George Edward BONSOR arqueólogo

March 9, 2018 | Author: Carpóforo Hipolitino Ruiz | Category: Archaeology
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Descripción: Semblanza del coleccionista de arte y arqueólogo George E. Bonsor, que vivió en Carmona (Andalucía) y reali...

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George Edward Bonsor

George Edward Bonsor (30 de marzo de 1855 - 15 de agosto de 1930) fue un coleccionista de antigüedades, pintor, arqueólogo, historiador y ceramólogo nacido en Francia, de nacionalidad británica y residente en España. También conocido como Jorge Bonsor por amigos y vecinos de las localidades andaluzas en las que vivió : Carmona, donde se inició como arqueólogo privado y donde fue nombrado hijo predilecto poco antes de su fallecimiento y Mairena del Alcor, donde adquirió un castillo que habilitó posteriormente como su propia vivienda. Gran defensor del mantenimiento de los yacimientos arqueológicos en Andalucía y precursor de la arqueología moderna en España. Descubridor de numerosos yacimientos en Andalucía Occidental, entre los que destacan la Necrópolis y el Anfiteatro de Carmona, los yacimientos de Los Alcores, Setefilla y excavador en Baelo Claudia en la costa de Cádiz . Realizó varias publicaciones relacionadas con sus descubrimientos y obtuvo nombramientos en varias instituciones, siendo el más destacado el de Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia.

Biografía Nacimiento George Edward Bonsor nació en la industriosa ciudad de Lille (Francia) el 30 de marzo de 1855 . Sus padres fueron, James Bonsor, natural de Nottingham (Inglaterra) ingeniero industrial, y Marie Bonsor (nacida Marie Leonie Saint Martin Ghislaine) dama francesa, natural de Lille quien murió con 25 años de edad, a los pocos meses de dar a luz a George, algo bastante usual en esta época debido al desconocimiento de la asepsia por parte de los cirujanos que asistían a las parturientas.

Vista de la Gran Plaza de Lille

Familia Parece ser que James Bonsor, inglés aficionado al continente, trabajó en España como ingeniero en las Minas de Riotinto y en la empresa francesa de gas ciudad que se usaba en el alumbrado público en Cádiz y Sevilla. Quedó gratamente impresionado con Andalucía por lo que recomendó a su hijo viajar a esta región. Cuando nació George, James Bonsor, que contaba con 32 años de edad, residía en Lille. Tras la muerte de su esposa, contrajo un nuevo matrimonio con Mrs. Gregory de quien tuvo dos hijas y un hijo (sus hermanastros Claire, Suzanne y Willy). Su tía paterna, Marie (Bonsor) Batley, junto con su esposo John Batley, que residían en Seaborough Court (Inglaterra), fueron los que se hicieron cargo de él hasta que alcanzó la edad escolar. George siempre consideró esta casa como la suya. Sus tíos poseían además una segunda “Tante” Batley dibujada por Bonsor (Archivo familia Peñalver).

residencia en Englefield Green, a las afueras de Londres donde vivían con sus hijos Ralph, Armitage, Blanca e Inés, primos con los que Bonsor mantuvo siempre una cariñosa relación. Por otra parte, contaba con familia materna en Francia, en la localidad de Guernes, compuesta por sus tíos y cuatro primos: Henry, Pierre, Valentine y Pauline. Es esta última quien afirma que George pasó largas temporadas con ellos. Paulíne afirmaba que consideraban al joven George como un hermano y que las temporadas en las que vivía con ellos era para todos una gran alegría. La infancia de George fue dulcificada por su tía paterna o inglesa, la señora Batley y por su tía materna francesa (madre de Paulíne), con las que vivía alternativamente.

Formación La familia de George Bonsor disfrutó de una regular fortuna. Como burgués que era, recibió una formación esmerada, puesto que además de su alto coste, tuvo un tono cosmopolita y políglota que seguramente influirá en su futuro. Su padre, en sus constantes viajes profesionales por Europa, decidió que George le acompañara, por lo que tuvo la oportunidad de estudiar en liceos y escuelas de diversos países “Mi padre”. Esbozo por Bonsor (Archivo familia Peñalver).

industrializados europeos. No hay constancia de las fechas de sus estancias en cada uno de ellos, ni por tanto el orden, pero según Juan de Dios de la Rada Delgado y sus biógrafos posteriores el orden es el siguiente: Ateneo de Tournai en Bélgica, Colegio Alemán de Moscú, Liceos de Albi (Tarn) y Montauban en Francia y en el Colegio Huddersfield de Yorkshire en Inglaterra. Este continuo viajar de sus primeros años de estudiante, que se convirtió en una constante en su vida, fue un aspecto sumamente importante en la formación de George Bonsor en cuanto al desarrollo de su curiosidad, dotes de observación y afición por la geografía. No se ha podido precisar los motivos que inclinaron a Bonsor a orientar sus estudios superiores hacia las Bellas Artes quizá sus cualidades innatas, sus constantes viajes... Lo que sí es cierto es que la vista de tantos y tan diferentes objetos y monumentos, en los diversos países recorridos por el joven en sus viajes acompañando a su padre, despertaron su sentimiento artístico. Al igual que ocurre con su formación primaria y secundaria, se desconocen las fechas de los períodos que estuvo en cada una de las escuelas superiores, aunque seguro se desarrollaron en la década de los setenta. 1 Quizás el motivo de su vagabundeo fuese la inestabilidad en Europa en esos años, en los que la guerra franco-prusiana acabó con la toma de París por las tropas del canciller Bismarck. Probablemente este hecho y las revueltas sociales fueron las razones que indujeron a George a ingresar en la Escuela de Arte de South Kensington en Londres, donde se enseñaba dibujo artístico e industrial. Más tarde optaría por la prestigiosa Real Academia de Bellas Artes de Bruselas (ciudad en la que probablemente contaría con 1 Un cuaderno de notas de estudiante, que se conserva entre su documentación personal, está fechado en Wakefield (Inglaterra), el 10 de septiembre de 1872.

familiares), centro de marcado carácter liberal en donde destacó con un premio en la especialidad técnica de dibujo "arqueológico" 2. Esta destreza le fue de gran utilidad posteriormente pues Bonsor se convertiría en el primer arqueólogo autodidacto que utilizara sistemáticamente el dibujo técnico o lineal en la descripción de los materiales y estructuras del registro arqueológico; materiales que consideraba como verdaderos monumentos artísticos . Es tal la importancia que otorgaba al dibujo en la investigación arqueológica que en algún momento llegó a declarar :

Real Academia de Bellas Artes de Bruselas (1935)

"Pero no quisiera alentar a nadie que no tenga intención de hacer un dibujo serio, a emprender una excavación como esta. Considero un crimen el excavar sin dar luego un dibujo minucioso de la excavación".

Los dibujos serán siempre importantes e interesantes y, en caso de que no fueran suficientes, consideraba que unas fotografías podrían completar los datos dibujados. Bonsor practicaba la fotografía, pero generalmente se ayudaría de fotógrafos profesionales locales como R. Pinzón y A. Pérez Romera. Su formación, así como su lengua, estuvo siempre más vinculada a la cultura francesa que a la inglesa y, aunque conservó hasta su muerte la nacionalidad británica, todos sus documentos fueron redactados en francés o castellano, raramente en inglés. Así se lo hizo entender a Reginald A. Smith, conservador del Museo Británico: "Soy consciente de lo extraño que debe sonar que siendo inglés no sea capaz de escribir mi artículo en inglés, pero debo explicarme diciendo que nací en Francia, de padres ingleses, que crecí allí y en Bélgica, y que vine joven a España, hace 40 años aproximadamente. Vine aquí para pintar, pero pronto dejé el arte por la 2 Este premio, no documentado, es esgrimido por algunos autores para justificar la "cierta formación arqueológica" inicial de Bonsor en 1881 cuando despertó a su vocación.

arqueología"3.

El pintor: Viaje por España Una vez concluidos sus estudios académicos, Bonsor decidió realizar el obligado viaje de estudios al sur de Europa en busca del recién descubierto "arte español" para consolidar su estilo pictórico. Eligió España como lugar donde buscar escenas y personajes para plasmar en sus pinturas basándose en la búsqueda de luz e influenciado por sus anteriores viajes a este país. Se ha dicho que vino a España atraído por el tópico romántico, como tantos otros viajeros románticos ingleses y franceses. Hombre sistemático, acostumbraba anotar todo en diarios. Se conoce con muy buena precisión el viaje del joven Bonsor por España, el itinerario seguido, sus gastos y sus impresiones gracias a un diario que confeccionó en francés 4. En la mayor parte de su viaje le acompañó Paulus, compañero de la Academia de Bruselas de origen belga y de creencia católica. Cargados con sus avíos de pintura y de cartas de presentación partieron desde Bruselas por ferrocarril hacia Burdeos para dirigirse a Biarritz y San Juan de Luz accediendo a España por Irún. La primera parada después de la frontera fue Burgos.

Juana la Loca, cuadro de Pradilla

El objetivo declarado del viaje era pintar cuadros de caballete, estudios a la acuarela, la visita a monumentos artísticos, museos de pintura y todo aquello sugerente que les pudiese interesar a los jóvenes pintores. Al igual que ellos, muchos de sus compañeros de la Academia emprendieron viajes similares por otros países del sur. Entre ellos Bonsor distingue a Laviada, 3 Carta de Bonsor a Reginald A. Smith, 25-6-1922. MAIER, 1999b:275, vol. II. 4 "Bonsor, voyage en Espagne (1880-1881)". Transcripción francesa del manuscrito original por María Peñalver y Marie-Paule Sarazin. 72 hojas mecanografiadas a 1 espacio. 1994, págs. 38, 41, 33, 37, 66, 53 y otras (inédito)

Charlet, Klinkerberg, Van Maesdyck, Vlenhover, Knoffp, Evrard, Houyoux, Duyck, Crespin, y Fynch 5 . Alguno de ellos formaron parte del grupo belga de los XX . En Burgos trabaron amistad con el pintor Primitivo Carcedo, quien les enseñó la ciudad, especialmente la Catedral y la Cartuja de Miraflores, les ayudó con el aprendizaje del castellano y los llevó por primera vez a una taberna. Al llegar a Madrid se dirigieron inmediatamente a la emblemática Puerta del Sol, posteriormente visitaron la colección de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para admirar el famoso cuadro de Francisco Pradilla "Doña Juana la Loca" (1877), muy del gusto de la época y medalla de honor en la Exposición Nacional de 1878, así como la colección de cuadros antiguos. Tras hacer copias en el Museo del Prado y visitar el Museo Arqueológico Nacional concluyó: "La ciudad de Madrid me aburre soberanamente". Siguieron a Toledo donde nada más llegar manifestó: "La ciudad de Toledo al primer golpe de vista me gusta enormemente y veo que tengo muchas cosas que pintar aquí." Su atención se centró principalmente en la descripción de las costumbres y en los personajes que le resultaban pintorescos como los mendigos, los gitanos, los canónigos o los sangradores, así como en la descripción de los monumentos históricoartísticos. Hacía pequeñas monografías literarias sobre ellos que luego enviaba a su familia . Después se dirigió en ferrocarril a Córdoba donde sólo permaneció un día y en el que visitó apresuradamente, el puente sobre el Guadalquivir, las murallas y la mezquita. Córdoba, al ser una ciudad de paso entre Madrid y Sevilla, no era una parada de importancia para el criterio de Bonsor. El 17 de febrero llegó a Sevilla, donde le esperaba su compañero de viaje Paulus, quien se había llegado unas semanas antes. Sevilla tampoco era una ciudad que le gustase para pintar. Con el único objetivo de contemplar las obras de su admirado Bartolomé Esteban Murillo visitó la Catedral, el Museo Provincial y el Hospital de la Caridad donde premonitoriamente descubrió la pintura de Juan Valdés Leal. Calificó a los pintores sevillanos contemporáneos como costumbristas y mediocres, no sintiendo ningún aprecio por ellos. Se decidió, entonces, a visitar el bonito pueblo de Carmona, que le fue recomendado por su padre, quien lo conoció en 1845 . 5 "Bonsor, voyage en Espagne (1880-1881)". Transcripción francesa del manuscrito original por María Peñalver y Marie-Paule Sarazin. 72 hojas mecanografiadas a 1 espacio. 1994, págs. 38, 41, 33, 37, 66, 53 y otras (inédito)

Carmona En esta primera visita a Carmona de tan sólo 4 días, se dedicó intensamente a marcar temas de pintura (óleo y acuarela), recorriendo minuciosamente los rincones de la ciudad y sus alrededores. Fue a recibir en Gibraltar a sus tíos John y Marie Batley y su primo Armytage, a quienes acompañó en un viaje por Málaga, Granada y Sevilla, donde despidió a sus parientes. En Gibraltar pudo comprobar la solidez del Imperio Británico en la marcialidad de su disciplinada guarnición, ataviada con el abigarrado uniforme "de las colonias del sur"6. Por el contrario, en Cádiz encontró una tropa negligente. Bonsor y su amigo Paulus decidieron visitar Tánger donde permanecieron del 7al 17 de mayo de 1881. De regreso en Carmona, definitivos en su vida.

