Gómez-Moreno-Iglesias mozárabes arte español de los siglos IX a XI_v1Texto.pdf
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IGLESIAS MOZÁRABES
ESTABI,ECIMIENTO
:
OHÁFICO
:
THOMAS
:
BARCELONA
JUNTA PARA AMPLIACIÓN E
ESTl'DIOS
Dlí
INVESTIGACIUNES CIENTÍFICAS
IGLESIAS
MOZÁRABES
ARTE ESPAÑOL DE LOS SIGLOS
IX
A
XI
POR
M.
GÓMEZ-MORENO
CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS
MADRID 1919
\iíQ*^\
31-
S-.
general
índice PREÁMBULO: pág. ix. ANDALUCÍA: pág.
I.
i.
Lo mozárabe y
mudejar o morisco; su
lo
concepto, límites y caracteres. Factores orgánicos bajo pág.
Libertad religiosa, culto, iglesias,
2.
bajo almorávides y almohades, p.
p.
Crisis del siglo IX. Otra
3.
Destrucción general de
4.
Bizantinismo andaluz. Indicios de arte mozárabe, doba. Inscripciones, códices, la
Biblia hispalense, p.
TOLEDO. Su
II.
etc.
S.
comparación con
Comba
la
Sta.
ARAGÓN.
Peña,
p. 30.
7.
Zacarías de Cór-
Arquitectura decorativa
arte bajo los godos, p. 9. Rebeliones e
mozárabes. Restos de
III.
Paleografía, p.
p. 6.
iglesias, p. 5.
8.
Inscripciones mozárabes, p.
cia, p. 10.
conquista árabe,
la
Ginés, p.
12.
11.
Sta.
independen-
Obras de arquitectura seudo-
María de Melque,
y otras iglesias, p.
18.
p. 31.
14.
Ruinas anejas,
Restos decorativos zaragozanos, p. 29. S.
Tradiciones históricas,
p.
Descripción,
Su
p. 25.
Juan de
p. 33.
Obras
del siglo XI, p. 39.
CATALUÑA.
IV.
Influencias mozárabes, p. 41. Colonizadores, p. 42.
Influjo científico. Gerberto, p. 44. Relaciones políticas, p. 45. Indicios ar-
queológicos, p. 46. Arte románico catalán, p. 47. Arto carolingio: S.
de las Puellas, des-Prés,
p. 48.
Iglesias de
Tarrasa,
Influjo francés, p. 52. Corriente meridional: S. S.
Quirce de Pedret,
de Buada
pág. 71
,
.
p. 59. Sta.
en
el
siglo X, p. 5i
Miguel de 01érdula,p.
María de Marquet,
p. 63. S.
53.
Julián
p. 67.
ASTURIAS.
V.
p. 49.
p. 5o. Restos bizantinos. Corrientes artísticas
Pedro
La de Germigny-
Carácter de su monarquía. Orientación francesa,
Arquitectura carolingia,
p. 72.
Arquitectura prerrománica o rami-
rense, p. 73. Ingerencias mozárabes, p. 74. S.
(Boides), p. 76. Alfonso
III
Salvador de Valdediós
fautor de ella, p. 77. Decoraciones de tipo cor-
GENERAL
ÍNDICE dobés,p.78.
S.
Miguel deVillardeveyo,p.82.S.AndrésdeBedriñana,
Lena: su
pág. 83. Sta. Cristina de
Priesca y tos en S.
Pedro de Nora, p. 86. S. Martin de Salas, Laspra y S. Miguel de Barcena, p. 90.
S.
Res-
p. 88.
GALICIA. Pobreza monumental. Monjes mozárabes en Sames,
pág. 93. S. Pedro de
Camba,
Rocas,
ciudad autónoma,
p.
97.
Reliquias de mozarabismo. S.
LEÓN.
VIII.
239 a ibi.
Fructuoso de Montelios y
Concordancias decorativas. Coimbra,
Colonizaciones.
98.
p.
las págs.
Iglesias godas: S.
Balsemón.
Pedro de
Restos en S. Miguel de Eiré y S. Juan
p. 94.
Véanse adelante
p. 95.
PORTUGAL.
VII. S.
Salvador de
Martín de
VI.
de
iconostasis, p. 84. S.
Mozárabes y moros,
Pedro de Lourosa:
su fecha,
Corriente asturiana: Cripta de Palencia,
99.
100.
p.
p.
p.
io5.
Fun-
daciones monásticas. Pobladores mozárabes. Reedificación de Zamora,
Nombres
pág. 106. Monasterios, p. 107.
arabizados. Jerarquía de las perso-
nas, p. 108. Sistemas onomásticos, p. 110. Procedencia y estirpe. Indicios
mozárabes,
Nombres
p. 116. Siervos, p. 119.
geográficos árabes, p. 120.
Palabras árabes en documentos latinos, p. 121. Códices mozárabes, p. 130.
Organización social leonesa, de
pecto
Castilla,
p.
137.
Repoblación,
p. 132.
Administración
p. 135.
local,
p.
Diferencias res-
Conclusiones
138.
generales, p. 139. Carácter de los monasterios leoneses, p. 140. S.
de Escalada,
141.
p.
Su
Restos en Valdabasta.
Boñar,
Adriano de Boñar,
S.
S.
pág.
172.
Problema de
oriental, p. 182. S.
Toro
Gino deshecho.
Juan de Rivadelago,
167.
en
pórtico, p. 164. Decoraciones accesorias, p. i58.
p. i65. El arquitecto
pág.
Miguel
170.
de Hornija,
y Morales, p. 189. Sta.
p.
162.
S.
Salvador de
Martín de Castañeda,
S.
ábsides opuestos, p.
los
Román
p.
S.
p. i85.
Cebrián de Mazóte, 176.
Capiteles de tipo
Fragmentos decorativos
María de Bamba,
p.
193. El
obispo
Sahagún, p. 202. Su consagración, pág. 204. Restos en S. Pedro de Dueñas. S. Pedro de Eslonza, p. 206. Restos en Valdalcón, Mellanzos, Rueda, Sandoval y Mansilla,
Frunimio,
p. 195.
Descripción, p. 196.
pág. 208. S. Salvador de
Távara.
Moreruela. Restos en Ayoo,
El códice tavarense, p. 209. Restos en
p. 211.
S.
Pedro de Montes,
p. 212.
santos Fructuoso y Valerio. El obispo Genadio, p. 213. Ermita de
Cruz,
p. 21G. S.
pág. 218.
Clemente de Valdueza.
Santiago de Pe alba,
—
p. 224. El
VI
—
Sto.
Tomás
la
Los
Santa
de las Ollas,
obispo Salomón,
p. 12b.
Des-
GENERAL
ÍNDICE cripción, p. 227. Epigrafía, p. 237.
Miguel de Celanova. Descripción,
p. 24(3.
Memuria de consagración,
El obispo i^udesindo y FYoila su
Sla.
Maria de Vilanova,
Palaz de Rey, en León. La devota Geloira, de León,
Villarmún. Supervivencias mozárabes,
CASTILLA.
IX.
pág. 263. Población
de Santillana,
de Le be ña,
Román de
la
p. 265.
p.
282. S.
p. 2(09.
Baudel de Berlanga,
p. 288.
p. 323.
p. 309.
PRESEAS ECLESIÁSTICAS.
X.
p. 325.
Castilla central,
María
p.
San
287. S. .Millán
Falsificaciones, p. 291.
Suso,
Su amplia-
p. 296.
Sus pinturas,
p. 317.
Culto externo. Inventarios ecle-
Las imágenes. Fase anti-icónica española,
Su remoción bajo Fernando
Claudio,
la
Descripción, p. 270.
Juan de Socueva,
Indicios de mozarabismo, p. 292. La iglesia de
siásticos, p. 321. El altar, p. 322.
Museo
p. 261.
Cogolla. El presbítero Emiliano,
ción, p. 306. S.
el
La casta de caballeros. Las Asturias
p. 264.
conde Alfonso,
p.
p. 239,
Salvador de
Rioja y Soria. El galicanismo, p. 266. Sta.
267. El
de Moroso,
S.
San
260. Sta. María de
p.
División en regiones. Carácter de
mozárabe,
hermano,
Restos en
p. 263.
San Martín de Villamoros,
267.
p.
p. 25o.
p. 238.
I,
p. 324.
Inventarios inéditos,
p. 32G.
Indicios históricos: Teodulfo,
Servicio de altar: cruces,
capsas; díptacos; coronas, p. 328: lucernas; candelabros, ciriales
p. 327;
y candeleros, p. 329; cálices: aquamaniles; turíbulos o incensarios, p. 330; signos y campanas, p. 331; cátedras; analogios; velos principales, páíeos, p. 332; alhaiaras o alhagaras; acitaras o citharas; frontales, p. 334; pallas.
Ropas sacerdotales, u orarios,
p. 335; casullas,
p. 336: balteos o cíngulos;
dalmáticas, túnicas, albas, orales
capas y mantos,
p. 337.
Servicio de
mesa:
manteles, sábanas y facitergia o fazalelias, p. 338. Vajilla: infer-
turias:
missorios o mensorios, p. 339; culiares o cocleares; truliones o
trullos;
cifo;
salares, sulcieras y pigmentarios; taregos: tágaras; fixorios
tenaces; scalas, p. 340; copos; fíalas o pataras; coppas; ferratellas; calderas;
moiolos; cúcuma.
Vasos irakés,
p. 341;
concas, arrotomas o redomas,
Concos y aquamaniles. Vasijas de cocina. Luminarias. Lechos. Ropa de cama, navatellas, palmares, portellas, kana.
p. 343; culcitras
Alcalla; soparías, p. 342.
o cozedras, plumazos, tapetes, gálnapes o génabes,
almuzallas, sábanas, allihafes o alifafes. Librerías
p.
344;
eclesiásticas: su
carácter y valía, p. 345. Libros eclesiásticos, p. 346; antiphonarium, ora-
tionum,
p. 348;
comicum, manuale
—
v passionum.
vu
—
psalmorum
o psalterium,
ÍNDICE ordinum, horarum, precum,
MUSEO MOZÁRABE.
dices, de
p. 349;
p. 355.
los siglos
sermonum. Libros
Opúsculos poéticos. Renovación de
espirituales, p. 35o.
XL
GENERAL divinos. Libros
las librerías, p. 352.
Có-
Mueblaje eclesiástico subsistente.
Escrituras uncial v cursiva; escritura minúscula. Códices
VI
y IX. p. 356. Literatura del siglo X: fase arabizada;
11
códices conservados,
p. 357: serie
andaluza, su valor artístico,
p. 368; serie
toledana, p. 369; serie leonesa, p. 360; serie castellana, sus pinturas, p. 3614
Florencio y Magio. Códices del siglo XI, p. 362. Escritura árabe: cifras
numerales, criptografía; glosas castellanas; notación musical, riales.
Inscripciones,
p. 364: serie andaluza, p. 365.
p. 363;
Piedra,
mate-
p.
369;
escasez de ejemplares mozárabes; pila de León; restos en Oviedo, p. 370.
Marfil:
serie de
Fernando
I,
cruz en
p. 371;
el
Louvre,
p. 372; ara
de
la
Cogolla, p. 373: caja de Davillier. p. 374; piezas de ajedrez. Cristal, p. 376;
redoma en Astorga; en Astorga,
piezas de ajedrez en
p. 377: otra
en Montes.
la
Oro y
Cogolla, p. 376.
Madera:
plata, p. 378; cruces de Oviedo;
San Isidro de
caja de Astorga, p. 379: caja de las Ágatas, p. 380; caja de
León: copa de Braga, p. 384;
p. 382; cáliz
campana de Córdoba,
Madrid; aguamanil
p. 392:
p. 386;
p. 389;
Plano de
la
campana de León,
lámparas de Elvira,
candelero de Elvira,
baros; aguamaniles y concos, p.
mento de Montes,
de Silos. Bronces: cruz de Peñalba, p. 386; candil
de
del Louvre. p. 387: las obras salomónicas, p. 388; lám-
paras de tipo copto,
de Elvira,
cajas
p. 396;
p.
390;
corona de luces
p. 393; dije crucifero;
bronces bár-
Tejidos: velo de Gormaz; frag-
394.
sudario de León, p. 396.
España septentrional, con
ñen a arqueología cristiana, y especialmente a
lo
las
localidades que ata-
mozárabe.
Registro de nombres geográficos, pág. 397. Registro de algunas voces de arquitectura, pág. 403. Serie de láminas numeradas, de
I
a
CLl, que comprenden 199 repre-
sentaciones fotográficas, con su índice alfabético
al frente.
PREÁMBULO DUDOSO
que
parecer¿\
tenido. Q)uizá
el titulo
de este libro responda bien de su con-
peque por exceso, dando cabida, bajo
título
mo-
de
zarabismo, a iglesias que no son tales sino en concepto de arte, y quizá peque también por defecto,
que
al tratarse
una porción de cuestiones
Lo primero
sólo indirectamente atañen a los edificios.
se
razona por
fuerza de hechos, que asignan a lo mozárabe un área de influjos
de
lo
que
se
pensaba;
lo
segundo, por necesidades de organización en
teria histórica resbaladiza
Por consecuencia, recelos, hijos de
mayor
ma-
y apenas autorizada.
este libro
ha ido formándose con lentitud y entre
una desconfianza prudente, dando lugar
a estudios
com-
plementarios, que los unos representan aquí valor negativo tan sólo, no
habiendo servido ahora sino para excluir, para callar extraño o mal conducido, y en cambio
la
que de antemano
que resultaba
investigación llevó en otros casos
a establecer derivaciones y puntos de mira imprevistos y las hipótesis
lo
se acariciaran.
Con
menor
aun contrarios
a
todo, este libro no es
violencia posible, pero
más que un fragmento, arrancado con
la
también con descuaje hoy día temerario,
a la gran cantera de nuestro arte
godo, cordobés, prerrománico y morisco, sin estudiar dignamente aún, y por consecuencia los valores cotizados aquí no tendrán sanción de público sino
el
día en
que toda
esta nuestra historia
monumental propia
divulgada. Temores caben aún de haber empezado por
lo
más
sea bien
ditícil,
y de
traer desconcierto, dudas, repulsas en el aprecio de tal o cual edificio, de tal
o cual parte;
contrario, puesto
mas
ello,
que
al
viniendo de buena
ñn
resultaría
definitiva de crítica. Por otra parte, se IX
fe,
no acarreará daño, sino
al
una orientación más consciente y ha procurado plantear el problema
—
PREÁMBULO en su integridad, sin malicia y poniendo
al
alcance de todos
máximo
el
caudal de información directa posible, dentro de nuestros medios.
Ahora
bien,
lo
que
si
revela este libro bajo su titulo es
índole
la
Son materiales y nada más; pero dispuestos para ajustarse definitivamente en obra de sínmonográfica, analítica de su concepción y desarrollo.
tesis, lo
que hubiera resultado
fácil,
lograrlo entrara en nuestro plan.
si
Las hipótesis formuladas parecen convidar a bilidad de engaño queda válida, y en
sus materiales perderían
mucho
uno
antes, presentándolos
a
ello: sin
tal caso,
yendo
uno con su verdad propia; que
riesgo de instabilidad, y constituvendo artístico. Así,
mas como
hoy por hoy,
a tierra el edificio,
de su valor. Resulta preferible asegurarse
que luego su ajuste sea obra de conciencia
analice, y
embargo, una posi-
el
el
colectiva, con
monumento
queda
edificio
sin
su provecto existe, será bueno quitar
la crítica los
menos
de nuestro pasado
hacer deliberadamente;
al lector el
cuidado de
irlo
rastreando a través de estas páginas, y enseñárselo aquí, en confidencia, sin
responder de su bondad, pareciese
mucho
e
invitándole a retocarlo o a presentar otro.
si
si
edificio para los materiales aquí allegados, bastará recor-
dar que ellos son una parte no más de
más
Y
difícilmente aprehensible;
la
totalidad recogida, pero parte la
resto irá saliendo por
el
el
mismo camino,
ocasión, fuerzas y sobre todo entusiasmo no se apuran.
Aparte
menos
las
cuestiones técnicas,
de mirarse
al
al irse
fraguando
este libro
no ha podido
rededor, en historias y pergaminos de aquellos siglos,
en valores sociales, en datos de geografía, en indicios arqueológicos y hasta de observación folkloresca. Merced a ello han ido poco a poco ensanchán-
dose horizontes y surgiendo inesperadamente un concierto de ideas, con la
explicación de problemas difíciles y enredosos, y con una perspectiva
más
clara de siglos
que nuestras
historias,
ofrecen descarnados y sin alma. Por
lo
en programa, que ha ido saliendo bajo
la
literariamente compuestas,
mismo que nada de mera presión de
acumulados, parece legítimo asignar un cierto valor a investigación histórica, vislumbrado a
compás de
los
ello
entraba
los
testimonios
este
proceso de
problemas de
arte,
que con su objetividad permanente y segura, son buena guía para orientarnos.
como
Cumple ahora
es, trajese fértil
desear que
la
totalidad de esta labor,
aun seca y árida
enseñanza para lectores avisados, poniéndolos en con-
diciones de acercar a
si
aquellas lejanías anteriores al milenario, donde
PRKAMIiULO parecen acusarse notas
muy
fuertes de nuestro ^enio propio,
desconciertan y enredan bajo presiones extrañas, haciendo difícil
que luego
se
mucho más
su reconocimiento y estudio en períodos sucesivos. Sería justo que,
no hablándose más entre nosotros de
medievales, viésemos allá
las tinieblas
hombres y cosas de que no nos separan misterios sino las complicaciones ulteriores, y que para comprenderlos basta observar sustratos sociales aun vivos en los senos de nuestra enrevesada geografía. La vida del siglo
Córdoba no podremos saborearla; pero
si
la
que
X
en
se llevó entre cristianos
y sobre todo en las montañas, porque allá giró dentro de lo vulgar, que no tiene historia.
Por una parte, conocemos con su apogeo bajo en Alháquem
11:
el
Califato y
las historias
el
proceso del arte y cultura andaluzas,
una dirección personal
muy
árabes dieron materia para verlo
mente, aun antes de estudiar sus reliquias. Respecto de tiana,
un tópico
bien definida
lo rige todo: es la
lucha contra
el
moro,
la
la
España
justifica.
suelo,
los
muy
á
realidad no siempre
la
Se quiere presentar un pueblo español reconquistando
cuando de hecho su pérdida
cris-
epopeya de
siete siglos, eje y razón final para una simplificación histórica,
gusto de nuestros estímulos pasionales, pero que
clara-
así
el
perdido
fué solamente para los godos fugitivos
nosy para su gobierno; además, el concepto de unidad nacional, entre otros a lo menos, aparece de antiguo como una simple fórmula de servi-
dumbre y
explotación. Nuestra unidad fué impuesta una y otra vez, bajo
romanos, bajo godos y bajo árabes, para regular El
las
operaciones del
pueblo español quizá no tuvo concepto nacional hasta
modernos, v ciertamente que no
le
los
fisco.
tiempos
tiene aún cumplido. Una España como
ideal colectivo, siquiera en deseo, tal vez
no existió nunca; pues a través
de opresores y gobernantes que forjaron su historia política y sus linderos, percibimos siempre de región en región al demos rebelde y esquivo,
desorganizado, pero siguiendo firme su camino, quizá sin variación desde los
tiempos más remotos, y según
los
rumbos que
su genio de raza
le
impone. Entre
las
gentes del norte peninsular parecen ser
más razonables
astures, de estirpe céltica probablemente. Ellos acogieron a los godos tivos, evitándoles
rias sin
someterse a
los árabes,
y así principió
el
los
fugi-
reino de Astu-
majestad ni pretensiones conquistadoras. Cántabros y gallegos se
PREÁMBULO les
agregaron: pero hacia oriente
tera definitiva.
vascones determinaron fron-
los feroces
mantenido una
otros godos, tras de haber
En Cataluña,
sombra de reino con Aquila y Ardo, buscaron apoyo en Francia, y sometidos a ella impusiéronse de nuevo sobre el pueblo indígena. Después, las primeras guerras fueron para
dejando yermas sus respectivas
aislarse,
compensación
fronteras meridionales; y en
el
tomasen arraigo, y que un
instituciones bárbaras
que
influjo carolingio hizo
arte de tipo
europeo
gallardease en Oviedo y Barcelona, sin acordarse casi para nada de Toledo ni
de Córdoba.
Luego,
la
segunda mitad de aquel
cambio de orientación sobre
la
Península
soberanía cordobesa iba perdiendo efectividad
la
:
IX determinó en Asturias un
siglo
Mérida, Coimbra, Badajoz, Toledo, Zaragoza,
;
etc. se
simpatizaban con
regían por cuenta propia, y estos focos rebeldes
los
moda guerrear contra el igual rumbo con algún éxito.
principados cristianos libres del norte. Púsose de
emir de Córdoba, y
los
asturianos siguieron
quedaba establecido; Asturias seguía
El contacto
sular, y las torpezas del
León, Astorga y
allá arriba.
ello era atraer al
encaminaban castillos, la
naciendo
En
a Oviedo, y
Bierzo se repoblaron; pero adivinando que
el
también
fortificar los pasos
que desde
allí
se organizó militarmente, a base de
zona fronteriza oriental, por donde
los
cordobeses llegaban,
así Castilla.
tal
grado parecía eficaz
nimo Albeldense
el
poder contra
asalto al
favor de Alfonso
-en
profecía favoreciese a
como soberano
Omar,
en toda
y había de cumplirse
los árabes,
que em-
restauración del reino godo. Así lo auguraba
la
la
la
el
muy
anó-
verosímil que idéntica
hijo de Hafsón, para
Andalucía
el
Magno; quizá tamby&ji alentaba
el
Benicasi, reyes de Zaragoza, y es
ello a los
Omeya
gran movimiento penin-
traducíanse en auge y ansias de progreso
enemigo, cuidóse de
pezó a profetizarse
el
Omeya
el
alta.
imponerse de golpe
El año 884, en que
Omar
se alzó
profecía de Albeldense, fué realmente crítico; y
de Córdoba no
lo
ron impunes y señores por
perdió todo, a
lo
más de cuarenta
jación de los fundamentos sociales tenía
si
menos sus enemigos queda-
años. Tal desgobierno y rela-
que desatar odios
e injusticias; es
natural que los cristianos sometidos, los mozárabes, padecieran; se les desterraría el
alma de
como la
peligrosos, a veces; en ciertas regiones,
guerra
civil, les
tocaron en XII
—
el
donde
ellos
fueron
día de la pacificación repre-
PREÁMBULO salías inexorables,
determinando su fuga
a pais cristiano
fuese posible; una clase especial, los hijos de renegados
no tenían otro remedio que la
que
es verosímil
los
ello
que cristianizaran,
éste para salvar su vida, y en
aun
rebelión no cuajase
siempre que
comarcas donde
españoles significaran su
protesta emigrando.
A por
este
comarcas que con
las
León y
momento responde
Castilla.
Alfonso
inmigratoria, proveer a intereses
que
la
el
gran expansión territorial de Asturias,
tiempo llegaron a ser reinos de Portugal,
Magno tuvu
el la
la
el
mérito de encauzar
la
corriente
seguridad del país y legislar de acuerdo con los
nueva sociedad demandaba para desarrollarse. Todo
organismo bárbaro de Asturias y Galicia quedó para aristocracia y la esclavitud cedieron ante
ella
invalidado;
un pueblo, que en León
el
la
se reveló
haciendo patria con su trabajo, y en Castilla ennobleciéndola, mediante su esfuerzo militar y
tomaron cuerpo
intrepidez con que
la
instituciones
las
mantuvo sus derechos. Entonces
que nos salvaron del feudalismo, nos
hicieron libres y democráticos, y prepararon
generosas que marcan
no
el
el
derroche de iniciativas
genio español, mientras los patrones de afuera
son impuestos.
le
Sin embargo,
España cristiana
la
modesta. Ofuscábala
el
del siglo
X
se nos ofrece
pobre y
imperio cordobés, tan espléndido y rico en su apo-
geo, imponiéndola cuanto era trasmisible en instituciones, administración,
mercaderías,
etc.
Recibió
ciertas clases sociales,
tal
documentación de entonces de
los
vez hasta su habla
produciendo
y válida entre gentes que si
bio
gran caudal de voces árabes que
la
la
lengua árabe pudo conservar categoría
al
XIV, cuando ya
de Argéntea,
la
olvidados ya del
transpirenaicos dieron de
sí
un
enten-
X un escrito latino,
Omar
el
rey, en
latín.
los libros santos, puestos así al
Sólo en Cataluña los estímulos
cierto esplendor literario propio,
en parte sobre base igual, puesto que
—
cam-
cristianos insignes, ya tratados cien-
ya versiones de obras clásicas y de fieles,
este siglo
heroica hija de
sabemos que escribieron en árabe
alcance de los
casi nadie la
parecer ni siquiera eran mozárabes. Ade-
Andalucía solamente ha conservado de
las actas martiriales
tíficos,
culta entre
poquísimos escritos conservados. Toledo, con sus escrituras v sus
oficial entre cristianos hasta el siglo
más,
como lengua
arroja, y explicándose así la misera latinidad
monedas, patentizó luego cómo
día,
el
xni
allí
—
aunque
se tradujeron libros del árabe.
PREÁMBULO El arte cristiano del siglo bés,
completándose
la
X
semejanza en punto
musulmán no hubiera podido ella
de antiguo
el
parece asimismo una hijuela del cordo-
imaginería religiosa, que
lo
que igualmente fué ajeno
a
a la
inspirarle, ya
culto cristiano español. Pero, en general, revélase lo
zárabe del norte con un sello de inventiva que
le
mo-
presta siempre fisonomía
propia respecto de los tipos califales. Las iglesias de entonces en territorio cristiano son, pues,
por
el
un perfecto
influjo absorbente de la
España árabe, merced
meridionales, antaño sometidos a
propiamente mozárabe. lo
Y
ambiente
reflejo del
ella,
la
contacto con los
al
dándose lugar a un período histórico
no sorprenda
moro, puesto que, por una parte
determinado
social
rendimiento de
este
Europa
del siglo
X
lo cristiano a
no estaba en con-
diciones de trasmitir sino barbarie guerrera, y por otra, los Estados cristianos peninsulares, sin excepción, acabaron por acatar la soberanía del Califa, ya obedeciéndole, gal,
como hacían
los
condes de Cataluña y de Portu-
ya bajo pacto de clientela, con poca fidelidad guardado, siendo verosí-
mil que ciertas campañas guerreras contra
como
los cristianos, tratados
rebeldes, tuviesen carácter jurídico de incitaciones a
del vasallaje. Así se explica
y moras en
el
también
la
la
siempre
observancia
promiscuidad de tropas cristianas
ejército cordobés, y su intervención
mutua para
resolver
conflictos de soberanía.
En
el
siglo
XI
los valores se
mundial, una vez aniquilado
el
trocaron: España perdió su predominio
Califato; la presión
que
éste ejerciera
todos los órdenes sobre los principados cristianos relajóse, y un
cimiento general fué su consecuencia. En contrario y a
europeos reaccionaban favorablemente;
Italia
la
par
en
empobre-
los
Estados
avivó su arte a base de
bizantinismo, propagándolo hacia occidente y norte, y fué una Era nueva
de prosperidad y adelantos.
A España
llegó
relajándose desde entonces para esta región país cristiano, unificado bajo
siguió
la
misma
ya no es andaluz
el
el
rápidamente por Cataluña, vínculo nacional;
señorío de los hijos de Sancho
el resto el
de
Mayor,
tendencia: su arte, con rasgos pujantes de orientalismo, ni
mozárabe, pero
se ingerta
en cepa castiza y es nuestro,
como resultó antes nuestro el arte cordobés, aun tomada de Oriente asimismo su esencia. El mal vino a la postre cuando se rindió nuestra personalidad en aras de instituciones exóticas, uniformándonos a gusto de los
cluniacenses franceses y de los legados pontificios, desconcertados aquí
—
xiv
—
PREÁMBULO ante una sociedad sobre bases que
les
otra vez por acá las heces bárbaras, a (ines del sif^lo
IX
eran extrañas. Entonces fermentaron
que tan extrañamente habíamos raído
pero, en compensación,
;
nos de nuevo y con más fuer/a sobre
empeñándose
la
lucha entre
EDO decorativos godos. El
tal resto
una ventana de dos arcos gemelos, en
es
forma de herradura, v partida por co: se
conserva en
el
lina y larga
columna de mármol blan-
Museo Arqueológico Nacional
Las arq ui voltas de esta ventana
se
(Fig. 3) (1).
recortan en una sola pieza de
arenisca, con amplio desarrollo de curvatura, doble línea grabada rebor-
deándolas y otra por contorno de
modo
piedra, a
la
de
alfiz
o recuadro
(2).
Este elemento falta en ventanillas análogas de tiempo godo, por ejemplo
en San Pedro de e
Nave y Baños y en
la
la
monolítica del museo de Mérida,
igualmente en otras asturianas, antes de llegar
fines del siglo
occidentales, del
mismo
IX
{3);
en cambio, es elemento típico de arquerías morunas
como ya en Cairuán
siglo;
influjos andaluces a
allí
pero ni en
echa de ver, desde
se
Toledo musulmana
la
primera mitad
la
en Córdoba se dan
ni
ventanas de semejante aspecto, sino con dovelaje trasdosado, tas, etc. (4).
La de San Ginés auna un
(i)
La columna mide
(2)
La palabra
al fiz
m. de
1*13
ancho
largo;
godo con
tipo
total,
la
exageración de
grueso de
1*22;
impos-
los arcos, o'ii.
debe sustituir en nuestro tecnicismo arqueológico a
la
caprichosa
y moderna arrabaa, inventada por cualquiera de nuestros pedantes del siglo último.
Aquella otra se abona en libro de di.x.
tal
(Biblioteca Colombina, Sevilla),
edificio alfiz».
que
es
un
triangulillo
que
autoridad
donde
como
Diccionario manuscrito del P. Gua-
el
«Una
se lee, bajo Albanega:
se causa entre la rosca
de un arco y
Consta por otros documentos que albanegas eran llamadas
las
parte de pared o lo
quadrado del
enjutas de arco entre
moriscos.
Podría ser caso excepcionalmente prematuro
(3) la iglesia si
de San Tirso (Boletín de la
datase de Alfonso (4)
de
la lista
A
tales
el
Casto;
mas
ello
allí el
la
ventana del testero de
Sociedad Española de Excursiones; tomo XVI) no
es indudable.
ventanas llaman ajimeces por corruptela erudita, emanada probablemente
de voces técnicas de origen árabe dada por Cean (Llaguno y Cean-Bermúdez:
Noticia de los arquitectos inexactitud en
la
mayoría de
las
solana, y su acepción antigua
y
arquitectura de España; tomo L
pág- 243), cuya
definiciones es notoria. Dicha \oz significa simplemente es
de balcón grande voladizo, que entre moros se formaba
con celosías (xemesías) para que no fuesen usa en nuestros conventos de monjas.
vistas las
En Granada
mujeres desde afuera, como aun se
se dieron repetidas órdenes,
para derribar los aximezes y balcones, por ser las calles en se habían
de
muchos
desde i5oi,
sitios angostas;
en 1498
«cortado algunos aximezes de moros» para ornato, e igualmente se dispuso que
nadie «saque aximcz ni portal ni passadizo fuera de
Municipal de Granada).
—
13
—
la
haz de
la
propia pared*. (Archivo
TOLEDO curva y lo
alliz
musulmanes, haciendo verosímil que
mozárabe. Respecto de
donde va al
clasifiquemos entre
la
la
escrito el
mismo
arte,
columna, que lleva en si tallados capitel y basa, y susodicho nombre «Sci Genesii», puede corresponder
dado
el
acento bárbaro que
la
separa de su prototipo corin-
bien con otras columnillas godas mantiene algo de parentesco. Por
tio, si
último, entre a todas luces,
columna y arcos media un cimacio de caliza, que es godo puesto que los hay con labores iguales en Mérida y Córdoba,
ciertamente anteriores a
lo
árabe
(i).
formasen conjunto en un principio
muy
Es
dudoso que todas
tres piezas
(2).
SANTA MARÍA DE MELQUE Si en
Toledo no
es dable averiguar
cómo
serían las iglesias de este
monumento
período, por desquite nos ofrece su comarca un valía,
cuya existencia reveló
el
señor Conde de Cedillo
(3).
Es
de singular la
ermita de
Santa María de Melque, a unos 36 kilómetros de Toledo, hacia O. SO.
Pilastras de la Cisterna y otros
(1)
Palmas en
la
manes. Uno
sus
catedral de Córdoba,
(2)
verse en postas,
la
pág. 414 del
,
la
tomo correspondiente
completa en
el
Museo,
es
sido tirada
Española,
musul-
España,
suelo esta ventana, puede
La parte de jambas
e
im-
en
Cultura
1907,
El llegar
allí
es
penoso, pues, tras de
31
kilómetros por carretera hasta Calvez,
Para no extraviarse en este último trecho, una vez pasado el
los
de:
moderna.
queda una hora larga de andadura por camino muerto hasta
siempre
al
iSSy, pág. 324.
Un monumento desconocido. Santa María de Melque;
(3)
puerta de las
la
artes.
Un dibujo, hecho cuando aun no había el Semanario pi ntoresco español
que hoy
(4)
\'
y cimacios de
que además ostentan cruces mutiladas por
de ellos se reproduce en
monumentos
mármoles en Mérida,
(4),
sendero de a
mano
derecha.
—
14
—
el
llegar a la
dehesa de Melque.
arroyo de Ripas, bastará tomar
AlELQUE sobre un rebato que alluye pruntaincntc
Taju y en terreno granítico,
al
algo quebrado y casi desierto. Dependió siglos atrás del célebre castillo de
Montalbán, que fué de Templarios, y
Hoy
en dicha ermita, según dicen. V su antigua
imagen
una de sus
ellos establecieron
Puebla de Montalbán, con
se traslad(') a la
el
aún de Nuestra Señora de Melque. No sabiéndose otra cosa que hoy por hoy,
respecto de documentos, queda sin historia,
pudiendo sólo colegirse que en tiempos antiguos hubo
el
nombre le
ataña
edificio,
explotaciones
allí
agrícolas de cierta pujanza, según revelan los diques o presas
que atajan
el
Se habla de una calzada y de piedras escritas romanas existentes
regato.
por
bailias
está con\ert¡da en establo y pajar (i),
lo
allí,
nado en
que indujo
a
Hübner pero
los Itinerarios (2);
buscado
el
a
suponer un ramal de
no consig-
vía,
una comprobación, que en vano ha
falta
señor Conde de Cedillo. La topografía del terreno parece desde
luego
muy
de
ermita; de suerte que, lejos de buscar comunicaciones al fundarla,
la
resulta
desfavorable para
más verosímil que
el
tendido de carretera en las proximidades
huyó de
se
escusado, agreste y cultivable, merced a
la
Las adjuntas reproducciones (Láms.
dan idea
del edificio.
Por
recomendándose
ellas,
quitectónicos bien extraordinaria, de
por
lo
abundancia de agua. II
IX) y trazas (Figs.
a
échase de ver una
ellas
el sitio
pujanza de
4. 5
y
7)
recursos ar-
suerte que, fuera de las rotondas
tal
bizantinas, quizá no subsiste en Occidente, y de hecho en España, iglesia
abovedada por completo, de y robustez a esta de Melque
(3).
Ahora
bien, su ventaja es solamente de
tamaño, no en cuanto a sistema, porque cañones de 4.60 m. de ancho y 7.70 de
(1)
absoluto respeto hacia
la
Corpus
diente del
i
monumental de Melque, por conducto
si
han apresurado a ordenar un
mas todavía
u
m
latinarum
II,
sería plausible
n.° 293*,
alguna pro-
y en
el
mapa correspon-
Supplementum. La de San Pedro de
las
Fuellas en Barcelona,
si
vedas, con un ancho de y'So ms. para sus brazos, llevaba
más
se
garantizase digna y permanentemente.
la
nscription
Después de nuestras
el edificio.
Clemente de Diego,
integridad de esta ruina;
tección de parte del Estado que
(3)
bien un abovedamiento con
alto es extraordinario para aquellos
significación
la
del cultísimo jurisconsulto D. Felipe
(2)
si
Sólo en gracia de esta utilidad se ha mantenido enterados sus dueños de
visitas,
que supere en amplitud
arte prerrománico,
desde un principio
mucha
ventaja a
consideramos que su grosor de muros no excedía de 00 cmts.
—
l5
—
tal
la
vez.
aguamó bóde Melque, y
t'.-T'.T-.rí
Fig. 4. Planta de Santa
^Trr.-'
María de Melque (Toledo).
oo
^
TOLEDO íii.^^r.j^ 3i¿3i .3.
ningún mérito representa
aparejados con
sillería
de granito, alcanzan a 1.40 m. de grosor: por con-
siguiente, su ley estática es casi la
de Santa
iglesita gallega
en vista de que sus muros,
ello
Comba
misma que
desarrolló en
el siglo V'^II la
de Bande, y tanto más vale
este cotejo
cuanto grandes son sus analogías de disposición y estructura, resultando
:omo un
prototipo
Sabida es va
(
que entre visigodos obtuvo
la prediiecci "H
planta de
la
cruz con ramas poco desiguales, particularidad sólo repetida con insistencia,
durante
primeros siglos del cristianismo, en
los
Asia menor, según
el
hoy día una porción de ruinas, cuya
atestigua
enumeración no hace
tampoco
insistir
en
caso ahora
al
los otros
como
Í2),
modelos peninsu-
i
La principal diferencia entre Melque y sus análogas visigodas, como también respecto lares.
~^
de
barcelonesa de San Pedro de
la
está en la
cabecera, que forma un ábside con
curva de herradura, por dentro, y rectángulo por fuera íLám.
Santa María de Tarrasa finido,
y
glo
—
—^
^
obra de tiempo inde-
,
(3), la
catedral francesa de V'^aison
Venasque
í
5)
'
'
ción CFíg. (i)
.
í
(4), el
las igle-
c
ii
África ello se
.
,
'la compara-
6).
neuland der KunstW. M. Ramsay and mis G. I..
Véanse especialmente: Strzygouskí: Kleinasíen ein te. ;
(3)
y casi todas
el si-
ficientes, inte-
iii
resa dar
paños en
según repiten
II),
., jívr-/-»sias Iconcsas del X. En Oriente y
PUnU de
Santa Comba de Bande íoreiue)
Fi«. 6.
IX
tres
que bien pudiera rebajarse hasta
baptisterio de
*
las Fuellas,
J.
— Rott;
K.leínasíat¡s
Thousand and One Puig y CadaCalch,
etc.:
"
—
'
:
f^
L'arquítectura románica a Catalunya, tomo
I,
página 321. (4)
Bulletin
gieuse en France; (5)
monumental;
i^oS, pág. 253.
— Lasteyrie:
L'architectuí
c
.
-
ñg. 161.
Bulletin archéolog
.
página 2^7.
—
18
—
des
tr
storiques;
1904,
MELQUE observa cuando van asociados
propósito de evitar rincones tan iglesita si
bien data del siglo XI o XII
razado su ábside,
al
(i),
y
las
al
análoga a
basílicas de
período bizantino
(2),
la
Annuna
de Melque. y
Guelma
que tienen desembaespañoles. Esta
obra por fuera dótala de un refuerzo equivalente
la
mucho
de los estribos románicos, facilitando
eludiendo
muy
Jinnis,
como en Melque y demás ejemplares
solución de encuadrar
el
pero dan ejemplos en contrario, una
s(Jlo:
armenia cruciforme, cerca de
en Argelia, correspondientes
al
ábside compartimientos laterales, con
al
aparejo del
conforme a un principio de
exterior redondeces,
guardado escrupulosamente por
el
musulmán de
arte
el
muro
v
estética,
acá: ello presta
carácter a lo que podríamos llamar bizantinismo occidental, en oposi-
ción
de Grecia.
al
Rompen adyacentes a
la
simetría del edificio únicamente sus
la capilla
mayor, resultando
cho más recio de muros que
incertidumbre que padecemos sobre en
hace
iglesias españolas
las
difícil
cuerpos laterales,
el
la
mu-
del lado de la epístola
y cerrado hacia
otro
el
el
La
crucero.
el
destino de tales dependencias
explicación de este caso,
com-
plicado rnás por utra singularidad, que consiste en haber puertas hacia el
pero nótese que, fuera de
exterior:
ellas,
la iglesia
no tuvo sino
otra,
hacia poniente, cuando es lo general que haya dos. por razón de las procesiones.
A
parte de la epístola
la
altar y ventanilla,
capilla el
según
mayor y hacia
el
vemos una capillita hacia
rito:
detrás,
otro lado pudiera suponerse desaparecido
oriente,
aquello de entrada accesoria para
En
el
crucero,
al
lucillo.
