. Por su parte, los argumentos contra la generación (6.10-12) son, como se espera, eleáticos y no presentan sorpresas: lo que es se genera o de lo que es o de lo que no es; no se puede generar de lo que es, pues entonces el ser dejaría de ser lo que es, ni tampoco del no ser, pues el famoso principio “nada se genera de la nada” no permite tal cosa. Curiosamente, en la segunda parte del apartado 6.11 Gorgias presenta un segundo argumento contra el generarse a partir del no ser: “Y si, por su parte, lo que no es es, entonces lo que justifica que no se genere de lo que es también justifica que no se genere de lo que no es”. El supuesto del que parte este argumento (lo que no es es) es claramente antieleático, pues precisamente ellos sostienen que el no ser no es. Se puede pensar que Gorgias quizás aquí tiene como blanco de sus críticas a los atomistas, que consideran que lo que no es (el vacío) es.

Uno o plural Gorgias en 6.13, apoyándose en Zenón, afirma que: (a) lo que es uno es incorpóreo, (b) lo incorpóreo no tiene una magnitud extensa y (c) lo que es debe tener una extensión o de lo contrario es nada. Este argumento emplea las antinomias de Zenón (en particular B2) contra la pluralidad para demostrar que si el ser es uno o plural entonces nada es. Lo que dice Zenón es que un continuo debe estar constituido de unidades, pero estas unidades no pueden tener tamaño, pues, al estar un continuo compuesto de un número infinito de unidades, el com­ puesto sería infinito. Entonces hay que suponer que las unidades no tienen tamaño. Pero si las unidades no tienen tamaño no tienen exten­ sión y son, por tanto, incorpóreas. Pero para Zenón lo que no tiene extensión no es. Por tanto, si el ser es uno nada es. Pero si lo uno no es,

2

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lo plural, al estar compuesto de unidades —que, como lo demuestra el argumento anterior, son necesariamente inexistentes—, tampoco es Se considera usualmente que el juego de Gorgias consiste en confundir dos tipos de unidad que diferencia Zenón: por una parte, están las unidades que son elementos constituyentes de un continuo —las para­ dojas de Zenón van dirigidas a quien sostenga esta posición y crea que los entes son pluralidades continuas compuestas de tales unidades—; por otra parte, Zenón aceptaría el uno eleático, el cual no se compon­ dría de unidades ni él mismo sería una unidad de alguna pluralidad. La estrategia de Gorgias consistiría en usar los argumentos zenonianos contra el primer tipo de unidad para socavar la existencia del segundo tipo. Al igual que en los casos vistos arriba, en los que utiliza argumen­ tos de Parménides y Meliso para socavar principios que ellos mismo sostienen, aquí usaría a Zenón para atacar a Zenón mismo. En 6.14-16 argumenta contra la tesis de que el ser se mueve. Se trata, por supuesto, de un inesperado desplazamiento en la argumentación, pues los ataques son contra la unidad y la pluralidad del ser y no contra el movimiento. Sin embargo, esta argumentación se la puede ver como una crítica a la concepción de que la unidad se mueve (quizás pensando en los átomos de Leucipo y Democrito, los cuales se desplazan en el vacío para formar cuerpos macroscópicos). Básicamente, su esfuerzo se dirige a mostrar que un desplazamiento de la unidad implica genera­ ción y destrucción, lo cual ya fue refutado. Además, el desplazamiento implica división, pero dado que el ser no está presente en la parte en que se divide, si se divide en todas las partes al moverse resulta que no está en ninguna parte.

Es incognoscible

La sección sobre la incognoscibilidad se divide en dos breves argu­ mentos: el primero se encuentra en los apartados 6.17-6.18; el segundo se extiende desde 6.19 hasta el final. El primer argumento parte de la siguiente afirmación: “Es necesa­ rio que todas las cosas pensadas sean”. Ello, por su puesto, implica la siguiente afirmación, que no es otra cosa que la contrapositiva de la primera: “Y lo que no es , si realmente no es, no es pensado” (en 6.17),

ESTUDIO INT RO DU CT ORI O

Nuevamente encontramos, como en los argumentos anteriores, que el punto de partida es la filosofía eleática. Parménides ha dicho: “Es necesario que lo que es para decir y pensar sea” (B6.1), y Gorgias está tomando aquí tal aseveración como su punto de partida, pero sola­ mente para obtener consecuencias antieleáticas de esto. El apartado 6.18 presenta tales consecuencias: si sucediera que no es posible pen­ sar lo que no es entonces no se podría afirmar nada engañoso, incluso cuando se dice algo que se sabe falso. Obsérvese que para demostrar la incognoscibilidad del ser Gorgias no analiza directamente el estado cognitivo de conocimiento, sino que se enfoca en el problema del pensamiento. La pregunta subyacente es: ¿cómo debe ser un objeto para que pueda ser pensado? La respuesta (eleática) es que tal objeto debe ser. Dado que el peso de este argumento yace en un análisis del pen­ samiento es importante preguntarse qué significa aquí el verbo pbro neisthai, que hemos traducido por pensar. Puesto que según Gorgias el pensar puede tener como objeto cosas que son, como lo ordena el mandato eleático, pero también cosas que no son, como lo hace claro el ejemplo de los carros en el mar, pbroneisthai debe tener el sentido de tener en la mente. Es decir, se trata de pensar en su sentido amplio, sin excluir ningún tipo de objeto del pensamiento. Ello lleva a preguntarse si la crítica de este argumento se dirige realmente a la escuela eleática, pues claramente pensar (noein ) en Parménides tiene como objeto el ser parmenídeo.14 Gorgias procede a obtener conclusiones absurdas a partir de la premisa eleática de que el único objeto del pensamiento es lo que es. Ahora se enfoca en el problema de hablar verdadera o falsamente. Si alguien dice algo evidentemente falso, como lo es la aseveración sobre los coches en el mar, esto no se puede tomar como una afirmación falsa de acuerdo a la premisa eleática, pues dado que el sujeto piensa en los coches en el mar a la hora de decir esta afirmación los coches en el mar deben ser (por ser pensados). De este modo, el problema del pensa­ miento nos lleva a un problema que atañe directamente al del cono­ cimiento: hablar verdadera o falsamente. La conclusión que pretende

14 Un buen análisis de este problema se encuentra en Caston (2002:215-218), quien considera que la víctima de la crítica gorgiana no es Parménides sino Protágoras.

G O R G I A S DE L E O N T I N I

mostrar Gorgias atañe a la diferenciación encre discurso verdadero y discurso falso. Si la premisa eleática es verdadera enconces no hay modo de diferenciar entre uno y otro. Aquí hay, nuevamente, una analogía con la estrategia argumentativa del argumento propio, arriba anali­ zado: el mismo hecho de diferenciar el no ser del ser (al prescribir que el no ser es no ser, mientras el ser es ser) lleva precisamente a borrar tal diferencia y a considerar que uno no es menos que otro. Igualmente, aquí el criterio de diferenciar lo verdadero de lo falso, al determinar que el primero implica pensar el ser mientras el segundo no, lleva a que lo falso no sea menos que lo verdadero. El apartado 6.19 tiene una estructura compleja. La primera frase completa el razonamiento anterior: “Las cosas vistas y escuchadas son gracias a que cada una de ellas se piensa”. Incluso los objetos de los senti­ dos reciben su ser, de acuerdo al principio parmenídeo, porque son pen­ sados. No obstante, como se ha mostrado en el apartado anterior, tal criterio es inservible, porque lejos de delimitar lo verdadero de lo falso anula cualquier diferenciación. Gorgias, entonces, agrega la siguiente concesiva: “Pero si no son gracias a esto...” Aquí se da inicio al segundo argumento de esta sección. Esta frase nos indica que Gorgias abandona el criterio eleático para determinar lo que es verdadero de lo que es falso y analizará otra alternativa. En lo que sigue, el autor no nos revela cuál podría ser el criterio alternativo. Sin embargo, aunque no se lo men­ cione expresamente, las palabras nos sugieren cuál podría ser. Lo que hace Gorgias a continuación es mostrar que percibir no es muy diferente de pensar, entendido aquí como imaginar, respecto al criterio buscado. Entonces, el nuevo criterio que va a ser analizado es la percepción: lo que nos permitiría distinguir un objeto verdadero de otro falso es el que sea percibido o no. Si esta interpretación es correcta, Gorgias no se limita a la crítica de posiciones eleáticas, sino que la trasciende y analiza posicio­ nes rivales para así excluir cualquier posibilidad de cognoscibilidad. La estructura de esta sección sería dilemática: el criterio para distinguir lo verdadero de lo falso es o bien el pensar (como sostienen los eleáticos) o bien el percibir (como sostienen los posibles rivales). La conclusión es, por supuesto, que ambas propuestas deben ser rechazadas. El análisis de la percepción es insatisfactoriamente breve y enigmático: “Exactamente como lo que vemos en nada es más [que no es], tampoco

ESTUDIO IN T RO D U C T O RIO

lo que vemos es más que lo que imaginamos (dianoeisthai )”. El razo­ namiento detrás de las primeras palabras de este pasaje es, quizás, el siguiente: la percepción, representada aquí por la vista, no nos ofrece en nada más (ouden m allon) lo que es que lo que no es. Gorgias no explica por qué esto es así. Sin embargo, no es difícil imaginar tal explicación. La percepción también se equivoca y nos ofrece información tanto cierta como errada del mundo externo. ¿Qué tipo de equivocaciones? Es interesante y pertinente conectar las palabras de Gorgias con el frag­ mento B8 de Meliso. Allí, este filósofo muestra que aquellos que creen que la percepción nos ofrece los elementos inmutables del mundo se equivocan, pues en realidad nos muestra lo contrario. Así, por ejemplo, si se cree (por razones metafísicas) que lo frío es un elemento inmu­ table, la vista nos muestra precisamente lo contrario: lo que es frío se vuelve caliente. Lo mismo sucede con otros principios como la tierra, el agua, etc., “de manera que resulta que ni vemos ni escuchamos las cosas que son ” (B8.23). Por ello, la vista no nos ofrece en nada más lo que es que lo que no es. Por supuesto, no se puede perder de vista el uso de la expresión “en nada más...” ( ouden mallon). Se trata de la misma estructura usada en el argumento propio para equiparar el ser y el no ser. Aquí, nuevamente, la usa para señalar que la percepción no permite distinguir entre lo verdadero y lo falso. Luego de demostrar la poca confiabilidad de la percepción en cuanto que criterio para distinguir lo verdadero de lo falso, Gorgias está en condiciones de darle la estocada final a este criterio, al compa­ rar la percepción con la imaginación: “Tampoco lo que vemos es más que lo que imaginamos (dianoeisthai )” (línea final de 6.19). En cuanto a su confiabilidad como criterios, la percepción y la imaginación no se diferencian. Con ambas podemos acertar, pero igualmente fallar. En el apartado 6.20 Gorgias continúa con el mismo razonamiento. No debemos considerar que los objetos de la percepción son más que los de la imaginación, porque no tenemos un criterio claro. Entonces, se llega a la conclusión: “De modo que, incluso si son, las cosas (ta pragmata) serían incognoscibles para nosotros” (6.20). Son incognoscibles no porque no podamos aferrar cosas que son verdaderas, sino porque no tenemos un criterio fiable para saber si son verdaderas o no. Es decir, no sabemos si sabemos o no.

G O R G I A S DE L E O N T I N I

Es incom unicable Gorgias desarrolla su última tesis en dos breves argumentos. En el primero analiza la relación entre dos interlocutores donde uno de ellos conoce el asunto del que se habla porque lo ha presenciado, mientras el otro recibe la información del primero sin haber sido testigo. En el segundo estudia la situación en que ambos interlocutores presencian el mismo hecho, pero desde perspectivas distintas.

El argumento catcgorial Al final del apartado 6.22 afirma Gorgias: “El que dice no dice un sonido ni un color sino palabras”. En esta afirmación expresa el autor su pensamiento sobre el que se sostiene el argumento: un interlocutor dice palabras y no lo que ha percibido, como sonidos y colores. Los sonidos y colores se pueden percibir, pero no decir. El logos y el referente del logos (lo que se percibe) y pertenecen a dos categorías muy diferentes. Por ello se lo denomina el argum ento categorial , pues se intenta mos­ trar que la comunicación es imposible a partir de la diferencia catego­ rial entre el discurso y los objetos de este discurso. El argumento abre en 6.21 con la situación en que alguien ve algo e intenta decírselo a otro. El autor plantea dos dificultades en tal situa­ ción: por una parte, el emisor no puede convertir algo que es visible (lo que ha percibido) en algo que no es visible, sino audible (el discurso). Por otra parte, el receptor no puede convertir algo que es audible (el discurso que el emisor le transmite) en algo que es visible (lo que el emisor ha visto). Colores y sonidos son categorialmente distintos y, por tanto, lo uno no se puede convertir en lo otro, pero para que la comuni­ cación sea posible debería suceder tal cosa. El argumento tal como está expuesto en 6.21 resulta particular­ mente débil y no tiene la suficiente fuerza para conseguir lo que pre­ tende: crear un hiato categorial entre el objeto percibido y el discurso que expresa esta percepción. En primer lugar, asume que un discurso no es más que un mero sonido articulado, sin tener en cuenta que un dis­ curso trasciende la esfera de un sonido y es un portador de sentido. En segundo lugar, deja abierta la posibilidad de que un discurso sí transmita

E ST UDI O I N T R O D U C T O R I O

el objeto del que se habla: basta con que lo percibido no sea un color, sino un sonido. El emisor puede, por medio de onomatopeyas, transmi­ tir lo que ha escuchado al receptor para que este conozca lo que aquel le quiere decir. La diferencia categorial desaparece a nivel de sonidos. Para evitar esta debilidad se ha propuesto concebir este apartado como una analogía introductoria en la que a partir de la diferencia entre objetos visibles y audibles se prepara la diferencia central entre el logos y lo per­ ceptible que se desarrolla en el apartado 6.2215. En 6.22 el contraste entre sonidos y colores desaparece y se intro­ duce el contraste entre sonidos y colores, por una parte, y el discurso, por otra. El problema es entender cómo se puede trasmitir percepcio­ nes por medio de algo que es ajeno a la percepción : el logos. Usualmente se entiende que el problema planteado en este argumento es el de la transmisión de un discurso: ¿cómo alguien puede transmitir el sen­ tido de un discurso de tal modo que su interlocutor entienda tal sen­ tido? Sin embargo, es posible interpretar el argumento de otro modo. El problema no atañería a la transmisión y comprensión del sentido del discurso, sino más bien al conocimiento de lo que se transmite. Si una persona le comunica a un interlocutor un hecho que presenció, ¿cómo puede el receptor estar cierto de lo que le es dicho por el emi­ sor?, ¿cómo puede alguien estar cierto de un hecho que no ha presen­ ciado pero que le es narrado? Desde este punto de vista, el problema no es el de la comprensión de un discurso (un problema semántico), sino el de si es posible lo que filósofos modernos llaman conocimiento por des­ cripción (un problema epistemológico).16

El argumento intersubjetivo De nuevo encontramos la típica estrategia gorgiana de conceder lo que el argumento categorial prohibía: que el interlocutor conozca lo que el emisor desea transmitirle. Pero concede esto únicamente para mostrar que la comunicación sigue siendo imposible, debido a que no cumple con 15 Ver para este asunto y para cualqu ier otro problema de esta sección el largo análisis de Mourelatos (1987). 16 Exploro las ventajas de tal interpretación en el apéndice de esta obra.

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otra condición: que tanto emisor como receptor capten lo mismo y ten­ gan en sus mentes la misma información. Para ello desarrolla un conjunto de dificultades que hacen imposible tal conocimiento intersubjetivo. En el apartado 6.23 plantea que no es posible que ambos interlocu­ tores posean la misma información, pues se origina un problema metafísico: que lo que es uno (la información) no puede ser dos (es decir, estar en dos lugares distintos: en los interlocutores). En el apartado 6.24 levanta la objeción planteada en 6.23, pero únicamente para mos­ trar que, incluso si se supera el problema metafísico de entender cómo algo que es uno se vuelve dos, no es posible que dos personas distintas (¿distintas en qué? En estar, por ejemplo, en lugares y, por tanto, pers­ pectivas diferentes) perciban lo mismo. Obsérvese que el argumento no pretende afirmar que los interlocutores, al ser distintos, necesaria­ m ente perciben cosas distintas. Unicamente sostiene que ellos pueden (nada lo im pide) percibir cosas distintas. M ourelatos (1987) considera que Gorgias plantea en el argumento intersubjetivo una dificultad corriente en quien crea que el sentido de un discurso es idéntico a las ideas que tienen en la cabeza los hablantes (lo que se conoce como una teoría ideacional del significado): ¿cómo se puede estar seguro de que dos interlocutores, que son dos personas dis­ tintas, tienen las mismas ideas asociadas a las mismas expresiones lin­ güísticas? Si no tienen las mismas ideas entonces no pueden entender lo mismo y, por tanto, no hay auténtica comunicación entre los dos. El argumento intersubjetivo sería, entonces, una crítica a tal concep­ ción del significado. Por mi parte, creo que el problema, al igual que en el argumento categorial, no atañe al sentido del discurso, sino al conocimiento del asunto que trata el discurso. Considero que la situa­ ción que idea Gorgias es la de dos interlocutores que hablan sobre un hecho que están presenciando en el momento, pero que cada uno capta de manera diferente, pues están localizados en lugares distintos. Aun­ que dos personas vean un mismo hecho (un asesinato, por ejemplo) no necesariamente están de acuerdo en cómo sucedió por encontrarse en perspectivas diferentes. En este caso, el receptor no puede estar cierto de lo que le informa el emisor, porque presencia un hecho que no con­ firma lo que este le dice. No pueden, por tanto, compartir los mismos conocimientos.

ESTUDIO I N T R O D U C T O R IO

Finalmente, en el apartado 6.26 Gorgias fortalece su argumento in te rsu b je tiv o mostrando que si una sola persona no percibe la misma información (porque de un mismo hecho percibe por el oído sonidos mientras que por la vista percibe colores, o porque percibe el hecho en diferentes momentos) a fortiori dos personas distintas tienen menos chance de percibir lo mismo.

