Gómez-Moreno-Iglesias mozárabes arte español de los siglos IX a XI_v1Texto.pdf

March 14, 2018 | Author: aamluis | Category: Spain, Reason, Europe, Latin, Catalonia
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IGLESIAS MOZÁRABES

ESTABI,ECIMIENTO

:

OHÁFICO

:

THOMAS

:

BARCELONA

JUNTA PARA AMPLIACIÓN E

ESTl'DIOS

Dlí

INVESTIGACIUNES CIENTÍFICAS

IGLESIAS

MOZÁRABES

ARTE ESPAÑOL DE LOS SIGLOS

IX

A

XI

POR

M.

GÓMEZ-MORENO

CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

MADRID 1919

\iíQ*^\

31-

S-.

general

índice PREÁMBULO: pág. ix. ANDALUCÍA: pág.

I.

i.

Lo mozárabe y

mudejar o morisco; su

lo

concepto, límites y caracteres. Factores orgánicos bajo pág.

Libertad religiosa, culto, iglesias,

2.

bajo almorávides y almohades, p.

p.

Crisis del siglo IX. Otra

3.

Destrucción general de

4.

Bizantinismo andaluz. Indicios de arte mozárabe, doba. Inscripciones, códices, la

Biblia hispalense, p.

TOLEDO. Su

II.

etc.

S.

comparación con

Comba

la

Sta.

ARAGÓN.

Peña,

p. 30.

7.

Zacarías de Cór-

Arquitectura decorativa

arte bajo los godos, p. 9. Rebeliones e

mozárabes. Restos de

III.

Paleografía, p.

p. 6.

iglesias, p. 5.

8.

Inscripciones mozárabes, p.

cia, p. 10.

conquista árabe,

la

Ginés, p.

12.

11.

Sta.

independen-

Obras de arquitectura seudo-

María de Melque,

y otras iglesias, p.

18.

p. 31.

14.

Ruinas anejas,

Restos decorativos zaragozanos, p. 29. S.

Tradiciones históricas,

p.

Descripción,

Su

p. 25.

Juan de

p. 33.

Obras

del siglo XI, p. 39.

CATALUÑA.

IV.

Influencias mozárabes, p. 41. Colonizadores, p. 42.

Influjo científico. Gerberto, p. 44. Relaciones políticas, p. 45. Indicios ar-

queológicos, p. 46. Arte románico catalán, p. 47. Arto carolingio: S.

de las Puellas, des-Prés,

p. 48.

Iglesias de

Tarrasa,

Influjo francés, p. 52. Corriente meridional: S. S.

Quirce de Pedret,

de Buada

pág. 71

,

.

p. 59. Sta.

en

el

siglo X, p. 5i

Miguel de 01érdula,p.

María de Marquet,

p. 63. S.

53.

Julián

p. 67.

ASTURIAS.

V.

p. 49.

p. 5o. Restos bizantinos. Corrientes artísticas

Pedro

La de Germigny-

Carácter de su monarquía. Orientación francesa,

Arquitectura carolingia,

p. 72.

Arquitectura prerrománica o rami-

rense, p. 73. Ingerencias mozárabes, p. 74. S.

(Boides), p. 76. Alfonso

III

Salvador de Valdediós

fautor de ella, p. 77. Decoraciones de tipo cor-

GENERAL

ÍNDICE dobés,p.78.

S.

Miguel deVillardeveyo,p.82.S.AndrésdeBedriñana,

Lena: su

pág. 83. Sta. Cristina de

Priesca y tos en S.

Pedro de Nora, p. 86. S. Martin de Salas, Laspra y S. Miguel de Barcena, p. 90.

S.

Res-

p. 88.

GALICIA. Pobreza monumental. Monjes mozárabes en Sames,

pág. 93. S. Pedro de

Camba,

Rocas,

ciudad autónoma,

p.

97.

Reliquias de mozarabismo. S.

LEÓN.

VIII.

239 a ibi.

Fructuoso de Montelios y

Concordancias decorativas. Coimbra,

Colonizaciones.

98.

p.

las págs.

Iglesias godas: S.

Balsemón.

Pedro de

Restos en S. Miguel de Eiré y S. Juan

p. 94.

Véanse adelante

p. 95.

PORTUGAL.

VII. S.

Salvador de

Martín de

VI.

de

iconostasis, p. 84. S.

Mozárabes y moros,

Pedro de Lourosa:

su fecha,

Corriente asturiana: Cripta de Palencia,

99.

100.

p.

p.

p.

io5.

Fun-

daciones monásticas. Pobladores mozárabes. Reedificación de Zamora,

Nombres

pág. 106. Monasterios, p. 107.

arabizados. Jerarquía de las perso-

nas, p. 108. Sistemas onomásticos, p. 110. Procedencia y estirpe. Indicios

mozárabes,

Nombres

p. 116. Siervos, p. 119.

geográficos árabes, p. 120.

Palabras árabes en documentos latinos, p. 121. Códices mozárabes, p. 130.

Organización social leonesa, de

pecto

Castilla,

p.

137.

Repoblación,

p. 132.

Administración

p. 135.

local,

p.

Diferencias res-

Conclusiones

138.

generales, p. 139. Carácter de los monasterios leoneses, p. 140. S.

de Escalada,

141.

p.

Su

Restos en Valdabasta.

Boñar,

Adriano de Boñar,

S.

S.

pág.

172.

Problema de

oriental, p. 182. S.

Toro

Gino deshecho.

Juan de Rivadelago,

167.

en

pórtico, p. 164. Decoraciones accesorias, p. i58.

p. i65. El arquitecto

pág.

Miguel

170.

de Hornija,

y Morales, p. 189. Sta.

p.

162.

S.

Salvador de

Martín de Castañeda,

S.

ábsides opuestos, p.

los

Román

p.

S.

p. i85.

Cebrián de Mazóte, 176.

Capiteles de tipo

Fragmentos decorativos

María de Bamba,

p.

193. El

obispo

Sahagún, p. 202. Su consagración, pág. 204. Restos en S. Pedro de Dueñas. S. Pedro de Eslonza, p. 206. Restos en Valdalcón, Mellanzos, Rueda, Sandoval y Mansilla,

Frunimio,

p. 195.

Descripción, p. 196.

pág. 208. S. Salvador de

Távara.

Moreruela. Restos en Ayoo,

El códice tavarense, p. 209. Restos en

p. 211.

S.

Pedro de Montes,

p. 212.

santos Fructuoso y Valerio. El obispo Genadio, p. 213. Ermita de

Cruz,

p. 21G. S.

pág. 218.

Clemente de Valdueza.

Santiago de Pe alba,



p. 224. El

VI



Sto.

Tomás

la

Los

Santa

de las Ollas,

obispo Salomón,

p. 12b.

Des-

GENERAL

ÍNDICE cripción, p. 227. Epigrafía, p. 237.

Miguel de Celanova. Descripción,

p. 24(3.

Memuria de consagración,

El obispo i^udesindo y FYoila su

Sla.

Maria de Vilanova,

Palaz de Rey, en León. La devota Geloira, de León,

Villarmún. Supervivencias mozárabes,

CASTILLA.

IX.

pág. 263. Población

de Santillana,

de Le be ña,

Román de

la

p. 265.

p.

282. S.

p. 2(09.

Baudel de Berlanga,

p. 288.

p. 323.

p. 309.

PRESEAS ECLESIÁSTICAS.

X.

p. 325.

Castilla central,

María

p.

San

287. S. .Millán

Falsificaciones, p. 291.

Suso,

Su amplia-

p. 296.

Sus pinturas,

p. 317.

Culto externo. Inventarios ecle-

Las imágenes. Fase anti-icónica española,

Su remoción bajo Fernando

Claudio,

la

Descripción, p. 270.

Juan de Socueva,

Indicios de mozarabismo, p. 292. La iglesia de

siásticos, p. 321. El altar, p. 322.

Museo

p. 261.

Cogolla. El presbítero Emiliano,

ción, p. 306. S.

el

La casta de caballeros. Las Asturias

p. 264.

conde Alfonso,

p.

p. 239,

Salvador de

Rioja y Soria. El galicanismo, p. 266. Sta.

267. El

de Moroso,

S.

San

260. Sta. María de

p.

División en regiones. Carácter de

mozárabe,

hermano,

Restos en

p. 263.

San Martín de Villamoros,

267.

p.

p. 25o.

p. 238.

I,

p. 324.

Inventarios inéditos,

p. 32G.

Indicios históricos: Teodulfo,

Servicio de altar: cruces,

capsas; díptacos; coronas, p. 328: lucernas; candelabros, ciriales

p. 327;

y candeleros, p. 329; cálices: aquamaniles; turíbulos o incensarios, p. 330; signos y campanas, p. 331; cátedras; analogios; velos principales, páíeos, p. 332; alhaiaras o alhagaras; acitaras o citharas; frontales, p. 334; pallas.

Ropas sacerdotales, u orarios,

p. 335; casullas,

p. 336: balteos o cíngulos;

dalmáticas, túnicas, albas, orales

capas y mantos,

p. 337.

Servicio de

mesa:

manteles, sábanas y facitergia o fazalelias, p. 338. Vajilla: infer-

turias:

missorios o mensorios, p. 339; culiares o cocleares; truliones o

trullos;

cifo;

salares, sulcieras y pigmentarios; taregos: tágaras; fixorios

tenaces; scalas, p. 340; copos; fíalas o pataras; coppas; ferratellas; calderas;

moiolos; cúcuma.

Vasos irakés,

p. 341;

concas, arrotomas o redomas,

Concos y aquamaniles. Vasijas de cocina. Luminarias. Lechos. Ropa de cama, navatellas, palmares, portellas, kana.

p. 343; culcitras

Alcalla; soparías, p. 342.

o cozedras, plumazos, tapetes, gálnapes o génabes,

almuzallas, sábanas, allihafes o alifafes. Librerías

p.

344;

eclesiásticas: su

carácter y valía, p. 345. Libros eclesiásticos, p. 346; antiphonarium, ora-

tionum,

p. 348;

comicum, manuale



v passionum.

vu



psalmorum

o psalterium,

ÍNDICE ordinum, horarum, precum,

MUSEO MOZÁRABE.

dices, de

p. 349;

p. 355.

los siglos

sermonum. Libros

Opúsculos poéticos. Renovación de

espirituales, p. 35o.

XL

GENERAL divinos. Libros

las librerías, p. 352.

Có-

Mueblaje eclesiástico subsistente.

Escrituras uncial v cursiva; escritura minúscula. Códices

VI

y IX. p. 356. Literatura del siglo X: fase arabizada;

11

códices conservados,

p. 357: serie

andaluza, su valor artístico,

p. 368; serie

toledana, p. 369; serie leonesa, p. 360; serie castellana, sus pinturas, p. 3614

Florencio y Magio. Códices del siglo XI, p. 362. Escritura árabe: cifras

numerales, criptografía; glosas castellanas; notación musical, riales.

Inscripciones,

p. 364: serie andaluza, p. 365.

p. 363;

Piedra,

mate-

p.

369;

escasez de ejemplares mozárabes; pila de León; restos en Oviedo, p. 370.

Marfil:

serie de

Fernando

I,

cruz en

p. 371;

el

Louvre,

p. 372; ara

de

la

Cogolla, p. 373: caja de Davillier. p. 374; piezas de ajedrez. Cristal, p. 376;

redoma en Astorga; en Astorga,

piezas de ajedrez en

p. 377: otra

en Montes.

la

Oro y

Cogolla, p. 376.

Madera:

plata, p. 378; cruces de Oviedo;

San Isidro de

caja de Astorga, p. 379: caja de las Ágatas, p. 380; caja de

León: copa de Braga, p. 384;

p. 382; cáliz

campana de Córdoba,

Madrid; aguamanil

p. 392:

p. 386;

p. 389;

Plano de

la

campana de León,

lámparas de Elvira,

candelero de Elvira,

baros; aguamaniles y concos, p.

mento de Montes,

de Silos. Bronces: cruz de Peñalba, p. 386; candil

de

del Louvre. p. 387: las obras salomónicas, p. 388; lám-

paras de tipo copto,

de Elvira,

cajas

p. 396;

p.

390;

corona de luces

p. 393; dije crucifero;

bronces bár-

Tejidos: velo de Gormaz; frag-

394.

sudario de León, p. 396.

España septentrional, con

ñen a arqueología cristiana, y especialmente a

lo

las

localidades que ata-

mozárabe.

Registro de nombres geográficos, pág. 397. Registro de algunas voces de arquitectura, pág. 403. Serie de láminas numeradas, de

I

a

CLl, que comprenden 199 repre-

sentaciones fotográficas, con su índice alfabético

al frente.

PREÁMBULO DUDOSO

que

parecer¿\

tenido. Q)uizá

el titulo

de este libro responda bien de su con-

peque por exceso, dando cabida, bajo

título

mo-

de

zarabismo, a iglesias que no son tales sino en concepto de arte, y quizá peque también por defecto,

que

al tratarse

una porción de cuestiones

Lo primero

sólo indirectamente atañen a los edificios.

se

razona por

fuerza de hechos, que asignan a lo mozárabe un área de influjos

de

lo

que

se

pensaba;

lo

segundo, por necesidades de organización en

teria histórica resbaladiza

Por consecuencia, recelos, hijos de

mayor

ma-

y apenas autorizada.

este libro

ha ido formándose con lentitud y entre

una desconfianza prudente, dando lugar

a estudios

com-

plementarios, que los unos representan aquí valor negativo tan sólo, no

habiendo servido ahora sino para excluir, para callar extraño o mal conducido, y en cambio

la

que de antemano

que resultaba

investigación llevó en otros casos

a establecer derivaciones y puntos de mira imprevistos y las hipótesis

lo

se acariciaran.

Con

menor

aun contrarios

a

todo, este libro no es

violencia posible, pero

más que un fragmento, arrancado con

la

también con descuaje hoy día temerario,

a la gran cantera de nuestro arte

godo, cordobés, prerrománico y morisco, sin estudiar dignamente aún, y por consecuencia los valores cotizados aquí no tendrán sanción de público sino

el

día en

que toda

esta nuestra historia

monumental propia

divulgada. Temores caben aún de haber empezado por

lo

más

sea bien

ditícil,

y de

traer desconcierto, dudas, repulsas en el aprecio de tal o cual edificio, de tal

o cual parte;

contrario, puesto

mas

ello,

que

al

viniendo de buena

ñn

resultaría

definitiva de crítica. Por otra parte, se IX

fe,

no acarreará daño, sino

al

una orientación más consciente y ha procurado plantear el problema



PREÁMBULO en su integridad, sin malicia y poniendo

al

alcance de todos

máximo

el

caudal de información directa posible, dentro de nuestros medios.

Ahora

bien,

lo

que

si

revela este libro bajo su titulo es

índole

la

Son materiales y nada más; pero dispuestos para ajustarse definitivamente en obra de sínmonográfica, analítica de su concepción y desarrollo.

tesis, lo

que hubiera resultado

fácil,

lograrlo entrara en nuestro plan.

si

Las hipótesis formuladas parecen convidar a bilidad de engaño queda válida, y en

sus materiales perderían

mucho

uno

antes, presentándolos

a

ello: sin

tal caso,

yendo

uno con su verdad propia; que

riesgo de instabilidad, y constituvendo artístico. Así,

mas como

hoy por hoy,

a tierra el edificio,

de su valor. Resulta preferible asegurarse

que luego su ajuste sea obra de conciencia

analice, y

embargo, una posi-

el

el

colectiva, con

monumento

queda

edificio

sin

su provecto existe, será bueno quitar

la crítica los

menos

de nuestro pasado

hacer deliberadamente;

al lector el

cuidado de

irlo

rastreando a través de estas páginas, y enseñárselo aquí, en confidencia, sin

responder de su bondad, pareciese

mucho

e

invitándole a retocarlo o a presentar otro.

si

si

edificio para los materiales aquí allegados, bastará recor-

dar que ellos son una parte no más de

más

Y

difícilmente aprehensible;

la

totalidad recogida, pero parte la

resto irá saliendo por

el

el

mismo camino,

ocasión, fuerzas y sobre todo entusiasmo no se apuran.

Aparte

menos

las

cuestiones técnicas,

de mirarse

al

al irse

fraguando

este libro

no ha podido

rededor, en historias y pergaminos de aquellos siglos,

en valores sociales, en datos de geografía, en indicios arqueológicos y hasta de observación folkloresca. Merced a ello han ido poco a poco ensanchán-

dose horizontes y surgiendo inesperadamente un concierto de ideas, con la

explicación de problemas difíciles y enredosos, y con una perspectiva

más

clara de siglos

que nuestras

historias,

ofrecen descarnados y sin alma. Por

lo

en programa, que ha ido saliendo bajo

la

literariamente compuestas,

mismo que nada de mera presión de

acumulados, parece legítimo asignar un cierto valor a investigación histórica, vislumbrado a

compás de

los

ello

entraba

los

testimonios

este

proceso de

problemas de

arte,

que con su objetividad permanente y segura, son buena guía para orientarnos.

como

Cumple ahora

es, trajese fértil

desear que

la

totalidad de esta labor,

aun seca y árida

enseñanza para lectores avisados, poniéndolos en con-

diciones de acercar a

si

aquellas lejanías anteriores al milenario, donde

PRKAMIiULO parecen acusarse notas

muy

fuertes de nuestro ^enio propio,

desconciertan y enredan bajo presiones extrañas, haciendo difícil

que luego

se

mucho más

su reconocimiento y estudio en períodos sucesivos. Sería justo que,

no hablándose más entre nosotros de

medievales, viésemos allá

las tinieblas

hombres y cosas de que no nos separan misterios sino las complicaciones ulteriores, y que para comprenderlos basta observar sustratos sociales aun vivos en los senos de nuestra enrevesada geografía. La vida del siglo

Córdoba no podremos saborearla; pero

si

la

que

X

en

se llevó entre cristianos

y sobre todo en las montañas, porque allá giró dentro de lo vulgar, que no tiene historia.

Por una parte, conocemos con su apogeo bajo en Alháquem

11:

el

Califato y

las historias

el

proceso del arte y cultura andaluzas,

una dirección personal

muy

árabes dieron materia para verlo

mente, aun antes de estudiar sus reliquias. Respecto de tiana,

un tópico

bien definida

lo rige todo: es la

lucha contra

el

moro,

la

la

España

justifica.

suelo,

los

muy

á

realidad no siempre

la

Se quiere presentar un pueblo español reconquistando

cuando de hecho su pérdida

cris-

epopeya de

siete siglos, eje y razón final para una simplificación histórica,

gusto de nuestros estímulos pasionales, pero que

clara-

así

el

perdido

fué solamente para los godos fugitivos

nosy para su gobierno; además, el concepto de unidad nacional, entre otros a lo menos, aparece de antiguo como una simple fórmula de servi-

dumbre y

explotación. Nuestra unidad fué impuesta una y otra vez, bajo

romanos, bajo godos y bajo árabes, para regular El

las

operaciones del

pueblo español quizá no tuvo concepto nacional hasta

modernos, v ciertamente que no

le

los

fisco.

tiempos

tiene aún cumplido. Una España como

ideal colectivo, siquiera en deseo, tal vez

no existió nunca; pues a través

de opresores y gobernantes que forjaron su historia política y sus linderos, percibimos siempre de región en región al demos rebelde y esquivo,

desorganizado, pero siguiendo firme su camino, quizá sin variación desde los

tiempos más remotos, y según

los

rumbos que

su genio de raza

le

impone. Entre

las

gentes del norte peninsular parecen ser

más razonables

astures, de estirpe céltica probablemente. Ellos acogieron a los godos tivos, evitándoles

rias sin

someterse a

los árabes,

y así principió

el

los

fugi-

reino de Astu-

majestad ni pretensiones conquistadoras. Cántabros y gallegos se

PREÁMBULO les

agregaron: pero hacia oriente

tera definitiva.

vascones determinaron fron-

los feroces

mantenido una

otros godos, tras de haber

En Cataluña,

sombra de reino con Aquila y Ardo, buscaron apoyo en Francia, y sometidos a ella impusiéronse de nuevo sobre el pueblo indígena. Después, las primeras guerras fueron para

dejando yermas sus respectivas

aislarse,

compensación

fronteras meridionales; y en

el

tomasen arraigo, y que un

instituciones bárbaras

que

influjo carolingio hizo

arte de tipo

europeo

gallardease en Oviedo y Barcelona, sin acordarse casi para nada de Toledo ni

de Córdoba.

Luego,

la

segunda mitad de aquel

cambio de orientación sobre

la

Península

soberanía cordobesa iba perdiendo efectividad

la

:

IX determinó en Asturias un

siglo

Mérida, Coimbra, Badajoz, Toledo, Zaragoza,

;

etc. se

simpatizaban con

regían por cuenta propia, y estos focos rebeldes

los

moda guerrear contra el igual rumbo con algún éxito.

principados cristianos libres del norte. Púsose de

emir de Córdoba, y

los

asturianos siguieron

quedaba establecido; Asturias seguía

El contacto

sular, y las torpezas del

León, Astorga y

allá arriba.

ello era atraer al

encaminaban castillos, la

naciendo

En

a Oviedo, y

Bierzo se repoblaron; pero adivinando que

el

también

fortificar los pasos

que desde

allí

se organizó militarmente, a base de

zona fronteriza oriental, por donde

los

cordobeses llegaban,

así Castilla.

tal

grado parecía eficaz

nimo Albeldense

el

poder contra

asalto al

favor de Alfonso

-en

profecía favoreciese a

como soberano

Omar,

en toda

y había de cumplirse

los árabes,

que em-

restauración del reino godo. Así lo auguraba

la

la

la

el

muy

anó-

verosímil que idéntica

hijo de Hafsón, para

Andalucía

el

Magno; quizá tamby&ji alentaba

el

Benicasi, reyes de Zaragoza, y es

ello a los

Omeya

gran movimiento penin-

traducíanse en auge y ansias de progreso

enemigo, cuidóse de

pezó a profetizarse

el

Omeya

el

alta.

imponerse de golpe

El año 884, en que

Omar

se alzó

profecía de Albeldense, fué realmente crítico; y

de Córdoba no

lo

ron impunes y señores por

perdió todo, a

lo

más de cuarenta

jación de los fundamentos sociales tenía

si

menos sus enemigos queda-

años. Tal desgobierno y rela-

que desatar odios

e injusticias; es

natural que los cristianos sometidos, los mozárabes, padecieran; se les desterraría el

alma de

como la

peligrosos, a veces; en ciertas regiones,

guerra

civil, les

tocaron en XII



el

donde

ellos

fueron

día de la pacificación repre-

PREÁMBULO salías inexorables,

determinando su fuga

a pais cristiano

fuese posible; una clase especial, los hijos de renegados

no tenían otro remedio que la

que

es verosímil

los

ello

que cristianizaran,

éste para salvar su vida, y en

aun

rebelión no cuajase

siempre que

comarcas donde

españoles significaran su

protesta emigrando.

A por

este

comarcas que con

las

León y

momento responde

Castilla.

Alfonso

inmigratoria, proveer a intereses

que

la

el

gran expansión territorial de Asturias,

tiempo llegaron a ser reinos de Portugal,

Magno tuvu

el la

la

el

mérito de encauzar

la

corriente

seguridad del país y legislar de acuerdo con los

nueva sociedad demandaba para desarrollarse. Todo

organismo bárbaro de Asturias y Galicia quedó para aristocracia y la esclavitud cedieron ante

ella

invalidado;

un pueblo, que en León

el

la

se reveló

haciendo patria con su trabajo, y en Castilla ennobleciéndola, mediante su esfuerzo militar y

tomaron cuerpo

intrepidez con que

la

instituciones

las

mantuvo sus derechos. Entonces

que nos salvaron del feudalismo, nos

hicieron libres y democráticos, y prepararon

generosas que marcan

no

el

el

derroche de iniciativas

genio español, mientras los patrones de afuera

son impuestos.

le

Sin embargo,

España cristiana

la

modesta. Ofuscábala

el

del siglo

X

se nos ofrece

pobre y

imperio cordobés, tan espléndido y rico en su apo-

geo, imponiéndola cuanto era trasmisible en instituciones, administración,

mercaderías,

etc.

Recibió

ciertas clases sociales,

tal

documentación de entonces de

los

vez hasta su habla

produciendo

y válida entre gentes que si

bio

gran caudal de voces árabes que

la

la

lengua árabe pudo conservar categoría

al

XIV, cuando ya

de Argéntea,

la

olvidados ya del

transpirenaicos dieron de



un

enten-

X un escrito latino,

Omar

el

rey, en

latín.

los libros santos, puestos así al

Sólo en Cataluña los estímulos

cierto esplendor literario propio,

en parte sobre base igual, puesto que



cam-

cristianos insignes, ya tratados cien-

ya versiones de obras clásicas y de fieles,

este siglo

heroica hija de

sabemos que escribieron en árabe

alcance de los

casi nadie la

parecer ni siquiera eran mozárabes. Ade-

Andalucía solamente ha conservado de

las actas martiriales

tíficos,

culta entre

poquísimos escritos conservados. Toledo, con sus escrituras v sus

oficial entre cristianos hasta el siglo

más,

como lengua

arroja, y explicándose así la misera latinidad

monedas, patentizó luego cómo

día,

el

xni

allí



aunque

se tradujeron libros del árabe.

PREÁMBULO El arte cristiano del siglo bés,

completándose

la

X

semejanza en punto

musulmán no hubiera podido ella

de antiguo

el

parece asimismo una hijuela del cordo-

imaginería religiosa, que

lo

que igualmente fué ajeno

a

a la

inspirarle, ya

culto cristiano español. Pero, en general, revélase lo

zárabe del norte con un sello de inventiva que

le

mo-

presta siempre fisonomía

propia respecto de los tipos califales. Las iglesias de entonces en territorio cristiano son, pues,

por

el

un perfecto

influjo absorbente de la

España árabe, merced

meridionales, antaño sometidos a

propiamente mozárabe. lo

Y

ambiente

reflejo del

ella,

la

contacto con los

al

dándose lugar a un período histórico

no sorprenda

moro, puesto que, por una parte

determinado

social

rendimiento de

este

Europa

del siglo

X

lo cristiano a

no estaba en con-

diciones de trasmitir sino barbarie guerrera, y por otra, los Estados cristianos peninsulares, sin excepción, acabaron por acatar la soberanía del Califa, ya obedeciéndole, gal,

como hacían

los

condes de Cataluña y de Portu-

ya bajo pacto de clientela, con poca fidelidad guardado, siendo verosí-

mil que ciertas campañas guerreras contra

como

los cristianos, tratados

rebeldes, tuviesen carácter jurídico de incitaciones a

del vasallaje. Así se explica

y moras en

el

también

la

la

siempre

observancia

promiscuidad de tropas cristianas

ejército cordobés, y su intervención

mutua para

resolver

conflictos de soberanía.

En

el

siglo

XI

los valores se

mundial, una vez aniquilado

el

trocaron: España perdió su predominio

Califato; la presión

que

éste ejerciera

todos los órdenes sobre los principados cristianos relajóse, y un

cimiento general fué su consecuencia. En contrario y a

europeos reaccionaban favorablemente;

Italia

la

par

en

empobre-

los

Estados

avivó su arte a base de

bizantinismo, propagándolo hacia occidente y norte, y fué una Era nueva

de prosperidad y adelantos.

A España

llegó

relajándose desde entonces para esta región país cristiano, unificado bajo

siguió

la

misma

ya no es andaluz

el

el

rápidamente por Cataluña, vínculo nacional;

señorío de los hijos de Sancho

el resto el

de

Mayor,

tendencia: su arte, con rasgos pujantes de orientalismo, ni

mozárabe, pero

se ingerta

en cepa castiza y es nuestro,

como resultó antes nuestro el arte cordobés, aun tomada de Oriente asimismo su esencia. El mal vino a la postre cuando se rindió nuestra personalidad en aras de instituciones exóticas, uniformándonos a gusto de los

cluniacenses franceses y de los legados pontificios, desconcertados aquí



xiv



PREÁMBULO ante una sociedad sobre bases que

les

otra vez por acá las heces bárbaras, a (ines del sif^lo

IX

eran extrañas. Entonces fermentaron

que tan extrañamente habíamos raído

pero, en compensación,

;

nos de nuevo y con más fuer/a sobre

empeñándose

la

lucha entre

EDO decorativos godos. El

tal resto

una ventana de dos arcos gemelos, en

es

forma de herradura, v partida por co: se

conserva en

el

lina y larga

columna de mármol blan-

Museo Arqueológico Nacional

Las arq ui voltas de esta ventana

se

(Fig. 3) (1).

recortan en una sola pieza de

arenisca, con amplio desarrollo de curvatura, doble línea grabada rebor-

deándolas y otra por contorno de

modo

piedra, a

la

de

alfiz

o recuadro

(2).

Este elemento falta en ventanillas análogas de tiempo godo, por ejemplo

en San Pedro de e

Nave y Baños y en

la

la

monolítica del museo de Mérida,

igualmente en otras asturianas, antes de llegar

fines del siglo

occidentales, del

mismo

IX

{3);

en cambio, es elemento típico de arquerías morunas

como ya en Cairuán

siglo;

influjos andaluces a

allí

pero ni en

echa de ver, desde

se

Toledo musulmana

la

primera mitad

la

en Córdoba se dan

ni

ventanas de semejante aspecto, sino con dovelaje trasdosado, tas, etc. (4).

La de San Ginés auna un

(i)

La columna mide

(2)

La palabra

al fiz

m. de

1*13

ancho

largo;

godo con

tipo

total,

la

exageración de

grueso de

1*22;

impos-

los arcos, o'ii.

debe sustituir en nuestro tecnicismo arqueológico a

la

caprichosa

y moderna arrabaa, inventada por cualquiera de nuestros pedantes del siglo último.

Aquella otra se abona en libro de di.x.

tal

(Biblioteca Colombina, Sevilla),

edificio alfiz».

que

es

un

triangulillo

que

autoridad

donde

como

Diccionario manuscrito del P. Gua-

el

«Una

se lee, bajo Albanega:

se causa entre la rosca

de un arco y

Consta por otros documentos que albanegas eran llamadas

las

parte de pared o lo

quadrado del

enjutas de arco entre

moriscos.

Podría ser caso excepcionalmente prematuro

(3) la iglesia si

de San Tirso (Boletín de la

datase de Alfonso (4)

de

la lista

A

tales

el

Casto;

mas

ello

allí el

la

ventana del testero de

Sociedad Española de Excursiones; tomo XVI) no

es indudable.

ventanas llaman ajimeces por corruptela erudita, emanada probablemente

de voces técnicas de origen árabe dada por Cean (Llaguno y Cean-Bermúdez:

Noticia de los arquitectos inexactitud en

la

mayoría de

las

solana, y su acepción antigua

y

arquitectura de España; tomo L

pág- 243), cuya

definiciones es notoria. Dicha \oz significa simplemente es

de balcón grande voladizo, que entre moros se formaba

con celosías (xemesías) para que no fuesen usa en nuestros conventos de monjas.

vistas las

En Granada

mujeres desde afuera, como aun se

se dieron repetidas órdenes,

para derribar los aximezes y balcones, por ser las calles en se habían

de

muchos

desde i5oi,

sitios angostas;

en 1498

«cortado algunos aximezes de moros» para ornato, e igualmente se dispuso que

nadie «saque aximcz ni portal ni passadizo fuera de

Municipal de Granada).



13



la

haz de

la

propia pared*. (Archivo

TOLEDO curva y lo

alliz

musulmanes, haciendo verosímil que

mozárabe. Respecto de

donde va al

clasifiquemos entre

la

la

escrito el

mismo

arte,

columna, que lleva en si tallados capitel y basa, y susodicho nombre «Sci Genesii», puede corresponder

dado

el

acento bárbaro que

la

separa de su prototipo corin-

bien con otras columnillas godas mantiene algo de parentesco. Por

tio, si

último, entre a todas luces,

columna y arcos media un cimacio de caliza, que es godo puesto que los hay con labores iguales en Mérida y Córdoba,

ciertamente anteriores a

lo

árabe

(i).

formasen conjunto en un principio

muy

Es

dudoso que todas

tres piezas

(2).

SANTA MARÍA DE MELQUE Si en

Toledo no

es dable averiguar

cómo

serían las iglesias de este

monumento

período, por desquite nos ofrece su comarca un valía,

cuya existencia reveló

el

señor Conde de Cedillo

(3).

Es

de singular la

ermita de

Santa María de Melque, a unos 36 kilómetros de Toledo, hacia O. SO.

Pilastras de la Cisterna y otros

(1)

Palmas en

la

manes. Uno

sus

catedral de Córdoba,

(2)

verse en postas,

la

pág. 414 del

,

la

tomo correspondiente

completa en

el

Museo,

es

sido tirada

Española,

musul-

España,

suelo esta ventana, puede

La parte de jambas

e

im-

en

Cultura

1907,

El llegar

allí

es

penoso, pues, tras de

31

kilómetros por carretera hasta Calvez,

Para no extraviarse en este último trecho, una vez pasado el

los

de:

moderna.

queda una hora larga de andadura por camino muerto hasta

siempre

al

iSSy, pág. 324.

Un monumento desconocido. Santa María de Melque;

(3)

puerta de las

la

artes.

Un dibujo, hecho cuando aun no había el Semanario pi ntoresco español

que hoy

(4)

\'

y cimacios de

que además ostentan cruces mutiladas por

de ellos se reproduce en

monumentos

mármoles en Mérida,

(4),

sendero de a

mano

derecha.



14



el

llegar a la

dehesa de Melque.

arroyo de Ripas, bastará tomar

AlELQUE sobre un rebato que alluye pruntaincntc

Taju y en terreno granítico,

al

algo quebrado y casi desierto. Dependió siglos atrás del célebre castillo de

Montalbán, que fué de Templarios, y

Hoy

en dicha ermita, según dicen. V su antigua

imagen

una de sus

ellos establecieron

Puebla de Montalbán, con

se traslad(') a la

el

aún de Nuestra Señora de Melque. No sabiéndose otra cosa que hoy por hoy,

respecto de documentos, queda sin historia,

pudiendo sólo colegirse que en tiempos antiguos hubo

el

nombre le

ataña

edificio,

explotaciones

allí

agrícolas de cierta pujanza, según revelan los diques o presas

que atajan

el

Se habla de una calzada y de piedras escritas romanas existentes

regato.

por

bailias

está con\ert¡da en establo y pajar (i),

lo

allí,

nado en

que indujo

a

Hübner pero

los Itinerarios (2);

buscado

el

a

suponer un ramal de

no consig-

vía,

una comprobación, que en vano ha

falta

señor Conde de Cedillo. La topografía del terreno parece desde

luego

muy

de

ermita; de suerte que, lejos de buscar comunicaciones al fundarla,

la

resulta

desfavorable para

más verosímil que

el

tendido de carretera en las proximidades

huyó de

se

escusado, agreste y cultivable, merced a

la

Las adjuntas reproducciones (Láms.

dan idea

del edificio.

Por

recomendándose

ellas,

quitectónicos bien extraordinaria, de

por

lo

abundancia de agua. II

IX) y trazas (Figs.

a

échase de ver una

ellas

el sitio

pujanza de

4. 5

y

7)

recursos ar-

suerte que, fuera de las rotondas

tal

bizantinas, quizá no subsiste en Occidente, y de hecho en España, iglesia

abovedada por completo, de y robustez a esta de Melque

(3).

Ahora

bien, su ventaja es solamente de

tamaño, no en cuanto a sistema, porque cañones de 4.60 m. de ancho y 7.70 de

(1)

absoluto respeto hacia

la

Corpus

diente del

i

monumental de Melque, por conducto

si

han apresurado a ordenar un

mas todavía

u

m

latinarum

II,

sería plausible

n.° 293*,

alguna pro-

y en

el

mapa correspon-

Supplementum. La de San Pedro de

las

Fuellas en Barcelona,

si

vedas, con un ancho de y'So ms. para sus brazos, llevaba

más

se

garantizase digna y permanentemente.

la

nscription

Después de nuestras

el edificio.

Clemente de Diego,

integridad de esta ruina;

tección de parte del Estado que

(3)

bien un abovedamiento con

alto es extraordinario para aquellos

significación

la

del cultísimo jurisconsulto D. Felipe

(2)

si

Sólo en gracia de esta utilidad se ha mantenido enterados sus dueños de

visitas,

que supere en amplitud

arte prerrománico,

desde un principio

mucha

ventaja a

consideramos que su grosor de muros no excedía de 00 cmts.



l5



tal

la

vez.

aguamó bóde Melque, y

t'.-T'.T-.rí

Fig. 4. Planta de Santa

^Trr.-'

María de Melque (Toledo).

oo

^

TOLEDO íii.^^r.j^ 3i¿3i .3.

ningún mérito representa

aparejados con

sillería

de granito, alcanzan a 1.40 m. de grosor: por con-

siguiente, su ley estática es casi la

de Santa

iglesita gallega

en vista de que sus muros,

ello

Comba

misma que

desarrolló en

el siglo V'^II la

de Bande, y tanto más vale

este cotejo

cuanto grandes son sus analogías de disposición y estructura, resultando

:omo un

prototipo

Sabida es va

(

que entre visigodos obtuvo

la prediiecci "H

planta de

la

cruz con ramas poco desiguales, particularidad sólo repetida con insistencia,

durante

primeros siglos del cristianismo, en

los

Asia menor, según

el

hoy día una porción de ruinas, cuya

atestigua

enumeración no hace

tampoco

insistir

en

caso ahora

al

los otros

como

Í2),

modelos peninsu-

i

La principal diferencia entre Melque y sus análogas visigodas, como también respecto lares.

~^

de

barcelonesa de San Pedro de

la

está en la

cabecera, que forma un ábside con

curva de herradura, por dentro, y rectángulo por fuera íLám.

Santa María de Tarrasa finido,

y

glo



—^

^

obra de tiempo inde-

,

(3), la

catedral francesa de V'^aison

Venasque

í

5)

'

'

ción CFíg. (i)

.

í

(4), el

las igle-

c

ii

África ello se

.

,

'la compara-

6).

neuland der KunstW. M. Ramsay and mis G. I..

Véanse especialmente: Strzygouskí: Kleinasíen ein te. ;

(3)

y casi todas

el si-

ficientes, inte-

iii

resa dar

paños en

según repiten

II),

., jívr-/-»sias Iconcsas del X. En Oriente y

PUnU de

Santa Comba de Bande íoreiue)

Fi«. 6.

IX

tres

que bien pudiera rebajarse hasta

baptisterio de

*

las Fuellas,

J.

— Rott;

K.leínasíat¡s

Thousand and One Puig y CadaCalch,

etc.:

"



'

:

f^

L'arquítectura románica a Catalunya, tomo

I,

página 321. (4)

Bulletin

gieuse en France; (5)

monumental;

i^oS, pág. 253.

— Lasteyrie:

L'architectuí

c

.

-

ñg. 161.

Bulletin archéolog

.

página 2^7.



18



des

tr

storiques;

1904,

MELQUE observa cuando van asociados

propósito de evitar rincones tan iglesita si

bien data del siglo XI o XII

razado su ábside,

al

(i),

y

las

al

análoga a

basílicas de

período bizantino

(2),

la

Annuna

de Melque. y

Guelma

que tienen desembaespañoles. Esta

obra por fuera dótala de un refuerzo equivalente

la

mucho

de los estribos románicos, facilitando

eludiendo

muy

Jinnis,

como en Melque y demás ejemplares

solución de encuadrar

el

pero dan ejemplos en contrario, una

s(Jlo:

armenia cruciforme, cerca de

en Argelia, correspondientes

al

ábside compartimientos laterales, con

al

aparejo del

conforme a un principio de

exterior redondeces,

guardado escrupulosamente por

el

musulmán de

arte

el

muro

v

estética,

acá: ello presta

carácter a lo que podríamos llamar bizantinismo occidental, en oposi-

ción

de Grecia.

al

Rompen adyacentes a

la

simetría del edificio únicamente sus

la capilla

mayor, resultando

cho más recio de muros que

incertidumbre que padecemos sobre en

hace

iglesias españolas

las

difícil

cuerpos laterales,

el

la

mu-

del lado de la epístola

y cerrado hacia

otro

el

el

La

crucero.

el

destino de tales dependencias

explicación de este caso,

com-

plicado rnás por utra singularidad, que consiste en haber puertas hacia el

pero nótese que, fuera de

exterior:

ellas,

la iglesia

no tuvo sino

otra,

hacia poniente, cuando es lo general que haya dos. por razón de las procesiones.