(1)
En
el
altar
altar allí: en
la
En
con su múrete diviel
fondo, hacia
cambio, pudo servir
la iglesia.
frente de su brazo de la derecha, o sea lado de la
epístola, y debajo de la ventana,
de
el
frente a la del altar.
embargo, faltando ventana en
menos verosímil un
resulta
crucero, con su
un aposento, con puertas hacia
campo, y una ventana, de
sorio dentro del arco: sin
el
mismo
húndese un gran arco en
el
muro, a mudo
brazo, en dirección a puniente, hay una venta-
Bachmann: Kirchen und Moscheen in Armenicn und Kurdistan;
figu-
ras 19 y 30. (2)
Gsell:
Les
monuments antiques
—
ly
de l'Algerie; tomo
—
II.
págs. i6ó y 201.
TOLEDO que corresponde por fuera con un hueco arqueado, como puerta (Lá-
nilla
minas IV y V) no primitivo
sino hecho para comunicar con
tal vez,
cuerpo de habitación, agregado por señales claramente: recuérdese
la
a la iglesia,
allí
y del que
se
un ven
ventana de Doña Sancha en San Isidro
de León.
En
brazo contrario, por bajo de
el
duda
ventana
la
lateral,
hay una puerta,
con dintel de pizarra y que se cerraba desde afuera, comunicando con un recinto a cielo descubierto (Lám. IX b), que rodean lu-
sin
postiza,
arqueados, en semicírculo
cillos
aun
al parecer:
llaman «el cemente-
le
rio», y debió de serlo. La torre que, arruinada ya, cabalga en del crucero, y otro
correspondan
al
una especie de
cuerpo sobre
tiempo de castillo,
los
según
mayor
la capilla
es
muy
el
centro
probable que
Templarios, cuando hubo de formarse los usos de
época.
la
allí
La sobrecarga que
representan estas agregaciones originó, de seguro, los desconciertos, roturas y
desplomos que en todo
el
crucero se advierten por dentro.
El hastial de poniente (Lám. V), forma
sobre jambas
apean hacia
mucho más
el
interior
avanzadas,
un poderoso
un gran arco
medio punto,
a
como en San Pedro de
dintel;
la
'Nave,
que
en cambio, por fuera albérgase
ruda y postiza obra, compuesta de dintel en tres piezas con enlaces acodados, arquillo para descarga y paramento de mampostería menuda, hasta llenar todo existió
el
hueco
del arco grande.
un porche incorporado
Reconócese, además, que hastial
al
acaso, y bien se ve relleno de piedra
mismo, con puertas
menuda
el sitio
pared con otra. Es verosímil que, excavando
el
mas ahora
exterior laterales
donde atizonaba una
suelo, aparecieran sus
partes bajas o siquiera cimientos conservados. El Sr. fotografiar todo este hastial libre;
al
Lampérez alcanzó
se adhiere
a
un establo a su
parte izquierda, afeándolo gravemente.
El
aparejo
del edificio es todo de sillería de granito, sentada a
y despezada con e hiladas
aun menos
las hiladas,
hav
irregularidad:
de hasta 55 cms. de
30 a 38, y
cuencia
mucha
a veces;
dinteles de 3
subiendo y bajando del
entre
la
ellas
de
tampoco guardan horizontalidad con fre-
modo más
caprichoso, o recu-
rriendo a piezas acodadas para resolver algunos ajustes.
muros permite que
m. de largo
pero generalmente no pasan
alto,
hueso
sillería
de
ambas haces medie un
ripiazón y mortero bien fraguado.
—
20
El grosor de
—
relleno de
MELQUE
Fig.
Hoy el aspecto como ajustada mal férica, tan intensa
7.
de
Perspectiva axonométrica de
la
el
de Melque.
obra es rudo, viéndose descantilados
la sillería:
en
la iglesia
pero ello es sólo efecto de
granito, pues algún paraje,
la
en San Pedro de clásica.
La obra
erigido sobre
el
la
Nave y en
las
del cementerio
lo
humedad no lisura, tal como la
obras morunas andaluzas, según tradición
no diliere respecto de
cimborio y capilla mayor, que
cho más grosero que
bordes y
corrosión atmos-
donde
ha hecho estragos, muestra juntas sutilísimas y absoluta
los
primitivo, y de 21
la
baja
la iglesia:
es de aparejo
pero
sí
lo
acuñado, mu-
Edad Media seguramente.
TOLEDO Los vanos que sirven de puertas son adintelados, con quicialeras para dos hojas y
correspondiente; los dinteles, todos monolíticos,
el retallo
llevan su parte de alféizar (i) rebajado
en
sí,
en
la
para batiente de las hojas,
como
asturiana iglesia de Valdedios. Las
dos puertas mayores, encaradas hacia oriente y poniente, descárganse mediante arcos, de tal amplitud,
que dentro de su
hueco encaja libremente
como debió la Fig.
8.
el
dintel (fig. 8),
repetirse en
San Pedro de
Nave, a diferencia de
los asturianos,
que, según regla general, pisan sobre
Puerta oriental de Melque. por dentro.
dintel igualando su diámetro al la
puerta:
el
muy
primer sistema da una elasticidad
Estos arcos y
el
provechosa a
la
del lucillo o nicho del crucero se desarrollan a
punto; los demás todos son de herradura; pero
como unos y
el
ancho de obra.
medio
otros van des-
pezados a hiladas horizontales hasta nivel más alto que su centro o linea diametral, resulta que
la
lev estática en
hom-
todos es una misma. La parte de
bros enjarjada corre como paramento llano, sin trasdosar;
no
así
el
dovelaje,
sobre cuyo trasdós sobresale buen trecho la
piedra central o clave en
grandes: su despiezo es
mente hacia
lo alto,
hacia puntos
más
arcos
radial
sola-
en extensií'^n de una
mitad de semicírculo:
la
los
resto se dirige
el
altos,
promediada
así
dirección del despiezo respecto de los
otros sectores del arco,
si
bien con poca Fig. 9.
simetría y exactitud (Fig. trario, dial,
9).
Por
Arco
Alféizar
adentro para encajar
es
simplemente
las
el
del vestíbulo de
NE. en Melque.
con-
en los arcos de descarga y ventanas todo
cun centros cruzados, no
(1)
el
muy
el
dovelaje es suprarra-
simétricamente, y clave triangular de
recodo que se hace en conturno de un vano hacia
maderas.
22
MELQUE anchísima
Tocante
con propósito de asegurar su estabilidad (Fig.
c¿ibez¿i, tal \c/.
desarrollo, todos
a su
del semicírculo en cantidad de
los arcos
un semirradío,
titud en los torales. Respecto de las
me
hacia
el interior,
más pequeña, además su
dovelaje,
que
li;
se
ventanas, como
canon susodicho hasta
el
aunque mal trasdosado,
es
observa con exac-
llevan fuerte derra-
sus haces resultan descentradas, y
traspasa
8),
de heri"adui-a tienden a exceder
tres
la
exterior,
mucho
cuartos del radio;
completo, pero extrarra-
díaK dirigiéndose hacia puntos escalonados, con poco orden, de suerte que el
de sus primeras ¡untas suele caer bajo
encima
tantes
plantillas se
(Fig. lo y lám. IX).
guardó en
Nótase en
los
En
el
centro de
la
curva y
los res-
realidad ignoramos qué sistema de
esta y otras iglesias
mozárabes de tipo arcaico.
arcos de herradura que sistemáticamente su diámetro
hueco de entre jambas, y que sus salmeres están algo arredrados sobre las impostas, particularidades ambas que se echan excede en amplitud
al
de ver en edificios godos bien caracterizados, en
la
alcazaba de Mérida,
del siglo IX, y rara vez en obras del X. prevaleciendo desde éste en Cór-
doba
la
En medio,
tendencia contraria.
tradicionales godos, sobresale,
Melque en ción
son
esto de los arcos, su
como
pues, de una serie de pormenores
característica
do con con
más avanzada de
amplitud de rosca, que alcanza
moruna típica, y sin atenuación alguna de Las bóvedas de cañón
muv
la
la
propor-
saliente en los salmeres.
peraltadas, de acuer-
los arcos:
sillarejos,
van hechas
con
bastante
regularidad, y desligadas, al parecer, de los arcos torales: así
en
iglesia
En
el
las
cuatro alas de
la
y aposentos accesorios. ábside formóse una se-
micúpula, prolongada en ambos sentidos; y en medio del
crucero hay una especie de Fig. 10.
cimborio (Láms.VIl comparable a
los
Ventana de
la
nave hacia N., por fuera, en .Melque.
v VIH),
de Santa
Ravena. La estructura de
Comba
esta
de Bande y mausoleo de Placidia en
bóveda
—
23
es
cupuliforme, aparejada de
—
sillería
TOLEDO como
y procediendo por anillos,
unas
que luego
aristas,
si
desvanecen en cuanto salvan
se
dida entre los arcos torales, resultando pialzada,
como
la del
una bóveda de
así
compren-
parte
muy
aristas
ca-
como
es el arrancar,
las
bóvedas de
las
romanas, sobre apeos angulares, principiando en repisas embriona-
iguales a las del
rias,
la
San Vital de Ravena, prototipo de
presbiterio de
lombardas. Otra particularidad suya aristas
hay
fuese baída; pero en los ángulos
mausoleo de Placidia. Este cimborio recibe luz por
cuatro claraboyas redondas, derramadas hacia adentro en dirección oblicua.
Respecto de apovos, esta
apeando
los arcos torales,
algo escasas y despezadas a par de los muros,
que
sin basas ni otro capitel
da ejemplo de recias semicolumnas,
iglesia
la
cornisa que rodea
repetido en la iglesia de Liño, junto a Oviedo, y en
ello se
el edificio:
de Lena: algo
la
así
ve
da
también un arco de Escalada y otro en San Millán de la Cogolla, según veremos; mas no vuelven a registrarse, ni antes, desde tiempo de romanos, ni
después hasta
columna en función de
lógico de la
godo
ni
período románico. Esta estructura, hija de un concepto
el
por
pilar,
mozárabe, siguiendo
el
la
no fué sentida por
el
arte visi-
presión de ideas bizantinas; de
Melque y de Asturias, simples jambas redonausencia de capitel hace más sensible, dan idea de buen
suerte que los tales fustes de
deadas, según
la
sentido en
artífice.
el
Cosa análoga
se
hizo en las esquinas exteriores de
mayor
brazos y cabecera, que están redondeadas, para darles acaso
resis-
tencia contra cualquier intento demoledor: no recuerdo ejemplo igual.
Nuestra
hubo de
iglesia
muro, apeando
el
tener verdaderas
columnas,
tangenciales al
arco del ábside, cuyos salmeres vense hoy desbaratados
y sin que debajo haya señal de apoyos.
Todos
los
arcos de herradura, grandes y pequeños, arrancan sobre
impostas molduradas, de rodean todo
el
edificio,
tipo igual a las cornisas que, por dentro y fuera,
excepto sus dos cuerpos laterales de
la
cabecera
interiormente; además, es verosímil que guarneciesen los frontispicios con
que remataban sus Estos
mo Murajes
hastiales, a juzgar por el de oriente
se conserva.
revelan extremada barbarie, siendo una de las notas
fehacientes del edificio y única decoración en todo les
que aun
entre escotas, en
número de uno
él.
más
Compónense de boce-
a tres, sin filetes
que
les
separen; una
mocheta cuadrada encima, por corona, y un apéndice, ya esquinado, ya oblicuo, por abajo (Fig.
1
1):
Como
—
estilo se
24
—
parecen a
los
más rudos cima-
MELQUE cios de
l¿i
mezquita de Córdoba, a alguno de Germigny-des-Prés
de San Pedro de
las
Asturias. Entre las super\ivencias
romanas de
sistema de Melque aparece
como
señal de tejado, que entestaba con
iglesia
el
se
lo
un
la
iglesia,
portal, hacia N. y O., relati-
observan (Láms. IV
domina un áspero paisaje de rocas
romano.
no dejaron sino una
la iglesia
brazo septentrional de
se dijo, aparte las otras señales de
vamente modernas, que también
IX en
moldurajes visigodos, y el siglo X, este
intermedio, por degeneración de
Los edificios anejos antiguamente a
como ya
los
a los del siglo
que se generalizó en
simplificación, a base de nácelas,
una
aunque menos,
Puellas y tambieMí,
(i), a los
V). Hacia S. la
\'
graníticas, socavadas por co-
de
rrientes
van
que
agua,
formando cuenca
más y más profunda hacia el Tajo. La fuente Higuera, que nace
de
la
a
poniente,
regato
muy dos
Fig. II. Moldurajc de impostas y cornisas en Melque.
ellos
pie nace la fuente el
que llaman del Estancón,
muy
forma
un
interceptado
en
viejos tiempos por
embalses,
aun
próxima
útil,
uno de a
cuyo
a la iglesia;
y
otro, aguas arriba, muestra su dique roto, elevado en amplio talud por
ambas Otro
caras hasta unos diez metros y con 5.io de ancho por su cresta.
regatillo,
que alluye
de ellos roto y ble
más
el
determinar
alto
cruza por dos diques menores, uno
con taladro redondeado en medio.
estas obras hidráulicas son de
si
más
poseían Melque o
al anterior, se
cuando
los
No
es facti-
Templarios
antiguas.
Sin historia esta iglesia y sin conocerse otros edificios, fechados y análogos,
sobre que basar cronología, no cabe sino apreciar diferencias y
semejanzas para
Como
ir
limitando
base de criterio
el
tiempo en que pudo
erigirse.
debe reconocerse un fenómeno:
la
pujanza de
su construcción por un lado, y su barbarie y miseria decorativas por otro;
(i)
Haupt: Die
Baukunst der Germanen;
—
25
—
fig.
163.
TOLEDO de
modo
que, lo uno comprueba desahogo de recursos, prosperidad e
máxima
intento acaso de hacerla indestructible; es decir, un esfuerzo de intensidad, dentro del medio artístico v social en que se formó;
lo
otro
revela una atonía pUistica sin igual y bien elocuente, porque ya nos da un
La Toledo
jalón preciso.
del siglo Vil se distinguió absolutamente por su
exuberancia decorativa: mármoles esculpidos, que llenan todavía dad,
mismo
comprueban con elocuencia. Más aún,
lo
así
que a
siglo o
se atribuyen,
él
ejemplares de
en vez de
las
la
ciu-
iglesias ciertas del
las
contando entre
ruinas de Guarrazar y de San Pedro de
la
cercanas
ellas las
Mata, no dejan de ofrecer
con temas ya geométricos, ya vegetales,
frisos esculpidos,
bárbaras estrías de Melque. Antes del siglo Vil no hay que
pensar en fecharla, por muchas razones, y entre
misma
ellas esta
barba-
más y más inconcebible según nos acerquemos a lo constantiniano. Tenemos, pues, un límite máximo de antigüedad hacia el siglo VIII, rie,
cuando
la
invasión árabe desoló
Busquemos ahora un decenios del siglo
X
límite ulterior y próximo.
el
dominio
doba. Después de 930, cuando el
Península, rayendo todo clasicismo.
vuelven a aparecer
mientras Toledo caía bajo
hacer iglesias con
la
la sitió
iglesias
en
irresistible
Desde
la
el Califato,
de los Califas de Cór-
Abderrahman, no era ya
desahogo que revela Melque; además,
como
centraliza-
la
el
factible
de Toledo,
derivación del cordobés en formas y proce-
pero con cierta originalidad en cuanto
dimientos; ladrillo
revélase
primeros
meseta castellana,
ción y unidad del imperio trascendió entonces a su arte, y bajo
los
y mampostería, con preferencia a
la
al
aparejo,
usando
piedra tallada. Ornamenta-
ción de relieve apenas se halla, y por molduraje sólo
campean
nácelas de
amplio desarrollo. Entre
las
obras toledanas de este período y Melque apenas hay con-
formidad, y desde luego sus caracteres específicos, según van declarados, faltan aquí. Baste añadir
que
acuñada y con argamasa; que
la
jados y con dovelaje subradial; aristas sino baldas,
que no hay
de entonces no es a hueso, sino
sillería
de herradura van secamente enjar-
los arcos
que
las
hechas sin cimbra
y,
bóvedas capialzadas no son de por consiguiente, de
y
fustes entregos ni despezados.
Respecto de otras iglesias ya iremos viendo
que guarda
ladrillo,
esta de
Melque con
las del siglo
—
26
—
X
cómo se
las
pocas analogías
dan precisamente entre
MELQUE lo
más
cimborio como precedente de
viejo y arcaico, siendo su
^alltmadas leonesas que en r sincrónico este parecido, tar
mozárabe dicho fragmento y presumir sobre él un alto desarrollo durante el período que estudiamos (i). La epigrafía cristiana de
artístico
Aragón
casi es
Pero
también desconocida. francamente mozárabe tan poquísimo da de
tierra
la
si
cambio
el
sante y
mal conocido en
muy
Navarra conserva algo
país aragonés fronterizo con
sí,
en
intere-
SAN JUAN DE LA PEÑA Sabido nes de
un
por
papel de este santuario en los oríge-
las historias (2) el
restauración aragonesa. La leyenda es antigua y en cierto
la
se acredita sitio,
es
con yacer
allí
algunos de
los
primeros caudillos de Navarra:
además, ofrécese como teatro digno para levantar
ideal de libertad y fortalecerlo en la
que desde
del llano,
La
pinares.
documento
monumento, que
se
domina
a través de
un
a los invasores
montañas y de bravios lejos la desolación del
criterio de escepticismo sano;
la sierra
el
espíritu hacia
el
empresa de expeler
podrá dudar de todo; desde
historia
inspira
allí
modo
mas, en presencia del
entera con sus bosques y sus panoramas consti-
tuye, ha de confesarse que las legendarias huidas a la cueva, la atracción de
sus anacoretas en la crítica, lo
(i)
ciente al
avalora
A más
códices 1397, 2078,
1
297 y 1236 de
la
el
códice de
Cogolla n."
la serie
como
pertene-
Museo Arqueoló-
etc.,
valen para
la historia
de este Monasterio los
Biblioteca Nacional; su cartulario, de que subsisten va-
tomo VI de
por ejemplo
Historia;
la
el
impone.
conocidos de Abarca, Blancas, Moret, Briz,
los libros y estudios bien
rias copias,
y
susodicho,
se
2.', n.° 10).
Yepes, Risco, Traggia, Quadrado, Oliver,
el
al
cancel, se descubrió en la plaza del Pilar y existe en
de
comprobado por
y un raciocinio de credibilidad
la fantasía
Otro fragmento, pequeño, pero análogo en absoluto
mismo
gico de Madrid (Sección (2)
edícula de San Juan, todo aquello no
la
31
,
la
en
colección la
Abad
de diplomas reales y particulares conservada en
—
y Lasiorra en
misma Academia, que
30
—
el
la
Academia de
la
trae algunas efemérides,
Archivo histórico nacional.
LA PENA Los hechos pueden reducirse a poco, una gusto de los siglos medios, que
Muchos
cristianos aragoneses,
musulmanes, edifican
los
más
relaciones
las
huyendo
monte
al
eliminadas leyendas a
\'e/,
I
viejas
no incluyen.
ruel por
no rendirse a
de Pan(jn, que es tomado y destruido
el castillo
luego por Abdelmélic ben (^atan, en 734 probablemente. Cierto Juan hace vida eremítica en torio él
la
cueva de San Juan de
(edicula), sin que conste
mismo
llegaron al
goza, Voto v Felicio,
sitio
ni
Peña, donde fabricó un ora-
la
aun aproximadamente
la
fecha.
Muerto
dos hermanos, caballeros mozárabes de Zara-
imitando a Juan en su penitente vida;
siguen
les
otros dos. Benedicto y Marcelo, por cuya agradable conversación y
refugio que
Ahora al
cueva ofrecía, comenzó a sentirse gran atracción hacia
la
v esto en los primeros decenios del siglo IX.
el sitio,
uno,
bien, entre los
pergaminos conservados del monasterio, hay
parecer original y fechado en 858, por
el
que García Jiménez, rey
de Pamplona, y Galindo, conde de Aragón, conceden
San Juan
Bautista,
llamado de
Peona y
otro
pequeño monasterio, San Martín
nos.
Verdad
blemente
que
es
otro,
se
ha supuesto
semejante a
él.
abad
a su
de Ciella.
que también
se
monasterio existía en dicho tiempo, se hace posible
el
rey aludido amplió su el
dores de
armas
las
(i);
la
(i)
los
don
J.
al
Fortún Garcés, a
monasterio, cortando
mismo
fines del
litigios
siglo
IX, éste
suscitados con los pobla-
villas colindantes Benava y Katamesas.
victoriosas contra Navarra,
altares,
cuando Abderrahman
otra turba
de
1
11
llevó sus
fugitivos se acogió a la
iglesia
con
dio sepultura honorífica al cuerpo del ermitaño Juan, y
Lstc lleva fecha de 9G4 y existe en
Oliver
que
iglesia
tradición sigue refiriendo que,
diplomas
pero no hallo
tradición de que
nuestra cueva, donde hizo viviendas, procedió a ampliar
nuevos
proba-
lo es
y que en ella fué sepultado, hecho necrologio de Leire con omitir a dicho rey. Después hay
noticia de que. reinando
señaló términos
como
contrario, sabiéndose
el
que confirma
propiedad de
con sus rentas y térmi-
conserva
el
monasterio de
al
Atilo, la
diploma,
falso este
fundamento para negarle autenticidad; y por
La
el
reales;
aquél tiene
el
el
número
(Discurso de recepción en
.archivo histórico, 2
la
en
3»
misma
—
bajo
el
número
serie, y fué
.\cademia de
y 7 de sus documentos).
—
la
la
H entre
publicado por
Historia; números 6
ARAGÓN un obispo
fué dedicada por
en
Iñigo,
Febrero de
de
5
además, organizóse una comunidad de clérigos, bajo Transirico, y cuando, pasada casas,
allí
quedó
encaja entre
que
el
año 920, fecha de
Simancas, tan gloriosa para
plona, y otra en 937
bató
refugiados a sus
de Valdejunquera, v
la batalla
contra Navarra fueron, una en 924, cuando
por
los
monasterio subsistente. La cronología de estos hechos
el
se dio la de
año;
potestad abacial de
la
tempestad, volvieron
la
incierto
(i),
que motivó
los cristianos; las
el
939, en
campañas
Abderrahman destruyó Pam-
reconocimiento de su soberanía
el
moro de Zaragoza y por el cristiano de Navarra, a quien arretreinta castillos. En aquel tiempo mismo año, 928, el conde Galindo
el
rey
amojonamiento
rectilicó el
Llegado a
del término del monasterio, bajo la autoridad
como regente. mayor edad García Sánchez y
de Jimeno Garcíez la
nuestro santuario, subió
allí
el
creciendo
la
fama de
conde Fortún Jiménez, que, complacido
instado por los monjes, cedióles un territorio vecino con cierta
Gallons», que
ha identificado mal con
se
la
cueva bajo que
e
«cova
se abriga el
monasterio. El rev, no sólo aprobó este donativo, sino que, subiendo a su
monjes derechos de juridicción para mejor defender
vez, concedió a los
sus propiedades:
En
lo
ello
sucesivo
aumento. Sancho
la
II,
en 969.
fama y grandezas de San .Juan de la Peña fueron en García su hijo y Sancho el Mayor sobre todos, lo
enriquecieron con donaciones de tierras, villas y monasterios;
dispuso introducir en
él los
el
último
privilegios y regla de la casa matriz de Cluní,
eximiéndole de juridicción episcopal, y fué repoblado con doce monjes y el abad Paterno, hacia i*)i4. Separada luego Aragón de Navarra, la Peña constituvó iglesia
el
santuario predilecto y enterramiento de sus reyes, donde una
nueva fué consagrada en 1094
de puro estilo románico. Luego
(2),
vinieron calamidades: primero, decadencia y menosprecio reino hacia florido con
la
región catalana,
bien aun tuvo
si
una obra riquísima y de
las
capitular o capilla de San Victorino en
al
orientarse
acogida
el
lo
gótico
primeras españolas, que es
la sala
el
claustro,
allí
hecha de 1426 a 1433;
luego, un incendio, propagado desde las cocinas, en 1494, acabó con todo
(i)
Véase: Dozy:
Recherches;
(2)
Academia de
la Historia:
3.*
edición,
códice 31 de
—
32
tomo
la
—
I,
págs. 222 a 223.
CogoUa, en anotaciones
del siglo XIII.
LA PENA
el
niaderajo del edificio,
que aun
se
alhajas y
ornamentos
entonces
donde
).
( I
comunidad
la
nuevo
y mayor desastre
)tro
incendio
como
sin poesia de ruina ni
mas para
alli
111.
el
conmemoran (3), transfigurada Hoy todo nos ofrece sus muros
un
sí
cuyo pie mana todavía rumorosa la
notoria
la
la
sí
encalados,
entrañas de
las
el
la
roca,
paisaje por todos lados, la
todo entero
cueva, ennegrecida el
monasterio, y a
fuente. El edificio resulta
aureola soberbia que ella
en-glacial
por abajo; breñas y matorrales, entre los
e inaccesible
y rojiza a trechos, que alberga dentro de
luchando con
reyes,
profundísimo, con enredoso
valle
yergue un pinar magnífico, cierran
y deslucido bajo
cueva,
la
gravedad que su abolengo reclama.
la
dejando ver, sin embargo, en una clara del fondo,
así,
encima de
donde yacen algunos
capilla
la
decidiendo
(2),
anticuo constituyó un último
poderoso manantial, abriéndose paso en
camino desde arriba se
en lOyS
se
desgarróla hasta franquear ante
que
acaeciarlo Magno; y entre los
además, tenemos recuerdo suyo en varias
una de 85o que alude por
otra, de 872,
a
que
la
los «sujatarii
cita,
(5),
en que se exceptúa de ser donado a
donaci'm en
la
(7).
Todo
hace sospechar
ello
mozárabes, serían
tes del sur,
los
(4);
condado de
catedral de Barcelona cerca de
llamarse entonces Spania privativamente las tierras
península
el
y una tercera, de 878, más explí-
Montseny «quod spani homines de eremo traxerunt»
tra
cartas, por ejemplo,
yspani», en tierra de Gerona
se reser\an de cierta
Besalú «apprehensiones iiispanorum»
los reyes fran-
si
(G):
bien sabido es
musulmanas de nues-
aquellos
mismos inmigran-
«primi homines» de
documen-
otros
tos (8), laicos y monjes, colonizadores del país bajo el señorío franco, y
que con derecho de «aprisione» llegaban
Uno
en cultivo.
a poseer las tierras
homines»,
de aquellos «primi
Galí, lleva
que metían
nombre que,
corregido en Galib, resulta árabe, y otro se llamaba Samuel, caso frecuente entre andaluces
(i)
Capit
.
(9).
an. 816; en
id., col.
id.,
5óq.
Copiada en
la
España
sagr.
;
t.
XLIII,
pág. 369. (2)
Baluze: obra
cit.; col.
(3)
Id., id.; cois.
549 y 5Ó9.
(4)
Marca hispánica; documento núm. XXI.
(5)
Id.;
499.
documento núm. XXXII.
(6)
España sagrada;
(7)
Valga
XXiX.
t.
como ejemplo
pág. 459.
esta frase de Oliva, el obispo
predecesor Borrel, que «ab hispanis veniens (Villanucva:
Viage literario;
t.
et
lerundam
de Vich, refiriéndose a su
adiens..
morte pervenlum
estv».
VI, pág. 291). «.\rgento de Espania>\ «auro spanescho»»,
«mancusos de Spania», «monete
Ispanie>\ etc., designaban en Cataluña las piezas árabes,
en contraposición a
La diferencia entre Ispania
se declara
en
las
las
del país.
actas del concilio
página 2G2).
Ob.
(8)
Balari:
(9)
Id., id.; pág. 321.
cit.;
y Cotia, es decir, Cataluña,
de Barcelona, año go6 (Villanueva: Ob.
págs. 316 y 316.
—
43
—
cil.,
i.
VI,
CATALUÑA Esta
misma razón
nombre
del
hace creer mozárabe a un «Abab-
dela qui vocatur Maradon», testigo en juicio a favor del obispo de
en 8i8
(i);
Sálama
como
era
dueño de
pur
cierta villa
Abdirama», en
al «villare
una
«vilar de Abdela», en la N'ellés (6); a
(9).
Acaso también
misma
(8),
estirpe
tierra de Besalú (5); al
Bañólas
(7);
y a la conocida villa de
lengua árabe corresponda
a
la
«villa lafare», hacia
Moya
a un «castrum Marphani», cerca de
un
(2);
en 950(3), y un Tebet figura
allí,
Recuerdos de otros hombres de
testigo en 1002 (4).
quedaron dando nombre
Calaf
Abdala
otro presbítero de Gerona, en 908, se llamaba
Gerona
el
nombre de una
«speluncam Guandalmate» citada en 939 (10). Nombres genéricos árabes en documentación catalana de entonces deben ser raros: sólo recuerdo un arece haber desquiciado establecidas (3), y por
En
mucho
las
las
usuales
bases sociales ya
realizó su conquista dennitiva
Fernando
I.
de
1067 a 10Ó4.
(1)
(a)
Dozt: Recherches t. I, p. 74. También Saniarém, más a sur. Chroaica Albeldease: «Coaimbriam ab inimicis possessam eremavit, ;
galleéis postea p.op-.:laTii.>
Sampiro parece corregir
lo anterior,
diciendo
:
et
«Conimbriam ab
iaimicis obsessam defendit, suoque imperio subiugavit.» (3)
Portugaliae
ioo5 a la invasión
como
monumenta
histórica: cartae:
n.*
CLXXXXIV. alude ya
cosa pasada. Véase Herculano: Hist. de Port.; L
-98-
III,
nota
en
.XI II.
PORTUGAL Los fondos diplomáticos por mi conocidos aclaran bien, respecto de algunos puntos
lo anterior,
timonios directos
La
:
colonización gallega compruébase por tes-
mas. junto a
(i>;
los
advenedizos del norte, persevera
una masa de población diferente, con nombres arabizados a medias, todo en territorio de Coimbra, y de cepa tan cristiana que afecta a
&ol>re
nume-
rosos presbíteros y monjes, sobre características exactamente iguales
que
en cuyo examen nos detendremos luego trátase, por tanto, de
las leonesas,
mozárabes, y su foco más ostensible dase en
monasterio de Lorbán,
el
cerca de Coimbra, cuyas relaciones con andaluces arriba quedaron apuntadas, a propósito
dd
arquitecto cordobés Zacarías ípág.
7),
y cuyo origen
mozárabe parece indudable. Citas de esclavos moros hay también; pero
más elocuente
musulmanes perfectamente reconoci-
resulta la presencia de
quienes no alcanza rastro de nombres europeos, citándoseles siem-
bles, a
pre en igual forma, con su filiación respectiva y un gentilicio, que nunca
da entre cristianos
se
riana, por lo
menos en
tierra
ya que se observa
el
de Qjímbra. ni
hecho de no
caldaria. según práctica
allí
goda de Asturias, sino que regia
La corte
de Sevilla, y
él
nos llegados de tierras musulmanas
AfjCf
hist.,
^opauná^m Pon. moii.
Mirii e: ¿d
XIV
ns».
terra.m per
zaai. Halaí ibe^
-íist.
VI).
y
de otros cristia-
ct
— Año 1C38:
aJbcDdc Adeíonsom pnDC.ptm
cum corou
et
iOKÍooe dotnini Adeíonsi prÍAc:pb».
pomipat^ Maiiamen
CCXL,
cum
et
Sahema
corre&poQdiefiícs
t
et
ildeii?
n.'I>LXXXI.— :^
de Pon., >• ed^
t.
lU, p-
'
¡'
-.
>
—
—
LOUROSA El edificio recibió alteraciones profundas
resuelvan
hoy para
los españoles,
incertidumbres de hoy
las
dificultan reconocer lo
más apurado, que circunstancias
primitivo, mientras un estudio directo políticas dificultan
que
(i)
y sobre todo exploraciones, no
(Figura 54: láminas XXXX'll
y XXXVIII). Su amplitud y distribución desde luego responden al tipo basiücal, con nave de 5.38 m. de ancho; otras colaterales, de 2.20. aproximadamente, por 8.63, separadas entre
como
por arquerías de a tres huecos,
sí
en Balsemón, y aquí también sobre columnas. Éstas marcan un punto de
mayor analogía con
las iglesias
mozárabes leonesas de tipo
basilical, res-
pecto de las asturianas; pero su especialidad consiste en ser de orden
dórico romano, sin cimacio ni collarino. Capiteles así no recuerdo otros sino en
la
ampliación tardía de San Millán de
CogoUa, y
la
cimacio solamente fué algo general en Asturias: pero
muy
romanas y aprovechadas, cosa
si
estas
que afianza más dicha
la
cripta de la Catedral de Falencia,
cos y las
donde sirven de basas
fustes son cortos, de i.i5
ellas v
Balsemón y en capiteles dóri-
m. en longitud;
sobre los capiteles retráense algo los salme-
cosa que, según ya sabemos, parece señal de arcaísmo. Tocante a los
arcos. "son de herradura,
con despiezo
radial, dovelaje trasdosado, robusto,
y amplitud de un tercio de su radio bajo
godo: acusa, pues, todo
andaluza (Fig.
lo
— tres
antiguo pudo
metros
acreditar
la
ello
— de
resulta ello
porque aquí en Lourosa
Arte;
como en
lo
más de tradicionalismo que de evolución hoy
1911,
muy
prolongada hacia
formar porche, dados
de tribuna
y en Valdediós. y ello no obstante
(i)
semicírculo,
la
los
pies:
excesiva
mas
amplitud
su arco de entrada y una ventana encima, que parece
existencia
Arte románica
el
55).
La nave central en
tierra,
impostas, que sirven de arranques a los extremos de estas arquerías,
forman nácela, y sobre res.
columnas son
hoy bajo
hipótesis, repitiéndose el caso en
aun jónicos romanos. Los
de
verosímil, su anormalidad quedaría
explicada; por basas existen capiteles iguales, invertidos, lo
la falta
existe,
el
como en San Miguel
hacia los pies del cola-
Terra portuguesa;
láms. 40 a 52, y VIII.
—
de Liño
caso contrario de San Juan de Baños:
como prolongación
n.*" 82, 83 y 87.
em Portugal;
alta,
lOi
—
191Ó, n.°* 9, 10 y i3.
PORTUGAL
Fig. 54. San Pedro de Lourosa; planta restituida.
—
102
—
LOUROSA teral
hoy
de norte, un cuerpo de edificio en que se aloja vetusta escalera, sin uso,
cuya única explicación
es
haber servido para dicha tribuna.
La ventana
mide
del hastial
i.5o
por 0.88 metros; adintelada y sin derrame por dentro, muestra hacia
exterior
el
dos
arquillos
de
herradura rebordeados, sobre pilastras pie,
con molduraje por cabeza y
como
faltando
en otros asturianos, y el. soporte medial (fig. 56).
Debajo,
el
arco de entrada primi-
tivo resulta
de medio punto con gran dovelaje; mas pudieron ser
rozados sus salmeres en
el
siglo
arco menor;
entre
ambos hay una
1
1
DCCCCL»,
«E R A
impostas
e
meter dentro
y por relleno piedra,
como
de ventana, donde se
desús naves.
hacia adentro, cmts. de alto:
al
otro
dintel Fíg. 55. Lourosa: arquerías
XVIII,
que corresponde
al
en
caracteres
año 912
lee,
de
(Fig. 67).
La cabecera ofrece mayores dificultades aún para restituirla.
En
el testero
de
las
naves laterales
hay arcos de herradura; otros dos más costados de
la central,
especie de crucero,
tal
la capilla
vez mediante
como en
la interposi-
Escalada, y
allí
mayor, hoy ampliada y deshe-
cha. Sobresaliendo a los costados de las
hay cuerpos de
en los
indican que se formaba una
ción de un iconostasis, entestaba
allá,
edificio,
naves,
con puertas hacia norte y
sur respectivamente, iguales entre
sí,
adinteladas
y con arco escazano para descarga, exactamente
como en Melque;
la
pared septentrional deja ver
su aparejo de granito en sillería grande, y para estrechar su puerta modernamente aprovecharon
dovelas de otro arco de herradura (Lám.
—
103
—
Fig. 5o. Lourosa: ventana del hastíjl.
XXXVIl). Nótense
las
jambas
PORTUGAL como
atizonadas de dicha puerta, derivación de
la
tendencia
Puertas laterales
tadamente alegó
así
el Sr.
al
suelen verse en Asturias y Toledo,
monolitismo propia de
este periodo.
hacen recordar San Pedro de
la
Nave, como acer-
Pessanha, y también Santullano de Oviedo, impo-
niéndose restituir dos alas de crucero salientes y capillas menores, aunque para éstas no haya elementos de reconstrucción perceptibles, y aunque suministre ejemplo negativo Santa María de Marquet. La solución de capillas
en esta iglesia preséntase indecisa; mas
ella o ellas,
desde luego, serían
sus únicas partes abovedadas.
qCC€€%1 Fig. 57. Lourosa: Piedra sobre
el
La piedra con fecha 912, aunque por
arco de entrada.
si
no constituya dato explícito,
convida sin embargo a tomarse como referencia del año en que el edificio.
Ejemplos
tales
Catedral de Sigüenza;
hay en periodos subsiguientes, cual
mas no en
el
que nos ocupa.
esta iglesia suscitaría controversias,
se hiciera es el
de
la
Si ella faltase, el fechar
pues quizá se buscasen argumentos
para creerla goda; mas, en realidad, sus caracteres, afianzados por dese-
mejanzas con
los edificios godos, inclinan a creer
adecuada va con
la
fecha preinserta, que guarda un cierto paralelismo
con San Miguel de Escalada, y que basilical
que su cronología más
mozárabe. Su
lisura,
vez da idea del tipo dominante
tal
aun en moldurajes, y sus columnas aprove-
chadas préstanse a reflexionar sobre
el
fenómeno de no
existir vestigios
apreciables de arquitectura mozárabe en la regiones meridionales, pues
ciertamente edificios
como
el
de Lourosa, una vez demolidos, apenas deja-
rían rastro.
104
—
VIII
LEÓN arcos de LOSAsturias
herradura y dem¿is indicios mozárabes registrados en
movimiento desarro-
v Galicia sólo eran reflejo débil del
llado al sur de
la
poblados bajo Ürdoño
cordillera Cantábrica, en los territorios I
nuevamente
y a que dio enorme impulso Alfonso
Dos corrientes de arte luchan
allí:
el
Magno.
La una, meridional, da lugar a los
fenómenos arriba enunciados y que estudiaremos ahora; la otra, procedente de Asturias, apenas tuvo desarrollo: la cripta de la catedral palentina, en su tramo primero, sería pujante, que es de
la
lo principal,
como
trasunto exacto, pero
más
nave baja u oratorio de Naranco; pero ya su ábside
constituye anomalía, y
además razones
históricas abren la sospecha de
aquello será una obra simplemente románica de tiempo de Sancho
Mayor sias
(i).
Mármoles
de Alfonso
el
de tipo asturiano,
Casto y Ramiro
I,
como
abundan
empleados en
los
la
(i)
en
la
Quadrado: Falencia.
— Simón
tomo XIV. Las
el
Descu br m icntos arq ucológicos i
Boletín
teorías desarrolladas aquí por el
contrarias a lo e.xpucsto arriba.
— 14
y Nieto:
Catedral de Falencia; publicado en
muy
este
punto, en xMoreruela de Távara y en Camarzana.
Excursiones;
son
más
ya rehecha de San
Pedro de Montes, habiéndolos también con aspecto de cosa visigoda en
mismo
el
las igle-
en otras leonesas de las
antiguas, cuales son las de Mazóte y Escalada, y en
si
io5
—
de
la
Sociedad lispañola de
benemérito erudito palentino
LEÓN Algunas de
estas localidades
Moreruela
son históricas:
San Pedro de Montes,
el
mo-
(i) fué
nasterio fundado por san Froila, siguiendo iniciativas de Alfonso
antiguo cenobio de san Valerio, en
11;
1
y
VI,
el siglo
obtuvo una restauración próspera en 895 con san Genadio, protegido
mismo
tambicMi del
rev. Parece
Alfonso en propagar
el
muy
monacato, especialmente en
mientras repoblaba toda
la
que desarrolló
significativa la acción
campos
los
leoneses,
zona amplísima septentrional del Duero, yerma
desde los tiempos del primer Alfonso, y por consiguiente inadecuada para ofrecer expansión al régimen señorial asturiano, por falta de conquistados a quienes reducir a el
servidumbre. Es de creer que en
los
monasterios viese
gran rey un medio de colonización eficaz, educando
piendo tierras eriales y organizando trabajo, ya que por
Duero no
como en
exigía puestos militares contra la la
más
de Asturias, o
sabemos, en
avance repoblador
barrera del
allí la
tan imperiosamente
efecto,
negaban la
que Astorga
se
pobló con bercianos difícil,
si
a siervos y familiares licencia para
(2);
los señores,
la sierra:
mas
ello
como
abandonar sus
es
tierras,
tutela real cobijase, en cuanto era dable, a los fugitivos, se-
gún consta. La solución rio, es decir,
que dimanase
es natural
bien del Bierzo y estribaciones meridionales de
debió resultar precario y sobre manera
y aunque
rom-
región oriental castellana.