Análisis del reporte de Sexto Empírico

Sexto Empírico emprende en Adversus mathematicos una reseña de autores antiguos que, en su concepto, han abogado por eliminar el cri­ terio, es decir, de aquellos pensadores que sostienen que no existe un mecanismo por medio del cual se pueda decidir sobre la verdad o false­ dad de una proposición. En esta lista de pensadores aparece Protágoras, por su famosa frase de que el hombre es la medida de todas las cosas, pero también Gorgias, porque Sexto asume que las tres grandes propo­ siciones gorgianas tienen como objetivo eliminar cualquier criterio de verdad respecto al ser, su cognoscibilidad y su comunicabilidad. Mucho del material usado por Sexto se encuentra en MXG, pero igualmente existen notables diferencias, en particular en la forma de estructurar tal material. A continuación se expone las principales diferencias y dificul­ tades que presenta el reporte de Sexto. Para la discusión en detalle de los elementos usados en ambos reportes el lector debe consultar el aná­ lisis de MXG en la sección anterior.

Nada es

A diferencia de MXG, que distingue dos argumentos principales en esta sección, el propio y el sintético, Sexto presenta un solo argumento. Este tiene una estructura lógica muy clara. Se trata de un modus tollens en el cual se presenta un condicional (si es, es o (i) lo que es, o (ii) lo que no es o (iii) tanto lo que es como lo que no es [65]) y luego se niega el consecuente para después negar el antecedente. La apódosis del condi­ cional la compone un trilema que al parecer agota el universo posible

G O R G I A S DE L E O N T I N I

de opciones: o bien se trata de lo que es o de lo que no es o de lo que a y

lo que no es. Obsérvese que, como en MXG , Sexto inicia su análisis a partir de la posibilidad de que lo que no es sea, pero a diferencia de aquel reporte, la afirmación “el no ser es” no determ ina toda la argumentación, sino que forma parte de una de las alternativas del trilema. No se trata de una diferencia insignificante, pues ello im plica una divergencia en la estructura argumentativa misma. En MXG el argumento procede a partir de una premisa parmenídea y avanza a la disolución de Parménides mismo. El ingenio y el humor de Gorgias en MXG consisten, preci­ samente, en usar a Parménides contra sí mismo. Tal recurso desaparece en Sexto y se reemplaza por un argumento que procede metódicamente agotando todas las posibles formas en que se puede hablar del ser. La segunda gran diferencia entre Sexto y MXG atañe al uso inten­ sivo de la reducción al absurdo por parte de Sexto. En este reporte vemos a un Gorgias interesado menos en llegar a conclusiones positi­ vas sobre el no ser a partir del empleo de premisas parmenídeas y más en mostrar que todas los posibles caminos para afirmar algún tipo de ser son inviables, pues conducen a algún tipo de contradicción y, por tanto, al absurdo. Si miramos un poco más en detalle la versión de Sexto observa­ mos otras importantes diferencias: Gorgias procede en primer lugar a excluir la posibilidad de que lo que no es sea. La estrategia es fácil de seguir e incluso previsible. Si lo que no es es entonces resultaría la con­ tradicción de que algo (lo que no es) es y no es al mismo tiempo. Obsér­ vese que este enfoque es muy distinto del que se emplea en MXG. En este texto, lejos de negarle a lo que no es que sea se afirma esta atribu­ ción para equiparar el ser con el no ser y proceder finalmente a la con­ clusión de que nada es. Si se comparan la versión de Sexto y de MXG con Parménides se puede ver que el texto de Sexto sigue el argumento de Parménides al excluir por completo al no ser del ámbito del ser mientras que el texto de MXG más bien avanza hacia la tesis antiparmenídea de que el no ser también es. La exclusión de la segunda alternativa del trilema (que lo que es sea) corresponde en líneas generales al arguento sintético de MXG. Se prueba que si algo es no puede ser ni generado ni eterno, ni uno ni múl­ tiple. Gorgias procede en Sexto de un modo aun más sistemático que

istulm u

I N T RO DU C TO RI O

en MXG pues no solamente demuestra que no es ni generado ni eterno sino también que no puede ser ambas cosas. Obsérvese que en Sexto se elimina cualquier referencia histórica a MeJiso y Zenón. En vez de ello se nota un esfuerzo por unificar los diferentes argumentos en un solo esquema de acuerdo al trilema general que domina toda esta sección. Finalmente, Gorgias demuestra que no es el caso que lo que tanto lo que es como lo que no es sean. Este breve pasaje [75] es muy interesante porque el texto de Sexto recuerda el parágrafo 5.6 del argumento propio en MXG. Gorgias, según Sexto, parte del hecho de que se ha demostrado que lo que no es no es (de seguro piensa en el argumento desarrollado en [67]). En [75] se admite además que si lo que es y lo que no es son (esta es la hipótesis a refutar en esta sección) entonces ambos serán idénticos en lo que respecta al ser, pero dado que se ha demostrado que lo que no es no es entonces resulta de la equiparación que lo que es tampoco es. El pará­ grafo 5.6 del argumento propio igualmente llega a la conclusión de que nada es a partir de la equiparación del ser con el no ser. Volviendo a esta primera sección en su conjunto puede resultar asom­ broso que Sexto considere que aquí se expone un agumento escéptico, en el que se pretende eliminar el criterio que nos permite decidir si algo es o no. Al fin y al cabo Gorgias prueba que nada es, lo cual se puede conside­ rar una afirmación nihilista pero no escéptica (no se precisa suspensión del juicio). Quizás el objetivo de Sexto es mostrar que hay tres opcio­ nes respecto al ser (que es, que no es, que es y no es) y que, puesto que todas resultan igual de implausibles y no nos podemos decidir por nin­ guna debemos suspender el juicio. Dado el mismo nivel de absurdidad de todas las opciones no hay razón para preferir una sobre las otras.

Es incognoscible

El argumento se divide en tres grandes secciones. La primera sec­ ción abarca los apartados [77], [78] y [79]. Lo que se intenta mostrar es que el objeto del pensamiento [ta phronoum ena ) no tiene la propie­ dad de ser. La conclusión, entonces, es que no se piensa lo que es. Para ello Gorgias introduce dos ejemplos, uno que ya conocemos de MXG, carros corriendo en el mar, y otro, de un hombre volando. La estrategia consiste en mostrar que el hecho de que podamos pensar en tales cosas,

G O R G I A S OE I.KONTÎNI

que obviamente son irreales, implica que no pensamos lo que «.Es claro que la argumentación nos enfrenta a una dificultad, por demás bastante obvia: del hecho de que podamos pensar cosas que no son, no se sigue que todo lo pensado es lo que no es. Esta es la conclusión que sugiere la expresión “Lo pensado no es algo que es” (al final de [79]). No se puede pasar por alto una diferencia decisiva entre el pasaje de Sexto y su similar en MXG. En este último se procede a probar que las cosas no son cognoscibles mostrando que el pensar no es un criterio de verdad fiable pues se piensan cosas que son tanto verdaderas como fal­ sas. Para ello se realiza el contraste entre pensar y hablar verdaderamente mostrando que el pensar es más amplio que el hablar verdaderamente. En Sexto se intenta mostrar que los objetos del pensamiento per se son aje­ nos al ser. Si se piensa algo, eso mismo por ser pensado no es. En Sexto el contraste entre pensar y hablar verdaderamente está ausente y se asume que un análisis de lo pensado arroja él mismo el hiato entre ser y pensar. Los parágrafos [81] y [82] introducen un nuevo argumento. Aquí el centro de la argumentación es una equiparación entre las facultades per­ ceptivas y el pensamiento. El pensar es tratado como una facultad más y, por tanto, sus objetos poseen la misma legitimidad que poseen los de las otras facultades. Esto lleva a que si se piensa en carros que corren por el mar, tal pensamiento no puede ser desmentido así las otras facultades digan lo contrario. Gorgias califica tal hecho de absurdo, quizás, por­ que se llega a tener impresiones contradictorias —por ejemplo, la de la vista, que no ve carros corriendo por el mar, y la del pensamiento, que imagina carros en el mar—. Al igual que en la primera sección encon­ tramos en el reporte de Sexto a un Gorgias apelando fuertemente a argumentos que llevan a contradicciones y que, por tanto, producen reducciones al absurdo.

Es incomunicable En la sección sobre la incomunicabilidad del ser podemos encon­ trar puntos de contacto con la misma sección del reporte de MXG e, igualmente, importantes diferencias. La diferencia más notable es el hecho de que Sexto no reporta el argumento intersubjetivo. A cambio de ello encontramos un reporte más prolífico del argumento categorial.

ESTUDIO INTRODUCTORIO

De hecho, podemos dividir el argumento categorial en tres subargumentos, cada uno de los cuales contribuye al argumento categorial pero desde diferentes perspectivas. El primer subargumento se encuentra en los apartados [83] y [84] y en la primera frase del [85]. Allí se expresa la idea central del argumento categorial: el logos y el ser tienen naturalezas tan radicalmente diferen­ tes que no es posible comunicar el ser en un discurso. El argumento parte de la oposición que existe entre las facultades sensoriales del oído y la visa, pues lo audible no es visible y viceversa: “Entonces, ¿cómo es posible darlo a conocer?”. La pregunta sugiere que el ser no es comuni­ cable en razón de que lo audible no es visible. Esta argumentación da la idea de que el argumento asume que el logos es un mero sonido audi­ ble y que el ser es algo visible y, por tanto, no se puede convertir el uno en el otro. Si así se debe interpretar este pasaje entonces Gorgias tiene una argumentación muy débil, pues es claro que el argumento no evita la posibilidad de que haya comunicación del ser por medio del logos , ya que basta con que el ser no sea algo visible sino audible para que sea comunicable. Esta debilidad se puede corregir si no se ve esta sección como el núcleo del argumento, sino únicamente como introductora de la diferencia categorial a partir de los ejemplos de lo audible y de lo visi­ ble (algo similar sucede en el reporte de MXG). Así que no se debe entender que Gorgias está diciendo que dado que el logos es lo audible y el ser lo visible entonces el ser no puede ser comunicado. Más bien, se debe entender que dado que el ser es como lo visible y el logos como lo audible el uno no podría comunicar el otro. Esta es exactamente la con­ clusión en [84]: “Entonces, exactamente como lo visible no puede vol­ verse audible y viceversa, así lo que es, dado que yace afuera, no puede volverse nuestro discurso”. El apartado [85] introduce el segundo subargumento, siempre den­ tro del marco del argumento categorial. Este pasaje ha sido ampliamente discutido en la literatura secundaria. El párrafo introduce la idea de un modelo causal basado en la noción de impacto entre la realidad y el dis­ curso. Se afirma que el discurso se forma a partir del impacto de lo percep­ tible, pero no viceversa. Por extraña que resulte esta teoría mecanicista del discurso se puede pensar que únicamente está poniendo de relieve el hecho de que el discurso depende de una realidad externa. Al menos una interpretación deflacionaria lo vería así. Pero el parrafo termina con una

G O R G I A S DE LEONTI NI

afirmación enigmática: “El discurso no es el que representa lo externo, sino que lo externo es el que comunica el discurso” [85]. Esta afirmación, al parecer, invierte la relación entre realidad y discurso, pues dice que no es el discurso el que representa o comunica la realidad, sino que la rela­ ción es inversa. ¿Cuál es el sentido de esta afirmación? El texto presenta una complicación: las expresiones griegas para “representar” y “comunicar” son tardías y características del discurso estoico sobre el lenguaje. Desde Mourelatos, pasando por Cassin, se ha visto aquí un reconocimiento de la independencia del discurso frente a la realidad, por una parte, y de la dependencia de la realidad frente al discurso, por otra. Tal interpretación se enfrenta, por supuesto, a la sospecha de la inexactitud del reporte como lo delata el proceso de modernización de las expresiones usadas. Resulta igualmente desconcertante que las líneas anteriores, que no dicen otra cosaque el discurso es causalmente depen­ diente de la realidad y no viceversa, no nos preparan para esta nueva tesis: ¿Por qué afirmar ahora que la realidad comunica el discurso? Se puede asumir que hay una deficiente transmisión en el reporte y con­ jeturar que todo lo que dice Gorgias es que el discurso se forma a par­ tir de la realidad y no viceversa y que, por tanto, el discurso no puede comunicar la realidad porque implicaría que el discurso crea la reali­ dad al comunicarla. Se podría leer, entonces, la última línea de [85] del siguiente modo: “Pero si esto es así, el discurso no es el que constituye [en vez de representa ] lo externo, sino que lo externo es lo que constituye [en ves de comunka\ el discurso”. Mi propuesta consiste simplemente en equiparar el mensaje de esta última línea a lo que afirmado en la pri­ mera parte de [85]. En [86] Gorgias presenta el tercer subargumento. Allí Gorgias está dispuesto a conceder que el logos no es categorialmente distinto de los objetos de los sentidos, sino que posee subsistencia externa y, por tanto, es similar a estos.¿Qué significa concebir el logos como algo que subsiste? Al parecer, esto significa que al logos se lo ve como un mero sonido. Esto, por supuesto, lo vuelve un objeto de los sentidos, puesto que podemos percibirlo por el oído. La estrategia de Gorgias consiste posible­ mente en conceder que incluso si el logos fuera algo que subsiste no se eli­ minaría del todo la diferencia categorial, pues ella persiste frente a otros sentidos, en particular la vista. Los sonidos no nos pueden tran sm itir

E ST UDI O I N T R O D U C T O R I O

cosas visibles ni viceversa. Por ello concluye que “el discurso no muestra la mayoría de las cosas que subsisten, exactamente como estas últimas tampoco revelan recíprocamente su naturaleza” (en [86]). Obsérvese que la conclusión es moderada y dice únicamente que el discurso no revela la mayoría de las cosas que subsisten. En ningún momento niega que este pueda revelar algunas cosas externas. Esto está en concordan­ cia con la idea de que, concebido el logos como sonido, puede revelar algunas cosas sensibles —a saber, los sonidos—, pero no otras percep­ ciones, en particular las visibles. A diferencia del argumento de MXG Sexto no reporta el argumento intersubjetivo. Inmediatamente, Sexto presenta la conclusión del argu­ mento en su conjunto, que consiste, a ojos del escéptico, en que Gorgias substrae el criterio de verdad para juzgar lo que es, lo que es conocido y lo que es comunicado.

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ΠΕΡΙ ΓΟΡΓΙΟΥ

G O R G I A S DE L E O N T I N I

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ΠΕΡΙ Γ0ΡΓΙ0Υ Untersteiner, M. 2009. Sofisti. T estim oníam e e fram m enti. A cura de

Mario Untersteiner con la collaborazione di Antonio Battegazzore. Introduzione de Giovanni Reale. (9?9al2)

5 (979aI 5)

(979i20)

(979i25)

[1] Ούκ είναί φησιν ούδέν· εί δ' έστιν, άγνωστον είναι* εί δέ και έστι καί γνωστόν, άλλ' ού δηλωτόν άλλοις. [2] και οτι μέν ούκ έστι, συνθείς τα έτέροις είρημένα, οσοι περί των οντων λέγοντες τάναντία, ως δοκουσιν, άποφαίνονται αύτοΐς, οί μέν οτι εν καί ού πολλά, οί δέ αύ öti πολλά καί ούχ έν, καί οί μέν οτι άγένητα, οί δ' ώς γενόμενα έπιδεικνύντες ταυτα, συλλογίζεται κατ' άμφοτέρων. [3 ] ανάγκη γάρ, φησίν, εϊ τί έστι, μήτε εν μήτε πολλά είναι, μήτε άγένητα μήτε γενόμενα, ούδέν άν εϊη. εί γάρ εϊη τι, τούτων αν θάτερα εϊη. οτι { δ') ούκ έστιν ούτε εν ούτε πολλά, ούτε άγένητα ούτε γενόμενα, τα μέν ώς Μέλισσος, τα δέ ώς Ζήνων έπιχειρεΐ δεικνύειν μετά τήν πρώτην ϊδιον αύτου άπόδειξιν, έν ή λέγει οτι ούκ έστιν ούτε είναι ούτε μή είναι. [4 ] εί μέν γάρ τό μή είναι έστι μή είναι, ούδέν άν ήττον τό μή ον του οντος εϊη. τό τε γάρ μή ον έστι μή ον, καί τό όν öv, ώστε

(979*30)

ούδέν μάλλον είναι ή ούκ είναι τα πράγματα. [5] εί δ' όμως τό μή ειναί έστι, τό είναι, φησί, ούκ έστι, τό άντικείμενον. εί γάρ τό μή είναί έστιτό είναι μή είναι προσηκει. [6] ώστε ούκ άν ούτως, φησίν, ούδέν άν εϊη, εί μή ταύτόν έστιν ειναί τε καί μή είναι, εί δέ ταύτό, καί ούτως ούκ άν ειη ούδέν· τό τε γάρ μή ον ούκ έστι, καί τό ον, έπείπερ γε ταύτό τώ μή οντι. ούτος μέν ούν ό πρώ τος λόγος έκείνου.

6

SOBR£ GORGIAS

39

S o b r e G o r g ia s

(Aristóteles: Sobre Meliso, Jenófanes y Gorgias, 979al2-980bl) [Capítulo 5] [ 1] Dice que nada es. Pero, si es, es incognoscible. Pero, incluso si es y es cognoscible, no es, sin embargo, revelable a otros.

(979*12)

Nada es

[2] Combinando lo dicho por aquellos que al hablar sobre lo que es manifiestan posiciones contrarias entre sí—unos demuestran que es uno y no múltiple, otros que es múltiple y no uno, otros que es ingénito y otros generado— concluye, contra ambas partes, que no es. [3] Pues necesariamente, afirma, si algo es, no es ni uno ni múltiple, ni ingénito ni generado. Nada puede ser. Pues si algo fuese, sería alguna de estas cosas. Y que no es ni uno ni múltiple, ni ingénito ni generado lo intenta mostrar en parte como Meliso y en parte como Zenón des­ pués de una primera demostración de su propia autoría en la que afirma que no es posible ni ser ni no ser.

(979a15)

(979a20)

Argumento propio

[4] Pues si el no ser es no ser, lo que no es en nada sería menos que lo que es. En efecto, lo que no es es lo que no es y lo que es es lo que es, de manera que las cosas en nada son más de lo que no son. [5] Sin embargo, si el no ser es, el ser, afirma, no es, en la medida en que es su opuesto. Pues si el no ser es, corresponde al ser el que no sea. [6] De lo que se sigue que, afirma, nada puede ser a menos que ser y no ser sean lo mismo. Pero si son lo mismo, tampoco así nada podría ser. Pues lo que no es no es y lo mismo pasa con lo que es, si precisamente es lo mismo que lo que no es. Este es entonces su primer argumento.

