Gente Buena Para Un Mundo Mejor
April 27, 2017 | Author: adrianaojeda | Category: N/A
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Descripción: EDUCANDO EN VALORES...
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Gente buena para un mundo mejor Poniendo en práctica los valores para darle un sentido ético a la vida.
Introducción ¿Valores para que? A pesar del innegable progreso material, tecnológico y científico que caracterizó al pasado siglo, nuestra sociedad todavía tiene asignaturas pendientes que empañan nuestro futuro común. Es por ello que, intelectuales y educadores han llegado a la conclusión de que uno de los más poderosos medios que podemos utilizar para revertir la desigualdad, la violencia o la justicia, es dándoles un significado moral – es decir, humano – a las pequeñas acciones de todos los días. Es ahí donde los valores entran en acción. Utilizando la definición de Ortega y Gasset, los valores son las cualidades de las acciones o de las personas que las hacen atractivas. Así de simple. Y si no todos los valores son universales, porque están inscritos en el contexto particular de distintas culturas, éstas si lo reconocen como las guías éticas que – en mayor o menor grado – deberían orientar el comportamiento social. Es en este sentido que la educación en valores cobra cada día mayor importancia en las aulas y, ojalá, en los hogares donde los padres actúan como facilitadores.
Educando en valores La formación en valores dirigida a los niños busca hacer que éstos sean cada vez más personas. Se trata de brindarles una formación crítica para que puedan encarar los problemas cotidianos desde una perspectiva ética. Educar en valores no es imponer limitaciones ramplonas ni convertirse en “policías morales”, sino incentivar en lo humano: en la imaginación, en los sentimientos y en la libertad. La educación en valores busca brindarles herramientas a los niños y a las niñas para que puedan desarrollar su propio criterio para buscar la verdad y no ser manipulados por otros, para querer el bien por voluntad propia y no por obligación, para que puedan afrontar las dificultades con confianza y optimismo, para que crezcan con una buena autoestima, y con deseos de superarse y mejorar la sociedad en la que viven.
GENTE BUENA PARA UN MUNDO MEJOR A través de 40 fascículos, esta obra pretende ahondar en una serie de valores indispensables para la formación individual y para el ejercicio de la vida en sociedad, es decir, para la convivencia. En cada fascículo se explica a cada niño de hoy un valor: en qué consiste, porque es bueno practicarlo, cómo reconocerlo. Igualmente, se hace referencia a los demás valores o “ingredientes” que lo constituyen, a la escala de valores y a sus antivalores o contrarios. Ligado a lo anterior, se ha desarrollado una tira cómica en la que se ilustra una disyuntiva ética de forma divertida, con la cual los niños pueden identificarse. Para comunicar la importancia de cada valor, éstos se han ubicado en distintos niveles que resulten familiares para los niños: partiendo de la esfera del yo, se pasa a las esferas familiar, social, nacional y global. De esta manera, el valor cobra su justa dimensión y su importancia resulta más evidente para el niño. Otro recurso importante ha sido la inclusión de un fragmento perteneciente a diversas obras de la literatura infantil y juvenil contemporánea. El recurso a la literatura ha comprobado su eficacia a la
hora de invitar a los niños a interrogarse sobre las cuestiones morales y éticas que esta presenta de forma emocionante y atractiva. El fragmento literario se acompaña de una serie de preguntas abiertas que invitan a la reflexión y de una pequeña sinopsis de la obra literaria, con el fin de darle al niño más pistas y, porqué no, incentivarlo a la lectura.
Una obra interactiva La última página de cada fascículo de Gente buena para un mundo mejor, está orienta a motivar la interacción lúdica con los niños. Por un lado, se sugieren actividades o ejercicios escritos para que el niño explore sus ideas y sentimientos con relación al valor. Por el otro, se preponen juegos en el mismo sentido para compartir con sus amigos, familiares y compañeros.
Un cuaderno muy especial Para llevar a cabo las actividades que se sugieren al final de cada fascículo, se propone que los niños cuenten con un cuaderno específicamente destinado para ello. Será tareas de los papás o de los maestros ayudar a que los niños se entusiasmen con ese cuaderno y se lo apropien: incentivarlos a que lo decoren lo pinten y le peguen lo que deseen. Así, el “cuaderno de valores” se constituirá en un documento personalísimo del niño, en el cual podrá expresar sus ideas, sentimientos y reflexiones. Sin lugar a dudas, este cuaderno será un tesoro inapreciable en la vida futura del pequeño.
Cadena de valores Amistad
Moderación
Amor
Paciencia
Aprendizaje
Paz
Autoestima
Prudencia
Bondad
Respeto
Confianza
Responsabilidad
Consideración
Sabiduría
Constancia
Sinceridad
Convivir
Solidaridad
Creatividad
Tolerancia
Diálogo
Trabajo
Entusiasmo
Urbanidad
Familia
Valentía
Felicidad
Verdad
Generosidad
Ecología en el campo
Honestidad
Ecología en la ciudad
Humildad
Patrimonio cultural
Identidad
Ser ciudadano
Igualdad Justicia Lealtad Libertad
Somos amigos Un amigo verdadero es un gran tesoro que debemos cuidar. La amistad es uno de los sentimientos más lindos que nos regala la vida imagínate la suerte tan grande de estar rodeado de gente y que, entre tantos niños y niñas con los que convives, resulta que hay alguien con quien te diviertes y te entiendes muy bien, como si fueran dos piezas de un rompecabezas que encajan perfectamente. Lo más bonito de la amistad es que sucede porque si. No es algo planeado. No salimos y pensamos: “¡Ya se! Hoy voy a conseguir un amigo”, sino que un buen día nos damos cuenta de que existen dos o tres personas con las que preferimos pasar el tiempo, inventar juegos y compartir nuestros secretos. Esa preferencia tiene un nombre: amistad. Cuando nos hacemos amigos de alguien le entregamos nuestro amor y confianza, por eso disfrutamos muchísimo cuando todo va bien. Pero, por esa misma razón, nos duele tanto cuando un amigo nos traiciona, se va a vivir lejos o deja de considerarnos especiales. Un amigo verdadero es un gran tesoro que debemos cuidar, dedicarle tiempo e interés. Hay amigos que duran toda la vida y otros que nos acompañan sólo durante algún tiempo. Sea como sea, la amistad es un intercambio de afecto y confianza que hace sentirnos seguros, felices y ¡muy afortunados!.
Momo El hombre gris y la muñeca perfecta Y bien – dijo el hombre, mientras expulsaba densas nubes de humo -, ¿comprendes ahora como se debe jugar con una muñeca así? Si – contestó momo mientras titiritaba de frio. El hombre gris asintió satisfecho y fumo su cigarro. ¿Te gustaría quedarte con todas estas cosas?
Pues, te las regalo. Recibirás todo esto y mucho, más ¿Cómo te parece? El hombre gris sonrió esperanzado a Momo, pero como ella no dijo nada y seguía seria, añadió: Ya no necesitarás a tus amigos, ¿entiendes? Tienes todas estas cosas bonitas y recibirás más. Además, tú quieres tener esta fabulosa muñeca, ¿verdad? Como Momo seguía sin responder, el hombre preguntó: ¡Vaya! ¿Quieres decirme que le falta a esta muñeca perfecta? Momo miro al suelo y reflexionó. Creo – dijo en voz baja – que no se les puede querer. Durante un buen rato el hombre gris calló. Finalmente dijo: No es eso lo que importa. Momo lo miró a los ojos. El hombre le daba miedo, sobre todo por el frio que salía de su mirada. Por curioso que parezca, también le daba pena, aunque no sabia porque. Pero a mis amigos – dijo Momo – los quiero. Pues bien Momo: escúchame bien – comenzó el hombre gris -. Lo único que importa en la vida es llegar a ser alguien, los demás, recibe lo demás por añadidura: la amistad, el amor, el honor etc. Tú crees que quieres a tus amigos. Vamos a analizar eso. El hombre gris expulsó unos cuantos anillos de humo. Momo escondió sus pies desnudos debajo de la falda y se arropó en su gran chaquetón. ¿De qué les sirve a tus amigos el que tú existas? –prosiguió al hombre gris -¿le sirve para algo? No. ¿Les ayuda a hacer carrera, a ganar más dinero a hacer algo en la vida? Decididamente, no. En ese momento Momo deseaba que sus dos amigos, Gigi y Beppo, estuvieran a su lado. Nunca se había sentido tan sola. Pero decidió no dejarse intimidar. Reunió todas sus fuerzas y le preguntó al hombre gris: ¿Es que a ti no te quiere nadie? (Adaptación de un fragmento de la novela Momo, de Michael Ende; editorial Alfaguara)
¿De qué se trata este cuento?
Momo es una historia llena de fantasía en la que su autor Michael Ende, nos invita a reflexionar sobre la época en que vivimos, en la que solo interesa tener cada vez más cosas y, en esa carrera, olvidamos lo realmente importante: La amistad, la honestidad, el tratar de ser felices. En la novela los hombres grises roban el tiempo de los otros hombres con el pretexto de que hay que “ahorrarlo” para disfrutarlo en un futuro que nunca llega. Los protagonistas, Momo, Beppo y Gigi, son los seres encargados de recordarnos que es más importante “ser” que “tener”.
Y tú, ¿qué piensas? ¿Cuál es la diferencia entre querer a un juguete y querer a un amigo? ¿Crees que tener cosas o ser “el mejor” en algo te ayuda a tener amigos? El hombre gris le preguntó a Momo que de qué les servía a sus amigos que ella existiera. ¿De qué crees que les sirve a tus amigos que tú existas? ¿Crees que alguien como el hombre gris sea feliz? ¿Por qué?
¿Qué es la amistad? ¿Sabes por qué gozas tanto de la amistad? Porque es una forma de amor y no hay nada más rico que estar con las personas que queremos. Fíjate que la amistad no es una cosa dada sino que crece, disminuye, pasa por buenos y malos momentos. Por eso, muchos comparan la amistad con una planta a la que hay que regar para que crezca sana, fuerte y bonita. Recuerda: no se trata de “ser amigo” sino de “hacerse amigo”.
¡Mucho ojo!
Con lo que NO le gusta a la amistad La hipocresía… Porque es igual al engaño. La mentira… Porque no puede haber confianza El abuso… Porque entre amigos somos iguales. La indiferencia… Porque sería igual a ignorar a nuestros amigos. El egoísmo…. Porque el que quiere de verdad comparte y se preocupa por el otro. Desinterés… Es cuando quieres a tu amigo porque sí, porque te cae bien y porque disfrutas de su compañía. No buscas su amistad por lo que puedas obtener de él: invitaciones, juguetes o cualquier otro tipo de ventaja.
Ingredientes para la amistad Comunicación Va más allá de la simple conversación. Significa compartir nuestros pensamientos y sentimientos reales, ser sinceros y darle la misma importancia a hablar que a escuchar. Generosidad Estas siendo generoso cuando actúas pensando en el bienestar de tus amigos, sin esperar nada a cambio. La generosidad va desde lo más sencillo, hasta lo más profundo, como escuchar, consolar y acompañar a tu amigo cuando se siente mal. Confianza Si tú y tu amigo se cuentan cosas que no comparten con nadie más, si no se dicen mentiras y son honestos el uno con el otro, es que se tienen confianza. La confianza debe ser mutua, eso quiere decir que se da “de aquí para allá y de allá para acá”.
Respeto Una cosa es que podamos ponerles apodos a nuestros amigos, jugarles bromas o tomarles del pelo, y otra muy distinta es faltarles al respeto. No se vale decir o hacer cosas que lastimen y hieran sus sentimientos, nadie debe sentirse más que el otro y el abuso está fuera de lugar.
Millones de amigos Decir que no vivimos solos puede parecer tonto pero vale la pena recordarlo. Si mantenemos una actitud amigable hacia todos los que nos rodean, pondremos nuestro granito de arena para que la convivencia sea mejor: ¡desde la familia hasta el país y todo el planeta! Lo cortés no quita lo… amigo Entre amigos también debemos aplicar la buena educación: hay que ceder la palabra, rectificar la opinión, presentar disculpas, pedir permiso, respetar los compromisos y asumir responsabilidades. ¡Así todo funciona mejor! ¿Amigos en la casa? A veces tus hermanos o tus primos pueden resultar un verdadero fastidio. Cambian los canales, cogen tus cosas sin permiso, gritan cuando quieres silencio. ¿Qué desesperación, no? Pero ponte a pensar cómo reaccionarías si alguien los lastimara, si se enferman o si, por el contrario, ganan una competencia o estuvieran disfrutando de lo lindo de un parque de diversiones. ¿Te das cuenta? ¡También podemos ser amigos de nuestra familia! En casa ajena Una cosa es que tengamos toda la confianza del mundo con nuestros amigos y otra muy diferente es abusar. Cuando Luis iba a casa de Pedro, su mejor amigo del colegio, abría la nevera y sacaba todo lo que provocaba. Cuando estaban viendo la televisión, cambiaba y cambiaba de canal; además, le encantaba asustar a la hermanita de su amigo. Si
Pedro le iba ganando en algún juego, se enojaba, hacía berrinche y lo obligaba a jugar algo distinto. Si en la habitación veía algún libro o juguete que le gustaba, Luis se lo llevaba sin permiso. ¿Te gustaría tener in amigo así en tu casa? ¿Por qué?
Viviríamos mejor si… ¿Te das cuenta cómo hablando podemos resolver las diferencias con nuestros amigos? Expresamos lo que sentimos, llegamos a acuerdos, todo vuelve a la normalidad y nos sentimos realmente bien. Te imaginas como seria tu ciudad o tu país si la gente tratara de aplicar los valores de la amistad aún con aquellos que no son sus amigos: digamos, con el señor de la esquina, la señora de la tienda o con quien compartimos el asiento en el bus… seguramente la convivencia sería mejor y todos viviríamos más felices y tranquilos. Entre los pueblos Hace varias décadas se puso de moda la frase “amistad entre los pueblos”. La historia a enseñado que la mejor manera d preservar la paz es aplicando el respeto, la comprensión, el diálogo y el rechazo a la violencia. Sólo así los países pueden solucionar diferencias, y por qué no, cooperar para vivir mejor. Una de las mejores formas de fomentar la amistad entre los países es conociendo su cultura y sus costumbres. Sólo así podemos conocernos, apreciar las diferencias y las similitudes para ver que, finalmente, ¡no somos tan distintos!
Si lo oyes… lo olvidas. Si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Mis mejores amigos… Consigue fotos de tus mejores amigos, ya sean del colegio, de la cuadra o de tu edificio. Pégalas en tu cuaderno y escribe, al lado de cada foto, las características de tu amigo o amiga: qué es lo que más te gusta de él
o ella, qué es lo mejor que han pasado juntos, en qué se parecen y en qué son distintos. …Y los que no. Me caen tan bien No somos amigos de todo el mundo y seguro que hay niños que hasta te caen mal. Escribe en tu cuaderno por qué te caen mal las personas que no te gustan ¿Eso es fácil, no? Ahora, escribe las cualidades que tienen: son aplicados, solidarios, simpáticos, buenos deportistas… Todos tenemos un lado bueno, ¿o no? De pronto, te das cuenta que ¡hasta los que te caen mal pueden llegar a ser tus amigos!
¡Todos a jugar! ¿A ver quién soy? En un papelito escriban todos los participantes del juego. Por turnos, cada quien debe sacar un papelito e interpretar, actuando, a quien le toque: se trata de imitar la forma de hablar, caminar y comportarse… ¡Se reirán mucho y verán si se conocen tanto como creen! ¿Qué tanto se conocen? ¡Seguro juras que conoces perfectamente a tus amigos! A ver si es cierto… uno de ustedes debe vendarse los ojos. El resto se para uno al lado del otro y el de los ojos vendados debe tocarles la cara, el pelo, las orejas a los demás y tratar de adivinar de quién se trata. Quien acierte el mayor número de veces, gana. “No me gusta que Juan se meta los dedos en la nariz” “Anita es una mamacita” “Betty se las sabe todas” ¡No busques un amigo para matar las horas, búscalo para vivir!
Nuestro corazón sonríe La base del amor es ver al otro como un alma igual a nosotros, con sentimientos y necesidades… Es un sentimiento pero también el hilo que conduce a la vida por el mejor de los caminos. Es la fuerza más grande que podemos experimentar y que, una vez nos toca, nos rebasa y va cambiando todo lo que encuentra a su paso. Esa gran fuerza, mágica y poderosa, es el amor. ¿Te has preguntado por qué hay tantas canciones, poemas y novelas que hablan del amor? ¿Has pensado qué es lo que mueve a hombres comunes y corrientes a llevar a cabo grandes hazañas o a renunciar a sus comodidades y dedicar su vida a ayudar a los demás? ¿Alguna vez te has fijado en esa mirada tan especial que se lanzan los enamorados? ¿Has sentido, en un abrazo de tu mamá, la calidez de un amor que resulta enorme, valiente, seguro y alegre? La base del amor es ver al otro como un alma igual a nosotros, con sentimientos y necesidades… y ese otro es cualquier ser humano que habita este mundo. Si el amor logra ser tu verdadera guía interna, estará presente en todas tus acciones: al tratar a los demás, al trabajar por tu país, al emprender un proyecto… el amor nos hace mejores personas y las buenas personas son las que construyen un mundo mejor. A nuestro planeta le hace falta mucho amor y tú puedes empezar5 a darle el tuyo.
Mi amigo el pintor De todo lo que conversaba con mi amigo, dos cosas son las que más recuerdo. No sé por qué. La primera es una conversación que tuvimos un domingo. Llovía. Habíamos terminado de jugar. Mi amigo se levantó, encendió su pipa, se puso a preparar unos colores, y entonces habló del amor. Amor de trabajar. De pintar. Amor de hombre y de mujer, de padre, de madre; amor de ciudad, de país y del mundo donde uno vive; amor de hijo, de amigo.
Amor como el que tenemos uno por el otro dijo. Me palpitó el corazón. Toda la vida quise a un amigo mucho… mucho; pero siempre pensé que el me quería menos. No sé si porque yo era un niño y él no; o si porque el era artista y yo no; sólo sé que cuando habló de amor me palpitó el corazón. ¿Sería que en ese momento nos queríamos igual? Quise ver si era así: ¿Cómo me quieres? Depende. Hay días que quiero como padre. Ciento que no seas mi hijo; siento no poder decir: ¡Fui yo quien hizo a este muchacho tan chévere! Pero otros días no tengo ningún deseo de ser tu padre: sólo quiero ser tu amigo y punto. Siguió pintando un poco más. A veces te quiero porque eres mi compañero de parqués; otras veces porque quisiera ser tú, es decir, ser otra vez niño. Es así cada día te quiero en otra forma. Y si junto todas esas formas veo que te quiero mucho, veo que es amor. Me pareció tan bueno que hablara de cómo me quería que me quedé inmóvil, sin decir nada, mirándolo pintar. ¿Crees que somos parecidos? De cara, no; de modo de ser, si. He tenido muchos amigos grandes, pero ninguno tan parecido a mí como tú. Si, pero con los amigos grandes puedes conversar cosas que no conversas con migo. ¿Por ejemplo? Me moría de ganas de decirle que con migo no conversaba de Clarice, la mujer de quien estaba enamorado. Solo sacudí los hombros y me quedé mirando el pincel. Pintaba una mujer. La sala estaba llena de cuadros que el pintaba y colgaba; muchos con mujeres. Las miré a cada una. La mujer podía ser gorda, delgada, negra, blanca; pero siempre tenía el mismo aspecto. ¿Por qué pintas a todas las mujeres del mismo modo? Continúo pintando; le costó trabajo responder: Hay una mujer que vive en mi pensamiento, ¿sabes? No veo cuando sale de mi cabeza y entra en mi pintura. ¿Es Clarice? Y el respondió inmediatamente: Sí. (Adaptación de un fragmento de la novela Mi amigo el pintor, de Lygia Bojunga Nunes; Editorial Norma)
¿De qué se trata este cuento?
Mi amigo el pintor, De Lygia Bojunga Nunes. El vecino que vive arriba del apartamento de Claudio es un pintor que expresa su vida a través de los colores y las formas. El niño y el artista se hacen grandes amigos, y cada uno de ellos hará grandes descubrimientos a través del otro. Claudio conoce de cerca la fuerza del amor: por el arte, por los amigos, por una mujer y por los deseos del pintor de cambiar a su país. El pintor se enriquece con la sinceridad y la sensibilidad del niño, quien no deja de interrogarlo y alegrarle la vida. La autora, Lygia Bojunga Nunes, es una gran escritora brasileña que ha recibido muchos premios. Y tú, ¿que piensas?
¿Cuántas formas crees que existen de amar? Piensa en cuales son éstas.
¿Por qué crees que amar a alguien nos hace felices?
El pintor amaba tanto a Clarice como al niño. ¿En qué crees que se diferencian estas dos formas de amor?
¿Por qué crees que es importante amar lo que haces?
¿Cómo le expresarías a distintas personas que las amas?
¿Qué es el amor? Piensa en tus papás, en tus abuelitos o en tus amigos: seguro se te ha dibujado una sonrisa en la cara porque existe un sentimiento maravilloso que te une a ellos: El amor. El amor es una fuerza tan poderosa que explota hacia afuera y siempre tiende hacia lo bueno. Amar es preocuparte por los demás: sólo quieres lo mejor para ellos y no quieres que nada malo les pase. El amor busca la felicidad y el bienestar de todos. ¿Sabes qué es lo más lindo del amor? Que nos vuelve más humanos. Al amar a otros, automáticamente nos volvemos mejores personas y aquellos que sienten nuestro amor se contagian y, a su vez, aman a otros. El amor crea cadenas de cosas buenas.
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta al amor El odio… Es el sentimiento más feo que puede existir. Mientras que el amor construye, el odio destruye. La mentira… Porque sólo se ama a quien verdaderamente se conoce. La soberbia… Porque es el colmo del egoísmo y es incapaz de dar. La intolerancia… Porque desconoce que todos los hombres somos iguales y dignos de ser amados. La traición… Porque lastima al amor y no permite que vuelva a nacer confianza. Cuidado Esto significa que estás pendiente de aquellos a quien quieres. Les prestas atención y eres sensible a sus necesidades y sentimientos. Sólo deseas lo mejor para ellos, o sea, su bienestar.
Ingredientes para el amor Honestidad El amor se apoya en la verdad. Los sentimientos deben ser sinceros y desinteresados, las relaciones crecerían sobre bases falsas. Ser honesto también significa ayudar a quienes queremos a superar errores con amor.
Creatividad La creatividad es saber utilizar la imaginación para solucionar los problemas adecuadamente. Es encontrar nuevos caminos para vivir la vida y desarrollar al máximo tus dones para hacer las cosas a tu manera. Si el amor no es creativo, deja de evolucionar.
Valor Es amor debe ser valiente para vencer las dificultades que uno siempre encuentra a lo largo del camino. Es la fuerza que nos hace seguir adelante. Piensa en cómo trabajan los papás para que su familia este lo mejor posible, o cómo hay gente que expone su vida para ayudar a los demás: su amor no sólo es grande sino valeroso. Entusiasmo Es muy necesario porque es algo así como la gasolina que nos permite construir relaciones y llevar a cabo proyectos con la fuerza del ánimo y la alegría. Uno sólo se entusiasma con aquello que quiere, porque está lleno de espíritu positivo, dedicación y esperanza. Amor
Amor
Hay muchos amores. El natural y “automático”, como el que sienten los papás por los hijos; el amor que se va formando con el tiempo, como el que lleva a la amistad; el amor romántico, como el que sienten los enamorados; o el amor “universal” que es algo así como el resumen de todas las virtudes que llevan hacia el bien. En todas sus manifestaciones, el amor debe cuidarse para que sea fuerte y alegre. El amor trae la felicidad. Aprender a amar Por más que el amor sea este sentimiento que todo lo cambia, debemos aprender a amar. ¿Cómo? Mostrando interés por los otros, aún por los desconocidos, compartiendo, siendo pacientes, generosos y sinceros. Alguien egoísta no puede amar a los demás porque está demasiado ocupado con él mismo: sólo tiene ojos para él.
¡Yo me quiero! ¿Te caes bien?, ¿piensas que eres bueno para muchas cosas?, ¿estás orgulloso de si mismo? ¡Genial! Eso quiere decir que tienes algo muy importante que se llama “autoestima”. La autoestima es el amor que sientes por ti mismo: te quieres, sabes lo que vales y que mereces
respeto. Esto no quiere decir que te creas perfecto, pero reconoces cuando cometes un error y, si fracasas, te perdonas y sigues adelante. El quererse a sí mismo es el primer paso para querer verdaderamente a los demás. Mi mamá, ¿me ama? A ver, a ver… siempre estamos hablando de que no hay amor como el de los papás, que ellos darían la vida por ti, que eres su máximo tesoro. Si es así, ¿por qué a veces te regañan, te castigan o no te dejan hacer todo lo que quieres? Pues porque el amor no es ciego ni mudo. Tus papás te quieren tanto que prefieren regañarte cuando haces algo malo o peligroso que dejarlo pasar. Corregir con amor es muy importante en la vida porque ayuda a marcar el buen camino y a que crezcas siendo feliz. Cuando llega el amor Va a llegar un día en que, de repente, vas a comenzar a ver a un niño o una niña con otros ojos: si antes te caía bien, entonces te caerá mejor; si antes te parecía guapo o bonita entonces pensarás que es lo más churro que hay; si antes disfrutabas su compañía en ese momento querrás estar con él o ella todo el día. Cuando sientas todas estas mariposas que te revolotean el estómago, sabrás que estás enamorado por primera vez. Y prepárate, porque iniciarás un viaje por el más maravilloso de los sentimientos y no sabes cuánto aprenderás sobre ti mismo. Amor por la humanidad Si el amor representa todo lo bueno, la guerra es todo lo malo. Pero aún en ese escenario terrible, el amor puede llevar vida y esperanza. Hace mucho tiempo se fundó la Cruz Roja para garantizar que los heridos de todos los bandos recibieran cuidado y atención médica en medio de la guerra. Los médicos y las enfermeras no sólo dejaron sus casas para ir a lugares lejanos, sino que arriesgaron sus vidas para salvar otras. Hoy día, la Cruz Roja Internacional sigue cumpliendo con su labor de amor, ayudando a todos los hombres, mujeres y niños que sufren, ya sea por guerras, desastres naturales o hambrunas. Si lo oyes… lo olvidas. Si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes. ¡Saca tu cuaderno!
Poema de amor Cuando amamos a una persona guardamos en nuestra memoria algunos rasgos de su rostro o algunos gestos que nos parecen especialmente hermosos y que nos gusta recordar sino estamos cerca de ella: Una sonrisa franca, unas manos cálidas, una nariz graciosa… escribe un poema a los ojos de una persona que quieras mucho: tu papá, tu mejor amiga, o a quien tu prefieras. Utiliza alguno de estos versos para iniciar tu obra: Me caí en tus ojos… tus ojos me encontraron… como dos noches brillantes… Amor con plumas, bigotes o manchas Y también sentimos amor por los animales. Si decidimos tener una mascota, adquirimos con ella compromisos serios como el cuidado de su salud, la educación de un espacio seguro y abrigado para que duerma y el respeto por sus costumbres. Con los animales silvestres ocurre algo similar: podemos amarlos aunque no los llevemos a nuestra casa. Pega en tu cuaderno la lámina de un animal salvaje que te guste mucho. Alrededor de él escribe cómo le expresarías tu admiración y tu afecto. ¡Todos a jugar! Enredo de amor El amor y el sentido del humor van de la mano. Cuando Camila está enamorada, se confunden las palabras. Si quiere decir “mi corazón late con fuerza”, le salen frases como “mi hígado trina como un pajarillo”. ¿Qué le contestará Camilo? Ella quiere decir además: “En mis oídos resuena tu nombre, mi alma está de fiesta cuando te miro, las horas pasan lentas cuando no estás…” pero ¡claro!, termina mezclándolo todo. Con algunos amigos inventa la loca conversación que pueden tener estos enamorados.
… y más amor Encuentra en esta sopa de letras seis componentes fundamentales del amor. (Respeto, confianza, lealtad, alegría, desinterés, solidaridad). R T Q
S H E
E I R
A S T
G R A
R A S
O S D
G T I
U E T
I N U
S I Y
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N O R A R L T U E E
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A E U R U L R N V A
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Z U E T F A N S E I
A S S N O D A P J V
S D A I E E K A K O
O A F S T S E T L S
F G A E V F L E E U
O L I D A R I D A D
G U J E L E U I O U
I C U A N S V D P E
E E E D R P O R E T
S R B U E E E T T L
A T I R A T R U R S
T I Z S S O T S A U
“Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.” Gente buena para un mundo mejor; Te sugiere juegos y actividades para poner en práctica lo que aquí describimos. Consigue un cuaderno para que puedas escribir tus VALORES Y PENSAMIENTOS sobre las ideas que aquí te proponemos.
Descubro el mundo Aprendemos en todo momento de los demás, de la naturaleza, de los libros y de nosotros mismos. Los seres humanos nacemos con un superequipo. Ni el más avanzado de los computadores cuenta con algo igual: tenemos ojos que ven, oídos que escuchan, manos para tocar… nuestros sentidos recogen información todo el tiempo, la mandan a ese centro de operaciones tan impresionante que es el cerebro y ahí se procesa para utilizarla a cada momento. Sin embargo, aprender no es sólo captar información, es observar y reflexionar. Es descubrir las relaciones entre las cosas, tener en cuenta que toda acción o causa tiene un efecto, es dejarse sorprender cuando encontramos algo nuevo. Aprendemos en todo momento de los demás, de la naturaleza, de los libros y de nosotros mismos. Claro que vamos al colegio para que nos enseñen de una forma ordenada, pero no es el único sitio en donde aprendemos. El mundo es una gran escuela que siempre nos brinda enseñanzas.
La curiosidad es una de las mejores aliadas del aprendizaje. La curiosidad surge de preguntas por qué, de asombrarse ante lo común, como que salga el sol, o ante las respuestas, aprendemos. En la vida aprendemos con constancia y esfuerzo, con diversión también porque conocer nuevas cosas nunca es aburrido. Lo mejor de aprender no es que te conviertas en el mejor, en el súper inteligente ni el más rico… el conocimiento te permite tomar decisiones, resolver problemas y lo mejor: te hace libre.
El aprendiz Y la carga de arroz Cuando honguito le mostró a su amigo grulla la bolsa de arroz que había conseguido, se sintió muy complacido. Grulla levantó su muleta en homenaje: ¡Vamos, dime cómo conseguiste gran fortuna! ¡Seguramente es un relato que valdrá la pena escuchar! Honguito había estado por el camino, en las rondas que hacía cada mañana entre las pilas de basura de la aldea. De repente se dio cuenta de que delante de él iba un hombre que llevaba una pesada carga en un morral hecho de ramas. Sobre éste había una caja de paja que contenía arroz. Con sólo mirar la caja llena de arroz, a honguito se le hizo agua la boca. El hombre se había detenido en el camino para acomodar su carga. Mientras honguito lo miraba atónito, el arroz comenzó a escurrirse por un orificio de la caja. Sin advertirlo, el hombre continuó su camino. Por un momento, los pensamientos de Honguito lucharon entre sí. “¡Díselo rápido antes de que pierda demasiado arroz! ¡No! No digas nada... Podrás recoger el arroz cuando cruce el recodo del camino…”. Honguito tomó una decisión. Corrió para alcanzar al hombre. Honorable señor dijo Honguito. Cuando iba detrás de usted advertí que iba dejando arroz por todo el camino. El campesino se volvió y vio la estela de arroz. Empujó hacia atrás su sombrero, se rascó la cabeza y rió arrepentido: La impaciencia dijo el campesino. Debí tejer esta caja con doble pared; pero habría tomado más tiempo. Ahorra pago por no aguardar un poco más. El hombre metió unas ramas en la caja y al reanudar su camino, gritó sobre su hombro:
El bien merece el bien, muchacho. El arroz que quedó en el camino es tuyo. Recógelo. Honguito se inclinó complacido por su decisión. Había aprendido del ejemplo de su amigo Grulla. Buscaba en los bosques, recogía los granos caídos en el otoño. Eran maneras honorables de conseguir comida. Pero robar y mendigar, decía Grulla, hacían del hombre algo similar a un perro. El trabajo le da dignidad al hombre; robar se la quita decía a menudo. (Adaptación de un fragmento de la novela el aprendiz, de Linda Sue Park. Editorial Norma)
¿De qué trata este cuento? El aprendiz, relata la historia de Honguito, un niño coreano que trabaja para un maestro ceramista. Adoptado por Grulla un hombre pobre con quien vive bajo un puente, el niño se enfrenta al dolor de saber que no ejercerá el arte de modelar la cerámica porque, según la tradición, es una enseñanza que solo se trasmite de padres a hijos. Sin embargo, con el tiempo encontrará que las esperanzas de Grulla: el trabajo, la paciencia, la observación y la confianza, son irremplazables para conquistar el corazón de Min, el maestro ceramista. Con esta obra, su autora, Linda Sue Park, ganó la Medalla New Berry en 2002. Y tú, ¿qué piensas? ¿Qué le hubiera ocurrido a Honguito si no avisa al hombre lo que pasaba con su carga? ¿Qué aprendió el campesino que cargaba la caja de arroz? ¿Estás de acuerdo con Grulla en que el trabajo le da dignidad a las personas? ¿Por qué? ¿Cuáles de los comportamientos aprendidos en tu casa te sirven para relacionarte con los demás?
¿Qué es Aprender? Para aprender debemos mantener la mente abierta y aprovechar cada pequeña pista que nos da la vida. Conforme aprendemos, vamos
adquiriendo un conjunto de habilidades y conocimientos que nos sirven para todo: para distinguir lo que es importante de lo que no lo es, para no tener miedo, para cambiar lo que está mal, para alcanzar nuestras metas y construir un mundo mejor. ¡MUCHO OJO! Con lo que NO ayuda a aprender La terquedad… Porque quien se aferra a un solo punto de vista no está abierto a cosas nuevas. La indiferencia… Porque el aprendizaje viene de la mano de la curiosidad, el interés y el asombro. La pereza… Porque todo lo que vale la pena es fruto del trabajo, de persistir e insistir hasta lograr un objetivo. La mediocridad… Porque quien se queda quieto no avanza, es demasiado flojo y miedoso como para emprender nuevas cosas. El egoísmo… Porque nunca aprendemos tanto como cuando compartimos lo que sabemos. Esfuerzo Muchas veces quisiéramos que todo nos saliera a la primera y nos damos por vencidos demasiado rápido. Es necesario tener paciencia y empeño para dominar algo nuevo: desde armar un avioncito o preparar una torta, hasta aprender un nuevo idioma.
Ingredientes para aprender Reflexión Es pensar muy profundo. Es poner tus experiencias, sentimientos y conocimientos en una balanza y ver cómo se relacionan. Cuando te tomas el trabajo de reflexionar antes de actuar o de sacar conclusiones todo te sale mejor. Interés
Mostrar interés por todo lo que te rodea es la mejor forma de aprender. Si eres curioso y te interesa saber cómo funcionan las cosas, cuáles son los sentimientos de aquellos que te rodean, quién es el autor de un invento o cuánto mide la tierra… es que tu mente es inquieta y no se conforma con quedarse como está. Una vez que aprendes algo, quieres aprender más y más. Gozo Cuando te estén enseñando algo, tómalo como diversión, como un pasatiempo con el cual te estás enriqueciendo. Disfrutar lo que hacemos, valorarlo y encontrarle el lado divertido, es la mejor forma de aprender. Experiencia Todo lo que nos pasa nos deja un aprendizaje. Aprendemos de lo bueno, pero también de lo malo, de nuestros errores. Cuando sabemos aprovechar nuestras experiencias y de ellas sacamos enseñanzas que nos guían para tomar decisiones o enfrentar exitosamente nuestros problemas, es que hemos aprendido de nosotros mismos. Un gran Tesoro La experiencia y el conocimiento son los dos grandes campeones del aprendizaje. Todos tenemos la capacidad de aprender y basta mirar el mundo que nos rodea para apreciar cómo nos beneficia. Los médicos curan enfermedades, los campesinos saben como aprovechar las lluvias, los arquitectos construyen casas, las mamás saben como cuidar a sus hijos, los niños aprenden a evitar el peligro. El conocimiento nos permite vivir mejor. Aprendemos todo el tiempo La vida es un libro abierto, al igual que todas las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Si prestas atención, te darás cuenta que observando a un jardinero podrás aprender acerca de las plantas; fijándote en cómo una cocinera prepara una sopa, te darás cuenta de lo importante que es medir y fraccionar; mirando el comportamiento de tu mascota, aprenderás a distinguir sus estados de ánimo. Uno aprende todo el tiempo.
¡Grrrrrrrrrrrrrrr! Natalia es una niña muy bonita y una gran deportista. Siempre consigue lo que quiere, pero hoy, por primera vez en mucho tiempo, su equipo no quedó en las finales de fútbol del colegio. Cuando llegó a casa, lloraba y lloraba. No podía perdonarse el haberse equivocado tantas veces. “es que soy muy tonta. No me esforcé lo suficiente” decía muy enojada. Su hermano mayor le dijo algo que fue como el mejor abrazo del mundo: “Oye, cálmate. Nadie es perfecto y todos tenemos días buenos y días malos. Mejor ponte a pensar en qué fallaste y trata de corregirlo para la próxima vez”. ¡Era cierto! Había perdido, pero antes había ganado muchas veces. Además, ella sabía que para ser buena no hace falta ser “ser la mejor”. Recuerdo que… Ojalá te hayas dado cuenta de que en tu familia hay unos seres muy sabios de los que puedes aprender cantidades. Esos seres son tus abuelos. Ellos han vivido mucho y les ha tocado experimentar grandes cambios. No sabes que rico es sentarse a escucharles historias, que te cuenten como era la ciudad cuando eran jóvenes, cómo se vestían, que música oían y hasta como eran tus papás de pequeños. A través de ellos sabes de donde vienes, porqué tu familia es como es… y aprendes más sobre ti mismo. ¡Que buen plan! La oportunidad de aprender siempre está al alcance de tu mano. Invita a tus papás a conocer un museo, al zoológico, al jardín botánico, a la biblioteca pública o a recorrer los monumentos de tu ciudad o pueblo. En todos estos lugares encontrarás cosas bellas, interesantes, curiosas y divertidas. Aprender juntos es un plan excelente para compartir y reconocer mejor todo lo que ofrece el lugar donde vives. Guardianes del conocimiento Las escuelas, las universidades, las bibliotecas, los teatros y los museos son muy importantes para los países. En esos lugares se aprende, se enseña, se investiga, se conserva y se transmiten los conocimientos de la humanidad. La ciencia, la cultura y las artes se encuentran entre los grandes tesoros con los que podemos contar. Por eso, los gobiernos
deben cuidar y fomentar la creación de sitios como esos. Recuerda el dicho: cuando compartes dinero, te queda la mitad; cuando compartes comida, te queda la mitad; pero cuando compartes conocimientos, te queda el doble… y es muy cierto. Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas…
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Aprender a disfrutar Todos los días aprendemos algo nuevo. En la calle, en los juegos, durante el recreo, al conversar con la familia o al ver una buena película. Expresa a través de un dibujo que significa esta idea. Debajo de él, escribe qué aprendizaje importante has adquirido en la ultima semana y explica porqué te ha hecho sentir satisfecho. Aprender de los propios errores No somos amigos de todo el mundo y seguro que hay niños que hasta te caen mal. Escribe en tu cuaderno por qué te caen mal las personas que no te gustan. ¿Eso es fácil, no? Ahora, escribe las cualidades que tienen: son aplicados, solidarios, simpáticos, buenos deportistas… todos tenemos un lado bueno, ¿o no? De pronto, te das cuenta de que ¡hasta los que te caen mal pueden llegar a ser tus amigos! ¡Todos a jugar! Historias de botella ¿Qué podría aprender un lobo de un asno? ¿O una gallina de un águila? Siéntate en círculo con algunos de tus amigos. Pongan una botella en el centro y háganla girar hasta que se detenga. La persona a la que señale el pico de la botella debe inventar una historia divertida en la que un animal enseña a otro algo importante para su vida. Traten de escoger animales que conozcan bien, para que puedan inventar situaciones graciosas y las historias sean creíbles. Al final, entre todos eligen cuál fue el mejor relato de aprendizaje. ¡De fiesta!
Seguramente eres muy hábil pintando, tocando la guitarra, jugando a las cartas o practicando algún deporte. Organiza en tu casa una fiesta en la que tú y tus amigos intercambien lo que saben hacer mejor. Unos enseñan a otros. Distribuye la tarde de tal manera que haya un rato para aprender a preparar un plato delicioso, otro para aprender los pasos de un baile de moda, otro para descubrir trucos de magia o las mejores estrategias en el fútbol. Vas a ver cómo todos tienen algo que aprender de cada cual…
“Sabio no es aquel que dedica su vida a aprender, sino a enseñar a los demás”
¡Soy único! Cada uno de nosotros tiene cualidades que forman nuestra personalidad No hay nadie igual que tú, ¿te has fijado? Tus hermanos o tus primos pueden ser parecidos a ti en la cara, la forma de hablar o hasta en que les gusta la misma música… pero siempre habrá cualidades que los distingan y los diferencien. Tú tienes características físicas, sentimientos, opiniones, habilidades, gustos desafíos y hasta miedos y limitaciones que no son sólo tuyos. A todo este conjunto de cosas que nos definen y nos hacen únicos entre todo el mundo, lo llamamos personalidad. Cada uno de nosotros tiene cualidades que forman nuestra personalidad. Pero te habrás fijado que no todos tus amigos y amigas tienen las mismas capacidades. A veces puedes sentirte mal porque alguno de tus compañeritos juega muy bien al fútbol, mucho mejor que tú. A lo mejor quisieras ser como esa vecina que siempre organiza los juegos y todos hacen lo que ella dice a veces. Tu compañero o tu vecina tienen esas cualidades, pero seguramente ellos no son tan buenos para otras cosas que tú haces: tal vez pintas muy bien, sobresales en atletismo o cantas súper bonito. Si sientes que tú haces algunas cosas muy bien, y en otros eres normal y hasta no muy bueno, y no te causa grandes conflictos, quiere decir que tienes seguridad en tu personalidad.
Esa valoración que hacemos de nosotros mismos: cómo nos vemos, qué pensamos o cómo nos sentimos “yo con yo”, se llama “autoestima”, es decir qué tanto nos estimamos y nos queremos a nosotros mismos.
Una hormiga o una flor… A pesar de mi amista con H, nunca cuestioné su manera de llamarme. Al comienzo me parecía cariñoso y original. Me llamo Antonia y todos me llamaban Toni, pero H había decidido llamarme Ant. Cuando caí en la cuenta de la patraña, fui hasta su casa y al verlo le grité: ¿Qué es esto? Le pregunté, mientras le enseñaba un diccionario de inglés español. Es un diccionario dijo. ¿Sabes lo que encontré en la primera página? Lee zoquete, dice: Ant: Hormiga. ¿Lo sabías, verdad? Y te burlabas de mí y yo como una idiota celebraba tu originalidad, sin saber que me estabas tratando como a un bicho. ¡Te odio! H se echó a reír, mientras repetía la palabra hormiga. Bien dijo. No es tan descabellado, eres pequeña, delgada e hiperactiva, pero creo que, si elegiste ese camino, deberás investigar un poco más. Salí furiosa de la casa de H y pensé que esa sería la última vez que hablaríamos. Pero, ¿qué quería decir él con investigar un poco más? A los pocos días, H dejó en mi casa un diccionario grande diciéndome: Adentro hay algo para ti. En la página 52 encontré un palo de helado y una mancha de chocolate sobre la palabra anticuario. Revisé detenidamente el listado de palabras que aparecían en esta página: anticipar, anticuado, anticuerpo, antifaz, antipático, antorcha, anturio… en fin; pero no comprendí el mensaje. ¿Será que H me quiso decir que soy antipática? ¿se le antoja burlarse de mí? ¿Le parezco tan fea que le sugiere usar un antifaz? Necesitaba claridad. Al día siguiente lo detuve en el parque y le dije: Lo siento, no encontré en el diccionario lo que había para mí. H tomó el libro, abrió una de sus páginas y señaló con el índice una palabra: ¿Sabes qué dice aquí? Me dijo. Anturio leí en voz alta.
¿Sabes qué es? No Es una flor rosada muy bella Ah… respiré aliviada. ¿Quieres decir que soy como una delicada flor silvest…? H tapó mi boca con su mano y me dijo: La Anturio comienza con ant. Quiere decir que tu nombre puede ser una hormiga o una flor. Tú eliges. Yo sólo espero que siempre elijas la que sea mejor. En casa revisé en mi diccionario todas las palabras que iniciaban con ant, y luego de pasar muchas páginas pensé que amigo debería escribirse con H. (Adaptación de un fragmento de la novela Amigo se escribe con H, de María Fernanda Heredia. Editorial Norma)
¿De qué se trata este cuento? Amigo se escribe con H, de María Fernanda Heredia. Esta es una obra que relata con humor y sensibilidad la amistad de María Antonia y H de 10 y 11 años respectivamente. Entre ellos se construye una relación en la que es disponible hablar de los sueños y de los miedos. Antonia siente temor de no gustarle lo suficientemente a H y de parecer ignorante frente a él, que dice palabras novedosas y raras. Por su lado, cuando H se va de viaje, siente temor de ser olvidado por su abuela y por su amiga Antonia. A las puertas de la adolescencia, cada uno se encuentra con el desafío de ser quien es y como aparece ante los demás. La autora es ecuatoriana. Con esta novela ganó el Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Norma Fundalectura 2003. ¿Y TU QUE PIENSAS? ¿Por qué H llama Ant a su amiga? Por qué la relación que Antonia tiene con H, ¿crees que ella está segura de su propia imagen, es decir, que está satisfecha de su físico y de su manera de ser? ¿Qué lección le da H a Antonia? ¿Piensas que es importante tener un buen concepto de ti mismo(a) para relacionarte con los demás? ¿Por qué?
¿Qué es la autoestima? La autoestima es algo así como un termómetro interior o una balanza activada por nosotros mismos que nos indica que tanto nos queremos, nos valoramos y nos aceptamos. Es la capacidad de sentirnos orgullosos cuando hacemos algo bien, de aceptarnos como somos y de perdonarnos cuando nos equivocamos. Es la fuerza que nos hace seguir adelante para adaptarnos a los cambios y enfrentar las pruebas que nos encontramos a lo largo de nuestra vida. Cuando nos queremos y nos aceptamos, es mucho más fácil querer y aceptar a los demás. ¡Mucho ojo! Con lo que NO le gusta a la autoestima La culpa… ¡Por que no sirve para nada y es muy pesada! Si la embarraste, presenta disculpas; si fuiste grosero, trata de no hacerlo más. La culpa solo te llena la cabeza de pensamientos negativos y no lleva a ninguna parte. Prepotencia… Porque aquel que reconoce que vale y que se quiere, no se cree más que los otros: no usa sus fortalezas para abusar ni humillar a los demás. Vergüenza… Porque nos impide estar orgullosos de quiénes somos, cómo nos vemos y de dónde venimos. La vergüenza impide la seguridad. Sumisión… Porque quien es sumiso hace las cosas por miedo, no por convicción. No se valora ni se respeta a sí mismo. Confianza Todos cometemos errores, a veces nos portamos mal y otras fracasamos. Aunque no nos guste y hasta sintamos feo cuando esto sucede, si entendemos que es una oportunidad para aprender, estaremos haciendo buen uso de la experiencia. Tú sabes que puedes y que si hoy te fue mal, mañana te irá mejor porque crees en ti.
Ingredientes para la autoestima Respeto por uno mismo Piensa en ti como un ser único, digno de ser amado y respetado. Si te respetas, valoras tu cuerpo, tus sentimientos y tú intimidad; no permites que nadie se “pase” contigo para lastimarte, insultarte u obligarte hacer cosas que piensas que no están bien o te hacen sentir mal. El respeto por uno mismo es el principio para cuidarse y quererse mucho.
Aceptación Para aceptarte debes conocerte: ver dentro de ti y encontrar lo que te gusta y lo que no, lo que quisieras cambiar, lo que te duele, lo que te hace feliz. Claro que vas a encontrar todo tipo de cosas allá dentro. Unas bonitas otras no tanto… y tienes que aceptarlo y decir “sí, este(a) soy yo”. Aceptarse es el principio para que te sientas mejor contigo mismo y corrijas lo que no te gusta. Seguridad A veces te dicen que eres bobo, malo o inútil pero tú NO debes creerlo. Que te quede claro que la conducta no es la persona. Una cosa es que a veces no ayudes, no estudies lo suficientes o que a veces no quieras compartir tus juguetes, pero esto no te hace un ser malo ni horrible. Tú eres bueno e inteligente: sólo tienes que corregir esas conductas. Si lo entiendes así, tendrás la seguridad necesaria para aprovechar tus puntos fuertes, corregirte en lo que no está bien y ¡seguir adelante!
Brillar con luz propia Cada ser humano es como el sol, es una estrella que lanza su propia luz. A veces no dejamos que nuestra luz salga y la tenemos como encerrada dentro de un cofre secreto. Pero cuando abrimos ese cofrecito y dejamos salir todo lo bueno que tenemos dentro: ¡brillamos! Brillamos cuando realmente nos sentimos iguales a cualquier otra persona, aunque reconozcamos que existen diferencias en talento, capacidad, apariencia y hasta posición económica. Cuando brillamos salen sonrisas, abrazos y sentimientos cálidos de nuestro interior que contagian y hacen que otros abran sus cofres secretos y brillen también con su propia luz.
Me quiero y quiero Quien se quiere a si mismo es sensible a las necesidades de los otros, respeta las normas de convivencia y reconoce que no tiene derecho a abusar o a divertirse a costa de los demás.
Soy importante Ese día Andrea amaneció súper emocionada, salto de la cama, se lavo la cara y fue corriendo a la cocina. Allí estaban sus papas y hermanos que, apenas la vieron, empezaron a cantarle “feliz cumpleaños”. Apago sus velitas y todos la abrazaron con mucho cariño, ¡Andrea estaba feliz! Y no es para menos, el del cumpleaños es el día más importante del año, porque ese día festejamos nuestro “aterrizaje” en el mundo. Es un día en que nos celebramos a nosotros mismos porque estamos alegres de ser “yo”. Además, ese día nuestra familia y amigos ponen mucho empeño en recordarnos que nos quieren y que somos especiales. La jueza insoportable Lina es una niña que se cree superior a todo el mundo. Siempre tiene algo que decirle a los demás, pero no cosas chéveres sino frases como “que torpe eres”, “eres una gorda inmunda”, “eres un perdedor”, “con esas gafas pareces un monstruo”, “eres el mas cobarde”, “nadie te quiere”. Lina hace mal diciendo esas cosas que solo hieren a quien las escucha. Acuérdate que las palabras son muy poderosas: pueden construir o destruir. Por eso hay que ser muy cuidadosos al utilizarlas… cuando decimos cosas como las que dice Lina somos crueles y hacemos daño a los demás. Las estrellas de la tele La televisión es muy divertida, pero, ¡mucho ojo con ella! En la tele salen unas chicas espectaculares que se visten increíbles, tiene el mejor y se ven perfectas. Esas niñas te parecen tan “divinas” que quieres vestirte, peinarte, verte y hasta sentirte como ellas porque crees que son ¡lo máximo! Pero, cuidado: una cosa es admirar a alguien y otra imitar hasta el ridículo. Muchas niñas dejan hasta de comer con tal de versen flacas como las de la tele y se enferman de bulimia o anorexia, que son desordenes alimenticios muy graves. Recuerda que todos tenemos algo
bello, que somos únicos y que el chiste no esta en imitar, sino en encontrar lo bueno y lo bonito que todos tenemos. Un abrazo a mi tierra Nuestro país no es perfecto –ninguno lo es- y tal como sucede con las personas, eso es lo que lo vuelve interesante y “querible”. Piensa en lo bueno que tenemos, en los paisajes, los monumentos y en la gente buena, que es la mayoría y la que trabaja todos los días por sacarlo adelante. Ningún país resistiría si los malos y los deshonestos fueran la mayoría. Igual sucede con el mundo: la humanidad es buena y nada debe matar nuestro cariño y fe en ella, por más que haya cosas que no funcionan como deberían. Querer a nuestro país y a nuestro mundo sin perder la esperanza, hace que la vida fluya en armonía.
Si lo oyes… si lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Muy estimado X… A veces escribir es el mejor remedio para apagar nuestros sentimientos, aclarar enojos y desahogarnos. Escribe una carta a una persona que te haya tratado mal. En ella resalta tus cualidades, dele que tú no mereces ese trato y sugiérele en qué forma te hubiera gustado que te expresara su molestia. ¡Ya verás lo bien que te sientes después de escribirla! Inventa un cambio ¿Qué faceta de tu personalidad te disgusta? ¿Eres egoísta, malgeniado, tímido, inseguro…? Imagina que eres el personaje de un cuento. Te enfrentas a un gran peligro y para salir de él, debes transformar esa faceta de. ¿Cómo actuarias? ¿Qué harías? ¿Pedirías ayuda? escribe un cuento de aventuras sobre este tema. Si quieres, puedes ilustrarlo con dibujos e iluminarlo. ¡Todos a jugar! ¿Te sientes como te ven?
Algunos pintores retratan a sus amigos para rendirles homenaje. Reúnete con algunos amigos y por medio del “cara y sello”, decidan quien hace el retrato de quién. Cada pintor debe resaltar a través de un gesto, un accesorio o un objeto la característica más importante de la personalidad de su compañero, aquello por lo cual lo admira. Una vez terminada la obra, los demás deben adivinar cuál es el detalle resaltado. El “modelo” debe decir cómo se siente con su retrato. A los bichos también les toca “Tan miedoso como una gallina”, “terco como una mula”, “tímida como una mosquita muerta”. Con expresiones como estas podemos lastimar la autoestima de otras personas ¿Te imaginas lo que dirían la gallina, la mula, el cerdo o el loro contra estas palabras injustas? Monta una obra cómica en la que tú y tus amigos representen la defensa que cada animal hace de sí mismo. Hagan disfraces con papel, lana, icopor, pinturas o con lo que sea que tengan a la mano. Recuerda que los diálogos deben ser chistosos y los animales deben defenderse con muchas ganas. ¡Seguro se divertirán muchísimo! “Nunca dejes de creer en ti. Convéncete de tus capacidades.”
Tan buena gente A los superhéroes no les da vergüenza ser buena gente, es lo que les da fama y lo que hace que los admiremos. Los superhéroes, como Batman o Superman, no nos llaman la atención solamente porque tienen ropa rara, mucha fuerza o vuelan. No nos llaman la atención porque son ¡buena gente! Siempre están ayudando a las personas, salvando ciudades o defendiendo a los débiles. Actúan con rapidez cada vez que los llaman. Los superhéroes son lo contrario a los villanos, que siempre están destruyendo, mintiendo, estafando… A los superhéroes no les da vergüenza ser buena gente, no sienten que pierden prestigio por serlo. Al contrario, ser buena gente les da fama y lo que hace que los queramos y nos interesemos en sus historias. En la vida real no existen los superpoderes, pero sí la capacidad de hacer el bien a otras personas, a los animales y a la naturaleza… a esta capacidad se le denomina bondad. Cuando saludamos a las personas
que encontramos en el camino, le ayudamos a nuestro compañero que no entiende el ejercicio de las matemáticas o cuando somos capaces de reconocer las cosas que otros han hecho bien, estamos practicando la bondad. Ojo, ser bondadoso no significa que no nos equivoquemos ni tampoco que, en ocasiones, no podamos ayudar a los demás. Somos limitados, pero no por eso vamos a dejar de esforzarnos para ser cada día más buena gente, ¡vale la pena! Así seremos superhéroes de carne y hueso. ¿De qué se trata este cuento? Sarah, sencilla y alta, de Patricia Maclachlan, relata la llegada de Sandra a la granja de Jacob y sus dos hijos. El es viudo y escribe a una agencia matrimonial para conocer a una mujer. Sarah le responde y viaja a pasar una temporada con ellos. Fuerte y dulce, enseña a nadar a los chicos, esquila las ovejas, llena la casa de canciones, aprende las labores del campo y gracias a su delicadeza, todos vuelven a sentir la presencia de una compañera y de una madre entrañable. Patricia Maclachlan es estadounidense. Este libro obtuvo la Medalla Newberry en 1986 y fue llevado al cine.
Una cálida bienvenida Ya no había flores amarillas, pero las rosas del verano empezaban a abrirse en el campo. Ese día, nuestros vecinos, Matt y Maggie, vinieron a ayudar a mi papá a sembrar maíz y a conocer a Sarah, la futura esposa de mi padre que recién había llegado desde muy lejos. Lo primero que hizo Maggie al bajarse de su carreta fue vaciar un saco en la entrada de la casa: de éste salieron tres pollitos rojos, haciendo “pío, pío, pío” mientras cada uno corría en diferente dirección. Son para ti le dijo Maggie a Sarah con una gran sonrisa, para que los críen y después los coman. A Sarah le encantaron. Les habló, los cargó y les dio granos para que comieran. Los pollitos la seguían arañando la tierra con delicadeza… y por la ternura en la cara de Sarah, supe que quizá esos pollitos no terminarían en una olla. Mientras papá y su amigo trabajaban en el campo, yo preparaba masa para galletas en la cocina. Afuera, cerca de la ventana, Sarah y Maggie
cubrían la mesa con un mantel y colocaban una cesta llena de flores en el centro… y yo las escuchaba conversar. ¿Sientes añoranza, verdad? Le preguntó Maggie a Sarah con su voz suave. Por toda respuesta, los ojos de Sarah se llenaron de lágrimas. Maggie la tomó de la mano y le dijo: también yo, algunas veces echo de menos las montañas de mi pueblo. Y yo echo de menos el mar del lugar donde nací, a mi hermano William y mis tres viejas tías, contestó Sarah. Siempre hay cosas que se extrañan mucho dijo Maggie en donde quiera que estés. Mientras ellas conversaban, sentí que el rabo de Nick, mi perro, me rozaba las piernas. Me arrodillé y le rasqué las orejas: Yo te extrañaría a ti, Nick murmuré. Cuando me volví a asomar por la ventana vi como Maggie sacaba una caja de madera de su carreta, se la entregaba a Sarah y le decía: Toma, son plantas para tu jardín. ¿Mi jardín? Preguntó Sarah mientras se inclinaba a tocas las plantas. Sí. Lindas flores: geranios y caléndulas. ¡En donde quiera que estés siempre debes tener un jardín! Sarah le sonrío, no sólo con la boca: también con los ojos. A lo lejos se amontonaban las nubes en el cielo. Los hombres volvieron del campo y todos comimos bajo la sombra de un gran árbol. Antes de terminar, Matt propuso un brindis en honor a Sarah: ¡Nos alegra mucho que estés aquí! ¡Salud por Sarah, nuestra nueva amiga! Cuando nuestros amigos se marcharon, Sarah me preguntó cómo llamaríamos a los pollos. Sonreí: ahora realmente me convencí de que jamás los comeríamos. Papá entró en la casa y le entregó a Sarah un ramo con las primeras rosas del verano. (Adaptación de un fragmento de la novela Sarah, sencilla y alta, de Patricia Maclachlan. Editorial Noguer)
Y tú, ¿qué piensas? ¿Por qué Maggie le lleva a Sarah pollos y flores? ¿Qué otra situación expresa la bondad de los personajes de esta historia?
¿Crees que la bondad consiste solamente en dar regalos a los demás? ¿Por qué? ¿Cómo podemos retribuir la generosidad que tienen las personas con nosotros?
¿Qué es la bondad? Todos los días tienes la posibilidad de ayudar a las personas, de prestarles un servicio, de tenderles una mano. Cuando aprovechamos todas las oportunidades que nos da la vida para ayudar, compartir y llevar alegría, estamos siendo bondadosos. Pero, ¡atención!, la bondad es, ante todo, acción. Acción que puede ser sencilla o difícil: saludar, estar contento, dar un abrazo a una persona triste o preocupada, evitar burlarse de los defectos de los demás, renunciar al racismo y a la discriminación, cuidar el salón de clase y los muebles de la casa. A veces las personas bondadosas son consideradas tontas, pero de la bondad a la tontería hay mucho trecho… ¡Mucho ojo! Con lo que NO le gusta a la bondad La maldad… Obviamente la maldad se opone a la bondad. La maldad destruye a las personas y a las comunidades. La hipocresía… Los actos de bondad que se hacen para que otros hablen de lo bueno o buena que eres, no tienen sentido. La exclusión o discriminación… El bondadoso no excluye a nadie ni selecciona a las personas para obrar bien. Benevolencia Es cuando ves todo lo bueno que ofrece la vida. Lo bueno que tienen las personas, lo bueno que tiene tu familia, tu país. Es la disposición permanente de ayudar a quien lo necesite.
Ingredientes para la bondad
Dulzura Es la capacidad de decir siempre palabras amables, acompañadas de una sonrisa sincera y un cálido abrazo… Aun en los momentos más difíciles. Afecto Va de la mano con la dulzura. Muestras afecto cuando acompañas los actos de bondad, de verdadero cariño a la persona a la que ayudas. Humanidad Sólo puedes decir que eres bondadoso cuando diriges actos de bondad a todas las personas, sin importar su raza, color, religión, o forma de pensar. La bondad se practica con la humanidad. Caridad Puedes ayudar a las personas porque “toca” o porque te lo mandan, pero si eres capas de hacerlo porque te nace de lo más profundo de tu ser, aunque te critiquen o aunque te quedes sin plata para las onces, por ejemplo, estás siendo caritativo. La caridad también es ser bondadoso con los pobres, con los débiles y con los necesitados. Clemencia Una persona bondadosa tiene la capacidad de perdonar aun las ofensas más grandes. Ojo, esto no significa que no te puedas enojar con quien se portó mal contigo, pero sí hay que desarrollar la capacidad de perdonar y olvidar, esto es ser clemente. La bondad trabaja en dos vías Cuando somos bondadosos, el mundo deja de ser un lugar solitario para mucha gente. Una sonrisa, unas cuantas palabras y demostrar interés genuino por los demás les puede componer el día… ¡Y a ti también!
Qué bueno ser bueno
Practicar la bondad es más fácil de lo que muchos creen. Simplemente tenemos que estar atentos cuando alguien o algo nos necesitan. A este tipo de conducta les llamamos sensibilidad, que es una atención profunda y despierta que va más allá de lo obvio y de las palabras. Ser bondadoso con uno mismo A veces somos bondadosos con nosotros mismos. Ante un error nos tratamos de tontos, de torpes, de brutos. Si perdemos una evaluación, hasta nos juzgamos de incapaces o de vagos. Aprenderemos a ser bondadosos con los demás siendo bondadosos con nosotros mismos, perdonando nuestras fallas y reconociendo todo lo bueno que tenemos. ¡Bobito no! Mucho cuidado con confundir la bondad con ser el bobo de la clase o del colegio, el que le hace todo a todo el mundo. Esto es ser bondadoso y además fomenta el abuso y la vagancia. Tampoco es necesariamente bondadoso el que nunca protesta, el que deja que lo insulten o lo golpeen sin resistirse o sin denunciar a los agresores. En una comunidad educativa como la tuya, la bondad debe ser asunto de todos. Todoterreno Has notado que en las familias suele haber una persona a la que le toca hacer todo. Casi siempre es la mamá: hace la comida, sirve la mesa, recoge los platos, lava, ayuda con las tareas, etc… ah, y la mayoría de las veces nadie agradece ni reconoce su trabajo y esfuerzo ¿Crees que es justo? También la persona todo terreno puede ser el papá o uno de los hijos o hijas. Pilas, la bondad comienza por casa. Un hogar para todos En muchos países del mundo, entre ellos Colombia, existen organizaciones que se dedican a sensibilizar a la gente para ayudar a quienes más lo necesitan. Así, existen fundaciones que se comprometen a darles hogar, educación y amor a niños que, por distintas causas, han perdido a sus padres. Estas fundaciones internacionales funcionan gracias al trabajo de miles de de voluntarios que regalan sus conocimientos y su tiempo, y al dinero que gente común y corriente les hace llegar. Estas organizaciones, como por ejemplo Aldeas Infantiles SOS, se encuentran en distintos países, devolviéndoles a muchos niños la posibilidad de tener una vida feliz y con futuro. Un poquito de tiempo, un
poco de dinero y mucha bondad, son los ingredientes necesarios para solidarizarse con los demás.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves…lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Regalos porque sí Escribe un mensaje sorpresa para un amigo o familiar a quien desees expresar tu afecto o agradecimiento, puede ser una invitación a cine, a jugar o a comer en tu casa. Cuándo el mensaje este listo, pásalo a un papel bonito y acompáñalo con un regalo elaborado por ti. Piensa en el carácter y los gustos de cada uno. Por ejemplo: Si es alguien romántico, cópiale un poema. Si es una persona a quien le encanta cocinar, regálale una receta sabrosa. Si es alguien que ama el arte, grábale un casete con música preferida o hazle un collage. Un gesto de bondad Es maravilloso invitar a los amigos a dormir en nuestra casa; hacerlos sentir cómodos y acogidos como si fueran de nuestra familia. Escribe cómo te sientes cuando eres hospitalario con alguien: cuando compartes con él tu habitación, tu mesa, tus juegos. ¡Todos a jugar! Mímica de buenazos Las películas y los cuentos están llenos de personajes bondadosos. Juega con tus amigos a representar alguno de ellos. Divídanse en dos grupos. Un grupo elige un jugador del equipo contrario; en secreto le dice el nombre del personaje bondadoso que debe representar con mímica ante su propio equipo. Los compañeros deben identificar al personaje y decir su nombre. Si pierden, quien hizo la representación cumple una penitencia asignada por el otro equipo. El juego se repite por turnos hasta que todos los miembros de los dos grupos hayan hecho su representación.
Bondad con la naturaleza Organiza con tu familia una salida al parque. Recojan piedras, tierra y troncos; pide a tus papás que compren unas plantas. Con estos elementos y un recipiente transparente formen un terrario. También podría conseguir unos peces y unas plantas acuáticas, así tendrán un acuario. Para conservar el terrario o el acuario, cada miembro de la familia lo cuidara una semana del mes; lo limpiara, regará o dará de comer a los peces. ¡Cuidar de los seres vivos es un acto de bondad que refleja responsabilidad! “creer en la bondad ajena es un testimonio de la bondad propia”
Me siento seguro La confianza nos da la seguridad y cuando nos sentimos seguros el miedo se aleja, somos más felices y calientes. Entre todos los sentimientos, hay uno que resulta ser especial porque es algo así como un abrazo cálido y reconfortante que nos hace sentir muy, muy bien. El saber que cuentas con tus papás o alguien en particular de tu familia, hace que te sientas seguro, cuidado y amado en la vida, es decir, desconfiado. La confianza es genial porque nos permite bajar la guardia y sentir que las cosas pueden ir bien. La confianza nos da seguridad, y cuando nos sentimos seguros, el miedo se aleja, sentimos que podemos hacer muchas cosas y ocuparnos de nuestras responsabilidades porque confiamos en que los demás se ocuparán de las suyas. La confianza se da en dos direcciones, ambas muy importantes para poder vivir tranquilos y muy felices. Por un lado está la confianza en ti mismo, que se da cuando conoces tus capacidades, tu personalidad y también tus límites. Por el otro lado está la confianza en los demás, que es cuando pensamos bien en los otros y, al conocernos y tratarlos, sabemos que van a actuar correctamente o a cumplir con lo que les toca. Confiar en los demás es algo muy bonito porque nos permite estar más seguros y poner un poquito de nosotros mismos en otras personas. Confiar es lo que nos permite hacer amigos, conquistar nuevos retos, trabajar en equipo y disfrutar de la vida sin miedos ni recelos.
