FUNDAMENTO-BIBLICO-TEOLOGICO DE LA PAREJA Oficial
March 1, 2024 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Iglesia Pentecostal Unida de Colombia
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Tabla de contenido SECCION 1 .......................................................................................................................................... 3 EL HOMBRE Y LA MUJER EN LA CREACION ..................................................................................... 3 DIFERENCIA DE GENERO Y ROLES EN LA CREACION ................................................................. 4 INTERPRETACIONES EQUIVOCADAS EN LA RELACION HOMBRE Y MUJER ................................. 5 Señorío Por Ser Primero ......................................................................................................... 5 Prioridad De Culpa .................................................................................................................. 5 Perfecta Relación Del Hombre Y La Mujer En La Creación ..................................................... 6 SECCION 2 .......................................................................................................................................... 7 CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA CAIDA – ROPTURA DE LAS BUENAS RELACIONES .................... 7 AFECTACION DE LA RELACIÓN DE COMPAÑERISMO Y COMPLEMENTO DE LA PAREJA ............. 8 Relación Hombre -‐ Mujer En La Ley ..................................................................................... 10 Apreciaciones Frente A La mujer A Través De La Historia. ................................................... 12 SECCION 3 ........................................................................................................................................ 15 RESTAURACION DE LA RELACION DEL HOMBRE Y LA MUJER ..................................................... 15 EL HOMBRE Y LA MUJER EN EL PLAN REDENTOR ..................................................................... 15 PENSAMIENTO DE DIOS RESPECTO AL MATRIMONIO ........................................................... 16 LA MUJER ES UN REGALO DE DIOS PARA EL HOMBRE ......................................................... 16 EL proposito PERMANENTE DEL MATRIMONIO ....................................................................... 17 El MATRIMONIO COMO IMAGEN DE LA UNION DE CRISTO Y SU IGLESIA ............................... 18 Diferencia De Roles En La Pareja Según San Pablo ............................................................... 18 El Liderazgo Del Hombre Respecto A La Mujer .................................................................... 20 ¿Cómo deberían los esposos tratar a sus esposas? ............................................................. 22 EN LA RELACION DE PAREJAS NO HAY ACEPCION DE PERSONAS ............................................ 23
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SECCION 1 EL HOMBRE Y LA MUJER EN LA CREACION
La Biblia enseña que tanto el hombre como la mujer fueron creados a la imagen de Dios, tenían una relación directa con Dios y compartían en conjunto las responsabilidades de tener hijos y criarlos, y tener dominio sobre el orden creado (Gn. 1.26-28). Génesis 1:28, “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”(RV). Dios colocó al hombre y a la mujer como señores para que dominaran juntos su creación.
También muestra que la mujer y el hombre fueron creados para el pleno e igual compañerismo. La palabra "ayuda" (Hb. ezer), usada para designar a la mujer en Génesis 2.18, se refiere a Dios en la mayoría de las veces en que se usa en el Antiguo Testamento (1 S.7.12; Sal. 121.1-2). En consecuencia, la palabra no lleva ninguna implicación inferioridad femenina ni de superioridad del masculina. Génesis 2:23, “Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.”. En el huerto del Edén Adán reconoció en Eva a su igual. Entendió que era parte de su misma esencia, era de él mismo. A partir de ahí era uno con ella tal como dice Génesis 2:24, “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” . Dios llama a Adán y a Eva con el nombre de “Adán” (Gen 5:1-2) dando por sentado que para él los dos gozan de la misma esencia al ser creados. No establece diferencia alguna en cuanto a superioridad del uno hacia el otro. La palabra también enseña que la formación de la mujer desde el hombre demuestra la unidad e igualdad fundamental de los seres humanos (Gn. 2.21-23). En Génesis 2.18, 20, la palabra "idónea" (kenegdo) denota igualdad y suficiencia.
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DIFERENCIA DE GENERO Y ROLES EN LA CREACION Al momento de la creación, Dios les asignó diferentes papeles al hombre y a la mujer. El hombre fue creado para trabajar y guardar el Huerto: Génesis 2:15: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.” La mujer fue diseñada para ayudar al hombre en sus tareas: Génesis 2:18: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” Ellos tenían dos papeles muy distintos. Sin embargo, ambos fueron creados a la imagen de Dios, y por lo tanto, sus papeles eran iguales en valor, pero diferentes en función: Génesis 1:27: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” En materia de la igualdad de valor establecida en Génesis 1, no quiere decir que en el diseño de Dios, hombres y mujeres, no tengan diferencias en sus papeles. De hecho, el retrato dado a nosotros en Génesis 2, es muy parecido a la de un hombre que estaba en necesidad de compañía para ser completo: Génesis 2:18-19 “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.” Dios hizo a la mujer como ayuda idónea para el hombre;; alguien que cubriera sus necesidades y él a su vez cubriera las necesidades de ella. Este es un punto de vista complementario de la relación masculino/femenina que dice: “los hombres y las mujeres son igualmente valiosos y ambos merecedores de dignidad y respeto” Visto desde este modo, debería entenderse que ni el hombre ni la mujer son superiores entre sí ya que ambos se benefician del otro sexo por el diseño y propósito de Dios.
