Gerri Hill - Libeth C Rangel

April 17, 2017 | Author: Lucía | Category: N/A
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NEVADA (Snow fall) Hill, Gerri CAPÍTULO 1 Se dió la vuelta en círculo, con las manos extendidas mientras estaba hundida por encima de sus rodillas en la nieve fresca. Las nubes de nieve se habían desplazado más abajo, pero aquí arriba en la montaña, el sol era brillante, el cielo azul celeste casi agobiaba sus sentidos. Dos pies de nieve fresca. Increíble. "No hay nada mejor que esto, chicas" Los dos perros huskies siberianos, con sus ojos azules inteligentes tan sorprendentes como el cielo de Colorado, se escondían en la nieve a su alrededor. Se echó a reír cuando Kia se lanzó hacia Sierra, sólo para hundirse en su vientre cuando Sierra saltó a salvo fuera de su camino. Hizo una pausa para verlas retozar, una sonrisa permanecía en su rostro. Cuando Nico había muerto, había decidido no tener otro perro. Le rompió el corazón perderlo, a pesar de que sólo había estado con ella por seis años. Pero por mucho que disfrutara de la etiqueta de solitaria que aún se aferraba a ella, extrañaba el compañerismo. Un refugio de rescate de animales en Denver encontró a estas dos, ambas menores de un año. Al principio ellas eran traviesas, tan llenas de energía y alegría infantil al estar aquí en las montañas. Ahora en su segundo invierno juntas, se había ajustado a ellas. Y ellas a ella. Levantó la vista a la montaña hacia Cooper’s Peak. Se veía cargada de nieve, pero no había vivido aquí el tiempo suficiente como para conocer la montaña. Después de casi seis años en Aspen, escondida en una cabaña de mineros remodelada fuera de la ciudad, había sentido la necesidad de alejarse aún más de las multitudes. Especialmente después de toparse con su hermano, de todas las personas, cuando trajo a su comitiva para celebrar y esquiar. Hinsdale County…el lugar menos poblado en todo Colorado…parecía perfecto para ella. Un viaje al pequeño poblado de Lake City se lo confirmaba y compró su propiedad cuatro años atrás. Construir la cabaña resultó ser un esfuerzo de dos años, pero no tenía que depender de nadie aquí arriba. Sus paneles solares y pozo de agua le daban todas las comodidades que necesitaba. Sin embargo, había cometido el error de hacer demasiados viajes hacia Lake City. Las hamburguesas en el bar de Sloan se habían convertido en un capricho y en realidad había hecho amigos, algo que no había tenido en diez años. Reese Daniels, la sheriff local y su pareja Morgan, jefe de la oficina regional del Servicio Forestal. Eran unos años mayores que ella, pero se habían convertido en sus amigas más cercanas y poco a poco la habían arrastrado fuera de su estilo ermitaño. Negó con su cabeza. Incluso ahora tenía una antena parabólica y la Internet ¿Qué clase de ermitaño tenía eso? La prueba llegó cuando les contó quién era en realidad. Había agonizado sobre eso durante semanas, ¿La tratarían diferente cuando descubrieran el nombre de su familia? ¿Estarían llenas de preguntas?. Después de todo, lo que sucedió fue hace diez años. Pero Morgan la había sacado de su caparazón y Reese era como la hermana que nunca tuvo. Así que una cálida tarde soleada en el verano pasado, en una parrillada en su terraza trasera, les contó.

"Catherine Ryan-Barrett" "¿Quién?" había preguntado Reese. Morgan estuvo a punto de escupir su cerveza "¿Es una broma?" "¿Quién?" Reese preguntó de nuevo. Ryan sonrió, luego se rió en voz alta. Los dos perros se volvieron para mirarla con curiosidad, pero los despidió con un gesto mientras caminaba tras ellos. Morgan había recordado las historias sensacionalistas. De hecho, había leído su libro. Reese, por el contrario, se limitó a decir "No me importa quién eres. Me niego a llamarte Catherine". Ryan no le dijo que su apodo de infancia era Cat; despreciaba el nombre. Pero eso fue todo. Morgan se convirtió instantáneamente en su terapeuta y Reese se convirtió en la mejor amiga que nunca había tenido. Por primera vez en su vida, tenía amigas. No amigas producto del nombre Ryan-Barrett, sino amigas de verdad. Y ellas le ayudaron a sanar. Y finalmente estaba escribiendo nuevamente, algo que había tenido miedo de intentar después de todo el escrutinio de su primera novela. Así que sí, esa mujer solitaria que vivía en la montaña se había convertido en otra cosa más que simplemente una reclusa. Estaba empezando a abrirse de nuevo. Excepto este invierno. Este invierno quería sumergirse en su escritura. Nada tan profundo como ´Bailando en la Luna´. Escrita cuando era diez años más joven, aún tenía mucho de ella. No, con lo que había estado jugando los últimos meses era mucho más ligero. Y tan pronto como Cooper’s Peak dejara caer su carga de nieve…y después de la última tormenta, que podría ser en cualquier momento...estaría atrapada en la montaña hasta el deshielo de primavera. No que no estuviese ya bien equipada. Era una caminata de tres horas a través de la nieve profunda sólo para llegar a la parte inferior de la carretera. Pero una vez que la avalancha cayera, enterraría el camino forestal hasta la primavera. El invierno pasado, había ido a los trópicos, permaneciendo allí hasta que su hermano se presentó. Mientras se llevaban bien, dos semanas de sus fiestas y sus interminables cadenas de mujeres la llevó de vuelta a las montañas. Ella se quedó con Reese y Morgan hasta que las carreteras fueron despejadas lo suficientemente alto como para que ella y los perros escalaran por la montaña hacia su cabaña. Este año, sin embargo, estaba escribiendo. Y ser atrapada aquí durante unos meses, más si quería esperar para sacar su Jeep, iba a darle el tiempo para terminar el manuscrito, eso esperaba. Pero después de su primer libro, con la emoción del Premio Pulitzer…y la polémica posterior…no estaba segura de querer publicarlo. En este momento, sólo el hecho de que estaba escribiendo era suficiente. Por ahora.

CAPÍTULO 2 "Genial", murmuró Jen, "Simplemente genial", detuvo la SUV alquilada, mirando por las ventanas en todas las direcciones, sin ver nada más que nieve, nieve y más nieve. Sin duda, este no era el camino hacia el lugar de hospedaje. Cogió el mapa, impreso sólo en último momento. Las direcciones parecían bastante simples y pensó incluso que no podría perderse. Por supuesto, sin saber dónde estaba, el mapa era inútil. "Taller de Escritores. En febrero. En las montañas" seguro, sonaba bien en papel. Miró de nuevo su teléfono. Todavía no había señal.

Salió de la camioneta, sus botas se hundieron más allá de sus tobillos en la nieve fresca. Vio una señal de carretera, su frente estaba cubierto de nieve. Se dirigió hacia ella, entonces se hundió casi hasta sus muslos; obviamente estaba fuera de la carretera, la señal aún estaba a un metro lejos de ella. Se volvió y luchó de regreso a la SUV, luego pisoteó sus botas, sacudiendo con fuerza la nieve. Mirando a su alrededor, se dio cuenta de que tenía sólo una opción. Y dar la vuelta no era una de ellas. Dejó escapar su aliento helado, luego volvió a entrar, afortunadamente por lo menos tuvo la previsión de alquilar un vehículo con tracción en las cuatro ruedas. Siguió su camino con cuidado, lentamente, dándose cuenta demasiado tarde que no tenía idea de dónde estaba el camino. Minutos más tarde, las ruedas delanteras se hundieron como una roca. "Oh no ¿En serio?" puso el carro en reversa, sólo para que las ruedas traseras giraran inútilmente.

*** Ryan frunció el ceño mientras el sol se reflejaba sobre los lentes. Llegó hasta el bolsillo lateral de su mochila y sacó los prismáticos compactos que siempre llevaba. "¿Qué demonios?" murmuró. Un SUV negro estaba enterrado por el parachoques delantero en la nieve."¿Qué idiota trataría de conducir hasta aquí?" Los perros gemían a su lado, dispuestos a seguir adelante con su caminata. Se agachó, acariciándolos distraídamente, sus ojos exploraron el paisaje blanco. Estaba indecisa. Alguien podría necesitar ayuda. Pero con la nieve fresca del otro día, incluso con las raquetas de nieve, sería una dura caminata de cuarenta y cinco minutos para llegar a la SUV. Sin hablar de que la pista forestal estaba justo en el camino de la ruta de la avalancha de Cooper Peak. Había tomado esta ruta diariamente durante la última semana, con la esperanza de presenciar la caída, pero no quería una vista tan cercana. Pensó que debieron haber seguido la ruta de las motos de nieve en la montaña. Morgan le había dicho que habían cerrado la carretera para el tráfico de vehículos, a principios de enero, después de que había dejado de palear la nieve. Exploró la zona nuevamente, sin ver ningún movimiento. Estaba a punto de seguir adelante, asumiendo que quien quiera que hubiese sido lo suficientemente loco como para conducir aquí arriba en la montaña, había caminado de regreso por la misma ruta, entonces un destello azul le llamó la atención. Se colocó los prismáticos nuevamente, centrándose mucho más allá de la SUV. "Hey", gritó, agitando los brazos "¡Hey! ¡Sal de ahí!", la persona se detuvo, mirando a su alrededor buscando el sonido de su voz, "Aquí" gritó Ryan agitando los brazos. El idiota finalmente la vió y le devolvió el saludo. Ryan bajó los binoculares con un movimiento negativo de su cabeza, "Malditos turistas" murmuró, "Vamos, chicas" Los perros corrieron delante de ella y esperó que no estuviese poniendo en peligro la vida de todos. Caminó tan rápido como sus raquetas de nieve le permitieron, sin dejar de indicar con señales a la persona que se dirigiera hacia ella y lejos de la ruta de avalanchas. Echó un vistazo a la montaña, viéndose demasiado cerca del borde del canal. La montaña estaba abultada con la nieve y hoy con la temperatura tan caliente, junto con el viento, hacían que las condiciones fuesen

propicias. Podría haber sido su imaginación, pero pensó que sintió un ligero temblor bajo sus pies, su corazón retumbó con nerviosismo en respuesta. "Vamos", le gritó "Por aquí ¡Date prisa!" "Lo estoy intentando" Ryan negó con la cabeza. Una mujer. Figúrate. Ahora estaba más cerca. A quince metros por lo menos, pero Ryan no quería arriesgarse a bajar más la cresta. Vio a la mujer luchando por caminar en la nieve, hundiéndose cada vez hasta sus rodillas. Cuando se detuvo a descansar, Ryan dio un par de pasos en su dirección. "Vamos", dijo en voz alta. La mujer puso las manos en sus caderas, "¿Cuál es la prisa?" "Está en la maldita ruta de una avalancha, ésa es la prisa", le gritó. Los ojos de la mujer se ampliaron, entonces, después de una rápida mirada a su espalda, se apresuró a subir la colina hacia Ryan, usando sus manos para mantener el equilibrio en la nieve. Los dos perros corrieron a su encuentro, ladrando como saludo. Ryan bajó unos cuantos metros, tendiéndole la mano a la mujer. Ella la tomó y Ryan casi la arrastró arriba de la colina y sobre la cresta. "Camina sobre mis huellas", dijo rápidamente, "Tenemos que largarnos de aquí" Lo único que escuchó fue la respiración entrecortada y el crujido de la nieve mientras regresaba sobre sus pasos. De repente se detuvo, sintiendo un temblor definido, luego otro. "Oh mierda", murmuró, "¡Corre! ¡Ahora!" Los perros parecían saber que el peligro era inminente, ya que ambos ladraron frenéticamente, yendo y viniendo hacia Ryan, luego lejos de ella. "Lo sé, lo sé" dijo. Tuvo la tentación de quitarse las raquetas de nieve, pero cada segundo era valioso. Sus muslos ardían mientras se concentraba en cada paso. Sus zapatos ahora estaban cubiertos de nieve, pero no se detuvo para limpiarlos ,"Vamos" gritó a sus espaldas, "No hay tiempo que perder" "No puedo", gritó la mujer "Mis piernas tienen calambres" "Jesús" susurró Ryan. Se dio la vuelta, tomando nuevamente la mano de la mujer y tirando de ella hacia arriba."Aguanta o ambas vamos a morir" dijo, su mirada se encontró directamente con la de la mujer por primera vez. Se encontró con ojos tan azules como los del cielo de la montaña, ojos inundados de miedo, "Ahora, vamos" La mujer asintió con la cabeza, su mano enguantada agarraba con fuerza la de Ryan. No habían avanzado más de tres metros cuando escucharon un ruido sordo. Se detuvo, su mirada se dirigió hacia la parte superior de Cooper’s Peak. Literalmente, pudo ver el movimiento de la montaña. Estaban cerca de una hilera de árboles, abetos y pinos dispersos que punteaban el paisaje. Esperaba que los árboles indicaran que estaban fuera de la trayectoria de la avalancha inminente. Otros dos pasos y se hundió más allá de sus muslos, sus raquetas de nieve rasparon el lado de

una roca enterrada. Empujó a la mujer delante de ella, señalando los árboles de abeto dispersos en frente de ellas. "Ponte detrás de ellos", le instruyó, aunque sabía que el árbol les ofrecía poca protección si la avalancha arrasaba su camino. Toda la montaña comenzó a temblar, el murmullo se convirtió en un rugido furioso. Sus manos seguían agarradas firmemente, pero los ojos de Ryan estaban pegados en el espectáculo. Los perros gemían a su lado y con la mano libre los acercó hacia ella. Vió con asombro como la nieve caía, corriendo por la ruta a una velocidad increíble, cubriendo todo a su paso por cientos de pies. Un silbido de aire frío les golpeó cuando la nieve pasó frente a ellas. Tan rápido como empezó, así terminó. Siguió un extraño silencio. Era consciente de la ausencia del sonido de los arrendajos parlanchines y cascanueces. Incluso los carboneros que constantemente revoloteaban entre los árboles no estaban por ninguna parte. "Wow" Ryan se volteó, descubriendo que la mirada de la mujer aún permanecía en la masa de nieve que ahora llenaba la grieta de la montaña, un espacio en el que habían estado luchando unos minutos antes. Una parte de ella se alegraba de haber tenido a alguien para compartir este momento, alguien además de los perros. Pero la realidad de la situación la golpeó. Se apartó de la mujer, sus cejas se unieron. "¿Estás loca?" La mujer parpadeó varias veces, como si considerara la pregunta literalmente. "Eso parece", se movió de detrás del árbol, haciendo una pausa para acariciar a una danzante Sierra antes de limpiar la nieve que se aferraba en sus pantalones, "Parecía una buena idea en ese momento" "¿Qué? ¿Cruzar la barricada que bloqueaba el camino? ¿Conducir por un camino cerrado, en primer lugar?" La mujer frunció el ceño. "¿De qué estás hablando? ¿No eres del hospedaje?" Fue el turno de Ryan para fruncir el ceño. "¿Hospedaje? ¿El hospedaje de Patterson?" "Sí. Estoy registrada allí para un taller" Ryan negó con la cabeza. Increíble. "Está al otro lado de las montañas…" dijo señalando "…estás a unos ocho kilómetros de distancia. En coche, estás a unos quince kilómetros más o menos", se encogió de hombros, "O seis u ocho semanas, mejor dicho" "¿Qué?" Ryan comenzó a escalar lentamente la montaña, silbando a los perros para que la siguieran. Oyó que la mujer luchaba detrás de ella. "Espera un minuto, ¿Qué quieres decir con seis u ocho semanas?" Ryan se dió la vuelta, enfadada. Señaló hacia abajo, donde el coche de la mujer había estado. Donde todavía estaba. Sólo que ahora estaba sepultado por un montón de nieve "¿Qué vas a

hacer? ¿Conducir fuera de aquí?", Ryan siguió adelante, "Estás atascada aquí" expresó por encima de su hombro. "¿Atascada?" "Sí, atascada. Varada. Aislada por la nieve" "¿Podrías esperar un minuto? ¿Por favor?" Jesús. Todo lo que Ryan podía pensar era en que sus planes de soledad habían sido destrozados. Porque una mujer idiota se había perdido. Así que se detuvo, esperando que la mujer la alcanzara. Sin embargo, su ira se desvaneció al ver esos ojos celestes llenos de temor. "Lo siento, pero ¿dónde estamos exactamente? Y...y ¿quién eres?" Fue entonces cuando Ryan notó la mochila sobre su hombro y lo que parecía ser el maletín de una laptop guindando alrededor de su cuello. Le quitó la mochila, sorprendida por el peso de la misma. Al menos la mujer había pensado sacar algo de su coche. "Ese es el Cooper’s Peak", dijo señalando la montaña detrás de ellas, "Mi cabaña está en la siguiente cresta. Estamos a unas quince millas al sur de Lake City. Mi nombre es...Ryan" "Soy Jennifer Kincaid" dijo ella, "Todos me llama Jen", inclinó la cabeza. "¿Ryan? ¿Ese es tu apellido?" Ryan levantó la comisura de su boca rápidamente, luego comenzó a caminar "Es sólo Ryan" dijo.

CAPÍTULO 3 Jen se detuvo en seco, mirando la incitante brizna de humo dando vueltas por encima de la cabaña. No estaba segura de lo que esperaba. Bueno, sí, lo estaba. Esperaba una clase de cabaña sencilla, de una sola habitación, para un fin de semana. Nada tan elaborado. Ryan se dio la vuelta, haciendo un gesto hacia la puerta que estaba protegida por un fuerte bastidor de techo. La nieve se amontonaba alrededor a un metro de altura. "¿Vienes?" Jen vaciló "Este es... ¿este es el lugar donde vives?" "Uh-huh" "¿Sola?" "Bueno, con las chicas" dijo mirando a los dos perros que esperaban pacientemente en la puerta. Jen miró a su alrededor, sin ver nada más que blanco. Incluso los árboles todavía estaban cubiertos de nieve reluciente "No veo un camino" dijo. "No", Ryan se encogió de hombros. "Bueno, hay una pequeña carretera para el Jeep que utilizo para llegar a la carretera forestal, pero está cubierto con nieve dura. Al menos hasta mayo"

"Entonces..." dijo ella. "¿Entonces?" "Entonces ¿qué significa eso? ¿Mayo?", se dió cuenta que Ryan estaba perdiendo rápidamente la paciencia con ella, pero no conocía a esta mujer. Podría ser una asesina en serie o algo así. "Mayo es cuando puedo lograr sacar mi Jeep y conducir hasta el camino forestal. Ya sabes, por el que ibas manejando. El que estaba cerrado. El que tenía una barricada atravesándolo. Así, los idiotas no conducirían por aquí en esta época del año quedando atascados. Eso es lo que quiero decir, ¿Así que vas a venir o no? Tengo frío y está empezando a nevar otra vez" Está bien, así que la palabra "idiota" era para ella. Respiró profundo y asintió. Realmente no tenía otra opción. La oscuridad estaba casi sobre ellas. Levantó la vista, viendo la espesa nieve caer a su alrededor. Imitó a Ryan, haciendo una pausa para pisotear sus botas, librándose de la nieve. Las raquetas de nieve que Ryan había usado anteriormente estaban colgando de un gancho junto a la puerta, los palos puestos en una esquina. Ryan le entregó silenciosamente su mochila, luego cerró la puerta detrás de ellas. Estaba maravillosamente cálido adentro. Jen siguió a los perros hacia la fuente de calor…una estufa negra de hierro fundido estaba escondida en una esquina. Dejó caer su mochila en el suelo y se quitó los guantes, extendiendo las manos para calentarlas. No se había dado cuenta de lo fría que estaba hasta que estuvo dentro. Ryan se unió a ella, haciendo una pausa para quitarse el gorro de lana. Su cabello oscuro estaba greñudo y rebelde, así que lo único que hizo fue correr sus dedos a través de él un par de veces. Jen la miró, notando en ese momento lo atractiva que era. Jen, también, se quitó la gorra, quitando la nieve aferrada que cayó a la estufa con un chisporroteo. Ryan la miró, su mirada se deslizó desde la parte superior de su cabeza hacia su rostro. Jen siguió con su mano, tratando de poner cierto orden a su cabello. "Lo siento" dijo Ryan "No debí haberte llamado idiota" Jen sonrió. "Bueno, supongo que es la verdad. Apesto con los mapas y las direcciones. Estaba tan segura de que estaba en el camino correcto" "Técnicamente, lo estabas. Durante el verano, la carretera forestal cruza la montaña y las faldas de Cooper’s Peak. Es un buen atajo para mí cuando voy a la ciudad. Y el hospedaje no está demasiado lejos de la carretera, por lo que tendrías que seguir subiendo cerca de Slumgullion Pass. En el camino pavimentado" "Entonces... ¿entonces vas al pueblo?", Ryan simplemente enarcó las cejas "Quiero decir, viviendo aquí así, asumí que eras...como una ermitaña..." dijo Jen con timidez. Ryan rió brevemente. "Prefiero el término…solitaria. Ermitaña suena demasiado a una vieja loca" "Está bien, pero es esencialmente la misma cosa" dijo Jen. "¿Y tú punto es?" Jen alejó sus ojos de su mirada intensa. "Sólo curiosidad en cuanto al por qué" dijo.

"No me gusta la gente" Jen dio un paso lejos de ella. "Ya veo" dijo en voz baja. Ryan levantó las manos. "Soy inofensiva. Lo prometo" Jen la miró sospechosamente. "¿Y realmente estoy atascada aquí?" "Me temo que sí. Cooper’s Peak suelta su carga de nieve cada año. Es por eso que cierran la carretera" "Había una barra de metal a través del camino, sí. Pero el rastro le daba la vuelta y se veía usado" explicó. Por supuesto, en ese momento, debió haber prestado más atención. Estaba demasiado concentrada en no perderse. "Los corredores de motos de nieve lo utilizan ya que está cerrado a los vehículos" dijo Ryan, "Pero la avalancha sepulta el camino…como lo hizo con tu SUV…y ellos no se molestan en palear el camino de abajo hasta la primavera" "Está bien, lo siento, pero ¿Qué significa todo eso?, además del hecho de que soy una idiota" dijo ella. "Salvo por un helicóptero de rescate, significa que estás atrapada aquí hasta que se despeje el camino de abajo. Aún así tendrías que bajar caminando. Como he dicho, el camino hasta aquí arriba no será liberado hasta mayo. Pero pienso que a mediados de abril, el camino de abajo estará aceptable" ¿Abril? "¿Dos...dos meses?" "Me temo que sí". Ryan se alejó de la estufa, indicándole la zona de la cocina, "¿Puedo ofrecerte algo de beber?" "En realidad, necesito hacer pis" Jen admitió, mirando a su alrededor y preguntándose si la cabaña contenía instalaciones modernas. La cocina parecía estar completamente funcional. "Por aquí" dijo Ryan. Jen la siguió por un corto pasillo con dos puertas. Ryan abrió una, revelando un gran cuarto de baño contemporáneo. Jen asumió que el otro sería el dormitorio. Cerró la puerta tras ella y se apoyó en ella por un momento. La realidad de su situación la golpeó con toda fuerza y sintió que el pánico la atrapaba. Si Ryan no hubiese llegado, probablemente hubiese sido atrapada en la avalancha y estaría muerta. Y, si hubiese sobrevivido ¿entonces qué? Con temperaturas bajo cero, probablemente no habría superado la noche. Pero allí estaba, en una cálida cabaña a punto de utilizar un inodoro, en el medio de la nada. Más allá de la civilización. Compartiendo espacio con una "solitaria". Y dos perros. Durante seis semanas. Posiblemente ocho. Se encontró con su reflejo en el espejo, la incertidumbre y el pánico dando paso al temor. ¿Podría sobrevivir el estar atrapada aquí por dos meses?

CAPÍTULO 4

Ryan de pie en la ventana, contemplaba el infinito paisaje blanco, las espesas nubes de nieve marcaban el comienzo de la oscuridad más temprano de lo normal. Podría ser peor, pensó. Pudo haber rescatado a un presuntuoso, desagradable hombre de veinte años de edad. O a una abuela. Así que, sí, podría haber sido peor. Sin embargo, era un enredo en sus planes. Echó un vistazo a su escritorio, sus ojos aterrizaron en su laptop. Suponía que todavía podría escribir algo. Tal vez Jennifer Kincaid no era una entrometida que hiciera un montón de preguntas. Ella tenía su propia laptop. Tal vez podría entretenerse por su cuenta. Se volvió al oír que la puerta del baño se abría. "Gracias" Ella simplemente asintió con la cabeza y volvió a su vista. Sintió cuando Jen se colocó a su lado. "Esto es increíble ¿Tú lo construíste?" Ryan asintió "Tomó dos veranos. No es enorme, pero los trabajadores sólo pudieron trabajar por cinco meses cada verano", dió un paso atrás, decidiendo darle una rápida descripción de la cabaña y acabar con eso de una vez. "Tengo paneles solares en el techo y una serie de baterías para el funcionamiento de los aparatos y luces. Tengo propano para que funcione el calentador de agua caliente, secadora y estufa", hizo un gesto hacia las ventanas "Todas estas ventanas enormes dan al sur y al oeste para optimizar la luz natural. Por regla general, no enciendo ninguna luz hasta el anochecer. Tengo un par de turbinas de viento pequeñas lejos de la montaña. Nada del otro mundo pero ayudan a recargar las baterías. Y tengo un generador para esos días de nieve prolongados cuando los paneles solares no sirven para nada", fue hacia la cocina y abrió el grifo y rápidamente lo cerró "Agua potable. Tengo un pozo con una bomba de energía solar. Y una antena parabólica para la TV y la Internet", se encogió de hombros "Todas las comodidades del hogar" Jen sonrió. "Vaya ermitaña que eres…" dijo en broma, "¿Así que eso significa que tenemos acceso a e-mail?" "Sí, pero no por el momento. Después de una tormenta de nieve, la antena está cubierta. Se necesita un día o dos para que la nieve sobre ella se derrita", explicó. "Lo mismo ocurre con los paneles solares. Tengo escalones construidos hacia el techo para poder llegar hasta allí y barrerla. La antena, sin embargo, está en una torre, por lo que no puedo llegar a ella" Jen asintió. "Sólo necesito hacerle saber a alguien que estoy bien. Supongo que, cuando no aparezca en el hospedaje, van a llamar a mi agente o a alguien" "¿Tu agente?" "Sí. Iba a un taller de escritores" Ryan la miró ¿Es una escritora? Sí, esto solo empeoraba.

*** "Así que, una escritora ¿huh? ¿Has publicado?"

Jen asintió y tomó la taza de café que Ryan le ofrecía. "Gracias. Y sí, he publicado. Escribo libros de auto-ayuda" dijo, "Bueno, tres hasta ahora. Sé que no soy un genio literario, pero realmente quiero escribir una novela" sonrió tímidamente, "Quién no ¿verdad? Tengo una idea para una, sólo que no sé muy bien cómo hacerlo. Es por eso que me inscribí en el taller. Un mes de intensa instrucción práctica" "¿En el hospedaje de los Patterson?" Ryan preguntó dubitativa. No podía imaginar quien vendría hasta acá arriba para enseñar ese tipo de clase. En febrero, nada menos. "Sí. Está patrocinado por el Grupo de Escritores de Colorado. Tienen un gran cartel de instructores calificados". Jen tomó un sorbo de su café, su mirada se encontró con la de Ryan por encima de su taza "Un mes. Sólo ficción. Enseñan varios formatos, estructuras y técnicas. Desarrollo del personaje y diálogo" arrugó la nariz, "Apesto con el diálogo" "¿Así que has tratado de escribir antes?" "Sí. Tratar es la palabra clave. Como he dicho, sólo he escrito libros de autoayuda" El instinto de Ryan le dijo que llevara la conversación a otro lugar, pero sentía curiosidad. Jennifer Kincaid estaba casi rebosante de entusiasmo. Algo que ella misma tuvo alguna vez. "Entonces ¿cómo hace uno para escribir un libro de autoayuda?" "Investigación, investigación y más investigación. Especialmente si no tienes las iniciales después de tu nombre" "¿Cómo doctorado o MD?" "Exactamente", Jen agarró el tazón de azúcar y añadió una pequeña cantidad a su café. "Pero en realidad, tuve la idea después de leer uno de los libros de Sara Michael", levantó la vista "¿Sabes quién es? Ella es de Denver" Ryan negó con la cabeza "No" "¿Te acuerdas que hace varios años, el senador Michael fue candidato a presidente? Era un psicópata y trató de matar a su hija ¿Te acuerdas?" "Oh, sí. La hija lesbiana", dijo Ryan. "Estaba de excursión con un grupo de mujeres en la zona de Collegiate Peaks" "Sí, era ella. Su trabajo se desarrollaba en un centro de Denver, donde las personas, la mayoría mujeres…iban a clases sobre cómo ser mejores. Ella es muy popular. En fin, he leído alguno de sus libros", se encogió de hombros. "En realidad, todos los libros de autoayuda son más o menos lo mismo. Así que pensé ¿por qué no puedo escribir uno?" Ryan mantuvo su sonrisa oculta, sorprendida por lo franca que estaba siendo Jen. "¿Así que le robaste sus ideas?" Jen se rió. "No exactamente. Mis libros tienden a inclinarse hacia la meditación y la paz interior para ayudar a hacer frente a los problemas diarios de la vida. Ya sabes…el trabajo, las finanzas, el cónyuge, los hijos. Está dirigido a las mujeres, por supuesto. Mi mensaje es tomar tiempo para ti misma" dijo, "Y el uso de la meditación…y el yoga…para aprovechar esa energía mágica que todos llevamos dentro. Animo a las personas a tomar por lo menos una hora de cada día que no

implique el trabajo o el hogar o su cónyuge o hijos. Una hora sólo para ti", la sonrisa de Jen era contagiosa, "¿No suena maravilloso?" Ryan arqueó una ceja con escepticismo. "¿Y escribiste un libro sobre eso?" "Sí. Increíble ¿no es así?" "¿Y la gente lo compró?" "Sí. Los libros de autoayuda están de moda" "Y ¿así que eres una experta en meditación y esas cosas?" Jen apartó el flequillo fuera de su frente y suspiró. "Está bien, aunque mis intenciones eran buenas, voy a admitir que no, no soy una experta. ¿Quién lo es? Quiero decir, he tomado parte de mis clases de yoga. He leído infinidad de libros sobre meditación y los beneficios de aprovechar tus propios recursos, tu propia energía. Sé de lo que estoy hablando”, dijo casi a la defensiva. "Así que ¿repites mecánicamente la información?" "¿No es así en todo? Solo estás reformulando, calificando algo diferente. Quiero decir, mira todas las dietas populares. Baja en carbohidratos aquí y baja en carbohidratos allá. Al mismo tiempo, sin embargo, puedes comprar diez o doce libros diferentes. Lo único que hacen es simplemente pellizcar algunas cosas. Mis libros no son diferentes" "¿Estás diciendo que cualquiera podría escribir un libro de autoayuda?" "Exactamente" "Pero si no funciona ¿no pierdes credibilidad?" "Ese es el secreto. Si funciona o no depende del lector. Como autora, lo único que prometo es que si se siguen las instrucciones en su totalidad, entonces funciona" "Ya veo. Y como autora, haces que sea virtualmente imposible de seguir por completo para cualquier persona, por lo que estás fuera del gancho", Jen volvió a sonreír y Ryan descubrió que no era inmune a su entusiasmo...o su belleza. Era absolutamente adorable. "¿Ves? También puedes escribir uno. Los lectores que lo siguen casi en su totalidad, obtienen resultados ¿Cómo podrían no hacerlo? Pero si no consiguen lo que se les prometió, se culpan a sí mismos. Porque no lo siguen al cien por ciento. Y francamente, la mayoría comienza como frenéticos, para luego permitir que la vida real vuelva a entrometerse. Así que, el fracaso, una vez más, es por ellos" "Suena simple" "Lo es. Como he dicho, todo el mundo puede escribir uno. Pero no cualquiera puede escribir una novela real. Por lo tanto, allí está el taller de escritores", estaban en silencio, solo bebiendo su café. Entonces Jen dejó su taza y cruzó sus manos juntándolas "¿Qué pasa con este helicóptero de rescate que mencionaste?"

Ryan se encogió de hombros. "A esta altura, tendrían que esperar que las condiciones del viento fuesen óptimas. Pero ya que no es una emergencia médica, no estoy segura de qué tipo de prioridad tendrías. Sería bastante caro también" "Ya veo. Entonces, estoy realmente atascada" "Estás realmente atascada" "Pero tú estás atascada intencionalmente ¿cierto? Quiero decir, has dicho que la carretera para tu Jeep está cubierta de nieve hasta mayo" "Bueno, como he dicho, soy una…" "Una solitaria. Correcto" dijo Jen, "¿Cuál es tu historia?", Ryan se quedó inmóvil, incapaz de mirarla a los ojos. Después de pasar casi diez años escondiéndose del público, sólo ahora empezaba a sentirse casi normal. Bueno, tan normal como una vida solitaria pudiese ser. No tenía ganas de volver a vivir la humillación de la polémica que se desató después del Pulitzer. Pero en lugar de decirle a Jen que se metiera en sus propios asuntos, fingió indiferencia. "No hay ninguna historia" "Tiene que haber una historia. Estás viviendo aquí, aislada. Intencionalmente, al parecer. Quiero decir, permitiendo ser atrapada por la nevada y todo eso" Ryan dio unos golpecitos con los dedos sobre su taza, tratando de parecer desinteresada "Te lo dije, no me gusta la gente" Jen sonrió "Lo olvidas. He investigado toda esta mierda hasta la muerte. Eso de que sólo no me gusta la gente no es una razón para todo esto" dijo agitando las manos en la cabaña "Los ermitaños...o solitarios, como prefieras…quieren retirarse de la sociedad. Sólo quieren desaparecer" "¿Sí? ¿Y?" "Si ese fuese realmente el caso, no tendrías una antena parabólica de TV. Y no te molestarías con la Internet" "No necesariamente quiero olvidarme del mundo, sólo quiero que él se olvide de mí" Jen se encogió de hombros "Mencionaste que vas al pueblo y que conocías el hospedaje por su nombre. Eso me dice que no eres tan solitaria como pretendes" Ryan la miró, sabiendo que no tenía réplica a su declaración. Miró hacia otro lado, sin decir nada. Si este era el preludio del tipo de conversaciones que mantendrían las próximas semanas, podría muy bien lanzarse por el cañón. Así que se puso de pie, mirando hacia los perros, ambos dormían cerca de la estufa. "Debería comenzar la cena" dijo bruscamente. "Oh, ni siquiera había pensado en eso" dijo Jen. "Lo prometo, no como mucho" "Tengo un montón. Las despensas están llenas. Seis semanas, incluso ocho, no es tanto tiempo, ya sabes"

"Habla por tí", dijo Jen riendo. "Debemos tener Internet nuevamente en un día o dos. Esperemos que eso te mantenga ocupada" "¿Qué hay de tí? ¿Qué haces para mantenerte ocupada?" Ryan no pudo dejar de darle un rápido anhelante vistazo a su laptop. Necesitaba escribir. Se volvería completamente loca si no lo hacía. Estaba consiguiendo una buena idea de la historia y tenía palabras rebotando en su cabeza, pidiendo salir. Pero eso no era algo que pudiera anunciar. "Tengo un montón de tareas que me mantienen ocupada" dijo en su lugar. Para su disgusto, Jen la siguió a la cocina, sacando uno de los dos taburetes. Ryan se sintió cohibida mientras miraba en la despensa, tratando de decidir sobre la cena. A pesar de sus palabras, ocho semanas serían una eternidad. "Puedo ayudar con algunas de tus tareas, ya sabes. Como cocinar", ofreció Jen "Y quiero decir, no vayas a molestarte por mi culpa" Ryan la miró y luego volvió a la despensa, mirando las latas de sopa. "No hablas mucho ¿verdad?" Ryan se mordió el labio inferior. Dios, tenía que haber rescatado a una charlatana ¿verdad? Suspiró agarrando un par de latas de sopa y levantándolas para que su invitada las inspeccionara. "Ermitaña o no, no estoy acostumbrada a hablar" expresó como una excusa. "Oh, por supuesto. Lo siento. Tiendo a hablar mucho, sobre todo cuando estoy nerviosa" Ryan sacó una olla "¿Estás nerviosa?" "Bueno, sí" dijo Jen con una breve carcajada."Quiero decir, al parecer estoy atascada aquí. Eres una extraña para mí. No te conozco y estoy a tu merced, básicamente. Y ¿quién puede decir que no tienes el hábito de secuestrar a los turistas desprevenidos y luego cortas sus cuerpos en pedazos y los entierras en tu jardín cubierto de nieve?" Jen tenía una sonrisa en su rostro, pero había desconfianza en sus ojos, lo que Ryan encontró sorprendente ¿Estaba realmente temerosa de ella? Y aquí Ryan pensaba que estaba teniendo su mejor comportamiento. "Sabes, tal vez deberías ser una novelista" dijo con una leve sonrisa, "Tu imaginación es sin ninguna duda muy activa"

CAPÍTULO 5 El arreglo para dormir no se le había ocurrido. Había pasado la noche tratando de frenar su curiosidad y limitar sus preguntas, a pesar de que rara vez Ryan contestaba de todos modos. La cena había sido simple. Sopa enlatada. No había tenido mucho apetito por lo que la comida ligera fue perfecta. Había revisado la mochila que había tenido la precaución de sacar de la SUV. Contenía dos pares de pantalones vaqueros, tres camisetas de manga larga, dos suéteres voluminosos y por suerte, bragas y sujetadores. No mucho por varias semanas, pero Ryan le

aseguró que el cuarto de servicio contenía una lavadora y secadora en funcionamiento. Había dejado la mochila en el suelo, sin querer entrar en el espacio de Ryan. Ryan la había observado hacer el inventario del equipaje pero no había hecho comentarios, aparte de mencionar lo de la lavandería. El silencio continuó después de su cena rápida. La sala de estar contenía una tumbona, que Ryan utilizaba y un pequeño sofá, que Jen había reclamado. Los perros tomaron la alfombra. La estufa mantenía la zona bastante cálida y Jen admitió que era acogedor. La única luz provenía de una lámpara colocada entre ellas y la estufa, que despedía un resplandor alegre, haciendo confortable el final del día. Tranquilo, pero confortable. Las dos tenían sus laptops abiertas, Ryan tecleando algo que optó por no compartir y Jen escribiendo un diario sobre su aventura hasta el momento. No era exactamente el taller de escritores, pero en caso de que algo le pasara…como ser rebanada en pequeños pedazos…tal vez alguien podría encontrar su diario y saber de su suerte. Pero a diez minutos para las diez, Ryan cerró su laptop y se levantó, haciendo una pausa para estirarse. No dijo nada mientras se ponía el abrigo y se llevaba a los perros afuera, presumiblemente para que hicieran sus necesidades. Jen tomó esto como una señal de que era la hora de acostarse. Ahora, después de su turno en el baño…usando el cepillo de dientes donado por Ryan…esperó instrucciones. Ryan y los perros estaban en el dormitorio y Jen permaneció de pie nerviosa en el pequeño pasillo. "¿Vienes o no?" La cocina y la sala de estar estaban a oscuras. Se volvió hacia el dormitorio, encontrando a Ryan de pie junto a la cama, una lámpara encendida en ambos lados. Jen la miró y tragó saliva. "¿Estás ofreciéndome compartir tu cama?" preguntó en voz baja. "¿Tienes otra idea?" "Es probable que pueda caber en el sofá" sugirió Jen. "Sí, eres bastante pequeña. Probablemente quepas. Aunque si tienes que pasar seis u ocho semanas en él, eso va a ser mucho tiempo" Jen juntó sus cejas "¿Pequeña? No soy pequeña" Ryan no dijo nada cuando sacó la colcha. Entonces, como de último momento "La estufa de aquí debe durar hasta mañana. Pero si te levantas para orinar, echa una leña dentro ¿podrías?" Ryan apagó la lámpara de su lado y se metió en la cama, dejando a Jen en la puerta. Ella suspiró. Tenías que perderte ¿verdad? Hablando de envejecer, estar atascada aquí con una mujer que apenas hablaba podría ser muy tedioso. Podría ser peor, sin embargo, pensó. Podría haber sido enterrada en una avalancha. Pero aun así, dudó. Había compartido la cama solo con una persona en toda su vida. Y en ese entonces, no se sintió cómoda. Brad se había acostumbrado a eso ahora y era raro que pasara la noche con ella. Ella dejó escapar un profundo suspiro nuevamente, echando una última mirada a la sala que estaba a oscuras, viendo un débil resplandor a través de la ventana ¿La luna? Tal vez mañana estaría soleado. Ryan había mencionado escalar por un sendero para ver si podían conseguir una señal en su teléfono. Jen asumió que cuando no se presentara en el hospedaje alguien llamaría a

su agente ya que ella había sido la que había reservado por ella para el taller. Al menos tenía que hacerle saber a Susan que estaba bien. Y a Brad, por supuesto. Maniobró alrededor de los perros que se habían tirado en la alfombra. Ninguno levantó la cabeza, pero sus ojos siguieron su progreso mientras se dirigía hacia el lado opuesto de la cama. Ryan estaba de espaldas a ella y Jen levantó en silencio la colcha, se dio cuenta que aún estaba completamente vestida. Se quitó las botas y los vaqueros, dejándose sus calcetines. Se debatió sobre la posibilidad de quitarse también su suéter pero decidió dejárselo puesto. Apagó la luz y se relajó en la cama, arrimándose a un lado, manteniéndose lo más lejos posible de Ryan. Sobre su espalda, se quedó mirando el techo, adaptando sus ojos a la oscuridad, interrumpida solo por el brillo color naranja que escapaba de los confines de la estufa, su fuente de calor durante la noche. Debería estar agotada después del día agotador que había tenido, sin embargo se sentía muy despierta. Los minutos pasaban lentamente mientras su mirada permanecía fija en el techo. El sueño no venía. Aún así, la voz de Ryan la sobresaltó. "Si estás preocupada, te prometo que no te voy a cortar en pedacitos para enterrarte en la nieve" "Eso es reconfortante. Gracias" Jen se preguntó cómo Ryan sabía que no estaba dormida. No había movido ni un músculo desde que se había metido en la cama. "De todos modos no podría enterrarte en la nieve. Sabes que con el tiempo va a derretirse. Habría evidencias" Los ojos de Jen se ampliaron y tragó con nerviosismo. Después de lo que pareció un anormal y largo momento de silencio, Ryan dio la vuelta sobre su espalda. "Podría, supongo, transportarte hasta el borde de Cooper’s Peak y lanzarte en Cutter’s Canyon. El viejo Johnnie Cutter sería el único que posiblemente pudiese tropezar con tu cuerpo algún día" Jen apenas podía respirar y tenía miedo de mover un músculo. Realmente era una vieja loca ermitaña. El pánico se apoderó de ella y estuvo a punto de saltar fuera de la cama, cuando Ryan puso una mano alrededor de su brazo. Jen apenas ahogó un grito. "Estoy bromeando" dijo Ryan, con una sonrisa en su voz, "Lo sabes ¿verdad?" Jen respiró profundamente, tragándose su miedo "¿Así es que me estás diciendo que tienes sentido del humor? Quiero decir, es enfermizo, pero aún así..." Ryan soltó una breve carcajada y nuevamente se dio la vuelta lejos de ella. "Buenas noches, Jennifer Kincaid" Jen volvió la cabeza lentamente, mirando la parte trasera de la cabeza de Ryan, "Buenas noches" A pesar de sentirse menos amenazada, sabía que todavía tendría dificultad para conciliar el sueño. Creciendo como lo había hecho, temiendo todo lo que le habían inculcado, tener a alguien en su cama era una anomalía. Incluso después de todos estos años con Brad, todavía no podía dormir cómodamente con él. Fue una rara ocasión cuando le sugirió que pasara la noche. O viceversa. Ahora, sorprendentemente, se encontraba divagando. Dejó que sus ojos se cerraran, cediendo a su agotamiento.