El primer proceso de
natural,
morisma
pueblo,
al
eficaz había, pues, de proceder en sentido contra-
de hacia sur, atrayendo
sulmana, y en primer término a
los
al
elemento asimilable de
mozárabes
tierra
mu-
o cristianos sometidos,
cuya emancipación no constituía problema para Asturias. Precisamente ocasión, a fines del siglo IX, era propicia, dado
se
fuerza y
III.
Los hechos comprobatorios abundan:
Zamora
desconcierto y anarquía
misma anarquía daba
reinantes en país de moros, mientras esa estabilidad al reino de Alfonso
el
la
ün
cronista árabe relata que
pobló en 893 con gente de Toledo; que un cristiano de
allí
costeó su cerca, y que luego acudieron a vivir en aquella comarca las gentes
(1)
La forma primitiva de
consigna un documento de gSi se
este
nombre pudo
? (Cartulario
ser Marelola o Morelola, variantes
de Sahagún,
número
18).
da en otro de igual fecha, correspondiente a Celanova. (Su becerro, (2)
Flórez:
Españ a sagrada; tomo XVI,
—
106
pá^. 425.
—
que
La forma Morariola f.
149
v.).
LEÓN de
Irudtcra árabe
la
que
C^onsta
(i).
susodichu Rey acogió
el
mozárabe de Ercávica, Sebastián, expulsado por la silla
de (Jrense.
santos
Facundo y
Además
él
compró, en 904,
moros, colocándole en
los
iglesia
la
arruinada de
l^rimitivo, con las tierras vecinas, para
que
allí
un abad Alfonso y sus compañeros venidos de Andalucía, dando al
Sahagún
célebre monasterio de
cordobesa precisamente, fundaron
ñeda. Con posterioridad, de tierra de moros
(4),
mismo
símil que lo
y
(O Oxford,
de Escalada,
los
origen
Mazóte
y Casta-
doña Palmaria y sus compañeras, huidas fundaron el de Vi me, en Sanabria, y se cree vero-
mozarabismo
indicios de
de un «Martinus abba cordovensis»
sentencia dada en Astorga en 878, ante
Fraj^mentos inéditos de y citando
al
la
Ordoño, rey de
por
(0).
Rey, obispo
crónica de Abcnhayán, contenidos en
Razí, en esta forma: «Dice Isa ben
893] dirigióse Adel'onso hijo de
el
(5);
por unos diez con
resulta confirmada, entre otros personajes,
fol. 83,
asi
cierta
la cita
Hay más: una
fundase
sucedería respecto de otros monasterios cuya historia
ejemplo, mediante
corte,
los
(3), y otros monjes, de procedencia
pero que mantuvieron
se desconoce,
obispo
al
Áhmed:
el
códice de
y en ese año
Galicia, a la ciudad de
Zamora,
la
[280= despo-
blada, y la construyó y urbanizó, y la fortificó y pobló con cristianos, y restauró todos sus
contornos. Sus constructores eran gente de Toledo, y sus defensas fueron erigidas a costa
de un hombre agemí de entre
momento comenzó
pues, desde aquel
ellos. Así,
ciudad, y sus poblados se fueron uniendo unos a otros, y a
tomar (2)
sitio
en
ella».
Nota del
sobrino del Rey, que cita incidentalmcntc
y
él
real,
gentes de
la
a florecer la
frontera fueron
Sr. Asín.
P'spaña sagrada; tomo XVII, pág.
quien dedicó su crónica
las
el
No
se le
confunda con otro Sebastián,
mismo diploma
(pág, 246); de seguro aquel a
244.
congetura que no hallo utilizada por nadie a este propósito,
fué obispo de Salamanca. (3)
Escalona: Historia del
lleva el n." i5 en su cartulario, (4)
Así debe entenderse
Ksp. sagr.,
t.
XVII,
p.
161.
monasterio de Sahagún;
conservado en
una
el
doc. XXII, cuyo original
Archivo histórico nacional.
de Flórez, sobre documento astorgano ya perdido:
cita
«Mocelemes»
vale tanto
como «musulmanes»
y no es de-
signación topográfica conocida ni verosímil. (5)
justifica
de
la
No mal
se la
cuente
el
de
.\
pe liare o A bel lar, cerca de León, pues su cartulario
hipótesis acariciada por
Historia, tomo XX, pág.
(6)
Tumbo
de
la
el
Díaz Ximénez: Boletín de la
Sr.
Academia
128.
Catedral de León,
fol.
388
v.
Es donación
pero se otorgaría en tierra de Campos, probablemente, y fecha, 921 o poco antes, pues en dicho
año confirmó
—
107
—
la
el
al
monasterio de Abellar;
abad figura como
donación Ordoño
II.
testigo.
(Id.,
f.
Su
38o v.)
LEÓN
nombres árabes
y entre
ellos
un presbítero
En
(i).
carta del obispo de
León, cuatro años anterior, figura también un testigo con nombre árabe
menos, en diploma cortesano de 898
otros tres, a lo
turas de 887, 896 y 900 se multiplican
(4).
Después, entr¿ido
(3)
y más aún en
X,
el siglo
análogos
los casos
enormemente, de suerte que hacen mayoría
los
(2);
escri-
documen-
tos leoneses y castellanos, ya reales ya particulares, en que figuran
individuos con tales nombres, sabiéndose a veces su gerarquía social. De
abundan
gente de iglesia
número que
presbíteros y diáconos, en tanto
los
un centenar; añádanse diez y ocho abades (5), dos prepósitos (7) y algunos monjes (8). Entre los perso-
registrados pasarán de
dos abadesas
(6),
(3)
España sagrada, t. XVI, pág. 426. Id., t. XXXIV, pág. 430. Yepes: Corónica de la Orden de San Benito;
(4)
Tumbo
(5)
Son
(i) (2)
de
la
Catedral Legionense;
Domno
estos:
Mélic, antes de 929
año 926 (becerro de Cárdena, Abogalebh
p. 438).
ragdo en
la
212
fs.
f.
v.
,
(tumbo Legionense,
Zanom; 937 (tumbo
54).
Domno Vellite,
Catedral de Córdoba).
(tumbo Leg.,
p.).
Daudi y
f.
408; cart.
simplemente domno
y 176; Esp. sagr., Ziti,
t.
en
XXXVI,
f.
San Dictino, en Astorga; 1014
(B.
Habibi, de San Prudencio, en
la
f.
XVI,
Sahagún, nros. 426 y
Domno
Domno
fs.
200
v.
Hisccam,
Zithaius o Citaius, de
39).
cogno-
429^. Salvatus
(tumbo Leg.,
Hílale, de Valdesálice; 984 a 1000
IV).
Bierzo; ioi5
el
t.
,
de Valdevimen; 961 (tumbo Leg.,
de Valcavato; 962 (tumbo Astoric). Hilal; 967 (tumbo Leg.,
Hilal, o
Abeiza;
v.).
Esp. sagr.
Astoricense:
y 207). Ramellus, de Algadef; 969 a 962 (cart." Sahagún, nros. 389 y 395).
mento
462
f.
abad probablemente de Barelánica, hacia 940 (cod. de Sma-
presbiter,
Apeliare; 972 a 974
XIV.
II, escrit.
t.
46 y 2o5.
fs.
i54
Eiza, de Algadef; ioo5 (cart. Eslonza, n." 10
(tumbo Astoric). Theodomlro cognomento Muza, de
Nac, ms.
9194).
Havive y
Rioja (Yepes: Ob.
cit.; t.
Citte, en
V,
f.
1029 (Id.). Otro
id.;
89). Pctrus prolix Citis o
Petro Citiz, de Sta. Marta de Tera; 1083 (tumbo Astoric).
Hamama
(6)
Leg.,
fs.
y Habba cognomento Leokadia, en Santiago de León; año 982 (tumbo
321 V. y 347).
(7)
lohannes cognomento Zaide; año 1000 (becerro Sahag.,
f.
195
v.).
Habzon, de
Villazeit; 1012 (cart. Sahag., n." 468). (8)
Frater
Frater Abdela; año 917
Montakem; 952 (tumbo
monago; 980 Zuleiman
(Id.;
frater;
f.
990
Leg.,
f.
167
Astor.). v.).
Mutarraf; 941 (becerro Sahag.,
Habze monago; 958
Frater Abolbalite; 982 (Id.;
374). (Id.,
(tumbo
f.
370
v.).
Frater Hazeme;
f.
321
(Id.;
v.).
1002 (Id., 394
f.
v.).
1014 (San Dictino de Astorga: Bib. Nac. ms. 9194). Frater Valite; ioi5
Xabe monago; 1030 (tumbo
Leg.,
f.
336).
—
108
—
37Ó
Pelagius
v.).
f.
85
v.).
Cazeme
cognomento
Hapze monacho; (tumbo
Astor.).
LEÓN najes palatinos (if^uran diez, jueces (i), cinco alguaciles (2) y dos o tres
criados del rev en funciones judiciales
un merino
(5):
un tesorero
dos apoderados
(9),
un despensero
(4);
Kbrahem ms.
f.
226
192 y
id., fs.
V.).
Saiones:
Cárdena,
Amar; 946
Datnun
17).
f.
«Illa (villa)
f.
Sahag., n.° 387).
(cart.
f.
determinavit
nesas
como
sicuti
pueros nostros Zuleiman
testigo,
53
f.
V.).
desde
439
(Id.,
(cart.
f.
Bibl.
real,
Froila
i55).
et
XVI,
Mazarefe; 944
Eben Abdella; 972
(Id., n." 423).
et asignavit
t.
per iussione nostra (Hordonii regis) puero
449
f.
— «Ego
mismo
Este
199).
f.
individuo, alguna
una porción de
figura en
v.),
escrituras leo-
Adefonsus rcx... concedo... ipsa
Aiub determinaverunt
et
c'tario»,
que puede
villa...
consignaverunt»; 931 (becerro
Quati-
III,
209).
f.
comilario; 942 (tumbo
leerse
1
Leg.,
«Munius Aiub cubicularius
(7)
«Abolazan Hanniz comes confirmat»; 959
(8)
«Uazimar qui
testis»;
(cart.
945
tenuit
et
omnem mandationem
(9)
año
994).
el
Pelagio
Quizá distinto
fuit
Sahag., n.° 389).
ct fuit
multisque
eius in
es otro
i5).
entre los magnates de
cognomento Zuleiman
«Eixame maiordomus», en 987 «Abdezalam qui
Sahag., n."
(cart.
maiordomus confirmat»:
et
Sahag., n.° 439). — «Fuit homo nomine Zuleiman
V.;
palacio; o85
maiordomus regina domna locis».
Después
arriba citado
se
— «Hauma frater de domno
«Zuleiman maiordomus», en 961
f.
(1 1)
Hanni
389
llama
(cart.
Sahag.,
(Id., n." 449).
vicarius .\dultí
«Ababdella cellarario de
le
(tumbo Legión.,
quando domno
Cixila consignavit ipsas
vineas ad Ncpotiano et Ncpotianus tradidit cas ad Abdezalam'>v, 929 (tumbo Leg.,
(10)
histórico
195 B).
(6)
n.° 425).
(tumbo Astoric: Arch.
«Cite loanis maiorino de Morales» de Tera; 1083
Tarasia
Leg.,
204-205).
Sah., nros. 24,
Otra diligencia de embargo realizó, por mandato de Ramiro
«frater» y, seguramente, es
345
f.
V.).
(5)
f.
un
(i i),
154).
91 5 hasta 953.
«Abaiub iben Allcama
nac, ms.
(cart.
(8),
p. 425).
,
nus Zelemi, personaje palatino conocido, en 977 (bec. Sahag., (4)
Leg.,
924 (tumbo Astoric:
Abozekar; 958
58).
nostro Abaiub iben Tebite»; año 918 (tumbo Leg.,
f.
(tumho
Gutinus Zclimiz; 970 a 977
24).
vez con título de «iudex» (tumbo Leg.,
Card.,
del rey en Castilla
Arbori; año 878 (Esp. sagr.
959
Abolkazeme; 1024 ^tumbo Leg., (3)
mayordomos
(Id., n.''439).
filius
Valiti;
Cíjmisario, acaso
arbicier; 941 a 968 (cart. Sahag., nros. 370 y 380; be-
(bec. Sahag.,
Sahag., n."
(cart.
Abrameliz; 985
27, 435 y 427). (2)
Abaiub iudex
i55).
Abaiubiz; 967 a 970
(bec.
un alférez
(10),
cuatro
(7),
Zeiten, Ziuhar y RcvcUe, en Astorga:
iben
F. 4,
II.
un conde
Índices: Vistrcmirus co clásica, de lo que da buen testimonio el comenzar con gran frecuencia por abu, como entre árabes, contraído en
ab muchas
ambos nombres, no
entre
como en «Recemirus
qui
mento Abolfeta», que «Muza, confessor, ni peculiar
que haya excepciones, ya por
Abulfeta»
et
usual
es lo
nomen
(6);
«cognomento»
ya por trasposición, en este caso: (7).
El sistema no era nuevo
llamábase «Tajus cognomento
\'II,
(2)
«Zahbascorta Venabolhauz sedente in Toro»; 998 (bec. Sahag.,
(3)
«In presentía qui
vasallo, confirmat»; 974 (becerro Sahag.,
ibi fuit
Aunque
(4)
caso de un
aquí,
Domnos
(5)
Leg.,
Cart. de
f.
47) y
«Hoba
et
la corte
de
se
llamen «Vassalle
f.
38;
Gómez
f.
43).
f.
144
v.).
condesa doña Urraca,
documento de
t.
XXXIV,
et Haliffa»,
p. 449.
En
en 976 (tumbo
184).
902. Parecen casos de omisión análogos
Sahag., n." 387). Cixila Abuhabze; 960 y 970
(cart.
Abdella; 960 (cart. Sahag., n." 392). loannes Alatar; 970
(bec. Sahag.,
f.
VermudoAboleze; 940 (Escalona: Hist. de Sahag.
n.°
la
tumbo Legionense; y Esp. sagr.,
(Id., n." 421). (7)
f.
Covarrubías;n° XV.) el
Speraindeo Algalebe; año 969 136 y 206).
v.).
arabizados no resultan desempeñando cargos,
Telia» en 964 (bec. Sahag.,
Tumbo Legionense,
214
Sanctos; 1003 (becerro Sahag.,
los
forma se explicará que otros individuos
(6)
estos:
Castilla,
Escritura de 919 en
f.
Zacbascorta Ebembacri quando venit de Cordova pro
«domino Abolbalite de Arcos», en
1027. (Serrano:
igual
en
muy
nada de arabismos, por ejemplo: Tajón,
sin
«Marban
el
faltar ella,
en vez de «Recemirus cogno-
(i)
pace confirmare ad romanos in
año
(5),
Teudemiro»
eius
célebre obispo aragonés del siglo
dase
Dicha palabra «cognomento» media
de nosotros, puesto que abundan ejemplos coetáneos y aun
anteriores de el
et
sin
veces.
Documento de Sahagún de ion, publicadapor
LXVL
—
1
10
—
,
doc. XVIII).
Escalona: Hist. de
Sahagún,
LEÓN Samuhel», y
Ouen
francés san
el
era
«Audoenus cognomento Dado»
en Piasca tenemos un «Deodavit cognomento Amorellas» hacia 86
en 875 es citado un colono leonés «Cesario cognomento Caubello»
Romanus»
diácono de Aslorga se llamó «Celeri cognomento
muchos. En cambio, apenas para una
misma
íljo,
árabes leoneses no fué por
mento» obedecían
nombre árabe y sobrenombre
y que desde luego
moda
a razones
la
excluirla, por tradiciím
aun para que
estos leoneses casi
nunca
un
y
asi
(4),
latin(jí5). lo
caprichosa, sino que
nombre
y
«cogno-
determinadas y constantes. Respecto del nomel
bautismo
cuando menos, que fuese de
«cognomento» algo mediaba de prevenci()n
el
(3);
aparición de nombres
bre varias alusiones hacen saber que era impuesto en
que
(2);
1
da caso de nombre y sobrenombre árabes
se
persona, ni de
que prueba un sistema
(i);
se
(G),
lo
estirpe árabe; y
puesto
religiosa,
llamaron Mahómad, considerado
tal
nombre
como una cierta filiación espiritual del Profeta, impropia de cristianos (7). Esto mismo ya fué observado por Simonet respecto de los mozárabes; y además valga recordar que entre ellos repitióse precisamente leonés,
cuando menos aplicado
un nombre
Acta sanctorum Agosto,
(2)
Cart. de Sahag., n.° 358.
t.
,
(3)
España sagrada,
(4)
Id.,
(5)
Hay
t.
XVI,
t.
f.
los
documentos
p.
431.
connomentum
25i
Ceite»; 993 (bec. Sahag., v.).
Velitc»; 9Ó9 (cart. Sahag., n.° 418).
163 v.). «.Meleke
f.
A un
presbítero
cognomento
«Zuleman Lcgioniz cognomento Salamona»;
dudoso, «Abolbin cognomento Abundancias», en 930
(6)
«Rademundus
(Id.,
f.
cognomento Meliki»
(cart.
qui cognominatus Heyreth» se
(7)
en 960
Parecen excepción de lo dicho estas
año 946 (tumbo Leg.,
(cart.
(bec. Card., t.
WI,
Covarr., n.° f.
83
p. 438).
v.).
El
I).
f.
v.).
citas:
(tumbo
v.^.
f.
llama también
le
411).
Leg.,
f.
Respecto do
465).
un Mahomath, dueño de
tierra de
finca en tierra
Burgos; año 981
«Ajuz xMcdumat», testigo de escritura en Astorga en 937
Mahmud,
278
Mafhomate, confirmante de escritura castellana
Mahomate, poseedor de una viña en
Mahematus de
en Mahemutus, o sea
416
f.
Sahag., nros. 389 y 390), se repite igual giro en 906,
diciendo: «Melic presbiter qui de babtismo Saluti vocatur»
leonesa;
1017 (Id.,
Uellite»;
2i5).
«Heyret presbiter qui de baptismo Rademundus», en 961 (tumbo Leg., otro, «Saluti
y otro
latinos,
IV.
XXXIV,
estas excepciones: «Fata
i048(tumbo Leg.,
sistema
p. 437.
«Ozmanus cognomento
Como
siempre en
cristiano, preferido
(i)
el
a personas de alta categoría social, a saber:
(
Esp. sagr.,
escritura sahaguntina de 922 (Su cart., n." 364) se corrige
por otra de 926 (becerro Sahag.,
—
III
—
f.
135).
LEÓN árabe, del que usaban para comunicarse con los dominadores. Bien cono-
metropolitano hispalense Juan, llamado Zeit entre árabes, y obispo Recemundo, por otro nombre Rabi, hijo de Zit (i). Un perso-
cidos son el
el
sobrenombre Abdesalam
naje cordobés, Leovigildo, llevaba por
célebre conde Servando, el
de
Abuamir
Ahora
y
(4),
el
(2);
de Hagege(3): un Sisnando, portugués ilustre,
el
así otros.
bien, no siempre se consignan, respecto de nuestros a
rabiza-
dos leoneses, nombre y sobrenombre a la vez, sino uno u otro, según se infiere de las varias alusiones a una persona misma; por ejemplo: el susodicho «Recemirus cognomento Abolfeta» se nombra otras veces ya sólo por el
cognomento, ya «Abolfeta iben December» o «Recemirus iben Decem-
ber»
(5):
valiti»
un «Vincenti cognomento Citiamone» debe
de otra escritura
Abolmondar»
es el
de otros diplomas
me
o Iscam
«Zitamon Avol-
ser el
de igual modo, un «Ruderico cognomento
(6):
«Abolmondar Sarraciniz» o «Abolmondar
(7);
presbiter»
un «Luvila cognomento Iscam» suele llamarse
Iscia-
y «Saluti cognomento Meliki» firmaba Melichi o Saluti,
(8),
a secas (9). Por consecuencia, en estos casos lo árabe aparece o no según
sea
«cognomento» o nombre
Mucho más
lo
que
se consigne: aquéllo resulta preferido.
frecuente es añadir
nombre
el
de filius, ya con su equivalente árabe, iben o
(1) (2)
Id., id.; p. 478. Id., id.; p. 554,
(4)
Id., id.; p. 655.
(5)
Años 904
Legionense,
nota
vez en
la
a 944. Sahagún: cartulario, nros. 2 y
Cartulario de Sahagún, n
"
449; becerro de id.,
Becerro de Cárdena;
fs.
(8)
Sahagún; cartulario,
n." 387; becerro,
(9)
Tumbo
fs.
He
14;
becerro,
fs.
198 v. y 172.
Tumbo
198, etc.
f.
pág. 425). 896:
Legionense,
aqui las
Aomar
December
(cart.
63.
Sus
citas. 878:
95
2).
filius
Obra
filius
Arbori (Rsp. sagr.
cit.,
t.
9o5: Rapinato iben
Mudarraf,
—
Ci.xila
112
íilii
—
,
II,
doc. XIV). 904:
Conantio
XVI,
t.
Mazuia (tumbo Legionense,
gutu iben Mauratelli diaconus, Maurelli eben Deben, Gibuldus filius
años 932 a 939.
a los
v., 58, etc.
Datnun
Teodemiri, Abohalaf
de Sahagún, n."
aeben Tebite, Teodomiru
techas, 987 y 973.
73, 465, etc.
más antiguas filius
fs.
t".
correspondiendo
34, 58 v. y 90 v.,
898: Lupi Benalgotiz, Zaite iben Aiub (Yepes:
iben
(10), rara
1.'
(7)
(10)
eben
Simonet; Historia de los mozárabes; págs. 320 y 606.
(3)
(6)
del padre, ya precedido
f.
4Ó),
Recemirus
(Id., n.° 5). 9i5: Sis-
filius
Ezhac (tumbo Leg.
Almundi, Abaiub ,
f.
2o5), etc.
l.EON
forma de
plur¿il,
bcni, usiida con propiedad aludiendo a colectividades
familiares o a puntos de su residencia, ciertas palabras (i).
que uno u otro
es cristiano
minoría exigua
los
ello diferencia
mento, en
ios
iben
individuos
filiación árabes, y aquellos en
abundan mucho y por
nombres
probando
ta
acierto en la interpretación de
si
Los casos de nombre y
cambio son
igual: en
cristianos ligados por la palabra «iben», no
de estirpe sino uso del nombre, y no de cognodesignados: recuérdese
así
ejemplo de «Abolfe-
el
December» o «Recemirus iben December», tratándose de un mismo
En todo
personaje.
caso estas formas de filiación no traspasan
Otro sistema equivalente fué, por
predominar
en genitivo, seguido o no de
z,
modo
a
nombre
del padre
castellano, reconociéndose
nombres
árabes de filiación terminados en ez o
Mas como
X.
siglo
ganando terreno, hasta
contrario,
el
poner simplemente
del todo, y consiste en
el
hasta
el
mal a
la
iz
estas desinencias se ajustasen
el
último tercio del XI
(2).
nombres
estructura de
árabes, resulla que en ciertos casos la filiación carece de matiz propio,
dejándonos sospechar
923: Froila veni
(i)
cerro Sahag p.
,
214
f.
V.).
si
más
se trata
bien de un sobrenombre
Gonta (tumbo de Castañeda,
9o5: Beneservande,
nombre
f.
Arias veni Karute (be-
39). 974:
topográfico
Dase
(3).
(Es p. sagr.,
t.
XXXVII,
335). 982: «Carraria que discurrit ad Vaneiuniz». 1009: «Carrale que discurrit ad Vani-
keibas»
(tumbo Leg.,
fs.
321
ms. 9194). 978: Benuimber,
v.
1023: «villa in
y 318).
vila cerca
1077: «Casata de Vanimirel (bec. Sahag.,
232
f.
Gonantius Zaleme, Theodemiro Mutarrafiz
disalvus Validiz, Petro Haviviz (Id.; filiación
t.
V, doc. XXII).
v.), etc.
Ejemplos más antiguos: en gi5, Abzuleman Fredenandi (tumbo Leg.,
(2)
917:
Vanidona» (Biblioteca Nacional,
de Covarrubias (Yepes; obra citada;
en
it,
fs.
(Id.).
367 y 388
entre ellos: Ensila Gamarit,
v.), etc.
En 937
se registran
2o5).
f.
Gun-
Hacia 930: Velasco Hakamez,
nombres de
Aboamar Handinit (España sagrada,
t.
XVI,
Pág- 438). (3)
(cart.
Recuérdese
la
nota
6.*
de
la
pág.
en esta otra forma, lulianus aben Motaher árabe los t.
el
Ejemplo de
10.
XVI,
si
no constase designado
Eslonza, n.''2ii). La particularidad de ser
(cart.
p. 438),
ejemplos:
Aiuz Medumat, Aiza
Hacen Algiab
(bec. Cárdena,
y 445), Citi Alhaire (bec. Sahag.,
f.
f.
Zitavit,
34),
En cambio, 171 v.),
—
Amroze
Alvalite
Zaayti o Zet
—
filiación
(tumbo Leg.,
Manzor (tumbo
CidcCuleb (tumbo Leg.,
113
la
en
Mahacer Zibalur (Esp. sagr.,
que principian igualmente son verdaderos nombres compuestos.
i5
en lulianus Motahar
ello:
primer nombre, alejando esta hipótesis, hace suponer consignada
siguientes
y Abdella lunes (cart. Sahag., n.°449). V.
1
Sahag., n.° 373) creeríamos que lo árabe era sobrenombre
f.
Leg.,
f.
fs.
2i5)
449
296) y otros varios
LEÓN mote
algún ejemplo de verdadero vo
en Pela^ius Alfane^^o
y en «Zuleiman Quoxo», es decir, cojo,
(i),
nombre
motes, anejos a individuos con
(el
Cabrito), sier-
de acuerdo con otros
(2),
cuales son:
cristiano,
«I'^roila
Rubio», en 944: «Godesteo Nafarro», en 961; «Paternus Fabanecra», en 970; «Donelle Kalvo», en 987; «Velasco Manco», en 1062,
hembras
Las
que
varones
los
nunca
solían llevar
muy
cambio
cristiano (4); en
proporción de nombres
la
escaso, traspasando apenas
una docena
los regis-
(5).
Una siglo
nombre
designa su filiación, y desde luego
se
árabes entre ellas es trados
también «cognomento», en forma igual
o sea pospuesto a
(3),
etc.
de siervo leonés hallamos en
sola cita
X, y
documentación del
la
de «laha Yuzef», servo de Lázaro Tello que, a
es la
compró una
su señor probablemente,
en 926
vila
nombre de
y adviértase
(6),
ano-
la
malía de estructura de este nombre respecto de los arriba consignados.
También
hace notar ausencia de sobrenombre y de
se
filiación
en
las desig-
naciones de judios, que son algo frecuentes en León, ya lleven
hebreo ya de
vulgares árabes, cuales son Habzecri y Aziz, en varones;
los
Tumbo
(O
dos de animales,
nombre
de Celanova,
como
f.
Entre siervos gallegos abundan sobrenombres toma-
56.
Cabrela, Connelio, Xorra, Leclon, Perrot
Muía, Carneiro, Po-
{?),
dengo, Aquilón.
tumbo Legionensc;
(2)
En
(3j
Teodegundia cognomento Anza, esclava (López Ferreiro: Mist. de
1014:
de Santiago;
t.
ap.
II,
cognomento Tenehen año
949),
363
f.
(Id.,
La ya
Son
(5) (id.,
Hamama
f.
v.),
v.),
abbatissa
el
Zuheila (tumbo Leg.,
f.
t.
XVI, (6)
p. 455).
o
(id.,
Amaiub
Legionense,
f.
Maria
cognomento Emulmutarrar(cart. Legionense;
Columba cognomento
Sahag., n." 394), se
316),
Ilaviva
llamaba Eolalia Hala (Simonel:
Oniuzef
Haviva
(id.,
f.
(id.,
388
v.),
Maluca (becerro Sahag.,
(cart.
Sahag., n.° 485;
confianza en f.
f.
309),
Heznona
321 v.),
Aun no tengo
Tumbo
Cat-edral
435),
«Habba cognomento Lcokadia» aparece como excepción,
Omalkazeme
(id.,
Omaiube
(cart.
la f.
nombre.
Hatita (cart. Leg., años 940 y 959),
y 183 v.) y
Quirita
Leg.,
p. 829).
citada abadesa
estos:
432
v.
En Toledo una mujer mozárabe
quizá por llevar traspuesto
mina
442
f.
mozárabes,
Hist. de los (4)
v.).
316
XXX), Simplizia cognomento Zeza (tumbo
Emilo cognomento Hamita
(tumbo Leg.,
f.
el
292
f.
209),
v.),
Masfara f.
tumbo
(id.,
102 v.),
Astor.
,
Vehel
Korexia f.
(id.), (id.,
301),
Omaialde
f.
114
—
Mau274),
Hadida o (id., fs.
63
en 976; Esp. sagr.,
arabismo de alguno de estos nombres.
201.
—
(id., f.
LEÓN Cete y Xaba, en hembras. Además, en
«quondam iudeus
o Nabaz
año qoS figura un
postea vero christianus et
sobrenombre v
El uso de
el
llliaciim
Habaz
cierto
monacus»
no hubo de ser general,
ni
(i).
aun entre
cristianos leoneses varones, sino restringido a individuos de cierta categoría
o de cierta procedencia: y las gentes de clase popular debían llevar un
nombre
árabe o cristiano indistintamente, según comprueban
sólo,
los
datos que poseemos de familias enteras. La religiíjn no entraría para nada
en dar preferencia a unos u otros, sino que, en unos casos,
musulmanes en sus ciudades haría aprender su lengua, y
preferir
contrario,
al
nombres
árabes,
el
trato
con
como también
población rural que viviese aislada
la
hablando romance y llamándose como sus progenitores, con nombres vulgares, indígenas, latinos o godos. El ejemplo en León de cierto
seguiría
que únicamente
Froila, presbítero,
arabizados porque en árabe, ^Mjuí
yfi
al
(2),
se
denuncia de pertenecer a nuestros
firmar, en vez de signo, escribía su propio
hace creer que
así
nombre
habrá muchos, imposibles de ser
monjes, y
reconocidos, llevando nombres cristianos. Especialmente entre
aun en aquellas comunidades de origen andaluz, donde consta, por
como lengua literaria, los nombres persoexclusivamente cristianos, sin más excepciones que las arriba
que era familiar
dicios,
nales S(jn casi
árabe
el
consignadas. Escasean también muchísimo
según ya
se dijo, frente a
nombres mujeriles
un gran número de otros bárbaros y
carácter de calificativos domésticos y afectuosos
y
como
na
(3),
este
mismo fenómeno
puede
ello
admitirse
observa en
se
como
lo
íntimo de
niencias del trato social carecían de fuerza. el
palacio episcopal de Astorga
hemos
visto
importantes durante todo
el
cómo
Tumbo
(2)
Cartulario de Sahagún, n.° 29.
(3)
Pons Boigues: Escrituras
Leg.,
f.
392
ellos
siglo X;
(i)
muchos de
la
los
con
segundos;
la
incompleta arabización
familia,
En un
donde
principio
la
las
conve-
corte leo-
a la organización administrativa
no faltan desempeñando cargos
pero sus características especiales
fecha, 974.
mozárabes toledanas.
—
latinos,
población mozárabe toleda-
v.
Su
árabes,
abundaban en individuos arabizados,
que coadyuvarían con su mayor cultura y política, y ya
la
testimonio de
de estas gentes, que no alcanzaba a
nesa y
in-
Il5
—
LEÓN debieron poco a poco desvirtuarse, absorbidas por
medio
el
social en
que
vivían, mientras la casta señorial castellana preponderaba y mientras
el
bajo pueblo agrícola olvidaría sus asimilaciones meridionales, de suerte
que en
el
vemos
irse
transcurso del siglo XI los indicios de arabismo en personas
desvaneciendo rápidamente.
Menguadas
noticias
poseemos acerca de
Que
de aquellas gentes arabizadas leonesas.
lidad se prueba por el concilio de Coyanca, a
la
ellas
procedencia y estirpe eran cristianas en su tota-
año io5o, donde no
se autoriza
moros, sino a judíos solos, para morar entre cristianos, situación legal
que no
vari(3 hasta
conquistarse Toledo.
En pro de
su
mozarabismo debe zamoranas que
alegarse un hecho elocuentísimo, mediante las escrituras
poseemos. Sábese, como va dicho, que poblaron ledo y de las tierras
musulmanas
970 y 983 resulta que
la
quedando entre
árabe,
cristianos de
fronterizas; pues bien, en
To-
documentos de
gran mayoría de personas citadas llevan nombre
las
excepciones una hembra, un abad y un monje,
nombre árabe
que, sin embargo, tenía un sobrino con
documento
allí
(i).
Además, un
leonés, sin fecha, pero tardío, cita «illa vinea qui fuit de
nico muccaravi», o sea mozárabe
(2),
Domi-
y otro diploma de 1022 nos revela
el
establecimiento, en cierta alquería leonesa y bajo los auspicios de Alfonso V,
de tres «muzaraves de rex tirazeros», es decir tapiceros, de los que uno
(i)
Son
estos,
en 970: Vitalis
con fessor,
domnus
su sobrino Abdelmec,
lusto abba,
Ablabaz, Zalle, Zaitamira, Donnan, Zuleiman, Ornar, loannes Alatar, Abamorie, Abderra-
keman, Isciam, fincas,
Motarraphe, Placidia, Escla, Seror y Aloni
lahia,
que por colindantes
registra la escritura, siendo natural
respectivas filiaciones y nombres, excepto uno,
n.°42i).
Dos escrituras de 983 añaden
Taureli, Zeit diaconus, K.azem presbiter,
nicus Zicri diaconus, Zeit Abuibet y siete f.
149);
En
Abdimelki,
otra de loio se
cristianos (Id. id.,
diendo en (Id.,
la
f.
149).
(cari.
Tumbo
trata de
se
dueños de
consignen sus de Sahagún,
en calidad de testigos casi todos:
Algalip diaconus, Kazan, Zait,
más con nombre
Domi-
cristiano (becerro de Celanova, etc. (Id.
id.,
f.
i5o).
nombran: lohannes Azetello mendiguero, Abzaet y Naet, entre varios Otros individuos zamoranos: Aiub presbiter zamorense,
Esp. sagr.,
Zulemaniz»; 986
Hodman,
Se
les llevasen (cartulario
K.azem, Alaz, Zaalon, Abdalla presbiter,
Corte; 945 (cart. Sahag.,
n.° 395 y
(2)
Temam,
aunque
los siguientes,
(?);
que no
t.
núm. i5V
XXXIV,
p. 464).
Sahag., n." 447).
Legionense,
f.
357.
—
116
resi-
Zamora; 962 y 982 «In Zamora curtes que fuerunt de Aiub
Allaytte bresbiter de
—
LEÜN llevaba
el
nombre árabe de Abiahia
(i).
Un «Hakam cordubense»
como colono
cerca de Sahaf^ún en 9G4
Toletanos
dos alquerías leonesas prueba qué gentes
(4)
y
(2),
=
niuzaravcs de rcx. tatis sanctis
In
nomine
fincaba
llamarse Cordobeses
(3)
y
domno Adulfo
et
poblaron.
las
Plazo intcr iVatrcs de sancti Alartini do Valle de Salicc abba
(i)
fuit
el
Patris ct Filii et Spiritu Sancti et individué scilicel Trini-
verus Deus: ad nuiltis
quidem
scitum non ad paucis
est
dcclaratum. Orla
est
intencio in Valle de Archos inter fratres de sancti Martini de Valle de Salice abba
domno Adulfo
muzaraves de rex tirazeros nominatis Vincente
et
cum omnias
dedit rcx villa de Paliarelios
muzaraves ad ipso abbate super nominatum per hercdilatcs runt de Lctico
de Fulgenzo
ct
Abiahia
et
lohannes cui
in Valle
de Archos quos fue-
de Zalama. Venientes in presencia rex abentes intencia
et
super ipsas hereditates: ordinavit
mcntum secundo
et
adiacencias eorum. Inquircntes fuerunt ipsis
ille
amborum
rex ut dedissent de
partís scientcs et firma-
et íirmassent cum sacramentum verum sic et fecerunt. domno Adulfo frater Froila et Xabe Danieliz et Ovecco in presente viccario de comde dompno Moniu suo maiordomo Arias Fortuniz et salón Abolkazeme, et de parte muzaravis Salvatori ct Viatero. Recensantes fuerunt amborum ut agnoverunt secundo illi abba veritate tcnentc cómodo ipsas ercditates comparavit ille abbate domno
Prescntavit
Hilale de
¡lie
,
per
parte rex
rium non rit vel
in
abba
homines de préstamo determinatas
sumus
natis: iuraturi
ignem
dcterminassent
manu
Froila et
saion
Xabe
Abolkacem
noque de qualiter
lives
nec inmodice.
faciant
Factum
.
est
ita
nunc modo
in
homo
diem tremendum
iudicii
cum Domini
Xpi.
in
hominem
perpetua firmitate. Factum scrípture agnicionis
de
ipsum monastc-
per ipsas hereditates inquietacione fcce-
vite
non abeant parte
hunc factum nostrum íirmum
nomi-
eciam per caldaric
primis careant suis ad frontibus lucernis
luda traditorem in eterna dampnatione deleantur de libro
auri talentis x et
et
ut nullus
de ipsas hereditas disturbancia
aliquis
(Jt si
vero firmantes ipsis desuper
Ovecco per sacra sacramenta
et
homo
corrumpendum venerimus
et scientes
et stabilitum
notum
die
usque
in
in regni Dei. ct
permaneat
quod
erit
in
et
cum
perpetuum. Ad desuper pariet
omni robore
VI kalendas
et
aprilis
— Adefonsus Vermudiz nutu fultus in regnum manu mea confirmavi — Nunus Dei gracia cpiscopus manu mea confirmavi — Moniu Moniz manu mea rovoravi — armiger Rudericus Uelazi — Didacus Frcdinandiz — Garsca Moniz — Froila lohanniz — Arias Fortuniz — Ordonius Veremudiz maior domi rex — Anaia Zitiz — Assur = — Froila frater — iterum Lazarus presbiter lemeliz — frater Lazarus Potro cxaravit — Vela I-^nncquiz manu mea — Moniu Ruderizi manu mea — Munio Garsca manu mea — muzaraves Vincencius — Johanncs — Abiahia, — (Catedral de León: tumbo Era LXIl super millesima.
tcstis
testis
testis
I;
fol.
154 mod.) (2)
Su
cartulario, n."4o6.
correspondiente a 941: «villa de Cordobeses».
(3)
Id., n.° 370,
(4)
Cita de 916, en
Esp. sagr.
,
t.
XXXIV,
p. 436:
hoy, Tóldanos.
LEÓN Ahora
bien,
si la
procedencia de país
musulmán
tanto lo que al problema de su estirpe se refiere.
datos de los que hoy poseemos, sentó
dando vuelo
riscos (i); y,
la
es cosa evidente,
Dozy, sobre menos
hipótesis de
que fuesen berbe-
a su fantasía, llegó a ver en los
maragatos
la
argumentos
descendencia de aquellos arabizados cristianos del siglo X. Sus
nombres personales uno
carecen de solidez en absoluto: entre los
no
solo halló
berberisco, Taurel; además, es falacísimo traer, a colación de iMalacoria o
iMalacuera éstos
suceso alguno de berberiscos ni de maragatos; y tocante a
(2),
no cabe suponer seriamente sino que puedan ser reliquia de
riscos
granadinos
Romey
(3).
creyó que
(4)
el
los
mo-
León pro-
influjo árabe en
vino de los cautivos, tránsfugas y renegados sarracenos, hechos subditos leoneses, opinión
tuvo a su vez
la
combatida por nuestro gran
H ere ulano
que man-
(6),
mozarabismo, abonada por tantos y tantos datos
teoría del
como vamos exponiendo. Sin embargo, no ha de negarse algún valor relativo a los otros fac-
tores sociales posibles:
que era gétulo,
historia del mártir de
allí
que entre aquéllos
les
y monje
se hizo cristiano
máxime cuando una
dominadores árabes no
Córdoba Félix enseña
mauritano o berberisco; que desde Compluto fué
es decir,
llevado a Asturias y que repetirse,
la
Este caso
(G).
pudo
fraternidad entre invasores berberiscos y
llegó a establecerse,
y cuando además
es verosímil
hubiese cristianos, puesto que hijos de cristianos
eran ciertamente; mas, fuera del referido, yo no hallo hecho alguno sobre
que afianzar
Una
teoría.
alusión clara de
(7)
no
es
Recherchcs;
(2)
España sagrada;
(3)
Es
res de las
t.
