Gerry Hill. Sin Condiciones (NO STRINGS)

November 27, 2017 | Author: juanalaloca2 | Category: Economy (General), Business, Nature
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Sin Condiciones Gerri Hill

CAPÍTULO 1 Morgan secó nuevamente las lágrimas de sus ojos, pensando que tal vez debió haber permitido que Tina condujera. La nieve ahora caía fuertemente y parpadeó varias veces, tratando de aclarar su visión. Pero lo único que podía ver era a Jackson, con sus grandes ojos confiados observándola. Oh, Dios. "¿Estás bien?" Morgan negó con la cabeza. "No. Simplemente no puedo creer que se haya ido" "Lo mantuviste todo el tiempo que pudiste. Lo sabes. El veterinario dijo que ya había sido demasiado tiempo". "¿Y se supone que eso ayuda? Ha sido mi amigo, mi compañero desde hace once años. Y ahora se ha ido. Así de fácil", se limpió el rostro nuevamente mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla. Sí, así de fácil. Apenas había tenido tiempo de darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Segundos después de recibir la inyección, los ojos de Jackson se cerraron y fue casi como habían dicho. Lo pusieron a dormir. Casi. Porque Jackson no iba a despertar. Nunca. "Lo siento, Morgan. Sé que era tu...tu amigo. Pero puedes conseguir otro cachorro" "No", en eso, Morgan se mostró inflexible. No iba a pasar por esto otra vez. El dolor en estos últimos meses había sido demasiado, sabiendo que el fin estaba cerca, sabiendo que sería la encargada de tomar esa decisión, la decisión de ponerlo a dormir. "No. No puedo encargarme de otro perro". "Dale un poco de tiempo" "Crees que estoy haciendo el ridículo ¿no?" Tina meneó la cabeza, "Por supuesto que no. Tengo dos hijos y muchas veces me pregunté si Jackson era tratado mejor que mis propios hijos". Morgan respiró profundamente y trató de sonreír, "Creo que hacer que lo cremaran fue una buena idea" dijo, "Pasaría un tiempo infernal tratando de enterrarlo en este lío" "Creo que preferiría afrontar la nieve, que tratar de cavar un hoyo lo suficientemente grande para un labrador de cuarenta kilos en esta montaña de roca" "Sí, está bien. Eso fue un factor también", dijo con una sonrisa tranquila. Sí. Fue un factor. Pero por alguna razón, la idea de poner a Jackson en un hoyo profundo y cubriéndolo con tierra era menos atractiva que la cremación. Y el Dr. Bryant dijo que iba a encontrar una caja decorativa agradable para mantenerlo adentro. Nadie tendría que saber que ella lo mantendría en su repisa de la

chimenea, o en el tocador o en el sofá. Puso los ojos en blanco. Cristo, se estaba convirtiendo en una de esas viejas extravagantemente y todavía no tenía siquiera cuarenta. "Está nevando con fuerza. Pensé que sólo tendríamos un espolvoreo", dijo Tina. "Es noviembre y no hemos tenido una gran tormenta todavía. Tal vez sea esta" "Y lo estás tomando muy bien. Normalmente refunfuñas por una semana después de nuestra primera tormenta". "No me gusta estar helada" "Vives en las Montañas Rocosas ¿Qué puedes esperar?" "Espero temperaturas de verano en los setenta, eso es lo que espero" Tina rió. "Y lo conseguirás. También conseguirás un solo dígito en el invierno y cincuenta centímetros de nieve". "Sabes, después de mi primer invierno aquí, juré pedir al Servicio Forestal la transferencia. Pero después de ese primer verano, pensé que estaba en el cielo". "Sí. Y el invierno siguió al verano" "Y han pasado siete años. Haré lo que siempre hago. Transportar una cantidad impía de leña a la casa, sacar mis esquís y apoyarlos junto a la puerta y fingir que no puedo esperar para salir a la nieve". "Con todas las reducciones, ¿no estás preocupada porque ellos vayan a cortar tu posición?" Morgan negó con la cabeza. "No, Charlie dice que estoy a salvo. Además, es por eso que te despiden a ti cada invierno, para que yo pueda mantener mi trabajo". "No lo veo como un despido. Soy de temporadas. Y tengo vacaciones entre octubre y abril" Morgan desaceleró a medida que alcanzaban la cima, mirando hacia abajo hacia Lake City, Colorado, por debajo de ellas. Era una hermosa vista. Todo limpio y blanco, su primera nevada importante de la temporada. Lake City sobrevivió sólo por los turistas que acudían a las montañas durante el verano, la mayoría para alquilar Jeeps y probar sus habilidades en el Alpine Loop, (punto turístico donde se practica aventura, una de ellas rutas de vehículos 4x4). Y con el lago y los arroyos claros de trucha, era un paraíso para los pescadores. Sin embargo, la mayoría de las tiendas cerraban después del Día del Trabajo, por lo que la ciudad parecía casi desierta. Las pocas que permanecían abiertas atendían a los esquiadores que venían a disfrutar de sus senderos vírgenes para una aventura de esquí de fondo, motos de nieve y los que disfrutaban de las numerosas rutas fuera de pista. Las cabañas de verano también cerraban, así como la mayoría de los centros turísticos y bed-and-breakfast (alojamientos que ofrecen cama y desayuno), pero la pequeña casa de campo de Slumgullion permanecía abierta durante el invierno, llenando casi todas las habitaciones los fines de semana cuando las motos de nieve se dirigían directamente desde el estacionamiento y los senderos del bosque. A pesar de que odiaba el frío, Morgan ya no pensaba en trasladarse a un clima más cálido. Lake City se había convertido en su hogar. Los vecinos ahora la trataban como uno de los suyos y conocía a todo el mundo por su nombre. Por supuesto, eso no había sido siempre así. Había sido

asignada originalmente al Gunnison National Forest y Curecanti. Había estado entusiasmada de trabajar en Blue Mesa Lake. Había estado rodeada de agua la mayor parte de su vida, venía del centro de Florida, donde los lagos eran más numerosos que los pueblos. Pero no había estado en Gunnison un día, cuando le dijeron que había sido transferida. Justo al final del camino. Lake City. Te va a encantar. Recordó tomar este mismo trayecto, ver la misma vista, sólo en junio. No había un enorme lago que patrullar, ningún pueblo pequeño ofreciendo las comodidades más modernas. No, había sido asignada a Slumgullion Earthflow, (parque nacional natural caracterizado por movimientos de tierras muy llamativo para los geólogos) y el lago San Cristóbal (el segundo mayor lago natural de Colorado). Se había resistido al principio. Con poco personal, se había previsto que ella usara un montón de sombreros, desde el del guardabosque hasta el de anfitrión del campamento. Oh, seguro que las montañas San Juan eran hermosas…realmente espectaculares…pero después de que haber pasado dos largos y solitarios veranos en el apartado desierto de Arizona, aislada de la gente y el mundo, no estaba ansiosa por aceptar la lejanía de este pequeño pueblo. Pero después de una semana de Charlie, arrastrándola por todos las montañas, a través del Big Blue Wilderness (gran desierto azul en colorado), La Garita Wilderness y hacia arriba a través del Bosque Nacional Umcompahgre, quedó enganchada. Incluso se había enamorado de su pequeña casa, uno de las varias propiedades del servicio de bosque. Pequeña, sí y también escasa de vecinos, pero eso no importaba. Podía salir por la puerta de atrás y ser sorbida por la selva a 10 pies. Las cuatro estructuras idénticas habían sido construidas casi cuarenta años atrás para albergar al personal rotativo del Servicio Forestal. Ella y Jackson habían convertido una de ellas en un hogar. Y ahora cuando saliera por la puerta de atrás y hacia el bosque, no estaría un viejo perro amarillo deambulando a su lado, demasiado desgastado incluso para reunir la energía para perseguir a las ardillas que corrían por delante de ellos en el camino. "Oye ¿has escuchado algo acerca de la hija de Charlie?" preguntó Tina. Morgan frunció el ceño. "Aparte de que supuestamente tiene una, no" "Lo sé. Has trabajado para el hombre por siete años, se podría pensar que al menos tendrías que conocerla ¿no?" "O por lo menos haber visto una foto" "Bueno, Berta leyó un correo electrónico de ella. Ya que él está por retirarse el próximo año, al parecer, la hija…" "Espera ¿Cómo es que ella leyó su e-mail? ¿Y por qué iba a leer su e-mail?" "Sabes tan bien como yo que él apenas sabe lo que es una computadora. Ella siempre abre los emails para él. Y por qué...porque es curiosa". Tina agarró el salpicadero cuando el camión se deslizó en la nieve cuando Morgan giró por su camino, "En fin, ella viene de visita". "¿La hija?" "Sí. Ella tiene planeado un viaje para esquiar en Crested Butte (poblado en colorado) así que pensó que se asomaría".

"Me pregunto si Charlie la traerá por estos lados". Morgan miró rápidamente a Tina, "¿Por qué crees que nunca habla de ella? ¿O no tiene ninguna fotografía ni nada? Es casi como si estuviesen distanciados". "Supongo que no tanto si ella viene de visita" "Sí, pero es solo que es un poco extraño. Ella siempre ha sido la hija fantasma". Morgan se detuvo frente a la casa de Tina, "Oye, aprecio que hayas venido conmigo", se volvió hacia ella y le dio una pequeña sonrisa, "No creo que haya podido hacer esto sola" Tina se inclinó y le dio un rápido abrazo y un beso en la mejilla. "Somos las mejores amigas. Por supuesto que iba contigo. He conocido a Jackson tanto como te conozco a tí ¿recuerdas?" "Gracias" "¿Vas a estar bien esta noche? Quiero decir…" "Sí, sí. Voy a limpiar la casa y...y poner sus cosas arriba. Voy a estar bien" "Bueno, llámame si no lo estás. Puedes cenar con nosotros. Paul ha solicitado chuletas de cerdo" "Gracias, pero voy a estar bien" Sin embargo unos pocos minutos más tarde, cuando se detuvo en su propia entrada, no estuvo tan segura. La nieve cubría el corto pasaje y porche y descubrió que estaba temiendo entrar. No habría nadie para darle la bienvenida a casa, no habría una cola golpeando el suelo, ni gemidos de saludo. Habría un lugar vacío junto a la chimenea donde Jackson había pasado la mayor parte de su tiempo en estos últimos meses. Y habría un plato de comida vacío y los juguetes dispersos con los que Jackson ya no jugaba. "Lo siento, muchacho" susurró. Era la cosa más difícil que había tenido hacer. Pero él ya no podía levantarse, no podía caminar. Ella lo cargaba afuera para que hiciera sus necesidades, luego de vuelta al interior, donde pasaba su día hasta que ella regresaba a casa. Había intentado dejarlo afuera, pensando que disfrutaría tumbado al sol, pero eso duró dos días. En el segundo día, cuando había regresado a casa lo encontró empujándose a sí mismo por sus codos…los cuales estaban raspados y ensangrentados…cerca del escalón superior de la cubierta, como si estuviese tratando de llegar a su antigua cama cerca de la puerta. Casi le rompió el corazón verlo así. Así que otra visita al veterinario y más inyecciones de esteroides para tratar de conseguir que sus caderas trabajaran de nuevo…el último recurso. Pero ese no era el último recurso. El último recurso había sido dormirlo. Lo cual había hecho esta mañana. Y mientras otra ola de lágrimas y culpa la golpeaba, se bajó de la camioneta y corrió a través de la nieve, haciendo una pausa para golpear sus botas sobre el tapete antes de entrar. Cuando cerró la puerta en el frío, sus ojos automáticamente fueron atraídos por la manta junto a la chimenea. Junto a ella estaba el viejo oso de peluche que Jackson utilizaba para masticar. Ya no tenía los ojos o la nariz y una oreja pendía de un hilo, pero era tan parte de Jackson como cualquier cosa. Se agachó y lo recogió, apretando el juguete desgastado mientras miraba el lugar donde debían estar los ojos. Podría deshacerse de sus cosas…su cama…pero supo que nunca se libraría del Sr Oso.

"Eres patética" susurró y se alegró de que no hubiese nadie allí para verla. Por supuesto, ese pensamiento le pareció gracioso. No había habido nadie allí en tanto tiempo, que rara vez pensaba en eso. Arrojó al Sr Oso sobre el sofá y se quitó la chaqueta, colgándola en la percha detrás de la puerta. Agarró el mando a distancia y encendió el televisor, sólo para tener un poco de ruido. No podía soportar el vacío en la casa. A pesar de que él ya no podía seguirla por los alrededores como solía hacer, al menos el hecho de saber que estaba allí, junto al fuego, era suficiente. Al menos no estaba sola. De pie en la cocina, metió su cabello rubio detrás de la oreja, haciendo un inventario mental de su despensa y refrigerador. Nada le atraía. Por un instante, pensó en llamar a Tina y aceptar la oferta de las chuletas de cerdo, pero a los niños le gustaría saber todo acerca de Jackson y no estaba a la altura. Suspiró profundamente. El poco apetito que tenía desapareció mientras contemplaba una lata de sopa para su cena. Entonces, se dió la vuelta, volviendo a la sala y se colocó su chaqueta nuevamente. Nieve o no, no podía quedarse aquí sola. No esta noche.

CAPÍTULO 2 A pesar de la nieve, el bar estaba lleno. O tal vez eso era por causa de la nieve. La primera tormenta del año producía entusiasmo en la mayoría y Morgan podía imaginar a los lugareños rodeando las mesas del bar y las mesas de billar, hablando acerca de lo lleno que estaban sus lugares. Siete años y todavía no sabía por qué las personas se emocionaban por esa cosa blanca. Ella la odiaba. El excursionismo llegaba a su fin, reemplazado por los malditos eventos de esquís. Los caminos se volvían casi imposibles de conducir. Ahora haría falta un buen par de horas para llegar a Gunnison si tuvieses que hacer compras. Y con la nieve se terminaban los turistas de fin de semana, los campistas y excursionistas. Y para ella, significaba el fin de cualquier posibilidad de pasar la noche con un cuerpo caliente en lugar de un libro...o un juguete. Sonrió al encontrar un lugar para estacionarse, contenta de que su sentido del humor no la hubiese abandonado. En realidad, incluso con los turistas de verano, todavía podía contar con una mano el número de veces en las que otra mujer había compartido su cama. Lake City, Colorado, no era un refugio para las lesbianas, como había descubierto. Al menos, no para las solteras. "Hey, Morgan", Jeff le saludó mientras pasaba rápidamente con una bandeja cargada con hamburguesas y cerveza. Asintió con su cabeza a modo de saludo y se dirigió hacia la barra, sonriendo mientras Tracy que ya había llenado un tazón, lo deslizaba a lo largo de la superficie lisa hacia ella. "No pensé que vendrías esta noche" dijo Tracy mientras limpiaba una mancha de agua que estaba sobre la barra. "Siento lo de Jackson" "Sí. Había llegado el momento", tomó un sorbo de su cerveza fría. "Grandioso, gracias" "¿Quieres una hamburguesa?"

"No. Esto está bien. Sólo quería salir de la casa por un rato" Tracy asintió. "Has venido al lugar correcto por distracción. La primera tormenta del año, todos se ponen un poco locos". Y estaba ruidoso y bullicioso en el bar, la música country de la máquina de discos apenas ahogaba el golpe de las bolas sobre la mesa de billar, pero no estaba lo suficientemente fuerte como para ahogar las conversaciones y risas que llenaban la sala. Conocía a todo el mundo allí, algunos mejor que otros, pero después de siete años, no había muchos rostros nuevos y el Bar de Sloan era el lugar de reunión en la ciudad. Bien sea para el desayuno o el almuerzo, cuando el bar se convertía en cafetería, o por la tarde y la noche, cuando el menú de la cena consistía en hamburguesas y pollo y una vez a la semana bistec especial, si querías ver a alguien, para socializar, llegabas al bar de Sloan. Razón por la cual Morgan estaba allí ahora. Para socializar. Para ver rostros conocidos. Para escuchar historias familiares. Y para beber una cerveza o dos y perder un par de horas. Se dió la vuelta en el taburete, observando la actividad en el bar, sonriendo mientras Phil y Buddy discutían sobre un tiro en el billar. Entonces su mirada se posó en alguien extraño, una mujer, se detuvo, mirándola. No era común ver a una mujer solitaria aventurándose dentro del bar. Especialmente en una noche de semana mucho tiempo después que la temporada turística hubiese terminado. Mientras la miraba, la mujer se volvió, encontrándose con sus ojos. La ceja de Morgan se levantó. Reconocería esa mirada en cualquier lugar. Pero incluso aunque la mujer era atractiva…con sólo algo de maquillaje de más para su gusto…Morgan se volvió hacia el bar. No estaba de humor para ligar y hacer una pequeña charla con una extraña. No esta noche. "Otra cerveza, Tracy", dijo señalando su tazón vacío. Pero antes de que pudiera tomar un sorbo, sintió una presencia a su lado. Se volteó, sin sorprenderse al encontrar a la mujer de pie junto a ella con una sonrisa en su rostro. "Y yo que pensaba que iba a venir a las regiones selváticas. Imagina mi sorpresa al encontrar a una mujer muy atractiva en este infierno heterosexual". Morgan movió sus cejas juntándolas. "Heterosexual, sí. Pero no tanto un infierno" sonrió, "Es obvio que no has probado su doble pollo frito empanizado" "No como en lugares como éste. Pero estaba de humor para tomar un trago", dijo levantando su vaso que ahora contenía tres cubos de hielo casi derretidos. Lo sacudió juguetonamente. Morgan captó la indirecta. "Tracy ¿qué te parece otro trago aquí?" "¿Puedo sentarme?" preguntó la mujer. "Por supuesto" "Escocés en las rocas. Aquí tienes" dijo Tracy, mirando a la extraña con recelo. Morgan le guiñó un ojo y se volvió hacia la mujer."¿De dónde eres?" "New York"

Las cejas de Morgan se elevaron. "¿Un miércoles por la noche de noviembre después de una tormenta de nieve durante todo el día? ¿Supongo que está atrapada aquí?". "Por mi elección" la mujer se acercó aún más. "Entonces ¿qué hace una por diversión por aquí?". "¿Una?" "¿Si es compañía femenina lo que deseas?" Morgan rió, "Hacen juguetes para ese tipo de cosas" "¿Qué? ¿Eres la única lesbiana en un radio de cien millas?" Morgan asintió. "Se siente como eso. Aunque hay una universidad en Gunnison, por lo que no somos totalmente inhóspitos en la zona". "¿Y asaltas las casas de hermandad?" "Ya no, no. Son cada vez más jóvenes y me estoy haciendo más vieja" "Entonces, ¿profesoras tal vez?" Morgan asintió. "De vez en cuando" pero su único coqueteo con una profesora terminó nueve meses atrás. Sabía que Stephanie no era la mujer de sus sueños, pero después de seis meses de noviazgo, pensó que eran por lo menos monógamas. Desafortunadamente, Stephanie tenía un punto débil por las jóvenes estudiantes universitarias, Morgan lo aprendió bien. Todavía dolía saber que la había dejado de lado por una atleta de veinte años de edad. La mujer se acercó más. "Estoy libre esta noche”, apoyó una mano casualmente en el brazo de Morgan, "En caso de que estés cansada de jugar con los juguetes" ronroneó. Oh, vaya. Una propuesta sexual a menos de diez minutos. Debía ser un récord. Morgan miró automáticamente hacia Tracy, esperando que no hubiese escuchado. Sonrió a la desconocida, preguntándose qué era lo quería. Era atractiva. Alta y delgada. Demasiado delgada. Y su ropa insinuaba riqueza ¿Qué estaba haciendo en Lake City?. Y ¿por qué está coqueteando conmigo? Pero Morgan se encogió de hombros. Tal vez era esto lo que necesitaba. Sexo sin sentido por una noche, ¿Por qué no?. La última mujer para había compartido su cama también la había recogido aquí en el bar. No que ninguna de ellas lo recordaba a la mañana siguiente y por suerte, la mujer se había enganchado con sus compinches de acampar y se había trasladado a Pagosa Springs. Morgan se había sorprendido al saber que la chica sólo tenía diecinueve años. Eso fue en junio. "¿Qué dices?" Morgan vació su cerveza y bajó el tazón. Asintió con la cabeza, "Está bien. Seguro". Se levantó, señalando hacia la puerta. "Te seguiré" dijo la mujer, "Estoy asumiendo que vives sola" Morgan iba a decir, no, estaba Jackson esperando por ella en casa. La realidad golpeó duro "Sí. Vivo sola".

Tal vez debería reconsiderarlo. No estaba segura de estar apta para una noche de pasión. Pero después de un lento viaje cubierto de nieve a través del pequeño pueblo, Morgan no tuvo tiempo para considerar sus acciones. No tuvo tiempo de considerar mucho de casi nada. La mujer estuvo sobre ella en un instante, sosteniéndola contra la puerta, con las manos en sus pechos. "Me gusta rudo", dijo mientras besaba ferozmente a Morgan. "¿Rudo?" dijo Morgan débilmente y luego sus ojos se abrieron cuando la mano de la mujer se deslizó dentro de sus pantalones. "Voy a llevarte a lugares donde nunca has estado", susurró al oído de Morgan. Sorprendentemente, Morgan quería ir a esos lugares. Se relajó, cediendo a sus demandas, conmocionada por lo preparada que estaba cuando la mujer entró en ella. Se quedó sin aliento, sus caderas meciéndose contra la mano de aquella desconocida. Gruño en voz alta cuando la mujer mordió con fuerza contra su cuello. "Así. Móntame. Siénteme muy profundo dentro de ti. Oh, sí, estás tan mojada. Móntame", la mujer decía como una consigna en su oído. "Luego, podrás cogerme tan duro como quieras. Podrás cogerme toda la noche". Morgan se corrió instantáneamente.

CAPÍTULO 3 Morgan levantó la cabeza lentamente, con miedo de abrir los ojos. Cuando lo hizo, suspiró con alivio. Estaba sola. "Dios mío" murmuró mientras daba la vuelta. Estaba en el lado equivocado de la cama, cubierta sólo por una sábana. La colcha y edredón habían sido arrojadas al suelo. Miró al techo, preguntándose si sería capaz de caminar. Sí. Fue follada por un desconocida, está bien. Follada de muchas maneras, más de las que podía imaginar. Su boca sabía a sexo. La habitación olía a sexo. Cerró los ojos y gimió, demasiado cansada y adolorida para moverse. Incluso el frío no pudo ponerla en marcha. Pero tenía que levantarse. Jackson querría desayunar. Sus ojos se abrieron nuevamente. "No. No Jackson" Volvió la cabeza en la almohada. Era por eso que había tenido a una extraña la noche anterior, se recordó a sí misma. Porque no había Jackson. Por fin se sentó, gimiendo nuevamente cuando sus músculos protestaron. Miró el reloj que había sido derribado al suelo. Eran más de las siete.

"Dios ¿en qué estaba pensando?", deslizó las piernas por el borde de la cama, haciendo una mueca por el dolor entre sus muslos. Miró hacia abajo, observando las marcas de mordeduras enrojecidas. Entonces sintió su cuello, tocando la carne hinchada, ¿Una vampira? Ella sonrió. No. Sólo una mordedora. Pero su sonrisa se desvaneció cuando se miró en el espejo. Parecía que había sido asaltada. Se acercó más al espejo, frotando la sangre en su oreja. Su cuello estaba cubierto de marcas de mordiscos y magulladuras, al igual que sus pechos. Afortunadamente, ambos pezones estaban todavía intactos, "¿Quién demonios era ella?" **** "¿Qué demonios te pasó?" Morgan negó con la cabeza. "Nada" "¿Te metiste en una pelea o algo así?" "Sí. Algo así" Se alejó en dirección a la cafetera. Charlie la siguió. "En serio, Morgan. Te ves como el infierno" Morgan tomó un sorbo de café negro, mirando a su jefe a través del borde. "No pude dormir anoche. Al menos creo que no lo hice". "¿Por Jackson?" El fantasma de una sonrisa se dibujó en sus labios. "Si. Por Jackson" "Podrías haber tomado el día libre, ya sabes. Ni siquiera han despejado todas las carreteras todavía". "Lo sé. Pero no quería estar en casa" miró el escritorio vacío junto a la puerta, "¿Dónde está Berta?" "Oh, le dije que se quedara en casa. Vive abajo más allá de Turner’s Bend, ya sabes. No despejan ese camino hasta más tarde". "¿Cuánto conseguimos?" "Diez o doce centímetros. Conseguimos una buena base. Otra nevada como ésta y los senderos estarán listos para las motos de nieve". Él entró en su oficina, su escritorio tan desordenado hoy, como lo había estado durante siete años desde la primera vez que lo conoció. Estaba segura que algunos de los mismos papeles habían permanecido allí por años. "No hay mucho que hacer en el día de hoy, Charlie. ¿Por qué no limpiamos tu escritorio, eh?" "Deja a mi escritorio en paz. Caray, sé dónde está todo"

"No. Berta sabe dónde está todo". Morgan se sentó frente a él, señalando el desorden, "Nunca miras estas cosas ¿Por qué no, al menos, lo pones en un montón?". "Septiembre. Entonces podrás poner esta mierda en cualquier montón que quieras" "Ese es el día, ¿eh?" "Sí. Estoy fuera en agosto. Supongo que veintiocho años en el negocio es suficiente" Morgan asintió, "No será lo mismo por aquí" "No. Pero creo que voy a bajarme de tu cuello por los bosques" "¿Florida?" "Sí. Voy a comprar una casa rodante usada y estacionarla en la playa" dijo riendo, "Me encanta pescar demasiado para estar lejos del agua". Y ella podía imaginarlo haciendo eso. Tenía sesenta y dos años, pero podía pasar perfectamente como alguien diez años más joven. Estaba en forma y bronceado, un verdadero aficionado de las actividades al aire libre. Y estaría perfectamente en una casa en la playa. "¿Planeas ligarte una viuda millonaria?" Él negó con la cabeza. "Probé lo de millonario una vez. Los ricos tienen muchos problemas". Morgan inclinó su cabeza, "¿Cómo es que nunca hablamos?" "Hablamos todo el tiempo ¿Qué quieres decir?" "Sé que estuviste casado hace años. No sabía que ella era millonaria. Dices que tienes una hija, pero nunca la hemos conocido, nunca hemos visto una fotografía" "¿No?" "Nop" "Entonces ¿por qué lo traes a relucir ahora?" "¿Por qué crees?" Él se echó hacia atrás en su silla y apoyó las botas sobre la mesa, cruzando sus brazos detrás de la cabeza. "Veo que Berta fisgoneó en mi e-mail nuevamente" dijo, "No estoy acostumbrado a estar rodeado de una mujer. Ciertamente no estoy acostumbrado a una hija" "¿Qué edad tiene?" Él arqueó las cejas, "Treinta y tantos, tal vez" "¿Tal vez? ¿No lo sabes?" "Realmente no he sido parte de su vida. Algo como que perdí el contacto con las fechas" Ella asintió con la cabeza. "Entonces ¿qué pasa con la visita ahora?"

Él se encogió de hombros. "Ella me llamó y me dijo que tenía planeado un viaje para esquiar en Crested Butte. Quería saber si podría caer por acá, eso es todo". "¿Y finalmente vamos a llegar a conocerla?" "Sí. De hecho, creo que va a pasar por aquí hoy. O la próxima semana cuando se regrese. No hablé con ella esta mañana", dejó caer sus pies en el suelo y se acercó más a su escritorio, "Después de cenar anoche, dijo que quería ver los alrededores" se rió, "Le dije que no había mucho que ver después que oscurecía, pero creo que encontró algo. No le escuché regresar hasta las tres de la mañana". Morgan desvió su mirada rápidamente, su mente acelerada. ¿Con quién demonios he dormido?. "Así que, ¿ella está aquí sola? ¿No trajo un novio?" "No, ella está saliendo con un aspirante a político pero él no vino. Escuchándola hablar, parece que están a punto de casarse. Este fue sólo un viaje de chicas" dijo. Morgan agarró el puente de su nariz y se la apretó. "Ya veo", Oh, querido Señor, dime que no es así. "Así que, tu hija, ¿qué aspecto tiene?", preguntó tan casualmente como le fue posible. "Mona. Su nombre es Mona. Y es bonita. Alta y delgada. Cabello oscuro. Usa demasiado maquillaje, si me lo preguntas, pero eso es lo suyo" Morgan asintió. Mona. Gemidos Mona. Estoy muerta.

CAPÍTULO 4 "¿Lake City?" Reese Daniels miró a su alrededor. Parecía desierta excepto por el puñado de automóviles estacionados junto a la acera. Definitivamente no había tiendas ni restaurantes, ni luces de neón parpadeantes, ni risas de turistas, "Dios mío ¿es este el pueblo?". El hombre aclaró la garganta detrás de ella y se dió la vuelta. "¿Necesita alguna ayuda ahí, señora?" Ella asintió con la cabeza, "¿La Oficina del Sheriff?" "Abajo en la esquina, allí" señaló. "¿Problemas?" "Definitivamente" murmuró mientras se alejaba, sus botas hacían un clic contra la acera mojada. Definitivamente, un problema. Lake City no era Winter Park. No había pistas de esquí, ni mujeres lindas en chaquetas de colores y pantalones ajustados y no había vida nocturna. Se detuvo y permitió una pequeña sonrisa. Y sin esposa del alcalde, "Ah, los buenos viejos tiempos". Abrió la puerta, sorprendida cuando una campana sobre su cabeza sonó para anunciar su llegada. Esa sería la primera cosa que desaparecería. "Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarle?" Reese señaló a la campana, "¿Qué somos? ¿Un almacén de supermercado?"

"¿Disculpe?" la mujer mayor salió del otro lado del escritorio y la miró, "¿Es usted Reese Daniels?". "Sí. Retire esa campana" se acercó al mostrador, que estaba impecablemente limpio y organizado. ¿Y por qué no lo estaría? Dudaba que hubiese pasado mucho aquí en el condado de Hinsdale. ¿Cómo podría? Casi todo consistía en puertos de montaña sin caminos. Un año en el purgatorio. La mujer miró la campana y luego a Reese. "Pero a Ned…el Sheriff Carter…le gustaba la campana. Esa campana ha estado allí desde hace veinte años". Reese asintió. "Ya veo. Y ¿cómo te llamas?" "Eloise" ella sonrió, "Encantada de conocerla" "Correcto. Así que quite la campana, Eloise" se volteó, "Y mi oficina sería ¿dónde?" "Oh. Está ahí…" señaló, "…pero en este momento…" "¿Quién está en mi oficina, Eloise?" "Es Googan. Él ha estado actuando un poco como…" "Como el sheriff" Reese terminó por ella. Se acercó a la puerta y tocó en la pared interior, "Hey". Googan levantó la vista del periódico que estaba leyendo y frunció el ceño, "¿Qué estás haciendo aquí? ¿Eloise?" se puso de pie, "No se supone que deba estar aquí, señora" "Asistente Googan, soy Reese Daniels. Y creo que es usted quien no debería estar aquí", él tuvo la decencia de sonrojarse mientras arrastraba los pies fuera de la oficina. "¿Así que usted es el sheriff temporal? Pensamos que la nieve podría retrasarle un día o más". "He visto nieve anteriormente" "Les dijimos que no era necesario un sheriff temporal. Les dijimos que podíamos manejarlo". "Estoy segura de que lo hicieron" se volvió hacia él. "Créame. Quiero estar aquí mucho menos de lo que usted quiere que esté". "He trabajado para Ned por nueve años. Conozco las maromas. Conozco a la gente de aquí. Conozco el pueblo. No hay nada que pueda hacer mejor que yo" dijo. Reese sonrió. "Al parecer los comisionados del condado pensaban diferente. Algo acerca de una experiencia real, entrenamiento, ese tipo de cosas" se encogió de hombros, "Eso es diferente a ser asistente en un pequeño pueblito, Googan". "Sólo estoy diciendo que he puesto tiempo. Estaremos bien sin usted. Eso es todo" Pomposo, culo arrogante. Arrojó la mochila que llevaba en la silla, "¿Alguna vez ha disparado? ¿Has pillado un asunto de drogas? ¿Alguna vez has sacado tu arma y has quitado una vida?" sus ojos se entornaron, "¿Alguna vez has atendido el nacimiento de un maldito bebé a las dos de la mañana?". Él meneó lentamente la cabeza.

"Sí. Eso es lo que pensé" entonces los sorprendió riendo, "No es que espere que vamos a hacer ninguna de esas cosas aquí en el condado de Hinsdale", se inclinó para mirar por la ventana, tirando de las persianas de separación. "Así es que Googan ¿cuántos asistentes tenemos?" "Dos" Se levantó y suspiró. "¿Dos? ¿Eso es todo?" "Bueno, no hay mucho camino por recorrer en el condado, sheriff" Ella sacudió la cabeza. "No me llames Sheriff" Eloise miró desde Googan a Reese, "¿Entonces como tenemos que llamarla? Quiero decir, ¿Cómo la llamaban en su otro trabajo?". "Jefe" Eloise frunció el ceño y Reese sacó la silla con el pie, "Era la jefe de policía. Winter Park. Así que me llamaban Jefe", ella se sentó. "Llámame como quieras, Eloise, no me importa. Aunque preferiría que no fuese puta ni nada de eso". Eloise gruñó y salió de la oficina. Googan sonrió disculpándose, "No quise decir nada con todo lo anterior. Quiero decir, es sólo que, Ned había estado aquí por tanto tiempo. Yo también. Nosotros asumimos…" "Entiendo" "Y ya sabe, vienen tiempos de elecciones el año que viene, voy a estar optando por lo de sheriff". "Es todo tuyo, Googan. Confía en mí. Tan pronto como mi tiempo se haya acabado, me voy". "Entonces ¿por qué tomó esta asignación?" "¿Tomar?" se rió sin humor, "No, Googan. No la tomé. Digamos que fue forzado y dejémoslo así". Giró en su silla, dándole la espalda. Finalmente lo escuchó salir. Grandioso, Daniels ¿Por qué no enojas al personal en los primeros cinco minutos? "Bueno, creo que lo haré" murmuró. Respiró profundamente y soltó el aire lentamente. Un año y una semana. Esa era su sentencia. Sería libre de irse el próximo noviembre. Maldita esposa del alcalde.

CAPÍTULO 5 "Lo mejor de la mañana para tí, Morgan" la saludó Sloan. Morgan frunció el ceño, "¿Qué demonios? ¿Eres irlandés hoy, Sloan?" Él asintió con la cabeza mientras llenaba su taza de café. "Idea de mi esposa. Café con sabor" dijo. Tomó un sorbo e hizo una mueca "¿Dónde está mi café tostado sencillo, Sloan?"

"Crema irlandesa" "¿Cuántas personas han huido con este café hasta ahora?" Se inclinó más cerca, "Primero tengo que darte una taza de este y luego iremos al regular" Bebió de nuevo. "Supongo que podría gustarte a tí" miró hacia la cocina, "Tengo ganas de un desayuno completo esta mañana". "¿Salchicha o tocino?" "Tocino" "¿Tostadas o panquecas?" "Tostadas" "Croquetas de patata hervida o…" "Croquetas de patata y dos huevos, muy sencillo" ella entornó los ojos. Después de siete años, todavía mantenían esta conversación. Él llenó su taza de café nuevamente. "¿Escuchaste sobre el nuevo sheriff?" Ella negó con la cabeza, "¿Quieres decir que no vamos a estar sometidos a Googan durante un año?". Él se rió, "No. Pero sí a una mujer" Sus cejas se alzaron, "¿Una mujer?" "Una bruja de verdad, según cuenta Googan…" se inclinó más cerca,"…una perra del infierno, eso es lo que dijo". "Grandioso. Justo lo que necesitamos" dejó la taza sobre la mesa. "Haré que Berta averigüe la primicia con Eloise" dijo. Ella sonrió mientras él iba a solicitar su orden. Los pueblos pequeños. Una maldición y una bendición. Generalmente podrías averiguar cualquier cosa de cualquier persona sólo si ibas con Berta y Eloise. Por supuesto eso significaba que tu vida también era un libro abierto. Lo que le hizo preguntarse cuánto tiempo pasaría antes de que alguien sacara a relucir a Gemidos Mona. ***** Morgan se sentó en su escritorio e hizo lo que siempre hacía después de la primera gran tormenta. Hacía una lista de los senderos más populares para esquiar a campo traviesa y las rutas de las moto de nieve y hacía notas de cuáles aún necesitaba marcar. Cada verano, antes que el personal de temporada fuese despedido, su plan era que tuviesen los senderos para esquiar marcados mucho antes de las primeras nevadas. Y cada año, ese plan fracasaba. Así que se veía obligada a ponerse los esquís y marcar los senderos por sí misma. Odiaba el esquí a campo traviesa. Pero ¿las rutas en moto de nieve? Oh, sí, eso era divertido. Había dejado eso intencionadamente para el final, esperando hasta que una buena base estuviese

fijada antes de probar las rutas. Pero desde la tormenta una semana atrás, sólo habían tenido pequeñas nevadas. La nieve casi se había derretido en las zonas más bajas. "Hey" Berta la llamó en voz baja a través de la habitación, "Mira" dijo señalando a la calle. Morgan gimió para sus adentros. ´Gemidos Mona´ estaba caminando junto a Charlie, dirigiéndose hacia ellas. Se agarró al borde de la mesa con fuerza, tratando de decidir cómo iba a reaccionar. Trató de actuar tan indiferente como le fue posible, sólo dándole a la pareja que se aproxima una mirada superficial. Tal vez ´Gemidos Mona´ no la recordaría. O tal vez si mostraba indiferencia, Mona pensaría que Morgan no se acordaba de ella. Sí, buena suerte con eso. Mantuvo la cabeza baja cuando la puerta se abrió, fingiendo interés en su mapa de rutas. Pero sería grosero ignorarlos totalmente. Finalmente levantó la mirada y les dedicó una sonrisa. "Berta, Morgan" comenzó Charlie. "Esta es mi hija. Mona" Mona amablemente estrechó la mano de Berta y luego se volvió con una sonrisa maliciosa hacia Morgan, "Así que ¿Morgan? Guardia forestal ¿eh? Imagínate". Morgan tosió nerviosamente. "Sí, imagínate" extendió la mano, "Encantada de conocerte finalmente". Mona rió. "Sí, fué un placer conocerte" Charlie frunció el ceño, mirando de una a otra, luego, miró rápidamente a Berta. Berta le dedicó una sonrisa de complicidad. Grandioso. Simplemente grandioso. Berta sabe. Sólo será cuestión de tiempo para que Charlie se entere que me acosté con su hija. Morgan quería escabullirse debajo de su escritorio y esconderse. "Así que ¿ustedes dos ya se conocen?" preguntó Charlie finalmente. Morgan miró suplicante a Mona que solo se rió. "Sí, se podría decir eso". Mona se volvió hacia su padre, "Me encontré con ella en ese bar. ¿Cómo se llama? ¿Sloan?". Charlie miró a Morgan. "¿Por qué no me lo dijiste?" Sí, Morgan ¿por qué no se lo dijiste?. "Bueno Charlie, no sabía que era tu hija" "Bueno, cuando te dije que se llamaba Mona, seguro que eso hizo sonar una campana. Quiero decir ¿cuántas Monas puedes encontrarte en Sloan?" "Yo…" pero Morgan cerró la boca. Se negaba a decirle a Charlie…frente a Berta, nada menos… que se había acostado con su hija y sin siquiera saber su nombre. "Si no recuerdo mal, creo que no intercambiamos nombres, ¿Lo hicimos?" Mona le preguntó, con la misma sonrisa cómplice en su rostro.

Morgan sabía que se estaba sonrojando y miró rápidamente a Charlie, viendo las preguntas en sus ojos mientras fruncía el ceño y luego una ligera ampliación de sus ojos cuando finalmente sumó dos más dos. Morgan miró hacia otro lado. Alguien por favor que me dispare ahora. "Así que...la mañana que llegaste a casa a las 3 am…" dijo, mirando a Mona "…fue la misma mañana que Morgan vino aquí luciendo como…" hizo una pausa, su mirada dirigiéndose hacia Morgan, "¿Estás diciendo que…?" "No estoy diciendo nada" dijo Morgan, agarrando su abrigo. "De hecho…tengo…ya sabes… cosas que hacer. Tengo un montón de cosas que hacer. Por lo tanto, fue un placer conocerte, Mona" dijo mientras se dirigía a la puerta. "Espero que hayas disfrutado de tu viaje de esquí y que tengas un viaje seguro de regreso a Nueva York". Cerró la puerta y se fue, sin atreverse a mirar hacia atrás en la oficina ¿Cuáles eran las posibilidades? Puso los ojos, haciendo un voto de silencio de nunca elegir a una mujer en Sloan nuevamente.

CAPÍTULO 6 "¿Así que es ella?" Morgan preguntó a Tracy mientras ella deslizaba su cerveza por la barra. "Sí. No habla con nadie. Simplemente entra, coge una cerveza y una hamburguesa y se va" Morgan estudió a la mujer alta que estaba sentada sola en una mesa con sus largas piernas estiradas mientras leía un periódico. Cabello oscuro…corto y tupido…un suéter de lana gruesa sobre una camisa de mezclilla, vaqueros y botas. Botas de vaquero. Morgan sonrió con aire de suficiencia. "¿Me pregunto cuántas veces se va a reventar el culo con esas botas?" Tracy sonrió. "He escuchado que Googan le tiene miedo" "Googan tiene miedo de su propia sombra. No es que algo pase en este pueblo que Googan no pueda manejar, pero aún así estoy contenta de que trajeran a alguien para reemplazar a Ned" miró a la mujer nuevamente, "Eso, asumiendo que sea un sheriff real" bajó la voz, "Berta dice que viene de Winter Park". Tracy asintió. "Googan dice que era la jefe de la policía allí. Dice que exigió que la llamaran Jefe y no Sheriff". "Un poco llena de sí misma ¿no?" Tracy se acercó más, "¿Por qué no vas a hablar con ella?" "¿Por qué querría hacer eso?" "Creo que ella es tu tipo" Morgan rió."Oh, no. Creo que he aprendido mi lección acerca de escoger mujeres en el bar" "Sí. Acerca de eso último. La ví…"

"Mira, vamos a olvidarnos de eso ¿vale? Porque si sale a relucir que…" "¿Quieres decir porque es la hija de Charlie?" "¡Cristo! ¿Lo sabe todo el mundo?" "Bueno, caramba, Morgan, el lugar estaba lleno esa noche. La mitad de la ciudad estaba aquí". "Genial. Y ella terminó siendo un psicópata. Y aparte de eso, heterosexual" "Ella era linda" "Sí, una psicópata linda. Y es la hija de mi jefe" "No lo sabías en ese momento" hizo una pausa, "¿Lo sabías?" "No. Caray, ni siquiera sabía su nombre. Desperté en la mañana y ya se había ido" Tracy negó con la cabeza. "No necesito saber acerca de eso, Morgan. Sabes que mi madre ya cuestiona nuestra amistad". "¿Aún? He estado aquí siete años. Se podría pensar que ya lo ha superado" "Sería de gran ayuda si tuviera un novio" "¿En esta ciudad?" "Lo sé. Tengo que salir de aquí" "Has dicho eso desde que te conozco" "Me encanta aquí. La mejor pesca en las Montañas Rocosas, si me preguntas. Y ahora, motos de nieve. Quiero decir, trabajar por la noche y tener todo el día para jugar. Si me mudo a una ciudad, o incluso un pueblo del tamaño de Gunnison, estaría buscando un trabajo de ocho a cinco ¿Y para hacer qué? Soy un camarera". "Estás cerca de los treinta" le recordó Morgan. "Lo sé. Y sigo trabajando en el bar de mi tío" "Bueno, Sloan no tiene hijos. Tal vez cuando se jubilen, puedas comprar el local" Tracy le lanzó a Morgan la toalla y señaló el punto de agua de su cerveza, "Le diré a mi madre que dijiste eso. Va a estar tan orgullosa de que mi ambición de ser dueña de un bar, que va a dejar de insistir en que me mude a Gunnison y que vaya a la universidad" "Uh-huh" dijo Morgan ausente, pero su atención fue atraída hacia la nueva sheriff cuando Jeff le llevó una bolsa de papel con la cena para llevar. La mujer asintió con su cabeza a Jeff, sin decir nada. Luego se bebió el último sorbo de cerveza, tiró un par de billetes sobre la mesa, se levantó y se fue. "Tienes razón. Ella no habla" "Es un poco misteriosa ¿no te parece?"

"Iba a decir que melancólica" dijo Morgan. Al menos eso fue lo que le apareció. La mujer había doblado el periódico anteriormente y simplemente estaba mirando hacia el espacio, como si estuviese pensando en la vida, ni siquiera los golpes ocasionales de las bolas de billar la interrumpieron. No había ninguna sonrisa, ninguna expresión. Y ni una palabra cuando Jeff le entregó la cena. Definitivamente melancólica por algo.

