Gerri Hill - La Cabaña (the Cottage)
March 16, 2017 | Author: Yassneal Odamar | Category: N/A
Short Description
Download Gerri Hill - La Cabaña (the Cottage)...
Description
La Cabaña (The Cottage) Gerri Hill Traducción Libre By El TEAM LGM
Reseña Jill y Carrie…ambas casadas __con hijos adolescentes…se reúnen un día durante la hora del almuerzo de Jill en un parque local. Pronto se forja una amistad. Una amistad que se profundiza con cada visita. El marido de Jill todavía vive y respira la vida de entrenador, una vida que le deja poco tiempo para Jill. Dejándola cada vez más por su cuenta, Jill se descubre a sí misma buscando ese algo indefinible que ha estado ausente durante toda su vida. Casada con un exitoso hombre de negocios, Carrie Howell se retiró precozmente de una carrera en bienes raíces para pasar más tiempo con sus hijos adolescentes y para dedicarse a su única pasión…la pintura. Ella, también, ha sentido desde hace tiempo que algo ha faltado en su mundo. La Cabaña es la historia de dos mujeres atraídas por una fuerza más fuerte que sus matrimonios, más fuerte que ellas mismas. La historia de Jill y Carrie. Dos mujeres. Un amor
Capítulo 1 Secó las lágrimas de sus ojos, diciéndose a sí misma una y otra vez que se trataba de un servicio conmemorativo. Realmente no estaban enterrándola. En realidad no. Pero los sollozos vinieron nuevamente y tropezó, buscó sostenerse con una mano para mantener el equilibrio y con la otra cubrió su boca mientras trataba de mantener sus emociones bajo control. "¿Señorita? ¿Está bien?" Jill volteó, sobresaltada. No había visto a nadie más. Los otros de la familia estaban en la tumba. Se quedó mirando a la mujer de edad avanzada, avergonzada por su falta de control. Negó con su cabeza lentamente y luego buscó en su bolso otra toallita. "¿Es usted amiga de la familia, querida?" Jill aclaró su garganta, su voz ronca por el llanto "Discúlpeme. Pero ¿qué?" "Ella era tan joven ¿Eran cercanas?" Jill asintió y luego sonó su nariz. "No conozco a la familia. Rara vez iban a la iglesia" dijo la mujer con un toque de desaprobación en su voz "Pero mi sobrina trabaja en una de sus tiendas" "Ya veo" Jill secó sus ojos, maldiciéndose a sí misma por haber venido. Sabía que no serviría de nada. Ya se habían despedido. Pero no, tenía que venir. Quería verlos. Y eso sólo sirvió para acentuar su quebrantamiento. Un quebrantamiento en frente de una perfecta desconocida. "Vengo a visitar a mi Eddie casi todos los días. Él se fue hace tres años" Jill frunció el ceño, volteándose y mirando el monumento en el que estaba apoyada. Edward Jorkowski. "Oh, Dios mío" murmuró Jill "Lo siento mucho" "Oh, no creo que a Eddie le importe. Probablemente disfruta de la compañía" la mujer dio unas palmaditas en el asiento a su lado en el banco "Ven, siéntate conmigo un rato. Háblame de tu amiga. Las personas siempre tienen miedo de hablar de los muertos, como si no existieran. Mis propios hijos, mis nietos, después que Eddie murió, casi nunca le mencionan. Como si pensaran que no está siempre en mi mente de todos modos"
"¿Estuvo casada mucho tiempo?" "Oh, sí. 63 años. Mucho tiempo de estar con alguien. Mucho tiempo de amar a alguien. Las personas no se dan cuenta del enorme vacío que queda en la vida de uno después de una muerte. Oh, las personas dicen: sé cómo se siente, pero en realidad no lo saben. No, a menos que también hayan perdido a alguien" "Supongo que tiene razón" "Ven, siéntate conmigo un rato" Jill estuvo a punto de declinar. No le había contado a nadie sobre ella. Sobre ellas. Sobre sus vidas. Pero la piel de la anciana se arrugaba mientras sonreía, sus ojos marrones eran cálidos y acogedores. Jill suspiró y aclaró su garganta "El funeral era privado. Solamente la familia. El servicio aquí afuera también era muy privado" "Oh ¿Así que te estás colando?" Jill sonrió con tristeza, asintiendo con la cabeza "Sí. Ella fue...ella fue incinerada" Jill hizo un gesto con su mano "¿Quién hace un servicio en el cementerio cuando ni siquiera van a enterrarla?" La mujer se encogió de hombros "Supongo que van a poner una lápida, darle a sus hijos un lugar a donde ir" la mujer dio unas palmaditas al banco nuevamente "Ven y siéntate. Mi nombre es Beatrice. Mi Eddie siempre me llamaba Bea" Jill sonrió "Bea. Soy Jill" "Nunca entendí los funerales privados. Quiero decir, siempre hay alguien más además de la familia que quiere decir adiós. Como tú, por ejemplo" Jill se sentó pesadamente en el banco, sus ojos regresando nuevamente a la familia mientras estaban tomados de la mano. El pastor estaba hablando, con las manos extendidas hacia el cielo. Jill negó con la cabeza. Dios, ella habría odiado esto. "Ellos no sabían que yo existía. Aún no lo saben. Pero la amaba tanto…" susurró Jill "…y ella me amaba a mí" "No entiendo" Jill tragó saliva y aclaró su garganta nuevamente "Nos conocimos por casualidad hace menos de un año" Jill volteó y miró a Bea "¿Cree en las almas gemelas?"
Capítulo 2 Hace un año…. Era un día glorioso de Enero y Jill encontró un banco tranquilo en un parque. Su banco del parque. Se deslizó hacia uno de los extremos, todavía bajo un sol radiante y desenvolvió el sándwich que había hecho esa mañana. Había venido al parque durante años, disfrutando del lago y del bosque, escapando de la ciudad durante una hora cada día. El desarrollo al lado norte del lago habían provocado que las calles de la ciudad invadieran el parque, pero la calma se mantenía. El lago y los bosques totalizaban más de mil hectáreas, tierras por las que los promotores inmobiliarios habían estado salivando por años. Y poco a poco, el condado había vendido algunas hectáreas aquí y allá, reduciendo el parque mientras los promotores inmobiliarios mantenían llenos los bolsillos de los comisionados del condado con dinero en efectivo. Jill estaba orgullosa de haber formado parte del Comité de Acción Ciudadana que ayudaba con la aprobación de una ley que detuviera cualquier venta de tierras en el futuro. "Manojo de idiotas políticos" murmuró ella. Pero el parque ahora estaba a salvo. Sin importar cuánto creciera la ciudad y parecía que se estaba haciendo más grande cada año, esta tierra estaría aquí, sin ser perturbada. Ella mordió su sándwich, estudiando el área de picnic, viendo rostros conocidos pero ninguno que conociera. No eran más que rostros de personas como ella, que venían al parque por una rápida escapada. Nunca sintió la necesidad de hablar con ninguno de ellos, pero observar a las personas se había convertido en un pasatiempo. Entonces la vio. La pintora. La mujer había estado aquí, todos los días, durante las últimas dos semanas. Hoy estaba más cerca, parada al borde de los árboles, mirando el lago. Esta vez no tenía un caballete, sólo un gran bloc de dibujo. Mientras Jill le miraba, la mujer se recostaba contra el árbol, su cabeza inclinada hacia un lado mientras estudiaba el lago. Jill se preguntaba quién era y de dónde era. Su cabello castaño cenizo insinuaba su edad, eso y los anteojos (gafas) de lectura que a veces estaban situados en la parte superior de su cabeza. Pero su cuerpo esbelto y grácil contradecía esos signos de ser una mujer mayor. Jill le miraba cautivada mientras su mano se movía a través del papel. Sentía un impulso casi irresistible de acercarse más,
sólo para ver lo que la mujer estaba dibujando. Probablemente era el lago, pero aun así, Jill tenía que ver. Algo estaba atrayéndola, instándola a levantarse del banco del parque. Sorprendida, se descubrió a sí misma arrastrándose más cerca de la mujer y mirando por encima de su hombro. Vio como la mano de la mujer se detenía y luego poco a poco se volteaba al sentir su presencia. Ella deslizó nuevamente sus diminutos anteojos de lectura hacia una posición más familiar en la parte superior de su cabeza. En los breves segundos que sus ojos se encontraron, Jill notó dos cosas. Uno, su cabello castaño cenizo, efectivamente desmentía su edad. No podía ser mayor que Jill. Y dos, había algo tan familiar en ella que casi se había quedado sin aliento. Sus ojos azules celeste se encontraron con los suyos y una cálida sonrisa transformó el rostro de la mujer. "Hola"
Jill finalmente recordó respirar. Le devolvió la sonrisa, un poco a manera de disculpa "Lo siento, pero la curiosidad me ganó" explicó ella. "Oh, mi boceto" la mujer extendió el bloc "Aquí, echa un vistazo" Jill jadeó y levantó su mirada encontrándose nuevamente con sus ojos azules celeste "Soy...soy yo. Algo así" La mujer se echó a reír "Sí, algo así. Te he visto en ese mismo banco durante días. Pensé en tratar de hacer un boceto de memoria. Realmente no quería sentarme y mirarte fijamente. Eso asusta a algunas personas" Jill también rió y le pasó el bloc "Y yo que pensaba que te estaba observando en secreto" "No, generalmente las personas sienten curiosidad cuando ven a alguien pintando en público. O haciendo bocetos, como es el caso de hoy" la mujer le tendió la mano "Soy Carrie Howell, por cierto" Jill tomó su mano, notando lo fuerte que eran los delgados dedos que envolvían los suyos "Jill. Jill Richardson" "Encantada de conocerte, Jill ¿Vienes aquí a menudo?" Jill asintió "Casi todos los días. Cuando el tiempo está bien" "¿Hora de almuerzo?"
"Sí, de una a dos" Carrie asintió "Normalmente vengo alrededor de la una. Hay demasiada gente durante la hora del mediodía, sobre todo en días tan magníficos como hoy" señaló hacia el lago "Realmente tenía la esperanza de que alguien tomara un bote de remos o una canoa. Me encanta hacer un boceto del lago cuando está tan tranquilo como ahora" "Pero haces más que bocetos. Te vi con un caballete el otro día" "Principalmente uso tiza o carbón si no estoy pintando con acuarelas. Esa es mi favorita. Y en las pocas ocasiones que me siento atrevida, juego con acrílicos o aceites, pero no a menudo" se encogió de hombros "La verdad, sólo es un pasatiempo. Solía hacer bocetos pero he tomado clases de acuarelas y otros materiales" "Bueno, es un bonito pasatiempo. Debe ser relajante" Jill hizo un gesto hacia su banca del parque "Pero estoy recortando tu tiempo. Dejaré que regreses a lo tuyo" "Tal vez soy yo quien está recortando tu tiempo" dijo Carrie con una risa "Fue un placer conocerte, Jill. Gracias por ser el tema de mi boceto" "Cuando quieras" Jill regresó a su banco, su sándwich había quedado en el olvido. No podía evitar la sensación de que su encuentro había sido predestinado de alguna manera. Aunque sabía que nunca había conocido a Carrie Howell anteriormente, la familiaridad de sus ojos indicaba lo contrario. Jill juraría que los había visto anteriormente. Mientras conducía de regreso a su pequeña oficina en la calle Oak, repetía una y otra vez su encuentro con Carrie, tratando de recordar en vano algún momento en el que ella se hubiese encontrado con la mujer anteriormente. Nada llegó a ella, así que simplemente lo atribuyó a una de esas sensaciones de déjà vu que nunca se podían explicar. Pero estaba segura que iba a ver a Carrie Howell nuevamente.
Capítulo 3 Jill condujo entrando en su calzada exactamente a las 5:20, a la misma que llegaba a casa todos los días. Su casa modesta estaba en un antiguo vecindario, los enormes árboles indicaban la antigüedad de la mayoría de las casas. Algunas de las casas más antiguas habían sido demolidas y reemplazadas por versiones más nuevas y de lujo, pero los árboles permanecían. Ella y Craig habían comprado la casa poco después de haberse casado. Los padres de él habían tenido la amabilidad de darles el pago inicial. Seguro. Ahora sabía que simplemente había sido su manera de controlarlos. Ella y Craig, apenas habían salido de la universidad, ambos enseñaban en la misma secundaria y apenas tenían los fondos suficientes para una casa. Y sus padres simplemente habían encontrado la casa perfecta para ellos. Y como bono adicional, no estaba más lejos de una cuadra de la de ellos. Jill rodó sus ojos, preguntándose por qué había permitido eso en primer lugar. Pero la verdad era que se había enamorado de la casa de dos pisos, los grandes árboles, el enorme patio y el vecindario tranquilo. Así que pareció una bendición cuando ellos ofrecieron el pago de la inicial. Simplemente no tenía ni idea de que estarían tan involucrados en sus vidas como lo habían estado. Estacionó su coche en la calzada bien a la derecha para darle espacio a Craig cuando estacionara su camioneta. El garaje (cochera) para dos coches estaba lleno, con espacio sólo para un vehículo. La nueva camioneta de Craig ocasionaba que ahora Jill tenía que estacionar su viejo Subaru en el exterior. Ya tenía muchos años, pero no podía soportar la idea de separarse de él, no cuando los precios del gas estaban tan elevados y ella estaba haciendo más de treinta millas por galón. Elevó una comisura de su boca en una sonrisa y levantó sus cejas. No era como que iba a alguna parte. De ida y de vuelta al trabajo, de ida y de vuelta a la ciudad transportando a Angie. No había hecho un verdadero viaje en años. De hecho, ni siquiera habían tomado vacaciones desde que Angie tenía 10 años. Angie crecía y se involucraba en más actividades. Actividades que ocupaban la mayor parte del verano. Apenas había llegado a la puerta de la cocina cuando su hija entró en la habitación con una mueca en su rostro mientras colocaba ambas manos en sus caderas. Era un gesto que Jill solía encontrar divertido, sabiendo que Angie lo había adquirido de ella con los años, pero ahora simplemente era molesto. "¿Tienes alguna idea de qué hora es?"
"Sí, sé exactamente qué hora es. La misma hora en la que llego a casa todos los días" "Mamá, tengo una reunión de estudio de grupo en casa de Shelly. Tenemos un proyecto de biología en el que estamos trabajando" "¿Por qué no le pediste a tu abuela que te llevara?" preguntó Jill mientras abría la nevera y sacaba una botella de agua, preguntándose distraídamente que prepararía para la cena de esta noche. "La abuela siempre tiene que estar llevándome ¿Por qué no me llevas tú?" "Trabajo hasta las 5 todos los días Angie, lo sabes. Si tienes que estar en algún lugar antes de esa hora, pídeselo a tu abuela. De todos modos estás en su casa después de la escuela" "Ella no tendría que estar llevándome todo el tiempo. No es mi madre" Jill cerró sus ojos por un momento. Al parecer, su suegra estaba en uno de sus estados de ánimo. Era en esas ocasiones cuando sermoneaba a Angie de lo terrible que era que Jill ya no enseñara en la escuela, lo terrible que era que tuviese que trabajar hasta las 5, bien pasada la hora en la que su única hija estaba en casa después de la escuela. Pero Jill no discutiría con su hija de catorce años "Está bien, vamos" dijo ella. "¿Ir a dónde?" "A tu grupo de estudio" "Ahora es demasiado tarde, mamá" "Entonces ¿por qué estamos teniendo esta conversación?" "Simplemente no lo entiendes ¿verdad?" "Aparentemente no" murmuró ella "¿Dónde está tu padre?" "Tiene un juego esta noche" "Oh, sí, lo olvidé ¿Sabes cuándo estará en casa?" "Él es tu marido, no el mío" Jill miró como su hija salía de la cocina con el mismo arrebato con el que había entrado. Cuatro años más de secundaria. Se preguntaba si podría alquilarle un lugar hasta que se graduara.
"Probablemente no" Había estado en ese estado de ánimo los últimos seis meses, desde que había empezado la secundaria. Era como si alguien hubiese accionado un interruptor. Su hija feliz y despreocupada se había convertido en una perra del infierno. Y sabía que su suegra sólo le azuzaba, puntualizando todos los fallos de Jill como madre. Uno de ellos era el hecho de que había dejado el trabajo de enseñanza años atrás, un trabajo que le habría dado la oportunidad de pasar tiempo de calidad cada verano con su hija. La verdad era que Jill había dejado la enseñanza ya que no podía soportar estar alrededor de los adolescentes cuando sus hormonas hacían estragos con sus personalidades. Temía que nunca hubiese querido tener hijos propios, después de pasar sus días con ellos. Así que, solo después de cuatro años, renunció. Poco tiempo después, encontró un trabajo como gerente de oficina en construcciones Tutt y desde entonces había estado con ellos. Cuando el viejo Tutt entregó el negocio a su hijo ocho años atrás, repentinamente Jill se encontró con un buen aumento de sueldo y un nuevo asistente. Al parecer Johnny conocía su potencial y todo lo que había hecho, aunque su padre le había tratado y le había pagado como a una secretaria novata. Jill llevaba las cuentas organizadas, mantenía a todos programados y manejaba toda la publicidad. Y ahora que tenía un asistente, era un trabajo que dejaba a las 5 cada día, relativamente libre de estrés y rara vez pensaba en él hasta que llegaba a las ocho de la mañana del día siguiente. No, ahora el estrés era una hija adolescente cuyas hormonas le habían atacado desde adentro y tenía el inmenso placer de enloquecer a su madre. Pasará. Las palabras que Craig había usado la otra noche. El problema era que Craig apenas estaba en casa por lo que no notaba el cambio de Angie. A diferencia de Jill, Craig amaba la enseñanza en la secundaria. Le mantenía joven, había dicho. También lo mantenía alejado de casa. Fútbol en el otoño, baloncesto en el invierno, béisbol en primavera, Craig los entrenaba a todos. Y en los veranos, jugaba en no menos de tres equipos de softbol. En sus noches de descanso, ofrecía voluntariamente su tiempo para la liga de los pequeños. No era de extrañar que sólo hubiesen tenido un hijo. Sacó un paquete de carne molida del congelador, deseando poder recordar dónde jugaría esta noche y si estaría en casa a una hora razonable. Cuando los juegos eran fuera de la ciudad llegaba a casa a las 11 o más tarde. Si el juego era en el gimnasio, estaba en casa a las 9:30. Prepararía una cazuela. Si él tenía hambre cuando llegara a casa, al menos tendría algo. Si no, entonces la cena de mañana ya estaría preparada.
Suspiró preguntándose cuando su matrimonio se había convertido en esto, preguntándose si todos los matrimonios se convertían en esto después de casi 20 años. Rara vez hablaban. Demonios, rara vez se veían. Su vida sexual se había convertido en el obligatorio una vez a la semana, quisieran o no. Eso era una vez a la semana si era una semana buena. Generalmente Jill estaba en cama y durmiendo cuando Craig llegaba a casa. Y ese era otro de los temas de su suegra. Jill debería apoyar a Craig yendo a sus juegos. Después de todo, eso era lo que hacían las otras esposas. Lo que era una mierda, por supuesto. Craig no esperaba que ella fuera a los juegos sólo para ver al entrenador. Era ridículo. Sin embargo, él quería que ella asistiera a sus juegos de softbol en el verano. Y lo hacía en algunas ocasiones. Conocía a la mayoría de las otras esposas y se llevaba bien con ellas. Pero era de antaño, sentarse durante horas, viendo a un montón de hombres adultos actuando como adolescentes, cada uno tratando de superar al otro y exhibiendo su destreza en el softbol. Se cambió su ropa de negocios, colocándose un par de sudadoras confortables y una vieja camiseta holgada de Craig. Robóticamente comenzó a preparar la cena, se sirvió una copa de vino, algo con lo que se había estado complaciendo en el último año más o menos. Ni ella ni Craig eran grandes bebedores, aunque él disfrutaba ocasionalmente una cerveza con sus amigos del softbol. Y un día, por capricho, ella compró una botella de vino tinto y comenzó a disfrutar una copa con la cena. La cena que con más frecuencia comía sola o con Angie. Últimamente, también había empezado a disfrutar de una copa durante la preparación de la cena. Mientras añadía sistemáticamente las cebollas a la carne, pensó en la mujer que había conocido ese día. Una vez más, esa persistente sensación de familiaridad se apoderó de ella. Apoyó una cadera contra el mostrador mientras añadía más vino a su copa, preguntándose si volvería a verla mañana.
Capítulo 4 Jill hizo un gesto a su asistente al mediodía para que la mujer más joven se fuese a almorzar. Jill siempre disfrutaba de la tranquilidad de la oficina desde el mediodía hasta la una. El teléfono rara vez sonaba, dándole tiempo para concentrarse en los libros. La contabilidad era una habilidad que había tenido que aprender a la fuerza cuando tomó este trabajo. Sorprendentemente, descubrió que era muy buena en eso, de manera intuitiva. Pero odiaba las interrupciones. Y ahora que tenía un asistente que se encargaba de las tareas cotidianas de la pequeña oficina, podía darse el lujo de cerrar la puerta, desconectarse a sí misma mientras hacía el balance de las cuentas. Pero ahora durante el almuerzo, su puerta estaba abierta de par en par ante la remota posibilidad de que un cliente pudiese venir mientras Harriet estaba fuera. Su negocio todavía era relativamente pequeño, pero había crecido considerablemente desde que Johnny se había hecho cargo. Él era más práctico que su padre, superándolos en la oficina cada mañana, luego salía a las 9 a comprobar los diversos equipos de construcción que tenían en el campo. Mientras su padre dirigía la oficina y descansaba en su equipo de trabajo para ejecutar la construcción final de las cosas, Johnny permitía que Jill dirigiera la oficina mientras él se encargaba de los equipos de trabajo. Se había producido un cambio rentable en el negocio. Un cambio que los mantenía ocupados de 8 a 5. Pero ahora Jill se descubría a sí misma mirando el reloj, deseando que llegara la 1:00. Estaba ansiosa por su propia hora de almuerzo, ansiosa por ir al parque. Por alguna razón, no podía sacar a Carrie Howell de su mente. Incluso esta mañana, después que Angie había lanzado un ataque sobre Jill por no ser capaz de llevarla a la práctica de la banda a las cuatro, anhelaba la hora tranquila cuando podía escapar al parque. Dios no permitiera que Angie permaneciera alrededor de la escuela durante 45 minutos, hasta que comenzara la práctica. "Mamá, eso es para los perdedores. Los que no tienen quien los lleve" "Bueno, parece que hoy serás una perdedora. A menos que tu abuela te lleve" "Por supuesto, que recaigan tus deberes de madre en la abuela" dijo con sarcasmo. "Mis deberes de madre en este momento incluyen trabajar de 8 a 5. No tengo el lujo de estar en casa todo el día como tu abuela" "No puedo esperar hasta ser lo suficientemente mayor como para conducir. Entonces no tendré que depender de ti nunca más" escupió ella.
"Tu abuela te comprará el coche ¿cierto?" "Papá prometió que podría tener un coche" gritó ella. "Sí. Creo que te prometió mi viejo Subaru" Las lágrimas brotaron de inmediato "¡No voy a conducir ese pedazo de mierda! Voy a ser el hazmerreír de la secundaria" salió corriendo y gritando de la habitación y Jill frotó sus sienes, deseando una vez más que Craig estuviese allí para que fuese testigo de uno de sus pequeños ataques. Y después de un viaje en completo silencio a la escuela…uno que terminó con Angie dándole un portazo al Subaru…Jill escapó a la tranquilidad y la calma de su trabajo de 8 a 5. Volvió a mirar su reloj, observando como las manillas se movían hacia las 12:30, sabiendo que no realizaría absolutamente ningún trabajo mientras escuchaba el tic-tac del reloj. Finalmente, faltando sólo cinco minutos para irse, comenzó a prepararse, guardando el poco trabajo que había hecho y cerrando su ordenador. Se dirigió a la pequeña sala de descanso y recuperó su sándwich de la nevera y luego agarró una botella plástica de agua y esperó pacientemente en su escritorio. Tan pronto vio a Harriet en el coche, corrió a la puerta, reuniéndose con ella en la acera. "Hoy estás apurada" dijo Harriet "¿Tienes una cita?" Jill se echó a reír "Si…una cita con una banca del parque" "Bueno diviértete. Nos vemos a las dos" Sí, hoy estaba apurada y la mañana había sido interminable. Y la expectación que había estado sintiendo todo el día aumentó diez veces mientras se acercaba al parque. No se detuvo para preguntarse por qué estaba tan apurada por llegar al parque, tan apurada para ver si Carrie Howell estaba allí. Una vez más, esa sensación que de alguna manera había estado controlando, siendo guiada al parque, se apoderó de ella y sabía que sería inútil tratar de oponerse a ella. No quería oponerse a ella. Quería ver a Carrie Howell. Y mientras se sentaba en su banca del parque, permitiendo que el sol le calentara, miró a su alrededor, sus ojos buscaban a la otra mujer. Un momento de pánico le impactó cuando no le vió a primera vista, entonces, a través de los árboles, cerca del lago, estaba allí de pie. Hoy nuevamente con un caballete.
Jill sintió que una oleada de alivio le cubrió cuando vió a la otra mujer. No podía explicar la comodidad que sentía sabiendo que Carrie estaba allí. Sin pensarlo, desenvolvió su sándwich, comiendo y masticando metódicamente mientras observaba a Carrie. Entonces, como si sintiera sus ojos sobre ella, Carrie se volteó y le miró directamente a los ojos. Jill dejó de masticar, con la garganta apretada mientras imaginaba esos ojos azules celeste mirándola. Carrie levantó una mano en señal de saludo y Jill hizo lo mismo. No fue hasta que Carrie se volteó, que Jill fue capaz de tragar nuevamente. ¿Qué es lo que te pasa? Pero no obtuvo respuesta. Simplemente tenía una imperiosa necesidad de estar cerca de la mujer. Y en poco tiempo, conseguiría su deseo ya que Carrie caminaba hacia ella. Jill limpió apresuradamente su boca con la servilleta y bebió un trago de agua. "Hola, Jill. Es bueno verte nuevamente" saludó Carrie. "Sí. Veo que ahora tienes tu caballete ¿Acuarela?" "No. Tizas de colores. Normalmente uso mi cuaderno de dibujo, pero tuve una inspiración para una imagen más grande. Quería capturar los árboles y el lago, tal vez añadir un pato o dos en el primer plano. Si resulta bien con la tiza de color, entonces, haré la escena con acuarelas" entonces abrió su cuaderno y le entregó a Jill un papel "Toma. Pensé que te gustaría tener esto" Jill agarró el papel, notando el boceto que había visto ayer, el boceto de ella en la banca del parque. Carrie había añadido características a su rostro, haciendo obvio que era ella, no sólo una mujer sin rostro en el parque. Era hermoso. "Gracias. Es precioso" "Bueno, tuve una modela preciosa" Jill sonrió, sin saber qué decir. De su bolso, Carrie sacó una media hogaza de pan "Estaba a punto de darle de comer a los patos ¿Te gustaría caminar un rato?" "Claro" Jill se puso de pie, haciendo un gesto hacia el caballete "¿Eso estará bien?" "Dudo que alguien se lo robe" dijo Carrie.
Caminaron a lo largo del sendero, en dirección a los pequeños embarcaderos donde estaban atados los botes de remo y las canoas. En primavera y verano, era muy difícil encontrar uno disponible ya que el lago se mantenía lleno de ellos. Pero hoy, en esta tarde fría de enero nadie desafiaba el agua. "No puedo decidir que época del año es mi favorita aquí" dijo Carrie "Me gusta la tranquilidad del invierno, como hoy. Pero echo de menos el verdor de la primavera y el verano. Cuando hago bocetos en el invierno, trato de encontrar algo brillante, algo colorido. Como una de las canoas rojas en el agua, por ejemplo" "Nunca te he visto aquí anteriormente, pero parece que estás familiarizada con el lago" dijo Jill. "Estoy familiarizada con el lago, sí. Sin embargo no vengo a menudo al parque. Especialmente durante el verano. Demasiados niños corriendo" dijo ella "No es que tenga nada en contra de los niños. Simplemente son...perturbadores" dijo Carrie con una risa. "Sí, estoy de acuerdo contigo en eso" Carrie rió "Déjame adivinar. Tienes un adolescente" Jill asintió "Una hija" "¡Oh vaya!" "Tiene catorce años, piensa que tiene 18 y actúa como de 10 ¿Tienes hijos?" Carrie asintió "Dos chicos. Josh tiene 17 años y se gradúa en mayo. Aaron tiene quince. No podría pedir mejores hijos. Josh siempre ha sido maduro para su edad y por suerte se llevan bien. Josh realmente disfruta siendo el taxista de Aarón, así que me ahorra tiempo. Él ha tomado su papel de hermano mayor muy seriamente" "Angie está en la etapa de odio a mi madre" explicó Jill. "Es una cosa de chicas" dijo Carrie "Mi madre me recuerda que estuve en esa etapa durante 15 años" dijo con una risa. Se acercaron al área para nadar, desierta en esta época del año a excepción de los patos que estaban tomando el sol en la arena. Como si supieran del almuerzo gratuito, no menos de 10 se acercaron a su encuentro. Carrie entregó a Jill varias rebanadas de pan y se dispusieron a la tarea de divertirse partiéndolos y arrojándolos a los demandantes patos que estaban a sus pies.
"Oh, aquí viene" dijo Carrie señalando al último que se acercaba "La he llamado abuela Pato" "¿Es vieja?" Carrie se encogió de hombros "No tengo ni idea. Pero es más gris que marrón y mira cómo cojea" Carrie se puso en cuclillas "Toma cariño" murmuró lanzándole pan al viejo pato. Jill le miró sonriendo mientras Carrie ahuyentaba los otros patos para que la abuela Pato pudiese comer. "La he visto por años" dijo Carrie "Es una vieja dura" La barra de pan fue devorada rápidamente, así que regresaron a la banca del parque. Fue una hora divertida pero pasó demasiado rápido. "¿Puedo preguntarte algo?" Carrie asintió "Claro" "¿Nos conocemos?" Carrie rió "¿Tu también? He estado pensando en ello desde ayer. Me pareces tan familiar" "Lo sé. Pero no creo que nos hayamos conocido" Jill permitió que sus ojos se mantuvieran conectados con los azules celestes de Carrie "Sin duda lo recordaríamos" Los ojos de Carrie se pusieron serios "Tal vez en otra vida" murmuró ella. Jill estuvo a punto de decir que no creía en ese tipo de cosas, pero la familiaridad en los ojos de Carrie le dijo que podría ser cierto "Tal vez" Carrie sonrió y sus ojos se suavizaron "Y tal vez te veré otra vez"
Capítulo 5 Jill se sorprendió al ver la camioneta de Craig en la calzada cuando llegó a casa esa tarde. Sabía que no tenía un juego, pero por lo general practicaban después de la escuela. Notó dos cosas cuando entró en la cocina. Uno, la cena estaba en el horno. Al parecer había encontrado la cazuela que había hecho la noche anterior. Y dos, la lavadora y la secadora estaban en funcionamiento. "¿Craig?" llamó ella. "Aquí" lo encontró en su sillón, con el control remoto en una mano y su teléfono celular en la otra. Un partido de baloncesto estaba en marcha. "Gracias por comenzar la cena" dijo ella mientras caminaba poniéndose detrás de él y apretando ligeramente su hombro "Y el lavado de ropa" "¿Cómo estuvo tu día?" ella sonrió y se encogió de hombros. "Igual que siempre" rara vez hablaba de su trabajo. En las pocas ocasiones que había tratado de compartir algo con él, había notado su completo desinterés. Si no tenía que ver con el deporte, su capacidad de atención era la de un niño de diez años "¿El tuyo?" "Día corto. Suspendí la práctica. Estuvimos increíbles anoche. Les dije que se tomaran un día libre" "Bueno, eso fue amable de tu parte" ella se alejó "¿Angie estaba aquí? Tenía práctica con la banda" "Sí, la llevé. Encontrará quien la traiga a casa" "¿Así que estoy asumiendo que no te dio problemas como lo hizo conmigo esta mañana?" Craig se echó a reír "Por lo que escuché, fuiste tú quien le dio problemas. Mi madre dijo que Angie le llamó llorando" Jill suspiró "¿Y qué más dijo tu madre?" "Oh, lo de siempre. Por cierto, estamos invitados para cenar el sábado por la noche" "No puedo esperar" murmuró ella mientras salía de la habitación. A solas en su habitación se desvistió rápidamente, con la intención de tomar una ducha antes de la cena. Pero Craig le sorprendió cuando abrió la puerta.
"Tenemos treinta minutos antes que Angie llegue a casa" dijo él elevando maliciosamente sus cejas. Sonrió haciendo que su bigote se arrugara en las esquinas. Pero ella cerró sus ojos y negó con la cabeza "Realmente no estoy de ánimo, Craig" dijo ella en voz baja. Él se acercó "Ha sido un largo tiempo, nena" "Sí, lo sé. En realidad ha pasado un largo tiempo desde que hemos estado aquí, juntos, al mismo tiempo" "¿Y? ¿Eso es un sí?" Antes que ella pudiese responder, su celular sonó. Él lo miró y luego a Jill "Lo siento, cariño, pero tengo que contestar esto" Ella negó con la cabeza, sorprendida por el alivio que sintió cuando él cerró la puerta detrás de él. No, no estaba de humor, pero eso no le había detenido anteriormente. Pero por alguna razón, esta vez no podía reunir la energía para fingirlo. Y en vez de la ducha rápida que había planeado, llenó la bañera con agua, añadiendo aromas y aceites para el agua caliente. Encendió la vela solitaria que guardaba y luego bajó las luces. Lucía como un ambiente romántico. Así que antes de meterse en el agua caliente, cerró con seguro la puerta del baño. Por si acaso. Dejó que el agua le cubriera, hundiéndose hasta el cuello y cerrando sus ojos. No se sorprendió cuando pensamientos sobre Carrie Howell bailaron en su mente.