I,
p.
116.
XXllI, págs. 310 y 381.
l.
cómo
opinión vulgar; además no hallo
maragatas sean iguales a
los
de
las
explicar de otro
donde
ellos traficaban
(,4)
Hist. de España,
(5)
Hist. de Portugal,
(6)
E.ulogio de Córdoba:
(7)
Cart. de
Sahagún;
t.
como
IV, cap. t.
III,
local, y
pág.
arrieros.
i(j5
y nota XIV, pág. 426.
año 968.
—
los colla-
debió aplicár-
III.
Memoriale sanctoru m
n." 38G,
modo que
moriscas granadinas, no volviéndose a ver
en otras regiones. La designación de maragatos no es geográfica ni seles en Castilla,
el
convincente. Listas de prisioneros o «mancipia» posee-
(1)
la
falta:
exiguus» cierto «Petrus cognomento Abderrali-
calificarse de «christianus
man»
convertido leonés nos
118
—
;
lib. 111,
cap.
VIH.
m:ón mos
variiis, especialiiicnto
serie de se
nombres godos,
en Galicia;
la
de Santiaj^o, de
dimanaban de mercados musulmanes,
como
así
quos fuerunt ex gente smaelitarum
nombres europeos, aunque
corresponde a siervos de tribus ismaelitas
«mancipios
maurorum» heredados por
Entre
san Rosendo, y que
a su monasterio de Celanova, figuran un «Fees
y un «Salvator Rodesindiz alusi(Sn al
de caballo»
(5).
Obsérvese que en Galicia y
una de
lo
no moviese a
los
interés
más
sino a largo plazo y
cierto
el
Bierzo,
«pistores»
donde
estos siervos
cristianos la esclavitud
a
un cambio de
se
religión,
las categorías
la
y,
preeminentes a
sobre todo, vista
L(jpez Ferreiro: Hist.
de
Catedral de Santiago; tomo
la
la
región habitada por ellos.
datos concordantes ofrecen las escrituras, con
(1)
I!,
ap.
nom-
XXX.
(2)
Becerro de Celanova: folio
(3)
Esp. sagr.;
(4)
Bec. de Celanova;
(5)
Al conceder un abad Armentario a cierto monasterio de Astorga, en 920, una
en
intus in
el
t.
XXXVII, fs.
161 v.
p. 293.
198 y 56.
Bierzo, heredada de sus padres, añade: «et
illa villa
homines de nostra criazón qui sunt
quos fuerunt ex nostra condictione per unguUas caballunas quos adduxi-
extra sarrazinorum ex tribu hismaelitarum, id esi luliano et eius coniuge
luliana quos fuit comparata in una mulla et stent villa
tam
en
Arch.
el
no
bien por inllujos del ambiente social; pero desde
número de arabizados correspondía,
Nuevo orden de
mus
como
y asimismo resulta curiosa
musulmanes cautivos
ausencia casi absoluta de siervos en
viia
asignó
mauro de monte Corduba»
contrario que entre moros, parece natural que
luego no satisface este medio para explicar
que
«servos de origine
no procediendo, por consiguiente, derivar
Además, como entre
los otros.
redimía convirtiéndose, el
igualmente, que
población libre arabizada, de tipo leonés v
la
castellano, falta casi en absoluto, la
(4),
man-
procedimiento de adquirir siervos en tierra de moros «a uña
musulmán abundan,
de país
maurus»
fuit
él
los
et
lista
y otra, de 1042,
(2),
se consigna,
(3).
españoles
Una segunda
fi;uerra.
agarini»
et
que
individuos aludidos
los
inédita, de 1032, ofrece iguales características, y es de
ima
arroja una
los otros serían
islamizados o mozárabes hechos prisioneros en
sólo contiene
i),
(
i
latinos y árabes, y entre éstos alf^unos de los
imponían a esclavos únicamente, probando que
cipellas
(ji
illos
quam
hist.
stirpe sua qui
nac; ms.
n.° 1193 B,
semper
ipsos
ex illorum nati fuerint.» f.
8ó.
—
I
K
)
—
nomine
homini
in servitio in ipsa
Tumbo
astoriccnce: copia
LEÓN bres geográficos árabes en
muy
sonales en su gran mayoría (i); pero algunos,
acusan designaciones topográficas, v son
En p.
Asturias: Villa de
tomados de apelativos per-
tierras leonesas,
escasos relativamente,
estos:
Almunia; año 1042 (Esp. sag.,
t.
XXX\'lll,
291-292).
En
Galicia:
En En
el
San Pedro de Mezquita; io5i (tumbo de Celanova,
Bierzo: Almázcara; año 1000
tierra
962
(id.,
f.
Hadraysces; 966
42).
(cart.
f.
En
Algo-
Sahag., n.° 408). Xaharices;
tierra
de León: Alcoba;
1042 (Esp. Sag.,
t.
XXXVI,
Castro Alcova; 885: en documento de autenticidad dudosa p. 339).
Alcorzekis; 1026 (tumbo Legión.,
(id.,
(id.,
f,
(cart.
f.
313
309). V.).
Vallelio de
Muzandiga;
tierra de
Almanza; 1044
Campos:
1023
(id.,
(id., f.
327
v.). f.
t.
XIX,
Villare de Almazarefe;
386
v.).
Garrafe; 989
v.).
Valle
Villa Alcopa; 989 (Quadrado:
t.
III, p.
Almanara; 960
28).
Valle de Almunia; 977 (bec. Sahag., (id.,
sagrada, Villa
297
(id.,
Rozzaffe, 963
f.
t.
1
Mazockos; 986
En
p. 436). Villa
cap.
I).
fs.
Sahag., n.° 22).
(cart.
143 v. y 187 v.). Valle de
(id., id.).
Castro Fadoth; 916
Anebza;
(España
Giniganate; 967 (cart. Sahag., n.°4i7).
(id., n.*' 440).
tierra de Burgos:
(id.).
(i)
Avasta; 1046
15). Villa
XXXIV,
Zamora,
Sahag., n.° 5oo). Almaraz; 1087 (López Ferreiro:
(cart.
Hist. de Santiago,
1046
f.
Alver; 911
p. xlmi).
Sahag., n.° 403).
En
1068
126).
(id., n.° 474).
1029
964
vm).
Astor.). Zauttes: 1028 (id.).
de Zamora: Villa Alkamin; 909 (bec. Sahag.,
tierra
p.
929 (tumbo Astoric). Rivulo Xodanebebel; 1027 (Esp. sagr., t. XVI, p. 460.)
(id.).
Zamuta; 1022 (tumbo
tre;
XXXVI,
t.
i58).
de Astorga: Alhannastros:
Almuzara; i025
En
(Esp. Sagr.,
f.
Alkocero; 1068
(cart.
Moral, n.°
I).
Haraluzela;
Villa de Mezerese; 978 (cart. Covarrubias, n.° VII). Villa
He aquí algunos, recordados
al azar:
Mes-
Castrum Gunzalvo ibcn Muza, hoy Castro-
gonzalo; Castrello de líale, hoy Castilfalé; Villa de Zait o Villaccle, Castrum de Abeiza Guterriz, Castro Mutarraf, Castro de Abaiub, Castro de
Muza, Valle de Zuleiman, Valle
de Aboxoque, Sta. Eugenia de Haggege, Puteo de Abdurama, hoy Pozadurama; Autero de
Abozaabel, Valle de
Mahmude,
villas
de Avelacet, de Havivi, de Autman, de Maizara, de
Axarifcs, de Azuake, de Nazare, etc., etc.
—
Poquísimos de entre
120
—
ellos se
han perpetuado.
LEÓN kina; 962 (becerru (^iirdeña,
Fueros,
loyS (Muñoz:
.\lLi/,iehar;
87). Mazarctiis;
1".
p. 260). Villa
de Zafalanes: 978 (cartu-
lario (A)varr., n." \'I). \'illa /(jiiiicta: loHS (bec. Card.,
En ps.
tierra
f.
97).
de Xájera: Zahara y Zafira u Azofra; 1076 (Muñoz: Fueros,
293 y 294).
La lücalización de
la
marcas de Astorga, León y
donde
seca,
perfecta ¡dea del territorio ara-
región montañosa, con Galicia y
más
progresa
casi totalmente,
nombres da
estos
bizado, que, dejando libre
y
más en
Castilla;
dirección hacia sur por las co-
pero comprende sobre todo
la
región
la
sistema de praderas y árboles con regadío es sustituido
el
Páramo
el
Zamora y Campos. Despoblado dominación musulmana demasiado efímera para que hayan de todo ello desde el siglo N'lll,
y tierras de allí
Bierzo,
el
por cultivos amplísimos en secano, de viña y cereales, a saber,
fué
Arlanza).
io3() (cartulario
atribuirse a entonces
nombres árabes
topográficos.
Además, relacionados
con aquéllos que derivan de personas, suelen figurar éstas mismas en
documentos, como propietarios y fundadores de observación cuadra, y es reconocer que,
nombres árabes por pueblos,
lo
como hemos
ciudades, entre
la
si
las
granjas aludidas. Otra
gente
bien aquella
y marcaba con designaciones tales algunos
visto, la
lengua árabe no debió de hablarse sino en
gente culta, entre judíos acaso y en ciertos monasterios.
se explica la ausencia general de
nomenclatura árabe en
que con tanta frecuencia
como en Aragón
modo no
se
consignan
escritos, aJ contrario de
lo
expuesto arriba, importa
mucho
palabras árabes, que, como nombres apelativos de
mismos
textos latinos,
pues
ellas
Lo conocido de público hasta hoy, referente a
palabras, anteriores
al
Academia Española), y al siglo
XI 1, en
el
año
mil, recogidas por
coleccionar cosas, se
prueban eficazmente
aportaciones que este elemento meridional llevó consigo
(1)
el
Sr.
esta materia, es
121
—
dan en
calidad de
una
lista
de diez
Codera (Discurso de recepción en
como
índice de documentos de Sahagún, por
—
las
(i).
otras catorce, con etimologías aceptables, incluidas,
glosario del
la
la
anteriores
el Sr.
Aquí van acotadas unas ciento setenta, fruto imprevisto y sorprendente de
16
de
los deslindes
sucedió más tardíamente, por ejemplo.
Relacionado con
los
llevaba
común
El vulgo de campesinos se expresaría en romance, pues de otro
terrenos,
los
la
Vignau. revisión
.
LEÓN En punto de naturaleza
y
campo
como
escasean ellas muchísimo,
va
dicho, no obstante tratarse de gentes que vi\ian de productos agrícolas
por completo, v cu\as referencias llenan inlinÍLlad de documentos leoneses, gallegos
y castellanos. Son estas:
Alcor:
colina. 911:
Allarace:
tumbo Legionense.
López Ferreiro:
caballo. 982:
de Santiago,
t.
386
f.
v.
de
llist.
Catedral
la
178.
II, p.
Azémila:
caballo albardón. 1063:
Metranza
(kavallo en): ^cerril? 1076: cart. Sahagún,
Muñoz: Fueros...
p. 230.
n°
586.
Las palabras que se refieren a obras rústicas son:
Almunia:
Aldia, aldea: granja. 1030:
Mazaría: ^vivero?
Almuzara:
sagr.,
Siglo XI: bec. Sobrado,
f.
cisterna. 916: Esp. sagr.,
t.
Alisare: borde. 1039: Esp. sagr.,
p. 441
241 v.
f.
23.
96.
f.
hidráulica. 946: cart. Sahag., n."
iG.
XXXIV, p. 440. XXXVI, p. xl.
t.
Allizaze: cimiento. 1028: bec. Sahag.,
Vereda: camino para ganado.
XXXI V,
t.
nac; ms. 18387,
Bibl.
cercado. 964: bec. Cárdena,
Azenia: rueda Xafarice:
España
huerto con casa. 916:
140 v.
f.
tumbo
1002:
Adovera:
sitio
Atemina:
estercolero. 1026: bec. Sahag.,
Leg.,
f.
321 v.
de hacer ladrillos. 1063: bec. Cárdena, 222
f.
f.
5i v.
v.
Conceptos urbanos envuelven estas otras palabras:
Alfoze: término de pueblo. 945:
Alvares:
Esp. sagr.,
egidos. 998:
Arravalde: suburbio, Mezkita:
t.
XL,
f.
76 v.
p. 409.
arrabal. 960: bec. Celanova,
oratorio. 1031: id.,
Alfóndega: posada.
bec. Card.,
1033:
f.
f.
i85.
tumbo
Legión.,
f.
298
v.
de escrituras, en gran parte inéditas; pero esta abundancia obliga a reducir
que podrán tener cabida en estudio
depurando
lo
hacia 1100;
la
antigua, sin variantes, etimologías ni crí-
Entonces será hora de aquilatar conceptos,
idea
deque
descenso en palabras nuevas, mayor aún que hasta
reaccionar, dentro del
romance
citas para
más
la
que ahora sólo con carácter provisional
mas cabe aventurar
las
especial.
cada palabra a una sola, generalmente tica,
70.
el
el
territoriales.
I
22
de voces córtase
período sucesivo haría patente un gran
observado en
castellano,
—
se ofrece. El acopio
—
más
el siglo
XI, respecto del X,
tarde y a impulsos de conquistas
LEÓN Maragata:
venta. 1003: bec. Celan.,
Azore: muralla.
A
conceptos
OG
f.
Muñoz: Fueros,
1076:
v.
p. 2(ji.
personales se refieren:
Kben, iben
o
aben:
hijo,
Véase arriba, pá^.
para designar
l¡liaci,
Forro: hombre
moza. Siglo XI: glosas
libre.
Mesk-ino: pobre.
1074:
Mazarefe: ¿mercader? Tirazero:
v.
p. 275.
XL,
p.
411.
tumbo
Legión.,
f.
albeitar. 1023: bec. Celanova,
XI:
sillero. Siglo
id.,
más
Personales tambitMi, pero estos
t.
317
f.
950: cart. Eslonza, supl. P., n.^G.
tejedor de seda. 1024:
Alveidar: herrador,
Zerraco:
Muñoz: Fueros,
Esp. sag.,
1032:
silenses,
f.
¡54. f.
157.
67.
afectos a organización
colectiva, son
nombres:
Alvazile: consejero.
Zahbascorta:
Zavazouke:
1076:
Esp. Sagr.,
prefecto de policía. 998: bec. Sahag.,
964: bec. Celanova,
Alfiérez: abanderado. 932: bec. Card., caudillo. 1076:
54
Muñoz: Fueros,
p. 284.
nac, ms.
juez. 1081: Bib.
Alidar: abogado.
.x.xxv.
v.
Alcaedi:
n." 720.
1081: Id., id.
1088: cart. Eslonza, supl. P.. n.° 18.
testigo jurado. gbS: cart. Cat. Jaca.
Azetor: ¿encubridor?.
io55: cart. Sahag., n." 531.
Harra/.e: guardia. 95o: tumbo Legión., los
48.
146.
1069: Id., id., p. 249.
Aimoxerif: contador o mayordomo.
A
f.
f.
Alcalde: juez municipal.
Guliffa:
f.
p. 314.
prefecto del mercado. 1020: Fuero de León,
A la miro: comandante. Alcayde:
XXXVIll,
t.
mismos conceptos, de orden
estas palabras con significación objetiva:
—
123
f.
449
v.
social y administrativo, responden
—
LEÓN Aleive: deshonor.
Maneria:
falta
Vignau: cart. Eslonza,
logS:
de hijos. gSo: Muñoz: Fueros,
Adrias: tributo por yugadas Alcabalas: impuestos,
Nubtio,
(i).
p. 28.
Asturias,
897: Vigil:
Corónica.
iioi: Yepes:
p. 368.
V,
t.
p. 58.
p. 494.
nució: derecho de sepultura. 1020: Fuero de León. xwi.
A n nafa ka:
derecho de aprovisionamiento. 972:
Atafeke: avenencia
judicial. ii'44: bec. Celan.,
Alalas: ¿gananciales? 103 1:
Albaroc: propina,
id.,
88.
f.
131 v.
f.
36 v.
f.
robra. gOS: bec. Sahag.,
tumbo
Adufaira:
renta en pago. 964:
Alimonia:
subsidio. 960: cart. Sahag.,
Saturca: limosna sagrada.
id.,
46.
f.
Legión.,
n°
447.
f.
21.
946: id., n." 372.
Falifa: pacto de alianza. Siglo XI: Anales Complutenses.
Alvende:
^;promesa? 870: Santa Rosa: Elucidario,
Azofra: ¿prestación?
Albara: exención.
1069:
1039: bec. Card.,
Maquila: pago en grano. Almutelio: medida de
Almude, almute:
Muñoz: Fueros, 98
cart. Irache.
Muñoz: Fueros,
libras. 1020:
registro. gSo: Yepes:
Morabetino:
Hazumí
lo
Corónica,
Id., p.
t.
oro, diñar. giS: L. Ferreiro: ob.
mismo, maravedí.
1082: cart.
(argento):
Annuteba: Adras, en al
,
el
aviso de guerra. 969: bec. Card., cronicón de Cárdena (Berganza;
empleó en
XXXVIII, 63
el
f.
28 v.
f.
104.
p. 288.
v.
texto, sin
..,
t.
II, p.
583),
duda genuino,
antigüedad o permanencia de aquel voto, pro-
erigir castillos v palacios,
—
t.
f.
85.
II, p.
Oña, suplemento.
Antigüedades
voto de Santiago. El diploma ovetense citado en
bablemente histórico sin embargo, pues Alfonso la
t.
¿dirhemes de Alcásim?io72: bec. Sahag.,
tiene, entre otras excelencias, la de rebatir la
menos, y
cit.,
(argentum): clase de moneda. 984: bec. Sobrado,
:
(i)
173.
V, escr. X.
Alfetena: sedición, revuelta. 1031 Esp. sag.
aludiendo
p. 71.
cuartal. 1102: id., p. 391.
Metcal: peso de
Caz mí
32.
f.
1028: bec. Cogolla.
lo anterior.
Garfato: medida de un puñado. Siglo XI:
Albala:
109.
p.
v.
áridos. 966: bec. Card.,
Arrelde: peso de cuatro
1,
p. 248.
970: cart. de Ibeas de Juarros.
Kafiz: otra medida, cahiz. 1061:
Arrobo:
f.
t.
124
111
cobraba esta renta en Asturias, a
según
—
instituci(^n
de sus predecesores.
lo
LEÓN Fossatum;
tala,
Fueros,
devastación. 978: Muñuz:
Arcato: correrla
p. 49.
militar. 974: id., p. 3H.
Atalaya: reconocimiento
militar. 1017: cart.
Azeipha: expedición de verano. Al mafala: campamento. 1064:
Recoage: cabalgada.
1099:
uña,
n.° 9.
Siglo X: Cron. de Sampiro.
Britto:
Monar.
Muñoz: Fueros,
usyt.,
1
1.
11,
f.
377
v.
p. 347.
Es decir, que tanta exigüidad de nomenclatura rural árabe como resultó al principio, desaparece ante la vida
como
país leonés, este e
orden
rellejase
imitados de
las
si
la
conceptos nuevos también, dentro de aquella sociedad,
León; pero, aun dado caso de ser
así, el
con-
hecho de un
influjo poderoso,
queda subsistente, y ello es natural ponían en contacto un idioma riquísimo, como el árabe,
y una jerga deshecha, cual era entonces
que sólo poseemos esa nomenclatura que
sería razonable lo
a los arabizados cristianos,
toda vez que se
los
No
organizaciones musulmanas.
que usos tradicionales asturianos cambiasen de nombre en
trario, a saber,
merced
urbana y administrativa del
abundancia de palabras meridionales nuevas en
el
romance. Además, no
a través de
documentos
notario se esforzaba siempre por salvar
el
lingüístico, traduciendo las
la
latinos, en
pureza del
artificio
denominaciones bárbaras del lenguaje común,
y sobre todo neologismos, hasta que Resulta notable
la
se olvide
la
fuerza de
la
costumbre
se
impuso.
pobreza de nomenclatura monetal, formando vivo
cialidad comercial en
como síntoma de una escasa potenprimero francesa, tal León y de poca moneda
vez
—
contraste con
(i),
opulencia catalana,
la
y luego árabe
—
circulante, cosa
que
la
documentación acredita
consignando frecuentísimas transacciones y tributos en especie y actividad agrícola productora tan sólo; mas ello, con la ganadería y los bien,
hilados caseros
—
pannos, lenzos
— que aun perduran
fabricándose en
nuestras montañas, bastaba para vivir.
Ahora
bien,
si las
características leonesas acusan sobriedad y falta de
estímulos progresivos en
el
vulgo, también son notorios los refinamientos
y fastuosidad de las clases elevadas, que se acreditan por
mentos y por alimentar
la
tal
muchos docu-
cual pieza conservada en nuestras iglesias. Esto había de
importación de productos exóticos de artes suntuarias, y algo .'I
(1)
«Solidos gallicenses», en 885 y 906: becerro de Celanova,
—
I
25
—
*
fs.
43 y 128
v.
LEÓN Atestiguan
de industria. Galicia (i)
colonia de mozárabes tirazeros, o sea tapiceros,
aquella
y
segundo frecuentes transacciones de seda en
lo
protegidos de Alfonso V, a que arriba se aludió leonés, en
manos de
judios probablemente
levantinas, con Navarra o Cataluña
como
o franciscas, valor tiene
decían
el calificativo
(2).
comercio
al
nada trasluce de relaciones
(3).
y poco de cosas europeas, francas
(4),
abundan más
(5);
En cuanto
de greciscas
las
telas bizantinas, si tal
pero sobre todo
(6),
de importaciones venía de tierra musulmana, según
la
mera
gran masa
la
de
lista
nom-
bres árabes alusivos a ello hace patente.
Refiérense a primeras materias, casi todas exóticas, estas palabras:
Almafil, ammafide:
marfil. 942: bec. Celanova,
Alaules:
Esp. sagr.,
Cenne:
perlas. 1063:
latón o fuslera. io25: cart.
Algotón: algodón.
Alchaz:
960:
Alphaneke:
piel
f.
3.
p. cl.xxxix.
Sahagún, n."47i.
Esp. sag.,
seda. 942: bec. Celan.,
XXXIV,
t.
f.
XXX1\',
t.
p. 455.
3.
de comadreja blanca. 923: bec. Sahag.,
Cingabe:
piel
de ardilla. 976: cart. Sahag., n.° 430.
Gardunio:
piel
de gato garduño. 1060: bec. Celan.,
f.
f.
237.
183.
Utensilios varios:
Arrodoma (1)
o
rotoma:
frasco. 942: bec. Celan.,
robo de mil libras (1047:
el
id.,
Págs.
(3)
El proceso de 1047, citado en nota anterior, versaba sobre el
1
les
fueron arrebatados
la
(4) (6)
«Facistergulo francisco»; 938; bec. Celan,
126 se citan «solidos de Uñeros iaqueses»: cart. Eslonza, supl., n." 26.
franka obtima»: looó;
Abundan
id.,
— «Kappa
3.
f.
tumbo Legionense,
referencias con
f.
320
f.
6
— «Caliccm
franziska»:
franciscum», «fialas
1003; cart.
tal calificativo,
que no f.
era de color, pues
5);
de géneros preciosos. Debían ser cosa bizantina
que pudimos
t.
XXXVl,
p.
lx), pero
los
no abundan hasta
recibir a través del árabe.
—
126
«Spata
—
una vez
mas tampoco puede ciclatones, o
dos formando círculos, que más adelante se llamaron «pallia rotata»: Hay
en 1073 (Esp. sag.,
—
Melón.
v.
habla de dalmática grecisca cárdena (938: bec. Celan., se tratase
cierto
seda y sayales y lienzos en gran número.
Sólo en
1
hecho de que
tenía «suos hebreos in sua casa qui facicbant suo mercaiu et de
cuando
argénteas franciscas»: 942;
que
63, 65, etc.)
16 y 117.
Menendo Gundesalviz
(6)
fs.
131 v.).
f.
(2)
plures»,
3.
hacían pagos mediante libras de sirgo (loio: bec. Celanova,
Allí se
y un proceso consigna
homes
f.
el
cita
se
inferirse
sea broca-
de ciclaton
siglo XII, y es palabra
LEÓN A/.cptrc:
Ganza:
escudilla grande.
Tacara: Bi/ath .A
saj^r.,
XXXV'I,
1.
tunibu Legiun.,
971»:
f.
334.
(navicella): fuente llana. 942: bec. Celan.,
candelero.
Máncale: mesa. Árganas:
Limace:
(170:
tumbo
Ksp. sa^.,
1073:
Le^^ion., t.
XXX\1,
f.
3.
334.
f.
p. l\.
alforjas. 922: cart. Sahag., n." 3(34.
riCüraza? 922: bec. Sobrado,
45
f.
v.
(lancea): de bordes ondulados. 1034: bec. Sahag.,
lleites (spolas):
de cuello largo. 932: bec. Card.,
Artarfe: punta,
acicate. 932: Id., id.
Ballugas: borceguíes.
Amorcesce: sagrada,
Natamia:
XXXVI,
50
v,
Samos. 1063:
España
p. cl.\.\.xix.
labor de cuentas enfiladas. 988: cart. Samos.
Romí: manufactura
bec. Celanova,
Irak.? 942:
vestir,
Almexía:
Pintella: cierta túnica exterior. 938:
id.,
túnica, cota. 943: bec. Card.,
Adorra: túnica abotonada. Moffarrex: túnica
etc.
84
f.
v.
f.
f.
130.
5.
f.
94.
Rev. hispanique,
936:
t.X'lI, p. 317.
abierta. 1099: cart. Sahag., n.° 710.
Mutebag: túnica ceñida sin mangas. 1103: Feyrach: ropón. 942: bec. Celan., f. 3. Arrita: manto. 998:
cart. Santillana,
Feruzí: especie de manto. 921:
Barragán: manto de
bec. Card.,
f.
toca. 929:
29 v.
3(17.
tumbo
—
t.
Legión.,
127
—
f.
3.
f.
14.
'
bec. Card.,
Rev. hisp.,
Sahag., n.° 730.
10 v.
f.
lana. 942: bec. Celan.,
Zoramen: albornoz. 955: id., Mobatana: manto forrado. 944: velo. 979:
cart.
23 v.
f.
Zarama: capa. 947: tumbo Legión., f. 216. Kabsane: sobretodo. 933: cart. Sahag., n.°
Alhagara:
3,
de cama y de mesa y paramentos:
túnica cerrada. 919: bec. Celanova,
Alfimiane:
f.
tumbo Ovetense.
griega o romana. io85:
Reiteles: alhaja incierta. 928: bec. Celanova,
Algupa:
f.
87.
f.
formando cadena.
metálica
labor t.
1074: cart.
Eyracli, iraké, erag: ^del
Prendas de
p. xliii.
Samos.
vaso. 1074: cart.
Imanara:
Alavés
Esp.
1042:
c¿ilLlereUi.
Vil, f.
p. 316.
331 v.
LEÓN Alara: quizá
Almágana:
Elucidario,
lo anterior. 969:
velo bordado. 938: bec. Celan.,
Almeleha: sábana de
vestir. 927:
Allihafe o alifafe: manto
-Mmuzalla: cobertor
Cithara:
cortina. 969:
5.
f.
Legión.,
f.
385.
f.
1002:
f.
5.
3.
3.
f.
Sahag., n.° 364.
cart.
id., n."
lo anterior.
Mataraffe:
id.,
rico. 938: id.,
Izare, izale: sábana. 922:
Fazale: mantel. 996:
tumbo
109.
p.
1,
rico de pieles. 93H: bec. Celan.,
Fatele: manta de abrigo. 942:
Fazalelia:
t.
455.
Esp. sag.,
Esp. sagr.,
XVIII,
t.
tapete. 938: bec. Celan.,
XXXVl,
t.
p. xiv.
p. 337.
5.
f.
Anamat: paramento, frontal. 1083: bec. Almandra: cogin. 1063: Elucidario,
Sahag.,
p. 96.
I,
t.
Folie: manta para caballo. 922: bec. Card., Serie tan copiosa no abarca, sin embargo,
66 v.
f.
37.
f.
sino prendas de cierto
valor y amplitud que merecían consignarse en inventarios, con destino
común,
eclesiástico, por lo
además, con otra
o
precio en transacciones. Acreciéntase,
nombres
serie de
manufactura o adorno de
como
calificativos,
determinando colores,
mismas prendas, cuya explicación
vaga y aun incierta, generalmente, cosa bien experimentada siempre que de las
indumentaria tratamos. Son
Carmez:
estos:
carmesí. 914: bec. Card.,
20
f.
v.
Saibí: rubio. 969: Santa Rosa: Elucidario,
Zamor:
rojizo, gbo:
Zumake:
Amarello: Azul:
f.
944: bec. Card.,
938: bec. Celan.,
bordado. 938:
Hatani: bordado con Atibachi: brocado. :
XXXIV,
p.
1,
108.
p. 455.
37.
5.
14.
f.
f.
5.
id., id.
oro. 927:
969:
tumbo
Esp. sagr.,
tejido de seda labrado. 934:
Batunada:
forrada. 1019:
Exagege
exakeka:
o
f.
t.
amarillo. 919: cart. Sahag., n.° 361.
Alvexí: brocado.
Tiraz
t.
938: bec. Celan.,
mismo.
esto
Morgom:
Esp. sag.,
bermejo. 922: bec. Card.,
Meskí: pardo.
es
t.
XVIII,
Esp. sagr.
386.
t.
,
p. 337. t.
XL,
p. 400.
tumbo Lucense.
tela
—
Legión.,
de seda. 938: bec. Celan., 128
—
f.
5.
LEÓN Sardone:
especie de tafetán. 1068: bec. Sahag.,
Kaskerxí:
de seda cruda? 938: bec. Celan.,
^;tejido
Albaz: paño.
tumbo
927:
Legión.,
f.
Marayze: Habí:
de lana roja. 994: bec. Card.,
Morcús:
Canzi: paño compacto. Cazaví:
3.
v.
73
(.
10G8: bec. Sahag.,
tela listada. 1042:
Vitione:
tela
¿?
Ozolí:
¿?
Elucidario,
t.
Esp. sagr.,
Bazorí:
¿?
1042:
Oveite:
^r*
998:
Fazenzal:
23 v.
f.
XXX\'I, f.
.xliii.
p.
3.
5.
p.
i,
XL,
t.
941: bec. Liévana,
¿?
108.
Sahag., n.° 3O7. f.
998:
Zuranni:
cart.
938: bec. Celan., gbg:
¿?
t.
para forrar. 942: bec. Celan.,
Acata: ^gironada? 932:
Suruz:
Esp. sag..
p.
I,
t.
62.
f.
tejido de canutón. 998: cart. Santillana,
Leztori:
Aluz:
f.
blanca y negra. 959: Elucidario,
tela
5.
f.
385.
tela rameada. 942: bec. Celan.,
tela
G2.
f.
f.
109.
p. 409.
37 v.
tumbo Lucense. Esp. sagr.,
t.
XL,
p. 409.
996: cart. Sahag., n.° 455.
¿?
Faltan absolutamente verbos y partículas en este acarreo de voces
árabes leonesas,
como
dada
la
lengua en que
la
documentación
Respecto de apelativos, es latino o bárbaro cuanto se
fué redactada (i). refiere a
es natural,
conceptos vulgares y apremiantes de
la
vida: lo árabe toca sólo a
refinamientos suntuarios, lujo, mercadería, complicaciones y trabas sociales,
que arguyen
la
presión de otro estado de cosas
nizado, cual había de ser
el
más complejo y
de Córdoba y aun de Zaragoza,
la
orga-
corte semi-
española semiárabe, cuya superioridad de cultura era notoria. El haber
nido
allí
Alfonso
musulmanes los
(2),
el
el
Suele darse etimología árabe a nuestra preposición hasta las
Sahas., n." 65o), ata (983:
formas arcaicas adía
tumbo
Sólo hallo hata una vez, en 1098 (2)
17
Ordoño. para educarse con
Cron.
al
los Benicasi
porvenir de
el
arabismo, que tanto progresó, efectivamente, bajo
pero no son favorables a ello cart.
a su hijo
demuestra cómo aquel gran rey orientaba
leoneses hacia
(i)
Magno
te-
,
derivándola de hatta;
(945: bec. Card.,
f.
jb
Astoricense) y fasta (1074: .Muñoz:
v.),
adte
Fueros,
(1092:
p. 274).
(cart. Silcnse).
bel dense, n." 67 de
la
edición de Flórez:
l-:sp.
sagr.
.
t.
XIII. p. 453.
LEÓN mismo Ordoño, segundo de
aquel
su nombre. Nótese, además, que
más bien
desarrollo no fué progresivo ni duradero, sino que
extinguirse pasado
el
X,
siglo
y,
navarra y afrancesada de Sancho Castilla y de
León en
la
desde luego, una vez que
Mayor
el
persona de Fernando
Toledo abrió nuevos cauces
zado, habiendo de ceder en general bajo
galicana o europea,
ulterior de
quedó
éste
localila
definitivo.
la serie
de códices escri-
con caracteres minúsculos, que en gran número se conservan, no sola-
tos
mente producidos en en
tema
a fa\"or de nuestro
estirpe
la
presión de otra corriente,
la
más congénere y de arraigo
También conduce
mas
tiende a
herencias de
las
La conquista
I.
inlUijo meridional;
al
con
se alzó
tal
zona cristiana
la
letra
siglo;
libre.
La antigüedad de
estos últimos quizá no pasa de
IX, mientras otros del sur les exceden acaso en
fines del siglo
medio
mozárabes, a saber, Andalucía y Toledo, sino
tierras
más de
pero todos forman un solo grupo, caracterizado por aquella
«mozáraba
vel toletana»,
según
la
apellidaban en
Xlll
el siglo
que
(i),
hoy, con notoria inexactitud, llamamos visigoda, y que, aun pareciéndose a
la
lombarda, va en contraposición con todas
más antiguos
libros,
que en León y Asturias
Andalucía, según canta uno de
ellos:
Magno
europeas. Los
se registran,
emigraron de
«Samuel librum ex Spania veni»
Luego, aparecen otros, de tipo toledano, con cipis librum^>, refiriéndose al
las escrituras
rey,
este dictado:
según todos
(2).
«Adefonsi priny de
los indicios (3);
seguida introdújose por costumbre dotar de un «explicit» o suscripción
cada códice, donde se expresan escriba y
aun
el
del monasterio
la
donde
se editaba.
«Littera ista niO(;:arava appellatur vel toletana», en
(i)
de san Isidoro, procedente de Zaragoza y conservado en
Beato de Ashburnham.
mofarabas»: en
el
Liévana,
Lo mismo, en
derno
Roma,
(P.
I.
67
f.
v.
de trabajos de
I
p.
la
«Un
expediente de
el
del
Estos datos arrancan
un códice de
Escorial (&.
1.
las 3).
laimologías «Estas letras
libro de letra toledada»: 1319, cartulario de la
«Ordinatio ecclesiae Valentinae»:
Escuela española de arqueología
e
Cua-
historia en
81.
(2)
Códice misceláneo de
(3)
Biblioteca del
7).
el
nombre
fecha, principe reinante,
la
catedral de León, procedente de Abellar, n.° 22.
Escorial: Sentencias de san
Otro, citado por Morales, en Oviedo
(Viage santo,
ignora hoy.
—
130
Isidoro (T.
—
p.
II.
97),
25) y
Etimologías
cuyo paradero
se
LF.ON
aluden
del ¿iño 9*32 (i),
condes de
(>ast¡lla
dad en su
/.ona,
una \erdadera
reyes leoneses casi excliisivaiiieiile, y, aeleniás, a
a
con frecuencia, acreditando escritorios de gran activi-
desde
en este arte de
re\ oluciíui
los C(')dices,
escritos por Beato de Liévana.
Thompson
miniado por
(antes, de
sabemos; y
el
segundo
precisamente en
En
Ashburnham), data de
de Kscalada en
se termin(')
(juG (2)
muchos más de
(3),
ijhH
cuya
sendos letreros cúficos, meandros
blancas v rojas, otros arcos de
como
los
y está escrito y
por un discípulo de Magius,
la serie, se
conocido.
n(js es
prodigan representacio-
y,
como
palmera,
la
sobre todo, vistas de ciudades y edifi-
un orientalismo
almenas escalonadas, puertas con
l(')bulos,
que aun subsisten morunos,
lechos, cátedras, etc. El
ambiente que
llaves, altares,
lámparas,
estos libros y su arte traspiran, sobre
notorio, es bien otro de aquella diáfana tranquilidad
saturada de luz y bajo
la basílica,
Los Beatos arrastran hacia un
mundo
la
misterioso, inquietante, lleno de
sero rebajamiento del pueblo cristiano, incapaz ya de sentir lo bello, el
amor que
(i)
Vita patrum, en
(2)
Ksta fecha parece indudable, pues resulta consignada
la
+ = 2
4;
1902;
Un abad
p.
Víctoris regía
que conste
gro-
emoción de las
dul-
así:
«dúo gemina
= 900; 3 X
100
10X2
li
ft
y
ms.
in
ter lerna
= 60, que
A descrip-
the collection
ot'
H.J.
304.
mismo, probablemente, que p. 430), sin
3X3X
964; sin embargo, se ha interpretado por Era 932 (año 894):
catalogue of the second series of
Thompson.
al
Biblioteca nacional; ms. n." 10007.
ccnties et ter dena bina era»; o sea 2
componen Era
la
Naturaleza inspira a toda alma sensible y
la
que
inspiración del Evangelio.
horrores y de amenazas, que los discípulos del Apocalipsi oponían
(3)
de
de arcos de herradura, alguna \ez con sus dovelas alternadas
cios, llenos
tive
el
fundaci(')n m()zárabe ya
dero, escenas de guerra, músicos, etc., árboles exóticos,
informó
Apocalipsi,
vida corriente: faenas campestres de vendimia, lagar y mata-
la
cerrojos,
la
un mcjnasterio de san Miguel,
monasterio de Távara, que también
el
estos libros, y en
nes de
el
al
Su más antiguo ejemplar conocido,
cierto Magius, al parecer, en
que puede creerse fuera
caracterizada por
Comentarios
espléndida aunque bárbara serie de los
Mr.
Algo antes hablase producido
niiiad del si^h^ X.
la
el
el
monasterio donde fué escrito
ligura en
una confirmación
real
nombre de su monasterio; pero con
su proximidad a León.
—
131
—
el
códice en cuestión;
de 920 (Ksp. sagr.,
l.
el
X\'l,
ello se alianza la hipótesis
de
LEÓN zuras de
palabra de Cristo, y que por
la
punzante de de
los
Novísimos para reaccionar hacia
terrible
irilidad
\
mismo
lu
necesitaba
bueno.
lo
revulsivo
el
Un
misticismo
aquellas representaciones y aquellos textos,
inspir(')
evocadores de una emociim nueva y de un ideal, antitesis de clasicismo, que había de informar el arte de la Edad Media avanzada en toda Europa; pero aquí en España se anticipó casi dos siglos, precipitado por de espíritu,
la
dándose
hasta
XII
el si^^lo
los
estímulos que
los
el
comentarios de
la
las profecías
notable en estos códices leoneses, que
es
de Patmos y de Daniel,
libro favorito en el X.
que habían sido nuestro
Y
tensión
vecindad de moros y caso de no trascender a Europa con éxito
lucha de ideas,
cristianos produjo;
la
muchos de
entre ellos
contienen anotaciones y escolios árabes, ni más ni menos que los de
toledana y andaluza, dando testimonio de que en los monaste-
las series
de país cristiano eran también familiares
rios
andando
el siglo
es
la
Cogolla, en Barelánica, en Carrión,
conocida
observar que, hacia
la
procedencia de
la
primera mitad del
y de Silos, son glosas romanceadas bes
(2),
lengua y escritura árabes,
X, o sea que eran mozárabes, y esto en Távara, en Sa-
hagún. en León, en no siempre
la
las
tales libros (i).
el
puesto que
Valga, por
fin,
siglo XI, en códices de la Cogolla
que vienen
acreditando, en apariencia cuando menos,
mento meridional por
etc.,
a sustituir a las árala
absorción del ele-
castellano.
