George Woodcock La Tirania Del Reloj

August 18, 2018 | Author: Marcelo Nukitano | Category: Western World, Capitalism, Society, Homo Sapiens, European Union
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Descripción: El concepto del tiempo en la sociedad occidental...

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 La tiranía del reloj  reloj 

George Woodcock   No hay ninguna característica que separe con mayor claridad la sociedad que ahora existe en Occidente de las antiguas sociedades, tanto europeas como orientales, que su concepto de tiempo. Para los antiguos chinos y griegos, para los pastores árabes o los actuales peones meicanos, el tiempo queda representado por los procesos cíclicos de la naturale!a, la alternancia de la noche y el día, el paso de una estaci"n a la siguiente. #os n"madas y graneros medían y a$n miden su día desde el amanecer hasta la puesta de sol, y su a%o en t&rminos de siembra y cosecha, de caída de las hoas y de deshielo de lagos y ríos. 'l granero trabaaba seg$n los elementos, el artesano durante todo el tiempo que le pareciera preciso para la per(ecci"n de su producto. 'l tiempo era )isto como un proceso de cambios naturales, y la humanidad no se preocupaba por la exactitud con que (uera medido. Por este moti)o, unas ci)ili!aciones altamente desarrolladas en otros aspectos dedicaban instrumentos sumamente primiti)os para el c"mputo del tiempo* el relo de arena o de gotas de agua, el relo de sol, in$til en los días nublados, y las )elas y candiles, cuyo remanente de aceite o cera indicaba las horas. +odos estos utensilios, aproximati)os e inexactos, de)enían con (recuencia in$tiles a causa del clima o del grado de pere!a de la persona a su cargo. 'n ninguna parte del mundo de la ntig-edad o del edioe)o se hallará sino una minoría de hombres que se preocupe  por el tiempo en t&rminos de exactitud matemática. 'l hombre moderno, occidental, habita sin embargo un mundo regido por los símbolos mecánicos y matemáticos del tiempo cronometrado. 'l relo dicta sus mo)imientos e inhibe sus acciones. 'l relo trans(orma el tiempo, que pasa de ser un  proceso natural a una mercancía que puede ser medida, comprada y )endida como si de ab"n o  pasas se tratara. / debido a que que sin los medios para medir con precisi"n precisi"n el tiempo nunca se hubiera llegado a desarrollar el capitalismo industrial ni podría seguir explotando a los trabaadores, el relo representa un elemento de tiranía mecánica en las )idas de los hombres modernos mucho más  poderoso que cualquier explotador en tanto indi)iduo o que cualquier otra máquina. 's de utilidad recordar el proceso hist"rico mediante el cual el relo ha in(luido en el desarrollo social de la ci)ili!aci"n europea moderna. 's un hecho (recuente en la historia que una cultura o ci)ili!aci"n desarrolle la herramienta que posteriormente será propiciará su destrucci"n. #os antiguos chinos, por eemplo, in)entaron la  p"l)ora, la cual (ue desarrollada por los expertos militares de occidente y e)entualmente conduo a la destrucci"n de la propia ci)ili!aci"n china mediante los (uertes explosi)os del armamento b&lico moderno. 0el mismo modo, el logro supremo del ingenio de los artesanos de las ciudades medie)ales europeas (ue la in)enci"n del relo mecánico, que, al trastocar re)olucionariamente el concepto de tiempo, colaboraron materialmente con el crecimiento del capitalismo explotador y a la destrucci"n de la cultura medie)al. 1eg$n algunos relatos, el relo apareci" en el siglo 23, como dispositi)o para hacer sonar las campa campanas nas a inter) inter)alo aloss regula regulares res en los monast monasteri erios, os, los cuale cuales, s, con con la )ida )ida organi organi!a !ada da que imponían a sus internos, (ueron el modelo más pr"ximo de la edad media a las actuales (ábricas. 'l  primer relo propiamente dicho, no obstante, apareci" en el siglo 2333, y tan s"lo a partir del siglo 234 comen!aron los reloes a adornar las (achadas de los edi(icios p$blicos de las ciudades alemanas. 'stos reloes primeri!os impulsados pesas no eran especialmente precisos, y no se alcan!" un cierto grado de (iabilidad hasta el siglo 243. Por eemplo, se dice que el primer relo preciso de 3nglaterra (ue el de 5ampton 6ourt, (abricado en 789:. ' incluso la precisi"n de los reloes del siglo 243 resulta relati)a, dado que s"lo estaban equipados con manecillas para las horas. /a en el siglo 234 habían pensado los primeros matemáticos en medir el tiempo en minutos y segundos,  pero con la in)enci"n del p&ndulo en 7;8< se obtu)o la precisi"n necesaria para la adici"n de una manecilla que se%alara los minutos, mientras que la manecilla destinada a los segundos no (ue introducida hasta el siglo 24333. mbos siglos, se obser)ará, son aquellos en que el capitalismo