Capítulo 6
"¿Ese Howell? ¿El de la tienda de electrónica?" preguntó Jill unos días más tarde, mientras caminaban para alimentar a los patos. "Sí, ese Howell, pero no es la gran cosa" dijo Carrie. "¿Realmente es tu marido quien sale en los comerciales?" "Realmente es él" "Wow. Es atractivo" Carrie se encogió de hombros "Está adquiriendo la gordura de la mediana edad" "¿Cuánto tiempo has estado casada?" "Veintidós años. Sin embargo, rara vez nos vemos el uno al otro. Estoy segura que es un requisito para un buen matrimonio. Nunca estar alrededor del otro lo suficientemente como para discutir. Él es adicto al trabajo. Actualmente tiene 7 tiendas. Dos aquí en la ciudad y el resto en un radio de 200 kilómetros. Está convencido que tiene que visitar a cada una personalmente una vez a la semana" "Wow" "¿Eso te impresiona?" "¿7 tiendas? Sí, lo hace ¿Cómo empezó?" Carrie señaló "Allí está la abuela pato. Está esperando por nosotras" hizo una pausa con sus ojos todavía en el pato "Cuando nos casamos, James tenía todos los aparatos electrónicos conocidos por el hombre. Los CDs apenas estaban saliendo al mercado, los ordenadores todavía estaban en pañales y los teléfonos celulares eran así de grandes" dijo riendo y manteniendo separadas sus manos "Pero, si estaba hecho, James tenía que tenerlo" Ella entregó a Jill un poco de pan y luego comenzó a lanzar su pedazo a los patos, asegurándose que la abuela pato obtuviera su porción. "¿Así que eso le animó a abrir su propia tienda de aparatos electrónicos?"
"Más o menos. Eso fue antes que aparecieran los grandes almacenes de cadena. Logró mantener una vida decente, pero luego se convirtió en la norma que todos tuviesen una computadora en casa, fue entonces cuando su negocio despegó. Eso y cuando todo se volvió digital. Teléfonos y cámaras. Él llevaba un paso por delante del juego y ya tenía una reputación" "Así que cuando aparecieron los grandes almacenes ¿no se afectó su negocio?" "Algo. Pero la mayoría de sus tiendas se encuentran en pueblos más pequeños, donde la competencia es casi inexistente" "Así que… ¿entonces no trabajas?" Carrie negó con la cabeza "Ya no. Pero realmente no tuvo nada que ver con James. Estuve en el sector inmobiliario por años. Tenía mi propio dinero" Cuando Jill estuvo a punto de hacer otra pregunta, Carrie se volteó hacia ella, sus ojos azules claros se encontraron con Jill "Debes estar terriblemente aburrida escuchando sobre el ascenso de mi marido en el mundo de los negocios. Cuéntame que haces tú" Una vez más, esa sensación de familiaridad se apoderó de ella cuando miró los ojos de Carrie. Sonrió antes de voltearse hacia los patos "Ni siquiera le cuento a mi esposo sobre mi trabajo ¿por qué demonios te gustaría escuchar sobre eso?" "Porque estoy interesada en ti" Fue una respuesta simple dada con la naturalidad de una nueva amistad. Pero por alguna razón, las palabras resonaron en su cerebro ¿Por qué demonios Carrie Howell estaría interesada en ella? "Dirijo una oficina…" dijo Jill, finalmente "…la constructora Tutt. He estado allí desde que dejé la enseñanza, hace 15 años" "¿Oh? ¿Eras maestra? Siempre he pensado que es el peor trabajo en el planeta" dijo ella riendo "No te culpo por renunciar. Entonces ¿qué hace uno para dirigir una oficina?" "Bueno, está el propietario, el hijo del Sr. Tutt…Johnny…quien está a cargo desde hace más de 8 años. Luego está mi asistente, quien ahora se encarga de todas las cosas importantes…como asegurarse que haya café en las mañanas. Eso me deja a mí haciendo malabares con las cuentas, manteniéndolas cuadradas, lidiando con los contadores, tratando con el banco y haciendo la nómina de los equipos de construcción"
"Te encargas de un buen número de sombreros" dijo Carrie. Jill negó con la cabeza "He estado allí tanto tiempo, que podría hacerlo en sueños" dijo ella "Es un trabajo relativamente libre de estrés que produce más ingreso que el de mi esposo" "Ouch. Eso debe doler" supuso Carrie. "Él es maestro. Y entrenador" añadió ella "En Kline High" "¿Así que ambos eran maestros? ¿Qué te hizo renunciar?" "Me di cuenta que odiaba a los adolescentes" La risa de Carrie estalló, sobresaltando a los patos que ya corrían alejándose de ellas. "Y ahora estás viviendo con una. Eso no tiene precio" "Me alegra que lo encuentres divertido" dijo Jill con una sonrisa.
Capítulo 7
La estúpida conversación durante la cena fue interminable y a Jill le resultaba difícil mantener una mirada interesada en su rostro. Había escuchado historias de la infancia de Craig más veces de las que podía contar, aun así permitían que su madre continuara aburriéndolos sin cesar hasta que Jill sintió que sus ojos rodaban hacia la parte posterior de su cabeza. "Abuela, cuenta aquella en la que papá se cae del árbol" le animó Angie. "¡Oh! recuerdo cuando eso sucedió…" intervino el tío de Craig. Jill miró a Craig que estaba al otro extremo de la mesa, rogándole en silencio que pusiera fin a la narración de cuentos. Él le dio un guiño sutil y luego volvió su atención a su madre que ya había comenzado la historia. Grosero o no, Jill simplemente no podía soportarlo ni un segundo más. Se puso de pie en silencio señalando hacia el cuarto de baño. Su suegra nunca se detuvo ni un segundo. Cerró la puerta y se volteó abriendo el agua, dejando que el sonido se escuchara en la otra habitación. Se encontró con sus ojos en el espejo, preguntándose por su irritabilidad esta noche. Por supuesto su familia política le ponía los nervios de punta como siempre lo hacían, pero pensaba que ya estaba acostumbrada a estas alturas. Las reuniones para cenar que sus padres organizaban una vez al mes, se habían vuelto tan rutinarias que Jill difícilmente le dedicaba un pensamiento. Pero esta noche, simplemente no podía soportarlo un segundo más. Suspiró, entonces apartó el cabello rubio que cubría sus oídos y reacomodó un poco los flecos. Suspiró nuevamente. La inquietud que había sentido durante todo el día pareció escalar mientras permanecía sentaba a través de la cena, aumentando con cada palabra de su suegra. Mientras se miraba en el espejo, vio la verdad reflejada en sus ojos color avellana y supo por qué se sentía inquieta. No lo entendía, pero sabía por qué. Era sábado. La suerte quiso que el lunes resultara ser un día lluvioso. No le había importado. De todos modos fue al parque.
Estaba vacío. Así que se sentó en su coche, su decepción estuvo a punto de atragantarla mientras mordisqueaba su sándwich. No, no lo entendía ¿Cómo se había obsesionado con una mujer que había conocido hacía una semana? ¿Qué había en Carrie Howell que le atraía de esta manera? Perdida en sus pensamientos, se había quedado sin aliento ante la urgente llamada en su ventana. Limpió el vidrio empañado, su sonrisa fue equivalente a la de Carrie mientras la otra mujer le devolvía la mirada. Jill abrió rápidamente la puerta, viendo como Carrie corría hacia la puerta del acompañante, haciendo una pausa para cerrar el paraguas antes de entrar. "¿Estás loca?" preguntó Jill cuando la mujer que goteaba se metía dentro de su coche. "Aparentemente. Lamento lo de tu asiento" "Dudo que podrías dañar algo en este viejo coche" Jill vio como Carrie pasaba sus manos mojadas por su cabello, apartando las gotas de agua que se aferraban a sus cortas hebras. "Nunca dije esto antes, pero me encanta tu cabello" dijo Jill sin pensar. "Gracias. Me di por vencida coloreándolo hace unos diez años. Herencia de familia. El de mi madre era totalmente gris a los cuarenta así que sigo su ejemplo. Todavía tengo un poco de castaño mezclado" "¿Cuántos años tienes?" "Cuarenta y tres ¿Y tú?" "Todavía me aferro a los 39. Al menos durante unos meses más" "Bueno, lo celebraremos. Los 40 es un gran año" "Creo que eres la única mujer a la que le he escuchado decir eso" Jill sonrió "¿Y qué estás haciendo aquí afuera en la lluvia?" "Podría hacerte la misma pregunta" los ojos de Carrie se suavizaron mientras miraban a Jill "Pero imagino que estás haciendo lo mismo que yo" Jill asintió "Yo...sí, supongo que sí" "Entonces ¿cómo estuvo tu fin de semana?"
"Interminable" "Es curioso. Así iba a describir el mío" "Tuvimos una cena en casa de los padres de Craig el sábado por la noche. Un asunto familiar. Aparecieron algunos de sus familiares que viven fuera de la ciudad" "¿No te llevas bien con tus suegros?" "Nos toleramos los unos a los otros. Su madre no me ha perdonado por abandonar la enseñanza. Esa es sólo una de una larga lista de defectos que tengo" "Déjame adivinar ¿Craig es hijo único?" "Correcto" "Las suegras puede ser brutales" "¿La tuya?" Carrie sonrió. "No, en realidad es un amor. Me llevo mejor con ella que con mi propia madre" "Supongo que tuve suerte en ese sentido. Mi madre y yo rara vez discutíamos. Y ella ahora es mi gracia salvadora cada vez que Arlene me cabrea. Pero no logro verla mucho. Se volvió a casar después que mi padre murió. Ahora pasan su tiempo viajando en una casa rodante" "¡Oh, qué divertido! Imagina tanta libertad" "Sí. Extraño verla, pero ella se la está pasando muy bien. No puedo dejar de envidiarla por eso" Un fuerte trueno casi sacudió el vehículo y la llovizna constante se convirtió en un aguacero. Ellas se miraron y sonrieron. "Estás atrapada aquí" dijo Jill. "Bueno, podría pensar en peores lugares donde estar atrapada" echó un vistazo a su reloj "Pero sólo te quedan 20 minutos. Debí haber llegado antes" "Seis minutos. Es el tiempo que necesito para regresar a la oficina. Pero no será el fin del mundo si llego tarde" "No, pero apuesto a que sería impactante. Imagino que eres una del tipo de los muy puntuales y que, probablemente, enloquece al llegar tarde a alguna parte"
Jill se echó a reír "¿Y cómo lo sabes?" "Porque llegas al parque exactamente a la 1:05 cada día y dejas el parque exactamente a 7 para las 2" Jill se echó a reír nuevamente "Eso me da un minuto extra" "Pero no has terminado tu almuerzo" dijo Carrie señalando el sándwich a medio comer "No debí haberte interrumpido. Simplemente me arriesgue esperando que estuvieses aquí" "En realidad, me ha decepcionado que estuviese lloviendo. No pensé que estarías aquí. Quiero decir, no espero que me entretengas durante el almuerzo ni nada de eso" añadió ella rápidamente. Carrie se echó a reír "También disfruto tu compañía. Ya no tengo tantas amigas" dijo ella "Al parecer cuando me retiré de los bienes raíces, perdí contacto con la mayoría de ellas. James y yo tenemos un par de amigos pero realmente no tengo amigos cercanos" "Sé a qué te refieres. Nuestros amigos son otros entrenadores y sus esposas. O sus compinches de softbol y sus esposas" "Es curioso que sea así ¿no?" "No soy tan extrovertida como él" explicó Jill "Disfruto demasiado mi tiempo a solas. Craig, por otro lado, tiene que tener constante distracción, ya sea en persona o por el celular. Te lo juro, duerme con esa maldita cosa" "He tenido uno así. Puedo entenderte" "Por casualidad no tienes un teléfono celular ¿verdad?" Carrie rió "Era yo quien dormía con uno cuando estaba trabajando. Quiero decir, todavía tengo uno, pero rara vez lo uso a menos que tenga que llamar a alguien. No me gustan las interrupciones" Se sentaron por un momento en silencio. Jill sabía que tenía que irse y echó una rápida mirada a su reloj. "Lo sé. Tienes que irte" Jill asintió lentamente "Sí. Es hora. Pero esta es una lluvia torrencial ¿Puedo dejarte en alguna parte?"
"Oh, no. Me encanta la lluvia…de verdad. Cuando haya terminado y salga el sol, todo estará limpio y fresco. Me encanta. Además, mientras más lluvia recibamos ahora, la primavera por venir será más verde" ella sonrió "Colores, querida. El mejor amigo de una artista" "Bueno, tal vez mañana…" "…tendremos sol" Carrie terminó por ella. Se extendió hacia el piso del coche y agarró su paraguas mojado "Conduce con cuidado, Jill" Antes que Jill pudiese responder, Carrie se había deslizado bajo la lluvia. No era más que una sombra a través de las ventanas empañadas y Jill permaneció sentada por un momento, viendo como desaparecía entre los árboles.
Capítulo 8
"No puedo creer que nunca hayas estado en una canoa" dijo Carrie arrojando pan a los patos más tarde esa semana. "He estado en un bote de remos ¿Eso cuenta?" Carrie fijó sus ojos azul celeste en ella, una sonrisa formándose lentamente "Cuando el clima sea cálido, alquilaremos uno" Jill asintió, luego se acurrucó dentro de su chaqueta, tratando de mantenerse caliente "Hoy realmente hace frio" "¿Y tu madre no te advirtió que no deberías salir sin cubrir tu cabeza?" Carrie quitó el gorro de lana de su propia cabeza y cubrió la de Jill, tirando de él hacia abajo alrededor de sus oídos. Se echó a reír y luego apartó delicadamente el cabello de Jill de sus ojos. "Listo" Jill se echó a reír, mirando el cabello corto de Carrie, las hebras castaño grisáceas en completo desorden "Tal vez deberías conservarlo" se burló ella "Vas a ahuyentar a los patos" "Muy graciosa. Sabes, no te he visto comer el almuerzo durante toda la semana ¿Estoy afectando tu tiempo?" "No te he visto hacer bocetos. Tal vez soy yo quien está afectando tu tiempo" "Puedo hacer bocetos en cualquier momento. Disfruto demasiado de nuestro tiempo juntas como para interrumpirlo" "¿Lo haces?" Carrie se detuvo y se volteó, sus ojos serios "Sí, por supuesto. Te has convertido en el momento más interesante de mis días" "Dios, si ese es el caso, debes tener días muy aburridos" "¿Aburridos? No, en realidad no. Pero me encanta verte. Es curioso ¿sabes? Sólo te he visto durante una semana, sentada en tu banca del parque. Y como una
observadora de las personas, tratas de adivinar quiénes son, que son, como es su vida. Pero contigo, no podía definirlo. También estabas haciendo tu propia observación. Nunca traías un libro para leer, sólo te sentabas allí y mirabas alrededor. Siempre me preguntaba que estabas pensando" lanzó el último trozo de pan a los patos y luego sacudió las manos en sus vaqueros "Parecías un poco inaccesible, así que decidí no interrumpir tus días. Eso no me impedía hacer bocetos de tí" añadió con una sonrisa. "¿Realmente parezco inaccesible?" "Bueno, déjame preguntarte esto. En todo el tiempo que has venido aquí ¿alguna vez alguien se ha acercado a tí para comenzar una conversación?" Jill frunció el ceño y sacudió su cabeza. "No. Supongo que no" "Probablemente no te has dado cuenta, pero siempre escoges un lugar lejos de los demás, lejos de la caminera y del lago" ella se encogió de hombros "Lejos del tráfico. Lejos de las personas" Jill sonrió luego deslizó dos dedos bajo el cálido gorro de lana para rascarse la oreja "Analizas demasiado ¿no?" Carrie se echó a reír, dispersando nuevamente a los patos. Jill amaba su profunda y rica risa. Hacía eco a su alrededor. "Simplemente dices lo que está en tu mente ¿no es así?" "Como tú" Carrie asintió "Sí, tiendo a analizar exageradamente ¿Así que mi descripción sobre ti de que odias a las personas no es cierta?" Fue el turno de Jill para reír "No odio a las personas. Solo a los adolescentes ¿recuerdas?" "Y a las suegras" añadió Carrie. Regresaron sobre sus pasos hacia la banca del parque que Jill normalmente ocupaba. Como de costumbre, la hora había pasado volando. Y mañana sería viernes. "¿Tienes planes para el fin de semana?" preguntó Carrie. Jill asintió "Craig tiene una torneo de baloncesto fuera de la ciudad el sábado. Prometí llevar a Angie y a un par de sus amigos a los juegos. Me temo que será un asunto de todo el día"
"Adolescentes" dijo Carrie con una risa "Espero que sobrevivas" "Espero que ellos sobrevivan. Mi paciencia simplemente ya no existe ¿Qué hay de ti?" Carrie miró hacia el lago, su voz baja "Fiesta de cumpleaños. James cumple 45" "No pareces emocionada" "Es una fiesta sorpresa en la que los niños y su madre insistieron. James odia las fiestas sorpresa. Va a matarme" "Podrías decirle" sugirió Jill. Carrie se echó a reír "Esa es una idea. Pero conociendo a James, simplemente se negará a llegar a casa a tiempo para la supuesta cena en la casa de su madre" "Entonces sigue el plan B actuando tan sorprendida como él" Carrie asintió, su sonrisa hizo que aparecieran las líneas de expresión alrededor de sus ojos "Me gusta tu manera de pensar. Podría intentarlo" Jill empujó la manga de su abrigo mirando su reloj. Volvió sus ojos arrepentidos hacia Carrie "Es hora" Carrie asintió "Lo sé" "¿Nos vemos mañana?" "Por supuesto" Jill asintió luego se volteó, sólo para ser detenida por un ligero toque en su brazo. Hizo una pausa, sus ojos yendo primero hacia la mano que aún descansaba en su manga y luego hacia los ojos que esperaban por ella. Era la primera vez que se tocaban "¿Vas a robarte mi gorro o qué?" Mientras sus ojos permanecían conectados, Jill asintió lentamente "Sí, creo que voy a hacerlo" Carrie dejó que su mano se deslizara alejándola del brazo de Jill, sus ojos azules todavía sosteniendo los de Jill. Finalmente también asintió "Entonces se mi invitada" dijo en voz baja. "Voy a cuidarlo, no te preocupes" dijo Jill también en voz baja. "No estoy preocupada. Nos vemos mañana"
Tan pronto como Jill se alejó, lentamente quitó el gorro de su cabeza, haciendo una pausa para sostenerlo contra su rostro, respirando lo que supuso era el olor de Carrie. Sonrió y colocó el gorro con seguridad en su regazo mientras se dirigía de regreso al trabajo.
Capítulo 9
Jill condujo con cuidado, deseando tener una ventana de cristal entre el asiento delantero y el trasero, cualquier cosa que le separara de los chillidos y gritos de las tres chismosas adolescentes. Pero al menos había una sonrisa en el rostro de su hija. Jill no estaba segura de si era porque estaban en la camioneta nueva de Craig y no en su viejo coche, o que Jill les había comprado hamburguesas después de los partidos de baloncesto. Por supuesto Craig le mataría si descubría manchas de ketchup en la alfombra, lo que sería un milagro, tomando en cuenta lo absortas que estaban las niñas robándose papas fritas la una a la otra "Oh, mamá, sube el volumen. Esa canción es genial" Jill se estremeció mientras ajustaba el volumen, siendo sometida a soportar otra canción genial de rap ¿Cómo podían las chicas distinguir una melodía de la otra? no tenía ni idea. Todas sonaban igual para ella. Luego sonrió, preguntándose si su propia madre había pensado lo mismo en su época, cuando Prince sonaba en la radio y Jill y sus amigas cantaban juntas. Echando un vistazo a su reloj, trató de calcular cuando Craig llegaría en el autobús del equipo. Para usar su nueva camioneta y no tener que conducir su coche, Jill había accedido a recogerlo en la escuela. Sospechaba que él estaba tan avergonzado de su viejo Subaru como lo estaba Angie. Buscarlo en la escuela y filetes a la parrilla para la cena. Ese había sido el acuerdo. Filetes a la parrilla solo para los dos. Angie pasaría la noche en casa de su amiga. Filetes y vino. Tranquilidad. Romance. Solo ellos dos. Jill movió sus ojos hacia el espejo retrovisor, encontrándose con ellos por un breve momento antes de volver su atención a la carretera. Por alguna razón, la idea de tener relaciones sexuales con Craig le daba pánico. No tenía idea de que estaba mal con ella, pero temía huir de sus caricias. Sin previo aviso, los pensamientos sobre Carrie se deslizaron en su mente. Habían estado amenazando durante todo el día, pero los había apartado, sin entender por qué pensaba tanto en la mujer. Y no entendía por qué sentía un terrible vacío los fines de semana cuando no la veía. Vio sus ojos nuevamente en el espejo, confundida por sus sentimientos, confundida por su atracción por Carrie.
Tal vez era sólo su falta de amistad femenina lo que le atraía a Carrie. Tal vez algo faltaba en su vida y Carrie llenaba esa necesidad, fuese lo que fuese. Una vez más, alejó los pensamientos sobre Carrie, para concentrarse en su conducción.
"Hace demasiado frío para cocinar afuera" comentó Jill manteniéndose de pie obedientemente mientras Craig preparaba la parrilla. "Uno de estos años, voy a construir una chimenea al aire libre" dijo él. Jill se echó a reír "Dices eso todos los inviernos. No sé por qué no compras una" Él se encogió de hombros "¿Por qué comprar una cuando puedo construir una?" Jill asintió, sabiendo tan bien como él que no construiría una "¿Quieres un poco más de vino?" preguntó ella. "No. Realmente no me enloquece el vino tinto. No es lo suficientemente dulce para mí" "A mí me encanta" "Debe encantarte. Tomas un vaso casi todas las noches" Jill se erizó "¿Eso te molesta?" "No, nena. Demonios, sé que casi nunca estoy aquí para la cena. Si quieres tomar un vaso de vino, no hay problema" "Tienes razón. No pasas mucho tiempo aquí. He tenido que entretenerme a mí misma" "Lo sé. Lo siento. Es la época del año ¿Tenemos alguna cerveza en la nevera? Creo que voy a tomar una en vez de este vino" Jill le observó en silencio mientras él se apresuraba a entrar en la casa, entonces se volteó estudiando el patio trasero y los árboles sin hojas. Anhelaba la primavera, un clima más cálido, el verde. Y anhelaba el compañerismo, la amistad, la conversación. Se dio cuenta que ella y Craig ya no pasaban tiempo juntos, ya no sabían cómo tener una conversación normal. Sí, era la época del año, pero cada día era la época del año para él. Incluso en verano, siempre encontraba algo, algún juego, que lo mantenía fuera de casa. Como si cualquier cosa fuese mejor que la compañía de Jill.
Pero eso no podía ser verdad. No era como si hubiesen tenido un mal matrimonio. No era como si discutieran y discutieran. De hecho, rara vez tenían un desacuerdo. No, sabía cuál era la verdad. Su marido vivía su vida como lo había hecho en la universidad. Todo giraba en torno a los deportes. Lo supo en aquel entonces. Pero había asumido que maduraría. Se volteó nuevamente hacia la casa, viendo a través de la ventana como hablaba por su teléfono celular, sus manos moviéndose animadamente, como si estuviese describiendo un lanzamiento. Y sin duda lo estaba haciendo. Habían ganado el torneo. Se estaba enfriando por el aire de la noche pero no tenía ningún deseo de entrar. Así que llenó su copa nuevamente luego levantó la tapa de la parrilla y robóticamente cepilló la rejilla antes de colocar dos filetes. Bajó la flama y luego se trasladó hacia la mecedora del porche, dejando que el movimiento le relajara. Sabía que Craig había olvidado por completo sus carnes, se había olvidado de ella. Estaba en su elemento, hablando con uno de sus amigos sobre el juego. Y más tarde, cuando recordara, saldría corriendo disculpándose por estar tanto tiempo en el teléfono. Y ella le diría que estaba bien, que entendía. Así que permaneció sentada en el frío, bebiendo en silencio su vino. Dejó que las visiones de Carrie acudieran a ella sin tratar de detenerlas en esta ocasión. Ellas le abrigaban. Sonrió un poco, recordando su conversación de despedida el viernes. "Piensa en mí la noche del sábado. Voy a estar sufriendo en una fiesta sorpresa de cumpleaños" "Y tu piensa en mí. Estaré sufriendo durante dos horas, dentro de un coche, con tres adolescentes" Los ojos de Carrie se suavizaron "Siempre pienso en ti" Jill no supo qué decir "Yo...yo también pienso en ti" Era la verdad. Simplemente no tenía ni idea de que Carrie pensara en ella cuando no estaban juntas. Se empujó con el pie nuevamente, estableciendo un movimiento, preguntándose cómo le estaba yendo en la fiesta sorpresa, preguntándose si Carrie estaría pensando en ella. Preguntándose si Carrie le extrañaría hoy.
Capítulo 10 Jill miró el reloj, sus manecillas moviéndose cada vez más cercana a la otra. La mañana había sido casi insoportable e instaba al reloj para que se diera prisa. "Estás siendo ridícula" murmuró en voz baja. Sí, sabía que lo estaba siendo. Pero sin embargo, se puso de pie, cerrando la sesión en su computadora antes de pasearse por la oficina, esperando que Harriet regresara para poder escapar. El sonido repentino de su celular le sobresaltó y lo sacó del interior de su bolso, frunciendo el ceño cuando vio el nombre de Craig. Rara vez le llamaba. "¿Qué pasa?" respondió ella. "Oye nena, me alegra haberte encontrado" Ella echó un rápido vistazo al reloj y luego a través de las ventanas hacia la calle "¿Ocurre algo?" "No, no, por supuesto que no. Pensé que tal vez hoy te llevaría a almorzar" dijo él. Ella se detuvo en seco entrando en pánico "¿Qué? ¿Almuerzo?" "Sí. Quiero decir, te lo debo por lo que pasó el sábado en la noche" Ella cerró sus ojos, dejando escapar el aliento lentamente. Un almuerzo de recompensa. Debió haberlo sabido "Craig, tienes una clase a la una. No puedes llevarme a almorzar" "Tengo un profesor estudiantil este semestre. Él está dispuesto a cubrirme" Ella negó con la cabeza, luego se movió hacia la puerta cuando vio que Harriet llegaba "Craig, no necesitas llevarme a almorzar. No quiero que te metas en problemas" "Nena, nuestro equipo de fútbol está en las estatales. Mi equipo de baloncesto está en primer lugar. No voy a meterme en problemas" dijo con una risa. "Bueno, no necesito que me lleves a almorzar" dijo en voz baja "De hecho, lo haré tan pronto cuelgues" "Sabía que estabas molesta…dijiste que no lo estabas, pero sabía que lo estabas"
"No estoy molesta. Realmente, no lo estoy. Pero mi almuerzo es mi tiempo…" dijo de manera uniforme "…mi tiempo para relajarme y escaparme" dijo ella sonriendo al encontrarse con Harriet en la puerta "Así que no sientas que me debes" "Pero pensé que podríamos encontrarnos en algún lugar, tal vez comer una hamburguesa o algo así" dijo él. Ella se detuvo frente a su coche, mirando hacia el cielo nublado "¿Qué tal si nos llevas a cenar esta noche a Angie y a mí? Eso sería bueno" dijo ella. "Oh, nena, tengo práctica después de la escuela. Sería tarde" Ella asintió con la cabeza "Bueno, entonces ¿qué tal la siguiente noche libre que tengas? Podrías comprarnos pizza o algo así" "¿Estás segura?" Ella abrió la puerta y se deslizó en el interior, sosteniendo el teléfono con su hombro mientras giraba la llave "Estoy segura. Ahora vuelve a clase"
Llevaba cinco minutos de atraso cuando dio la vuelta en el camino del parque y su suerte quiso que la lluvia que había amenazado con caer toda la mañana se convirtiera en un aguacero en cuestión de segundos. "Increíble" murmuró ella mientras reducía la velocidad, su limpiaparabrisas con dificultad seguía el ritmo de la embestida. Se detuvo en el lugar donde normalmente se estacionaba, preguntándose qué haría si hoy no veía a Carrie. Pero no tuvo que preguntarse por mucho tiempo. La otra mujer llamó a la puerta del pasajero y Jill abrió rápidamente. Permanecieron sentadas, ambas sonriendo mientras Carrie limpiaba las gotas de lluvia de su rostro. "Creo que tal vez eres tú quien atrae la lluvia, querida" dijo Carrie a la ligera. Jill asintió "Parece que es verdad" "Me encanta la lluvia" Jill sonrió "Me encanta complacerte" Permanecieron en silencio, sus ojos se encontraron y luego se alejaron. Carrie finalmente aclaró su garganta "Yo...bueno, te extrañé este fin de semana" dijo ella.
Jill se volteó en su asiento, mirando los ojos azul celeste de su compañera. Asintió lentamente "Yo también te extrañé" Carrie aclaró su garganta nuevamente "Si no crees que sea demasiado atrevido de mí parte… ¿puedo sugerir un lugar de encuentro alternativo?" Jill asintió, sin importarle en lo más mínimo si sonaba atrevido o no. Cualquier alternativa que no fuese sentarse en su pequeño Subaru bajo la lluvia estaba muy bien para ella, siempre y cuando pudiese ver a Carrie. "Tengo un lugar en el lago, una pequeña cabaña" dijo Carrie "Parece un poco extraño que nos encontremos aquí, sobre todo cuando hace mal tiempo…podríamos estar ahí" terminó con un encogimiento de hombros. "¿Tienes una cabaña? ¿Aquí? No es de extrañar que estés tan familiarizada con el lago" dijo Jill. Carrie esbozó una sonrisa "Sígueme. Está en el lado norte" Salió antes que Jill pudiese protestar y Jill miró por la ventana empañada mientras ella entraba en una furgoneta azul. Retrocedió con cuidado y siguió la furgoneta a través del camino sinuoso del parque y de nuevo a la carretera principal. En lugar de girar a la izquierda, lo que les llevaría de regreso al pueblo, doblaron a la derecha por un camino que les condujo a través de las nuevas subdivisiones que se habían extendido hacia el parque. A pocos kilómetros por la carretera, Carrie giró a la derecha nuevamente y Jill le siguió de cerca. La pequeña calle residencial estaba llena de baches y Jill desaceleró, deteniéndose finalmente mientras Carrie esperaba que se abriera un portón eléctrico. Vio el lago antes de ver la casa de campo, sus ojos se abrieron cuando un acogedor muelle apareció a la vista. Pero volvió su atención a la carretera, desacelerando nuevamente cuando el camino de grava lleno de baches se convirtió en un camino plano pavimentado. Estacionó junto a la furgoneta de Carrie, haciendo una pausa para tomar su paraguas antes de salir. "Por aquí" le llamó Carrie, indicándole a Jill que le siguiera. A través de la cerca blanca, un camino les llevó hacia la parte trasera de la casa y un porche. Jill se detuvo para limpiar sus zapatos sobre la alfombra antes de seguir a Carrie al interior. "Simplemente deja tu paraguas allí junto a la puerta" dijo Carrie "Voy a encender la calefacción"
Jill asintió, temblando mientras el frío húmedo penetraba. Dio la vuelta en un círculo en la terraza interior, formando una sonrisa mientras miraba el lago. La terraza acristalada tenía una vista perfecta del lago y el muelle. "¿Te gusta?" Se volteó al escuchar el sonido de la voz de Carrie, asintiendo con la cabeza "Hermoso" "No tanto ahora. Todo es gris, aburrido. Incluso el agua. Pero en primavera es increíblemente verde, casi daña tus ojos" dijo ella. Jill abrió los brazos "Si tienes esto ¿por qué molestarte yendo el parque?" Carrie se encogió de hombros "No puedes dibujar siempre lo mismo todos los días ¿no es así?" "Sí, pero no tendrías que aguantar a…" Jill se detuvo sonriendo "Tal vez realmente no me gusta la gente, después de todo" Carrie se echó a reír "También me gusta la intimidad de este lugar. Especialmente en verano, cuando los niños se vuelven locos en el parque" señaló la puerta por donde acababan de entrar "¿Quieres una visita guiada?" "Por supuesto" "No tomará mucho tiempo. No la construí para que fuese una casa para la familia. Es sólo un lugar en el que puedo escapar" Jill le siguió por la cabaña, las paredes brillantes contrastaban con la oscuridad del día triste en el exterior. Una larga barra separaba la cocina de la sala y Carrie deslizó un taburete acercándolo a la barra a medida que pasaban. "Una cocina de buen tamaño, pero realmente no la uso mucho" dijo Carrie. Señaló hacia la sala de estar, que estaba escasamente amueblada "O esto. Generalmente utilizo el porche" "Me encanta la cocina. Se ve atractiva" Jill se volteó hacia ella "¿Desde cuándo la tienes?" "La construí hace cuatro años" ella se echó a reír "Como puedes ver, no vengo mucho" "Estaría aquí todos los días ¿Pasan los fines de semana aquí?" Carrie negó con la cabeza "James y los chicos no tienen ni idea de su existencia"
Jill le miró "¿Por qué no?" Carrie sonrió "Porque no les he dicho" "¿Cómo demonios no puede saberlo tu marido?" "Mantenemos nuestras finanzas por separado" ella se echó a reír "Bueno, no realmente. Quiero decir, él ha hecho una pequeña fortuna con sus negocios, una gran fortuna así que mis ganancias de los bienes raíces era mi dinero para divertirme, como él decía. Y como agente, no vendía casi nada, así que realmente era dinero para divertirme. Pero nunca le dije lo mucho que gasté en la propiedad que compré por capricho hace tantos años" "¿Qué propiedad?" "Aquí en el lago" Ella señaló una puerta cerrada "El dormitorio está por allí. Nunca lo he usado" abrió otra puerta "Un enorme cuarto de baño. Tiene una puerta que conecta con la habitación" "Bonito. Me gusta el color rojo" "Te despertaría, eso es seguro" Se sentó en una esquina del pequeño sofá de dos puestos, indicándole a Jill con un gesto que su uniera a ella "Hace años, el parque era sólo una idea de último momento, de verdad. Había un puñado de casas en el lado sur, más cerca de la ciudad y eso era todo. El condado poseía la mayor parte, pero el lago fue construido como un depósito de agua y para la pesca. En ese entonces realmente no estaban impulsando ningún desarrollo. En fin, estaba embarazada de Josh, así que hace casi 18 años estaba pescando en una canoa en el lado norte del lago. Un anciano estaba pescando en el muelle, un pequeño embarcadero y le saludé con la mano. Él me echó un vistazo y se puso de pie diciéndome: ¿Qué demonios crees que estás haciendo?" Carrie rió mientras lo imitaba "Por Dios, eso fue lo que dijo. Así que allí estaba yo viendo por los alrededores, preguntándome si había alguna ley o algo en el lago que estuviese invadiendo. Así que le dije que estaba pescando. Él señaló hacia su muelle y me dijo: ven aquí ahora mismo. Sé que probablemente debí haber tenido miedo, quiero decir, era un hombre de seis pies de altura. Pero le miré y le dije: Sí, señor y remé acercándome. Permanecí sentada en mi canoa y él me apuntó con su dedo: ¡Dios mío, muchacha, estás a punto de dar a luz! ¿En qué estabas pensando? ¿Qué nadaría hasta donde estabas para ayudarte cuando entraras en trabajo de parto? ¡Ahora sal de ese bote!" Carrie sonrió con cariño "Oh, él era un personaje. Me llevó hasta el parque
en su viejo y destartalado camión para que recogiera mi coche y luego me llevó de regreso para recoger mi canoa" "¿Cómo demonios levantaste una canoa estando embarazada de nueve meses?" "Estaba rogando entrar en trabajo de parto" dijo riendo "Él era un hombre tan dulce. Tenía 86 años y era viudo. Era dueño de un par de cientos de hectáreas y no sabía qué hacer con ellas. Nos hicimos amigos. Quedé prendada de él. Pasaba todos los días con él, hasta que di a luz. Su nombre era Joshua" "Le pusiste el nombre a tu hijo en su honor" "Sí. James quería ponerle Jeremy. Lo convencí para cambiarlo. En fin, Joshua me vendió todos sus bienes, excepto los diez acres donde estaba su casa. Nunca le dije a James. Y nunca hice nada con eso. Pero iba a visitarlo a menudo, siempre llevaba a Josh conmigo. Josh apenas tenía 2 años cuando él murió. No tuvo hijos propios así que me heredó el resto de su propiedad" "Wow" Carrie se encogió de hombros "Supongo que es un poco extraño que nunca le contara a James. Simplemente pasaba tiempo aquí, escondiéndome cada vez que podía. Era mi escape. Pero entonces llegaron los promotores inmobiliarios y no sabía lo que haría con las 200 hectáreas. Así que vendí parte de ellas por una enorme cantidad de dinero hace unos cinco años" "¿Y James nunca lo supo?" "No. Me retiré con el pretexto que quería pasar más tiempo con los chicos y quería tomar algunas clases de arte. Derribé la vieja casa y el muelle de Joshua y construí esta pequeña cabaña. No valdrá mucho al revenderla, no con un solo dormitorio. Pero es un lugar al que puedo venir…si lo necesito" "¿Como para almorzar en los días lluviosos?" "Como para almorzar en cualquiera día. A menos que tengas una afición por el parque y toda su gente" bromeó Carrie. "Prefiero venir aquí" dijo Jill son seriedad "Quiero decir, si tú quieres" agregó ella. Carrie asintió "La terraza interior es maravillosa cuando el tiempo es malo. El muelle es impresionante cuando el clima es agradable" "¿Los patos vienen hasta acá?"