CAPÍTULO 7 Era una hermosa mañana, limpia y brillante, e incluso la temperatura de diez grados no apagó el ánimo de Morgan. Habían tenido un par de centímetros de nieve durante la noche. No lo suficiente para impedir los viajes y ciertamente no lo suficiente para añadir base en los senderos, pero lo suficiente como para cubrir el suelo y los árboles con esa nieve de fotografía. Eran estas las ocasiones en las que Morgan podría realmente admitir que le gustaba el invierno. No durante una tormenta de nieve. No en temperaturas bajo cero. Y definitivamente no en marzo y abril, cuando una tormenta tardía impulsaría la primavera una vez más. Pero en días como hoy, con esa frescura en el aire, el sol reflejándose brillantemente a través de la nieve fresca, los copos cristalinos aferrándose a los abetos y pinos y los pájaros y ardillas revoloteando alrededor, era casi perfecto. Y eso le hacía extrañar a Jackson. Cuando él estaba más joven, éstas eran las mañanas cuando corría hacia el porche y se deslizaba en la nieve, con los ojos brillantes y juguetones, pidiendo un rápido paseo por el bosque. Y ella se veía obligada a seguirlo a lo largo del sendero mientras perseguía ardillas y jugaba en la nieve. Tal vez debería tener otro cachorro. Pero negó con la cabeza. Eso era muy duro. Déjalo ir. Y lo hizo, conduciendo al sur de la ciudad hacia el lago. El Lago San Cristóbal era uno de los lagos naturales más grandes del estado, formado por el Slumgullion Earthflow. El flujo de tierra estaba todavía activo, pero ya no estaba afectando al lago. Y el lago en sí era uno de los más originales que Morgan hubiese visto alguna vez, con un telón de fondo de 14 mil pies de cumbres. Y la vista hoy estaba espectacular, lo más alto del pueblo estaba recibiendo mucha más nieve de lo que estaba recibiendo en el valle. Por encima de la casa de campo, las montañas mostraban nada más que blanco. Pensó que el primer gran grupo de motos de nieve podría llegar alrededor de la semana. Giró donde Hines Creek se reunía con Lake Fork del río Gunnison y vio un camión estacionado a un lado del camino. Redujo la velocidad, sabiendo que Ed Wade estaría probablemente pescando, pero igualmente quería verificarlo por sí misma. Cuando se colocó detrás de su camioneta, lo vio con otro hombre de pie en las rocas cubiertas de nieve pescando con mosca. Salió de su cálida camioneta y se puso la chaqueta, caminando con dificultad hasta el río. Ed la vio y la saludó con la mano. "Hey, Morgan. Hermosa mañana ¿no es así?" "Absolutamente. Sin embargo, la mayoría de las personas dirían que jodidamente fría para pescar". "Oh, se lo prometí a mi tío, ya sabes ¿Tío Dave? Esta es Morgan. Servicio Forestal"

"Síp" murmuró y continuó con su pesca. Morgan enarcó las cejas. "Tiene ochenta y ocho. No habla mucho" "Aunque no soy sordo" Morgan se rió mientras él se movió más lejos de ellos. "Vino a pasar Acción de Gracias. Sabes que mi madre se va por el invierno. Estarán aquí hasta el domingo y luego regresan juntos" bajó la voz, "Está enérgico, así que quise sacarlo de la casa". "No lo dudo. Bueno, voy a dejar que vuelvas a tu pesca. Ví tu camión y quise asegurarme de que todo estaba bien" "Oh, claro. Gracias, Morgan. Ten un buen día" "Tú también, Ed" Estaba temblando cuando se recostó en su camión. Por lo que sabía, Ed pescaba casi todos los días. Trabajó como guía de pesca, sobre todo en Blue Mesa, o aquí a lo largo del río, siempre conociendo los mejores lugares para la trucha. En el otoño, se concentraba en la caza hacia las zonas altas del pueblo en busca de alces. Y en el invierno, lo encontrabas aquí, junto al arroyo, pescando sin importarle mucho el resto del mundo. Y lo más probable era que su tío de ochenta y ocho años estuviese pescando sin licencia. Y además fuera de temporada. Su madre vivía en Arizona durante el invierno. Pero Ed era Ed y no iba a llamarle la atención por eso. Él se regía demasiado por el libro cuando se trataba de sus viajes de guía, como para molestarlo ahora. Además, ya hacía demasiado frío para estar parada allí afuera redactando una citación por no licencia de pesca. Entonces les hizo un gesto de despedida cuando condujo pasando por su lado, dirigiéndose hacia el hospedaje. Era lunes antes de Acción de Gracias, pero ya se estaba llenando el hospedaje. Algunos traían sus propias motos de nieve, pero la mayoría de los invitados las alquilaban desde el hospedaje. Y como sospechaba, las áreas silvestres se habían llenado con los sonidos de las máquinas ya que la temporada se había puesto en marcha. Si no disfrutara ella misma de las motos de nieve, estaría temiendo esta época del año. La tranquilidad de las montañas era estropeada con el rugido de los motores. Pero lo que era realmente excitante era volar a través de la nieve a una velocidad vertiginosa. Las motos de nieve era un deporte que había escogido después de mudarse aquí y lo acogía de todo corazón. El esquí a campo traviesa, no tanto. "Hey, Kenny" saludó al hijo de Ellen, "¿Estás full esta semana?" "Oh, sí, señora. Estamos completamente llenos. Estuve afuera en las pistas al amanecer. Tienen suficiente nieve como para que las máquinas salgan". "Bien ¿Tu mamá está por ahí?" "La encontrarás en la cocina, como siempre" Ellen Patterson y su esposo Rick habían comenzado el hospedaje veinte años atrás y lo convirtieron en un próspero negocio durante los meses de invierno, cuando la mayoría de los hospedajes cerraban. Y lo hicieron ofreciendo las motos de nieve y los senderos justo al lado del

estacionamiento. Por supuesto, los senderos estaban en las tierras forestales nacionales, pero Rick había moldeado su propia tierra para que se mezclara con el bosque, prácticamente justo en la pista de las motos de nieve. Y con la ayuda de Charlie, había asegurado nuevos senderos para conectar con los senderos del Servicio Forestal establecidos, que comenzaban cerca de la ciudad y junto al río. "Hola, Morgan, me pareció haber escuchado tu voz" Morgan aceptó la taza de café que Ellen había colocado en sus manos y encontró un lugar en el bar mientras Ellen se movía con impaciencia hacia la cocina. Y eso era lo que estaba haciendo. Moverse impacientemente. Nunca estaba quieta ni un minuto. Ya hacía mucho tiempo que Morgan se había acostumbrado al constante movimiento. "Estaba afuera haciendo las rondas" dijo, mientras miraba los rollos de canela recién horneados. Ellen rió. "Conociéndote, los oliste desde Hines Creek" deslizó el plato más cerca, "Sírvete tú misma". Morgan mordió la suave masa caliente con un audible gemido, su lengua salió furtivamente para agarrar la miga que se había quedado en la comisura de su boca. "No sé por qué no acabas por abrir tu propio café aquí. Tendrías suficientes clientes del hospedaje para mantenerte ocupada". "Sloan estaría detrás de nuestro culo y lo sabes. Además, dirigir un restaurante es un trabajo duro. Sloan te lo puede decir". Morgan tomó un sorbo de su café antes de tomar otro bocado del rollo. "Kenny dice que están llenos esta semana. Lo bueno es que tuvimos un poco de nieve la noche anterior". "Sí, eso hizo que los senderos se volviesen aceptables aquí. Si no, Rick hubiese tenido que transportarlos hacia arriba por encima de Slumgullion para coger los senderos. Sin hablar que tendría que haberlos llevado y traído nuevamente. Si anunciamos motos de nieve, tenemos que cumplir", dejo de lavar platos, girándose con las manos mojadas, "Oye ¿aún no has conocido al nuevo sheriff?". Morgan negó con la cabeza, "Nop. Sin embargo la ví en el bar la otra noche. Pero se reserva para sí misma. No conozco a nadie con quien hubiese hablado de manera amistosa". "Vino aquí el viernes pasado" "¿En serio?" "Sólo para presentarse. Muy seria, pero parecía lo suficientemente agradable. No como Ned, por supuesto, que nunca conoció a un extraño. Apuesto a que Googan está bastante molesto". Morgan rió. Todo el mundo sabía que Googan pensaba que había ganado el trabajo después de haber seguido al viejo Ned como un cachorrito todos esos años. Lo que Googan no sabía era que nadie quería que fuera sheriff. No que él fuese totalmente inepto ni nada de eso. Pero al igual que Barney Fife, él no era material para sheriff. Había visto muchas películas desde que era un niño y la mitad de la población tenía miedo de que matara a alguien por robar un paquete de chicles. "Parecía de tu tipo" "¿Mi tipo?"

"Ya sabes" "¿Tú también? ¿Qué? ¿El pueblo está cansado de que esté soltera?" "Bueno, me enteré de la mujer de la otra semana. La hija de Charlie" "¡Oh, Dios mío! ¿También escuchaste eso?" "Sólo estoy diciendo, que no deberías escoger extraños. Nunca se sabe quién con quién están relacionados. Además, la sheriff es linda. De una manera arrogante". "¿Es eso posible?" "Tal vez arrogante no es la palabra correcta. Indiferente ¿Qué tal?" "¿Piensas que es linda?" "Si ¿No es así?" "Supongo. Alta. Casi atractiva" murmuró Morgan. "Pero tiene un aire a su alrededor. No parece alguien con la que me llevaría bien. Demasiado mal humor o algo así. Pienso que algo melancólica". "Mmm. Bueno, estaba pensando en tí cuando la conocí. Eso es todo" Morgan sonrió mientras Ellen volvía a sus platos. La única lesbiana en la ciudad y todo el mundo estaba tratando de emparejarla. Era una de las cosas que amaba de esta comunidad. Claro, todo el mundo conocía los asuntos de todos los demás, pero eran casi como una gran familia. Y luego de unos meses con Charlie arrastrándola alrededor y arrastrándola hacia el bar cada noche, la habían aceptado como uno de los suyos. Y con los años, ya conocían casi todos sus encuentros sexuales, sin importa cuán discreta trataba de ser. "Gracias por pensar en mí, pero puedo encontrar mi propia cita" Ellen resopló. "Sí, eso ha funcionado muy bien hasta ahora" Morgan rió con buen humor mientras salía de la cocina. *** Después de hacer sus rondas más allá de Slumgullion y hacia abajo a lo largo de Hines Creek, Morgan se dirigió nuevamente a la ciudad al mediodía. La temperatura había aumentado por encima de los veinte y la nieve se había derretido en las carreteras. Redujo la velocidad al pasar por el Café de Sloan, sonriendo por el aviso en la ventana. Todavía le divertía. Era ´Café de Sloan´ hasta eso de las dos y entonces se convertía en el ´bar de Sloan´. Un compromiso entre Sloan y su esposa. Pensaba que bar era un nombre demasiado sórdido cuando ella estaba sirviendo el almuerzo. Razón por lo que Morgan se estaba deteniendo ahora. No se detenía a menudo para el almuerzo. Ya venía lo suficiente en las noches. Pero hoy vió la camioneta patrulla de Googan estacionada al frente. Y tenía mucha curiosidad sobre la nueva sheriff que le estaba rebanando el cerebro a Googan. Aunque Berta le había caído a Eloise, solo había conseguido detalles muy elementales de

ella. Berta había dicho que Eloise estaba asustada de la mujer. Y después de haberla visto sólo una vez, podía entender por qué. "Googan ¿cómo te va?" preguntó mientras se sentaba junto a él en el bar. "Está yendo. Si le dices yendo, a que la Jefa Daniels este montada sobre mi culo todos los días". "¿La nueva sheriff?" preguntó casualmente. "Hey, Sloan. Voy a tomar té y queso a la plancha". "¿No hamburguesa?" Ella sonrió. "No. Me comí un enorme bollo de canela donde separándolas, "Así de grande"

Ellen" extendió sus manos

"Sí. Me han dicho que hace los mejores" él entrecerró los ojos, "¿Está sirviendo desayunos en su casa ahora?". "Oh, sí. Ya sabes, gratuito para los huéspedes" "Y para tí, al parecer" Morgan golpeó el codo de Googan cuando Sloan se fue, "¿Y? ¿La nueva sheriff? ¿Cómo trabaja contigo?". "Es una bestia, eso es lo que es. No sólo tengo que dar cuenta de cada minuto de mi día, tengo que dar cuenta de cada milla. Le echó un vistazo al presupuesto y a los gastos de combustible y casi pegó en el techo. Le dije que era un condado grande. Que había que conducir en una gran extensión". Morgan se mordió la lengua. Era un pequeño condado con carreteras mínimas por recorrer. Los caminos forestales eran su área. Pero tal vez Googan estaba tratando de defender su caso con una recién llegada y convencerla de la inmensidad de la provincia. "Además, no soy sólo yo en el presupuesto. Carlton también está en él, ya lo sabes. Y Ned, por los mil demonios, todos sabemos que Ned recorría todo el maldito lugar". "Ned ha estado fuera cuatro meses" le recordó. "Sólo estoy diciendo, que ella saltó sobre mi culo y no soy el único que conduce" "Así que, ella no se relaja realmente ¿eh?" "No, tiene una astilla en su hombro por algo o simplemente está cabreada con el mundo. Nunca sonríe. Demonios, casi nunca habla. A menos que esté saltando sobre mi culo por algo. Te lo juro, va a ser un año muy largo. Luego vienen las elecciones, podremos enviar su culo a empacar". "¿Estás hablando sobre la nueva sheriff?" preguntó Sloan. "Jefe Daniels, no sheriff" "Sí, Carlton entró esta mañana quejándose de ella. Dijo que había cortado sus horas" "Pensé que sólo tenía medio tiempo de todos modos" dijo Morgan.

"Ha registrado unas treinta de horas" dijo Googan, "Ella lo bajó a quince. Eloise dijo que ella podría despedirlo durante el invierno y no traerlo de vuelta hasta mayo". "Bueno, tienes que admitir que no hay mucho por hacer durante el invierno, Googan" dijo Morgan, "Incluso en el verano ¿es necesario contar con tres?" "Solo porque el Servicio Forestal te recorte a sólo dos posiciones durante el invierno no significa que la ley deba seguir su ejemplo". Sloan asintió. "Sip. Podría haber una ola de robos o asesinatos. Tienen que estar preparados". "Sí, eso es lo que estoy diciendo" Morgan y Sloan se miraron divertidos cuando Googan bebió su té y se levantó. "Y ahora tengo que volver a la carretera antes de que salte sobre mi culo por almorzar" asintió con la cabeza hacia ellos, "Los veo después". "El viejo Ned estuvo aquí por mucho tiempo, no creo que ni siquiera supiese que tenía un presupuesto" dijo Sloan, "Tal vez sea bueno traer sangre nueva". "Sí, bueno sin duda puso una abeja en el culo de Googan"

CAPÍTULO 8 "Ve a hablar con ella" "No lo haré" dijo Morgan. "Te he invitado a salir, así que podemos visitar" "Sólo tienes que ir a presentarte" dijo Tina, "Ella no habla con nadie en la ciudad. Incluso Eloise le tiene miedo. Ve a ver si se puedes tantearla". Morgan sonrió. "¿Tantearla?" Tina rió. "Sacarla, no excitarla" Pero Morgan negó con la cabeza. "Mira, a todas luces, es una verdadera perra. No me importa si es gay o no, no creo que nos llevemos bien". "¿Otra ronda, señoras?" preguntó Tracy mientras se balanceaba hacia su mesa. "Por supuesto". Tina agarró la muñeca de Tracy y la atrajo hacia sí, "¿Hasta cuándo estará la sheriff aquí?".

"¿La Jefa Daniels? Oh, su pedido estará listo en pocos minutos ¿Por qué?" "Estoy tratando que Morgan vaya a hablar con ella" "Sí. Buena suerte. Morgan no cree que le guste la jefe" Morgan asintió, "¿Ves?" "¿No tienes curiosidad acerca de ella? Quiero decir ¿por qué se mantiene tanto para sí misma?". "Es bastante agradable cuando hace su pedido" dijo Tracy, "Siempre deja una propina. Simplemente no habla mucho". Tina se volvió a Morgan, "¿Ves? No es necesariamente una perra. Sólo tal vez es tranquila" "Está bien, muy bien" dijo Morgan, "Voy a ir. Pero compras la cena" Morgan empujó su silla y caminó a través de la barra hacia donde estaba la jefe Daniels sentada en silencio, moviendo un papel empapado entre sus dedos. Antes de que Morgan pudiese hablar, ella levantó la vista, "¿Tus amigos heterosexuales, finalmente, te hicieron venir?". Morgan rió. "Sí. ¿Cómo lo sabes?" Ella se encogió de hombros. "Eres Morgan ¿verdad? ¿Servicio Forestal?" "Correcto" "Reese Daniels" dijo ofreciendo su mano. "Encantada de conocerte" "Bueno. Ahora que nos hemos conocido. Tal vez tus amigos te dejen en paz" Morgan sonrió, sin estar segura de su declaración ¿Reese Daniels estaba siendo solamente ruda? ¿O acababa de ser despedida?. "Perdone, pero mi cena está aquí" Está bien. Había sido despedida. "Bueno, que tenga buenas tardes entonces" Reese Daniels sólo asintió mientras agarraba la bolsa de Jeff, dejando que Morgan regresara de mal humor a su mesa donde Tina esperaba con ojos ansiosos. "¿Y bien? ¿Y bien?" "Y bien ¿qué? Ya la conocí" "¿Y?" "Ya la conocí. Su cena llegó y eso es todo" Tina la siguió con su mirada mientras la Jefe Daniels salía del bar, "¿Pero ella fue agradable?"

Morgan levantó una ceja, "Yo no diría realmente agradable" "¿Ah, sí? ¿Así que fue una perra?" Morgan negó con la cabeza. "En realidad no. No fue más que...distante. O lo que Ellen Patterson llamó, indiferente". "Ya veo. Así que supongo que no voy a invitarla para que cene con nosotros en la cena de Acción de Gracias". Morgan entornó los ojos. "Por favor. Por favor, dime que no vas a tratar de liarnos ¿Por favor?". "¿Por qué?" "No es mi tipo, para comenzar" "Cariño, tienes 35 años y vives en el Condado de Hinsdale. No puedes permitirte el lujo de tener un tipo" dijo con una risa. **** Reese se metió en su camioneta y cerró la puerta, colocando su cena en el asiento junto a ella. Miró una vez más hacia atrás en el bar antes de alejarse. Así que esa era Morgan, la hermosa guardabosques que había visto en la ciudad. No había querido ser entrometida y preguntar quién era. Al ser los pequeños pueblos lo que eran, sabía que iba a encontrarse con la mujer. Así que había esperado. Eventualmente, su nombre surgió. Ellen Patterson en el hospedaje, le había preguntado si había conocido a Morgan, había dicho que tendrían mucho en común. Reese sonrió. Lo que significaba que Morgan era lesbiana en caso de que no se hubiese dado cuenta de eso todavía. Y si tuviera que adivinar, viviendo en este lugar, probablemente era la única. Hermosa y soltera. Pero nada de eso hacía una diferencia para ella. Estaba en el exilio, cumpliendo su sentencia. No quería conocer gente nueva, no quería hacer nuevos amigos y no quería involucrarse en la vida de nadie. Cuando su año hubiese terminado, se iría. No quería que hubiese ninguna duda de eso. Y lo más probable es que tampoco volvería a Winter Park. Pero había otros pueblos y otras estaciones de esquí. Tenía un buen historial y una reputación impecable. A excepción del pequeño incidente con la esposa del alcalde. Pero a ella le gustaban los pueblos de esquí. Había dedicado 10 valiosos años de su tiempo en la ciudad. No tenía ganas de volver. Los pequeños pueblos turísticos le proporcionaban toda la emoción que necesitaba. Los crímenes consistían en peleas entre borrachos y el ocasional choque de autos. Así que sí, podría encontrar otro trabajo en otro pueblo turístico. Tenía las credenciales. Y sólo podía imaginar lo lista que estaría de salir del pequeño Lake City después de un año. Pero más tarde, mientras comía su cena a solas y miraba el fuego que ardía con vehemencia, se preguntaba si realmente podría tomar un año en el exilio, un año en soledad. No es que ella no estuviese acostumbrada a estar sola. Lo estaba. Pero en medio de la soledad, se había acostumbrado a estar con la gente, caminando por las calles, interactuando con los turistas, dando indicaciones. Y se había acostumbrado a conocer mujeres dispuestas ocasionalmente y llevarlas a casa. En Winter Park, no dejó ningún amigo. Y en su departamento, sin duda, habían respirado de alivio cuando ella se había ido. La dama dragón. Pero había sido su hogar durante los dos últimos años y estaba lleno de rostros conocidos. No había sentido como si estuviese completamente sola.

¿Aquí? Eloise le tenía miedo y caminaba de puntillas a su alrededor. Googan estaba enojado y también estaba aterrorizado de ella. Carlton estaba a punto de ser despedido y lo sabía. Tenía pocas conversaciones con Jeff en el bar y la chica detrás de la barra, Tracy. Eso era todo. Sabía quién era Sloan, el dueño del bar, pero en realidad no había hablado con él. Había escuchado el nombre de Charlie unas cuantas veces y sabía que había estado en el pueblo durante unos quince años trabajando para el Servicio Forestal. Y Ellen le había hecho saber que Morgan había trabajado allí durante siete años. Ella es la chica más dulce. Espero que la conozcas. Dulce o no, Reese no tenía intención de llegar a conocerla. Ella estaba en el exilio.

CAPÍTULO 9 Morgan se acercó cautelosamente a su camioneta, balanceando su taza de café caliente…con crema irlandesa nuevamente…con el desayuno-taco que Sloan le había hecho probar. Iba a ser lo nuevo en el menú, así que estaba dando algunos como muestras. Olía bastante bien, notó Morgan, pero dudaba que muchos de los antiguos lo disfrutaran. Abrió la puerta con cuidado, tratando de mantener el equilibrio entre el hielo y la nieve para no derramar su café. Se sentó en el interior de su camioneta por un minuto, puso la calefacción en alto, mientras desenvolvía el taco, una tortilla de harina rellena con patatas, huevos y tocino, cubierta con queso picante, "Mmm" gruñó, "Esto es bueno. Realmente muy bueno". Está bien. Tal vez algunos de los antiguos lo disfrutarían. Asintió con la cabeza, haciendo una nota mental para que Sloan supiese lo bueno que estaba. Se dirigió por la calle, encendiendo su limpiaparabrisas cuando la nieve empezó a caer con más fuerza. Acababa de recoger su taza de café cuando vió una imagen borrosa por el rabillo del ojo. No tuvo tiempo de reaccionar cuando fue lanzada hacia adelante, salpicándose con café caliente mientras sus bolsas de aire se desplegaban. Se echó hacia atrás, aturdida y luego golpeó a la bolsa de aire, tratando de apartarla de su rostro. Levantó la mirada hacia los golpes en la puerta del lado del pasajero y vió el rostro de preocupación de Googan quien la miraba. Logró abrir la puerta, con sus manos temblando visiblemente. "¿Estás bien, Morgan? Dios, no sé lo que pasó. Estaba saliendo y allí estabas" "Estoy bien" dijo. "¿Qué demonios ha pasado? ¿Quién me golpeó?" Su rostro se puso rojo, "Yo lo hice" Miró por la ventana del conductor, y se fijó en la camioneta del sheriff estrellada contra el costado de la camioneta del Servicio Forestal. Genial "¿Tú me golpeaste?" "Y la Jefa Daniels me va a matar" Morgan lo miró, "No si yo te mato primero" "Por favor, Morgan. No hay daño, no hay falta" "¿De qué demonios estás hablando? ¿No hay daño? Mi camioneta está chocada"

"Ella probablemente va a despedirme, me mandará a empacar. Entonces ¿qué? Esto es todo lo que tengo. No puedo perder mi trabajo, Morgan". Morgan se desabrochó el cinturón de seguridad, al menos agradecida por ese hábito. Miró su taco sin terminar en el suelo en un charco de café. Estaba a punto de decirle que empezara a empacar sus maletas cuando juró que vio un rastro de lágrimas en sus ojos. Oh, santo cielo. Ella suspiró, "¿Qué es lo que quieres que haga?" "Dile que fue tu culpa" "Has perdido la cabeza. En primer lugar, cualquier idiota puede ver que tú me chocaste. En segundo lugar ¿no crees que alguien en el pueblo lo vio?", miró detrás de él, las personas que estaban desayunando en el café de Sloan estaban ahora parados en la acera, mirándolos. "Hay testigos" "Por favor, Morgan. Te lo ruego" bajó la voz, "Tengo miedo de ella" Morgan se deslizó en el asiento hacia el lado del pasajero, dejando que él la ayudara. "Te lo juro Googan, vas a deberme una grande por esto" "Te prometo…" "¿Qué demonios ha pasado aquí?" los dos se volvieron encontrándose con los ojos brillantes de la Jefa Daniels mientras inmovilizaba a Googan con una mirada. "¿Googan?" Morgan dio un paso adelante. "En realidad, fue mi culpa" dijo "Yo...yo iba a alta velocidad. Y me deslicé aquí en el camino. Pobre Googan no pudo detenerse a tiempo". La Jefa Daniels volteó esos ojos oscuros hacia ella y Morgan retrocedió un paso involuntariamente. "Googan tenía la señal de detenerse" "Y...y me detuve" dijo Googan. "Sí, señora, de verdad, lo hice" "Pero yo iba muy rápido, cuando comenzó a pasar la intersección, simplemente no pudo detenerse a tiempo". Morgan terminó por él. Dios, él iba a pagar por esto. La Jefa Daniels no dijo nada mientras los observaba. Luego caminó alrededor de la camioneta de Morgan, supervisando la escena. Puso las manos en sus caderas mientras miraba la camioneta de Googan, que aún estaba en contacto con la de Morgan. Miró hacia el frente de la camioneta donde Morgan y Googan permanecían en pie. Morgan tragó nerviosamente mientras observaba la nieve que se aferraba al cabello de la jefa Daniels "Así que iba a mucha velocidad por la calle en el hielo y la nieve y el pobre Googan aquí, tuvo la mala suerte de chocarla. ¿Es eso lo que estás diciendo". Morgan asintió. "Y realmente, fue algo más como que yo lo choque. Quiero decir, él ya estaba aquí en el camino y yo me deslicé por la calle…allí". "Uh-huh. Ya veo" la Jefa Daniels volvió a rodear la camioneta y Morgan se sorprendió al ver un atisbo de diversión en sus ojos. "¿Googan? ¿Tienes la cámara?" "¿Qué cámara?"

"La cámara que utilizamos para grabar la escena" Él negó con la cabeza. "Yo no tengo una cámara ¿Y usted?" "Entonces ¿qué es lo que hace normalmente para conservar las evidencias?" Él se rascó la cabeza. "Bueno, sólo escribimos en el informe del accidente. Y luego hacemos un dibujo. Usted sabe, ese pequeño recuadro en el reporte". Morgan casi se echó a reír al ver la expresión en el rostro de la jefa Daniels. "Disculpe, pero yo tengo una cámara". La Jefa Daniels se volvió y levantó las cejas. "En mi camioneta. Llevo una cámara conmigo en mi mochila" dijo Morgan. "Puede usarla si lo desea" Pero ella negó con la cabeza. "Creo que no debemos permitir que el autor del crimen suministre la cámara. Simplemente no me parece bien". "¿Crimen?" Daniels la ignoró y se volvió nuevamente hacia Googan."¿Tenemos servicio de grúa en el pueblo o algo así?". "Sammy Morris tiene una pequeña grúa. Él tiene su garaje abajo al final del pueblo" dijo. "¿Por qué no vas a la oficina y le das una llamada? Después que tengamos todos los seguros en orden, tendremos dos camionetas que van a necesitar un poco de arreglo. La de Morgan parece que se puede manejar. La tuya, por el contrario, parece que voló el radiador".. "Sí, señora. Ahora mismo me pongo en ello" Googan se fue a la carrera, al parecer agradecido de abandonar la escena ileso. Morgan esperó hasta que esos ojos oscuros se volvieron hacia ella. "Así que…Morgan… ¿a menudo conduces como una loca durante una tormenta de nieve?" "Normalmente no, no" "Supongo que hoy fue un buen día para eso ¿verdad?" señaló las dos camionetas. "La evidencia indica que Googan te chocó. No hay marcas de deslizamiento de ninguno de los dos". "Simplemente sucedió muy rápido, no tuvimos tiempo para parar" La Jefa Daniels sonrió rápidamente. "¿Y esa es tu historia? ¿Qué este accidente es tu culpa?" "Sí" "Bien, entonces. Vamos a escribir un informe del accidente" señaló hacia su camioneta, que estaba estacionada detrás de la de Morgan. "Podemos salir de la nieve" dijo mientras pasaba una mano por su cabello sacudiendo la nieve. Morgan asintió y luego saludó a Sloan, haciéndole señas a él y a los demás para que entraran. Se dirigió hacia el puesto del pasajero y entró a la camioneta de la jefa Daniels, frotándose las manos

para mantenerlas calientes. Esperó mientras la jefa buscaba en su consola, sacando un pequeño portapapeles y lo que ella suponía era el formulario para el accidente. "Está bien, vamos a empezar con la parte fácil. Déjame ver tu licencia de conducir" Morgan le dirigió una sonrisa avergonzada rápidamente. "En realidad no la tengo conmigo" "¿No llevas tu licencia de conducir?" ella negó con la cabeza, "Tus multas de tráfico se están acumulando ¿no es así?". "No veo el punto. Todo el mundo me conoce aquí" "¿Al menos sabes tú número?" Morgan se mordió el labio, "No" La jefa Daniels suspiró y luego dio golpecitos al formulario. "Está bien. Nombre ¿Morgan qué?" "Morgan es en realidad mi apellido. Todo el mundo me llama Morgan" "Ya veo. Entonces ¿cuál es tu nombre?" Morgan se mordió el labio nuevamente."Prefiero no darle esa información" "¿Perdón?" "No creo que eso sea necesario. Quiero decir…" "No entiende que tengo que presentar un informe del accidente ¿verdad?" "Mira ¿por qué tenemos que tener toda esta formalidad? Quiero decir, tuvimos un pequeño accidente. Nadie salió lastimado". La Jefa Daniels golpeó el formulario con la pluma nuevamente. "¿Ves esto? Reporte de accidente. Hace de este pequeño accidente algo oficial. No es una cuestión de si desea o no completarlo. Es algo requerido por la ley". Morgan respiró profundamente. "Está bien ¿extraoficialmente?" "No, no extraoficialmente. Este es un reporte de accidente. Tendrá que ser presentado ante la reclamación del seguro" ella entrecerró los ojos, "Ahora ¿cuál es tu nombre?" Morgan levantó la barbilla desafiante. "M punto, Z punto, Morgan" "¿Tienes iniciales por nombre? Vamos" "Es una posibilidad" "Es una pena que no tenga una licencia de conducir para probarlo. Pero estás probando mi paciencia, Morgan ¿Qué significa la M?". Morgan se acercó más, su rostro a pocos centímetros del rostro de la Jefa Daniels. "Si llegas a soplar una sola palabra de esto…" amenazó, "Voy a...voy a..." ella no se inmutó, pero Morgan podría jurar que vió pasar el fantasma de una sonrisa en su rostro.

"¿Nombre?" repitió. "Marietta" La Jefa Daniels se rió. "¿Todo esto por Marietta? Pensé que iba a ser algo horrible" golpeteó nuevamente el formulario. "¿Segundo nombre?" Morgan frunció sus labios. "Z" .¡Dios mío! ¿Por qué no me habré cambiado el nombre legalmente? "¿Vamos a tener que pasar por todo esto otra vez?" "¿Por qué necesita un nombre?" "Debido a que el formulario pide un nombre. No pide una inicial. Pide un nombre" sostuvo el portapapeles en alto, "¿Ves?" "Dios, juro que…" murmuró Morgan. Señaló con el dedo a la jefe Daniels, "Crees que estoy bromeando, pero no lo estoy. Si alguien en este pueblo alguna vez me llama por estos nombres, voy a cazarte". "¿Estás amenazando a un oficial de la policía?" "Llámalo como quieras" esta vez la jefa Daniels se rió y Morgan se relajó un poco. "Está bien, señorita Morgan, por favor dígame su segundo nombre. Te prometo que no voy a decir nada a nadie". "Oh, Dios mío, no puedo creer que voy a hacer esto" "¿Puede ser tan malo?" "La madre de mi padre murió tres semanas antes de que yo naciera. Su nombre era Marietta. Entonces la madre de mi madre murió dos días antes de que yo naciera. Estoy segura que eso fue lo que le provocó el trabajo de parto. Desecharon los nombres que había escogido. Nombres normales. Podría haber sido una Jennifer. Me gusta Jennifer. Y habían elegido Melanie. Podría vivir con Melanie. Pero no, ellos sintieron la necesidad de nombrarme en honor a ellas" tomó una respiración profunda, "Su nombre era...Zula" Morgan terminó en un susurro. Una vez más, la contracción de una sonrisa de la sheriff. "¿Zula?" "¡Shhh! No tan fuerte" dijo Morgan rápidamente mirando por la ventana al puñado de espectadores. "¿Me estás diciendo que nadie en el pueblo sabe tu nombre?" "Y me gustaría que siga siendo así" La Jefa Daniels la miró, bajando finalmente el portapapeles. "¿Hasta cuándo vas a seguir con esta farsa?" "No decirle a nadie mi nombre no es una farsa. Todo el mundo me llama Morgan. Siempre lo han hecho. No hay…"

"Estoy hablando del accidente. Un policía novato sin entrenamiento sabría que Googan pasó la señal de alto y te chocó. Quiero saber por qué lo estás cubriendo". Morgan se reclinó en el asiento y dejó escapar el aliento. Sí, como le había dicho a Googan. Incluso un idiota lo sabría. Y al parecer Reese Daniels no era una idiota. "Él tenía miedo de que lo despidiera" "¿Así que accedió a mentir por él?" "No quería pero se veía muy asustado. Quiero decir, pensé que iba a empezar a llorar. Y en realidad, nadie resultó herido". Ambos levantaron la vista cuando Sammy Morris pasó por delante de ellas en su destartalada grúa. "¿Hasta dónde ibas a llegar con esta mentira? Quiero decir ¿vas a presentar una reclamación de seguro falsa? ¿Que el gobierno pague los platos rotos por el accidente?". Morgan la miró, boquiabierta. En realidad no había pensado en eso antes. "Esa parte no cruzó por tu mente ¿eh?" "No" "Está bien, dame tu declaración real por favor. Hare que Eloise la llene con el seguro del condado". "¿Eloise? Oh, no. Ella no puede ver el informe del accidente" "¿Y por qué no?" "Si ella se entera de mi nombre, todo el maldito pueblo lo sabrá" señaló por la ventana a los espectadores, "Sé que no llevas aquí mucho tiempo, pero sin duda a estas alturas te habrás dado cuenta que la fuente de chismes del pueblo son Eloise y Berta". "¿Y Berta quién es?" "Ella es la secretaria de Charlie. Son amigas desde la infancia, nacidas y criadas aquí. Y no hay algo que suceda en el pueblo que no sepan" hizo un gesto con la cabeza, "¿Ves a Eloise de pie allí, junto al salón de belleza de Stella? Esa es Berta a su lado". "¿Por qué diablos está todo el mundo en la calle?" Morgan sonrió. "Ha pasado dos años desde que tuvimos un choque de autos. Esto va a mantenerlos distraídos durante una semana más o menos, sobre todo cuando se enteren que traté de tomar la culpa de Googan porque tenía miedo de ti". "¿De verdad me tiene miedo?" "La mayoría del pueblo te tiene miedo. No es como si fueras Miss Congeniality (película famosa de Sandra Bullock)". "¿Y él pensaba que iba a despedirlo?" ella sonrió. "Bien"

CAPÍTULO 10 Morgan golpeó sus botas en el tapete antes de entrar. Sonrió tímidamente a Berta, "Estoy bien" dijo antes que Berta pudiese preguntar. Berta hizo un gesto hacia la oficina de Charlie. "Él quiere verte" "¿Lo sabe?" "¿Sobre el accidente o el encubrimiento?" Morgan puso los ojos. "No hubo ningún encubrimiento. Yo estaba…" “Mintiendo por Googan" Berta sacudió la cabeza con desaprobación, "Y sí, lo sabe" "Juro que…" murmuró. Nada en este pueblo era un secreto. Se detuvo en la puerta y él levantó la mirada del periódico que estaba leyendo. Lo dobló cuidadosamente y señaló la silla de visitantes. Ella tragó saliva con nerviosismo y se sentó. No era por el accidente que estaba preocupaba. Era por Mona. Charlie no había mencionado una palabra acerca de su hija desde la pequeña escena en la oficina del otro día. De hecho, Charlie prácticamente la estaba evitando. Y ella a él. "¿Estás bien?" Morgan asintió. "Sí, sólo un pequeño choque. Nada grave" "¿Y la declaración falsa que Berta dijo que diste?" "Oh, santo cielo" Morgan apoyó los codos en los muslos y se inclinó hacia adelante, "Googan estaba a punto de orinarse en sus pantalones. Tenía miedo de que ella le despidiera. Quiero decir, tenías que haberlo visto. Me rogó para que asumiera la culpa". "Lo sé" Charlie dijo con una sonrisa."La jefa ya me llamó" "¿Ella te habló de mí?" "Creo que sólo se estaba asegurando que yo supiese que el departamento no nos haría responsables. Y decirme que no iba a despedir a Googan, aunque entiendo que masticó su culo". Morgan se relajó mientras se sentaba hacia atrás nuevamente. "Lo siento, Charlie. Pensé que él iba a llorar". Se sentaron en silencio por un momento, el silencio se alargó. Por último, se aclaró la garganta, "¿Estás listo para hablar de ello?" Él cruzó las manos sobre el escritorio mientras la miraba. "He decidido que no es de mi incumbencia" cuando Morgan iba a hablar, él levantó la mano. "No es que pretenda entender nada de esto. Quiero decir, ella está prácticamente comprometida. Pero me dijo que le gusta…" "Dormir con mujeres" Morgan terminó por él. "Simplemente no lo entiendo ¿Y tú?"

"No. No, no lo hago. Pero, Charlie, no tenía ni idea de que ella era tu hija. Fue el día que Jackson murió. Tenía que salir de la casa. Y ella estaba en el bar. Para ser justos, ella fue quien se acercó. Yo no…" "No necesito saber todos los detalles, Morgan" "Bueno, solo digo que…" "No tiene importancia. Se ha ido. Y dudo que alguna vez la veamos de nuevo" "Oh, no ¿Por mi culpa?" Charlie se rió "No es tu culpa, Morgan. Es sólo el tipo de relación que tenemos. Demonios, no tuve más que una fotografía hasta que cumplió 22 años y ella decidió buscarme. Pero ya sabes, no tenemos nada en común. Lo supimos la primera vez que nos vimos... ¿qué, hace diez años? Un par de llamadas aquí y allá no cambió eso. Honestamente, estaba tan sorprendido como cualquiera que hubiese querido venir a visitarme" se puso de pie y se dirigió a la ventana, mirando hacia afuera. "Nada ha cambiado. Sólo soy básicamente un donante de esperma. No soy su padre" él se dio la vuelta, "Tú has sido más una hija para mí que ella, Morgan". "Oh, Charlie. Lo siento" "No, no lo sientas. Esa es la manera que es. Su madre, bueno, ella solo se casó conmigo para cabrear a sus padres. Ya se había mudado de vuelta a casa en el momento en que Mona nació". "¿Así que no tuviste ninguna custodia? ¿Visitas?" "Me pagaron para desaparecer, Morgan. No es algo de lo que estoy orgulloso, pero demonios, me dejaron en claro que no iba a formar parte en la vida de la niña. Ellos sabían dónde estaba. Enviaron fotos. La niña en un yate, en un pony, jugando tenis en el club. Ese tipo de cosas". "Eso es triste, Charlie" Él se encogió de hombros. "Esa es la manera que es. Así que a pesar de que tenemos la misma sangre, no somos la misma persona. Como he dicho, no tenemos nada en común, al igual que yo no tenía nada en común con su madre". "Así que ¿ella solo regresó a Nueva York?" Charlie sonrió. "De regreso con su prometido. Pobre bastardo" Morgan se rió, luego se levantó y se dirigió hacia él, abrazándolo con rapidez ."Gracias por no estar enojado conmigo. Por eso y también por lo del accidente". "Hablando de eso, vas a necesitar algo que conducir mientras tu vehículo se repara ¿Por qué no llamas a Alquiler Alpine por un Jeep?" "¿Un Jeep? ¿En serio?" "El condado está pagando la cuenta, no nosotros" "Oh, genial. Gracias, Charlie"

CAPÍTULO 11 "Déjame ver si lo entiendo" dijo Tina "En las últimas dos semanas ¿recogiste a una mujer extraña aquí en el bar y luego te enteraste que de todas las personas, es la hija de Charlie? Entonces Googan te choca ya que nunca se detiene en esa maldita señal de alto. Y luego ¿mientes por él para que no se meta en problemas?". Morgan tomó un sorbo de cerveza y se limitó a asentir. "¿La hija de Charlie? ¿En qué estabas pensando?" "Obviamente, no sabía que era su hija y baja la voz. No necesita saberlo todo el pueblo" Tina rió. "Sí, sigue pensando que nadie sabe" "Es muy embarazoso" "Y así debe ser" bajó la voz. "Berta dijo que estaba comprometida" Morgan asintió. "Eso es lo que he oído" "Entonces ¿por qué lo haría contigo?" "Sé que no entiendes esto…" dijo Morgan y luego sonrió "…pero el sexo con una mujer es muy sorprendente. De hecho, la llamé Gemidos Mona". "Para. Es asqueroso. Demasiada información" dijo Tina riendo. "En otras palabras, no he sido la primera mujer con la que ha estado…" dijo Morgan "…ella sabía exactamente lo que estaba haciendo" también bajó la voz, "Era una mordedora" "¿Una qué?" "Ya sabes, una mordedora" "¿Durante el sexo?" "Sí" Tina de nuevo negó con la cabeza. "No quiero saberlo. Ni siquiera quiero pensar en ello" "Por suerte, Charlie no estaba enojado por ello" "Sí, Berta dijo que tuviste una charla con él" Morgan golpeó la mesa. "¿Por qué esa mujer tiene que decir todo lo que sabe? ¿No puedo ser la primera en contar las noticias que me implican?". "No. Y ya deberías estar acostumbrada a estas alturas" .Tina le hizo señas a Tracy y levantó dos dedos, "Me quedaré para una más" le dijo a Morgan, "Quiero saber sobre la sheriff" "¿La Jefa Daniels? ¿Qué pasa con ella?"

"Escuché que estuviste encerrada en su camioneta durante casi media hora. Y estaban discutiendo". Morgan apoyó la barbilla en la palma de su mano, sacudiendo la cabeza. "Te lo juro, este pueblo. No, no estaba encerrada en su camioneta. Ella estaba tomando mi declaración y estaba nevando, así que nos sentamos en su camioneta". "¿Era esa la declaración en la que estabas mintiendo?" "Hasta que me dijo que sabía que estaba mintiendo, sí" Empujó su tazón vacío hacia un lado y cruzó las manos sobre la mesa. "Entonces ¿Cómo fue ella?" "¿Quién?" Tina sonrió con malicia."Sabes quién. La Jefa Daniels" "Ella fue…bueno al principio…fue todo negocios y fue brusca, tal vez incluso un poco arrogante. Se aligeró un poco, pero no estoy segura de que me guste. Hay algo un poco misterioso acerca de ella. Como Googan dijo, ella tiene una astilla en su hombro por algo". "Googan dijo eso porque ella está actuando como una verdadera sheriff y lo hace ser responsable en lugar de la facilidad con la que Ned manejaba las cosas". "Sí, pero puedo ver que ella tiene un poco de actitud" agitó su mano con desdén. "Eso no importa. Ella sabía que estaba tratando de cubrir a Googan y me atrapó haciéndolo. Entonces escuché como le masticó el culo a Googan por ello". "Al menos él todavía tiene su trabajo". Tina sonrió mientras Tracy colocaba dos cervezas sobre la mesa para ellas, "Gracias, chica ¿Por qué no te sientas y charlas un rato?" "No puedo. Jeff no está aquí todavía, así que tengo que ayudar con la cena" tocó el hombro de Morgan, "Oí lo que pasó con Googan" "No lo dudo" "Siempre se pasa la señal de alto. ¿Le dijiste a la jefa de eso?" "No, no le dije eso. Estaba bastante enfadada como estaba" "Y se lo merece" miró a Tina, "¿Vas a cenar aquí esta noche?" "Oh, no. Las sobras. Pero quería venir y enterarme de los detalles de Morgan ¿Y por qué no me dijiste sobre la hija de Charlie?". Tracy hizo un guiño a Morgan. "Porque no creo que ella quería que lo supieras" "¿Desde cuándo algo te ha detenido?" "No tienes que saberlo todo" dijo Tracy mientras se alejaba. "Le pagaste ¿no?" dijo Tina.

"No lo hice" "No te creo" tomó un trago de su cerveza. "¿Sigues en pie con la cena de Acción de Gracias?" "Sí, pero como he dicho, no me esperes. El hospedaje está lleno y los senderos estarán repletos. Es la primera carrera real de la temporada" por mucho que amaba a Tina y Pablo y sus hijos, Acción de Gracias se había convertido en otro día para ella, normalmente debido a que por lo general se ofrecía a estar fuera en los senderos para permitir que otros con familia disfrutaran de las vacaciones. Pero aquí en Lake City, era sólo ella y Charlie durante el invierno, así que no tenía otra opción. Secretamente, le gusta de esa manera. La primera carrera de la temporada, nieve fresca. Podía sentir ahora la adrenalina al imaginar la poderosa moto de nieve entre sus piernas. Nunca le importaba llegar tarde para cenar después de un día en las pistas. CAPÍTULO 12 Morgan dejó su tazón de cerveza a un lado y vió como Reese Daniels se paseaba dentro del bar. La sheriff asintió con la cabeza en dirección a ella y luego se sentó en una mesa vacía. "La misma hora casi todas las noches" dijo Tracy mientras tomaba un tazón helado del congelador y lo llenaba. "Me gustaría que fueras a hablar con ella. Nadie habla con ella. Solo se sienta allí a solas, esperando por su hamburguesa" "Traté de hablar con ella ¿recuerdas? No es muy amable" aunque en su reporte del accidente, la sheriff dio a entender que podría tener sentido del humor. Morgan la había visto ocultar una sonrisa en varias ocasiones. Y por supuesto ¿quién no? Averiguar que el nombre de alguien era Marietta Zula seguramente traería un ataque de risa. "Tal vez es tímida" sugirió Tracy. "Oh, por favor ¿Tímida? Esa mujer no es tímida" Morgan miró de nuevo a la sheriff. No, no era tímida. Era demasiado poderosa para ser tímida. Y no estaba segura de si quería decir poderosa físicamente o no. Su personalidad era contundente, segura. Potente. Así como con su estatura. Era unos centímetros más alta que los 5-7 de Morgan y aunque no la había visto sin una chaqueta o abrigo, imaginaba que tenía un cuerpo musculoso. "Creo que ella es linda" Morgan apartó la mirada de Reese Daniels y frunció el ceño ante Tracy "¿Linda?" "¿No lo crees?" Morgan se encogió de hombros. Bueno, sí. Pero linda no sería la palabra que usaría. Era atractiva, no bella. Era demasiado masculina para ser llamarla bella. Atractiva sí. Pero su rostro tenía una dureza, sus ojos oscuros eran difíciles de leer. Tal vez por eso Ellen la había llamado indiferente. No podía leerla. Pero reconoció ante Tracy, "Ella es atractiva, sí" "Entonces…" "Pero no es mi tipo" se apresuró en aclarar. Lo último que quería era que Tracy jugara a la casamentera con la nueva sheriff. Ya era bastante malo que Tina…e incluso Ellen…hubiesen insinuado que Morgan debería ser amable con ella.

Tracy se echó a reír "¿Tienes un tipo, Morgan? Pasaste un tiempo con la profesora. Definitivamente no era tu tipo. Estuviste con la adolescente durante el verano. No… de seguro ella no era tu tipo. Y más recientemente Mona. Ahora no me digas que ella era tu tipo". "La adolescente tenía diecinueve años, haciéndose pasar por una de veintiuno y estaba demasiado bebida para pensar con claridad. Mona fue un gran error, pero estaba de luto por Jackson y no pensaba con claridad. Y la profesora…" Morgan sonrió "…era buena en la cama, y era invierno". "Y no estabas pensando con claridad" Morgan se rió. "No, en realidad no. No teníamos nada en común, obviamente. Le daba un inmenso placer usar un vocabulario que yo no pudiese pronunciar y mucho menos que conociera el significado". "Los tipos genio presumidos nunca son buena pareja" declaró Tracy con total naturalidad. "¿Así que debo seguir con los tipos sheriff idiotas?" Tracy tomó el tazón de Morgan y lo llenó y le entregó el otro. "Anda, llévale una cerveza y habla con ella". Morgan dejó escapar un profundo suspiro. ¡Dios, todas estas mujeres tratan de tenderme una trampa! Pero supuso que no le haría ningún daño hablar con la sheriff. Sería bueno hacer una nueva amiga, por lo menos. Así que se apartó de la barra, agarrando ambos tazones mientras se acercaba a la mesa. "Buenas noches, jefa Daniels" dijo ella con facilidad. "Tracy me pidió que le trajera su cerveza" deslizó el tazón helado frente a ella. Reese levantó la mirada, los labios retorcidos en una sonrisa "Ma…Ma…Morgan" dijo. Los ojos de Morgan se estrecharon. "Ni se te ocurra" dijo ella. Reese se echó a reír."Pero ¿quién le pondría a un hijo por nombre Zula?" Sin pensarlo, Morgan se acercó y agarró el brazo de Reese con el pulgar y el índice, retorciéndolo con fuerza en un pellizco. Logró su objetivo. La Jefa Daniels dejó escapar un grito que hizo que todos en la barra la mirasen. "¡Jesucristo!" Pero Morgan no se inmutó."Nunca vuelvas a decir esa palabra en público otra vez" "Voy a tener un moretón" "Bien. Espero que te duela" Reese se frotó el brazo. "¿Este es tu acercamiento habitual cuando estás tratando de levantarte a una mujer?". "¿Disculpa?" Morgan dio un paso atrás. "Porque no estoy interesada"

"Oh, Dios mío ¿Crees que quiero dormir contigo?" "¿No es así?" Morgan se rió y se sentó en la silla frente a ella. "No ¿Qué te dió esa idea?" "De lo que he reunido, eres la única lesbiana en la ciudad. Y estás sola" "Así que si eres la única lesbiana en la ciudad y otra se presenta ¿piensas automáticamente en sexo? Yo estaba pensando más en una unión amistosa. Ya sabes, alguien con quien echarle un vistazo a las pollitas heterosexuales, alguien con quien luchar por el ocasional bombón que esquía y que cae por la ciudad, ese tipo de cosas. No quiero dormir contigo, jefa". Reese inclinó la cabeza. "¿Por qué no? ¿No soy tu tipo?" Morgan la estudió. Sí, sin duda era atractiva. Su cabello era lo suficientemente rebelde para lucir sexy, sus ojos oscuros eran intensos ¿Pero su tipo?. "Estás escondiendo algo y lo estas empollando" dijo Morgan, "Y no es que no te encuentre atractiva. Lo hago. Quiero decir, no estoy muerta" dijo con una sonrisa. Se acercó aún más, "¿Por qué estás aquí?" "¿Aquí? ¿Aquí, como en el condado de Hinsdale?" "Sí. No es que no lo apreciamos. Después que Ned se fue, todos pensamos que estaríamos atascados con Googan". "Y cuando mi año termine, puede que sea así". Reese tomó un trago de cerveza, "Estoy en el exilio. Mi condena termina en un año". "¿Ah, sí? ¿Qué has hecho? ¿Dormir con la hija de tu jefe o algo así?" ante el ligero rubor en el rostro de Reese, Morgan se rió. "¡Oh, Dios mío! ¿Estás loca? ¿Qué era? ¿Una adolescente?" "¿Loca? Deberías saberlo" "¿Qué quieres decir con eso?" "Escuché que la hija de Charlie era heterosexual. Creo que me ganaste, Marietta Zula" dijo con una sonrisa maliciosa. Morgan apretó los dientes. "¿Cómo sabes acerca de la hija de Charlie?" se acercó más, "¿Y has olvidado el pellizco? Porque voy a hacerlo de nuevo". Reese se frotó el brazo. "No, no lo he olvidado" Morgan tocó sus mejillas calientes, consciente de que se estaba sonrojando. "¿Cómo supiste de Mona?" preguntó en voz baja. "Eloise lo mencionó" "Oh, santo cielo" "Así que ¿ella era realmente hetero?" "No lo sé. Desde luego, no fui su primera" Morgan se sonrojó nuevamente, "No puedo creer que te estoy hablándote de ella".