Las cartas y diplomas enseñan todavía más cosas, a vueltas de su trivialidad habitual, en el
punto de organización. Asturias, Galicia y aun
Bierzo mantuvieron su régimen señorial bárbaro, con
el triste
cortejo
de siervos y «criationes» perseverando siglos, de suerte que hasta en
(i)
Los códices leoneses con notas árabes son
Escorial, arriba
Madrid (ms.
León
ciliar
de
la
Catedral de León (n."
la
en
6).
Academia de
la
la
la
de Sahagún, en
id (n."
1872).
id (Vit.
I.
el
Biblioteca universitaria de
Biblia primera de
San
Isidro de
Historia (n." 20V Morales de san
Biblioteca nacional (n." 80). Fuero juzgo primero, en
de Beato, primeros, en
XI
Sentencia de san Isidoro, en
mencionado. Biblia primera complutense, en
n." 31)- Biblia
(n." 2). Biblia de la Cogolla,
Gregorio, en
estos:
el
id. (n."
10064).
Con-
Conciliar de Carrión, en Id (n.° 10041). Comentarios 4).
Comentarios de Beato, de Távara, en
el
Archivo
histórico nacional (V. 36, n." 257). (2)
Acad. de
la Historia:
ms. de
la
Cogolla n.°6o.
—
132
—
— Museo
británico: ms. n.° 30853.
LEÓN se registran allá
con trccLicncia
No
adscritos perpetuaiiieiite al sucio. «in
montes» o «térra de
t'oris
de esclavos, siervos y familias
listas
las
asi
en
las \ertientes
como
loris»,
decían
internas del país,
o sea en
íi),
banda
la
septentrional del Duero, donde se rc\ela desde un principio cierto estado
nuevo y
social
diferente, bajo la tutela del Soberano,
que
un domi-
ejercía
nio patriarcal y absorbente en todos los órdenes. El dualismo antiguo de
señores y siervos se transforma en Estado llano, con simple vasallaje, bajo la
forma de prestaciones y tributos. En torno del
en León, aparecen
rey,
obispos, abades y clero, individuos arabizados, «pueros», o sea «mallatos»,
y otras gentes oscuras, que vendrían a constituir una alta servidumbre
musulmán,
o clientela de tipo
reclutada, en parte acaso, entre mozárabes
cortesanos, sin que figuren hasta cerca de tinos, o sea la
refugiados, y consta
aconsejándole, en la
la
mitad del siglo
X
condes pala-
En cambio, no faltaban allí señores árabes de uno, Omeya, hijo de Ishac, que asistía a Ramiro II,
nobleza goda.
de Simancas
la batalla
(2).
Cuando
salían los pueblos de
potestad real por donación, sus gentes no rendían al nuevo señor sino
prestaciones personales, de tiempo en tiempo y reglamentadas tierras
moro sias
trasmitían
se
(4).
hombres de
sin
Desde luego
las familias
salvo
servicio,
de criazón,
cual
tal
y
(3),
esclavo
los siervos adscritos a igle-
y monasterios no aparecen nunca, y esto desde un principio, en
cuanto
los
documentos alcanzan,
sin
respecto de otro estado previo. Así,
y Alfonso
el
Magno
el
que país
se
perciban rastros de evolución
nuevamente poblado bajo Ordoño
resulta con características sociales
también nuevas.
Sus bases orgánicas traslúcense mediante referencias documentales; tierras
abandonadas por sus antiguos dueños,
árabe, fueron apreendidas por dichos reyes,
(i)
Privilegio de
Ordoño
a
I
la
(Esp. sag.,
el
8 y 166.
t.
XXXIV,
— Tumbo
p. 431).
como
f.
las
de
la
invasión
cosa propia,
al
parecer,
el siglo
Catedral de Oviedo (Esp. sagr.
,
t.
XXXVII,
el
III,
p. 323),
de 875
Celanova,
397, etc., etc.
(2)
Dozy:
(3)
Sobre este punto quizá no haya documento más antiguo y circunstanciado que
3.'
edición, págs.
fuero de Cirueña, de 972: Bol. de la (4)
como
en
1.
Legionense,
Recherches;
allá
Archivo histórico. — Carta de Alfonso — Cartulario de Samos, n." — Becerro de
cuyo original apareció ha poco en
fs.
las
Por ejemplo, en
el cart.
Acad. de
de Sahagún, n."
precio, entre animales, caso explicable
—
167 y xxix.
si
133
37.S.
la
Hist.,
t.
XXl.X,
p.
34?.
El doc. 397 consigna «.uno serbo»,
eran nobles asturianos los otorgantes.
—
LEÓN V
empleando en
como
de su ser\idLinibre
ello el trabajo
Ellos conser\aron,
(i).
bienes patrimoniales, una parte de dichas tierras, que trasmitieron a
sus hijos
administradas a veces por hombres arabizados
(2),
y otras
(3),
fueron cedidas a personajes, catedrales y monasterios. Además. Alfonso Maf^no, va ejercitado en repoblar
padre
(4),
comarca de Orense por encargo de su
la
promulgó un edicto de repoblación, hacia
dando aquel suelo vastísimo y
año 876
el
repartido en suertes
fértil,
biin-
(5),
a quienes
(()),
acudiesen a roturarlo y colonizarlo, y ello con propiedad absoluta, salvo tributación real
Aun
(7).
se
alude más concretamente
«Señera ad Turrem de Sea. Maria Alva qu¡
(1)
desqualido de gente barbárica
illut
adprehendimus»: habla Alfonso bajo
el n.° IV).
— «Quinionein
manu
nostrum proprium de presura
dominissimi Adefonsi de populatione ordinationis eius
Ramiro
II,
en Q18 (tumbo Leg.,
iuniores que
serán aquellos afectos
al
dominio
(2)
Véase
(3)
«Fuit
tenuit
el
real
200),
f.
Los
pueris nostris
bone niemorie
patris nostri
de Mora»; habla
in Valle
tales colonos, servidores o libertos del rey,
solían excluirse en las donaciones territoriales,
(Vignau: cart. de Eslonza,
texto primero de
p.
9).
fuit
et
maiordomus regina domna Tarasia
eius in multisque locis»; 994
(tumbo Leg.,
f.
«Pelagius cognomento Zuleiman» era «fratcr», o sea monje, y obtuvo de
Teresa
illa
testar,
o sea donar, cierto santuario rupestre en 990
270
f.
(5)
Esta fecha se induce únicamente de cierta «presura» realizada
XVII,
p.
habuimus
(tumbo Leg.,
Lste
doña
f.
f.
i5o
tercio ante
204).
v.).
f.
i58).
— «Et
— «Sulco antiquo
448).
f.
«lulianus (presbiter) exivi ad térras populandas per heditum regis donni Adefonsi
(7)
principis et
comitum Savaricum, prendidi
Camba
nuscrito
(tumbo Leg.,
«anno
de sorte antiqua»: 934 (bec. Sahag.,
ea (térra, villa) de sueco antiquo»: 928 y 930 (id.,
dividente termino»: 939
flubios
quam habuimus
v.).
la r'úna
244.
disfecta de Pulburaria», y esta batalla se dio en 878
«Hereditate...
345
et
v.).
España sagrada;
(6)
la
(id.,
(4)
t.
quedando
nota anterior.
la
homo nomine Zuleiman
omnem mandationem
cum
domno
Alkamin...
copiado por Escalona,
120;
est
ct
— «Villa
propria f.
la
ordenamiento para
v.).
434
f.
en 909 (bec. Sahagun,
III,
al
de presura de avio nostro
fuit
Hordonio»: habla Garsea, príncipe, en 909 (tumbo Leg.,
secundum nos
el
1
et
195 B,
Vive f.
74).
et
nominis
villa
villa
luliani
— Habla Alfonso
de exqualido relicta ab antiquo secus
in territorio Pin^ie»: 912 (Arch. Hist.,
IV en 931, confirmando
al
ma-
monasterio de Cárdena
posesión de Villafrida: «sicuti et obtinuistis de populatione primeva in diebus principum
priorum nostrorum avorum
quod habuerit
in
et
parentorum»
(bec. Card.,
tempere tune adprehensione
in
ipsum locum Riuvosicco testamentum»
—
134
63
Rivosicco
ea sibi vindicavit ab integro. Postea vero discurrente era rex fecit de
f.
—
etc.:
v.).
cum
— «Memoria
illi
fuit
eo
alios plures et post illud
DCCCCVllII
...
934 (tumbo Leg.,
domno f.
Garseani
387). — Dona-
LEÓN repoblar
ciudad de
la
dado por
Le(')n,
mejor en
recta suya revélase
mismo
el
rey
parte central de los nuevos dominios, pues
la
extremas hubieron de intervenir condes, se^ún
en
las
y,
efectivamente, consta de uno, llamado Sabarico, en
próxima
que
Bierzo,
al
La repoblación a
fundar
mantuvo
se
se hizo
Esta acción di-
(ij.
antiguo régimen;
el
adscrita a Astorga (2).
unas veces por individuos sueltos, que acudían
tarde o temprano transformadas en pueblos
vilas,
gallega
regi(')n
la
mas
(3);
lo
general debi(3 de ser agruparse varias familias, «sortitores» o «sodales»,
que permanecían asociadas y con no
era corriente
S(')lo
proindivisi(')n entre C(jherederos (5),
la
o protiliac¡(')n de personas extrañas, que entraban
la ad(jpci(')n
ciún de un
sistema de
Flste
(4).
la
sucio resulta generalizadísimo, puesto que en las testamen-
indivisii')n del
tarías,
comunes
tierras
campo
«sicut illud de scalido prendidit»: 912 (id.,
f.
394).
como
— «Terra
sino
copar-
que
fuit
presura de nostros parentes que est in loco Rivosicco que vocitant Bobatella»; 941 (bec. Saha-
gún, et
f.
85
V.).
— «Habuimus ipsum
bustum de presura de guardiatores
Froila et Latccio,
presserunt cas abios nostros de iscallido in tempore antiquo... de nostros antecessores
bustum ganaverunt»: 938
qui ipsum
eremum prehendere 955 (bec. Card.,
11 v.).
f.
(id.,
— «Nostram
202
f.
vel scadare aut scalidare
domno Adefonso
nosiro
num
Alfonso (1)
III
«Prcsit
Vimara cum suos
filios
aqua
lavoraverunt presea
et
(2)
Véase
(3)
«Villa
la
nota
(tumbo Leg. 6."
de
la
(4)
(tumbo
Sodales:
ona, Hist. de (5)
f.
Leg.,
í.
el
7).
Aquí aparece
istirpe
antiquo ante qualibet pre-
illa
et
tactos suos
molinos
disfecta de Pulburaria possidentes
204).
qui
et
parentorum mcorum
ct
contcsso populavi a populacione in
territorio
Palencie ripa rivulo
322).
doc.
Véanse especialmente
hermanos, contenidas en
impera-
página anterior.
bec. Sahag.,
Sahagún,
tilio
concilio et posuerunt termi-
aduxerunt aqua
et
mea quam ego Manni Oveccoz
prima quam abui de avorum ICarrione»: 977
,
nostros
el
Vernesga ad populalionem de Legione ad
in
abuit iuri quieto in facicm universi anno tercio ante per annos multos»: 915
locum
otros reyes leoneses.
editum principi bone memorie domnissimi Adefonsi de sura signa vel decora,
ibi
Kslonza; supl. P. n."
(cart.
como después
con dictado de emperador,
in
tenucrunt iure quieto
et
Gum domno Gundisalbo
princebs, et adgregati lucrunt
hubi vocitant Canalelia»: gbo
in illo loco
«Que parentibus meis
vindigaverunt
et
posucrunt términos
sicut antiqui dereliquerunt, ct
—
hereditatcm... ubi habuerunt nostros abios
parentes vustos que prendiderunt de escalido
tori
v.).
potuerunt sicut antiqua gens dereliquerunt»:
f.
212
V.
— Parce ra:
Id.,
f.
4.S v.
— Sortitores:
Ksca-
XCIII. las
particiones testamentarias entre san
becerro de Celanova,
-
.35
f.
-
ibó.
Rosendo y sus
LEÓN tícipes o sea
«heredes» con iguales derechüs
alcanzaba a
las salinas,
la
además,
molinos, hornos, pesquerías,
disponían libremente de
cuente
(i);
proindivisión
la
Los condueños
etc.
suyo, pudiendo venderlo, y de hecho es fre-
lo
reabsorción por individuos ricos o monasterios, que iban poco a
poco adquiriendo raciones de suelo hasta poseer su totalidad. Las susodichas colectividades, fundidas con
común
transcurso del tiempo bajo
el
balanario
frente a los llamados «iuniores», suje-
(3),
y tributo personal, por su calidad de antiguos libertos
Además,
del rey.
de hombres libres llamados de
las categorías
y de benefactoría
(2)
tos a prestación
ellas
constituyeron organismos locales, dotados de cierta
tacultad gubernativa,
como
asuntos judiciales
(4)
y algunos ejemplos de acuerdos en
cesión de fincas,
bien ellos corresponden a territorio castellano
Véase,
(i)
Sr.
razón
de «heredes», que responde a su calidad de propietarios del suelo,
fueron origen probable de
el
la
si
como
acreditan
ejemplo, una carta del becerro de Sahagún,
Tumbo
Legionense,
402
f.
eran de valanario o propias de un
tal
v.,
donde
se
común
224
la «villa
sobre
(5).
extractada por
v.,
bajo
consigna un pleito sobre
Argemiro y su esposa Auria; año
Sentencia contra los habitantes de
(3)
.
mon. de Sahagún,
Vignau, en su índice de los doc. del (2)
independencia de su acción en
la
el n."
si
6o5.
ciertas tierras
941.
sancti Laurenti in Valle Ibdonia»,
cerca de Astorga, «que fuit hereditas sánete Marie (Astoricensis) et aliquibus temporibus
intumuerunt omnes havitantes
in ea
servitium ad supradictum locum
terre ipsius havitatores, asserentes
Pleito sobre
quorum
parentes et avi solitum habuerant exercere
e.xterminarunt se inde, sicut mei averant eos infanzones
et
quod
erat benefactoría»: 1046. (B. N., ms. 712,
unos solares eran de benefactoría o «in préstamo»: 1064 (tumbo Leg.,
si
Becerro de San Martín de Castañeda (B. N., ms. 18382,
(4)
sobre propiedad de esta vila y de su pesquería en rio y
f.
Ranosindo con sus gasalianes: año
el
f.
41): Pleito
como
f.
—
331).
de Calende,
lago de Sanabria, entre dicho monaste-
927. Celebróse en la iglesia de san
Spino, territorio Sampire (Bierzo), actuando
88.)
Pedro de
villa
jueces «Gutier Fernández, Froyla Veni-
gonta, Dauti, Maurelle, Kldcmiro, Lilla, Trasarico, Trabessa, Absalon vel aliorum iudi-
cum», y recibiendo
«Ego
(5)
Valdeo
et
las fianzas el
Filauria,
sayón Anagillo, sin presidencia
parentes nostros»; 932 (bec. Sahag., et
más
omni collado de Melgare una cum domino Rexindo damus
sancti lohannis et ad abbatc lubla
maiores
ni
trámites.
Teoda, Adica, Gundisalvo, Taione, Isciame, Gomiz, item Adica,
minores iubenes
et
uno prato ad f.
95).
F'onte Auria... pro
— «Nos totos
omnes
in
sancta basílica
animas nostras
concilio pleno de
senes nostras spontaneas volumptales
sic
tibí
domino
nuastí nos de
illo
labore de íUos castellos per sécula seculorum»: 972 (bec. Cárdena,
—
136
—
illa
de
donamus atque
roboramus ad
nostro comité García Ferdínandiz
et
Agusyn
defesa pro eo quod ingef.
3).
LEÓN efect¡\
Castilla,
amento, bajo aspcctu análogo
al
de
la
propia-
tierra
una organizaciini más compleja y perfeccionada. Las iniciativas no partían allá exclusivamente del rey sino de los condes,
mente leonesa,
desaiToll,, del ábside
como en Melque y
•
^
i
>
-vtihx
principal (Lam. aLIII)
Asturias, destacando poco
semicilindro, procedimiento excepcional, aun respecto de esta
como
si al
principio no hubiesen pensado sus constructores en co-
—
146
—
ESCALADA
En
naves.
las
que sostienen
m¿\rm(')reas sueltas, cuales son las
lumnas
los
como
molduraje
se
la
como
edificios,
algo de
compone de amplísima
(Fig. 6i) se
grupo de
intradós, según
tal
en
costumbre
jamba y algo de IX.
edificios cordobeses del siglo
en
practici')
minúsculos, resultando anómala este
arquerías de
ábsides menores y brazus del crucero coronan las jambas
impostas molduradas, que vuelan sólo por el andaluza, abarcando además la misma pieza arquivolta,
las
lo
El
escota entre dos boceles
combinación, puesto que
godo y andaluz,
es el
lo
usual en
predominio de
nácela o semiescota casi absolutamente.
A
punto de voltearse
de trabajo en
el
arcos hubieron de mejorar
los
las
condiciones
acarreándose entonces piedra caliza compacta,
edificio,
que. por su gran finura, se prestaba, no sólo a tallar dovelajes con cisión debida, sino
constituyen
iglesia
además
decorativos, que en esta
más
nota
su
miembros
a esculpir
pre-
la
singular. Efectivamente, los arcos
XLV)
(Lám.
están despezados en
desiguales, pero angostas dovelas,
y
trasdosadas
ellas
con
y
juntas
sutilísimas; su curva es de herra-
dura, con amplitud que varía de
un
tercio
a
—
mitad del radio,
la
aproximadamente, sobre
el
semi-
círculo,
excepto los laterales del
crucero,
mucho menos
desarrolla-
I'ig.
6i. Escalada: impostas de arcos
dos, por atenerse su alto a la ra-
sante
de armaduras del cuerpo de
desde luego no se pensó en destacar
cuanto
despiezo
al
sería
necesario
incierto
próximas del radio
a
la
más
como
comprobando
crucero respecto de
el
bien su trazado, pues evidentemente plejo e
iglesia,
la
hacer plantillas el
las naves.
En
para determinar
sistema usual es casi tan
en Melque. Parece, sin
que
ello
embargo, que
las
comjuntas
clave son radiales v las sucesivas convergentes un tercio abajo.
primeros en hacerse,
el
arco de enmedio ofrece
En
los
ábsides laterales,
cuyos arcos serian
los
despiezo parece radial en absoluto (Lám. XLIV);
como
el
particularidad llevar descentrado por eleva-
ción su trasdós (Lám. XLIII), obedeciendo a influjo cordobés precisamen-
—
147
—
LEÓN te (i),
y los del iconostasis. llegan a un límite
gancia (Láms.
XLI
construcción se prepararon para los arcos simples
la
sus jambas, salvo en
las otras sueltas
les
ábside mavor, según va dicho;
el
más amplios
después, bajo un régimen de
jambas, o bien se
de gracilidad y ele-
y XLII).
Al principio de
impostas sobre
máximo
recursos, encapiteláronse las
adaptaron columnas tangentes, haciendo juego con
que separan
algún caso en Asturias
(2);
las naves.
De antas
o jambas con capitel hay
pero sobre todo abundan capiteles
así,
de base
rectangular y de estilo corintio bárbaro, en esta región del NO., proban-
do que
se les
usó desde antes de
la
invasión
musulmana
Precisamente
(3).
aquí en San Miguel se aprovecharon dos, recortándolos para acomodarlos al
arco de
la
nave
lateral derecha,
mientras se hacían otros nuevos análogos
de enfrente y para el iconostasis. Las columnas tangentes a jambas, pero llevando capiteles entregos, o sea tallados en un sillar que entra en el
para
el
muro, constituyen regla generalísima en Asturias antes
del período
muy digna
nico, y su repetición en Escalada es particularidad
romá-
de anotarse,
pues demuestra un influjo asturiano, que no vuelve a observarse en
demás
iglesias
causa, es
la
de esta serie. Otra particularidad, achacable a
ausencia de
cimacio
El
hay en Escalada, sobre
como simples
naves, pero
(i)
les
hecho
se repite
misma
sobre los capiteles, que, en relación con
arcos de herradura, constituye caso único, fuera del
Lourosa. Realmente
la
las
menos
significado de
columnas exentas de sus
tableros incorporados a los arcos
con mucha posterioridad, aplicado
al
(4).
arco semicircular, en
arquitectura lombardo-toscana, sin explicación conocida, que yo sepa. Acaso derive bién de lo español, puesto que
vemos
las
la iglesia
la
tam-
románica de San Pedro de Galligans, en
Gerona, con sus ventanajes y una puerta dispuestos de igual modo, o sea descentrado
el
trasdós de sus arquivoltas. (2)
San Salvador de
Priesca, en los arcos de sus capillas laterales. Las pilastras deco-
rativas de Santullano de los (3)
Prados son poco de
Les hay romanos en
Posteriores, en
Camarzana y
el
San Tirso de Oviedo,
Sta.
fiar, tal
como
se hallan
museo de Pontevedra y en e
de recortadas hoy.
Alija de los
Melones (León).
iconostasis de Lena, unos y otros aprovechados, y en
Marta de Tera (Zamora). Desde
el
siglo
X
en adelante quizá no haya
otros en estas comarcas. (4)
Para uno de
ellos,
sobre
la
primera columna del lado del Lvangelio hacia
aprovechóse un mármol con epitafio métrico pagano, sólo en escasa parte bien leída todavía (Bol.
Acad. H
ist
.;
t.
—
XXXI, 148
p. 514).
—
los pies,
visible, y ella
no
ESCALADA Los ábsides cúbrensc pues forman
bóveda de
cóncavos y delante un cuarto paño como de
tres cascos al¿;o
proyectando su semicírcuhj tras del arcu de entrada. Ya
aristas,
vimos en Melque
b(')\cdas cupuliformes, de tipo especial,
cnic(_)
de San Juan de
(i); la
ulro de 948(2), y
Peña,
hü_\'
la
suscrip-
perdido, expresan-
que habla
sido
escrito
en 938 en
el
«monasterio
U
m be »
ba
bajo
go-
el
del
bierno
obispo Fru-
por
nimio,
Ñuño
diáco-
no,
proba-
blemente
el
mismo que apa-
luego
abad, según Fig. 91.
va dicho
Bamba: sección de
la
nave central
(3).
Este Frunimio debe ser aquel obispo de León, bien conocido, que duró
(i)
allí
«Frunimius
episcopus Bambensi
se-
dis confirmat»: cartulario de
Sahagún,
(2)
episcopus
n." 14.
«Frunimius
Bambensae
scdis confirmat»:
Fsp.
sagr.,tomoXXXVni, pág. 275. (3)
«Explicit
li-
canonum Deo
iu-
bante sub die xvu
Ica-
ben
lendas iulias die
W
'y^/^/wMwmm^/^/^^^^^^
vi fe-
Fig. 02.
ria
Bamba: sección de
las
naves laterales
hora secunda lxxvi
ter terna cencies era.
Conpletusque
in
monasterio
Ubambe
a
Nunno diácono
licet
sub regiminc Frunimii episcopi regnante Ihesu Xristo eterno ct cathedra residens
-
195
-
indigno
Ranimi-
LEÓN hasta enero de 928, cuando hizo testamento en favor de su Catedral, donán-
menos
dola fincas y objetos, y que luego vivió retirado, hasta 963, a lo
(i).
Ciertamente que Risco dio como seguro que su retiro fué en San Andrés de Perameno, por pero
los otros
intervención que tuvo a favor de sus ermitaños en 944;
la
Bamba
datos de
son más concluyentes, haciendo creíble que
Frunimio fundó
este monasterio,
y ello hacia 928.
A
la edificación
cas,
como
su predecesor Cixila
mismo
munificencia del
la
de su iglesia, y aunque
creada precisamente hacia
ejemplo de
el
mismos
los
es verosímil
años, y
de Apellare,
el
que
se debiera
Siman-
diócesis de
la
de santa María,
el título
raro en monasterios de entonces, podrían llevarnos a sospechar un intento
de sede episcopal nueva en Bamba, sin embargo, se la aplicase el título de sede sin
más
residía en
Samos
más probable
como
y Rudesindo en Celanova
(2)
La decadencia de Bamba hubo de
es
que
motivo que ser residencia de un
obispo dimisionario y sin jurisdicción pastoral,
cuando
lo
andaluz Fatalis
el
(3).
ser rapidísima, y gracias a ella se
libró de renovaciones el edificio, hasta que, bajo los Hospitalarios, padeció
gran reforma, cavendo una mitad de
la iglesia
para dejar
naves,
sitio a tres
con cubiertas de madera y separadas por arquerías
muy
cabecera primitiva con todo
que basta para formar
el
lienzo septentrional,
Quedó
airosas.
la
idea de la distribución y estructura, con fijeza no lograda por quienes
estudiaron antes
el edificio.
Éste parece haber sido un ejemplar de tipo bizantino, con planta en
forma de cruz
inscrita en
un cuadrilátero, y todo cubierto con bóvedas,
cual nos lo ofrecen el Cristo de la
en su parte más
Luz en Toledo, San Martín de Segovia,
Germigny-des-Prés,
vieja,
no advertida aún, de contrarrestarse
los
etc.;
mas con
rus in regno inperante paterno legeris
memento mei.»
1239:
anno autem rcgni
menscs
viii
Ordinatio ecclesiae Valentinae
XXXIV,
(i)
Esp. sagr.;
(2)
«Sub dominio
(3)
«Rudesindus episcopus Dumicnse
t.
sui vi
trabajos:
de Santiago
iglesia, la
mismo grupo. También
Roma: cuadernos de
arqueología e historia en
p.
al
particularidad,
empujes de sus arquerías mediante
estribos, que traen recuerdos de Asturias y de otra de Peñalba, perteneciente
la
el
ser de
planta
Tu
vero qui
dies
.\ii.
(Escuela española de
I).
p. 236.
Fatalis episcopi cimeterio
Samonensi»: Esp. sagr
sedis Cellenovensc»:
340.
—
196
—
.
,
t.
XL,
Esp. sagr.,
t.
p. 21 5.
XVIII,
BAMBA cuadrada sus
implica una tradición goda u asturiana, que
tres capillas
luego cayó en los edificios de estructura mozárabe ras 90 a 94; láminas
LXXl
más compleja.
(I''igu-
LXXIII).
a
Respecto de proporciones esta iglesia ofrece notable contraste: arcos son relativamente bajos, no traspasando esbeltos; en
cambio,
ias
bóvedas suben
hiasta
el
duplo de su ancho
un
ios
ios
más
ancho de
triplo del
las
naves, y es verosímil que superase esta proporción su compartimiento
obedeciendo todo a
central,
conveniencia de dar luces directas a cada
la
tramo, de suerte que en realidad cio.
es
Tocante
como
las alturas
son mínimas en todo
edifi-
el
a anchos, la proporción entre sus naves central y colaterales
tres a dos,
siendo cuadrados todos los tramos de aquélla y
pillas colaterales, infiriéndose
de esto que
cuerpo de
el
la iglesia es
las
ca-
alarga-
do, en desacuerdo con los prototipos bizantinos, y por apego a las tradicio-
nes occidentales probablemente. Orientación, normal. El
aparejo de
los
muros
es
nal obsérvanse cintas de lajas
menudas
como en
las
lo
árabe toledano;
En
de mampostería. entre cada
capillas
sin acusar cintas, bien careadas y de parejo
guardan
el
de cantos gruesos,
fila
el
tamaño sus
lienzo septentrio-
mismo piedras,
hiladas, en correspondencia con los sillares de las esquinas,
menguando progresivamente de abajo los estribos y los pilares
de adentro son de
que forman
cuyo
a arriba, y su labor es
rada, siendo de piedra caliza basta todo ello
orden, pero
alto varía,
poco esme-
(Lám. LXXI). Al contrario,
sillería
muy
bien labrada y con
juntas sutiles, alternando sin orden hiladas de unos 64 centímetros y otras
que no pasan de las
20: así
también de cuidadoso
bóvedas van hechas regularmente con
es el dovelaje de los arcos, y
sillarejos largos y
angostos bien
cortados. Las pilas e.\entas son cuadradas en su base.
De bóvedas no en igual sentido que
existen sino seis, todas ellas de cañón, desarrolladas el eje
de
la iglesia,
arrancando sobre impostas y algo
prolongada su curva en forma de herradura, sobre todo en
mayor. El tramo central no puede saberse ya cómo bóveda de los ta,
aristas o de gallones, y
tramos colaterales
al
mismo
sí
la
capilla
se cubría, tal vez
con
abriendo ventanas en sus lunetos. De
queda indicio en una cornisa de impos-
reconociéndose que eran cañones, atravesados respecto del
eje
de
la
iglesia, y a conveniente altura para que las otras bóvedas contiguas reci-
biesen en firme sus empujes. Las
—
impostas son de 197
—
filete
liso,
y obsér-
LEÓN vase que ellas rodean por
la
cabecera
tramos de naves conservados,
los
medio por ventanas rectangulares, que parecen anti-
cortándose en
guas (Lám. LXXII). El
muro
de sur aparece desplomado, con deforma-
ción de los arcos y bóvedas de aquella parte, atestiguando que
no logró acertar en
el
edificador
el
contrarresto de empujes.
Los arcos son de herradura, sobre impostas de molduraje y con
como
in-
observa en Mazóte y otras iglesias mozárabes leonesas; su despiezo queda incierto por hoy, pues tradós algo cóncavo en sentido transversal,
se
la iglesia fué re-
vestida grosera-
mente, primero
con barro y paja V encima con
modo
de
yeso,
que sólo están visibles algunas
bajas
juntas éstas
son
y
hori-
ha-
zontales,
ciendo suponer radial el despiezo;
respecto de
amplitud, curva en Fig. 03.
Bamba: sección
las
ves laterales al-
transversal, desde la cabecera
canza a dos cios de la circunferencia; los
la
na-
ter-
medianeros quedan algo cortos, o sea con pro-
longación de dos quintos del radio por bajo del semicírculo (Lám. LXXIII); el
de
la capilla
daba
al
mayor
está oculto por
un revestimiento de madera y
que
centro del crucero tiene unos arranques verticales, salientes e
interrumpidos de mala manera, sobre
los
que
se desarrolla
Esta anomalía no parece explicable sino en caso de tasis,
el
como
los
en semicírculo.
existir allí
un iconos-
de Escalada y Lena y como, según indicios,
generalmente en nuestras
iglesias
hubo
de aquellos siglos, formando tres arcos
sobre columnas, cuyos apeos laterales serían, en
—
les
198
—
tal
caso, los salmeres
HAMBA
Fig. 94. Sta. María de
conservados (Fig.
93).
Bamba; perspectiva isomctrica del
Además, ante
el
arco de
costados del tramo anterior, hay gruesos maderos, la, los
la
edificio
capilla
mavor v
como trabes
o
a los
pérgu-
que servirían para colgar lámparas y cruces, y también para tender velos, completando con el iconostasis el cerramiento del presbiterio.
—
199
—
LEÓN Las impostas de
los arcos
todos (Fig. 96) son de caliza lina, primo-
rosamente labrada, formando grupos de nácelas o semiescotas escalonadas, en
número de dos
o tres, y entre medias baquetones, ya
remedando em-
como
hojitas enfiladas:
brionariamente contarios, ya con rayas oblicuas, ya es
modelo
persistente en casi todas las iglesias
Fig. 95.
Bamba: impostas de
iremos viendo; pero estos ejemplares de variados, dentro de la serie.
mozárabes leonesas, según
los arcos
Bamba
resultan los
más
ricos
y
Del alero exterior no puede reconocerse
vestigio alguno.
Una gran bendita (Lám.
pieza decorativa posee esta iglesia y es su pila para agua
LXXIV), de mármol
por dentro, exactamente igual que
blanco, en forma de taza gallonada
las árabes,
y con aspecto de capitel co-
rintio por fuera, tallados sus cauliculos y hojas
rigidez de líneas, a
modo
sobriamente y con cierta
griego; la parte medial de cada frente
queda
lisa
y algo convexa, y por abajo, en vez de astrágalo, lleva una escotadura: su alto, 40 centímetros. Los capiteles marmóreos convertidos en pilas son numerosísimos: pero
esta pieza ofrece
—
200
muchas dudas sobre
si
es
una de
I5AMBA
tantas o
si, al
como
contrario, fué desde luego labrada
y a esto nos
pila,
inclinamos con preferencia. Respecto de tiempo, su parecido con capiteles de Mazóte, y en general con toda
como
grupo leonés mozárabe, aconseja reputarla ciendo ser
más
pieza
la
mayor vecindad
como
artística se halla al
en capiteles de
y de
Itálica
Catedral
la
periodo romano, aunque de cincel griego.
esta iglesia subsiste
un largo trozo de
aprovechado
friso,
material en su torre, con labor de rombos, según repiten varias veces
mármoles godos de Córdoba, por ejemplo: parece de piedra basta
Museo arqueológico de Valladolid contiene blanco, que, según dicen, proviene de esta misma El
•
las
•
^^ ^Jk^ '/'il^^
iglesia
^h;#Ai¥~iyy ^ \ /\ /^ J^/iLS^—:'^ Bamba:
Pig. 96.
(i),
mármol
de Bamba. Es
al exterior,
y junto a su borde
"""
^'''
en
la
la
^'"" ''""'"• '"^' ""''«"'''"'' "°
parece traspasar
el siglo
Xlll: su diámetro
mismo
exterior es de 47 centímetros. El friso
como
adorna una cenefita de entrelazados ara-
'Jk'
Ik
andaluzas
(Fig. 96).
otra pila, de
de ocho gallones, no solamente por dentro, sino también
i
este
del siglo X: pero recono-
arcaizante y clásica entre todas, de suerte que su
de Córdoba, correspondientes
Además, en
mantenida en
bi/.antina
la decoraci(')n
torre
museo, y también como procedente de
Bamba, conserva un soporte de en
altar
cuadrangular, esculpido a
lo alto,
ces; su alto
I
'32 metros,
modo
cajita
para reliquias
de pilastra y con grandes cru-
y de base 26 centímetros: es pieza visigoda indu-
dable, y otros ejemplares semejantes
Ha de
marmóreo, con
hay en Mérida, Córdoba y Toledo.
tenerse en cuenta que las atribuciones consignadas en
de dicho Museo ofrecen
En
muy
síntesis, la iglesia
mozárabe
inventario
escasa garantía de exactitud.
Bamba merece
de
leonés, con afinidades las
bien, tal vez por
el
más
economía o premura,
clasificarse dentro del
grupo
directas en Peñalba y Lebeña,
ni tiene
mármoles
ni se
apean sobre
columnas sus arcos. Los cañones con sección de herradura recuerdan iglesia
siglo
X
goda de Baños; pero
no autoriza para retrotraer más
Su prototipo
Alháqucm
II
es.
allá del
es la pila del
aproximadamente, admisible.
Museo arqueológico de Granada, con
y fecha de 970. Vaciado suyo existe en
— 26
la
su construcción, dado que también reaparecen en San Miguel de
Celanova. La fecha de 928
(i)
ello
si
201
—
el
Musco de
.Madrid.
inscripción de
LEÓN De obras
posteriores
tramo de nave
central,
la
más inherente
cuerpo,
más moderno y con al arte
el hastial,
de ogivas
el
torre, levantada sobre el
lo
primitivo, sobre
que
lo
se alza otro
arcos también para las campanas. Las naves la
evolución ogival. de
modo que
muy
aparejo, de sillería estrecha; portada
sus rica
con fecha de Era 1233; una capilla adyacente, con dos bóvedas
lisas,
capialzadas, y arco medianero a medio punto sobre re-
pisas; claustro hacia norte,
hecha con
que
románico, bajo
arquerías son apuntadas;
en
una
con dos arcos por lado, semicirculares, hoy maci-
zos, y todo ello de aparejo igual
corresponden
es
lajas,
con bóveda de aristas en uno de
los ángulos,
y algunos lucillos y arcos de poca significación.
Toda
esta
obra parece ser de escuela zamorana, cuando menos en su elemento
románico.
SAHAGÚN Alfonso
el
Magno, movido
compañeros, idos de
tierra de
villa de Zacarías, junto a
la
a
compasión hacia
moros
el
a sus Estados,
abad Adefonso y sus
compró en 904
calzata o vía romana, que desde
Burgos cruzaba a León, con su
la
cierta
Rioja y
iglesia
parroquial o basílica de los santos
Facundo y Primitivo, arruinada como
estaba, desde 883, por las tropas
cordobesas: cedióla a los susodichos para que en ella estableciesen un nasterio ejemplar, y así se verificó, bajo la advocación de los
mártires, cuyas reliquias
Zeiense
el
allí se
veneraban
monasterio, por estar en
del castillo del
mismo nombre; mas, de
sanctos» (2) o «Sancto
Facundo»,
(i).
vega del
la
En un
mo-
mismos santos
principio fué llamado
río Zeia o
Cea y depender
ordinario, decíase al lugar
«Domnos
Sanfagund y
lo
que
i5,
publicados por Escalona en su Historia
se
contrajo
en
Sahagún, (i)
Cartulario de Sahagún: núms.
de Sahagún, bajo (2)
los
números
II
i
y
y XXII.
«Domini sanciisimi» llamó Alfonso
904, primero de los arriba citados. — «In tivi-, dice otro
diploma de 960
111
a los mártires aludidos,
locum Domnos sanctos
(n." 21 del Cartulario).
—
202
—
et
en su diploma de
aula Facundi
et
Primi-
SAHAÜÚN La fundación prosperó, favurecida pur utros reyes y
carácter muzárabe
priniiiivo, hasta Allbnso VI.
fuerza este rey, cuando luego recobró a
casa o por deshacer lo antiguo, puso desde 1080
la
de
corona, no sabemos
la
ella,
variar su
sin
Hecho monje si
allí
por
por amor
como abades
frente
al
sucesivamente, a dos monjes franceses de Cluní, Rodberto y Ber-
segundo por haber llegado
nardo, famoso
el
reformador de
la Iglesia
a ser arzobispo de
Toledo y
española, es decir introductor del culto y
modas
galicanas, bajo la salvaguardia de los legados pontificios. Sahagún, hecho
cabeza de
la
orden cluniacense en
janza correspondiente a su vera
la
nueva era románica;
Burgo de Sahagún, origen de
el
transformó sus edificios con pu-
Castilla,
abad Bernardo fundó
el
la villa actual,
en io85, dotándolo
de un fuero, célebre por su barbarie y tiranía frente a todos y
así llegó a
entre
dad
sí
plantearse
durante
consumarse
incendios y derribo en
Ya no pesa sobre
el
grandezas de
fueron heredados por
poblachón
el
XIX
incivil, entre
de
el
Sahagún
democracia de
mole del prepotente monassus glorias, su cultura no
la villa; se
quedó
Puyol y Alonso: El
J.
(3)
Es curiosa y ejemplar el
en proporción del estrago
allí
la
a labrarse, en 1121,
una
manera como
procuró enterarse de hacia qué parte del
el
más
digna
bien protu-
monasterio fué vendido: salió a subasta
los edificios
momento un
catalán,
que viendo
remataron por unos pocos miles de
mundo
templo, porque, adquirida por
el
Eduardo Saavedra tuvo un
Estado
sin licitadores reales.
Luego,
caían sus nuevas propiedades, fué allá y
en material vendible, salvándose
y partes adyacentes, porque el reloj de la villa estaba
rretera, D.
iglesia,
convento próximo de Tríanos, como bienes nacionales. Ac-
estas fincas, ocurriósele pujarlas y en él se
año transformó
(3).
Abadengo de Sahagún.
cidentalmente se hallaba presente en aquel
tras
con aires de
ésta
ruinas hechas muladares, y en cuanto a los pro-
(2)
ral del
la
monasterio, conforme a los modelos románicos, o
tal
la legali-
(2).
nuevo régimen comenzó
en Madrid, juntamente con
año
unos y firmes en
extinción del señorío monacal, con dos
la
caserío de
vechos tampoco parecen lucir Bajo
los
éste, sus tesoros artísticos, la
los españoles,
dura guerra que burgueses y monjes sostuvieron
pidiendo franquicias
siglos,
los otros, hasta
terio; las
la
a
la
montado
allí,
la torre
y además,
la
de
la iglesia
puerta late-
zona correspondiente, para abrir una ca-
rasgo, único tal vez en los anales de la ingeniería
española, pero digno de su elevado espíritu, haciéndola pasar bajo de aquella portada, subsistente en calidad de arco de triunfo.