"Hay algunos que se la pasan por los alrededores, pero no estoy aquí lo suficiente como para darles de comer de forma regular, así que no siempre están aquí. Pero nunca he visto a la abuela pato venir tan lejos" Carrie se acercó y apretó su brazo "Si vas a extrañar el alimentar a los patos, tendremos que hacer una cita para reunirnos en el parque al menos una vez a la semana" "Bueno, como tú, me he convertido en una aficionada a la abuela pato" sus ojos se detuvieron donde aún permanecía la mano de Carrie y deseaba no haber llevado mangas largas. Observó cómo los dedos de Carrie se alejaban y entonces miró hacia arriba, mirando los ojos de Carrie por un breve momento. "Probablemente se está haciendo tarde" dijo Carrie. Jill asintió luego subió su manga, dejando al descubierto el reloj que llevaba. Asintió con la cabeza nuevamente "Sí. Es hora" "Bueno, tal vez el tiempo mejore mañana. Te mostraré el muelle y el jardín" se puso de pie "Y tal vez te sorprenda con el almuerzo"
Capítulo 11 "Sé que te encanta la lluvia, pero cuatro días en fila es como mucho" se quejó Jill mientras estaban sentadas en la terraza acristalada y masticaban las hamburguesas y las papas fritas que habían recogido en el camino. "Verde. Piensa en verde" "Estoy más allá de eso. Estoy tratando de recordar la luz del sol" Jill sonrió "¿Crees que deberíamos empezar a construir un barco?" "No. Usaremos mi canoa para escapar" dijo Carrie con seriedad, entonces movió sus cejas con travesura. "Pero esto es muy bonito ¿no es así? No puedo creer lo cálida que se mantiene la terraza acristalada. Casi podría convencerme que es una lluvia de primavera y no de invierno" "La primavera llegará muy pronto. Y creo que este año me encargaré del jardín. Era el orgullo y la alegría de Joshua. Cuando derribé su vieja casa, me aseguré que el jardín no fuese molestado. Cuando diseñaron los lechos de flores, hice que quitaran la mala hierba y colocaran abono orgánico en su jardín. Lucía genial ese primer año" Carrie sonrió "Simplemente no tengo la mano de Joshua para las plantas" "Bueno, tal vez esta primavera podríamos apartar un sábado y...y tal vez podríamos sembrar algunas flores" sugirió Jill "Quiero decir, si puedes escaparte de tu familia por un día" Los ojos azules celeste de Carrie miraron los suyos propios durante un largo rato antes de contestar "¿Y tú puedes escaparte de tu familia?" Jill asintió "Creo que me puedo permitir un día de vez en cuando" ella hizo una pausa uniendo sus cejas "Sabes, no le he hablado a Craig sobre ti. Quiero decir, nos hemos hecho amigas y ni siquiera le he mencionado tu nombre" Carrie asintió "¿Es tan extraño?" "Sí ¿No lo crees?"
Los labios de Carrie sólo insinuaron una sonrisa "No creo que sea extraño. Tampoco le he hablado de ti a James" Jill se inclinó hacia delante "¿Por qué, qué crees?" "Realmente no creo que sea de su incumbencia. Nuestra amistad es...bueno, es sólo entre nosotras. No siento la necesidad de compartirla con él" Jill asintió "Sí. Creo que eso es lo que siento. No quiero tener que compartir todo lo que hacemos o decimos. Es sólo para nosotras" Estaba silencioso en la terraza acristalada mientras las palabras de Jill colgaban en el aire. Sólo para nosotras. Tuvo una sensación extraña cuando esas palabras se hicieron eco en su cerebro. Sólo nosotras. En varias ocasiones estuvo a punto de mencionar el nombre de Carrie a Craig, pero algo le dijo que no. Así que mantuvo su nueva amistad para sí misma, ni por un momento pensó que Carrie estaba haciendo lo mismo. Levantó la vista, sin sorprenderse al encontrar los ojos de Carrie en ella. Sin embargo lo que le sorprendió fue la sensación de calidez que recorrió su cuerpo mientras se dejaba atrapar por esas profundidades azules. "Sería genial si pudiésemos pasar más de una hora juntas" dijo Carrie en voz baja "Tal vez podríamos hacerlo en un par de semanas, si el clima se hace cálido" "¿Para limpiar los lechos de flores?" sugirió Jill. "Prometo que voy a alimentarte" La sonrisa de Jill fue cálida cuando extendió su mano y tocó ligeramente la mano de Carrie "Entonces es una cita" Esas palabras permanecieron flotando entre ellas mientras Jill retiraba lentamente los dedos de la mano de Carrie.
Capítulo 12 Estaba inusualmente tranquilo cuando Jill cerró la puerta de atrás y se movió en silencio a través de la terraza. Supuso que la lluvia fría había ahuyentado a todos obligándoles a estar en el interior esta noche. Respiró profundamente, percibiendo el olor de humo de leña de las chimeneas vecinas. Un concepto romántico, pero ella y Craig aun no tenían una este invierno. Por supuesto, un vivaz y caluroso fuego generalmente significaba que alguien estaría allí para disfrutarlo. Y esta noche, como tantas otras, estaba sola. Craig y Angie estaban en un partido de baloncesto. Para su crédito, le habían invitado. Había sido un pensamiento de última hora por parte de Craig, lo sabía, no obstante, él lo había ofrecido y ella se había negado. Se dirigió hacia la mecedora del porche, hundiéndose firmemente en ella mientras la ponía en funcionamiento. Sus dedos estaban fríos en la copa de vino y ajustó más la bata a su alrededor. El frío...el silencio. Un año atrás, la soledad ya se hubiese asentado en ella. Una sensación de...bueno, no del todo depresión, sólo soledad, una sensación con la que había vivido, que había aprendido a reconocer, que había aprendido a aceptar. Pero esta noche, mientras se sentaba aquí meciéndose hacia adelante y hacia atrás, en silencio, ya no podía evocar esa sensación. Se sentía en paz. Se sentía...conectada. Inclinó su cabeza hacia atrás, buscando con los ojos el cielo, a través de los árboles desnudos, encontrando sólo un puñado de estrellas que escapaban de las nubes. Fue suficiente. Sonrió, dejando que sus ojos se cerraran mientras pensaba en Carrie, la mujer que había conocido apenas seis semanas atrás. Una vez más, una sensación de paz se apoderó de ella. Había tratado de averiguar por qué se sentía tan atraída hacia Carrie. No importaba. Simplemente lo estaba. Sospechaba que el sentimiento era mutuo. Y eso le asustaba un poco.
¿Cuánto tiempo estuvo sentada en el frío? no tenía ni idea. El tiempo suficiente para casi vaciar una botella de vino, tiempo suficiente para que las luces de los vecinos se apagaran. Sabía que debía entrar, pero no fue capaz de encontrar la energía para moverse. Sólo minutos más tarde, vio los faros parpadear a través de los árboles, luego el sonido de la apertura de las puertas del garaje. Suspiró, sabiendo que su paz había terminado. Terminó lo último en su copa de vino y luego se inclinó para recoger la botella. Escuchó a Craig llamándola y fue entonces cuando se dio cuenta que no había dejado ninguna luz encendida en el interior. Antes que pudiera levantarse, Craig abrió la puerta de atrás, viéndola en las sombras. "¿Jill? ¿Qué estás haciendo?" "Sólo...sólo estaba sentada" "Pero hace mucho frío aquí afuera" Ella ajustó aún más su bata "No me había dado cuenta" Él le sorprendió saliendo a la terraza y uniéndose a ella en la mecedora del porche. Deslizó un brazo alrededor de sus hombros y la atrajo hacia él. "¿Buen juego?" preguntó ella tratando de no ponerse rígida entre sus brazos. "Oh, sí. Los matamos, nena. Debes venir alguna vez. Realmente creo que este año iremos a las estatales. Somos malditamente buenos" "Iré a un juego, lo prometo" "Sí, siempre dices eso" "Quería estar sola esta noche" Él puso la mecedora en movimiento luego apretó su hombro nuevamente. "Últimamente has querido estar sola" dijo él en voz baja. "¿Eso crees? ¿Porque no quiero ir a tu juego?" "No. Es sólo que, ya sabes, sales mucho aquí. Simplemente te sientas aquí sola ¿Qué está pasando, Jill?" "Nada. Nada está pasando" "¿Estás segura? ¿Quiero decir, hay algo de lo que tenga que preocuparme?"
Ella sonrió "¿Qué estás preguntando, Craig?" "Simplemente no pareces muy feliz últimamente. Me hace pensar que no eres feliz conmigo" Ella suspiró "No sé qué está mal, Craig" ella se encogió de hombros "Simplemente quiero estar sola, eso es todo" ella se rió con nerviosismo "Tendré 40 en unos pocos meses. Tal vez sea eso" "¿Pero no es...no es otro hombre?" Ella se apartó un poco, mirándolo fijamente "¿Otro hombre? No, no es otro hombre" ella le dio un golpecito con el codo "¿En esta ciudad? ¿Me estás tomando el pelo?" Notó que la risa de Craig estaba llena de alivio cuando le atrajo y le besó rápidamente en los labios. "Está bien, entonces. Bueno. Tenemos una cita para almorzar mañana" dijo él. Ella frunció el ceño "¿Una cita?" "Sí. No hay clase. Día del maestro. Le prometí a Angie que les llevaría a comer pizza. Todavía te lo debo, ya sabes" "Pero…" "Sin peros. Vendré aquí y recogeré a Angie y luego pasaremos por tí" él sonrió "No puedo recordar la última vez que fuimos a almorzar juntos. Será divertido" ¿Divertido? Ella respiró profundamente, tratando de sacudir el pánico que le amenazaba. Mañana era viernes. Su última oportunidad de ver a Carrie antes del fin de semana.
Capítulo 13 Jill miró el tic-tac del reloj. En más de una ocasión, agarró el teléfono con la intención de llamar a Craig, intentando darle alguna excusa para cancelar su cita para almorzar. Y cada vez, colgaba antes que pudiera sonar. No podía pensar en ninguna razón plausible para cancelar. Así que pasó el resto de la mañana tratando de pensar en una manera de ponerse en contacto con Carrie. Había pensado en conducir hasta la cabaña para dejarle una nota, pero decidió que era demasiado. Por supuesto, todo sería mucho más sencillo si ella y Carrie al menos hubiesen intercambiado números de teléfono. Pero así eran las cosas. Carrie simplemente se preguntaría porque Jill había decidió faltar a su almuerzo diario o...¿o qué? ¿Tendría una mejor oferta? Ella miró por la ventana hacia la luz del sol que por fin había hecho acto de presencia después de cuatro días de lluvia ¿Una oferta mejor? No sería posible. Miró nuevamente el reloj, sabiendo que Harriet se iría pronto. Entonces tendría una hora para sí misma, una hora completa para desear no tener una cita para almorzar con su marido. "Oh, Jill ¿Qué pasa contigo?" susurró ella. Escondió su rostro entre sus manos y dejó escapar un profundo suspiro. De hecho ¿que estaba mal con ella? ¿Cómo podía temer ver a su marido y a su hija? Oh, no era que temiera la cita para almorzar. Sabía la verdad de lo que estaba ocurriendo. Temía no poder ver a Carrie. No le sorprendía darse cuenta que prefería pasar su hora de almuerzo con Carrie y no con su marido. Prefería invertir esa hora hablando, compartiendo y conociendo a su nueva amiga, no sentada en una bulliciosa pizzería llena de adolescentes, todos clamando por atención, incluyendo su hija. Pero iría. Fingiría pasar un buen rato. Y a las 2, cuando Craig le dejara en la oficina, le daría un beso de despedida y le diría lo mucho que había disfrutado. Luego pasaría arrastrándose el resto de la tarde como lo había hecho en la mañana y esta sensación de vacío en el estómago crecería y crecería a medida que se acercaba el fin de semana.
"No sé por qué no pudimos venir al mediodía" se quejó Angie "Todos los chicos geniales ya se han ido" "Porque mi hora de almuerzo es de 1 a 2" dijo Jill mientras agarraba un trozo de pizza. "Supongo que debí haberte pedido que la cambiaras" dijo Craig. Cuando Jill le miró, con las cejas levantadas él se encogió de hombros "También es su almuerzo" "Oh, mira, papá ¿no es Lance?" preguntó Angie en voz baja. Jill siguió su mirada "¿Lance quién?" Angie giró sus ojos dramáticamente "Él es el mejor, mamá ¿Hola? ¿Mariscal de campo?" "Oh, por supuesto. Ese Lance ¿No es algo mayor?" "¿Y? No es que sea una niña, ya sabes" "Por supuesto que no ¿Qué estaba pensando?" Craig se echó a reír "Él tiene novia, Angie. Patti Helms" "Sólo porque es animadora" dijo Angie arrugando su rostro como si acabara de chupar un limón. Jill se mordió el labio para no reírse cuando el centro de la lujuria de Angie caminaba a su lado "Hey, entrenador" "Lance ¿cómo te va?" Un gruñido inaudible fue su respuesta cuando se dirigió a la mesa del buffet. Los ojos de Angie nunca se apartaron de él. "Lindo y con un extenso vocabulario" bromeó Jill. Sin embargo, ni Craig ni Angie le escucharon. Sus teléfonos celulares sonaron a la vez. Jill permaneció sentada esperando pacientemente mientras Angie relataba en susurros, a una de sus amigas, su encuentro casual con el mariscal de campo. La voz de Craig era tan ruidosa y animada como siempre al hablar de deportes. Se dio la vuelta, su mirada yendo a las ventanas, encontrando la luz del sol, deseando estar afuera. Estaba lo suficientemente caliente. Incluso podrían haber desafiado el muelle por primera vez.
Ella suspiró, sus hombros hundiéndose mientras apagaba las voces de los demás a su alrededor. Era increíble lo sola que se sentía, sentada aquí en presencia de su marido y su hija. Cerró sus ojos por un momento y luego trató de ocultar su frustración con una sonrisa. Ninguno de ellos lo notó mientras continuaban con sus conversaciones. Agarrando su vaso de té casi vacío, caminó lentamente hacia el mostrador, llenó su vaso nuevamente y añadió una rodaja de limón antes de voltearse. Increíble, pero Craig ni siquiera se había dado cuenta que no estaba allí ¿Siempre había sido así o nunca se había dado cuenta anteriormente? Asintió con la cabeza. Sí, había sido así. Y sí, se había dado cuenta. Solo que nunca se había preocupado anteriormente. Se limitó a perderse en sus propios pensamientos, mirando a las personas...lo que fuese. Así que ¿por qué le importaba ahora? ¿Por qué quería su atención ahora? Una vez más, no huyó de la verdad. Y la verdad era que tenía miedo. Miedo de su interés por Carrie. Miedo de la atención que Carrie le mostraba. Tal vez si ella y Craig hablaban más, pasaban más tiempo juntos, entonces Carrie no estaría constantemente en su mente. Y tal vez no querría estar con Carrie en lugar de con su marido. Como ahora. Permaneció allí observándolos desde la distancia, preguntándose con quien estaría hablando Craig, quien había captado su atención. La llamada de Angie había terminado y había ido al buffet por unas porciones de pizza. Vio como Craig chasqueaba los dedos hacia ella señalando su propio plato, lo que indicaba que él también quería más. Los ojos de Jill cambiaron hacia su plato, viendo la pieza a medio comer que había iniciado y la segunda, aún sin tocar. Se obligó a moverse, caminando de regreso hacia su mesa, tocando a Craig ligeramente en su hombro al pasar junto a él. Él le miró y sonrió, luego volvió a su conversación. "¿No vas a comer?" preguntó Angie mientras dejaba caer otro pedazo de pizza en el plato de su padre. Jill miró su plato nuevamente luego negó con la cabeza "En realidad, no tengo hambre" "¿Con quién está hablando?" "No tengo idea" dijo Jill en voz baja. Levantó la manga de su brazo, confirmando la hora. Dio unos golpecitos con los dedos sobre la mesa en silencio durante unos segundos y luego, finalmente, le dio un codazo a Craig.
"Sí, espera un segundo, Brad" dijo él cubriendo el teléfono con la mano "¿Qué pasa, nena?" "Aunque he disfrutado nuestro almuerzo juntos, tengo que regresar" "¿Ya es hora?" Ella lo miró fijamente por un momento y luego empujó su silla hacia atrás mientras se levantaba. Cuando miró a su hija, se sorprendió al ver un atisbo de comprensión en sus ojos. Asintió con la cabeza ligeramente y luego salió por la puerta y hacia la luz del sol. Inclinó su cabeza hacia atrás, mirando el azul, las nubes que hacía tanto tiempo adornaban el cielo. "Lo siento, nena" dijo Craig mientras sostenía la puerta de la camioneta abierta para ella "Era Brad de la estación de radio. Quieren hacerme una entrevista antes del juego del martes" "Qué bueno" murmuró ella. Cuando cerró su puerta, él se volteó hacia Angie que estaba sentada en la parte de atrás y le dio una sonrisa "Fue bueno para todos venir juntos ¿no?" se volteó hacia Jill "¿Verdad?" Ella sonrió "Claro, Craig. Fue agradable pasar tiempo contigo"
Jill se sentó tranquilamente en su escritorio, con su puerta cerrada. Movió el ratón distraídamente, el protector de pantalla desvaneciéndose mientras observaba. Inclinó su cabeza, mirando el monitor mientras el revoltijo de números aparecía. Cerrando sus ojos, se apartó del escritorio, girando su silla hacia la ventana. No podía concentrarse en el trabajo. Se preguntaba ¿qué habría hecho ella para el almuerzo? ¿Si habría salido al muelle? "Me pregunto si extrañaste mi presencia" murmuró Jill. Un toque rápido en su puerta atrajo su atención "¿Qué pasa?" Harriet asomó la cabeza en el interior "Tienes una llamada" Harriet cerró la puerta detrás de ella y Jill se quedó mirando el teléfono, viendo el parpadeo en la línea, sabiendo instintivamente que era Carrie. El golpeteo en su pulso le decía eso. Así que tomando una respiración profunda, respondió en su tono más profesional. "Jill Richardson ¿En qué puedo ayudarle?"
Una pausa y luego "¿Estás bien?" Jill apretó el teléfono con fuerza "No. Quiero decir…sí, estoy bien, pero...no" Carrie rió en voz baja "Sorprendentemente, te entiendo perfectamente" Jill sonrió "Craig y Angie me llevaron a almorzar. Pizza. No supe de eso hasta ayer por la noche. Y no tenía manera de contactarte" "Está bien. No tienes que explicarme. Solo estaba preocupada. Tenía visiones de que habías tenido un accidente de coche o algo así" "Lo siento" "No hay nada que sentir" "Sí lo hay. Siento haberme perdido nuestro almuerzo" dijo Jill en voz baja. Hubo un silencio y Jill pudo imaginar el rostro de Carrie, casi podía ver sus ojos azul celeste. "Entiendo que los maridos son primero" Jill cerró sus ojos mientras apretaba el teléfono con fuerza contra su oído "Hubiese preferido...bueno, me hubiese gustado estar en la cabaña contigo" "Yo también te extrañé, Jill" Jill pudo percibir la sonrisa en la voz de Carrie y también sonrió "He llegado a odiar los fines de semana" La risa en su oído trajo una rápida sonrisa a su rostro, ahuyentando la silenciosa desesperación que había sentido la mayor parte del día. "Bueno, tal vez pronto seamos capaces de robarnos un sábado" Jill se echó hacia atrás en su silla, aun sosteniendo el teléfono con fuerza "¿Qué hiciste hoy?" preguntó en voz baja. "Bueno, después de darme cuenta que no vendrías, me dirigí al parque para darle de comer a los patos. Creo que la abuela pato nos extrañó esta semana. Pero fue un buen día, había un montón de personas alrededor" ella rió nuevamente "Lo habrías odiado" "Confía en mí, me habría encantado"
Capítulo 14 Jill se dio la vuelta, sus ojos se abrieron echándole un rápido vistazo al reloj. Se apoyó en el codo, con el ceño fruncido. "Oh, mierda" murmuró ella. Eran las siete menos cuarto. Tiró de las sabanas y luego se detuvo "Es sábado. Es un jodido sábado" Se recostó con un gemido, con los ojos bien abiertos mientras miraba hacia el techo. Sábado. No es un día de trabajo. "Sábado" susurró ella "Odio los sábados" Con un suspiro, cerró sus ojos nuevamente, con la esperanza de que el sueño le reclamara, esperando que se la llevara unas cuantas horas más. Pero no lo hizo. Nunca había sido una dormilona. Y aunque estaba tratando, al parecer no iba a empezar ahora. "Mierda" murmuró ella otra vez mientras sacaba las piernas de la cama. Se sentó allí por un rato, mirando hacia la pared, mirando a la nada. Finalmente se puso de pie y deslizó sus pies en los mocasines que se quitó anoche. Mientras se alejaba de la cama, agarró la bata de la barandilla y se la puso. Estaba a medio camino por las escaleras cuando escuchó el crujido en la cocina. Se detuvo, esperando en silencio que él no estuviese haciendo un desastre. Pero olió el café. Eso era un comienzo. Empujó la puerta giratoria, casi tumbando a Craig quien caminaba con un puñado de huevos. "¡Dios mío! ¿Estás cocinando?" "No luzcas tan sorprendida" "Nunca te he visto hacerlo anteriormente" dijo ella pasando a su lado para tomar el café. "Eso no es cierto. Cuando Angie era un bebé, recuerdo un par de veces que me levanté temprano para preparar el desayuno" Jill sonrió "Ella tiene casi quince años"
Craig rió "No dejes que te oiga decir eso. Tiene catorce años, ni un día más" Jill se apoyó en el mostrador y tomó un sorbo de su café, mirando como él rompía los huevos y los dejaba caer en la sartén. "Si los quisiera revueltos, sólo tengo que agitarlos ¿no?" "En este punto, sí. La mayoría de las personas los revuelven antes de ponerlos en la sartén" Craig le hizo un gesto con la espátula "Sólo es usar un tazón innecesariamente" "¿Puedo preguntar por qué estás haciendo el desayuno?" Él sonrió "¿No lo sabes?" Ella frunció el ceño. Oh Dios, no era su aniversario ¿verdad? No. Junio ¿Cumpleaños? No. Julio. "Oh, vamos" dijo él "Es un desayuno en recompensa" Ella negó con la cabeza "¿Por qué?" Él se encogió de hombros "Por el almuerzo" "¿Cómo es eso?" "Ya sabes, ayer en el almuerzo, atendí una llamada telefónica" "¿Y?" "Y bueno, realmente no tuvimos el almuerzo familiar que había planeado" Ella inclinó su cabeza mientras le miraba "¿Llegaste a esa conclusión por tu cuenta?" "Bueno, no. No exactamente" Jill sonrió "¿Angie pensó que estaba molesta?" "Sí" él agitó los huevos entonces rápidamente volvió a mirarla "¿Lo estás?" "No molesta, no" ella forzó una sonrisa "Nunca podría competir con tu celular" Él se movió hacia la tostadora y puso dos rebanadas de pan, luego abrió la nevera y sacó la jarra de jugo de naranja. Él le miró con las cejas levantadas y ella asintió con la cabeza.
"Pensaba, ya sabes, que tal vez hoy podríamos salir" "¿Qué clase de salida?" preguntó ella con desconfianza, mirando como vertía su jugo. "Bueno, pensaba que tal vez podríamos ir a Richland" "¿Richland? ¿Por qué diablos?" "Bueno, tienen un torneo de baloncesto" "Ya veo ¿Y?" "Quería verlo. Tu sabes, jugamos con Richland la próxima semana" Ella abrió el gabinete y sacó dos platos entregándoselos en silencio, antes de abrir el cajón de los cubiertos. "Bueno ¿sabes qué? realmente no quiero ir a Richland para ver un partido de baloncesto" dijo ella "¿Por qué no invitas a tus amigos? Ya sabes, una salida de chicos" sugirió Jill. Él agarró las tostadas y las arrojó sobre los platos, luego le dio uno a ella "¿Estás segura?" Ella asintió con la cabeza "Estoy segura" "Pero ¿qué vas a hacer?" Ella agarró su café, tomando un sorbo antes de contestar "Tan aburrido como suena, tengo que ir a la tienda de comestibles. Sin mencionar que tengo que lavar la ropa" "Oh, nena, eso es trabajar. Te estoy ofreciendo un día libre. Sin trabajar" Ella arqueó las cejas "Entonces ¿quién va a hacerlo si no lo hago yo?" El viaje a la tienda de comestibles fue hecho con soltura y metódicamente verificó los artículos de su lista mientras se movía por cada pasillo. Pero en su mente no estaban las compras. Tenía un día libre. Un sábado libre. Y aun así, ella y Carrie no habían intercambiado números de teléfono. Si lo hubiesen hecho, Jill le llamaría para ver si tal vez podrían reunirse durante unas horas. Tal vez incluso ir a la cabaña y sentarse en el muelle. Era otro día soleado. Y aunque era demasiado pronto para la fiebre de primavera, deseaba salir, sentarse bajo el sol. Deseaba ver a Carrie.
Con el ceño fruncido, se preguntaba por qué esta mujer estaba siempre en su mente, se detuvo y miró su lista, tratando de reunir un poco de entusiasmo para terminar su tarea. Después, iría a casa, tendría un almuerzo tranquilo y luego disfrutaría del sol en su propio patio. Y tal vez su mente no se inundaría de pensamientos sobre Carrie. Más tarde, mientras entraba en su calzada, con su asiento trasero lleno con bolsas de compras, se sorprendió al ver a su suegra saliendo por la puerta lateral. "Vaya Jill, no esperaba que estuvieses aquí" Jill se mordió el labio para evitar que saliera la réplica obvia. Una cosa era que los padres de Craig tuviesen una llave para casos de emergencias. Otra muy distinta era que Arlene sintiera la necesidad de utilizarla cada vez que quisiera. "De compras" dijo ella mientras abría la puerta de atrás y sacaba dos bolsas. "¿Compras? Pensaba que habías ido a Richland con Craig" "¿Por qué?" Arlene frunció sus labios y Jill se preparó para el sermón que estaba a punto de recibir. "Tú y Craig apenas pasan tiempo juntos. Me gustaría pensar que te gusta estar con tu marido" "Mi marido va a un torneo de baloncesto, Arlene. Como bien sabes, realmente no me enloquece el baloncesto" "Pero Craig ama el baloncesto" "Sí, pero yo no. No quiero perder mi sábado haciendo algo que no me gusta" "No creo que ir con tu marido a un juego podría considerarse una pérdida de tiempo" Jill abrió la boca pero luego la cerró nuevamente. Ahora no iba a perder el tiempo discutiendo con Arlene. Así que pasó delante de ella, abriendo la puerta lateral con el hombro. "¿Necesitas algo Arlene?" "Oh, hornee pasteles ayer. Traje uno. Sabes cuánto le gusta a Craig mi pastel de chocolate alemán"
"Sí. Así como a Angie. Estoy segura que les encantará" "Me gustaría que aprendieras a hornear, Jill. Craig siempre ha amado los postres. Estoy segura que agradecería un pastel recién horneado de vez en cuando" Jill sonrió "Sí y él agradece cuando usted los trae" Salió nuevamente sacando el resto de las bolsa del asiento trasero. "Bueno, hornear requiere talento. A menos que abras una caja y uses una mezcla de pastel. Entonces digo ¿cuál es el punto?" "Sí, bueno, gracias, Arlene. Me aseguraré de probar un pedazo" Arlene permaneció de pie en la cocina, viendo como Jill sacaba las compras. Jill finalmente se detuvo "¿Algo más, Arlene?" "No. Supongo que debería irme. Es casi la hora del almuerzo" hizo una pausa en su camino a la salida "¿Quieres unirte a nosotros? Carl preparará hamburguesas a la parrilla" Jill negó con la cabeza "No, pero gracias" "No es problema hacer una para ti" "En realidad, tengo que hacer unos recados. Voy a recoger algo en la ciudad" mintió ella. "Está bien, entonces. Y no lo olvides, tendremos filetes para la cena. Si el tiempo se mantiene, será agradable cocinar afuera" Jill frunció el ceño, sus cejas se unieron "Craig no mencionó que cenaríamos con ustedes esta noche" "¿No lo hizo? Sí, a las siete. Pero no te preocupes por traer algo. Va a ser simple. Voy a hacer papas al horno" Jill asintió "Bueno, me alegra que me lo dijeras. Ya estaba empezado la cena para cuando él llegara a casa" Arlene se movió para salir pero se detuvo nuevamente "¿Dónde está Angie?" "Está en casa de Shelly. Su madre las llevará hoy al cine, luego se quedará otra vez" "Que divertido. Debe ser agradable para ti ¿hmmm?"
"¿Qué quieres decir?" "¡Oh! que Angie no traiga a sus amigas. Así no tendrás que jugar a la mamá" Jill estuvo a punto de protestar, pero no lo hizo. Era la verdad. Angie rara vez traía a sus amigas a casa. Así que asintió con la cabeza "Creo que tiene miedo que los traiga en mi viejo coche" "No es de extrañar que ella piense que no te agrada. Pasas menos tiempo con ella como con tu marido" miró hacia atrás por encima de su hombro "Nos vemos esta noche" Nuevamente sola, Jill terminó de desempacar los comestibles, tratando de no permitir que Arlene le molestara. No estaba segura de si decía cosas a propósito o si era completamente inconsciente de cómo sus palabras le herían. Cerrando con fuerza la puerta del armario, se quedó allí, agarrando firmemente el mostrador con las manos. Sin pensarlo, agarró su bolso, saliendo nuevamente hacia la luz brillante del sol. Antes de darse cuenta, iba a alta velocidad por la calle, conduciendo de forma automática, viendo las vistas familiares de su pequeña ciudad mientras se dirigía fuera de la ciudad. Y hacia el lago. No sabía cómo lo sabía, pero algo le estaba guiando, como si fuese una marioneta en una obra de teatro. No tenía ninguna razón para pensar que Carrie estaría en la cabaña un sábado. Sin embargo, era hacia donde se dirigía, ni por un momento cuestionó su razonamiento. Por eso, poco tiempo después, no se sorprendió al encontrar el portón abierto mientras rebotaba a lo largo de la pequeña carretera. Sintió una instantánea oleada de alivio cuando vio la furgoneta azul de Carrie estacionada en la calzada. Mientras estaba fuera, se debatía con el hecho de si debía ir por la puerta principal o por la parte posterior de la terraza acristalada como normalmente hacían. "Vaya, que agradable sorpresa" Jill giró ante el sonido de la voz de Carrie, su sonrisa equivalente a la de la otra mujer. "Ya sabes, si dejas abierto el portón de esa manera, nunca sabes quién entraría" Carrie se acercó, sus ojos volviéndose serios "¿Me creerías si te dijera que tenía esta...esta sensación de que vendrías hoy?"