Bonsor se quedó

allí nueve meses, que fueron

Le encantaba observar y pintar escenas tópicas tomadas de la vida misma del pueblo. Monaguillos en el patio de los Naranjos de la Iglesia Prioral de Santa María un paisaje con el Monasterio de la Virgen de Gracia, que se encontraba al pie del Alcázar y hoy desaparecido, la calle del Convento de Santa Clara con un aguador con su asno el mercado o plaza de abastos. Pagaba religiosamente a los modelos que posaban para él. Hacía comentarios jocosos : «Los pobres mendigos españoles son numerosos, felices y fumadores empedernidos. Cuando estoy pintando, los pobres ciegos que pasan ¡siempre se acercan a mirar con ojo experto lo que estoy haciendo!. Lo que demuestra que cuando se trata de mi trabajo no son tan ciegos como otros»

Coincidiendo con la celebración de la Semana Santa pintó una detallada descripción de la procesión de Santiago el Jueves Santo. En algunos momentos el joven Bonsor, de 26 años, llegó a perder su flema británica : «Cuando llegó la noche [en Carmona] veía pasar desde mi balcón la procesión con todas sus luces. En el balcón de enfrente se encontraban varias chicas que, tan pronto me vieron, comenzaron a cotillear -¡Es el extranjero, es el pintor!-. Una de ellas, de negra mantilla cubriéndole medio rostro, me miraba y ¡parecía pedirme algo!. Entonces me ocupé sólo de ella y no me ocupé más de la procesión» 6.

Muy pronto Bonsor se hizo popular en el pueblo, donde lo conocían como el 6 "Bonsor, voyage en Espagne (1880-1881)". Transcripción francesa del manuscrito original por María Peñalver y Marie-Paule Sarazin. 72 hojas mecanografiadas a 1 espacio. 1994, págs. 38, 41, 33, 37, 66, 53 y otras (inédito) 6 Bonsor. Op. Cit.

pintor inglés. Cuando pintaba en la calle la gente se paraba y hacía comentarios como «¡ Qué bien le está saliendo ese farol !». ( -Me hice una reputación de pintor de quinqués-) 6. Un cura, el padre José Barrera, le encargó un retrato del vicario de Carmona, el padre Sebastián Gómez Muñiz, por el que pagó cuatro duros "y los materiales". Ante su primer encargo Bonsor añade en su diario con humor: "Véase cómo el clero es aún hoy en España el único que alienta a los pintores"7.

La visita al cementerio católico le suscita curiosidad : “Un cementerio español, [...] los nichos alineados en los muros y la división en varios patios. El patio de Nuestra Señora de Gracia, el grande, donde se encuentra en medio la fosa común para los pobres que van a tierra, y los ricos arriba, en la biblioteca...”6.

Se desenvolvía mal con la lengua pero pronto hizo amigos. Un vecino de Carmona, José Vega Peláez, le presentó a Juan Fernández López, un joven farmacéutico aficionado a las antigüedades 8. En Carmona mantuvo reuniones casi a diario en la rebotica de éste con Manuel, su hermano y médico de profesión, el padre Sebastián Gómez Muñiz, Antonio Calvo Cassini, historiador y correspondiente de la Real Academia de la Historia 9 el cirujano Manuel Pelayo y su hermano Arturo y otros que constituían un paradigma de “tertulia de anticuarios". Bonsor se integra en este grupo y, por sus viajes y por su mundología, en un corto espacio de tiempo se convierte en la figura mas representativa de tan heterogénea agrupación. Bonsor tenía intención de inspeccionar una tumba romana con frescos que le habían elogiado; esa misma noche le visitó Luis Reyes conocido por Calabazo, un hombre de edad que se dedicaba a la recolección de plantas medicinales y ocasionalmente de antigüedades, que solía vender a Sebastián Gómez Muñiz o a Juan Fernández López. Calabazo le mostraría la tumba previo pago de 6 pesetas6. La sensacional reapertura de la tumba (situada en el camino de Brenes y hoy desaparecida) tuvo lugar el domingo 10 de julio de 1881. Fue tal la conmoción que le ocasionó la observación directa de la tumba romana, 6 Bonsor. Op. Cit. 7 PEÑALVER SIMÓ, María. 1960. Don Jorge Bonsor: Apuntes para una biografía. Tesis de Licenciatura dirigida por el Prof. Juan de la M. Carriazo. Facultad de Filosofía y Letras. Sevilla. 180 hojas. Inédita. (Biblioteca de la Facultad de Geografía e Historia. Universidad de Sevilla).pág. 68 6 Bonsor. Op. Cit. 8 Juan Fernández López, nació en Carmona el 23 de junio de 1850, de la unión de Nicolás Fernández del Pino y María de Gracia López Blanco. Quedó huérfano de madre a los cinco años y de padre a los diez. Cursó sus estudios en el colegio de San José de Carmona y en el Instituto provincial de Sevilla, licenciándose en farmacia por la Universidad de Granada. Comenzó a ejercer su profesión en la ciudad de Los Alcores en 1871. 9 Antonio Calvo Cassini era el único Académico correspondiente en Carmona en estos momentos. 6 Bonsor. Op. Cit.

cuyos frescos representaban la escena de un banquete funerario (que dibujó minuciosamente)10 que en aquel instante se despertó su pasión por la arqueología hasta el punto de dedicarle su vida:

Luis Reyes “Calabazo”.

Calabazo retratado por Bonsor (Colección Peñalver Simó)

"Fue la fuerte impresión que me produjo penetrar en esta cámara funeraria y contemplar sus portentosas pinturas cubriendo la totalidad de la superficie de sus paredes la que me hizo decidirme, conmovido, a consagrar mi vida a las investigaciones arqueológicas... ".

El banquete funerario que torció la vocación de Bonsor .

Tan importante conversión habría que madurarla con tiempo y en familia. Requeriría dedicarle un tiempo de reflexión, un proyecto económico, una metodología y un aprendizaje técnico. En aquel momento el estudio científico de la antigüedad comenzaba a dividirse en dos disciplinas 10 Ver dibujo en De la Rada y Delgado, Juan de Dios : "Necrópolis de Carmona. Memoria escrita en virtud de acuerdo de las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando". Imprenta y Fundición de Manuel Tello. Madrid. 1885, LAMINA III

incipientes: a) los filólogos, orientalistas o indoeuropeos, estudiaban la difusión de grandes civilizaciones por sus textos (eran llamados arqueólogos de gabinete); b) los arqueólogos etnógrafos estudiaban los pueblos primitivos mediante "la observación participante" (trabajo de campo). El Bonsor hombre de acción se sentía más atraído por la segunda opción. En agosto de 1881 emprendió un viaje a Granada de quince días para recorrer la ciudad más pausadamente que en su anterior estancia con sus tíos, y posiblemente para meditar su dedicación a la arqueología. Sin embargo, Bonsor enfermó, lo que precipitó su regreso a Carmona. Dentro de su tertulia poco a poco se va aficionando al coleccionismo de pequeñas antigüedades, que unas veces le regalan y otras compra . El 26 de febrero de 1881 se comprometió a hacer el retrato a una dama por el precio de 100 pesetas «para comprar antigüedades» 6 . A la rebotica solía acudir con cierta frecuencia nuestro Luis Reyes Calabazo, donde hacía gala de gran cantidad de antigüedades, la mayoría romanas, que expoliaba de lugares que sólo él conocía. La atractiva personalidad de Bonsor le granjeó simpatías generales y se hizo de una clientela. Fue requerido para realizar retratos de diversos personajes, como el de una hija del cirujano Manuel Pelayo y del Pozo. Terminó una gran composición alegórica, según su idea tópica de España, en la que aparecían tres guapas mujeres de la burguesía carmonesa rodeadas de flores, un cura en el centro, y a su lado un joven militar, una niña y un monaguillo11. Bonsor acabó sintiéndose a gusto en Carmona. Vivía de rentas y muy bien, siendo su nivel de vida equiparable al de cualquier propietario de tierras o profesional liberal (notario, médico, farmacéutico) de la época. Había algunos alicientes. Sucedía que, a la relativa abundancia de «antigüedades» se le unía el que España fuera un país atrasado y muy barato. Por otra parte, el estatus jurídico del patrimonio y de los hallazgos arqueológicos privados era por entonces muy poroso y rudimentario y, por tanto, independientemente del tópico romántico, el acicate para coleccionistas y aficionados extranjeros era evidente 12. 6 Bonsor. Op. Cit. 11 PEÑALVER SIMÓ, María. 1960. Don Jorge Bonsor: Apuntes para una biografía. Tesis de Licenciatura dirigida por el Prof. Juan de la M. Carriazo. Facultad de Filosofía y Letras. Sevilla. 180 hojas. Inédita. (Biblioteca de la Facultad de Geografía e Historia. Universidad de Sevilla). 12 El cuerpo legislativo consistía en la Real Cédula de Carlos IV, de 6 de julio de 1803 que aprueba y manda observar la "Instrucción formada por la Real Academia de la Historia sobre el modo de recoger y conservar los monumentos antiguos descubiertos o que se descubran en el Reyno" y la Real Cédula de Fernando VII, de 28 de abril de 1837 "Por la que se prohibe la salida de la Península de pinturas, libros y manuscritos antiguos". El liberalismo hizo poco en favor del patrimonio anticuario . Inoperancia política interesada mantenida por la calculada ambigüedad de los grandes propietarios, muchos de ellos incluso académicos. Durante la Restauración, el gobierno del Partido Liberal, por Real Orden de 6 de diciembre de 1883 mandó crear una Comisión para proponer una Ley de Conservación de Antigüedades Españolas, la cual debía presentar las bases en el término de tres meses a contar

José Ramón Mélida, considerado como una gloria de la Arqueología española, denunció la precaria situación de la legislación nacional en materia de expolio y apropiación indebida de antigüedades: «Las antigüedades viven en España de milagro. La casualidad las encuentra, la codicia las oculta cuando la barbarie o la ignorancia no las destroza y las injuria. Manos incompetentes suelen guardarlas sin aprecio [...] pocas veces pasan a ocupar un lugar digno en las salas de los museos y en la Ciencia las páginas que reclaman [...] podría evitarlo una ley»13.

Tras señalar que en España se había excavado poco y había mucho por descubrir, el mismo Bonsor era perfectamente consciente de que las autoridades no molestarían a los excavadores, como en Grecia o en Turquía, [países ya ampliamente expoliados]. Todo era cuestión de llegar a un acuerdo económico con el propietario del terreno incluso haciéndolo copartícipe de los hallazgos14.