(979a25)

(979i30)

G O R G I A S DE L E O N T I N I

40

[1] Ούδαμόθεν δέ συμβαίνει εξ ών εϊρηκε, μηδέν είναι· & γάρ καί άποδείκνυσιν1, ούτως διαλέγεται.2 (979*35)

(979b)

(979b5)

[2 ] εί τό μή ον εστιν, ή εστιν άπλώς είπεΐν (αν) εϊη καί [εστιν] ή καί έστιν ομοίως μή ον3, τοϋτο δέ ούτε φαίνεται ούτως ούτε ανάγκη, άλλ’ ώσπερεί δυοΐν οντοιν, του μέν οντος, του δ’ ούκ οντος, τό μέν έστι, τό δ' ούκ αληθές οτι έστίν τό μέν μή ον. [3 ] δια τί ούν ούκ εστιν, ούτε είναι ούτε μή είναι; τί δέ άμφω ούθ ετερον ούκ εστιν4; ούδέν γάρ (ήττον), φησίν, εϊη αν τό μή είναι του είναι, εϊπερ εϊη τι και τό μή είναι, οτε ούδείς φησιν είναι τό μή είναι ούδαμώς. [4 ] εί δέ καί έστι τό μή ον μή ον, ούδ' ούτως ομοίως εϊη αν τό μ ή ον τώ [μή] οντι· τό μέν γάρ έστι μή ον, τό δέ καί έστιν έτι. [5 ] εί δέ καί άπλώς είπεΐν αληθές (ώς δέ θαυμάσιόν γ' αν εϊη τό ('τό) μή ον έστιν'), άλλ’ εί δή ούτω, πότερον μάλλον ξυμβαίνει απάντα μή είναι ή είναι; αύτό γάρ ούτω γε τούναντίον έοικεν γίγνεσθαι.

1 άποδείκνυσιν R: ά(λλοι ά)ποδεικνύουσιν Untersteiner.

1 διαλέγεται codd.: διελέγχεται

Untersteiner.

3 Texto corrupto. f¡ έστιν άπλώς είπεΐν (άν) εϊη καί [έστιν] ή καί

έστιν ομοίως μή ον Newiger ρ. 41: ή άπλώς είπεΐν (αν) εϊη (ή) καί εστινδμοίον μή ον Untersteiner.

4

τ ί Ioli: τό Untersteiner.

SO »KI· CiO R ( ; i AS

41

C r ít ic a del argumento p r o p i o [ C a p í t u lo 6]

[ 1] Pero desde ningún punto de vista se deriva de lo que ha dicho (979,35) que nada es. Pues su demostración implica el siguiente razonamiento: [2] Si lo que no es es, es en la medida en que se habla de modo abso­ luto como en la medida en que es igualmente lo que no es1. Y esto ni parece ni es necesario que sea así. Sino que es como si se tratara de dos cosas: de lo que es y de lo que no es, lo primero es, lo segundo es pero no en un sentido auténtico, porque es lo que no es} [3] i Por qué, entonces, no es posible ni ser ni no ser?3 ¿Y por qué es (979b I) imposible que sean ambos o al menos uno de los dos?4 Pues, en nada menos sería, dice, el no ser que el ser si el no ser fuera también algo, y es el caso que nadie dice que el no ser de ningún modo sea.5 [4] Pero incluso si lo que no es es lo que no es, tampoco así sería lo que (979b5) no es semejante a lo que es pues lo primero es lo que no es, lo segundo adi­ cionalmente es.6 [5] Pero incluso si se pudiera decir en sentido absoluto y verdadero ¡cómo resultaría de asombroso decir “lo que no es es”! Pero si de veras fuera así, ¿se deriva que todo no es más de lo que es? Pues parece que procediendo así resulta precisamente lo contrario:

1 Reconstrucción de esta frase según Newiger. 2 El sentido del pasaje es al parecer el siguiente: afirmar, como Gorgias hace, que lo que no es es implica que lo que no es cumple dos condiciones: lo que no es es en un uso copulativo {lo que no es es lo que no es) y también es en un sencido absoluto (lo qtte no es es). Pero no es el caso que lo que no es cumpla estas dos condiciones, pues cumple la primera pero no la segunda. Quien cumple (también) la segunda es lo que es. Entonces, Lo que es y lo que no es son, con respecto al ser, dos cosas muy distintas. 3 Obsérvese que esta primera pregunta del apartado apunta a la conclusión del argumento de Gorgias: “No es posible ni ser ni no ser” (última línea del apartado 5.4). Gorgias, entonces, ha concluido en su argumento propio que no es posible ni ser ni no ser, y ahora el autor del MXG se maravilla de que haya obtenido tal conclusión. * Según la edición de Ioli. 5 Siguiendo la traducción de Ioli. El autor insiste en la diferencia fundamental entre el no ser y el ser: el no ser es en su uso copulativo, el ser es tanto en su uso copulativo como en su uso absoluto.

42

(979b 10)

(979b IS)

(979b20)

(979b25)

(979b30)

GO RGI A S DE LEONTINI

[6] εί γάρ τό τε μή ον ον έστι καί τό ον ον έστιν, ά π α ντά έστιν καί γάρ τα όντα καί τα μή όντα έοτίν. ούκ ανάγκη γάρ, εί τό μή ον έστι, καί τό ον μή είναι. [7] εί δή καί οϋτω τις ξυγχωροΐ, καί τό μέν μή όν εϊη, το δέ ον μή εϊη, ομως ούδέν ήττον εϊη αν (τι)· τα γάρ μή οντ' αν εϊη κατά τόν εκείνου λόγον. [8] εί δέ ταύτόν έστιν τό είναι καί τό μή είναι ούδ’ ούτως μάλλον ούκ εϊη αν τι (ή) εϊη. ώς γάρ κάκεΐνος λέγει, οτι εί ταύτόν τό μή ον καί τό ον, τό τε ον ούκ εστι καί τό μή ον, ώστε ούδέν έστιν, άντιστρέψαντι εστιν ομοίως φάναι οτι πάντα εστιν. τό τε γάρ μή ον εστι καί τό ον, ώστε πάντα εστιν. [9] μετά δέ τούτον τόν λόγον φησίν- εί δέ έστιν, ήτοι άγένητον ή γενόμενον είναι, καί εί μεν άγένητον, άπειρον αύτό τοΐς του Μελίσσου άξίώμασι λαμβάνει· τό δ' άπειρον ούκ άν ειναί που. ούτε γάρ έν αύτω ούτ' αν έν άλλω ειναι-δύο γάρ άν ούτως άπείρω είναι, τό τε ένόν καί τό έν ω μηδαμού δέ ον ούδέν είναι κατά τόν του Ζήνωνος λόγον περί της χώρας. [10] άγένητον μέν ούν διά ταΰτ' ούκ είναι, ού μην ουδέ γενόμενον. γενέσθαι γουν ούδέν άν οΰτ' έξ δντος ούτ’ έκ μή οντος. εί γάρ τό ον μεταπέσοι, ούκ άν έτ' είναι αύτό ον, ώσπερ γ' εί καί τό μή ον γένοιτο, ούκ άν ετι εϊη μή ον. [11] ούδέ μήν ούδ' έκ (μή) οντος5 άν γενέσθαι. εί μέν γάρ μή έστι τό μή ον, ούδέν άν έκ μηδενός άν γενέσθαι- εί δ' έστι τό μή ον6, δι' άπερ ούδ' έκ του οντος, διά ταΰτ' άν ούδ' έκ του μή οντος γενέσθαι.

*·κ (^ ) δντος Foss: έξ οντος Untersteiner, τό μή ον R; α ύ τό μή öv Untersteiner.

SOHRI-: GORGIAS

[6] Pues si lo que no es es lo que es y lo que es es lo que es, todo es. Pues tanto Lis cosas que son como las que no son son. Pues no es necesario que, si h que no es es, lo que es no sca. [7] Pero si cambien se concediera que esto es así y que lo que no es es y que lo que es no es, no obstante ninguna cosa sería en nada menos. Pues según su argumento las ¿osas que no son serían. [8] Pero si el ser y el no ser son lo mismo, tampoco así algo no sería más de lo que sería. Pues así como este dice que si lo que no es y lo que es son lo mismo entonces ni lo que es es ni lo que no es son, de manera que nada es, también es posible para quien razona inversamente decir igual­ mente que todo es. Pues lo que no es es y lo que es también es, así que todo es. Pues tanto lo que no es como lo que es son, de modo que todo es.

43 (979b10)

(9?9b15)

A r g u m e n to s in t é t ic o

Ingénito o generado

[9] Después de este argumento dice: Pero si es, es o bien ingénito o generado. Y, apelando a los principios de Meliso’, asume que, si es ingé­ nito, es infinito. Pero lo infinito no puede estar en algún lugar, pues no puede estar ni en sí mismo ni en algo otro. Pues si así fuera habría dos o más infinitos: lo que está en algo y aquello en lo que está. Pero al no estar en ningún lugar nada podría ser —según el argumento de Zenóns sobre el espacio—. [10] Y por estas razones no es ingénito, pero tampoco, por supuesto, generado. Ciertamente, no se puede generar ni de lo que es ni de lo que no es. Pues, si lo que es cambiara a algo otro [m etapésoíf , ya no sería lo que es, exactamente como lo que no es no sería lo que no « si llegara a ser. [11] Y de seguro tampoco puede generarse de lo jfno es, pues, si lo que no es no es, nada puede generarse de nada. Y si, por su parte, lo que no es es, entonces lo que justifica que no se genere de lo que es también justifica que no se genere de lo que no es.

7 Mcliso, B2, 3 y 4. Ver arriba, en el estudio introductorio. * Zenón, A 24. * Meliso (B8.6) usa el mismo verbo ( m etapiptein ) para hablar del cambio del ser.

(979b20)

(979b25)

(9~9b30)

G O R G IA S DE L EO N TIN I

44

[12] εί ούν ανάγκη μέν εϊπερ εστι τι, ήτοι άγένηΤ0ν γενόμενον είναι, τα υ τα δέ α δ ύ ν α τα 7, (άδύνατόν) τι καίειν«^ [13] έτι εϊπερ εστι (τι, ή) εν ή πλείω, φησίν, έστίν· εί δέ μήΤ£

(9t?b35)

έν μήτε πολλά, ούδέν άν εϊη. καί εν μ έ ν ... και οτι άσώματον εϊη τό ... εν κ... ε έχον μέν γε ... τώ του Ζήνωνος λόγω. ενός δέ οντος ούδ' αν ... είναι ούδέ μή ... μήτε πολλά... εί δέ μήτε... μήΤε (980al

πολλά εστιν, ούδέν έστιν8. [14] ούδ' αν κινηθήναί φησιν ούδέν. είγάρ κινηθείη, [ή] ούκ αν έτ' εϊη ώ σαύτω ς έχον, άλλα το μέν (ον) ούκ ον εϊη, τό δ' ούκ

(980a5)

(980il0)

ον γεγονός εϊη. [15] έτι δέ εί κινείται καί [εί] μεταφέρεται, ού συνεχές öv διήρηταί (τε) τό ον οϋτ έστι ταύτη· ώ στ' έι πάντη κινείται, πάντη διήρηται. [ 16] εί δ' ούτως, πάντη ούκ εστιν. έκλιπές γάρ ταύτη, φησίν, ή διήρηται, του οντος άντί του κενού τό διηρήσθαι λέγων, καθάπερ έν τοΐς Λευκίππου καλουμένοις λόγοις γέγραπται. [17] είναι ούν ούδέν, τάς άποδείξεις λέγει (ταύτας)9.10δει" γάρ (άπαντα) τά φρονούμενα είναι, και τό μή ον, εϊπερ μή εστι, μηδέ φρονεΐσθαι.

α δ ύ ν α τ α Newiger ρ. 57: α δ ύ ν α τ ό ν Untersteiner. 8

Pasaje co rrup to . A pele reco n stru ye el texto a p a rtir del pasaje paralelo de Sexto E m pírico del sig u ien te m o d o :

καί εν μέν ο ύ κ α ν ε ίν α ι, cm ά σ ώ μ α τ ο ν α ν εϊη τό ώ ς α λ η θ ώ ς 2ν, καθό ο ύ δ έν έχον μ έγεθο ς, δ ά ν α ιρ ε ΐσ θ α ι τ ώ τ ο υ Ζ ή νω νο ς λό γω . ενός δέ μή ο ντο ς ο ύδ ' ά ν δ λ ω ς ε ίν α ι ο ύ δ έν. μή γ ά ρ ο ν τ ο ς έν ό ς μηδέ πολλά είναι δ είν. εί δέ μ ήτε εν, φ η σ ίν , μ ή τε π ο λ λ ά έ σ τ ιν , ο ύ δ έν έσ τιν. Ioli reconstruye así:

και έ ν μέν ο ύκ α ν ε ίν α ι, ό τι ά σ ώ μ α τ ο ν α ν εϊη, τό δ' ά σ ώ μ α το ν ούδέν έσ τι, μτ> έχον μ έγεθ ο ς ώ ς έ ν τ ώ τ ο υ Ζ ή νω νο ς λ ό γ ω . ένό ς δέ μή οντος ούδ' α ν δ λ ω ς ε ίν α ι ο ύδ έν. μή γ ά ρ ο ν τ ο ς έν ό ς μηδέ π ο λ λ ά α ν εϊη. εί δέ μήτε εν, φ η σ ίν , μ ήτε π ο λ λ ά έ σ τιν , ο ύ δ έ ν εσ τιν . *

εΐνα ι ο ύν ο ύδ έν, τ ά ς ά π ο δ ε ίξ ε ις λ έ γ ε ι (τ α ύ τ α ς ) A pelt: εί μέν ο ύν ούδέν. τά ς α π ο δ είξεις λ έ γ ε ιν [ά π α τ α ν ] U n terstein er. A l parecer hay una lag u n a en la q u e se realiza la tran sició n de la prim era a I® segunda sección. A p elt reconstruye así: ε ί δ έ σ τ ιν , δ τ ι ά γ ν ω σ τ ό ν έ σ τ ι, μ ε τ ά τ α ϋ τ α τ ά ς ά π ο δ ε ί ξ ε ι ς λ έ γ ε ι, δ ε ι R: δ ε ΐν U ntersteiner.

SOBRE GORGIAS

45

[12] Por consiguiente, si es necesario que, si algo es, sea o ingénito o generado, y estas dos cosas son 10, entonces es también imposible que algo sea. Uno o plural

[13] Además, si algo es, dice, es o bien uno o plural. Y si no [es] ni uno ni múltiple sería nada. Y" no puede ser uno porque sería incorpó­ reo, pero lo incorpóreo, al no tener una magnitud extensa, sería nada —como en el argumento de Zenón12—. Pero si no es uno no será en absoluto nada, pues al no ser uno tampoco sería múltiple. Pero si no es uno, dice, ni múltiple, es nada. [14] Y dice que nada puede ser movido. Pues si pudiera ser movido, no podría seguir siendo del mismo modo, sino que por un lado, lo que es no podría ser lo que es y por otro, lo que no es sería generado. [15] Pero, además, si se mueve, y lo que es uno se desplaza13, enton­ ces lo que es se divide y, al no ser más continuo, no sería en aquella parte [en que se divide]. De modo que si se mueve por todas partes, se divide en toda parte. [16] Si es así no está en ninguna parte. Pues dice que es carente de lo que es en esa parte en que se divide, diciendo dividirse en lugar de vado , al modo como está escrito en los llamados argumentos de Leucipo. Es incognoscible [17] Dice, entonces, que estas son las demostraciones de que nada es14. Pero si es, dice —después de estas demostraciones— que es incog­ noscible. Pues es necesario que todas las cosas pensadas sean15. Y lo que no es, si realmente no es, no es pensado. 10 Siguiendo a Ncwiger. 11 Texto fuertemente corrupto. Desde aquí hasta el final de este apartado seguimos la reconstrucción de loli, quien se apoya, como la mayoría de los editores, en la reconstrucción de Apelt. 12 Zenón, B2. 13 Siguiendo la traducción de este término propuesta por Untersteiner y loli. 14 A partir de aquí el apartado presenta serias corrupciones. Seguimos la reconstruc­ ción de ApeJt. 15 Esta afirmación es de seguro de origen parmenídeo, quien afirma: “Pues lo mismo es para pensar y para ser” (B8.34) Ver arriba, estudio introductorio.

(979b35)

(980a I)

(980a5)

G O R G I A S DE L EO NT I NI

46

[18] εί δ’ ούτως ούδεν άν είναι ψευδός, ούδ’ εί, φησιν, [ού εί] έν τω πελάγει φαίη άμιλλασθαι άρματα- πάντα γάρ άν ταύτα 12εϊη.

(980a I S)

[19] καί γάρ τά όρώμενα καί άκουόμενα διά τούτο εστιν, οτι φρονεΐται έκαστα αύτών· εί δέ μή διά τούτο, άλλ' ώσπερ ούδέν μάλλον ά όρώμεν έστιν, ουτω (ούδέν) μάλλον ά [όρώμεν ή] διανοούμεθα. [20] καί γάρ ώσπερ έκεΐ πολλοί άν ταύτα ϊδοιεν, καί ενταύθα πολλοί άν ταϋτα διανοηθείημεν, τί ούν μάλλον δή(λον εί τοιάδ'ή) έστί; ποΐα δέ τάληθή, άδηλον, ώστε καί εί εστιν, ήμΐν γε άγνωστα είναι τά πράγματα.13

(980ι20)

(980b)

(980b5)

[21] εί δέ καί γνωστά, πώς άν τις, φησί, δηλώσειεν άλλω; ô γάρ είδε, πως άν τις, φησί, τούτο εϊποι λόγω; ή πώς άν εκείνο δήλον άκούσαντι γίγνοιτο, μή ίδόντι; ώσπερ γάρ ούδέ ή οψις τούς φθόγγους γιγνώσκει, ούτως ούδέ ή άκοή τα χρώματα άκούει, άλλά φθόγγους· καί λέγει ό λέγων, άλλ' ού χρώμα ούδε πράγμα. [22] ö ούν τις μή έννοεΐ, πώς αύτό παρ' άλλου λόγω ή σημείω τινί έτέρω του πράγματος έννοήσει, άλλ' ή εάν μέν χρώμα ίδών, έάν δέ (ψοφον, άκο)ύσας; άρχήν γάρ ού (ψόφον) λέγει (ό λέ)γων ούδέ χρώμα, άλλά λόγον, ώστ' ούδέ διανοεΐσθαι χρώμα έστιν, άλλ' όραν, ούδέ ψόφον, άλλ' άκούειν.