"¿No es parte de nuestra cosa de la unión lesbiana?" Morgan sonrió."Jackson acababa de morir. Me sentía sola. Yo…" "¿Quién era Jackson?" "Él era mi perro. Mi compañero, mi amigo" Morgan miró su cerveza por un momento, recordando a Jackson. "En fin, ella estaba aquí. No tenía ni idea que era la hija de Charlie. En realidad, no puedo creer que me la haya llevado a mi casa. Normalmente no hago ese tipo de cosas" Morgan sonrió. "¿Cuál es tu historia?" "No era la hija del jefe" tomó un sorbo de cerveza nuevamente. "Era su esposa" "Oh, mi Dios ¿su esposa?" "En realidad, era la esposa del alcalde" "Bueno, espero que haya sido bueno" "Bastante bueno. Solo que no lo suficientemente bueno como para perder mi trabajo, no" "¿Qué pasó?" "Tenía un trabajo bastante cómodo, Winter Park. Jefe de la Policía" sonrió, "Ahí fue donde comenzó la cosa de la Jefa Daniels. Y en mi defensa, ella vino hacia mí. Sin descanso". "Estoy segura" "Es la verdad" "¿Y finalmente cediste?" "Sí. Por desgracia, fue en la casa del alcalde. Y él llegó inesperadamente" "Oh, vaya" "Por supuesto, no podía despedirme. Tenía que tener una razón. Dormir con su esposa no era justificación. Y no quería que todo el condado lo supiese. Entonces, sacó algunas influencias y aquí estoy. En el encantador Lake City, Colorado, en medio del invierno, a horas del pueblo más cercano de cualquier tamaño". "¿Por qué no solo renunciaste?" "¿Por qué habría de hacerlo? Hice un buen trabajo. No había ninguna razón para renunciar. Y necesito un trabajo". "Estabas teniendo un romance con la esposa del alcalde" "Romance realmente no es la palabra. Y como he dicho, ella vino a mí" "No ser capaz de decir no es apenas una excusa" "Nunca dije que era una excusa". Reese levantó la vista cuando Jeff trajo su cena, "Gracias, Jeff".

"Por supuesto" él asintió con la cabeza a Morgan, "¿Otra cerveza?" Ella negó con la cabeza "No. Me voy a casa. Gracias" se deslizó hasta el borde de la mesa y se levantó. "Supongo que eso explica por qué has estado tan distante con todo el mundo. Es más fácil dejar todo y huir después de un año, cuando no tienes relaciones con la gente que has jurado proteger. No seremos reales de esa manera" hizo un gesto hacia la ventana, "Se acerca una tormenta esta noche" dijo "Diez pulgadas" "Lo escuché. Debe ser un día lento de mañana" Morgan asintió, "Buenas noches" Reese la vio marcharse, luego bebió lo último de su cerveza. No podía recordar la última vez que una mujer se había atrevido a hablar de esa manera con ella ¿Y el pellizco? Maldita sea, dolía. Sonrió ligeramente. El hecho de que estuviese en el exilio no significaba que tuviese que huir de todo contacto con los lugareños. Morgan tenía razón. Era más fácil cortar y huir. Sin embargo, el año pasaría más rápido si tuviese un amigo para pasar el rato, cenar juntos de vez en cuando. Ella arqueó una ceja ¿Un amigo? No, un conocido. En realidad ella no tenía amigos. Le habían dicho una vez que su personalidad era demasiado insensible y torpe como para tener amistades. Generalmente decía lo que había en su mente, y no, ella no perdía el tiempo con bromas innecesarias. Demasiados años en el negocio de la policía para sutilezas. Demasiados años sacando prostitutas y drogadictos de las calles de Las Vegas. Estar a unos sofocantes 115 grados, haría de cualquier persona insensible a las bromas de la cultura civilizada. Eso y descubrir que era una pérdida de tiempo. Así, se puso de pie, lanzando unos billetes sobre la mesa, lo suficiente para cubrir su comida y unos cuantos más para la propina. Se fue sin hablar con nadie, deteniéndose sólo para asentir en dirección a Tracy mientras se deslizaba en la noche.

CAPÍTULO 13 Era el tipo de tormenta de nieve que Morgan odiaba. No las veloces que vertían su nieve y luego se alejaban, dejando atrás el cielo azul brillante. No. Este era el tipo que iniciaba durante la noche y se mantenía todo el día, haciendo del mundo un aburrido gris, difuso con remolinos de nieve, dándole vida a una especie de tormenta paralizada. Se alejó de la ventana y regresó al fuego, sosteniendo sus manos de forma inconsciente hacia la calidez. Sí, se quejaba del frío y de la nieve. Pero, en realidad, era la claustrofobia provocada por el frío y la nieve lo que le molestaba. Odiaba estar confinada de esta manera. Lo odiaba. Sí, sí, era bonito y todo eso después de finalizada. Solo que estaba llegando al punto de acabarle los nervios. Y para empeorar las cosas, no estaba Jackson alrededor para distraerla, nadie con quien hablar, nadie con quien pasar la tormenta de manera relajada. Estar atrapada en el interior de su pequeña cabaña del Servicio Forestal, contemplando la nieve sin fin, le hizo sentir tan perdida y sola como nunca lo había estado. Ridículo. Todavía tenían energía eléctrica en el pueblo. Tenía una colección de DVDs. Podría ver una película. O mejor aún, leer un libro. Pero echando un vistazo a la estantería, negó con la cabeza. No estaba de humor. Así que paseó de nuevo, de ida y vuelta, con los ojos viajando desde el fuego hacia el blanco infinito fuera de la ventana.

**** Reese paseó por la oficina silenciosa, ni siquiera Eloise se molestó en hacer el viaje al pueblo esta mañana. Reese siempre había vivido con el código que la oficina de correos y la estación de la policía debían estar listas para el servicio sin importar el clima. Al parecer, eso no era cierto en Lake City. Pero al menos Googan tuvo el buen sentido de llamar y ofrecerse en venir. Eloise fue más al grano. Supongo que sabe que sólo un tonto trataría de conducir en este lío. "Y aquí estoy" murmuró mientras llenaba su taza de café por cuarta vez. Incluso Sloan estaba vacío, notó, mientras miraba a la calle desierta que atravesaba el pueblo. Había oído en la radio que el quitanieves no saldría hasta que la tormenta pasara. Por lo menos había tenido la precaución de colocar las señales de Camino cerrado anoche mientras se dirigía al paso Slumgullion. Una llamada rápida a los Patterson en el hospedaje confirmó su decisión. Rick le dijo que habían tenido por lo menos dos pies. También notó la emoción en su voz. Nieve significaba motos de nieve. No era diferente de cuando trabajaba en Winter Park y la gente en el complejo tenían orgasmos mientras la nieve seguía cayendo y cayendo. Ah, Winter Park. Sonrió al recordar con cariño el pueblo. La temporada de esquí duplicaba la población y los bares y restaurantes eran el centro de la actividad. Una tormenta como la de hoy y el lugar estaría vivo con los turistas. Miró a lo lejos hacia la calle vacía. No aquí, no. No había turistas. Ni siquiera los lugareños estaban fuera de casa. "Y todo un año de esto" murmuró mientras volvía a su oficina para cobijarse.

CAPÍTULO 14 "¿Qué quieres que yo qué?" Morgan miró a Charlie. Evidente había perdido la cabeza. "Un par de horas. No va a ser malo" Morgan lo miró. "A pesar del hecho de que en realidad ni siquiera me gusta la mujer ¿quieres que esquíe a campo traviesa durante un par de horas? Charlie, sabes que odio eso. ¿Por qué no puedo sacarla en motos de nieve?". "Porque ella quiere esquiar, para aprender los senderos, familiarizarse con todo antes de que la temporada turística de verano empiece". "Cristo, Charlie, es diciembre ¿Ella ya está preocupada por la temporada de verano?" "Mira, ella me lo pidió y estoy obligado" "No, tú me quieres obligar" tomó una respiración profunda ya temiendo estar en los malditos delgados esquís durante horas. Pero era un día hermoso. Ni siquiera un atisbo de brisa, el cielo con un azul infinito, la temperatura se sentía casi tan suave como en los treinta y cinco. "Así que ¿lo harás?" "¿Tengo alguna opción?"

Charlie sonrió. "Supongo que podrías haber dado la excusa de tu tirón de tendón debido a tu trote de la mañana". "Muy gracioso" "En serio, creo que sólo estamos siendo buenos vecinos. Además, ella no conoce realmente a nadie en el pueblo". "Oh, lo haré, Charlie" fue a su escritorio y sacó sus llaves. "No hay nada mejor que un poco de esquí a campo traviesa para hacer que tus jugos fluyan" giró su cabeza. "No hagas comentarios sobre eso" dijo rápidamente. Él se echó a reír. "Ni lo mencionaría. Pero ya sabes, esto podría darles la oportunidad de llegar a conocerse la una a la otra. Nunca está de más hacer nuevos amigos, Morgan". Ella negó con la cabeza "No lo sé. Ella es distante, yo te lo dije" "El último par de veces que hemos hablado, ella fue lo suficientemente amable" "Si la veo en Sloan, no habla, no a menos que yo dé el primero paso. Quiero decir, ha estado aquí por un mes. Se podría pensar que ya se habría aligerado" dijo mientras se ponía la chaqueta. Se detuvo en la puerta, "Y, por cierto, me debes una cena en Sloan por hacerme voluntaria para esto. Puedes pagar en la noche de carne" *** Reese miró por la puerta y por la ventana hacia la calle, esperando. No tenía la menor duda de que Charlie tendría que convencer a Morgan sobre esto. Había oído de Eloise que Morgan odiaba esquiar. Y en definitiva odiada el invierno. Reese también odiaba esquiar y le hubiera encantado dar una vuelta en las motos de nieve. Pero eso era poco propicio para tener una conversación y llegar a conocer a alguien. Razón por la cual se le había ocurrido este pequeño plan. Estaba simplemente aburrida, lo suficiente como para tirar a la borda su regla de no involucrarse. Aburrida hasta la locura. No había crímenes, no había habido accidentes de tráfico a excepción del pequeño percance de Googan, sin multas por exceso de velocidad que resolver, nadie se quejaba de un vecino desordenado, ni siquiera un incidente con borrachos en el bar de Sloan. Ningún crimen, ni robos, no había informes que escribir, nada. Ahora sabía por qué el pequeño accidente en el pueblo había llamado tanto la atención. Eso podía mantenerlos distraídos hasta la temporada turística. Fue entonces cuando se dio cuenta que si no encontraba algo que hacer, si no empezaba a tener una vida, entonces se volvería completamente loca durante su año de exilio. Marietta Zula Morgan parecía ser su única opción. Casi rió en voz alta cuando el nombre hizo temblar todo en su cerebro, pensando en el pellizco que Morgan le había dado el otro día por tomarle el pelo al respecto. Sí, Morgan parecía la elección lógica si iba a tratar de hacer amistad con alguien. Eran de la misma edad, aunque sospechaba que Morgan era un poco más joven. Las dos eran lesbianas, las dos eran solteras. Dos cualidades que no había mucho en el condado, estaba segura. Así que haría un esfuerzo. Y el esquí a campo traviesa parecía una buena opción para empezar. Pasarían algo de tiempo juntas, a solas. Y si no se mataban entre sí, la próxima vez que viera a Morgan en el bar, iría y hablaría con ella. Haría el esfuerzo.

Así que esperó, dando golpecitos impacientes con los dedos sobre el escritorio, preguntándose por enésima vez ¿por qué había aceptado este retiro voluntario? ¿Por qué no había renunciado como el alcalde quería y había seguido adelante, en busca de algo más? Pero ella sabía por qué. Si hubiese renunciado, entonces eso la perseguiría. ¿Por qué abandonaste tu posición anterior? Bueno, verás, estaba la esposa del alcalde... Y si encontraba otro trabajo, no sería la mandamás. No, lo más probable es que tendría que conformarse con ser asistente de otra persona. Algo que no estaba dispuesta a hacer. Y era por eso que estaba atrapada en Lake City. "¿Jefe? Morgan viene desde el otro lado de la calle" le avisó Eloise. "¿La está esperando?" Levantó la esquina de su boca en una sonrisa. "Sí, sólo hazla pasar" borró la sonrisa de su rostro cuando escuchó la maldita campana. Su discurso de quita la campana había caído en oídos sordos. Y ahora, después de un mes, se había acostumbrado a ella, a pesar de sus continuas amenazas de arrancarla. Inclinó su cabeza, fingiendo interés en su computadora mientras escuchaba como Morgan saludaba a Eloise. "Hermoso día ¿no es así, Eloise?" "Oh, estoy de acuerdo. Después de la tormenta del otro día, nunca pensé que la nieve se derretiría tan rápido en el pueblo". Reese sonrió al oír la leve pausa. ¿Ella está allí?" "¿La Jefa? Oh, sí. Pasa Morgan ¿Está todo bien?" "Bien, Eloise. Gracias" Reese levantó la mirada mientras Morgan permanecía en su puerta, con las mejillas rojas por estar al aire libre. Sus ojos…un bonito tono azul verdoso…se encontraron con los de ella, arqueando una ceja interrogante. "¿Esquiar?" "Había oído que era una de tus pasiones" dijo Reese, incapaz de ocultar la sonrisa que saltó a su boca. "Y con lo dictadora que eres…" dijo Morgan."¿Estoy siendo castigada por algo?" "No puedes odiarlo tanto, seguramente" Morgan se dejó caer en la silla. "Es demasiado trabajo para ser considerado como agradable, eso es todo ¿Y por qué el repentino interés en nuestros senderos?".

"En sólo que no he estado afuera todavía. Con un pueblo tan hermoso, pensé que debería tomar ventaja de ello". "Los Patterson alquilan motos de nieve" Reese se echó a reír. "Realmente no te gusta esquiar ¿verdad?" Morgan inclinó la cabeza."No estoy segura si es lo de esquiar o pasar un par de horas contigo lo que me tiene indecisa" se inclinó hacia delante, "No has sido precisamente muy sociable". "¿Quieres decir, contigo?" "Con nadie" Reese asintió. "Tienes razón. Estoy acostumbrada a estar sola y no estoy acostumbrada a hacer amigos" extendió las manos "Pero ¿qué demonios? Pensé que le daría una oportunidad. Es decir, si estás dispuesta". Morgan se levantó. "Está bien. Pero te advierto desde ahorita, voy a lloriquear y a quejarme constantemente mientras estemos en los esquís. Y si me caigo de esas malditas cosas delgadas, no te burles de mis intentos de levantarme". Sonriendo, Reese empujó su silla. "Trato hecho"

CAPÍTULO 15 Morgan se detuvo a mitad del camino hacia el último zigzag, apoyándose en sus bastones y tratando de recuperar el aliento. Maldito deporte estúpido. Miró a Reese que esperaba pacientemente a su lado. "Podríamos estar en motos de nieve" "Entonces nos habríamos perdido esta hermosa caminata" Morgan levantó un palo y golpeó a Reese en el muslo, "Ya te odio" "Es un día hermoso, Zula ¿Cómo puedes odiarme?" "¡Oh, Dios mío! ¡No me llames así!" gritó mientras iba tras ella. Y si la hubiese alcanzado, le habría agarrado y le habría sacado la mierda. Así que Reese esquió alejándose de ella, su risa resonaba en el aire inmóvil, "Te odio" gritó Morgan tras ella. "Ahora, ahora" "¡Lo digo en serio!" pero sus ojos se abrieron cuando perdió su equilibrio deslizándose, sus delgados esquís se tambalearon peligrosamente. Oh, mierda. Cerró los ojos mientras caía, el aguijón frío de la nieve salpicó su mejilla. Se apoyó en los codos, parpadeando varias veces para apartar la nieve de sus ojos. Escuchó el swoosh, swoosh de los esquís de Reese mientras regresaba por el camino hacia ella. ¿No era eso encantador? "¿Estás bien?"

Morgan decidió ignorar la diversión que escuchó en la voz de Reese, en cambio se concentró en sus palabras de preocupación. "Solo maravillosa" Una pausa. "¿Quieres que te ayude a levantarte?" Morgan se mordió el labio. "No, no. Ya has hecho suficiente" "Oh ¿y ahora me vas a culpar por este pequeño contratiempo?" Morgan rodó hacia su lado, tratando de no torcerse el tobillo en el proceso. "Por supuesto que tienes la culpa". "Todo porque te he llamado…" "¡No lo digas!" Morgan giró su palo y golpeó a Reese nuevamente, "Simplemente me enfureces" "Oh, ahora, vamos. Deja que te ayude" Pero Morgan se encogió alejándose de su mano. "Soy perfectamente capaz de levantarme" "¿Siempre eres tan terca?" Morgan la miró. "¿Siempre eres tan molesta?" Reese se rió. "Si. Más o menos" "Figúrate" Pero después de tres intentos de enderezarse, Morgan a regañadientes tomó la mano de Reese y se dejó poner sobre sus pies. Fue en ese momento cuando Reese le sonrió con aire de suficiencia que le lanzó una palmada. Rápida como un gato, empujó a Reese tan fuerte como pudo, tumbándola en un montón de nieve. Sonrió con malicia y luego se tambaleó de nuevo, sus esquís apuntaban en direcciones opuestas, mientras sus piernas permanecían abiertas, haciendo la división. Oh, mierda. Y allá se fue. La risa de Reese se hizo eco en el bosque, provocándole otra ola de molestia. Pero cuando se sentó en la nieve, se dio cuenta de lo absurda de la situación…dos mujeres adultas actuando como niñas. Dejó que su propia risa flotara y cayó hacia atrás mirando el cielo azul sobre ellas. "Una vez más, no creo que me gustes mucho" "Sí, lo sé" Reese se sentó, "No mucha gente lo hace" Morgan se inclinó de nuevo y sacudió la nieve de su chaqueta. Observó cómo se desvanecía la sonrisa del rostro de Reese, "¿Cuál es tu verdadero nombre?" "¿Eh?" "¿Tu nombre? No veo a una madre nombrando a su hija niña Reese ¿Es la abreviatura de algo?" "Ahora, si te dijera que voy a perder mi ventaja Zula"

"Es cierto. Pero no puedo imaginar que sea tan horrible" "No, no. No es horrible. De hecho, mi madre hizo todo lo posible para convertirme en una pequeña Clarice…danza, piano, ballet…" dijo haciendo una mueca "…un momento muy estresante en mi vida" “Clarice ¿eh? Bonito" Reese se puso de pie con facilidad, luego ofreció su mano para ayudarla a Morgan. "Mi hermano mayor fue el primero que empezó a llamarme Reese. Mi madre renunció a su deseo de hacerme su pequeña bailarina cuando tenía doce años". Morgan tomó su mano y se levantó sosteniéndola por un segundo mientras recuperaba el equilibrio, "¿Sólo un hermano?" "No. También tengo un hermano menor" Reese se alejó, "¿Es aquí donde comienzas a preguntar acerca de la familia y esas cosas?" Morgan la siguió empujando sus esquís en la ruta que Reese había creado. "¿No es lo que haces cuando conoces a alguien nuevo? ¿No es así como se llegas a conocerlos?" "¿Quieres conocerme?" "Oye, fuiste tú quien inició esto" Reese se detuvo. "Es muy bonito aquí ¿Nuevamente…qué sendero es este?" “Cutter’s Ridge. Arriba en el punto de la cordillera, hay un sendero que va por la montaña hasta un arroyo. Es muy fuerte y nunca lo he probado. Tiene unos pozos profundos en los que rara vez logras pescar. Ed Wade dice que las truchas más grandes que jamás haya cogido vinieron de allí". "¿Él es el guía de pesca?" "Sí. Él nació y se crio aquí. Imagino que conoce cada arroyo, riachuelo y río en el condado" "He oído su nombre. Pero no pesco" Como una sombra cubriendo el sol, la expresión de Reese cambió de amable a distante nuevamente. Sólo así. Continuó siguiendo el rastro de Reese…realmente lo hizo con esfuerzo. A pesar de las bajas temperaturas aquí en lo alto, podía sentir el sudor en la piel por su excursión. Y estaba tan concentrada tratando de mantenerse en pie en la excursión que no pudo disfrutar de la frescura prístina de la nieve. Finalmente se detuvo, su respiración nuevamente agitada, estaba helado a su alrededor. "¿Un descanso?" Morgan asintió."¿He mencionado que odio esquiar a campo traviesa?" "Un par de veces, sí" Morgan la miró preguntándose por la mirada seria en su rostro. "¿De dónde eres?" "Winter Park"

Morgan negó con la cabeza. "No. Ya sabes ¿dónde está tu familia? Tus hermanos" miró como Reese suspiraba, como desviaba su mirada. Así que, no era un tema favorito, obviamente. "Soy de la zona de Las Vegas" respondió finalmente, "Nos quedamos allí después de la universidad. Fui un policía de las calles durante casi diez años". "Cansada del desierto ¿eh?" "Cansada del calor, las drogas, el crimen, sí, cansada del desierto" "¿Regresas mucho? Quiero decir ¿Tu familia sigue allí?" Reese le dio una media sonrisa. "¿Llena de preguntas hoy, Zula?" Morgan se negó a morder el anzuelo. "Sólo conversando, eso es todo" se empujó con sus palos, esquiando para acercarse, "Además, todo el pueblo tiene curiosidad por tí. Tal vez estoy pescando por información". Reese se rió. "Te puedo asegurar, que aparte de la esposa del alcalde y toda esa terrible experiencia, no hay secretos espeluznantes en mi armario". Morgan la miró. "No te creo" entonces sonrió, "Sin embargo, puedes mantener tus secretos, por ahora" esquió pasando junto a ella, agradecida de que el trayecto diera un giro de bajada. Por supuesto, para cada ladera que bajaba había otra que subía. Ya podía sentir como sus músculos protestaban. No es que ella no tuviese una buena cantidad de ejercicio durante el verano. Estaba afuera en los senderos a menudo. Pero mientras más frío agarraba, más descubría que disfrutaba de su patrullaje forestal desde la comodidad de su camioneta. Y, por supuesto, una vez que llegaba la nieve, las excursiones estaban fuera de la ecuación. Y sabía que iba a sufrir mañana cuando sus tendones y cuádriceps se tensaran. Dejó que su impulso la llevara hasta la siguiente colina y luego se filtró en los pasos deslizantes que la impulsaron por el sendero. En la parte superior, descansó, a la espera de Reese para subir la cuesta. Respiró profundamente, disfrutando de la fragancia de los abetos. Había una diferencia sutil en los olores del invierno y el verano. Tal vez era la nieve que hacía parecer más fresco en el invierno, pero había una limpieza en el aire que no se encontraba en el verano. "Eres mejor de lo que demuestras" dijo Reese, "Tienes un movimiento fluido natural" "Qué no me sirve de nada cuando me caigo" "Es un arte ponerte de pie" "Eso me han dicho" "Tal vez deberías trabajar en no…" Antes de que el disparo del rifle fuese registrado por ella, Reese la había llevado al suelo, cubriendo su cuerpo con el suyo. "¿Qué demonios estás haciendo?" "¿Supongo que no escuchaste el disparo del rifle?"

"Sí, lo escuché". Morgan trató de empujarla y se movió, sólo para que Reese se deslizara entre sus piernas. Sus ojos se encontraron y Morgan se quedó sin aliento, "¿Qué demonios es eso?" "Es mi arma ¿Crees que me creció un pene durante la noche o algo así?" se giró alejándose de ella, "Quédate abajo". Morgan la observó mientras desabrochaba sus botas de los esquís, luego se deslizó por el sendero. Negó con la cabeza y se sentó, soltando sus propias botas. "¿Qué demonios estás haciendo? ¿Estás tratando de que te maten? Dije que te mantuvieras abajo". "Oh, Dios mío" murmuró Morgan, de pie, mirando hacia la montaña de donde vino el disparo, "¡Johnnie!" gritó. Lo vio salir por detrás de los árboles no muy lejos de la montaña, sosteniendo con firmeza su rifle. "¡Jesucristo, Johnnie! ¿Qué demonios te pasa? Podrías habernos disparado" se dio la vuelta, encontrando a Reese sosteniendo su arma y apuntando a Johnnie. "Baja el arma, Jefa. Es inofensivo" "No lo creo. Él primero" Morgan levantó sus manos. "¿Johnnie? ¿Qué demonios?" "No estaba tratando de dispararte. Si así fuera ya estarías muerta" "Entonces ¿qué diablos?" Él se acercó y se detuvo para escupir jugo de tabaco, manchando la blanca nieve. "Malditos intrusos, eso es lo que es. Ellos vienen aquí en sus malditas motos de nieve, en sus malditos esquís. Estoy harto de eso. Y esa buena para nada de la sheriff ni siquiera contesta mis llamadas". Morgan sonrió y se volvió hacia Reese con las cejas levantadas, "¿Algún comentario?" Reese bajó su arma. "¿Quiere bajar ese rifle, señor?" Él le echó un vistazo. "¿Quién diablos es usted?" Morgan rió. "Johnnie, esta es la sheriff buena para nada Reese Daniels" Johnnie la estudió. "Demonios, es bonita" Morgan miró a Reese, con una sonrisa en sus labios. "Un poco, sí. Pero es un poco arrogante. Definitivamente mal humorada". "Como la mayoría de las mujeres" Reese se adelantó."Disculpe, pero baje su maldito rifle" "Impaciente también" agregó Morgan. Johnnie finalmente se colgó el rifle al hombro y le tendió la mano. "Soy Johnnie Cutter" "Ah. Cutter’s Ridge"

Él asintió con la cabeza. "Este sendero bordea la cumbre. Mi propiedad se encuentra en la montaña y por el otro lado. Y como les decía, los malditos turistas piensan que poseen toda la montaña maldita. Y quiero un poco de acción". "¿Ha colocado letreros?" Johnnie resopló. "Cuéntale, Morgan" "Ellos vienen por el cañón desde la pista de las motos de nieve. En la parte superior del cañón hay una rampa de avalancha. La nieve es profunda y tiene un ángulo increíble" dijo, "Es como esquiar un diamante negro" "Y es de mi propiedad" "Ya veo" Reese miró a Morgan. "¿Y qué piensa hacer el Servicio Forestal al respecto?" Morgan se encogió de hombros. "Hemos puesto carteles, avisos, advertencias de peligro de avalancha. Nada los detiene. Y como sabes, sólo somos Charlie y yo en esta época del año". "¿Y quieres que mi personal haga algo? ¿Googan?" se echó a reír, "Aunque sería divertido verlo cazar una moto de nieve". "Le he pedido a Rick Patterson que ponga señales en su lugar, pero dice que son por esas emociones por la que la mayoría de los pilotos vienen hasta aquí. Cutter’s Chute". "Bueno, entonces tendremos que trabajar en un plan" se volvió hacia Johnnie. "Y Sr. Cutter, si me entero de que dispara con su rifle a los turistas, voy a llevar su culo en la cárcel tan rápido que no sabrás qué lo golpeó" sonrió, "¿Esta claro?" Él se rascó la barba sin afeitar y luego escupió jugo de tabaco en la nieve nuevamente, "Creo que tengo derecho a…" "Ahórreme la mierda de allanamiento de propiedad. Mi suposición es que Cutter’s Chute está muy lejos de su casa y que sólo le molesta que los turistas se atreven a salir del bosque y entren en terrenos privados. Haremos lo que podamos para detenerlos, pero es evidente que no se puede mantener un centinela por aquí para protegerlo. Pero voy a presentar cargos de intento de asesinato en este momento por disparar contra nosotras, si no le importan mis palabras". "¿Intento de asesinato? Morgan, cuéntale. Caray, aprendí a manejar un rifle cuando tenía ocho años. No hay ningún intento de asesinato". Reese lo señaló con el dedo. "No más disparos a los turistas" Morgan dio un paso adelante. "Johnnie, vamos a planear algo. Puede que no sea hasta el verano. Tal vez podamos poner una valla o algo en el cañón para cortar la ruta ¿Qué te parece?" "El verano no va a ayudarme con este invierno ¿no?" "Tomaré una moto de nieve yo misma. Veré lo que puedo hacer" prometió Morgan. "Pero, Johnnie, no puedes ir por allí tratando de asustar a la gente con tu rifle". "Un hombre tiene derecho de proteger su propiedad"

Morgan sonrió y le apretó el brazo. "Lo sé, Johnnie. Pero tienes que dejar de preocuparte tanto. La gente va a hacer lo que tiene que hacer". Él asintió con la cabeza. "Sí, ellos lo harán ¿no es así?" se volvió hacia Reese, "Encantado de conocerte. Tal vez tomes mis llamadas ahora en lugar de tener a esa entrometida de Eloise sacándome el cuerpo. No es que yo llame por el gusto de hacerlo, ya sabes. Demonios, tengo que caminar un kilómetro hasta la cumbre sólo para obtener una señal del teléfono celular que tengo. Lo menos que puedes hacer es tomar mi llamada". "Por supuesto" Él les dio a ambas una breve inclinación de cabeza y desapareció en el bosque. Morgan agarró el brazo de Reese mientras se giraba. "Él no lo hace sólo porque es un viejo terco. Su nieto murió en Cutter’s Chute hace unos diez años. Su único nieto. Así que quejarse de los turistas es sólo una excusa. Él no quiere que nadie más pierda su vida allí". "Ya veo ¿Es peligroso?" "Si no sabes lo que estás haciendo, sí. Yo diría que desde que he estado aquí cinco o seis han volteado sus máquinas al volar por la rampa. Piernas rotas, espalda rota. Tuvimos que trasladar a uno por helicóptero". Reese la miró. "¿Has estado allí?" Morgan negó con la cabeza. "No. Quiero decir, me encanta correr rápido, pero no soy tan experta" sonrió, "O tan loca".

CAPÍTULO 16 "¿El viejo Johnnie te disparó?" Charlie se rió, "Apuesto que al descubrir que ella era la sheriff se tragó su tabaco". "Sobre todo cuando Reese le amenazó con acusarlo por intento de asesinato" Charlie la miró. "Reese ¿eh?" Morgan se encogió de hombros. "Ese es su nombre. No voy a ir por allí llamándola jefa" "Entonces ¿te gusta ella? ¿No la empujaste fuera de la montaña?" Morgan rió. "Estuve a punto. Pero sí, se aligeró un poco. Pero todavía va a necesitar un poco de trabajo". "Bien, bien. Tal vez sea posible…" "No, Charlie ¿Tú también?" se inclinó sobre su escritorio y lo miró a los ojos, "No trates de hacer de casamentera". "No, no creo que vayan bien juntas. Eres demasiado independiente, demasiado fuerte de voluntad. Creo que sería entrar en conflicto con ella ya que la describiría de la misma manera".

"Uh-huh" Morgan se enderezó. No le creyó ni por un segundo, "No te atrevas a repetir esto, aunque en realidad fue un poco divertido". "Tal vez la única razón por la que odias esquiar es porque anteriormente nunca has tenido una buena pareja". "Confía en mí, no es por eso" ella suspiró. "He terminado por hoy. Creo que voy a ir a Sloan a tomar una cerveza ¿Quieres venir?". "Puede que vaya más tarde. Inicié el maldito presupuesto para la próxima temporada. Quieren reducir nuestro financiamiento nuevamente y tengo que demostrar por qué lo necesitamos" negó con la cabeza. "Los malditos políticos usan el dinero en todos esos proyectos inútiles y nos dejan colgados ¿Qué piensan? ¿Que tres personas pueden manejar un millón de hectáreas de tierras forestales?". "Oh, nos las arreglaremos Charlie, siempre lo hacemos" "Sí, bueno, una vez que te devuelvan tu camioneta, es mejor que esperes que no muera porque no tengo presupuesto para las reparaciones". "De acuerdo" sonrió al salir. Él decía eso todos los años. De hecho, tanto como ella se quejaba del invierno, él se quejaba del próximo presupuesto. La misma cosa para ellos todos los años. Entonces cayó en cuenta que esta sería la última vez que tendrían esa conversación particular. La última temporada de Charlie. No sería lo mismo por aquí, eso era seguro. Su única esperanza era que no viniese alguien tan opuesto a Charlie que no pudiese soportar trabajar para él. Después de siete años…ocho en ese momento…este era su hogar. Odiaría tener que solicitar una transferencia a estas alturas de su carrera. Había estado trabajando para el Servicio por catorce años. Dieciséis más y estaría en condiciones de jubilarse. No es que su retiro pudiese mantenerla, pero al menos tendría una buena base, algo en que apoyarse si quería empezar algo nuevo o tal vez regresar a tiempo parcial. Treinta y cinco años y pensando en la jubilación. Qué triste. *** Reese iba a saltar su comida habitual en Sloan. Estaba cansada de esquiar y no quería nada más que remojarse en una tina de agua caliente y relajarse. Por desgracia, sus habilidades culinarias eran inexistentes. Y sabía a ciencia cierta que no había nada en su despensa o refrigerador. Comió su última pieza de pan duro en el desayuno esta mañana. Así que se detuvo frente al Bar de Sloan, encantada de ver el Jeep alquilado de Morgan estacionado cerca. Con todo, su salida había sido agradable, si no te importaba recibir un balazo de rifle en la cabeza. Lo cual era usual para ella, pensó con una sonrisa. Si Morgan estaba sola en el bar, podría optar por sentarse con ella en lugar de sentarse a solas en una mesa. Esto les daría otra oportunidad de llegar a conocerse la una a la otra. Cerró la puerta de su camioneta, sabiendo que era sólo una excusa. La verdad era que estaba un poco intrigada por Morgan. La mujer estaba llena de preguntas, pero había revelado poco sobre su propia vida. Tenía que haber una razón por la que se había quedado en Lake City. Y por lo que sabía, Morgan estaba muy soltera, así que no era una mujer quien la mantenía aquí. Porque, francamente, no podía imaginar a nadie quedándose en este pequeño pueblo de buen grado. No, cuando terminara su año, se iría al día siguiente.

Morgan estaba donde había pensado que iba a estar…sentada en el bar charlando con Tracy. Se acercó casualmente, ignorando las miradas de los otros clientes. Los que conocían su rutina sabían que nunca iba a la barra. "Buenas noches, damas" dijo mientras se sentaba en el taburete con respaldo alto junto a Morgan. Morgan le sonrió fácilmente. "¿Eres capaz de caminar?" Reese rió. "Hasta ahora. Mañana podría ser otra historia" "Disculpe Jefa Daniels, pero ¿quiere lo de siempre?" "Tracy, sabes que está bien que me llames Reese" miró a Morgan observando su expresión divertida por la formalidad de Tracy. Por otra parte, Tracy estaba probablemente en estado de shock de que Reese pudiese decir oraciones completas, "Y Eloise me dijo que tenía que probar el pollo empanizado doble ¿Qué piensas?". "Oh, sí, señora, es delicioso. Viene con ensalada y patatas fritas" "Suena muy bien. Y voy a tomar una cerveza mientras espero" se dió la vuelta en su taburete y se encontró con los ojos de Morgan, dándole un guiño sutil mientras Tracy se apresuraba en llenar un tazón. "¿Un mes de hamburguesas es suficiente para ti?" Reese se encogió de hombros. "Cuando no cocinas, es difícil ser selectiva. Sobre todo en este pueblo". "Me he dado cuenta que cuando las personas dicen que no cocinan, significa que no les gusta cocinar, no que no puedan". Reese asintió a Tracy quien desapareció tras poner una cerveza en frente de ella. "¿Supongo que cocinas?" Morgan se rió. "No, en realidad no. Quiero decir, no me muero de hambre ni nada de eso. En realidad, sé cocinar. Es que odio hacerlo". Reese tomó un sorbo de su cerveza viendo como Morgan hacía lo mismo. "¿Por qué estás aquí?". Morgan enarcó las cejas. "¿Aquí?" "En Lake City" aclaró, "Quiero decir, me hiciste esa pregunta una vez" "Oh, ya veo. Lo ves como estar atrapada aquí. Y creo que tal vez lo fue el primer invierno. Se suponía que debía ser asignada a Gunnison y Blue Mesa. Pero el mismo día en que llegué, me dijeron que había sido trasladada. Y cuando ví a este pueblo y me dí cuenta de lo lejos estaba, sobre todo durante el invierno, me entró el pánico. Iba a pedir ser trasladada la siguiente temporada". "Sin embargo, estás aquí" "Sí. Me enamoré del lugar, de la gente. Así que pensé, bueno, voy a hacer un año más y luego pido la transferencia" se echó a reír, "De eso hace siete años".

"¿No echas de menos tener una relación?" "¿Quieres decir sexo? ¿Si no echo de menos tener sexo?" Reese sonrió. "Sí" "Por supuesto ¿Por qué crees que me llevé a Gemidos Mona a casa conmigo?" Reese tosió y casi escupió su cerveza. "¿Gemidos Mona?" "Lo siento" Reese negó con la cabeza. "No quiero saberlo" "Pero te dije que era un mordedora ¿no?" "No. Una vez más, no quiero saberlo" Morgan se rió. "Ves, es por eso que es bueno tener otra lesbiana en la ciudad. No puedo hablar de mi vida sexual…o la falta de ella…con las chicas. Tracy quiere darme una conferencia acerca de asentarme y Tina sólo quiere más detalles". "Así que realmente somos las únicas por los alrededores ¿eh?" "No. En realidad, hay una pareja que vive arriba en la montaña, más allá de la casa de Charlie. Pero están en el closet o viven como ermitañas intencionalmente. Son bastante autosuficientes, por lo que he escuchado. Ellas tienen un gran invernadero para cultivar hortalizas y tienen paneles solares para energía eléctrica. Vienen a la ciudad durante el verano, pero en el invierno no, no las vemos hasta el deshielo de la primavera". "¿Cuánto tiempo han estado aquí?" "Vinieron un año después de mí. Así que seis años" Reese apoyó los codos en la barra, señalándole a Tracy que llenar su tazón. "Así que de nuevo ¿por qué estás aquí?" "¿Estás diciendo que debería basar toda mi existencia en la posibilidad de un romance? Tengo poco de eso aquí así que ¿debería mudarme?" Morgan se encogió de hombros ,"Tal vez si estuviera más joven. Pero voy a cumplir 36 esta primavera, me encanta estar aquí, me encanta la gente, me conformo con mi vida. No me quiero mudar a ninguna parte sólo para aumentar mis posibilidades de conocer a alguien con quien pudiese posiblemente tener una relación. Supongo que lo que estoy diciendo es que, a estas alturas de mi vida, no es la gran cosa, mientras sea feliz con todo lo demás" hizo una pausa, "Y lo soy" "¿Y te va bien con el coqueteo ocasional con alguien como Mona?" Morgan volvió a reír, una risa fácil que Reese encontró agradable "¿Coqueteo? ¿Es eso lo que era?" Morgan se acercó y golpeó juguetonamente su brazo, "¿Así es como lo llamaste? ¿Tú y la esposa del alcalde?". "Aunque Winter Park es jodidamente mucho más atractivo que Lake City, no estaba exactamente copado de mujeres gay".

"¿Asumo que la esposa del alcalde es hetero?" Reese sonrió. "Oh, sí. Muy hetero. Y me temo que lo arruiné para ella" "Sacudiste su mundo ¿verdad?" "Tiene 51 y nunca había tenido sexo oral" "Oh, vaya" "Sí, fue muy divertido" sin embargo no lo suficientemente divertido como para conseguir ser echada fuera de la ciudad. Levantó la vista cuando Tracy puso su bolsa en el bar, "Gracias, Tracy" "O quiere comer esta noche aquí ¿jefe?" "No. Debería irme" miró a Morgan. "¿Qué vas a comer?" "Oh, probablemente voy a llevarme una hamburguesa a casa" deslizó su tazón hacia Tracy, "Pero voy a tomar una más". Reese tomó su bolsa y movió el taburete hacia atrás y luego arrojó un billete de diez dólares en el bar. "La cerveza es por mi cuenta, Zula" bromeó en voz baja, apenas moviéndose lo suficientemente rápido como para perder el pellizco que Morgan le lanzó. "Voy a matarte" "Ahora, ahora. No hagas una escena" Reese se inclinó cortésmente, "Buenas noches, Morgan. Te veo después" asintió con la cabeza hacia Tracy antes de escapar por la puerta, dándose cuenta de que seguía sonriendo. Sí, le gustaba Morgan. Sería bueno tener a alguien con quien hablar, una amiga. Pero más tarde, cuando estaba sentada a solas en su pequeña mesa, en su tranquila cabaña, terminando la última patata frita, se preguntó si podría terminar todo el año con Morgan solo como amiga. La verdad era que la encontraba atractiva. Tenían conversaciones sencillas. Nada era forzado u obligado. Pero no podía verse realmente a sí misma pidiéndole a Morgan una cita. Por un lado ¿qué harían? ¿A dónde irían? El bar de Sloan era el único entretenimiento en el condado. "Olvídalo" murmuró recogiendo los restos de su cena y tirándolos a la basura. Entró en la sala de estar, aburrida de sus pensamientos, consciente de que era demasiado pronto para ir a la cama. Se volvió en un círculo, mirando alrededor de la pequeña cabaña. Cuando estuvo de acuerdo en aceptar este trabajo, esta era una de las cosas en las que había insistió, que el lugar donde viviría no estuviese en el pueblo. Y que no tuviese que pagar. Ellos le ofrecieron esta pequeña joya. Pertenecía a Ronald Brightmen, uno de los sheriffs del condado. Él le había dicho que una cabaña vacacional de caza de la que fácilmente podría acostumbrarse. Y encajaba perfectamente con ella. A seis kilómetros de la ciudad, en el límite del Bosque Nacional, sin vecinos entrometidos y absolutamente ningún tráfico. Y estaba aburrida y solitaria y empezaba a pensar en cosas locas. Como preguntarse si Morgan sería tan enérgica en la cama así como lo era fuera de ella.

CAPÍTULO 17 Morgan levantó la mirada cuando se abrió la puerta, sonriendo cuando Tina asomó la cabeza. "Hey, chicas" dijo ella entrando con una canasta de picnic, "Traje el almuerzo" "Aburrida ¿verdad?" "Completamente" Tina se sentó junto al escritorio de Morgan y le guiñó un ojo a Berta, "Además, he oído todo tipo de rumores. Vine a comprobarlos". Morgan miró a Berta sospechosamente, "¿Qué tipo de rumores?" "Tú y la jefa Daniels pasando tiempo juntas" Morgan puso los ojos. "Santo cielo. Fuimos a esquiar" "Eso por sí mismo es una gran noticia. Odias esquiar" "Sí, lo sé. Charlie me obligó" "¿Y la cena?" "¿Cena? No tuvimos una cena" "Mi fuente me dijo que fueron vistas en el Sloan juntas" "Sé que tu fuente es Tracy y ella sabe muy bien que Reese sólo se detuvo para charlar mientras esperaba su cena". "¿Reese? Eso es algo familiar ¿no es así?" "Tina, deja de buscar algo en eso" la señaló con el dedo, "Y no trates de hacer de casamentera". Morgan miró a Berta, "Y tú, sé que fuiste quien le contó lo del esquí. Y sabes muy bien que no quería hacerlo". "No sé de qué estás hablando" dijo Berta mientras se levantaba ,"Pero es hora de comer. He quedado con Eloise en el café". "Te lo juro, no puedo cagar sin que la mitad del pueblo se entere " dijo cuándo Berta cerró la puerta. Tina rió.”Es invierno. No hay nada más que hacer. Me temo que tu vida amorosa es la atracción principal". "¿Vida amorosa? No tengo una vida amorosa" "No, todavía no, pero estamos trabajando en ello" "En serio, tienes que detenerlo. Así que fuimos a esquiar. No es gran cosa. Nos vimos en Sloan. Nuevamente, no es inusual. Ella come allí casi todas las noches. Eso no fue como una cita o algo parecido" acercó la canasta, "¿Qué trajiste, de todos modos?"

"Estofado de venado" Morgan sonrió. "Qué dulce. Mi favorito" sacó los dos cuencos cubiertos y los colocó sobre su escritorio, luego puso a un lado la cesta, "Me encanta cuando me traes tus sobras". "No se puede hacer un poco cuando estás haciendo guiso o sopa. Además, sabes cómo se ponen mis hijos cuando se trata de las sobras". "Sí. Esa es una de las cosas que echo de menos cuando no trabajas durante el invierno, no como tan bien". "Hablando de comer, vas a estar por tu cuenta para la Navidad este año" dijo Tina mientras quitaba la tapa a cada cuenco entregándole una cuchara a Morgan. "La madre de Paul está alquilando una casa de playa en el sur de la Florida para las fiestas. Dijo que se niega a que todos viajen en la nieve, sólo para que podamos estar juntos". "¿La playa? Eso no es la Navidad" dijo Morgan. Dio un mordisco y gimió, "Esto está muy bueno". "Gracias. Y lo sé. Estaremos construyendo muñecos de nieve en la arena" "Supongo que será un buen descanso. A los niños les encantará la playa" "Sólo desearía que lo hubiese consultado con todos en lugar de hacerlo. Es tan…ella, sólo pensando en sí misma". "Oh, pasarás un buen tiempo" dijo. "Sabes, soy de Florida. Solo tendrás que acostumbrarte a que la Navidad es caliente. No es gran cosa". "Y yo soy de Colorado y uno se acostumbra a que haya nieve en Navidad" respondió Tina sacándole la lengua a Morgan. "No trates de calmarme. Se me permite estar enojada con mi suegra si quiero estarlo". Morgan sonrió. "Lo siento. No me dí cuenta que el factor control estaba pasando por aquí. Pensé que estabas molesta porque te ibas a la playa" agitó la cuchara en el aire, "Por supuesto, tienes todo el derecho de estar enojada con ella por organizar un tan horrible, horrible viaje". "Oh, cállate. A ver si te vuelvo a traer el almuerzo" Morgan sacó el último cajón de su escritorio y se inclinó hacia atrás en su silla y apoyó los pies en la parte superior del cajón, equilibrando el cuenco sobre su estómago. Esto era algo que echaba de menos cuando Tina se retiraba durante el invierno, ella trayéndole las sobras para el almuerzo."Sabes, no te haría daño venir más seguido por aquí. Aunque no estés trabajando, aún podemos caernos por Sloan para comer de vez en cuando". "Lo sé. Pero estoy tratando de ser una madre y una ama de casa productiva. La casa está limpia, la lavandería está hecha y la cena está en la mesa cuando el marido y los niños llegan a casa". "Qué aburrido ¿Y puliste los cubiertos y sacaste el polvo a todos los estantes?" "Eso suena aburrido ¿no es así? Y no te encojas, pero he empezado a ver telenovelas de nuevo". "Este año juraste que no ibas a quedar enganchada con ellas nuevamente" Morgan le recordó.

