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September 8, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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GEOGRAFÍA REGIONAL DE ESPANA julio lópez-davalillo larrea

 

GEOGRAFÍA REGIONAL DE ESPAÑA



julio lópez-davalillo larrea



universidad nacional de educación a distancia

 

E SPAÑA GEOGRAFÍA REGIONAL DE ESPAÑA Quedan rigurosamente prohibidas, sin la  autorización escrita de los titulares del de l Copyright, bajo las sanciones establecidas  en las leyes, la reproducción total o  parcial de esta obra por cualquier medio me dio  o procedimiento, comprendidos la reprografía  y el tratamiento informático, y la l a distribución  de ejemplares de ella ell a mediante alquiler  o préstamos públicos. © Universidad Nacional de Educación a Distancia Madrid 2014  www.uned.es/publicaciones    www.uned.es/publicaciones

© Julio López-Davalillo Larrea  Ilustración de cubierta: Mapa general ge neral de España de Tomás López (1792). Publicado en el Atlas geográfico de España de 1804. Fuente IGN.  ISBN  electrónico  electrónico: 978-84-362-6898-0  E dición digital: junio de  E  de 2014

 

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN   INTRODUCCIÓN Tema I. El concepto de región y su evolución Tema II. La organización territorial de España hasta 1978

1. LAS REGIO REGIONES NES DE LA LA ESPAÑA ESPAÑA ATLÁ ATLÁNTIC NTICA A Tema III. GALICIA Tema IV. ASTURIAS Tema V. CANTABRIA Tema VI. EL PAÍS VASCO

2. LAS REGI REGIONE ONES S DEL VALL VALLE E DEL EBRO EBRO Tema VII. NAVARRA Tema VIII. LA RIOJA Tema IX. ARAGÓN

3. LAS REG REGION IONES ES DE DE LA LA MESET MESETA A Tema X. CASTILLA-LEÓN Tema XI. CASTILLA-LA MANCHA Tema XII. MADRID Tema XIII. EXTREMADURA

4. LAS REGIONES LEVANTINAS O DE LA FACHADA MEDITERRÁNEA Tema XIV. CATALUÑA Tema XV. COMUNIDAD VALENCIANA Tema XVI. BALEARES  BALEARES  Tema XVII. MURCIA  MURCIA 

5. EL SUR Tema XVIII. ANDALUCÍA  ANDALUCÍA  Tema XIX. CEUTA Y MELILLA  MELILLA 

6. LA MACAR MACARONES ONESIA IA O LA LA ESPAÑA ESPAÑA SUBTR SUBTROPIC OPICAL AL Tema XX. CANARIAS  CANARIAS 

BIBLIOGRAFÍA

 

introducción

De no haber sido por la nueva configuració configuración n terri territor toriial de Españ España, contemplada en la Consti Constituc tució ión n de 1978 y culmi culminada en febrero de 1983 con la apro bació  bac ión n de los Estatutos de Autonomí  Autonomí a de Baleares, Casti Castilla y Leó León, Extremadura y Madri Madrid, la estructura de este li li bro,  bro, tal vez, habrí  habrí a si sido otra. otra. Pero la inst nstiituc tuciionaliizac nal zació ión n de 17 regi regiones autó autónomas, a las que segui seguirán Ceuta y Meli Melilla como ciudades autó autónomas, ya nos marca y acota los lí  lí mites de las áreas de estudi estudio —las regi regiones autó autónomas españ españolas— olas—.. Se ha optado, pues, por el concepto de regió reg ión n polí  polí tica (v. (v. tema I) en la configuració configuración n y desglose temá temático de este manual de Geograf í  ía  Regi Regional de Españ España. La regió región n se puede defini definir en Geograf í  í a, a, entre otras acepci acepciones, como el conj conjunto de terri territor toriios con caracterí  caracterí sti sticas si similares y úniicas que los di ún diferenc ferenciian de otros terri territor toriios, pró próximos o lej lejanos anos.. Los geó geógrafos emplean cada vez má más el concepto de “reg regió ión n”  porque permi permite llevar a cabo estudiios holí  estud holí sti sticos (i (integrales); en otras palabras, permi permite obtener una imagen global y apreci apreciar la relació relación n entre la població población n y el medi medio natural en que esta se asiienta, tanto para la gestió as gestión n de los recursos naturales, las infraestructuras, configurar la red urbana, etc. etc. En consecuenci consecuencia, durante un largo peri periodo de ti tiempo y en un ampli amplio abani abanico de tendenci tendencias, la Geograf í  í a Regi Regional ha contri contri bui  buido notablemente al desarrollo de la Geograf í  í a. Realizadas estas consi Reali considerac deraciiones previ previas, aquí  aquí   se trata, como ya se ha señalado, de la actual organi organizac zació ión n regi regional de Españ España, preconfigurada en 1978 con la vi vigente Consti Constituc tució ión, n, que instaura por pri primera vez en Españ España una ampliia descentrali pl descentralizac zació ión n y el modelo autonó autonómico regi regional onal.. De la combi combinac nació ión n de factores f í  ís  icos y de reli relieve, hi hist stóóricos, polí  polí ticos, e incluso senti sentimentales, se ha consoliidado, desde entonces, la denomi consol denominada “Espa Españ ña de las Autonomí  Autonomí as”. as”. Pue Puede deci decirse que a medi mediados de los añ años ochenta del pasado si siglo, ya se habí  habí a consoliidado la regi sol regional onaliizac zació ión n polí  polí tico-adm co-admiinistrat stratiiva de nuestro paí  paí s. No obstante,

 

introducción

la viabilidad de este modelo estaba por verse a tenor de las enormes diferencias de conciencia política regional, de factores o “hechos diferenciales”, de población, de recursos y de articulación interna. También hay que considerar que la creación del marco regional venía casi impuesta por nuestra entrada, en 1986, en la entonces Comunidad Europea (CE). (CE). En efecto, la Europa comunitaria nos “imponía”, para el reparto de los Fondos de Desarrollo Regional (FEDER), la creación, sobre todo en los grandes estados, de una estructura administrativa intermedia entre el Estado y las provincias. Esa estructura —la región— podía ser meramente estadística, como lo es en Portugal, o asumir competencias políticas al más alto nivel, como es el caso c aso de los “lander” alemanes o las regiones italianas. Así pues, las previsiones del Plan de Desarrollo Regional (PDR) de España del período 1989-1993, fue fruto más de las exigencias de la CE para la distri bución de los fondos estructurales comunitarios a las regiones desfavorecidas, que una política expresa del gobierno español de entonces, en manos del PSOE. En ese período se trasfirieron ocho billones de pesetas (48.000 millones de euros, a repartir en partes iguales entre los gobiernos central y regionales). A estos fondos hubo que sumar otros dos billones de pesetas (12.000 millones de €) de fondos comunitarios (FEDER, Fondo Social Europeo, y FEOGA) a distribuir, en este caso, sólo entre las regiones del denominado Objetivo I, que eran todas menos Madrid, Cantabria, Navarra, País Vasco, Aragón, Cataluña y Baleares. Todo esto unido a la discusión en torno al Fondo de Compensación Interterritorial, o de solidaridad regional, que preveía el trasvase de fondos y recursos de las regiones “ricas” a las “pobres” hasta que estas alcanzaran la media nacional de riqueza y PIB/habitante. Ni que decir tiene que tales pretensiones provocaron entonces, como en el momento de redactar estas líneas, no pocos agravios comparativos interregionales y con el Estado, garante por ley de hacer cumplir el principio de solidaridad interregional. En cualquier caso, a día de la fecha, es innegable que aquellas regiones de escasa o nula tradición regional, han progresado hasta el “descubrimiento” y fortalecimiento de su identidad. De ahí que hoy sea ociosa una propuesta regional distinta a la actual. a ctual. Ahora bien, también en el momento de redactar estas líneas, se encuentra doblemente en cuestión el modelo regional de nuestro país. Y lo es doblemente, por dos motivos. Por una parte por aumentar las exigencias de autogobierno de algunas regiones —Cataluña y País Vasco—, Vasco—, lo que afectaría al a l marco legal de esas competencias; pero también está en discusión el marco territorial, con pretensiones de anexión-inclusión de Geografía Regional de España

 

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unas regiones en otras (Navarra en el País Vasco, Baleares en Cataluña, e incluso la Comunidad Valenciana), o la inviabilidad de algunas de las comunidades uniprovinciales, lo que obligaría a una nueva redacción de la Geografía Regional de España, tal vez con menos regiones. Por último, queremos señalar que se ha buscado en esta obra un acomodo, un tanto forzado, eso sí, entre las 17 regiones españolas y las grandes unidades de relieve —las seis del índice—, a la hora de agrupar a las regiones españolas en unidades o bloques territoriales superiores. Algunas regiones políticas casi se mimetizan con su correspondiente “región natural”, caso de Galicia —el macizo Galaico— o de Castilla y León —la submeseta septentrional/valle del Duero—. En otros casos esa identificación adolece de esa precisión, como se explica en las notas introductorias de esos seis grandes bloques temáticos. Se ha procurado que cada tema vaya complementado de un muy necesario, en el campo de la Geografía, acompañamiento gráfico y cartográfico. Y también, dados los rápidos cambios acaecidos en la demografía y la economía estas últimas décadas, y la tendencia a seguir así, no se ha entrado en prolijas tablas de datos, seguramente desfasadas a la publicación del manual. Se proporciona una serie de datos de carácter permanente, como el clima, la distribución de los sectores económicos y la cartografía. Baste mencionar, como colofón, que este novedoso, e inédito en España, modelo de descentralización político-administrativa y de organización regional se ha desarrollado no sin tiranteces entre las partes, y entre éstas y el “centro”. Hasta la fecha, y según los especialistas en Ciencias Políticas y de la Administración, y representantes políticos, ha funcionado razonablemente bien. Otra cuestión es el impacto de la actual crisis económica en el coste económico del modelo —funcionariado sobredimensionado, competencias duplicadas, mantenimiento de las infraestructuras de todo tipo (culturales, suntuarias, viarias, etc.) asumidas por los gobiernos regionales, etc.— y la imperiosa redefinición del modelo en la segunda década del siglo XXI. Redefinición que, según unos, pasa por la profundización de la descentralización hasta culminar en una España federal o, según otros, por la devolución de competencias al Estado y acotar el techo de competencias regionales.

Geografía Regional de España

 

TEMA I

1. 2. 3. 4. 5. 6.

Introd Intr oduc ucci ción ón Evolución Evoluc ión histór histórica ica de la Geografía Geografía regio regional nal Alguno Alg unoss tipos tipos de regi regione oness La Geografía Geografía regional regional tras la Segunda Guerra Mundial Mundial Las ten tenden dencia ciass actu actuale aless La Geogra Geografía fía regi regiona onall en España España

el concepto de región y su evolución

 

1. IN INTR TROD ODUC UCCI CIÓN ÓN

De origen latino, la palabra región (de regio-regionis y esta del verbo regere, ir en línea recta) se refería, primeramente, a las líneas imaginarias con que los augures, adivinos o sacerdotes romanos dividían la bóveda celeste para sus observaciones. Con el tiempo el término “región” acabo por designar la zona acotada por esas líneas. Sin dejar de usarse hoy en astronomía, el término “descendió” a tierra para acabar designando toda una variada gama de conceptos y realidades. El diccionario de la RAE, incluye, entre otras acepciones para “región”, las que siguen: “1. Porción de territorio determinada por caracteres étnicos o circunstancias especiales de clima, producción, topografía, administración, gobierno, etc. 2. Cada una de las grandes divisiones territoriales de una nación, definida por características geográficas e histórico-sociales, y que puede dividirse a su vez en provincias, departamentos, etc. 3. Cada una de las partes en que se divide un territorio nacional, a efectos de mando de las fuerzas aéreas y de dirección de los aeropuertos o de mando de de las fuerzas fuerzas terrestres terrestres.. 4. Según la filosofía antigua, espacio que ocupaba cada uno de los cuatro elementos. 5. Cada una de las partes en que se considera dividido al exterior el  cuerpo de los animales, con el fin de determinar el sitio, extensión y  relaciones de los diferentes órganos” .

Como se ve, el concepto de región lleva intrínseco el sello de algo acotado o por acotar, describir medir y cuantificar. Otra etimología del término, que tam bién procede del latín, hace derivar a región de “regi”, que viene a significar Geografía Regional de España

 

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Figura 1.1. El mundo según Estrabón.

‘espacio colocado bajo el mismo poder’. En cualquier caso, la región se percibe como un territorio individualizado que es gestionado política y administrativamente por una sociedad, que ha organizado y desarrollado en él una gama de actividades específicas. Y, puesto que la unidad regional se constituye en el tiempo, cabría introducir la noción de región histórica, aunque el origen histórico no es suficiente para mantener la unidad, sino la vida económica y social contemporánea de las poblaciones. De la misma manera que los augures romanos dividieron el cielo en “regiones” para su estudio, los geógrafos grecolatinos, señaladamente Estrabón (63 a. C.C.-24 24)) en en su su Geographia , divide el mundo entonces conocido en Occidente en diversas partes para su estudio y descripción (v. mapa). Compuesta por 17 libros, cuyo contenido se conserva en su mayoría, la Geographia de Estrabón dedica los dos primeros a exponer el propósito general del conjunto, incluyendo una descripción del mundo conocido y la concepción que de la geografía física, y de su vinculación con los seres humanos, tenía el autor. El resto del tratado estudia las distintas regiones en que divide el orbe: los volúmenes siguientes, hasta el X, describen los territorios europeos (de Iberia se ocupa el libro III); en tanto que los seis libros correlativos se refieren al continente asiático, y el último de todos ellos, el XVII, al africano. Su objeto era para servir de utilidad política para los gobernantes, mostrando para ello los conocimientos GGGeografía Regional de España

 

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Figura 1.2. La Geografía, sus campos de estudio y ciencias ciencias auxiliares.

geográficos, etnográficos e históricos del mundo descrito, estableciendo significativas relaciones entre el medio natural y los pobladores del mismo, todo ello con un estilo sencillo y carente de la retórica de otros escritores clásicos. Así pues, como antecedente de la Geografía regional moderna puede citarse toda la tradición la geografía —toponímica y descriptiva— arranca XVIII con lasque en Grecia,desigue en Romacorográfica y se prolonga hasta el siglo geografías universales o de países. Autores clásicos como Heródoto (484-425 a. C.), el citado Estrabón, Pomponio Mela y Al-Idrisi, éste medieval, serían los autores más representativos de esa corriente. En definitiva, podemos definir a la Geografía regional como la rama de la Geografía que se dedica a comparar y contrastar las diferentes regiones de la Tierra, así como a estudiar sus características y analizar las relaciones entre ellas. Ello muestra la complejidad de la Geografía, pues, como veremos, la región se puede definir como el conjunto de territorios con características similares y únicas que los diferencian de otras regiones. Los geógrafos emplean el concepto de Geografía Regional de España

 

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región porque permite llevar a cabo estudios holísticos1 en otras palabras, permite obtener una imagen global y apreciar la relación entre la población y el medio ambiente para la gestión de los recursos naturales en diferentes lugares. En consecuencia, durante un largo periodo de tiempo y en un abanico de tendencias, la Geografía regional ha contribuido notablemente al desarrollo de la Geografía. 2. EVOL EVOLUCIÓN UCIÓN HISTÓRICA HISTÓRICA DE LA GEOGRAFÍA REGIONAL REGIONAL

Es a finales del siglo  XIX cuando la Geografía regional se configura con un perfil más parecido al actual, aunque ya a finales del siglo XVIII se empleaban las cuencas hidrográficas para acotar los territorios objeto de estudio. Por estos años a caballo del siglo XVIII-XIX, la obra de Alexander von Humboldt (1769-1859) marca un hito y señala el nacimiento de la Geografía apoyada en el trabajo de campo, más que de gabinete. Humboldt exploró toda la cuenca del río Orinoco y la mayor parte de la del Amazonas. Viajó también por Cuba, la cuenca del río Magdalena, en Colombia, y el tramo andino del actual Ecuador, donde ascendió al volcán Chimborazo (6.310 m). Estudió las corrientes del océano Pacífico — una de las cuales lleva su nombre—, las temperaturas relativas según la altitud y la intensidad magnética con relación al ecuador, así como los minerales, vegetales y la vida animal de la zona. Sus observaciones y descubrimientos en esta expedición los expuso en Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente (34 volúmenes, a partir de 1807). También escribió Ensayo político sobre el reino de la Nueva España (1811). En 1829 realizó un viaje de exploración científica a través de los Urales y de las montañas Altái, entre Rusia, Mongolia y China. Durante los últimos años de su larga vida, Humboldt escribió una obra en cinco tomos, Kosmos (1845-1862), en la que expone la mayor parte del conocimiento geográfico y geológico de su época. Frente a las corografías y geografías de países que hasta el siglo XVIII estudia ban ámbitos delimitados administrativamente —estados, reinos o imperios— o sin ningún criterio definido, la geografía académica de finales del siglo XIX, siguiendo a Humboldt en lo referente al trabajo de campo y la experimentación, 1

El holismo holismo es  es una docrina epistemológica que considera que una realidad compleja no se reduce a la suma de sus s us elementos, sino que constituye un sistema global regido por leyes. Se opone al atomismo atomismo,, que considera la realidad compuesta de elementos indivisibles.

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desarrolla el nuevo concepto de región natural. La clave de este concepto es la delimitación de un ámbito terrestre en función de la combinación de toda una serie de factores naturales (sobre todo geológicos). Además, se sostiene, los grupos humanos que habitan la región natural se ven influenciados por las características deintroducida ésta. Es porpor lo el tanto una noción se desarrolla tradición ecológica geógrafo alemánque Friedich Ratzel yen conlarasgos claramente deterministas. Geógrafos británicos como Haltford Mackinder y Andrew J. Herbertson, o franceses como Lucien Gallois, son los que en un primer momento desarrollan este concepto. Paralelamente, en Francia, Eliseo Reclús desarrolla y publica, entre 1875 y 1894, su gran Geografía Universal , obra maestra en su género. (19 volúmenes, publicados entre 1875 y 1894). Esta obra, bien documentada, obtuvo un notable éxito entre el gran público. En 1898 publicó dos importantes estudios geográficos: L’Afrique australe (África austral, 1901) y L’Empire du Milieu (El Imperio del Medio, 1902), que trataba sobre China, realizado en colaboración con su hermano Onésimo. será hasta comienzos del siglo XX cuando la Geografía regional,Pero trasrealmente la crítica alnodeterminismo ambiental de raigambre germánica, va a experimentar su impulso definitivo principalmente en Francia y Alemania. El punto clave de esta transformación es el paso desde una Geografía centrada en la búsqueda de leyes —como en las ciencias naturales— que expliquen la evolución de las sociedades en relación con las influencias del medio físico, a una Geografía centrada en los complejos geográficos particulares, atendiendo a sus características específicas, a su “personalidad” y a su evolución. Sin embargo el surgimiento de la Geografía regional moderna no presenta un carácter uniforme y cohesionado. De hecho pueden diferenciarse al menos tres orientaciones generales. Primero nos encontramos con la escuela francesa comandada por Paul Vidal de la Blache y sus discípulos. Tiene una orientación de marcado carácter práctico, más centrada en el estudio empírico de las regiones y las comarcas francesas y de sus posesiones coloniales, que en la justificación teórica o doctrinal. La reflexión teórica sobre la Geografía regional vendrá sobre todo de Alemania, de la escuela de Alfred Hettner, que además de geógrafo era cartógrafo, y que realizó destacadas investigaciones en los Andes, siguiendo la estela de Humboldt del cual recibió grandes influencias. Hettner reduce la Geografía a una Geografía regional y considera la Geografía general como un apoyo necesario para el estudio de las regiones. Para Hettner “únicamente cuando concibamos los fenómenos

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como propiedades de los espacios terrestres, estaremos haciendo geografía”. Por otra parte, también en Alemania se consolidará la concepción de la geografía como geografía regional, pero entendiendo la región como un paisaje. En este geógrafo Maximilien Sorre lo claramente; para él la sentido región esel“el área defrancés extensión de un paisaje”. El expresa paisaje se entendía sobre todo, no como el resultado de una serie de procesos naturales, sino como la expresión o plasmación de una cultura. Esta vía será desarrollada especialmente por O. Slütter y S. Passarge, y posteriormente será recibida en EE UU de la mano de Carl Sauer. También será desarrollada en Francia por el citado M. Sorre, por  Jean Brunhes (1869-1930) y otros. Las ideas de Brunhes iban en contra de la corriente dominante de la época cuando definió en 1910 sus Principios de geografía humana de Francia, obra que se vería ampliada en 1912 y 1925 con la aportación de varios niveles de percepción de fenómenos espaciales. Su método se en torno series de «hechos esenciales»: la ocupación tivaordena del suelo (casasa tres y carreteras), la conquista de plantas y animalesimproduc(cultivos, ganado) y de la economía que él llama “destructiva” (devastación o deterioro del medio por los animales, por explotaciones vegetales —como la silvicultura— y explotaciones minerales). Abundando en más definiciones y conceptualizaciones, para algunos geógrafos la Geografía regional es una disciplina encargada del estudio sintético y sistemático de los complejos geográficos (territorios, lugares, paisajes o regiones entre otras denominaciones). Sería por lo tanto una parte de la Geografía en condición de igualdad con las múltiples disciplinas que conforman Geogra fía Geografía general o sistemática, las cuales estudian analíticamente diversos lafenómenos en sus características y distribución (geología y relieve, clima, hidrografía, vegetación, población, organización económica, organización política, comercio, transportes etc.). Para otros geógrafos, sin embargo, la denominación Geografía regional es redundante pues toda la geografía es regional. Es decir, la Geografía tiene por objeto estudiar los distintos complejos o “entramados” geográficos a cualquier escala (localidades, comarcas, regiones, países, grandes regiones…) tanto de forma sintética o general como temática o específica. Las diversas disciplinas que conforman la Geografía general serían por lo tanto, el acercamiento temático comparativo al estudio complejos geográficos«La regionales. según el ygeógrafo británico Robertde E. los Dickinson (1905-1981), geografíaAsí, es

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fundamentalmente la ciencia regional o corológica de la superficie terrestre» y para Manuel de Terán (1904-1984), «La primacía de la Geografía regional no es discutible en la situación actual de la ciencia geográfica. La Geografía moderna es fundamentalmente Geografía regional, como en la Antigüedad fue Corología y Corografía». El concepto de región, como se ve, ha tenido una evolución compleja como noción clave dentro de la Geografía. Pueden diferenciarse varias conceptualizaciones corrientemente utilizadas en la Geografía regional. Hacia la década de 1920, la Geografía regional ya estaba asentada como disciplina de investigación, impartida en la enseñanza de la Geografía en liceos o institutos y universidades. Sin embargo, con anterioridad tuvo que resistir la oposición de la corriente determinista, que defendía que los factores ambientales locales, como el clima, el relieve y el tipo de suelo, determinaban la formación de la población y sus asentamientos. El determinismo era particularmente popular en Estados Unidos, donde geógrafos Ellen más C. Semple (1863-1932) y Ellsworth Huntingdon (1876-1947) eran suscomo defensores importantes. En la década de 1930 esta corriente se había desprestigiado, especialmente en Europa, debido en parte a la falta de rigor científico, pero también a la naturaleza racista de algunas de sus conclusiones. No obstante, durante este periodo otros geógrafos británicos, franceses y alemanes desarrollaron la idea de región como un enfoque analítico. En Gran Bretaña, por ejemplo, Andrew Herbertson se concentró en la identificación de las regiones físicas. En su influyente trabajo sobre las principales regiones naturales del mundo, publicado en 1905, excluyó, en gran medida, a la población. No obstante, el geógrafo más influyente en la promoción de la idea de la Geografía regional fue, Halford John Mackinder. XIX, que losprobablemente, avances en la geografía físicaMackinder habían su-. Mantuvo, a finales del siglo perado a los de la geografía humana, y que el desarrollo de esta última sólo era posible en el contexto de la geomorfología y biogeografía. Pensaba que la mejor forma de lograrlo era mediante el estudio de las regiones y no por una mera aproximación global. “El tratamiento por regiones es una prueba de la lógica en la discusión geográfica, superior al tratamiento por tipos de fenómenos”, escri bió en 1895 en su influyente artículo La moderna geografía alemana y británica. Los estudios regionales tendieron a fundamentarse en gran medida en el tra bajo de campo, e l queEsta el la observación sobre el terreno erasela introdujo, principal fuente de obtención deendatos. técnica de observación directa en un

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principio, como un ejercicio educativo para mostrar a los alumnos las peculiares relaciones entre el territorio y la forma de vida en sus asentamientos, y floreció en Europa hasta el eclipse de la Geografía regional, en la década de 1960. Geógrafos como Christofer C. Fagg, Vaughan Cornish y Laurence D. Stamp recalcaron la importancia la observación sobre como instrumento educativo, como unde método que podría, conelelterreno, paso deltanto tiempo, transformar los procesos de planificación, haciéndolos más sensibles a las formas de vida tradicional, a la arquitectura vernácula y al medio ambiente. Con esta idea, Stamp adaptó el método de observación sobre el terreno para su Land Utilisation Survey  (Observación   (Observación sobre el uso de la tierra), en la que los escolares cartografiaron de forma sistemática, entre 1930 y 1934, el uso del suelo en cada acre de Inglaterra. Esta tradición del trabajo de campo sobrevive en la actualidad, por ejemplo en la Land Use UK Survey (Investigación sobre el uso de la tierra en el Reino Unido), que llevó a cabo la Asociación Geográfica en 1996. No obstante, el trabajofue de aplicada campo dea gran Stamp representa la última ocasión en la quesobrevivió la corrientea regional escala. En Francia, la tradición regional la revolución cuantitativa de la década de 1960. Esta tradición se mantiene con fuerza y se practica en muchas universidades y escuelas universitarias, siguiendo la influencia de P. P. Vidal de la Blache. Fuera de Europa, la geografía regional se desarrolla de forma tardía en los Estados Unidos, donde la tradición ambientalista había calado fuertemente desde principios del siglo XX. De hecho no será hasta finales de los años treinta y principios de los cuarenta del siglo XX, cuando la geografía corológica regional o descriptiva se implante de forma definitiva en lasserán universidades estadounidenses. Los principales impulsores de este gran cambio Carl Sauer desde 1925, siguiendo la corriente paisajística alemana y Richard Hartshorne (1899-1992, autor de La naturaleza de la Geografía (1939) y Perspectivas de la naturaleza de la Geografía (1959) siguiendo el modelo de Hettner, antes citado. La escuela saueriana (o escuela de Berkeley) tendrá un marcado carácter cultural. La región se entiende, en esta corriente, como un área cultural y como el paisaje cultural que ha desarrollado la población que la habita. Además, para Sauer la atención a los procesos sociales y económicos y a la evolución de las culturas y los paisajes culturales será esencial. En cambio la línea de investigación abierta por Hartshorne tendrá un carácter menos e historicista. La para región se considera un espacio objetivo o real, sinoculturalista un instrumento intelectual el no análisis geográfico.

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3. ALG ALGUNO UNOS S TIPOS TIPOS DE REGI REGIONE ONES S

Como se acaba de comprobar, el concepto de región ha tenido una evolución compleja como noción clave dentro de la Geografía. Una mayor conceptualización nos llevaría a recurrir a la Historia del pensamiento geográfico, lo que no viene al caso. Dentro del elenco de adjetivos puestos a la región, podemos diferenciar varias acepciones corrientemente utilizadas en los manuales y tratados de Geografía regional. 1. Regi Región ón na natu tura ral. l. Se trata de un área o territorio delimitado por los criterios de la Geografía física, principalmente los que tienen que ver con la geología y el relieve y, en menor grado, con el clima, la hidrografía, la vegetación y los suelos. Tenemos así la definición de regiones naturales orográficas, climáticas, hidrográficas, edáficas, fitogeográficas, biogeográ-

ficas, etc. La combinación de los distintos elementos naturales como el relieve, el clima o la vegetación, originan un sistema natural —denominado geosistema por algunos autores— con unas características interdependientes (por ejemplo, la configuración del relieve depende del clima y viceversa, así como la vegetación depende de ambos). Sirva La Mancha de ejemplo en España. 2. Re Regi gión ón hu huma mana na.. Ámbito delimitado por un sistema de relaciones humanas (económicas, políticas…), por su substrato territorial y por las actividades o vida a escala regional. Para el francés André Cholley (18861968), las regiones humanas son definidas por los grupos humanos, ya que talesconsiderados regiones no son otraun cosa que esos grupos hu manos humanos y sus modos de vida desde punto de vista espacial. El británico Ro bert E. Dickinson define la región geográfica o humana como un “área de vida en común”, sin más acotaciones. 3. Regi Región ón econ económ ómic ica. a. Es una zona de un país definida por una economía específica predominante: región petrolera, ganadera, agrícola, agropecuaria, industrial, etc. Ejemplos serían el extenso Corn Belt (o cinturón del maíz, región agropecuaria y de industrias cárnicas) en el Medio Oeste estadounidense, el Cotton Belt (Cinturón del algodón) en el sur de los Es-

tados Unidos, de el valle del Ruhr en Alemania (regcolombiano-venezolanos (región ión siderúrgica e industrial, además urbana), los extensos Llanos

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del Orinoco y afluentes y la Pampa argentina (regiones predominantemente agropecuarias), etc. En nuestro país, por ejemplo, toda la cornisa cantábrica se ha definido, hasta la reconversión industrial de los años ochenta del pasado siglo, como una región industrial, dado el predominio de este sector económico sobre los demás. 4. Región fisonó fisonómica mica o región región–paisa –paisaje. je.  Teniendo en cuenta la reivindicación del paisaje por la Geografía —que lo define como un espacio con características morfológicas y funcionales similares en función de una escala y una localización—, nos encontramos con un dominio acotado por la configuración superficial de la superficie terrestre, por su aspecto externo, siendo la geomorfología uno de sus rasgos definitorios. Las regiones-paisaje se delimitan, por ello, teniendo en cuenta las formas naturales, las transformaciones realizadas en éstas por la acción humana y

las realizaciones culturales plasmadas sobre el suelo (cultivos y usos del suelo, carreteras, ciudades, obras de ingeniería, etc.). Su similitud con la región natural es evidente. 5. Regi Región ón ur urba bana na..  La rampante urbanización que el mundo ha conocido desde la II Guerra Mundial ha configurado un sinfín de grandes áreas urbanas con su corolario de áreas industriales, ciudades-dormitorio, lugares comerciales de ocio y esparcimiento, más una abigarrada trama de ferrocarriles y carreteras urbanas y periurbanas, aeropuertos, etc. Se trata de una unidad o conjunto urbanístico superior a los conceptos tradicio-

nales de comarca y área metropolitana, con centroproductivas, en una conurbación o gran ciudad, que subordina a ella las actividades terciarias, etc., de terceras ciudades o de toda la región. Normalmente los recorridos habituales desde los núcleos y zonas dispersas a la ciudad central y viceversa se traducen, como se ha mencionado, en unas redes de transporte densas que entrelazan el territorio de forma radial y transversal. Madrid, Barcelona o, en menor medida, Lisboa entrarían en esta categoría en la Península. Fuera encontramos desde los homigueros urbanos de Delhi-Nueva Delhi, Calcuta (India), Lagos (Nigeria) o Shanghai y Chongking (China), hasta el área Boston-W Boston-Washington ashington que tiene a Nueva York York por centro, el rosario de ciudades que en rodean a Sao Paulo (Santos, Guarulhos, Sao oCaetano, Santo André, etc.), Brasil.

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6. La re regi ón ón política o político-administrativa. Tal vez este tipo de región —a veces dotada de entidad política y jurídica, a veces no— sea la más fácil de definir, toda vez que su delimitación viene impuesta por el poder político en aras de compartimentar el territorio para su gestión más eficaz.

Generalmente, en el mundo de la Geografía política, la región ocupa un lugar intermedio entre la provincia, departamento o distrito y el territorio estatal. En el caso de España este tipo de región se identifica con las 17 comunidades autónomas. Francia tiene 22 regiones administrativas, administrativas, identificadas —a grandes rasgos— con las regiones históricas del país, lo mismo que las 20 de Italia, o los 16 estados o “lander” alemanes, si bien en Alemania el término región también se emplea para otra circunscripción administrativa administrati va menor en algunos lander lander.. Algunos grandes estados, como

Figura 1.3. Regiones económicas de Rusia (12), superpuestas a la organización administrativa (compuesta de un total de 83 “sujetos federales”).

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el concepto de región y su evolución

Figura 1.4. Región urbana de Madrid (municipio de Madrid y área metropolitana).

Brasil o China, también han establecido regiones administrativas administrativas “por decreto”. En el caso brasileño son cinco las regiones en que se agrupan los 27 estados del país, algunos más extensos que muchos países europeos. 7. Y, por último, no podemos olvidar a la región histórica. Una región se considera histórica cuando se asocia tradicionalmente a un pueblo, sociedad o nación con rasgos rasgos específicos que que se exteriorizan en elementos elementos culturaculturales de una zona física, especialmente la lengua y la cultura, la economía,

el derecho y la arquitectura, y con la cual se identifican sus habitantes durante un tiempo histórico determinado. En algunos casos se corresponden

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Figura 1.5. La organización regional en Francia (96 departamentos y 22 regiones).

con antiguos estados soberanos o entidades políticas —independientes o no—, y que suelen ocupar zonas geográficamente similares. Las regiones históricas son en principio independientes de las demarcaciones políticas, si bien éstas pueden acabar influyendo en ellas o solapándose con ellas. Lilian Vizcaíno2 afirma que no se trata de una abstracción del historiador (...); constituye en sí misma una realidad concreta, independiente de la voluntad del inves2

Vizcaíno González, Lilian (1983): La región histórica. Reflexiones sobre teoría y práctica. práctica .

Santiago de Cuba. Geografía Regional de España

 

el concepto de región y su evolución

tigador y Hernán Herná n Vengas Vengas3 dice de la región, en general, que es un ente histórico-culhistórico-cultural asentado en una determinada comarca geográfica con lo cual subordina la definición de “región histórica” histórica” a la de “región”, de la cual forma parte. En España el modelo más acabado de una región histórica, según los términos descritos, sería Galicia, Aragón o Cataluña. Flandes (en Bélgica), Bohemia (en Chequia) Escocia (en Gran Bretaña), Borgoña, Normandía o Aquitania (en Francia, ver mapa) o Lom bardía  bard ía (en (en Italia Italia)) lo son en Europ Europa, a, por por citar citar sólo sólo unos unos caso casoss señala señalados. dos.

4. LA GEOGRAFÍA REGIONAL TRAS LA L A SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

A partir de finales de los años cuarenta cuare nta comienzan a aparecer ciertas críticas a la Geografía regional. Estas críticas inciden en varios aspectos. Primero, en el escaso o nulo contenido sintético de muchas monografías regionales, a pesar de ser este el objetivo buscado. Estas monografías muy a menudo se resolvían en una serie de capítulos inconexos que no llegaban a dar una auténtica interpretación global del espacio estudiado, pecando de una excesiva especialización. Es lo que los geógrafos franceses gráficamente denominaban obra à tiroirs (por “archivadores”). Además, muchos autores criticaban el carácter exclusivamente sintético de la geografía regional y abogaban por un acercamiento temático. Lo señalaba incluso Carl Saber cuando afirmaba: “No acepto la noción de que cada geógrafo debe ocuparse de la síntesis regional. La mal llamada doctrina holística me deja indiferente; ha producido compilaciones allí donde necesitábamos indagaciones”. Por otro lado el concepto de región predominante en la geografía continental, la región-paisaje, se presentaba como problemático. Era un concepto demasiado formalista, las regiones-paisaje eran difíciles de identificar más allá de la escala comarcal y estaba adaptado sobre todo para los estudios de espacios rurales con lo que era poco efectivo para estudiar los espacios modernos altamente urbanizados e industrializados y no comprensibles únicamente a través de lo concreto en el paisaje. El punto álgido de las críticas vendrá de la mano de autores como F. K. Schaefer (1904-1956) y su famoso artículo “Excepcionalismo en Geografía” . Esta

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Cardozo Galué, Germán (1986): La (1986): La región histórica. histórica. Editorial Tropykos. Caracas.