CAPÍTULO 6 El sol estaba magníficamente brillante y Ryan se cubrió los ojos, volviéndose para encontrar a Jen con su mirada perdida en las montañas, sus mejillas rojas por el viento y una leve sonrisa en su rostro. Dios, es bonita. Jen miró a Ryan, como si sintiera su observación. "Es tan hermoso. Simplemente las palabras no le harían justicia" Ryan asintió. "Puedo pensar en un montón de palabras en el diccionario que esta escena podría utilizar, para definirla. Como virgen" Jen volvió su mirada hacia la cabaña, los árboles blancos y cargados de nieve. Miró a Ryan y dijo "Inmaculada" Ryan asintió, "Estimulante" Jen inclinó la cabeza, con una sonrisa en su rostro, "Inspirador" "Esplendoroso" "Resplandeciente" Ryan se rió "Está bien. Ya tienes la idea" Siguió caminando, oyendo como Jen le seguía. Sierra y Kia corrían delante de ellas y Ryan siguió sus huellas. Tenían un camino establecido, manteniendo la nieve compacta. La cresta no sólo era el único lugar donde podían conseguir una señal celular, también era el punto para una perfecta puesta de sol "Así que, Santa Fe ¿eh?" "Sí" "Alquilaste un SUV, manejaste desde Santa Fe, a través de las montañas, subiendo a Wolf Creek Pass, a través de Creede hasta Lake City. En pleno invierno ¿Por un retiro de escritores?" "Ese es el punto. Es pleno invierno. Atrapada en un hospedaje. No pierdes tu enfoque. Quieres una nevada" "Bueno, al menos tuviste esa parte" "¿Vas a llamarme idiota otra vez?" "No, no. Creo que ya superamos eso". Jen resopló detrás de ella, sus pies hicieron crujir ruidosamente la nieve. "Como he dicho, apesto con las direcciones. Siempre he sido así" explicó, "Pero esto parecía tan sencillo" Ryan se detuvo, dejando que Jen recuperara el aliento. Los perros regresaban corriendo hacia ellas, con sus lenguas de fuera mientras bailaban en la nieve. Ryan acarició a cada uno de ellos y luego observó como Jen hizo lo mismo. "Entonces ¿quién vá a echarte de menos?" Jen levantó la mirada con el ceño fruncido "¿Qué?"

"Tú sabes, cuando no te presentes en el hospedaje. ¿A quién van a llamar? ¿Algún novio? ¿Esposo?" Jen negó con la cabeza."No. Llamarán a Susan, mi agente. Brad no estaba tan entusiasmado de que hiciera este viaje. Él y Susan realmente no se llevan bien, pero supongo que ella lo llamará" "¿Brad?" "Novio" dijo Jen. Luego se encogió de hombros "Supongo. Quiero decir, él quiere casarse" "¿Prometido, entonces?" Jen miró más allá de ella, hacia el oeste, donde los picos de las montañas de San Juan se cernían. Tenía una expresión pensativa en su rostro. Ryan se preguntaba qué pensamientos pasaban por su mente. Se volvió hacia Ryan y de nuevo Ryan fue sorprendida por el azul de sus ojos. "Él no lo ha pedido oficialmente. Y no hay anillo", dijo ella levantando sus manos enguantadas. Ryan siguió adelante, continuando por el sendero, "¿Así que no estás lista?" Jen se rió. "Eso es tan cliché ¿no es así?" "Bueno, es una excusa, de todos modos" "Sí. Y no debería necesitar una excusa" Ryan se detuvo de nuevo. "¿Entonces?" Pero Jen le indicó que continuara "No. No quiero hablar de eso. Además, ayer por la noche me dió la impresión de que no te gustaba hablar ¿Por qué todas esas preguntas hoy?" ¿Qué podía decir? La curiosidad era provocada por la escritora en ella. Por supuesto, no iba a funcionar decirle eso a Jen. Sólo podía imaginar su reacción a esa parte de la información. "Sólo es una conversación" dijo a cambio. A esta altura a lo largo de la cresta, los árboles eran pocos y distantes entre ellos, sólo un puñado de abetos se afianzaba en las rocas. Un grupo de cascanueces ruidosos estaban reunidos en uno de ellos, sacudiendo la nieve de las ramas mientras aterrizaban. "¿Qué son ésos?" preguntó Jen. "Cascanueces de Clark" dijo, "Tengo un poco de alpiste en la cabaña. No soy realmente diligente en mantener los comederos llenos. Podemos poner un poco más tarde, si quieres" Sus ojos se encontraron por un breve momento y Jen asintió "Me encantaría" Ryan caminó unos metros más, sacando su teléfono celular. Comprobó la señal. Sólo tres barras, pero suficiente para una llamada."Tengo señal" "¿Sabes el número del hospedaje?" "No. Voy a llamar a la Jefe Daniels" dijo ella, encontrando el número de Reese en su lista de contactos.

"¿Quién es?" "La Sheriff" explicó, "Y una amiga" Jen se rió "¿Una amiga? ¿Los ermitaños tienen amigos?" "Se me permiten dos" dijo Ryan con una sonrisa, dándole la espalda a Jen cuando respondió.

Reese

"Hey, Ryan. Qué sorpresa ¿Todo bien allá arriba?" "Sí. Supongo" dijo mirando a Jen, " Cooper’s Peak soltó su carga" dijo. "Me imaginé. Lo mismo hizo Cutter’s Chute" dijo Reese, "Se cumplió tu deseo. Ahora estás atascada allá arriba ¿Cómo va la escritura?" "En un punto muerto" dijo, "Tengo algo de compañía" dijo en voz baja, aunque Jen no parecía estar escuchando. Estaba jugando con los perros, lanzando bolas de nieve en el aire y riendo deliciosamente mientras los perros intentaban capturarlas. "Se llama Jennifer Kincaid" dijo, "Estaba de camino al hospedaje de Patterson cuando quedó varada" "¿Qué demonios estaba haciendo allí?" "Ella pensó en tomar el camino forestal a través de la montaña" "¿En invierno? Ese camino ha estado cerrado por dos meses" "Sí. Ya hemos hablado de todo eso" dijo Ryan, "La avalancha enterró su vehículo" "Tiene una jodida suerte ¿Tengo que solicitar un rescate en helicóptero?" Ryan miró a Jen que todavía parecía ajena a la conversación. ¿Seis semanas?, ¿Tal vez ocho? Todo podría terminar en pocos días si los vientos se calmaban. Por supuesto, ellos le cobrarían a Jen una fortuna por el rescate. La miró, sus mejillas estaban rojas y brillantes, su sonrisa iluminaba su rostro mientras jugaba con los perros. Hermosa. "No" dijo sorprendiéndose a sí misma con la respuesta "No hay necesidad para una misión de rescate. Esperaremos hasta que despejen el camino inferior, luego caminaremos hacia abajo" "Eso serán por lo menos seis semanas más" advirtió Reese. "Sí. Lo sé. Pero tengo suficientes suministros para las dos" "Maldición. ¿Qué pasa contigo? Déjame adivinar ¿Es joven y bonita?" Ryan se echó a reír, una vez más mirando a Jen. Esta vez, Jen estaba mirándola "Definitivamente. Una vez que tenga funcionando el satélite, les enviaré un e-mail y les haré saber lo que pasó para que se pongan en contacto con su agencia de alquiler. Mientras tanto ¿podrías llamar a Ellen? Ella tiene su información de contacto" "Lo haré. Me ocuparé de eso. Mantente en contacto cuando puedas" "Sí. Voy a estar en contacto de vez en cuando"

"Hazlo. Sé que Morgan va a darme la lata por información. Podrías enviar una foto de esta mujer ¿huh?" Ryan sonrió y asintió con la cabeza "Veré lo que puedo hacer" colgó, entonces le ofreció el teléfono a Jen "¿Quieres llamar a alguien? ¿a Brad?" Jen negó con la cabeza, "Mi teléfono estaba en la SUV" dijo, "Como la mayoría de las personas, ya no memorizo los números" "Está bien. Bueno, Reese dijo que llamaría a Ellen, la propietaria del hospedaje" Jen la estudió en silencio por un momento "¿Así que eres amiga del sheriff?" "Sí" "¿Te...te metiste en problemas o algo así?" Ryan se echó a reír "Sí. Intenté descuartizar a un turista el verano pasado", silbó a los perros y los dos llegaron corriendo."Conocí a Reese y a Morgan…su pareja…en el bar de Sloan en Lake City. Los verdaderos ermitaños no se supone que van a la ciudad por hamburguesas" "¿Así que ellas revocaron tu membresía?" "Sí" dijo ella comenzando su descenso hacia la cabaña. "Nos hicimos amigas. Las lesbianas tienden a permanecer juntas", varios pasos más tarde, se dió cuenta que Jen ya no estaba siguiéndola. Se dio la vuelta, encontrando a Jen parada, mirándola "¿Qué?" "¿Eres...eres... lesbiana?" Ryan se encogió de hombros "¿No lo sabías?" "¿Cómo voy a saberlo? No lo habías mencionado. Y no estás usando un letrero" "Lo siento. Solo lo supuse" continuó moviendo la cabeza. Grandioso, ahora has asustado a la pobre chica. Tal vez debería reconsiderar el helicóptero de rescate. "Nosotras...dormimos en la misma cama" Ryan se echó a reír "Sí, por suerte para tí, no es contagioso" "Pero…" Ryan se detuvo nuevamente, "¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de mí ahora? ¿Crees que tal vez intente algo contigo y si no cedes a mis avances, voy a cortarte en pedacitos?" sonrió pero sabía que la sonrisa no había llegado a sus ojos. "Confía en mí, las mujeres heteros con un prometido esperando al otro extremo, no me excitan en lo más mínimo. Estás perfectamente segura" "Es sólo que...no te pareces en nada a lo que mi abuelo solía predicar" "Huh"

CAPÍTULO 7

Jen trató de no mirar, pero no pudo evitarlo. Ryan era tan atractiva. Nada como las mujeres que su abuelo describía como homosexuales. No llevaba ropa de hombre. Bueno, no más de lo que ella misma estaba usando, pensó mientras miraba sus vaqueros y botas. Ryan no estaba fingiendo ser un hombre, como su abuelo decía que hacían. Parecía normal. Y con una vida tan protegida como Jen había tenido, en los últimos siete u ocho años había sido expuesta a mucho. No era como si hubiese estado viviendo debajo de una roca. Y ella era una fan del trabajo de Sara Michael y ella también era normal. Pero aun así... "Estás mirando" dijo Ryan sin levantar la vista de su laptop. "Lo siento" Jen volvió rápidamente su atención a su diario, sus dedos golpearon ligeramente las teclas al azar, ni una palabra llegaba a ella. Ryan, por su parte, parecía estar escribiendo furiosamente, sus dedos volaban sobre el teclado con un movimiento elegante. Ellos se detuvieron y Jen se dió cuenta que estaba mirando otra vez. "Mira, no es como si fuera un extraterrestre o algo así" dijo Ryan, "Sólo soy una mujer, nada más y nada menos" "Lo siento" dijo Jen nuevamente. Ryan dejó escapar un profundo suspiro "Tienes preguntas. Pregunta" "Mi abuelo dijo...bueno, no importa" "Sí ¿qué pasa con tu abuelo?" Jen se mordió el labio "Él era un predicador. Un ministro" dijo, "Él y mi abuela me criaron" La sonrisa de Ryan no reflejaba sentido del humor, "Genial" dijo secamente, "He rescatado a una homófoba" "Él murió" Jen espetó, "El año pasado" "¿Y?" Jen respiró profundamente, preguntándose por qué sentía la necesidad de explicar. "Fuí extremadamente protegida. Mi madre tenía quince años cuando nací. Ella era la personificación de la hija rebelde del predicador" dijo, "Drogas, alcohol y sexo..." "¿Así que ellos te criaron?" "Sí. Y yo pagué por todas las transgresiones y pecados que cometió mi madre. Fuí educada en casa" dijo, "No tenía amigos con quien hablar. Y era socialmente inepta", miró a Ryan "Todavía lo soy en algunos aspectos" "Ya veo. Entonces ¿no eres una homófoba?" "No. No lo creo. Solo que no tengo amigos gays. No es que esté insinuando que tú y yo seamos amigas" añadió rápidamente, "Sólo estoy... sorprendida, supongo. Socialmente inepta y todo eso" dijo con una sonrisa.

"Bueno, ellos tienen que haber hecho algo bien" dijo Ryan, "Has escrito tres libros" Jen se rió "Libros de autoayuda" corrigió, "Algo que les mantuve en secreto, por cierto. Ellos no lo aprobarían", se echó hacia atrás, mirando al techo, imaginando la cara de su abuelo. Oh, sólo podía imaginar su desprecio "Crecí en el oeste de Texas, cerca de Lubbock" dijo ella. "Eso explica el acento entonces" dijo Ryan. "Yo no tengo acento" insistió, "He trabajado muy duro para perderlo" "Está bien, no tienes un acento" dijo Ryan, apaciguándola. Jen le sonrió y luego miró hacia otro lado. "Mi madre fue arrestada cuando tenía diecinueve años. Fue entonces cuando mis abuelos obtuvieron mi custodia legal. Mi madre no estuvo mucho por allí después de eso. La veía un par de veces al año, cuando venía por dinero" Jen la miró de nuevo, viendo que tenía toda la atención de Ryan."Ya que ella era tan mala, ellos fueron súper estrictos conmigo. Quiero decir, no podía hacer nada. Pero como no tenía amigos, no había muchas opciones de todos modos" "¿Te educaron en casa hasta el final?" "Sí" Jen rió, "Si ellos hubiesen descubierto la manera, estoy segura que también me hubiesen educado en casa para mi título universitario. Pero fue casi igual de malo. No quisieron ni escuchar el que permaneciera en los dormitorios. Me permitieron ir todo el camino de Lubbock…sesenta y cinco kilómetros…a la universidad…" dijo sarcásticamente "…y me quedé con una amiga de ellos. Una viuda. Una mujer muy amargada que nunca sonreía. Toda su vida giraba en torno a la iglesia. Por lo tanto, también lo fue la mía. Y todos los viernes después de clases, tenía que volver a casa de mis abuelos. No se me permitía regresar a Lubbock hasta el domingo por la tarde" "¿Estás resentida?" ¿Era la palabra que usaría? Asintió con la cabeza "Sí. Resentida. Una vez que me mudé a Santa Fe, me separé de ellos más y más" "Te perdiste de mucho mientras crecías" "Lo sé" Jen suspiró, "No lo sabía en ese momento, por supuesto. En aquel entonces, nunca hubo un cuestionamiento de mi parte contra sus deseos" "¿Así que no pasaste por una etapa rebelde?" "Me daba miedo. Incluso en la universidad, tenía muy pocos amigos. Conocí a Brad allí. Era un estudiante de periodismo, así que tuvimos varias clases juntos. Se convirtió en mi primer amigo de verdad" "¿Y amante?" Jen se sonrojó. "Comenzamos a salir cuando estaba en mi último año y aun así, tuve que mantenerlo en secreto de ellos. Él no era de la iglesia, ya sabes" dijo burlonamente. "¿Tu madre nunca estuvo en el panorama?"

"No, cuando era más joven, no. Ella está casada ahora. Vive en Dallas. Tienen dos hijos. En su favor, trató de que viviera con ella, pero mis abuelos no querían oír hablar de ello. Ahora somos cercanas, pero aun así, nuestra relación ya estaba dañada. En realidad, mi relación con mi abuela también es tensa. No hablo con ella muy a menudo" "Entonces ¿cómo escapaste a Santa Fe?" "Después de la universidad, conseguí un trabajo en Anasazi Press. Brad es de Santa Fe, originalmente" explicó, "Ellos lanzaron un ataque contra mí por mudarme allí, pero no pudieron hacerme volver a casa con ellos, a pesar de que lo sugirieron fuertemente. Fue mi primer acto de rebeldía. Además, Lubbock no me ofrecía nada" "¿Y todavía no sabían que Brad estaba en el panorama?" "No. Irónicamente, Anasazi Press publicó el primer libro de autoayuda que he leído", se echó a reír "Estoy segura de que fuí una de las pocas personas que lo leyó ¡Chica fiestera! Cómo sacudirte la imagen de la fea del baile", puso los ojos en blanco, "Estaba muy por encima. Sobre todo para mí. Pero abrió mis ojos en algunas cosas. Poco a poco rompí mi concha, pero nunca llegué a esa etapa de chica fiestera" "Eres muy atractiva, no puedo imaginar que la fea del baile aplicara contigo", dijo Ryan "Debes haber tenido muchos chicos merodeándote por ahí" "Gracias. Pero no me vestía para llamar la atención. Y llevaba anteojos pasados de moda, nada elegante. No tan atractiva. Y de todos modos, tan pronto como los chicos se enteraban de que no dormiría con ellos, se iban. En mi último año, casi había superado mi timidez. Tuve algunos amigos cercanos y tuve a Brad" "¿Así que él ha sido tu único novio?" Jen apartó los ojos de la mirada curiosa de Ryan. "Sí. Salí con el hijo de un predicador, un par de veces, pero lo único que a él le interesaba era ver si podría avanzar más allá de la segunda base" Ryan se echó a reír "Y ¿lo hizo?" Jen se sonrojó nuevamente, preguntándose por qué le estaba contando esto a Ryan "Le dejé tocar mis pechos…a través de mi camisa…e incluso entonces pensé que me quemaría en el infierno" Ryan la miró pensativa "No puedo relacionarme con eso. Por supuesto no con un chico tocando mis pechos y ni siquiera con la parte de quemarse en el infierno. La religión nunca fue parte de mi vida" Jen vio el cambio de su expresión. La apertura que compartió en ese breve momento se había ido y una máscara ocupó su lugar. Jen fue casi incapaz de reprimir su curiosidad. Esta era la primera información personal que Ryan había divulgado. El silencio continuó, con Ryan tecleando en su laptop y Jen añadiendo al diario que había empezado. Aunque estaba soleado afuera, el viento había arreciado, haciendo que las ventanas crujieran a su alrededor. La estufa ardía acaloradamente, manteniendo el interior de la cabaña lo suficientemente caliente como para que Jen se quitara su suéter. Ryan estaba en su sillón, con las piernas estiradas, los vaqueros fueron reemplazados por sudaderas que lucían cómodas.

"¿Quieres un par?" Jen se dio cuenta de que había estado mirando y sonrió, "¿Puedes prestarme algunas?, aunque, como mencionaste ayer por la noche, soy un poco más pequeña que tú" Ryan cerró su laptop y se fue en dirección a la habitación. Jen dejó escapar un largo suspiro, volviendo a mirar hacia las ventanas. Ryan era bastante agradable. Simpática, de hecho. A veces. Pero otras veces, como ahora, se retraía. Silenciosa ¿Se atrevería a decir melancólica? ¿O era simplemente mal humorada? Jen no podía culparla. Si era una solitaria o no, Ryan, obviamente, quería estar sola. Tener a alguien que había caído en su refugio de forma inesperada…y posiblemente por ocho semanas… sin duda, pondría a cualquiera de mal humor. "Aquí tienes" dijo Ryan lanzándole las sudaderas, "Mi par más corto" "Gracias"

CAPÍTULO 8 Ryan colocó arroz en un plato y luego añadió una generosa cantidad de la mezcla de pollo en la parte superior. Era un plato que Morgan le había enseñado…salsa de pollo. Ryan había pasado de forma inesperada una noche y Morgan había improvisado esto: pequeños trozos de pechugas de pollo salteado con apio, zanahoria, cebolla, una lata de tomates cocidos y salsa. Era fácil y rápido y Ryan lo había añadido a su lista de favoritos. Sin embargo, su suministro de alimentos frescos estaba disminuyendo y apenas había guardado el último apio para este plato. Todavía tenía cebollas y patatas. Aparte de eso, tendrían que depender de los alimentos enlatados por el resto del invierno. Sintió que Jen la miraba, pero no levantó la vista. Jen estaba llena de preguntas, ninguna de las cuales Ryan estaba dispuesta a responder. Sería mejor si Jen seguía sintiéndose un poco temerosa de ella. Tal vez eso limitaría su curiosidad. "¿Vas a evitar hablar conmigo todo el tiempo que esté aquí?" Ryan la miró, alzando las cejas inquisitivamente. "Sé que quieres seguir siendo la misteriosa solitaria…" dijo Jen"…pero creo que tengo derecho a saber algo acerca de tí. Estoy poniendo mi bienestar en tus manos, después de todo" Ryan sonrió ante esto "Sí, condujiste en coche por una carretera montañosa cerrada durante una avalancha inminente ¿verdad? Para ser honestas, no pusiste demasiado tu bienestar en mis manos. No fue como si tuvieras otra opción. O que yo la tuviera, para el caso" "¿Así que vas a guardar silencio cada vez que quiera hablar de cosas personales?, ¿estás siendo buscada o algo así por la ley?" "Viendo como llamé a la sheriff del condado por su nombre, no lo creo", dijo con una sonrisa. "Entonces ¿por qué no hablas conmigo?"

"Te lo dije, no me gusta la gente. No me gustan las preguntas. Elijo vivir aquí sola para evitar ambas cosas", dijo bruscamente con la esperanza de poner fin a la conversación. Jen sacó un taburete y se sentó, aceptando el plato que Ryan deslizó hacia ella. Ryan caminó alrededor de la barra y se sentó junto a ella, pensando que sería grosero comer su cena en el sillón de la forma en que solía hacerlo. "Esto está bueno" dijo Jen, "Gracias. Sé que no esperabas tener que alimentar a otra persona" Ryan se encogió de hombros "Tengo que cocinar de todos modos. No es ningún problema" podía sentir que Jen la estudiaba, podía sentir las preguntas que se formaban en su mente. Ella podría simplemente decirle quien era realmente, pero ya podía imaginar los cientos de preguntas adicionales que vendrían después de eso. "¿De qué estás huyendo?" Ryan la miró, sabiendo que estaba en la búsqueda de más. "De nada" "Escribo libros de autoayuda. Y aunque no soy una experta en nada, he investigado los comportamientos hasta la muerte. Y tú, la misteriosa Ryan, estás huyendo…escondiéndote…de algo" "¿Es eso lo que piensas?" Dios, deseaba que Jen lo dejara reposar. "A muchas personas no le gusta la gente, pero no eligen vivir en un lugar donde están literalmente aislados del mundo exterior. No, a menos que se escondan de ese mundo exterior" "Tal vez tengo un trastorno mental" dijo Ryan, "Eso debería darte algo de preocupación" Jen bajo su tenedor, tomando un trago de su vaso de agua " Estás tratando de asustarme" "¿Lo estoy? ¿Lograría hacerlo?" Ryan la miró. "Pensé que ya estabas asustada. Ya sabes, tener que dormir en la misma cama con una lesbiana" Jen sonrió, "Sí, eso fue un shock. Pero no pareces tan amenazadora" se acercó más y le golpeó su brazo juguetonamente "¿Estás medicada?" Ryan se echó a reír, "No. No tengo ningún trastorno mental. Al menos yo no lo creo", se relajó sabiendo que no podía mantener esta fachada de fingir que no le gustaba de manera indefinida. Podría ser mucho peor. Decidió echarle un hueso, un poco de información acerca de su vida. Tal vez sería lo suficientemente sensible como para dejar las cosas así. "Mi familia es... rica" dijo, "Y no nos vemos cara a cara" "¿Porque eres... gay?" "No. La razón del por qué no importa. Pero me dió la oportunidad de comprar este terreno, construir la cabaña" hizo una pausa, "Mi soledad es para mi propia salud mental" "Está bien. Entonces ¿qué haces?" "¿Hacer?" "Sí. Tienes que hacer algo para mantener la cordura ¿Laptop?"

"¿Qué pasa con eso?" preguntó con cautela. "Te mantienes ocupada con algo" dijo Jen, su voz ligeramente acusadora. Ryan se preguntaba si Jen podría ver las posibles mentiras y excusas que le venían a la mente mientras trataba de encontrar algo apropiado que decir. Había docenas de ellas y lo que dejó escapar fue probablemente la peor opción posible. Se encogió al oír las palabras salir de su boca "Soy...una editora" El interés de Jen obviamente se había despertado, "¿Una editora? ¿Cómo en el mundo de una editorial?" Ryan asintió con la cabeza, tratando desesperadamente de pensar en una salida airosa de esta. "Así que cuando te dije que había escrito varios libros de autoayuda ¿no pensaste en hablar de eso? Quiero decir, tenemos algo en común, por lo menos" Jen la miró acusadoramente, "¿En qué editorial trabajas?" Ryan metió un bocado de la cena en su boca, intentando ganar tiempo. "Soy agente libre" murmuró. "¿Agente libre?" Ryan asintió, sin dar más detalles. Jen apoyó los codos en la barra, mirándola, "¿Así que tienes un proyecto ahora?" Ryan volvió a asentir "Sí" Jen tomó el tenedor nuevamente "Estás escribiendo como loca ¿Qué estás haciendo? ¿Reescribiendo todo el manuscrito?" "Un escritor por primera vez. Estoy haciendo un montón de notas”, se puso de pie, alejando rápidamente el taburete y llevando su cena a medio comer hacia el fregadero, poniendo fin a la conversación. ¿Una editora? Sí, que manera de pensar con los pies, se reprendió a sí misma. Sintió que Jen la observaba mientras se ponía el abrigo y los guantes. Evitó mirarla, sus chicas saltaron en atención, Sierra superó a Kia mientras iban a la puerta, como era la norma. Irrumpieron en la oscuridad, el aire estaba muy frío después de la calidez de la cabaña. La nieve crujía bajo sus botas y su aliento estaba helado a su alrededor. La luna era sólo una pequeña porción, pero la luz era suficiente, reflejándose en la nieve, lo que le permitía moverse sin una linterna. Los perros corrían por el sendero delante de ella. Ellos conocían la rutina nocturna. Ryan los esperaba cerca de la cabaña mientras ellos hacían sus necesidades. Ellos regresarían unos minutos más tarde, con la nieve aferrada a sus patas, con la lengua de fuera independientemente de la temperatura. Ellos la mirarían, esperando hasta que ella les permitiera entrar nuevamente en la cabaña caliente. Miró hacia el cielo, donde un millón de estrellas brillaban. Amaba las noches como ésta. Silenciosa, oscura y sin viento. Muy tranquila, de hecho, podía oír cada vez que respiraba, podía escuchar cada latido regular de su corazón. Era casi una forma de meditación, casi podía vaciar su mente de cualquier pensamiento mientras ésta se vaciaba en la contemplación y se llenaba con un nada relajante. Esta noche, sin embargo, su mente permanecía fija en la huésped no invitada que compartía su cabaña. Una huésped curiosa, ni más ni menos. El deseo de Ryan de permanecer en el anonimato estaba en un terreno inestable. No le diría la verdad. Catherine Ryan- Barrett. No, Jen querría saber sobre su familia y su negocio de hoteles y casinos. Y luego sobre el Premio Pulitzer y si realmente había sido ella quien había escrito el libro. O como los tabloides habían dicho…y como

sus padres habían creído a pesar de sus protestas de lo contrario…había sido una escritora fantasma. Se mordió el labio, recordando cuan traicionada se había sentido en el momento. No, Ryan no tenía ningún deseo de responder a cualquiera de las cientos de preguntas que Jen le haría si sabía quién era. La mejor opción, en caso de que Jen preguntara de nuevo, sería decirle que estaba intentando hacer su propio escrito, la crónica de sus aventuras de vivir sola aquí en la montaña, en invierno. Tal vez eso la calmaría. Ryan sonrió rápidamente y sacudió la cabeza. Lo más probable es que querría leer lo que estaba escribiendo, para discutirlo. No, probablemente sería mejor apegarse al argumento de la editora, de alguna manera era así.

CAPÍTULO 9 Jen estaba en la ventana mirando hacia afuera, la brillante luz del sol era una contradicción con las temperaturas bajo cero que se habían establecido sobre la cabaña. Era su sexto día de estar varada, pero ya no pensaba de esa manera. Se volvería completamente loca si seguía pensando en esto como una sentencia de cárcel, marcando uno por uno cada día, lo que había hecho los tres primeros días. Sin embargo, los estados de ánimo sombríos de Ryan gradualmente habían desaparecido y ahora Jen sólo encontraba en algunas ocasiones una mirada melancólica en su rostro, sobre todo cuando Ryan pensaba que no la estaba mirando. Sus tardes habían adquirido una rutina, por lo general ambas acunando sus laptops. Ella estaba más allá de la curiosidad por saber en lo que Ryan estaba trabajando, pero hasta ahora había sido capaz de restringir cualquier pregunta. Sabía que Ryan odiaba las preguntas personales. Pero eso no significaba que no podía hacerle preguntas profesionales. Dado que Ryan era una editora y desde que Jen se suponía estaría en un taller de escritores, entonces había salpicado a Ryan con preguntas sobre cuestiones técnicas y sobre artífices de palabras. Al principio, sus respuestas eran cortas y al punto. Entonces Ryan había sugerido que hiciera un ejercicio. Le dio un argumento: a una chica de una familia extremadamente pobre, se le dieron mil dólares y fue dejada en un centro comercial. Jen la había mirado con curiosidad, sin entender. "Cuéntame su historia en dos mil palabras o menos" Eso había sido dos noches atrás y Jen había iniciado y reiniciado la historia en cuatro ocasiones. Pero estaba intrigada por el ejercicio y Ryan había prometido evaluarlo por ella. A pesar de que tenían el satélite, la televisión se mantenía apagada excepto cuando Ryan quería saber el pronóstico del tiempo. Y a pesar de que había Internet, sus propios correos electrónicos habían sido limitados. Simplemente había enviado un correo electrónico en masa, para que todos supiesen que estaba bien. Envió uno por separado a Brad, diciéndole que estaría en contacto a diario, pero hasta el momento, ese no había sido el caso. Se dió cuenta de que apenas le había dedicado un pensamiento en el último par de días. Su tiempo…y pensamientos…estaban ocupados en otras cosas. Debido a que sus días habían adquirido una rutina, ahora sabía que Ryan era una madrugadora y normalmente se levantaba a la intempestiva hora de las cinco. Cuando Jen lograba arrastrarse fuera de la cama…a la hora razonable de las siete…Ryan ya había llevado a las chicas a su primera excursión del día. Jen usaba ese tiempo a solas para escribir en su diario, que había cobrado vida propia. En uno de sus libros, el segundo, había dedicado un capítulo entero sobre los

beneficios de llevar un diario, de escribir pensamientos y sueños. Por supuesto, nunca lo había hecho ella misma hasta el momento, al igual que nunca había practicado la meditación, aunque lo defendía en cada libro. Ya no temía ser cortada en pequeños pedazos por una ermitaña loca y el diario había sido terapéutico. Esta mañana había leído nuevamente su primer par de anotaciones y tuvo que reír. Su inquietud por tener que compartir la cama con alguien había sido una de sus principales preocupaciones las primeras dos noches. Ahora, ya no dudaba en meterse en la cama. Ya fuese porque Ryan era una mujer o porque simplemente no tenía otra opción, su fobia a dormir con alguien parecía haber desaparecido. Se preguntaba si sería lo mismo con Brad. Por alguna razón, pensaba que ese no sería el caso. Cruzó los brazos alrededor de ella, mirando el reloj que colgaba cerca de la cocina. Había descubierto que Ryan normalmente regresaba alrededor de las ocho, así que había tomado la tarea de preparar el desayuno, preparándolo unos minutos antes de que Ryan volviera. Las opciones para el desayuno eran limitadas ya que no había huevos. Ryan había anotado una fácil receta para hacer biscochos que Jen había hecho ayer. Tuvo que admitir, que estaban muy buenos. El congelador de Ryan estaba abastecido y hoy Jen había dorado salchichas y rodajas de patatas fritas. Si estuviese en Santa Fe, tendría tortillas frescas y calientes. No había esperado eso aquí, por lo que fue una grata sorpresa encontrar varios paquetes en el congelador. Así que, tendrían tacos para el desayuno. A medida que el reloj marcaba más cerca de las ocho y media, comenzaba a preocuparse. Se apartó de la ventana, caminando lentamente, con los ojos como dardos entre el reloj y la puerta, ¿Debería ir a buscarlos? No. Ellas estarían bien. Ellas caminaban cada mañana, independientemente de la temperatura. Además, no sabría por dónde empezar a buscar. Ryan había mencionado que les gustaba cambiar sus rutas. Por las tardes, Jen se había unido a ellas en tres oportunidades hasta ahora. Ayer, habían estado arriba en la cresta para disfrutar de la salida del sol. Fue hermoso y deseaba haber tenido su cámara. Desafortunadamente, también había sido enterrada por la avalancha. Volvió a mirar el reloj. Ryan tenía cuarenta y cinco minutos de atraso. Sintió un toque de pánico, pero lo apartó de ella. ¿Y si algo le había pasado a Ryan? ¿Qué iba a hacer? Tenían Internet pero ¿a quién iba a enviar un e-mail? ¿Y el teléfono? Asumió que Ryan había llevado el teléfono con ella. Justo cuando estaba a punto de saltar en un ataque de pánico, la puerta se abrió. Sus ojos volaron hacia los de Ryan y luego por su cuerpo, parecía estar ilesa. Los perros entraron por delante de Ryan con la lengua de fuera mientras corrían hacia ella, acariciándose en sus piernas. Dejó escapar un profundo suspiro de alivio, sonriéndoles mientras competían por su atención. "Lo siento" dijo Ryan. Jen enarcó las cejas, "Luces preocupada" explicó Ryan "Llegue más tarde de lo normal" "Oh. Si" ahora Jen se sentía avergonzada, "Estaba empezando a sentir pánico", admitió. "Fuímos cuesta abajo un poco más lejos de lo usual. Subir nos tomó más de lo esperado" dijo, mientras colgaba el abrigo en la puerta, "Gracias por mantener la estufa encendida" "Añadí leña hace una hora" Ryan miró hacia la cocina "Huele bien. Espero no haberlo arruinado"

"No. Estoy segura que está bien ¿Estás lista para comer?" Ryan asintió con la cabeza mientras sostenía sus manos sobre el fuego. Jen fue a la cocina, sorprendida por el alivio que sentía. Odiaba sentirse tan dependiente de alguien, pero aquí arriba, era justo eso. Se ocupó con el desayuno, sintiendo que Ryan la miraba. Finalmente se detuvo y levantó su mirada, encontrándose con sus ojos. "Si hubiese una emergencia ¿qué harías?" preguntó Jen. "¿Cómo qué?" "Quiero decir ¿y si te enfermas o algo así?" Ryan negó con la cabeza, "Yo no me enfermo. Pero mi kit de primeros auxilios es bastante extenso" "Está bien, ¿Qué pasa si uno de los perros se rompe la pata?" "La fijaría y tendría que cojear el resto de su vida" "¿Pero si lo que ocurre es algo importante? Algo que amenaza la vida" dijo, "¿Qué haríamos?" Ryan sonrió "La regla número uno…no entrar en pánico" Jen se rió. "Si eres la que está en peligro y estás contando conmigo para rescatarte, será mejor que entres en pánico", colocó un plato con una tortilla rellena en la barra "¿Café? Hice otra olla" "Sí. Por favor" Jen llenó sus tazas. Sabía que a Ryan le gusta el suyo negro y se lo llevó así. En el suyo, añadió un poco de azúcar, luego rodeó la barra para unirse a ella. "Ya sabes, no estamos completamente aisladas del resto del mundo", le recordó Ryan. "Lo sé. Tener e -mail me hace sentir un poco en contacto, por lo menos" "No sólo eso. Si realmente hubiese una emergencia médica, podría llamar a Reese y solicitar un helicóptero de rescate. Hay un equipo de búsqueda y rescate en Gunnison" dijo, "La cuenta sería cuantiosa, pero en caso de emergencia, podríamos hacerlo". Ryan tomó un bocado de su taco y Jen se sintió complacida por el gemido audible que escuchó. "Esto está grandioso", dijo Ryan con la boca llena. "Gracias. En realidad, debería tener algunos chiles verdes, pero utilicé algunos de los pimientos rojos desmenuzados que tenías". Jen estaba a punto de tomar un bocado pero hizo una pausa, "Entonces, si no hay ninguna emergencia médica, pero estoy dispuesta a pagar ¿ellos envían un helicóptero a buscarme?" Ryan asintió "Técnicamente, eres una viajera varada. Como consecuencia de una avalancha" Jen sonrió "Pensé que ibas a decir, como consecuencia de ser una idiota" "Siento haberte llamado idiota", fue el turno de Ryan para hacer una pausa "¿Quieres ser rescatada?"

Jen consideró la pregunta con cuidado. Si se lo hubiese planteado el primer día, la respuesta hubiese sido un sí rotundo. Habría querido ser rescatada y llevada de vuelta a casa en Santa Fe, olvidando el taller. Pero ahora, en el sexto día, la respuesta no era tan concluyente. ¿Quiero ser rescatada? Supuso, idealmente, que la respuesta sería…debería ser…sí. Si no por otra razón de que estaba violando el espacio de Ryan. Decidió dar vuelta a la pregunta de Ryan. "¿Quieres que me rescaten?" Ryan también pareció considerar la pregunta en su totalidad. Jen estaba complacida por la leve sonrisa que se formó. "No. Eso significaría que tendría que volver a cocinar mi propio desayuno" "Pero si me rescataran, podrías volver a ser una ermitaña" "Eso es cierto" "Y no tendrías que compartir tu cama con alguien" "Bueno, ha pasado largo tiempo desde que una hermosa mujer compartiera mi cama. Ciertamente nunca aquí arriba. No me puedo quejar de eso" Jen se encontró con sus ojos por un instante y luego miró hacia otro lado cuando un rubor amenazó con aparecer. Fue una declaración inocente con la intención de bromear, pero Jen sabía el significado subyacente. Ryan vivía sola, en todos los aspectos de su vida. No tenía...una amante. Ese pensamiento trajo el rubor por completo a la superficie, junto con múltiples preguntas. "¿Por qué?" "¿Por qué, qué?" "¿Por qué estás sola? Quiero decir, sé lo del asunto de la ermitaña, pero ¿por qué estás sola? Eres tan...tan hermosa" sacudió la cabeza al oír cómo sonaba eso, "Quiero decir, atractiva" puso los ojos en blanco ¿Era eso mejor? "Bonita" Ryan se rió, pareciendo disfrutar su malestar, "¿Estás preguntando por qué no tengo una amante?" Jen asintió con la cabeza y la sonrisa de Ryan abandonó su rostro. "Te lo dije, mi familia es millonaria" dijo Ryan. “Me dí cuenta que todo el que se acercaba a mí lo hacía a causa del nombre de mi familia, nada más" "¿De verdad crees eso?" "Lo sé" "Es triste si de verdad crees eso, Ryan. Espero que las personas no sean realmente tan superficiales", Jen tomó un sorbo de café. "Además, estoy segura que tienes mucho más que ofrecer que sólo tu apellido, sea cual sea. Después de todo, me rescataste", Jen apoyó los codos sobre la mesa, considerando la excusa de Ryan. "Supongo que sería difícil encontrar a alguien que quisiera vivir aislada de esta manera. Pero creo que te has enamorado de alguien y te hizo daño. Entonces sería más fácil agrupar a todos en la misma categoría. De esta manera, no se presentaría la oportunidad de ser herida otra vez", Jen se encontró con los ojos de Ryan, notando el ligero destello de ira, pero no retrocedió.