Vaso campaniforme (El Acebuchal)

Movidos los de la tertulia por su recalcitrante amor hacia las antigüedades, aunque sin ninguna cualificación, consiguieron por amistades permiso del gobernador civil para realizar excavaciones en el Alcázar (conocido entonces como “de arriba” o “de la Puerta de Marchena”), uno de los monumentos antiguos más emblemáticos de la historia de la ciudad. Por sus encuestas, lecturas y paseos Bonsor sospechaba que bajo tierra había gran cantidad de restos arqueológicos que vinculaba con el fuerte terremoto de 1504. Según reseña en su diario, durante los últimos meses de 1881 él y sus amigos estuvieron febrilmente excavando con la ayuda de jornaleros (que habían desde su constitución, al Ministro de Fomento: nunca llegó a producirse. 13 Casado Rigalt, Daniel : "José Ramón Mélida (1856-1933) y la Arqueología española". Madrid. Real Academia de la Historia. 2006 14 Ver BONSOR, G. (1890) Manuscrito inédito (en inglés) 1-2, Archivo General de Andalucía. Legajo 1, pág. 4. Citado por Maier.1999a. Op. cit. pag. 39

venido andando desde Soria en busca de trabajo) movidos más por la aventura o por el gusanillo de la codicia que por otra cosa: ¡buscaban nada menos que el tesoro oculto del rey Pedro I el Cruel! .

Puerta de acceso al Alcázar de Carmona.

«Un viejo ha despertado nuestras esperanzas anunciándonos que encontraríamos antigüedades, estatuas, ¡tesoros!...» 6

La Transformación Tras esta aventura excavatoria del Alcázar (cuyos resultados no se conocen) Bonsor interrumpió su diario de 1881 y dió por concluído su viaje de estudios. La transformación vital que experimentó, desde incipiente pintor de caballete a arqueólogo-excavador constituye un proceso íntimo y misterioso . ¿Dónde aprendió el oficio? . No consta que asistiera a cursos en alguna escuela de arqueología (como por ejemplo la recién fundada [1882] École de Archéologie du Louvre de Paris). Su biógrafo Maier insinua vagamente que Bonsor se asesoró debidamente en Francia, Bélgica e Inglaterra15 lo que no deja de ser un deseo en un hombre como Bonsor que siempre dejaba constancia escrita de todos sus pasos . Es de suponer que la práctica de campo por las bravas, como se hacía entonces, aprendiendo de los errores, junto a un estudio disciplinado de todo lo publicado en Europa operarían su transformación científica. He aquí lo que Fernández López opinaba de la afición carmonense: 6 Bonsor. Op. Cit. 15 Maier Allende 1999a. Op. cit. pág. 40

“Mr. Thys [ingeniero belga que había llegado al pueblo para unas instalaciones hidráulicas] semi-indiferente hasta entonces a las antigüedades romanas, sintió bien pronto entusiasmo grande por las mismas: se hizo lo que se llama un buen aficionado, pero aficionado práctico, de esos a quienes aspiran a conocerla en sus intimidades, o sea desenterrando ellos mismos los monumentos, única manera de sorprender determinados secretos y experimentar las sorpresas agradabilísimas de que oyera hablar a sus nuevos amigos” [de la rebotica carmonense]16.

La integración de Bonsor en este grupo entusiasta de Carmona, unido por la afición común al estudio de los monumentos y antigüedades de la ciudad, culminaría en la fundación de un ente erudito privado, la Sociedad Arqueológica de Carmona17. Así pues, Bonsor era un amateur de rebotica . Conocía el dibujo técnico (de hecho se estrenó levantando el plano del Alcázar , al igual que haría con el del Alcázar de la Puerta de Sevilla). Pero desde luego nunca había realizado prospecciones de campo con pico y pala ni tenía conocimientos de arquitecto o ingeniero; ni siquiera de maestro de obras. Desconocía, pues, las habilidades de la naciente disciplina arqueológica (geología, estratigrafía) que le permitieran analizar o reconstrir una estructura desenterrada. En un corto espacio de tiempo debió asimilar gran cantidad de conocimientos nuevos. Fue un osado autodidacta con talento que aprendió pronto y sobre la marcha por su don de lenguas, sus relaciones europeas y su filosofía positivista. La existencia de un área de necrópolis en Carmona se conocía desde unos años antes, entre 1868 y 1869, con motivo de los trabajos de allanamiento del llamado Camino del Quemadero. Así que se inició una etapa de expolio sistemático por parte de aficionados y propietarios de los terrenos, con un objetivo lucrativo, de forma que se vendían las piezas extraídas a coleccionistas. Antes de finalizar su estancia, Bonsor, hombre serio ya determinado por la arqueología propuso asociarse a Juan Fernández López, quien poseía una importante colección de antigüedades romanas, para la compra de las tierras de donde se habían extraído al objeto de apropiarse legalmente de los futuros hallazgos; a lo cual el farmacéutico accedió y además, le permitió hacer propiedad común de su colección particular. Con este proyecto el 19 de diciembre de 1881 finalizó el viaje de Bonsor a 16 Fernández López, M.: 1898. Discursos leídos ante la Real Academia Sevillana de Buenas Letras el 8 de mayo de 1898 por los señores D. Manuel Fernández López y D. José Gestoso en la recepción del primero. 1898. Sevilla: Escuela Tipográfica Salesiana 17 La Sociedad Arqueológica de Carmona. En Maier Allende Jorge. 1999a Op.cit. pág. 79

España retornando con sus cuadros a Lille, donde le esperaba su padre, para comenzar su otro «viaje»: a la Arqueología. La reflexión familiar fue sencilla: por entonces la investigación arqueológica europea había descubierto España, sus limitaciones científicas, su historia y cultura antiguas, su arqueología de gabinete, las facilidades que otorgaba para las excavaciones e incluso el traslado al país propio de todo lo encontrado. Se sabía de otros arqueólogos franceses y alemanes que habían hecho de España su lugar de residencia: iban, cosechaban, volvían y publicaban. Después de todo, el hallazgo arqueológico no era más que un bien sujeto al tráfico jurídico privado y al libre mercado (bien tangible). Aquello era barato, con grandes facilidades y posibilidades de "airearse" por el Norte durante los meses de calor. La Revolución Industrial había producido aquella clase de audaces burgueses emprendedores. Una clase de hombres dispuestos a desenterrar los tesoros de la Historia para llevarlos al mercado, guiados por la razón, es decir, conociendo sus intereses y su provecho18 . Ningún excavador particular y extranjero habría osado expoliar las relativamente modestas antigüedades metropolitanas de las potencias colonialistas (Inglaterra, Alemania o Francia). Cuando esto sucedió, reaccionaron con legislaciones expeditivas 19 .

Primeros trabajos arqueológicos La arqueología de la muerte La apertura de una tumba se consideraba moral y religiosamente una violación o una profanación. La apertura de una tumba antigua, hecha con el debido respeto, y la apropiación de su contenido con fines científicos se consideraba un acto legítimo y una fuente de información historiográfica (material y simbólica). Los inicios de las actividades arqueológicas de la sociedad Bonsor & Fernández se centrarían básicamente en la arqueología hispano-romana con la excavación de la ya conocida necrópolis y el descubrimiento del anfiteatro, centrándose también en el estudio de las murallas, puertas y 18 Ya en 1811 existían antecedentes en Europa, a mayor escala, de sociedades mercantiles internacionales de apasionados por las antigüedades que operaban en Grecia. Como la denominada Xeneion, formada por arqueólogos alemanes, daneses e ingleses que expolió el templo de Egina, cuyo friso fué luego vendido a la Gliptoteca de Munich y asímismo el templo de Bassae, cuyos mármoles fueron vendidos al Museo Británico. En 1827 el estado griego prohibió por ley este tráfico. 19 V.gr. en Francia la ley Audiffred (1913) fue consecuencia del "escándalo Hauser" : el anticuario suizo Hauser había excavado por su cuenta y sin permiso en la Dordoña y vendió impunemente en Alemania dos esqueletos del Cuaternario. La ley Carcopino (1941) fue suscitada por un asunto arqueológico con los ocupantes nazis. GranAymerich, E.: "El nacimiento de la arqueología moderna (1798-1945)." Prensas Universitarias de Zaragoza. 2001 pág.410-411, 600

alcázares de Carmona así como el seguimiento y registro de los restos constructivos que aparecían intramuros. Una vez adquiridos los terrenos agrícolas apropiados en sociedad cooperativa, Bonsor comenzó a diseñar el proyecto de excavación durante los años 1882 y 1883 contratando peones (con Luis Reyes Calabazo como orientador y Rafael Pérez Barrera como capataz) y equipamientos y comenzando los trabajos sistemáticos en 1883, que dieron como resultado el descubrimiento de una de las más importantes necrópolis romanas. Procuraban leer todo lo publicado sobre Historia y descubrimientos arqueológicos. Con el fin de recibir consejos y formación práctica, ambos socios emprendieron un viaje por distintos museos de Europa20 .

Carmo Romana Esta etapa se desarrolló entre1882 y 1886 .

Escultura hallada en la Tumba del Elefante.(Museo de la Necrópolis de Carmona).

La documentación que se conserva actualmente en todo lo concerniente a la excavación de la necrópolis romana es relativamente escasa porque en gran parte fue vendida por Bonsor a la Hispanic Society. Aunque suficiente como para saber que supuso el primer proyecto de excavación sistemática y planificada en España. Las primeras excavaciones de Juan Fernández y George Bonsor se remontan al invierno de 1882 en los terrenos que habían adquirido de olivos y canteras conocidos como los campos de la Paloma, de Manta y de la Plata. Los trabajos continuaron a lo largo de todo el invierno y la primavera de 1883 y en otoño, primavera y verano de 1884, para finalizar, momentáneamente, hacía la primavera de 1885, fecha en la que ya se habían excavado 225 estructuras funerarias, alcanzando la cifra de 300 en los siguientes años. Las principales tumbas pueden observarse en

20 Fue costumbre sistemática de Bonsor viajar al norte de Europa los meses más calurosos de Andalucía, al menos mientras estuvo soltero.

tecnología 3-D21 .

Arqueología liberal Bonsor y su socio español habían establecido los cimientos de una moderna arqueología liberal basada en la propiedad privada y el libre mercado. El recinto fue cercado con guarda y se construyó en el centro de la necrópolis de su propiedad un museo "in situ" de concepción funcional, que era al mismo tiempo vivienda de Bonsor y sus huéspedes y almacén de su colección hasta que se mudó al Castillo de Mairena .