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línea de críticas, que culminará en la aparición de una nueva geografía centrada en el estudio de las formas espaciales (distribuciones de fenómenos), se enfrentará a la geografía tradicional por su carácter ideográfico e historicista, es decir, por estudiar lo único e irrepetible y por no concentrarse en la elaboración de teorías y leyes generales. Todas estas críticas llevaran a muchos geógrafos comprometidos con la tradición corológica a buscar nuevas vías de estudio. Aparte de esto también causó especial impacto la aparición de la Ciencia Regional como subdisciplina de la Economía en los años cincuenta del siglo XX  de la mano de autores como el estadounidense Walter Isard (1919-2010). La Ciencia Regional buscaba un acercamiento más analítico al estudio de las regiones, las cuales no eran concebidas como espacios-paisaje, sino como espacios económicos. Desde la geografía se elabora un nuevo concepto de región conocida como región funcional, polarizada o urbana, muy en e n línea con el acelerado proceso de industrialización y urbanización se dio en Europa tras la II Guerra Mundial. La personalidad regional no proviene de una uniformidad fisonómica o paisajística (región-paisaje), sino de un sistema de relaciones funcionales que se establecen entre las diversas partes del conjunto. En 1962 el francés Etienne Juillard (19142006) publica en Annales de Géographie su famoso artículo La région, essai de definition (La región, ensayo de definición). Según Juillard: “Existen dos principios de unidad regional. Uno se basa en un criterio de uniformidad, que es el paisaje; el otro en un criterio de cohesión, en la acción coordinada de un centro. Los territorios individualizados según este último criterio se caracterizan menos por su fisonomía que por su función. Hablaremos, pues, de espacio funcional”. El geógrafo francés Bernard Kayser (m. en 2001) lo expresaba también con claridad: “Una región es… un espacio limitado, inscrito en un marco natural dado, que responde a tres características esenciales: los vínculos entre sus habitantes, su organización en torno a un centro con cierta cier ta autonomía, y su integración funcional en una economía global”. Finalmente la incorporación del enfoque sistémico en Geografía regional culminará en la elaboración del concepto de región sistémica, derivado de la Teoría de Sistemas del austriaco Ludwig von Bertalanffy (1901-1972). La región se conceptúa como un sistema regulado por los flujos materiales e inmateriales de bienes, personas, información… Además, la concepción sistémica incorpora la visión dinámica del sistema. El sistema territorial evoluciona de acuerdo a

los condicionamientos y contradicciones internas y externas. Hay por lo tanto Geografía Regional de España

 

el concepto de región y su evolución

una evolución muy importante desde una geografía regional de corte fisonómico y paisajístico, a una geografía regional que incorpora las relaciones sociales y los flujos circulatorios en la conceptualización de la región. Según estos planteamientos, las regiones no necesitan por lo tanto ser entes homogéneos, sino que su unidad, generalmente heterogénea, depende más bien de complementariedades y de relaciones funcionales. Sin embargo, todas estas innovaciones conceptuales desarrolladas sobre todo en la escuela francesa no impedirán la continua mutación —o crisis, según algunos autores— de la Geografía regional. Las criticas de la Geografía cuantitativa llevaran a la Geografía regional a una posición secundaria respecto a otras tradiciones y corrientes más pujantes (Geografía radical, comportamental, etc.).

5. LAS TEND TENDENC ENCIAS IAS ACT ACTUA UALE LES S

La Geografía regional nunca dejó de ser cultivada en la Europa continental (Francia y Alemania señaladamente, Italia, España, Portugal…) desde finales fi nales del siglo XIX y principios del XX, pero a partir de los años ochenta del XX comenzará a ser recuperada también por la Geografía anglosajona (Gran Bretaña y Estados Unidos), especialmente a través del concepto de lugar  place  (place) definido por el geógrafo británico Doreen Massey (n. en 1944) como la combinación de identidad, instituciones locales y vínculos globales. Según esta corriente, el interés por los espacios locales, regionales y nacionales siempre ha estado presente tanto a nivel popular como académico. Además, la orientación regional aparece como la única capaz de unificar la gran multiplicidad de investigaciones temáticas enormemente divergentes que se realizan en la Geografía general tanto física como humana. Por supuesto, esta recuperación de la Geografía regional no se hace de forma homogénea. Hay diversos acercamientos y diversas renovaciones. Podrían señalarse las siguientes: •  U Una na recuperación de corte tradicional, siguiendo los esquemas de la Geografía clásica. En general los espacios estudiados son los territorios administrativos y el estudio regional se aborda como una yuxtaposición de capítulos temáticos sobre el medio ecológico, la población, la economía o las infraestructuras. También se produce una revalorización del concepto

de región como paisaje, antes denostada, como vimos. 36

Geografía Regional de España

 

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•  D Desde esde la Geografía humanista se concibe el marco local y regional como un ámbito de experiencia ligado al individuo. El lugar es el espacio vivido y el marco de identidad de individuos y comunidades pequeñas. •  D Desde esde la Geografía de corte marxista y estructural, los espacios locales, regionales y nacionales se conciben como estructuras sociales y ecológicas. Los individuos reproducen estas estructuras o las transforman, a la vez que su acción está condicionada por ellas. Esto quiere decir que los espacios geográficos no son inmutables o naturales, sino esencialmente una construcción social que se transforma continuamente en sus características (organización demográfica, económica, social, medio ecológico y construido etc.). •  P Por or último, otros acercamientos reivindican la necesidad de una perspectiva o enfoque regional pero sin recuperar la geografía regional en sentido clásico. Es decir, se acepta que el acercamiento temático y especializado es tan importante como el sintético y holístico, pero teniendo en cuenta que el objeto central son los espacios geográficos en toda su complejidad.

6. LA GEOGRAFÍ GEOGRAFÍA A REGIONA REGIONAL L EN ESP ESPAÑA AÑA

Según Rafael Ballester (1872-1931), los primeros ensayos de descripción orográfica peninsular se remontan al gallego José Cornide (1734-1803, que publicó Ensayo de una descripción física de España) y sobre todo a los Elementos de la geografía astronómica, natural y política de España y Portugal , de Isidoro de Antillón, publicado en 1808. El tipo de descripción efectuada por Antillón se mantendrá vigente hasta mediados del siglo XIX. Hasta entonces, las descripciones orográficas solían hacerse sobre la base de las cuencas hidrográficas, como es el caso de las obras del geógrafo militar Gómez de Arteche (1821-1906). (1821-1906). En 1852 el alemán Heinrich M. Willkomm (1821-1895), (1821-1895), “distinguió claramente como núcleo primordial orográfico —de la Península— la Meseta y la dependencia de los grupos periféricos”. Sintetizando, estableció, pues, Willkomm los seis sistemas que, con diferencias de nombre, habían de servir de fundamento a la clasificación de la orografía peninsular”, según Ballester (v. mapa). Con posterioridad,

los trabajos de Macpherson (1868), Reclus (1876), Botella (1886) e Ibáñez de ÍbeGeografía Regional de España

 

el concepto de región y su evolución

Figura 1.6. Estructura orográfica de la península península Ibérica, según H. H. Willkomm (1852). Este mapa mapa sirvió de base para los primeros estudios de Geografía regional en España.

ro (1888) “sentaron, con algunas modificaciones que en nada alteran lo fundamental, la estructura orográfica ya claramente entrevista por el geógrafo teutón”. Finalmente, basándose en los trabajos de la Comisión del Mapa Geológico, el alemán Theobald Fisher expuso en 1894 la clasificación de la orografía española que ha prevalecido. Resumiendo, según Ballester, el papel central que marca el punto de inflexión en la evolución del conocimiento de la orografía peninsular lo desempeña Willkomm en 1852 y acaba concluyendo en la obra de Th. Fisher de 1894. Por el contrario, según la línea Hernández-Pacheco/Dantín el punto de inflexión cabría situarlo en los trabajos de Macpherson y, sobre todo, en el de

Salvador Calderón sobre la Meseta de 1885 y que culminaría en los trabajos de ambos geógrafos de 1912. Geografía Regional de España

 

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Figura 1.7. Propuesta de división regional de Leonardo Martín Echevarría (1928). Es la seguida en esta obra, con la salvedad de la agrupación de Levante, Cataluña y Baleares en una sola unidad, en cuanto a la agrupación de comunidades autónomas en unidades “regionales” mayores.

Más adelante, a Juan Fernández y Amador de los Ríos se debe, entre otras muchas obras, una Geografía regional española publicada hacia 1900, lo que nos habla de la temprana acogida en España de esta corriente geográfica. En la segunda década del siglo XX el paradigma o modelo regional de la escuela francesa de Geografía inicia plenamente su desarrollo en España, dando lugar a un esquema de división peninsular en regiones naturales que será el modelo dominante durante largos años. Pero la base empírica de la geografía regional autóctona responderá a trabajos desarrollados ya desde mediados del siglo XIX por diferentes autores, sobre todo ingenieros y naturalistas, que a lo largo de las siete décadas anteriores —a 1920— esbozaron con un grado notable de precisión

la descripción y estructura de las grandes divisiones del territorio, con especial énfasis en los aspectos geomorfológicos, climáticos y de vegetación. Se apunta Geografía Regional de España

 

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a que la influencia francesa hay que relacionarla con la crisis nacional de finales del siglo XIX, que acompañó al desmoronamiento de los restos del imperio colonial español, y la consiguiente reacción regeneracionista. En este contexto se produce lo que se ha llamado el “descubrimiento de la Meseta”, relacionado con algunos de los elementos centrales del pensamiento regeneracionista y de la generación literaria del 98. En estos años destaca la figura de Juan Dantín Cereceda (1881-1943), que en 1922 publicó su Ensayo acerca de las regiones naturales de España, obra fundamental para la consolidación del paradigma regional en la geografía española. Una década antes, este mismo autor había publicado otra obra destinada a tener amplia difusión, Resumen fisiográfico de la península Ibérica, de la que aquella es en realidad su continuación. Entre las fechas de publicación de las dos obras, Dantín se convirtió en el principal difusor en España de la escuela de Geografía regional según los planteamientos de Vidal de La Blache. Durante estos años publicó diversos trabajos en tal dirección, tratando temas tan centrales para la nueva Geografía como el concepto de región natural, noción en torno a la cual se articula la Geografía del autor francés y, más aún si cabe, su versión difundida en España por Dantín. La influencia influen cia de los trabajos de Dantín sobre el conocimiento geográfico de España fueron muy importantes. En Cataluña, donde la difusión de la Geografía regional suele identificarse con los trabajos del geógrafo Pau Pa u Vila, también geógrafo y pedagogo. Tras la Guerra civil, la Geografía regional retoma su desarrollo con sucesivas monografías (la primera de ellas será la de Salvador Llobet sobre el macizo del Montseny, obra de 1947), pero estos trabajos dejan de realizarse a finales de los años 70. Se produce entonces un gran desarrollo de la Geografía general, de las distintas disciplinas temáticas, provocando en muchas ocasiones una gran dispersión en los programas de investigación y una especialización de los investigadores, pero sin un claro marco unificador. En la nómina de geógrafos españoles que trabajaron la Geografía regional destaca Lluís Solé i Sabarís (1908-1985), catedrático de la Universidad de Barcelona, desde la cual consiguió institucionalizar esta disciplina científicamente mediante el establecimiento de una sede del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la misma universidad y la fundación del Instituto de

Estudios Pirenaicos. Este instituto permitió relacionar a los profesionales de la Geografía española con los franceses, vinculados con la escuela regional de GeoGeografía Regional de España

 

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grafía. También hay que señalar a Manuel de Terán Álvarez (1904-1984), sistematizador de la Geografía moderna en España y autor de una extensa y original obra divulgadora y de investigación, así como creador de una numerosa escuela. Discípulo del anterior, José M. Casas Torres Torres (1916-2010), cuya obra se centró en el estudio de Madrid, contribuyó sobremanera al avance del conocimiento geográfico, con un marcado carácter práctico o aplicado. Como docente universitario, (maestro e investigador) dejó una profunda huella en la Geografía española y en la Universidad, llegando a ser una figura clave en la ciencia geográfica, por su neta contribución al avance del conocimiento c onocimiento geográfico y en la formación de numerosos discípulos, que actualmente ejercen su labor docente como geógrafos, historiadores o historiadores del arte. BIBLIOGRAFÍA

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posteriormente. Nueva Geografía Universal, de Eliseo Reclus. 1876-1894. Diecinueve volúmenes. MonuUniversal, de mental obra geográfica de tipo enciclopédico y de gran éxito en su época . Geografía Regional de España

 

TEMA II

1. 2. 3. 4. 5.

Introd Intr oduc ucci ción ón Organizació Organi zación n territorial territorial de de la Hispania Hispania romana romana (ss. (ss. I-V) La Spania visigoda (ss. VI-VII) Al Ándalus Ándalus.. Emirato Emirato y Califato Califato (ss. VIII-XI) España medieval cristiana. Reconquista y  repoblación (ss. VIII-XV)

6. La Edad Edad Mod Modern ernaa (ss. (ss. XVI-XVIII) 7. El sigl sigloo XIX 8. El si sigl gloo XX

territorial l a organización territorial de españa hasta 1978

 

INTR TROD ODUC UCCI CIÓN ÓN 1. IN

Las divisiones territoriales de los Estados —y de otras entidades políticas— han respondido a lo largo de la historia a concretas necesidades políticas y económicas. Así, en la Antigüedad, Roma organizó el territorio hispano en función del avance de la conquista; en la Edad Media surgen las demarcaciones según avanza la yreconquista y repoblación delContemporánea, sur; otras divisiones surgen Edad Moderna otras diferentes en la Edad dando lugar en al la modelo territorial actual que es síntesis de la tradición histórica y de los cambios que han experimentado distintos proyectos y realidades históricas, sin pasar por alto la importancia que tienen el relieve y la hidrografía en las demarcaciones territoriales. La organización actual del territorio español se basa en cuatro demarcaciones o “escalones “escalones”” administrativos administrativos que, de forma piramidal, piramidal, se estructuran estructuran así: en la  base el municipio municipio,, le sigue sigue la provincia, provincia, luego la región o autonomí autonomíaa y, y, en última última instancia, la administración estatal. En algunas regiones se ha llevado a cabo una comarcalización administrativa, caso de Cataluña o Aragón, donde la comarca se sitúaen entre el municipio y lalaprovincia. sus límites surgen la Alta Edad Media, provincialLaenestructura la Castillamunicipal de la BajayEdad Media y la autonómica o regional ya en el s. XX. La primera organización territorial documentada de España es resultado directo de la conquista romana, iniciada en el siglo II a. C., y de la posterior romanización. No consta que fenicios, griegos o cartagineses establecieran algún tipo de división territorial en sus dominios, entre otras cosas porque fueron enclaves costeros de reducidas dimensiones, salvo el caso cartaginés a partir del siglo III a. C., cuyo dominio llegó a cubrir un extenso tramo costero desde el golfo de Cádiz

al cabo de la Nao, y un variable interland interior. El nombre de España deriva de “Hispania”, nombre con el que los romanos acabaron designando al conjunto de la Península Ibérica, una vez completada su conquista a finales del siglo I a. C. Geografía Regional de España

 

LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DE ESPAÑA HASTA 1978

Figura 2.1. Mapa del s. XVIII de la primera división provincial de Hispania.

Por su parte, el término de Iberia fue usado por los autores griegos para referirse al mismo espacio geográfico. El nombre Hispania se conservó tras la caída del Imperio Romano como designación de la Península bajo los godos y luego en el mundo medieval cristiano. Por influencia bizantina el término evolucionó gráfica y fonéticamente de Hispania a Spania. Por otra parte, la conquista árabe supuso la adopción, durante los siglos medievales, del nombre de Al Ándalus” para el área islamizada de la Península, aunque la Reconquista cristiana terminó eliminándolo en favor del nombre romance, que evolucionó de Spania a España. En el siglo XVI, la unificación de los diversos reinos ibéricos llevó a una correspondencia entre

esa realidad geográfica la monarquía que, por tiempo (1580-1640) de ejerció su soberanía en todo el yconjunto peninsular, rotaun con la independencia Portugal. Desde entonces se usa de forma explícita España para referirse al actual Geografía Regional de España

 

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Estado español mientras que se prefiere Iberia o Península Ibérica para englobar a España y Portugal.

2. ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DE LA HISPANIA ROMANA (SS. I-V)

Los romanos realizaron diversas divisiones de la península a lo largo de la larga historia de su Imperio. La primera división data de 197 a. C. (sus límites no eran precisos, ya que solo el litoral mediterráneo estaba dominado por Roma): la Hispania Citerior —la más próxima para quien llegaba de Italia—, que se correspondía con el valle del Ebro y el litoral mediterráneo hasta la costa almeriense; y la Hispania Ulterior (valle del Guadalquivir y costa meridional). Culminada la Hispania trasatlántica casi dos ysiglos de lentalos penetración romana haciaa el conquista interior y de hacia la costa cantábrica, romanos procedieron reorganizar sus dominios hispanos, con Augusto como emperador. Las provincias de la división de Augusto del 27 a. C. fueron estas: Hispania Ulterior Bética-la Betica-, Hispania Ulterior Lusitania —la Lusitania— e Hispania Citerior Tarraconensis —la Tarraconense— divididas a su vez en conventos jurídicos. La provincia fue, por lo tanto, la institución más importante de la organización político-administrativa del Imperio Romano. Dentro de las provincias se crearon otras subdivisiones menores, citadas por Estrabón (63 a. C.-19) y denominadas diócesis (que nada tienen que ver que ver —salvo el nombre— con las creadas luego pordeDiocleciano) o distritos. susados límites, o forma funcionamiento funcionamiento. . Sí queApenas estamosconocemos estamos mejor informados inform sobreatribuciones los citados conventos jurídicos (conventus iuridici ), ), organización de carácter más judicial que administrativa. Eran demarcaciones se segundo rango y abarcaban una serie de ciudades y poblaciones que dependían de otra ciudad más importante, que era una suerte de centro c entro urbano comarcal. Los conventos se crearon teniendo en cuenta la facilidad de comunicación entre los distintos pueblos y la capital conventual, además de las afinidades culturales de aquéllos. En la capital del convento jurídico se administraba justicia en primera instancia, se realizaban transacciones comerciales, se tramitaban asuntos oficiales y se reclutaban r eclutaban soldados.

No es posible posiaunque ble saber fecha entraron funcionamiento conventos jurídicos, se la sabe que en ya que existían en losenprimeros años del los Imperio (s. I). Tampoco es posible precisar sus límites exactos. Geografía Regional de España

 

LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DE ESPAÑA HASTA 1978

La enumeración que los historiadores antiguos hicieron de las civitates  y  populi  de   de los conventos ha permitido trazar unos límites aproximados. Conocemos el número de conventos gracias a Plinio, que menciona los nombres de las capitales, ciudades y pueblos. En la(Écija) Béticae Hispalis se crearon cuatro conventos: Gades (Cádiz),las Corduba (Córdoba), Astigi (Sevilla); siete hubo en la Tarraconense: Cartago Nova (Cartagena), Tarraco (Tarragona), (Tarragona), Caesaraugusta (Zaragoza), Clunia (Coruña del Conde, Burgos), Asturica Augusta (Astorga), Lucus Augusti (Lugo) y Braccara (Braga, Portugal); y tres en la Lusitania: Emerita Augusta (Mérida), Pax Iulia (Beja, Portugal) y Scalabis (Santarem, también en Portugal). Las capitales conventuales estaban bien comunicadas con todo su convento y con la capital provincial, que también era capital conventual. La organización provincial de Augusto se mantuvo sin apenas cambios durante tres

Figura 2.2. División provincial de Augusto (s. I a. C.). Elaboración propia.

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siglos. En el año 216 el emperador Caracalla (211-217) creó una nueva provincia, la Hispania Nova Citerior Antoniniana, luego llamada Gallecia. Esta nueva provincia se formó con los conventos jurídicos de Lucus Augusti, Braccara y Asturica. En ella se porextensa lo tanto, las regiones galaica y astur, separadas de la autoridad delagrupaban, pretor de la provincia Tarraconense. La capital de esta nueva provincia hispana fue Braccara Augusta (actual Braga, en Portugal). Con Diocleciano (284-305) se transformó profundamente la estructura política y administrativa del Imperio Romano. En lo político, el Dominado —como monarquía absoluta— sustituirá al Principado —el emperador gobernaba con el Senado—, mientras en la administración territorial el Imperio romano será dividido en 4 grandes prefecturas (año 293). Las prefecturas se dividían a su

Figura 2.3 División provincial de Diocleciano (s. III). Geografía Regional de España

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LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DE ESPAÑA HASTA 1978

vez en 15 diócesis y éstas, en provincias. En total, el Imperio Romano tenía 101 provincias. En lo referente a Hispania, se creó una nueva provincia, la Cartaginense, segregada de la Tarraconense. Con las cuatro restantes más la Mauretania Tingitania, ésta en el norte de África, creó Diocleciano la Diocesis Hispaniae o Diocesis Hispaniarum, integrada en la Prefectura de las Galias. La inclusión del NO africanao en la administración hispana se debió a razones de tipo militar, por el riesgo de incursiones de tribus bereberes nómadas y sin romanizar, tanto en la Mauretania como en la propia Hispania. Con la Diócesis de Hispania, por primera vez en la historia, todo el territorio peninsular es puesto bajo una misma autoridad, aunque dependiente de instancias exteriores, en este caso el prefecto de las Galias, que a su vez responde ante la suprema autoridad el emperador. De ello da cuenta el “Laterculus Veronensis Hispaniarum habet  provincias : DiocesisCallaecia,   provincias numero VI: Baetica, Lusitania, Carthaginensis, Tarraconensis, Mauretania Tingitania”. La reforma de Diocleciano entrañó la creación de tres altos cargos en la Diócesis de Hispania: el delegado del prefecto de las Galias, el Comes hispaniarum (sin mando militar y encargado de la administración civil) representante extraordinario del emperador, y el Vicarius hispaniarum, que en tiempos de Constantino el Grande (306-337) reemplazará al Comes hispaniarum. Los vicarios debían controlar las provincias y dar cuenta al emperador o al prefecto de las Galias. El Vicarius tenía su residencia en Emerita Augusta (Mérida). También se cita a Tarraco como posible sede. Las provincias eran gobernadas por praesides, que verán limitadas

sus fiscales del Vicarius de (385), la Diócesis. En tiempos atribuciones de Teodosio militares (379-395)yse crearáenlafavor provincia Balearica con capital en Pollentia (Pollensa).

3. LA SPANIA SPANIA VISIG VISIGODA ODA (SS. VIVI-VII) VII)

Tras la caída del Imperio romano de Occidente en el año 467, los visigodos, procedentes de la Galia ocuparon, a lo largo del siglo VI, la mayor parte de la

Península. Persiguieron durante más de un siglo restaurar la Hispania romana, lo que lograron anexionarse el Reino de losa suevos en eldel 584siglo y expulsar los VII. Unaa en bizantinos de laalBética (Provincia Spaniae) comienzos deble unificación peninsular se alcanzó con Sisebuto y con Suintila, que en el 50

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Figura 2.4. La España visigoda en el el siglo VII.

624 sometió por un tiempo a los vascones en el norte. La organización administrativa del Reino Visigodo fue obra de Leovigildo (553-586) y en menor medida de su sucesor Recaredo I (586-601). Esta organización es conocida por un gran número de leyes, documentos diplomáticos (como De fisco Barcinonensis) y documentos conciliares coetáneos. Leovigildo, el primer impulsor de este vasto plan de unificación, centralización y reorganización del reino, tomó como modelo el patrón bizantino. La división provincial visigoda mantuvo la establecida por los romanos en el Bajo Imperio: la provincia de Iberia se correspondía con

la antigua Tarraconense; la Aurariola con la Cartaginense; la Autrigonia, tomada del nombre del pueblo prerromano de los autrigones autrigones, , se correspondía con las tierras ocupadas por cántabros, rucones y vascones, nunca del todo asimilados al amparo de la Cordillera Cantábrica; la Galecia, era la homónima de la época Geografía Regional de España

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romana; la Bética, con capital en Corduba, sufrió una escisión, pues se segregó la nueva provincia de Híspalis en la parte occidental y septentrional de esta antigua provincia romana, y la Lusitania, parte de la cual fue sueva, recuperó su anterior trazado. El único territorio visigodo fuera de la Península fue la Septimania —sur de Francia—, con capital en Narbo (Narbona). Escaparon al control visigodo las islas Baleares, que se mantuvieron primero bajo soberanía vándala (426-553) y luego bajo la bizantina (553-conquista musulmana). Las provincias de la Spania goda eran gobernadas por un duque (dux), generalmente perteneciente a la aristocracia militar visigoda, o por los herederos al trono. Las ciudades eran gobernadas por condes (comes).

4. AL ÁNDAL ÁNDALUS. EMIRATO EMIRATO Y CALIF CALIFA ATO (SS. VIII-XI) VIII-XI)

Los musulmanes iniciaron la conquista de la península en el 711 y, salvo la cornisa cantábrica y el piedemonte pirenaico, la completaron hacia el 715. Al-Ándalus fue un emirato del Califato Omeya de Damasco desde el 711 hasta el 756. Veintiún emires o walíes se sucedieron en el gobierno, primero en Sevilla y desde el 717 en Córdoba. Los musulmanes no alteraron la división provincial de los visigodos que era, a su vez, la heredada de la época romana. Los geógrafos árabes hablaban de la división de Constantino —en realidad era la decretada por Diocleciano del 297— para referirse a la división provincial del Emitato. Los emires cordobeses crearon seis provincias o koras (del griego chora), algunas de las cuales recibieron el nombre de la capital: Braga, (Galicia), Mérida (Lusitania), Toledo Toledo (Cartaginense), Zaragoza (Tarraconense), (Tarraconense), Al-Ándalus (Bética) y la Septimania con capital en Narbona, el único territorio ultrapirenaico del Emirato, como en la época goda. Los árabes acuñarán el término de Al-Ándalus para llamar al área peninsular sometida a ellos, aunque al principio este término sólo se refería al sur, a la antigua Bética romana. Sobre el origen del término Al-Ándalus la única etimología verosímil lo relaciona con los vándalos, asentados un breve tiempo en la Bética, de la que

pasaron al norte de África. De ahí que para los pueblos norteafricanos España era “el país del que vinieron los vándalos”. A grandes rasgos, los geógrafos musulmanes consideraban la Península dividida en tres grandes zonas geográficas: Al-Xarq (región oriental), Al-Musata (región central) y Al-Garb (región 52

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Figura 2.5. Las “koras” de Al Ándalus durante en el s. X.

occidental). En el Califato, Abderramán III (912-961, califa desde el 929) y su sucesor Alhakem II (961-976) establecieron la definitiva organización provincial y la estructura administrativa del Califato para atajar el cantonalismo y la inestabilidad política polít ica que sumieron en el caos al Emirato. No es del todo seguro segur o el trazado de las koras o provincias andalusíes. Se ha dado el número de 21, de las cuales 9 gozaban de un estatuto especial al estar gobernadas por la aristocracia militar siria, principal sostén del régimen. Dentro de las koras existían otras

divisiones menores, mal conocidas en su extensión y denominación, debido a la imprecisión de las fuentes. Las provincias o koras eran gobernadas por un walí o gobernador, auxiliado por un amil con atribuciones fiscales, salvo que la provincia fuera fronteriza, pues entonces prevalecía la autoridad militar del caíd sobre la civil del walí. Las provincias o marcas fronterizas (tagr ) eran tres: Geografía Regional de España

 

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la frontera superior, superio r, con capital en Zaragoza (protegía la zona que va de La Rioja a Cataluña); la frontera media, con sede en Toledo (frente al Sistema Central), y la frontera inferior, en Mérida (que cubría el bajo Tajo y la Sierra de la Estrella, Portugal). Estas provincias estaban jalonadas por castillos, torres-vigías (marya) y conventos fortificados (ribat: rábita). A la disolución del Califato de Córdoba siguió, sucesivamente en Al Ándalus, el primer periodo de taifas (1031-1090 aprox.), la conquista almorávide (1090-1140), el breve segundo periodo de taifas (1145-1150 aprox.), la conquista almohade (1150-1212) y el también breve tercer periodo de reinos taifas, reducidos a partir de 1238 sólo al Reino nazarí de Granada.

5. ESP ESPAÑA AÑA MEDIEV MED IEVAL AL CRISTIANA. CRI STIANA. RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN (SS. VIII-XV)

En paralelo al desenvolvimiento de Al Ándalus en la mitad sur peninsular, primero en la cornisa cantábrica y después en la mitad septentrional peninsular, peninsular, se fueron conformando una serie de entidades políticas que, tras numerosas vicisitudes políticas y bélicas, cristalizaron a comienzos del siglo XII en una serie de reinos cristianos (de oeste a este: Portugal, León, Castilla, Navarra, Aragón y el Condado de Barcelona). En efecto, con la Reconquista se crearon varios reinos cristianos a partir del Reino de Asturias y la carolingia Marca Hispánica —al sur de los Pirineos—, que en el siglo XII terminaron siendo cuatro: el Reino de Portugal, Castilla (con León), el Reino de Navarra y el Reino de Aragón (unido al Condado de Barcelona). En Castilla se crean como divisiones administrativas una serie de provincias y en la Corona de Aragon distritos, veguerías en Cataluña y Mallorca, y en Valencia gobernaciones. La organización territorial en la España medieval vino determinada, pues, por el proceso de conquista y repo blación realizado por los reinos cristianos a costa de los dominios musulmanes (reinos Taifas). Taifas). El proceso de asignación del territorio a concejos, nobles, iglesia u órdenes militares que llevaron a cabo los reyes cristianos determinó la crea-

ción de los términos municipales (que en lo sustancial apenas han cambiado a lo largo del tiempo). Los municipios, concejos o bailías surgen de la apropiación y ocupación de un territorio por parte de algunos súbditos (hombres libres) de la Corona, dando 54

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Figura 2.6. La Península a mediados del s. XI. Reinos cristianos y de taifas.

lugar a una repoblación llamada de “presura”. La unión de esos hombres libres dará lugar a poblaciones que controlarán y defenderán su territorio o alfoz, de donde provienen los términos municipales. Muchos de estos municipios reci bían del rey re y el título de villas o ciudades de realengo y también fueros municipales y estatutos jurídicos privilegiados. En el s. XIII, los reinos cristianos experimentaron importantes reorganizaciones administrativas y territoriales, sobre todo tras la decisiva batalla de las Navas de Tolosa Tolosa (1212). En la Corona de Casti-

lla, la aparición de entidades supramunicipales (“sexmas”, “ochavos”, “tierras”, “partidos”, entre otras denominaciones) para el mejor gobierno y el uso de los servicios comunes (pastos, leña, aguas, caza, construcciones civiles o religiosas, defensa …). Además, la Corona concedió a ciertas ciudades (las de realengo) el privilegio de votar en las Cortes. Geografía Regional de España

 

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Figura 2.7. La Península en la Baja edad Media. Media.

Por otro lado, aparece una importante entidad administrativa supramunicipal como el adelantamiento, un distrito formado por tierras recién conquistadas a los musulmanes (por lo que también se les llamó “adelantamientos de frontera”) y donde a las funciones administrativa, judicial y económica se unía la militar y defensiva. En el XIII, todos los reinos y provincias que componían la Corona de Castilla (Castilla, León, Galicia, Sevilla, Murcia, etc.) tenían al frente un Adelantado Mayor (subordinado al cual aparecía el “merino mayor”). En las

poblaciones importantes, surge, a finales del Medievo, un nuevo distrito territorial: el “corregimiento”. En Navarra, el territorio se organizaba en 6 distritos o merindades (dirigido (dirigidoss por un “merino”). “merino”). En En la Corona Corona de Aragón, Aragón, existen algunos rasgos comunes para los distintos reinos que la componen: el primer nivel administrativo estaba compuesto por las “bailías”, que se corresponde 56

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con los núcleos municipales; el segundo nivel (que ejercía sobre el anterior jurisdicción gubernativa y judicial) recibía el nombre de gobernación y justiciazgo en Valencia, merindad en Aragón y veguería en Cataluña y Baleares, como se mencionó antes. 6. LA EDAD EDAD MODE MODERNA RNA (SS. XVIXVI-XVII XVIII) I)

En 1479, Isabel I de Castilla y Fernando V de Aragón inauguraron la unión dinástica de las dos coronas sobre la base de una gran heterogeneidad territorial. La situación en Castilla era objetivamente más sólida (más población que Aragón, rico comercio con Europa, numerosas ciudades…), poderosa nobleza y

Figura 2.8. España durante la Unión Ibérica (1580-1640). Geografía Regional de España

 

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unas Cortes sin poder legislativo pero que votaban los impuestos que pagaban las ciudades. Aragón tenía un sistema señorial/feudal más acusado y un imperio comercial, en el Mediterráneo occidental, en decadencia. Su estructura territorial era compleja: Cortes independientes en cada reino, con instituciones especiales de control jurídico permanente y de administración económica en los cuatro territorios de la Corona aragonesa. El dinamismo y transformación progresiva de las demarcaciones en instituciones territoriales castellanas contrastará con el inmovilismo en las aragonesas y con su resistencia frente a la construcción de una monarquía autoritaria centralizada de cuño castellano. Por todo ello, los Reyes Católicos. optaron por concentrar el poder efectivo en el territorio castellano, llevando a cabo ciertas transformaciones territoriales: supresión de la autonomía municipal y de los adelantamientos, implantación de los corregidores reales para administrar las ciudades y los distritos o corregimientos. Además, en Castilla, se configurará una nueva organización político-judicial superior al corregimiento, basada en dos chancillerías (con sedes en Valladolid y Granada, ambas separadas el Tajo) y en audiencias. En Aragón no se llegó a aplicar nunca un programa político similar y sólo se crearon ciertas instituciones como los virreyes (representantes del de l poder real en cada uno de los territorios de la Corona de Aragón) y el Consejo de Aragón (que, con sede en Castilla, servía de nexo con esos territorios). Las demarcaciones territoriales aragonesas permanecieron igual que a fines de la Edad Media. En Castilla, encontramos dos tipos de demarcaciones territoriales: unas, de tipo político-judicial; otras, de tipo fiscal. En las Vascongadas y Navarra, las instituciones y demarcaciones eran distintas. Las primeras, con un régimen fiscal diferenciado, se denominaban “provincias exentas” y se dividían en 4 circunscripciones (señorío de Vizcaya, provincia de Guipúzcoa, provincia de Álava y merindad Allende el Ebro). Desde el punto de vista judicial, las Provincias Vascongadas conformaban un único distrito dependiente de la chancillería de Valladolid y con un juez mayor en Vizcaya. En cuanto a Navarra, se apoyaba, en

lo tocante a lo económico-fiscal, en las merindades medievales, cada una de las cuales tenía una capital o “recibiduría”. En lo judicial, usaba las mismas demarcaciones. Sobre ellas tenía autoridad la institución judicial de todo el territorio: el Consejo de Navarra. El resto de los territorios castellanos se organizaban a través de provincias y partidos. La provincia castellana en la Edad Moderna se asociaba a las ciudades con voto en Cortes (se trataba de ciudades realengas). A 58

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veces, se usa aún el término “reino” para referirse a estas demarcaciones territoriales. A lo largo del XVI el término de provincia se irá precisando y llenando de contenido como demarcación de las instituciones económicas y fiscales. Los partidos eran las demarcaciones territoriales (iguales o inferiores a la provincia) cuyas instituciones dependían de esta última. En cada partido había una u na ciudad (capital de partido) o “receptoría” de la Hacienda Real. Podemos decir, pues, que la provincia castellana del XVI es una circunscripción económica y fiscal que engloba uno o más partidos fiscales. Bajo los Habsburgo (o Austrias, 1516-1700) apenas se altera el organigrama político-administrativo de España. Debemos a la obra del erudito y archivero Tomás González Hernández (1780-1833), por su obra  Censo de población de las Provincias y Partidos de la Corona de Castilla en el siglo  XVI , la fuente más fidedigna para conocer la población y administración de la España de la época de los Austrias. El archivero completa el conocido como Libro de los Millones, un censo castellano de 1591 con datos de las otras regiones españolas (Cataluña, Vascongadas, Navarra, Valencia y Aragón). La anexión filipina de Portugal en 1580 culmina casi un siglo de intentos castellanos por llevar a cabo la hasta entonces frustrada unión peninsular, antes por la vía bélica y ahora por la vía dinástica, iniciada esta vía con los Reyes Católicos. Desde 1580 a 1640 se produjo, por lo tanto, la unión de la Península en una sola corona. No obstante, se mantuvo una distinción formal entre los demás reinos ibéricos de la Corona y Portugal. Pero en 1640, en respuesta a los proyectos centralizadores del valido Olivares, se produjo la sublevación de Portugal, con la casa de Braganza al frente, que se hizo con la Corona portuguesa en la persona de Juan IV IV.. Tras Tras una intermitente guerra que se prolongó hasta 1668, España reconoció la independencia de Portugal en el Tratado de Lisboa. Felipe V (1700-1746), el primer monarca Borbón de España, creó, tomando como base las provincias preexistentes creadas por los Habsburgo, las Intenden-

cias, institución que ya funcionaba en Francia y que se enmarca en el proyecto centralista de los Borbones. Como las nuevas intendencias no coincidían siempre con los límites de las antiguas provincias, hubo cierta oposición a esta nueva división, que además se solapaba con las competencias provinciales. Veinte fueron las intendencias entonces creadas: La Coruña, León, Valladolid, Burgos, Pamplona, Zaragoza, Barcelona, Salamanca, Ávila, Guadalajara, Toledo, MaGeografía Regional de España

 

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drid, Ciudad Real, Valencia, Mérida, Sevilla, Córdoba, Granada, Palma y Santa Cruz de Tenerife. Su sucesor Fernando VI (1756-1759) reordenó los límites de las Intendencias, haciéndolos coincidir con las provincias de los Austrias y los antiguos reinos de España. Bajo el reinado de Carlos III (1759-1788), en 1785 el Conde de Floridablanca promovió la realización de un vasto Prontuario o Nomenclátor de los pueblos de España, y se elaboraron nuevos mapas para facilitar el conocimiento de España, paso previo para llevar a cabo toda una serie de proyectos ilustrados de reorganización territorial que se quedaron en el papel. El de Floridablanca implicaba una mayor racionalización de la división territorial y de los límites provinciales, una división interna de las provincias en partidos-corregimientos y, sobre todo, una situación aproximadamente concéntrica de la capital de cada demarcación con respecto a los núcleos de población que

Figura 2.9. Mapa de España y Portugal de G. Robert de Vaugondy Vaugondy (1757).