A

parte de la epístola

la

altar y ventanilla,

capilla el

según

mayor y hacia

el

vemos una capillita hacia

rito:

detrás,

otro lado pudiera suponerse desaparecido

oriente,

aquello de entrada accesoria para

En

el

crucero,

al

lucillo.

(1)

En

el

altar

altar allí: en

la

En

con su múrete diviel

fondo, hacia

cambio, pudo servir

la iglesia.

frente de su brazo de la derecha, o sea lado de la

epístola, y debajo de la ventana,

de

el

frente a la del altar.

embargo, faltando ventana en

menos verosímil un

resulta

crucero, con su

un aposento, con puertas hacia

campo, y una ventana, de

sorio dentro del arco: sin

el

mismo

húndese un gran arco en

el

muro, a mudo

brazo, en dirección a puniente, hay una venta-

Bachmann: Kirchen und Moscheen in Armenicn und Kurdistan;

figu-

ras 19 y 30. (2)

Gsell:

Les

monuments antiques



ly

de l'Algerie; tomo



II.

págs. i6ó y 201.

TOLEDO que corresponde por fuera con un hueco arqueado, como puerta (Lá-

nilla

minas IV y V) no primitivo

sino hecho para comunicar con

tal vez,

cuerpo de habitación, agregado por señales claramente: recuérdese

la

a la iglesia,

allí

y del que

se

un ven

ventana de Doña Sancha en San Isidro

de León.

En

brazo contrario, por bajo de

el

duda

ventana

la

lateral,

hay una puerta,

con dintel de pizarra y que se cerraba desde afuera, comunicando con un recinto a cielo descubierto (Lám. IX b), que rodean lu-

sin

postiza,

arqueados, en semicírculo

cillos

aun

al parecer:

llaman «el cemente-

le

rio», y debió de serlo. La torre que, arruinada ya, cabalga en del crucero, y otro

correspondan

al

una especie de

cuerpo sobre

tiempo de castillo,

los

según

mayor

la capilla

es

muy

el

centro

probable que

Templarios, cuando hubo de formarse los usos de

época.

la

allí

La sobrecarga que

representan estas agregaciones originó, de seguro, los desconciertos, roturas y

desplomos que en todo

el

crucero se advierten por dentro.

El hastial de poniente (Lám. V), forma

sobre jambas

apean hacia

mucho más

el

interior

avanzadas,

un poderoso

un gran arco

medio punto,

a

como en San Pedro de

dintel;

la

'Nave,

que

en cambio, por fuera albérgase

ruda y postiza obra, compuesta de dintel en tres piezas con enlaces acodados, arquillo para descarga y paramento de mampostería menuda, hasta llenar todo existió

el

hueco

del arco grande.

un porche incorporado

Reconócese, además, que hastial

al

acaso, y bien se ve relleno de piedra

mismo, con puertas

menuda

el sitio

pared con otra. Es verosímil que, excavando

el

mas ahora

exterior laterales

donde atizonaba una

suelo, aparecieran sus

partes bajas o siquiera cimientos conservados. El Sr. fotografiar todo este hastial libre;

al

Lampérez alcanzó

se adhiere

a

un establo a su

parte izquierda, afeándolo gravemente.

El

aparejo

del edificio es todo de sillería de granito, sentada a

y despezada con e hiladas

aun menos

las hiladas,

hav

irregularidad:

de hasta 55 cms. de

30 a 38, y

cuencia

mucha

a veces;

dinteles de 3

subiendo y bajando del

entre

la

ellas

de

tampoco guardan horizontalidad con fre-

modo más

caprichoso, o recu-

rriendo a piezas acodadas para resolver algunos ajustes.

muros permite que

m. de largo

pero generalmente no pasan

alto,

hueso

sillería

de

ambas haces medie un

ripiazón y mortero bien fraguado.



20

El grosor de



relleno de

MELQUE

Fig.

Hoy el aspecto como ajustada mal férica, tan intensa

7.

de

Perspectiva axonométrica de

la

el

de Melque.

obra es rudo, viéndose descantilados

la sillería:

en

la iglesia

pero ello es sólo efecto de

granito, pues algún paraje,

la

en San Pedro de clásica.

La obra

erigido sobre

el

la

Nave y en

las

del cementerio

lo

humedad no lisura, tal como la

obras morunas andaluzas, según tradición

no diliere respecto de

cimborio y capilla mayor, que

cho más grosero que

bordes y

corrosión atmos-

donde

ha hecho estragos, muestra juntas sutilísimas y absoluta

los

primitivo, y de 21

la

baja

la iglesia:

es de aparejo

pero



lo

acuñado, mu-

Edad Media seguramente.

TOLEDO Los vanos que sirven de puertas son adintelados, con quicialeras para dos hojas y

correspondiente; los dinteles, todos monolíticos,

el retallo

llevan su parte de alféizar (i) rebajado

en

sí,

en

la

para batiente de las hojas,

como

asturiana iglesia de Valdedios. Las

dos puertas mayores, encaradas hacia oriente y poniente, descárganse mediante arcos, de tal amplitud,

que dentro de su

hueco encaja libremente

como debió la Fig.

8.

el

dintel (fig. 8),

repetirse en

San Pedro de

Nave, a diferencia de

los asturianos,

que, según regla general, pisan sobre

Puerta oriental de Melque. por dentro.

dintel igualando su diámetro al la

puerta:

el

muy

primer sistema da una elasticidad

Estos arcos y

el

provechosa a

la

del lucillo o nicho del crucero se desarrollan a

punto; los demás todos son de herradura; pero

como unos y

el

ancho de obra.

medio

otros van des-

pezados a hiladas horizontales hasta nivel más alto que su centro o linea diametral, resulta que

la

lev estática en

hom-

todos es una misma. La parte de

bros enjarjada corre como paramento llano, sin trasdosar;

no

así

el

dovelaje,

sobre cuyo trasdós sobresale buen trecho la

piedra central o clave en

grandes: su despiezo es

mente hacia

lo alto,

hacia puntos

más

arcos

radial

sola-

en extensií'^n de una

mitad de semicírculo:

la

los

resto se dirige

el

altos,

promediada

así

dirección del despiezo respecto de los

otros sectores del arco,

si

bien con poca Fig. 9.

simetría y exactitud (Fig. trario, dial,

9).

Por

Arco

Alféizar

adentro para encajar

es

simplemente

las

el

del vestíbulo de

NE. en Melque.

con-

en los arcos de descarga y ventanas todo

cun centros cruzados, no

(1)

el

muy

el

dovelaje es suprarra-

simétricamente, y clave triangular de

recodo que se hace en conturno de un vano hacia

maderas.

22

MELQUE anchísima

Tocante

con propósito de asegurar su estabilidad (Fig.

c¿ibez¿i, tal \c/.

desarrollo, todos

a su

del semicírculo en cantidad de

los arcos

un semirradío,

titud en los torales. Respecto de las

me

hacia

el interior,

más pequeña, además su

dovelaje,

que

li;

se

ventanas, como

canon susodicho hasta

el

aunque mal trasdosado,

es

observa con exac-

llevan fuerte derra-

sus haces resultan descentradas, y

traspasa

8),

de heri"adui-a tienden a exceder

tres

la

exterior,

mucho

cuartos del radio;

completo, pero extrarra-

díaK dirigiéndose hacia puntos escalonados, con poco orden, de suerte que el

de sus primeras ¡untas suele caer bajo

encima

tantes

plantillas se

(Fig. lo y lám. IX).

guardó en

Nótase en

los

En

el

centro de

la

curva y

los res-

realidad ignoramos qué sistema de

esta y otras iglesias

mozárabes de tipo arcaico.

arcos de herradura que sistemáticamente su diámetro

hueco de entre jambas, y que sus salmeres están algo arredrados sobre las impostas, particularidades ambas que se echan excede en amplitud

al

de ver en edificios godos bien caracterizados, en

la

alcazaba de Mérida,

del siglo IX, y rara vez en obras del X. prevaleciendo desde éste en Cór-

doba

la

En medio,

tendencia contraria.

tradicionales godos, sobresale,

Melque en ción

son

esto de los arcos, su

como

pues, de una serie de pormenores

característica

do con con

más avanzada de

amplitud de rosca, que alcanza

moruna típica, y sin atenuación alguna de Las bóvedas de cañón

muv

la

la

propor-

saliente en los salmeres.

peraltadas, de acuer-

los arcos:

sillarejos,

van hechas

con

bastante

regularidad, y desligadas, al parecer, de los arcos torales: así

en

iglesia

En

el

las

cuatro alas de

la

y aposentos accesorios. ábside formóse una se-

micúpula, prolongada en ambos sentidos; y en medio del

crucero hay una especie de Fig. 10.

cimborio (Láms.VIl comparable a

los

Ventana de

la

nave hacia N., por fuera, en .Melque.

v VIH),

de Santa

Ravena. La estructura de

Comba

esta

de Bande y mausoleo de Placidia en

bóveda



23

es

cupuliforme, aparejada de



sillería

TOLEDO como

y procediendo por anillos,

unas

que luego

aristas,

si

desvanecen en cuanto salvan

se

dida entre los arcos torales, resultando pialzada,

como

la del

una bóveda de

así

compren-

parte

muy

aristas

ca-

como

es el arrancar,

las

bóvedas de

las

romanas, sobre apeos angulares, principiando en repisas embriona-

iguales a las del

rias,

la

San Vital de Ravena, prototipo de

presbiterio de

lombardas. Otra particularidad suya aristas

hay

fuese baída; pero en los ángulos

mausoleo de Placidia. Este cimborio recibe luz por

cuatro claraboyas redondas, derramadas hacia adentro en dirección oblicua.

Respecto de apovos, esta

apeando

los arcos torales,

algo escasas y despezadas a par de los muros,

que

sin basas ni otro capitel

da ejemplo de recias semicolumnas,

iglesia

la

cornisa que rodea

repetido en la iglesia de Liño, junto a Oviedo, y en

ello se

el edificio:

de Lena: algo

la

así

ve

da

también un arco de Escalada y otro en San Millán de la Cogolla, según veremos; mas no vuelven a registrarse, ni antes, desde tiempo de romanos, ni

después hasta

columna en función de

lógico de la

godo

ni

período románico. Esta estructura, hija de un concepto

el

por

pilar,

mozárabe, siguiendo

el

la

no fué sentida por

el

arte visi-

presión de ideas bizantinas; de

Melque y de Asturias, simples jambas redonausencia de capitel hace más sensible, dan idea de buen

suerte que los tales fustes de

deadas, según

la

sentido en

artífice.

el

Cosa análoga

se

hizo en las esquinas exteriores de

mayor

brazos y cabecera, que están redondeadas, para darles acaso

resis-

tencia contra cualquier intento demoledor: no recuerdo ejemplo igual.

Nuestra

hubo de

iglesia

muro, apeando

el

tener verdaderas

columnas,

tangenciales al

arco del ábside, cuyos salmeres vense hoy desbaratados

y sin que debajo haya señal de apoyos.

Todos

los

arcos de herradura, grandes y pequeños, arrancan sobre

impostas molduradas, de rodean todo

el

edificio,

tipo igual a las cornisas que, por dentro y fuera,

excepto sus dos cuerpos laterales de

la

cabecera

interiormente; además, es verosímil que guarneciesen los frontispicios con

que remataban sus Estos

mo Murajes

hastiales, a juzgar por el de oriente

se conserva.

revelan extremada barbarie, siendo una de las notas

fehacientes del edificio y única decoración en todo les

que aun

entre escotas, en

número de uno

él.

más

Compónense de boce-

a tres, sin filetes

que

les

separen; una

mocheta cuadrada encima, por corona, y un apéndice, ya esquinado, ya oblicuo, por abajo (Fig.

1

1):

Como



estilo se

24



parecen a

los

más rudos cima-

MELQUE cios de

l¿i

mezquita de Córdoba, a alguno de Germigny-des-Prés

de San Pedro de

las

Asturias. Entre las super\ivencias

romanas de

sistema de Melque aparece

como

señal de tejado, que entestaba con

iglesia

el

se

lo

un

la

iglesia,

portal, hacia N. y O., relati-

observan (Láms. IV

domina un áspero paisaje de rocas

romano.

no dejaron sino una

la iglesia

brazo septentrional de

se dijo, aparte las otras señales de

vamente modernas, que también

IX en

moldurajes visigodos, y el siglo X, este

intermedio, por degeneración de

Los edificios anejos antiguamente a

como ya

los

a los del siglo

que se generalizó en

simplificación, a base de nácelas,

una

aunque menos,

Puellas y tambieMí,

(i), a los

V). Hacia S. la

\'

graníticas, socavadas por co-

de

rrientes

van

que

agua,

formando cuenca

más y más profunda hacia el Tajo. La fuente Higuera, que nace

de

la

a

poniente,

regato

muy dos

Fig. II. Moldurajc de impostas y cornisas en Melque.

ellos

pie nace la fuente el

que llaman del Estancón,

muy

forma

un

interceptado

en

viejos tiempos por

embalses,

aun

próxima

útil,

uno de a

cuyo

a la iglesia;

y

otro, aguas arriba, muestra su dique roto, elevado en amplio talud por

ambas Otro

caras hasta unos diez metros y con 5.io de ancho por su cresta.

regatillo,

que alluye

de ellos roto y ble

más

el

determinar

alto

cruza por dos diques menores, uno

con taladro redondeado en medio.

estas obras hidráulicas son de

si

más

poseían Melque o

al anterior, se

cuando

los

No

es facti-

Templarios

antiguas.

Sin historia esta iglesia y sin conocerse otros edificios, fechados y análogos,

sobre que basar cronología, no cabe sino apreciar diferencias y

semejanzas para

Como

ir

limitando

base de criterio

el

tiempo en que pudo

erigirse.

debe reconocerse un fenómeno:

la

pujanza de

su construcción por un lado, y su barbarie y miseria decorativas por otro;

(i)

Haupt: Die

Baukunst der Germanen;



25



fig.

163.

TOLEDO de

modo

que, lo uno comprueba desahogo de recursos, prosperidad e

máxima

intento acaso de hacerla indestructible; es decir, un esfuerzo de intensidad, dentro del medio artístico v social en que se formó;

lo

otro

revela una atonía pUistica sin igual y bien elocuente, porque ya nos da un

La Toledo

jalón preciso.

del siglo Vil se distinguió absolutamente por su

exuberancia decorativa: mármoles esculpidos, que llenan todavía dad,

mismo

comprueban con elocuencia. Más aún,

lo

así

que a

siglo o

se atribuyen,

él

ejemplares de

en vez de

las

la

ciu-

iglesias ciertas del

las

contando entre

ruinas de Guarrazar y de San Pedro de

la

cercanas

ellas las

Mata, no dejan de ofrecer

con temas ya geométricos, ya vegetales,

frisos esculpidos,

bárbaras estrías de Melque. Antes del siglo Vil no hay que

pensar en fecharla, por muchas razones, y entre

misma

ellas esta

barba-

más y más inconcebible según nos acerquemos a lo constantiniano. Tenemos, pues, un límite máximo de antigüedad hacia el siglo VIII, rie,

cuando

la

invasión árabe desoló

Busquemos ahora un decenios del siglo

X

límite ulterior y próximo.

el

dominio

doba. Después de 930, cuando el

Península, rayendo todo clasicismo.

vuelven a aparecer

mientras Toledo caía bajo

hacer iglesias con

la

la sitió

iglesias

en

irresistible

Desde

la

el Califato,

de los Califas de Cór-

Abderrahman, no era ya

desahogo que revela Melque; además,

como

centraliza-

la

el

factible

de Toledo,

derivación del cordobés en formas y proce-

pero con cierta originalidad en cuanto

dimientos; ladrillo

revélase

primeros

meseta castellana,

ción y unidad del imperio trascendió entonces a su arte, y bajo

los

y mampostería, con preferencia a

la

al

aparejo,

usando

piedra tallada. Ornamenta-

ción de relieve apenas se halla, y por molduraje sólo

campean

nácelas de

amplio desarrollo. Entre

las

obras toledanas de este período y Melque apenas hay con-

formidad, y desde luego sus caracteres específicos, según van declarados, faltan aquí. Baste añadir

que

acuñada y con argamasa; que

la

jados y con dovelaje subradial; aristas sino baldas,

que no hay

de entonces no es a hueso, sino

sillería

de herradura van secamente enjar-

los arcos

que

las

hechas sin cimbra

y,

bóvedas capialzadas no son de por consiguiente, de

y

fustes entregos ni despezados.

Respecto de otras iglesias ya iremos viendo

que guarda

ladrillo,

esta de

Melque con

las del siglo



26



X

cómo se

las

pocas analogías

dan precisamente entre

MELQUE lo

más

cimborio como precedente de

viejo y arcaico, siendo su

^alltmadas leonesas que en r sincrónico este parecido, tar

mozárabe dicho fragmento y presumir sobre él un alto desarrollo durante el período que estudiamos (i). La epigrafía cristiana de

artístico

Aragón

casi es

Pero

también desconocida. francamente mozárabe tan poquísimo da de

tierra

la

si

cambio

el

sante y

mal conocido en

muy

Navarra conserva algo

país aragonés fronterizo con

sí,

en

intere-

SAN JUAN DE LA PEÑA Sabido nes de

un

por

papel de este santuario en los oríge-

las historias (2) el

restauración aragonesa. La leyenda es antigua y en cierto

la

se acredita sitio,

es

con yacer

allí

algunos de

los

primeros caudillos de Navarra:

además, ofrécese como teatro digno para levantar

ideal de libertad y fortalecerlo en la

que desde

del llano,

La

pinares.

documento

monumento, que

se

domina

a través de

un

a los invasores

montañas y de bravios lejos la desolación del

criterio de escepticismo sano;

la sierra

el

espíritu hacia

el

empresa de expeler

podrá dudar de todo; desde

historia

inspira

allí

modo

mas, en presencia del

entera con sus bosques y sus panoramas consti-

tuye, ha de confesarse que las legendarias huidas a la cueva, la atracción de

sus anacoretas en la crítica, lo

(i)

ciente al

avalora

A más

códices 1397, 2078,

1

297 y 1236 de

la

el

códice de

Cogolla n."

la serie

como

pertene-

Museo Arqueoló-

etc.,

valen para

la historia

de este Monasterio los

Biblioteca Nacional; su cartulario, de que subsisten va-

tomo VI de

por ejemplo

Historia;

la

el

impone.

conocidos de Abarca, Blancas, Moret, Briz,

los libros y estudios bien

rias copias,

y

susodicho,

se

2.', n.° 10).

Yepes, Risco, Traggia, Quadrado, Oliver,

el

al

cancel, se descubrió en la plaza del Pilar y existe en

de

comprobado por

y un raciocinio de credibilidad

la fantasía

Otro fragmento, pequeño, pero análogo en absoluto

mismo

gico de Madrid (Sección (2)

edícula de San Juan, todo aquello no

la

31

,

la

en

colección la

Abad

de diplomas reales y particulares conservada en



y Lasiorra en

misma Academia, que

30



el

la

Academia de

la

trae algunas efemérides,

Archivo histórico nacional.

LA PENA Los hechos pueden reducirse a poco, una gusto de los siglos medios, que

Muchos

cristianos aragoneses,

musulmanes, edifican

los

más

relaciones

las

huyendo

monte

al

eliminadas leyendas a

\'e/,

I

viejas

no incluyen.

ruel por

no rendirse a

de Pan(jn, que es tomado y destruido

el castillo

luego por Abdelmélic ben (^atan, en 734 probablemente. Cierto Juan hace vida eremítica en torio él

la

cueva de San Juan de

(edicula), sin que conste

mismo

llegaron al

goza, Voto v Felicio,

sitio

ni

Peña, donde fabricó un ora-

la

aun aproximadamente

la

fecha.

Muerto

dos hermanos, caballeros mozárabes de Zara-

imitando a Juan en su penitente vida;

siguen

les

otros dos. Benedicto y Marcelo, por cuya agradable conversación y

refugio que

Ahora al

cueva ofrecía, comenzó a sentirse gran atracción hacia

la

v esto en los primeros decenios del siglo IX.

el sitio,

uno,

bien, entre los

pergaminos conservados del monasterio, hay

parecer original y fechado en 858, por

el

que García Jiménez, rey

de Pamplona, y Galindo, conde de Aragón, conceden

San Juan

Bautista,

llamado de

Peona y

otro

pequeño monasterio, San Martín

nos.

Verdad

blemente

que

es

otro,

se

ha supuesto

semejante a

él.

abad

a su

de Ciella.

que también

se

monasterio existía en dicho tiempo, se hace posible

el

rey aludido amplió su el

dores de

armas

las

(i);

la

(i)

los

don

J.

al

Fortún Garcés, a

monasterio, cortando

mismo

fines del

litigios

siglo

IX, éste

suscitados con los pobla-

villas colindantes Benava y Katamesas.

victoriosas contra Navarra,

altares,

cuando Abderrahman

otra turba

de

1

11

llevó sus

fugitivos se acogió a la

iglesia

con

dio sepultura honorífica al cuerpo del ermitaño Juan, y

Lstc lleva fecha de 9G4 y existe en

Oliver

que

iglesia

tradición sigue refiriendo que,

diplomas

pero no hallo

tradición de que

nuestra cueva, donde hizo viviendas, procedió a ampliar

nuevos

proba-

lo es

y que en ella fué sepultado, hecho necrologio de Leire con omitir a dicho rey. Después hay

noticia de que. reinando

señaló términos

como

contrario, sabiéndose

el

que confirma

propiedad de

con sus rentas y térmi-

conserva

el

monasterio de

al

Atilo, la

diploma,

falso este

fundamento para negarle autenticidad; y por

La

el

reales;

aquél tiene

el

el

número

(Discurso de recepción en

.archivo histórico, 2

la

en



misma



bajo

el

número

serie, y fué

.\cademia de

y 7 de sus documentos).



la

la

H entre

publicado por

Historia; números 6

ARAGÓN un obispo

fué dedicada por

en

Iñigo,

Febrero de

de

5

además, organizóse una comunidad de clérigos, bajo Transirico, y cuando, pasada casas,

allí

quedó

encaja entre

que

el

año 920, fecha de

Simancas, tan gloriosa para

plona, y otra en 937

bató

refugiados a sus

de Valdejunquera, v

la batalla

contra Navarra fueron, una en 924, cuando

por

los

monasterio subsistente. La cronología de estos hechos

el

se dio la de

año;

potestad abacial de

la

tempestad, volvieron

la

incierto

(i),

que motivó

los cristianos; las

el

939, en

campañas

Abderrahman destruyó Pam-

reconocimiento de su soberanía

el

moro de Zaragoza y por el cristiano de Navarra, a quien arretreinta castillos. En aquel tiempo mismo año, 928, el conde Galindo

el

rey

amojonamiento

rectilicó el

Llegado a

del término del monasterio, bajo la autoridad

como regente. mayor edad García Sánchez y

de Jimeno Garcíez la

nuestro santuario, subió

allí

el

creciendo

la

fama de

conde Fortún Jiménez, que, complacido

instado por los monjes, cedióles un territorio vecino con cierta

Gallons», que

ha identificado mal con

se

la

cueva bajo que

e

«cova

se abriga el

monasterio. El rev, no sólo aprobó este donativo, sino que, subiendo a su

monjes derechos de juridicción para mejor defender

vez, concedió a los

sus propiedades:

En

lo

ello

sucesivo

aumento. Sancho

la

II,

en 969.

fama y grandezas de San .Juan de la Peña fueron en García su hijo y Sancho el Mayor sobre todos, lo

enriquecieron con donaciones de tierras, villas y monasterios;

dispuso introducir en

él los

el

último

privilegios y regla de la casa matriz de Cluní,

eximiéndole de juridicción episcopal, y fué repoblado con doce monjes y el abad Paterno, hacia i*)i4. Separada luego Aragón de Navarra, la Peña constituvó iglesia

el

santuario predilecto y enterramiento de sus reyes, donde una

nueva fué consagrada en 1094

de puro estilo románico. Luego

(2),

vinieron calamidades: primero, decadencia y menosprecio reino hacia florido con

la

región catalana,

bien aun tuvo

si

una obra riquísima y de

las

capitular o capilla de San Victorino en

al

orientarse

acogida

el

lo

gótico

primeras españolas, que es

la sala

el

claustro,

allí

hecha de 1426 a 1433;

luego, un incendio, propagado desde las cocinas, en 1494, acabó con todo

(i)

Véase: Dozy:

Recherches;

(2)

Academia de

la Historia:

3.*

edición,

códice 31 de



32

tomo

la



I,

págs. 222 a 223.

CogoUa, en anotaciones

del siglo XIII.

LA PENA

el

niaderajo del edificio,

que aun

se

alhajas y

ornamentos

entonces

donde

).

( I

comunidad

la

nuevo

y mayor desastre

)tro

incendio

como

sin poesia de ruina ni

mas para

alli

111.

el

conmemoran (3), transfigurada Hoy todo nos ofrece sus muros

un



cuyo pie mana todavía rumorosa la

notoria

la

la



encalados,

entrañas de

las

el

la

roca,

paisaje por todos lados, la

todo entero

cueva, ennegrecida el

monasterio, y a

fuente. El edificio resulta

aureola soberbia que ella

en-glacial

por abajo; breñas y matorrales, entre los

e inaccesible

y rojiza a trechos, que alberga dentro de

luchando con

reyes,

profundísimo, con enredoso

valle

yergue un pinar magnífico, cierran

y deslucido bajo

cueva,

la

gravedad que su abolengo reclama.

la

dejando ver, sin embargo, en una clara del fondo,

así,

encima de

donde yacen algunos

capilla

la

decidiendo

(2),

anticuo constituyó un último

poderoso manantial, abriéndose paso en

camino desde arriba se

en lOyS

se

desgarróla hasta franquear ante

que

acaeciarlo Magno; y entre los

además, tenemos recuerdo suyo en varias

una de 85o que alude por

otra, de 872,

a

que

la

los «sujatarii

cita,

(5),

en que se exceptúa de ser donado a

donaci'm en

la

(7).

Todo

hace sospechar

ello

mozárabes, serían

tes del sur,

los

(4);

condado de

catedral de Barcelona cerca de

llamarse entonces Spania privativamente las tierras

península

el

y una tercera, de 878, más explí-

Montseny «quod spani homines de eremo traxerunt»

tra

cartas, por ejemplo,

yspani», en tierra de Gerona

se reser\an de cierta

Besalú «apprehensiones iiispanorum»

los reyes fran-

si

(G):

bien sabido es

musulmanas de nues-

aquellos

mismos inmigran-

«primi homines» de

documen-

otros

tos (8), laicos y monjes, colonizadores del país bajo el señorío franco, y

que con derecho de «aprisione» llegaban

Uno

en cultivo.

a poseer las tierras

homines»,

de aquellos «primi

Galí, lleva

que metían

nombre que,

corregido en Galib, resulta árabe, y otro se llamaba Samuel, caso frecuente entre andaluces

(i)

Capit

.

(9).

an. 816; en

id., col.

id.,

5óq.

Copiada en

la

España

sagr.

;

t.

XLIII,

pág. 369. (2)

Baluze: obra

cit.; col.

(3)

Id., id.; cois.

549 y 5Ó9.

(4)

Marca hispánica; documento núm. XXI.

(5)

Id.;

499.

documento núm. XXXII.

(6)

España sagrada;

(7)

Valga

XXiX.

t.

como ejemplo

pág. 459.

esta frase de Oliva, el obispo

predecesor Borrel, que «ab hispanis veniens (Villanucva:

Viage literario;

t.

et

lerundam

de Vich, refiriéndose a su

adiens..

morte pervenlum

estv».

VI, pág. 291). «.\rgento de Espania>\ «auro spanescho»»,

«mancusos de Spania», «monete

Ispanie>\ etc., designaban en Cataluña las piezas árabes,

en contraposición a

La diferencia entre Ispania

se declara

en

las

las

del país.

actas del concilio

página 2G2).

Ob.

(8)

Balari:

(9)

Id., id.; pág. 321.

cit.;

y Cotia, es decir, Cataluña,

de Barcelona, año go6 (Villanueva: Ob.

págs. 316 y 316.



43



cil.,

i.

VI,

CATALUÑA Esta

misma razón

nombre

del

hace creer mozárabe a un «Abab-

dela qui vocatur Maradon», testigo en juicio a favor del obispo de

en 8i8

(i);

Sálama

como

era

dueño de

pur

cierta villa

Abdirama», en

al «villare

una

«vilar de Abdela», en la N'ellés (6); a

(9).

Acaso también

misma

(8),

estirpe

tierra de Besalú (5); al

Bañólas

(7);

y a la conocida villa de

lengua árabe corresponda

a

la

«villa lafare», hacia

Moya

a un «castrum Marphani», cerca de

un

(2);

en 950(3), y un Tebet figura

allí,

Recuerdos de otros hombres de

testigo en 1002 (4).

quedaron dando nombre

Calaf

Abdala

otro presbítero de Gerona, en 908, se llamaba

Gerona

el

nombre de una

«speluncam Guandalmate» citada en 939 (10). Nombres genéricos árabes en documentación catalana de entonces deben ser raros: sólo recuerdo un arece haber desquiciado establecidas (3), y por

En

mucho

las

las

usuales

bases sociales ya

realizó su conquista dennitiva

Fernando

I.

de

1067 a 10Ó4.

(1)

(a)

Dozt: Recherches t. I, p. 74. También Saniarém, más a sur. Chroaica Albeldease: «Coaimbriam ab inimicis possessam eremavit, ;

galleéis postea p.op-.:laTii.>

Sampiro parece corregir

lo anterior,

diciendo

:

et

«Conimbriam ab

iaimicis obsessam defendit, suoque imperio subiugavit.» (3)

Portugaliae

ioo5 a la invasión

como

monumenta

histórica: cartae:

n.*

CLXXXXIV. alude ya

cosa pasada. Véase Herculano: Hist. de Port.; L

-98-

III,

nota

en

.XI II.

PORTUGAL Los fondos diplomáticos por mi conocidos aclaran bien, respecto de algunos puntos

lo anterior,

timonios directos

La

:

colonización gallega compruébase por tes-

mas. junto a

(i>;

los

advenedizos del norte, persevera

una masa de población diferente, con nombres arabizados a medias, todo en territorio de Coimbra, y de cepa tan cristiana que afecta a

&ol>re

nume-

rosos presbíteros y monjes, sobre características exactamente iguales

que

en cuyo examen nos detendremos luego trátase, por tanto, de

las leonesas,

mozárabes, y su foco más ostensible dase en

monasterio de Lorbán,

el

cerca de Coimbra, cuyas relaciones con andaluces arriba quedaron apuntadas, a propósito

dd

arquitecto cordobés Zacarías ípág.

7),

y cuyo origen

mozárabe parece indudable. Citas de esclavos moros hay también; pero

más elocuente

musulmanes perfectamente reconoci-

resulta la presencia de

quienes no alcanza rastro de nombres europeos, citándoseles siem-

bles, a

pre en igual forma, con su filiación respectiva y un gentilicio, que nunca

da entre cristianos

se

riana, por lo

menos en

tierra

ya que se observa

el

de Qjímbra. ni

hecho de no

caldaria. según práctica

allí

goda de Asturias, sino que regia

La corte

de Sevilla, y

él

nos llegados de tierras musulmanas

AfjCf

hist.,

^opauná^m Pon. moii.

Mirii e: ¿d

XIV

ns».

terra.m per

zaai. Halaí ibe^

-íist.

VI).

y

de otros cristia-

ct

— Año 1C38:

aJbcDdc Adeíonsom pnDC.ptm

cum corou

et

iOKÍooe dotnini Adeíonsi prÍAc:pb».

pomipat^ Maiiamen

CCXL,

cum

et

Sahema

corre&poQdiefiícs

t

et

ildeii?

n.'I>LXXXI.— :^

de Pon., >• ed^

t.

lU, p-

'

¡'

-.

>





LOUROSA El edificio recibió alteraciones profundas

resuelvan

hoy para

los españoles,

incertidumbres de hoy

las

dificultan reconocer lo

más apurado, que circunstancias

primitivo, mientras un estudio directo políticas dificultan

que

(i)

y sobre todo exploraciones, no

(Figura 54: láminas XXXX'll

y XXXVIII). Su amplitud y distribución desde luego responden al tipo basiücal, con nave de 5.38 m. de ancho; otras colaterales, de 2.20. aproximadamente, por 8.63, separadas entre

como

por arquerías de a tres huecos,



en Balsemón, y aquí también sobre columnas. Éstas marcan un punto de

mayor analogía con

las iglesias

mozárabes leonesas de tipo

basilical, res-

pecto de las asturianas; pero su especialidad consiste en ser de orden

dórico romano, sin cimacio ni collarino. Capiteles así no recuerdo otros sino en

la

ampliación tardía de San Millán de

CogoUa, y

la

cimacio solamente fué algo general en Asturias: pero

muy

romanas y aprovechadas, cosa

si

estas

que afianza más dicha

la

cripta de la Catedral de Falencia,

cos y las

donde sirven de basas

fustes son cortos, de i.i5

ellas v

Balsemón y en capiteles dóri-

m. en longitud;

sobre los capiteles retráense algo los salme-

cosa que, según ya sabemos, parece señal de arcaísmo. Tocante a los

arcos. "son de herradura,

con despiezo

radial, dovelaje trasdosado, robusto,

y amplitud de un tercio de su radio bajo

godo: acusa, pues, todo

andaluza (Fig.

lo

— tres

antiguo pudo

metros

acreditar

la

ello

— de

resulta ello

porque aquí en Lourosa

Arte;

como en

lo

más de tradicionalismo que de evolución hoy

1911,

muy

prolongada hacia

formar porche, dados

de tribuna

y en Valdediós. y ello no obstante

(i)

semicírculo,

la

los

pies:

excesiva

mas

amplitud

su arco de entrada y una ventana encima, que parece

existencia

Arte románica

el

55).

La nave central en

tierra,

impostas, que sirven de arranques a los extremos de estas arquerías,

forman nácela, y sobre res.

columnas son

hoy bajo

hipótesis, repitiéndose el caso en

aun jónicos romanos. Los

de

verosímil, su anormalidad quedaría

explicada; por basas existen capiteles iguales, invertidos, lo

la falta

existe,

el

como en San Miguel

hacia los pies del cola-

Terra portuguesa;

láms. 40 a 52, y VIII.



de Liño

caso contrario de San Juan de Baños:

como prolongación

n.*" 82, 83 y 87.

em Portugal;

alta,

lOi



191Ó, n.°* 9, 10 y i3.

PORTUGAL

Fig. 54. San Pedro de Lourosa; planta restituida.



102



LOUROSA teral

hoy

de norte, un cuerpo de edificio en que se aloja vetusta escalera, sin uso,

cuya única explicación

es

haber servido para dicha tribuna.

La ventana

mide

del hastial

i.5o

por 0.88 metros; adintelada y sin derrame por dentro, muestra hacia

exterior

el

dos

arquillos

de

herradura rebordeados, sobre pilastras pie,

con molduraje por cabeza y

como

faltando

en otros asturianos, y el. soporte medial (fig. 56).

Debajo,

el

arco de entrada primi-

tivo resulta

de medio punto con gran dovelaje; mas pudieron ser

rozados sus salmeres en

el

siglo

arco menor;

entre

ambos hay una

1

1

DCCCCL»,

«E R A

impostas

e

meter dentro

y por relleno piedra,

como

de ventana, donde se

desús naves.

hacia adentro, cmts. de alto:

al

otro

dintel Fíg. 55. Lourosa: arquerías

XVIII,

que corresponde

al

en

caracteres

año 912

lee,

de

(Fig. 67).

La cabecera ofrece mayores dificultades aún para restituirla.

En

el testero

de

las

naves laterales

hay arcos de herradura; otros dos más costados de

la central,

especie de crucero,

tal

la capilla

vez mediante

como en

la interposi-

Escalada, y

allí

mayor, hoy ampliada y deshe-

cha. Sobresaliendo a los costados de las

hay cuerpos de

en los

indican que se formaba una

ción de un iconostasis, entestaba

allá,

edificio,

naves,

con puertas hacia norte y

sur respectivamente, iguales entre

sí,

adinteladas

y con arco escazano para descarga, exactamente

como en Melque;

la

pared septentrional deja ver

su aparejo de granito en sillería grande, y para estrechar su puerta modernamente aprovecharon

dovelas de otro arco de herradura (Lám.



103



Fig. 5o. Lourosa: ventana del hastíjl.

XXXVIl). Nótense

las

jambas

PORTUGAL como

atizonadas de dicha puerta, derivación de

la

tendencia

Puertas laterales

tadamente alegó

así

el Sr.

al

suelen verse en Asturias y Toledo,

monolitismo propia de

este periodo.

hacen recordar San Pedro de

la

Nave, como acer-

Pessanha, y también Santullano de Oviedo, impo-

niéndose restituir dos alas de crucero salientes y capillas menores, aunque para éstas no haya elementos de reconstrucción perceptibles, y aunque suministre ejemplo negativo Santa María de Marquet. La solución de capillas

en esta iglesia preséntase indecisa; mas

ella o ellas,

desde luego, serían

sus únicas partes abovedadas.

qCC€€%1 Fig. 57. Lourosa: Piedra sobre

el

La piedra con fecha 912, aunque por

arco de entrada.

si

no constituya dato explícito,

convida sin embargo a tomarse como referencia del año en que el edificio.

Ejemplos

tales

Catedral de Sigüenza;

hay en periodos subsiguientes, cual

mas no en

el

que nos ocupa.

esta iglesia suscitaría controversias,

se hiciera es el

de

la

Si ella faltase, el fechar

pues quizá se buscasen argumentos

para creerla goda; mas, en realidad, sus caracteres, afianzados por dese-

mejanzas con

los edificios godos, inclinan a creer

adecuada va con

la

fecha preinserta, que guarda un cierto paralelismo

con San Miguel de Escalada, y que basilical

que su cronología más

mozárabe. Su

lisura,

vez da idea del tipo dominante

tal

aun en moldurajes, y sus columnas aprove-

chadas préstanse a reflexionar sobre

el

fenómeno de no

existir vestigios

apreciables de arquitectura mozárabe en la regiones meridionales, pues

ciertamente edificios

como

el

de Lourosa, una vez demolidos, apenas deja-

rían rastro.

104



VIII

LEÓN arcos de LOSAsturias

herradura y dem¿is indicios mozárabes registrados en

movimiento desarro-

v Galicia sólo eran reflejo débil del

llado al sur de

la

poblados bajo Ürdoño

cordillera Cantábrica, en los territorios I

nuevamente

y a que dio enorme impulso Alfonso

Dos corrientes de arte luchan

allí:

el

Magno.

La una, meridional, da lugar a los

fenómenos arriba enunciados y que estudiaremos ahora; la otra, procedente de Asturias, apenas tuvo desarrollo: la cripta de la catedral palentina, en su tramo primero, sería pujante, que es de

la

lo principal,

como

trasunto exacto, pero

más

nave baja u oratorio de Naranco; pero ya su ábside

constituye anomalía, y

además razones

históricas abren la sospecha de

aquello será una obra simplemente románica de tiempo de Sancho

Mayor sias

(i).

Mármoles

de Alfonso

el

de tipo asturiano,

Casto y Ramiro

I,

como

abundan

empleados en

los

la

(i)

en

la

Quadrado: Falencia.

— Simón

tomo XIV. Las

el

Descu br m icntos arq ucológicos i

Boletín

teorías desarrolladas aquí por el

contrarias a lo e.xpucsto arriba.

— 14

y Nieto:

Catedral de Falencia; publicado en

muy

este

punto, en xMoreruela de Távara y en Camarzana.

Excursiones;

son

más

ya rehecha de San

Pedro de Montes, habiéndolos también con aspecto de cosa visigoda en

mismo

el

las igle-

en otras leonesas de las

antiguas, cuales son las de Mazóte y Escalada, y en

si

io5



de

la

Sociedad lispañola de

benemérito erudito palentino

LEÓN Algunas de

estas localidades

Moreruela

son históricas:

San Pedro de Montes,

el

mo-

(i) fué

nasterio fundado por san Froila, siguiendo iniciativas de Alfonso

antiguo cenobio de san Valerio, en

11;

1

y

VI,

el siglo

obtuvo una restauración próspera en 895 con san Genadio, protegido

mismo

tambicMi del

rev. Parece

Alfonso en propagar

el

muy

monacato, especialmente en

mientras repoblaba toda

la

que desarrolló

significativa la acción

campos

los

leoneses,

zona amplísima septentrional del Duero, yerma

desde los tiempos del primer Alfonso, y por consiguiente inadecuada para ofrecer expansión al régimen señorial asturiano, por falta de conquistados a quienes reducir a el

servidumbre. Es de creer que en

los

monasterios viese

gran rey un medio de colonización eficaz, educando

piendo tierras eriales y organizando trabajo, ya que por

Duero no

como en

exigía puestos militares contra la la

más

de Asturias, o

sabemos, en

avance repoblador

barrera del

allí la

tan imperiosamente

efecto,

negaban la

que Astorga

se

pobló con bercianos difícil,

si

a siervos y familiares licencia para

(2);

los señores,

la sierra:

mas

ello

como

abandonar sus

es

tierras,

tutela real cobijase, en cuanto era dable, a los fugitivos, se-

gún consta. La solución rio, es decir,

que dimanase

es natural

bien del Bierzo y estribaciones meridionales de

debió resultar precario y sobre manera

y aunque

rom-

región oriental castellana.