"Bueno, si hubieses tenido una vida amorosa de la qué hablar, tal vez no tendría que hacerlo". Morgan sonrió dulcemente. "Disfruta tus novelas, entonces. Después del último encuentro con Gemidos Mona, creo que es más seguro permanecer célibe". Célibe, sí, pero eso no significaba que no podía mirar. Y Reese Daniels era demasiado atractiva para simplemente dejarlo pasar. *** "Está bien, así que tú estabas aquí primero la otra noche y ella entró y se unió a tí en el bar" dijo Tracy mientras llenaba un tazón para ella. "Esta noche, ella llegó primero, está sentada en su puesto de siempre y tu entras y la ignoras totalmente" deslizó la cerveza hacia ella, "¿Qué pasa con eso?" "No pasa nada. Pero si voy allí a hablar con ella, se lo dices a Tina y ella se lo dirá a Berta. Entonces, la mitad del pueblo va a pensar que algo está pasando entre nosotras. Lo que no es así". Tracy rió. "Como si no te acabara de ver escudriñándola" "No lo estaba" "Si lo estabas" Morgan sintió que se ruborizaba. "Está bien, nunca he dicho que no sea atractiva ni nada. Lo es. Solo que no es mi tipo". "Oh, deja de ser tan terca y ve a hablar con ella. Voy a preparar su cena" Morgan suspiró. "Una vez más ¿qué pasa con ustedes mujeres heterosexuales tratando de buscarme un ligue? ¿Soy tan patética que todas sienten lástima por mí?" Morgan entrecerró los ojos, "¿Y por qué nadie intenta ligarte con alguien?". "Oh, por favor ¿Con quién me ligarían?" "Tal vez deberías ir a la universidad después todo" "Eso no es algo que le dices a alguien que está a punto de cumplir los treinta" Tracy se acercó más, "Además, los únicos individuos elegibles por aquí son los vaqueros de temporada que trabajan en el Rancho de Thompson” negó con la cabeza, "Y no estoy interesada" hizo un gesto nuevamente hacia Reese Daniels, "Pero ella es linda. Deberías ir y hablar con ella". "Santo cielo" Morgan se levantó y tomó su cerveza. "Está bien, iré a hablar con ella" mientras caminaba a través de la barra, a pesar de que las conversaciones se mantenían a su alrededor, sintió ojos sobre ella mientras se acercaba a la mesa de Reese. "Finalmente te convenció de venir ¿eh?" dijo Reese sin apartar los ojos de la revista que había estado leyendo. "Me temo que ella está tratando de hacer de casamentera" Morgan se deslizó en la silla frente a ella, "Junto con Tina. Estoy bastante segura que hay una conspiración".

Las cejas de Reese se dispararon. "¿Conmigo?" "Por supuesto que contigo" "Nuevamente ¿Quién es Tina?" "Trabaja conmigo. Está por temporada. Ella y su marido son buenos amigos míos" "Ya veo" tiró la revista a un lado y cruzó las manos. "¿Y qué piensas de eso...eso de las actividades de casamenteras?". Morgan rió. "Les dije que no eras mi tipo" "Eso está bien. Soy siniestra o algo por el estilo ¿Fue eso lo que dijiste?" Morgan giró su tazón entre sus manos. "En realidad, pensaste que yo quería dormir contigo y cortésmente dijiste que no estabas interesada". Reese miró al otro lado de la mesa y la miró a los ojos. "Hablando de eso, tal vez deberíamos reconsiderar esa conversación". "¿Qué quieres decir?" "Quiero decir que tal vez deberíamos reconsiderar" Los ojos de Morgan se ampliaron. "¿Reconsiderar dormir juntas? ¿Hablas en serio?" Reese se encogió de hombros. "¿Por qué no?" "Por un lado, no estabas interesada ¿recuerdas?" "No estoy interesada en tener citas con alguien, no" Morgan la miró. "¿Y por qué? No es que quiera tener citas contigo tampoco" Morgan aclaró rápidamente. "Las citas llevan a eso de ser una pareja. Eso lleva a vivir juntas" "Tienes un problema con la monogamia ¿verdad?" "No, no. No es eso. Es sólo que es un gran ciclo. Viven juntas un par de años, se aburren, se separan, inicias todo con otra persona y haces lo mismo. No veo el punto". "Eso es una locura. El punto es que si te enamoras de alguien quieres estar con ella, lo que significa vivir juntas". "Sí, bueno, no estoy interesada en eso" "¿Pero está interesada en el sexo?" Reese sonrió."Me gustas. Creo que te gusto. Somos casi de la misma edad y estamos solteras". "Así que...quieres tener sexo… ¿conmigo?"

"Es la mitad del invierno y estoy pensando que las dos ya estamos enloqueciendo del aburrimiento. Sé que yo lo estoy ¿Qué daño podría haber con que nos reunamos en una noche fría y liberemos un poco de energía acumulada? Sin condiciones. Sólo una física, relación sexual". Morgan la miró, sorprendida por sus palabras. "¿Y lo dices en serio?" "Mira, si la idea de dormir conmigo te resulta asquerosa, simplemente lo dices. Quiero decir, somos amigas. O nos estamos convirtiendo en amigas. Y si piensas que no podemos seguir siendo amigas…" "¿Con el sexo a un lado?" "Si" "¡Oh, Dios mío! No puedo creer que estemos teniendo esta conversación. Nunca he hecho nada como esto antes". "Sin embargo, tienes relaciones sexuales con una perfecta desconocida" "Estaba borracha. Y solitaria" se inclinó hacia delante. "Así que esto sería una vez a la semana o ¿qué cosa?". Reese tomó el papel empapado y le dio vuelta entre los dedos. "No lo sé. Lo que queramos, supongo". Morgan sonrió. "Así que ¿tendremos una señal secreta? Ya sabes ¿para dejar que la otra sepa?". "Así que ¿ya lo estás tomando a broma?" "No. Estoy sorprendida de que en realidad estoy considerando esto. Como ya sabes, no estoy segura de que siquiera me gustes". "Eso no es cierto" "No, supongo que no lo es. No he tirado mi cerveza sobre tu rostro debido a esta propuesta" Reese se acercó más bajando su voz. "Mira, si lo intentamos y encontramos que no va a funcionar, entonces nadie tiene que saberlo. Sólo nos ocupamos de nuestros negocios. Si es agradable para los dos entonces ¿qué tiene de malo? Estaré aquí once meses más y luego me voy. Y, francamente, la idea de pasar once meses sin compañía femenina no es tan atractiva". "Dime algo Jefa Daniels ¿haces este tipo de proposiciones a menudo?" Reese levantó la vista cuando Jeff trajo su cena. "Gracias, Jeff" "Seguro ¿Puedo ofrecerte algo más? ¿Morgan?" "Necesito otra cerveza, Jeff" o tal vez debería cambiar a algo más fuerte. ¿Un romance sin ataduras con Reese Daniels? Dios mío... Reese se levantó y puso su dinero bajo su tazón de cerveza vacío. "Y no, nunca he hecho este tipo de propuesta a nadie. Nunca he estado en el exilio antes".

Morgan la vio alejarse, sus ojos demorándose en su trasero. Oh, vaya ¿Se atrevería a estar de acuerdo con esto? ¿Con este loco plan? Sería un largo y frío invierno, razonó. Y no estaba Jackson en casa para hacerle compañía. Quizás Reese estaba en lo cierto ¿Qué daño podría hacer? Negó con la cabeza. ¿Seguramente no estaba considerando esto seriamente? ¿Estaba tan solitaria, tan hambrienta de contacto físico que consideraría tener sexo con Reese Daniels sólo por diversión? Sin compromiso. Sin ataduras. Diablos, sin reglas. Sólo sexo. Sexo en aras de tener relaciones sexuales. Pensó que debería estar avergonzada…o mejor aún, disgustada…por la proposición. Pero no lo estaba. Porque, sí, Reese Daniels no era su tipo, no. Pero era linda, atractiva y Morgan podía imaginar cómo se vería su cuerpo desnudo. Oh, vaya. "Hey" Saltó asustada cuando Tracy le trajo su cerveza fresca. "¿Vas a volver a la barra o te quedaras allí sentada?". La miró como si fuese una tonta. ¿Debería decirle? ¡Por Dios, no! Así que asintió con la cabeza, "Iré a la barra". "¿Estás bien?" "Sí, estoy bien ¿Por qué?" "Te ves un poco pálida. ¿Te molestó la jefa o algo?" "Algo" murmuró Morgan mientras seguía a Tracy hacia la barra.

CAPÍTULO 18 Reese miró por la ventana hacia la oscuridad, escuchando distraídamente mientras el café goteaba lentamente en la olla, expulsando vapor desde la parte superior de vez en cuando. La inquietud que había estado sintiendo desde hacía un par de semanas no había disminuido y allí estaba ella, mirando hacia la calle desierta, hacia la luz solitaria parpadeante sobre el Bar de Sloan, ni siquiera un atisbo de sol que penetrara en la oscuridad. Negó con la cabeza, preguntándose qué la había poseído para hacerle anoche esa propuesta tan absurda a Morgan ¿Estaba tan solitaria? ¿Tan desesperada de compañía femenina que le había propuesto algo así a la única lesbiana en la ciudad? "Eso parece" Por supuesto, el hecho de que Morgan no le hubiese lanzado la cerveza en el rostro…o peor, una bofetada…era un poco intrigante ¿Morgan lo estaría considerando realmente? Reese dejó escapar un suspiro, preguntándose cuál sería su reacción si Morgan apareciera en su puerta, completamente preparada para aceptar su proposición ¿Qué haría?

Se apartó de la ventana, en dirección hacia el olor del café recién hecho. Oh, sabía exactamente lo que iba a hacer. Morgan era atractiva y agitaba lo suficiente su interés sexual como para hacer de una relación física algo atractivo. Suponía que lo mismo era verdad para Morgan. *** Estaba lo suficientemente frío esta mañana como para ser incómodo y Morgan aumentó un poco la calefacción en su camioneta. La verdad estaba contenta de haberla recuperado. Tan divertido como había sido tener el jeep, no era completamente hermético y estaba pasando un mal rato tratando de entrar en calor. Los uniformes del Servicio Forestal no estaban diseñados para el invierno así que no podía conservar tanto calor debajo de la camisa de algodón. Sin embargo, tampoco estaban diseñados para el verano y terminaba sofocada en el algodón verde monótono. Charlie se había acostumbrado a que ella rompiera el código del uniforme…vaqueros en el invierno y pantalones cortos en el verano. Excepto cuando sus jefes hacían una visita, entonces ella obedientemente se ponía los pantalones de algodón verde monótono a juego con la camisa verde monótona. Y por qué estaba encima de su armario tan temprano esta mañana, no era tan sorprendente como lo había esperado. Eso llenaba su mente de cosas triviales y le impedía evaluar nuevamente la proposición que Reese Daniels había puesto sobre la mesa la noche anterior. Porque francamente, la había repetido tantas veces, que sentía como si no hubiese dormido en absoluto. No, eso pasó porque en vez de dormir, se la pasó imaginando estar en la cama con Reese Daniels…en la cama, desnuda y teniendo relaciones sexuales. Apretó el volante, tratando de alejar las imágenes que aún estaban frescas en su mente. Muchas cosas la sorprendían. Primero, que realmente estaba tomando en cuenta la proposición. Y segundo ¿cómo podía saber cómo luciría Reese Daniels desnuda? Pero en su mente sin duda, anoche pudo imaginar vívidamente como luciría sin ropa, sus ojos oscuros pensativos mostrando más de lo debido, su cabello rebelde hecho un lío y revuelto después de hacer el amor. "Oh, santo cielo" dijo mientras apagaba rápidamente el fuego abriendo la ventana. Era una locura siquiera pensarlo, mucho menos considerar hacerlo. Por un lado, estaría por todo el pueblo, sin importar cuán discretas planearan ser ¿Y realmente quería a la gente escudriñando su vida amorosa? Todo el mundo sabía que la jefa Daniels estaría allí sólo por un año ¿Qué diría eso de Morgan si mantenía una aventura con ella, sabiendo que se iba? ¡Entonces todo el mundo sabría que había sido sólo por sexo! Por supuesto, podrían hacer una prueba, como Reese había sugerido. Tal vez no eran compatibles en la cama. Tal vez sería incómodo. Tal vez no habría energía sexual entre ellas. O tal vez sería fabuloso y a Morgan le importaría muy poco lo que todo el mundo dijera. Sería por sexo y sexo fabuloso. "Has perdido la cabeza" susurró mientras avanzaba por el desvío de Alpine Loop siguiendo hacia Henson Creek. El circuito era fuerte en verano cuando los jeeps y los camiones 4x4 descendían sobre él, el paseo desde Lake City hacia Silverton mientras el rudo camino abrazaba Engineer Mountain y Cinnamon Mountain, mostraba una vista más impresionante que la anterior. Incluso después de siete veranos aquí, todavía encontraba tiempo, al menos una vez cada temporada, para alquilar un Jeep de la gente de Alpine Rocky y arriesgarse con Engineer Pass que estaba a trece mil pies.

Sus súplicas a Charlie sobre necesitar su propio Jeep para patrullar las carreteras del Servicio Forestal no habían logrado su objetivo. La carretera estaba desierta esta fría mañana, como lo estaría el resto del invierno a excepción de aquellas almas aventureras que conducirían hacia los límites de Cinnamon para esquiar a campo traviesa a lo largo de la cumbre. Realmente manejar esta mañana no era más que una excusa para salir y pensar. No había campings que vigilar, ni licencias de pesca que validar, ni advertencias que emitir para las personas que salían de la carretera donde no debían. Sin turistas, ni preocupaciones. El invierno se alzaba. Un largo y frío invierno. Un largo, frío y solitario invierno. Pero no tenía que ser solitario. Ni siquiera tenía que ser frío. El sexo caliente aliviaría ambas cosas. Sexo caliente con Reese Daniels.

CAPÍTULO 19 Reese vio la camioneta de Morgan estacionada en el Bar de Sloan y casi se detuvo. No habían hablado en dos días y no quería incomodar a Morgan acosándola en el bar. Le daría una semana. Si no pasaba nada, entonces volvería a su manera solitaria, se sentaría en su mesa sola, a la espera de la cena que comería sola en casa. Pero tenía la sensación de que no tendría que esperar una semana. No habían hablado, pero Reese había visto hoy a Morgan en la calle mientras ella y Berta pasaban frente a la oficina del sheriff dirigiéndose a almorzar. Sus ojos se encontraron a través de la ventana y en ese instante, Reese vio lo que esperaba ver…una mirada secreta entre ellas, una mirada que indicaba que Morgan estaba interesada. Si ella seguía o no ese interés era otra historia. Así que condujo frente al bar dirigiéndose hacia las afueras del pueblo, girando al llegar al camino de tierra que la llevaría a su hogar temporal. No tenía duda de que Morgan sabía dónde vivía, aunque no habían hablado de eso. Como la mayoría de los residentes de este pequeño pueblo de montaña, asumió que Morgan sabría casi todo de todos. *** Morgan giró su cerveza, mirando hacia arriba cada vez que se abría la puerta, en busca de Reese. Porque si Reese se presentaba, entonces eso significaba que no estaba en su casa esperando por ella...esperando por ella para tener relaciones sexuales. Oh, vaya. "¿Estás bien?" Morgan sonrió a Tracy y asintió. "Por supuesto" Tracy se acercó más. "Pareces nerviosa" miró hacia la puerta, "La jefa tiene treinta minutos de retraso. Me pregunto si va a saltarse la cena esta noche" Morgan se encogió de hombros con indiferencia. "¿Quieres una hamburguesa?"

"No, estoy bien" Tracy se trasladó hasta el otro extremo de la barra para esperar a Doug Fender y Morgan deslizó nuevamente su mirada hacia la puerta. Sabía que Reese no iba a venir. Sabía que Reese estaba esperándola. Lo sabía por la mirada que habían compartido hoy. Sólo una breve mirada, sus ojos se encontraron a través del cristal de la ventana de la oficina del sheriff. Pero esa mirada lo decía todo…Reese estaba esperándola. En esos pocos segundos que sus ojos se encontraron, Morgan estaba lista para decir sí, sí, sí a su propuesta. De hecho, si Berta no hubiese estado con ella, podría haber entrado para decirle a Reese que si en ese momento. Pero el momento pasó y ella y Berta entraron a la cafetería, Berta no fue consciente de la mirada entre ellas. ¿Y ahora qué? Reese estaba esperando y ella estaba aquí sentada, contemplando una cerveza que ya se había calentando, haciendo caso omiso de Tracy y todos los demás en el bar, tratando de calmar sus nervios y encontrar el coraje para hacer lo que quería hacer. Ir con Reese Daniels. *** Reese acababa de poner otro leño en el fuego, cuando escuchó el golpe de una puerta de camioneta cerrándose. Ladeó su cabeza, sus entrañas le decían que Morgan estaba a punto de llamar a su puerta. Y sus nervios le dijeron que no estaba segura de que estar preparada para eso. Miró a su alrededor, la lámpara en la esquina generaba la única luz además de las llamas del fuego. Después del rápido…silencioso…toque en su puerta, respiró profundamente y abrió. Morgan estaba allí de pie, sus ojos moviéndose nerviosamente. Reese le ofreció una pequeña sonrisa, esperando que eso calmara a Morgan. Y a ella misma. "Tengo dos reglas" dijo Morgan. Reese asintió. "Está bien" "Quiero mantener esto lo más discreto posible y...y sin besos" Reese levantó una ceja. "¿No te gusta besar?" "No, no, no es eso. Me encanta besar. Para mí, besar es la cosa más personal…íntima…y romántica que puedas hacer". "Está bien ¿Y?" "Y para mantener esta...esta cosa…" dijo señalando entre las dos, "…como un acto físico, solamente sexual, creo que besar no debería ser permitido" "Ya veo" Reese tomó la mano de Morgan y la arrastró a través del umbral, cerrando la puerta detrás de ella. La mano de Morgan era cálida y ella la apretó, de pie cerca de ella, usando la puerta para evitar que Morgan escapara. "Puedo vivir con tus reglas" dijo en voz baja, "Supongo que te refieres solamente a besos en los labios" se acercó aún más, notando como Morgan tragaba nerviosamente. Movió su boca a la oreja

de Morgan, "No tienes problemas si te beso aquí ¿verdad?" escuchó como Morgan contenía el aliento, "¿O aquí?" susurró mientras movía sus labios contra el cuello de Morgan. Olía a limpio y a fresco y Reese dejó que sus labios permanecieran por más tiempo. "Oh, Dios" Morgan susurró antes que sus manos se deslizaran hacia arriba por los brazos de Reese. No dijo más palabras. Morgan se inclinó hacia atrás, ofreciéndose a sí misma. Reese levantó el suéter de Morgan y luego tiró de la camiseta debajo de él, sacándola de los vaqueros de Morgan, sus labios todavía mordisqueaban suavemente el cuello de Morgan. Su primer contacto con la carne caliente hizo tambalear sus sentidos. Sus manos se deslizaron a través de la piel de Morgan, descansando justo debajo de sus pechos. Levantó la cabeza, encontrando los ojos de Morgan, su respiración estaba tan agitada como la de Morgan y el suave sonido llenó la cabaña. "¿Está bien?" susurró. Los ojos de Morgan se cerraron, "Sí" Sí. Ahuecó los pechos llenos de Morgan, empujando impacientemente el sujetador hacia un lado, dejando que sus pechos llenaran sus manos. Sintió los pezones duros hincándose en sus manos y gimió, deseando que su boca estuviese allí. Sin pensar, sacó el suéter y la camiseta de Morgan sobre su cabeza y casi arrancó el sostén mientras lo desabrochaba y lo dejaba caer al suelo. "Hermosos" susurró mientras su boca encontraba uno de los pechos de Morgan. Sintió las manos de Morgan enredándose en su cabello, abrazándola, gimiendo suavemente mientras Reese jugueteaba con su pezón con la lengua. Como llegaron a la alfombra, Reese no tenía ni idea, pero mientras su boca se daba un festín, sus dedos hábilmente desabrocharon los vaqueros de Morgan y bajaron la cremallera. Morgan la ayudó empujando el material ofensivo a un lado, pateando impacientemente los pantalones de sus piernas. Reese levantó la cabeza, encontrándose con los ojos de Morgan en el suave resplandor de la luz del fuego, su cuerpo desnudo brillaba ardiente. Un cuerpo desnudo al que estaba a punto de hacerle el amor. Buscó cualquier atisbo de incertidumbre en los ojos de Morgan y no lo halló. Sus ojos brillaban por la excitación, su boca estaba entreabierta, sus pechos subían y bajaban con cada respiración rápida que daba. Dejando que sus labios besaran y mordisquearan la carne caliente de Morgan, Reese se movió hacia abajo por su cuerpo, disfrutando el sabor de la piel de Morgan. Una mano delicada todavía descansaba sobre su cabeza, con los dedos todavía enredados en su cabello, instándola a bajar. Los gemidos silenciosos que Morgan pronunciaba, el sutil movimiento de sus caderas, su respiración rápida…hicieron que Reese quisiera darse prisa, queriendo dar a Morgan lo que tan obviamente deseaba. Sin embargo se tomó su tiempo, jugueteaba con la piel de Morgan con su lengua, deslizando sus manos hacia abajo por sus piernas y luego hacia arriba nuevamente, sintiendo la humedad entre sus muslos. "Reese, por favor" susurró mientras Reese besaba el interior de su muslo aun jugueteando con ella.

El aroma almizclado casi hizo girar su cabeza y separó los muslos de Morgan, ahuecando sus caderas, gimiendo de placer cuando su boca se apoderó de ella, saboreándola por primera vez. La agarró con fuerza cuando las caderas de Morgan subieron, moviéndose lentamente contra su boca, los dedos en su cabello se abrían y cerraban mientras Reese chupaba su clítoris hinchado. "Oh, Dios, sí" susurró Morgan, "Sí, sí" Cuando el orgasmo de Morgan amenazó, Reese se movió, metiendo dos dedos profundamente dentro de ella mientras su lengua se movía sobre su clítoris, más rápido y más rápido, amando los sonidos que Morgan estaba haciendo, sintiendo como se apretaba contra sus dedos. Las caderas de Morgan se elevaron del suelo y gritó sacudiéndose violentamente contra el rostro de Reese antes de hundirse lentamente en el suelo, otra vez. "Dios mío" Reese sonrió mientras sus dedos se deslizaban de Morgan y apoyaba la mejilla en la cara interna del muslo de Morgan, escuchando su respiración agitada mientras la mano de Morgan continuaba moviéndose a través de su cabello. Después de un momento, la mano de Morgan se quedó inmóvil y Reese la escuchó tomar una respiración profunda. "No tengo nada de ropa puesta…" murmuró. Reese se volteó, "Ya lo veo" "¿Cómo sucedió eso?" "¿No lo recuerdas? ¿Quieres que te lo demuestre de nuevo?" Morgan se rió en voz baja. "No, no. Estoy bien" se apoyó en un codo, "Pero tal vez ¿podrías perder tu suéter?" "¿Sólo el suéter?" "Por ahora" Reese se sentó y obligada, lanzó su suéter encima de los vaqueros desechados de Morgan. "Oh, vaya" susurró Morgan. Reese esperó, observando cómo viajaba la mirada de Morgan sobre sus pechos desnudos. Casi se estremeció cuando Morgan bajó la cabeza, cuando sintió el cálido aliento de Morgan acariciando sus pezones, cuando sintió el primer toque tentativo de la lengua de Morgan. Entonces fue acostada sobre la alfombra y los dedos de Morgan atacaron el botón de sus vaqueros "Desnuda" murmuró contra su pecho, "Te quiero desnuda" Y nuevamente, Reese se vio obligada.

CAPÍTULO 20

Reese se descubrió silbando mientras se dirigía a su oficina. La extraña mirada que Eloise le dio la hizo detenerse inmediatamente ¿Quién hubiese sabido que una noche de sexo…un muy grandioso sexo…podría ponerla en un estado de ánimo tan alegre?. "¿Llegando tarde hoy jefa?" Reese miró el reloj grande colgado en la pared por encima de la mesa de Eloise. "Ni siquiera son las ocho. Además, no era consciente que me habían puesto horario, Eloise". "Es sólo que no he tenido que hacer café en casi dos meses, tomando en cuenta que me había ganado cada mañana. Me sorprendí al encontrar el lugar vacío esta mañana. Pensé que tal vez algo le había sucedido". "Bueno, espero que no hicieras la danza feliz, porque todavía estoy aquí" pasó de largo por su puerta y fue directamente por el café, "Tendrás a Googan como tú jefe, tarde o temprano" agregó. Eloise murmuró algo tan bajo que Reese no logró escuchar y sonrió mientras se dirigía a su oficina. Sí, iba a ser un gran día. Giró su silla para hacer frente a la pequeña ventana mientras su ordenador arrancaba. El sol brillaba, el cielo estaba sin nubes, el aire fresco y limpio. Un día hermoso. De hecho, la mejor mañana que pudiese recordar desde que había estado en Lake City. "Oh, Reese, un rollo en el heno seguro que te tiene de buen humor" dijo en voz baja. Se preguntaba si el día de Morgan había comenzado de la misma manera. A pesar de ser su primera vez juntas, habían hecho de ella algo inolvidable. Incluso con la regla de Morgan de nada de besos, se habían manejado muy bien y estaba exhausta cuando Morgan se fue alrededor de la medianoche. Cansada…y oh tan saciada…que se había quedado dormida al instante y no se había despertado hasta después de las siete de la mañana. Su último encuentro sexual, con la esposa del alcalde, había sido insignificante, en comparación con lo que había compartido con Morgan. Una cosa era cierta, eran totalmente compatibles en la cama. Por desgracia, no habían hecho planes para un segundo encuentro. Lo que significaba que tendría que esperar nuevamente hasta que Morgan estuviese lista. *** Morgan sintió los ojos de Berta sobre ella y esperaba…rezaba… que su noche de amor libre con Reese Daniels no estuviese plasmado en su rostro. Plasmado y deslumbrante. Se dió la vuelta fingiendo interés en el papel que estaba leyendo. Tomó un bolígrafo y forzó un ceño en su frente, fingiendo estar absorta en el último informe de tráfico emitido por su distrito. Así fue, hasta que Charlie le dio un golpecito en el hombro, lo que la hizo saltar. "¿Tienes que acercarte sigilosamente de esa manera? Dios" dijo tratando de cubrir su vergüenza. "Sin duda ese informe no puede ser tan interesante ¿Qué tenemos? ¿Cinco visitantes el mes pasado?".. Morgan lo miró con ironía "Seis. Y está tan sesgado. Es decir, cada una de las motos de nieve en el hospedaje llegaron a nuestros senderos en un momento u otro".. "Y si no se registran es como si nunca hubiesen estado allí" dijo Charlie "Pero todo el mundo tiene el mismo problema ¿Crees que tienen una cuenta actualizada en Blue Mesa?"

"No. Pero es un gran lago. Ellos estiman sus cifras en el extremo superior ¿Por qué no pueden hacer la nuestra?". "¿En base a qué? Los campamentos de verano son fáciles y tenemos cifras decentes ¿Pero en invierno? No tienen nada que usar, solo los senderos señalados. Siempre ha sido así. Ya lo sabes". "Sólo estoy diciendo, que no es de extrañar que no tengamos presupuesto para trabajar. ¿Por qué no hacemos que Rick haga que se registren?". "Rick es un hombre de negocios" dijo Charlie, "Él no está preocupado por nuestras cifras, nuestro presupuesto o incluso nuestras reglas". "¿Quieres decir Cutter’s Chute?" "Sí. Él sabe…así como nosotros sabemos…que Cutter’s Chute es una gran atracción para él ¿Y qué si está en propiedad privada? Convenientemente tenemos un sendero que bordea la cumbre. Y cuando alguien le pregunta cómo llegar hasta allí, les dice que se dirijan por el cañón". "Está bien. Entonces ¿qué tal si ponemos algunas señales que digan que vamos a empezar a emitir citaciones para aquellos que no se registren? Podríamos citar alguna norma de seguridad o algo así". Charlie sonrió. "¿Por qué tanto interés en nuestros números, Morgan? ¿Tienes miedo de que ahora tu posición vaya a ser recortada en los inviernos?". Morgan se encogió de hombros. "Nunca se sabe. Cuando te vayas ellos podrían traer un culo duro. No le tomaría más que un par de semanas durante el invierno, darse cuenta que no sucede mucho por aquí". "Oh, Morgan, deja de preocuparte. Tu trabajo está seguro" él se sentó en la esquina de su escritorio y juntó las manos. "Recibí una llamada de la jefa Daniels hace rato" "Oh ¿sí?" comentó Morgan despreocupadamente tanto como le fue posible. "Parece que quería mi aprobación antes de pedirte que le ayudaras con algo" Morgan tragó "Uh-huh" entonces sus ojos se abrieron."Por favor dime que no es más esquí a campo traviesa" Él se rió "Me temo que sí" La mataré. "Viendo que no estás ocupada…dicho tú misma…no podía rechazarla" "Muchas gracias" "Dijo que quería subir hasta donde pescaban. Le dije que Ed Wade era su hombre, pero ella dijo que prefería que tú le mostraras los alrededores" él sonrió con picardía, "Creo que hiciste una buena impresión en ella la última vez". "Por sus comentarios, deduje que odiaba a pescar"

Él se encogió de hombros. "No sé nada de eso. Sin embargo ella está buscando algunos arroyos de las áreas silvestres. Lejos de los caminos transitados". "Las motos de nieve pueden llegar lejos de los caminos transitados" "Demasiado ruidoso" Las cejas de Morgan se unieron."Estás disfrutando esto demasiado ¿no es así?" dijo. "Oh, te hará bien salir. No hay nada que hacer. Demonios, incluso Berta tiene que improvisar algunos trabajos de papelería para mantenerse ocupada". "Sí, pero, Charlie ¿esquiar?" Él se puso de pie. "Le dije que te encantaría" *** Reese escuchó el tintineo de campana cuando se abrió la puerta de la oficina del sheriff y luego se cerró con demasiada energía. "¿Ella está adentro?" Reese sonrió, reconociendo la voz de Morgan. Y por el tono de la misma, Charlie debió haberle mencionado lo del esquí. "Sí, Morgan. Voy a ver si está ocupada…" "Confía en mí, no lo está" dijo Morgan y unos segundos más tarde estaba de pie en las puertas de Reese. "¿Esquiar? ¿Estás tratando de hacerme enojar?" Sonriendo Reese se levantó y le indicó a Morgan que entrara en la habitación, cerrando la puerta detrás de ella. "Buenos días para ti también". "Era un buen día" "Vamos, vamos" "¡Ni siquiera te gusta pescar!" dijo Morgan. "Nunca dije que no me gustaba pescar, dije que no pescaba. Gran diferencia” Reese rodeó su escritorio y se sentó, esperando que Morgan hiciera lo mismo. Finalmente lo hizo, aunque con un resoplido. Cuando sus ojos se encontraron, Reese vio un ablandamiento en ellos y sonrió, viendo una sonrisa similar en el rostro de Morgan. "Debería odiarte" "Pero no lo haces" "¿Estoy asumiendo que tienes una razón legítima para una excursión de esquiar y pescar?" Reese asintió. "Ayer en la noche fue extremadamente encantador ¿No te parece?" Reese sonrió mientras un ligero rubor cubrió el rostro de Morgan.

Morgan asintió. "Sí. Sí, lo fue" "Bien" Reese se inclinó hacia atrás en su silla. "Pero conociéndote, habrías debatido las ventajas de eso y te hubieses tomado días antes de decidir volver a verme". "Días ¿huh?" Reese se inclinó hacia delante y sonrió. "No quiero que pasen días" "Ya veo ¿Así que prefieres torturarme con un viaje de esquí?" "Pensé que sería una buena excusa para verte. Y podría satisfacer una de tus reglas" "¿Qué? ¿La regla de no besar mientras esquías?" "Estaba pensando más en la regla de la discreción" dijo Reese. "Charlie probablemente te habló de mi solicitud delante de Berta. Sin defraudar, probablemente te lamentaste por el hecho de que odias esquiar. Así que viniste hasta aquí, ignorando los intentos de Eloise para cumplir con el protocolo de la oficina e irrumpiste en mi oficina, exigiendo una explicación" señaló el teléfono, mostrando una línea en uso. "Y sin duda Eloise y Berta están en el teléfono ahora mismo, tratando de averiguar lo que está pasando". Morgan la miró, sonriendo finalmente. "Muy lista ¿Así que sólo vamos a pretender que vamos a esquiar y pescar?". Reese se rió. "No. Tenemos que seguir adelante con todo esto" Morgan frunció el ceño. "No acabo de ver el beneficio. Si crees que voy a sufrir por horas en los esquís…en el frío…luego ir a casa contigo, estás loca". "Tenía la impresión de que te gustaba pescar" "Claro. En el verano, de pie junto a un arroyo, con mi camioneta a la vista. Me encanta pescar". Morgan se echó hacia atrás y cruzó los tobillos, "¿Y tú? ¿Por qué no pescas?" Reese miró hacia otro lado por un momento, pensando que su motivo era bastante tonto. Sobre todo después de todos estos años. Se aclaró la garganta antes de hablar, "La pesca siempre fue una de mis pasiones. De hecho crecimos pescando casi cada fin de semana". "¿Te cansaste de hacerlo?" Reese negó con la cabeza. "No. Eso no fue todo. Mi padre, pescar era su gran amor. La mayoría de los fines de semana sacábamos el bote al Lago Mead y pescábamos desde el amanecer hasta el anochecer. Incluso cuando estaba en la universidad, convencía a mis amigos para que se unieran conmigo y mis hermanos en el barco" miró al otro lado del escritorio, encontrándose con los ojos de Morgan, "Hubo un accidente" ella tragó, "Un loco accidente de bote. Mi padre murió". "Reese, lo siento mucho" Ella se encogió de hombros."Hace mucho tiempo. Me tomó un tiempo superarlo. Mi madre… bueno…ella nunca se recuperó. Todos estábamos allí. Todos lo vimos. Golpeamos algo, un tronco o algo así y papá fue expulsado del barco…" tomó una respiración profunda, descubriendo lo difícil

que aún era decir las palabras, "…y el barco pasó por encima de él" levantó la vista, "Yo lo estaba conduciendo". "Oh, Dios mío" susurró Morgan. Se levantó, rodeando el escritorio y apretando la mano de Reese con la suya, "Lo siento" negó con la cabeza, "No puedo imaginar tu dolor". Reese se consoló con el suave toque de Morgan y miró sus manos, sus dedos entrelazados, recordando el toque de Morgan la noche anterior, recordando cómo esas manos se habían movido a través de su cuerpo, tocándola audazmente...exigentes. Cerró sus ojos, permitió que sus dedos jugaran con los de Morgan por un segundo más antes de levantar la vista. "Será mejor que te alejes o nuestra tapadera será descubierta" dijo a la ligera. Morgan sonrió. "Lo siento" Reese se aclaró la garganta. "En fin, no quería saber nada de la pesca después de eso. A decir verdad, no quería saber nada sobre mi familia tampoco. Mi madre…bueno…nunca dijo las palabras pero, en sus ojos, pude ver que me culpaba". "Oh, Reese, seguramente no. Fue un accidente" "Sí. Eso era todo lo que tenía para agarrarme. Fue un accidente. Un accidente que desgarró a nuestra familia. Nuestro tiempo juntos fue cada vez menos. Las llamadas telefónicas reemplazaron las visitas y comencé a trabajar hasta el agotamiento por lo que estaba demasiado aturdida y demasiado cansada para recordar ese día. Y acabamos distanciándonos. Todo sucedió muy lentamente, no creo que nadie se diera cuenta". "¿No los ves en absoluto?" "Cuando dejé la fuerza policial en Las Vegas, pasé por casa de mi madre, sólo para hacerle saber que me iba. Me quedé muy sorprendida. No la había visto en años. Quiero decir, se parecía a mi madre, pero era sólo una cáscara. Tenía los ojos sin vida. Todo alrededor de la habitación, tenía fotos de mi padre, como cientos de fotografías. Mi madre vivía su vida a través de esas imágenes, mientras que su vida real simplemente se desvaneció. No estoy muy segura que se haya dado cuenta de que estaba allí". "Eso es muy triste" "También fui a ver a mis hermanos. Ellos, al menos, tenían una vida normal, niños. Y la ven de vez en cuando" se encogió de hombros, "Y me escapé del calor del desierto a las altas montaña. Te sorprendería saber la cantidad de pueblos turísticos que tienen dificultades para mantener la ley. Encontrar trabajo fue bastante fácil". "¿Tal vez no fuiste la única perdiendo el tiempo con la esposa del alcalde?" Morgan bromeó. Reese se echó a reír. "He aprendido mi lección" "Ya veo" Morgan se detuvo. "Así que ¿cuándo quieres hacer este pequeño viaje de esquí?" "Revisé el pronóstico. Podría golpear por encima de los 30 mañana. No habrá nieve" "¿Y se supone que eso va a tentarme?"

"Está bien ¿y si te prometo una cena después de nuestro viaje?" "¿Cena?" "En mi casa" "Pero no puedes cocinar" "Sí, eso podría ser un problema. Sloan prepara para llevar ¿verdad?" Morgan se levantó. "Mañana esquí. Hablaremos de la cena, entonces" abrió la puerta y le hizo un guiño.”Y la próxima vez que necesites una maldita guía de esquí ¡no me llames! Esta es la última vez que lo hago por ti" dijo en voz alta y luego cerró la puerta detrás de ella. Reese escondió su sonrisa justo a tiempo mientras Eloise asomaba la cabeza por la puerta "¿Estás bien, jefa? Morgan parecía muy molesta" "Al parecer, realmente odia esquiar" "Te lo dije la primera vez que lograste sacarla allá afuera ¿Que te poseyó para preguntarle otra vez?". "Creo que es por eso que está molesta. No le pregunté. Le pregunté a Charlie" sonrió, "Ya sabes, de un funcionario a otro. Los dos somos ramas del gobierno, por así decirlo". Eloise la miró sospechosamente, luego bajó la voz, "No debería chismear, pero Berta me llamó. Dijo que Morgan salió de allí como una tormenta cuando Charlie le contó acerca de tu petición. Berta dijo que no la había visto tan enojada en años". "¿Es eso cierto?" *** Morgan se detuvo en la acera, observando la respiración helada a su alrededor. Era un día hermoso, claro y frío, el cielo azul, azul interminable, ni siquiera el indicio de una nube. ¿Se atrevería a culpar a la luz del sol de su sorprendente buen humor? Buen humor a pesar de la posibilidad de un viaje de esquí mañana. Reese Daniels podía enfurecerla un minuto y quitarle el aliento al siguiente ¿Y la historia de su padre? Qué trágico. Por supuesto, Morgan podía relacionarse de alguna manera. Su propio padre era un guía de pesca y Morgan creció ayudando como tripulación del barco de clientes ricos, pescando en el Golfo de México y el Atlántico. Y ella y su padre eran tan cercanos como padre e hija podían estar. Pero ese vínculo se rompió cuando cumplió los veintiuno…veintiuno y gay. Él nunca lo dijo, pero sospechaba que se culpaba a sí mismo, como si arrastrándola por todo el océano en un barco pesquero maloliente hubiese contribuido a que ella fuese una lesbiana. Y no que eran extraños ni nada. Hablaban por teléfono, intercambiaban tarjetas y cartas, pero siempre estuvo esa diferencia entre los dos, ese abismo que no podían vencer. Su madre trató de ser el puente, pero nunca fue suficiente. Y siendo su hija única, bueno, eso también había roto su sueño de llevarla hacia el altar, de abrazar a su primer nieto. Respiró profundamente, reflexionando inconscientemente sobre el pasado, viendo las imágenes pasar a la velocidad del rayo. Las alejó, dando otro vistazo al cielo azul.

Hoy se sentía diferente. Atrás había quedado la inquietud, la monotonía del invierno, sustituida por la alegría nacida de compartirse a sí misma con otra persona la noche anterior. No la aventura de una noche, no. Esto se sentía completamente diferente. Sonrió con ironía. Muy, muy diferente a la mañana siguiente con Gemidos Mona.

CAPÍTULO 21 Morgan sacó un taburete, asintiendo hacia Tracy que se encontraba en el otro extremo de la barra, tomando una orden de la cena de Ernie Bates. Era una noche tranquila, sólo un puñado de los habituales. Incluso la mesa de billar estaba en silencio. "¿Cerveza?" "Por favor" miró a su alrededor. "¿Dónde está todo el mundo?" Tracy sonrió. "El tiempo se supone estará grandioso mañana. Tal vez están como tú. Con un viaje previsto de esquí y pesca, por lo que lo están tomando con calma". Morgan puso los ojos. "Muy graciosa ¿Y cómo te enteraste de eso?" "Sloan lo escuchó de Berta en el almuerzo. Corre el rumor de que estabas muy enojada y tuviste una pelea a gritos con la jefa Daniels en su oficina". "Ya sabes lo mucho que me encanta esquiar" dijo sin sorprenderse de que tanto Berta como Eloise hubiesen exagerado la supuesta pelea entre ellas. "Hablando de eso…" dijo Tracy haciendo un gesto hacia la puerta que se acababa de abrir, "¿Le sirvo una cerveza, jefa?" dijo a través de la barra. "Claro, Tracy" Reese se sentó junto a Morgan. "Buenas noches Morgan ¿Estás de mejor humor que la última vez que te vi?". Morgan miró los labios de Reese notando que luchaba por esconder una sonrisa. "Eso depende ¿Has venido a cancelar el viaje?". "Oh, no. Estoy deseando que llegue el momento" tomó su cerveza. "Gracias, Tracy" "¿Cena?" "Algo ligero. Tengo un ajetreado día mañana" "¿Qué tal una ensalada de chef con pollo a la parrilla?" "Perfecto" "Eres malvada" dijo Morgan en voz baja cuando Tracy las dejó. "¿Malvada? Y aquí estoy pensando en que tenemos que trabajar en esa señal secreta que mencionaste".

"¿Es eso cierto?" "Sí. Porque si tuviésemos una me gustaría usarla ahora mismo" Morgan negó con la cabeza. "¿Y luego esperas que me levante al amanecer para llevarte a esquiar? Piénsalo otra vez, jefa". "Es sólo una idea. Porque me gustó mucho estar contigo anoche" dijo en voz baja. Morgan apartó la mirada, sorprendida por la aceleración de su pulso. Sí, ella también lo había disfrutado. Mucho. Pero casi no tenía la energía para mantener esa actividad cada noche. Antes de que pudiese responder, Tracy regresó. "Su ensalada estará lista pronto, Jefa" "Genial" Tracy limpió las manchas de agua de sus tazones, moviendo los tazones a un lado mientras trabajaba. Era algo que hacía cada noche y Morgan se preguntaba si ella era consciente de ello. "Entonces ¿a dónde llevarás a la jefa mañana, Morgan?" Reese se echó a reír. "¿Has oído?" "Oh, sí. Nada es un secreto en este pueblo" Reese se volvió hacia ella. "Así que ¿a dónde me llevas?" "Algún lugar con un alto acantilado. Es posible que quiera empujarte" Reese se rió, el sonido llenó el bar mientras los pocos clientes que había se detenían y la miraban fijamente. Morgan no pudo evitar sonreír y supo que estaban haciendo un mal trabajo fingiendo que no se gustaban. "¿Por qué no la llevas hasta Alpine Meadow" dijo Tracy "Es una caminata fácil hasta el río" "¿Fácil? Eso queda por lo menos a dos millas" "Tres kilómetros en esquí no es nada, Morgan. Ed dijo que atrapó una gran trucha marrón allí hace un par de semanas. Y las truchas de arroyo son fáciles de atrapar allí. Creo que la jefa se divertiría". Morgan entrecerró los ojos. "Esto no es sobre la diversión de la jefa. Esto es acerca de mí teniendo que esquiar". Tracy sonrió y retrocedió."Quizás sea mejor que vea cómo va la cena" "Tal vez sea lo mejor" murmuró Morgan. "Así que no vas a estar con este mal humor mañana ¿no?" "¿Estoy de mal humor?"

"Un poco" Reese se levantó cuando Tracy llegó con su ensalada, "Ve a la cama temprano, Morgan. Gran día de mañana". Morgan frunció el ceño cuando ella se alejó, haciendo reír a Tracy en voz baja. "Sabes, es una pena que las dos no se lleven bien. Creo que serían una linda pareja" Morgan casi escupe su cerveza."Primero, ella estará aquí sólo por un año, así que no hay posibilidad de ser pareja. Y segundo, le resulta un inmenso placer hacer mi vida miserable. Hay algo malo en eso". "Son como el aceite y el agua, supongo" dijo Tracy, "Pero aun así, harían una linda pareja" Morgan ignoró su comentario, deslizando su tazón vacío en la barra. "Será mejor que me vaya. Como dijo la jefa, mañana será un gran día". "Que se diviertan. Espero que no se maten entre sí" Morgan se sentó en su camioneta pensando que no, que no se matarían entre sí. Pero se preguntaba cuánto tiempo podrían mantener este pretexto de que realmente no se gustaban mucho la una a la otra. La verdad era que, bajo otras circunstancias, estarían a punto de estar en citas a toda regla. El sentido del humor de ambas se mezclaba bien, aunque habría jurado que Reese Daniels no tenía sentido del humor cuando se conocieron. Disfrutaban de la compañía de la otra, eso era evidente. Y después de la noche anterior, era evidente que eran totalmente compatibles en la cama. Muy compatibles, de hecho, tanto que Morgan deseaba estar allí en este momento, teniendo una repetición de la noche anterior. Golpeó el volante con los dedos, indecisa. Iba a ser un día largo mañana. Tendría que estar despierta antes del amanecer. Pero Reese había indicado que quería jugar un poco esta noche, con o sin señal secreta. Así que condujo sin mirar siquiera por la calle lateral que la llevaría a su casa. Mantuvo los ojos al frente mientras conducía fuera de la ciudad, sintiéndose un poco desvergonzada…y gustándole.

CAPÍTULO 22 Morgan se sentó en su camioneta por un largo rato, mirando la cabaña de Reese. La luz de la luna…casi llena…producía un brillante reflejo en la nieve. Podía ver el humo que salía de la chimenea, tanto como había ocurrido la noche anterior. Y allí fue donde terminaron, en la alfombra junto a la chimenea, haciendo el amor con tal abandono, dándose una a la otra libremente, sin las restricciones de los lazos emocionales. Una relación física, sexual tenía sus ventajas. Y ahora se preguntaba si Reese la estaba esperando. Ella, sin duda, había visto sus luces y había oído su camioneta ¿Estaría esperándola detrás de la puerta como lo había hecho ayer por la noche?