Allí se recibían a los arqueólogos extranjeros y visitantes colectivos que pagaban su entrada.22 23 En 1885 se inauguró oficialmente la Necrópolis y su Museo y también se fundó. Como se ha dicho, la Sociedad Arqueológica de Carmona, que daba

21 Estructuras en 3D- http://www.juntadeandalucia.es/cultura/museos/CAC/index.jsp?redirect=3d.jsp&lng=es 22 Como propiedad privada que era, el complejo de la Necrópolis fue cercado con un guarda. Existe evidencia de que se cobraba una entrada por visitarlo y se hacían rebajas a grupos. Ver Peñalver, María (1960) Op. cit. pág. 99 23 Años más tarde Bonsor aconsejaba a Mélida sobre el aprovechamiento económico de un recinto arqueológico como el recién descubierto teatro romano de Mérida: 1º Billetes individuales; 2º Billetes especiales o de familias; 3º Venta de una guía descriptiva-ilustrada del recinto; 4º Venta de fotografías y tarjetas postales; 5º Venta en el despacho u oficina de publicaciones [y reproducciones] arqueológicas y artísticas; 6º Producto de representaciones teatrales, conciertos, etc.; 7º Todos los años organizar juegos florales en el teatro; 8º Cosecha de almendros,olivos etc.y 9º Subsidios del gobierno. Ver Meier Allende 1999b. Carta 194. Op.cit. pág 104

lustre académico y científico al núcleo carmonense 2425. A este año corresponde el hallazgo de dos grandes tumbas, la llamada Columbariotriclinio y la tumba del Elefante. Durante 1893 parece ser que no se realizaron excavaciones en la necrópolis . En julio de 1894 Manuel Burgos y Alcaide, miembro de la Sociedad Arqueológica, halló una tumba familiar en el Campo Real cuyo ajuar era interesante. Se trata de dos pequeñas figuras de patecos, una de ellas representando al dios Bes, un ara, dos falos (uno de marfil y el otro de hueso). Estos elementos hacían notar la evidente influencia púnica en la Necrópolis, hecho remarcado por Bonsor. El último gran descubrimiento realizado en la necrópolis de Carmona, llevado a cabo por Juan Fernández López en solitario, en terrenos de su propiedad fue la llamada Tumba de Servilia26. Su nombre se debe al hallazgo de un pedestal estatuario en la que se lee la inscripción SERVILIAE L F P MARI MATER D. En esta excavación se produjo el descubrimiento de una estatua de mujer sin cabeza y el pedestal de mármol aludiendo a la inscripción nombrada. Sin embargo, se prestó más atención a las raras características arquitectónicas de la estancia, lo que llevó a sus descubridores a pensar en un origen prehelénico o fenicio. Asimismo se hallaron una estatua femenina y una infantil, muy valoradas dada la escasez de originales hallados en la Península, así como una cabeza masculina, conservada en el Castillo de Mairena, identificada como L. SERVILIUS. Estos son, por tanto, los últimos datos que constan sobre la historia de los descubrimientos en la Necrópolis romana de Carmona. Desde 1905 hasta su donación al Estado Español en 1930, no existe ningún dato de nuevos trabajos o excavaciones desarrollados en el yacimiento .

El Anfiteatro de Carmona De las excavaciones que se realizaron en la Necrópolis, destaca el hallazgo del anfiteatro de Carmona, en cuyo descubrimiento fue decisiva la labor de Bonsor . La topografía del terreno hizo sospechar a los arqueólogos que, en el llamado Campo de la Plata, se debería encontrar el monumento público que iban buscando: una inmensa hondonada que hasta entonces se había usado para albergar alpechín . En mayo de 1885 se realizaron unos sondeos previos para lo que trazaron una zanja de ensayo con una anchura de 0,80 metros desde la zona alta de la hondonada al centro de la depresión, con orientación sudeste-noroeste hasta alcanzar la roca, que dio como resultado el descubrimiento de parte de la praecinctio 27. 24 Tanto Bonsor como Fernández López fueron propuestos Académicos correspondientes por Juan de Dios de la Rada y Delgado, Antonio M." Fabié y Fidel Fita y Colomer, el 5 de junio de 1885. 25 La Sociedad Arqueológica de Carmona. En Maier Allende. 1999a Op.cit. pág. 79 26 El descubrimiento fue comunicado a la Real Academia de la Historia en un extenso informe del entonces aún correspondiente Adolfo Fernández Casanova, fechado el 25 de febrero de 1906. 27 Pasillo semicircular que divide la cávea longitudinalmente en diversos sectores, limitado por un parapeto o balteus.

Tomás Domínguez Romera, conde de Rodezno, era el propietario ausente de los terrenos y éste lo tenía arrendado a José Domínguez y Trigueros, quien dió el permiso necesario para realizar nuevos trabajos durante cinco meses. La intención de Bonsor era adquirir dichos terrenos, pero el precio puesto por el propietario era excesivo . Para el cálculo cronológico del monumento y su interpretación, Bonsor se basó principalmente en los hallazgos numismáticos y en las tumbas. Para datar la construcción del anfiteatro, que sitúa en los tiempos de los primeros emperadores, no tenía más testimonios que las antiguas tumbas de las inmediaciones, las cuales eran posteriores a la construcción del Anfiteatro. Para la fecha de abandono poseía más elementos de juicio, como el hallazgo de una tumba a la derecha de la gran entrada tallada en la roca, y en una dirección transversal a las gradas del segundo meníano 28. La tumba, que carecía de ajuar, pero sí parecidos tipológicos con otras halladas en la Necrópolis, daba claros indicios de que el abandono del anfiteatro correspondía a finales del Imperio. Este anfiteatro es un edificio complejo, ya que conjugaba finalidades propias de teatros y circos . Pese a ello, se consideró la posibilidad de encontrar en otro lugar el teatro o el circo. El anfiteatro de Carmona, que es uno de los primeros construidos en Hispania fue un hallazgo importante para la arqueología romana en su tiempo al tener la singularidad de ser descubierto mediante un nuevo concepto de investigación arqueológica. Consciente Bonsor del valor del monumento, trató por todos los medios que su excavación se efectuase completamente, aunque sin éxito, apelando a las instituciones oficiales y en especial a la Real Academia de la Historia uno de cuyos académicos, Rada, incluso incluye el anfiteatro en su memoria sobre la Necrópolis29. Juan Fernández López refiere en las Memorias de la Sociedad Arqueológica de Carmona que recibieron 300 pesetas que habían solicitado a la Diputación Provincial, pero que no cobraron hasta un año más tarde, no A él se abren los vomitorios y del mismo parten las escaleras radiales de acceso a las gradas.

28 Cada una de las órdenes de gradas en los circos romanos. 29 De la Rada y Delgado, Juan de Dios : "Necrópolis de Carmona. Memoria escrita en virtud de acuerdo de las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando". Imprenta y Fundición de Manuel Tello. Madrid. 1885

pudiendo practicar las excavaciones en extensión, como tenían proyectado. El anfiteatro romano de Carmona fue propiedad privada hasta1973 en que los Condes de Rodezno lo donaron al Estado, pero tal cesión no ha mejorado las expectativas de este yacimiento, casi abandonado al efecto del tiempo. Lo penoso es que el anfiteatro no es visitable. Puede contemplarse a lo lejos a través del mallazo que lo rodea, desde la misma calle. Tampoco se observan obras de excavación en el mismo, por lo que la mayor parte del permanece aún bajo tierra.

Arqueología Pre-romana: Los Alcores La primera fase de esta prospección se desarrolló entre los años 1894 y 1898. La exploración del área de Los Alcores, próxima a Carmona, la auspició la Sociedad Arqueológica por una intuición del socio Manuel Pelayo. Tras algunas excavaciones poco éticas y desafortunadas de Juan Peláez y Barrón y la actuación de algún periodista indiscreto todo acabó con la expulsión de tres asociados mal avenidos. Bonsor continuó la excavación en solitario y a sus expensas, al permitirlo el reglamento de la Sociedad carmonense. Su objetivo era el de estudiar determinadas estructuras presumidas de la época protohistórica de la región. El interés por este período (EneolíticoBronce tardío-Hierro I) hay que buscarlo en el giro que se produjo en Europa en la investigación arqueológica que, en detrimento del Paleolítico, centró su búsqueda en los períodos más atractivos para el origen y conformación de los nacionalismos europeos, entre el Neolítico y la dominación romana . Aquellos hallazgos protohistóricos (ante-romanos, como los llamaba Bonsor) que iban apareciendo bajo túmulos o a poca profundidad suscitaban una duda fundamental : ¿venían de alguna otra cultura o habían sido concebidos in situ por los aborígenes (en este caso, genéricamente los iberos)? . En respuesta al evolucionismo darwiniano, que postulaba un desarrollo cultural policéntrico entre civilizaciones, puesto que la psiquis era común, el difusionismo monocéntrico, de ideología más conservadora, atribuía el progreso al contacto comercial y al flujo cultural entre sociedades superiores e inferiores. Dentro del marco difusionista étnico, que había comenzado a surgir del idealismo alemán a partir de la década de 1880, la capacidad humana para la innovación fue considerada tan limitada que los descubrimientos básicos, como la cerámica o la metalurgia del bronce, parecían no haber podido ser inventados más que una vez y por tanto se recurría al difusionismo como explicación de su expansión por todo el mundo.

Los difusionistas constataban la similitud de ciertas manifestaciones de culturas inferiores con las de las grandes civilizaciones superiores, llegando a la conclusión de que aquellas imitaban pobremente a éstas. Así cualquier artefacto arqueológico encontrado en un yacimiento debía mostrar alguna huella de una influencia exterior más potente, fuese minoica, fenicia, egipcia, celta, griega etc. Había que elucubrarla por metodología comparativista; se hacían detalladas clasificaciones de artefactos, los corpus, que se organizaban en secuencias culturales para establecer paralelismos (discusión de paralelos). Había multitud de eruditos de gabinete que peritaban ante una simple fotografía por este método . En este cambio de paradigma jugó también un papel determinante el descubrimiento de las raíces prehistóricas de las llamadas culturas clásicas, a partir de los trabajos de Heinrich Schliemann en Grecia y de Williams Flinders Petrie en Egipto, por citar los más representativos, que se produjeron entre 1880 y 1900, es decir en el momento en que se realiza la síntesis del modelo filológico y el modelo naturalista, unión que dio lugar a la moderna Arqueología. Al tiempo, en el seminario metropolitano de San Isidoro de Sevilla se impartía la asignatura de Arqueología Cristiana30 . A pesar de encontrarse numerosos abates entre los profesionales de la Arqueología, hay que decir que en España la Iglesia Católica había venido frenando el estudio de todo lo relacionado con la prehistoria y veía con malos ojos el darwinismo, y lo antediluviano . Todavía en 1894 el proto-arqueólogo sevillano Carlos Cañal afirmaba : « [...] las exploraciones y hallazgos prehistóricos confirman, si de confirmación hubiera menester, la doctrina siempre sostenida como verdadera. El Congreso Católico [III] habido en Sevilla (1892) declaró que los estudios prehistóricos nos demuestran la aparición reciente del hombre sobre la tierra, su creación en estado de cultura y su origen divino e inmediato»31.

Posiblemente influyera en Bonsor la proximidad del arqueólogo profesional francés Arthur Engel 32 o quizás se sintiera estimulado por las noticias sobre los asombrosos hallazgos del ingeniero-arqueólogo belga Louis Siret en Almería (publicados con gran aceptación internacional en Amberes en 1887)33. 30 Impartida por el presbítero Manuel de la Peña y Fernández, quien escribió un Manual de Arqueología Prehistórica, precedido de nociones preliminares de Arqueología General, Geología y Paleontología y seguido de cinco cuadros sinópticos de Arquitectura Cristiana y de dos vocabularios para la debida inteligencia de las voces técnicas (1890). 31 Cañal y Migolla, Carlos: "Sevilla prehistórica. Yacimientos prehistóricos de la provincia de Sevilla". F. Fé. Madrid. 1894, pág. 2-3 32 Arthur Engel que, casualmente ha pasado a ser más conocido por sus trabajos en el campo de la numismática que por su contribución a la protohistoria ibérica, vino a España comisionado por el Ministerio de Instrucción Pública francés en 1889, aunque se sabe que su presencia en nuestro país, y más concretamente en Carmona, data de 1886, ya que figura entre los asistentes al segundo acto de presentación de la Necrópolis de Carmona. 33 Siret, Henri y Louis: "Les premiers ages du métal dans le sud-est de l'Espagne". Bruxelles. 1888