—
203
—
LEÓN ogivales, puesto
que bóvedas de ogivas,
embargo, que
cia, sin
hastial de poniente;
la
más
muy
arcaicas,
iglesia antigua quedó en
coro de los monjes, dando ello motivo, cuando
otra pared, en
apoyo de
la
tocándola por su
terremoto de lySS, a que
el
de encima, quedando
muy
mitivo desfigurado y sin uso. K\
pie,
remediarlo hubo precisión de alzar en
se resintiesen sus bóvedas, y para
medio
cubrían. Es creen-
tarde se la echó encima una pared del
menos
o
la
asi el edificio
pri-
erudito arquitecto D. Ricardo
Ve-
herradura y
lázquez asegura haber visto aún arranques de un arco de
columnas marmóreas: dicen que sus muros quedaron soterrados entre la carretera v la casa de los señores Font, donde seria bueno practicar excavaciones; pero realmente hoy no poseemos a la vista sino porción de co-
lumnas espléndidas, que dan razón de su época y Consta que
la
Ramiro
presente
11
consagración de
estilo
esta iglesia fué
y con asistencia de
siete
exactamente.
en 29 de junio de 936,
obispos y ocho abades, según
expresa, por rara casualidad, un diploma de otro monasterio el
mismo
rev.
en 937, hacía una donación a
repparacione eglesie vestre»
los
Además,
monjes de Sahagún «pro
y otros privilegios
(2),
(i).
desde 944, a
reales,
lo
menos, hasta 1094, aluden en su preámbulo a esta nueva iglesia, bajo la fórmula «et templo dicato (o dedicato) mire magnitudinis ornato (o composito)».
Lo de
la
«magnitud» queda probado por otros ejemplos que no
de grandor, y efectivamente, dícese que media esta iglesia cosa de cincuenta por treinta pies (14 por 8'40 metros); iba distribuida en tres
hace
fe
porcionada; en sus paredes se
delgadas y llenas de molduras, que indican es parecida a
las
«muy hermosa
y proven varias columnas de piedra pequeñas y
naves casi iguales, con bóvedas: era toda de piedra:
mucha
antigüedad, y su fábrica
antiquísimas de Oviedo». La llamaban últimamente
capilla de san Mancio, por venerarse
alli
además con-
reliquias suyas;
tenía los sepulcros de Alfonso y Recesvindo, primeros abades del
(i)
Biblioteca Nacional; ms. 720,
f.
236,
donde
se registran incorrectamente varios
diplomas de San Isidro de Dueñas, para uso de Sandoval acaso. Entre nación por Ramiro, rey, de una discurrente era
DCCCCLXXIII anno
los alio die sacracionis (2)
vila,
«subtus castcllum Donnas», en III
monas-
regni nri. feliciter
el
ellos figura la
commorantes
in
Domnos
eiusdem».
Diploma de Ramiro
II;
n." 13 del Cartulario.
—
204
—
Su fecha segura
do-
día «IIT kls. iulias
es
Era 975.
sáne-
SAHAGUN du una santa Luinbrosa, guardadora del nüsnKj cuando
teriü, el
deso-
la
lación de Almanzor, y los de aquellos siete condes que murieron en batalla de Uclés,
según dicen
Procedentes del
mismo
la
(i).
son conocidas cuatro parejas de capi-
edificio,
teles y dos más, sueltos; cuatro gruesos fustes, también de
mármol
blanco,
dos de granito y un cimacio. Éste es exactamente igual a los del pórtict) de Escalada;
los
fustes carecen de molduras, probando que corresponden
como
a capiteles provistos de astrágalo,
en efecto
enumerados, con labor en forma de soga, y con caulículos o sin
tio,
en foliólas retalladas a
ellos y hojas
bisel,
capiteles
de sinuosos contornos, distribuidos
con gusto exquisito, que da una supremacia
la
serie
leonesa-bizantina
del
siglo
X.
deban
quizá
reputarse
llevan todos los arriba
ellos se ajustan al tipo corin-
de clasicismo a este grupo, sobre todos los
demás de
le
/^'^JTíIlJii
de
(Domo prototipos los
mayores de
Hornija, reproducidos antes.
que
verosímil
Resulta
la
de
iglesia
Sahagún, no obstante sus bóvedas, que realmente
no constan como primitivas,
fuese de tipo basilical, con dos
columnas
Fig. 97.
San Pedro de
las
Dueñas: capitel
exentas a cada lado, por lo menos, sepa-
rando sus naves, ya que son dos
las parejas
de capiteles, una con caulí-
culos y otra sin ellos, que llevan labor en toda su periferia para tos; otras
rirse al
de
muro, quizá en
extremos de
los
uno, con
menor que
toral y el otro,
todos, a
La pareja de grandes de
tros
de
173.
arquerías divisorias: y respecto
cimacio, pudo corresponder
el
una ventana,
capiteles
y sirve de soporte a
alto,
el
ms. del
arco
exentos, sin caulículos, está en
la
pila del
la
pieza unos 48 centíme-
agua bendita, excavada a a capitel
de unos
LXXV).
Escalona, obra citada, pág. 232. Otras referencias en Yepes:
Otras en
al
tal vez.
cimacio, que hubo de corresponder
30 centímetros (Lám.
p.
las
San Lorenzo de Sahagún: mide cada
su vez en un
(i)
exen-
dos parejas tienen una cuarta parte llana y vertical, para adhe-
los capiteles sueltos,
iglesia
ir
P.
Guardiola, en
la Bibl.
20D
—
Nao., n.° i5iq,
f.
Corónica,
126.
t.
III,
l-EÓN
De
la
un capitel
ütra pareja, con caulículos,
Falencia, recogido por D. Francisco Simón; pues llega a 63 centímetros, está en
el
estíi
en
el
Museo de
un poco mayor,
otro,
el
Museo de León (Lám. LXXVI);
ambos muy mutilados. De las parejas con parte lisa, tres piezas están en este mismo Museo de León (Lám. LXXVII) y la otra en Santa Cruz de Sahagún, sirviendo de
mucho mejor
se conservan
Un
pila: (i).
capitel, sin caulículos,
alto de 34 centímetros v
su alto aproximado es de 42 centímetros y
muy
en todo análogo a
destrozado, está en
los anteriores,
el
Museo de Palé n cía,
y por último, otro, con caulículos y hojas del todo
San Pedro de gún; su
De
las
Dueñas, monasterio cercano
lisas, sirvió
y dependiente de Saha-
fustes, dos, de mármol, están en los portales de
corresponden
convento de
de pila en
24 centímetros (Fig. 97).
alto,
los
pero con
la
al
Ayuntamiento:
los otros,
en una calleja, en
la plaza, el
que
derruido
Peregrina y en una huerta, todo ello en Sahagún; son cortos,
en proporción de su grosor, y vienen bien para
la
mayoría de
los capiteles
arriba dichos.
En dita,
la iglesia
de Santiago de Sahagún hay una pila para agua ben-
de mármol jaspeado rojizo,
como
el
llones profundos, por dentro y por fuera,
de Cabra, formando ocho ga-
como
a partir del siglo X, bien labrada. Recuérdense
y
la del
Museo de
las pilas la
árabes andaluzas,
de Bamba, por dentro,
Valladolid.
SAN PEDRO DE ESLONZA Las cercanías de este monasterio están sembradas de vestigios arquitectónicos,
de
la
que componen una
serie de
de Sahagún, contándose en
(1)
Dibujado fielmente por
el
Sr.
ella los
columnas, perfectamente
ya descritos capiteles y cimacios del
Velázqucz, en
Monumentos
entre piezas correspondientes a San Miguel de Escalada,
ción suya va por cabeza de
la serie
de láminas adjunta.
—
206
similar
—
como
arquitectónicos,
arriba se dijo, y reproduc-
i:SLÜNZA
localidad que sólo dista unos cinco kilóme-
moderno de Escalada,
pórtico
Es presumible
tros hacia oriente de Eslonza. si
bien
no ser
cuatro fustes de
mármol blanco de una
solían labrarse tales allá desde
La fundación de
(2)
el
portada, puesto que no
período románico.
monasterio fué obra del rey García, en 913,
este
basílica de santa Eulalia (i).
zando una antigua
manzor
todo ello procederá de aquí,
arruinado ya, nada conserva de antes del siglo XVI, a
el edificio,
los
si
y estaba disuelto en
iocjíj,
utili-
Fué quemado por Al-
cuando doña Urraca,
la
de Zamora,
esmeró en reformarlo y dotarlo, con ayuda de su hermano Alfonso VI. Entonces hace relación un diploma de su iglesia, edificada con admirable
se
obra y suntuosidad hasta 952 desde
por
real,
el
mandada consagrar por
fundación, y
la
abad Adiuvando, cuyas memorias llegan
dato este último en contradicción con feridas,
el estilo
de
la serie
no anteriores a 930 probablemente, siendo
en 914; pero establecido
primitivo. Si
así
rey García
(3),
de columnas re-
que
el
rey murió
caso habitual fué de hacerse las iglesias años después de
el
el
el
monasterio, cuando su expansión exigía local mayor que
el
como
es
parroquial de
la
Villarmún
se inspiró en Eslonza,
verosímil, dada su proximidad, tendríamos indicio de que esta otra iglesia
perteneció
al
grupo mozárabe, con ábsides como
Descritos ya los del siglo
(1)
X, y
los
Diploma de
mármoles
de Escalada.
los
de esta última localidad, no puestos en obra
de Valdabasta
quedan por
(4),
revisar los siguientes:
fechado en 30 de agosto de 912, no aludiendo aún sino a
este rey,
la
basílica de santa Eulalia y san Vicente. Otro, de 13 de octubre de 913, en que aparece
fundado ya
el
monasterio, bajo
y gobernándolo
el
ponde
al
(3)
I
los santos
documentos de Sahagún; número
hija de los reyes
Fernando y Sancha, fechado en
de 1099, donde se consigna, «quod cenobium (apostolorum Pctri situm) tritavus
meus
et
abbatis Adiuvandi perornavit, qui regio
sumptu eclesiam miro opere
honore predictorum apostolorum consecrare
de Eslonza; pág.
14
de
mayo
Pauli in valle Elisonza
Garsias rex in culmine regni positus construxit, ctiam et coUegio
nachorum sub regula sancti patris Bencdicti Dco militancium decoravit,
(4)
que corres-
755,
988.
Diploma de Urraca,
fatus rex in
Pedro y Pablo,
y H.
Vignau: índice de
año
advocación de santa Eulalia y
abad Adiubando. Publicados por Vignau: Cartulario del monasterio
de Eslonza; núms. (a)
la
14.)
Páginas 161 a 1Ó2.
—
207
—
fccit», etc.
eum
edificavit,
mo-
benedictione
quam
supra-
(Vignau: Cartulario
LEÓN
V^ALDALCÓN. mármol blanco
— Capitel
como como los
sucio, con caulículos
pero talladas sus hojas
pila en su iglesia.
utilizado
como en
del pórtico de Escalada,
de Sahagún, recordando
los
una cara
griego; tiene
lisa
acanto
el
y vertical para adhe-
muro; astrágalo sogueado:
rirse a
Es de
36 cen-
alto,
tímetros.
MELLANZOS. — Sirviendo de base al pulpito de su iglesia, capitel muy semejante a los
menores
del pórtico de Escalada; su alto,
27 centímetros.
RUEDA DEL ALMIRANTE. — Fué importante y amurallada, en
el siglo
villa
XII, sobre
un castro antiguo, probablemente,
vestigios de
y a poca distancia de Escalada, río arriba. Su
conserva
iglesia
mismo
if
la capilla
mayor, de
fines del
bárbaramente ordenada, con bó-
siglo,
veda de cañón sobre ogivas y columnas, dos de
capiteles de
llevan
cuales
mármol
blanco, semejantes a los mayores de Escalada.
/y Vi
Otros dos de
misma
la
serie,
con un frente
sirven de peana a dos postes en
m
J.
las
derno de tros.
Fig, 98
Mansilla de las Muías: fuste de columna
misma
la
iglesia;
Además, con
ellos
el
portal
liso,
mo-
su alto, 41 centíme-
hay un
cimacio,
compuesto de nácelas y boceles, como
los
de
Escalada también.
SANDOVAL. — A
poco más abajo de Mansilla, es-
orillas del Esla,
tuvo este monasterio del Cister, fundado en 1167. Su
alto,
como
que
se con-
el
agua bendita, un magnífico
los
mayores del pórtico de Esca-
serva bien, ostenta, sirviendo de pila para
capitel, de 48 centímetros de
iglesia,
lada y de Valdabasta, y labrado en redondo.
MANSILLA DE LAS MULAS. territorio, al
sirve de
paso de
la
— Es
la
carretera que cruza por
villa
más importante
Sahagún hacia León.
guardacantón en una bocacalle, junto a
la
del Allí,
plaza del Mercado, un
magnífico fuste de columna de mármol blanco, partido en dos mitades, con 2G centímetros de diámetro y más de tres metros de alto. Cúbrese todo
—
208
—
TAYA HA él C(jn imbric¿icii)ne.s
pina, y rematand(j por arriba en astrágalo con
compañera
excepcional,
pie/.a
como
de relieve al^u C(jnvoxas, en turma almendrada,
de
di¿;na
la
(')vljIos
de
tijKj
bizantino. Es
de capiteles reseñados
serie
(Fifi. y8).
SAN SALVADOR DE TÁVARA Desde aquella mención de torres en cio, dispuestas
para que, aun de
espléndida ciudad ministra
modo más
el
(i),
lejos,
la
basílica
Eborense de San Man-
reconociese por ellas
el
quizá no hay otra en nuestro país hasta
códice de Beato llamado Tavarense
(2).
Al
fin
viajero la
que su-
de este libro, a
de «explicit», hay un texto escrito con palabras latinas, pero de
ininteligible, por el
Magio en
que
se infiere la
muerte
del
968, dejando sin terminar el códice, para lo
la
lo
monje «arcipictore» que fué llamado
al
propio monasterio Tavarense su discípulo Emeterio, presbítero, que efec-
tivamente
le
dio fin en tres meses, a 28 de julio de 970; y ponderando lo
fatigoso de su labor,
según costumbre, exclama: «Ü turre Tabarense
alta et
lapídea insuper prima teca ubi Emeterius tribusque mensis incurvior sedit, ct
cum omni membra calamum
tuvo alientos para llenar torre
el
conquassatus
dorso de
misma, como hecha de
la
sillería
Sin embargo, aun la
policroma, con arcos de herradura,
un andén volado, de madera, en torno él
fuit».
hoja con una representación de
del
cuerpo superior, tejado y sobre
dos ligeras torrecillas con otras tantas campanas. Tres hombres suben a
la torre,
desde su segundo cuerpo, mediante escaleras de mano, que irían
colocadas en
(1)
el interior,
España sagrada;
aunque
t.
el artista,
XIV, pág.
377:
para mayor claridad,
«Nc parum
hace
las
esset, circa basilicam
muri
¡n
latum dispositis turribus instruuntur, ut quisque de longe conspexerit splendidam iudicet *
supcrcrcvissc civitatem^>. (2)
Archivo histórico nacional: V.
cuela diplomática a D.
Ramón
Alvarcz de
35, n." 257. la
—
Braña.
209
—
Fué comprado para
la
extinguida Es-
LEÓN visibles desde afuer¿i, y otro
una de
hombre abaju hace
sonar, mediante cuerdas,
campanas. Al lado, en un cuerpo de
las
aparecen Emeterio «fatigatus». pluma en mano; él.
edificio anejo a la torre,
monje Sénior,
el
frente a
escribiendo, y otro indi\idüo cortando pergamino con grandes tijeras
(Lám. LXXVllI). El códice
rabismo en aquellos monjes que El
Tapori de Plinio, llevaba
mismo
lo utilizaron (i).
cenobio Tavarense o Taborense
tal
códice
(3);
la
probando moza-
está lleno de escolios ¿irabes,
nombre que recuerda
(2),
advocación de san Salvador, según declara
debió de existir en
a fines del siglo IX, por el santo
bajo los auspicios de Alfonso
III.
en
1
congregándose
sexos, dedicados al servicio divino
137
(5),
el
actual villa de l^ávara, pro\ incia de
la
Zamora; y consta su fundación,
ambos
los
(4).
La
conserva a sus pies una gran torre,
allí
abad Froila,
seiscientos fieles de
iglesia actual,
como de
consagrada
entonces, romá-
nica y con arquerías sencillas en sus cuerpos altos: lleva escalera, de 48
centímetros de ancho, embebida en viéndola de techo; y está hueco todo
el
muro, con
losas escalonadas, sir-
interior de la torre
el
misma,
al
que
se entra desde la iglesia
por un arco, rudamente hecho, en forma de herra-
dura. Es probable que
éste,
y acaso toda
la
mitad baja del
edificio, lisa
manipostería de pizarra, sea obra primitiva; quizá también,
formando arco sobre columnitas. que hay sobre
Otro códice, copia del Tabarense, hecha en
(i) las
Huelgas de Burgos, que estuvo en manos del
la
la
puerta de
XII, poseyó
el siglo
cuando
P. Flórez,
el
y de
ventanilla, la escalera;
monasterio de
éste publicó el texto
de Beato, y lo describe, copiando con variantes buenas su «explicit» (Sancti Beati... in
A pocal ypsin... com mentaría;
mino, y hoy existe en
que debo pero en
la librería
de Mr. Morgan, en Nueva York, según noticia y fotografías
profesor H. A. Sanders. La copia de la torre contenida en
concuerda y carece de
lo esencial
(2)
más
al
pág. xxxvni). Salió de Kspaña, quizá por mal ca-
el
es bastante libre,
letreros.
Esta segunda forma ortográfica ofrece otro texto original del siglo X, transcrito
abajo. (3)
«In Tavarense arcistcri sub umbráculo
(4)
Biblia
mozárabe de
la
sci.
catedral de León;
Salbatoris».
fol.
101 v.,
donde, relatando
la
vida de
san Froila, se dice: «Edificabit Taborense ccnovium ubi congregavit utratramque
sexum
centies seni
(5)
in era
animas Domino servientium».
Dice una inscripción, junto a su portada: «Rubertus cps. consecravit
.MCaLX.W
pater [noster]
(sic)
abbas quod erat Dominicus Adefonsus
».
—
210
—
in
sci.
ista
Martini orate pro
cclam. illo
in
TAVARA mas
ello
queda
incierto, mientras
fué imposible.
\í\
no
pueda ver de cerca,
se la
cuadrado exterior de
la
torre
mide
6.8(j
lo
que me
metros: )
el
arco, en su anchura, 1.43.
La segunda fundación de Froila, asistido por el
mismo
Til
junto
valle,
vara, donde
se
l^sla,
al
\'
se llam.
de Santiago
monjes en días
salud de sus almas, y
hizo
11,
primero de
el
vot(j
ellos,
que
de edificar otra casa o ce-
maestro, y deseando atraerse bendiciones
el
Silencio para edificarlo, y
el
ciones;
mas
deseó consumar
el
al
muerte
sucederle, ya en tiempo de
Ramiro
una voz proveyeron que
comenzada, por ser inconveniente
muy
cerca de
Santiago. Por consecuencia,
Salomón mismo, cuanto
11
pultado
el
el sitio
allí,
en
se
mudase
lugar ya fundado y
el
dice
sitio,
allí
a residir,
que Salomón,
(2);
fué se-
morir en 936. probablemente, y
al
aspereza del lugar y pocos rendimientos, la
obra
la
piedad del Señor otorgó y ahora aparece»
la
acudió luego tan gran turba de confesores
ello el príncipe
1),
más apto de
«empezamos y concluímos en aquel
cuerpo de Genadio.
posesiones de
Í931 a 93
de Silencio para cenobio, y que
colocó reliquias de Santiago y san .Martín, sus patronos;
allí
tas
sin llevarlo a término.
designio de su maestro; y congregados los abades y con-
fesores de aquellos lugares, a
se reconstruyese
sitio
fué principiado, siguiendo sus instruc-
allí
asaltó a Fortis. hacia 930. la
Entonces Salomón,
la
elegido
en pro de su alma; lo que gozosamente oído por Genadio. santificó un en
la
(i).
tras otro, en su sede, luego
va dicho. Fortis.
reinando Ordoño
de congraciarse con
fin
uno
siguieron,
como
renunciado,
obispo hacia
la
demás eremitas dispersos por aquel yermo
Dos discípulos
hubo
obispos de Astorga,
o celdas de su contorno, cuyos Irades o
demás reclusiones
otra mitad, los
los
la vila
allí
vista la
aumentó su dotación con
cier-
mitra, en 9 de febrero de 937. autorizándole para
Ramiro.
A
los tres años, éste
último coadyuvó con más
orden monástico; separado un trecho, construí en memoria de Santiago un tercer monasterio,
que
se
llama Peñalba, y entre uno y otro, en
el
lugar que se dice Silencio, fabriqué
un cuarto oratorio en honor de santo Tomás». Efectivamente, entre Peñalba y
España sagrada;
(2)
Constru.\imus
Inchoavimus
et
t.
XVI,
p.
vocabulum,
explevimus
(Testamento de Salomón;
et
ubi
in eo loco
alium locum qui
225
ibi
manct tumulatum
quantum
España sagrada,
— 29
cruza
429.
illud (coenobium)... in
sancti lacobi aposioli
Corpus...
valle del Silencio
derruida ermita de san Andrés.
(1)
aptum
ret
la
el
t.
—
XV),
pietas
erat
ipsius
Domini
p. 435).
fundatum
el
plus
donni lennadi
iusit et
nunc appa-
LEÓN ofrendas, entre las que descuella, por conservarse aún. una cruz de azófar
con su inscripción dedicatoria
y hay referencia de otras dádivas de
(i),
fincas en el siglo XI: pero la vida del monasterio se pasó en la oscuridad.
Luego, consta su anexión a en
Resulta de
dicho alguna vacilación para fechar nuestra
lo
aunque dentro de
priorato suyo,
y acabó por reducirse a simple parroquia.
siglo XII (2),
el
como
Catedral de Astorga,
la
muy
límites
el
segundo decenio
la
mención secundaria que de
restringidos.
En
fundó y dotó
del siglo X,
efecto,
Genadio, corriendo
cenobio de Peñalba: pero
el
hizo en su testamento, postergándolo
él
de San Andrés, cuyo edificio cuéntase haber sido humilde, y sucesivos, hacen creer que,
si
a Genadio algo
debe de
se
ción, efectivamente, principióse otro cenobio en
món,
es posible
que en
desarrollado antes en
Salomón para cuanto
sitio
la
sí
en
la
el
los
al
hechos
lo actual, ello
fué
Salomón. Bajo su direc-
a consecuencia de las iniciativas de Fortis v de
oratorio anterior de Santo
iglesia,
el
Silencio, quizá sobre el
Tomás: incorporado luego
a Peñalba por Salo-
obra definitiva tomase cuerpo un plan artístico
mas
Silencio:
la frase trascrita:
la
gloria de todo parece recabarla
«empezamos y concluímos en aquel
piedad del Señor otorgó y ahora aparece». Bajo una modes-
jactanciosa trasparentase aquí su bien justa satisfacción, viendo
tia casi
erguirse
el
edificio de Peñalba,
monumento digno
conmemorar
para
la
grandeza y santidad de Genadio, y cuyo mozarabismo resulta explicable, visto el
ambiente en que
jes laicos
se
movían aquellos obispos, rodeados de persona-
y clérigos con nombres árabes
cronología de nuestra iglesia entre acción
común
el
de Genadio y Fortis,
Astorga, en 931, y
la
(3).
En
resolución, puede fijarse
tercer decenio de aquel siglo, bajo la
el
acceso de Salomón al episcopado de
fecha precisa de su conclusión en 937. El oratorio de
San Miguel en Celanova, próximo en fecha y de tura,
como veremos,
Hoy
(i)
el
semejante arquitec-
monasterio ha cedido lugar a unas veinte casas, que se agrupan
Gómez-Moreno: Santiago de Peñalba; en
España sagrada;
censis ecclesiae prior tenens (3)
muy
garantiza, sin género de duda, estas conclusiones.
tellana de Kxcursiones; año Vil, (2)
la
t.
XVI,
t.
Boletín de
la
Sociedad cas-
p. 204. p.
monasterium
España sagrada;
el
485,
figura, en 1154,
sancti lacobi
XVI, págs.
—
donde
Pinnae Albae».
426, 432, 437 a 438;
226
—
un «Pelagius Astori-
t.
LXVIIl,
p. 326, etc.
FENALBA humildes en torno de su
iglesia, a
media ladera bajo uno de
los picos
de
la
Aguiana, donde puja un cuchillo gigantesco de caliza marmórea blanque-
que cuadra
cina, entre los pizarrales, al
sirvió de material para nuestra iglesia.
umbrío, que
vado
el
nombre, o
documentos asoman,
es el Silencio;
a
aunque no sepamos
más bien
si
las
La
un arroyo abundante, v entre
la
(i).
de Santiago consérvase hasta hoy en perfecta integridad,
iglesia
Ambrosio de Morales pudo
aun en
digna de ser vista que entre suscribe plenamente
preciosos que
testimonio de
la
antigüedades tiene España»
Edad Media
la
(2),
más curiosa y
(3),
juicios
moderna, reputándola como uno de
arquitectura de
que
los jalo-
rem(;ta conserva,
fuerza extraordinaria v personalismo de nuestro arte na-
la
cional entonces, y ejemplar
y láms.
las
la crítica
de
el siglo
«ser mirada y alabada su traza y fábrica»
llegando Sandoval a juzgarla de «obra mosayca» y «la cosa
más
tajos
supuesta de san Genadio. a que se
gracias a su excelente construcción, tan peregrina que
nes
los
cinco cuevas donde se recluían los anacoretas
antiguos, casi inaccesibles, excepto
ha facilitado un sendero
por tradición ha conser-
si
de imposición erudita moderna, sobre
es
del siglo X. Allí se desliza
man(j derecha,
designación de Peñalba. y que Córtalo por abajo un valle hondo y la
LXXXIl
a
mozárabe de
más potentes
los
(Figs. 108 a
1
10
LXXXIX).
Constituyela una sola nave, que mide
1
1
por
metros, dividida en dos
5
tramos poco desiguales, mediante un gran arco sobre columnas, v forman-
do cimborio
(i)
el
principal: sendos aposentos laterales
tancia es de
y hospedajes aceptables;
el
puede
ir
y volver
un día y con cierto desahogo, pues
unos 20 kilómetros. Ponferrada tiene estación de alquilar caballería
Puede también recorrerse en coche una gran parte la
acompañan, para
El viaje a Peñalba es factible en verano con relativa facilidad. Se
a caballo, desde Ponferrada del Bierzo, dentro de
licia
le
no
ferrocarril en la linea
será difícil, salvo en
del
camino y
el resto,
la dis-
de Ga-
tiempo de
trilla.
andando, aunque
ascensión resulte fatigosa.
En una misma jornada
es posible visitar,
además, San Pedro de Montes, yendo
desde Peñalba por camino casi llano y de magnífica
mente, hasta dar con
el
vista, y
descendiendo luego directa-
de subida, poco antes del pueblo de San Clemente; mas, fallando
alojamiento regular en estos
sitios, sería
necesario apresurar
(2)
Viage santo,
(3)
Fundaciones: San Pedro de Montes,
pág.
mucho
174.
—
227
—
f.
19 v.
el viaje.
Figs. io8 y .09. Santiago de l'eñalba: planta y sección longitudinal
PE N ALBA que dan forma de cruz
sacristías o celdas, la
entrada por
el
dos puertas franquean
al edificio;
tramo secundario, y en
hacia oriente y po-
los testeros,
aunque por
niente, desarróllanse capillas curvilíneas,
fuera disimulen su
redondez con macizos rectangulares, según costumbre: de círculo en su base;
tres cuartos
tado. V
como un
otra es en planta
arco peral-
ambas apean sus arcos delanteros sobre columnas tangenciales
muro, como siempre. De el
la
una alcanza a
la
estas capillas, la secundaria u occidental contiene
sepulcro de san Genadio, a
más que
mano
tapa de su sarcófago, y
la
al
al
derecha, no sobresaliendo del suelo otro lado yace un san l'rbano, abad
desconocido del monasterio, bajo tapa de dos vertientes. El haber sacristías o aposentos laterales venía siendo costumbre española desde tiempos godos
Comba
de Bande
—y
mas en
asturianas;
lo
— ejemplos
en San Pedro de
perseveraron sistemáticamente con
mozárabe leonés
este caso
una modalidad algo frecuente en
iglesias
Nave y Santa
ella las iglesias
de Peñalba es único. Res-
pecto de ábsides opuestos ya se habló a propósito de fué
la
la iglesia
medievales de
de Mazóte:
muy
varias
fechas, pero sin llegar a constituir regla, sino es en el Rhin, al parecer.
Su
presencia obedece, verosímilmente, a razones no litúrgicas; y en efecto, Lasteyrie apunta una bien plausible, afianzando hipótesis ya formulada:
de que
el
venerables
ábside occidental sirvió para contener sepulcros de personajes (i).
gelia) se hizo
Consta, en efecto, que
en 476 para
de
el
las reliquias del
bre santuario de San Martín de Tours
el
así los actos litúrgicos:
que
el
obispo Reparato: que en este santo yacía
cuerpo de
basílica de Zraia (2).
parece argumento definitivo; y
ramente en
lo
en áb-
que no interrumpían
y
así
también
otro, al costado dere-
Aquí en Peñalba
como hubo
la
repetición del caso
prohibición, mantenida seve-
antiguo, de sepultar dentro de las iglesias, quizá se ocu-
rriese la idea de añadir
un oratorio adherente
así
el
los
cuer-
pueblo rendía culto,
su declaración canónica de santidad.
(1)
L'Architecture religieuse en France,
(i)
Gsell:
Les
mismas, para
a las
pos de obispos u otros difuntos venerables, a que
previniéndose
el céle-
ábside occidental de Matifu, antigua Rusgu-
nia, junto a Argel, contenía sepulcros, la
de Orleansville (Ar-
la basílica
side especial y con acceso directo a los peregrinos,
cho de
la
monuments antiques
—
230
p.
70.
de l'Algerie,
—
t.
II,
págs. 222 y 342.
PENALBA LüS muros del
ediíiciu, y
aun sus esquinas, están hechos de manipos-
muy
de pizarra y caliza,
tería
(irme v entera: su grueso general es de
72 centímetros, y se refuerzan con estribos de otra tanta corpulencia, no
excesivos y bien puestos, revelando un concepto de su función
sabio que
do con
demostrado en Cataluña y Asturias anteriormente, y de acuerya vistos en Bamba; pero como este uso racional del estribo
el
los
también
se
observa en
posteriores del norte
que obedecen ello,
mucho más
la
lo
Gran Mezquita de Córdoba, en tanto que obras
desxirtuaron, queda realmente dudoso
las iglesias
de
Bamba
el
influjo a
y Peñalba en ese punto, no siendo
desde luego, atributo genérico de mozarabismo. El abovedamiento, general y con desahogo, da
y confianza en
métodos empleados. Las
los
de un gran dominio
fe
sacristías
y
el
tramo primero
de nave se cubren con cañones semicilíndricos, en proporción dupla alzado respecto de
la
planta, y con
moldura de arranque por tramo
o cimborio es
pero con desarrollo
dando
el
prototipo
tres
más
de
elevado,
formando cúpula
muy nuevo (Lám. LXXXVIII): romano
del serápeo de Tívoli,
vos, hace patente Rivoira (i);
ésta,
particularidad de extenderse su
muros, como en Bamba. El segundo
los
San Sergio en Constantinopla, por
y sobre todo, a
la
la
bizantino,
de gallones, recor-
es
cuya analogía con
al oct(í)gono sin
-el
de
alternación de cascos llanos y cónca-
también
cúpulas de Escalada,
se parece a las
sobre arcos. Sus gallones son ocho, pero lógrase
drado
modo
a
absidal de San Lorenzo de Grenoble, arrancando,
la
el
mediación de trompas
ni
tránsito del
el
como cua-
pechinas, con sorpren-
dente facilidad, ventajas y bello aspecto, pareciendo extraño que no se repitiera en edificio
que sepamos, en
alguno conservado, y
la historia
de
la
así
resulte único ejemplar éste,
arquitectura.
Compónese de
cascos
muy
cóncavos, cuya especialidad consiste en un desarrollo mayor de los corres-
pondientes a tir
los
ángulos, que nacen a nivel
más bajo que
de unos embrionarios saledizos, especialmente a
mas todos
los cascos resultan
la
los otros, a
parte de
la
par-
cabecera:
parejos una vez alcanzada su nivelación.
Por base de apoyo no hay, pues, un anillo, como en Escalada v otros ejemplares musulmanes de Andalucía
— desde
los
de
doba, cuyos actuales prototipos vemos en Cairuán
(i)
Le origini dclla Architettura lombarda;
—
231
—
la
Mezquita de Cór-
— sino
ñg. 343.
cuatro arcos
LEÓN adheridos a
los
muros, sobre repisas dispuestas en
los
rincones y con mol-
dura por guarnición: arcos que ofrecen de ventaja concentrar en los del
cuadrado
la
en cierto modo, independientes de propósito de Santo
empujes
carga, restando
Tomás de
a los
las cubiertas,
las Ollas,
según
LXXXIX),
nadas (Lám.
crucero de
el
se aplici) a b(')ve-
arcos.
iglesia ostentan
Las dos capillas de nuestra
sistema que. a
el
queda expuesto. En
mismo procedimiento de
ángu-
muros, y haciéndoles,
San Martín de Angers y mausoleo de Placidia en Ra\ena das baldas este
los
asimismo cúpulas gallo-
pero dispuestas sobre un anillo, con siete cascos y
porción semicilindrica, entestando con
el
arco de entrada que
la intersecta,
va que su altura mínima no permite voltearlas en redondo simétricamente, V
mismo sucede en
lo
evidencian
A
las
más
de Escalada,
sencillas, pero tan similares
coordinación artística de todo este grupo leonés de
la
excepción de
los
susodichos arcos de
la
cúpula y otro de
iglesias.
la
puerta
demás en
volteados en semicírculo, todos los
septentrional, por dentro,
que
Peñalba son de herradura, según tipo musulmán, sobresaliendo como especialmente significativos
y
LXXXIX)
nas
el
y
LXXXVI), que
ble,
como en los seis arcos más obra segura del mismo artífice. En estos
el
descentramiento de líneas de
haciendo alargar
la
arquivolta es
más que
los
muv
percepti-
salmeres, según
Escalada y Mazóte. Su trazado y proporciones coinciden
trasdosados por moldura reservan
metro en su flecha o altura
la
medida
la
típica
— tres cuartos del diá-
curva del trasdós, resultando recre-
aun algo más
tronque cordobés y precisamente
X, notándose que estos arcos
siglo
el
— para
cida hasta cuatro quintos, y
califal
a veces, la del intradós: el
en-
de este grupo de iglesias queda
ello patente.
Los arcos
lisos
tantes del edificio
la
la
cla\e una cuarta parte
con normas cordobesas usuales en
vera
moldura guar-
trasdós de su rosca, exactamente
se hizo notar en
con
entrada principal, por fuera (Lámi-
la
llevan alfiz o recuadro y otra
antiguos del pórtico de Escalada,
ejemplares
LXXXIIl
de hacia oriente (Láms.
la capilla
y los dos gemelos de
LXXXV
neciendo
de
el
la
no descentran su dovelaje, pero en
las tres
— sacristías y entrada septentrional (Fig.
susodicha proporción de
los
1
1
puertas res1)
— perse-
cuatro quintos. Los demás aliénense a
regla general de tres cuartos, o sea excediendo su flecha en
una mitad
del radio al semicírculo, y con desarrollo de dos tercios de circunferencia
—
232
—
PEÑAI.BA
la
además incorpurado con
rosca. Dichas puertas llevan
también
repetirse en Escalada;
vimos
forma aquellas concavidades
Bamba Luz, como
y en
en Mazóte y Cristo
de
dicho.
En cuanto
la
al
usaba en r.órdoba durante
coiikj se
arranque de su duvelaje,
las
el
intradós,
en los
impostas
ÍX y arcos grandes, el
sif^lo
observadas en esta última
laterales
el
iglesia,
el
va
despiezo
siempre, sin clave y empalmadas alj^unas dovelas es radial
de
los arcos
ternan con
arranques hasta metral
desde
pero la
/
como
las enterizas,
Mazóte;
en
mayores, que al-
los
línea dia-
juntas son hori-
las
zontales, variando en esto de lo
acostumbrado en
sias anteriores v
Su labor
bés.
lo
cordo-
muv
cuida-
en
favoreciendo para ello
dosa, el
es
las igle-
excelente
material
calizo Fig. III. Peñalba: puerta septentrional
que
Peña alba deparaba.
la
La puerta principal
es
muy
digna de alabanza: sus dos arcos gemelos,
sobre columnas, son novedad usurpada de
exactamente
la
misma
las
ventanas, pues ellas repiten
disposición, forma v juego de molduras en
la
.Mez-
quita de Córdoba, Tornerías v torre de Santiago, en Toledo, y torre de
mezquita de Abentulún, en ble.
Cairo
(i),
obra de
de
las sacristías se
las
Sobre
el
(i)
arqui-
adaptan por dentro robustos dinteles o
madera que hay en todo
el edificio.
la
nave, descargándolo y con
principalmente, ábrese otro arco de herradura,
que hav en
los
cuyas
planchas
arco medianero de
otros tales
alféizar, en
madera (Lám. LXXXVIl). A
hojas de
con quicialeras para dos hojas, única
el
Cristo de
la
como
fin
decorativo
ventana, similar de
Luz. en edificios de Oriente y aun en
Velázquez Bosco: Medina Azzahra;
— 30
mano cordobesa induda-
Por dentro cobíjales otro gran arco, sirviendo de
impostas enmangaban llos
el
la
233
—
fi^.
4.
I.EON
lo
románico. De ventanas, son adinteladas v sin derrame
de
las
los ábsi-
des, provistas de celosías de mármol antiguamente: resultan derramadas
hacia adentro, desiguales y algo descentradas
las
cuatro de
mantienen señales de travesanos a sus lados, como para
nave, que
la
reja o vidriera; e
igualmente, con derrame amplio interior y recortados en forma de herra-
dura sus dinteles,
los tragaluces
Constituven decoración
apeando
la
de las sacristías.
más
nueve columnas,
rica en esta iglesia
principales arcos y tangentes a sus jambas, a las que no se
los
incorporan sino
los
mármol
cimacios. Su material es
manchado
blanco,
de gris parcialmente, llegando hasta ofrecer intensas vetas negruzcas en
gunos fustes, sobre todo; exceptúanse
los
son de granito y algún tanto ahusados. Las
muy
pero con su escota
basas mantienen
tres nácelas, ya
una sobre otra directamente, ya interpuestos menudos
somera como de contarlo, da, Hornija,
puerta,
e iguales a los registrados
Bamba, Sahagún y Rueda (Láms.
muv
son corintios,
el
tipo ático,
desarrollada, juzgando por las de la puerta, únicas
Los cimacios llevan dos o
visibles del todo.
al-
grandes del arco medianero, que
uniformes entre
XC
en
cabalgando
boceles, con labor
el
pórtico de Escala-
y XCI). Los capiteles
variando sólo ligeramente
sí,
menores en tamaño, y apenas
de
los
la
difieren de los de Escalada, en su
tramo primitivo de pórtico, asegurando un absoluto sincronismo entre
ambas
obras, pero con alguna ventaja de arte en los de Peñalba: talla a
biseles, estriados caulículos, collarino
caracteres: los
mismos
.
Pieza decorativa de
celosía de
tros, es
ridas a
la
son sus
'
mucho
valor,
mas desgraciadamente fragmentaria,
ventana del ábside occidental. Mide 129 por o'56
de caliza blanca, y no restan sino él,
etc.
tantas veces expuestos, analizando series análogas,
en este capítulo.
es la
sogueado, bizantinismo,
el
me-
cerco y algunas partes adhe-
sobre todo en lo alto, formando composición de tallos ondulados
y hojas a biseles, con arte similar al de los capiteles susodichos y pretiles
de Escalada (Fig.
1
12).
rativas, cuales son las
de
las sacristías,
gura al
113);
y
el
Igual concierto muestran las restantes piezas deco-
repisas
del
cimborio
e
impostas de
compuestas de nácelas escalonadas, como
m oíd u raje
de
los
del pórtico de Escalada (Fig.
arcos que 114).
234
cimacios (Fi-
llevan, a bisélese idéntico
Las cornisas son simples
cuadrados.