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Sin embargo el papel de liderazgo de Adán dentro del matrimonio fue establecido por Dios desde la creación y no fue resultado del pecado. Algunos aspectos a tener en cuenta del liderazgo de Adán: 1. El orden: Adán fue creado primero, después Eva. (Génesis 2:7;; 18-23) 2. La representación: Adán, tuvo un papel especial en la representación de la raza humana. (1 Corintios 15:22) 3. Le dio nombre a la mujer: Adán la llamó Eva. (Génesis 2:23) 4. La designación de la raza humana: Dios nombró al género humano "Hombre." (Génesis 5:1-2) 5. Puso nombre a todos los animales Gn 2:19-29 6. La responsabilidad principal: Dios habló a Adán primero, después de la caída. (Génesis 3:9) 7. El propósito: Eva fue creada como ayuda para Adán, no Adán como ayuda para Eva. (Génesis 2:18) No obstante estos argumentos nos deben llevar a revisar algunas interpretaciones que diferentes corrientes le dan al papel de la mujer dentro de la congregación INTERPRETACIONES EQUIVOCADAS EN LA RELACION HOMBRE Y MUJER Señorío Por Ser Primero Aplicar la teoría de que el hombre debe ejercer el señorío autoritario porque fue creado primero, no se puede deducir ni implícita, ni explícitamente del relato de Génesis 1 y 2. La primacía temporal por sí misma no confiere un rango superior. En ese caso, los animales deberían señorearse de los humanos, ya que fueron creados primero. Prioridad De Culpa Algunos exégetas que mantienen una posición jerárquica de superioridad en las relaciones hombre-mujer, sustentan la idea de que la Caída se produjo no sólo por la desobediencia a la orden divina, sino también porque la relación señalada por Dios entre los dos sexos fue violada. La conclusión es que sólo puede haber desastre cuando el orden establecido por Dios se viola. Pero esta interpretación presenta varios problemas:
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1. Si con anterioridad a la Caída ya existía una relación de superioridad ¿por qué la consecuencia de la desobediencia para la mujer consistía en que el hombre se enseñorearía de ella? 2. Si el pecado de Eva hubiera sido el tomar la iniciativa en el supuesto que solo le era permitido a Adán, lo lógico es que hubiera sido recriminada por ello. Dios pide cuentas a Eva por haber desobedecido la orden, pero no por haber tomado la iniciativa. 3. Si la consecuencia de la violación del orden establecido por Dios es el desastre, ¿cómo es que a lo largo de la Biblia aparecen mujeres que asumieron posiciones de iniciativa tanto a nivel familiar, como político, religioso y no provocaron ningún desastre, sino todo lo contrario;; fueron de bendición para su familia, liberaron al pueblo de la opresión de sus enemigos e iniciaron un avivamiento espiritual? Perfecta Relación Del Hombre Y La Mujer En La Creación Pasemos ahora a analizar el argumento de que Eva fue creada como "ayuda idónea" para Adán, y que tanto debería estar en inferioridad a él. Como el análisis lingüístico debe preceder siempre a la interpretación particular teológica, vamos a pasar, en primer lugar, al análisis de la palabra "ayuda". La palabra "ayuda" aparece veintiún veces en el Antiguo Testamento, y se usa generalmente para referirse a Dios cuando se encuentra ocupado en actividades de socorro, alivio, consuelo o redención entre su pueblo (Exodo 18:4: Deuteronomio 33:7, 26, 29; Salmos 33:20, etc). Si el término "ayuda" implica necesariamente inferioridad en ese caso Dios sería inferior a los seres humanos. En realidad, el término "ezer" significa etimológicamente "un poder o fuerza que puede salvar". La palabra viene de dos raíces, una que significa "rescatar", "salvar", y otra que significa "ser fuerte". Por lo tanto, el sacar de la palabra "ayuda", referida a Eva, el sentido de una persona inferior contradice su uso constante en el Antiguo Testamento. Por otra parte, el término hebreo "knegdwo", que en español traducimos como "idónea", en el original está formado por dos preposiciones y un pronombre. La primera preposición significa "igual", "como". La segunda significa "enfrente", en el sentido de uno que está en la presencia de otro como un igual. Por lo tanto, Eva sería, como Adán, de la misma clase y especie, alguien igual a él.