Jill se permitió a sí misma ser atraída por los ojos de Carrie. Asintió con su cabeza "Sí, me gustaría creerte" rió un poco alejando sus ojos de los de Carrie, rompiendo el hechizo que la mujer parecía tener sobre ella "Realmente tenemos que intercambiar los números telefónicos" "Sí, tenemos que hacerlo" se quitó los guantes de jardinería y limpió sus manos en los vaqueros "Ya que este día es demasiado hermoso para no compartirlo" hizo un gesto a Jill para que le siguiera mientras caminaba a través de la valla hacia la parte posterior "Deja que me lave, entonces podremos sentarnos en el muelle" "¿Estás segura que no estoy molestando?" "Oh, absolutamente no. Esta muy bonito afuera, pensaba que sería un buen día para empezar a plantar las flores" fue al fregadero de la cocina para lavarse y Jill sacó un taburete de la barra, observándola "¿Cómo te escapaste?" "No tuve que escaparme. No había nadie en casa" "¿Oh sí?" Jill suspiró "Craig fue a un torneo de baloncesto en Richland" agitó su mano con desdén "Quería que fuera con él para así poder pasar algún tiempo juntos" "¿Y?" "Me negué. Por un lado, no me gusta el baloncesto. Y por otro, cada vez que su celular está con él, no tiene un momento libre" "¿Odias el baloncesto y él es un entrenador? ¿Cómo sucedió eso?" "Fútbol, baloncesto y béisbol. Entrena los tres. El fútbol es lo único que me interesa. Pero él se desvive por los tres" "¿Cómo demonios puede entrenar los tres?" "Es entrenador asistente en el fútbol, entrenador en jefe en baloncesto y entrenador de bateo para el equipo de béisbol. Y sí, ocupa la mayor parte de su tiempo. Deportes, punto, ocupa la mayor parte de su tiempo" ella negó con la cabeza "No me quejo. Era así cuando me casé con él. Sólo pensaba que lo superaría" Carrie se apoyó en la barra sobre los codos, observando a Jill. Cuando sus ojos se encontraron, Jill inclinó su cabeza. "¿Qué?"
"Creo que es un poco raro que las dos tengamos maridos tan ocupados con sus propias vidas, que hemos llegado a ser casi un elemento secundario" se encogió de hombros "Al menos, eso es lo que siento a veces" Jill asintió "Exactamente. Ayer, cuando nos llevó a comer, su móvil sonó diez minutos después de haber llegado. Creo que en realidad se olvidó que estaba allí. Tuve que pedirle que finalizara la llamada sólo para que me pudiese llevar al trabajo" "Sé a qué te refieres. Creo que James se marchitaría y moriría si perdiera su celular. Pero trato de no quejarme. No ha pasado mucho tiempo desde que el mío sonaba constantemente" se movió hacia la nevera y la mantuvo abierta, mirando el interior "¿Has almorzado?" "No ¿Y tú?" "No. Pero no tengo mucho que ofrecer" ella sonrió por encima de la parte superior de la puerta "El queso y las galletas que tuvimos la semana pasada" "Eso estará bien" "Y tengo una botella de vino ¿Qué tal si pasamos la tarde abajo en el muelle?" "Maravilloso. Será agradable compartir sin tener que mirar el reloj" Jill se puso de pie, luego se detuvo "¿O tienes que regresar?" Carrie negó con la cabeza "Soy toda tuya"
"No puedo creer que te haya dicho eso. Mi suegra nunca interfiere de esa manera" dijo Carrie "Aunque a veces creo que quisiera hacerlo en algunas ocasiones" "La mayoría de mis defectos generalmente implican a Angie pero hoy también estaba centrada en Craig. Realmente creo que la mujer me odia" "Te lo digo, es porque es hijo único. En su mente, ninguna mujer será lo suficientemente buena para su bebé" "Lo sé. Sigo diciéndome eso" dijo Jill tendiendo su copa para que Carrie la volviese a llenar "Gracias. A veces me pregunto si no hay algo de verdad en lo que dice. Casi no pasamos mucho tiempo juntos. Y aunque no me gusta el baloncesto ¿no debería apoyarlo más e ir a sus juegos? Sé que otras mujeres lo hacen" "¿Lo hiciste al principio?"
Jill asintió "Sí. Solía ir a todos los partidos locales. Pero sólo se convirtió en una tarea. Algo que odiaba hacer. Estaba resintiendo ese hecho en mi tiempo, me sentía obligada a seguirlo por ahí como una fanática" ella rió nerviosamente "Dios, suena tan horrible" "No importa cómo suena. Debes ser capaz de expresar tus sentimientos, Jill" "Sí, pero suena tan egoísta. Quiero decir ¿qué hay de malo en mí? ¿Por qué no quiero pasar tiempo con él?" "¿Es eso lo que crees?" "No lo sé" Carrie miró hacia el lago y luego estiró las piernas poniéndose más cómoda en la banca. Jill se volteó observándola. "A menudo me pregunto cómo sobrevivió mi propio matrimonio" dijo Carrie "Pero al principio, era yo quien nunca estaba en casa. Cada fin de semana estaba mostrando casas, reuniéndome con compradores y vendedores, nunca estaba en casa para James, nunca estaba en casa para los chicos. Es un milagro que mis hijos resultaran ser tan amorosos" se volteó lentamente, mirando los ojos de Jill "Entonces, por supuesto, las tiendas despegaron y fue James quien estuvo fuera todo el tiempo" se volteó hacia el lago "Y nuestros chicos todavía nos aman" "¿A qué escuela fueron? No a Kline ¿verdad?" Carrie negó con la cabeza "La escuela privada. Brookhaven" levantó sus manos como si fuese a agarrar el sol "Un día magnífico. Me encanta que estés aquí compartiéndolo conmigo" ella sonrió "Y es bueno verte de esta manera, en ropa de diario. Luces cómoda. Te ves bien" Jill se sonrojó y luego frotó sus manos en los vaqueros "Odio los trajes de negocios pero el señor Tutt insistía en ellos. Ahora que su hijo dirige el negocio, no es tan estricto en eso, pero ya tengo un armario lleno de ellos" "Eso fue lo primero que hice cuando deje el negocio de bienes raíces. Tiré todos mis trajes. Juré que nunca me pondría otro par de zapatos de tacón alto" agarró la botella de vino y la sostuvo en alto "Estamos terminando con ella" se echó a reír "Dios, me encantan los días perezosos como este" "Sí. Es muy agradable" Jill se acercó y tocó su mano "¿Dónde están tus chicos? ¿Cómo es que estás sola?"
Carrie se quedó mirando sus manos durante un largo rato y luego levantó sus ojos. Jill comenzó a apartar su mano avergonzada, pero Carrie le detuvo. "Sólo usas una banda como anillo de matrimonio" dijo Carrie en voz baja. Jill elevó sus cejas. "Sin diamante, sólo la banda" explicó Carrie tocando su dedo anular. Entonces levantó su mano izquierda "Yo también" Jill asintió "Craig y yo no podíamos permitirnos mucho cuando nos comprometimos. No veía el objetivo de gastar una cantidad obscena de dinero, por un diamante, cuando ni siquiera teníamos una casa donde vivir" "¿Te casaste en la universidad?" "No. Un mes más tarde. Los dos nos graduamos en mayo. Nos casamos en junio. Ambos comenzamos a enseñar en Kline en agosto" sacudió su cabeza con una sonrisa "Un verano arrollador" "¿Por qué aquí?" Jill se encogió de hombros "Craig es de aquí" Carrie le dedicó una sonrisa compasiva "No puedo creer que tus suegros vivan tres puertas más abajo" Jill se echó a reír "La mayoría de los días, yo tampoco" Jill volvió su atención al lago y se estiró como Carrie había hecho. El banco del jardín era pequeño y era consciente de que sus manos aún se rozaban, era consciente de cada movimiento mientras los dedos de Carrie se deslizaban a través de su piel. Finalmente se dio la vuelta y no se sorprendió al descubrir los ojos de Carrie sobre ella. Sus ojos se sostuvieron un largo rato. Una vez más, esa sensación de familiar conexión les rodeó. A ella le gustaba. Se sentía en paz. "Realmente me encanta que vinieras hoy" dijo Carrie en voz baja. "A mí también" "Desearía hacer esto más a menudo" Jill asintió y sonrió "Tal vez deberíamos intercambiar números de teléfono" sugirió ella.
"Y te voy a dar el código del portón. Aunque no podamos estar juntas, no hay ninguna razón para que no puedas venir aquí y disfrutes de la paz y la tranquilidad" "Oh, no podría venir si no estás aquí" "¿Por qué no? Lo estoy ofreciendo. Además, eres la única persona que sabe que este lugar existe" Jill se detuvo "¿No te sientes culpable por no compartir esto con tu familia?" Carrie negó con la cabeza "No, en absoluto. Por una parte, James nunca podría detenerse lo suficiente como para disfrutar estar aquí. Siempre está corriendo todo el tiempo. Ahora, los chicos probablemente disfrutarían del lago en verano, disfrutarían nadar, pero ambos tienen sus propios asuntos. Josh se graduará en mayo e irá a la universidad. No tiene la menor idea de lo que quiere hacer, pero quiere irse de casa, quiere ir a un nuevo lugar. Y estoy a favor de eso. Es demasiado joven para apegarse a un solo lugar. Y Aaron, es el hijo de su padre. Tan inteligente, que podría hacer lo que quisiera en ingeniería, ciencias de la computación, cualquier cosa. Pero, demonios, quiere quedarse aquí y dirigir una de las tiendas de James" "Bueno, estoy segura que James está feliz, al menos uno de ellos quiere seguir sus pasos" dijo Jill. "Oh, por supuesto que lo está. Creo que secretamente estaba aterrorizado de estar trabajando, partiéndose el culo todos estos años, para nada" dijo con una risa "Pero en verano, Aarón sale con él todos los días. Y este verano, James le ha prometido trabajar como asistente de gerencia. Tengo este horrible miedo de que se gradúe en la secundaria y comience a trabajar como gerente y nunca vaya a la universidad. Y Aarón sería perfectamente feliz. Igual que James" "Bueno, al menos tus hijos tienen intereses. El mundo de Angie gira en torno a los chicos y el maquillaje. Sé que sólo es estudiante del primer año, pero no muestra ningún interés en nada. Una vez le pregunté qué quería hacer y me dijo que probablemente acabaría siendo secretaria…como yo" dijo Jill con una sonrisa. Carrie rió y apretó la mano de Jill. "Lo sé. Si supiera que mi sueldo es mayor que el de su padre, se moriría. No sé cómo sucedió, pero es muy chapada a la antigua" Jill se acercó aún más, le encantaba la sensación de los dedos de Carrie en su mano "Ella tiene esta visión de que los padres trabajan para apoyar a la familia y las madres se quedan en casa para atender a los niños. Y sé que lo aprende de su abuela"
"¿Pasa mucho tiempo con ella?" "Sí. Sobre todo cuando era más joven. Después de la escuela, se quedaba allí hasta que yo regresaba del trabajo. Incluso ahora que es mayor, se la pasa allí después de la escuela. Me estremezco cuando pienso en toda la mierda que le mete en la cabeza" "¿Craig sabe todas las cosas que su madre le dice de tí?" "No. Al principio cuando ella decía algo para molestarme, yo se lo contaba, pero por lo general él terminaba riéndose, o peor aún, se ponía de su lado. La única vez que no estuvo de su lado fue cuando dejé la enseñanza. Él sabía lo miserable que era" "¿Así que la toleras y finges que todo está bien?" "Sí. Y hoy ella me informó que cenaríamos con ellos esta noche. Aparentemente a Craig se le olvidó decirme" "Ouch" "Sí. Qué manera de terminar un día perfecto" "¿Fue un día perfecto?" preguntó Carrie en voz baja. Jill sonrió "Bueno, veamos. No comenzó tan bien, no. Pero estar sentada aquí en el lago bajo el sol, compartiendo contigo...sí, fue perfecto" "Me alegra que pienses así"
Más tarde sentada en la cena, escuchando en silencio como Craig describía, jugada por jugada, los juegos de baloncesto que había visto ese día, Jill pensó en lo verdaderamente perfecto que había sido pasar la tarde con Carrie. Carl, su suegro, le miró una vez, sus ojos interrogantes, pero ella sonrió y volvió su atención a Craig. Realmente trataba de mostrar algo de entusiasmo por lo que Craig amaba. Por desgracia, no lo lograba.
Capítulo 15 "Cinco días de sol en fila" exclamó Carrie un día una semana después "¿Crees que la primavera realmente está aquí?" Jill se echó a reír "Marzo apenas está aquí. No creo que debas declararlo primavera" "Se siente como primavera. Incluso huele a primavera. Y mira cuan poblado están los árboles" dijo ella "Pronto florecerá todo" se volvió hacia Jill "No puedo esperar el verde" "Lo sé. Y este sería un buen fin de semana para que comiences a plantar" Carrie asintió "Sí, lo sería" entonces sonrió "¿Estás segura que tienes que irte?" "Por mucho que me encantaría estar contigo, Craig y Angie nunca me perdonarían si me pierdo el torneo estatal" "Oh, lo sé. Estaba siendo egoísta" "No, no lo estabas" dijo Jill acercándose y apretando la mano de Carrie. No se sorprendió cuando los dedos de Carrie se cerraron sobre los de ella. Habían estado haciendo eso…mucho… últimamente. Tocarse "Y si pudiera librarme, te pediría todo el fin de semana" dijo en voz baja "Las horas del almuerzo parecen más y más cortas" "Sí. Probablemente porque el clima es agradable y estamos aquí afuera, no atrapadas en el interior, lo que hace que el tiempo corra" poco a poco permitió que la mano de Jill se retirara antes de voltearse hacia el lago "Pero el torneo estatal es importante ¿verdad?" "Sí, es importante. Algo de una vez en la vida de la mayoría de estos chicos. Y Craig se desmaya de la emoción sólo de hablar al respecto. No puedo imaginar lo que será en el juego" "Bueno, lo creas o no, incluso Josh mención que Kline iría a los estatales. Y Aarón dijo que habían pintado las ventanas en ambas tiendas de la ciudad"
"Sí, todo el mundo está entusiasmado. Arlene nos compró a todos camisetas idénticas para llevar a los juegos. Tengo este miedo de que sostenga un cartel que diga que somos la familia del entrenador" Carrie rió. "Puedo ver lo entusiasmada que estás" "No creas que no he pensado en quedarme atrás, porque lo he hecho. Pero estoy segura que la ira de los dioses del baloncesto caería sobre mi" "Oh, bueno. Tal vez pronto podamos encontrar un fin de semana" "Tal vez" Jill ocupó el banco y esperó hasta que Carrie le mirara. Sus ojos azules parecían brillantes en la luz del sol. Jill no podía decidir qué color le gustaba más, si este o el azul celeste que veía con mayor frecuencia "Yo...realmente extraño hablar contigo, Carrie. Quiero decir…los fines de semana" hizo una pausa "No lo entiendo" admitió en voz baja "Nunca he tenido una amiga como tú. Nunca he hablado tanto con alguien" "Sé exactamente a que te refieres" Carrie se sentó apoyando los codos sobre sus muslos mientras miraba hacia el lago "No sé qué pasa contigo, pero cuando estás cerca, todo parece tan brillante, tan hermoso" miró a Jill rápidamente, luego alejó la mirada "Casi tengo miedo de los colores que veré esta primavera" dijo ella riendo "Si no te importa, me gustaría pintarte" Jill sonrió "¿Pintarme?" "Sí. No un retrato. Quiero decir, afuera, de pie ante el agua o sentada aquí en nuestro banco, con los colores estallando a tu alrededor" se volteó hacia Jill "¿Qué piensas?" Jill inclinó su cabeza "¿Voy a conservarlo?" "Si así lo deseas" Ella asintió con la cabeza "Sí. Me encantaría que me pintaras"
Capítulo 16 En todos los años que había conocido a Craig, nunca le había visto de esta manera. Pero el silencio era casi insoportable. Desafortunadamente, no conocía ningún lema inspirador deportivo para animarlo. "Realmente es una noche agradable. Creo que deberíamos hacer parrilla en el exterior" dijo ella "Y creo que deberíamos pedirle a tus padres que se unan a nosotros. Se lo debemos" ella puso los ojos. Dios, debía estar desesperada para querer a Arlene aquí. "Realmente no estoy de ánimo, cariño" Ella colocó su cabello rubio detrás de ambas orejas y se quedó mirándole. Sus ojos estaban pegados a la TV, un televisor que permanecía silencioso y oscuro. Incluso su celular permanecía silencioso. "Craig, fue un buen partido" dijo ella vacilante. "¿Bueno? Perdimos por un maldito punto ¿Llamas a eso bueno?" Ella arqueó sus cejas. No le había escuchado utilizar la palabra M en años. Pero lo intentó nuevamente. "Fuiste a las estatales, Craig. Lograste llegar al juego final. Estás actuando como si hubieses fallado" "¿Fallado? Fuimos escogidos para ganar. Tendríamos que haber ganado" él negó con la cabeza "Maldita llamada. No fue una falta ¡Jesús! Cualquiera podría decir que no fue una falta" Ella suspiró "Bueno, está bien" murmuró ella. Caminó a través de la cocina y hacia el garaje donde guardaban el congelador. Sacó cuatro filetes, entonces vaciló y finalmente regresó dos. Si no quería a sus padres definitivamente ella no los invitaría. Temía que terminaría entreteniéndolos mientras él ponía mala cara en privado. Pero no, el mal humor siempre era mejor cuando tenías audiencia. Así que después de todo sacó los otros dos filetes. Y después de llamar a Arlene para hacerle saber del estado de ánimo de su hijo, fue a ponerse al día con la ropa que había dejado de lavar durante su ausencia.
Cuando caminó a través de la casa dirigiéndose hacia las escaleras, vió que Craig seguía en la misma posición, mirando el televisor. Sabía que debía ser devastador perder el partido por el campeonato, pero aun así, al menos habían llegado muy lejos ¿Cuántos equipos podrían decir eso? Abrió su boca para decir esas mismas palabras, pero se detuvo ¿Qué sabía ella de eso? Metódicamente desembaló el equipaje y amontonó la ropa sucia para llevarla abajo. Y pensó que tendría tiempo para ducharse antes que sus suegros llegaran. Estuvo a punto de ir a la habitación de Angie para buscar su ropa cuando la puerta se abrió. Craig permaneció allí de pie, con su rostro demacrado y huraño. Ella arqueó sus cejas. Él se encogió de hombros y luego hizo un gesto hacia la cama "Me vendría bien un poco de atención" dijo él. "¿Atención?" Él se acercó "Sí" él agarró sus manos y la atrajo hacia sí "Han pasado semanas desde las última vez que hicimos el amor" Más bien meses. Ella se alejó de su abrazo, manteniéndolo apartado con el brazo extendido "No quieres hacer el amor, Craig. Quieres tener sexo" "¿Y? ¿Entonces?" "Y yo no. Además, tus padres están por llegar en cualquier momento" "Te dije que no estaba de humor" dijo él en voz alta. "Bueno, igual van a venir. Comeremos filetes" "Te lo juro Jill ¿no podemos pasar una noche solos?" Ella puso las manos en sus caderas y lo miró "Desde enero has estado fuera casi todas las noches de la semana por el baloncesto. No me hables de pasar tiempo a solas" "Es mi trabajo, por el amor de Cristo. Lo sabes" "Oh sí, lo sé" "Y no es que no te haya pedido que vinieras conmigo. Nunca quieres" "Bueno, como has dicho, es tu trabajo"
"¿Qué se supone significa eso?" Ella se dio la vuelta y recogió una brazada de ropa sucia. Sacudió su cabeza "No significa nada Craig. Pero no me interesa acompañarte en tu fiesta de autocompasión. Deberías estar orgulloso de lo lejos que han llegado tú y el equipo. Son jóvenes, Craig. Ellos te miran ¿Es lo que quieres que ellos vean?" "Simplemente no entiendes" dijo él "Nunca lo hiciste. No es sólo un juego, Jill. Se trata de la vida" "¿Así que el mensaje que quieres dejar es que si pierdes el juego, pierdes la vida? Por favor. Ellos tienen 16-17 años ¡Qué triste es que les hagas creer que este fin de semana fue el acontecimiento más importante de sus vidas! Ellos tienen toda su vida por delante" "Sí, bueno yo no" dijo él con enojo mientras se alejaba. "Y siempre se trata de ti" murmuró ella. Cerró sus ojos, dejando escapar el aliento finalmente. Él no estaba preocupado por los jóvenes y su estado de ánimo, simplemente estaba más preocupado por él. Eso era lo que le hacía un buen entrenador, el miedo a caer. También era lo que le hacía un entrenador terrible. Más tarde, después de los filetes y después que su madre le hubiese consolado efectivamente, fue capaz de encender su teléfono celular. No había dejado de sonar. Así que tan pronto Arlene y Carl se fueron, ella se sirvió una copa de vino y se retiró a la terraza. Las noches todavía estaban frías, pero no era un frío insoportable. El suéter que se había puesto era lo suficientemente cálido. Se sentó y comenzó a mecerse con el pie, disfrutando finalmente de la tranquilidad después de tres días de baloncesto. Ni siquiera permitiría que los comentarios de Arlene sobre Angie le hicieran sentir culpable. Angie estaba en casa de Shelly. Y sí, era una noche de escuela. Pero no, no era una madre horrible. Angie había llamado para preguntar si podía quedarse. Después de hablar con la mamá de Shelly para asegurarse que estaba bien, dijo que sí. De todos modos, su noche de películas alquiladas y pizza sonaba más divertido. Inclinó la cabeza hacia atrás y cerró sus ojos, tratando de relajarse después del turbulento fin de semana que habían tenido. Y como siempre, cuando se los permitía, los pensamientos de Carrie inundaron su mente. Intencionalmente los había mantenido a raya, tratando con todas sus fuerzas de armonizar con su familia, de disfrutar del fin de semana de baloncesto como los
otros estaban disfrutando. Incluso en las noches, mientras yacía en la cama, mucho tiempo después de que Craig se hubiese dormido, deliberadamente cerraba su mente a cualquier pensamiento sobre Carrie. Pero ahora de regreso en casa, de regreso a su entorno familiar, a solas en esta noche tranquila, permitió que vengaran. Y no fue difícil en absoluto evocar el rostro de Carrie, su sonrisa, su cabello castaño grisáceo erizado en todas direcciones...y esos ojos azul celeste que había llegado a amar. ¿Amar? Abrió sus ojos rápidamente, su corazón golpeando su pecho nerviosamente ¿Amor? Se relajó. Sí, amor. Carrie era una amiga. De hecho, una buena amiga, en realidad, su mejor amiga. Así que era lógico que sintiera algo por ella. Seguramente. Entonces volvió a cerrar sus ojos, poniendo el mecedor en movimiento nuevamente, sabiendo que afortunadamente, mañana sería lunes. Sonrió cuando una paz familiar se apoderó de ella.
Capítulo 17 Jill no sabía quién estaba más sorprendida por el abrazo, pero simplemente no pudo detenerse a sí misma cuando Carrie salió al porche a su encuentro. Avergonzada se apartó pero Carrie mantuvo agarrada su mano. Sus ojos se sostuvieron durante un largo rato y entonces Carrie finalmente sonrió y la liberó. "¿Me extrañaste?" Jill se encogió de hombros con indiferencia "Un poco. Tal vez" "Lamento lo del juego" "No tanto como yo" "¿Oh? ¿Lo tomó mal?" "Como si fuese de vida o muerte" dijo Jill "No puedo decirte cuánto me alegra que haya terminado" "Bueno, vamos adentro. Hice sándwiches. Y si la lluvia se mantiene alejada, podremos ir al muelle más tarde. O simplemente podemos permanecer adentro en la terraza acristalada" "Hoy el viento está un poco frío ¿no es así?" "Sí, supongo que mi predicción sobre una primavera temprana fue incorrecta" dijo Carrie mientras sostenía abierta la puerta de la terraza acristalada. Jill apretó su brazo mientras pasaba a su lado "La primavera estará aquí antes que te des cuenta" se detuvo en seco cuando entró en la terraza acristalada. La pequeña mesa de mimbre estaba ubicada frente al sillón del jardín, estaba decorada con un mantel de colores y un jarrón con media docena de rosas rojas. Se volteó lentamente, encontrando los ojos de Carrie. "Es hermoso" dijo en voz baja. Carrie se encogió de hombros y Jill notó el leve rubor que cubrió su rostro "Nada del otro mundo" dijo ella "Solo compre las rosas como un capricho"
"Es...es tan dulce de tu parte" dijo Jill suavemente. Se acercó inclinándose para inhalar la fragancia. Se enderezó con una sonrisa "Maravilloso" "Bueno, siéntate...relájate. Voy a traer el almuerzo" "Puedo ayudarte" "No, no. Yo lo hago" Jill observó cómo entraba apresurada en la cabaña y entonces se trasladó al sillón de dos puestos, ubicándose en su puesto habitual en uno de los extremos. Sin pensarlo se inclinó nuevamente para oler las rosas. "Me complace que te gusten" dijo Carrie en voz baja detrás de ella. Jill se volteó sonriendo antes quitarle la bandeja a Carrie. Estaba cargada de sándwiches en rollos de cebolla, dos grandes pepinillos, un pequeño plato con papas fritas y un tazón de fruta fresca. Carrie regresó por los vasos de té y luego se unió a Jill en el sofá de dos puestos. "Te tomaste muchas molestias" le acusó Jill. "Por supuesto que no. Las fresas están en temporada, no pude resistirme" "Bueno, todo se ve precioso, gracias" agarró su sándwich y le dio un mordisco, gimiendo ligeramente mientras saboreaba los pepinillos que Carrie le había enseñado a disfrutar. "Cuéntame sobre tu fin de semana" le animo Carrie mientras colocaba una fresa en su boca. Jill sonrió "Odio admitirlo, pero secretamente estuve esperando que perderíamos el primer juego. Y no hubo nada relajante en el fin de semana. Nos alojamos en el mismo hotel donde se alojaron todos los equipos. Imagina a cientos de adolescentes vagando por las salas" Carrie se estremeció con exageración "Trato de no hacerlo" "Y luego estaba la compañía constante de mi suegra. Te juro que no tuve un momento para mí. En el desayuno, el almuerzo, la cena y los juegos…ella estaba en todas partes" dijo Jill riendo "Por supuesto, Craig se trasladaba en el autobús con el equipo, así que Angie y yo tuvimos el placer de conducir de un lado a otro con ellos. Pero sorprendentemente no fue la peor parte" "¿Cuál fue la peor parte?"
"Fue cuando Craig llegó a casa" pero ella negó con la cabeza "Ya basta de eso. Dime que hiciste tú el fin de semana" "Oh, fue totalmente libre de estrés y un poco aburrido" dijo Carrie bajando su sándwich "En realidad, James llegó a casa el viernes a una hora decente, así que nos llevó a cenar a Aarón y a mí. Josh estaba en una cita" dijo con una sonrisa "Vine aquí el sábado ya que el clima estaba muy agradable. Josh llevó a Aarón y a un par de amigos al centro comercial y al cine, así que pude pasar todo el día aquí. He limpiado las viejas macetas de Joshua" "No puedo esperar para verlo" "Y yo no puedo esperar para plantar las flores" dijo Carrie. "¿Y ayer? ¿Qué hiciste?" "Ayer fue uno de esos extraños días en el que todos estábamos en casa al mismo tiempo. Preparé un asado y tuvimos una verdadera cena familiar" dijo ella "Fue sólo un día de descanso" "Los días de descanso son agradables" "Sí" Carrie desvió la mirada y luego volvió a mirar a Jill "Yo...te extrañé. Este fin de semana, te extrañé" Jill asintió "También te extrañé" dijo ella en voz baja. Los ojos azules sostuvieron los suyos y ella no trató de alejarse de ellos "Al parecer te extraño cada vez más" murmuró ella. "¿Piensas en mí?" "Sí" "También pienso en ti. Al principio no lo entendía. Luego, cuando finalmente lo hice, me asustó muchísimo" Jill frunció el ceño "¿Qué quieres decir?" Carrie negó con la cabeza "Lo más aterrador es preguntarme si también lo sientes" susurró ella. El corazón de Jill latió con fuerza en su pecho y olvidó respirar. Miró fijamente esos ojos azules que parecían tan reservados, esos ojos azules que había aprendido a leer tan bien. Se dio cuenta que el fuerte latido de su corazón no era por temor.
"¿Sentir qué?" ella respiró. "Esto. Sentir esto" susurró Carrie mientras se inclinaba más cerca. Jill sabía lo que estaba pasando, pero aun así no pudo detenerlo. Sus ojos se cerraron cuando sintió que los labios de Carrie rozaron los suyos. Se quedó sin aliento ante el contacto y luego gimió cuando la boca de Carrie regresó. Sus propios labios se separaron, moviéndose con los de Carrie mientras el beso se profundizaba. Las campanas de advertencia clamaron por ser escuchadas pero sólo fue el sonido de su respiración entrecortada lo que le hizo recobrar el sentido. Se apartó bruscamente con sus ojos muy abiertos, sus dedos tocaron sus labios…donde la boca de Carrie había estado. "Oh, Dios mío" susurró ella. Sacudió su cabeza, poniéndose de pie finalmente y retrocediendo. Inmediatamente una mirada de arrepentimiento cruzó el rostro de Carrie. "Jill…Dios, lo siento mucho. No sé qué me ha pasado. Yo sólo...te mal interpreté, supongo. Todo lo mal interpreté" dijo ella mientras se ponía de pie acercándose. Jill negó con la cabeza y se alejó ¿Mal interpretado? "Tu amistad significa para mí más que cualquier otra cosa, Jill. Por favor, lo siento mucho. Sólo soy una idiota" Jill retrocedió, luego se dirigió rápidamente hacia la puerta, con los ojos muy abiertos "Me tengo que ir" susurró ella. "No, por favor no te vayas. Lo siento tanto. Por favor..." Jill abrió la puerta entonces se detuvo, dándose la vuelta para hacerle frente a Carrie. Sus ojos se sostuvieron y Jill ya no pudo negar lo que era tan descaradamente obvio. Se habían estado tocando inocentemente por semanas. "Sí" susurró ella. Carrie frunció el ceño "Sí ¿qué?" "Sí, también lo siento" dijo Jill rápidamente antes de huir de la cabaña.
No la volveré a ver. Pero ese pensamiento le provocó un dolor físico parecido a un golpe. Se envolvió con sus brazos y puso la mecedora en movimiento ¿Cómo podría no verla? Su
cuerpo no se había sentido tan vivo en años y todo por el más breve de los besos de otra mujer. Una mujer. Cerró sus ojos. Una mujer. Pero no cualquier mujer. Carrie. Carrie, quien se había convertido en su mejor amiga, su confidente, su escape. Carrie, quien había inundado sus pensamientos cuando no debió haberlo hecho. ¿Cómo podría no verla? ¿Y el beso? ¿Qué pasaba con el beso? Jill sintió el desconocido aleteo en su corazón, simplemente ante el pensamiento de ellas besándose. Un pequeño beso, no obstante, un beso. Pero ¿qué significaba? Cerró sus ojos nuevamente. Sabes lo que significa. Sabes exactamente lo que significa. Sí, sabía lo que significaba, no era tan ingenua. Y si la volvía a ver ¿qué? ¿Carrie continuaría disculpándose? ¿Podrían declararlo como una locura temporal? ¿O hablarían de ello, lo discutirían y lo analizarían? ¿O simplemente fingirían que nunca sucedió? No ¿Cómo podrían? La atracción que Jill estaba tratando de esconder al huir, le estaba mirando directamente al rostro. No sabía qué hacer con esa atracción, una atracción que había estado tambaleándose entre lo físico y lo sexual, durante semanas. Negarse a reconocerlo no haría que desapareciera. Pero aceptarlo era algo que Jill no pensaba estaba dispuesta a hacer. Porque si lo aceptaba, su vida nunca sería la misma.