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la integraban (fórmula de la mínima distancia). En la base estaba la idea de crear un nuevo marco provincial que favoreciese una gestión hacendística eficaz. Por su parte, Cayetano Soler, superintendente general de Hacienda, diseñó un plan de reforma territorial que es el principal antecedente de las reformas del XIX  (incluida la de Javier de Burgos de 1833). Mediante este nuevo plan, se crearon nuevas provincias (entre 1799 y 1801) siguiendo criterios de tipo económico-fiscal —se trataba de las “provincias marítimas”: Cádiz, Málaga, Santander, Alicante, Cartagena y Asturias—, y se eligieron como capitales las ciudades más pobladas, ricas y mejor situadas espacialmente de esas provincias (se empleó también aquí el sistema de la mínima distancia). Frente a la tradición histórica, este plan tenía rasgos de modernidad en el sentido de crear o reestructurar provincias in-

Figura 2.10. División de España en intendencias (1720). Geografía Regional de España

 

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troduciendo nuevos límites y criterios geográficos más racionales. La reforma de Cayetano Soler es la primera división territorial de la época contemporánea, puesto que tenía unos rasgos que eran útiles para cualquier institución, y es, en cuanto a criterios utilizados, el precedente más claro de la división provincial de  Javier de Burgos Burgos de 1833, 1833, que tan sólo sólo tuvo que que añadir pequeños pequeños retoques. retoques.

7. EL SI SIGL GLO O XI XIX X

Durante las primeras décadas del siglo XIX se asiste en nuestro país a una lucha entre el Antiguo Régimen y el embrionario Estado liberal, con dos conceptos antagónicos de gobierno y de la administración territorial. El Estado liberal, que toma como modelo la Francia jacobina y bonapartista, necesita una nueva ordenación del territorio, que le permita gobernar el país de manera uniforme, recaudar impuestos, y crear un mercado único con leyes iguales para todos. Este E ste nuevo orden llega a España de la mano de Napoleón, que pone a su hermano  José I Bonaparteen el trono. En mayo de 1808 estalla estalla la guerra de la Independencia y en plena ocupación francesa, en 1810, el gobierno josefino intenta ordenar el territorio español —las prefecturas bonapartistas de 1810—, dividiéndolo en 38 prefecturas, al estilo de las establecidas en Francia, y 111 subprefecturas, según el proyecto del clérigo afrancesado Juan A. Llorente. Esta nueva división apenas fue operativa ya que los franceses apenas controlaban una pequeña parte del territorio español. Además, Napoleón planea la incorporación a Francia del territorio español al norte del Ebro y decreta (26-I-1812) la división de Cataluña en cuatro departamentos, que son anexionados brevemente al Imperio Francés. Así pues, el reinado de José I no tuvo la eficacia reformista que el mismo rey y los gobernantes españoles que colaboraron con él —los afrancesados— desea ban. Las necesidades bélicas, los sucesivos traslados de la corte fuera fuera de Madrid y la insuficiencia de la Hacienda para financiar y hacer operativas estas refor-

mas, además de la intromisión de Napoleón y sus mariscales, hicieron inútiles los esfuerzos josefinos de reforma territorial en España. Mientras buena parte de España estaba ocupada por el ejército francés, en 1811 las Cortes de Cádiz inician su labor reformista y derogan los señoríos jurisdiccionales, desapareciendo así la secular división entre tierras de señorío” y de realengo, que a pesar de la restauración del absolutismo por parte de Fer62

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nando VII en 1814 no volverán a entrar en vigor. Al tiempo, las Cortes de Cádiz intentan crear un nuevo régimen, también liberal como el de José I, en el que todas las provincias tengan las mismas obligaciones. Por ello, la constitución de 1812 no reconoce la personalidad política de los antiguos territorios históricos, y crean 32 provincias, según el nomenclátor de Floridablanca, con algunas correcciones. Pero, además, en 1813 encargan una nueva división provincial a Felipe Bauzá, que determina 36 provincias, con siete provincias subalternas, con criterios históricos. El regreso al trono de Fernando VII en 1814 supuso la vuelta al Antiguo Régimen y la supresión de la obra legislativa y organizativa de las Cortes gaditanas Durante el e l interludio del Trienio Trienio Liberal (1820-1823), se impulsa la construcción del Estado liberal, y se promueve una nueva división provincial, aunque primero se recuperan las diputaciones de 1813 de Felipe Bauzá.

Figura 2.11. Provincias y regiones de la división provincial de 1822. Geografía Regional de España

 

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Se trataba de que esta división alcanzara a todo el país, sin excepciones, y fuera la trama única para las actividades administrativas, gubernativas, judiciales y económicas, según criterios de igualdad jurídica, unidad y eficacia. Así, en enero de 1822 se aprueba, con carácter provisional, una división provincial de España en 52 provincias. Algunas de estas provincias aparecen por primera vez, como las de Almería y Málaga (desgajadas del tradicional Reino de Granada), Huelva (del Reino de Sevilla), Calatayud o Logroño, y otras aparecen con nombre nuevo como Murcia o las tras Provincias Vascongadas. Este proyecto hace pocas concesiones a la historia, y se rige por criterios de población, extensión y coherencia geográfica. Hay una voluntad de superar los nombres históricos, prefiriéndose los de las ciudades capitales. Tampoco se respetan los límites tradicionales de las provincias, configurando un mapa nuevo. Se eliminan los enclaves de unas provincias en otras, si pertenecen a distintos reinos, pero se conservan muchos enclaves cuando se hallan dentro del mismo. Este proyecto generó intensos debates por el número de provincias y la capitalidad, pero no dejaron de ser cuestiones menores. En 1822 se restablecieron los intendentes provinciales como delegados de Hacienda. Pero la caída del gobierno liberal y la restauración del absolutismo en 1823 dio al traste con el proyecto, por lo que el plan de 1822 nunca llegó a entrar en vigor. Apenas muerto Fernando VII en 1833, se vuelve a plantear la división provincial de nuevo. Esta reforma fue llevada a cabo por Javier de Burgos —secretario o ministro de Fomento bajo el breve gobierno liberal de Cea Bermúdez— el mismo año de 1833. Salvo algunas modificaciones, este trazado se ha mantenido prácticamente sin cambios (a nivel provincial) hasta la actualidad4. Desde entonces, esta división ha sufrido retoques mínimos, como algunas modificaciones de límites y de denominación y el cambio de nombre de jefe político, primero a gobernador civil y, posteriormente, posteriormente, a subdelegado del gobierno. Las modificaciones territoriales fueron: 4



Por Real Orden de 9 de septiembre de 1836 se amplía Valencia a costa de Alicante y esta última a costa de Albacete (Villena) y Murcia (Sax). — En 1841 se amplía Logroño, pero temporalmente. — Entre 1844 y 1854 la capital de Guipúzcoa pasó de San Sebastián a Tolosa. — Por Real Orden de 24 de marzo de 1846 se rectificaron los límites entre Ciudad Real y Al bacete, con la incorporación de Villarrobledo Villarrobledo a esta última. última. — Por Real Orden de 25 de junio de 1851 Requena y Utiel pasan de Cuenca a Valencia. — En 1927 se efectúa la división de la provincia de Canarias, que según el Real Decreto de 10 de noviembre de 1833 debía llamarse Santa Cruz de Tenerife, en las dos provincias actuales. (R.D. nº 1586 de 21 de septiembre) Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife. Esta es la modificación más importante, ya que aumenta las provincias a 50.

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Figura 2.12. Provincias y regiones de la división de Javier de Burgos, 1833.

Dividía el territorio español en 49 provincias a partir de un criterio racional, con un tamaño relativamente homogéneo y eliminando la mayor parte de los enclaves propios del Antiguo Régimen. A su vez, agrupaba las provincias en regiones con un carácter meramente clasificatorio, sin reservar para estas regiones ningún tipo de competencia u órgano administrativo o jurisdiccional común a las pro-

vincias que agrupaban. Destaca como principal diferencia, respecto a la actualidad, que las islas Canarias no habían sido divididas en dos provincias hasta la fecha, siendo Santa Cruz de Tenerife Tenerife la capital del archipiélago. En 1927, con la aparición de la provincia Palmas, número demía provincias 50. Otra diferencia, es quedelaLas mayo mayoría ría deselosaumentó estatutosel de autono autonomía toman dea  base esta división provincial-regional, salvo aquellos que tienen que ver con la región de León, la de Castilla la Vieja y la de Castilla la Nueva. Con la división Geografía Regional de España

 

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provincial de 1833 consolidada, así como el régimen liberal que la promovió, a mediados de siglo se tomaron diversas iniciativas para llevar a cabo los primeros proyectos de regionalización en España. El primero de estos proyectos de regionalización fue el del ministro Patricio de la Escosura, que promulga un decreto en septiembre de 1847 (que se suspendió el mismo año) por el que se dividía d ividía a la España peninsular —v. —v. mapa 2.13— en once gobiernos generales: Andalucía, capital Sevilla (provincias de Sevilla, Córdoba, Cádiz y Huelva), Aragón, capital Zaragoza (provincias de Zaragoza, Huesca y Teruel), Burgos, capital Burgos (provincias de Burgos, Santander, Logroño y Soria), Cantabria, capital Pamplona (provincias de Navarra, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya), Castilla la Nueva, capital Madrid (formada por las provincias de Madrid,Valladolid Cuenca, Segovia, Guadalajara, ToledoLeón, y Ciudad Real),Salamanca, Castilla la Vieja, capital (provincias de Valladolid, Palencia, Zamora, Ávila y Oviedo), Cataluña, capital Barcelona (provincias Barcelona, Lérida, Gerona y Tarragona), Tarragona), Extremadura, capital Badajoz (provincias de Badajoz y Cáceres), Galicia, capital La Coruña (provincias de La Coruña, Pontevedra, Lugo y Orense), Granada, capital Granada (provincias de Granada, Málaga, Almería y  Jaén), Valencia y Murcia, capital Valencia (provincias de Valencia, Murcia, Alicante, Albacete y Castellón). En 1873, durante la breve vida de la I República Española, se elaboró un proyecto de Constitución que definía a España como una República Federal, integrada por diecisiete estados con poder legislativo, ejecutivo y judicial. Según los artículos 92 y 93, estos “estados” tendrían una completa autonomía económico-administrativa y toda la autonomía política compatible con la existencia de la Nación, así como la facultad de darse una Constitución política. Esta constitución, cuya redacción se atribuye principalmente a Emilio Castelar, nunca llegó a adoptarse. Al ser una Constitución federal nada señala sobre las

provincias, materia que era competencia de los Estados miembros. El artículo primero de dicho proyecto dice: “Componen la Nación Española los Estados de Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Cuba, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto Rico, Valencia y Vascongadas”. Posteriormente, en 1884, Segismundo Moret presentó un nuevo proyecto en enero de 1884, que distribuía la península e islas adyacentes en quince regiones administrativas y políticas, 66

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aproximándose a la distribución de las Audiencias Territoriales, que también fracasó. Su distribución era: Aragón (provincias de Huesca, Logroño, Zaragoza). Asturias (León yy Soria). Oviedo). Baleares. Canarias.Gerona, CastillaLérida la Vieja (Burgos, Palencia, Santander Cataluña (Barcelona, y Tarragona). Extremadura (Cáceres, Badajoz Badaj oz y Ciudad Real). Galicia (La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra). Granada (Almería, Granada, Jaén y Málaga. Madrid (Guadalajara, Madrid y Toledo). Murcia (Albacete, Alicante y Murcia). Sevilla (Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla). Valencia (Castellón, Cuenca, Teruel y Valencia). Valladolid (Ávila, Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora). Vascongadas (Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya). Siete años después hubo otro intento de regionalización que tampoco se llegó a consumar, casofecha promovido por Francisco Silveladeenorganizar 1891 y un Proyecto de Ley enenlaeste misma dio cuenta de la intención el gobierno de la Península, Canarias y Baleares en trece regiones. Este proyecto preveía que las regiones alcanzasen una consideración importante como ente autónomo y les asignaba la siguiente distribución: Aragón: capital Zaragoza, incluyendo también a Huesca, Logroño, Soria y Teruel. Asturias: capital Oviedo, incluyendo también a las provincias de Santander y de Gijón. Esta última aparece como una escisión de la anterior provincia de Oviedo. Baleares. Canarias. Castilla la Nueva: capital Madrid, incluyendo también a Cuenca, Guadalajara, Ávila, Toledo Toledo y Segovia. Castilla la Vieja: capital Valladolid, incluyendo también aseBurgos, Palencia, Salamanca Zamora. Salamanca se dividetambién en dos ya reparte León, con Extremadura. Cataluña:ycapital Barcelona, incluyendo Gerona, Lérida y Tarragona. Extremadura: capital Badajoz, incluyendo también a Cáceres, Ciudad Real y Salamanca (resto de la provincia que no queda en Castilla la Vieja). Galicia: capital La Coruña, incluyendo también a Lugo, Orense y Pontevedra. Granada: capital Granada, incluyendo también a Almería, Jaén y

Málaga. Sevilla: capital Sevilla, incluyendo también a Cádiz, Córdoba y Huelva. Valencia: capital Valencia, incluyendo también a Albacete, Alicante, Castellón y Murcia. Vascongadas: sin capital definida. La capital sería elegida entre las provincias integrantes, que son Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya. Como se puede comprobar, las únicas cuatro regiones peninsulares que mantienen sus límites en todos los proyectos de regionalización son Cataluña, Galicia, Granada (denominada Andalucía Alta en la Constitución de 1873) y Sevilla Geografía Regional de España

 

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(denominada Andalucía en el proyecto de Patricio de la Escosura y Andalucía Baja en la Constitución republicana de 1873).

8. EL SI SIGL GLO O XX XX

Durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) se elaboró el Estatuto Provincial de 1925. En su articulado la provincia quedaba enmarcada definitivamente en la administración local. La provincia se concibe como una demarcación territorial administrativa de carácter intermedio entre el Estado y los municipios, como una circunscripción para administrar los fines del Estado y los de carácter local no municipales. En 1927, se dividió la provincia de Canarias en dos (Tenerife ydespués, Gran Canaria), con lo querepublicana España pasadea 1931 tener estableció 50 provincias. Inmediatamente La Constitución que España estaba integrada por municipios mancomunados en provincias y por las regiones que se constituyesen en régimen de autonomía. Las provincias tenían, pues, un carácter asociativo, puesto que se formaban por los municipios mancomunados. Durante la II República las Cortes aprobaron la autonomía de Cataluña y en 1932 del País Vasco y de Galicia en 1936, poco antes del estallido de la guerra Civil. Durante el franquismo (1939-1975) (1939-1975) el modelo territorial fue el del antes mencionado Estatuto de1953, 1925,refundidas completado travésEndeesa laslegislación leyes de bases de Régimen LocalProvincial de 1945 y de ena1955. franquista la provincia es una circunscripción determinada por agrupación de municipios y una división territorial de carácter unitario para ejercer la competencia del gobierno nacional, es decir, se trata de una demarcación intermedia entre municipio y Estado. La ley de 1955 aporta ciertas novedades en cuanto a compe-

tencias provinciales, dado que se añaden a las tradicionales (fomento (fomento y administración de intereses provinciales) otras nuevas: prestación de asistencia y apoyo técnico a las obras y servicios municipales (como la sanidad o la beneficencia). Es una función de “cooperación provincial”. La Ley Orgánica del Estado de 1967 dio un sentidodeterminada muy claro apor la legislación de régimen local: la entendidos provincia eséstos una demarcación la agrupación de municipios, como entidades naturales y estructuras básicas de la comunidad nacional (junto con la “familia” y el “sindicato”) y como división territorial de la administración 68

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Figura 2.13. Propuestas de regionalización regionalización en el siglo XIX.

estatal. La Ley de Bases del Estatuto de Régimen Local de 1975 intentó introducir cierta descentralización, aunque sólo logró reforzar la configuración funcional de

la provincia en relación con la cooperación y asistencia a los municipios. La Constitución de 1978 concibió al denominado “Estado de las autonomías”. La provincia se define como entidad local determinada por la agrupación de municipios y como división territorial para los el cumplimiento de las esenciales actividadesdedel Estado. Provincia y municipio son, pues, núcleos territoriales la administración local. La articulación del Estado en 17 Comunidades Autónomas se establece sobre la base de la anterior división provincial: cada Comunidad Geografía Regional de España

 

LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DE ESPAÑA HASTA 1978

Autónoma se conforma por la adición de las provincias que la componen. La Constitución Constitució n establece, por tanto, un único ordenamiento territorial administrativo de tipo local, apoyado ennodos niveles:laprovincia Sinlaembargo, los Estatutos de Autonomía clarifican posición yymunicipio. la función de provincia, puesto que, si bien unos desvalorizan este nivel territorial (Estatutos de Cataluña y Galicia), otros lo contemplan positivamente (Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León), y otros mantienen una posición neutral (Comunidad Valenciana, Valenciana, Aragón). En cualquier caso, el desarrollo del Estado de las Autonomías ha disminuido el protagonismo de las provincias (la región tiene ahora las principales competencias supramunicipales y es el auténtico “nivel intermedio” entre Estado y municipio; además, comienza a darse importancia a las comarcas). Cada vez más, la provincia es vista como ente local formado por agrupación de municipios, noadministración como ente intermedio Estado yprecedentes municipio ni como poder delegado dey la central.entre No existen de comunidades autónomas en otros ordenamientos jurídicos, siendo por tanto una fórmula jurídica novedosa, si bien ya en la organización administrativa de la Segunda República española se introduce su figura. Pese a ello el sistema actual de autonomías se inspiró en otras legislaciones, como son las regiones italianas y los “lander” alemanes. La puesta en marcha de las comunidades autónomas fue fruto de una intensa negociación en la época de la Transición, entre los partidos que querían mantener el centralismo, y los partidarios de un Estado federal. o

Constitución 1978 establece, en el artículo 2 , los que poderes que pueden ser La asumidos por lasdecomunidades autónomas y aquellos competen al Estado en exclusiva. No obstante las disposiciones constitucionales, la configuración definitiva de la regionalización de España llevó bastante más tiempo. En 1981, Leopoldo Calvo-Sotelo (UCD), presidente del Gobierno, y Felipe González (PSOE) acuerdan los primeros Pactos Autonómicos (en 1992 se actualizó con el

Segundo Pacto Autonómico, firmado entre el entonces presidente, Felipe González, y el líder de la oposición, José M.a Aznar (PP), que prevé un mapa de 17 regiones autónomas —con las mismas instituciones pero con distintas competencias— y dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla. Fruto de estos acuerdos, en 1995 se dará el mapa deautónomas, las autonomías. En lo152.1 referente la organización básicapor decerrado las comunidades el artículo de laa Constitución establece la organización institucional básica de aquellas comunidades autónomas que accedieron a la autonomía por la denominada «vía rápida», esto 70

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es País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía. No obstante, dicha organización institucional básica ha sido la que, mediante sus respectivos Estatutos de Autonomía, ha asumido a las demás comunidades autónomas, con independencia de su vía de acceso a la autonomía regional. Así, en la actualidad, los órganos  básicos comunes a todas las comunidades autónomas son los siguientes: una Asamblea Legislativa, elegida por sufragio universal; un Consejo de Gobierno, con funciones ejecutivas; y un Presidente de la comunidad autónoma, elegido por la Asamblea Legislativa de entre sus miembros, que ostenta la más alta representación de la Comunidad. La Asamblea es el parlamento regional, unicameral, denominado en las distintas comunidades de distinta forma (Cortes, Parlamento o Asamblea). El sis-

Figura 2.14. Organización territorial de la España actual. Geografía Regional de España

 

LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DE ESPAÑA HASTA 1978

tema de elección de sus miembros —diputados— es por sufragio universal y la circunscripción electoral es la provincia. Una vez celebradas las elecciones y constituida la cámara, el Presidente de la Asamblea propone al candidato del partido con mayor representación. Este candidato se somete a votación, que debe ser apoyado por mayoría absoluta en primera votación y si no la obtuviese, en segunda por mayoría simple. Si no obtuviese el apoyo se repetirá la votación con distintas candidaturas, hasta que si, pasados dos meses desde la primera votación, ninguno de los candidatos hubiese obtenido el apoyo, se disolverá la cámara, y se volverá a convocar elecciones. Entre las funciones del Presidente regional destaca la elección de consejeros y dirección del Consejo de Gobierno, y la suprema representación de la Comunidad, como representante del Estado en la propia comunidad autónoma, asimismo, asimismo, promulga y ordena la publicación de las Leyes. El Consejo de Gobierno es el poder ejecutivo de la Comunidad autónoma, siendo sus funciones la administración civil, ejecutiva y la legislación reglamentaria. Sus miembros responden ante el Tribunal Tribunal Superior de Justicia de su responsabilidad civil y penal. Están sometidos a control político a través de la cuestión de confianza y la moción de censura. Además, las Comunidades pueden crear sus propios Tribunales de Cuentas, Defensor Defenso r del Pueblo y otros organismos.

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1 LAS REGIONES DE LA ESPAÑA ATLÁNTICA Galicia Asturias Cantabria País Vasco

 

LA ESPAÑA ATLÁNTICA La España atlántica, identificada también con la España húmeda o verde, se extiende desde las costas gallegas hasta los límites con el Pirineo pasando por la orla septentrional cantábrica (v. mapa). Incluye, pues, a Galicia, Asturias, Canta bria y País Vasco. Vasco. En sentido geográfico, climático climático y humano, esta zona incluye también el tercio septentrional de Navarra y el norte y noroeste leonés, señaladamente la comarca de El Bierzo, si bien traspasada hacia el sur la Cordillera Cantábrica los rasgos oceánicos puros se diluyen, como en el caso de Álava, en un espacio de transición que, si aún sigue manteniendo elevadas precipitaciones —700 mm o más—, es la antesala de la España seca. Las precipitaciones de la España atlántica suelen ser de las más altas de la Península, superiores a los 1.000 milímetros, en casi todas partes, excepto en algunos valles más abrigados de los vientos húmedos del N y NO. En algunos casos las precipitaciones llegan a los casi 1800-2000, como en el golfo de Vizcaya o las Rías Bajas. Otro rasgo distintivo d istintivo de esta zona peninsular es su carácter serrano, serran o, ya que este conjunto regional constituye en realidad el reborde montañoso septentrional de la Meseta encarado al mar Cantábrico, por el norte, y al macizo galaico-duriense por el noroeste. Estos

dos rasgos físicos condicionan muchos aspectos humanos; el relieve explica el aislamiento o por lo menos las difíciles comunicaciones con el interior de la Península, debido a los elevados puertos de montaña que separan la vertiente cantábrica y el interior de la Meseta; el clima introduce otro importante factor diferenciador con el resto peninsular, pues las abundantes precipitaciones favorecen una vegetación atlántica que cubre estas cuatro regiones con bosques de hayas, robles, castaños, etc., y un sotobosque de brezos, tejos, helechos, etc., propios de las landas atlánticas. También los cultivos, entre los cuales destacan el manzano (Asturias) y el maíz (Galicia) alcanzan un desarrollo desconocido en el resto de la Península, responden a la permanente humedad y precipitaciones atlánticas. Geografía Regional de España

 

LAS REGIONES DE LA ESPAÑA ATLÁNTICA.

(Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco)

Figura 3.0. Mapa de las regiones de la España atlántica.

Otro rasgo propio de una región húmeda es la dispersión del poblamiento en pequeñas aldeas y el gran número de casas aisladas, siendo los pazos gallegos y

el caserío vasco las manifestaciones más características de tal tipo de poblamiento. La existencia de una costa recortada, con profundas rías y abrigados puertos naturales, con el desarrollo de la fachada marítima, explica que estas regiones costeras tengan una acreditada vocación marinera, con pueblos dedicados a la pesca y a la navegación, y por ello a veces poco arraigados a la tierra que les vio nacer, dispuestos a la emigración, como en el caso paradigmático de Galicia. Los vascos y los gallegos, los cántabros y los asturianos han sido siempre pueblos de marinos y emigrantes. Por último, cabe destacar otro rasgo distintivo regional: la industrialización, industrialización, que aunque no es uniforme en e n estas cuatro regiones, reviste gran intensidad en varios sectores a causa de los recursos mineros —carbón, Geografía Regional de España

 

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hierro—, a lo que hay que sumar las posibilidades de producción de energía eléctrica y la facilidad de comunicaciones por mar. Esta actividad industrial ha estado localizada sobre todo en los focos vasco y asturiano, asturiano, en declive tras la reconversión industrial de los años ochenta. El contrapunto a este declive industrial lo da el desarrollo del denominado eje atlántico, estructurado entre La Coruña-Lisboa. La diversidad de recursos, por otra parte, explica la tasa elevada de población, alrededor de 125 habitantes por kilómetro cuadrado (en el País Vasco alcanza los 300, frente a los 93,51 del promedio español) y la existencia de un importante entramado urbano, con importantes ciudades, industriales y comerciales, como Bilbao, Gijón, Santander, San Sebastián, La Coruña, Vigo, etc., como de otras que se configuran como funcionales cabeceras de comarca.

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TEMA III

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.

Introd Intr oduc ucci ción ón El rel relie ieve ve gal galle lego go Las uni unidad dades es de reli relieve eve El clima Los suelos: suelos: predom predominio inio de suelo sueloss pobres pobres y áreas de reforestación La dem demog ogra rafí fíaa El poblamien poblamiento: to: entre entre el policent policentrismo rismo urbano y el hábitat disperso EI dualismo dualismo socio-ec socio-económi onómico: co: del arcaísmo arcaísmo a la la innovación innovación La Eurorregi Eurorregión ón Galicia Galicia-Nort -Nortee de Portu Portugal gal

GALICIA

 

1. IN INTR TROD ODUC UCCI CIÓN ÓN

Galicia —con sus 29.574 km², 2.797.653 habitantes y una densidad de 93,78 hab./km²— configura el saliente continental europeo más occidental del denominado Arco Atlántico Europeo. Arco que forman también Escocia, Irlanda, Gales y Cornualles, más la región de Bretaña (Francia) y Portugal. Por su posición extrema, Galicia es una encrucijada geográfica donde también coinciden dominios económicos y ecológicos bastante contrastados, como seguidamente veremos. También su identidad cultural está muy definida por sus características humanas, etnográficas, incluso artísticas, que se manifiestan en una lengua y cultura propias. Por eso, todos los autores que, desde diversas ópticas y enfoques, estudiaron —y estudian— la regionalización de España, viene asignando a Galicia —Galiza en gallego— unos límites precisos y constantes. Límites que se corresponden con las cuatro provincias que forman esta región. En el relieve gallego destaca el contraste entre el relieve costero y el del interior, más elevado que el primero. También contrasta la morfología entre las llanuras elevadas septentrionales y las sierras y depresiones meridionales. El aspecto orográfico que presenta Galicia en su interior es de montañas antiguas, bajas y romas, con

multitud de ríos estructurados como tributarios del río Miño, y en las cuencas atlántica y cantábrica ríos más cortos (en particular los que van al mar Cantá brico). Las pendientes suaves a veces ceden el paso a laderas escabrosas, como ocurre en los Cañones del Sil. En otras zonas aparecen amplios valles, si bien son minoritarios. Galicia es un territorio de muy antiguo poblamiento —aún hoy se discute la importancia del poblamiento céltico— donde cuajó una original cultura prerromana, la “cultura castreña” organizada en una sociedad primitiva, de base ganadera, y a cuyo conocimiento contribuyeron las informaciones aportadas por los escritores y pretores romanos que siguieron a las legiones que en el siglo I Geografía Regional de España

 

GALICIA

a. C. conquistaron Gallaecia. Tras Tras la romanización, que dejó su huella en la lengua, en el derecho consuetudinario, en los santuarios, en las ciudades y en la caminería, Galicia alcanzo gran apogeo en el Medievo. En efecto, en el año 813 se descubrió la —supuesta— tumba del apóstol Santiago. Y fue entonces cuando, a través del Camino de Santiago, Galicia se convirtió en un foco religioso y cultural de ámbito europeo. Todo ello ya en el siglo X-XI, coincidiendo con el reinado de Sancho III el Mayor de Navarra (1000?-1035). La vocación europea y europeísta gallega se percibe, por lo tanto, fácilmente al examinar su cultura, historia y paisaje. Al inicio de los tiempos medievales, tras el dominio suevo —ss. V-VI—, se incorporó al Reino visigodo y después al asturiano, leonés y castellano; y ya de modo definitivo en el siglo XV quedo inserta en la España de los Reyes Católicos. Los brillantes —y mitificados— años del Medievo gallego fueron, también, una sucesión de luchas señoriales, sociales y estamentales, mientras se consolida ba el sustrato cultural que tiene su manifestación en la poesía trovadoresca y cortesana expresada en galaico-portugués. Fue este un hecho característico de

Figura 3.1. Galicia en España.

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la personalidad histórica de Galicia: la fuerza de una cultura regional siempre presente y la debilidad de su peso político que llegan hasta el surgimiento del regionalismo decimonónico de raíz conservadora de la mano de Alfredo Brañas (1850-1900). El regionalismo gallego fue en su origen un movimiento ligado a círculos intelectuales —en La Coruña y Santiago desde 1840 y en Orense desde 1920— que en 1931 habrían de dar forma a los dos primeros partidos políticos regionalistas: Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA) y al Partido Galleguista (PG). Fue en este ambiente, ya durante la II Republica, cuando se elaboró el primer estatuto de autonomía, plebiscitado en 1936 pero que no llegó a entrar en vigor por el inmediato estallido de la Guerra Civil. Durante la dictadura franquista, los galleguistas del exilio americano, más un grupo de intelectuales vinculados a la Universidad de Santiago de Compostela y diversas iniciativas editoriales lograron mantener vigente un galleguismo más cultural que político y reivindicativo. Ya en democracia, el 20 de diciembre de 1980 se aprobó en plebiscito el estatuto de autonomía a utonomía hoy vigente, entrando en vigor en abril del año siguiente. Con un nivel de competencias semejantes al País Vasco y a Cataluña, el regionalismo reg ionalismo gallego, trasmutado en nacionalismo en algunas formaciones políticas, a diferencia del de aquellas regiones, no ha logrado cuajar en un proyecto político mayoritario, fuera de grupos reducidos, pues no encontró apoyo mayoritario en el sentimiento popular, caracterizado, no obstante, por un fuerte sentido regionalista.

2. EL RE RELI LIEV EVE E GALL GALLEG EGO O

A la impronta histórica y cultural que define a Galicia, se le debe sumar los elementos que conforman su singular paisaje geográfico. Paisaje que se prolonga hacia el sur —incorporando el tercio septentrional de Portugal al denominado macizo Galaico-duriense que forma la gran unidad de relieve de esa antiquísima esquina peninsular—. Estamos —de nuevo en Galicia— en una tierra intensamente humanizada que tiene en sus componentes naturales un importante factor diferenciador: la transición atlántica-mediterránea que sigue una diagonal que desde las rías de Ferrol y Ares lleva a los contrafuertes suroccidentales de los Montes de León. Además, por encima de las peculiaridades locales, dos son las constantes ecológicas a tener en cuenta: un componente norte-sur de naturaleza climática y topográfica, y un componente oeste-este que opone las tierras costeGeografía Regional de España

 

GALICIA

ras a las del interior. Desde el punto de vista topográfico, las tierras bajas —los amplios valles atlánticos— atlánticos— de las dos provincias occidentales (La Coruña y Pontevedra, que suman el 34% del territorio gallego, tienen allí una altitud media inferior a 200 m) contrastan con la elevación de las tierras interiores (por encima de 600 m de altitud están el 33% de Lugo y el 68% de Orense). Paralelamente a esta gradación altitudinal en sentido O-E, la morfología está marcada por el contraste entre los altiplanos de la Galicia septentrional (formados sobre la peni-

Figura 3.2. Mapa de físico-político de Galicia.

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llanura del zócalo granítico, como la Terra Cha lucense) y la sucesión de sierras y depresiones de la Galicia meridional (de origen claramente tectónico). También También la litología combina un sector occidental formado por rocas metamórficas (granitos principalmente) y otro oriental constituido por rocas sedimentarias (pizarras y esquistos en su mayoría), todos ellos de edad precámbrica y paleozoica. El solar gallego es, como se ve, un zócalo paleozoico sometido a fases de erosión y sedimentación durante el Primario, que, sobreelevado en el Secundario mantuvo una larga calma geológica en esta era (pues no hubo apenas sedimentación en el mesozoico). En la Era Terciaria, como consecuencia del Plegamiento Alpino, el rígido zócalo se fragmento en una densa y compleja red de fallas y fracturas, responsables de la formación de los relieves r elieves actuales.

Provincia La Coruña Lugo Orense Pontevedra TOTAL

INDICADORES DE GALICIA Superficie (km2) Población (h) 7.950 1.146.458 9.856 353.504 7.273 335.219 4.495 962.472 29.574 2.797.653

Densidad (h/ km2) 144,2 35,9 46,1 214,1 94,6

Fuente: España en cifras-2011, INE.

escasos terciarios se antiguos alojaron bloques en el fondo de las fosas reciénLos surgidas porsedimentos la desnivelacion de los fracturados. En estos fondos de fosa recubiertos de sedimentos se formaron suelos fértiles e impor-

tantes yacimientos minerales (principalmente lignitos) que con los alojados en las rocas metamórficas (wolframio, estaño, cobre, plomo, etc.) constituyen una riqueza de desigual importancia económica, pues el sector minero nunca fue determinante en la economía gallega. Pero el acontecimiento geológico mas original al final del Terciario fue la formación de las rías, coincidiendo con una subsidencia —hundimiento— del borde del macizo o zócalo hespérico, y —según parece— simultanea con importantes movimientos epirogénicos verticales, que renovaron los antiguos relieves hercinianos, actualizando en el relieve las antiguas direcciones estructurales. Tras estos hechos geológicos, la red fluvial gallega quedo instalada según se nos presenta hoy, hoy, adaptándose a la trama geológica, y dando lugar a la formación Geografía Regional de España

 

GALICIA

de impresionantes tajos y valles encajados, en la Galicia meridional fundamentalmente, con paisajes decon gran (sirva de muestra impresionante tajo del Sil antes de encontrarse elbelleza Miño, en la provincia de el Orense). Así, a principio de los tiempos cuaternarios el macizo Gallego presentaba un relieve que en sus líneas maestras era como el actual, pues la acción glacial no se produjo en estos pagos y el periglaciarismo sólo afectó a las cumbres. En síntesis, el aparentemente desordenado relieve gallego, formado por sierras alomadas y montes de perfiles convexos, regularizados en suaves pendientes, se organiza en función de dos factores, siendo el primero la diferencia litológica. El roquedo granítico occidental produjo formas algo más enérgicas que los materiales sedimentarios plegados del sector oriental, donde las duras cuarcitas dejan los plegamientos antiguos en resalte, entre amplios y suaves cauces o vallonadas. El segundo fac-

Figura 3.3. Río Eume. Fuente: Atlas de los Paisajes de España. M. de M. Ambiente.

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tor a considerar es el contraste que opone las penillanuras y sierras de escasa elevación deGalicia la Galicia la sucesión y profundas depresiones de la sur,septentrional que compartea con el norte de d esierras de Portugal.

3. LAS UNI UNIDA DADES DES DE REL RELIEV IEVE E

La historia geológica y los procesos erosivos y de sedimentación dieron lugar a la formación de las siguientes unidades morfológicas:   La Meseta de Lugo y sus rebordes serranos. Se trata de una extensa super-



ficie de erosión cuya altitud mediadeesAsdePontes 450-550 m,aloja en laimportantes que se inscriben las fértiles cuencas o depresiones (que yacimientos de lignito), Sarria, Chantada y, más al sur, el valle de Lemos, cuyos fondos están entre 300-400 m de altitud. Al estar atravesada la meseta lucense por el curso alto del río Miño y gran parte par te de su curso medio, la red fluvial rompe la monotonía topográfica formando pequeñas sierras interiores. 

 LLaa Meseta Noroccidental . Es la segunda gran unidad del relieve del norte de Galicia. Esta formada por una plataforma, dispuesta en escalones, que conecta las pequeñas sierras que la separan de la meseta lucense, con las

costas altitud es de 450-500 m, rebajada localmente por lasatlánticas. incisiones Su de las redesmedia hidrográficas del Tambre Tambre y del Ulla.