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Es interesante notar cómo traduce este término la Septuaginta al griego. En el verso 18 de génisis 2, usa la preposición "kata", que implica una comparación entre iguales, es decir, alguien colocado en otro lugar, ocupando la misma posición. En el verso 20 usa la palabra "homoios", que significa "igual en fuerza", "del mismo rango". Por lo tanto, el hecho de que en español y otras lenguas, la expresión "ayuda idónea" pueda hacer referencia a personas inferiores no debe hacernos caer en el error exegético de imponer al texto nuestro propio pensamiento. SECCION 2 CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA CAIDA – ROPTURA DE LAS BUENAS RELACIONES En la creación, todo era bueno en gran manera. Estos papeles fueron asignados antes de la caída. Después de la caída, Adán continuó proveyéndole a su familia Génesis 3:17: “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.” y Eva, quien daría a luz los hijos y los criaría Génesis 3:16, 20:16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Ver 20: Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.” Los castigos debidos a la caída, no cambiaron sus papeles;; estos, simplemente complicaron los ya existentes. La escritura es enfática en señalar que el hombre y la mujer fueron copartícipes en la Caída: Adán no fue menos culpable que Eva (Gn. 3.6; Ro. 5.12-21; 1 Co. 15.21-22). La Biblia enseña que el dominio señorial y desmedido de Adán sobre Eva provino de la Caída y no fue, por lo tanto, parte del orden creado original. Lo descrito en Génesis 3.16 es una predicción de los efectos de la Caída y no una prescripción del orden ideal de Dios.
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AFECTACION DE LA RELACIÓN DE COMPAÑERISMO Y COMPLEMENTO DE LA PAREJA Esta relación de compañerismo y complemento se vio afectada por la desobediencia de Eva y Adán, Génesis 3:6, “La mujer vio que el árbol era bueno para comer, apetecible a los ojos, y codiciable para alcanzar la sabiduría. Tomó entonces uno de sus frutos, y lo comió;; y le dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió.” Si bien Eva fue engañada, Adán estaba allí con ella, también comió y desde ese momento todo cambio. El pecado trajo varias consecuencias, como fue el deseo de señorío del uno sobre el otro como se observa en Génesis 3:16, “A la mujer le dijo: Aumentaré en gran manera los dolores cuando des a luz tus hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él te dominará.” Y la pérdida del equilibrio en su relación, porque ya no fueron más compañeros, ni complemento, ella quedó sometida a que su deseo de señorear sobre él se revertiera en el señorío de él sobre ella. El Hombre como Autoridad Federal "Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo." (1 Co 11:3). Cuando la Biblia fue escrita para la cultura Judía y Cristiana, en el Antiguo Testamento, existía un concepto llamado “Autoridad Federal”, el cual fue también establecido en el Nuevo Testamento. Esto significa que el hombre es quien representa a sus descendientes. Prueba de esto la encontramos en Hebreos 7:8-10: "Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. 9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; 10porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro." Note que se dice que Leví pago los diezmos mientras todavía se encontraba en los lomos de su padre Abraham. O sea, no había nacido todavía. ¿Cómo hizo esto Abraham? Por representación debido a que Abraham, su padre “distante” lo representaba a él. De igual manera, vemos este concepto de “Autoridad Federal” en la Caída. Pues aunque en la práctica Eva fue la que primero pecó;; realmente el pecado entró en el mundo a través de Adán, no de Eva. Romanos 5:12 dice: "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron." Esto es debido a que Adán representó a la humanidad y a la creación. Cuando Adán cayó, nosotros caímos. Por eso se dice que "Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados." (1 Co 15:22). Romanos 5:15 también dice: "Pero el don no fue como la transgresión; porque
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si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo." Nótese que cuando una mujer y un hombre se casan, ellos se convierten en una sola carne;; hay unidad entre ellos. Pero es el hombre quien es la cabeza de la familia, razón por la cual se dice que el hombre es la cabeza de la mujer. Algunos pueden pensar que esto fue una noción cultural que simplemente se coló en la Biblia;; pero Pablo lo presenta claramente al relacionar esta autoridad con relación al orden creado: "Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles." (1 Co 11:8-10). Esta autoridad no se trata de tener la mano sobre la mujer ni tampoco significa que ella no tenga derechos o que sea una ciudadana de segunda clase. Al contrario, Dios le da al marido algunos mandamientos bastante serios: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra. 27a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha." (Ef 5:25-27). Finalmente, el tema de la autoridad es un tema de orden, no acerca de quién es mejor o más importante. El marido es la cabeza de la mujer en la familia y tiene la responsabilidad de guiarla a una relación cercana con el Señor. Pero el desconocimiento de estos preceptos bíblicos o quizás la mala interpretación de los mismos han hecho que el papel de la mujer haya sido denigrado a través de la historia, acarreando consecuencias nefastas en la relación Hombre – Mujer. PENSAMIENTOS DENIGRANTES RESPECTO A LA MUJER Los primeros apartes de la biblia relatan las vicisitudes amorosas entre los primeros hombres y mujeres. Sin embargo impresiona que con frecuencia el comportamiento de las siguientes parejas bíblicas no sea precisamente el que se esperaría de ellas. Pensemos en la facilidad con la que Abraham acepta la sugerencia de su mujer de unirse a Agar, esclava de Sara, para aumentar la probabilidad de tener una descendencia;; o también la desenvoltura con la que Abraham, para no poner en riesgo su propia integridad, presenta a su esposa Sara como su hermana, abandonándola a los deseos del faraón, primero (Gén 12,10-20), y después a los de Abimelec (cfr. Gén 20). No menos problemático nos parece el comportamiento de