Capítulo 18
En días como hoy, Jill estaba feliz de tener una asistente. El trabajo que normalmente hacía por sí misma, el trabajo que hacía hasta dormida, no era más que un revoltijo. No podía concentrarse en nada y mucho menos en los números. Entonces, mintió. Con el pretexto de trabajar en su nuevo anuncio de radio, le entregó las cuentas de la semana a Harriet. La culpa inicial que sintió, desapareció rápidamente cuando vió el brillo en los ojos de Harriet ante la perspectiva de hacer algo distinto a sus tareas habituales como asistente de oficina. Así que, con su puerta cerrada, Jill arrancó con el anuncio de radio, sin molestarse en leer el espacio de 30 segundos. Sólo eran palabras revueltas en la página, así como había ocurrido con los números. No podía lograr que su mente se enfocara en algo. Excepto en Carrie. Y no tenía idea de lo que iba a hacer. No sabía lo que iba a hacer con Craig, su matrimonio y sin duda no sabía qué hacer con Carrie, no sabía qué hacer con sus sentimientos por la otra mujer. Hizo girar su silla mirando por la ventana, observando las gotas de lluvia contra el cristal. La noche anterior, cuando Craig intentó hacerle el amor se encontró con su resistencia, había querido hablar de ello. Finalmente, él se había dado cuenta que habían pasado meses desde la última vez que se habían tocado. No podía lidiar con sus preguntas y casi había cedido, casi había permitido tener relaciones sexuales con él…pero al final…no pudo. "¿Vas a decirme que está pasando o qué?" "No pasa nada Craig" "Si no es otro hombre entonces ¿qué? ¿Repentinamente decidiste que no querías tener sexo conmigo?" Ella se levantó de la cama y caminó lentamente por la habitación "No repentinamente" dijo ella "Casi nunca estás en casa, Craig. Y cuando estás en casa, no te apartas de tu celular" ella extendió sus manos y se encogió de hombros "Es como si yo fuese invisible" "¿De qué estás hablando? No eres invisible"
"Me siento invisible. Lavo tu ropa, cocino tus comidas, cuido tu casa. Así como con Angie. Me siento como tu servicio de limpieza" "Oh, ahora estás diciendo locuras. No te trato como mi servicio. Pero nena, entrenar requiere mucho tiempo. Lo sabes" "Sí, lo sé Craig. Pero siento como si fuésemos extraños. Así que perdóname si no me emociona tener relaciones sexuales contigo" ella suspiró. Su respuesta a eso fue salir de la habitación, pisoteando infantilmente, para dormir en la habitación de invitados, dejándola sola el resto de la noche, sola con sus pensamientos. Finalmente se fue a dormir, luego de llegar a la conclusión de que ya no vería a Carrie. No creía que su matrimonio sobreviviría si lo hacía. Pero cuando amaneció, cuando despertó sola, lo único en su mente fue Carrie. No su matrimonio, no su esposo. Sólo Carrie y el breve beso que habían compartido. Y ahora, mientras observaba la lluvia, no tenía ni la más remota idea de lo que iba a hacer. Faltando 10 min para la 1, mientras se paseaba nerviosamente por su oficina…aun tratando de decidir si vería o no a Carrie y si lo hacía, preguntándose qué demonios iba a decirle…sonó su celular. Se estremeció cuando vio el nombre y sostuvo el teléfono contra su pecho durante unos segundos antes de responder. Todo lo que escuchó fue una silenciosa respiración, luego un sutil carraspeo. "Por favor…ven a comer" Agarrando el teléfono con fuerza, con los ojos fuertemente cerrados, asintió con la cabeza "Sí" dijo ella en voz baja. "Lo siento, Jill. No sé qué más decir" Fue el turno de Jill para hacer una pausa y abrió sus ojos, sintiéndose reconfortada por primera vez en ese día por la lluvia que caía silenciosamente "Está lloviendo" murmuró ella. "Sí" "¿Crees que atraigo a la lluvia?" Jill cerró sus ojos nuevamente. Podía imaginar el rostro de Carrie, podía ver la sonrisa en sus labios. "Me encanta la lluvia, Jill" Jill asintió "Te veo en un rato"
Y unos minutos más tarde, cuando vio que Harriet se estacionaba en su puesto, Jill corrió hacia la puerta despidiéndose de Harriet con un simple gesto. No pensaba en lo que sucedería en el almuerzo, no pensaba en lo que se dirían la una a la otra. Eso no importaba. Simplemente necesitaba ver a Carrie, necesitaba estar con ella. La atracción era demasiado fuerte. Pero eso no detenía el nerviosismo que sentía estando de pie bajo la lluvia, vacilando antes de ir a la puerta. Mientras caminaba hacia la parte trasera, la vio, de pie en la terraza acristalada con la puerta de la cabaña abierta dándole la bienvenida. Sus ojos se encontraron, las ventanas no pudieron frenar la intensidad de su mirada. Finalmente limpió las gotas de agua que corrían por su rostro y notó que estaba empapada. Se movió caminando hacia la puerta, haciendo una pausa nuevamente antes de abrirla. Carrie se quedó dónde estaba, sus ojos nunca se apartaron de Jill. "Lo siento" dijo ella "Nunca debí…" "Por favor no digas que lo sientes nuevamente" dijo Jill. Se acercó y luego se detuvo. Apartó su mirada por un momento, luego volvió a mirar a Carrie "¿Cuando...? ¿…cuándo fue la última vez que te acostaste con tu esposo?" preguntó ella en voz baja. Carrie pareció sorprendida por la pregunta. "¿Cuándo?" susurró Jill. "Hace mucho tiempo" "¿Cuándo?" preguntó Jill nuevamente. "Probablemente...no sé, tal vez diciembre. Antes de Navidad" Jill cerró sus ojos, asintiendo con la cabeza "No he tenido...no he tenido relaciones sexuales con Craig desde que te conocí" abrió sus ojos nuevamente encontrándose con los de Carrie. "¿Por qué crees que ocurre eso?" preguntó Carrie. "Sabemos por qué ¿no es así?" Carrie asintió "Sí, lo sabemos" "Pero Carrie, yo no…"
"Lo sé" "Entonces ¿por qué quiero que me beses otra vez?...quiero decir, conozco todas las razones por las que no debemos. Sin embargo, eso no cambia nada ¿no? Aun quiero que me beses" Carrie vaciló y entonces sonrió "Estás empapada. Deja que te traiga una toalla" Jill agarró su brazo cuando Carrie se volteó "¿Simplemente quieres evitarlo? ¿Besarme y luego fingir que no sucedió?" "No puedo fingir que no sucedió, Jill. No he pensado en otra cosa desde entonces. Pero si no me voy y hago algo que no sea traerte una toalla, te besaré nuevamente. Y entonces definitivamente tendremos un problema" Esa era una salida. Jill podría dejarle ir, podría dejarle escapar hacia el interior de la cabaña. Podrían evitar el tema, podrían incluso almorzar. Pero el agarre de Jill se afianzó en el brazo de Carrie. No quería dejarla ir. "Bésame otra vez" susurró ella. Pero Carrie negó con la cabeza "No. No seré yo quien lo haga" se apartó dejado caer los brazos a sus costados. "Quiero...quiero que me beses" dijo Jill nuevamente. Carrie ladeó su cabeza, sus ojos mirando la misma alma de Jill "Entonces ven y bésame" susurró ella. Era una orden que Jill no pudo resistir. Dio un paso más cerca, sintiendo la electricidad en la habitación, viendo la anticipación en los ojos de Carrie. Se sorprendió al notar el pulso que latía rápidamente en la garganta de Carrie, sorprendida por su respiración laboriosa, sorprendida por la necesidad que tenía de besar a Carrie. Sintió el temblor de Carrie cuando deslizó sus manos por los brazos de Carrie. Luego su propia mano tembló cuando la elevó para acariciar ligeramente con sus dedos el rostro de Carrie. Bajó la mirada de los ojos de Carrie hacia sus labios, mirando con fascinación cuando se separaron, observando como la lengua de Carrie salía para mojarlos. La opresión en su pecho y su falta de aliento le dijo todo lo que necesitaba saber. Moriría si no le besaba. Finalmente fue Carrie quien cerró el espacio entre ellas, fueron los labios de Carrie los que le reclamaron con tanta urgencia, con tanta pasión que Jill sintió que sus rodillas se desvanecerían.
Sus ojos se cerraron de golpe mientras gemía, su boca se abrió mientras se aferraba a los hombros de Carrie. La lengua, que con timidez se reunió lentamente con la de ella, echó fuera todo pensamiento racional. Sintió los brazos de Carrie deslizándose alrededor de ella y permitió que le acercara aún más en ese abrazo. Una sensación, como ninguna otra que jamás hubiese experimentado, se apoderó de ella y permitió que fluyera libremente. No podía negarlo. Fue entonces cuando Carrie se alejó un paso, cuando permanecieron allí de pie respirando con dificultad, cuando Carrie agarró su mano y la llevó al interior de la cabaña, cuando ella no trató de detenerla, cuando no trató de apartarse. Fue entonces cuando no pudo negarlo.
Permaneció allí en silencio, las cortinas provocando sombras que bailaban sobre la cama. No hubo ninguna vacilación, ni temor...sólo nerviosismo de que no pudiese calmarse. Pero cuando Carrie desabrochó su blusa, cuando dejó al descubierto su sujetador de encaje...cuando Jill vio esos ojos azules oscurecidos por el deseo, incluso el nerviosismo desapareció. Ella dejó caer la blusa en el suelo con indiferencia. Los pantalones de lana que se había colocado esta mañana se deslizaron suavemente por sus piernas. Pero cuando las manos de Carrie se deslizaron hacia su sostén, Jill las detuvo. "Quítatelo" susurró Jill tirando del mullido suéter que Carrie estaba usando. Se quedó sin aliento cuando Carrie deslizó el suéter por su cabeza. No llevaba sujetador. Sus pechos eran pequeños, sus pezones rápidamente se endurecieron ante la mirada de Jill. Finalmente levantó sus ojos hacia Carrie "Vamos a hacer el amor" Carrie asintió "Sí, vamos a hacer el amor" Sus manos se elevaron sin vacilación para tocar a Carrie. La piel era suave bajo sus dedos…era suave y tersa…y se dio cuenta que había soñado con este momento desde el día que había mirado los ojos de Carrie. No tuvo miedo cuando Carrie le guió hacia la cama, no tuvo miedo cuando Carrie le atrajo hacia ella. Instintivamente, sus manos se deslizaron a través de su piel, sabiendo dónde tocar, cómo tocar. Pero cuando las manos de Carrie se extendieron hacia sus muslos, cuando Carrie se ubicó entre sus piernas, Jill no estuvo preparada para la reacción de su cuerpo ante su contacto. Sus caderas se elevaron, uniéndose con la de Carrie y sintió una oleada de humedad que le mojó. Entonces la boca de Carrie estuvo allí,
silenciando su gemido, quitándole el aliento. Luego esa boca se apartó, moviéndose más bajo. Jill se estremeció cuando sus suaves labios cubrieron su pecho, cuando su lengua cálida lamió su pezón. Su cuerpo palpitaba y se movía salvajemente contra Carrie. Deslizó sus dedos por el corto cabello de Carrie, sosteniéndola con fuerza contra su pecho. Entonces una mano se movió entre sus cuerpos y sintió el movimiento de Carrie, sintió como deslizaba la mano sobre su cadera. No estaba segura que esperaba sentir cuando Carrie le tocara, pero no era la sacudida de deseo que atravesó su alma. Sus dedos se deslizaron en su humedad y ella gritó, inclinando su cabeza hacia atrás, sus ojos se cerraron cuando Carrie entró en ella. Sus caderas se sacudieron, manteniendo a Carrie en su interior, moviéndose con cada embestida de sus dedos. Entonces sintió el movimiento de Carrie, sintió la humedad de Carrie cuando Carrie se sentó a horcajadas en su muslo. A ciegas extendió su mano, deseando tocar a Carrie, deseando sentirla. Pero al instante que su mano se movió entre sus cuerpos, al instante que sus dedos sintieron la humedad de Carrie mientras Carrie se embestía a sí misma contra ellos, al instante que tocó a Carrie, llegó a su clímax con tal desenfreno que su garganta le dolió por el grito que trató de contener. Su cuerpo casi convulsionó cuando alcanzó el clímax pero estuvo lo suficientemente coherente como para sentir el orgasmo de Carrie, lo suficientemente coherente como para sentir sus dedos bañados por la humedad de Carrie, lo suficientemente coherente como para escuchar como su nombre escapaba de los labios de Carrie mientras se corría. Lo suficientemente coherente como para saber lo que acababan de hacer. Capítulo 19 Llenó la copa de vino por tercera vez, notando distraídamente que la botella estaba casi vacía. Aturdida la dejó a un lado, moviéndose lentamente a lo largo de la terraza, manteniéndose al margen de la llovizna que había estado cayendo durante todo el día. Craig no estaba en casa y no tenía idea de dónde estaba. Angie estaba en su habitación haciendo los deberes. Y Jill se paseaba nerviosamente por la terraza, su mente estaba acelerada, miles de pensamientos se agolpaban mientras trataba de determinar cómo se sentía. Era lógico que debiera sentirse culpable. Después de todo, sólo había intimado con su marido. Pero, sorprendentemente, fue capaz de alejar la culpa. Lo que ellas habían compartido hoy había sido inevitable. Jill no podría haberlo detenido así como no
podría detener un tren en marcha a toda velocidad. Sabía lo que sucedería si iba allí. Lo sabía en su corazón...lo sabía en su alma. Pero ¿qué significaba todo aquello? no tenía ni idea. No había habido tiempo para hablar, tiempo para disfrutar su intimidad. Carrie le había pedido que le llamara, le había pedido que se quedara con ella toda la tarde, pero Jill no pudo pensar en una excusa que darle a Harriet. Así que al final, huyó, su blusa y chaqueta de traje estaban arrugadas, un testimonio de cómo había pasado su hora de almuerzo. Así que llegó veinte minutos tarde pero Harriet no hizo ningún comentario. Simplemente levantó las cejas cuando Jill se apresuró a entrar en el baño de mujeres. Y casi lloró cuando vio su reflejo en el espejo. Apenas un toque de maquillaje permanecía en sus labios…aún hinchados por hacer el amor…estaban anormalmente rojos. Se veía espantosa. Y era una bendición que no tuviese que enfrentar a Craig ya que no tenía idea de cómo iba a reaccionar cuando le viera, ni idea de lo que sus ojos le revelarían ¿Él lo sabría? ¿Sospecharía? Y la próxima vez que él le besara… ¿Se apartaría? ¿Rehuiría su caricia? Su caricia ¿Ahora cómo iba permitir que le tocara después de lo que acababa de compartir con Carrie? Las caricias de Carrie no podrían haber sido más diferentes que las de Craig, aun así sus manos sobre su piel hicieron que su cuerpo cobrara vida, hicieron que se estremeciera de deseo y necesidad. Era como si Carrie supiera exactamente cómo tocarla, cuándo tocarla...dónde tocarla. Se detuvo…la copa de vino casi a sus labios, pero la bajó nuevamente. Sí, Carrie sabía cómo tocarla. Carrie sabía exactamente cómo tocarla. "Oh, Dios mío" susurró ella. Ella había estado con una mujer anteriormente.
Capítulo 20 Jill se sentó en su coche por un largo momento, realmente nerviosa por ver a Carrie. No estaba segura qué esperar. No sabía cómo iba a reaccionar, no sabía cómo iba a reaccionar Carrie ¿Se abrazarían? ¿Se besarían? ¿Almorzarían como siempre? ¿O harían el amor nuevamente? Jill cerró sus ojos, consciente del temblor en su cuerpo justo por ese pensamiento ¿Era eso lo que quería? ¿Hacer el amor otra vez? ¿Acariciar a Carrie? ¿Qué Carrie le acariciara? ¿Era este el comienzo de una aventura...una aventura con otra mujer? ¿O era algo de una sola vez? ¿Un desacierto de una vez? Sacudió su cabeza. No sabía lo que era, no todavía. Pero sí sabía que no era algo de una sola vez. Su cuerpo se lo decía. Entonces abrió la puerta y salió, la lluvia que había persistido durante toda la noche y toda la mañana se había disipado, dando paso a un clima más frío pero con un cielo despejado. Los tacones que se había colocado en la mañana clicaban con fuerza sobre la calzada mientras se apresuraba en llegar a la terraza acristalada. Como era de esperar, Carrie estaba de pie en el interior esperando. Y como antes, Jill se detuvo, sus ojos se encontraron con los de Carrie a través de las ventanas. Una vez más, no sabía que esperar, pero no esperaba este rápido martilleo en su corazón y esta debilidad en sus rodillas. Sólo cuando Carrie le dedicó una sonrisa vacilante fue capaz de entrar, haciendo una pausa para secar sus pies sobre la alfombra antes de entrar en la terraza acristalada. Se quedaron allí, a varios metros de distancia, mirándose en silencio. Finalmente, Carrie inclinó su cabeza elevando sus cejas. "¿Estás arrepentida?" preguntó en voz baja. Jill negó con la cabeza "No" entonces dijo "¿Lo estás tú?" "No...no en absoluto" Jill asintió, sus manos se apretaban nerviosamente frente a ella. Finalmente hizo la pregunta que había estado rondando en su cabeza toda la noche y toda la mañana.
"Has estado con una mujer anteriormente ¿verdad?" Carrie estaba obviamente sorprendida por la pregunta y unió sus cejas "¿Por qué dices eso?" Jill le miró a los ojos, manteniéndolos conectados "Porque cuando me acariciabas, era...era una caricia familiar" Carrie dejó escapar su aliento lentamente entonces asintió con la cabeza "Sí" Jill no supo qué decir, no sabía qué hacer con el agudo dolor que atravesó su alma. Por alguna razón quería que la respuesta fuese no. "Ven adentro. Hablemos. Te lo contaré" Jill no estaba segura de querer saber los detalles, no estaba segura de poder manejar la situación ¿Y si era alguien como ella? ¿Alguien que se sentía abandonada en su matrimonio? ¿Alguien que buscaba algo más en la vida, algo más en una relación? "¿Jill?" Jill levantó la mirada y asintió siguiendo a Carrie hacia el interior de la cabaña, siguiéndole hacia el pequeño sillón de dos puestos que estaba en la sala de estar. Pero antes que pudiese sentarse, Carrie agarró sus manos, tirando de ella y acercándola. Jill cerró sus ojos, moviéndose hacia el abrazo, dejando que sus brazos se deslizaran alrededor de la cintura de Carrie, permitiendo que su cuerpo se reconectara con el cuerpo de Carrie. "Tenía miedo que no vinieras hoy" susurró Carrie en su oído. Jill negó con la cabeza entonces se alejó poco a poco, encontrándose con los ojos de Carrie. El deseo que recordaba de ayer todavía estaba allí. "Bésame" murmuró ella cerrando los ojos nuevamente cuando los labios de Carrie se movieron ligeramente, suavemente contra los suyos. Ella gimió…toda la emoción, toda la excitación regresó con su beso. Abrió su boca deseando más, pero Carrie se apartó. "Deberíamos hablar" dijo ella, su respiración tan agitada como la de Jill. Jill se alejó de su abrazo, avergonzada por su deseo "Sí, está bien. Tienes razón" Carrie entró en la cocina, recogiendo dos vasos que había llenado con agua previamente. Le dio uno a Jill, luego se unió a ella en el sofá de dos puestos. Jill se acercó y agarró su mano, dejando que sus dedos se entrelazaran.
"Cuéntame" Carrie asintió y aclaró su garganta. Jill se sorprendió de su propio nerviosismo, su aprensión por lo Carrie le contaría. "Puedo imaginar lo que estás pensando" dijo Carrie sonriendo ante la mirada de vergüenza en el rostro de Jill "Pero fue hace mucho, mucho tiempo. En la universidad" dijo ella "Acababa de conocer a James, apenas había empezado a salir con él. Fuimos a una fiesta, nuestra primera fiesta juntos. Y había una chica, era unos años mayor que yo, estudiante de último año" dijo ella "En fin, ella coqueteaba descaradamente conmigo. Antes que finalizara la noche, se las había arreglado para robarme un beso y se había marchado con mi número de teléfono" Carrie se encontró con los ojos de Jill, sosteniéndolos "Y dos noches más tarde, me acosté con ella" "¿Pero y James?" "No sabía muy bien qué hacer con James y ciertamente no sabía qué hacer con ella. Ella era tan emocionante, tan diferente. Sin embargo, tres semanas más tarde, después de estar con ella casi todas las noches, se levantó y se fue. Abandonó la escuela y consiguió un trabajo en Los Ángeles, así como así. Apenas se despidió. Y yo estuve devastada" se encogió de hombros "Y James todavía estaba allí, aun queriendo salir conmigo. Me convencí a mí misma que había sido una locura temporal y fingí que nada de eso había sucedido" "¿Y James lo supo?" "No. Pero nosotros no estábamos durmiendo juntos. Ocurrió mucho tiempo antes de que durmiera con él" "¿Y...y no hubo nadie desde entonces?" preguntó Jill en voz baja. "No. Honestamente, ese pensamiento nunca cruzó por mi mente. No hasta que te conocí" dijo Carrie. Apretó con fuerza la mano de Jill luego la llevó hasta sus labios "Y una vez que me di cuenta de lo que sentía por ti, no pude dejar de pensar en ello. Era como si fuese a morir si no te tocaba" Jill sacudió lentamente su cabeza, mirando esos labios que unos segundos antes habían rozado su palma. "No... no sé qué decir" "Dime cómo te sientes, Jill. Dime si te sientes culpable por lo que hicimos. Lo entenderé. Dime si no quieres volver a...volver a hacer el amor conmigo" susurró
ella "Voy a entenderlo también. Sólo dímelo. No dejes que me siente aquí y especule, como lo he estado haciendo desde que te fuiste ayer" "No, no, lo siento. Pero no estoy segura de cómo me siento. Debería sentirme culpable ¿no es así? Pero no lo hago. En realidad no" se quedó sin aliento "La idea de no volver a verte, de no estar contigo otra vez...no es una opción" sostuvo los ojos de Carrie "¿O lo es?"
Capítulo 21 Jill levantó la mirada cuando se abrió la puerta de la cocina, sorprendida de encontrar a Arlene en la puerta. Cerró la tapa de la olla mientras miraba a su suegra, se preguntaba a que se debería su visita no anunciada. "Hola" dijo Jill "Por lo general, sólo Angie y Craig no se molestan en llamar cuando entran por esa puerta" dijo ella incapaz de evitar el sarcasmo en su voz. Arlene ignoró su comentario mientras entraba en la habitación "¿Cena?" Jill asintió "Sopa" "Angie dice que rara vez preparas la cena" Jill frunció el ceño "Preparo la cena cada noche. Bueno, cada noche que alguien está aquí para comerla" se alejó "Lo que no es a menudo" agregó ella. "Sí, bueno, me preguntaba si tenías un minuto para compartir" dijo Arlene. "¿Compartir?" "Sí. Estoy preocupada por ti. Por tí y por Craig" "¿Y porque demonios?" Arlene juntó sus manos y luego las liberó. Negó con la cabeza lentamente antes de responder "Él me dijo que algo anda mal. Me dijo que ha pasado...bueno, que ha pasado un tiempo desde que...bueno, desde que han tenido intimidad. Sé que esa parte de tu matrimonio no es de mi incumbencia, pero…" "Tienes razón. No es de tu incumbencia" dijo Jill mientras caminaba hacia la puerta. La mantuvo abierta "Absolutamente no es de tu incumbencia" "Mi hijo es mi incumbencia" "Bueno, mi vida sexual no lo es" "Jill, eres como una hija para mí, lo sabes ¿verdad?"
Jill apenas resistió el impulso de rodar sus ojos. No pudo, sin embargo, evitar una risa sarcástica "Claro, Arlene" "Por supuesto que lo eres. Y si ahora estás teniendo algunos problemas, algunas dificultades…estoy aquí para ti" "¿Dificultades?" Arlene se acercó un paso, su voz baja "Si estás viendo a otro hombre, es justo que se lo digas a Craig" Jill respiró profundamente, odiando el hecho de que su corazón latiera nerviosamente "Arlene, como has dicho, esto no es de tu incumbencia. Pero puedes estar segura que no hay otro hombre involucrado" "Entonces ¿qué es?" Jill miró hacia el techo y luego cerró sus ojos "No voy a tener esta discusión contigo. Si Craig tiene preguntas, puede hacérmelas a mí. Pero me niego a hacerlo a través de ti" abrió la puerta aún más "Ahora bien…si no hay nada más" Arlene pasó a su lado para irse, pero se detuvo en la puerta "Será mejor que tengas cuidado" dijo en voz baja "Un hombre como Craig puede encontrar lo que quiera en otro lugar. Lo que tú no le das, alguien más se lo dará" Se dio la vuelta y se alejó antes que Jill pudiese responder. Permaneció allí de pie, viendo como su suegra se alejaba por la calzada. Finalmente regresó a la cocina, levantó la tapa y agitó la sopa mecánicamente, preguntándose qué demonios iba a hacer. No podría seguir así por mucho tiempo. Craig exigiría respuestas. Respuestas que no estaba dispuesta a dar. De hecho, ella y Carrie no había hablado en absoluto sobre sus vidas, sus esposos, sus familias ¿Qué demonios iban a hacer?
Capítulo 22 Jill permaneció inmóvil, mirando como la mano de Carrie se movía perezosamente a través de su piel, cada vez más cerca y más cerca de su pecho. Sus ojos se cerraron cuando alcanzó su destino, formando una sonrisa mientras sentía como el pulgar de Carrie frotaba ligeramente su pezón. "Tu piel es tan suave" susurró Carrie, su boca reemplazando sus dedos sobre su pecho. "Dios, me encanta cuando haces eso" expresó Jill, su pecho arqueándose contra la boca de Carrie. Un gesto suave e íntimo, algo de lo que no estaba acostumbrada en su matrimonio. "Me encanta tu sabor" dijo Carrie mientras sus labios se movían a través de su piel. Jill abrió sus muslos, sus manos en las caderas de Carrie acercándola nuevamente. No tenían tiempo, pero Jill no podía negarle su cuerpo, no podía renunciar a su deseo sólo porque el reloj se acercaba más y más a las 2. Pero las manos de Carrie se detuvieron, su boca dejó el pecho de Jill, regresando una vez más para depositar en ellos el más breve de los besos "Es hora" susurró ella. Jill gruñó buscando la mano de Carrie, llevándola con rapidez entre sus piernas, manteniéndola allí. Se arqueó contra ella, amando la sensación de los dedos de Carrie mientras le penetraban. "Tenemos que tener un sábado" dijo Carrie contra sus labios "Podría pasar horas amándote" Jill permaneció inmóvil, permitiendo que los dedos de Carrie salieran de ella, sabiendo que no tenían tiempo. Se puso de lado, apoyando la cabeza en su mano, mirando a Carrie, esperando mientras los ojos azul celeste viajaban por todo su cuerpo, deteniéndose en sus pechos antes de encontrarse con sus ojos. "Eres tan increíblemente hermosa" susurró Carrie. "Tú me haces sentir hermosa" Como si no pudiese evitarlo, la mano de Carrie se movió, acariciando suavemente el pecho de Jill, viendo como sus pezones se endurecían por su caricia.
"¿No es increíble la cantidad de vida que podemos reunir en una hora todos los días? Luego viene el fin de semana y muero un poco más cada día que no te veo" "Lo sé ¿Qué tal el próximo sábado?" "¿Te puedes escapar?" "Hay un torneo de béisbol. Angie también va. Al parecer, hay un chico en el equipo que es muy sexy" dijo con una risa "Así que podríamos pasar el día junta" "Sí, todo el día"
Capítulo 23 Jill notó que las noches eran cada vez más cálidas mientras caminaba en silencio a través de la terraza y se deslizaba en la mecedora. La mayoría de los árboles ya habían florecido, oscureciendo el cielo de la noche. Sonrió recordando la emoción de Carrie en el almuerzo mientras permanecían sentadas en el muelle, el sol caliente sobre ellas. El verde había regresado y Carrie hablaba animadamente sobre todas las diferentes cosas que quería pintar. "Quiero pintarte en el jardín y aquí mismo en el muelle" Jill había reído "Pintarme ¿eh?" Carrie sonrió con malicia "Sí, pintarte en acuarela" Jill puso la mecedora en movimiento y sus pensamientos, como siempre, se mantuvieron en la otra mujer. Le aterrorizaba admitirlo, pero sabía que se estaba enamorando de ella. Y no tenía la menor idea de lo que iba a hacer al respecto. Simplemente estaban tan conectadas en cada área, era como si sus almas se hubiesen llamado la una a la otra, sin rendirse hasta que se reunieran. Pero las dos estaban casadas, ambas con hijos ¿Que iban a hacer? ¿Por cuánto tiempo podrían continuar esta aventura? ¿Cuánto tiempo seguiría con esto antes que Craig exigiera respuestas? ¿Exigiera que fuese su esposa en todos los sentidos? ¿Cuánto tiempo podría evitarlo? Porque de una sola cosa estaba segura. Podría soportar compartir su cama, podría incluso soportar el casto beso de buenas noches que compartían las pocas ocasiones que estaban en la cama al mismo tiempo, pero no podría soportaría sus caricias. Y eventualmente, él iba a exigirlo. Oh, podía evitarlo por un tiempo. Era la temporada de béisbol. Tenía una actividad que lo mantendría ocupado. Pero en menos de un mes, la escuela empezaría las vacaciones y el verano estaría sobre ellos. Y él estaría más en casa…a menos que lo convenciera de unirse a un cuarto equipo de Softbol.
Ella suspiró y tomó un sorbo de su copa de vino. Era mucho en qué pensar. Así que puso de lado todos esos pensamientos y cerró sus ojos, recordando las caricias de Carrie sobre su piel, sus labios sobre sus pechos, sus manos mientras separaban sus muslos. Oh, Dios mío. Respiró profundamente, aún sorprendida de que la caricia de otra mujer pudiese llevarla a estas alturas, pudiese saciarla tan completamente. Y le sorprendía que sus propias caricias tuviesen el poder de hacer temblar a Carrie entre sus brazos, el poder de hacer que Carrie rogara por liberación, el poder de hacer que Carrie gritara su nombre. "¿Nena?" Jill saltó, casi dejando caer su copa de vino. Estaba tan perdida en sus pensamientos que nunca escuchó a Craig regresar a casa. "Lo siento, no fue mi intención asustarte" dijo él "Pensé que me habías escuchado" "No. Yo estaba…estaba muy lejos, supongo ¿Qué estás haciendo en casa?" "Son las 9:30" Sus ojos se abrieron "No tenía idea de lo tarde que era ¿Angie vino contigo?" "Sí. Ya está arriba" él se acercó, finalmente sentándose en la mecedora a su lado "¿Tienes ganas de hablar?" Se preguntaba que si ella decía que no, él dejaría las cosas así. Pero asintió con la cabeza "Claro" "Sé que mi madre se acercó la otra semana. Sólo quiero que sepas que no le pedí que hiciera eso" "No es de su incumbencia" "Lo sé. Pero siempre fui capaz de hablar con ella de cosas, esto no es diferente" se encogió de hombros "Dices que no hay otro hombre y quiero creerte, pero es la única explicación a la que pudimos llegar" "¿Pudimos? ¿Tú y tu madre?" "Sí" él se puso de pie y caminó hasta el borde de la terraza "Por favor, Jill, sólo dímelo. Especular acerca de quién es simplemente me está volviendo loco"
"No estoy viendo a otro hombre, Craig. No sé qué está pasando conmigo, realmente no lo sé. Sólo sé que no tengo...deseos de dormir contigo, de tener intimidad contigo. Lo siento. No sé qué más quieres que diga" Él asintió con la cabeza "Entonces tal vez tengamos que ver a alguien" "¿Ver a alguien?" "Un consejero matrimonial" "¿Arlene quiere que veamos a un consejero matrimonial?" "No haría daño" "No ayudaría" "¿Por qué no? ¿Por qué no lo intentas?" Jill le miró fijamente "¿Qué te hace pensar que no estoy intentado? Durante todos estos años ¿qué te hace pensar que no lo he intentado?" "¿Y entonces qué? ¿Continuamos así hasta que digas que quieres el divorcio?" "¿Qué quieres tu Craig?" "Quiero nuestra vida nuevamente" dijo él en voz alta. "¿Qué vida es ésa? ¿Esa en la que sales cuatro o cinco noches a la semana y yo me quedo aquí atendiendo la casa y la ropa, haciendo las compras y la limpieza? ¿Esa en la que en pocas ocasiones estamos en casa y despertamos al mismo tiempo? ¿Esa en la que estoy en tu cama para que puedas tener relaciones sexuales? ¿De qué vida estás hablando?" "¿Esa...esa es tu versión de nuestra vida?" preguntó él en voz baja. "Sí ¿Lo ves de manera diferente?" "Soy un entrenador. Tengo obligaciones. Lo sabes. Las otras esposas entienden" "Nómbrame otro entrenador en Kline que esté involucrado en tres deportes como tú lo estás. Y luego nómbrame uno que esté en tres equipos de softbol durante el verano" "Oh ¿ahora me estás sacando mi única actividad libre? El Softbol es lo único que me da la oportunidad de relajarme ¿Crees que entrenar es fácil?" "No, sé que no lo es. Obviamente ocupa la mayor parte de tu tiempo"
"¿Qué quieres que haga? ¿Quieres que me deje de entrenar?" "Craig, te encanta entrenar más que nada en este mundo. Más que yo, más que Angie, más que nuestro matrimonio ¿Cómo podría pedirte que renuncies a eso? Es lo que te hace ser quien eres" Él sacudió su cabeza, pero no trató de negarlo "Entonces ¿qué es lo que quieres que haga?" "No tengo idea, Craig. Podrías ser paciente conmigo y ver qué pasa, podrías decir al demonio con esto y solicitar el divorcio, no lo sé" "No quiero el divorcio, Jill" Ella se encogió de hombros "Entonces creo que seguiremos adelante y veremos qué pasa" "¿Quieres que me vaya a la habitación de invitados?" "¿Es eso lo que quieres hacer?" Él negó con la cabeza "No. En realidad no" "Entonces no" Ella dejó escapar una respiración profunda mientras él regresaba a la casa, sintiéndose un poco aliviada de que hubiesen hablado, pero todavía preguntándose qué iba a hacer con su vida. No era justo para Craig seguir de esta manera si ella no tenía ninguna intención de ser su esposa nuevamente. Y a medida que pasaban las semanas, se daba cuenta de lo improbable que sería eso. Cuanto más tiempo pasaba con Carrie, más la quería. Sin embargo, no se atrevía a soñar que pudiesen tener una vida juntas. Carrie tenía su propia familia, su propio marido.