12 τ α ϋ τ α codd.: τ α ύ τ ά U ncersteiner. 13 κ α ί γ ά ρ ώ σ π ε ρ έ κ ε ΐ π ο λ λ ο ί α ν τ α ϋ τ α ϊδοιεν, καί ένταϋθα πολλοί άν τ α υ τ α δ ια ν ο η θ είη μ εν , τ ί ο ύ ν μ άλλο ν δή(λον εί τοιάδ' ή) τοιάδ έστι, π ο ΐα δέ τά λ η θ ή , ά δ η λο ν, ώ σ τ ε κ α ί εί 2στιν, ήμίν γε άγνω στα είναι τά π ρ ά γ μ α τ α Caston pp. 224-225: καί γά ρ ώ σ π ερ έκεΐ πολλοί δν ταΰτ« ϊδ ο ιεν, κ α ί έ ν τ α ϋ θ α π ο λ λ ο ί ά ν τ α ύ τ ά διανοηθεΤεν, τό ουν μάλλον δ ή .,.α τ ο ιά δ ’ έσ τί, π ο ΐα δέ τά λη θή , άδηλον, ώ σ τε καί εί Ιστιν, ήμϊν Υ£ ά γ ν ω σ τ 'ά ν ε ΐν α ι τ ά π ρ ά γ μ α τ α Unterstdncr.

SOBRE « O R G I A S

[18] Pero si sucediera tal cosa, dicc que nadie diría algo falso, incluso si dijera que en el mar compiten16 carros de caballos, pues todas estas cosas serían. [19] Pues también las cosas vistas y escuchadas son gracias a que cada una de ellas se piensa. Pero si no son gracias a esto, entonces, sin embargo, exactamente como lo que vemos en nada es más [que no es], tampoco lo que vemos es más que lo que imaginamos.1 [20] Y así como en el primer caso muchos podrían ver estas cosas11*, también en el segundo caso muchos podríamos imaginar estas cosas. ¿Por qué son estas más [de lo que no son] ? ¿Y cuáles son las verdaderas? Esto no es claro. De modo que, incluso si son, las cosas serían incognos­ cibles para nosotros.

47 (980a10)

(980a15)

Es incomunicable A rgu m en to c ate g o rial

[21] Pero incluso si es cognoscible ¿cómo alguien, dice, podría reve­ lárselo a otro? Pues lo que alguien ha visto ¿cómo lo podría expresar en un discurso? O ¿cómo resultaría tal cosa manifiesta al que la ha escu­ chado pero no la ha visto? Pues así como la vista no reconoce voces, tampoco el oído oye colores sino voces. Además el que dicc no dice ni colores ni cosas. [22] Entonces lo que alguien no tiene en la mente, ¿cómo lo llegará a tener de otra persona por medio de palabras o de cualquier otro signo de la cosa, a menos que él mismo lo haya visto, si se trata de un color, o escuchado, si de un sonido? Pues, en principio, el que dice no dice un sonido ni un color, sino un discurso, de modo que tampoco es posible imaginar un color, sino verlo, ni un sonido, sino oírlo.

16 También se puede traducir como corren , en M se habla de corren y no de compiten. 17 Seguimos la edición de Caston en los parágrafos 19 y 20. Leyendo con los manuscritos y con Caston tañía (estas cosas). Pero la mayoría de los editores reemplazan esta expresión por lauta (las mismas cosas). Naturalmente, la doctrina expuesta varía ostensiblemente con tal cambio.

(980i20)

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(980b5)

G O R G I A S DE L E O N T I N I

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[23] εί δέ καί ενδέχεται γιγνώσκειν τε καί ά ά γιγνώσκη λέγειν. άλλα πώς ό άκούων τό αύτό εννοήσει; ού γάρ οΐόντε (9S0bl0)

ταύτό άμα έν πλείοσι καί χωρίς ούσιν είναι· δύο γάρ αν εϊη τό εν. [24] εί δέ καί εϊη, φησίν, έν πλείοσι καί ταύτόν, ούδέν κωλύει μή ομοιον φαίνεσθαι αύτοΐς, μή πάντη όμοίοις έκείνοις ούσι καί έν τώ αύτω' εί γάρ έν τώ αύτω ήσαν, (εις) αν άλλ' ού δύο είεν.

(980bl5)

'980h20)

[25] φαίνεται δέ ούδ' αύτός αύτω όμοια αισθανόμενος έν τω αύτω χρόνιο, άλλ' ετερα τη άκοή καί τη οψει, καί νυν τε καί πάλαι διαφόρως. ώστε σχολή αλλω γ ’ αν ταύτό αϊσθοιτό τις. [26] Ούτως ούν εί έ'στι τι γνω στόν14, ούδείς άν αύτό έτέρω δηλώσειεν, διά τε τό μή είναι τα πράγματα λόγους, καί οτι ούδ έτερος15 έτέρω ταύτόν έννοεΐ. απασαι δέ αϋται καί έτέρων άρχαιοτέρων είσίν άπορίαι, ώστε έν ττ περί έκείνων σκέψει καί ταϋτα έξεταστέον.

14 Ο ύτω ς ο ύ ν ε ί ε σ τ ι τ ι γ ν ω σ τ ό ν Cook-Wilson: ο ύ τ ω ς ο ύκ Ισ τιν, (ο ύ δ έν ει δέ κ α ί εϊη, ο ύ δ ) έ ν έ σ τ ι γ ν ω σ τ ό ν - (εί δέ κ α ί εϊη γ ν ω σ τ ό ν ) U n tcrstcin cr. 15 ο ύδ ε τ ε ρ ο ς N e w ig e r ρ. 1 5 9 : ο ύ δ ε ίς [ετ ερ ο ν ] Uncersceiner.

SOBRE GORGIAS

49

Argumento intersubjetivo

[23] Pero incluso si se admite que se conoce y se dice lo que se conoce, ¿cómo, sin embargo, el que escucha tendrá en la mente lo mismo? Pues no es posible que lo mismo esté simultáneamente en varios entes sepa­ rados, pues lo que es uno sería dos. [24] Pero incluso si estuviera en varios, dice, y fuera lo mismo, nada impide que no se les aparezca semejante a personas que no son del todo semejantes entre sí y que no están en el mismo lugar. Pues si estuvieran en el mismo lugar serían una persona y no dos. [25] Pero parece que una misma persona no percibe cosas semejan­ tes al mismo tiempo, sino que percibe por el oído y por la vista cosas diferentes. Igualmente, percibe de modo diferente en el momento pre­ sente y en el pasado. De modo que difícilmente alguien percibirá lo mismo que otro. [26] Así, si algo es cognoscible nadie se lo revelaría a otro, a causa de que las cosas no son palabras y porque una persona no tiene en la cabeza lo mismo que otra. Y todas estas son también aporías de otros escritores antiguos, de modo que mediante el examen de aquellos se debe com­ probar tales argumentos.

(980b 10)

(980b 15)

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Gorgias de Leontini Sobre el no ser

G O R G I A S DE L E O N T I N I

ΠΕΡΙ ΤΟΥ ΜΗ ΟΝΤΟΣ Η ΠΕΡΙ ΦΥΣΕΩΣ Mutschmann, H. (ed.). 1914. Sexti Empirici Opera. Vol. II. Leipzig. Teubner. [65] Γοργίας δέ ό Αεοντίνος έκ του αύτου μέν τάγματος ύπηρχε τοΐς άνηρηκόσι τό κριτηριον, ού κατά την όμοίαν δέ έπιβολήν τοΐς περί τόν Πρωταγόραν, έν γάρ τω έπιγραφομένω Περί του μή οντος ή Περ'ι φύσεως τρία κατά τό έξης κεφάλαια κατασκευάζει, έν μέν καί πρώτον οτι ούδέν εστιν, δεύτερον οτι εί καί εστιν, άκατάληπτον άνθρώπω, τρίτον οτι εί καί καταληπτόν, άλλα τοί γε άνέξοιστον καί άνερμήνευτον τω πέλας. [66] οτι μέν ούν ούδέν εστιν, έπιλογίζεται τόν τρόπον τούτον- εί γάρ έστι τι, ήτοι τό ον εστιν ή τό μή ον, ή καί τό ον έστι καί τό μή ον. ούτε δέ τό ον έστιν, ώς παραστησει, ούτε τό μή ον, ώς παραμυθήσεται, ούτε τό ον καί τό μή ον, ώς καί τοΰτο διδάξει1 ούκ άρα εστι τι. [67] καί δή τό μέν μή ον ούκ εστιν. εί γάρ τό μή δν έστιν, έσται τε άμα καί ούκ έσται- ή μέν γάρ ούκ ον νοείται, ούκ εσται, η δέ έστι μή ον, πάλιν έσται. παντελώς δέ άτοπον τό ειναί τι άμα καί μή είναι- ούκ αρα έστι τό μή ον. καί άλλως, εί τό μή ον έστι, τό δν ούκ έσται- έναντία γάρ έστι ταυτα άλλήλοις, καί εί τώ μή οντι συμβέβηκε τό είναι, τω οντι συμβησεται τό μή είναι, ούχί δέ γε τό ον ούκ έστιν, τοίνυν ούδέ τό μή ον έσται. [68] καί μήν ούδέ τό ον έστιν. εί γάρ τό ον έστιν, ήτοι άίδιόν έστιν ή γενητόν ή άίδιον άμα καίγενητόν- ούτε δέ άίδιόν έστιν ούτε γενητόν ούτε άμφότερα, ώς δείξομεν- ούκ άρα έστι τό ον. εί γάρ άίδιόν έστι τό ον (άρκτέον γάρ έντεϋθεν), ούκ έχει τινά άρχήν· [69] τό γάρ γινόμενον παν έχει τιν’ άρχήν, τό δέ άίδιον άγένητον καθεστώς ούκ ειχεν άρχην. μή έχον δέ άρχήν άπειρόν έστιν. εί δε άπειρόν έστιν, ούδαμοϋ έστιν. εί γάρ πού έστιν, έτερον αύτου έστιν έκεΐνο τό [ον] έν φ έστιν, καί ούτως ούκέτ' άπειρον έσται τό ον έμπεριεχόμενόν τινι* μεΐζον γάρ έστι του έμπεριεχομένου τό έμπεριέχον, του δέ άπειρου ούδέν έστι μεΐζον, ώστε ούκ έστι που τό άπειρον.

sonui· i u q u i

no

i:s o

so h ri: la n a t u r a l i s a

SoHRK LO QUE NO ES O SO B R E LA NATURALEZA (Sexto Empírico, A dvenus m athem aticos 7,65-87) |(,5] (¡orgias, cl (continu, perteneció al mismo grupo de los que eli­ minan cl criterio, aunque con una aproximación diferente a la de Protátioras, pues en su tratado titulado Sóbrela que rw es o Sóbrela naturaleza sostiene en orden sucesivo tres tesis principales: prim ero , que nada es; fin id o , que incluso si es no es aprehcnsible por el ser humano; tercero, que incluso si es aprehcnsible es, sin embargo, incomunicable c inexpli­ cable al interlocutor. Nada es [66] Que nada es lo demuestra del siguiente modo: si algo es, es o (i) lo que es o (ii) lo que no es, o (iii) tanto lo que es como lo que no es. Pero ni es lo que es, como lo probará, ni lo que no es, como persuadirá, ni tampoco lo que es y no es, como también lo enseñará. Entonces, no hay algo que sea. [67] Por supuesto, lo que no es no es. Pues si lo que no es es, resul­ tará que es y no es al mismo tiempo. Pues en tanto se lo piensa como algo que no es no será. Pero en tanto que es lo que no es, nuevamente será. Pero es totalmente absurdo que algo sea y no sea al mismo tiempo. Entonces, lo que no es no es. Por otro lado, si lo que no es es, lo que es no será. Pues se trata de cosas mutuamente opuestas, y, si a lo que no es se le atribuye el ser, a lo que es se le atribuirá el no ser. Pero no es el caso que lo que es no sea. Por lo tanto, tampoco así lo que no es será. [68] Pero tampoco lo que es es. Pues si lo que es es, es o bien (i) eterno o (ii) generado o (iii) al mismo tiempo eterno y generado. Pero, como demostraremos, ni es eterno ni generado ni ambas cosas. Entonces, lo que es no es. Pues si lo que es es eterno (se debe partir de aquí) no tiene comienzo alguno. [69] Pues todo lo que se genera tiene un comienzo, pero lo eterno, por su carácter de ingénito, no tiene un comienzo. Al no tener un comienzo es infinito. Si es infinito no está en ningún lugar, pues, si está en algún lugar, aquello en lo que está es diferente de él. Y lo que está contenido en algo no será así infinito. Pues lo que contiene es más grande que lo contenido, pero nada es más grande que lo infinito, de modo que lo infinito no está en ningún lugar.

G O R GI A S DE LE ONTI NI

[70] και μήν ούδ' έν αύτω περιέχεται. ταύτόν γάρ έσται τό έν ώ καί τό έν αύτω, καί δυο γενήσεται το ον, τοπος τε καί σώμα- τό μέν γάρ έν ω τόπος έστιν, τό δ' έν αύτω σώμα. τοΰτο δέ γε άτοπον. τοίνυν ούδέ έν αύτω έστι τό ον. ώστ' εί άίδιόν έστι τό όν, άπειρόν έστιν, εί δέ άπειρόν έστιν, ούδαμοϋ έστιν, εί δέ μηδαμού έστιν, ούκ έστιν. τοίνυν εί άίδιόν έστι τό ον, ούδέ την άρχήν ον έστιν. [71] καί μήν ούδέ γενητόν είναι δύναται τό ον. εί γάρ γέγονεν, ήτοι έξ οντος ή έκ μή οντος γέγονεν. άλλ' ούτε εκ του οντος γέγονεν- εί γάρ ον έστιν, ού γέγονεν άλλ' εστιν ήδηουτε έκ του μή οντος* τό γάρ μή όν ούδέ γεννήσαί τι δύναται διά τό έξ ανάγκης όφείλειν ύπάρξεως μετέχειν τό γεννητικόν τίνος, ούκ άρα ούδέ γενητόν έστι τό ον. [72] κατά τα αύτά δέ ούδέ τό συναμφότερον, άίδιόν άμα καί γενητόν- ταϋτα γάρ άναιρετικά έστιν άλλήλων, καί εί άίδιόν έστι τό ον, ού γέγονεν, καί εί γέγονεν, ούκ έστιν άίδιόν. τοίνυν εί μήτε άίδιόν έστι τό ον μήτε γενητόν μήτε τό συναμφότερον, ούκ αν εϊη τό ον. [73] καί άλλως, εί έστιν, ήτοι έν έστιν ή πολλά- ούτε δε έν έστιν ούτε πολλά, ώς παρασταθήσεται· ούκ άρα έστι τό όν. εί γάρ έν έστιν, ήτοι ποσόν έστιν ή συνεχές έστιν ή μέγεθος έστιν ή σωμά έστιν. ο τι δέ άν ή τούτων, ούχ έν έστιν, άλλα ποσόν μέν καθεστώς διαιρεθήσεται, συνεχές δέ ον τμηθήσεται· ομοίως δέ μέγεθος νοούμενον ούκ έσται άδιαίρετον, σώμα δέ τυγχάνον τριπλοϋν έσται· καί γάρ μήκος καί πλάτος και βάθος έξει. άτοπον δέ γε τό μηδέν τούτων είναι λέγειν τό ον· ούκ άρα έστιν έν τό ον. [74] καί μήν ούδέ πολλά έστιν. εί γάρ μή έστιν έν, ούδέ πολλά έστιν- σύνθεσις γάρ των καθ' έν έστι τ ά πολλά, διόπερ τοΰ ένός άναιρουμένου συναναιρειται καί τά πολλά, άλλα γάρ οτι μέν ούτε τό ον έστιν ούτε τό μή ον έστιν, έκ τούτω ν συμφανές· [75] οτι δέ ούδέ άμφότερα έστιν, τό τε όν καί τό μή ον, εύεπιλόγιστον. εϊπερ γάρ τό μή ον έστι καί τό όν έστι, ταύτόν έσται τω οντιτό μη ον όσον έπίτω είναι· καί διά τοΰτο ούδέτερον αύτών έστιν. ότι γάρ τό μή όν ούκ έστιν, ομόλογον- δέδεικται δέ ταύτό τούτω καθεστώς το ον· καί αύτό τοίνυν ούκ έσται

SOIIRK 1.0 q U K Nt l ES O SOHRK 1.Λ NATURAI.E7.A

[70] Y. por supuesto, tampoco está contenido en sí mismo. Pues aque­

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(luc cstíi m “fe0 scrán *° mismo y lo que es se vol­

verá doble: lugar y cuerpo (aquello en lo que algo está es el lugar; lo que está en algo, el cuerpo), pero esto es ciertamente absurdo. Por lo canto, lo que es no está en sí mismo. Así, resulta que si lo que es es eterno, es infi­ nito; V si es infinito, no está en ningún lugar, y si no está en ningún lugar, no es. Por lo tanto, si lo que es es eterno, no es algo que sea en absoluto. [71] Por supuesto, tampoco lo que es puede ser algo generado. Pues si se generó lo hizo a partir de lo que es o a partir de lo que no es. Pero no se generó a partir de lo que es, pues si es algo que es no se generó, sino que va es. Ni de lo que no es, pues lo que no es no puede producir nada a causa de que es absolutamente necesario que lo que genera algo participe de la existencia. Entonces, lo que es no es de ninguna manera generado. [72] Por esto mismo, tampoco es la conjunción de ambos: eterno y generado al mismo tiempo. Pues estos se anulan recíprocamente, de modo que si lo que es es eterno no fue generado, y si fue generado, no es eterno. Por lo tanto, si lo que es no es ni eterno ni generado ni la conjun­ ción de ambas cosas, lo que es no puede ser. [73] Por otro lado, si es, es o bien uno o múltiple. Pero no es ni uno ni múltiple, como se probará. Entonces lo que es no es. Pues si es uno, es o bien una cantidad discreta o un continuo o una magnitud extensa o un cuerpo. Pero, en el caso de que sea alguna de estas cosas, no es uno, sino que al ser concebido como una cantidad discreta será dividido, y como continuo será partido. Del mismo modo, pensado como una magnitud extensa no será indivisible, y como cuerpo resulta ser algo triple: tendrá longitud, anchura y profundidad. Y en verdad es absurdo decir que lo que es no es ninguna de estas cosas. Entonces, lo que es no es uno. [74] Y de seguro tampoco es múltiple. Pues si no es uno tampoco es múltiple. En efecto, lo múltiple es un compuesto de elementos que son uni­ dades. Por esta razón, al eliminarse lo uno se elimina con ello lo múltiple. Sin duda es claro a partir de lo anterior que ni lo que es ni lo que no es son. [75] Y que no es ambas cosas, lo que es y lo que no es , es fácil de demostrar. Pues si es verdad que lo que no es es y lo que es es, lo que no es será lo mismo que lo que es en lo que respecta al ser. Y por esta razón no es ninguno de los dos. En efecto, se admitió que lo que no es no es. Y se ha mostrado que lo que es es lo mismo que este. Por lo tanto, tam­ poco lo que es será.