"No sabes de lo que estás hablando" "Creo que sí" Ryan apartó el plato a un lado y se levantó. Jen creyó que había cruzado la línea y estuvo a punto de pedir disculpas, cuando Ryan levantó la cafetera ofreciéndole más en silencio. Jen asintió. Observó la expresión pensativa en el rostro de Ryan mientras vertía el café, preguntándose si Ryan estaría a punto de compartir algún recuerdo esquivo con ella. "Su nombre era Megan. Pensé...pensé que era la indicada, ya sabes", Ryan la miró con una sonrisa, "Yo era joven y estúpida. Apenas veinte años. Quería ofrecerle el mundo. Demonios, lo hice. Nunca encajé en el molde que mi familia quería. Lo que esperaban. Odiaba las cenas como fiesta, la publicidad, todo eso. A Megan, resultó que le encantaba. Yo quería huir. Pensé que vendría conmigo," Ryan se encontró con sus ojos con una sonrisa triste, "En lugar de eso, corrió hacia mi hermano" "Lo siento" dijo Jen en voz baja. Ryan se encogió de hombros, "Ella fue la primera. No la última" "Tal vez era la compañía que encontrabas" Ryan se rió de eso, "Si. Tal vez lo que necesitaba era pasar el rato con personas diferentes ¿no?" "Lo siento. No quería restarle importancia", dijo añadiendo azúcar a su café. "No, está bien. Sólo quería que supieras por qué estoy sola. Con cada mujer que conocía, siempre me preguntaba si habría algún un motivo oculto. Y por lo general lo había. Por lo tanto, solo disfruté del sexo, nada más". Jen se sonrojó ante eso y Ryan se rió nuevamente "Lo siento. No quería ser tan directa. Me había olvidado de tu…crianza" Jen asintió con la cabeza, pero su curiosidad estaba sacando lo mejor de ella. "Entonces ¿alguna vez me vas a decir tu nombre real?" "Mis amigos muy, muy cercanos…de los cuales solo tengo dos, Reese y Morgan…me llaman Ryan. Me gustaría que también me llamaras Ryan" Jen sonrió, complacida por la respuesta, "Gracias. Me siento honrada entonces"

CAPÍTULO 10 "¿Eso es una caída?" Ryan se apoyó en la escoba, barriendo la reciente nieve fuera de la cubierta. Estaba cálido por el sol y ella y Jen se habían quitado los abrigos mientras compartían la tarea de barrer la nieve. "Es una buena caída. Pero nunca te arrojaría allí. Está muy cerca de la cabaña" Jen le sonrió, pero dio un paso atrás, alejándose de ella, "Tu continua mención de cómo podrías deshacerte de mi cuerpo, está empezando a preocuparme" Ryan se rió y se acercó al borde de la cubierta. Le hizo un gesto a Jen, "Ven aquí"

Jen vaciló, luego se acercó más, estirando el cuello para mirar sobre el borde. Desde las ventanas de la cabaña, se veía como una bajada escarpada hacia la barranca. Era sólo una ilusión. Ryan se inclinó casualmente en la barandilla, llamando a Jen para que se uniera a ella. Esta era la primera vez que Jen salía a la terraza y quería que viera la vista. "Tengo un ligero miedo a las alturas" dijo Jen. Ryan le tendió la mano y Jen la tomó sin duda, "Está bien. En realidad, no es una caída" Jen se apoyó en ella mientras se asomaba por el borde, "Bueno, ahora estoy avergonzada" Debajo de ellas había otra cubierta, sólo a cinco metros de la barandilla. Y más allá de ella estaba la ladera de la colina y a otros cien metros o más estaba el borde del cañón. "Llamo a esto la terraza" dijo Ryan. Señaló hacia un lado "Los escalones están allá" "Es magnífico. Las vistas son increíbles" Ryan asintió. Además de los chicos que habían construido la cabaña, sólo Reese y Morgan habían estado allí. Estaba realmente emocionada de tener a alguien que apreciara la belleza de todo esto. Sintió que Jen apretó su mano antes de soltarla y Ryan rápidamente la metió dentro de su propio bolsillo. Se apoyó en la barandilla con la cadera, su mirada involuntariamente deslizándose nuevamente hacia Jen. Jen protegió sus ojos del sol, aún disfrutando de la vista con una sonrisa en su rostro. Algunos mechones de cabello rubio se asomaban por debajo de su gorro de lana y sus mejillas tenían un brillo rosado. "Tan hermoso" Ryan parpadeó, sin saber que había estado mirando. Se encontró brevemente con los ojos de Jen, "Sí" murmuró y luego se alejó de la barandilla, "Embriagador ¿no es así?" "Pacífico" respondió Jen, "No puedo imaginar que alguien pueda contemplar todo esto en las montañas y todavía albergar mala voluntad contra otra persona o pensamientos maliciosos", sonrió "Esto podría ser una cura para todo" "¿Qué? ¿La vista desde mi terraza?" "Sí. Me siento tan...libre" dijo Jen extendiendo sus brazos a los lados, "Es extraño, ya que estoy atascada aquí, sin ser libre en absoluto" Ryan se echó a reír "¿Mentalmente libre? ¿Emocionalmente libre?" "Sí. Es casi como si la vida real se hubiese detenido. Sin plazos de entrega, ni reuniones, ni horarios. Sin llamadas telefónicas perdidas. Sin necesidad de apresurarse", Jen sonrió "Sin llegar tarde. Sin perderte. Mis dos peores hábitos" "Entiendo la parte de perderse ¿Pero tarde?" "Habitualmente tarde. Por todo", dijo "Estoy segura que tiene algo que ver con mi crianza, mi infancia" "¿El ser educada en el hogar? ¿O la iglesia?"

"Ambos, supongo", Jen le dio la espalda a la vista y se enfrentó a Ryan, sus ojos pensativos "Cada semana, de lunes a sábado, no veía otra alma excepto mis abuelos. No se me permitía ver la televisión y la única radio era controlada por mi abuelo. No era sino hasta los domingos en la iglesia cuando veía y hablaba con la gente" Jen caminó lentamente a lo largo de la cubierta, barriendo distraídamente con la mano la nieve en la parte superior de la barandilla "Te dije que era socialmente inepta. También era muy tímida. No sabía cómo hablar con la gente, con otros niños. Me relacionaba mejor con los adultos, creo, porque siempre estaba alrededor de los adultos", miró a Ryan brevemente "Mi ropa era muy, muy conservadora. Unas décadas antigua y fuera de moda. Y tenía unos anteojos horribles", dijo señalando a su rostro, "Los otros niños se burlaban de mí" Sus ojos se encontraron y Ryan vió una gran cantidad de emociones allí. No sabía qué decir así que guardó silencio, esperando que Jen continuara con su historia. "Odiaba salir de la casa. Así que cuando llegaba el domingo, hacía todo lo posible para retrasar lo inevitable. Mi abuelo ya estaba en la iglesia, preparando su sermón, supongo. Eso dejaba a mi abuela lidiando conmigo. Pretendía estar enferma, les decía que tenía un dolor de cabeza terrible. Cuando empecé con mi período, les decía que tenía dolores terribles y que no podía salir de la cama. Ellos maldecían de que fuese una adolescente y atravesara por una fase", dijo Jen con una sonrisa. "Estoy segura que estaban aterrorizados de que me convirtiera como mi madre" "¿Pero ése no fue el caso?" Jen se rió, "No. No tenía amigos. No había ningún peligro de que siguiera los pasos de mi madre y cayera en malas compañías", se encogió de hombros, "Echaba de menos tener amigos, pero creo que no sabía lo que me perdía" "¿Es difícil extrañar lo que nunca has tenido?" "Sí. No fue hasta que estuve en la universidad e hice algunos amigos que lo entendí todo. Por mucho que me burlé del libro que leí sobre la fea de la fiesta, eso me llevó a hacer algunos cambios. En mi ropa, principalmente" sonrió, "Y a decir mi primera gran mentira. Les dije que rompí mis anteojos y necesitaba unos nuevos. Convenientemente lo hice un domingo, mientras me dirigía de regreso a Lubbock. No podía hacerlo sin anteojos, e incluso ellos no me sacarían en público con anteojos reparados" "¿Así que te dieron el dinero?" supuso Ryan. "Sip. Y lo gasté en lentes de contacto en lugar de anteojos. Mi único acto de rebeldía, por lo que estuvieron muy, muy enojados conmigo" Ryan miró hacia esos ojos azules y se preguntó si esa era la razón por la que su color era único. Jen debió haber percibido su pregunta y negó con la cabeza. "No. Tuve una cirugía en los ojos" dijo, "Láser. Ya no uso contactos o anteojos" "Tus ojos son...hermosos" dijo Ryan en voz baja, "Me alegro de que el color no sea el resultado de lentes artificiales"

"Gracias. Tengo los ojos de mi padre. No sé quién es. Mi madre dice que ella tampoco", Jen se volvió alejándose, "Cuando era más joven, siempre pensaba que sería la forma en que lo iba a encontrar. Por sus ojos" "¿Supongo entonces que él no era un miembro de tu iglesia?" "No. Le pregunté a mi madre sobre él hace unos años. Todavía dice que no tiene idea de quién es", la mirada de Jen viajó de regreso a las montañas cubiertas de nieve y Ryan se preguntó si sus pensamientos estaban tan lejos como ellas. "Aparentemente fuí concebida en una fiesta de drogas, donde ella mantuvo relaciones sexuales con hasta siete tipos diferentes" Una vez más, Ryan no supo qué decir. Por mucho que quería huir del apellido de su familia, al menos sabía quién era su familia. No tenía palabras de consuelo que ofrecer a Jen, así que no dijo nada. Escuchó suspirar a Jen antes que se diera la vuelta. "¿Cómo demonios me salgo de este tema?" Ryan le dio lo que esperaba fuera una sonrisa tranquilizadora, "Habitualmente te retrasas" Jen se rió "Sí. Llego tarde y me pierdo", extendió ambas manos y las movió arriba y abajo. "Es una cosa de derecha e izquierda. Tengo dos izquierdas, al parecer" "Bueno, ya que no te pierdes por aquí ¿quieres ir a una caminata con nosotras? El viento ha amainado. Esto es, probablemente, lo más cálido que podemos esperar hoy" Jen asintió, "Sí. Gracias. Me gustaría eso"

*** Jen tuvo problemas para mantener el paso, Ryan y los perros se movían delante de ella por el sendero que serpenteaba entre los árboles. Al menos, pensaba que era un sendero. Con toda la nieve, no tenía ni idea de cómo sabían hacia dónde iban. "¿Estás bien ahí atrás?" "Estoy fuera de forma" "Es la altitud" "Está bien", se quedó sin aliento, "Podemos usar esa excusa". Ryan se detuvo, dejando que la alcanzara. Jen agarró su brazo y se apoyó en ella, respirando pesadamente, "Al menos podrías fingir estar sin aliento" dijo. Ryan se echó a reír, entonces abrió la boca y dio un suspiro exagerado por aire, "¿Qué tal así?" "Gracias. Me siento mucho mejor ahora" "Podrías venir con nosotras todos los días, ya sabes. Cuando salgas de aquí, podrás correr un maratón" "Oh sí, siempre ha sido una de mis metas", dijo con una sonrisa "¿Es esta una de tus rutas normales?"

"Sí. La nieve no es tan espesa aquí en los árboles. Se trata principalmente de pinos ponderosa. Arriba alrededor de la cabaña, es sobre todo picea y abeto" dijo. Entonces señaló hacia un claro en la izquierda, "En el verano, esa es una hermosa pradera. Cubierta de flores silvestres. Por las noches, caminamos por aquí y vemos el alce pastorear" "¿Ellos no tienen miedo de los perros?" "No llegamos tan cerca", se dió la vuelta, apuntando de vuelta por donde habían venido, "No sé si puedes verlo ahora, pero hay una roca saliente allá. Nosotras la vemos desde allá arriba" Jen pensó que era divertido que Ryan se refiriera a "nosotras" cuando hablaba de ella y los perros. Por supuesto, cuando vives sola siendo ellos tus únicos compañeros, suponía que el rol de ellos en tu vida sería más que la de unas mascotas. Siguió la mirada de Ryan hacia Sierra y Kia, viendo el afecto en sus ojos mientras los veía jugar como niños en la nieve. Jen también disfrutaba de sus travesuras. Cuando sus abuelos tuvieron un perro, este no era lo que ella pudiese llamar una mascota, ya que nunca ni una sola vez él puso un pie dentro de la casa. No era parte de la familia, no como lo eran Sierra y Kia. "¿Por qué no quieres casarte?" Jen miró a Ryan sorprendida por la pregunta, "¿De dónde demonios ha salido eso?" Ryan se encogió de hombros, "Has estado aquí por casi dos semanas y no lo has mencionado desde esa primera vez. Ya sabes ¿el tipo que quiere casarse contigo?" Jen se rió. "Brad", su sonrisa se desvaneció, "Nos hemos enviado correo electrónico unas dos veces ¿No debería eso decirnos algo?" realmente no quería hablar de Brad. Si lo hicieran, se pondría a diseccionar su relación…otra vez…tratando de poner el dedo en lo que le preocupaba. La verdad era que el mes de taller, secuestrada, por así decirlo, no sólo era para perfeccionar sus habilidades en la escritura. También era para darle un poco de tiempo a solas para examinar y evaluar realmente sus sentimientos por Brad. "¿Cuál es el problema?" Jen se quitó su gorra y despeinó su cabello. Permaneciendo de pie en el sol como lo estaban, era casi balsámico. Volvió la mirada hacia Ryan, poniéndole voz a sus pensamientos, "Tengo miedo" Ryan asintió, "¿Quieres hablar de ello?" Jen le dio una rápida sonrisa mientras retorcía su gorra entre sus dedos, "No sé si es... real" dijo, "No sé...quiero decir ¿cómo saber si estás realmente enamorada de alguien? ¿No debería haber algo más que esto?" "¿Más que qué?" Ella se encogió de hombros, "No lo sé. Solo siento que…parezco adolescente…pero no hay fuegos artificiales" dijo avergonzada por la dirección de la conversación. "¿No hay un cuatro de julio cuando te besa?" Jen sonrió y se alejó de ella, "No. Pero no sé si eso es lo que quiero decir. Es que parece que debería haber más. Así que no sé si soy yo o si esto es todo lo que hay", se encogió de hombros."Tal vez no hay más. Pero si es así, entonces esto no es lo que quiero" se echó a reír,

"Sé que no tiene ningún sentido" dijo. Se dió la vuelta mirando los ojos de Ryan expectantes, "Quiero más" "Bueno, ciertamente no soy una experta en relaciones" dijo Ryan, "Mi experiencia es con Megan, recuerda. Pero si estás cuestionándote, entonces supongo que no estás enamorada de él" "Enamorada. Eso es tan ambiguo ¿no es así?" alejó su mirada de Ryan explorando en su lugar el terreno blanco alrededor de ellas, "Brad y yo éramos amigos" dijo, "Nunca hubo ningún indicio de...de sentimientos sexuales entre nosotros. Al menos, no de mi parte. Solo éramos amigos. Ni siquiera recuerdo cuándo ni cómo comenzamos a salir. De hecho, creo que tuvimos dos o tres o incluso cuatro citas antes de que él me besara", miró a Ryan preguntándose por qué estaba reconociendo las fallas de su relación con ella "No fue...no fue espectacular. Pero no había nada más para mí. Sin duda nada con que comparar. Él era todo. Creo que tenía miedo de otros chicos. Tenía miedo de la incertidumbre de todo eso. Brad era seguro. Conocía a Brad, sabía qué esperar. En aquel entonces, eso era importante para mí". Sierra se apoyó contra su pierna y ella se agachó alborotando su pelaje oscuro. "Había estado tan protegida, necesitaba esa red de seguridad" dijo "Pero he cambiado mucho desde entonces. He crecido. No soy la misma persona. Y no creo que él sea con quien quiero pasar el resto de mi vida", tan pronto como dijo las palabras en voz alta, supo que eran ciertas. Sonrió con tristeza "Supongo que acabo de responder a mi propia pregunta. Lo quiero. Me preocupo por él" respiró profundamente, dejando que el aire saliera lentamente "Es solo que no estoy enamorada de él. No puedo casarme con él" "¿Le has dicho algo de esto?" "No. No tan bruscamente. Le he preguntado si está seguro de que es feliz conmigo. Dice que lo es" "¿Él te ha preguntado si eres feliz con él?" Jen negó con la cabeza, "Supongo que simplemente supone que lo soy. No diría que estoy terriblemente triste" dijo, "Creo que sólo he estado contenta con todo", se encontró con la mirada intensa de Ryan sosteniéndola, "No le echo de menos. No echo de menos la familiaridad de tenerlo en mi vida. No echo de menos nuestras llamadas telefónicas. No echo de menos nuestras citas para cenar. Lo que echo de menos es la amistad que tuvimos en su momento" "Si no eres feliz, debes decirle antes de que te haga la propuesta. Entonces sólo va a ser más difícil" "Lo sé. No he sabido como decírselo hasta ahora" admitió, "Creo que estar aquí, lejos de todo, lejos de nuestros amigos, puso todo en perspectiva. Todos nuestros amigos son mutuos. Todos ellos. No podía hablar con ninguno de ellos. Bueno, excepto Cheryl. Ella es mi mejor amiga. Trabaja en Anasazi Press. Ahí fue donde la conocí" Jen sonrió, "En aquel entonces, cuando empecé allí, era terriblemente tímida. Es un milagro que haya superado la entrevista" dijo con una risa rápida.”Se me hacía muy difícil hablar con la gente. Pero en fin, creo que ella sospecha que no soy feliz. Sabe que no me quiero casar" imaginó la sonrisa fácil de Cheryl; de hecho es una de las pocas personas que realmente echo de menos. "Así que supongo que quedar atascada por una avalancha ha tenido algún beneficio" dijo Ryan con una sonrisa. "Para mí, sí. Sin embargo, no sé lo que tú sacaste de bueno de eso" "Además del desayuno ¿quieres decir?"

"Bueno, allí está" dijo ella. "Oh, no ha sido malo" dijo Ryan "En realidad he disfrutado tu compañía" Jen estaba sorprendida por esa declaración. Gratamente sorprendida. Durante los primeros días, estaba segura de que Ryan estaba maldiciéndose a sí misma por rescatarla. Pero ahora, dos semanas más tarde, se había establecido una fluída amistad. Al menos, para ella era fluída. "Gracias. Para ser una ermitaña y alguien que no le gusta la gente, has sido una excelente anfitriona" Su conversación fue interrumpida por una ardilla, que parloteaba posada en una rama de pino. Jen no podía decir si se estaba quejando por ellas o los perros "Es hermoso ¿Qué es?" "Ardilla Abert" dijo Ryan, "O orejas de borla, como se le llama comúnmente. Parece que hemos interrumpido su almuerzo". Ryan comenzó a caminar nuevamente y los perros corrieron de inmediato delante de ella. Jen la siguió, mirando hacia atrás una vez más para mirar a la ardilla, que continuaba con su perorata.

CAPÍTULO 11 Jen estaba tecleando en su portátil. Ryan observaba, mirando como los labios de Jen se levantaban en una sonrisa. La curiosidad pudo más que ella. "¿Sigues trabajando en el ejercicio que te dí?" Jen negó con la cabeza "Oh, terminé eso. Estoy escribiendo en mi diario" "Un diario ¿huh?" "Sí" Jen la miró y negó con la cabeza. "Y, no, no puedes leerlo" "No se me ocurriría pedirlo" dijo, "¿Qué hay de tu historia?" Los dedos de Jen se detuvieron y estuvo en silencio por un largo momento. "No es muy buena" dijo finalmente, "Es por eso que nunca te dije que la había terminado. Debo haberla iniciado más de cinco veces" Ryan asintió, "Quiero leerla más tarde, pero primero quiero que me hables de ella" "¿Qué quieres decir? Pensé que ibas a evaluarla. Sabes, mi primer ejercicio escrito", Jen le recordó. "Lo haré. Pero quiero tener tu opinión verbal sobre ella" Jen cerró su laptop y metió los pies debajo de ella. Ryan cerró la suya también dando a Jen su completa atención. "Está bien. Lo admito, tuve un momento muy difícil con ella", dijo Jen, "Sonaba bastante simple cuando me la diste. Quiero decir, ir de compras ¿qué difícil puede ser?" "¿Pero?"

"Pero hice como dijiste. Le hice una persona real, con una familia real. Y conté su historia" "Así que, cuéntamela" "Bueno, lo primero que ella hizo fue... oh, la llamé Carla" dijo Jen, "Lo primero que Carla quería comprar era ropa. Ropa nueva. Siempre había tenido de segunda mano. Era la menor de cuatro hermanas. Así que entró en esta tienda costosa y se sorprendió por los precios. Estaba casi asustada de tocar algo. Sabía que los mil dólares no irían muy lejos de allí, así que salió y terminó en una tienda por departamentos. Los precios eran mejores y encontró varias cosas que quería. Pero cada vez que agarraba algo, pensaba que a sus hermanas también les gustaría y sería injusto que se fuera a casa con ropa nueva. Así que no compró nada de ropa. Entonces piensa...joyas. Llevaba aretes baratos, ve los aretes de venta libre y había algunos de oro muy bonitos, incluso algunos con diamantes. Todavía no podía justificar la compra de ellos. Va a todas estas tiendas diferentes, examina todas las cosas que no tiene y que desearía tener. Pero no compra nada. Finalmente sale del centro comercial sin nada. Excepto los mil dólares" Jen la miró expectante, "Tonto ¿no? Quiero decir, no podía decidir qué comprar" "No es tonto en absoluto. El punto de este ejercicio es decirte algo acerca de ti misma. Te sorprenderías de la frecuencia en la que las historias reflejan la personalidad del escritor, a pesar de ser ficción ¿Y qué hizo Carla con el dinero?" "No lo sé. Tal vez se lo dió a sus padres para ayudar con las facturas. Tal vez lo dividió entre sus hermanas. O tal vez lo puso en una cuenta de ahorros para la universidad" dijo Jen con una sonrisa, "Eso sería lo más sensato" "Y lo menos divertido" "¿De dónde sacaste ese ejercicio?" "Fue algo que un profesor me indicó a hacer cuando estaba en la universidad" Tan pronto como lo dijo, vió las preguntas que se formaban en los ojos de Jen. "Qué…" pero Jen negó con la cabeza "No. No importa" Ryan se echó a reír "¿Ha sido tan difícil de hacer? ¿No hacer una pregunta?" "Sí. Pero he decidido que tienes derecho a tu privacidad y si no quieres hablar conmigo de algo personal, entonces ese es tu problema. No voy a bombardearte con preguntas cada vez que dejes escapar algo. Como la universidad" añadió con una sonrisa. "No estoy acostumbrada a hablar de mí misma" dijo. "Hablar, punto" "Eso está bien" dijo Jen fingiendo desinterés. Ryan la miró mientras ella parecía absorta en la lectura. Se sorprendió por las palabras que salieron de ella, "He estado aquí dos años. Antes de eso, me he comprado una vieja cabaña en los límites de Aspen. Tardé un par de años arreglándola. Pero en realidad no estaba aislado. No de la manera como estoy aquí" Jen no se movió ni levantó sus ojos, casi como si tuviera miedo de moverse, miedo de que Ryan dejara de hablar.

"Me encontré un año con mi hermano y su séquito en una pista de esquí y decidí que era hora de seguir adelante" Ante esto, Jen levantó la cabeza "¿Estás distanciada de tu familia?" "No sé si lo llamaría así" dijo, "Tuvimos una pelea hace unos diez años" "¿Pero todavía hablas con ellos? ¿Los ves?" "¿Hablar con ellos? No, no realmente" dijo negando con su cabeza "Los veo. De vez en cuando" porque tenía obligaciones, se recordó. "¿Pero no están enemistados?" Ryan sonrió "Esa palabra parece tan melodramática" Jen asintió con la cabeza pero no le preguntó nada sobre su familia, "¿Por qué aquí? ¿Por qué Lake City?" preguntó en su lugar. "Aspen estaba... ocupado. Y ¿no estaba…?" no estaba escribiendo, iba a decir, "No estaba trabajando" dijo en su lugar. "¿No había material para editar allí?" Ryan negó con la cabeza, "Quería un lugar donde no tuviese que preocuparme de los turistas por todas partes, pero también un lugar donde pudiese aventurarme hacia la civilización si quería" "Una vez más, que ermitaña eres" Ryan tuvo la tentación de contarle toda la sórdida historia pero sabía, después de tanto tiempo, que Jen probablemente se molestaría al saber que era una escritora. No sólo una escritora, sino la ganadora del Premio Pulitzer. Por supuesto, Jen recordaría las historias sensacionalistas o las habría escuchado, ya que estaba en el negocio. Incluso podría ser una de los que creía que una escritora fantasma había escrito realmente el libro. Después de todo, su propia familia lo creía. Lo cree. Gracias a Dios, el comité de Pulitzer no lo creía así. Habían aceptado las pruebas que había presentado de su autoría, había evitado la desgracia de tener que rescindir del premio. Así que no, ciertamente no quería liarlo todo nuevamente. Se puso de pie, llevando su laptop hacia su escritorio, poniendo fin a la conversación. "Voy a sacar a los perros"

*** Ryan retiró la colcha de la cama, debatiéndose con la posibilidad de apagar la lámpara o no. Jen estaba en el baño y había estado allí por un tiempo inusualmente largo. Por supuesto, tal vez simplemente estaba evitándola. Su estado de ánimo se había vuelto amargo, lo sabía y se había quedado con los perros más tiempo de lo normal. Cuando regresó, Jen la había mirado con recelo y Ryan no había explicado…o comentado…su brusquedad. Pensar en ese momento de su vida siempre la ponía muerta de miedo. La traición de su familia y su total falta de interés por la verdad aún le escocía. Todavía podía oír la risa de su madre cuando uno de los innumerables periodistas le había interrogado "¿Una escritora? ¿Catherine? No sea ridículo" Bien, pensó. Catherine Ryan-

Barrett no podía ser lo suficientemente talentosa como para escribir una novela. Era una heredera con pretensiones literarias, nada más. Los tabloides se la comieron y su propia madre mantenía avivado el fuego. Cualquier publicidad era buena publicidad, eso era lo que a su madre le preocupaba. Sacudió esos pensamientos, sabiendo que tenía que dejar de vivir con ellos. Eso había ocurrido hacía una eternidad. Tenía que vivir en el presente. Y ahora mismo, eso significaba atender a su invitada. Se detuvo en la puerta del baño, escuchando. No oyó nada y golpeó dos veces, en voz baja "¿Jen? ¿Estás bien?" La puerta se abrió lentamente y Jen se quedó allí, con lágrimas en los ojos. Ryan frunció el ceño, sorprendida por las lágrimas. "¿Qué pasa?" Jen miró hacia el suelo, "Comencé mi período" Ryan escondió su sonrisa, sin entender. "Soy una mujer, sabes. Estoy familiarizada con eso" El pecho de Jen dejó escapar un sollozo, "Sólo tengo un tampón" Sin pensarlo, Ryan le dio un abrazo, lo que sólo causó más lágrimas. Jen hundió el rostro en el pecho de Ryan mientras se aferraba a ella. Le impactó el hecho de que este era el primer contacto físico que había tenido con alguien en meses, más de lo que podía recordar. Se sentía bien abrazar a otra mujer. Por supuesto, se dió cuenta de lo terriblemente inadecuado que era este pensamiento. "Tengo un montón" dijo Ryan, "No es ningún problema" "Sí, lo es. Estoy comiendo tu comida. Estoy invadiendo tu espacio. Y ahora tengo que gorrear (aprovecharse de algo gratuitamente) tus tampones" "Y todo eso está bien" "Lo siento" murmuró Jen, "Es simplemente que todo me golpeó, me imagino" Ryan la apretó con fuerza, luego se alejó. Elevó la cabeza de Jen con un dedo debajo de su barbilla, esos hermosos ojos azules todavía estaban inundados en lágrimas. Involuntariamente, su mirada se desvió hacia la boca de Jen y sintió una sacudida de excitación. Dejó caer la mano y se alejó, avergonzada. Sin decir otra palabra, regresó a la habitación y apagó la lámpara. Sólo unos minutos más tarde, Jen entró, haciendo una pausa en el borde de la cama. Grandioso. Ahora ella tiene miedo de mí. Había suficiente luz brillante de la luna para que Ryan pudiese distinguir sus rasgos. Parecía una diosa. Después de lo que pareció una eternidad, Jen se movió en su lado de la cama. Tranquilamente levantó la colcha, se quitó los pantalones, entonces se metió. Ryan se sentía como una canalla, no sabía qué decir, "Lo siento"

"No tienes que pedir disculpas" dijo Jen, su voz silenciosa en el cuarto oscuro. "Tu pasado es tu pasado y no es de mi interés. Le dá forma a quién eres, pero sigue siendo el pasado. Si es de eso de lo que estás huyendo, no es asunto mío" Ryan sonrió en la oscuridad. La inocente Jen no tenía ni idea de cómo ese abrazo le había afectado. Fue tan bueno. Jen volvió la cabeza, mirándola, pero no había suficiente luz para que Ryan pudiese leer su expresión. "Lo único que importa es el ahora" continuó Jen, "Y el futuro. Así es que si nunca quieres volver a mencionar nada acerca de tu pasado, está bien para mí" "Te lo agradezco. Aunque no estaba pidiendo disculpas por mi brusquedad de esta tarde. Estaba disculpándome por...bueno, por abrazarte" "¿Por qué necesitas pedir disculpas por eso? Estaba teniendo un...un momento" dijo Jen con una leve sonrisa, "Necesitaba un abrazo" "Un momento ¿no? ¿Debo preocuparme?" Jen rodó hacia su lado y la miró, "¿Puedo decirte algo?" "Por supuesto" "Nunca he dormido con nadie. Quiero decir, no he sido capaz de dormir con alguien, compartir una cama" hizo una pausa por un momento y luego continuó, su voz tranquila. "Cuando era un niña, en la casa de mis abuelos, era la única. Fuí educada en casa, no tenía amigos. No dormía fuera de casa, ni asistía a fiestas de pijamas. Y en la universidad, vivía con la señorita Ruby. Ella…" "¿La vieja amargada que nunca sonreía?" "Sí, esa. Desde luego, nunca tuve a nadie por allí. Viví con ella durante cuatro años. Desde allí, me mudé a Santa Fe. Adquirí mi propio lugar" "Así que... ¿Brad?" "No. Quiero decir, lo intentamos, pero…" "¿Nunca?" "No puedo dormir. No quiero llamarlo un ataque de ansiedad, pero tal vez eso es lo que es. No puedo dormir. No puedo ni siquiera cerrar los ojos. Es simplemente extraño tenerlo en la cama, tener a alguien en la cama conmigo" "Eso debe poner un freno en tu vida sexual" dijo aunque no quería hablar de la vida sexual de Jen. Jen suspiró. "No tenemos mucha vida sexual como tal, así que sí, eso tiene un efecto en eso. Pero me resulta extraño que no tenga esa misma ansiedad contigo" "Las dos primeras noches, no estabas exactamente saltando en la cama" le recordó. Jen se rió, "La primera noche creo que estaba más preocupada de que tú me cortaras en pedacitos, de lo que estaba por dormir contigo" "Y ahora has superado eso, espero"

"Sí. En realidad es algo agradable dormir con alguien" "Vamos a ver eso. Al llegar a casa, tal vez le puedas dar a Brad otra oportunidad" Jen sólo suspiró y se puso nuevamente sobre su espalda, "Tal vez"

CAPÍTULO 12 "No puedo creer lo cálido que está" dijo Jen. Se dio la vuelta en un círculo, los brazos extendidos a los lados, "Quiero decir, cielo despejado, nada más que sol brillante", sonrió e inclinó la cabeza "Escucha. Casi puedes escuchar la nieve derritiéndose" "Sí. Los maravillosos signos de la primavera" dijo. Habían dejado sus abrigos en la cabaña. Tenía un suéter sobre la camisa. Jen llevaba uno de los dos suéteres que tenía. "¿Estás segura que una tormenta se acerca?" "Las tormentas de primavera no son infrecuentes" dijo, "Veinticuatro horas más o menos de ráfagas de invierno, entonces esto nuevamente. Los sonidos de todo derritiéndose" miró a Jen quien tenía una mirada melancólica en su rostro, "No debes tardar en salir de aquí" dijo. Jen se volvió hacia ella, "Oh, no estaba preocupada por eso. Estaba pensando en andar en trineo" "¿Andar en trineo?" "Toda esta nieve. Es como un inmenso terreno de juego", Jen se agachó para acariciar a Sierra, que estaba apoyada en su pierna. Kia normalmente era el perro más cariñoso, pero Ryan se había dado cuenta que Sierra le había tomado cariño a Jen, "Nunca he jugado en la nieve antes" dijo Jen. Sus caminatas diarias las habían llevado por toda la montaña y nunca se le había ocurrido jugar. Jen había estado aquí por cuatro semanas, iban por la quinta y aunque nunca había mencionado el irse, Ryan asumía que todavía contaba los días. Aún escribía en su diario, con lujo de detalles de sus actividades cotidianas, había dicho Jen. Se preguntaba cuánto tiempo había estado albergando el deseo de jugar en la nieve. "No tengo un trineo" dijo, "Pero creo que podemos encontrar algo para usar" Los ojos de Jen se iluminaron, "¿En serio?" "Sí, claro. Vamos a traer leña suficiente adentro que dure durante toda la tormenta. Luego iremos al cobertizo y vemos lo que podemos encontrar" Jen sonrió, "Gracias. Eso sería divertido" Una hora más tarde, con el sol aún brillante, Ryan miró con escepticismo el pedazo de madera que había confiscado como trineo. Le había perforado dos agujeros en la parte delantera y había deslizado a través de ellos una cuerda, pero aun así, era rudimentariamente lo mejor. "Tal vez debería dar una vuelta de prueba y asegurarme de que no nos mate", sugirió.

"Oh, se ve muy bien" dijo Jen sonriendo como una niña, "Además, se trata de una pequeña colina. Si funciona, quiero ir por una gran colina" Ryan se echó a reír, "No olvides, todavía tienes que volver a escalar por esa gran colina", se sentó en la madera contrachapada y abrió las piernas, excavando con los tacones de sus botas en la nieve. Kia le lamió el rostro y trató de colocarse frente a ella, "No, no, no. Tú no vas a ir" dijo empujándola a un lado. Le tomó la mano a Jen. "Nunca he hecho esto antes" advirtió Jen. "Lo sé. Lo harás bien" Jen se colocó entre sus piernas, retrocediendo rápidamente y apretándose mucho contra ella. Ryan puso sus brazos alrededor de la cintura de Jen, sintiendo como Jen la agarraba y tiraba de ellos con más fuerza uniéndolas más. Dios. Respiró profundamente, luego tomó la cuerda, con la esperanza de que ellas sirvieran para detenerlas. "¿Lista?" Jen asintió vigorosamente y Ryan notó la anticipación en su rostro. "Está bien. Espera" Envolvió sus piernas alrededor de Jen y empujó para salir. Pronto estaban corriendo colina abajo. Jen gritaba de placer mientras se aferraba a los brazos de Ryan. Los perros, estaba segura, no tenían ni idea de sus travesuras, pero corrían detrás de ellas, ladrando alegremente mientras intentaban atraparlas. Incluso tuvo que admitir que era emocionante correr colina abajo como lo estaban haciendo. Bien sea por la carrera o por la mujer situada entre sus piernas, no estaba segura. Pero muy pronto, se nivelaron y tiró de la cuerda, disminuyendo la velocidad. Jen se apoyó contra ella, riendo deliciosamente. "Oh, hombre, eso fue divertido" dijo Jen. Le devolvió la mirada, con ojos brillantes "¿Podemos hacerlo de nuevo?" Sí, era muy divertido, admitió Ryan. También se rió, sintiéndose un poco como una niña, "Por supuesto, podemos hacerlo de nuevo. Tanto como quieras" "No deberías haber dicho eso", dijo Jen bajándose del trineo. Extendió una mano hacia Ryan para ayudarla a levantarse y luego tomó la cuerda, tirando del trineo detrás de ella. La colina era al regreso más pronunciada de lo que parecía y hasta ella se quedó un poco sin respiración en el momento en que regresaron a la cima. Jen se inclinó para recuperar el aliento, sin dejar de sonreír. "Tenías razón. Bajar es grandioso, pero aún tienes que volver a subir" "Es por eso que después de dos o tres, estás acabada" Jen se puso de pie y tomó otro par de respiraciones profundas. "Me siento grandiosa ¿Puedo ir en la parte de atrás esta vez?" "¿Estás segura?"

"Si ¿Tienes miedo de que nos derrumbe?" Ryan se encogió de hombros, "Una pequeña caída en la nieve nunca hizo daño a nadie" dijo. Aunque no estaba segura si esa era su razón para dudar o no. Echó un vistazo a Jen, quien ya estaba sentada, con las piernas abiertas incitándola. Ryan miró hacia otro lado con un leve giro de sus ojos. Eres una mal pensada. Se sentó sintiendo como Jen tiraba de ella poniéndola más cerca mientras envolvía sus manos alrededor de la cintura de Ryan. "Yo me encargo de la cuerda" dijo. "Bueno. Porque apenas puedo rodearte" dijo Jen, arrastrándose más cerca de ella. Ryan se mordió el labio, amando y odiando el sentimiento de tener a Jen detrás de ella. Si dejaba rodar un poco su imaginación, podía jurar que sentía los pezones de Jen en su espalda, "Trata de no inclinarte hacia ningún lado", advirtió Ryan. "Está bien ¿Estás lista?" "Vamos", ambas se inclinaron hacia adelante mientras Jen utilizaba sus pies para empujarlas, luego envolvió sus piernas alrededor de Ryan mientras ganaban velocidad cuesta abajo por segunda vez. Ryan apenas tuvo tiempo de registrar los brazos y las piernas de Jen a su alrededor antes de sentir que se desplomaban. Trató de enderezar el trineo improvisado pero fue en vano. Fueron lanzadas hacia afuera, chocaron contra la nieve mientras el trineo continuaba bajando la colina sin ellas. Escupió nieve de su boca y se limpió el rostro, mirando a su alrededor en busca de Jen. Jen estaba sentada, con una mezcla de pánico y alegría en su rostro. "Lo siento mucho" dijo, "Me incliné", entonces se echó a reír "Eso fue divertido" Ryan se echó hacia atrás, los perros bailando a su alrededor, lamiendo sus rostros, "Estamos bien" murmuró acariciándolos a los dos, " Bueno, como he dicho, una caída en la nieve no hace daño a nadie" "¿Podemos hacerlo de nuevo?" "Claro. Tan pronto como bajes a buscar el trineo", Jen le sacó la lengua juguetonamente y luego sonrió maliciosamente mientras le tiraba una bola de nieve. Ryan rió mientras Jen corría lejos de ella. Acarició la piel de los perros, se puso de pie, observando el progreso de Jen mientras iba tras el trineo. Se dio cuenta de que todavía estaba sonriendo y miró hacia otro lado. Sí, admitió, se sentía atraída por Jen. Mucho. Claro, Jen era bonita y tenía unos ojos azules asesinos, pero lo atribuía más al hecho de estar atascadas allí más que a otra cosa. Las mujeres heteros con novios no habían provocado mucho su líbido anteriormente. En cuanto a Jen, no parecía que su estrecho contacto en el trineo le hubiese afectado en lo más mínimo. Lo que supuso era algo bueno. Al menos Jen no la rehuía. La respiración de Jen era dificultosa cuando se acercó, arrastrando el trineo detrás de ella. La nieve crujía bajo sus botas y empezaba a aglomerarse alrededor de ellas. "Está bien. Estoy lista para una más" dijo Jen entre las respiraciones, "Pero irás en la parte de atrás"

"Como tú digas" Una vez de vuelta en la cima de la colina, Ryan se colocó en el trineo. Abrió las piernas y acarició el lugar entre ellas. Jen se sentó, tratando de alcanzar las manos de Ryan. Las apretó alrededor de ella, manteniéndolas en su lugar. Ryan se deslizó hacia abajo, apretando a Jen perfectamente entre sus muslos. Dios, esto se siente bien. Vaciló un segundo, disfrutando por un momento más. Jen se volvió y sus ojos se encontraron. Ryan se sorprendió por lo que vio allí. Su mirada cayó sobre los labios de Jen luego hacia arriba. "Espera" dijo en voz baja. Jen asintió, poniendo fin a su intensa mirada. Fue casi en cámara lenta…su viaje cuesta abajo. Ryan podía escuchar cada latido de su corazón, podía sentir su piel ardiendo donde Jen la tocaba. Y con cada salto, Jen se estrelló contra ella, lo que hacía que su excitación creciera cada vez más ¿Quién hubiese pensado que andar en trineo fuese un deporte erótico? Se obligó a concentrarse en mantener la posición vertical, a la vez que sostiene a Jen fuertemente entre sus brazos. Cuando se acercaron a la parte inferior, aflojó su agarre, agarrando la cuerda. Se detuvo bruscamente y bajó sus pies, lo que facilitó una parada limpia. Sintió a Jen riendo en silencio contra su pecho y se unió a ella, Jen se volteó con una sonrisa en sus ojos. "Gracias" "Oh, fue un placer" dijo Ryan. Movió las cejas juguetonamente "Créeme" Jen se echó a reír, "Eres terrible", dijo empujándose contra ella juguetonamente. Se puso de pie, sosteniendo una mano de Ryan. Cuando Ryan se levantó, sus ojos se encontraron otra vez, "Nunca me había divertido tanto" dijo Jen. "¿Sí?" "No estoy hablando sólo de hoy, aunque esto fue súper. Sé que tenerme aquí atrapada no estaba en tus planes…" dijo Jen "…y lo siento mucho por eso. Pero me he divertido tanto contigo. Siento...no sé, ni siquiera puedo explicarlo" Sorprendió a Ryan atrayéndola en un abrazo. Ryan se hundió en el abrazo, sosteniéndola con fuerza durante unos segundos, una vez más disfrutando la sensación de tener a otra mujer en sus brazos. Cuando se separaron, se sorprendió por el rubor sutil en la cara de Jen. Se sorprendió aún más por la mirada que aún permanecía en sus ojos. Las dos permanecieron en silencio mientras caminaban de vuelta a la cabaña. Los perros corrían delante de ellas, como de costumbre, aunque sus pasos también eran un poco más lentos. Al parecer, su carrera hacia arriba y abajo de la colina también les había fatigado. Al oeste, las nubes oscuras se estaban formando. Ryan las señaló. "La tormenta está en el horizonte" dijo. "¿Cuánto tiempo antes de que llegue?" "Tendremos nevada al anochecer" dijo, "Aunque en las noticias dijeron que la peor parte de la misma no llegará hasta la medianoche"

"Así que por la mañana, todo esto va a estar cubierto nuevamente" dijo Jen cuando se detuvo, con la mirada fija en las nubes oscuras. "Tormenta de nieve, así es. Podríamos tener cinco pies más o menos. Pero en esta época del año, no va a durar mucho tiempo. Un par de días y vamos a escuchar cómo se derrite de nuevo" hizo una pausa, " Supongo que estás deseosa de salir de aquí ¿eh?" Jen tenía una expresión pensativa en su rostro cuando se volvió para mirarla, "Imagino que estás más ansiosa que yo", volvió la mirada hacia las nubes de tormenta "Esto ha sido... terapéutico para mí, creo" entonces Jen sonrió, "Por supuesto, ha sido a expensas tuya. Sé que mi tiempo se acaba y me iré pronto. Pero no ha sido un problema para mí", se dio la vuelta para mirarla de nuevo, "Has sido maravillosa. No puedo agradecerte lo suficiente" "No es necesario. Si bien la perspectiva de pasar de seis a ocho semanas juntas fue un poco intimidante al principio, el tiempo ha pasado volando" "Sí, pero me he metido en tu camino" "No te has metido en el camino" insistió Ryan. "¿No? Dudo que hayas estado trabajando tanto como deberías. Debes tener una fecha límite" dijo Jen, "En cambio, me has mantenido entretenida" Ryan miró hacia otro lado. No, no había estado escribiendo mucho, pero no porque Jen estaba en el camino. Era sólo la conversación que se ponía en el camino, lo que no fue algo malo. Pero probablemente le debía algún tipo de explicación sobre su supuesto trabajo de edición. "Me quedan unas cuantas semanas antes de mi fecha límite" dijo, "Está casi terminado de todos modos", mintió. Jen ladeó su cabeza como si estuviese estudiándola…escudriñándola…y Ryan se preguntaba si Jen sabía que estaba mintiendo. Se movió incómoda bajo su mirada, alejando finalmente sus ojos de ella a medida que extendía una mano hacia Kia. "Me toca hacer la cena" dijo Jen, "¿Qué tal un guiso? Todavía tenemos papas" "Suena grandioso" dijo sonriendo al uso ocasional de Jen de "tenemos", "Voy a dejar que tomes la ducha primero. Tengo que ir a cerrar el cobertizo y cubrir la pila de leña y atender un par de cosas antes de que caiga la nieve" Jen asintió con la cabeza y se dirigió a la cabaña. Ryan la miró por un momento y luego se dió vuelta, silbando a los perros mientras se abría camino a un lado y hacia el cobertizo.