Bonsor fue un difusionista convencido. La exploración de Los Alcores fue, sin duda, uno de sus trabajos más trascendentales34. Su importancia se centra en tres aspectos que se relacionan: a) Por una parte, en la naturaleza de sus descubrimientos. Sus hallazgos eran tumbas no coetáneas. Cada túmulo era un cementerio que contenía uno o varios enterramientos (microespacio cerrado) . El ritual funerario podía ser por inhumación o por incineración y no había una manera establecida de colocar la pira, la urna y los objetos. Había asímismo túmulos individuales (Bencarrón, Mesa del Gandul, Alcantarilla, El Acebuchal, Santa Lucía y Cañada de Ruiz Sánchez) y estructuras megalíticas. b) Por otra parte, en la metodología y el criterio espacial empleados en su trabajo de campo. Los ajuares, la cerámica, el tipo de ritual daban lugar a interpretaciones ambiguas sobre datación, estatus social, etnia o intercambios comerciales. Bonsor daba mucha importancia al análisis de las relaciones entre yacimientos, y al análisis de las relaciones de los yacimientos con el entorno medioambiental en el que se ubican. Intuyó, en el macroespacio de la vega del Guadalquivir, la permanente presencia de “pueblos”: celtas, fenicios, libio-fenicios (cartagineses), como motores de la civilización y del asentamiento de culturas (aculturación), en un inconcreto marco de “colonias” y colonización agrícola fenicia o púnica, que no explicó en su momento. Su simpatía anglosajona por lo semita (fenicio, libio-fenicio o púnico) se hacía evidente35. Y por último, por la forma expositiva; sus resultados fueron publicados de manera brillante en la Revue Archeologique en 1899 bajo el título “Les colonies agricoles pre-romaines de la Vallée du Betis” convirtiéndose en la primera y más famosa publicación de George Bonsor. c)

Posteriormente volvió a centrarse en Los Alcores (la llamada segunda exploración de Los Alcores 1900-1911), realizando prospecciones y excavaciones que son de significativa importancia, pues permitieron a Bonsor precisar y describir la secuencia cultural de la región de la vega de Carmona y, por extensión, del Bajo Guadalquivir36. Como resumen secuencial: Bonsor mantiene la existencia desde el Neolítico de una cultura indígena pre-existente en el valle del Guadalquivir, que se verá influida por la colonización fenicia (que tuvo un marcado carácter agrícola en el valle) durante el Bronce Final, de la que se originaría la cultura 34 Una relación pormenorizada del material funerario excavado por Bonsor en Los Alcores puede consultarse en Torres Ortiz, Mariano. 1999. 1999. Sociedad y mundo funerario en Tartessos. Madrid. Real Academia de la Historia, (Bibliotheca Archaeologica Hispana; 3) págs. 57-95 35 Los ingleses de la revolución industrial se creían descendientes de los industriosos fenicios semitas mientras los alemanes se creían descendientes de los arios indoeuropeos. 36 Maier Allende Jorge. Nuevas exploraciones en los Alcores (1900-1911). 1999a Op.cit. págs. 173 y siguientes

Tartésica, que alcanza su máximo apogeo durante el Hierro I. Al final de este período tendrá que soportar la invasión céltica y la cartaginesa. Bonsor niega cualquier influencia griega en esta área sudoccidental de Andalucía .

Itálica Por el año 1892 Arturo Galí Lassaletta publicó una Historia de Itálica37 que ponía de manifiesto el abandono en el que se encontraba el yacimiento de Santiponce por parte de la Comisión de Monumentos Provinciales, presidida entonces por Francisco Caballero Infante, del gobernador civil y los alcaldes de Sevilla y Santiponce. El monumento era propiedad del Estado, aunque el resto de los terrenos eran de propiedad privada, lo que favoreció la realización de captaciones en las ruinas por gente del pueblo. Estas intervenciones clandestinas, con fines pseudocientíficos o en busca de piezas importantes para colecciones particulares y exorno de mansiones aristocráticas, produjeron también, como era de esperar, descubrimientos significativos, como el Bronce de Itálica 38, el tesoro de barras de plata y oro y monedas, además de importantes piezas escultóricas, mosaicos etc. El francés Arthur Engel, eminente numismático, junto con Antonio María de Ariza protagonizaron, hacia 1890, una serie de excavaciones en el yacimiento, en las que descubrieron tumbas e inscripciones funerarias, que fueron depositados en el museo del Ateneo y Sociedad de Excursiones . Bonsor había publicado un trabajo divulgativo sobre Itálica titulado «Le Musée archeologique de Séville et les ruines de Itálica»39. En enero de 1898 llegó a Sevilla Archer Milton Hungtinton un diletante millonario americano. Allí le esperaban sus amigos Arthur Engel y Jorge Bonsor; escribe Archer: «Somos amigos; los dos me han dado la bienvenida a una placentera fraternidad. Pasamos las noches y los días juntos [...] Yo había pensado en complicadas preparaciones, pero no, no hacen falta, tenemos que avanzar [excavando] a nuestro capricho y hallar el tesoro, si podemos». 37 Galí Lassaletta, Aurelio: "Historia de Itálica. Municipio y colonia romana. 1892. Kessinger Legacy Reprint. 2010 38 Rodríguez de Berlanga, Manuel: "El nuevo bronce de Itálica". http://www.archive.org/stream/elnuevobroncede00berlgoog#page/n17/mode/2up 39 Bonsor, G.: "Musée archéologique de Seville et les ruines d'Italica". Revue Archeologique, XXXII: 3-15. 1899

Cómo concibió Huntington el viaje de 1898 a Andalucía: “Éste es un viaje de libro. He afilado las garras y llevo una bolsa enorme. En Sevilla hay material a espuertas y a orillas del Guadalquivir anidan algunas colecciones espléndidas. La verdad es que estoy cansado de echar el anzuelo en las aguas poco profundas de los arroyos del norte [de España]. A lo mejor esta vez pica algo todavía más grande que una merluza”. (Tomado del catálogo bilingüe de sus fondos españoles editado por la Hispanic Society en 2000: VV.AA., The Hispanic Society of America: Tesoros, Nueva York, 2000)

Con espíritu americano, atraído por los tesoros de la antigua ciudad romana y por las facilidades de excavación, arrendó un terreno hacia el sur de Itálica en el que emprendió una serie de excavaciones poco prácticas y sin ningún conocimiento técnico . Los trabajos que comenzó Huntington tuvieron que ser interrumpidos por causa de la guerra con los Estados Unidos de 1898 40. Este primer contacto fue de especial importancia para el futuro de Jorge Bonsor, ya que éste mantuvo una estrecha e intensa amistad y colaboración con Hungtinton durante toda su vida, fruto de la cual se conserva una abundante y expresiva relación epistolar 41 y mercantil.

La exploración de las Islas Sorlingas Una vez finalizada la primera exploración de Los Alcores, Bonsor emprendió la de las islas Sorlingas (Scilly). Ambas exploraciones guardan una íntima relación con la presencia fenicia en el Occidente europeo. Esta sería la única vez que Bonsor acometió una investigación de ámbito europeo, de plena iniciativa personal y contando exclusivamente con sus propios medios 42. Bonsor utiliza el método hipotético-deductivo, que consiste en una estrategia de investigación que parte de toda una serie de teorías previas cuya contrastación sería el objetivo último de la investigación. El objetivo principal era encontrar pruebas arqueológicas que demostrasen la presencia de los fenicios en las islas Sorlingas, archipiélago identificado por la historiografía británica con las Cassiterides de la antigüedad.

40 González Parrilla, J.M.: "Archer Milton Huntington y la arqueología italicense de fines del siglo XIX". HABIS, 33; 487-499,374-375, 2002 41 MAIER ALLENDE, Jorge. 1999b. Epistolario de Jorge Bonsor (1886-1930). Comisión de Antigüedades, Real Academia de la Historia, Taravilla, Madrid. 42 PEÑALVER SIMÓ, María. 1960. Don Jorge Bonsor: Apuntes para una biografía. Tesis de Licenciatura dirigida por el Prof. Juan de la M. Carriazo. Facultad de Filosofía y Letras. Sevilla. 180 hojas. Inédita. (Biblioteca de la Facultad de Geografía e Historia. Universidad de Sevilla). págs. 105-114; 117-128, 137

Mapa antiguo de Europa basado en la geografía de Estrabón mostrando las islas Cassiterides al noroeste de Iberia.

Las islas Sorlingas (en inglés Scilly), son un grupo de islas e islotes, situadas al Suroeste de la península de Cornualles. Tan solo cinco de las islas estaban habitadas : Saint Mary's, Tresco, Saint Martin's, Bryer y Saint Agnes. St. Mary, que es la capital, cuenta con la mayor parte de la población. En la época, estaba muy difundida en Inglaterra la creencia orientalista de que los fenicios habían llegado hasta la región de Cornualles desde el emporio comercial de fundación más antigua de este pueblo en Europa occidental: Tartessos la Tarshish bíblica, en busca de estaño. Esta cuestión constituye una de las fuentes del ya expuesto semitismo inglés, cuyo máximo representante en Inglaterra fue el historiador George Rawlison con su obra “History of Phoenicians”, que es precisamente la obra que Bonsor manejó como modelo histórico. Cabe destacar lo ambicioso del proyecto que no era sino el claro reflejo de una idea de arqueología filológica . Verdaderamente, es en la exploración de las Scilly donde Bonsor alcanzó la plena madurez como arqueólogo aunque no fuese considerado como tal en su país. Bonsor estudió en varios viajes veraniegos una serie de tumbas en varias de las islas sin encontrar vestigios fenicios, que él conocía muy bien. Tampoco encontró evidencias de vetas minerales ni llegó a intuir la etnia de sus habitantes. Sí llegó a la conclusión de que las islas Scilly no eran las Cassiterides. Ante lo precario de sus hallazgos, no los publicó aunque tenía un diario pormenorizado de su viaje. Tomó muestras de arcillas, de conchas, de fauna etc. que hizo analizar por científicos ingleses. Si bien los objetivos históricos planteados inicialmente no fueron alcanzados, existieron otros factores que se relacionan con su metodología prospectiva que son los que confieren un gran valor a su trabajo en las islas Sorlingas.

Madurez de Bonsor como arqueólogo Bonsor alcanzó un reconocimiento unánime por su notable contribución al progreso y avance de los estudios arqueológicos. La lectura de su correspondencia revela sus estrechos lazos con autoridades científicas de la época. Por ello, fue nombrado miembro de varias Sociedades, como son: Miembro correspondiente de la Societe des Scaénces, Arts et Belles Lettres du Tarn (18-2-1888). Socio correspondiente de la Sociedad Artístico-Arqueológica de Excursiones de Cádiz (23-6-1893). Miembro correspondiente de la Societe de Correspondance Hispanique de Burdeos (8-3-1898). Socio correspondiente de la Sociedad Artístico-Arqueológica Barcelonesa (26-3-1900). Socio de la Societe d'Archeologie de Bruselas (2-4-1900). Pero, indiscutiblemente, el hecho más revelador de este reconocimiento fue el ser llamado a formar parte del comité francés de organización del Congreso Internacional de Antropología y Arqueología Prehistóricas para desempeñar el cargo de secretario adjunto coincidiendo con la Exposición Universal de 1900 lo que significó su pleno reconocimiento en el concierto internacional.

Ilustres colegas y amigos franco-arqueólogos que trabajaron en Andalucía. Pierre París (d) junto a Arthur Engel en Osuna. Fotografía del belga Luis Siret .

Durante éstos años colaboró con una serie de artículos en la reorganización de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, que fueron publicados de forma continuada en los años 1897, 1898 y 1899 y que se englobaron bajo el título Noticias arqueológicas de Carmona. En estos artículos comunicó los descubrimientos que se produjeron a lo largo de estos años, entre otros el de los mosaicos romanos bajo el solar que ocupaba el antiguo convento de Santa Catalina de Carmona, posteriormente convertido en Plaza de Abastos. Recopiló los hallazgos de cabezas femeninas romanas en distintas épocas y lugares de Carmona, que atribuyó a la época de Tiberio por el estudio del tocado, a los que añadió la descripción de la Tumba de Postumio acompañado de un dibujo de la planta y sección de la misma, pues Bonsor la consideraba contemporánea de las esculturas estudiadas. Reveló materiales inéditos de la necrópolis romana de Arva, un plomo y dos lacrimatorios con marca de fabricante, y asesoró sobre la conservación de antigüedades, en concreto sobre el control de la humedad y la conservación de los objetos metálicos. Por último, publicó un escueto estudio sobre hiposandalias romanas (calzado para caballos), acompañado de un curioso dibujo43. Sin embargo Bonsor dejó sin publicar buena parte de sus hallazgos, bien sea por falta de tiempo o por cuestiones de otro orden.