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G O R G I A S 1)E I . E O N T I N I

[76]

ού μήν άλλ’ εϊπερ ταύτόν έστι τώ μή όντι τό öv, ού

δύναται άμφότερα είναι· εί γάρ άμφότερα, ού ταύτόν, και εί ταύτόν, ούκ άμφότερα. οίς επεται τό μηδέν είναι· εί γάρ μήτε τό ον εστι μήτε τό μή ον μήτε άμφότερα, παρά δέ ταυτα ούδεν νοείται, ούδέν έστιν. [77] 'Ότι δέ καν η τι, τοΰτο άγνω στόν τε καί άνεπινόητόν έστιν άνθρώπω, παρακειμένως ύποδεικτέον. εί γάρ τά φρονούμενα, φησίν ό Γοργίας, ούκ έστιν οντα, τό ον ού φρονεΐται. καί κατά λόγον· ώσπερ γάρ εί τοΐς φρονουμένοις συμβέβηκεν είναι λευκοΐς, καν συμβεβήκει τοΐς λευκοΐς φρονεΐσθαι, οϋτως εί τοΐς φρονουμένοις συμβέβηκε μή είναι ούσι, κατ’ άνάγκην συμβήσεται τοΐς ούσι μή φρονεΐσθαι. [78] διόπερ ύγιές καί σωζον τήν άκολουθίαν έστι τό "εί τά φρονούμενα ούκ έστιν οντα, τό ον ού φρονεΐται". τά δέ γε φρονούμενα (προληπτέον γάρ) ούκ έστιν οντα, ώς παραστήσομεν- ούκ άρα τό ον φρονεΐται. καί μήν οτι τά φρονούμενα ούκ έστιν οντα, συμφανές· [79] είγάρτάφ ρονούμενά έστιν οντα, πάντα τά φρονούμενα έστιν, καί οπη άν τις αύτά φρονήση. οπερ έστιν άπεμφαΐνον· [εί δέ έστι, φαΰλον.] ούδέ γάρ άν φρονή τις άνθρωπον ιπτά­ μενον ή άρματα έν πελάγει τρέχοντα, εύθέως άνθρωπος ΐπταται ή άρματα έν πελάγει τρέχει, ώστε ού τά φρονούμενα έστιν οντα. [80] προς τούτοις εί τά φρονούμενά έστιν οντα, τά μή οντα ού φρονηθήσεται. τοΐς γάρ έναντίοις τά έναντία συμβέβηκεν, έναντίον δέ έστι τω οντι τό μή ον- καί διά τοΰτο πάντως εί τω οντι συμβέβηκε τό φρονεΐσθαι, τω μή οντι συμβήσεται τό μή φρονεΐσθαι. άτοπον δ' έστι τοΰτο· καί γάρ Σκύλλα καί Χίμαιρα καί πολλά τών μή οντων φρονεΐται. ούκ άρα τό όν φ ρ ο νεΐτα ι [81] ώσπερ τε τά όρώμενα διά τοΰτο όρατά λέγεται δτι όράται, καί τά άκουστά διά τοΰτο άκουστά οτι άκούεται, καί ού τά μέν όρατά έκβάλλομεν οτι ούκ άκούεται, τά δέ άκουστά παραπέμπομεν οτι ούχ όράται (έκαστον γάρ ύπό της ίδιας αίσθήσεως άλλ' ούχ ύπ' άλλης οφείλει κρίνεσθαι), ούτω καί τά φρονούμενα καί εί μή βλέποιτο τη οψει μηδέ άκούοιτο τη άκοή έσται, ότι προς τοΰ οικείου λαμβάνεται κριτηρίου.

S O H R l i 1 . 0 Q U E N O ES O S O B R E L A N A T U R A L E Z A

[76] En realidad, si lo que es es lo mismo que lo que no es, no es el caso que estas dos cosas sean. Pues si son dos cosas no son lo mismo, y si son lo mismo, no son dos cosas. De lo que se sigue que nada es. Pues si ni lo que es ni lo que no es ni ambas cosas son, y si no se puede pensar nada más allá de esto, entonces nada es. Es incognoscible [77] A continuación se debe demostrar que incluso si algo fuera, esto sería incognoscible e impensable para el hombre. En efecto, dice Gorgias, si lo pensado no es algo que es, no se piensa lo que es. Y ello con razón: pues.del mismo modo que, si Je corresponde a lo pensado ser blanco entonces le corresponde a lo blanco el ser pensado, así también si le corresponde a lo pensado no ser lo que es entonces, de necesidad, le corresponderá a lo que es el no ser pensado. [78] Por esto es correcta y válida la inferencia: “Si lo pensado no es algo que es, no se piensa lo que es”. Ciertamente, lo pensado (lo pode­ mos anticipar) no es algo que es, como probaremos. Entonces, no se piensa lo que es y resulta evidente que lo pensado no es lo que es. [79] Pues si lo pensado fuera algo que es, todo lo pensado sería, inde­ pendiente de como se lo piense. Pero esto choca con la evidencia. Pues no es el caso que, si alguien piensa en un hombre volando o en carros corriendo en el mar, inmediatamente un hombre vuele o unos carros corran en el mar. De modo que lo pensado no es algo que es. [80] Además, si lo pensado es algo que es entonces no se piensa lo que no es. En efecto, lo opuesto corresponde a lo opuesto; lo que no es es opuesto a lo que es. Y, en virtud de esto, sin duda resulta que si a lo que es corresponde el pensar, entonces a lo que no es corresponderá el no pen­ sar. Pero esto es absurdo, pues también Escila y Quimera y muchas otras cosas que no son se piensan; entonces, no se piensa lo que es. [81] Del mismo modo en que se dice que lo visto es visible precisa­ mente por esto, porque se lo ve, y que lo escuchado es audible porque se lo escucha y no rechazamos lo visible porque no se lo escuche ni obje­ tamos lo audible porque no se lo vea (pues cada una de estas cosas se la debe juzgar por su facultad sensorial peculiar y no por otra) así tam­ bién lo pensado, incluso si no es visto por la vista ni escuchado por el oído, será, puesto que es aprehendido según el criterio que le es propio.

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de leo n tin i

[82] εί ούν φρονεί τις έν πελάγει άρματα τρέχειν, καί εί μή βλέπει ταϋτα, οφείλει πιστεύειν οτι άρματα έστιν έν πελάγει τρέχοντα, άτοπον δέ τοϋτο· ούκ άρα τό ον φρονεΤται και καταλαμβάνεται. [83] Καί εί καταλαμβάνοιτο δέ, άνέξοιστον έτέρω. εί γάρ τα οντα όρατά έστι καί άκουστά καί κοινώς αισθητά, άπερ έκτός ύπόκειται, τούτων τε τά μέν όρατά όράσει καταληπτά έστι τά δέ άκουστά άκοη καί ούκ εναλλάξ, πώς ούν δύναται ταϋτα έτέρω μηνύεσθαι; [84] ω γάρ μηνύομεν εστι λόγος, λόγος δέ ούκ εστι τά υποκείμενα καί οντα- ούκ άρα τα οντα μηνύομεν τοΐς πέλας άλλά λόγον, ος ετερός έστι τών ύποκειμένων. καθάπερ ούν τό ορατόν ούκ άν γένοιτο άκουστόν καί άνάπαλιν, ούτως έττεί ύπόκειται τό ον έκτός, ούκ άν γένοιτο λόγος ό ήμέτερος[85] μή ών δε λόγος ούκ άν δηλωθείη έτέρω. ο γε μήν λόγος, φησίν, άπό τών εξωθεν προσπιπτόντων ήμΐν πραγμάτων συνίσταται, τουτέστι τών αισθητών· έκ γάρ τής του χυλού έγκυρησεως έγγίνεται ήμΐν ό κατά ταύτης τής ποίότητος έκφερόμενος λόγος, καί έκ τής τού χρώματος ύποπτώσεως ό κατά του χρώματος, εί δέ τοϋτο, ούχ ό λόγος του έκτός παραστατικός έστιν, άλλά τό εκτός του λόγου μηνυτίκόν γίνεται. [86] καί μήν ούδέ ενεστι λεγειν, οτι ον τρόπον τά όρατά καί άκουστά ύπόκειται, ούτως καί ό λόγος, ώστε δύνασθαι έξ ύποκειμένου αύτοϋ καί οντος τά ύποκείμενα καί οντα μηνύεσθαι, εί γάρ καί ύπόκειται, φησίν, ό λόγος, άλλά διαφέρει τών λοιπών ύποκειμένων, καί πλείστω διενηνοχε τά όρατά σώματα τών λόγων* δι' ετέρου γάρ οργάνου ληπτόν έστι τό όρατόν καί δι' άλλου ό λόγος, ούκ άρα ένδείκνυται τά πολλά τών ύποκειμένων ό λόγος, ώσπερ ούδέ εκείνα τήν άλλήλων διαδηλοΐ φύσιν. [87] τ ο ιο ύ τ ω ν ο ύν π α ρ ά τ ώ Γοργία ή π ο ρ η μ ένω ν οϊχεται οσο ν έπ' α ύ τ ο ΐς τό τη ς ά λ η θ ε ία ς κριτήριον· το υ γάρ μήτε ο ντο ς μήτε γ ν ω ρ ίζ ε σ θ α ι δ υ να μ έ νο υ μήτε ά λ λ ω π α ρ α σ τα θή να ι π ε φ υ κ ό τ ο ς ο ύδ έν άν εϊη κριτήριον.

SO HKl·’, ί ο l U 11. NO KS O SOHRE LA N A T U RA L EZ A

[82] Entonces, si alguien piensa en carros que corren por el mar debe creer, incluso si no los ve, que hay carros corriendo por el mar. Pero esto es absurdo. Entonces, lo que es no es pensado ni aprehendido. 3. Es incom unicable [83] Incluso si es aprehendido, sería incomunicable a otro. Pues si lo que es es visible o audible y, en general, perceptible (y esto es lo que cieñe subsistencia externa), y de estas cosas lo visible es aprehensible por la vista y lo audible por el oído, y no al contrario, entonces ¿cómo es posi­ ble darlo a conocer a otro? [84] Pues aquello con lo que damos a conocer algo es el discurso, pero lo que subsiste y lo que es no es discurso. Entonces no damos a conocer a nuestros interlocutores lo que es, sino discurso, el cual es dis­ tinto de lo que subsiste. Entonces, exactamente como lo visible no puede volverse audible y viceversa, así lo que es, dado que yace afuera, no puede volverse nuestro discurso. [85] Pero al no ser discurso no puede ser revelado a otro. En verdad el discurso, dice, se constituye a partir de las cosas que impactan desde afuera, es decir, de lo perceptible. Pues a partir del impacto del sabor surge en nosotros el discurso que se expresa sobre esta cualidad, y a par­ tir de la visión del color, el discurso sobre el color. Pero si esto es así, el discurso no es el que representa lo externo, sino que lo externo es el que comunica el discurso. [86] Y, por supuesto, no es posible decir que el discurso subsiste al modo como lo visible y audible subsiste, de modo que a partir de este, en la medida en que subsiste y es, puede darse a conocer lo que subsiste y lo que es. Pues, dice, incluso si el discurso subsiste, difiere empero de las otras cosas que subsisten, y la mayor diferencia está entre los cuer­ pos visibles y el discurso: pues lo visible es aprehendido por un órgano y el discurso por otro. Entonces, el discurso no muestra la mayoría de las cosas que subsisten, exactamente como estas últimas tampoco reve­ lan recíprocamente su naturaleza. [87] Por lo tanto, al quedar irresueltas tales cosas en Gorgias, se pierde el criterio de verdad necesario para estas. Pues ni de lo que es ni de lo que puede ser conocido ni de lo que, por su naturaleza, puede ser indicado a otro habría algún criterio.

A

p é n d ic e

Gorgias y la incomunicabilidad del ser. Una crítica a la aproximación de A lexander M ourelatos

Gorgias de Leontini afirma en la tercera sección de su tratado S obre el no ser que lo que es no se puede comunicar. ¿Cóm o —pregunta de forma retórica— podría alguien hacer evidente a otra persona las cosas que son' Con esta tesis Gorgias completa el trilem a que estructura su tratado y en el que se le niega al ser la posibilidad de que o bien exista o bien sea conocido o bien comunicado. Se trata de uno de los textos en prosa más extensos que sobreviven del periodo preplatónico y también de uno de los que, a lo largo de su historia, más perplejidad despierta en sus lectores. La sección sobre la incom unicabilidad no ha sido ajena a esta perplejidad. Así, una muy influyente lectura la ha visto como parte de un argumento nihilista sobre la posibilidad de conocer el ser como opuesto a la apariencia (Diels 1884); otros intérpretes creen des­ cubrir aquí una crítica a la identidad que establece Parménides entre lenguaje y realidad (Calogero 1932; Newiger 1973); otros encuentran en esas líneas un ataque no solamente a la concepción parm enídea del lenguaje, sino a toda filosofía que conciba el lenguaje como una repre­ sentación de la realidad y lo haga dependiente de esta (Cassin 1995; Consigny 2001; M cC om iskey 2002). Una lectura más positiva cree descubrir en esta sección a un Gorgias que se desplaza de una teoría referencial a una ideacional del lenguaje (Kerferd 1984). Sin embargo, 59

G O R G I A S DE L E ON T I N I

una muy famosa interpretación ve, más bien, una crítica no solo a la concepción reterencial, sino también a la ideacional del lenguaje (Mourelatos 1987). Esta breve reseña de la literatura al respecto nos da una idea de la amplia gama de interpretaciones que ha generado esta sec­ ción. Todas ellas se enfocan en el problema de la relación entre lenguaje y realidad y sitúan a Gorgias en un amplio espectro de posiciones al respecto: desde un simple crítico de Parménides hasta un defensor de teorías posmodernas del lenguaje. Sin embargo, antes que a la diversi­ dad quiero llamar la atención a un supuesto que comparten todas estas lecturas, un supuesto que no atañe tanto a la interpretación filosófica como al sentido mismo de la tesis de la incomunicabilidad. Obsérvese que el supuesto que comparten las interpretaciones reseñadas es que la tesis de que el ser no es comunicable es equivalente a la afirmación de que un hablante no puede hacerle entender a su interlocutor el sen­ tido de su discurso. Como lo resume un autor, la tesis de la incomuni­ cabilidad implica que “intelligent verbal communication is impossible” (Mourelatos 1987: 135). La llamaré la lectura semántica de la tesis de la incomunicabilidad. De acuerdo a esta, una persona no puede comuni­ car a otra, ni esta entender, el sentido del discurso enunciado. El obje­ tivo del presente trabajo es explorar otra lectura de esta tesis, que no sea semántica. En mi opinión, Gorgias pretende decir que el logos no puede comunicar conocimientos. Esto es, una persona no puede comunicara su interlocutor a través o, más exactamente, en virtud de un discurso, la verdad de lo expresado en este de tal modo que el interlocutor esté cierto de dicha verdad. Obsérvese que esta interpretación no implica ninguna limitación sobre el entendimiento del sentido del discurso. Una persona puede tener éxito en comunicar un mensaje a su inter­ locutor y este, por tanto, en entender lo que aquel dice, pero no existe la posibilidad de que, a partir del discurso, el interlocutor obtenga lo comunicado como una verdad. Más brevemente: una persona puede entender P a partir de un discurso, pero no saber P en virtud de este dis curso. Llamo a esta lectura, dado que gira en torno al problema de obte ner conocimiento, lectura epistemológica'1.

1

Q uien ha d efendido una lectu ra epistem ológica antes que semántica es J. * feld (1 9 8 5 ). M i trabajo p retende dar lina razón m is detallada que la 4IIC M ansfeld.