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Jacob, que tiene hijos de cuatro mujeres (Gén 25-32). ¿Y qué decir del harem, con las mujeres y concubinas del rey David, y las de su hijo Salomón? Relación Hombre - Mujer En La Ley Bajo el contexto de la ley, antecediendo las leyes humanas el papel de la mujer era de sujeción total, nótese por ejemplo que en el rito de pertenencia al judaísmo, la representación se daba en términos del masculino (la circuncisión), una alianza con Dios con la que la mujer no contaba, hasta el punto de que, si en una asamblea había 10 mujeres y 1 hombre, ésta no se realizaba, porque para una ceremonia religiosa eran necesarios 10 hombres. El patio del templo reservado a las mujeres estaba fuera y separado. La mujer era considerada como un objeto, propiedad del padre o del marido (Ex 20,17). Socialmente la mujer no servía como testigo, igual que los niños y los esclavos. Una situación de objeto, a la que se sumaba el preconcepto de ser una gran pecadora (porque pecó primero, y llevó al hombre al pecado, y fue creada después y a partir del hombre (Gn 2 y Gn 3). En aquel tiempo la mujer no tenía participación alguna en la vida pública. Y esto se manifestaba en una serie de costumbres, que resultaban en extremo duras y humillantes. Por ejemplo, cuando la mujer de Jerusalén salía a la calle, tenía que llevar la cara tapada, cubierta con dos velos, de forma que no se pudiera distinguir su rostro. Esta costumbre se observaba con tal severidad que, si una mujer salía a la calle sin cubrirse la cara y la cabeza, el marido tenía el derecho, y hasta el deber, de echarla de su casa y divorciarse, sin pagarle nada. Se prohibía mirar a una mujer casada e incluso saludarla y más aún encontrarse con ella a solas en la calle. Una mujer que conversara con todo el mundo de la calle, o que se pusiera a coser en la puerta de su casa, podía ser repudiada por el marido y, además, sin recibir el pago acordado en el contrato matrimonial. Más aún, se prefería que la mujer, sobre todo si era joven, no saliese a la calle. Por eso, cuenta Filón, un autor de aquel tiempo, que la vida pública estaba hecha sólo para los hombres, mientras que las mujeres honradas tenían como límite la puerta de su casa. En el caso de las jóvenes el límite era el de sus aposentos o habitaciones, pues se quería que no salieran a donde estaba la gente. Las mujeres tenían prohibido andar solas por los campos. Resultaba sencillamente impensable que un hombre se pusiera a hablar a solas con una mujer en el campo. Pero más importante que todo lo anterior era el poder que, de hecho, ejercía el
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padre, y sólo el padre, sobre sus hijas. Si éstas eran menores de doce años, él tenía un poder absoluto sobre ellas, hasta el punto de que podía incluso venderlas como esclavas. Además, el padre tenía el derecho exclusivo de aceptar o rechazar una petición de matrimonio para una hija suya y, hasta la edad de doce años y medio, la chica no podía rechazar un matrimonio concertado por el padre. Cuando una mujer se casaba, pasaba del poder del padre al del marido. Estaba permitida la poligamia. Una mujer casada no se podía oponer a que bajo su mismo techo vivieran una o más concubinas de su marido. En cambio, si ella era sorprendida en adulterio, el marido tenía el derecho de matarla. Además, el derecho a pedir y exigir el divorcio estaba solamente de parte del marido, como ya hemos visto. Y por si todo esto fuera poco, cuando la mujer se quedaba viuda y sin haber tenido hijos, todavía después de muerto el marido seguía dependiendo de él, porque la ley mandaba que la viuda sin hijos se casara con un hermano del difunto esposo para poder dejar así un hijo al finado (Dt 25,5- 10;; Mc 12,18-27). También era costumbre en aquel tiempo que las mujeres no aprendieran a leer ni escribir: sólo se les enseñaba a cumplir con sus obligaciones domésticas, porque ése era el papel que se les asignaba en la sociedad y en la familia. Las escuelas eran exclusivamente para los chicos y no para las jóvenes. Ni siquiera se acostumbraba a enseñarles la Torá, o sea, la Ley del Señor. El rabino Eliezer solía decir: “Quien enseña la Torá a su hija le enseña el libertinaje, porque hará mal uso de lo que ha aprendido”. Hasta tal punto llegaba el menosprecio que los hombres sentían por la mujer en aquel tiempo, que algunos pasajes dan fe de la situación socio cultural que se vivía. Jueces 19: 25
“Más aquellos hombres no le quisieron oír;; por lo que tomando aquel hombre su concubina, sacósela fuera: y ellos la conocieron, y abusaron de ella toda la noche hasta la mañana, y dejáronla cuando apuntaba el alba.” (La mujer murió) Números 31: 17-18 “Maten a cada varón entre los pequeños, y maten a cada mujer que haya yacido con un hombre. Pero todas las mujeres jóvenes que no hayan conocido hombre manténganlas vivas para ustedes.” Moisés, transmitiendo las órdenes de Dios a su pueblo.