Arqueología filológica La arqueología de Bonsor fue en algunas ocasiones una “arqueología filológica”, basada en textos clásicos o epigráficos . Bonsor era un ávido lector y lo mismo buscaba datos en la Biblioteca Colombina de Sevilla que en la del Museo Británico . No es de extrañar que prospectase en las míticas islas Cassiterides o en el tramo navegable del Guadalquivir buscando los “oppida” del Libro III de la Historia Natural de Plinio; incluso el término “navegable” es propio de un autor clásico como Estrabón. En 1900 y 1902 Bonsor reanudó la exploración del río Genil, entre Palma del Río y Écija, y la del Guadalquivir desde el río Guadalbacar hasta Alcolea del Río. Realizó dos expediciones a pie por las riveras del Guadalquivir (1889-1890) para constatar y corroborar la exacta procedencia de las marcas (sellos) de los distintos alfares que se distribuían a lo largo del río siguiendo la toponimia de Plinio (Carbula, Detuma, Celti, Axati, Arva, Singilis etc) comparándolos con los hallazgos del Monte Testaccio en Roma. Bonsor traza con toda fidelidad una carta arqueológica de la implantación rural romana en el Bajo Guadalquivir donde hace constar las grandes aglomeraciones urbanas, villas, granjas, necrópolis, alfares, puertos, piscinas, estanques y aljibes. En 1900 43 Tipo de calzado de protección para caballos y mulas, consistente en una bota de cuero con placas de hierro en su base fijadas con correas o cuerdas.

y 1902 reanudó la exploración del río Genil, entre Palma del Río y Écija, y la del Guadalquivir desde el río Guadalbacar hasta Alcolea del Río. Los resultados fueron publicados después de su muerte por la Hispanic Society. Bonsor desarrolló una amplia teoría sobre la navegabilidad del río, la economía y el comercio de la Bética con la metrópoli romana. Por otra parte, Bonsor había elaborado una hipótesis de gabinete sobre Tartessos según los textos de Avieno en su Ora Maritima. La capital de Tartessos habría sido una primitiva Gadir-Tarsis, situada en la desembocadura de uno de los dos brazos del río Guadalquivir (actualmente cegado) en una isla situada entre Sanlúcar de Barrameda y Rota. Posteriormente habrían sido expulsados sus habitantes que fundaron la segunda Gadir, en la localización actual de Cádiz.

Mapa de Tartessos.

Adelantándose a la “Geoarqueología de línea de costa”, en 1920 exploró la costa en solitario en busca de la mítica ciudad de Tarsis sufragado por la Hispanic Society. Su resultado fue negativo. En 1923, 24 y 25 colaboró con un equipo alemán dirigido por Adolf Schulten explorando amplias zonas de la costa del coto de Doñana sin ningún resultado.

Arqueología de campo Cruz del Negro Importante necrópolis, situada a un kilómetro al noreste de Carmona, en torno a la antigua vía romana que conducía a Axati (Lora del Río) 44. Sus hallazgos sirvieron a Bonsor de referencia-tipo . 44 SÁNCHEZ, M.; LADRÓN DE GUEVARA, I. (e.p.): "Sepulturas Cruz del Negro en la necrópolis de Bencarrón (Los Alcores, Sevilla)". Actas del IV Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos. Cádiz 2-6 octubre de 1995.

Cañada de las Cabras Yacimiento que se encuentra entre el camino de Lora del Río y la cañada que dio nombre al yacimiento, a un kilómetro al norte de Carmona, muy próximo a la necrópolis de la Cruz del Negro.

Bencarrón y Gandul Las excavaciones más importantes de toda esta nueva exploración de Los Alcores fueron las llevadas a cabo en este gran conjunto arqueológico. Puede considerarse a esta área que engloba a varias necrópolis, todas ellas pertenecientes al hábitat situado en la Mesa de Gandul, que Bonsor siempre identificó con la ciudad romana de Lucurgentum, citada por Plinio 45. Los primeros trabajos en este yacimiento los llevó a cabo en 1895, cuando excavó varios túmulos en Bencarrón Alto. Sin embargo, fue en la campaña de 1902, cuando completó la excavación de casi la totalidad de las necrópolis megalítica, tartesia y romana 46. En 1905 proyecta con Arthur Hengel excavar de nuevo en la Mesa de Gandul en las ruinas de dos pequeños templos, con un presupuesto de 1000 ptas. El propietario del terreno, residente en Sevilla, Marqués de Gandul exigió compartir los hallazgos . El proyecto se frustró.

Ranilla (Carmona) En este lugar, que se encuentra a 4 kilómetros al noreste de Carmona, Bonsor excavó una estructura que denominó túmulo, situada en el borde del Alcor, en tierras de la Marquesa de las Torres de la Presa.

El Acebuchal (Carmona) Área en la que se encontraba una tierra negra llena de detritus domésticos, en la que halló un grupo de veintidós pequeños silos que contenían piedras quemadas, huesos de animales, láminas de sílex cortantes y dentados, punzones y pequeños instrumentos de cobre, pesas de telar, placas de arquero, un ídolo de violín y fragmentos de cerámica campaniforme decorada.

Alcaudete (Carmona) Yacimiento situado al sur de la carretera Carmona-El Viso, entre ésta y el camino que sale hacia el cortijo, en la Vega, fechado en un momento 45 Bonsor identificó la ciudad del Gandul con el oppidum Lucurgentum lulii Genius, citado por Plinio en su Historia Natural (111, 11), por una inscripción funeraria, que conservaba un clérigo en Alcalá de Guadaira, de un individuo llamado M. Iunius Brutus, donde se cita LUCURGENT 46 Enrique González Arias: "Jorge Bonsor y Gandul" . http://carmina.ekiry.com/?p=286

eneolítico precampaniforme.

Bonsor ceramólogo en sus años de vigor arqueológico.

Olivar de los Toruños, Santa Lucía (El Viso del Alcor) En esta necrópolis realizó una nueva campaña de excavación, entre el 26 de enero y el 22 de febrero de 1908 con el objetivo, esta vez, de excavar el mayor de los túmulos.

Marfil fenicio de Bencarrón.

El Raso del Chirolí (El Viso del Alcor) Lugar situado en lo alto de la cuesta, aproximadamente a 200 metros antes de llegar a las primeras casas del Viso, a la izquierda de la carretera de Carmona al El Viso, un grupo de siete motillas, que excavó el 1 de noviembre de 1909. De las siete supuestas motillas sólo dos de ellas cubrían tumbas de incineración47 . 47 SÁNCHEZ, M. (1992): Raso del Chirolí: una necrópolis tumular en los Alcores (Carmona, Sevilla). Spal 1: 253262.

Necrópolis romana de El Viso del Alcor Necrópolis romana, probablemente llamada antiguamente Víseum o Viz, situada en un cerro pedregoso a un kilómetro al oeste de la Iglesia de El Viso, en un cercado pegado al límite del término con Mairena. En este campo hay una pequeña cantera romana en la cual se puede ver una tumba cortada en la roca con sus hornacinas para las urnas cinerarias, como las de Carmona.

Baelo Claudia, Bolonia (Cádiz) Entre 1917 y 1921, Bonsor participó bajo la dirección del arqueólogo francés Pierre Paris en la recuperación de la ciudad de Baelo Claudia. Se encargó específicamente de la necrópolis. El abastecimiento de agua de la ciudad se realizaba por medio de tres acueductos. También puede apreciarse la zona industrial con restos de las instalaciones para la fabricación del garum, calles, acueductos, restos del sistema de alcantarillado etc. En ningún otro yacimiento romano de la Península Ibérica es posible una visión tan completa del urbanismo romano como en Baelo Claudia. En esto radica su principal interés, destacado también por el espectacular paisaje que rodea a la ciudad.

Setefilla (Lora del Río) Prospección realizada también bajo patrocinio francés, junto al arqueólogo G. Thouvenot,el yacimiento de Setefilla 48 se encuentra enclavado en las primeras estribaciones de la Sierra Morena a 9 kilómetros al noreste de Lora del Río, en una serie de crestas rocosas que popularmente son designadas como mesas, entre las que discurre el río Guadalbacar, afluente del Guadalquivir. Aunque el yacimiento haya tomado el nombre de la mesa donde se encuentra un castillo medieval y la ermita de Nuestra Señora de Setefilla, fundada en el siglo XVII, éste lo conforman varias de estas mesas, que son conocidas con el nombre del Membrillo, Castillejo y Almendro, que poseen restos arqueológicos de distintas épocas.

El Calendario litúrgico visigótico 48 BONSOR, G. E.; THOUVENOT, R. (1928):"Nécropole ibérique de Setefilla. Lora del Río (Sevilla)". Fouilles de 1926-1927. Bibliothèque de l’École des Hautes Études Hispaniques 14. Bordeaux, Paris.

A finales del año de 1908 en el hoy claustro de la Iglesia Prioral de Santa María se descubrió, con motivo de ciertas obras de restauración, un calendario litúrgico visigodo: en una columna estaban ordenados los pocos santos por cada día. Sin tener una idea clara de lo que se trataba, en un principio Bonsor tomó una impronta del fuste epigráfico que envió al académico padre Fidel Fita . El académico madrileño apreció inmediatamente su alto valor, pues no en vano se trataba del calendario litúrgico más antiguo de la Península .

Plano de Setefilla dibujado por Bonsor.

El Castillo de Mairena del Alcor Jorge Bonsor compró el castillo en ruinas de Luna el día 16 de noviembre del año 1902 al ilustre erudito y militar Antonio Blázquez y Delgado Aguilera por 2.000 ptas.66 La fortaleza había pertenecido al Duque de Osuna hasta el año 1897. Su fecha de construcción, probablemente sobre la segunda mitad del siglo XIV, bajo la figura del señor de Marchena Pedro Ponce de León. En el año 1903 el arqueólogo asumió tanto la dirección de los trabajos arqueológicos previos, como el diseño de las nuevas estructuras y

la adaptación de las ruinas existentes 49. La intervención se produjo, fundamentalmente, en el sector noroeste al presentar mejor estado de conservación.

Vista aérea del Castillo de Luna reconstruído por Bonsor.

Los primeros trabajos consistieron en la consolidación de las dos torres de este sector, unidas mediante un cuerpo de nueva planta rectangular que construyó aprovechando un muro correspondiente a la ampliación del siglo XV, en el que se encontraba el cuerpo de guardia. El resto de distribuciones las mantuvo en el estado de conservación en el que se las encontró. Delimitó la propiedad de la fortaleza en el sector sur y habilitó una entrada para carruajes con acceso desde la parcela que circunscribe a la fortaleza . Según su fantasía victoriana de convertirse en alcaide castellano, una vez restaurado el castillo (1903-1907) lo convirtió en su residencia 50. Conseguido el hogar, a continuación contrajo matrimonio con Gracia Sánchez Trigueros (una de las tres bellas jóvenes que aparecían en su cuadro alegórico de España). Algunos costes comparativos en el ámbito de Bonsor (1903-1906). Jornal de 12 horas de un peón : 1,75 ptas.; Jornal de un oficial albañil : 2 ptas.; Jornal de mujer para fregar el suelo ; 1,25 ptas.; 1 Hogaza de pan : 0,56 ptas.; Billete de tren Mairena del Alcor-Carmona : 1,65 ptas. (Según Bonsor en su Diario de la reconstrucción del Castillo). 51

49 PEÑALVER SIMÓ, María.2011.(coord.); AMORES CARREDANO, Fernando; GÓMEZ DÍAZ Ana Mª; SARAZÍN, P, M. Paule: El Castillo de Mairena del Alcor. El legado de Jorge Bonsor y Dolores Simó. Memorias y recuerdos. Servicio de Archivo y Publicaciones. Diputación de Sevilla y Aymto. de Mairena del Alcor. 50 El 31 de mayo de 1906 día de la boda del rey Alfonso XIII con la pricesa británica Victoria de Battemberg Bonsor izó en el castillo dos banderas británicas en las torres del Oro y Mocha y una española en la Puerta Árabe. Ver Peñalver Simó y cols. 2011. Op.cit. pág. 241 51 Ver María Peñalver y cols. (2011) Op. cit.