CAPÍTULO 13 Jen de pie en la ventana, observaba los primeros copos de nieve que caían perezosamente en la cubierta. La tormenta había llegado rápidamente, las oscuras nubes ocultaban el sol, trayendo un

abrupto final a la jornada. El guiso estaba hirviendo y el aroma estaba llenando la cabaña, creando una agradable velada. Ryan había llevado a los perros a una corta caminata antes de que oscureciera, dejando a Jen a solas con sus pensamientos cada vez más inestables. No sabía muy bien qué pensar de todo. Su creciente apego a Ryan era una cosa, pero algo justo debajo de la superficie, clamaba por ser escuchado. Lo había sentido por días, si no semanas, sin embargo, no fue hasta el paseo en trineo que ella realmente lo entendió. Y si hubiese tenido la energía para subir la colina otra vez, habría solicitado un paseo más, sólo para sentir esa emoción. No la emoción del exceso de velocidad en la nieve, sino la emoción de ser protegida en los brazos de Ryan, que se mantenía apretada contra su cuerpo. Se alejó de la ventana, su rostro sonrojado, avergonzada por sus pensamientos. No estaba a gusto con la mayoría de las personas y no era una persona de tocar o ser tocada. No era una abrazadora. Al principio, no había entendido el concepto de andar en trineo. Cuando Ryan le hizo señas de que se sentara entre sus piernas, debió haber objetado. Su espacio personal se difuminaría. Resultó que, no sólo se había difuminado, estuvo totalmente borrado. El placer que sintió cuando esos brazos se deslizaron alrededor de su cintura fue inmenso. Y quiso probarlo, quiso ser la que estuviese en la parte de atrás, quiso saber lo que se sentiría al tocar a alguien de esa manera. Sonrió tímidamente. Había estado tan distraída sosteniendo a Ryan contra ella como lo había hecho, que había olvidado por completo el trineo y terminó derribándolas sin más. Lo que fue divertido. Divertido. Sí, el día había sido muy divertido. Y lleno de sorpresas. Y ahora una tormenta se acercaba y ellas estaban a salvo y calientes en el interior. Ryan había dicho que tenían que conservar su consumo de energía por lo que no agotaron las baterías, pero encendió el televisor el tiempo suficiente para conocer el pronóstico del tiempo. Las altas montañas podrían conseguir 5 pies o más de nieve, sin duda lo suficiente para cubrir sus paneles solares y enterrar la antena parabólica. Echó un vistazo a su laptop, completamente cargada. Todavía tenían Internet. Supuso que debería ponerse al día con su correo electrónico, pero ignoró esa tarea, como lo había estado haciendo últimamente. Enviaba un correo electrónico a Cheryl al menos una vez a la semana, sólo para hacerle saber que estaba bien. Ella y Brad habían intercambiado pocas notas cortas. Y a Susan, su agente, le había enviado correo electrónico dos veces. Pero ayer cuando comprobó su correo, tenía diez o doce e-mail que necesitaban su atención y eso fue demasiado abrumador. Había cerrado su portátil y los había ignorado, incluyendo uno de Brad que aún no había leído. Escuchó el ladrido en el exterior y supo que ellas estaban de vuelta. Fue a la cocina para revolver la olla, revolviendo también sus propios pensamientos. "Ha comenzado" dijo Ryan innecesariamente, porque la evidencia cubría su cabello oscuro "El viento está tomando velocidad también" La mirada de Jen la siguió hasta la estufa donde extendió sus manos para calentarlas. Sólo había una pequeña lámpara encendida, haciendo que pareciera aún más tarde de lo que era. "¿Ha bajado la temperatura?" preguntó. Había estado casi primaveral durante su paseo en trineo.

Ryan asintió, "Sí, el principio está definitivamente aquí" hizo una demostración de oler el aire, "Huele muy bien. Me muero de hambre" "Debe haber sido todo ese ejercicio en trineo que hiciste" bromeó. "Debe haber sido" Ryan se reunió con ella en la cocina, levantando la tapa y oliendo de nuevo, "Mmm ¿Puedo ayudarte en algo?" Ryan se ofreció. "No. Solamente tiene que hervir media hora más o menos" "¿Son las últimas papas?" "Me temo que sí" "Así que solo tendremos arroz entonces, supongo. Cuando Reese venga a buscarte, necesito pedir un paquete de suministros" sus ojos se encontraron brevemente y luego ambas la desviaron. Sí, sabía que su tiempo juntas estaba llegando a su fin. Lo supo cuando habían estado jugando afuera. La nieve se estaba derritiendo muy rápido. Sin embargo, habría un respiro, gracias a la tormenta de nieve. Jen se alejó, sorprendida de que estaba realmente agradecida por la tormenta. Sin duda, Ryan estaba más que lista para el deshielo de primavera. "¿Qué crees? ¿Otro par de semanas?" Ryan asintió, "Si la temperatura emerge nuevamente, supongo que otra semana o diez días" Jen forzó una sonrisa en su rostro, "¿Ves? Estaré fuera de tu camino en poco tiempo" "Sí, pero me echaste a perder con tu cocina. Voy a tener que valerme por mí misma otra vez" Jen siguió su movimiento cuando Ryan se acercó a la ventana, mirando hacia la oscuridad. Jen se preguntaba que estaría pensando. La vió tomar una respiración profunda y luego como la dejaba escapar lentamente. Cuando Ryan se movió, Jen miró hacia otro lado, revolviendo el guiso. La conversación quedó a un lado cuando Ryan se instaló en su sillón con su laptop. Los perros estaban tendidos en el suelo al lado de ella, creando una escena que Jen estaba segura, recordaría con cariño. Dejó que sus ojos les recorriera, permaneciendo en Ryan, observando su cabello despeinado, su piel casi perfecta, sus manos que eran a la vez suaves y fuertes, sus dedos largos y flexibles, sus uñas cuidadosamente recortadas. La mirada de Jen se desvió nuevamente hacia su rostro, las cejas de Ryan estaban inclinadas, con sus labios ligeramente entreabiertos, moviéndose ligeramente mientras leía. Era encantadoramente atractiva y Jen volvió a preguntarse por qué estaba sola. Deseaba que Ryan confiara en ella lo suficiente como para revelar más sobre su pasado. Jen había hablado libremente sobre su vida, pero Ryan había revelado muy poco. "¿Qué pensamientos están rondando dentro de esa linda cabecita tuya?" Jen parpadeó, dándose cuenta de que había estado mirando. Sacudió la cabeza y sonrió. "Pensamientos privados" agarró dos tazones, deteniéndose para revolver el guiso una vez más "¿Lista para comer?" "Sí. Deja que te ayude" dijo Ryan levantándose de su sillón reclinable. "Ya lo tengo ¿Qué te gustaría beber?"

"Tengo unas cuantas botellas de vino guardadas" dijo Ryan, "Sin embargo, no estoy segura qué tan bien van con el guiso" "No sabría la diferencia" dijo, "No sé nada sobre vinos" Y no lo sabía, pensó, mientras tomaba un sorbo. El vino tinto era un poco seco para ella, pero Ryan parecía complacida con él. Ryan casi se zambulló en el guiso, lo que también le complació. "Muy bueno" dijo Ryan después de otro bocado, "Nunca había tratado de cocinar un guiso. Cuando quiero sopa o algo así, por lo general solo abro una lata" "Gracias. Mi abuela era mucho de sopa y estofado. Teníamos lo uno o lo otro, al menos una vez a la semana" "Entonces vas a tener que darme consejos antes de irte" dijo Ryan, "Mi experiencia en la cocina ha sido prueba y error. No es algo que aprendí a hacer mientras crecía" Jen ignoró la referencia a su partida y en su lugar usó la breve declaración de Ryan para hacer una pregunta de algo por lo que había sentido curiosidad, "¿Dónde creciste?" Ryan se quedó callada por mucho tiempo y Jen pensó que no iba a responder. Pero, finalmente, con una sonrisa casi de disculpa, dijo "En Hampton" Las cejas de Jen se elevaron "¿En serio?" Ryan se encogió de hombros "La mayor parte" Lo cual, por supuesto, trajo más preguntas en su mente, pero la mirada en el rostro de Ryan le dijo que las mantuviera para sí misma. Cosa que hizo. El resto de la cena fue comida casi en silencio, con sólo un comentario de vez en cuando sobre el tiempo cada vez que una ráfaga de viento hacía temblar las ventanas. Era algo emocionante saber que una tormenta de nieve importante estaba ocurriendo afuera sin embargo, estaban cómodas y cálidas en el interior, sin tener que preocuparse de ser atrapadas. Bueno, no más de lo que ya estaban. Ryan ayudó a limpiar la cocina después de la cena, pero de nuevo, fue un trabajo hecho mayormente en silencio. Se preguntaba por el estado de ánimo de Ryan. Incluso para ella, estaba siendo extremadamente silenciosa esta noche. Sin embargo, no renunciaron a su rutina, ya que ambas tomaron sus respectivos asientos con sus laptops en la mano. Ryan inmediatamente comenzó a escribir y Jen abrió su diario. Sintiéndose un poco tímida mientras escribía sus pensamientos anteriores, relatando su aventura en el trineo, que, sin embargo, describió en gran detalle. Sabiendo que se iría pronto, imaginó que profundizaría en todo nuevamente una vez que estuviese de vuelta en casa... y sola. A las nueve, Ryan cerró su laptop y se levantó, estirando sus brazos sobre su cabeza con un suspiro de satisfacción. Jen descubrió que su mirada estaba viajando sobre el cuerpo de Ryan. Se dio la vuelta rápidamente cuando descubrió que sus ojos estaban pegados en los pechos de Ryan. Sintió que la temperatura en la sala subió veinte grados y agarró su vaso de agua tomándoselo de un trago. "Voy a sacar a las chicas una vez más antes de dormir" dijo Ryan.

Jen asintió. Ryan ya se estaba poniendo el abrigo y los guantes, las dos perras bailaban alrededor de ella con entusiasmo. Se fue sin decir otra palabra y Jen finalmente dejó escapar su aliento. Se echó hacia atrás, preguntándose qué le estaba pasando. Miró por la ventana hacia la oscuridad durante varios minutos, sus pensamientos aún eran un revoltijo. Con un suspiro, se puso de pie, colocando su laptop junto a la de Ryan en el pequeño escritorio. Siguió con su rutina nocturna de memoria, haciendo una pausa para encontrarse con su reflejo en el espejo por un momento, pero se negó a detenerse en sus pensamientos, negándose a explorar por qué su mirada se había detenido en los senos de Ryan. Una fuerte ráfaga de viento sacudió la cabaña e involuntariamente se abrazó a sí misma. Miró el reloj y notó que Ryan se había ido por casi treinta minutos. Aunque eso no le hubiese causado una preocupación en el resto de las noches, parecía un tiempo anormalmente largo para que ellas estuviesen afuera durante una tormenta de nieve. Otros diez minutos le hicieron pasear de un lado a otro con preocupación, su mirada viajaba entre el reloj y la puerta de atrás. Su miedo y aprensión aumentó con cada tic-tac del reloj. Trató de calmar la inquietud que se apoderaba de ella, pero apenas era capaz de mantener el pánico a raya. ¿Y si les había pasado algo? ¿Y si Ryan estaba herida? Su miedo hizo caso omiso a su sentido común cuando se apresuró hacia la puerta, poniéndose su abrigo rápidamente. Tan pronto como abrió la puerta, una ráfaga de nieve la envolvió, el viento le dejó sin aliento cuando caminó hacia la fría y oscura noche. "Ryan" gritó, pero el rugido de la tormenta se llevó el sonido inmediatamente "¡Ryan!" Dió vueltas en círculo tratando de orientarse. El techo de la cabaña era apenas visible por la ventisca de nieve. Miró al suelo, tratando de encontrar huellas, pero la ventisca de nieve lo hacía imposible. "¡Sierra! ¡Kia!" ahora el pánico tenía un firme control sobre ella y casi se atragantó con su propia voz "¡Ryan!" Un fuerte golpe de viento le hizo tropezar y se contuvo a sí misma antes de caerse. Miró a través de la nieve, mirando en todas direcciones, pero ya no podía distinguir la cabaña. Ahora alarmada, respiró profundamente, tratando de calmarse. No podía estar a más de veinte o treinta metros lejos de la cabaña. Lógicamente, debería ser capaz de encontrarla. "Lógicamente" murmuró, "Uno, dos, tres, cuatro, cinco" contó mientras caminaba, deteniendo a los quince pasos. Aún no veía la cabaña. Se dió la vuelta, volviendo sobre sus pasos y luego comenzó de nuevo yendo en una dirección diferente. Todavía nada. Levantó la vista, con la esperanza de una abertura en la tormenta, con la esperanza de un poco de luz de la luna. Todo lo que veía era un remolino de nieve cegadora. Finalmente cedió a su miedo, el peso de su miedo se instaló en su pecho y estuvo a punto de ahogarse. Caminó a ciegas en la noche, con las manos extendidas mientras se adentraba en el abismo blanco.

CAPÍTULO 14

"Espero que sepan a donde van", dijo Ryan siguiendo a los perros. Por lo menos había tenido la precaución de agarrar sus correas. Sabía sobre los peligros de una tormenta de nieve para saber que no debería estar afuera en una de ellas, pero la claustrofobia tomó control de ella y los perros. Eso y la necesidad que sintió de poner un poco de espacio entre ella y Jen. Así que está bien, seguro, se sentía atraída por ella. Ya había admitido eso. Pero era algo que había logrado mantener a raya, oculto bajo la superficie. Era algo que podía pasar por alto. Hasta ese maldito viaje en trineo. Eso entonces erigió su lado oscuro, gritando por ser escuchado. Y se oía alto y claro. Por desgracia, también lo hacía Jen. Ryan podía ver el desconcierto en los ojos de Jen cuando la miraba. Podía ver la confusión que Jen aparentemente sentía. Diablos, era inevitable, supuso. Estaban atrapadas aquí juntas, solas. Era lógico que se acercaran. Y lo habían hecho. Se habían acercado demasiado. Estaban demasiado cómodas la una con la otra. Tanto así que Ryan luchaba contra ella misma todos los días para mantener su pasado a raya, luchaba para no dejar escapar todos los detalles sórdidos hacia Jen. Ya no temía que Jen pudiese juzgarla. Lo que ahora temía era todo el tiempo que había pasado. Jen había hablado libremente acerca de la escritura y de su deseo de crear una novela. Si Jen sabía quién era ella, estaría enojada y herida porque ella no le había contado...y entonces ella se sentiría avergonzada. Y Ryan no quería que se sintiera avergonzada por su entusiasmo por la escritura. Se detuvo en seco cuando se dió cuenta que los perros le habían llevado de vuelta a salvo a la cabaña. Desabrochó las correas, luego abrió la puerta, dejando que corrieran adentro delante de ella mientras golpeaba sus botas en el tapete. "Hey, lamento que nos tomara tanto tiempo" dijo mirando a su alrededor buscando a Jen pero no la vió, "¿Jen?", llamó mientras se quitó el abrigo. No creía que Jen se hubiese ido a la cama sin esperar a que regresaran, pero tal vez estaba cansada. Extendió las manos hacia la estufa, dirigiendo su mirada hacia la puerta cerrada del baño. Los perros la miraron expectantes, ninguno de ellos se echó para pasar la noche y sintió un malestar asentarse dentro de ella. "¿Jen?" Abrió la puerta del baño, encontrándola vacía. Un vistazo en la habitación confirmó su temor, "¿Jen?", corrió hacia la puerta de atrás, gimiendo por lo que no vió…el abrigo de Jen. Ni siquiera se había dado cuenta que había desaparecido cuando colgó su propio abrigo en la percha. Agarró las correas fuera del colgador, sin necesidad de llamar a las chicas ya que ambas parecían saber lo que estaba pasando. Buscó a tientas los ganchos, su nerviosismo causando estragos en sus sentidos. Se puso el abrigo, luego regresaron hacia la tormenta. Ryan confiaba en los instintos de los perros que se dirigían en la dirección opuesta de su caminata previa. "¡Jen!" gritó, encontrando que sus palabras fueron arrastradas por el viento. Los perros tiraron de sus brazos y casi tuvo que correr para mantenerles el paso. No podía ver nada en la ventisca de nieve y esperaba que los perros tuviesen una idea de lo que estaban buscando. Se movían con un propósito, tan diferente al de sus caminatas normales. Sorprendentemente, parecían saber el porqué de esta caminata hacia la ventisca.

Los ladridos de advertencia aparecieron y Ryan se detuvo en seco, con el corazón atrapado en su garganta por lo que vió. Jen yacía boca abajo, con el abrigo casi sepultado por la ventisca de nieve. Ryan cayó de rodillas, el corazón le latía con tanta fuerza que apenas podía respirar. "¿Jen? Oh Dios, por favor" murmuró mientras le daba la vuelta, "Jen" dijo quitándose un guante y acariciando su rostro. Estaba fría. Tan fría. Le levantó la cabeza, acercando su boca directamente en el oído de Jen, "Jen, despierta. Por favor. Despierta", le acarició el rostro, aliviada al ver que los párpados de Jen se abrían, pero su mirada estaba desenfocada. Le acarició el rostro "Quédate conmigo" "Cansada" murmuró Jen. "No, no. Por favor, Jen. Quédate conmigo", dijo mientras luchaba por ponerla de pie "Te voy a llevar a casa", se puso su guante nuevamente, entonces, como si Jen pesara poco más que un saco de comida para perros, la alzó por encima de su hombro. Envolvió las correas alrededor de su mano y luego siguió a los perros nuevamente "A casa". Los perros lucharon a través del viento y la nieve, llevándolas directamente a la cabaña. "Buenas chicas" dijo, mientras empujaba la puerta abriéndola con su hombro y luego le dió una patada cerrándola nuevamente. Con el miedo ahogándola nuevamente, puso a Jen en el suelo al lado de la estufa. Se quitó el abrigo, luego luchó para quitarle el de Jen. Su piel, aunque seguía insoportablemente fría, parecía estar recuperando algo de su color. Apartó suavemente el cabello de Jen de su rostro, aliviada al ver todavía movimiento detrás de sus párpados cerrados, aliviada de escuchar un gemido silencioso. "¿Puedes oírme? Abre los ojos, cariño", acarició el rostro de Jen suavemente, moviendo sus manos sobre sus mejillas congeladas, "¿Jen? Sé que estás ahí. Vamos" Tomó las manos de Jen y le quitó sus guantes. Estaban como cubos de hielo al tacto y se las frotó. Se debatió sobre si la estufa era la mejor opción para Jen o un baño caliente, pero no quería dejarla. Hubo otro débil gemido, entonces los ojos de Jen se abrieron totalmente. "¿Jen? Quédate conmigo" Se puso de pie, tirando de Jen con ella. Aún casi sin respuesta, Jen se apoyó pesadamente contra ella. Ryan abrazó a Jen, sosteniéndola lo más cerca que podía, sin dejar de frotar su espalda. Por fin, sintió que Jen comenzaba a temblar y dejó escapar un suspiro de alivio. El cuerpo de Jen estaba tratando de regular su temperatura. Jen finalmente se movió, rodeando con los brazos la cintura de Ryan y abrazándola con fuerza. Ryan cerró los ojos al sentir que Jen enterraba el rostro entre sus pechos. "Lo siento mucho" dijo Ryan, "Lo siento mucho" Las manos de Jen se apretaron en puños, agarrando la camiseta de Ryan con fuerza. Sus hombros temblaban y el corazón de Ryan casi se rompió cuando escuchó que comenzaba a llorar en silencio. "Lo siento…" "No, yo lo siento…" dijo Ryan, "…me llevó demasiado tiempo. Los perros…"

"No regresabas. Pensé que algo te había sucedido" "Jesús, lo siento" "Fuí a buscarte" "Lo sé. Shhh, no pasa nada. Es mi culpa. No me dí cuenta del tiempo que tardé afuera" Jen levantó la cabeza, con los ojos húmedos de lágrimas, "Esa fue otra cosa idiota que hice" dijo mientras trataba de sonreír ,"No sé en qué estaba pensando" "Estabas pensando que yo estaba en problemas" dijo Ryan. Jen asintió y enterró su cabeza nuevamente, "No podía ver nada", dijo con su voz amortiguada contra el pecho de Ryan, "Estaba muy preocupada por tí" "Lo siento" murmuró otra vez, "Lo siento" Se quedaron allí junto a la estufa durante largos minutos, aún sosteniéndose firmemente la una contra la otra. Las manos de Ryan se movían sin rumbo por la espalda de Jen mientras ella disfrutaba de su cercanía, ¿Sería inapropiado? Tal vez, pero no hizo ningún movimiento para desenredarse de ella. Finalmente Jen se movió y Ryan aflojó su agarre, dejando que Jen se alejara de ella. Sus ojos se encontraron y Jen tomó la mano de Ryan, al parecer no quería romper el contacto. "¿Todavía tienes frío?" Jen asintió, "¿Qué tal un baño caliente?" "Eso sería maravilloso" "Quédate aquí junto a la estufa. Voy a dejar correr el agua" Mientras la bañera se llenaba, Ryan rebuscó en su cajones, encontrando un par de sudaderas y una camisa para Jen. Las puso en el baño, entonces volvió en busca de Jen. Estaba de pie junto a la estufa, con los brazos envueltos alrededor de ella. Se dió la vuelta, cuando Ryan se acercó, sonriendo en tono de disculpa. Ryan negó con la cabeza. "No digas que lo sientes" advirtió, "Esto fue por mí" "Está bien ¿Qué tal una taza de café?" "Sí. Haré un poco. Ve y métete en la bañera" Jen dejó la puerta del baño abierta y la imaginación de Ryan viajó a toda marcha cada vez que escuchaba salpicaduras de agua. Podía imaginar vívidamente la escena en su mente. Se ocupó con el café, arreglando una bandeja para llevar a la sala, tratando de ahuyentar sus pensamientos. Se puso de pie cerca de la estufa, de espaldas a la sala, mirando hacia la noche oscura y tormentosa. Media hora antes había temido por la vida de Jen. Ahora, la estaba imaginando desnuda en su bañera. "Gracias"

Ryan se volteó, viendo a Jen…su silueta dibujada por la lámpara solitaria…vestida con la ropa de Ryan. Su cabello estaba húmedo y peinado lejos de su rostro. Ryan la miró, pensando que nunca había visto una visión más hermosa. Sus ojos permanecieron unidos por un buen rato y luego Ryan se sacudió a sí misma, indicando a Jen que se reuniera con ella en la estufa. "Traeré el café" Permanecieron juntas, bebiendo tranquilamente su café, escuchando el crepitar del fuego, mientras este ahogaba la ventisca furiosa que seguía afuera de su cabaña acogedora.

*** Jen trató de permanecer acostada inmóvil, pero los acontecimientos de las últimas horas habían puesto a prueba sus limitaciones, ¿Qué tan cerca había estado de sucumbir a los elementos? No tenía ningún recuerdo de la caída, ni idea que hubiese perdido la conciencia o no. Simplemente recordaba el temor constante que se había apoderado de ella cuando no pudo encontrar la cabaña, ni pudo encontrar a Ryan y a los perros. Una vez más, había demostrado lo inadecuada que era para este estilo de vida. Como si conducir en la ruta de una avalancha no fuese suficiente, tuvo que mostrar aún más sus defectos al perderse en una tormenta de nieve. Perdida...y casi congelada hasta la muerte. "¿Quieres que te abrace?" Jen cerró los ojos por un momento y luego volvió a abrirlos en la oscuridad, conmovida por la preocupación de Ryan. Sin embargo, sintiéndose algo necesitada, no pudo rechazar la oferta, "Sí, por favor" "Date la vuelta de tu lado, de espaldas a mí" instruyó a Ryan. Jen hizo lo que le dijo y luego contuvo el aliento cuando Ryan se deslizó detrás de ella, acurrucando todo su cuerpo alrededor de ella. Jen tomó la mano de Ryan, tirando con fuerza de ella. Para alguien que no le gustaba dormir con alguien, que no quería a nadie en su espacio, se sentía totalmente cómoda con Ryan. Se sentía segura... y cálida. Y a salvo. Cuando sintió el suave aliento de Ryan en su cuello, suspiró con satisfacción. En ese momento, no había otro lugar en el mundo donde prefiriera estar. Ese pensamiento, un tanto sorpresivo, no le impactó tanto como debió hacerlo. La mano alrededor de su estómago se apretó y pasó sus dedos por ella, amando la suavidad de la piel de Ryan. Sus dedos se deslizaron hacia atrás y adelante lentamente, sólo con el más elemental de los toques. Sus ojos se cerraron y tuvo una visión repentina de esa mano moviéndose más arriba, sobre sus pechos. El corazón le dio un vuelco en el pecho, acelerándose su pulso ante esa idea. Reconocía que las cosas parecían haber cambiado entre ellas. Lo había sentido durante todo el día, la tensión subyacente que parecía haber surgido en torno a ellas. Una tensión de la que estaba aterrorizada en ponerle nombre. En cambio, calmó sus movimientos y deseó que el sueño llegara.

*** Cuando estuvo segura de que Jen estaba dormida, Ryan dejó escapar el aliento que había estado conteniendo y se movió en silencio lejos de ella. Se sentía demasiado bien quedarse donde estaba. Gimió en silencio mientras miraba hacia la oscuridad. Sólo ha pasado mucho tiempo, razonó. Demasiado tiempo desde que había estado con una mujer. Demasiado tiempo desde que incluso había abrazado a una mujer y demasiado sin hacer el amor. Estaba segura de que esa era la única razón por la que su líbido se estaba dando a conocer. Sólo tenía que controlarse por algunas semanas, a lo sumo. Entonces, la nieve se derretiría, el camino de abajo podría ser despejado...y Jen estaría fuera de su vida. Cinco semanas antes ese pensamiento le hubiera encantado. Ahora, sólo traía incertidumbre y un sentimiento de soledad. Lo cual, por supuesto, era absurdo. Le gustaba estar sola. Disfrutaba de su soledad, de su aislamiento. De hecho, no podía esperar a que las cosas volvieran a la normalidad. Cerró los ojos, esperando que el sueño llegara. En lugar de eso, sintió como Jen se revolvió dándose la vuelta. Ryan se congeló cuando Jen se acercó. Un brazo se deslizó alrededor de su cintura mientras Jen se acurrucaba contra su hombro, su aliento cálido cosquilleo el cuello de Ryan. Se quedó inmóvil, con miedo de moverse, con miedo de tocarla. Pero esa necesidad de sentir a alguien…Jen…de tocarla era demasiado. Levantó su camisa ligeramente, casi gimiendo cuando la mano de Jen…incluso en sueños…encontró su camino hacia su cálida piel. Era una tortura, pero aun así, una tortura tan dulce. Disfrutaba del contacto y era suficiente, sólo que Jen la tocara. Se relajó, sintiendo que empezaba a conciliar el sueño cuando Jen se movió nuevamente. La mano que había estado descansando suavemente sobre su piel se tensó y supo que Jen se estaba despertando, supo que Jen estaba al tanto de la posición de su mano. Ryan esperó, preparándose por el retiro de Jen, por su alejamiento. Nunca llegó. En cambio, la mano de Jen se relajó nuevamente y Ryan se sorprendió al escuchar un suspiro de satisfacción mientras Jen se acurrucaba contra ella una vez más.

CAPÍTULO 15 Jen miró por la ventana, asombrada por la cantidad de nieve que cubría la cubierta. La tormenta había pasado, dejando sólo las ráfagas a su paso y ahora el sol se asomaba entre las nubes cada vez menores. Era casi mediodía, pero sólo había estado fuera de la cama un par de horas. Se sentía totalmente aniquilada y no podía encontrar la energía para levantarse ni moverse. Sí, esa era la única razón por la que se quedó en la cama. No tenía nada que ver con la vergüenza que sintió cuando se despertó. No sólo su mano estaba todavía escondida cómodamente bajo la camisa de Ryan, sino que encontró a Ryan completamente despierta y mirando un poco divertida la situación, ¿Y por qué no? Jen estaba prácticamente tumbada encima de ella. Con tanta gracia como pudo, se alejó de Ryan y tontamente le dio la espalda mientras Ryan salía de la cama. Permaneció bajo las sábanas, diciéndose a sí misma que estaba demasiado cálido y cómodo para levantarse, a pesar de las enormes ganas que tenía de ir al baño. Sólo cuando escuchó que Ryan salió con los perros, entonces se aventuró a salir de la cama. Una nota garabateada dejada en la barra le decía que no se preocupara, sin importa el tiempo que se fueran. Al parecer, irían a la cresta para revisar la profundidad de la nieve.

Algunos pedazos de tocino permanecieron en la cocina y los mordisqueó mientras bebía su café, todo el tiempo tratando de mantener sus pensamientos sobre un tema neutral. Desafortunadamente, esos volvían a la escena en la cama. Sí, sabía que había sido su mano. Sí, debería haberla quitado cuando se había despertado por primera vez. Pero se sentía demasiado bien. Ese era el problema ¿no?, Se sentía demasiado bien. Y no estaba acostumbrada a sentirse de esa manera. Se apartó de la ventana, sintiendo que su pulso se aceleraba, ¿Qué me está pasando? Pero negó con la cabeza. No había ninguna necesidad de fingir ¿no es así? No por más tiempo. No sabía qué hacer al respecto. Sí, está bien, así que se sentía atraída por Ryan. Eso no quiere decir nada. Estaba atrapada aquí con ella, tenía que depender de Ryan para todo. Eso era todo lo que era. Una clase del síndrome de Estocolmo, tal vez. Por supuesto, no era un rehén, por lo que ¿eso realmente se aplicaba? Se rió de la dirección de sus pensamientos, agradecida de poder encontrar algo de humor en su situación. Se volvió hacia la puerta cuando escuchó que Ryan y los perros estaban afuera. Escuchó a Ryan sacudiendo la nieve de sus raquetas. Sabía que los perros estarían esperando que los dejara entrar. Sabía que la puerta se abriría y los perros correrían hacia adentro y sabía que Ryan se detendría a golpear sus botas en el felpudo. Conocía su rutina como la palma de su mano. Cuando se abrió la puerta, los perros irrumpieron corriendo hacia ella y golpeándose alrededor de sus piernas ya que competían por su atención. Les acarició a ambas por igual, entonces tímidamente miró hacia Ryan. "¿Cómo te sientes?" Jen asintió, "Estoy bien. Me siento bien por dormir", las dos permanecieron en silencio, sus miradas se movían alrededor de la habitación, deteniéndose en cualquier lugar menos la una en la otra. Jen finalmente hizo un gesto hacia la cocina. "¿Café?" Ryan asintió, "Si. Por favor" Ryan la siguió, apoyando una cadera contra el mostrador mientras Jen servía café para ellas, "Tuvimos tres pies de nieve" dijo "El camino fue enterrado nuevamente. Estoy sorprendida de que los perros pudieran encontrar el sendero, pero caímos en él bastante bien" "¿Subiste a la cresta?" preguntó Jen, entregándole una taza a Ryan. La nieve todavía se aferraba al cabello oscuro de Ryan y Jen se estiró apartando la nieve de allí. Sus dedos rozaron la mejilla de Ryan y sus ojos se encontraron. Jen sintió que se le aceleraba el pulso; no pudo alejarse. Había una mirada en los ojos de Ryan que le asustaba y excitaba al mismo tiempo. Dejó caer su mano a un lado, pero su mirada sólo se rompió cuando Ryan bajó la mirada hacia la boca de Jen. Jen contuvo la respiración, muy temerosa de que Ryan fuese a besarla...y muy temerosa de que no lo hiciera. Sorprendida por sus pensamientos, conmocionada por la guerra en su interior, dejó escapar el aliento cuando Ryan se apartó de ella, moviéndose en silencio nuevamente hacia la sala de estar. Jen suspiró profundamente mientras miraba al suelo, reconociendo la decepción que sentía...y el alivio.

"Jen, estoy tratando de hacer lo correcto" Jen levantó su mirada, agradecida de encontrarse con la espalda de Ryan. No pretendió desconocer lo que Ryan quería decir con esa declaración. Tragó saliva y asintió, "Lo sé"

*** Ryan sintió una inquietud que no había sentido en años. Su laptop estaba abierta, pero sus dedos estaban inmóviles en las teclas. No tenían Internet y probablemente no lo tendrían por un par de días. Jen, también, estaba mirando en su laptop, parecía estar leyendo. Sin embargo la tensión impregnaba la habitación, manteniéndose tan pesada entre ellas que Ryan sabía que incluso los perros la sentían. Sus ojos inteligentes iban de una a la otra, sus gemidos silenciosos eran casi tan inquietantes como el silencio. Finalmente, a media tarde, el sol apareció por completo entre las nubes. La luz del sol rebotaba sobre la nieve en ondas, enviando un cálido brillo alegre hacia la cabaña. Se puso de pie y ambos perros saltaron en atención. Jen la miró con las cejas levantadas. "Voy a palear la nieve fuera de la cubierta" dijo. Jen asintió "Te ayudo" Tuvo que empujar con fuerza la puerta para abrirla…la nieve se había desplazado contra la cabaña por más de cuatro pies. El frío anterior estaba desapareciendo rápidamente bajo el sol y Ryan no encontró ninguna necesidad de usar un abrigo. "Es casi balsámico" dijo Jen mientras lanzaba su abrigo hacia el interior de la cabaña. Esto no era el ligero manto de nieve de invierno. Esto estaba húmedo y pesado, haciendo que la tarea de limpiar la terraza fuese más difícil de lo normal. Ambas se pusieron a trabajar con palas, limpiando la nieve de la madera. Se acercó a la barandilla y miró hacia abajo. La terraza inferior estaba completamente cubierta. Dejaría que se derritiera por sí sola. Lo cual no debería tomar mucho tiempo, razonó. Incluso ahora, el constante goteo, goteo y goteo de la nieve derritiéndose se podía escuchar, mientras los cálidos rayos del sol brillaban como cristales de hielo. Era una hermosa vista, pero no le importaría que pasara el invierno. Los árboles verdes y la tierra desnuda, los pájaros y las ardillas, las flores y el sol, anhelaba todo eso. Tal vez, como Jen había dicho, no era una ermitaña, después de todo. Echaba de menos el día en que pudiese bajar al bar de Sloan por una hamburguesa y cerveza. "No puedo creer que ya se esté derritiendo" dijo Jen, "Se caen de los árboles en grupos" "Sí. A pesar de ser nieve más pesada", miró al cielo, viendo nada más que azul, "La evidencia de esta tormenta probablemente se habrá ido en tres días. Mientras se mantenga caliente, la nieve se derretirá rápidamente" dijo, "Ellos probablemente comenzarán a despejar el camino de abajo la próxima semana" "Sí, sé que estarás encantada de librarte de mí" Ryan negó con la cabeza, "No quise decirlo indicando que ya no eras bienvenida" dijo, "Pero estoy segura que estás lista para salir de aquí. Volver a tu vida", hizo una pausa "Dónde es...seguro"

Jen le sostuvo la mirada con una pregunta en sus ojos, "¿No estoy segura aquí?" La tensión entre ellas se volvió pesada nuevamente y Ryan tragó saliva nerviosamente, "Por supuesto que sí" dijo, "Yo nunca haría nada…" "Sé que no lo harías. Y voy a estar pronto fuera de tu camino, así que no tendrás que preocuparte por…hacer algo" Jen giró sobre sus talones y salió de la terraza, haciendo caso omiso de la nieve que todavía no habían limpiado. Los perros nuevamente miraron de una a la otra y Ryan les hizo un gesto con la mano hacia el lado de la cabaña por donde Jen había desaparecido. Ambos perros siguieron su instrucción, dejándola sola con la agitación mental que las palabras de Jen habían creado. Estaré pronto fuera de tu camino, así que no tendrás que preocuparte por... hacer algo. Dios ¿qué quería Jen de ella? Como había dicho antes, estaba tratando de hacer lo correcto. Lo correcto no era necesariamente lo que quería hacer. Sin embargo, cualquier otra cosa sería inaceptable.

*** Jen irrumpió al exterior de la cabaña, hundiéndose en la nieve con cada paso, pero apenas importándole. Los perros venían detrás de ella y se volvió, esperando ver a Ryan. No estaba segura de estar contenta o decepcionada de que no le hubiese seguido. "Les envió a cuidarme ¿no?" Se agachó frotando sus dos cabezas, entonces ellos la llevaron por el sendero hasta la cresta. Como Ryan había mencionado, habían hecho un trayecto en la nieve y no fue difícil caminar por él. Sólo necesitaba alejarse por un tiempo. Se sentía frustrada. Y enojada. Hizo una pausa considerando el último pensamiento, ¿Enojada con Ryan? ¿O consigo misma? Dejó escapar un suspiro de exasperación. Deseaba haber sabido cuando había cambiado. Había sido tan sutil que ni siquiera se había dado cuenta hasta ahora. Su única experiencia sexual había sido con Brad. Sin embargo, allí estaba ella, sintiéndose más...viva... de lo que nunca se había sentido, ¿Cómo podía causarle una mirada a los ojos de Ryan más excitación que un toque de Brad? ¿Cómo podía su corazón acelerarse por un toque inocente de Ryan, y aun así mantener un ritmo constante cuando Brad le hacía el amor? ¿Cómo podía saber lo que sería un beso de Ryan? ¿Cómo iba a saber lo que sentiría con su contacto sobre su piel? ¿Cómo podía quererlo tanto? ¿Cómo iba a querer tanto todo eso, si no sabía nada al respecto? Se detuvo de pie, mirando a través el paisaje blanco, dejando que la serenidad le inundara. Todo esto se acabaría pronto. Podría volver a su vida, de vuelta a la normalidad. Estas semanas no serían nada más que un buen recuerdo, algo que estaba segura dejaría salir a la superficie y examinaría de vez en cuando. Admitió que extrañaría todo esto. Extrañaría la vista, extrañaría las montañas. Extrañaría sus caminatas diarias. Extrañaría las comidas compartidas. Extrañaría simplemente sentarse en silencio junto al fuego, sin necesidad de una conversación.

Un empujón de Kia le hizo mirar hacia abajo, viendo las colas moviéndose como gemelas. "También las extrañaré a ustedes" dijo. Respiró profundamente y asintió lentamente, "Y voy a extrañar a Ryan"

CAPÍTULO 16 Los días…y las noches…parecía pasar a una velocidad lenta. La tensión estaba allí, sí. Pero también lo estaba el silencio. Fue casi como si hubiesen regresado nuevamente a la primera semana, pensó Jen. Había poca conversación entre ellas y un montón de tiempo invertido en sus laptops. Incluso vió la familiar mirada melancólica en el rostro de Ryan, una mirada que no había visto desde las primeras semanas de su estancia. No podía decidir qué era peor: la tensa conversación durante las comidas o la tensión insoportable en la noche cuando llegaba la hora de dormir. Las últimas tres noches, Ryan había conseguido alguna excusa para quedarse levantada hasta más tarde de lo normal, dejando a Jen libre para ir a la cama. Cada mañana, Ryan ya se había levantado cuando Jen se despertaba. Si no hubiese visto la evidencia de la cama y la almohada arrugada, habría pensado que Ryan no había llegado a dormir en absoluto. Lo único remotamente normal entre ellas eran las caminatas diarias que tomaban. La nieve se estaba derritiendo rápidamente, a pesar de que todavía había muchas bolsas profundas en las áreas sombreadas. Era agradable ver la tierra, ver las rocas y las peñas, ver los pinos y abetos sin nieve aferrada a sus ramas. Y era agradable ver…y oír…las ardillas parlanchinas y ver a los pájaros alimentarse, haciendo alusión a la primavera, un precursor de los días más calurosos. Por supuesto, no estaría por los alrededores para verlo y eso le hizo sentir triste. Ryan y los perros caminaban delante de ella, como era la norma. Le gustaba permanecer atrás, disfrutaba viéndolas. Sabía que lo estaba almacenando en su banco de memoria, grabando la escena en su mente. "Mira" dijo Ryan, señalando hacia las copas de los árboles, "Águila real" Jen miró con asombro, viendo la enorme ave elevándose por encima de los árboles, capturando las corrientes de viento que la llevarían hacia la montaña y lejos de su visión, "Wow. Eso fue hermoso" "Sí. Las veo muy a menudo" Y ese fue el punto de conversación mientras seguían caminando, tomando uno de los senderos más bajos hasta el arroyo. Cuando hicieron este viaje la semana pasada, la nieve aún había estado profunda, las rocas que bordeaban el arroyo estaban cubiertas de nieve, lo que hacía del entorno un paisaje pintoresco. Hoy, las rocas estaban desnudas, el calor del sol había derretido la nieve. El arroyo corría a través de ellas, gorgoteando fuertemente, ya que era su interminable viaje por la montaña. Permanecieron de pie observándolo sin hablar. El agua, los pájaros, el viento todo se unía en perfecta armonía…una canción de la naturaleza. Jen cerró los ojos, deseando recordar este día, esta caminata, esta corriente, esta canción. Pero entonces otro sonido penetró, un sonido tan extraño y fuera de lugar que hasta los pájaros dejaron de parlotear. Excavadoras.

Jen miró a Ryan, sus ojos se encontraron, manteniendo sus miradas. Era un sonido que Jen había esperado y temido tanto por escuchar. Se preguntaba si Ryan se sentiría igual. "Parece que ya están haciendo camino a través de la avalancha" dijo Ryan. "¿Donde estaba...donde estaba la entrada?" "Sí. Ellos se detendrán allí. No tratarán de despejar el camino de arriba durante varias semanas" Jen asintió. Por supuesto, sabía lo que eso significaba. Una vez que Reese les informara que el camino estaba despejado, podrían caminar hasta su encuentro. Y eso alejaría rápidamente a Jen, lejos de la montaña, lejos de Ryan. Volvería a la civilización, de regreso a Santa Fe, de regreso con Brad. De regreso a su vida. *** El viaje de regreso a la cabaña se hizo en silencio. No que eso fuese inusual, pero era una clase de silencio diferente, notó Ryan. Estaba lleno de temor, pavor. Al menos para ella. Sabía que debería estar feliz. Había llegado el momento. Diablos, ya era hora. Estaba cansada de la tensión, cansada de tratar de ignorar su atracción por Jen, cansada de evitar cualquier conversación que pudiera conducir a preguntas personales. Sabía que Jen también estaba cansada de eso. Pero aun así, no estaba lista para que Jen se fuera. Más de seis semanas teniéndola a su alrededor, el lugar estaría vacío sin ella. Pero ya era hora. Debería enviarle un e-mail a Reese y Morgan, averiguar qué tan pronto Reese podría llegar a la montaña para reunirse con ellas. Jen se alejaría muy probablemente fuera de su vida sin siquiera mirar atrás. Unas cuantas semanas de soledad deberían devolver las cosas a la normalidad, pensó. Entonces tal vez podría disminuir el manuscrito con el que sólo había estado jugando las últimas semanas. Sí, iba a ser bueno. Que las cosas volvieran a la normalidad. Todo estaría bien.

CAPÍTULO 17 Jen se ofreció a preparar la cena, a pesar de que era el turno de Ryan. Ryan había sacado las últimas dos pechugas de pollo para descongelar esa mañana y vio a Jen mirando dentro de la despensa, obviamente, tratando de decidir qué hacer. Ryan decidió ayudarla. "Hay arroz. Y un poco de crema de champiñones y crema de pollo también. Y todavía tenemos un poco de frijoles verdes" Jen asintió, "Será pollo al horno y arroz" Ryan se quitó sus mocasines y se acomodó en su sillón reclinable. Los perros estaban en sus lugares habituales en la alfombra y por un momento, Ryan cerró los ojos y escuchó a Jen en la cocina cuando comenzó la cena. Era un sonido que de seguro extrañaría. Suspiró y sacó su laptop. Como era de esperar, había un e- mail de Reese. Habían despejado todo el camino de la avalancha. Pasarían otras tres semanas antes de que despejaran el camino hacia arriba y antes de que Ryan pudiese incluso sacar su Jeep.