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Apreciaciones Frente A La mujer A Través De La Historia. Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica. “En lo que se refiere a la naturaleza del individuo, la mujer es defectuosa y mal nacida, porque el poder activo de la semilla masculina tiende a la producción de un perfecto parecido en el sexo masculino, mientras que la producción de una mujer proviene de una falta del poder activo.” Tertuliano, “De Culta Feminarum “¿Y no sabes tú que eres una Eva? La sentencia de Dios sobre este sexo tuyo vive en esta era: la culpa debe necesariamente vivir también. Tú eres la puerta del demonio;; eres la que quebró el sello de aquel árbol prohibido;; eres la primera desertora de la ley divina;; eres la que convenció a aquél a quien el diablo no fue suficientemente valiente para atacar. Así de fácil destruiste la imagen de Dios, el hombre. A causa de tu deserción, incluso el Hijo de Dios tuvo que morir.” Martín Lutero “Tengan sus hijos y hagan como puedan;; si mueren, benditas sean, porque seguramente mueren en medio de una noble labor y de acuerdo a la voluntad de Dios… Así ven ustedes cómo son débiles y poco saludables las mujeres estériles;; aquéllas bendecidas con muchos niños son más saludables, limpias y alegres. Pero si eventualmente se agotan y mueren, no importa. Que mueran dando a luz, que para eso están.” “Las niñas empiezan a caminar y a hablar antes que los niños porque la maleza crece siempre más rápido que las buenas semillas” San Agustín, “De Trinitate”
“Nada rebaja tanto a la mente varonil de su altura como acariciar mujeres y esos contactos corporales que pertenecen al estado del matrimonio.”
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San Agustín de Hipona
“Es Eva, la tentadora, de quien debemos cuidarnos en toda mujer… No alcanzo a ver qué utilidad puede servir la mujer para el hombre, si se excluye la función de concebir niños.” “Las mujeres no deben ser iluminadas ni educadas en forma alguna. De hecho, deberían ser segregadas, ya que son causa de insidiosas e involuntarias erecciones en los santos varones.” Federico Arvesu
“El organismo de las mujeres está dispuesto al servicio de una matriz;; el organismo del hombre se dispone para el servicio de un cerebro.” Tony Evans “La destrucción de nuestra comunidad y nuestra cultura es culpa de hombres afeminados que han sido influenciados en demasía por las mujeres.” VIDA CONYUGAL EN DIOS A TRAVÉS DE LA HISTORIA Las primeras indicaciones relativas al verdadero ideal de Dios acerca del amor conyugal, con toda su sorprendente belleza, se encuentran precisamente al comienzo del primer libro de la Sagrada Escritura y completan el relato de la creación. a) Dios como destino del modelo Los versículos que se refieren a nuestro tema en Génesis 1 no son muchos, pero poseen una riqueza inagotable acerca de la comprensión bíblica de la relación entre hombre y mujer: “Dijo Dios: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza’” (Gén 1,26). El uso de la palabra “imagen”, da a entender cómo el hombre y la mujer son los aliados excepcionales de Dios, al grado de manifestar su gloria en el mundo. Usando el concepto de imagen de Dios el autor de Génesis 1 quiere expresar la desmesurada dignidad del hombre y de la mujer, colocándolos
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por encima de todos los otros seres vivientes. En Génesis 1, entonces, el amor humano es presentado en toda su grandeza y dignidad, es “imagen” de Dios. b) “Hombre y mujer los creó” En Génesis 1:27 el autor afirma que la diversidad sexual, creada y por tanto querida por Dios mismo, no es un dato accidental de la realidad humana, sino un aspecto fundamental de los seres humanos hechos a imagen de Dios: “Y Dios creó al hombre a su imagen;; a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó” (Gen 1:27). Con esta precisión el relato bíblico subraya que la persona expresa la plenitud de la propia humanidad en la comunión del hombre y la mujer. El hombre y la mujer alcanzan el verdadero gozo existencial en la conciencia de tener necesidad el uno del otro, en la peculiaridad de la propia identidad sexual. Así se afirma una radical e indiscutible igualdad de dignidad entre el hombre y la mujer. c) Fecundidad como permanencia Génesis 1:28 indica la fecundidad matrimonial: “Dios los bendijo y les dijo: ‘Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra”. Es sobre todo el testimonio del propio amor que vuelve a la pareja “imagen de Dios” en el mundo. Consiguientemente los hijos acogidos con responsabilidad y generosidad asegurarán la permanencia de la imagen de Dios en el mundo. El hombre y la mujer, brotados de la fecundidad de la Palabra de Dios, podrán a su vez convertirse en cooperadores conscientes de quien es el único que tiene el poder para dar la vida. Desde esta perspectiva es justo afirmar que el Génesis presenta el Matrimonio y el amor conyugal como ordenado a la creación. También Génesis 2-3, en el llamado relato del Edén, presenta a Dios como el autor del Matrimonio a favor de la humanidad. d) “No está bien que el hombre esté solo” En Génesis 2 Dios aparece particularmente atento al bien del hombre: “Y el Señor Dios dijo: ‘No es bueno que el hombre esté solo: quiero hacerle una ayuda que le corresponda’” (Gén 2:18). Como hemos visto la palabra “ayuda” no tiene ninguna connotación de menosprecio que presente a la mujer como al hombre. En el Antiguo Testamento la palabra “ayuda” se aplica con frecuencia a Dios, cuando es invocado como escudo y defensor del pobre y del indefenso, ante la amenaza de los enemigos. Dios quiere proteger al hombre no tanto de la soledad en sí misma, como del aislamiento en una situación de peligro, y lo hace mediante la creación de la mujer en vistas al Matrimonio. La soledad del hombre en el peligro es considerada una mala nota en la gran sinfonía de la creación.