Capítulo 24 "Hola, mamá" Jill levantó la vista del periódico y luego miró su reloj con el ceño fruncido "¿Qué demonios haces despierta a esta hora?" "Voy al torneo de béisbol" dijo Angie. "Pensé que no irías hasta las nueve" "El papá de Shelly va a llevarnos. Quiere salir a las ocho" "¿Necesitas que te lleve a su casa?" "No, ellos van a venir por mí" "Está bien" señaló hacia el mostrador donde estaba la tostadora "¿Quieres unas tostadas?" Angie agarró un plátano mientras sacaba una silla. Jill le miró, preguntándose qué estaría pasando. Angie nunca se sentaba a la mesa para desayunar con ella. "Mamá ¿puedo preguntarte algo?" Jill dobló el periódico y asintió con la cabeza "Por supuesto" Angie jugó nerviosamente con el plátano entre sus manos por un segundo, luego tomó una rápida respiración "¿Papá y tú están peleando?" "¿Peleando?" Ella miró hacia otro lado "¿Van a divorciarse?" "¿Por qué piensas eso?" "La abuela dice que ya papá no te gusta" "La abuela dice eso ¿huh? Bueno, me gusta tu padre" "¿Todavía lo amas?" Jill asintió "Sí, lo amo"
"Entonces ¿qué pasa?" "Angie, hay una diferencia entre amar a alguien y estar enamorado de alguien" Jill se acercó más "Vives aquí, Angie. Sabes cómo es. El poco tiempo que pasamos juntos. No puedes sostener un matrimonio cuando nunca estamos juntos" "Pero esa es tu elección" declaró Angie en voz alta "Tú eres la que no quieres venir a los juegos, tú eres la que te quieres quedar aquí sola" "Angie, ir a los juegos es algo que no quiero hacer. No disfruto de ellos" "¿Pero por qué?" "Porque no. Ese es el trabajo de tu padre. También tengo un trabajo. Y cuando llego del trabajo a las cinco, no quiero tener que ir al trabajo de tu padre ¿Lo entiendes? Sería como pedirle a él que viniera a mi trabajo, que me siguiera a las obras de construcción en el día de pago o que se sentara en mi oficina viéndome trabajar" "Pero eso no es lo mismo" "¿Por qué no? ¿Simplemente porque es un juego?" Jill negó con la cabeza "Cuando salgo del trabajo, quiero regresar a casa. No quiero ir a un segundo trabajo" Angie le miró y asintió con la cabeza "Creo que ahora lo entiendo. Cuando llegas a casa, no hay nadie aquí" "Exactamente" Ella se encogió de hombros "¿Y? ¿Eso quiere decir que van a divorciarse?" Jill suspiró "No. Ahora estamos tratando de resolver algunas cosas, Angie" "La abuela dice que estás teniendo una aventura" dijo Angie en voz baja. Jill sonrió "La abuela no siempre lo sabe todo. Ella piensa que sí, pero no es así" Angie se levantó y asintió, aparentemente satisfecha con su conversación. Pero la sonrisa de Jill se desvaneció tan pronto como Angie salió de la habitación ¿Estaba teniendo una aventura? No. Se sentía demasiado brillante y fresco, demasiado alegre para ser una aventura. Pero si no era una aventura…entonces ¿qué era? ¿Cuánto tiempo más podría seguir mintiéndole a su familia? ¿Cuánto tiempo más podría seguir ocultando este nuevo amor que sentía?
Capítulo 25 Jill presionó con satisfacción el botón que cerraba el portón detrás de ella. Cerraba el portón y dejaba afuera todo lo demás, aunque sólo fuese por un día. Un día completo. Estacionó junto a la furgoneta de Carrie, incapaz de contener la silenciosa risa mientras salía a la luz del sol, casi mareada por la perspectiva de pasar el día con Carrie. Angie apenas había salido por la puerta cuando Jill agarró el bolso que había empacado la noche anterior. Un bolso lleno con una muda de ropa, dos botellas de vino, sus guantes de jardinería y una gorra de béisbol que Craig raramente llevaba. Desde hacía varias semanas, Carrie había estado plantando flores en los jardines, pero esta sería la primera oportunidad que tendría Jill para jugar en la tierra con ella. "Cuando dijiste temprano, no estabas mintiendo" Jill se volteó, descubriendo a Carrie que caminaba desde el muelle, sus manos llenas de barro del jardín. "Empezaste sin mí" le acusó Jill. "No, no. Plantar es tu tarea hoy. Simplemente estaba llevando las flores y retirando la mala hierba" Jill se echó a reír "Siempre podrás encargarte de la mala hierba" Carrie señaló el camino sinuoso "¿El portón?" Jill asintió "Cerrado y asegurado" "Maravilloso. Entonces, el día es nuestro" Carrie guió el camino hacia la cabaña, haciendo una pausa para sacudir la suciedad de sus manos antes de entrar "Me arriesgué en cuanto a que no querrías desayunar" dijo ella "Pero hice un poco de ensalada de pollo y compré unos rollos frescos de sándwich en la panadería" ella se detuvo y sonrió "Oh y traje un poco de ese queso te gusta ¿Recordaste el vino?" Jill levantó su bolso "Dos botellas"
Carrie rió "¿Dos? ¿Pasaremos todo un día?" Jill se acercó y se inclinó hacia delante, besando ligeramente los labios de Carrie "Pasaremos un muy buen día" "Sí, lo haremos. Y luego que te hayas divertido jugando en la tierra, iremos a pescar" "¿Pescar? ¿En la canoa?" "Estaba pensando más en el muelle. Después de disfrutar de una botella de vino, no estoy segura que deberíamos intentar una lección en canoa" Jill colocó las dos botellas de vino en el bar y luego arrojó su bolso en el sofá después de sacar sus guantes de jardinería. "¿Puedo ir abajo?" preguntó ella, con sus ojos brillantes. Carrie sonrió "Iré justo detrás de ti. He hecho un poco de té helado. Llevaré un par de vasos" Jill salió a la luz del sol y miró hacia el cielo, cerró sus ojos por un momento reflexionando en silencio, consciente de la tranquilidad que se sentía de estar aquí. De hecho, era como si hubiesen apartado el mundo de ellas. "Mi madre solía decirle a eso: estar distraído" dijo Carrie en voz baja detrás de ella. Jill se volteó, encontrándose con los ojos de Carrie "Sólo pensaba en lo agradable que se siente estar aquí" Carrie asintió, inclinando ligeramente su cabeza. Entonces elevó una ceja "¿Todo bien?" "Oh, claro" dijo Jill rápidamente apartando sus ojos. Luego volvió a mirar a Carrie, encontrando la misma mirada gentil en su rostro, como siempre "Sólo...muchas preguntas en casa" dijo ella finalmente. "Ya veo. Bueno, vamos al muelle. Hablaremos" dijo ella mientras avanzaba por el camino. Jill agarró uno de los vasos de té y agitó sus guantes en el aire nuevamente "Algunas flores están diciendo mi nombre" le recordó ella. "Entonces hablemos mientras plantamos"
Y así lo hicieron, hablaron de todo bajo el sol hasta que Carrie finalmente abordó el tema de la vida de Jill en casa. "Una cosa es que Craig quiera hablar de nuestro matrimonio y otra muy distinta es cuando mi hija lo hace" dijo Jill. Se quitó sus guantes y limpió su frente antes de sentarse con las piernas cruzadas en el suelo. Distraídamente sacudió la suciedad que se aferraba a sus rodillas "Arlene le sugirió a Craig que viésemos un consejero matrimonial" Jill se inclinó hacia delante "Craig le cuenta todo. Simplemente creo que es espeluznante que un hijo le cuente a su madre sobre su vida sexual" Carrie asintió, pero no dijo nada. "Craig y yo tuvimos una charla" dijo Jill en voz baja "Él...bueno, él piensa que estoy teniendo una aventura" Carrie inclinó su cabeza "¿La estás teniendo?" Jill sacudió lentamente su cabeza "No. Esto no se siente como una aventura" Carrie dejó escapar su aliento con una leve sonrisa en su rostro "Gracias" susurró ella. "Pero no sé qué hacer" dijo Jill "No puedo...solo pensar que él me toca es casi repulsivo" "No quería saber si estabas durmiendo con él" admitió Carrie "En realidad…no podía soportar la idea" Jill miró hacia otro lado "En realidad nunca has hablado...quiero decir, sobre James" dijo Jill. Carrie negó con su cabeza "No he tenido relaciones sexuales con él, no. De hecho, dudo que él se haya dado cuenta de eso" "¿Qué quieres decir?" Carrie se puso de pie, sacudiendo la suciedad de sus vaqueros antes de contestar "James es un adicto clásico al trabajo. Tiene muy poco tiempo de inactividad. Solo duerme cuatro o cinco horas en la noche" se encogió de hombros "No ha sido un problema" Cuando Jill quiso hablar, Carrie levantó una mano "Estoy lista para cambiar este té por el vino ¿Qué dices?" "Excelente"
"Bien. Entonces, almorcemos temprano" Carrie señaló hacia la mesa de picnic "¿Quieres comer aquí o en la cabaña?" Jill se echó a reír "Quiero estar afuera tanto como tú" Después de lavarse, llevaron el almuerzo hasta el muelle en una enorme cesta de picnic, con copas y todo. Carrie extendió una manta azul sobre la mesa de picnic y Jill abrió el vino. Durante la siguiente hora, se sentaron bajo el sol intercambiando historias, comiendo tranquilamente los sándwiches, la ensalada de pollo, el queso y la fruta y combatiendo por la última botella de vino. "¿Te das cuenta de lo mucho que disfruto tu compañía?" dijo Carrie mientras dejaba a un lado la botella de vino vacía. Jill se inclinó sobre la mesa y apretó su mano "Sí" dijo ella sin vacilación. Carrie se echó a reír. "No quise que sonara tan vanidoso" dijo Jill "Siento absolutamente de la misma manera" ella retorció la servilleta entre sus dedos, finalmente miró hacia arriba, encontrándose con los ojos de Carrie "¿Sabes? podríamos hablar de cualquier cosa, de todo. De hecho hemos hablado de todo" dijo ella "Excepto de nosotras. Nunca hablamos sobre nosotras" Carrie sostuvo sus ojos por un momento y luego miró hacia otro lado "Eso es porque tengo miedo de las respuestas" "¿Qué quieres decir?" "Queremos más tiempo juntas, pero no hay más tiempo. Las dos tenemos maridos, hijos" Jill aclaró su garganta, girando nuevamente la servilleta con nerviosismo "¿Cuánto tiempo podemos hacer esto?" levantó la vista hacia el cielo despejado "¿Cuánto tiempo puedo seguir fingiendo tener un matrimonio cuando sólo quiero estar contigo?" "¿No crees que siento lo mismo? Pero tienes una hija de 14 años, cuya relación contigo es tensa ¿Estás dispuesta a perderla?" Carrie agarró su mano, acariciando suavemente la palma "Mis hijos...es diferente" dijo ella "Por una parte, son mayores. Y Josh, bueno, Josh es mi hijo. Y Aarón adora la tierra que pisa su padre. Estoy segura donde estaría su lealtad. Y James, bueno, James ha estado
demasiado ocupado como para darse cuenta de algo. Él estaría completamente impresionado, sí. Pero no es de mí de quien me preocupo. Es de tí, Jill" "Lo sé. Angie nunca me lo perdonaría, nunca entendería. Craig estaría devastado" ella apretó la mano de Carrie "Pero no estoy segura de cuánto tiempo pueda soportarlo. Soy miserable en casa. Y ambos lo saben, aunque no sepan por qué" Carrie apoyó los codos sobre la mesa y apoyó la barbilla sobre sus manos mirando a Jill "En las noches, cuando estoy en cama, no tienes idea de las ganas que tengo de que seas tú quien se encuentre a mi lado. Anhelo dormir contigo, despertar contigo" se echó hacia atrás nuevamente e hizo girar su copa de vino vacía "Pero no podemos darnos ese lujo" Jill miró a la mujer que había llegado a ser tan importante para ella, preguntándose qué pensamientos corrían por su mente ¿Se atrevería a pronunciar la palabra que no habían pronunciado? Después de conocerse la una a la otra durante cinco meses ¿se atrevería a hablar de divorcio? ¿Estaba dispuesta a romper sus lazos con Craig? ¿Estaba dispuesta a causar una ruptura con Angie? Tal vez se estaba apresurando ¿Acaso el divorcio había cruzado la mente de Carrie? Jill le miró fijamente, esperando que esos ojos azul celeste miraran hacia arriba, esperando por ellos para que vieran su propia alma. Y lo hicieron. Y como siempre, cuando esos ojos sostuvieron los de ella, estuvo convencida que les había mirado muchas vidas atrás. Carrie finalmente sonrió, liberándola "Creo que te amenacé con pescar ¿no?" Jill se relajó, sintiendo que Carrie se había cansado de su charla. Así que lo dejó pasar con un gesto de la mano "Amenazar es la palabra adecuada" Jill estuvo de acuerdo. "A mediados de verano, estarás suplicándome para que te lleve a pescar. Y nada menos que en la canoa" Carrie se puso de pie e hizo un gesto hacia la mesa "Si guardas todo esto en la canasta, buscaré las cañas de pescar y los gusanos" Los ojos de Jill se abrieron "¿Gusanos?" Carrie se limitó a sonreír mientras caminaba de regreso hacia el garaje. Jill limpió lo que quedó del almuerzo, su mente aún fija en el asunto de los sucios y ondulados gusanos. "Seguramente no esperará que los toque" murmuró ella. "Es sólo un gusano" dijo Carrie pacientemente.
Jill negó con la cabeza "No haré eso" "¿Por qué no?" "Bueno, las palabras asqueroso y repugnante vienen a mi mente" "Supongo que si atrapas un pez querrás que yo también lo quite del anzuelo por tí" "Confía en mí, no voy a atrapar un pez" "No estés tan segura. Siempre atrapo peces aquí en el muelle" dijo Carrie y Jill vio con repugnancia mientras colocaba el repugnante gusano alrededor del anzuelo. "Esa tiene que ser una de las cosas más repugnantes que he visto en un buen rato" murmuró Jill. "¿Nunca fuiste a pescar cuando eras niña?" Jill negó con la cabeza "Chica de la ciudad" "Ah. Bueno, a mi abuelo le encantaba. Cada vez que me quedaba con ellos, él me llevaba a pescar. Fui nieta única durante un tiempo, así que sólo éramos él y yo" "¿Tus chicos?" Carrie negó con la cabeza "No. Nunca les gustó. Y parte de eso por James. Cuando eran pequeños, nunca se tomó el tiempo para hacer ese tipo de cosas con ellos" le dio a Jill la caña de pescar "Ahora, sólo lanza suavemente la línea" "Y si la cosa amarilla va hacia debajo, eso es bueno ¿verdad?" Carrie se echó a reír "El corcho. Y sí, eso es bueno. A menos que, por supuesto, seas el pez" agregó ella. Jill se sentó en silencio, observando pacientemente el corcho que flotaba sin perturbar el agua, parte de ella deseaba que la maldita cosa bajara así podía decir que había atrapado un pez. Por supuesto, la parte sana de ella oraba para que eso no sucediera. Pero unos minutos más tarde, cuando el corcho de Carrie se hundió bajo el agua, Jill miró con emoción mientras Carrie agarraba la caña con las dos manos y la levantaba. Fuera del agua estaba lo que Jill asumía era un pez de buen tamaño, pero antes que Carrie pudiese meterlo en una red, el pez luchó en el aire y cayó nuevamente en el agua. "Oh, no" dijo ella "Estaba justo ahí"
"Sí. También era uno muy bueno" dijo Carrie. Luego señaló la propia línea de Jill "Mira ¿Ves cómo se está moviendo? Probablemente tienes una perca (una clase de pez) o algo así mordisqueando el gusano" Jill se puso tensa, apretando su agarre en la caña "¿Qué significa eso?" Pero antes que Carrie pudiese responder, su corcho amarillo desapareció "¡Oh Dios mío!" "Tira hacia arriba, tira hacia arriba" dijo Carrie mientras permanecía de pie junto a ella "Con tranquilidad" Pero Jill sacudió la línea, arrojando el pez de manera descontrolada hacia atrás sobre sus cabeza y detrás de ellas. Carrie agarró la línea, sosteniendo el pez fuera de la tierra con una enorme sonrisa en su rostro. "¿Ves? Te dije que te agarrarías algo" Jill se quedó mirando el pequeño pez y luego miró a Carrie "¿Y ahora qué?" Carrie acercó el pez "Ahora le quitas el anzuelo" Los ojos de Jill se abrieron y negó con la cabeza "De ninguna manera" "Pero eso es parte de la pesca, cariño. Agarras algo y le quitas el anzuelo" "Está bien, no es que tenga nada en contra de los peces pero los prefiero en la parrilla sin tener que tocar esa pequeña cosa viscosa" "¿Así que quieres que yo lo haga?" "Uh-huh" Jill asintió. "¿Al menos quieres mirar?" "Nop" Pero lo hizo, miró como Carrie envolvía una mano alrededor del pez para mantenerlo quieto, luego con la otra mano, tiraba y retorcía el anzuelo, tratando de desengancharlo. "Le estás haciendo daño ¿verdad?" "Te diré lo que todo pescador te diría. Ellos no sienten nada" entonces ella sonrió "Estoy segura que le duele menos que estar en la parrilla"
Finalmente, libero el pez y Carrie bajó la línea, caminando lentamente hacia el borde del muelle, de rodillas colocó suavemente el pez en el agua. Jill observó con fascinación como el diminuto pez movía la cola y se alejaba nadando. "Oh, eso fue tan dulce" dijo ella seriamente "No le has hecho daño. Es por eso que te amo" se detuvo con los ojos muy abiertos. Negó con la cabeza lentamente "Lo siento. No quise decir eso como si...bueno, no me refiero a…" Carrie se acercó, sus ojos fijos en Jill "¿Me amas?" susurró ella. Jill tragó nerviosamente, su mente acelerada "Yo…yo…" Carrie inclinó su cabeza, pero no dijo nada, esperando. Jill se encogió de hombros "¿Es eso lo que es, Carrie?" preguntó Jill en voz baja. "¿Esto es amor?" "Las dos lo sabemos ¿no?" Carrie agarró sus manos sosteniéndolas con fuerza "De alguna manera estamos...estamos conectadas. Es algo más allá de la amistad, más allá de esta atracción física que tenemos. Y Jill, es tan, tan diferente a lo que tenemos ahora ¿no es así?" se acercó aún más rozando ligeramente los labios de Jill con los suyos "No puedo explicarlo más de lo que tú puedas" agarró la mano de Jill y la colocó sobre su corazón "Pero lo sé. Lo siento" "Sí" Jill cerró sus ojos brevemente "Sí, lo siento" "¿Es amor?" Jill asintió, su sonrisa suave y segura "Sí. Sí, lo es" Y no dudó en lo más mínimo cuando Carrie tiró de su mano guiándola en su caminata hacia la cabaña. Ambas tiraron de sus ropas, lanzándolas donde cayeran. Pero no fue hacia el dormitorio donde Carrie la llevó. Fue hacia el cuarto de baño, con sus paredes rojo brillantes y la enorme ducha. "Jardinería y pesca" le recordó Carrie mientras abría toda la llave del agua. "No me habría importado" murmuró Jill mientras metía a Carrie bajo la ducha con ella, sus pieles húmedas se deslizaron fácilmente mientras se abrazaban. Jill saboreó el toque de vino en la lengua de Carrie cuando exploró su boca. Sus manos no pudieron quedarse quietas, moviéndose a través de la piel de Carrie, deslizándose a lo largo de su columna vertebral hasta sus nalgas y acercándola más hacia ella. Las manos de Carrie, llenas de jabón líquido se movieron entre ellas, acariciando ligeramente los pechos de Jill, creando burbujas de jabón antes de continuar más abajo. Las piernas de Jill se separaron y jadeo audiblemente
cuando los dedos de Carrie le acariciaron. Sus ojos permanecieron conectados, fusionados por una pasión que no podían explicar. La boca de Jill se abrió mientras luchaba por respirar, los dedos de Carrie fueron implacables a medida que se movían contra ella. Las rodillas de Jill se debilitaron y se preparó extendiendo ambos brazos y sosteniéndose a sí misma en posición vertical contra las paredes de la ducha mientras la boca de Carrie se trasladaba hacia su pecho, su lengua firme contra su pezón. "Me encanta cuando haces eso" susurró Jill. Carrie levantó la cabeza, sus ojos azul celeste oscurecidos por el deseo, su cabello corto color castaño cenizo estaba humedecido por la regadera. Sus manos se detuvieron, alejándose un poco antes de agarrar las caderas de Jill haciendo que se volteara. Carrie se puso detrás de ella, presionándose con fuerza contra sus nalgas mientras sus manos rodeaban a Jill para acercarla con más firmeza contra ella. Jill gimió, sintiendo los senos de Carrie apretados contra su espalda. Las manos de Carrie se movieron más abajo, separando los muslos de Jill nuevamente, sus dedos se movieron fácilmente por su humedad, rozando su clítoris, provocando que Jill gimiera más profundamente desde su garganta. Sus caderas se movieron, meciéndose lentamente y sintiendo el roce constante de los dedos de Carrie contra ella. "Por favor" gimió ella. Carrie mordió suavemente su hombro, meciendo sus propias caderas, moviéndose al ritmo de Jill. "Despacio" susurró Carrie en su oído. Y así lo hicieron, sus cuerpos moviéndose como uno, Jill arqueándose hacia adelante para sentir el delicioso roce de los dedos de Carrie contra su cálido centro y luego hacia atrás, reuniéndose con el movimiento de Carrie mientras Carrie se frotaba contra ella. Poco a poco, lentamente, sus respiraciones se volvieron entrecortadas y sus movimientos aumentaron, sus caderas trabajaron juntas, moviéndose al unísono, cada vez más rápido, cada vez más fuerte hasta que Jill se balanceó hacia atrás, amando la sensación de Carrie embistiéndose contra ella, amando el encanto de su danza, el movimiento de los dedos de Carrie, el ardiente deseo que le golpeaba con cada embestida. "Oh, Dios, Carrie...no te detengas" rogó Jill "No te detengas, no te detengas" ella jadeó mientras sus caderas se movían ferozmente la una contra la otra. Con los ojos cerrados...ese momento, ese pequeño momento entre la euforia y el éxtasis,
ese momento cuando todo se detiene...ese momento mantuvo a Jill suspendida en el tiempo, robándole el aliento, robándole de la luz de sus ojos. Ese pequeño momento pareció durar una eternidad antes de su liberación, expulsó su respiración desde lo más profundo de sus entrañas, su cuerpo casi convulsionando mientras su orgasmo se repetía una y otra vez a través de ella, tocando su alma. Cuando pensaba que no tenía nada más que dar, Carrie agarró firmemente sus caderas, tirando de ella con fuerza hacia atrás mientras Carrie buscaba su propia liberación. Los dedos de Jill se extendieron contra la pared de la ducha, sosteniéndose a sí misma mientras Carrie empujaba contra ella una última vez antes de gritar el nombre de Jill, entonces se dejó caer contra su espalda mientras los temblores sacudían su cuerpo. "Oh, Dios mío" murmuró Carrie "Eso fue fantástico" Jill se volteó lentamente para mirar a Carrie y sostenerla fuertemente contra ella. Se quedaron allí, abrazadas, recuperándose el tiempo suficiente hasta que el agua caliente se volvió tibia. Sólo entonces se movieron, separándose lentamente, con sus manos todavía tocándose, todavía acariciándose. Carrie se extendió rodeando a Jill para cerrar el agua y luego sacó a Jill de la ducha. No se molestaron con las toallas mientras entraban en el dormitorio. Carrie acostó a Jill sobre la cama y se arrodilló ante ella, sus manos moviéndose lentamente desde sus piernas hasta sus muslos, separándolos. Jill le miró, esperando, temblando cuando esas manos separaron sus muslos. "Te amo" susurró Carrie. Levantó la vista rápidamente, encontrándose con los ojos de Jill, sosteniéndolos "Te amo" Las palabras resonaron en el cerebro de Jill cuando sus ojos se cerraron, el cálido aliento de Carrie le dificultó hablar, pensar. Renunció a intentarlo cuando Carrie envolvió sus brazos alrededor de sus piernas, acercándola, tirando de ella hacia su boca. Las manos de Jill se abrieron, agarrando las sábanas con sus dedos, tratando de aferrarse cuando la lengua de Carrie entró en ella. Gimió con fuerza cuando esa misma lengua rodeó su clítoris palpitante, jugueteando con ella casi hasta la inconciencia, hasta que su boca se cerró sobre ella, succionándola, llevándola hasta el límite en cuestión de segundos. Sus caderas se arquearon, saltando incontrolablemente mientras Carrie le sostenía, su boca nunca se apartó de ella. El grito de Jill vino de lo más profundo de su garganta, estallando cuando alcanzó su clímax, apretando sus piernas,
uniéndolas y atrapando la cabeza de Carrie entre sus muslos, sosteniéndola allí hasta que el temblor de sus piernas cedió. Finalmente se relajó, tumbándose inerte sobre la cama. Sus ojos se abrieron lentamente encontrándose con los de Carrie quien todavía estaba entre sus piernas. Intentó una débil sonrisa, pero no lo logró. "Creo que me has matado" murmuró ella mientras sus ojos se cerraban nuevamente. Escuchó la risa de Carrie, sintiendo como se movía a través de la cama colocándose a su lado, pero ella todavía no podía moverse. "Ven aquí" susurró Carrie mientras arropaba a ambas con las mantas "Tomemos una pequeña siesta" "Debería decir que no" protestó Jill, sin embargo se metió debajo de la manta "No quiero perder nuestro tiempo durmiendo" "Sólo por un rato" dijo Carrie y le sostuvo muy cerca de ella, sus cuerpos desnudos se reunieron bajo las mantas y sus piernas se entrelazaron. "Me encanta estar contigo" susurró Jill contra el cuello de Carrie, su boca moviéndose sensualmente contra su piel, su lengua saliendo para juguetear antes de moverse hacia abajo. "Pensaba que estabas exhausta" "Mmmm. Mucho" dijo ella mientras su boca continuaba su asalto por la piel de Carrie. Cuando rozó el pecho de Carrie escuchó su inhalación brusca y su boca se cerró alrededor de su pezón, su lengua girando sobre el firme pezón. Sintió las manos de Carrie moviéndose a través de su espalda y enredándose como una serpiente en su cabello manteniéndola apretada contra su pecho. Levantó la mirada, descubriendo que Carrie le observaba contra su pecho. Su corazón creció ante la mirada de deseo en los ojos de Carrie, ante su mirada de amor. Levantó la cabeza ligeramente, estaba a centímetros del pecho de Carrie. El ascenso y descenso del pecho de Carrie le acercaban el pezón y luego se lo alejaban. La lengua de Jill salió tocándolo ligeramente, apenas acariciando la punta. Escuchó el gemido de Carrie y sintió como los dedos de Carrie se clavaban en su espalda. Levantó la mirada nuevamente…la boca de Carrie estaba abierta, sus ojos oscurecidos y entreabiertos. "Estoy enamorada de ti, Carrie" susurró Jill.
Los ojos de Carrie se abrieron con una suave sonrisa en su boca. Su mano se movió a través del cabello de Jill acariciando su rostro, acariciando sus labios "Hazme el amor" murmuró Carrie "¿Me harás el amor?" "Siempre" susurró ella antes de volver a capturar el pezón de Carrie en su boca.
Capítulo 26 Jill observó a Craig moverse en silencio por la cocina, evitando intencionalmente el pollo y el puré que ella había comprado en el lugar de comida rápida, prefiriendo un sándwich de pavo frío. Ella tomó un sorbo de su té mientras él extendía meticulosamente la mayonesa en cada rebanada. Respiró profundamente preguntándose si el silencio era tan incómodo para él como lo era para ella. "¿Cómo estuvo el torneo?" preguntó Jill finalmente. Él se encogió de hombros "Bien" Ella asintió con su cabeza y levantó las cejas "¿Y ganaron?" Su risa fue sarcástica "Oh, Jill, deja de fingir que estás interesada en nuestro equipo de béisbol" Ella iba a protestar, pero lo pensó mejor. No tenía ningún sentido discutir la verdad. "Está bien" se puso de pie, tirando el resto de su té por el fregadero y enjuagando el vaso "Asumo que tu sándwich no es sólo un aperitivo. Si no quieres el pollo, voy a guardarlo" Él rió nuevamente "Sí, ya sé que te tomaste muchos problemas con la cena, pero este sándwich está muy bien" Ella se aferró al mostrador con fuerza, entonces se dio la vuelta "¿Qué demonios te pasa?" "Oh, eso sí que es una pregunta tonta, Jill" Ella negó con la cabeza "¿Qué quieres que haga?" "Quiero que seas una maldita esposa, eso es lo que quiero" gritó él. Arrojó su sándwich sin comer en la mesa y salió de la habitación. Ella inclinó su cabeza hacia atrás, mirando hacia el techo con los ojos cerrados, tratando de aferrarse a ese pequeño sentimiento de euforia que había traído con ella de la casa de Carrie. Pero regresar a casa, lejos de Carrie, le dificultaba mantener su espíritu animado, no cuando era abofeteada con la realidad de su desintegrada vida.
Tomó una respiración profunda siguiendo a Craig mientras corría por las escaleras. Lo encontró saliendo de su dormitorio con una almohada y un puñado de ropa. Ella se detuvo, sus ojos moviéndose de la ropa a su rostro, sus ojos le miraban furiosos. "¿Que queda, Jill?" se encogió de hombros "Solo esto ¿no es así? ¿Qué salga de tu cama?" una vez más, la risa sarcástica "Tenemos una maldita cama matrimonial y no he podido tocarte ni siquiera el dedo gordo del pie en meses. Ya no veo el punto" Supuso que él pensaría que iba a discutirle, que iba a rogarle que no se mudara a la habitación de invitados, pero ella le miró con indiferencia "Como quieras" dijo en voz baja. Él negó con la cabeza "Eres increíble. Ni siquiera puedes luchar por esto" "¿Luchar qué? Ya sabes cómo me siento ¿Creías que todo cambiaría de la noche a la mañana?" Él le miró fijamente durante un largo rato "¿Qué hiciste hoy?" "¿Qué quieres decir?" preguntó ella, esperando que su rostro no revelara la confusión interna que estaba sintiendo. "No estuviste en casa ¿Qué hiciste todo el día?" No se molestó en preguntar cómo sabía eso. Sin duda alguna Arlene debió venir para vigilarla "Estuve de paseo" dijo ella con toda la naturalidad que pudo reunir "Tenía recados pendientes y fui de compras" Sus ojos se estrecharon "Te fuiste antes de las nueve y no regresaste a casa hasta después de las seis" afirmó él con un tono acusador. Pero ella cuadró sus hombros "En realidad no hay necesidad de que Arlene me espíe, Craig. Sin duda, no es de su incumbencia lo que hago en mi tiempo libre" "Bien… ¿Quieres continuar con esta farsa?...que así sea. Avísame cuando estés lista para decirme la verdad" Él caminó resueltamente hacia la habitación de invitados, cerrando la puerta con firmeza detrás de él. Ella se quedó mirando la puerta por un momento, luego se volteó sorprendida de encontrar a Angie de pie en el pasillo. Sus ojos se encontraron, pero Jill apartó la mirada, sin saber qué decir a su hija. Muy probablemente había escuchado toda la conversación.
"¿Por qué no terminas con esto de una vez?" Jill bajó las escaleras ignorándola, con la esperanza de que regresara a su habitación. Pero ella siguió a Jill hasta la cocina. "¿Qué estás esperando?" preguntó Angie. "Angie, esto es entre tu padre y yo. No sabes lo que está pasando" "Si lo sé" dijo ella en voz alta "Él se mudó a la otra habitación porque estás teniendo una aventura" le acusó ella. "Angie, no es así" "¡Mentirosa! Deja de mentir" gritó ella "¡Estás viendo a otro hombre!" "No estoy viendo a otro hombre. Te juro que no" "¡Estás mintiendo! ¡Estás mintiendo!" dijo ella otra vez "¿Por qué no puedes decirle la verdad a papá? Solo acaba con esto de una vez, así no tendré que preocuparme día a día por lo que va a suceder" "Angie, no es tan simple" ella extendió sus manos "Y nada va a pasarte" "Sí me va a pasar. Vas a divorciarte y vas a hacer que me vaya aquí. Vas a mudarte a alguna parte y harás que me vaya contigo. Bueno, no quiero irme contigo" gritó ella "¡Te odio! ¡Quiero quedarme con papá!" Salió corriendo de la cocina, pataleando en las escaleras mientras se apresuraba en regresar a su habitación. Jill escuchó el golpe de la puerta y vaciló, debatiéndose entre consolar a su hija y consolar sus propios miedos. Carrie estaba en lo cierto. Si Angie se enteraba de su relación, arruinaría el frágil vínculo entre madre e hija. Angie nunca lo entendería, especialmente a su edad. Se dejó caer pesadamente en la silla, mirando el sándwich a medio comer que Craig había arrojado allí anteriormente. Se sentía marginada. Incluso en su propia cocina, rodeada de sus cosas familiares, se sentía poco más que una extraña en su propia casa. Apoyó los codos sobre la mesa, apoyando la barbilla en sus manos mientras miraba al otro lado de la habitación. Poco a poco, sus acusaciones comenzaron a desaparecer, siendo sustituidas por palabras mucho más agradables, fragmentos de conversaciones entre Carrie y ella, palabras de amor dichas en susurros en sus momentos más fervientes de pasión, palabras traviesas dichas entre ellas, cuando estaban sentadas una junto a la otra en el muelle y luego sin palabras cuando
estaban en el jardín, agarradas de manos, mientras admiraban su trabajo y el reloj marcaba lentamente el fin de su tiempo juntas.
Capítulo 27 Tan pronto como Jill entró en la cabaña la tarde del lunes, supo que algo andaba mal. Carrie, que normalmente le recibía en la puerta, estaba en el muelle, sola, mirando el lago. Jill arrojó su bolso sobre la barra y avanzó por el camino, más allá del jardín de flores hasta el muelle, sus tacones hacían clic en los tablones de madera. Carrie se volteó ante el sonido y sus ojos mostraron sorpresa. "¿Ya es la 1?" "Sí" Jill inclinó su cabeza ligeramente, mirando a Carrie "¿Qué pasa?" Carrie agitó su mano con indiferencia "Oh, nada" se acercó envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Jill y tirando de ella en un fuerte abrazo "El sábado fue fantástico y ayer te extrañé como loca" Jill sonrió alejando su cabeza para mirar a Carrie, entonces se acercó besándole ligeramente en la boca "Ayer fue interminable" Jill estuvo de acuerdo "De hecho, esta mañana fue interminable" se alejó del abrazo de Carrie mirándola, tratando de leer sus ojos. Había una mirada herida que nunca había visto anteriormente. Agarró la mano de Carrie y la llevó a su banco "Ahora dime que pasa" Carrie miró hacia otro lado "Oh, no es nada. Sólo un mal día ayer" "Entonces cuéntame. Hemos hablado de todo. No hay secretos entre nosotras ¿no es así?" "No es eso" dijo Carrie. Entrelazó sus manos mientras miraba el lago "Es sólo que ayer por la mañana, James...confesó que había tenido una aventura" dijo ella en voz baja. Los ojos de Jill se agrandaron "Oh Dios, lo siento" entonces frunció el ceño "¿Es correcto decir eso tomando en cuenta nuestras circunstancias?" Carrie sonrió levemente y se encogió de hombros "Me siento como un asno. Quiero decir, allí estaba él, tan consumido por la culpa por lo que tenía que confesar y yo simplemente permanecí sentada allí, aturdida" "¿No dijiste nada?"