Tras el secreto de los pájaros El muchacho que llegó al palacio del rey Gracián parecía un vagabundo de los bosques. Su mirada reflejaba árboles distintos, aguas dormidas, mares de espigas. Se notaba que había tenido en sus manos muchos pájaros y que había estado en lugares donde era difícil abrirse paso. A su espalda llevaba una bola de cuero con catorce flautas con las que imitaba los trinos y gorjeos de muchas especies de aves. Cuando el rey le contó que había escuchado hablar a un estornino y un jilguero que decían conocer un secreto que sólo él escucharía, el joven comentó: Son pocos los pájaros que hablan. Ellos y sus antepasados vivieron durante mucho tiempo en un templo oculto en lo profundo de un bosque. También yo los busco porque sé de su secreto. ¿Tú podrías llevarme allí? Preguntó el rey con esperanzas. Sí, señor, pero iríamos solos para no asustar a los pájaros. Tomando el camino adecuado llegaremos en dos noches y dos días. A media noche, vestido con ropas de mendigo, el Rey se iba como un fugitivo; dejaría el trono vacío. “¿Estará muy lejos del templo?”, se preguntó, mientras pensaba en sus frágiles rodillas. De haberse parado, se habría devuelto. Pero confiaba en el joven. Sus maneras misteriosas le daban a entender que sabía lo que hacía. “si conseguimos llegar a ese lugar, disfrutare de uno de los grandes momentos de mi vida. Será un descubrimiento, un privilegio”. Y, aunque no tenía muchas esperanzas de que se cumplieran, recordaba las promesas que le habían hecho los pájaros. La del estornido, por ejemplo: “si me dejas escapar, dentro de estos días sabrás algo que nunca olvidarás”. El Rey sentía que estaba emprendiendo el viaje más importante de su vida… siguiendo sin recelo al joven. Ir tras su estela nocturna le hacía sentir amparado. Pero al oír un ruido leve sobre su espalda, se sobresaltó: Tanta soledad da miedo. En estos bosques viven muchos animales. Algunos hacen ruidos, pero no van a atacarnos. ¿Y si no son animales? Tampoco hay ladrones, señor.
Aquellas palabras tranquilizaron a Gracián, el joven le inspiraba confianza… (Adaptación de un fragmento de la novela El secreto de los pájaros de Joan Manuel Gisbert. Editorial SM)
¿De qué se trata este cuento? En El secreto de los pájaros, de Joan Manuel Gisbert, el viejo Rey Gracián pasa los días escuchando el canto de los pájaros. Por su debilidad ya no puede recorrer los bosques en busca de bellos trinos. Pero un día todo cambia cuando recibe la visita de un joven flautista que necesita techo y comida. Él le revelará al Rey parte del secreto de los pájaros que hablan. De su mano, el monarca atravesará la espesura del bosque evadiendo las intrigas de algunos personajes extraños que los persiguen con intensiones oscuras. Joan Manuel Gisbert es un autor español de obras para niños y jóvenes. Sus libros se han traducido a diversas lenguas. Con esta novela ganó el premio Barco de Vapor, en el año 2000. Y tú, ¿Qué piensas?
¿Por qué razones el rey confía en el joven? ¿Cuál crees que es el secreto de los pájaros? ¿Cómo cambiará la vida del rey si los pájaros cumplen su promesa? ¿Piensas que para confiar en alguien es necesario conocerlo mucho? ¿Por qué?
¿Qué es la confianza? Confiar es creer. Creer en ti mismo y en los demás. Vivir sin confianza resultaría muy triste y difícil. Quien no cree en si mismo vive enojado, lleno de miedos e inseguridades porque siente que no puede con nada. Igualmente, quien no aprende a confiar en las personas se enfrenta a sentirse siempre solo, a sospechar en todo momento en las buenas intenciones de los demás… y así nunca podrá ser feliz porque estará ocupadísimo pensando en cómo y en qué momento lo van a traicionar.
Sólo la confianza nos deja ver la cara buena de nosotros mismos y de quienes nos rodean. ¡Mucho ojo! Con lo que NO le gusta a la confianza Engaño… Porque entonces la confianza no tiene una base real y, cuando se descubre la mentira, la confianza se quiebra. Abuso… Porque si alguien confía en ti y tú usas esa información para hacerle daño, con o sin intención, estás haciendo mal uso de la confianza que tuvieron… Y eso se siente muy feo. Miedo… Hay un miedo razonable, que es el que nos alerta del peligro. Pero hay otra clase de miedo, la inseguridad, que es esa vocecita que te dice que tú no eres capaz de hacer las cosas, que no puedes, que vas a fracasar: ¡no la escuches y atrévete!
Ingredientes para la confianza Sinceridad Para que exista la confianza debe permanecer la sinceridad. Cuando nos mostramos tal y como somos, sin mentiras sin máscaras, nos damos a conocer verdaderamente. Cuando la gente es sincera, resulta confiable para si misma y para los demás. Fe La fe es algo muy bonito porque es creer porque sí, con mucha fuerza, como en el caso de quienes creen en dios. Pero los papás también tienen fe en sus hijos y tú debes tener fe en tus papás. Es la confianza en grado máximo que está mezclada con el amor, es muy fuerte y debemos considerarla un gran regalo. Reconocimiento
Para sentir confianza en nosotros mismos, necesitamos recibir el reconocimiento de los demás, sobre todo de nuestros padres y amigos, que nos digan: “!lo hiciste muy bien!”, “!tú puedes!”, “sabia que lo lograrías”. Y nosotros debemos también hacerlo con los otros… cuando esto sucede, ayudamos a que confíen y se sientan seguros de sí mismos. Alegría Cuando tienes una actitud alegre y positiva ante la vida, es más fácil confiar. El optimista es el que espera lo mejor de quienes lo rodean y de la vida misma. Aunque no siempre resulta así, es preferible afrontar las cosas con alegría, en lugar de siempre estar esperando lo peor. Honestidad La honestidad es muy parecida a la sinceridad porque incluye la verdad. Se es honesto cuando los actos coinciden con las palabras, no se engaña ni se finge lo uno no es: ni siquiera para agradar ni quedar bien. Ni muy muy, ni tan tan Confiar no significa que los demás puedan abusar de ti. Cuando alguien te engaña, te traiciona o se porta mal contigo una y otra vez, debes protegerte a ti mismo y retirarle tu confianza.
Creo en mí Quien confía en sí mismo se siente seguro… sabe lo que puede lograr y se atreve a intentarlo. ¿Tú confías en ti? ¿Sabes cómo puedes lograrlo? Aprende a estar seguro de lo que eres y de lo que vales: reconoce que eres capaz. Convéncete de que eres único: no hay nadie igual a ti porque tú tienes tus propias cualidades. Siéntete importante: mereces respeto y puedes hacer muchas cosas buenas para ti y para los demás. Reconoce que eres afortunado porque estás acompañado: tienes familia y amigos que te quieren… tienes todos los ingredientes para confiar en ti… y quien confía en sí mismo puede confiar en los demás.
Cuidado con los excesos Hay un aspecto de la confianza en sí mismo que es muy importante. A Juan le pasó que, como había tomado un pequeño curso de natación, se sintió excesivamente confiado y, en un paseo, decidió nadar en un rio hondo y caudaloso. Después de unos minutos se sintió muy cansado y no podía flotar más. Afortunadamente, su tío se dio cuenta y lo sacó del rio antes de que algo le pasara. Por más que confiemos en nuestras habilidades, debemos aplicar la prudencia para no ponernos en peligro por exceso de confianza. Abuso de confianza Mariana fue a visitar a su amiga Carolina. Ella no estaba y su mamá le dijo que podía esperarla en su cuarto mientras regresaba. Para entretenerse Mariana se puso a esculcar las cosas de Carolina: abrió sus cajones, se probó sus collares y pulseras, se comió unos chocolates que estaban sobre la mesa de noche y hasta se puso el saco favorito de su amiga. Cuando Carolina llegó, vio a Mariana entretenidísima leyendo su diario. Mariana se enojó muchísimo y le dijo que lo que estaba haciendo era un abuso. Carolina respondió que cuál era el problema, ¿acaso no eran amigas? ¿Crees que uno puede hacer lo que quiera con sus amigos? Nos expresamos libremente En casa de Nicolás se respira un ambiente de confianza. ¿Cómo funciona eso? Pues todos en la familia se expresan sincera y libremente; todos dicen, respetuosamente, lo que sienten y lo que piensan; tampoco hay temas prohibidos. Claro que no siempre están de acuerdo, pero no hay ningún problema porque las diferencias de opinión enriquecen a la familia y permiten a todos sus miembros conocerse mejor. Un ambiente de confianza en el hogar nos trae seguridad y tranquilidad. La corrupción genera desconfianza Seguramente, has oído hablar de algo muy feo que se llama corrupción. La corrupción existe en todos los niveles y en todos los países, pero lo que más desconcierta a los ciudadanos es que ésta se da en el gobierno. Cuando nos enteramos de que algunos políticos abusan de su cargo y roban o hacen fraudes, la gente pierde la confianza de ellos porque hacen mal uso del poder que se les dio o del dinero de los impuestos
que todos pagamos. Para que los gobiernos sean exitosos, no deben traicionar la confianza de sus ciudadanos. Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Entre cómplices ¡Qué alivio sentimos cuando podemos confiar en alguien que nos acoge y nos comprende! Seguramente te has sentido así más de una vez. Haz una historieta sobre una situación reconfortante que hayas vivido con una persona en quien confías plenamente. Cómo sacar la pata Quizá te han contado algún secreto que debes guardar. Pero, ¡uy!... de pronto te da la tentación de revelarlo. Describe, por medio de un ejemplo, ¿Qué podría ocurrir?, ¿cómo se sentiría la persona que te lo confió?, ¿qué harías para enmendar el error? ¡Todos a jugar! ¡Este avión no tiene piloto! Qué bueno es despertar la confianza en los demás. Y qué satisfactorio es estar seguros de que no los vamos a defraudar. Invita a unos amigos a poner a prueba la confianza que se tienen entre todos. Los jugadores se reúnen por parejas; uno de ellos se hace de avión y el otro de piloto. El que hace de avión debe vendarse los ojos con un pañuelo. El que hace de piloto conducirá el avión a distancia, desde la línea de salida hasta llegar a la meta. Cada pareja tendrá un código secreto, que deberá acordar antes de la salida. Por ejemplo: Rojo: detenerse, verde: adelante, azul: a la derecha, blanco: a la izquierda. Gana el primero que llega a la meta. Armando palabras En este juego no se utilizan algunas letras prohibidas. Un jugador dice una frase sobre la confianza, por ejemplo “una persona discreta es confiable”.
A continuación dice: “sin la letra s”. Los demás jugadores deben construir una frase con el mismo significado sin utilizar o utilizando al mínimo la letra elegida por su compañero. Gana quien consigue mantener el sentido de la frase inicial sin utilizar la letra prohibida. “la confianza en ti mismo es el primer secreto del éxito”
Todos para todo Una persona considerada es aquella que piensa en los demás Tomás se enfadó mucho con sus padres porque lo llevaron al circo y justo ese día, el equilibrista que cruzaba la cuerda floja se cayó en el suelo. Es necesario precisar que el equilibrista sostenía cuatro cubos de madera en la cabeza; una varita de aluminio por encima de los cubos y en cuyos extremos giraban unos aros; iba haciendo malabares con seis pelotas de colores y, además, ¡estaba montado en un monociclo! Al llegar a la casa, la mamá le dijo a Tomás que tratara de hacer, al menos, la mitad de lo que el equilibrista intentaba hacer al tiempo. El niño lo pensó un buen rato, al cabo del cual su mamá aceptó que tenía razón, realmente era muy difícil. Una persona considerada es aquella que piensa en los demás, en el esfuerzo grande o pequeño que significa para ellos realizar un trabajo o que respeta los que los otros pueden estar sintiendo ante distintas situaciones. Considerado es quien valora los demás y aprecia lo que hacen y sienten. El criticón no piensa porque una persona actuó de tal o cual forma, simplemente la juzga; tampoco se pone a pensar si él podría hacer las cosas de una mejor manera. El criticón no es considerado. Una persona considerada se pregunta: ¿Qué le pasaría? ¿Por qué habrá obrado así? ¿Tendrá algún problema? ¿Cómo habría hecho yo eso? ¿Le puedo ayudar?
Una compañía muy especial Cuando el ama de llaves llegó del mercado con una gata pequeña a la casa de su amo, el pintor, este se molestó porque esperaba que ella apareciera con un pescado ordinario y algo de arroz.
¿Estás loca?, dijo la mujer. Nos estamos muriendo de hambre y se te ocurre traer un demonio para que comparta con nosotros lo poco que tenemos. Pero, tal vez somos tan infelices que sería bueno que un demonio nos llevara por los tejados entre sus fauces. ¡Amo, también hay muchos gatos buenos!, exclamó ella en medio del llanto. Tal vez se convierta en una grata compañía. El artista la miró. ¿Por qué habría de enfadarse, si ya antes habría sufrido hambre? Bien, bien. Será de buena suerte tener un demonio en casa. A lo mejor se las arregla para que tengamos comida. Veamos el bicho. Al abrir la canasta, una gatita blanca saltó sobre las esteras y se quedó quieta. ¡Oh! Es un gato de tres colores. Traen buena suerte, dijo el hombre. Apenas la gata lo oyó, se le acercó e inclinó la cabeza como si lo estuviera saludando. El artista olvidó el hambre. Al otro día, cuando el ama de llaves sirvió a su amo un tazón de sopa de pescado, la gata no se le acercó, a pesar de que los bigotes le templaban del hambre. Ha sido bien educada, comentó el artista. Por favor, cuando me traigas el arroz, trae un tazón para ella. Vamos a alimentarla. Cuando llegó el tazón, la llamó cortésmente. Pausadamente, la gata vino a sentarse al lado de su amo. Tuvo cuidado de no comer apresuradamente y de no ensuciarse. Aunque tenía mucha hambre, la gata sólo comió la mitad del arroz. Parecía que guardara el resto para el día siguiente, y deseara molestar lo menos posible. Y así pasaban los días. La mujer atendiendo a su amo y éste pintando bellos cuadros que nadie compraba. La gata se daba cuenta de que no podía ayudar a ninguno de los dos. Entonces se sentaba al sol en silencio, comía poco y miraba durante horas la imagen e Buda que reposaba sobre el suelo… Le está rezando al iluminado, dijo el ama de llaves. Está atrapando moscas, dijo el artista. Estás dispuesta a creer cualquier maravilla de tu gata manchada. Lejos estaba él de imaginar que, efectivamente, el animal traería consigo un milagro… (Adaptación de un fragmento de la novela la gata que se fue para el cielo, de Elizabeth Coatsworth. Editorial Norma)
¿De qué se trata este cuento?
La gata se fue para el cielo, de Elizabeth Coatsworth, un artista japonés comparte su pobreza con su ama de llaves. Cuando esta lleva una gata a la casa, el destino del pintor comienza a cambiar. En medio de la bondad y la compañía que se prodigan los tres personajes, el pintor ha sido elegido para crear un cuadro de Buda. Dispuesto a hacer una obra digna, el pintor se dedica a pintar recordando la vida de Buda. En la pintura van apareciendo diversos animales, excepto el gato que había sido excluido del paraíso. Cuando el pintor se da cuenta, siente compasión de su gatita y la representa en el cuadro. Este es un acto de amor que tendrá una retribución especial. La autora, norteamericana, ganó la Medalla Newberry en 1931. Y tú, ¿qué piensas? ¿Cómo interpretas el gesto del pintor de alimentar a la gata? ¿Qué crees que representan el silencio y la descripción del animal? ¿Crees que para ser considerado necesitas desprenderte de ti mismo? ¿Por qué? ¿En qué situación de tu vida esperarías que los adultos fueran considerados contigo?
¿Qué es la Consideración? Muchas veces esperamos que nos entiendan, que nos toleren, que nos lo den todo; pero nosotros mismos no entendemos, no toleramos o no damos lo suficiente. La consideración implica comprender, valorar y apreciar a los demás, saber que si obran de una u otra manera tiene una razón y que ésta tiene validez, al menos para ellos. Sin embargo, la consideración no se hace sólo con la mente, también implica una acción de nuestra parte. ¡Mucho ojo! Con lo que NO le gusta a la confianza Indiferencia…
Porque esto es ignorar a las personas y sus necesidades. Intolerancia… Porque te hace creer que eres superior a las demás personas. Critica destructiva… Porque no ayuda a mejorar lo que no está funcionando bien. Reflexión Reflexionar es lo contrario a precipitarnos para sacar conclusiones. Es cuando nos esforzamos por hacer un examen atento sobre un hecho o una persona antes de lanzar un juicio o una crítica. Aprecio Si partimos del aprecio hacia todas las personas, podremos obrar de manera considerada. Cuando no apreciamos ni valoramos a las personas, aun sus mejores acciones van a ser duramente criticadas y juzgadas.
Ingredientes para la consideración Cortesía Una persona considerada siempre trata a los demás de manera amable, afectuosa y cortés. Quien es cortés trata a los otros como le gusta que lo traten. Respeto Considerar es respetar. Todas las personas merecen respeto, aunque estén equivocadas, sean mayores o jóvenes, pobres o ricas. Tener en cuenta Las personas que nos rodean siempre tienen algo valioso que decir y que aportar. Un acto de consideración es escuchar y tener en cuenta lo que las personas dicen. ¿Alguna vez te han ignorado? ¿Cómo te has sentido? Solidaridad La consideración solo es real cuando se convierte en acción solidaria. Ayudar a los demás es el acto de consideración por excelencia.
Creo en mí Antes de realizar alguna acción o de pintar sobre algo, es necesario pensar. Imagina que un amigo que quedó de salir al parque contigo, te llama justo antes de la hora de la cita y te dice que ya no puede salir. Antes de enfadarte o de pensar que tu amigo es incumplido o irresponsable, piensa en todas las posibilidades buenas y válidas que tuvo para hacerlo: por ejemplo, quizá su mamá le pidió un favor, está triste o enfermo o quiere ayudarle a su hermana a hacer un trabajo. Luego, pregunta y, finalmente, disculpa a tu amigo de corazón. Entonces sabrás que eres considerado. De buen modo La consideración no te impide hacer una crítica seria y honesta de las acciones incorrectas de las personas.
Echemos una manita Si tu papá está atareado con un trabajo que tiene que presentarle a tu jefe, sería terriblemente desconsiderado de parte tuya poner la televisión o la música a todo volumen o discutir a grito entero con tus hermanos o con tu mamá. La consideración y la solidaridad van de la mano y el mejor lugar para ponerlas en práctica es en la casa. Los perfectos En todos los colegios se encuentran niños, niñas y jóvenes que son objeto de burla. Entre ellos tenemos a los gorditos, los de gafas, los bajitos, los altos, los tartamudos, los zurdos… pareciera que hay una raza de niños “perfectos” que tienen licencia para reírse de las características personales de los demás. Estos “perfectos”, obviamente, no son personas consideradas. Para ser considerado es necesario reconocer que todos somos diferentes y que las características originales de todas las personas son las que le dan vida y alegría a la sociedad. La Criticadera
Cuando tienes una actitud alegre y positiva de la vida, es más fácil confiar. El optimista es el que espera lo mejor de quienes los rodean y de la vida misma. Aunque no siempre resulta así, es preferible afrontar las cosas con alegría, en el lugar de siempre estar esperando lo peor. Ventana al mundo Explorar al mundo es un camino para volvernos más considerados. Muchos programas de televisión, libros y enciclopedias traen el mundo a nuestra casa. De esta manera podemos conocer la forma como cada cultura enfrenta sus problemas, celebra sus fiestas, se relaciona con los demás.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Recomendando a otros A Juan Manuel se le dificulta hablar en público. Hoy, en la clase de ciencias, no pudo exponer su trabajo sobre los reptiles. Sentía nervios, le sudaban las manos y sus palabras salían entrecortadas. Mario y Diana se rieron de él todo el tiempo. Escribe que hubieran podido hacer los compañeros de Juan Manuel, si hubieran más considerados con él. Proponles algunas ideas al respecto. Hay tiempo para todo Planea con tus padres y hermanos una redistribución de tareas en la casa, para que todos ayuden a manera bonita y, a la vez, dedicarse hacer lo que más les gusta. En un cuadro de labores, escribe lo que decidieron: ¿Quién hará qué y cuándo?
¡Todos a jugar! Inventa acrósticos Escribe en forma vertical el nombre de una persona a la que le quieras apoyar porque está pasando por un momento difícil. Piensa palabras amables que hablen de sus cualidades, como indica el ejemplo. Acompaña el acróstico con un dibujo y entrégaselo a tu amigo (a). Le caerán muy bien tus palabras. A dibujar situaciones Organiza dos equipos de jugadores. Un equipo escoge en secreto dos personajes de diferentes características: un duende y un anciano; una jirafa y un astronauta, por ejemplo. El participante del otro equipo, encargado de dibujar, se acercará al primer grupo para que le digan al oído los personajes sobre los que debe dibujar. Al regresar con su equipo, el dibujante representa una escena en la que uno de los personajes exprese consideración con el otro. Sus compañeros deben relatar lo que ocurre en la escena. Si la situación se descifra en un minuto, el grupo se anota un punto y elige otra para que la adivine el quipo rival. Si no se descifra, el primer equipo repite el turno. “Deja de reclamar como un derecho lo que puedes pedir como un favor”
Sin prisa pero sin pausa Gracias a la constancia, obtenemos la fuerza y el entusiasmo para alcanzar lo que soñamos
Imagina que existe un país llamado “Noacabado”. Ahí todo está sin terminar: una torre que sería la más linda y la más alta del mundo se quedó solo en el segundo piso, la iglesia simplemente alcanzó a ser una bodega sin techo, los niños cursan hasta la mitad de primer grado, la comida nunca acaba de cocinarse, los chistes se cuentan a la mitad, los libros tienen portada pero no páginas… ¿crees que ese país puede ser agradable para vivir? ¿Cómo crees que es la gente que lo habita? Que
poco se esfuerzan para que salga bien lo que han comenzado. A estas personas les hace falta constancia. Gracias a la constancia, obtenemos la fuerza y el entusiasmo para terminar lo iniciado, para alcanzar lo que soñamos. El ciclista llega a la meta por que es constante en el entrenamiento y en la competencia. El estudiante que alcanza los logros y aprueba el año trabajó con empeño para conseguirlo, dando lo mejor de si cada día. Sin constancia no son posibles el éxito ni el progreso. El sol es un ejemplo de constancia: diariamente madruga, sale, da luz y calor. Si el día está estupendo, ahí tienes el sol; pero el sigue ahí, constante, sin falta. El sol persona constante es la que siempre es aplicada en su tarea: Constante en el trabajo, en la amistad, en la solidaridad, en la alegría…
Una rueda para las cigüeñas Te estábamos esperando, dijo Eelka a Lina. ¿Has pensado lo que les pasará a las cigüeñas con este temporal? Ya lo sé. ¡Es horroroso! Si nuestros padres nos ayudaran a subir para colocar una rueda sobre el tejado de la escuela, cualquier cigüeña podría llegar y anidar en ella cuando pase la borrasca. Sólo así regresarán para volver a alegrar nuestro pueblo con sus nidos, y después con sus bebés. Pero los padres están agotados después de luchar contra el mar toda la noche. Ahora sólo quieren descansar. ¿Y si insistimos dándoles razones y machacando hasta que accedan?, dijo Eelka. Gruñirán un poco, se burlarán, pero acabarán haciendo lo que queremos. ¡Las cigüeñas vienen desde África y necesitan sitios para descansar y anidar! Si ya no hay árboles ni chimeneas, las ruedas en los tejados son la única opción para que construyan sus nidos. Además, si no tienen dónde parar, caerán al mar en medio de la tormenta mientras encuentran donde hacerlo. Sin embargo al llegar a la escuela, todos los demás chicos contaron que sus padres se negaban a prestarles atención. Vamos, ¿por eso se enfadan?, dijo el maestro. Sus padres son razonables. Uno no puede desafiar una tempestad… ¡miren que no es posible atravesar un muro con la cabeza! Sus padres harán lo que les piden cuando el tiempo lo permita. Es natural que estén impacientes,
pero la rueda puede esperar. Las cigüeñas también esperarán a que pase el temporal. Seamos tan prudentes como ellas. Cuando el maestro comenzó la clase, se escucharon murmullos que venían de afuera. ¡Nuestros papás!, gritó Lina. Es un disparate iba diciendo uno de ellos primero los chicos, luego las madres. Todos piensan únicamente en las condenadas cigüeñas y en la famosa rueda de carro. ¡Para no sufrir más hemos decidido subirla al tejado! La clase entera reía de lo lindo. Los hombres bromeaban. Pondrían la rueda a pesar de la tormenta y lo hacían con gusto. Utilizando todas sus fuerzas contra el aguacero que se descolgaba en ese momento, los pescadores se dieron a la tarea de preparar la subida al tejado de la escuela. Entonces dispusieron escaleras, maderas y cuerdas… Los niños lograron su objetivo: con buenas razones y mucho tesón, no se dieron por vencidos hasta convencer a los adultos de que la rueda era importante para que las cigüeñas regresaran a anidar al pueblo. (Adaptación de un fragmento de la novela una rueda en el tejado, de Meindert De Jong. Editorial Noguer)
Y tú, ¿qué piensas? ¿Qué piensas de la actitud que tomaron los niños para presionar a sus padres? ¿Por qué los padres deciden ayudarlos con la rueda? ¿Qué razones usaron los niños para convencer a los adultos? ¿Por qué es importante que las cigüeñas tengan dónde anidar? ¿De qué se trata este cuento? Una rueda en el tejado, de Meindert De Jong. Shora es un pueblo de pescadores al que nunca volvieron las cigüeñas. Quizá porque hay pocos árboles, los techos de las casas son puntiagudos o porque la gente ya no pone ruedas en los tejados para que las aves aniden. A nadie parece importante, excepto a Lina, quien convence a sus amigos de buscar una rueda que sirva para atraer a las cigüeñas al tejado de la escuela. Los chicos enloquecen a los adultos a fuerza de persistencia, hasta lograr su apoyo para repoblar de aves el lugar. De Jong es un autor holandés
galardonado con el Premio Hans Christian Andersen por el conjunto de su obra para jóvenes.
¿Qué es la constancia Muchos admiran a Juan Pablo Montoya por sus triunfos en el automovilismo. Algunos hasta quieren ser como él. Pero, quizá no saben que detrás de cada carrera hay largas jornadas de trabajo: madrugadas, trasnochadas, reuniones con el equipo, planeación de la estrategia…. Constancia. También son constantes los artistas, los inventores o los científicos. La constancia nos permite ser pacientes y perseverantes. Gracias a la constancia podemos alcanzar metas cortas o sueños grandes y ambiciosos. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la constancia Informalidad… Porque la constancia implica planeación y organización. Debilidad… Porque te lleva a abandonar tus metas ante el primer obstáculo que encuentres Pereza… Porque esta no deja avanzar en nada ¡Con pereza no podemos ni empezar nuevos proyectos! Desilusión… La tristeza o rabia que te causa no lograr lo que te propones no debe ser un obstáculo para seguir intentando. Paciencia Es la capacidad de no rendirnos ante los obstáculos que siempre encontramos en la vida. No todo es fácil ni lo que nos proponemos se
alcanza al primer intento. Debemos tener paciencia para intentarlo una y otra vez, entender que todo lo que vale la pena lleva su tiempo.
Ingredientes para la constancia Tenacidad Es el esfuerzo constante que debemos realizar para alcanzar nuestras metas. La lucha noble y leal es garantía de éxito en lo que nos proponemos. A veces hay que entrenar mucho para jugar bien al futbol o estudiar horas extras para dominar un tema… cuando todo nos sale bien, nos damos cuenta de que vale la pena esforzarse.
Firmeza Si cambiamos permanentemente de opinión o empezamos muchas cosas y no terminamos ninguna, difícilmente vamos a alcanzar nuestras metas. Sin llegar a la terquedad, es necesario ser firme en la forma de pensar y de obrar para alcanzar los fines que nos hemos propuesto. Lealtad La lealtad es la firmeza con la que nos apegamos a lo que creemos, pensamos, perseguimos o a quienes queremos. Pero recuerda que sólo vale ser leal a todo aquello que garantice nuestro bienestar y el de las personas que nos rodean. Muchas personas han sido constantes en destruir a los demás o en destruir el entorno: ¡a este tipo de constantes no los necesitamos! La constancia también nos permite conservar a nuestros amigos, ser buenos miembros de familia y colaborar en la construcción de nuestra sociedad.
Llegar a la meta Cuando eres constante, te sientes poderoso ante si mismo. Piensa en lo genial que es trabajar para alcanzar una meta que te has propuesto, aunque te tropieces o te canses. A esa energía que nos impulsa a seguir
se llama voluntad… y en serio, la voluntad mueve montañas. Antes de abandonar un proyecto, esfuérzate al máximo por alcanzarlo. Alcances o no la meta, el esfuerzo te dará una gran satisfacción.
¿Constancia o terquedad? Hemos visto lo importante que es la constancia. Sin embargo, hay que estar muy atentos para no confundir el deseo de alcanzar nuestras metas con la terquedad, la inflexibilidad, que es cuando te apegas ciegamente a algo, y la obsesión, que es cuando no hay espacio en tu vida para nada más. Recuerda que todos los extremos son malos. La niña que guardó sus pinturas A tita le encantaba dibujar, se pasaba las horas viendo libros con hermosas pinturas, pero cuando ella intentaba hacer las suyas, no le salían. Así que se desesperó y no volvió a dibujar. Un día le preguntaron que porque no dibujaba más y ella dijo que porque ya no le gustaba. ¿Qué lástima, no? Tita no supo apreciar su talento por compararse injustamente con grandes artistas ni se esforzó por seguir dibujando hasta obtener mejores resultados. Abandonó su pasatiempo favorito porque no era fácil. Proyecto familiar Estos eran dos hermanos que les pidieron a sus papás ¡un columpio! Al principio se negaron porque no tenían el dinero para comprarlo. Sin embargo, se les ocurrió una idea excelente: toda la familia trabajaría los fines de semana para construir el columpio. Así, la mamá diseñó el columpio, el papá cortó las tablas, entre todos lo armaron y los niños lo pintaron de sus colores favoritos. ¡Al cabo de un mes el columpio estaba listo! Todos trabajaron en equipo y se esforzaron por lograr una meta en común. No rendirse Algunas personas se desaniman porque mientras ellas se esfuerzan constantemente por obrar bien, por ser amables y honestas, otras engañan, mienten, abusan o hasta roban. A veces el desanimo lleva a asumir conductas negativas. Porque desgraciadamente lo negativo se contagia más fácilmente que lo positivo. En nuestro país hace falta una gran dosis de constancia para no rendirnos a la hora de obrar bien.
Aunque otros asuman conductas que van en contra de la sociedad, es necesario ser constantes en la vivencia de valores personales y sociales tales como la lealtad, la verdad, la solidaridad y el servicio. La no violencia Es impresionante todo lo que la constancia puede lograr. Había una vez un señor flaco y bajito, de apellido Gandhi. Él quería que su tierra, la India, dejara de ser propiedad de los ingleses para construirse en un país independiente. Gandhi tomó el mejor y el más difícil de los caminos: el de la no violencia. Logró convencer a millones de hindúes de llevar a cabo actos pacíficos como las marchas y grandes huelgas para lograr la independencia. Ante la violencia inglesa los hindúes resistían pacifica, pero firmemente. Por más que muchos intentaban convencer a Ghandi de tomar las armas, él nunca desistió. Esta forma tan inteligente de luchar y persistir le ganó la simpatía y el respaldo de muchos países del mundo. El método de Ghandi resultó muy efectivo: la India declaró su independencia en 1948.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces…. Lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! A inventar un poco Según un dicho popular, la constancia vence lo que la dicha no alcanza. Hay otro que dice: Más vale paso que dure y no trote que alcance… Mmmm… ¿Qué querrá decir todo esto? Representa en una caricatura el significado de estos mensajes. A pensar otro tanto ¿Crees que cuando nos fijamos un objetivo necesitamos de una buena dosis de terquedad para alcanzarlo? ¿La terquedad es lo mismo que la confianza? Piensa un poco porque vale la pena aclararlo: escribe las diferencias entre una persona constante y una terca. ¡Todos a jugar! Con tino y buen gusto
Nada pone tanto a prueba nuestra constancia y nuestro tesón, como una labor manual. Diseña un mosaico para decorar un rincón de tu habitación. Necesitarás una base de madera, piedritas de colores, pequeños trozos de vidrio o papel cortado en cuadros, pegante, un lápiz, una hoja de papel y unas pinzas. Haz un dibujo sobre la hoja de papel, recórtalo por el borde y pégalo en la tabla. Con las pinzas toma una de las piedras, vidrios o papeles y pégalos sobre las distintas áreas del dibujo, realzando su forma. Pon una argolla detrás de la tabla y cuelga tu obra. Para que sea más divertido, hazlo en equipo: pídele a alguno de tus hermanos o un amigo que te ayude, y luego tú le ayudas a hacer el mosaico para su cuarto. Uno de piratas En este juego todos demostraran su persistencia. Toma un puñado de cartas de naipes, entre las que haya sólo un As. Utiliza tantas cartas como jugadores. A quien le salga el As, será el pirata y deberá apoderarse de cada uno de los tesoros, es decir, de sus compañeros de juego. Para lograrlo, el pirata debe guiñarle el ojo a uno de los compañeros, pero cuidando de que los otros no lo pillen. El que recibe el guiño del pirata dice: ¡me robaron! El juego continuo y los demás deben tratar de identificar al pirata. Si lo descubren, pierde; si no, sigue robando tesoros. Gana el pirata que se lleve todos los tesoros sin que lo descubran. “la constancia es la virtud por la que todas las cosas dan su futuro”
Juntos es mejor Cuando hemos aprendido a compartir nuestro tiempo, espacio y talento con los demás, la convivencia se vuelve posible. Imagina que estudias en un colegio donde no tienes compañeros ni profesores, sales en la tarde y llegas a tu casa donde no hay nadie. Vas a jugar al parque solitario del barrio. Comes solo. Finalmente, vas a la cama sabiendo que no hay absolutamente nadie en tu casa. A lo mejor al comienzo es divertido, quizá por unas horas, máximo por un par de días, pero luego, estar solo
se hace insoportable, ¿no te parece? Siempre hacen falta los demás para charlar, para jugar, para hacer travesuras y hasta pelear. Si no hay otras personas no hay familia, ni amigos, ni curso, ni colegio, ni fiesta de cumpleaños, ni bromas… Estar con otras personas es una dicha, pero también es un arte. El arte mediante el cual aprendemos a compartir nuestro tiempo, nuestro espacio y nuestro talento con los demás se llama convivir. Es un arte porque no es fácil y requiere de mucho ejercicio para aprenderlo y dominarlo. Hay muchos espacios para convivir, entre ellos tenemos la casa, el colegio, los grupos y la ciudad. Gracias a la convivencia podemos alcanzar aun las metas más difíciles. Ahora vuelve a imaginar tu colegio lleno de niños y de niñas, el regreso a tu casa con la presencia de tu mamá que te espera con los brazos abiertos, el parque lleno de niños y de niñas riendo a carcajadas… ¿verdad que es mejor estar juntos?
Una familia muy particular Ninguno de los habitantes del barrio había pasado un solo día con los residentes de la casa número 5. Los Mennyn tenían sus buenas razones para apartarse de todos. No era que se sintieran superiores. Sencillamente, no se atrevían a mezclarse con extraños. No eran humanos, esa es la razón… al menos, no era el sentido más normal de la palabra. No eran de carne y hueso. Era pura y simplemente una familia entera de encantadores muñecos de trapo de tamaño natural. Vivian, caminaban, hablaban y respiraban, pero estaban hechos de tela y algodón y sonido a sus voces. Vivían en la casa de su creadora, una modista vieja, había dejado al morir. Nadie del barrio se quejó de que permaneciera vacía. Viñeta limpiaba los cristales y lavaba las cortinas. Joshua y los gemelos se encargaban del jardín. De diversos modos, todos ellos se las arreglaban para ganar dinero para pagar las facturas y comprar de vez en cuando alguna cosilla. Como eran de trapo, no necesitaban comer, aunque les hacía bien la calefacción para estar calientitos y secos. Pronto se dieron cuenta de que necesitarían una estrategia para sobrevivir en el mundo. Su primera ley consistió en mantener el mínimo contacto con los humanos. Cuando salían a la calle iban a toda prisa,
escondidos dentro de las ropas y sombreros con alas o bajo un gran paraguas. Usaban el teléfono y abrieron una cuenta bancaria sin ir a un banco y descubrieron un agente al que podían pagar el alquiler. Todo esto supuso un cierto ejercicio de fingimiento. A lo largo de los años, se habían convertido en un eficaz grupo familia, capaz de enfrentarse casi a cualquier cosa. Jugaban a vivir y cada uno desarrollaba sus propios talentos. Sir Magnus escribía artículos que vendía por correo a los periódicos. Appleby iba a la oficina de correos a comprar estampillas o entregar las cartas sin levantar la cabeza. Joshua ganaba un sueldo pequeño realizando trabajos en los que pasaba inadvertido. Viñeta aprendió a coser… pero todo este mundo encantado se hallaba en peligro. Durante 40 años, habían ido y venido a escondidas por el barrio, sin que nadie los notara. Pero, como señalara Sir Magnus, uno no puede sentarse en la misma habitación que un hombre sin darse cuenta de que es de carne y hueso; mientras que éste, a su vez, vería al otro lado de la mesa una cara de tela con ojos de botón y se quedaría horrorizado. (Adaptación de un fragmento de la novela la extraña familia Mennyn, de Sylvia Waugh. Editorial Alfaguara)
¿De qué se trata este cuento? En la novela la extraña familia Mennyn, los miembros de una familia de muñecos de trapo vive y sienten como seres humanos e inventan un mundo en el que simulan convivir normalmente con la gente del barrio. Hasta que el anuncio de una visita pone en peligro el secreto que han guardado por más de 40 años. Al tratar de evadir al visitante, los muñecos revelan su carácter y se confrontan entre ellos. El Mennyn azul es respetuoso; Joshua el padre conformista; viñeta, la madre, ordenada; Magnus el abuelo sabio y cascarrabias; Appley, la adolecente, cuestiona el habito de simulación de su familia y a través de ella se plantea hasta que punto la cotidianidad y las relaciones con los otros se alimentan de mentiras. Silvia Waugh es inglesa y con esta novela ganó en 1994 el premio The Guardián. Y tú, ¿Qué piensas?
¿Qué evento podría entorpecer la vida familiar de los Mennym?
¿Crees que ellos son felices sin interactuar con los demás habitantes de barrio? ¿Por qué?
Qué puede ocurrir a las personas que conviven con otras simulando una vida de mentiras?
¿Cómo crees que era la convivencia entre los muñecos? ¿Por qué?
¿Qué es convivir? Fíjate en la palabra convivir. Si la divides en dos partes, te queda así: con-vivir; y si le das vuelta te queda: vivir-con… y eso es convivir, es
vivir con otros, pero no de cualquier manera, convivir significa estar en compañía de otros en armonía. Las personas que conviven, o sea, las que comparten el tiempo y el espacio, se caracterizan porque se ayudan mutuamente y, cuando hay conflictos, los solucionan pacíficamente. Puede haber grupos de personas que están mucho tiempo juntas, pero que no conviven, porque no tienen la capacidad de compartir ni de estar en armonía.
¡MUCHO OJO! Con lo que no le gusta a la convivencia La desconfianza…. No puedes convivir si desconfías de los otros. El irrespeto… No puedes convivir si no cumples con las normas mínimas de respeto y buena educación. La antipatía… No puedes convivir si eres creído y arrogante, si te sientes superior a todos. El egoísmo… No puedes convivir si lo quieres todo solo para ti, si no tienes la capacidad de compartir tus cosas y tus dones.
Ingredientes para la convivencia La confianza Es muy importante porque es lo que nos permite creer en las otras personas, en sus capacidades y en su buena voluntad. Para vivir en comunidad debemos confiar en que los otros cumplirán lo que les corresponde, y así nosotros nos podremos dedicar a lo mismo.
La honradez Incluye la verdad y la honestidad. Si todos actuáramos honradamente en la casa y en la sociedad, la vida sería más “transparente”, más sana y
segura. La persona honrada no toma lo que no es suyo ni comete actos ilícitos que dañen la sociedad. La paciencia Para convivir debemos ser muy pacientes, ya que, como nosotros, hay muchas otras personas que tienen prisa, que quieren que los atiendan o que tienen necesidades que buscan satisfacer. Debemos mantener la buena educación y el respeto cuando sentimos que la paciencia nos abandona. La consideración Para ser considerados simplemente debemos “ponernos en los zapatos del otro”. Si estás cargado de paquetes quisieras que alguien te ayudara; si te caes, seria bueno que te ayudaran a levantarte; si vienes detrás de alguien, agradeces que no te tire la puerta en las narices. ¿Ves?, ahora sólo lo tienes que aplicar desde “el otro lado” La tolerancia Esta palabra tan de moda implica dos cosas esenciales para vivir en paz y armonía: la aceptación y el respeto de absolutamente todas las personas, sin importar su origen, sus creencias o su situación social y económica. La tolerancia nos enriquece al aceptar las diferencias.
No vivimos solos Aprender a convivir es aprender a vivir: aprender a vivir en familia, a vivir en comunidad y a vivir en armonía con nuestro entorno social y con la naturaleza. La clave de la convivencia es reconocer que todos tenemos derechos y obligaciones, ya que son estos los que rigen la vida en sociedad. Si todos hiciéramos lo que nos provoca sin ton ni son, sería imposible vivir juntos, en orden y en paz… por eso, el respeto y la responsabilidad son esenciales para la convivencia. Odios viejos ¿Alguna vez te contaron la historia de Romeo y Julieta? resulta que fueron dos jóvenes enamorados que no podían casarse porque se odiaban desde hacía mucho tiempo, tanto que ya no se acordaban porqué. En muchos lugares de nuestro país pasa algo parecido: la gente tiene mucha memoria para recordar lo malo que le hizo un bando, pero
poca imaginación para entender que los conflictos no resueltos generan más problemas. Sólo cuando aprendemos a resolver pacifica y justamente las diferencias, podremos vivir en paz. Los conflictos, cuando se aprenden a resolver por las buenas siempre traen consecuencias positivas. Me cuido La apariencia personal dice mucho de ti, si eres desordenado, no cuidas tus cosas, no tiendes la cama, o andas sucio o mal vestido, es señal de que no has aprendido a convivir, porque, ¿cómo se va preocupar por los demás una persona que no se preocupa por si misma? Recuerda que el cuidado que te dedicas a ti mismo también es un signo de respeto y de consideración hacia los demás !A nadie le gusta sentarse junto a alguien que huele mal, mastica con la boca abierta y está todo descuidado! ¿Jugamos? La mamá llegando de la oficina, el papá viendo las noticias, el abuelo junto a la ventana recordando viejos tiempos y los niños oyendo música en su cuarto… en fin, cada loco con su tema. ¡Qué tal si ustedes los niños invitan a los mayores a jugar! A todos nos encanta divertirnos, reír y pasar un rato lo más de rico con las personas que queremos. La diversión en la familia nos aleja del cansancio y la rutina, nos permite compartir y conocernos mejor. Además, muchas veces los adultos necesitan contagiarse de nuestra alegría. El que grita más fuerte Carlos y pepe fueron a comprar unos dulces en la tienda de la esquina. Mientras esperaban para pagar, el tendero y un cliente se peleaban a gritos. “Este queso está dañado”, decía el cliente. “Lo siento, no se lo puedo cambiar”, contestaba el tendero. Carlos y pepe veían cómo la conversación iba subiendo de tono: “usted es un ladrón”. “A mi me respeta”. “Su tienda es una porquería”. “Si no le gusta, lárguese”. Los niños sorprendidos, caminaron hacia el parque. “Que burros dijo Carlos. Nadie escuchaba a nadie, sólo gritaban. Seguro no han oído eso de que “hablando se entiende la gente”, ¿no? Los niños tenían más claro que los adultos que para convivir se necesita dialogar. Un caso ejemplar En Suráfrica existió durante muchos años un sistema político llamado apartbeid. Un país con 19 millones de negros era gobernado por 4.5
millones de blancos. La mayoría negra no era considerada ciudadana, vivía separada de los blancos y no podía acceder a los mismos trabajos, educación ni servicios de salud que éstos: la discriminación racial era oficial. Sin embargo, en gran líder negro, Nelson Mandela, no desfalleció en su esfuerzo por terminar con el apartbeid. Gracias a él, a sus compañeros y a la presión internacional, el régimen cayó. Después de pasar 29 años en prisión por sus ideas políticas, Mandela fue presidente de Suráfrica y, hoy, los blancos y negros de ese país conviven en paz y armonía.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! El barrio, un lugar amable para todos Parte importante de la convivencia es aprender a organizarnos para trabajar en equipo y sacar adelante cosas que nos beneficien a todos. Te invitamos a pensar en un proyecto que pueda hacerle la vida más agradable a la gente de tu barrio. Escribe propuestas de actividades, tales como conservar el parque, recoger basura o pintar un mural colectivo en una pared, que puedas realizar con tus amigos. Pídeles a ellos que hagan lo mismo, voten para realizar la mejor propuesta y ¡manos a la obra!
¡A investigar un poco! Seguramente sabes que las hormigas y las abejas son animalitos que sorprenden a los científicos porque sus sociedades funcionan muy bien. Estos insectos trabajan en equipo para lograr el bienestar de la comunidad. Ponte a investigar en los libros o en internet y dibuja una historieta que refleje esta organización. Te divertirás y aprenderás algo nuevo. ¡Todos a jugar! Dialogar y decidir
Necesitas cinco amigos y un poco de imaginación. Ustedes son pasajeros de un barco que sale en busca de una isla desconocida. Cada pasajero elige una profesión, justificando, con todos los argumentos posibles, su utilidad para el viaje. Pueden ser cantantes de rock, médicos, jardineros, enfermeras, poetas, bomberos, pintores… todo lo que quieran. Dibujen unos sombreros u objetos que los identifiquen. Al llegar a la isla deben representar su papel ¡Pero qué ocurrencias! El sentido del humor ayuda a superar las dificultades en nuestra convivencia con los demás. Pasa una velada con tus amigos recordando chistes, ocurrencias y anécdotas simpáticas sobre situaciones difíciles de convivencia vividas por cada uno. “Trata a los demás como deseas ser tratado”
¡Atrévete a soñar! La imaginación y la voluntad para darle forma a los sueños son nuestras mejores aliadas. Si abrimos bien los ojos y nos damos permiso de asombrarnos, nos daremos cuenta de que estamos rodeados de cosas maravillosas: estructuras altas y larguísimas que unen dos montañas, máquinas que transmiten e imprimen palabras a través de la línea telefónica, pinturas deslumbrantes que cuelgan de las paredes de los museos, música que salta de los parlantes de un radio y nos pone a bailar… todas estas fabulosas creaciones: los puentes, el fax, las obras de arte y la radio, alguna vez fueron tan sólo proyectos que brincaban en la mente inquieta de sus creadores. Si al imaginar esos proyectos ellos se hubieran dicho así como: “Nooooo, estoy como loco…eso es muy difícil”, “es más fácil seguir haciendo las cosas como siempre se han hecho”, o “la gente se va reír de mi propuesta”, hoy no gozaríamos de los beneficios, la comodidad y el placer que sus invenciones nos brindan. Los inventores, los científicos y los artistas son seres creativos por la excelencia. Imaginan algo nuevo en su cabeza y buscan la manera de
convertirlo en realidad. Pero te tenemos buenas noticias: no sólo los seres excepcionales ni los genios son creativos, ¡todos lo somos! Unos más que otros, es cierto, pero con un poco de confianza, imaginación y voluntad, podemos arriesgarnos a poner en práctica aquellas cosas que hoy sólo nos atrevemos a soñar o a imaginar.
Cazador de sueños Humberto, ese hombre enorme con barba de vikingo y ojos de koala, había ido a buscarlo esa madrugada para escalar aquella montaña coronada de nieve. A bordo del jeep y durante todo el camino, le contó historias y hazañas de sus viajes, le habló de los héroes de todos los días, los que, decía, se abren sin miedo a sus propios sentimientos, los que ayudan sin que nadie lo sepa, los que vuelan alto, alto, dejando el pellejo en el vuelo, los que son capaces de maravillarse con el mundo de todos los días, los que emocionan hasta las lágrimas con lo que van descubriendo tras las máscaras de la vida. “¿Me entiendes Capitán?”, dijo Humberto revolviéndole los cabellos. Capitán le dijo que si, que le entendía, pero lo que en realidad quiso decir fue que algún día entendería, que le juraba de corazón que entendería lo que en esos momentos le había dicho, y entonces tomó con fuerza esa mano grande y dura. Durante la noche, el viento del páramo arremetió con fuerza sobre la tienda de campaña. Capitán se despertó asustado y permaneció ovillado dentro del bolso de dormir. Ahora había un gran silencio. “¿Oyes?”, dijo Humberto. A los lobos les encanta el silencio. Ahora pueden acercarse a merodear, a olfatearnos de cerca”. Y así fue: unos minutos más tarde escucharon ruidos cercanos, gruñidos, jadeos, narices olisqueando el aire. Capitán pudo entonces ver con su imaginación los ojos encendidos de los lobos, sus narices húmedas, sus colmillos afilados. Entonces la voz de Humberto lo sobresaltó: “¿Sabes dijo este con voz ronca, hubo un tiempo en que quise dedicarme a cazar animales, pero no, me di cuenta a tiempo de algo que cambió para siempre mi vida… lo que en verdad quería, escúchame bien, era cazar sueños, sueños grandes y pequeños, lentos y veloces, sueños como el unicornio azul de la canción famosa… ya sé, tú lo sabes mejor que yo, Capitán, porque también tú eres un
cazador de los buenos… mira, cazar sueños es hacer que hasta los momentos más grises de tu vida se vuelvan coloridos, hacer que cada segundo de tu vida se vuelva importante, único… y para eso no hay que estar en el lugar especial, el que tiene que tener una actitud especial es uno, uno mismo, ¿comprendes?, y es eso lo que tu y yo hacemos, o tratamos de hacer, Capitán”. Luego de un breve silencio agregó: “Ahora duerme, duerme tranquilo cazador de sueños, los lobos no entrarán”. (Adaptación de un fragmento de la novela Cazadores de sueños, de Edgar Allan García, Colección Mitad del Mundo, Editorial Libresa)
¿De qué se trata este cuento? Cazadores de sueños es una novela de aventura en la que acompañamos a un niño que crece, que va dejando la infancia para iniciarse en el complejo mundo de los jóvenes y de los adultos. Capitán, el personaje protagónico, es un niño que crea mundos gracias a la imaginación y a sus lecturas. En compañía de su buen amigo Humberto, Capitán descubrirá distintas facetas de la naturaleza, el mundo, las relaciones con los demás y de si mismo. Con esta novela, su autor, el ecuatoriano Edgar Allan García, ganó premio Nacional de Literatura Infantil 1999, convocado por el Municipio de Quito, Ecuador. Y tú, ¿qué piensas? Cuando Humberto habla sobre los héroes, ¿cuál es la característica común que encuentras en su descripción? ¿Tú conoces gente con esas características? ¿Cómo los describirías? ¿Qué significa ser un “cazador de sueños”? ¿Cómo harías tú para cazar tus propios sueños? ¿Qué papel crees que juega la creatividad para hacer la vida más rica?
¿Qué es la creatividad?
La palabra creatividad se deriva de otra, grande y valiosa, que es la palabra crear. Y crear es la más humana de las facultades. Los hombres y las mujeres somos seres que inventamos, imaginamos, soñamos y después creamos a partir de lo que se nos ha ocurrido. La creatividad es desafiar la costumbre para no aburrirse a los demás, aprender a ver las cosas desde muchos puntos de vista y atrevernos a expresar lo que somos y pensamos. La creatividad es un don que todos tenemos, pero que necesitamos desarrollar. Si eres creativo, tu vida será más rica y divertida. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la creatividad La ociosidad… Porque es como tener la cabeza apagada. ¡Mejor apaga la TV y sal a jugar!
La monotonía…. Porque cuando un día es exactamente igual al otro y no rompes tu rutina, no encuentras nada nuevo que alimente tu espíritu ni tu imaginación. El autoritarismo… Porque la creatividad sólo se da en la libertad: libertad para ser, imaginar, crear y expresarte. La imitación… Porque si te acostumbras a imitar a otros, jamás descubrirás cómo se siente hacer las cosas a tu modo. Iniciativa Es pasar del pensamiento a la acción y esforzarnos por hacer realidad lo que cruza por nuestra mente. Tener iniciativa es entusiasmarnos para iniciar algo, para salir de la rutina y buscar nuevas opciones y respuestas.
Ingredientes para la creatividad
Inconformidad No siempre tenemos que estar de acuerdo con ciertas situaciones. La inconformidad puede llevarnos a encontrar soluciones a los problemas, romper moldes y crear cosas nuevas. Por ejemplo, si el hombre se hubiera conformado con no poder volar, no existirían los aviones; si las mujeres se hubieran conformado con quedarse en sus casas, hoy no podrían votar ni trabajar. Flexibilidad Cuando emprendemos algo, desde entablar una amistad hasta resolver un problema de matemáticas, necesitamos ser flexibles. Esto significa que debemos estar abiertos a las dificultades y buscar como superarlas. Ser flexibles es encontrar varias opciones para llegar a una solución o a un acuerdo. La terquedad te muestra un solo camino, mientras que la flexibilidad pone ante ti varias rutas para escoger.
Imaginación Nos permite construir mundos en la mente e ir lejos porque no tiene límites. La imaginación fábrica cosas maravillosas que se expresan cuando tomamos un lápiz, producimos nuevos objetos o inventamos un poema. La imaginación es la libertad sin límites. Originalidad Ser original es ser tú mismo. Una persona original es lo suficientemente segura para expresarse libremente porque se siente a gusto siendo él o ella. No le gusta imitar a los otros ni seguir al rebaño. Se cuestiona y se atreve a ser diferente, tanto en su forma de ser como en sus ideas.
Todo es posible Para ejercitar la creatividad sólo necesitas cambiar de actitud para abandonar la pasividad y envolverte en la actividad. Inventa nuevos proyectos, no importa que tan locos sean: puedes construir un robot, hacer un disfraz, desarmar y volver a armar un radio viejo, crear tus propias joyas y accesorios, armar un avión a escala, decorar tu habitación como más te guste… ¡Pon tu mente a imaginar y tus manos a trabajar!
Libertad y creatividad Cuando crecemos en un ambiente creativo es más fácil descubrir nuestras habilidades secretas, afilar los sentidos y liberar nuestra inteligencia. Los papás y los maestros pueden estimular a los niños para que den rienda suelta a sus ideas e impulsarlos a encontrar cosas nuevas. El apoyo y el entusiasmo serán el mayor estímulo para la creatividad. ¡A sacudirse el aburrimiento! ¿Estás en tu habitación sola, aburrida y sin nada que hacer? Pues eso no debería sucederte. ¡Sacúdete la pereza! Piensa en lo que más te gusta: la música, la lectura, o ver pinturas. Bueno, ahora trata de hacer alguna de esas cosas: si te gusta leer, juega a ser escritor e inventa una historia súper emocionante; si te encanta el arte, ponte a pintar o a dibujar…. Y si estás loco por la música, intenta tocar algún instrumento. Con un poco de imaginación puedes salir del aburrimiento y hacer cosas creativas que resultarán muy divertidas. De mí para ti A todos nos encanta recibir regalos, pero hay unos que son más especiales de todos: los que hacemos con nuestras propias manos. Sería muy lindo que para el cumpleaños de tus papás, hermanos o amigos les hagas un regalo hecho por ti, pensando exclusivamente para él o ella. Puedes escribir un poema o una maceta o inventarte cualquier objeto que se te ocurra. Papel, tijeras, pegante y mucho cariño, serán más que suficientes. Contra el sol y la lluvia La creatividad no sólo se expresa en el arte, sino en todo lo que hacemos para sobrevivir en nuestro medio ambiente. Fíjate como la gente del desierto hace sus vestidos con telas que rebotan a la luz del sol y absorben el sudor, o como quienes viven en la selva lluviosa han aprendido a utilizar las grandes hojas que ahí crecen para protegerse de la lluvia. Ser creativo nos permite darle nuevos usos a lo que tenemos a nuestro alrededor. Un verdadero genio Seguramente has escuchado hablar de Leonardo da Vinci. Este señor vivió hace más de quinientos años, en Italia, y aún nos sigue
sorprendiendo su gran creatividad e inventiva. Leonardo no solamente fue un magnifico pintor: también fue escultor, arquitecto, músico, ingeniero, inventor y hasta científico. Cuando faltaban muchos siglos para que el hombre pudiera volar, por ejemplo, Leonardo ya había diseñado helicópteros, paracaídas y aviones primitivos. También dibujó tajes de buzo, tanques de guerra y muchas otras cosas que eran inconcebibles para su época. No sabemos si Leonardo intentó construir sus inventos, pero de todas maneras su curiosidad no deja de sorprendernos.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! De mentira y de verdad ¿Te has fijado como en los anuncios de publicidad te cuentan las características y bondades de cientos de productos? Pues llegó el turno de hacer tu propia campaña de publicidad: escribe y dibuja el comercial de radio, TV o prensa de cualquiera de estos productos: una loción que hace crecer el pelo morado en los señores calvos; un carro que también se mueve sobre agua, una gaseosa con sabor a hamburguesa un parque de diversiones extremas para abuelitos. ¡Qué bárbaros! ¿Cuál es el personaje que más admiras por su creatividad? Puede ser científico, pintor, director de cine, diseñador o cantante de rock. Escribe qué es lo que más te gusta de tu trabajo y porque consideras que es original. ¿Será por su manera de vestirse, porque hizo algo que nadie había hecho antes o lo hizo totalmente diferente? Acompaña tu texto de un dibujo que retrate el personaje. ¡Todos a jugar!
Quién cruzará primero Apuesta con tus amigos a ver quien resuelve primero este acertijo: Un hombre transitaba por un camino con un lobo, un conejo y unas zanahorias. Caminando, caminando, llegó hasta un río que no tenía ningún puente para cruzarlo, únicamente una barquita muy pequeña donde sólo cabía él y un elemento más, ya sea uno de los animales o las zanahorias. ¿Cómo haría para cruzar el río? Si cruzaba con las zanahorias y dejaba los animales solos, el lobo devoraría al conejo. Si dejaba las zanahorias con el conejo, éste se las comería… ¿Qué solución propondrían? A crear adivinanzas Las adivinanzas también esconden nombres de personas. Con tus amigos resuelve éstas que proponemos: No confundas moche y día Mi nombre empieza con sí. Ni mujer con varón. Ay, ay, ¡quien lo diría! Que si me dices María, Con ele sigue y, al fin, Yo grito: ¡María, no! Acaba siempre en la vía. Prepara un concurso con tus amigos para inventar adivinanzas con los nombres de todos. ¿Quién hará la más ingeniosa?
La creatividad amplía todos los límites
¿Hablamos? Para dialogar no solo es necesario saber hablar, también es importante saber escuchar No es raro que los amigos peleen… y con frecuencia ninguno recuerda exactamente la razón de la pelea. En una ocasión, Margarita se puso furiosa con su amiga Laura porque alguien le contó que había hablado mal de ella, así que dejó de hablarle. Laura, por su parte, intentó hablar con Margarita, pero se cansó debido a los desplantes de ella. Pasaron dos semanas y la distancia entre las dos amigas era cada vez mayor. La mamá de Laura, extrañada porque Margarita no había vuelto a la casa, le preguntó por ella. Laura le contó la situación. “¿Han
dialogado sobre el asunto?”, preguntó la mamá. “No dijo Laura, Margarita no me quiere ni ver”. “Vuelve a intentarlo, no se si la situación valla a mejorar, pero por lo menos has un último esfuerzo”, aconsejó la mamá. Al día siguiente Laura buscó a su amiga y le dijo: “¿Hablamos?”. Margarita se puso feliz, abrazó a Laura y se sentaron a dialogar y a tratar de reconstruir lo sucedido. No había ninguna razón valida para haber dejado de hablarse. El diálogo es una conversación entre dos o más personas con fin de buscar acuerdos, de saber más acerca de algún asunto particular, de estrechar los lazos de amistad o de conocer el punto de vista de los demás y de presentar los propios. Para dialogar no sólo es necesario saber hablar, también es importante saber escuchar. Este binomio, hablar escuchar, sumado a la comprensión y a la sinceridad, nos dan como resultado un verdadero diálogo. Muchos problemas a tu alrededor, y aun del mundo, se solucionarían si ante un conflicto, una situación difícil algo que no se comprende, alguien pidiera silencio y dijera: “¿hablamos?”.
Un mundo con espacio para todos Esa tarde mi mamá entró en la casa casi bravísima: ¡Salvajes! ¡Hijos de salvajes! ¿Qué pasó? Que Tulio y Benito, ese par de bestias, rociaron el clochard con detergente y luego lo bañaron con la manguera. Acabaron de llamar a la policía para que se los lleven. ¿El clochard? ¿Qué es eso? El mendigo, el hombre que estaba en frente. ¿Y porqué se lo van a llevar si no ha hecho nada? Lo llevarán a un sitio donde pueda secarse y le darán ropa nueva. ¿Seguro, mamá? Eso espero. El clochard estaba tendido en el suelo, con las piernas encogidas y la cara tapada. Me pareció que temblaba de frío. Un policía lo empujó con la bota pero no se movió. Finalmente, lo alzaron y lo metieron al automóvil.
La mamá de Tulio fue la única que habló: Bien hecho: ¡Cómo se le ocurre a ese vago venir a instalarse aquí, a un vecindario de gente decente…! Esa noche durante la cena, le pregunté a mi mamá que por qué le decía “clochard” al mendigo. Tuvo que pensar un momento y luego me dijo: Porque clochard es una palabra más bonita que mendigo y porque ellos, en realidad, no mendigan. No piden nada. Se han apartado de la gente, viven en su propio mundo, ¿ves?; Clochard así los llaman en Francia. ¿Y no tienen familia? Probablemente no. Y si la tienen, se han alejado de ella. No aceptan reglas y, a veces, son gente extraña, excéntrica, un poco loca… ¿Son como el Ché Guevara? Mi papá se rió y mi hermano Pablo se apretó la barriga, muerto de risa. ¡Qué bobo! ¡Como el Ché Guevara! No se rían dijo mi papá poniéndose serio. Juan tiene razón, en cierto sentido, porque el Ché también se alejó de la sociedad y no aceptaba sus reglas. Y también era peludo dijo Pablo, todavía riéndose. Yo me paré de la mesa y me fui a mi cuarto. Mis padres siguieron hablando de Ché y de las utopías, que son como un sueño muy bonito, pero que no se puede realizar, dice mi mamá. Y también hablaron de Cristo y del cristianismo, esas cosas que les gusta mucho discutir a mis papás y a Pablo. (Adaptación de un fragmento de la novela tres buches de agua salada, de Verónica Uribe. Editorial Norma)
¿De qué se trata este cuento? Juan vive con su familia en Caracas. Un día se encuentra un prendedor con la imagen de Yemayá, diosa africana de las aguas, gracias a este, Juan conoce el nieto de una santera. Por él se entera de que una noche en especial, los pescadores hacen tres buches de agua de mar para pedir tres deseos, porque ese día el mar esta cargado de cosas buenas. Convencido de ello, Juan hace su ritual de iniciación y su suerte empieza mejorar. Está cambiando, creciendo y ganando autoconfianza, también por la actitud de apertura de sus padres para dialogar con él y sus hermanos.
Verónica Uribe, la autora de Tres buches de agua salada, es chilena y vive en Venezuela. Y tú, ¿qué piensas? ¿Qué cosas importantes aprende Juan al conversar con su madre? ¿Cuál es la actitud del padre cuando Pablo interrumpe el diálogo con su risa? Según el tono en que conversan, ¿cómo son las relaciones entre los miembros de esta familia? ¿Por qué crees que es saludable hablar abiertamente con nuestra familia sobre lo que nos pasa?
¿Qué es el diálogo? El diálogo es la oportunidad que tenemos para saber más de los otros, sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros mismos. Sin el diálogo es imposible el amor, la comprensión, el progreso, la amistad o el conocimiento. El diálogo es también el mejor camino para evitar la agresión y la violencia, así como para construir relaciones de respeto, afecto y colaboración. En todo caso, no olvides que cuando quieras dialogar sobre algún asunto no debes buscar que siempre triunfen tus ideas. El diálogo implica hablar, escuchar, comprender y hasta poner en duda el propio punto de vista. A veces los diálogos no terminan en acuerdos, pero si en un deseo sincero de buscar lo mejor para todos los participantes. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta al diálogo La agresividad… Porque no permite crear un ambiente de confianza que lleve a un dialogo sincero. La ironía… Porque hace daño, hiere y ofende a los demás. El grito…
Porque genera resistencia en el que escucha y lo afecta tanto como un golpe físico. El chisme… Porque no es una forma legítima de diálogo sino una oportunidad para destruir a los demás.
Sinceridad Es la capacidad de obrar sin tener ocultas dobles intenciones. Dos o más personas no pueden dialogar tranquilamente si existe la posibilidad de que haya mentiras de por medio. Tampoco nos podemos pasar la vida dudando de los demás, creyendo que lo que están diciendo es mentira.
Ingredientes para el diálogo Confianza Para que se dé el diálogo necesitas creer en la persona que está en frente de ti. Seguro que tu crees en ti mismo, confías en ti; ahora facilita el camino hacia el dialogo confiando en los otros. Cuando se parte de la desconfianza el diálogo es imposible. Escuchar Es más que “parar oreja”: escuchar es la capacidad de recibir, reconocer y comprender lo que la otra persona te dice. Cuando dos personas están hablando, es ideal que se miren a la cara, que ambas estén atentas a lo que se dicen mutuamente, que respondan sus preguntas y que estén abiertas al intercambio de opiniones. Sonrisa No hay nada mejor que una sonrisa acompañada de una actitud gentil hacia los demás. La expresión agradable de la cara invita a la confianza y a la sinceridad a la hora de charlar. ¡Qué rico es acercarse a alguien que sonríe! Buenas palabras
Al dialogar es muy, pero muy importante usar palabras que construyan y no aquellas que hieran y ofendan. Seguro que conoces unas cuantas palabrotas, las has dicho o escuchado y sabes el afecto desagradable que causan… bueno, pues no las uses. Las palabras pueden construir una buena amistad o destruirla. Recuerda que las palabras tienen muchísimo poder. Diálogo interior Cada vez que tengas la oportunidad, entra en tu habitación o busca un lugar solitario e intenta hablar contigo mismo. Pregúntate como estás, como te sientes con la vida, qué es lo mejor que te ha sucedido, que te da alegría, qué te entristece, a quién quieres y a quien no, cómo puedes ser una mejor persona. Pero no olvides que el diálogo implica escucha y respuesta. Pero no olvides que el diálogo implica escucha y respuesta: una vez formuladas las preguntas, respóndelas y utiliza estas respuestas para conocerte y ser una mejor persona.