El primer proceso de

natural,

morisma

pueblo,

al

eficaz había, pues, de proceder en sentido contra-

de hacia sur, atrayendo

sulmana, y en primer término a

los

al

elemento asimilable de

mozárabes

tierra

mu-

o cristianos sometidos,

cuya emancipación no constituía problema para Asturias. Precisamente ocasión, a fines del siglo IX, era propicia, dado

se

fuerza y

III.

Los hechos comprobatorios abundan:

Zamora

desconcierto y anarquía

misma anarquía daba

reinantes en país de moros, mientras esa estabilidad al reino de Alfonso

el

la

ün

cronista árabe relata que

pobló en 893 con gente de Toledo; que un cristiano de

allí

costeó su cerca, y que luego acudieron a vivir en aquella comarca las gentes

(1)

La forma primitiva de

consigna un documento de gSi se

este

nombre pudo

? (Cartulario

ser Marelola o Morelola, variantes

de Sahagún,

número

18).

da en otro de igual fecha, correspondiente a Celanova. (Su becerro, (2)

Flórez:

Españ a sagrada; tomo XVI,



106

pá^. 425.



que

La forma Morariola f.

149

v.).

LEÓN de

Irudtcra árabe

la

que

C^onsta

(i).

susodichu Rey acogió

el

mozárabe de Ercávica, Sebastián, expulsado por la silla

de (Jrense.

santos

Facundo y

Además

él

compró, en 904,

moros, colocándole en

los

iglesia

la

arruinada de

l^rimitivo, con las tierras vecinas, para

que

allí

un abad Alfonso y sus compañeros venidos de Andalucía, dando al

Sahagún

célebre monasterio de

cordobesa precisamente, fundaron

ñeda. Con posterioridad, de tierra de moros

(4),

mismo

símil que lo

y

(O Oxford,

de Escalada,

los

origen

Mazóte

y Casta-

doña Palmaria y sus compañeras, huidas fundaron el de Vi me, en Sanabria, y se cree vero-

mozarabismo

indicios de

de un «Martinus abba cordovensis»

sentencia dada en Astorga en 878, ante

Fraj^mentos inéditos de y citando

al

la

Ordoño, rey de

por

(0).

Rey, obispo

crónica de Abcnhayán, contenidos en

Razí, en esta forma: «Dice Isa ben

893] dirigióse Adel'onso hijo de

el

(5);

por unos diez con

resulta confirmada, entre otros personajes,

fol. 83,

asi

cierta

la cita

Hay más: una

fundase

sucedería respecto de otros monasterios cuya historia

ejemplo, mediante

corte,

los

(3), y otros monjes, de procedencia

pero que mantuvieron

se desconoce,

obispo

al

Áhmed:

el

códice de

y en ese año

Galicia, a la ciudad de

Zamora,

la

[280= despo-

blada, y la construyó y urbanizó, y la fortificó y pobló con cristianos, y restauró todos sus

contornos. Sus constructores eran gente de Toledo, y sus defensas fueron erigidas a costa

de un hombre agemí de entre

momento comenzó

pues, desde aquel

ellos. Así,

ciudad, y sus poblados se fueron uniendo unos a otros, y a

tomar (2)

sitio

en

ella».

Nota del

sobrino del Rey, que cita incidentalmcntc

y

él

real,

gentes de

la

a florecer la

frontera fueron

Sr. Asín.

P'spaña sagrada; tomo XVII, pág.

quien dedicó su crónica

las

el

No

se le

confunda con otro Sebastián,

mismo diploma

(pág, 246); de seguro aquel a

244.

congetura que no hallo utilizada por nadie a este propósito,

fué obispo de Salamanca. (3)

Escalona: Historia del

lleva el n." i5 en su cartulario, (4)

Así debe entenderse

Ksp. sagr.,

t.

XVII,

p.

161.

monasterio de Sahagún;

conservado en

una

el

doc. XXII, cuyo original

Archivo histórico nacional.

de Flórez, sobre documento astorgano ya perdido:

cita

«Mocelemes»

vale tanto

como «musulmanes»

y no es de-

signación topográfica conocida ni verosímil. (5)

justifica

de

la

No mal

se la

cuente

el

de

.\

pe liare o A bel lar, cerca de León, pues su cartulario

hipótesis acariciada por

Historia, tomo XX, pág.

(6)

Tumbo

de

la

el

Díaz Ximénez: Boletín de la

Sr.

Academia

128.

Catedral de León,

fol.

388

v.

Es donación

pero se otorgaría en tierra de Campos, probablemente, y fecha, 921 o poco antes, pues en dicho

año confirmó



107



la

el

al

monasterio de Abellar;

abad figura como

donación Ordoño

II.

testigo.

(Id.,

f.

Su

38o v.)

LEÓN

nombres árabes

y entre

ellos

un presbítero

En

(i).

carta del obispo de

León, cuatro años anterior, figura también un testigo con nombre árabe

menos, en diploma cortesano de 898

otros tres, a lo

turas de 887, 896 y 900 se multiplican

(4).

Después, entr¿ido

(3)

y más aún en

X,

el siglo

análogos

los casos

enormemente, de suerte que hacen mayoría

los

(2);

escri-

documen-

tos leoneses y castellanos, ya reales ya particulares, en que figuran

individuos con tales nombres, sabiéndose a veces su gerarquía social. De

abundan

gente de iglesia

número que

presbíteros y diáconos, en tanto

los

un centenar; añádanse diez y ocho abades (5), dos prepósitos (7) y algunos monjes (8). Entre los perso-

registrados pasarán de

dos abadesas

(6),

(3)

España sagrada, t. XVI, pág. 426. Id., t. XXXIV, pág. 430. Yepes: Corónica de la Orden de San Benito;

(4)

Tumbo

(5)

Son

(i) (2)

de

la

Catedral Legionense;

Domno

estos:

Mélic, antes de 929

año 926 (becerro de Cárdena, Abogalebh

p. 438).

ragdo en

la

212

fs.

f.

v.

,

(tumbo Legionense,

Zanom; 937 (tumbo

54).

Domno Vellite,

Catedral de Córdoba).

(tumbo Leg.,

p.).

Daudi y

f.

408; cart.

simplemente domno

y 176; Esp. sagr., Ziti,

t.

en

XXXVI,

f.

San Dictino, en Astorga; 1014

(B.

Habibi, de San Prudencio, en

la

f.

XVI,

Sahagún, nros. 426 y

Domno

Domno

fs.

200

v.

Hisccam,

Zithaius o Citaius, de

39).

cogno-

429^. Salvatus

(tumbo Leg.,

Hílale, de Valdesálice; 984 a 1000

IV).

Bierzo; ioi5

el

t.

,

de Valdevimen; 961 (tumbo Leg.,

de Valcavato; 962 (tumbo Astoric). Hilal; 967 (tumbo Leg.,

Hilal, o

Abeiza;

v.).

Esp. sagr.

Astoricense:

y 207). Ramellus, de Algadef; 969 a 962 (cart." Sahagún, nros. 389 y 395).

mento

462

f.

abad probablemente de Barelánica, hacia 940 (cod. de Sma-

presbiter,

Apeliare; 972 a 974

XIV.

II, escrit.

t.

46 y 2o5.

fs.

i54

Eiza, de Algadef; ioo5 (cart. Eslonza, n." 10

(tumbo Astoric). Theodomlro cognomento Muza, de

Nac, ms.

9194).

Havive y

Rioja (Yepes: Ob.

cit.; t.

Citte, en

V,

f.

1029 (Id.). Otro

id.;

89). Pctrus prolix Citis o

Petro Citiz, de Sta. Marta de Tera; 1083 (tumbo Astoric).

Hamama

(6)

Leg.,

fs.

y Habba cognomento Leokadia, en Santiago de León; año 982 (tumbo

321 V. y 347).

(7)

lohannes cognomento Zaide; año 1000 (becerro Sahag.,

f.

195

v.).

Habzon, de

Villazeit; 1012 (cart. Sahag., n." 468). (8)

Frater

Frater Abdela; año 917

Montakem; 952 (tumbo

monago; 980 Zuleiman

(Id.;

frater;

f.

990

Leg.,

f.

167

Astor.). v.).

Mutarraf; 941 (becerro Sahag.,

Habze monago; 958

Frater Abolbalite; 982 (Id.;

374). (Id.,

(tumbo

f.

370

v.).

Frater Hazeme;

f.

321

(Id.;

v.).

1002 (Id., 394

f.

v.).

1014 (San Dictino de Astorga: Bib. Nac. ms. 9194). Frater Valite; ioi5

Xabe monago; 1030 (tumbo

Leg.,

f.

336).



108



37Ó

Pelagius

v.).

f.

85

v.).

Cazeme

cognomento

Hapze monacho; (tumbo

Astor.).

LEÓN najes palatinos (if^uran diez, jueces (i), cinco alguaciles (2) y dos o tres

criados del rev en funciones judiciales

un merino

(5):

un tesorero

dos apoderados

(9),

un despensero

(4);

Kbrahem ms.

f.

226

192 y

id., fs.

V.).

Saiones:

Cárdena,

Amar; 946

Datnun

17).

f.

«Illa (villa)

f.

Sahag., n.° 387).

(cart.

f.

determinavit

nesas

como

sicuti

pueros nostros Zuleiman

testigo,

53

f.

V.).

desde

439

(Id.,

(cart.

f.

Bibl.

real,

Froila

i55).

et

XVI,

Mazarefe; 944

Eben Abdella; 972

(Id., n." 423).

et asignavit

t.

per iussione nostra (Hordonii regis) puero

449

f.

— «Ego

mismo

Este

199).

f.

individuo, alguna

una porción de

figura en

v.),

escrituras leo-

Adefonsus rcx... concedo... ipsa

Aiub determinaverunt

et

c'tario»,

que puede

villa...

consignaverunt»; 931 (becerro

Quati-

III,

209).

f.

comilario; 942 (tumbo

leerse

1

Leg.,

«Munius Aiub cubicularius

(7)

«Abolazan Hanniz comes confirmat»; 959

(8)

«Uazimar qui

testis»;

(cart.

945

tenuit

et

omnem mandationem

(9)

año

994).

el

Pelagio

Quizá distinto

fuit

Sahag., n.° 389).

ct fuit

multisque

eius in

es otro

i5).

entre los magnates de

cognomento Zuleiman

«Eixame maiordomus», en 987 «Abdezalam qui

Sahag., n."

(cart.

maiordomus confirmat»:

et

Sahag., n.° 439). — «Fuit homo nomine Zuleiman

V.;

palacio; o85

maiordomus regina domna locis».

Después

arriba citado

se

— «Hauma frater de domno

«Zuleiman maiordomus», en 961

f.

(1 1)

Hanni

389

llama

(cart.

Sahag.,

(Id., n." 449).

vicarius .\dultí

«Ababdella cellarario de

le

(tumbo Legión.,

quando domno

Cixila consignavit ipsas

vineas ad Ncpotiano et Ncpotianus tradidit cas ad Abdezalam'>v, 929 (tumbo Leg.,

(10)

histórico

195 B).

(6)

n.° 425).

(tumbo Astoric: Arch.

«Cite loanis maiorino de Morales» de Tera; 1083

Tarasia

Leg.,

204-205).

Sah., nros. 24,

Otra diligencia de embargo realizó, por mandato de Ramiro

«frater» y, seguramente, es

345

f.

V.).

(5)

f.

un

(i i),

154).

91 5 hasta 953.

«Abaiub iben Allcama

nac, ms.

(cart.

(8),

p. 425).

,

nus Zelemi, personaje palatino conocido, en 977 (bec. Sahag., (4)

Leg.,

924 (tumbo Astoric:

Abozekar; 958

58).

nostro Abaiub iben Tebite»; año 918 (tumbo Leg.,

f.

(tumho

Gutinus Zclimiz; 970 a 977

24).

vez con título de «iudex» (tumbo Leg.,

Card.,

del rey en Castilla

Arbori; año 878 (Esp. sagr.

959

Abolkazeme; 1024 ^tumbo Leg., (3)

mayordomos

(Id., n.''439).

filius

Valiti;

Cíjmisario, acaso

arbicier; 941 a 968 (cart. Sahag., nros. 370 y 380; be-

(bec. Sahag.,

Sahag., n."

(cart.

Abrameliz; 985

27, 435 y 427). (2)

Abaiub iudex

i55).

Abaiubiz; 967 a 970

(bec.

un alférez

(10),

cuatro

(7),

Zeiten, Ziuhar y RcvcUe, en Astorga:

iben

F. 4,

II.

un conde

Índices: Vistrcmirus co clásica, de lo que da buen testimonio el comenzar con gran frecuencia por abu, como entre árabes, contraído en

ab muchas

ambos nombres, no

entre

como en «Recemirus

qui

mento Abolfeta», que «Muza, confessor, ni peculiar

que haya excepciones, ya por

Abulfeta»

et

usual

es lo

nomen

(6);

«cognomento»

ya por trasposición, en este caso: (7).

El sistema no era nuevo

llamábase «Tajus cognomento

\'II,

(2)

«Zahbascorta Venabolhauz sedente in Toro»; 998 (bec. Sahag.,

(3)

«In presentía qui

vasallo, confirmat»; 974 (becerro Sahag.,

ibi fuit

Aunque

(4)

caso de un

aquí,

Domnos

(5)

Leg.,

Cart. de

f.

47) y

«Hoba

et

la corte

de

se

llamen «Vassalle

f.

38;

Gómez

f.

43).

f.

144

v.).

condesa doña Urraca,

documento de

t.

XXXIV,

et Haliffa»,

p. 449.

En

en 976 (tumbo

184).

902. Parecen casos de omisión análogos

Sahag., n." 387). Cixila Abuhabze; 960 y 970

(cart.

Abdella; 960 (cart. Sahag., n." 392). loannes Alatar; 970

(bec. Sahag.,

f.

VermudoAboleze; 940 (Escalona: Hist. de Sahag.

n.°

la

tumbo Legionense; y Esp. sagr.,

(Id., n." 421). (7)

f.

Covarrubías;n° XV.) el

Speraindeo Algalebe; año 969 136 y 206).

v.).

arabizados no resultan desempeñando cargos,

Telia» en 964 (bec. Sahag.,

Tumbo Legionense,

214

Sanctos; 1003 (becerro Sahag.,

los

forma se explicará que otros individuos

(6)

estos:

Castilla,

Escritura de 919 en

f.

Zacbascorta Ebembacri quando venit de Cordova pro

«domino Abolbalite de Arcos», en

1027. (Serrano:

igual

en

muy

nada de arabismos, por ejemplo: Tajón,

sin

«Marban

el

faltar ella,

en vez de «Recemirus cogno-

(i)

pace confirmare ad romanos in

año

(5),

Teudemiro»

eius

célebre obispo aragonés del siglo

dase

Dicha palabra «cognomento» media

de nosotros, puesto que abundan ejemplos coetáneos y aun

anteriores de el

et

sin

veces.

Documento de Sahagún de ion, publicadapor

LXVL



1

10



,

doc. XVIII).

Escalona: Hist. de

Sahagún,

LEÓN Samuhel», y

Ouen

francés san

el

era

«Audoenus cognomento Dado»

en Piasca tenemos un «Deodavit cognomento Amorellas» hacia 86

en 875 es citado un colono leonés «Cesario cognomento Caubello»

Romanus»

diácono de Aslorga se llamó «Celeri cognomento

muchos. En cambio, apenas para una

misma

íljo,

árabes leoneses no fué por

mento» obedecían

nombre árabe y sobrenombre

y que desde luego

moda

a razones

la

excluirla, por tradiciím

aun para que

estos leoneses casi

nunca

un

y

asi

(4),

latin(jí5). lo

caprichosa, sino que

nombre

y

«cogno-

determinadas y constantes. Respecto del nomel

bautismo

cuando menos, que fuese de

«cognomento» algo mediaba de prevenci()n

el

(3);

aparición de nombres

bre varias alusiones hacen saber que era impuesto en

que

(2);

1

da caso de nombre y sobrenombre árabes

se

persona, ni de

que prueba un sistema

(i);

se

(G),

lo

estirpe árabe; y

puesto

religiosa,

llamaron Mahómad, considerado

tal

nombre

como una cierta filiación espiritual del Profeta, impropia de cristianos (7). Esto mismo ya fué observado por Simonet respecto de los mozárabes; y además valga recordar que entre ellos repitióse precisamente leonés,

cuando menos aplicado

un nombre

Acta sanctorum Agosto,

(2)

Cart. de Sahag., n.° 358.

t.

,

(3)

España sagrada,

(4)

Id.,

(5)

Hay

t.

XVI,

t.

f.

los

documentos

p.

431.

connomentum

25i

Ceite»; 993 (bec. Sahag., v.).

Velitc»; 9Ó9 (cart. Sahag., n.° 418).

163 v.). «.Meleke

f.

A un

presbítero

cognomento

«Zuleman Lcgioniz cognomento Salamona»;

dudoso, «Abolbin cognomento Abundancias», en 930

(6)

«Rademundus

(Id.,

f.

cognomento Meliki»

(cart.

qui cognominatus Heyreth» se

(7)

en 960

Parecen excepción de lo dicho estas

año 946 (tumbo Leg.,

(cart.

(bec. Card., t.

WI,

Covarr., n.° f.

83

p. 438).

v.).

El

I).

f.

v.).

citas:

(tumbo

v.^.

f.

llama también

le

411).

Leg.,

f.

Respecto do

465).

un Mahomath, dueño de

tierra de

finca en tierra

Burgos; año 981

«Ajuz xMcdumat», testigo de escritura en Astorga en 937

Mahmud,

278

Mafhomate, confirmante de escritura castellana

Mahomate, poseedor de una viña en

Mahematus de

en Mahemutus, o sea

416

f.

Sahag., nros. 389 y 390), se repite igual giro en 906,

diciendo: «Melic presbiter qui de babtismo Saluti vocatur»

leonesa;

1017 (Id.,

Uellite»;

2i5).

«Heyret presbiter qui de baptismo Rademundus», en 961 (tumbo Leg., otro, «Saluti

y otro

latinos,

IV.

XXXIV,

estas excepciones: «Fata

i048(tumbo Leg.,

sistema

p. 437.

«Ozmanus cognomento

Como

siempre en

cristiano, preferido

(i)

el

a personas de alta categoría social, a saber:

(

Esp. sagr.,

escritura sahaguntina de 922 (Su cart., n." 364) se corrige

por otra de 926 (becerro Sahag.,



III



f.

135).

LEÓN árabe, del que usaban para comunicarse con los dominadores. Bien cono-

metropolitano hispalense Juan, llamado Zeit entre árabes, y obispo Recemundo, por otro nombre Rabi, hijo de Zit (i). Un perso-

cidos son el

el

sobrenombre Abdesalam

naje cordobés, Leovigildo, llevaba por

célebre conde Servando, el

de

Abuamir

Ahora

y

(4),

el

(2);

de Hagege(3): un Sisnando, portugués ilustre,

el

así otros.

bien, no siempre se consignan, respecto de nuestros a

rabiza-

dos leoneses, nombre y sobrenombre a la vez, sino uno u otro, según se infiere de las varias alusiones a una persona misma; por ejemplo: el susodicho «Recemirus cognomento Abolfeta» se nombra otras veces ya sólo por el

cognomento, ya «Abolfeta iben December» o «Recemirus iben Decem-

ber»

(5):

valiti»

un «Vincenti cognomento Citiamone» debe

de otra escritura

Abolmondar»

es el

de otros diplomas

me

o Iscam

«Zitamon Avol-

ser el

de igual modo, un «Ruderico cognomento

(6):

«Abolmondar Sarraciniz» o «Abolmondar

(7);

presbiter»

un «Luvila cognomento Iscam» suele llamarse

Iscia-

y «Saluti cognomento Meliki» firmaba Melichi o Saluti,

(8),

a secas (9). Por consecuencia, en estos casos lo árabe aparece o no según

sea

«cognomento» o nombre

Mucho más

lo

que

se consigne: aquéllo resulta preferido.

frecuente es añadir

nombre

el

de filius, ya con su equivalente árabe, iben o

(1) (2)

Id., id.; p. 478. Id., id.; p. 554,

(4)

Id., id.; p. 655.

(5)

Años 904

Legionense,

nota

vez en

la

a 944. Sahagún: cartulario, nros. 2 y

Cartulario de Sahagún, n

"

449; becerro de id.,

Becerro de Cárdena;

fs.

(8)

Sahagún; cartulario,

n." 387; becerro,

(9)

Tumbo

fs.

He

14;

becerro,

fs.

198 v. y 172.

Tumbo

198, etc.

f.

pág. 425). 896:

Legionense,

aqui las

Aomar

December

(cart.

63.

Sus

citas. 878:

95

2).

filius

Obra

filius

Arbori (Rsp. sagr.

cit.,

t.

9o5: Rapinato iben

Mudarraf,



Ci.xila

112

íilii



,

II,

doc. XIV). 904:

Conantio

XVI,

t.

Mazuia (tumbo Legionense,

gutu iben Mauratelli diaconus, Maurelli eben Deben, Gibuldus filius

años 932 a 939.

a los

v., 58, etc.

Datnun

Teodemiri, Abohalaf

de Sahagún, n."

aeben Tebite, Teodomiru

techas, 987 y 973.

73, 465, etc.

más antiguas filius

fs.

t".

correspondiendo

34, 58 v. y 90 v.,

898: Lupi Benalgotiz, Zaite iben Aiub (Yepes:

iben

(10), rara

1.'

(7)

(10)

eben

Simonet; Historia de los mozárabes; págs. 320 y 606.

(3)

(6)

del padre, ya precedido

f.

4Ó),

Recemirus

(Id., n.° 5). 9i5: Sis-

filius

Ezhac (tumbo Leg.

Almundi, Abaiub ,

f.

2o5), etc.

l.EON

forma de

plur¿il,

bcni, usiida con propiedad aludiendo a colectividades

familiares o a puntos de su residencia, ciertas palabras (i).

que uno u otro

es cristiano

minoría exigua

los

ello diferencia

mento, en

ios

iben

individuos

filiación árabes, y aquellos en

abundan mucho y por

nombres

probando

ta

acierto en la interpretación de

si

Los casos de nombre y

cambio son

igual: en

cristianos ligados por la palabra «iben», no

de estirpe sino uso del nombre, y no de cognodesignados: recuérdese

así

ejemplo de «Abolfe-

el

December» o «Recemirus iben December», tratándose de un mismo

En todo

personaje.

caso estas formas de filiación no traspasan

Otro sistema equivalente fué, por

predominar

en genitivo, seguido o no de

z,

modo

a

nombre

del padre

castellano, reconociéndose

nombres

árabes de filiación terminados en ez o

Mas como

X.

siglo

ganando terreno, hasta

contrario,

el

poner simplemente

del todo, y consiste en

el

hasta

el

mal a

la

iz

estas desinencias se ajustasen

el

último tercio del XI

(2).

nombres

estructura de

árabes, resulla que en ciertos casos la filiación carece de matiz propio,

dejándonos sospechar

923: Froila veni

(i)

cerro Sahag p.

,

214

f.

V.).

si

más

se trata

bien de un sobrenombre

Gonta (tumbo de Castañeda,

9o5: Beneservande,

nombre

f.

Arias veni Karute (be-

39). 974:

topográfico

Dase

(3).

(Es p. sagr.,

t.

XXXVII,

335). 982: «Carraria que discurrit ad Vaneiuniz». 1009: «Carrale que discurrit ad Vani-

keibas»

(tumbo Leg.,

fs.

321

ms. 9194). 978: Benuimber,

v.

1023: «villa in

y 318).

vila cerca

1077: «Casata de Vanimirel (bec. Sahag.,

232

f.

Gonantius Zaleme, Theodemiro Mutarrafiz

disalvus Validiz, Petro Haviviz (Id.; filiación

t.

V, doc. XXII).

v.), etc.

Ejemplos más antiguos: en gi5, Abzuleman Fredenandi (tumbo Leg.,

(2)

917:

Vanidona» (Biblioteca Nacional,

de Covarrubias (Yepes; obra citada;

en

it,

fs.

(Id.).

367 y 388

entre ellos: Ensila Gamarit,

v.), etc.

En 937

se registran

2o5).

f.

Gun-

Hacia 930: Velasco Hakamez,

nombres de

Aboamar Handinit (España sagrada,

t.

XVI,

Pág- 438). (3)

(cart.

Recuérdese

la

nota

6.*

de

la

pág.

en esta otra forma, lulianus aben Motaher árabe los t.

el

Ejemplo de

10.

XVI,

si

no constase designado

Eslonza, n.''2ii). La particularidad de ser

(cart.

p. 438),

ejemplos:

Aiuz Medumat, Aiza

Hacen Algiab

(bec. Cárdena,

y 445), Citi Alhaire (bec. Sahag.,

f.

f.

Zitavit,

34),

En cambio, 171 v.),



Amroze

Alvalite

Zaayti o Zet



filiación

(tumbo Leg.,

Manzor (tumbo

CidcCuleb (tumbo Leg.,

113

la

en

Mahacer Zibalur (Esp. sagr.,

que principian igualmente son verdaderos nombres compuestos.

i5

en lulianus Motahar

ello:

primer nombre, alejando esta hipótesis, hace suponer consignada

siguientes

y Abdella lunes (cart. Sahag., n.°449). V.

1

Sahag., n.° 373) creeríamos que lo árabe era sobrenombre

f.

Leg.,

f.

fs.

2i5)

449

296) y otros varios

LEÓN mote

algún ejemplo de verdadero vo

en Pela^ius Alfane^^o

y en «Zuleiman Quoxo», es decir, cojo,

(i),

nombre

motes, anejos a individuos con

(el

Cabrito), sier-

de acuerdo con otros

(2),

cuales son:

cristiano,

«I'^roila

Rubio», en 944: «Godesteo Nafarro», en 961; «Paternus Fabanecra», en 970; «Donelle Kalvo», en 987; «Velasco Manco», en 1062,

hembras

Las

que

varones

los

nunca

solían llevar

muy

cambio

cristiano (4); en

proporción de nombres

la

escaso, traspasando apenas

una docena

los regis-

(5).

Una siglo

nombre

designa su filiación, y desde luego

se

árabes entre ellas es trados

también «cognomento», en forma igual

o sea pospuesto a

(3),

etc.

de siervo leonés hallamos en

sola cita

X, y

documentación del

la

de «laha Yuzef», servo de Lázaro Tello que, a

es la

compró una

su señor probablemente,

en 926

vila

nombre de

y adviértase

(6),

ano-

la

malía de estructura de este nombre respecto de los arriba consignados.

También

hace notar ausencia de sobrenombre y de

se

filiación

en

las desig-

naciones de judios, que son algo frecuentes en León, ya lleven

hebreo ya de

vulgares árabes, cuales son Habzecri y Aziz, en varones;

los

Tumbo

(O

dos de animales,

nombre

de Celanova,

como

f.

Entre siervos gallegos abundan sobrenombres toma-

56.

Cabrela, Connelio, Xorra, Leclon, Perrot

Muía, Carneiro, Po-

{?),

dengo, Aquilón.

tumbo Legionensc;

(2)

En

(3j

Teodegundia cognomento Anza, esclava (López Ferreiro: Mist. de

1014:

de Santiago;

t.

ap.

II,

cognomento Tenehen año

949),

363

f.

(Id.,

La ya

Son

(5) (id.,

Hamama

f.

v.),

v.),

abbatissa

el

Zuheila (tumbo Leg.,

f.

t.

XVI, (6)

p. 455).

o

(id.,

Amaiub

Legionense,

f.

Maria

cognomento Emulmutarrar(cart. Legionense;

Columba cognomento

Sahag., n." 394), se

316),

Ilaviva

llamaba Eolalia Hala (Simonel:

Oniuzef

Haviva

(id.,

f.

(id.,

388

v.),

Maluca (becerro Sahag.,

(cart.

Sahag., n.° 485;

confianza en f.

f.

309),

Heznona

321 v.),

Aun no tengo

Tumbo

Cat-edral

435),

«Habba cognomento Lcokadia» aparece como excepción,

Omalkazeme

(id.,

Omaiube

(cart.

la f.

nombre.

Hatita (cart. Leg., años 940 y 959),

y 183 v.) y

Quirita

Leg.,

p. 829).

citada abadesa

estos:

432

v.

En Toledo una mujer mozárabe

quizá por llevar traspuesto

mina

442

f.

mozárabes,

Hist. de los (4)

v.).

316

XXX), Simplizia cognomento Zeza (tumbo

Emilo cognomento Hamita

(tumbo Leg.,

f.

el

292

f.

209),

v.),

Masfara f.

tumbo

(id.,

102 v.),

Astor.

,

Vehel

Korexia f.

(id.), (id.,

301),

Omaialde

f.

114



Mau274),

Hadida o (id., fs.

63

en 976; Esp. sagr.,

arabismo de alguno de estos nombres.

201.



(id., f.

LEÓN Cete y Xaba, en hembras. Además, en

«quondam iudeus

o Nabaz

año qoS figura un

postea vero christianus et

sobrenombre v

El uso de

el

llliaciim

Habaz

cierto

monacus»

no hubo de ser general,

ni

(i).

aun entre

cristianos leoneses varones, sino restringido a individuos de cierta categoría

o de cierta procedencia: y las gentes de clase popular debían llevar un

nombre

árabe o cristiano indistintamente, según comprueban

sólo,

los

datos que poseemos de familias enteras. La religiíjn no entraría para nada

en dar preferencia a unos u otros, sino que, en unos casos,

musulmanes en sus ciudades haría aprender su lengua, y

preferir

contrario,

al

nombres

árabes,

el

trato

con

como también

población rural que viviese aislada

la

hablando romance y llamándose como sus progenitores, con nombres vulgares, indígenas, latinos o godos. El ejemplo en León de cierto

seguiría

que únicamente

Froila, presbítero,

arabizados porque en árabe, ^Mjuí

yfi

al

(2),

se

denuncia de pertenecer a nuestros

firmar, en vez de signo, escribía su propio

hace creer que

así

nombre

habrá muchos, imposibles de ser

monjes, y

reconocidos, llevando nombres cristianos. Especialmente entre

aun en aquellas comunidades de origen andaluz, donde consta, por

como lengua literaria, los nombres persoexclusivamente cristianos, sin más excepciones que las arriba

que era familiar

dicios,

nales S(jn casi

árabe

el

consignadas. Escasean también muchísimo

según ya

se dijo, frente a

nombres mujeriles

un gran número de otros bárbaros y

carácter de calificativos domésticos y afectuosos

y

como

na

(3),

este

mismo fenómeno

puede

ello

admitirse

observa en

se

como

lo

íntimo de

niencias del trato social carecían de fuerza. el

palacio episcopal de Astorga

hemos

visto

importantes durante todo

el

cómo

Tumbo

(2)

Cartulario de Sahagún, n.° 29.

(3)

Pons Boigues: Escrituras

Leg.,

f.

392

ellos

siglo X;

(i)

muchos de

la

los

con

segundos;

la

incompleta arabización

familia,

En un

donde

principio

la

las

conve-

corte leo-

a la organización administrativa

no faltan desempeñando cargos

pero sus características especiales

fecha, 974.

mozárabes toledanas.



latinos,

población mozárabe toleda-

v.

Su

árabes,

abundaban en individuos arabizados,

que coadyuvarían con su mayor cultura y política, y ya

la

testimonio de

de estas gentes, que no alcanzaba a

nesa y

in-

Il5



LEÓN debieron poco a poco desvirtuarse, absorbidas por

medio

el

social en

que

vivían, mientras la casta señorial castellana preponderaba y mientras

el

bajo pueblo agrícola olvidaría sus asimilaciones meridionales, de suerte

que en

el

vemos

irse

transcurso del siglo XI los indicios de arabismo en personas

desvaneciendo rápidamente.

Menguadas

noticias

poseemos acerca de

Que

de aquellas gentes arabizadas leonesas.

lidad se prueba por el concilio de Coyanca, a

la

ellas

procedencia y estirpe eran cristianas en su tota-

año io5o, donde no

se autoriza

moros, sino a judíos solos, para morar entre cristianos, situación legal

que no

vari(3 hasta

conquistarse Toledo.

En pro de

su

mozarabismo debe zamoranas que

alegarse un hecho elocuentísimo, mediante las escrituras

poseemos. Sábese, como va dicho, que poblaron ledo y de las tierras

musulmanas

970 y 983 resulta que

la

quedando entre

árabe,

cristianos de

fronterizas; pues bien, en

To-

documentos de

gran mayoría de personas citadas llevan nombre

las

excepciones una hembra, un abad y un monje,

nombre árabe

que, sin embargo, tenía un sobrino con

documento

allí

(i).

Además, un

leonés, sin fecha, pero tardío, cita «illa vinea qui fuit de

nico muccaravi», o sea mozárabe

(2),

Domi-

y otro diploma de 1022 nos revela

el

establecimiento, en cierta alquería leonesa y bajo los auspicios de Alfonso V,

de tres «muzaraves de rex tirazeros», es decir tapiceros, de los que uno

(i)

Son

estos,

en 970: Vitalis

con fessor,

domnus

su sobrino Abdelmec,

lusto abba,

Ablabaz, Zalle, Zaitamira, Donnan, Zuleiman, Ornar, loannes Alatar, Abamorie, Abderra-

keman, Isciam, fincas,

Motarraphe, Placidia, Escla, Seror y Aloni

lahia,

que por colindantes

registra la escritura, siendo natural

respectivas filiaciones y nombres, excepto uno,

n.°42i).

Dos escrituras de 983 añaden

Taureli, Zeit diaconus, K.azem presbiter,

nicus Zicri diaconus, Zeit Abuibet y siete f.

149);

En

Abdimelki,

otra de loio se

cristianos (Id. id.,

diendo en (Id.,

la

f.

149).

(cari.

Tumbo

trata de

se

dueños de

consignen sus de Sahagún,

en calidad de testigos casi todos:

Algalip diaconus, Kazan, Zait,

más con nombre

Domi-

cristiano (becerro de Celanova, etc. (Id.

id.,

f.

i5o).

nombran: lohannes Azetello mendiguero, Abzaet y Naet, entre varios Otros individuos zamoranos: Aiub presbiter zamorense,

Esp. sagr.,

Zulemaniz»; 986

Hodman,

Se

les llevasen (cartulario

K.azem, Alaz, Zaalon, Abdalla presbiter,

Corte; 945 (cart. Sahag.,

n.° 395 y

(2)

Temam,

aunque

los siguientes,

(?);

que no

t.

núm. i5V

XXXIV,

p. 464).

Sahag., n." 447).

Legionense,

f.

357.



116

resi-

Zamora; 962 y 982 «In Zamora curtes que fuerunt de Aiub

Allaytte bresbiter de



LEÜN llevaba

el

nombre árabe de Abiahia

(i).

Un «Hakam cordubense»

como colono

cerca de Sahaf^ún en 9G4

Toletanos

dos alquerías leonesas prueba qué gentes

(4)

y

(2),

=

niuzaravcs de rcx. tatis sanctis

In

nomine

fincaba

llamarse Cordobeses

(3)

y

domno Adulfo

et

poblaron.

las

Plazo intcr iVatrcs de sancti Alartini do Valle de Salicc abba

(i)

fuit

el

Patris ct Filii et Spiritu Sancti et individué scilicel Trini-

verus Deus: ad nuiltis

quidem

scitum non ad paucis

est

dcclaratum. Orla

est

intencio in Valle de Archos inter fratres de sancti Martini de Valle de Salice abba

domno Adulfo

muzaraves de rex tirazeros nominatis Vincente

et

cum omnias

dedit rcx villa de Paliarelios

muzaraves ad ipso abbate super nominatum per hercdilatcs runt de Lctico

de Fulgenzo

ct

Abiahia

et

lohannes cui

in Valle

de Archos quos fue-

de Zalama. Venientes in presencia rex abentes intencia

et

super ipsas hereditates: ordinavit

mcntum secundo

et

adiacencias eorum. Inquircntes fuerunt ipsis

ille

amborum

rex ut dedissent de

partís scientcs et firma-

et íirmassent cum sacramentum verum sic et fecerunt. domno Adulfo frater Froila et Xabe Danieliz et Ovecco in presente viccario de comde dompno Moniu suo maiordomo Arias Fortuniz et salón Abolkazeme, et de parte muzaravis Salvatori ct Viatero. Recensantes fuerunt amborum ut agnoverunt secundo illi abba veritate tcnentc cómodo ipsas ercditates comparavit ille abbate domno

Prescntavit

Hilale de

¡lie

,

per

parte rex

rium non rit vel

in

abba

homines de préstamo determinatas

sumus

natis: iuraturi

ignem

dcterminassent

manu

Froila et

saion

Xabe

Abolkacem

noque de qualiter

lives

nec inmodice.

faciant

Factum

.

est

ita

nunc modo

in

homo

diem tremendum

iudicii

cum Domini

Xpi.

in

hominem

perpetua firmitate. Factum scrípture agnicionis

de

ipsum monastc-

per ipsas hereditates inquietacione fcce-

vite

non abeant parte

hunc factum nostrum íirmum

nomi-

eciam per caldaric

primis careant suis ad frontibus lucernis

luda traditorem in eterna dampnatione deleantur de libro

auri talentis x et

et

ut nullus

de ipsas hereditas disturbancia

aliquis

(Jt si

vero firmantes ipsis desuper

Ovecco per sacra sacramenta

et

homo

corrumpendum venerimus

et scientes

et stabilitum

notum

die

usque

in

in regni Dei. ct

permaneat

quod

erit

in

et

cum

perpetuum. Ad desuper pariet

omni robore

VI kalendas

et

aprilis

— Adefonsus Vermudiz nutu fultus in regnum manu mea confirmavi — Nunus Dei gracia cpiscopus manu mea confirmavi — Moniu Moniz manu mea rovoravi — armiger Rudericus Uelazi — Didacus Frcdinandiz — Garsca Moniz — Froila lohanniz — Arias Fortuniz — Ordonius Veremudiz maior domi rex — Anaia Zitiz — Assur = — Froila frater — iterum Lazarus presbiter lemeliz — frater Lazarus Potro cxaravit — Vela I-^nncquiz manu mea — Moniu Ruderizi manu mea — Munio Garsca manu mea — muzaraves Vincencius — Johanncs — Abiahia, — (Catedral de León: tumbo Era LXIl super millesima.

tcstis

testis

testis

I;

fol.

154 mod.) (2)

Su

cartulario, n."4o6.

correspondiente a 941: «villa de Cordobeses».

(3)

Id., n.° 370,

(4)

Cita de 916, en

Esp. sagr.

,

t.

XXXIV,

p. 436:

hoy, Tóldanos.

LEÓN Ahora

bien,

si la

procedencia de país

musulmán

tanto lo que al problema de su estirpe se refiere.

datos de los que hoy poseemos, sentó

dando vuelo

riscos (i); y,

la

es cosa evidente,

Dozy, sobre menos

hipótesis de

que fuesen berbe-

a su fantasía, llegó a ver en los

maragatos

la

argumentos

descendencia de aquellos arabizados cristianos del siglo X. Sus

nombres personales uno

carecen de solidez en absoluto: entre los

no

solo halló

berberisco, Taurel; además, es falacísimo traer, a colación de iMalacoria o

iMalacuera éstos

suceso alguno de berberiscos ni de maragatos; y tocante a

(2),

no cabe suponer seriamente sino que puedan ser reliquia de

riscos

granadinos

Romey

(3).

creyó que

(4)

el

los

mo-

León pro-

influjo árabe en

vino de los cautivos, tránsfugas y renegados sarracenos, hechos subditos leoneses, opinión

tuvo a su vez

la

combatida por nuestro gran

H ere ulano

que man-

(6),

mozarabismo, abonada por tantos y tantos datos

teoría del

como vamos exponiendo. Sin embargo, no ha de negarse algún valor relativo a los otros fac-

tores sociales posibles:

que era gétulo,

historia del mártir de

allí

que entre aquéllos

les

y monje

se hizo cristiano

máxime cuando una

dominadores árabes no

Córdoba Félix enseña

mauritano o berberisco; que desde Compluto fué

es decir,

llevado a Asturias y que repetirse,

la

Este caso

(G).

pudo

fraternidad entre invasores berberiscos y

llegó a establecerse,

y cuando además

es verosímil

hubiese cristianos, puesto que hijos de cristianos

eran ciertamente; mas, fuera del referido, yo no hallo hecho alguno sobre

que afianzar

Una

teoría.

alusión clara de

(7)

no

es

Recherchcs;

(2)

España sagrada;

(3)

Es

res de las

t.