creci" en tal grado que le (ue posible apro)echar la tecnología de la re)oluci"n industrial para así establecer su dominio sobre la sociedad. 'l relo, como ha se%alado #e=is um(ord, representa la maquinaria cardinal de la era de la maquinaria, tanto por su in(luencia sobre la tecnología como por su in(luencia en las costumbres humanas. +&cnicamente, el relo (ue la primera máquina aut&nticamente automática que adquiri" )erdadera importancia en la )ida de las personas. ntes de su in)enci"n, las máquinas habituales eran de tal naturale!a que su maneo dependía de alguna (uer!a externa y de escasa (iabilidad, como la musculatura humana o animal, el agua o el )iento. 's cierto que los griegos habían in)entado ciertos mecanismos automáticos primiti)os, pero s"lo se los empleaba, como ocurría con la máquina de )apor de 5er"n, para procurar e(ectos >sobrenaturales? en los templos o para entretener a los tiranos de las ciudades orientales. Pero el relo (ue la primera máquina automática que consigui" importancia p$blica y una (unci"n social. #a (abricaci"n de reloes se con)irti" en la industria a partir de la cual (ueron aprendidos los rudimentos de la (abricaci"n de máquinas y se obtu)o la habilidad t&cnica necesaria para la re)oluci"n industrial. 1ocialmente el relo tu)o una in(luencia más radical que la de cualquier otra máquina, en tanto era el medio por el cual se podía obtener meor la regulari!aci"n y organi!aci"n de la )ida necesaria para un sistema industrial de explotaci"n. 'l relo proporcionaba los medios para que el tiempo @una categoría tan elusi)a que ning$n (il"so(o ha podido hasta el momento determinar su naturale!a@ pudiera ser medido concretamente en los t&rminos tangibles del espacio representado como circun(erencia por la es(era de un relo. 1e de" de considerar el tiempo como duraci"n, comen!ándose a hablar y pensar permanentemente de >tramos? de tiempo, como si se estu)iera hablando de retales de tela. / el tiempo, ahora mensurable en símbolos matemáticos, pas" a ser )isto como una mercancía que podía ser comprada y )endida del mismo modo que cualquier otra. #os nue)os capitalistas, en particular, de)inieron rabiosamente conscientes del tiempo. 'l tiempo, que en este caso quería decir el trabao de los obreros, era )isto por ellos casi como si constituyera la materia prima principal de la industria. >'l tiempo es dinero? se con)irti" en uno de los esl"ganes cruciales de la ideología capitalista, y o(icial cronometrador (ue el más representati)o de los empleos creados por la administraci"n capitalista. 'n las primeras (ábricas los patronos llegaron a manipular sus reloes o a hacer sonar las sirenas en momentos distintos a los indicados a (in de de(raudar a sus trabaadores esta )aliosa y nue)a mercancía. ás adelante semeantes prácticas se hicieron menos (recuentes, pero la in(luencia del relo impuso una regularidad en las )idas de la mayoría que pre)iamente s"lo se había conocido dentro de los monasterios. #as personas pasaron a ser de hecho similares a reloes, actuando con una regularidad repetiti)a carente de parecido con la )ida rítmica de un ser natural. Pasaron a ser, como re!a el dicho )ictoriano, >puntuales como reloes?. Anicamente en los distritos rurales, donde las )idas naturales de animales y plantas y los elementos a$n dominaban la )ida  podía librarse una parte mayoritaria de la poblaci"n de sucumbir al mortí(ero tic@tac de la monotonía. 'n un principio esta nue)a actitud ante el tiempo, esta nue)a regularidad de la )ida, (ue impuesta por los se%ores propietarios de reloes sobre los pobres, que se resistían a ella. 'l escla)o industrial reaccionaba en su tiempo libre )i)iendo en una ca"tica irregularidad que caracteri!aba las  barriadas empapadas en ginebra del industrialismo de principios del siglo 232. 1e huía hacia un mundo sin tiempo de bebida o de inspiraci"n metodista. Pero gradualmente la idea de regularidad se (ue extendiendo hasta llegar a las capas más baas de los obreros. #a religi"n del siglo 232 y la moral desempe%aron un papel nada desde%able al proclamar que >perder el tiempo? era un pecado. #a introducci"n de reloes y reloes de bolsillo producidos masi)amente en los a%os 7B8: extendi" la conciencia del tiempo entre aquellos que pre)iamente habían meramente reaccionado al estímulo de unos golpes en la puerta o de la sirena de la (ábrica. 'n la iglesia y en la escuela, en la o(icina y en el taller, se consideraba la puntualidad la mayor de las )irtudes.