Finalmente, el frío la sacó del camión. Cerró la puerta con un golpe y caminó por la nieve hasta los escalones de la entrada. Se sentía diferente a la noche anterior. Atrás quedaba la sensación nerviosa que había llevado con ella, reemplazada por un deseo que era un poco desconcertante. Era un deseo que…si no se controlaba…podría salirse fácilmente de control. Pero eso no importaba ahora. Levantó la mano, golpeando dos veces, esperando. Y cuando Reese abrió la puerta, sus ojos se encontraron. No había necesidad de conversación. Ambas sabían por qué estaba allí. Así que tomó la mano de Reese y se dejó llevar a la habitación oscura. Reese encendió una pequeña lámpara, alejando las sombras. Morgan se quedó en silencio, su respiración ya acelerada mientras Reese se acercaba. En silencio, Reese la desnudó, dejando caer su ropa al lado de la cama y luego se desnudó a sí misma. Morgan levantó las sábanas de la cama y se acostó, mirando a Reese moviéndose junto a ella, sobre ella. Sus ojos se encontraron y permanecieron unidos, entonces la mirada de Morgan cayó a los labios de Reese que estaban tan cerca, tan tentadores. "Quiero besarte" susurró Reese. Morgan negó con la cabeza. "No" "¿No?" Reese bajó la cabeza. "¿No quieres mi lengua en tu boca?" se movió hacia la oreja de Morgan, "¿Así?" suspiró mientras su lengua serpenteaba dentro y fuera de la oreja. Morgan gimió y abrió sus piernas, tirando de Reese con fuerza contra ella. Dios, sí, quería la lengua de Reese en su boca. Cerró los ojos con fuerza. Pero eso era demasiado íntimo, demasiado personal. Besar, para ella, era un acto emocional, no físico. Y no pertenecía al acuerdo que tenían. Así que frenó su deseo de sentir los labios de Reese sobre los de ella, sentir la lengua de Reese deslizándose dentro de su boca. En cambio, disfrutó como esa lengua bañaba su oído, imitando los besos de Reese. Gimió nuevamente cuando Reese movió sus caderas, frotándose suavemente contra ella, cada golpe las unía, igualando el ritmo que su lengua había impuesto. Morgan se sentía en llamas y abrió más las piernas, dándole la bienvenida a Reese mientras se frotaba contra su clítoris, llevándola más y más cerca del límite mientras su lengua continuaba su asalto. Se escuchó a sí misma gruñendo con cada embestida de sus caderas, pero no le importaba. Estaba demasiado cerca, demasiado cerca del clímax para preocuparse por los sonidos que Reese estaba sacando de ella. Más duro y más rápido se sacudieron, Reese jadeaba ahora en su oído mientras sus caderas chocaban y la humedad de su pasión se mezclaba, el olor a sexo y deseo era casi irresistible. Estaba tan cerca, podía sentirlo, podía saborearlo, podía sentir que temblaba y luego cayó en el límite, sus caderas se sacudieron con fuerza contra Reese, tratando de aguantar, tratando de esperar por ella. Pero no pudo aguantar ni un segundo y explotó, su grito llenó la habitación, su último empuje contra Reese la llevó más allá del límite mientras Reese gemía en voz alta en su oreja, moviéndose por lo que permanecieron acostadas muy juntas, la humedad de ambas se mezclaba entre sí, mientras sus palpitantes clítoris aún se tocaban. "Pensé que me iba a desmayar" susurró. "Yo también" dijo Reese, "Eso fue fantástico"

Pero antes de que Morgan pudiese recuperarse, Reese deslizó su mano entre sus cuerpos, moviendo sus dedos a través de su humedad, entonces se deslizó profundamente dentro de ella. "Oh, Dios, no" murmuró Morgan, "No puedo, no tan pronto" pero sus caderas se movieron atrapando a Reese dentro de ella. Se agarró con fuerza a Reese aferrándose, mientras latía en su interior, sin esfuerzo la llevó nuevamente al orgasmo y Morgan mordió el hombro de Reese mientras llegaba al clímax por segunda vez en cuestión de minutos. Morgan se desplomó en la cama, con los brazos endebles a su lado y con los ojos cerrados "Estás tratando de matarme". "No lo creo" Morgan rodó su cabeza hacia un lado y abrió los ojos encontrando a Reese allí con su boca a sólo centímetros de distancia. Sus labios se separaron, esperando. Morgan retiró la mirada, encontrando los ojos de Reese en su lugar, "No" susurró. "Sólo quiero darte un beso" "No" Morgan se obligó a sentarse sonriendo, "Pero yo quiero besarte" susurró. Sin ceremonia o preámbulo, tomó las caderas de Reese…trayéndola hacia su boca…y hundió su rostro en su humedad, dándose un festín con Reese como si estuviese muriendo de hambre. La tomó con fuerza, moviendo su lengua rápidamente a través de su clítoris, luego la chupó completamente con su boca, succionándola mientras Reese se retorcía debajo de ella. Sintió las manos de Reese en su cabello, retorciendo sus dedos mientras Morgan la llevaba al límite nuevamente. Morgan la agarró con fuerza mientras Reese se alzaba de la cama, manteniendo sus caderas en alto antes de desplomarse por el orgasmo. Morgan alejó su boca, permitiendo ser atraída hacia los brazos de Reese. Las dos permanecieron juntas, abrazadas, mientras su respiración volvía a la normalidad. Ninguna palabras fue pronunciada. Morgan sintió que sus ojos se cerraban y sabía que debía levantarse, sabía que debía marcharse. En un momento, pensó mientras permanecía frente a Reese con sus párpados pesados.

CAPÍTULO 23 Morgan no estaba segura sí estaba feliz o no de ver a Reese, cuando vio la camioneta del Departamento del Sheriff esperándola en el comienzo del sendero a la mañana siguiente. Había decidido que si Reese no estaba allí…ya eran cinco minutos después de la hora acordada…se iría. Pero no. El viaje de esquí parecía inevitable mientras Reese le sonreía ampliamente. "Llegas tarde" Morgan arqueó una ceja, "Y muy cansada. También deberías estarlo. Tal vez deberíamos cancelarlo" dijo. "No, no. Me siento muy bien. Llena de energía, de hecho"

"Qué bueno" Reese se acercó. "¿No te sientes llena de energía, Morgan?" "Llegué a casa a las 03 a.m. No, no me siento llena de energía. Necesito más de tres horas de sueño". "Te pedí que te quedaras" dijo Reese, "Además, dormiste un poco conmigo ¿no?” "Dormí brevemente ¿Y cómo iba a explicar que llegaba a casa a las 6?" "Es invierno ¿Quién está afuera a esa hora?" "Por ejemplo, Randy Cummins trabaja en Gunnison y está en el camino a las seis" "Bueno, si alguien te ve, siempre puedes decir que estabas afuera patrullando más temprano". "Correcto. Como has dicho, es invierno" sacó su equipo de la parte de atrás de su camioneta, "Incluso Googan se lo toma con calma en el invierno" frunció el ceño mientras Reese se quedaba de pie sosteniendo sus esquís. "¿Dónde está tu equipo?" "¿Qué equipo?" "Tu equipo de pesca" Reese negó con la cabeza. "No tengo ningún equipo de pesca" Morgan la miró. "Estoy aquí afuera en el amanecer para llevarte de pesca y ¿no tienes ningún equipo? ¿Me estás tomando el pelo?". "Estás un poco de mal humor esta mañana" "¿Eso crees?" "Bueno, pensé, como la guía de pesca, deberías ser tú quien proporcionara el equipo" dijo con una sonrisa exagerada. "¿Guía de Pesca? ¿Quieres un guía de pesca? contrata a Ed Wade y págale sus cien dólares por hora para levantarse al amanecer" dijo Morgan en voz alta mientras pisoteaba hacia el lado de su camioneta en busca de sus esquís, "No lleva equipo" murmuró "Figúrate". "¿Qué?" "Ya me escuchaste" "Vas a tratar de lanzarme al agua ¿no es así, Zula?" "No descuidaría mi espalda si fuera tú, Clarice" Reese la miró a los ojos. "Es curioso. Ayer por la noche querías que me volteara…" Morgan levantó la mano."No vayas allí"

Sí, ayer por la noche había querido hacer un montón de cosas con Reese Daniels. Pero eso fue anoche. Hoy, con la perspectiva de una caminata de dos millas hacia el río, quería lanzar a Reese Daniels hacia el torrente. Sin embargo, el viaje a través de la pradera fue fácil y después de unos minutos, Morgan cedió ante la belleza de la mañana que penetraba sus sentidos. La pradera aún estaba inmaculadamente blanca por la nieve, un agudo contraste con el verde oscuro de los abetos que cubrían los bordes. En la primavera, este prado era su lugar favorito ya que volvía a la vida con los colores de las flores silvestres. Y en otoño, tarde en la noche, aquí era donde venías, si querías ver ciervos y alces foráneos antes del anochecer. "Escuché el rumor de que Tracy pesca" dijo Reese, rompiendo el silencio. "No es un rumor. Es verdad. Es muy buena y le encanta. Creo que si lo tuviera en mente, podría abrir su propio servicio de guía" Morgan sonrió. "Tal vez deberías hacer que ella te llevara de pesca a partir de ahora" expresó por encima del hombro, escuchando la risa de Reese. "Eloise dice que va a cumplir los treinta" "Eso también es verdad" "¿Y nunca se casó?" Morgan se detuvo, girando con cuidado con sus esquís, "Sé a dónde vas con esto, pero ella es hetero. Cuando Tracy y yo nos hicimos amigas, su madre pensó que estaba detrás de ella. Empezó a molestarla con eso de mudarse a Gunnison, comenzar la universidad y estar con gente de su misma edad". "No eres tan mayor. Dijiste que tenías… ¿qué?... ¿36?" "Voy a cumplir 36 años en mayo ¿Tú?" Reese asintió "37" "En fin, Tracy está contenta aquí" Morgan se encogió de hombros, "Al igual que yo. Las perspectivas de una relación romántica son escasas, pero hay muchas otras cosas en la vida. Tracy disfruta del aire libre. Así que trabajar en Sloan durante el turno de noche le da la oportunidad de jugar todos los días". "Has hablado de su madre ¿así que supongo que es de aquí?" "Sí. Nacida y criada. Sus dos hermanos trabajan en el rancho de Thompson, que es donde la mayoría de los locales trabajan. Los que no atienden a los turistas, quiero decir. O el puñado que conduce a Gunnison todos los días". "Como Randy Cummins, que podría espiarte mientras llegas a tu casa desde mi cabaña, a primera hora de la mañana" bromeó Reese. Morgan sonrió. "¿Ves? Estás aprendiendo" Hicieron el resto del viaje hasta el río en silencio. Morgan estaba demasiado absorta en la belleza a su alrededor para ofrecer conversación. Supuso que Reese sentía lo mismo. Como si sus voces pudiesen perturbar el esplendor de alguna manera.

En la orilla del río, descartaron sus esquís, la nieve que rodeaba el borde casi se había derretido por el sol brillante. El esfuerzo de esquiar hizo que ambas se quitaran sus chaquetas con rapidez. Morgan se quitó el suéter también y quedó en una franela manga larga, similar a la que Reese llevaba. "Bonito" dijo Reese mientras miraba como se desvestía. "Compórtate" "Estaba hablando del río" "Seguro que sí" Reese sonrió y volvió sus ojos a la corriente de agua. Morgan vio como la sonrisa desaparecía de su rostro. Preguntándose si Reese de alguna manera podía sentir el fantasma de su padre. Antes de poder detenerse a sí misma, se acercó, deslizando los brazos sobre los hombros de Reese y la atrajo hacia ella en un fuerte abrazo. Sintió el cálido aliento de Reese en su cuello y cerró los ojos, sorprendida por la reacción de su cuerpo ante el abrazo platónico. Retrocedió antes de que sus labios se movieran a través de la piel de Reese. "Gracias" murmuró Reese. Inclinó su cabeza, "Juré que nunca tendría nada que ver con botes o agua. O la pesca…nunca jamás. Sin embargo, aquí estoy". "No tenemos que pescar" "No. Es una tontería. Pescar no lo mató" "Y tú no lo mataste" dijo Morgan con firmeza. Reese cuadró los hombros y respiró profundamente. "Siempre me encantó pescar. Lo extraño" se dio la vuelta, "Pero ya sabes, si te da igual, creo que voy a saltarme eso este viaje. Quiero decir…" "No tienes que explicar. Es una hermosa mañana, tuvimos un agradable viaje de esquí no extenuante y si quieres hacerlo, podemos esquiar a lo largo del río por un rato". "¿Qué, Zula, estas realmente sugiriendo más esquí?" Morgan sonrió. Por alguna razón, que Reese usara hoy su segundo nombre no le estaba molestando. Pero aun así, para guardar las apariencias, "Si me llamas así una vez más, voy a lanzarte al río". "Amenaza en vano, mi amor. Amenaza en vano" Morgan se adelantó y agarró los brazos de Reese, empujándola juguetonamente hacia el agua. Pero Reese dio la vuelta a las dos y Morgan se encontró aferrándose a Reese mientras se balanceaba cerca del borde. "Ni se te ocurra" Morgan chilló mientras Reese la inclinaba hacia atrás sobre el agua. "¿O qué?" bromeó. "¡Reese!"

Reese sonrió dulcemente y atrajo a Morgan hacia ella fuera de peligro. "¿Me das un beso como recompensa por haberte salvado?". "¿Salvado? Creo que eras tú la que me estaba empujando" los ojos de Morgan descendieron hacia los labios de Reese, que estaban peligrosamente cerca. "Sabes, mientras más me dices que no puedo darte un beso, más quiero hacerlo" "Sí, bueno, tengo esta regla ¿ves? Y besar no está permitido" dijo mientras trataba de alejarse de los brazos de Reese. "Dime otra vez por qué" "Sabes por qué" "¿Y si te dijera que quiero romper esa regla?" Morgan se rió. "Sí, sé que quieres romper la regla. Pero no" "Realmente beso muy bien" "No lo dudo. Tengo una idea de lo que tu boca puede hacer, ya sabes" Morgan sintió que se ruborizaba tan pronto como las palabras salieron de su boca. Las cejas de Reese se elevaron. "Y como lo sé. De hecho, ayer por la noche…" Morgan cubrió la boca de Reese con la mano. "No voy a hablar de sexo contigo" "Tu comenzaste" Reese murmuró sobre la mano de Morgan. Apartó la mano cuando sintió la lengua de Reese golpeando en su palma. Pero mientras se volteaba, los dedos de Reese rodearon su brazo, tirando de ella hacia atrás. Los ojos oscuros capturaron los de ella, sosteniéndola en su lugar sin esfuerzo. Con su pulso golpeando con demasiada rapidez, Morgan miró más allá de Reese hacia los picos nevados de las montañas y el verde oscuro de los abetos. Hasta trató de escuchar la charla de los arrendajos grises y el llamado insistente de los carboneros de montaña. El aire fresco, el cielo cristalino, los sonidos de la selva...nada de eso pudo distraerla de la mujer que estaba de pie ante ella. Una mujer que quería besarla. Su mirada se posó en los labios de Reese y tragó saliva, con la garganta seca. Fue en ese mismo instante, que supo que si permitía un beso entre ellas, perdería todas las apuestas. La quería demasiado, la disfrutaba demasiado. Alzó los ojos hacia los de Reese, "No voy a darte un beso" expresó antes de alejarse. Hizo un puño, odiando la facilidad con la que Reese podía acelerar su ritmo cardíaco. Una cosa era que lo hiciera por la noche cuando estuviesen solas, pero no durante el día, no cuando se suponía que solo debían hacer una caminata agradable en los esquís, no cuando no había nada más en su relación que sexo. Se suponía que no tendría que lidiar con estas emociones. Se suponía que no la querría tanto, de esta manera. O que le gustara tanto como lo hacía ahora. "Es realmente muy hermoso aquí afuera ¿no es así?" preguntó Reese inesperadamente. Morgan asintió, viendo como la mirada de Reese viajaba a lo largo del río y luego de vuelta a la pradera.

"Apuesto a que es bonito en primavera" "Las flores silvestres son una preciosidad, sí" Morgan regresó hacia donde estaban sus esquís apoyados contra un árbol, "¿Quieres esquiar hacia abajo por el río?" "Si estás a la altura, Zula" dijo en voz baja detrás de ella. Morgan levantó la vista, mirándola a los ojos, preguntándose cómo el nombre que más odiaba, podía sonar casi como una palabra cariñosa cuando Reese lo utilizaba. "Estoy a la altura, Clarice"

CAPÍTULO 24 Reese se recostó en su silla y cruzó las manos detrás de su cabeza mirando la pantalla oscura de su computadora. El día libre estaba a una hora y no podía dormir. Después de la caminata, ellas se habían separado en el prado. Y a las nueve de esa noche, sin tener noticias de Morgan, Reese finalmente había aceptado el hecho de que iba a estar sola esa noche. Así que durmió a ratos, volteándose y saltando por toda la cama, sintiendo una inquietud de la que no estaba acostumbrada. Ayer por la noche, se hubiese negado a creer que tendría algo que ver con la ausencia de Morgan ¿Pero esta mañana?. La echaba de menos. Y no sólo por el sexo. Se levantó y fue a la oficina principal por otra taza de café. Bueno, si la echaba de menos o no, era lo que era. Su arreglo era para que se reunieran de vez en cuando y tener relaciones sexuales. No se hizo mención de tener compañerismo, de cenar o de ver una película juntas. Todas las cosas normales que se esperaban cuando dos personas estaban saliendo. Y ellas no estaban saliendo. Bebió un sorbo de café, mirando a la calle oscura y tranquila del pueblo de Lake City, sabiendo que estaba ante otro día tranquilo. Demasiados días sin incidentes en una semana sin incidentes. La navidad llegaría y se iría en ocho días y luego el nuevo año. Y luego estarían atrapados en medio del invierno, refugiándose, como dijo Eloise, esperando para salir. La primavera llegaba poco a poco en este lugar. Al menos eso fue lo que le dijeron. Y en abril, si sobrevivía, el deshielo de primavera comenzaría. Y la primavera traería un clima más cálido, flores brillantes, así como hierba verde. Y la primavera traería el verano. Y el verano traería a los turistas y el fin de los días sin incidentes. Se preguntaba si el verano también pondría fin al arreglo entre Morgan y ella. Espero que no. *** Morgan colgó su chaqueta en el perchero de la esquina después de una breve inclinación de cabeza a Berta que ya tenía sus cosas de tejer listas. Era una señal sobre los tiempos lentos del invierno, cuando Berta pasaba la mayor parte de su tiempo trabajando en su último afgano. Echó un vistazo a la oficina de Charlie, viendo el periódico regado. "Buenos días" dijo mientras sacaba su silla.

"¿Cómo estuvo el esquí?" Morgan miró a Berta e hizo una mueca, "Esquiar fue esquiar. Al menos no hacía frío" "¿Pescaron?" "No" "Pensé que ese era el objetivo" "Ella no tenía equipo y pensó que yo iba a proveerlo. Como si yo fuese una maldita guía" añadió esperando que su tono sonara tan molesto como quería que sonara. "Si no quiere a Ed Wade, debería preguntarle a Tracy" dijo Berta. "Sí, le dije que la próxima vez que tuviese la locura de ir a pescar, que no me llamara" Morgan rebuscó en su mochila, buscando la botella de ibuprofeno que mantenía allí todo el tiempo. Tenía tres días de adelanto, pero había empezado su período esta mañana. Y con él, llegaron los calambres. Y la hinchazón. Y tal vez estaba un poco irritable. Esa irritabilidad fue lo que le impidió ir con Reese la noche anterior. Eso y el hecho de que pensaba que toda la situación se estaba volviendo un poco, bueno, incómoda. Después de sólo unos días juntas, ya estaba perdiendo su agarre en los hilos del arreglo. Se sentía demasiado como si estuviesen saliendo, demasiado como si fuese normal y demasiado correcto el estar juntas. El sexo era fácil... natural. Así que ella se alejó anoche, tratando de poner un poco de distancia entre ellas.

CAPÍTULO 25 Reese oyó el tintineo de campana y escuchó una voz familiar. Otra noche había pasado y todavía no tenía noticias de Morgan. Pensaba que tal vez ella podría pasar y visitarla, pero fue la voz de un hombre la que escuchó. "Claro, ella está adentro. Pasa" Reese frunció el ceño. Era inusual que Eloise dejara pasar a alguien sin avisarle. Se puso de pie cuando un hombre grande llenó su puerta. "Jefa Daniels" la saludó con una voz fuerte y extendió la mano.. "Soy Ron Brightmen, encantado de conocerla" Ella tomó su mano y asintió. "Correcto. Estoy viviendo en su cabaña. Gracias" Él se sentó en la silla de visitantes sin preguntar, indicándole a Reese que tomara asiento. Reese se quedó de pie. "¿Qué puedo hacer por usted, Sr. Brightmen?" "Oh, sólo quería visitarla. Como uno de los comisionados, considérelo un comité de bienvenida " dijo con una sonrisa. "Bueno, he estado aquí dos meses, así que es un poco tarde"

"Lo lamento por eso. El otoño es mi época más ocupada del año. Tengo un servicio de suministros y que tenemos una gran cantidad de cazadores de fuera del estado, que vienen aquí. Estoy seguro que ha oído de mi lugar, el B & B Resort está por encima del lago". Ella negó con la cabeza mientras se acomodaba en su silla. "No, no he oído hablar de él" "Oh, bueno, realmente no hacemos negocios con los lugareños" se rió, "Supongo que la mayoría de ellos están enojados al respecto de todos modos. Tengo mi propia pequeña tienda allí, un restaurante, cabañas de caza. No hay necesidad de que mis clientes incluso bajen al pueblo por suministros". "Es un comisionado del condado ¿y aun así le da placer hacer negocios lejos de la gente del lugar? Me sorprende que sea reelegido". "Soy reelegido porque tengo más dinero que nadie en el condado, a excepción de Stuart Thompson". "¿Así que él es un comisionado también?" "Sí. Stuart, Michael Turner y yo" "¿Y qué hace el señor Turner?" "Él es dueño de la cima de la montaña RV Resort, subiendo Cinnamon Pass" "Sí, he estado por allí. Un buen lugar" "Sí, está lleno cada verano" se inclinó hacia delante, "En realidad vine a darle las gracias" dijo. “¿Gracias por qué?" "Por tomar el puesto de trabajo, por un lado. Estuvimos muy presionados cuando Ned decidió irse a la mitad de su mandato. No pensábamos que íbamos a encontrar a nadie para ocupar su lugar. Y la idea de Googan como sheriff interino durante dos años no era atractiva para nadie" él le tendió la mano, "Si hay algo que necesite, lo que sea que podamos hacer por usted, sólo hágamelo saber". Ella le dió la mano y luego miró la tarjeta que casualmente dejó caer en su escritorio. "Gracias, señor Brightmen, pero como ya sabe, sólo estaré por aquí un año. Si el plazo de Ned era por dos, entonces supongo que tendrán que lidiar con Googan como interino, después de todo". "Tenemos la esperanza de que cambie de opinión sobre eso. Puede que no sea un local y que nadie la conozca, pero vienen tiempos de elecciones, todos votarían por usted y no por Googan" se rió, "Porque ellos conocen a Googan". Se fue tan rápido como había entrado, ofreciéndole un rápido buen día a Eloise ante que el tintineo de la campana avisara su salida. Agarró su tarjeta, dándole vueltas en la mano, viendo su garabateado número de teléfono móvil en la parte posterior. Dejó escapar un profundo suspiro y luego arrojó la tarjeta en el cajón. No podía imaginar al condado produciendo una gran cantidad de ingresos y sospechaba que la asignación que recibían del Estado era pequeña para la pequeña población con menos de mil habitantes. Lo más probable era que Brightmen y Thompson pagaban las cuentas y por eso eran reelegidos. Los lugareños podrían resentirlos, pero también sabían que los necesitaban. Era así como la política trabajaba en los pueblos pequeños.

Sin embargo, eso no era su preocupación, se recordó a sí misma. Diez meses más y sería libre de irse. Pero mientras tanto... Cogió el teléfono y llamó a la oficina del Servicio Forestal, escuchando pacientemente mientras Berta saludaba. "Soy la jefa Daniels ¿Está Morgan allí?" preguntó cortésmente.

"La Jefa Daniels para ti" dijo Berta a través de la habitación. Morgan miró fijamente el teléfono y luego volvió a mirar a Berta que la estaba mirando. No podía ignorarlo, incluso si quisiera. Así que usó su tono más profesional para contestar. "Morgan aquí ¿en qué puedo ayudarle?" "Hola, Zula" Morgan apretó los dientes. "Jefa Daniels" "No te he visto por aquí últimamente. Me pregunto si he hecho algo que te haya molestado" Morgan le dio la espalda a Berta sólo para encontrarse a sí misma mirando a Charlie, que la observaba desde su oficina. Por Dios ¿Podría ella tener un momento de intimidad? "Estoy bien" dijo. "¿No puedes hablar?" "Correcto" "Es una pena. Quería decirte lo mucho que te he echado de menos y que no puedo esperar para verte desnuda nuevamente y que quiero que vengas esta noche para poder hacer el amor contigo". "¿Es eso cierto?" "Absolutamente. Pero ya que no puedes hablar ¿cómo voy a saber si quieres hacer el amor conmigo?". Morgan cerró los ojos, odiando el hecho de que su corazón se estaba acelerando. Maldita mujer. Miró a Berta, que le seguía mirando. "Es casi almuerzo ¿Quieres que nos encontremos en Sloan y podamos discutir sobre eso?". "Voy hacia allá" Morgan sonrió mientras colgaba. Sí, se había alejado de Reese Daniels a propósito. Tener su período era una excusa tan buena como cualquier otra. Pero las dos noches en la que había paseado inquieta en su cabaña se había obligado a permanecer en casa. Y al parecer Reese la había echado de menos. Se puso de pie, arrastrando su silla rápidamente hacia atrás y puso su mochila en su hombro. "Voy a Sloan" dijo ella. Berta se limitó a asentir y Morgan supo que tan pronto como saliera por la puerta, Berta estaría en el teléfono. Primero con Eloise, luego, con Tina, informándoles. No sabía

por qué estaban tratando de mantener su relación en secreto. Sabía que la especulación ya corría desenfrenada entre los lugareños. Y allí estaba Reese, esperándola con impaciencia, golpeando la mesa mientras descansaba en una mesa de la esquina, con dos vasos de té frente a ella. "Eres mala" dijo Morgan mientras se deslizaba en frente de ella. Reese se echó a reír. "Lo siento. No pude evitarlo. Te pedí queso a la parrilla. Jeff dijo que era tu costumbre". "Gracias" Morgan la miró fijamente, tratando de recordar exactamente por qué se había mantenido alejada. Ahora los ojos de Reese eran amables, sinceros y sus labios estaban relajados en una sonrisa. Y sí, ella también la había echado de menos, "Comencé mi período" soltó Morgan. Las cejas de Reese se elevaron. "Lo siento" Morgan apoyó los codos sobre la mesa "Es por eso que no vine" dijo ella. De alguna manera era la verdad. "Podrías haber venido de todas maneras. No siempre tenemos que tener sexo, Morgan" dijo en voz baja, "Podemos ver una película o...o compartir una comida juntas. No tienes que estar lejos por eso". Morgan negó con la cabeza. "Eso es como salir" dijo, "Y creo que fue una de tus estipulaciones. No querías salir con nadie. Sólo estabas buscando sexo". Reese se recostó contra el asiento. "Dije eso ¿no?" se encogió de hombros, "Ya que me voy en un año, salir no sería realmente justo" "Correcto" "Eso no significa que no podamos vernos. Ya sabes, como amigas. A menos que sólo estés interesada en mi compañía si solo se trata de sexo". "No. Da la casualidad que disfruto de tu compañía. La verdad es que, bueno, me pongo un poco de mal humor cuando inicio mi período. Pensé que era mejor evitarte" dijo Morgan con una sonrisa tranquila. Era cierto. Disfrutaba de la compañía de Reese, con o sin sexo. Le gustaba el hecho de que podían burlarse entre sí de una manera amistosa, incluso con la tensión sexual subyacente que parecía seguirlas. Incluso ahora, sentada con ella en un lugar muy público, cuando sus ojos se encontraban, había esa familiaridad que sólo existía entre las amantes. "De mal humor o no ¿por qué no vienes esta noche? Te ofrecería la cena, pero ya hemos discutidos mis limitaciones en esa área". "Sabes, hay una tienda de comestibles en el pueblo" "Sí. Paso por ella todos los días. De hecho, me he bajado un par de veces por necesidad de papitas y mantequilla de maní". "Está bien, voy a confesar. Mi falta de comida no tiene nada que ver con que no sé cómo hacerlo sino con el hecho de que odio hacerlo".

"¿Así que puedes cocinar?" "Sí, puedo. Creo que lo odio porque mi madre solía insistir en darme lecciones de cocina cuando era una niña. En lugar de estar afuera jugando, quedaba atrapada en la cocina, cortando verduras, dorando carne de hamburguesa y aprendiendo a hacer salsa de espagueti de la nada". "¿Salsa de espagueti hecha en casa?" "Vamos a empezar con algo sencillo ¿Qué tal una cazuela o algo así?" "Me dices qué comprar y voy a la tienda de comestibles" dijo Reese. "¿Qué pasa con el vino? La tienda de licores al final de la calle siempre tiene un cartel de cerrado ¿Están fuera del negocio?" Morgan negó con la cabeza. "No. Pero en el invierno, sólo abre los sábados. En mayo, vuelven al horario regular. Pero tengo un par de botellas. Llevaré una". "¿Ves? ¿No es esto agradable? Planificar una cena sin mencionar el sexo" "¿Así que crees que voy a cocinar de manera gratuita?" Reese se inclinó acercándose. "Si quieres jugar, podemos hacer algo con tu mal humor" Reese la miró a los ojos, "Odiaría perder una oportunidad de estar contigo". Morgan sintió la agitación de su pulso y tomó su té. Siempre tenía una visión cuando Reese mencionaba estar juntas. Una visión que las incluía desnudas y húmedas. Santo cielo. Se preguntaba cómo sería su reacción si realmente estuviesen saliendo. Reese tenía una voz suave y sensual que enviaba escalofríos por su espina dorsal. Por suerte, se salvó de responder cuando Jeff trajo el almuerzo. "Hola, Morgan. Espero que el queso a la parrilla esté bien" dijo mientras ponía el plato delante de ella, con una generosa porción de papas fritas apiladas al lado del sándwich. "Perfecto, Jeff. Gracias" levantó las cejas cuando una ensalada con pollo a la parrilla se colocaba delante de Reese, "¿Cansada de hamburguesas?" "Estaba soñando con vegetales, creo. Gracias, Jeff" "Por supuesto. Háganme saber si necesitan otra cosa" "¿Por qué él y Tracy no se lían?" preguntó Reese cuando las dejó, "Son de la misma edad ¿no?" Morgan asintió ."También son primos. Ambos se refieren a él como tío Sloan" "¿Así que los dos nacieron y se criaron aquí y nunca salieron?" "No, Jeff fue a la universidad. Fue a Ft. Lewis en Durango, pero no terminó. Cuando regresó, Sloan le dio un trabajo para no tuviese que trabajar en el rancho de Thompson" dijo mientras tomaba un bocado de su sándwich. "Esto está muy bueno. Y me hará engordar". "Casi pido uno para mí" dijo Reese. "Hablando del rancho de Thompson, Ron Brightmen vino a verme esta mañana" "¿Ah sí? No sabía que estaba de vuelta"

"¿De vuelta de dónde?" "Ellos vuelan a las Bahamas cada año después de la temporada de caza. Ese es su momento más activo en el B & B. A pesar de que también están llenos durante el verano". "Tengo la impresión de que él y Thompson manejan las cosas en el condado" "Por supuesto. Si no tienes dinero, no tienes conexiones. Tenemos la población más pequeña de todos los condados en el estado, por el momento, sin embargo, no nos faltan fondos estatales cuando se trata de reparaciones de carreteras y esas cosas por el estilo. Incluso tan aislados como nos sentimos en el invierno, ellos se las han arreglado para asegurarse de que los quitanieves no se olviden de nosotros después de una tormenta. El aporte de las contribuciones financieras de los legisladores del estado tiene sus ventajas". "Sin embargo ¿tiene su propia mini-ciudad en su resort?" Morgan se rió. "A él le gusta pensar que sí. Contrató a algunos chef de Denver para dirigir su restaurante, pero todo es comida italiana. Sus cazadores acuden aquí a Sloan en la noche por carne" mordió una papa frita, "¿Por qué fue a verte?" "Sólo para presentarse y para darme las gracias por tomar el trabajo" "Él no sabe nada de la mujer del alcalde ¿verdad?" bromeó. "Supongo que no" "¿Así que estaba agradeciéndole a su estrellas de la suerte que Googan no fuese el sheriff?" Reese asintió. "Más o menos, sí. Y sé que Googan está un poco fuera de su liga, pero de seguro no tanto como Barney Fife (programa cómico de tv sobre un sheriff) ¿verdad?" Los ojos de Morgan se ensancharon. "No le permitiste tener balas en su pistola ¿verdad?" "Supongo que las tiene. Es un asistente ¿no?" "Me sorprende que Eloise no te haya informado. Ned le permitía llevar un arma de fuego, pero no podía mantenerla cargada. Mantenía los cartuchos en su coche debajo del asiento en caso de emergencia" dijo. "¿Qué sucedió para que eso pasara?" Morgan rió. "Ahora es gracioso, pero podría haber sido muy trágico" empujó su plato a un lado después de sumergir una patata en salsa de tomate. "Una noche que estaba de patrulla, vio una luz en la tienda de Lou. Bueno, había sido un día ajetreado de verano con una gran cantidad de turistas en la ciudad, por lo que tenía en mente que alguien estaba irrumpiendo. Pero era Lou que estaba a escondidillas buscando un helado. Googan irrumpió justo en el momento que Lou apagó la luz. Disparó seis rondas en la tienda". "Oh, Dios mío" "Disparó al cristal de la puerta del refrigerador, disparó a la caja, disparó dos veces en el congelador. Entonces se dio la vuelta y disparó por la ventana del frente de la tienda, la bala entró en su camioneta, rompiendo el cristal. El último tiro se fue al techo".

Reese se echó a reír. "¿Estoy asumiendo que Lou no fue herido?" "No fue herido, pero estaba muy cabreado. El condado pagó la cuenta en las reparaciones, obviamente, pero la única manera para que Googan mantuviese su trabajo consistía en que estuviese de acuerdo en que no tendría balas. Eso fue hace seis años". "¿Así que estás diciendo que tengo que inspeccionar su arma para ver si la tiene cargada?" "Yo lo haría" "Y él va a ser tu próximo sheriff ¿eh?" Morgan puso los ojos. "Dudo que ellos permitan que llegue a eso. Ellos significan Brightmen y Thompson. Van a hablar con alguien para que compita contra Googan". "¿Y sabe Googan cómo todo el mundo se siente?" "Probablemente no tiene ni idea" Morgan apoyó los codos sobre la mesa y apoyó la barbilla en sus manos. "¿Cómo suena Stroganoff de carne?" "¿Para la cena?" "Sí" "¿Puedes hacer eso?" "No es difícil. Tengo una buena botella de merlot que va a ir bien con él" "¿Y vas a enviarme de tiendas?" "Yo me encargo de eso. Se me hace difícil imaginarte comprando alimentos" Reese se inclinó sobre la mesa y robó una patata frita de su plato, con los ojos centelleantes mientras la metía en su boca.

CAPÍTULO 26 "¿Sacacorchos?" Reese frunció el ceño, "No puedo decir que he visto uno aquí" sacó un cajón de la cocina y buscó en ella, pero se detuvo, "Tengo una navaja suiza" sonrió, "Siempre es buena para algo, ¿no?" Morgan se rió, mirándola ir a toda prisa hacia su habitación y volver con el cuchillo rojo familiar "Perfecto". "¿Crees que alguien realmente utiliza esto como un cuchillo?" Morgan sacó el sacacorchos y cuidadosamente lo montó, retorciéndolo con fuerza en el corcho. Se lo entregó a Reese, "Puedes hacer los honores" dijo mientras volvía a la cocina para drenar los fideos de huevo. "Eso huele muy bien, por cierto"

Morgan sonrió al escuchar el pop característico del corcho al ser liberado, "Stroganoff de carne es fácil de hacer. Solo suena difícil. Además, esta es la versión de los pobres" Morgan asintió cuando Reese señaló la copa de vino. "En lugar de carne de res molida, debes utilizar solomillo o lomo de corte fino. Y champiñones frescos en lugar de enlatados" "¿Pero Lou no tenía?" "Sí. Las verduras frescas son dudosas durante el invierno. Depende del tiempo que el vehículo está programado para bajar de Gunnison. Además Lou no le gusta pedir tanto cuando sólo compran los locales. No es que haya mucho de nosotros". "¿Y supongo que algunos hacen el viaje a Gunnison para ir de compras?" "Oh, sí. Algunos no pueden vivir sin su dosis de Wal-Mart" llenó dos platos con fideos, luego los cubrió con la mezcla del Stroganoff de carne y agrega una cucharada de judías verdes en un lado. "¿Lista?" "Muero de hambre" Morgan fue conmovida por la mesa que Reese había puesto. Con las luces bajas y dos velas encendidas en la mesa, chocó la copa con la de Reese en un saludo silencioso, "Acogedor" dijo. "Estaba tratando de que fuera romántico" dijo Reese. "Está bien, es romántico. Simplemente no quise decirlo en caso de que estuvieses tratando de hacerlo acogedor" bromeó. Reese gimió cuando tomó su primer bocado de la cena y Morgan se sintió complacida en secreto. "Oh, Dios mío" Reese murmuró con la boca llena. "Esto está muy bueno" "Gracias. A cada cocinero le gusta escuchar eso" tomó un sorbo de vino. "Los gemidos ayudan también" Reese sonrió mientras tomaba otro bocado. "Estoy en el cielo. He vivido de la comida de Sloan desde que llegué aquí. Mis papilas gustativas están haciendo la danza feliz". "Como mucha sopa en el invierno" dijo Morgan, "Sin embargo, es enlatada. Sé que debo cocinar más, pero es mucho trabajo por una sola persona". "Bueno, ahora hay dos. Deje que eso sea tu motivación" dijo Reese mientras señalaba hacia su plato, "Porque esto está delicioso" "Creo que podría hacer un esfuerzo por cocinar de vez en cuando. Pero no esperes eso todas las noches". "¿Eso?" Reese sonrió, "¿A qué te refieres con eso?" Morgan rió. "Sí, tampoco esperes eso cada noche" Comieron en silencio durante un momento, entonces cuando Reese volvió a llenar las copas dijo. "Háblame de Jackson".

Morgan levantó la vista, sorprendida. Sólo había mencionado a Jackson una vez. No pensaba que Reese lo recordaría. "Jackson era, bueno, él era mi amigo" dijo avergonzada cuando surgieron las lágrimas. Apartó la mirada, "Lo siento. Pero lo echo de menos". "Está bien. Háblame de él" Morgan recordó el día que lo consiguió y sonrió. Su primer perro "Fue una cosa de impulso del momento y una de las mejores decisiones que he tomado" dijo, "Fuí trasladada al desierto de Arizona. Hacia las tierras comunitarias, muy remotas. Me dijeron que los inviernos estarían ocupados, mientras los vehículos recreativos se reunían allí para esperar que pasara el frío. Sin embargo, los veranos eran largos, calurosos y solitarios. Así que, un día antes de irme, me encontré con un anuncio de cachorros Labradores. Nunca había tenido un perro, pero pensé que necesitaría una especie de compañero si iba a estar atrapada en el medio de la nada" se echó a reír, "Y piensas que Lake City es lejana" "He oído hablar de Quartsite en Arizona, donde tienen orgías de vehículos recreativos" dijo Reese, "¿Estabas cerca de allí?". "A ochenta kilómetros de distancia, pero el mismo concepto" Morgan dejó el tenedor y tomó su copa de vino en su lugar. "Tenía siete semanas cuando lo tomé. Y llegamos a nuestro nuevo puesto cuando los vehículos recreativos se iban. Y el verano fue largo y caluroso. Pero en realidad no tan solitario mientras Jackson y yo llegábamos a conocernos. Y los manantiales fueron una gran ventaja. Jackson amaba el agua y era el único lugar para refrescarse. Casi tuvimos el verano para nosotros mismos. Sólo llegaban campistas ocasionalmente. En octubre, los vehículos recreativos comenzaron a regresar. Era todo lo contrario de lo que tenemos aquí. De Octubre a abril era mucho más concurrido como los veranos de aquí. Pero el resto del año, era brutal. Duré cuatro temporadas, luego fuí trasladada a Colorado. Se suponía que debía estar desde el distrito de Gunnison a Blue Mesa, pero fuí enviada a Lake City en último momento" se encogió de hombros. "Después del shock inicial, realmente fue lo mejor. La pequeña casa que tengo, está justo en el borde del bosque. Jackson amaba la libertad que tenía aquí. Si hubiésemos estado en Gunnison, habría estado en un patio en la centro". "Así que tuvo una buena vida" "Sí, la tuvo. Hizo también de la mía la mejor" "¿Pero no estás lista para otro?" Negó con la cabeza. "No estoy segura de estar lista alguna vez. Éramos tan cercanos. Siento como si hubiese perdido una parte de mi familia y no estoy segura de poder reemplazar eso". Reese llevó los platos al fregadero y los enjuagó.”Nunca he tenido una mascota" dijo, "Incluso de niños, nunca tuvimos una mascota en la casa" señaló hacia la estufa. "Vas a dejar que me quede con esto para sobras ¿no?" "Es todo tuyo" Morgan se levantó y llevó sus copas al fregadero, "¿Terminaste con el vino?" "Creo que sí. A menos que quieras un poco más" "No, estoy bien" se cubrió la boca cuando un bostezo se le escapó. "Lo siento"

"Ve y relájate mientras limpio" dijo Reese. "Realmente debería ponerme en marcha. Si me siento, podría dormirme" "Puedes quedarte aquí esta noche, ya sabes" Pero Morgan negó con la cabeza. "No estoy de humor para esta noche, Reese. Además, ya sabes, sigo teniendo mi…" "Lo sé, Morgan. Y debes pensar que soy un monstruo sexual o algo así. Sólo quise decir que podrías quedarte aquí. Dormir aquí" dijo, "He disfrutado de tu compañía. Y te he echado de menos". Morgan la miró un tanto sorprendida por la admisión de Reese de que la había extrañado. No que había extrañado tener relaciones sexuales, pero sí que había extrañado tenerla alrededor. Se le ocurrió entonces que el arreglo de tener una relación física, sexual, sin ataduras funcionaría mucho mejor si las dos partes no se gustaran tanto la una a la otra. Pero en su caso, su amistad se hacía cada vez más fuerte, lo que hacía que la parte sexual en su relación fuese menos física y más emocional. Y ese pensamiento le asustó de muerte. *** Morgan se volvió, alejándose de los brazos de Reese y miró el reloj. 5:15. Cerró los ojos de nuevo, sabiendo que debía irse, pero estaba demasiado cálido bajo las sábanas y estaba demasiado cómoda justo donde estaba. "¿Qué hora es?" le susurró Reese al oído. Morgan suspiró y se acurrucó más cerca hacia su calor, "Más de las 5" murmuró. Sintió la caricia de los labios Reese sobre su piel. "Viviendo en el peligro ¿no es así?" Morgan se rodó hacia Reese, apretando muy cerca sus cuerpos. "Es agradable y cálido aquí. No quiero levantarme" gimió cuando las manos de Reese se deslizaron por su cuerpo ahuecando su trasero y apretándolo, "No empieces" susurró. "Fue tu idea el dormir desnudas" "Siempre duermo desnuda" dijo y volvió a gemir cuando los labios de Reese mordieron su cuello, "No podemos hacer esto" detuvo la mano de Reese antes de que pudieran capturar su pecho, "Debo irme". "Quiero besarte" "Oh, no, tú no" Morgan gruñó y se alejó. Se estaba haciendo muy difícil. Quería besarla. Quería tocarla. Quería hacer el amor con ella esta mañana. En vez de eso, se alejó de sus brazos. "Debo irme" dijo de nuevo. Oyó suspirar a Reese y sintió que se alejaba de ella. "Lo sé"

Morgan tiró las sabanas y se apresuró para ponerse su camiseta, el frío de la mañana le hacía temblar. "¿Quieres que me encienda el fuego?" "No, no. Estoy bien. Vuelve a dormir" se dió la vuelta, poniendo las mantas alrededor de Reese nuevamente. "Gracias por quedarte anoche" dijo Reese adormilada. "Fue muy agradable" Morgan asintió. "Sí. También me gusta dormir contigo" pero la respiración de Reese le dijo que estaba profundamente dormida otra vez. La observó durante un momento más, sus ojos fueron atraídos por sus labios. Sin pensarlo, se acercó más y le dio el más casto de los besos. Pero fue suficiente para que quisiera más. Se obligó a alejarse de Reese y alejó los ojos de sus labios, necesitaba toda su fuerza de voluntad para salir de la habitación cuando lo que realmente quería era volver a meterse en la cama con ella. Cerró la puerta de la habitación en silencio y luego se recostó contra ella y cerró los ojos. Sí, había pasado la noche. Sí, habían dormido desnudas. Y no, no habían tenido relaciones sexuales. Se habían acurrucado como dos personas en medio de un hermoso cortejo...tocándose pero nunca cruzando la frontera mientras se quedaban dormidas. Y fue un sueño maravilloso mientras se abrazaron durante la noche. Se apartó de la puerta, diciéndose a sí misma que todavía estaba en control de la situación. Sólo era natural tener cierto apego emocional son la persona con la que estabas teniendo relaciones sexuales. ¿Cierto? Cierto.

CAPÍTULO 27 "Buenos días, Eloise" dijo Reese mientras se dirigía a su oficina. "Jefa" murmuró Eloise sin levantar la vista del periódico de la mañana. Reese hizo una pausa. "¿Dónde está Googan?" Eloise la miró entonces. "¿Por qué?" Reese arqueó una ceja. "Porque soy la jefa, él es el asistente y tu eres la secretaria y quiero saber dónde está" Ella señaló la radio, "¿Quiere despertarlo por mí?". "Tiene un teléfono celular" murmuró mientras recogía la radio, "Googan ¿me copias? La jefa te está buscando" cuando no hubo respuesta, Eloise dijo " Sabe que son apenas las ocho. Tal vez él esta…" "Son casi las ocho y media" "Es posible que haya trabajado el turno de noche"

"¿Qué turno de noche?" señaló el teléfono. "Llame a su celular" "Rayos, ojalá hubiese pensado en eso" Reese ocultó una sonrisa cuando Eloise marcó. Estaba en un estado de ánimo combativo esta mañana, notó Reese. "¿Googan? ¿Dónde estás?" Eloise miró a Reese. "Ya veo. Pues bien, la jefa quiere hablar contigo" los ojos de Eloise se ampliaron, "Sí" dijo lentamente deslizando su mirada hacia Reese. Reese puso los ojos y tomó el teléfono de Eloise."¿Googan? ¿Dónde diablos estás?" "Jefa Daniels...yo...bueno, debo haberme quedado dormido" dijo con la voz todavía ronca "Estuve hasta tarde anoche. En patrulla, ya sabe". "En patrulla ¿eh? No te he visto en tres días. Ahora mueve el culo de aquí" colgó el teléfono bruscamente. "En patrulla mi culo" murmuró en voz baja mientras se dirigía a su oficina. "¿Qué está patrullando? ¿Viendo cómo el hielo se forma en el lago?". "¿Quieres café?" "Yo lo agarro, Eloise. No dejes que te impida hacer tu trabajo diario" "Bueno, estás de un humor" dijo Eloise lo bastante alto como para que la escuchara. ¿Estaba de humor? Tal vez. Su grato recuerdo de acurrucarse temprano con Morgan esa mañana se había desvanecido cuando se despertó sola. Sola y frío y en una casa vacía. No podía creer lo rápido que la presencia de Morgan…o la falta de ella…había afectado su vida. Estaba acostumbrada a estar sola. Y desde luego no estaba acostumbrada a tener una única pareja sexual. Ni siquiera cuando ella y Julie habían sido algo parecido a una pareja todos esos años. Porque en realidad no habían sido una pareja. Julie trabajaba en vicios. Reese en estupefacientes. Su relación era más bien un alivio del estrés que otra cosa. Y después de tres años, terminaron por distanciarse, su tiempo juntas había sido cada vez menos hasta que se detuvo por completo. Esa fue la única vez en su vida, en la que había estado cerca de tener una relación con alguien. No que ella considerara que lo que ella y Morgan tenían fuese una relación. Una aventura, eso lo describiría más adecuadamente. Una aventura que Morgan quería mantener en secreto. Que en cierto modo le quitaba importancia. Pero cuando llegabas a un acuerdo para un arreglo sexual físico sin la molestia de los lazos emocionales, no había una gran cantidad de bases de todos modos. Era sólo sexo. Dos personas que realizaban un acto. Eso era lo que se pretendía, al menos. Pero ayer por la noche, mientras dormían juntas, abrazadas, no hubo sexo, no hubo un acto. Y si fuese honesta, no había nada físico o sexual en eso ¿Emocional? Sí. Debido a que sentía una conexión con Morgan que era más profunda que sólo la relación sexual a la que habían acordado. Sospechaba que lo mismo era cierto para Morgan. Se dió la vuelta en su silla y miró por la ventana, preguntándose si tal vez era necesario frenar las cosas. Reducir la velocidad un poco. Tal vez hacer lo que Morgan había sugerido al principio. Sólo reunirse una vez a la semana.