"No tuvimos una pelea a gritos, si a eso te refieres. James y yo nunca hemos sido grandes luchadores. Todo estuvo tan tranquilo y civilizado. Por supuesto, no sé cuál hubiese sido mi reacción si no estuviese involucrada contigo" se puso de pie paseándose y Jill permaneció callada, esperando que Carrie hablara. "Ella es la asistente del gerente en una de sus tiendas" dijo ella finalmente. Una vez más rió en silencio "Tiene 31. Y Dios, también está casada. Quiero decir ¿en qué estaba pensando?" "¿Y qué le dijiste?" "Le pregunté cuánto tiempo había estado sucediendo" dijo ella "Desde el otoño pasado" se dio la vuelta y miró hacia el lago "Ahora creo que sé por qué no se ha preocupado por nuestra falta de vida sexual" se dio la vuelta "Dios, eso sonó a esposa abusada ¿no es así?" "Bueno, es un impacto. Quiero decir, nunca sospechaste ¿verdad?" Carrie negó con la cabeza "No. Claro, no he pensado mucho en nada últimamente" suspiró ella "Pero no es por eso que estoy molesta, Jill. Quiero decir ¿cómo podría molestarme que él tuviese una aventura? No, estoy molesta conmigo misma. Tuve la oportunidad perfecta para contarle sobre tí, sobre nosotras. Sin embargo, no lo hice" se acercó nuevamente al banco y se sentó "Y como una típica esposa, dejé que se revolcara en la culpa, rogándome perdón y permitiendo que me rogara que no se lo dijera a los chicos. Y todo el tiempo estuve pensando en el asno que soy" Jill entrelazó su brazo con el de ella "¿Pero por qué te lo dijo? ¿Quiere estar con esa mujer?" Carrie negó con la cabeza "No. Como he dicho, es casada, tiene hijos. Fue algo pasajero" "¿Y sigue ocurriendo?" "No. Creo que por eso se sintió culpable" ella suspiró "Dijo que pensaba que tal vez yo estaba teniendo mi propia aventura y que por eso no extrañaba tenerle cerca" "Oh" "Aun así no pude decírselo. Si le contaba, entonces todo se habría centrado en mí y su aventura sería algo pequeño comparado con lo mío, tomando en cuenta que eres una mujer y todo eso" dijo ella con un toque de diversión. Entonces hundió la cabeza entre sus manos "Qué desastre" murmuró ella.
Jill se acercó y golpeó suavemente su hombro "Bueno, hablando de desastres…Craig se mudó oficialmente al cuarto de huéspedes" Carrie miró hacia arriba "¿Ha llegado tan lejos?" "Y Angie me enfrentó. Me ha informado que me odia y si me divorcio quiere quedarse con Craig" "Oh, no" Jill se encogió de hombros "Tiene 14. Se supone que odia a su madre" "¿Y Craig?" Jill suspiró "No sé" se dio la vuelta mirando a Carrie, encontrándose con sus ojos "¿Qué vamos a hacer?" "No voy a mentirte, Jill. He pensado en nosotras estando juntas. Lo maravilloso que sería dormir contigo cada noche, abrazarnos, despertar juntas para darle la bienvenida al nuevo día ¡¿Qué maravilloso sería eso?¡" se volteó nuevamente, sus ojos moviéndose a través del agua "Pero esto es tan extraño para nosotras" se echó a reír "No tenemos exactamente la experiencia de ser lesbianas" Jill también se rió, deslizando su brazo alrededor de los hombros de Carrie y siguiendo su mirada sobre el agua. "Pero me preocupo por ti" continuó Carrie "Por tí y por Angie. Si ella sale de tu vida, si ella nunca te perdona, eventualmente ¿tendrías resentimiento contra mí, contra nosotras?" preguntó ella en voz baja "Y lo que tenemos ¿es lo suficientemente valioso como para perder un hijo?" Jill asintió y cerró sus ojos "En otras palabras…tampoco sabes lo que vamos a hacer" Carrie se volteó y sus ojos se suavizaron al ver el amor que Jill no trató de ocultar. Se acercó aún más besándole ligeramente "No tengo ni idea" susurró ella.
Capítulo 28 "¿Quieres ir al parque?" preguntó Carrie uno de esos cálidos y soleados días semanas más tarde. Jill se echó a reír "¿Extrañas a los patos?" Carrie levantó una barra de pan, con ojos sonrientes "Tengo un impulso"
Jill se acercó deslizando sus brazos alrededor de la cintura de Carrie "Un impulso ¿huh?" se acercó más a ella, amando la familiaridad de su abrazo, amando la suavidad del beso que compartieron "Me encantaría ir al parque contigo" "Maravilloso. Y para que no te mueras de hambre…preparé sándwiches" Jill se alejó, viendo la bolsa de papel en la barra. Asintió con la cabeza y sonrió "Como en los viejos tiempos" "¿Te importa?" "Por supuesto que no" agarró la bolsa "Va a ser divertido" o eso pensó hasta que vio el atestado estacionamiento minutos después. Gimió en voz alta "Buen Dios. La mitad de la ciudad está aquí" Carrie se echó a reír "Vacaciones… ¿Qué esperabas?" "Supongo que había olvidado como era durante el verano" discretamente se inclinó sobre la consola y frotó el muslo de Carrie "Y me has mimado con nuestro propio lugar privado en el lago" "Lo sé" Carrie condujo a través del estacionamiento buscando un lugar. Encontró uno al otro extremo y se estacionó. Permaneció sentada con las manos aún sobre el volante "Tal vez esto no sea una buena idea" "Oh, todo estará bien. Tomaremos el sendero por el bosque hasta los muelles. Habrá menos personas" Y así fue. Encontraron sólo un puñado de corredores y dos adolescentes en bicicletas. Para Jill, era uno de esos cálidos y soleados días cuando deseaba no tener un trabajo al que tuviese que regresar tan rápidamente ¿Qué tan bueno sería pasar la tarde con Carrie? "Sé exactamente lo que estás pensando" dijo Carrie. "Oh ¿lo sabes?" respondió Jill golpeando juguetonamente su hombro. "¿Quieres fugarte esta tarde?" Jill se echó a reír "Está bien. Me descubriste" "¿Sabes? tienes algo de ropa en la cabaña. Pantalones cortos y esas cosas" dijo ella con un encogimiento de hombros "¿Tal vez podrías hacerlo?" "Oh, Carrie, desearía poder hacerlo. Pero tengo lo del pago de nómina. No puedo posponerlo"
"Mejor así. Si empezamos a hacerlo, voy a estar pidiéndote por lo menos una vez a la semana que te fugues del trabajo" "Lo sé" Jill se volteó, deseando poder tener el lujo de tomarse de las manos "Es sólo que una hora al día no es suficiente" "¿Sabes?... Ha pasado algo de tiempo sin que tengamos un sábado" le recordó Carrie. "No, no lo hemos tenido. Y no sé cuándo podamos" "¿Ha cambiado algo en casa?" "¿Además de Craig ofreciéndose para enseñar en la escuela de verano? Es la primera vez para él" Jill suspiró "Es su intento de ser el mártir, ya sabes, ya que no hay nada en casa para él" ella se detuvo "Y Angie apenas me habla" "Lo siento" "No. No puedo culparla. Tampoco puedo culpar a Craig por lo que está haciendo. Quiero decir, nuestro aniversario de boda es esta semana ¿Cuan incómodo podría ser?" acarició el brazo de Carrie brevemente y luego comenzó a caminar "He llegado a la conclusión que soy yo quien lo mantiene atrapado" admitió ella "Independientemente de lo que pase entre nosotras, no es justo para él" "¿Quieres divorciarte?" "Ellos no tienen que descubrir lo de nosotras, Carrie. Ese no tendría que ser el problema" "Saldrá a relucir, lo sabes. Con el tiempo ocurrirá" "Entonces me encargaré de eso. Simplemente no quiero que te afecte" Carrie permaneció en silencio mientras continuaban su caminata, el sendero llegó a su fin cerca de los muelles. La mayoría de los botes de remo y las canoas habían sido alquilados y tanto los niños como los adultos reían y jugaban en el lago. Carrie se detuvo, buscando la bandada de patos que se habían refugiado en una pequeña cala no muy lejos de los muelles. Ella los señaló y Jill asintió, siguiéndola a través de los árboles. "No te lo dije, pero Josh me preguntó directamente si estaba viendo a alguien" dijo Carrie. "¿Cuándo?"
"La semana pasada. Dijo que notaba que algo estaba pasando entre su padre y yo" "¿Qué le dijiste?" Carrie desvió la mirada hacia el lago "Le dije que no" dijo ella en voz baja "Pero Jill, estuve tan cerca de decirle la verdad" se dio la vuelta mirando a Jill "Josh es un gran chico. Y creo que entendería esto…lo de nosotras. Realmente lo creo" abrió la hogaza de pan, entregándole a Jill varias rebanadas "Pero entonces no quise que él cargara con el peso de todo esto. Se va a la universidad en un par de meses. No quiero que se preocupe por mí" Mientras caminaban cerca del agua, los patos les vieron y nadaron más cerca, algunos saliendo del agua para reclamar su comida. En silencio partieron el pan y lo lanzaron a la docena de patos que se reunían alrededor de ellas. La abuela pato se unió a ellos, cojeando notablemente mientras luchaba por su porción de pan. "¿Qué vamos a hacer?" preguntó Jill finalmente. "No lo sé" dijo Carrie cuando se agachó para entregarle a la abuela pato un pedazo de pan. Levantó la vista, mirando los ojos de Jill "Sólo sé que te amo. Eso es todo" Jill se quedó sin aliento, como siempre ocurría, cada vez que Carrie pronunciaba esas palabras. Sí, eso era todo. Amor. Pero ninguna de ellas sabía qué hacer con ese amor. Jill retrocedió un paso, mirando a los patos y mirando a Carrie. Carrie finalmente se puso de pie, cerrando sus ojos con una mueca de dolor. "¿Qué pasa?" preguntó Jill. "Nada" dijo ella mientras frotaba sus sienes "Sólo tengo este terrible dolor de cabeza. Va y viene" le ofreció una breve sonrisa "¿Quiere encontrar una banca en el parque?" Jill negó con la cabeza "Prefiero volver a la cabaña y tener un poco de tiempo a solas" Carrie miró su reloj "15 minutos" Jill agarró su brazo y le llevó de regreso por el sendero "Puedo llegar un par de minutos tarde"
Capítulo 29 Harriet golpeó una vez y luego entreabrió la puerta, metiendo su cabeza. Jill apartó la mirada de su monitor, elevando sus cejas. "¿Qué pasa?" "Tienes una visitante" susurró Harriet. Jill frunció el ceño "¿Quién?" "Tu suegra" "Oh, Dios" dijo Jill con un gemido "Tienes que estar bromeando" "Lo siento" "¿Qué es lo que quiere?" susurró Jill. "Simplemente pidió verte" Jill se puso de pie "Está bien, está bien" alisó su falda y luego se dirigió a la puerta. Harriet había desaparecido y Jill forzó una sonrisa mientras saludaba a Arlene "Qué sorpresa, Arlene ¿Pasa algo malo?" "Por supuesto que no ¿No puedo visitar a mi nuera?" "No lo haces normalmente" Jill dio un paso atrás, haciendo un gesto para que entrara en su oficina "Adelante" Arlene se sentó en una de las sillas de visitantes, con sus ojos moviéndose alrededor de la habitación, aterrizando en los pocos objetos personales que Jill mantienen allí. Vio la mirada de desaprobación en su rostro y supo que vendría. No había fotos de Craig en su oficina. De hecho, la única que tenía de Angie fue tomada 5 años atrás. "Es tan impersonal aquí, Jill. Pensaba que tendrías más recuerdos de tu familia. Pareces haber olvidado que tienes una" "Escucha, Arlene, si viniste aquí para hablar de mi matrimonio, deberías haberte ahorrado el viaje. No es asunto tuyo" "No he venido aquí para hablar de tu matrimonio. Vine a hablar sobre el matrimonio de mi hijo"
"Entonces tal vez deberías hablarlo con él" Arlene sonrió con aire de suficiencia "Oh, lo he hecho cariño. Y es positivamente horrible lo que estás haciendo con él. Haciendo que duerma en el dormitorio de invitados como que si fuesen compañeros de habitación. Y la pobre de Angie…le has arruinado la vida. Tienes que saberlo. Esa niña llora casi todos los días" Jill se puso de pie abruptamente "No voy a sentarme aquí a escuchar esto, Arlene" señaló hacia la puerta "Adiós" Pero Arlene no hizo ningún movimiento para marcharse. "¿Dieciocho años de matrimonio y ni siquiera estás dispuesta a luchar por él? ¿Qué clase de mujer eres? Nunca imaginé que fueses tan cruel, Jill" "Fuera de mi oficina, Arlene" "Si no lo amas, entonces divorciarte de él, dejarlo ir para que pueda seguir adelante con su vida. Todavía es joven. Todavía puede encontrar a alguien que le puede tratar con la dignidad y el respeto que merece" Jill se inclinó hacia delante, con las manos sobre el escritorio "No tienes ni idea de lo que era vivir con él, Arlene. Soy invisible en mi propia casa ¿Te gustaría estar casada con un hombre que nunca está presente? ¿Un hombre que no ha madurado después de 21 años?" Arlene negó con la cabeza "Ese es su trabajo. Y si te hubieses molestado en mantener tu trabajo de enseñanza años atrás, podrían haber pasado más tiempo juntos. Pero no, no me escuchaste. Bueno, espero que ahora estés feliz. Has arruinado la vida de tu marido y la vida de tu hija" se puso de pie rápidamente, agarrando con fuerza el bolso entre sus manos "Al menos ten la decencia de decirle la verdad" giró sobre sus talones y se fue antes que Jill pudiese responder. "Increíble" Y cuando Harriet asomó la cabeza por la puerta minutos después, Jill seguía de pie, sin dejar de mirar el espacio vacío. "¿Necesitas hablar de ello?" Jill le miró durante un rato y luego suspiró. Ella y Harriet eran amigas de 8 a 5, nada más. Rara vez discutían su vida familiar. Y no creía que ahora era un buen momento para comenzar. "Lo siento, pero escuché" dijo Harriet.
Jill regresó a su silla, finalmente haciéndole señas a Harriet para que se sentara. Decirle a alguien que estaba teniendo problemas maritales era una cosa. Decirles que estaba teniendo una aventura con una mujer casada era harina de otro costal. "Craig es hijo único" dijo Jill a modo de explicación. "Bueno, realmente he notado que últimamente no eres tú misma" Jill se echó a reír "Eso es un eufemismo" cruzó las manos delante de ella, sin hacer nada más que retorcer el anillo de matrimonio que todavía llevaba "Creo que se puede decir que Craig y yo estamos separados" dijo ella. "Oh Dios mío. No tenía idea" "Todavía estamos viviendo en la misma casa, pero se acaba de mudar a la habitación de invitados. Y todo ha sido muy raro" admitió ella. "¿Te vas a divorciar?" Jill alzó la vista y le miró a los ojos. Era una decisión con la que luchaba todos los días. Por supuesto, sabía la respuesta. No había sido capaz de decirla. Pero ahora asintió con la cabeza "Sí. Voy a pedirle el divorcio" "Lo siento mucho. Sé que con un hijo, debe ser muy difícil" "Lo más difícil es darte cuenta que tu hijo quiere quedarse con su padre y no contigo" Jill se echó hacia atrás en su silla, volteando la cabeza para mirar por la ventana "Es muy complicado, Harriet" "Sé que no es asunto mío… ¿pero hay alguien más?" Quería contarle con todas sus fuerzas. El amor que sentía por Carrie estaba casi a punto de hacerle estallar y sólo quería decirle a alguien sobre eso, decirle a alguien lo feliz que era, lo completa que se sentía cuando estaba con Carrie. Pero no podía. No todavía. "Acabo de decirle a mi suegra que no era su problema" sonrió para suavizar sus palabras "Debo decirte lo mismo" "Por supuesto. Entiendo" Cuando ella se movió para marcharse, Jill le detuvo. "¿Harriet? Aprecio tu ofrecimiento para hablar. Realmente lo aprecio" Harriet asintió y salió de la habitación.
"Lo digo en serio, Craig. Tienes que hablar con ella. No es nuestra maldita consejera matrimonial" dijo Jill mientras cerraba la puerta del armario con fuerza. "¿Qué? ¿Tengo que prohibirle que hable contigo?" "Eso sería un buen comienzo" añadió la pasta al agua hirviendo, consciente de que Craig le estaba observando "¿Dónde está Angie?" "Con mi madre" "Grandioso. Otra oportunidad para que Arlene le lave el cerebro" "Sólo está preocupada por ella. Y estoy seguro que Angie le cuenta sus cosas" Jill se volteó "¿Quieres decir más de lo que tú le cuentas?" "Lo siento, pero a veces necesito a alguien con quien hablar" "¿Tu madre?" "¿Por qué no? Somos unidos" el miró la botella de vino en el mostrador "¿Quieres que te sirva una copa?" "Por favor" Jill agitó la salsa del espagueti, preguntándose del porqué de la amabilidad de Craig esta noche. Especialmente con respecto al vino "Sólo estoy diciendo que hay algunas cosas que las madres no necesitan saber. Nuestra vida sexual está en la parte superior de la lista" Craig rió y Jill se dio cuenta de que era la conversación más larga que habían tenido en meses. Y admitió que era mucho mejor que el silencio con el que habían estado viviendo. "¿Sabes? Se acerca el 4" dijo él mientras colocaba la copa de vino a su alcance. "Sí ¿Y?" "Bueno, por lo general tenemos una reunión aquí…con el grupo" dijo él. "¿Te refieres a tus amigos del softbol?" "Y sus esposas. Actúas como si sólo invitara a mis amigos" "Son tus amigos, Craig. Aunque me llevo bien con la mayoría de las esposas, sí" "Bueno ¿quieres hacerlo este año?"
Jill bajó la cuchara y se volteó mirándolo ¿Era en serio? "¿Quieres tener una fiesta? ¿Aquí? ¿No sería un poco incómodo?" "Sí. Probablemente tengas razón. Sólo pensé...bueno, pensé que podríamos hacer algo normal, ya sabes. Como solíamos hacer" Jill se volteó hacia la estufa, odiando el manto de culpa que caía lentamente sobre ella. Sí, siempre tenían una fiesta el 4 de julio. Su cumpleaños era el 5, así que era una doble celebración. Arlene horneaba el pastel y le cantaban "feliz cumpleaños". Luego al atardecer, se amontonaban en los coches para ir a ver los fuegos artificiales en el lago. El lago. Su lago. Se preguntaba si Carrie y su familia también iban allí. "Entonces… ¿qué dices?" Ella suspiró "Está bien. Si eso es lo que quieres hacer" "Gracias, nena" Ella se dio la vuelta "Craig…esto no cambia nada" Él asintió con la cabeza "Oh, lo sé. Sólo creo que sería bueno para nosotros…para Angie, hacer algo familiar. Ella realmente está pasando un tiempo difícil, Jill" "Así he escuchado. Realmente no habla conmigo" dijo ella mientras escurría la pasta "¿Podrías sacar el pan del horno?" "¿Estás lista para que traiga a Angie a casa?" "Sí, todo está listo" Y lo estaba. Espagueti y albóndigas. Pan de ajo con una cantidad obscena de queso derretido encima. Y una ensalada saludable que sin duda Craig y Angie, desecharían. Suspiró nuevamente ¿Cuan disfuncional había sido esta noche? Había llegado a casa cabreada, todavía furiosa por la visita de Arlene y Craig estaba tratando de preparar la cena. Una vez más, la culpa le golpeó, así que se hizo cargo, dorando las albóndigas antes que él pudiese arruinarlas y sacando del congelador un poco de salsa casera para el espagueti en lugar del frasco que él tenía junto a la estufa. Y aquí estaban, a punto de sentarse, para disfrutar juntos de una cena familiar. Ella y su marido…que vivían en habitaciones separadas…y su hija, que difícilmente le había dicho más de diez palabras en las últimas semanas. Y ahora has accedido a una fiesta de cumpleaños.
Llenó su copa de vino nuevamente, apenas notando el portazo mientras Angie pasaba de largo.
Capítulo 30 Una pequeña torta redonda, cargada con lo que Jill asumía eran 40 velas ardientes le dieron la bienvenida cuando llegó a la cabaña. Ella se rió y luego tiró de Carrie en un rápido abrazo. "¿Cómo lo supiste?" "Eché un vistazo a tu licencia de conducir. Sé que hoy es 03, pero quería hacerlo antes de los días festivos" "Qué dulce de tu parte" dijo ella dándole un beso "Pero no estoy segura si tendría que disfrutar tanto los 40" "Tonterías. Los 40 es un gran año" "Da la casualidad que estoy de acuerdo contigo" Jill se agachó, apagando las 40 velas a la vez. Aplaudió con entusiasmo y luego abrazó a Carrie nuevamente "Te amo" Sintió el brazo de Carrie abrazándola con más fuerza y escuchó el suave suspiro que Carrie liberó cuando sus cuerpos se apretaron "Yo también te amo. Feliz cumpleaños" Los gentiles y suaves besos se volvieron más intensos a medida que sus cuerpos se movían sensualmente uno contra el otro. Después de todo este tiempo, Jill seguía sorprendiéndose por la reacción de su cuerpo ante las caricias de Carrie. "Tengo champán" murmuró Carrie a su oído. "Luego" susurró Jill volteando su cabeza para capturar la boca de Carrie "Primero hazme el amor" susurró contra sus labios. Sintió el temblor de Carrie ante su petición y sus ojos se cerraron cuando la lengua de Carrie se envolvió contra la suya propia. No fueron pronunciadas más palabras mientras Carrie le guiaba hacia el dormitorio, empezó a quitar cuidadosamente su ropa. Jill perdió la paciencia quitándose su falda y luego alcanzó los pantalones cortos de Carrie, deslizándolos hacia abajo por las caderas de Carrie en un solo movimiento. "¿Apurada?" bromeó Carrie.
"De hecho, sí" Jill se acostó en la cama, tirando de Carrie con ella, sus muslos se extendieron permitiendo así que Carrie se ubicara entre ellos. Pero tan pronto como la piel desnuda de Carrie tocó la suya, Jill hizo que se giraran atrapando a Carrie debajo de ella. "He cambiado de opinión" susurró ella antes que su boca se cerrara sobre el pezón de Carrie. "No voy a quejarme" murmuró Carrie y Jill sonrió moviéndose más abajo, humedeciendo el trayecto a través del estómago de Carrie antes de ahuecar sus caderas y acercarla a su ansiosa boca.
Capítulo 31 Tan pronto como Jill escuchó a Craig silbando en la cocina, mientras colocaba la carne molida en el cuenco, supo que la fiesta había sido un error. No tenía ningún propósito sino darle falsas esperanzas de que pudieran salvar su matrimonio. Y no existía esa posibilidad. Pero cuando abrió la puerta de vaivén de la cocina y lo encontró allí, con una gorra de béisbol en la cabeza volteada hacia atrás, mezclando unos paquetes de salchichas con la carne molida en el mostrador, no tuvo corazón para decirle algo. Decidió que podría seguir el juego a lo largo del día. "Estás empezando temprano" dijo ella mientras agarraba la cafetera. "Bueno, no quiero que tengas que meterte con todo esto" él sonrió "Claro, si te encargas de usar tu condimento especial en las hamburguesas, sería genial" Ella tocó su brazo "Te diré algo… ¿por qué no vas a arreglar la red de voleibol y yo atiendo esto" "¿No te importa?" Ella sonrió "Creo que este siempre ha sido mi trabajo" "Grandioso. Porque todavía tengo que correr a la tienda y comprar la galletas y esas cosas" "¿Quieres que prepare una jarra de té?" "Oh, no te molestes. Sabes que los chicos traerán cerveza"
"Lo recuerdo. Pero creo que tu madre prefiere el té helado" Craig se detuvo elevando sus cejas "¿Estás preocupada por mi madre? ¿Estás bien?" Jill se echó a reír "Simplemente no quiero que tenga nada de que quejarse" "Se quejará de que tus hamburguesas picantes son demasiado picantes…como siempre" dijo él antes de cerrar la puerta. "Sí, como siempre" murmuró ella para sí misma mientras unía los condimentos. Y aunque Craig estaba fingiendo que esta pequeña fiesta no era algo del otro mundo, realmente estaba aterrorizada. Habría preguntas, no tenía ninguna duda. Su ausencia, en los juegos de softbol este verano, seguramente habría levantado sospechas. Y si no, dudaba seriamente que Arlene hubiese mantenido sus problemas matrimoniales para sí misma. Pero las preguntas...ella no estaba preparada para responder ninguna de ellas ¿Simplemente fingiría que todo estaba bien entre ella y Craig, sólo para evitar las preguntas? Negó con la cabeza. Eso sólo confundiría a Craig, a Angie...y a sus suegros. Y eso era lo último que quería hacer. "No quiero ir a la fiesta" Jill miró a su hija, ambas de pie con las manos en sus caderas. Ella ladeó la cabeza, su ceño tan pronunciado como el de Angie "No tienes elección" Angie se apoyó en un pie, luego cruzó sus brazos en su cintura. "Debería tener una elección. Ya no soy una niña. De todos modos, me han invitado a casa de Shelly" "Mira…no quiero ir a la fiesta más que tú. Pero él está haciendo que vaya. Así que si yo tengo que ir…tú tienes que ir" Angie se quedó mirándola "¿Iremos al lago para los fuegos artificiales?" "Supongo que sí. Siempre lo hacemos" Angie cambió de pie y finalmente descruzó sus brazos "¿Puedo invitar a Shelly" Jill sonrió "Por supuesto. Puedes invitar a quien quieras" Se miraron la una a la otra por un momento antes que Angie hablara "Está bien. Bueno, entonces podría quedarme" "Bien. No me gustaría pensar que huirías de casa un 4 de julio"
Angie sonrió "Bueno, es tu cumpleaños" Jill suspiró "Sí. 40" "¡Dios mío! ¿40? Vaya, eres una vieja" dijo ella mientras huía de la habitación. Jill observó el balanceo de la puerta de la cocina, con una sonrisa en su rostro "Mi hija se está burlando de mí" murmuró ella "¿Qué demonios le pasa?" "¿Con quién estás hablando?" Jill se volteó encontrando a Craig en la puerta, su gorra todavía volteada hacia atrás. Sus ojos se abrieron "Dios mío. Te has afeitado el bigote" Él se echó a reír "Serías una detective terrible. He estado sin él toda la semana" "Pero siempre lo has tenido. Lo tenías cuando nos conocimos ¿Por qué demonios te afeitaste?" Él frotó con los dedos su labio superior sonriendo "Me di cuenta que necesitaba un cambio" "Bueno, no es que ahora mi opinión tenga mucho peso, pero por favor déjatelo crecer nuevamente. Te ves desnudo sin él" Él sonrió "¿Cómo lo sabes? No me has visto desnudo en meses" Antes que pudiese responder, él se había ido, su silbido haciendo eco a través de la casa mientras se dirigía hacia el piso de arriba.
"Bueno, veo que has recobrado el sentido" Jill bajó la copa de vino "¿Cómo es eso?" "¿O simplemente accediste a esta fiesta porque es tu cumpleaños?" Arlene entró en la cocina haciendo equilibrio con un enorme pastel en sus manos "¿Y no es un poco temprano para el vino? No quieres que los invitados hablen ¿verdad?" Jill dejó escapar el aliento y prometió que no permitiría que su suegra le molestase hoy. Entonces sonrió dulcemente "Como todo lo demás, Arlene, no es tu maldito problema" tuvo el placer de ver como jadeaba su suegra al salir a la terraza. Craig y su padre estaban midiendo las líneas de los límites para los juegos de voleibol. A pesar del odio por su suegra, siempre se había llevado bien con Carl. Pero dada la situación actual, no le culpaba si elegía ignorarla. Él no lo hizo.
"Jill ¿cómo estás?" "Bien, Carl, gracias" "Me alegra que ambos decidieran hacer la fiesta. Simplemente no sería 4 de julio sin ella" Jill miró a Craig asintiendo ante su sonrisa "Así me han dicho" salió al patio para unirse a ellos "Tu madre hizo un pastel" dijo ella. Luego, dijo más bajo "No crees que lo recubrió con arsénico ¿verdad?" Craig se echó a reír "Comeré la primera porción" Jill avanzó a través de las sillas de jardín que Craig había colocado en la terraza, eligiendo su habitual mecedora. Craig ciertamente estaba de buen humor. Así como Angie, tomando en cuenta la situación. Se preguntaba si era sólo por la perspectiva de la fiesta o si ellos pensaban que había accedido porque las cosas volverían a la normalidad. Se empujó con el pie, estableciendo el ritmo de su balanceo mientras les veía marcar las líneas. Sus invitados llegarían en cualquier momento y todavía no estaba segura de cómo iba a actuar ¿Fingiría que todo estaba bien, sólo para evitar las incómodas preguntas? En otras palabras mentiría. O sería ella misma y mantendría la distancia con Craig, permitiendo que todo el mundo supiera que los rumores que muy probablemente habían escuchado eran verdad. O tal vez podría utilizar su nueva respuesta favorita: no es tu maldito problema. Sonrió, imaginando como se la decía a Whitney Myers, la esposa del mejor amigo de Craig. Esposa, abstemia y maestra de escuela dominical. Con respecto a las esposas de los amigos de Craig, se llevaba bastante bien con la mayoría de ellas. Sin embargo, ella y Whitney nunca había congeniado. Siempre le había quedado la impresión de que Whitney le juzgaba. Y que encontraba a Jill carente de cosas. Permaneció de pie bajo las sombras de la terraza, viendo como los demás reían y conversaban de manera fácil y agradable. Al menos entre ellos. Pero con ella, las conversaciones habían sido forzadas y cuidadosas. Respiró profundamente e hizo girar el vino en su copa, preguntándose si se atrevería a abrir una segunda botella. "¿Jill?" Se volteó sorprendida de encontrar a Mindy detrás de ella, observándola. Se enderezó, alejándose del pilar donde había estado apoyada. "Hey, Mindy" dijo ella. Entonces recuperó sus modales "¿Estás pasándola bien?"
"Una gran fiesta. Como siempre" "Gracias" Mindy se acercó más, bloqueándole a Jill la vista del patio trasero. Jill asumió que tendría su primera inquisición. "Sé que no hemos sido las mejores amigas, pero si necesitas hablar con alguien, estoy aquí para ti" Jill elevó sus cejas "¿Por qué necesitaría hablar con alguien?" "Bueno...tú y Craig…quiero decir…no es ningún secreto que han estado teniendo problemas" dijo ella en voz baja "No les hemos visto juntos en mucho tiempo" Jill se mordió el labio, apenas conteniendo su nueva respuesta favorita. En cambio, sonrió y tocó ligeramente el brazo de Mindy "Gracias por tu preocupación Mindy, pero estoy bien. De verdad" "Así que… ¿tú y Craig están bien?... ¿no…no se están separando?" No es tu maldito problema. Otra vez sonrió "Nuestra vida personal...bueno…es personal. Tu entiendes" "Entonces, está bien" ella dio un paso atrás "Bien. Bueno…si alguna vez necesitas hablar" dijo ella. "Gracias. Lo aprecio" Pero su sonrisa se desvaneció tan pronto como Mindy se alejó. Estas personas…estas mujeres a las que había llamado amigas, se dio cuenta que realmente no lo eran. No eran más que conocidas que veía esporádicamente en los juegos y en las raras ocasiones en las que compartían una comida. Y el ofrecimiento de Mindy para ser su confidente, se basaba más en la curiosidad que en la preocupación. Y con esa revelación, llegó otra. Efectivamente, necesitaba abrir la segunda botella de vino. "Las hamburguesas estaban muy bien, nena" Jill movió sus ojos hacia él, encogiéndose por la palabra cariñosa que había llegado a detestar "Gracias" "Pero realmente no estás pasando un buen rato ¿verdad?"
Ella sonrió "¿Por qué? ¿Sabes que estoy sentada aquí, rogando por ser teletransportada a Hawaii o algo así?" "¿Tan mal?" "Craig, sé que quieres algo de normalidad en tu vida, pero esta fiesta no ha cambiado nada" dijo ella en voz baja "Lo siento" Él se encogió de hombros "Angie la ha pasado bien. No le había visto tan feliz en meses" Jill asintió "Lo sé. Y me doy cuenta cómo le está afectando esto. Realmente me doy cuenta" tomó una respiración profunda "Tal vez es hora de tomar algunas decisiones en lugar de seguir como estamos" dijo ella suavemente. Ella le vio tragar y vio como sus ojos se cerraban y realmente sintió pena por él. "¿Quieres decir como el divorcio?" preguntó él finalmente. Ella asintió con la cabeza, pero él negó con la suya. "No estoy listo para hablar de eso, Jill ¿Podemos no hablar de eso ahora?" Ella asintió con la cabeza nuevamente "Está bien, Craig" Él se puso de pie "¿Todavía quieres ir a los fuegos artificiales?" "Creo que voy a declinar, si no te importa" Él metió las manos en los bolsillos de sus pantalones cortos, sus ojos reflejando su confusión interna "Claro. Entiendo. Llevaré a Angie y a sus amigas, luego las llevaré a sus casas" hizo un gesto hacia el patio "No te preocupes por todo esto. Lo limpiaré por la mañana" Ella asintió con la cabeza y se obligó a ponerse de pie, se obligó a moverse para decir adiós a todos y con gracia aceptó las palabras de agradecimiento que le ofrecieron sus invitados antes de marcharse. Y en cuestión de minutos, la tranquilidad prevaleció y se quedó sola. Incluso Arlene se marchó sin un comentario de despedida. No había duda que todavía estaba dolida por su conversación anterior. Ahora a solas, Jill se dispuso a la tarea de limpiar la cocina y guardar las sobras. Y a pesar de la directriz de Craig sobre el patio trasero, Jill arregló la terraza lo suficiente como para poder sentarse en la mecedora. Y pensar.