"Voy a conducir hasta allá mañana para buscarla", leyó, "Infórmame a qué hora" Ryan miró las palabras durante unos segundos y luego comenzó a escribir su respuesta, "Mediodía..." pensó que les tomaría dos horas caminar hacia abajo. También pidió un paquete de provisiones, de patatas y cebollas y más pollo. Vaciló, luego antes de que pudiera cambiar de opinión, envió el e -mail de regreso. Se aclaró la garganta y luego miró a Jen, "Recibí un e-mail de Reese" dijo. Jen la miró con las cejas levantadas "¿Qué dice?" "Va a recogerte mañana" "¿Mañana?" Ryan asintió y Jen miró hacia otro lado rápidamente. No hubo ninguna sonrisa en su rostro. Ni señal de alivio. Sólo lamento. Ryan tuvo que admitir que sentía lo mismo. "Está bien, entonces…" dijo Jen "…Wow. Supongo que realmente estaré fuera de tu camino" "No has estado en mi camino, Jen. Ya lo sabes" "Sí. Pero es tiempo" una vez más Ryan asintió. La cena estuvo silenciosa, ninguna de las dos hizo un esfuerzo para mantener una conversación. Había tantas cosas que Ryan quería decir, pero no lo hizo. Todo parecía demasiado personal o inadecuado para su situación. La cercanía que había surgido entre ellas tenía que ser aplacada, lo sabía. Jen tenía una vida a la que volver y un casi-prometido. Ryan no tenía intención de cometer errores llevando las cosas a una dirección más íntima. Sabía por la manera en que Jen la miraba… como la había mirado durante semanas…que no alejaría a Ryan. Pero un encuentro sexual no les haría ningún bien a ninguna. Así que no dijo nada, simplemente jugó con su comida, como lo estaba haciendo Jen. Limpió la cocina mientras Jen empacaba sus pocas cosas. Había suficiente comida para otra comida para ella y la guardó para mañana. Mientras que Jen estaba en el baño, Ryan sacó a los perros para su última caminata corta de la noche. La temperatura había descendido cerca de la congelación nuevamente, pero las estrellas brillaban en el cielo despejado. Debería estar bastante cálido durante su caminata por la mañana. Y para su larga y solitaria caminata de regreso por la montaña. ¿Cuándo cambió? ¿Cuándo su casi irresistible deseo de soledad se alejó de ella?, Claro, tenía a los perros y aunque eran sus compañeros constantes, la conversación siempre era de un solo lado. Fue bueno tener a alguien con quien compartir las comidas, alguien con quien hablar, alguien con quien sentarse tranquilamente sin decir una palabra. Alguien con quien ir de excursión, alguien que notara la belleza de las montañas, alguien que apreciara la serenidad que sentía aquí, ¿Había llenado Jen un vacío en su vida, sin ni siquiera saber que lo tenía? Se detuvo, dejando que los perros corrieran delante de ella. La luna acababa de salir, emitiendo un resplandor helado sobre la nieve restante. El lado norte de la cabaña todavía estaba totalmente blanco, mientras que el lado sur estaba desnudo. Pronto, el sendero hasta la cresta estaría libre de nieve y cubierto con flores silvestres. Y el prado abajo estaría de un exuberante verde donde el castor crearía su estanque. Dos hermosas vistas que deseaba que Jen pudiese disfrutar. Quizás podrían mantenerse en contacto. Tal vez le enviaría sus fotos de la montaña en primavera. Y

luego, en verano. Y tal vez nuevamente en el otoño, cuando los álamos cambiaban. Tal vez podrían enviarse un e-mail. O tal vez Jen se iría mañana y nunca volverían a verse otra vez.

*** Jen puso otra leña en la estufa y cerró un poco la salida de humo. Le impactó que ésta sería la última vez que haría esta tarea particular. Miró alrededor de la habitación, viendo su mochila repleta de ropa. Estaba usando un par de pantalones de chándal de Ryan, uno de los dos pares que le había robado semanas atrás. La sudadera tenía un bordado de Yale en el frente y se preguntaba si tal vez Ryan había ido a esa universidad. Era un poco grande para ella, pero se había convertido en su suéter habitual durante las noches. Casi había decidido meterlo en su mochila cuando se fuese, con la esperanza de que Ryan no lo extrañara. Escuchó cuando la puerta de atrás se abrió y los perros corrieron adentro, los dos fueron en su búsqueda. Sus colas se meneaban mientras la rodeaban, sosteniendo sus cabezas en alto para que las acariciaran. Ryan estaba observándolas desde la puerta y Jen le sonrió. "Voy a extrañar a estas dos" dijo. "Ellas también van a extrañarte" Jen asintió con la cabeza, sintiendo un nudo en la garganta. Se dió la vuelta rápidamente, arreglando las sábanas en la cama. Ryan la dejó sola, para su alivio y pronto Jen la escuchó entrar en el cuarto de baño. La habitación estaba calentita y Jen se metió debajo de las sábanas por última vez. Muchas cosas habían cambiado en las últimos seis, siete semanas…ella había cambiado tanto…que casi no se reconocía a sí misma. Y aunque nunca había llegado al taller de escritores, había aprendido mucho. Es decir, la escritura de esa próxima gran novela probablemente no era para ella, no que ella todavía no iba a tratar. Se preguntaba, sin embargo, cómo iba a volver a su antigua vida. Seis semanas…casi siete…no era tanto tiempo de estar alejada, ¿Caería de nuevo en las viejas rutinas? ¿Almuerzo con Cheryl? ¿Cena con Brad? ¿Bebidas con su grupo de amigos? ¿Simplemente volvería a su antigua vida? ¿Estos nuevos sentimientos que se habían despertado en ella se desvanecerían? ¿Sería Ryan nada más que un recuerdo? Se quedó mirando el techo, tantos pensamientos ocupaban su cerebro que no pudo mantenerse en uno. Dejó de intentarlo. Tendría tiempo de sobra para arreglar todo después. Un montón de tiempo. Cuando Ryan entró y apagó la lámpara, Jen casi contuvo el aliento. Sería la última vez que dormirían juntas, la última vez que tendrían esta cercanía. Mientras nunca había podido encontrar consuelo con Brad, lo había encontrado con Ryan sin siquiera intentarlo. La colcha tiró un poco hacia atrás y la cama se movió cuando Ryan se acostó. Las dos estaban todavía acostadas sobre sus espaldas. Tenía tanto que decir, pero no sabía por dónde empezar. Finalmente encontró su voz, "Gracias" dijo en voz baja, "Gracias por todo. El rescate, por cuidar de mí. Todo" "De nada"

Jen seguía mirando al techo, tratando de poner en palabras sus pensamientos. "He...He aprendido algunas cosas sobre mí aquí arriba. Cosas buenas, creo" cuando Ryan no dijo nada, Jen volteó su cabeza viéndola en la oscuridad, "Voy a extrañarte" escuchó un suspiro antes de que Ryan también volteara su cabeza. "Yo también voy a extrañarte" Las palabras fueron pronunciadas en voz tan baja, que parecían flotar en el aire. Jen asintió con la cabeza y se volteó alejándose. Quería tanto acercarse. Quería que Ryan la abrazara, pero no se atrevía a expresar sus pensamientos. En cambio, se rodó hacia su lado, lejos de Ryan. Se sorprendió por la lágrima solitaria que rodó por su mejilla. La limpió con impaciencia, odiando sentirse tan...tan sola en ese momento.

CAPÍTULO 18 Jen siguió a Ryan mientras ella guiaba al bajar la montaña. Los perros saltaban delante de ellas, llenos de energía y excitación, Jen no sentía ninguna de ellas. Ryan llevaba la mochila de Jen colgada en su hombro y Jen llevaba su laptop. El corazón de Jen se sentía cada vez más pesado con cada paso que daba lejos de la cabaña. Había mirado por encima de su hombro varias veces, mirando como la perdía de vista. Su descenso fue tan silencioso como lo había sido la mañana, más tranquilo que incluso el silencioso desayuno que habían compartido. Jen no había podido quitarse el abatimiento que tenía encima. Incluso ahora, sabía que debería estar encantada de regresar a casa, pero no se sentía de esa manera. Por el contrario. Estaba triste por el prospecto de irse, sabiendo de alguna manera que nunca volvería a ver a Ryan. Ese pensamiento trajo otra ola de desesperación en ella, que casi le dejó sin aliento. Ryan se detuvo y se volteó elevando sus cejas. Jen le sonrió débilmente, “¿Necesitas descansar?” Jen negó con su cabeza, temerosa de hablar. Ryan le estudió por un momento, luego asintió antes de continuar su camino. ¿Estaría Ryan sintiendo de la misma manera que Jen? ¿Estaría lamentando esta despedida tanto como ella? ¿Por qué, oh por qué, no podían hablar sobre eso? ¿Por qué estaban ignorando lo que resultó ser tan descaradamente obvio? ¿Quizás porque eres heterosexual y tienes a un hombre esperándote para casarse contigo? Ese pensamiento casi le hizo reír. Sus sentimientos últimamente contradecían fuertemente esos dos hechos supuestos. Ni siquiera se había molestado en enviarle un e-mail a Brad para informarle de su regreso a casa. “Hey, ven aquí. Mira esto” Jen había estado tan perdida en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que Ryan había salido del sendero. La siguió a través de los árboles para echar un vistazo. Lo que vió le dejó sin aliento. “Eso es Slumgullion Lake” dijo Ryan, “No hay mucha nieve en el valle ¿no es así?” “Es hermoso” dijo Jen temerosa de perturbar la quietud que sentía en ese momento.

“Sí. Muy hermoso” murmuró Ryan. Jen se volteó, encontrando la mirada de Ryan sobre ella y no en la vista que se extendía ante ellas. La expresión en los ojos de Ryan le hizo acelerar el pulso. Siempre era así. Pero fue Ryan quien apartó la mirada, girándose bruscamente y continuando sin decir nada más. Dejó escapar el aliento, deteniéndose para ver abajo hacia el lago una vez más antes de seguir a Ryan y a los perros. El silencio, una vez más, fue su compañero mientras Ryan caminaba delante de ella. Eso estaba bien. No sabría qué decir, incluso si Ryan quisiera hablar sobre eso. Los minutos pasaban, marcados por el sonido de sus pasos. Durante mucho tiempo, sus caminatas fueron acompañadas por el sonido de la nieve crujiendo bajo sus botas. Hoy, las rocas y las ramas expuestas crujían con un sonido completamente diferente. Era casi extraño después de tantas semanas en la nieve. Demasiado pronto, Ryan se detuvo, quitando de su hombro la mochila que llevaba por Jen. Jen miró a su alrededor, viendo la única verja que bloqueaba la carretera justo por debajo de ellas. Hace unas cortas siete semanas, todo había estado cubierto de nieve, paisaje invernal. Ella había bordeado la verja sin querer siguiendo los rastros de las motos de nieve para subir más arriba en la carretera. Su mirada recorrió el camino nuevamente, más alto, viendo los montones de nieve, los restos de la avalancha. En algún lugar allá arriba, enterrado en la nieve, estaba el SUV que había alquilado. Aquí, sin embargo, el camino había sido despejado, el exceso de nieve se había empujado a un lado, dejando al descubierto grava tamizada. "Se ve completamente diferente" dijo. "Sí. No dejaron mucha nieve aquí abajo" "Supongo que tendré que hacer arreglos para que mi camioneta alquilada sea remolcada fuera de aquí" "Reese iba a ponerse en contacto con la agencia de alquiler ¿recuerdas?" Jen sonrió, "Oh, sí Había olvidado la buena comunicación que tienes con el sheriff local" Ryan agarró la mochila nuevamente y saltó al otro lado de las rocas que bordeaban la carretera. La nieve estaba fangosa allí y sus botas aterrizaron en tierra blanda. Extendió la mano. Jen se detuvo, finalmente tomándola y permitiendo que Ryan le ayudara. Apoyó el maletín de la laptop contra su mochila. A mitad del camino, bajando la montaña, ambas se habían quitado sus abrigos. Jen había logrado meter el suyo en su mochila. Ryan lo tenía atado alrededor de su cintura. "Ella dijo que estaría aquí al mediodía" dijo Ryan, mientras desenrollaba su abrigo y lo lanzaba encima de una roca, "Y a diferencia de tí, ella casi siempre llega a tiempo" Jen miró su reloj. Tenían diez minutos. Sólo diez minutos. Y tanto que decir. Trató de encontrar las palabras. Encaró a Ryan, ofreciéndole una pequeña sonrisa. "Agradecerte no parece ser suficiente" dijo finalmente. "No tienes que darme las gracias" Jen asintió, "Voy a extrañar...extrañar todo esto" hizo una pausa, "Voy a extrañarte" "Sí. Voy a extrañar tenerte cerca. Echaré de menos nuestras conversaciones"

Jen soltó una breve carcajada, "Como he dicho, vaya ermitaña que eres" Ryan también sonrió, su mirada nunca dejó la de Jen. Sintiéndose valiente, Jen movió su mano a ciegas agarrando la de Ryan. Sus dedos se entrelazaron, entonces Ryan la acercó hacia ella. El corazón de Jen latía con fuerza, bloqueando todos los demás sonidos. Ryan se inclinó hacia abajo, rozando suavemente con sus labios la mejilla de Jen. Los ojos de Jen se cerraron de golpe mientras contenía el aliento, esperando. Esperando más. "Jen..." Jen abrió los ojos, encontrándose con los de Ryan. No dijo nada. No podía hablar, apenas podía respirar. Pero se acercó un paso más, su cuerpo ahora tocaba el de Ryan. Pasaron incontables segundos, ambas tratando de leer los pensamientos de la otra. Entonces Ryan se movió, sus manos ahuecaron el rostro de Jen mientras sus pulgares acariciaban ligeramente sus labios. "Por favor…" susurró Jen, "…por favor bésame" La boca de Ryan flotaba a pocos centímetros de la suya. Acortó la distancia, mientras sus manos agarraban la camisa de Ryan acercándola más. No pudo reprimir el gemido…éste salió antes de darse cuenta. Unos labios cálidos y suaves reclamaron los de ella, el beso fue tierno en un primer momento, explorando. Jen le dio la bienvenida abriendo su boca, invitando a Ryan para que entrara. El gemido que oyó no fue suyo. Sintió temblar sus rodillas mientras Ryan la besaba con un hambre que nunca había sentido antes. Igualó el beso, sus manos se deslizaron hasta los hombros de Ryan, acercándola aún más. Gimió con una necesidad que no entendió cuando la lengua de Ryan se deslizó a través de sus labios. Era un beso, pero era un beso como ninguno de los que había experimentado, ¿Era porque Ryan era una mujer, que se sentía tan diferente? ¿Era por eso que su corazón latía con fuerza y su pulso se aceleraba?. Fuese como fuese, se aferró a ella, manteniendo sus cuerpos apretados, sintiendo las manos de Ryan moviéndose libremente por su espalda, luego más abajo, ahuecando sus caderas y tirando de ella más íntimamente. Después de todos esos años anhelando la pasión y los fuegos artificiales, los había encontrado en los besos de Ryan. Luchó por mantenerse en pie mientras devolvía cada beso con igual fervor, disfrutando la excitación que nunca había sentido antes. Casi se cae cuando Ryan se alejó bruscamente, manteniendo una mano en su brazo para mantenerla firme. Sus ojos buscaron los de Ryan, viendo en ellos una confusión que igualaba la suya propia…y un deseo que no estaba tratando de ocultar. Entonces lo escuchó. Dejó escapar un suspiro de frustración y dio un paso lejos de Ryan, separándose aún más. El rugido del motor de un camión se hizo más fuerte y se volteó viendo un polvoriento camión…con la palabra Sheriff escrita en sus lados…dando tumbos por el camino hacia ellas. "¿Jen?" Jen regresó su mirada hacia Ryan, sin saber qué decir, ¿Qué podía decir? Abrió la boca para hablar, pero las palabras no salieron. El portazo de una puerta de camión trajo la aplastante realidad sobre ella. Se estaba yendo. De regreso a casa."Vengo con regalos", Jen se volteó viendo a una mujer alta y esbelta con el cabello corto que venía hacia ellas llevando una enorme mochila. Era bonita, casi guapa. Jen casi se ruborizó, preguntándose por su repentina apreciación de las mujeres atractivas.

"Te acordaste" dijo Ryan con una sonrisa. "Sip. Morgan también hizo lasaña ayer. Metió un par de pedazos aquí para tí" Jen sonrió a las dos mujeres que se abrazaban rápidamente para luego separarse. Ryan hizo un gesto a ella. "Ella es Jennifer Kincaid" Jen tomó la mano que le ofrecía. "Es Jen. Encantada de conocerte" "Reese Daniels. Me alegro que hayas sobrevivido. Imagino que fue duro vivir con ésta" Jen miró a Ryan, temiendo encontrarse con sus ojos "Sí. Ella tiene sus momentos" "Al menos no te corté en pedacitos ¿verdad?" Jen sonrió ante eso, "No", se volvió hacia Reese, "Realmente agradezco que haya venido hasta acá. Mi SUV alquilado está en algún lugar allá arriba" dijo señalando el camino cubierto de nieve, "Espero que haya podido ponerse en contacto con mi agencia de alquiler" "Lo hice. Haré que la remolquen una vez que podamos llegar a ella. No te preocupes por eso" Respiró profundamente volviéndose hacia Ryan, "Bueno, supongo que eso es todo" Ryan asintió, "Sí, supongo que sí. Escucha, cuida de tí misma" Jen asintió, "Sí. Tú también" respiró profundamente, luego se agachó y acarició a cada perro antes de subirse al camión. Reese cerró la puerta detrás de ella y Jen se sentó allí, escuchando su conversación en silencio. "Morgan dice que van a despejar por aquí en unos tres o cuatro semanas" dijo Reese. "Grandioso. Debería ser capaz de sacar mi Jeep para entonces" "Baja para que tomemos una cerveza. Nos pondremos al día" Jen se mordió el labio. Se iría y seguiría con su vida. Y Ryan haría lo mismo. Forzó una sonrisa cuando Reese llegó a su lado. Al parecer, se veía obligada. "¿Estás bien?" Jen tragó, "No estoy segura" respondió con sinceridad. Se dio la vuelta, mirando por la ventana. Ryan y los perros permanecían allí de pie, observando. Sus ojos se encontraron, probablemente por última vez y Jen sintió un nudo en la garganta. Ryan levantó la mano lentamente. Jen asintió, grabando esa escena en su memoria. Apartó la mirada de Ryan antes de que sus lágrimas cayeran. Reese no dijo nada mientras se alejaban. Jen se limpió las lágrimas, conmocionada por la pérdida que sentía. Pasaron varios minutos antes de sentir el control suficiente como para hablar. "La...la SUV, tengo algo de equipaje allí. Y mi teléfono, la cámara…" dijo ella.

"No hay problema. Si me dejas tu dirección, haré que te lo envíen. Tendrás que ponerte en contacto con tu compañía de alquiler, informarles que voy a remolcarlo a Gunnison" "Está bien. Gracias. Yo, por supuesto, pagaré cualquier gasto que haya" "Imagino que el lugar de alquiler pagará por el remolque" Permanecieron en silencio nuevamente y Jen dejó que su mirada viajara a través de las montañas, donde la nieve sólo era visibles en algunas zonas aquí y allá. Extrañaría esto cuando regresara a la tierra seca y árida de Santa Fe. Reese fue la primera en romper el silencio, "Sabes, a Ryan le gusta fingir que es una ermitaña moderna… pero no lo es" "Lo sé" "Pudimos haberte rescatado por helicóptero" agregó. Jen asintió, "Sí. Pero de todos modos se suponía que debía estar en el hospedaje durante un mes, así que..." se encogió de hombros. Entonces…"¿Sabes por qué Ryan vive como lo hace?" Reese la miró, "¿Qué quieres decir?" "Lejos de todo el mundo. Sola" "Bueno, en realidad sólo está atrapada allí durante unos meses. Cuando el camino es aceptable, baja a Lake City varias veces al mes" Jen hizo la pregunta que más le interesaba, "¿Por qué está sola?" "No confía en muchas personas" "Lo sé. No me contó mucho acerca de sí misma. De hecho, nunca me dijo su nombre real" Jen hizo una pausa "Creo que fue lastimada…y que está huyendo de eso" Reese se encogió de hombros, "No me corresponde meterme en todo eso. Ryan valora su privacidad" Jen asintió rápidamente, no queriendo que Reese pensara que estaba husmeando. "Entiendo" estaba agradecida de que Ryan aparentemente había hablado con Reese y tal vez con Morgan también. Todo el mundo necesitaba a alguien con quien hablar. También estaba un poco herida de que Ryan no hubiese confiado lo suficiente como para compartir su pasado con ella. Era evidente que no confiaba en Jen.

*** Ryan miró hasta que el camión se perdió de vista y luego se alejó bruscamente de la carretera vacía. El silencio era ensordecedor. Miró a su alrededor, sorprendida por lo sola que se sentía. "Sólo nosotras otra vez, chicas" murmuró.

Agarró la mochila que Reese le había traído y la colgó sobre sus hombros. La devolvería en su primer viaje hacia abajo. Respiró profundamente, entonces empujó, regresando a la montaña. Calculó que tardaría al menos tres horas para volver a su cresta y a la cabaña. No se había dado cuenta de lo solitaria que sería su caminata sin Jen. Se detuvo, su mente…y su cuerpo…deseaban volver a vivir sus besos, deseaba diseccionar cada uno de ellos. Sin embargo puso sus pensamientos a un lado. No estaba preparada para examinarlos, para considerar lo que posiblemente pudieran significar. Los guardaría para más tarde. En este momento, no quería pensar. Sólo quería dejarlos ir, tal como había dejado ir a Jen. "Demonios, ella tiene un novio" se recordó a sí misma. Y él quiere casarse con ella, por el amor de Dios. Sacudió la cabeza, alejando también ese pensamiento. Se concentró en su caminata, manteniendo la mente en blanco. Las nubes vespertinas rodaban hacia las montañas, bloqueando el sol y la temperatura bajó. Se detuvo a descansar varias veces, cada vez remarcando la ausencia de Jen. Los perros también parecían extrañarla, seguían mirando hacia abajo de la montaña. Ryan descubrió que ella estaba haciendo lo mismo. Le tomó tres horas y quince minutos la caminata de regreso, pero, finalmente, la cabaña estaba a la vista. Su cabaña. Su hogar. Su santuario. Jen se había ido. Ahora las cosas volverían a la normalidad. Podía seguir con su escritura. Podía volver a su deambular solitario, ella y los perros vagarían por la montaña según su deseo. Jen se había ido.

CAPÍTULO 19 Jen estaba de pie en la ventana, mirando al otro lado de la calle hacia la casa de su vecino, una casa de adobe al igual que el resto de las casas de adobe ordenadas en la cuadra. Al igual que la suya. Suspiró y se dio la vuelta, sus pensamientos yendo hacia Brad. Él estaba enfadado. Estaba confundido. Había estado de vuelta hacía dos semanas y lo había visto solo en tres ocasiones, todas para cenar fuera. Y en cada oportunidad lo enviaba a casa, no lo invitaba a entrar. "¿Qué está pasando?" "Estoy muy cansada" "Vamos, Jen. Cada vez que quiero verte, tienes una excusa. Te he extrañado tanto" Ella casi se había rendido, el sentimiento de culpa pesaba sobre ella. Pero la idea de estar con él, besarlo, tocarlo…y que él la tocara a ella…era casi repulsivo. Tenía que decírselo. No estaba enamorada de él. No iba a casarse con él. Al menos eso lo había descubierto mientras estaba lejos. Lejos. Cerró los ojos, reviviendo una vez más…unas miles de veces más…los besos de Ryan. Cada vez, como ahora, su pulso se aceleraba ante la idea. Y cada vez, como ahora, alejaba esos pensamientos, deseando poder olvidar. Olvidar los besos. Olvidar a Ryan. Y cada vez, como ahora, no podía.

Con un suspiro, volvió a su tarea de hacer el almuerzo. Había invitado a Cheryl. Si eso era prudente o no, igual necesitaba hablar. No necesariamente sobre Ryan. Pero sobre Brad. Tal vez se estaba apresurando demasiado. Tal vez estaba dejando que lo que había ocurrido en las montañas nublara sus sentimientos. Ya había hablado con Morgan, le había contado sobre el beso, sobre los sentimientos que Ryan provocaba en ella. Eso podría haber sido un error, Morgan era amiga de Ryan, no de ella. Pero había estado tan fuera de sí y sólo necesitaba hablar con alguien. Agradeció que Morgan le permitiera eso, pero realmente necesitaba hablarlo con Cheryl. Cheryl la conocía. Sabría qué decirle. Y ella escucharía. Se había encontrado con Cheryl para almorzar el segundo día de haber regresado y casi le había soltado todo en ese momento. Ryan. El beso. Sus sentimientos por Brad o la falta de ellos. Pero Cheryl había estado tan emocionada al verla, con tantas cosas que contarle que no quiso estropearlo. Charlaron como las viejas amigas que eran y nunca ni una sola vez mencionaron la crisis que estaba atravesando. Hoy, sin embargo, sería diferente. Ya le había advertido a Cheryl que quería hablar. Acababa de terminar la ensalada de tacos cuando Cheryl llamó a su puerta. "Entra" expresó. Cheryl la encontró en la cocina y le dio un rápido abrazo como acostumbraba a hacer, "¿Es demasiado pronto para el vino?" Jen sonrió, "Sabes que no soy mucho de beber de vino" "Lo sé. Pero sonabas como si quisieras tener una conversación seria. Esto es más para mí que para tí" Jen se rió, "Entonces tal vez yo debería tomar una copa" Su conversación fue ligera y fácil mientras comían, desde chismes sobre conocidos comunes hasta el clima inusualmente cálido que estaban teniendo a finales de abril. Cheryl era realmente la única amiga cercana que Jen había tenido y una de las pocas personas con las que se sentía a gusto. Cuando Cheryl le llenó la copa por segunda vez, Jen se dio cuenta de cuánto tiempo había pasado. "Sé que no me has invitado a charla ligera" dijo Cheryl, "Hay algo que te molesta ¿Qué es?" Jen empujó su plato a un lado, al igual que Cheryl, "Oh, no sé ni por dónde empezar" dijo. "Supongo que tiene que ver con Brad", las cejas de Jen se elevaron. "Él me llamó. Dijo que le has estado evitando desde que regresaste. Quería saber si me habías dicho algo" dijo Cheryl, "Como si yo iba a contarle de todos modos" Jen sonrió, "Me siento...diferente", dijo "Y se trata de Brad. En su mayoría" "Puedes hablar conmigo sobre cualquier cosa, ya lo sabes" "Lo sé. Gracias por eso" todavía no estaba segura si sabría por dónde empezar. Decidió compartir el asunto que ya sabía era verdad, "No estoy enamorada de él" Los ojos de Cheryl se ampliaron un poco, "Está bien"

Jen tomó su copa de vino y la hizo girar distraídamente entre los dedos, "No me he acostado con él. Desde que he regresado, quiero decir" "Wow. No me extraña que me llamara" "He tenido mis dudas durante un tiempo, en realidad. Esa era una de las razones por las que reservé el taller en primer lugar" dijo, "Quería ese tiempo alejada, tiempo para reflexionar sobre nuestra relación, ver si realmente quería pasar el resto de mi vida con él" "Y supongo que llegaste a una conclusión" "No estoy enamorada de él y no quiero tener relaciones sexuales con él ", Jen sonrió, "Así que, sí" "¿No le has dicho nada?" "No. Pero seguro él sabe cómo son las cosas entre nosotros. Sin duda, él puede decirlo" Cheryl tomó un sorbo de su vino, "Estoy segura que ha considerado la posibilidad" dijo "Él me dijo que no eras la misma" Jen asintió, "He cambiado. Sé que lo he hecho. He cambiado diez veces más desde que nos conocimos. Quiero decir, conoces sobre mi pasado. Ya sabes cómo era" "Has cambiado desde que te conocí. Ahora tienes mucha más confianza" "Sí. Y todavía estoy cambiando" Jen se levantó yendo hacia la misma ventana por la que había estado mirando anteriormente. Unió sus pensamientos, con unas terribles ganas de contarle todo a Cheryl. Acerca de Ryan. Sobre el beso. Acerca de lo mucho que la extrañaba. Se dió la vuelta, encontrando los ojos vigilantes de Cheryl sobre ella. "¿Crees que alguien pudiese superar la adolescencia y atravesar la edad adulta y no darse cuenta de que podría ser...podría ser gay?" Cheryl negó lentamente con la cabeza, "No. No lo creo" "Yo creo que a lo mejor podrían. Si ellos estuviesen sobreprotegidos. Si ni siquiera supiesen de esas cosas" Cheryl también se levantó, uniéndose a ella en la ventana. Se aclaró la garganta antes de hablar. "¿Estás hablando de tí misma?" Jen asintió, incapaz de mirarla. "¿Qué está pasando, Jen?" Tomó una respiración profunda, "La besé. Ella me beso" miró a Cheryl "Nos dimos un beso" "¿Ella?" "Ryan. La mujer que me rescató" "Y... ¿ella es gay?" Jen asintió. "Ya veo ¿Y es por eso que crees que no estás enamorada de Brad?" "No" negó con la cabeza, "No. Te dije que había estado sintiéndome así sobre él por un tiempo. Ryan no tiene nada que ver con Brad"

"¿Qué clase de nombre es Ryan de todos modos?" "No lo sé. Puede ser su apellido. Ella es una persona muy reservada" "Está bien, espera un minuto…" dijo Cheryl levantando las manos, "¿La besaste? ¿En serio?" "Sí" "¿Qué tipo de beso?" preguntó vacilante. "Fue del tipo Quiero arrancarte la ropa" admitió. Y así fue. Si hubieran estado en la cabaña, en lugar de a un lado de la montaña, estaba segura que era exactamente lo que hubiese sucedido. "Ya veo" dijo Cheryl nuevamente, "¿Y ahora crees que eres gay? Jen, las jovencitas…mujeres…a veces…" "No, no es eso. Pasé siete semanas allí. Me sentía atraída por ella. Y en el transcurso de esas siete semanas, lo admití, lo reconocí, lo acepté. Sin embargo, nunca, ni una sola vez hablamos de eso. No realmente. Hubo momentos en que pensé que iba a besarme, pero nunca lo hizo. Y quería que lo hiciera" "Entonces ¿cuándo?" "Cuando me estaba yendo. Justo antes de que la sheriff me recogiera" Jen se encontró con sus ojos, "Por primera vez en mi vida, hubo fuegos artificiales por un beso. En realidad sentía mariposas en el estómago" dijo ruborizándose. Cheryl la atrajo en un fuerte abrazo, "Oh, Jen, no sé qué decir" "Lo sé. Yo tampoco" Cheryl se alejó, sonriendo levemente, "¿De verdad crees...crees que eres lesbiana?" "No lo sé. Me siento confundida. No sé qué hacer" "¿Pero no te ves a tí misma con Brad? ¿Nunca?" Jen negó con la cabeza, "No. Tengo que decirle. Explicarle" "¿Explicarle? ¿Acerca de besar a una mujer?" "Él tiene que saber que soy yo, no él" "No, no, no. Confía en mí. No debes contarle eso. Si quieres romper con él, dile la verdad. Dile que no estás enamorada de él. Dile que no funciona para tí. Dile que ya no se sientes lo mismo por él. Algo. Pero no le digas que es por otra mujer" Jen sonrió con tristeza "Brad es una persona agradable. Una buena persona. No quiero hacerle daño. Se merece a alguien que lo pueda amar y ser lo que él necesita. No puedo hacerlo. Nunca fuí esa persona. Creo que los dos sólo fingíamos que lo era" Cheryl pasó un brazo por sus hombros y la atrajo hacia sí, "Eso es lo que tienes que decirle" Jen se apoyó en ella, "¿Crees que estoy loca?"

"No. Pero ¿de verdad crees que eres gay?" "Sentí algo con ella que nunca había sentido con Brad", miró a Cheryl, feliz de ver sólo preocupación en sus ojos y no desprecio, "Quiero sentir eso otra vez" Se alejó de Cheryl, sus pensamientos yendo hacia Ryan, hacia los besos que habían compartido. Se había sentido tan maravillosamente diferente. La boca de Ryan era tan suave, tan gentil, aun así era hambrienta y exigente al mismo tiempo. Y su cuerpo había reaccionado a eso. Nunca había sabido lo que era sentirse atraída sexualmente por alguien. Le había dicho una vez a Ryan que quería más de lo que tenía con Brad, que tenía que haber más. Pero ¿por qué Ryan? No podía recordar haberse sentido atraída alguna vez por una mujer. Sólo Ryan. Se volvió nuevamente hacia Cheryl, "Tal vez estoy loca. Tal vez estoy exagerando. Después de todo, fue sólo un beso" se encogió de hombros. "No significa nada" Pero había sido mucho más que un simple beso. Sus cuerpos habían estado prácticamente fusionados entre sí, sus pechos aplastados contra los de Ryan. Cuando Ryan agarró sus caderas y las atrajo aún más cerca, sintió una sacudida de excitación, algo que nunca había sentido antes en su vida. Y sí, era algo que quería volver a sentir. "Definitivamente"

CAPÍTULO 20 Después de cuatro largas semanas y otra gran tormenta de nieve, Ryan finalmente escuchó lo que había estado esperando. Excavadoras. Había sacado su Jeep y lo había llevado tan lejos como había podido…hasta donde la avalancha había enterrado el camino. Todavía había un montón de nieve cubriendo el camino y como recordaba del año pasado, les tomaría tres o cuatro días despejar su camino. Había esperado todo este tiempo, podía esperar unos días más. Silbó a los perros y ellos salieron corriendo de inmediato. Odiaba admitirlo, pero estaba hambrienta de compañía y conversación. La verdad era que estaba hambrienta de Jen, pero eso estaba fuera de su alcance. Nunca se había sentido tan sola como lo había hecho las últimas cuatro semanas. Incluso en las horas más oscuras después que su nombre había sido filtrado a la prensa, después de las historias sensacionalistas, nunca se había sentido tan desconectada como lo había estado desde que Jen se había marchado. Se maldijo a sí misma muchas veces por no haber tenido, al menos, su dirección de correo electrónico. Pero ¿de qué habría servido mantenerse en contacto de esa manera? Jen tenía su vida. No había duda de que estaría inmersa en ella nuevamente. Ryan se preguntaba si Jen incluso pensaría en ella. No, lo mejor era que no se mantuvieran en contacto. Lo mejor para las dos. Subió de vuelta a la cabaña, la nieve casi había desaparecido, incluso en el lado norte de la cabaña. La primavera llegaría poco a poco aquí arriba, pero estaba convencida que había llegado. Las aves estaban subiendo desde las zonas más bajas y las ardillas estaban correteando una vez más por los alrededores, volviendo locos a los perros mientras estos las perseguían. Oh, de seguro, la nieve aún podría caer nuevamente. Había visto ráfagas en junio anteriormente. Pero

había llegado el momento de limpiar el solárium, sacar las sillas y su mesa de trabajo. Podía imaginar muchos días cálidos y soleados con su laptop, tal vez con una cerveza o dos. Sí, el verano podría hacer que se fuera…su soledad. Las cosas volverían a la normalidad.

CAPÍTULO 21 Jen prestó atención a los arreglos del lugar, cuestionando su sensatez al invitar a Brad a una cena agradable mientras planeaba tener la charla con él. Solo parecía incorrecto romper con él frente a unos filetes de lomito y patatas gratinadas. No era algo que estaba deseando, pero ya lo había evitado por mucho tiempo. Seguramente él tenía que saber lo que se avecinaba, pero conociendo a Brad…siempre optimista…probablemente nunca se le ocurriría que ella era infeliz y que quería poner fin a su relación. Al menos, a su relación romántica. Brad fue el primer amigo que había hecho en la universidad. Y si bien reconocía que había cambiado, ambos lo habían hecho, todavía tenían mucho en común. Ella esperaba que pudieran seguir siendo amigos, pero estaba preparada para que saliera de su vida por completo si esa era su elección. Eso le haría daño. Había estado evitándolo intencionadamente desde que había regresado, pero aun así en muchas ocasiones quiso llamarlo, decirle algo, compartir algo que había visto o leído, hablarle de la novela que estaba tratando de escribir. Se quedó mirando la mesa preparada para la cena, imaginando su rostro, imaginando lo herido que estaría. "Tal vez esto sea un error" susurró. No, no era un error. Y no estaba actuando apresuradamente. Y no tenía nada que ver con Ryan. De hecho, casi había alejado todos los pensamientos sobre Ryan, en las últimas semanas. ¡Mentirosa! De todos modos, no era un error. Había sabido por meses…incluso años…que Brad no era su alma gemela, no era la persona con quien estaba destinada a pasar su vida. Tenía que haber algo más. Quería más que esto. El sonido del timbre de la puerta le sobresaltó. Brad siempre golpeaba por lo que cuando abrió la puerta, se sorprendió al encontrarlo allí de pie. Le sonrió y aunque él respondió con otra sonrisa, pudo notar por la mirada en sus ojos que él sabía exactamente lo que implicaría esa noche. Su sonrisa se desvaneció rápidamente. "Entra" dijo cortésmente. Él levantó una botella de vino, "Sé que no solemos tener vino para la cena, pero pensé que podríamos necesitar esto" se acercó y le dio un beso en la mejilla, "No estés tan preocupada. Todo va a estar bien" Ella suspiró con alivio. Brad no había tenido la cabeza metida en la arena después de todo.

"¿Por qué no la abres?" sugirió, "La cena está casi lista" Estaba tan familiarizado con la cocina como ella. Ambos disfrutaban de la cocina y habían preparado muchas comidas juntos. Sintió nostalgia mientras lo miraba con el sacacorchos. Era un hombre apuesto y cuando se conocieron en la universidad, a menudo se preguntaba por qué quería ser amigo de ella. Todavía estaba en sus etapas difíciles, gafas horribles y todo lo demás. Pero se volvieron amigos. Y, finalmente, fueron amantes. Pero mientras lo observaba, sabía que esa parte en su relación había sido un error. Nunca había habido ninguna pasión entre ellos y si hubiese sido más fuerte y más segura de sí misma, no habría permitido que su relación evolucionara como lo había hecho. Sólo esperaba que ahora pudiesen salvar la amistad después de todo. "Sabes, sólo me has contado pedazos sobre tu estancia en las montañas", dijo mientras servía dos copas de vino, "Sin embargo, no parecías decepcionada por perder el taller" "Estuve decepcionada al principio" dijo, "Pero no había nada que pudiera hacer al respecto, y después de siete semanas, bueno, me ajusté", tomó el vaso que le ofrecía con una sonrisa "Gracias. No sé si te he dicho, pero ella era una editora. Me dió algunos consejos sobre la escritura y estuvo muy dispuesta a responder a todas mis preguntas. En cierto modo siento como si hubiese asistido a un taller" Él la miró por un momento, su expresión pensativa. "Has cambiado" dijo simplemente. Ella asintió con la cabeza "Sí" "Creo que te tomó estar lejos tanto tiempo y luego regresar para darme cuenta de cuánto" "Lo siento" "No, no. Lo digo en el buen sentido. Te ves muy confiada. Cuando te conocí, tenías miedo de tu propia sombra. En clase, te sentabas lejos de todos los demás, no mirabas a nadie" "Tenía miedo de hablar con la gente" Él sonrió y asintió con la cabeza. "Me dí cuenta de lo hermosa que eras, a pesar de que tratabas de ocultarlo detrás de esas ropas y esos anteojos anticuados" Ella se echó a reír."Mi plan, las ropas y anteojos anticuados era todo lo que conocía ¿Recuerdas aquel libro que leía?" "¿El de la fea de la fiesta? Sí. Era horrible" le recordó. "Lo sé. Pero consiguió que cambiara de ropa. Y finalmente, conseguí los lentes de contacto" "Que tu abuela aún piensa que usas" "¿Láser? Ellos hubiesen considerado esa cirugía como una gran pérdida de dinero" "¿Has hablado con ella últimamente?" Jen negó con la cabeza, "No desde que he regresado. Eso es horrible, lo sé, pero no podemos tener una conversación normal. No puedo decirle algo sin que le encuentre una falta. Y todavía quiere que me mude a Lubbock nuevamente"

"¿Y tu madre?" "No. No he hablado con ella desde...Navidad, supongo. Y sabes, nos llevamos muy bien ahora, es sólo que no tenemos mucho que decirnos la una a la otra. Quiero decir, ella tiene una nueva vida, nuevo marido, nuevos niños. Simplemente no tenemos mucho en común" le señaló hacia la mesa, "Deberíamos comer" dijo mientras abría el horno. "Oh, eso huele bien", él miró adentro, "¿Tus famosas papas gratinadas?" Ella se echó a reír, "¿Gasté una fortuna en el lomito y estás más interesado en mis papas?" "Sí. Y si eres realmente buena, me mandarás a casa con las sobras" "¿No lo hago por lo general?" "Sí, pero...bueno", dijo encogiéndose de hombros. Ella lo miró a los ojos por un instante, observando un toque de tristeza. Ella sentía lo mismo, "Hablaremos durante la cena" dijo. Él la ayudó a llevar todo a la mesa y admitió que todo lucía…y olía…bien. Sonrió con placer cuando él gimió después de su primer bocado. "Delicioso" murmuró. "Gracias", había hecho las papas gratinadas ya que era su favorito. Era la receta de su abuela y aunque la había ajustado un poco para hacerla un poco más saludable, todavía estaba delicioso. También lo estaba los filetes, su cuchillo cortó a través de ellos como si fuese mantequilla. "¿Crees que todavía cocinaremos la cena juntos de vez en cuando?" Ella levantó la vista, sorprendida. "Antes, cuando te dije que habías cambiado…sé lo que eso significa, Jen" Ella tomó un sorbo de su vino, disfrutando el sabor, retrasando lo inevitable. "He estado contenta" dijo, "No necesariamente infeliz, pero tampoco feliz", lo miró fijamente, "Creo que probablemente tú has sentido lo mismo" "Contento, sí ¿Feliz? Lo suficientemente feliz, supongo" "Empezamos como amigos. Desde hace tres años", dijo "No estoy muy segura de cuando se convirtió en noviazgo. Quiero decir, siempre íbamos juntos al cine. Siempre compartíamos las comidas ¿Cuándo empezamos a llamarlo noviazgo?" "Fue después de un partido de fútbol. Todo el mundo estaba muy emocionado de que habíamos ganado. Y yo te besé" Ella se echó a reír, "Y no me besaste otra vez por semanas" le recordó. "Eso fue porque nunca reconociste el primero" No, no lo había hecho. Eso fue porque no estaba segura de lo que significaba. Joven y despistada, así era ella. Incluso entonces, el beso no produjo ninguna emoción o excitación sexual. Al igual que ahora. Pero no quería hacerle daño.