Ella suspiró. Quería más que una vez a la semana. La atracción sexual entre ellas era demasiado fuerte. Por desgracia, la atracción emocional iba creciendo en su cabeza también. Una atracción que hacía que Reese no anhelara una vez a la semana con Morgan sino todos los días. Era un deseo peligroso, lo sabía. Pero no tuvo más tiempo para contemplar su relación al oír el tintineo de campana y luego la voz distintiva de Googan mientras saludaba a Eloise. "Ven aquí, Googan" llamó Reese. Él se arrastró por el corto pasillo, deteniéndose en la puerta. "Siéntate. Cierra la puerta". Se movió nerviosamente mientras cruzaba el umbral. "¿Qué pasa, jefa?" Ella le hizo señas para que pasara."Sólo entra, Googan. Cierra la puerta". "Si estás enojada porque me quedé dormido…" "No tiene nada que ver con eso" señaló hacia la silla, "Ahora siéntate" finalmente se sentó en una de las sillas del visitante. Ella se echó hacia atrás en su silla y se cruzó de brazos, mirándolo, "Tengo una preocupación, Googan". "¿Qué es?" "Hubo un incidente en la tienda de Lou hace varios años ¿Me quieres contar sobre eso?" Su cara se puso roja y miró hacia otro lado. "Estoy seguro que lo ha escuchado" "No he escuchado tu versión" "Realmente no tengo una versión. Todo sucedió muy rápido y creo que me entró el pánico. Estaba equivocado" dijo en voz baja. "Ya veo ¿Y cuál fue el resultado de ese incidente?" "¿Qué quieres decir?" "Sabes lo que quiero decir, Googan" se sentó. "Déjame ver tu arma" "¿Por qué?" Le tendió la mano, esperando. Finalmente se movió, el cuero de su cinturón crujió mientras se movió, soltando la correa que sujetaba el arma en su lugar. La sacó y luego se la entregó presentando primero la culata. Era un arma policial edición estándar, Smith and Wesson. Liberó la recámara, deslizando el cargador en su mano. El cargador estaba lleno. También se encontró con una bala en la recámara. "¿Qué demonios, Googan?" "Soy un maldito oficial de la policía" dijo en voz alta. "Yo debería ser capaz de…" "Cállate" dijo mientras ponía la pistola y el cargador en su escritorio. "Eres un ayudante del sheriff con muy poco entrenamiento. Esa es la línea de base. Quieres ser un maldito policía pero no lo eres" levantó la mano cuando él iba a hablar "Sin embargo, el hecho de que mi predecesor te

permitiese llevar un arma sin munición es una locura" se levantó y se acercó a la ventana, mirando hacia afuera, "¿Qué crees que debemos hacer, Googan?". "No lo sé" Ella lo miró. "Ahora no puedo tener a mi asistente desarmado ¿o sí?" se encogió de hombros, "¿Planeas conseguir este trabajo cuando me haya ido?". "Sí" "Entonces vas a necesitar algún tipo de formación" "Pero yo he estado…" "Al parecer no es suficiente" dijo. "No puedes simplemente querer ser policía, Googan. Hay mucho más en el trabajo que sentarse en esta silla y decir que eres el Sheriff del Condado de Hinsdale" sonrió. "El hecho de que llevemos armas es ridículo tomando en cuenta que no hemos tenido un incidente policial en el siglo actual". "Pero…" "Lo sé, lo sé. Esto no es Mayberry" suspiró. "Toma tu arma, Googan. Conserva el cargador. Pero por el amor de Dios, no mantengas una bala en la recámara. Podrías dispararte en la maldita pierna si te encuentras con un bache en el camino". "¿Quiere decir que puedo mantener las balas?" "Como dijiste, eres un oficial de policía. Sin embargo, en este caso, creo que hubiese sido prudente que me contaras de tus restricciones anteriores ¿No es así?". "No quiero que piense que era incapaz de hacer el trabajo" "No hago las evaluaciones en base a lo que otros dicen, bueno o malo. Pero voy a meterte en algunas sesiones de entrenamiento. El invierno es un buen momento, ya que todo está lento" se sentó de nuevo. "Ahora, vamos a hablar de por qué estabas en la cama a las ocho y media de la mañana. Y me sobra la mierda de que estabas patrullando de noche. No tenemos patrulla, Googan. Es invierno. No hay nada para patrullar". "Estaba jugando al póquer con algunos de los chicos. Se hizo tarde" Ella se echó a reír."Ahora eso me gusta más. Sé que no hay nada que hacer ahora, Googan. No hay turistas en problemas. No hay infractores de velocidad sobre el paso. Pero es nuestro trabajo tener una presencia en el pueblo. Lo que estoy diciendo es que no dejes pasar tres días sin mostrar tu cara por aquí otra vez". "Pero he estado alrededor. Simplemente no veo el punto de venir aquí y sentarme" "Bueno, compláceme viniendo ¿quieres?” hizo un gesto hacia la puerta. "Ahora ¿qué tal un poco de patrullaje durante el día ¿eh?". "Por supuesto, jefa" Googan se detuvo en la puerta, colocando su arma nuevamente en la funda. "Yo...se lo agradezco, Jefa Daniels" acarició la pistola, "No voy a hacer nada estúpido"

"No. No creo que lo hagas" hizo un gesto hacia la ventana. "Está empezando a nevar. Ten cuidado allá fuera". Él asintió con la cabeza y luego se dirigió hacia fuera, con la cabeza un poco más alta que cuando había llegado. Claro, ella tenía sus reservas. En base a lo que todo el mundo decía, Googan era sólo un niño grande con ganas de jugar a los policías. Pero podía ver en sus ojos que tenía el deseo. Sólo que nunca lo habían instruido. Lo más probable era que el único entrenamiento que Ned Carter le había dado, había sido lo básico. Aprendió a disparar su arma y todos los controles que su vehículo de policía tenía. Eso era todo. Si pensaba dirigir la ciudad después de que ella se fuera, necesitaría algún tipo de entrenamiento. Era lo menos que podía hacer por Lake City.

CAPÍTULO 28 Morgan cerró de golpe la puerta de la oficina y sacudió la nieve de sus hombros. "Hombre, realmente se está viniendo abajo" dijo. "Las temperaturas están vibrantes" dijo Charlie, "Va a ver más hielo que nieve" "Hay mucho viento" "¿Dónde has estado?" Morgan se quitó el abrigo y lo colgó en el perchero de la esquina. "Conduje hasta el paso. Está bastante atascado por allí. Creo que la Jefa Daniels debería cerrar la carretera". "No que alguien vaya a viajar" dijo Charlie. "Berta ¿por qué no te vas a casa? No tiene sentido permanecer por aquí". "No tiene que decírmelo dos veces" dijo mientras recogía su labor de punto. "Y llama en la mañana. Si está feo, llamémoslo un día de nieve" dijo. Morgan enarcó las cejas. "¿Eso va para todos nosotros?" "Oh, diablos, Morgan, es casi Navidad. No hay nada que hacer. Mientras uno de nosotros esté aquí, creo que estamos cubiertos". Ella sacó su silla y se sentó moviéndose por su ratón para limpiar su protector de pantalla "Pensé que sería sólo nieve" dijo mientras buscaba el sitio del tiempo, "No sé por qué nos molestamos con las previsiones". "Por lo general las evito yo mismo" dijo Charlie. "Sabes que cuento con ustedes para mantenerme informado. Sin embargo, a menos de una semana para la Navidad, una buena tormenta de nieve siempre es bienvenida". "Sabes que Tina se va en un par de días ¿no?" "¿Se va para dónde?" "Su suegra se decidió por una Navidad en Florida este año. Se van el 22" "¿Desde dónde?"

"Harán un puente desde Gunnison a Albuquerque" hizo un clic en el marcador de tiempo de Gunnison. "Maldita sea, podríamos conseguir un par de pies" "Oh, bien. Bueno para las pistas" dijo mientras volvía a su despacho. "Con Tina yéndose ¿qué vas a hacer en Navidad?" Morgan se encogió de hombros. Todo el mundo sabía que pasaba cada día de las fiestas con Tina y su familia. De hecho, Charlie generalmente también se unía a ellos ¿Pero este año? Estaba Reese. Morgan incluso dudaba que ella le hubiese dado un pensamiento a la Navidad "¿Qué vas a hacer tu Charlie?". "Estoy pensando en ir al sur por una semana más o menos. Tal vez pescar un poco" "¿Sur dónde?" “¿Conoces a mi amigo Allen? se retiró y se mudó cerca de Tucson" "Él es el que perdió a su esposa el año pasado ¿no?" "Sí. Pensé que podría ir a visitarlo. Sin embargo, odio tener que dejarte aquí sola, y ahora que Tina se va…" "Oh, Charlie, voy a estar bien. Conoces como soy con los festivos" "¿Estás segura?" "Por supuesto. Has tus planes. Tengo todo cubierto" Y lo tenía. Aunque Reese tuviese otros planes…que todavía dudaba…ella estaría bien. Ya había pasado vacaciones a solas anteriormente. Así que si no estaba con Reese, por lo menos tendría la oportunidad de alquilar una moto de nieve con los Patterson y disfrutar de los senderos. Echó un vistazo a la oficina de Charlie, escuchándolo hablar por teléfono con Allen. Fue agradable ver la sonrisa relajada en su rostro. En los siete años que había estado aquí, él nunca había tomado unas vacaciones, sólo tomaba unos días de aquí y de allá para hacer algo de pesca. Le haría bien una escapada de una semana. Suspiró mirando alrededor de su escritorio muy ordenado, tratando de pensar en algo que hacer para ocupar su tarde. En esta época del año, las horas sólo pasaban y sólo se podía navegar por Internet lo suficiente como para no enloquecer. Sacudió el ratón nuevamente, preguntándose si iba a terminar como Berta tomando eventualmente el tejido. No. Así que visitó sitios web, comprobando el tiempo, leyendo el periódico de Denver en línea y respondiendo el correo electrónico de su madre. No, no sería capaz de ir para Navidad este año. Y como último recurso, jugó solitario. Estaba a punto de cerrar y salir cuando Charlie salió apresurado de su oficina. "¿Tienes el escáner encendido?" "No ¿Por qué?"

"Algún tipo de accidente. En Dead Man’s Ridge" "Oh, no ¿De seguro nadie ha salido hasta allá?" agarró su mochila. "¿Fue un local? ¿Qué has oído?" frunció el ceño mientras él extendía una mano hacia ella, "¿Charlie?" "Es el vehículo de la sheriff" "Oh, mi Dios" entró el pánico. "¿Reese?" tomó una respiración profunda, "¿O Googan?" "No lo sé, Morgan. Traté de llamar, pero Eloise no respondió" "Voy hasta allá" dijo rápidamente mientras pasaba rápidamente junto a él. "Googan ha manejado ese camino unas mil veces. Él conoce las curvas. Reese no las conoce". "No tienes que ir hasta allá Morgan. Obviamente, los caminos están difíciles. Solo vas a estorbar". "No. No voy a estorbar" Cerró la puerta con brusquedad detrás de ella y casi se cayó en el trayecto de entrada cuando golpeó un trozo de hielo. Sus manos temblaban cuando puso en marcha su camioneta y encendió las luces. La oscuridad llegaba temprano en el invierno, especialmente en un día de nieve como el de hoy. Condujo tan rápido como se atrevió, reduciendo la velocidad en cada curva. Sí, también había conducido hasta Dead Man’s Ridge miles de veces. No había ninguna barrera de protección en la parte superior. Demonios, no había espacio para poner una barrera de protección. Se trataba simplemente de una caída en picada hacia el cañón. Se sentía culpable por esperar que fuera Googan y no Reese, pero no podía evitarlo. La idea de Reese saliéndose del camino, su camioneta cayendo por el cañón le hacía sentirse enferma del estómago. Cuando llegó al último zigzag hacia la montaña, pudo ver las luces intermitentes de emergencia en la parte superior de la cumbre y el corazón le dio un vuelco. "Oh, por favor, Reese" susurró. No se detuvo a considerar el alcance de su ansiedad mientras conducía lentamente por la colina, sus manos se aferraron firmemente en el volante.

CAPÍTULO 29 Reese estaba acostada sobre su estómago, avanzando hasta el borde de la carretera y mirando por la borda. La oscuridad se movía con rapidez, pero era capaz de distinguir el casco del camión de Googan. Parecía estar en posición vertical, no estaba volteado de lado. O peor aún, al revés. "¿Algo?" Retrocedió y se puso de rodillas, tomando la mano de Ed Wade permitiendo que la pusiera sobre sus pies. "Apenas puedo ver la camioneta, mucho menos movimiento ¿Alguna noticia del rancho de Thompson?". "Tienen un camión con un montacargas. De unos treinta metros. Eso podría bajarla lo suficiente para llegar a la cornisa. Luego otros diez metros o más para bajar" él arqueó las cejas. "Con la nieve y el hielo, eso podría ser muy peligroso para ti, jefa".

"No hay otra opción. Será otra media hora o más antes que el equipo de fuego y rescate lleguen de Gunnison" levantó la vista cuando unos faros se acercaron desde abajo de la montaña, desde el pueblo. "Voy a detener esa camioneta" dijo a toda prisa. "¿Puedes voltear tu coche y hacer frente a la orilla? Cualquier luz extra será de ayuda" dijo. Caminó en medio de la carretera, agitando las manos hacia el camión que se acercaba. Sus cejas se unieron al ver que se trataba de Morgan. Corrió y abrió su puerta, viendo los ojos asustados de Morgan. "Morgan, el camino está terrible. No deberías estar aquí" "Yo...lo siento. Yo sólo…" Reese la tomó del brazo y la sacó de la camioneta. "¿Qué pasa?" "Charlie oyó en el escáner, pero no sabíamos si…" Reese finalmente entendió y atrajo a Morgan en un fuerte abrazo, sin importarle que Ed Wade probable estuviese viéndolas. "Y pensaste que era yo" dijo en voz baja al oído de Morgan. La sintió asentir con su cabeza y sintió que sus manos se agarraban nerviosamente a su espalda. "Lo siento" le dió un beso en la mejilla y luego se alejó. "Debí haber sabido que Charlie tendría un escáner, pero simplemente no estaba pensando" . Morgan se apartó, pero mantuvo un fuerte agarre sobre su brazo. "¿Qué tan malo es?" "No lo sé todavía. Estoy esperando al equipo de fuego y rescate de Gunnison" miró su reloj. "Con este tiempo, dijeron que podría tomarles una buena hora de viaje". "Eso es ser generoso. Creo que una hora y media, por lo menos" "Ed Wade está aquí. Él vio bajar la camioneta. Dijo que iba detrás de Googan y Googan pisó los frenos alrededor de la curva, comenzó a hacer un trompo y se fue directo por la borda. Golpeó el hielo negro". "Dios mío" susurró Morgan. "Él llamó a un amigo suyo en el rancho de Thompson. Mitch algo u otra cosa. Va a traer un camión con un montacargas". "Mitch Hamilton. Sin embargo, ese cable no va a sacar la camioneta de Googan" Reese negó con la cabeza. "No. Es para que yo baje" los ojos de Morgan se ampliaron y la tomó del brazo alejándola de la luz, lejos de la mirada curiosa de Ed. "Es la única opción por ahora, Morgan". "¿Vas a amarrarte en el extremo de una cuerda y bajar por Dead Man’s Ridge? Entonces, ¿qué? Ese cañón tiene doscientos metros de profundidad". "La camioneta no bajo todo camino hacia el cañón. Ed estima que alrededor de ciento treinta pies".

"¿Y cuánto tiene el cable?" Ella hizo una pausa. "Unos cien" observó como la mandíbula de Morgan se tensaba. "No voy a decirte que es una locura. Sé que es tu trabajo" "Gracias" "Pero sabes cómo ese cañón obtuvo su nombre ¿no?" "Creo que puedo adivinarlo, sí." Morgan la sorprendió al caer en sus brazos "Por favor, ten cuidado" dijo en voz baja, "Te echaría de menos terriblemente" Reese sintió los labios de Morgan arrastrarse por su mejilla mientras se alejaba de sus brazos. No sabía qué decir. Simplemente asintió con la cabeza, sin apartar los ojos de Morgan. Pero ahora no era el momento de contemplar los labios que casi habían rozado los de ella. Vió como Morgan hizo un giro cuidadoso bajando por la montaña, entonces penosamente tomó el camino hacia donde Ed esperaba. Le dió una media sonrisa y luego él hizo un gesto con la cabeza hacia donde Morgan había estado. "Ella es un poco especial por aquí" dijo él. "Sí" "Todo el mundo la cuida un poco" Reese asintió. "Usted también está cuidando de ella ¿eh?" Reese sonrió. "Algo así" caminó hasta el borde mientras una enorme oscura descendía sobre ellos. A lo lejos se oyó el zumbido de un camión. "Ese debe ser Mitch" dijo Ed. "Muy bien" fue a la parte trasera de su camioneta y abrió la caja de herramientas, buscando una cuerda gruesa que mantenían allí para tirar de los coches varados en la nieve. La tiró hacia él, "Usted pesca ¿Eres bueno con los nudos?". "Oh, claro ¿Qué necesita?" "Una especie de arnés para mí. No quiero colgar allí abajo simplemente aferrada a una cuerda". Ed asintió con la cabeza y se dirigió al resplandor de los faros de su camión, "Claro, puedo arreglarlo". Reese caminó a la mitad de la carretera para esperar, su mente se alternaba entre Googan, que probable estuviese muerto y Morgan cuyos ojos asustados y fuerte abrazo habían sacudió el corazón de Reese. Maldición. ***

"Lento, maldita sea" gritó Reese. "¿Están tratando de matarme?" "Mi culpa" gritó Ed hacia ella. "No había sacado la tensión" Ella se alejó de la pared de roca, iluminando con su linterna hacia abajo. La camioneta de Googan, estrellada en el infierno, descansaba en sus neumáticos. A juzgar por las abolladuras en el techo, podía adivinar que al menos una vez se había volteado. Miró de nuevo hacia Ed, haciéndole señas para que la bajara nuevamente. El arnés improvisado que habían montado estaba fijo en sus muslos y espalda sintiéndose apretado. Poco a poco, la bajaron por el cañón, el frío punzante de los gránulos de hielo caían sobre su rostro haciendo que se diera cuenta de lo precaria de la situación. Si Googan aún estaba vivo, sin duda, la hipotermia estaría haciendo estragos. Y si el camión se había estrellado, el marco doblado, le daría un jodido trabajo para sacarlo. Dirigió la luz nuevamente por los alrededores, al ver que el camión ahora estaba más cerca. Pudo distinguir a Googan, su cuerpo estaba desplomado sobre el volante. Supuso que estaba a unos cincuenta metros de distancia y si el cable se detenía ahora, no habría puntos de apoyo para ella. De ninguna manera podría alcanzarlo. Así que mientras se deslizaba hacia abajo, se dió la vuelta, apuntando la luz contra la pared del cañón, tratando de encontrar una pequeña repisa donde pudiese obtener equilibrio, algo para apoyarse mientras se bajaba del arnés. La suerte había querido que el borde de la barranca donde la camioneta de Googan descansaba, fuese rocosa e irregular. Sus pies ahora rozaron un borde y la camioneta de Googan todavía estaba a unos treinta metros de profundidad. Se sacudió cuando el cable se detuvo. Levantó la vista, al ver a Ed en la luz, dándole un pulgar hacia arriba. "Eso es todo, jefa" gritó hacia abajo. "Lo mantendremos firme" Era más fácil decirlo que hacerlo. Pateó la pared para poner un poco de oscilación en la cuerda, su impulso la llevó contra la pared de roca. Se aferró, encontrando el equilibrio. Probó la roca con su peso y se sostuvo. Tirando un poco de la holgura en la cuerda, rebuscó el nudo en su cintura, con cuidado de no deshacer el lazo corredizo que Ed había hecho para el arnés. Una vez libre, se deslizó hacia la roca, con un ruido sordo cuando sus botas aterrizaron en el borde de la roca. Alumbrando alrededor, buscó el camino más seguro hacia abajo, luego hizo cuidadosamente su camino…deslizándose sobre una roca cubierta de nieve y cayendo duro sobre su culo…hacia Googan. Se detuvo cuando se deslizó nuevamente, pequeñas rocas salieron de la cornisa y las escuchó rebotar hacia el cañón. Se dió la vuelta hacia el lado del conductor, que estaba cerca de la pared del cañón. La ventana estaba rota y se estiró tocando el cuello de Googan para sentir el pulso. Sus ojos se abrieron con sorpresa al sentir un ritmo constante. "Googan" dijo en voz alta, apretando su hombro. Todavía estaba desplomado sobre el volante y vio la sangre en su rostro ,"Googan ¿puedes oírme?" Dio un paso atrás, observando la puerta. El techo estaba roto, doblado en el marco de la puerta. Lo agitó de todos modos, pero no se movió.

"Googan, vamos" dijo "Despierta" Se puso de pie en el estribo, mirando el interior del camión. Tenía su cinturón de seguridad puesto, gracias a Dios y las bolsas de aire se habían desplegado pero ahora estaban desinfladas. Iluminó alrededor e hizo una mueca cuando vió que una viga caía sobre sus piernas. Una se inclinaba grotescamente y la sangre había empapado la pernera de su pantalón. "Jesús" susurró. Buscando a su alrededor, sacó su radio portátil. "¿Ed, me copias?" esperó, "Ed, adelante" le había a Ed su propia radio, con la esperanza de comunicarse. Hubo un poco de estática antes que la voz de Ed apareciera."Sí, jefa. Puedo oírte" "Él está vivo. Inconsciente. Su pierna está gravemente fracturada, hay pérdida de sangre. Tiene una laceración en la frente ¿Me copias?". "Sí, 10-4, jefa" "Me quedaré aquí hasta que el equipo de fuego y rescate llegue" soltó el botón y esperó. Nada, "¿Copiaste?" "Sí. Lo siento, jefa. Nunca aprendí a usar estas malditas radios" "Simplemente no quiero que tires de la cuerda nuevamente" "Sí, señora" Reese asintió, iluminando nuevamente la cuerda, a unos diez metros de distancia. La transmisión por radio a veces se torcía y esperaba que no hubiese pensado que había dicho que tirara de la cuerda hacia arriba. Pero colgaba perezosamente por el acantilado, la brisa la balanceaba ligeramente. Giró la cabeza cuando escuchó el gemido de Googan. "¿Googan? ¿Puedes oírme?" le tocó el rostro. Se sentía frío y pegajoso. Le acarició la mejilla suavemente, "¿Googan? Despierta, hombre" Sus ojos se abrieron y luego se cerraron nuevamente. "Vamos, quédate conmigo. Te sacaremos de aquí en poco tiempo" "¿Jefa?" "Sí. Estoy aquí, Googan" metió la cabeza por la ventana nuevamente, "No quise moverte. ¿Puedes sentarte?". Él se echó hacia atrás lentamente, revelando la fea herida en su frente. "Jesús, hombre" "No puedo sentir mis piernas" murmuró. "Están atrapadas debajo del tablero. Una está rota de seguro. No puedo ver la otra" se salió de la camioneta y trató de abrir la caja de herramientas en la parte posterior. No se movió, "¿Dónde está el kit de primeros auxilios?"

"Yo... no me acuerdo" "Está bien. Voy a tratar de abrir la caja de herramientas. Es probable que esté allí" "No me dejes" Ella hizo una pausa. "No voy a dejarte. Voy a estar aquí" apretó su hombro, se maldijo por no haber pensado en traer su propio kit de primeros auxilios con ella. Pero, sinceramente, esperaba lo peor. Sí, como había dicho Morgan, este cañón había obtenido su nombre por una razón. Abrir la caja de herramientas demostró ser una lección de paciencia. Reese no pudo encontrar nada para hacer palanca y abrirla, así que se conformó con dos rocas. Una, plana con un borde puntiagudo que colocó contra la tapa de la caja de herramientas. La otra, que utilizó como martillo. Finalmente, la tapa cedió y fue capaz de abrirla lo suficiente para ver el bolso negro con grandes letras blancas: PRIMEROS AUXILIOS. Lo agarró y lo abrió, encontrando las grandes vendas estériles y algunas gasas y cinta adhesiva. "Inclina tu cabeza hacia atrás, Googan. Tienes un corte" dijo mientras rasgaba las pequeñas tiras de cinta, "Tu cabeza está abierta". "Eso podría explicar el dolor de cabeza" murmuró. Ella sonrió brevemente, luego cubrió la herida, manteniendo el vendaje en su lugar con una mano mientras fijaba las esquinas con la otra, tan fuerte como se atrevió. "No es mucho…" dijo ella "… pero tal vez pueda ayudar con el sangrado". "¿Qué tan mal está mi pierna?" "Se ve mal. Fractura abierta" Giró la cabeza hacia ella con los ojos apenas abiertos. "¿Eso es cuando el hueso se rompe a través de la piel?". Ella asintió con la cabeza. "¿Está sangrando?" Ella asintió nuevamente "Si" Sus ojos se cerraron. "Lamento haber sido malvado contigo cuando llegaste" Ella se rió en voz baja. "No fui exactamente la reina de la amabilidad" Silencio por un momento y luego él dijo. "¿Cómo llegaste hasta aquí?" "Mitch Hamilton trajo un camión con un cable" "Estás más loca de lo que yo pensaba" murmuró. Ella se estremeció por el frío, la nieve seguía cayendo suavemente alrededor de ellos. Sí, una locura. Pero era su trabajo. "¿Tienes frío?" "No lo sé. No siento mucho"

"Vamos a salir de aquí pronto" Espero. "¿Gunnison?" "Sí. Fuego y rescate" ella miró su reloj, "Deberían estar aquí en cualquier momento" La radio se rompió en estática luego la voz de Ed Wade apareció. "¿Jefa?" "Sí, adelante" "Vemos luces que vienen" "Maravilloso. Dígales que van a necesitar hachas. La puerta está atascada" "10-4 jefa" Reese se echó a reír. "Buen trabajo, Ed" "Gracias ¿Googan está consciente todavía?" "Sí. Le dije que ibas a hacerte cargo de su puesto de trabajo, te estás volviendo muy bueno con estas radios". "10-4" "¿Cómo encontraste a Ed?" preguntó Googan. "Él iba detrás de tí en el camino. Vió lo que pasó" le apretó el hombro, "Tienes mucha suerte de que alguien te viera caer" levantó la vista cuando vio las luces intermitentes de emergencia a través del cañón."Rescate está aquí" dijo, "No pasará mucho tiempo ahora" "Gracias por estar conmigo" "No me lo agradezcas, Googan. Habrías hecho lo mismo por mí ¿verdad?" Él sonrió. "Seguro ¿Cree que podría llamar a mi madre?" "Por supuesto" "Ella vive en Gunnison ahora. Eloise tiene su número" "Voy a llamarla. Haré que te encuentre en el hospital ¿Qué tal eso?" "Eso estaría bien" dijo, en voz baja. Ella le dio una palmadita en el hombro mientras sus ojos se cerraban nuevamente, pero su respiración era uniforme y constante. Miró hacia el borde del cañón y vió dos figuras oscuras que ya comenzaban su escalada hacia abajo.

CAPÍ.TULO 30

Morgan se quedó mirando el fuego, agitando distraídamente su copa, escuchando el tintineo del hielo, su trago de whisky se había terminado. Esperaba que a Reese no le importara, había encontrado la botella de whisky, todavía sin abrir. Y necesitaba algo para calmar sus nervios. No que el alcohol hubiese hecho mucho para reducir su ansiedad, notó mientras colocaba el vaso sobre la repisa de la chimenea. Así que aquí estaba, esperando en la cabaña de Reese, temiendo por la vida de Googan, temiendo por la seguridad de Reese. A pesar de que se había dicho a sí misma que era una tontería preocuparse, que era el trabajo de Reese, que era muy capaz...aun así, se preocupada. Y eso por sí mismo era perturbador. No eran una pareja. No tenían una relación. Sin embargo, había ignorado el sentido común y conducido a la montaña para asegurarse de que no era Reese quien había caído fuera del camino. Y aquí estaba, esperando en casa de Reese, esperando como si tuviera el derecho de esperar por ella. "Es sólo sexo. Sólo sexo" dijo. Nada más. Pero estaba empezando a sentir como si fuese algo más. Apenas un mes después de este...este acuerdo y ya estaba teniendo dificultades para mantenerlo en el contexto que estaba destinado a estar. Sin ataduras, sin compromisos, nada de nada. Sólo sexo. El portazo de la puerta de una camioneta la hizo volverse y levantó la vista al mismo tiempo que Reese abría la puerta. Sus ojos se encontraron a través de la habitación y Reese le dio una media sonrisa. "Estoy muy contenta de que estés aquí" Morgan tragó saliva frenando el impulso de lanzarse a los brazos de Reese. Observó en silencio mientras Reese golpeaba sus botas sobre el tapete y sacudía la nieve de su abrigo antes de colgarlo. Pero cuando Reese entró en la habitación, la luz mostró la tensión en su rostro así que Morgan cedió a su instinto y caminó por la habitación, envolviendo sus brazos alrededor de Reese. Reese la abrazó con fuerza, hundiendo su rostro en el cuello de Morgan. "Está vivo" dijo Reese. "Un milagro, pero parece que su camión se volcó y cayó en posición vertical". Morgan se apartó ligeramente, "¿Qué tan malo?" "Una pierna mal herida. Fractura compuesta en dos lugares. Su cabeza se abrió en la frente, pero estaba consciente". Reese fue hacia el fuego y extendió las manos hacia el calor. Vió el vaso vacío, "Encontraste mi Scotch ¿eh?" "Espero que no te importe" "En realidad, me encantaría algo para mí" "Déjame servirte" "¿Morgan?" Morgan se volvió, mirándola a los ojos. "Acerca de salieras esta noche…" "Lo siento, Reese. Sé que no debí haber…"

"No, no. Fue...fue agradable. No estoy acostumbrada a que alguien se preocupe por mí" "Me entró el pánico. Yo…" "Me sentí bien, Morgan. Me sentí como, bueno, ha pasado desde…siempre…desde que sentí como si fuese parte de algo, de alguien... como si yo importara. Y cuando te ví y vi el miedo en tus ojos...eso significó mucho". Morgan sintió que sus defensas se derrumbaban con las palabras de Reese, sintió los pequeños indicios en su corazón. Se movió acercándose, colocando su mano detrás del cuello de Reese y acercándola, uniendo sus labios por primera vez con los de ella. Su beso fue gentil, explorando suavemente y dejó que Reese la apretara entre sus brazos, su boca se abrió y su lengua se encontró tímidamente con la de Reese, gimiendo cuando las manos de Reese se deslizaron hasta sus caderas uniendo aún más sus cuerpos. Olvidaron el whisky y olvidaron la regla de no besos. Permanecieron allí durante lo que parecieron horas, besándose...tocándose. Pero la pasión de la una por la otra pronto exigió ser escuchada y Reese la bajó hasta la alfombra, el fuego ardía acaloradamente mientras su mano se deslizaba dentro de los vaqueros de Morgan, la boca de Reese ni una sola vez abandonó la suya. Morgan se corrió casi al instante y se aferró a Reese, ya no temiendo por la seguridad de Reese, sino temiendo por su propio corazón.

CAPÍTULO 31 "¿Sabes cuánto tiempo ha pasado desde que pasé la Navidad con alguien?" preguntó Reese mientras robaba un pedazo de pavo de la bandeja donde Morgan seguía trinchando a la enorme ave. "Si sigues mordisqueando, no tendrás hambre para la cena" "Pero está tan bueno. La última vez que comí pavo relleno, mi padre todavía estaba vivo" "Con aderezo. Pavo y aderezo" corrigió Morgan. "El estilo tradicional del sur es pan de maíz y aderezo". Reese se inclinó y la besó suavemente en los labios, "Sea lo que sea, huele fabuloso". Reese tomó su teléfono celular desde el mostrador, "Voy a verificar con Carlton, asegurarme de que todo está tranquilo" dijo. Morgan miró su espalda mientras se retiraba, sonriendo ante la preocupación de Reese por la oficina del sheriff. Con Googan fuera durante al menos tres meses, Reese se vio obligada a contratar a Carlton nuevamente. Le había dicho que su trabajo era el de un policía de tránsito, nada más, pero lo vigilaba constantemente. Volvió a su pavo, pensando en el rápido beso que Reese le había dado. Desde la noche del accidente de Googan, las cosas habían cambiado entre ellas. Era culpa de ella, lo sabía. Si no hubiese cedido al instinto básico de besar, tal vez las cosas serían como antes. Pero no. La intensidad mientras hacían el amor había llegado a alturas casi insoportables con la adición de los besos. Sí, era más íntimo. Era más real. Las miradas que ahora compartían contenían un lazo más

profundo que el que mantenían los amantes. Sí, eran amantes. Pero también se había profundizado el hecho de lo importante que eran la una para la otra. Así que sí, las cosas habían cambiado entre ellas. Ambas sabían que, sin embargo, no mencionaban el cambio en su relación. Cambios, sí. Pero seguía siendo lo mismo. Reese todavía se iría en noviembre. Eso no había cambiado. Morgan suspiró, preguntándose cómo evitaría enamorarse de esta mujer.

Reese guardó su teléfono, satisfecha de que Carlton solo estuviese jugando solitario en la computadora de Eloise. Todo estaba tranquilo. Como debía ser en un día de Navidad cubierto de nieve. No podía imaginar que fuese más completo. La nieve caía levemente, haciendo de todo una postal perfecta, el olor de la cena de Navidad llenaba la cabaña e iba a compartirla con una hermosa mujer. Reese fue al gran ventanal y miró, sintiendo una alegría que no había sentido en su vida adulta. Y desde luego, era algo que nunca esperó encontrar aquí en este pequeño pueblo solitario. Sin embargo, la soledad era lo más alejado de su mente cuando despertó en el alba esta mañana. Morgan estaba acurrucada muy cerca de ella con un brazo alrededor de la cintura de Reese. Y Reese la había abrazado, moviendo sus dedos perezosamente a través de su piel, sintiendo el despertar del deseo incluso con un acto tan simple. Eso había sido suficiente. Y cuando Morgan levantó la cabeza, buscando sus labios, Reese estaba allí, volteándolas a ambas, tocando a Morgan en todas partes, hambrienta de ella como si fuese la primera vez, llevando a Morgan al orgasmo mientras sus labios chupaban su pecho. Cerró los ojos, recordando cómo Morgan había mencionado su nombre mientras llegaba al clímax, recordando cómo Morgan le había correspondido, como había extendido audazmente sus piernas y le había hecho el amor con su boca. Enero estaba a la vuelta de la esquina. En abril, todo el mundo se preparaba para el verano, y en mayo los turistas comenzarían a acudir a la zona. Morgan iba a estar ocupada durante el verano, trabajando casi todos los días. Luego el otoño y la temporada de caza. Y luego noviembre rondaría. Noviembre era la época de elecciones. Y noviembre significaba su libertad. Un nuevo sheriff interino sería nombrado y ella sería libre de irse, libre para dejar este pequeño pueblo que tanto había despreciado cuando llegó. Suspiró. La idea de irse de aquí ya no conservaba la misma euforia que alguna vez tuvo. Irse de aquí significaba dejar a Morgan. Demasiado para su bien fraguado plan de pasar el año teniendo relaciones sexuales, permaneciendo emocionalmente despegadas ¿En qué había estado pensando? Bueno, había pensado que estarían juntas un par de veces al mes, tendrían relaciones sexuales y luego seguirían por caminos separados. Nunca soñó que querría tener a Morgan en su cama todas las noches, ya sea que hicieran o no el amor. Tampoco soñó que Morgan querría su compañía a diario. Y, por supuesto, nunca soñó que el sexo sería tan grandioso. "Hey"

Se dió la vuelta encontrando que Morgan la observaba. "¿Estás bien?" Reese asintió. "Si. Sólo estaba pensando" Se volvió hacia la ventana y sintió que Morgan se acercó. Sus ojos se cerraron cuando Morgan deslizó sus brazos alrededor de ella por la espalda, apoyando la cabeza en el hombro de Reese. "Es hermoso ¿no es así?" Reese sonrió. "Pensé que odiabas la nieve" "No en Navidad. No se puede odiar la nieve en Navidad" Reese se volvió y la encaró, atrayendo a Morgan hacia sus brazos. Sintió los labios de Morgan acariciando su cuello y esperó, sintiendo la boca de Morgan moviéndose a través de su rostro y finalmente, hacia sus labios. Una lento y tierno beso, labios con labios, con el toque más elemental de lengua. "Adoro besarte" murmuró Reese. "Mmm" Y así, sus besos se volvieron más audaces, más exigentes y el fuego se inició entre ellas. Y como ocurría con frecuencia, no llegaron a la habitación, conformándose con la alfombra delante de la chimenea. Sus ropas desaparecieron lentamente y sus manos y bocas poseyeron cada área de sus cuerpos.

CAPÍTULO 32 "Es abril…" dijo Morgan dramáticamente mientras señalaba por la ventana "…y tenemos una maldita tormenta de nieve cayendo" miró a Tina, "¿Puedes creer eso?" "Oh, Dios mío. Como si fuese la primera tormenta de nieve que hemos tenido en abril" Morgan suspiró con frustración mientras resoplaba regresando a su escritorio. "Quiero ver hierba. Quiero ver una maldita flor. Quiero ver algo de verde ¿Es mucho pedir?". "Veo que alguien tiene fiebre de primavera" dijo Tina. "¿No es suficiente tenerme de vuelta en la oficina? ¿También tienes que tener el brillo del sol?" bromeó. "¿Y cómo exactamente convenciste a Charlie para que te contratara nuevamente tan pronto?". "Le dije que tenía fiebre de cabaña, tan mal, que estaba teniendo sueños de perseguir a mi familia con un hacha". Morgan se rió. "¿Y se lo creyó? ¿No fue eso lo que usaste el año pasado?" "No. El año pasado amenacé con volverme loca y beber chupitos en la barra de Sloan" "Oh, eso es correcto. Y cometió el error de decírselo a Sloan"

"Hablando de decir… ¿cuándo vas a soltar lo tuyo con la jefa?" Morgan sintió que se ruborizaba. "No sé lo que quieres decir" "Dame un respiro. Esa mierda de solo somos amigas tiene que parar. Mis fuentes me contaron que tu camioneta no ha estado en tu casa en meses". "Tu fuente, la pequeña entrometida Tracy, está equivocada. Frecuentemente estoy en mi casa por las noches" Morgan mintió. La verdad era que no había dormido en su propia casa desde enero. Pero si había ido a su casa para cambiarse de ropa. No era como si estuviese viviendo con Reese ni nada por el estilo. "¿Sólo quiero saber por qué tanto secreto? ¿Así que se están viendo? Todo el pueblo lo sabe ¿Por qué insistes en que no es así?". "Porque todo el pueblo no necesita saberlo todo, por eso" miró a Tina a los ojos. "Sí, nos estamos viendo" dijo. En realidad no tenía sentido seguir con la farsa. "Por unos meses más, de todos modos" se sorprendió de cómo esas palabras le hirieron. "¿Qué quieres decir?" "Sólo estará aquí hasta noviembre" "Oh ¿Y qué? ¿Es como matar el tiempo?" "Dios, suena tan vulgar cuando lo dices así. Pero sí. Supongo" no sintió la necesidad de decirle a Tina sobre su arreglo. "Bueno, supongo que hay peores maneras de pasar el invierno" Tina sonrió. "Apuesto a que es buena en la cama" "No, no, no. No voy a entrar ahí contigo" "Vamos. Finalmente tienes una vida sexual ¿y no vas a compartir?" Morgan vaciló. Una parte de ella quería confesarle a Tina que pensaba que estaba de cabeza por Reese. Pero lo pensó mejor. Realmente no quería volver a todas las regla de su relación y como estaba a punto de romper cada una de ellas. Así que cedió. Un poco. "El sexo es más que fabuloso" admitió con una sonrisa. "Es el mejor sexo que he tenido en mi vida. De hecho…" "No tienes que regodearte" "Tú preguntaste" *** Seguía nevando cuando Morgan se dirigió a la cabaña de Reese esa tarde. Era el tipo de nieve donde las nubes colgaban bajas, bloqueando las montañas, generando una pesadez en todo a su alrededor. Las ramas de los abetos estaban cargados de nieve, tratando de mantener su forma a medida que caían al suelo.

Odiaba las tormentas de nieve en primavera. Las odiaba. Justo cuando pensabas que las cosas estaban empezando a descongelarse. Justo cuando el hielo empezaba a romperse en el Lago San Cristóbal. Justo cuando había habido casi una semana de sol y las calles del pueblo, finalmente se libraban de la nieve, esto sucedía. Nieve, nieve y más nieve. Y sabía que si no fuese por Reese que la mantenía ocupada, ya habría enloquecido. Pero estuvo gratamente sorprendida al ver humo saliendo de la chimenea y la camioneta de Reese estacionada al frente. Reese no había caído en su casa en mucho tiempo. Se detuvo. Casa. Sí, se sentía como estar en casa aquí. Increíble, pero así era. Tenía su pequeña casa en el pueblo donde ella y Jackson habían vivido durante siete años, sin embargo la cabaña de caza de Ron Brightmen se sentía como estar en casa. Ya fuese porque Jackson ya no estaba allí o porque Reese estaba aquí, no lo sabía. Reese estaba añadiendo más leña al fuego cuando ella entró y colgó su abrigo junto al abrigo de Reese. "Aun nevando bastante bien ¿uh?" "Maldita tormenta de abril" murmuró Morgan mientras se unía a Reese en el fuego. Reese se echó a reír. "Sí, sabía que estarías de mal humor" "Se supone que es primavera" "Apenas comienza abril" "Estamos a mediados de abril" corrigió Morgan, luego cubrió la boca de Reese con su mano cuando quiso hablar nuevamente. Sintió la lengua de Reese mojando su palma y se alejó sonriendo, "¿Qué es lo que huelo?" "La cena" Morgan levantó una ceja, "¿Tú cocinaste la cena?" "Por supuesto que no. Pero pensé que no estarías de humor, así que me detuve en Sloan por su famoso pollo frito doble empanizado". Morgan se inclinó y besó a Reese. "Eso fue muy dulce de tu parte" "Por cierto, Tracy dijo que te echaba de menos" Morgan puso los ojos. "La vi en el almuerzo" "Bueno, ya sabes, tal vez podríamos pasar por allí de vez en cuando por una cerveza y hamburguesa, como antes". "¿Quieres decir viendo como todo el pueblo sabe sobre esta aventura?" Reese sonrió. "Sí, supongo. No te importa ¿verdad?" "No, supongo que no. De todos modos, no sé por qué pensé que podríamos mantenerlo en secreto" no mencionó que Tina acababa de definir su aventura como solo matar el tiempo. No quería pensar en eso.

"Oh ¿sabías que la tienda de Lou alquila DVDs?" Morgan rió. "Sí pero ¿qué estabas haciendo donde Lou?" "Antes de la idea de pollo frito, pensé que podría sorprenderte, cocinando la cena" sonrió. "Sin embargo, rápidamente me di cuenta de que era demasiado ambiciosa. Además, tenía pizza congelada. Casi traigo eso" Morgan fue conmovida por la consideración de Reese. Y estaba sorprendida por lo rápido que Reese había llegado a conocer sus estados de ánimo. No, cocinar la cena era lo último que quería hacer después de rumiar bajo la tormenta de nieve durante todo el día. Le dió las gracias con un largo beso en la boca, pero se alejó cuando las manos de Reese se deslizaron hasta sus pechos. "Me muero de hambre" dijo con una sonrisa, "Vas a tener que esperar" *** Mucho más tarde…después de comer y después de la cama…después de que Reese le hubiese hecho el amor tan intensamente, Morgan permaneció despierta, saboreando la sensación del brazo de Reese a través de su cintura, su suave aliento acariciando su piel y la contracción involuntaria de la mano de Reese mientras dormía. Todas las cosas que Morgan había aprendido a amar y todas las cosas que sabía iba a perder cuando Reese saliera de su vida. Seis meses más. Eso sería todo lo que tendría. Seis meses más. Y entonces se despedirían y regresarían a sus propias vidas y todo esto sería sólo un recuerdo agradable que recordar. Se dijo a sí misma que no se enamoraría de Reese. Se dijo que simplemente disfrutaría del sexo y eso sería todo. Y sí, había disfrutado del sexo. Como le había dicho a Tina, era el mejor que había experimentado. Estaban tan en sintonía con las necesidades de la otra, los deseos de la otra, que hacer el amor era fluido, dos personas dándose y recibiendo placer de una manera tan natural como debía ser. Pero hacía mucho que había dejado de ser sólo sexo. Ellas hacían el amor. Así era por la manera en que se miraban entre sí, la manera como se tocaban, la manera como se besaban. Se preguntaba cuán difícil sería para Reese irse cuando llegara noviembre ¿Le dolería mucho? ¿Le dolería el corazón tanto como le dolería a Morgan? ¿O sería capaz de separarlo todo y recordar que lo que compartían era un arreglo sexual sin ataduras? Nada más y nada menos ¿Reese sería capaz de hacer eso? Morgan cerró los ojos con el corazón pesado en esta noche fría de abril. Volteó su cabeza, rozando con sus labios el rostro de Reese. Sintió como el brazo de Reese la apretó aún más, acercándola y sonrió. Sí, una de las muchas cosas que echaría de menos. CAPÍTULO 33 "Mi Dios, el sol" dijo Morgan sarcásticamente dos días después, cuando éste se asomó, las nubes llenas de nieve…finalmente…siguieron su camino. "Sí, el tiempo está loco" dijo Charlie "Vamos a llegar a los 50 mañana y a los 60 el viernes". Morgan lo miró fijamente. "Eso no es bueno" por mucho que le gustaba que llegara la primavera, haría demasiado calor y de manera muy rápida. Sobre todo después que la zona elevada del condado hubiese recibido cinco metros de nieve fresca.