¡Un multiusos multiefectivo! Efectivamente, el diálogo sirve para todo: para conocerte a ti mismo y a los demás, para caer en la cuenta de cosas que no habían pasado por la cabeza, para resolver conflictos, llegar a acuerdos, alcanzar la justicia y para evitar la violencia… ¡Uff! El diálogo es la súper herramienta para el entendimiento. Pasado de moda Al parecer ye está un poco pasado de moda reunirse a conversar en familia. En efecto, todos los miembros de la familia salen muy temprano a cumplir con sus deberes, llegan muy tarde y cansados, prenden la TV o se encierran en sus cuartos y ¡adiós a la posibilidad de diálogo! ¿Te has dado cuenta que en las emisoras de radio se han vuelto a poner de moda las canciones de hace muchos años: canciones de los 60,70 y 80…? ¡Qué tal si ponemos de moda nuevamente el diálogo familiar! A las trompadas No es raro que en los colegios los profesores o los mismos estudiantes tengan que separar a dos o varios chicos que están arreglando sus
diferencias “a las trompadas”. Eso pasa cuando un jugador comete una falta en un partido, cuando un árbitro pita mal, cuando un chico se hace novio de la niña que le gusta a otro, cuando se hace una broma de mal gusto… y en mil ocasiones más. ¿Será que algún día podemos arreglar nuestros problemas siempre por la vía del diálogo? ¡Es más agradable ponerse a conversar que salir con un ojo morado! Mesas de diálogo Sabemos de sobra que en nuestro país muchos grupos se enfrentan a diario por diversas razones. No podemos aceptar ningún tipo de violencia, sobre todo aquella que les hace daño a los inocentes y a los más débiles. Para erradicar la violencia en Colombia, en varias ocasiones se han propuesto “mesas de diálogo” que, desafortunadamente, no han dado mucho resultado. ¿Será que en lugar de “mesas de diálogo” debemos crear sillas y hamacas de diálogo para estar más cómodos, o mejor, corazones de diálogo sinceros y confiados? Ciberdiálogo Para conversar ya no hace falta ir a la casa del vecino, ni siquiera conocer a la otra persona. Los chats han creado formas nuevas de conversar, pero no siempre pueden considerarse diálogo. Porque el calor humano, la mirada, la sonrisa, la explicación detallada, el café o la gaseosa que acompañan la charla también son componentes importantísimos del diálogo… y esto no lo tiene el chat, ¿o sí?
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces…. Lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Ante todo, la calma Seguramente, más de una vez has discutido con tus hermanos o tus amigos por alguna diferencia de opinión, ya sea por un juego, la elección de una película o la distribución de labores dentro de una actividad de grupo. Ponte a pensar y escribe cómo una discusión acalorada puede convertirse en un diálogo conciliador.
El tiempo de las palabras ¿Existe algún tema sobre el que hace algún tiempo deseas hablar con tus padres y no has podido hacerlo, ya sea por temor, timidez o falta de oportunidad? Diseña una tarjeta para invitarlos a conversar sobre eso que para ti es tan importante. Dibújala tu mismo, decórala o píntala como desees. Ponla en un sobre y entrégaselas personalmente o déjala en su mesa de noche. Proponles ir a un restaurante, al parque o sencillamente a caminar por el barrio en una tarde soleada… y conversa largo con ellos: verás cuantas opciones pueden intercambiar. ¡Todos a jugar! ¡Al teléfonooo! Invita a algunos amigos a armar parejas de novios con los personajes que aparecen en las dos columnas siguientes. Utilicen un par de dados para definir por turnos cada pareja. 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Madonna Gatúbela Cenicienta Campanita Shakira La Monalisa
1. 2. 3. 4. 5. 6.
Batman Indiana Jones Frankenstein Pelé Homero Simpson El minotauro
Será o no será Se trata de descubrir a un personaje conocido por todos: actor, político, músico, héroe mitológico, compañero de la escuela… un jugador le hace preguntas a otro para tratar de adivinar quien es el personaje que ha elegido. Por ejemplo: ¿Es joven? ¿Sale de una historieta? ¿Es torpe? ¿Usa capa? ¿Tiene pelo rojo? Las respuestas sólo pueden ser sí o no. El que descubre de quién se trata, debe pensar en un nuevo personaje.
Un virus muy contagioso El entusiasmo nos impulsa, nos llena de optimismo y nos permite forjarnos sueños posibles de alcanzar. Hay veces en que sucede algo mágico que surge desde muy dentro de nosotros mismos; es como un corrientazo de energía que nos impulsa a seguir y seguir y seguir, a no dejarnos vencer hasta conseguir lo que nos hemos propuesto. Además, esa fuerza es positiva y alegre, y tiene un nombre muy bonito: ¡entusiasmo! La palabra entusiasmo es una palabra que salta, que corre, que se esfuerza, que disfruta. Cuando está activa, todo parece más sencillo y hasta lo imposible se vuelve más cercano. El entusiasmo es el ingrediente secreto que ha hecho que los hombres las mujeres conquisten grandes sueños que parecían metas inalcanzables: ¡desde curar enfermedades, crear obras de arte o hasta llegar a la mismísima luna! Pero el entusiasmo también es necesario para vivir las pequeñas cosas de todos los días: para ayudar en casa, para cumplir con tus obligaciones escolares, para terminar lo que empiezas. El entusiasmo no sólo impulsa a quien lo experimenta, sino que es muy contagioso. Si tú crees en algo que necesitas defender, tienes un proyecto que te interesa sacar adelante o estás trabajando para hacer algo que beneficie a los demás, seguramente encontrarás gente que querrá unirse a tu empeño. ¡Afortunadamente no hay vacuna para el entusiasmo! Si todos aprendiéramos a gozarnos cada pequeña cosa que hacemos cotidianamente, viviríamos más felices y mucho más satisfechos con nosotros mismos. ¿De qué se trata este cuento? Lejos como mi querer y otros cuentos reúne veinticuatro relatos en los que la autora recrea, con argumentos profundos y un lenguaje delicado, los temas y personajes de las historias de hadas. Princesas y ogros, mendigos y príncipes, gigantes y emires se debaten entre la soledad, la ilusión, la tristeza y el odio, dejando en el lector un sabor inquietante sobre el significado de las emociones humanas.
Marina Colosanti nació en Asmara, Etiopía. Hija de padres Italianos, vive desde pequeña en Brasil. Ha escrito para grandes y chicos. En ocasiones ilustra sus propios libros. Con esta obra ganó el Premio Norma – Fundalectura en 1996.
El material de los sueños Sin haber deseado nunca una casa, aquel hombre se sorprendió deseando un palacio. Y el deseo, que había empezado pequeño, creció rápidamente, ocupando todo su querer con cúpulas y torres, fosos y mazmorras e inmensas escalinatas cuyos peldaños se perderían en la sombra, o en el cielo. Pero, ¿cómo construir un palacio cuando es apenas un hombre, sin bienes ni riquezas? “Sería bueno si pudiera construir un palacio de agua, fresco y cantarín”, pensó el hombre mientras caminaba por la orilla del río. Arrodillándose, hundió las manos en la corriente. Pero el agua siguió su viaje, sin que sus dedos la retuvieran. El hombre se levantó y prosiguió ¡. “Sería bueno si pudieras construir un palacio de fuego, luminoso y danzante”, pensó frente a la hoguera que había encendido para calentarse. Pero al extender la mano para tocas las llamas se quemó los dedos. Y advirtió que jamás podría habitar en él. Tal vez porque el fuego era caliente como el sol, le pareció verse, niño, a la orilla del mar. Y, con el recuerdo, surgieron ante sus ojos los lindos castillos de arena que en esos tiempos construía. Ahora, el mar estaba lejos. Pero el hombre se puso de pie y caminó, caminó… Es preciso un material más duradero para hacer un palacio. Atravesó la planicie, escaló una montaña. Se sentó en la cima y, en voz alta, con pausa, comenzó a describir el palacio que veía en su imaginación. Salidas de su boca las palabras se aplicaban como ladrillos. Salones, patios, galerías surgían poco a poco en lo largo de la montaña, rodeados por los jardines de las frases. Pero no había allí nadie que pudiese oír. Y cuando el hombre, cansado, guardó silencio, la arquitectura pareció desdibujarse y poco a poco se deshizo. Agotados todos los recursos, no se agotaban sin embargo, el deseo y el entusiasmo. Entonces el hombre se acostó, se cubrió con su capa, ató sobre sus ojos el pañuelo que tría al cuello. Y empezó a soñar.
Soñó que unos arquitectos le mostraban sus proyectos, trazados en rollos de pergamino. Se soñó así mismo estudiando aquellos proyectos. Soñó luego los pedreros que tallaban piedras en las canteras, los leñadores que abatían árboles en las florestas, los alfareros que ponían ladrillos a secar. Soñó el cansancio y los cantos de todos esos hombres. Y soñó las mujeres que asaban el pan a ellos destinado. Después soñó las fundaciones y el palacio, llenando el espacio del sueño con sus cúpulas, sus minaretes y sus cientos de escalones. Soñando, vio aún que la sombra de su palacio dibujaba otro palacio sobre sus piedras. Y sólo entonces despertó. Miró la luna, miró a su alrededor. Continuaba solo, en la cima de la montaña ventosa, sin abrigo. No habitaba en el palacio. Pero éste, grandioso e imponente, habitaba en él para siempre. Y tal vez navegara silencioso, noche adentro, rumbo al sueño de otro hombre. (Adaptación de “Un palacio noche adentro”, en lejos como mi querer y otros cuentos de Marina Colosanti. Editorial Norma)
Y tú, ¿qué piensas? o ¿Estás de acuerdo en que el sueño es un material duradero para construir un palacio? ¿Por qué? o ¿Qué representa el palacio que habita en el hombre? o ¿Qué hubiera ocurrido con el deseo del hombre si él hubiera perdido el entusiasmo? o Cuando estás triste y desanimado, ¿a quién buscas para que te ayude a recuperar el entusiasmo?
¿Qué es el entusiasmo? Entusiasmo quiere decir “Dios adentro”, y este magnifico significado te dará una gran fuerza que encierra esta palabra. Vivir con entusiasmo significa estar lleno de espíritu positivo, de alegría y de ánimo. El entusiasmo es una actitud: tú eliges vivir aburrido o alegre, encontrar el lado gris o coloreado de las cosas. Obviamente, a veces hay tareas o situaciones que no nos despiertan ningún tipo de entusiasmo, pero puedes buscarle el lado amable o positivo para estimularte y realizarlas de la mejor manera. A veces el entusiasmo surge espontáneo y otras nos toca buscarlo.
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta al entusiasmo Monotonía… Porque si no haces nada por encontrarle el lado divertido e interesante a tu vida cotidiana, si un día es igual al otro… será muy difícil que algo te emocione. Apatía… Porque si todo te da igual o no te das el tiempo de conocer ni aprender nuevas cosas, vivirás muy aburrido. Egoísmo… Porque si no te importa lo que viven los demás, será muy difícil que te contagies de su entusiasmo… Y eso sería una verdadera pérdida de grandes oportunidades para ti mismo. Pesimismo… Porque si eres de aquellos que piensan que “todo lo que va mal puede ir peor”, estarás construyendo un muro a tu alrededor que te impedirá ver lo rico de la vida. ¡Hay que ahuyentar al pesimismo! Alegría No sólo es un estado de ánimo, también es una actitud ante la vida. Si enfrentas las labores cotidianas con alegría, te resultarán más fáciles; si muestras tu cara alegre a los demás, éstos se contagiarán de tu entusiasmo. Eso de que “al mal tiempo buena cara” es mucho más efectivo de lo que eres.
Ingredientes para el entusiasmo Optimismo Dice un viejo proverbio que “hay quienes ven un vaso medio lleno y otros lo ven medio vacío”. Es más fácil tener un actitud medio entusiasta si prefieres ver lo bueno que lo malo, si a una situación difícil le encuentras una oportunidad que encierra o si prefieres creer en los demás en lugar de desconfiar. El optimismo nos permite ver la vida desde su mejor y más positivo ángulo.
Tesón Para que el entusiasmo dure, es necesario el tesón. Esto es, el esfuerzo continuo por sacar adelante una amistad, un proyecto o un desafío. Si el esfuerzo no acompaña al entusiasmo, lo que emprendas será como esos bonitos juegos artificiales: chispazos maravillosos que duran unos minutos, se extinguen…. Y luego, no queda nada. Creatividad Estas es muy importante para mantener el entusiasmo en aquellas actividades que no nos gustan mucho, pero que nos toca hacer. Puedes poner música y bailar mientras ordenas tu cuarto, premiarte con lo que más te guste si te aprendes una lección, imaginarte lo feliz que se pondrá tu mamá cuando hayas terminado de lavar la loza. Emoción Es el disfrute y el entusiasmo en su máxima expresión. Ponerle emoción a tu vida es llenarla de cosas buenas, como el amor, la energía positiva y la pasión. Te pueden emocionar muchas cosas: una canción, una obra de arte, una hazaña deportiva o una humanitaria, el cariño de tu mascota, el amor de tus padres o hasta un bello paisaje. Emocionarte quiere decir que estás verdaderamente vivo.
Llueva, truene o relampaguee… No podemos pensar que el sol o la lluvia, el calor o el frio, hagan nuestro día genial o aburrido. Todos los días son buenos para que dejes nacer en ti el entusiasmo y la esperanza. Todos los días son maravillosos para quienes encuentran una oportunidad para dejar el egoísmo. Todos los días son radiantes y alegres para quienes trabajan para construir un mundo más justo y armónico. Cada día, tu entusiasmo puede hacer la diferencia no sólo para ti mismo, sino para quienes tienen la fortuna de cruzarse en tu camino.
Fuerza positiva Recuerda que la fe en ti mismo genera confianza y te llena de seguridad. La seguridad y la confianza son la llave que abren la puerta del
entusiasmo… y cuando el entusiasmo llega con toda su fuerza alegre y positiva, prepárate, porque lo mejor estará por ocurrir. Cambio de actitud Ana estaba muy aburrida porque sus papás la mandaron a pasar unas vacaciones a casa de su abuela. Ella prefería quedarse en su ciudad, con sus amigas, para charlar por teléfono, ir al cine y a las fiestas. Así que Ana llegó con su cara larguísima a casa de la abuela. Ésta la recibió muy bien y la puso a bordar, hornear galletas y cuidar las flores junto con ella. Poco a poco, Ana abandonó su mala actitud y fue entusiasmándose con esas nuevas actividades. Después era ella quien le decía a la abuela: “! Nada de pereza, vamos a arreglar las flores!”. Al mostrar una buena disposición, Ana no solo aprendió nuevas cosas, sino que gozó el cariño de su abuela. Con cajas y papeles Los niños del barrio querían organizar una fiesta de disfraces. Consiguieron dinero para la música, las gaseosas y los sándwiches; la mamá de Pipe hasta prestó la casa. Pero nadie tenía disfraces, así que Lety propuso que se juntaran durante una semana para hacer ellos mismos los disfraces, ¡Fue divertidísimo! Buscaron los modelos en libros y revistas… Neto se disfrazó de caballero medieval, con cajas forradas de papel de aluminio: Juliana se hizo un vestido de princesa, con la falda de papel de seda; Luis fue un genial extraterrestre con casco de globos… Nadie en el barrio recuerda una fiesta tan divertida y distinta. Del páramo a la selva Como tú sabes, Colombia se encuentra entre uno de los países que tienen una mayor riqueza ecológica en el mundo. Aquí existen especies de animales y plantas, así como ecosistemas, que son parte importantísima del patrimonio natural, no sólo del país, sino del planeta. Gracias a la labor de las comunidades, los grupos ecologistas y organizaciones ambientalistas nacionales y extranjeras, la enorme riqueza del país está bien resguardada. Hace algunas décadas, la naturaleza era vista como simple paisaje. Hoy, gracias a la contagiosa pasión de mucha gente comprometida, es vista como una gran riqueza que hay que cuidar. Descifrando misterios
Hace más de tres siglos, un joven francés llamado Jean Francois Champollion vivía fascinado con la civilización del Antiguo Egipto. Para tratar de penetrar sus secretos y con tan solo 16 años, Champollion dominaba seis lenguas: copto, hebreo, sirio, caldeo, árabe y etíope. Pero el sabia que la única manera de conocer realmente la historia de Egipto, era descifrando su escritura: los misteriosos jeroglíficos. Lleno de entusiasmo y pasión, Champollion dedicó tres años de su vida para traducir la llamada piedra de Rosetta, la cual tenía labrado el mismo texto en tres tipos diferentes de escritura. Su esfuerzo lo llevó a ser el primer hombre en descifrar los jeroglíficos egipcios. Gracias a su pasión, nació una nueva ciencia, la egiptología. ¿Ves que tan lejos nos puede llevar el entusiasmo?
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Anímate y disfruta A veces sentimos que sólo podemos entusiasmarnos por las cosas grandes o por los planes inalcanzables. Pero también hay pequeñas cosas que nos llenan de entusiasmo y nos hacen felices. Dibuja una escena de tú película favorita y un lugar especial en el que quisieras permanecer por largo tiempo. Escribe porque te entusiasma tanto. Con un poco de ritmo Muchos músicos, pintores y poetas han creado obras para celebrar la alegría que acompaña al entusiasmo. Pon a prueba tu talento musical y escribe una canción sobre la alegría, utilizando estas palabras: Viento, Luna, Flauta, Mar, Gentil.
¡Todos a jugar! ¡A toda máquina! Se hacen dos filas con cinco jugadores cada una. Frente a cada fila se pone de base una pelota o un pañuelo. El primer jugador de cada equipo
corre hasta la base, la recoge y se la lleva al segundo jugador; éste la toma, la devuelve a su lugar y regresa para tocar al tercer jugador que debe ser corriendo en busca de la base para traérsela al cuarto jugador y así sucesivamente. Gana el primer equipo en el que todos los jugadores hayan llegado hasta la base… así te darás cuenta que el entusiasmo es fundamental para conseguir las metas de un equipo. Duelo de cojines Levanta ese ánimo jugando con tus hermanos o tus amigos. Necesitas una tabla, dos ladrillos, cinta de embalar y dos cojines. Hagan una pasarela con los ladrillos y la tabla. Aseguren los ladrillos con cinta o amárrenlos con un trozo de tela. Dos jugadores suben a la pasarela llevando cada uno un cojín en la mano. Luego tratarán de derribarse “acojinaos”. Cada uno intentará que el jugador contrario baje de la pasarela. Cuando un jugar pierde el equilibrio, salta al suelo y pierde el juego. “Busca todos los días un motivo de entusiasmo”
La vida es bella La familia debe ser un espacio para el amor, el respeto y la alegría El domingo es el día de la familia en el parque. Niños por todos lados, padres, abuelos y tíos pendientes de los pequeños. Aquí el orgulloso padre columpia a su hijo, allá la mamá le soba la rodilla a su hija que se hizo daño, por otro lado los muchachos juegan a la pelota, los abuelos alientan a las palomas mientras vigilan a su nietecito que está en el coche…así pasa la vida familiar los domingos o durante los días de vacaciones. Las familias suelen aprovechar los días libres para estar juntos y hacer lo que no es posible hacer entre semana. Entre semana todo es diferente. Mañanas aceleradas entre la ducha, el desayuno y la hora de salida de unos a trabajar y otros a estudiar. La tarde y la noche son también de mucha actividad: los hijos haciendo tareas, los papás ayudándoles, cocinando, alistando los uniformes, luego todos ven un poco de televisión y finalmente, a dormir. La familia la componen las personas que más queremos, por distantes que estén: el papá, la mamá, los hermanos, los tíos, los primos…algunas familias no tienen sus miembros completos, pero esto no importa, en todo caso son una familia
si se quieren y se ayudan mutuamente. La parte de la familia compuesta por los padres y los hijos se llama familia nuclear y si le agregamos todos los otros miembros (abuelos, tíos, primos, etc.) se llama familia extensa. El lugar donde habita la familia nuclear se llama hogar. En una casa puede vivir cualquier persona, pero en el hogar sólo vive la familia. ¿De qué se trata este cuento? Ma y Pa Drácula cuenta la historia de Jonathan, que con 9 años no comprende porque sus padres nunca desayunan con él y en ocasiones aparecen muy pálidos y débiles. Una mañana decide salir de su casa y encuentra a Tobi, una niña que le cuenta sobre las vacaciones y lo lleva a conocer la escuela. De regreso en casa, el chico expresa a sus padres el deseo de ir a la colegio, tener amigos y llevar la vida diurna que todos parecen vivir. Esta petición hace que sus padres le revelen un gran secreto: ellos son vampiros, y él un niño adoptado al que aman profundamente. Confundido al comienzo, pero comprensivo después, Jonathan aprovecha la situación para hacer la fiesta de brujas en su casa, con los monstruos anfitriones más condescendientes y reales del mundo: sus padres. Anne Martin es una autora norteamericana de novelas para niños y jóvenes.
Familia de noche y de día Quiero ir a la escuela, dijo Jonathan categóricamente. Mamá y papá se quedaron boquiabiertos. Sabíamos que esto sucedería algún día, expresó papá. Ir a la escuela sería un gran cambio, le dijo mamá a Jonathan. Tendrías que dormir durante la noche y levantarte por la mañana. Tú papá y yo casi no nos veríamos. ¿Y por qué no duermen también por la noche? Mi amiga Tobi dice que eso es lo que todos hacen. Nosotros no somos todos, pero te permitiremos ir a la escuela, le informó papá. Supongo que el señor Saginaw ya no será tu tutor, aunque te ayudará en el día con lo que necesites y te llevará en el carro a la biblioteca. ¿Y dónde estarán ustedes?, preguntó nerviosos Jonathan.
Bueno, estaremos en casa, pero dormidos, dejo papá. Nosotros seguiremos durmiendo en el día y… trabajaremos durante la noche. ¿Y por qué?, preguntó Jonathan. No creo que nadie más duerma en el día y esté despierto en la noche. El chico hizo una pausa. Se sentía confundido y enojado. ¿Soy adoptado?, preguntó de repente. Soy tan distinto a ti y a mamá. Mamá y papá se miraron durante un largo rato. Papá dijo finalmente: Hijo, es hora de que sepas la verdad. “Entonces si me adoptaron pensó Jonathan. Lo sabía”. Mamá suspiró. Está bien, esta es la verdad. Tu padre y yo somos Vampiros buenos. Jonathan rió y fue por el libro de monstruos que había traído de la biblioteca. Lo abrió en el capitulo siete donde decía cómo reconocer a aun vampiro, y leyó: “Los vampiros temen al sol, no tienen sombra, no se reflejan en los espejos… su piel se sonroja con la sangre, y sus ojos se ponen brillantes…” Jonathan no tuvo que confirmar ninguna de esas señales. Pero Jonathan estaba desconcertado. Está bien, dijo a sus padres, si ustedes son vampiros, entonces ¿yo qué soy? ¿De dónde vengo? Tú mi querido niño, respondió mamá con cariño, eres nuestro hijo. Fuiste adoptado… teníamos muchas ganas de tener un hijo, pero tenemos siglos de edad. Nuestra única esperanza era adoptar un niño. Y eso hicimos. Qué suerte la mía, dijo Jonathan Y el señor Saginaw es nuestro ayudante, dijo papá. Como tú el es mortal. Su trabajo consiste en ocuparse de ti. Jonathan trató de entender todo. Su vida estaba cobrando sentido. Ahora comprendía por qué siempre vivían lejos en el campo…. Alégrate, dijo mamá, ¿no te hemos dicho que puedes ir a la escuela como los otros niños? Discúlpenme, dijo Jonathan, pero estoy tratando de absorber unas noticias insólitas. Y, además, durante nueve años me alejaron de algunas cosas que yo podría haber disfrutado, como la T.V. Jonathan intentó tranquilizarse. Pero gracias por dejarme ir a la escuela, dijo sinceramente. ¡Me muero de ganas de ir a clase de matemáticas! (Adaptación de un fragmento de la novela Ma y Pa Drácula, de Anne Martin. Editorial Fondo de Cultura Económica)
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Estás de acuerdo con Jonathan en que ser adoptado por vampiros es una suerte? ¿Por qué? ¿En qué se parece esta familia a la tuya? ¿Cómo crees que puedan convivir en armonía los miembros de una familia, aunque haya fuertes diferencias entre ellos? ¿Por qué la familia es una parte importante de la sociedad?
¿Qué es la familia? La familia es el conjunto de personas con las que vivimos, sobre todo, aquellas que nos han acompañado desde pequeño y nos dan el amor y el cuidado que necesitamos. Con ellas compartimos nuestra vida, nos acompañamos y nos brindamos amor por mucho tiempo. La gran mayoría de las familias están compuestas por los papás, los hijos y los demás parientes, vivan o no cerca. Pero hay muchos niños que por diversas razones no conocieron a sus papás, estos niños también tienen una familia. Así mismo existen otras familias en las cuales los papás no viven juntos. Esto no quiere decir que no sean familia, ya que los lazos y el cariño existen verdaderamente. Mucho ojo Con lo que no le gusta a la familia El maltrato… Porque se daña el amor, hay diversas formas de maltrato, como las malas palabras, los golpes, los gritos o los insultos. Hay que evitarlos siempre. El egoísmo… En la familia no puede existir el individualismo egoísta que lleva a alguno de los miembros a pensar sólo en sí mismo y nunca, poco a poco, en los demás. La mentira…
Porque destruye la confianza. Las buenas relaciones entre los hijos dependen de la confianza mutua. Si se rompe la confianza y la mentira se vuelve costumbre, la relación se debilita. Hogar Es el espacio en el que se vive la vida familiar. El hogar es más que una casa, es el espacio del amor, de la confianza y de la solidaridad. El hogar se va haciendo cada día con la participación de todos los miembros de la familia.
Ingredientes para la familia Confianza Es la seguridad que tienen los hijos en sus padres y los padres en sus hijos. La base de la confianza es la verdad, por eso es necesario que en la familia no haya mentiras ni dobles intensiones. Los papás pueden hacer mejor su labor si sus hijos no mienten y los hijos pueden confiar más en sus padres si ellos no los engañan ni les ocultan lo que es necesario saber para la vida. Solidaridad Es la disposición permanente de ayudar a los demás de manera oportuna. En la familia, los más pequeños suelen necesitar de los grandes. Pero ¿Quién dijo que ellos pueden solitos? Muchas veces también necesitan de los pequeños, por eso es importante que los hijos ayuden a los padres con los oficios de la casa y que le tengan consideración cuando llegan cansados de su trabajo. Amor Es la base de la vida en la familia. Sin amor, los padres y los hijos realmente sólo son un grupo de personas que viven juntas, pero que no llegan a formar una familia. Por amor, cada día los padres salen a trabajar, los hijos estudian para ser mejores; por amor, los papás no duermen cuando su hijo está enfermo; por amor, los hijos hacen tarjetas del Día de la Madre y del Padre. ¿Quiénes son tus hermanos?
Los hermanos nos son sólo esos seres molestos que te cogen tus cosas, te pelean por la televisión, se meten en tus asuntos, o te acusan con tus papás… aunque a veces te cueste trabajo creerlo, tus hermanos pueden llegar a ser tus grandes amigos. Tómate el tiempo para conocerlos y disfrutarlos. Verás que son divertidos, solitarios… y muy parecidos a ti.
Con paciencia y respeto La familia es una pequeña comunidad en la que debe regir el amor, la comunicación y el respeto. Sin embargo, hay momento en que no todo marcha tan perfecto como en una película, el conflicto es parte natural de la convivencia, no siempre estamos de acuerdo, a veces nos peleamos, nos disgustamos o hasta dejamos de hablarnos por algún motivo. Cuando esto suceda en tu familia, recuerda que la comunicación es vital. Habla con tus papás para defender tus puntos de vista. Escúchalos con atención cuando ellos te expongan sus razones o sus reglas. Respeta a tus hermanos aunque haya momentos en que te colmen la paciencia. Los conflictos familiares se resuelven con comunicación, paciencia, respeto y mucho amor. Atención, por favor… Piensa un momento: si no fuera por tu familia no sabrías amar ni comprometerte con los demás. No estarías en capacidad de discutir ni de defender tus propios puntos de vista. No sabrías que hacer cuando alguna persona te tentara con propuestas sospechosas. No habrías aprendido el orden y las normas de urbanidad. No tendrías a donde llegar en las noches frías… la vida sería jartísima y dificilísima, ¿cierto?
Otro tipo de familia Hace algunos años el divorcio era algo prohibido y las familias que pasaban por esa situación eran mal vistas. Afortunadamente, la situación ha cambiado y se ha vuelto más tolerante y respetuosa. Si tus papás están separados o divorciados, seguro que has pasado momentos tristes y difíciles. Pero fíjate cómo es mejor que cada quien este en su casa, a vivir todos los días en medio de un ambiente tenso y difícil. Aunque tus papás no vivan juntos, ambos te quieren muchísimo y se
preocupan por ti. Tu familia existe aunque el matrimonio de tus padres se haya disuelto. ¡Que vivan las mujeres! En la mayor parte del mundo, pero principalmente en los países pobres de América, África y Asia, las mujeres son quienes más trabajan para sostener a sus hijos y en quienes recae su formación. Las mujeres son a la vez, madres, maestras, enfermeras, formadoras y trabajadoras… A veces pareciera que son unas súper heroínas que tienen la capacidad de dividirse en muchas. En fin, las mujeres son luchadoras incansables que con esfuerzo y sacrificio sacan a sus hijos adelante y contribuyen a que la sociedad sea mejor. ¡Bienvenidos! A las grandes ciudades de nuestro país han llegado centenares de familias que han tenido que dejar sus tierras y sus pertenencias a causa de la guerra. Son familias desplazadas que buscan la solidaridad y el cariño de las personas que estén en mejores condiciones que ellas. Muchas organizaciones trabajan para que tengan mejores condiciones de vida. A todos los demás nos corresponde darles buen trato y hacerlas sentir como en su casa. El hogar del desplazado es aquel que le brinda la oportunidad de ganarse el pan de cada día.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Otros lugares, otros grupos Cada cultura tiene sus diferencias. Averigua como son las familias de los esquimales cuales son sus costumbres, como educan a los niños, cómo celebran sus fiestas.
Crea la página de un periódico en la que les cuentes a los niños esquimales cómo son las familias de tu país. Elabora dibujos vistosos y textos amenos para que tu página sea muy alegre y ellos entiendan lo que quieres mostrarles. El árbol del amor Arma tu árbol genealógico. Consigue fotos de tus papás, hermanos y abuelos. Dibuja un gran árbol con muchas ramas. El lado derecho es para la rama materna y el lado izquierdo, para la paterna. De cada lado pegarás la pareja conformada por tus abuelos. Abajo debes seguir con la foto de tu papá o tu mamá y después, y después con la tuya y la de tus hermanos. Al lado de cada foto pon el nombre, la edad, el lugar de nacimiento y las características más bonitas de cada miembro de tu familia. ¡Todos a jugar! Mmm… ¡qué rico! ¿Quién dijo que cocinar no es una actividad súper divertida? Los grandes cocineros lo consideran un juego delicioso en que el amor tiene mucho que ver. Expresa el amor que le tienes a tu familia organizando un almuerzo muy especial para el domingo. Proponle a tus papás y hermanos que participen: cada uno debe sorprender a los otros con un plato sabroso y original en su decoración… si pides preparar el postre, será más fácil. El mastín Convida a tus hermanos y a tus primos a jugar al mastín en un parque o el jardín de la casa. Necesitas mínimo 7 jugadores. Un jugador hace de mastín y se para sobre una línea de tiza que divide el campo en dos. Este jugador solo puede moverse sobre la raya. Cuando alguien grite “a pasar”, los otros 6 jugadores tratarán de pasar al otro lado sin dejarse atrapar por el mastín. Si el mastín atrapa a un jugador deberá hacer que se siente en el piso. Si lo logra antes de que se escape, el perdedor se convierte en mastín y se queda en la raya para ayudarle a atrapar a los otros. El juego termina cuando todos los jugadores se han convertido en mastines.
¡Dibújate una sonrisa! La felicidad no es un golpe de suerte, es un camino optimista y positivo que construimos nosotros mismos a lo largo de la vida. Algunos definen como el éxito, otros como el bienestar, algunos más con la ausencia de tristeza. Sin embargo, la felicidad es mucho, mucho más que todo eso. ¿Te has fijado como felicidad es una palabra que resplandece? Cuando la pronunciamos, los labios se alargan en una sonrisa, porque su esencia se encuentra en la alegría de vivir. Puede que a veces la pasemos mal, que nos sintamos tristes o que nos esté yendo muy bien. Pero si mantenemos una actitud positiva, optimista y agradecida con la vida, es decir, alegre, no dejaremos que la felicidad se nos escape. En realidad, la mejor noticia es que la felicidad no puede huir de nosotros porque ésta vive en nuestro interior, la llevamos y nos acompaña a donde quiera que vayamos. Todos tenemos la capacidad de ser felices si buscamos el lado bueno de lo que nos rodea y nos sucede, incluso a los problemas; si mantenemos el entusiasmo cotidiano, eliminamos los sentimientos negativos, aprendemos a querer y nos dejamos amar. Si piensas en lo que te hace feliz verás que existen cosas que parecen importantes, como los juguetes o las vacaciones que siempre has deseado, pero si te esfuerzas, te darás cuenta que la felicidad verdadera no está en las cosas materiales, sino en esas otras cosas que el dinero no puede comprar, como el amor de tu familia, el cariño que sientes por ti mismo, el bienestar que te deja un abrazo, la diversión que guía tus juegos con tus amigos o la satisfacción que sientes cuando estás haciendo algo tal vez pintar o jugar fútbol que te gusta mucho. Algo que te hará muy feliz es saber que la felicidad no es un golpe de suerte, sino un camino que cada uno de nosotros construye.
¿De qué se trata este cuento? Remedio para melancólicos, de Ray Bradbury, es una colección de 22 relatos en los que el autor demuestra su maestría para dar un grito fantástico a las situaciones cotidianas. Un traje maravilloso que cambia a todos los que lo visten, un artista dibujado en las arenas de la playa, un individuo anónimo que se baja de un tren en un pueblo aún más
anónimo, son algunos de los motivos que el lector puede disfrutar en este libro. Genio de la ciencia ficción, Bradbury nació en Estados Unidos, en 1920. Entre novelas, colecciones de cuentos, poemas y obras de teatro, ha publicado más de 30 libros.
El regalo Mañana será navidad, y aun mientras viajaban los tres hacia el campo de cohetes, el padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo del niño por el espacio y deseaban que todo estuviese bien, cuando en el despacho de la aduana los obligaron a dejar el regalo, que excedía el peso límite y el arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les quitaban la fiesta y el cariño. El niño los esperaba en el cuarto terminal. ¿Qué haremos?, dijo la madre. ¡Y tanto que deseaba el árbol! Nada, nada… ¿Qué podemos hacer? La sirena aulló y la gente se precipitó al cohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar, y el niño entre ellos, pálido y silencioso. Ya se me ocurrirá algo, dijo el padre. Y el cohete despegó y dejó atrás una estela de fuego, y dejó atrás la tierra, el 24 de diciembre de 2052, subiendo a un lugar donde no había tiempo. Cerca de la medianoche, hora terráquea, según sus relojes neoyorkinos, el niño despertó y dijo: Quiero mirar por el ojo de buey. Había un único ojo del buey, una “ventana” bastante amplia, de vidrio muy grueso en la cubierta superior. Todavía no, dijo el padre. Te llevaré más tarde. El padre había estado despierto pensando en el regalo abandonado, el árbol perdido y las velas blancas. Al fin, creyó haber encontrado un plan. Si lograba llevarlo a cabo, este viaje sería en verdad feliz y maravilloso. Hijo, dijo, dentro de media hora, exactamente, será navidad. El rostro del niño se encendió le temblaron los labios. Ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron… Si, todo eso y más, dijo el padre. Pasó el resto del tiempo arrastrado por el fuego, el silencio y el movimiento insensible….
¡Navidad! ¡Ya es navidad! ¿Dónde está mi regalo? El padre tomó al niño y a la madre por el hombro, salieron de la cabina y subieron por una rampa. Hemos llegado, dijo el padre. Se detuvieron frente a la puerta cerrada de una cabina. El padre llamó en código. La puerta se abrió y se oyó un murmullo de voces. Entremos, dijo el padre. Entraron en el cuarto. En verdad era muy oscuro. Ante ellos se abría un inmenso ojo de vidrio de un metro de alto y dos metros de ancho, por el que podían ver el espacio. El niño se quedó sin aliento. Detrás de él, sus padres también se quedaron sin aliento, y entonces en la oscuridad del cuarto, varias personas se pusieron a cantar. Feliz Navidad, hijo, dijo el padre. El niño se avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el vidrio del ojo de buey. Y allí se quedó por largo rato mirando, mirando simplemente el espacio, la noche profunda, y el resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas…. (Adaptación del cuento “El regalo”, en remedio para melancólicos de Ray Bradbury. Editorial Minotauro)
Y tú ¿qué piensas?
¿Qué opinas de la solución que encontró el padre para resolver el problema del regalo de su hijo? ¿Crees que el niño fue feliz?, ¿Por qué? ¿Qué habrías esperado tú, en mitad del espacio, en vez de un regalo de Navidad? ¿Por qué alcanzamos un poco de felicidad cuando hacemos felices a los otros?
¿Qué es la felicidad? La felicidad es el conjunto de todos los momentos felices que hemos vivido, de los buenos sentimientos que nos guían, del optimismo que nos acompaña y de la alegría que nos llega a cada momento de nuestra vida. La felicidad debe ser la meta más importante de cada persona. Por eso, es muy importante mantener una actitud alegre y aprender a tirar a
la basura aquello que nos hace infelices. ¿Cómo se alcanza la felicidad? Mirando hacia adentro: la felicidad no puede estar afuera de ti, vive en tu interior. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la felicidad La amargura… Existe gente que se especializa en encontrarle el lado malo a todo, incluso a lo bueno. Son incapaces de ser felices. La tristeza… Todos, en algún momento, nos hemos sentido tristes. Sin embargo, no debemos olvidar que tenemos muchas otras razones para alegrarnos y dejar ir la tristeza. La ingratitud… Para ser felices debemos agradecer cada día de vida, así nos vaya bien o mal. Autonomía La felicidad no es un golpe de suerte: está condicionada por nosotros mismos, por las actitudes que asumamos, las decisiones que tenemos y el comportamiento que tengamos. Una persona feliz controla su vida, sabe adaptarse a los cambios y confía en sí misma: sabe que ella es la responsable de su propia felicidad.
Ingredientes para la felicidad Disfrutar Tenemos que aprender a disfrutar las pequeñas cosas buenas que nos suceden todos los días: una rica conversación con los amigos, el descanso después del trabajo bien hecho, la gran belleza de la naturaleza, lo delicioso que sabe un helado de chocolate. Nunca dejes de gozar lo bueno, por pequeñito que parezca, de los que estás rodeado. Altruismo El altruismo es la actitud bondadosa, generosa y comprensiva que tenemos hacia las demás personas. Cuando eres altruista aprendes a
comprender a los otros, a tenderles la mano cuando lo necesitan y a compartir todo lo bueno, material o espiritual, que tú tienes. Dar felicidad por medio del altruismo tiene efecto de boomerang: se te regresa y te trae más felicidad. Amor El amor es tan grande y tan bueno que es quizá la condición más importante para la felicidad. Necesitamos sentirnos amados, amar a los demás y a nosotros mismos para que nuestra vida adquiera todo su sentido. El amor nos hace fuertes y generosos, nos lleva por el buen camino y nos aleja del egoísmo. El amor llena nuestros corazones de felicidad. Optimismo Es la mejor forma de ver la vida, cuando esperamos que todo lo que sucede sea para bien y confiamos en que lo bueno prevalece sobre lo malo. Si tenemos una actitud optimista nos daremos cuenta de que son las cosas que pasan las que nos hacen felices o desdichados, sino la manera en que las asumimos.
Un mundo feliz Entre los sueños recurrentes de la humanidad está el construir un mundo feliz. Las leyendas de la mitología universal hablan de momentos, perdidos en el tiempo y la memoria, en que los hombres y mujeres vivían en armonía, sin guerras, ni hambre. Pero siempre, en todas estas historias, los mismos hombres fueron responsables de dañar ese mundo paradisíaco. De esta forma se expresaban las dificultades por las que ha pasado la humanidad. Si bien es cierto que todavía no hemos llegado a vivir en un mundo perfecto, podemos trabajar todos los días para que la felicidad sea posible para todos. Un granito de arena
Aunque parezca mentira, toda buena acción que hacemos en nuestra vida cotidiana resulta importante a nivel “macro”, es decir, hace que todo vaya mejor en nuestra familia, nuestra sociedad, nuestro país y, por supuesto, hace del mundo un lugar más feliz y positivo. ¿Ves cómo somos de importantes? Regalar felicidad Ese día, Juliana regreso más contenta que nunca del colegio. Su papá le preguntó que si había llevado su muñeca nueva y ella contestó que sí. “¿Y qué dijeron? Le preguntó el papá. ¡Te apuesto que les encantó a tus compañeras?” “Sí dijo Juliana, a quien más le gustó fue a Margarita. Ella casi no tiene juguetes, la abrazaba y la miraba con unos ojos que… se la regalé”. ¡“Pero cómo si a ti te gustaba mucho!” “Sí, ¡pero me gustó más ver lo feliz que se puso Margarita!” dijo Juliana. Cuando haces las cosas de corazón, la felicidad actúa en doble vía: hacia los demás y hacia ti mismo. Todos los días son buenos Ya tenemos claro que el amor hacia nuestra familia forma los lazos más poderosos que existen. Por eso nos sentimos felices cuando algo bueno le sucede a cualquiera de sus miembros: los papás son felices cuando sus hijos se gradúan, la hermana es feliz cuando su hermano gana una competencia, los abuelos son felices cuando los papás logran un ascenso en el trabajo. Sin embargo, no es necesario que sucedan cosas fuera de lo común para sentirnos felices en familia: estar juntos, gozar de buena salud y saber que contamos los unos con los otros, son razones suficientes. Una sociedad democrática La felicidad no sólo está relacionada con la alegría, sino con la paz y la armonía. Aún con sus imperfecciones y fallas, la democracia es el sistema de gobierno que permite a sus ciudadanos participar, a través de las elecciones, en el gobierno de su país. Para que la democracia funcione, el gobierno debe garantizar un espacio para las diferentes facciones políticas que representan varios puntos de vista, aun aquellos que son opuestos a los del gobierno. En sus marcas, listoooos… ¡fuera!
Los juegos olímpicos son una gran fiesta en la que participan casi todos los países del mundo. Algo tienen los juegos que transforman a la gente: todos estamos pendientes de lo que sucede, nos maravillamos ante las hazañas de los deportistas y somos presas de un entusiasmo muy especial. Los países sede se realizan, además de las competencias, grandes actos culturales que acercan a los participantes: hay música, danza, teatro y exposiciones de arte que muestran las distintas caras de la comunidad internacional. Lo bonito de las olimpiadas es que son un pretexto para que todos los países se den cita con lo mejor que tienen: el deporte y la cultura. Cada cuatro años, feliz de la vida, el mundo se da cita para participar en la gran fiesta del esfuerzo humano. Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces…. Lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! ¿Es tan difícil ser feliz? Un abrazo fuerte de un buen amigo, una tarde de excursión con tu papá o las travesuras de tu mascota son cosas sencillas que te pueden poner muy contento. Escribe mensajes diversos sobre las cosas no materiales que te hacen feliz y acompáñalas de un dibujo. Si quieres, puedes regalarle estos mensajes a quien creas tú que le gustaría compartirlos contigo.
Astronauta, guitarrista o veterinario…… ¿A que te gustaría dedicarte cuando seas grande? Describe cómo te ves a ti mismo dentro de 15 años, dedicado a un oficio que te traerá satisfacción y felicidad. Concéntrate sobre todo en porqué ese oficio o carrera te haría feliz…. Si pensaste que porque crees que te dará plata, ¡piénsalo de nuevo y busca razones que no tengan que ver con el dinero! “Cuando sea mayor seré un…” ¡Todos a jugar! Cadáver exquisito Este método de escritura colectiva fue inventado por un grupo de artistas muy locuaces llamados “surrealistas”. Aprovechan su método
para crear un poema muy original con tus amigos: reúne cinco jugadores. Plieguen una hoja de cuaderno en cinco partes. En la parte superior de cada cara escriban: 1. ¿Quién es feliz?, 2. ¿Cómo?, 3. ¿Dónde?, 4. ¿Cuándo?, 5. ¿Con quién? El primer jugador escribe la respuesta a la pregunta 1, el segundo a La 2, y así sucesivamente. Ningún jugador puede ver lo que el anterior escribió. Al desdoblar la hoja descubrirá un mensaje absurdo y simpático. Para las rondas siguientes, se vuelve a doblar la hoja y los jugadores intercambian las preguntas que quieren responder. Barra de chocolate Siéntate con cuatro amigos alrededor de una mesa. Sobre ella deben poner un par de dados, una barra de chocolate, un tenedor y un cuchillo. El primer jugador se levanta y lanza los dados. Si salen dos números iguales puede comer chocolate, pero con cuchillo y tenedor. Seguirá comiendo chocolate hasta que otro jugador pueda ocupar su puesto sacando números iguales en los dados. Los jugadores probaran su suerte por orden y lanzando los dados una sola vez. El juego termina cuando la barra de chocolate se acaba. ¡Este juego es divertido y es una prueba de que el chocolate es muy cercano a la felicidad! “El secreto de la felicidad no es hacer lo que se quiere sino querer lo que se hace”
Todos de fiesta La generosidad significa compartir tu tiempo, tu interés, tus proyectos y tus cosas… tu corazón. Para celebrar el día del amor y la amistad, el curso acordó que cada uno, incluyendo a la profesora, llevara un regalito y algo de comer para compartir. Así, todos pusieron sus regalos en una bolsa negra que quedó encima de una mesa, mientras compartían las gaseosas, las papas fritas, los dulces y los demás alimentos que habían llevado. Como fondo musical la canción de moda. Todos reían y hacían bromas, pero nadie retiraba su mirada de la bolsa negra. “¿Qué me irá dar?”, se preguntaban unos; “¿a quien le irá salir mi regalo?, ¿le irá gustar?”, pensaban otros, llegado el momento cada uno tomó de la bolsa su
regalo, lo destapó y lo mostró a los demás con una gran sonrisa. Después, todos intentaron adivinar quien regaló qué. Entre risas se oyó decir “¡tacaño!”, “¡tacaña!”, “¡generoso!”, “¡generosa!” estas palabras eran una broma y parte del buen humor de la fiesta, porque todos los compañeros y compañeras del curso y la profesora fueron generosos. Es decir, mostraron la capacidad de dar lo que cada uno de nosotros tiene. Los regalos, los alimentos, la risa, la alegría, el interés de estar juntos, fueron muestras de generosidad. No hubo ni uno solo amargado, ninguno inventó una excusa para faltar a la fiesta, ninguno se hizo el loco con el regalo… Cada uno dio de sí lo mejor para que la sencilla fiesta fue un éxito. Y lo lograron.
Un bosque de mirtos Es un pueblecito abrumado por el sol y azotado por el viento salado del mar, había un alfarero llamado Luigui que se había casado con Gina, una linda mujer morena. Los dos podrían haber sido muy felices si hubieran tenido un niño. Ese era su mayor deseo, pero desde el día de la boda, esperaron en vano. Una mañana en que Gina meditaba mirando la montaña vio caer a sus pies una plantica de mirto. Al mirar hacia el cielo apenas divisó un bello pájaro multicolor que volaba rápidamente. La planta tenía tres tallos frondosos y todas sus raíces. Gina plantó el mirto y buscó agua para regarlo. Luigui, que había venido a mirar, le dijo que en una región como esa no había posibilidad de que el arbusto creciera; pero la joven se obstinó. Cada tarde y cada mañana sacaba agua y regaba el mirto que comenzó a crecer y echar flores. Un día que el príncipe Enrico se paseaba a caballo, vio el mirto y dijo: Qué extraordinario que hayan podido hacerlo crecer aquí. Me gustaría tener este arbusto en mi castillo. ¿Cuánto quieren por él? Nos gustaría complacerlo, pero nos hemos encariñado con él, dijo Gina. Reflexionando un poco, el príncipe dijo: Les propongo que se instalen en mi castillo y trasplantemos allá el mirto. En mi morada Luigui podrá tornear y cocer sus vasijas. El día de la mudanza, arrancaron con cuidado el arbusto y luego lo plantaron delante del castillo.
Allí, cuidado por Gina y por el príncipe, creció con rapidez hasta que un día se dieron cuenta de que una bella joven habitaba el mirto. Ya ves, dijo el príncipe a Gina. Ustedes se lamentaban por no tener un hijo, pero ahora tienen una niña. ¿Cómo quieren llamarla? La llamaremos Mirta, dijo el alfarero. Pues bien, dijo el príncipe, si Mirta consiente, yo les pido que me concedan su mano. Mirta y sus padres aceptaron y la noticia de la boda se hizo pública. Como el príncipe era hermoso y rico, todas las jóvenes de la comarca entraron en cólera porque no podían casarse con él. Aprovechando un día en que el príncipe se fue de caza, se dirigieron al castillo para atacar a Mirta. Ataron a Luigui y a Gina, buscaron por doquier, pero no encontraron a la muchacha. Entonces, sabiendo que el príncipe amaba al mirto, se vengaron en él, destrozando sus ramas. Cuando las jóvenes desaparecieron, Mirta salió del tronco en que se había escondido y fue a liberar a sus padres. Al ver el árbol mutilado, Gina se apesadumbró. No te preocupes mamá, dijo Mirta. Esas furias no se dieron cuenta de que te estaban dando muchos hijos. Y se dispuso a plantar todas las ramas dispersas. Después de seis meses, cuando cuándo se celebró la boda, los invitados se maravillaron al ver el bosque de mirtos delante del castillo. Cada uno se llevó una rama para plantarla; y así, desde entonces, la comarca ha estado siempre florecida. (Adaptación de un relato de Leyendas de montañas y de bosques, de Bernard Clavel. Editorial Norma)
¿De qué se trata este cuento? En leyendas de montañas y de bosques, Bernard Clavel recopila relatos provenientes de todo el mundo que tratan de las creencias de los pueblos, algunas de las cuales aún nos permiten comprender quienes y como somos. Son historias en las que monstruos y hechiceros, mujeres, hombres y niños comparten los defectos y virtudes de las personas de hoy. El relato sobre el mirto está inspirado en la superstición compartida por varios pueblos (lituanos e italianos) acerca de que las plantas puedan estar habitadas no solo por los dioses, sino también por los hombres o por el alma de los muertos.
Bernard Clavel nació en 1923 en Francia. Ha escrito poemas, ensayos, novelas y cuentos para niños. Y tú, ¿qué piensas? ¿Por qué Gina se ocupaba con tanto cariño de la planta? ¿Crees que la joven que vivía en el mirto fue una ofrenda del arbusto? ¿Por qué? ¿Fuera de Gina, qué otro personaje de esta historia sobresale por su generosidad? ¿Qué sentimiento crees tú que haya impulsado a las jóvenes que cortaron el mirto a comportarse así? ¿Por qué?
Mucho ojo Con lo que no le gusta a la generosidad La avaricia…. Porque encierra a las personas en su egoísmo y no les permite compartir. Es avaro el que acumula y acumula cosas para él.
La tacañería… Porque lleva a las personas a entregar lo mínimo, a veces lo que les sobra. Es tacaño también el que no comparte lo que sabe o el tiempo libre con su familia o con sus amigos. El orgullo… Porque es tan generoso el que da como el que recibe, a veces el orgullo o la vanidad no dejan que recibamos generosamente lo que otros nos ofrecen.
¿Qué es la generosidad? Imagina el mundo así: todos son egoístas, solo piensan en su propio bien y dedican su vida a acumular y acumular cosas para sí mismos. ¿Crees que así sería posible la felicidad? La generosidad nos impulsa a dar de lo que tenemos para que otras personas puedan vivir mejor. Pero
la generosidad no es sólo dar, también es generoso todo aquel que tiene sentimientos nobles, buenos y justos. Un caso muy lindo de generosidad nació en un buen cirquero, Héctor Fabio Cobo, quien decidió enseñar las artes del circo a los niños de la calle, en Cali. Las maromas y las risas del circo les dieron a estos niños una nueva opción de vida. “Circo para todos” Es el nombre de esta fundación que regala la vida y esperanza. Alegría Ser generoso produce mucha alegría. Solo observa la cara de tu amigo cuando le das un regalo el día de su cumpleaños, o al hermanito menor cuando le das un poco de helado, o al abuelo cuando le das un beso.
Ingredientes para la generosidad Conocerse Porque solamente quien conoce sabe qué puede dar. Imagina a una persona que no sabe lo que tiene en su casa o en sus bolsillos o en una mochila; esta persona no conoce lo que puede compartir con los demás. Pero peor es el caso de una persona que tiene muchas cualidades escondidas que podría poner al servicio de sus amigos o de su familia, pero que no lo hace simplemente porque no se conoce.
Discreción El generoso ayuda a las personas sin revelar su identidad ni lo que hizo por ellas. El generoso no anda contándole a todo el mundo lo que hizo por otros. ¿Cómo te sentirías, por ejemplo, si un amigo te presta una chaqueta para ir a una fiesta y luego, en plena fiesta, le cuenta a todo el mundo que esa chaqueta es suya? Altruismo El generoso no está buscando ningún tipo de recompensa, sino que da lo mejor de si por el solo placer de servir, de ayudar. Quien busca obtener ganancias, fama o prestigio al hacer un favor o al regalarle algo a alguien, deja de ser generoso. Igualdad
A veces vemos personas que dan limosna en la calle, pero que miran a quien pide no como una persona necesitada, sino como un animal. ¡Mejor que no te den nada! Todo el que da a los demás, debe tener claro que quien pide es una persona, un ser humano con una necesidad.
¡Me interesas! Sólo puede ser generoso el que siente un genuino interés por los demás. Es muy fácil pasar de largo cuando vemos a alguien triste o apesadumbrado…. Pues pensar que no es tu problema, y tal vez es cierto, pero piensa cuanto bien puedes hacer con solo preguntar: “¿qué te sucede?”. La generosidad se expresa con palabras de aliento o gestos cariñosos. También al compartir lo más valioso que tienes, es decir, tu tiempo y tus buenos sentimientos. Dar y recibir La generosidad es dar y compartir. Dar sin esperar ser recompensado ni exigir una obligación de parte de quien recibe y compartir gustosamente. Cuando eres generoso pasa algo muy bonito: tocas el corazón de los demás. ¡Celebremos! Así como existen los laboratorios de biología o de química, existen los laboratorios de generosidad, es decir, las fiestas. Cuando alguien de nuestra familia cumple años, cuando llega la Navidad o el Día del Amor y la Amistad somos generosos: arreglamos la casa, dibujamos las tarjetas, damos regalitos, nos esforzamos por hacer menos males, por colaborar y por estar contentos. ¡Muuuuuuuuuu! Normalmente, al hablar de vaca nos referimos al animalito manchado de negro, que muge, que nos da leche y carne…. Pero entre los grupos de amigos se habla de “hacer vaca”. Es cuando se hace una colecta para comprar algo que se va a compartir. Por ejemplo, “hacer vaca” para comprar gaseosa y empanadas para el grupo de amigos que se ha reunido a hacer una tarea. “Hacer vaca” con los amigos es una forma de ser generosos.
Gesto de amor Es un gesto de amor y generosidad inmenso por su país, el artista Colombiano Fernando Botero donó buena parte de su colección de arte a las ciudades de Bogotá y Medellín. A Bogotá le regalo cuadros de maravillosos de grandes artistas, además de muchas obras suyas, que pueden disfrutarse en el Museo Botero en el Banco de la República. A Medellín, su ciudad natal, le obsequio también una gran colección de cuadros y esculturas de su autoría que se exhiben en el Museo de Antioquia. Las obras que regaló Botero valen millones de dólares, y muchos coleccionistas y museos del mundo gustosos se las habrían comprado. Pero el prefirió regalarlas a la gente de su país, para que los niños y niñas gozaran de cerca las maravillas del arte. Guitarras y Baterías No han sido pocas las veces que las grandes estrellas de la música internacional se han reunido para apoyar grandes causas humanitarias. En los años 70, el ex Beatle George Harrison organizó el Concierto para Bangladesh, para crear conciencia y recaudar fondos para aliviar la hambruna que azotó a ese país. Más tarde en 1985, los mejores rocanroleros de todos los tiempos se reunieron en dos conciertos simultáneos de 16 horas de duración que se conocieron como Live Aid. Juntos lograron reunir más de 100 millones de dólares para crear programas para combatir la terrible hambruna que sufría Etiopía en aquella época. Estos conciertos fueron maravillosos y despertaron la conciencia y la solidaridad de toda una generación. ¡Buen rock & roll para las buenas causas!
Si lo oyes….. Lo olvidas….. si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces…. Lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Sacúdete el orgullo A veces, cuando nos sentimos lastimados u ofendidos, nos cuesta mucho trabajo alejar los sentimientos feos hacia quien nos hizo sentir mal. Pero piensa: ¿será que el perdón es un acto de generosidad? Narra con dibujos una fábula en la que expliques tu respuesta a esta pregunta.
Una sonrisa de placer Cotidianamente tienes la oportunidad de realizar acciones generosas. Escribe como te has sentido cuando has sido generoso con alguien. Recuerda con quién fue, en qué situación, cómo te respondió esta persona. Ahora, haz el ejercicio a la inversa y describe las situaciones en las que alguien ha sido generoso contigo. ¡Todos a jugar! Préstame los tenis Cuando tenemos un amigo o un hermano a quien queremos mucho, somos generosos con él. Tanto que compartimos con él nuestra música, los libros, los juegos y hasta la ropa. Se elige un jugador que será el detective. Éste observa atentamente la ropa que llevan puesta los otros jugadores y luego se aparta hasta donde no pueda verlos. Los demás jugadores se intercambian alguna prenda y llaman al detective para que vuelva. Éste tendrá que descubrir cuál es la prenda cambiada que lleva cada jugador y también con quién se la ha intercambiado. Después otro jugador hará de detective. Quienes se equivoquen deben cumplir juntos una penitencia al final del juego. ¡Oh, qué será, qué será! Este juego es más valioso cuando se programa fuera de una fecha especial. Un día cualquiera en que deseas celebrar la amistad quienes te rodean. Programa con tus amigos un día de celebración y convídalos a elaborar un regalo artesanal. El día elegido lleven los obsequios. Y pidan a un maestro de ceremonias, que no participa del juego, que guarde los regalos dentro de una bolsa opaca sin que los jugadores lo vean. Los participantes se sientan en un circulo; por turnos cada uno introduce una mano en la bolsa, escoge un regalo y sin sacarlo, sólo tocándolo, dice qué es. A continuación el maestro lo saca de la bolsa para ver si acertado. Si el jugador acierta, se lleva el regalo. Si no, se deja a un lado. Al final, los regalos no descubiertos se rifan entre quienes no adivinaron: cada jugador se lleva de todos modos un regalo. “la generosidad empieza por casa”
Un tesoro invaluable La honestidad es una palabra que brilla como el oro, ya que contiene todas aquellas cualidades que tienden hacia el bien. Para encontrar este tesoro no necesitas ser el más valiente y aguerrido de los piratas, aunque seguramente correrás muchas aventuras y enfrentarás todo tipo de pruebas. Necesitarás, eso sí, un mapa que te ayude a encontrarlo. El mapa es mágico porque se dibuja a medida que lo caminas y no te lleva hacia afuera, sino cada vez más hacia adentro. Ese gran tesoro, valiosísimo pero incomparable, es la honestidad y el camino que lleva hasta ella se anda paso a paso por la vida, adoquinado por nuestras acciones buenas y rectas. La honestidad es una palabra que tiene todos los valores y cualidades que ya conoces, como la bondad, el amor o la honradez. Una persona honesta es una persona recta, que guía su vida de acuerdo con sus principios, que no negocia su integridad ni lo que verdaderamente cree ni es. Una persona honesta no puede escribir que los marcianos sí existen cuando no cree en extraterrestres; no recibirá un premio por algo que hizo alguien más y mucho menos tomaría lo que no es suyo. ¿Por qué? Simplemente porque sabe que eso no está bien y lo mejor de todo, es que si lo hiciera, se sentiría tan incómodo que le resultaría imposible seguir comprometiendo su integridad. Alguien así son “virtuosos”, es decir, labra ¿será porque los virtuosos son cada vez menos? Este mundo sería un lugar mucho más feliz, armónico y seguro si los hombres nos preocupáramos por ser más virtuosos, es decir, honestos.
Un blues sin guitarra ¿De qué se trata este cuento? En el libro de Béisbol en abril y otras historias, Gary Soto nos regala once cuentos en los que presenta rasgos de situaciones cotidianas de la vida de algunos muchachos y muchachas entre los 10 y los 13 años de edad. En Un blues sin guitarra, acompañamos a su protagonista, Fausto, por un viaje al interior de él mismo al emprender una acción de aparentemente
inocente para conseguir una guitarra, pero con la cual compromete su honestidad. El autor, Gary Soto, nació en Fresno, California. Ha escrito poemas y relatos para niños y jóvenes. En 1985 ganó el premio de la fundación americana Before Columbus. Es editor de la colección de ensayos Chilhood. Cuando Fausto vio al grupo los Lobos por televisión supo lo que quería hacer con su vida: tocar la guitarra. Terminando el programa, salió dela casa y pensaba como conseguir dinero para comprarse una guitarra. Al regresar se armó de valor y dijo a su madre: Mamá, quiero una guitarra en Navidad. Ella levantó la vista de las tortillas que preparaba. Cariño, una guitarra cuesta mucho dinero. Pero ya veremos. Fausto sabia que su madre tenía razón entonces decidió que iría al norte, a una sección más bonita de Fresno, con la intensión de buscar trabajo; barrería las hojas de los jardines… trabajaría en lo que fuera. Fue de puerta en puerta, pero después de tres horas el único trabajo que halló fue cuando alguien le pidió que fuera a una tienda por una hogaza de pan, por lo cual recibió una moneda de veinticinco centavos, sucia y cubierta de tierra. También le tocó una naranja y mientras se la comía sentado en una baranda, se le acercó un perro. El muchacho lanzó al cielo una cáscara de naranja, el perro la atrapó velozmente y la engulló. Luego miró a Fausto con ojos tristes, como esperando otro bocado. En ese momento un destello iluminó el espíritu de Fausto. Vio que era un perro bastante fino, con placa de identificación y un collar reluciente. Este perro parecía pertenecer a gente rica. El destello se hizo más brillante. Podría funcionar. Llamó al perro, le dio una palmada en el lomo y se inclinó para revisar la placa. Maravilloso, dijo, hay una dirección. El perro se llamaba Rogelio. Fausto planeaba regresarlo a su hogar y cobrar una recompensa. Diría que lo había encontrado junto a la autopista. Esto aterraría a los dueños, quienes estarían tan contentos que le ofrecerían una recompensa. Le incomodaba mentir, pero el perro si estaba suelto. Al encontrar la casa con la dirección de la placa, tocó suavemente. Un hombre en bata y pantuflas abrió la puerta y pareció confundido al ver a su perro y al niño. Señor, dijo Fausto, encontré a su perro junto a la autopista.
Perro malo y metiche, dijo el hombre agitando su dedo. Elena, gritó luego, tenemos una visita. Su esposa entró a la sala. El hombre le relató lo ocurrido. Ella, en agradecimiento le ofreció un trozo de tarta, mientras Fausto les contaba donde vivía. Al terminar de comer, el chico se despidió. Mientras se dirigía a la puerta, el hombre abrió su cartera le sacó un billete. Esto es para ti, dijo. Rogelio es especial para nosotros, casi como un hijo. Fausto miro el billete y supo que estaba en un aprieto. No con esas personas agradables, sino consigo mismo. El perro no estaba perdido. Sólo estaba dando un alegre paseo sabatino. No puedo aceptarlo. Lo mereces, dijo el hombre. No, no lo merezco. No seas bobo, dijo la señora. Tomó el billete y lo metió en el bolsillo de la camisa de Fausto. Eres encantador. Ven a vernos otra vez, por favor. Fausto salió y la mujer cerró la puerta…. (Adaptación
de un fragmento del cuento “Un blues sin guitarra”, tomado del libro Béisbol en abril y otras historias, de Gary Soto. Editorial Fondo de Cultura Económica)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Estás de acuerdo con la justificación que encuentra Fausto para llevar el perro a sus dueños? ¿Por qué? ¿Por qué el niño se siente en aprietos consigo mismo? ¿Qué crees que hará el chico con el dinero que recibió? ¿Piensa que los beneficios obtenidos con engaños empobrecen nuestra vida? Explica tu respuesta.
¿Qué es la honestidad? Honestidad significa actuar de acuerdo con lo que se piensa y lo que se dice. Quien es honesto es autentico consigo mismo y con los demás, porque posee un alma propia, sabe en lo que cree y conoce sus límites a la hora de actuar o tomar decisiones. La honestidad nos lleva a defender lo que parece correcto, nos lleva a vivir de acuerdo con nuestros valores y nos hace honrados con nosotros mismos y con los demás. Eres honesto
cuando tus palabras y tus acciones están de acuerdo, por eso haces lo que es correcto sin que nadie esté viendo. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la honestidad El fraude…. Porque es una acción tramposa y mentirosa: actúan fraudulentamente quienes falsifican medicamentos, copian en los exámenes, venden o compran trabajos del colegio. La indiferencia…. Porque uno no puede quedarse como si nada cuando es testigo de la injusticia o del sufrimiento de los demás. La falsedad… No sirve ni para agradar: si tú finges ser distinto a lo que realmente eres, la gente no podrá conocerte verdaderamente. Rectitud Una persona recta es aquella que actúa de acuerdo con sus principios y valores. Debido a ello tienen la conciencia tranquila porque cuando se vive armónicamente con aquello que es más importante para nosotros, como puede ser la solidaridad, la honradez o la fidelidad, no se produce “ruido” interno y nuestra conciencia está contenta.
Ingredientes para la honestidad Autenticidad Una persona honesta es auténtica: no usa máscaras, no dice una cosa y hace otra, no finge lo que no es… en pocas palabras no es falsa. Con una persona auténtica, sea agradable o desagradable, siempre sabremos a que atenernos. Honradez La honradez no indica el grado de confianza que podemos tener en una persona.