I,

p.

116.

XXllI, págs. 310 y 381.

l.

cómo

opinión vulgar; además no hallo

maragatas sean iguales a

los

de

las

explicar de otro

donde

ellos traficaban

(,4)

Hist. de España,

(5)

Hist. de Portugal,

(6)

E.ulogio de Córdoba:

(7)

Cart. de

Sahagún;

t.

como

IV, cap. t.

III,

local, y

pág.

arrieros.

i(j5

y nota XIV, pág. 426.

año 968.



los colla-

debió aplicár-

III.

Memoriale sanctoru m

n." 38G,

modo que

moriscas granadinas, no volviéndose a ver

en otras regiones. La designación de maragatos no es geográfica ni seles en Castilla,

el

convincente. Listas de prisioneros o «mancipia» posee-

(1)

la

falta:

exiguus» cierto «Petrus cognomento Abderrali-

calificarse de «christianus

man»

convertido leonés nos

118



;

lib. 111,

cap.

VIH.

m:ón mos

variiis, especialiiicnto

serie de se

nombres godos,

en Galicia;

la

de Santiaj^o, de

dimanaban de mercados musulmanes,

como

así

quos fuerunt ex gente smaelitarum

nombres europeos, aunque

corresponde a siervos de tribus ismaelitas

«mancipios

maurorum» heredados por

Entre

san Rosendo, y que

a su monasterio de Celanova, figuran un «Fees

y un «Salvator Rodesindiz alusi(Sn al

de caballo»

(5).

Obsérvese que en Galicia y

una de

lo

no moviese a

los

interés

más

sino a largo plazo y

cierto

el

Bierzo,

«pistores»

donde

estos siervos

cristianos la esclavitud

a

un cambio de

se

religión,

las categorías

la

y,

preeminentes a

sobre todo, vista

L(jpez Ferreiro: Hist.

de

Catedral de Santiago; tomo

la

la

región habitada por ellos.

datos concordantes ofrecen las escrituras, con

(1)

I!,

ap.

nom-

XXX.

(2)

Becerro de Celanova: folio

(3)

Esp. sagr.;

(4)

Bec. de Celanova;

(5)

Al conceder un abad Armentario a cierto monasterio de Astorga, en 920, una

en

intus in

el

t.

XXXVII, fs.

161 v.

p. 293.

198 y 56.

Bierzo, heredada de sus padres, añade: «et

illa villa

homines de nostra criazón qui sunt

quos fuerunt ex nostra condictione per unguUas caballunas quos adduxi-

extra sarrazinorum ex tribu hismaelitarum, id esi luliano et eius coniuge

luliana quos fuit comparata in una mulla et stent villa

tam

en

Arch.

el

no

bien por inllujos del ambiente social; pero desde

número de arabizados correspondía,

Nuevo orden de

mus

como

y asimismo resulta curiosa

musulmanes cautivos

ausencia casi absoluta de siervos en

viia

asignó

mauro de monte Corduba»

contrario que entre moros, parece natural que

luego no satisface este medio para explicar

que

«servos de origine

no procediendo, por consiguiente, derivar

Además, como entre

los otros.

redimía convirtiéndose, el

igualmente, que

población libre arabizada, de tipo leonés v

la

castellano, falta casi en absoluto, la

(4),

man-

procedimiento de adquirir siervos en tierra de moros «a uña

musulmán abundan,

de país

maurus»

fuit

él

los

et

lista

y otra, de 1042,

(2),

se consigna,

(3).

españoles

Una segunda

fi;uerra.

agarini»

et

que

individuos aludidos

los

inédita, de 1032, ofrece iguales características, y es de

ima

arroja una

los otros serían

islamizados o mozárabes hechos prisioneros en

sólo contiene

i),

(

i

latinos y árabes, y entre éstos alf^unos de los

imponían a esclavos únicamente, probando que

cipellas

(ji

illos

quam

hist.

stirpe sua qui

nac; ms.

n.° 1193 B,

semper

ipsos

ex illorum nati fuerint.» f.

8ó.



I

K

)



nomine

homini

in servitio in ipsa

Tumbo

astoriccnce: copia

LEÓN bres geográficos árabes en

muy

sonales en su gran mayoría (i); pero algunos,

acusan designaciones topográficas, v son

En p.

Asturias: Villa de

tomados de apelativos per-

tierras leonesas,

escasos relativamente,

estos:

Almunia; año 1042 (Esp. sag.,

t.

XXX\'lll,

291-292).

En

Galicia:

En En

el

San Pedro de Mezquita; io5i (tumbo de Celanova,

Bierzo: Almázcara; año 1000

tierra

962

(id.,

f.

Hadraysces; 966

42).

(cart.

f.

En

Algo-

Sahag., n.° 408). Xaharices;

tierra

de León: Alcoba;

1042 (Esp. Sag.,

t.

XXXVI,

Castro Alcova; 885: en documento de autenticidad dudosa p. 339).

Alcorzekis; 1026 (tumbo Legión.,

(id.,

(id.,

f,

(cart.

f.

313

309). V.).

Vallelio de

Muzandiga;

tierra de

Almanza; 1044

Campos:

1023

(id.,

(id., f.

327

v.). f.

t.

XIX,

Villare de Almazarefe;

386

v.).

Garrafe; 989

v.).

Valle

Villa Alcopa; 989 (Quadrado:

t.

III, p.

Almanara; 960

28).

Valle de Almunia; 977 (bec. Sahag., (id.,

sagrada, Villa

297

(id.,

Rozzaffe, 963

f.

t.

1

Mazockos; 986

En

p. 436). Villa

cap.

I).

fs.

Sahag., n.° 22).

(cart.

143 v. y 187 v.). Valle de

(id., id.).

Castro Fadoth; 916

Anebza;

(España

Giniganate; 967 (cart. Sahag., n.°4i7).

(id., n.*' 440).

tierra de Burgos:

(id.).

(i)

Avasta; 1046

15). Villa

XXXIV,

Zamora,

Sahag., n.° 5oo). Almaraz; 1087 (López Ferreiro:

(cart.

Hist. de Santiago,

1046

f.

Alver; 911

p. xlmi).

Sahag., n.° 403).

En

1068

126).

(id., n.° 474).

1029

964

vm).

Astor.). Zauttes: 1028 (id.).

de Zamora: Villa Alkamin; 909 (bec. Sahag.,

tierra

p.

929 (tumbo Astoric). Rivulo Xodanebebel; 1027 (Esp. sagr., t. XVI, p. 460.)

(id.).

Zamuta; 1022 (tumbo

tre;

XXXVI,

t.

i58).

de Astorga: Alhannastros:

Almuzara; i025

En

(Esp. Sagr.,

f.

Alkocero; 1068

(cart.

Moral, n.°

I).

Haraluzela;

Villa de Mezerese; 978 (cart. Covarrubias, n.° VII). Villa

He aquí algunos, recordados

al azar:

Mes-

Castrum Gunzalvo ibcn Muza, hoy Castro-

gonzalo; Castrello de líale, hoy Castilfalé; Villa de Zait o Villaccle, Castrum de Abeiza Guterriz, Castro Mutarraf, Castro de Abaiub, Castro de

Muza, Valle de Zuleiman, Valle

de Aboxoque, Sta. Eugenia de Haggege, Puteo de Abdurama, hoy Pozadurama; Autero de

Abozaabel, Valle de

Mahmude,

villas

de Avelacet, de Havivi, de Autman, de Maizara, de

Axarifcs, de Azuake, de Nazare, etc., etc.



Poquísimos de entre

120



ellos se

han perpetuado.

LEÓN kina; 962 (becerru (^iirdeña,

Fueros,

loyS (Muñoz:

.\lLi/,iehar;

87). Mazarctiis;

1".

p. 260). Villa

de Zafalanes: 978 (cartu-

lario (A)varr., n." \'I). \'illa /(jiiiicta: loHS (bec. Card.,

En ps.

tierra

f.

97).

de Xájera: Zahara y Zafira u Azofra; 1076 (Muñoz: Fueros,

293 y 294).

La lücalización de

la

marcas de Astorga, León y

donde

seca,

perfecta ¡dea del territorio ara-

región montañosa, con Galicia y

más

progresa

casi totalmente,

nombres da

estos

bizado, que, dejando libre

y

más en

Castilla;

dirección hacia sur por las co-

pero comprende sobre todo

la

región

la

sistema de praderas y árboles con regadío es sustituido

el

Páramo

el

Zamora y Campos. Despoblado dominación musulmana demasiado efímera para que hayan de todo ello desde el siglo N'lll,

y tierras de allí

Bierzo,

el

por cultivos amplísimos en secano, de viña y cereales, a saber,

fué

Arlanza).

io3() (cartulario

atribuirse a entonces

nombres árabes

topográficos.

Además, relacionados

con aquéllos que derivan de personas, suelen figurar éstas mismas en

documentos, como propietarios y fundadores de observación cuadra, y es reconocer que,

nombres árabes por pueblos,

lo

como hemos

ciudades, entre

la

si

las

granjas aludidas. Otra

gente

bien aquella

y marcaba con designaciones tales algunos

visto, la

lengua árabe no debió de hablarse sino en

gente culta, entre judíos acaso y en ciertos monasterios.

se explica la ausencia general de

nomenclatura árabe en

que con tanta frecuencia

como en Aragón

modo no

se

consignan

escritos, aJ contrario de

lo

expuesto arriba, importa

mucho

palabras árabes, que, como nombres apelativos de

mismos

textos latinos,

pues

ellas

Lo conocido de público hasta hoy, referente a

palabras, anteriores

al

Academia Española), y al siglo

XI 1, en

el

año

mil, recogidas por

coleccionar cosas, se

prueban eficazmente

aportaciones que este elemento meridional llevó consigo

(1)

el

Sr.

esta materia, es

121



dan en

calidad de

una

lista

de diez

Codera (Discurso de recepción en

como

índice de documentos de Sahagún, por



las

(i).

otras catorce, con etimologías aceptables, incluidas,

glosario del

la

la

anteriores

el Sr.

Aquí van acotadas unas ciento setenta, fruto imprevisto y sorprendente de

16

de

los deslindes

sucedió más tardíamente, por ejemplo.

Relacionado con

los

llevaba

común

El vulgo de campesinos se expresaría en romance, pues de otro

terrenos,

los

la

Vignau. revisión

.

LEÓN En punto de naturaleza

y

campo

como

escasean ellas muchísimo,

va

dicho, no obstante tratarse de gentes que vi\ian de productos agrícolas

por completo, v cu\as referencias llenan inlinÍLlad de documentos leoneses, gallegos

y castellanos. Son estas:

Alcor:

colina. 911:

Allarace:

tumbo Legionense.

López Ferreiro:

caballo. 982:

de Santiago,

t.

386

f.

v.

de

llist.

Catedral

la

178.

II, p.

Azémila:

caballo albardón. 1063:

Metranza

(kavallo en): ^cerril? 1076: cart. Sahagún,

Muñoz: Fueros...

p. 230.



586.

Las palabras que se refieren a obras rústicas son:

Almunia:

Aldia, aldea: granja. 1030:

Mazaría: ^vivero?

Almuzara:

sagr.,

Siglo XI: bec. Sobrado,

f.

cisterna. 916: Esp. sagr.,

t.

Alisare: borde. 1039: Esp. sagr.,

p. 441

241 v.

f.

23.

96.

f.

hidráulica. 946: cart. Sahag., n."

iG.

XXXIV, p. 440. XXXVI, p. xl.

t.

Allizaze: cimiento. 1028: bec. Sahag.,

Vereda: camino para ganado.

XXXI V,

t.

nac; ms. 18387,

Bibl.

cercado. 964: bec. Cárdena,

Azenia: rueda Xafarice:

España

huerto con casa. 916:

140 v.

f.

tumbo

1002:

Adovera:

sitio

Atemina:

estercolero. 1026: bec. Sahag.,

Leg.,

f.

321 v.

de hacer ladrillos. 1063: bec. Cárdena, 222

f.

f.

5i v.

v.

Conceptos urbanos envuelven estas otras palabras:

Alfoze: término de pueblo. 945:

Alvares:

Esp. sagr.,

egidos. 998:

Arravalde: suburbio, Mezkita:

t.

XL,

f.

76 v.

p. 409.

arrabal. 960: bec. Celanova,

oratorio. 1031: id.,

Alfóndega: posada.

bec. Card.,

1033:

f.

f.

i85.

tumbo

Legión.,

f.

298

v.

de escrituras, en gran parte inéditas; pero esta abundancia obliga a reducir

que podrán tener cabida en estudio

depurando

lo

hacia 1100;

la

antigua, sin variantes, etimologías ni crí-

Entonces será hora de aquilatar conceptos,

idea

deque

descenso en palabras nuevas, mayor aún que hasta

reaccionar, dentro del

romance

citas para

más

la

que ahora sólo con carácter provisional

mas cabe aventurar

las

especial.

cada palabra a una sola, generalmente tica,

70.

el

el

territoriales.

I

22

de voces córtase

período sucesivo haría patente un gran

observado en

castellano,



se ofrece. El acopio



más

el siglo

XI, respecto del X,

tarde y a impulsos de conquistas

LEÓN Maragata:

venta. 1003: bec. Celan.,

Azore: muralla.

A

conceptos

OG

f.

Muñoz: Fueros,

1076:

v.

p. 2(ji.

personales se refieren:

Kben, iben

o

aben:

hijo,

Véase arriba, pá^.

para designar

l¡liaci,

Forro: hombre

moza. Siglo XI: glosas

libre.

Mesk-ino: pobre.

1074:

Mazarefe: ¿mercader? Tirazero:

v.

p. 275.

XL,

p.

411.

tumbo

Legión.,

f.

albeitar. 1023: bec. Celanova,

XI:

sillero. Siglo

id.,

más

Personales tambitMi, pero estos

t.

317

f.

950: cart. Eslonza, supl. P., n.^G.

tejedor de seda. 1024:

Alveidar: herrador,

Zerraco:

Muñoz: Fueros,

Esp. sag.,

1032:

silenses,

f.

¡54. f.

157.

67.

afectos a organización

colectiva, son

nombres:

Alvazile: consejero.

Zahbascorta:

Zavazouke:

1076:

Esp. Sagr.,

prefecto de policía. 998: bec. Sahag.,

964: bec. Celanova,

Alfiérez: abanderado. 932: bec. Card., caudillo. 1076:

54

Muñoz: Fueros,

p. 284.

nac, ms.

juez. 1081: Bib.

Alidar: abogado.

.x.xxv.

v.

Alcaedi:

n." 720.

1081: Id., id.

1088: cart. Eslonza, supl. P.. n.° 18.

testigo jurado. gbS: cart. Cat. Jaca.

Azetor: ¿encubridor?.

io55: cart. Sahag., n." 531.

Harra/.e: guardia. 95o: tumbo Legión., los

48.

146.

1069: Id., id., p. 249.

Aimoxerif: contador o mayordomo.

A

f.

f.

Alcalde: juez municipal.

Guliffa:

f.

p. 314.

prefecto del mercado. 1020: Fuero de León,

A la miro: comandante. Alcayde:

XXXVIll,

t.

mismos conceptos, de orden

estas palabras con significación objetiva:



123

f.

449

v.

social y administrativo, responden



LEÓN Aleive: deshonor.

Maneria:

falta

Vignau: cart. Eslonza,

logS:

de hijos. gSo: Muñoz: Fueros,

Adrias: tributo por yugadas Alcabalas: impuestos,

Nubtio,

(i).

p. 28.

Asturias,

897: Vigil:

Corónica.

iioi: Yepes:

p. 368.

V,

t.

p. 58.

p. 494.

nució: derecho de sepultura. 1020: Fuero de León. xwi.

A n nafa ka:

derecho de aprovisionamiento. 972:

Atafeke: avenencia

judicial. ii'44: bec. Celan.,

Alalas: ¿gananciales? 103 1:

Albaroc: propina,

id.,

88.

f.

131 v.

f.

36 v.

f.

robra. gOS: bec. Sahag.,

tumbo

Adufaira:

renta en pago. 964:

Alimonia:

subsidio. 960: cart. Sahag.,

Saturca: limosna sagrada.

id.,

46.

f.

Legión.,



447.

f.

21.

946: id., n." 372.

Falifa: pacto de alianza. Siglo XI: Anales Complutenses.

Alvende:

^;promesa? 870: Santa Rosa: Elucidario,

Azofra: ¿prestación?

Albara: exención.

1069:

1039: bec. Card.,

Maquila: pago en grano. Almutelio: medida de

Almude, almute:

Muñoz: Fueros, 98

cart. Irache.

Muñoz: Fueros,

libras. 1020:

registro. gSo: Yepes:

Morabetino:

Hazumí

lo

Corónica,

Id., p.

t.

oro, diñar. giS: L. Ferreiro: ob.

mismo, maravedí.

1082: cart.

(argento):

Annuteba: Adras, en al

,

el

aviso de guerra. 969: bec. Card., cronicón de Cárdena (Berganza;

empleó en

XXXVIII, 63

el

f.

28 v.

f.

104.

p. 288.

v.

texto, sin

..,

t.

II, p.

583),

duda genuino,

antigüedad o permanencia de aquel voto, pro-

erigir castillos v palacios,



t.

f.

85.

II, p.

Oña, suplemento.

Antigüedades

voto de Santiago. El diploma ovetense citado en

bablemente histórico sin embargo, pues Alfonso la

t.

¿dirhemes de Alcásim?io72: bec. Sahag.,

tiene, entre otras excelencias, la de rebatir la

menos, y

cit.,

(argentum): clase de moneda. 984: bec. Sobrado,

:

(i)

173.

V, escr. X.

Alfetena: sedición, revuelta. 1031 Esp. sag.

aludiendo

p. 71.

cuartal. 1102: id., p. 391.

Metcal: peso de

Caz mí

32.

f.

1028: bec. Cogolla.

lo anterior.

Garfato: medida de un puñado. Siglo XI:

Albala:

109.

p.

v.

áridos. 966: bec. Card.,

Arrelde: peso de cuatro

1,

p. 248.

970: cart. de Ibeas de Juarros.

Kafiz: otra medida, cahiz. 1061:

Arrobo:

f.

t.

124

111

cobraba esta renta en Asturias, a

según



instituci(^n

de sus predecesores.

lo

LEÓN Fossatum;

tala,

Fueros,

devastación. 978: Muñuz:

Arcato: correrla

p. 49.

militar. 974: id., p. 3H.

Atalaya: reconocimiento

militar. 1017: cart.

Azeipha: expedición de verano. Al mafala: campamento. 1064:

Recoage: cabalgada.

1099:

uña,

n.° 9.

Siglo X: Cron. de Sampiro.

Britto:

Monar.

Muñoz: Fueros,

usyt.,

1

1.

11,

f.

377

v.

p. 347.

Es decir, que tanta exigüidad de nomenclatura rural árabe como resultó al principio, desaparece ante la vida

como

país leonés, este e

orden

rellejase

imitados de

las

si

la

conceptos nuevos también, dentro de aquella sociedad,

León; pero, aun dado caso de ser

así, el

con-

hecho de un

influjo poderoso,

queda subsistente, y ello es natural ponían en contacto un idioma riquísimo, como el árabe,

y una jerga deshecha, cual era entonces

que sólo poseemos esa nomenclatura que

sería razonable lo

a los arabizados cristianos,

toda vez que se

los

No

organizaciones musulmanas.

que usos tradicionales asturianos cambiasen de nombre en

trario, a saber,

merced

urbana y administrativa del

abundancia de palabras meridionales nuevas en

el

romance. Además, no

a través de

documentos

notario se esforzaba siempre por salvar

el

lingüístico, traduciendo las

la

latinos, en

pureza del

artificio

denominaciones bárbaras del lenguaje común,

y sobre todo neologismos, hasta que Resulta notable

la

se olvide

la

fuerza de

la

costumbre

se

impuso.

pobreza de nomenclatura monetal, formando vivo

cialidad comercial en

como síntoma de una escasa potenprimero francesa, tal León y de poca moneda

vez



contraste con

(i),

opulencia catalana,

la

y luego árabe



circulante, cosa

que

la

documentación acredita

consignando frecuentísimas transacciones y tributos en especie y actividad agrícola productora tan sólo; mas ello, con la ganadería y los bien,

hilados caseros



pannos, lenzos

— que aun perduran

fabricándose en

nuestras montañas, bastaba para vivir.

Ahora

bien,

si las

características leonesas acusan sobriedad y falta de

estímulos progresivos en

el

vulgo, también son notorios los refinamientos

y fastuosidad de las clases elevadas, que se acreditan por

mentos y por alimentar

la

tal

muchos docu-

cual pieza conservada en nuestras iglesias. Esto había de

importación de productos exóticos de artes suntuarias, y algo .'I

(1)

«Solidos gallicenses», en 885 y 906: becerro de Celanova,



I

25



*

fs.

43 y 128

v.

LEÓN Atestiguan

de industria. Galicia (i)

colonia de mozárabes tirazeros, o sea tapiceros,

aquella

y

segundo frecuentes transacciones de seda en

lo

protegidos de Alfonso V, a que arriba se aludió leonés, en

manos de

judios probablemente

levantinas, con Navarra o Cataluña

como

o franciscas, valor tiene

decían

el calificativo

(2).

comercio

al

nada trasluce de relaciones

(3).

y poco de cosas europeas, francas

(4),

abundan más

(5);

En cuanto

de greciscas

las

telas bizantinas, si tal

pero sobre todo

(6),

de importaciones venía de tierra musulmana, según

la

mera

gran masa

la

de

lista

nom-

bres árabes alusivos a ello hace patente.

Refiérense a primeras materias, casi todas exóticas, estas palabras:

Almafil, ammafide:

marfil. 942: bec. Celanova,

Alaules:

Esp. sagr.,

Cenne:

perlas. 1063:

latón o fuslera. io25: cart.

Algotón: algodón.

Alchaz:

960:

Alphaneke:

piel

f.

3.

p. cl.xxxix.

Sahagún, n."47i.

Esp. sag.,

seda. 942: bec. Celan.,

XXXIV,

t.

f.

XXX1\',

t.

p. 455.

3.

de comadreja blanca. 923: bec. Sahag.,

Cingabe:

piel

de ardilla. 976: cart. Sahag., n.° 430.

Gardunio:

piel

de gato garduño. 1060: bec. Celan.,

f.

f.

237.

183.

Utensilios varios:

Arrodoma (1)

o

rotoma:

frasco. 942: bec. Celan.,

robo de mil libras (1047:

el

id.,

Págs.

(3)

El proceso de 1047, citado en nota anterior, versaba sobre el

1

les

fueron arrebatados

la

(4) (6)

«Facistergulo francisco»; 938; bec. Celan,

126 se citan «solidos de Uñeros iaqueses»: cart. Eslonza, supl., n." 26.

franka obtima»: looó;

Abundan

id.,

— «Kappa

3.

f.

tumbo Legionense,

referencias con

f.

320

f.

6

— «Caliccm

franziska»:

franciscum», «fialas

1003; cart.

tal calificativo,

que no f.

era de color, pues

5);

de géneros preciosos. Debían ser cosa bizantina

que pudimos

t.

XXXVl,

p.

lx), pero

los

no abundan hasta

recibir a través del árabe.



126

«Spata



una vez

mas tampoco puede ciclatones, o

dos formando círculos, que más adelante se llamaron «pallia rotata»: Hay

en 1073 (Esp. sag.,



Melón.

v.

habla de dalmática grecisca cárdena (938: bec. Celan., se tratase

cierto

seda y sayales y lienzos en gran número.

Sólo en

1

hecho de que

tenía «suos hebreos in sua casa qui facicbant suo mercaiu et de

cuando

argénteas franciscas»: 942;

que

63, 65, etc.)

16 y 117.

Menendo Gundesalviz

(6)

fs.

131 v.).

f.

(2)

plures»,

3.

hacían pagos mediante libras de sirgo (loio: bec. Celanova,

Allí se

y un proceso consigna

homes

f.

el

cita

se

inferirse

sea broca-

de ciclaton

siglo XII, y es palabra

LEÓN A/.cptrc:

Ganza:

escudilla grande.

Tacara: Bi/ath .A

saj^r.,

XXXV'I,

1.

tunibu Legiun.,

971»:

f.

334.

(navicella): fuente llana. 942: bec. Celan.,

candelero.

Máncale: mesa. Árganas:

Limace:

(170:

tumbo

Ksp. sa^.,

1073:

Le^^ion., t.

XXX\1,

f.

3.

334.

f.

p. l\.

alforjas. 922: cart. Sahag., n." 3(34.

riCüraza? 922: bec. Sobrado,

45

f.

v.

(lancea): de bordes ondulados. 1034: bec. Sahag.,

lleites (spolas):

de cuello largo. 932: bec. Card.,

Artarfe: punta,

acicate. 932: Id., id.

Ballugas: borceguíes.

Amorcesce: sagrada,

Natamia:

XXXVI,

50

v,

Samos. 1063:

España

p. cl.\.\.xix.

labor de cuentas enfiladas. 988: cart. Samos.

Romí: manufactura

bec. Celanova,

Irak.? 942:

vestir,

Almexía:

Pintella: cierta túnica exterior. 938:

id.,

túnica, cota. 943: bec. Card.,

Adorra: túnica abotonada. Moffarrex: túnica

etc.

84

f.

v.

f.

f.

130.

5.

f.

94.

Rev. hispanique,

936:

t.X'lI, p. 317.

abierta. 1099: cart. Sahag., n.° 710.

Mutebag: túnica ceñida sin mangas. 1103: Feyrach: ropón. 942: bec. Celan., f. 3. Arrita: manto. 998:

cart. Santillana,

Feruzí: especie de manto. 921:

Barragán: manto de

bec. Card.,

f.

toca. 929:

29 v.

3(17.

tumbo



t.

Legión.,

127



f.

3.

f.

14.

'

bec. Card.,

Rev. hisp.,

Sahag., n.° 730.

10 v.

f.

lana. 942: bec. Celan.,

Zoramen: albornoz. 955: id., Mobatana: manto forrado. 944: velo. 979:

cart.

23 v.

f.

Zarama: capa. 947: tumbo Legión., f. 216. Kabsane: sobretodo. 933: cart. Sahag., n.°

Alhagara:

3,

de cama y de mesa y paramentos:

túnica cerrada. 919: bec. Celanova,

Alfimiane:

f.

tumbo Ovetense.

griega o romana. io85:

Reiteles: alhaja incierta. 928: bec. Celanova,

Algupa:

f.

87.

f.

formando cadena.

metálica

labor t.

1074: cart.

Eyracli, iraké, erag: ^del

Prendas de

p. xliii.

Samos.

vaso. 1074: cart.

Imanara:

Alavés

Esp.

1042:

c¿ilLlereUi.

Vil, f.

p. 316.

331 v.

LEÓN Alara: quizá

Almágana:

Elucidario,

lo anterior. 969:

velo bordado. 938: bec. Celan.,

Almeleha: sábana de

vestir. 927:

Allihafe o alifafe: manto

-Mmuzalla: cobertor

Cithara:

cortina. 969:

5.

f.

Legión.,

f.

385.

f.

1002:

f.

5.

3.

3.

f.

Sahag., n.° 364.

cart.

id., n."

lo anterior.

Mataraffe:

id.,

rico. 938: id.,

Izare, izale: sábana. 922:

Fazale: mantel. 996:

tumbo

109.

p.

1,

rico de pieles. 93H: bec. Celan.,

Fatele: manta de abrigo. 942:

Fazalelia:

t.

455.

Esp. sag.,

Esp. sagr.,

XVIII,

t.

tapete. 938: bec. Celan.,

XXXVl,

t.

p. xiv.

p. 337.

5.

f.

Anamat: paramento, frontal. 1083: bec. Almandra: cogin. 1063: Elucidario,

Sahag.,

p. 96.

I,

t.

Folie: manta para caballo. 922: bec. Card., Serie tan copiosa no abarca, sin embargo,

66 v.

f.

37.

f.

sino prendas de cierto

valor y amplitud que merecían consignarse en inventarios, con destino

común,

eclesiástico, por lo

además, con otra

o

precio en transacciones. Acreciéntase,

nombres

serie de

manufactura o adorno de

como

calificativos,

determinando colores,

mismas prendas, cuya explicación

vaga y aun incierta, generalmente, cosa bien experimentada siempre que de las

indumentaria tratamos. Son

Carmez:

estos:

carmesí. 914: bec. Card.,

20

f.

v.

Saibí: rubio. 969: Santa Rosa: Elucidario,

Zamor:

rojizo, gbo:

Zumake:

Amarello: Azul:

f.

944: bec. Card.,

938: bec. Celan.,

bordado. 938:

Hatani: bordado con Atibachi: brocado. :

XXXIV,

p.

1,

108.

p. 455.

37.

5.

14.

f.

f.

5.

id., id.

oro. 927:

969:

tumbo

Esp. sagr.,

tejido de seda labrado. 934:

Batunada:

forrada. 1019:

Exagege

exakeka:

o

f.

t.

amarillo. 919: cart. Sahag., n.° 361.

Alvexí: brocado.

Tiraz

t.

938: bec. Celan.,

mismo.

esto

Morgom:

Esp. sag.,

bermejo. 922: bec. Card.,

Meskí: pardo.

es

t.

XVIII,

Esp. sagr.

386.

t.

,

p. 337. t.

XL,

p. 400.

tumbo Lucense.

tela



Legión.,

de seda. 938: bec. Celan., 128



f.

5.

LEÓN Sardone:

especie de tafetán. 1068: bec. Sahag.,

Kaskerxí:

de seda cruda? 938: bec. Celan.,

^;tejido

Albaz: paño.

tumbo

927:

Legión.,

f.

Marayze: Habí:

de lana roja. 994: bec. Card.,

Morcús:

Canzi: paño compacto. Cazaví:

3.

v.

73

(.

10G8: bec. Sahag.,

tela listada. 1042:

Vitione:

tela

¿?

Ozolí:

¿?

Elucidario,

t.

Esp. sagr.,

Bazorí:

¿?

1042:

Oveite:

^r*

998:

Fazenzal:

23 v.

f.

XXX\'I, f.

.xliii.

p.

3.

5.

p.

i,

XL,

t.

941: bec. Liévana,

¿?

108.

Sahag., n.° 3O7. f.

998:

Zuranni:

cart.

938: bec. Celan., gbg:

¿?

t.

para forrar. 942: bec. Celan.,

Acata: ^gironada? 932:

Suruz:

Esp. sag..

p.

I,

t.

62.

f.

tejido de canutón. 998: cart. Santillana,

Leztori:

Aluz:

f.

blanca y negra. 959: Elucidario,

tela

5.

f.

385.

tela rameada. 942: bec. Celan.,

tela

G2.

f.

f.

109.

p. 409.

37 v.

tumbo Lucense. Esp. sagr.,

t.

XL,

p. 409.

996: cart. Sahag., n.° 455.

¿?

Faltan absolutamente verbos y partículas en este acarreo de voces

árabes leonesas,

como

dada

la

lengua en que

la

documentación

Respecto de apelativos, es latino o bárbaro cuanto se

fué redactada (i). refiere a

es natural,

conceptos vulgares y apremiantes de

la

vida: lo árabe toca sólo a

refinamientos suntuarios, lujo, mercadería, complicaciones y trabas sociales,

que arguyen

la

presión de otro estado de cosas

nizado, cual había de ser

el

más complejo y

de Córdoba y aun de Zaragoza,

la

orga-

corte semi-

española semiárabe, cuya superioridad de cultura era notoria. El haber

nido

allí

Alfonso

musulmanes los

(2),

el

el

Suele darse etimología árabe a nuestra preposición hasta las

Sahas., n." 65o), ata (983:

formas arcaicas adía

tumbo

Sólo hallo hata una vez, en 1098 (2)

17

Ordoño. para educarse con

Cron.

al

los Benicasi

porvenir de

el

arabismo, que tanto progresó, efectivamente, bajo

pero no son favorables a ello cart.

a su hijo

demuestra cómo aquel gran rey orientaba

leoneses hacia

(i)

Magno

te-

,

derivándola de hatta;

(945: bec. Card.,

f.

jb

Astoricense) y fasta (1074: .Muñoz:

v.),

adte

Fueros,

(1092:

p. 274).

(cart. Silcnse).

bel dense, n." 67 de

la

edición de Flórez:

l-:sp.

sagr.

.

t.

XIII. p. 453.

LEÓN mismo Ordoño, segundo de

aquel

su nombre. Nótese, además, que

más bien

desarrollo no fué progresivo ni duradero, sino que

extinguirse pasado

el

X,

siglo

y,

navarra y afrancesada de Sancho Castilla y de

León en

la

desde luego, una vez que

Mayor

el

persona de Fernando

Toledo abrió nuevos cauces

zado, habiendo de ceder en general bajo

galicana o europea,

ulterior de

quedó

éste

localila

definitivo.

la serie

de códices escri-

con caracteres minúsculos, que en gran número se conservan, no sola-

tos

mente producidos en en

tema

a fa\"or de nuestro

estirpe

la

presión de otra corriente,

la

más congénere y de arraigo

También conduce

mas

tiende a

herencias de

las

La conquista

I.

inlUijo meridional;

al

con

se alzó

tal

zona cristiana

la

letra

siglo;

libre.

La antigüedad de

estos últimos quizá no pasa de

IX, mientras otros del sur les exceden acaso en

fines del siglo

medio

mozárabes, a saber, Andalucía y Toledo, sino

tierras

más de

pero todos forman un solo grupo, caracterizado por aquella

«mozáraba

vel toletana»,

según

la

apellidaban en

Xlll

el siglo

que

(i),

hoy, con notoria inexactitud, llamamos visigoda, y que, aun pareciéndose a

la

lombarda, va en contraposición con todas

más antiguos

libros,

que en León y Asturias

Andalucía, según canta uno de

ellos:

Magno

europeas. Los

se registran,

emigraron de

«Samuel librum ex Spania veni»

Luego, aparecen otros, de tipo toledano, con cipis librum^>, refiriéndose al

las escrituras

rey,

este dictado:

según todos

(2).

«Adefonsi priny de

los indicios (3);

seguida introdújose por costumbre dotar de un «explicit» o suscripción

cada códice, donde se expresan escriba y

aun

el

del monasterio

la

donde

se editaba.

«Littera ista niO(;:arava appellatur vel toletana», en

(i)

de san Isidoro, procedente de Zaragoza y conservado en

Beato de Ashburnham.

mofarabas»: en

el

Liévana,

Lo mismo, en

derno

Roma,

(P.

I.

67

f.

v.

de trabajos de

I

p.

la

«Un

expediente de

el

del

Estos datos arrancan

un códice de

Escorial (&.

1.

las 3).

laimologías «Estas letras

libro de letra toledada»: 1319, cartulario de la

«Ordinatio ecclesiae Valentinae»:

Escuela española de arqueología

e

Cua-

historia en

81.

(2)

Códice misceláneo de

(3)

Biblioteca del

7).

el

nombre

fecha, principe reinante,

la

catedral de León, procedente de Abellar, n.° 22.

Escorial: Sentencias de san

Otro, citado por Morales, en Oviedo

(Viage santo,

ignora hoy.



130

Isidoro (T.



p.

II.

97),

25) y

Etimologías

cuyo paradero

se

LF.ON

aluden

del ¿iño 9*32 (i),

condes de

(>ast¡lla

dad en su

/.ona,

una \erdadera

reyes leoneses casi excliisivaiiieiile, y, aeleniás, a

a

con frecuencia, acreditando escritorios de gran activi-

desde

en este arte de

re\ oluciíui

los C(')dices,

escritos por Beato de Liévana.

Thompson

miniado por

(antes, de

sabemos; y

el

segundo

precisamente en

En

Ashburnham), data de

de Kscalada en

se termin(')

(juG (2)

muchos más de

(3),

ijhH

cuya

sendos letreros cúficos, meandros

blancas v rojas, otros arcos de

como

los

y está escrito y

por un discípulo de Magius,

la serie, se

conocido.

n(js es

prodigan representacio-

y,

como

palmera,

la

sobre todo, vistas de ciudades y edifi-

un orientalismo

almenas escalonadas, puertas con

l(')bulos,

que aun subsisten morunos,

lechos, cátedras, etc. El

ambiente que

llaves, altares,

lámparas,

estos libros y su arte traspiran, sobre

notorio, es bien otro de aquella diáfana tranquilidad

saturada de luz y bajo

la basílica,

Los Beatos arrastran hacia un

mundo

la

misterioso, inquietante, lleno de

sero rebajamiento del pueblo cristiano, incapaz ya de sentir lo bello, el

amor que

(i)

Vita patrum, en

(2)

Ksta fecha parece indudable, pues resulta consignada

la

+ = 2

4;

1902;

Un abad

p.

Víctoris regía

que conste

gro-

emoción de las

dul-

así:

«dúo gemina

= 900; 3 X

100

10X2

li

ft

y

ms.

in

ter lerna

= 60, que

A descrip-

the collection

ot'

H.J.

304.

mismo, probablemente, que p. 430), sin

3X3X

964; sin embargo, se ha interpretado por Era 932 (año 894):

catalogue of the second series of

Thompson.

al

Biblioteca nacional; ms. n." 10007.

ccnties et ter dena bina era»; o sea 2

componen Era

la

Naturaleza inspira a toda alma sensible y

la

que

inspiración del Evangelio.

horrores y de amenazas, que los discípulos del Apocalipsi oponían

(3)

de

de arcos de herradura, alguna \ez con sus dovelas alternadas

cios, llenos

tive

el

fundaci(')n m()zárabe ya

dero, escenas de guerra, músicos, etc., árboles exóticos,

informó

Apocalipsi,

vida corriente: faenas campestres de vendimia, lagar y mata-

la

cerrojos,

la

un mcjnasterio de san Miguel,

monasterio de Távara, que también

el

estos libros, y en

nes de

el

al

Su más antiguo ejemplar conocido,

cierto Magius, al parecer, en

que puede creerse fuera

caracterizada por

Comentarios

espléndida aunque bárbara serie de los

Mr.

Algo antes hablase producido

niiiad del si^h^ X.

la

el

el

monasterio donde fué escrito

ligura en

una confirmación

real

nombre de su monasterio; pero con

su proximidad a León.



131



el

códice en cuestión;

de 920 (Ksp. sagr.,

l.

el

X\'l,

ello se alianza la hipótesis

de

LEÓN zuras de

palabra de Cristo, y que por

la

punzante de de

los

Novísimos para reaccionar hacia

terrible

irilidad

\

mismo

lu

necesitaba

bueno.

lo

revulsivo

el

Un

misticismo

aquellas representaciones y aquellos textos,

inspir(')

evocadores de una emociim nueva y de un ideal, antitesis de clasicismo, que había de informar el arte de la Edad Media avanzada en toda Europa; pero aquí en España se anticipó casi dos siglos, precipitado por de espíritu,

la

dándose

hasta

XII

el si^^lo

los

estímulos que

los

el

comentarios de

la

las profecías

notable en estos códices leoneses, que

es

de Patmos y de Daniel,

libro favorito en el X.

que habían sido nuestro

Y

tensión

vecindad de moros y caso de no trascender a Europa con éxito

lucha de ideas,

cristianos produjo;

la

muchos de

entre ellos

contienen anotaciones y escolios árabes, ni más ni menos que los de

toledana y andaluza, dando testimonio de que en los monaste-

las series

de país cristiano eran también familiares

rios

andando

el siglo

es

la

Cogolla, en Barelánica, en Carrión,

conocida

observar que, hacia

la

procedencia de

la

primera mitad del

y de Silos, son glosas romanceadas bes

(2),

lengua y escritura árabes,

X, o sea que eran mozárabes, y esto en Távara, en Sa-

hagún. en León, en no siempre

la

las

tales libros (i).

el

puesto que

Valga, por

fin,

siglo XI, en códices de la Cogolla

que vienen

acreditando, en apariencia cuando menos,

mento meridional por

etc.,

a sustituir a las árala

absorción del ele-

castellano.