"No puedo seguir haciendo esto, Brad. Eres uno de mis mejores amigos en el mundo entero, pero no puedo convencerme…o a tí…de que estoy enamorada de tí. No es justo para tí. Necesitas encontrar a alguien que pueda amarte como mereces ser amado" Él asintió con la cabeza. "Estaría mintiendo si dijera que no sabía que este día llegaría. Lo he sabido por años. Supongo que simplemente mantuve la esperanza de que fuese suficiente" "¿Es suficiente? ¿No quieres la pasión, esa emoción que nunca hemos tenido entre nosotros?" "Sé que nuestra vida sexual no ha sido grandiosa. Sólo pensé que…" "¿Era suficiente?" "Supongo que esperaba que eso iba a cambiar. Que encontraríamos la manera", ella le sonrió con tristeza, "Sí, creo que es probable que podamos encontrarlo. Pero no el uno con el otro" él agarró su copa, pero antes de tomar un sorbo, la miró, "Tengo que preguntar ¿Hay alguien más?" "No, Brad. No hay nadie más" y eso, ella sabía, era la verdad. Él asintió con la cabeza "Entonces ¿hacia dónde vamos desde aquí? ¿Tenemos que hacer un anuncio al grupo? Ya sabes, Sherry y Michael están organizando su fiesta anual del Día de los Caídos" "¿Te refieres a ir juntos a la fiesta y decirles que hemos terminado?" "Quiero decir que vayamos como amigos. Y contarles que tendremos una ruptura civilizada" sonrió, "Pero solo por el hecho de que seamos amigos, no significa que quiera saber sobre las citas que tengas. Al menos no por un tiempo" "Estaba tan aterrorizada de tener esta conversación contigo. Gracias por ser tan comprensivo" "Sé que me has estado evitando. Y sabía por qué; solo que no quería admitirlo" regresó a su cena y ella también, "Tienes razón, lo sabes" "¿Sobre qué?" "Acerca de simplemente estar contento. Éramos buenos compañeros y para mí, eso era más importante que tener una vida sexual grandiosa" Jen se rió, "Sí. Eso es lo que ellos llaman amigos"

CAPÍTULO 22 Ryan bajó la velocidad mientras conducía en Lake City, justo había pasado Slumgullion, agradecida de eso ahora, a principios de mayo, los turistas aún no estaban fuera de casa. Se sentía bien salir, conducir alrededor. Miró por el espejo retrovisor, sonriendo como Kia y Sierra colgaban por la ventana abierta, sus lenguas aleteando en la brisa. Sí, probablemente también estaban contentas de salir de la montaña. Aunque era un día fresco, se estacionó en la sombra, abriendo las ventanas lo suficiente para permitir que las chicas tuviesen un poco de aire. Se dirigió directamente a la oficina del sheriff, con

la esperanza de encontrar a Reese. La campanilla de la puerta indicó su llegada y sonrió preguntándose cuántas veces había escuchado a Reese decir que iba a bajar esa maldita campana. Eloise, la gerente de la oficina, la saludó con un abrazo, algo que Ryan amaba en secreto. "Acabas de perderla. Googan tenía un caucho desinflado y por supuesto, no tenía repuesto. Está arriba en el saliente de Creek Road" dijo Eloise. "Entonces voy a ver si puedo encontrar a Morgan. Simplemente dile a Reese que pasé por aquí" "Claro que le diré. Me alegro de verte nuevamente, Ryan" Por supuesto, acababa de salir por la puerta cuando Eloise levantó el teléfono. Sin duda llamando a Berta a la estación de guardabosques. Le habían dicho desde el principio que Eloise y Berta sabían todo lo que ocurría en Lake City. Ryan sabía que no tendría ninguna posibilidad de sorprender a Morgan. No en este pueblo. Tal como esperaba, Morgan la estaba esperando cuando llegó a la estación. Después de un fuerte abrazo y un beso rápido en la mejilla, Morgan se apartó, inclinando la cabeza hacia un lado. "Dios mío, necesitas un corte de cabello" Ryan se echó a reír, "Lo sé. Casi agarré unas tijeras para hacerlo yo misma" Morgan unió sus brazos, "Vamos. Vamos hacia Stella" Ryan se detuvo, "Oh, no. Reese dijo que tenía como cien años. De ninguna manera voy a dejar que toque mi cabello" "Ahora tiene una joven trabajando para ella. Es perfectamente seguro. Reese la ama" Ryan pasó los dedos por su cabello, recordando cómo había tenido que convencerse a sí misma para salir a cortarse el cabello la semana pasada. Así que cedió, "Está bien. Voy a darle una oportunidad" "Grandioso. Entonces te consentiré con una hamburguesa en Sloan. Nos pondremos al día" "Hamburguesa y una cerveza" dijo, "Cerveza fría" "Podemos manejar eso" Morgan unió sus brazos nuevamente mientras caminaban, "¿Fue eso una de las cosas que extrañaste? ¿Hamburguesas y cerveza?" "Sí. Y las extrañé a ustedes, chicas. Mucho. Este último mes ha sido muy duro" "¿En serio? ¿Después de que tu compañía se fue?" "¿Qué quieres decir con eso?" Morgan se detuvo frente a la peluquería de Stella. "Nos gustó mucho Jen. Pasó dos días con nosotras" Ryan levantó las cejas, "¿Por qué?" "Tenía un vuelo que salía de Gunnison. La llevé hasta allí", Morgan se detuvo, "Hablamos"

"¿Oh? ¿Y?" Morgan sonrió, "Sólo...hablamos", Morgan la empujó dentro de la puerta, "Vamos a conseguirte un corte de cabello" Una chica joven estaba sentaba en una silla del salón, leyendo una revista. Sonrió cuando las vió entrar. "Morgan, no estaba esperándote" "Hola, Amber. Y no estamos aquí por mí. Esta es mi amiga Ryan. Y necesita desesperadamente un corte de cabello, como puedes ver ¿Tienes tiempo?" "Tengo veinte minutos antes que aparezca la Sra Engle" dijo. Se puso de pie, entonces le hizo señas a Ryan hacia la silla, "Sólo un ajuste...o…" "Por lo general lo mantengo un poco más corto que esto" dijo Ryan. Amber miró a Morgan, "¿Cómo Reese?" "No tan corto", dijo rápidamente Ryan. "¿No?" Amber peinó con los dedos su cabello, "¿En capas?" "No poseo un secador de cabello, así que nada que requiera fijador. Y no uso gel" Amber sonrió, "Sí, me di cuenta que eres del tipo natural" Ryan miró a Morgan, "¿Qué significa eso?" Morgan se rió. "Que eres del tipo de lesbiana sin complicaciones" "Mira, empieza a cortar y te diré cuándo parar", dijo Ryan. "Tienes un rostro muy hermoso. Creo que te verías bien con el cabello muy corto. Finalmente convencí a Reese sobre eso", Amber miró a Morgan, "Y le encaja a la perfección ¿no es así?" "Sí. Se ha vuelto algo más confiada de sí misma" dijo Morgan con una sonrisa. "Dale una oportunidad. Siempre crecerá" Ryan se miró en el espejo, apenas reconociéndose a sí misma con su abundante cabello desaliñado. Sin duda, sería más fácil vivir como ella vivía, teniendo el cabello corto. Por supuesto, tenía un próximo viaje a los Hampton por considerar. Se imaginaba aparecer en la mansión con ese corte juvenil. Se imaginaba la cara de su madre. Eso selló el trato. Le dió a Amber una sonrisa diabólica, "Vamos a hacerlo" Vió como el cabello que había crecido en cinco meses caía al suelo. Viendo cómo se ponía más y más corto, estuvo a punto de cambiar de idea. Y cuando Amber sacó la maquinilla y clasificaba a través de los niveles, ubicándola en el número seis para empezar, casi saltó de la silla. "No te muevas" "Es un poco corto"

"Se supone que sea así". Amber le dió la vuelta, poniéndola de espalda al espejo mientras trabajaba con la maquinilla. El zumbido en su oído era exasperante y su mirada se encontró con Morgan. "¿Qué tan malo está?" La sonrisa de Morgan era genuina "Te ves hermosa" Ryan casi se sonrojó ante el cumplido, "Está muy corto ¿no?" "Síp", Morgan se inclinó hacia delante. "Haz que Reese te cuente acerca de la primera vez que se cortó el cabello aquí arriba. Fuimos a Gunnison porque tenía miedo de enfrentarse a Stella" Amber se rió ante el comentario. De hecho Ryan nunca había conocido a Stella, pero había oído historias de Reese. La mirada traviesa en los ojos de Morgan alimentó su curiosidad. "¿Qué pasa con el corte de Reese?" "No, no. Pregúntale a ella", dijo Morgan con una sonrisa. Unos pases más con la maquinilla y Amber había acabado. Ryan estuvo a punto de mirar, pero ella se lo impidió. "Primero vamos a lavarlo" Ryan la siguió hacia la parte de atrás, evitando los espejos a lo largo del camino. Una rápida lavada y un secado con toalla y Ryan estuvo nuevamente sentada en la silla de Amber. "Está bien. Date la vuelta" Sintiéndose un poco ridícula, Ryan se volvió lentamente. Sus ojos se abrieron en estado de shock mientras llevaba una mano al ahora muy corto, corto cabello. "¿Bien?" preguntó Morgan. Ryan pasó las manos sobre él, disfrutando la sensación. "No estoy segura. Sin duda es diferente" "Es un gran estilo para tí" dijo Amber, " Y como lo solicitaste, no necesitas ni fijador o gel" Morgan se levantó. "Vamos, preciosa. Vamos a tomar una cerveza" Ryan sacó dos billetes de veinte de su bolsillo y se los entregó a Amber "¿Esto lo cubre?" "Dulzura. Gracias. Y necesito verte cada tres semanas más o menos" "Trataré de recordarlo" De vuelta en la luz del sol, Ryan se detuvo para mirar a su alrededor. Era asombroso cómo un nuevo corte de cabello podía hacer que todo se viera más brillante, más resplandeciente, como nuevo. Supuso que se acostumbraría con el tiempo. Se preguntaba qué pensaría Jen de eso. Probablemente no la reconocería. "Te ves muy bien. Deja de preocuparte" dijo Morgan. "Reese vá a burlarse de mí"

"Sí, por supuesto. Eso es lo que hacen las hermanas mayores" dijo fácilmente. Fue dicho casualmente, pero igual hizo que se hinchara el corazón de Ryan. Morgan y Reese eran buenas para ella. La mantenían en tierra. La mantenían involucrada. Y ellas la amaban. "Gracias" Morgan parecía entender. Le sonrió cálidamente "Seguro. Ahora ¿Cómo están tus chicas?" "Estoy estacionada debajo de ese gran abeto. Están bien" Cuando llegaron al bar de Sloan, Morgan abrió la puerta para ella, "Vas a invitar ¿verdad?" Ryan sonrió, "Por supuesto" El bar estaba justo como lo recordaba, oliendo a comida frita y cerveza. Tracy estaba atendiendo la barra. Sonrió ampliamente cuando las vió. "¡Ryan! Me alegro de verte nuevamente" Ryan aceptó su abrazo, feliz de estar de nuevo entre la gente que conocía. Las personas que llamaba amigos. "Es grandioso salir de la montaña" dijo, "He estado soñando con una cerveza fría" "Me encanta tu nuevo corte de cabello. Se ve bien", dijo con una sonrisa "La cerveza viene enseguida ¿Morgan?" "Sip. Dejé a Berta a cargo" En lugar de sentarse en la barra, Morgan las llevó a una mesa. Ryan la miró inquisitivamente. "Pensé que podríamos hablar y ponernos al día", explicó Morgan "Por cierto, su negocio de alquiler consiguió remolcar" Ryan no fingió no saber a quién se refería con el su. Pero no estaba sorprendida. Había escuchado los camiones que iban y venían la última semana o algo así, trabajando en la carretera. El inicio de la temporada oficial de turistas estaba a sólo unas pocas semanas y esa era una ruta popular para los Jeeps. "¿Así que el camino es transitable hasta más allá de mi lugar? Eso me ahorrará unos quince minutos al venir al pueblo" "Todavía hay algunas zonas de hielo en ciertos puntos, pero tu Jeep debe ser capaz de lograrlo" hizo una pausa, "Le enviamos sus cosas. Las que estaban en la SUV" aclaró. "Aquí tienen, damas" dijo Tracy llevando dos tarros de cerveza helada. Ryan pasó la lengua por sus labios, sus papilas gustativas cobraron vida ante la vista. "Gracias" tomó un sorbo de inmediato dándole a Tracy un gemido de satisfacción, "Dios, esto está bueno" "Grandioso. Grita si quieres otra" "Gracias, Tracy", Morgan le dijo con una sonrisa. Tracy asintió con la cabeza y las dejó.

"¿Qué?" "¿Qué de qué?" preguntó Morgan. "¿Qué fue ese pase de comunicación silenciosa entre ustedes dos?" "No sé a qué te refieres" Ryan se echó hacia atrás, "Está bien. Lo entiendo ¿Qué es lo que deseas saber?" Morgan rió, "¿Qué te hace pensar que ya no lo sé?" "¿Así que ella te contó?" "¿La amable anfitriona que fuíste? Sí" "¿Y?" "¿Y? Dijo que le diste un paseo en trineo. Reese se divirtió con eso. No sabía que eras de las que le gusta jugar". Ryan ignoró ese comentario. Era cierto. "¿Y qué más?" Morgan se encogió de hombros, "Nada" entonces ella sonrió, "Oh ¿Te refieres al beso? ¿Te refieres a eso?" Ryan se sonrojó, lo que la avergonzó aún más. Así que, Jen había sentido la necesidad de contarle a Morgan…una completa desconocida para ella…que habían compartido un beso. No sólo un beso. Un completo precursor de algo mucho, mucho más que besarse. " Eso fue estúpido de mi parte" admitió, "Espero no haberla asustado de por vida" Morgan la miró, "Dios, no tienes ni idea ¿verdad?" "¿De qué estás hablando? ¿Además, por qué te lo dijo?" "Ella necesitaba hablar", sus ojos se encontraron. "Estaba llorando. Cuando te dejó, Reese dijo que estaba llorando" Ryan tragó el nudo en su garganta, alejando la mirada de Morgan. Dios ¿por qué estaba llorando Jen? Debió haber estado feliz. Estaba regresando a su vida nuevamente, volviendo a su hogar, volviendo a sus amigos. Volviendo a su prometido. Su casi prometido, se corrigió ¿Por qué lloraría? "Me he sentido muy…sola desde que ella se fue", admitió Ryan. Miró a Morgan nuevamente, "¿Por qué estaba llorando?" Morgan negó con la cabeza lentamente, "Eres como un hombre a veces, lo juro", levantó la mano hacia Tracy "Dos más" gritó. "En fin, le enviamos sus cosas, su equipaje que estaba en la SUV. Dejó su dirección con nosotras" "¿Santa Fe?" Morgan asintió y luego se echó hacia atrás cuando Tracy les trajo otra cerveza. "Creo que ahora estoy lista para esa hamburguesa" miró a Ryan, "¿Tú?"

"Sí. Con queso. Y un montón de lechuga" "¿Lechuga?" "He pasado mucho tiempo sin vegetales frescos" "Ya veo. Lechuga extra entonces" Morgan la estaba mirando y Ryan se movió incómoda. "¿Qué?" preguntó finalmente. "Tu cabello" dijo Morgan, "Te ves muy bien. Es un corte atractivo para tí", Ryan se sonrojó por segunda vez. "En fin, nos gustó mucho Jen. Ella era...refrescante. Muy abierta" Ryan asintió, "Sí, lo es" "Tú, sin embargo, no lo fuíste" "¿Qué se supone que debía hacer?, ¿Decirle quién era yo?. En el momento que estuve lo suficientemente cómoda con ella para decirle, ya era demasiado tarde" "¿Porque es una aspirante a escritora?" supuso Morgan. "Sí. Y ella está orgullosa de lo que ya ha publicado y yo no quería arruinarle eso". Morgan se limitó a sacudir la cabeza y Ryan se encogió de hombros, "¿Qué?" "En primer lugar, sus libros se venden muy bien", dijo Morgan. "Lo sé. Lo investigué", admitió Ryan. "En segundo lugar, no muchos escritores pueden decir que han ganado un Pulitzer y mucho menos a los veintidós años como tú lo hiciste. Creo que habría estado muy emocionada de saber eso de tí" "No entiendes. Estaba tan entusiasmada con su escritura, sobre sus planes que no quería avergonzarla" "¿Por qué estaría avergonzada?" Ryan miró su tarro de cerveza, preguntándose si eso había sido solo una excusa para no contarle a Jen o si realmente pensaba eso de ella. No, Jen no se habría avergonzado. Solo habría preguntado un centenar de preguntas más de las que ya tenía. Ryan podía imaginarla acurrucada en el sofá, con una taza de café en una mano agitando la otra mientras sus preguntas salían volando de sus labios. No, esa no fue la razón del por qué no le dijo. "Tenía miedo", le admitió a Morgan. "¿Que pudiera recordar la historia? ¿Que pudiera dudar de tí?" Ryan asintió. "No quería que pensara que yo era un fraude" Morgan la miró por un momento y luego se echó hacia atrás, "¿Por qué la besaste?" "Jesús ¿estás tratando de sacármelo todo antes de que Reese nos encuentre?"

Morgan sonrió "Sí ¿Así que, por qué?" "Simplemente sucedió" "¿Eso es todo lo que vas a decir? ¿Qué simplemente sucedió?" Ryan recordó las semanas previas antes de que Jen partiera, su lucha contra la atracción que no quería, que no necesitaba. Y la sorpresa que sintió cuando se dió cuenta que Jen también estaba luchando. A pesar de que no estaba muy segura de que Jen lo entendiera. Tal vez en un nivel más subconsciente, tal vez, pero en la superficie, podía ver la confusión que Jen sentía. Se preocupaba lo suficiente por Jen, la respetaba lo suficiente como para no querer hacer algo que arruinara su vida. Ambas sabían que Jen se iría con el tiempo. No había nada como una aventura, para lograr atraer el caos a la vida de Jen. No quería ser la causa de eso. Pero ese día, cuando Jen se iba, cuando Jen había agarrado su mano, simplemente no pudo resistirse más. Todas esas semanas de querer, de soñar, habían cobrado su precio. Aún así, todavía no estaba segura de cuál sería la reacción de Jen ¿Se alejaría en estado de shock? ¿La abofetearía? ¿Se enojaría? "Por favor, bésame" No. Se abrió a ella, tal como Ryan había imaginado que lo haría. Y fue demasiado para resistirse. Si Reese hubiese llegado diez minutos más tarde, no sabía qué tan lejos hubiesen llegado. Y ese pensamiento, hasta este día, había provocado que su cuerpo anhelara algo que no podía tener. Miró a Morgan, sin sentir la necesidad de compartir sus pensamientos. Se encogió de hombros, "Simplemente sucedió" Morgan la miró durante un largo momento y luego asintió. "Está bien" Ryan sonrió, "Gracias" "Oh, seguro. Cuando quieras" Ryan rió, "Eres una terapeuta maravillosa" "Sí, lo sé. Gracias" "Allí están. Debí haberlo sabido… ¿qué demonios has hecho con tu cabello?", las dos se volvieron al escuchar la voz de Reese. Ryan miró con envidia como Morgan y Reese se miraban entre sí, con las mismas sonrisas en sus rostros. Nunca había visto a dos personas tan enamoradas. "Me preguntaba cuánto tiempo te tomaría encontrarnos", dijo Morgan. "Recibí una pista de Eloise". Reese estaba de pie, mirándola "¿Tu cabello?" Ryan pasó la mano por su ahora muy corto cabello, "Ahora parecemos gemelas ¿eh?" Reese finalmente se sentó. "Imagino que Amber se apoderó de tí. Ella corta el mío cada vez más corto cuando voy" "Sí, pero he escuchado que solías cortar el tuyo en Gunnison" "Tenía miedo de Stella"

"Morgan dijo que debía preguntarte sobre la primera vez que te lo cortaron", Ryan se echó a reír al ver como la normalmente imperturbable Reese Daniels se sonrojaba. "Wow, esto tiene que ser bueno" Reese miró a Morgan con una sonrisa, "Creo que fuí la víctima en ese caso" "¿Víctima? No estabas actuando como la víctima en ese momento, cariño. De hecho, estabas casi rogando…" "Está bien, está bien. Ella no necesita saber todo eso", dijo Reese rápidamente. "¿Tuvieron relaciones sexuales en el salón?" supuso Ryan. Reese negó con la cabeza, "No. Pero mientras estábamos conduciendo hacia el supermercado, ella me atacó en la camioneta" "¿Atacar? Yo era la conductora" dijo Morgan. "Exactamente. Fue un milagro que no tuviésemos un accidente, contigo metiendo la mano en mis pantalones y todo eso" Ryan rió con ellas, una vez más envidiosa de su relación. Eso le hacía desear…esperar…que algún día pudiese tener eso. La cercanía que suponía vivir con alguien, compartiendo pensamientos, sentimientos. Riendo, jugando...y amando. No se sintió tan sorprendida de estar imaginando el rostro de Jen en ese momento. "Entonces ¿bajaste por un día o vas a quedarte?" preguntó Reese. "Pensaba quedarme a pasar la noche, si no les importa" dijo. "Tengo que ir a Gunnison por suministros. Pensaba hacerlo por la mañana" "Suena grandioso. Buena excusa para sacar la parrilla. Me encantaría un bistec" dijo Reese. "¿Te quedarás para almorzar?" le preguntó Morgan. "No. Necesito jugar al sheriff. Googan tiene el coche cerca de la tienda de Sammy. Pinchado y sin repuesto, así que voy a hacer su patrullaje" explicó. "Ustedes dos diviértanse. Nos vemos esta noche" "Ten cuidado" dijo Morgan. "Siempre" Morgan tenía una sonrisa en su rostro, incluso después de que Reese saliera de su vista "Amo a esa mujer", dijo simplemente. "Lo sé" Antes de que pudiera decir algo más, Tracy trajo sus hamburguesas. La boca de Ryan babeaba con la vista. "¿Otra cerveza?"

"No gracias, Tracy. Pero, un vaso de agua sería genial" dijo mientras tomaba su premio. Gimió cuando tomó su primer bocado. Estaba endiabladamente delicioso. Casi había devorado la mitad incluso antes que Morgan comenzara. "Muy buena ¿eh?" "Excelente", logró decir antes de tomar otro bocado. "¿Cuáles son tus planes para el verano?", preguntó Morgan, "¿Vamos a verte más a menudo?" "Me imagino que sí. Mi escritura está un poco estancada por el momento" "¿Estancada? ¿Por qué?" Ryan se encogió de hombros, "Sucede. Es el clima" dijo, "Prefiero salir a explorar" "Bueno, no es que tengas una fecha límite" "Eso es verdad" dijo con una sonrisa. "Sin embargo voy a tener que hacer un viaje hacia el este. Es la fiesta de cumpleaños anual de mi abuela" "¿Vas a ir otra vez? Cuando regresaste el año pasado, dijiste que sería la última vez" "Sí. Digo eso cada año. Pero tiene ochenta y nueve años y se sentiría terriblemente herida si no fuese. Además, es por una buena causa" "Odias los eventos de caridad" le recordó Morgan. "Odio los eventos de caridad que involucran a mi madre" corrigió Ryan. "Tengo que admitir que es buena en eso y que monta un buen espectáculo, pero eso es todo lo que es para ella…un espectáculo" "Es para el Parkinson ¿verdad?" "Sí. Mi bisabuelo tenía esa enfermedad" "Entonces ¿cuántos años serían?" "Creo que mi abuela tenía unos cuarenta años, cuando empezó con eso. Ha evolucionado con los años y atrae a una gran cantidad de celebridades" dijo Ryan poniendo los ojos, "Lo hace mi madre" "Puedo ver lo mucho que lo amas" dijo Morgan riendo. "Me aterra" dijo Ryan, "Y si se tratara de alguien que no fuese mi abuela, no dudaría en decir que no" "Creo que es bueno que vayas. Tal vez en una de estas visitas, tú y tu madre pudiesen reconciliar sus diferencias" "¿Así que cuando te digo lo superficial y vacía que es, no me crees?" "Sí. Sé que ella asume una pose, incluso en televisión, pero sigue siendo tu madre. Tiene que haber alguna conexión entre ustedes dos"

"No, no la hay. No tenemos nada en común. Mis creencias son muy diferentes a las de ella. Cualquier ambición que tenía como niña, ella trataba de frenarla. Quería que fuese una réplica de ella, nada como una mujer rica de una familia rica casándose para formar una familia aún más rica. Eso fue lo que su madre hizo, eso fue lo que ella hizo. Se suponía que yo debía continuar el ciclo" "Tus padres ¿tienen una relación?" "¿Quieres decir si se casaron por amor?" Ryan negó con la cabeza "No. Así no es como funciona. Mi padre tiene una amante" "¿Lo sabe tu madre?" "Por supuesto. Y ella tiene sus propias aventuras, de vez en cuando. Pero en público, se presentan como una pareja felizmente casada. Años de práctica, estoy segura que fue algo que aprendieron de sus propios padres" "¿Crees que si todo eso no hubiese ocurrido con tu libro, habrías caído en la misma trampa?" Ryan negó con la cabeza, "No. Yo, obviamente, no iba a casarme y mi madre finalmente aceptó que no estaba pasando por una fase gay" dijo. "Ella volvió su atención hacia mi hermano, pero él no tiene ninguna intención de establecerse. Tampoco tiene interés en profundizar en el negocio familiar. Ni yo tampoco", agregó. "¿Hay un negocio familiar? Quiero decir, sé de todos los hoteles y el casino ¿pero es algo que tu padre tiene realmente en su mano?" "Presidente es su título oficial, no CEO (director general) Pero aun así es una empresa privada, por lo que tiene mucho poder. En realidad, mi abuela también está involucrada en eso, aún en sus setenta" "Es difícil para mí pensar en tí viviendo en ese mundo" dijo Morgan. "Lo sé. Y en los últimos diez años, no he sido parte de él. Nunca podría volver" Sabía que era verdad. Volver una vez al año, en honor a su abuela, era todo lo que podía soportar. Una vez que su abuela se fuera, se preguntaba si alguna vez volvería nuevamente.

CAPÍTULO 23 "Así que Brad no es el único hombre con el que te has acostado ¿verdad?" Jen sintió que se ruborizaba de pies a cabeza ante la pregunta de Cheryl. Echó un vistazo alrededor de la barra, esperando que nadie hubiese escuchado. "Oh Dios mío" dijo Cheryl, "¿En serio? Eso no es normal" "¿Normal para quién?" preguntó Jen, "Es perfectamente normal para mí, tomando en cuenta que no sabía nada acerca de citas…o chicos…hasta mi último año en la universidad" Cheryl se inclinó hacia delante, "Entonces tal vez ese sea el problema. Él es el único con quién has estado. Tal vez no tienes nada con que compararlo"

"¿Qué estás diciendo?" "Tal vez necesitas, ya sabes, tener citas y esas cosas" Jen negó con la cabeza, "No. Ese pensamiento es nauseabundo" Cheryl sonrió, "¿La parte del hombre? Entonces sal con mujeres" Jen se rió, "Bueno, eso es algo un poco menos nauseabundo. La idea de salir y tener citas con hombres…o mujeres…bueno, es aterrador. Ya sabes, eso es tan fuera de mi elemento. No estoy del todo cómoda con esa escena" "Escribes libros de autoayuda, por el amor de Dios ¿Es que no lees lo que escribes?" Jen volvió a reír, "Creo que jamás me ha tocado esta situación en particular. Además, sinceramente, no me gusta el yoga. Y no puedo meditar para nada" "¿Qué? Pero todos esos libros…" "Lo sé, lo sé" dijo, "El yoga me aburre. He ido a cientos de clases y no lo entiendo. Puedo hacer las poses, los ejercicios, pero no me mueve. No puedo conectar con eso, como lo hace la mayoría" hizo una pausa, "¿Sabes que Susan quiere que empiece el cuarto, no?" "Sí ¿Sigues dándole rodeos?" Jen asintió, "El deseo simplemente no existe. No sé cómo algunos sacan seis, siete, hasta diez libros de autoayuda ¿Qué más tendrían que decir?" "Pero los libros de motivación siguen vendiéndose" dijo Cheryl. "Oh, lo sé. Y estoy muy agradecida por ello. Pero no creo que pueda hacer otro" "¿Así que todavía vas a probar con eso de escribir ficción?" "Tengo un par de ideas y tengo el tiempo y los recursos" dijo con un encogimiento de hombros, "Si no lo hago ahora ¿cuándo?" "Es solo que sé lo exigente que eres con tu trabajo. No quiero que te desanimes" Jen sonrió. Sí, Cheryl la conocía bien, "Haré mi mejor esfuerzo para no ser mi peor crítico" Cheryl se echó hacia atrás, mirándola "Entonces ¿cómo estás? Quiero decir...ya sabes" Jen se quedó mirando lo que quedaba de su bebida. "La extraño" levantó la vista, "La extraño mucho" trató de sonreír, pero no pudo. "Pensé que lo superaría para este momento. Ya han pasado casi dos meses. Pero yo...yo todavía la extraño" "¿Le has contado a Brad algo de ella?" Jen negó con la cabeza, "No. Y Brad ha sido genial. Hemos sido capaces de hacer la transición tan fácilmente en sólo ser amigos, creo que ahora él se da cuenta de cuan forzada fue nuestra relación. Para los dos" "¿Él ha tenido citas?"

"¿No los has oído? Ha estado saliendo con la hermana de Michael" "¿La que estaba en su fiesta?" "Sí. Tara. Es más joven, recién graduada de la universidad, pero creo que realmente le gusta" "¿Y tú estás bien con eso?" "Sí. Quiero que sea feliz. Estamos en un buen lugar ahora. Nos vemos al menos una vez a la semana, hablamos más por teléfono" Y eso era bueno. Su amistad se había fortalecido y si alguna vez sentía la necesidad de hablar de Ryan y sus sentimientos…estaba segura que él escucharía. Cheryl se inclinó hacia delante bajando su voz, "Así que cuando empiece a buscarte a alguien con quien liarte ¿debería buscar un hombre o una mujer?" Jen rió de buena gana, "¿Estás preguntando que género está en mis fantasías nocturnas?" "¿Debería?" Jen miró hacia otro lado, recordando los sueños tan intensos que había estado teniendo, sueños acariciando, besando. Sueños haciendo el amor apasionadamente. Y en cada uno de ellos, su amante imaginaria siempre era Ryan. Levantó la vista, sabiendo que no tendría que responder a la pregunta. Cheryl asintió, "Ya veo" "Lamento si eso te sorprende o te decepciona de alguna manera" dijo Jen. Cheryl se inclinó sobre la mesa y le tomó la mano, "Nunca podrías decepcionarme. Pero tengo que admitir que aún estoy algo sorprendida por todo el asunto" Jen sonrió cariñosamente a su amiga, "Gracias. Y para ser sincera, también estoy algo sorprendida por eso"

CAPÍTULO 24 Ryan se echó la mochila al hombro y se dirigió al otro lado de la pista hacia el avión privado de su padre. Como era habitual, le daba miedo ir al Este. Temiendo hacer frente a su madre, temiendo tratar de esconderse de los medios de comunicación que estarían en la fiesta de cumpleaños de su abuela. Aunque sería bueno ver a su hermano, por lo general sólo podían tolerarse un día antes de que ella quisiera huir gritando. Él no tenía ni una sola preocupación en el mundo y casi la misma cantidad de ambición. Al acercarse al avión, un hombre salió desde un lado. Era Jeffery, el piloto de su padre. Se detuvo en seco, mirándola fijamente durante un largo momento. "Vaya señorita Catherine, casi no la reconocía" Ryan frunció el ceño y recordó su cabello. Ahora estaba acostumbrada a él y ya no se sorprendía cuando se miraba en el espejo. Elevó una mano frotándolo, había visitado a Amber por segunda vez hace dos días.

"Necesitaba un cambio Jeffery ¿Cómo estás?" "Bien. Recibí su mensaje ayer ¿Quiere hacer una parada por sólo una noche?" Vaciló, preguntándose por la sensatez de su decisión. Siempre podía cambiar de opinión. De hecho, eso sería lo mejor. Sólo dirigirse directamente a Hampton y marcharse tan pronto como pudiese. Pero no podía. "Sí. Sólo una noche" "Está bien. Ella está lista para irse cuando usted lo esté" ella asintió, luego lo precedió por las escaleras dentro del lujoso jet, lanzó su mochila en uno de los asientos antes acomodarse. De repente estaba muy nerviosa y no tenía nada que ver con el vuelo.

CAPÍTULO 25 El sol de la tarde estaba bajando, la luz se había movido de su ventana. Jen levantó la vista desde su escritorio, tomando nota de los colores a medida que cambiaba. Al parecer, disfrutarían de otra espectacular puesta de sol. Pulso “guardar” a lo que había estado trabajando…había estado trabajando todo el día…y se levantó, estirando la espalda mientras levantaba los brazos por encima de su cabeza. Las puestas de sol era algo a lo que nunca le había prestado mucha atención anteriormente. Sin embargo, durante las siete semanas que había estado en las montañas, había sido testigo de unas cuantas. Últimamente, mientras veía desaparecer al sol, se preguntaba a menudo si Ryan también estaría mirando. La imaginaba en la cresta con los dos perros a su lado mientras miraba hacia el oeste. No podía creer lo difícil que era alejar a Ryan de sus pensamientos. Parecía estar siempre ahí. A veces, se consolaba con eso. Otras veces, como ahora, sólo le hacía sentir tan sola. Se alejó de la puesta de sol, como si al hacer eso pudiese desterrar a Ryan de sus pensamientos. Aún no sabía lo que iba a hacer. Mientras ella y Brad seguían siendo amigos, él había superado su relación. Ella también quería hacerlo, pero no sabía por dónde moverse. La idea de las citas… aunque ya no era la misma chica tímida que había sido en la universidad…era desalentadora. E incluso si se sintiera lo suficientemente confiada, la idea de conocer gente nueva, ya sea hombre o mujer, simplemente no era atractivo para ella. Se dijo a sí misma que quería concentrarse en su escritura, pero tal vez eso era sólo una excusa. Oh, todavía salía con su grupo de amigos, aún se reunía con Cheryl para almorzar o cenar. Y ella y Brad todavía compartían una comida al menos una vez a la semana. No estaba hambrienta de compañía. Simplemente extrañaba la intimidad de ser amantes. Rió ligeramente mientras se dirigía a la cocina. Mientras ella y Brad habían sido amantes, sus conversaciones nunca habían sido íntimas. De hecho, nada había cambiado en ese sentido. Abrió la nevera, con la esperanza de encontrar milagrosamente la cena. El pollo parmesano que ella y Brad habían hecho hace dos noches estaba allí todavía, pero no le apetecía. Cerró la nevera y abrió el congelador. Después de revisar el contenido, también lo cerró. El timbre sonó justo cuando estaba a punto de abrir la despensa. Miró el reloj y se preguntó quién podría ser.

Seguía dándole vueltas a las opciones para la cena cuando abrió la puerta. Abrió la boca en estado de shock. Ryan lucía diferente con el cabello corto…más atractiva, si de alguna manera eso fuese posible…aunque la hubiese reconocido en cualquier parte. No podía creer que la mujer que había estado rondando sus sueños durante tantos meses estuviese de pie frente a ella, en carne y hueso. Sin embargo, no pudo encontrar su voz y simplemente la miró, temerosa de que sus piernas cedieran en cualquier momento. Ryan fue la primera en hablar. "Te extrañé" Jen finalmente dejó escapar el aliento, "¿Eres real? ¿O estoy soñando?" "Soy real. O tal vez las dos estamos soñando" Jen sonrió, "Yo también te extrañé" "Sé que no debería estar aquí…" dijo Ryan mientras miraba detrás de Jen hacia la habitación, "… es probable que…" "Estoy sola. Adelante" Jen dio un paso atrás, indicándole a Ryan que entrara. Vió a Ryan tragar nerviosamente y eso trajo una sonrisa a su rostro. Cuando cerró la puerta, se encontraron frente a frente, sus miradas se unieron y luego se alejaron nuevamente. "¿Cómo has estado?" Jen se encogió de hombros. Miserable. "Bien, supongo" extendió una mano, rozando sus dedos por el cabello de Ryan, "Me encanta tu cabello de esta manera" Los ojos de Ryan se cerraron. Jen se sorprendió por el evidente poder que tenía sobre ella. Dejó que sus dedos continuaran su exploración, alentada por el latido acelerado en la garganta de Ryan. "Jen, deberíamos hablar…" "No" cualquier excusa que Ryan quisiera hacer, no quería escucharla. Había pasado demasiado tiempo. Sólo había una razón posible por la que Ryan estuviese allí. Sintiéndose tan valiente como nunca se había sentido en toda su vida, tomó la mano de Ryan y la condujo a través de la casa. El pulso le latía con fuerza, amenazando con dejarla sin aliento, pero no soltó a Ryan. Abrió la puerta de su dormitorio y luego se volteó para mirarla. Los ojos de Ryan buscaron los suyos. Jen no sabía qué decir, no sabía cómo decir lo que quería. Pero sabía lo que quería, de eso que estaba segura. Por fin soltó la mano de Ryan y se agarró el dobladillo de su camisa. Respiró profundamente y lentamente sacó su camisa sobre su cabeza. La mirada de Ryan recorrió su torso desnudo, deteniéndose en el material de encaje rojo que aún cubría sus pechos. Impulsada por el evidente deseo en el rostro de Ryan, Jen buscó detrás de ella y desabrochó su sujetador, dejándolo caer. Observó cómo subía y bajaba el pecho de Ryan, como su lengua humedecía sus labios. Se sintió emocionada al notar como la mirada hambrienta de Ryan viajaba por ella. Se quedó quieta, como si fuese una ofrenda en silencio. "Dios mío, eres hermosa" susurró Ryan. Luego levantó los ojos, "Jen, no tienes…" "No hables" dijo en voz baja poniendo un dedo sobre sus labios, "No pienses. Sólo siente. Sólo... hazlo"

Ryan asintió mientras su mirada regresó a los pechos de Jen, "Quiero hacer el amor contigo" Jen sonrió, "Estaba esperando que lo quisieras, ya que estoy medio desnuda" Ryan se quitó rápidamente su propia camisa, luego vaciló sólo unos segundos antes de quitarse su sostén. Los ojos de Jen se sintieron atraídos hacia ella, era tan hermosa como Jen había imaginado. Levantó la vista, reuniéndose con la mirada de Ryan, viendo su deseo reflejado. Semanas…meses…soñando con esto y Ryan estaba aquí, era real. Ya no era más una amante de sus fantasías. Jen sonrió tímidamente, sin saber qué hacer. Ryan también sonrió, dando un paso hacia ella. Jen sintió que su corazón saltaba hacia su garganta. Tragó con nerviosismo. El primer toque de Ryan envió escalofríos a través de su cuerpo y casi gimió por eso. "Si quieres que me detenga, solo dilo…" "Quiero que dejes de hablar, eso es lo que quiero" murmuró Jen mientras encontraba la boca de Ryan, silenciándola efectivamente. El beso fue como el de antes, aún así tan diferente. Jen no dudó un instante, su boca se abrió, su lengua luchó con la de Ryan como si lo hubiese hecho muchas veces anteriormente. Los suaves labios parecían devorarla y jadeó cuando las manos de Ryan subieron ahuecando sus pechos. Gimió en la boca de Ryan cuando esos dedos acariciaron sus pezones, los botones sensibles se endurecieron como rocas con el toque de Ryan. Alejó su boca, necesitando respirar y tomó respiraciones profundas. Sí, había soñado que Ryan la tocaba, pero no estaba preparada para el tipo de reacción que su cuerpo tendría. Sintió que sus rodillas se debilitaban, temiendo que se derrumbaría allí mismo mientras los dedos de Ryan se deslizaban hacia su cintura, desabrochando con destreza sus pantalones cortos con un movimiento rápido. Todo estaba borroso. Las manos de Ryan parecían estar en todas partes al mismo tiempo. Los sentidos de Jen estaban en sobrecarga. Se encontró a sí misma completamente desnuda y sobre la cama, tratando de alcanzar a una Ryan igualmente desnuda y atrayéndola hacia ella. Cuando el cuerpo de Ryan cubrió el de ella, se sorprendió por la suavidad de su piel. Mientras sus manos viajaban a través de la espalda de Ryan, Ryan abría sus muslos. Las caderas de Jen se movieron instintivamente, levantándose para encontrarse con el cuerpo de Ryan mientras se apretaba contra ella. "Se siente tan bien" murmuró, "He estado soñando con esto" "No tienes ni idea" susurró Ryan contra sus labios. La mano que se movía hacia abajo por su cuerpo era lenta y segura y Jen tembló cuando Ryan la deslizó entre sus muslos. Podía sentir su propia humedad y abrió las piernas, urgiéndole a Ryan que la tomara. Se quedó sin aliento cuando los dedos de Ryan se movieron a través de sus resbaladizos pliegues, sus caderas se sacudieron cuando esos dedos frotaron su clítoris. Nunca había estado tan excitada, nunca había querido así. Atrajo la boca de Ryan hacia la de ella, gimiendo cuando Ryan chupó su lengua al mismo tiempo que sus dedos la llenaban. Jen no sabía que esperaba, pero la pura felicidad de todo esto era casi demasiado para soportarlo. Alejó su boca, respirando profundamente, sus caderas se movían contra Ryan en un ritmo natural.