Quien es honrado no miente, no traiciona, no es hipócrita y nunca haría mal uso de lo que se le ha confiado, ya sea un secreto, un objeto o hasta dinero. Verdad Para ser honesto hay que hacer una alianza con la verdad. A veces cuesta trabajo reconocerla en nosotros mismos o actuar conforme a ella, pero la verdad trae grandes ventajas. Hay que reconocerla a pesar de todo, admitirla aunque puedas decepcionar a alguien, no comprometerla mintiendo y no fingirla para impresionar a los demás. Vivir honestamente He aquí una lista de todo lo bueno que te trae una vida honesta: autoestima sana, vida familiar armónica, montones de amigos, (¡y de los buenos!), el respeto sincero de los demás, éxito en el colegio y, posteriormente, en tu trabajo… ¿lo mejor de todo? Que estarás feliz contigo mismo.
¡Prendan la luz! La honestidad es algo para tomar muy enserio, por eso es importante ser conscientes de cómo nos afecta la falta de honestidad, por pequeña que sea… la honestidad es fundamental para conocerse a sí mismo, para entablar relaciones con los demás y poder vivir en sociedad. Ser deshonesto es ser falso, injusto…. “de mentiras”. Como es falsa, la deshonestidad te lleva a vivir en la oscuridad. La honestidad, en cambio, trae confianza y apertura: te lleva hacia la luz. ¡Sacúdete la peluca! Laura es la más grande admiradora de Dalila, la más bella, delgada, exitosa, famosa y millonaria cantante del siglo. Tiene todos los artículos sobre Dalila, carteles, fotos y hasta la Barbie Dalila. Peor un día la pobre Laura quedó ¡infartada! Cuando vio un programa en el cual Dalila llegaba a su camerino y se bajaba de unos tacones de 25 cm, se quitaba los lentes de contacto verdes, se sacaba la hermosa peluca alborotada y, además de todo, era superantipática… y tenía una voz feísima. ¡“No puede ser!, pensaba Laura, ¡ésta NO es mi Dalila… es tan plástica como su Barbie…!”.
¿Quién rompió el florero? Carlos y Memo estaban jugando futbol en la sala de su casa (realmente, una muy mala idea). En una de esas, Memo dio la patada hacia donde no era y ¡crac!.... el florero más bonito de mamá salió volando en mil pedazos. Los hermanos estaban más pálidos que una hoja de papel y sufrían pensando en como les iba a ir cuando mamá llegara de la oficina. Pensaron en culpar al gato o hasta a un pequeño terremoto que sólo se sintió en su barrio. Cuando ella llegó no esperaron a que los llamara. Le dijeron la verdad. La mamá casi se desmaya y, efectivamente, los castigó por jugar futbol en la casa, pero también los felicitó por ser honestos… y se sintió muy orgullosa de sus hijos. ¡A mi no me engañas! Sebastián estaba oyendo música en la radio cuando empezaron a sucederse los más extraordinarios comerciales: “Nuevo tónico Maaaaaaaaaaaaaaagicox, el único remedio natural para devolverle el pelo a los calvos en menos de dos semanas de tratamiento”. “Maneje el Prestige X42 y conduzca directo al amor y al éxito: poder por kilómetros”. “Estudie medicina cibernauta en la Universidad Patito y gradúese con doctorado en dos semestres: trabajo garantizado”. Sebastián se moría de la risa…. Nunca pensó que la deshonestidad fuera tan tonta. ¿En serio esa gente pensaba que podía engañar a los demás tan fácilmente? Yo tengo un sueño… Con estas palabras inicia uno de los discursos más impactantes de, Martin Luther King. En él dice que sueña con el día en que blancos y negros puedan “esculpir una piedra de esperanza a partir de una piedra de desesperación”. King fue un ministro bautista que creció en el sur de los Estados Unidos y sufrió en carne propia la discriminación racial, que en esa región era un cruel sistema de vida. King decidió dedicar su vida a combatirla a través de la no violencia, así inició la lucha por los Derechos Civiles. Fue arrestado trece veces por su participación en actividades a favor de éstos, su casa fue destruida y sufrió múltiples amenazas. Sin embargo, nunca abandonó su sueño, pues creía que la igualdad era una condición fundamental para lograr una sociedad justa. Su dedicación despertó la conciencia de más y más gente; gracias a él, la segregación fue
declarada constitucionalmente ilegal en su país, En 1964, a los 35 años, fue galardonado con el premio Nobel de la Paz. Murió asesinado en 1968.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! ¿El fin justifica los medios? Algunas personas piensan que cuando tenemos un objetivo o un sueño por cumplir, cualquier medio para lograrlo es válido. Como todo en la vida, existen límites en las acciones que emprendemos, aun para alcanzar los sueños. Escribe porque debemos elegir con atención los métodos y los recursos que utilizamos cuando deseamos realizar nuestros deseos. A toda prueba ¿Qué harías si ves que un amigo tuyo culpa al otro de una falta que no ha cometido? ¿Lo acusarías, hablarías antes con él, apoyarías al otro? Piensa bien en las consecuencias que tu decisión tendría para tu amigo, para el otro y para ti mismo. Escribe tu respuesta. ¡Todos a jugar! En clave Inventa tus propias claves para expresar tus ideas y descifra la de tus compañeros. Cada jugador toma un papel y un lápiz y parte en dos el papel. Sin que lo vean los demás, escribe una frase sobre la honestidad en uno de los trozos de papel. Luego la copia en otro trozo de papel, sustituyendo cada vocal por un número. La “a” por el 1, la “e” por el 3, y así sucesivamente. También puedes sustituir otras letras por otros signos, pero nunca más de cinco letras diferentes. Cuando todos terminan de escribir la frase en clave, la pasan al compañero de la izquierda. Cada jugador trata de
descifrar el significado de la frase recibida para decirla en voz alta. El primero en conseguirlo es el ganador. La verdad o te atreves Se reúnen seis jugadores y se enumeran del uno al seis. El jugador que inicia tira un dado. El jugador que tiene el número que sale en el dado debe responderle al primero esta pregunta: “¿La verdad o se atreve?” si responde la verdad, debe contestar con honestidad lo que le preguntan después: ¿De quién estás enamorado? ¿Con quién te gustaría perderte en una isla desierta?... y demás preguntas comprometedoras y simpáticas. Si responde “me atrevo”, deben ponerle un “castigo” que decidan entre todos. “Que tus acciones y pensamientos coincidan”
Frente al espejo La humildad nos permite reconocer, en primer lugar, lo que somos y lo que podemos ser y, a la vez, que tenemos limitaciones y que debemos trabajar duro cada día para ser mejores personas.
Hace pocos años no existían los computadores, ni los celulares, ni el microondas, mucho menos las transbordadores espaciales o la internet. Sin embargo, pasó algún tiempo y, de repente, el mundo se lleno de instrumentos tecnológicos maravillosos. Y mejoro la vida de las personas. Gracias a la ciencia y la tecnología hoy existen más comodidades, se remedian fácilmente algunas enfermedades y hay esperanzas de que se curen otras más graves, como el cáncer o el sida. Todos los adelantos, avances y descubrimientos que ha experimentado la humanidad podrían hacernos pensar que lo podemos todo. Pero, ¡cuidado!, no debemos olvidar que nuestra inteligencia y nuestras capacidades tienen límites. No somos perfectos… aunque hay personas que creen que lo son. Es muy importante reconocer con claridad nuestras capacidades reales. Este reconocimiento se llama humildad. Claro, la humildad nos permite reconocer, en primer lugar, lo que somos y lo que podemos ser y, a la vez, que tenemos limitaciones y debemos trabajar duro cada día para ser mejores personas.
Cuando una persona cree que es más que los demás o cree que puede hacerlo todo y que nunca se equivoca, decimos que es orgullosa o vanidosa, es decir, que no es humilde. La humildad nos ayuda a ser felices, porque nos enseña lo que realmente somos y nos abre el panorama de aquello que podemos llegar a ser. La humildad nos pone frente al espejo de nosotros mismos, así aprendemos a querernos y a valorarnos. ¿De qué se trata este cuento? Jonás descubre el secreto para pescar peces cada vez más grandes cuando decide aplicar el refrán que dice: “El pez grande se come al chico” Temiendo que deje el rio Sena sin peces, los pescadores le piden que se vaya de Paris. En bicicleta primero, luego en su coche rojo y en su biplano, Jonás recorre el mundo hasta llegar a áfrica. En todos los lugares enseña su secreto a las gentes humildes que, agradecidas, lo proclaman rey de los pescadores. Pero en África hace un gran descubrimiento que le obliga replantearse su vida. Jonás el pescador es una historia de Reiner Zimnik, escritor alemán nacido en 1930. Ha publicado varios libros de los que es autor e ilustrador.
El rey De los pescadores y el rey de los peces Jonás había deseado tanto pescar un gran pez en las aguas del Sena, que su sueño se hizo realidad. Una mañana en que había puesto de carnada una sardina, en lugar de una lombriz, un pez muy grande pico el anzuelo. Orgulloso por esto repitió la estrategia y cada vez fue sacando peces de mayor tamaño, esto despertó la envidia de los demás pescadores, quienes lo denunciaron por competir deslealmente, por lo que fue apresado. Cuando Jonás salió de la cárcel los jueces le recomendaron salir del país: “Los pescadores están enfadados contigo le dijeron, porque has pescado peces muy grandes. Quizá fuera mejor para ti irte lejos”. Entonces, empaquetó sus puros, limpió la luz trasera de su bicicleta y abandonó la ciudad.
Viajó por muchos lugares hasta llegar a África, que es amarilla grisácea, verde oscuro y negra. (Lo amarillo es la arena, lo verde oscuro la selva, y lo negro son sus habitantes). Cuando llegó a los ríos, vio peces más bonitos que los que había soñado. Fue de safari y vio todos los animales de la estepa africana: jirafas, cebras y antílopes; y cuando de repente oyó crujir la hierba, pensó que sería Simba el león. Un día Jonás oyó cantar a los nativos una canción sobre gollu gollu, el rey de los peces. Jonás preguntó si lo habían visto, y cuando le dijeron que vivía en el Nilo, entre las rocas negras y que sus escamas iluminaban como estrellas verdes, Jonás se puso en camino y marchó por el desierto de Sahara hacia el Nilo. ¡Él era Jonás el Rey de los pescadores, y tenia que conseguir capturar al Rey de los peces! Durante cuatro días pescó peces de los colores más variados, pero entre ellos no había ninguno que tuviera escamas que resplandecieran. Entonces, una noche vio un brillo intenso en el fondo del rio y, cuando lanzó el anzuelo y sintió un tirón fuerte, supo que el Rey de los peces había picado. Se enrolló el sedal al brazo y se quedó rígido como un roble. Pero en ese momento sintió un tirón vigoroso y Jonás se cayó de cabeza al rio. Manoteó desesperadamente intentando librarse, pero cada vez era arrastrándose mas hacia el fondo del rio y el agua le entraba por la boca y la nariz. Estaba al límite de sus fuerzas cuando los negros lo sacaron del rio. Jonás necesitó tres días para recuperarse, pero ahora sabía que incluso el Rey de los pescadores tiene sus limitaciones y que hay secretos en lo más hondo de las profundidades que un hombre no puede sacar a la luz, pues lo tendría que pagar con su propia vida. Después de esto, Jonás se volvió más reflexivo. Un día, en que grandes bandadas de pájaros cruzaron el cielo hacia el norte, Jonás pensó: “Van hacia Europa. En París es primavera. Los pescadores están sentados en el Sena y pescan. Llegan pañuelos rojos anudados al cuello y el sol les quema la espalda hasta dejar sus camisas completamente descoloridas. Tienen lombrices de tierra sujetas a sus sedales y sólo pescan peces pequeños, pero no se cambiarían por nadie… Estoy enfermo de nostalgia y me moriré si no vuelvo a París…” (Adaptación de un fragmento de la novela Jonás el pescador, de Reiner Zimik. Editorial Espasa Calpe, colección Austral Juvenil)
Y tú, ¿qué piensas?
En tu opinión, ¿el pescador es terco, ambicioso o pretencioso? ¿Por qué? ¿Por qué Jonás se pone tan pensativo después del accidente con el Rey de los peces? ¿Qué hará Jonás al regresar a París? ¿Qué les dirá a sus compañeros? ¿Por qué la humildad nos permite construir relaciones cordiales y sinceras con las demás personas?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la humanidad La vanidad… Porque haces que te sientas superior a los demás. La vanidad normalmente encierra un engaño. La autosuficiencia… Porque te hace creer que lo puedes todo y que no necesitas nada de nadie. La sumisión…. Porque te lleva a obedecer ciegamente a los demás como si fuera más que tú.
¿Qué es la humildad? Cuando una persona reconoce sus cualidades y sus defectos, cuando puede darse cuenta de lo que hace bien, pero también de lo que hace mal, decimos que esa persona tiene el valor de la humildad. La humildad es la capacidad que tenemos para vernos en nuestra verdadera dimensión y que nos permite ser consientes de lo que somos. Puede pensarse de la humildad nos hace sentir poca cosa, pero, al contrario, la humildad nos hace grandes. Deseo de superación La persona humilde sabe que no ha hecho lo suficiente y siente que no ha hecho lo suficiente y siente la responsabilidad de hacer más, por lo tanto, puede superarse.
Ingredientes para la humildad Sencillez La persona humilde no se comporta como si todo lo pudiera o todo lo supiera. Al contrario pide siempre la opinión de los demás, valora esta opinión y la tiene en cuenta para actuar. Por lo general, las personas dotadas con muchas cualidades suelen ser realmente humildes, mientras que algunas esconden sus incapacidades en la vanidad y el orgullo. Aceptación La persona humilde desarrolla la capacidad de aceptar sus propias equivocaciones, sintiendo, en todo caso, que es alguien valioso e importante. Al conocerse a sí mismo, la crítica se transforma en una posibilidad de crecimiento. Comprensión La persona humilde tiene claro que todos somos imperfectos. Por lo tanto, no guarda rencor y perdona de verdad a quienes les han hecho daño. No obstante, corrige de manera amable a quien se equivoca y lo invita a cambiar. Calidez La persona humilde es amable con las personas, les sonríe, les habla con suavidad y ternura, y cuando está enojada, maneja su mal genio con decoro, sin insultar ni hacer sentir mal a los demás. Humildemente Ser humilde no es dejarse de todos, callar cuando queremos expresarnos ni esconder nuestras virtudes y cualidades. Ser humilde es reconocer quienes somos y como somos, sin necesidad de usar máscaras que nos hagan parecer menos ni aparentar más: ambas máscaras son igualmente falsas y no las necesitamos. Si eres humilde no temes conseguir ayuda ni prestarla; si eres humilde no te atormentas
por tus errores, los corriges; si eres humilde no te creas superior, sabes que todas las personas son igualmente valiosas. Humildemente, el humilde es sabio. Ser transparentes La humildad se expresa de muchas formas. Eres educado al expresar tu opinión o al pedir algo. Ofreces disculpas cuando actúas de forma incorrecta. Sabes agradecer las atenciones. No malgastas tu tiempo ni tu energía tratando de impresionar a los demás. Un poema para ti Cuando estés solo en tu casa o bajo un árbol, en el parque, lee este poema de Facundo Cabral y reflexiona: “Aprende del agua porque el agua es humilde y generosa con cualquiera, aprende del agua que toma la forma de lo que la abriga: en el mar es ancha, angosta y rápida en el rio, apretada en la copa, sin embargo, siendo blanda, labra la piedra dura. Aprende del agua que por graciosa se te escurre entre tus dedos, tan graciosa como la espiga que se somete a los caprichos del viento y se dobla hasta tocar con su punta la tierra, pero pasado el tiempo la espiga recupera su erguida postura, mientras el roble, que por duro no se doblega, es quebrado por el viento”. No nos comparen “Deberías ser tan estudioso como Juan”, “Po qué no eres obediente como Bety”, “Andrés es más generoso que tú”. ¡Uff… a veces los papás nos marean con la cantaleta! Es odioso que nos comparen, sobre todo con nuestros hermanos: para nosotros es más que evidente que somos diferentes. Mi hermano hace algunas cosas mejor que yo, pero yo hago algunas mejor que él. Eso es claro, pero cuando nuestros padres nos comparan acaban generando rivalidad entre nosotros. Cuando esto suceda, habla con tus papás y exprésales como te sientes: seguro que te entenderán porque, aunque no lo creas, ¡los papás también pueden aprender de nosotros! No confundir En una comunidad, como en el barrio, por ejemplo, o el colegio, no se puede confundir la humildad con la cobardía o la sumisión. La humildad no obliga a las personas a callar cuando se esta cometiendo una injusticia, ni mucho menos a dejarse maltratar y humillar. La verdadera humildad va acompañada de la valentía, de la capacidad de hablar,
opinar y participar en todos los asuntos da la vida comunitaria. La humildad es valiente. Nuestro planeta, nuestra casa Efectivamente, la inteligencia humana ha logrado rebasar lo que la imaginación de muchos hombres del pasado no llego siquiera a soñar. Hoy, gracias a los impresionantes avances científicos, la humanidad ha llegado a la luna, descifrado el código genético, perforado el lecho marino para hacer túneles increíbles o trasplantado órganos para salvar vidas. Sin embargo, estos triunfos también han hecho que la humanidad sea cada vez más soberbia, prepotente y ambiciosa… nos olvidamos que somos de la naturaleza, que debemos cuidar el equilibrio del planeta, que si sobreviene un desastre ecológico de nada nos van a servir los más modernos computadores. Debemos recordarles a los líderes mundiales que necesitamos mucha humildad y esfuerzo para salvaguardar a la naturaleza.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Entre famosos Seguramente en los cuentos de hadas, en las novelas o en los cómics que has leído encontraste personajes muy interesantes. Entre estos, ¿a cuales recuerdas por su humildad? Descríbelos y relata la situación en la que tus personajes favoritos demuestran su sencillez. Aclarando términos Estamos acostumbrados a llamar humildes a las personas sin recursos y a las personas a quienes obedecen ciegamente las órdenes de los otros. Después de lo que hemos visto en este fascículo, ¿crees que es adecuado referirnos a ellos de este modo? Escribe las diferencias que hay entre ser pobre, sumiso y humilde. ¡Todos a jugar! Los koalas Parte de la diversión de los juegos está en seguir las normas que proponen y en aceptar la derrota con humildad y buen humor. Forma
cinco parejas. Uno de los participantes de cada pareja hará de mamá koala y el otro se subirá a su espalda y será el bebé koala. Todas las parejas se situan en la línea de salida y cuando el director del juego de la señal comienza una carrera; cuando lleguen a la meta, cambiarán rápidamente los papeles: el que ha hecho de mamá koala hará ahora de bebé y continuarán la carrera. La pareja koala que llegue antes a la línea de salida será la ganadora. Batalla naval Forma dos equipos. En cada uno, los participantes se toman cada uno de los hombres formando una fila india. Todos los jugadores se vendan los ojos, excepto el último, quien será el que los conduzca desde atrás. Los equipos son barcos que se sitúan uno frente al otro. El jugador que dirige cada barco da palmadas en los hombros: una palmada en los dos hombros al mismo tiempo indica que el barco debe arrancar. Una palmada en un solo hombro indica que hay que girar a la izquierda o a la derecha. Dos palmadas seguidas en los dos hombros, indican que hay que lanzar torpedos. En este caso, el primero de la fila abandona el barco caminando hacia adelante, en línea recta y con los brazos extendidos, hasta tocas al otro barco. Cuando el piloto (el último de la fila) da una palmada en los hombros del jugador que tiene adelante, éste transmite la orden al jugador siguiente y así sucesivamente hasta que llegue el primero. Gana el equipo que impacte con más torpedos al contrario. “El secreto de la sabiduría es la humildad”
Mismo y diferente La identidad crece a partir de la persona: está la individual, la familiar, la regional y la nacional… soy yo con los demás. Seguro te has fijado que al cumplir la mayoría de edad las personas deben sacar una cédula o carné de identidad. Ese documento los identifica como ciudadanos de un país y ratifica que son las personas que dicen ser. Pero, ¿acaso una tarjeta de cartón tiene la ultima palabra sobre mi identidad? ¿Y qué de lo otro que me hace ser yo, como mis sentimientos y mis pensamientos?
Pues bien, esto se debe a que la identidad es algo que ala vez hace referencia a lo diferente y a lo mismo. ¿Cómo? ¿A lo diferente y a lo mismo? ¡Pero si esas palabras son contrarias! Con calma y nos entendemos: La palabra identidad, cuando se refiere a una persona, encierra todas las cualidades individuales que la hacer ser quien es: a mi, que soy único. Pero por otro lado, la palabra identidad también designa lo que es parecido, lo similar, lo igual y, efectivamente, se refiere a todo lo que nos identifica como miembros de un grupo, ya sea el de tus amigos, tu familia, tu región o tu país. Como parte de ese grupo podemos, en el caso de la familia, compartir lazos de sangre, historias de vida, costumbre y formas de hablar que nos determinan y nos hacen particulares. La identidad tiene todavía una escala más alta, que es la identidad nacional. Esta no solo se establece por el territorio, sino por las tradiciones, el idioma, la historia compartida, las fiestas, la comida, el carácter, las artes y hasta en el humor, que te hacen ser quien eres. Así que el documento de identidad establece, efectivamente, que tú eres tú, único e irrepetible, pero que también perteneces a un grupo mucho más amplio que también tiene mucho que ver con la persona que eres.
¿De qué se trata este cuento? En a Vueltas con mi nombre acompañamos a Abilo, quien detesta su nombre y trata de averiguar de donde salió la idea de llamarlo así. Hasta que la vieja prima María Constanza le revela el secreto, Abilo/Luis empieza a reconocerse con su nombre de pila. Esta es una bonita novela que ratifica el origen pertenecemos a un linaje desde el que construimos nuestro futuro; y la identidad tenemos que saber vivir con la vida y con el nombre que llevamos. Abilo lo comprende justo antes del viaje que lo llevará del campo a la capital y que coincide con el viaje de iniciación de su adolescencia. Su autora, Alice Vieira, es portuguesa, escribe historias para jóvenes, es periodista y produce programas de televisión.
A vueltas con mi nombre
Ahora que nadie nos oye, puedo asegurar que soy un bello ejemplar de mi raza. Si no fuera por esa triste historia del nombre de Abilio, se me podría considerar perfecto. En ocasiones creo que es así, exactamente, como Luisa me ve: perfecto. Es llamarme Abilio lo que estropea todo. Tampoco mi tía había tenido demasiada suerte: Constancita desde la cuna para diferenciarse un poco de las muchas Constanzas de la familia. Pero conmigo seria distinto. Por eso durante la cena, cuando mi padre me dijo: “Abilio, pásame el pan”, yo quedé quieto, como si nadie hubiese hablado conmigo. ¿No oyes, Abilio? Acércame la cesta de pan. Continué comiendo el pescado frito. ¿Abilio, estás sordo?, volvió a decir mi madre. Un trozo de pescado frito más. Abilio, ¿Qué no oyes a tu madre?, gritó mi padre casi enfurecido. Entonces deje de comer el pescado, mire a todos, uno por uno, y declare con el aire más solemne del mundo: Abilio ha muerto. Bien se ve que hoy no estas en tus cabales, dijo mi madre, que ya había alargado el brazo, para llegar a la cesta del pan. Ya lo he dicho: Abilio ha muerto, repetí, muy serio. Entonces, si Abilio ha muerto, ¿Quién eres tú, que estás cenando aquí con nosotros?, preguntó mi abuelo, que tiene un espíritu más práctico que los demás. Soy Luis. Ni siquiera sabía muy bien porque había escogido aquel nombre. Aquél u otro, con tal de que fuese un nombre normal, que no me avergonzase ante nadie. Un nombre. Luis, como podría haber sido Pedro, Carlos, Antonio… Ricardo Santos, encantado, dijo entonces el abuelo, dándole la mano por encima de la mesa. ¿Y si se dejan de estupideces?, se enfadó mi madre, que añadió: Padre parece que tienes menos juicio que él… No me falta juicio, no, dije yo, con voz menos solemne. Bonito nombre de Abilio. Y encima, hoy tía Constancita no ha encontrado nada mejor que llamarme Abilio. ¡Y delante de mis compañeros en el colegio! Por todo eso se los aviso: a partir de ahora sólo respondo al nombre de Luis. Abilio murió, emigró, fue raptado, le dio un ataque de viruelas locas, lo que quieran; pero se acabó y que nadie más me llame por ese nombre…
¿Qué pasan hoy en la televisión, tú… me dijo el abuelo, interrumpiéndose sin saber que decir. Miro hacia mi, hacia mi madre y mi padre, hacia mi abuela, volvió a mirarme, respiró hondo y terminó: Tú Luis? También yo respiré hondo. Había ganado la batalla. Sonreí y me limite a responder con el aire más natural del mundo: Las desgracias de costumbre, abuelo. (Adaptación de un fragmento de la novela A vueltas con mi nombre de Alice Vieira. Editorial SM)
Y tú, ¿que piensas?
¿Te parece que Abilio es un nombre tan feo como para querer cambiárselo? Cuando el chico dice que Abilio ha muerto, ¿quiere decir que le gustaría ser otra persona diferente? ¿Por qué la madre de Abilio regaña al abuelo? ¿Crees que el nombre de las personas es un ingrediente fundamental de su identidad? ¿Por qué? ¿Qué piensas de tu nombre? ¿Estás contento con él?
¿Qué es la identidad? La identidad encierra un conjunto de características personales y sociales que me hacen ser yo y no alguien más. La identidad tiene muchas esferas: la identidad individual, social y nacional. Muchos creen que la identidad es algo muy especial que no debe cambiar (a eso se le llama escencia), pero la verdad es que la identidad se va construyendo con el tiempo, con la habilidad individual y colectiva de adaptarse a los cambios y a las novedades. Conocer lo propio y apreciarlo o significa defender a ciegas contra lo que viene de afuera o no se conoce muy bien… tanto la identidad individual como la nacional están en un proceso permanente de enriquecimiento, al tiempo de que mantienen su peculiaridad, es decir, aquello que las hace únicas. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la identidad
Olvido… Si olvidamos quienes somos y de donde venimos dejaremos de ser lo que somos. Parece un trabalenguas, pero la memoria es nuestra historia. Desinterés… Debemos cuidar lo que es importante para nuestra identidad, como los objetos de familia y los monumentos históricos. Exclusión…. A veces los grupos que se creen puros se sienten amenazados: convivir con quienes son diferentes a nosotros nos hace más ricos. Memoria La memoria es importantísima, a través de ella construimos nuestra historia personal para poder entendernos y saber que sentimos y como reaccionamos: es lo que nos hace ser como somos. Hay un refrán que dice: “quien no conoce su historia está condenado a repetirla”, y esto aplica para las personas y las sociedades.
Ingredientes para la identidad Flexibilidad Muchos piensan que la identidad debe protegerse para que no cambie ni se “contamine”, que existen razas o culturas “puras”. Esto es un error porque si revisas la historia, lo que hoy somos es el resultado de siglos de historia en los que ha pasado de todo: migraciones, conquistas, contactos comerciales… Que han producido nuevas nacionalidades, idiomas e ideas.
Conocimiento Jamás sabremos quienes somos si no nos conocemos. Debemos saber cuales son nuestros orígenes, familiares y nacionales; que valores nos resultan más importantes o con cuáles nos identificamos más; cómo nos comportamos y porque lo hacemos de ese modo y no de otro. Una persona, una comunidad y una nación deben conocerse lo más a fondo posible para tratar de entender en qué se apoya su identidad.
Símbolos Los símbolos son imágenes que tienen un significado importante para un grupo. La bandera, el himno o el escudo son símbolos nacionales. La Cruz, la Estrella de David o la Media Luna son símbolos religiosos que dicen mucho a los cristianos, judíos o musulmanes. Cuando tú puedes reconocer un símbolo y este te conmueve y es importante para ti, es porque te reconoces como miembro de esa identidad de grupo.
¿Quién soy yo? Cuando en esta obra hablamos de autoestima, vivimos lo importante que es ver dentro de ti para realmente conocerte. A través de esa mirada interior reconoces todo aquello que forma tu personalidad y, poco a poco, verás cómo esos rasgos se irán modificando con el tiempo, debido a la edad y las nuevas experiencias que la vida trae consigo. Cuando estés a punto de entrar en la adolescencia iniciarás un camino que te llevará a seguir afinando tu identidad, para convertirte en la persona que quieres ser. ¡Descubrirás en ti mismo la más fascinante de las aventuras! Iguales, pero diferentes El termino identidad viene del latín – la lengua hablada por los antiguos romanos y que es el origen de idiomas como el español y el francés – idem, que quiere decir “lo mismo”. Piensa en otras palabras relacionadas con identidad: idéntico, identificar, identificación. ¿Ves cómo todas las personas dan pistas sobre todo lo que encierra la identidad? Habla de similitudes que te hacen parte de algo y que, provocan que los demás te reconozcan en tu diferencia. Cuéntame Para tener más claro quien eres y de donde vienes, no hay nada mejor que observar a tu familia y hablar con sus miembros para que te cuenten su historia. ¿De dónde son originarios? ¿Cómo celebran las fiestas? ¿Qué comen durante las ocasiones especiales? ¿Cuales son sus canciones favoritas? ¿Tienen tradiciones particulares? ¿Es importante la religión para ustedes? ¿Se identifican con alguna corriente política? Toda esta información te dará pistas para conocer mejor a tu familia, y por su puesto, a ti mismo.
La patria chica Tú sabes que los países se constituyen de regiones que tienen características culturales muy definidas. La gente de la costa habla de un modo particular y son muy conversadores y extrovertidos; les encanta comer pescado frito y bailar hasta el amanecer. ¿Cómo es la gente de tu región? Son mas serios o les encantan las fiestas, qué tipo de ropa usan, cómo es el paisaje que los rodea y cuáles son los alimentos de todos los días. Aun cuando seamos parte del mismo país, existen diferencias regionales que se reflejan incluso en las palabras que usamos para designar una misma cosa, en los acentos y hasta en el carácter. ¡Qué rico sancocho! Todos los países del mundo son resultado de algo maravilloso que es la mezcla de razas. En América Latina somos muy afortunados porque somos un delicioso revuelto de ingredientes indígenas, negros, europeos, y hasta asiáticos. Esa mezcla de historias y culturas es la materia prima de cada uno de nuestros países: somos mestizos. Nuestra comida, fiestas, lengua, manifestaciones religiosas, musicales y artísticas nos recuerdan una y otra vez nuestra cultura mayoritariamente mestiza. Además, en muchos de nuestros países también existen otros grupos étnicos que contribuyen a enriquecer la cultura. En la diferencia y la similitud se construye la nacionalidad. Xeno… ¿qué? A nadie le gusta abandonar su país por que deja un pedazo de su corazón y de su identidad en él. Sin embargo, a lo largo de la historia, muchos seres humanos se han visto en la necesidad de emigrar a otros países por razones económicas o políticas. Cuando llegan grandes oleadas de extranjeros, algunos de los habitantes de un barrio, región o país se sienten invadidos o amenazados. No les gustan sus costumbres, su color de piel o su religión y tienen comportamientos discriminatorios, intolerantes y hasta violentos. A esta reacción de rechazo se le llama xenofobia (que quiere decir “odio al extranjero”). Se la gente se tomara la molestia de conocer y entender a los otros, los respetarían y les tenderían la mano para que se sintieran acogidos. Afortunadamente, hay muchas organizaciones que trabajan para lograrlo y cambiar las actitudes de la gente.
Si lo oyes… Lo olvidas…. Si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Una historia personal No existe mejor forma de conocerte a ti mismo que escribiendo tu historia. Al final del día escribe lo que te sucedió, tus sentimientos, los problemas y los momentos felices que tuviste. Si, efectivamente, te estamos invitando a llevar un diario. Cada vez que escribas en él, te sentirás mejor y cuando pasen los años y lo leas, verás cuánto has cambiado y cómo has evolucionado. ¿De dónde venimos? Ya vimos que para saber quienes somos, es importante saber cual es nuestro origen familiar y cultural. Juega al periodista y entrevista a tus padres sobre la procedencia de tu familia: ¿de dónde eran tus bisabuelos y abuelos?, ¿cuál es la música y la comida de esos lugares?, ¿cuáles eran sus costumbres?, ¿en que se diferencia la educación que tus padres recibieron de la que ellos te dan a ti? Ahora escribe un reportaje sobre tu origen, enriquécelo con fotos y dibujos.
¡Todos a jugar! Juego de narices Materiales: una mandarina, cilantro, perfume, vinagre y pañuelos. El director del juego toma los pañuelos y venda los ojos de todos los jugadores. Luego forma parejas; a cada una la hace oler su fragancia y después se la frota en alguna parte de su cuerpo. A continuación se mezclan las parejas, y los jugadores, sin hablar, solamente empleando el olfato, deberán hallar a su compañero de fragancia. Gana la pareja que se encuentre más rápidamente. El último en saberlo
Se sientan en círculo cinco o más jugadores. Cada uno pone un papel con el nombre de un personaje famoso en la frente de un compañero de la derecha. Todos ven los personajes de los otros menos el propio. Para reconocer su personaje, cada jugador pregunta una pista a quien le puso el papel. Si tu compañero le responde que “si”, tiene derecho a hacer otra pregunta; si les responde que “no”, cede el turno a otro jugador y así sucesivamente. Pierde el último jugador que se quede sin identificar a su personaje. En penitencia, lo debe representar con mímica para todos los demás. “Conócete a ti mismo”
Iguales pero diferentes Entender que todas las personas tenemos derecho a la igualdad es la primera piedra para construir la justicia. Mira a tu alrededor. Hay personas blancas, negras, morenas, altas, bajitas, gordas, flacas, serias y alegres… hay buenos, malos y regulares deportistas así como niños y niñas que son buenos, malos o regulares estudiantes… nadie se viste igual a nadie, aunque tengan el mismo uniforme. Todos tenemos la voz diferente y huellas dactilares que no se repiten aunque haya más de seis mil millones de personas en el mundo. En fin, somos deferentes. Si, todos somos diferentes, pero también iguales. ¿Y eso? ¡No se puede ser igual y diferente! Pues en el caso de los seres humanos esto si es posible. Somos diferentes en muchas cosas, incluso los hermanos gemelos son diferentes a pesar de su extraordinario parecido. Pero somos iguales en cuanto a que todos somos seres humanos, tenemos los mismos derechos y somos dignos de ser respetados y valorados independientemente de todo lo que nos diferencia. Por ejemplo, no es más persona alguien de raza blanca que una de raza negra o indígena. El hecho de que alguien sea pobre no lo hace menos que un rico. Un enfermo o moribundo sigue siendo tan persona como alguien que tiene su salud intacta. El desplazado que está pidiendo limosna en el semáforo es tan persona como que el que pasa a su lado en un carro lujoso. Las leyes de todos los países afirman y defienden, o deben defender, la igualdad de las personas. Sin embargo, vemos que estas son tratadas de
manera diferente dependiendo de su raza, su apariencia física, sus creencias o sus riquezas. ¿Crees que este tratamiento es justo?
¿De qué se trata este cuento? La tierra de las papas, de Paloma Bordons, relata el impacto que sufre María al dejar Madrid e irse a vivir con su padre a la paz, Bolivia. Ahí descubre la diferencia: Latinoamericana, la pobreza, otras costumbres, otro tono de piel, el desorden. Todo es extraño y ella se siente muy diferente, hasta que vence la soledad y decide comunicarse con Casilda. Entonces conoce su vida y narra la propia. La cercanía con la indígena y el afecto por ella la harán comprender que a pesar de las diferencias físicas, sociales y culturales, los sentimientos de dos niñas de casi la misma edad son los mismos. Con sorpresa y humor, la protagonista descubrirá que esa otra realidad tiene sus bondades. Paloma Bordons es española, vivió en Bolivia y actualmente reside en Argentina.
Dos mundos se encuentran Casilda llamó a nuestra puerta una mañana con timbrazo tímido. Abrí la puerta y allí estaba: un autentico ejemplar de cholita, pero en pequeño. Sería un poco mayor que yo: catorce años quizás. Tenía sus correspondientes y larguísimas trenzas negras y su cara redonda con los cachetes rojos y brillantes, como las manzanas de las fruterías de lujo. Tenía su pollera de color rosa vivo y su pequeño sombrero tan ladeado sobre la cabeza que daban ganas de tirarlo de un soplido. Se retorcía las manos y clavaba la vista en el suelo, como avergonzada mientras murmuraba unas palabras que no comprendí. Creí que se había equivocado de puerta hasta que llegó mi padre a medio afeitar. Tú debes ser Casilda, dijo. Y Casilda bajó aún más los ojos, se puso más colorada y murmuró: Soy, sí señor. Desde ese día tuvimos un ratoncito en la casa. Así la bauticé con bastante mala leche: “El Ratoncito”, y por primera vez mi padre no me siguió la corriente.
“El Ratoncito” limpiaba, lavaba, hacía compras, cocinaba. Se movía a trote ligero y cada vez que nos veía mi padre o a mí, huía corriendo a la cocina. Claro que yo también daba un respingo cuando aparecía ella. Su presencia me inquietaba como si fuera de una especie distinta a ella su presencia me inquietaba como si fuera de una especie distinta que yo. Como mi padre no se daba cuenta de mi cara larga traspasé mi enfado a Casilda, y la odié por estar allí y por ser tan sumisa… un día en que nos sirvió la sopa, expresé mi rabia: ¡Mira! ¡Un pelo! ¡Que asco! Y además nunca se lava las manos con las que coge nuestra comida. Desde que llegó todo me sabe y me huele raro. Me huele como a Casilda. Así como a sudor, a animal, a… no sé ¡Nunca antes había olido algo así! Ninguno se había dado cuenta de que “El Ratoncito” estaba junto a la mesa, esperando para retirar los platos. Quedamos petrificados. Yo, avergonzada; mi padre avergonzado y furioso. Ya está bien María, dijo cuando Casilda desapareció en la cocina. Y me lanzó esa mirada fulminante que usa cuando me desprecia mucho. Estás fuera de tu país y, como es natural, las cosas son distintas. Y como comprenderás, las cholitas no van a cambiar sus costumbres sólo porque hayas llegado tú. Más bien eres tú la que debes cambiar para adaptarte al país. Más tarde Casilda recordaría lo que sintió e hizo en ese momento: “Yo me olía y no me sentía nada. Pero pensaba en lo que había dicho la señorita de mi olor y me ardía la cara. Asín que más luego me fui al baño y me puse de un frasco para oler como la señorita. El perfume ese me hizo doler la cabeza todo el día. “La cosa es que yo soy limpia pues, sólo que mudarme de ropa mucho no puedo porque no me alcanza. Y de un de repente me entraron ganas de gastar pantalones como la señorita y dejar de ser cholita de pollera, porque de enaí viene todo lo malo, que sólo por ser chola hay muchos que te creen sucia y zonza y te hacen la burla”. Cholita: así se les llama a las indígenas de la etnia aimará de Bolivia. Pollera: Falda Asín: así Enaí: de ahí (Adaptación de un fragmento de la novela la tierra de las papas, de Paloma Bordons. Editorial Sm)
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Te parece justo que el padre se moleste con los comentarios de su hija? ¿Por qué? ¿Qué pasa si al llegar a un país diferente del tuyo no te adaptas a sus costumbres? ¿Qué opinas de lo que piensa Casilda, al final? ¿Qué semejanzas hay entre María, Casilda y las niñas de 14 años que tú conoces?
¿Qué es la igualdad? Desde antes de nacer, todas las personas tenemos un primer nombre que nos hace idénticos a los demás, este nombre es persona humana. Todos los seres humanos somos personas y eso nos hace iguales. La igualdad es ante todo un derecho de todos los seres humanos a ser reconocidos como personas dignas de amor, respeto, atención, solidaridad. La Igualdad, en este caso se identifica con la justicia. El hecho de ser iguales en dignidad no nos quita el derecho a ser diferentes en nuestras creencias, gustos e ideales… y a ser valorados y respetados aunque pertenezcamos a grupos minoritarios tales como el de los negros o el de los indígenas. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la igualdad La vanidad… Porque te hace pensar que eres mejor que los demás. La injusticia… Porque te impide reconocer el verdadero valor de las personas. El clasismo… Porque crea distancias entre las personas, sólo en razón de su situación social o económica.
La indiferencia… Porque te impide pensar en los demás, sobre todo en los más débiles y necesitados. Solidaridad Para practicar la igualdad necesitamos ponernos en los zapatos de los demás, acompañarlos en sus problemas y, ayudarlos a encontrar soluciones para superar las dificultades. Esto es ser solidario: no pasar de largo cuando una persona o una causa nos necesita.
Ingredientes para la igualdad Justicia Para practicar la igualdad es necesario ser justo, es decir, darle a cada cual lo que le corresponde. La justicia y el respeto van de la mano. Si una persona tiene una cualidad, la persona justa se la reconoce; lo mismo, si alguien ha hecho algo bien merece una palabra de felicitación. Algunas personas tienen mucho, y muchas tienen poco o nada, practicar la justicia que conduce a la igualdad sería tener la capacidad de compartir nuestros bienes con los más necesitados. La justicia también implica dejar que todas las personas hablen, expresen y manifiesten sus ideas y sentimientos. La justicia defiende este derecho. Imparcialidad Para practicar la igualdad es necesario no hacer distinciones entre las personas, sólo así se llega a la justicia. Por ejemplo, si un amigo se equivoca o comete un error, se le debe corregir de la misma forma como se corrige a alguien que no es tan amigo. Respeto Para practicar la igualdad piensa un poco en ti. Piensa en cómo te gustaría que te trataran y cómo no te gustaría que lo hicieran. Luego trata a los demás como desearías que lo hicieran contigo. Esto es el respeto: la cualidad humana que consiste en tratar con consideración a las demás personas. Hay quienes se comportan bien con unas personas, pero mal con otras. Por ejemplo, hay niños y niñas que son amables con sus amigos, pero maltratan a su empleada del servicio o a los compañeros de colegio que tienen algún “defecto”. Esto no es igualdad.
El respeto es dar buen trato a todas las personas por igual, las conocidas y las desconocidas, las que nos quieren y las que no. Igualito a…. Cuando nace un niño, se escuchan frases como estas: “se parece a su mamá”, “tiene los mismos ojos del papá”, “tiene el mentón partido de su tío”, “es igualito a la abuela”, “es igualito al abuelo”… pero lo mejor es cuando llega el día en que el niño crece, se mira al espejo y se da cuenta de que ¡es igualito a sí mismo!
Que viva la diferencia Habremos entendido el verdadero sentido de la igualdad cuando podamos defender la causa de la diferencia. Si partimos de que todos los hombres y las mujeres somos iguales porque somos personas, entonces tenemos derecho a ser diferentes… e iguales. El color de la piel, las creencias políticas o las tradiciones crean la diversidad de la igualdad. Menores y mayores En la mayoría de los hogares se practica la igualdad porque se busca que todos estén bien y reciban lo mismo. Sin embargo, en ocasiones, es en el hogar donde se inicia la desigualdad: hay diferencia en el trato a los hijos mayores y a los menores, entre los hombres y las mujeres… la igualdad y la desigualdad empiezan por casa. Una buena manera de entender la igualdad es que los niños también ayuden en las labores domésticas y que las niñas se les impulsen a estudiar para que, cuando sean grandes, también se desempeñen fuera de casa. Diferentes La gordita, el de gafas, el juicioso, el negro, el indio y muchos más son personas con las que te puedes encontrar en el colegio, y más aún, en distintas situaciones de la vida cotidiana. Ellos son, en muchas ocasiones, personas discriminadas, objetos de burla y de rechazo. El colegio debería ser el sitio donde se entrena a los niños y las niñas a practicas la justicia, la equidad, la imparcialidad, es decir, todos los componentes de la igualdad.
Nuestra riqueza Para algunas personas, las mayores riquezas del país son el café, el oro, las esmeraldas o el hecho de poseer dos océanos, tres cordilleras y una gran diversidad ecológica. Pero la verdad es que nuestra mayor riqueza es la variedad de su gente. De norte a sur, de este a oeste encontramos una gran variedad de razas, acentos, costumbres, religiones, sueños y esperanzas. Toda esa diversidad se une en una única realidad que nos hace iguales: nuestra identidad nacional. Las Naciones Unidas Con el fin de promover la igualdad entre las naciones, se creó, en octubre de 1945, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una asociación internacional de naciones basada en la igualdad soberana de sus miembros. La ONU fue creada para mantener la paz y seguridad internacionales, desarrollar relaciones de amistad entre las naciones, fomentar la cooperación internacional en la solución de problemas económicos, sociales, culturales o humanitarios, así como el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales. Aunque últimamente los países poderosos no han hecho caso de las recomendaciones de la ONU, la sociedad internacional tiene el reto de fortalecerla para que su labor a favor del entendimiento y las buenas causas continúe.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes…. ¡Saca tu cuaderno! Reconocer al otro Si queremos convivir en armonía con las demás personas es necesario que las tratemos con gentileza. Al hacerlo reconocemos que son iguales a nosotros. Escribe algunas de las frases amables que tus padres o amigos dicen sobre otras personas. ¿Por qué te llamaban la atención? Hombres y mujeres por igual Conversa con tu mamá, abuela o tus tías sobre el modo en que las educaron y sobre las oportunidades que han tenido para desarrollarse como personas autónomas. ¿Crees que la búsqueda de la igualdad social por parte de las mujeres ha tenido consecuencias positivas?
Explica tu respuesta. Además, has un cuadro en el que compares las relaciones de igualdad y desigualdad entre los miembros de tu familia en el pasado y en el presente. ¡Todos a jugar! Te pareces a… En este juego los participantes, por turnos, hacen de espectadores, mientras un jugador desarrolla la acción. Uno, a uno, a cada jugador se le vendan los ojos y se le da un lápiz para que dibuje sobre una hoja un personaje famoso al que, según sus compañeros, se parezca ya sea en lo físico o en su manera de ser. Este jugador sigue las instrucciones de sus compañeros. Al final se quita la venda y dice el nombre del personaje con que se asemeja.
Espejito, espejito En pequeños papeles, el director del juego escribe diferentes temas para representar una escena ante un espejo imaginario: por ejemplo, un cazador que persigue a un león o a un joven que baila mientras limpia el polvo. Luego guarda los papeles en una bolsa y se retira para ensayar su escena: Un jugador simulara mirarse en el espejo, mientras el otro será la imagen reflejada. A continuación, las parejas representarán su escena. Los demás deben adivinar de qué escena se trata en cada caso. “la amistad es una igualdad armoniosa”
El país más justo del mundo La justicia no es dar a todos lo mismo, sino dar a cada cual lo que merece. Imagina que el presidente de un lejano país decidió repartir todas las riquezas del estado. Llamó a todas las personas y a todas les dio la misma cantidad de dinero. Los niños, los ancianos, los ricos, los pobres, los enfermos… todos, todos, recibieron exactamente lo mismo. De esta manera el presidente deseaba crear el país más justo del mundo.
Con el dinero que recibieron, los ricos pudieron tener más ahorros y se volvieron más ricos. Los pobres pagaron sus deudas y compraron algo de comida y quedaron nuevamente pobres. Los enfermos compraron medicinas y pudieron curarse… ¿Crees que este presidente fue justo? La justicia no significa darle a todo el mundo lo mismo, sino darle a cada cual lo que se merece o lo que le corresponde. Por eso debemos trabajar para que todas las personas tengan todo aquello que les permita vivir con dignidad. La justicia es para todas las personas y debe regir el comportamiento de todos los seres humanos. Pero como la justicia se identifica con la solidaridad, se aplica de manera especial hacia los demás débiles de la sociedad, con el fin de suprimir las desigualdades que comúnmente se presentan. La justicia se manifiesta en cada momento de nuestra vida, por ejemplo, cuando hablamos bien de los demás, cuando compartimos lo que tenemos, cuando tratamos a todas las personas con respeto y consideración, cuando decimos la verdad todos podemos construir la justicia mediante actos muy sencillos que pueden realizarse día a día. ¿De qué se trata este cuento? Danny y su padre viven en una casa rodante, detrás de su taller mecánico. Su vida transcurre normalmente hasta que Danny descubre que su padre ¡es un ladrón! Sin embargo, esta situación hace que el chico cuestione la justicia oficial tras la cual se revela la verdadera justicia social, la que se apoya en las relaciones con los otros. El autor de Danny el campeón del mundo, Roald Dahl, nació en Gales en 1916 y fue piloto durante la segunda Guerra Mundial. Sus obras son irónicas, divertidas y muestran la infancia en contraposición con las normas impuestas por los adultos.
Un secreto bien guardado Una noche vi que mi padre no estaba en su cama. Salí a buscarlo fuera de la casa rodante en la que vivíamos, pero no lo vi por ningún lado. De pronto, contra el brillo de la luna, apareció por la carretera. Entonces corrí a su encuentro. ¡Danny!, gritó el. ¿Qué sucede? Estaba asustado, pensé que te había ocurrido algo malo, dije.
Me cogió de la mano, me condujo a la casa y me metió en la cama. Luego me dijo: He decidido contarte el más oscuro secreto de mi vida. He estado en el bosque de Hazell. Pero, que hacías allí?, pregunté. ¿Sabes lo que quiere decir “furtivo”?, me preguntó él. No, creo que no. Así se llama la persona que entra en el bosque en la noche y vuelve con algo para meter en la cazuela. De ese bosque siempre se vuelve con faisanes. ¿Quieres decir ladrón?, dije, horrorizado. No, no es lo mismo. Ser furtivo es un arte. Un buen furtivo es un gran artista, contestó. Yo estaba horrorizado. ¡Este hombre tan dulce y cariñoso iba a escondidas al bosque para robar valiosas aves que pertenecían a otro! Tu abuelo, me contó, era un gran furtivo, él me enseñó, me contagio su pasión cuando yo tenía 10 años y nunca la he perdido. En aquellos tiempos casi todos los hombres iban al bosque por las noches. Lo hacían no solo por deporte sino porque necesitaban comida para sus familias. Cuando yo era niño, eran malos tiempos en Inglaterra. Había poco trabajo y muchas familias pasaban hambre. Sin embargo, en los bosques del hombre rico de esta región, miles de faisanes eran alimentados dos veces al día como reyes. Así que, ¿podrías reprocharle a mi padre que se metiera al bosque y trajera un par de aves para dar de comer a su familia? No, claro que no… supongo. Pero nosotros no pasamos hambre, papá. ¡No has comprendido la cuestión Danny! ¡Ser furtivo es un deporte tan excitante que, una vez que empiezas, se mete en la sangre y no puedes dejarlo! El viernes siguiente mi padre me dijo que volvería a entrar de furtivo en el bosque de Hazell. Porque hay faisanes, porque no me gusta ni pizca el señor de Hazell y porque es un placer quitarle sus aves, dijo mi padre. El señor Hazell era increíblemente rico. Toda la tierra a nuestro alrededor le pertenecía; era un tipo terriblemente pretencioso que organizaba cacerías con perros. Duques y marqueses, barones y condes iban con sus escopetas, durante todo el día los disparos retumbaban en el valle. A mi padre no le gustaba porque cuando yo tenía 8 años fue nuestra gasolinera a llenar su tanque y me amenazó con una fusta: Si dejas una señal de tus sucios dedos en mi Rolls Royee, me bajaré del coche y te daré una paliza, me dijo.
No, a mi tampoco me gustaba el señor Hazell, pero meterse en el bosque en el bosque a escondidas como “furtivo”, más, bien, como un ladrón, tampoco me gustaba en lo mínimo… (Adaptación de un fragmento de la novela Danny el campeón del mundo, de Roald Dahl. Editorial Alfaguara)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Por qué el papá decide contar el secreto?
¿Crees que haya circunstancias en las que el robo puede considerarse una picardía o un deporte?
¿Crees que era justa la razón por la cual robaba el abuelo de Danny?
¿Qué es la justicia? En muchas películas vemos cómo un juez, después de escuchar a los abogados y a los fiscales, determina una pena para la persona que está siendo juzgada. Esto nos puede hacer pensar que la justicia es solamente administrar premios y castigos. Y eso no es la justicia, aunque puede formar parte de ella. La justicia es la virtud humana mediante la cual las personas contribuyen mutuamente a que todos tengan las condiciones que les permita vivir dignamente. La persona justa da a cada cual lo que le corresponde, pero además lucha para que quienes lo necesitan alcancen mejores condiciones de vida. El justo respeta y valora a los demás, da igual trato a todas las personas, hace comentarios positivos sobre los otros… en fin, con su vida muestra como quiere ser tratado. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la justicia El clasismo… Porque crea distancias enormes entre las personas que tienen más y las que tienen menos o no tienen nada.
El egoísmo… Porque impide compartir nuestros bienes, nuestro talento o nuestra palabra con todos aquellos que lo necesitan. El autoritarismo… Porque busca dominar y manipular a los demás limitando la libertad. La envidia…. Porque genera un espíritu competitivo que sólo busca alcanzar el poder y el dominio sobre los demás. La rectitud Es la firme voluntad de obrar siempre bien, es decir, pensando en el bien propio y el bien común. La persona justa no obra con dobles intensiones, ni con el fin de obtener sólo el propio beneficio.
Ingredientes para la justicia La solidaridad Es la capacidad y la voluntad de compartir los bienes propios con lod demás. Los bienes no sólo cosas o dinero, también son bienes los talentos personales, la capacidad para dar un concejo oportuno, para acompañar al que está solo… en fin, la solidaridad tiene muchas, muchas manifestaciones que se resumen en ésta: ayudar a quien lo necesita. El civismo Es la responsabilidad con la que las personas se comportan en una ciudad, pensando en sí mismas y en los demás. El civismo es la mejor manifestación de la justicia en una ciudad. Si no hay justicia no puede ser cívico, y si no hay civismo no puede ser posible la justicia. El civismo se identifica con el respeto y el interés, no sólo por las obras de la ciudad, sino, sobre todo, por las personas. La valentía Es la capacidad de obrar rectamente, aunque este comportamiento nos traiga problemas. La persona justa reconoce los peligros de una acción, pero decide, en todo caso, realizarla. Por ejemplo, cuando alguien denuncia a quien ha cometido un crimen.
¿Quieres sabes si eres justo? Entonces, medita sobre las siguientes frases y piensa si lo haces siempre, muchas veces, algunas veces, nunca: Trato bien a todas las personas. Defiendo a las personas inocentes. Comparto lo que tengo con los demás. Me alegro cuando a los otros les va bien. Respeto y valoro las opiniones de todas las personas. Qué opinas, ¿eres justo o no? ¿Qué vas a hacer para lograr ser justo?.
Siempre imparcial ¿Sabes cómo se representa la justicia? Seguramente la has visto en los libros: es una señora que lleva los ojos vendados y sostiene con una mano una balanza en perfecto equilibrio. La justicia se representa así porque la venda se refiere a que la justicia es ciega, es decir, que se aplica a todos por igual: no importa la condición social, el sexo ni la raza. La balanza significa que la justicia toma en cuenta todas las evidencias a favor y en contra para brindar un dictamen final que resulte equilibrado, es decir, justo. Debemos tomar en cuenta esta figura en todas nuestras actitudes diarias, tratar igual a todo el mundo y ser imparciales, es decir objetivos en nuestros juicios. ¡Hagan la cola! Para todo hay que hacer fila: para comprar los boletos del cine, para pagar en el supermercado, para meter o sacar dinero en el banco, para comprar en la tienda del colegio. Las colas no son lo más divertido, pero son la mejor forma de que nos atiendan en igualdad de circunstancias, es decir, con justicia. Fíjate que hasta en la casa hay que hacer fila, respetar turnos y tiempos. ¿Quieres un ejemplo? A algunos les da por pegarse al teléfono durante horas, olvidándose de que los demás también tienen derecho a usarlo. Sin peso, pero contento Un día, Alejandro le prestó su balón a Jaime. Jaime estaba feliz jugando con el balón, pero en una de esas se distrajo y se dio cuenta de que éste había desaparecido. El pobre Jaime no podía con la preocupación. Se fue directo a su casa y le contó a su mamá, quien le dijo que debía disculparse y reponerle a Jaime el balón con el dinero de su mesada. Jaime se quedó sin un peso durante meses, pero actuó con justicia: no
sólo ofreció disculpas, sino que reparó su falta aunque no haya obrado de mala intención al reponerle el balón a su amigo. Ni para qué decir que esa amistad ha durado por siempre. Un gran libro De todos los libros que has leído, ¿cuál es el que más te ha gustado? ¿Por qué? Seguramente que has leído libros de cuentos, de ciencia ficción, de aventuras… Pero, ¿has leído libros de justicia? Hay uno muy interesante que está al alcance de tus manos, se trata de la Constitución Política de tu país. Este libro te habla de valores como la vida, el respeto, la libertad o la igualdad. En uno de sus artículos más interesantes, la Constitución nos dice que todos nacemos libres e iguales ante la ley y que, por tanto, debemos recibir la misma protección y trato de las autoridades, así como gozar de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, lengua, religión, opinión política o filosófica. Ciudad de justicia La Haya, capital de los países bajos, es una ciudad muy importante, no por su tamaño, sino porque es la sede del Tribunal Internacional de Justicia. Esta institución nació en 1945, después de la segunda Guerra Mundial, con el fin de ayudar a resolver los conflictos que pudieran presentarse entre los países. A lo largo de más de 50 años de existencia, el Tribunal ha contribuido enormemente a que impere la paz y la justicia en el mundo. Sin embargo, debido a que las grandes potencias del mundo, tales como Estados Unidos, Francia y China, se han retirado, el Tribunal ha perdido algo de su poder y, en muchos casos, sus decisiones no son tenidas en cuenta. Sin embargo, su existencia nos recuerda la fortaleza moral que debe existir como condición de la justicia a nivel internacional.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Un matacho serio La justicia consiste en dar a cada quien lo que le corresponde. Piensa bien en esta frase. ¿Qué significa dar a cada quien lo que le
corresponde? Dibuja una caricatura sin palabras que represente el significado de esta idea.
Recuerdos de cine Las buenas películas muestran emociones profundas, dolorosas o alegres, que experimentamos los seres humanos. Por eso, algunas veces nos identificamos con los personajes que presentan. Relatan la escena de una película que hayas visto, en la que el personaje central recibe un trato injusto. Explica por qué te impresionó tanto y cómo crees que hubiera sido lo contrario, es decir, lo justo. ¡Todos a jugar! Bombones de fresa Reúnete con tres amigos y elaboren esta rica receta al prepararla verán que es necesario usar los ingredientes en cantidades justas para que quede bien y al repartirlo en partes iguales entre todos, ¡estarán practicando la justicia en forma deliciosa! Ingredientes: 250 g de fresas y 200 g de chocolate para fundir. Preparación: Corten los chocolates en trozos y póngalos en un recipiente. Coloquen el recipiente en una olla con un poco de agua (al baño María) Pongan al fuego para que se derrita el chocolate, revolviendo para que quede cremoso. Laven bien las fresas y sujetándolas por las hojas, sumérjanlas en el chocolate. Coloquen las fresas sobre el papel de aluminio y dejen que se sequen. Repartan equitativamente los bombones y… ¡a disfrutar! Pásame la bola Para disfrutar de cualquier juego es importante que respetemos sus reglas y normas. ¡Así que a jugar y a ser justos con las reglas! Formen
dos equipos y decidan a cara y sello que equipo comienza. Los ganadores toman la pelota y se la pasan, contando los pases, mientras se mueven por el terreno de juego. Éste empieza a contar los pases. En caso de que la pelota caiga o la recoja el mismo jugador que la lanzó, la cuenta debe comenzar de cero. Gana el equipo que logre hacer más pases consecutivos. “Un mundo de paz y justicia requiere de amor”
Caballería siglo XXI La verdadera lealtad es un compromiso sincero que sale del alma y se asume con alegría. Hace muchos años, la mayoría de los países eran gobernados por reyes que estaban protegidos por unos personajes llamados caballeros. Para ser caballero había que jurarle lealtad al rey, lo cual se hacia mediante una ceremonia en la que el rey ponía la espada sobre cada hombre del nuevo caballero, la espada era el signo de la lealtad. El caballero se comprometía a estar de parte del rey, a ayudarlo y a protegerlo hasta con su vida. Un caballero no podía servir a otro rey, no debía hablar mal del él ni de su reino muchos menos traicionar a sus ejércitos. La lealtad consistía en serle enteramente fiel al rey y al reino. Actualmente ya no existen este tipo de caballeros, pero existen otros, los caballeros del siglo XXI, que renuevan el valor de la lealtad. La nueva lealtad es algo así como una parte de nosotros mismos que busca ser fiel a todo aquello en lo que creemos. Por ejemplo, existe la lealtad a las propias ideas, a la familia, a los amigos, a las ideologías políticas o a las creencias religiosas. Veamos varias circunstancias en las que las personas son leales: el novio que es fiel a su novia; el hijo que no habla mal de sus padres; la persona que defiende sus ideas y sus principios; el joven que no sigue las conductas negativas de sus amigos; las personas que quieren y defienden a su ciudad y a su país, aun aceptando que tienen defectos. Pero, ¡cuidado! La lealtad no es complicidad. Cuando sabemos que alguien ha hecho algo grave o muy malo y lo dejamos pasar, no estamos siendo leales sino cómplices. ¿De qué se trata este cuento?
Blas es un bribón que apunta de trampas y tretas sale de aprietos, incluso cuando se enfrenta al bien y al mal, representados por san Pedro y el diablo. Al primero pide tres deseos, menos la gloria eterna, pues no piensa morir. Al segundo le pide ser rico a cambio de su alma, pero de antemano planea cómo hacerle trampa. Leal a si mismo y a nadie más, Blas se sale con la suya y al final ni el cielo ni el infierno lo quieren. El herrero y los demonios es un relato popular mediterráneo en el que sobresale la figura del pícaro. Ha sido adaptado por Teresa Durán, investigadora de Literatura infantil y juvenil, radicada en Barcelona.
Ni con Dios ni con el diablo Blas era un herrero que vivía en un pueblito español. Era un pícaro que recibió algunas visitas extraordinarias en su vida. Una vez dos vagabundos llegaron a su casa pidiendo algo de comer, Blas los hizo pasar y les regalo un poco de pan y vino. En agradecimiento por su hospitalidad, los hombres le dijeron que lo recompensarían con tres deseos. Blas no dudó: El primero: si alguien se sienta en un banco, quiero que se quede pegado al asiento hasta que yo desee. El segundo: si alguien se trepa a mi árbol de peras, quiero que se enrede entre sus ramas. El tercero: que lo que yo meta en este costal, no pueda escaparse. Lo hombres lo miraron aterrados ¡Pero que deseos más absurdos! ¡Mira que somos San Pedro y Jesucristo y podemos concederte la Gloria Eterna! Muchas gracias sus mercedes respondió el herrero que yo me preocupo por lo que me pase aquí en la tierra y allá en el cielo. Así, los dos visitantes se fueron desconcertados y se despidieron del herrero. Otro día llego a la herrería un caballero de mirada oscura y penetrante, lujosamente vestido. ¡Herrero, ponle las herraduras a mi caballo! No se va a poder. No tengo hierro suficiente para hacer las herraduras.
¿Y eso te preocupa? ¡Bah! Dame una herradura y mira lo que hago. El caballero tomó la herradura y le ordenó: ¡”Estírate”! apenas habló, el hierro se alargo hasta alcanzar la medida necesaria. ¡Oh! Dijo el herrero. Si yo pudiera estirar el hierro como vos, me volvería rico. ¿Acaso sois el diablo? El mismo en persona; mucho gusto. Si deseas, véndeme tu alma… claro que tendríamos que hacer un contrato. Tú sabes, es por formalizar. Entonces hicieron un contrato que decía: “Yo, Blas rebollo, prometo mi alma a maese Satanás con la condición que mientras yo viva podré alargar el hierro como él lo ha hecho. Dicha promesa será válida mientras este papel no sea quemado. Firmado y rubricado: Blas Rebollo”. El diablo guardó el papel en su cartera y partió, dejando una estela de azufre a su paso. Paso el tiempo y el herrero se hizo rico. Pero al cabo de 10 años el diablo tocó a su puerta nuevamente. ¡Herrero, es hora de que vengas con migo! Si, permítame, pero primero debo llevar dos peras para la sed. No, lo haré yo para que no me engañes dijo Don Cuernos. Y se subió al árbol sin pensar que se quedaría allí enredado, gracias al deseo que San Pedro concedió al herrero. Al verlo allí enganchado, Blas llamó a los niños del pueblo para que lo apedrearan. ¡Vete! ¡Fuera de aquí! Gritaban los niños. Cosa que él hizo rápidamente, con el rabo entre las piernas. Pasaron otros 10 años y el herrero esperaba la nueva visita. Al amanecer, el diablo llego a la casa, pues era muy quisquilloso con eso de los contratos. ¡Soy Satanás y vengo a reclamar lo que es mío! Y convirtiéndose en gato entró por una pequeña puerta sin imaginar que caería en un saco preparado para él. El herrero lo ató y puso el saco sobre un yunque, llamó a otros hombres y entre todos lo aporrearon con fuerza. ¡Devuélveme el papel que no debí firmar y te dejaré marchar! Como estaba tan adolorido, el diablo sacó el papel y se lo entregó al herrero. Al recuperar el contrato, Blas lo quemó y, en ese instante, Satanás quedó libre y desapareció en medio de una humareda maloliente. El herrero aún vive campante porque en el infierno nadie quiere saber de él.
(Adaptación del relato popular español El herrero y los demonios. Versión de Teresa Colomer. Editorial la Galera)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Cómo agradece San Pedro la ayuda que Blas le dio en el pasado? ¿Estás de acuerdo con el comportamiento de Blas frente al contrato que hizo con el diablo? Explica tu respuesta ¿Qué relación existe entre el compromiso y la lealtad?
¿Qué es la lealtad? Con frecuencia esperamos que nuestros amigos y familiares nos apoyen y respalden en todo, porque, decimos, nos debemos fidelidad unos a otros. Sin embargo, la fidelidad es un valor muy grande e importante que no está necesariamente asociado a personas o a ideas políticas, religiosas o culturales, nadie está obligado a ser fiel a ellas si éstas no respetan la dignidad de las personas. Es leal aquel que dice la verdad, es recto, justo, franco y sincero. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la lealtad La traición… Porque va en contra de la confianza que han depositado en ti. Es traición utilizar un secreto que te han confiado para perjudicar a otra persona. La hipocresía… Porque daña la sinceridad. El hipócrita aparenta lealtad frente a las personas, pero habla mal de ellas cuando están ausentes. La complicidad… Porque traiciona los principios y los valores sociales al encubrir a quien a cometido una falta. El cómplice calla por cobardía o para obtener algún tipo de beneficio, pero sabe que lo que ha hecho la persona a la que encubre es incorrecto.
Sinceridad Es leal quien habla y expresa sus ideas, sin disfrazarlas. La persona leal no les dice a sus amigos algo que no corresponde a la verdad sólo por quedar bien. Por ejemplo, si alguien copia en un examen o dice una mentira, el amigo leal le hace caer en cuenta de su error, pero con amabilidad y cariño.
Ingredientes para la lealtad Valentía Puede que algunas personas esperen de ti que calles o que encubras una falta grave, quizá lleguen a presionarte o a amenazarte. En ese momento es necesario que seas valiente y que te mantengas leal a tus principios y a tus valores. Discernimiento Discernir es pensar con serenidad para saber con la mayor precisión posible qué está bien y qué está mal. A veces el discernimiento es fácil, otras veces no. Por ejemplo, no siempre lo mejor es denunciar ante las autoridades del colegio a un compañero que ha cometido una falta; en algunos casos lo mejor es hablar primero en privado con el compañero y ayudarlo para que no vuelva a cometer dicha falta. Confianza Todos cometemos errores, pero no por eso vamos a dejar de confiar en la gente. Imagina como serian las relaciones con tus compañeros, amigos y familiares si permanentemente estuvieras pensando que te van a hacer algo malo o si ellos pensarás que tú les vas a hacer daño. Es imposible ser leal a alguien si no se le tiene confianza. La persona leal confía en los demás y cree que tienen buenas intensiones. Pero, ¡claro!, la persona leal también tiene capacidad de discernimiento.