 partir de esta escla)a dependencia del tiempo mecánico, que se extendi" insidiosamente por todas las clases en el siglo 232, creci" la desmorali!adora regimentaci"n de la )ida que caracteri!a el trabao industrial de nuestros días. 'l hombre que no se adapta a ella se aboca a la censura de la sociedad y la ruina econ"mica. 'l trabaador que llegue con retraso a la (ábrica perderá su trabao e incluso, en los días en que nos encontramos, puede )erse encarcelado. C'l autor se re(iere, e)identemente, a las regulaciones de guerra )igentes en el momento de la publicaci"n de este artículo en War 6ommentary. D Nota del ed.E #as comidas presurosas, el peri"dico api%arse en trenes y autobuses cada ma%ana y cada tarde, la tensi"n de tener que trabaar de acuerdo con horarios, todo ello contribuye a los des"rdenes digesti)os y ner)iosos, a la ruina de la salud y a la  bre)edad de las )idas. +ampoco puede decirse que, a largo pla!o, la imposici"n (inanciera de regularidad condu!ca a un mayor grado de e(icacia. 0e hecho, la calidad de los productos es habitualmente muy in(erior, debido a que el patr"n, al considerar el tiempo una mercancía por la cual ha de pagar, obliga a sus operarios a mantener tal )elocidad que necesariamente han de escatimar su trabao. 'l criterio  principal es pre(erir la cantidad a la calidad, y del trabao en sí mismo desaparece todo dis(rute. 'l trabaador no hace sino )igilar el relo, preocupado $nicamente por el momento en que pueda escaparse hacia el magro y mon"tono ocio de la sociedad industrial, en que se dedica a >matar el tiempo? atracándose de goces tan plani(icados y mecani!ados como el cine, la radio y los  peri"dicos en la medida que su salario y su cansancio se lo permitan. Anicamente si es capa! de aceptar los riesgos de )i)ir con(orme a sus con)icciones o su ingenio puede un hombre sin dinero sal)arse de )i)ir como un escla)o del relo. 'l problema del relo es, en general, similar al de la máquina. 'l tiempo mecánico es )alioso como medio para coordinar las acti)idades en una sociedad altamente desarrollada, lo mismo que una máquina es )aliosa como medio de reducir el trabao innecesario al mínimo. +anto el uno como la otra son )aliosos por la contribuci"n que reali!an al buen curso de la sociedad, y s"lo han de utili!arse en la medida en que sir)an a la humanidad para eliminar e(icientemente entre todos el es(uer!o mon"tono y la con(usi"n social. Pero no ha de permitirse que ninguno de los dos dominen la )ida de las personas como ocurre hoy día. Por ahora el mo)imiento del relo establece el ritmo de las )idas humanas. 'l hombre se con)ierte en un criado del concepto de tiempo que &l mismo ha creado, y en cuyo temor se le mantiene, como le sucedi" a Frankenstein con su propio monstruo. 'n una sociedad cuerda y libre, semeante dominaci"n de las (unciones humanas por reloes y máquinas sería, como es ob)io, impensable. #a dominaci"n del hombre por una creaci"n del hombre resulta incluso más ridícula que la dominaci"n del hombre por el hombre. 'l tiempo mecánico sería relegado a su )erdadera (unci"n de instrumento para la re(erencia y coordinaci"n, y la humanidad recobraría una )isi"n equilibrada de la )ida, que ya no estaría dominada por la adoraci"n al relo. na plena libertad implica la liberaci"n de la tiranía de abstracciones del mismo modo que recha!a las reglas humanas.  Publicado originalmente en War Commentary - For Anarchism, marzo de 1944.

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