Ryan bajó la cabeza, barriendo su lengua sobre sus pezones, primero uno y luego el otro. Jen volvió a gemir cuando Ryan cubrió su pecho, chupando un pezón dentro de su boca. Todo era demasiado…demasiado, tan pronto…y su cuerpo simplemente explotó, combustionando de puro placer. Difícilmente reconoció el grito que salió de su boca, pero había sido imposible evitarlo. Antes de tener tiempo para registrar la magnitud de su orgasmo, Ryan bajó por su cuerpo, separando con las manos sus piernas. Jen miró hacia abajo, con los ojos muy abiertos. "Qué...no puedo...yo nunca...oh, Dios mío…" susurró cuando la boca de Ryan se posó sobre su clítoris, chupándolo con fuerza, frotando su lengua contra ella. Las manos de Jen agarraban las sábanas, sus caderas se mecían violentamente contra el rostro de Ryan. La sensación era tan completamente diferente de cualquier cosa que hubiese experimentado, quería que durara para siempre. Su cuerpo, sin embargo, no cooperaría. Sintió su mundo fuera de control y un segundo orgasmo le impactó con la misma fuerza que el primero, quitándole el aliento mientras apretaba la cabeza de Ryan entre sus piernas. Sus piernas y brazos cayeron inertes a los costados, con los ojos cerrados y la boca abierta, tomando respiraciones rápidas. Las manos de Ryan ahora se movían lentamente, acariciando suavemente su cuerpo, mientras susurraba palabras que Jen no podía descifrar. "Increíble" susurró Jen, "Absolutamente increíble" "¿Fue tu primera vez?" supuso Ryan. Jen asintió, "Nunca me había sentido así antes" "Me alegro" Jen rodó hacia su lado, encarando a Ryan, "No puedo creer que estés aquí" sonrió, "No puedo creer que estés en mi cama y...y que nosotras..." se detuvo, su mirada fue atraída por la boca de Ryan, "Muéstrame. Enséñame. Quiero complacerte. Quiero hacerte sentir de esta manera" se acercó más, besando suavemente a Ryan en los labios, probándose a sí misma mientras lo hacía, "Por favor...muéstrame qué hacer" Ryan tomó su mano y lentamente la movió entre sus cuerpos. Jen esperó con anticipación mientras Ryan abría su muslos. "Oh Dios...estás tan..." Ryan sonrió contra sus labios, "…húmeda" "Sí" susurró Jen. Ryan movió nuevamente su mano, pasándola esta vez entre las piernas de Jen, "Al igual que tú" Jen sintió su propia humedad con sus propios dedos, sorprendida por lo excitada que estaba todavía. Ryan movió sus manos, rozando el clítoris de Jen. Ella se sacudió mientras una corriente pasaba a través de ella, "Dios" gimió, entonces, "No. No, no, no" dio la vuelta a las dos, sentándose a horcajadas sobre las caderas de Ryan. Ryan presionó contra ella con una leve sonrisa en su rostro, "¿No, no, no?"

Jen la miró, sorprendida por lo confiada que se sentía en ese momento. Las inseguridades que normalmente albergaba…con Brad…desaparecieron con Ryan. Ahora entendía por qué el sexo con Brad siempre le había dejado con ganas de más. No tenía ni idea de que ese más implicaba una mujer. Se inclinó hacia abajo, besando apasionadamente a Ryan. "Quiero conocerte. Todo de tí" se movió, deslizando su mano tentativamente sobre el pecho de Ryan, sorprendida por la suavidad que sentía. Ryan gimió cuando los dedos de Jen rozaron su pezón. Se volvió rígido y Jen se sintió atraída por él, su boca…tímida al principio…finalmente se cerró sobre él, su lengua hacía círculos en el pezón duro. Ryan la atrajo aún más, emitiendo sonidos de placer, sus manos vagaron por su espalda a su antojo, todo eso excitaba a Jen más de lo que ya estaba. Ryan abrió las piernas y Jen se instaló entre ellas, sus caderas inconscientemente se frotaban contra ella. Levantó la cabeza del pecho de Ryan, reuniendo sus labios con los de Ryan nuevamente. "¿Vas a mostrarme que hacer? " susurró. Ryan sonrió contra su boca, "Hasta ahora lo que estás haciendo es realmente fantástico" Jen se apartó, sonriendo también. No podía creer lo a gusto que se sentía, lo cómoda que estaba con Ryan. Parecía la cosa más natural del mundo que sus manos bajaran por el cuerpo de Ryan, rosando los dedos a través de su piel suave. Con una confianza que no sabía que tenía, separó con un movimiento las piernas de Ryan, llevando sus dedos hacia ese lugar con el que sólo había soñado, encontrando la humedad cálida que buscaba. Gimió cuando la tocó por primera vez…era como seda entre sus dedos…y sus ojos encontraron los de Ryan mientras se deslizaba dentro de ella. Las caderas de Ryan se levantaron para encontrarse con ella, abriéndose para ella. "Sí" murmuró Ryan, "Así" Fue lento y sensual, sus dedos se enterraron en el interior Ryan, empujando un poco más rápido ahora que Ryan había marcado el ritmo que necesitaba. Jen trató de tomarlo todo, pero era una sobrecarga sensorial. Bajó la cabeza cerrando su boca sobre un pezón rígido, gimiendo mientras lo succionaba. La mano de Ryan en su cabello mantuvo su boca allí y Jen estuvo feliz de complacerla. La mano libre de Ryan se deslizó entre los muslos de Jen, buscando…encontrando…su clítoris. Jen jadeó mientras empujaba dentro de Ryan, ondulando sus caderas, deseosa de encontrarse con los golpes de Ryan. "Sí, más duro", Ryan respiraba, sus propias caderas frotándose contra Jen. Jen trató desesperadamente de mantener el ritmo. Era la cosa más erótica que jamás hubiese hecho y levantó su boca del pecho de Ryan, necesitaba desesperadamente respirar. Sus caderas se mecieron juntas, con las manos entre sus cuerpos, cada una dándole placer a la otra. Jen encontró la mirada de Ryan, impresionada por el gran éxtasis que encontró allí en ese momento. Empujó más duro, respirando tan rápido como Ryan, imitando a Ryan golpe tras golpe. Quería aguantar, hacer que durara, pero no pudo. El placer fue demasiado. Se quedó sin aliento, sus caderas se sacudieron por última vez.

"Sí...ahora" urgió Ryan, sus propias caderas suspendidas en el aire mientras sus muslos atrapaban la mano de Jen. Gruñó en voz alta y Jen también cedió, su orgasmo le cubrió como oleadas de pura felicidad. Se dejó caer sobre Ryan, totalmente agotada. Su piel estaba húmeda por el sudor y sintió que los dedos de Ryan apartaban el cabello de su rostro. Intentó moverse pero simplemente no tenía la energía. "¿Estás bien?" "Fabulosa" logró expresar Jen antes de cerrar los ojos completamente.

CAPÍTULO 26 No habían hablado. No realmente. Era como si no pudiesen dejar de tocarse, como si no pudiesen dejar de besarse el tiempo suficiente para hablar. Ni una sola vez le preguntó sobre Brad y Jen no lo mencionó. Diablos, por lo que sabía, estaban comprometidos, los ojos de Ryan se abrieron, entonces se cerraron de nuevo. Jen se acurrucó contra ella, aún profundamente dormida. Finalmente se obligó a abrir los ojos, registrando los acontecimientos de la noche. La lámpara de la esquina seguía encendida. Ryan observó a Jen, sus facciones relajadas en el sueño. Nunca había visto nada más hermoso. El pánico se apoderó de ella ¿Qué he hecho? Se desenredó lentamente de Jen, saliendo en silencio de la cama. Jen se agitó pero no se despertó. La miró fijamente, memorizando la curva de su rostro, la pendiente de su nariz, sus labios, sus ojos, su boca. Dios, esa boca había estado en todas partes de su cuerpo. Cerró los ojos por un segundo, asumiéndolo todo. "Lo siento tanto" susurró. Respiró profundamente y se volteó, recogiendo su ropa desechada y saliendo a hurtadillas de la habitación. Se vistió rápidamente, tratando de no pensar en lo que habían hecho…lo que había hecho. Sólo necesitaba escapar. En el escritorio de Jen, tomó un pedazo de papel de un bloc de notas, haciendo una pausa cuando vió la laptop de Jen. Pasó los dedos a través de ella, recordando todas esas tardes con Jen acurrucada en el sofá, escribiendo en la máquina. Ryan alejó los recuerdos mientras agarraba un bolígrafo. Se quedó mirando el papel, sin saber qué decir. Finalmente escribió una disculpa y huyó. El sol no había salido todavía y sólo entonces Ryan pensó mirar su reloj. Cuatro y media. Corrió hacia su coche de alquiler, haciendo una pausa para mirar hacia atrás a la casa de Jen vez antes de huir a toda velocidad. No entendía su necesidad de escapar, pero era fuerte y se dejó guiar por ella. Aceleró por las calles desconocidas, de regreso a la carretera. "¿Qué demonios he hecho?" A estas alturas, puede que incluso hayan fijado una fecha de boda. Sintió el pánico apoderarse de ella nuevamente y alejó esos pensamientos. Golpeó el volante con la mano derecha,

maldiciéndose a sí misma por lo que había pasado. Pero en realidad ¿no era exactamente lo que había esperado que sucediera? ¿Por qué más se había aparecido en su puerta? Había estado pensando en Jen día y noche, desde el momento en que salió de su vida. Sólo necesitaba sacarla de su sistema, se dijo. Y después de pasar horas en la cama con ella, de seguro lo había logrado. Pero ¿qué pasaba con Jen? Redujo la velocidad, mirando por el espejo retrovisor. Tenía que volver. No podía abandonar a Jen así. Encontró su mirada en el espejo y sacudió la cabeza. No, no podía volver. Aceleró nuevamente, alejándose cada vez más de Jen con cada segundo. No podía volver.

*** Jen se dió la vuelta, estirando las piernas. Estaba gratamente adolorida. Una repentina sonrisa iluminó su rostro. Sin embargo, se desvaneció rápidamente. Sabía incluso antes de abrir sus ojos que estaba sola. Alargó la mano, sintiendo el frescor de las sábanas. La casa estaba en silencio. Demasiado silenciosa. Ryan se había ido. Se quedó mirando el techo, sintiendo un dolor en el pecho. Ryan se había ido. Se obligó a levantarse de la cama, viendo su sostén en el suelo, la camisa y los pantalones cortos y fue muy consciente de su propia desnudez, "Hicimos el amor" susurró tranquilizándose a sí misma en el borde de la cama, "Yo hice el amor con ella" Sí. Y se sintió increíblemente viva. Y Ryan se había ido. Agarró su bata, se cubrió con ella antes de caminar lentamente por la casa. Vió la nota y se detuvo, tragándose el nudo en su garganta. Su mano temblaba mientras la recogía. Lo siento tanto, Jen. Por favor, no me odies. Aferró a la nota en su puño, sosteniéndola contra su corazón, "Oh, Ryan ¿de qué estás huyendo?"

CAPÍTULO 27 Ryan se quedó mirando la mansión, la mochila colgaba casualmente sobre uno de sus hombros. La brisa del mar trajo un aroma agradable, uno muy diferente al aire de la montaña que estaba acostumbrada a respirar. Aún clavada en el suelo, no estaba preparada para ver a su madre. Normalmente, utilizaba el largo vuelo para armarse de valor para los tres días que estaría aquí, endurecer su piel para que las palabras de su madre rebotaran de ella. Hoy, sin embargo, lo único que podía pensar era en Jen...y la forma en la que se había escabullido de su cama, de su casa. Fuera de su vida. Era lo mejor, se dijo. Control de daños. De esa manera, Jen no tendría que enfrentarse a ella, no tendría que enfrentarse al hecho de que habían tenido relaciones sexuales. De esa manera, Jen podría seguir adelante con su vida. No necesitaba las complicaciones que Ryan traería a su vida.

Ryan finalmente se obligó a moverse. La mansión se veía como siempre. Enorme e intimidante. Era difícil llamarla hogar. Fue recibida en la puerta por Arthur. Ella le sonrió. Había trabajado para su familia desde que ella era una niña. "Srta Catherine. Me atrevería a decir que casi no la reconozco" "Bien. Tal vez mi madre tampoco la haga" dijo mientras pasaba la mano por su cabello corto. Él se acercó más, su voz baja, "Esto podría ocasionarle el ataque al corazón que has estado esperando" Ella se echó a reír, "Tenía trece años cuando dije eso por primera vez. Querías que María lavara mi boca con jabón” le recordó. "Sí que lo hice" dio un paso atrás, invitándole a entrar, "¿Cómo ha estado?" Hizo una pausa, "Bien" dijo ella "¿Algo nuevo que deba saber?" "Su madre está ocupada con los encargados del servicio de comida por el momento. Creo que la estaba esperando desde ayer" dijo. "Sí. Tuve que hacer un desvío" dijo vagamente, "¿Así que tengo un respiro?" Arthur sonrió, "Creo que podría esconderse de ella hasta la cena, sí ¿Podría llevar su bolso a su habitación?" "Yo puedo" dijo. "Muy bien. Pediré a Sophie que le sirva un almuerzo tardío. Imagino que no ha comido" Fue entonces cuando se dió cuenta de lo hambrienta que estaba. Muerta de hambre, en realidad, "Gracias. Eso sería genial" Él hizo una reverencia, como era su costumbre y se dirigió hacia la escalera, su mirada siguió su curva sinuosa hasta el segundo piso. Con un suspiro de cansancio subió por ella, tratando de evocar algunos recuerdos felices del lugar. Como de costumbre, no pudo. Siempre recordaría la mansión como el lugar del que había huido diez años atrás. Su habitación era grande y estaba bien ventilada, con dos ventanales que daban al océano. Tiró su mochila sobre la cama e inmediatamente abrió las puertas dobles, saliendo a la terraza. Aspiró el aroma de la brisa del mar mientras sus ojos se sintieron atraídos por las olas que rompían en la orilla. Recordó todas las noches que se pasó allí, sentada durante horas escuchando las olas, escribiendo historias en su cabeza, temerosa de que alguien se enterara de su pasión. Un ligero golpe en su puerta indicó la llegada de Sophie. Volvió a entrar y abrió la puerta, sonriendo amablemente a la joven que había tomado el lugar de María varios años atrás. "Srta Catherine, me alegro de verla nuevamente" "Gracias, Sophie" levantó la tapa de la bandeja de plata, encontrando bocadillos perfectamente cortados, junto con rodajas de pepino y tomates de cereza. Su estómago gruñó, "Muy bien" "Por favor llame si necesita algo más" ofreció Sophie.

"Esto será suficiente" habían tres bocadillos diferentes. Ryan agarró el de carne asada primero, gimiendo con el primer bocado. Levantó el plato, luego agarró la botella de agua que Sophie había provisto y volvió a salir a la terraza. Cuando terminó el de carne asada, comenzó con el de pavo, se detuvo, sus pensamientos regresaron hacia Jen ¿Había estado equivocada por haberse ido como lo hizo? ¿Debió permanecer el tiempo suficiente para asegurarse de que Jen estuviese bien? ¿Qué podría haber dicho? "Voy de camino a Hampton y pensé en pasar y arruinar tu vida" Negó con la cabeza lentamente. Dios ¿qué había estado pensando cuando se detuvo, en primer lugar? Si era sólo sexo lo que quería, podría haberlo tenido en cualquier parte. Vería muchas mujeres dispuestas en los próximos días. La mayor parte de ellas serían iguales a Megan, dispuestas a hacer cualquier cosa por ser parte del clan de Ryan-Barrett. Tal vez por eso Jen tenía ese impacto en ella. No era como Megan. Era real. Hacer el amor con ella había sido real. Era una noche que Ryan sabía nunca olvidaría. El toque de Jen, tan inocente y vacilante al principio, se había vuelto más audaz y más seguro, dejando a Ryan paralizada y con ganas de más. Y Jen le dio más...durante horas y horas, le dio más. Ryan dejó escapar un suspiro, odiándose a sí misma en ese momento. No debería haberse ido. Tendría que haberse quedado. Debieron haber hablado. Debió haberle explicado. Explicado que no podía ofrecerle a Jen algo distinto de lo que acababan de compartir. Sexo. Sí, eso era todo lo que podía ofrecerle. Sólo sexo. Nada más. Pero Jen se merecía mucho más que eso. Su apetito desapareció repentinamente. Volvió a entrar, colocando el alimento sin consumir nuevamente en la bandeja. Entonces la inquietud que normalmente sentía aquí le impactó y salió de su habitación, necesitaba una distracción de sus pensamientos. Subió al tercer piso, donde estaban las habitaciones de su abuela. Abby, quien había estado con su abuela desde hacía años, le saludó. "Srta Catherine, ha venido. Ella ha estado preguntando por usted" Ryan miró más allá de ella dentro de la habitación, "¿Está levantada?" "La acabo de despertar de su siesta, sí. Estaba a punto de hacer una taza de té ¿Quiere una?" "¿Café?" preguntó Ryan esperanzada. "Por supuesto. Vaya a visitarla. Está en la sala de estar. Ya regreso" Ryan se detuvo en la puerta, con una sonrisa iluminando su rostro. Su abuela estaba frente a la ventana, con la mirada hacia el océano. Ella había vivido aquí toda su vida y Ryan ni siquiera podía contar el número de veces que su abuela debió haber mirado ese espectáculo. "¿Deseas compañía?" Su abuela no se dió la vuelta, "Ya era hora de que llegaras. Pensé que tal vez me dejarías esperando"

Ryan se echó a reír, "Nunca me perdería tu cumpleaños, Carmen", su abuela levantó una mano, invitándola a unirse a ella. Ryan entró en la habitación, inclinándose para besarla en la mejilla, "Te ves tan hermosa como siempre" dijo Ryan con honestidad. Su abuela le apretó la mano mientras sus ojos viajaban sobre ella. Ella sonrió y luego se echó a reír , "Oh, vaya, luces preciosa" "¿Te gusta?" "Te hace ver muy guapa, si puedo usar esa palabra" "Guapa ¿huh?" "¿Todavía te persiguen las mujeres?" Ryan negó con la cabeza, "Sólo cuando saben quién soy" "Entonces aún andas en la clandestinidad ¿verdad?" "¿Así es como lo llamas?" su abuela dió unas palmaditas al asiento junto a ella y Ryan se relajó a su lado. La mano sorprendentemente fuerte de su abuela se cerró alrededor de la suya. "¿Estás escribiendo, querida?" "En realidad, sí. Bueno, lo estaba" admitió. "¿El verano en las montañas te distrajo nuevamente?" Ryan asintió, dejando que pensara eso. "No estoy segura sin embargo del por qué me estoy molestando. No creo que alguna vez intente publicar nuevamente" "Tonterías. Tienes un talento maravilloso, Catherine. No debes desperdiciarlo" "Creo que eres la única que piensa eso. Mi madre todavía lo pone en duda" dijo. "Te diré ahora lo que te dije en aquel entonces ¡Al diablo con ella!" Ryan se echó a reír, esperando la declaración que siempre le seguía a eso. "Nunca quise que Christopher se casara con ella, pero tu abuelo pensaba que sería un buen partido", le apretó la mano con fuerza, "Pero, por supuesto, no te tendría entonces ¿verdad?" Ryan asintió, "Sé que debería venir con más frecuencia" dijo. "Oh, no te sientas culpable. Tienes tu propia vida. Tú y tu madre son como el aceite y el agua. Siempre ha sido así". Abby les interrumpió, trayendo una bandeja. Vertió el té en una taza y se la entregó a Carmen y le ofreció una taza de café a Ryan. "Lo tomas negro, si mal no recuerdo" "Sí, gracias" "Gracias, Abby" dijo Carmen. “¿Por qué no vas a relajarte? y no te preocupes por mí, si necesito algo, Catherine me puede ayudar" "Muy bien. Disfrute de su visita, Srita Catherine"

Cuando estuvo fuera del alcance del oído, su abuela se acercó más, "Ella es una entrometida. Creo que piensa que voy a estirar la pata en cualquier momento" Ryan sonrió, sabiendo que Abby era muy leal a su abuela, "Ella se preocupa por tí" "Oh, lo sé. Pero insiste en que tome una siesta todos los días como si yo fuera una vieja o algo así" dijo con una rápida risa. "No me siento de ochenta y nueve. Supongo que no estoy segura de cómo se deberían sentir los ochenta y nueve" "¿Sales mucho, Carmen?" "Camino por los jardines cada día. Y Arthur es lo suficientemente amable como para caminar conmigo hasta la glorieta. Se sienta conmigo para que pueda ver las olas" "¿Ellos no te permiten hacer eso sola?" "Como dije, todos piensan que estoy a punto de morir. O tal vez piensan que voy a caerme y romperme la cadera o algo" "Te llevaré hasta allá, si quieres" ofreció Ryan, "Incluso puedo perderme para que puedas tener un tiempo a solas" "No quiero tiempo a solas cuando estás aquí, Catherine. Prefiero disfrutar de tu compañía. Tal vez podríamos pasear por ahí, sin embargo. Sería bueno sentarme allí contigo" "¿Qué tal si vamos antes de la cena?" "¿Qué tal si vamos ahora?" sugirió, "Supongo que no la has visto todavía" "¿A mi madre? No. Arthur dijo que estaba con los encargados del servicio de comida ¿Cuántas personas esperan este año?" "Trescientas o cuatrocientas" dijo, "Tu madre es buena organizando eventos. Mientras más famosos consiga, más cámaras tendrá. Esos programas de entretenimiento están enviando a sus periodistas nuevamente este año. Mi cumpleaños se ha convertido en un circo ¿no es así?" "Oh, te encanta o no lo harías. Además, eso trae una gran cantidad de dinero ¿no es así?" "Sí, este evento recauda más dinero para la enfermedad que cualquier otro acontecimiento. Por eso estoy muy orgullosa. Pero me he cansado del evento anual. A tu madre le encanta, por supuesto" "Bueno, ha tomado vida propia" "Lo sé. Pero ella va a hacer con eso lo que quiera. Soy demasiado vieja para protestar" Ryan escuchó la frustración en la voz de su abuela y supo que era hora de cambiar de tema. Se puso de pie y le ofreció la mano, "¿Qué tal sobre ese paseo?" "Sí, ve y agarra mi bastón" dijo, "Y entonces podrás contarme todo sobre las montañas. Me encanta oír hablar de tu cabaña y tus perros y tus amigos allí"

Ryan hizo lo que le pidió, debatiéndose en si debía mencionar a la invitada que albergó por casi dos meses. Su abuela disfrutaría la historia, pero no sabía si quería traer a Jen a la conversación o no. No estaba segura de estar lista para hablar de Jen con alguien. Llevó a Carmen lentamente hacia el ascensor que las llevaría hasta el primer piso, sus pensamientos todavía estaban muy lejos.

CAPÍTULO 28 Jen estaba de pie en la ventana, su taza de café ya fría. Finalmente lo dejó y volvió la mirada hacia la ventana, viendo por encima de los tejados de la casa de su vecino la silueta de las montañas del norte. No podía concentrarse en nada y había estado mirando por la ventana durante la mayor parte del día. Bueno, podía concentrarse en algo, pero era la única cosa en la que no quería pensar. Ryan. La noche anterior había sido increíble. Incluso las fantasías que había tenido no se podían comparar. Sin embargo, por su vida, no podía entender por qué Ryan había huido ¿Por qué aparecería sin previo aviso y luego simplemente huiría? Tal vez eso era todo lo que quería. Sexo. Ryan le había dicho eso anteriormente. Tomaba lo que las mujeres le ofrecían…sexo…y no dejaba nada a cambio ¿Era eso todo lo que había hecho con Jen? ¿Tomar lo que Jen le había dado voluntariamente? No. Ryan no le haría eso a ella, estaba segura. Pero fuera lo que fuera de lo que Ryan estaba huyendo, aún no confiaba en Jen lo suficiente como para compartirlo con ella. Eso dolía. Confiaba en ella lo suficiente como para compartir su cuerpo, hacerle el amor, pero eso era todo. Hacer el amor. Jen apartó la vista de la ventana, todavía sorprendida por lo que había ocurrido. Ni siquiera podía recordar su conversación, si es que había habido alguna. Lo único que recordaba era llevar a Ryan a su dormitorio, ofreciéndose a sí misma a Ryan. Y la noche más increíble de su vida. Eso había confirmado que su decisión de terminar las cosas con Brad había sido la correcta. ¿Pero también indicaba que sus otras sospechas eran correctas? ¿Era una lesbiana? ¿Ryan había abierto un mundo completamente nuevo para ella? Y si era así ¿a dónde iría a partir de ahora? Su teléfono sonó, sacándola de sus pensamientos. Debía ser Cheryl. Tenían un almuerzo previsto, pero Jen no había estado de humor para ver a alguien. Le había enviado un breve e-mail, cancelándolo. Sin duda, la curiosidad de Cheryl se había despertado. Bueno, aún no podía hablar con ella. Dejó que entrara al correo de voz. Quizás podrían reunirse en un par de días. Entonces tal vez estaría dispuesta a hablar. Sonrió con tristeza, imaginando la reacción de Cheryl con la última revelación de Jen.

CAPÍTULO 29

"Vaya, vaya. Si es Cat, regresando al nido" Ryan se volteó al oír la voz de su hermano, sonriendo a su pesar. "Chuck" respondió ella, usando el apodo que él despreciaba. "Catbird" respondió él. "Chucky ducky". Él se rió. "Bueno, ya basta", él señaló hacia su cabello, "Me gusta. Es bueno verte" Ryan se levantó aceptando el abrazo que le ofrecía, " Es bueno verte también" "Te extrañé en la isla este invierno" "Estoy segura que lo hiciste ¿Cuántas mujeres has traído contigo esta vez?" "Sólo tres", él miró a su abuela, "Solo eran amigas, Carmen" "Puedo ser vieja, pero no estúpida", dijo "¿Por qué no te unes a nosotros?" "No puedo. Traigo compañía" dijo con un guiño, "Pero quería darle a Cat un adelanto" Ella movió los ojos hacia él, "¿Sobre qué?" "Mamá ha conseguido una entrevista para tí. People magazine" "Mamá puede besarme el culo" dijo con vehemencia. "Sólo pensé que debías saber, así ella no sólo te lo echará encima" dijo. "Sí. Gracias" "¿Nos acompañarán tú y tu amiga para la cena?", preguntó Carmen. "Por supuesto. Quiero que ella conozca a Cat. Ella no ha estado aquí, así que quería mostrarle los alrededores" Ellas lo despidieron con la mano, pero Ryan estaba meditando en sus palabras. Su madre todavía no tenía ni idea de lo mucho que todo ese episodio le había dañado. Ahora, en el décimo aniversario de su Pulitzer, ¿le programa una entrevista? Nunca. "No sabía nada de la entrevista o te lo hubiera dicho yo misma" dijo Carmen. "¿Por qué haría eso? Es historia antigua; he tratado de dejarlo atrás ¿Por qué quiere sacar el tema?" "Oh, dulce Catherine, ya sabes cómo es tu madre. Cualquier tipo de publicidad le sirve" Ryan asintió ,"Es por eso que vivo donde vivo. No soy un nombre allá. Sólo quiero que me dejen en paz" Su abuela le sorprendió con la pregunta, "¿Te sientes sola, Catherine?"

Se volteó alejándose, con su mirada a la deriva hacia el oleaje. "Antes no, no" dijo con sinceridad, "Este verano, sin embargo, ha sido difícil" admitió. "Has conocido a alguien ¿no es así?" Ryan miró a su abuela rápidamente, asombrada de que llegara a esa conclusión. "Tienes una mirada diferente esta vez" explicó Carmen. "Normalmente, sólo te ves aburrida cuando estás aquí, pasas a través de las emociones. Hoy, sin embargo, tienes una mirada casi melancólica en tu rostro", tomó su mano nuevamente, "¿Quieres compartir con tu abuela?" Ryan sonrió, "Su nombre es Jen. Se quedó conmigo durante dos meses durante el invierno hasta que regresó la primavera" "Ah. Ya veo" "No. No fue así. Ella quedó varada. Su coche fue atrapado en una avalancha" explicó "Supongo que me acostumbré a su compañía" "¿Y esta Jen y tú son amantes?" Ryan sintió como su estómago saltaba, imaginando a Jen de esa manera. Su amante. Pero negó con la cabeza, "Se fue cuando la nieve se derritió" "Como le dije a Charles, puedo ser vieja, pero no estúpida" Ryan se puso de pie, caminando "No, pero puede que yo lo sea" "¿Quieres contarme?" "Ella vive en Santa Fe. Me detuve allí de camino acá" dijo. Los ojos de su abuela se encontraron con los de ella, pero no dijo nada, "Ella tiene una vida. Tiene un novio que quiere casarse con ella. Sea cual sea la atracción que había entre nosotras, es completamente nuevo para ella. No necesita esto en su vida" "Así que te detuviste allí... ¿por qué?" Ryan volvió su mirada hacia las olas, mirándolas. "Tenía que verla", metió las manos en sus bolsillos y dio unos pasos alejándose, "Dormimos juntas" "¿Durmieron juntas? ¿Con esta mujer que tiene un novio?" Ryan asintió. "¿Y ella es una de esas mujeres que hacen ese tipo de cosas gracias a tu apellido?" Ryan levantó una ceja y Carmen rió. " Por supuesto que sé lo que pasa, querida. El apellido RyanBarrett es muy poderoso" Pero Ryan negó con la cabeza, "Jen no sabe quién soy" "Entonces ¿por qué?" Esa simple pregunta hizo que Ryan considerara todo por completo.

Sí ¿por qué Jen se había acostado con ella? ¿Por qué Jen había permitido todo lo que había pasado entre ellas? ¿Por qué fue su toque tan tierno y cariñoso? Ella se había alejado de lo que temía era la verdad. "No sé por qué" dijo a cambio, "Simplemente no lo sé"

*** "Oh...Dios mío ¿Qué has hecho?" "Hola, madre" "Tu...tu cabello. Se ve positivamente horrible, debes saberlo" "Sí, me está yendo bien. Es bueno verte, también" dijo Ryan sarcásticamente mientras dirigía a Carmen hacia la mesa de la cena. "Seguramente no planeas salir en público de esa manera ¿Tiene alguna idea de la cantidad de invitados que tendremos mañana? Y los medios de comunicación…" añadió como si eso importara. "Puesto que ya he dado mis respetos a Carmen, no imagino que sea imperativo que esté allí de todos modos" dijo encogiéndose de hombros, "Me puedo ir a casa" "Por supuesto que es imperativo ¿Has hecho esto para avergonzarme?" Ryan se echó a reír. "Las putas de Charles están por los alrededores y ¿mi corte de cabello te avergüenza?, creo que es un poco retorcido ¿no lo crees?" Su madre se volvió hacia Arthur, que había estado de pie pacientemente detrás de ella "Llama a Tommy. Dile que tenemos una emergencia. Tal vez él pueda arreglarla" "¿Quién es Tommy?" preguntó Ryan. "Es mi peluquero. Tal vez él pueda encontrar una peluca o algo por el estilo" "Madre, tu peluquero no va a tocarme. Y si crees que voy a usar una peluca, estás jodidamente loca", sacó una silla para Carmen, sorprendida por la sonrisa en el rostro de su abuela. "No hables así en esta casa, Catherine. No sé qué tipo de compañía tienes allá…" dijo con un gesto de su mano, "…pero no usamos esa palabra en esta casa" "¿Y ahora por qué todos estos gritos?" dijo Charles mientras él y su amor actual entraban, "Supongo que es por el cabello" dijo. "¿Puedes creer que se haya hecho eso a sí misma?" "Me gusta", dijo "Cat, esta es Presley Stewart. Presley, mi hermana Catherine" "Es un placer conocerte finalmente" dijo Presley mientras estrechaba la mano de Ryan. "Gracias. Igualmente" dijo Ryan con cortesía.

"Y esta es mi abuela, Carmen. Y esta señora tan encantadora es mi madre, Vanessa" "Encantada de conocerlas a las dos", dijo Presley con una sonrisa nerviosa en su rostro. "Es un placer tenerte aquí, querida. Por favor, toma asiento" instruyó Vanessa. Charles sacó una silla para Presley, mirando alrededor de la mesa mientras lo hacía. "Parece que nos falta alguien" dijo. "Tu padre tenía... un asunto urgente que atender" Ryan y Charles intercambiaron miradas, ambos sabían que esa era la manera que tenía su madre de decirles que estaba con su amante. Ryan se preguntaba por qué él no había podido hacer una excepción, tomando en cuenta que ella solo los visitaba una vez al año. Pero, de nuevo ¿podía culparlo? Su alternativa era pasar tiempo con su madre. Agarró su copa de vino, deseando que Sophie se diera prisa con la comida. "Supongo que tienes todo en orden para mañana", dijo Carmen. "Por supuesto. Ha estado en orden por semanas ¿Crees que dejaría que algo se escapara?" Ryan sintió la tensión en la habitación y miró a Presley, ofreciéndole una sonrisa de disculpa. Se sorprendió al ver la expresión coqueta que recibió en respuesta. "¿Podemos saltar todo el drama?" preguntó Charles, "Tenemos compañía, después de todo" dijo señalando a Presley. "Por supuesto, querido. Perdóname, Presley. Este es un momento estresante para mí, tratando de armar la fiesta de cumpleaños de Carmen. Siempre hay algo que sale mal", miró a Ryan, "Como mi hija, que piensa que se ve bien con el corte de cabello de un hombre" Había tantas cosas que Ryan quería decir, pero cerró la boca. Se recordó a sí misma que era así todos los años. Su madre siempre conseguía algo malo en ella. Siempre lo había hecho. Cuando Ryan cumplió los quince años, dejó de tratar de complacerla. "Me gusta su cabello" dijo Carmen, "Ella se ve...inteligente" "También me gusta" dijo Presley tímidamente, "Se ve muy atractivo en tí" Ryan mantuvo su expresión incluso mientras miraba desde Presley a Charles, a la espera de la respuesta de su madre. "¿Atractiva? Sé que mi hija cree que es gay ¿pero debe anunciarlo así?" Ryan se mordió el labio prometiendo…nuevamente…que este sería el último año que vendría. Charles exclamó con fingida sorpresa "¿Gay? ¿Catbird? Debes estar bromeando, madre" Vanessa miró con aire de suficiencia a Ryan. "Es una pena que no seas más sociable como tu hermano. Él, por lo menos, tiene una vida social" Ryan se volteó hacia su abuela, "¿Por qué me someto a mí misma a esto cada año?" murmuró. Su abuela sonrió dulcemente y Ryan por supuesto supo la respuesta.

"Por cierto, necesito que estés disponible a las diez de mañana", dijo su madre. Ryan levantó la vista, "¿Quién? ¿Yo?" "Sí, tú" Ryan negó con la cabeza, "No. Sea lo que sea, no" "Catherine, tienes obligaciones con esta familia, lo sabes" Ryan la miró con escepticismo, "¿Y qué obligación familiar sería esa?" "Hay un caballero que quiere hablar contigo. Sólo tomará una media hora como mucho" "¿Y puede que este caballero sea un periodista?" Vanessa miró a Charles, quien tuvo el buen sentido de no soltar una de sus bromas en ese momento, "Como he dicho, no debería tomar más de media hora" "Y como yo he dicho, no" para su alivio, Arthur escoltó a Sophie con el carro de servicio en ese momento y la conversación se detuvo mientras ella le servía a todos. La chuleta de cordero lucía deliciosa, pero el apetito de Ryan había desaparecido hacía mucho tiempo. "Gracias, Sophie. El plato luce hermoso" dijo Vanessa despidiéndola. Arthur siguió obedientemente detrás de ella. "Esto es perfecto, como siempre" dijo Charles mientras tomaba un bocado, "Ella es una cocinera excelente" Ryan estuvo de acuerdo, pero sabía que no podría hacer justicia a la comida. Oh, cómo deseaba estar nuevamente en las montañas, terminando su caminata nocturna con los perros. Se imaginaba entrando a su cabaña con el olor de la cena en la cocina...y Jen esperándola. "¿Por qué te niegas a hacer una entrevista?" le preguntó su madre, regresándola al presente. "Madre, seguramente sabes la respuesta a eso" "Bueno, si insistes en que tú escribiste el libro ¿por qué no das una entrevista para contar tu versión de las cosas?" "¿Por qué tendría que contar mi versión? Escribí el libro bajo un seudónimo para evitar la publicidad y evitar el escrutinio que mi apellido causaría. Para lo que sirvió" "¿Alguna vez averiguaste quién filtró tu nombre?" preguntó Charles. "Sólo puedo suponer. Había cuatro personas con ese conocimiento. El único en el que confiaba era en mi editor" "Si me permiten la pregunta, ¿de qué están hablando? ¿Qué libro?" preguntó Presley. Charles miró a Ryan, pero Ryan negó con la cabeza. No estaba de humor para entrar en todo eso ahora.

"Te lo explicaré más tarde" dijo Charles. "Así que Carmen, escuché que después que cumplas los noventa, vas a dejar de tener estas fiestas de cumpleaños ¿Es eso cierto?" "¿Dejarlas? Por supuesto que no vamos a dejarlas" dijo Vanessa con desdén, "Esta es una oportunidad para mostrar…" se detuvo, al parecer recordando que tenía una invitada, "De todos modos, no vamos a dejar de tenerlas" "Wow, Carmen, es como si fueras un ventrílocuo. Nunca vi que movieras tu boca ni una vez", dijo Charles con una sonrisa. Ryan también sonrió, sabiendo que su hermano era el único que podía salirse con la suya hablándole a su madre de esa manera. Terminó su copa de vino, con la esperanza de que Arthur se acercara pronto para ofrecer llenarla nuevamente. Como si le leyera el pensamiento, por arte de magia apareció, con la botella de vino en la mano. Ella asintió con una petición silenciosa, esperando mientras le servía. "También quiero un poco más, Arthur. Gracias" dijo Carmen. "¿Carmen? ¿Crees que eso sea prudente?" preguntó Vanessa. "Disfruto de mi vino, Vanessa. Lo sabes" dijo, "Además, no creo que haya un límite máximo de edad" tomó un sorbo con cautela y bajó el vaso. "Por cierto, tengo la intención de detener mis fiestas de cumpleaños después del año que viene. Si deseas continuar con la recaudación de fondos, es tu problema, por supuesto" dijo, "Pero tendrás que elegir un momento diferente del año para eso y un nombre diferente" "Christopher no me ha dicho tal cosa" dijo Vanessa. "No creía que el nombre de Christopher estuviese en la pancarta publicitaria ¿ahora lo está?" Ryan quiso aplaudir a su abuela, pero ver la mirada de incredulidad en su madre fue suficiente. "¿Te estás agotando de las fiestas?" preguntó Ryan. "Sí. Y cada vez son más grandes y de mayor duración" dijo con una mirada a Vanessa. Como esta cena, pensó Ryan mientras bebía su vino. Miró al otro lado de la mesa, encontrando la mirada de Presley sobre ella. Sonrió amablemente a la otra mujer, preguntándose por su evidente interés. A pesar de que había pasado anteriormente, no era frecuente que una de las citas de Charles desviara su atención de él hacia ella. La conversación era escasa, su madre parecía estar de mal humor. Después de lo que pareció una eternidad, el postre fue servido, el cual Ryan rechazó. Se sorprendió que su hermano lo rechazara también. "Únete a mí en el estudio, Cat. Nos pondremos al día" Ella alzó una ceja, pensando que era terriblemente grosero de su parte deshacerse de su cita, pero asintió con la cabeza. El estudio de su padre era bastante grande, ocupado no sólo por su inmenso escritorio sino por una mesa de conferencias también. Charles se dirigió al bar, sosteniendo una botella para su inspección. "Cognac. Bien" dijo con una inclinación de cabeza.

"¿Aún te gusta vivir en las montañas?" "Me encanta" dijo tomando la copa que le ofrecía. "¿Extrañas Aspen?" Ella se echó a reír, "No extraño las multitudes, no ¿Todavía vas a esquiar allá?" "Sí. Fuí este invierno. Extrañé verte allá" dijo. "Estaba buscando algo con un poco más de la soledad y menos modernidad" Él se sentó en la silla de su padre y ella sacó una de las sillas de visitantes, "Mi cita parece tener los ojos puestos en tí" dijo. Ella asintió con la cabeza, "Lo noté" "Estoy sorprendido. Es un poco salvaje en la cama, si sabes lo que quiero decir" "Parece ser diez años más joven que tú" Él sonrió, "Once" "¿Dónde la conociste?" "En una fiesta ¿dónde más?" él la miró "¿Estás interesada?" "¿En ella?" Él arqueó las cejas, "Puedo verlo" "Estás enfermo" "Lo hemos hecho antes ¿Recuerdas esa chica que traje a casa de la universidad? ¿Cuántos años tenías? ¿Dieciocho?" "La diferencia es que no sabía que la estabas viendo" le recordó. Nunca había estado más avergonzada en su corta vida, cuando se enteró de que había estado escondido en el armario. Ya había aprendido para entonces que su apellido podía conseguirle cualquier cosa…a cualquiera… que quisiera. No tenía ni idea que incluía las novias de su hermano. Afortunadamente, a Charles no le importaba. Ya él había estado afianzado en sus costumbres de playboy y siempre tenía un respaldo. Sin embargo, desde entonces ella había tenido cuidado de comprobar su armario. "Bueno, puedes tenerla si la quieres" dijo dándole su permiso, "No estoy realmente interesado en ella. Todo lo que ella quería era una entrada para la fiesta de mañana" se tomó lo último de su bebida antes de buscar la botella nuevamente, "Prefiero navegar por la fiesta de todos modos" dijo. "No estoy interesada" dijo. "¿No? Ella tiene un cuerpo para morirse ¿He mencionado la resistencia?" él se rió, "Dios mío, es como si pudiera hacerlo toda la noche" "Eres un cerdo" dijo con una sonrisa.

Arthur llamó a la puerta antes de abrirla, "Charles, el postre ha terminado. Pensé que te gustaría que trajera a la señorita Presley" "Por supuesto, Arthur. Gracias" "Espero no estar interrumpiendo" dijo ella. "No, por supuesto que no ¿Quieres una copa?" ofreció Ryan. "Oh, me encantaría" ronroneó. Ryan levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Presley, reconociendo la invitación que encontró allí. Para su sorpresa, no estaba interesada en absoluto. Terminó su bebida y dejó el vaso sobre la mesa. "Voy a dejarlos para que continúen, entonces. Estoy muy cansada. Te veré en la mañana" no perdió la expresión de decepción en el rostro de Presley, pero la verdad era que no estaba tentada en lo más mínimo. Estaba, sin embargo, algo sorprendida por su razonamiento. No quería que nada borrara los recuerdos recientes de Jen. No quería que otra mujer la tocara o la besara. Y no quería sus manos sobre otra mujer. Quería a Jen.

CAPÍTULO 30 “Sí, haremos una cena temprana" dijo Jen recompensando a Cheryl por el almuerzo perdido. "Estaré allí a las seis" Había evitado a Cheryl durante dos días. También había evitado a Brad. De hecho, no había salido de la casa. Para ser honesta, no había hecho nada de nada. Excepto repetir su tiempo con Ryan. Como un viejo rollo de película, una y otra vez lo repitió. Su cuerpo todavía se estremecía al pensar en las manos de Ryan sobre ella, tocándola, llevándola a la vida, todos sus sentidos zumbaban, todas sus necesidades y deseos de ser satisfechos por las manos de Ryan...y su boca. El fuego aún ardía. Ryan no lo había apagado completamente. Había mantenido la esperanza de que Ryan regresaría, reapareciendo nuevamente sin previo aviso, de pie en la puerta de su casa esperando que Jen le dejara pasar nuevamente. Sabía que eso no sucedería. Ryan había huído de ella ¿Por qué corría? Jen todavía no tenía idea. Probablemente había regresado a su hogar en las montañas, donde se sentía segura. Jen había descolgado el teléfono innumerables veces, queriendo llamar a Morgan, queriendo hablar. Sin embargo, se recordó a sí misma que Morgan era amiga de Ryan, no de ella. La lealtad de Morgan era hacia Ryan. Así que lidió con todo sola, pasando de la incredulidad a la aceptación en dos días. Incredulidad de que se hubiese acostado con otra mujer y aceptación de que quería hacerlo de nuevo. Pero no con cualquier mujer. Con Ryan.