Siempre leales La lealtad significa ser fiel a todo aquello que consideramos importante en nuestra vida: es comprometernos verdaderamente con lo que somos y deseamos, con quienes queremos y con lo que creemos. Lo bonito de
la lealtad es que surge naturalmente: no podemos ser leales con aquello que no nos convence sinceramente, ya sean personas, ideas o creencias. A toda prueba Cuando somos bondadosos, el mundo deja de ser un lugar solitario para mucha gente. Una sonrisa, unas cuantas palabras y demostrar interés genuino por los demás les puede componer el día… ¡y a ti también!. Ideas personales No importa la edad que tengas, de dónde provengas o cómo vivas, tus ideas son importantes y valiosas y pueden ayudar a que tu comunidad sea mejor. Vale la pena que seas fiel a tus ideas y que no renuncies a ellas, a no ser que creas que las ideas de otros son mejores para ti y para tu comunidad. En todo caso, aunque aparentemente haya mejores ideas que las tuyas, exprésalas sin miedo, quizás ayuden a tu comunidad a mejorar y hasta contribuyan a transformar el mundo. Todos los grandes hombres y mujeres de la humanidad tuvieron la valentía de expresar sus ideas, aparentemente locas e irrealizables, y sin embargo, cambiaron la historia. La ropa sucia… El dicho popular que dice “la ropa sucia se lava en casa”, es una forma resumida de explicar la lealtad hacia las personas más cercanas, que en tu caso, es tu familia. Ninguna familia es perfecta, pero para que pueda mejorar necesita que todo lo negativo que suceda en el interior de la casa se comente y se resuelva allí mismo. Para limar asperezas, contar con lo que nos gusta y nos disgusta, aclarar situaciones y compartir todo lo que nos pasa, el diálogo y discusión hacen mucho bien a nuestras familias. Sí paga ¿Sabes lo que son los impuestos? ¿Has oído a tus papás quejarse del alto costo de los impuestos? ¿O que se van a crear estrategias para que nadie los evada? ¿O que son injustos? A todos nos preocupan los impuestos y es verdad que algunos son altos, pero si se pagan es posible mejorar la ciudad y el país. Con el dinero de los impuestos se construyen hospitales, se hacen carreteras, se crean
colegios, se iluminan las calles y se provee de servicios a muchas personas pobres y necesitadas. Aunque no sea lo que más les gusta a los adultos, pagar los impuestos es una forma de ser leales con el país. Medio ambiente Imagina que el planeta tierra pudiera hablar y decir lo que piensa sobre la forma como los seres humanos hacemos uso de los recursos naturales. ¿Qué crees que diría? Seguramente se quejaría y diría que sus recursos no son inagotables. Pensando en esto y con el ánimo de ser leales con el planeta en que vivimos, se han creado miles de grupos que cuidan el medio ambiente y lo protege del mal uso que hacemos de él. También se han organizado importantes reuniones internacionales para proteger la tierra, como la cumbre de Río que se realizó en el año 1992, en Río de Janeiro (Brasil).
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! De una pieza Ser leal a ti mismo es tan importante como ser leal a los demás. ¿Cómo crees que puedes lograr la lealtad contigo mismo? Piensa tres ideas e ilústralas con algo que simbolice a cada una. Por ejemplo, si consideras que la confianza es importante, pinta un equilibrista sobre la cuerda floja: si eliges la valentía, puedes dibujar a un león. Por un error Lancelot fue un caballero de la mesa redonda uno de los más leales al Rey Arturo. Sin embargo cometió un error y lo traicionó. ¿Sabes cual fue su falta? ¿Cómo reaccionó? Busca la película de Lancelot o mejor aún, consigue el libro con la leyenda del Rey Arturo. Ve la película o lee el libro y comenta la historia con tus papás. Después, escribe las opiniones de todos y dibuja la escena que más te haya impactado de su historia. ¡Todos a jugar! Un recorderis
En muchos pueblos las personas intercambian objetos especiales como símbolo de lealtad. Reúnete con tus amigos y hagan unas pulseras de chaquiras. Cuando termines, regala la pulsera a una persona por quien sientas gran confianza y a la que te gustaría ofrecer tu fiel amistad. Necesitarás: chaquiras de colores, hilo de nylon, una aguja de ojal amplio y un pequeño broche de metal. ¿Cómo se hace? Enhebra el hilo de nylon en la aguja y haz un nudo en uno de los extremos para sostener las chaquiras. Ensártalas combinando los colores como más te guste. Cuando termines, anuda las dos partes del broche en los extremos del hilo. Envuelve la pulsera en un empaque diseñado por ti y entrégasela a quien hayas elegido. Competencia de arroces Para este juego se necesitan tres parejas de jugadores, granos de arroz, marcadores y pitillos. Se pintan seis granos de arroz con tres colores diferentes (dos rojos, dos azules, dos verdes, por ejemplo). Cada pareja juega con un grano del mismo color y un pitillo. Los jugadores se arrodillan frente a la línea de salida, por parejas deberán soplar a través del pitillo para empujar el grano de arroz hasta la meta. Los integrantes de una pareja pueden ayudarse soplando el grano del otro, pues para ganar deben llegar a la meta al mismo tiempo. “La lealtad es fidelidad a toda prueba”
Ilusionistas La libertad no es hacer lo que se nos antoje sino tomar las riendas de nuestra vida con responsabilidad.
Uno de los trucos favoritos de los ilusionistas que actúan en los circos consiste en atarse los pies y las manos con gruesas cadenas aseguradas con candados, para luego introducirse en una bolsa de tela, también fuertemente amarrada. Posteriormente, meten al ilusionista en un gran tanque lleno de agua, el cual es tapado y asegurado con más candados. Para hacer más espectacular el truco, prenden fuego en la parte superior del tanque… todo nos hace creer que el ilusionista no se podrá liberar jamás. Entonces, cae del techo una gran tela que cubre todo el armazón durante pocos segundos y cuando menos lo esperamos, el ilusionista aparece libre, sin ataduras, levantando sus manos, pidiendo el aplauso
del público. ¿Cómo lo hizo? ¿Quién le ayudó? ¿Por qué nadie se dio cuenta cómo se liberó? La respuesta a esta pregunta sólo la tiene el ilusionista. Aunque sea un truco, no parece fácil liberarse de las ataduras que impiden el movimiento y que, por momentos, nos hacen pensar que va a perder la vida. Liberarse nunca ha sido fácil. Los esclavos que vivieron hasta ya bien avanzado el siglo XX, tuvieron que luchar mucho para conquistar su libertad. La libertad es uno de los dones más preciados de los seres humanos, ya que a través de ella cada persona puede decidir su presente y su futuro, puede escoger su carrera o su profesión, puede optar por moverse por distintas partes del mundo, puede elegir a sus amigos… la libertad nos devuelve la responsabilidad sobre nuestra propia vida. ¿Te imaginas la vida sin libertad? Sería como la del ilusionista, con la diferencia de que no nos podríamos soltar.
¿De qué se trata este cuento? El turpial que vivió dos veces, de Salvador Garmendia, narra la vida de un turpial de la sabana venezolana, cercana a Barquisimeto. El pájaro vivía encantado con el cielo, la luz y el paisaje; se enamoró y procreó. Un día, mientras paladeaba una fruta, un niño lo derribó de una pedrada, por lo cual perdió el conocimiento. Al despertar, se vio dentro de una jaula, rodeado de cuidados y de rostros curiosos que lo invitaban a cantar. Pero su dolor y el cautiverio le impedían hacerlo. Los días pasaron tristes hasta que una mañana el pájaro se lleno de fuerza y canto como celebrando la vida. Esta reacción hizo que el niño tomara la decisión más importante sobre el animal: devolverle la libertad. Salvador Garmendia fue uno de los grandes escritores venezolanos del siglo XX.
El canto aprisionado Esta vez no tuvo tiempo de ponerse a salvo. El zumbido de una piedra le cortó la respiración al tiempo que sintió un golpe terrible que hizo que todo desapareciera en la oscuridad. No supo cuando sus plumas chocaron el suelo.
El muchacho que disparó su honda corrió a recoger al pájaro, pero cuando vio que estaba vivo, algo le tocó el corazón y decidió llevarlo a su casa. Al verlo, su madre exclamó: ¡Un turpial! ¡Los turpiales cantan muy bonito! Si el pajarito se cura lo pondremos en una jaula. Lo atendieron bien y en verdad que el ave agradeció a todos el interés que mostraban en salvarle la vida. Encerrado en la jaula, se dedicó a dormir. Desde el principio había descubierto que el que esta dormido no está preso. Al comienzo, el muchacho lo visitaba con frecuencia y le silbaba como pidiéndole que cantara para él. Pero el turpial no podía cantar. Se había quedado seco por dentro. Al muchacho no se le había ocurrido preguntarse porqué quería hacerse el simpático como si nada hubiera pasado entre los dos. Sin embargo, el tiempo pasaba y ya no le provocaba acercarse tanto a la jaula para visitar al prisionero. Además, sentía algo raro en su interior cuando veía un pájaro cruzar el cielo o cantar sobre la rama de un árbol. El turpial tampoco la pasó bien. La época de su cautiverio fue la más triste y gris de toda su vida y hubiera sido la más larga si, una mañana, cuando el sol salió, no hubiera empezado a cantar. Fue un impulso repentino. ¡Hacía tiempo que su cuerpo no vibraba de esa manera! Pronto su temor se convirtió en alegría y el pajarito seguía cantando desde el fondo de su alma. Inmediatamente, la gente de la casa se reunió alrededor de la jaula, “ ¡El turpial está cantando! ¡El turpial está cantando!”, repetían en medio de un gran alboroto. El muchacho se acercó a la jaula y la abrazó con fuerza. No podía creerlo. Quería estar allí todo el día, escuchando ese hermoso canto. Cuando el pájaro lo vio, dejó de cantar y lo miró fijamente. Los dos tenían un nudo en la garganta. Entonces, en medio del silencio, el muchacho abrió la puerta de la jaula y dio un paso atrás. Vaciló unos segundos y… ¡quien dijo miedo! Salió de la jaula, torció el rumbo hacia arriba, sus alas se sacudieron con fuerza y casi golpearon la cara del muchacho, como si le gritara: “ ¡Adiós! ¡Gracias! ¡Te espero en la sabana!” Y el muchacho se quedó mirando a las nubes, por encima de los tejados, cuando ya no hubo más pájaro volando libre por los aires.
(Adaptación de un fragmento de El turpial que vivió dos veces, de Salvador Garmendia. Playco Editores)
Y tú, ¿Qué piensas? ¿Po qué crees que el chico dejo de acercarse a la jaula del pájaro? ¿Estás de acuerdo con la decisión que tomó el muchacho al final? ¿Por qué? ¿Qué piensas del mensaje del pájaro cuando sus alas rozaron la cara del niño? ¿Crees que las personas que les quitan la libertad a otras son tolerantes y justas?
¿Qué es la libertad? Para ir al colegio hay que usar uniforme, para entrar al cine hay que hacer cola, hay que madrugar entre semana, no se puede pisar el pasto en los parques… ¿Y así se habla de libertad? ¿Existe? Sí, la libertad es el poder que tenemos de actuar y de escoger. Libertad es independencia. Es no ser esclavo de nada ni de nadie. Pero, ¡atención!, no existe la libertad absoluta. La libertad va de la mano de la responsabilidad. Siempre que hacemos algo o dejamos de hacerlo, asumimos una responsabilidad. Por ejemplo, si copias en un examen, estás haciendo uso de tu libertad, pero debes asumir tu responsabilidad aunque no te pillen. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la libertad La ignorancia… Porque mientras más te conoces a ti mismo y al mundo que te rodea, menos dependiente eres de los demás y, por tanto, más libre. La servidumbre… Una cosa es ayudar a los demás y otra es estar a sus órdenes bajo amenazas. Algunos se las arreglan para que otros les obedezcan valiéndose de la violencia y la intimidación. Ten cuidado, ¡no te dejes dominar por los mandones del colegio o del barrio!
El miedo… Las personas que tienen miedo terminan sometiéndose a las demás y a las circunstancias. Hay momentos en los que sentimos miedo, pero es necesario que este no nos paralice ni nos quite la libertad. Derechos y deberes… Algunos creen que ser libre es hacer lo que se les venga en gana. ¡Pues no! La libertad es respetuosa de los principios, las leyes y las normas. No somos libres para perjudicar a los demás ni para destruir el medio ambiente. Mientras más libre es una persona, tiene mayor capacidad de aceptar sus deberes y defender sus derechos.
Ingredientes para la libertad Justicia La libertad es el poder de hacer y el poder de no hacer. Hacer todo aquello que sea bueno para ti y para los que te rodean y evitar todo aquello que te haga daño o le haga daño a los demás. Lo dice el conocidísimo dicho “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”. Diálogo No se puede ser libre aisladamente. Siempre somos libres con los demás. Para construir juntos los caminos que nos conducen a la libertad es necesario dialogar con todos. Imagina que tú, haciendo uso de tu libertad, le hicieras daño a otros. ¿Crees así se conquista la libertad? El diálogo con los padres, los profesores y los amigos es la mejor forma de ir, poco a poco, conquistando la libertad.
Autenticidad A mucha gente le encantaría que tú fueras de esta manera o de esta otra. Seguramente te van a comparar con otros o hasta te van a aconsejar que actúes de una u otra forma. Pero a medida que te vayas conociendo y que vayas conociendo a quienes te rodean, es importante
que seas el “mejor tú mismo posible”, aunque eso no les guste a los demás.
Yo te nombro Sobre mis cuadernos escolares Sobre el pupitre y los arboles Sobre la arena y sobre la nieve Escribo tu nombre Sobre todas las páginas leídas Sobre todas las páginas en blanco Piedra, sangre, papel o ceniza Escribo tu nombre Sobre las imágenes doradas Sobre las armas de los belicosos Sobre la corona de reyes Escribo tu nombre Y por el poder de una palabra Reinicio mi vida Nací para conocerte Para nombrarte libertad Un himno Cuando los nazis invadieron Francia en los tiempos de la segunda Guerra Mundial, un poeta llamado Paul Eluard escribió un hermoso poema llamado Libertad, el cual circuló clandestinamente por todo el país, como un himno a la libertad y a la resistencia frente a la tiranía. Aun hoy, este poema continúa siendo válido y sobre todo, necesario. Por eso compartimos contigo un fragmento. Tiempo de libertad El mejor momento para practicar la libertad es, precisamente, el tiempo libre. Después del colegio, de las tareas y de ayudar un poco en casa, viene el tiempo libre. ¿Qué hacer con él? ¿Cómo utilizarlo de la mejor manera posible? ¿Qué hacer para empezar a ejercer la libertad? Durante el
tiempo libre puedes conocerte, saber qué es lo que más te gusta, que quieres hacer en el futuro y, además, practicar algo que te guste mucho: un deporte, es un arte, una afición. Y, sobre todo, dejar volar la imaginación es un espacio infinito de posibilidades y de sueños. ¿Esclavas? La historia nos dice que el último país en erradicar la esclavitud de su suelo fue Mauritania, en África, EN 1980. Eso fue hace muy poco, ¿verdad? Sin embargo, en muchas casas se practican formas simuladas de esclavitud. ¿No crees que una forma de esclavitud es someter a las empleadas del servicio a una jornada de trabajo muy larga o maltratarlas? ¿O recargarle todo el trabajo de la casa a la mamá o a las hermanas sólo porque son las “mujeres de la casa”? hay que recordar siempre que la justicia empieza por casa. Ecoturismo Grupos grandes o pequeños de niños, jóvenes o adultos se reúnen en los fines de semana o en las temporadas de vacaciones para practicar el ecoturismo, que no es más que aprovechar todos los maravillosos paisajes de nuestro país para estar en contacto con la naturaleza. Las selvas, los bosques tropicales, las montañas nevadas y, en general, todos los parques naturales son escenarios que producen una sensación única de libertad. Si no puedes salir de vacaciones, recuerda que puedes inventar una forma de ecoturismo en un parque o en un bosque que quede cerca de tu ciudad para experimentar ese sentimiento de libertad que nos produce la naturaleza. Inmigrantes En los últimos años, millones de personas se han visto obligadas a dejar sus pueblos o hasta su país en busca de mejores condiciones de vida. Este fenómeno se conoce como migración. En muchos casos, los inmigrantes se ven obligados a asumir trabajos y condiciones de vida muy similares a las de los esclavos de hace muchos años: jornadas muy largas, mala alimentación, vivienda inadecuada, salarios injustos y la imposibilidad de regresar a sus países de origen. Cuando una persona no tiene condiciones humanas de trabajo, se dice que está siendo explotada… la explotación es una nueva forma de esclavitud.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! En la jaula Vuelve a leer el fragmento del cuento del turpial que aparece en este fascículo. ¿Qué significa la siguiente frase pensada por el pajarito?: “… el que está dormido no está preso”. Escribe tu interpretación y acompáñala de un dibujo. ¿Libertad o abuso de libertad? La responsabilidad es una de las condiciones importantes para obrar libremente. Crea una historieta cómica en la cual ejemplifiques dos casos: en uno, la libertad se utiliza con responsabilidad; y en el otro, se hace uso de ella irresponsablemente. Para plantear la trama de tus historias, piensa en que toda acción tiene una consecuencia. ¡Todos a jugar! Un lugar para cada cosa Los jugadores se organizan en círculo. El director del juego se organiza en el centro y tira una pelota a uno de los jugadores mientras le nombra un lugar (escuela, barco, avión, teatro, etc.). El jugador que recibe la pelota debe decir que la libertad tiene ese lugar, mientras devuelve la pelota al director. Ala mención de un restaurante, por ejemplo, el jugador puede decir: tengo libertad de elegir algo sabroso para comer. Así sucesivamente hasta que pasen todos. Pierde el que se equivoque o piense mucho en responder.
Yo quiero ser como… Cierra los ojos por un momento y piensa en la libertad. Luego, piensa en el animal que te parezca el más libre de todos. Con cartulina, tijeras, marcadores y una varita de balso, elabora una máscara con el rostro de ese animal. ¿Cómo se hace? Coloca un pedazo de cartulina sobre tu cara y señala donde van los ojos. Ahora, dibuja el contorno de la cara del animal y recórtalo. Pinta la cara con las características que le corresponden y recorta los ojos.
Pega la máscara a la varita de balso para sostenerla sobre tu rostro. Ahora, siéntate en círculo con tus amigos, pónganse la máscara y cuenten por qué les parece que su animal representa mejor la libertad. “Recuerda que la libertad es responsabilidad”
El perfecto equilibrio Para afrontar la vida alegre y sabiamente, debemos encontrar el punto medio, esto es, saber recurrir a la moderación. Seguramente has escuchado hablar de los antiguos griegos. Estos señores, que vivieron hace muchos siglos, se distinguieron por ser muy inteligentes y todo parece indicar que, además de las obras de teatro y de los juegos olímpicos, su pasatiempo favorito era pensar. Quiénes más pensaban eran los filósofos; pasaban el día y la noche reflexionando sobre todo lo divino y lo humano, dándole vueltas a las cuestiones como la justicia, el amor, el espíritu, el alma o el significado de la vida. Por ello, no debe extrañarnos que la palabra filosofía signifique “amor a la sabiduría”, y verdaderamente, los filósofos como Sócrates, Platón o Aristóteles eran muy sabios. Pues bien, todos ellos, después de mucho reflexionar, llegaron a la conclusión de que la más importante de todas las virtudes, es decir, de los valores que hacen al hombre, era la moderación. ¿La moderación? Tal vez te suene muy aburrido, sobre todo, porque hay virtudes que te pueden parecer más bonitas, como el amor; heroicas, como la valentía; inteligentes, como la justicia; o divertidas, como la creatividad. Sin embargo, la moderación es muy importante porque hace referencia a algo que suena muy fácil y que, en la práctica, no lo es tanto: encontrar el punto medio. Es decir, “ni tan poco ni demasiado”. Los filósofos pensaban si un niño recibe poca atención de sus padres, crecerá con poca autoestima, con miedo y recelo. Por el contrario, si recibe demasiada, seguramente será caprichoso, inseguro y sobreprotegido. ¿Te das cuenta lo importante que es la moderación? Es la búsqueda constante del equilibrio para no pecar por carencia ni por exceso.
¿De qué se trata este cuento? Catalina adora el mercado y cuando acompaña a su padre se entusiasma tanto que pretende llevar montones de las cosas que más le gustan. Un carro con montañas de dulces, galletas o helados no parece ser suficiente. ¡Y claro! A ella no le preocupa si eso le alimenta o no; lo que le importa es darse gusto sin atender las recomendaciones de su padre sobre lo que es conveniente para una buena alimentación. Es apariencia, la chiquilla no sabe que es moderación; pero cuando ve enfrentados al cajero de la tienda y a su padre, propone una solución que atenúa el conflicto y le permite reparar con su padre las molestias causadas por sus caprichos. El autor de Catalina ¿dónde estas? Es Robert N. Munsch, un narrador canadiense de amplia trayectoria.
¡A llenar el carrito! Catalina fu de compras con su papá y sus hermanos. Ella empujaba el carrito del supermercado. “A veces mi papá no compra nada bueno se decía Catalina. Compra huevos, queso, leche, espinacas, pero ¡nunca algo realmente bueno! ¡Helados, galletas, chocolates!”. Con disimulo, Catalina se alejo de su padre y tomó otro carrito. Lo llevó hasta un refrigerador y metió en él hasta cien cajas de helado. Buscó luego a su papá y le dijo: ¡Mira papá, este sí es un verdadero alimento! ¡No puede ser!, respondió su padre. ¡Son solo golosinas! Dañan tus dientes y achican tu inteligencia ¡Devuelve todo a su lugar! La chica devolvió el helado. Pero de regreso, pasó por la dulcería y amontonó en su carrito trescientas barras de chocolate. ¡Mira papá! Su padre se volvió y gritó: Pero, ¿Qué es eso? ¡Papá este si es un verdadero alimento!, dijo Catalina. ¡No!, respondió su padre. Eso no son más que golosinas. Voy a devolverlas. Quédate aquí y ¡no te muevas!
Como ella no quería más problemas, se quedó clavada sin mover una pestaña. Una empleada del almacén se le acercó, la examinó de arriba a bajo y le golpeó suavemente la cabeza con la mano, pero la niña no se movió. La señora dijo entonces: Es la muñeca más linda que he visto en mi vida. Y pegó sobre la nariz de Catalina una etiqueta con el precio de $3.995. Luego la puso en la estantería junto a las otras muñecas. Una señora se acercó y miró a Catalina. Que linda. ¡Me la llevo! Y agarró a Catalina de una oreja. ¡Quieta!, gritó Catalina con todas sus fuerzas. ¡Uy! ¡Pero si está viva!, exclamó la señora. Y coló por el pasillo derribando una pirámide de naranjas. Entre tanto, el papá de Catalina la buscaba por todo el almacén: ¡Catalina! ¿Dónde estás?... ¿Pero que hacer sobre ese estante? Es tu culpa, respondió Catalina. Tú me dijiste que no me moviera, y la gente quiere comprarme. ¡Buuuaa! Pero, vamos a ver. Tú sabes muy bien que yo no permitiría que alguien te comprara. Besó a la niña y le dio un fuerte abrazo. Luego fue a la caja para pagar sus compras. El cajero miró a Catalina y dijo: ¡Señor, usted no puede salir con esta niña. Tiene que pagarla! Son $3.995 ¡Pero si es mi hija! Ella tiene un precio pegado en la nariz, dijo el señor. Usted debe pagar. ¡NOOOOO!, gritaron todos, el papá y las otras personas que estaban en la caja del supermercado. Papá susurró suavemente Catalina, ¿no crees que yo valgo al menos $3.995? Mmmm… bueno… respondió el papá. Sacó su dinero, pagó el cajero y quitó la etiqueta de la nariz de Catalina. La chica le dio un gran beso. ¡Muaa! Menos mal que por fin compraste algo realmente bueno, le dijo a su padre. El papá alzó a Catalina y le dio un abrazo cariñoso. (Adaptación de un fragmento de Catalina ¿Dónde estás?, de Robert Munsch. Editorial Edilux)
Y tú, ¿qué piensas? ¿Si Catalina desea comer golosinas es necesario que ponga tantas en el carrito? ¿Por qué?
¿Qué tiene que ver la buena salud con la alimentación moderada? ¿Estás de acuerdo con la forma en que el cajero y el papá tratan de resolver el tema del precio de la niña? ¿Por qué? ¿Por qué es importante mantener un tono moderado de voz cuando discutimos con alguien?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la moderación El exceso… Porque sobrepasa lo que resulta conveniente y adecuado: recuerda que el exceso es tan poco como demasiado. El descontrol… Hay que contar hasta diez cuando sintamos que perdemos el control de una situación, es la mejor manera de ejercer la paciencia. El capricho… Debemos entender que no siempre podemos tener lo que queremos cuando lo queremos. No vale la pena obsesionarse tercamente por algo o alguien.
¿Qué es la moderación? La moderación no es otra cosa que la búsqueda del equilibrio ¿Has escuchado decir que todos los extremos son malos? Pues es muy cierto: es igualmente malo no comer lo suficiente que comer demasiado: en ambos casos te enfermarías… si entrenas poco para una competencia, lo más seguro es que te vaya mal, mientras que si te esfuerzas más allá de tus limites puedes lesionarte o debilitarte. Como puedes ver, las consecuencias de los excesos, del poco y del demasiado, son siempre negativas. La moderación debe aparecer cuando sentimos que nos estamos acercando más de la cuenta a cualquier extremo. Respeto Es la moderación entera en juego el respeto por uno mismo y el respeto por los demás. Respeto por uno mismo cuando sentimos que lo que
hacemos rebasa nuestro sentido del pudor o de la seguridad. Respeto por los demás cuando hablamos demasiado en lugar de ceder la palabra, respondemos agresivamente en una discusión o cuando no somos equitativos a la hora de compartir.
Ingredientes para la moderación Límites Para ser moderado debes conocer tus limites. Tú sabes hasta donde puedes llegar. Si te la pasa jugando la tarde anterior a un examen, sabes muy bien que te irá mal. Si no nadas bien y te alejas demasiado de la orilla de la piscina o del río, te pondrás en peligro. Existen límites impuestos externamente, como los de la velocidad en las calles de la ciudad o la hora que te ponen tus papás para regresar a casa. Otros, te los debes poner tú mismo Autodisciplina Es la disciplina que nos proponemos a nosotros mismos, aunque a veces cuesta mucho trabajo hacerlo. La debemos aplicar cuando tenemos que hacer lo que nos gusta, tal vez ayudar en las tareas de la casa o hacer un trabajo de la escuela…, pero también en aquello que disfrutamos mucho, como hablar por teléfono, ver televisión o dormir. Equilibrio La moderación surge cuando nos encontramos entre dos extremos y nos decidimos por un punto medio. Si alguien te hizo enojar, el equilibrio consiste en expresarle razonablemente y no con una rabieta o con golpes. Si te encanta el helado, no puedes comerte seis conos, puedes conformarte con uno o dos. Ni tan lejos ni tan cerca Existe un refrán muy simpático que dice “Ni tanto que queme el santo ni tan poco que no lo alumbre” si acercas mucho la vela a la escultura puedes quemarla y dañarla, pero si la alejas demasiado, la oscuridad no te permitirá verla ni apreciarla. ¿Te queda claro lo que es la moderación?
Yo quiero Chicos y grandes nos movemos por deseos… y lo que más deseamos es lo que nos hace sentir bien, o sea, lo que nos causa placer. Por eso repetimos tanto “yo quiero”… por su puesto que es riquísimo satisfacer nuestros deseos, pero debemos tener en cuenta que esto no siempre sucede ni se puede. Para evitar la frustración, la rabia o la tristeza debemos aprender a ser moderados. No siempre podemos obtener lo que deseamos, y si lo aceptamos, viviremos más tranquilos. Sentido común La moderación es muy útil para poder convivir pacífica y armónicamente en familia… y ello no es tan difícil, sólo falta poner en práctica el sentido común. Por ejemplo, a todos nos encanta hablar por teléfono, pero si ves que alguien más lo necesita, te toca acortar la llamada y colgar, igual con el baño; por la mañana todos estamos de prisa, por lo que tardamos dos horas chapoteando seria muy desconsiderado. La moderación es indispensable para convivir y respetar los derechos de los demás. Sociedad de consumo La publicidad nos bombardea todo el tiempo. Por la televisión y la radio escuchamos mensajes que nos invitan a comprar, comprar y comprar. ¿Crees que para vivir feliz es necesario tener las montañas de las cosas que anuncian en los medios? ¿Será cierto que utilizar tal cual marca de ropa te hará ver más atractivo atractiva? Para vivir bien es necesario cubrir las necesidades básicas: techo, vestido y alimentación. Las que van más allá de esto se llaman “necesidades creadas”. Como por ejemplo, los perfumes, las joyas o los videojuegos. Son cosas que se desean, pero, ¿son realmente necesarias? Las tres “R” y el desarrollo sostenible ¿Sabes lo que es el desarrollo sostenible? La naturaleza nos provee de recursos naturales renovables y no renovables, pero la sobrepoblación mundial y la ambición han desgastado esos recursos, poniendo en peligro el equilibrio de la tierra. Esto ha llevado a la desaparición de especies animales, plantas y ecosistemas enteros. El desarrollo sostenible invita a explotar los recursos de manera responsable, con la mirada puesta en el futuro para evitar su agotamiento. Para contribuir
podemos poner en práctica las tres “R”: reducir, reutilizar y reciclar. Por ejemplo, reducir el consumo de agua y energía eléctrica, reutilizar en lugar de desechar envases plásticos, reciclar el vidrio y el papel. Con estas medidas contribuiremos al desarrollo sostenible del planeta. Un S.O.S. por la tierra La Carta de la Tierra es una iniciativa promovida por distintas organizaciones y fundaciones alrededor del mundo que nos invita, a toda la familia humana, a unirnos para construir una sociedad fundada en el respeto a la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. La Carta enfatiza en que somos ciudadanos de diferentes naciones, pero de un solo mundo, por lo que todas las cosas positivas que hagamos a nivel local tendrán importancia a nivel mundial. La Carta de la Tierra no solo es una invitación a la reflexión, sino a la acción. Si te interesa saber como puedes ayudar a que nuestra tierra tenga un mejor futuro, visita esta dirección electrónica: www.cartadelatierra.org.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Paso a paso Portarse con moderación aplica ser prudente, dejar a un lado los impulsos para actuar con inteligencia. ¿Consideras que la moderación debe ser una cualidad de las personas que se dedican a los deportes extremos? Responde a través de una historieta que ejemplifique una respuesta. Una buena pinta La ropa expresa tu personalidad: con ella buscas verte atractivo y llamar la atención. Sin embargo, algunas de las pintas que te pones disgustan a
los mayores porque les parecen poco moderadas: camisetas enormes, pantalones con ruedo roto o pelo de colores. Dibújate con la muda que más te gusta, pero que a tus padres molesta un poco. ¿Qué piensas de lo que ellos opinan? ¡Todos a jugar! Zancadas y narizotas La desmesura es antónimo de la moderación, es decir, la exageración. Esa es, por ejemplo, la clave de las caricaturas, pues exageran los gestos y comportamientos de los personajes y las situaciones. Juaga con tus amigos a representar la caricatura de cada uno de ustedes. Escribe el nombre de cada quien en papelitos guardados en una bolsa y revuelve. Cada participante saca un papel y prepara una corta presentación muda de la persona que le salió. Para que sea una verdadera caricatura debes pensar en los gestos más significativos de tu amigo, su forma de caminar, sentarse o mover las manos, para exagerarlos y hacerlos más simpático. En el momento de la representación, los demás deben adivinar de quien se trata. Gana el jugador que haya despistado más tiempo a sus compañeros y los haya hecho reír más.
Monstruosa diversión Muchos monstruos tienen una doble personalidad. De día pueden ser personas comunes, delicadas y amables… y de noche horribles criaturas que asustan y se divierten interrumpiendo la tranquilidad de todos. Reúnete con cuatro compañeros para una sección de pintura y cuentos, cada jugador pinta en una hoja, con colores y mucho detalle, un monstruo de su invención y le pone un nombre. Los participantes intercambian sus dibujos. Luego, cada uno escribe un relato sobre el monstruo que le tocó. Al final, leen las historias y eligen entre todos la más miedosa. “Es más fácil reprimir el primer capricho que satisfacer todos los que siguen”
Hasta el último momento Tener paciencia significa saber esperar todo aquello que se lleva su tiempo, con una actitud tranquila y serena Cuentan que un muchacho estaba muy enamorado de una linda joven. Ella le dijo: “Si eres capaz de esperar cien días seguidos con sus noches frente a mi puerta, me casaré contigo”. El muchacho aceptó el reto y esperó bajo el sol y la lluvia que pasaran los cien días. Los vecinos, al ver el gesto de amor del muchacho hacia la joven, se solidarizaron con él y le llevaron alimentos y bebidas, pasaron diez días, luego veinte… sesenta, ochenta… noventa, noventa y uno… noventa y nueve… y esa noche, la noche noventa y nueve, el muchacho se alejó de la puerta de la joven y regresó a su casa. ¿Qué pasó? ¿Por qué no espero unas horas más para alcanzar su sueño? Ya había esperado tanto, ¿por qué no esperó un poquito más? La historia no nos lo cuenta y nunca lo sabremos. Quizá deseó darle una lección a la joven para que no fuera tan soberbia. Quizá se le agotó la paciencia. Cuando hay que hacer largas colas para obtener un servicio o cuando hay que esperar en el aeropuerto o en la terminal de autobuses, mucha gente se impacienta y se va, incluso quienes están a punto de llegar a la ventanilla. Esperar no es fácil. No es fácil tener paciencia. Las personas pacientes son aquellas que tienen la capacidad de esperar con tranquilidad todo aquello que se lleva su tiempo. Es una cualidad que cada vez existe menos, debido a la rapidez con la que se mueve el mundo. Pero es una virtud importante de adquirir, porque el que no tiene paciencia se desespera y no vive tranquilamente ni en paz consigo mismo. ¿De qué se trata este cuento? El pincel mágico, en versión de Han Xing, es un relato de la tradición oral china. Narra la historia de un niño que, con paciencia y confianza en su mismo, logra convertirse en artista y es recompensado con un pincel mágico. Encantado con el regalo, el chico se dedica a crear objetos y animales que ayudan a la gente en sus labores. Pero, como suele ocurrir, la ambición de algunos hace que el niño sea apresado varias veces para obligarlo a pintar múltiples riquezas, aunque siempre logra escapar.
Un pincel maravilloso Ma Liang era un jovencito que soñaba con aprender a pintar. Como desde muy niño quedó huérfano, tenia que ganarse la vida vendiendo atados de leña y heno… tenía tantas necesidades que no había podido ahorrar para comprarse un pincel. Un día, al pasar cerca de una escuela, vio al maestro rodeado de alumnos aprendices pintando un cuadro para un terrateniente. Emocionado, Ma Liang, entró y les dijo: “Quiero aprender a pitar, ¿podrían prestarme un pincel?” el maestro lo miró con enojó, mientras una aprendiz se burló: “Un niño humilde con pretensiones de pintor? ¡Vaya locura!” Ma Liang que tenía un carácter firme, antes de irse les dijo: “¿Una persona pobre no puede ser pintor? ¡Ya lo veremos!” Desde entonces cada minuto libre lo dedicaba a la pintura. Cuando iba a recoger leña a la montaña, con un palito dibujaba en la tierra los pajaritos que volaban sobre su cabeza. Cuando iba a cortar heno en las orillas del río, con una raíz humedecida dibujaba pacientemente sobre las piedras los peces que veía al fondo. A falta de pincel utilizaba carbones para los ejercicios que hacía en las paredes de su casa. Los años fueron pasando sin que Ma Liang interrumpiera sus prácticas de dibujo ni un solo día. Sus figuras eran tan perfectas que parecían tener vida. Un día, dibujo en una peña un lobo gris tan feroz que las vacas y las ovejas no se atrevían a acerarse al lugar. Cada vez que hacia un dibujo Ma Liang añoraba con frenesí, poseer un pincel. Una noche agotada por una dura jornada de trabajo y estudio, se durmió profundamente. En sueños, vio a un anciano de barba blanca que le ofrecía un pincel, mientras le decía: “has sido perseverante. Toma este pincel y dale, en tu vida, buen uso”. Ma Liang lo recibió; era de oro macizo, brillante y pesado. “Gracias, abuelo, muchas gracias…!” atinó a decir. La emoción del sueño lo despertó. Había sido un sueño, pero se sentía desconcertado porque tenía un pincel en su mano. Estrenó el pincel pintando un colibrí. El ave sacudió sus alas y, gorjeando, alzó vuelo. Fue así como descubrió que era dueño de un pincel mágico. Su corazón desbordaba de gozo. Con su pincel nuevo, Ma Liang pintaba para todos los aldeanos.
Al que no tenía arado, le pintaba un arado. Al que no tenía azadón, le pintaba uno. Pero, como siempre, la historia del joven se supo. Al poco tiempo un joven rico de una aldea vecina mandó a dos lacayos para que lo detuvieran, y una vez en su casa le ordenó pintar para él. Como Ma Liang se negó, lo mandó encerrar en una celda. Venciendo el miedo, el chico esperó la noche y dibujó una estufa y unas galletas. Al abrigo de la estufa, él y sus compañeros de prisión comieron las galletas. Una vez saciado el apetito, Ma Liang dibujó una escalera contra el muro del patio para saltar al otro lado y escapar. Ya libre, dibujó un magnifico corcel y una antorcha, y partió veloz como el relámpago. Ma Liang cabalgó durante algunos días y noches. Se detuvo en un pueblo en donde vivió dedicado a pintar búfalos, pozos, norias que los campesinos utilizaron para cosechar sus tierras… Adaptación de un fragmento del relato tradicional chino El pincel mágico, de Han Xing. Ed. El delfín
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Qué cualidades le permiten a Ma Liang perfeccionar su arte?
¿Cuál es la característica sobresaliente de los dibujos del joven?
¿Crees que él comprendió la advertencia del anciano al regalarle el pincel mágico? ¿Por qué?
¿Estás de acuerdo en que si nos tomamos las cosas con calma podemos resolverlas mejor?
¿Qué es la paciencia? La mayor parte del tiempo las personas están impacientes. No importa lo que tengan que hacer o lo que esperen; quieren que suceda ¡ya! El chico que va al gimnasio quiere convertirse en un musculoso fortachón y la chica quiere su cuerpo perfecto… Ambos desean que todo suceda ¡en una semana! El que estudia quiere saberlo todo en una noche. El que está en primaria quiere pasar al bachillerato y el de bachillerato a universidad. ¿Qué agitación, no? Afortunadamente, existe la paciencia. La paciencia es la capacidad de
esperar con calma lo que viene. Paciencia también significa aceptar positivamente los defectos o limitaciones propias y de los demás, así como las situaciones difíciles que se presentan en la vida. Muchas personas no esperan, se desesperan. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la paciencia La indiferencia… Es la falta de interés por las personas, por las cosas o por lo que sucede en tu sociedad. La mediocridad… La incapacidad de hacer correctamente lo que te corresponde, esperando que otros lo hagan. La falta de compromiso… La paciencia es decir si al compromiso y no a la pereza. Compromiso La paciencia es activa. No significa dejar todo en manos del destino y sentarse a esperar a que todo ocurra, sin ningún esfuerzo y sin tomar decisiones. El que espera que las cosas le caigan solitas del cielo, no tiene esperanza, sino que es un perezoso. Evaluar Frente a una situación difícil, a alguien molesto o alguna cosa que se demora, la persona paciente evalúa. Si hay solución a cualquiera de estas situaciones, el paciente no se preocupa, ni se desespera. Si está no tiene solución, tampoco pierde el tiempo preocupándose. Con razón se ha dicho “no se preocupe, ocúpese”. Evaluar una situación evita perder la paciencia. Tranquilidad Ahora bien, no vale la pena esperar tranquilo, es mejor esperar con tranquilidad… si te molesta la actitud de algún amigo, espera tranquilamente a que se conozcan mejor o para dialogar con confianza. Una persona paciente, además, es positiva y no está pensando lo peor, lo cual le permite esperar con tranquilidad y darle tiempo al tiempo.
Ingredientes para la paciencia Esperar Después de evaluar, el paciente da tiempo suficiente para resolver la situación. Por ejemplo, si el problema es que alguien no llega a una cita, lo mejor es, después de llamar por teléfono y averiguar que sucedió, esperar un tiempo prudencial… ya sabes, puede haber mucho trafico, quizá no pasó el transporte, ocurrió un accidente, etc. Hay que esperar, no desesperar. ¿Demasiada paciencia? Sabemos que las cosas no se dan automáticamente. Pero, ¿hasta cuando es prudente ser paciente? Todos tenemos nuestros límites: si un amigo te miente o abusa de tu confianza una y otra vez, llegará el momento en que querrás retirarle tu amistad. Si un niño se encapricha con que quiere un juguete y no entiende razones, sus papás tendrán que pararlo. La paciencia no es lo mismo que la complacencia.
Despacio que voy de prisa Para alcanzar nuestras metas debemos tener paciencia y trabajar duro para conquistarlas. Las flores no crecen en un día ni las frutas adquieren todo su sabor inmediatamente: tienen que madurar para alcanzar su plenitud. Si quieres ganar una competencia tienes que entrenar y si deseas escalar una montaña debes conservar el paso y administrar tus provisiones para llegar a la cima. Así funciona la vida, dando cada paso con serenidad y buena cara. Espera un poco ¿No has pensado, en algún momento, que te gustaría ser mayor para hacer lo que quieres, sin pedir permiso a tus padres? Muchos niños y niñas quisieran poder ir a fiestas o salir al cine solos, pero se encuentran con el obstáculo de los padres o de otras personas mayores que no los autorizan. Todo es cuestión de paciencia… pero con un gran compromiso frente a ti mismo. Por ahora, no tengas prisa y… paciencia.
Por turnos ¿Cómo es una mañana en tu casa? Todos apurándose para salir. Unos para el trabajo, otros para el colegio. Todos corren en varias direcciones. Los baños se congestionan, el cepillo del pelo se extravía, todos quieren desayunar primero, el café está demasiado caliente, unos le piden dinero al papá, otros le piden ayuda a la mamá… a todos se les hace tarde… y bueno, se pierde un poco la paciencia. ¡Qué tal si se organizan y hacen todo por turnos! Claro, último de la fila tiene que tener mucha paciencia. La espera desespera Muchos de los inventos de los últimos tiempos nos han hecho perder la capacidad de ser pacientes. Los computadores procesan información a una velocidad increíble, los cajeros automáticos evitan hacer largas colas en los bancos, el horno de microondas calienta la comida en segundos. Ya poca gente soporta esperar y prefiere la atención de las máquinas a la de las personas. No obstante, es importante saber esperar, a veces las cosas no ocurren tan rápido como quisiéramos; en otras ocasiones, es mejor que demoren un poco. ¿Qué pasaría si los padres no pudieran esperar nueve meses para que nazca el bebé, o si la navidad fuera cada tres meses, o si el año escolar durara sólo una semana, o si la vida se pasara demasiado aprisa? Paciencia, paciencia. Bajo la lupa Pocas actividades requieren de tanta paciencia y esfuerzo como la investigación científica. En la actualidad se realizan un sinnúmero de investigaciones en muchas partes del mundo, con el fin de hacer que nuestra vida, en todos los aspectos, sea mejor. En diversos laboratorios de países como Francia, Alemania y Estados Unidos, principalmente, se trabaja desde hace varios años en el desarrollo de vacunas o tratamientos eficaces para enfermedades graves como el cáncer, la enfermedad de Alzheimer o el sida. Los investigadores trabajan día y noche, muchas veces olvidándose de sí mismos, con el fin de lograr que la vida de las personas sea más feliz.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Una pajita allí y otra allá Absolutamente todo en esta vida es resultado de un proceso. Dibuja una secuencia de imágenes que muestren como las aves construyen su nido. Ten en cuenta lo siguiente: en donde lo hacen, que materiales usan y cómo los recogen. Sin pereza y sin afanes A partir de su comportamiento y de su forma de vida y organización comunitaria, los animales siempre nos brindan la oportunidad de reflexionar sobre distintas cualidades humanas. Escribe por qué las arañas, los pájaros, los gatos o las hormigas, a pesar de sus diferencias, son un buen ejemplo de paciencia. ¡Todos a jugar! Palitos chinos Convida a tus amigos a probar su paciencia con este juego. Consigue 16 palitos largos, de los que se usan para hacer pinchos. Píntalos de colores diferentes: cuatro verdes, cuatro rojos, cuatro azules, cuatro blancos. Asigna un color a cada uno de tus amigos. Toma todos los palitos por el centro y sujétalos sobre una mesa. Quedarán en desorden, formando una pequeña montaña. Cada jugador deberá tratar de sacar en cada turno uno de los palitos de su color, pero sin derrumbar la montaña que han formado. Si la derrumba, pierde. Gana el jugador que saque sus cuatro palitos, sin hacer caer los otros.
Como en la pantalla En algunas escenas cómicas del cine los personajes se tropiezan, se tiran pasteles a la cara o se enredan en sus ropas para hacer reír a los espectadores. Estos recursos o efectos se llaman gags. Juega con algunos de tus amigos a improvisar escenas de cine con gags. Representa refranes sobre la paciencia como: “Despacio que voy de prisa”, “No por mucho madrugar amanece más temprano” o “Del afán no queda sino el cansancio”. “Sin prisa pero sin pausa”
¡Mucha paz y mucho amor! La paz es mucho más que la ausencia de guerra, es un estado de armonía y tranquilidad que existe sólo cuando reina la justicia, la igualdad y la libertad. De cuando en cuando, a los seres humanos nos da por imaginar lugares perfectos. No resultan maravillosos porque tengan grandes palacios o porque sean particularmente hermosos. Lo son porque en ellos reinan la justicia, la igualdad y la armonía entre la gente que los habita. Estos lugares se conocen como utopías; la Atlántida, el país de Jauja o la misma isla de Utopía son algunos de ellos. Lo bonito es que en estos países no existen las guerras, la violencia, la pobreza ni el hambre; todos los niños van a la escuela y todos los adultos tienen un trabajo que les gusta y por el cual reciben un pago justo… lo malo es que estos sitios solo existen en la literatura; de hecho, la palabra Utopía, que viene del griego, quiere decir lugar inexistente. ¡Qué desilusión!, ¿no es cierto? Estos lugares perfectos, en los que dominan la paz y la armonía tan sólo son producto de la imaginación de unos cuantos soñadores. A veces, cuando la realidad se pone oscura o cuando vemos las imágenes de los noticieros por televisión, podemos llegar a pensar que la paz es, efectivamente, una utopía, pero mientras sigamos pensando así, ella estará cada vez más lejos. Paz es una palabra muy grande, pero si la tratamos de deshojar como si fuera una margarita, la sentiremos más cercana y posible, la paz tiene armonía, inteligencia, bondad, respeto… todo aquello de lo que la violencia carece. Aunque cuando pensamos en lo contrario a la paz lo primero que se nos viene a la mente es la guerra, si hacemos un esfuerzo veremos que su verdadero contrario es la violencia, y la guerra es la peor consecuencia de la violencia. ¿De qué se trata este cuento? Esta historia ejemplifica cómo los perjuicios impiden la violencia entre los habitantes de una ciudad. Los representantes de la autoridad se oponen a que los niños de estambre entren en el colegio, ya que los consideran raros y muy diferentes. Así, los diferentes no tienen espacio entre la intolerancia de la mayoría, por lo que se ven obligados a marcharse de la ciudad.
El autor de la abuela tejedora, Uri Orlev, es sobreviviente de los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, nació en Polonia y tenía 8 años al estallar la guerra. Actualmente vive en Israel, donde ha escrito varios libros para niños y jóvenes. Con respecto a su vida, dice: “No se si la escritura me ayuda a superar el pasado. Sólo sé que yo no puedo hablar, contar y pensar sobre lo sucedido como un adulto. Cuando me acuerdo de la Guerra me transformo nuevamente en el niño que fui”. En 1966 ganó el premio Hans Christian Andersen.
La abuela tejedora Aquella abuela llegó a la ciudad con su bastón y dos agujas de tejer. Cansada de tanto caminar se sentó en una piedra y como deseaba calentarse los pies, se puso a tejer unas pantuflas. Pero como no quería estropearlas sobre la tierra, tejió un tapete. ¿Y dónde lo extendería? Entonces se puso a la tarea de tejer el piso. ¿Y por qué no continuar con la casa? Así, suenan y suenan las agujas… tejió una cama, una almohada, una pared, una ventana, una columna y un techo. Para hacer la casa más cálida tejió una tetera, tres tazas y un pastel. ¿Para quiénes las tazas? Suenan, suenan las agujas. Se tejió un nieto y una nieta con muecas de tristeza, otras de alegría y mucha picardía. Para ello tejió pasto y flores juguetes y roperos. Entre tanto afuera los dos traviesos nietecitos destejieron algunas flores, algo de su espalda y unos hilos de su tobillo. Sin enojo la abuela los reparó. Con estambre negro tejió un poco de oscuridad, acostó a los niños y los arropó. Por la mañana tejió un libro para cada uno y los llevó a la escuela. Los maestros al verlos dijeron: No aceptamos niños de estambre. La abuela se enojó. Suenan las agujas. Tejió un auto para ir donde el alcalde a exigir una disculpa. El alcalde la escuchó y decidió que en una ciudad decente las escuelas no aceptan niños con agujeros. Lo mismo ocurrió cuando fue a ver al presidente y los ministros. ¿Niños de hilo? Fruncieron la nariz y le dijeron: El alcalde y los maestros no se equivocaron. Aquí no hay lugar para niños de estambre.
Como la casa de la anciana despertaba la curiosidad de los ciudadanos y los turistas, el alcalde mandó levantar una cerca para ocultarla. Pero la abuela enfurecida, en secreto por la noche, destejió toda la casa: ventanas, flores, tetera, pasto… hasta que las agujas quedaron en silencio. También destejió a sus nietos y abandonó el lugar para siempre, con la esperanza de encontrar otro sitio donde volver a tejer su vida. (Adaptación del relato La abuela tejedora, de Uri Orlev. Editorial Fondo de Cultura Económica)
Y tú, ¿Qué piensas? ¿Qué piensas de la actitud de los maestros y el alcalde hacia los niños? ¿Era necesario ocultar la casa de la abuela? ¿Por qué? ¿Estás de acuerdo con la decisión que toma la anciana al final? Lee el recuadro “¿De qué se trata?” tomando en cuenta lo que le tocó vivir al autor, que situación crees que puede representar estar este relato?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la paz La agresión… Verbal, física o escrita, siempre será el principio de la violencia… y ya vimos que ésta es la principal enemiga de la paz. La prepotencia… Porque si un individuo, un país o una ideología sostiene que es superior a los otros y los desprecia, la igualdad es posible. La crueldad… Porque te aleja de la bondad necesaria para construir una vida en paz y armonía.
¿Qué es la paz?
Para llegar a definir lo que es la paz, tal vez sea más fácil empezar por lo que NO es. ¿Qué es lo contrario a la paz? Quizá lo primero que se te venga a la mente es responder: ¡la guerra! Pero si reflexionamos más profundamente, veremos que el verdadero contrario de la paz es la violencia. La guerra es la más cruel, absurda e inútil manifestación de la violencia. Entonces, si lo que impide la paz es la violencia, ¡tenemos esperanza! ¿Por qué? Porque si evitamos, cada uno de nosotros, cometer cualquier tipo de acción o actitud violenta, estamos trabajando por la paz, construyéndola todos los días. Libertad Cuando los ciudadanos tenemos garantizado el derecho a pensar, leer y expresar aquello que libremente deseamos y sentimos, podemos convivir en paz. Estas son libertades esenciales que necesitamos para desarrollarnos libremente, no sólo como ciudadanos de un país, sino como individuos miembros de un grupo, ya sea familiar, escolar o de cualquier otro tipo. La libertad es una condición de la paz. El autoritarismo puede pacificar, pero no lograr la paz verdadera.
Ingredientes para la paz Tolerancia La tolerancia respeta y acepta sinceramente a “los otros”. Tolerancia es que toda religión se practique libremente, que no se niegue el derecho al trabajo por pertenecer a un determinado grupo social o a otra raza, que aceptemos a quien piensa distinto. Tolerar es aceptar, respetar y velar por los derechos de quienes consideramos diferentes a nosotros. Consideración La formula para ser considerado es muy sencilla: basta con ponerse en el lugar de los demás. Sin embargo, parece que a algunos les cuesta muchísimo trabajo. El asaltante podría pensar en como hará ese señor al que le robó el sueldo, el delincuente podría pensar en la tristeza del secuestrado, el que se va a los golpes podría pensar en las
consecuencias del agredido. La verdadera consideración hacia los demás haría imposible a la violencia. Justicia La justicia es una condición importantísima para la paz. Si las leyes no funcionan, si los padres son crueles con sus hijos, o si quienes abusan de los otros andan libres y sin castigo, la paz es imposible. Los hombres y las sociedades pueden reconciliarse después de un conflicto sólo si las injusticias han sido reparadas. Si no es así, las heridas continúan abiertas y la paz es una ficción.
Hablando se entiende la gente En la vida cotidiana siempre surgen conflictos. Hay conflictos sencillos, como que tú quieras ir, ver una película y tu amigo quera ver otra. Conflictos medianos, como que un socio quiera vender el negocio y el otro no… y conflictos muy graves, como los que llevan a un país a la guerra. Sean grandes o pequeños, para solucionar los conflictos existen dos claves: dialogar y negociar. Las partes necesitan hablar y una vez que han expuesto sus puntos de vista, negociar. Esto es, que yo cedo un poco tu también para yo llegar a un punto en que ambos nos sintamos satisfechos. El conflicto es normal porque no existen dos personas que piensen igual. Lo que es anormal es resolver los conflictos a las patadas.
Educarnos en el conflicto Debemos aprender a valorar el conflicto, es decir, la diferencia de opiniones, como algo positivo. ¿Cómo solucionar un conflicto?. Aprendiendo a dialogar, confiando en ti mismo y en los demás, cooperando activamente para encontrar soluciones, interactuando con los otros y aplicando la creatividad. En paz contigo mismo Seguramente has escuchado varias veces que es muy importante “estar en paz con uno mismo”. Esto se logra cuando actúas de acuerdo con tus valores y creencias, cuando no haces nada que vaya en contra de lo que crees y de lo que sientes. Te sientes en paz contigo mismo cuando te
sientes satisfecho y no tienes ningún asomo de dudas ni de culpa. Esa paz es la más preciada, pues es la que te hace estar verdaderamente tranquilo y satisfecho. La persona que ha conquistado esta paz es naturalmente buena con los demás. Nunca jamás Desgraciadamente, existen familias en las que a veces surge la violencia, lo cual causa un gran daño emocional y hasta físico. El maltrato puede darse de muchas formas: los gritos, las malas palabras, la humillación y hasta los golpes hacen parte de la violencia intrafamiliar. Cuando esto sucede, las familias deben tratar de buscar ayuda para tratar de solucionar sus problemas y ayudar a las victimas a reponerse del maltrato. Ningún niño o niña, mamá o papá debe sufrir en la casa por este motivo… y tienen que recordar que es necesario pedir ayuda a quien más confianza le tenga. Construyendo la paz Nos ha quedado claro que aquello que nos impide vivir en armonía es la violencia. Sin embargo, la violencia es algo cotidiano en la vida humana y es precisamente esta cercanía la que nos permitirá reducirla en cualquiera de sus manifestaciones. Terminar con ella está al alcance de todos y es una forma concreta y efectiva de trabajar por la paz. Violencia son gritos en casa, violencia es cuando dos personas “solucionan” sus diferencias a los golpes, violencia es discriminar a alguien por su color de piel, violencia es no respetar los derechos de los demás. Así que cualquier cosa que hagamos a nivel personal, por pequeñita que sea, para evitar la agresión, será un esfuerzo hacia la paz. ¡A celebrar! Cuando los pueblos gozan de paz y felicidad se expresan a través de una de las manifestaciones más bonitas y alegres que los hombres hemos inventado: ¡la fiesta!, fiestas, carnavales y ferias son la expresión de lo mejor que tenemos: nuestra cultura popular. Música, danza, danza, artesanía, comida típica, disfraces, versos, imágenes… todo expresa el sentir más autentico de los pueblos en medio de la alegría y la hermandad. La cultura es patrimonio de la paz, es lo que permite que los pueblos se unan en sus diferencias, y aprendan a conocerse y respetarse. Cada nota musical, cada paso de baile, cada libro impreso es un pilar para la paz y el entendimiento entre los pueblos.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! ¿Bailamos? Los tiempos de paz son tiempos festivos. ¿Qué fiesta de un departamento expresa mejor la armonía y la solidaridad de sus pobladores? Describe en qué consiste, quienes participan, qué música oyen, donde celebran y cómo se involucran, tú y tu familia, en la celebración. Pies en polvorosa… Entre las mil manera de eludir el peligro, la más inteligente y mejor es salir corriendo. ¿Estas de acuerdo con esa afirmación?, ¿qué tiene que ver con la paz? Una vez que hayas pensado en ello, dibuja una tira cómica que ilustre la situación.
¡Todos a jugar! Pasar el tesoro ¿Podemos comunicarnos efectivamente sin que nos descubra el otro equipo y sin generar situaciones agresivas? Este juego puede realizarse en una cancha de futbol y con la participación de hasta 14 personas. El grupo se divide en dos equipos y cada uno se sitúa en un extremo del campo. A uno de los equipo se les da un objeto pequeño que deberá llevar muy bien escondido uno de sus miembros. Todo el equipo debe ayudar a que el niño que lleva el objeto llegue hasta el otro extremo de la cancha, mientras que el otro equipo tratará de evitar su llegada. En la primera ronda un equipo hará de atacante y otro de defensor, y posteriormente cambiaran los papeles. Sólo con tocar al niño del equipo contrario ya estará pillado. No tocaremos al niño más arriba del pecho. Zapatos en orden
En este juego conocerás las habilidades que tienen tú y tus amigos para resolver dificultades a través de la colaboración. Necesitan entre 6 y 10 jugadores y un coordinador. Se hacen dos grupos que se sientan muy separados, uno en frente de otro. Los jugadores de un grupo deben salir hacia el grupo contrario, quitarles los zapatos y amontonarlos luego en el centro. El grupo contrario debe ir rápidamente a buscar sus zapatos, ponérselos y volver al lugar de salida. Luego, cambiaran los papeles. El coordinador del juego mide el tiempo que invierten los grupos en hacer cada maniobra. Gana que gaste menos tiempo en quitar los zapatos a los otros y ponerse los propios. “Trabajemos por la paz evitando la violencia”
Fríamente calculado… ¿Recuerda que esta es la frase favorita del Chapulín Colorado? Pues quiere decir que antes de actuar hay que pensar, medir los riesgos y las consecuencias de nuestros actos. ¿Te imaginarías si en la primera clase de natación los niños y las niñas no supieran las normas de seguridad mínimas para evitar accidentes? podría suceder lo peor. Pero hay algo aún peor que ignorar las normas de seguridad en las piscinas: incumplirlas. Hay personas que por parecer muy valientes, se echan clavados en la parte bajita de la piscina o que, sin saber nadar bien, se aventuran en la zona más profunda. Algunos grupos realizan juegos peligrosos o arrojan al agua a sus amigos que desprevenidamente se pasean por las orillas. Lo mismo pasa con las bicicletas, o las motos, o los carros, o cualquier otro deporte agradable y divertido que, si no se practica con prudencia, puede traer graves consecuencias. Los cascos, las rodilleras, las coderas, los guantes, los flotadores y otros artículos más que encuentras en las tiendas deportivas, te ayudan a recordar que para vivir es necesario ser prudente, es decir, pensar que puede pasar cada vez que realizas una acción para no resultar lastimado o para no lastimar a los demás. La persona prudente mide la consecuencia de sus actos, de sus decisiones antes de lanzarse como loca tras algo. Si eres prudente, estarás más seguro en todos los aspectos y en todo momento: cuando cruces la calle, cuando presenten un examen, cuando juegues con tus
amigos, y sobre todo, cuando te veas en la necesidad de tomar decisiones importantes en tu vida. ¿De qué se trata este cuento? El relato el loro pelado hace parte del libro cuentos de la selva cada uno de los cuentos de este volumen relata, con humor y drama, las aventuras y desventuras de los animales que habitan en la selva. Son historias protagonizadas por la solidaridad, la gratitud, la amistad y el enfrentamiento con el hombre, en las que la narración realista se combina con la fantasía, y en las que el detalle y la descripción del paisaje son esenciales. Nacido en 1878, Horacio Quiroga es considerado uno de los más importantes escritores uruguayos y un gran cuentista de la literatura latinoamericana. Sin duda alguna, su obra más famosa es Cuentos de amor, locura y muerte. Murió en Buenos Aires en 1937.
El loro pelado Había una vez una banda de loros que vivían en el monte. De mañana comían mazorcas en la charca y por la tarde comían naranjas. Un día un hombre bajó de un tiro a un loro centinela. El peón lo llevo a la casa, para los hijos del patrón, que lo curaron rápidamente. El loro se amansó completamente, aprendió a dar la pata y a tomar té con leche a las cinco de la tarde. Se llamaba Pedrito. De tanto andar cerca de los niños aprendió a hablar. Decía “ ¡Buen día lorito!...”, ¡Rica la papa…!”. También decía, como los chicos malas palabras. Era un loro feliz que vivía suelto entre los naranjos y los eucaliptos del jardín. Pero sucedió que una tarde de lluvia salió el sol y Pedrito se puso a volar gritando, y volaba lejos. Hasta que vio debajo de él el rio Paraná. Y siguió volando hasta que se paró en un árbol para descansar. Y desde ahí vio brillar, sobre el suelo, dos luces verdes como enormes bichos de luz.
¿Qué será?, se dijo el loro. Y como era muy curioso, bajó de rama en rama hasta acercarse. Entonces vio que las luces verdes eran los ojos de un tigre que lo miraba fijamente. Pero Pedrito contento con el día de sol, no tuvo ningún miedo. ¡Buen día tigre!, le dijo. ¡Buen día!, respondió con su voz terriblemente ronca. ¡Buen día tigre!, repitió el loro. ¡Rica la papa… rica la papa!... El loro se había olvidado de que los bichos del monte no toman té con leche y por eso convidó al tigre. ¡Rico té con leche!, le dijo. ¿Quieres tomar té conmigo, amigo tigre? Pero el tigre se enfureció porque pensó que el loro se reía de él, y como tenia hambre se lo quiso comer. Así que le contestó: ¡Bueno! ¡A-cér-ca-te-un po-co que soy sor-do! El tigre no era sordo. Quería que Pedrito se acercara mucho para agarrarlo de un zarpazo. Pero el loro sólo pensaba en el gusto de llevar ese magnifico amigo a su casa a tomar el té. Y voló hasta otra rama más cercana al suelo. ¡Rico té con leche! ¡A-cér-ca-te más!, respondió el tigre con su voz ronca. El pobre loro se acercó aun más y en ese momento el tigre dio un terrible salto, tan alto como una casa, y alcanzó a Pedrito arrancándole las plumas del lomo y de la cola. Gritando de miedo y de dolor, el loro se fue volando. Al llegar a la casa se miró en el espejo de la cocinera: estaba feo, rabón y temblando de frío. Entonces, lleno de vergüenza, se escondió en un eucalipto. Y así pasó muchas tardes, mudo y quieto, sin dejarse ver de nadie, pues sentía pena de verse pelado como un ratón. De noche bajaba a comer y subía en seguida. De madrugada descendía de nuevo e iba a mirarse en el espejo de la cocinera, siempre triste porque las plumas tardaban mucho en crecer. Los chicos pensaron que había muerto y se echaron a llorar… (Adaptación de un fragmento del cuento El loro pelado, de Horacio Quiroga. Editorial Anaya)
Y tú, ¿qué piensas? ¿Crees que el loro se acerca al tigre porque es ingenuo, curioso o imprudente…? ¿Cómo habría podido evitar lo que le ocurrió?
¿Cómo crees que terminará la historia? ¿Por qué es importante que antes de actuar pensemos en las consecuencias de lo que hacemos?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la prudencia La fanfarronería… Porque pone en peligro la integridad física y hasta la vida de las personas, no sólo del fanfarrón sino la de quienes te rodean. La imitación… Porque no siempre tenemos las mismas cualidades de quien imitamos, por ejemplo, del súper héroe o del deportista de la televisión… imitar, en ocasiones, puede poner en peligro nuestra vida. Las acciones ocultas… Porque no permiten que otros, principalmente los papás y los profesores, nos puedan aconsejar sobre la conveniencia o inconveniencia de una acción.
¿Qué es la prudencia? Si una persona actúa sin pensar puede equivocarse y echar a perder hasta sus buenas intenciones o sus mejores esfuerzos. Quien no mide riesgos al practicar un deporte, o que revela lo que le ha contado su mejor amigo en calidad de secreto, o que se mete en calles peligrosas sin precaución, está realizando actos imprudentes. La prudencia es la virtud humana que permite prever los peligros o las amenazas que resultan de sus propias acciones. Es prudente, por ejemplo, aquel que sabiendo que hay un examen en el colegio, estudia con el debido tiempo, o quien al correr no gasta toda la energía en la primera vuelta… en fin, todas las personas que piensan antes de actuar. Reflexión
Antes de realizar cualquier acción, por sencilla que ésta sea, es necesario reflexionar, es decir, pensar en profundidad para saber qué es lo que se va hacer, para qué se va hacer y cómo se va hacer.
Ingredientes para la prudencia Ayuda Hay algunas acciones o situaciones sobre las que puedes decidir tú mismo, pero hay otras en que, debido a su gravedad, conviene consultarlas con otros, principalmente con quienes tienen más experiencia, como los papás o los profes. Cuando tengas una duda acerca de la conveniencia o no de realizar tal o cual acción, dialoga. Consideración A veces, nuestras acciones les pueden hacer bien o hacer daño a otras personas. El prudente, antes de actuar, piensa que va a producir su acción en los demás y, finalmente, obra buscando que nadie salga perjudicado con lo que hace o lo que deja hacer. Responsabilidad Absolutamente todo lo que hacemos, tiene consecuencias. Algunas consecuencias pueden ser sencillas y positivas, otras complicadas y negativas. Antes de actuar, el prudente mide las consecuencias de sus acciones y, cuando las ha llevado a cabo, asume la responsabilidad por éstas. Quedar bien Hay muchas personas, pequeñas y mayores, que hacen hasta las cosas más tontas y arriesgadas sólo por quedar bien. Romper vidrios o robarse un examen, en el caso de los pequeños; beber el exceso o manejar a grandes velocidades, en el caso de los grandes. En ambas situaciones, lo que reina es la tontería más grande: La imprudencia.