  Las Rías Altas. Esta denominación abarca prácticamente todo el frente costero septentrional gallego, formado por una alternancia de tramos lineales con otros sinuosos en los que se hunden pequeñas rías. En su traspaís, una sucesión de valles y tierras bajas litorales completan las comarcas costeras c osteras del norte gallego. Un rasgo común es el predominio de las costas altas, con abundancia de promontorios, calas y escarpados acantilados (en La Capelada —extremo norte de la provincia de La Coruña— están los mas altos de



Europa, a 602típica m el mayor). rías —de pequeño con tamaño— la morfología de vallesLas fluviales sumergidos forma responden de embudo.a Están compuestas por tres tramos: el exterior o abra, el medio o ría propiamente, y el interior o estuario. Este sector litoral, cuya longitud supera los 70 km, se subdivide en cinco tramos: Geografía Regional de España

 

GALICIA

a) La Marina lucense, desde la ría de Ribadeo a la de Viveiro, es la continuación de la rasa cantábrica que se estrecha progresivamente hasta desaparecer.  b) Las rías septentrionales de Viveiro, o Barqueiro, Ortigueira y Cedeira con la Estaca de Bares y el cabo Ortegal, los puntos más septentrionales de España, formando un conjunto paisajístico de gran belleza natural. c) Las rías Centrales o Las Marinas, formadas por un arco que va desde el cabo Prior a la punta de San Adrián (el golfo Ártabro de los romanos) comprende las rías de Ferrol, Ares-Pontedeume, Betanzos-Sada y La Coruña. Es undeespacio desarrollada Galicia.de intensa urbanización y allí esta el área más d) La Costa de la Muerte/Costa da Morte. Llega hasta el cabo de Finisterre (Fisterra), con las rías de Corme-Laxe, Camariñas y Lires. Un paisaje, en definitiva, de grandes reminiscencias. e) Las rías de transición de Corcubión y Noia, unidas por una estrecha plataforma litoral al pie de escarpadas sierras (O Pindo, Barbanza) donde ya se anuncia el cambio de tipo morfológico de las Rías Bajas. Una amplia diagonal que desde la ría de Noia atraviesa Galicia hasta la sierra del Courel, constituye el área de transición entre la Galicia del norte y la Galicia

del sur. Al sur de esta línea están las formas y paisajes específicos de la Galicia meridional, formada por otros tres grandes conjuntos: 

 LLas as Rías Bajas. Es el área turística por excelencia de Galicia. Están formadas por las siguientes unidades geográficas que, enumeradas de N a S, son éstas: la península de Barbanza, la ría de Arosa (donde desemboca el río Ulla), la península del Salnés, ría de Pontevedra (donde desemboca el río

Lerez), península Morrazo, ría de Vigo el macizo de A Groba hasta el gran estuario deldel Miño. En ellapospaís de lasy rías —al este—, se articulan un conjunto de valles y cuencas que prolongan el medio bioclimático hacia el interior, destacando el corredor Santiago-Tuy o depresión Litoral que discurre por la falla Carballo-Tuy. Estas rías y tierras adyacentes son el es92

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pacio mas densamente ocupado de Galicia. Las rías, de gran desarrollo, son espectaculares contenedores marinos, salpicados deArosa islas yy archipiélagos (Cíes en Vigo; Ons y Tambo en Pontevedra; Sálvora, Cortegada en Arosa, entre otras muchas). Su origen es complejo, pero la tectónica juega un papel preferente al tratarse de depresiones o fosas anegadas por el mar. Constituyen un marco geográfico excepcional, aunque sometidas a un creciente deterioro medioambiental, debido a un crecimiento incontrolado de las actividades industriales y terciarias.   La Dorsal gallega. Formadas por un bloque granítico fracturado de grandes proporciones, se encuentran la sierras de Testeiro, 902 m; del Suido,



1.055 m,bioclimática y del Faro dey Avión A vión con 1.151 m, entre otras alineaciones. Barrera topográfica, la Dorsal limita la muchas llegada de la influencia atlántica al interior gallego, provocando unos efectos pluviométricos mucho más acentuados en la vertiente que mira al mar que en la cuenca del Miño, al interior.   Las sierras y depresiones interiores. En la provincia de Orense se disponen un conjunto desordenado —o independiente— de macizos. Las sierras de San Mamede (1.616 m) y Queixa (con 1.778 m en Cabeza de Manzaneda) forman un sector central. Mayores son las elevaciones en el sector oriental,



que culminan en latierras Peña leonesas Trevinca y(2.124 m) en plena de Segundera, limite ya con las zamoranas. Dentrosierra de este intrincado

relieve hay grandes depresiones como las de Orense y Maceda, en el sector central; le siguen las la s de La Limia (650 m), Monterrei (450 m), O Bolo (650 m) y Valdeorras (350 m) en el oriental. La fertilidad de las tierras del fondo de estas cuencas contrasta con la pobreza pobr eza del medio físico en las zonas de montaña. Todo el conjunto esta surcado por una red fluvial fuertemente encajada, como se dijo antes, aprovechada para construir embalses que alimentan el Sil y, tras su confluencia, el Mino en su tramo posterior a Orense.

4. EL CL CLIMA

La diferenciación topográfica entre el norte y el sur gallego antes aludida, esta aún más acentuada en el dima y, como consecuencia, en los suelos y la Geografía Regional de España

 

GALICIA

vegetación. Galicia, dentro de la Iberia húmeda —de clima oceánico templado húmedo Cfbporque, en la clasificación de Köppen)—, se ydiferencia dedel lasl dominio otras regiones cantábricas dada su posición latitudinal, aún dentro de oceánico, presenta algunos caracteres distintivos que la asemejan a los climas atlánticos subtropicales o de transición. Mes a mes se mantiene un ritmo constante en las precipitaciones, humedad, temperaturas, insolación, etc. a) Las precipitaciones son muy abundantes y se sitúan casi siempre frisando los 1.000 mm (La Coruña 971 mm) o superándolos con creces (Pontevedra 1595 mm). Además de copiosas, las lluvias están bien repartidas a lo largo del año, con un máximo en otoño-invierno y un mínimo estival, aunque ningún recibecasi menos de 30díamm. Losno150-160 díasLadeintenprecipitación anualmes suponen alternar sí día de lluvia. sidad de su caída es baja recibiendo el nombre de orvallo o calabobos. En estas condiciones, la humedad relativa es alta (80%) durante todo el año (fig. 3.4).  b) Las temperaturas medias son suaves pues oscilan entre los 12 oC de Lugo y los 15  oC de Vigo, pasando por los 14,4  oC de La Coruña, 14,5  oC de Orense y los 12,6 oC de Santiago. La media de enero no baja de los 6 oC y la de julio no supera los 20 oC, lo que nos da una amplitud térmica entre  o

9-11 C, la más baja de la Península.

c) Las heladas son poco frecuentes en esta franja costera (menos de 10 días al año). Sorprende, sin embargo, que Galicia vaya a la cabeza entre las regiones peninsulares por los días de granizo (15), que tienen lugar durante el invierno como fruto de tormentas de origen frontal. Los granos de hielo son de tamaño reducido (5 mm) y sus efectos destructivos están muy lejos de los originados por las tristemente famosas pedregadas de la Mancha o del valle del Ebro. La La costa gallega ofrece un régimen más térmicos lluvioso, que con laalguna excepción como Coruña, y con menores contrastes zona cantábrica por hallarse bajo los efectos de las masas más cálidas y húmedas, arrastradas por los vientos del oeste y suroeste. Ello se acentúa en las tierras del sur de la región, donde la componente de una cierta mediterraneización está presente, 94

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Figura 3.4. Climodiagramas de Galicia. Geografía Regional de España

 

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tanto en la costa (las suaves Rias Baixas) como en el interior (las cuencas y depresiones orensanas). En estas zonas la sequía estival, que acentúa la aridez edáfica (por la porosidad de los suelos arenosos de origen silíceo, el agua de lluvia se filtra), el aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones veraniegas guardan relación con el acercamiento del anticiclón estival (de Azores). El verano es, por eso, menos lluvioso que en el Cantábrico. En cambio, el invierno es muy húmedo con abundantes precipitaciones, especialmente en el área de Santiago (1.973 mm) y el frente de las Rias Baixas (1.500 mm en las rías y 1.800-2.000 mm en las sierras) por la llegada de las borrascas asociadas al frente polar en situaciones de SO. Cuando domina el NO las precipitaciones afectan más intensamente a las comarcas septentrionales, donde los cielos nubosos son más abundantes a lo largo del año (138 días en La Coruña frente a 85 en Vigo). Lógicamente, todas estas características se acentúan hacia el interior por el efecto de la continentalización, dando lugar a los fríos y húmedos inviernos de la meseta y sierras lucenses (frente a los 9 oC que es la media del mes mas frío en La Coruña, en Lugo se desciende a 5,6 oC), y los también fríos pero mas secos de las sierras orensanas (Manzaneda registra 359 mm y una temperatura media de 4 oC en el mes mas frío, mientras en Piedrafita, en plena sierra oriental lucense —Los Ancares—, se registran 743 mm y la temperatura es de 0,7 oC). Por el contrario, durante la estación seca las cuencas o depresiones meridionales registran elevadas temperaturas medias (la media de las máximas del mes mas calido es

en La Rúa de 31,8 oC), y una fuerte caída de las precipitaciones. La zona con menor oscilación térmica anual corresponde al área de La Coruña-Ferrol (la amplitud térmica extrema es de 15 oC), donde también las precipitaciones anuales son menores (970 mm en La Coruña), siendo el prototipo de una estación oceánica meridional. En definitiva, de norte a sur, se pasa de un clima oceánico oceá nico típico a otro suboceánico. EI primero tiene un ambiente templado lluvioso con un máximo pluviométrico un mínimo en verano y una orensanas) sequía estival poco marcada. EI suboceánicoinvernal, (ría de Vigo, Bajo Mino y las tierras presenta un aumento de la sequía estival, con dos meses secos como mínima julio y agosto) y abundantes precipitaciones invernales (generalmente por encima de los 1.000 mm) y medias térmicas anuales más altas. 96

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5. LOS SUELOS: PREDOMINIO DE SUELOS POBRES Y ÁREAS DE REFORESTACIÓN

La combinación de un clima lluvioso con el roquedo paleozoico dio lugar a la formación de suelos ácidos y poco desarrollados, y en general ge neral de limitado aprovechamiento, que en las penillanuras se hacen mas delgados y menos fértiles. A la vez, la aridez edáfica señalada acentúa la acidificación, de modo que puede afirmarse que en Galicia predominan los suelos pobres; mientras, las áreas fértiles constituyen enclaves bien individualizados, que coinciden con el fondo de los valles y depresiones o con las tierras litorales. Este factor explica muchas de las desigualdades entre unas comarcas y otras. Si comparamos los mapas de suelos y pendientes con los de aprovechamientos agrarios, densidad de poblamiento y dinamismo demográfico, observaremos importantes y significativas relaciones. Si a la escasez e scasez de suelos fértiles se añade la superposición de usos intensivos en las áreas mejor dotadas (agricultura intensiva, hábitat concentrado, industria, turismo, comunicaciones, etc.) se comprende la excesiva presión humana y el continuo proceso de degradación de los recursos edáficos. Con todo, gracias a la elevada humedad y suave temperatura que se disfruta en esta región, el manto vegetal crece pródigamente. Puede decirse que el paisaje vegetal actual es más un resultado de la acción antrópica que de su

composición originaria, aunque se mantenga la adaptación a los condiciona mientos naturales, muy presentes siempre. La intensa roturación, la deforestación secular, el mantenimiento del matorral por su función en el sistema de explotación ganadera tradicional, la reforestación intensiva reciente con especies foráneas —y la presión humana— son factores que explican esa transformación. En la evolución del paisaje vegetal se pueden diferenciar dos fases: la primera, que arranca en la época prerromana, se caracterizó por la ampliación del espacio cultivado y de los pastizales, llevando a la reducción del bosque y del matorral atlántico. La segunda fase, iniciada en los años cincuenta del siglo XX, se caracterizo por la reposición —vía repoblaciones masivas— del espacio forestal, siendo el pino marítimo (Pinus pinaster ) y eucalipto (Euclyptus globlus) los árboles que en la actualidad dominan el paisaje. La especie climax es el roble, en sus variedaGeografía Regional de España

 

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des de tojo, melojo o rebollo (Quercus pyrenaica) y carballo (Quercus robur ), ), el primero en las tierras más secas del interior y el segundo en zonas mas húmedas del norte y oeste. Múltiples asociaciones árboreas que combinan éstas y otras especies constituyen adaptaciones locales a los topoclimas y a las microrregiones ecológicas existentes (encinas, avellano, hayas, alcornoques, laurel, abedules y castaños son especies muy abundantes). El matorral, como etapa de sustitución del bosque originario, está formado principalmente por piornos (Cytisus iusitanicus), tojo (Ullici europaei ) y brezos (Ericetum cinearae).

6. LA DE DEMO MOGR GRAF AFÍA ÍA

Los componentes territoriales antes comentados son el soporte territorial de un complejo y fragmentado sistema de asentamientos humanos y de localizaciones económicas, donde los problemas ambientales son considerables, y en particular en el contorno de las rías mas pobladas. Hay que considerar que el 45% de la población gallega vive por debajo de los 50 m sobre el nivel del mar y sobre el 14% de la superficie. Esto indica que existen fuertes disparidades socioeconómicas, de tal modo que los contrastes humanos son mas fuertes y significativos que los derivados del medio natural, por muy contrastados que sean éstos. El análisis somero de la población, por su valor sintético, nos permitirá obtener una más completa visión de los procesos y las pautas espaciales.

La evolución de la geografía demográfica está aquí definida por la transición de una fase de sobrepoblación por acumulación, presente hasta el siglo XIX, a otra, la actual, de despoblación, caracterizada por el envejecimiento posmigratorio y una clara tendencia a la concentración. Entre ambas fases quedó una larga fase emigratoria que ha dejado impactos irreversibles en la estructura demográfica gallega. La emigraci6n americana, cuyo punto álgido se alcanzó a fines del siglo XIX y principios del XX, fue seguida por la destinada a Europa a partir de los años sesenta, que había sido ya precedida por las salidas hacia los grandes centros industriales españoles durante el desarrollismo. Se calcula que entre 1860 y 1970, salieron hacia América más de 1.200.000 gallegos, cerca de 300.000 se fueron a Europa entre 1960 y 1980, y a ellos habría que sumar las migraciones interiores. En suma, y aunque los datos existentes son poco precisos, des de 1900 a 1986 emigraron más gallegos de los que se quedaron en la 98

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Figura 3.5. Pirámide de población gallega (2010). Fuente: Caja-España / INE.

región: 886.000 emigrantes contabilizados frente a 804.000 personas que sumó el crecimiento demográfico interior, y todo ello sobre una población inicial de 1.980.000 habitantes. El proceso migratorio, aun cuando desde 1981 ha venido siendo paliado por el retorno paulatino de emigrantes y la aparición de saldos inmigratorios positivos, ha incidido en todos los indicadores demográficos: población muy envejecida (en torno al 20% tiene más de 65 años), baja natalidad (8,5‰ en 1984 y 8,1 en 2009), alta mortalidad (9,04‰ en 1988 y 10,8‰ en 2009); por lo tanto crecimiento vegetativo negativo (-2,7‰ en 2009) y, y, en consecuencia, involución demográfica y falta de renovación generacional. Así se explica el estancamiento Geografía Regional de España

 

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demográfico gallego. Tal situación se ha acentuado en las dos provincias interiores (Orense y Lugo) en claro retroceso demográfico, de tal manera que si la población de la Galicia occidental (prov. de La Coruña y Pontevedra) creció el 2,5% anual aproximadamente entre 1970 y 2010, la oriental (Lugo y Orense) perdió el 1,5% aproximadamente, siendo Orense la provincia más afectada (-2,9%) por ser también la más emigratoria y la que presenta menores tasas de desarrollo y una pobre dotación de recursos.

Año 2003

2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN DE GALICIA Total Hombres 2.751.094 1.324.385

2.750.985 2.762.198 2.767.524 2.772.533 2.784.169 2.796.089 2.797.653

1.324.987 1.330.703 1.333.797 1.337.159 1.344.268 1.349.603 1.350.547

Mujeres 1.426.709

1.425.998 1.431.495 1.433.727 1.435.374 1.439.901 1.446.486 1.447.106

Fuente: Caja-España / INE (2011).

En 2006 se registraron en Galicia 22.573 nacimientos (frente a los 23.175 de 2008 y los 21.725 de 2007). De hecho, en la actualidad Galicia vive una leve re-

cuperación del número absoluto de nacimientos comenzado en 1999 y que está sosteniéndose en los últimos años. Desde 1981 la esperanza de vida de los gallegos creció en 5 años, quedando hoy como sigue: esperanza de vida al nacer: 80,4 años (conjunto de España: 80,2 años); hombres: 76,8 años (conjunto de España: 77,0 años); mujeres: 84,0 años (conjunto de España: 83,5 años). Tal evolución demográfica llevó a un proceso de concentración espacial y de acentuación de los contrastes territoriales. En el sector occidental el 49% de los municipios tienen una densidad superior a 100 hab./km2, y de ellos el 30% superan los 200 hab./km2. Por el contrario, en las provincias orientales el 24% de los municipios tienen menos de 25 hab./km2. Ya antes se mencionó que el 150% de la población gallega vive en el borde litoral, con una densidad media de 350 hab./km2, es decir, una de las áreas más densamente pobladas de Europa. Por el contrario, por encima de la cota de los 500 m vive tan sólo el 10% de la población sobre el 31,5% de la superficie. 100

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7. EL POBLAMIENTO: ENTRE EL POLICENTRIS POLICENTRISMO MO URBANO Y EL HÁBITAT DISPERSO

La localización de los asentamientos humanos y de las actividades ac tividades económicas se materializan en Galicia en un original sistema de asentamientos, definido por la atomización y el policentrismo, y fuertemente condicionado por el medio natural. Basta reseñar que hay en Galicia 31.500 entidades de población —desde las grandes urbes a pazos aislados—, casi la mitad de todas las entidades españolas, para comprender la extrema dispersión y fragmentación del doblamiento en esta región. Las tradicionales formas cerradas (aldeas, lugares, villas) van siendo sustituidas por formas abiertas en permanente transformación. Unas veces siguen desarrollos lineales a lo largo de las carreteras o caminos, y otras forman enjambres que, en las áreas costeras más pobladas (Rías Baixas y el sector La Coruña-Ferrol de las Rías Altas), conforman un continuo conjunto rurur bano, que se estructura estru ctura y articula a través travé s de entidades compactas intermedias in termedias —villas, pueblos— que, unidas las ciudades, dan lugar a una estructura extensa y compleja: el denominado corredor Atlántico que toma como corredor o eje la fractura Carballo-Tuy. En realidad, es esta la gran región funcional de Galicia, su principal eje de desarrollo, con una población que supera los 2.100.000 habitantes. Aquí están las principales ciudades gallegas que a continuación se mencionan:

La Coruña, ciudad de origen romano, con 246.000 habitantes y el doble en su aglomeración, funciona como metrópoli regional. Alrededor de la ciudad se ha desarrollado el área metropolitana homónima por los municipios vecinos que, junto a la cercana área metropolitana de Ferrol, forma una conurbación que aglutina a algo más de la mitad de la población total de la provincia. Es en la actualidad una de las ciudades con mayor tasa de crecimiento del norte de España. Este fuerte dinamismo se debe a un proceso de renovación funcional, pues a sus funciones regionales r egionales tradicionales (portuaria, administrativa y comercial) comercial) se han añadido —por consolidación o implantación— otras más recientes (finanzas, industria, terciario empresarial, universitario y cultural), que la definen como la ciudad mas diversificada de Galicia. Su puerto ocupa el quinto puesto entre los españoles (14 millones de t) y mueve cerca del 80% de trafico regional de mercancías, siendo asimismo la principal lonja de pescado fresco de la UE. Prueba de este dinamismo comercial Geografía Regional de España

 

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es la construcción del puerto exterior de La Coruña en la punta Langosteira, con un dique de abrigo de 3250 metros de largo.

Vigo. La otra gran ciudad de Galicia, a pesar de ser la más reciente, es Vigo con 297.500 habitantes. En su área metropolitana viven 398.000. Primer puerto de pesca congelada es además el principal centro industrial de Galicia (automóvil, construcción naval, metalurgia, química transformadora, alimentación, etc.) aunque en los últimos años se vio muy afectado por la crisis sectorial. Vigo es también un importante centro comercial cuya influencia alcanza el sur de Galicia y parte del norte de Portugal. Santiago de Compostela, ciudad medieval de excepcional valor artístico, es, a pesar de su reducido tamaño (95.200 hab.), la tercera ciudad en importancia de Galicia. Su perfil clásico de centro religioso de peregrinaciones y de ciudad universitaria (aquí está la principal de las tres universidades gallegas) se completó al asumir la función de capital regional en 1981, donde residen la Xunta (Gobierno gallego), el Parlamento y otras instituciones oficiales, todo lo cual acrecentó su ritmo de expansión urbana y funcional desde entonces. Ferrol, ciudad eminentemente militar, surgida en el siglo XVIII, tiene 78.000 ha bitantes, pero aglutina en torno torno a su ría a una población de 145.000 hab. Esta

zona, que fue uno de los grandes centros de crecimiento urbano de Galicia, padece hoy una situación de estancamiento, debido al cierre de los grandes astilleros. Los intentos de reindustrialización y diversificar su base productiva no han sido todavía suficientes para su recuperación.

Pontevedra (82.500 hab.), pequeña, compacta y hermosa capital provincial, es hoy un centro administrativo, comercial y turístico. Desde la Edad Media y hasta finales del siglo XVI la ciudad fue uno de los principales puertos de Galicia, llegando a ser la ciudad más poblada de Galicia en su tiempo. Pero a partir de este siglo la villa entraría en decadencia deca dencia debido a diversos factores, pero especialmente a la pérdida de calado del río Lérez, lo que la llevaría a perder gran parte de su dinamismo comercial, que pasó a la vecina Marín y, luego, a Vigo. Además de las ciudades citadas, un numeroso conjunto de pequeñas ciudades se intercalan en el denso tejido del corredor citado, Su clasificación 102

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no es sencilla por su variada tipología (industrial, comercial, mixta, incluso rural), pero pueden diferenciarse las siguientes entidades de población: a) Centros históricos revitalizados, como Betanzos (13.600 habitantes), Pontedeume (8.600 hab.), Tuy/T uy/Tui ui (17.300 hab.), Noia (14.900 hab.) o Cambados (13.950 hab.).  b) Cabeceras comarcales o centros comerciales modernizados, como Carballo (26.962 hab.), Padrón (10.161 hab.), Ponteareas (17.083 hab.), Caldas de Reis (9.254 hab.), A Pobra do Caramiñal (10.320 (10.32 0 hab.), Ordes (11.842 hab.). c) Puertos pesqueros industrializados: Ribeira (25.132 hab.), O Grove (10.592 hab.), Cangas (22.297 hab.), Moaña (18.035 hab.) y Bueu (12.271 hab.), entre otros. d) Centros turisticos: Sanxenxo (15.387 hab.), Baiona (10.332 hab.) Sada (8.207 hab.). e) Los núcleos industriales Villagarcía de Arosa (37.900 habitantes), Porrino (18.750 hab.), ciudad de carácter eminentem eminentemente ente industrial merced a sus dos polígonos industriales industriales y a sus canteras de granito, de donde se extrae el “grani“grani-

to rosa Porriño”, Asimismo, Porriño es un importante nudo de comunicaciones viarias. As Pontes de Gracía Rodríguez (31.384 hab.), que es el municipio más grande de la provincia de La Coruña y sede de una de las explotaciones mineras y energéticas más grandes de España, que lo convierte en un importante núcleo industrial en Galicia; y Redondela (30.100 hab.). Como se puede deducir, estamos ante una estructura urbana compleja, la cual, en dimensiones europeas, podemos denominar como Región Funcional Urbana Policéntrica. Fuera del corredor Atlántico quedan las ciudades de Orense/Ourense (108.670 hab.) y Lugo (98.000 hab.). Ambas son capitales de provincia y, por tanto, centros administrativos y comerciales. Orense ha cobrado un cierto dinamismo industrial (automóvil, confección, madera, agroalimentaria). A este despegue contribuyó la ubicación en las proximidades de Orense del Parque Tecnológico de Galicia, en el vecino San Ciprián de Viñas, en el que se encuentran instaladas empresas textiles y un buen número de industrias auxiliares del automóvil. El resto de la red urbana Geografía Regional de España

 

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Figura 3.6. Densidades de población en Galicia (municipios o parroquias).

de la Galicia oriental esta formada por un numeroso conjunto de cabeceras comarcales, regularmente localizadas, que por su evolución han adquirido el rango de pequeñas ciudades o villas. Todas tienen en común su función comercial y de servicios generales y, en la mayoría de los casos, ciertas actividades industriales vinculadas a los recursos y mercados local o provincial. Son las siguientes: 1. En la zona costera lucense se ha configurado un eje industrial y pesquero, cuyos centros son Viveiro (14.954 hab.), Burela (11.141 hab.), Foz (9.741 hab.), Ribadeo (8.973 hab.) y Mondoñedo (6.481 hab.). 2. En las comarcas del interior los centros principales son Monforte de Lemos (20.506 hab.), A Estrada (25.913 hab.), Lalín (20.193 hab.), Vilalba (15.200). 104

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3. En las depresiones o valles orensanos están O Carballino (11.551 hab.), Verín (11.044 hab.), O Barco Barc o (10.172 hab.), Xinzo de Limia (10.459 hab.) y Ribadavia (6.836 hab.). Estamos, pues, ante un sistema de ciudades policéntrico, cuyos rasgos generales son la especialización de ciudades en función del predominio de un sector o subsector económico, la superposición de sus áreas de influencia y una jerarquía urbana más compleja y diversificada de lo que a simple vista pudiera parecer. Son estos centros urbanos —grandes y pequeños— los que concentran el crecimiento demográfico y las principales actividades económicas, en contraste con las extensas áreas marginales que aú aún persisten en esta región. Las relaciones entre los diferentes sistemas territoriales resultantes (metropolitano, urbano, marítimo, rururbano y rural) expresan los contrastes y contradicciones que caracterizan a la sociedad y al espacio gallego. Está, por un lado, el eje Occidental o corredor Atlántico, una de las áreas de mayor desarrollo de España, y, por otro, las montanas y planicies del interior que forman extensas zonas de fuerte depresión económica y claro subdesarrollo, entre las cuales el contacto se realiza gradualmente unas veces, pero bruscamente en la mayoría. Galicia es una sociedad dual, donde los contrastes socioeconómicos, y mas aún los culturales, están fuertemente presentes y animan vivamente el acontecer

regional. Galicia es por eso, y por muchas más razones, una región de particular interés geográfico y económico, que en los últimos decenios ha logrado articular una serie de impulsos positivos positivos que constituyen el potencial de soporte para su inserción, tanto en la economía española, como en la economía regional europea.

8. EL DUALISMO SOCIO-ECONÓMICO: DEL ARCAÍSMO A LA INNOVACIÓN

La desigual distribución de la población tiene un neto paralelismo con la distribución de las actividades económicas, ya que las dos provincias occidentales generan el 75,2% de la producción y el 66,4% del empleo. Además, en ellas el 94% de la producción proviene de actividades no agrícolas. Como contraste, en Lugo y Orense más del 40% de la población activa trabaja en el campo (51,9% en Lugo y 44,2% en Orense), donde una escasa industrialización (10% de la poGeografía Regional de España

 

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Figura 3.7. Usos del suelo agrario en Galicia. Fuente: Caja España e INE (2012).

 blación activa) se combina con un sector terciario poco evolucionado (26,3% en Lugo y 30% en Orense). Estas cifras nos sugieren dos hechos: la existencia de un sistema económico dual por un lado, y el atraso campesino por otro. En ambos casos con una fuerte implantación de circuitos informales (economía sumergida, subcontratación, etc.). Muchas son las causas del subdesarrollo del campo, unas de raíz histórica —minifundismo de las explotaciones, excesiva parcelación—, otras derivan de la misma estructura social: bajo nivel técnico, fuerte inercia

o resist resistencia encia al cambio, cambio, avanzada edad media media de los campesinos, campesinos, pervivencia pervivencia de economías familiares de subsistencia, etc. Pero, frente a esto, cabe destacar ciertas innovaciones y procesos de modernización agraria (cultivos hortícolas y acuícolas, floristería, concentración parcelaria, etc.) y ganadera g anadera (nuevos pastizales, desarrollo del cooperativismo, mejora de semillas, saneamiento de la cabaña ganadera, industrialización de productos lácteos y cárnicos, creciente calidad de los vinos, importancia creciente de la avicultura, etc.). Los factores de la moderna Galicia rural antes enumerados quedan ocultos en las cifras estadísticas, por dos razones fundamentales. La primera es la excesiva proporción de población activa registrada, que es debido a la inclusión de la mujer en el censo laboral campesino, lo cual responde a usos sociales, tratándose en muchos casos de trabajo en pequeñas explotaciones o marginales o en la propia huerta familiar, sin aportar esa producción al mercado, pues pue s es para el consumo c onsumo familiar. Algo parecido ocurre con el elevado peso de población anciana o jubilada, que teniendo como principal fuente de ingresos los subsidios, pensiones y 106

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remesas de la emigración, sigue trabajando en el campo con sistemas arcaicos. Por ambas razones, las estadísticas globales quedan un tanto distorsionadas, y así, por ejemplo, se produce un descenso relativo y aparente de las tasas de paro (el mismo trabajo campesino es a veces una situación permanente de paro encu bierto o de trabajo precario) y también una disminución de la proporción de la población activa en los otros sectores productivos. Por eso, y a modo de ejemplo, mientras en las provincias o comarcas más desarrolladas, la población activa industrial es muy inferior a la media española (17% en Pontevedra y 14% en La Coruña frente al 21% de España en 2009), la proporción de empleos industriales es semejante a la media nacional (7,1% en Pontevedra, 6,1% en La Coruña y 7,7% en España 2009). Estamos, por tanto, ante una estructura económica mas evolucionada de lo que los simples datos pudieran reflejar. No obstante los aspectos negativos antes señalados, que tan frecuentemente van unidos a visiones pesimistas de la realidad regional, la abundancia y variedad de los recursos constituyen un buen soporte para una estructura económica diversificada, aunque con una carencia de integración productiva que poco a poco va evolucionando hacia un modelo económico moderno. Señalaremos algunos rasgos significativos de los principales sectores y ramas r amas de actividad:

a) La ganadería aporta el 66% de la producción agraria gallega y cuenta con el 22% de la cabaña bovina nacional (el 54% son vacas de ordeño), el 18% del censo avícola, el 19% de conejos, el 14% de la cabaña equina y el 11% del porcino. Digamos también que Galicia aporta a la Unión Europea (UE) el 2,1% de la producción de huevos. Gran parte de estas producciones se integran en circuitos industriales y comerciales, que han desarrollado una importante actividad empresarial.  b) Galicia, con el 68% de su superficie cubierta de bosque, es una gran reserva forestal, produciendo el 28% de madera del total nacional, destinada a pasta de papel (42%), aserrado (40%) y tableros (15%), siendo la base de un sector industrial en rápida expansión (papel, aglomerado y mueble). c) Galicia es, por encima de todo, la primera región pesquera de España —y de Europa—, aportando el 54% de la pesca española, con un importante efecto multiplicador e industrial (conservas, precocinados, cultivos mariGeografía Regional de España

 

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nos, construcción naval, industria química y textil, más su impacto en las actividades de comercio mayorista y minorista, transporte, finanzas, finanza s, etc.). La pesca gallega es hoy una actividad empresarial y de alta tecnología con dimensión internacional, teniendo en el puerto de Vigo su epicentro. d) También en Galicia la crisis industrial de los ochenta —la reconversión industrial— afecto a las grandes industrias (astilleros, siderurgia, metalurgia) y a los dos centros fabriles tradicionales (Vigo y Ferrol, señaladamente). El tejido industrial gallego descansa en la pequeña y mediana empresa y presenta los lógicos problemas de modernización, articulación intersectorial, etc., pero desarrolla un interesante potencial, aportando el 35% del Valor Añadido Bruto (VAB) regional, con una estructura diversificada. Atendiendo al empleo, las actividades mas importantes son: material de transporte (automóviles, construcción naval, carrocerías, etc., con el 15%); agroalimentaria (láctea, cárnica, vinícola, conservera, productos congelados, etc., con el 14,5%); metalurgia de transformación y maquinaria (12,6%); minerales y rocas (12,2%), principalmente extracción de cuarzo y transformación de granito y pizarra; textil y confección (11%), una de las ramas mas dinámicas e innovadoras de los mercados internacionales; e industria de la madera (10%). Entre todas ellas suman

el 75% del empleo. Por su aportación al valor añadido destaca la producción eléctrica (hidroelectricidad y térmica utilizando los yacimientos de lignito) y la pretroquímica, que aportan el 22,4% del total; seguidas de la agroalimentaria (13,2%); la metalurgia (10,8%) y el material de transporte (9,7%), que con la confección constituyen la trama industrial básica de la economía regional. El sector terciario presenta una estructura e structura menos dinámica, excepto algunas empresas del sector financiero y del sector de distribución que se muestran nota blemente expansivas, adoptando ya estrategias estrategias internacionales. Por Por el contrario, Galicia posee carencias importantes en servicios públicos y un excesivo numero de empresas familiares, muy atomizadas, de ámbito local y con baja productividad. Algo parecido sucede con las actividades turísticas, que carecen de una dimensión empresarial y cualitativa adecuada, pero que por una coyuntura favorable y una oferta excepcional —los atractivos naturales— tienden a integrarse fácilmente en los mercados y experimentar una creciente demanda. La econo108

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Figura 3.8. Empresas y empleo en Galicia. Fuente: Caja España e INE (2012).

mía gallega posee una estructura inacabada, con una situación casi permanente de ajuste cualitativo estructural, que se manifiesta en una balanza comercial basada en la exportación de materias primas, productos de primera transformación e intensivos en mana de obra, y en la importación de productos elaborados con incorporación de tecnología. Este perfil se mantiene con todos los países euro-

peos (la UE absorbe el 73% de las exportaciones gallegas), salvo con Portugal, donde se adopta un modelo contrario. Allí tiende a formar un bloque económico, siendo la región norte del país vecino la principal zona de expansión de la economía y la inversión gallega. De todos modos, la mejora del sistema de comunicaciones (autovías, aeropuertos y puertos) está siendo resorte fundamental para asegurar la consolidación de la tendencia aperturista de la economía regional. Una restricción geográfica permanente, como es el aislamiento producido por la situación de finisterre atlántico y acentuado por los deficientes sistemas de transporte, se ha paliado en gran medida por la terminación de los dos accesos rodados a Galicia desde la Meseta. Se trata de la terminación de la Autovía del NO —antes nacional VI— y de la Autovía A-52 o de las Rías Bajas —antes nacional 525—. Este aislamiento ha sido una barrera a la atracción de inversiones, al turismo y a la comercialización de la producción regional, y solo la consecución de los planes previstos está atenuando tan fuerte condicionante al desarrollo y a la inserción en Europa. Geografía Regional de España

 

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9. LA EURORRE EURORREGIÓN GIÓN GALIC GALICIA-NO IA-NORTE RTE DE PORTUG PORTUGAL AL

Esta última afirmación se relaciona con la constitución, en 1991, de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal . El territorio constituido por las dos regiones ocupa una superficie total de 51.000 km2 (Galicia 29.575 y Norte de Portugal 21.284) y concentra una población de 6,4 millones de habitantes (Galicia 2.796.089 y Norte de Portugal 3.745.439), lo que se traduce en una densidad de población de 125,8 hab/km2. En lo que respecta a la dinámica de actividad y empleo en la Eurorregión, éste se concentra principalmente en el sector servicios (57,1%), en la industria y construcción (32,7%) y en el sector primario (10,2%) (datos IGE 2009). Una las variables traduce influencia coyuntura económica en lade calidad de vidaque de lamejor población es,lasin duda, la de tasalade desempleo entorno al 11,7% (datos IGE 2009). En este sentido, ambas regiones se benefician de un desempleo menos gravoso que las respectivas medias nacionales de España y Portugal. Cabe destacar, por ejemplo, que el tráfico

medio de vehículos pesadosdiario y ligeros por esta zona fronteriza, supone el 49% de todos los intercambios existentes a lo largo de toda la frontera entre España y Portugal. Por parte española forman esta eurorregión las cuatro provincias gallegas

Figura 3.9. Mapa de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal.

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ycas”— 8 NUTS III —“comarde Portugal (Minho e Lima, Cávado, Ave, Támega, Douro, Alto Trasos-Montes, Grande Porto y Entre Douro-Vouga.

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En la Uniónentre Europea una Eurorregión es una forma de normalmencooperación transfronteriza dos o (UE), más estados de la UE. Las Eurorregiones te no se corresponden con ninguna instancia legislativa o institución gubernamental, no tienen poder legislativo propio y sus competencias están frecuentemente limitadas al gobierno local, provincial y regional. En el caso que nos ocupa —Galicia-Norte de Portugal— el origen de la constitución de esta eurorregión fue aprovechar las similitudes existentes entre ambas zonas para crear una infraestructura turística que abarcara todo el noroeste ibérico. Esto implicaba la mejora de la red viaria para conseguir dicho objetivo y, a la vez, aprovecharla para dinamizar económicamente la región y favorecer las exportaciones. Para potenciar esta dinamización proyectó un tren deambos alta velocidad entre Vigo y Oporto (prolongado hasta LaseCoruña y Lisboa por extremos), y mejorar y prolongar las autopistas del eje atlántico. Entre otras iniciativas, se creó, en 2009, un Laboratorio Ibérico de Nanotecnología, en Braga. La Comunidad de Trabajo de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal está formada, en la actualidad, por 9 Comisiones, entre ellas Cuatro Comisiones Sectoriales (Desenvolvemento Sostible e Planeamento, Desenvolvemento Económico e Turismo, Innovación e Eficiencia Enerxética e Cidadanía). Otras Cua-

tro Comunidades Territoriales de Cooperación (CTC del Val do Miño, CTC del Val do Limia,de CTC del Val dode Támega y CTCCámaras del ValMunicipales do Cávado ) portuguesas, que agrupan instituciones ambos lados la frontera: Ayuntamientos y Diputaciones Provinciales de Galicia; y una Comisión específica, constituida por el Eje Atlántico del Noroeste Peninsular, que se ocupa de la política urbana de las ciudades que forman parte del mismo.