El vino había sido sustituido por una botella de agua y se quitó sus sandalias, se sentó descalza mientras ponía la mecedora en movimiento. La oscuridad había reemplazado la luz del cielo y supo que los fuegos artificiales pronto comenzarían. Incluso ahora, los estallidos esporádicos se escuchaban a lo lejos. Se relajó por primera vez en todo el día, permitiendo que el movimiento de la mecedora le calmara. Su anterior consumo de vino, había sosegado su estado de ánimo casi al punto de la satisfacción. Así que finalmente, dió rienda suelta a sus pensamientos, permitió que las imágenes de Carrie se formaran, crecieran...y le consumieran. Cualquier duda que existiera con respecto a su relación, hoy se disipó. Aunque ella y Craig, de alguna manera pudiesen funcionar normalmente, pudiesen ser capaces de hablar y de incluso bromear, no cambiaba el hecho de que ella estaba enamorada de alguien más. ¿Y cómo llegó al punto de estar completamente enamorada de otra mujer?...no tenía ni idea. Sólo sabía que su corazón pertenecía a Carrie. No a Craig. Con eso, aceptó lo inevitable. Presentaría la demanda de divorcio.
Capítulo 32 Después del largo fin de semana de tres días, Jill estaba más apresurada de lo habitual para llegar a la cabaña. Cerró el portón detrás de ella mientras conducía por el camino, contenta de haberse puesto una blusa sin mangas con sus pantalones. Estaba soleado y cálido, pero aun así, prefería almorzar a la sombra del jardín que en el interior. Pero Carrie no estaba en ninguna parte cuando salió del coche. Bajó la vista hacia el muelle, pero estaba vacío. Así como la pequeña mesa que habían colocado debajo de los árboles en el jardín de flores. Tocó una vez la puerta de la terraza acristalada, luego entró. La puerta interior de la cabaña estaba cerrada y asumió que Carrie tendría en funcionamiento el aire acondicionado. "¿Carrie?" llamó mientras asomaba la cabeza en el interior. "Aquí" Carrie estaba sentada en la oscuridad, su cabeza hacia atrás en el sofá de dos puestos. "¿Qué pasa?" preguntó Jill acercándose y frotando sus hombros. "Estoy bien" Pero cuando miró a Jill, sus ojos estaban llenos de dolor. "¿Te sientes mal?" Carrie cerró sus ojos "He tenido esta maldita jaqueca todo el fin de semana. Me temo que nada parece ayudar" Jill se sentó a su lado, acariciando su rostro "Estás caliente ¿Crees que tienes fiebre?" Carrie tomó su mano y la apretó acercándola a ella "Estaré bien ahora que estás aquí" "Bueno, no tengo mucha experiencia con las migrañas, pero sé que se supone deberías estar en una habitación oscura y silenciosa" se puso de pie tirando de Carrie para que se levantara "Vamos. Acuéstate en el dormitorio. Voy a preparar una compresa fría para tu cabeza" "¿Te quedarás conmigo?"
"Por supuesto. Vamos" Jill retiró las mantas y luego ayudó a Carrie a quitarse los pantalones cortos con los que estaba luchando. Después de cerrar todas las persianas, desató las cortinas, dejándolas caer para ahuyentar la luz aún más. Luego empapó dos toallas en agua fría. Una, la puso en el congelador para usarla después, la otra la colocó sobre la frente de Carrie. "Eso se siente bien" murmuró Carrie. Jill se arrastró a su lado, sentándose sobre las almohadas y frotó ligeramente la cabeza de Carrie. Sonrió cuando Carrie gimió y continuó su ministración, presionando con más fuerza alrededor de las sienes de Carrie, tratando de aliviar su dolor. "¿Sabes?...últimamente has estado quejándote mucho de dolores de cabeza" comentó Jill "¿Es inusual en tí?" Carrie abrió sus ojos brevemente y luego los cerró nuevamente "Sólo alergias" dijo ella "Algunos años son peores que otros" Jill se inclinó y besó la parte superior de su cabeza, luego se apoyó sobre las almohadas nuevamente, sus dedos continuaron el masaje en el cuero cabelludo de Carrie. En poco tiempo, la respiración de Carrie señaló que se había quedado dormida. Jill le miró notando el ceño que deslucía sus facciones, incluso durante el sueño. Finalmente, cuando el reloj marcó cerca de las 2, Jill abandonó la cama. En la cocina, sacó la compresa fría del congelador y regresó al dormitorio. Carrie se había desplazado, rodando hacia su lado como si estuviese buscando a Jill. Ella quitó el paño mojado de su cabeza, reemplazándolo por el del congelador. Carrie gimió una vez, pero no se despertó. Jill besó suavemente su mejilla y luego se alejó. Momentos después, sacó el celular de Carrie de su bolso y lo encendió colocándolo al lado de la cama. La llamaría más tarde…sólo para asegurarse que no se quedaría dormida toda la tarde. "Te amo" susurró mientras besaba su mejilla por última vez antes de marcharse. Pero apenas había llegado a la oficina cuando sonó su propio celular. "Desperté y te habías ido" "Tenía la esperanza de escabullirme en silencio para que pudieses dormir más tiempo" dijo ella.
Carrie rió entre dientes "¿Quién podría dormir con un cubo de hielo en la cabeza? Pero me siento mejor. Supongo que tu compresa fría ayudó" "Bien" "Lo siento…arruiné nuestro almuerzo" "No lo arruinaste. Estuvimos juntas" Carrie hizo una pausa "¿Cómo estuvo la fiesta?" "Oh, fue...fue tolerable. No…esa ni siquiera es la palabra correcta. Supongo que debería decir que sobreviví. Pero realmente sentí como que no estaba allí ¿sabes? Como si mi cuerpo estuviese allí, pero yo no. Como si ya no perteneciera a ese lugar" "¿Es así como te sientes? ¿Cómo si no pertenecieras allí?" "Sí…así es como me siento" ella aclaró su garganta, pensando que esta conversación debería ser en persona y no por teléfono, pero no quería esperar más "Carrie, voy a pedir el divorcio" Carrie permaneció en silencio por un momento…entonces Jill escuchó como tomaba una respiración profunda "Jill, quiero que estemos juntas. Si vas a hacer eso en serio, entonces quiero que estemos juntas" Jill desaceleró mientras giraba hacia el estacionamiento. Se detuvo y apagó el coche, su mano agarrando el teléfono con fuerza "¿Estás segura?" preguntó ella. "Sí. Estoy preparada para cualquier consecuencia. No estoy preocupada por James, sólo por mis muchachos. Pero cariño ¿tú estás preparada? ¿Realmente has pensado en todo esto? ¿En Angie? ¿Tu familia?" "No puedo seguir así, Carrie. No puedo" "Está bien. Está bien" ella suspiró y Jill pareció escuchar el más pequeño de los gemidos. "¿Regresó el dolor de cabeza?" "Sí. Hablaremos de esto mañana. Creo que voy a acostarme un rato más" "Bien ¿Quieres que te llame más tarde?" "Eso sería agradable. Te amo, Jill" murmuró antes de desconectar.
Capítulo 33 "¿De dónde diablos salió esto?" dijo Jill en voz alta cuando comenzó el aguacero. Por la ventana de su coche, vio las nubes oscuras que se recolectaban hacia el norte y puso en funcionamiento sus limpiaparabrisas en el nivel más rápido. Se empaparía. Su paraguas estaba colgado en el perchero en su oficina. No había llovido las últimas semanas. Mientras presionaba el botón, estaba agradecida por el control remoto que Carrie le había dado para el portón, esperó que abriera para continuar su camino. Lo presionó nuevamente, cerrando el portón detrás de ella y manejó a través de la lluvia. Ya en la cabaña, se sorprendió al encontrar la calzada vacía. Esquivando los charcos de agua mientras corría a lo largo del camino, se apresuró a entrar en la terraza, fuera de la lluvia. En el interior, estaba oscuro y tranquilo, no había señal de que Carrie hubiese estado allí hoy. Sacó su teléfono celular, debatiéndose si debía llamar o no. Se lo pensó mejor, en caso de que Carrie estuviese en algún lugar donde no pudiese hablar. Se ocupó con el almuerzo, renunciando a su ración regular de sándwiches cuando encontró la sopa en la despensa. Pero a medida que el reloj avanzaba acercándose a la 1:30, comenzó a preocuparse. Una vez más agarró el teléfono, pero nuevamente decidió no llamar. Y entonces minutos después escuchó la furgoneta de Carrie, escuchó el portazo. Entró en la terraza acristalada y esperó. Carrie dio vuelta en la esquina y sus ojos se encontraron a través de las ventanas. Jill supo de inmediato que algo andaba mal. "Siento llegar tarde" dijo Carrie. Se deslizó entre los brazos de Jill y Jill le atrajo hacia ella. "¿Qué pasa?" "Estaba en el médico" dijo ella. "¿Qué quieres decir?" "Oh, ya sabes, por estos malditos dolores de cabeza que he tenido"
Jill agarró su brazo y le condujo hacia la cabaña, ayudándole a sentar en un taburete de la barra "¿Han empeorado?" preguntó ella mientras pasaba sus dedos por el cabello húmedo. "Últimamente han sido insoportables" "¿Por qué no me lo dijiste?" Carrie negó con la cabeza "No quiero que te preocupes. Hicieron un montón de pruebas. He estado allí toda la mañana. Hicieron una TAC (Tomografía axial Computarizada) también un escáner. Pero los síntomas son como un maldito dolor de cabeza sinusal" dijo ella mientras frotaba su frente. "¿Cuándo vas a saber algo?" "Probablemente el lunes" envolvió su brazo alrededor de la cintura de Jill y la atrajo hacia ella "Pero no te preocupes. Es probable que sólo sean mis alergias" Pero Jill se preocupó. Por mucho que lo intentara, Carrie no podía ocultar el dolor en sus ojos. Y por primera vez, Jill se dio cuenta de lo delgada que estaba Carrie. Desde hacía una semana, más o menos, no había tenido apetito en el almuerzo, sólo jugueteaba con su comida. "¿Te gustaría comer sopa?" Carrie negó con la cabeza "He sido traspasada y torturada con agujas" dijo ella "Creo que voy a pasar. Pero adelante, come" Jill se acercó más, acariciando con sus labios la sien de Carrie, entonces se movió a través de su mejilla antes de encontrar sus labios "Te amo" Carrie se volteó en la silla, abriendo sus piernas y colocando a Jill entre ellas, manteniéndola cerca "Yo también te amo. Muchísimo" murmuró ella. Jill alisó su cabello, deslizando sus dedos a través de los cortos mechones, ahora había más gris que castaño. Otra cosa que Jill apenas había notado. Cerró sus ojos, atrayendo a Carrie hacia su pecho, sintiendo como Carrie se acurrucaba allí "¿Hay algo que pueda hacer?" susurró ella. Carrie le apretó con fuerza "No, no. Solo estoy muy cansada" "Entonces vamos" dijo Jill, alejándose y ayudando a Carrie a ponerse de pie "Voy a prepararte la cama" "Es probable que ya sea hora de que te vayas ¿no?"
"Casi. Pero está bien. Puedes descansar. Voy a dejar la sopa afuera. Necesitas comer algo, Carrie. Te sentirás mejor si lo haces" "Claro. Está bien. Deje la sopa afuera" dijo ella sus palabras lentas, deliberadas. Jill se detuvo, sus ojos buscando los de Carrie "Tal vez debería quedarme contigo" "No, está bien. Me dieron algo para el dolor de cabeza. Probablemente me tumbe" "¿Estás segura?" "Sí. Segura" Jill apartó las sábanas de la cama, luego lentamente desnudó a Carrie mientras ella se sentaba en silencio en el borde. Hizo una pausa, ahuecando con su mano la mejilla de Carrie. "¿Segura que estás bien?" Carrie cerró sus ojos "Estoy bien, amor"
Capítulo 34 Jill levantó la bolsa cuando entró en la cabaña "Compré hamburguesas ¿Quieres comer en el jardín?" Carrie negó con la cabeza, sus ojos se movieron rápidamente alrededor de la habitación, luego se enfocaron en Jill. "Por favor, no digas que no tienes hambre" dijo Jill mientras se acercaba "Últimamente lograr que comas algo se ha convertido en un trabajo de tiempo completo" dejó la bolsa en la barra y entonces envolvió sus brazos alrededor de Carrie, sonriendo cuando le escuchó suspirar. "Te amo, Jill" Su breve beso se volvió persistente y Jill cerró sus ojos derritiéndose en los brazos de Carrie pero Carrie se detuvo, alejándose "Tenemos que hablar, Jill" dijo ella en voz baja. Cuatro palabras sencillas, sin embargo, Jill sintió que su mundo se desmoronaba. Sus ojos se conectaron, sosteniéndose, buscando. Jill se quedó sin aliento y negó con la cabeza. "No" susurró ella. "Sí" Carrie agarró su mano y la condujo hacia la terraza acristalada "Vamos a sentarnos" Jill negó con la cabeza "No. No quiero sentarme" Carrie suspiró con cansancio "¿Por favor? Necesito que hagas esto por mí" "Oh, Dios" susurró ella "Estás enferma ¿no es así?" Carrie asintió "Sí" palmeó el asiento junto a ella "Ven" Jill tomó una respiración profunda y luego se sentó, sus ojos buscando los de Carrie "¿Qué tan malo es?" Carrie agarró su mano y la llevó hacia sus labios "Es malo, Jill" "Oh, Dios ¿Tus dolores de cabeza?"
Carrie asintió "Encontraron...encontraron tumores, Jill" Jill le miró, incapaz de respirar, incapaz de apartar la mirada "No" negó con la cabeza "No" "He estado pensando. Ya sabes, no es demasiado tarde. Puedes quedarte con Craig, puedes tratar de salvar tu matrimonio" "¡No! No, no, no" dijo ella en voz alta "¡No lo quiero! ¡No quiero mi matrimonio! Sólo te quiero a tí" Carrie desvió la mirada "Lo siento" "Oh, Dios, Carrie. Lo siento" dijo ella al borde de las lágrimas "Lo siento" atrajo a Carrie hacia ella, sus labios moviéndose sin pensar antes de enterrar su rostro contra Carrie. "Te amo tanto" susurró Carrie "Lo siento" "No" Jill aclaró su garganta y luego se alejó "Saldremos de esto" tomó una respiración profunda y enjugó sus lágrimas "Así que... ¿qué dicen los doctores?... ¿qué hacemos?" Carrie negó con su cabeza "No entiendes. No hay nada que hacer" Los ojos de Jill se ampliaron "¿Qué quieres decir? ¿No hay tratamiento?" "No. Son inoperable, Jill" Sus palabras hicieron efecto en Jill y sacudió la cabeza lentamente "No" susurró ella "No. No voy a dejar que te rindas" Carrie agarró su mano nuevamente, sosteniéndola con fuerza "No me estoy dando por vencida. No hay nada a que renunciar, Jill. No hay ninguna posibilidad" "Hay tratamientos. Siempre hay tratamientos" "No. No, no voy a pasar por eso ¿Y para qué? ¿Para prolongar esto un mes a lo sumo? No, no quiero que mis últimos días en esta tierra sean en un hospital, conectada a máquinas, pegada a agujas...enferma como un perro ¡No! No voy a hacerlo" Jill se puso de pie alejándose de ella, sus ojos muy abiertos "Llamo a eso darse por vencida" Carrie cerró sus ojos y sacudió la cabeza "No, cariño. Sólo es aceptar la realidad, eso es todo" se puso de pie y caminó lentamente por la habitación hacia Jill.
Agarró nuevamente sus manos "No queda mucho tiempo" dijo ella en voz baja "Lo sé. Puedo sentirlo. No me hagas pasar por la quimioterapia" sacudió su cabeza nuevamente, cediendo finalmente ante las lágrimas que Jill sabía estaba conteniendo "No me hagas hacer esto por ti" Entonces Jill rompió en sollozos…sollozos que sacudieron todo su cuerpo y se aferró a Carrie recibiendo consuelo, dando consuelo. "No, bebe, no. No llores" murmuró Carrie "Esto no va a ayudar en nada. No llores" dijo ella otra vez "Tus lágrimas son demasiado valiosas como para perderlas" "No me dejes" "No depende de mí" "Pero…" "No. No" susurró ella acariciando levemente con sus labios la boca de Jill "Por favor, deja de llorar ¿Por favor? No soporto verte así" "Lo siento" dijo Jill, pero sus lágrimas seguían cayendo. "No tenemos mucho tiempo, Jill. No hay mucho tiempo" "Oh, Dios" Jill secó sus ojos, tratando de controlarse a sí misma, pero falló "Lo siento" "No. Yo lo siento" ella trató de sonreír "No creo que haya un buen momento o lugar para decirle a alguien noticias como estas" tomó una respiración profunda "Tendré que decirles esta noche" Eso significaba a su familia y la realidad de su situación, de su relación le impactó. Esto era lo que tenían. Una hora cada día. Incluso ahora, en este momento de dolor y angustia, eso era todo lo que tendrían. Una hora. Sus lágrimas cayeron nuevamente. "Lo sé, cariño. Lo sé" murmuró Carrie "Por mucho que desearía pasar mis últimas horas contigo, las dos sabemos que no puedo. Estaré con mis hijos. Pero sabes que solo estaré pensando en tí. Mis últimos pensamientos serán para tí" "No, no, no" susurró Jill. "Por favor, no estés triste. Mírame, Jill…" Jill levantó su rostro, haciendo caso omiso de las lágrimas que fluían libremente por sus mejillas "…nuestras almas están conectadas. Estaremos juntas nuevamente. Como antes. Como ahora, en esta vida. Habrán otras"
"Quiero creerte con todas mis fuerzas" Carrie limpió las lágrimas de Jill, entonces unió sus bocas "Entonces cree"
Capítulo 35 "¿Quieres hablar de ello?" Jill se volteó sobresaltada. Negó con la cabeza, poniendo la mecedora en movimiento otra vez, pero él se acercó de todos modos. "Pedí una pizza para la cena" dijo él. Jill aclaró su garganta "No tenía ganas de cocinar" sabía que su voz seguía estando ronca de tanto llorar, pero no le importaba. No le importaba nada en este momento. "¿Vas a decirme qué te pasa?" Ella suspiró "No es nada" Dios, lo es todo. "Has estado aquí toda la noche" él salió de las sombras, la luna emitía la única luz "Has estado llorando" Ella cerró sus ojos "Por favor, Craig. Sólo quiero estar sola" "¿Es algo que he hecho? ¿Algo que no he hecho?" "Craig…no tiene nada que ver contigo, ni con nosotros" él permaneció allí de pie, con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones cortos, sin dejar de mirarla "En serio. Sólo quiero estar sola" "Está bien. Bueno…te avisaré cuando llegue la pizza" "Bien" Ella se echó hacia atrás meciéndose con los ojos cerrados, deseando la esperanza de un resultado diferente. Estaba más allá de la insensibilidad, más allá del cansancio, más allá del...vacío. Se habían tomado la tarde después que llamó a Harriet. Hubo preguntas pero ninguna que Jill pudiese responder. Simplemente le había dicho a Harriet que apagara su ordenador y cerrara con llave su oficina. Cortó la comunicación y las lágrimas surgieron nuevamente. Entonces caminaron hasta el muelle y se sentaron. Sólo se sentaron, no hablaron mucho. Permanecieron sentadas, acariciándose, llorando juntas.
Y a las cinco, Carrie le abrazó con todas sus fuerzas, diciéndole su adiós. Sus ojos estaban llenos de dolor, dolor que había tratado de esconder de Jill. "¿Te veré mañana?" Carrie asintió "Claro. Igual que siempre" Jill condujo alejándose, sus ojos mirando una y otra vez por el espejo retrovisor, viendo a Carrie de pie en la calzada, mirándola. La sensación de que nunca volvería a ver a Carrie fue como una premonición siniestra y trató de disiparla mientras se alejaba. Pero ahora…sentada aquí, sola, en la oscuridad…esa sensación regresó nuevamente. Así como ocurrió todos esos meses atrás cuando conoció a Carrie, cuando sintió que su encuentro había sido predestinado y su relación inevitable. Sabía en lo más profundo de su alma que nunca volvería a ver a Carrie. Y nuevamente, surgieron las lágrimas.
Capítulo 36 Había pensado que...tal vez...la furgoneta de Carrie estaría allí. Pero realmente no se sorprendió al encontrar la calzada vacía. Porque lo sabía. Sin embargo, se sorprendió al ver las rosas en su mesa en la terraza acristalada. Rosas y una botella de vino. Se quedó sin aliento y tapó su boca, tratando con todas sus fuerzas de no llorar ante la vista de la copa de vino solitaria. "Oh, Carrie" Permaneció de pie en la puerta durante un largo tiempo, controlándose sí misma, sus ojos moviéndose sobre la mesa, viendo los documentos, viendo la nota. Finalmente se movió, acercándose, instintivamente se inclinó para oler las flores. "¿Por qué has hecho esto?" susurró ella. Pero la nota le atrajo y se sentó, mirando con sus ojos las palabras, leyendo con rapidez antes que su visión se volviese borrosa por las lágrimas. No haré que esto sea largo. No necesitas eso y no estoy segura de poder manejarlo. Hay algunas cosas que necesitas saber. Primero, la cabaña. Es tan tuya como mía. Y no se convirtió en un hogar para mí hasta que llegaste a mi vida. Así que he transferido el título a tu nombre. Todo lo que necesitas hacer es firmar los papeles que he dejado para ti. La tarjeta de mi abogado está allí. Le he dado toda tu información. Él se pondrá en contacto contigo. Además, hay una cuenta bancaria que abrí en tu nombre. No es una suma enorme, Jill, pero era mía y quería que tú la tuvieras, no James. Era el dinero de Joshua y de su tierra. Sé lo difícil que es para tí. Entré en tu vida y puse tu mundo al revés y ahora te estoy dejando. Pero no duele tanto Jill sabiendo que estaremos juntas en otra vida, en otro momento. Tan breve como fue, no podría haberte amado más, aún si hubiésemos tenido 20 años juntas. Por favor, no llores por mí. Estaré contigo. Sólo tienes que buscarme. He pedido que mis cenizas sean esparcidas en el parque, cerca del muelle, donde tú y yo caminábamos y hablábamos, donde alimentábamos a los patos...donde nos conocimos. Había otra frase o dos, pero Jill no pudo continuar. Lloró, entonces con una oscilación de su brazo, golpeó las rosas y el vino tirándolas al suelo, los cristales
rotos estaban en el azulejo por su ataque de dolor. Allí, entre el desastre, estaba la copa solitaria…imperturbable ante su furia.
Capítulo 37 En la actualidad Jill se movió en el banco, su mirada deslizándose desde la anciana hacia las innumerables lápidas que salpicaban el paisaje "Y simplemente de esa manera...se fue" Jill secó sus ojos, su toallita en jirones así que buscó otra en su bolso "Nunca la volví a ver. Y tres semanas más tarde, lo leí en las noticias...en el periódico" dijo ella, sus lágrimas cayendo nuevamente "Tan rápido. Aún estoy impactada…creo. No hubo tiempo para decir adiós. No hubo tiempo para decirle todas las cosas que quería decirle, que necesitaba decirle. Sólo se fue" Jill se detuvo para respirar, notando en ese momento las sombras que se extendían mientras el sol desaparecía del cielo. Había estado hablando por horas "Lo siento mucho, he estado divagando" La anciana agarró su mano y la apretó, sus ojos empañados por las lágrimas "No has estado divagando, querida. Me has estado contando sobre un gran amor. Gracias por compartirlo conmigo" Jill sonó su nariz y luego aclaró su garganta "Sí. Nos enamoramos. La gente hace eso ¿sabe?" dijo ella casi en tono de disculpa "Y cuando estás enamorada, crees fervientemente en ciertas cosas" hizo una pausa, sus lágrimas brotaron nuevamente de sus ojos "Y yo creo. Realmente lo hago ¿Es una locura? ¿Es una locura creer que hay otra vida en la que estaremos juntas? ¿Piensa eso con respecto a su Eddie?" Ella negó con la cabeza "No. La Biblia dice que no es así. Pero creo que voy a ver a Eddie nuevamente. En el cielo. No en otra vida" ella acarició su mano "Pero he aprendido a través de los años que todo el mundo tiene diferentes creencias" se inclinó más cerca "Eso no significa que sea malo" Jill permaneció en silencio por un momento, frotando sus ojos con aire ausente, sabiendo que tenía que lucir espantosa. Finalmente se dio la vuelta "Nadie lo sabe. Nadie. Sólo usted" ella tocó su corazón "Un amor tan intenso dentro de mí y nadie lo sabe" "¿Y hoy te colaste en el servicio sólo para verlos…para poner rostros a sus nombres?" "Sí ¿Es eso horrible de mí parte? Pensé que tal vez podría sentir...bueno, podría sentirla aquí"
"Por lo que me has contado, no es aquí donde la encontrarás. Ahora tienes la cabaña. Allí es donde ella va a estar" Jill rió amargamente "Sí. Tengo la cabaña. Un lugar donde no puedo soportar la idea de ir…aun así, un lugar del que nunca será capaz de desprenderme" "Tonterías. Irás ahí…porque es allí donde ella está. Ahí es donde encontrarás tu paz" ella señaló hacia la tumba "Es por eso que vengo aquí. Para mí…este es el lugar donde Eddie está, aquí fue donde lo puse. Eso es lo que me enseñaron a creer" se quedó mirando la tumba, su rostro arrugado insinuó una sonrisa "Oh, siento su presencia en la casa, supongo que siempre lo haré. Pero él está aquí. Y tengo mi banca donde puedo venir y hablar con él. Alivia el dolor de alguna manera" sorprendió a Jill poniendo un delgado brazo alrededor de sus hombros y acercando a Jill hacia ella "La muerte...es tan difícil ser quien se queda" dijo ella en voz baja "Pero seguimos adelante. Eso es lo que hacemos" ella se alejó "Ahora, ve a casa. Tienes algunas decisiones que tomar" Jill asintió, luego se inclinó y besó el rostro arrugado "Gracias" susurró ella "Gracias por...bueno, simplemente gracias" Jill apretó su hombro una última vez y luego se alejó, sorprendida por la disminución del dolor en su corazón. "Si alguna vez necesitas hablar, ya sabes dónde voy a estar" dijo a Jill en voz alta. Jill se volteó, viendo como la mirada de Bea se deslizaba nuevamente hacia la tumba, de regreso hacia su Eddie.
Capítulo 38 Se dio a sí misma una semana. Una semana para poner sus emociones bajo control, una semana para asegurarse que no había ningún tipo de complicación con la cabaña y una semana para sentirse confiada con su decisión. A pesar de todo lo que le había sucedido en el último año, su decisión de dejar a Craig realmente tenía muy poco que ver con Carrie. Había sido infeliz en su matrimonio mucho antes de que Carrie entrara en su vida. Pero aun así, el divorcio había sido algo que nunca había considerado anteriormente. Así que esperó que Craig llegara a casa, decidida a decirle, decidida a seguir adelante con su vida. No podía continuar esto por más tiempo. Entre sus constantes preguntas y sus ataques de llanto, las últimas semanas habían sido un reto para los dos. Pero había llegado el momento de que ambos lograran un poco de alivio. Así que esperó, sentada silenciosamente en la terraza, la familiaridad del lugar le daba comodidad mientras ponía la mecedora en movimiento. Él pronto estaría en casa, lo sabía. Y Angie, con el nuevo año escolar, que apenas había comenzado hacía un mes, había caído en su vieja rutina de ir a casa de Arlene en las tardes hasta que la buscaran para ir a su casa. Entonces lo escuchó, la apertura de las puertas del garaje y el portazo de la camioneta. Cerró sus ojos por un momento, tratando de reunir coraje. No quería hacerle daño a Craig, pero lo que tenía que decirle le haría daño profundamente. Después de todo lo que había ocurrido entre ellos, sus peleas, sus silencios, Craig todavía pensaba que podrían resucitar su matrimonio. "Hey. Pensé que estarías aquí" Ella asintió con su cabeza, esperando que se uniera a ella. "Pensaba que cuando dijiste que querías hablar...bueno…pensaba que tal vez sería algo bueno" dijo él "Pero no es así ¿verdad?" "No, Craig" ella respiró profundamente "No podemos hacer esto por más tiempo" "Pero…" "No, por favor. Déjame terminar" aclaró su garganta antes de continuar "Ha sido un año difícil para ti, lo sé. Pero tengo que hacer esto, Craig. Voy a pedir el divorcio" dijo en voz baja "Es lo mejor para todos, Craig"
Él se alejó…sus pasos haciendo eco en la terraza mientras se paseaba de un lado a otro. Entonces hizo la pregunta que Jill sabía podría hacer. "Siempre lo has negado…pero hay otro hombre ¿no es así?...Sólo dímelo" Ella le miró fijamente, sus ojos llenos de lágrimas que no trató de ocultar "No, Craig. Nunca hubo otro hombre" "Entonces ¿por qué? ¿Por qué quieres divorciarte?" "Porque ya no tengo nada que ofrecerte. Nada. Y no es justo para ti seguir así, Craig. No puedo quedarme y ser tu esposa" ella desvió la mirada, luego regresó la mirada hacia él, mirándolo a los ojos "Lo siento…pero no estoy enamorada de ti. Y necesitas a alguien que lo esté. Necesitas encontrar a alguien que ame el deporte tanto como tú lo haces. Entonces ella irá a todos tus juegos, se pondrá de pie y te animará, te amará por esa parte de ti. Pero yo no puedo ser esa persona. No soy esa persona" "No entiendo" él se paseó nuevamente "¿Qué significa eso? ¿Quieres que me mude?" Ella negó con su cabeza "No. Esta es tu casa. Es la casa de Angie" "¿Angie? ¿Quieres que Angie se quede conmigo?" "Sí. Tu madre está cerca" ella sonrió con tristeza "Angie no quiere estar conmigo, Craig. Además, no sería muy buena para ella en este momento. Así que haremos algunos arreglos. Sólo quiero lo mejor para ella" Él inclinó su cabeza hacia atrás y miró hacia el cielo, entonces dejó escapar el aliento "Supongo que no debería estar tan sorprendido. Ha pasado tanto tiempo desde que nada ha sido normal" se dio la vuelta y le miró "¿A dónde irás?" "En realidad, le he puesto el ojo a...a esta pequeña y hermosa cabaña en el lago" limpió las lágrimas que se deslizaban por su mejilla "Creo que va a ser perfecto para mí"
Capítulo 39 A pesar de su aprehensión inicial sobre la cabaña, descubrió que en realidad allí se sentía en paz. Y se topó con muchas sorpresas agradables mientras revisaba las cosas de Carrie. Concretamente, una pintura que Carrie había escondido en el armario de su dormitorio, completamente envuelta con papel de regalo y una tarjeta. El papel de regalo indicaba que sería un regalo de Navidad, pero Jill no pudo esperar. Y cuando arrancó el papel se deslizó hasta el suelo junto a él, las lágrimas fluyeron libremente. La pintura, en acuarela, era de ella, sentada junto al muelle en su banco, el verdor de los árboles y el azul del agua exhibía un día espectacular de comienzo de verano. Y junto al banco estaba la enorme maceta que ellas habían comprado, llena de flores rojas y amarillas. "Gracias" susurró ella. La pintura ejemplificaba por completo su verano justas. Días despreocupados, llenos de amor, llenos de colores y flores, llenos de apacibles conversaciones y caricias aún más apacibles. Respiró profundamente y entonces miró la pintura nuevamente, esta vez sin lágrimas. Esta vez maravillada al recordar a la mujer que lo había pintado. La mujer que le había enseñado el significado del verdadero y genuino amor.
Fue semanas después, cuando estando de pie en la terraza acristalada mirando el lago y el muelle, con la brisa insinuando la llegada del otoño y la caída de una ligera lluvia, que sintió una atracción, una urgencia familiar para salir. Inclinó la cabeza, uniendo sus cejas con el ceño fruncido. Este sentimiento, esta inclinación inexplicable, se convirtió en un anhelo cuando sus pies finalmente se movieron, llevándola en silencio hacia la puerta. Y justo como la primera vez cuando conoció a Carrie, fue la necesidad la que le guió. No la cuestionó. Salió, ignorando la lluvia, simplemente siguiendo el silencioso mandato de su corazón. El agua estaba serena, sólo las pequeñas gotas de lluvia perturbaban la superficie. Permaneció allí de pie, mirando el lago, buscando aquello que no sabía. Y entonces los vio…en la distancia.
Patos. Una docena o más. Ellos nadaron resueltamente hacia ella, sus clamores discretos avanzaron a través del agua. Los observó, consciente que su corazón latía rápidamente, su respiración siseando entre sus labios. Entonces, alejándose del grupo ella se acercó, batiendo fuertemente sus alas, su cabeza gris un contraste opaco ante los brillantes colores de los patos silvestres a su alrededor. Jill cayó de rodillas mientras la abuela pato avanzaba a través del agua, lejos de la bandada antes de establecerse nuevamente. Sus sollozos surgieron rápidamente y le dolió el pecho mientras permanecía allí arrodillaba, esperando que el pato nadara más cerca. Aún más abrumadora fue la sensación de la presencia de Carrie, dejó de respirar, simplemente mirando a través del agua, esperando creer. Y tan rápido como surgieron los sollozos, estalló la risa de forma inesperada. Se sentó sobre sus talones, con las lágrimas corriendo por su mejilla mientras reía bajo la lluvia. "Oh, Dios, Carrie...debí haber sabido que regresarías a mí como un maldito pato"
FIN
View more...
Comments