“Despacio que voy de prisa”
Cuentan que esta era una de las frases favoritas de Napoleón, ese gran general Francés que conquistó media Europa. Y es que ese señor no daba paso alguno sin reflexionar antes y planear cuidadosamente sus estrategias. Mucha gente piensa que se necesita suerte para tener éxito o “estar de buenas” en la vida. Pero, más allá de la suerte, son las consecuencias de nuestras acciones o decisiones las que determinan cómo nos va. Por eso, siempre recuerda que para alcanzar tus metas hay que actuar con prudencia. Muy valiente Para algunas personas la valentía consiste en medírsele a todo, sin poner atención a las consecuencias. Por ejemplo, meterse en peleas, realizar pruebas de alto riesgo, tomar sustancias dañinas o hasta tomar lo que no les pertenece. Para otras personas, la valentía consiste en considerar las consecuencias de todo lo que se hace y tomar decisiones acertadas. Por ejemplo, en determinado momento es mejor huir de situaciones peligrosas o separarse de un grupo de amigos que hace cosas demasiado locas o arriesgadas. ¿Tú que opinas? ¿Crees que la prudencia hace al valiente?
No ser inoportuno Todos necesitan sus espacios: papá y mamá para hablar de un asunto privado, tu hermano y tu hermana para charlas con sus amigos o simplemente para estar solos; tú mismo necesitas que respeten tus espacios para realizar algún asunto que es sólo de tu incumbencia. Ser prudente es ser también oportuno, respetuoso del tiempo y del espacio de los demás, en este caso de los miembros de la familia, que, aunque comparten la misma casa, necesitan de privacidad. La prudencia estrecha los vínculos familiares. Con cuidado Las ciudades son como hormigueros llenos de actividad a todas horas. Buses, carros, motos, bicicletas, patinetas… ¡las ruedas están por todos lados! Durante las horas pico parece que hay más pitos que personas. Y si a los vehículos agregas las prisas y las carreras de cada día… ¡peligro, peligro! Hay que ser prudentes. Tanto los conductores como los peatones debemos fijarnos siempre que no somos los únicos que estamos en la vía. La prudencia salva vidas. Por eso, ten mucho cuidado
al cruzar las calles. Debes estar siempre pendiente de la luz de los semáforos y cuando montes en bicicleta, nunca lo hagas en las vías para los automóviles. Relaciones internacionales Quizá sea el ámbito de las relaciones internacionales donde más debe practicarse la prudencia. Una palabra mal dicha, una decisión incorrecta, una información errónea… pueden desencadenar desde malos entendidos hasta guerras y, por consiguiente perdida de vidas inocentes. Para manejar las relaciones internacionales, los estados nombran los embajadores muy bien preparados y conocedores de muchas culturas. A los embajadores y a sus colaboradores más cercanos se les llama diplomáticos. Por desgracia, a lo largo de la historia, muchas veces ha faltado prudencia entre los países, lo cual ha generados conflictos de graves consecuencias para el mundo. La prudencia ayuda a construir la paz.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Antes de actuar Realizar una actividad por el simple hecho de que tus amigos lo hacen, confiar en un desconocido o participar en deportes de alto riesgo sin tener la preparación necesaria, son muestras de imprudencia. Planea una campaña publicitaria, dirigida a tus amigos o compañeros de colegio, a través de la cual les recomiendes cómo actuar en cada uno de estos casos. Son o no son ¿Será que las personas que no se comprometen con un oficio, con el amor por otro o con sus propias decisiones, son prudentes? ¿Por qué? ¿Cuál será la diferencia entre prudencia y falta de compromiso? Piénsalo bien e ilustra con dibujos una situación que ejemplifique la prudencia y otra que ejemplifique la falta de compromiso.
¡Todos a jugar! De paseo por la selva Nuestra prudencia también se pone a prueba al tomar decisiones importantes para nuestra vida. En este juego los participantes imaginan que están en la selva. Para cruzarla, dada las dificultades, tienen que elegir el mejor camino. El animador indica que cada participante tiene que pasar por una de las cuatro esquinas: la de los tigres, la de las plantas carnívoras, la del río con pirañas y la de los caníbales. Al cruzar la esquina correspondiente, el jugador simulará enfrentar los peligros que hay en ella y el modo de superarlos. Después de cada turno, los demás jugadores explicarán por qué su compañero tomó la decisión de irse por un camino u otro. Si aciertan con sus razones, los demás ganan puntos. Las gafas Comprender las cosas que afectan a los demás y cómo nuestras palabras y nuestros gestos los pueden intimidar o molestar, nos permite saber decir lo que pensamos de ellos de manera delicada y amable. Reúnete con cinco amigos. Consigue seis monturas de gafas sin cristales o fabrícalas con alambre o cartulina. El animador dice: “Estas son las gafas de la prudencia. Cuando uno se las pone puede ver las cualidades y los defectos de los otros y hablar sobre ello. ¿Quiere alguien ponérselas y decir qué ve a través de ellas y qué piensa de nosotros?”. Al final, cada uno puede expresar cómo se ha sentido con lo que sus compañeros han dicho de él o ella. Más vale decir “aquí quedó” que “aquí murió”
Sin precio Para practicar el respeto hay que pensar en como nos gustaría que los demás nos trataran ¿Te has puesto ha pensar cuánto valen el rio que corre entre los árboles y los animalitos que viven dentro y fuera de él? ¿Cuál será el valor de un monumento histórico o artístico que cuenta un pedacito de la historia
del país…? ¿Y cuánto crees que valdrá una persona humilde en relación a otra que es rica y poderosa? Fíjate que hemos usado la palabra “valer” y no la palabra “costar”. Cuando hablamos de la naturaleza, del patrimonio cultural y, por su puesto, de personas, que hablamos de valor, porque éstas poseen características mucho más importantes que el dinero, como son la dignidad, la historia, la memoria, el espíritu y hasta la vida misma, en el caso de los humanos o la naturaleza. Así, cuando somos capaces de percibir este valor en todo lo que nos rodea, el respeto surge naturalmente. Cuando le das valor a la dignidad humana, no respetas a alguien por sus títulos, su dinero o su poder, sino porque, simplemente, es una persona. Cuando te dejas maravillar por la belleza de un paisaje, por la vida que surge entre los ecosistemas, nunca se te ocurrirá contaminarlo ni dañarlo de ninguna manera porque es una forma de vida y la respetas. Existen otras cosas hacia las que también mostramos respeto porque hacen parte del bien común, como pueden ser los teléfonos públicos, las canecas o basureros de las calles, los árboles y plantas de los parques y hasta los libros y computadores de las bibliotecas. Las apreciamos porque nos pertenecen a todos y así las cuidamos. ¿De qué se trata este cuento? Basada en un hecho real, el coraje de Sarah Noble narra un pasaje de la vida de Sarah quien, a sus 8 años, acompaña a su padre a las tierras de Connecticut para construir la que sería la casa familiar. En su recorrido se encuentran con un grupo de indios y entablan con ellos una profunda amistad basada en respeto y la confianza. Gracias a este encuentro, Sarah descubre las diferencias que hay entre ellas y los niños nativos y la posibilidad de enseñar y aprender de los otros. Alice Dalgliesh nació en Trinidad en 1893 y se nacionalizó estadounidense. Escribió obras para niños que son consideradas clásicas. Por sus obras recibió los premios Newberry y Caldecott Honor Bokk.
Sarah y los indios Sentada en el cobertizo, Sarah abrió la biblia para leer una de sus historias preferidas. Pasado un rato comenzó a oír ruidos. Eran unos
crujidos y el sonido de unos pasos que sigilosamente, se acercaban más y más… Sarah se agarró al libro y se arropó con su capa… Crujidos… crujidos… de pronto vio un ojo brillante que la espiaba a través de una grieta en la valla de troncos. ¡IN DIOS! Estaban por todas partes; se amontonaban a la entrada de la empalizada. Pero eran indios pequeños, ninguno mayor que ella. De todas formas, eran muchos… Sarah se quedó quieta como un conejo en peligro. Los niños se arrastraron como ratoncitos marrones, hasta que rodearon a Sarah, mirándola. Buenos días, dijo ella con educación. Sean bienvenidos a nuestra casa. Pronto se dio cuenta que el sol de primavera lucia sobre los cuerpos morenos y de que no llevaban ropa; a menos que se pudieran llamar “ropa” a aquel trocito de tela. Desde luego, Sarah se sentía muy bien vestida, y muy segura con su traje y sus enaguas. Los niños la miraban con insistencia y ella tuvo miedo. Aquí estaba, en medio de las tierras salvajes, con todos estos indios a su alrededor. Mi nombre, dijo Sarah, pronunciando con mucha claridad, es Sarah Noble. Uno de los chicos dijo algo, Sarah no entendió ni una palabra de su extraño idioma. Qué tontería, dijo en voz alta. ¿Por qué no hablan en inglés? Quizás su impaciencia se reflejó en la voz porque los niños, como ciervos, se levantaron y se fueron. Vaya, se dijo Sarah. Creo que no he sido muy educada. ¡Me gustaría que volvieran! Y pudo cumplir su deseo. Como su padre debía ir a recoger al resto de la familia para traerlos a vivir al resto de la cabaña, decidió dejarla una temporada en casa de John el Largo, su amigo indio. La primera noche fue la más extraña. Sarah había pasado el día jugando con los niños. No hablan con las mismas palabras; pero acababan por entenderse porque los amigos tienen formas de hablarse más allá de las palabras. Cuando llegó la oscuridad Sarah se encontró en la casa de John el Largo. ¡Como echaba de menos a su propia familia! La cena no era como Sarah estaba acostumbrada. Los indios comían con las manos y no tenían platos. De todas formas, la carne estaba rica. Cuando llegó la hora de acostarse, abrió su bolso. Los niños observaban ansiosos. ¿Qué magia sacaría la niña de aquella bolsa? Ninguna. Solo un camisón de invierno y un peine. Los niños observaron confusos mientras ella se ponía el camisón. Sus ojos no se apartaban de ella mientras peinaba su largo cabello, que era como la seda del maíz al final del verano. Los niños se acercaron y lo tocaron.
Entonces Sarah se arrodilló y rezó. Por su familia y su caballo. Y por los indios. Los niños oyeron sus nombres y miraron a John el Largo, su padre, con una pregunta en sus ojos. – habla con su gran espíritu dijo John. Como nosotros hablamos con nuestro gran espíritu. Bien, asistieron los niños, que eran como su padre indio en eso de no malgastar palabras. (Adaptación de un fragmento del Coraje de Sarah Noble, Alice Dalgliesh. Editorial Nuguer Barcelona, 1992)
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta al respeto
La insolencia… Porque es la majadería combinada con la soberbia, es la grosería que se siente feliz de serlo.
El miedo… Porque el respeto debe surgir sinceramente, no por miedo al maltrato o al castigo. La intolerancia… Porque no permite que nos reconozcamos como seres humanos y nos valoremos más allá de las diferencias.
¿Qué es el respeto? El respeto consiste en apreciar el valor que, por mismo hecho de ser personas tenemos todos los seres humanos sin importar que tan pobres, tan ricos, mayores o jóvenes seamos…. Sin que nuestro sexo ni raza sean determinantes. El verdadero respeto acepta la diversidad y la diferencia. El respeto es una forma de reconocimiento y de aprecio. Por ello, si todos fuéramos más respetuosos, la convivencia sería más sencilla: existirían menos conflictos, los bienes públicos estarían más conservados y hasta la naturaleza se encontraría en mejor estado… para practicar el respeto debemos tener siempre presente que todos lo que nos rodea son seres muy, pero muy valiosos.
Tolerancia La palabra tolerancia tiene dos sentidos. El primero significa “aguantar” lo que no nos gusta, el segundo se refiere a respetar aquello que nos resulta ajeno o diferente. El segundo significado es el que tiene que ver con el verdadero respeto. Tolerante significa admitir que todas las religiones tienen el mismo derecho de ser practicadas, que los hombres y mujeres de todas las razas son dignos de respeto. Y que los que no piensan como tu merecen ser escuchados. Consideración Ser considerado es cuidar lo que se dice y se hace para no herir los sentimientos de alguien. Ser considerado es cederle tu asiento a una persona mayor o a una embarazada. Ser considerado es ayudar a alguien que viene cargando muchos paquetes o saludar a los desconocidos con quienes compartes el ascensor. La consideración y el respeto van de la mano. Solidaridad Ser solidario significa acompañar respetuosamente a los demás cuando están pasando por momentos o situaciones difíciles. Es brindarle nuestro afecto, comprensión y ayuda, sin ofenderlos ni hacerles sentir menos y, por su puesto, sin esperar nada a cambio. Justicia La persona respetuosa porque sabe que sus derechos terminan donde empiezan los de los demás sabe, por ejemplo, que por más temprano que haya llegado hacer una cola debe respetar el turno de quienes están delante de él, por más prisa que tenga por irse. Respeto para todos Recuerda que nunca debes permitir que nadie abuse de tu confianza, sea un niño de tu edad o una persona mayor. Si alguien te dice o hace cosas que te hagan sentir incomodo o avergonzado, debe pararlo enérgicamente y contárselo a tus padres, profesores o cualquier otra persona de tu confianza. Recuerda que absolutamente nadie tiene el derecho de faltarte al respeto ni de hacerle sentir mal.
Un buen principio Todos tenemos las obligaciones de respetarnos a nosotros mismos, pero a veces, por el deseo de agradar a los demás o de que nos admitan en un grupo, podemos hacer las cosas que van en contra de nuestras creencias y valores. Si tus amigos te presionan para que bebas, fumes te escapas sin permiso o te vistas de una manera que no va contigo, piensa bien en las consecuencias de tus actos, no existe nada peor que el remordimiento de conciencia cuando sientes que te has fallado a ti mismo.
Derecho a la intimidad La mejor manera de convivir en familia es cuando se logra actuar con un cálido respeto. Existen aspectos importantes para respetar, como el derecho que todos tenemos a la intimidad, esto es, a que nadie lea tus cartas, o tu diario, que chismosee tus conversaciones telefónicas o que entre en tu cuarto sin tocar la puerta, si nos queremos enterar de algo sobre la vida de tus papás, hermanos o amigos, lo ideal es preguntárselo directamente, no espiarlos ni escucharles sus cosas. Propiedad privada ¿Te imaginas cómo sería la vida si todos hiciéramos lo que se nos antoja? Podrías llegar a casa de tu amigo e ir directo a la nevera y sacar una tajada de queso, podrías coger el juguete con el que estaba jugando tu vecino, también podrías sacar dinero de la billetera de tu papá sin pedirle permiso ¡todo sería un gran caos en el que nos la pasaríamos reclamando y peleando! Necesitamos respetar a los demás, su tiempo y sus propiedades, tal y como nos gusta que nos respeten a nosotros mismos. Leyes y normas Para garantizar la vida en sociedad se han escrito las leyes. Las leyes son las grandes guías que regulan la justicia, el comercio, la convivencia, las elecciones, la educación… en fin, todas las cosas que son importantes para que los hombres unidos en colectividades podamos vivir en armonía, es necesario cumplir las leyes porque éstas no sólo garantizan nuestros deberes, sino que determinan nuestras obligaciones
como ciudadanos. Es deber de los demás respetar nuestros derechos, y es deber nuestro cumplir con nuestras obligaciones, que representan los derechos de los demás. Derechos humanos La Segunda Guerra Mundial ha sido el peor conflicto bélico en la historia moderna de la humanidad. Millones de soldados y civiles murieron, cientos de miles resultaron heridos y muchas ciudades fueron reducidas a cenizas. Por eso, en 1948, apenas tres años después de finalizada la guerra, se proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos que dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y dotados como están de dignidad y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Esto quiere decir que reconocemos la dignidad humana y es nuestra obligación respetarnos, incluso en tiempos de guerra.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Con gracia y con cuidado “Cuatro ojos”, “gordo”, “nerd”, “teto”… son apodos poco simpáticos con los que los demás se burlan de sus compañeros. Por más que a quienes les gusta burlarse de los demás les perezca que es muy divertido, las burlas rebajan la dignidad de las personas, y este trato injusto es una falta de respeto. Escribe un relato sobre este tema e ilústralo. Todos tenemos la palabra. Las diferencias de las ideas y posturas respecto a algún tema o ate la vida misma nos exigen ser plurales; es decir comprender y respetar a los otros con sus costumbres, creencias religiosas y convicciones políticas y sociales. Diseña un anuncio sobre la pluralidad y el respeto a las ideas ajenas. Incluye un dibujo y un texto narrativos. ¡Todos a jugar! Entre animales
Con este juego consideramos el respeto que merecen los animales. Todos los participantes se sientan formando un círculo. Un compañero empieza cogiendo a quien se encuentra al lado y debe presentarlo como un animal en vía de extinción. Debe persuadir a los otros compañeros que es un ejemplar maravilloso, el mejor representante de su especie, resaltando su importancia dentro de un hábitat y para la vida del hombre. Los participantes deben valerse de su habilidad para convencer a los otros de la importancia de preservar cada especie. Caza abrazos Puedes disfrutar este juego en un parque o en un jardín grande, expresando la complicidad y el respeto por tus amigos. Necesitas diez amigos y dos pañuelos. Los jugadores se distribuyen libremente en el lugar de juego y a la señal de inicio deben abrazarse por parejas. Cada vez que el director del juego dice “han de abrazarse a otro compañero o compañera distinto del anterior. Para dinamizar el juego hay que designar dos voluntarios que llevan un pañuelo en la mano; Éstos son los caza abrazos”, que tienen que “cazar” tocar a un compañero mientras este busca desesperadamente un abrazo. Cuando está abrazado ya no se le puede cazar. El jugador que sea cazado sale del juego.
La aventura del circo Todos tenemos obligaciones la responsabilidad hace la convivencia mas fácil porque podemos confiar en los demás Los circos son maravillosos. Hay animales traídos de lejanos países, magos, trapecistas, payasos, motociclistas… se vende algodón de dulce, perros calientes, palomitas de maíz, gaseosas… ¡mmmmm! Pero, que pasaría si un día no alimentaran a los animales o el encargado se le olvidaran medias de seguridad tales como enjaular a las panteras o atar a los elefantes… si el mago no prepara el truco de cortar a una persona en dos pedazos… si un trapecista no recibiera al otro que ha salto del trapecio dando un triple salto mortal… si no llegan los vendedores de golosinas… ¡Seria una tragedia! No solamente porque no habría diversión sino también porque se pondría en peligro la vida de los artistas del circo y de los espectadores.
Todas las personas tienen el deber de responder por todo aquello a lo que se han comprometido. Por ejemplo, un trapecista tiene la responsabilidad de recibir al otro y no dejarlo caer al vacío; un vago es el responsable de la vida de persona que le ayuda en la ejecución del truco; los vendedores del circo tienen la responsabilidad de ofrecer a quienes asisten a la función los alimentos y las bebidas que les ayudaran a pasar un rato agradable. En todos los demás momentos de la vida también se teje una red de responsabilidades sin la cual es imposible vivir. Piensa en las responsabilidades de las personas que te rodean: tus papás, tus amigos, tus maestros, los policías… y piensa también en las tuyas…¿Cuáles son? La vida sería muy diferente y complicada si nadie o si sólo algunas personas cumplieran con sus deberes. ¿De qué se trata este cuento? En el ministerio de los hijos de Lúa de fina Casalderrey, David comparte una gata con su novia Blanca. Se llama Lúa y la tienen desde pequeña. Se encargan de ella con mucha dedicación, prodigándole cuidados y cariño. Todo va bien hasta el día en que Lúa tiene unos gatitos que de repente desaparecen sin dejar rastro. Entonces los chicos deciden hacer de detectives e investigar el ministerio. Hay muchos sospechosos en el pueblo, pero a pesar de las pesquisas no encuentran el culpable. Lúa tiene otra camada y estos pequeños también desaparecen; la búsqueda continúa y sólo será hasta el tercer parto cuando el misterio se revele para todos. Fina Casalderrey, española nacida en 1957, ganó con esta obra el Premio Barco de Vapor en 1994. Además de recibir obras infantiles ha trabajado como maestra.
Lúa en familia Papá es listísimo. Sobre todo porque supo convencer a mamá de que Lúa se quedara con nosotros y así no tuviera que volver al cementerio, porque allí seguramente le tendría miedo a los muertos. Es que papá sabe hacer que los gatos pequeños no lloren, eso y muchas cosas más. Él y mi profe son las personas más listas del mundo. Mamá también pero cuando grita parece histérica, que también quiere decir loca. Papá inventó una cosa para que Lúa que entonces aún no se llamaba de ningún modo no maullase por la noche, que eso es llorar. Envolvió el
reloj despertador de su mesa de noche en una manta pequeña. Era de mi cuna. Llevó aquel envoltorio al sótano y lo puso en la caja, junto a la gata. Ella se arrimó allí enseguida y se puso a dormir. Mamá, ¿por qué quiere dormir con un reloj?, pregunté con curiosidad. Porque ese tic tac le hace creer que está con su mamá. Ella piensa que escucha su corazón que late, me explicó mamá. Y se ría porque aún no sabía que cuando Lúa tuviera sus gatitos, alguien se los iba a robar. Aquella noche, haciendo como que me iba a lavar los dientes, baje muy despacio las escaleras sin ningún miedo y encendí la luz. Me acerqué a la caja donde Lúa estaba durmiendo con el reloj y me puse a mirarla. Luego, la saque de allí y la tuve en mis brazos. ¡Qué bonita! ¡Preciosa! Tenía rallas grises y negras como si fuera un tigre enano o, mejor aun, una cebra en miniatura… Al principio estaba quieta sobre mis piernas, pero después empezó a mover en la cabeza hasta que enganchó un botón de la pijama con la boca y se puso a mamar de él. Entonces me dio un poco de asco y la dejé enseguida y me fui a dormir… Cuando papá compró la cámara de video, grabamos a Lúa de muchas manera, por ejemplo, un día que las bañamos. Era verano y hacía mucho calor. Fue cuando cogimos el champú de papá, que es suave y neutro, para que la gata no se llenara de ronchas. En un balde pusimos agua tibia con el champú, y en otro, agua tibia sola. Quin, mi hermano, empezó a grabar y yo acaricié a Lúa suavecito. Primero le metí las patas en el agua y no se escapó. Creo que le gustaba. Como estaba quieta, la lavé por todas partes menos por los ojos para que no se le irritaran. Después la metí en el agua limpia, y como quería escaparse, la agarré por el rabo y no pudo. Al poco rato tomé una de las toallas de playa que tenía mi madre en el tendedero y la sequé muy bien. Se le pusieron los pelos disparados. Y debió ser por eso por lo que Lúa también salió disparada en cuanto la soltamos. Peo enseguida volvió. Tiramos el agua con champú debajo de una viña. Parecía chocolate. La del otro balde también la tiramos, pero era café con leche. Cuando pusimos en la casa el video de Lúa, mamá me pescó sacándola con la toalla de playa y nos riñó mucho. Otra vez se puso histérica. Los gatos se lavan solos. No necesitan de sus valentías.
Pues si somos valientes no sé por qué nos gritó tanto. Y será cierto que la gata se lava sola, pero el agua quedó… ¡Puag! La verdad, Lúa siempre se está lamiendo la pata y después se la pasa por la cara. También se lame el resto del cuerpo. A veces se pone en cada postura rara… parece que está haciendo yoga, que eso es hacer nudos con el cuerpo. (Adaptación de un fragmento del relato el misterio de los hijos de Lúa, de Fina Casalderrey, Editorial SM)
Y tú, ¿qué piensas? ¿Cómo definirías al padre del niño que relata la historia? ¿Qué demuestran los cuidados del niño cuando baña a Lúa? ¿Piensas que él fue irresponsable al tomar la toalla de playa para secar a la gata? ¿Por qué? ¿Qué ejemplo de responsabilidad te dan tus padres?
¿Qué es la responsabilidad? ¿A qué otra palabra se parece la palabra responsabilidad? A responder, ¿cierto? Pues la responsabilidad es eso: responder. La responsabilidad es la obligación de responder por lo que hacemos y, en ocasiones, por lo que hacen los demás. Si hemos sido seleccionados para representar al colegio en un campeonato de futbol, por ejemplo, por ejemplo, tenemos la capacidad de jugar lo mejor posible para alcanzar un objetivo común, no se trata sólo de que el mejor futbolista se luzca haciendo golpes, sino que el equipo entero haga quedar bien a la institución que representa. la responsabilidad nace de los compromisos que vamos adquiriendo. Somos responsables frente a las leyes y las normas del colegio, de la ciudad y del país; frente a la palabra que damos a nuestros amigos o a nuestros padres; frente a las tareas que nos confían en el colegio o en los grupos a los que pertenecemos. Resumiendo, somos responsables de nosotros mismos, de los demás y del entorno en el cual vivimos.
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la responsabilidad
Los pretextos… Muchas personas son expertas en disculparse para no asumir su responsabilidad. Estaba lloviendo, lo olvide, no me alcanzo el tiempo, me falta poquito… son todas estas algunas de las típicas disculpas del irresponsable.
Culpar al otro… Yo no fui, fue él; no sé quien lo hizo; él me dijo que lo hiciera… el irresponsable trata siempre de culpar a otro de lo que hizo mal o de lo que no hizo. Falta de compromiso… Más tardecito, cuando deje de llover, cuando haya descansando, si alguien me ayuda, si tengo todos los materiales… estas son frases propias del irresponsable para no comprometerse con las tareas que le han encomendado. Compromiso A la persona responsable le interesa verdaderamente lo que ocurre a su alrededor. Sabe que su amigo, su hermano, sus padres, su ciudad necesitan su ayuda. Para el responsable no existe la frase “eso a mí no me importa”.
Ingredientes para la responsabilidad Acción La persona responsable no se queda preocupada y sentada e un sillón a ver quien le resuelve su problema. No, responsabilidad significa acción, trabajo. Algunas veces tenemos que actuar solos, pero, en la mayoría de las ocasiones, trabajamos con otros. La responsabilidad es individual, pero también colectiva. Para el responsable no existe la frase, “que lo haga otro”. Conocimiento
Es muy difícil o imposible – responder por lo que no se conoce. Por eso, la persona responsable conoce los deberes que tiene frente así mismo. Estos deberes están en las norma de la casa, en el manual de convivencia del colegio, en la constitución del país, en los acuerdos que hacemos con los amigos y, sobre todo, en la conciencia de cada persona. Pero, ¡atención!, ignorar las responsabilidades no significa que no estemos obligados a cumplirlas. Para el responsable no existe la frase “es que yo no sabia”. Confianza La confianza en uno mismo es muy importante a la hora de aceptar responsabilidades. A veces no estamos seguros si vamos a salir bien o mal librados de algo, pero al intentarlo y afrontar las consecuencias estaremos avanzando hacia la madurez. Aunque parezca mentira, la responsabilidad nos hace personas más libres. ¡Sales ganando! Cuando eres una persona responsable, los demás confían en ti. Saben lo que pueden esperar y eso genera seguridad en ellos, y claro, en ti mismo. Si respetas tu palabra, si terminas lo que empiezas, si te ofreces a brindar tu ayuda y cumples con ello, eres digno de confianza.
A toda acción… Una reacción Tal vez ya hayas estudiado, o vayas a estudiar en física, la tercera Ley de Newton. Ésta dice así: “A toda acción le corresponde una reacción con toda intensidad y en sentido contrario”. Bueno, esto es cierto no sólo en el mundo en el mundo de la física cuando, por ejemplo, queremos saltar y “empujamos” el suelo para impulsarnos… la fuerza opuesta por el suelo más la fuerza del impulso hacia arriba es lo que nos hace saltar. Pues bien, en nuestra vida cotidiana su cede exactamente igual: toda acción que emprendamos y toda decisión que tomemos tendrá una consecuencia, buena o mala. Y al hacerlo libremente, tenemos que aceptar la responsabilidad por sus resultados. ¿Ves? ¡Por eso debemos pensar muy bien antes de actuar!
Aceptar la responsabilidad de nuestras acciones es ejemplo de fortaleza y madurez. Laboratorios de responsabilidad La responsabilidad no es cosa del futuro. Quien no es responsable hoy, lo más probable es que tampoco sea mañana. Para entrenarte en la responsabilidad, podrías hacer un plan de trabajo diario que incluya tus deberes principales, pero también los momentos para la diversión y para el encuentro con los amigos. Otro buen ejercicio para desarrollar la responsabilidad es adoptar una mascota y cuidarla. Cuando tienes a tu cargo a otro ser vivo, verás lo importante que es que cumplas con tus obligaciones hacia él, que depende totalmente de ti. El hermanito menor ¿Tienes un hermanito menor? ¿Y te gusta quedarte cuidándolo cuando salen tu papá y tu mamá a hacer alguna diligencia? ¿O acompañarlo al baño? ¿O llevarlo al jardín…? Bueno, pues a algunos hermanos mayores les molesta mucho tener que cuidar a sus hermanos menores. Los pequeñitos, en estas circunstancias, se sienten, muy, pero muy, pero muy mal. El caso del hermanito menor nos sirve para recordar que en una familia todos son responsables de todos, como decían los tres mosqueteros: “Todos para uno y uno para todos”. Taller de reparaciones Para nada sirve un radio que no suena o un televisor que no sintonice los canales. Lo que se daña en la casa hay que repararlo para que nuevamente se integre a todo el funcionamiento del hogar. Cuando en el colegio, en la casa de algún amigo o familiar, o en cualquier otro espacio de nuestra comunidad cometemos faltas o hacemos un daño, es necesario hacer la reparación respectiva. No basta con reconocer la falta. Por ejemplo, si al jugar futbol la ventana de la vecina se rompe de un balonazo, todos los del equipo tendrían que pagarlo. Si durante el recreo alguien se burla de un compañero en público, también debería disculparse con él en público. Derecho del consumo Los almacenes de los centros comerciales están llenos de artículos importados: ropa, electrodomésticos, juegos, alimentos… ¿De dónde viene todo esto? ¿Quién lo hace? ¿Lo hacen bien? Podríamos correr
muchos peligros comprando los productos que vienen de diferentes lugares del mundo si no existiera el derecho del consumo. El derecho del consumo es el conjunto de normas que protegen y defienden a las personas que compran productos en el comercio. Los productos que se venden en el mundo entero deben cumplir muchos requisitos relacionados con la publicidad, la seguridad y la sabiduría. Gracias al derecho del consumo que existe en el mundo entero, podemos estar tranquilos al comprar y consumir los productos que venden en los almacenes.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Como un amigazo Escribe cuales son nuestras responsabilidades al momento de llevar un nuevo integrante a la familia, no importa si es cuadrúpedo, se alimenta con semillas, repta o vuela. Si llegara a tu familia un nuevo hermanito, ¿Cuál crees que seria tus responsabilidades hacia él o ella? Con formas y texturas Expresa con un collage la siguiente idea: cada ser humano es como una estrella que contiene su pequeño mundo. Cada estrella a de observar su propio mundo y cuidar del equilibrio de sus derechos y responsabilidades. Recorta, pega, pinta y dibuja para expresar lo que has entendido de la frase anterior. ¡Todos a jugar! Duelo de jardineros Planea con algunos amigos una visita al mercado y compren semillas de algunas plantas que puedan cultivarse en macetas. Distribuidos en parejas, elijan una de las plantas y siémbrenla. Esta debe permanecer en la casa de uno de los miembros de cada pareja. Día a día le regarán, cuidarán que tenga el aire y la luz suficientes, y limpiaran la tierra y las hojas cuando crezcan. Al cabo de un mes organicen un encuentro con las demás parejas de jardineros para presentar sus plantas en sociedad.
Observen qué características tienen, cometen como las han cuidado y elijan la más bonita de todas.
Buenos muchachos Relaciona las siguientes columnas sobre los cuentos en donde aparecen personajes que actúan responsablemente. Puedes unirlas con una línea. a. Este pequeño niño guía a sus hermanos en medio del bosque oscuro.
1. Los cisnes salvajes
b. En este cuento sólo uno de los tres hermanos construye una casa fuerte contra el
2. El rey rana
c. Gracias a este felino su amo alcanzó fama y fortuna.
3. Los tres cerditos
d. El padre de la princesa la obligó a cumplir la promesa que hizo a la rana del estanque. e. Esta princesa calla mientras teje las camisas de ortiga que salvarán a sus hermanos convertidos en
4. El gato con botas
5. Pulgarcito
“Libertad es sinónimo de responsabilidad”
La más grande hazaña Sabio no es el que sabe mucho de muchas cosas o tiene muchos títulos universitarios… sabio es quien distingue y practica el bien. En muchos cuentos y leyendas muy antiguas, pertenecientes a distintas culturas del mundo, siempre aparecen un personaje y una situación que en el fondo son siempre las mismas, por más que el nombre y los detalles varíen… Fíjate bien y te sonará familiar: el personaje empieza siendo un muchacho común y corriente que, por azares del destino, tiene que cumplir una tarea que le ha impuesto un rey o un dios. Esta tarea es generalmente larga, peligrosa y llena de obstáculos. Para salir triunfante, el muchacho no solamente tendrá que realizar proezas físicas, sino que la mayoría de las veces tendrá que hacer uso de su sentido común, de su inteligencia y de su poder de discernimiento. Así, el joven aventurero no sólo le falta luchar contra dragones y lobos salvajes, sino que tendrá que resolver acertijos, misterios y problemas de ingenio de cuya resolución dependerá no sólo de su vida, sino el éxito de su tarea. Al final del cuento, el muchacho logra su objetivo y, con el triunfo, deja de ser un niño para convertirse en un héroe. A través de estos cuentos y leyendas, las culturas antiguas quisieron ejemplificar el largo camino de la vida: empezamos dando traspiés y, poco a poco, mediante la experiencia y las lesiones de vida, vamos adquiriendo las herramientas (los valores y el conocimiento)que nos permiten seguir el camino recto… todos los pasos, las curvas y las subidas de ese camino son lo que llamamos sabiduría. En realidad, sabiduría es una palabra complicada y difícil de definir. El sabio no es aquel que se ha leído todos los libros, es muy inteligente o ha estudiado veinte carreras. Un sabio es una persona que sabe usar el sentido común, que distingue entre el bien y el mal y que guía su vida de a cuerdo con sus valores. Por eso, el camino de la vida debe ser dirigido por la aspiración de que, algún día, nos acerquemos un poquito a la sabiduría.
El cocuyo y la mora ¿De qué se trata este cuento? El cocuyo y la mora, leyenda perteneciente a la tradición oral de los indígenas pemón, que habitan en la región de Guyana al sur de Venezuela, explica la forma en que estos pequeños insectos adquirieron su luz. Con gracia y sencillez, el relato muestra la modestia y sabiduría de la mora, en contraste con la soberbia y la imprudencia del cocuyo que no previó las consecuencias de desairar tan groseramente a la planta y de acercarse demasiado al fuego, todo por vanidad. La tribu pemón es un pueblo de cazadores y pescadores que viven en malokas construidas con madera y barro. Tienen una gran variedad de cuentos y leyendas que constituyen su rica tradición oral. Cuentan los indios que un día un gran cocuyo salió de viaje a visitar unos tíos que vivían al otro lado de la sabana. Voló y voló hasta que al atardecer llegó a un cerro donde vivía una planta de mora. Como se sentía cansado y soñoliento, decidió quedarse allí a pasar la noche. La mora era ya una planta vieja, deshojada y encorvada de cuyas ramas asomaban unas espinas amenazadoras. El cocuyo se acerco buscando un sitio para dormir. La mora estaba encantada con la gracia de su vuelo, el zumbido de sus alas y sus ojos deslumbrantes. Entonces deseó enamorarlo. Comenzó por ofrecerle comida y algunos néctares para beber. Luego, con esmero y delicadeza, le colgó de su hamaca y le relató historias para entretenerlo. Y así estuvo a su lado hasta muy entrada la noche. ¿Cocuyo quieres casarte conmigo?, se atrevió a preguntarle la mora. Pero el cocuyo fingió estar dormido y no le respondió. La mora lo rozó con sus hojas secas y volvió a preguntarle: ¿Cocuyo quieres casarte conmigo? El cocuyo abrió los ojos y contestó muy enfadado: Mora, yo no te quiero. Estás vieja has perdido tus hojas y en cualquier momento tu tallo se puede romper. Eres fea. No me casaré contigo. Al llegar la mañana, el cocuyo siguió su camino y después de recorrer una gran distancia llegó a la casa de sus parientes. Allí se quedó varias
lunas conversando y bailando. Al cabo de un tiempo decidió regresar y tomó el mismo camino por donde había venido. Una tarde calurosa llegó al mismo cerro donde había encontrado a la mora. ¡Y casi se va para atrás con lo que vio! La mora se había transformado completamente. Ahora era una planta joven, vestida con hojas nuevas engalanada con flores blancas. ¡Que hermosa estás, mora!, exclamó el cocuyo. Me encanta verte llena de flores. ¿Te gustaría casarte conmigo? Pero la mora no le contestó. Mora, pequeña mora, cásate conmigo, imploró el cocuyo. No insecto, dijo la mora. Ahora yo no quiero casarme contigo. Y aunque el insistió, ella no cedió. Entonces, dime: ¿Cómo lograste ponerte tan bonita? Y ella le respondió. Fueron unos jóvenes que me prendieron fuego y gracias a él me volví joven y bella de nuevo. ¿Y yo podré volverme joven como tú?, dijo el cocuyo esperanzado Hazlo pero sé cauto. Entonces el cocuyo se acercó al fuego que habían prendido unos cazadores. Pero cuando las llamas tocaron sus alas, voló rápidamente de allí, se sacudió y se refrescó en la hierba. Se miró y vio que había quedado chamuscado. Sólo su cola conservaba una chispa que no podía apagar, aunque volara y batiera sus alas. Muy triste y avergonzado, el cocuyo se alejó de la mora y regresó a su casa. Desde entonces los cocuyos son negros y tienen una luz en la cola; también rondan las moras cuando están en flor, pues guardan la esperanza de conquistarlas. Adaptación del relato de tradición oral El cocuyo y la mora, la de la tribu pemón. Editorial Ekaré.
Y tú ¿Qué piensas? ¿Qué piensas de las palabras que el cocuyo le dijo a la mora cuando ella pidió casarse con él? ¿Por qué ella guardó silencio cuando él la maltrató? ¿En tu opinión, cuál fue el mayor error que cometió el cocuyo? ¿Por qué?. Si hubiera sido sabio, ¿Cómo hubiera podido el cocuyo conquistar a la mora?
¿Te parece que una persona cauta es sabia?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta ala sabiduría El orgullo… Porque es contrario a la humildad y la moderación que caracterizan a la sabiduría. Al indiferencia… Entendida como la falta de curiosidad y sentido de admiración hacia todos los aspectos de la vida. La vanidad… Porque no permite ver más allá de la nariz del pobre vanidoso.
¿Qué es la sabiduría? Ya vimos que la sabiduría no es saber muchísimas cosas, ni resolver todos los problemas de matemáticas, ni haber leído todos los libros del mundo… Aquel que sabe y ha hecho todo esto es muy inteligente, culto o erudito, pero no propiamente sabio. Sabiduría es el conocimiento profundo de uno mismo, en el esfuerzo constante por reflexionar sobre el sentido de la vida y la existencia, es utilizar la prudencia y el sentido común para elegir los valores que deben guiar la existencia por el camino recto. La sabiduría es la más preciosa de todas las cualidades que un hombre o una mujer pueden llegar a tener. La gente que tiene destellos de sabiduría es generalmente ya mayor, porque la sabiduría es resultado de la observación, la reflexión y la comprensión de esto tan complejo y fascinante que es la vida… la sabiduría es el resultado de la experiencia. Discernimiento
Discernir es saber diferenciar lo que es bueno de lo que es malo, lo conveniente de lo inconveniente, lo seguro de lo peligroso, lo justo de lo injusto… La sabiduría pone todo en una balanza, se acerca a las cosas con lupa de aumento para no perder detalle antes de tomar una decisión. La persona sabia tiene la capacidad de elegir y tomar decisiones que la llevan hacia su felicidad y a la de los otros.
Ingredientes para la sabiduría Humildad La sabiduría nunca es prepotente ni soberbia, porque sabe que la sabiduría absoluta es inconquistable… Nos podemos acercar a ella pero nunca alcanzarla. En cambio, el conocimiento, el arte o la tecnología si pueden pecar de soberbios. Hay que recordar siempre que el verdadero sabio es humilde en su corazón y en sus acciones. Reflexión La sabiduría se constituye con la base en la reflexión, esto es, en pensar las cosas profundamente, en observar la naturaleza, los actos de los hombres y preguntarnos porqué son como son. El sabio aprende a reflexionar sobre las pequeñas cosas de todos los días: desde el recorrido que hace el sol del amanecer al atardecer, de cómo las nubes se oscurecen antes de llover, hasta del comportamiento de una comunidad de hormigas… siempre observando y reflexionando. Moderación Ni tan poco ni demasiado… la sabiduría reconoce que la felicidad, la salud y la cordura se encuentran en el punto medio. Ni tanto estudio ni tan poco, ni comer en exceso ni pasarla sin probar bocado. El sabio sabe que el equilibrio es necesario para vivir una vida feliz, tranquila y justa. La moderación, y su pariente cercana, la prudencia, son básicas en el camino de la sabiduría. Discernir para valorar Vale la pena insistir sobre la importancia de aprender a discernir para acercarnos, aunque sea un poquito, a la sabiduría. Discernir es, probablemente, una palabra que no has escuchado antes… tal vez
nunca la hayas usado en una frase, pero eso sí, seguramente la has puesto en práctica más veces de las tú crees. Discernir es distinguir, diferenciar, reconocer lo bueno y lo malo, para elegir el camino que te lleva a uno u otro extremo.
La bella Sofía ¿Sabías que en griego antiguo Sofía quiere decir “sabiduría”? ¿Y que filosofía quiere decir “amor a la sabiduría”? los antiguos griegos pensaban que el hombre y la sociedad podrían ser felices y vivir en armonía mediante la búsqueda constante de la sabiduría. La sabiduría se relaciona con el conocimiento de uno mismo, buscaba responder preguntas como estas: ¿de dónde venimos, quiénes somos, hacia dónde vamos…? La sabiduría es la búsqueda del conocimiento interior que nos lleva a conocernos a nosotros mismos, a los demás y a nuestro entorno, de manera muy profunda y penetrante. Saber elegir La sabiduría suena muy seria y quizás, hasta un poquito inalcanzable. Pero fíjate como la aplicas todos los días en su forma más sencilla que es la del sentido común… Antes de atravesar una calle te esperas a que el semáforo cambie a la luz verde. Si ves a unas personas sospechosas caminando hacia ti, corres sin pensarlo dos veces. Si tu hermanito pequeño se acerca al fuego de la estufa, corres a alejarlo. Si no sabes nadar bien, evitas hacerlo en la parte honda de la piscina… ¿Ves? Todos tenemos nuestros destellos de sabiduría. El saber de los mayores En muchas culturas indígenas de la actualidad, tal y como el pasado, las decisiones importantes que atañen a la comunidad son tomadas por un consejo de ancianos. Debido a su larga vida, a la acumulación de experiencias y de saberes, los viejos son venerados como sabios por la comunidad, por eso se les respeta y se les brinda la responsabilidad de guiar al grupo. ¡Qué diferencia con nuestras modernas sociedades que tienden a aislar a los viejos! Debemos recordar que las personas mayores son una fuente inagotable de sabiduría y experiencia.
Sabiduría popular Nuestro idioma se ha enriquecido con dichos y refranes anónimos que reflejan el transcurso de miles de años, la acumulación de experiencias y la presencia del sentido común. Estos dichos son certeros y divertidos, y encierran grandes verdades. ¡Te invitamos a reflexionar sobre su significado! He aquí algunos de ellos: “No pongas todos los huevos en la misma canasta”, “más vale pájaro en mano que cien volando”, “el que no arriesga no gana”, “Dime con quien andas y te diré quien eres”, “A palabras necias oídos sordos”. Muchas voces, voces antiguas Las mitologías y las religiones del mundo se nutren de la sabiduría particular de las diversas civilizaciones que las han producido. Cada civilización, antigua o presente, ha producido su propia sabiduría, es decir, un sistema de pensamiento que produce una forma única de entender el origen del hombre y del mundo, de relacionarse con sus dioses y con la naturaleza, de entender el sentido de la vida, de pensar la creación y hasta de entender la muerte… las culturas judía, cristiana, musulmana, budista, taoísta o hinduista; las de los actuales grupos indígenas de América y Asia, así como las culturas de otras civilizaciones ya desaparecidas, forman un gran tesoro de sabiduría que hace parte del patrimonio cultural de la humanidad.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! A guardar la calma ¿Cómo te sientes cuando estás en medio de un problema? ¿has llegado a considerar que no podrás resolverlo o por momentos guardas la esperanza de que encontrarás la manera de salir del atolladero? Se dice que las personas sabias esperan siempre lo mejor frente a la adversidad. Escribe tu opinión al respecto. Palabras que van y vienen Recoge entre tus amigos y familiares algunos refranes y dichos populares sobre la sabiduría y escríbelos. Recuerda que no siempre
tienen la palabra “sabiduría” incluida, sino que es el contenido el que lleva a la sabiduría de forma implícita. Cuando encuentres los refranes (tus papás y abuelos te pueden ayudar), ilústralos con dibujos; ¡verás que resultan cosas muy divertidas! ¡Todos a jugar! Tu tan sabio… Completa el cuadrado mágico de tal manera que la suma del cuadrado central sea la misma que la suma de las columnas, las líneas horizontales y las diagonales: 34. Los números que se deben colocar van del 1 al 16. En la parte inferior central figura el año en que Alberto Durero, el pintor alemán, creó el cuadrado.
16
13
6 15
14
1
Sopa Sabia ¿Qué valores crees tú que reúne la sabiduría? En esta sopa de letras descubrirás como es un hombre sabio. C L M H J U S G P
U O I U A H I E R
M R E M C O E N U
P A C I E N T E D
L T U L M R L R E
I A A D O A O O N
D S N E L D G S T
O E I S O O E O E
Z O M J U S T E N
V R E C T O I J E
“Sabio es aquel que reconoce su ignorancia”
FUERA MÁSCARAS LA SINCERIDAD ES LA EXPRESIÓN DE LO QUE SENTIMOS Y PENSAMOS VERDADERAMENTE, ES LA AUSENCIA DE MENTIRAS….. Y MÁSCARAS. Desde hace muchos siglos las personas han utilizado máscaras confeccionadas con madera, paja, corteza de arboles, hojas de maíz, tela, piel, cráneos, cartón y otros materiales. Las máscaras forman parte de los disfraces y pueden cubrir la cara, la cabeza unas producen risa y hay otras que hasta asustan… Cuando una máscara es buena, la persona que está detrás de ella no puede ser reconocida. Las fiestas de disfraces, por ejemplo, son muy divertidas porque al principio no se sabe quién es quién y sólo a medida que transcurre la fiesta cada enmascarado va revelando su verdadera identidad. El 31 de octubre, en muchos países del mundo, los niños salen a pedir dulces de casa en casa, disfrazados y utilizando máscaras, algunas de ellas aterradoras. En las películas (también en la vida real, pero de eso ni hablemos), los criminales suelen llevar máscaras o disfraces que les permite cometer sus fechorías sin ser reconocidos. Ya ves que las máscaras divierten, asustan y tienen diversos usos. Por fortuna, el tiempo de la máscara y el disfraz es corto. En la vida cotidiana no tenemos máscaras. Estamos tal y como somos frente a nuestros familiares y a nuestros amigos. Una persona que no finge, que no obra doblemente, que se relaciona con los demás sin hacer uso de máscaras ni disfraces, es una persona sincera.
Una sorpresa entre las coles Durante la comida, mi hermano Chris preguntó: ¿De dónde vienen los bebés, papá? Papá se puso rojo no se esperaba eso. Bueno dijo, este, si, bueno… vienen de… este… es así, ¿sabes Chris?, bueno vienen del huerto de las coles. ¡Sí, de ahí! Mamá me lanzó una mirada rara. No le gustaba que papá le dijera la verdad a Chris. Todos menos Chris, sabíamos que aquello no era cierto. Él parecía muy interesado.
¿Y como llegan ahí? Preguntó. Crecen entre las coles durante la noche dijo papá con voz débil. ¡Imagínate! Respondió Chris. Esta noche podría llegar un niño nuevo, ¿verdad? Todos miramos a papá con ojos de puñalada, pero él sólo dijo: No se sabe… podríamos tener esa mala suerte… Esa noche, descubrí a mi hermano Chris en el fondo del jardín, tenia encendida la linterna sobre la hortaliza y hurgaba entre las coles. ¿Qué es lo que estás haciendo? Le pregunte en la oscuridad. Estoy buscando bebés dijo. Papá dijo que esta noche podría brotar uno. No podemos dejarlo fuera hasta la mañana. Podría resfriarse y morir. ¡Ay, no! Le dije. ¿No me digas que te creíste ese cuento chino? Los bebés no crecen en los huertos de coles: crecen dentro de su mamá. Una expresión una expresión de incredulidad se extendió por su cara. ¿Dónde? Preguntó. ¿En que parte de su mamá? Aquí le dije sobándome la panza. Por aquí adentro. No me digas dijo. ¡Mejor cuéntame una de vaqueros! Ahí es donde van las papas y las salchichas y la salsa y el pastel. No se puede tener a un bebé revuelto con todo eso. ¡Aj! No tienes por qué ocultarme la verdad, ya sé que en realidad crecen en el huerto de coles. Ya no me quiso escuchar. Siguió buscando debajo de las coles. Decidí seguirle la corriente e hice como si buscara a un bebé entre las plantas. Al cabo de un rato le oí decir: ¡Encontré un bebé! ¡Genial! Le dije, fingiendo que le creía. Ciertamente el muchacho mucha imaginación. Sigue buscando me ordenó. Podría haber otro. Pueden ser gemelos. Yo me reía en voz baja pero pronto deje de hacerlo. Oí algo que me puso los pelos de punta… Era el llanto de un bebé. Corrí hasta donde Chris iluminaba algo, en el suelo, entre dos coles. Yo no podía creerlo. Chris tenía razón. Había un bebé, pero era la cosa más rara que había visto en mi vida… era verde y tenía una barbilla larga y puntiaguda. Estaba desnudo y lloraba. Estaba ahí tirado sobre la tierra fría y dura… (Adaptación de un fragmento de la obra El embuste de las coles, de Paul Jennings. Editorial Fondo de Cultura Económica)
¿De qué se trata este cuento? Cuando el padre del pequeño Chris le cuenta que los niños crecen entre las coles, el investiga en el huerto y efectivamente halla un bebé verde a quien cuidará por una larga temporada Entusiasmado al comienzo Chris mima al pequeño, lo lleva a la escuela, lo presenta a sus amigos, hasta que desesperado por el tiempo que le quita para jugar, lo devuelve a su lugar de origen. Allí se encontrará una curiosa sorpresa. Entre tanto, su madre reprende al padre por no haber respondido con sinceridad… muy resuelto a enfrentar la pregunta, éste saldrá con otra mentira… Paul Jennings es un autor australiano que se dedica a las historias para niños. Y a la producción de guiones de televisión. Y tú, ¿Qué piensas? o Por qué el padre de Chris no le dice la verdad sobre el origen de los bebés? o ¿El bebé de las coles es real o sale de la imaginación del niño? o ¿Qué habría ocurrido si a Chris le dicen que los bebés vienen enlatados como el atún? o Cuando nos ocultan la verdad sobre un hecho importante nos quitan un derecho fundamental. ¿Cuál es?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la sinceridad La hipocresía… Porque lleva a las personas a hablar y obrar con el fin de satisfacer intereses personales. La hipocresía es una forma permanente de traición. La crueldad… Porque le hace daño a las personas, quienes por lo general, saben cuales son sus limitaciones y defectos y luchan silenciosamente por superarlos. La arrogancia…
Porque pone al mal llamado “sincero” en una posición de superioridad frente a los demás. El arrogante cree que sólo lo que él piensa es verdad y que sólo lo que él hace es correcto.
¿Qué es la sinceridad? La sinceridad es la capacidad de hablar y de obrar sin dobleces, sin disfrazar aquello que decimos o hacemos. Ser sincero no es sólo reconocer los defectos o los errores propios o de las otras personas, es también reconocer nuestros propios logros y que los demás puedan hacer las cosas bien, aun mejor que nosotros mismos. Hay gente que es muy desconsiderada y hasta grosera con los demás, y pone como pretexto que es “muy sincera”. Debemos tomar en cuenta que la sinceridad no es crueldad ni prudencia… no se puede escudar en la sinceridad para herir a las personas. Prudencia La persona prudente sabe perfectamente el momento oportuno y la mejor forma para expresarse, sea para hacer una denuncia, o un reclamo o hasta para pedir una explicación. Ser sincero no significa ser grosero o agresivo. Es necesario saber cuando hablar, cuándo callar, cuándo expresar algo en público y cuándo hacerlo en privado.
Generosidad Junto con la prudencia, la sinceridad necesita la generosidad hacia los demás. Algunas personas creen que son sinceras si les dicen a sus amigos o compañeros que tienen algún defecto físico o que son pobres o que no les agrada su compañía. La generosidad nos impulsa a la amabilidad y la solidaridad con las personas menos favorecidas y con todas aquellas que necesitan de nuestra ayuda.
Ingredientes para la sinceridad Sencillez Probablemente no haya nada más desagradable que una persona que cree que todo lo sabe, que es perfecta y que puede juzgar y criticar a
todo el mundo. Una persona así no es reconocida como sincera. Las personas ganan credibilidad si son sencillas, si expresan sus opiniones o si defienden lo que consideran cierto de manera tranquila, sin pretender que tienen la verdad absoluta. Buenas intenciones La sinceridad va acompañada de buenas intensiones para con los demás. Nadie puede pretender ser sincero cuando, aun diciendo la verdad, busca hacerle daño a los demás o quiere obtener un beneficio personal.
Hora de la autoevaluación ¿Te han dicho alguna vez que algo te quedó bien, pero tú crees que no es cierto? ¿O te han dicho que un trabajo te quedó mal, cuando tú lo ves muy bien o casi perfecto?... en estos casos, ¿Quién tiene la verdad, tú o quién evalúa lo que has hecho? En verdad es difícil saberlo con exactitud. Cada persona sabe cuánto esfuerzo y dedicación supuso la realización de su trabajo, cuanto tiempo invirtió y cuánto amor le puso a la obra. Cuando dudes si te evaluaron bien o mal, piensa en esto y sabrás realmente que calificación merece lo que has hecho. En todo caso, no vale la pena alegrarnos cuando nos felicitan por algo que sabemos que está mal hecho ni que nos entristezcamos cuando nos reprendan por algo que sabemos que está bien. ¡Auch! Lo más feo de la falta de sinceridad es que duele. Cuando nos damos cuenta que hemos sido engañados nos sentimos mal, nos da rabia y dolor… y dejamos de creer en quien nos engañó o abusó de nuestra confianza. Entonces nos volvemos más cautos y prevenidos, a veces incluso demasiado. Recordemos que una vez que la confianza se rompe es muy difícil volver a ganarla. ¡Pregunta! No es raro ver al papá o la mamá tristes, preocupados o excesivamente cansados.
También puedes ver a tus hermanos silenciosos, melancólicos o apurados… ¿Qué pasa con ellos? ¿Qué tienen? ¿Cómo ayudarles? Todo esto lo puedes saber fácilmente: ¡pregúntales! Preguntar abre los caminos hacia la sinceridad, con la sinceridad vienen el apoyo, la solidaridad y la compañía. Seguramente también te gusta que en ciertos momentos te hagan preguntas, ¿o no? La entrega de calificaciones Uno de los momentos clave durante la vida del colegio es el de la entrega de los boletines de notas. Si te va bien, estás feliz y deseas que tus papás vayan a recogerlos; si no te fue tan bien o te fue muy mal, preferirías que no fueran y que nadie se diera cuenta del desastre. Sin descartar que a veces se cometen injusticias, en general, el boletín es un buen instrumento de sinceridad contigo mismo. ¿Cómo te fue? ¿En qué tienes que mejorar? ¿Cuáles son tus fortalezas? Como ves, el boletín es muy importante, porque ayuda a que tato tú como tu comunidad vayan mejorando día a día. ¡Extra, extra! Casi siempre nos enteramos de lo que ocurre en nuestro país y en el mundo a través de los noticieros… pero, ¿podemos confiar en ellos? ¿Dicen siempre la verdad? Cuando escuchamos los noticieros tenemos que ser críticos y reflexivos, porque las noticias no siempre reflejan la totalidad de los hechos, sino sólo una parte de ellos; vistos a través de los ojos de los reporteros y de los medios, los cuales narran los hechos de una forma comercial. Aunque algunos medios de comunicación realizan investigaciones serias antes de presentar las noticias, también en ocasiones la prisa les hace dar noticias que no corresponden exactamente a la verdad o que siendo muy importantes se presentan de manera muy superficial. Por eso, hay que tener ojo crítico y consultar otros medios, como el periódico o las revistas.
Comisión de la verdad Confirmar que alguien está siendo sincero y dice la verdad no es fácil, sobre todo en situaciones graves y delicadas, como en el caso de los crímenes contra la humanidad o la violación de los derechos humanos. Para poder llegar a la verdad en casos como estos, en muchos países y en diferentes momentos de la historia, se han creado comisiones de la verdad, es decir, grupos de personas reconocidas por su rectitud que
deben llegar a la verdad de los hechos, mediante procesos muy delicados de investigación. La más famosa de estas comisiones fue la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, creada en abril de 1996, para desvelar los crímenes cometidos durante la aplicación de la política de segregación racial en Sudáfrica. Aunque duela, la verdad lleva a la reconciliación de la sociedad porque es el primer paso para la justicia.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! De una sola cara La sinceridad es un valor que debemos tener para tener amigos y para ser dignos de confianza. Mostrarnos como somos en la realidad nos permite actuar espontáneamente. Cuando deseas hacerte amigo (a) de una persona especial, ¿Qué cualidades tuyas le muestras?, ¿Por qué? ¿También le muestras algunas de tus limitaciones? Piensa y escribe como es que te comportas en esos casos.
Al pan, pan y al vino, vino Si tienes que decirle a un amigazo algo que puede incomodarlo, pero que lo ayudará a mejorar, ¿Qué estrategia utilizarías? Por ejemplo, ¿Cómo decirle a alguien que debe cambiar su conducta porque maltrata a otros o mejorar su lenguaje? Escribe una lista de frases amables y sinceras que puedas utilizar para estos casos. También puedes dibujar una historieta para ilustrar la situación. ¡Todos a jugar! A contar mentiras Reúnete con algunos amigos a contar mentiras en verso. Alguien inicia la ronda y los demás, uno a uno, la continúan, cantando un rap mentiroso. Pueden partir de esta idea. Ahora que vamos despacio
Vamos a contar mentiras Por el mar corren las liebres Por el monte las sardinas Yo Salí de un campamento Con hambre de tres semanas Me encontré con un ciruelo Cargadito de manzanas. El mensaje oculto Necesitas un parque y nueve amigos. Los participantes forman dos equipos, uno de espías y otro de agentes secretos. Los agentes escriben en un papel un mensaje sobre la sinceridad, lo cortan y lo dividen entre sus compañeros. Cada agente debe llevar al menos una palabra y esconderla entre su ropa el mensaje que lleva. Pasado el tiempo fijado para el juego se reúnen todos. Si los espías adivinan el mensaje a partir de los trozos de papel recogidos, ganan. De lo contrario, vencen los agentes. El juego se repite cambiando los roles de los equipos. “un amigo sincero es un gran tesoro”
Todos con los mismos zapatos Para ser solidarios debemos “ponernos en los zapatos del otro” y una vez que nos hayamos puesto el par, ¡a pasar a la acción! Existen cosas que, nos gusten o no, hacemos por obligación, porque nos “toca”. Pero hay otras que nos nacen desde el fondo del corazón: Ayudarle a una viejecita a cargar unos paquetes pesados, responderle amablemente a un desconocido cuando nos pregunta una dirección, darle unas monedas a quien nos pide colaborar con alguna causa en la calle… no conocemos a ninguna de estas personas, no esperamos recompensa alguna, no “ganamos” nada con nuestra actitud, entonces, ¿Por qué lo hacemos? No es simplemente educación, sino una situación que, ojalá y se accionara más seguido, nos lleva a “ponernos en los zapatos del otro”. Lo que nos lleva a ponernos en los zapatos del otro es un sentimiento de afinidad, simpatía o comprensión con lo que esas personas están viviendo… o padeciendo. Es sentir como propios sus problemas y
sufrimientos. Cuando la identificación nos lleva a la acción, estamos practicando la solidaridad. La solidaridad nos recuerda aquel dicho que tanto decían las abuelas: “Todos somos hermanos”. Solidaridad es poner en práctica las acciones que brotan de ese sentimiento de hermandad o fraternidad que nos une con otros seres humanos. Podemos ser solidarios con la gente que conocemos y con las causas cercanas, como apoyar a un miembro de la familia que pasa por n problema, prestarle dinero a un amigo para completar el precio del boleto del cine o hasta para colaborar con un grupo de vecinos que se une para renovar el parque del barrio. Pero la solidaridad también debe surgir con las personas que no conocemos, vivan en nuestro país o en algún otro. Tal vez podamos colaborar con campañas para recolectar medicinas para las victimas de un terremoto en Turquía, para eliminar las minas antipersonales o para protestar por la pena de muerte en Estados Unidos. ¿Ves? La solidaridad no sólo se da hacia personas, sino también con causas como la defensa de la ecología, los derechos humanos o la igualdad de las minorías raciales. Existen miles de causas a las que nos podemos adherir solidariamente.
El príncipe tonto y el lobo Un rey tenía tres hijos, los dos mayores eran inteligentes, pero el menor era un tonto. Un día el rey les dijo a los príncipes: Váyanse y busquen su destino. Pueden escoger los caballos que quieran. Los dos hijos mayores escogieron los mejores caballos, y el tercero, el peor. Aquellos llevaron comida, ropa y sirvientes. El menor dijo que no necesitaba nada. Salieron del palacio y se fueron los tres por el mismo camino. Al cabo de unas horas llegaron a un cruce de caminos y ahí se encontraron con una columna de la cual colgaba un letrero que decía: “El que siga por la derecha comerá bien, pero su caballo pasará hambre. El que siga por la izquierda, pasará hambre, pero su caballo comerá bien. Al que siga derecho, un lobo le comerá el caballo”. Apenas leyeron la inscripción, los dos hermanos inteligentes escogieron el sendero de la izquierda y el de la derecha. Al menor le quedó el camino del centro… y por allí se fue. Unos pasos más adelante un lobo salió en su encuentro y le dijo: ¡Bájate de tu caballo que me lo voy a comer!
“¡Que le vamos hacer!” se dijo el tonto. Se bajó del caballo y siguió a pie. A los pocos pasos el lobo lo alcanzó y le dijo: Siéntate en mi lomo, yo te serviré de caballo ¿A dónde quieres que te lleve? Llévame donde quieras… la verdad es que no sé a dónde ir. El lobo corrió veloz y al llegar al bosque vieron una luz que provenía de un pájaro de fuego. El joven quiso tomar el ave, pero de pronto fue rodeado por unos guardias que lo amenazaron. Te dejaremos el pájaro si nos traes el caballo mitad oro mitad plata. El príncipe le contó al lobo lo sucedido y ambos echaron a correr. En medio de otro bosque hallaron una cueva en la que se encontraba el caballo. Al tomarlo por la crin, aparecieron otros guardias que amenazaron al joven. Si quieres el caballo debes traernos en tres días la muchacha más hermosa del mundo. Salió el príncipe de la cueva, se sentó sobre el lobo y corrieron veloces. Al llegar a una montaña cubierta de árboles, vieron la muchacha que paseaba bajo del sol. Por consejo del lobo, el joven se tendió en el suelo y empezó a gemir pidiendo ayuda. Al verlo, la joven se le acercó compadecida. En un segundo, él se incorporó, la echó al hombro y salió corriendo. Los dos se sentaron sobre el lobo y escaparon más rápido que el viento. Antes de llegar a la cueva del caballo de oro y plata el lobo les dijo: Yo me convertiré en la joven y tú, príncipe, entrégame a los guardias. Tú preciosa, escóndete. Después sigan a donde esta el pájaro de fuego. Y así lo hicieron. Los guardias complacidos, mimaron al impostor que huyó al menor descuido, tomó su forma verdadera y corrió tras el príncipe y su compañera. Al llegar a donde estaba el pájaro de fuego, les dijo: Ahora me convertiré en el caballo de oro y plata y tú, príncipe, me entregarás a los guardias. Cuando recibas el pájaro siéntate en el caballo real, huye con la muchacha y espérame en el cruce de caminos. Y así lo hicieron. Los guardias ataron al impostor, fueron a buscarle agua pero, en un segundo, éste tomó su verdadera forma y huyó. Cuando el príncipe llegó al lugar acordado, se quedó dormido. En ese momento llegaban sus hermanos mayores con las manos vacías. Al ver al tonto al lado de una hermosa niña, un caballo de oro y plata y un pájaro de fuego, decidieron matarlo y repartirse los tesoros. Entonces lo tiraron a un abismo. Al llegar y ver al joven malherido, el lobo recogió agua muerta y agua viva para regar su cuerpo. Las heridas se cerraron y
el príncipe revivió. Rápidamente el lobo lo llevo ante el rey, que escuchó toda la verdad de la historia. Allí mismo se organizó la boda y el lobo fue el padrino. Los hermanos mayores se fueron muy lejos, tanto que nadie volvió a saber de ellos. (Adaptación del relato popular ucraniano El príncipe tonto y el lobo. Editorial Ráduga)
¿De qué se trata este cuento? El príncipe tonto y el lobo es un relato popular de Ucrania que, como muchos otros a lo largo del mundo, recrea las relaciones amistosas entre un animal y un humano. Poseedor de algunos poderes mágicos, el lobo de esta historia encarna las sorpresas que se ocultan en medio del bosque para salir al paso de los caminantes desorientados y débiles. Gracias a él, un príncipe sin destino descubre el camino a la felicidad. Este cuento simboliza esos encuentros inesperados, pero inspiradores, con personas que nos brindan su guía y apoyo. Y tú ¿Qué piensas?
¿Qué motivos llevan al lobo a ayudar al príncipe? ¿Cómo agradecerá el joven la solidaridad del lobo? ¿Qué opinas del comportamiento de los hijos mayores del rey? ¿Estás de acuerdo en que la solidaridad empieza por casa? ¿Por qué?
¿Qué es la solidaridad? La solidaridad es el sentimiento que surge cuando la indiferencia, el desinterés y el egoísmo se convierten en interés y acompañamiento verdaderos. Esto quiere decir que, al identificarnos sinceramente con una causa o situación (porque nos indigna, nos conmueve, nos convence o nos entusiasma) sentimos la “obligación moral” de hacer algo para enfrentarla: apoyándola con nuestros conocimientos, con trabajo voluntario o con ayuda monetaria. Para que la solidaridad sea verdadera debe trascender el sentimiento para convertirse en acción… los buenos deseos y los buenos
sentimientos están muy bien, pero lo que necesitamos para cambiar el mundo es ¡actuar!... y cuanto, antes mejor. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la solidaridad Egoísmo… Porque ser solidario significa pensar siempre en un “nosotros”. “Yo” no soy el centro del universo y debo interesarme por los problemas de los demás y del mundo.