La estructura espacial de Galicia y el Norte de Portugal configura una Eurorregión Atlántica de marcada personalidad. La estructura espacial de Galicia, como se ha visto, es de carácter policéntrico con las dos grandes aglomeraciones metropolitanas de Coruña-Ferrol al norte, y Vigo-Pontevedra al sur, sur, conectadas a través de una dorsal atlántica c on las que se relacionan ciudades interiores de Lugo y Orense y en cuyocon centro se sitúa la ciudadlas de dos Santiago de Compostela. El norte de Portugal tiene una estructura espacial mucho mas concentrada entorno a la aglomeración del denominado “grande Porto”. Como puede verse en el mapa adjunto, Galicia y el Norte de Portugal configuran un área eurorregional de marcada personalidad en la periferia atlántica. Las dos estructuras Geografía Regional de España

 

GALICIA

espaciales Galicia el Norte de Portugal se encuentran claramente interconectadas a de lo largo dely eje atlántico del noroeste peninsular. Es de destacar el alto nivel de potencial económico que se alcanza en la frontera sur del Miño, un caso realmente excepcional frente al resto de la frontera entre España y Portugal que constituye una fractura o vacío demográfico. Galicia y el Norte de Portugal están en fase de consolidar consolidar,, por su nivel de desarrollo y no obstante su posición periférica en la Unión Europea, un área de mercado de dimensión comparable a la de Suiza o Irlanda, aunque con un nivel de desarrollo inferior y con un largo recorrido aún por delante.

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TEMA IV

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

Introd Intr oduc ucci ción ón Los rasg rasgos os físic físicos os y el reli relieve eve El clim climaa y la la veget vegetaci ación ón La població población n y las form formas as de poblam poblamiento iento La ec econ onom omía ía El espacio rural Las áreas áreas urba urbanas nas e indu industr strial iales es

ASTURIAS

 

1. IN INTR TROD ODUC UCCI CIÓN ÓN

El Principado de Asturias es una de las siete comunidades autónomas españolas uniprovinciales. Situada en el norte de la península Ibérica, en el litoral cantábrico, se ha identificado tradicionalmente con la España verde. Limita al oeste con Galicia, al sur con Castilla y León y al este con Cantabria, ocupa Asturias una extensión de 10.604 km2 y su costa tiene una longitud de 401 km. El nombre de Asturias procede de los astures, pueblo prerromano que habitaba la zona cantábrica, e incluso el Bierzo, en el periodo anterior a la romanización. Si nos atenemos a los límites administrativos, Asturias se caracteriza por la persistencia de los mismos a lo largo de su historia reciente, pues aquéllos quedaron

definitivamente fijados tal y como hoy los conocemos en la división provincial realizada por Javier de Burgos en 1833. A la condición de región uniprovincial ha sucedido la de Comunidad Autónomadesde de una el nombre de Oviedo por el de Asturias) quesola en provincia 1982 fuera(cambiando aprobado el estatuto de autonomía, recuperando tras las primeras elecciones al parlamento autónomo, en mayo de 1983, el nombre de una de sus instituciones mas tradicionales: la Junta General del Principado.

2. LOS RASGOS FÍSICO FÍSICOS S Y EL RELI RELIEVE EVE ASTUR ASTURIANO IANO

Situada en el sector occidental de la cordillera Cantábrica, ocupando la práctica totalidad de la vertiente meridional macizo Asturiano, Asturias presenta un relieve mayoritariamente modelado del sobre materiales del zócalo paleozoico, posteriormente deformados por la orogenia alpina; son, por tanto, materiales muy antiguos (540-225 millones de años) a los que en algunas zonas próximas a la costa se añaden otros más recientes, secundarios (225-65 millones de años) y terciarios (65-1,5 millones de años). Se trata, en términos generales, de un reGeografía Regional de España

 

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Figura 4.1. Asturias en España.

lieve áspero, por accidentado, pudiendo deslindarse, sin embargo, dos ámbitos  bien diferenciados tomando la dirección de los accidentes el volumen de las formas. Unoenalconsideración este del meridiano de Oviedo, en el que vallesy y sierras se disponen paralelamente a la línea de costa y en el que en un corto trayecto se pasa del nivel del mar a los 2.500 metros de altitud, y otro al oeste, en el que domina la dirección meridiana —o armoricana diríamos en términos geológicos y estructurales— de los accidentes y en el que altitudes a ltitudes y pendientes son mas modestas. Esta elemental división, basada en la topografía, se hace mas completa si, además, se toma en consideración la naturaleza de los materiales, la disposición tectónica y los agentes responsables de las formas del relieve. Desde la costa hacia el interior nos encontramos, primeo, las rasas costeras, las plataformas y sierrasyprelitorales del occidente, las Picos cadenas litoralesy orientales, el surco prelitoral después la cuenca central, los de Europa las montanas de la divisoria, es decir, la Cordillera Cantábrica. La zona más occidental de la cordillera Cantábrica, y que abarca la mayor parte de Asturias, es una continuación del Macizo Gallego. Los materiales son 118

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Figura 4.2. Mapa físico-político de Asturias.

precámbricos y paleozoicos (pizarras y cuarcitas sobre todo), habiendo permanecido dicha zona siempre emergida durante el Secundario. Hacia el este las aguas del geosinclinal cubrieron todo el conjunto y en su seno se fueron sedimentando materiales hasta alcanzar espesores por encima de los 15.000 m en la zona vasca

(Peña, 1991). Este segundo tramo es del dominio de las arcillas y calizas al oeste y de las areniscas, margas y calizas al este. El Macizo Asturiano forma parte del Macizo Galaico como se comprueba por el tipo de materiales y por las formas apalachenses de su relieve, tallado sobre una alternancia de rocas duras (cuarcitas) y  blandass (pizarra  blanda (pizarras). s). Ante el mapa mapa geoló geológico gico de la zona zona destac destacan an dos caracte característi rísticas: cas: el profundo arco al oeste, denominado rodilla asturiana, que está vinculado con la orientación NO-SE de la orogenia herciniana en el borde de la cuenca sedimentaria y la preponderancia de los materiales carboníferos y terciarios (Eoceno) entre Gijón, Oviedo y Arriondas. La abundancia de yacimientos de carbón se debe a la aparición de pequeñas, aunque numerosas, cuencas subsidentes rellenas de materiales orgánicos durante la primera fase (astúrica) del plegamiento herciniano. finales del Primario, y aen lo largo deldeSecundario y delPor Terciario, unaDesde serie de arrasamientos como el resto la Península. ello cabehubo ha blar de varias superficies de erosión (poligénica, finimiocénica, etc.) aunque sus residuos son pequeños y se hallan muy diseminados. Las formas actuales son fruto de la orogenia alpina que actuó sobre este macizo antiguo fracturándolo, es decir, imponiendo sobre él un estilo germánico (alternancia de bloques hundiGeografía Regional de España

 

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dos o graben con bloques elevados o horst ). ). La anchura media del Macizo rebasa los 80 km, pero no se presenta como una cadena sino como un extenso territorio montañoso de bloques hundidos y elevados. Algo más de dos tercios del mismo (68%) vierte sus aguas hacia el Mar Cantábrico y el resto hacia la cuenca del Duero y la fosa del Bierzo. Dentro de esta aparente uniformidad es posible distinguir cinco unidades de paisaje contrastadas: el litoral, las sierras litorales, la fosa prelitoral, los Picos de Europa y las montañas del interior. a) El litoral, también conocido como rasa, es una plataforma costera que alcanza los 250 m de altitud a través de seis peldaños, cuyo origen algunos lo vinculan con la erosión continental y los más, con la abrasión marina.  b) Las sierras litorales conforman los primeros relieves interiores de relativa importancia. De oeste a este se yerguen: la del Naranco (norte de Oviedo), Cima (731 m), Sueve (1.159 m) y Cuera (1.315 m). c) La fosa prelitoral se alarga, paralela a la costa, desde el norte y oeste de Oviedo hasta el interior de Cantabria. Su origen está en una falla, recu-

 bierta con materiales blandos sobre los que que se han instalado los ríos Nora (afluente del Nalón), Piloña y Güeña (del Sella) y Cares (del Deva). d) Los Picos de Europa son un macizo calcáreo con todas las características de la alta montaña tanto por la altitud de algunas de sus cumbres (Torre Cerredo 2.648 m, Llambrión 2.617 m, Peña Pe ña Vieja 2.613 m o el Naranjo de Bulnes 2.519 m) como por las características de su vegetación y los efectos de las glaciaciones cuaternarias. e) Las montañas del interior hacen de divisoria de aguas y pertenecen por tanto a la vertiente meridional, que conecta de forma brusca a través de cabalgamientos y fallas con los materiales miocénicos de la cuenca del Duero. Son destacables, de oeste a este, las sierras de Casomera (2.115 m), Vegarada (1.560 m), Mangayo (1.625 m), Carcedo (2.140 m), Mediana (2.134 m), etc. Entre éstas y los Picos de Europa hay algunas depresiones como las de Valdeón (León) y La Liébana (Cantabria), entre otras. La serranía presenta unos relieves muy vigorosos, tajados ortogonalmente por los alfuentes del Sil y del Duero. 120

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3. EL CLIM CLIMA A Y LA VEGE VEGET TACI ACIÓN ÓN

Lo accidentado del relieve asturiano constituye un factor condicionante del clima en un nivel inmediatamente inferior al representado por la ubicación de la región dentro del ámbito atlántico de clima Cfb de Köppen, y en una zona con predominio de la circulación atmosférica del oeste. En función de esta ultima circunstancia, el clima de la región se caracteriza por la suavidad de las temperaturas y la abundancia de humedad, si bien en las zonas altas se torna en un clima húmedo de montaña definido por el rigor de las temperaturas invernales. Pero sobre todo, esta situación general, en la que se pueden individualizar tipos de tiempo coincidentes con las estaciones del año, los distintos valores que temperaturas y precipitaciones alcanzan en la región obedecen en ultima instancia al relieve; así, mientras en las proximidades de la costa las precipitaciones son abundantes (más de 1000 mm) y regulares a lo largo del año (no hay sequía veraniega) y las temperaturas no experimentan grandes oscilaciones diarias ni anuales, a medida que nos adentramos en el interior las lluvias aumentan, las temperaturas disminuyen y las diferencias entre día y noche y entre meses cálidos y fríos se hacen mayores.

Figura 4.3. Climogramas de Ranón (aeropuerto) y Gijón.

La combinación de estas condiciones climáticas con los tipos de suelos que se dan en la región y con la topografía determinan la vegetación potencial de Asturias: el bosque mesófilo y caducifolio, excepción hecha de los acantilados costeros y de las zonas mas elevadas donde las especies arbóreas dejan paso a Geografía Regional de España

 

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las de menor porte. Sin embargo, la acción del hombre ha alterado notablemente la vegetación original y, mediante la roturación de los bosques para ampliar la superficie de tierras de cultivo, prados y pastizales o para aprovechar las leñas y maderas, ha conducido a una situación en la que dominan las formaciones vegetales de porte medio y bajo, la conocida como landa atlántica. Aun así, a pesar del ataque sistemático de que ha sido objeto el bosque, este todavía ocupa el 23% de la superficie asturiana y aún es posible reconocer el escalonamiento de la vegetación en pisos, resultado de su adaptación a la topografía y a las variaciones que esta introduce en el clima a nivel regional. De esta forma, en el sector mas próximo a la costa (piso basal) dominan las formaciones de bosque de castaño y carbayo, de bosque fresco de avellano y fresno y de bosque de ribera de aliso y sauce, habiendo sido en determinados momentos históricos fomentadas de entre estas especies el castaño y el avellano debido al importante papel que cumplían en la economía agraria y ganadera. En la montaña media (piso montano) la formación más representativa es el bosque de haya o mixto de haya y roble, apareciendo en el limite superior de esta zona, donde las condiciones climáticas son mas adversas, por el frío, especies como el rebollo, el abedul o el acebo. Final-

mente, en la alta montaña (piso alpino) lo riguroso del clima impide el desarrollo de la vegetación arbórea, siendo esta sustituida por el matorral y las praderas.

4. LA POBLACIÓN POBLACIÓN Y LAS FORM FORMAS AS DE DE POBLAMI POBLAMIENTO ENTO

A lo largo del último siglo y medio, la población asturiana ha crecido de forma ininterrumpida, pasando de 524.529 habitantes en 1857 a 1.114.115 en 1986, lo que representa un crecimiento del 112 %. Sin embargo, esa dinámica demográfica no se ha mantenido desde esta última fecha, pues en 2010 la po blación de la región era de 1.084.341 habitantes. Pero en este lapso de tiempo pueden señalarse, al menos, dos fases bien diferenciadas, una que abarca hasta 1960, con un crecimiento sostenido, aunque con ritmos r itmos dispares y en la que los movimientos intrarregionales, sin dejar de existir, no supusieron una alteración importante en el equilibrio interno; y otra desde 1960 a la actualidad en la que el crecimiento se ha debilitado al tiempo que se operaba una redistribución de la población en el interior de la región que ha conducido a la actual situación de estancamiento en el crecimiento y de desequilibrio en la distribución espacial, reflejada en la concentración de efectivos en la Zona Central (o eje Oviedo-Gi122

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jón-Avilés) y el despoblamiento de buena parte del espacio rural. Entre 1857 y 1900 el crecimiento demográfico de la región se cifró en 102.540 habitantes, cantidad, no obstante, inferior a la que debió ser el saldo entre nacimientos y defunciones, habida cuenta de las personas que durante el periodo emigraron a América (en torno a los 90.000-100.000), así como de los que, con carácter definitivo o duradero, tuvieron como destino otros lugares de España, Madrid fundamentalmente y, y, en menor medida, Andalucía. A la alteración en la estructura demográfica derivada del carácter selectivo de la emigración, por cuanto en esta participaron sobre todo hombres jóvenes y adultos, se empezaba a añadir el inicio de una desigualdad en la distribución de la población, ya porque las pérdidas se dejaran sentir en mayor medida en las zonas mas pobres del espacio rural interior, ya porque el centro de la región empezaba a adquirir un protagonismo industrial, económico y urbano que no perdería; lo cierto es que coincidiendo con el cambio de siglo las densidades municipales oscilaban entre los 507 hab./km2 de Avilés Avilés y los 13 de Ponga. Pon ga. La tercera terc era parte de la población regional se concentraba entonces en el 10% del territorio.

Año

2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN ASTURIANA Total Hombres

1.075.381 1.073.761 1.076.635 1.076.896 1.074.862 1.080.138 1.085.289 1.084.341

515.945 515.047 516.329 516.347 515.292 518.291 520.916 520.402

Mujeres

559.436 558.714 560.306 560.549 559.570 561.847 564.373 563.939

Fuente: Caja-España / INE (2012).

Durante los primeros 60 años del siglo XX la población asturiana creció un 57,8%, aproximándose ya al millón (989.344), aumento que, no obstante, distó de ser lineal. Durante las dos primeras décadas el incremento incre mento fue acelerado, y en ello debió influir, evidentemente, el desarrollo de la minería y de la industria, la caída de las tasas de mortalidad, así como la coyuntura favorable que representó la primera guerra europea de 1914-1918. A esta fase sucedió otra de crecimiento moderado —crisis de los años treinta derivaba del “crac” del 29—, sin duda Geografía Regional de España

 

ASTURIAS

relacionado con la crisis de la minería, la caída de las tasas de natalidad y, ya a finales de los treinta, los efectos de la guerra civil. Los años cuarenta y cincuenta —la época de la autarquía franquista significaron una nueva etapa de recuperación—, derivada de los efectos producidos por el desarrollo de la minería en las cuencas hulleras y por las primeras fases de la industrialización del litoral, centrado en Avilés y Gijón, hechos que no sólo sirvieron para fijar la mano de obra autóctona, aunque ello significara un nuevo paso en la acentuación de los desequilibrios demográficos intrarregionales, sino también para abrir una importante corriente inmigratoria. La perdida de población en el espacio rural en  beneficio de las zonas industrializadas, sin ser lo suficientemente importante como para suponer una ruptura de la organización social de aquél, sí parecía anunciar que la misma no estaba muy lejana: en seis décadas, de las 855 parroquias existentes en la región, 474 habían perdido población, es decir, un 65% del territorio regional había experimentado una evolución demográfica negativa.

Figura 4.4. Pirámide de población de Asturias (2010). Fuente: Caja-España / INE.

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Desde 1960 la población regional creció modestamente (1.127.007 hab. en 1981), pero los movimientos en el interior de la región con dirección a los centros urbanos adquirieron tal pujanza que buena parte del espacio rural se encuentra hoy en situación crítica: entre 1960 —inició del desarrollismo en sustitución de la autarquía— y 1981 fueron 768 las parroquias que perdieron población, esto es, el 92,1% de la superficie regional. Sin lugar a dudas, la zona mas afectada por el despoblamiento fue la montaña, llegando a registrarse en las zonas más aisladas y marginales pérdidas de población del orden del 75% en 20 años; pero el proceso ha afectado también a las cuencas mineras del de l centro de la región, una vez que entraron en crisis en los ochenta —con la reconversión industrial—, y a las zonas rurales más próximas a los grandes centros urbanos, en unos casos porque el crecimiento de la ciudad propició la presencia en el campo de actividades difícilmente compatibles con la residencial (industrias, infraestructuras, etc.), en otras porque pese a haber aumentado el parque inmobiliario, tal incremento correspondió básicamente a residencias secundarias. En otros casos, en fin, porque la corriente migratoria hacia las ciudades afectó a estos espacios igual que al conjunto del espacio rural. Pero la situación parecía no haber tocado fondo: de

las 87 parroquias que entre 1960 y 1981 habían crecido, solo aquellas coincidentes con centros urbanos, zonas periurbanas dinámicas o zonas beneficiadas por la presencia de enclaves industriales pudieron mantener la tendencia positiva; en las que no concurrían estas circunstancias (30 parroquias), la población había disminuido en 1986. Las peculiaridades del poblamiento de la región, caracterizado por la proliferación de pequeños núcleos (6.897 entidades de población se contaron en 1981) hace que el despoblamiento rural alcance sus ultimas consecuencias, un numero creciente de pueblos abandonados y un amplio sector de la montaña donde unas densidades de población inferiores a 10 hab./km2 preludian su actual condición de desierto demográfico. En efecto, La población asturiana se caracteriza por un estancamiento en su crecimiento desde 1991. Desde entonces no ha habido una tendencia clara sino altibajos constantes. Este hecho, h echo, consideraciones económicas aparte, se explica por los siguientes factores demográficos: a) Asturias posee la más alta tasa de mortalidad de España (11,77‰) y la más  baja tasa de natalidad (6,91‰), (6,91‰), por lo que tiene el menor menor saldo vegetativo: vegetativo: -4,86‰ (INE2004). Geografía Regional de España

 

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 b) Emigración hacia otras regiones, principalmente Madrid y Castilla y León. El saldo migratorio interior ha sido negativo desde hace más de diez años. c) La población abandona las zonas occidental y oriental concentrándose en el centro de la región. Así, las ciudades grandes mantienen y aumentan su población. d) El proceso de inmigración ocurrido principalmente en los últimos diez años. Así, si en 1996 la inmigración nacional y extranjera, suponía un incremento de 617 habitantes (509 españoles y 108 extranjeros), en el 2004 el aumento fue de 5.696 (1.106 españoles y 4.590 extranjeros). En 2011, la población de Asturias experimentó un pequeño repunte que ha  beneficiado principalmente pr incipalmente a Oviedo y Gijón (2.500 y 3.000 habitantes respectivamente). Sólo otros 17 concejos han aumentado también su población, en el resto, la población de disminuido. Significativo es el despoblamiento en las

cuencas mineras y el suave descenso de Avilés. Avilés.

Figura 4.5. Crecimiento vegetativo en Asturias por municipios en 2007. Fuente: INE, 2007-2008.

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5. LA ECON ONOM OMÍA ÍA

Desde mediados del siglo XIX la minería y la industria, localizadas básicamente en el centro de la región, fueron responsables, en buena parte, del inicio y desarrollo de una polarización económica y demográfica en la Zona o “Y” Central, cuyas puntas son Oviedo, al S, Avilés, Avilés, al NO, y Gijón, al NE. Esto no supuso, sin embargo, una quiebra inmediata del modelo histórico de funcionamiento del espacio asturiano, donde el componente rural-agrario tenia un papel predominante; por el contrario, este modelo, basado en la práctica de unas actividades agropecuarias que se apoyaban en la aplicación de una alta cantidad de fuerza de trabajo por unidad de superficie y en la existencia de actividades complementarias, perduró, con mayores o menores cambios, hasta mediados del siglo XX. Coexistieron, por tanto, dos modelos de organización espacial; uno naciente —urbano, comercial e industrial—, vinculado al proceso de industrialización, y que conduciría a la larga a una clara jerarquización del territorio, y otro agonizante —el agropecuario—, hasta su práctica liquidación por el primero. En las

décadas de los cincuenta y sesenta del pasado siglo empezaron a sentarse las bases del proceso que conduciría a la actual organización del territorio asturiano. La hasta el momento modesta tendencia a la polarización industrial en el centro de la región, adquirió un impulso notable, viéndose acompañada a un tiempo de la progresiva concentración de personas, bienes y servicios; por contra, el espacio rural, además de despoblarse, experimentó un conjunto de transformaciones en la organización agraria, en un intento de adaptarse a la nueva situación, al tiempo que conoció manifestaciones de invasión urbana. Posición 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

LOCALIDADES MÁS POBLADAS DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS Localidad Población Posición Localidad Gijón   263.655 11 Pola de Laviana Oviedo   190.554 19 12 Pola de Lena Avilés Las Vegas   78.457 13 Langreo   39.491 14 Grado Mieres   24.418 15 Candás La Corredoria   14.800 16 Cangas del N. San Martín   14.005 17 Villaviciosa Lugones   1 2.756 12 18 Luanco Pola de Siero   12.615 19 Noreña Piedras Blancas   9.609 20 Pravia

                   

Población 8.880 8.555 7.515 7.451 7.014 6.590 6.285 5.502 5.387 5.192

Fuente: INE 2010.

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EI resultado final es un territorio que, tal como lo conocemos hoy, aparece claramente jerarquizado desde el centro urbano-industrial dinámico hasta las zonas marginales de montaña, pasando por distintos estadios de integración en la nueva lógica espacial de una región postindustrial.

6. EL ESP ESPAC ACIO IO RURA RURAL L

Si algo caracteriza hoy al mundo rural asturiano, en contraste con la imagen que ofrecía al comienzo de la industrialización industrializ ación masiva de los sesenta, es su carácter multifuncional. Carácter Carác ter multifuncional en el sentido de que al mismo tiempo que la actividad rural se orientaba mayoritariamente hacia una ganadería comercializada al amparo de la creciente demanda de productos lácteos y cárnicos y de la integración en un mercado de carácter nacional, en el campo comenzaban a aparecer un conjunto de actividades y usos no agrarios, buena parte de los cuales vienen siendo el resultado de operaciones de apropiación de los recursos para

dar satisfacción a la creciente demanda de las industrias y de las ciudades.

Figura 4.6. Rioturbio (Mieres). Fuente: Atlas de los Paisajes de España. Ministerio de Medio Ambiente.

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El aprovechamiento de la riqueza del subsuelo, de los recursos hidráulicos y forestales, etc., significaron la aparición de un conjunto de instalaciones que, unidas a las derivadas de la ocupación residencial del campo por residentes no agrarios y localizadas todas ellas en un medio donde, al menos superficialmente, dominan las actividades agroganaderas, ejemplifica lo más sustancial del carácter multifuncional del espacio rural. Una situación que, lejos de actuar como coyuntura favorable para frenar la emigración rural y como factor de reequili-

Figura 4.7. Usos del suelo agrario en Asturias en 2012. Fuente: Caja-España e INE.

Figura 4.8. Distribución de los sectores económicos asturianos en 2012. Fuente: Caja-España e INE. Geografía Regional de España

 

ASTURIAS

 brio territorial, ha servido para acelerar la la desorganización de las estructuras del campo, toda vez que las nuevas actividades, en lugar de integrarse con la agraria preexistente, pasan a competir con ella (suelo, mano de obra, recursos, etc.). No obstante, la agricultura, a pesar de sólo suponer apenas el 3,5% del PIB regional y de contar con una población activa menguada y envejecida, aún es la actividad dominante desde el punto de vista espacial, pues la superficie agraria útil (SAU) afecta al 33% del total regional. La tendencia dominante a la monoproducción ganadera que hoy presenta la región, sobre todo hacia la producción lechera, es un hecho que, aunque tiene sus precedentes remotos en los últimos años del siglo XIX, se consolidó entre 1960-1986. De la magnitud del proceso de cambio puede damos una idea el hecho de que el 65% de las aproximadamente 15.400 explotaciones ganaderas de la región se dedicaran prioritariamente a la producción de leche, habiendo alcanzado en 1986, año de nuestro ingreso en la CE, una producción superior a los setecientos millones de litros, que en su mayor parte (82%) eran comercializados por centrales lecheras en la región y en

el resto de España. Esta especialización implico una doble transformación; por una parte en los usos agrarios del suelo, donde praderas y cultivos forrajeros crecieron a costa del monte y de los espacios anteriormente dedicados a cereales para consumo humano, y por otra de la cabaña ganadera que perdió su carácter heterogéneo y mixto para hacerse cada vez mas homogénea (llegando a tener 379.137 cabezas en el censo agrario de 1985) y especializada (sustitución de las razas autóctonas —casina y carrefiana— por otras de mayores rendimientos lácteos —pardo-alpina o suiza primero y frisona u holandesa más tarde—, importadas). El proceso de cambio que venimos señalando se vio acompañado de una modificación progresiva del régimen de tenencia de la tierra, que ha concluido en un dominio absoluto de la categoría de propiedad, el cual en el Censo Agrario de 1999-2009 afectaba al 85,5% de las explotaciones censadas. Los distintos modos en que se ha producido la invasión del campo por actividades no agrarias y el diferente grado de transformación experimentado por las explotaciones como adaptación a la concurrencia de usos o con vistas a la integración en el mercado permiten individualizar, al menos, tres grandes zonas del espacio rural asturiano: las áreas periurbanas del centro de la región, las franjas litorales y la montaña. Es en el sector del espacio rural más próximo a los centros urbanos donde más claramente se pueden apreciar los efectos de la con130

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currencia de usos del suelo y los mecanismos de adecuación de la agricultura ante la presión urbana. Al amparo de la densa concentración de infraestructuras existente en el centro de la región y una vez que el crecimiento de las ciudades alcanzo su umbral critico en los ochenta, diferentes actividades y usos fueron invadiendo lo que hasta entonces era un espacio de vocación agraria; pero pe ro no se trató de una ocupación indiscriminada, toda vez que los mecanismos de segregación que previamente habían operado en el espacio urbano lo hacían ahora en el rural, volviendo a producirse rechazos entre actividades (industrias-residencias de calidad) o, al contrario, vinculaciones (espacios residenciales-espacios de ocio; espacios de producción-hábitat obrero, etc.). e tc.). Aparecieron así en la periferia de las grandes ciudades áreas de gran industria (Avilés y Gijón), con un poblamiento vinculado a ellas, ya fuera en forma de construcciones en bloques, ya de residencias unifamiliares. Pero aparecieron también áreas residenciales de calidad alejadas de aquellos focos y ubicadas por

lo general en marcos de apreciable calidad medioambiental (Somió en Giijón, Naranco y La Manjoya en Oviedo, Piedras Blancas en Avilés, etc.), que adoptaron mayoritariamente la tipología de chalés aislados, a los que se ha venido a añadir recientemente la modalidad de los adosados. El panorama se completa con un conjunto de actividades que, por su mayor o menor dependencia del transporte, muestran una gran sujeción a las infraestructuras; es el caso de la pequeña y mediana industria, agrupada en polígonos o desperdigada a lo largo de las principales carreteras, como también el de las grandes superficies comerciales o el de los equipamientos educativos, de ocio y asistenciales. Ante esta invasión, las actividades agroganaderas han experimentado en el centro de la región un notable retroceso, tanto por la desaparición física de parte del espacio agrario, como por los efectos indirectos de tal invasión, que se reflejan r eflejan en un aumento de las tierras abandonas o en “barbecho social”. Su pervivencia obedece a la puesta en practica de mecanismos de adaptación que van desde las distintas fórmulas de agricultura a tiempo parcial hasta la intensificación de la producción mediante el recurso a una ganadería de semiestabulación o a cultivos bajo abrigo (invernaderos). A medida que, desde la Zona Central, nos trasladamos en dirección este u oeste, la influencia urbana, más que en una ocupación física del espacio rural se ha dejado sentir en la reorientación de la producción agraria hacia el mercaGeografía Regional de España

 

ASTURIAS

do urbano —dejando el autoconsumo— y en el desarrollo de actividades que, como el turismo, la producción de energía o pequeños focos industriales, están vinculadas a la existencia de una demanda de origen urbano o extrarregional. Las transformaciones agroganaderas en este sector y las alteraciones espaciales de ellas derivadas no se pueden desligar de la presencia pre sencia en la zona del grueso de los establecimientos agroindustriales de la región, muchos de ellos asociados a centros comarcales de destacada importancia (Villaviciosa, Pravia, Grado, Vegadeo, Tineo, Pola de Laviana, Llanes, Arriondas, Navia, Cangas de Onís o Luarca). Finalmente, el sector del espacio rural más alejado del centro urbanizado, la montaña, máximo elgrado falta dedeintegración entre actividades agrarias y nopresenta agrarias.elMientras viejodemodelo funcionamiento de las economías agrarias no ha sido sustituido por uno nuevo, o lo ha sido de forma muy precaria, otras actividades han hecho aparición, superponiéndose de esta forma un proceso de abandono (despoblamiento, déficit de infraestructuras y equipamientos, abandono de tierras, etc.) y otro de invasión (construcción de embalses,

minas —hoy en franco retroceso—, cotos de caza y pesca, parques y espacios naturales protegidos, etc.).

7. LAS ÁREAS ÁREAS URBA URBANAS NAS E INDUS INDUSTRI TRIALE ALES S

La primacía adquirida por las actividades industriales y mineras y su ubicación, junto con las principales infraestructuras viarias y de transporte, en el centro de la región, propiciaron el desarrollo de los núcleos urbanos de esta zona —la antes citada “Y”— y, al mismo tiempo, la jerarquización del sistema urbano asturiano, que aparece dominado por las ciudades de Gijón y Oviedo, la primera con una clara dedicación industrial y, secundariamente, terciaria, y la segunda con un neto dominio del sector administrativo y de servicios. Por debajo de estos dos centros, cuya influencia se extiende a la practica totalidad de la región, se sitúan Avilés, Avilés, Mieres y Langreo, de especialización industrial el primero y minero-industrial los dos restantes, siendo una muestra de su relativa dependencia respecto a las dos grandes gra ndes ciudades el limitado desarrollo alcanzado por el sector terciario en estas e stas dos ciudades. Sigue siendo significativa la minería del carbón aunque no goza del papel preponderante de antaño, habiendo reducido su número de 30.000 a 3.000 mineros en los últimos 25 años. La jerarquía se completa, en un umbral inferior, con entidades cuya población oscila en132

Geografía Regional de España

 

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tre los 2.500 y los 10.000 habitantes y que, o bien se localizan en las proximidades de los grandes núcleos y que como ellos tienen una especialización minera o industrial, o bien se corresponden con los que ya antes se se han definido como centros comarcales vinculados al espacio rural, denotando su función rectora sobre este la especialización de actividades terciarias que les caracteriza.

Gijón. Con 263 655 habitantes, Gijon es la mayor ciudad de la región, habiendo sido la industria el motor de su desarrollo reciente; en efecto, si desde mediados del siglo XIX y hasta los años sesenta del siglo XX se desarrollaba una primera de industrialización al amparo la importancia adquirida por su puertofase carbonero, con la construcción dede la siderurgia de Veriña (década de los sesenta) se inicio una nueva fase de desarrollo portuario e industrial, en la que se sustentó el crecimiento demográfico del concejo, que de 125.000

Figura 4.9. Mapa de la “Y” asturiana. Fuente: IGN. Geografía Regional de España

 

ASTURIAS

habitantes en 1960 paso a 258.000 en 1986. El gran complejo compuesto por ENSIDESA Veriña-El Veriña-El Musel-Aboño se completa con los polígonos industriales de Tremañes y Roces y con un buen número de industrias que jalonan las principales carreteras; en consonancia con la importancia de la industria está la relevancia adquirida par la población activa empleada en el sector (30% del total), no obstante el desmantelamiento llevado a cabo durante la reconversión de los ochenta, mientras que el desarrollo del sector terciario (65%) se fundamenta en la concentración de población que se derivo de la fase industrializadora, generadoras ambas, al mismo tiempo, de una trama urbana relativamente compleja y densa.

Oviedo (190.554 hab.), la capital regional, presenta, en cambio, una clara especializacion terciaria (71,3% de su población activa), directamente relacionada con su condición de capital regional y su posición privilegiada respecto a las redes de transporte. El papel de la industria, con ser subsidiario (25%

de los activos), no es despreciable pues, además de haber sido este sector el responsable del crecimiento urbano de la segunda mitad del siglo XIX en una fase de desarrollo industrial que no tuvo continuidad, aún existen en las proximidades de la ciudad zonas industriales, como es el caso de Trubia, Trubia, San Claudio (cerámica), Tudela-Veguín de los polígonos en los concejos de Siero y Llanera o (cemento), de las instalaciones situadas localizados en los márgenes de las principales vías de salida de la ciudad.

Aviles (78.457hab.), a pesar del papel jugado históricamente por su puerto y de haber contado con la presencia de empresas de gran tradición como la Real Compañía Asturiana de Minas, no adquirió notoriedad como centro urbano-industrial hasta la segunda mitad de la década de los cincuenta, cuando se construyo por iniciativa estatal —a cargo del INI— la fabrica siderúrgica de ENSIDESA, actualmente parte del consorcio Arcelor-Mittal Steel. En torno aempresas ella se fueyagenerando espacio industrial-litoral que secreación integra ban existentesun (ENDASA, creada en 1942) yendeelnueva (Cristalería Española, en 1952; Asturiana de Zinc, en 1958). Junto a estas grandes instalaciones, los polígonos y las pequeñas industrias completan la gama de establecimientos que justifican la acusada especialización secundaria de la ciudad (61,5% de la población activa). Debido al crecimiento industrial, Aviles se convirtió en una de las ciudades más contaminadas de 134

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España. Ya en 1979 los valores en materias sedimentables superaban en 300 veces el valor máximo legal permitido. Hoy en día la ciudad, tras el trauma de la “reconversión industrial”, y con la recuperación medioambiental de la ría como bandera, y del casco histórico, Avilés trata de recuperar parte de su vocación marinera tradicional. Por otra parte, el futuro de ciudad está ligado a un proyecto de regeneración en la zona de la ría llamado “Nueva Centralidad”. En diciembre de 2008, el Principado de Asturias, la sociedad estatal INFOINVEST, INF OINVEST, el Ayuntami Ayuntamiento ento de Avilés Avilés y la Autoridad Autorid ad del Puerto Puer to de Avilés constituyeron la sociedad “Avilés, “Avilés, Isla de la Innovación” con el fin de desarrollar unalaextensa área dedespejada 575.000 metros cuadrados situados enurbanísticamente ambas márgenes de ría de Avilés, de instalaciones fabriles, originariamente denominada “Nueva Centralidad” y hoy “Isla de la Innovación”.

Langreo (44.737 habitantes) y Mieres (42.941) nacen como espacios urbanos con la explotación de los yacimientos hulleros de las cuencas del Caudal y del Nalón y con la subsiguiente aparición de instalaciones industriales en las inmediaciones de aquellos, de manera que a finales del siglo XIX ya habían perdido su original condición de asentamientos rurales, tanto desde el punto morfológico como funcional. amparo del auge pordelavista minería y por la industria durante Al la primera mitad delexperimentado siglo XX, estas dos ciudades conocieron su mayor desarrollo, llegando a alcanzar en 1960 el máximo demográfico. A partir de ese momento, la crisis de la industria interior,, consecutiva a la aparición de nuevas instalaciones en las proximidades rior del litoral, y la propia crisis del carbón, que propició la nacionalización de la mayor parte de la minería asturiana con la creación en 1967 de Hulleras del Norte, S. A. (HUNOSA), explican la pérdida de dinamismo y la inflexión en el crecimiento que experimentaron estas dos ciudades y sus respectivas áreas mineras en los últimos 50 años. Langreo tenía 65.860 habitantes en 1960, y Mieres 70.871.