Las cartas y diplomas enseñan todavía más cosas, a vueltas de su trivialidad habitual, en el

punto de organización. Asturias, Galicia y aun

Bierzo mantuvieron su régimen señorial bárbaro, con

el triste

cortejo

de siervos y «criationes» perseverando siglos, de suerte que hasta en

(i)

Los códices leoneses con notas árabes son

Escorial, arriba

Madrid (ms.

León

ciliar

de

la

Catedral de León (n."

la

en

6).

Academia de

la

la

la

de Sahagún, en

id (n."

1872).

id (Vit.

I.

el

Biblioteca universitaria de

Biblia primera de

San

Isidro de

Historia (n." 20V Morales de san

Biblioteca nacional (n." 80). Fuero juzgo primero, en

de Beato, primeros, en

XI

Sentencia de san Isidoro, en

mencionado. Biblia primera complutense, en

n." 31)- Biblia

(n." 2). Biblia de la Cogolla,

Gregorio, en

estos:

el

id. (n."

10064).

Con-

Conciliar de Carrión, en Id (n.° 10041). Comentarios 4).

Comentarios de Beato, de Távara, en

el

Archivo

histórico nacional (V. 36, n." 257). (2)

Acad. de

la Historia:

ms. de

la

Cogolla n.°6o.



132



— Museo

británico: ms. n.° 30853.

LEÓN se registran allá

con trccLicncia

No

adscritos perpetuaiiieiite al sucio. «in

montes» o «térra de

t'oris

de esclavos, siervos y familias

listas

las

asi

en

las \ertientes

como

loris»,

decían

internas del país,

o sea en

íi),

banda

la

septentrional del Duero, donde se rc\ela desde un principio cierto estado

nuevo y

social

diferente, bajo la tutela del Soberano,

que

un domi-

ejercía

nio patriarcal y absorbente en todos los órdenes. El dualismo antiguo de

señores y siervos se transforma en Estado llano, con simple vasallaje, bajo la

forma de prestaciones y tributos. En torno del

en León, aparecen

rey,

obispos, abades y clero, individuos arabizados, «pueros», o sea «mallatos»,

y otras gentes oscuras, que vendrían a constituir una alta servidumbre

musulmán,

o clientela de tipo

reclutada, en parte acaso, entre mozárabes

cortesanos, sin que figuren hasta cerca de tinos, o sea la

refugiados, y consta

aconsejándole, en la

la

mitad del siglo

X

condes pala-

En cambio, no faltaban allí señores árabes de uno, Omeya, hijo de Ishac, que asistía a Ramiro II,

nobleza goda.

de Simancas

la batalla

(2).

Cuando

salían los pueblos de

potestad real por donación, sus gentes no rendían al nuevo señor sino

prestaciones personales, de tiempo en tiempo y reglamentadas tierras

moro sias

trasmitían

se

(4).

hombres de

sin

Desde luego

las familias

salvo

servicio,

de criazón,

cual

tal

y

(3),

esclavo

los siervos adscritos a igle-

y monasterios no aparecen nunca, y esto desde un principio, en

cuanto

los

documentos alcanzan,

sin

respecto de otro estado previo. Así,

y Alfonso

el

Magno

el

que país

se

perciban rastros de evolución

nuevamente poblado bajo Ordoño

resulta con características sociales

también nuevas.

Sus bases orgánicas traslúcense mediante referencias documentales; tierras

abandonadas por sus antiguos dueños,

árabe, fueron apreendidas por dichos reyes,

(i)

Privilegio de

Ordoño

a

I

la

(Esp. sag.,

el

8 y 166.

t.

XXXIV,

— Tumbo

p. 431).

como

f.

las

de

la

invasión

cosa propia,

al

parecer,

el siglo

Catedral de Oviedo (Esp. sagr.

,

t.

XXXVII,

el

III,

p. 323),

de 875

Celanova,

397, etc., etc.

(2)

Dozy:

(3)

Sobre este punto quizá no haya documento más antiguo y circunstanciado que

3.'

edición, págs.

fuero de Cirueña, de 972: Bol. de la (4)

como

en

1.

Legionense,

Recherches;

allá

Archivo histórico. — Carta de Alfonso — Cartulario de Samos, n." — Becerro de

cuyo original apareció ha poco en

fs.

las

Por ejemplo, en

el cart.

Acad. de

de Sahagún, n."

precio, entre animales, caso explicable



167 y xxix.

si

133

37.S.

la

Hist.,

t.

XXl.X,

p.

34?.

El doc. 397 consigna «.uno serbo»,

eran nobles asturianos los otorgantes.



LEÓN V

empleando en

como

de su ser\idLinibre

ello el trabajo

Ellos conser\aron,

(i).

bienes patrimoniales, una parte de dichas tierras, que trasmitieron a

sus hijos

administradas a veces por hombres arabizados

(2),

y otras

(3),

fueron cedidas a personajes, catedrales y monasterios. Además. Alfonso Maf^no, va ejercitado en repoblar

padre

(4),

comarca de Orense por encargo de su

la

promulgó un edicto de repoblación, hacia

dando aquel suelo vastísimo y

año 876

el

repartido en suertes

fértil,

biin-

(5),

a quienes

(()),

acudiesen a roturarlo y colonizarlo, y ello con propiedad absoluta, salvo tributación real

Aun

(7).

se

alude más concretamente

«Señera ad Turrem de Sea. Maria Alva qu¡

(1)

desqualido de gente barbárica

illut

adprehendimus»: habla Alfonso bajo

el n.° IV).

— «Quinionein

manu

nostrum proprium de presura

dominissimi Adefonsi de populatione ordinationis eius

Ramiro

II,

en Q18 (tumbo Leg.,

iuniores que

serán aquellos afectos

al

dominio

(2)

Véase

(3)

«Fuit

tenuit

el

real

200),

f.

Los

pueris nostris

bone niemorie

patris nostri

de Mora»; habla

in Valle

tales colonos, servidores o libertos del rey,

solían excluirse en las donaciones territoriales,

(Vignau: cart. de Eslonza,

texto primero de

p.

9).

fuit

et

maiordomus regina domna Tarasia

eius in multisque locis»; 994

(tumbo Leg.,

f.

«Pelagius cognomento Zuleiman» era «fratcr», o sea monje, y obtuvo de

Teresa

illa

testar,

o sea donar, cierto santuario rupestre en 990

270

f.

(5)

Esta fecha se induce únicamente de cierta «presura» realizada

XVII,

p.

habuimus

(tumbo Leg.,

Lste

doña

f.

f.

i5o

tercio ante

204).

v.).

f.

i58).

— «Et

— «Sulco antiquo

448).

f.

«lulianus (presbiter) exivi ad térras populandas per heditum regis donni Adefonsi

(7)

principis et

comitum Savaricum, prendidi

Camba

nuscrito

(tumbo Leg.,

«anno

de sorte antiqua»: 934 (bec. Sahag.,

ea (térra, villa) de sueco antiquo»: 928 y 930 (id.,

dividente termino»: 939

flubios

quam habuimus

v.).

la r'úna

244.

disfecta de Pulburaria», y esta batalla se dio en 878

«Hereditate...

345

et

v.).

España sagrada;

(6)

la

(id.,

(4)

t.

quedando

nota anterior.

la

homo nomine Zuleiman

omnem mandationem

cum

domno

Alkamin...

copiado por Escalona,

120;

est

ct

— «Villa

propria f.

la

ordenamiento para

v.).

434

f.

en 909 (bec. Sahagun,

III,

al

de presura de avio nostro

fuit

Hordonio»: habla Garsea, príncipe, en 909 (tumbo Leg.,

secundum nos

el

1

et

195 B,

Vive f.

74).

et

nominis

villa

villa

luliani

— Habla Alfonso

de exqualido relicta ab antiquo secus

in territorio Pin^ie»: 912 (Arch. Hist.,

IV en 931, confirmando

al

ma-

monasterio de Cárdena

posesión de Villafrida: «sicuti et obtinuistis de populatione primeva in diebus principum

priorum nostrorum avorum

quod habuerit

in

et

parentorum»

(bec. Card.,

tempere tune adprehensione

in

ipsum locum Riuvosicco testamentum»



134

63

Rivosicco

ea sibi vindicavit ab integro. Postea vero discurrente era rex fecit de

f.



etc.:

v.).

cum

— «Memoria

illi

fuit

eo

alios plures et post illud

DCCCCVllII

...

934 (tumbo Leg.,

domno f.

Garseani

387). — Dona-

LEÓN repoblar

ciudad de

la

dado por

Le(')n,

mejor en

recta suya revélase

mismo

el

rey

parte central de los nuevos dominios, pues

la

extremas hubieron de intervenir condes, se^ún

en

las

y,

efectivamente, consta de uno, llamado Sabarico, en

próxima

que

Bierzo,

al

La repoblación a

fundar

mantuvo

se

se hizo

Esta acción di-

(ij.

antiguo régimen;

el

adscrita a Astorga (2).

unas veces por individuos sueltos, que acudían

tarde o temprano transformadas en pueblos

vilas,

gallega

regi(')n

la

mas

(3);

lo

general debi(3 de ser agruparse varias familias, «sortitores» o «sodales»,

que permanecían asociadas y con no

era corriente

S(')lo

proindivisi(')n entre C(jherederos (5),

la

o protiliac¡(')n de personas extrañas, que entraban

la ad(jpci(')n

ciún de un

sistema de

Flste

(4).

la

sucio resulta generalizadísimo, puesto que en las testamen-

indivisii')n del

tarías,

comunes

tierras

campo

«sicut illud de scalido prendidit»: 912 (id.,

f.

394).

como

— «Terra

sino

copar-

que

fuit

presura de nostros parentes que est in loco Rivosicco que vocitant Bobatella»; 941 (bec. Saha-

gún, et

f.

85

V.).

— «Habuimus ipsum

bustum de presura de guardiatores

Froila et Latccio,

presserunt cas abios nostros de iscallido in tempore antiquo... de nostros antecessores

bustum ganaverunt»: 938

qui ipsum

eremum prehendere 955 (bec. Card.,

11 v.).

f.

(id.,

— «Nostram

202

f.

vel scadare aut scalidare

domno Adefonso

nosiro

num

Alfonso (1)

III

«Prcsit

Vimara cum suos

filios

aqua

lavoraverunt presea

et

(2)

Véase

(3)

«Villa

la

nota

(tumbo Leg. 6."

de

la

(4)

(tumbo

Sodales:

ona, Hist. de (5)

f.

Leg.,

í.

el

7).

Aquí aparece

istirpe

antiquo ante qualibet pre-

illa

et

tactos suos

molinos

disfecta de Pulburaria possidentes

204).

qui

et

parentorum mcorum

ct

contcsso populavi a populacione in

territorio

Palencie ripa rivulo

322).

doc.

Véanse especialmente

hermanos, contenidas en

impera-

página anterior.

bec. Sahag.,

Sahagún,

tilio

concilio et posuerunt termi-

aduxerunt aqua

et

mea quam ego Manni Oveccoz

prima quam abui de avorum ICarrione»: 977

,

nostros

el

Vernesga ad populalionem de Legione ad

in

abuit iuri quieto in facicm universi anno tercio ante per annos multos»: 915

locum

otros reyes leoneses.

editum principi bone memorie domnissimi Adefonsi de sura signa vel decora,

ibi

Kslonza; supl. P. n."

(cart.

como después

con dictado de emperador,

in

tenucrunt iure quieto

et

Gum domno Gundisalbo

princebs, et adgregati lucrunt

hubi vocitant Canalelia»: gbo

in illo loco

«Que parentibus meis

vindigaverunt

et

posucrunt términos

sicut antiqui dereliquerunt, ct



hereditatcm... ubi habuerunt nostros abios

parentes vustos que prendiderunt de escalido

tori

v.).

potuerunt sicut antiqua gens dereliquerunt»:

f.

212

V.

— Parce ra:

Id.,

f.

4.S v.

— Sortitores:

Ksca-

XCIII. las

particiones testamentarias entre san

becerro de Celanova,

-

.35

f.

-

ibó.

Rosendo y sus

LEÓN tícipes o sea

«heredes» con iguales derechüs

alcanzaba a

las salinas,

la

además,

molinos, hornos, pesquerías,

disponían libremente de

cuente

(i);

proindivisión

la

Los condueños

etc.

suyo, pudiendo venderlo, y de hecho es fre-

lo

reabsorción por individuos ricos o monasterios, que iban poco a

poco adquiriendo raciones de suelo hasta poseer su totalidad. Las susodichas colectividades, fundidas con

común

transcurso del tiempo bajo

el

balanario

frente a los llamados «iuniores», suje-

(3),

y tributo personal, por su calidad de antiguos libertos

Además,

del rey.

de hombres libres llamados de

las categorías

y de benefactoría

(2)

tos a prestación

ellas

constituyeron organismos locales, dotados de cierta

tacultad gubernativa,

como

asuntos judiciales

(4)

y algunos ejemplos de acuerdos en

cesión de fincas,

bien ellos corresponden a territorio castellano

Véase,

(i)

Sr.

razón

de «heredes», que responde a su calidad de propietarios del suelo,

fueron origen probable de

el

la

si

como

acreditan

ejemplo, una carta del becerro de Sahagún,

Tumbo

Legionense,

402

f.

eran de valanario o propias de un

tal

v.,

donde

se

común

224

la «villa

sobre

(5).

extractada por

v.,

bajo

consigna un pleito sobre

Argemiro y su esposa Auria; año

Sentencia contra los habitantes de

(3)

.

mon. de Sahagún,

Vignau, en su índice de los doc. del (2)

independencia de su acción en

la

el n."

si

6o5.

ciertas tierras

941.

sancti Laurenti in Valle Ibdonia»,

cerca de Astorga, «que fuit hereditas sánete Marie (Astoricensis) et aliquibus temporibus

intumuerunt omnes havitantes

in ea

servitium ad supradictum locum

terre ipsius havitatores, asserentes

Pleito sobre

quorum

parentes et avi solitum habuerant exercere

e.xterminarunt se inde, sicut mei averant eos infanzones

et

quod

erat benefactoría»: 1046. (B. N., ms. 712,

unos solares eran de benefactoría o «in préstamo»: 1064 (tumbo Leg.,

si

Becerro de San Martín de Castañeda (B. N., ms. 18382,

(4)

sobre propiedad de esta vila y de su pesquería en rio y

f.

Ranosindo con sus gasalianes: año

el

f.

41): Pleito

como

f.



331).

de Calende,

lago de Sanabria, entre dicho monaste-

927. Celebróse en la iglesia de san

Spino, territorio Sampire (Bierzo), actuando

88.)

Pedro de

villa

jueces «Gutier Fernández, Froyla Veni-

gonta, Dauti, Maurelle, Kldcmiro, Lilla, Trasarico, Trabessa, Absalon vel aliorum iudi-

cum», y recibiendo

«Ego

(5)

Valdeo

et

las fianzas el

Filauria,

sayón Anagillo, sin presidencia

parentes nostros»; 932 (bec. Sahag., et

más

omni collado de Melgare una cum domino Rexindo damus

sancti lohannis et ad abbatc lubla

maiores

ni

trámites.

Teoda, Adica, Gundisalvo, Taione, Isciame, Gomiz, item Adica,

minores iubenes

et

uno prato ad f.

95).

F'onte Auria... pro

— «Nos totos

omnes

in

sancta basílica

animas nostras

concilio pleno de

senes nostras spontaneas volumptales

sic

tibí

domino

nuastí nos de

illo

labore de íUos castellos per sécula seculorum»: 972 (bec. Cárdena,



136



illa

de

donamus atque

roboramus ad

nostro comité García Ferdínandiz

et

Agusyn

defesa pro eo quod ingef.

3).

LEÓN efect¡\

Castilla,

amento, bajo aspcctu análogo

al

de

la

propia-

tierra

una organizaciini más compleja y perfeccionada. Las iniciativas no partían allá exclusivamente del rey sino de los condes,

mente leonesa,

desaiToll,, del ábside

como en Melque y



^

i

>

-vtihx

principal (Lam. aLIII)

Asturias, destacando poco

semicilindro, procedimiento excepcional, aun respecto de esta

como

si al

principio no hubiesen pensado sus constructores en co-



146



ESCALADA

En

naves.

las

que sostienen

m¿\rm(')reas sueltas, cuales son las

lumnas

los

como

molduraje

se

la

como

edificios,

algo de

compone de amplísima

(Fig. 6i) se

grupo de

intradós, según

tal

en

costumbre

jamba y algo de IX.

edificios cordobeses del siglo

en

practici')

minúsculos, resultando anómala este

arquerías de

ábsides menores y brazus del crucero coronan las jambas

impostas molduradas, que vuelan sólo por el andaluza, abarcando además la misma pieza arquivolta,

las

lo

El

escota entre dos boceles

combinación, puesto que

godo y andaluz,

es el

lo

usual en

predominio de

nácela o semiescota casi absolutamente.

A

punto de voltearse

de trabajo en

el

arcos hubieron de mejorar

los

las

condiciones

acarreándose entonces piedra caliza compacta,

edificio,

que. por su gran finura, se prestaba, no sólo a tallar dovelajes con cisión debida, sino

constituyen

iglesia

además

decorativos, que en esta

más

nota

su

miembros

a esculpir

pre-

la

singular. Efectivamente, los arcos

XLV)

(Lám.

están despezados en

desiguales, pero angostas dovelas,

y

trasdosadas

ellas

con

y

juntas

sutilísimas; su curva es de herra-

dura, con amplitud que varía de

un

tercio

a



mitad del radio,

la

aproximadamente, sobre

el

semi-

círculo,

excepto los laterales del

crucero,

mucho menos

desarrolla-

I'ig.

6i. Escalada: impostas de arcos

dos, por atenerse su alto a la ra-

sante

de armaduras del cuerpo de

desde luego no se pensó en destacar

cuanto

despiezo

al

sería

necesario

incierto

próximas del radio

a

la

más

como

comprobando

crucero respecto de

el

bien su trazado, pues evidentemente plejo e

iglesia,

la

hacer plantillas el

las naves.

En

para determinar

sistema usual es casi tan

en Melque. Parece, sin

que

ello

embargo, que

las

comjuntas

clave son radiales v las sucesivas convergentes un tercio abajo.

primeros en hacerse,

el

arco de enmedio ofrece

En

los

ábsides laterales,

cuyos arcos serian

los

despiezo parece radial en absoluto (Lám. XLIV);

como

el

particularidad llevar descentrado por eleva-

ción su trasdós (Lám. XLIII), obedeciendo a influjo cordobés precisamen-



147



LEÓN te (i),

y los del iconostasis. llegan a un límite

gancia (Láms.

XLI

construcción se prepararon para los arcos simples

la

sus jambas, salvo en

las otras sueltas

les

ábside mavor, según va dicho;

el

más amplios

después, bajo un régimen de

jambas, o bien se

de gracilidad y ele-

y XLII).

Al principio de

impostas sobre

máximo

recursos, encapiteláronse las

adaptaron columnas tangentes, haciendo juego con

que separan

algún caso en Asturias

(2);

las naves.

De antas

o jambas con capitel hay

pero sobre todo abundan capiteles

así,

de base

rectangular y de estilo corintio bárbaro, en esta región del NO., proban-

do que

se les

usó desde antes de

la

invasión

musulmana

Precisamente

(3).

aquí en San Miguel se aprovecharon dos, recortándolos para acomodarlos al

arco de

la

nave

lateral derecha,

mientras se hacían otros nuevos análogos

de enfrente y para el iconostasis. Las columnas tangentes a jambas, pero llevando capiteles entregos, o sea tallados en un sillar que entra en el

para

el

muro, constituyen regla generalísima en Asturias antes

del período

muy digna

nico, y su repetición en Escalada es particularidad

romá-

de anotarse,

pues demuestra un influjo asturiano, que no vuelve a observarse en

demás

iglesias

causa, es

la

de esta serie. Otra particularidad, achacable a

ausencia de

cimacio

El

hay en Escalada, sobre

como simples

naves, pero

(i)

les

hecho

se repite

misma

sobre los capiteles, que, en relación con

arcos de herradura, constituye caso único, fuera del

Lourosa. Realmente

la

las

menos

significado de

columnas exentas de sus

tableros incorporados a los arcos

con mucha posterioridad, aplicado

al

(4).

arco semicircular, en

arquitectura lombardo-toscana, sin explicación conocida, que yo sepa. Acaso derive bién de lo español, puesto que

vemos

las

la iglesia

la

tam-

románica de San Pedro de Galligans, en

Gerona, con sus ventanajes y una puerta dispuestos de igual modo, o sea descentrado

el

trasdós de sus arquivoltas. (2)

San Salvador de

Priesca, en los arcos de sus capillas laterales. Las pilastras deco-

rativas de Santullano de los (3)

Prados son poco de

Les hay romanos en

Posteriores, en

Camarzana y

el

San Tirso de Oviedo,

Sta.

fiar, tal

como

se hallan

museo de Pontevedra y en e

de recortadas hoy.

Alija de los

Melones (León).

iconostasis de Lena, unos y otros aprovechados, y en

Marta de Tera (Zamora). Desde

el

siglo

X

en adelante quizá no haya

otros en estas comarcas. (4)

Para uno de

ellos,

sobre

la

primera columna del lado del Lvangelio hacia

aprovechóse un mármol con epitafio métrico pagano, sólo en escasa parte bien leída todavía (Bol.

Acad. H

ist

.;

t.



XXXI, 148

p. 514).



los pies,

visible, y ella

no

ESCALADA Los ábsides cúbrensc pues forman

bóveda de

cóncavos y delante un cuarto paño como de

tres cascos al¿;o

proyectando su semicírcuhj tras del arcu de entrada. Ya

aristas,

vimos en Melque

b(')\cdas cupuliformes, de tipo especial,

cnic(_)

de San Juan de

(i); la

ulro de 948(2), y

Peña,

hü_\'

la

suscrip-

perdido, expresan-

que habla

sido

escrito

en 938 en

el

«monasterio

U

m be »

ba

bajo

go-

el

del

bierno

obispo Fru-

por

nimio,

Ñuño

diáco-

no,

proba-

blemente

el

mismo que apa-

luego

abad, según Fig. 91.

va dicho

Bamba: sección de

la

nave central

(3).

Este Frunimio debe ser aquel obispo de León, bien conocido, que duró

(i)

allí

«Frunimius

episcopus Bambensi

se-

dis confirmat»: cartulario de

Sahagún,

(2)

episcopus

n." 14.

«Frunimius

Bambensae

scdis confirmat»:

Fsp.

sagr.,tomoXXXVni, pág. 275. (3)

«Explicit

li-

canonum Deo

iu-

bante sub die xvu

Ica-

ben

lendas iulias die

W

'y^/^/wMwmm^/^/^^^^^^

vi fe-

Fig. 02.

ria

Bamba: sección de

las

naves laterales

hora secunda lxxvi

ter terna cencies era.

Conpletusque

in

monasterio

Ubambe

a

Nunno diácono

licet

sub regiminc Frunimii episcopi regnante Ihesu Xristo eterno ct cathedra residens

-

195

-

indigno

Ranimi-

LEÓN hasta enero de 928, cuando hizo testamento en favor de su Catedral, donán-

menos

dola fincas y objetos, y que luego vivió retirado, hasta 963, a lo

(i).

Ciertamente que Risco dio como seguro que su retiro fué en San Andrés de Perameno, por pero

los otros

intervención que tuvo a favor de sus ermitaños en 944;

la

Bamba

datos de

son más concluyentes, haciendo creíble que

Frunimio fundó

este monasterio,

y ello hacia 928.

A

la edificación

cas,

como

su predecesor Cixila

mismo

munificencia del

la

de su iglesia, y aunque

creada precisamente hacia

ejemplo de

el

mismos

los

es verosímil

años, y

de Apellare,

el

que

se debiera

Siman-

diócesis de

la

de santa María,

el título

raro en monasterios de entonces, podrían llevarnos a sospechar un intento

de sede episcopal nueva en Bamba, sin embargo, se la aplicase el título de sede sin

más

residía en

Samos

más probable

como

y Rudesindo en Celanova

(2)

La decadencia de Bamba hubo de

es

que

motivo que ser residencia de un

obispo dimisionario y sin jurisdicción pastoral,

cuando

lo

andaluz Fatalis

el

(3).

ser rapidísima, y gracias a ella se

libró de renovaciones el edificio, hasta que, bajo los Hospitalarios, padeció

gran reforma, cavendo una mitad de

la iglesia

para dejar

naves,

sitio a tres

con cubiertas de madera y separadas por arquerías

muy

cabecera primitiva con todo

que basta para formar

el

lienzo septentrional,

Quedó

airosas.

la

idea de la distribución y estructura, con fijeza no lograda por quienes

estudiaron antes

el edificio.

Éste parece haber sido un ejemplar de tipo bizantino, con planta en

forma de cruz

inscrita en

un cuadrilátero, y todo cubierto con bóvedas,

cual nos lo ofrecen el Cristo de la

en su parte más

Luz en Toledo, San Martín de Segovia,

Germigny-des-Prés,

vieja,

no advertida aún, de contrarrestarse

los

etc.;

mas con

rus in regno inperante paterno legeris

memento mei.»

1239:

anno autem rcgni

menscs

viii

Ordinatio ecclesiae Valentinae

XXXIV,

(i)

Esp. sagr.;

(2)

«Sub dominio

(3)

«Rudesindus episcopus Dumicnse

t.

sui vi

trabajos:

de Santiago

iglesia, la

mismo grupo. También

Roma: cuadernos de

arqueología e historia en

p.

al

particularidad,

empujes de sus arquerías mediante

estribos, que traen recuerdos de Asturias y de otra de Peñalba, perteneciente

la

el

ser de

planta

Tu

vero qui

dies

.\ii.

(Escuela española de

I).

p. 236.

Fatalis episcopi cimeterio

Samonensi»: Esp. sagr

sedis Cellenovensc»:

340.



196



.

,

t.

XL,

Esp. sagr.,

t.

p. 21 5.

XVIII,

BAMBA cuadrada sus

implica una tradición goda u asturiana, que

tres capillas

luego cayó en los edificios de estructura mozárabe ras 90 a 94; láminas

LXXl

más compleja.

(I''igu-

LXXIII).

a

Respecto de proporciones esta iglesia ofrece notable contraste: arcos son relativamente bajos, no traspasando esbeltos; en

cambio,

ias

bóvedas suben

hiasta

el

duplo de su ancho

un

ios

ios

más

ancho de

triplo del

las

naves, y es verosímil que superase esta proporción su compartimiento

obedeciendo todo a

central,

conveniencia de dar luces directas a cada

la

tramo, de suerte que en realidad cio.

es

Tocante

como

las alturas

son mínimas en todo

edifi-

el

a anchos, la proporción entre sus naves central y colaterales

tres a dos,

siendo cuadrados todos los tramos de aquélla y

pillas colaterales, infiriéndose

de esto que

cuerpo de

el

la iglesia es

las

ca-

alarga-

do, en desacuerdo con los prototipos bizantinos, y por apego a las tradicio-

nes occidentales probablemente. Orientación, normal. El

aparejo de

los

muros

es

nal obsérvanse cintas de lajas

menudas

como en

las

lo

árabe toledano;

En

de mampostería. entre cada

capillas

sin acusar cintas, bien careadas y de parejo

guardan

el

de cantos gruesos,

fila

el

tamaño sus

lienzo septentrio-

mismo piedras,

hiladas, en correspondencia con los sillares de las esquinas,

menguando progresivamente de abajo los estribos y los pilares

de adentro son de

que forman

cuyo

a arriba, y su labor es

rada, siendo de piedra caliza basta todo ello

orden, pero

alto varía,

poco esme-

(Lám. LXXI). Al contrario,

sillería

muy

bien labrada y con

juntas sutiles, alternando sin orden hiladas de unos 64 centímetros y otras

que no pasan de las

20: así

también de cuidadoso

bóvedas van hechas regularmente con

es el dovelaje de los arcos, y

sillarejos largos y

angostos bien

cortados. Las pilas e.\entas son cuadradas en su base.

De bóvedas no en igual sentido que

existen sino seis, todas ellas de cañón, desarrolladas el eje

de

la iglesia,

arrancando sobre impostas y algo

prolongada su curva en forma de herradura, sobre todo en

mayor. El tramo central no puede saberse ya cómo bóveda de los ta,

aristas o de gallones, y

tramos colaterales

al

mismo



la

capilla

se cubría, tal vez

con

abriendo ventanas en sus lunetos. De

queda indicio en una cornisa de impos-

reconociéndose que eran cañones, atravesados respecto del

eje

de

la

iglesia, y a conveniente altura para que las otras bóvedas contiguas reci-

biesen en firme sus empujes. Las



impostas son de 197



filete

liso,

y obsér-

LEÓN vase que ellas rodean por

la

cabecera

tramos de naves conservados,

los

medio por ventanas rectangulares, que parecen anti-

cortándose en

guas (Lám. LXXII). El

muro

de sur aparece desplomado, con deforma-

ción de los arcos y bóvedas de aquella parte, atestiguando que

no logró acertar en

el

edificador

el

contrarresto de empujes.

Los arcos son de herradura, sobre impostas de molduraje y con

como

in-

observa en Mazóte y otras iglesias mozárabes leonesas; su despiezo queda incierto por hoy, pues tradós algo cóncavo en sentido transversal,

se

la iglesia fué re-

vestida grosera-

mente, primero

con barro y paja V encima con

modo

de

yeso,

que sólo están visibles algunas

bajas

juntas éstas

son

y

hori-

ha-

zontales,

ciendo suponer radial el despiezo;

respecto de

amplitud, curva en Fig. 03.

Bamba: sección

las

ves laterales al-

transversal, desde la cabecera

canza a dos cios de la circunferencia; los

la

na-

ter-

medianeros quedan algo cortos, o sea con pro-

longación de dos quintos del radio por bajo del semicírculo (Lám. LXXIII); el

de

la capilla

daba

al

mayor

está oculto por

un revestimiento de madera y

que

centro del crucero tiene unos arranques verticales, salientes e

interrumpidos de mala manera, sobre

los

que

se desarrolla

Esta anomalía no parece explicable sino en caso de tasis,

el

como

los

en semicírculo.

existir allí

un iconos-

de Escalada y Lena y como, según indicios,

generalmente en nuestras

iglesias

hubo

de aquellos siglos, formando tres arcos

sobre columnas, cuyos apeos laterales serían, en



les

198



tal

caso, los salmeres

HAMBA

Fig. 94. Sta. María de

conservados (Fig.

93).

Bamba; perspectiva isomctrica del

Además, ante

el

arco de

costados del tramo anterior, hay gruesos maderos, la, los

la

edificio

capilla

mavor v

como trabes

o

a los

pérgu-

que servirían para colgar lámparas y cruces, y también para tender velos, completando con el iconostasis el cerramiento del presbiterio.



199



LEÓN Las impostas de

los arcos

todos (Fig. 96) son de caliza lina, primo-

rosamente labrada, formando grupos de nácelas o semiescotas escalonadas, en

número de dos

o tres, y entre medias baquetones, ya

remedando em-

como

hojitas enfiladas:

brionariamente contarios, ya con rayas oblicuas, ya es

modelo

persistente en casi todas las iglesias

Fig. 95.

Bamba: impostas de

iremos viendo; pero estos ejemplares de variados, dentro de la serie.

mozárabes leonesas, según

los arcos

Bamba

resultan los

más

ricos

y

Del alero exterior no puede reconocerse

vestigio alguno.

Una gran bendita (Lám.

pieza decorativa posee esta iglesia y es su pila para agua

LXXIV), de mármol

por dentro, exactamente igual que

blanco, en forma de taza gallonada

las árabes,

y con aspecto de capitel co-

rintio por fuera, tallados sus cauliculos y hojas

rigidez de líneas, a

modo

sobriamente y con cierta

griego; la parte medial de cada frente

queda

lisa

y algo convexa, y por abajo, en vez de astrágalo, lleva una escotadura: su alto, 40 centímetros. Los capiteles marmóreos convertidos en pilas son numerosísimos: pero

esta pieza ofrece



200

muchas dudas sobre

si

es

una de

I5AMBA

tantas o

si, al

como

contrario, fué desde luego labrada

y a esto nos

pila,

inclinamos con preferencia. Respecto de tiempo, su parecido con capiteles de Mazóte, y en general con toda

como

grupo leonés mozárabe, aconseja reputarla ciendo ser

más

pieza

la

mayor vecindad

como

artística se halla al

en capiteles de

y de

Itálica

Catedral

la

periodo romano, aunque de cincel griego.

esta iglesia subsiste

un largo trozo de

aprovechado

friso,

material en su torre, con labor de rombos, según repiten varias veces

mármoles godos de Córdoba, por ejemplo: parece de piedra basta

Museo arqueológico de Valladolid contiene blanco, que, según dicen, proviene de esta misma El



las



^^ ^Jk^ '/'il^^

iglesia

^h;#Ai¥~iyy ^ \ /\ /^ J^/iLS^—:'^ Bamba:

Pig. 96.

(i),

mármol

de Bamba. Es

al exterior,

y junto a su borde

"""

^'''

en

la

la

^'"" ''""'"• '"^' ""''«"'''"'' "°

parece traspasar

el siglo

Xlll: su diámetro

mismo

exterior es de 47 centímetros. El friso

como

adorna una cenefita de entrelazados ara-

'Jk'

Ik

andaluzas

(Fig. 96).

otra pila, de

de ocho gallones, no solamente por dentro, sino también

i

este

del siglo X: pero recono-

arcaizante y clásica entre todas, de suerte que su

de Córdoba, correspondientes

Además, en

mantenida en

bi/.antina

la decoraci(')n

torre

museo, y también como procedente de

Bamba, conserva un soporte de en

altar

cuadrangular, esculpido a

lo alto,

ces; su alto

I

'32 metros,

modo

cajita

para reliquias

de pilastra y con grandes cru-

y de base 26 centímetros: es pieza visigoda indu-

dable, y otros ejemplares semejantes

Ha de

marmóreo, con

hay en Mérida, Córdoba y Toledo.

tenerse en cuenta que las atribuciones consignadas en

de dicho Museo ofrecen

En

muy

síntesis, la iglesia

mozárabe

inventario

escasa garantía de exactitud.

Bamba merece

de

leonés, con afinidades las

bien, tal vez por

el

más

economía o premura,

clasificarse dentro del

grupo

directas en Peñalba y Lebeña,

ni tiene

mármoles

ni se

apean sobre

columnas sus arcos. Los cañones con sección de herradura recuerdan iglesia

siglo

X

goda de Baños; pero

no autoriza para retrotraer más

Su prototipo

Alháqucm

II

es.

allá del

es la pila del

aproximadamente, admisible.

Museo arqueológico de Granada, con

y fecha de 970. Vaciado suyo existe en

— 26

la

su construcción, dado que también reaparecen en San Miguel de

Celanova. La fecha de 928

(i)

ello

si

201



el

Musco de

.Madrid.

inscripción de

LEÓN De obras

posteriores

tramo de nave

central,

la

más inherente

cuerpo,

más moderno y con al arte

el hastial,

de ogivas

el

torre, levantada sobre el

lo

primitivo, sobre

que

lo

se alza otro

arcos también para las campanas. Las naves la

evolución ogival. de

modo que

muy

aparejo, de sillería estrecha; portada

sus rica

con fecha de Era 1233; una capilla adyacente, con dos bóvedas

lisas,

capialzadas, y arco medianero a medio punto sobre re-

pisas; claustro hacia norte,

hecha con

que

románico, bajo

arquerías son apuntadas;

en

una

con dos arcos por lado, semicirculares, hoy maci-

zos, y todo ello de aparejo igual

corresponden

es

lajas,

con bóveda de aristas en uno de

los ángulos,

y algunos lucillos y arcos de poca significación.

Toda

esta

obra parece ser de escuela zamorana, cuando menos en su elemento

románico.

SAHAGÚN Alfonso

el

Magno, movido

compañeros, idos de

tierra de

villa de Zacarías, junto a

la

a

compasión hacia

moros

el

a sus Estados,

abad Adefonso y sus

compró en 904

calzata o vía romana, que desde

Burgos cruzaba a León, con su

la

cierta

Rioja y

iglesia

parroquial o basílica de los santos

Facundo y Primitivo, arruinada como

estaba, desde 883, por las tropas

cordobesas: cedióla a los susodichos para que en ella estableciesen un nasterio ejemplar, y así se verificó, bajo la advocación de los

mártires, cuyas reliquias

Zeiense

el

allí se

veneraban

monasterio, por estar en

del castillo del

mismo nombre; mas, de

sanctos» (2) o «Sancto

Facundo»,

(i).

vega del

la

En un

mo-

mismos santos

principio fué llamado

río Zeia o

Cea y depender

ordinario, decíase al lugar

«Domnos

Sanfagund y

lo

que

i5,

publicados por Escalona en su Historia

se

contrajo

en

Sahagún, (i)

Cartulario de Sahagún: núms.

de Sahagún, bajo (2)

los

números

II

i

y

y XXII.

«Domini sanciisimi» llamó Alfonso

904, primero de los arriba citados. — «In tivi-, dice otro

diploma de 960

111

a los mártires aludidos,

locum Domnos sanctos

(n." 21 del Cartulario).



202



et

en su diploma de

aula Facundi

et

Primi-

SAHAÜÚN La fundación prosperó, favurecida pur utros reyes y

carácter muzárabe

priniiiivo, hasta Allbnso VI.

fuerza este rey, cuando luego recobró a

casa o por deshacer lo antiguo, puso desde 1080

la

de

corona, no sabemos

la

ella,

variar su

sin

Hecho monje si

allí

por

por amor

como abades

frente

al

sucesivamente, a dos monjes franceses de Cluní, Rodberto y Ber-

segundo por haber llegado

nardo, famoso

el

reformador de

la Iglesia

a ser arzobispo de

Toledo y

española, es decir introductor del culto y

modas

galicanas, bajo la salvaguardia de los legados pontificios. Sahagún, hecho

cabeza de

la

orden cluniacense en

janza correspondiente a su vera

la

nueva era románica;

Burgo de Sahagún, origen de

el

transformó sus edificios con pu-

Castilla,

abad Bernardo fundó

el

la villa actual,

en io85, dotándolo

de un fuero, célebre por su barbarie y tiranía frente a todos y

así llegó a

entre

dad



plantearse

durante

consumarse

incendios y derribo en

Ya no pesa sobre

el

grandezas de

fueron heredados por

poblachón

el

XIX

incivil, entre

de

el

Sahagún

democracia de

mole del prepotente monassus glorias, su cultura no

la villa; se

quedó

Puyol y Alonso: El

J.

(3)

Es curiosa y ejemplar el

en proporción del estrago

allí

la

a labrarse, en 1121,

una

manera como

procuró enterarse de hacia qué parte del

el

más

digna

bien protu-

monasterio fué vendido: salió a subasta

los edificios

momento un

catalán,

que viendo

remataron por unos pocos miles de

mundo

templo, porque, adquirida por

el

Eduardo Saavedra tuvo un

Estado

sin licitadores reales.

Luego,

caían sus nuevas propiedades, fué allá y

en material vendible, salvándose

y partes adyacentes, porque el reloj de la villa estaba

rretera, D.

iglesia,

convento próximo de Tríanos, como bienes nacionales. Ac-

estas fincas, ocurriósele pujarlas y en él se

año transformó

(3).

Abadengo de Sahagún.

cidentalmente se hallaba presente en aquel

tras

con aires de

ésta

ruinas hechas muladares, y en cuanto a los pro-

(2)

ral del

la

monasterio, conforme a los modelos románicos, o

tal

la legali-

(2).

nuevo régimen comenzó

en Madrid, juntamente con

año

unos y firmes en

extinción del señorío monacal, con dos

la

caserío de

vechos tampoco parecen lucir Bajo

los

éste, sus tesoros artísticos, la

los españoles,

dura guerra que burgueses y monjes sostuvieron

pidiendo franquicias

siglos,

los otros, hasta

terio; las

la

a

la

montado

allí,

la torre

y además,

la

de

la iglesia

puerta late-

zona correspondiente, para abrir una ca-

rasgo, único tal vez en los anales de la ingeniería

española, pero digno de su elevado espíritu, haciéndola pasar bajo de aquella portada, subsistente en calidad de arco de triunfo.