El mismo día de su boda (celebrada por el rito católico con permiso del Vaticano) el 4 de marzo de 1907, ubicó su residencia en el Castillo. Lo amuebló al gusto pompier de la época. Se hizo traer desde el museo de la necrópolis de Carmona sus colecciones y sus vitrinas. Adornó las paredes de su nueva residencia con la colección de pintura que había ido reuniendo.

Estudio de Bonsor en la torre del Castillo .

Destacaba en el salón principal del Castillo, por su gran formato y magestuosidad, el conjunto de cuadros de Valdés Leal comprados al convento de Santa Clara de Carmona (1905) con la autorización del Sr. arzobispo52, alguno fragmentado en unidades más pequeñas. Buen aficionado a las pinturas de Luis de Morales, tenía en lugar preferente una Sagrada Familia, que acabó vendiendo con mucho sigilo a la Hispanic Society of America 53.

El marchante: The Hispanic Society of America Bonsor había conocido a Hungtinton a finales de siglo en Itálica. En esta estancia éste pudo apreciar el importante trabajo que desarrolló en Carmona. Tras unos años, con motivo del envío de Bonsor de su artículo “Los Pueblos antiguos del Guadalquivir y las alfarerías romanas”, ambos personajes volvieron a establecer contacto, iniciándose una regular relación hasta 1903. Huntington, con la intención de promover el interés de la cultura española en Norteamérica decidió crear una institución de mecenazgo y fundó el 18 de mayo de 1904 The Hispanic Society of 52 Peñalver Simó, Patricio y Mariano: " El Castillo de Mairena del Alcor: Jorge Bonsor y sus herederos. Resumen cronológico". En Peñalver Simó, María (2011), Op.cit. págs. 362-67 53 La Hispanic Society posee tres tablas de Luis de Morales: Un Ecce Homo, una Sagrada Familia y La Virgen de la Rueca

America, con sede en Nueva York. Para ello se crearon una biblioteca y un museo de carácter público y gratuito, lo que conllevó la importación de libros, obras de arte y antigüedades españolas, que serían la principal tarea del hispanista estadounidense durante bastantes años. La importante Biblioteca del Museo Británico, desiderátum de todo científico, había solicitado las publicaciones más significativas de Bonso r que la Hispanic Society de Huntington se había comprometido a publicarle, traducidas del francés al inglés con todo esmero. La Hispanic Society of America convirtió a Bonsor en uno de sus principales proveedores de antigüedades o marchante en España. Hungtinton tenía ilimitada confianza en las capacidades de Bonsor. Cuando hacía pocos años que la escultura de la Dama de Elche había sido comprada legalmente por 4.000 francos por el museo del Louvre (por Pierre Paris en 1897), la desconfianza hacia los intermediarios extranjeros exacerbó el nacionalismo patrio54. Este ha sido uno de los aspectos más criticados a Bonsor 5556 y origen de una leyenda negra . En efecto, Bonsor vendió una importante parte de los objetos procedentes de Los Alcores, además de una colección de azulejos, pintura española 57 58y otros objetos artísticos y bibliográficos (executorias del siglo XVI). Estas ventas eran permitidas por la legislación que existía por aquel entonces en España sobre exportación de antigüedades. Los envíos se hacían directamente a Nueva York desde Sevilla por barco, perfectamente embalados por Bonsor. Tras un trámite aduanero legal (factura de 54 La Dama de Elche, partes del Archivo de Simancas y del tesoro de Guarrázar y otros relevantes expolios fueron "reingresados" a España por el gobierno del mariscal Pétain en 1941. Ver García y Bellido, A.: "La Dama de Elche y el conjunto de piezas arqueológicas reingresadas en España en 1941". Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid. 1943. Ver también Rodero Riaza, Alicia: "El regreso de la Dama de España". En "Cien años de una Dama (1897-1997)". Ministerio de Educación y Cultura. Madrid. 1997. págs 43-49 55 Ver Enrique González Arias: "Bonsor el coleccionista de pinturas (unos breves datos biográficos). Del «Morales» a los «Valdés Leal» del Convento de Santa Clara de Carmona http://carmina.ekiry.com/?cat=217 56 Ver Enrique González Arias "Jorge Bonsor y Gandul". http://carmina.ekiry.com/?p=286 57 Ver González Arias, Enrique: "Cien años de ausencia" http://www.infoalcores.es/video/carmona/cienciainvestigacion/enrique-gonzalez-arias-conferencia-cien-anos-ausencia 58 En su correspondencia epistolar con su principal cliente A. Huntington Bonsor se muestra especialmente cauto al tratar de los cuadros del pintor manierista extremeño Luis de Morales "El Divino". La información que se ofrece es sigilosa. En agosto de 1903 (carta 4) Huntington escribe: "Le envidio por sus Morales. Algún día deberá dejarme verlos". En febrero de 1905 (carta 16) Bonsor contesta: "Por el momento no puedo decirle nada sobre el Morales pues no dudo que la desaparición de mi estudio causaría un escándalo. Esperemos una mejor ocasión". En marzo de 1905 (carta 17): "Hablaremos del Morales cuando lo crea oportuno". Pero en marzo de 1906 (carta 39) ofrece: "Me gustaría enviarle, si Vd. lo aprueba, mi cuadro de El Divino Morales. Se lo embalaría sin el marco en un buen tubo de hojalata. ¿Le importaría hacerse cargo de los costes de transporte y seguros por valor de 1200 libras [38.211 ptas]?. No se conoce la respuesta pero en la carta 107 de junio de 1910 aparece expuesto en la Hispanic Soc. "enmarcado con un magnífico marco de marfil". Ver Meier, J. 1999b. Op. cit.

conocimiento de embarque) eran allá entregados a la Hispanic Society. El pago se hacía a vuelta de correo por medio de cheques en pesetas generalmente al Credit Lyonnais de Sevilla. Otras veces los objetos viajaban por fronteras intermedias. Con frecuencia se toleraba entre las potencias coloniales que anduviera mezclado el cuerpo diplomático en el tráfico de antigüedades valiosas59. Posiblemente Bonsor nunca vendiera ninguna pieza que no fuera destinada al Museo de la Hispanic Society, con lo que toda su colección se encuentra ubicada en un mismo Museo. Se supone que la finalidad de esta venta fue compensar los gastos que le ocasionaban el acondicionamiento del Castillo de Mairena del Alcor y su mantenimiento, además del de la Necrópolis de Carmona. Se acercaba días difíciles. Ya en noviembre de 1904 Bonsor escribe a Huntington: "Estoy convencido de que no tardará en ser aprobada por las Cortes la nueva Ley, propuesta hace ya algún tiempo, contra la exportación de antigüedades y obras de arte. Así es que he decidido vender parte de mi colección de antigüedades prerromanas.[...] Le enviaré una lista con las fotografías de las piezas más importantes". [...] "En mi última carta le expreso mi propósito de vender fuera de España los incunables de mi colección de antigüedades prerromanas típicas de Carmona. Tendré que sacarlas del país antes de que la nueva ley sea votada por las Cortes" .[...] "Mientras tanto, el presente Gobierno liberal en España me ha hecho Caballero de la Orden de Alfonso XII, una Orden creada especialmente para artistas, científicos y literatos"60.

La sociedad cooperativa Bonsor & Fernández también vendió a la Hispanic Society antigüedades procedentes de su museo de la necrópolis de Carmona. En febrero de 1905 Bonsor ofrece a Huntington la venta de un mosaico romano de su Museo, procedente de Alcolea del Río, del que su socio no quiere desprenderse. Promete interceder 61. En abril llegan al acuerdo de ofrecerle el lote por 5.500 ptas. Se realiza el trato 62. En 1891 ambos socios estuvieron involucrados de manera directa o indirecta en el descubrimiento de un extraordinario tesoro de monedas de oro visigóticas

59 Muchas misiones arqueológicas importantes, sobre todo británicas y francesas, estuvieron dirigidas por embajadores y cónsules de carrera (Ver Gran-Aymerich Éve. 2001. Op. cit.). Así el diplomático e importante arqueólogo francés Jacques de Morgan (1857-1924) escribía a Bonsor en 1904 "Si tiene Vd. algún problema en la aduana al pasar a Francia antigüedades adviértamelo y yo mediaré para que pueda Vd. pasar exento de derechos de aduanas. [...] Conozco perfectamente lo que son las prohibiciones, como las odiosas de Turquía y Grecia. Al final no le quedará otro procedimiento para sacar sus colecciones, cuando lo crea oportuno, que acudir a un funcionario diplomático de su país que sea amigo suyo y rogarle que incluya sus cajas entre los bagajes cuando se marche de su puesto en Madrid".(Ver Maier Allende 1999b. Op. cit. Cartas 118 y 120) 60 Maier Allende, Jorge. 1999b. Op.cit. pag. 145, 158 61 Maier Allende, J. 1999b. Carta nº 16. Op. cit. pág 147 62 Maier Allente, J. 1999b. Carta nº 18.Op. cit. pág 148

(tesoro de La Capilla) 63 64 que luego fueron adquiridas por Hungtinton a través del anticuario francés Étienne Bourgey, quien las había adquirido a Juan Fernández65. Huntington se sentía muy orgulloso de ser el único poseedor de una moneda de este lote acuñada por un rey godo desconocido llamado IVDILA .

Tremissis de Iudila. Tesoro de La Capilla. Carmona . Sólo existen dos ejemplares.

En 1910 Bonsor se creía con algunas prerrogativas territoriales y pensaba que Adolf Schulten reconocía que Andalucía est “mon domaine archeologique” . Escribía al arqueólogo aficionado que era Huntington: "Por si viene Vd. el año que viene he decidido dejar[le] reservadas unas importantes excavaciones en mi distrito (sic) . Como le previne estoy trabajando aquí solo, nadie sabe lo que estoy haciendo, pues me quedo para mí los resultados de las excavaciones"66.