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TEMA V

 

1. In Intr trod oduc ucci ción ón 2. 3. 4. 5. 6.

El rel ieve: costa y la la montañ montañaa El creliev lim a e: la costa La veg veget etac ació ión n La hi hidro drogra grafí fíaa Distri Dis tribuc bución ión de de la pobla població ción n

7. El sector sector primario: primario: minifund minifundio io agrario agrario y especializac especialización ión ganadera 8. La Cantabria Cantabria modern moderna: a: industria industria y urbanizaci urbanización ón 9. Las nuevas nuevas perspectiv perspectivas as económica económicas: s: turismo turismo y ocio ocio

cantabria

ia  

1. IN INTR TROD ODUC UCCI CIÓN ÓN

La actual Comunidad Autónoma de Cantabria se constituyó en 1981, fecha en que se aprueba su estatuto de autonomía, sobre el territorio de la anterior provincia de Santander, que fue históricamente la fachada marítima de Castilla la Vieja. Con sus 5.289 km2 y 593,121 hab., es una de las regiones españolas de menor extensión y población. Y también es una de las siete comunidades autóno-

mas uniprovinciales. Ocupa la parte central de la fachada cantábrica, flanqueada, al este, por el País Vasco, y por Asturias, al oeste. El recuerdo histórico de la antigua Cantabria y un regionalismo literario de raíz decimonónica —deudor de la obra de J. M.a de Pereda, (1833-1906) especialmente— dieron forma al proceso de regionalización política en los años de la Transición. Dos rasgos geográficos sobresalen en la actual configuración del territorio importancia del proceso industrializador en la caracterización de la cántabro: Cantabrialamoderna; y la impronta del un medio físico siempre presente. Como en el caso de otras comunidades autónomas españolas uniprovinciales, el acceso de Cantabria a la autonomía fue un tanto atípico, o por descarte. A pesar de su adscripción tradicional a Castilla la Vieja, la provincia de Santander estaba separada de su región de pertenencia, con la que históricamente la comunicación e intercambios fueron difíciles o muy difíciles, por la cordillera Cantábrica. A ambos lados, el País Vasco y Asturias, dos regiones que aspiraban a la autonomía en solitario, si acaso la segunda con León. Así las cosas, los partidos políticos cántabros se inventaron  una personalidad regional y se ampararon en la Constitución para reclamar la autonomía de la provincia. Económicamente se ya se había consolidado en la provincia el desarrollo industrial basado en la producción láctea, la transformación pesquera, la química y la metalurgia, que alcanza su máxima expresión mediada la centuria pasada, iniciando entonces un lento declive que desemboca en la fuerte crisis y Geografía Regional de España

 

CANTABRIA

Figura 5.1. Cantabria en España.

reconversión de los años 70 y 80. Período crítico que influirá en la compleja estabilización de la Autonomía. Socialmente se experimenta una notable proletarización, creándose un fuerte contraste entre áreas industriales y zonas agrarias que en los años 30 alimentó los enfrentamientos derivados en la Guerra Civil. La desindustrialización del último tercio de siglo XX alteró el perfil socio-profesional de la región, menguando considerablemente la población agraria, reduciendo la obrera e impulsando los sectores terciarios. Desde los años 60, además, se potencia una actividad turística marcada en exceso por la estacionalidad. La progresiva recuperación de la democracia en España a partir de 1975 —junto con inicio unos años del procesonopolítico quecon llevó la consecución de laelAutonomía— hubodespués, de contemporizar, obstante, unarancio caciquismo envuelto ahora de un difuso regionalismo y sustentado en los vínculos entre una clase política reconvertida al regionalismo y los grupos económicos de siempre, más los emergentes. Política marcada, además, por las tendencias conservadoras reforzadas tras el largo y traumático proceso de desmantelamiento industrial de los ochenta. 140

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2. EL RELIEV RELIEVE: E: LA COST COSTA A Y LA MONT MONTAÑA AÑA

Cantabria es un territorio montañoso asomado al mar mar.. La contraposición entre el borde del mar Cantábrico y el interior constituye un elemento mayor de la caracterización física de esta Comunidad. Una estrecha faja de tierras costeras, cuya altitud no suele sobrepasar los 200 m, con una anchura inferior a los 10 km, forma la fachada marítima de la provincia: La Marina. Esta franja litoral, por lo general limitada hacia el mar por abruptos acantilados, está fragmentada por varios entrantes que se corresponden con las desembocaduras de los principales ríos, origen de abras y rías que rompen la continuidad costera; además de la extensa entalladura de la bahía santanderina. En esos entrantes se han desarrollado extensas flechas arenosas, sables o salves, como les llaman, origen de las playas que esmaltan el litoral. La Marina se constituye así en un espacio di-

ferenciado respecto de las tierras interiores, identificadas con la montaña. Hacia el sur, separadas de La Marina por una larga, abrupta y constante barrera que, en en algunos sectores, se denomina sierra del Escudo o sierra del Escudo de Cabuérniga, cuya altitud está entre 600-1000 m. Corre de manera paralela a la costa, a una distancia de unos 15-20 km, lo que ha h a servido para reconocerla como límite

Figura 5.2. Mapa físico-político de Cantabria. Geografía Regional de España

 

CANTABRIA

entre La Marina y La Montaña. La sierra está cortada en varios puntos por gargantas producidas por la erosión de los ríos que atraviesan perpendicularmente la depresión en su camino desde la cordillera Cantábrica hacia hac ia la desembocadura en el mar Cantábrico. Mientras que en la zona occidental de Cantabria la continuidad serrana está muy marcada, en la parte oriental su importancia orográfica se va diluyendo, si  bien la aparición de grandes g randes fallas en e n los municipios de Arredondo Arre dondo o Ramales delatan su trazado este-oeste. Desde el punto de vista geológico, el Escudo de Cabuérniga es una gran falla inversa donde afloran las areniscas del Paleozoico con rocas mesozoicas del Jurásico y del Cretácico. Estas fracturas geológicas hacen que aparezcan a lo largo de la sierra numerosos manantiales de aguas termales como en La Hermida, Puentenansa, Puente Pu ente Viesgo y Las Caldas del Be-

saya. La mayor parte de Cantabria, al sur de la sierra del Escudo, corresponde a este interior montañoso, que se resuelve en un conjunto conj unto de valles profundos; los ríos, cortos pero de gran energía y violencia, que descienden desde las cumbres, han abierto hoyas más o menos extensas separadas por hoces —o vejos— que proporcionan su porte agreste a los valles. Los relieves de las sierras que, con disposición sur-norte, los jalonan, completan las montanas montana s bajas, como se les ha denominado secularmente. Los distintos valles interiores, a un lado y otro de la divisoria, dan forma al territorio: desde La Liébana al oeste, hasta los valles del Asón y del Agüera o Guriezo, al norte; n orte; y los Campos y Valderredible, Valderredible, al sur. Una alineación de altas crestas limita hacia el sur estos valles, por lo general a más de 1.500 m, desde el puerto de d e San Glorio, al oeste —en el límite con Asturias—, hasta el de los Tornos, al este —en el límite con Burgos y cerca Vizcaya—. Son las altas montanas que forman la principal divisoria de aguas entre el Cantá brico y las cuencas del Ebro y Duero. Aquí se localizan Peña Labra (2.006 m), Sejos, El Escudo, Castro Valnera y Lasía. Además del gran macizo de los Picos de Europa, cuyas imponentes cumbres calcáreas sobrepasas los 2.000-2.500 m. La energía del relieve, la naturaleza del roquedo, calcáreo en unos casos y de potentes conglomerados en otros, los retoques del glaciarismo cuaternario, con sus morrenas y canchales; las formas cársticas, con sus oquedades o depresiones en el terreno (jous o torcas), han contribuido a configurar confi gurar un territorio físico que constituye un importante patrimonio natural, acrecentado por los rasgos de clima y vegetación.

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3. EL CL CLIMA

Costas y montañas poséen en común los rasgos de un clima y de una vegetación típicamente atlánticos, que comparten con el resto de las tierras del norte de la península Ibérica: la abundancia y persistencia de las precipitaciones durante todo el año y la presencia de una frondosa capa vegetal permanentemente verde. De ahí que en la clasificación de Köppen se le asigna al conjunto de esta región el clima Cfb, o templado húmedo sin sequía veraniega, con las salvedades de la alta montaña y algunos enclaves de clima casi mediterráneo, como La Liébana. De modo habitual son más de 1.200 mm anuales de precipitación los que caen en la región. Se distribuyen por todos los meses del año sin excepción, de tal modo que incluso en el verano las lluvias constituyen un elemento consustancial del clima de Cantabria, brumoso y húmedo. Abundantes en el borde

marino, las precipitaciones aumentan en las montañas, donde pueden alcanzarse los 2.000 mm, sobre todo en los macizos orientales. La nieve también hace acto de presencia en las altas montanas, donde sólo falta en el verano al norte y al sur de la divisoria cantábrica. La variabilidad es una característica no menos habitual del clima cántabro, que se traduce en el tiempo diario y en el anual por la alternancia del buen tiempo y del lluvioso, y porque origina años con un exceso de lluvias y nubosidad, que alternan con otros de una sequedad apreciable; no obstante, la abundancia de precipitaciones es el rasgo mas sobresaliente del clima en Cantabria.

Figura 5.3. Climograma Cli mograma de Santander. Geografía Regional de España

 

CANTABRIA

Las tierras bajas cántabras disfrutan de un clima templado, de relativa homotermia a lo largo del año: las temperaturas invernales no suelen ser muy bajas, de modo que los valores inferiores a 0 oC son excepcionales, y los habituales oscilan alrededor de 10 o C; pero las veraniegas no suelen sobrepasar, en las máximas, los 30 o C, y sus valores medios se mantienen por debajo de 20 o C. La suavidad térmica es un rasgo mayor del clima cantabro señaladamente en el litoral. Que no obsta para que pueda haber veranos calurosos o para que durante el invierno, y esto sí es mas habitual, se produzcan días con temperaturas elevadas, por encima de 20/25 oC, asociadas a vientos del sur —las suradas—, por lo general secos y violentos, a los que van asociados los incendios, como el que destruyo una parte de la ciudad de Santander el 16 de febrero de 1941. En las tierras interiores la suavidad climática desaparece. Y de acuerdo con la

altitud y las condiciones locales, las temperaturas presentan un mayor contraste entre invierno y verano, sobre todo porque los valores invernales descienden de forma notable; las temperaturas por debajo de 0 oC se hacen normales y frecuentes. En los valles altos, con temperaturas inferiores a -5 oC, forman parte del tiempo de cada año. Sin que, por otra parte, en el verano se alcancen temperaturas mucho mas altas que en el litoral. Con la excepción de la hoya de La Liébana, bajo los Picos de Europa que, protegida por el muro montañoso es más calurosa en el verano, templada en el invierno, y mas seca todo el año, con menos de 800 mm anuales; con especial intensidad en el estío, lo que determina el agostamiento de las praderas. No impide, sin embargo, que comparta con el resto la riqueza forestal propia de esta montaña, que junto con las praderas conforman la Cantabria verde.

4. LA VE VEGE GET TAC ACIÓ IÓN N

En esas condiciones ambientales, compartidas con toda la España cantábrica, el desarrollo vegetal sólo tiene las limitaciones que le impone la acción humana. Desde el punto de vista de su flora, Cantabria se localiza entre dos regiones biogeográficas. La mayoría del territorio pertenece a la región Eurosiberiana, pero el extremo meridional, comarca de Campoo, forma parte de la región Mediterránea. Esta situación fronteriza tiene un efecto directo en las características del paisaje vegetal de la región, en el que se entremezclan especies mediterráneas y especies atlánticas, que enriquecen la composición botánica de los distintos ecosistemas 144

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existentes. La acción humana es la responsable de la reducida extensión actual del bosque originario. Es decir, de los grandes, por extensos y bien desarrollados, bosques de robles (Quercus petraea, Q. sessiliflora y Q. pyrenaica) y hayas (Fagus sylvatica), que cubrieron las tierras bajas y las laderas de las montañas apenas quedan reliquias en La Marina, aunque existen importantes masas que los representan, aisladas, en los valles interiores, como en los montes de Ucieda y Saja, en Cabuérniga; los montes de Valdeprado y Valdebaró en la comarca de La Liebana; el monte Hijedo, en Valderredible y Campoo, entre otros. A las que hay que añadir los restos de los encinares (Querecus ilex ) de los roquedos calcáreos en La Marina; y los matorrales atlánticos de árgoma (Ulex parviflorius) y  brezos que recubren grandes extensiones de las sierras, donde no han llegado las praderas artificiales ni la repoblación re población forestal.

Las praderías, naturales o cultivadas, se extienden por una superficie de mas de 200.000 ha, y constituyen una de las formaciones de mayor significación fisonómica y económica en Cantabria. La acción humana es también responsable de la difusión generalizada de la repoblación forestal con especies foráneas: el eucalipto (Eucalyptus globulus) y el pino de Monterrey (Pinus insignis) ocupan las áreas bajas y medias, donde han sustituido al bosque y matorral atlánticos. Con una superficie de unas 75.000 ha, son la primera extensión forestal de Cantabria. Una consecuencia directa de la industrialización, como se verá más adelante.

5. LA HI HIDR DROG OGRA RAFÍ FÍA A

Como corresponde a una región de escasa extensión y con su relieve comprimido entre la cordillera cantábrica y el mar, los ríos cántabros son cortos, rápidos relativamente caudalosos. Salvan unas considerables pendientes al estar el mar próximo a su nacimiento, en las estribaciones septentrionales de la cordillera Cantábrica. Sus recorridos suelen ser perpendiculares a la costa, si exceptuamos el río Ebro, y poseen un caudal más o menos persistente a lo largo de todo el año motivado por unas precipitaciones por lo general constantes y abundantes. Aún así, este caudal es escaso (20 m3/s anualmente de media en total) en comparación con otros ríos de la Península Ibérica. La rapidez de sus aguas, motivado por las considerables pendientes de los recorridos, hacen que tengan un gran poder erosivo, formando los encajados valles en forma de “V” característicos de la cornisa Geografía Regional de España

 

CANTABRIA

Cantábrica. La actividad humana, cada vez más abundante en ellos por el aumento y concentración constante de la población en los valles, está ejerciendo una fuerte presión sobre estos ríos, derivando aguas para usos humanos o industriales. Los principales ríos que dividen la región en otras tantas cuencas hidrográficas son: en la vertiente Norte (desembocan en el mar Cantábrico): Agüera, Asón, Besaya, Deva, Escudo, Miera, Nansa, Pas, Pisueña y Saja; en el Ebro (cuenca mediterránea) desagua el Híjar; y en el Duero (vertiente atlántica) desagua el Camesa. Por otra parte, el Pico Tres Mares (2.175 m), en la comarca meridional de Campoo-Los Valles, en el límite con la provincia de Palencia, separa las tres cuencas hidrográficas, pues en sus faldas nacen los ríos Híjar (afluente (aflue nte del Ebro), Pisuerga (del Duero) y Nansa, que vierten respectivamente al Mediterráneo, Med iterráneo, Atlántico y Cantábrico.

6. DIS DISTRI TRIBUC BUCIÓN IÓN DE DE LA POBLA POBLACIÓ CIÓN N

EI desarrollo industrial significó en Cantabria una profunda transformación del poblamiento. La implantación industrial suscitó el acelerado crecimiento demográfico regional global —más del 100% desde 1900— y la concentración de la población, cuya más evidente manifestación ha sido la progresiva urba-

Figura 5.4. Evolución de la población de Cantabria entre 1900-2010. Fuente: INE (2012).

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nización regional. La consecuencia es un proceso generalizado de crecimiento urbano, que se percibe de forma intensiva en los núcleos del litoral pero que afecta también a las áreas rurales de mayores expectativas, (litorales, interiores y periurbanas). Cantabria no posee grandes centros urbanos, salvo la capital, de tamaño medio. La capital reúne 179.920 habitantes; el área metropolitana, que incluye el cinturón industrial formado en torno a la bahía, concentra a 250.000 habitantes. El resto de las ciudades cántabras, no muy numerosas, se distribuye asi: Torrelavega Torrelavega (55.553 habitantes); Castro Urdiales (32.374 habitantes); Camargo (31.556); Piélagos (22.223); El Astillero (17.675); Laredo (12.206); Santa Cruz de Bezana (11.776); Los Corrales de Buelna (11.623); Santoña (11.465); Reinosa (10.177). En algunos casos el crecimiento obedece en exclusiva a la presencia industrial. En otros esta ha tenido un papel determinante. En ocasiones ha su-

puesto un estimulo urbanizador decisivo, como en Torrelavega, el núcleo con crecimiento más rápido de la provincia, que pasa de 7.800 hab. en 1900 a 57.000 en el año 1990. Es la segunda entidad urbana, después de Santander. El propio crecimiento de Santander, en la primera mitad del siglo XX, responde a la presencia de una diversificada industria que se desborda, además, por su periferia

Figura 5.5. Habitantes por núcleos de población de Cantabria. Geografía Regional de España

 

CANTABRIA

inmediata, donde ha generado los principales centros de población tras la capital y Torrelavega, Torrelavega, como son Maliaño y El Astillero. La localización industrial es responsable del crecimiento de municipios como Los Corrales de Buelna y Reinosa, y a la industria deben su crecimiento, aunque sea menor, otras localidades como Renedo, Cayón o Mataporrquera. Paralelo a este proceso de concentración urbana de la población cántabra, a costa de las poblaciones rurales del interior, se ha producido la difusión de una parte de la población en el entorno rural; primero asociado a la ocupación de los terrenos comunales para la creación de praderas, origen de los numerosos caseríos ganaderos que esmaltan las tierras bajas; después como resultado del desbordamiento residencial hacia las periferias por parte de los obreros mixtos

—operarios industriales y ganaderos a tiempo parcial— y de otros segmentos de la población que establecen su primera o segunda residencia en el campo. Con especial intensidad en el entorno de la capital y su saturaba bahía.

Figura 5.6. Pirámide de población de Cantabria. Fuente: Caja-España e INE (2012).

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Santander, capital de la región, surgida como las demás villas costeras en la Edad Media —su fuero data de 1187— nada conserva de la puebla medieval arrasada por el incendio de 1941 y por el proceso de renovación urbana que le siguió. La ciudad, tanto en el sentido administrativo como funcional y espacial, es un producto reciente, donde predomina el sector terciario claramente. El desarrollo urbano se vincula, hasta 1900, al movimiento comercial del puerto y al crecimiento de una importante aunque escasa burguesía mercantil, protagonista del desarrollo urbano del Ensanche, fachada urbana de la ciudad. Esa misma burguesía es la promotora de la ciudad-balneario del Sardinero, a modo de ciudad-jardín, con destino al veraneo castellano y madrileño —haciendo así la competencia a San Sebastián—, cuyo principal desarrollo corresponde, sin embargo, a la primera mitad del de l siglo XX.

Santander en hoy un centro de servicios a escala provincial y un centro de servicios de ocio a escala del norte de España. Concentra importantes establecimientos por el número de trabajadores e importancia, como el Centro Medico Nacional Valdecilla, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y las actividades de ocio han impulsado otros centros y empresas —hoteles, casino, etc.— también destacados en cuanto al empleo que proporcionan. pr oporcionan. Estas circunstancias han determinado un crecimiento notorio de su población en los dos últimos decenios, que se ha traducido en la expansión física de la ciudad, motivada también, en su día, por la necesidad de alojar a la población afectada por el incendio de 1941. El crecimiento físico ha sido desordenado y especulativo. La ciudad histórica de la burguesía del siglo XIX ha quedado rodeada por una aureola extensa de colonias -promociones de bloques de varios cientos de viviendas de baja calidad que forman la primera periferia urbana, construida entre los años 1950-1970, con la finalidad de proporcionar alojamiento a la población trabajadora inmigrante, en condiciones, por lo general, de ínfima construcción y urbanización. Después de los años setenta, el crecimiento desborda esta periferia, con promociones de menor tamaño, destinadas a un mercado inmobiliario de residencia principal o secundaria; se concentra preferentemente en el área del Sardinero y se desborda por el área suburbana. De forma paralela se ha producido la renovación de una parte de la ciudad histórica, con especial intensidad en el espacio del Sardinero que ha visto cambiar tanto su morfología y tipología constructiva Geografía Regional de España

 

CANTABRIA

como su funcionalidad. Ha dejado de ser una ciudad-jardin balneario, destinada al veraneo; sus hotelitos y chalés han sido sustituidos por anodinos bloques, al tiempo que se convierte en un área residencial permanente y en un área de servicios de ocio, como un segundo centro especializado de la ciudad. En relación con la progresiva orientación de la capital y de la economía provincial hacia los servicios, baste mencionar que en la actualidad el sector terciario proporciona la mayor parte del PIB regional (62%) y da ocupación al 63,8% de la población ocupada en la provincia. Y que en una proporción abrumadora se concentran en la capital. Esta reorientación apunta hacia la transformación del espacio físico y social construido en su día por la industria. POBLACIÓN DE CANTABRIA ENTRE 2003-2010

Año 2003 2004 2005 2006 2007 2008

Total 549.690 554.784 562.309 568.091 572.824 582.138

Hombres 268.309 270.907 274.797 277.869 280.283 285.469

Mujeres 281.381 283.877 287.512 290.222 292.541 296.669

2009 2010

589.235 592.250

288.735 289.931

300.500 302.319

Fuente: Caja-España / INE (2012).

7. EL SECTOR PRIMARIO: MINIFUNDIO AGRARIO Y ESPECIALIZACIÓN GANADERA

El campesino cántabro abandonó, a partir de los sesenta, el cultivo al que se había dedicado tradicionalmente, sobre todo el maíz, y dedicó la práctica totalidad de sus tierras, antaño de cereal, a praderas naturales, incrementadas con numerosas y sistemáticas roturaciones de los montes públicos, hasta llegar a las 150.000 ha que, en la actualidad, ocupan aquellas. A la par que se transformaba de labrador en ganadero, y se especializaba en la explotación y la cría de ganado frisón, de particular aptitud lechera. Este cambio ha hecho de Cantabria un espacio de praderas. Y en consonancia la ha convertido en una provincia ganadera productora de leche: más de 300.000 cabezas de ganado bovino, de las cuales la mitad hembras y, de estas, la casi totalidad de ordeño. Explotadas para 150

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la producción de leche o para la recría con destino al resto de España, a través, principalmente, del Mercado Nacional de Ganados de Torrelavega —inaugurado en 1973—, verdadera “bolsa” ganadera, por el que se han llegado a expedir en torno a 200.000 cabezas al año, en su mayor parte para abastecer las demás provincias españolas. En 2003 se expidieron 156.553 cabezas. La recría de ganado lechero es una orientación complementaria en la mayoría de las explotaciones ganaderas cántabras, pero constituye una especia-

Figura 5.7. Uso del suelo agrario en Cantabria. Fuente: Caja-España e INE (2012).

Figura 5.8. Empresas y empleo en Cantabria. Fuente: Caja-España e INE (2012). Geografía Regional de España

 

CANTABRIA

lización característica de la explotación pasiega que, además de actuar como aclimatadora del ganado frisón —de procedencia holandesa— a las condiciones físicas montañesas, se ha dedicado de modo preferente a la recría. recr ía. Este ganado y esta producción se reparten en un numeroso y fragmentado conjunto de explotaciones, la gran mayoría muy pequeñas: el minifundismo agrario es una característica sobresaliente de Cantabria. Acentuado por la presencia de numerosas explotaciones a tiempo parcial, por lo general pertenecientes a trabajadores de la industria que compaginan la ocupación fabril con la ganadera con auxilio de los miembros de la familia: son las explotaciones mixtas, de difícil encuadre estadístico. De ahí una nómina que supera las 5.000 explotaciones, aunque solo una mínima parte, del orden del 20%, proporciona los dos tercios de la produc-

ción. El empleo se acerca a las 7.000 personas, lo que supone más del 5,8% de la población ocupada en 2010, por encima de la media española. Es cierto que explotaciones agrarias y empleo han experimentado una considerable reducción en los dos últimos decenios, si bien sus efectos han sido escasos en las estructuras agrarias. Incluso en las tierras altas e interiores, antaño dedicadas a una explotación ganadera extensiva, aprovechando los pastos de altura en las cumbres, y a base del ganado autóctono, en particular la variedad conocida como tudanca, se ha producido una progresiva orientación hacia la producción láctea, con sustitución del ganado de monte por el de aptitud láctea; al mismo tiempo que se cruzó la variedad autóctona con especies extranjeras de aptitud cárnica. En cualquier caso, la explotación agraria cántabra adolece tanto de unas estructuras minifundistas como del acusado envejecimiento de la población campesina. En buena parte como consecuencia del éxodo rural que vació una buena parte de las áreas rurales en beneficio de los centros industriales y urbanos. En cuanto a la comarcalización de la región, si bien en 1999 se aprobó en el Parlamento regional una Ley de Comarcas, en la que se establece que la comarca es una entidad necesaria integrante de la organización territorial de la región. Con esta ley se abrió el desarrollo a la comarcalización en Cantabria, fomentándose la creación de entidades comarcales como agrupaciones de municipios, proceso que apenas se ha desarrollado. Asimismo, señala que la creación de las comarcas no exigirá su generalización a todo el territorio de la región mientras no se haya producido la comarcalización del 70% del territorio. De igual forma 152

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Figura 5.9. Comarcas de Cantabria (Ley 8/1999 de Comarcas de Cantabria).

dilucida que la ciudad de Santander no se regirá por dicha ley de comarcalización, teniendo, en cambio, que establecer su propia área metropolitana. Actualmente las comarcas en Cantabria no tienen un carácter administrativo y apenas sí están definidas. Únicamente La Liébana, por su condición geográfica en los Picos de Europa, Trasmiera y Campoo, en el valle del Ebro se establecen como comarcas claramente definidas en la región, aunque sin entidad jurídica o administrativa. Tal vez sea La Liébana (5.900 hab.) la comarca con una personalidad física más marcada. Enclavada en la cara septentrional de los Picos de Europa, su orografía a modo de gran hoya entre murallones de piedra caliza ha hecho de ella, en efecto, la mejor definida de Cantabria. De difícil acceso, se trata de una comarca rural con capital en Potes (1.500 hab.), muy montañosa y cerrada, constituida por cuatro valles que confluyen en Potes. En su escarpado relieve destaca la roca caliza del Carbonífero (Primario), afectada por procesos cársticos, pizarras y areniscas aparecen en los fondos de los valles. Su condición de gran valle cerrado, con grandes diferencias altitudinales a ltitudinales y de fuertes pendientes proporciona una gran variedad de condiciones ambientales que ocasionan una Geografía Regional de España

 

CANTABRIA

multitud de formaciones vegetales: encinas, alcornoques, hayas, robles (Quercus  robur,, Quercus pyrenaica), prados de pasto y tierras de cultivo. Su relieve cerrarobur do hace que tenga un microclima diferente al del resto de la región, afectado por un clima atlántico. Así, en el fondo del valle de Liébana se disfruta de un clima mediterráneo, que se transforma progresivamente y a medida que ascendemos en un clima atlántico húmedo hasta alcanzar características subalpinas en las cumbres de los Picos de Europa. Las temperaturas medias anuales son de 28 °C para las máximas (julio) y 8 °C en las mínimas (enero), con un nivel pluviométrico de otras zonas de Cantabria (800 mm anuales frente a los 1.0001.200menor mm dealmedia de la r egión). región).

8. LA CANTABRIA MODERNA: INDUSTRIA Y URBANIZACIÓN

Cantabria es una región industrializada, pues el espacio industrial constituye un elemento dominante del paisaje, al menos del costero. La economía industrial sigue siendo un componente principal, que da empleo a casi el 27% de su población ocupada —aquí está incluido el subsector de la construcción— y que proporciona aún más del tercio de la renta provincial. La presencia de la industria ha sido decisiva en la transformación de actividades productivas tradicionales, como la ganadería y la pesca, y en la modificación de numerosos rasgos físicos de la naturaleza cántabra. La industria ha configurado asimismo los rasgos más notables de la sociedad y la población de Cantabria, en sus comportamientos y en sus estructuras. El desarrollo industrial, vinculado a una importante actividad minera en sus inicios, ha configurado las áreas dinámicas provinciales, rurales y urbanas. Desde el siglo XIX, pero de forma mas destacada con el XX, Cantabria se convierte en una provincia industrial. La multiplicación de establecimientos industriales y el incremento de la mano de obra empleada han sido una característica sobresaliente desde la década de 1960 hasta la de los ochenta, en que los trabajadores de la industria llegaron a sobrepasar el 50% de la población ocupada, con más de 70.000 empleos. La mayor parte de estas industrias, que hoy dan empleo a unos 54.000 trabajadores, tanto mineras como fabriles, se caracterizan por tecnologías duras —por contaminantes y masivas— y por su directa orientación al aprovechamiento de 154

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los recursos locales: minerales, forestales, agrarios y pesqueros; además de los humanos. La expansión industrial cántabra ha ido asociada a esa explotación, realizada tanto por capitales locales como por otros de origen nacional y extranjero. El resultado ha sido una industria muy polarizada en tres grandes sectores productivos: metalurgia, química y alimentación. La explotación de los recursos minerales ha sido el fundamento de la gran industria que ha caracterizado hasta la reconversión de los ochenta la producción en Cantabria. Las grandes explotaciones mineras primero, de mineral de cinc, en la parte occidental y de hierro en la oriental, las grandes plantas fabriles después, con varios millares de trabajadores cada yuna, han proporcionado el perfil industrial y económico

que aún mantiene la provincia, volcada desde hace años en la terciarización económica.

Figura 5.10. Mapa de Santander y su bahía. Fuente: IGN. Geografía Regional de España

 

CANTABRIA

Las industrias metálicas han sido y son las más importantes, por el volumen y valor de la producción y por el empleo: más de 30.000 puestos de trabajo, aunque en proceso de reducción. Una industria metálica concentrada, de forma preferente, en producciones básicas y bienes de equipo, desde la siderurgia hasta la calderería y construcción naval. Una industria de grandes establecimientos, con varios miles de trabajadores en sus mejores momentos, concentrada en las inmediaciones de la  bahía de de Santander Santander,, en tomo tomo a la planta planta de altos altos hornos hornos de Nueva Nueva Montaña, Montaña, S. A. A. y Aceriasa; en el valle de Buelna, centro de una industria de trefilería y auxiliar de automoción en suaorigen, al capital regional; en Reinosa, cuya industrial havinculada, girado en torno La Naval, hoy Foarsa. Estosy han sido y son losvida tres

grandes centros de las industrias metálicas en Cantabria; otros menores se dispersan por distintas localidades rurales como Ramales de la Victoria, Limpias, Treto (Bárcena de Cícero), etc. Además de Torrelavega, sede de una industria metálica vinculada, como industria de mantenimiento, a la presencia de la gran industria química desarrollada desde principios de siglo por capital extranjero.

Torrelavega  es, en efecto, el centro del principal complejo industrial químico de Cantabria, cabecera de una industria de importancia nacional, que proporciona a estamarcado población social, obrero;Una y define los rasgos de su entorno físico, porsuel perfil impacto industrial. industria dura, fuente de intensa degradación ambiental con fuerte efecto sobre el entorno físico y vegetal. Dedicada a producciones básicas, desde el carbonato de sosa y el ácido sulfúrico al caucho y la celulosa, con sus subproductos y derivados, constituye un aglomerado de empresas en que destacan Solvay, de capital  belga; Sniace y Azsa, Azsa, vinculadas en tiempos tiempos al grupo grupo industrial industrial de Banesto, y Firestone; en ellas se ocupan la mayor parte de los 10.000 trabajadores de este sector. Industrias químicas asociadas al complejo metálico-siderúrgico se encuentran también en la periferia de la capital, y otros establecimientos de este ramo, similares en su tecnología y de intensos efectos (Castro sobre elUrdiales, entorno, aparecen dispersos por distintasdura localidades de Cantabria Mataporquera). Además de otras de características equivalentes, pertenecientes a otros ramos, como la fabricación de vidrio, materiales para la construcción, también de preferente localización rural (Vioño, Mataporquera). Cantabria debe su más conocida imagen fabril a la industria de bienes de consumo —aunque su importancia directa sea mucho menor que la de las ante156

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riores— en la que ha participado tanto una industria textil, hoy muy disminuida, como la alimentaria. Esta es una industria de localización rural o, en todo caso, situada en las pequeñas villas costeras. Su importancia reside en el efecto inducido que han generado, pues las industrias conserveras y las lácteas han transformado las actividades pesquera y ganadera tradicionales. De ahí su relevancia social y económica, aunque en sí mismas tengan menos importancia que las anteriores. La industria conservera y las industrias lácteas han compuesto la trama principal de las industrias alimentarias. Las de conservas constituyen XIX un ejemplo deenindustria temprana que surge en laLaredo, segundaColindres mitad dely siglo concentrada los puertos de Castro Urdiales, Santoña,,

este ultimo el principal centro de esta industria. Por lo general se trataba de pequeños establecimientos semiartesanales; en el momento de máximo esplendor su número se aproximó a 150, si bien en la actualidad no llegan a la menos de mitad. Es una industria dedicada a la conserva de especies como la sardina y, sobre todo, a la salazón y conserva del bocarte —anchoa— en la que Cantabria ha ocupado, con Vizcaya una destacada posición en España hasta el actual y preocupante descenso de los caladeros. La demanda conserverapor provocó la capturas, rápida expansión de las pesquerías cantabras,industrial que multiplicaron diez sus hasta sobrepasar las 60.000 tm, a mediados de la década de 1960, gracias a la transformación de las artes de pesca y de la flota, motorizada por completo en los años veinte. La so breexplotación de los caladeros tradicionales ha reducido a menos de un tercio el total de las capturas, ha provocado la práctica desaparición de las principales especies industrializadas —bocarte y sardina— y ha motivado una drástica reducción de la flota, de la población pescadora, del empleo fabril y de la producción conservera. Agravado todo ello con la necesaria y obligada adaptación a la rigurosa normativa pesquera de la Unión Europea. Las industrias lácteas arrancan años del siglo , de la mano deescala; capitales se iniciande parlos la primeros elaboración moderna deXX queso a pequeña y delocales, la manoy de capital extranjero representado por la firma suiza Nestlé, que instalo en la localidad de La Penilla, en el valle de Cayón, su fabrica para la elaboración de productos lácteos especiales (harinas lacteadas, leche condensada, chocolates, etc.) a principios del siglo XX. Reforzada por distintas iniciativas locales, de las que sólo sobrevivirá, entre las grandes, la fabrica de los Sindicatos Agrícolas Montañeses (SAM), creada en la localidad de Renedo de Piélagos en 1930, Geografía Regional de España

 

CANTABRIA

absorbida en 1977 por La Lactaria Española, SA. La demanda industrial láctea impulsó una rápida y generalizada transformación de la explotación e xplotación agraria que, en pocos años, reorientó su producción y se especializó en la producción láctea para el abastecimiento de la industria, pues esta absorbe a bsorbe la practica totalidad de los 400 millones de litros anuales que proporciona la ganadería cantabra.

9. LAS NUEVAS PERSPECTIVAS ECONÓMICAS: TURISMO Y OCIO

En la Cantabria de comienzos de siglo XXI las actividades relacionadas con el sector terciario de la economía aparecen como las de mayor influencia en la renovación de los rasgos geográficos, tanto en las áreas urbanas como en las rurales. De modo particular, las actividades relacionadas con el empleo del tiempo libre. Los espacios turísticos y de ocio constituyen el elemento más sobresaliente, por su dinamismo. Con ellos Cantabria quiere recuperar y potenciar la tradicional imagen veraniega que la provincia de Santander adquirió a principios del siglo XX. La totalidad del área litoral, de forma intensiva y generalizada en los núcleos urbanos, se lashan áreas rurales, conen unrelación patrimonio natural de altaLa montaña de gran atractivo, transformado con esta actividad. mayor concentración se da en los centros ce ntros litorales del este de la provincia —sobre todo Castro Urdiales, Laredo, Santoña y Noja—, además de la propia capital. El otro punto enclave es La Liébana y su capital Potes, transformado par la explotación turística de la montaña. Unas 550.000 personas frecuentan Cantabria a lo largo del año como turistas, si bien su permanencia es muy breve. Y un mayor número, sin duda, lo hacen como veraneantes en residencias secundarias. De hecho, Cantabria posee una infraestructura hotelera de reducida capacidad, a pesar del aumento y mejora de los últimos años. La mayor parte del alojamiento de que dispone la provincia corresponde, en una proporción abrumadora, a residencia secundaria y plazas de campamento turístico —campings —. Estos establecimientos han sido las piezas clave en el proceso de urbanización física que ha experimentado el litoral, cuya mayor intensidad se ha dado en la parte oriental, consecuencia, en parte, de la influencia de Bilbao, que se deja notar hasta la propia capital. Y con menor intensidad en la mitad occidental, con la excepción de La Liébana y en particular Potes, que se ha beneficiado del turismo de montaña generado por el atractivo de los próximos Picos de Europa. Una nueva orienta158

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ción económica y funcional que trata de explotar el importante patrimonio natural de la provincia, es decir, sus costas y sus montanas. Al mismo tiempo que el patrimonio cultural acumulado a lo largo de siglos. Alternativa, todo ello, a la construcción geográfica que ha legado el desarrollo industrial. Esta nueva orientación está en el origen de la transformación de Cantabria en región industrial en declive, como c omo toda la cornisa cantábrica. La crisis económica de la segunda mitad de los setenta y la industrial de los ochenta afectó a fectó con especial intensidad a la industria cántabra. A la crisis industrial se han añadió la

de la pesca y la crisis agraria derivada de la escasa adaptación de sus estructuras agrarias a la producción mercantil en la Unión Europea. Los efectos se dejaron notar no sólo en el incremento del paro y en la reducción del empleo industrial. Se manifestaron también en la drástica disminución de la natalidad; en la aparición de saldos vegetativos negativos, en un envejecimiento progresivo y sensible de la población. Este rasgo, antaño propio de las áreas rurales deprimidas del interior,, afecta hoy a la totalidad de la provincia. interior En esta situación, la explotación de su patrimonio natural aparece, a los ojos de grupos económicos, como posible alternativa para el futuro: tir asus Cantabria en un espacio parauna el ocio. A ello está contribuyendo la convermejora de sus infraestructuras de transporte que, en lo esencial, seguían siendo las del siglo XIX y principios del siglo XX; es decir, las viejas carreteras de Reinosa y Burgos, que con el ferrocarril de Alar del Rey (Palencia) unían a Santander con el interior castellano. Y los ferrocarriles de vía estrecha que, con la industrialización, aseguraban las comunicaciones con Bilbao y Asturias. La consecuencia más significativa y manifiesta que se deriva del accidentado relieve del territorio cántabro es la existencia de barreras topográficas que condicionaron decisivamente el trazado de las infraestructuras de conexión, tanto perpendicular, en sus accesos Mesetay Asturias, castellana,asícomo la comunicación entre valles y cona la Vizcaya comotransversal, su elevado en coste de construcción y mantenimiento. Las insuficiencias en la dotación de infraestructuras de transporte de competencia estatal, fundamentalmente en lo que se refiere a comunicación con la meseta por carretera y por ferrocarril, y el importante coste por kilómetro lineal de construcción debido a su difícil orografía, ha supuesto un significativo déficit en las comunicaciones de Cantabria con el exterior. Sólo recientemente se han terminado dos autovías largo tiempo reclamadas: el trazado de la autopista Geografía Regional de España

 

CANTABRIA

del Cantábrico A-8 por la región y la de Meseta A-68, que desde Aguilar de Campoo y Reinosa llega hasta Santander. Las mejoras en las infraestructuras también se han extendido al puerto de Santander, entrada y salida de mercancías (automóviles, cereales, carbón, hierro) y del turismo extranjero, británico señaladamente. A mediados del siglo XX, se decidió que, en aras de aumentar la capacidad y competitividad, era necesario trasladar las tareas propias del puerto del centro de la ciudad a otro lugar. Se eligió una zona de marismas de la Bahía de Santander tras su relleno. El empla-

zamiento escogido para efectuar el relleno y, por tanto, del nuevo núcleo del puerto sería la Ría de Raos, en el límite municipal entre Santander y Camargo, en el extremo oeste de la bahía. En 1985 se inauguran los primeros muelles de Raos y cuatro años más tarde, en 1989, se finalizan las obras del espigón norte de Raos y la terminal de ferrys. Posteriormente, con unas instalaciones más modernas y apropiadas, el puerto inicia el tráfico de automóviles, una de sus actividades principales. En 1995 se inicia la construcción del espigón central de Raos, finalizado dos años más tarde. Además se elabora un plan que proyecta el uso de los espacios portuarios y la futura organización y funcionamiento del puerto. A raíz de las continuos problemas y quejas que ocasionaba a la población cercana a las instalaciones portuarias la manipulación de los grandes volúmenes de carbón que llegan al puerto, en el e l año 2007 se inaugura una estación de graneles gr aneles sólidos que sirve de almacenaje y manipulación tanto de carbón como de otras mercancías a granel. Podemos concluir diciendo que la Cantabria de hoy se define entre el inmediato legado industrial y el proyecto turístico, como un espacio en transición. Con un importante patrimonio natural, con perceptibles contrastes entre las diversas áreas de su espacio geográfico moderno, herencia del reciente pasado.