Indiferencia… No podemos pasar por la vida sin que nada nos importe más allá de nosotros mismos. Debemos darnos la oportunidad de informarnos para interesarnos. Envidia… Porque es imposible que aquel que no está dispuesto a compartir su tiempo, sus conocimientos o sus atenciones, sea solidario. Compasión La compasión no es lastima sino consideración por lo que viven las personas desafortunadas. La compasión debe estar acompañada del respeto y el interés verdadero por prestar una ayuda o un servicio. Cuando alguien está muy mal o solo, debemos acercarnos y ver de que, manera podemos ayudarle a salir adelante.
Ingredientes para la solidaridad Filantropía Esta palabra tan rara quiere decir “amor por la humanidad”. Y sí, para ser solidario hay que tener un gran amor por todos los seres humanos, sin importar la raza, la posición social, la religión, la nacionalidad o el sexo. Los verdaderos filántropos abandonan todo por ayudar donde más se les necesita: en la mitad de la selva, en los campos de batalla, en las zonas más pobres y peligrosas de una ciudad. Los filántropos son personas que deciden dedicar su vida, con todo amor, a los demás.
Empatía Es encontrar algo en común con los demás para podernos entender. La forma más sencilla y efectiva de entender al otro es, como ya lo vimos, poniéndonos “sus zapatos”. Para empatizar con los desplazados o los refugiados basta imaginarnos lo terrible que debe ser quedarse sin hogar y tener que abandonarlo todo a causa de la violencia. Si hiciéramos este ejercicio más seguido, seguramente seriamos personas muchísimo más solidarias. Iniciativa Hay que pasar de la reflexión a la acción. ¿Quieres evitar la deforestación? Únete a una organización que luche por evitarla. ¿No estás de acuerdo con que un compañero haya sido expulsado del colegio? Organízate para probar que fue una injusticia. Ser solidario puede no ser tan fácil, pero vale la pena intentarlo. Por gusto La solidaridad verdadera es voluntaria. Ser solidario es una cuestión de elección, es un acto que nace de la libre voluntad de cada persona. Sin embargo, podemos aprender a ser solidarios, todo empieza con pequeñas acciones como prestar una ayuda o algún pequeño servicio. La satisfacción de servir de algo hará que poco a poco nos involucremos en cosas más grandes.
Todos para uno y uno para todos Como en muchas otras cosas y situaciones en la vida, cuando se trata de solidaridad no existe duda alguna: ¡la unión hace la fuerza! Cuando estamos solos, mediante el esfuerzo y el trabajo individual, podemos alcanzar importantes metas particulares, pero cuando nos unimos con otras personas para conquistar un gran objetivo común, el entusiasmo y el compromiso de todos los participantes se convierte en una fuerza imparable de buena energía. Recuerda que juntos somos más poderosos, más inteligentes, más creativos y más valientes. La solidaridad se forma de los eslabones que constituimos cada uno de nosotros.
El centro del universo Todos somos importantes, pero cuando el individualismo nos ahoga, nos volvemos egoístas e insoportables. ¿Qué es el individualismo? Es cuando nos volvemos excesivamente centrados en nosotros mismos: sólo me importan mis sentimientos, mis intereses, mis necesidades, mis opiniones, mis creencias, mis, mis, mis… ¡Ya no más! Que podrás imaginar que, ante este panorama, el individualista es incapaz de pensar en los demás ni en algo que rebase el “hermoso espacio” de su ser. Esta gente incapaz de ser solidaria… ¡es insoportable! ¡Viva la tribu! A veces las familias somos como unas tribus en las que todos tenemos que ver con todos. En ocasiones es un poco fastidioso, sobre todo cuando la tía fulana opina sobre tu corte de pelo, mientras que el tío perengano critica tu manera de vestir. Sin embargo, este sentido de tribu también es positivo. Cuando el papá de María se quedo sin trabajo, los tíos se pusieron de acuerdo y pagaron el colegio de la niña hasta que volvió a emplearse. Cuando la abuelita Ana cayó enferma, sus hijos se turnaron para ir a cuidarla día y noche al hospital. Cuando Juan iba a presentar el examen de admisión a la universidad, su primo pepe se apareció para ayudarle con matemáticas. En familia debe ser innecesario pedir ayuda y la solidaridad, estar a la orden del día. Ondas solidarias Están por todas partes y son contagiosas. Eres parte de la onda solidaria cuando cuidas los parques de tu ciudad, el transporte público o el inmobiliario urbano; cuando eres testigo de una injusticia o no permites que pase inadvertida; cuando nadie te pide ayuda y ¡de repente!, te descubres empujando un carro que se varó, junto con otros desconocidos; cuando te enteras de que un compañero perdió el dinero para un pago y le colaboras con lo que puedes. Eres parte de la onda solidaria cuando tienes el corazón abierto hacia otros. Organizaciones no Gubernamentales Seguramente las has escuchado nombrar por sus siglas: ONG. Las ONG son organizaciones fundadas y estructuradas por grupos de ciudadanos independientes que se unen con el fin de alcanzar varios objetivos principales: dar a conocer un problema, concientizar a la gente sobre su importancia y luchar para encontrarle una solución efectiva. Existen ONG en todos los países del mundo. Algunas defienden los derechos de
los animales, otros los derechos humanos, aquellas más buscan prevenir desastres ecológicos. Detrás de cada organización no gubernamental hay un problema importante que necesita atención y solución… cada recluso inocente que logra ser liberado, cada especie animal que se salva de la extinción, cada pedazo de tierra que se recupera ecológicamente, cada niño de escasos recursos que recibe útiles escolares, es símbolo del éxito de las acciones de las ONG y sus solidarios voluntarios.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Su problema es su problema Después de todo lo que hemos leído y reflexionado sobre la solidaridad, te invitamos a que recuerdes un acto solidario que hayas liderado en el barrio, en tu casa o en el colegio, y lo escribas en tu cuaderno ¿Qué te motivó a organizarlo? ¿Cómo te sentiste después de llevarlo a cabo? Cerca, muy cerca de aquí En nuestro país, muchos niños del campo y de la ciudad pasan momentos difíciles como consecuencia de la guerra, el abandono de los padres, la falta de educación y la carencia de servicios de salud adecuados, entre otros. ¿En qué situación viven los niños del chocó? ¿De qué forma crees tú, tus amigos y familiares podrían ayudarlos? ¡Todos a jugar! De nariz a nariz Desde áfrica, un juego sobre dar y recibir. Invita a todos los jugadores que quieras y siéntense en círculo en el suelo. Uno de ustedes tomara la funda de una caja de fósforos entre el labio superior y la nariz. Sin soltarla, deberá pasarla al jugador de al lado quien también la recibirá entre su labio y su nariz. Esta operación se repite hasta que el círculo quede completo. Ni el que entrega ni el que recibe puede utilizar las manos. El jugador que deje caer la funda al recibirla o entregarla, queda eliminado.
Balompié indio Y de México, un juego de origen indígena para poner a prueba el apoyo entre compañeros. Necesitas dos pelotas de futbol y cinco amigos. Formen dos equipos, cada uno con una pelota. Marquen una línea de salida y otra de llegada. Entre ambas debe haber un kilometro y medio o dos de distancia. Los equipos se sitúan a pocos metros detrás de la salida, alrededor de sus respectivas pelotas. Un jugador patea con el pie derecho la pelota de su equipo, en dirección a la meta. El equipo echa a correr detrás de la pelota. Ésta recibirá otro puntapié de otro de los jugadores, y así sucesivamente hasta llegar a la meta. Gana el equipo que llegue primero. “Juntos, todo resulta más fácil”
El planeta de lo mismo Las diferencias entre las personas y las comunidades han hecho posible que el mundo sea tan diverso, maravilloso… ¡y divertido! Imagina un planeta en el que todos sus habitantes todos, todos: hombre, mujeres, niños, niñas, jóvenes, adultos piensan igual, hacen lo mismo, dicen lo mismo, sueñan lo mismo y hasta desean lo mismo. Además, ese planeta está dominado por un cerebro todo poderoso que controla que las cosas continúen así por los siglos de los siglos. ¿Cómo crees que sería la vida en este planeta? ¿Te gustaría vivir allí? Pues bien, en este planeta, llamémoslo el planeta de lo mismo, apareció de repente una persona a la que le dio por pensar diferente, por hacer cosas creativas, por tener nuevos sueños, por hablar distinto… no sabemos qué le habrá sucedido a este personaje, cómo lo habrán tratado ni cuál habrá sido la reacción del cerebro todo poderoso ante semejante rareza… ¿Qué crees tú que habrá pasado? Bueno, de regreso al mundo de la realidad, ¿te parece que el planeta tierra tiene algún parecido con el planeta de lo mismo? O, para no ir tan lejos, ¿Se parece el planeta de lo mismo a tu comunidad, a tu colegio o a los grupos a los que perteneces? Hay quienes esperan que los demás sean como ellos y hasta que crean en lo que ellos creen. Estas personas parecen proceder del planeta de lo mismo.
Pero en la tierra todos somos diferentes. Las diferencias entre las personas y las comunidades han hecho posible que el mundo sea tan diverso y maravilloso. Ahora bien, para que el mundo sea tan diverso no basta con que nos demos cuenta de que somos diferentes, hacen falta pasos aún más importantes: aceptar la diversidad, respetarla y luchar por conservarla. Quien acepta positivamente la diferencia que hay entre las personas, respeta esta diferencia y lucha porque los demás la valoren y la respeten, es una persona tolerante.
Los refugiados Cuando su madre, su abuela, y su hermano de 18 meses entraron al apartamento de Matías, el austriaco que les ofreció su vivienda mientras se organizaba en Viena, Asmir pensó que este era el tercer sitio en el que viviría desde aquella mañana de pesadilla en que salieron de Sarajevo, hacía tres meses. Asmir ahuyentó los malos recuerdos. Menos el de su padre. ¿Seguiría en su casa de Sarajevo? El apartamento de Matías era acogedor, con alfombras y cortinas de terciopelo. Y tenía montones de juguetes. Asmir se alegró de que Matías tuviera sólo hijas, porque así no habría pistolas. Había también un televisor, y esa noche Asmir quiso ver las noticias junto a su madre. A lo mejor veían a su padre. Salieron imágenes de cohetes que explotaban, incendiando los edificios. Y más amontonados pasando todo tipo de penurias, Asmir sintió un gran agradecimiento hacia Matías. ¿Dónde iremos cuando nos tengamos que ir de aquí?, preguntó. Nadie le respondió. ¿Iremos a un campamento como esos? Su tía lo abrazó. No, no iremos a un campamento de refugiados. Encontraremos algo aquí en Viena. ¿Dónde mi padre nos pueda encontrar? Naturalmente… Asmir miró a su madre y vio que ella también hacía esfuerzos para creérselo. Esa noche, mientras intentaba dormir, observó que su hermanito dormía como un tronco en la cuna, cerca de él. Asmir casi lo envidió. Para él
todo estaba bien. No veía la televisión en las noches y no veía las imágenes ni oía los sonidos que traían recuerdos y removían miedos que Asmir no quería nunca poner en palabras. El pequeño todavía pensaba que todo el mundo era amigo suyo. Por eso estaba feliz. Asmir se estiró y se enroscó. Era la primera vez que dormía en una cama para él solo desde que salieron de Saravejo. Estaba satisfecho. Pero de pronto se sintió triste, muy triste. Se hizo un ovillo, recordando la última noche que había dormido en los brazos de su padre. ¡Papá!, sollozó. Y las lágrimas que durante tanto tiempo había contenido salieron todas de golpe, a borbotones; como salía el agua de una tubería bombardeada en medio de un combate, que aquella noche había visto en la televisión. A la semana siguiente su madre y sus tíos empezaron a ir a clases de alemán. ¿Puedo ir con vosotros?, suplicó Asmir Veremos que dice la profesora. A Asmir, le cayó muy bien. Era una maestra alegre. Y era muy bonito aprender los nombres de las cosas usadas y veías todos los días, y descubrir cosas que antes no sabías. Was ist das?, aprendió a decir. Y le gustó. “¿Qué es esto?” Al final de la clase, la profesora le dijo que podía asistir siempre que quisiera. Was ist das?, fue diciendo por todo el camino hasta la casa… Adaptación de un fragmento de la novela Asmir no quiere pistolas, de Christobel Mattingley. Editorial Alfaguara.
¿De qué se trata este cuento? En Asmir no quiere pistolas, de Christobel Mattingley, se nos narra la historia de un niño bosnio de 7 años que huye con su familia de la guerra de Sarajevo. Sólo su padre permanece allá, en espera de mejores condiciones para viajar con seguridad. La familia llega hasta Belgrado y de ahí pasa a Viena donde un australiano y un austriaco les ofrecen refugio. Con su afecto y el de la familia, el niño comienza a adaptarse a su nueva vida, peleando contra la tristeza que le producen las imágenes de guerra que pasan los noticieros y la nostalgia por su padre ausente.
Aprende alemán, va al colegio, conoce el Danubio y comienza a pensar con seriedad que nunca será soldado. La autora de la obra es australiana y ha escrito varias historias para niños, algunas de las cuales han sido premiadas en su país.
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Por qué Asmir no quiere poner sus miedos en las palabras? ¿Qué razones llevan a Matías a ayudar a Asmir y su familia? ¿Qué opinas del entusiasmo con que Asmir aprende una nueva lengua? ¿Crees que la guerra y la huída harán de Asmir un hombre tolerante cuando crezca? ¿Por qué?
¿Qué es la tolerancia? Mira tú alrededor, ¿ves a alguna persona que sea igual a ti? ¿verdad que no?... ni siquiera tus hermanos lo son: los rasgos físicos son distintos, la forma de pensar y de hacer las cosas. Muy cerca de ti hay personas que practican una religión diferente a la tuya, que tienen ideas políticas diferentes a las tuyas o a las de tu familia, que se comportan diferente, que comen diferente… pero todos compartimos los mismos espacios, vamos al mismo supermercado, caminamos por las mismas calles, nos cubre el mismo cielo… en fin, vivimos en el mismo planeta. Y solo es posible vivir en el mismo planeta si tenemos la capacidad de vivir el valor de la tolerancia. La tolerancia es el respeto y la consideración hacia las formas de pensar, de hacer y de sentir de los demás, aunque éstas sean diferentes a las nuestras. Tolerar es dejar que cada uno practique sus creencias. Es tolerante, además de respetar la diferencia, lucha para que esta sea conservada y definida por otros. Sin embargo, hay que prestar atención a que tolerar no significa permitirle a los demás comportamientos que atenten contra las personas o contra el bien común.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la tolerancia La arrogancia… Porque lleva a unas personas a considerarse mejor que las otras. El rechazo…. Porque hace a un lado a las personas que piensan diferente a nosotros, a las que padecen malformaciones o enfermedades, a las que tienen un color diferente, a las que profesan una religión o unas ideas políticas distintas a las nuestras… Respetar las diferencias Algunos rechazan, se burlan o hasta atacan a las personas que, por opción, condición social u origen son diferentes. Al tolerante le corresponde hacer respetar y valer estas diferencias. Este es el último y el mayor paso para llegar a ser tolerante. Autoconocimiento El camino de la tolerancia comienza por conocernos a nosotros mismos, darnos cuenta de que no somos perfectos, de que tenemos defectos, virtudes y características que nos diferencian de los demás. Podemos pensar que los diferentes son los demás, pero, has pensado que para los demás el diferente eres tú, ¿Cómo esperas que te traten?
Ingredientes para la tolerancia Valorar la diferencia De nada serviría conocer y aceptar las diferencias sino damos el siguiente paso hacia la tolerancia, que es darle un valor importante a la diferencia. ¿Qué seria de nuestro país, por ejemplo sin la diversidad cultural o racial? ¿Cómo seria el mundo sin su variedad de religiones, culturas, ideas, pensamientos, formas de ser y de actuar.
Apertura hacia los otros El segundo paso para llegar a ser tolerante es preocuparnos por conocer a los demás: qué piensan, que hacen, cómo se divierten, qué les
molesta… veremos que en cada persona y en cada grupo o cultura se encierra un maravilloso mundo por descubrir. Claro, a veces descubriremos formas de pensar y de actuar que no nos gustan… por ejemplo, hay culturas donde es costumbre comer perros o insectos o hay familias donde todos van a la cama a las siete de la noche. Cuando una forma de ser o de actuar, que no hace daño a las personas o al bien común, no nos gusta, es la mejor oportunidad de poner en practica la tolerancia.
Sin miedo En muchos casos y en muchas personas, la tolerancia es una reacción de rechazo motivada por el miedo, la incomodidad o desconfianza que provoca aquel que es diferente a nosotros. Para sentirse nuevamente seguro, el intolerante trata de apartar al “otro”, alejarlo para que no lo “contamine”. Le resulta más fácil rechazar, dividir o expulsar, que hacer el esfuerzo por conocer, aceptar y respetar… cuando los seres humanos aprendemos a ver más allá del color de la piel, de la orientación política o de la religión, nuestras sociedades serán ejemplo de diversidad y riqueza. El término El término tolerar tiene dos sentidos. Tradicionalmente tolerar quería decir “soportar” y se refería a hacer un esfuerzo por “aguantar” lo que no nos gusta del todo, lo que apenas pasamos. Actualmente, tolerar a adquirido esta otra dimensión de reconocimiento de la diversidad y del pluralismo, de aceptar la diferencia enriquecedora y benéfica. Mirar al reloj ¿Qué cosas te hacen enojar? ¿En cuanto tiempo te enfadas? Algunas personas se enfadan poco o casi nunca lo hacen; otras, por el contrario, se molestan por cualquier cosa. Enfadarse por todo es una forma de intolerancia. Podrás darte cuenta de que estás siendo más tolerante si entre un enfado y otro transcurre mucho tiempo, o si cuando ocurre algo que no te gusta no reaccionas de forma violenta o agresiva. Visita sorpresa
¿Por qué a veces resultan tan desagradables algunas visitas? Unos se esconden y dejan sonar el timbre por horas, otros reciben a la visita pero inventan una salida urgente, a veces hasta hay malas caras o palabras desagradables dirigidas a las visitas. Es frecuente que a la mamá no le gusten los amigos de los hijos, que a los hijos no les guste las amigas de la mamá y que al papá no le guste ninguno. ¿Por qué? ¿Será que nos toca hacer ejercicios de tolerancia en la familia?. El mejor de los álbumes Aquí te mostramos una colección de actitudes tolerantes que deberían ser cosas de todos los días en una sociedad abierta y pluralista (o sea, una en la cual todos, absolutamente todos, caben): las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres. La gente tiene derecho de expresar sus opiniones, todas las religiones son respetadas, se admiten las más diversas manifestaciones artísticas, los matrimonios mixtos son bienvenidos, en los colegios se admiten a todo tipo de niños y, por su puesto, los conflictos se solucionan de forma práctica. Mundial El mundial de futbol es un evento que se realiza cada cuatro años y es, quizás, el principal espectáculo deportivo en el mundo y el más popular: se calcula que el número de televidentes, que, a partir de 1994, ha seguido las transmisiones del mundial es superior a los mil millones… ¡eso si que es mucha gente! Además de su significado deportivo, el campeonato mundial de futbol hace un gran aporte a la integración mundial, ya que convoca multitud de países, sin discriminar su condición racial, económica, la oportunidad de conocer la cultura y las características particulares del país anfitrión… como decía un antiguo eslogan: “el mundo se une por un balón”
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Conocer, comprender y convivir
La diversidad cultural es lo que enriquece nuestra identidad nacional y hasta nuestra pertenencia al género humano. Entre mejor nos conozcamos entre culturas, mayor será nuestra capacidad de convivir felices y pacíficamente. Dibuja una pareja de personas cuyo traje típico tenga elementos de los trajes típicos de varios países o diseña un menú con los platos típicos de diversas naciones. Abre la mente Ponte a pensar en estas dos cuestiones: ¿Qué clase de personas son las más interesadas en que exista una sociedad en la que la tolerancia sea un valor fundamental y su puesto, ¿Qué clase de personas son la más interesadas en las que una sociedad sea intolerante? Describe a las personas que para ti encarnan mejor estas dos actitudes. ¡Todos a jugar! Un abrazo musical Búscate unos amigos que sean buenos para el baile y selecciona con ellos los discos que usaran para el juego. Los jugadores se distribuyen en la sala de baile o en cualquier área despejada. Un voluntario externo se encarga de poner y quitar la música cada cierto tiempo. Al sonar la primera canción todos bailan sueltos, desplazándose por todo el lugar. Cuando la música para, cada persona se abraza a otra. La música continua y los participantes vuelven a bailar (si lo desean con el compañero que abrazaron). La siguiente vez que se apaga la música se abrazan tres personas… y así sucesivamente, hasta que el abrazo se va agrandando y todos unidos en el mismo baile. Ni blanco, ni negro…. Siéntate en el suelo con tus compañeros de juego. Uno de ustedes se para al frente, como en un escenario, y será el primero en afrontar la prueba. El director del juego le hace preguntas relacionadas con la tolerancia: emigración, integración, multiculturalismo, derecho, diferencia, respeto, comprensión… el jugador debe responder con rapidez sin decir en ningún momento: “sin, no, blanco, negro, indio”. Si se equivoca queda eliminado. Si después de un tiempo establecido, no se equivoca, queda de semifinalista y participa otro jugador “tolerancia no es soportar sino, respetar”
Millones de manos Todos los seres humanos gozan de infinidad de servicios que son fruto del esfuerzo de muchas personas que trabajan para que el mundo sea mejor Si un día todo el mundo decidiera dejar de trabajar, ¿Qué pasaría? No habría alimentos, ni servicio de transporte, ni clase, ni agua, ni luz, ni teléfono, ni internet… los cines no abrirían sus puertas, los parques de atracción no funcionarían, los hospitales no atenderían a los enfermos, los centros comerciales y supermercados estarían cerrados, los soldados y los policías no nos protegerían, no habría forma de conseguir combustible para los carros. ¿Crees que seria divertido? ¿Cuánto tiempo podríamos sobrevivir en esta situación?. Como te puedes dar cuenta, dependemos del trabajo de todas las personas para obtener lo que necesitamos para vivir. Pero, además, seria muy aburrida la vida si no realizáramos alguna acción ¿Cuánto tiempo crees que resista una persona sin hacer absolutamente nada?. Trabajar en la casa, en la oficina, en el colegio, en el taller o en cualquier otro lugar es importante para los seres humanos. Mediante el trabajo las personas ganan el dinero que les sirve para vivir. Pero no solo se trabaja por dinero, hay muchas otras actividades que se consideran trabajo y que son muy importante para el desarrollo de las personas, de las ciudades y del mundo: estudiar, colaborar en los oficios de la casa, ayudar con las obras del barrio o de la ciudad… Todo lo que te rodea y todos los servicios de los que hoy gozas son fruto de esfuerzo de muchas personas que trabajan para que el mundo sea mejor, más amable y más cómodo. Tener un libro para leer, tener correo electrónico, tomar los alimentos o montar en bicicleta es solo una muestra de las miles de actividades que son posibles gracias a las manos y al talento de los trabajadores. ¿De qué se trata este cuento? Los niños que habitan en un baño situado en el cerro de una gran ciudad no tienen dónde jugar. Las calles son estrechas, la basura y la intolerancia de los vecinos no permiten correr, gritar ni saltar con libertad.
Los niños proponen hacer un parque en un terreno baldo, buscan el apoyo del consejo municipal, pero no les resuelve nada. Entonces acuden a sus padres y abuelos, quienes deciden construir el parque por cuenta propia. La calle es libre, de Kurusa, esta basada en un hecho real ocurrido en el barrio san José de la Urbina, cerca de Caracas. Con un lenguaje fresco, su autora muestra como los personajes se fortalecen y organizan para trabajar por un objetivo que los beneficiara a todos. Kurusa es una antropóloga y editora venezolana que creó esta historia basándose en las experiencias y discusiones de los niños que asisten a la biblioteca de San José de la Urbina en Caracas.
La calle es libre Esta vez parecía que Camila tenía razón. Pasó el tiempo y los señores del concejo, los que prometieron hacer un parque en el barrio, no volvieron. El terreno se fue llenando de basura otra vez y poco a poco los vecinos se fueron olvidando de él. Poro los niños no. ¿Qué pasó con nuestro parque?, preguntaron. Los adultos tenían una sola explicación: El gobierno no cumple. Siempre prometen y después no hacen nada. Carlitos, Camila y Cheo no se conformaron. Desde lo alto, miraban el terreno vacio y pensaban. Una tarde Carlitos dijo: ¿Y no podemos hacer el parque nosotros mismos? ¿Estás loco?, eso es muy difícil. Pero si todos ayudan tal vez… Era una idea loca, pero de todas maneras los niños se las contaron a sus amigos, a sus hermanos mayores y a sus padres. Y un día, el tío de Carlitos que estaba tomando unos refrescos con sus amigos, dio un golpe en la mesa y dijo: Bueno, ¿Y por qué todo tiene que hacerlo el gobierno? Si el terreno es nuestro, nosotros podemos hacerles el parque a los muchachos. Los amigos se quedaron sorprendidos y la mayoría no estuvo de acuerdo.
¡Qué va! Aquí nadie colabora. Ni para limpiar una vereda. Qué van a estar haciendo un parque. ¡Nooo, chico! Si aquí la gente es muy cómoda… ¡Olvídate! Aquí no hay unión… lo acabarás haciendo tú solo. Solo no, yo lo ayudo. Y yo también. Con el tiempo más y más gente hablaba del asunto. Unos estaban de acuerdo, otros no, algunos no se decidían… Por fin una madre sugirió hacer una asamblea de vecinos para tomar una decisión. El sábado siguiente se reunieron cincuenta personas y discutieron durante cuatro horas. No había manera de ponerse de acuerdo. Después de los gritos hubo un silencio. Parecía que la cosa se iba a quedar así, cuando una madre recordó que tenía unas tablas que le sobraban, un padre comentó que era carpintero y una niña dijo tímidamente: En mi casa hay unas sogas para hacer columpios. La gente se fue entusiasmando y de repente todos querían colaborar. Pues yo, aunque sea traigo unos clavos insistió una abuela. Y entre todos empezaron a construir el parque. Consiguieron cemento, plantas, ladrillos, baldes, palas y tablones. Clavaron, pegaron, escarbaron en sus horas libres… En la vieja cerca los niños colocaron una pancarta pintada por ellos mismos que decía: “EL PARQUE ES LIBRE, PASEN TODOS MUY FELICES” (Adaptación de un fragmento del relato la Calle es Libre, de Kurusa. Editorial Banco del Libro)
Y tú, ¿Qué piensas? Qué piensas de la iniciativa de los niños y de la madre que propuso la asamblea. ¿Qué cualidades demostraron los vecinos al construir el parque? ¿Consideras que el trabajo en grupo genera conflictos o fortalece la unidad de quienes participan en él? ¿por qué? ¿Hay algunas diferencias entre el trabajo que hacemos para ganar un salario y el que hacemos para divertirnos, ayudar a los demás o realizar un deseo? ¿Cuál es?
¡Mucho ojo! con lo que no le gusta al trabajo La vagancia… Algunas personas no hacen nada, esperan que todo lo hagan los demás. No se esfuerzan. La pereza… Unos dejan todo para lo último, hacen todo con lentitud, desean tener menos horas de clases, menos horas de trabajo, más horas de sueño, siesta… son los perezosos. El individualismo… Otros solo piensan en sí mismos. No están dispuestos a ayudar y desconocen la solidaridad.
¿Qué es el trabajo? Trabajo es toda actividad humana que implica algún tipo de esfuerzo y que sirve para que las personas y las comunidades progresen. Pegar un botón, hacer la comida, fabricar un computador, hacer una tarea, atender una oficina o gobernar un país, son trabajos porque exigen a las personas hacer uso de su tiempo, de sus capacidades y de sus energías y porque, a la vez, son acciones que ayudan a los demás. Existen muchos tipos de trabajos, desde los más humildes hasta los de más impacto en la comunidad, pero todos ellos son importantes y merecen de nuestra parte respeto y reconocimiento. La planeación Antes de realizar un trabajo es necesario planearlo, sólo así podrás estar seguro de que saldrá bien. Imagina a un ingeniero que hace un edificio sin diseñar antes los planos, o a un médico que opera sin tener listos los instrumentos, ¿crees que le saldría bien el trabajo?
Ingredientes para el trabajo
Consecución de recursos Después de planear un trabajo, es necesario tener a mano todo lo que se necesita para hacerlo. ¿Qué ocurre cuando un estudiante se sienta a hacer una tarea sin materiales?... seguro que tarda más mientras se levanta cada minuto a traer un material o mientras sale a comprarlo. Evaluación de los resultados Después de haber realizado el trabajo, es bueno revisar cómo quedó, qué falló o que sobró. Si se evalúa el trabajo, quedan lecciones aprendidas para algún momento en el que se haga necesario realizar un trabajo igual o similar. Nada produce más satisfacción que un trabajo bien hecho. Aplicación a la tarea Hecha la planeación, conseguidos los materiales, el trabajador debe aplicarse a su tarea, es decir, debe hacerla realidad. De nada sirve haber pensado la tarea minuciosamente si al final no se hace. No es raro que alguien tenga todo listo para realizar su trabajo, pero que se deje tentar por un buen programa que empezó en la tele y, al final, no haga nada.
Trabajar para progresar Muchos dicen, no sabemos si en broma o en serio, que el trabajo es tan feo que Dios lo inventó para castigar a Adán y a Eva por desobedecerle. Esto nos da mucho que pensar porque mientras haya gente que piense así. El progreso no será posible. Necesitamos trabajar no solamente para ganar dinero y vivir mejor, sino porque el trabajo nos dignifica como seres humanos, nos hace capaces y útiles, no solo para nuestros fines personales, sino para nuestra familia y la sociedad en general. Trabajo es alimentación, ciencia, arte, educación y cultura. El ocio sólo debe ser bienvenido cuando nos lo hemos ganado. ¿Cómo? Trabajando. Tu trabajo A veces se piensa que trabajo solo son las actividades que generan dinero. Esto no es cierto. Como ejemplo tenemos el caso del estudio. Los niños y los jóvenes deben de invertir la mayor parte de su tiempo estudiando. Esto es trabajo, ¡y duro! Es trabajo porque implica esfuerzo,
disciplina, dedicación; pero, además, te prepara para que en el futuro puedas realizar otros tipos de trabajos que te ayudaran a crecer como persona y que contribuirán a que el mundo sea mejor. A llenar al marranito El dinero es el medio que nos sirve para obtener los objetos materiales de los que disfrutamos. Los materiales de estudio, la comida, la ropa y los muebles son comprados con el dinero que ganan las personas que trabajan. En las familias el dinero suele ser limitado, por eso un compromiso familiar debe ser el ahorro. Ahorrando, todos podemos contribuir con la economía familiar, ya que normalmente son sólo papá y mamá quienes aportan dinero para los gastos familiares. ¿Estás contribuyendo al ahorro en tu casa? Ni raja ni presta el hacha Existen personas que se quejan tanto que parece que su profesión fuera la de “quejumbrosos profesionales”. No les gusta lo que pasa en el país, no les gusta el estado del parque del barrio, les disgusta la política del gobernador… se quejan, se quejan y no hacen nada. Los ciudadanos podemos trabajar en equipo para cambiar, aunque sea poquito a poco y con pasos pequeñitos, lo que nos disgusta de nuestra comunidad o sociedad en general. Se necesita una causa, pensar en soluciones, reunirse con gente entusiasta y poner manos a la obra. ¡El trabajo en equipo hace milagros! Desempleo Uno de los más grandes dramas de nuestro país es el de las personas que no tienen empleo. Aproximadamente cada 100 personas que podrían trabajar, 19 no tienen trabajo remunerado. Hay otras personas, muchas, que no tienen un empleo fijo, sino que se dedican a rebuscarse la vida recogiendo desechos de las canecas, vendiendo en los buses o en las calles, o haciendo otros oficios con los que ganan un poco de dinero para su sustento. 1 de Mayo Todos los años, el 1 de Mayo, en casi todo el mundo se celebra el Día del trabajo, para recordar cuáles son los derechos y los deberes de los trabajadores. La primera vez que se celebró el día del trabajo fue en el
año 1889. La celebración se hizo para honrar la memoria de todas las personas que lucharon para que la jornada laboral fuera de ocho horas.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Un plano, un ladrillo… Los trabajos son tantos como las personas que los realizan: algunos requieren años de estudios, otros no; algunos de mucha fuerza física, otros de una gran capacidad intelectual. ¿En tu opinión, que trabajo es más valioso para la sociedad: el de un arquitecto o el de un albañil? ¿Cuál merece más respeto? Mutuo beneficio Investiga si en tu familia alguien ha realizado algún trabajo voluntario. Averigua de qué se trató y porque esa persona quiso hacerlo. Escribe un reportaje sobre la labor desempeñada y si cambió en algo a quien la realizó.
¡Todos a jugar! El oficio de inventar Muchas personas viven de inventar cuentos, pinturas, obras musicales, ideas que permiten cambiar el mundo en que vives. Convida a 8 ó 10 compañeros, primos, amigos… Elijan un tema para crear una historia. Puede ser de miedo, ciencia ficción, aventuras, amor. Uno del grupo comienza el relato y los demás, de forma consecutiva, lo continúan. Debe hacerse lo más rápido posible; cada intervención no debe durar más de un minuto. La telaraña Este juego es para divertirse con los demás y no en contra de los demás. Cada participante confía en su compañero. Cada participante trata con cuidado a su compañero. Búscate unos 8 compañeros de juego. Necesitas hilo y dos postes o dos árboles. Se trata de construir una
telaraña entre los árboles, dejando espacios de varios tamaños entre ellos. Luego, cada jugador debe pasar por los “agujeros” de la telaraña sin tocar el hilo. Los compañeros pueden ayudarlo, levantándolo con cuidado para que atraviese la “telaraña”. La idea principal es que todos los jugadores se ayuden y trabajen en conjunto, en vez de que se dividan en vencedores y vencidos. “El trabajo dignifica al hombre”
¿Dónde quedaron tus modales? Las costumbres y los modales cambian, no sólo con el tiempo, sino de una cultura a otra. Lo que no cambia es la importancia de la cortesía y la buena educación Hace muchos, muchísimos años, las costumbres eran muy diferentes a las actuales. Si hubieras recibido una invitación para comer en la cueva de unos cavernícolas, por ejemplo, habrías tenido que comer con las manos, sentado en el suelo y en el mismo lugar donde el grupo dormía; quizá habrías escuchado eructos o visto que unos le arrebataban a comida a otros, mientras comían y gritaban con la boca llena… probablemente, al final de la comida nadie se habría despedido de ti, o tal vez te habrían echado bruscamente… Pero esa época ya pasó y ahora se come de manera diferente: sentados a la mesa, con platos y cubiertos, disfrutando de cada preparación, mientras se sostiene una conversación pausada y agradable. Las costumbres también tienen su historia. Para no ir más lejos, pregúntales a tus papás, ellos te contaran como han cambiado desde que ellos eran jóvenes hasta hoy. Hace muchos años se consideraba que la urbanidad era la forma propia de comportarse de los habitantes de las ciudades, que se suponía era más fina y refinada que la de los habitantes del campo. Actualmente, se entiende por urbanidad a la cortesía, los buenos modales y la buena educación de las personas. Las costumbres y los modales también son diferentes de un lugar a otro y de una cultura a otra, pero siempre hay algunas normas básicas que son bien vistas en todas partes, como por ejemplo saludar, despedirse, tratar con respeto a los mayores o cuidar los hábitos de higiene. La
urbanidad forma parte de las acciones humanas que permiten la convivencia. ¿De qué se trata este cuento? La familia Holgelman nunca imagino que un pepino llegaría a su casa a cambiar el orden y la tranquilidad de su vida. Kumi – Ori, rey de los pepinos del sótano, sale de su reino y solicita asilo político entre los humanos. La familia decide ayudarlo sin sospechar la cantidad de dificultades que tendrá que enfrentar: el pepino es autoritario, grosero y traidor. Con sus actitudes transformará las relaciones y la unidad familiar. La autora de Me importa un comino el rey pepino, Christine Nostlinger, es austriaca. Ha escrito numerosas obras en las cuales trata asuntos complejos del ámbito social, pedagógico y familiar que rodea a los niños y a los jóvenes. En 1984 ganó el Premio Hans Christian Andersen.
Una gran sorpresa La aritmética nunca fue mi fuerte, ni siquiera en la escuela primaria. El año pasado tuvimos al profesor Bauer, que siempre me explicaba una y otra vez las cosas que no había comprendido. Hasta que no entendía, pero a Haslinger no puedo preguntarle cuando no he comprendido algo. Entre Haslinger y yo todo está mal. Él no me tiene una rabia normal de profesor, sino que desde hace tres años me tiene una rabia absolutamente particular. Este es el primer curso que esta en nuestro colegio, pero yo lo conozco desde que nos vinimos a vivir a esta casa, vive cerca de nosotros, a la vuelta de la esquina. Los niños de nuestra calle le llaman “eminencia gris” porque en él todo es gris. El pelo, los ojos, la piel, el traje y el sombrero. Solo sus dientes son amarillos. Yo no sabia que era profesor de matemáticas y, menos aún, que llegaría a ser mi profesor. Los otros chicos decían que era ropavejero. Cuando Haslinger, de quien yo entonces no sabia el nombre, pasaba por nuestra calle tan gris y tan estirado, era como si me provocara. Y a los
otros chicos también. Le tirábamos frutas caídas de los árboles y huesos de cerezas. También nos poníamos a caminar detrás de él dando voces. Una vez le disparé al sombrero gris con una honda. Pero no le di en el sombrero sino en la oreja izquierda. A veces empujábamos a la “eminencia gris” al pasar a su lado. Hacíamos como que nos peleábamos. Uno de nosotros le daba un empujón a otro y este se dejaba caer sobre la “inminencia gris”. Entonces le decía “Oh, perdone” y echábamos a correr aguantándonos la risa. Un día antes de comenzar las clases de este curso, arrojé sobre él una bolsa de plástico llena de agua, por encima de la cerca del jardín. La bolsa aterrizó en uno de sus hombros y reventó. Quedó con la mitad del cuerpo empapada. Cuando al día siguiente, el primero del curso, vino el director a nuestra clase con Haslinger tras él, me quedé aterrorizado. Pero seguí sin comprender la completa y terrible verdad. Creí que se le había acabado la paciencia y quería protestar por lo de la bolsa de agua. Estaba pensando en si debía negarlo o admitirlo cuando el director dijo: Mis queridos niños. El profesor Bauer se jubila este año. Aquí les traigo el querido profesor Haslinger, que será desde ahora el profesor encargado de su clase. Confío en que se llevarán bien con él. ¡Creí que me iba a dar un ataque! El director se marchó. Haslinger fue leyendo nuestros nombres y nosotros nos poníamos de pie para que nos conociera. Cuando dijo “Hogelmann” no me quedó más remedio que levantarme lentamente. Haslinger me miró y dijo: ¡Vaya, vaya, con que este es Hogelmann! No dijo nada más. Pero la forma en que me había mirado era suficiente. He llegado a tener una rabia enorme al destino, porque no puedo comprender por qué siempre a mí a quien le tienen que pasar estas cosas… (Adaptación de un fragmento de la novela Me importa un comino el rey pepino, de Christine Nostlinger. Editorial Salvat- Alfaguara)
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Crees que arrojar objetos a las personas que transitan en la calle es una diversión inocente? ¿Por qué? ¿Si la “eminencia gris” es un hombre educado, cómo crees que tratará al chico después de reconocerlo?
¿Qué actitud debemos tomar con las personas que no nos caen bien? ¿Burlarnos?, ¿agredirlas? ¿ignorarlas?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la urbanidad La indiferencia…. Porque el indiferente obra como si no existieran los demás y como si no fuera necesario cuidar, valorar y respetar el entorno. La grosería… Porque el grosero utiliza expresiones y acciones que ofenden alas demás personas. La burla…. Porque quien se burla de las costumbres de un grupo humano, no valora las diferentes forma de ser y de actuar de las personas.
¿Qué es la urbanidad? Saludar, despedirse, sonreír, ser aseados, respetar a los demás y usar un vocabulario apropiado son algunos de los muchos elementos necesarios para poder vivir en comunidad. Los buenos modales son necesarios para poder vivir en familia, socializar con la gente del barrio y con tus compañeros del colegio, tratar a tus profesores y a los papás de tus amigos. Para vivir en comunidad, entonces, es necesaria la urbanidad. La urbanidad es el conjunto de normas, usos y costumbres propias de los grupos humanos que manifiestan cortesía, buena educación, cultura y buenos modales. La urbanidad es una forma pública de expresar respeto por las demás personas y por el entorno en el que vivimos. Escuchar Los padres, las abuelas, los profesores, en fin, los adultos con los que compartimos nuestra vida cuando somos niños y jóvenes son los mejores manuales de urbanidad. Ellos, gracias a su experiencia de la vida, pueden mostrarnos los caminos más adecuados para vivir en sociedad. Escuchar los consejos y sugerencias de los adultos nos permitirá poner en práctica las normas de urbanidad, con las cuales se desarrolla la vida social.
Ingredientes para la urbanidad Reflexión Las normas, en ocasiones, pueden resultar odiosas y aburridas; a veces no se les ve el sentido. Por esto es necesario reflexionar sobre este para que dé una norma y su validez en un determinado grupo humano. Cuando no comprendemos el verdadero sentido de urbanidad o de una costumbre social, es necesario investigar y comprender cómo surgió y con que finalidad. Cuando conocemos el sentido de una norma o costumbre es más fácil llevarla a la práctica. Acción No basta con conocer y comprender una determinada norma o costumbre, es necesario ponerla por obra y ayudar a que otras personas también la vivan. Las diferentes formas de comportamiento unen a las familias a los grupos de amigos o a los habitantes de una determinada sociedad. Imagina lo que ocurrirá si en los grupos humanos cada cual se comportara de cualquier manera sin tener en cuenta a los demás.
¿Educado o hipócrita? Muchas personas se creen muy “autenticas” o “sinceras” no sienten ninguna necesidad de saludar a quienes no conocen, de ser amables con las personas que les prestan algún servicio, o de moderar sus reacciones cuando algo no les parece. Dicen que no lo hacen porque no son hipócritas ¿Eso quiere decir que la gente educada es hipócrita? De ninguna manera. Para saludar, agradecer o despedirse no necesitamos ser los mejores amigos, es simplemente un formulismo, una forma mínima de convivencia. Nada nos cuesta ser amables, contener nuestros impulsos de hacer lo que se nos dé la gana cuando se nos dé la gana y tratar de poner en práctica la consideración y la cortesía. ¿Cuánto es demasiado? Una cosa es ser educado y otra ser afectado, es decir, aquella persona que por querer aparentar un gran refinamiento cae en lo artificial, lo falso y hasta en lo ridículo. Esta persona no es más que un mal actor.
Podemos ser muy educados y mostrar excelentes modales sin dejar de ser nosotros mismos ¿Quién dijo que una persona natural y espontánea no es encantadora? La tele Ver la tele es fantástico, a través de ella podemos conocer paisajes diversos, gente de todo el mundo, situaciones que causan risa, sorpresa o miedo… sin embargo, también puede mostrarnos comportamientos y actitudes que resultan negativos o hasta agresivos ya que atentan contra los valores más esenciales. Al ver la tele debemos ser críticos y reflexivos, de tal forma que no nos comamos el cuento entero. Aparentemente puede resultar muy divertido ver a un señor comiendo arañas por dinero, a otro gritándole a su compañero o a otro más faltándole al respeto a una muchacha… aquí es cuando debemos preguntarnos si lo que estamos viendo es correcto y digno de imitarse. ¡No te oigooooooooooo! Nuestra casa es un espacio para relajarnos y mostrarnos tal como somos. En la casa podemos bajar la guardia y dejar de ser tan formales como tal vez seamos cuando estamos de visita en otro sitio. Andamos sin zaparos, comemos en el sillón frente al televisor y tal vez ni nos pasamos el cepillo por el pelo… dejar los formalismos de lado está muy bien, pero nunca debemos olvidar tratarnos con respeto y consideración: no hay que subir el volumen de tu equipo a todo lo que da, arrebatar el control de la tele y cambiar el programa que está viendo alguien más, escuchar las conversaciones ajenas por teléfono y menos aún esculcar las cosas privadas de tus hermanos o tus padres. ¡Podemos olvidar los formalismos, pero nunca el respeto! ¡Vamos progresando! En las principales ciudades de nuestro país se ha puesto de moda mejorar la calidad del transporte masivo. Medellín tiene Metro, Bogotá Transmilenio y en otras ciudades del país se busca alternativas para que la gente se pueda transportar rápida y cómodamente. Pero más allá de lo bonito de los buses o de las vías, se han ido mejorando los modales de los pasajeros: hay más orden al subir o al bajar del transporte, no faltan las personas amables que les sedan el puesto a las señoras embarazadas o a los ancianos, hay asientos especiales para los minusválidos… ¡vamos progresando! Un mundo diverso
Las costumbres se repiten siglos tras siglos y pueden resultar muy curiosas. Cada cultura tiene diferentes formas de expresar lo que considera que es lo correcto. Así, lo que para una es excelente, para otra es rarísimo o hasta mal gusto. En india y algunos países árabes, eructar en público después de cada comida significa que la comida estuvo deliciosa y es un gran alago para el anfitrión, los hombres acostumbran a andar cogidos de las manos por las calles y las mujeres prefieren salir con la cabeza cubierta con bonitos velos y pañoletas… todo eso nos parece rarísimo a los occidentales. Pero a ellos, las minifaldas, los besos en los programas de tele o en el cine, o hasta consumir carne de vaca o de cerno les parece muy pero muy extraño y hasta desagradable ¿Quién está bien y quien está mal? Nadie, simplemente costumbres distintas. Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Modales discretos La buena educación no es algo que los mayores se inventaron como pretexto para molestarte: es un conjunto de comportamientos que reflejan tu sensibilidad hacia los demás. Elabora una historieta en la ilustres las normas de comportamiento que debemos practicar en distintas situaciones: cuando visites a alguien en el hospital, al asistir a la iglesia, durante una función de teatro, en una fiesta o en un estadio de futbol. Identidad y buen gusto Cuando nos invitan a reuniones nos preguntamos que llevar puesto para no desentonar: no se trata de ir igual a todos, pero si de vestirse acorde a la ocasión. Diséñale con papel silueta o crepe dos vestuarios diferentes: uno para llevar a la boda de su hermano y otro para ir a la fiesta de cumpleaños de su amigo. ¡Todos a jugar! Estatuas de yeso Reúne siete jugadores. Uno hace de vendedor y otro de cliente. Los demás cantan y se mueven hasta que el vendedor dice: ¡“quietos”!. Los jugadores quedan paralizados en la posición en la que estaban, entonces
el vendedor muestra una de las estatuas al cliente. Si no se aguantaban la risa será rechazada por un cliente y permanecerá inmóvil el resto del juego. Si permanece seria y quieta, el cliente reconoce que es buena y entonces el jugador podrá abandonar su papel de estatua y se unirá al cliente y al vendedor para examinar el resto de las estatuas. Chocolate para dar y convidar Los juegos nos permiten romper los modales por un rato… ¡y qué bien la pasamos así! Pruébalo tu también. Para jugar necesitas una tasa de chocolate derretido, ponqués o pastelitos, vendas para los ojos y delantales. Se juega por parejas mientras el resto observa. Cada pareja se sienta frente a frente, vendada y con los delantales puestos. Entre los dos se pone la tasa con el chocolate y se le da un ponqué o pastelito a cada uno. Cada jugador unta el ponqué con el chocolate e intenta dar de comer al compañero. El juego finaliza cuando alguien logra terminarse el bizcocho. Quedarán muy untados de crema, pero, eso sí, ¡se divertirán mucho! “Un saludo y una sonrisa mejoran el día”
UNA REUNION DE VALIENTES UN DIA SE REUNIERON UN POLICIA, UN JUEZ, UN TRAPECISTA, UN SOCORRISTA, UNA MAMÁ Y UN NIÑO PARA DECIDIR, ENTRE TODOS, QUIÉN DE ELLOS ERA EL MÁS VALIENTE El policía fue el primero que habló. Dijo: “Yo soy el más valiente, ya que me dedico a patrullar las calles día y noche… y arriesgo mi vida porque tengo que enfrentar a los malhechores de la ciudad”. Posteriormente, el juez dijo: “Yo creo ser más valiente porque tengo que aplicar justicia a algunas personas que podrían tomar venganza contra mi”. Más tarde el trapecista intervino diciendo: “Yo arriesgo mi vida en cada función del circo, vuelo a grandes alturas sabiendo que, en cualquier descuido, puedo caer y perder mi vida. Eso me hace ser más valiente”. Cuando llegó su turno, el socorrista afirmó: “¿No les parece que yo soy el más valiente? En todas las tragedias y catástrofes pongo en peligro mi
vida para salvar la de otros. Cruzo ríos, me interno en las selvas, me lanzo al océano, entro a oscuros túneles, hago lo que sea con tal de que nadie muera”. Luego habló la mamá: “No hay nadie más valiente que una madre, ya que lleva en su vientre la vida de una criatura indefensa y hace lo que sea por ella”. Finalmente, el niño dijo: “Yo soy el más valiente, porque digo siempre la verdad a mis padres y a mis maestros y asumo las consecuencias”. Una vez que todos expusieron sus puntos de vista, hicieron un momento de silencio, luego discutieron y llegaron a la conclusión que todos eran valientes, porque la valentía consiste en defender todo lo valioso que hay en la vida. Y tú, ¿crees que eres valiente? ¿Por qué?
La gatona y el gran gato de las tormentas Entonces llegó un invierno terrible. Hasta el mar verdeazul se volvió gris y negro. El Gran Gato de las Tormentas pensó Gatona mirando por la ventana se está despertando. El viento silbaba salvajemente entorno a los peñascos. Cuando ocurría lo mejor era quedarse en casa al amor de la lumbre. Pero se acabaron las hortalizas, las sardinas en salmuera, la sopa de merluza; los gatos y su gente pasaban mucha hambre. Los pescadores, para no arriesgar sus vidas, no podían salir a pescar. Una tarde, el viejo Tom, con quien la gata compartía su vida, dijo en medio de un suspiro: Preciosa mía, estamos en navidad y alguien tiene que ir a pescar para celebrar las fiestas con ricas viandas. Ningún hombre puede esperar la navidad viendo cómo los niños se mueren de hambre. Saldré mañana y volveré con peces para todos. Gatona ronroneó más fuerte para decirle que iría con él. Porque él sólo era un hombre y los hombres eran como ratones entre las garras del Gran Garo de las Tormentas. Además, no podía arriesgarse a perderlo porque sin él la vida carecía de sentido. A la mañana siguiente partieron muy temprano. En cuanto la barca cruzó el puerto, la voz del Gran Gato se alzó como un gigantesco maullido.
Al oírlo, Gatona pensó que solo debía sentirse cazando sin parar hombres- ratón en lo profundo de las tinieblas y sin disfrutar nunca el sonrosado resplandor de un fogón en el hogar. Y su tierno corazón la impulsó a consolarlo. Irguió la cabeza y cantó como una sirena, uniendo uniendo su llamada al lamento del Gran Gato de las Tormentas. Y así, mientras la diminuta barquita navegaba hacia la libertad, él abandonó la guardia. Amansado por la serenata de Gatona el Gran Gato dejó de acechar y retiró su gigantesca zarpa. Rápidamente, la barquita pasó a mar abierto. Entonces el Gran Garo de las Tormentas jugó con ellos como juega un gato y un ratón. Los dejaba en paz un momento mientras ellos avanzaban hacia la zona de pesca. Luego dejaba caer otra vez su zarpa en medio de un remolino de agua y espuma. Pero no quería hundirlos aún, para no poner fin a su divertido juego. Cuando llegaron a la zona de pesca, el mar estaba tan embravecido que resultaba difícil tender las redes. Creo que deberás volver a cantar, Gatona dijo Tom, porque tu voz parece amansar el mar. Gatona cantó de nuevo, y una vez más, el Gran Gato de las Tormentas hizo una pausa en su juego y cantó con ella hasta que las redes estuvieron tendidas. Pescaron todo el día en el mar agitado. Las hojas eran tan altas y las nubes tan bajas que en seguida perdieron de vista la costa. Al oscurecer retiraron las redes. La barca se llenó de peces de todas clases, en cantidad suficiente para hacer un gran caldero de sopa de merluza y medio centenar de pasteles de mero. Gatona, preciosa mía dijo el viejo Tom, si logramos llegar a puerto con dodo esto, nos habremos salvado todos. Pero la Gata sabía que el Gran Gato de las Tormentas los atacaría en cuanto viera que corrían a refugiarse en el puerto. Al pensar en la olla de sopa y en el pastel de pescado, Gatona comenzó a ronronear. Y, como un himno al hogar, su Gran Gato de las Tormentas que, al comienzo guardó silencio, pero después se puso a ronronear con Gatona. Cayó la noche y la barca regresó a través del mar tranquilo. Cuando divisaron su hogar, una extraña visión les sorprendió. El pueblo resplandecía de luz y brillaban linternas a lo largo de los rompeolas. (Adaptación de un fragmento del relato La Gata Gatona, de Antonia Barber y Nicola Bayley, Editorial Lumen)
¿De qué se trata este cuento?
La Gata Gatona de Antonia Barber y Nicola Bayley, está inspirado en una hermosa leyenda de Conwall, Inglaterra. Un terrible invierno se descarga sobre un pueblo de pescadores llamado “la ratonera”, en el que paradójicamente, no hay ratones y si muchos gatos. Entre ellos está Gatona, tiene una sensibilidad especial para enfrentar los fenómenos naturales. Ella vive con el viejo Tom y con él saldrá al mar en busca de peces para alimentar la gente del pueblo cuando el invierno ha arruinado los cultivos, sin imaginar que deberán sortear la furia del Gran Gato de las Tormentas. Pese a la incertidumbre y al temor, ella sale adelante en su lucha. Tal y como Gatona, a veces nos vemos ante situaciones difíciles que debemos sortear de una u otra manera. Y tú, ¿Qué piensas? Si Tom hubiera ido solo de pesca, ¿habría vencido la tormenta? ¿Por qué? ¿En que se expresa la valentía de Gatona? ¿Además de ser valeroso, qué otras cualidades tiene Tom?
¿Qué es la valentía? La valentía es mucho más que defender la vida propia, la de los demás y la de la naturaleza. Es el valor que debemos mostrar cada vez que están en peligro nuestros principios y nuestras creencias. Es el coraje que sacamos desde dentro para seguir adelante y afrontar tanto nuestros errores como los nuevos retos que la vida pone ante nosotros. Es la seriedad con la que asumimos, cada día, nuestros deberes y responsabilidades. ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la valentía La agresividad… El agresivo o el violento no son valientes porque se valen de la fuerza para imponer sus ideas y opiniones.
La impertinencia…. Algunas personas creen que proclamar a los cuatro vientos los defectos o las fallas de los demás los hace valientes y esto no es cierto. Serian valientes si tuvieran el coraje de hablar en privado con los demás.
La cobardía… Porque te hace cómplice de quienes hacen daño a otros o a la naturaleza. Diálogo No hay quizás, acto humano más valiente que el diálogo. Dialogar consiste en mirar frente a frente a la otra persona, decirle lo que pensamos y escuchar su punto de vista. Muchas relaciones se pierden por el miedo a hablar. ¿No te a ocurrido que prefieres esconderte o escabullirte antes que hablar con tus amigos o con tus padres cuando has traicionado su confianza? Dialogar y evitar la confrontación violenta es un gran acto de valentía.
Ingredientes para la valentía Reflexión Antes de asumir valientemente la defensa de algún valor o derecho tuyo o de los demás, detente un momento y reflexiona. Piensa si aquello que vas a defender corresponde a la verdad y a la justicia. Muchas personas defienden causas que saben que no corresponden a la verdad. Por ejemplo, no seria correcto defender a un amigo que ha cometido algo indebido, como robar o hacer trampa. Serenidad Ser valiente no es ser imprudente, es decir, “aventarse”, hacer las cosas tontas y locas, sin medir las consecuencias o si ponerse a pensar si este es el momento correcto de hacer las cosas, ya sea lanzarse en patineta, animarse a tomar un bus solo por primera vez, o revelarse contra el “malo” del colegio… el valiente es sereno y actúa una vez que tiene cabeza fría y el corazón claro. Confianza
Para ser valiente no hace falta poderes mágicos, músculos de acero, toneladas de dinero ni armas milagrosas… lo que se necesita verdaderamente es confianza en uno mismo. Confianza para vencer el miedo y la inseguridad, para atreverte a trabajar para alcanzar tu sueño y para trazarte metas. La seguridad en ti mismo es una fuente inagotable de valentía.
Corazón valiente La valentía es muchas cosas…y no es algo que solo poseen los superhéroes. La valentía sufre del corazón de cada uno de nosotros, es la fuerza que nos impulsa a hacer lo que, hasta intentarlo, creíamos imposible. Muchas veces la valentía no tiene nada que ver con hacer grandes hazañas como capturar a los malos y respetar a los buenos de sus garras sino con superar nuestros propios miedos, por pequeños o grandes que estos sean. Somos valientes cuando hacemos lo que debemos, cuando tomamos impulso para intentar algo nuevo, cuando le ponemos la cara a los cambios, cuando nos esforzamos y hasta cuando reconocemos que, por ahora, no somos capaces de hacer algo. ¡Qué personajes! Algunos personajes de los libros pueden enseñarte a ser valiente. ¿Has leído, por ejemplo, el Cóndor en Montecristo, Huckleberry Finn o el principito. Estos personajes y otros, aparentemente lejanos o escondidos, te llevan a mundos lejanos donde todo es posible. Y sobre todo, te indican como alcanzar grandes ideas ¿Qué tal si te poner a leer para ser más valiente?. ¡Uy, que susto! Todos tenemos miedos, unos grandes y otros pequeños, unos infundados y otros reales. A sentimos miedo ante cosas “extrañas”, como a los monstruos en el armario, cuando éramos chiquitos. Otros, ante un soñador de aspecto extraño que vemos en la calle y nos inspira desconfianza. O otras más, a perder a nuestra familia en algún accidente o por una circunstancia trágica. ¿Y sabes que? Está bien sentir miedo, porque es un mecanismo que nos avisa cosas: nos advierte del peligro, de los riesgos que no valen la pena tomar y hasta nos recuerda nuestros
verdaderos sentimientos, como en el caso del amor por la familia, que a veces damos por hecho. Esta bien sentir miedo, lo que no debemos permitir es que nos dominen. Todos juntos Ya mencionamos que los grandes miedos que a veces nos atrapan están el perder a nuestra familia… y cuando los papás se separan o se divorcian sentimos como que el mundo se nos hunde y nunca más volveremos a ser felices. Cuando enfrentamos una situación como esta debemos ser valientes. ¿Cómo? Con la fuerza del amor. Saber que tus papás te quieren más que a nada en el mundo te inyecta valentía. Saber que, aunque vayan a vivir en casas separadas nunca te hará falta un hogar, te da valentía. La valentía que proviene del amor es la que te permitirá afrontar el cambio, aceptarlo y aprender a vivir tu nueva vida. Universitarios en todas partes En muchos países de América Latina los estudiantes universitarios se desplazan a lo más recónditos lugares para realizar su servicio social. En la selva, en el campo, en la montaña, en el desierto, entre los indígenas o entre los más necesitados, los jóvenes de los últimos años de universidad deben aportar algo para que su país sea mejor y para que las personas que habitan los lugares más remotos de su geografía puedan beneficiarse de todo lo que poseemos en las ciudades. De esta manera, con valentía y entrega, se promueven la justicia y la igualdad. ¡A marchar! En el mundo entero han impuesto las marchas para hacer denuncias. Muchos grupos minoritarios, por ejemplo, marchan por las principales ciudades del mundo para hacer valer sus derechos. En ocasiones, quienes marchan son las mayorías para demostrarles a los violentos o a otro tipo de delincuentes que sus acciones no son aprobadas por millones y millones de personas que las padecen. Son famosas en la actualidad las marchas solidarias que se realizan en España cada vez que ocurre un acto terrorista: hay que ser valiente para dejar la comodidad de nuestro hogar y salir a la calle a denunciar lo que está mal.
SI LO OYES…. LO OLVIDAS… SI LO VES… LO RECUERDAS
SI LO HACES… LO APRENDES ¡Saca tu cuaderno! Mirada Critica En muchas ocasiones valentía significa afrontar las consecuencias de nuestros actos, ¿Por qué es valiente quien admite sus faltas? Escribe a través de una experiencia que hayas vivido de error y reconocimiento. Yo, tú, él, nosotros… Cuando observamos un hecho injusto o el atropello a un derecho y defendemos a las personas afectadas, damos muestra de nuestra conciencia y valentía. Reflexiona sobre los derechos de los niños que se violentan en nuestro país. ¿Cómo crees que puedes defenderlos? ¿Ante quienes te gustaría expresar tus ideas? ¿Qué les dirías? Organiza una campaña para defender los derechos de los niños: dibuja pancartas y carteles para defender a la gente. ¡Todos a jugar! Drácula Un juego para valientes que sepan aguantar la risa. Un niño, “Drácula”, tratará de chuparles el cuello y hacer reír al resto de los participantes, mientras canta esta canción. Drácula soy Medio loco estoy Todas las mañanas De excursión me voy Sapos y culebras Para comer Y un litro de sangre Para beber. Mi casa es un cementerio Mi cama un ataúd Quien se ría Será como yo, ¡juuuuuu, juuuuuuu,juuu!
Si lo logra, la “victima” se irá con Drácula y cantará con él para hacer reír a los demás. Gana quien aguante más tiempo sin reírse. Prisioneros Necesitas 10 participantes para formar 2 equipos y un campo de juego grande dividido en cuatro zonas. Cada equipo se sitúa en la zona central y manda a un jugador a la zona de prisioneros al empezar el juego. Cada equipo tratará de rescatar a sus prisioneros cruzando el campo sin ser tocado. Quienes lo logren, regresan a su zona con el rescatado. Si los tocan, se convierten en prisioneros. “Valiente no es quien no teme a nada, sino el que reconoce sus miedos”
Detectives privados Para ser detective es necesario tener la capacidad de observar, encontrar evidencias, correr riesgos, analizar pruebas… y sobre todo, querer llegar a la verdad. Un detective es un señor con gabardina y cachucha a cuadros, con una eterna pipa entre los labios y una lupa en sus manos, que dice a su ayudante: “…. Elemental, mi querido Watson”. Seguro que lo has adivinado, se trata de Sherlock Holmes, el detective más famoso del mundo. Para resolver los diferentes misterios de los que se enfrenta, Sherlock Holmes observa, analiza cada dato, sospecha de todo y de todos, hace uso de sus conocimientos de química y medicina forense… cualquier dato le es útil. Robos, chantajes, asesinatos o desapariciones forman parte de la ayuda cotidiana de nuestro detective. Pero digamos la verdad: Sherlock Holmes realmente no existió, es un personaje inventado por un escritor llamado Arthur Conan Doyle. Para ser detective es necesario tener la capacidad, de observar, encontrar evidencias, correr riesgos, analizar pruebas… y sobre todo, querer llegar a la verdad. Pero, ¿crees que en la vida cotidiana haga falta tener una relación con la verdad como la del detective? No es que las personas comunes y corrientes tengamos que vivir obsesionadas con “encontrar” la verdad como si esta viviera escondida bajo alguna roca o un lugar muy lejano, más bien tenemos que preocuparnos por vivir de acuerdo con la verdad. Fes decir, llevar una vida en la que las mentiras y la
falsedad no tengan cabida, actuar siempre de tal manera que nuestras palabras y nuestros actos concuerden, vivir distinguiendo la realidad de la fantasía… no hace falta ser un gran detective para encontrar la verdad, ya que, en principio, ésta vive dentro de cada uno de nosotros.
El mono traicionero Cierto día en que el mono disfrutaba de un delicioso caqui, se encontró con un cangrejo que, antojado, expresó su gusto por esta fruta. Al darse cuenta de ello, el mono le propuso cambiar el caqui por un puñado de arroz que el cangrejo llevaba para la cena. Intercambiaba sus manjares y el cangrejo saboreó la rica fruta. Al terminarla, sembró la semilla que, al cabo de las estaciones, se convirtió en un hermoso árbol que le brindó apetitosos frutos. Después de un largo tiempo, el mono recordó al cangrejo y fue a visitarlo. Cuando llegó a su casa quedó maravillado al ver el frondoso árbol. Con cortesía, el cangrejo le dijo: ¿Te acuerdas del caqui que me diste a cambio de aquel poquito de arroz? Pues de su semilla ha nacido este árbol y te lo debo a ti. ¡Ah! Exclamó el mono. Siendo así, supongo que no me negaras el placer de saborear unos pocos. Los ojos del mono relucían al contemplar los lustrosos frutos. No, claro que no asintió amablemente el cangrejo. Si traes una canasta yo arrojaré los frutos más maduros para que los vaya recogiendo. Luego los compartiremos repuso el mono. El cangrejo se apresuró a traer una canasta de juncos que tenia en su casa. Mientras tanto, el mono había trepada ágilmente hasta la copa del árbol, que se mecía con brisa otoñal. En silencio empezó a devorar los más blandos y apetitosos caquis. Como el cangrejo veía que el mono no le ofrecía ninguno de los frutos, le recordó no despacharse solo toda la cosecha. No te apures, podrás llenar la cesta a tu placer con los frutos que seleccionaré. Y diciendo esto, cogió uno de los caquis más hinchados, que estaba aún del todo verde, y lo arrojó al suelo con violencia, deseando aplastar a su confiado amigo. Éste vio chocar el fruto a escasa distancia de sus estremecidas patas. ¡Cuidado! ¿Qué te propones?
¡Oh! Mi intención es ayudarte a escoger tus caquis contestó el mono con fingida cortesía. Pero en seguida arrojó contra el cangrejo una verdadera lluvia de caquis. El pobre retrocedió de nuevo y corrió a protegerse en su casa. Luego, el mono, entre grandes risotadas, acabó con los buenos frutos que quedaban y en dos saltos estuvo en el suelo y escapó. Al salir de su casa el cangrejo se echó a llorar. ¡Maldito mono! Exclamó pero la culpa ha sido mía por haber creído que me decía la verdad. Al oírlo, las castañas, las abejas y el mortero para el arroz, que eran vecinos del cangrejo, se apresuraron a consolarlo. ¡Hay que darle a ese pícaro mentiroso su merecido! Exclamaron las abejas con un zumbido de enojo. Tras una breve discusión convinieron al fin la manera de expulsar al traidor. Esperaron a que el mono desapareciera. Y así fue. Al poco tiempo el pillo llegó muerto de hambre y de frio a buscar raíces para alimentarse. De pronto vio una lumbre en medio del jardín del cangrejo y se acercó para calentarse, sin sospechar que eran las castañas que, al verlo lo suficientemente cerca, se lanzaron contra su cuello para chamuscarlo. Cuando el mono comenzaba a correr rumbo al rio para refrescar sus quemaduras, el mortero barrigón se desplomó sobre él y lo derribó. Creyó que iba a morir. Con los ojos suplicantes trató de levantarse mientras el mortero le presentaba excusas. De pronto se oyó un extraño rumor que procedía de un seto cubierto de nieve. Sobre los blancos troncos apareció una nube de abejas, negra, borrascosa. El mono volvió la cabeza y entonces se le echaron encima, hincándole su aguijón. Quedo tan maltrecho que solo pudo levantarse al cabo de varias horas. Al volver en sí se escurrió hacia los bosques. Iba cojeando, con el cuerpo hinchado y adolorido. (Adaptación del relato de japonés EL Mono y el cangrejo. Versión de María Manent, Editorial Juventud)
¿De qué se trata este cuento? El Mono y el cangrejo, en versión de María Menent, hace parte de un volumen que recoge cinco cuentos de la tradición japonesa que reflejan la sensibilidad de esa cultura. Algunos de ellos muestran personajes y situaciones a las de los relatos de picaros que conocemos en Occidente.