203



LEÓN ogivales, puesto

que bóvedas de ogivas,

embargo, que

cia, sin

hastial de poniente;

la

más

muy

arcaicas,

iglesia antigua quedó en

coro de los monjes, dando ello motivo, cuando

otra pared, en

apoyo de

la

tocándola por su

terremoto de lySS, a que

el

de encima, quedando

muy

mitivo desfigurado y sin uso. K\

pie,

remediarlo hubo precisión de alzar en

se resintiesen sus bóvedas, y para

medio

cubrían. Es creen-

tarde se la echó encima una pared del

menos

o

la

asi el edificio

pri-

erudito arquitecto D. Ricardo

Ve-

herradura y

lázquez asegura haber visto aún arranques de un arco de

columnas marmóreas: dicen que sus muros quedaron soterrados entre la carretera v la casa de los señores Font, donde seria bueno practicar excavaciones; pero realmente hoy no poseemos a la vista sino porción de co-

lumnas espléndidas, que dan razón de su época y Consta que

la

Ramiro

presente

11

consagración de

estilo

esta iglesia fué

y con asistencia de

siete

exactamente.

en 29 de junio de 936,

obispos y ocho abades, según

expresa, por rara casualidad, un diploma de otro monasterio el

mismo

rev.

en 937, hacía una donación a

repparacione eglesie vestre»

los

Además,

monjes de Sahagún «pro

y otros privilegios

(2),

(i).

desde 944, a

reales,

lo

menos, hasta 1094, aluden en su preámbulo a esta nueva iglesia, bajo la fórmula «et templo dicato (o dedicato) mire magnitudinis ornato (o composito)».

Lo de

la

«magnitud» queda probado por otros ejemplos que no

de grandor, y efectivamente, dícese que media esta iglesia cosa de cincuenta por treinta pies (14 por 8'40 metros); iba distribuida en tres

hace

fe

porcionada; en sus paredes se

delgadas y llenas de molduras, que indican es parecida a

las

«muy hermosa

y proven varias columnas de piedra pequeñas y

naves casi iguales, con bóvedas: era toda de piedra:

mucha

antigüedad, y su fábrica

antiquísimas de Oviedo». La llamaban últimamente

capilla de san Mancio, por venerarse

alli

además con-

reliquias suyas;

tenía los sepulcros de Alfonso y Recesvindo, primeros abades del

(i)

Biblioteca Nacional; ms. 720,

f.

236,

donde

se registran incorrectamente varios

diplomas de San Isidro de Dueñas, para uso de Sandoval acaso. Entre nación por Ramiro, rey, de una discurrente era

DCCCCLXXIII anno

los alio die sacracionis (2)

vila,

«subtus castcllum Donnas», en III

monas-

regni nri. feliciter

el

ellos figura la

commorantes

in

Domnos

eiusdem».

Diploma de Ramiro

II;

n." 13 del Cartulario.



204



Su fecha segura

do-

día «IIT kls. iulias

es

Era 975.

sáne-

SAHAGUN du una santa Luinbrosa, guardadora del nüsnKj cuando

teriü, el

deso-

la

lación de Almanzor, y los de aquellos siete condes que murieron en batalla de Uclés,

según dicen

Procedentes del

mismo

la

(i).

son conocidas cuatro parejas de capi-

edificio,

teles y dos más, sueltos; cuatro gruesos fustes, también de

mármol

blanco,

dos de granito y un cimacio. Éste es exactamente igual a los del pórtict) de Escalada;

los

fustes carecen de molduras, probando que corresponden

como

a capiteles provistos de astrágalo,

en efecto

enumerados, con labor en forma de soga, y con caulículos o sin

tio,

en foliólas retalladas a

ellos y hojas

bisel,

capiteles

de sinuosos contornos, distribuidos

con gusto exquisito, que da una supremacia

la

serie

leonesa-bizantina

del

siglo

X.

deban

quizá

reputarse

llevan todos los arriba

ellos se ajustan al tipo corin-

de clasicismo a este grupo, sobre todos los

demás de

le

/^'^JTíIlJii

de

(Domo prototipos los

mayores de

Hornija, reproducidos antes.

que

verosímil

Resulta

la

de

iglesia

Sahagún, no obstante sus bóvedas, que realmente

no constan como primitivas,

fuese de tipo basilical, con dos

columnas

Fig. 97.

San Pedro de

las

Dueñas: capitel

exentas a cada lado, por lo menos, sepa-

rando sus naves, ya que son dos

las parejas

de capiteles, una con caulí-

culos y otra sin ellos, que llevan labor en toda su periferia para tos; otras

rirse al

de

muro, quizá en

extremos de

los

uno, con

menor que

toral y el otro,

todos, a

La pareja de grandes de

tros

de

173.

arquerías divisorias: y respecto

cimacio, pudo corresponder

el

una ventana,

capiteles

y sirve de soporte a

alto,

el

ms. del

arco

exentos, sin caulículos, está en

la

pila del

la

pieza unos 48 centíme-

agua bendita, excavada a a capitel

de unos

LXXV).

Escalona, obra citada, pág. 232. Otras referencias en Yepes:

Otras en

al

tal vez.

cimacio, que hubo de corresponder

30 centímetros (Lám.

p.

las

San Lorenzo de Sahagún: mide cada

su vez en un

(i)

exen-

dos parejas tienen una cuarta parte llana y vertical, para adhe-

los capiteles sueltos,

iglesia

ir

P.

Guardiola, en

la Bibl.

20D



Nao., n.° i5iq,

f.

Corónica,

126.

t.

III,

l-EÓN

De

la

un capitel

ütra pareja, con caulículos,

Falencia, recogido por D. Francisco Simón; pues llega a 63 centímetros, está en

el

estíi

en

el

Museo de

un poco mayor,

otro,

el

Museo de León (Lám. LXXVI);

ambos muy mutilados. De las parejas con parte lisa, tres piezas están en este mismo Museo de León (Lám. LXXVII) y la otra en Santa Cruz de Sahagún, sirviendo de

mucho mejor

se conservan

Un

pila: (i).

capitel, sin caulículos,

alto de 34 centímetros v

su alto aproximado es de 42 centímetros y

muy

en todo análogo a

destrozado, está en

los anteriores,

el

Museo de Palé n cía,

y por último, otro, con caulículos y hojas del todo

San Pedro de gún; su

De

las

Dueñas, monasterio cercano

lisas, sirvió

y dependiente de Saha-

fustes, dos, de mármol, están en los portales de

corresponden

convento de

de pila en

24 centímetros (Fig. 97).

alto,

los

pero con

la

al

Ayuntamiento:

los otros,

en una calleja, en

la plaza, el

que

derruido

Peregrina y en una huerta, todo ello en Sahagún; son cortos,

en proporción de su grosor, y vienen bien para

la

mayoría de

los capiteles

arriba dichos.

En dita,

la iglesia

de Santiago de Sahagún hay una pila para agua ben-

de mármol jaspeado rojizo,

como

el

llones profundos, por dentro y por fuera,

de Cabra, formando ocho ga-

como

a partir del siglo X, bien labrada. Recuérdense

y

la del

Museo de

las pilas la

árabes andaluzas,

de Bamba, por dentro,

Valladolid.

SAN PEDRO DE ESLONZA Las cercanías de este monasterio están sembradas de vestigios arquitectónicos,

de

la

que componen una

serie de

de Sahagún, contándose en

(1)

Dibujado fielmente por

el

Sr.

ella los

columnas, perfectamente

ya descritos capiteles y cimacios del

Velázqucz, en

Monumentos

entre piezas correspondientes a San Miguel de Escalada,

ción suya va por cabeza de

la serie

de láminas adjunta.



206

similar



como

arquitectónicos,

arriba se dijo, y reproduc-

i:SLÜNZA

localidad que sólo dista unos cinco kilóme-

moderno de Escalada,

pórtico

Es presumible

tros hacia oriente de Eslonza. si

bien

no ser

cuatro fustes de

mármol blanco de una

solían labrarse tales allá desde

La fundación de

(2)

el

portada, puesto que no

período románico.

monasterio fué obra del rey García, en 913,

este

basílica de santa Eulalia (i).

zando una antigua

manzor

todo ello procederá de aquí,

arruinado ya, nada conserva de antes del siglo XVI, a

el edificio,

los

si

y estaba disuelto en

iocjíj,

utili-

Fué quemado por Al-

cuando doña Urraca,

la

de Zamora,

esmeró en reformarlo y dotarlo, con ayuda de su hermano Alfonso VI. Entonces hace relación un diploma de su iglesia, edificada con admirable

se

obra y suntuosidad hasta 952 desde

por

real,

el

mandada consagrar por

fundación, y

la

abad Adiuvando, cuyas memorias llegan

dato este último en contradicción con feridas,

el estilo

de

la serie

no anteriores a 930 probablemente, siendo

en 914; pero establecido

primitivo. Si

así

rey García

(3),

de columnas re-

que

el

rey murió

caso habitual fué de hacerse las iglesias años después de

el

el

el

monasterio, cuando su expansión exigía local mayor que

el

como

es

parroquial de

la

Villarmún

se inspiró en Eslonza,

verosímil, dada su proximidad, tendríamos indicio de que esta otra iglesia

perteneció

al

grupo mozárabe, con ábsides como

Descritos ya los del siglo

(1)

X, y

los

Diploma de

mármoles

de Escalada.

los

de esta última localidad, no puestos en obra

de Valdabasta

quedan por

(4),

revisar los siguientes:

fechado en 30 de agosto de 912, no aludiendo aún sino a

este rey,

la

basílica de santa Eulalia y san Vicente. Otro, de 13 de octubre de 913, en que aparece

fundado ya

el

monasterio, bajo

y gobernándolo

el

ponde

al

(3)

I

los santos

documentos de Sahagún; número

hija de los reyes

Fernando y Sancha, fechado en

de 1099, donde se consigna, «quod cenobium (apostolorum Pctri situm) tritavus

meus

et

abbatis Adiuvandi perornavit, qui regio

sumptu eclesiam miro opere

honore predictorum apostolorum consecrare

de Eslonza; pág.

14

de

mayo

Pauli in valle Elisonza

Garsias rex in culmine regni positus construxit, ctiam et coUegio

nachorum sub regula sancti patris Bencdicti Dco militancium decoravit,

(4)

que corres-

755,

988.

Diploma de Urraca,

fatus rex in

Pedro y Pablo,

y H.

Vignau: índice de

año

advocación de santa Eulalia y

abad Adiubando. Publicados por Vignau: Cartulario del monasterio

de Eslonza; núms. (a)

la

14.)

Páginas 161 a 1Ó2.



207



fccit», etc.

eum

edificavit,

mo-

benedictione

quam

supra-

(Vignau: Cartulario

LEÓN

V^ALDALCÓN. mármol blanco

— Capitel

como como los

sucio, con caulículos

pero talladas sus hojas

pila en su iglesia.

utilizado

como en

del pórtico de Escalada,

de Sahagún, recordando

los

una cara

griego; tiene

lisa

acanto

el

y vertical para adhe-

muro; astrágalo sogueado:

rirse a

Es de

36 cen-

alto,

tímetros.

MELLANZOS. — Sirviendo de base al pulpito de su iglesia, capitel muy semejante a los

menores

del pórtico de Escalada; su alto,

27 centímetros.

RUEDA DEL ALMIRANTE. — Fué importante y amurallada, en

el siglo

villa

XII, sobre

un castro antiguo, probablemente,

vestigios de

y a poca distancia de Escalada, río arriba. Su

conserva

iglesia

mismo

if

la capilla

mayor, de

fines del

bárbaramente ordenada, con bó-

siglo,

veda de cañón sobre ogivas y columnas, dos de

capiteles de

llevan

cuales

mármol

blanco, semejantes a los mayores de Escalada.

/y Vi

Otros dos de

misma

la

serie,

con un frente

sirven de peana a dos postes en

m

J.

las

derno de tros.

Fig, 98

Mansilla de las Muías: fuste de columna

misma

la

iglesia;

Además, con

ellos

el

portal

liso,

mo-

su alto, 41 centíme-

hay un

cimacio,

compuesto de nácelas y boceles, como

los

de

Escalada también.

SANDOVAL. — A

poco más abajo de Mansilla, es-

orillas del Esla,

tuvo este monasterio del Cister, fundado en 1167. Su

alto,

como

que

se con-

el

agua bendita, un magnífico

los

mayores del pórtico de Esca-

serva bien, ostenta, sirviendo de pila para

capitel, de 48 centímetros de

iglesia,

lada y de Valdabasta, y labrado en redondo.

MANSILLA DE LAS MULAS. territorio, al

sirve de

paso de

la

— Es

la

carretera que cruza por

villa

más importante

Sahagún hacia León.

guardacantón en una bocacalle, junto a

la

del Allí,

plaza del Mercado, un

magnífico fuste de columna de mármol blanco, partido en dos mitades, con 2G centímetros de diámetro y más de tres metros de alto. Cúbrese todo



208



TAYA HA él C(jn imbric¿icii)ne.s

pina, y rematand(j por arriba en astrágalo con

compañera

excepcional,

pie/.a

como

de relieve al^u C(jnvoxas, en turma almendrada,

de

di¿;na

la

(')vljIos

de

tijKj

bizantino. Es

de capiteles reseñados

serie

(Fifi. y8).

SAN SALVADOR DE TÁVARA Desde aquella mención de torres en cio, dispuestas

para que, aun de

espléndida ciudad ministra

modo más

el

(i),

lejos,

la

basílica

Eborense de San Man-

reconociese por ellas

el

quizá no hay otra en nuestro país hasta

códice de Beato llamado Tavarense

(2).

Al

fin

viajero la

que su-

de este libro, a

de «explicit», hay un texto escrito con palabras latinas, pero de

ininteligible, por el

Magio en

que

se infiere la

muerte

del

968, dejando sin terminar el códice, para lo

la

lo

monje «arcipictore» que fué llamado

al

propio monasterio Tavarense su discípulo Emeterio, presbítero, que efec-

tivamente

le

dio fin en tres meses, a 28 de julio de 970; y ponderando lo

fatigoso de su labor,

según costumbre, exclama: «Ü turre Tabarense

alta et

lapídea insuper prima teca ubi Emeterius tribusque mensis incurvior sedit, ct

cum omni membra calamum

tuvo alientos para llenar torre

el

conquassatus

dorso de

misma, como hecha de

la

sillería

Sin embargo, aun la

policroma, con arcos de herradura,

un andén volado, de madera, en torno él

fuit».

hoja con una representación de

del

cuerpo superior, tejado y sobre

dos ligeras torrecillas con otras tantas campanas. Tres hombres suben a

la torre,

desde su segundo cuerpo, mediante escaleras de mano, que irían

colocadas en

(1)

el interior,

España sagrada;

aunque

t.

el artista,

XIV, pág.

377:

para mayor claridad,

«Nc parum

hace

las

esset, circa basilicam

muri

¡n

latum dispositis turribus instruuntur, ut quisque de longe conspexerit splendidam iudicet *

supcrcrcvissc civitatem^>. (2)

Archivo histórico nacional: V.

cuela diplomática a D.

Ramón

Alvarcz de

35, n." 257. la



Braña.

209



Fué comprado para

la

extinguida Es-

LEÓN visibles desde afuer¿i, y otro

una de

hombre abaju hace

sonar, mediante cuerdas,

campanas. Al lado, en un cuerpo de

las

aparecen Emeterio «fatigatus». pluma en mano; él.

edificio anejo a la torre,

monje Sénior,

el

frente a

escribiendo, y otro indi\idüo cortando pergamino con grandes tijeras

(Lám. LXXVllI). El códice

rabismo en aquellos monjes que El

Tapori de Plinio, llevaba

mismo

lo utilizaron (i).

cenobio Tavarense o Taborense

tal

códice

(3);

la

probando moza-

está lleno de escolios ¿irabes,

nombre que recuerda

(2),

advocación de san Salvador, según declara

debió de existir en

a fines del siglo IX, por el santo

bajo los auspicios de Alfonso

III.

en

1

congregándose

sexos, dedicados al servicio divino

137

(5),

el

actual villa de l^ávara, pro\ incia de

la

Zamora; y consta su fundación,

ambos

los

(4).

La

conserva a sus pies una gran torre,

allí

abad Froila,

seiscientos fieles de

iglesia actual,

como de

consagrada

entonces, romá-

nica y con arquerías sencillas en sus cuerpos altos: lleva escalera, de 48

centímetros de ancho, embebida en viéndola de techo; y está hueco todo

el

muro, con

losas escalonadas, sir-

interior de la torre

el

misma,

al

que

se entra desde la iglesia

por un arco, rudamente hecho, en forma de herra-

dura. Es probable que

éste,

y acaso toda

la

mitad baja del

edificio, lisa

manipostería de pizarra, sea obra primitiva; quizá también,

formando arco sobre columnitas. que hay sobre

Otro códice, copia del Tabarense, hecha en

(i) las

Huelgas de Burgos, que estuvo en manos del

la

la

puerta de

XII, poseyó

el siglo

cuando

P. Flórez,

el

y de

ventanilla, la escalera;

monasterio de

éste publicó el texto

de Beato, y lo describe, copiando con variantes buenas su «explicit» (Sancti Beati... in

A pocal ypsin... com mentaría;

mino, y hoy existe en

que debo pero en

la librería

de Mr. Morgan, en Nueva York, según noticia y fotografías

profesor H. A. Sanders. La copia de la torre contenida en

concuerda y carece de

lo esencial

(2)

más

al

pág. xxxvni). Salió de Kspaña, quizá por mal ca-

el

es bastante libre,

letreros.

Esta segunda forma ortográfica ofrece otro texto original del siglo X, transcrito

abajo. (3)

«In Tavarense arcistcri sub umbráculo

(4)

Biblia

mozárabe de

la

sci.

catedral de León;

Salbatoris».

fol.

101 v.,

donde, relatando

la

vida de

san Froila, se dice: «Edificabit Taborense ccnovium ubi congregavit utratramque

sexum

centies seni

(5)

in era

animas Domino servientium».

Dice una inscripción, junto a su portada: «Rubertus cps. consecravit

.MCaLX.W

pater [noster]

(sic)

abbas quod erat Dominicus Adefonsus

».



210



in

sci.

ista

Martini orate pro

cclam. illo

in

TAVARA mas

ello

queda

incierto, mientras

fué imposible.

\í\

no

pueda ver de cerca,

se la

cuadrado exterior de

la

torre

mide

6.8(j

lo

que me

metros: )

el

arco, en su anchura, 1.43.

La segunda fundación de Froila, asistido por el

mismo

Til

junto

valle,

vara, donde

se

l^sla,

al

\'

se llam.

de Santiago

monjes en días

salud de sus almas, y

hizo

11,

primero de

el

vot(j

ellos,

que

de edificar otra casa o ce-

maestro, y deseando atraerse bendiciones

el

Silencio para edificarlo, y

el

ciones;

mas

deseó consumar

el

al

muerte

sucederle, ya en tiempo de

Ramiro

una voz proveyeron que

comenzada, por ser inconveniente

muy

cerca de

Santiago. Por consecuencia,

Salomón mismo, cuanto

11

pultado

el

el sitio

allí,

en

se

mudase

lugar ya fundado y

el

dice

sitio,

allí

a residir,

que Salomón,

(2);

fué se-

morir en 936. probablemente, y

al

aspereza del lugar y pocos rendimientos, la

obra

la

piedad del Señor otorgó y ahora aparece»

la

acudió luego tan gran turba de confesores

ello el príncipe

1),

más apto de

«empezamos y concluímos en aquel

cuerpo de Genadio.

posesiones de

Í931 a 93

de Silencio para cenobio, y que

colocó reliquias de Santiago y san .Martín, sus patronos;

allí

tas

sin llevarlo a término.

designio de su maestro; y congregados los abades y con-

fesores de aquellos lugares, a

se reconstruyese

sitio

fué principiado, siguiendo sus instruc-

allí

asaltó a Fortis. hacia 930. la

Entonces Salomón,

la

elegido

en pro de su alma; lo que gozosamente oído por Genadio. santificó un en

la

(i).

tras otro, en su sede, luego

va dicho. Fortis.

reinando Ordoño

de congraciarse con

fin

uno

siguieron,

como

renunciado,

obispo hacia

la

demás eremitas dispersos por aquel yermo

Dos discípulos

hubo

obispos de Astorga,

o celdas de su contorno, cuyos Irades o

demás reclusiones

otra mitad, los

los

la vila

allí

vista la

aumentó su dotación con

cier-

mitra, en 9 de febrero de 937. autorizándole para

Ramiro.

A

los tres años, éste

último coadyuvó con más

orden monástico; separado un trecho, construí en memoria de Santiago un tercer monasterio,

que

se

llama Peñalba, y entre uno y otro, en

el

lugar que se dice Silencio, fabriqué

un cuarto oratorio en honor de santo Tomás». Efectivamente, entre Peñalba y

España sagrada;

(2)

Constru.\imus

Inchoavimus

et

t.

XVI,

p.

vocabulum,

explevimus

(Testamento de Salomón;

et

ubi

in eo loco

alium locum qui

225

ibi

manct tumulatum

quantum

España sagrada,

— 29

cruza

429.

illud (coenobium)... in

sancti lacobi aposioli

Corpus...

valle del Silencio

derruida ermita de san Andrés.

(1)

aptum

ret

la

el

t.



XV),

pietas

erat

ipsius

Domini

p. 435).

fundatum

el

plus

donni lennadi

iusit et

nunc appa-

LEÓN ofrendas, entre las que descuella, por conservarse aún. una cruz de azófar

con su inscripción dedicatoria

y hay referencia de otras dádivas de

(i),

fincas en el siglo XI: pero la vida del monasterio se pasó en la oscuridad.

Luego, consta su anexión a en

Resulta de

dicho alguna vacilación para fechar nuestra

lo

aunque dentro de

priorato suyo,

y acabó por reducirse a simple parroquia.

siglo XII (2),

el

como

Catedral de Astorga,

la

muy

límites

el

segundo decenio

la

mención secundaria que de

restringidos.

En

fundó y dotó

del siglo X,

efecto,

Genadio, corriendo

cenobio de Peñalba: pero

el

hizo en su testamento, postergándolo

él

de San Andrés, cuyo edificio cuéntase haber sido humilde, y sucesivos, hacen creer que,

si

a Genadio algo

debe de

se

ción, efectivamente, principióse otro cenobio en

món,

es posible

que en

desarrollado antes en

Salomón para cuanto

sitio

la



en

la

el

los

al

hechos

lo actual, ello

fué

Salomón. Bajo su direc-

a consecuencia de las iniciativas de Fortis v de

oratorio anterior de Santo

iglesia,

el

Silencio, quizá sobre el

Tomás: incorporado luego

a Peñalba por Salo-

obra definitiva tomase cuerpo un plan artístico

mas

Silencio:

la frase trascrita:

la

gloria de todo parece recabarla

«empezamos y concluímos en aquel

piedad del Señor otorgó y ahora aparece». Bajo una modes-

jactanciosa trasparentase aquí su bien justa satisfacción, viendo

tia casi

erguirse

el

edificio de Peñalba,

monumento digno

conmemorar

para

la

grandeza y santidad de Genadio, y cuyo mozarabismo resulta explicable, visto el

ambiente en que

jes laicos

se

movían aquellos obispos, rodeados de persona-

y clérigos con nombres árabes

cronología de nuestra iglesia entre acción

común

el

de Genadio y Fortis,

Astorga, en 931, y

la

(3).

En

resolución, puede fijarse

tercer decenio de aquel siglo, bajo la

el

acceso de Salomón al episcopado de

fecha precisa de su conclusión en 937. El oratorio de

San Miguel en Celanova, próximo en fecha y de tura,

como veremos,

Hoy

(i)

el

semejante arquitec-

monasterio ha cedido lugar a unas veinte casas, que se agrupan

Gómez-Moreno: Santiago de Peñalba; en

España sagrada;

censis ecclesiae prior tenens (3)

muy

garantiza, sin género de duda, estas conclusiones.

tellana de Kxcursiones; año Vil, (2)

la

t.

XVI,

t.

Boletín de

la

Sociedad cas-

p. 204. p.

monasterium

España sagrada;

el

485,

figura, en 1154,

sancti lacobi

XVI, págs.



donde

Pinnae Albae».

426, 432, 437 a 438;

226



un «Pelagius Astori-

t.

LXVIIl,

p. 326, etc.

FENALBA humildes en torno de su

iglesia, a

media ladera bajo uno de

los picos

de

la

Aguiana, donde puja un cuchillo gigantesco de caliza marmórea blanque-

que cuadra

cina, entre los pizarrales, al

sirvió de material para nuestra iglesia.

umbrío, que

vado

el

nombre, o

documentos asoman,

es el Silencio;

a

aunque no sepamos

más bien

si

las

La

un arroyo abundante, v entre

la

(i).

de Santiago consérvase hasta hoy en perfecta integridad,

iglesia

Ambrosio de Morales pudo

aun en

digna de ser vista que entre suscribe plenamente

preciosos que

testimonio de

la

antigüedades tiene España»

Edad Media

la

(2),

más curiosa y

(3),

juicios

moderna, reputándola como uno de

arquitectura de

que

los jalo-

rem(;ta conserva,

fuerza extraordinaria v personalismo de nuestro arte na-

la

cional entonces, y ejemplar

y láms.

las

la crítica

de

el siglo

«ser mirada y alabada su traza y fábrica»

llegando Sandoval a juzgarla de «obra mosayca» y «la cosa

más

tajos

supuesta de san Genadio. a que se

gracias a su excelente construcción, tan peregrina que

nes

los

cinco cuevas donde se recluían los anacoretas

antiguos, casi inaccesibles, excepto

ha facilitado un sendero

por tradición ha conser-

si

de imposición erudita moderna, sobre

es

del siglo X. Allí se desliza

man(j derecha,

designación de Peñalba. y que Córtalo por abajo un valle hondo y la

LXXXIl

a

mozárabe de

más potentes

los

(Figs. 108 a

1

10

LXXXIX).

Constituyela una sola nave, que mide

1

1

por

metros, dividida en dos

5

tramos poco desiguales, mediante un gran arco sobre columnas, v forman-

do cimborio

(i)

el

principal: sendos aposentos laterales

tancia es de

y hospedajes aceptables;

el

puede

ir

y volver

un día y con cierto desahogo, pues

unos 20 kilómetros. Ponferrada tiene estación de alquilar caballería

Puede también recorrerse en coche una gran parte la

acompañan, para

El viaje a Peñalba es factible en verano con relativa facilidad. Se

a caballo, desde Ponferrada del Bierzo, dentro de

licia

le

no

ferrocarril en la linea

será difícil, salvo en

del

camino y

el resto,

la dis-

de Ga-

tiempo de

trilla.

andando, aunque

ascensión resulte fatigosa.

En una misma jornada

es posible visitar,

además, San Pedro de Montes, yendo

desde Peñalba por camino casi llano y de magnífica

mente, hasta dar con

el

vista, y

descendiendo luego directa-

de subida, poco antes del pueblo de San Clemente; mas, fallando

alojamiento regular en estos

sitios, sería

necesario apresurar

(2)

Viage santo,

(3)

Fundaciones: San Pedro de Montes,

pág.

mucho

174.



227



f.

19 v.

el viaje.

Figs. io8 y .09. Santiago de l'eñalba: planta y sección longitudinal

PE N ALBA que dan forma de cruz

sacristías o celdas, la

entrada por

el

dos puertas franquean

al edificio;

tramo secundario, y en

hacia oriente y po-

los testeros,

aunque por

niente, desarróllanse capillas curvilíneas,

fuera disimulen su

redondez con macizos rectangulares, según costumbre: de círculo en su base;

tres cuartos

tado. V

como un

otra es en planta

arco peral-

ambas apean sus arcos delanteros sobre columnas tangenciales

muro, como siempre. De el

la

una alcanza a

la

estas capillas, la secundaria u occidental contiene

sepulcro de san Genadio, a

más que

mano

tapa de su sarcófago, y

la

al

al

derecha, no sobresaliendo del suelo otro lado yace un san l'rbano, abad

desconocido del monasterio, bajo tapa de dos vertientes. El haber sacristías o aposentos laterales venía siendo costumbre española desde tiempos godos

Comba

de Bande

—y

mas en

asturianas;

lo

— ejemplos

en San Pedro de

perseveraron sistemáticamente con

mozárabe leonés

este caso

una modalidad algo frecuente en

iglesias

Nave y Santa

ella las iglesias

de Peñalba es único. Res-

pecto de ábsides opuestos ya se habló a propósito de fué

la

la iglesia

medievales de

de Mazóte:

muy

varias

fechas, pero sin llegar a constituir regla, sino es en el Rhin, al parecer.

Su

presencia obedece, verosímilmente, a razones no litúrgicas; y en efecto, Lasteyrie apunta una bien plausible, afianzando hipótesis ya formulada:

de que

el

venerables

ábside occidental sirvió para contener sepulcros de personajes (i).

gelia) se hizo

Consta, en efecto, que

en 476 para

de

el

las reliquias del

bre santuario de San Martín de Tours

el

así los actos litúrgicos:

que

el

obispo Reparato: que en este santo yacía

cuerpo de

basílica de Zraia (2).

parece argumento definitivo; y

ramente en

lo

en áb-

que no interrumpían

y

así

también

otro, al costado dere-

Aquí en Peñalba

como hubo

la

repetición del caso

prohibición, mantenida seve-

antiguo, de sepultar dentro de las iglesias, quizá se ocu-

rriese la idea de añadir

un oratorio adherente

así

el

los

cuer-

pueblo rendía culto,

su declaración canónica de santidad.

(1)

L'Architecture religieuse en France,

(i)

Gsell:

Les

mismas, para

a las

pos de obispos u otros difuntos venerables, a que

previniéndose

el céle-

ábside occidental de Matifu, antigua Rusgu-

nia, junto a Argel, contenía sepulcros, la

de Orleansville (Ar-

la basílica

side especial y con acceso directo a los peregrinos,

cho de

la

monuments antiques



230

p.

70.

de l'Algerie,



t.

II,

págs. 222 y 342.

PENALBA LüS muros del

ediíiciu, y

aun sus esquinas, están hechos de manipos-

muy

de pizarra y caliza,

tería

(irme v entera: su grueso general es de

72 centímetros, y se refuerzan con estribos de otra tanta corpulencia, no

excesivos y bien puestos, revelando un concepto de su función

sabio que

do con

demostrado en Cataluña y Asturias anteriormente, y de acuerya vistos en Bamba; pero como este uso racional del estribo

el

los

también

se

observa en

posteriores del norte

que obedecen ello,

mucho más

la

lo

Gran Mezquita de Córdoba, en tanto que obras

desxirtuaron, queda realmente dudoso

las iglesias

de

Bamba

el

influjo a

y Peñalba en ese punto, no siendo

desde luego, atributo genérico de mozarabismo. El abovedamiento, general y con desahogo, da

y confianza en

métodos empleados. Las

los

de un gran dominio

fe

sacristías

y

el

tramo primero

de nave se cubren con cañones semicilíndricos, en proporción dupla alzado respecto de

la

planta, y con

moldura de arranque por tramo

o cimborio es

pero con desarrollo

dando

el

prototipo

tres

más

de

elevado,

formando cúpula

muy nuevo (Lám. LXXXVIII): romano

del serápeo de Tívoli,

vos, hace patente Rivoira (i);

ésta,

particularidad de extenderse su

muros, como en Bamba. El segundo

los

San Sergio en Constantinopla, por

y sobre todo, a

la

la

bizantino,

de gallones, recor-

es

cuya analogía con

al oct(í)gono sin

-el

de

alternación de cascos llanos y cónca-

también

cúpulas de Escalada,

se parece a las

sobre arcos. Sus gallones son ocho, pero lógrase

drado

modo

a

absidal de San Lorenzo de Grenoble, arrancando,

la

el

mediación de trompas

ni

tránsito del

el

como cua-

pechinas, con sorpren-

dente facilidad, ventajas y bello aspecto, pareciendo extraño que no se repitiera en edificio

que sepamos, en

alguno conservado, y

la historia

de

la

así

resulte único ejemplar éste,

arquitectura.

Compónese de

cascos

muy

cóncavos, cuya especialidad consiste en un desarrollo mayor de los corres-

pondientes a tir

los

ángulos, que nacen a nivel

más bajo que

de unos embrionarios saledizos, especialmente a

mas todos

los cascos resultan

la

los otros, a

parte de

la

par-

cabecera:

parejos una vez alcanzada su nivelación.

Por base de apoyo no hay, pues, un anillo, como en Escalada v otros ejemplares musulmanes de Andalucía

— desde

los

de

doba, cuyos actuales prototipos vemos en Cairuán

(i)

Le origini dclla Architettura lombarda;



231



la

Mezquita de Cór-

— sino

ñg. 343.

cuatro arcos

LEÓN adheridos a

los

muros, sobre repisas dispuestas en

los

rincones y con mol-

dura por guarnición: arcos que ofrecen de ventaja concentrar en los del

cuadrado

la

en cierto modo, independientes de propósito de Santo

empujes

carga, restando

Tomás de

a los

las cubiertas,

las Ollas,

según

LXXXIX),

nadas (Lám.

crucero de

el

se aplici) a b(')ve-

arcos.

iglesia ostentan

Las dos capillas de nuestra

sistema que. a

el

queda expuesto. En

mismo procedimiento de

ángu-

muros, y haciéndoles,

San Martín de Angers y mausoleo de Placidia en Ra\ena das baldas este

los

asimismo cúpulas gallo-

pero dispuestas sobre un anillo, con siete cascos y

porción semicilindrica, entestando con

el

arco de entrada que

la intersecta,

va que su altura mínima no permite voltearlas en redondo simétricamente, V

mismo sucede en

lo

evidencian

A

las

más

de Escalada,

sencillas, pero tan similares

coordinación artística de todo este grupo leonés de

la

excepción de

los

susodichos arcos de

la

cúpula y otro de

iglesias.

la

puerta

demás en

volteados en semicírculo, todos los

septentrional, por dentro,

que

Peñalba son de herradura, según tipo musulmán, sobresaliendo como especialmente significativos

y

LXXXIX)

nas

el

y

LXXXVI), que

ble,

como en los seis arcos más obra segura del mismo artífice. En estos

el

descentramiento de líneas de

haciendo alargar

la

arquivolta es

más que

los

muv

percepti-

salmeres, según

Escalada y Mazóte. Su trazado y proporciones coinciden

trasdosados por moldura reservan

metro en su flecha o altura

la

medida

la

típica

— tres cuartos del diá-

curva del trasdós, resultando recre-

aun algo más

tronque cordobés y precisamente

X, notándose que estos arcos

siglo

el

— para

cida hasta cuatro quintos, y

califal

a veces, la del intradós: el

en-

de este grupo de iglesias queda

ello patente.

Los arcos

lisos

tantes del edificio

la

la

cla\e una cuarta parte

con normas cordobesas usuales en

vera

moldura guar-

trasdós de su rosca, exactamente

se hizo notar en

con

entrada principal, por fuera (Lámi-

la

llevan alfiz o recuadro y otra

antiguos del pórtico de Escalada,

ejemplares

LXXXIIl

de hacia oriente (Láms.

la capilla

y los dos gemelos de

LXXXV

neciendo

de

el

la

no descentran su dovelaje, pero en

las tres

— sacristías y entrada septentrional (Fig.

susodicha proporción de

los

1

1

puertas res1)

— perse-

cuatro quintos. Los demás aliénense a

regla general de tres cuartos, o sea excediendo su flecha en

una mitad

del radio al semicírculo, y con desarrollo de dos tercios de circunferencia



232



PEÑAI.BA

la

además incorpurado con

rosca. Dichas puertas llevan

también

repetirse en Escalada;

vimos

forma aquellas concavidades

Bamba Luz, como

y en

en Mazóte y Cristo

de

dicho.

En cuanto

la

al

usaba en r.órdoba durante

coiikj se

arranque de su duvelaje,

las

el

intradós,

en los

impostas

ÍX y arcos grandes, el

sif^lo

observadas en esta última

laterales

el

iglesia,

el

va

despiezo

siempre, sin clave y empalmadas alj^unas dovelas es radial

de

los arcos

ternan con

arranques hasta metral

desde

pero la

/

como

las enterizas,

Mazóte;

en

mayores, que al-

los

línea dia-

juntas son hori-

las

zontales, variando en esto de lo

acostumbrado en

sias anteriores v

Su labor

bés.

lo

cordo-

muv

cuida-

en

favoreciendo para ello

dosa, el

es

las igle-

excelente

material

calizo Fig. III. Peñalba: puerta septentrional

que

Peña alba deparaba.

la

La puerta principal

es

muy

digna de alabanza: sus dos arcos gemelos,

sobre columnas, son novedad usurpada de

exactamente

la

misma

las

ventanas, pues ellas repiten

disposición, forma v juego de molduras en

la

.Mez-

quita de Córdoba, Tornerías v torre de Santiago, en Toledo, y torre de

mezquita de Abentulún, en ble.

Cairo

(i),

obra de

de

las sacristías se

las

Sobre

el

(i)

arqui-

adaptan por dentro robustos dinteles o

madera que hay en todo

el edificio.

la

nave, descargándolo y con

principalmente, ábrese otro arco de herradura,

que hav en

los

cuyas

planchas

arco medianero de

otros tales

alféizar, en

madera (Lám. LXXXVIl). A

hojas de

con quicialeras para dos hojas, única

el

Cristo de

la

como

fin

decorativo

ventana, similar de

Luz. en edificios de Oriente y aun en

Velázquez Bosco: Medina Azzahra;

— 30

mano cordobesa induda-

Por dentro cobíjales otro gran arco, sirviendo de

impostas enmangaban llos

el

la

233



fi^.

4.

I.EON

lo

románico. De ventanas, son adinteladas v sin derrame

de

las

los ábsi-

des, provistas de celosías de mármol antiguamente: resultan derramadas

hacia adentro, desiguales y algo descentradas

las

cuatro de

mantienen señales de travesanos a sus lados, como para

nave, que

la

reja o vidriera; e

igualmente, con derrame amplio interior y recortados en forma de herra-

dura sus dinteles,

los tragaluces

Constituven decoración

apeando

la

de las sacristías.

más

nueve columnas,

rica en esta iglesia

principales arcos y tangentes a sus jambas, a las que no se

los

incorporan sino

los

mármol

cimacios. Su material es

manchado

blanco,

de gris parcialmente, llegando hasta ofrecer intensas vetas negruzcas en

gunos fustes, sobre todo; exceptúanse

los

son de granito y algún tanto ahusados. Las

muy

pero con su escota

basas mantienen

tres nácelas, ya

una sobre otra directamente, ya interpuestos menudos

somera como de contarlo, da, Hornija,

puerta,

e iguales a los registrados

Bamba, Sahagún y Rueda (Láms.

muv

son corintios,

el

tipo ático,

desarrollada, juzgando por las de la puerta, únicas

Los cimacios llevan dos o

visibles del todo.

al-

grandes del arco medianero, que

uniformes entre

XC

en

cabalgando

boceles, con labor

el

pórtico de Escala-

y XCI). Los capiteles

variando sólo ligeramente

sí,

menores en tamaño, y apenas

de

los

la

difieren de los de Escalada, en su

tramo primitivo de pórtico, asegurando un absoluto sincronismo entre

ambas

obras, pero con alguna ventaja de arte en los de Peñalba: talla a

biseles, estriados caulículos, collarino

caracteres: los

mismos

.

Pieza decorativa de

celosía de

tros, es

ridas a

la

son sus

'

mucho

valor,

mas desgraciadamente fragmentaria,

ventana del ábside occidental. Mide 129 por o'56

de caliza blanca, y no restan sino él,

etc.

tantas veces expuestos, analizando series análogas,

en este capítulo.

es la

sogueado, bizantinismo,

el

me-

cerco y algunas partes adhe-

sobre todo en lo alto, formando composición de tallos ondulados

y hojas a biseles, con arte similar al de los capiteles susodichos y pretiles

de Escalada (Fig.

1

12).

rativas, cuales son las

de

las sacristías,

gura al

113);

y

el

Igual concierto muestran las restantes piezas deco-

repisas

del

cimborio

e

impostas de

compuestas de nácelas escalonadas, como

m oíd u raje

de

los

del pórtico de Escalada (Fig.

arcos que 114).