AP ÉNDI CE

Mi estrategia para defender una lectura epistemológica y rechazar la lecrur i s e m á n t i c a consiste en discutir críticamente el trabajo que quizás mejor lia articulado esta última al punto de ser un clásico obligado para cua lquier lector interesado en la tercera sección del tratado de Gorgias. Se trata del artículo de Alexander Mourelatos titulado “Gorgias on the function o f Language” (Mourelatos 1987). Allí, Mourelatos parte del contraste entre la caracterización negativa del lenguaje en Sobre el no ser —que, al negar la posibilidad de la comunicación, parece no permitir que el lenguaje tenga un sentido— y la valoración extraordinariamente positiva del logos en Elogio de Helena, donde Gorgias introduce y argu­ menta a favor de la idea de que este es un dvnastés megas. ¿Cómo puede sustraérsele el sentido al discurso en el primer tratado y, luego, otorgarle tan gran influencia en el segundo? El autor resuelve de una forma muy elegante esta aparente contradicción. La estrategia de Mourelatos con­ siste en leer esta sección de Sobre el no ser como un análisis dialéctico de dos teorías de la naturaleza del significado del lenguaje que Gorgias mismo no comparte. Se trata de la teoría referencial, que considera que el significado lingüístico es idéntico a la referencia, y la ideacional, que identifica significados con ideas en nuestra mente. De este modo, la tesis de la incomunicabilidad no tiene como objetivo afirmar que no es posi­ ble comunicarnos con nuestros interlocutores, sino mostrar que, si cree­ mos que el significado lingüístico está dado por la referencia o por las ideas que tenemos en nuestras cabezas, entonces la comunicación humana sena imposible. Por su parte, la visión positiva del lenguaje en Elogio de Helena, que Gorgias mismo aceptaría, se basa en una teoría conductista del significado, según las cual este está dado por el tipo de respuestas que despierta el lenguaje en el comportamiento de los hablantes. Esta inteligente solución del problema por parte de Mourelatos ha consagrado su artículo como un clásico de la discusión sobre la tercera sección del tratado gorgiano y, en gran medida, mucha de la literatura ulterior se la puede entender como una respuesta a sus planteamientos. Por ello espero que la crítica al artículo de Mourelatos sea, al mismo tiempo, una crítica general a aquellas interpretaciones que se basan en la lectura semántica de la tesis de la incomunicabilidad. Un segundo objetivo en el presente ensayo consiste en mostrar que no hay ninguna incompatibilidad entre la teoría del lenguaje en Sobre el no ser y la del Elogio de Helena. Sostengo que, en realidad, ambas

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expositiones se pueden ver como complementarias. Ello lleva a rechazar la interpretación dialéctica de Mourelatos, pues no hay una contraditción que se deba resolver asumiendo que en un texto Gorgias procede dialécticamente y en el otro expone su propia posición. Es importante observar que no solo Mourelatos opta por una lectura dialéctica: todas aquellas interpretaciones reseñadas arriba que conciben el argumento de esta sección como una crítica a algún oponente, sea el eleatismo o los defensores de un teoría referencial o de una representacional del len­ guaje, y que creen que la estrategia argumentativa de Gorgias consiste en sacar a luz contradicciones o absurdos de tales teorías, siguen más o menos una interpretación dialéctica. La razón principal que ha llevado a tales autores a defender una interpretación dialéctica es precisamente el suscribir una lectura semántica, pues es claro que esta resulta a todas luces absurda, ya que niega la posibilidad de la comunicación misma entre seres humanos. Por ello, la mayoría de autores prefieren ver que esta consecuencia absurda no es algo que Gorgias subscriba, sino que, más bien, es algo que él devela en teorías rivales. La lectura epistemoló­ gica, por el contrario, no lleva a absurdos, aunque, por supuesto, no es del todo plausible. Sin embargo, pensar que Gorgias cree que la certeza no es transmisible resulta adecuado a un autor que cree que el arte de la oratoria se mueve en el campo de lo verosímil y no de lo cierto. A conti­ nuación discuto los dos argumentos que constituyen la tercera sección del tratado de Gorgias, luego analizaré brevemente el Elogio de Helena y mostraré que la teoría conductista que Mourelatos cree descubrir allí en realidad no está en el texto.

Transmisión del conocimiento en

Sobre el no ser

La primera dificultad que afrontamos al tratar con este escrito de Gorgias es la carencia de un texto original. Por ello, nos debemos con­ formar con dos reportes, el uno de Sexto Empírico y el otro del autor anónimo del ensayo Sobre M eliso, Jenófanes y Gorgias (MXG), nin­ guno de los cuales pretende ser una edición fiel del texto gorgiano. La divergencia fundamental entre ambos reportes atañe, en el caso de la tercera sección, no tanto a diferencias de interpretación del mismo argumento, sino a la ausencia en la versión de Sexto de un argumento

AP ÉNDI C E

relatividad perceptual que ocupa en MXG las lincas 98()b8-17. Ditdo que en lo que respecta al argumento que ambos testimonios reportan la versión de Sexto es más generosa que la de MXG me con­ centraré en esta, ν asumiré, siguiendo a Mourelatos, que la versión de MXG es compatible con ella (Mourelatos 1987: 138-139). Parad resto de la argumentación dependeremos de MXG: so b re

El argumento categorial La tercera sección de Sobre el no ser abre, tanto en la versión de Sexto como en la de MXG, con un argumento que Mourelatos etiqueta correctamente como categorial porque pretende mostrar que ser y logos son categorialmente distintos y, por tanto, inconmensurables. La reali­ dad no es representable en el lenguaje ni el lenguaje en la realidad. La comunicación no es posible. Traduzco aquí el pasaje de Sexto:18 Incluso si es aprehendido, sería incomunicable a otro. Pues si lo que es es visible [o] audible y, en general, perceptible (y esto es lo que tiene subsistencia externa), y si de estas cosas lo visible es aprehensible por la vista y lo audible por el oído, y no al contrario, entonces ¿cómo es posible darlo a conocer a otro? Pues aquello con lo que damos a conocer algo es el discurso, pero lo que subsiste y lo que es no es discurso. Entonces no damos a conocer a nuestros interlocutores lo que es, sino discurso , el cual es distinto de lo que subsiste. Entonces, exactamente como lo visible no puede vol­ verse audible y viceversa, así lo que es, dado que yace afuera, no puede volverse nuestro discurso. Pero al no ser discurso no puede ser revelado a otro (M. VII.83-85). Este primer argumento que reporta Sexto parece contener las siguien­ tes premisas:

18 Empleo las traducciones de la presente edición.

G O R G I A S OE L E O N T I N I

1. Las cosas que son (a) subsisten afuera y (b) son captablcs por un sentido (y no por otro). En contraste, el discurso no subsiste ni es una cosa que es. 2. Precisamente, como lo audible no llega a ser visible (y viceversa) tampoco las cosas que son llegan a ser discurso (¿y viceversa?). 3. Pero nosotros comunicamos discurso. 4. Entonces: lo que es no es comunicado. El argumento se puede resumir del siguiente modo: dado que loque es es diferente del discurso (premisa 1), y no hay posibilidad de que lo que es llegue a ser discurso —exactamente como no hay posibilidad de que lo audible llegue a ser visible, y viceversa— (premisa 2), además de que solo comunicamos discurso (premisa 3), entonces lo que es no puede ser comunicado. El argumento se basa en lo que Kerferd (1984: 218) llama “an unbridged and unbridgable gulf ” entre lo que es y el dis­ curso. Los seres no son ni pueden llegar a ser discurso. Pero discurso es precisamente lo que comunicamos. Según Mourelatos este argumento se dirige contra la concepción referencial del significado: T h e categorial argum ent is especially well-suited to counter a cer­ tain p erennially attractive, even though ultim ately misguided, assump­ tion concerning the function o í language, viz., that if words are to have m eaning, they m ust refer to things in the real (at least extra-linguistic, and perhaps also-m ental) world. T he assumption is that the meaning o f all words is constituted by their reference. T hus we could say that a referential conception o f m eaning is, in effect, the target o f the elenchus pressed in the categorial argum ent (M ourelatos 1987: 151).

La refutación que lleva a cabo Gorgias de la teoría referential con­ siste, según Mourelatos, en mostrar que la identificación del referente con el significado implica un error categorial: el hablante habla pala­ bras, no cosas. Con otras palabras, Gorgias está adelantándose a una crítica moderna a la teoría referencial: A m ore suggestive m odern analogue is this argum ent, which is com m onplace in tw en tieth -cen tu ry philosophy of language: If the

A P ÉNDI C E

meaning o f a w o n! w ere the w o rd ’s referent, then the m eaning o f “cake" would be edible, the m ean in g o f “hardness” w ould be a cha­ racteristic o f flint —both o f w hich consequences strike us as category

mistakes. Gorgias put the m atter b lu n tly: T h e speaker speaks no t a color nor a sound, nor any oth er th in g ; he speaks logos (co m b in in g lines 980b2-3 and b6) (M ourelato s 1987: 153).

Creo que el argumento de Gorgias en la lectura de Mourelatos se puede esquematizar de la siguiente manera: M l. El significado de un logos es el referente (el significado de, por ejemplo, cl logos azul , es el color azul mismo). M2. Si un hablante comunica el significado de un logos (por ejem­ plo, el logos azul) entonces debe “comunicar” la cosa a la que se refiere el logos (el color azul mismo). M3. Pero el hablante comunica logos y no cosas. M4. Entonces: es imposible comunicar el significado de un logos. M5. Entonces: la comunicación con sentido es imposible. En síntesis, Mourelatos ve un argumento en el cual la comunicación con sentido es imposible porque, al asumirse que el referente es el signi­ ficado, se estaría implicando que se comunican los referentes mismos. Pero esto, por supuesto, no es el caso. Así que no nos podemos comuni­ car. ¿Cómo debemos valorar la interpretación de Mourelatos? Lo que resulta particularmente insatisfactorio en la reconstrucción de Mourelatos es que su lectura semántica debe asumir que el logos mismo es incomunicable (M4, arriba)19. Pero el texto dice claramente que el logos sí es comunicado. Lo que no es comunicado es el ser, pero ello no implica que el logos se le asemeje en este aspecto. Todo lo con­ trario, la diferencia entre logos y ser es el eje del argumento. La tesis de la comunicabilidad del logos se afirma explícita y extensamente en los dos reportes del tratado gorgiano. Por ejemplo, en Sexto: “Pues aquello con

19 En estricto sen tid o , M o u re lato s n ec esita n e g ar ú n icam en te q u e el sigm h ead o del

logos es co m u n ic ab le, p ero ello im p lic a, p o r sup uesto , q u e el d iscu rso con sen tid o no es co m u n ic ab le, y, co m o m o straré lín eas ab ajo , logos en el texto g o rg ian o hace referencia al d iscu rso co n sen tid o .

G O R G I A S DE L E O N T I N I

lo que damos a conocer algo es el discurso [...]. Entonces no damos a conocer a nuestros interlocutores lo que es , sino discurso, el cual es dis­ tinto de lo que subsiste”. Y en MXG: “Pues, en principio, el que dice no dice un sonido20 ni un color, sino un discurso” (MXG 980b6). Es importante observar que esta crítica es válida para cualquier lectura semántica, pues poner el énfasis en el problema del significado lleva a la conclusión de la incomunicabilidad del logos mismo. Se podría aducir, en defensa de Mourelatos, que cuando Gorgias habla de comunicar un logos , no se debería entender por ello un logos con sentido, sino el mero sonido. Se comunica el significante, no el signiticado y, por tanto, Gorgias afirmaría únicamente que nosotros comu­ nicamos meros sonidos. La dificultad desaparece, pues de este modo Gorgias nunca afirmaría que el sentido mismo del discurso es comuni­ cable. Pero a esta identificación del logos con el mero sonido se le puede oponer nuevamente el texto de Sexto, en el que está implícito el con­ traste entre estos dos elementos. Las cosas que son audibles (akousta), nos informa Sexto, en su calidad de entidades perceptibles, son entes y subsisten afuera, pero el logos no es una cosa que es y que subsista afuera (M. VII.83-84). El logos carece de ser y de subsistencia externa; los sonidos, en cambio, en cuanto entidades perceptibles, son y subsis­ ten afuera. Estos pasajes dejan claro que el logos es una entidad extraperceptual y que, por tanto, no es equiparable con el mero sonido. En realidad, dado que se le niega el carácter externo y perceptual al logos — el cual, por tanto, no se puede identificar con el mero sonido—, resulta sensato pensar que precisamente el término logos atañe más al signifi­ cado que al significante. Es este el que es comunicado entre dos hablan­ tes y es este el que se diferencia de las cosas que son, las cuales subsisten externamente y son captadas por algún sentido. Si tal lectura es correcta entonces la tesis de Mourelatos resulta aún más implausible, pues preci­ samente lo que este comentarista quiere negar es que se pueda transmi­ tir un discurso significativo. Sin embargo, Mourelatos puede reconocer que el texto ahrma la comunicabilidad del logos y, no obstante, seguir sosteniendo su inter­ pretación, pues de seguro considera que el contraste entre la i n c o m u n i

2U In terp o lan d o psopb on en u n a la g u n a d el m an uscrito , com o lo hace Bekker en ed ició n .

AI’ ÉNDK'I· '

del ser y la comunicabilidad de logas no es la conclusión que tiorbas desea obtener en su argumento. El contraste es únicamente la mitad de la historia. La otra mitad no aparece en el texto, pero, desde la óptica de Mourelatos, se debería asumir: es la tesis de que la comu­ nicabilidad del logos implica la comunicabilidad del ser. Se trata de la premisa M2 en mi reconstrucción de la interpretación de Mourelatos. De este modo, el argumento, según Mourelatos, consistiría, por una parte, en afirmar la conexión lógica entre la comunicabilidad del logos Vdel ser (M2), ν por otra, en negar que esta conexión lógica se cumple en el mundo, mediante el contraste entre la comunicabilidad del logos ν la incomunicabilidad del ser (M 3). Si esta reconstrucción es correcta entonces la interpretación de Mourelatos exige que aceptemos que hay una premisa implícita (M2) que el lector debe interpolar en el argu­ mento. Sin embargo, tal supuesto riñe con la estrategia argumentativa de Gorgias: el núcleo del argumento gorgiano es el contraste entre el logos t que sí puede ser comunicado, y el ser, que no puede ser comuni­ cado sin que se trace alguna conexión lógica entre ser y logos. Uno espe­ raría, desde la óptica de Mourelatos, que el argumento de Gorgias se basara en dos columnas: una de la diferencia categorial de logos y ser y otra de la conexión lógica que existe entre ambos elementos. Pero la estrategia de Gorgias se reduce a un solo elemento, la diferencia catego­ rial, sin insinuar en ninguna parte la conexión. ¿Pudo realmente Gor­ gias pasar por alto la estructura misma de su argumentación y dejar al lector la tarea de descubrir las premisas implícitas? Si la lectura semántica riñe con el texto mismo y, por tanto, la natu­ raleza del significado lingüístico no es quizás el problema central en el argumento categorial, debemos preguntarnos nuevamente por el obje­ tivo que subyace a esta sección del tratado. La respuesta, me parece, se encuentra en la retórica forense y en un problema central de esta. Tal problema lo conocemos ante todo por Teeteto 201a-c: ¿cómo un juez puede decidir correctamente sobre un hecho que no vio? Platón usa esta situación para ilustrar la diferencia entre conocimiento y creen­ cia correcta. Gorgias ha planteado la misma situación en la Defensa d e Palamedes (R l la 35) y obtenido de ella una lección sobre el poder del logos con respecto a la verdad: “Si a través de las palabras (dia ton logon) la verdad de los actos llegara a ser clara y evidente a los que escuchan, el veredicto (krisis) sería fácil a partir de lo dicho. Pero, porque no es así •abilidad

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G O R GI A S I)E L E ONTI NI

[...] o cu p ao s d el asu n to m ás tie m p o y re a liz a d el v e re d ic to acompañado

de la verdad” (B1 la35). En m i co n cep to , u n a m a n e ra de in te r p r e ta r el arg u m en to catego­ rial q u e resu lta m ás p la u sib le q u e co m o lo hace la le c tu ra sem ántica es to m arlo co m o u n a a rg u m e n ta c ió n a favo r de las p alab ras de Palamedes sobre el

logos·, un

d iscu rso no h ace e v id e n te la v erd ad de lo que expresa.

El a rg u m e n to c a te g o ria l saca a lu z los su p u esto s epistem ológicos que llev an a la im p o s ib ilid a d d e c o n o c e r la v e rd a d a p a r tir de un discurso.

Vital para el correcto entendimiento del argumento es no perder de vista la epistemología que subyace a este y que se puede resumir en la idea de que conocer es percibir. Como hacen claro las primeras lineas del argumento, conocer los onta no es otra cosa que percibir­ los por alguna de las facultades sensoriales. Ello implica que Gorgias se compromete con la idea de que todo conocimiento es siempre lo que actualmente se llama conocimiento por familiarización, es decir, conocimiento que no es transmitido, sino que se origina de una rela­ ción directa entre el sujeto y el objeto. Si esto es así, entonces una con­ dición necesaria para que alguien conozca la verdad a través de un discurso es que el discurso lleve la realidad misma de la que habla al interlocutor. Es aquí donde el argumento categorial entra a trabajar y explica que existe una diferencia categorial entre el discurso y la reali­ dad que imposibilita que la realidad misma sea comunicada. En térmi­ nos más modernos, lo que nos enseña este argumento es que si creemos que todo conocimiento es conocimiento por familiarización entonces el conocimiento por descripción es imposible. Un hablante podrá tras­ mitir un discurso y un oyente entenderlo, pero una condición necesaria para transmitir la verdad del discurso, la familiarización con la reali­ dad de la que habla el discurso, no se cumple. El conocimiento es, por tanto, intransmisible. Esta interpretación se ajusta mejor a la estrategia argumentativa de Gorgias que consiste, como se señaló antes, en reali­ zar el contraste entre el logos , que sí es comunicado, y el ser o realidad, que no es comunicado. No se precisa, como es el caso de la interpreta­ ción de Mourelatos, introducir una premisa ausente del texto en la que la comunicación del logos implica la comunicación del ser. Basta con apelar a una concepción de conocimiento por familiaridad y al argu mentó categorial para construir tal interpretación. Ambos elem entos son explícitamente enunciados en los textos. Gorgias nos está simple

APÉNDICE

V quizás in gen u am en te, d ic ie n d o q u e no se p u ed e co m u n icar la verdad

de un loços porque p ara c o m u n ic ar tal verdad se d eb ería llevar al in ter­ locutor la realidad m ism a q u e la su sten ta, pero el acto de co m u n ica­ ción im plica la tran sm isió n de un logos y no de la realid ad m ism a a la que hace referencia.

El argumento perceptual Luego del argu m en to c ateg o rial vien e en el reporte de M X G un segundo argu m en to que ap ela a u n a d iv erg en cia insalvab le entre las percepciones de h ab lan te y las del o yen te. Este es el texto : Pero incluso si se adm ite que se conoce y se dice lo que se conoce, ¿cómo, sin embargo, el que escucha poseerá en la mente lo mismo? Pues no es posible que lo mismo esté sim ultáneam ente en varios entes separados, pues lo que es uno sería dos. Pero incluso si estuviera en varios, dice, y fuera lo mismo, nada impide que no se les aparezca semejante a personas que no son del todo semejantes entre sí y que no están en el mismo lugar. Pues si estu­ vieran en el mismo lugar serían una persona y no dos. Pero parece que una m ism a persona no percibe cosas semejantes al mismo tiempo, sino que percibe por el oído y por la vista cosas dife­ rentes. Igualm ente percibe de modo diferente en el momento presente y en el pasado. De modo que difícilm ente alguien percibiría lo mismo que otro

(MXG 980b 8-18).