—
le
los
los arquillos
—
filetes
PENALHA Otro elemento de estudio son
It^s
lones. más galanos, pero semejantes
aleros del tejado, con sus
de Escalada y Hornija. Desarro-
a los
curva de nácela sus enfilados
llan
número de
baquetones, en siete,
con
de seis pétalos
llores
rueda helizoidal, generalmen-
la
adaptada
te
seis u
y adornan sus costados cir-
culillos
o
modi-
baquetón superior,
al
de doble corpulencia que los otros,
además
V
acompañarles
suelen
modo
unos trazos picudos, a cuernos (Fig.
ii5).
de
Muchos modi-
han desaparecido, sustitu-
llones
yéndoles rudas lajas de pizarra, y las sacristías
tal
nada se conserva de
go,
forman tejado
clavadas sobre
Fig,
1
ventana del ábside occidental
12. Peñalbu:
y capilla occiden-
en
ellos.
Lue-
losas pizarreñas,
maderos
livianos,
conforme
al
constituir
armadura. Por último.
en
la
capilla
uso del país, y sin
mayor y
sacristías so-
bresalen del muro, un metro por debajo de su cima, unas canales o gár-
muy
golas,
pequeñas y
agua llovediza
lisas,
que probablemente servirían para verter
filtrada hasta los ríñones de las bóvedas,
recalos:
también
diendo a
los
Santullano de
alto sus iglesias, a partir de
Prados.
los
Consérvanse por
acá otras dos gárgolas primitivas, notabilísi-
mas
e inéditas: la
una en
formando cabeza de Mérida,
muy
ros y con I
I
3.
el
Museo de Oviedo,
león, y la otra en
larga, llena de
el
de
adornos bárba-
un rostro humano.
Rodea Fig.
el
edificio
un miserable
portal cu-
Impostas de
las sacristías
bierto.
quc
sirvíó
el
de
hay en Asturias, pero ctjrrespon-
las
aposentos de refugio que suelen
más
llevar en lo
en evitación
de
235
cementerio,
—
dejando
LEÓN libre
sola-
mente
la
cabecera: y a
los
álzase
des
pies
una
mesu-
rada espa-
daña, desfigurando
las líneas exteriores pri-
Por dentro, su encalado y pintura modernos le afean: en tiempo más lejano mitivas.
fueron pintados los arcos
al óleo,
rectificando
algo su despiezo con líneas oscuras; las pare-
des tenían enlucido blanco, y en occidental percíbese un zócalo rojo Fig,
1 1
Peñalba:
5.
modillón del alero
La
SO.
solería
era de losas de
pizarra
que
sobre
,
alza
se
entarimado madera,
de
sin de-
visibles
jar
un
las
basas de las co-
lumnas. mente, de
es
Final-
digna
atención
la
pila para agua bendita,
quizá
coetánea del edificio:
hecha de
mármol gris con vetas negras, mi-
de
I
'06
metros,
-t^
por o'yS figura
Fig.
—
1
16.
Peñalba: pila para
236
—
^7- el
agua bendita
-
la
capilla
muy
ter-
"
-
^
^
PENAI.BA una artesa por dentro y guarnécela exteriormente por tres ladus robusta moldura de gorja. Pudiera ser una coronación de pedestal romano apro-
más
vechada; perú todavía choca
soporte, alargado también,
el
™
ensan-
chandi; progresivamente por sus caras largas, conforme sube, y cun unas X
\
r^
^
ir\
"ff-^ r^^'=f='
v
v
-í
,5
niuescas inexplicables abajo
%é-
^-t^
thiCPfeTROHAWS Fig,
1
_ - ,. 17. Penalba:
-
.
.
.
epitaño grabado en
«La
mil CONSECRAAESTOCECL A wJL
«.
tancias.
t
consagración
IHHOHORE.SCllACOBIApIlETpkiRf/^CJy •*
Fig. iiQ. Peñalba:
en
'
aunque abunden casos de
mexplica-
consagradas tardía-
iglesias
mente. Desde luego, un criterio cerrado legitimaría conclusión:
mas no creo
mucho más
antiguos vimos grabados en
defensible
hipótesis.
tal
tectura leonesa usual era iglesias
la
entonces su
fijar
muchos años
románica, puesta de
moda
por
de San Isidro de León y Santiago de Compostela:
del edificio:
antes, la arquilas
así lo
dos famosas
acreditan, en
Bierzo mismo, San Esteban de Gorullón, reedificada de 1093 a
el
portada netamente compostelana; San Miguel, en ría
cia
de Bisbayo, aun más vieja probablemente; 1
108; las
en Laciana,
la
misma
la iglesia
villa:
100.
con
Santa Ma-
de Cacabelos. de hay,
Más aún, tenemos en
cronología admitida: v otro tanto significa
más
estos edificios
el
a norte,
oratorio de
e
incontrovertible, en favor de
la
abundancia de caracteres co-
mozárabes leoneses arrojan, con fuerza definitiva
para quienes alcancen noción de nuestras evoluciones artísticas.
(i)
1
de Robles, consagrada en 1090. Ninguna de estas iglesias ofre-
Celanova un argumento de analogía, positivo
munes que
la
de San Martín de Salas, Carracedo y Espinoso,
ce puntos de contacto con Peñalba.
la
el
Letreros sepulcrales
mismas piedras
las
sobre todo, a principios del siglo XII v aun
y,
io5 resul-
I
memoria de consagración ta
ble para nosotros,
Esta
Bol. de
la
Soc. Casi, de Kxcursiones; año
-
238
-
Vil, p.
204.
SAN MIGUEL DE CELANOVA Ingrato
cuando
es,
se desea reconstituir U) antiguo,
no hallar delante
sino un nombre, una fecha, sequedades inexpresivas y vacías de sentido espiritual: pero es
más
dar con historias hechas que, ante
triste
de contradicciones y convencionalismos, se
quedando
sólo en pie las
costumbre. Es siglo X,
el
que ante
mismas
caso de san
nombres
fechas,
Rosendo,
en vez de
la crítica,
hace
la
necesario
conflicto
el
desvirtuar,
e insustancialidades
de
gran figura de Galicia en
el
salir vivificada, se oculta
y escapa,
dejándonos percibir sin embargo un aroma de algo bello y sensible.
He aquí
lo
que
al
parecer hay de cierto, en
lo
que nos atañe, de
la
figura histórica de Rudesindo: Él era hijo mayor de un conde
(Juttier
Menéndiz y de ilduara. emparentados con
que
los reyes leoneses (i),
les
favorecieron con señoríos v fincas en varias comarcas, especialmente Galicia.
Coimbra, Zamora,
cuando Guttier donó
Años
etc.
llevarían de casados ios condes en 912,
a su esposa varias propiedades y, en
compensación de
gananciales, asignóla dinero y siervos de origen moro, ganados probable-
mente en expediciones guerreras que tierra
tición
portuguesa
Falleci() él
{2).
fueron confiadas,
la
herencia de su madre, aun viva. Según
Geloira.
(1)
la
hija
de Ramiro
II,
le
V.),
Alfonso
la
V
la
llama tío suyo: y
como
naturalmente, entre sus respectivos padres, de Alfonso IV y de
como duque,
(3).
entrando en
decía que (Id.;
ella
tradición del siglo XII.
el
mismo
parentesco había,
declaran cartas del susodicho Ramiro,
hermana de ambos. Scemena (Becerro de Celanova,
genere de propinquis erat»
en
en 934, y entonces Rudesindo hizo par-
de bienes con sus cuatro hermanos restantes
también
y 174
le
fs.
37, 74 v.. 173
conde Hermegildo Menéndiz, padre de Guttier, «regio
el
4
f.
v.
— Yepes:
t.
V, escr.
El
v).
entronque
real, sin
em-
bargo, no resulta definido. (2)
Becerro de Celanova;
quantumcumque ganare
potuero que usque ovitum
quod
te
per legem
medietatem (3)
f.
valui de
meum
ig8: «Aditio etiam tibi per
qua dote
in
de munificentia regis de preda vel de ex aliquo ganato
gotorum non conpctebat tam
tibi et posteritati
tue
Becerro de Celanova;
f.
hanc scripturac donationis
coniugio copulavi vcl ganare aut aucmentare
in
argento
in
scrvos de origine
dono atque concedo.» lóó
v.
Su
—
fecha, a
239
—
1
1
de marzo.
maurorum
LEÓN Rudesindo
habí¿i
GAl^lCIA
:
nacido en Monte Córduba, junto a Salas, donde Ilduara
hizo construir una iglesia de san Miguel
cumentos un
im
Figs. 144 a 147. Lebeña: modillones de los aleros
nos, pero copia exacta, con toda su prolija decoración, de los antiguos.
Son
éstos de tipo leonés,
como
los
de Peñalba, por ejemplo, con cinco
lóbulos, generalmente, y aventajando
adornan sus costados
las
el
superior en corpulencia a los otros;
usuales ruedas en espiral y flores de seis pétalos,
pero además, hojas, tallos ondulados,
más
flores, lineas
quebradas,
etc.,
con poco gusto y labor mezquina, que recuerda cosas de Asturias (Figuras 140 a
147).
Por solera de estos modillones, cuando van dispuestos
horizontalmente, y a
(i)
modo
Conservados por su
de frisos bajo
hijo, D.
los frontispicios
de
Leopoldo Torres Balbás, y puestas por
ción nuestra.
—
279
—
los hastia-
él a
disposi-
CASTILLA corren fajas llenas de adornos también, armonizando con
les (i),
friso del
arco de
la capilla
mayor,
a
que
se aludió arriba (Fig.
otro
el
Su
148).
decoración forma ondulaciones jas,
acompañadas de ho-
y alguna vez aspas a
biseles enfiladas (Figs. 149 a
con
154),
la
particulari-
dad de que cada pieza va rebordeada y que unas a otras se
f
MiV^^i*-""^^
^SSBS^BSS^S
T"^
l1l^Ml^|(¡»lll[^j^j|[y||||lH| llllllu^||!l:l(lllltllll^lllMllll ll^|||||[|lllllJlll
Fig. 148. Lebeña: friso de
encima
III
lili ijiii|iiil lli
del arco toral
yuxtaponen a ca-
pricho, sin enlace ni continuidad.
En
partes no removidas
y en gran parte ocultos
los
res-
la
NE. (Lám. CV), vense
tauración, por ejemplo al costado de la capilla de
remetidos
cuando
modillones, probando que alguna
vez
redujo
se
aleros
estos
el
vuelo de
bajos,
para
su
mayor seguridad, probablemente. Líneas de modillones, corriendo oblicuamente los frontispicios ^i^ij'^i
tal
como
se
sobre
y sin solera,
ven aquí en Le-
beña, chocan, por desvirtuar, !¡|l|IUini1imi¡li¿nillliminiinilimlll.||_limiiiMil/lillUlin,iililuim.»i
quizá, un principio de gran lógica,
guardado en todos
edificios del
sobre
la
los
grupo mozárabe,
razón deque
el
alero
sirve para echar afuera
las
aguas, y que éstas no se de-
rraman sino por
la
base del
tejado. Antes de la restaura-
ción estos frontispicios iban
desprovistos de voladizo o Figs. 149 a
(1)
I
52.
Lebeña:
frisos
llevaban sobre rudos pedrus-
de los aleros
El de hacia poniente, abajo, fué añadido
—
280
le
cuando
—
la
restauración, para embellecer.
LEBENA eos, por efecto de
de
la
alguna reforma (Láni.
nave central, intactos
probando que
el
(]).
Todavía
los aleros laterales
parecer, rematan sin modillones de esquina,
al
vuelo no se extendía por
los hastiales,
de acuerdo con
lo
observado en Peñalba, Escalada y Moroso. Todo hace presumible un desacierto en
restauración, y sería plausible restablecer
la
puso mano
en ello ligeramente
La conformidad entre
lo \iej(j,
ya que se
(i).
esta iglesia de
Lebeña y
las
mozárabes leonesas
queda evidenciado, y no hay que insistir en ello. El prescindirse de estribos denota una mayor fijeza en las teorías bizantinas que sus hermanas de
Bamba
de
las capillas
to inicial
y Peñalba. Los tres arcos re\elan qui/.á un inten-
de seguir otro rumbo, dan-
medio punto. Quizá
do preferencia
al
un
educación limitada,
artista de
el
autor de sus hermosos capiteles acaso, inlluído por constructores mozárabes,
produjo todo
el
edificio,
eludiendo
bóvedas complicadas y sutilezas de estereotomía, en lo que
él
desmerece
ll!|l||l|l!l!li!lllfllllllMtil^
sensiblemente. Respecto de cronología relativa, el cotejo les
con
ambas
series, contra la
Mazóte,
etc.,
y 154. Lebeña:
frisos
de los aleros
de estos capite-
de Peñalba y su
los
Figs. 153
fijeza
dentro de un tipo, característica en
exuberancia de variaciones en Hornija, Sahagún,
hace presumible que interviniese un
mismo
artista
en ambas
obras, y por consecuencia su proximidad de fechas, con precedencia
de Lebeña
do con
más
bien, es decir, hacia 930; y ello va perfectamente de acuer-
los datos
que poseemos del conde Alfonso, edificador suyo.
Respecto de éste cabe sospechar bajo
la
si
seria
Magno o de heredados y de nombre
protección de Alfonso
mención de bienes
el
un noble
PJn
los
adjuntos trazados
se
forastero, acogido
Froila su hijo. El no hacerse
patronímico:
rencia de amigos, que contribuyeron a su auge;
(i)
el
la
extraña refe-
nombre de
Justa, su
ha hecho abstracción de estas innovaciones, que
fotografías acusan ampliamente.
Más reproducciones fototipicas publicó
en su monografía descriptiva de
la
restauración.
281 36
la
el
las
señor Urioste,
CASTILLA esposa, extraño en
de figurar
la
región de norte v ratificado de andaluz por
santas sevillanas Justa
las
iglesia, V la dedicaci'jn al
dad de
las titulares
hecho
el
de nuestra
santo cordobés Acisclo de una serna, propie-
mismos condes, parecen
los
Rufina entre
\'
indicios ajustados al caso, tal vez.
SAN ROMÁN DE MOROSO más hacia
TJn poco
de Europa, en influjo
so
el
oriente, lejos ya del
mozárabe leonés en Cantabria, mucho menos si
metros hacia norte
la iglesia
lavega en sentido contrario
Román
la
margen derecha
del río Besaya,
de un valle cubierto de robles, y próximamente
encumbrado que Bostronizo,
de Moroso, dado
lo
al
mente con sus anejos, entre
lugarejo del que dista pocos centenares de
en cuestión, y unos i8 kilómetros de Torre-
tardía
conocemos de
de Silos por
la
que figuran
los
este
monasterio de San
reina Urraca, en 1119, juntala iglesia
de Santa Leocadia
de Bostranigo, campos y dehesas
(2),
permaneciendo, hasta
menos, como priorato de Silos
(3).
Debió quedar abandonado
lo
cuando
(i)
la
las
la
Desde
la
estación de las Fraguas, en
ruina de Moroso queda
pendientes (2)
allí
muy
la
cerca de
la vía férrea,
a
puede
arriba.
irse
En de-
norte de las Fraguas; pero
son enormes, y los senderos, difíciles de reconocer. regis Aldefonsi regineque Constantie
cartam... testamenti... ecclesie sancti Dominici... monastcrii vidclicct sancti est in Asturiensi patria et
minatum BostranÍ90 (3)
a
el edificio
línea de Falencia a Santander,
una media legua hacia NE., cuesta
«Ego Urracha... Ispanie regina
Moroso quod
XIV
el siglo
exclaustración; desapareció su tejado y armadura, cayéronse a
a Bostronizo fácilmente, pues sólo dista
recho,
mismo de
(i).
documentación
Sólo
significativo y valio-
bien no aparece clara una derivación
presumible del mismo. Existe sobre lo alto
los Picos
apacible valle de Iguña, consérvase otro testimonio del
que Lebeña, pero congénere,
hacia
nudo montañoso de
et
cum
D. M. Ferotin:
cum
suis ecclesiis...
cum
filia...
Romani de
suo rure nomine preno-
sua defesa... Facta carta séptimo calendas aprilis era
Charles de Silos,
—
282
p.
43 y otras.
—
fació
i
iSy.»
MOROSO pedazos varios miembros, y
amenaza la
asi está,
perdida en medio del monte y con
de seguir arruinándose: su propiedad parece que corresponde a
parroquia de Bostronizo en calidad de ermita.
tamaño
Por
(Láms. CVIII
y disposición este monasterio es de
CX;
a
i55 y
figs.
i5(3):
nave, con una
los
más humildes
sola puerta hacia
norte, y capilla casi cuadrada, en el testero, le constituyen; aquélla
6.30 por 4.50 metros y tuvo
capilla
por
3.36
de madera a dos aguas, y con has-
por consiguiente;
tiales,
la
armadura
mide
no
pasa de
3.20
metros,
conservando arranques de
bóveda
una
cañón
semicilíndrico,
hundida, ángulo
con
de
testero
todo
la
el
^¿v^^^^^^^^^
quizá
SE.,
por culpa de
daña,
de
espa-
erigida sobre su Fig.|i55. S.
durante
Román
de Moroso: planta
pe-
el
ríodo románico, al parecer,
con dos arcos a
í
medio punto y moldurajes
en chaflán (Lámi-
na CIX). Si se
exceptúan
al-
I
gunas grandes piedras en
la
J
base del edificio,
su aparejo es todo me-
nudo, con
sillares
cuyo
grueso no excede de 30 centímetros, y descien-
Fig. i5ü.
Moroso: sección longitudin.il
de hasta casi una mitad
en ciertas hiladas. Sin embargo,
las
esquinas ofrecen apariencia de
grande, por llevar sus piedras asentadas sobre uno de
como
los
sillería
cantos largos,
en Celanova, por ejemplo, y así ofrecen superficies de hasta 107
por 63 centímetros, alternando con hiladas de otros sillarejos tendidos, 283
CASTILLA
Fig. 157.
Moroso: aparejo de su
para encadenamiento de
Puede observarse que mientras
los
la
obra,
ello fué
ángulo de NE.
capilla en el
con bastante buen orden (Fig.
iSy).
asentado a hueso, es decir, sin mortero,
paramentos de hiladas estrechas
solas llevan tendeles de barro
V núcleo interior de pedruzcos, sistema difícil de explicar racionalmente y
cuyo mal resultado ruina de
la capilla.
se
El
denuncia con
material
la
es piedra
arenisca, semejante a la de Lebeña, y su
labra se hizo a punta de cincel, difiriendo
sensiblemente de ría,
más
lisa,
la
sille-
denota que se labró a boca
Quedan
de escoda.
espadaña, cuya
vestigios de
miento por dentro, de color El cañón de
revesti-
rojizo.
bóveda susodicho
era de
también, arrancando, pero sólo
sillarejos
en su costado derecho, sobre imposta de bisel.
en Fig.
1
58.
Moroso: ventana del testero
Al
mismo
forma
de
Ventana, y
—
284
—
lado hay una credencia,
nichito;
más
Otra igual en
el
arriba,
una
testero,
am-
MOROSO derramadas
bas
hacia
adentro y provistas de su losa correspondiente, calada en forma de arquillo de herradura,
que
angosta por abajo y
al
exterior diseña una es-
pecie de cruz íFig. i58).
dos
Otras
como
ventanillas,
ábrense
saeteras,
hacia sur en
nave, y
la
una más sobre toral, bien alta,
do con exceso de Fig. i5g.
(Lám. CX)
de
es
Moroso: arco
toral
arco
rebasan-
el
trasdós
colindante bóveda.
Este dicho
con
herradura,
la
el
arco toral
la
prüpürci(3n máxima observada en Mazóte, Peñalba, etc., es decir,
excediendo
en tres quintos del radio su flecha al semicírculo; apenas puede considerarse trasdosado, por a
tramos
desigualdad que con
recorta su dovelaje hacia
se
despiezo aseméjase
lo alto,
y
ciertas
obras
el
la
bárbaras,
al
de
especialmente
de Cataluña y puerta de Escalada, pero llevando las divergencias hasta
que
creíble
se
hacer
procedió sin regla alguna,
y cerrado sin clave, mediante una pieza
que
siquiera guarda simetria; desde
ni
luego, no hav junta alguna en direcci(')n radial,
yendo todas a puntos más
excepto
las
altos,
dos primeras que son hori-
zontales (Fig.
1
59).
barismo arrojan
las
Otro indicio de bar-
impostas
o
cima285
—
Fig. 160.
Moroso: imposta del arco
toral
CASTILLA cios del arco
mismo, que, remedando
desarrollan sino chaflanes oblicuos en
vuela completamente
al
aire
Fig. 161.
falta
la
usuales nácelas escalonadas, no
número de
molduraje,
su
siete (Fig. 160).
y aun
al
Ahora
izquierdo
lado
Moroso: modillón cabero
jamba monolítica; pero
lumna que
las
la
conservada mantiene rastros de co-
se la adhería tangencialmente,
según costumbre. La puerta
de entrada fué otro arco igual, con impostas idénticas y
de columnas
falto
también; pero se
le
desmontó
con
intención
una
finca próxima,
allí
al
de llevarlo a
lado en
y yacen
montón sus
piedras: bien hubiera el
culpable
hecho
reparar
en
el
daño, asentándolas de nuevo.
<
Respecto
286
las
columnas,
fácil
hallarlas en
algún edíficio dc
las cefcanías.
quizá sea Fig. 162. Moroso: modillón de la nave
de
MOROSO Un
último orden de miembros importante son
formaron
que
las alas
de su tejado, en
rematando
los hastiales,
ambas
los
modillones que
vertientes de norte y sur, puesto
como va
en frontispicios, carecían de ellos,
dicho. Son del tipo leonés usual, con cinco o cuatro baquetones, casi iguales entre
lo
sí,
que será indicio de
cierta
posterioridad, según las
enseñanzas obtenidas en León, y a sus costados llevan
las
ruedas y flores
de costumbre, pero desgarbadas y sin primor alguno (Figs.
i6i y 1G2).
SAN JUAN DE SOCUEVA Un la
Maximiano Regil
artículo de D.
con todas sus deficiencias,
(i),
es
única información que alcanzamos respecto de este modestísimo san-
cuya asimilación
tuario,
comprobaciones
grupo mozárabe parece verosímil, aun faltando
al
históricas.
El valle de Ruesga, en las regiones orientales de la
de Santander, tiene, hacia su parte sur y
man Socueva,
elevada,
el río
Asón, y dominado por
es de caliza gris floja,
la
provincia
un barrio que
adscrito al ayuntamiento de Arredondo, por
cerca de sus fuentes
Juan. Ésta
más
misma
altísima
lla-
donde corre
peña de San
que da lugar a una porción de cuevas,
y entre ellas una se transformó en ermita, con título del santo Precursor. Es, pues,
una gruta natural,
muy
mientos por muretes de mampostería, y neras (Fig.
163).
Constituyese
así
pequeña, dividida en compartila
alumbran escasamente dos
una especie de nave y una capilla
redondeada, mediando entre ambas una de
mando arco de herradura, bisel V
como
muy
credencia, y
(1)
na
todo ello
Boletín de
rústico
allí
la
se
tro-
las
susodichas paredes, for-
de 80 centímetros de luz, con impostas a
(Lám. CXI). En
conserva
el altar
la capilla
vese un nichito,
primitivo, de piedra arenisca,
Sociedad Española de Excursiones, tomo
189.
—
287
—
IV, pági-
CASTILLA formado pur un soporte con ochavas algo cóncavas v
tablero, de 5o centí-
metros en cuadro, chaflanado por abajo. Sirve hoy de base a una imagen relativamente moderna.
La
capilla redondeada,
como
los
ampliamente desarrollado, y aun
el
ci(')n.
ábsides leoneses: altar justifican la
traza del arco,
la
susodicha atribu-
pudiendo creerse que
se trata de
ermita del siglo X, análoga a
morus,
la
las
de
una
\ illa-
Cogolla y San Pedro de Rocas,
justificando las referencias de monasterios
rupestres en aquel siglo, donde los ereFig. 163.
mitassc rccügían para
S.Juan de socueva: planta
A-xi
vivir santamente.
'
.<
SAN MILLAN DE LA COGOLLA L
Emiliano
'
gados ocios por le
o Millán fué un pastor de ovejas, que entretenía sus oblilos
exaltaron hacia
montes pulsando una especie de la
Divinidad, arrastrándole
al
cuyas melodías
cítara,
cultivo de su espíritu,
bajo las enseñanzas de un famoso eremita llamado Félix. Volvió luego a
villa
Vergegio, su
jóse hasta lo casi
patria, desde
más escondido de
cuarenta años. Por
fin, el
donde, mal avenido con
la sierra
vecina, pasando
de Vergegio; mas
el
le
tal
la
puso a regentar
santo varón, atento a ejercitar
do necesidades, disipó de
en
soledad
obispo de Tarazona, deseoso de aprovechar
sus virtudes, forzóle a ordenarse de presbítero y sia
allí
las gentes, ale-
la
la igle-
caridad socorrien-
suerte los intereses temporales que
le
estaban
confiados, que su clero se alzó en quejas y fué depuesto del cargo. Retiróse
entonces a su antigua morada, cerca del lugar mismo, donde tenía un oratorio: allí
acudían enfermos y endemoniados, buscando
su palabra, hasta que, enfermo y decrépito, ciertas vírgenes
un años cuando Su
consagradas falleció
al
la
virtud eficaz de
hubo de recogerse en
Señor, alcanzando
la
casa de
edad de ciento y
en 574.
vida, escrita por san Braulio, sobre testimonios de personas
2»»
—
que
LA COÜOLLA trataron a Emiliano
ha dado motivo para pr(jclamar
(i),
gloria de su
la
nombre; pero también para discusiones violentas, fraudes y recelos deplo-
que aun padecemos. Una
rables,
de esta contienda,
fase
de que
la
santo
el
hubiera sido abad y benedictino, cesó ya de merecer sostenerse; otra cuestuvo últimamente un campeón decidido,
tión, la geográlica,
guella
rebatiendo, a favor de
(2),
Min-
P.
el
tradiciim y con éxito, las pretensiones
la
aragonesas, que formulara con su vehemencia natural D. Vicente de Fílente to, el
(3).
Es cuestión resuelta, y más
no alegado que yo sepa, sobre santo hizo vida eremítica.
el
como
acredita
mucho más
diciendo: «Dorius nascit in Dircetii montis»
brióse
dominante sobre
sierra
la
montaña misma donde es llamarla Distercio; el P.
Minguella, dicen:
verdad: un pequeño tratado geográfico,
la
inserto en códice de 932, pero quizá
cación con
la
Lo común y moderno
y ésta es
(4),
toma por base un argumen-
nombre de
pero los códices antiguos de Braulio, «Dircecii montes»
se
si
antiguo, lo menciona,
modo que
de
(5),
Cogolla es indudable.
la
sa en esta forma:
DERCETIO SACRVM
cia epigráfica del
monte Teleno, como advocación de Marte
Entre
(i)
tellana:
la
(6),
el
que
Fundaciones,
se avalora
con
el
citada, pág. 223.
La misma forma empleó, en
nando, poco alterada en «montis CirceCii» (Esp. sagr.,
(ó) III, p.
nomina locorum
vel
occidontalcm partem, cadit
131, y
t.
in
mare oceanum,
inscr. lat. II, núm. 5809.
IV,
p.
1
más
siglo Xii, el
(8)
Suscripción del cod. Emilianensc
como l.
— Bol.
monje Fer-
L, p. 366). B.),
f.
Ó9
v. a 70:
currit milia
de
la
CCCLX.»
Acad. de
la
Historia,
V,
f.
vol. II, núm. 293.
núm.
do en 946: «Gomesani abbati sancto Emiliano
Corónica,
el
respetables.
1.
Additamenta nova ad Corporis
Albelda de gSo figura
(8).
cursu ribulorum... Flubius Dorius nascit in Dircetii montis,
(7)
(Yepes:
t.
el
Códice miscAáneo del Archivo histórico nacional (ms. 1007
Corpus
X
pro-
Toribio Minguella, en
y la de Fr.
cotejo de dos códices, los
Obra
et defluit in
el
ediciones de este opúsculo hay dos, seguidas de traducción cas-
las varias
de Sandoval, en sus
(4)
«Incipit
y
siglo
San Millán de la Cogolla, libro que se publicó en 1883. España sagrada, tomo L, pág. 2 en adelante, y folleto posterior.
(5)
descu-
se expre-
(7),
(3)
(2)
25,
en
la
Academia de
Dircetii monesterii».
la
Historia, fecha-
— En
un diploma de
confirmante: «Stephanus Dercensis abas de sancto Emiliano» 436
v.).
— 37
Allí
recordando otra referen-
Cogolla se apellidaba Dercensis en
la
libro abajo citado, p. 213,
t.
su identifi-
una piedra, con inscripción romana votiva, cuva dedicación
pio monasterio de
la
289
-
CASTILLA Las otras concordancias topográficas, sobre
Vergegio será Berceo, distante un kilómetro de
tad:
no entrañan dificul-
esta base,
CogoUa
la
«Castellum Bilibium», donde Félix habitaba, es hoy
el
a cuyo pie se desliza
cómo
el
dose sus linderos,
No
Ebro
el
consta
falta
como
si,
entrar en
al
pueblo del santo caía en
la
peña de
Queda
Rioja.
la
la
tan sólo, y Bilibio,
sin explicar
diócesis de Tarazona; pero, ignorán-
base para discutir sobre ello.
pasó en Montes, respecto de Fructuoso,
ejemplo
el
de Emiliano tendría imitadores, que organizasen vida monástica en aquel
mismo
paraje antes de la invasión
dicada
al santo,
según
bas,
el
donde
Ni aun consta
hubo de-
mas nada sabemos
la
el
gran
respecto del lugar donde existiera
residencia de monjes en
la
navarros
los
CogoUa bajo la
el
dominio
(i).
mu-
Rioja, no obstante resultar
verosímil para los otros monasterios próximos de Monte Laturce y Al-
ello
belda.
La vida
del de
San Millán solamente
toma de Nájera, en
la
como primer bienhechor
923, por
a Tuta,
la
se acredita
del monasterio (2); pero los hijo,
los otros
es
mencionado
diplomas conocidos
en dos grupos, según aluden
madre, o a Tarasia, esposa de dicho
unos serán de 927 á 929 y
como consecuencia
Sancho Abarca, rey que
no alcanzan sino a García Sánchez, su
rey.
En cuanto
a fechas,
de 930 á 946. Son donaciones de
varios monasterios a San Millán, de vacarizas, ermitas, y,
sí
milagros hechos en su nombre atraían alas tur-
los
sulmán, y antes de conquistar
los
basílica
caluroso epígrafe compuesto en verso por Eugenio,
poeta toledano;
de
musulmana. Una
la
dehesa limítrofe
por último, vilas próximas a Nájera. Siguen confirmaciones y dádivas
de Sancho Garcés y García, cho,
el
el
Trépido; luego, una restauración por San-
Mayor; esplendores bajo García,
cia sucesiva.
No
el
de Peñalén, su hijo, y decaden-
fueron solos en tributar homenaje a Emiliano los reyes
de Pamplona, sino que también constan donaciones por Fernán González,
Carmina Eugeni
(1)
Wollmer:
(2)
Diploma confirmatorio de
Se conservan dos libros becerros de el
otro de letra francesa.
sobre todo, célase hoy
Ambos
al
toletani episcopi,
dehesa del monasterio por Sancho
la
Cogolla:
el
uno,
muy
los alega repetidas veces el P.
números 712 y
el
Mayor, en 1010.
antiguo, de letra toledana, y
Minguella; mas
el
primero,
estudio de los eruditos. Por mi parte no he podido disponer sino
de extractos incompletos y poco escrupulosos, que posee critos
p. 241.
la
897.
—
290
—
la
Biblioteca nacional;
manus-
LA CüGOLLA en
y 960, y por un rey Ordoño. Verdaderamente,
(J47
arraigó sobre todo en
ron preciso conceder inmunidad a
CogoUa en tiempos de guerra Contra
lo
a la
(1).
existen-
consignados en sus códices, que hoy guarda
la
Acade-
entre 621 y 906,
donde
contienen a
se
lo
menos ocho
fechas, escalonadas
nombres de un «comes Rusconum», de abades y aun
completa de
serie
que iban
los pei'e^rinos castellanos
la
Historia,
la
santo
al
arriba expuesto exhíbense testimonios remotos de
cia del monasterio,
mia de
devoción
la
de suerte que los reyes navarros considera-
(^astilla,
apócrifo, según el
la
de san Millán; pero todo es absolutamente
ellos a partir
mero estudio de su
paleografía delata
(2),
como también
célebre piedra ochavada, «descubierta», es decir, hecha en 1601, y fruto
la
de
torpísima indiscreción de algún monje que, por estos medios,
la
y,
ade-
más, raspando unas cosas v corrigiendo otras, en diplomas y libros, creyó asegurar los
las glorias del
aragoneses
que produjo todo
(3).
la
Otra etapa de fraudes hubo
los votos
mismo el
en
XVI
por
siglo XII,
el
libro becerro, sobre
de san Millán y otros varios, encaminados a
dotar de riqueza y exenciones
la
casa
(4).
Bien notorio resulta, efectiva-
Ce-
Carta del rey Sancho de Navarra, de 1068, publicada en romance por Yepes:
(i)
rón ica,
t.
1,
f.
266
V.
España sagrada;
(2)
t.
XX.X1I1,
p.
171, sobre
vero posterior del monasterio mismo, que deploraba
La piedra ochavada
(3)
del
allí
introducción de diplomas falsos en
famoso de
el
monasterio, contrariadas a fines del siglo
tiempo en que
existe,
como
testimonio de otro monje, archi-
caso.
patentizando con sus adornos que precisamente data
se la publicó, y los designios
publicó Sandoval; además,
el
transparéntanse demasiado en
no alega ninguno de
éste
que
acta
el
los datos apócrifos
conteni-
dos en los códices, parece verosímil que se confeccionasen algo después, cerca del mismcs
año 60 1. 1
(4) l.
I,
ps.
A más
del de los Votos (índice de los documentos... de la Acad. de la Historia;
233 y 410.
España Sagrada;
t.
L, p. 376), corresponden a esta serie
de 929, confeccionado sobre otro auténtico del rey García registrado en tivo,
bastando
el
cotejo de
ambos para
de Sancho «rex Hispaniarum», que francesa del siglo XII (Bol. de
y falso igualmente podrá ser blicó Yepes
arriba
(Corónica,
t.
el I,
la
certificarse
de
la
el
un diploma
becerro primi-
falsedad, y otro de 1030, a
nombre
ambos constan en un mismo pergamino, con
Acad. de
la
Historia;
t.
XXIV,
p. 239).
Análogo
al
letra
último
otro diploma, alegado en pleito eclesiástico de 1245, que puescr. xxii), y
mencionado, y en un papel
del
también
se
consigna en
Archivo histórico nacional.
—
291
—
el
ms.
n.° 712,
f.
11,
CASTILLA mente, que
si
este período
nuestra literatura histíSrica se
mozárabe, como en
zas trajo acá todo
mantuvo limpia de tachas en después
los anteriores,
el
afán de grande-
bagaje de amaños, fantasías y sugestiones bárbaras,
el
cultivado en otros países de antiguo, y es uno de los síntomas que caracterizan nuestro período románico.
Los datos que pudieran acreditar algo de mozarabismo en del monasterio, es natural
que una de
que hayan desaparecido, caso de haberlos, por-
cotizadas
las glorias
orígenes
los
allí
en
XVII
el siglo
hubieran pisado moros aquel suelo. Ello es que
las
que nunca
fué la de
aclaraciones y glosas
árabes, frecuentes en códices de este período, faltan en los de San Millán,
aunque
a fuerza de raspaduras
escrita en árabe, latina:
muy
pudieron eliminarse, excepto una palabra
bien, pero ininteligible (i), y precedida de esta frase
«qui legis ora pro nobis». Disimulado
ello
dentro del texto pudo
salvarse de expurgadores, acreditándose de coetáneo respecto del códice
mismo, que
es la célebre Biblia gótica
y no anterior
como
nombre
CogoUa, fechado en 977
más antiguos
códices emilianenses
menos, dado que tenía
Añádase que
(3).
es en absoluto
gran cultura obtenida en
la
que sustraerse
al
ambiente guerrero
la
el
tipo artístico de los
mozárabe,
ni
CogoUa durante
podía ser el siglo
X
navarros y caste-
e incivil de •
En Albelda formaron probablemente bajo
el
cenobio primitivo cuevas abiertas en
la roca,
señorío de los reyes moros de Zaragoza. Quizá en
el
CogoUa sucedió algo parecido, supuesto que
la
la
existencia de ermitaños
antes de la conquista navarra, parece inferirse por una carta real
de 929, concediendo
al
monasterio de San Millán cinco ermitas vecinas,
cuyo nombre colectivo de
(1)
«celia Alfoheta» parece árabe (4). Varias cartas,
Podría leerse Axbaxnar, pero va escrita sin vocales.
(2)
Cód. n.° 20 de
(3)
Cód.
(4)
«Concedimus
Emilianum) rie
Tam-
árabe, Moterrafe, escribiendo cierto
llanos.
allí,
obra del siglo X,
(2),
sus falsas apostillas quisieron hacer valedero.
bién figura un diácono con libro de la
de San Millán
la
n.° 29 de la ct
Academia de
la Historia; al
f.
70.
misma.
confirmamus vobis quinqué heremitas
id est sancti Martini sánete
qui vulgo dicunt celia Alfoheta
cum
Marie
et
292
vicinas (ad
Sebastiani et sancti loannis
exitis». Bib.
—
ibi
—
nac, ms. 897,
f.
139.
et
sanctum
sánete
Ma-
LA COGULLA desde 927, aluden
yacía bajo de un altar
(i),
y otra cláusula de
de sus bienes «in devotione
Más
sancti Emiliani» y al cuerpo del santo,
al op;olla
comprobada, y
derivación directamente califal de
los
resulta
mismo
este
la
tipo
sobrevive en obras de carpintería
morisca
(l'^ig.
ciadamente,
17H).
Desgra-
los estragos del in-
cendio, que, sobre todo, atacó la
parte de hacia las naves, y lo
de su material calizo mo-
frágil
tivaron que uno solo de estos
modillones se conserve íntegro; pero
bien
se
reconoce que
la
forma y decoración de dichos suplementos variaba de uno a otro,
como
albanegas
las
de
tanto
los
el
o
adorno de
triangulillos
modillones mismos. Su
repertorio
decorativo,
herma-
nando con
los capiteles,
respon-
de a tradición goda, serie
leonesa:
ramales,
como en
trenzas
de
la
dos
meandros, segmentos
Fig. 1Ó9. S. Millán de Suso: capitel del arco de entrada
de círculos, rueda helizoidal de dos tipos, rosetas con seis pétalos, pentágono estrellado, biseles y
con buen
arte.
ancho y 20 de grueso;
etc..
Los modillones miden 48 centímetros de los
de
las
todo ello a alto,
43 de
esquinas, que volarían más. están des-
trozados; las metopas son casi cuadradas y sus cobijas no existen; pero
en cambio se añadió encima otro orden de canecillos de madera, con su tablazón correspondiente, salvando
En íntimo capillas,
enlace con
el
así los
deterioros de lo primitivo.
alero construyéronse las
bóvedas de
estas
en forma que, sin desbaratar aquél, no pudieron éstas modificarse,
y sus materiales son igualmente piedra caliza blanquecina y yeso. El 303
—
se-
CASTILLA ñor Lampérez. único en hablar de
novedad que
bóvedas, desconcertado ante
tales
la
supuso rehechas siglos después y bajo
ellas representan, las
influjos ogivales arcaicos; mas. en atenciim a lo susodicho y apreciados la
antigüedad y carácter del alero, impónese dar como coetáneas y
ello sin
ñola
\'
las
bóvedas,
dificultad, puesto que también obedecen a una evolución espa-
moruna, perfectamente reconocida.
Trátase (Lám.
CXV)
de
bóvedas esquifadas con nervios
radiales,
en número de ocho, arrancando sobre cornisas de nácela, iguales que
la
A
^IV
Fig. 170 .
'^.
Millán de Suso:
modillón del alero, por ambas haces
del exterior y a nivel
probablemente:
V formando arcos de medio punto sobre otros; su
ancho
los cascos
nervios
diagonales y peraltados los
las
es de 33 centímetros y sobresalen
encajan en dichos arcos
ella
son de corte cuadrangular.
bóveda, no sólo por debajo, sino también por
que
los
con
como
el
unos 22 del cuerpo de
la
trasdós, haciendo creer
tableros de carpintería engar-
golados. Semejante a estas bóvedas no conozco sino otra en lo alto de la torre
nueva de San Martin de Arévalo, obra morisca no posterior a
segunda mitad del estilo
románico
rez en
siglo XII, puesto
aviles el
que a su
alega
un pórtico de el
Sr.