La fábula El Mono y el cangrejo pone de manifiesto el daño que pueden causar los seres que sobreviven a punta de engaños, y al mismo tiempo recrea la lección que tarde o temprano reciben quienes se aprovechan de la confianza de los otros, para obtener sin esfuerzo sus bondades. María Manent fue un poeta y traductor español que dedicó parte de su trabajo a hacer versiones de relatos y poemas orientales. En 1985 ganó el Premio de Honor de las Letras Catalanas. Y tú, ¿Qué piensas? ¿Por qué el cangrejo cree sin mayor dificultad en las buenas intenciones del mono? ¿Crees que el mono necesitaba recurrir a la mentira para disfrutar de los caquis del árbol de su amigo? Ahora que el cangrejo sabe como es el mono, ¿deseará conservar su amistad? ¿Por qué? Algunos ocultan la verdad por debilidad y otros por ignorancia. ¿En cuál de los dos casos el error es más grave?
¿Qué es la verdad? La verdad es el conocimiento real, cierto, exacto e indiscutible sobre un hecho o una acción, es también el significado real de una palabra o la interpretación correcta de lo que ocurre alrededor de nosotros. No es fácil llegar a la verdad es la que ellas perciben, sin tener en cuenta lo que piensan o perciben los demás. Para llegar a conocer la verdad es necesario investigar mucho, y sobre todo, dialogar mucho con todas las personas con las que convivimos a diario.
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la verdad La difamación… Porque divulgan datos falsos que desacreditan o menosprecian a una persona. La manipulación…
Porque transforma hechos o palabras de tal manera que adquieren un significado totalmente diferente a lo que la persona originalmente quiso decir. El chantaje… Porque utiliza información, ya sea falsa o verdadera, para sacar provecho de una persona. Buscar No puede haber verdad sin búsqueda, es decir, investigación. Si deseas saber, por ejemplo, cómo es el movimiento de los astros o como se reproducen los seres vivos, necesitas leer, consultar con especialistas o ver algunos videos. Igualmente, si quieres si quieres conocer a tus amigos, debes dialogar con ellos, visitarlos en su casa o salir a tomar una gaseosa con ellos. Precisión No hay verdad sin precisión. Por eso la investigación superficial no basta, es necesario profundizar en aquello que se desea conocer. Imagina que un detective se conforma con la primera evidencia y acusa a un supuesto criminal, el cual es condenado a cadena perpetua. Con el tiempo, se sabe la verdad y resulta que el criminal era otro. Este detective actuó con irresponsabilidad, porque no fue preciso en el uso de la evidencia y porque no dialogó más para llegar a la verdad.
Ingredientes para la verdad Prudencia ¿Cuándo decir la verdad? ¿Cómo decirla? No todos los momentos ni todos los lugares son adecuados para decir la verdad, sobre todo si alguien puede resultar lastimado. Si te enteraste, por ejemplo, de que un compañero tuyo hizo algo incorrecto, tal vez lo más indicado no sea contarlo a todo el curso, sino hablar primero con él y en privado. Sinceridad
La verdad debe buscarse para el bien común, no para hacerles daño a las personas. Muchas veces los periódicos o los programas de televisión andan a la caza de supuestas verdades que lo único que hacen es daño. Los mismo pasa con algunas personas cuyo pasatiempo favorito es descubrir los defectos físicos o los problemas de los demás para hacerlos públicos.
En concordancia. Decir la verdad significa no decir mentiras. Vivir de acuerdo con la verdad significa mostrarnos al mundo como somos, de tal forma que nuestras acciones, palabras y pensamientos coincidan. Entonces, cuando somos personas verdaderas somos autenticas porque no recurrimos a la mentira en ninguna de sus manifestaciones. Cuando alguien es auténtico es muy fácil tratar con él o ella, porque es una persona transparente que no nos generará confusiones ni conflictos. Pase lo que pase Muchas veces nos vemos en situaciones que resultan penosas o dolorosas y por eso quisiéramos que nadie las supiera… en otra tenemos que decir algo que no va a gustar, pero que no podemos callar. La verdad viene de la mano de la responsabilidad. Por eso, un buen propósito en la vida es decir la verdad y asumir con responsabilidad lo que resulte de ello. Como pinocho Cuando nos acostumbramos a decir mentiras o a actuar en forma hipócrita, se nos convierte en algo tan normal que nuestra personalidad se pierde entre tanta falsedad. Las consecuencias son pésimas porque la gente se cansa de no saber como reaccionaremos o de soportar nuestras mentiras y entonces, poco a poco, se aleja porque se cansa de tanta confusión y abuso. Esto es una tristeza porque lo que sigue, entonces, es la soledad… y a nadie le gusta estar solo, ni siquiera a los mentirosos… Vivir en la verdad En casi todas las familias existen tiempos de “vacas gordas” y de “vacas flacas”, es decir, temporadas de abundancia y escasez. En tiempos de
escasez es importante que la familia viva en la verdad, o sea, que no se empeñe en guardar las apariencias, buscando créditos o pidiendo prestamos para cubrir gastos superfluos. Los hijos, al conocer la verdadera situación de la familia, pueden colaborar con sus padres no imponiéndoles cargas muy pesadas ni exigiéndoles que les compren objetos lujosos o de moda que pueden ser reemplazados por otros más modestos y económicos y que cumplen las mismas funciones. Teléfono roto Seguramente has escuchado muchas veces cosas como éstas: “dicen que mañana subirá la gasolina”, “dicen que el próximo año volveremos a padecer un terremoto”, “dicen que fulanita engaña a su novio”, “dicen que el señor ese señor es un ladrón”, “dicen que la carne de ese restaurante está hecha con gusanos”… ¡El mundo del rumor es tan amplio como absurdo! Generalmente el rumor contiene muy poquito de verdad y muchísimo de mentiras. Nadie sabe dónde se origina, pero vuela como el viento. Cuando nos llega un rumor es importante pararlo, es decir, no transmitirlo para que deje de circular. Y sin embargo se mueve… Galileo Galilei (1564-1642) se encentran entre los grandes científicos de la historia. Matemático físico, Galileo revolucionó el conocimiento de su tiempo: descubrió las leyes del péndulo, necesarias, para medir el tiempo con precisión; utilizó las matemáticas para comprobar los experimentos de Arquímedes y las teorías de Aristóteles; construyó telescopios, termómetros, brújulas y hasta fortificadores militares; descubrió cuatro de las lunas de Júpiter y que la Vía Láctea consta de millones de estrellas… pero la razón por la que más lo recordamos es porque descubrió que los planetas del Sistema Solar se mueven alrededor del sol. Esta teoría contradecía la carencia de creencia de la iglesia católica de que el Sol es el centro del universo. Por eso, Galileo fue juzgado por la Inquisición y obligado a retractarse y decir que sus teorías eran una gran falsedad. Pero dicen que, cuando Galileo salía del tribunal, dijo: “Y sin embargo, se mueve…” refiriéndose a que la Tierra, efectivamente, se mueve alrededor del Sol. La iglesia reconoció la verdad de las teorías de Galileo sólo hasta finales del siglo XX.
SI LO OYES… LO OLVIDAS… SI LOS VES… LO RECUERDAS
SI LO HACES… LO APRENDES ¡Saca tu cuaderno! El rollo de mentir La mentira crea confusión y lleva a cometer injusticias. Conversa con tus padres sobre esta idea y recuerden juntos un pasaje histórico o un personaje literario que la ejemplifique. Luego, escribe las conclusiones a las que lleguen. La verdad duele Decir a las personas lo que pensamos de ellas, con absoluta verdad, facilita nuestras relaciones y nos hace sentir confiados. Sin embargo, es necesario hacerlo con respeto y cortesía, sobre todo cuando nos referimos de sus defectos o errores. Escribe una carta afectuosa para un amigo o pariente que te haya decepcionado por su actitud descortés, por una agresión, por una promesa incumplida o por cualquier otra razón. Aprovecha la carta para decirle con toda franqueza lo que sientes. ¡Todos a jugar! Descubrá – monos Organiza una sección de dibujo para desenmascarar las cosas graciosas de tus amigos. Cada uno de los jugadores elige a otro como “modelo”, pero ni este ni los otros deben saber de quien se trata. Con base en lo que conoce de su modelo, cada jugador dibuja un personaje fantástico que lo represente. Cuando todas las obras estén terminadas, se ponen boca abajo en la mesa, uno de los participantes las baraja y las va mostrando de una en una. Los demás deben interpretar el personaje y descubrir quien se oculta detrás de él. A decir la verdad… Invita a unos buenos amigos dispuestos a mostrar quienes son. Necesitan una pelota y una gran dosis de franqueza. Los jugadores se sientan formando un círculo. Uno de ellos toma la pelota y dice: descubre una alegría… luego le lanza la pelota a otro jugador que, al recibirla, debe decir rápidamente que es lo que le causa mayor regocijo. Al terminar, éste lanza de nuevo la pelota, mientras dice, por ejemplo: descubre un temor grande… y así sucesivamente. Pueden hablar de sentimientos, actitudes, gustos por la comida, la ropa, afectos, cosas
que les molestan, sueños y deseos escondidos. El jugador que no conteste rápidamente o con sinceridad, queda descalificado. “La mentira cae por su propio peso”
Una señora llamada Gaia La tierra es la única casa que tenemos, y la conservación de la naturaleza es el camino para garantizar la continuidad de la vida sobre nuestro planeta. Hace veinticinco años, un científico ingles llamado James Lovelock causó un gran revuelo entre la comunidad científica al exponer una polémica hipótesis sobre nuestro planeta. Según él la tierra en su conjunto – las montañas, las cuevas, los árboles, las hormigas, las ballenas, los ríos, los gatos, y hasta tú y yo constituye un único organismo vivo cuyas partes se encuentran tan relacionadas y tan independientes como las mismas células de nuestro cuerpo. Es decir, la Tierra es un sistema vivo que puede regularse así mismo para mantenerse adecuadamente. Para Lovelock, este “súper ser colectivo” merecía ser rebautizado. Así, propuso llamarlo Gaia, como la diosa griega que creó la Tierra a partir del caos. Hoy día, la hipótesis de Lovelock continua siendo polémica, ya que la mayor parte de los científicos no considera que la Tierra sea un “mega ser vivo”. Sin embargo, la hipótesis de Gaia sí nos permite reflexionar sobre la compleja red de dependencias y relaciones que existen entre todos los seres vivos que habitamos en el planeta y los recursos y escenarios naturales. Humanos, animales, microorganismos, plantas, recursos acuáticos y terrestres, hábitats y ecosistemas particulares, no podemos sobrevivir si no conseguimos mantener el equilibrio de la biosfera (es decir, la parte de la corteza terrestre en la cual se desarrolla la vida: desde el fondo de los océanos hasta 50 km. Arriba de nuestras cabezas). La tierra tiene una antigüedad de 4.600 millones de años y tenemos la gran responsabilidad hacia ella, nuestra casa “mayor”, de comprometernos para poner fin a todas aquellas acciones que la dañen e impulsar aquellas que trabajen por su conservación. Debemos recordar que todo lo que hagamos hoy tendrá una consecuencia mañana.
DRIOPE Y EL LOTO En tiempos muy antiguos, los griegos promulgaron leyes muy rigurosas sobre la protección de la naturaleza. Estas leyes prohibían la destrucción de plantas y árboles de todas las variedades. Pero como suele ocurrir en cada época y en todos los países, en Grecia también existían personas que desatendían las leyes, se burlaban de ellas y además, lograban escapar de la justicia. Sin embargo, llegó el día en que la severidad de la justicia divina intervino en el problema. Driope, hija del rey Driops, asumiendo que podía hacer lo que quisiera, cortó un día los tallos de un magnifico loto en flor par trenzar unas guirnaldas con las que adornaría su cabello. La verdad es que esta no era la primera vez que ella actuaba así, pero esa mañana quedó aterrada cuando vio que de los tallos cortados no brotaba savia sino sangre. A medida que el agua del estanque donde vivía la planta se tenia de rojo, la muchacha, que decidió escapar, comenzó a oír quejas. Las quejas se hcieron más precisas, y una voz femenina dijo con dulzura: Driope, me has herido, ya no podrás irte. ¿Y quien eres tú? Preguntó Driope cada vez más asustada. Soy la ninfa Lotis y era una de las mas bellas entre las que viven al borde del agua. He oído hablar de ti; pero algunos dicen que un fauno te raptó. No replicó Lotis, no me raptó. Precisamente para escapar de él me sumergí en este estanque, en donde me transformé en Loto… y ahora tú me hieres cortándome los tallos. Perdóname suplicó Driope no sabia… ¡Ah! Pero sí sabes que está prohibido torturar a las plantas… y pese a ello lo haces con la disculpa de que jamás se quejan. Pero sabes que sufren. Driope intentó alejarse, pero tenía los pies como enraizados. Gritó, se debatió, se acostó en el suelo y se levantó, pero nada pudo hacer para arrancar los pies de la tierra. Poco a poco sintió como si sus tobillos, sus pantorrillas, rodillas y luego muslos se paralizaban. Miró y vio como la corteza subía a su alrededor, lentamente, con el ritmo lento con que crece un árbol. Paralizada de miedo comenzó a gemir.
Su hermana Lote y su sobrino Aufissos, quienes la escucharon corrieron pensando que había caído al agua, pero cuando la vieron ya transformada en árbol hasta la cintura comprendieron lo que había pasado y adivinaron que ya nada se podía hacer para sacarla de este mal paso. ¡Pido perdón a los árboles y a las plantas de la tierra! Imploraba ¡También pidió perdón a los dioses del bosque. Me comprometo a no volver a cortar ni una rama ni una flor, pero por favor permítame regresar a mi hogar y reanudar mi vida de mujer! Entonces llegó su padre y dijo: ¿Cómo, si tu eres la hija del soberano que hace las leyes, te burlas de ellas? Los dioses del bosque decidieron castigarte y nadie podrá hacer nada por ti. Si sigues gritando y retorciendo serás un árbol torcido. Alza los brazos al cielo y enderézate. Así serás un árbol bello en el que anidarán todos los pájaros. Ella obedeció y la corteza continúo subiendo lentamente… (Adaptación de la leyenda griega Driope, en Leyendas de montañas y bosques, de Bernard Clavel. Editorial Norma)
¿De que se trata este cuento? Las leyendas son una maravillosa expresión del universo imaginario de culturas lejanas que nos descubren situaciones y personajes semejantes a los de nuestras propias historias ancestrales. A su vez, las leyendas permiten reconocer imágenes y experiencias de nuestro entorno inmediato y de nosotros mismos. En este caso, la leyenda de Driope encarna simbólicamente un llamado de atención sobre nuestra responsabilidad frente a la protección y renovación de los recursos del campo, los bosques, mares y montañas. Bernard Clavel, autor francés, ha escrito poemas, novelas y relatos para niños. Y tú, ¿Qué piensas?
¿A que se refiere Lotis cuando habla del sufrimiento de las plantas? ¿Qué te parece la reacción que tuvo el rey cuando vio a su hija convertida en planta? ¿Por qué, a pesar del arrepentimiento de la joven, los dioses no la perdonaron?
¿Por qué crees que la gente se toma a la ligera las leyes sobre la preservación de la naturaleza?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la biodiversidad La indiferencia… Porque es la gran enemiga de la conservación del medio ambiente. Debemos aprender que cada problema, por pequeño que parezca, tiene consecuencias que pueden rebasar nuestra imaginación. La ambición… Porque no debemos anteponer los intereses particulares a los intereses colectivos. Esto es algo que las grandes empresas no tienen que olvidar. El egoísmo… Porque debemos preguntarnos si nuestra comodidad y beneficio personal no están dañando, de alguna manera, al medio ambiente.
¿Qué es la biodiversidad? Cuando contaminamos las aguas, el aire o la tierra, talamos los árboles o amenazamos la existencia de alguna especie animal o vegetal, atentamos contra nosotros mismos. La biodiversidad es, simplemente, la variedad de la vida, la impresionante diversidad de seres vivos que habitan nuestro planeta y las diferentes relaciones que se dan entre ellos. Para que te des una idea, en la Tierra existen cerca de un millón de especies. Gracias a ellas nuestras necesidades principales se encuentran cubiertas: comida, medicina, vestido, combustible y hasta habitación… a lo largo de su existencia, en la Tierra han aparecido nuevas especies y otras se han extinguido, pero nunca habían desaparecido tantas y tan rápido como en los últimos tres siglos. Por eso debemos conservar los hábitats que, como el bosque húmedo, son el gran almacén de la biodiversidad… Nuestra garantía de vida. Conciencia
La naturaleza es mucho más que un lindo paisaje: es la condición de nuestra existencia. Por eso debemos ser conscientes de que nuestras acciones tiene consecuencias. Los gases contaminantes de un carro se elevan a la atmósfera, se mezclan con las nubes y caen sobre los campos en forma de lluvia ácida. ¿Y qué sucede? Que los alimentos se contaminan, el suelo se daña y nuestra salud resulta perjudicada. Respeto Cuando salimos de paseo al bosque o ala selva, encontramos maravillosos seres vivos de gran belleza. Son tan bonitos que nos dan ganas de cortar las flores, arrancar el musgo o cazar mariposas para llevarlos a casa. ¡Alto! Hay que respetarlos porque hacen parte del equilibrio del ecosistema, único y particular, al que pertenecen. También las grandes empresas deben respetar el medio ambiente al no desechar materiales tóxicos en ríos, lagos o campos.
Ingredientes para la biodiversidad Previsión La naturaleza provee recursos renovables y no renovables que debemos explotar racionalmente. Tanto los recursos no renovables, como el petróleo o el agua, como los renovables, como la madera o la pesca, deben ser cuidados para que nunca falten. Así, se deben sembrar más árboles de los que se talan, no pescar ni cazar crías ni animales en edad reproductiva. Racionalizar los recursos es in sabia manera de prever para el futuro. Compromiso Para iniciarte como ambientalista escoge una causa que te resulte cercana o una actividad fácil de cumplir. Puedes comprometerte con no comprar productos que tengan envases contaminantes, con denunciar a las tiendas de mascotas que vengan animales prohibidos con algún programa de reforestación de tu ciudad. ¡Las causas sobran y el compromiso escasea!
Hoy y mañana
Ante el deterioro del medio ambiente, las amenazas que sufre la biodiversidad y los graves problemas ecológicos que enfrentamos, un grupo de gente muy “pilosa” ha propuesto que la única manera de salvar al planeta y a quienes habitamos en él, es poner en práctica el desarrollo sostenible. Esta es una filosofía activa que busca armonizar la conservación de la naturaleza y del medio ambiente con el bienestar y la supervivencia del ser humano. Se trata de lograr el desarrollo de los pueblos y de satisfacer sus necesidades, pero sin dañar al medio ambiente. Lo más importante del desarrollo sostenible es que se parte de la conciencia de actuar en el presente para asegurar el futuro de la humanidad. La cumbre del Río El concepto de desarrollo sostenible surgió por primera vez durante la cumbre de la Tierra o de Río, que se llevo a cabo en Brasil, en 1992. Esa reunión fue muy importante porque fue la primera vez que un gran número de países se comprometió a establecer políticas reales para defender la naturaleza y preservar el medio ambiente.
¡Yo colaboro! Si vives en un entorno urbano, ya sea una gran ciudad un pequeño pueblo, seguro que te encanta ir de excursión al campo, ¡no hay nada más rico que Salir a rodearse de verde y respirar aire puro! Sin embargo, es importante recordar que tenemos responsabilidades como paseantes: no dejes basura inorgánica (plástico y vidrio) tirada, recoléctala y llévala contigo de regreso a la ciudad; no cortes las plantas de raíz ni captures animalitos y ¡nunca, nunca jamás! Dejes descuidada una fogata y antes de irte asegúrate que el fuego este completamente extinguido y que ningún carbón haya quedado medio prendido. Así el campo se conservará para que regreses una y otra vez. Una comunidad real ¿Te has fijado como en la vida natural las cosas se equilibran por sí mismas? Durante millones de años todo se mantuvo en orden… hasta la aparición del hombre. En la naturaleza se establecen relaciones de supervivencia
muy complejas entre los seres vivos y el medio. Un ecosistema puede sobrevivir solamente si esas relaciones se mantienen equilibradas. A veces el equilibrio depende del paso de un río, del insecto que poliniza determinada flor del despertador que mantiene a raya a la población de algún animal. ¿Qué crees que los humanos podemos aprender de este equilibrio natural? Los conquistadores – depredadores El ser humano es conquistador por naturaleza: le encanta expandirse y colonizar las tierras desocupadas para habitarlas o cultivarlas, construye muelles para poder salir a pescar, tala árboles para conseguir madera y papel… ¡se siente el amo y señor del planeta! Sin embargo, muchas de esas acciones destruyen los hábitats, es decir, el ambiente especifico en el que determinada especie puede desarrollarse a plenitud. Y esto es muy grave porque la destrucción de los hábitats es la causa principal de la extinción de especies animales y vegetales. Para evitar este peligro existen los “estudios de impacto ambiental” que son unos exámenes muy detallados que se hacen para ver como el paso de una carrera (por ejemplo) puede afectar el equilibrio natural y hasta la supervivencia de la zona.
Un hueco en la atmósfera Arriba, bien arriba, entre 20 y 40 km. Por encima de tu cabeza, se encuentra una estrecha franja construida por ozono. Pues bien, la capa de ozono es importantísima para preservar la vida en nuestro planeta, ya que ese gas filtra los peligrosísimos rayos ultravioleta. Si estos llegaran directamente a la superficie de la Tierra acabarían con el fitoplancton, que es la base de la alimentación marina, y nos provocarían graves problemas en la vista y en el sistema inmunológico, alteraciones genéticas y cáncer en la piel. Un grupo de científicos descubrió que existe un gran hueco en la capa de ozono provocado por el uso de unas sustancias muy utilizadas por la industria llamada CFC (clorofluorcarbonos). Así, los países desarrollados, principales responsables del uso de estas sustancias, se comprometieron a reducir sus emisiones hasta en 50 por ciento. Falta ver si cumplen su compromiso con la tierra.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Muy peludo En la antigüedad los hombres dependían de la caza para satisfacer sus necesidades de alimentación y vestido. Hoy día las cosas han cambiado y la sociedad moderna rechaza la caza de animales para conseguir pieles de lujo. Dibuja un comic de dos páginas sobre un grupo de animales que se enfrentan a unos negociantes de pieles. También incluye como personajes a las personas que gustan de usar costosos abrigos de pieles y a los almacenes que los venden. Antes y después ¿Cómo influye la expansión de las ciudades en la vida de la gente y en la ecología? ¿Cómo cambian los pueblos y las ciudades? Busca fotografías viejas del lugar donde vives, ya sea en tu casa o en las revistas. Pide a tus papás y abuelos que te cuenten cómo ha cambiado tu entorno. Pega juntas las fotos del pasado y del presente y describe estos cambios y si crees que han sido positivos o negativos. ¡Todos a jugar! Hojas de verdad y de mentira Organiza con tus amigos o parientes una excursión al campo. Objetivo: recolectar hojas de diversos árboles, arbustos y plantas. Dividanse en parejas y junten las hojas recogidas. Cada pareja debe inventar por separado la ficha científica de las hojas: nombre, características y la utilidad para el hombre. Se trata de crear un pequeño herbario disparatado, gracioso o poético. Al final, todos comparten sus fichas y eligen las tres mejores. Las compras del mercado En este juego los participantes deben elaborar tarjetas con dibujos de productos del campo, animales y vegetales, y las entregarán luego al director del mismo. Éste entrará solo a la sala del juego y distribuirá allí las tarjetas: sobre una mesa, una repisa, bajo un mueble, etc. Luego invitara a entrar a los participantes que se colocarán en círculo. Cuando él lo indique, los jugadores preguntarán en coro: “Qué has traído del mercado?”
Él responderá dando el nombre de uno de los productos que hay en las tarjetas. Todos los jugadores deben ubicar la tarjeta correspondiente, ir por ella y regresar con rapidez a su lugar para la siguiente pregunta. Las preguntas y respuestas deben sucederse sin que medie mucho tiempo para darle agilidad y diversión al juego. “la Tierra es nuestra casa mayor, ¡cuidémosla!
Pregúntale a las estatuas Mejorar el medio ambiente, cuidar los recursos, rescatar y conservar las zonas verdes de las ciudades, es compromiso de todos los que las habitamos. Si pudieran hablar de estatuas de tu ciudad, ¿Te imaginas lo que dirían? Quizá se quejarían porque casi nadie conoce su nombre ni su obra, pero sobre todo, porque las maltratan y las ensucian, porque muchas personas escriben sobre sus pedestales, porque están sucias por el humo de los carros y pocas veces las limpian… Ahora piensa que dirían los jardines, los parques, los arboles y los pocos pájaros que viven en la ciudad; las fuentes y las avenidas, los humedales y los lagos que aún quedan… seguro que tendrían muchas razones para quejarse. Aunque la actitud de las personas hacia el entorno ha cambiado en los últimos tiempos, aún hay muchas que destruyen el medio ambiente o son diferentes ante su suerte. Algunas por otra parte, hablan mucho sobre el cuidado, la conservación y recuperación ecológica de las ciudades, pero no pasan el bla, bla, bla: mucho se dice, poco se hace. Las ciudades, al igual que el campo, los mares y los ríos necesitan ser cuidadas. Una ciudad limpia con parques para la recreación, con tráfico controlado, con la industria responsable y una ciudadanía comprometida con el mejoramiento del medio ambiente, puede convertirse en un hábitat adecuado para que las personas puedan vivir felices y sanas. Pero una ciudad así solo es posible con el compromiso y el trabajo de estas mismas personas. La ciudad es la extensión de nuestra casa, por eso debe ser responsabilidad de todos los que habitamos.
Caperucita en Manhattan En la ciudad de Nueva York siempre aparece muy confusa en los atlas geográficos y al llegar uno se forma un poco de lío. Esta compuesta por diversos distritos, señalados en el mapa callejero con colores diferentes, pero el más conocido de todos es Manhattan, el que impone su ley a los demás y los empequeñece y los deslumbra. Le suele corresponder el color amarillo. Sale en las guías turísticas y en el cine y en las novelas. Es sin duda una parte especial de Nueva York. Se trata de una isla en forma de jamón con un pastel de espinacas en el centro que se llama Central Park. Es un gran parque alargado por donde resulta excitante caminar de noche, escondiéndose de vez en cuando detrás de los árboles por miedo a los ladrones que andan por todas partes y sacando un poquito la cabeza para ver brillar los anuncios y de los rascacielos que flanquean el pastel de espinacas, como un ejercito de velas encendidas para celebrar el cumpleaños de un rey milenario. Pero a las personas mayores no se les ve alegría en la cara cuando cruzan el parque velozmente en taxis amarillos o coches grandes de charol, pensando en sus negocios… Manhattan es una isla entre ríos. Las calles quedan a la derecha del Central Park y corren en sentido horizontal terminan en un río que se llama East River tiene varios puentes misteriosos que unen la isla con otros barrios de al ciudad, uno de los cuales se llama Brooklyn, como el puente. Este tiene mucho tráfico y está adornado con hilos de luces formando un festón que desde lejos parecen farolitos de verbena. Se encienden cuando el cielo se empieza a poner malva y ya todos los niños han vuelto del colegio a encerrarse en sus casas. Vigilando Manhattan hay una islita con una estatua enorme de metal verdoso que lleva una antorcha en su brazo levantado y a la que vienen a visitar todos los turistas del mundo. Es la Estatua de la Libertad, vive allí como en un santo en su santuario, y por las noches, aburrida de que la hayan retratado tantas veces durante el día, se duerme sin que nadie lo note. Y entonces empiezan a pasar cosas raras. No todo los niños que viven en Brooklyn se duermen por la noche. Piensan en Manhattan como en lo más cercano y al mismo tiempo, lo más exótico del mundo, y su barrio les parece un pueblo perdido donde nunca pasa nada. Sueñan con cruzar de puntillas el puente que une a Brooklyn con la isla que brilla al otro lado y donde imaginan que toda la
gente está despierte bailando en locales tapizados de espejo, escapándose en coches de oro y viviendo aventuras misteriosas. Y es que cuando la estatua de la libertad cierra los ojos, les pasa a los niños sin sueño de Brooklyn la antorcha de su vigilia. Pero esto no lo sabe nadie. Es un secreto… (Adaptación de un fragmento de la novela Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite. Editorial Siruela)
¿De qué se trata este cuento? Caperucita en Manhattan, de Carmen Martin Gaite, recrea el encuentro entre Sara Allen con miss Lunatic. Sara vive en Brooklyn y sueña con ir a Manhattan para llevarle a su abuela una tarta de fresa. Miss Lunatic es una mujer mayor, vagabunda y dulce, que vive en la a Estatua de la Libertad y sale en las noches a recorrer las calles de la ciudad con la misión de llevar alegría, optimismo y una lección de vida a los neoyorquinos. En medio del encuentro aparece mister Wollf, un pastelero ambicioso que habita en Central Park y seduce a niños y adultos con los deliciosos pasteles que vende en sus almacenes, llamados El Dulce Lobo. ¿Qué le depara a Sara estos curiosos personajes? Quizás un destino semejante al e Caperucita Roja. Carmen Martin Gaite es una autora española que ha relatos para niños y adultos. Ha ganado premios por sus obras literarias y de ensayo. Y tú, ¿Qué piensas? . o ¿Qué aire le da Manhattan el paisaje de Central Park? o ¿A qué se parecen los puentes de las ciudades? ¿Te parece que las embellecen? o ¿Qué harán los niños de Brooklyn con la antorcha de la Estatua de la Libertad? o ¿Por qué hay que hacer campañas sobre el cuidado de la ciudad?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la ecología en la ciudad La apatía…
A muchos no les importa lo que le ocurre a la ciudad, creen que problemas como la contaminación o la destrucción del ambiente no es asunto suyo. La ignorancia… Algunas personas no saben lo que tienen en sus ciudades o si lo saben no lo aprovechan. De igual forma, suelen desconocerse las normas que podían hacer que la vida en las ciudades fuera más sana y verde. El descuido… Nunca hay que tirar basura en la calle, verter sustancias peligrosas en el sifón de la casa ni quemar objetos que produzcan humos tóxicos.
¿Qué es la ecología en la ciudad? Cuando hablamos de ecología en la ciudad nos referimos al cuidado, la protección, la defensa y la recuperación del medio ambiente que debe darse en las urbes. Debido a la gran cantidad de personas que las habitan y a la multitud de actividades que se realizan en ellas, las ciudades sufren diversos tipos de males, tales como la contaminación, la suciedad, los desechos descontrolados y la destrucción de sus reservas naturales… la ecología aplicada a la problemática de las ciudades pretende salvaguardar el medio para favorecer la vida humana y la de las diferentes especies animales y vegetales que conviven con edificios, avenidas, buses, taxis y fabricas, para lograr un sistema de vida más sano y responsable con el medio ambiente. Observación Si no sabes cuales son los principales problemas ecológicos de tu ciudad difícilmente podrás hacer algo por ella. Por eso, antes de iniciar tu labor como ecólogo, debes darte una vuelta por la ciudad e informarte de todo lo que está ocurriendo. Para conocer la ciudad también es importante y útil leer los periódicos y las revistas.
Trabajo En las ciudades hay grupos de personas que se dedican a proteger distintos escenarios del medio ambiente urbano. Unos grupos se dedican a la protección de los parques, otros reforestar la ciudad sembrando árboles, otros a proteger la fauna urbana y otros más a hacer conciencia sobre la importancia de reutilizar los desechos… como la unión hace la fuerza, lo mejor es que te ingreses a uno de estos grupos para que tu acción a favor de la ciudad sea más eficaz. ¡No existe nada más provechoso que el trabajo en equipo!
Ingredientes para la ecología en la ciudad Colaboración Es necesario conocer cuales son las normas y las leyes ambientales que regulan las diversas actividades industriales, comerciales y cotidianas de tu ciudad para que puedas adheriste a ellas y colaborar activamente. De igual manera, tú también puedes proponer acciones positivas para mejorar tu entorno inmediato. Muchas personas aparentemente se preocupan por la ciudad, pero generalmente no pasan de la palabra a la acción: recuerda que el verdadero ecologista no sólo habla y denuncia, sino que colabora y se compromete.
Detectives ecológicos Todos podemos contribuir a disminuir la contaminación en las ciudades. ¿Cómo? Informándonos como se realizan ciertas actividades y fabrican objetos cotidianos y como funciona su ciclo de vida. El análisis del ciclo de vida es una herramienta que evalúa los efectos ambientales de un proceso o un producto determinado: desde el momento de la extracción de sus materias primas, pasando por la totalidad de su proceso de fabricación, hasta que es devuelto a la naturaleza en forma de residuos, desechos o emisiones. Este análisis da como resultado el impacto ambiental del producto o proceso que utilizamos o actividad que
realicemos, y nos permite tomar las decisiones o realizar ajustes pertinentes para no afectar al medio ambiente.
Más sobre el ciclo de la vida Te sorprenderás de todo lo que te vas a enterar cuando investigues los ciclos dela vida de ciertos productos y actividades cotidianos. Averigua por el ciclo de vida de: una lata de aluminio, un ladrillo, una pelota de plástico, el reciclaje del papel o la producción de energía solar.
Tu aporte Contribuir al cuidado de la ciudad es realmente fácil. Lo primero es tener el y el deseo de ayudar a que la ciudad mejore; a partir de esta actitud hay muchas formas de colaborar. Por ejemplo, puedes fijarte bien en lo que compras. Cuando vayas al supermercado asegúrate de que el producto no este empacado en material contaminante, sino que éste sea reciclable. Insiste en tu casa para utilicen detergentes y lavalozas biodegradables. Y recuerda que mientras menos compremos, menos tendremos que botar y menos vamos a contaminar. Ni tan frescos con el agua… A pesar de que tres cuartas partes de nuestro planeta están constituidos por agua, sólo 1 por ciento de ésta es dulce; 99 por ciento restante corresponde al agua salada del mar. Tú sabes que, en algunos casos, llevar el agua a las ciudades exige grandes costos y esfuerzos. Por eso, cuidarla es nuestra obligación. Tú puedes colaborar con la humanidad de forma muy fácil: revisa que no haya fugas de agua en los baños de tu casa; cierra la llave mientras te cepillas los dientes: si no lo haces se pueden desperdiciar hasta ¡19 litros de agua…! Haz lo mismo al lavar los platos: ahorrarás hasta 100 litros. Recuerda tomar duchas rápidas y cerrar la regadera mientras te enjabonas. Botan y rebotan Las ciudades botan residuos que se convierten en un problema de gran magnitud. Estos no están constituidos únicamente por la basura y los desechos, sino también por las emisiones de gases, por el consumo de energía, la quema de combustibles, las radiaciones y hasta por las ondas
electromagnéticas.es responsabilidad de los gobiernos y las grandes empresas disminuir al máximo la producción de residuos, y de los particulares, aplicar las tres “R” del desarrollo sostenible: reducir los desechos, reutilizar todo lo que se pueda, reciclar los materiales. Estas acciones son muy importantes para llevar a cabo a nivel individual, sobre todo si tomas en cuenta que, por ejemplo, un europeo produce 1,8 kg. De basura diarios.
Efecto invernadero Un invernadero es un edificio de vidrio en el que crecen plantas y flores; es sol traspasa el vidrio y el calor queda atrapado en el invernadero. La atmósfera está formada por varias capas de gases invisibles, entre ellos el dióxido de carbono (CO), que actúan tal y como el techo del invernadero y no dejan que el calor se escape, posibilitando la vida en la Tierra. Sin embargo, los gases emitidos por los carros, buses, fabricas, calefacciones, etc. Han incrementado el CO2, que se queda atrapado en la atmósfera en forma de calor. Así, hemos hecho que la temperatura del planeta aumente artificialmente y de seguir así, la humanidad enfrentará graves consecuencias: tormentas más intensas, exceso y falta de lluvia, inundaciones, desertificación… es decir, un cambio climático drástico
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! Corazón verde Los parques son los pulmones de una ciudad. Ponte a pensar que es necesario para conservar un parque en buen estado y construye cinco letreros con recomendaciones para el uso y el cuidado de estos espacios. Hacerlos en cartulina y luego pegarlos en un palo o tabla que se pueda clavar en la tierra. Lugar de todos Dibuja el lugar de tu ciudad que mas te gusta visitar y describe por qué lo prefieres y cómo te sientes cuando estás allí. El texto y el dibujo
deberán funcionar como un afiche turístico para promocionar tu ciudad en el extranjero y convencer a los turistas para que la visiten. ¡Todos a jugar! Todo un caos La contaminación de las ciudades también tiene que ver con el ruido excesivo, experimenta con este juego la vida caótica de una calle céntrica en un día normal. Cada participante debe hallar a su pareja en medio de los gritos de los jugadores. Quien guía el juego dice al oído de cada cual el nombre de un personaje u objeto de la ciudad y el sonido que produce, por ejemplo, “bus viejo - ¡trrrrr-rrrrrrr!” o “vendedor de frutas – eeeeeelmanngobichelapitaaaaayalafresaaaaamil!”, ¡moto – ññññ!”. Luego, todos los participantes se vendan los ojos y, a la señal del guía, empiezan a gritar el sonido de su personaje u objeto lo más alto posible. En medio de la algarabía cada jugador debe reconocer a su pareja por el grito que comparten; al encontrarse, cada pareja se retira del juego. Éste finaliza cuando todos han hallado a su pareja. Descubre la imagen En este juego todos los participantes dibujan, en una hoja tamaño carta, una imagen sobre un problema ecológico del barrio en que viven. No deben dejar ver su dibujo. Luego recortan una hoja en cuadros para cubrir con ellos el dibujo. A cada cuadrado se le dobla una punta para poder levantarlo con facilidad. Cuando todos hayan cubierto sus dibujos, se organizan por turnos. Cada dibujante debe dejar que los otros participantes, uno a uno, levanten un cuadro de su obra para descubrir lo que representa. Estos deben ser prudentes a la hora de adivinar pues sólo tienen una oportunidad. Frente a cada dibujo, gana el que primero adivine el tema. “La ciudad es tu hábitat, ¡protégelo!”
Nuestra mayor riqueza …no está constituida por otro ni por millones de dólares, sino por todas las lenguas que se hablan en la tierra, el que expresa ideas y
sentimientos, la poesía y la música… o sea, por las creaciones del espíritu humano, patrimonio de todos los tiempos. Hermosas obras de arte, grandes monumentos arquitectónicos construidos por culturas milenarias, carnavales que explotan entre la algarabía de la gente, cantos y música que se pierden en el tiempo, sabrosos platos que alimentan no solo el cuerpo sino también el espíritu…. Todas estas cosas, y muchísimas otras más constituyen parte de una gran y maravillosa herencia universal de la que todos los hombres y mujeres del mundo convertimos en dueños y guardianes desde el momento en que nacemos: nuestro patrimonio cultural. La palabra patrimonio se refiere tanto a lo que “uno ha heredado de sus ascendientes”, es decir, de sus mayores, como a la “acumulación de bienes o efectivo que constituye la riqueza de un individuo”. Cuando hablamos de patrimonio cultural, en su forma tangible e intangible, que heredamos de las generaciones anteriores y que constituye una riqueza invaluable para todos los individuos y todos los pueblos. El patrimonio cultural tiene muchas manifestaciones: se vive desde el seno de la familia y la comunidad a través de la tradición, se manifiesta en la identidad nacional y se acomoda dentro del gran patrimonio que todas las culturas del mundo hemos construido para formar el conjunto del patrimonio de la humanidad. Es obligación de todos los habitantes del planeta conocer, preservar y conservar el patrimonio cultural de nuestras comunidades y países. Sólo así, el gran tesoro de la herencia humana podrá ser recibido por las nuevas generaciones. ¿De qué se trata este cuento? La nieve de Chelm, de Isaac Bashevis Singer, hace parte de un volumen de historias sobre personajes judíos, la mayoría de ellos tontos, como los que también aparecen el los cuentos de otras tradiciones: ¿recuerdas a Simón el bobito? Pues con el ánimo de entretener a sus lectores, pero también de recordarles con humor algunas costumbres de su país, el autor narra pequeñas aventuras cotidianas en las que novios, animales, viejos y hasta el mismo diablo, resuelven sus problemas a punta de torpeza y terquedad. Isaac Bashevis es judío polaco y emigró a Estados Unidos en 1935, en medio de la expansión del nazismo. Allí escribe en yiddish, la lengua de los judíos del centro de Europa. En 1978 recibió el Premio Novel de Literatura.
Una aldea de tontos Chelm era una aldea de tontos jóvenes y viejos. Una noche alguien vio que la luna se reflejaba en un barril de agua. Los pobladores imaginaron que se había caído allí y sellaron el barril para que la luna no se escapara. Cuando a la mañana siguiente abrieron el barril y la luna no estaba allí, los aldeanos decidieron que había sido robada. Llamaron a la policía, y cuando vieron que el ladrón no aparecía, los tontos de Chelm lloraron y gimieron. De todos los tontos de Chelm, los más famosos eran siete ancianos. Como eran los más viejos y los mayores tontos, gobernaban en Chelm. Tenían barbas blancas y frentes muy anchas por pensar demasiado. Una vez, durante una noche de Hannukkah, la nieve cayó continuamente. Cubrió toda Chelm como un mantel de plata. La luna brilló, las estrellas titilaron y la nieve relució como perlas y diamantes. Esa noche los siete ancianos estaban reflexionando mientras arrugaban sus frentes. La aldea necesitaba dinero y no sabían de donde obtenerlo. Repentinamente el más anciano de ellos, Gronam, el Gran Tonto, exclamó: ¡La nieve es plata! ¡Veo perlas y diamantes en ella! Para los ancianos era claro que había caído un tesoro del cielo. Pero pronto comenzaron a preocuparse porque la gente de Chelm le gustaba caminar y seguramente terminarían por pisotear el tesoro. ¿Qué se podría hacer? El tonto Tundras sugirió: Enviemos un mensajero que golpee en todas las ventanas y diga a todos que deben permanecer en casa hasta que se hayan recogido la plata, las perlas y los diamantes. Por un rato hubo satisfacción con la propuesta. Pero Gronam hizo notar con pesadumbre que el mensajero mismo pisotearía el tesoro. ¡Ya está! El mensajero no debe ir a pie. Debe ser transportado sobre una mesa para que sus pies no toquen la preciosa nieve dijo Shmerel. Todos quedaron encantados con la propuesta y los ancianos, batiendo palmas, admiraron su propia sabiduría. Entonces mandaron buscar el chico de los recados y lo pusieron sobre una mesa. ¿y quien transportaría la mesa? Pues el cocinero, el pelador de patatas, el mezclador de ensaladas y el pastor de la comunidad. Se
les ordenó a los cuatro que llevaran la mesa en la que el recadero estaba en pie. Cada uno sostuvo una pata. Salieron. En cada ventana el chico golpeaba y decía: nadie debe dejar su casa esta noche. Ha caído un tesoro del cielo y está prohibido pisarlo… La gente obedeció a los ancianos y permaneció en su casa. Entre tanto los viejos trabajan de imaginar cómo harían mejor uso del tesoro cuando lo recogieran. Tudras propuso comprar una gansa que diera huevos de oro para que la comunidad tuviera un ingreso fijo. Shmerel propuso comprar gafas que hicieran parecer más grandes todas las cosas a los habitantes de Chelm. Si la aldea parecía más grande, entonces seria más grande. Ya no seria una aldea sino una gran ciudad. Pero mientras los ancianos sopesaban sus planes llegó la mañana y brilló el sol. Miraron por la ventana y, ¡oh sorpresa!, vieron que la nieve había sido pisoteada. Las botas de los porteadores de la mesa habían destruido el tesoro. Los ancianos admitieron habían cometido un error, ¿Quizás otras cuatro personas deberían de haber llevado a los cuatro hombres que llevaban la mesa en la que estaba el recadero? Entonces decidieron que, el año próximo, eso era lo que harían. Aunque los aldeanos se quedaron sin tesoro, estaban esperanzados para el año siguiente y felicitaron a los ancianos, quienes siempre tenían una solución, por muy difícil que fuera el problema. (Adaptación a un fragmento del cuento La nieve de Chelm, de Isaac Bashevis Singer, en Cuentos Judíos de la aldea de Chelm. Editorial Lumen)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Qué les hizo pensar a los ancianos que en la nieve había un tesoro? ¿Cuál de las dos inversiones que proponen los viejos te parece más atractiva? ¿La de la gansa o la de las gafas? ¿Por qué? Si hubieran atrapado la luna, ¿Qué crees que el pueblo habría hecho con ella? ¿Cuál es el valor de este tipo de relatos dentro de una comunidad?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta al patrimonio cultural La indiferencia…
Nuestro patrimonio tangible e intangible, nacional y universal, no nos puede ser indiferentes ya que su conservación es vital para las generaciones presentes y futuras. El saqueo… Porque si permitimos que aquellas obras de arte que nos pertenecen a todos se vayan del país, nos iremos quedando sin belleza, sin identidad ni memoria. La ignorancia… Porque si desconocemos las riquezas artísticas y culturales de nuestra ciudad o país, nuestra identidad será pobre y débil.
¿Qué es el patrimonio cultural? Es el conjunto de creaciones que constituyen la identidad, la tradición, la historia, el arte y la cultura de los pueblos. Se divide en patrimonio tangible e intangible. Al tangible lo forman obras artísticas, monumentos, zonas arqueológicas, lugares y ciudades que, por su importancia artística, histórica o científica, han sido modelos culturales que tuvieron gran influencia en algún momento de la historia y que siguen siendo fuente de conocimiento. El patrimonio intangible (el que no se puede tocar), es la cultura popular: tradición oral, danza, música, rituales, teatro tradicional y hasta la gastronomía. El patrimonio es nacional o universal y debemos conservarlo para el futuro. Investigación Cada país debe ser responsable de designar una buena cantidad de recursos para investigar todo aquello que constituye su patrimonio cultural. Sólo así podemos saber qué tenemos, en dónde se encuentra, en qué condiciones está y qué podemos hacer para conservarlo Divulgación Debemos dar a conocer lo que tenemos. Solo así seremos conscientes de la importancia y el valor de nuestro patrimonio. A veces no sabemos por qué una pequeña iglesia colonial, unas ruinas prehispánicas o una vieja casa son importantes. Pero si nos cuentan su historia, nos enseñan a descubrir su belleza y nos explican su valor, nos sentiremos orgullosos,
las apreciaremos como nuestro patrimonio y contagiaremos a otros con nuestro entusiasmo.
Ingredientes para el patrimonio cultural Protección El patrimonio debe ser protegido del tiempo, de los ladrones, del vandalismo, de las influencias externas y hasta de la globalización misma. Cada ciudadano debería ser guardián del patrimonio, porque al hacerlo, estaría protegiendo si propia identidad. Además, los estados deben emitir Leyes que busquen proteger su herencia prohibiendo la demolición de edificios de interés histórico y cultural, sancionando severamente el saqueo de obras de arte y su exportación a otros países, financiando la realización de eventos relacionados con la cultura popular y protegiendo las expresiones culturales de las minorías. Conservación Como herencia, el patrimonio cultural ha sobrevivido cientos y hasta miles de años. Sin embargo, también es cierto que se ha visto amenazado no sólo por el tiempo, sino por la acción destructora del hombre. Los gobiernos y los ciudadanos deben comprometerse a proteger su herencia cultural para evitar que se deteriore, en el caso de los bienes tangibles, o se pierda, en el caso de los intangibles. En ambos casos, debemos ser conscientes de que el patrimonio puede desaparecer para siempre… lo cual sería realmente irreparable.
¡Es de todos! Desde los años 70, la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la educación, la Ciencia y la Cultura) decidió poner en acción para proteger el Patrimonio Cultural de la Humanidad. Así, se creó una comisión que, año tras año, determina qué lugares, ciudades y obras artísticas del mundo pasan a formar parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad. Esto constituye no sólo una distinción sino un compromiso de los gobiernos y sus ciudadanos para preservar el patrimonio para las
generaciones futuras de todo el mundo. A su vez, la Unesco se compromete a colaborar con asistencia técnica, científica y educativa para su conservación. ¡Qué vergüenza! El hombre tiene un gran poder destructor. No sólo la negligencia y el olvido destruyen el patrimonio, también las guerras. En 2001 los talibanes destrozaron las estatuas gigantes de Buda en Bamiyan, que tenían 1.500 años de antigüedad. Las bombas estadounidenses dañaron severamente el Museo Arqueológico de Bagdad y muchas piezas con más de 20 siglos de antigüedad fueron robadas o destruidas. Durante la guerra de Yugoslavia, ciudades históricas como Dubrovnik también fueron severamente dañadas. De memoria Observa bien a tu familia y fíjate en aquellos detalles que la definen y la hacen particular. ¿De qué regio vienen, que palabras usan para hablar, qué comen en las ocasiones especiales, cómo es su acento, qué canciones cantan en las festividades, qué cuentos acostumbra narrar, qué costumbres tienen que los diferencien de las otras familias, cómo es su historia? La respuesta a cada una de estas preguntas irá formando las piezas del rompecabezas que constituyen la identidad y el patrimonio cultural de tu familia. Sin todos estos rasgos, tú no serias quien eres: aunque tuvieras la misma cara y la misma sangre, con otra cultura serias otra persona. Patrimonio ambulante ¿Te has puesto a pensar que cada individuo se porta en si mismo el patrimonio cultural de su país? Tú constituyes tu comunidad y tu nación. Mas allá de los símbolos como el himno nacional o la bandera, tu herencia y tu identidad son todavía más profundas… hablas el español con cierto acento, comes alimentos que no se preparan así en ninguna otra parte del mundo, bailas y cantas como no se hace en otros países, hay símbolos que reconoces como tuyos: el sombrero vueltiao en Colombia, el sombrero de charro en México o el de gaucho en Argentina ¡Cuántas cosas puede decir un sombrero! Cada vez que repites que cantas tus canciones típicas, que hablas o que cocinas, estás revitalizando tu patrimonio: le estas dando vida.
¿Qué? What? Was? En el mundo existen unas 4.000 lenguas y se cree que 2.000 se encuentran en peligro de extinción. Una lengua desaparece cuando ya no hay nadie que hable y esto sucede al avance de idiomas que resultan más fuertes debido a la cantidad de gente que los habla. Las lenguas amenazadas son habladas por pequeñas comunidades. Para que te des una idea, el ainú de las islas Hokkaido sólo es hablado por 150 personas; el cucapa del sur de E.U. y norte de México, por 500 y el baida, de Canadá, por 178. Estas lenguas son amenazadas por el japonés y el ruso, el inglés y el español, respectivamente. ¿Qué pasa cuando se pierde una lengua? Desaparece la fuente de sabiduría, una forma de entender al universo, de nombrar la realidad y de relacionarse con el mundo. Es una gran desgracia para el patrimonio cultural universal. ¿A dónde crees que vas? Hasta hace relativamente pocos años, cualquier aventurero, explorador o individuo del común en un sitio arqueológico, se sentía en la libertad de excavar y llevarse los objetos que encontrara, ya fuera para venderlos o coleccionarlos. Hoy día esto tiene un nombre: saqueo, y constituye a un delito: trafico ilegal del patrimonio. Cada vez que un guaquero excava en una tumba prehispánica para ver que encuentra, destruye evidencias que nos podrían decir mucho sobre como Vivian nuestros antepasados; cada vez que una escultura antigua deja su país de origen, somos culturalmente más pobres. El patrimonio cultural nos pertenece a todos y tiene un hogar natural: los museos.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! El pasado en presente Visita con tus amigos uno de los museos de tu ciudad, ya sea de arte, de culturas indígenas, de ciencia o de historia. Detente en cada objeto y obsérvalo con atención. ¿Cuál obra o pieza te gustó más? ¿Por qué?... y lo más importante, ¿Crees haber descubierto algo sobre ti mismo (a) a partir de ella?
Historias de siempre La literatura oral hace parte del patrimonio cultural de los pueblos. Son historias y leyendas que se transmiten de boca a boca, de los abuelos a sus hijos y de éstos a sus hijos y así sucesivamente. Asé se conservan por muchísimos años y se van enriqueciendo con los añadidos de cada relator. Seguramente habrás escuchado algún cuento que pertenezca a la tradición oral de tu departamento. Te invitamos a escribirlo, así se conservara y permanecerá para siempre. ¡Todos a jugar! Tarde de coplas Las coplas son un recurso poético para hablar con música y humor de los personajes y costumbres de nuestros pueblos. Apréndete con tus amigos algunas coplas. Luego organiza con ellos, por parejas, una competencia de copleros con versos improvisados. Gana el coplero más rápido e ingenioso. Cada lugar, una identidad Los jugadores forman dos equipos de cuatro. Uno dibuja y el otro propone el nombre de un país, ciudad o pueblo del mundo. El grupo encargado de dibujar elige a uno de los miembros para que pinte el nombre del lugar que le diga el otro grupo. Debe dibujar un edificio representativo, un personaje, un traje representativo, un personaje, un traje o comida típica. Cuando haya terminado regresará a su equipo para que adivinen el nombre del sitio. El dibujante no puede hablar, hacer mímica ni dar alguna pista. Si el lugar es adivinado en un minuto, el equipo se gana un punto y elige otro lugar para que lo adivine el grupo rival. Si no lo adivinan el primer equipo gana el punto. “Tu herencia cultural es tu mayor tesoro”
Dos posibilidades
No podemos saber a ciencia cierta como serán los países en el futuro, pero lo más seguro es que serán como nosotros decidamos que sean La profesora de sociales les pregunto a sus alumnos que como creían que serian los países del futuro. Hubo muchas y variadas respuestas, pero las que más llamaron la atención fueron las de unos hermanos gemelos que estaban en el mismo curso. Uno de ellos respondió: “tendrán edificios muy, muy altos, pero no habrá necesidad de ascensores, porque se podrá llegar a las oficinas o los apartamentos en taxis voladores, la gente será más del aire que del suelo. Todo será más rápido y más fácil. La gente se teletransportará a grandes distancias en poco tiempo. Ya se habrá encontrado cura para las enfermedades graves. La vida será cómoda y las personas lo tendrán todo a la mano.” Cuando le llegó el turno a sus hermano, esta fue su respuesta: “No quisiera vivir en un país del futuro, creo que todo estará sucio, no creo que habrá espacio para las personas entre tanta basura. El aire, el suelo y el agua estarán contaminados. Habrá más enfermedades, más tragedias, más guerras. La gente estará muy sola cuidando de sus cosas o pegada a la televisión o a quien sabe que aparato que se hayan inventado”. Ante estas dos respuestas tan opuestas, el curso se dividió en dos. Un grupo estaba de acuerdo con el gemelo que creía que en el futuro los países estarían muy cómodos y modernos, el otro grupo estaba de parte del que creía que los países serian terribles. La discusión se prolongó por varios minutos, hasta que opinó: “Nosotros no podemos saber ahora como serán los países en el futuro pero yo creo que serán como nosotros decidamos que sean”. Su intervención tuvo mucho respaldo de parte de sus compañeros y con esta sentencia prácticamente terminó la discusión. Y tú, ¿Cómo quieres que sea tu país en el futuro?
Dos amigos muy decentes Sputnik y David crecieron juntos. Su familia educaba a David y David educaba a Sputnik que era un caimán. David aprendió a comer con
cuchara, a multiplicar y a escribir. Sputnik también aprendió a beber refresco de manzana y a jugar futbol. Había crecido bastante. Él y David se acompañaban y paseaban juntos. En ese pueblo tropical donde Vivian, la gente salía en los anocheceres del domingo a dar vueltas por el parque. Antes de ponerse el sol, las palomas de la iglesia revoloteaban mucho y daban vueltas encima de la gente. Como no eran pulcras, lanzaban feas plastas de caca sobre los pelos de las señoras mejor peinadas o sobre las guayaberas bordadas. David y Sputnik se reían mucho de esto, tanto y con grandes bocas que en una carcajada Sputnik se tragó cinco palomas distraídas. Quedó con el enorme filo de sus fauces lleno de plumitas, y por eso la gente se dio cuenta y se molestó. Hubo pros y contras. ¡Sputnik se está tragado las palomas! Me alegro, por sucias que se las acabe. ¡Pero son la tradición de esta plaza, salen en las tarjetas postales! Mejor que salga Sputnik. Sus partidarios le tomaron fotos frente a la estatua de Benito Juárez, a ver si el municipio lo editaba en postal, como gloria del pueblo. David estaba satisfecho (esa petición no prosperó: al municipio no le parecieron cívicos los caimanes). Su familia había prohibido a David que fuera con Sputnik a la escuela. “No que me eduque”, pensaba el caimán. Pero un día el maestro de zoología les pidió que llevaran un animalito vivo para luego disecarlo. David entendió que disecar era lo que él hacia salid de la ducha. Explico que el maestro exigía la presencia de Sputnik y los acompaño hasta la escuela. Entraron los dos al salón, se sentaron; los compañeros habían traído grillos, ranas, pollitos y mariposas. El maestro explicó mejor y David entendió por fin algo horrible: disecar no tenia que ver con toallas sino con navajas, y era despellejar y abrir la panza de los animalitos. ¡Claro que él no le haría eso a su caimán! Cuando el maestro vio a Sputnik se subió al escritorio y lleno de miedo propuso a David y a sus compañeros que les pondría diez en el examen final si se llevaban a sus animales cuanto antes. De esa ocasión y de las cosas muy cultas que discutieron sobre su nombre, le quedó a Sputnik una noción notable: se enteró de que los soviéticos habían lanzado al espacio una luna artificial bautizada con su nombre. Claro, la imaginó como un gran caimán, veloz en el espacio, compitiendo con las estrellas, muy ocupado con transmitir saludos a la luna, cada vez que su gran silueta sauria se recortaba contra esa rueda encendida de pantalla cinematográfica… pero a pesar de ello y de la
educación, era un caimán que conservaba su aire salvaje y sin duda no podía seguir viviendo en el pueblo. Todos, excepto David y algunos de sus amigos se sentían totalmente a gusto con él. Por eso, después de atacar el gallinero de la casa, llegó el juicio final para Sputnik. Lo llevarían al zoológico y David podría visitarlo…
¿De qué se trata este cuento? En la historia de Sputnik, de Emilio Carballido, un caimán y un niño entablan una amistad que solo toleran los padres del chico, sus amigos y uno que otro habitante del pueblo. A pesar de los esfuerzos de David por integrar al reptil a la vida del lugar y de la voluntad del caimán por educarse, es indiscutible que no puedan compartir la vida juntos. David debe ceder sus intereses en función del bienestar de los demás y acepta llevar a Sputnik al zoológico. Allí el animal llevará la vida que le corresponde y de vez en cuando recibirá la visita de quien fuera su amigo humano. Emilio Carballido es un gran dramaturgo mexicano; también se ha dedicado a escribir novelas para adultos y libros para niños. Y tú, ¿Qué piensas?
¿Qué significa ser cívico? ¿Por qué los caimanes no pueden serlo? ¿Crees que David es un ciudadano responsable y considerado? ¿Por qué? ¿Estás de acuerdo con la solución que encontraron los padres de David? ¿Qué relación tiene la ciudadanía con el bien común? ¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la vida ciudadana
Los criticones… Porque sus criticas no ayudan a que vivamos mejor. Los criticones consideran malo aquello que ellos mismos no pueden hacer mejor. Los indiferentes…
Porque no les interesa la suerte de su país, les da lo mismo que esté bien o mal. Lo indiferentes no tienen la capacidad de comprometerse con que es suyo. No lo olvides: tu país, tu ciudad, tu barrio, son tuyos, son de los demás, son de todos. Los destructores… Porque no respetan ni valoran los bienes que son propiedad y patrimonio de todos los ciudadanos.
¿Qué significa ser ciudadano? Aparentemente el término de ciudadano no se refiere a las personas que viven en ciudades. Pero no es así, un ciudadano es aquel que, por el solo hecho de nacer en un país determinado, tiene todos los derechos y las obligaciones que se encuentran en las leyes que recoge la Constitución Nacional. En la mayoría de los países democráticos la ciudadanía se obtiene al alcanzar la mayoría de edad, que es cuando se puede ejercer el máximo derecho ciudadano: el del voto. Sin embargo, toda persona, sea menor o mayor de edad, que vela por el buen estado de su país, que participa y colabora para que cada vez sea mejor y más humano, merece realmente el nombre de ciudadano. Conocimiento No es posible ser un buen ciudadano si no se conoce el país, su historia, su cultura y sus leyes. Claro, no se trata de tener que hacer un tour por el país o de aprenderse de memoria la constitución, pero si por interesarse de conocer cada día un poco mas de nuestra realidad y de tener los ojos y los oídos abiertos a todo lo que podamos saber sobre él. Pertenencia Un ciudadano sabe que pertenece a su país y se siente orgullosos de ello. Pertenecer significa participar. Cuando un ciudadano vota, cuando reclama, cuando denuncia, cuando colabora, cuando trabaja, cuando paga sus impuestos o cuando es solidario, está ayudando a que su país sea mejor. El país esta lleno de oportunidades para engrandecerlo y hacerlo cada vez mejor.
Ingredientes para ser ciudadano Solidaridad La vida ciudadana implica la ayuda desinteresada a todas las personas, especialmente a los más débiles y necesitados. No todas las personas tienen las mismas oportunidades; hay gente que tiene riqueza, como también hay gente muy pobre, pero todos son ciudadanos con los mismos derechos y obligaciones. La solidaridad llama a los que más tienen a que ayuden a los que menos tienen a llevar una vida digna y humana.
Con derechos y obligaciones Antes del estallido de la Revolución Francesa no existían ciudadanos, sino súbditos. Es decir, los habitantes de un país gobernado por una monarquía no tenían ningún derecho, solo obligaciones. La gran herencia de la Revolución Francesa es la ciudadanía. Al eliminar al monarca, todos los hombres se convierten en ciudadanos. Es decir, en sujetos iguales ante la ley, que no solo tienen deberes hacia el estado sino también derechos. ¿Qué es un derecho? La facultad que tenemos de exigir lo que la ley establece a nuestro favor y nos protege de la injusticia. Todos somos iguales Aunque las democracias modernas otorgaron la ciudadanía, esta no era para todos: las mujeres estaban excluidas. Se pensaban que no eran aptas para participar del gobierno y menos para ocupar cargos públicos. Nueva Zelanda, en 1893, fue el primer país en reconocer a sus mejores como ciudadanas al otorgarles el derecho al voto. Para relajarte Dicen los que saben que para relajarse no hay nada mejor que la naturaleza: percibir sus colores, sus olores, sus sonidos… pero no siempre es posible estar en contacto con los paisajes maravillosos de nuestra geografía. Por lo menos no directamente. Por eso, cada vez que necesites alejarte, por ejemplo, antes de un examen, acuéstate en tu cama e imagina un paisaje de tu país, con mar o montaña, o selva o desierto… siente su brisa suave, su calor (o su frio, si lo prefieres), el
silencio interrumpido por el movimiento de las hojas o del trinar de los pájaros… piensa que esta allí aunque nunca lo hayas visitado y solo lo conozcas a través de tu libro de geografía, o de postales, o de programas de televisión. Ya ves, ser ciudadano de este maravilloso país tiene muchas ventajas. Laboratorio de ciudadanía En la casa y con la familia es donde aprendemos a ser ciudadanos. Un hogar es bastante parecido a un país, obviamente en una dimensión pequeña. Existen autoridades, normas, leyes, bienes; existen una economía y una administración, y hay forma de cuidar y proteger tanto a los miembros de la familia como a sus bienes. Los cuidados del hogar, es decir, los padres y los hijos, tienen el deber de trabajar que sea un lugar habitable y digno. Para no olvidarnos En los colegios y escuelas se suele celebrar una asamblea de estudiantes o una ceremonia solemne en la cual se iza la bandera, se cantan los himnos nacional y local, se recuerdan algunos momentos de nuestra historia, se honra la memoria de algún personaje importante o se muestran signos clave de nuestra identidad, como la danza o la música. Esta asamblea sirve a toda la comunidad educativa como una especial memoria, para que no olvidemos cómo fuimos conformando nuestra historia y cuáles son los símbolos que nos la recuerdan El pasaporte El viajero que sale de su país necesita un documento de nacionalidad y de identidad muy importante que recibe el nombre de pasaporte. Este documento es otorgado a los ciudadanos para su identificación y protección en el extranjero. También es un permiso oficial que autoriza al poseedor a salir y a regresar a su país. Normalmente el pasaporte es examinado y aprobado por funcionarios del país extranjero para permitir la entrada de su titular. Los pasaportes existen porque los países tienen el derecho a permitir o a prohibir a los extranjeros el ingreso a su territorio.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno! A cada quién con lo suyo ¿Sabes cuales son los derechos que tiene un ciudadano de tu edad, en la calle, la escuela y en el hogar? Escribe cinco de ellos e ilústralos con dibujos, fotografías o collages. Yo, ciudadano Ponte a pensar y reflexiona sobre tus acciones o actitudes diarias. Ahora, completa las siguientes ideas: Me considero un ciudadano integral porque…. Sin embargo aún debo cambiar en…. Creo que el derecho que debo defender es….. Siento que la obligación con la que debo cumplir sin pretexto es……… ¡Todos a jugar! ¿Serás tú? El grupo elige a un compañero, pero uno de los jugadores deberá ignorarlo y adivinar quién es. Para saber quien es la persona elegida, el jugador debe hacer preguntas comparando al personaje oculto con diferentes elementos que le sirva para destacar sus características como ciudadano. Por ejemplo: “si fuera una animal, ¿cuál sería?”. El grupo le responderá teniendo en cuenta la responsabilidad y valores humanos del compañero. El adivinador puede hacer todas las preguntas que quiera, pero sólo tiene una oportunidad de decir el nombre de quien se habla. Ahorcado Ahora, un juego tradicional, aplicado a los valores ciudadanos que contribuyen a formar una sociedad democrática. Puedes jugar utilizando un cuaderno o un tablero. Un jugador piensa en un valor ciudadano y lo escribe poniendo solamente la última letra y reemplazando cada una de las otras por una raya. Por ejemplo: votar ---- ----- ----- R Por turno, los demás jugadores dicen las letras que crecen que van. Si son acertadas, el jugador las escribe en su lugar. Si no, comienza el dibujo de un ahorcado marcando una raya por una letra equivocada. La
horca se dibuja con cinco rayas y el ahorcado con seis. Se pierde el juego si se termina el dibujo del ahorcado sin que haya adivinado la palabra. “Participar es gobernar”
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