El argumento se puede dividir en tres secciones: en la primera, se niega que hablante y oyente puedan concebir en la mente “lo mismo”; en la segunda, se concede aquello que se niega en la primera parte y se argumenta que incluso si hablante y oyente pudieran concebir lo mismo no necesariamente se les aparecería semejante debido a las dife­ rencias que se presentan entre los perceptores; en la última, la cual no comienza con una frase concesiva del tipo “incluso si... " —de modo que no parece que inicie un argumento a partir de una nueva conce­ sión, sino que más bien complementa con argumentos adicionales la

G O R G I A S DE LEONTI NI

roturación de la segunda sección—, señala que incluso una sola per­ sona no percibe cosas semejantes ni en un mismo momento ni en tiem­ pos di te rentes. Siguiendo su lectura semántica, Mourelatos ve en el énfasis en la identidad y semejanza de las percepciones del argumento un desplaza­ miento del problema de la teoría referencial, el foco central del argu­ mento categorial, a la teoría ideacional del significado. Los significados son ahora vistos como las imágenes mentales producto de nuestras per­ cepciones. La objeción que plantea Gorgias a esta teoría ideacional se fundamenta en la relatividad de nuestras percepciones, la cual no garan­ tiza la estabilidad y objetividad que deben tener los significados de las expresiones lingüísticas. La crítica es semejante a aquellas expresadas en tiempos más recientes y, en palabras de Mourelatos, se puede condesar así: “It meanings were mental images, there would always be doubt as to whether a given word has the same meaning when used by different speakers, or even used by the same speaker” (Mourelatos 1987: 154). El argumento gorgiano se ajusta, en una primera lectura, a los propó­ sitos de la interpretación de Mourelatos, y resulta tentador imaginarse a un Gorgias que realiza un análisis de nuestros contenidos mentales y llega a la conclusión de que ellos no son ni numéricamente idénticos ni cualitativamente semejantes, con lo cual elimina el fundamento de una teoría ideacional del lenguaje. Sin embargo, una lectura más cuidadosa del pasaje indicará algunas incompatibilidades entre el texto gorgiano y la interpretación de Mourelatos, que nos deben llevar a una interpre­ tación alternativa del argumento. A continuación desarrollo los puntos centrales del argumento, señalo las deficiencias de la lectura de Moure­ latos y sugiero una interpretación alternativa.

La concesión El argumento abre con las palabras “Pero incluso si se admite que se conoce y se dice lo que se conoce...” Es claro que la concesión aquí enunciada debe hacer parte de una argumentación que exhibe la típiL·1 estrategia gorgiana de refutar una tesis mostrando que una determi­ nada condición que se debe dar para que la tesis sea verdadera no se da. Luego, por mor de la argumentación, se concede que la condición tn

A l'É N niCK

■ucstión sí >c da y se muestra que, incluso así, la tesis se puede refutar, pues una subsiguiente condición necesaria no se cumple21. Si esta frase oS entonces, una concesión a una tesis antes refutada, debe tratarse del m ium cnto categorial, pues este está localizado inmediatamente antes de la co n cesió n . ¿Cuál es esta tesis ? La interpretación más obvia, y así la entiende Mourelatos, es considerar que se trata de la afirmación de que se puede decir un logos con sentido. De este modo, la expresión lo que se conoce cw la frase inicial debe referir al objeto interno del verbo “decir”, esto es, al discurso. Gorgias, por lo tanto, estaría concediendo que sí se puede decir un logos con sentido, y el objetivo en esta sección sería seña­ lar que, incluso si esto fuera posible, el oyente no entendería lo mismo que el hablante debido a sus mutuas diferencias. Pero esta interpreta­ ción no puede ser la que tiene en mente Gorgias aquí, pues se ha demos­ trado en la sección anterior que Gorgias no pretende refutar que el logos es comunicable. Las siguientes afirmaciones del argumento categorial en la versión de MXG ponen nuevamente en evidencia esta conclusión: “El que dice no dice colores ni cosas [pragmata )” (MXG 980b2-3). “El que dice no dice un sonido ni un color, sino un discurso” (MXG 980b6). En el argumento categorial, aquel cuya conclusión es ahora suspen­ dida y concedida su negación, Gorgias admite que el hablante dice el logos, pero rechaza que este pueda decir colores, sonidos y cosas (prag­ mata). El hablante dice discursos, pero no cosas. Esto último es precisa­ mente demostrado a partir de la diferencia categorial entre logoi y onta , o, como lo expresa aquí, pragm ata11. Luego, si en el segundo argumento hace una concesión de algo que fue refutado en el argumento catego­ rial, no puede ser la afirmación de que el hablante dice logoi. Tal cosa nunca fue rechazada, sino que desde un principio fue concedida. Lo que fue refutado en el argumento categorial y ahora es concedido en el

21 La estructura de tal procedimiento es la siguiente: supongamos que se desea demostrar que C no es el caso; la estrategia consiste en encontrar una serie de condiciones necesarias para que se de C —llamémoslas C1, C2, C í_, organizadas de tal modo que la anterior es condición necesaria para las siguientes; primero se argumenta que C1no es el caso; por tanto, C tampoco lo es; luego se concede C' y se muestra que, incluso si O es el caso, C2 no es el caso y, por tanto, tampoco C, y así sucesivamente. 22 El contexto hace claro que on y pragm a son expresiones sinónimas.

G O R G I A S DF. L E O N T I N I

argumento perceptual es la afirmación de que el hablante diga colores sonidos o cosas. Entonces, volviendo a la frase inicial del argumento perceptual, el referente de la expresión lo que se conoce , que funciona como el objeto del decir, no es el discurso que expresa nuestro conoci­ miento, el objeto interno, sino el objeto externo sobre el cual versa el discurso cognitivo. Es decir, los pragm ata , la realidad externa, de la cual ha dicho antes precisamente que no se dice. ¿Cómo entender esta concesión? Lo que Gorgias propone es la situación en que el hablante consigue no solamente decir el discurso que quiere decir, sino llevar al oyente la cosa misma de la que se habla. Con otras palabras: el argumento ahora concede lo que en el argu­ mento categorial se había prohibido: comunicar las cosas mismas y no solo los logoi. La diferencia categorial entre lenguaje y realidad se sus­ pende por mor de la argumentación. La situación es, naturalmente, hipotética e irreal, pero el objetivo de la hipótesis no. Gorgias pretende mostrar que, incluso si el hablante consigue que el oyente sea testigo del hecho que origina el discurso, ellos no pueden compartir la misma información debido a sus diferencias en cuanto perceptores.

El referen te d e tau to

Concedido que el hablante dice no solamente el logos sino la reali­ dad misma, de tal modo que el oyente puede familiarizarse con ella, se procede en el argumento a señalar que otras condiciones no se cum­ plen para que la comunicación del ser tenga lugar. Aquí la argumen­ tación se vuelve muy densa, incluso confusa, debido al abuso de una ambigüedad en la expresión lo m ism o , la cual juega un papel central en la segunda sección de este argumento. Básicamente, Gorgias afirm a que lo m ism o no puede estar en dos sujetos separados (primera sección) y que, incluso si lo estuviera, lo m ism o no se Ies aparecería sem ejante (segunda sección). ¿ C u á l es el referente de lo m ism o ? Una interpretación —M o u rela­ tos la llama interpretación m etafísica — considera que la expresión hace referencia a la cosa conocida y comunicada. Gorgias estaría conce­ diendo que de algún modo (asombroso) la cosa misma puede estar en la cabeza del oyente. Pero, incluso si esto fuera posible, se presentaría

a i Ȏ n i ) k : k

de saber cómo algo que es uno puede estar pre­ sente en dos cosas distintas. Esta lectura es implausible pues, además Je plantear el estrambótico caso de una realidad externa metida en la cabeza de los sujetos, la introducción de un oyente en el argumento es, com o s a b ia m e n te anota Mourelatos, un recurso pleonástico, dado que para plantear el problema metafíisico de cómo una cosa puede estar en dos partes distintas basta con el objeto mismo y un hablante. A esta interpretación contrapone Mourelatos su lectura fenomenológica: la expresión lo mismo refiere a la percepción, experiencia o pensamiento (“perception or experience or thought”. Mourelatos 1987: 143) que tie­ nen hablante y oyente. El problema que Gorgias plantea en la primera sección es, entonces, el problema de la propiedad de las percepciones (iownership o f perceptions), esto es, se trata de determinar si es posible que percepciones que pertenecen a diferentes sujetos puedan ser miméricamente idénticas: My perceptions are mine; your perceptions are yours; how is it that you and I can have the same perception?” (Moure­ latos 1987: 143). En la segunda sección, según Mourelatos, el problema se desplaza de la identidad numérica a la semejanza cualitativa, pero la interpretación fenomenológica, focalizada sobre el análisis de percep­ ciones y no sobre los objetos externos, sigue vigente. Para mí resulta claro que la interpretación fenomenológica, a pesar de ajustarse magníficamente a la primera sección con su problema de establecer cómo algo que es uno puede estar en dos sujetos diferentes, no se adapta a la segunda sección. Allí se afirma que lo mismo no se les aparecería semejante a dos sujetos. Según la interpretación fenomeno­ lógica, Gorgias estaría afirmando que la percepción de los interlocuto­ res se les aparece diferente a estos. Pero no es la percepción misma lo que se les aparece diferente, es más bien el objeto externo de la percep­ ción. De lo contrario, Gorgias estaría planteando el problema de dife­ renciar entre la percepción que aprehende el objeto y la percepción que aprehende la percepción. Nada en el texto nos prepara para el problema de la percepción de percepciones mentales. Además, el verbo aparecer en la segunda sección parece ser un sinónimo de percibir en la tercera. Y resulta la lectura más natural pensar que allí el objeto d c percibir, esto es h om oia , hace referencia al objeto externo de la percepción, a aquello que ve y escucha un sujeto, pues Gorgias no parece estar diciendo otra el problem a m e ta fís ic a

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c;oKi;iAS

de leo n tin i

cosa sino que la misma persona en el mismo lapso de tiempo no pcrcibc cosas semejantes, pues percibe sonidos por el oído y colores por la vista. La conclusión, al parecer, es que tanto la interpretación metafísica como la fenomenológica ofrecen graves dificultades. La primera, al hacer que en la primera sección se afirme que las cosas externas debe­ rían estar en los sujetos y al crear el pleonasmo detectado por Mourclatos; la segunda, al introducir, en la segunda sección, un refinamiento psicológico que no esperamos ni del texto ni de Gorgias y al presentarse una incongruencia con lo dicho en la tercera sección. Estas dificultades me llevan a plantear una tercera posibilidad: que tanto la lectura feno­ menológica como la metafísica estén en juego en este pasaje. Obsér­ vese que en las expresiones aprehender m entalmente (noein) lo mismo, aparecérseles (phainesthai... autois) lo mismo y percibir (aisthanesthai) lo m ismo el objeto de los verbos es ambiguo: lo mismo puede referir tanto al objeto externo, es decir aquella cosa “frente a” los sujetos, como al objeto interno, esto es, al contenido mental de la percepción. Mi propuesta es considerar que el referente de lo mismo es tanto el objeto externo como el interno y, por tanto, asumir que Gorgias apela (cons­ ciente o inconscientemente) a la ambigüedad de tal expresión para desarrollar su estrategia argumentativa. En la primera sección lo mismo hace referencia al objeto interno. Gorgias está planteando el problema de cómo un mismo contenido perceptual puede estar en dos sujetos diferentes: “Tú y yo percibimos lo mismo, es decir, tenemos la misma información, ¿cómo podemos compartir la misma información?”. Nosotros responderíamos que el mismo contenido perceptual puede estar en sujetos diferentes pues se trata de una entidad abstracta que tiene la cualidad de ser iterativa y es, por tanto, posible para ella estar en lugares distintos. Gorgias no ofrece esta o cualquier otra solución ni esperamos que este problema sea solucionado, su objetivo es presentar una objeción: si hablante y oyente comparten una misma información entonces deben compartir un mismo contenido, pero, ¿puede este con­ tenido estar en dos entidades separadas? Es aquí donde, sin ofrecer una respuesta propia, Gorgias asume una respuesta positiva y obtiene nuevas consecuencias que llevan a negar la tesis de la comunicabilidad. Gorgias afirma que “incluso si estuviera en varios, dice, y fuera lo mismo, nada impide que [lo mismo] no se les aparezca {phaineshtai) semejante a personas que no son del todo

Λ Ι’ ί ί Ν D I C ' K

semejantes entre .si”. FI primer lo mismo en este pasaje hace referencia al objeto interno de la percepción, pues se trata únicamente de conceder Jo que la primera sección ha declarado imposible y, por tanto, la expre­ sión en cuestión tiene el mismo significado que en la primera sección. El secundo lo m ismo —que he interpolado, pues en el original no apa­ rece pero es claro que hay que asumirlo como el sujeto de phainesthai — debería, en principio, tener el mismo significado del anterior. Pero mi propuesta es considerar que este Lo mismo no hace referencia al objeto interno sino al objeto externo. Gorgias estaría, por tanto, diciendo que el objeto externo de la percepción puede no aparecer semejante a dife­ rentes perceptores. Aunque esta interpretación vuelve la estrategia argumentativa de Gorgias deficiente y “sofística”, al variar injustificadamente el signifi­ cado de la expresión lo mismo, no se debe pasar por alto el hecho de que las objeciones que Gorgias presenta a la tesis de la comunicabili­ dad del ser y que resultan de tal estrategia son pertinentes y consistentes entre ellas, pues en la primera sección plantea el problema metafísico de justificar cómo algo que es uno puede presentarse en objetos diferen­ tes, mientras que en la segunda sección deja claro que, incluso suspen­ diendo el problema metafísico, aún nos enfrentamos con el problema epistemológico de entender cómo sujetos diferentes pueden percibir el objeto del mismo modo. Además, el que a este recurso se lo pueda tachar de sofístico lejos de hablar contra esta interpretación la vuelve muy plausible, si tenemos en cuenta el marco intelectual en el que Gor­ gias escribe. No considero que sea un hecho aislado el que Gorgias use (o abuse de) la am bigüedad del objeto de verbos cognitivos. Hacer uso de esta am bigüedad es un recurso estandarizado en el medio filosófico del siglo V a. C. Nosotros lo conocemos ante todo por las exposiciones de la paradoja de la creencia falsa en los diálogos de Platón, en la que el objeto de doxazein parece unas veces ser el hecho sobre el que trata la creencia, y otras, el juicio que es creído.23

23 E uthd. 2 8 4 a -c; Tljt. 188c-189b. No es claro si en R. 476e-477a y 478b-c Platón m ism o es plenam ente consciente de la diferencia entre objeto interno y externo de los verbos gign ôsk ein y doxazein. Encontramos en la literatura sobre estos pasajes autores que optan por creer que Platón se refiere al objeto interno y otros que prefieren el objeto externo.

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G O R C I A S DE L E O N T I N I

La argumentación de Gorgias se puede reconstruir así: asumamos, por mor de la argumentación, que el hablante tiene éxito en quc el oyente sea testigo de aquello de lo que está hablando; si esto es así entonces los interlocutores deben percibir el mismo objeto y, por tanto compartir el mismo contenido perceptual; pero, ¿puede estar el mismo contenido perceptual en dos sujetos distintos ?; e incluso si el contenido perceptual pudiera estar en dos sujetos distintos, ¿pueden los percepto­ res percibir el objeto externo de manera semejante? Si esta lectura es correcta, mi hipótesis de que la situación de laque parte este argumento es aquella en que hablante y oyente son testigos de la realidad sobre la que versa el discurso se fortalece, pues sería el punto de partida para su argumento de la relatividad perceptual desa­ rrollado en esta sección: aunque hablante y oyente estén percibiendo el mismo objeto en el momento en que sucede la transmisión del logos, la comunicabilidad del ser sigue en entredicho.

¿Percibiendo eventos fugaces o estados permanentes? Dos perceptores, hablante y oyente, no pueden tener la misma per­ cepción de un objeto, puesto que no son del todo semejantes y no se encuentran en el mismo lugar. Esta argumentación expresa el compro­ miso de Gorgias con algún tipo de relativismo. Pero no es fácil determi­ nar qué tipo de relativismo tiene en mente su autor, debido al carácter lacónico de la exposición gorgiana. Claramente, no se trata de un relati­ vismo como el que menciona Sócrates en el Teeteto, donde se asume que no existe una realidad objetiva ni una verdad compartida por los per­ ceptores. Gorgias asume desde un principio que existe un objeto único, expresado en el argumento por la expresión “lo mismo” Además, no afirma que es imposible que los perceptores tengan la misma percep­ ción, únicamente que “nada impide que [lo mismo] no se les aparezca {phaineshtai) semejante a personas que no son del todo semejantes entre sí” y que “difícilmente alguien percibiría lo mismo que otro. Los modales no expresan necesidad sino únicamente posibilidad. Según Mourelatos, la estrategia de Gorgias consiste en señalar que existe la posibilidad de que dos perceptores no tengan la misma imagen perceptual, y esta inseguridad nos impide creer que hay certeza de que

AP ÉNDI CE

semejanza perfecta entre las percepciones de dos interlocuto­ res Pero ¿realmente el texto permite esta interpretación? Gorgias ofrece dos ejemplos de relativismo entre dos perceptores. El primero es el caso en que dos personas no son del todo iguales. Gor­ das es dcsalentadoramente poco informativo sobre que tipo de dife­ rencias se presenta entre los sujetos. Las palabras permiten especular en un ámbito de relatividad que va desde diferencias casi triviales — p o r ejemplo, que un perceptor tiene un sentido más desarrollado que el otro perceptor— hasta diferencias fundamentales —por ejemplo, que los órganos perceptuales son notablemente diferentes—. Since­ ramente, creo que este ejemplo no nos permite avanzar en una deter­ minada dirección debido a su vaguedad. El caso de dos sujetos que están en diferentes lugares y, que por tanto, tienen diferentes perspec­ tivas permite, por el contrario, hacerse una mejor idea del tipo de rela­ tivismo que expone Gorgias. Considero que debido a la carencia de precisión del primer caso descrito se debe tomar como eje de este pasaje el segundo caso, el que describe la situación de dos perceptores en luga­ res distintos. Obsérvese que para que el ejemplo funcione, y podamos considerar que dos personas no pueden compartir el mismo tipo de información, esta debe referirse a eventos no permanentes, pues de lo contrario los perceptores podrían tener la misma información: basta­ ría que uno se ponga en la perspectiva del otro. Pero tal recurso resulta inutilizable si el evento no es duradero y no existe la posibilidad de que uno de los perceptores ocupe la posición del otro. La única posibilidad en el caso de eventos no duraderos para que ambos perceptores tengan la misma imagen mental es que se encuentren en el mismo lugar, pero si esto es así, como dice el texto, no se trataría de dos perceptores sino de uno. Este tipo de relatividad perspectivística muestra que Gorgias no tiene interés por situaciones en las que los perceptores observan cosas estables o propiedades estables de cosas, pues en estos casos es posible la observación en tiempos sucesivos de un mismo objeto desde un mismo lugar, de tal modo que los perceptores puedan tener la misma imagen m ental·1. En mi concepto, esto habla en contra de la interpretación de

existe 1λ

2| Se puede objetar que en la tercera sección G orgias m ism o parece plantear que no es posible una percepción sucesiva del m ism o objeto. Pero obsérvese que allí usa la expresión palai que indica un pasado que no es inm ediato sino más bien lejano.