Se conoce el estadillo de las ventas a la Hispanic Society; se produjeron en cinco lotes y años distintos: Lote 1 (1905): varios vasos de cerámica campaniforme de El Acebuchal y materiales de la Cruz del Negro, azulejos hispano-moriscos, dos ejecutorías de linajes de dos personajes de El Viso del Alcor, dos mosaicos procedentes de Alcolea del Río y regalan varias piezas de la Necrópolis romana de Carmona. A la Sra. Huntington le regaló un traje de seda del Siglo XVIII . Lote 2 (1906): cerámica campaniforme de El Acebuchal, marfiles grabados fenicios y otros objetos de la Cruz del Negro, Bencarrón, Santa Lucía, Alcantarilla, Cañada de las Cabras y Huerta Nueva. Una serie de figuras 63 Fernández y López, Manuel :"El tesoro visigótico de La Capilla". Imprenta El Porvenir. Sevilla. 1895 64 El tesoro fue encontrado en un cortijo propiedad del influyente militar y político general José Chinchilla. Constaba de más de mil monedas de oro visigóticas de las cuales Chinchilla se reservó 200 de las más raras. La Academia de la Historia realizó numerosas gestiones pero las monedas desaparecieron con presteza en los circuitos comerciales y no se habló más del asunto, que volvió a aparecer en la correspondencia de Bonsor con Hungtinton . Ver Meier, J. 1999b Op.cit. Vol. II. Carta nº 98 65 Ver Maier, J. 1999b Op.cit. Vol. II. Carta nº 16 de 18 de febrero de 1905 66 Ver Maier Allende Jorge 1999b.Vol II.Op.cit.Carta nº 111 pág179

de tamaño natural de un belén del siglo XVII, dos columnas salomónicas, un Ecce Homo del divino Morales, una colección de azulejos y una ejecutoría del siglo XVII. Lote 3 (1908): cerámica campaniforme de El Acebuchal, objetos de marfil de Cruz del Negro y El Acebuchal, brazaletes y broches de cinturón de la Cruz del Negro, cuchillos, armas de bronce y hierro de la Cruz del Negro, el carro votivo de Bencarrón y objetos romanos, un ánfora romana, una pequeña taza de cerámica rojiza con decoración floral de El Viso del Alcor, dos proyectiles de piedra del siglo XIV del Castillo de Mairena, un cofre de cedro americano, azulejos del siglo XVI del Convento de Santa Clara de Carmona, un cofre de hierro del siglo XVI, una urna de la Cruz el Negro decorada con círculos concéntricos, dos proyectiles de piedra del siglo XIV del Castillo de Mairena, 5 proyectiles de piedra de una balista romana de Osuna, una urna romana y un fragmento arquitectónico de mármol blanco de Carmona. Lote 4 (1909): Huntington se interesó por adquirir cerámica popular española, por lo que Bonsor envió un lote de 50 cerámicas de este tipo de distintos puntos de Andalucía, concretamente de Almería, Andújar, Granada y Triana . Lote 5 (1910): Gran parte de los ajuares de la necrópolis romana de la Cañada Honda . Objetos, número e importe cobrado de la Hispanic Society:

Piezas de cristal

Piezas de cerámica

Lámparas y Mecheros

89 9190 ptas

75 2660 ptas

25 315 ptas

Otros objetos diversos 50 3095 ptas

Totales 239 15260 ptas

El rendimiento económico de esta operación reseñada parece absolutamente exagerado. Ya que la inversión de toda la campaña tanto en salarios, primas y materiales, ascendió a 1.181,80 pesetas 67. Cada lote iba acompañado de una serie de dibujos y notas descriptivas sobre todos los materiales, especialmente los arqueológicos. El 20 de marzo de 1911 se remató la venta del último lote. 67 Enrique González Arias "Jorge Bonsor y Gandul". http://carmina.ekiry.com/?p=286

En julio de 1911 se promulga por fin la Ley de Excavaciones Arqueológicas que, como novedades principales, establecía la primacía del interés público sobre el privado; la propiedad del Estado sobre los hallazgos descubiertos de forma casual en el subsuelo o los encontrados al demoler antiguos edificios y el derecho de otorgar los permisos de excavación, penalizando aquellas que se realizaran sin su previa autorización. Los 13 artículos de la real sanción de 7 de julio de 1911 sobre excavaciones arqueológicas vinieron, ciertamente, a limitar la práctica privada de la Arqueología. Artículo 8.«[...] los descubridores extranjeros autorizados por el Estado harán suyos en pleno dominio un ejemplar de todos los objetos duplicados (sic) que se descubran. [...] Los objetos no duplicados podrá llevarlos al extranjero el descubridor para su estudio, comparaciones y clasificaciones, comprometiéndose a devolverlos al Estado español en el plazo de un año» . Ley de Excavaciones Arqueológicas de 7 de julio de 1911 («Gaceta de 8 de julio de 1911). Reglamento para su aplicación de 1 de marzo de 1912 («Gaceta» de 5 de marzo de 1912).

A partir de este momento el liberalismo arqueológico hubo de cambiar su rumbo y los cosechadores independientes hubieron de integrarse en instituciones oficiales más o menos controladas. Durante los años 1912 y 1913 Bonsor no excava. Se convierte en marchante de Huntington. Viaja por media España buscando cerámica, hierros, cuadros y antigüedades. La economía de Bonsor pudo quedar quebrantada con la I Guerra Mundial . Por esta época Bonsor colaboró con alguna institución francesa como la École de Hautes Études Hispaniques (Casa de Velázquez) en la prospección de Baelo Claudia y Setefilla. A partir de la ley de 1911 a las instituciones francesas no le faltaron permisos de excavación por la Junta Superior de Excavaciones española, pero los jóvenes arqueólogos franceses dudaron ahora en dedicarse a España y se debió contratar a excavadores locales más o menos oficiosos como Bonsor o Cayetano de Mergelina y Luna68. Bonsor se involucró en el oscuro asunto de la Escuela Anglo-HispanoAmericana de Arqueología, entidad propiedad de la arqueóloga británica Helen Wishaw (1857-1937), radicada en Niebla (Huelva), donde contaba con infraestructuras de financiación más bien confusas aunque bajo patronazgo Real (1923)69. En 1927 figuraba Bonsor como co-director70.

68 Gran-Aymerich, E.: "El nacimiento de la arqueología moderna (1798-1945)." Prensas Universitarias de Zaragoza. 2001 pág.410-411, 600 69 Durante la Dictadura de Primo de Rivera la Escuela Anglohispana de Arqueología contaba con magníficas instalaciones en Niebla, entre las que se encontraban un Museo, en el que se le permitía por Real Orden conservar todos los materiales procedentes de las excavaciones en la ciudad y alrededores, en vez de mandarlos al Museo Arqueológico Nacional, como establecía la ley. Contaba asimismo con una Biblioteca y una Hospedería para artistas y estudiantes (los "pupileros ingleses" le llamaban en Sevilla). 70 Maier, Jorge. 1999a Op.cit. págs 237-39

Hijo adoptivo de Carmona Cesión de la necrópolis de Carmona al estado Cada vez era más necesario premiar el reconocimiento a la obra y actividad de Bonsor en la arqueología, no sólo por su contribución a la arqueología, por lo que fue nombrado Socio Numerario de la recién creada Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria sino en general por sus estudios sobre el arte, la historia y en general de la cultura de España, particularmente de Andalucía. Así lo quisieron las autoridades de Carmona, capital de Los Alcores sevillanos, que le rindió particular reconocimiento nombrándole hijo adoptivo de su ciudad el día13 de septiembre de 1927. Cuando enviudó el castillo estuvo unos meses cerrado, pues él marchó a Inglaterra a visitar a sus dos hermanas. Cuando regresó comentó que había ido a clarificar sus intereses allí, y que había vuelto para quedarse ya para siempre en los Alcores. Al poco de su vuelta , el 1 de agosto de ese mismo año Bonsor contrajo de nuevo matrimonio, esta vez en Huelva, con Dolores Simó Ruíz, hija de un antiguo amigo suyo. Bonsor, ya afectado por serios problemas de salud, consideró que había llegado el momento para llevar a cabo la idea que junto a su socio concibieran años atrás, la de ceder la Necrópolis romana de Carmona, el museo y las colecciones que allí se conservaban, al Estado Español . Como vocal de la Comisión de Monumentos de Sevilla, propuso a ésta que lo declarara Monumento del Tesoro Artístico Nacional, a lo que ésta accedió y lo solicitó a principios del año 1930 al Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. Juan Fernández López legó la parte correspondiente de los yacimientos a Bonsor, con la idea de que éste lo cediese al Estado tras su fallecimiento, deseo que plasmó Bonsor en su testamento, escriturado en Carmona el 24 de agosto de 1925 . Así el 2 de julio de 1930 es declarado po Real orden Monumento del Tesoro Artístico Nacional la Necrópolis Romana de Carmona. El 28 de julio de ese mismo año es cedido el yacimiento al Estado Español, según consta en escritura pública firmada en el Castillo de Mairena del Alcor . George Bonsor falleció el 15 de agosto de 1930 a las 17 horas, de una enfermedad que fue diagnosticada como ciática, en el Castillo de Mairena del Alcor, instalándose la capilla ardiente en su estudio para, al día siguiente, ser enterrado en el cementerio de Mairena del Alcor, donde yacen sus restos. A toda prisa, un día antes de su fallecimiento le comunicaron su nombramiento como Caballero de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso

XII de España (que le había sido concedida en 1906), la mayor distinción española en su género. A pesar de tener buenos amigos en la Universidad de Sevilla nunca colaboró en la docencia universitaria (se ignora la causa). Concluyó así la vida de un pionero indiscutible de la arqueología española, además de hispanista y apasionado amante de la cultura española, de sus gentes y de su geografía. Individualista genial, no tuvo maestros ni dejó discípulos.

Publicaciones Las publicaciones en libros y revistas contribuían a darse a conocer, a expandir la ciencia y abrir mercados. Según sus amigos y admiradores Bonsor publicó relativamente poco, quizás por encontrarse fuera de los circuitos académicos universitarios y también por las limitaciones técnicas de aquella época (dibujos, esquemas a escala, fotografías) incluso por rivalidades con otras nacionalidades (en la rivalidad Alemania-Francia él estuvo siempre del lado francés). Publicó algunas monografías en francés, que enviaba gustoso a sus colegas, en revistas de la especialidad y más tarde en inglés, a expensas de la Hispanic Society of America.

Bonsor, G. E. (1897): Notas arqueológicas de Carmona. Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos 1: 231-233, 568-570. Bonsor, J. (1899): Les colonies agricoles prérromaines de la vallée du Bétis. Paris: Ernest Leroux, éditeur. (Separata de Revue Archéologique 35, 1899). Bonsor, J. (1924): Los dioses de los Alcores, Sociedad española de antropología, etnografía y prehistoria, Memorias, Tomo III. Museo Antropológico Nacional Bonsor, J. (1927): Le véritable origine de Carmona et les découvertes archéologiques des Alcores, en Revue Archéologique, XXV, pp. 285300 Bonsor, G. E.; Thouvenot, R. (1928): Nécropole ibérique de Setefilla. Lora del Río (Sevilla). Fouilles de 1926-1927. Bibliothéque de l’École des Hautes Études Hispaniques 14. Bordeaux, Paris. Bonsor, J. (1928): Tartessos. Excavaciones practicadas en 1923 en el Cerro del Trigo, término de Almonte (Huelva). Memoria de los trabajos realizados en dichas excavaciones por don Jorge Bonsor, Madrid. Junta superior de excavaciones y antigüedades, nº 97 Bonsor, J. (1928): Early Engraved Ivories in the Collection of The Hispanic Society of America, New York

Bonsor, G.E.: From Tarshish to the Isles of tin. Tartessos . Biblioteca Virtual de Andalucía. Junta de Andalucía. Consejería de Cultura. 2010. ISBN 978-84-9959-015-8 Expedición arqueológica a lo largo del Guadalquivir. Versión español de Genaro Chic y Aurelio Padilla. Écija (Sevilla). Gráficas Sol. 1989. An archaelogical sketchbook of the Roman necropolis at Carmona. New York: Hispanic Society of America. 1931. Fouilles et travaux de restauration du Castillo de Mairena del Alcor. Années 1903 et 1904. Las colonias agrícolas del Valle del Guadalquivir. Trad. del francés y estudio preliminar de Jorge Maier. Écija (Sevilla). Gáficas Sol. 1997

Nombramientos Académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1885). Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia (1885). Socio del Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla (1887). Miembro correspondiente de la Société des Sciences, Arts et Belles- Lettres du Tarn (1888) Socio correspondiente de la Sociedad Artístico-Arqueológica de Excursiones de Cádiz (1893). Miembro correspondiente de la Société de Correspondance Hispanique de Bordeaux (1898). Secretario adjunto del Congrès international d'Anthropologie et d'archéologie préhistorique (1900). Socio correspondiente de la Sociedad Artístico-Arqueológica Barcelonesa (1900). Socio de la Société d'Archeologie de Bruxelles (1900). Miembro de The Hispanic Society of America (1905). Miembro del Instituto Etnográfico de París (1911). Vocal de la Comisión Provincial de Monumentos Histórico-Artísticos de Sevilla (1916). Miembro correspondiente del Institut International des Hautes Études et des Beaux-Arts (1919). Miembro de The National Geographic Society de Washington (1922). Socio del Institutum Archeologicum Imperü Germanícum. Socium ab Epístulis (1924). Socio Numerario de la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria (1927).

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