234

cimacios (Fi-

llevan, a bisélese idéntico

Las cornisas son simples

cuadrados.



le

los

los arquillos



filetes

PENALHA Otro elemento de estudio son

It^s

lones. más galanos, pero semejantes

aleros del tejado, con sus

de Escalada y Hornija. Desarro-

a los

curva de nácela sus enfilados

llan

número de

baquetones, en siete,

con

de seis pétalos

llores

rueda helizoidal, generalmen-

la

adaptada

te

seis u

y adornan sus costados cir-

culillos

o

modi-

baquetón superior,

al

de doble corpulencia que los otros,

además

V

acompañarles

suelen

modo

unos trazos picudos, a cuernos (Fig.

ii5).

de

Muchos modi-

han desaparecido, sustitu-

llones

yéndoles rudas lajas de pizarra, y las sacristías

tal

nada se conserva de

go,

forman tejado

clavadas sobre

Fig,

1

ventana del ábside occidental

12. Peñalbu:

y capilla occiden-

en

ellos.

Lue-

losas pizarreñas,

maderos

livianos,

conforme

al

constituir

armadura. Por último.

en

la

capilla

uso del país, y sin

mayor y

sacristías so-

bresalen del muro, un metro por debajo de su cima, unas canales o gár-

muy

golas,

pequeñas y

agua llovediza

lisas,

que probablemente servirían para verter

filtrada hasta los ríñones de las bóvedas,

recalos:

también

diendo a

los

Santullano de

alto sus iglesias, a partir de

Prados.

los

Consérvanse por

acá otras dos gárgolas primitivas, notabilísi-

mas

e inéditas: la

una en

formando cabeza de Mérida,

muy

ros y con I

I

3.

el

Museo de Oviedo,

león, y la otra en

larga, llena de

el

de

adornos bárba-

un rostro humano.

Rodea Fig.

el

edificio

un miserable

portal cu-

Impostas de

las sacristías

bierto.

quc

sirvíó

el

de

hay en Asturias, pero ctjrrespon-

las

aposentos de refugio que suelen

más

llevar en lo

en evitación

de

235

cementerio,



dejando

LEÓN libre

sola-

mente

la

cabecera: y a

los

álzase

des

pies

una

mesu-

rada espa-

daña, desfigurando

las líneas exteriores pri-

Por dentro, su encalado y pintura modernos le afean: en tiempo más lejano mitivas.

fueron pintados los arcos

al óleo,

rectificando

algo su despiezo con líneas oscuras; las pare-

des tenían enlucido blanco, y en occidental percíbese un zócalo rojo Fig,

1 1

Peñalba:

5.

modillón del alero

La

SO.

solería

era de losas de

pizarra

que

sobre

,

alza

se

entarimado madera,

de

sin de-

visibles

jar

un

las

basas de las co-

lumnas. mente, de

es

Final-

digna

atención

la

pila para agua bendita,

quizá

coetánea del edificio:

hecha de

mármol gris con vetas negras, mi-

de

I

'06

metros,

-t^

por o'yS figura

Fig.



1

16.

Peñalba: pila para

236



^7- el

agua bendita

-

la

capilla

muy

ter-

"

-

^

^

PENAI.BA una artesa por dentro y guarnécela exteriormente por tres ladus robusta moldura de gorja. Pudiera ser una coronación de pedestal romano apro-

más

vechada; perú todavía choca

soporte, alargado también,

el



ensan-

chandi; progresivamente por sus caras largas, conforme sube, y cun unas X

\

r^

^

ir\

"ff-^ r^^'=f='

v

v



,5

niuescas inexplicables abajo

%é-

^-t^

thiCPfeTROHAWS Fig,

1

_ - ,. 17. Penalba:

-

.

.

.

epitaño grabado en

«La

mil CONSECRAAESTOCECL A wJL

«.

tancias.

t

consagración

IHHOHORE.SCllACOBIApIlETpkiRf/^CJy •*

Fig. iiQ. Peñalba:

en

'

aunque abunden casos de

mexplica-

consagradas tardía-

iglesias

mente. Desde luego, un criterio cerrado legitimaría conclusión:

mas no creo

mucho más

antiguos vimos grabados en

defensible

hipótesis.

tal

tectura leonesa usual era iglesias

la

entonces su

fijar

muchos años

románica, puesta de

moda

por

de San Isidro de León y Santiago de Compostela:

del edificio:

antes, la arquilas

así lo

dos famosas

acreditan, en

Bierzo mismo, San Esteban de Gorullón, reedificada de 1093 a

el

portada netamente compostelana; San Miguel, en ría

cia

de Bisbayo, aun más vieja probablemente; 1

108; las

en Laciana,

la

misma

la iglesia

villa:

100.

con

Santa Ma-

de Cacabelos. de hay,

Más aún, tenemos en

cronología admitida: v otro tanto significa

más

estos edificios

el

a norte,

oratorio de

e

incontrovertible, en favor de

la

abundancia de caracteres co-

mozárabes leoneses arrojan, con fuerza definitiva

para quienes alcancen noción de nuestras evoluciones artísticas.

(i)

1

de Robles, consagrada en 1090. Ninguna de estas iglesias ofre-

Celanova un argumento de analogía, positivo

munes que

la

de San Martín de Salas, Carracedo y Espinoso,

ce puntos de contacto con Peñalba.

la

el

Letreros sepulcrales

mismas piedras

las

sobre todo, a principios del siglo XII v aun

y,

io5 resul-

I

memoria de consagración ta

ble para nosotros,

Esta

Bol. de

la

Soc. Casi, de Kxcursiones; año

-

238

-

Vil, p.

204.

SAN MIGUEL DE CELANOVA Ingrato

cuando

es,

se desea reconstituir U) antiguo,

no hallar delante

sino un nombre, una fecha, sequedades inexpresivas y vacías de sentido espiritual: pero es

más

dar con historias hechas que, ante

triste

de contradicciones y convencionalismos, se

quedando

sólo en pie las

costumbre. Es siglo X,

el

que ante

mismas

caso de san

nombres

fechas,

Rosendo,

en vez de

la crítica,

hace

la

necesario

conflicto

el

desvirtuar,

e insustancialidades

de

gran figura de Galicia en

el

salir vivificada, se oculta

y escapa,

dejándonos percibir sin embargo un aroma de algo bello y sensible.

He aquí

lo

que

al

parecer hay de cierto, en

lo

que nos atañe, de

la

figura histórica de Rudesindo: Él era hijo mayor de un conde

(Juttier

Menéndiz y de ilduara. emparentados con

que

los reyes leoneses (i),

les

favorecieron con señoríos v fincas en varias comarcas, especialmente Galicia.

Coimbra, Zamora,

cuando Guttier donó

Años

etc.

llevarían de casados ios condes en 912,

a su esposa varias propiedades y, en

compensación de

gananciales, asignóla dinero y siervos de origen moro, ganados probable-

mente en expediciones guerreras que tierra

tición

portuguesa

Falleci() él

{2).

fueron confiadas,

la

herencia de su madre, aun viva. Según

Geloira.

(1)

la

hija

de Ramiro

II,

le

V.),

Alfonso

la

V

la

llama tío suyo: y

como

naturalmente, entre sus respectivos padres, de Alfonso IV y de

como duque,

(3).

entrando en

decía que (Id.;

ella

tradición del siglo XII.

el

mismo

parentesco había,

declaran cartas del susodicho Ramiro,

hermana de ambos. Scemena (Becerro de Celanova,

genere de propinquis erat»

en

en 934, y entonces Rudesindo hizo par-

de bienes con sus cuatro hermanos restantes

también

y 174

le

fs.

37, 74 v.. 173

conde Hermegildo Menéndiz, padre de Guttier, «regio

el

4

f.

v.

— Yepes:

t.

V, escr.

El

v).

entronque

real, sin

em-

bargo, no resulta definido. (2)

Becerro de Celanova;

quantumcumque ganare

potuero que usque ovitum

quod

te

per legem

medietatem (3)

f.

valui de

meum

ig8: «Aditio etiam tibi per

qua dote

in

de munificentia regis de preda vel de ex aliquo ganato

gotorum non conpctebat tam

tibi et posteritati

tue

Becerro de Celanova;

f.

hanc scripturac donationis

coniugio copulavi vcl ganare aut aucmentare

in

argento

in

scrvos de origine

dono atque concedo.» lóó

v.

Su



fecha, a

239



1

1

de marzo.

maurorum

LEÓN Rudesindo

habí¿i

GAl^lCIA

:

nacido en Monte Córduba, junto a Salas, donde Ilduara

hizo construir una iglesia de san Miguel

cumentos un

im

Figs. 144 a 147. Lebeña: modillones de los aleros

nos, pero copia exacta, con toda su prolija decoración, de los antiguos.

Son

éstos de tipo leonés,

como

los

de Peñalba, por ejemplo, con cinco

lóbulos, generalmente, y aventajando

adornan sus costados

las

el

superior en corpulencia a los otros;

usuales ruedas en espiral y flores de seis pétalos,

pero además, hojas, tallos ondulados,

más

flores, lineas

quebradas,

etc.,

con poco gusto y labor mezquina, que recuerda cosas de Asturias (Figuras 140 a

147).

Por solera de estos modillones, cuando van dispuestos

horizontalmente, y a

(i)

modo

Conservados por su

de frisos bajo

hijo, D.

los frontispicios

de

Leopoldo Torres Balbás, y puestas por

ción nuestra.



279



los hastia-

él a

disposi-

CASTILLA corren fajas llenas de adornos también, armonizando con

les (i),

friso del

arco de

la capilla

mayor,

a

que

se aludió arriba (Fig.

otro

el

Su

148).

decoración forma ondulaciones jas,

acompañadas de ho-

y alguna vez aspas a

biseles enfiladas (Figs. 149 a

con

154),

la

particulari-

dad de que cada pieza va rebordeada y que unas a otras se

f

MiV^^i*-""^^

^SSBS^BSS^S

T"^

l1l^Ml^|(¡»lll[^j^j|[y||||lH| llllllu^||!l:l(lllltllll^lllMllll ll^|||||[|lllllJlll

Fig. 148. Lebeña: friso de

encima

III

lili ijiii|iiil lli

del arco toral

yuxtaponen a ca-

pricho, sin enlace ni continuidad.

En

partes no removidas

y en gran parte ocultos

los

res-

la

NE. (Lám. CV), vense

tauración, por ejemplo al costado de la capilla de

remetidos

cuando

modillones, probando que alguna

vez

redujo

se

aleros

estos

el

vuelo de

bajos,

para

su

mayor seguridad, probablemente. Líneas de modillones, corriendo oblicuamente los frontispicios ^i^ij'^i

tal

como

se

sobre

y sin solera,

ven aquí en Le-

beña, chocan, por desvirtuar, !¡|l|IUini1imi¡li¿nillliminiinilimlll.||_limiiiMil/lillUlin,iililuim.»i

quizá, un principio de gran lógica,

guardado en todos

edificios del

sobre

la

los

grupo mozárabe,

razón deque

el

alero

sirve para echar afuera

las

aguas, y que éstas no se de-

rraman sino por

la

base del

tejado. Antes de la restaura-

ción estos frontispicios iban

desprovistos de voladizo o Figs. 149 a

(1)

I

52.

Lebeña:

frisos

llevaban sobre rudos pedrus-

de los aleros

El de hacia poniente, abajo, fué añadido



280

le

cuando



la

restauración, para embellecer.

LEBENA eos, por efecto de

de

la

alguna reforma (Láni.

nave central, intactos

probando que

el

(]).

Todavía

los aleros laterales

parecer, rematan sin modillones de esquina,

al

vuelo no se extendía por

los hastiales,

de acuerdo con

lo

observado en Peñalba, Escalada y Moroso. Todo hace presumible un desacierto en

restauración, y sería plausible restablecer

la

puso mano

en ello ligeramente

La conformidad entre

lo \iej(j,

ya que se

(i).

esta iglesia de

Lebeña y

las

mozárabes leonesas

queda evidenciado, y no hay que insistir en ello. El prescindirse de estribos denota una mayor fijeza en las teorías bizantinas que sus hermanas de

Bamba

de

las capillas

to inicial

y Peñalba. Los tres arcos re\elan qui/.á un inten-

de seguir otro rumbo, dan-

medio punto. Quizá

do preferencia

al

un

educación limitada,

artista de

el

autor de sus hermosos capiteles acaso, inlluído por constructores mozárabes,

produjo todo

el

edificio,

eludiendo

bóvedas complicadas y sutilezas de estereotomía, en lo que

él

desmerece

ll!|l||l|l!l!li!lllfllllllMtil^

sensiblemente. Respecto de cronología relativa, el cotejo les

con

ambas

series, contra la

Mazóte,

etc.,

y 154. Lebeña:

frisos

de los aleros

de estos capite-

de Peñalba y su

los

Figs. 153

fijeza

dentro de un tipo, característica en

exuberancia de variaciones en Hornija, Sahagún,

hace presumible que interviniese un

mismo

artista

en ambas

obras, y por consecuencia su proximidad de fechas, con precedencia

de Lebeña

do con

más

bien, es decir, hacia 930; y ello va perfectamente de acuer-

los datos

que poseemos del conde Alfonso, edificador suyo.

Respecto de éste cabe sospechar bajo

la

si

seria

Magno o de heredados y de nombre

protección de Alfonso

mención de bienes

el

un noble

PJn

los

adjuntos trazados

se

forastero, acogido

Froila su hijo. El no hacerse

patronímico:

rencia de amigos, que contribuyeron a su auge;

(i)

el

la

extraña refe-

nombre de

Justa, su

ha hecho abstracción de estas innovaciones, que

fotografías acusan ampliamente.

Más reproducciones fototipicas publicó

en su monografía descriptiva de

la

restauración.

281 36

la

el

las

señor Urioste,

CASTILLA esposa, extraño en

de figurar

la

región de norte v ratificado de andaluz por

santas sevillanas Justa

las

iglesia, V la dedicaci'jn al

dad de

las titulares

hecho

el

de nuestra

santo cordobés Acisclo de una serna, propie-

mismos condes, parecen

los

Rufina entre

\'

indicios ajustados al caso, tal vez.

SAN ROMÁN DE MOROSO más hacia

TJn poco

de Europa, en influjo

so

el

oriente, lejos ya del

mozárabe leonés en Cantabria, mucho menos si

metros hacia norte

la iglesia

lavega en sentido contrario

Román

la

margen derecha

del río Besaya,

de un valle cubierto de robles, y próximamente

encumbrado que Bostronizo,

de Moroso, dado

lo

al

mente con sus anejos, entre

lugarejo del que dista pocos centenares de

en cuestión, y unos i8 kilómetros de Torre-

tardía

conocemos de

de Silos por

la

que figuran

los

este

monasterio de San

reina Urraca, en 1119, juntala iglesia

de Santa Leocadia

de Bostranigo, campos y dehesas

(2),

permaneciendo, hasta

menos, como priorato de Silos

(3).

Debió quedar abandonado

lo

cuando

(i)

la

las

la

Desde

la

estación de las Fraguas, en

ruina de Moroso queda

pendientes (2)

allí

muy

la

cerca de

la vía férrea,

a

puede

arriba.

irse

En de-

norte de las Fraguas; pero

son enormes, y los senderos, difíciles de reconocer. regis Aldefonsi regineque Constantie

cartam... testamenti... ecclesie sancti Dominici... monastcrii vidclicct sancti est in Asturiensi patria et

minatum BostranÍ90 (3)

a

el edificio

línea de Falencia a Santander,

una media legua hacia NE., cuesta

«Ego Urracha... Ispanie regina

Moroso quod

XIV

el siglo

exclaustración; desapareció su tejado y armadura, cayéronse a

a Bostronizo fácilmente, pues sólo dista

recho,

mismo de

(i).

documentación

Sólo

significativo y valio-

bien no aparece clara una derivación

presumible del mismo. Existe sobre lo alto

los Picos

apacible valle de Iguña, consérvase otro testimonio del

que Lebeña, pero congénere,

hacia

nudo montañoso de

et

cum

D. M. Ferotin:

cum

suis ecclesiis...

cum

filia...

Romani de

suo rure nomine preno-

sua defesa... Facta carta séptimo calendas aprilis era

Charles de Silos,



282

p.

43 y otras.



fació

i

iSy.»

MOROSO pedazos varios miembros, y

amenaza la

asi está,

perdida en medio del monte y con

de seguir arruinándose: su propiedad parece que corresponde a

parroquia de Bostronizo en calidad de ermita.

tamaño

Por

(Láms. CVIII

y disposición este monasterio es de

CX;

a

i55 y

figs.

i5(3):

nave, con una

los

más humildes

sola puerta hacia

norte, y capilla casi cuadrada, en el testero, le constituyen; aquélla

6.30 por 4.50 metros y tuvo

capilla

por

3.36

de madera a dos aguas, y con has-

por consiguiente;

tiales,

la

armadura

mide

no

pasa de

3.20

metros,

conservando arranques de

bóveda

una

cañón

semicilíndrico,

hundida, ángulo

con

de

testero

todo

la

el

^¿v^^^^^^^^^

quizá

SE.,

por culpa de

daña,

de

espa-

erigida sobre su Fig.|i55. S.

durante

Román

de Moroso: planta

pe-

el

ríodo románico, al parecer,

con dos arcos a

í

medio punto y moldurajes

en chaflán (Lámi-

na CIX). Si se

exceptúan

al-

I

gunas grandes piedras en

la

J

base del edificio,

su aparejo es todo me-

nudo, con

sillares

cuyo

grueso no excede de 30 centímetros, y descien-

Fig. i5ü.

Moroso: sección longitudin.il

de hasta casi una mitad

en ciertas hiladas. Sin embargo,

las

esquinas ofrecen apariencia de

grande, por llevar sus piedras asentadas sobre uno de

como

los

sillería

cantos largos,

en Celanova, por ejemplo, y así ofrecen superficies de hasta 107

por 63 centímetros, alternando con hiladas de otros sillarejos tendidos, 283

CASTILLA

Fig. 157.

Moroso: aparejo de su

para encadenamiento de

Puede observarse que mientras

los

la

obra,

ello fué

ángulo de NE.

capilla en el

con bastante buen orden (Fig.

iSy).

asentado a hueso, es decir, sin mortero,

paramentos de hiladas estrechas

solas llevan tendeles de barro

V núcleo interior de pedruzcos, sistema difícil de explicar racionalmente y

cuyo mal resultado ruina de

la capilla.

se

El

denuncia con

material

la

es piedra

arenisca, semejante a la de Lebeña, y su

labra se hizo a punta de cincel, difiriendo

sensiblemente de ría,

más

lisa,

la

sille-

denota que se labró a boca

Quedan

de escoda.

espadaña, cuya

vestigios de

miento por dentro, de color El cañón de

revesti-

rojizo.

bóveda susodicho

era de

también, arrancando, pero sólo

sillarejos

en su costado derecho, sobre imposta de bisel.

en Fig.

1

58.

Moroso: ventana del testero

Al

mismo

forma

de

Ventana, y



284



lado hay una credencia,

nichito;

más

Otra igual en

el

arriba,

una

testero,

am-

MOROSO derramadas

bas

hacia

adentro y provistas de su losa correspondiente, calada en forma de arquillo de herradura,

que

angosta por abajo y

al

exterior diseña una es-

pecie de cruz íFig. i58).

dos

Otras

como

ventanillas,

ábrense

saeteras,

hacia sur en

nave, y

la

una más sobre toral, bien alta,

do con exceso de Fig. i5g.

(Lám. CX)

de

es

Moroso: arco

toral

arco

rebasan-

el

trasdós

colindante bóveda.

Este dicho

con

herradura,

la

el

arco toral

la

prüpürci(3n máxima observada en Mazóte, Peñalba, etc., es decir,

excediendo

en tres quintos del radio su flecha al semicírculo; apenas puede considerarse trasdosado, por a

tramos

desigualdad que con

recorta su dovelaje hacia

se

despiezo aseméjase

lo alto,

y

ciertas

obras

el

la

bárbaras,

al

de

especialmente

de Cataluña y puerta de Escalada, pero llevando las divergencias hasta

que

creíble

se

hacer

procedió sin regla alguna,

y cerrado sin clave, mediante una pieza

que

siquiera guarda simetria; desde

ni

luego, no hav junta alguna en direcci(')n radial,

yendo todas a puntos más

excepto

las

altos,

dos primeras que son hori-

zontales (Fig.

1

59).

barismo arrojan

las

Otro indicio de bar-

impostas

o

cima285



Fig. 160.

Moroso: imposta del arco

toral

CASTILLA cios del arco

mismo, que, remedando

desarrollan sino chaflanes oblicuos en

vuela completamente

al

aire

Fig. 161.

falta

la

usuales nácelas escalonadas, no

número de

molduraje,

su

siete (Fig. 160).

y aun

al

Ahora

izquierdo

lado

Moroso: modillón cabero

jamba monolítica; pero

lumna que

las

la

conservada mantiene rastros de co-

se la adhería tangencialmente,

según costumbre. La puerta

de entrada fué otro arco igual, con impostas idénticas y

de columnas

falto

también; pero se

le

desmontó

con

intención

una

finca próxima,

allí

al

de llevarlo a

lado en

y yacen

montón sus

piedras: bien hubiera el

culpable

hecho

reparar

en

el

daño, asentándolas de nuevo.

<

Respecto

286

las

columnas,

fácil

hallarlas en

algún edíficio dc

las cefcanías.

quizá sea Fig. 162. Moroso: modillón de la nave

de

MOROSO Un

último orden de miembros importante son

formaron

que

las alas

de su tejado, en

rematando

los hastiales,

ambas

los

modillones que

vertientes de norte y sur, puesto

como va

en frontispicios, carecían de ellos,

dicho. Son del tipo leonés usual, con cinco o cuatro baquetones, casi iguales entre

lo

sí,

que será indicio de

cierta

posterioridad, según las

enseñanzas obtenidas en León, y a sus costados llevan

las

ruedas y flores

de costumbre, pero desgarbadas y sin primor alguno (Figs.

i6i y 1G2).

SAN JUAN DE SOCUEVA Un la

Maximiano Regil

artículo de D.

con todas sus deficiencias,

(i),

es

única información que alcanzamos respecto de este modestísimo san-

cuya asimilación

tuario,

comprobaciones

grupo mozárabe parece verosímil, aun faltando

al

históricas.

El valle de Ruesga, en las regiones orientales de la

de Santander, tiene, hacia su parte sur y

man Socueva,

elevada,

el río

Asón, y dominado por

es de caliza gris floja,

la

provincia

un barrio que

adscrito al ayuntamiento de Arredondo, por

cerca de sus fuentes

Juan. Ésta

más

misma

altísima

lla-

donde corre

peña de San

que da lugar a una porción de cuevas,

y entre ellas una se transformó en ermita, con título del santo Precursor. Es, pues,

una gruta natural,

muy

mientos por muretes de mampostería, y neras (Fig.

163).

Constituyese

así

pequeña, dividida en compartila

alumbran escasamente dos

una especie de nave y una capilla

redondeada, mediando entre ambas una de

mando arco de herradura, bisel V

como

muy

credencia, y

(1)

na

todo ello

Boletín de

rústico

allí

la

se

tro-

las

susodichas paredes, for-

de 80 centímetros de luz, con impostas a

(Lám. CXI). En

conserva

el altar

la capilla

vese un nichito,

primitivo, de piedra arenisca,

Sociedad Española de Excursiones, tomo

189.



287



IV, pági-

CASTILLA formado pur un soporte con ochavas algo cóncavas v

tablero, de 5o centí-

metros en cuadro, chaflanado por abajo. Sirve hoy de base a una imagen relativamente moderna.

La

capilla redondeada,

como

los

ampliamente desarrollado, y aun

el

ci(')n.

ábsides leoneses: altar justifican la

traza del arco,

la

susodicha atribu-

pudiendo creerse que

se trata de

ermita del siglo X, análoga a

morus,

la

las

de

una

\ illa-

Cogolla y San Pedro de Rocas,

justificando las referencias de monasterios

rupestres en aquel siglo, donde los ereFig. 163.

mitassc rccügían para

S.Juan de socueva: planta

A-xi

vivir santamente.

'

.<

SAN MILLAN DE LA COGOLLA L

Emiliano

'

gados ocios por le

o Millán fué un pastor de ovejas, que entretenía sus oblilos

exaltaron hacia

montes pulsando una especie de la

Divinidad, arrastrándole

al

cuyas melodías

cítara,

cultivo de su espíritu,

bajo las enseñanzas de un famoso eremita llamado Félix. Volvió luego a

villa

Vergegio, su

jóse hasta lo casi

patria, desde

más escondido de

cuarenta años. Por

fin, el

donde, mal avenido con

la sierra

vecina, pasando

de Vergegio; mas

el

le

tal

la

puso a regentar

santo varón, atento a ejercitar

do necesidades, disipó de

en

soledad

obispo de Tarazona, deseoso de aprovechar

sus virtudes, forzóle a ordenarse de presbítero y sia

allí

las gentes, ale-

la

la igle-

caridad socorrien-

suerte los intereses temporales que

le

estaban

confiados, que su clero se alzó en quejas y fué depuesto del cargo. Retiróse

entonces a su antigua morada, cerca del lugar mismo, donde tenía un oratorio: allí

acudían enfermos y endemoniados, buscando

su palabra, hasta que, enfermo y decrépito, ciertas vírgenes

un años cuando Su

consagradas falleció

al

la

virtud eficaz de

hubo de recogerse en

Señor, alcanzando

la

casa de

edad de ciento y

en 574.

vida, escrita por san Braulio, sobre testimonios de personas

2»»



que

LA COÜOLLA trataron a Emiliano

ha dado motivo para pr(jclamar

(i),

gloria de su

la

nombre; pero también para discusiones violentas, fraudes y recelos deplo-

que aun padecemos. Una

rables,

de esta contienda,

fase

de que

la

santo

el

hubiera sido abad y benedictino, cesó ya de merecer sostenerse; otra cuestuvo últimamente un campeón decidido,

tión, la geográlica,

guella

rebatiendo, a favor de

(2),

Min-

P.

el

tradiciim y con éxito, las pretensiones

la

aragonesas, que formulara con su vehemencia natural D. Vicente de Fílente to, el

(3).

Es cuestión resuelta, y más

no alegado que yo sepa, sobre santo hizo vida eremítica.

el

como

acredita

mucho más

diciendo: «Dorius nascit in Dircetii montis»

brióse

dominante sobre

sierra

la

montaña misma donde es llamarla Distercio; el P.

Minguella, dicen:

verdad: un pequeño tratado geográfico,

la

inserto en códice de 932, pero quizá

cación con

la

Lo común y moderno

y ésta es

(4),

toma por base un argumen-

nombre de

pero los códices antiguos de Braulio, «Dircecii montes»

se

si

antiguo, lo menciona,

modo que

de

(5),

Cogolla es indudable.

la

sa en esta forma:

DERCETIO SACRVM

cia epigráfica del

monte Teleno, como advocación de Marte

Entre

(i)

tellana:

la

(6),

el

que

Fundaciones,

se avalora

con

el

citada, pág. 223.

La misma forma empleó, en

nando, poco alterada en «montis CirceCii» (Esp. sagr.,

(ó) III, p.

nomina locorum

vel

occidontalcm partem, cadit

131, y

t.

in

mare oceanum,

inscr. lat. II, núm. 5809.

IV,

p.

1

más

siglo Xii, el

(8)

Suscripción del cod. Emilianensc

como l.

— Bol.

monje Fer-

L, p. 366). B.),

f.

Ó9

v. a 70:

currit milia

de

la

CCCLX.»

Acad. de

la

Historia,

V,

f.

vol. II, núm. 293.

núm.

do en 946: «Gomesani abbati sancto Emiliano

Corónica,

el

respetables.

1.

Additamenta nova ad Corporis

Albelda de gSo figura

(8).

cursu ribulorum... Flubius Dorius nascit in Dircetii montis,

(7)

(Yepes:

t.

el

Códice miscAáneo del Archivo histórico nacional (ms. 1007

Corpus

X

pro-

Toribio Minguella, en

y la de Fr.

cotejo de dos códices, los

Obra

et defluit in

el

ediciones de este opúsculo hay dos, seguidas de traducción cas-

las varias

de Sandoval, en sus

(4)

«Incipit

y

siglo

San Millán de la Cogolla, libro que se publicó en 1883. España sagrada, tomo L, pág. 2 en adelante, y folleto posterior.

(5)

descu-

se expre-

(7),

(3)

(2)

25,

en

la

Academia de

Dircetii monesterii».

la

Historia, fecha-

— En

un diploma de

confirmante: «Stephanus Dercensis abas de sancto Emiliano» 436

v.).

— 37

Allí

recordando otra referen-

Cogolla se apellidaba Dercensis en

la

libro abajo citado, p. 213,

t.

su identifi-

una piedra, con inscripción romana votiva, cuva dedicación

pio monasterio de

la

289

-

CASTILLA Las otras concordancias topográficas, sobre

Vergegio será Berceo, distante un kilómetro de

tad:

no entrañan dificul-

esta base,

CogoUa

la

«Castellum Bilibium», donde Félix habitaba, es hoy

el

a cuyo pie se desliza

cómo

el

dose sus linderos,

No

Ebro

el

consta

falta

como

si,

entrar en

al

pueblo del santo caía en

la

peña de

Queda

Rioja.

la

la

tan sólo, y Bilibio,

sin explicar

diócesis de Tarazona; pero, ignorán-

base para discutir sobre ello.

pasó en Montes, respecto de Fructuoso,

ejemplo

el

de Emiliano tendría imitadores, que organizasen vida monástica en aquel

mismo

paraje antes de la invasión

dicada

al santo,

según

bas,

el

donde

Ni aun consta

hubo de-

mas nada sabemos

la

el

gran

respecto del lugar donde existiera

residencia de monjes en

la

navarros

los

CogoUa bajo la

el

dominio

(i).

mu-

Rioja, no obstante resultar

verosímil para los otros monasterios próximos de Monte Laturce y Al-

ello

belda.

La vida

del de

San Millán solamente

toma de Nájera, en

la

como primer bienhechor

923, por

a Tuta,

la

se acredita

del monasterio (2); pero los hijo,

los otros

es

mencionado

diplomas conocidos

en dos grupos, según aluden

madre, o a Tarasia, esposa de dicho

unos serán de 927 á 929 y

como consecuencia

Sancho Abarca, rey que

no alcanzan sino a García Sánchez, su

rey.

En cuanto

a fechas,

de 930 á 946. Son donaciones de

varios monasterios a San Millán, de vacarizas, ermitas, y,



milagros hechos en su nombre atraían alas tur-

los

sulmán, y antes de conquistar

los

basílica

caluroso epígrafe compuesto en verso por Eugenio,

poeta toledano;

de

musulmana. Una

la

dehesa limítrofe

por último, vilas próximas a Nájera. Siguen confirmaciones y dádivas

de Sancho Garcés y García, cho,

el

el

Trépido; luego, una restauración por San-

Mayor; esplendores bajo García,

cia sucesiva.

No

el

de Peñalén, su hijo, y decaden-

fueron solos en tributar homenaje a Emiliano los reyes

de Pamplona, sino que también constan donaciones por Fernán González,

Carmina Eugeni

(1)

Wollmer:

(2)

Diploma confirmatorio de

Se conservan dos libros becerros de el

otro de letra francesa.

sobre todo, célase hoy

Ambos

al

toletani episcopi,

dehesa del monasterio por Sancho

la

Cogolla:

el

uno,

muy

los alega repetidas veces el P.

números 712 y

el

Mayor, en 1010.

antiguo, de letra toledana, y

Minguella; mas

el

primero,

estudio de los eruditos. Por mi parte no he podido disponer sino

de extractos incompletos y poco escrupulosos, que posee critos

p. 241.

la

897.



290



la

Biblioteca nacional;

manus-

LA CüGOLLA en

y 960, y por un rey Ordoño. Verdaderamente,

(J47

arraigó sobre todo en

ron preciso conceder inmunidad a

CogoUa en tiempos de guerra Contra

lo

a la

(1).

existen-

consignados en sus códices, que hoy guarda

la

Acade-

entre 621 y 906,

donde

contienen a

se

lo

menos ocho

fechas, escalonadas

nombres de un «comes Rusconum», de abades y aun

completa de

serie

que iban

los pei'e^rinos castellanos

la

Historia,

la

santo

al

arriba expuesto exhíbense testimonios remotos de

cia del monasterio,

mia de

devoción

la

de suerte que los reyes navarros considera-

(^astilla,

apócrifo, según el

la

de san Millán; pero todo es absolutamente

ellos a partir

mero estudio de su

paleografía delata

(2),

como también

célebre piedra ochavada, «descubierta», es decir, hecha en 1601, y fruto

la

de

torpísima indiscreción de algún monje que, por estos medios,

la

y,

ade-

más, raspando unas cosas v corrigiendo otras, en diplomas y libros, creyó asegurar los

las glorias del

aragoneses

que produjo todo

(3).

la

Otra etapa de fraudes hubo

los votos

mismo el

en

XVI

por

siglo XII,

el

libro becerro, sobre

de san Millán y otros varios, encaminados a

dotar de riqueza y exenciones

la

casa

(4).

Bien notorio resulta, efectiva-

Ce-

Carta del rey Sancho de Navarra, de 1068, publicada en romance por Yepes:

(i)

rón ica,

t.

1,

f.

266

V.

España sagrada;

(2)

t.

XX.X1I1,

p.

171, sobre

vero posterior del monasterio mismo, que deploraba

La piedra ochavada

(3)

del

allí

introducción de diplomas falsos en

famoso de

el

monasterio, contrariadas a fines del siglo

tiempo en que

existe,

como

testimonio de otro monje, archi-

caso.

patentizando con sus adornos que precisamente data

se la publicó, y los designios

publicó Sandoval; además,

el

transparéntanse demasiado en

no alega ninguno de

éste

que

acta

el

los datos apócrifos

conteni-

dos en los códices, parece verosímil que se confeccionasen algo después, cerca del mismcs

año 60 1. 1

(4) l.

I,

ps.

A más

del de los Votos (índice de los documentos... de la Acad. de la Historia;

233 y 410.

España Sagrada;

t.

L, p. 376), corresponden a esta serie

de 929, confeccionado sobre otro auténtico del rey García registrado en tivo,

bastando

el

cotejo de

ambos para

de Sancho «rex Hispaniarum», que francesa del siglo XII (Bol. de

y falso igualmente podrá ser blicó Yepes

arriba

(Corónica,

t.

el I,

la

certificarse

de

la

el

un diploma

becerro primi-

falsedad, y otro de 1030, a

nombre

ambos constan en un mismo pergamino, con

Acad. de

la

Historia;

t.

XXIV,

p. 239).

Análogo

al

letra

último

otro diploma, alegado en pleito eclesiástico de 1245, que puescr. xxii), y

mencionado, y en un papel

del

también

se

consigna en

Archivo histórico nacional.



291



el

ms.

n.° 712,

f.

11,

CASTILLA mente, que

si

este período

nuestra literatura histíSrica se

mozárabe, como en

zas trajo acá todo

mantuvo limpia de tachas en después

los anteriores,

el

afán de grande-

bagaje de amaños, fantasías y sugestiones bárbaras,

el

cultivado en otros países de antiguo, y es uno de los síntomas que caracterizan nuestro período románico.

Los datos que pudieran acreditar algo de mozarabismo en del monasterio, es natural

que una de

que hayan desaparecido, caso de haberlos, por-

cotizadas

las glorias

orígenes

los

allí

en

XVII

el siglo

hubieran pisado moros aquel suelo. Ello es que

las

que nunca

fué la de

aclaraciones y glosas

árabes, frecuentes en códices de este período, faltan en los de San Millán,

aunque

a fuerza de raspaduras

escrita en árabe, latina:

muy

pudieron eliminarse, excepto una palabra

bien, pero ininteligible (i), y precedida de esta frase

«qui legis ora pro nobis». Disimulado

ello

dentro del texto pudo

salvarse de expurgadores, acreditándose de coetáneo respecto del códice

mismo, que

es la célebre Biblia gótica

y no anterior

como

nombre

CogoUa, fechado en 977

más antiguos

códices emilianenses

menos, dado que tenía

Añádase que

(3).

es en absoluto

gran cultura obtenida en

la

que sustraerse

al

ambiente guerrero

la

el

tipo artístico de los

mozárabe,

ni

CogoUa durante

podía ser el siglo

X

navarros y caste-

e incivil de •

En Albelda formaron probablemente bajo

el

cenobio primitivo cuevas abiertas en

la roca,

señorío de los reyes moros de Zaragoza. Quizá en

el

CogoUa sucedió algo parecido, supuesto que

la

la

existencia de ermitaños

antes de la conquista navarra, parece inferirse por una carta real

de 929, concediendo

al

monasterio de San Millán cinco ermitas vecinas,

cuyo nombre colectivo de

(1)

«celia Alfoheta» parece árabe (4). Varias cartas,

Podría leerse Axbaxnar, pero va escrita sin vocales.

(2)

Cód. n.° 20 de

(3)

Cód.

(4)

«Concedimus

Emilianum) rie

Tam-

árabe, Moterrafe, escribiendo cierto

llanos.

allí,

obra del siglo X,

(2),

sus falsas apostillas quisieron hacer valedero.

bién figura un diácono con libro de la

de San Millán

la

n.° 29 de la ct

Academia de

la Historia; al

f.

70.

misma.

confirmamus vobis quinqué heremitas

id est sancti Martini sánete

qui vulgo dicunt celia Alfoheta

cum

Marie

et

292

vicinas (ad

Sebastiani et sancti loannis

exitis». Bib.



ibi



nac, ms. 897,

f.

139.

et

sanctum

sánete

Ma-

LA COGULLA desde 927, aluden

yacía bajo de un altar

(i),

y otra cláusula de

de sus bienes «in devotione

Más

sancti Emiliani» y al cuerpo del santo,

al op;olla

comprobada, y

derivación directamente califal de

los

resulta

mismo

este

la

tipo

sobrevive en obras de carpintería

morisca

(l'^ig.

ciadamente,

17H).

Desgra-

los estragos del in-

cendio, que, sobre todo, atacó la

parte de hacia las naves, y lo

de su material calizo mo-

frágil

tivaron que uno solo de estos

modillones se conserve íntegro; pero

bien

se

reconoce que

la

forma y decoración de dichos suplementos variaba de uno a otro,

como

albanegas

las

de

tanto

los

el

o

adorno de

triangulillos

modillones mismos. Su

repertorio

decorativo,

herma-

nando con

los capiteles,

respon-

de a tradición goda, serie

leonesa:

ramales,

como en

trenzas

de

la

dos

meandros, segmentos

Fig. 1Ó9. S. Millán de Suso: capitel del arco de entrada

de círculos, rueda helizoidal de dos tipos, rosetas con seis pétalos, pentágono estrellado, biseles y

con buen

arte.

ancho y 20 de grueso;

etc..

Los modillones miden 48 centímetros de los

de

las

todo ello a alto,

43 de

esquinas, que volarían más. están des-

trozados; las metopas son casi cuadradas y sus cobijas no existen; pero

en cambio se añadió encima otro orden de canecillos de madera, con su tablazón correspondiente, salvando

En íntimo capillas,

enlace con

el

así los

deterioros de lo primitivo.

alero construyéronse las

bóvedas de

estas

en forma que, sin desbaratar aquél, no pudieron éstas modificarse,

y sus materiales son igualmente piedra caliza blanquecina y yeso. El 303



se-

CASTILLA ñor Lampérez. único en hablar de

novedad que

bóvedas, desconcertado ante

tales

la

supuso rehechas siglos después y bajo

ellas representan, las

influjos ogivales arcaicos; mas. en atenciim a lo susodicho y apreciados la

antigüedad y carácter del alero, impónese dar como coetáneas y

ello sin

ñola

\'

las

bóvedas,

dificultad, puesto que también obedecen a una evolución espa-

moruna, perfectamente reconocida.

Trátase (Lám.

CXV)

de

bóvedas esquifadas con nervios

radiales,

en número de ocho, arrancando sobre cornisas de nácela, iguales que

la

A

^IV

Fig. 170 .

'^.

Millán de Suso:

modillón del alero, por ambas haces

del exterior y a nivel

probablemente:

V formando arcos de medio punto sobre otros; su

ancho

los cascos

nervios

diagonales y peraltados los

las

es de 33 centímetros y sobresalen

encajan en dichos arcos

ella

son de corte cuadrangular.

bóveda, no sólo por debajo, sino también por

que

los

con

como

el

unos 22 del cuerpo de

la

trasdós, haciendo creer

tableros de carpintería engar-

golados. Semejante a estas bóvedas no conozco sino otra en lo alto de la torre

nueva de San Martin de Arévalo, obra morisca no posterior a

segunda mitad del estilo

románico

rez en

siglo XII, puesto

aviles el

que a su

alega

un pórtico de el

Sr.