"Lo sé. Propicio para las avalanchas. Probablemente deberíamos poner señales de advertencia en las pistas. Después de toda esta nieve, supongo que tendremos algunos esquiadores dirigiéndose hacia nuestras montañas". "Probablemente también deberíamos cerrar Cutter’s Ridge. Al menos en la cima. La parte de atrás de la montaña, además de Cutter’s Chute tiene ¿qué? ¿Otras 4 ó 5 canaletas de avalancha?". "Diría que 5, a pesar de que esos niñatos del departamento afirman que sólo cuatro cumplen con los criterios". "¿Queremos poner la bandera roja?" "Sí. Mantengamos a raya la negra hasta que sepamos algo" Y no pasó mucho tiempo. En cuestión de minutos, los informes de avalancha llegaban desde todo el estado, el más grave en Aspen, donde una caída masiva había cubierto el camino, sepultando tres coches. La recomendación para colocar la bandera negra de advertencias en todas las pistas susceptibles, había llegado. Morgan se apresuró en buscar las señales que no habían tenido que utilizar en dos años. Berta había insistido en que ella las había colocado en el galpón de almacenamiento en la parte de atrás, pero después de quince minutos de búsqueda, Morgan no podía encontrarlas. Caminó con dificultad a través de la nieve hacia la habitación de atrás para decírselo. "Entonces no sé lo que hiciste con ellas" dijo Berta, "Allí fue donde las puse" Morgan puso las manos en sus caderas ."¿Te importaría ayudarme a mirar, Berta? Esto es importante", dijo ella con impaciencia. "Tal vez Tina las puso en otro lugar. Ya sabes que siempre está limpiando" "Entonces ¿te importaría llamarla?" Morgan entró en el armario de suministros donde sabía que las banderas estarían, al menos. Sólo en dos oportunidades había tenido que colocar las banderas negras. La advertencia de color rojo se colocaba casi todos los años en Cutter’s Ridge, a pesar de que técnicamente Cutter’s Chute estaba en una propiedad privada. Las otras 4 canaletas activas estaban cerca de los senderos que estaban en terrenos públicos. Y el único que no era reconocido oficialmente… Cinnamon Chute, como los lugareños lo llamaban…vertía su carga anual en Alpine Loop. "Tina dijo que las puso aquí" dijo Berta cuando asomó la cabeza "¿Aquí?" Morgan dió la vuelta, mirando entre la biblioteca y la pared, el único lugar donde cabrían las señales. Y, efectivamente, allí estaban "Así que todas nuestras otras señales se mantienen en el galpón de almacenamiento…" dijo "… ¿pero Tina sintió la necesidad de mantener estas aquí?" negó con la cabeza. Tina tenía la tendencia a limpiar y poner en orden el lugar cuando estaba aburrida. E inevitablemente ponía algo en un lugar extraño y ellos nunca podían encontrarlo. Paul decía que ella hacía lo mismo en casa. "Dile que mantenga alejadas sus sucias manos de mis señales" dijo Morgan mientras pasaba junto a Berta, con las señales sujetas bajo su brazo. Manejó hacia el inicio del sendero con la ventana abierta y Morgan no podía creer lo caluroso que se había puesto en la última hora. Pero eso sucedía algunas veces, cuando al final de temporada,

la nieve estancada en ese momento se descargaba hacia la llanura, sólo para retroceder cuando un flujo cálido era empujado por la brisa tropical del golfo. El peligro de avalancha era elevado, por supuesto, pero la posibilidad era vertiginosa con un impacto de 60 para mañana. Primavera…la verdadera primavera…estaba a la vuelta de la esquina. Podía sentirlo. Oh, tendrían una polvareda de nieve ocasionalmente, pero se habría ido al mediodía. "Dios, me encanta" dijo mientras se detenía en el inicio del sendero, tomando una profunda bocanada de aire fresco de la montaña, tan puro que casi le hacía daño en los pulmones. Se volvió en círculo, disfrutando de la tranquilidad, escuchando nada más que la llamada ocasional de un trepador azul que luchaba con la nieve para llegar a las ramas de los árboles para alimentarse de las semillas. Sacó una de las señales de SENDERO CERRADO del camión y agarró su martillo y fue a encontrar un lugar donde ponerlo. La nieve estaba profunda, así que usó sus botas para raspar lo suficiente y encontrar así una base sólida. Sin embargo, no estaba muy preocupada por la señal. Sólo estaría de pie por un par de días. Si las canaletas de las avalanchas se activaban…y con este calor no tenía dudas de que así ocurriría…descargarían su carga de nieve en menos de veinticuatro horas. Se estaba alejando cuando sonó su celular. Redujo la velocidad cuando se acercó a la curva en el camino forestal, los neumáticos se deslizaron en la nieve. "Hey, Charlie ¿qué pasa?" "La canaleta de Cinnamon acaba de caer" dijo, "Recibí una llamada del personal de la carretera. La maldita cosa casi entierra un quitanieves". "¿De todos modos qué estaban haciendo en Alpine Loop?" "Oh, ya sabes que Brightmen tiene conexiones. Es probable que esté preocupado de que toda esta nieve interrumpa su alquiler de Jeeps". Morgan puso los ojos. "Tiene otras seis semanas antes de que pueda pensar en sus excursiones en jeep. Santo cielo". "Sí, bueno, sólo quería que supieras. También le dí una advertencia al hospedaje, pero Ellen dice que no tendrán ningún huésped hasta el viernes. El peligro debe haber pasado para entonces". "Está bien, Charlie. Estoy de regreso. Nos vemos en un rato" Se detuvo cuando el camino forestal se reunió con la carretera, mirando hacia las montañas blancas por la nieve. Era casi surrealista, todo estaba blanco. Cada árbol, cada roca, cada pedazo de tierra estaba enterrado en la nieve. El sol brillante y el cielo azul profundo eran un agudo contraste con la tierra cubierta de nieve. Pero con la ventanilla hacia abajo, podía oír el goteo de la nieve que se derretía. Si efectivamente, llegaban a los 60 el viernes, todo esto se iría de los árboles, se desvanecería como si nunca hubiese sucedido. Y entonces el deshielo llenaría los arroyos, descargando en Henson Creek y Hines Creek y otros hacia el río Gunnison. Entonces Ed Wade sería un hombre feliz cuando los pescadores de mosca cayeron sobre ellos, con la esperanza de atrapar esa trucha monstruosa. Sonrió mientras miraba hacia el valle de Lake City, imaginando los días soleados de verano cuando el invierno sólo fuese un recuerdo. Pero también quería que este día fuese un recuerdo.

Así que buscó en su mochila por su pequeña cámara digital. Se paró en medio del camino frente a su camioneta, sacando unas fotos para agregarlas a su archivo en constante crecimiento. Escuchó el retumbar lejano, justo cuando estaba a punto de volver a su camioneta. Ladeó la cabeza, escuchando y luego agarró el pomo de la puerta mientras el suelo literalmente se sacudía, un rugido ensordecedor sustituyó la pacífica tranquilidad, haciendo que los ruidosos arrendajos volaran para esconderse. "Wow" murmuró mientras buscaba su celular. "Wow, wow, wow" sus dedos temblaban mientras llamaba a Charlie. Él respondió de inmediato, "¿Has oído eso?" preguntó con entusiasmo ,"Se sintió como un maldito terremoto". "¿Cutter’s Chute?" "Sí. Esto no tomará mucho tiempo. Con toda esta nieve, pensé que no ocurriría hasta mañana". "¿Aún no llegas a la carretera?" "Casi" sonrió. "Hombre, eso fue impresionante. Hace que me den ganas de ponerme los esquís sólo para ir a echar un vistazo". "Sí. Espero que Johnnie no esté fuera de casa" "Él sabe que no puede. Además con toda esta nieve, su cabaña estará probablemente enterrada". "Está bien, voy a informar la caída. Ten cuidado en el camino de regreso" Pero en lugar de regresar a la ciudad, Morgan llamó al hospedaje. No tenía dudas de que habían oído la caída, pero sólo como medida de precaución, pensó que debería verificar con ellos. Incluso aunque no tuvieran huéspedes hasta el viernes, la ruta principal hacia el bosque ahora estaba cortada por la avalancha. Habían pasado cuatro años desde que Cutter’s Chute había dejado caer su carga. Encontrar un nuevo camino en el bosque no era normalmente una preocupación para Rick. "Hola, Ellen. Es Morgan. Supongo que has oído el rugido ¿eh?" "Ay, Dios mío, sí. Me asustó de muerte. Estaba aquí sola y todo el lugar temblando" "¿Dónde están los chicos?" "Oh, ya que las cosas estaban tranquilas por aquí, se llevaron sus esquís y se fueron temprano en una excursión". "¿Allí? ¿En lo alto del hospedaje? Ellen…" "Vamos, Morgan, Rick tiene más sentido común, no esquiaría en Cutter’s Chute" "Sí, pero ¿qué camino tomaron?" Morgan se desvió, conduciendo hacia el hospedaje en lugar del pueblo, "¿Por qué no llamas a su celular?" "Él no se llevó su teléfono. No hay servicio allí. Ya lo sabes" "Está bien, bueno, no suenas preocupada, pero voy en camino. Me sentiría mejor si supiera que no tomaron el sendero de la cumbre, eso es todo".

"Oh, Morgan, no tienes por qué…" "Estaré ahí en unos minutos " dijo finalizando la llamada. Tenía un mal presentimiento. Realmente un mal presentimiento. Así que llamó a Reese. "¿Dónde estás?" preguntó Reese tan pronto como contestó. "Voy camino al hospedaje" "Ten cuidado, Morgan. Hay avalanchas y deslizamientos de nievo por todo el lugar. La mitad de la montaña cayó sobre la carretera hacia Gunnison y llamaron desde el rancho de Thompson y dijeron que tuvieron una avalancha por el paso que enterró ese camino" dejó escapar un profundo suspiro, "Googan aún no está en condiciones de conducir, así que tengo a Carlton ayudándome a cerrar las carreteras". Morgan miró la enorme pared de roca y nieve cuando pasó al frente, acelerando tanto como se atrevió en el fango. Sin duda, de deslizaría en cualquier momento. "Estaba aquí cuando Cutter’s Chute cayó. Hizo temblar mi camioneta. Me sorprende que el camino siga abierto hacia el hospedaje, pero la nieve sigue aferrada aquí". "¿Qué estás haciendo en el hospedaje de todos modos?" "Ellen me dijo que Rick y Kenny estaban esquiando" "¿Qué demonios?" "Lo sé. Pero Ellen no parece pensar que tomaron el sendero hasta la cumbre. Sólo quiero asegurarme". "No, Morgan. No vas a ir hasta allá. Las montañas no están estables" "No voy hasta allá, Reese. Sólo quiero ver qué camino tomaron. Si se fueron al valle, estarán bien. Pero si tomaron el sendero a la cumbre, eso está justo en el camino. Estoy tratando de no entrar en pánico, pero…" "Morgan, escúchame. Tengo demasiadas cosas de que preocuparme como para agregarle el hecho de que estás allá afuera en medio de ese desastre. Por favor, no hagas nada estúpido". "¿Oh? ¿Te refieres a algo como atarme a un cable y permitir que me bajen dentro del cañón Dead Man’s durante una tormenta de nieve? ¿Algo tan estúpido como eso?". "Que gracioso, Zula" Morgan sonrió. "Estaré en contacto Clarice" Escuchó la risa tranquila de Reese mientras colgaba. Nunca pensó que llegaría el día en que realmente pudiese disfrutar ser llamada Zula. Pero de alguna manera, cuando Reese lo decía, le provocaba una cálida sensación de hormigueo. Se había convertido en una palabra cariñosa conocida sólo por ellas y la usaban en algunas ocasiones, como lo hacían a menudo los amantes. CAPÍTULO 34

Reese seguía sonriendo cuando giró en la curva hacia el sur por Hines Creek Road, pero la sonrisa se desvaneció cuando se topó con un banco de nieve que bloqueaba el camino. Clavó los frenos, la tracción de cuatro ruedas se mantuvo mientras la camioneta se detenía sin patinar. Miró por la ventana por encima de donde el camino había sido cortado en la ladera de la montaña. Las fuertes nevadas, que esta última tormenta había vertido, tenían que ir a alguna parte. Retrocedió, buscando un lugar donde dar la vuelta, esperando que no tuviese que regresar todo el camino por la carretera de montaña. "Carlton, adelante" dijo en su radio. "Aquí, jefa" "Hines Creek Road tiene un deslizamiento ¿Todavía no han limpiado la carretera que va a Gunnison?""Diez-cuatro. Casi han terminado" "Está bien. Hágales saber acerca de esto" se detuvo mientras retrocedía en un estrecho desvío, "Voy a ir hasta Slumgullion". "Diez-cuatro jefa" Reese rodó los ojos mientras bajaba la radio. Nunca pensó que diría esto, pero echaba de menos a Googan. Y pasarían, al menos, otras seis semanas antes de que estuviese listo para volver. Incluso después de dos cirugías en su pierna, probablemente caminaría con una cojera el resto de su vida. Pero como a Googan le gustaba decir, mejor lento que muerto. Mientras se dirigía por el paso hacia Slumgullion, llamó a Morgan. Por el sonido de su respiración laboriosa, Reese supo que estaba afuera en los esquís. "Morgan ¿qué demonios estás haciendo?" "Me alegro de que hayas llamado. Sus rastros conducen hacia el sendero de la cumbre, no el valle". "Mierda. Está bien. No trates...y lo digo en serio…no trates de ir tras ellos" "Reese, voy a ir…" "Maldita sea, no, no vas a ir" dijo en voz alta, "Déjame llamar a búsqueda y rescate" "Hay avalanchas en todo el estado ¿Cómo diablos vas a lograr que venga un equipo hasta aquí?". "Entonces llamaré a fuego y rescate en Gunnison. Tienen un helicóptero" Morgan respiró profundo. "Él es mi amigo" dijo en voz baja, "Y Ellen aún cree que fueron al valle. Tengo que decirle". "Lo sé, Morgan. Y voy en mi camino ahora mismo. Pero tienes que dejar que los expertos hagan esto. Sin ánimo de ofender, pero no estás entrenada" escuchó el suspiro, escuchó como Morgan aclaraba su garganta, sin duda, conteniendo las lágrimas, "Morgan, estoy a diez minutos. Nos vemos en el hospedaje" hizo una pausa, "Por favor"

"Lo sé. Tienes razón" "Bien. Ahora déjame llamar ¿Por qué no te pones en contacto con Tina? Ver si puede salir" "Sí, lo haré. Ella y Ellen son buenas amigas" "Está bien. Estaré allí pronto" Reese no esperó una respuesta mientras desconectaba, luego buscó en su teléfono otro número. *** Cuando Morgan colgó con Tina, ambas habían trabajado en controlar la histeria. Tina estaba en camino. Y ahora que se había quitado los esquís y los había sumergido en un banco de nieve, tenía la tarea de decirle a Ellen. Por supuesto, podía esconderse afuera y esperar a Reese. Pero Ellen no conocía a Reese. Noticias como esta era mejor escucharlas de un amigo. Realmente, no había noticias. Por todo lo que sabía, Rick y Kenny podrían haber cruzado el sendero del paso de la avalancha y estarían a salvo al otro lado cuando ésta cayó. Seguros pero atascados. Con toda esta nieve, de ninguna manera podrían abrirse paso en la montaña, y el camino que los podría llevar hasta la cumbre había sido enterrado con la caída. Pero era un mejor pensamiento que ellos quedando atrapados por la avalancha. Vio a Ellen salir del hospedaje y supo que no tendría ningún indulto. Era mejor acabar de una vez con eso. Así que negó con la cabeza, encontrándose de frente con los ojos de Ellen "Tomaron el sendero de la cumbre" dijo. "Oh, Dios, no" "Ya he llamado a la Jefa Daniels. Ella está llamando a un equipo de búsqueda" Los ojos de Elena se ampliaron. "No entres en pánico, Ellen. Podrían haber hecho todo el camino antes de que cayera la avalancha. Podrían haber subido todo el sendero lo suficiente como para estar fuera de peligro". "O podrían estar enterrados" Ellen se giró, sus hombros temblaban mientras trataba de controlarse. Morgan caminó detrás de ella y le dio la vuelta, tirando de ella en un fuerte abrazo. "Van a traer un helicóptero. Vamos a ser capaces de detectarlos" dijo, "Llamé a Tina. Viene en camino. Se quedará contigo. Voy a tener que ayudarles con las coordenadas". Ellen asintió. "Lo sé. Y tienes razón. No debería entrar en pánico" se apartó y se secó los ojos, "¿Por qué siempre pensamos lo peor en momentos como éste?". Morgan se encogió de hombros. "Es justo lo que hacemos" "Bueno, no voy a pensar lo peor. Rick es experimentado. Él nunca se arriesgaría con Cutter’s Chute, no después de toda la nieve que hemos tenido. Él sabe que no debe". "Sí, pienso eso" "Tal vez estaban bajando por el cañón hacia río"

"Tal vez sea así" aunque ella sabía mejor. El cañón era demasiado empinado para esquiar. Tendrían que ir más arriba en la cumbre antes de ser capaces de esquiar por el cañón. Y eso significaba cruzar Cutter’s Chute. "Gracias, Morgan. Eres una buena amiga. Ahora creo que voy a hacer lo que mejor hago y eso es ocuparme de la cocina" miró Morgan, "Pienso que están bien ¿No es así?". Morgan no pensaba tal cosa. Estaba más allá de la preocupación y por lo general exageraba ¿Por qué si no, conduciría a través de hielo y la nieve hasta el cañón Dead Man’s para comprobar a Reese estaba bien? Pero no podía decirle eso a Ellen. Así que asintió con la cabeza, "Pienso que están muy bien". *** Reese se ajustó el auricular, mirando como Morgan se agarraba con fuerza cuando el helicóptero se ladeó a la derecha. "A lo largo de la cumbre, debemos ser capaces de ver el trayecto a la izquierda" dijo Morgan. Pero mientras llegaban a la cima una ráfaga de viento los atrapó y Reese sintió que se levantó de su asiento. "Sosténganse" dijo el piloto lacónicamente en sus auriculares. Estabilizó la nave y luego las llevó abajo hacia Cutter’s Chute. "Oh, Dios mío" dijo Morgan. "Esta es la primera vez que veo una caída desde el aire" "Es enorme" dijo Reese, pero otra ráfaga de viento los alejó de su curso nuevamente. "Miren rápido" dijo el piloto. "Hay demasiado viento para otro recorrido" "Pero…" "No, señora" le dijo a Morgan. "No puedo poner más vidas en peligro. Hay demasiado viento para mantenernos arriba"Reese se acercó y apretó el brazo de Morgan. A decir verdad, probablemente no debieron haber intentado siquiera un recorrido en el sitio. No había nada más que blanco debajo de ellos mientras volaban a través de la canaleta de la avalancha y la montaña cubierta, regresaron al hospedaje. "El viento se calmará en la mañana" dijo él. "Si piensa que puede encontrar un lugar donde quedarnos esta noche, haremos otro recorrido al amanecer". "Estoy segura de que Ellen puede alojarlo en el hospedaje" dijo Reese. Estuvieron en el suelo en cuestión de minutos y Tina y Ellen se situaron en las escaleras del hospedaje, esperando. "Les contaré" se ofreció Reese mientras saltaba primero. "Gracias" Pero no tuvo que decir nada. Ellen lo supo, "Hay demasiado viento para volar ¿verdad?"

"Cierto. Solo pudimos hacer un recorrido por el sendero, eso fue todo. Dijeron que saldrían nuevamente al amanecer". Ellen asintió. "Está bien. Bueno, menos mal que tenemos habitaciones" enderezó los hombros, "Tengo un estofado de carne a fuego lento. Tú y Morgan también pueden quedarse a cenar, Reese. Hay un montón." Mientras se alejaba, Reese se volvió hacia Tina. "¿En negación? ¿O qué?" "En parte, sí. Y en parte ella dice que no siente como si estuviesen en problemas" Tina se encogió de hombros. "Todo el mundo tiene su propia manera de enfrentar las cosas" hizo un gesto hacia Morgan que se acercaba con los dos miembros de la tripulación, "¿Cómo está ella?" "Preocupada" "Sí. Eso es todo lo que podemos hacer ¿no es así?" Reese asintió. "Me temo que sí" La cena transcurrió con tranquilidad mientras Tina trataba de forzar la conversación entre ellos. Ellen, por su parte, fingió que todo estaba bien, contándole a Jonathan y Matt…los dos miembros de la tripulación de Fuego y Rescate de Gunnison…historias sobre algunos de sus clientes más atrevidos que se habían arriesgado en Cutter’s Chute con las motos de nieve. Morgan estaba sentada en silencio a su lado, hablando poco y Reese reconoció la preocupación en sus ojos. Este era el pueblo de Morgan. Esta era su gente. Ella los amaba y se preocupaba por ellos. Era algo de lo que Reese no estaba acostumbrada. Después de salir de Las Vegas, saltaba de un pueblo turístico a otro, sin permanecer demasiado tiempo en un mismo lugar, nunca había aprendido a preocuparse realmente por la gente de esos lugares. Solo estaba haciendo un trabajo. Pero ahora envidiaba la cercanía que Morgan tenía con Ellen y Tina, dos personas que sólo había conocido desde que fue trasladada aquí. Dos personas que había dejado entrar en su vida. No como Reese, que mantenía a todos a distancia. No era de extrañar, que incluso después de seis meses, todavía se sintiera como una extraña. Como Morgan le había dicho una vez, era más fácil para ella salir corriendo si no se involucraba en sus vidas. Todos menos Morgan. Por mucho que había tratado, no podía decir que no estaba involucrada con Morgan. Ella lo estaba. Ahora mismo, en este mismo instante, Morgan era la cosa más importante en su vida. Y eso le asustaba de muerte. Sonrió levemente cuando sintió un ligero toque sobre su muslo y los dedos de Morgan le apretaron suavemente. Miró al otro lado de la mesa, encontrando los ojos de Tina sobre ellas. No le importaba. Metió la mano bajo la mesa y cubrió la mano de Morgan, sosteniéndola con fuerza contra su pierna. El fuerte sonido del teléfono en la cocina interrumpió a Ellen que estaba a media frase y casi corrió hacia él. Todos escucharon con atención mientras la voz de Ellen se hacía más fuerte. "¿Qué? ¿Johnnie? Apenas puedo escucharte". "Johnnie Cutter" dijo Morgan a Reese.

Ellen regresó con el teléfono aún a la oreja, los ojos muy abiertos. "Oh, Dios mío" Reese se levantó, tomando el teléfono de Ellen. Ellen casi se cayó en los brazos de Tina. "Ellos están vivos. Dijo que estaban vivos". Reese sintió una oleada de alivio. "Soy Reese Daniels" dijo en el teléfono. "¿Quién?" "La sheriff buena para nada" dijo sonriendo a Morgan que estaba escuchando. "Oh, jefa Daniels. Sí. Soy Johnnie. Apenas tengo señal en este teléfono celular de lujo. ¿Puedes oírme?". "Puedo oírte ¿Dónde estás?" "Tuve que caminar hasta la cima de la maldita montaña para conseguir una señal. Estoy de pie con la nieve hasta la cintura, es donde demonios estoy". "¿Qué hay de Rick y Kenny?" "El chico tiene una pierna rota, es lo mejor que puedo decir. Los imbéciles estaban en la base de la canaleta cuando esta se corrió. Estaban esquiando en la parte elevada del cañón para vencerlo, probablemente cayeron veinte o treinta pies. Fui a revisar después de oír la caída. Oí a alguien gritar por ayuda". "Maldita sea, Johnnie. Lo has hecho bien" "Sí, bueno, nos costó un infierno llegar al chico. Él no puede poner ningún peso sobre la pierna izquierda". "¿Dónde están ahora?" "Oh, me imagino que están junto al fuego en mi cabaña. Pero él pensó que todo el mundo estaría preocupado por subir aquí ¿Y quién era el maldito tonto volando el helicóptero con este viento? Pensé que tendría que hacer otro rescate de la manera en que estaba rebotando allá arriba". Reese se echó a reír. "Ese sería Morgan y yo, junto a la tripulación de Gunnison" "Y ella me llamó viejo tonto y loco" él se rió. "El viento se calmará en la mañana. Haga que esos muchachos pasen por aquí con su helicóptero. Hay un espacio abierto en la parte trasera de la montaña. Morgan sabe dónde está. Haremos un trineo o algo parecido para llevar al chico". "Voy a informarle a todos. Gracias, Johnnie. Vamos a estar por allí en la mañana" Ellen agarró su brazo, tan pronto como colgó. "Bueno ¿qué dijo? ¿Cómo están?" "Están en su cabaña. Él piensa que Kenny tiene una pierna rota. Esa es la única lesión que mencionó". "¿Cómo? Quiero decir…" "Como Johnnie dijo, los imbéciles estaban en la base de la canaleta cuando se corrió. Dijo que tuvieron que esquiar dentro del cañón".

"Es demasiado empinado allí para esquiar " dijo Morgan. "Sí. Ese fue el problema. Dijo que fue una caída de veinte o treinta pies" "Oh, Dios" dijo Ellen. "Podría haber sido mucho peor" Reese miró a Morgan. "Dijo que había un claro en la parte de atrás de la montaña. Ellos van a esquiar allí mañana y esperar que el helicóptero los recoja ¿Sabes de lo que está hablando?". "Sí. Básicamente se trata de un campo de rocas, sin vegetación. Con esta cantidad de nieve deben ser capaces de esquiar con facilidad. Pero ¿qué pasa con Kenny?". "Dijo que lo pondrían en un trineo o algo así" miró a Jonathan y a Matt quienes estaban escuchando, "¿Eso está bien?" Ellos asintieron."Esa es una gran noticia" dijo Matt, "Por supuesto que podemos recogerlos". "No sé cómo agradecerles a todos ustedes" dijo Ellen con sus ojos llenos de lágrimas. "Podría haber sido tan trágico. Esos dos son mi vida. No sé cómo lo hubiese enfrentado si los hubiese perdido". "Pensé que no estabas preocupada" bromeó Tina. "Mentí" dijo mientras las lágrimas y las risas llegaron al mismo tiempo.

CAPÍTULO 35 Reese se detuvo en la acera cuando la cálida brisa sopló a su alrededor, mirando el cartel PELUQUERÍA DE TONI. Miró a Morgan. "Tú fuiste quien no quiso a Stella" le recordó Morgan. Sí, eso era cierto. La semana anterior, cuando se sentaron en las sillas de jardín en espera de que el carbón se calentara, Morgan se había extendido revolviéndole el cabello, "Necesitas un corte de cabello". Reese había tratado de domesticarlo. "Lo sé. Nunca había estado tan largo" "¿Por qué no vas a ver a Stella?" "Oh, no. Ella tiene cien años de edad. La única vez que fui, utilizó un rizador de cabello y amenazó con alisármelo hasta la espalda, así dijo" Así que aquí estaban en la calle principal de Gunnison, combinando un viaje al supermercado con un viaje de corte de cabello para Reese. "Vamos entra" dijo Morgan., "Voy a ver escaparates" miró por la calle "Todo el mundo se está preparando para la temporada turística ¿Puedes sentirlo?". "Sí. Unas semanas más" señaló hacia la tienda, "Te encontraré cuando termine" Morgan se rió y levantó su teléfono celular. "No me buscaras demasiado tiempo"

Reese sonrió. "Supongo que sería más fácil si solo te llamara" se detuvo en la puerta, "Que te diviertas. No debe tomarme mucho tiempo." Pero cuando vió la tienda llena de gente, todas las señoras hablando a la vez, se alegró de haber tenido la precaución de hacer una cita. Miró a la niña sonriente en el mostrador, “Soy Reese Daniels" dijo ella. "Bienvenida, Reese. Trate de encontrar un asiento. Solo serán unos minutos" Reese volvió a mirar a la sala de espera, viendo cada asiento ocupado por la abuela de alguien. Adorable. Pensó que todas las personas mayores de setenta años tenían una cita esta mañana. Pero no tuvo que esperar mucho tiempo. Una mujer, no mucho más joven que la vieja Stella en Lake City la llamó. "Usted debe ser nueva en la ciudad, cariño" dijo mientras llevaba a Reese a una silla e inmediatamente hundió ambas manos en el cabello de Reese. "Lindo. Cabello grueso. Muy saludable ¿Sólo necesita un ajuste?." Reese la miró a los ojos en el espejo. "Buscando más un corte de verano" dijo, "Normalmente no lo llevo tan largo". "Bueno, ya que no sé cómo normalmente lo usaba ¿le gustaría ver unas fotos en una revista?". "No" dijo Reese rápidamente, "Definitivamente no" miró de lado a lado y luego nuevamente a la mujer en el espejo. "Mire, no soy realmente una persona de cabello largo. No es gran cosa para mí. Sólo córtelo un poco". La mujer levantó el cabello. "¿Sobre los oídos?" "No tan corto" "¿Flequillos?" "Dios, no" La mujer hizo girar la silla y desordenó la parte superior. "De todos modos es demasiado rizado para flequillo" "Yo no tengo el cabello rizado" Ella sonrió. "Cariño, si esto no es rizado, no sé lo que es" Reese entrecerró los ojos. "Sólo córtelo" "Bueno, voy a hacer mi mejor esfuerzo, pero no quiero ninguna queja de su parte" "No, señora" Y de pronto sacó una botella de agua, la mujer roció su cabello para mojarlo, moviendo sus dedos a través de él mientras sacudía la cabeza en señal de desaprobación. "¿Qué?"

"Tan bonito su cabello grueso y quiere cortarlo" Reese apretó los dientes. Tendría que haber ido con Stella. Pero la mujer hizo un trabajo rápido, sus tijeras trabajaron mientras su cabello oscuro caía en sus hombros y era recogido en una capa de plástico antes de caer al suelo. Pero mientras veía, se ponía más y más corto. Cuando la mujer cortó encima de su oreja, Reese arqueó una ceja. "Usted tiene un rostro tan bonito. Linda mandíbula fuerte. Sentí que más corto era el camino a seguir" dijo. "Uh-huh" Desabrochó la capa y sacudió el pelo en el suelo. "Hora de un champú y un secado" "Eso no es realmente necesario" dijo Reese mientras se levantaba de la silla. "Por supuesto que lo es. Tiene pequeños cabellos sobre usted" "Normalmente no me lavo ni seco" La mujer la miró, sus ojos moviéndose desde sus botas y vaqueros hasta la camiseta manga larga de las pistas de esquí Winter Park que tenía metida en los pantalones y ahora con su cabello corto. "¿¡No me diga!?" señaló hacia la habitación contigua, "Ahí dentro". Reese no discutió mientras se acomodaba en el lavabo, inclinó la cabeza hacia atrás y luego casi saltó por el agua hirviendo que golpeó su cabeza. "Lo siento, cariño" Pero todo terminó muy pronto y la mujer arrojó una toalla a Reese quien secó vigorosamente su cabello. La mujer tomó la toalla y limpió el cuello de Reese, sacudiéndole los cabellos sobrantes. "¿Seguro que no quieres que lo seque un poco?" "Estoy segura". Reese pasó la mano a través de él, los mechones más cortos resultaron una sensación extraña para ella, "Se va a secar muy pronto" La mujer se encogió de hombros, "Como quieras" "¿Cómo te llamas?" "Bárbara. Todo el mundo me llama Babs" Reese asintió y le entregó un billete de 25. "¿Esto lo cubre?" La mujer le arrebató el dinero de las manos, "Muy bien" De vuelta en la acera, Reese caminó bajo el sol, aun frotándose el cabello para secarlo. Vio a Morgan que venía hacia ella. Le tomó un segundo a Morgan para reconocerla. "Está muy corto, lo sé" dijo Reese. "Wow"

"Lo sé. Le dije…" “No, me encanta" dijo Morgan acercándose, "Se ve muy bien en ti" sus ojos se encontraron "Sexy." Reese sintió que su rostro se ruborizaba, “Sexy ¿huh?" "Definitivamente. De hecho, tengo ganas de arrastrarte a un callejón oscuro y aprovecharme de tí". Reese levantó las cejas, "Wow ¿eso es todo lo que se necesita? ¿Cortarme el cabello para que quieras saltar sobre mis huesos?". Morgan le apretó el brazo. "No creo que haya algo que falte en esa área ¿verdad?" No. Definitivamente no. No después de haberse tomado casi una hora en la ducha esta mañana, tocándose la una a la otra aún después de que el agua caliente se había agotado. La mirada de Reese bajó a sus labios, "Quiero besarte" dijo sin pensar. Por supuesto no era posible, paradas donde estaban en el centro de Gunnison. Morgan sonrió y le cogió del brazo llevándola con ella, llevándola nuevamente a la camioneta. "Puedes robar un beso en la camioneta" Y Reese lo hizo, inclinándose rápidamente hacia Morgan quien manejaba hacia la tienda de comestibles. "Eso no fue un beso" se quejó Morgan. "Sé cómo mis besos te distraen" dijo con una sonrisa, "No quiero que tengas un accidente" Morgan se rió y la miró. "Me encanta tu cabello. No sé cómo voy a ser capaz de mantener mis manos lejos de ti". "Realmente no veo eso como un problema" "¿No?" Morgan se inclinó sobre el asiento, moviendo sus dedos sobre el muslo de Reese y entre sus piernas, haciendo que Reese se tambaleara hacia adelante. Ella cerró sus ojos, "No me hagas esto" susurró. "Dios, podría hacerte el amor ahora mismo" Reese apretó sus piernas uniéndola, presionando los dedos de Morgan contra ella. Escuchó la respiración entrecortada de Morgan que hacía juego la suya. "No podemos hacer esto" dijo mientras sus caderas comenzaron a mecerse contra la mano de Morgan, "Estás conduciendo, por el amor de Dios". "Te quiero" Reese inclinó la cabeza hacia atrás, abriendo sus piernas y dándole espacio a Morgan para que la tocara. Y mientras se dirigían lentamente a través de la ciudad, la mano de Morgan encontró su camino dentro de los vaqueros de Reese, moviéndose a través de su humedad encontrando su clítoris, duro y palpitante, adolorido por su tacto. La acarició rápidamente y Reese luchó por mantener sus ojos abiertos, rezando para que no tuvieran un accidente. ¿Cómo demonios podrían

alguna vez explicar esto? Pero ese miedo pronto se desvaneció cuando Morgan la llevó muy cerca del límite, con una mano en el volante y la otra empujando entre sus piernas. Su respiración era laboriosa y se aferró a la puerta con fuerza, sintiendo que caía, perdiendo el control mientras los dedos de Morgan se movían con increíble rapidez contra ella. Mordió con fuerza su labio cuando quiso gritar y apretó los dedos de Morgan contra ella mientras llegaba al clímax. Los dos respiraban rápidamente cuando Morgan se detuvo en el semáforo, con la mano todavía en el interior de los pantalones de Reese. Morgan sonrió con malicia. "¿Crees que estoy en peligro de hundirnos en la cuneta después de esto?" Reese rió mientras sacaba la mano de Morgan de sus vaqueros. "Eso fue muy agradable" dijo ella, "Peligroso, pero agradable" "Lo siento. No estaba pensando. Sólo quería tocarte" "No me quejo" apretó la mano de Morgan, aun sintiendo su humedad en los dedos de Morgan. Más tarde, apenas resistió el impulso de agarrar la mano de Morgan mientras caminaban por el estacionamiento hacia la tienda de comestibles. Morgan sonrió y golpeó su hombro juguetonamente. "Olvidé decirte…" dijo Morgan "…la semana pasada cuando estaba en la tienda Lou, cuando me dió los filetes de salmón congelado, él me dijo: nunca habría pensado que a la jefa le gustara el salmón ¿Y puedes creer el buen tiempo? ¿No ha estado agradable?". Reese se rió.”Así que incluso el viejo Lou sabe ¿no?" "Lo sabe todo el pueblo. Te lo juro, no hay privacidad" "Podría ser peor. Podríamos estar condenadas al aislamiento o algo así. Al menos, todo el mundo parece aceptarlo". "Ya sabes, para ser un pequeño pueblo de la frontera…" dijo Morgan "…son muy progresistas. Pero estando tan aislados como estamos, hay más sentido de comunidad. Amar a tu prójimo y todo eso. Hay un gran sentido de vivir y dejar vivir". "También son una gran mezcla de personas, por lo que he visto. Todavía están los residentes antiguos y de toda la vida, pero también hay toda una mezcla de artistas. No tenía idea de que todas esas tiendas estaban realmente funcionando hasta que mayo llegó y comenzaron a abrir" dijo mientras sacaba un carrito de la parrilla empujándolo a través de las puertas. "La mayoría cierra y se dirigen a climas más cálidos durante el invierno. Supongo que simplemente asumí que lo sabías, siendo la sheriff y todo eso" Morgan bromeó. "Bueno, ya sabes, me propuse no saber esas cosas" "Sí, lo sé. Pero…" "¿Morgan? ¿Eres tú?" Reese se volteó ante el sonido de la voz desconocida, escuchando como Morgan susurraba Oh, mi Dios, detrás de ella.

"Eres tú" expresó la mujer, "No te he visto en meses" Morgan le dio una rápida sonrisa. "Realmente ¿Y cómo está Courtney o Brittany? ¿Nuevamente quién era?". "Amber" "Correcto. Amber ¿Cómo está?" "Se graduó y se fue. Ya sabes cómo es todo" "Sí, los estudiantes universitarios tienden a hacer eso ¿no es así?" Reese se sorprendió por el tono de voz de Morgan y la curiosidad pudo más que ella. Extendió la mano. "Reese Daniels, actual sheriff en el condado de Hinsdale" dijo ella. "Soy Stephanie Haynes, una vieja amiga de Morgan. Encantada de conocerte" se volvió hacia Morgan, "Wow ¿una sheriff? Es bueno tenerlos como amigos ¿no?". "Tiene sus ventajas" dijo Morgan con una rápida mirada hacia Reese, "Tenemos que irnos" "Espera" dijo Stephanie deteniéndola con un toque en su brazo, "¿Puedo llamarte alguna vez? ¿Tal vez para cenar?". Antes de que Morgan pudiese responder, Reese se adelantó, "Claro, tal vez puedas venir a casa. Podríamos asar carne o algo así" sintió como Morgan se acercaba a ella y Reese esperaba que no estuviese fuera de lugar. Sintió la incomodidad de Morgan, pero no estaba segura si la única razón era porque había implicado que vivían juntas. Una parte de ella sentía la necesidad de reclamar su derecho sobre Morgan. "Ya veo. Por supuesto" dijo Stephanie. "Tal vez te llame luego" Ella se alejó rápidamente y Morgan se volteó con una sonrisa en sus ojos, "Gracias" Reese se inclinó galantemente, luego caminó al lado de Morgan, empujando el carro. Finalmente se echó a reír, "Marietta Zula Morgan, no puedo creer que me haya encontrado con una de tus ex".

CAPÍTULO 36 "Cuando dijiste que la temporada turística te mantendría ocupada, no tenía ni idea" dijo Reese, "Te echo de menos". Morgan cerró los ojos asintiendo. "Yo también te echo de menos. Estaré en casa en una hora. Sólo tengo que verificar los campamentos más allá de Slumgullion" hizo una pausa "¿Ya cenaste?". "Todavía no. Todavía estoy en la oficina" Morgan sonrió. "Estabas esperando por mí ¡Qué dulce!" "¿Quieres que recoja algo en el Sloan para nosotras?"

"¿Sabes qué? Me encantaría una cerveza ¿Quieres que nos encontremos allí? ¿O es demasiado tarde para tí?". "No voy a morir de hambre, si es eso lo que quieres decir. Nos encontraremos allí" "Está bien. Me daré prisa" "Ten cuidado" Morgan suspiró mientras guardaba su teléfono en la funda de su cadera. Memorial Day Weekend era el comienzo tradicional de la temporada turística y este año no sería la excepción. Parecía que cada camping disponible estaba lleno. Pero el tiempo había estado fabuloso las últimas dos semanas, así que no estaba muy sorprendida por la cantidad de personas que bajaron hacia ellos. Ocupada no podía describir adecuadamente cómo había estado su semana. Ella y Tina se habían esforzado por mantener en funcionamiento las bombas de agua que estaban establecidas en los campamentos y habían ayudado al personal de mantenimiento de Charlie a despejar los claros en los sitios donde los campistas vivirían durante el verano. Por desgracia, sólo tenían cuatro campamentos donde vivían los anfitriones. Los otros ocho, Morgan y Tina tenían que patrullarlos, cobrar las tarifas y mantenerlos limpios. Bueno, Tina tenía la tarea de mantener las letrinas limpias. Esa era una de las ventajas de su puesto, pensó Morgan. Pero todo eso le había dejado poco tiempo para Reese. Y la echaba de menos. Había llegado a su casa bien entrada la noche todas las noches la semana pasada y había permanecido fuera sábado y domingo. Y hoy, Memorial Day, las cosas empezarían a calmarse cuando los lugareños hicieran sus viajes de regreso a Gunnison o Pagosa Springs, o al este hasta Alamosa. Pero el Memorial Day marcaba el comienzo de los visitantes de fuera del estado, por lo que no sólo los fines de semana estarían ocupado, sino cada día de la semana también. Lo cual dejaría poco tiempo para ellas. No que ellas no estaban juntas cada noche, no. Pero a menudo estaba demasiado cansada para siquiera considerar hacer el amor y mucho menos hacerlo. Hasta el momento, Reese había entendido, aparentemente contenta de tenerla durante la noche. Y cada mañana, cuando Morgan sabía que tenía que salir de la cama, Reese sólo tenía que tocarla, besarla, para hacerla olvidar todo acerca de sus obligaciones. Más a menudo que no, habían pasado los últimos minutos de cada mañana haciendo el amor, tocándose hasta el último minuto en el que Morgan tenía que levantarse y correr hacia la ducha. "Estoy enamorada de ella" Las palabras salieron con tanta facilidad que no se sorprendió por ellas. Agarró el volante firmemente cuando el significado de ellas le golpeó. Sí, estaba enamorada de Reese. Había sido una tonta al pensar que podía permanecer indiferente ante ella, una tonta al pensar que podía evitar enamorarse. La verdad era que eran tan compatibles en todos los aspectos de sus vida ¿cómo no iba a enamorarse? ¿Y como no podía Reese enamorarse también? Morgan no era tan ingenua como para suponer que Reese sentía de la misma manera que ella, pero obviamente había algo de apego. Lo sabía por la forma en que Reese la miraba, por la forma en que Reese le hacía el amor. Pero no habían hablado de eso. No habían hablado de nada. Y en unos pocos meses, noviembre estaría aquí. Y ella me dejará.

El dolor se apoderó tan rápido de su corazón, que se tocó el pecho y presionó la mano con fuerza contra él. *** "Oh, esto está bueno" dijo Reese después de tomar un largo trago de su cerveza fría "Gracias, Tracy". "Claro" Tracy hizo un gesto hacia la puerta, "Y aquí está ella" sonrió y llenó un tazón helado, "Hey, Morgan". Reese se volteó sonriendo mientras Morgan se acercaba. Se sentó junto a ella, acercándose más y presionando brevemente su brazo en señal de saludo. "Día largo ¿eh?" "Sí. No puedo esperar por una ducha. Contigo" agregó en voz baja, "Hola, Tracy ¿Cómo te va?". Tracy puso el tazón de cerveza delante de Morgan. "Ocupado. Pero eso es bueno. Mantiene a Sloan feliz. Escuché que los campamentos están llenos". "Más o menos, sí. Pobre Tina. Está en el puesto de basura esta semana. Ha estado luchando con los osos cerca de Cinnamon". "Sí. Doug Free estaba contando que su esposa corrió a dos de ellos fuera de su garaje la otra mañana. Él lo había dejado abierto cuando se fue a trabajar". "¿Son siempre tan comunes?" preguntó Reese "En esta época del año, sí" dijo Morgan. "Los campistas llevan comida y basura, dos cosas que los osos adoran. Eso disminuye a finales de verano, luego, regresan en el otoño, ya que tratan de atiborrarse antes del invierno". "Griten cuando quieran otra" dijo Tracy, "Tengo que ayudar a Jeff con las mesas" hizo una pausa ,"¿Van a querer cena?" Morgan negó con la cabeza. "No en este momento. Sólo quiero sentarme y relajarme" Cuando se fue, Reese se inclinó aún más cerca. "¿Estás bien?" Morgan la miró a los ojos. "No" "¿Qué pasa?" "Quiero hacerte el amor" Reese reconoció la mirada en los ojos de Morgan. A ella le encantaba. "¿Ahora mismo?" "Quiero empezar en la ducha y terminar en nuestra cama" Nuestra cama. Otra cosa que Reese amaba. Se acercó más, "Quiero besarte" Morgan sonrió. "Tú siempre quieres besarme"

"¿Eso es malo?" "¿Recuerdas mi regla de no besos?" Reese se echó a reír y tomó su tazón nuevamente. "Gracias a Dios que rompiste esa" "¿Y después mi regla de ser discretas?" "No tengo la culpa de que todo el mundo sepa" Morgan se giró en el taburete y la miró de frente, sus rodillas se presionaban contra muslos de Reese. Reese volteó la cabeza, encontrando la mirada nublada de Morgan sobre ella. "Quiero hacer el amor contigo" dijo de nuevo. No lo dijo en broma esta vez. No, esta vez su voz estaba ronca y había deseo en los ojos de Morgan. Reese asintió. "Vamos a casa" *** Morgan no estaba segura de lo que se había apoderado de ella, pero quería a Reese terriblemente. Miró en el espejo y vió los faros de Reese detrás de ella. Está bien, tal vez sabía lo que se había apoderado de ella. Admitir que estaba enamorada de la mujer podría tener algo que ver con eso. Sólo rezaba que esas palabras se le salieran. Apenas se detuvo antes de saltar de la camioneta y corrió hacia la puerta principal. Se había quitado la camisa y desabrochado el sujetador para el momento en que Reese entró. No dijo nada. No quería hablar. Apretó a Reese contra la puerta, buscando con su boca la de Reese, gimiendo cuando sus lenguas se encontraron. Sus dedos desabotonaron torpemente los botones de los vaqueros de Reese mientras Reese agarraba sus pechos y sus pulgares rozaban sus pezones. Morgan estaba jadeando por aire cuando su mano se deslizó dentro de los pantalones de Reese, bajándolos lo suficiente como para tener espacio. "Te quiero tanto" susurró contra la boca de Reese. Reese la atrajo hacia sí, con la boca en el cuello de Morgan, succionando con fuerza, su respiración era tan laboriosa como la de Morgan. Morgan abrió los dedos, ahuecando a Reese sintiendo como su humedad cubría su mano. Gimió cuando sus dedos se movieron por su sedosidad, cerrando los ojos cuando sus dedos llenaron a Reese. Los dientes de Reese mordisquearon su cuello mientras sus caderas se sacudían contra la mano de Morgan, su jadeo causó que Morgan se moviera más rápido, bombeando con más fuerza dentro de ella, amando la tensión de los músculos de Reese contra sus dedos. "Córrete por mí" susurró en la oreja de Reese, "Córrete por mí" No tuvo que esperar mucho tiempo. Sintió el temblor familiar cuando Reese se acercaba al orgasmo, reconoció los sonidos que Reese emitía cuando estaba a punto de llegar al clímax. Y segundos después, con un último empuje, Reese dijo su nombre, ahogando su grito contra el cuello de Morgan, antes de casi colapsar entre sus brazos.

Morgan sacó sus dedos, pero no se movió, permaneció allí apretada contra Reese, sintiendo el corazón de Reese golpeando contra su pecho, escuchando la respiración rápida mientras Reese trataba de recuperar el aliento. Cerró los ojos. Te amo. Dos pequeñas palabras que no deben causar tanto dolor. Pero que lo causaban. Finalmente se movió, moviendo sus labios lentamente por el rostro de Reese, buscando sus labios, besándola suavemente. Cuando se alejó y miró los ojos de Reese, podía jurar que vió en ellos su amor reflejado en respuesta. Pero Reese bajó la mirada, besando su boca nuevamente, con tanta ternura que Morgan casi lloró. "¿Ducha? ¿Luego cama?" Reese sonrió contra su boca, "¿No era ese el orden?" "Empecé antes" dijo Morgan."Sin embargo, ahora voy a tomar esa ducha contigo"

CAPÍTULO 37 Morgan sabía que era hora de levantarse, pero no lograba salir de los brazos de Reese. Habían pasado dos semanas desde que había admitido que estaba enamorada de ella. Dos semanas desde la noche de su frenesí sexual. Reese debía pensar que era insaciable y se había sentido de esa manera. No podía dejar de tocarla. No podía dejar de desearla. Era la madrugada cuando finalmente cayeron exhaustas en un profundo sueño. Y así como cuando la regla de no besar fue rota, hubo un ligero cambio en su relación. Era obvio para ella, si no para Reese. Sus caricias eran más tiernas, si es que eso era posible. Sus besos parecían tener más significado. Las miradas entre ellas no tenían barreras, reflejando la pasión subyacente a punto de explotar bajo la superficie, reflejando el amor. O tal vez lo veía porque eso era lo que quería ver. Tal vez todo esto era simplemente su imaginación porque había aceptado el hecho de que estaba enamorada de Reese. Y también había aceptado el hecho de que Reese se iría. Nada había cambiado en ese sentido. Ellas no hablaban de eso. Al igual que nunca hablaban de la posibilidad de que Reese se quedara. No era un tema que alguna de ellas abordara. Pero a mediados de junio amenazando con convertirse en finales de junio, los meses y semanas pasaron más y más rápido y noviembre se acercaba, ya no era un mes que sólo acechaba en la distancia. Era un mes que se acercaba a ellas, un mes que haría pedazos su mundo. Cerró los ojos con fuerza, con el corazón adolorido. Ella guardó todo…la preocupación, el miedo… poniendo un rostro feliz, fingiendo que este arreglo estaba bien, justo lo que esperaba. La verdad era que sentía que iba a explotar si no lo sacaba. Pero no a Reese. Nunca a Reese. Movió sus labios, dejando que permanecieran sobre la piel de Reese, sonriendo mientras Reese temblaba. Finalmente se alejó en silencio para no despertar a Reese. Se vistió rápidamente, decidiendo ir a su propia casa y ducharse allí. No había puesto realmente un pie en su casa desde mayo. Y después de la ducha, se encontraría con Tina y la llevaría a algún lugar donde pudieran tener un poco de privacidad...y hablar.