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TEMA VI

 

1. In Intr trod oduc ucci ción ón

2. Breve Breve esb esbozo ozo his histór tórico ico 3. El relieve relieve vasco. vasco. Un territo territorio rio predomin predominantem antemente ente montañoso 4. La climatología: del clima atlántico al mediterráneo continentalizado 5. La veg vegeta etació ción n nat natura urall 6. Hidro Hidrografía grafía:: las dos dos vertientes vertientes hidrogr hidrográficas áficas vascas vascas 7. La demografía demografía:: cese del crecim crecimiento iento y progre progresivo sivo envejecimiento

país vasco

ao  

1. IN INTR TROD ODUC UCCI CIÓN ÓN

o

El País Vasco (también conocido por el neologismo Euskadi) está situado en el extremo nororiental de la franja cantábrica, lindando al norte con el mar Cantábrico (aquí también llamado golfo de Vizcaya) y Francia (región de Aquitania), al sur con La Rioja, al oeste con Cantabria y Castilla y León y al este con Navarra. Lo integran las provincias (denominadas “territorios históricos” en su ordenamiento autonómico) de Álava/Araba, Guipúzcoa/Gipuzkoa y Vizcaya/Bizcaia. A pesar de que la cohesión política y administrativa entre las tres provincias vascas ha sido, a lo largo de su historia, más bien tenue, cuando no inexistente, debido a la pervivencia de sus fueros siempre avalados por la Corona de Castilla, luego de España hasta julio de 1876, resulta innegable que el País Vasco ofrece hacia el exterior una considerable especificidad que singulariza esta tierra de las vecinas. A lo largo del tiempo, las tres provincias que componen el actual País Vasco fueron conocidas también como Provincias Vascas, Provincias Forales, Provincias Exentas (hasta 1841, por no pagar impuestos), Provincias Vascongadas, o simplemente, Vascongadas, este último término especialmente durante el franquismo. En la actualidad, la denominación Comunidad Autónoma Vasca (CAV) es utilizada con relativa frecuencia, especialmente en la propia región, en los medios de comunicación y en Navarra. Desde su creación con la grafía Euzkadi en el siglo XIX, también viene usándose este término, lo mismo que el de Vasconia (cada vez menos) o Euskal Herria  para significar más que una realidad geográfica, que no existe sensu stricto, una aspiración política. Esto no debe inducir a interpretar el País Vasco como un territorio homogéneo, antes bien, se trata de una región muy contrastada, tanto en el medio físico como en el humano. Y ello, a pesar p esar de su reducida extensión, ext ensión, 7.261 km2, repartidos entre las provincias de Álava, 3.047 km2; Vizcaya, 2.217 km2 y Guipúzcoa, 1.997 km2.

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PAÍS VASCO

Figura 6.1. El País Vasco en España.

EI principal contraste se establece entre las dos vertientes hidrográficas que lo componen, la cantábrica y la del Ebro (mediterránea). El relieve de valles encajados, con acusadas pendientes e intrincada fisonomía de la primera (Vizcaya y Guipúzcoa) se transforma al sur (Álava) en amplias cuencas de altitud elevada. Del clima oceánico húmedo del litoral (Cfb de Köppen) se llega al clima mediterráneo continentalizado de la mitad sur de Álava y de la ribera del Ebro (Csb o Csa de Köppen). Pero no sólo el medio físico es diferente. En consonancia con las variaciones naturales, el medio humano se transforma también. Los densamente poblados e industrializados valles vizcaínos y guipuzcoanos dan réplica a las comarcas rurales del sur. No es tierra solo de prados y bosques, también de vides y cereal. A estas y otras muchas diferencias internas, históricas y geográficas, que podrían citarse, hay que sumar la diversidad social, cultural, idiomática y política que alberga y que nos proporcionaría la idea de una región más variada de lo que una visión simplista y tópica pudiera depararnos. Se viene considerando al País Vasco como una región histórica, queriendo remarcar con ello su notable personalidad, rica en particularidades. Si los vascos perdu166

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ran como tales, como comunidad, se debe en gran medida a la pervivencia de su idioma, el euskera o vascuence, el único del occidente europeo que no es de estirpe indoeuropea. Sin minusvalorar otros factores, la lengua constituye el rasgo étnico cohesionador o aglutinador más relevante, hasta el punto que los vascoparlantes se denominan a si mismos “euskaldunak”, los que poseen la lengua vasca. Además de su valor como vehiculo de comunicación, adquiere una notable trascendencia cultural y científica, al tratarse del único islote lingüístico preindoeuropeo, como se ha dicho, que ha pervivido en Europa occidental y

meridional. Esto no significa que el vasco actual sea una lengua paleolítica, pues pu es como toda estructura lingüística ha experimentado múltiples influencias y ha sufrido una notable evolución, a las que no han sido nada ajenas el latín y las lenguas romances que le rodean. Tampoco se debe inducir que se trata de una lengua más antigua, pues siempre es posible, al menos teóricamente, remontarse a un estadio anterior en la evolución de cualquier idioma. Lo que sí puede afirmarse es que es más antigua aquí, sobre el territorio en el que aún se conserva, y que no se le ha encontrado por ahora ningún parentesco lingüístico en alguna familia idiomática. Diversas teorías se han esgrimido para intentar fijar dicha relación. Entre ellas destacan la que entronca al vasco con el ibérico —teoría del vascoiberismo—, aquella que apunta su origen africano, al relacionarla con lenguas camito-semíticas, la que lo emparenta con lenguas caucásicas a la que resalta su semejanza con el caledonio o el guanche. Ninguna de ellas ha podido ser satisfactoriamente probada hasta el momento.

Provincia Álava Guipúzcoa Vizcaya TOTAL

INDICADORES DEL PAÍS VASCO Superficie (km2) Población (h) 3.047 329.227 1.997 709.607 2.217 1.155.241 7.261

2.184.606

Densidad (h/ km2) 105,10 371,71 521,32 301,99

El vasco actual aparece dividido en diversos dialectos. A mediados del siglo XIX el príncipe Luis Luciano Bonaparte, sobrino de Napoleón I, estableció las variantes dialectales vascas que, más o menos matizadas, se siguen aceptando hoy día. De O a E serían: el vizcaíno, el guipuzcoano, el alto-navarro septentrional y meridional, el labortano, el bajo-navarro occidental y oriental y el suletino. Ya en el año 1968 la Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia aprobó la utiliGeografía Regional de España

 

PAÍS VASCO

Figura 6.2. Mapa físico-político del País Vasco.

zación de una lengua literaria común, que es la que mayoritariamente se hoy emplea en los textos literarios y en los medios de comunicación. El numero de vascohablantes ronda los 600.000, de los que alrededor del medio millón pertenecen al País Vasco, cantidad que supone cerca del 25% de sus habitantes. El resto se reparte por la Navarra septentrional y por el soroeste del departamento francés de los Bajos Pirineos o Pirineos Atlánticos.

2. BRE BREVE VE ESB ESBOZO OZO HIS HISTÓR TÓRICO ICO

Tras las huellas prehistóricas, con numerosas pinturas rupestres, en las que al final se va conformando una economía predominantemente pastoril, la romanización fue desigual, afectando a las áreas de mayor interés económico, como sucede con Álava, donde se establecen “fundos” y “villas”, así como un cierto 168

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nivel de urbanización, y a algunos puntos costeros. Tras el decaimiento económico y la ruralización de la época visigótica, se observan notables cambios que llevan una mayor complejidad social y territorial. Es en estos siglos cuando se van configurando los territorios —señoríos— de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, que ya comienzan a ser nombrados como tales a partir del siglo IX; son motivo de discordia de los reinos astur, castellano y navarro, que quieren aumentar sus dominios a su costa. Tras múltiples oscilaciones, en el siglo XIII, Castilla se hace con los tres señoríos. Uno de los hechos medievales de mayores consecuencias

en la organización del territorio lo constituyo la fundación de villas, proceso que se prolonga desde el siglo XII hasta finales del XIV, llegándose a erigir 69 de ellas que colaboraron al nacimiento de una nueva burguesía comercial. La crisis del siglo XIV trae como consecuencia las guerras de bandos que ensangrentaron la región. Los nobles, asociados en linajes, compiten entre si en defensa de sus intereses, que a su vez son contrarios a los del campesinado y a los de las villas, fenómeno este de las luchas sociales bajomedievales que se dio en el resto peninsular. Las villas, organizadas en hermandades y respaldadas por la Corona, van paulatinamente imponiendo su sistema de relaciones sociales horizontales frente al vertical de la nobleza. La Edad Moderna se caracteriza por la importante participación del País Vasco en las empresas de la Corona, como la colonización de América, y por la conservación de sus fueros, una vez que fueron abolidos de los demás territorios, excepto de Navarra, a raíz de la guerra de Sucesión de 1700-1715. Este hecho propicia un sentimiento particularista de identidad y de diferenciación. Los fueros vascos, en plural, ya que, aunque con una base común, coexistían varios, regulaban la administración, tanto en el campo del Derecho publico como en el privado. Este sistema proporcionaba una serie de ventajas: inexistencia de contribución a la Hacienda central, exención relativa de prestaciones militares, situación de zona franca o la declaración de hidalguía universal. Merecen tam bién ser citados la persistencia del d el caserío y la institución del heredero único, por su trascendencia en las estructuras agrarias, evitando su disgregación. La administración provincial quedaba regulada a través de las Juntas Generales y de las Diputaciones. El hecho de que los fueros fuesen en gran parte provinciales proporciona a los vascos un sentimiento aferrado a la propia provincia, que se mantiene en la actualidad. A lo largo de estos siglos (XVI-XVIII) se va a producir un fuerte desequilibrio económico entre las dos provincias litorales y el interior interior.. Geografía Regional de España

 

PAÍS VASCO

Mientras Álava permanece estancada en sistemas agrarios poco evolucionados, Vizcaya y Guipúzcoa diversifican su producción sobre la industria de las ferrerías, el comercio con América y una intensificación de los sistemas de cultivo, con la introducción del maíz y la generalización del encalado. Es destacable el esfuerzo científico y cultural emprendido por la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, fundada en Vergara Vergara en 1765, la primera de su genero en España. En el siglo XIX se enfrentan, con la irrupción de la industrialización, dos con-

cepciones antitéticas, arcaísmo y modernidad, reflejo de la transición de una sociedad rural de carácter tradicional trad icional a otra industrial y de consumo que genera una organización social y unos intereses propios de una sociedad de masas, aún en ciernes. A partir del traslado de la frontera fiscal del Ebro a los Pirineos en 1841 — tras la primera guerra carlista—, el proceso industrializador comienza a desarrollarse de manera desigual en las tres provincias; Álava permanece prácticamente ajena al nuevo empuje económico, Vizcaya concentra los grandes capitales y la gran industria y Guipúzcoa, con capitales mas modestos, diversifica más su producción en empresas de tamaño medio. Estos diferentes modelos de desarrollo no harán sino acrecentar las particularidades provinciales. Las oleadas inmigratorias empiezan a llegar de otras provincias españolas, y de forma paralela, se extienden unas nuevas formas de vida y de cultura que pugnan directamente con los modos tradicionales. EI afianzamiento del Estado liberal y burgués en España, con sus objetivos de centralización y homogeneización, choca de manera frontal con la existencia de los fueros vascos. También dentro de la región existían grupos económicos deseosos de su reforma, al menos en lo que concernía al traslado de las aduanas a la frontera, que les supondría una ampliación de sus mercados al resto de España. El conflicto social que crea todo lo mencionado, se plasma en la primera guerra carlista (1833-1839). Tras el abrazo de Vergara, y a pesar de las promesas del gobierno de Madrid, se modifican profundamente los fueros: se suprime el pase foral, se trasladan las aduanas, se impone un nuevo nue vo régimen provincial, se transforma la administración de justicia, etc. Ante este e ste ataque a los fueros, se forma un amplio movimiento fuerista, cohesionado y popular. Sin embargo, tras la revolución de 1868, resurge el enfrentamiento entre carlistas y liberales que conduce, de nuevo, a la una nueva guerra carlista. La derrota carlista supone la abolición de los fueros por medio de la ley de julio de 1876 y la instauración insta uración del régimen de Conciertos Económicos por Cánovas del Castillo. La abolición foral sacudió a la parte más tradicional de la sociedad vasca. Otra vez el movimiento 170

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fuerista se moviliza y prepara la eclosión del nacionalismo finisecular, de raíz ideológica innegablemente carlista. La otra gran fuerza política que entonces surge, y que sirve de contrapunto al nacionalismo, es el socialismo, que asienta sus  bases entre entre las masas obreras obreras,, inmigrantes inmigrantes la la mayoría, mayoría, de la ría bilbaína. bilbaína. Con el franquismo se suprime cualquier manifestación de la identidad vasca, se anulan los Conciertos Económicos para las provincias de Vizcaya y Guipúz-

coa, y se impone una política de homogeneización, favorecida por la inmigra ción que también alcanza a la provincia de Álava, ya que esta se incorpora a partir de los años 50 y 60 a la nueva fase industrializadota del desarrollismo franquista. Parte de la sociedad vasca llegó a identificar la idea de España con la de opresión política. Es en este proceso de radicalización nacionalista en el que surge ETA. Con la instauración de la democracia en España se produce una descentralización, acompañada de fuertes reticencias, que desemboca en la aprobación del Estatuto de Autonomía en 1979. Se organiza el Gobierno Vasco y se recuperan los Conciertos Económicos. La nueva estructura institucional autónoma se basa en un Gobierno y un Parlamento, con representación r epresentación paritaria de las tres provincias. El Gobierno, a través de la Ley de Territorios Históricos, transfirió a las Diputaciones Forales numerosas competencias, en consonancia con la tradición provincialista vasca. Cada una de las tres provincias cuenta con su propio órgano legislativo, las Juntas Generales.

3. EL RELIEVE VASCO. UN TERRITORIO PREDOMINANTEMENTE MONTAÑOSO

El País Vasco puede definirse como un territorio montañoso, aunque más por su carácter topográfico accidentado y muy compartimentado que por sus altitudes, siempre modestas. Se divide en dos grandes conjuntos estructurales: el llamado arco o umbral vasco, como continuación occidental del sistema pirenaico enlazado con el cantábrico, y la depresión del Ebro al sur. El primero de ellos abarca la mayor extensión, al ocupar la totalidad de las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa y gran parte de la de Álava, donde don de se dibuja su límite meridional en la sierra de Cantabria o de Toloño. En la depresión del Ebro se inserta la comarca de la Rioja alavesa, si bien hidrográficamente la práctica totalidad de Álava pertenece perten ece al Ebro. El primer conjunto —el arco montañoso vasco— lo componen una serie Geografía Regional de España

 

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de pliegues mesozoicos, con una orientación O-E, que forman parte de la amplia cobertura secundaria que, a lo largo del norte de la Península, enlaza la cordillera Cantábrica con el Pirineo en la zona z ona de las Cinco Villas, en la muga de Guipúzcoa y Navarra. Constituye una zona relativamente deprimida en relación con las cordilleras Cantábrica y Pirenaica, que con su mayor resalte la limitan por el este y el oeste. Su similitud genética no proporciona una homogeneidad morfológica. Su pertenencia a dos cuencas hidrográficas de características erosivas diferentes, la

cantábrica y la mediterránea, da origen a dos áreas de relieve contrastado. La vertiente cantábrica, limitada al sur por las sierras que se prolongan desde el Gorbea (1.482 m) al Aitzgorri (1.528 m), límite meridional de Vizcaya y Guipúzcoa, presenta un modelado ciertamente intrincado, de numerosos valles encajados entre alineaciones montañosas de distinto porte y contextura. Desde la costa hacia el interior el relieve se dispone en una serie de bloques que van ganando altura hasta alcanzar la cadena de la divisoria de aguas cantábrico-mediterránea. La costa vasca es, en general, abrupta y acantilada, con escasas entalladuras, como las rías de Bilbao, Guernica o del Bidasoa, y muestra algunas playas de arena. La línea litoral queda limitada por una sucesión de pequeñas sierras o colinas en torno a los 300-600 m. Unos kilómetros al sur se yergue el primer accidente estructural y topográfico de importancia, el anticlinal Tolosa-Bermeo, Tolosa-Bermeo, del que sobresalen los sinclinales calizos del Hernio e Izarraitz, con altitudes que sobrepasan los 1.000 m, las cuales disminuyen hacia el NO, en tierras vizcaínas. Al oeste de esta estructura se levanta el macizo paleozoico de las Cinco Villas, con materiales de esquistos y cuarcitas y alturas entre los 600 y 800 m. De el destaca el batolito granítico de las Penas de Aya, las cuales, dominando la bahía de Txingudi o del Bidasoa, se elevan a los 837 m. Adentrándose hacia el interior se alinea el sinclinorio de Vizcaya, que desde punta Galea penetra en Guipúzcoa y en el que se ubica el monte Oiz (1.029 m), sinclinal elevado formado de areniscas y calizas arenosas y margosas, y el Izazpe (967 m), ya en Guipúzcoa. Todos estos montes situados entre la divisoria y el mar no forman cadenas que mantengan una altura considerable en grandes distancias, pues los pasos N-S y E-O son abundantes. EI escalón mas violento se alza en las sierras de la divisoria cantábrico-mediterránea, cuyas cumbres rebasan los 1.000 m y donde se localizan las máximas altitudes de estas provincias (Gorbea, 1.482 m, y Aitxuri, de 1551, en la sierra de Aitzgorri). Sus crestas, en gran parte calizas, forman el flanco sur del anticlinal de Vizcaya. 172

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A pesar de su cierta similitud, existen diferencias importantes entre el relieve guipuzcoano y el vizcaíno. El primero se muestra más montañoso e intrincado y de valles más amplios el segundo. Esto obedece a que la espesa cobertura sedimentaria del sector vizcaíno ocasiona pliegues de amplio radio, mientras que en Guipúzcoa dichos pliegues se estrechan y la cobertura se adelgaza, dejando traslucir las deformaciones internas del zócalo. La red hidrográfica actúa en consecuencia y da lugar a valles transversales y longitudinales a la estructura en

el sector oriental, lo que conforma una red ortogonal. En Vizcaya predomina en su principal cuenca, la del Ibaizábal, la dirección longitudinal. En su conjunto, los ríos excavan valles sobre los materiales blandos, de arcillas y margas, manteniendo en resalte las calizas y las areniscas. La vertiente mediterránea de este primer conjunto mesozoico ocupa la provincia de Álava, excepción hecha de algunos valles septentrionales que vierten al Cantábrico —Llodio, Amurrio, Ayala y Aramayona— y de la Rioja alavesa. Su superficie es más ondulada y abierta, pero con una mayor altitud media, que excede los 600 m en gran parte de las comarcas. La configuración es simple: tres cadenas cade nas montañosas, en general bien delimitadas, recorren la provincia de este a oeste; entre ellas se abren dos amplias cuencas, la de la Llanada alavesa —o concha de Álava— y la del Condado de Treviño, Treviño, administrativamente burgalés. Las sierras septentrionales coinciden con la divisoria de aguas cantábrico-mediterránea ya comentada; el dorso de sus estratos silíceos dibuja pendientes menos acusadas que las que miran al norte, hacia Guipúzcoa y Vizcaya. Al sur de estos montes se abre la Llanada alavesa, espacioso corredor longitudinal, donde el río Zadorra ha labrado sus materiales margosos y los ha recubierto de materiales aluviales. Las sierras centrales —Enzia, Iturrieta, montes de Vitoria, Tuyo— separan la Llanada de Treviño, con su máxima altura en el Kapildui, de 1.180 m. Forman un relieve disimétrico, en gran parte estructural, con la vertiente norte mas empinada que la sur, de materiales arenosos y calizos y con conglomerados hacia el O. Constituye el flanco norte del gran pliegue sinclinal de la sierra de Urbasa que penetra en Álava, donde su eje desciende y pasa a denominarse sinclinal de Treviño. La cuenca de este nombre, asentada en el eje sinclinal y excavados sus blandos terrenos terciarios por el río Ayuda, presenta ciertas semejanzas morfológicas con la Llanada, si bien sus dimensiones son más reducidas. Cierra todo este conjunto por el sur la sierra de Cantabria o de Toloño, espectacular alineación montañosa, nítida y continua, cuyas cumbres rebasan los 1.300 m en amplios Geografía Regional de España

 

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tramos. Se trata de un cabalgamiento de materiales mesozoicos, predominantemente calcáreos, sobre los materiales terciarios continentales de la depresión del Ebro. En el extremo sur del País Vasco se halla la Rioja Alavesa, enmarcada por la citada sierra de Cantabria al norte y el río Ebro al sur, e inserta de pleno en la depresión. Por tanto, forma parte de una cuenca de subsidencia rellenada con materiales terciarios continentales, sobre todo arcillas, arenas y areniscas. La erosión diferencial, que se encaja en las rocas deleznables, deja en resalte las

areniscas más duras, formando colinas que dan en detalle una superficie bastante intrincada. Junto al Ebro las terrazas fluviales ofrecen los únicos espacios totalmente llanos.

4. LA CLIMATOLOGÍA: DEL CLIMA ATLÁNTICO AL MEDITERRÁNEO CONTINENTALIZADO

Aunque es una creencia generalizada que todo el País Vasco participa de un clima atlántico, fresco y lluvioso, lo cierto es que por sus caracteres topográficos, mencionados más arriba, el País Vasco goza de una variedad climática que abarca desde el susodicho clima atlántico húmedo hasta el mediterráneo. La disposición dominante E-O de sus cordales montañosos matizan una transición climática en la que las sierras de la divisoria cantábrico-mediterránea y la sierra de Cantabria actúan como sendas barreras bioclimáticas que dividen el territorio en tres áreas en las que dominan, de norte a sur, estas variedades: oceánica, oceánica del interior o de transición y mediterránea del interior. EI clima atlántico, en su variedad del Cantábrico oriental, se enseñorea de las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa y de los valles septentrionales de Álava. En estos lugares las precipitaciones son abundantes, con totales anuales superiores a los 1.200 mm. Esta cantidad aumenta hacia el este y hacia las montañas de la divisoria. Así, mientras en Bilbao las lluvias medias anuales apenas superan los 1.200 mm, en San Sebastián se recogen más de 1.500. La cercanía del Pirineo, el efecto succión de la depresión del Ebro y la anomalía térmica positiva del golfo de Vizcaya —que supone unos 4 oC más de temperatura respecto a las aguas agua s circundantes— durante el verano explican esta gradación. El máximo de lluvias se da en otoño-invierno y el mínimo en julio, siendo más acusado el descenso pluviométrico estival en el sector occidental (Vizcaya). La temperatura media anual oscila en torno a los 13-14 oC, descendiendo hasta los 10 oC en las partes altas de las cabe174

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ceras de los ríos. La amplitud térmica anual es pequeña en la costa, de unos 11 oC, y aumenta hasta los 14 oC en el interior. Los inviernos son suaves, alrededor de 8º de media en enero en el litoral, y los veranos frescos, con 19-20 oC el mes mas calido. A pesar de esta suavidad térmica, no queda exento de puntuales pun tuales olas de frío. Por ejemplo, la mínima absoluta registrada en el observatorio del monte Igueldo (San Sebastián) es de -12,1 oC.

EI clima oceánico del interior, también llamado de transición atlántico-mediterráneo, ocupa las comarcas centrales de Álava, desde la divisoria hasta la sierra de Cantabria-Toloño. Las precipitaciones son todavía abundantes. En la

Figura 6.3. Climograma de las capitales vascas. Geografía Regional de España

 

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Llanada alavesa oscilan sobre los 800-900 mm, en el piedemonte septentrional de la sierra de Cantabria, por el efecto de pantalla pluviométrica. Las épocas mas lluviosas coinciden con las de la vertiente cantábrica, si bien se observa un máximo secundario en primavera, de clara influencia mediterránea. Este mismo influjo mediterráneo se denota en la ya sensible sequía estival. EI numero medio de días de nieve es de 15 y son numerosas las nieblas de irradiación en el

fondo de las cubetas. La abundancia de días de nieve nos habla de una efectiva continentalización térmica por efecto de la altitud de estas tierras. Aunque la temperatura media anual es similar a la de la vertiente cantábrica, su amplitud es superior, cercana a los 15 oC. Los inviernos son fríos, 4-5 oC en el mes de enero, y los veranos siguen siendo suaves —alrededor de los 19 o C—, aunque con amplias oscilaciones diurnas. Las heladas resultan frecuentes, 40 o más días, a la vez que las olas de frío pueden llegar a ser muy intensas: la mínima absoluta de Vitoria es de -21 oC. EI clima mediterráneo del interior se da en la Rioja alavesa. Al traspasar la sierra de Cantabria, las masas de aire se desecan —efecto foëhn— y las precipitaciones descienden a casi la mitad de las que se registran en la vertiente norte.  Junto al Ebro se reducen a menos de 500 mm. A diferencia de otras variedades climáticas de esta zona, el máximo pluviométrico ocurre en primavera, reflejo de una dinámica mediterránea, mientras los meses secos se alargan a tres o cuatro, de junio a septiembre. La amplitud térmica anual sigue aumentando hasta cerca de 16 oC, lo que indica un mayor grado de continentalización. Los inviernos son fríos, pero menos rigurosos que en las comarcas centrales de Álava; los veranos, por su parte, relativamente calidos, con unos 22  oC de media el mes central —julio— del estío.

5. LA VEGET VEGETACI ACIÓN ÓN NATURA NATURAL L

La fuerte presión sobre el medio, debido a la intensa actividad humana (agricultura, pastoreo, ferrerías, astilleros, industria papelera, etc.) ha despojado a las tierras vascas de su vegetación natural y las ha dedicado a otros usos, o ha sustituido su flora originaria por otras especies foráneas —pino insignis sobre todo—. Esta transformación secular se manifiesta en Vizcaya y Guipúzcoa, donde la vegetación natural queda hoy como residual en pequeños rodales —agru-

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paciones o conjunto de árboles de una o varias especies determinadas, establecido en forma natural o artificial—, en algunas riberas o relegada a determinadas áreas de montaña; la menor presión antrópica ha permitido que Álava conserve dilatadas extensiones con especies autóctonas. Las características c aracterísticas biogeográficas propician que el clímax de la mayor parte del territorio sea el bosque que, por causas artificiales principalmente, puede degenerar en formas secundarias de

landa o matorral atlántico, o de comunidades herbáceas. El espacio de las tres provincias queda integrado en dos con regiones fito-geográficas: la eurosiberiana mediterránea. La primera coincide las áreas de clima oceánico marítimo yy oceánico interior, es decir, desde la costa hasta la sierra de Cantabria, mientras que la mediterránea ocupa la Rioja alavesa. En el área intermedia —Llanada Alavesa— las influencias mediterráneas son abundantes. EI territorio que pertenece a la región eurosiberiana -dominio climático de los bosques caducifolios de hayedos y robledales-, la mayor parte del País Vasco Vasco por lo tanto, queda dividido, a su vez, en dos provincias: la atlántica europea y la sub-mediterránea. De forma simplificada, el limite entre una y otra discurre por las montanas de la divisoria cantábrico-mediterránea, si bien las comunidades propiamente atlánticas rebasan con facilidad esta frontera orográfica y descienden hacia el sur, donde se encuentran con otras de carácter mediterráneo, lo que brinda a esta zona de transición, localizada en las comarcas centrales alavesas, una gran variedad florística. En la vertiente cantábrica se distinguen dos pisos. El superior o montañoso pertenece al dominio del hayedo que, en ocasiones, se ve sustituido por el roble albar o por marojales (o melojales). De forma aislada aparecen en esta zona del hayedo tejos, fresnos, avellanos, arces, tilos, olmos y acebos. En el piso inferior o colino domina el roble pedunculado y, en las laderas calcáreas de suelo esquelético, el encinar cantábrico. Entre las especies acompañantes se encuentran el avellano, el abedul, el fresno, el arce y otros. La degeneración del bosque da lugar, cuando no es reemplazado por especies exóticas, a helechales, brezales, argomales —matorral de suelos ácidos— o a pastizales, en las áreas cacuminales —cumbres—, y a prados de diente y siega. La vertiente mediterránea de esta región eurosiberiana, correspondiente a los territorios alaveses situados al norte de la sierra de Cantabria, presenta un fuerte contraste en sus montañas entre la solana y la umbría. Mientras en las áreas bajas y húmedas aparece el roble pedunculado, relevado por el melojo en lugares arenosos, en las laderas norte crece el quejigo en las partes bajas y el haya en Geografía Regional de España

 

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las elevadas, en la zona de las nieblas. La vertiente de solana, por el contrario, refleja la influencia mediterránea, con encinas y plantas aromáticas. En el sector occidental de esta provincia se extiende el pino albar. La Rioja alavesa pertenece a la provincia boreo-mediterránea, que se caracteriza por diversos tipos de carrascales, con tomillares y aulagares como especies de sustitución. También aparece la coscoja y algún rodal de pino carrasco.

6. HIDROGRAFÍA: LAS DOS VERTIENTES HIDROGRÁFICAS VASCAS

Los límites provinciales de Vizcaya y Guipúzcoa con Álava coinciden, en gran parte, con la línea divisoria de aguas que separa las tierras que, al norte, vierten sus aguas al Cantábrico de las que desaguan en el Ebro. Ambas vertientes, a causa de sus diferencias climáticas, geomorfológicas y edáficas, tienen un comportamiento fluvial distinto, aunque con grandes semejanzas. La vertiente cantábrica abarca las dos provincias costeras y ciertos valles septentrionales alaveses (Llodio, Amurrio, Ayala, Aramayona). mayoría de sus excepto la principal arteria vizcaína, el Ibaizábal, siguenLa una dirección N-S,ríos, perpendicular a las estructuras geológicas, creando una disconformidad entre estas y las líneas de flujo principales. Su longitud es escasa, sólo el Bidasoa, navarro en la mayor parte de su trazado, y el Oria sobrepasan los 60 km de longitud. Los demás cauces principales, Deba, Urola, Ibaizábal, Nervión y Cadagua, oscilan entre los 40 y 50 km, no llegando a los 40 el Urumea. Su perfil longitudinal ofrece pendientes acentuadas, con una media de 2-2,5%, fruto del gran desnivel que existe en tan corto recorrido entre sus cabeceras y el mar. La superficie de esta vertiente se encuentra fragmentada en numerosas cuencas que ocupan, por tanto, menguadas 2, seextensiones. La Oria, mas espaciosa es la705, del Ibaizábal-Nervión, 1.000 guida de la del 871, Bidasoa, Cadagua, 557, Devacon (o casi Deba), 518,km Urola, 343 y Urumea, 272. Otras cuencas más pequeñas (Butrón, Artibai, Lea, Oyarzun, Carranza, Oca) se limitan a los 15-25 km2. Todos estos factores —pluviosidad abundante, fuertes pendientes, corto recorrido, valles angostos— determinan su carácter torrencial torren cial y bravío, de gran poder erosivo, frenado por la nutrida cubierta vegetal. Su régimen es relativamente caudaloso para la superficie de sus cuencas, superando los 30 l/s/km2 de caudal especifico e incluso los 40 en los ríos mas orientales (Bidasoa, Oyarzun, Urumea). La irregularidad interanual es escasa. Las 178

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altas aguas se presentan en la época de mayores lluvias, otoño-invierno, mientras que el verano, con el descenso pluviométrico y, sobre todo, con el incremento de la evapotranspiración, es el momento de las bajas aguas. Su régimen es claramente pluvial oceánico. Los ríos de la vertiente mediterránea son tributarios del Ebro, que separa

Álava de las provincias de Burgos y La Rioja. A su paso por el País Vasco, este 3

río presenta un caudal 60 alimentación m /s en Miranda de Ebro, mientras su régimen estodavía pluvial modesto, oceánico,menos debidode a su de cabecera. El resto de los ríos alaveses también son cortos. El más largo, el Zadorra, apenas llega a los 80 km, el Bayas sobrepasa por poco los 60 y el Omecillo o el Inglares rondan los 30 km. Asimismo, sus cuencas son reducidas. Entre los elementos que los diferencian de los cantábricos destaca su pendiente más moderada, dado que su nivel de base se encuentra a mayor altura; esto, unido a una menor pluviosidad sobre sus cuencas, da lugar a su mucho menor grado de torrencialidad. Su régimen es, al igual que los de la vertiente atlántica, pluvial oceánico, ya que sólo registran un máximo en la época de altas aguas, que se prolonga de diciembre a mayo, un mínimo septiembre. Sin 10-15 embargo, sus3 en caudales, tanto absolutos como yrelativos, son en menores, de unos l/s/km los cursos  bajos. En 1957 entraron en actividad dos pantanos construidos en la cuenca alta del Zadorra —el de Urrúnaga y el de Ullíbarri-Gamboa— y que, en la actualidad, suministran agua para el consumo urbano e industrial de Vitoria y del área del Gran Bilbao.

7. LA DEMOGRAFÍA: CESE DEL CRECIMIENTO Y PROGRESIVO ENVEJECIMIENTO

A lo largo del siglo XX la población vasca ha aumentó en mas de millón y medio de personas. De los 600.000 habitantes de 1900 se pasó a los 2.131.404 en 1986. Y de estos a los 2.184,606 actuales. El crecimiento Hasta 1986, prácticamente ininterrumpido, tuvo su época álgida en los decenios del 50 y, sobre todo, del 60. Entre 1960 y 1981 se registra una tasa de crecimiento positiva de 2,47%. Los siguientes decenios suponen una brusca ruptura con esa evolución, iniciándose una fase de crecimiento negativo en los años ochenta. Entre 1981 y 1986 la población total se redujo en 10.405 personas. Geografía Regional de España

 

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Figura 6.4. Pirámide de población del País Vasco. Fuente: Caja-España e INE.

La población vasca se distribuye desigualmente sobre el territorio. La provincia mas poblada, Vizcaya, cuenta con hoy 1.155.241 habitantes (1.176.565 en 1986), que representan el 55,2% de los efectivos demográficos regionales. Guipúzcoa tiene 709.607 (687.738 en 1986), el 32,5%, y Álava 329.227 (frente a 267.100 en 1986), el 13,5%. Ello da lugar a una muy diferenciada ocupación 2

del espacio. El País Vascoatiene elevada densidad, 301 hab./km , pero en Vizcaya Vi zcaya esta cifra se eleva 521,3,una a 371,7 en Guipúzcoa. Álava con 105,1 hab./ km2 apenas rebasa la media española. Por tanto, la vertiente atlántica de la Comunidad ofrece un paisaje densamente poblado, mientras la mediterránea posee amplios espacios con escasos habitantes. Un dato interesante que hace referencia al origen de los habitantes vascos nos señala que menos del 70% han nacido en la propia región.

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Año 2003 2004 2005

POBLACIÓN DEL PAÍS VASCO ENTRE 2003-2012 Total Hombres 2.112.204 1.034.326 2.115.279 1.035.863 2.124.846 1.040.525

Mujeres 1.077.878 1.079.416 1.084.321

2006 2007 2008 2009 2010

2.133.684 2.141.860 2.157.112 2.172.175 2.178.339

1.043.849 1.046.795 1.055.150 1.062.412 1.064.708

1.089.835 1.095.065 1.101.962 1.109.763 1.113.631

Fuente: Caja-España / INE (2012).