Lampé-

favor de su hipótesis caen demasiado lejos, porque en ellos los

arcos van aplicados fuera de las aristas, lo

pie arrimase

más puro. Los ejemplos que

la

están igualmente en

la

al

promedio de cada paño, como

torre vieja de la Catedral de

Oviedo y crucero de

San Martín de Segovia, probablemente obra morisca lo es otra

bóveda, esquifada asimismo, en



304



la

esta última,

como

torre vieja de la susodicha

LA COGOLI.A de San Martin de Aré\alu, donde los arcos van dispuestos dia^o-

iglesia

nalinente, cuniu of^ivas, acercándose así al tipo niás complejo de su veci-

Sabemos, además, que

na.

arte calilal

el

andaluz

us(')

corrientemente de

bóvedas sobre arcos cruzados, con admirable variedad de soluciones; que

bóveda esquifada fué niuy suya, como acre-

la

ejemplares cordobeses, también del si-

ditan

molduraje,

las

etc.,

de

hay dificultad intrínseca en la

misma

serie,

m

Cogolla hermanan

la

perfectamente con estas otras, de suerte que

de

K^§S]

X, y que en su aspecto general, estructura,

¿;lo

n>; y la iníeriur,

La conformación de

cristiano^> (Fig. 2ii)(i).

el

mente como en leones de tiempo

la

lomonis

ojos, entera-

del Califato (2); la cresta y la cola,

recuerdan soluciones análogas en otros bronces de Elvira;

como

«Hecho por

en árabe, significa:

de nuestros candiles, y principalmente

la

boca del asa,

repetición del

la

que

«opus Sa-

erat». son fuertes indicios para creer obra andaluza este singular

aguamanil,

así

como

nombre

el

del artitice delata su

Los textos alusivos a obras salomón iegas

mozarabismo.

se registran sobre

todo

en España: en el

tesoro de losvi-

+opVS"S/^LoM^NlVa^Tv —

"

siglo VI, el

sigodos poseía

'

~"

piezas sorpren-

^1;=^] ¿3X^1

A±cXo^

dentes y pre-

de

ciosas

tal

manufactura; Fij,;.

2.1.

Letrero del afiuamanil del Louvrc

un documento inglés cita

«duobus

urceolis pretiosissimis ex operibus Salomonis»; Este-

de Navarra,

fanía, reina

mandó

vender, en io52, «illos vasos vel forteras

salomonaticas»; en Covarrubias, año

suo cobertuorum de labor salamoniego

moniego», y en

el

bien que de material,

plata.

como

Sobre tales

ello,

et III

(3).

del

mismo

siglo

XI 1, cons-

Parece tratarse de una manufactura,

aunque desde luego

atendiendo a

cum

basos de plata de labor sala-

diploma apócrifo de Obona,

tan «tres vasos salomoniegos»

más

inventariaron «I copa

11 12, se

éste es

siempre bronce o

dos piezas arriba descritas y clasificadas

las

por sus mismos letreros, cabe deducir que

la

obra salomónica

Edad media, y que debió siendo quizá España el primer país occi-

seria de fundición a la cera, arte casi perdido en la

restaurarse por influjos orientales,

dental en que ello se lograra. Realmente una pieza de fundición

(i)

a. Prevost de Longpérier:

Manuel dart musulmán; (2)

i865,

p.

366.

— Migeon:

IX.

Véase

Du Cange

:

el

186.

Por ejemplo, ciertos bronces del Museo de Granada: Gómez-Moreno:

Elvira, lám. (3)

t.

Revue archéologique;

II, íig.

como

Dictionarium mediae

-

388

-

et

infimae laiinitatis.

Medina

BRONCES aguamanil

del

sorprender

á

Louvre revela destreza singular y dominio de

la

técnica para

profanos.

Entre

los

bronces coptos del

Museo

del Cairo valen a nuestro

propósito

los

fragmentos de

una lámpara (Fig. 212), en

forma de co, tí

dis-

de 4G cen-

metros

de

diámetro, con círculos

,

ar-

quillos V cruces, entre

va-

retas radiales,

calados en

él,

y tres asas de

lasquependía,

mediante barras metálicas

-W'

convergentes en una pieza trifolia,

que

a

SU vez remata

Fig. 212.

lámpara copta en

el

.Museo Jel Cairo

en otra asa (i).

Un segundo

ejemplar,

procedente de Calabria, pasó a

Basilewski (Fig. 213), con disco

menor

— 23

cmts.

la

colección

— y abreviada su

com-

posición de ornato, pero concordante; llevaba tres cadenas de suspensión.

(i)

Strzygowski

:

K.optische K.unst;

-

389

n."«

9154 y qi56.

.

.

MUSEO MOZÁRABE y por remate un disco vertical calado (i). Otro platillo de lámpara, muy semejante al copto y sin aspecto de gran vejez, aunque clasificado de bizantino, hay en

diámetro y quizá de (Fig.

xMuseo Británico

el

finito, salió a la

lejos

por

las

en 1910 y 1914. arrastrado

//^^^~~^^

^S^

arquillos v los remates acóa favor

un origen andaluz,

y un tercero, de 34 cmts. de

la

forma de herradura de sus

razonados inclinan

(2),

Granada

comercio

embargo,

sin

214);

el

venta en

asi

^,.-—

JI

\^

¡y-*

(

-^

J v^^^^'^^^^"^^^^^ (

^

de

como

cruces no permiten dudar

de su cristianismo.

Desde luego, la

periferia y

aun

el

de

central

encajar vasos

para

servían

los aros

cónicos de vidrio, iluminando

aun puede

artísticamente: y

creerse que a este tipo de lu-

minarias,

tal

muy

vez no

pro-

pagado por Europa desde

las

Fig. 213. Platillo de

una lámpara calabresa

regiones orientales, aludirán lus

lychnos, pintorescamente

origen clásico tas

al

parecer.

descritos por san Paulino de Ñola (3) v de

Ninguna

como hay en monumentos lo

corresponde a dicho

gráficos,

embargo, y tampoco hay lámparas dar ellas por

representaci(')n eclesiástica, entre tan-

tales

tipo,

de mezquita, no obstante reme-

general obras cristianas.

Esto a reserva, sin embargo, de excepción insigne en nuestra

Mezquita de diada en

1

PZlvira. Reconstruida en 864 por

010 por

los

La messe; lám.

R. de Fleury

(2)

British Aluseum: A guide to the fig.

:

el

R. de Fleury: obra citada;

(4)

Texto de Abenaljatib en Dozy

t.

early Christian and

VI. pág. 4. :



(4).

tenia

439.

41

(3)

Gran

emir Mohámed, incen-

berberiscos y no vuelta a reedificar ya

(i)

antiquities;

sin

Recherches. 390



.

; .

t.

1,

p. 331

Byzantine

BRONCES lám paras exactamente

similares de las susodichas; y seis de ellas,

incompletas, sacadas de sus ruinas, existen en

menos

de Granada

Dos entre

(i).

el

más o

Museo arqueológico

ellas ofrecen características

de arte avanzado,

V datarán, a lo más,

de cuando se reconstruyó

mezquita;

la

m&)^.

cuatro

las otras

pero

son tan similares de

aun

cristianas,

las

cruces

faltándoles

que

,

dificultad

sin

podrían creerse pasadas de iglesias a

mezquita.

como

la

lue-

go, siglos adelante,

fueron tantas otras piezas de mezquitas a

nuestras iglesias.

Desde luego,

si

no

son mozárabes individualm.ente, de se-

guro

copian

tales,

Fig. 214.

a periodos

musulmanes

Las lámparas de Elvira (Láms.

mismas

den de

mente

cadenas: entre

igual

lisas.

sucesivos.

CXLIX

y

CL

y

fig.

21 5)

abundan en

varetas radiales, circuios y remates cordiformes ya dichos: pen-

tres

semejante

ya

de lámpara español

manteniéndose como cosa regional, va que no trascendió su modelo,

que sepamos,

las

Platillo

otras

al

Los

que

el

los

trípodes de suspensión hay uno casi exacta-

copto (Fig. 216), v también un disco de suspensiiSn es

calabrés (Fig. 217); pero platillos

más abundan

de aspecto más

pelotas, va verdugadas,

miden de 44 a 36 cmts. de diálos otros, menores y más finos,

viejo

metro; dos son casi exactamente iguales:

llevan series de arquillos de herradura, siendo quizá prototipos.

(,1)

Gómez-Moreno: .Medina Elvira;



39»

p. 8



y lám. VIH.

,

MUSEO MOZÁRABE En

el

conglomerado informe de bronce, carbón, plomo derretido,

vidrio V estera de esparto

quemada, que

salió en 1874 de las ruinas de la

Mezquita de EIvira, y una vez entresacadas

lámparas

seis

gracias a ^^>r^.

las

la

pa-

ciencia y habili-

dad de mi benemérito padre,

quedóimposible

recomponer

de

^y^

otro

objeto

de

más tenue masa, incompletísimo

hpcwmt

y deshecho, pero

en

el

que pudo

adivinarse

una

corona de luces, de las que Fig. 21

5.

Disco de lámpara de

la

Mezquita de Elvira

tanto hablan los

documentos. Pasados muchos años vino a publicarse otra sencilla, rio va

que

posee el .Museo copto del Cairo (1).

tal.

aunque más

pudiendo arianzarse

crite-

sobre los fragmentos granadinos (Fig. 218).

Constituíala un aro cilindrico, de 28 cmts.

aproximadamente de diámetro por 9 de

alto,

bordes reforzados salientes v calada en

lo

labor de circuios secantes,

mitivas celosías de el

la

como una

demás las pri-

de

Catedral de Córdoba.

borde superior engarzaban

tres anillas

con

para

En las

cadenas de suspensión, y de entre medias caían

Fig. 216. Colgadero de de Elvira.

lámpara

hacia afuera horizontalmente doce barritas triangulares articuladas, de

unos diez cmts. de largo, aplastadas por su extremidad hasta formar aran-

(i)

Gayet: L'arl copie; pág. 29Q.



392



BRONCES délas, en

donde encajaban

los vasillos

de vidrio, soportes que equivalían

de documentos antiguos, comprobados por

a los delfines

la

corona del

Cairo y por otro artefacto de luces argelino, en

forma de

perteneciente a

la

colección

Fuera de dicha Mezquita, entre

las

ruinas del

basílica,

Basilewsky

(i).

mismo tiempo que aquélla, un candelero de bronce, que puede

caserío incendiado al

descubrióse creerse los

también de tipo español

cristiano, pues

conocidos musulmanes son cortos y con cubo

para encajar

muy

esbelto,

para ensartar

gua (Fig.

el cirio,

mientras éste de Elvira es

con base redonda y púa terminal, cirio, según la costumbre anti-

Fig. 217. Bronce de Elvira

el

219).

Su decoración

es

muy

sencilla,

reconociéndose que fué

vaciado sobre un modelo a torno, y se reduce a nudos

Fig. 218.

Corona de luces de

la

su alto es de 49 cmts. Consérvase en la

La población de Elvira

(1)

misma

el

más gruesa zona

anillada;

Museo de Granada, con

otros

procedencia.

hubo de

constituirse en su gran mayoría por

R. de Fleury; obra citada; lám. 438.

— 5o

arandelas

Mezquita de Elvira (restauración)

arriba y abajo, entre los que media una larga y

bronces notabilísimos de

como

393



MUSEO MOZÁRABE renegados españoles y mestizos; pero que también hubo mozárabes acredítase por

un dije de plomo fundido,

allí

también descubierto, y

le

constituye una cruz dentro de aro, cuyo diámetro es de

dos centímetros (Fig. 220).

Otro gran

lote

hay de bronces

cer solamente se descubren hacia

cristianos, el

que

al

NO. de España. Son

jarros con gollete acampanado, base equivalente, las

pare-

si

bien

hay con menor desarrollo, y asa no siempre, que suele

rematar por abajo en un mascarón; además, platos hondos, con tetón en medio. El alto

de aquéllos acércase a 24 cen-

tímetros;

diámetro de

Unos y

el

los platos, a 22.

otros llevan decoración

verdu-

gada, de fundición, y casi todos además letreros y adornillos grabados.

Sus leyen-

das, sumamente bárbaras y

difíciles

Fig. 220. Dije de

Klvira

de

interpretar, parecen deprecaciones en favor de individuos

nombran; y como cierta miniatura represente a un hombre bautizando con un jarro idéntico, es de inferir

que

se

que para

esta

ceremonia

Probablemente

así

se destinasen.

eran los

aquamaniles

y

concos

registrados en nuestros inventarios de iglesias, pudíendo referirse al siglo

IX aproximadamente; pero como obras

de tipo asturiano y origen bárbaro, sin otras conexiones

con Fig. 119. Candelero

tal

lo

mozárabe que

cual adorno.

En

la

forma de algunas

letras

o

atención a ello quede su estudio

de Elvira

para otra ocasión. Baste consignar que de esta serie, un jarro del Museo de

nomine Dni Arvildi

vita

León,

la

pieza príncipe

lleva este letrero:

«+

In

Ds concedat».

TEJIDOS Aparte

los lienzos

y paños con que

necesidades ordinarias, sabemos por



el

394

el

país cristiano proveería a sus

sinnúmero de testimonios alega-

TEJIDOS dos arriba sobre inventarios, que

de Le(jn y Galicia con sus

las iglesias

monasterios atesoraban tejidos preciosos, sederías especialmente labradas con oro, cuyas variadísimas designaciones cun nombres árabes delatan su procedencia; y adeniíís tenemos

rabes, que, estando de Pajarejos

dato de aquellos

el

a servicio de

ti

race ros

Alfonso V, poblaron

la

mozá-

aldea leonesa

(i).

Fantasías de clasificación refieren a aquellos siglos ejemplares ricos,

que probablemente son más modernos; pero queda uno,

Esteban de Gormaz, conservado aquí como Es de

lino,

como

el califa

almaizar, con ancho de 1.12 m., v en

conservada lleva zonas varias con trama de seda, entre

una

letreros y

velo de San

que

trofeo y

testimonio auténtico de haberse tejido para

inscripcií'^n

el

las

la

lleva en su

Hixem

(2).

extremidad

que descuellan

medallones con animales y bebedores. Las sedas

serie de

van matizando de blanco a

verde y morado, más oro de

celeste, pajizo,

Chipre, o sea cabritilla dorada revuelta sobre hilo de seda. El procedi-

miento de labor

que

es de creer

es a

punto de

tapiz,

exactamente como

y

a esto llamasen tiraz en árabe.

Dos ejemplares leoneses permiten

dándonos quizá idea de

lo

que

allí se

terio del Bierzo, el de la

ser

el

anterior,

más famoso y antiguo monas-

Montes. Su borde

urdimbre de

agrupados con

fabricaba sobre modelos andaluces.

El uno es fragmento que proviene del

formados por

las telas coptas,

lleva hilos de fleco

lino; siguen

muy

ralos,

una zona de 22 mmts., con

trama carmesí de seda, otra zona de lino toda, con 69 mmts., y luego, una

ancho de 22 mmts. también, y otra zona carmesí de amplitud incierta. La cenefa labrada lleva

principal, labrada de punto de tapiz, en

por

fin

sedas de colores blanco, celeste, índigo, amarillo, verde y carmesí, for-

mando adorno esquemático igual

que

el

velo de

mucho más

cromática

de gusto indefinido, con técnica exactamente

Hixem, pero

sin oro, resultando

además su gama

viva y alegre. Los tintes son excelentes y

de obra en todo irreprochable, dentro de

las

la

mano

deficiencias propias de

la

(Lám. CLl; izquierda).

tapicería

(1)

Véase arriba; págs. 116 y

(2)

P.

1917; lám.

I.

117.

M. de Artiñano: Catálogo de El

tal

la

velo o enseña militar existe en



395

Exposición de tejidos españoles, la

Academia de

la Historia.

MUSEO MOZÁRABE El Otro ejemplar es una pieza de 2.77 m. en cuadro, y que

tal

vez

alcanzó doble longitud, quedando sólo uno de sus cabos, con fleco de

urdimbre. El tejido de

una

lino, a distancia

cenefita labrada, de 5 cmts., en

tapicería,

de 19 cmts. del

que vuelve

fleco,

da lugar a

a darse igual técnica de

con trama de seda en colores blanco, azul, verde pálido, malva

y tabaco, diseñando temas de remoto carácter vegetal entre rombos, y algo

como

contarios a los bordes.

velo de

Hixem, pero

remate de cenefas en listas

Su tonalidad,

más descuidada su

es

fría

técnica.

las tres telas referidas es

polícromas (Lám. CLI

;

y débil, recuerda

la

del

Valga advertir que

el

perfectamente similar, a

derecha).

Sirvió esta última tela para envolver la mitad de los huesos de san

Froilán en

el relicario

de

la

Catedral de León, donde aun

quedando garantizada su existencia en el sello

la

episcopal que ligaba los cabos de

segunda mitad del la tela

misma

(i);

siglo

subsiste,

XII por

pero no sería

inverosímil retrotraer su origen a fines del siglo X, cuando se llevaron a la

Montaña desde León

(i)

E.

las reliquias del santo,

Diaz-Jiménez:

Reliquias de

y 26. Esta última cita corresponde

al

mas coincidiendo su descripción con trate

de otra

amarillo por

tela

la

para salvarlas de Almanzor.

Iglesia

de de León; págs.

17,

19

sudario del cuerpo de san Pelayo, ahora invisible; la

del otro en lo principal, cabe presumir

semejante y completa, pues mide

ambos extremos.



396

que

se

3 por 1.22 metros, con cenefas de rojo y

.

REGISTRO DE NOMBRES GEOGRÁFICOS

Bañólas, pág. 5i Baños, 10, 13, loi, 172, 184, 201. Baralánica, 108, 132, 263, 361.

Abellar ü Abeliare: págs. 107, 137, 196, 241, 326, 329, 334, 347.

Adamuz,

365.

Ajnas, 29. Albelda, 40, 290, 292, 362.

Barcelona,

Albi, 356.

Barcena del Bedriñana

Alcaudete,

Algarbe,

3,

i5,

18,

5i

6.

,

25,

42 a 48,

157, 271

,

,

356.

Río, 91. 83.

Belén, 175.

5, 6.

Belpuig, 63. Benian, 85.

Alija, 148.

Amaya,

")

139, 264,

Amelie-les-Bains, 66.

Berlanga, 319: véase S. Baudel de

Angers, 222, 232.

Berlín, 356, 366.

Annuna,

Biella, 57.

19.

Binbirkilisse, 223.

Arévalo, 304, 306, Arguelles, 82.

Bisbayo, 238.

Arredondo: véase Socueva. Aquisgrán, 223.

Boñar,

Astorga, 77, 107 a

1

1

1

,

1

Boides o Boiges, xvii,

xvii, 77.

142,

159,

160,

162 a

167, 184, 261, 338.

15, 119, 120,

Braga, 373, 382.

135, 138, 166, 376, 377. 380, 381.

Athos, 175.

Brescia, 61.

Autun, 356.

Badajoz, 367.

Buada, 67 a 70. Burgos, 210, 264. Cabeza del Griego, 60, 146, 220. Cacabelos, 238.

Bailen, 178.

Cairo, 29, 233,

Balbek, 177.

Cairuán, xx,

Ávila, 62, 63.

Ayoo,

21

1

,

252.

Balsemón o Balsemáo,

Bamba,

301,

13, 97,

389, 392, 393. ¡56,

XV, XVII, XXI, 161, 172, 179,

Calzada (Santo

Domingo de

192 a 202, 206, 224, 231, 233, 234, 246, 252, 271, 274. 276, 277, 281.

Bande: véase Sta. (i)

No

es

Comba

183, 231.

Caldas: véase Boñar.

97, loi.

62, 309.

Camarzana,

Camba,

de

io5, 148, 178, 214.

96.

completo, pues faltan referencias accidentales que no tocan a muchas del capítulo X, repetidísimas.

lugares desaparecidos, generalmente, y



la),

397

arte, las

de

REGISTRO Cambón,

Cuxá, págs. 5 Damasco, 301. Deva, 154.

pág. 222.

1

Canapost, 52, 66. Canigó, 47. Canterbury, 85.

Capua, 85. Cárdena, 109, Cardona. 47.

52.

,

Dijón, 222.

Dueñas: véase 140, 263, 264, 349.

Dume,

S.

Pedro de

las

240.

Eiré, 95.

Carracedü, 238. Carrión, 132.

Elvira,

Casillas: véase S. Baudel.

Erment,

Casserres, 47.

Escalada, xvn,

Castañeda,

329,

3,

367,

376,

379, 387,

388, 390 a 394.

xvn,

178.

167 a

xxi, 24, 29, 81, 103 a io5, 107, 131, 141 a 164, 167 a

170, 173, 212.

169, 179, 182 a 184, 188, 190, 191,

107,

159,

Castulo, 178.

198, 2o5, 207, 208, 2i5, 217, 220,

Cava, 35o, 357.

224, 231 a 235, 246, 248. 252, 261,

Celanova,

xvii, xxi,

94,

114,

271, 274, 277, 278, 281, 285, 358.

119,

142, 154, 189, 190, 196, 201, 226,

Eslonza,

161 a 163, 190,

238 a 252, 256, 277, 283, 301, 316, 33I' 342-

Cividale, 29.

Clermont-Ferrand,

Cogolla,

262, 329.

Espinoso, 238. Evora, 209.

Exmiadzin,

i5o.

175, 177.

XV, XVII, XXI, XXII, 24, 36,

Feriana, 178.

95, 101, 132, 189, 288 a 309, 312,

Firuzabad, 81

313. 348. 349, 360, 362 a 364, 372

Florencia, 374, 379. Fonollar, 52, 68.

a 374> 376.

Coimbra, 7, 324, Comares, 366. Compluto, 18. Compostela, 36,

,

5o, 61, 175,

178, 196, 271, 325, 332.

1

93,

119, i5o,

238,

Gerona, 42 a 44, 46, 67, 148, i5o,

328 a 330, 332, 35o, 378, 381. Constantinopla, 149, 231.

Gérticos, 193.

Córdoba,

Gormaz: véase

xx, 3, 4, 6, 13, 14, 23, 25,

45, 5i, 79 a 81, 85, lio, 141, 146, 149, i5o, i54,

149.

Fuentes, 261. Germigny-des-Prés, 25,

383.

206 a 208,

169, 170, 180, 201,

231, 233, 258, 259, 303, 307, 312, 3i5. 316. 332, 346, 347, 352, 362, 365 a 369, 375, 385, 392.

324, 382. S. Esteban de Goviendes, 98, i55.

Gozón, 379. Granada, 5,

13,

i56, 201, 367 a 369,

379, 387, 388, 390 a 393.

Corullón, 238.

Grenoble, 175, 178, 223, 231. Guarrazar, 9, 11, 26, 328, 378.

Covadonga,

Guelma,

324, 331.

19.

Covarrubias, 329. 330, 334, 388.

Hinojosa de Duero, 307.

Coyanca, 77, Cuenca, 371.

Hornija,

1

16,

139.

xv,

161,

172,

i85 a 192,

2o5, 234, 235, 252, 278, 281, 381.

-

398

.

GEOGHAFir.O Mellanzos, pág. 208. Mérida, 5, 9, 13, 14, 23, 98,

Jarbetelbeida, pág. i55.

Jerusalén, 301

Jumilla, 178.

Mididi, 178.

Lalín, 327.

Milán,

Lancia, 143.

Mira, 157.

Laspra, Le be ña,

1

5o,

Monkwearmouih,

90. xvii,

xxi,

190, 201

183,

178, ,

Montalbán,

189,

37.

i5.

Montelios, 97.

267 a 282, 284.

Montes,

Lebrija, xxi.

xvii,

212

186,

Leire, 31, 36.

a

io5,

217,

106,

219,

159,

178,

224,

290,

Leiría. 60.

378, 395-

Lena,

24, 73, 79, 84, 85, 148, i55,

Le(')n

XVII, 8, 20, 77,

i56, 198, 214, 222.

1

,

5o, 154,

1

108 a 140, 142,

58, 206, 210, 238, 253 a

259, 261, 262, 318, 323, 324, 329 a 334, 348, 35o, 361, 370, 382, 384 386, 394, 395.

Liño, 24, 73, 82, loi, 157, 272, 276, 323. 371-

Londres, 349, 35o, 373, 375, 390. Lorbán, 7, 99. Losilla: véase Boñar.

Lourosa,

xvii, xxi,

i58.

Morales de Toro, 189, 191, Moreruela, io5, 106, 211.

Moroso,

1

56, 201, 324,

XXIV, 189. 281, 282 a 287,

301. 319.

Mosteiro de Eiré, 95. Mozote: véase Mazóte. Nájera, 290, 295.

Naranco, 73, 74, 79, 84, io5, Narbona, 42, 46, 5o. Nave: véase S. Pedro de la

Nora, 86

a 88, 89.

xxii,63 a 66, 104,224,271

Mata: véase S. Pedro de

Olérdula,

xvii, xxii,

Ollas: véase Sto.

.

la

las

xvii, xxi, io5, 107, 161

,

13, 37, 74, 98, 148. 157, 159,

172 a i85, 189, 190, 192, 198, 201,

347'

211, 220, 230, 232, 233, 248, 256,

Santullano.

37, 58, 63,

177, 246,

254, 271, 301 ,315. 320.

252. 330.

182, 2(H, 235, 304, 328, 329, 331,

168,

271, 272, 274. 281, 285, 316, 320.

1,

264, 363.

Oviedo,

103, 146, 147, 149, 153,

de

Orleansville, 178, 230.

Osma,

Matifu, 178, 230.

14 a 27,

53 a 59, 63, 70.

Tomás

Orense, 96, 107. 134. 25 Orleans, 325.

Marialba. 60, 146, 260.

xxi,

i56, 222.

Oña, 267, 268.

Málaga, 366 a 369. Mansilla de las Muías, 208.

Melque,

192.

Nuez, 36. Obona, 331, 388.

365, 382, 387, 395.

Mazóte,

Monza,

Nevers, i5o.

100 a 104, 148.

Lucena, 369. Lugo, 328 a 331, 342. Madrid, 7 a 11, 13, 30,

Marq uet,

153,

201, 235, 323.

Jinnis, 19.

37''

37-

37^ a 380. Véase

Padul, 368. Palencia,

10,

Pamplona, París,

399

loi, io5, 172, 206.

373.

356, 372, 374, 379, 387, 389.

.

REGISTRO Pedret, 5g a

San Martín de Salas,

64, 146.

Peña: véase S. Juan de

Peñalba,

xvii, xxi,

142,

154,

San Millán: véase Cogolla. San Pedro de la Mata, 9, 26, 271. San Pedro de la Nave, xvi, 8 a 10,

161,

224 a

238, 246, 248, 249, 252, 264, 256, 258, 267, 271, 272, 274, 278, 279,

13,

20 a 22, 97, 98, i57, 178, 230,

281, 285, 375, 384, 385.

271, 323.

San Pedro de

4.

las

Dueñas, 2o5, 206.

Pontevedra, 148.

Sanpetersburgo, 389, 393. San Prudencio, 108.

Pravia, 72.

Santa

Piasca. III.

Priesca,

85a87,89,98, 148,222.

xvii,

Rabatammán,

98,

23.

24,

149,

97,

157,

Comba

de Bande,

10, 18, 23,

230, 248, 254, 271, 287, 318.

Santa Eulalia del Valle, 89. Santa María (Mallorca), 323. Santa Marta de Tera, 108, 148. Sant Gall, 178.

149.

Racca, 81, 149.

Ravena,

222,

223, 232, 254.

Revilla de Pomar, 214.

Santiago: véase Compostela.

Rivadelago,

Santillana, 265, 267.

168,

170.

Tomás

Robles de Laciana, 238.

Santo

Rocas, XV, 94 a 95, Roma, 85, 183, 356,

SantuUano,

RipoU, 45, 47.

288, 297.

Rueda

iio,

98,

148,

178,

Sarvistán, 149. Sedrata, 81, 149.

Segóbriga: véase Cabeza del Griego. Segovia, XXI, 97, ¡55, 196, 271, 304.

175. xvii, 107,

83,

214, 222, 235, 323.

5i.

Sahagún,

72,

5i, 356.

del Almirante. 142, 208, 234.

Ruhaiba,

de las Ollas, 218

a 224, 232, 248, 252, 316.

380.

Rivadesil, 93. 240, 241.

Rouen,

88 a

90, 240.

178, 189, 190, 196, 201, 220,

Peñamelaria,

xvii,

la

132,

Sevilla,

140,

143, 145, 161, 174, 190, 202 a 206,

3,

8,

13, 98,

Sigüenza,

234, 281, 341, 363.

Saint Restitut, 222.

Silos,

7,

104, 318.

132, 261, 282, 309, 349,

Salas del Bierzo, 238.

35o,

362, 363, 365, 384.

Saldaña, 267.

Simancas, 196. Sobrado, 328 a 331.

Samos, 93, 196, 241 San Adriano: véase Boñar.

Tábanos,

Salas: véase S. Martin de

San Baudel, xxi, 248, 309 a San Clemente de Valdueza,

i56. 358, 367.

Sietecoros, 182.

Socueva, 320. 218.

95, 287, 288.

4.

Tabernoles, 47. Tarazona, 288.

Sandoval, 208.

Tarragona,

San Esteban de Gormaz, 154. 395. San Juan de la Peña, xvii, 30 a

Tarrasa, 18,49,58,62,66,146,271. Távara, xvii, 131, 209a 21 1,332,386.

40, 94, 195, 297, 363.

San Juan

del

Cachón, 241.

53.

Tavira, 367.

Tera: véase Santa Marta de



400



.

.

GKOGRAKICO Tigzirt, 85.

Valdesaz,

Tívoli, 231

Valdevimen,

Toledo,

XXI, 6,

8 a

14,

2('),

78, 97,

106,

ii5,

116,

i5o,

163,

184,

196,

201,

233,

271,

314.

319,

357, 359, 369.

i

17.

108.

Valdueza: véase San Clemente de \'almuza, 178. Valpuesta, 140. Valladolid, 201

,

206.

Tolosa, 36. Tólox, 4.

Velio: véase Villardeveyo.

Torcello, 85.

Venecia, 157. Verona, 348.

Venasque,

Tordesillas, 12.

Toro,

122.

Vich, 43 a 47. Vida, 52.

lio, 189 a 191

Tournus,

18,

222.

Tours, 230.

Vienne, 222.

Trevélez, 365.

Vilanova,

xvii,

94,

183,

Tuñón,

Udalla, 36.

Villamoros, 260, 288. Villardeveyo, xvii, 82. Villarm ún, xvii, 146, 207,

Uppenna,

Villaverde, 368.

345.

Urgel, 35

Urgub,

Úxama, Vaisón,

178.

Vime, 107. Wroxeter, i55. Zamora, 11, 77,

175. 178.

221.

Valdabasta, 162, 207. Valdalcón, 208.

Va Id ed ios,

xvii, 22,

106,

107. 116. 120,

Í39. 373-

Zaragoza, 29 a 76 a 81, 83 a 85,

89,98, loi, 154, 157, 276, 333. 371.

401 5i

261, 262.

Vimaranes, 330, 331.

1.

18,

25o

Villacete, 108.

i85.

Turín, 325.

Úbeda,

189,

a 252.

Tréveris, 223.

Zraia, 230.

Zubia, 369.

31, 76, 157. 302, 370.

REGISTRO DE ALGUNAS VOCES DE ARQUITECTURA

ADARAJAS.

Dentellones que se forman en

de un muro, para su trabazón

AJIMEZ. sías,

proseguirlo.

Saledizo ante una ventana,

como

balcón cerrado con celu-

para asomarse las mujeres sin ser vistas. La acepción moderna de

ventana gemela

carece de autoridad: véase pág.

ALBANEGAS.

Enjutas de arco; o sea

a cada lado entre su rosca v

ALFÉIZAR. tro,

al

interrupción lateral

la

el

recuadro o

Recodo que

el

13,

hueco

nota

trianf^ular

véase pág.

alfiz:

4.

13,

que media

nota

2.

forma en torno de un vano hacia aden-

se

para encajar las maderas.

ALFIZ. capricho

le

Recuadro decorativo de arco morisco. Modernamente y

a

llaman arrabaa.

ARISTA. Intersección saliente de dos cóncavas. Bóveda de aristas normal es la cañones perpendiculares

ARQUIVOLTA.

superficies,

que pueden

ser

simple intersección de dos

e iguales.

Rosca de arco, o sea su parte curva, hecha con

piezas cortadas en dirección radial generalmente. Escribir archivulta es

purismo inadmisible

ya;

mas pronunciar

ARRABAA. Véase alfiz. ATAURIQUE. Ornamentación BAIDA.

la

ch no tiene atadero.

morisca de tipo

Bóveda cupuliforme o de casquete

gonal, generalmente

cuadrada.

Su desarrollo

vejetal.

esférico sobre base politotal

es

como pechinas

prolongadas por arriba hasta cerrar en curva continua. Su sección diagonal da

un semicírculo;

BAQUETÓN. BOCEL.

CANON. bién

su

línea

las

normales, arcos escazanos.

Moldura como bocel pequeño.

Moldura convexa semicilíndrica. Bóveda semicilíndrica, generalmente; mas puede

ser

generatriz apuntada, elíptica, escazana, peraltada

herradura.



4'"'3



tamo de

VOCKS DE

CAPIALZAR.

Desarrollar un arco o bóveda con oblicuidad progre-

siva, siendo horizontales

bóveda de

y paralelos sus arranques. La

tas capialzada tiene su clave central

más

alta

que

los arcos

aris-

formeros, y

su sección diagonal da un semicírculo o un arco apuntado.

CIMACIO. sobre

el

medieval

suelto,

como abaco de gran

desarrollo,

que va

con aumento del plano superior de apoyo. Es elemento

capitel,

casi constante y típico.

CINTA. la

Miembro

Hilada angosta y con ancho

que distribuye en zonas

fijo,

organización general de una obra.

COBIJA.

Pieza monolítica, generalmente llana, con que se cubre un

vano. Aplícase a los tableros que, volando entre modillones, constituyen el

ala de

un

tejado.

DERRAME,

muro en

Corte oblicuo del

aumentando su capacidad de una haz y con desarrollo mínimo a

la

a otra, o

un vano,

periferia de

la

promediado hacia ambas

mitad de su grosor. Así,

las

ventanas aboci-

nadas y saeteras.

DESCANTILAR. longitudinal oblicuo:

DESPEZAR. de

la

Robar su

arista a

como chaflanar.

Cortar

el

material de conformidad con

obra; sobre todo en los arcos su

DOBLAR. blado

menos

es

el

Reforzar un

que

una esquina, mediante un corte

despiezo

miembro con

lleva sotopuesta

la

estructura

es esencial.

otro equivalente.

Arco do-

una segunda rosca, concéntrica y de

grosor.

ENJALBEGAR.

Blanquear una pared, con lechada de

cal general-

mente.

ENJARJAR.

ENTREGAR.

Organizar un arco o bóveda con

jamba recortada como

ESCAZANO, de

él

muro un miembro saliente, dotado de en obra como tizón. Columna entrega

Incorpiorar al

masa complementaria que entra es la

jarjas.

tal

columna parcialmente.

Arco de menos desarrollo que

el

semicírculo,

al tercio

generalmente: también, escazarí y escarzano.

ESCOTA.

Moldura cóncava semicilíndrica, o de más desarrollo aún.

Decir escocia es italianismo.

ESPEJO.

como acera, y

Piedra colocada en un se aplica

generalmente



404

muro presentando a

su cara mayor,

mamposterías de poco



tizón.

ARQUITKCTIJK

ESQUIFADA. muros de apoyo;

Bóveda de cascus

\

llanos,

que avanzan en

formando rincones o

se ¡ntersectan

sus secciones normales son semicírculos. Llamarla

octógono regular, cuádrale

ESTRIBOS. bóvedas; como fenecí

el

FORMERO.

su extremidad

o contrafuerte, en cierto modo.

Arco pegado

al

muro, preparando

nacimiento o

el

es galicismo.

Casco cóncavo, rematado en redondo, generalmente, por

más ancha. Moldura de curva compuesta, por arriba cóncava y luego

GORJA.

convexa: también,

papo de paloma.

HERRADURA.

Arco desarrollado en más del semicírculo, exce-

diendo generalmente su flecha o altura en un tercio o en es

base un

muros para contrarresto de arcos

arranque de una bóveda; como forma. Decir formalete

GALLÓN.

los

bóveda en rincón

mas cuando tiene por lombarda. cúpula nombre de

Pilares adheridos a los

con

aristas entrantes, y

es galicismo deshonrible;

de claustro

y

linea

la

mitad del radio:

nombre moderno.

HOMBROS.

Parte inferior de arco o bóveda, que. no

empujando

contra los muros, se despieza libremente, ya incorporada a ellos ya maci-

zado su trasdós para refuerzo.

HUESO

Disposición de los sillares, asentados en contacto unos

(A).-

con otros, sin cuñas ni tendeles.

ICONOSTASIS. orientales,

Cerramiento ante

que atraviesa

la

el

coro y altar, en

las

iglesias

nave principal, formando arquería sobre co-

lumnas, generalmente.

IMPOSTAS.

Miembros

horizontales, salientes y

común, sobre que arranca un arco

INTRADÓS.

o

JARJA.

lo

o bóveda.

La cara o superficie

JARJAMENTO

moldurados por

interior y

cóncava del arco.

Porción inferior u

hombro de un

arco

o bóveda, que se erige sin cimbra y a hiladas horizontales, rematando en corte oblicuo para salmer de

JEMESÍA

o

XEMESÍA.

primera dovela.

la

Enrejado de piedra,

ladrillos, yeso o

dera, para dar luz y ventilación, sin registro desde afuera:

LISTÓN.

Moldura cuadrada de poca

MECHINALES.

como

ma-

celosía.

saliente.

Agujeros que resultan en una pared, por ocuparse

durante su construcción con

las

agujas del andamio.



4o5



VOCES DE

MEDIO PUNTO. así

por

ir

que

se

arco. Se llamó

su punto o centro a mitad del ancho. Por analogía, tercio

de dos centros dispuestos

es el arco el

Curva semicircular, tratándose de

al tercio

de su ancho; cuarto punto,

punto

organiza sobre cuatro divisiones, y todo

centros en los arranques. Parece que los tratadistas

dado buena cuenta de

MOCHETA. miembro

esta

pu nto

nomenclatura, propia de

el

que

tiene sus

modernos no

los

se

han

maestros ogivales.

Listón cuadrado con que remata horizontalmente un

o paramento.

MODILLÓN.

Miembro voladizo sobre que extremos de un dintel: como can

alero, o bien los

NÁCELA. un cuarto'de

Moldura cóncava, que arranca

asienta

una cornisa o

y canecillo.

vertical y suele desarrollar

cilindro.

PARTELUZ.

Pilar medial de

un vano; como alaros en

lo

morisco.

Saledizo en forma de triángulo esférico, dispuesto en un

PECHINA.

rincón para apeo de cúpula o anillo.

PERALTE.

Porción vertical sobre que se desarrolla

la

curvatura de

un arco o bóveda, partiendo de sus impostas.

PÉRGULA. de que pendía

Trabe o madero horizontal, y

el

velo ante

el altar

de

a veces sobre columnas,

las basílicas,

atravesando su nave

mayor.

PERPIAÑO. a otra en

Miembro

un muro, ya

PLANCHA.

el

el sillar

que va de una haz

arco que atraviesa perpendicularmente una nave.

Dintel de

PUDINGA.

travesano: ya sea

madera que

cierra

un vano.

Piedra formada por un conglomerado de cantos

dos, según imitan nuestros

RAMPANTE.

mármoles

menu-

artificiales.

como el arco y la bóveda que nivel. También llamaban así a lo

Construcción en declive,

tienen sus impostas oblicuas o a distinto

capialzado de una bóveda.

RASTRA.

Madero que

se asienta a lo largo del

muro, para trabazón

o apoyo de techo.

REPISA.

Miembro voladizo sobre que carga un

arco o pilar: antes,

represa.

RESPONSIÓN.

Pilar dispuesto a

modo

de columna, o sea pilastra,

y guardando correspondencia con una columna. ROSCA. Arquivolta o dovelaje de arco.



406



ARQUITECTURA

SALMERES.

Piezas en

¿irranque del arco, una a cada lado, ya

el

rematando simplemente sus jambas o postas, para recibir

SARPANKL

encima

las dovelas.

CARPANEL.

o

o dispuestas sobre las im-

jarjas,

Arco rebajado

elíptico:

del

francés

anse de panier.

TABICA.

Tablero que cierra

dós miembros salientes,

TAPIA.

como

vertical u

metopa

la

Obra de argamasa o

oblicuamente

el

huec
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