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SECCION 3 RESTAURACION DE LA RELACION DEL HOMBRE Y LA MUJER EL HOMBRE Y LA MUJER EN EL PLAN REDENTOR La Biblia enseña que Cristo Jesús vino a redimir tanto a mujeres como a hombres también. A través de la fe en Cristo, todos llegamos a ser hijos de Dios, uno en Cristo, y herederos de las bendiciones de la salvación sin referencia a distinciones raciales, sociales o sexuales (Ro. 8.14-17; 2 Co. 5.17; Gá. 3.26-28). La Biblia enseña que los esposos y las esposas son coherederos de la gracia de vida y que están ligados juntamente en una relación de mutua sumisión y responsabilidad (1 Co. 7.3-5; Ef. 521; 1 P. 3.1-7; Gn. 21.12). La función del esposo como "cabeza" (kefale) debe entenderse como amor que se da así mismo y servicio dentro de esta relación de mutua sumisión (Ef. 5.21-33; Col. 3.19; 1 P. 3.7). La Biblia enseña que tanto las madres como los padres deben ejercer liderazgo en la crianza, la formación, la disciplina y la enseñanza de sus hijos (Ex. 20.12; Lv. 19.3; Dt. 6.6-9; 21.18-21; 27.16; Pr. 1.8; 6.20; Ef. 6.1-4; Col. 3.20; 2 Ti. 1.5; ver también Lc. 2.51). En el hogar cristiano, el esposo y la esposa deben someterse mutuamente en la búsqueda de cumplir cada uno las preferencias, los deseos y las aspiraciones del otro. Ningún cónyuge debe intentar dominar al otro, sino que cada uno debe actuar como siervo del otro, considerando humildemente al otro como mejor que uno mismo La mejor respuesta para la relación que debe existir entre hombre y la mujer, la dio Jesús a los fariseos cuando le preguntaron sobre el divorcio: Marcos 10:6-8, “Pero, al principio de la creación, Dios los hizo hombre y mujer. Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,” y los dos serán un solo ser, así que ya no son dos, sino uno solo”.
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PENSAMIENTO DE DIOS RESPECTO AL MATRIMONIO La Sagrada Escritura se abre con la creación del hombre y la mujer a imagen y semejanza de Dios (Gén 1,26-27) y se cierra en el Apocalipsis con la visión de “las bodas del Cordero” (Ap 19,17.19). De principio a fin la Escritura habla del matrimonio y de su “misterio”, de su institución y del sentido que Dios le ha dado, de su origen y de su fin, de sus diversas realizaciones a lo largo de toda la historia de la salvación, de sus dificultades derivadas del pecado y de su renovación “en el Señor” (1Cor 7,39) en la Nueva Alianza de Cristo y de la Iglesia (Ef 5,25-32). LA MUJER ES UN REGALO DE DIOS PARA EL HOMBRE La mujer ha sido pensada y querida por Dios mismo y, en cuanto tal, no podrá ni deberá ser pretendida como posesión del hombre. “Entonces el Señor Dios hizo descender sobre el hombre un sopor y se durmió; le quitó una de las costillas y cerró la carne en su lugar. El Señor Dios formó con la costilla que había quitado al hombre, una mujer y la condujo al hombre” (Gén 2:21-22). El sueño profundo del cual habla el texto sirve para resaltar que el hombre no tiene la preferencia ni se le ofrece colaboración. A través de la imagen de la “costilla”, también en Génesis 2 es afirmada la misma dignidad entre el hombre y la mujer: la mujer ha sido extraída del mismo “material” del hombre. Con la bella descripción de un Dios que como un padre conduce a la mujer al hombre que será su marido, se subrayan las dimensiones de gratuidad y acogida recíproca: la mujer es regalo de Dios y sólo con esa conciencia se realizará la relación conyugal. “Entonces el hombre dijo: ‘Esta sí es hueso de mis huesos, carne de mi carne. Se llamará mujer, porque ha sido extraída del hombre’” (Gén 2,23). Para Génesis 2 en el Matrimonio el hombre y la mujer son llamados a realizar una relación estable y duradera, una verdadera y precisa alianza de vida, esto es subrayado con el uso de la frase “hueso de mis huesos y carne de mi carne”, que en otras partes de la Biblia indica la pertenencia definitiva a un clan familiar, a una ciudad o, también, a una tribu. “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne” (Gén 2,24). En la institución matrimonial la alianza que se viene a formar entre el marido y la mujer, hecha de comunión física, espiritual y afectiva, es de tal manera nueva y apreciada a los ojos de Dios al grado de convertirse en prioritaria, incluso respecto al mismo ligamen de sangre con los respectivos