Lampé-
favor de su hipótesis caen demasiado lejos, porque en ellos los
arcos van aplicados fuera de las aristas, lo
pie arrimase
más puro. Los ejemplos que
la
están igualmente en
la
al
promedio de cada paño, como
torre vieja de la Catedral de
Oviedo y crucero de
San Martín de Segovia, probablemente obra morisca lo es otra
bóveda, esquifada asimismo, en
—
304
—
la
esta última,
como
torre vieja de la susodicha
LA COGOLI.A de San Martin de Aré\alu, donde los arcos van dispuestos dia^o-
iglesia
nalinente, cuniu of^ivas, acercándose así al tipo niás complejo de su veci-
Sabemos, además, que
na.
arte calilal
el
andaluz
us(')
corrientemente de
bóvedas sobre arcos cruzados, con admirable variedad de soluciones; que
bóveda esquifada fué niuy suya, como acre-
la
ejemplares cordobeses, también del si-
ditan
molduraje,
las
etc.,
de
hay dificultad intrínseca en la
misma
serie,
m
Cogolla hermanan
la
perfectamente con estas otras, de suerte que
de
K^§S]
X, y que en su aspecto general, estructura,
¿;lo
n>; y la iníeriur,
La conformación de
cristiano^> (Fig. 2ii)(i).
el
mente como en leones de tiempo
la
lomonis
ojos, entera-
del Califato (2); la cresta y la cola,
recuerdan soluciones análogas en otros bronces de Elvira;
como
«Hecho por
en árabe, significa:
de nuestros candiles, y principalmente
la
boca del asa,
repetición del
la
que
«opus Sa-
erat». son fuertes indicios para creer obra andaluza este singular
aguamanil,
así
como
nombre
el
del artitice delata su
Los textos alusivos a obras salomón iegas
mozarabismo.
se registran sobre
todo
en España: en el
tesoro de losvi-
+opVS"S/^LoM^NlVa^Tv —
"
siglo VI, el
sigodos poseía
'
~"
piezas sorpren-
^1;=^] ¿3X^1
A±cXo^
dentes y pre-
de
ciosas
tal
manufactura; Fij,;.
2.1.
Letrero del afiuamanil del Louvrc
un documento inglés cita
«duobus
urceolis pretiosissimis ex operibus Salomonis»; Este-
de Navarra,
fanía, reina
mandó
vender, en io52, «illos vasos vel forteras
salomonaticas»; en Covarrubias, año
suo cobertuorum de labor salamoniego
moniego», y en
el
bien que de material,
plata.
como
Sobre tales
ello,
et III
(3).
del
mismo
siglo
XI 1, cons-
Parece tratarse de una manufactura,
aunque desde luego
atendiendo a
cum
basos de plata de labor sala-
diploma apócrifo de Obona,
tan «tres vasos salomoniegos»
más
inventariaron «I copa
11 12, se
éste es
siempre bronce o
dos piezas arriba descritas y clasificadas
las
por sus mismos letreros, cabe deducir que
la
obra salomónica
Edad media, y que debió siendo quizá España el primer país occi-
seria de fundición a la cera, arte casi perdido en la
restaurarse por influjos orientales,
dental en que ello se lograra. Realmente una pieza de fundición
(i)
a. Prevost de Longpérier:
Manuel dart musulmán; (2)
i865,
p.
366.
— Migeon:
IX.
Véase
Du Cange
:
el
186.
Por ejemplo, ciertos bronces del Museo de Granada: Gómez-Moreno:
Elvira, lám. (3)
t.
Revue archéologique;
II, íig.
como
Dictionarium mediae
-
388
-
et
infimae laiinitatis.
Medina
BRONCES aguamanil
del
sorprender
á
Louvre revela destreza singular y dominio de
la
técnica para
profanos.
Entre
los
bronces coptos del
Museo
del Cairo valen a nuestro
propósito
los
fragmentos de
una lámpara (Fig. 212), en
forma de co, tí
dis-
de 4G cen-
metros
de
diámetro, con círculos
,
ar-
quillos V cruces, entre
va-
retas radiales,
calados en
él,
y tres asas de
lasquependía,
mediante barras metálicas
-W'
convergentes en una pieza trifolia,
que
a
SU vez remata
Fig. 212.
lámpara copta en
el
.Museo Jel Cairo
en otra asa (i).
Un segundo
ejemplar,
procedente de Calabria, pasó a
Basilewski (Fig. 213), con disco
menor
— 23
cmts.
la
colección
— y abreviada su
com-
posición de ornato, pero concordante; llevaba tres cadenas de suspensión.
(i)
Strzygowski
:
K.optische K.unst;
-
389
n."«
9154 y qi56.
.
.
MUSEO MOZÁRABE y por remate un disco vertical calado (i). Otro platillo de lámpara, muy semejante al copto y sin aspecto de gran vejez, aunque clasificado de bizantino, hay en
diámetro y quizá de (Fig.
xMuseo Británico
el
finito, salió a la
lejos
por
las
en 1910 y 1914. arrastrado
//^^^~~^^
^S^
arquillos v los remates acóa favor
un origen andaluz,
y un tercero, de 34 cmts. de
la
forma de herradura de sus
razonados inclinan
(2),
Granada
comercio
embargo,
sin
214);
el
venta en
asi
^,.-—
JI
\^
¡y-*
(
-^
J v^^^^'^^^^"^^^^^ (
^
de
como
cruces no permiten dudar
de su cristianismo.
Desde luego, la
periferia y
aun
el
de
central
encajar vasos
para
servían
los aros
cónicos de vidrio, iluminando
aun puede
artísticamente: y
creerse que a este tipo de lu-
minarias,
tal
muy
vez no
pro-
pagado por Europa desde
las
Fig. 213. Platillo de
una lámpara calabresa
regiones orientales, aludirán lus
lychnos, pintorescamente
origen clásico tas
al
parecer.
descritos por san Paulino de Ñola (3) v de
Ninguna
como hay en monumentos lo
corresponde a dicho
gráficos,
embargo, y tampoco hay lámparas dar ellas por
representaci(')n eclesiástica, entre tan-
tales
tipo,
de mezquita, no obstante reme-
general obras cristianas.
Esto a reserva, sin embargo, de excepción insigne en nuestra
Mezquita de diada en
1
PZlvira. Reconstruida en 864 por
010 por
los
La messe; lám.
R. de Fleury
(2)
British Aluseum: A guide to the fig.
:
el
R. de Fleury: obra citada;
(4)
Texto de Abenaljatib en Dozy
t.
early Christian and
VI. pág. 4. :
—
(4).
tenia
439.
41
(3)
Gran
emir Mohámed, incen-
berberiscos y no vuelta a reedificar ya
(i)
antiquities;
sin
Recherches. 390
—
.
; .
t.
1,
p. 331
Byzantine
BRONCES lám paras exactamente
similares de las susodichas; y seis de ellas,
incompletas, sacadas de sus ruinas, existen en
menos
de Granada
Dos entre
(i).
el
más o
Museo arqueológico
ellas ofrecen características
de arte avanzado,
V datarán, a lo más,
de cuando se reconstruyó
mezquita;
la
m&)^.
cuatro
las otras
pero
son tan similares de
aun
cristianas,
las
cruces
faltándoles
que
,
dificultad
sin
podrían creerse pasadas de iglesias a
mezquita.
como
la
lue-
go, siglos adelante,
fueron tantas otras piezas de mezquitas a
nuestras iglesias.
Desde luego,
si
no
son mozárabes individualm.ente, de se-
guro
copian
tales,
Fig. 214.
a periodos
musulmanes
Las lámparas de Elvira (Láms.
mismas
den de
mente
cadenas: entre
igual
lisas.
sucesivos.
CXLIX
y
CL
y
fig.
21 5)
abundan en
varetas radiales, circuios y remates cordiformes ya dichos: pen-
tres
semejante
ya
de lámpara español
manteniéndose como cosa regional, va que no trascendió su modelo,
que sepamos,
las
Platillo
otras
al
Los
que
el
los
trípodes de suspensión hay uno casi exacta-
copto (Fig. 216), v también un disco de suspensiiSn es
calabrés (Fig. 217); pero platillos
más abundan
de aspecto más
pelotas, va verdugadas,
miden de 44 a 36 cmts. de diálos otros, menores y más finos,
viejo
metro; dos son casi exactamente iguales:
llevan series de arquillos de herradura, siendo quizá prototipos.
(,1)
Gómez-Moreno: .Medina Elvira;
—
39»
p. 8
—
y lám. VIH.
,
MUSEO MOZÁRABE En
el
conglomerado informe de bronce, carbón, plomo derretido,
vidrio V estera de esparto
quemada, que
salió en 1874 de las ruinas de la
Mezquita de EIvira, y una vez entresacadas
lámparas
seis
gracias a ^^>r^.
las
la
pa-
ciencia y habili-
dad de mi benemérito padre,
quedóimposible
recomponer
de
^y^
otro
objeto
de
más tenue masa, incompletísimo
hpcwmt
y deshecho, pero
en
el
que pudo
adivinarse
una
corona de luces, de las que Fig. 21
5.
Disco de lámpara de
la
Mezquita de Elvira
tanto hablan los
documentos. Pasados muchos años vino a publicarse otra sencilla, rio va
que
posee el .Museo copto del Cairo (1).
tal.
aunque más
pudiendo arianzarse
crite-
sobre los fragmentos granadinos (Fig. 218).
Constituíala un aro cilindrico, de 28 cmts.
aproximadamente de diámetro por 9 de
alto,
bordes reforzados salientes v calada en
lo
labor de circuios secantes,
mitivas celosías de el
la
como una
demás las pri-
de
Catedral de Córdoba.
borde superior engarzaban
tres anillas
con
para
En las
cadenas de suspensión, y de entre medias caían
Fig. 216. Colgadero de de Elvira.
lámpara
hacia afuera horizontalmente doce barritas triangulares articuladas, de
unos diez cmts. de largo, aplastadas por su extremidad hasta formar aran-
(i)
Gayet: L'arl copie; pág. 29Q.
—
392
—
BRONCES délas, en
donde encajaban
los vasillos
de vidrio, soportes que equivalían
de documentos antiguos, comprobados por
a los delfines
la
corona del
Cairo y por otro artefacto de luces argelino, en
forma de
perteneciente a
la
colección
Fuera de dicha Mezquita, entre
las
ruinas del
basílica,
Basilewsky
(i).
mismo tiempo que aquélla, un candelero de bronce, que puede
caserío incendiado al
descubrióse creerse los
también de tipo español
cristiano, pues
conocidos musulmanes son cortos y con cubo
para encajar
muy
esbelto,
para ensartar
gua (Fig.
el cirio,
mientras éste de Elvira es
con base redonda y púa terminal, cirio, según la costumbre anti-
Fig. 217. Bronce de Elvira
el
219).
Su decoración
es
muy
sencilla,
reconociéndose que fué
vaciado sobre un modelo a torno, y se reduce a nudos
Fig. 218.
Corona de luces de
la
su alto es de 49 cmts. Consérvase en la
La población de Elvira
(1)
misma
el
más gruesa zona
anillada;
Museo de Granada, con
otros
procedencia.
hubo de
constituirse en su gran mayoría por
R. de Fleury; obra citada; lám. 438.
— 5o
arandelas
Mezquita de Elvira (restauración)
arriba y abajo, entre los que media una larga y
bronces notabilísimos de
como
393
—
MUSEO MOZÁRABE renegados españoles y mestizos; pero que también hubo mozárabes acredítase por
un dije de plomo fundido,
allí
también descubierto, y
le
constituye una cruz dentro de aro, cuyo diámetro es de
dos centímetros (Fig. 220).
Otro gran
lote
hay de bronces
cer solamente se descubren hacia
cristianos, el
que
al
NO. de España. Son
jarros con gollete acampanado, base equivalente, las
pare-
si
bien
hay con menor desarrollo, y asa no siempre, que suele
rematar por abajo en un mascarón; además, platos hondos, con tetón en medio. El alto
de aquéllos acércase a 24 cen-
tímetros;
diámetro de
Unos y
el
los platos, a 22.
otros llevan decoración
verdu-
gada, de fundición, y casi todos además letreros y adornillos grabados.
Sus leyen-
das, sumamente bárbaras y
difíciles
Fig. 220. Dije de
Klvira
de
interpretar, parecen deprecaciones en favor de individuos
nombran; y como cierta miniatura represente a un hombre bautizando con un jarro idéntico, es de inferir
que
se
que para
esta
ceremonia
Probablemente
así
se destinasen.
eran los
aquamaniles
y
concos
registrados en nuestros inventarios de iglesias, pudíendo referirse al siglo
IX aproximadamente; pero como obras
de tipo asturiano y origen bárbaro, sin otras conexiones
con Fig. 119. Candelero
tal
lo
mozárabe que
cual adorno.
En
la
forma de algunas
letras
o
atención a ello quede su estudio
de Elvira
para otra ocasión. Baste consignar que de esta serie, un jarro del Museo de
nomine Dni Arvildi
vita
León,
la
pieza príncipe
lleva este letrero:
«+
In
Ds concedat».
TEJIDOS Aparte
los lienzos
y paños con que
necesidades ordinarias, sabemos por
—
el
394
el
país cristiano proveería a sus
sinnúmero de testimonios alega-
TEJIDOS dos arriba sobre inventarios, que
de Le(jn y Galicia con sus
las iglesias
monasterios atesoraban tejidos preciosos, sederías especialmente labradas con oro, cuyas variadísimas designaciones cun nombres árabes delatan su procedencia; y adeniíís tenemos
rabes, que, estando de Pajarejos
dato de aquellos
el
a servicio de
ti
race ros
Alfonso V, poblaron
la
mozá-
aldea leonesa
(i).
Fantasías de clasificación refieren a aquellos siglos ejemplares ricos,
que probablemente son más modernos; pero queda uno,
Esteban de Gormaz, conservado aquí como Es de
lino,
como
el califa
almaizar, con ancho de 1.12 m., v en
conservada lleva zonas varias con trama de seda, entre
una
letreros y
velo de San
que
trofeo y
testimonio auténtico de haberse tejido para
inscripcií'^n
el
las
la
lleva en su
Hixem
(2).
extremidad
que descuellan
medallones con animales y bebedores. Las sedas
serie de
van matizando de blanco a
verde y morado, más oro de
celeste, pajizo,
Chipre, o sea cabritilla dorada revuelta sobre hilo de seda. El procedi-
miento de labor
que
es de creer
es a
punto de
tapiz,
exactamente como
y
a esto llamasen tiraz en árabe.
Dos ejemplares leoneses permiten
dándonos quizá idea de
lo
que
allí se
terio del Bierzo, el de la
ser
el
anterior,
más famoso y antiguo monas-
Montes. Su borde
urdimbre de
agrupados con
fabricaba sobre modelos andaluces.
El uno es fragmento que proviene del
formados por
las telas coptas,
lleva hilos de fleco
lino; siguen
muy
ralos,
una zona de 22 mmts., con
trama carmesí de seda, otra zona de lino toda, con 69 mmts., y luego, una
ancho de 22 mmts. también, y otra zona carmesí de amplitud incierta. La cenefa labrada lleva
principal, labrada de punto de tapiz, en
por
fin
sedas de colores blanco, celeste, índigo, amarillo, verde y carmesí, for-
mando adorno esquemático igual
que
el
velo de
mucho más
cromática
de gusto indefinido, con técnica exactamente
Hixem, pero
sin oro, resultando
además su gama
viva y alegre. Los tintes son excelentes y
de obra en todo irreprochable, dentro de
las
la
mano
deficiencias propias de
la
(Lám. CLl; izquierda).
tapicería
(1)
Véase arriba; págs. 116 y
(2)
P.
1917; lám.
I.
117.
M. de Artiñano: Catálogo de El
tal
la
velo o enseña militar existe en
—
395
Exposición de tejidos españoles, la
Academia de
la Historia.
MUSEO MOZÁRABE El Otro ejemplar es una pieza de 2.77 m. en cuadro, y que
tal
vez
alcanzó doble longitud, quedando sólo uno de sus cabos, con fleco de
urdimbre. El tejido de
una
lino, a distancia
cenefita labrada, de 5 cmts., en
tapicería,
de 19 cmts. del
que vuelve
fleco,
da lugar a
a darse igual técnica de
con trama de seda en colores blanco, azul, verde pálido, malva
y tabaco, diseñando temas de remoto carácter vegetal entre rombos, y algo
como
contarios a los bordes.
velo de
Hixem, pero
remate de cenefas en listas
Su tonalidad,
más descuidada su
es
fría
técnica.
las tres telas referidas es
polícromas (Lám. CLI
;
y débil, recuerda
la
del
Valga advertir que
el
perfectamente similar, a
derecha).
Sirvió esta última tela para envolver la mitad de los huesos de san
Froilán en
el relicario
de
la
Catedral de León, donde aun
quedando garantizada su existencia en el sello
la
episcopal que ligaba los cabos de
segunda mitad del la tela
misma
(i);
siglo
subsiste,
XII por
pero no sería
inverosímil retrotraer su origen a fines del siglo X, cuando se llevaron a la
Montaña desde León
(i)
E.
las reliquias del santo,
Diaz-Jiménez:
Reliquias de
y 26. Esta última cita corresponde
al
mas coincidiendo su descripción con trate
de otra
amarillo por
tela
la
para salvarlas de Almanzor.
Iglesia
de de León; págs.
17,
19
sudario del cuerpo de san Pelayo, ahora invisible; la
del otro en lo principal, cabe presumir
semejante y completa, pues mide
ambos extremos.
—
396
que
se
3 por 1.22 metros, con cenefas de rojo y
.
REGISTRO DE NOMBRES GEOGRÁFICOS
Bañólas, pág. 5i Baños, 10, 13, loi, 172, 184, 201. Baralánica, 108, 132, 263, 361.
Abellar ü Abeliare: págs. 107, 137, 196, 241, 326, 329, 334, 347.
Adamuz,
365.
Ajnas, 29. Albelda, 40, 290, 292, 362.
Barcelona,
Albi, 356.
Barcena del Bedriñana
Alcaudete,
Algarbe,
3,
i5,
18,
5i
6.
,
25,
42 a 48,
157, 271
,
,
356.
Río, 91. 83.
Belén, 175.
5, 6.
Belpuig, 63. Benian, 85.
Alija, 148.
Amaya,
")
139, 264,
Amelie-les-Bains, 66.
Berlanga, 319: véase S. Baudel de
Angers, 222, 232.
Berlín, 356, 366.
Annuna,
Biella, 57.
19.
Binbirkilisse, 223.
Arévalo, 304, 306, Arguelles, 82.
Bisbayo, 238.
Arredondo: véase Socueva. Aquisgrán, 223.
Boñar,
Astorga, 77, 107 a
1
1
1
,
1
Boides o Boiges, xvii,
xvii, 77.
142,
159,
160,
162 a
167, 184, 261, 338.
15, 119, 120,
Braga, 373, 382.
135, 138, 166, 376, 377. 380, 381.
Athos, 175.
Brescia, 61.
Autun, 356.
Badajoz, 367.
Buada, 67 a 70. Burgos, 210, 264. Cabeza del Griego, 60, 146, 220. Cacabelos, 238.
Bailen, 178.
Cairo, 29, 233,
Balbek, 177.
Cairuán, xx,
Ávila, 62, 63.
Ayoo,
21
1
,
252.
Balsemón o Balsemáo,
Bamba,
301,
13, 97,
389, 392, 393. ¡56,
XV, XVII, XXI, 161, 172, 179,
Calzada (Santo
Domingo de
192 a 202, 206, 224, 231, 233, 234, 246, 252, 271, 274. 276, 277, 281.
Bande: véase Sta. (i)
No
es
Comba
183, 231.
Caldas: véase Boñar.
97, loi.
62, 309.
Camarzana,
Camba,
de
io5, 148, 178, 214.
96.
completo, pues faltan referencias accidentales que no tocan a muchas del capítulo X, repetidísimas.
lugares desaparecidos, generalmente, y
—
la),
397
arte, las
de
REGISTRO Cambón,
Cuxá, págs. 5 Damasco, 301. Deva, 154.
pág. 222.
1
Canapost, 52, 66. Canigó, 47. Canterbury, 85.
Capua, 85. Cárdena, 109, Cardona. 47.
52.
,
Dijón, 222.
Dueñas: véase 140, 263, 264, 349.
Dume,
S.
Pedro de
las
240.
Eiré, 95.
Carracedü, 238. Carrión, 132.
Elvira,
Casillas: véase S. Baudel.
Erment,
Casserres, 47.
Escalada, xvn,
Castañeda,
329,
3,
367,
376,
379, 387,
388, 390 a 394.
xvn,
178.
167 a
xxi, 24, 29, 81, 103 a io5, 107, 131, 141 a 164, 167 a
170, 173, 212.
169, 179, 182 a 184, 188, 190, 191,
107,
159,
Castulo, 178.
198, 2o5, 207, 208, 2i5, 217, 220,
Cava, 35o, 357.
224, 231 a 235, 246, 248. 252, 261,
Celanova,
xvii, xxi,
94,
114,
271, 274, 277, 278, 281, 285, 358.
119,
142, 154, 189, 190, 196, 201, 226,
Eslonza,
161 a 163, 190,
238 a 252, 256, 277, 283, 301, 316, 33I' 342-
Cividale, 29.
Clermont-Ferrand,
Cogolla,
262, 329.
Espinoso, 238. Evora, 209.
Exmiadzin,
i5o.
175, 177.
XV, XVII, XXI, XXII, 24, 36,
Feriana, 178.
95, 101, 132, 189, 288 a 309, 312,
Firuzabad, 81
313. 348. 349, 360, 362 a 364, 372
Florencia, 374, 379. Fonollar, 52, 68.
a 374> 376.
Coimbra, 7, 324, Comares, 366. Compluto, 18. Compostela, 36,
,
5o, 61, 175,
178, 196, 271, 325, 332.
1
93,
119, i5o,
238,
Gerona, 42 a 44, 46, 67, 148, i5o,
328 a 330, 332, 35o, 378, 381. Constantinopla, 149, 231.
Gérticos, 193.
Córdoba,
Gormaz: véase
xx, 3, 4, 6, 13, 14, 23, 25,
45, 5i, 79 a 81, 85, lio, 141, 146, 149, i5o, i54,
149.
Fuentes, 261. Germigny-des-Prés, 25,
383.
206 a 208,
169, 170, 180, 201,
231, 233, 258, 259, 303, 307, 312, 3i5. 316. 332, 346, 347, 352, 362, 365 a 369, 375, 385, 392.
324, 382. S. Esteban de Goviendes, 98, i55.
Gozón, 379. Granada, 5,
13,
i56, 201, 367 a 369,
379, 387, 388, 390 a 393.
Corullón, 238.
Grenoble, 175, 178, 223, 231. Guarrazar, 9, 11, 26, 328, 378.
Covadonga,
Guelma,
324, 331.
19.
Covarrubias, 329. 330, 334, 388.
Hinojosa de Duero, 307.
Coyanca, 77, Cuenca, 371.
Hornija,
1
16,
139.
xv,
161,
172,
i85 a 192,
2o5, 234, 235, 252, 278, 281, 381.
-
398
.
GEOGHAFir.O Mellanzos, pág. 208. Mérida, 5, 9, 13, 14, 23, 98,
Jarbetelbeida, pág. i55.
Jerusalén, 301
Jumilla, 178.
Mididi, 178.
Lalín, 327.
Milán,
Lancia, 143.
Mira, 157.
Laspra, Le be ña,
1
5o,
Monkwearmouih,
90. xvii,
xxi,
190, 201
183,
178, ,
Montalbán,
189,
37.
i5.
Montelios, 97.
267 a 282, 284.
Montes,
Lebrija, xxi.
xvii,
212
186,
Leire, 31, 36.
a
io5,
217,
106,
219,
159,
178,
224,
290,
Leiría. 60.
378, 395-
Lena,
24, 73, 79, 84, 85, 148, i55,
Le(')n
XVII, 8, 20, 77,
i56, 198, 214, 222.
1
,
5o, 154,
1
108 a 140, 142,
58, 206, 210, 238, 253 a
259, 261, 262, 318, 323, 324, 329 a 334, 348, 35o, 361, 370, 382, 384 386, 394, 395.
Liño, 24, 73, 82, loi, 157, 272, 276, 323. 371-
Londres, 349, 35o, 373, 375, 390. Lorbán, 7, 99. Losilla: véase Boñar.
Lourosa,
xvii, xxi,
i58.
Morales de Toro, 189, 191, Moreruela, io5, 106, 211.
Moroso,
1
56, 201, 324,
XXIV, 189. 281, 282 a 287,
301. 319.
Mosteiro de Eiré, 95. Mozote: véase Mazóte. Nájera, 290, 295.
Naranco, 73, 74, 79, 84, io5, Narbona, 42, 46, 5o. Nave: véase S. Pedro de la
Nora, 86
a 88, 89.
xxii,63 a 66, 104,224,271
Mata: véase S. Pedro de
Olérdula,
xvii, xxii,
Ollas: véase Sto.
.
la
las
xvii, xxi, io5, 107, 161
,
13, 37, 74, 98, 148. 157, 159,
172 a i85, 189, 190, 192, 198, 201,
347'
211, 220, 230, 232, 233, 248, 256,
Santullano.
37, 58, 63,
177, 246,
254, 271, 301 ,315. 320.
252. 330.
182, 2(H, 235, 304, 328, 329, 331,
168,
271, 272, 274. 281, 285, 316, 320.
1,
264, 363.
Oviedo,
103, 146, 147, 149, 153,
de
Orleansville, 178, 230.
Osma,
Matifu, 178, 230.
14 a 27,
53 a 59, 63, 70.
Tomás
Orense, 96, 107. 134. 25 Orleans, 325.
Marialba. 60, 146, 260.
xxi,
i56, 222.
Oña, 267, 268.
Málaga, 366 a 369. Mansilla de las Muías, 208.
Melque,
192.
Nuez, 36. Obona, 331, 388.
365, 382, 387, 395.
Mazóte,
Monza,
Nevers, i5o.
100 a 104, 148.
Lucena, 369. Lugo, 328 a 331, 342. Madrid, 7 a 11, 13, 30,
Marq uet,
153,
201, 235, 323.
Jinnis, 19.
37''
37-
37^ a 380. Véase
Padul, 368. Palencia,
10,
Pamplona, París,
399
loi, io5, 172, 206.
373.
356, 372, 374, 379, 387, 389.
.
REGISTRO Pedret, 5g a
San Martín de Salas,
64, 146.
Peña: véase S. Juan de
Peñalba,
xvii, xxi,
142,
154,
San Millán: véase Cogolla. San Pedro de la Mata, 9, 26, 271. San Pedro de la Nave, xvi, 8 a 10,
161,
224 a
238, 246, 248, 249, 252, 264, 256, 258, 267, 271, 272, 274, 278, 279,
13,
20 a 22, 97, 98, i57, 178, 230,
281, 285, 375, 384, 385.
271, 323.
San Pedro de
4.
las
Dueñas, 2o5, 206.
Pontevedra, 148.
Sanpetersburgo, 389, 393. San Prudencio, 108.
Pravia, 72.
Santa
Piasca. III.
Priesca,
85a87,89,98, 148,222.
xvii,
Rabatammán,
98,
23.
24,
149,
97,
157,
Comba
de Bande,
10, 18, 23,
230, 248, 254, 271, 287, 318.
Santa Eulalia del Valle, 89. Santa María (Mallorca), 323. Santa Marta de Tera, 108, 148. Sant Gall, 178.
149.
Racca, 81, 149.
Ravena,
222,
223, 232, 254.
Revilla de Pomar, 214.
Santiago: véase Compostela.
Rivadelago,
Santillana, 265, 267.
168,
170.
Tomás
Robles de Laciana, 238.
Santo
Rocas, XV, 94 a 95, Roma, 85, 183, 356,
SantuUano,
RipoU, 45, 47.
288, 297.
Rueda
iio,
98,
148,
178,
Sarvistán, 149. Sedrata, 81, 149.
Segóbriga: véase Cabeza del Griego. Segovia, XXI, 97, ¡55, 196, 271, 304.
175. xvii, 107,
83,
214, 222, 235, 323.
5i.
Sahagún,
72,
5i, 356.
del Almirante. 142, 208, 234.
Ruhaiba,
de las Ollas, 218
a 224, 232, 248, 252, 316.
380.
Rivadesil, 93. 240, 241.
Rouen,
88 a
90, 240.
178, 189, 190, 196, 201, 220,
Peñamelaria,
xvii,
la
132,
Sevilla,
140,
143, 145, 161, 174, 190, 202 a 206,
3,
8,
13, 98,
Sigüenza,
234, 281, 341, 363.
Saint Restitut, 222.
Silos,
7,
104, 318.
132, 261, 282, 309, 349,
Salas del Bierzo, 238.
35o,
362, 363, 365, 384.
Saldaña, 267.
Simancas, 196. Sobrado, 328 a 331.
Samos, 93, 196, 241 San Adriano: véase Boñar.
Tábanos,
Salas: véase S. Martin de
San Baudel, xxi, 248, 309 a San Clemente de Valdueza,
i56. 358, 367.
Sietecoros, 182.
Socueva, 320. 218.
95, 287, 288.
4.
Tabernoles, 47. Tarazona, 288.
Sandoval, 208.
Tarragona,
San Esteban de Gormaz, 154. 395. San Juan de la Peña, xvii, 30 a
Tarrasa, 18,49,58,62,66,146,271. Távara, xvii, 131, 209a 21 1,332,386.
40, 94, 195, 297, 363.
San Juan
del
Cachón, 241.
53.
Tavira, 367.
Tera: véase Santa Marta de
—
400
—
.
.
GKOGRAKICO Tigzirt, 85.
Valdesaz,
Tívoli, 231
Valdevimen,
Toledo,
XXI, 6,
8 a
14,
2('),
78, 97,
106,
ii5,
116,
i5o,
163,
184,
196,
201,
233,
271,
314.
319,
357, 359, 369.
i
17.
108.
Valdueza: véase San Clemente de \'almuza, 178. Valpuesta, 140. Valladolid, 201
,
206.
Tolosa, 36. Tólox, 4.
Velio: véase Villardeveyo.
Torcello, 85.
Venecia, 157. Verona, 348.
Venasque,
Tordesillas, 12.
Toro,
122.
Vich, 43 a 47. Vida, 52.
lio, 189 a 191
Tournus,
18,
222.
Tours, 230.
Vienne, 222.
Trevélez, 365.
Vilanova,
xvii,
94,
183,
Tuñón,
Udalla, 36.
Villamoros, 260, 288. Villardeveyo, xvii, 82. Villarm ún, xvii, 146, 207,
Uppenna,
Villaverde, 368.
345.
Urgel, 35
Urgub,
Úxama, Vaisón,
178.
Vime, 107. Wroxeter, i55. Zamora, 11, 77,
175. 178.
221.
Valdabasta, 162, 207. Valdalcón, 208.
Va Id ed ios,
xvii, 22,
106,
107. 116. 120,
Í39. 373-
Zaragoza, 29 a 76 a 81, 83 a 85,
89,98, loi, 154, 157, 276, 333. 371.
401 5i
261, 262.
Vimaranes, 330, 331.
1.
18,
25o
Villacete, 108.
i85.
Turín, 325.
Úbeda,
189,
a 252.
Tréveris, 223.
Zraia, 230.
Zubia, 369.
31, 76, 157. 302, 370.
REGISTRO DE ALGUNAS VOCES DE ARQUITECTURA
ADARAJAS.
Dentellones que se forman en
de un muro, para su trabazón
AJIMEZ. sías,
proseguirlo.
Saledizo ante una ventana,
como
balcón cerrado con celu-
para asomarse las mujeres sin ser vistas. La acepción moderna de
ventana gemela
carece de autoridad: véase pág.
ALBANEGAS.
Enjutas de arco; o sea
a cada lado entre su rosca v
ALFÉIZAR. tro,
al
interrupción lateral
la
el
recuadro o
Recodo que
el
13,
hueco
nota
trianf^ular
véase pág.
alfiz:
4.
13,
que media
nota
2.
forma en torno de un vano hacia aden-
se
para encajar las maderas.
ALFIZ. capricho
le
Recuadro decorativo de arco morisco. Modernamente y
a
llaman arrabaa.
ARISTA. Intersección saliente de dos cóncavas. Bóveda de aristas normal es la cañones perpendiculares
ARQUIVOLTA.
superficies,
que pueden
ser
simple intersección de dos
e iguales.
Rosca de arco, o sea su parte curva, hecha con
piezas cortadas en dirección radial generalmente. Escribir archivulta es
purismo inadmisible
ya;
mas pronunciar
ARRABAA. Véase alfiz. ATAURIQUE. Ornamentación BAIDA.
la
ch no tiene atadero.
morisca de tipo
Bóveda cupuliforme o de casquete
gonal, generalmente
cuadrada.
Su desarrollo
vejetal.
esférico sobre base politotal
es
como pechinas
prolongadas por arriba hasta cerrar en curva continua. Su sección diagonal da
un semicírculo;
BAQUETÓN. BOCEL.
CANON. bién
su
línea
las
normales, arcos escazanos.
Moldura como bocel pequeño.
Moldura convexa semicilíndrica. Bóveda semicilíndrica, generalmente; mas puede
ser
generatriz apuntada, elíptica, escazana, peraltada
herradura.
—
4'"'3
—
tamo de
VOCKS DE
CAPIALZAR.
Desarrollar un arco o bóveda con oblicuidad progre-
siva, siendo horizontales
bóveda de
y paralelos sus arranques. La
tas capialzada tiene su clave central
más
alta
que
los arcos
aris-
formeros, y
su sección diagonal da un semicírculo o un arco apuntado.
CIMACIO. sobre
el
medieval
suelto,
como abaco de gran
desarrollo,
que va
con aumento del plano superior de apoyo. Es elemento
capitel,
casi constante y típico.
CINTA. la
Miembro
Hilada angosta y con ancho
que distribuye en zonas
fijo,
organización general de una obra.
COBIJA.
Pieza monolítica, generalmente llana, con que se cubre un
vano. Aplícase a los tableros que, volando entre modillones, constituyen el
ala de
un
tejado.
DERRAME,
muro en
Corte oblicuo del
aumentando su capacidad de una haz y con desarrollo mínimo a
la
a otra, o
un vano,
periferia de
la
promediado hacia ambas
mitad de su grosor. Así,
las
ventanas aboci-
nadas y saeteras.
DESCANTILAR. longitudinal oblicuo:
DESPEZAR. de
la
Robar su
arista a
como chaflanar.
Cortar
el
material de conformidad con
obra; sobre todo en los arcos su
DOBLAR. blado
menos
es
el
Reforzar un
que
una esquina, mediante un corte
despiezo
miembro con
lleva sotopuesta
la
estructura
es esencial.
otro equivalente.
Arco do-
una segunda rosca, concéntrica y de
grosor.
ENJALBEGAR.
Blanquear una pared, con lechada de
cal general-
mente.
ENJARJAR.
ENTREGAR.
Organizar un arco o bóveda con
jamba recortada como
ESCAZANO, de
él
muro un miembro saliente, dotado de en obra como tizón. Columna entrega
Incorpiorar al
masa complementaria que entra es la
jarjas.
tal
columna parcialmente.
Arco de menos desarrollo que
el
semicírculo,
al tercio
generalmente: también, escazarí y escarzano.
ESCOTA.
Moldura cóncava semicilíndrica, o de más desarrollo aún.
Decir escocia es italianismo.
ESPEJO.
como acera, y
Piedra colocada en un se aplica
generalmente
—
404
muro presentando a
su cara mayor,
mamposterías de poco
—
tizón.
ARQUITKCTIJK
ESQUIFADA. muros de apoyo;
Bóveda de cascus
\
llanos,
que avanzan en
formando rincones o
se ¡ntersectan
sus secciones normales son semicírculos. Llamarla
octógono regular, cuádrale
ESTRIBOS. bóvedas; como fenecí
el
FORMERO.
su extremidad
o contrafuerte, en cierto modo.
Arco pegado
al
muro, preparando
nacimiento o
el
es galicismo.
Casco cóncavo, rematado en redondo, generalmente, por
más ancha. Moldura de curva compuesta, por arriba cóncava y luego
GORJA.
convexa: también,
papo de paloma.
HERRADURA.
Arco desarrollado en más del semicírculo, exce-
diendo generalmente su flecha o altura en un tercio o en es
base un
muros para contrarresto de arcos
arranque de una bóveda; como forma. Decir formalete
GALLÓN.
los
bóveda en rincón
mas cuando tiene por lombarda. cúpula nombre de
Pilares adheridos a los
con
aristas entrantes, y
es galicismo deshonrible;
de claustro
y
linea
la
mitad del radio:
nombre moderno.
HOMBROS.
Parte inferior de arco o bóveda, que. no
empujando
contra los muros, se despieza libremente, ya incorporada a ellos ya maci-
zado su trasdós para refuerzo.
HUESO
Disposición de los sillares, asentados en contacto unos
(A).-
con otros, sin cuñas ni tendeles.
ICONOSTASIS. orientales,
Cerramiento ante
que atraviesa
la
el
coro y altar, en
las
iglesias
nave principal, formando arquería sobre co-
lumnas, generalmente.
IMPOSTAS.
Miembros
horizontales, salientes y
común, sobre que arranca un arco
INTRADÓS.
o
JARJA.
lo
o bóveda.
La cara o superficie
JARJAMENTO
moldurados por
interior y
cóncava del arco.
Porción inferior u
hombro de un
arco
o bóveda, que se erige sin cimbra y a hiladas horizontales, rematando en corte oblicuo para salmer de
JEMESÍA
o
XEMESÍA.
primera dovela.
la
Enrejado de piedra,
ladrillos, yeso o
dera, para dar luz y ventilación, sin registro desde afuera:
LISTÓN.
Moldura cuadrada de poca
MECHINALES.
como
ma-
celosía.
saliente.
Agujeros que resultan en una pared, por ocuparse
durante su construcción con
las
agujas del andamio.
—
4o5
—
VOCES DE
MEDIO PUNTO. así
por
ir
que
se
arco. Se llamó
su punto o centro a mitad del ancho. Por analogía, tercio
de dos centros dispuestos
es el arco el
Curva semicircular, tratándose de
al tercio
de su ancho; cuarto punto,
punto
organiza sobre cuatro divisiones, y todo
centros en los arranques. Parece que los tratadistas
dado buena cuenta de
MOCHETA. miembro
esta
pu nto
nomenclatura, propia de
el
que
tiene sus
modernos no
los
se
han
maestros ogivales.
Listón cuadrado con que remata horizontalmente un
o paramento.
MODILLÓN.
Miembro voladizo sobre que extremos de un dintel: como can
alero, o bien los
NÁCELA. un cuarto'de
Moldura cóncava, que arranca
asienta
una cornisa o
y canecillo.
vertical y suele desarrollar
cilindro.
PARTELUZ.
Pilar medial de
un vano; como alaros en
lo
morisco.
Saledizo en forma de triángulo esférico, dispuesto en un
PECHINA.
rincón para apeo de cúpula o anillo.
PERALTE.
Porción vertical sobre que se desarrolla
la
curvatura de
un arco o bóveda, partiendo de sus impostas.
PÉRGULA. de que pendía
Trabe o madero horizontal, y
el
velo ante
el altar
de
a veces sobre columnas,
las basílicas,
atravesando su nave
mayor.
PERPIAÑO. a otra en
Miembro
un muro, ya
PLANCHA.
el
el sillar
que va de una haz
arco que atraviesa perpendicularmente una nave.
Dintel de
PUDINGA.
travesano: ya sea
madera que
cierra
un vano.
Piedra formada por un conglomerado de cantos
dos, según imitan nuestros
RAMPANTE.
mármoles
menu-
artificiales.
como el arco y la bóveda que nivel. También llamaban así a lo
Construcción en declive,
tienen sus impostas oblicuas o a distinto
capialzado de una bóveda.
RASTRA.
Madero que
se asienta a lo largo del
muro, para trabazón
o apoyo de techo.
REPISA.
Miembro voladizo sobre que carga un
arco o pilar: antes,
represa.
RESPONSIÓN.
Pilar dispuesto a
modo
de columna, o sea pilastra,
y guardando correspondencia con una columna. ROSCA. Arquivolta o dovelaje de arco.
—
406
—
ARQUITECTURA
SALMERES.
Piezas en
¿irranque del arco, una a cada lado, ya
el
rematando simplemente sus jambas o postas, para recibir
SARPANKL
encima
las dovelas.
CARPANEL.
o
o dispuestas sobre las im-
jarjas,
Arco rebajado
elíptico:
del
francés
anse de panier.
TABICA.
Tablero que cierra
dós miembros salientes,
TAPIA.
como
vertical u
metopa
la
Obra de argamasa o
oblicuamente
el
huec
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