G O R G I A S HE L E ONTI NI

Mourelatos, pues muestra que el rango de objetos en los cuales no hay garantía de que dos perceptores tengan imágenes perceptuales seme­ jantes es muy reducido: atañe únicamente a aquellos eventos fugaces que no permiten la corrección de las impresiones. En casos de eventos o cosas duraderos sí hay posibilidad de corregir y cotejar las percepcio­ nes y, por tanto, sí hay garantía para estar cierto de que hay semejanza en las percepciones. El relativismo que le achaca Mourelatos a Gorgias es entonces aplicable a un ámbito muy específico de casos y no es gene­ ral. Pero ello implica una consecuencia que es fatal para la lectura de Mourelatos y para toda lectura semántica en general: la formación de conceptos lingüísticos atañe normalmente a cosas y propiedades que presentan estabilidad y que no son puestas en duda por problemas de perspectiva. No es necesario tener percepciones simultáneas desde el mismo lugar para aprender conceptos como blanco o redondo. Basta con que los hablantes se ubiquen en un mismo lugar en tiempos sucesi­ vos. Si esta crítica es correcta entonces Gorgias no está usando su estra­ tegia relativista para atacar una concepción ideacionalista del lenguaje. El relativismo promovido por diferencia de perspectivas no es, en gene­ ral, una crítica al problema de formación de conceptos lingüísticos, pues tal formación no es puesta en entredicho por este argumento. El argumento trabaja mejor, como he señalado arriba, si se trata de eventos y hechos que exigen simultaneidad. Esto es, en cosas que no tie­ nen directa relación con la formación de conceptos lingüísticos. Gor­ gias bien podría estar pensando en el tipo de hechos que son discutidos en un juicio y que determinan si una acusación es cierta o falsa. Son hechos que por su propia naturaleza no pueden ser duraderos y que no hay forma de que los jueces (los oyentes) puedan recrearlos. Pero incluso si ellos pudieran estar presentes no es seguro que puedan confir­ mar la información del hablante, pues perspectivas diferentes pueden llevar a informaciones diferentes sobre lo mismo. Si estos son los casos que Gorgias tiene en mente entonces, nuevamente, el problema no es tanto en ten d er sino con ocer lo que el hablante dice.

Gorgias quizá piensa en las diferencias de percepción en d ife re n te s

«M e ·

las que puede haber entre un joven y un viejo. Por tanto, una percepción de un objeto en momentos sucesivos no queda de ninguna manera exc

^

APÉNDICE

La tercera sección de este argumento, en mi concepto, no intro­ duce elementos novedosos en la argumentación de Gorgias sino que sigue el derrotero de la segunda sección. Tiene, al parecer, la estructura de un argumento a fortiori', se pretende mostrar que si un mismo per­ ceptor no percibe lo mismo por sus diferentes facultades (un recuerdo del argumento categorial en el que se ha enfatizado que los onta se cap­ tan por diferentes sentidos) ni percibe del mismo modo a lo largo de su vida, con mayor razón dos sujetos distintos no tendrán percepcio­ nes de lo mismo. Finalmente, nos debemos preguntar sobre la relación entre el argu­ mento categorial y el perceptual. He señalado arriba que la conclusión final del argumento categorial es negar la posibilidad de transmitir conocimientos mostrando que una condición para que el oyente com­ parta el conocimiento que posee el interlocutor —a saber, familiarización con la realidad de la que habla el logos — no se cumple. Aquí entra el argumento perceptual y muestra que incluso si esta condición se cumple puede que los interlocutores no compartan el mismo cono­ cimiento, debido a situaciones de relativismo como el de la perspectiva de la percepción. Las dos tesis en su conjunto niegan —o, más bien, debilitan— la posibilidad del conocimiento intersubjetivo. Si comparamos finalmente esta conclusión con la gran tesis de la segunda sección de Sobre el no ser —a saber, que el ser no es cognosci­ ble— resulta claro que la tercera sección está profundamente unida a la segunda, pues en esta última se niega conocimiento de un objeto por parte de un sujeto, mientras en la tercera se niega conocimiento de dos sujetos sobre un mismo objeto. Se avanza así del problema del conoci­ miento personal a del conocimiento interpersonal. De este modo, la tercera sección no inicia una nueva temática, la de la semántica, sino que permanece y abre un nuevo frente de trabajo en la misma área, la de la epistemología.

Conductismo y epistemología en el Elogio de Helena Un análisis del Elogio de H elena , o incluso del pasaje sobre el poder del logos (B l 1.8-14), cae por fuera de los objetivos del presente ensayo. Aquí me conformaré con confrontar la tesis de Mourelatos de acuerdo

G O R G I A S DK L E O N T I N I

a la cual en cl discurso sobre el poder del logos Gorgias se compromete con una teoría conductista del significado y señalar, a partir de un breve pasaje, que no existe incompatibilidad entre lo dicho en el Elogio y la interpretación ofrecida arriba sobre la incomunicabilidad del ser. Según Mourelatos, Gorgias defiende en su declamación una con­ cepción conductista del lenguaje, de acuerdo a la cual “words, accor­ dingly, are devices of pretense and make-believe in a game humans arc inextricably and universally drawn into, from childhood on” (Mourdatos 1987: 156). Y esta lectura parece estar bien fundamentada. Loque expresa Gorgias sobre la poesía en dicho pasaje parece ser un ejemplo diseñado para ilustrar esta teoría: palabras poéticas nos hacen modifi­ car nuestros comportamientos sin que refieran a hechos reales, pues no son los hechos, los hechos no existen, sino las palabras las que nos hacen llorar. Igual sucede con lo afirmado sobre el uso de palabras mágicas en un templo —comparables, según Mourelatos, a una sicoterapia—. Pero quizá la comparación de los logoi con pharmaka , donde los primeros son responsables de desencadenar reacciones emocionales en el alma, condensa mejor tal teoría. ¿Defiende, entonces, Gorgias una teoría conductista del signifi­ cado? El Elogio d e H elena, sin duda, proyecta la idea de que las pala­ bras provocan reacciones emocionales en sus oyentes y que este efecto es lo que, ante todo, es propio del logos. Sin embargo, no se debe perder de vista que el discurso sobre el poder del logos en este texto es un logos en un logos. Esto significa que no podemos leerlo como una pieza autó­ noma deslindada del objetivo general de la obra. Tal objetivo consiste en descargar a Helena de toda culpa de traición. Ella marchó a Troya, pero si realizó tal acto por persuasión entonces el responsable es el logos, no ella. Es en el marco de esta estrategia defensiva que debemos enten­ der cualquier pasaje del texto. Por ello, no puede extrañar el que Gor­ gias enfatice el aspecto emocional del logos, pues, como muestra el caso de las lágrimas derramadas por personajes y acciones no reales sino na­ cionales, la capacidad de manipulación del logos es especialmente fuerte en el ámbito de las emociones. Pero el hecho de que el discurso tenga un aspecto emocional, que juega un papel particularmente decisivo en la persuasión, no significa que este agote su naturaleza, como muestra el siguiente pasaje: “Si todos tuvieran recuerdo de todos los a c o n t e c im ic n tos pasados, conocimiento de los presentes y previsión de los futuros, c

APKNDICK

¡OÇ0S, aun siendo igual, no p o d ría e n g a ñ a r de igu al m odo. P uesto que ahora no es Fácil re c o rd a r el p asad o , ni in v estig a r el presente ni p red e­ cir el fu tu ro ” ( B 11.11 ).

el efecto del lugos (engañar, en este caso) no depende únicamente de las emociones que produzca, sino del grado de conoci­ miento q ue el oyente tenga con rcspecto a la realidad de la que habla. El lenguaje, por ranto, a pesar del peso de las emociones en este, debe tener también el carácter d e representar la realidad y expresar algo q u e va más allá de la mera capacidad de provocar respuestas con independencia de la realidad. Pero este pasaje va más allá de disminuir el papel de las emo­ ciones en los resortes que llevan al logos a persuadirnos. Expresa clara­ mente una concepción anticonductista del lenguaje, pues afirma que el logos permanece el mismo incluso si sus efectos varían. Si tenemos cono­ cimiento de los hechos en cuestión, el logos no nos engaña, ni produce, posiblemente, los efectos q u e usualmente produce. Si no tenemos cono­ cimiento, nos puede engañar. Pero obsérvese que el logos no puede per­ manecer el mismo si sus efectos varían, pues, en una teoría conductista, está definido por los efectos que produce en el oyente. En consecuen­ cia, si un logos produce efectos opuestos entonces, en realidad, no se trata de un solo logos sino de dos logoi distintos. Descubrimos, nuevamente a Gorgias mismo c o n tra d ic ie n d o la interpretación de Mourelatos. Este pasaje nos indica, además, que la capacidad de persuasión del logos está unida no tanto al problema de la naturaleza del lenguaje como a problemas epistemológicos. El pasado no lo recordamos bien, resulta difícil hacer buenas previsiones hacia el futuro y del presente no lo conocemos todo. El poder del logos está dado por estas grietas en nues­ tros poderes cognitivos. Podemos pensar que el escepticismo frente a la posibilidad de conocimiento intersubjetivo expresado en Sobre el no ser ayuda a acentuar tales deficiencias, así no sea mencionado en el Elo­ gio de Helena. Y no es mencionado porque en el caso de la traición de Helena los problemas cognitivos tratados en la tercera sección de Sobre el no ser no tienen relevancia. Si esto es así, entonces la tesis de la inco­ municabilidad, en la versión epistemológica que aquí he defendido, no solo no es incompatible con el discurso sobre el logos en el Elogio de H elena , sino que está llamada a fortalecer la argumentación de este último texto, en la medida en que el poder del logos precisa de una epis­ temología como la que propaga Sobre el no ser. O bsérvese q u e

XI

G O R G I A S DE L E O N T I N I

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G l o s a r io

Termino griego άγενητος

e ín d ic e d e t é r m in o s

Traducción ingénito

Localización

MXG 5.2, 5 ,3 ,6 .9 ,6 .1 2 ; M 69

Explicación Uno de los signos del ser parmenídeo. Ver Parménides, B 8.3

άγνωστος

incognoscible

MXG 5.1, 6.20; M 77

Adjetivo griego estándar para caracterizar un objeto que no tiene la posibilidad de ser conocido. MXG usa este término y su negación (γνωστός) sistem áticam en­ te. Al, en cambio, introduce el término pero lo reem pla­ za por ακατάληπτος (y su negación καταληπτός)

άίδιος

eterno

A / 68,69, 7 0 ,7 2

A ributo del ser en M eliso. Ver M eliso B4

ακατάληπτος

no aprehensible

άνέξοιστος

incomunicable

Λ / 6 5,8 3

Término tardío y proba­ blem ente no em pleado por Gorgias

άνερμηνευτος

inexplicable

M 65

Término tardío y proba­ blemente no em pleado por Gorgias

Ver καταληπτός.

83

G O R G I A S I) E L E O N T I N I

crm ino griego

T raducción

L o calizació n

Explicación

αξίωμα

principio

MXG 6,9

Térm ino aristotélico para los primeros principios de una ciencia. En los estoicos significa proposición

άπειρος

infinito

MXG 6,9; M

Término usado por Meliso. Ver M eliso B 2.3

6 9 ,7 0 γενητός

generado

M 6 8 .7 1 .7 2

γεννητικός

lo que genera

M 71

γενόμενος

generado

MXG 5.2, 5 .3 ,6 .1 0 , 6.12

γνω στός

cognoscible

M XG5A ,

Ver άγνωστος

δήλος

manifiesto

MXG6.21

Ver δηλοΰν

07

6 .2 1 ,6 .2 6

revelar

MXG 6.21,

El verbo estándar (jun­ to con las formas δήλος y δηλωτός) para expresar la tesis de que el ser no es co­ municable en MXG. Signi­ fica hacer algo manifiesto, i. e. revelar. Puede simple­ mente tener el significado de comunicar, incluso sig­ nificar. Pero también tie­ ne un sentido más fuerte: probar o demostrar. Ello im plica que lo que se pone de manifiesto no es solo un hecho sino algo que sir­ ve de prueba de que un he­ cho ha tenido lugar (Ver Gorgias, Pal 31). En M, se lo usa igualm ente para ex­ poner la tesis de la incomu­ nicabilidad pero luego se lo reemplaza por los términos άνέξοιστος, άνερμήνευτος, μηνυτικός y παραστατικός, entre otros

6.26; A i 84, 85

G L O S A R I O F. Í N D I C E OK T É R M I N O S

Termino griegi)

Traducción

Localización

δηλωτός

revela ble

διαδηλοϋν

revelar

M 86

διανοεϊσθαι

concebir en la mente

MXG 6.19,

εν

uno

Forma tardía (difícilmen­ te usada por el propio Gor­ gias), usada en MXG para presentar la tesis de la in­ comunicabilidad del ser. Reemplazada por δήλος y δηλουν

6 .2 0 ,6 .2 2

MXG 5.2, 5.3,6.13, 6,15,6.23; M 73

ένδείκνυσθαί

mostrar

M S6

έννοείν

tener en la mente

MXG 6.22,

καταλαμβάνειν

aprehender

καταληπτός

aprehensible

Explicación

6 .2 3 ,6 .26

Concebir en la mente. Este término se refiere en MXG a pensar algo en la mente sea que el objeto del pen­ samiento sea algo real y externo o sea algo que no corresponde a una realidad. Ver φρονεϊσθαι Atributo del ser en Meliso (Parmenides emplea el tér­ mino). Ver Meliso B 8.1

Este término hace referen­ cia a los contenidos menta­ les de un sujeto. Se trata de determinar si una persona posee contenidos mentales Ver καταληπτός

M 65 ,8 3

En M el término para ha­ blar de la tesis de que el ser no es cognoscible. Es de procedencia estoica y, por tanto, es improbable que sea empleado por Gorgias. £n la epistemología estoica una χατάληψις vale como el ; rite rio supremo de verdad

G O R GI A S DE LEONTINI

Término griego

Traducción

Localización

Κενός

vacío

MXG 6 .16

Λαμβάνειν

aprehender

M 81

dar a conocer

M 8 3,84,86

Término empleado en M y no en MXG. Significa in­ formar, declarar

M 85

μηνυτικός νοεΐν

Término explícitamente conectado con el acomista Lcucipo en MXG

M 86

ληπτός μηνύειν

Explicación

pensar

M 67 y 73

Empleado en M en el sen­ tido de considerar o conce­ bir (p. e. a lo que no es se lo piensa como algo que es)

Λί 85

παραστατικός πράγμα

cosa

A/XG’ 5.4, 6.21,6.26

En MXG se emplea este tér­ mino como equivalente a τό óv (ilo que es)

φρονεϊν

pensar

MXG 6.17, 6.19; M 77,

Término empleado en for­ ma activa en el siglo V para pensar bien, i. e. pensar prudentemente. La forma pasiva, usada por Gorgias, es rara. Aquí traducido por pensar y con ello se entien­ de el tener en mente algo, el hecho de fijar su mente en un objeto (la forma pasiva sugiere que se llama la aten­ ción no tanto al hecho mis­ mo de pensar sino al tener un objeto del pensamien­ to). En MXG se introduce la identidad parmenidea de ser y pensar pero Parmeni­ des usa el término voeív. Si Parménides mismo enten­ dió el término en el sentido

7 8,79,80, 81,82

L

G L O S A R I O E Í N D I C E DE T É R M I N O S

Térm ino g riego

T rad ucció n

L o calización

Explicación am plio de tener en la men­ te un objeto del pensamien­ to (cualquiera que sea) o el termino tiene un significa­ do más reducido (p. e. tener como objeto de la men­ te el ser parmenídeo) es un asunto determ inante para entender la relación de este pasaje con la filosofía de Parménides. En cualquier caso en Gorgias abarca tan­ to pensar verdades como mentiras

In d ic e

A pelt 8,45/111,14 A ristóteles 20 B ellido M elero 2 Bröcker 14 Calogero 6 ,1 4 , 59 C assin 14, 34, 59 C aston 3,14,23/114,47/717-18 C onsigny 14, 59 Días Spangenberg 2 D iels 8/75,13, 59 G igon, 8 Gomperz 8/75, 13 H offm an 17n i I Ioli, 3,9,14,18,41/74-5,45/713 Isocrates 8, 8 /73,13 Kerferd 9, 5 9 ,6 4 Long 11 M ansfeld 9/76, 19/713, 60/717

de a u to r e s

McComiskey 15, 59 Meliso 14,20, 25,31,39,43/77,9 Mourelatos 27 n 15, 28, 34, 59ss Nestle 8/75 Newiger, 3, 17/712, 4 l n l , 4 5 n l0 , 59 Olimpiodoro 8 Parmenides 10, 14, 16, 23,45/715 Platon 6, 23 Protágoras 29 Robinson 13, 9 Schiappa 7, \7n 11 Sexto Empírico 7n3, 8 Sicking 14 Spatharas 11 n 7 Untersteiner 3, 45fl 13 Zenón 2 1 ,2 2 ,3 , 3 9 ,4 3 n 8 ,45/112

G orgias de Leontini. Sobre el no ser se term inó de im prim ir y encuadernar en septiembre de 2014 en Bogotá, D. C. Se compuso en fuente tipográfica Garamond Premier Pro de 10,8 puntos.

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