CAPÍTULO 31 La multitud estaba llena de energía y animada y Ryan se movió a través de ella, asintiendo a las caras conocidas, sin detenerse por mucho tiempo. Los discursos habían terminado y ahora el alcohol fluía con los camareros vestidos de esmoquin, haciendo sus rondas con bandejas de plata. Depositó en una de ellas su copa de champán y se dirigió a la barra. Vió a Charles haciendo lo mismo, con Presley pisándole los talones. "Carmen dió otro gran discurso ¿no es así?" Ryan asintió con la cabeza, ofreciéndole una rápida sonrisa a Presley, "Es una profesional. Madre, en cambio, fue tan desagradable como siempre" "¿Whiskey?" "Claro" Presley todavía sorbía de su copa de champagne. Se acercó aún más a Ryan cuando Charles fue a la barra. "¿Cuánto tiempo vas a quedarte?" "¿En la fiesta?" "No, aquí ¿Estarás aquí unos días más? Tengo algo de tiempo. Me encantaría llegar a conocerte mejor" Ryan se sorprendió por lo sugerente que era, especialmente con Charles cerca. La miró, reconociendo nuevamente lo hermosa que era: una piel perfecta, maquillaje aplicado a la perfección, rubia y delgada, joven y enérgica. Si éste hubiese sido el año pasado, Ryan ya la habría llevado a su cama. Pero este no era el año pasado. "Aprecio la oferta…" dijo mañana. Temprano"

"…pero deberías permanecer con Charles. Además, me voy por la

"Que mal. Podríamos habernos divertido" "¿Divertido? Supongo que me estoy volviendo vieja" se acercó más, "Un polvo rápido, sólo por salir del paso, no es muy divertido para mí. Si eso fuese todo lo que necesitara, podría encargarme de mí misma" Presley sonrió seductoramente, "Esa sería una buena vista. Pero, sin duda ¿no sería más divertido si tuvieses ayuda con eso?" Ryan se echó a reír, "No te rindes ¿verdad?" "Me encantas" "¿Por qué? eres hetero" Ella se encogió de hombros, "Sí. Pero he tenido muchos amantes, tanto hombres como mujeres" Ryan levantó la vista cuando una cámara de televisión recorrió la multitud; se alejó de ella llevando a Presley con ella. Charles regresó dándole a Ryan su bebida.

"Veo que eres tan tímida como siempre ¿Por qué crees que tratan tanto de conseguir una foto tuya?" le preguntó, "Yo no huyo de ellos, así es que ni siquiera se molestan más conmigo" "Bueno, no quiero estar en la portada de algún tabloide la semana que viene y con una cita sobre mí persona con una amiga de la familia" dijo, "Además, a tí te gusta estar en las portadas de los tabloides" "Sí, pero últimamente no he tenido ningún encuentro ebrio, con la prensa sensacionalista. Viejas noticias de todos modos" miró a Presley, "Tengo una reputación que mantener, ya sabes" Ella asintió con la cabeza y sonrió, "Amo a los chicos malos" miró a Ryan, "Y a las chicas" Charles se echó a reír, "Muy sutil, Presley" "Ella ya me rechazó" Charles miró a Ryan inquisitivamente, pero Ryan sacudió su cabeza, "Por mucho que estoy disfrutando de la conversación, creo que voy a ir a pasar algún tiempo con Carmen" dijo Ryan. "Eso significa que ella ha tenido suficiente de la fiesta y va a irse a hurtadillas a su habitación" dijo Charles. Ryan asintió, "Sola. Nos vemos en el desayuno" Se abrió paso entre la multitud de personas, divisando a su abuela quien hablaba con el senador Reynolds. En lugar de interrumpir, se dió la vuelta, abriéndose camino hacia la parte trasera de la mansión, atravesando el césped bien cuidado. Una vez en su habitación, se quitó los zapatos y se quitó el traje de diseño arrojándolo en el sofá. Odiaba estos eventos con pasión. Odiaba jugar a disfrazarse, odiaba el cotorreo con los ricos y famosos, odiaba la política involucrada en todo. Se dio una ducha rápida, sin desear nada más que terminara la noche para así poder regresar a casa. Echaba de menos a Sierra y a Kia. Echaba de menos a Reese y a Morgan. Echaba de menos la tranquilidad de las montañas. Echaba de menos sus caminatas diarias. Echaba de menos la puesta de sol desde la colina. Y Dios, echaba de menos a Jen.

CAPÍTULO 32 "¿Has traído el vino?" preguntó Cheryl con una sonrisa, "¿Qué te pasa?" "Sé que es una botella que disfrutas" dijo Jen, "Y es posible que yo la necesite" agregó. "¿Oh? ¿Qué pasa?" Jen se encogió de hombros, "Sólo necesito hablar" Cheryl asintió, "Para eso estamos los amigos ¿Por qué no seguimos adelante y la abrimos?" dijo mientras sacaba dos copas de vino. "Apaga el televisor por mí ¿quieres? Estaba viendo las noticias"

Jen caminó alrededor de la barra, encontrando el control a distancia junto al sillón de Cheryl. Justo cuando estaba a punto de apagarlo, sus ojos fueron atraídos por el televisor. Estuvo a punto de dejar caer el control cuando trató de accionar el comando para el sonido. "Catherine Ryan-Barrett hizo una rara aparición pública, fue atrapada aquí charlando con su hermano Charles. A diferencia del resto de su familia, Catherine evita ser el centro de atención, por lo general sólo aparece en el evento anual de caridad de su abuela. Su madre, Vanessa, fue vista..." "Dios mío" murmuró, "No puedo creerlo" "¿Qué pasa?" preguntó Cheryl, mirando la TV, "Oh. Los ricos pretendiendo estar interesados en una causa. No la soporto" "¿A quién?" "A Vanessa Ryan-Barrett. La madre. Es tan egocéntrica. Piensa que es una celebridad o algo así" Jen apagó la TV, volviéndose hacia Cheryl "Es... es ella" "¿Quién?" "Ryan. Es...Ryan" "¿De qué estás hablando? ¿Tu Ryan?" "Sí. Catherine" dijo, el nombre sonaba extraño para ella. "¿La hija? ¿Catherine? ¿Ella fue quien te rescató?" "Sí" Jen miró a su alrededor, "¿Dónde está tu laptop?" "Por ahí ¿Por qué?" "Porque ni siquiera sé quién es" dijo rápidamente. "La familia Ryan-Barrett es propietaria de la cadena hotelera R & B. También son dueños de un casino, creo" Cheryl la miró, "Eres escritora ¿Cómo es que no sabes acerca de Catherine RyanBarrett?" "Simplemente no lo sé" dijo mientras buscaba en Google. Recorrió la página, tratando de decidir qué enlace abriría cuando vio la palabra Pulitzer, "¿En serio? ¿Un Pulitzer?" hizo clic en él y luego miró a Cheryl, "¿Qué sabes de ella?" Cheryl trajo una copa de vino para ella y se sentó a su lado. "Oh, hubo un escándalo sobre su Pulitzer. Hace muchos años" "10" dijo Jen mientras leía el artículo, "Danzando en la luna. Ella lo escribió bajo un seudónimo. M. P. Turner" "Eso es correcto. Después que ganó un Pulitzer, su editor filtró su nombre real" "Y el libro perdió credibilidad de inmediato" dijo Jen citando lo que leía, "…Ryan-Barrett negó las acusaciones de que un escritor fantasma había escrito el libro, al igual que su editor"

"Ellos hicieron una fortuna con el libro al igual que con toda la publicidad" dijo Cheryl, " Nunca lo hubiese leído de lo contrario. Me alegro de haberlo hecho. Fue muy bien escrito" Jen cerró la laptop bruscamente y miró a Cheryl, "Ella es una escritora" Cheryl la miró con curiosidad, "Sí. Eso es de lo que hemos estado hablando" "No. Quiero decir, ella es una escritora. Una verdadera escritora" se levantó furiosa. "Y no me lo dijo. Le estuve hablando sobre mis tontos pequeños libros de autoayuda y ella es una escritora" terminó en voz alta. "No son tontos" insistió Cheryl, " Y no estoy diciendo eso sólo porque trabajo para tu editor" dijo con una sonrisa., "Ella probablemente pensaba que yo era un idiota", negó con la cabeza, "Ella ganó un Pulitzer, por el amor de Dios ¿Por qué no me lo dijo?" "No lo sé. Dijiste que la mujer que habías conocido era una solitaria. De acuerdo a su descripción, Catherine es muy solitaria. Y ella no te dijo su nombre real. Supongo que no quería que supieras acerca de esa parte de su vida" Jen se le quedó mirando, finalmente dijo impulsivamente, "Me acosté con ella" Cheryl casi escupió su vino, "¿Qué? ¿Cuándo?" Jen volvió a sentarse, sus manos temblaban mientras tomaba un gran sorbo de vino, "El miércoles por la noche. Ella se presentó en mi casa" "Y tú... ¿te acostaste con ella? ¿Cómo teniendo sexo?" "Sí como teniendo sexo" espetó Jen, "Soy una tonta" "No eres una tonta. No sabías quién era" "¿Por qué haría eso? ¿Por qué iba a venir a mi casa y...? Dios, fue tan especial, Cheryl. Al menos para mí. Al parecer, no para ella" Jen se volteó alejándose, "Se fue antes que me despertara. Me dejó una nota. Dijo que lo sentía y que esperaba que no la odiara" "¿Se refería como ahora, cuando descubrieras quién era?" "No lo creo. Creo que se refería a…" Jen sonrió, "…tomar mi virtud. Por eso y por irse. No creo que ella anticipara que descubriría quién era" Jen soltó el aliento, "No me importa quién es. Ni siquiera sé quién es" "¿Estás enamorada de ella?" preguntó Cheryl con suavidad. "Siento algo, sí" admitió Jen. Y hacer el amor con Ryan, la manera en que Ryan la había mirado, habría jurado que Ryan también sentía algo. Tal vez por eso salió corriendo. "¿Qué vas a hacer?" Sí ¿qué iba a hacer? ¿Llamar a Morgan? ¿Viajar de regreso a las montañas? ¿Pero y si Ryan no quería verla? ¿Y si todo lo que quería...era lo que Jen ya le había dado?

Ella se encogió de hombros, "No sé qué voy a hacer"

CAPÍTULO 33 "¿Te acostaste con ella? ¿Y después te fuíste?" Ryan asintió con la cabeza, casi temerosa de mirar a Morgan, "No sabía qué hacer" Morgan negó con la cabeza, "¿Qué tal quedarte allí el tiempo suficiente para hablar de ello? Dios, simplemente me sorprendes" se puso en cuclillas a su lado, "Ryan, sabes que te amo. Y esto lo digo con el mayor afecto. Pero, amiga mía, eres una idiota" se puso de pie, "Una idiota" "¿Qué he hecho? Fuí allí con la esperanza de que pudiéramos hablar, ponernos al día. Lo siguiente que supe fue que estábamos desnudas y…" "Y te fuíste ¿Qué pasa con Jen? ¿Cómo crees que se sintió la mañana siguiente, cuando se despertó y no estabas? ¿Cómo crees que se sintió cuando leyó la nota lame-culo que le dejaste? Sabes que nunca había estado con una mujer anteriormente. Sabes lo nuevo que es esto para ella" Morgan negó con la cabeza, "Probablemente no tiene a nadie con quien hablar. Probablemente necesitaba hablar sobre lo que pasó. Pero tú te fuiste" "No sabía qué otra cosa hacer" "Vamos, Ryan. Tuviste sexo con ella. Ella no es una hermosa descerebrada que conociste en las pistas de esquí. Es Jen ¿Por qué te fuiste?" "Diablos, no lo sé. Podría estar comprometida a estas alturas. No tenía necesidad de quedarme. Sé que probablemente ya había arruinado su vida. No necesitaba quedarme por los alrededores y hablar de ello" "Te lo juro, eres una despistada. Ella no está comprometida" "¿Cómo lo sabes?" "Porque me dijo lo que sentía por él... ¿cómo se llama? ¿Brad? Ella me dijo que no estaba enamorada de él. Que no iba a casarse con el hombre. Tú. Tú eras la persona de la que se sentía atraída. Tú. Tú, gran idiota" Ryan miró como Morgan resoplaba y se volteó hacia Reese que no había dicho ni una palabra, "¿Algo que añadir?" Reese sonrió, "No. Creo que Morgan prácticamente lo ha cubierto todo” "Así que ¿también piensas que soy una idiota?" "Lo único que sé, es que cuando la recogí ese día, lo último que esa mujer quería era irse conmigo" Ryan miró a los ojos de su amiga, "Tengo miedo" Reese asintió, "¿Estás enamorada de ella?"

Ryan miró hacia otro lado ¿Lo estaba? Se encogió de hombros, "No creo que haya estado enamorada anteriormente. Porque nunca me he sentido así" apartó los ojos, mirando hacia el bosque detrás de la cubierta, "Fue increíble. Ella fue tan...tan inocente y confiada. Dios mío, pasamos horas juntas. Fue increíble" tomó una respiración profunda, "Y me entró el pánico. Yo estaba totalmente aterrorizada. Pensé ¿qué he hecho? Jen no necesita esto en su vida. Ella no me necesita. Así que corrí. Me dije a mí misma que sería lo mejor para ella, ya sabes. Era mejor si me iba. Ella podría volver a su vida y yo podría volver a la mía. Ya sabes, ella tiene una vida allí. Tiene amigos allí. Ella tiene...a Brad" dijo "¿Qué puedo ofrecerle? Estoy aquí arriba. Esto se siente como un hogar para mí. Me siento viva aquí" "Ella te hace sentir viva ¿no es así?" Ryan asintió lentamente, "Como nunca antes"

*** "Podrías quedarte aquí unos días" ofreció Morgan a la mañana siguiente, "Cody sin duda ha disfrutado tener a las chicas aquí" Ryan siguió con su mirada hacia donde los tres perros estaban jugando a pelearse por uno de los juguetes de Cody. Tuvo la tentación de quedarse. La idea de ir a la cabaña…sola…era inquietante. Pero no podía aplazarlo para siempre. "Tal vez me quede una noche más" concedió. "Voy a buscar carne donde Lou. Ya sabes cómo a Reese le gusta sentarse afuera y hacer parrilla" "Trato hecho" Ryan tomó un sorbo de café, preguntándose por qué Morgan no se había ido a trabajar todavía, "¿Te quedas hoy en casa?" Morgan asintió, "Hoy es lunes. No hay mucho que hacer. Tina y Greg pueden manejar las cosas" "¿Estás cuidándome?" supuso. Morgan sonrió, "Pensé que podrías querer hablar" "¿Vas a gritarme otra vez?" "No" Morgan se sentó frente a ella, tomando su propio café, "¿Le gustó tu cabello?" Ryan recordó cuando Jen pasó sus dedos a través de él, "Sí. Sí le gustó" se aclaró la garganta y miró a Morgan, "No soy...No soy lo suficientemente fuerte, Morgan" Los ojos de Morgan se suavizaron mientras asentía, "Sí, lo eres" "No. No podía arriesgarme. No pude ir a verla de nuevo. No podía resistir el rechazo" Morgan se inclinó sobre la mesa, tomando su mano, "Ryan ¿por qué crees que Jen podría rechazarte? Jen...ella no es como las otras. Ella no sabe quién eres. No le importa cuál es tu nombre"

"No. No podía arriesgarme. Eso rompería mi corazón" Morgan apartó su mano, "Si. Bueno, sólo piensas en tí misma ¿por qué no lo harías? ¿Qué pasa con Jen? ¿Piensas en ella? Probablemente tú ya le has roto el corazón" Ryan negó con la cabeza, "Eso no lo sabes" "Ella está enamorada de ti. Ya estaba enamorada de ti cuando se fue de aquí ¿Por qué crees que estaba llorando?" Ryan la miró fijamente, sin habla. "No dejes que esta oportunidad pase de largo, Ryan. El amor no aparece muy seguido. Tienes que agarrarlo cuando lo hace" sacudió la cabeza lentamente, "Sabes cómo Reese y yo nos conocimos. Conoces nuestra historia. Las dos fuimos demasiado tercas para admitir que nos habíamos enamorado y romper nuestro tonto acuerdo sin condiciones" "Esto es diferente" "¿Lo es? El amor es el amor, Ryan" Ryan se puso de pie, caminando lejos de la mesa, "¿Esto es amor, Morgan? ¿Realmente lo es? Pasamos dos meses juntas y compartimos un beso. Dormimos juntas ¿Eso es amor?" "Realmente estás aterrada ¿no es así?" "Siento como si mi vida se estuviese desbaratando" admitió, "Mi vida segura y solitaria...la vida que he llegado a amar, se está volviendo pedazos. Así que, sí, estoy aterrada" empujó la silla fuera de la mesa, "Tengo que recuperarla. Haremos la parrillada en otra oportunidad ¿de acuerdo? Necesito...necesito irme. Volver a la cabaña" Ryan silbó a los perros y luego hizo lo mejor que sabía hacer. Salir corriendo.

Capítulo 34 Jen se quedó mirando la foto, memorizando cada detalle. No sabía por qué se estaba torturando a sí misma, pero no podía evitarlo. La cámara había captado a Ryan sin que lo supiera, su atención puesta en la joven a su lado. Jen se negó a especular sobre quién era la rubia, manteniendo su atención en Ryan. Catherine. Negó con la cabeza. No, era Ryan. Siempre sería Ryan para ella. Su teléfono sonó y miró el número sin reconocerlo. Cerró su laptop antes de contestar. "Jen Kincaid" dijo. "Jen, hola. Soy Morgan, de Colorado. Tal vez no me recuerdes, yo soy…" "Por supuesto que te recuerdo" hizo una pausa, sintiendo como su pulso recobraba vida con nerviosismo, "¿Cómo está ella?"

"No tan bien" dijo Morgan. "Ya somos dos" "Me lo imaginaba" "¿Supongo que te contó?" "Sí. Ella no quería hacerte daño Jen. Pensó que estaba haciendo lo correcto" "¿Dejándome? Viniendo aquí y...y...y ¿entonces simplemente marchándose?" "Lo sé. Tienes que entender. Ella…" "Ella está huyendo" dijo Jen, "Ella ha estado huyendo. Es por eso que vive de la forma en que lo hace" Jen respiró profundamente. "Sé quién es. La vi... la vi en la televisión. Vi su rostro y no podía creer que era ella. Ahora sé de qué ha estado huyendo. Y entiendo por qué no me dijo quién era. Sé que no quería que la juzgara. Para mí, ella solo es Ryan" "Ella me dijo que tenía miedo de decirte. Me dijo que tenía miedo de que pudieras pensar que era un fraude" "Nunca pensaría eso. No me importa quién es. No me importa todo eso" miró hacia el espacio, "Me siento tan vacía por dentro, Morgan. La extraño mucho" se mordió el labio, sabiendo lo que tenía que hacer, "Quiero verla" respiró profundamente, vacilando "¿Crees que sea una buena idea? ¿Crees que debo ir? Quiero decir, no podría soportar el rechazo si ella me pide que me vaya. Creo que preferiría vivir con los y sí que ir hasta allá y que ella me pidiera que me fuese" "Ella no te pedirá que te vayas, Jen. Parece que se ha enamorado fuertemente de ti" Jen cerró los ojos, sin atreverse a creerlo, "Tengo miedo" "Sí, ella también. Jen, Ryan no es de las que hablan. Está acostumbrada a huir. En este momento, creo que está aterrorizada de lo que siente. Sé que lamenta lo que hizo, pero aún piensa que lo que hizo fue lo mejor para tí. Hablé algo con ella, pero se fue de aquí el otro día en estado de pánico. No hemos sabido nada de ella desde entonces" "Se está escondiendo" dijo Jen, sabiendo con certeza que Ryan lo estaba haciendo. "Sí. Por desgracia, no puede esconderse de sí misma"

CAPÍTULO 35 Ryan estaba de pie en la ventana, viendo el amanecer sobre su pequeño pedazo de paraíso. Sólo que no lo había sentido exactamente como el cielo en meses. Miró hacia abajo, viendo a los perros mirándola. "La extraño" dijo. Sierra ladeó la cabeza, escuchando."Probablemente tú también la extrañas" se sintió casi decepcionada cuando no obtuvo respuesta. Fue hacia la cocina, botando su café frío y llenando su taza nuevamente…su tercera de la mañana. El silencio en la cabaña era ensordecedor. Cada día, parecía volverse más y más fuerte. Tanto que pasaba casi todas las

horas del día afuera, incursionando, moviéndose por los alrededores, cualquier cosa para evitar estar sola en la cabaña. Rara vez utilizaba su laptop, rara vez encendía el televisor. Estaba muerta de miedo y lo sabía. Debería bajar la montaña, pasar el rato con Morgan y Reese durante unos días, pasar el rato en el bar de Sloan. Demonios, conducir a Gunnison o algo así. Cualquier cosa para escapar del silencioso infierno donde se encontraba. Pero no había hablado con Morgan o Reese desde el día que huyó. Las palabras de Morgan todavía resonaban en sus oídos. "Ella está enamorada de ti. Ya estaba enamorada de ti cuando se fue de aquí ¿Por qué crees que estaba llorando?" ¿Jen se había enamorado de ella? ¿Era posible? ¿Se atrevería a creer que alguien podría amarla? Amarla a ella, no a su apellido. Si fuese completamente honesta consigo misma, admitiría que sí, Jen se había apoderado de su corazón cuando se fue. Y lo había poseído con más fuerza después que la había visitado en Santa Fe. ¿Visitado? No, no la había visitado. Habían hecho el amor. Una y otra vez. No habían hablado. En realidad no lo hicieron. Hicimos el amor. Ryan cerró los ojos, recordando el toque de Jen, recordándolo como si fuera ayer. Sin embargo, parecía que había pasado mucho tiempo desde que la había visto, tocado, sentido. Todavía se sentía anhelante por ella. Anhelaba oír su voz. Anhelaba tocarla. Anhelaba que Jen la tocara. Anhelaba hacer el amor con ella. Bajó su taza, caminando decididamente hacia la puerta. Hizo lo que mejor sabía hacer. Huir. Huir de sus pensamientos. Huir de sí misma "Vamos, chicas" ellas salieron estrepitosamente por la puerta con ella, salieron hacia el aire fresco, lejos del silencio sofocante de la cabaña. Alejó sus pensamientos y bajó por la montaña, con la esperanza de encontrar un poco de paz.

CAPÍTULO 36 Nada resultaba familiar. Habían pasado cuatro meses desde que se había ido y los colores brillantes del verano habían reemplazado la nieve que recordaba apilada al lado de la carretera. Sin embargo, gracias a las instrucciones precisas de Reese, no había ninguna posibilidad de tomar un giro equivocado. Jen agarró el volante con fuerza, aún sin saber lo que iba a decirle a Ryan. Había intentado imaginar la reacción de Ryan con su visita y no pudo. Una parte de ella temía que Ryan le diría que se fuera. Después de todo, este era su santuario. Vivía una vida solitaria por elección. Jen no quería asumir que Ryan le dejaría entrar. No había tenido elección durante el invierno, cuando Jen había quedado varada aquí ¿Ahora? Ella podría decirle a Jen que regresara a Santa Fe. Y eso, por supuesto, le destrozaría.

Cheryl le dijo que era una locura venir aquí, diciéndole a Jen que sólo estaba buscando dolor. Tal vez lo estaba buscando. Pero no podía dejar las cosas como estaban. No podía dejar que Ryan solo huyera de ella. Aunque trató de prepararse ante la posibilidad de que Ryan no le gustara tenerla aquí, que Ryan le pidiera que se fuera. Había pasado más allá del lugar, en donde su SUV alquilada había estado enterrada por la avalancha. Volvió a mirar el mapa de Reese, frenando al ver un sendero a la derecha. Salió del camino forestal, viendo los carteles de propiedad privada, consciente de que pronto llegaría a la cabaña. Su corazón palpitó nerviosamente. Tragó su aprehensión, consciente de que estaba haciendo lo correcto. Consciente sin embargo, de que eso no ayudaría a aliviar sus nervios. Rebotó a lo largo del camino de tierra, tomando nota de los puntos de referencia que Reese le había indicado que buscara. Todo parecía tan diferente cuando no estaba enterrado bajo nieve. Finalmente, la vió. La cabaña. Un Jeep negro estaba estacionado a un lado bajo uno de los pinos. Detuvo su coche alquilado junto a él, sentándose inmóvil durante varios minutos, pensando que Ryan saldría si la escuchaba. No hubo movimiento, sin embargo, así que salió, sus piernas temblando de nerviosismo. "No seas ridícula" murmuró, sin embargo eso hizo poco para calmar su inquietud. Se detuvo en la puerta y llamó educadamente esperando. Aún nada. Tuvo un momento de pánico, consciente de que Morgan y Reese no habían hablado con Ryan en más de una semana ¿Y si le había pasado algo? ¿Y si estaba herida? ¿Y si…? Alejó sus pensamientos, rodeando la cabaña hacia la terraza. Miró por las ventanas encontrando el interior vacío como esperaba. Nada parecía alterado o fuera de lugar. Recorrió la terraza, disfrutando de la vista, una vista que siempre le había calmado por alguna razón. El sol se estaba escondiendo, indicando el final del día. Jen asintió con la cabeza, sabiendo de inmediato donde encontraría a Ryan. Corrió alrededor de la cabaña, encontrando el camino que la llevaría a la cresta...y la puesta de sol. La altitud le estaba afectando, tuvo que parar varias veces para recuperar el aliento. Finalmente, llegó a la cresta, la visión frente a ella le hizo detenerse en seco. Ryan estaba de pie en la orilla, mirando hacia el oeste, su cuerpo destacado por el sol poniente. Sierra y Kia estaban junto a ella, una a cada lado, al parecer estaban viendo la puesta de sol, tan cautivadas por la vista como lo estaba su dueña. Jen permaneció de pie embelesada mientras las observaba. No se movió, permitiendo que Ryan terminara de ver el espectáculo a solas. Cuántas veces Jen había logrado ver una puesta de sol, cada vez imaginando a Ryan justo así, de pie en la cresta, observando como el día llegaba a su fin. Estoy enamorada de ella. Justo antes de que el sol se escondiera por completo detrás de la montaña, Sierra se volteó, notando su presencia. Jen contuvo el aliento cuando primero Sierra y luego Kia corrieron hacia ella, ambas ladrando en advertencia hasta que se acercaron, lo suficientemente cerca como para reconocerla. Entonces sus colas se menearon y ambos perros se empujaron alrededor de sus piernas por su atención.

Se echó a reír, sin darse cuenta de lo mucho que también les había extrañado. Finalmente se levantó, percibiendo que Ryan también se acercaba. Permanecieron allí de pie durante incontables segundos, sin hablar. Jen se adelantó y dijo lo primero que le vino a la mente. "Me niego a llamarte Catherine" Ryan la miró, "¿Lo sabes?" "Saber cuál es tu apellido no cambia nada, Ryan. Al menos no para mí" inclinó la cabeza, "¿Por qué huiste?" "Sentí pánico. Solo...solo sentí pánico. Pensé que arruinaría tu vida" Jen asintió, "Lo hiciste. Arruinaste mi vida, Ryan. Pasé la más increíble, maravillosa, hermosa noche de mi vida…sólo para descubrir que te habías ido la mañana siguiente. Huíste. Te necesitaba terriblemente la mañana siguiente. Pero me dejaste" "Lo siento tanto, Jen. No sabía...si Brad aún estaba en el escenario. Pensé que tal vez estaban comprometidos. Es sólo que no sabía. Sentí pánico" "¿Crees que yo podría hacer el amor contigo de esa manera si tuviese la intención de casarme con alguien?" Ryan se encogió de hombros, "No lo sabía, Jen. No estoy acostumbrada a esto. Lo siento" ella metió las manos en sus bolsillos. Jen se preguntaba si lo hacía para contenerse y no acercarse más, quizás para no tocarla. Ryan miró a su alrededor, "¿Cómo me has encontrado?" Jen sonrió, "La puesta de sol ¿Dónde más podrías estar?" Ryan también sonrió, "Piensas que me conoces ¿huh?" Jen asintió, "Creo que te conozco, tu verdadero yo, mejor que nadie" dió otro paso acercándose, divertida por la expresión de miedo en los ojos de Ryan, "¿No es en este momento cuando se supone que debemos abrazarnos o algo así?" "Tengo miedo, Jen. Tengo miedo de esto" "Yo también" "Te extrañé...mucho. Es como si no pudiera sacarte de mi mente" "Entonces deja de intentarlo tanto" Ryan alejó su mirada nuevamente, "¿Has pensado en mí?" Jen asintió, "Cada día. Cada noche" Ryan regresó su mirada hacia ella, "¿Qué pasó con Brad?" "Le dije que no estaba enamorada de él" Ryan asintió, "¿Rompiste su corazón?"

"No. Él lo sabía. Seguimos siendo amigos" pateó inconscientemente una roca preguntándose cuánto podría presionar a Ryan sin provocar su huída "Entonces ¿solo vamos a permanecer aquí afuera y visitarnos? ¿O quieres que me vaya? ¿O qué? No quiero asumir nada contigo, Ryan" sus ojos se encontraron y Jen no permitió que alejara su mirada, "Por favor, dime lo que estás pensando" Ryan aún sostenía su mirada, "Quiero abrazarte y besarte y nunca dejarte ir" "Entonces te sugiero que lo hagas"

**** Ryan miró a Jen, viendo la anticipación en sus ojos. Era tan hermosa, todavía lucía tan inocente, tan confiada. Había tantas cosas que necesitaban hablar, pero en este momento, con Jen desnuda en su cama, no quería hablar de nada. "¿Qué estás pensando?" "Estaba pensando lo hermosa que eres" dijo. Jen tendió su mano, esperando que Ryan la tomara, "No tengas miedo" dijo Jen. "Temo que vayas a romper mi corazón" admitió. Jen negó con la cabeza, "No. Te lo prometo ¿Recuerdas cuando te dije que lo que tenía con Brad no era suficiente? ¿Eso de que tenía que haber más?" Ryan asintió. "Esto...es el más que estaba buscando. Tú" sonrió y tiró de la mano de Ryan, "Ahora, vamos a la cama" Ryan puso sus miedos a un lado, sin desear nada más que entregarse a Jen. Había estado tan terriblemente solitaria desde que Jen se había ido. Había tenido cuatro meses para ordenar sus sentimientos, cuatro meses que admitir…y aceptar…que Jen había robado su corazón sin siquiera saberlo. Y ahora Jen estaba ofreciéndose a sí misma. Ofreciendo su amor. Cuando Ryan se colocó encima de ella, sus pensamientos no estaban en el presente, sino en la primera vez que hicieron el amor. Jen, tan vacilante, sin embargo, tan fuerte, tan segura de lo que quería. Ryan había sido la insegura. No había cambiado mucho en eso, notó, cuando Jen la atrajo hacia sí, separando sus piernas, haciendo espacio para Ryan. "Tenía miedo de que nunca llegara a tocarte de nuevo" admitió mientras sus labios se movían hacia la boca de Jen. Jen gimió dentro del beso, abriendo su boca, dejando que Ryan entrara. Las manos de Jen no estuvieron quietas mientras se movían a través de su espalda, luego más abajo, ahuecando a Ryan y acercándola aún más a su cuerpo. Ryan se incorporó, derramando besos en el cuello de Jen, su garganta, moviéndose hacia su pecho. "Me encanta como me besas " murmuró Jen, sosteniendo a Ryan en su pecho.

Ryan jugueteó con su pezón con la lengua, sintiendo como se endurecía incluso antes de cerrarse sobre él, succionándolo suavemente mientras Jen se presionaba contra ella, sus caderas moviéndose lentamente contra la suya. Ryan alejó su boca, mirando los ojos entrecerrados de Jen, viendo el deseo…viendo el amor. Besó los labios entreabiertos mientras su muslo empujaba las piernas de Jen alejándolas aún más. Podía sentir la humedad de Jen en su piel mientras se presionaba contra ella. Jen gimió nuevamente, capturando las caderas de Ryan y tirando con fuerza contra ella. Ryan se extendió entre ellas, abriendo a Jen hacia ella. Sus clítoris se encontraron y la cabeza de Jen cayó hacia atrás, sus ojos se cerraron mientras se mecía contra Ryan. "Se siente tan bien" susurró Jen, "Tan bien" Ryan equilibró su peso con sus brazos, acariciando el clítoris de Jen con el suyo, mezclándose la humedad ambas. La respiración de Ryan estaba tan agitada como la de Jen, su corazón latía rápidamente en su pecho mientras se movía contra ella, lentamente al principio, luego más rápido…más fuerte…ambas gimiendo con cada embestida. Demasiado pronto, su orgasmo amenazó y supo que estaba a punto de llegar al clímax. Su cuerpo estaba húmedo por el sudor mientras continuaba empujando contra Jen, observando con satisfacción como Jen luchaba por respirar, el placer evidente en su rostro. Sus ojos se encontraron y permaneciendo así mientras se movían al unísono. Dos, tres golpes más y Jen finalmente gritó, sus manos agarrando fuertemente las caderas de Ryan. Ryan se dejó llevar, presionando con fuerza contra Jen mientras su propio orgasmo se apoderaba de ella, ola tras ola de placer inundaron su alma. Sus brazos cedieron y se desplomó encima de Jen, sus respiraciones entremezcladas mientras se abrazaban. "Te amo" murmuró Ryan contra su boca. Jen la abrazó con más fuerza mientras su respiración se normalizaba, "Te amo"

CAPÍTULO 37 "¿Así que una editora?" Jen rió, "¿Eso fue lo mejor con lo que pudiste salir?" Ryan inclinó su botella de cerveza en su dirección, "Tan pronto como lo dije pensé ¿qué demonios estás pensando?" Su sonrisa se atenuó un poco, "Desearía que me hubieses dicho. Entonces realmente te hubiese sacado información" dijo. "Cuando finalmente me sentí lo suficientemente cómoda como para decirte, pensé que estarías tan enojada conmigo. Y me sacaste información de todos modos" "Lo hice ¿no?" Jen se relajó en su tumbona, disfrutando del sol sobre sus piernas y la vista que pensó nunca volvería a ver, "Es tan hermoso. Tan diferente de cuando estuve aquí"

"Cuando las flores de la primavera llegaron, deseé terriblemente que estuvieras aquí para verlas" dijo Ryan, "Deseé que estuvieras aquí por muchas cosas" Jen se volteó, descansando su mirada en ella, "¿Todavía tienes miedo?" preguntó en voz baja. Ryan asintió "Aterrorizada" "¿Puedo decirte algo?" "Por supuesto" "No sabía quién eras" dijo, "Quiero decir, cuando te ví en la televisión, no tenía ni idea de quién era Catherine Ryan-Barrett. No veo los programas de entretenimiento, no leo periódicos sensacionalistas" se encogió de hombros, "Rara vez voy al cine. Cheryl tuvo que decirme quién eras e incluso entonces no lo supe" se inclinó sobre el pequeño espacio que separaba sus sillas y tomó la mano de Ryan entre la suya, "No me importa cuál es tu apellido. Eso no significa nada para mí. No eres más que Ryan, la mujer de la que me enamoré. No tengas miedo de esto" Ryan levantó su mano y la besó suavemente, "No pertenezco a ese mundo" dijo en voz baja, "No recuerdo un momento en que mi madre y yo nos lleváramos bien, pero la cosa con el libro nos separó completamente. Ella no tenía ni idea de que la escritura era mi pasión" dijo "Cuando mi nombre fue filtrado y todo el mundo asumió que no podía haber escrito el libro…quiero decir, que no debía tener un cerebro ya que no soy nada más que una heredera…mi madre lo cuestionó abiertamente también. Ella fue una presa fácil para cualquier periodista que quisiera una historia" Jen vio la tristeza en su rostro, pero no hizo ningún comentario, deseando que terminara sus pensamientos. "Mi abuela sabía. Escribí el libro mientras estaba en la universidad y solía dejar que lo leyera mientras estaba trabajando en él. Es la única persona que estuvo junto a mí. Es por eso que me siento obligada a asistir a sus fiestas de cumpleaños anual. Es la única vez que la veo. Que los veo" "¿Tu hermano no lo sabía?" "El único propósito de Charles en la vida es ir de fiesta y ver a cuántas mujeres podrá meter en su cama durante toda su vida" "¿Tampoco eres cercana a él?" "Oh, nos llevamos bien. Él es tres años mayor que yo. Simplemente no tenemos nada en común" "Dime por qué eres una ermitaña" dijo con una sonrisa. Ryan terminó su cerveza y dejó la botella al lado de su silla, haciendo una pausa para alborotar el pelo de Kia, "Todo comenzó inocentemente" dijo ella, "Quería escapar de las constantes preguntas sobre el libro, de los periodistas que estaban rondando, las cámaras. Siendo una heredera y siendo una lesbiana, bueno, digamos que siempre había interés de con quién me veían" "Así que hay un montón de Megans ¿huh?" "Sí. Era joven, recién graduada de la universidad. Y necesitaba un descanso. Como he dicho, ese mundo no era para mí. La única vez que estuve en Aspen fue para esquiar, pero estaba

familiarizada con el lugar. Pensé que sería lo suficientemente pequeño, donde podría desaparecer por un par de semanas y aun así tener aquello a lo que estaba acostumbrada. Un hotel de cinco estrellas" dijo riendo. "¿Supongo que tus gustos cambiaron?" "Sí. Me metí de lleno en la excursión. Conseguí un perro. Nico. Sin importar cuánto dinero ofrecía pagar, en el hotel no permitían perros. Así que, compré esta pequeña cabaña. Llegué allá arriba pensando que me quedaría un par de semanas, luego pensé que me quedaría hasta el verano. Entonces, los álamos se transformaron y me enamoré del lugar. Lo siguiente que supe, es que era invierno y no me fuí a ninguna parte. Esquié casi todos los días" "¿Hiciste amigos?" preguntó. "No. No quería. No quería que nadie supiera quién era. Era una vaga del esquí, nada más. Así que reparé la cabaña, pensé que tal vez me quedaría por un tiempo. Pero Aspen no es cierta pequeña ciudad soñolienta para esquiar. Los turistas me reconocían de vez en cuando. A mi hermano le gustaba esquiar en Aspen así que se presentaba cada año. Simplemente se volvió demasiado abarrotado para mí. Cuando perdí a Nico, decidí que era hora de seguir adelante" dijo, "Nunca consideré volver a casa" "¿Así que Reese y Morgan son las primeras amigas que has hecho desde que te fuiste de casa?" "Sí. Han pasado diez años desde que me fuí" Jen apretó su mano, "Oh, Ryan. Lo siento mucho" Ryan se encogió de hombros, "Fue mi elección, Jen. Estaba acostumbrada a estar sola, viviendo en mi propio mundo. Este lugar aquí…" dijo "…es mi hogar. Pude haberlo hecho más grande. Pude haber comprado algún lugar cerca del pueblo. Pero esto era lo que quería. Esto era todo lo que necesitaba" hizo una pausa, esperando hasta que Jen la miró, "Hasta que te conocí. Entonces me dí cuenta de lo verdaderamente vacía que era mi vida" su mirada se movió a través de las montañas, "Me dí cuenta de que todo esto era nada sin tí. De alguna manera había perdido su belleza" "Lo ocultaste muy bien" dijo Jen, "Parecías estar perfectamente contenta con tu vida como estaba" "Oh, lo era. Pero viniste y revolviste mi mundo. No quería que te fueras" Jen asintió, "No quería irme" "¿Por qué no me lo dijiste?" Jen sonrió, "¿Por qué tú no me lo dijiste?" Ryan rió, "Dios, te extrañé" suspiró, "Extrañaba esto. Hablar contigo" Ryan se volteó hacia ella, "¿Cuánto tiempo puedes quedarte?" "Me puedo quedar...un tiempo" dijo con cautela, sin saber qué pretendía Ryan, "Me encantaría ver los álamos transformarse" "Es hermoso, Jen. Las montañas se convierten en oro. Por donde miras, es oro" Ryan levantó una ceja, "Aunque no se transforman hasta bien entrado septiembre"

El corazón de Jen se hundió, "Si eso es demasiado tiempo, puedo irme cuando…" "No, Jen. No. Quiero que te quedes. Es sólo que no quiero que sientas que tienes que hacerlo. Sé que tienes que regresar a tu vida en Santa Fe. Tienes amigos allí. Tienes una casa" "Sí. Tengo todas esas cosas" dijo Jen, "Mi editor está ahí. Estoy familiarizada con él. Pero no te tengo a tí" respiró profundamente, esperando que lo que estaba a punto de decir fuese algo que Ryan quisiera oír, "Estoy locamente enamorada de tí, Ryan. Hay fuegos artificiales y Cuatro de Julio" dijo riendo, "Quiero...quiero quedarme" se sorprendió al ver la humedad en los ojos de Ryan, "Quiero quedarme aquí" "¿Tú...tú renunciarías a todo eso para quedarte conmigo?" "Sí. Mi corazón está aquí. Contigo" Jen sabía que era verdad. Renunciaría a todo en Santa Fe para estar con Ryan. Ryan era quien le hacía sentir completa. Ryan se levantó, tirando de Jen en un abrazo. Jen se aferró a ella, disfrutando la cercanía que sentía con Ryan. "Quiero que te quedes" dijo Ryan finalmente, "Pero también quiero que seas libre de irte si así lo deseas. Ya sabes lo aislado que está aquí arriba. Podrías…" Jen la detuvo con un beso, dejando que sus labios permanecieran unidos, sintiendo como el pulso de Ryan cobraba vida. Se alejó un poco, lo suficiente para mirarla a los ojos. "En el verano, como ahora, podemos estar en Lake City en menos de treinta minutos" dijo "Eso no es aislado. Y tienes dos muy buenas amigas que a mí también me gustan mucho. Eso no es aislado" sonrió, "Y pasar otro invierno aquí contigo, viendo caer la nieve en la terraza, suena como el cielo para mí. Eso es aislado" dijo riendo, "Pero a diferencia del invierno pasado, ahora tenemos algo que podemos hacer…" dijo mientras sus manos se movieron por el cuerpo de Ryan hacía arriba, descansando sobre sus pechos, "…para pasar el tiempo" Ryan acunó su rostro, sin dejar de sonreír mientras la besaba. Jen sonrió también cuando se separaron. "Hablando de amigas, Reese y Morgan vienen para la cena" dijo Jen. "¿En serio?" "Sí. Reese dijo que le debías un filete" "Así es" Los dedos de Jen trazaron el contorno de los pezones de Ryan y su excitación se encendió, "Por supuesto, todavía faltan un par de horas para eso" dijo levantando la cabeza por un beso. Ryan aceptó su invitación, guiándola rápidamente al interior de la cabaña. Jen se detuvo, regresando su mirada hacia la terraza, hacia los perros que descansaban al lado de sus sillas y luego a las montañas. Sonrió y dejó escapar un suspiro de satisfacción. Estoy en casa.

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