El reciente cese del crecimiento crec imiento positivo desde mediados de los años ochenta del pasado siglo obedece al súbito y espectacular descenso de la natalidad y a la aparición de saldos migratorios negativos, propiciados por el declive de la oferta de puestos de trabajo, a causa de la crisis c risis económica iniciada en la década de los setenta. El País Vasco ha sido considerado tradicionalmente como una sociedad natalista. Así, en 1970 hasta su tasalade dmitad, e natalidad eraYdel Trecetasa años más tarde, en 1983, había bajado 10,8‰. en 20,9‰. 1988 dicha alcanzaba el 8,4‰, muy por debajo de la media española. Por el contrario, y dada la estructura todavía joven-madura, la mortalidad mantiene una tasa reducida del d el 7,3‰. El carácter receptor de inmigrantes que caracterizó al País Vasco en las décadas del desarrollismo (sesenta y setenta del siglo XX) ha dado paso a un flujo en sentido inverso, convirtiéndose en región emigrante. El brusco descenso de las entradas, ante la ausencia de perspectivas de trabajo tras la crisis económica y la reconversión industrial que siguió en los años 80 del siglo XX, y la migración de retorno de antiguos inmigrantes son los principales factores explicativos de estos resultados. los doce añosproporciona que medianuna entre 1976anual y 1987 saldo La migratorio total fue de En –68.842, lo que media deel–5.737. provincia de Álava, menos afectada por la crisis, gracias a la mayor modernidad de su industria y a la expansión de los servicios, sigue conservando saldos positivos, con una media anual de 500 aproximadamente. Los focos emisores provienen de las provincias litorales de vieja industrialización y convertidas en enclaves postindustriales, señaladamente Vizcaya (que llegó a perder 3.458 habitantes anualmente en el citado periodo de 1976-1987) y Guipúzcoa (–2.911 en el mismo periodo). Vizcaya era la quinta provincia española por población en 1981. Geografía Regional de España

 

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Figura 6.5. Densidad de población de los municipios vascos.

La crisis demográfica que viene sufriendo desde la reconversión industrial, la relegó al noveno puesto en número de habitantes. Debido a que desde principios de los 80 ha presentado un fuerte saldo migratorio negativo hacia otras regiones de España, contaba en el 2010 tan sólo con un 5,7% de extranjeros, más de seis puntos menos que la media nacional. La estructura de la población (v. pirámide) acusa un progresivo envejecimiento, con un índice de vejez de 35,5 en 2010, similar a la media española. Los porcentajes por grandes grupos de edades son estos: 0-14: 21,7%; 15-64: 68,1; 65 y mas: 10,2. De nuevo Álava es el territorio menos envejecido. Otra secuela de las transformaciones económicas de la crisis actual y de la modificación de actividades radica en el crecimiento del paro. El índice de paro en el año 2010 era del 22,9%, ligeramente superior, un punto, a la media nacional La evolu182

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Figura 6.6. Mapa del bajo Nervión, Gran Bilbao y áreas adyacentes. Fuente: IGN.

ción económica ha conllevado una variación en el reparto de la población por sectores de actividad, como es norma en sociedades avanzadas. Así, el sector primario queda reducido solo al 3,5%, a la vez que la población dedicada a los servicios, 58,5%, supera ya creces a la industrial, 37,5%. En este sentido, la provincia más avanzada es hoy Vizcaya.

8. LA RED RED URBANA URBANA VASCA. LAS COMARC COMARCAS AS

La distribución del poblamiento vasco se relaciona con dos factores fundamentales en su evolución: por una parte la localización de las villas aforadas medievales y la redistribución demográfica inducida o condicionada por las distintas fases de la revolución industrial decimonónica y del siglo XX. La red de asentamientos se organiza en un sistema urbano cuya primacía indiscutible la Geografía Regional de España

 

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ostenta Bilbao, ciudad que posee un área de influencia, sobre todo en los sectores financiero y comercial, que supera con amplitud al País Vasco, integrándose en la esfera nacional como una gran gra n metrópoli regional en el N de España. Por el contrario, la estructuración interna de la red en el conjunto vasco no se comporta de modo estrictamente jerarquizado, al tener la capital vizcaína que competir

con las otras dos capitales provinciales, San Sebastián y Vitoria, que ocupan los siguientes rangos en la jerarquía urbana, aunque a una considerable distancia demográfica y funcional. Este sistema forma parte de la malla urbana del norte de la Península, en su sector más denso y complejo. A su vez, la red urbana vasca se divide en dos subsistemas, el litoral o central y el interior o periférico. pe riférico. En el subsistema litoral, que comprende las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa, destaca el Área Metropolitana de Bilbao, con una población que se acerca al millón de habitantes (El municipio de Bilbao acoge a 352.700 habitantes, INE 2010). Ello supone el 43% de los habitantes del País Vasco y el 80% de los de Vizcaya. Su crecimiento demográfico ha seguido un proceso de crecimiento en diferentes etapas. En la actualidad, tras la crisis económica de los setenta-ochenta, la margen izquierda un crecimiento negativo predominante. Dentro de la división funcional del Bajo Nervión, esta orilla corresponde a la localización de las grandes industrias pesadas tradicionales, muy afectadas por la reconversión y muchas ya desmanteladas, y a la de las residencias obreras. Por el contrario, la margen derecha, con un asentamiento industrial más laxo y sede de la burguesía vizcaína y, en pasadas décadas, de la denominada “plutocracia de Neguri”, registra valores positivos. Se comprueba una tendencia a la redistribución de la población hacia áreas consideradas como residenciales. Aunque muy desdibujado por la influencia de Bilbao, el resto re sto del espacio provincial se articula en torno de núcleos de 10 a 100.000 habitantes que en su mayor parte coinciden con la villas de fundación medieval: Baracaldo, 100.061 habitantes; Guecho, 80.089; Portugalete, 47.742; Santurce, 47.076; Basauri, 42.166; Lejona, 30.435, etc. El sector guipuzcoano obedece a otro modelo. A pesar de que la primacía donostiarra es también manifiesta (286.122 habitantes en su municipio, 25,4% del total provincial, y 436.500 en su área metropolitana), su jerarquía urbana se estructura de modo equilibrado, hasta el punto de ser considerada como ejemplo de red urbana integrada. A partir de la segunda ciudad, Irún, 60.950 ha bitantes, existe un escalonamiento gradual de los tamaños de población. Son 184

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numerosos los núcleos medios, de 10 a 45.000 habitantes: Rentería (39.020 hoy, hoy, 43.288 en 1990), Éibar (37.370), Mondragón (22.000, 26.231 en 1990), Pasajes (16.000), Hernani (19.0285), Lasarte-Oria (17.850), Tolosa (18.100), etc. De este modo se puede considerar a Guipúzcoa, más que como una estructura densa de

ciudades, como una región urbana o una metrópoli continuada, a la que solo el compartimentado relieve impide su difusión ininterrumpida. Por tratarse de un medio metropolitano, algunos asentamientos han reforzado su centralidad, sin que este aumento se vea acompañado de un nivel demográfico paralelo, como sucede en núcleos que han recibido residentes que trabajan en antiguos centros fabriles. Los principales flujos se concentran en sentido este-oeste en primer lugar, uniendo los nodos primarios de las capitales, y otro norte-sur, a través de los industrializados valles transversales. Asimismo, destacan los enlaces de esta vertiente atlántica con el subsistema interior que ocupa la mayor parte de Álava, al otro lado de la cordillera Cantábrica.

Figura 6.7. Las comarcas vascas. Geografía Regional de España

 

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El subsistema interior o alavés, se caracteriza por su macrocefalia. Vitoria (239.562 habitantes) concentra el 76,5% de la población provincial. Tal Tal aglomeración demográfica y funcional, diversificada recientemente con la capitalidad regional, no se ve compensada con otros núcleos que ejerzan una autentica cen-

tralidad, ya que los dos asentamientos secundarios, Llodio (18.495 habitantes) y Amurrio (10.500), pivotan más en la órbita de Bilbao, al estar enclavados en la vertiente cantábrica, que en la de Vit Vitoria. oria. Otro tanto sucede con la población riojano-alavesa respecto de Logroño. En contrapartida, gran parte de la población del Alto Deba guipuzcoano se relacionan más con Vitoria que con San Sebastián. El País Vasco comprende, además de sus tres provincias, 251 municipios, repartidos de esta forma: 51 en Álava, 88 en e n Guipúzcoa y 112 en Vizcaya, que se agrupan en 20 comarcas de cierta raigambre histórica. El territorio de Álava se divide en siete comarcas (denominadas cuadrillas). Las comarcas de Guipúzcoa

Figura 6.8. Imagen de la Ría del Nervión en los años febriles del “desarrollismo”.

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y Vizcaya, sin embargo, no conforman divisiones administrativas consolidadas. Por otro lado, según las Directrices de Ordenación del Territorio del Gobierno Vasco, existen 15 áreas funcionales en el País Vasco que constituyen la base de referencia para el desarrollo armónico y coordinado de la región y se fundamen-

tan en criterios de interconexión e integración, de tal manera que los planes territoriales y sectoriales, así como el planeamiento municipal, no sean elaborados de forma independiente entre sí, sino que todos persigan objetivos coherentes en función de su pertenencia a las áreas citadas. 9. DE LA TRADICI TRADICIÓN ÓN INDUST INDUSTRIAL RIAL A LOS LOS SERVICIO SERVICIOS S

EI País Vasco posee una antigua y potente tradición industrial que se localiza de manera diferenciada en los tres territorios históricos. Hoy día la industria supone el 46,2% de PIB regional, superada por el 51,2% de los servicios. Vizcaya presenta una gran concentración en la comarca del Gran Bilbao, seguida por la del Ibaizábal medio; la industria guipuzcoana se dispersa por toda la provincia, aunque el cinturón de San Sebastián acapare una mayor proporción; en tercer lugar la industria alavesa queda casi monopolizada en Vitoria y en el valle cantábrico de Llodio-Amurrio. Con el traslado de las aduanas a la frontera en 1841 comienza el despegue de la industria en las dos provincias litorales, fomentado por una serie de factores positivos: acumulación de capital derivada de la minería del hierro, en Vi Vizcaya, zcaya, y de la boyante actividad comercial, mejoras técnicas en la siderurgia, existencia de una burguesía emprendedora, herencia artesanal y fabril, crecimiento de los mercados y de la mana de obra, entramado financiero, etc. Los grandes capitales vizcaínos se orientan hacia la industria pesada, siderometalúrgica, naval y, más tarde, a la química, que se aglomera en la ría de Bilbao, verdadero emporio industrial hasta los años ochenta del pasado siglo. Por su parte, en Guipúzcoa, los medianos y pequeños inversores de distinta procedencia optan por la dispersión en la localización industrial, acorde con la menor concentración de capital, y por una dedicación preferente hacia los transformados metálicos, papel, textil, metalurgia básica, alimentación y mue bles. Simplificando mucho, pero reflejo de la realidad, cabría decir que Vizcaya se especializó en la industria pesada y Guipúzcoa en la ligera. Las épocas de la autarquía y del desarrollismo, hasta 1975, no hacen sino ampliar y desarrollar estos sectores, siguiendo la pauta de localización preexistente. Geografía Regional de España

 

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La crisis económica de los años setenta incide con fuerza en estas áreas, caracterizadas por una excesiva polarización sectorial en las ramas mas sensi bles, una gran dependencia tecnológica y desfase en los procesos productivos, caracterizado por el minifundismo empresarial, infradesarrollo de los servicios,

altas densidades industriales, déficit de suelo y un agudo deterioro del medio ambiente. Una de las empresas señeras de la industria vizcaína fue Altos Hornos de Vizcaya. (AHV). Surgió AHV en 1902 en Bilbao tras la fusión de tres notables empresas siderometalúrgicas: Altos Hornos  y Fábricas de Hierro  y Aceros de Bilbao, La Vizcaya y La Iberia, empresas cuya competitividad fue en aumento durante toda la década anterior exportando hierro y acero vizcaíno a toda Europa. Su emplazamiento se realizó en Sestao, llegando a ser una de las mayores empresas españolas a partir de entonces y siendo uno de los máximos exponentes de la economía industrial española, (en dura competencia con la fábrica asturiana de La Felguera entre otras). A favor de AHV obraban su cercanía a los yacimientos de hierro de Vizcaya, con puerto de mar muy cerca y la gran tradición metalúrgica vasca, que facilitaron el crecimiento. La creación de AHV y la posterior sustitución del carbón vegetal por el carbón inglés de coque de mayor poder calorífico, ca lorífico, impulsaría el comercio: exportación de acero e importación de coque, estimulando la construcción de barcos de acero y vapor. A consecuencia de ello, se

Figura 6.9. Empresas y empleo en el País Vasco. Fuente: Caja-España e INE

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crearon nuevos astilleros (Astilleros del Nervión, Compañía Euskalduna). AHV suministraba acero pero demandaba mineral, mano de obra, herramientas, y una vasta red ferroviaria, lo que generó la intensa industrialización de Vizcaya y la

diversificación de las empresas. Tras la guerra civil, al quedar la industria vasca casi intacta, sirve como destino atractivo para el éxodo rural rura l y el desarrollo económico de la zona, convirtiéndose el Gran Bilbao en uno de los mayores núcleos urbanos de España. Continuará AHV su hegemonía en parte gracias a la construcción del tren de laminación entre los años 50 y 60. En la década de 1970 era la principal empresa de Vizcaya, dando trabajo directo a unas 13.000 personas. Ya en el declive de la empresa y como consecuencia de la ejecución del “Plan de Competitividad Conjunto AHV-ENSIDESA”, en diciembre de 1994 tiene lugar la constitución del grupo CSI (Corporación de la Siderurgia Integral), cuya reorganización da lugar en 1997 a la creación de Aceralia Corporación Siderúrgica (ACS), actualmente parte del grupo transnacional Arcelor-Mittal. Durante ese proceso, en julio de 1996, cierran definitivamente las últimas dependencias de lo que fue Altos Hornos de Vizcaya. Hoy en día, una pequeña parte de la fábrica de Sestao, después de una reconversión y cambio de nombre a Acería Compacta de Bizkaia (ACB), siguió produciendo acero mediante la tecnología CSP (Concentrating Solar Power) teniendo una capacidad de producción cercana a los 2 millones de toneladas. A finales del 2007 cambió su nombre por Arcelor-Mittal Sestao. Esta fábrica junto a la de Echévarri (ésta con un origen más moderno que la primera) son las únicas que quedan en Vizcaya de la extinta AHV. Por su parte, después del desmantelamiento de las instalaciones fabriles y de una intensa descontaminación descontaminación de los suelos, se han construido construido edificios y zonas residenciales en su lugar. El más destacable está en el lugar donde se encontraba la fábrica de Ansio, lugar en el que se construyó el BEC (Bilbao Exhibition Centre), la nueva feria de muestras de Bilbao. Fue AHV la base del desarrollo económico de muchos municipios de Vizcaya, entre ellos Baracaldo, Sestao, Portugalete, Ortuella y Abanto y Ciérvana. De 1975 a 1988 desaparecen 120.000 puestos de trabajo industrial en el País Vasco. Las áreas más afectadas fueron la margen izquierda del Nervión, la comarca de San Sebastián (Donostialdea) y el alto y medio Deva. Muchos sectores (siderurgia, construcción naval, aceros especiales y comunes, componentes electrónicos, electrodomésticos de línea blanca, etc.) fueron sometidos a procesos de Geografía Regional de España

 

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reconversión. Las medidas de reindustrialización se concretaron en la creación de la ZUR (Zona de Urgente Reindustrialización) del Nervión y en doce polígonos industriales nuevos (“lndustrialdeak”) en Guipúzcoa. Nuevos incentivos

surgieron con la declaración de Zona Industrial en Declive. EI balance negativo de esta crisis, en la que escasearon las nuevas iniciativas, se vio aminorada con el nacimiento de otros focos innovadores, que se sumaron a las nuevas tecnologías con alto nivel de competitividad. En este sentido cabe destacar al Grupo Cooperativo de Mondragón y la diversidad productiva en el valle de Asúa, al este de la ría bilbaína. Se operó, pues, una migración de los núcleos industriales dominantes, los tradicionales, hacia otras áreas mejor dotadas desde el punto de vista técnico y de localización. Así las cosas, y tras el total desmantelamiento de los sectores naval y siderúrgico (Altos Hornos de Vizcaya), el País Vasco sigue concentrando hoy un gran volumen de industrias, siendo una de las regiones más ricas de Europa. Ha pasado del 89,6% en 1990, al 117,1% de la media europea de PIB per cápita en el año 2002, a un 125,6% en el 2005 y a 137,2% en 2008 (industria y construcción suponen el 38,18% del PIB, datos de Eustat), crecimiento solo superado en la Unión Europea por Luxemburgo e Irlanda hasta la crisis de 2008. A pesar de su extensión relativamente pequeña y una población del 4,9% respecto a España, el País Vasco Vasco aporta el 6,2% del PIB, el 10,45% del PIB industrial y el 9,2% de las exportaciones. La tasa de paro según la EPA (Encuesta de Población Activa) en el segundo trimestre de 2010 era del 10,40%. La industria alavesa se desarrolla a partir de los años 50, gracias a la saturación de las provincias p rovincias vecinas, a la disponibilidad de suelo y a los beneficios fiscales y de infraestructura favorecidos por los organismos locales y provinciales. Se concentra mayoritariamente en el entorno de Vitoria y se orienta hacia la producción y transformación de los metales, caucho, alimentación y material auxiliar del automóvil. 10. LA TRADICIÓN PESQUERA VASCA Y LAS ACTIVIDADES AGROPECUARIAS

La flota pesquera vasca reunía 245 embarcaciones en 2011. En 1990 eran 745, lo que da idea del descenso de embarcaciones y capturas en un sector tradicional. El 70% se dedica a la pesca de bajura. Este porcentaje solo suponen el 22% 190

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de las toneladas totales de registro bruto. El resto se reparte entre los barcos de altura, en fresco, bacaladeros, atuneros y arrastreros congeladores. Entre ambos tipos se alcanza la cantidad de 120.000 toneladas de registro bruto. EI sector

emplea a unas 2.500 personas, frente a las más de 8.000 que empleaba en 1986, cuando España ingresó en la Comunidad Europea y tuvo que asumir la legislación europea en materia pesquera. Los puertos principales son Bermeo, con una potente flota de bajura y de atuneros congeladores; Ondárroa, especializada en la pesca de altura en fresco, y Pasajes, dedicado sobre todo a la pesca de altura,  bien en fresco, o con bacaladeros y arrastreros congeladores. Los demás puertos (Fuenterrabía u Hondarribia, San Sebastián, Guetaria, Motrico o Mutriku, Lequeitio, Elantxobe, Mundaca, Lemóniz-Armintza, Santurce) practican la pesca

Figura 6.10. Vinos con Denominación de Origen en el País Vasco. Geografía Regional de España

 

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de bajura del bonito, verdel, anchoa, chicharro, merluza y atún como especies principales. Sin embargo, se cierne un negro futuro sobre este ya de por si disminuido subsector económico. Tal y como está el sector en la actualidad, todo

parece indicar que al ritmo de los últimos años, la pesca no puede subsistir. Los avances tecnológicos han resultado cruciales para la reducción de las poblaciones de especies, mermando notablemente los caladeros cantábricos. c antábricos. Ya en tierra, y acorde con las variedades bioclimáticas del medio natural expuestas en capítulos anteriores, se da en el País Vasco una gran diversidad de paisajes rurales, desde los prados cantábricos hasta las vides mediterráneas. Esta disparidad no sólo se refleja en los usos del suelo, sino que trasciende al poblamiento, a la estructura de las explotaciones y a su orientación técnica y económica. En esta gradación del Cantábrico al Ebro se distinguen tres áreas: la del caserío en la vertiente atlántica, el área cerealista de las comarcas centrales de Álava y la vitivinícola en la Rioja alavesa. En las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa la explotación agraria se concreta en el caserío, unidad económica y familiar de honda raigambre. Su número asciende a unos 17.500, si bien muchos de ellos no tienen una dedicación agraria principal, p rincipal, convertidos en segunda residencia, en restaurantes o abandonados. Su dispersión por las laderas de los valles, bien aislados, bien agrupados en diminutos asentamientos de cuatro o cinco casas, proporciona el carácter intercalar o aislado del poblamiento atlántico vasco. Estas explotaciones tienen una superficie media de unas 5-10 ha, siendo más reducida la extensión de las tierras de los caseríos vizcaínos. En su mayor parte, el 90%, disfrutan del régimen de tenencia de propiedad directa. La tradicional dedicación al laboreo y su organización espacial en áreas concéntricas a partir de la casa —con huerta, tierras de arada, prados de siega con manzanal, pastizales y montes de helechos— han sufrido una profunda transformación. La dedicación fundamental hoy día se centra en el sector ganadero, ga nadero, con predominio del bovino de aptitud láctea, y en e n el aprovechamiento forestal. Tales orientaciones han modificado los usos del suelo que se destinan a producir alimentos para el ganado y madera. De este modo, el terreno forestal ar bolado ocupa, aún hoy hoy,, más de la mitad de las superficies provinciales. En el predominan las repoblaciones con especies de rápido crecimiento —sobre todo pino insignis, 61,4% de la superficie arbolada—, que han invadido el paisaje y forman parte definidora de su fisonomía actual. Del resto del espacio agrario sólo 192

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Figura 6.11. Usos del suelo agrario en el País Vasco. Fuente: Caja-España e INE.

una pequeña porción, menos del 3%, se dedica al labrantío, donde sobresalen las plantas forrajeras, nueva muestra de la primacía ganadera, la cual se confirma al observar que los prados superan al 30% de la extensión agraria. Prados y pinos son, pues, los usos que caracterizan al agro vasco atlántico. El protagonismo principal de la cabaña ganadera lo asume el bovino, que representa más de los dos tercios del peso vivo total. El 75% de las vacas mayores de dos años son de aptitud lechera, de raza frisona preferentemente. La intensidad ganadera —cabezas por explotación— es cinco veces superior a la media española. Al sur de la divisoria cantábrico-mediterránea el caserío prácticamente desaparece, siendo sustituido el poblamiento agrario por diminutas y numerosas aldeas de estructura laxa que definen un hábitat disperso en pequeños núcleos. Ya en la Rioja alavesa los pueblos se hacen mayores y la distancia entre ellos aumenta. Las explotaciones, a su vez, adquieren en Álava una mayor extensión, en torno alas 15-20 ha. Otro rasgo distintivo lo constituye el mantenimiento de la propiedad comunal en prados y montes, que ocupa la mitad de la provincia, mientras que en la vertiente atlántica casi ha desaparecido. El arrendamiento es una importante forma de tenencia: casi la mitad de los terrenos de cu1tivo pertenecen a este régimen. La utilizacion de las tierras también varía. El porcentaje de superficie labrada se acerca el 30%, mientras los pastos no representan más allá del 13%, pues la pluviometría aquí no asegura humedad en verano. La amGeografía Regional de España

 

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plitud de los espacios forestales sigue siendo notable, al cubrir casi la mitad de la provincia. Los principales cultivos en las comarcas centrales alavesas son los

cereales —trigo y cebada—, 56,3% de lo cultivado; la patata, 14,4%, cultivo que sobresale por su variedad de siembra (zona de Salvatierra), y los forrajes, 11,5%. El último de los cultivos mas extendidos en la provincia, el viñedo, se convierte casi en monocultivo en la Rioja Alavesa, única comarca donde aparece, si exceptuamos el cultivo del chacolí en Vizcaya y Guipúzcoa. A día de hoy existen las siguientes Denominaciones de Origen para el chacolí: Arabako Txkolina, denominación de origen de Álava, concretamente en el Valle de Ayala, al NO; Bizkaiako Txakolina, denominación de origen de Vizcaya, sobre todo en Baquio y Valmaseda; y Getariako Txakolina, denominación de origen de Guetaria (Guipúzcoa). Principalmente en Guetaria, Zarauz y Aya. Las importantes áreas forestales, en su mayor parte de propiedad publica, se encuentran dominados por las frondosas, 70% del total arbolado, entre las que destacan por su presencia el haya, el quejigo y la encina; de las coníferas, 24,9%, despuntan los bosques naturales de pino albar y las repoblaciones de insignis, estas en el norte de la provincia de Álava. Por tanto, Álava conserva c onserva buena parte de su bosque autóctono, a diferencia de las provincias litorales. La ganadería ocupa un lugar secundario. Aunque en número de cabezas el ovino es mayoritario, con mas de 80.000 ca bezas, el porcentaje de peso vivo mas elevado lo obtiene el bovino que anda en en torno a las 30.000 cabezas. No obstante, la intensidad ganadera resulta, en esta provincia, de tradición más agraria que pecuaria, inferior a la media española.

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2 LAS REGIONES DEL VALLE DEL EBRO Navarra La Rioja Aragón

 

LAS REGIONES

 

DEL VALLE DEL EBRO Aragón, Navarra y La Rioja integran la mayor parte del Valle del Ebro —no se incluye aquí la parte de Cataluña interior que vierte sus aguas a este río pues esta región se trata en capítulo aparte—. La gran cuenca de este río es extremadamente árida en su parte central, y la vida se concentra sobre todo a lo largo de los cursos de agua más importantes, alrededor de los cuales y con el regadío de áreas extensas, se han creado magníficas huertas, verdaderos oasis en medio de un paisaje estepario extremadamente hostil a la ocupación humana. En sus riberas se hallan ciudades importantes: Miranda de Ebro, Logroño, Tudela, y sobre todo Zaragoza. Hacia estos centros de la Depresión del Ebro convergen buena parte de los valles que forman las montañas de la periferia: los pirenaicos al norte y los de la Cordillera Ibérica al sur. La depresión del Ebro tiene una superficie aproximada de 70.000 km2 y una longitud de 840 km. Se extiende de oeste a este desde el sur de Cantabria, por el este de Castilla y León en las provincias de Burgos (comarca de La Bureba) y NE de Soria, sur de País Vasco (Álava), La Rioja, Navarra, Aragón, Cataluña y norte n orte de la Comunidad Valenciana, en la provincia de Castellón, acabando su curso en el mar Mediterráneo. En su límite norte están los Pirineos, en el este limita con las cordilleras Costero Catalanas, y en el sur y oeste con el Sistema Ibérico. La depresión tiene una altura media de 200 metros sobre el nivel del mar, lo que destaca con las grandes elevaciones que la rodean. Tiene depósitos de conglomerados marinos y continentales, de gran grosor en los rebordes montañosos y de menor espesor en el centro de la depresión: areniscas, margas, yesos, sales y calizas. La variedad en la dureza de los materiales y el clima árido han dado lugar a diferentes formas de relieve. El río Ebro está situado sobre la falla entre la península Ibérica y el continente europeo coincidiendo con el lecho de un antiguo mar, posteriormente convertido en lago. En la península Ibérica no encontramos otro río con mayor diversidad de flora, por los Geografía Regional de España

 

LAS REGIONES DEL VALLE DEL EBRO.

(Navarra, La Rioja y Aragón)

distintos climas y paisajes por los que pasa desde su nacimiento con clima atlántico de montaña hasta su desembocadura en el delta de clima mediterráneo. En

la primera parte de su curso y en la cabecera de sus afluentes, la vegetación asociada son pastos, hayedos y robledales, plantas que necesitan mucha humedad. Cuando los ríos dejan las altas cumbres para entrar en la Depresión, el clima se va haciendo progresivamente más continental y por tanto más seco y extremo en sus temperaturas; y finalmente sobrepasa Mequinenza y entra en el área catalana el clima se convierte encuando mediterráneo. En las ciudades, ubicadas mayoritariamente en los valles, se realiza la fusión de estas tierras tan heterogéneas y de economías muy diferentes, y es precisamente en estas zonas de intercambio de bienes donde han surgido diversas manifestaciones industriales, la mayoría relacionadas con la actividad agrícola dominante en la región, estimuladas en gran parte por las reservas hidroeléctricas del Pirineo. En este valle se diferencian tres focos en cierto modo autónomos: el aragonés, presidido por su capital, Zaragoza, que es el más importante, el de la ribera de Logroño, y el navarro con su capital Pamplona, que extiende su área de influencia más localizada, sobre el noroeste del Valle del Ebro. Sin embargo, esta concentración humana en las tierras ribereñas apenas compensa el despo blamiento de las tierras limítrofes, por lo que la densidad de población es e s muy  baja: 28 habitantes por kilómetro cuadrado. El espacio configurado por las tres comunidades autónomas de su cuenca posee muchas características comunes relacionadas, además de unos rasgos económicos peculiares que avalan su análisis conjunto. La depresión ibérica es, lógicamente, la región natural configurada por todos aquellos territorios cuyas aguas desaguan en el Ebro. No es una región reg ión ni una unidad histórico-política ni homogénea en lo humano ni tampoco conforma una unidad económica. Sin embargo, el río Ebro, eje vertebrador de todo el conjunto, ha sido asimismo un corredor de comunicación cuya antiquísima importancia se ha dilatado en el último siglo y medio de manera simultánea al proceso de industrialización y a la expansión de los modernos sistemas de transporte, hasta configurar el llamado “eje del Ebro”. Por su ubicación entre Francia, los puertos cantábricos y los mediterráneos, articula un destacado eje económico de España. Algunos rasgos característicos comunes a las tres regiones de Aragón, Navarra y La Rioja son: escasa y concentrada población para su extenso territorio, poco peso porcentual en la economía nacional y un nivel de  bienestar superior al promedio de España. El valle cuenta con algunos de los 198

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vinos más afamados de España, y la mayor producción española en bebidas

alcohólicas. La economía de estas regiones ya ha cumplido, en parte, alguna de las transformaciones a las que se vio obligada por la integración en una economía supranacional —ingreso en la Comunidad Europea—, en concreto la terciarización de sus economías en detrimento del peso que el sector agrícola tenía anteriormente. En el territorio de la depresión del Ebro se plantan sobre todo vid de secano, de regadíoendeEuropa huerta,una y cereal. acuerdo con los últimos estudios seproductos están configurando serie deDeáreas áre as de futuro a través de la constitución de macroregiones. El centro económico de Europa va del Sudeste de Inglaterra al Norte de Italia y a través del Eje del Rin, simultáneamente se está formando otro Eje de futuro que empalma con el anterior, a través de las costas mediterráneas de Francia y España y se prolonga a lo largo del valle del Ebro hacia el interior peninsular peninsular..

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TEMA VII

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

Introd Intr oduc ucci ción ón EI rel relie ieve ve nav navarr arroo El cl clima Los ríos La veg veget etac ació ión n La po pobl blac ació ión n Los ase asenta ntamie miento ntoss urba urbanos nos y rural rurales es La economía. economía. De la industri industriaa a la incipiente incipiente terciariz terciarización ación

NAVARRA

 

1. IN INTR TROD ODUC UCCI CIÓN ÓN

La actual Comunidad Foral de Navarra tiene sus orígenes históricos en el reino medieval de Pamplona —luego devenido en reino de Navarra— y su unidad deriva de un pasado común, amparado en sus fueros y apoyada en una diversidad de territorios socioeconómicamente complementarios. El régimen foral, que daba a Navarra la condición de reino estuvo vigente hasta 1841, cuando fue modificado por la Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento Foral de Navarra y de la cual emana su particular régimen de autogobierno, denominado Régimen Foral, que se mantuvo el franquismo. La de organización jurídico administrativa actual sevigente basa endurante el Amejoramiento foral 1982, que supuso la adaptación de la tradición foral a la Constitución de 1978, concretamente en virtud de la disposición adicional primera de esta última, que reconoce y ampara los derechos históricos navarros. Tierra de contrastes donde los haya —la montaña vasco-pirenaica al norte, húmeda, fría y boscosa, contrasta con la ribera del Ebro al sur, mas seca continental y esteparia— Navarra tiene 10.391 km2 de extensión y la pueblan 642.051 habitantes, lo que da una densidad media de 62 hab/km2. Está compuesta por 272 municipios. Navarra es una de las comunidades de mayor riqueza relativa y bienestar socioeconómico, amén de participar en el crecimiento c recimiento delen Valle Valle del Ebro En y por consolidación de una economía de servicios e industrial Pamplona. la la economía rural tradicional la vocación silvopastoril de la Montaña, manifestada en el hábitat rural disperso, se complementaba con la mayor dedicación agrícola del sur, de hábitat concentrado. La Montaña mantuvo la cultura vasco-pirenaica frente al sur romanizado. El contacto entre dichas economías y culturas se produce en la cuenca y en la zona media, donde florecerán las ciudades (Pamplona-Iruña, Estella/ Lizarra, Tafalla, Olite, Sangüesa), ejes de la vida económica, social y política de las merindades navarras, junto con Tudela, organizadora de la vida y economía ribereñas, sobre ese gran eje de circulación que es e s el valle del Ebro. Sus afluentes Geografía Regional de España

 

NAVARRA

Figura 7.1. Navarra en España.

Ega, Arga y Aragón han abierto valles que, de norte a sur, han permitido a lo largo de la historia la circulación de hombres, animales, ideas y mercancías (rutas de la trashumancia) entre la Montaña y la Ribera.

2. EL RELIE RELIEVE VE NAV NAVARR ARRO O

el ribera pico dedel Anie, a 2.507 m, ennavarras el extremo e xtremo nororiental deldePirineo navarro,Desde hasta la Ebro, las tierras descienden más 2.300 m. La alineación de O a E formada por las sierras de Codés, Lóquiz, Urbasa y Andía, del Perdón, Izco y Leyre, divide Navarra en dos conjuntos topográficos: el N, de carácter montañoso y altitudes superiores a los 500 m, y el sur dominado por las llanuras interrumpidas por serrezuelas y cuestas. El Pirineo navarro —la Montaña Navarra— pertenece en su parte occidental al conjunto de las montañas vascas, y el resto a los Pirineos. EI extremo septentrional es geológicamente el más antiguo: resto del macizo herciniano, rejuvene204

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Julio López-Davalillo Larrea

cido por la orogenia alpina mediante fallas que dan lugar a alturas por debajo de

los 1.600 m en los macizos de Cinco Villas, Quinto Real y Oroz-Betelu, frente a las depresiones, excavadas por erosión diferencial hasta por debajo de los 200 m de altitud: depresión del Baztán, que separa la comarca de las Cinco Villas (área formada por los municipios de Aranaz, Yanci, Lesaca, Echalar y Vera de Bidasoa; no confundir con la comarca de la misma denominación de la provincia de Zaragoza) y Quinto Real,decorredor Menor,de excavado por el laríoMontaña Ezcurra y corredor de Vera Bidasoa.deAlBasaburúa este del macizo Oroz-Betelu, navarra se eleva y el relieve se hace mas enérgico. Las cotas máximas, que marcan la frontera con Francia, superan los 2.000 m en los picos de Orhy (2.021 m), Arlás (2.044 m) y la Mesa de los Tres Reyes (2.434 m). La orogenia alpina sobre los sedimentos secundarios y eocenos dio lugar a pliegues de orientación O-E volcados y cabalgantes hacia el sur. La erosión modeló agrestes crestas sobre las calizas cretácicas del Alto Pirineo, y fornas más suaves y alturas por debajo de los 1.200 m sobre el  flysch (cretácico-eocénico) que los ríos Irati, Salazar y Esca erosionaron con facilidad en dirección N-S, hasta que las capas de calizas duras les obligan a trazar hoces para atravesar los ejes anticlinales transversales. Al sur del Alto Pirineo navarro se suceden dos unidades de relieve antes de llegar a la depresión del Ebro: las cuencas y las sierras exteriores prepirenaicas. Sobre el sinclinorio de las margas oceánicas de la depresión intrapirenaica, como una continuación occidental de la Canal de Berdún, el río Irati modeló la cuenca del Lumbier-Aoiz y el río Arga la de Pamplona. Algunas serrezuelas (San Cristóbal, Tajonar) de areniscas con ripple-marks (suaves oscilaciones que se forman en la arena) accidentan la depresión, que ha sido recubierta por las terrazas de los ríos y los glacis, que enlazan con las sierras, salvo en zonas descarnadas erosión en forma de badlands . ElIzco, límite del ámbito pirenaico al sur viene por dadolapor las sierras del Perdón, Alaiz, Leyre, que culminan entre los 1.100 y 1.400 m. Alaiz y Leyre son pliegues calcáreos tallados y cabalgantes hacia el S. La sierra de Izco, de areniscas, y la del Perdón, de conglomerados, constituyen crestas monoclinales, cuyo frente abrupto mira al norte. La parte occidental de la Montaña navarra, de N a S, es una sucesión de anticlinales y sinclinales orientados de O a E, sobre materiales mesozoicos-eocénicos, plegados en la orogenia alpina. La sierra de Aralar (1.427 m) es un anticlinal calcáreo volcado al N. EI valle de la Barranca-Burunda modelado sobre margas, Geografía Regional de España

 

NAVARRA

separa Aralar de las sierras de Urbasa y Andía. Urbasa es una meseta calcárea, formada a partir de un sinclinal colgado, mientras que Andía responde a una estructura mas compleja: dos sinclinales (uno correspondiente a San Donato y otro a Aizpúa) unidos por un anticlinal. Ambas sierras están separadas por una falla y, como Aralar, están muy carstificadas. Al sur de Urbasa, bajo el escarpe calcareo, se abre el valle de las Améscoas, sobre margas, separando aquella de la

Figura 7.2. Mapa físico-político de Navarra.

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Geografía Regional de España

 

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