CAPÍTULO 38 "Estás siendo terriblemente reservada sobre esto" dijo Tina cuando Morgan la condujo por un camino tranquilo en el bosque. "Porque quiero hablar y no quiero ser interrumpida" "¿Sí? ¿Cuál es nuestro tema?" Morgan puso los ojos. "Sabes muy bien cuál es el tema" "Está bien. Entonces ¿por qué la necesidad de privacidad? Todo el mundo ya sabe que ustedes dos están juntas." Morgan suspiró. "De eso se trata. No estamos realmente juntas" "Cariño, las he visto a las dos. Apenas pueden mantener sus manos alejadas la una de la otra y mucho menos los ojos ¿Crees que las personas no pueden ver la manera como se miran?". "No estoy hablando de eso" se detuvo en un pequeño bosque de álamos, sus hojas diminutas revoloteaban en los árboles, dándole significado a su nombre, el álamo temblador. Cerró su puerta sin hacer ruido, para no perturbar la quietud. Se apoyó en la caja de la camioneta, mirando a Tina a través del camino, "Estoy enamorada de ella". Tina resopló ."¿Me trajiste todo este camino hasta acá para decirme eso? Como si no lo supiera". "No entiendes. No puedo estar enamorada de ella" caminó hacia la parte trasera de la camioneta y bajó la puerta trasera. Se sentó pesadamente y dejó escapar un profundo suspiro, "Tenemos reglas, ya sabes". "¿De qué estás hablando?" preguntó Tina mientras se reunía con ella en la puerta trasera. "Nuestro acuerdo. El acuerdo era tener una relación física, sexual. Nada más" Morgan sonrió, "Incluso tenía una regla de no besar al principio. Y una regla de ser discretas". "Bueno, sé que se rompió una de ellas. Supongo que también se rompió la regla de no besar". "Pensaba que si era sólo una relación física, la mejor manera de mantenerlo en ese nivel era no besarse. Besar es muy íntimo". "¿Pero eso no duró?" Morgan negó con la cabeza. "Un mes" "Wow ¿Tanto tiempo?" Morgan bajó la cabeza. "Se marcha en noviembre, Tina" "No lo sabes a ciencia cierta ¿Ha dicho eso?" "No ha dicho que no se va. Dejó perfectamente claro para todos que sólo permanecería aquí un año. Lo dejó perfectamente claro para mí". "Pero eso fue antes de que ustedes dos…"

"No. Eso fue parte del acuerdo. Sólo iba a estar aquí hasta noviembre. Nuestra aventura duraría solo ese tiempo". "Pero ya no es una aventura" dijo Tina, “¿Correcto?” "Dejó de ser una aventura hace meses. Para Reese también. Sé que no lo ve de esa manera. Demonios, prácticamente estamos viviendo juntas". "¿Qué quieres decir con prácticamente?" "Lo sé. Y me dije a mí misma que no me enamoraría de ella. Me dije que podía mantenerlo estrictamente físico" se volteó y miró a Tina, "Pero cuando estoy con ella, maldita sea, somos tan compatibles. En todo. No sólo en el sexo. Todo. Nos gusta la misma comida, el mismo vino. A ambas nos gusta explorar y salir al bosque. Nunca discutimos o reñimos por nada. Es muy fácil estar con ella. Y, por Dios, el sexo. Nunca en mi vida pensé que tendría una vida sexual tan activa. Nunca". "No me lo restriegues. Veinte años y un par de niños tienden a poner un freno en las cosas" "Lo siento" "¿Por qué no se lo dices?" "No, no voy a decírselo. Eso sería estúpido. No quiero que se sienta culpable cuando se vaya de aquí. Fuí yo quien rompió la maldita regla, no ella". "Pero, Morgan ¿cómo no la conoces? Quiero decir, las he visto juntas. He visto la forma en que te mira ¿Cómo sabes que no está enamorada de ti?". "¿No crees que ya hubiese dicho algo?" Tina rio. "Oh, sí. Seguro. Como tú lo has hecho" "Es diferente. Ella es la que planea irse. No yo" "¿Entonces por qué no hablas simplemente de eso?" "Porque no quiero avergonzarme a mí misma" "Decirle a alguien que le amas no deberían ser una vergüenza" "Por supuesto que es una vergüenza si es de un solo lado ¿Sabes una cosa Reese? Rompí otra regla" Morgan se encogió de hombros, "No. No voy a decirle" "Creo que es un error. Creo que las dos están siendo tercas acerca de esas estúpidas reglas que empezaron y ninguna quiere admitir que cruzó la línea". Tina golpeó su brazo, "Obstinado e inmaduro" "¿Inmaduro? Inmaduro sería no ser capaz de mantener la relación como estaba destinada a ser. Inmaduro es enamorarse ¿Pero mantener el secreto? Eso no es ser inmaduro" dijo Morgan mientras palmeaba su pecho, "Eso es ser un adulto". Tina meneó la cabeza. "No, eso es simplemente una estupidez"

CAPÍTULO 39 Reese se paró frente al escritorio de Eloise, girando en un círculo con el ceño fruncido en su rostro mientras miraba alrededor. Golpeó el escritorio de Eloise, "No tenemos una cárcel" levantó las manos ,"¿Por qué no tenemos una cárcel, Eloise?". "¿Para qué necesitamos una cárcel?" "Oh, no lo sé. Somos la oficina del sheriff. Seguramente en algún momento del siglo pasado necesitaron una cárcel" dijo con sarcasmo. Eloise se le quedó mirando fijamente. "Has estado aquí ocho meses ¿Y es ahora que estás descubriendo que no tenemos una cárcel?". Reese se encogió de hombros. "Así que si la necesito ¿qué haremos? ¿Encerrarlos en el armario de suministros?". Eloise movió los ojos como si estuviese aburrida de la conversación. Reese arqueó una ceja, esperando. Eloise suspiró. "Hay dos celdas en el museo. Bueno, sin embargo sólo una de ellas se cierra" "¿En el museo? ¿Nuestras celdas están en el museo?" Reese se detuvo, "Ni siquiera sabía que teníamos un museo". Eloise la miró sin comprender. "Está abierto desde el Memorial Day hasta el Día del Trabajo. El edificio solía ser la antigua cárcel en aquellos días. Salieron de las celdas cuando se convirtió en museo". "Ya veo ¿Y alguna vez las hemos usado?" "No que yo sepa" Increíble, pensó Reese. Las celdas estaban en un museo. Un museo que ni siquiera sabía que existía. Negó con la cabeza y luego se trasladó a su propia oficina, deteniéndose nuevamente, "¿Dónde está Googan?". "No tengo ni idea" "Bueno ¿por qué no lo llamas por radio? Y lo despiertas" "¿No cree que él se canse de que usted lo vigile diez y quince veces al día?" "Sólo quiero asegurarme de que está bien" "Su médico le dio el alta" "No hace daño comprobar" hizo un gesto a la radio, "Llámalo ¿podrías?" "Te lo juro…" Eloise masculló entre dientes mientras cogía la radio. "¿Googan? Adelante. La jefa te busca" esperó, "¿Cuál es tu...tu…10-30?"

"Es 10-20" dijo Reese "¿Cuántas veces te he dicho? 10-20" "¿Dónde estás?" dijo Eloise desafiando a Reese para que la corrigiera. Reese caminaba detrás de su silla. "Llámalo de nuevo" dijo. Odiaba cuando él no respondía. Había regresado tres semanas atrás y sí, lo verificaba constantemente. "¿Googan? Adelante" dijo Eloise nuevamente. "Tal vez algo sucedió. Tal vez debería salir a buscarlo" dijo Reese rápidamente. Ambas levantaron la vista cuando la campana sonó en la puerta. Googan estaba allí, observándolas. Reese sonrió. "¿Ves? Te dije que estaba bien" se dió la vuelta rápidamente y se dirigió a su despacho, avergonzada. En realidad, tenía que dejarlo ir. Googan estaba bien. Su cojera era apenas perceptible. Tenía que dejar de preocuparse de que iba a salir expulsado por uno de los cañones nuevamente. Fue un extraño accidente, eso fue todo. Así que se sentó y tocó el ratón, esparciendo el protector de pantalla. No había informes que llenar, ni presupuestos para repasar. Ningún crimen, nada. Así que hizo lo que solía hacer en las tardes. Jugó solitario en la computadora. Estaba en su segundo partido, cuando Eloise gritó que tenía una llamada. "¿Qué línea?" "La única que está parpadeando" gritó Eloise desde la otra habitación. "¿Podemos al menos fingir que tenemos algún tipo de profesionalismo aquí? Tenemos un intercomunicador ¿sabes?" gritó. Levantó el teléfono. "Reese Daniels ¿En qué le puedo ayudar?". "Jefa Daniels, que bueno escuchar su voz nuevamente" Reese frunció el ceño. La voz del hombre le resultaba familiar, pero no podía ubicarlo. "Es Michael Stewart" dijo. Reese sonrió. "Sabía que había reconocido tu voz ¿Cómo diablos estás?" "Lo estamos haciendo muy bien. La temporada de esquí terminó tarde después de esa gran tormenta en abril. Y el verano está en pleno apogeo ¿Y tú? ¿Te mantienen ocupada por allá?". Ella se rió. "No, no puedo decir que lo hacen. Es muy tranquilo por aquí comparado con Winter Park". "Sin duda. En realidad, esa es realmente la razón por la que te estoy llamando. Queremos que vuelvas". La sonrisa desapareció de su rostro y se quedó mirando el teléfono ¿Volver? "¿Qué pasa con Richard?". "Oh, ellos se divorciaron. Se mudó a Denver y ahora está en algún bufete de abogados" hizo una pausa, "Cheri aún está aquí, sin embargo". "Ya veo ¿Y qué pasa con el actual jefe de la policía?"

"Provisional solamente. Él sabía que era así. Pero es un poco joven para el trabajo. Necesita más condimento. Aún no ha aprendido cómo mimar a los turistas. Nos gusta tu experiencia, Reese". Se recostó en su silla. Wow. Así de fácil, tendría su antiguo trabajo de vuelta. Si lo quería, "Bueno, te agradezco la oferta, Michael. Sabes que estoy varada aquí hasta noviembre." "¿Seguramente puedes librarte de eso?" "Tendría que ver. No me gustaría ponerlos en un aprieto" dijo. "Está bien. Haz lo que puedas. Estamos ansiosos por tenerte de vuelta" "Claro. Me pondré en contacto contigo, Michael" Sí. Así de fácil. Giró en su silla mirando por la pequeña ventana trasera hacia la calle detrás de la oficina del sheriff. Podía ver a Doris Newman caminando hacia su pequeña casa de madera con una bolsa de comestibles en sus brazos que había conseguido a Lou. Y sabía que si seguía viendo, su esposo Larry llegaría a casa de su trabajo en el rancho de Thompson alrededor de las 4:45. Y a veces, como un regalo, Larry y Doris caminaban hacia Sloan para cenar en vez de que Doris cocinara. Sabía eso sólo de verlos en estos últimos meses. No sabía que tenían un museo en el maldito pueblo, pero conocía la rutina diaria de Doris y Larry. Se dió la vuelta a su escritorio, preguntándose cuándo había sucedido, esta conexión que tenía con el pueblo y su gente. Sin involucrarte ¿recuerdas? Un año de exilio, luego de vuelta al mundo real. Estas personas estaban bien antes de que llegara aquí y estarían muy bien cuando se fuera. Se frotó los ojos. Dejar a Morgan sería lo más duro, por supuesto. Había estado temiendo esto en realidad. Nunca lo discutieron, pero siempre estuvo allí. Noviembre daba golpecitos en la puerta. Michael Stewart no quería esperar hasta noviembre. Él la quería ahora. Pero a pesar de que sabía que ellos podían colocar a Googan nuevamente en el puesto, no estaba dispuesta a irse. No estaba preparada emocionalmente para irse, tan temible como era. La verdad era que no estaba dispuesta a dejar a Morgan. Bueno, tenía que hablar con ella. Tenía que decírselo. Tal vez podía tantearla y ver cómo tomaba la noticia. Si Morgan actuaba molesta o decepcionada, entonces tal vez Reese pudiese considerar la idea de quedarse en Lake City un año más. ¿En qué estoy pensando? Era Winter Park. Su trabajo ideal. Tendría que estar loca para rechazarlo.

CAPÍTULO 40 Reese encontró a Morgan en la cubierta posterior de la cabaña, con una copa de vino. Sonrió al ver los dos filetes ya sazonados, a la espera de que el carbón se calentara. "¿A qué se debe la ocasión?" preguntó mientras se inclinaba y besaba a Morgan en los labios. "Es solo que está tan hermoso aquí afuera" dijo Morgan, "Y no aprovechamos la mesa de picnic lo suficiente" agarró la mano de Reese mientras pasaba a su lado y la apretó, "¿Tuviste un buen día?".

Reese se rió. "Sí, pero sería bueno tener un crimen de borrachos o algo de vez en cuando" agarró la botella de vino y llenó el vaso que Morgan había colocado allí para ella. Llenó el de Morgan también. Se dió cuenta que su mano temblaba mientras ponía la botella hacia abajo. Estaba nerviosa. Mucho más nerviosa de lo que debería estar. Se sentó junto a Morgan, acercando la silla de la cubierta. Y tan natural como podía ser, sus manos se tocaron entrelazando sus dedos. Dios, iba a extrañar esto. Pero no tenía sentido posponerlo. Respiró profundamente, tratando de calmar sus nervios. "Recibí una llamada hoy" dijo tan tranquilamente como le fue posible, "Desde Winter Park" sintió que los dedos de Morgan se apretaron ligeramente contra los suyos. "¿Oh, sí?" "Parece que el alcalde y su esposa se divorciaron. Él se mudó a Denver, y, bueno, quieren que vuelva". Miró a Morgan, tratando de juzgar su reacción. La sonrisa alegre que Morgan le dirigió no pudo ocultar el temor en sus ojos. "¡Qué maravilla! Sé que te gusta allí" Reese asintió. "Sí, así es. Y conozco a la gente de allí" "Bueno, creo que eso es genial" apretó la mano de Reese. "Y sabes, tal vez tú y la esposa del alcalde puedan intentarlo otra vez" bromeó. Reese no dijo nada mientras Morgan se levantaba. Señalando los filetes. "¿Te importaría ponerlos? Quiero tomar una ducha rápida" Reese asintió. "Por supuesto" No sabía qué pensar de la reacción de Morgan. Su alegría era forzada, se había dado cuenta. Pero había pensado que quizás Morgan podría pedirle que se quedara. Oh, bueno. Tal vez había leído demasiado en su relación. Quizá Morgan no iba a estar tan molesta después de todo cuando se fuera. Tal vez ni siquiera la extrañaría.

Morgan apenas pudo llegar al baño antes de que su corazón se rompiera por completo. Se apoyó en el mostrador, respirando profundamente. No se suponía que la hiriera tanto. No era que no lo esperaba. Pero era julio. Tres meses más por vivir con el conocimiento de que Reese regresaría a Winter Park. Encontró sus ojos en el espejo, dejando que sus lágrimas cayeran sin incluso tratar de detenerlas. Los corazones rotos merecían lágrimas, por lo menos. Pero cuando las lágrimas se volvieron sollozos, rápidamente se quitó la ropa y se metió en la ducha, dejando que el agua caliente lavara sus lágrimas. No tenía idea de cómo iba lograr superar la cena. Apenas podía lograr superar la ducha.

Sollozó nuevamente, apoyada contra la pared y envolviendo sus brazos alrededor de ella, rezando porque el dolor se fuera. No ocurrió. Superar los formulismos de la cena había sido lo más difícil que había tenido que hacer. Tratando de lucir como si todo estuviese perfectamente normal, perfectamente bien. Tratando de mantener una conversación sin llorar. No podía mirar a Reese. Sabía que si la miraba a los ojos, se vendría abajo. Sabía que actuaría como una completa tonta rogándole que se quedara. Así que puso buena cara, sonriendo al máximo como sabía hacer ya que era la única manera de evitar el llanto. Reese no hizo comentarios sobre su comportamiento. De hecho, Reese parecía demasiado tranquila. Tal vez porque Morgan estaba charlando, sacando temas de la nada, cualquier cosa para evitar una pausa en la conversación donde tuviesen que hablar de algo importante. Como la ida de Reese. Y más tarde, después de que ambas habían empujado la comida alrededor de sus platos, después de que ella había limpiado la cocina mientras Reese se duchaba, se metió en la cama junto a Reese, moviéndose hacia sus brazos, disfrutando de lo que sabía iba a ser su última noche juntas. Simplemente no podía seguir adelante fingiendo por más tiempo. No, tenía que terminar esta aventura. No creía que pudiera sobrevivir si no lo hacía. Incluso ahora, mientras Reese las giraba, acomodando su peso entre sus muslos, Morgan sintió que su corazón se rompió un poco más, sintió que las lágrimas llenaban sus ojos. Atrajo a Reese acercándola, dejando que sus labios se movieran a través de su piel, memorizando su sabor y su olor. Cerró sus ojos. Te amo. Pero no dijeron palabras mientras se hacían el amor la una a la otra. Las manos de Reese eran fuertes y familiares, mientras se movían sobre su cuerpo, tocándola en todos los lugares secretos que sólo Reese conocía. Morgan sintió una lágrima deslizarse por su rostro mientras Reese chupaba su pecho, amándola con suavidad y ternura. Morgan se arqueó contra ella, abriendo sus piernas, invitando a Reese a estar dentro de ella. Cuando los dedos de Reese la llenaron, se movieron juntas lentamente, sin esfuerzo. Morgan alejó la boca de Reese de su pecho, llevándola hacia sus labios, su lengua se deslizó sobre la lengua de Reese antes de chuparla dentro de su boca. Escuchó gemir a Reese, sintiendo que sus caderas saltaban violentamente forzando que los dedos de Reese entraran más profundamente en ella. Quería hacer que durara, quería sentir a Reese dentro de ella para siempre, pero muy pronto su orgasmo amenazó con aparecer, sus caderas se movían cada vez más rápido mientras Reese rítmicamente empujaba dentro de ella. Pero Reese se detuvo repentinamente, alejando sus dedos a medida que bajaba por el cuerpo de Morgan. "Sí" suspiró ella, "Con tu boca" Esto, también, no tendría tiempo para saborear. Reese tomó sus caderas, atrayendo a Morgan hacia su boca que esperaba. Pero Morgan estaba tan lista, tan cerca, que el más breve toque de la lengua de Reese la llevó al límite. Apretó sus piernas firmemente, manteniendo a Reese en ella, gritando mientras Reese succionaba su clítoris dentro de su boca.

"Oh, Dios, Reese" gritó, su cabeza cayó sobre la almohada cuando Reese continuó succionándola. Cerró sus ojos con fuerza, cediendo a la sensación de la boca de Reese en ella, al movimiento de su lengua en su interior. Se corrió nuevamente, levantando sus caderas de la cama, apretándose contra la boca de Reese mientras Reese drenaba el último aliento de ella. "Reese…" susurró, su voz ronca por las lágrimas retenidas. Te amo. *** Morgan se movió cuando el timbre del teléfono la despertó. Reese se alejó, buscándolo a ciegas. Los ojos de Morgan se cerraron nuevamente mientras escuchaba la voz de Reese. No había ninguna emergencia, por lo que no estaba preocupada por la llamada telefónica tan temprano en la mañana. Estaba demasiado cansada. Hacer el amor les había tomado toda la noche bien pasada la madrugada. "Tengo que irme" dijo Reese cuando se inclinó y besó a Morgan, sus labios permanecieron sobre ella un largo rato. "¿Qué pasa?" preguntó adormilada. "Thompson tiene que sacar algunas vacas. Quiere que bloquee la carretera, eso es todo" Reese volvió a besarla, "Vuelve a dormir". "Uh-huh" murmuró mientras se daba la vuelta, acurrucándose contra la almohada de Reese. Nunca escuchó a Reese cuando se fue, quedándose dormida, pero despertó poco tiempo después, sintiendo el vacío en la cama. Y el vacío de su corazón. Tiró de las mantas y se puso de pie, frotándose los ojos cansados mientras caminaba vacilante hacia el baño. No haría ningún bien a quedarse aquí. Tomaría una ducha rápida y empacaría sus cosas... y volvería a casa. Salvo que sentía como si estuviese yéndose de casa. Dudaba que la pequeña casa del Servicio Forestal volviera a sentirse como su casa otra vez. Trató de no pensar mientras se movía de una habitación a otra, recogiendo sus cosas. La bata roja que colgaba detrás de la puerta en el cuarto de baño. Su cepillo de dientes. Jeans y camisetas. Algunos libros de bolsillo. La fotografía con la imagen de ella y Jackson que había traído. En la cocina, vio el sacacorchos que había comprado para no tener que utilizar nuevamente el cuchillo suizo del ejército de Reese. Sonrió mientras lo sostenía, la sonrisa pronto desapareció mientras las lágrimas tomaban su lugar. Regresó el sacacorchos, dejándolo para Reese. Echó un último vistazo alrededor, con los ojos bañados en lágrimas. No había necesidad de dejar una nota.

CAPÍTULO 41 Reese se detuvo junto a su cabaña, esperando encontrar allí la camioneta de Morgan. No había podido contactarla durante todo el día. Cada vez que llamaba, iba al buzón de voz. Finalmente consiguió a Charlie.

"Oh, ella está afuera. Sabes que el servicio celular es incierto arriba en las montañas" Así que lo dejó así, a pesar de tener esta incómoda sensación todo el día. La única cosa normal sobre la noche anterior, fue cuando hicieron el amor. Pero la cena había estado tensa, la conversación forzada. Y curiosamente, no hubo mención sobre su partida. Pensó que tal vez lo discutirían. Algo. Pero no. Morgan actuó como si Reese nunca hubiese mencionado Winter Park. Entró y cerró la puerta y todo le golpeó de inmediato. Estaba vacío. Ladeó la cabeza, escuchando el silencio. Se obligó a moverse entrando en su habitación, viendo el espacio vacío donde la fotografía de Jackson había estado. Tragó con fuerza, luego se dirigió al cuarto de baño, mirando el gancho vacío detrás de la puerta donde la bata de Morgan generalmente colgaba. "Así que, sin más" dijo. No podía creer el peso en su corazón, no podía creer lo mucho que le dolía saber que Morgan se había ido. Saber que Morgan no iba a regresar.

CAPÍTULO 42 "Esto es una locura" "Ya basta" "Sólo estoy diciendo…" "Sé lo que estás diciendo, Tina. Pero no importa. Esto es lo mejor" "Si no hablas con ella, lo haré yo" Morgan giró la cabeza. "Ni se te ocurra" "¿Así que va a ser así durante los próximos tres meses? ¿No contestarás el teléfono? ¿Te quedaras en el bosque hasta que oscurezca? ¿Berta y Charlie y yo tendremos que mentir por tí?". "Ella no es estúpida, Tina. Ella sabe por qué me fui. Y lo dejará así. Y entonces podremos fingir que nada pasó entre nosotras y nos encontraremos aquí en Sloan, seremos educadas la una con la otra y cuando llegue noviembre, se irá para siempre. Y espero que para entonces, ya la haya superado". Morgan sabía que nunca superaría a Reese, pero no iba a decirle eso a Tina. Había evitado a Reese durante dos días. Pensaba que era todo lo que Reese le daría. Esta noche, Reese la encontraría. Y no quería estar sola. Así que hizo que Tina viniese con ella a Sloan. Por supuesto hablaría en privado con Reese. Pero no quería estar sola. "Ustedes dos no habían estado aquí juntas en un largo tiempo" dijo Tracy, "¿Dónde está Reese?". Morgan miró a Tina. "Nosotras estamos como…bueno…como enfriando un poco las cosas" dijo Morgan. Tina meneó la cabeza. "Reese recibió una oferta de Winter Park para volver a su antiguo trabajo. Se marcha, por lo que Morgan la está dando libertad". "Tina, por favor" susurró Morgan.

"Es Tracy. Como si no fuese a informarle más tarde de todos modos" "¿Así que realmente se va? Pensé que ustedes dos estaban tan bien juntas. Quiero decir, parecías tan felices" dijo Tracy. "¿Felices? Sí. Sin embargo siempre supimos que era temporal. Ella igual pensaba irse en noviembre hubiese o no llamada de Winter Park" dijo Morgan. "Simplemente pensé que era mejor terminar las cosas ahora. No tiene sentido…" pero su voz se apagó cuando Reese entró por la puerta, sus ojos se encontraron a través de la habitación. El corazón de Morgan dio un vuelco y tuvo un momento difícil para recuperar el aliento. "Hola, damas" dijo Reese mientras se acercaba. "¿Te traigo una cerveza, jefa?" "Seguro, Tracy. Gracias" Reese se paró junto a Morgan, pero Morgan deliberadamente mantuvo su mirada alejada. Reese finalmente tocó su hombro "¿Podemos hablar?". Morgan quería decir que no, pero sabía que al menos le debía una explicación a Reese. Tina se movió para levantarse, pero Morgan se lo impidió, "Iremos a la mesa" dijo. Mantuvo sus manos unidas sobre la mesa, incapaz de mirar a Reese. Si la miraba, todas sus valientes palabras significarían nada. Había pasado la mayor parte del día tratando de endurecer su corazón, sabiendo que era la única manera de salir de esto. "¿Qué pasa, Morgan?" preguntó Reese en voz baja. "¿Qué quieres decir?" "Vamos, ya sabes lo que quiero decir" Morgan aclaró su garganta, sin encontrarse con los ojos de Reese. "Vas a irte pronto. Estoy segura de que tienes un montón de cosas que resolver. Embalaje por hacer". "No. No tengo mucho que empacar" Morgan finalmente la miró, tratando con firmeza el mantener su mirada fija. "Bueno, la verdad, simplemente no veo el sentido de seguir como estábamos. Quiero decir, me lo pasé bien y todo, pero es el momento de poner fin a las cosas" se encogió de hombros, "Se acabó. Tuvimos nuestra diversión". "¿Así de fácil? ¿No tengo nada que decir en esto?" Morgan trató de sonreír. "Tú pusiste las reglas del juego, Reese. Y creo que dijiste que si a una de nosotras no le gustaba, podíamos parar". Reese la miró. "¿Así que vas a parar porque ya no lo disfrutas más?" se acercó más. "¿Por eso gritabas mi nombre cuando hicimos el amor esa noche? ¿Porque ya no lo disfrutabas más?". "Sexo es sexo, Reese" dijo cruelmente, "Podemos encontrarlo en cualquier lugar. Como tú con la esposa del alcalde o yo con una linda turista. Es hora de seguir adelante" trató de ignorar el dolor

que vió en los ojos de Reese. Sus palabras herían, lo sabía. Y estaban fuera de lugar. Pero no quería ser el única sufriendo. Reese se puso de pie. "Bueno, acabas de hacer que dejar este lugar sea jodidamente mucho más fácil. Gracias". Morgan la vió marcharse, sorprendida de ser capaz de detenerse a sí misma de salir corriendo detrás de ella. Negó con la cabeza cuando Tina se acercó. No quería hablar. Se levantó lentamente, sin mirar a nadie, mientras caminaba hacia la puerta. Una vez en casa, cerró la puerta, se quitó la ropa y se metió en la cama. Y lloró. Lloró por todo lo perdido y todo lo que podría haber sido. Lloró porque estaba sola y echaba de menos a Jackson. Lloró porque su corazón le dolía como nunca antes le había dolido. Lloró porque estaba enamorada. Y lloró porque intencionadamente le había hecho daño a la única persona que más le importaba en el mundo. La persona con la que quería pasar el resto de su vida. La persona que estaba saliendo de su mundo. Así que lloró.

CAPÍTULO 43 "Lo siento, Ron, pero son sólo unos pocos meses. Googan puede manejar las cosas" "No queremos que Googan maneje las cosas, Jefa. Usted aceptó quedarse hasta noviembre" "Me ofrecieron el trabajo ahora. No puedo rechazarlo" dijo. "Mira, entiendo que Lake City no es Winter Park. Entiendo las limitaciones que tenemos aquí. Sin embargo, un contrato es un contrato. Ellos tienen su propio jefe de policía interino. Unos meses más no les hará daño tampoco". Reese sabía que Brightmen nunca le permitiría irse antes de tiempo, pero al menos quería intentarlo. Tenía que escapar. No podía dormir por las noches. No podía soportar el vacío de la cabaña. Y cada vez que veía a Morgan en el pueblo, sentía una opresión en el pecho que no entendía. Oh, diablos ¿a quién quería engañar? Lo entendía perfectamente. Lo llamaban amor, algo en lo que no tenía mucha experiencia. No debería sorprenderse de haberse enamorado de Morgan. Con todos esos meses jugando a la casita, haciendo el amor o estando juntas ¿cómo no iba a enamorarse? Los meses que había pasado con Morgan habían sido los más felices de su vida. Y habían llegado a un súbito alto. Porque Morgan no había tenido problemas dejándola. Morgan no había tenido problemas para terminar las cosas. Morgan estaba continuando con su vida. No estaba suspirando por ella. No estaba sufriendo sin poder dormir porque Reese no estaba en su cama. No le daba miedo ir a una casa vacía. No. Había terminado las cosas tan fácilmente como las había empezado sin remordimiento o dolor.

¿Por qué terminó las cosas antes de tiempo? Reese todavía no podía entenderlo. Era demasiado bueno entre ellas, a pesar de las palabras de Morgan de que sexo era sexo. Cuando estaban juntas, era todo tan correcto ¿Morgan había sospechado que Reese se había enamorado? ¿Se habría alejado Morgan por eso?.

CAPÍTULO 44 "Juro que nunca te había visto así" Morgan levantó la vista del informe de presupuesto mensual que estaba revisando y le ofreció a Charlie una débil sonrisa, "Lo siento. Voy a estar bien". "Ven a mi oficina, Morgan" Morgan respiró profundamente y soltó el aire lentamente. Charlie estaba interpretando la figura del padre, lo sabía. Pero no estaba de humor para hablar de ello. "Cierra la puerta" dijo mientras ella le siguió adentro."Ahora, ¿quieres decirme qué está pasando? He oído fragmentos de Tina y Berta, pero prefiero escucharlo de ti". Ella se encogió de hombros ."Reese se va. Terminamos cosas. Eso es todo" "Sí, he oído que Winter Park le ofreció un trabajo. Ron Brightmen dijo que Reese había llamado pidiéndole que terminara su contrato para que pudiera irse". Los ojos de Morgan se ampliaron. Wow. Reese no podía esperar para salir de aquí ¿no es así? Oh, bueno. Cuanto antes, mejor. Ella no tendría que pasar los próximos tres meses evitándola en Sloan. "De todos modos, tengo algo que quiero hablar contigo" se echó hacia atrás en su silla y sonrió, "Sabes que no estaré aquí a finales de agosto". "No tienes que recordármelo, Charlie. El calendario con la gran X sobre él lo hace muy bien". Él se rió. "Cuando te acercas a la jubilación después de casi treinta años, también estarás marcando los días". "Me alegro por tí. Realmente lo hago. Es sólo que, para nosotros, ellos van a traer un fanfarrón viejo con reglas y voy a tener que usar nuevamente esos uniformes espantosos". "Bueno, entonces ahí es donde creo que serás feliz" le pasó una carta para que la leyera. "Te he recomendado para el puesto, Morgan. Estuvieron de acuerdo". "¿Qué? ¿Yo?" miró la carta, las palabras saltaban hacia ella…promoción, gerente, nuevo presupuesto, nueva posición. Levantó la vista "¿Qué demonios?". "Te lo mereces. Pusiste tu tiempo. Además, como les indique, ya conoces la zona, conoces a la gente". "Sí, pero no sé nada sobre dirigir esta oficina, Charlie ¿Cómo voy a armar un presupuesto todos los años? Y esos malditos informes mensuales que tienes que enviar, como voy a…"

"Oh, diablos, Morgan, ya haces ese trabajo. Yo solo lo armo. Es sobre todo papeleo de todos modos. Ya lo sabes". Se puso de pie y caminó por la habitación, sin soltar la carta. Decir que se quedó sin habla, por decir que estaba sorprendida era un eufemismo. Ni siquiera se le ocurrió que la promoverían. Era muy joven, era una mujer y sólo tenía quince años en el servicio. Todos los strikes en su contra. Se volvió lentamente y le sonrió, "Maldita sea". "También logré que aprobaran un nuevo puesto a tiempo completo. Sé que no lo necesitamos en invierno, pero en verano, te pones andrajosa. Y conociéndote, no vas a sentar tu culo en la silla como yo. Vas a querer estar afuera". "Cuando comencé aquí, también estabas afuera, Charlie" Él asintió con la cabeza. "Hasta que supe que podía confiar en tí para hacer todas las cosas que se tenían que hacer". Sonrió cuando fue hacia él, inclinándose para darle un rápido abrazo. "Gracias, Charlie. Esto significa mucho para mí. Realmente es así". "Como dije, te lo mereces" "Gracias. Has iluminó mi semana miserable" Pero esa noche, mientras se sentaba sola en casa…mirando la TV que tenía en silencio…no pudo reunir el entusiasmo que había tenido al principio del día. Era una noticia que quería compartir con alguien. No con una amiga, como Tina o Tracy. Sino con un amante. Alguien que estaría orgullosa de su logro, alguien que sonreiría y la envolvería en un fuerte abrazo, alguien que le dijera que la amaba. Apagó el televisor y se tendió en el viejo sofá, cruzando las manos detrás de su cabeza mientras miraba hacia el espacio, sin poder contener las lágrimas, sin poder aliviar el terrible dolor en su corazón.

CAPÍTULO 45 Reese condujo despacio frente al Bar de Sloan, agradecida de que la camioneta de Morgan no estuviese estacionada en el frente. Con suerte, eso significaba que estaba en casa. Porque Reese no podía pasar otro día sin hablar con ella. Si Morgan quería poner fin a las cosas, de acuerdo. Pero Reese pensaba que al menos le debía una explicación. No había creído ni por un momento la excusa de que Morgan ya no lo disfrutaba. Permaneció de pie en el porche de Morgan por un largo tiempo, sorprendida por lo nerviosa que estaba, temerosa de lo que Morgan podría decirle. Finalmente respiró profundo y llamó. Esperó unos minutos más y luego volvió a llamar. "¿Morgan? Vamos. Sólo quiero hablar contigo" escuchó movimiento, pero la puerta no se abrió. "Sólo aléjate" dijo Morgan desde detrás de la puerta. "No. Quiero hablar contigo"

"Por favor, Reese. Solo vete" "¿Por qué no me hablas?" inclinó la cabeza escuchando."Mira, no quiero entrar. Podemos quedarnos aquí en el porche. Sólo quiero hablar ¿Por favor?" apoyó la cabeza contra la puerta, "¿Por favor?" pidió en voz baja. Dio un paso atrás cuando la puerta se abrió lentamente. Los ojos de Morgan estaban húmedos, su nariz roja ¿Había estado llorando?. "Te extraño" susurró, "Te extraño tanto" Morgan negó con la cabeza. "No. No hagas esto" "¿Me extrañas?" preguntó. Morgan limpió su mejilla y luego se encontró con sus ojos. "Sí. Sí, te extraño" "¿Entonces por qué? ¿Por qué estamos haciendo esto?" "Porque te vas, Reese. Por eso" "No me iré hasta noviembre" Las lágrimas de Morgan ahora caían libremente y Reese no supo qué hacer. Dió un paso hacia adelante, pero Morgan extendió la mano deteniéndola. "No. No lo hagas. Solo vete. No puedo hacer esto". "¿Por qué, Morgan?" ¿Por qué estamos haciendo esto? ¿Por qué estás llorando? "¿Crees que no voy a extrañarte cuando llegue noviembre?" Morgan intentó sonreír entre las lágrimas, "Pensé practicar primero. Tal vez en noviembre...bueno, tal vez no te extrañe tanto". Reese la miró a los ojos. "Dime por qué estás llorando" Morgan negó con la cabeza y retrocedió. "Por favor, vete ahora, Reese. No vengas más ¿de acuerdo?". "Espera" dijo Reese rápidamente metiendo la mano y deteniendo la puerta antes de que Morgan la cerrara en sus narices. Sintió como su corazón estaba siendo arrancado de su pecho, no podía soportar ver llorar a Morgan. "No. Sólo vete ¿Por favor?" "¿Te enamoraste de mí, Morgan? ¿Por eso estás llorando?" La mirada llena de dolor en el rostro de Morgan le dijo todo lo que necesitaba saber. Eso y los sollozos que la sacudieron cuando Morgan cerró la puerta. Se quedó allí de pie, escuchando llorar a Morgan, odiando sus propias lágrimas que caían. Puso su mano en la puerta, sabiendo que Morgan estaba apoyada en la puerta del otro lado. Apoyada en la puerta y llorando. Llorando por ella. Debido a que la amaba.

Se dió la vuelta, Como si estuviese en un sueño. Morgan la amaba. Ella no terminó las cosas porque estaba cansada de ella. Ella había terminado todo porque Reese le había contado de la llamada de Winter Park. Ella había terminado todo porque Reese se iba. Miró hacia el cielo nocturno, las estrellas titilaban sobre su cabeza, su brillo borroso por la humedad en sus ojos. "Morgan me ama" dijo en voz alta. Por fin sonrió, "Ella me ama y no quiere que me vaya" Condujo rápidamente a su oficina, abrió la puerta sin molestarse con las luces principales. Dentro de su despacho, sacó un pedazo de papel donde había garabateado un número de teléfono. No dudó cuando agarró el teléfono y marcó un número. "¿Michael? Es Reese Daniels" hizo una pausa, "He cambiado de idea"

CAPÍTULO 46 Por primera vez en la historia, Morgan se reportó enferma. Por un lado, se veía horrible. Tenía los ojos rojos e hinchados, la evidencia de cómo había pasado su noche. Y francamente, no podía reunir la energía para fingir que estaba bien por más tiempo. Se sentía miserable. Tan triste y miserable como nunca recordó haber estado. Una mirada a los ojos de Reese trajo la profundidad de su amor hacia la superficie y sólo sirvió para magnificar el dolor en su corazón. ¿Te enamoraste de mí, Morgan? ¿Por eso estás llorando? "Sí" susurró. Envolvió sus brazos alrededor de ella, queriendo desesperadamente…necesitando…un abrazo. Sabía que tenía que romper con esto. Sabía que tenía que superarlo. Pero en este momento, le dolía demasiado como para hacer cualquier cosa. Así que volvió a sentarse en el rincón del sofá y metió las piernas debajo de ella, mirando la pared del fondo, mirando a la nada, por temor a que se cayera a pedazos. *** Reese no podía quitar la sonrisa tonta de su rostro. Y no podía esperar estar cerca de Morgan. No contestaba su celular, pero no le sorprendía. Lo sorprendente fue la admisión de Tina de que ella se había quedado en casa enferma. Morgan no estaba enferma. Reese sabía que era por su culpa. Sabía que las lágrimas de Morgan eran por causa de ella. Y ahora estaba a punto de ponerle fin a esas lágrimas. Ayer por la noche después de haber llamado a Michael Stewart para decirle que después de todo no iba a volver a Winter Park, también había llamado a Ron Brightmen. Él estaba muy emocionado al saber que iba a quedarse. Y estaba más que dispuesto a extender el uso de su cabaña durante el tiempo que ella necesitara. Y esta mañana, muy temprano, había conducido a Gunnison y había pasado la siguiente hora tocando, agarrando y abrazando cachorros en el refugio de animales.

Miró la bola de pelos a su lado y le rascó la pequeña oreja. "Espero que tu nueva mamá no esté enojada con nosotros" ellos le habían dicho que su madre era un labrador amarillo, pero el padre era desconocido. Había cuatro cachorros en la camada y todos lucían como labradores para ella, pero el personal había sacado éste, diciendo que se parecía a su madre. Ahora sólo esperaba que su nueva madre lo amara. Se estacionó junto a la camioneta de Morgan, luego subió las ventanas un poco para que el cachorro no saltara tras ella. "No muerdas nada importante" le dijo mientras salía. El nerviosismo que sintió anoche fue magnificado diez veces más hoy. Hoy le diría a Morgan que la amaba. Hoy le pediría a Morgan que compartiese su vida con ella. Pero esta vez no vaciló cuando llamó a la puerta. Habían perdido bastante tiempo. "¿Morgan? Soy yo. Abre" volvió a llamar y luego oyó pasos al otro lado. "Por favor vete" Ella sonrió. "¿Vamos a hacer esto de nuevo? Sabes que no voy a irme, ahora abre la puerta" "No" "Por favor, abre la puerta, Zula" dijo. Finalmente, la puerta se abrió y Morgan se quedó allí, con los ojos bañados en lágrimas. "Me estás matando" susurró. "No. Nunca" Reese llegó hasta ella, "Ven aquí" "No" "Sí" dijo ella. Acercando a Morgan para abrazarla y su corazón se rompió cuando los sollozos de Morgan la sacudieron. "No llores, cariño" "Lo siento" susurró Morgan mientras se aferraba a ella. "Me estoy muriendo" Reese cerró sus ojos, sosteniendo a Morgan muy apretada, sintiéndose completa nuevamente, completa nuevamente con Morgan entre sus brazos. "No puedo dejarte" dijo, "También me enamoré de ti, Morgan" Morgan trató de apartarse, pero Reese la abrazó con más fuerza. "Cuando te dije que habían llamado de Winter Park, quería que me pidieras que me quedara. Pero no lo hiciste. Parecías casi feliz". "Oh, Dios mío. Pensé que querías irte. Fue por eso que fingí ser feliz" Morgan limpió sus lágrimas ,"¿Me amas?" preguntó con voz débil. "Con todo mi corazón" Reese levantó su rostro, mirándola a los ojos "Nunca pensé que pudiese tener esto, que pudiese sentir de esta manera sobre alguien. Nunca pensé que iba a encontrar a alguien que me amara. Nunca pensé que querría compartir mi vida con alguien. No quiero irme de aquí, Morgan. No quiero dejarte".

"Oh, Reese" susurró "Te amo. Te he amado desde hace tanto tiempo" sus lágrimas cayeron nuevamente y ella lo permitió. "Cuando dijiste que te ibas, me quería morir. Sólo quería acurrucarme y morir." "Lo siento" la besó en los labios suavemente, saboreando sus lágrimas. "Te amo, Morgan. Quiero que regreses a casa". "Sí" Morgan sonrió mientras enterraba el rostro en el cuello de Reese. "Sí" Un ladrido agudo de cachorro las separó y Morgan la miró interrogante. "Oh, sí" dijo Reese, "Me olvidé un poco de él" "¿Él, quién?" Reese le tomó la mano y la llevó hacia la camioneta "Pensé…bueno…nunca había tenido una mascota antes. Y tú tuviste a Jackson y él siempre será tuyo…" se detuvo antes de abrir la puerta, "…pensé que sería bueno tener uno juntas. Uno que pudiese ser nuestro" . Una vez más las lágrimas y Reese sonrió. "Tienes que dejar de llorar. Me estás creando un complejo". Pero Morgan se arrojó a los brazos de Reese y estuvo a punto de tumbarla. "Dios, te amo tanto ¿Un cachorro?" entonces rápidamente empujó a Reese fuera del camino mientras abría la puerta, riendo cuando recogió la bola amarilla de pelos. Reese dio un paso atrás, mirando como la pequeña lengua rosada besaba las lágrimas de Morgan y sintió que su corazón se hinchaba de emoción. Sí, se sentía tan condenadamente bien estar enamorada.

CAPÍTULO 47 Reese se quedó mirando por la ventana hacia la calle casi desierta, preguntándose si la ligera capa de nieve iba a cambiar sus planes. Morgan quería caminar por el sendero del prado hacia el río y permitir que Cody jugara un poco en el agua. Se había convertido en un ritual una vez a la semana, seguido de hamburguesas y cerveza en Sloan. Todavía estaba asombrada por lo mucho que había cambiado su vida y por lo mucho que amaba todos esos cambios. Después del retiro de Charlie, compraron su cabaña junto con dos caballos que mantenían en el Rancho de Thompson. La casa era más grande de lo que necesitaban, más grande que cualquier lugar donde alguna de ellas hubiese vivido antes, pero poco a poco se estaba convirtiendo en su lugar y ya no el de Charlie. El final del verano había sido idílico mientras ellas crecían cómodas en su amor y volvían a entrar en la rutina familiar de pasar la mayor parte del tiempo a solas, cocinando, hablando, caminando...y amándose. Y ahora el invierno estaba sobre ellas nuevamente y completaron el círculo. Sumando un miembro peludo a su familia. Se sentía como la persona más afortunada del mundo.

"Creo que voy a salir" dijo Eloise. Reese asintió. "¿Dónde está Googan?" "Si tuviera que adivinar, él ha terminado el día y debe estar en Sloan" Eloise hizo señas por la ventana, "Ella está aquí". Reese se volteó, sonriendo ampliamente cuando Morgan salió de su camioneta con Cody justo detrás de ella. "Ahora, esa sí que es una vista espectacular ¿no es así?". Eloise solo sonrió y sacudió la cabeza cuando Morgan y Cody irrumpieron por la puerta. "Hola, Eloise" dijo Morgan, "¿De salida?" "Si ¿Cómo están las carreteras?" "Oh, están bien. Fangosas" "Bueno, ustedes dos tengan una buena tarde. Nos vemos mañana, Jefa" "Conduce con cuidado" La puerta apenas se había cerrado cuando las dos se acercaron, Morgan la atrajo hacia sí para darle un beso. "Te extrañé hoy" dijo. Reese sonrió. "¿Es eso cierto?" Reese tomó sus caderas e hizo que Morgan rozara contra ella, amando el pequeño gemido que Morgan dejó escapar. "No empieces" susurró Morgan contra su boca, "Me prometiste una caminata" "Hace frío" dijo Reese deslizando sus manos hasta los senos de Morgan. "¿Qué pasa con Cody?" "Él lo entenderá" el dedo de Reese hizo círculos en el pezón de Morgan, provocando otro gemido. "Alguien podría entrar" "Voy a cerrar la puerta" murmuró entre besos. Morgan se rió. "Eres insaciable" "Estoy enamorada, Zula" Morgan se alejó un poco, mirándola a los ojos. "Yo también te amo, Clarice" dijo en voz baja mientras atraía a Reese nuevamente hacia su boca. Y así, su caminata fue olvidada y Cody también, entonces él se acomodó a sí mismo en la alfombra, esperando que su pasión fuese saciada. Reese tuvo la sensación de que hoy él tendría que esperar más tiempo de lo habitual, mientras las manos de Morgan hurgaban con torpeza en sus vaqueros.

Insaciable y enamorada. Sí, un estado maravilloso donde estar.

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