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progenitores. Se trata de una prioridad que los cónyuges deberán recordarse en el futuro, en relación con los propios hijos. El primer asunto o el primer hijo al cual cuidar es la propia relación conyugal. EL PROPOSITO PERMANENTE DEL MATRIMONIO El Matrimonio emerge en el AT como una institución social, marcada por la fragilidad de la condición humana. Con Cristo en el NT se verifica una transformación profunda. Gracias a la redención, él permite no sólo a la unión entre el hombre y la mujer realizarse de acuerdo al proyecto del Creador, sino que en ello cumple la voluntad inicial, haciendo del Matrimonio la manifestación del amor de Dios por la humanidad. Matrimonio Vs Adulterio y divorcio Los evangelios reportan la enseñanza de Jesús acerca del Matrimonio, y más específicamente, sobre su permanencia. La declaración sobre el divorcio en Mateo 5,31-32 “También fue dicho: ‘Quien repudia la propia mujer, le dé el acta de repudio’. Pero yo les digo: quien repudia a la propia mujer […] la expone al adulterio, y quien se casa con una repudiada, comete adulterio” da seguimiento a la enseñanza sobre el adulterio. Mateo cita a Deuteronomio 24,1, el cual permite repudiar a la mujer, acto que consiente a ésta última de ser liberada de su obligación con el marido y poder casarse otra vez. Cabe resaltar que el repudio en la biblia NO es en sí el divorcio, sino el rechazo que hacía el hombre a su mujer “por cualquier cosa” y esto era una posible causa que les llevaba al divorcio. Este ultimo (el divorcio) es la protocolización o legalización de la separación. (el repudio) Lucas 16,18 “Quien repudia a la propia mujer y se casa con otra, comete adulterio; quien desposa a una mujer repudiada por el marido, comete adulterio”. Este comentario de Jesús amplía la prohibición del adulterio. En el Antiguo Testamento sólo una mujer desposada podía cometer adulterio. El hombre sólo era adúltero cuando se unía con otra mujer casada. Así que él podía tener muchas mujeres. Jesús afirma en cambio, que el hombre está obligado a tener una sola mujer. Jesús ha condenado incluso el deseo de una mujer ajena: “Han oído que se dijo: no cometerás adulterio. Pero yo les digo: cualquiera que mira a una mujer para desearla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Mt 5,27).
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En Mateo 19,1-19 y en Marcos 10,2-12 los fariseos buscan hacer caer a Jesús en el engaño, procurando hacerlo entrar en contradicción con la Ley. Ellos quieren hacerle decir que ningún motivo legitima el divorcio, contrariamente a Deuteronomio 24,1 el cual autoriza, en cambio, a proceder en tal sentido cuando el marido encuentra a la mujer “en semejante falta”. Jesús se remonta al relato de Génesis 1:27 y 2:24, recordando la voluntad de Dios. “El Creador ha hecho al hombre y a la mujer en vista de su unión en una sola carne. El divorcio se opone a tal voluntad”. Jesús no entra en contradicción con Moisés, quien de hecho había permitido el divorcio por la dureza de corazón de Israel, pero desea seguir plenamente la Ley, no puede recurrir a una concesión hecha por Moisés. Cristo viene para cumplir la Ley y en consecuencia, para favorecer la voluntad del Creador acerca del amor humano, tal y como es expresado en Génesis 1-2. EL MATRIMONIO COMO IMAGEN DE LA UNION DE CRISTO Y SU IGLESIA Pablo dirigiéndose directamente a los cónyuges, los exhorta a plasmar su relación recíproca en el modelo conyugal de Cristo y de la Iglesia: “Y ustedes maridos, amen a sus mujeres, como también Cristo ha amado a la Iglesia y se ha dado a sí mismo por ella, para hacerla santa” (Ef 5,25-26). Esta invitación, dirigida a los cónyuges cristianos, tiene su motivación en que ellos, en el matrimonio participan del modelo de amor salvador de Cristo, que se expresa al mismo tiempo como amor conyugal de él hacia la Iglesia. Diferencia De Roles En La Pareja Según San Pablo Cómo los papeles en los géneros, los cuales ya existían, son ahora torcidos y abusados debido a la maldición del pecado, más que aceptar que la diferencia de los papeles en los géneros fue el resultado del pecado. Esto, es aparente a la luz de Efesios 5:22-33:“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre a
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su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. 33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.” No es de extrañar que Pablo use la diferencia en los papeles del género y la relación entre los hombres y las mujeres (maridos y esposas) como el retrato de la relación entre Cristo y Su iglesia. La enseñanza del apóstol Pablo inspirada por Dios en la Escritura y nada menos, escrita después de la crucifixión y resurrección de Jesucristo, no parece hacer algún intento para deshacerse de los papeles del género en la iglesia o en el hogar. De hecho, estos papeles se refuerzan y comparan con Cristo y Su iglesia. A lo que se refiere Efesios 5 es a la necesidad de que la esposa respete a su marido y que el marido a su vez, ame a su esposa como a sí mismo. Esta enseñanza parece estar dirigida al problema específico que se tenía entre los géneros debido al pecado, es decir, que las mujeres tendrían “deseo por sus maridos” y el de los hombres, “gobernar sobre sus esposas”. Es importante entender que el “deseo” de una mujer para el esposo, el cual es mencionado en Génesis 3:16 (“A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.”), no es el deseo sano que una persona casada debería sentir por su pareja, sino más bien, el “deseo” de ceder al marido el gobernar o dominar. La misma palabra hebrea que se traduce como “deseo” es usada una vez más en Génesis 4:6-7, con relación a Caín: “Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? 7Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.” Aquí, la palabra “deseo” es usada en forma negativa: “estirarse hacia;; anhelo: contentamiento, deseo”. En vista de esto, Génesis 3:16 nos dice que debido al pecado las mujeres, tratarán de gobernar/dirigir a sus maridos. La enseñanza de Efesios rebate esto al decirle a las esposas que se sometan a sus maridos. Esto es altamente importante, ya que si el Feminismo Evangélico es correcto, entonces, Efesios debería simplemente decirle a las mujeres que no traten de gobernar sobre ellos sino que compartan el mismo estatus con ellos. Pero esto no es lo que Efesios 5 dice. Pablo enseña a las mujeres a corregir su naturaleza impulsiva de pecado, debido a la caída, en sus relaciones hacia sus esposos. Pablo no dice “dejen de establecer diferencias en el sexo” o, “compartan de igual manera el papel de liderazgo en el hogar y en la iglesia”. No. Más bien, Pablo está diciendo: “esposas sométanse a sus esposos”, y, “maridos amen a sus mujeres”, lo cual responde adecuadamente al problema que surgió con la caída, donde, debido a la maldición del pecado, las mujeres empezaron a buscar
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el control de la relación marital y los hombres empezaron brutalmente a gobernar sobre sus esposas. La intención de Dios es que las mujeres se sometan al liderazgo masculino tanto en el hogar como en la iglesia. Y la intención de Dios hacia los hombres también es que ellos lideren/guíen a las mujeres con amor, honor y respeto, colocando las necesidades de ellas, sobre las particulares. Cuando Génesis 1 al 3, se alinea con Efesios 5, vemos que la Palabra de Dios no está enseñando que los papeles en el género son un resultado de la caída, sino más bien, que desde el principio, estos son diseño de Dios. Cristo no vino a destruir las distinciones entre los géneros, sino a repararlas para que pudieran funcionar de tal forma que muestren Su gloria. Las esposas deben someterse a sus esposos más bien que buscar controlar el hogar y la iglesia. Y los maridos deben amar a sus esposas, guiándolas con gracia y gran cuidado, aún más que ellos mismos. Esta fue la intención de Dios desde el principio, pero fue desviada en la caída, pero reconciliada en la cruz. Dentro de las familias, los esposos deben renunciar al liderazgo áspero, fuerte y egoísta y deben crecer en amor y cuidado hacia sus esposas;; las esposas deben renunciar a resistirse a la autoridad de sus esposos y crecer en la sumisión voluntaria y gozosa a esa autoridad. (Ef 5:21-33;; Col 3:18-19;; Tito 2:3-5;; 1 Pe 3:1- 7)
TANTO EL HOMBRE COMO LA MUJER TIENEN LA CORRESPONSABILIDAD DE DIRECCIONAR LA FAMILIA Para hablar de “cabeza de familia" se usa la palabra "oikodespotes", significando en este contexto, gobernar, dirigir la casa (Lucas 13:25;; 22:11). Es interesante notar que Pablo usa la forma verbal de esta palabra cuando recomienda a las viudas jóvenes que se casen, críen hijos y "gobiernen su casa" (1ª Timoteo 5:14. El verbo significa "ser cabeza o guía de una familia" y lo aplica tanto a hombres como a mujeres. El Liderazgo Del Hombre Respecto A La Mujer 1. El hombre no es superior a la mujer en cuanto a diseño;; pero al hombre le fue dado el rol de cabeza y líder del hogar, y debe ejercerlo de manera responsable, con gracia y con amor (Efesios 5:23). Esto no significa de ningún modo someter
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a la mujer de manera autoritaria, sino cuidarla, protegerla y guiarla en su caminar juntos como hijos de Dios. 2. El verdadero liderazgo del hombre sobre la mujer modela la actitud de Cristo con su iglesia, quien la guía con amor sacrificial y servicio. El trato que le da a la mujer se caracteriza entonces por lo que dice 1 Pedro 3:7: "Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo". 3. La mujer se sujeta voluntariamente a su esposo, pues está reflejando con su actitud la sumisión de la iglesia a Jesucristo. El deber de la esposa es afirmar las cualidades de liderazgo de su esposo, complementándolo con los dones que le fueron otorgados por Dios para ejercer su papel de ayuda idónea (Génesis 2:18). 4. El liderazgo bíblico es responsable, compasivo, comprensivo, competente, respetable, autorizado, pionero, ejemplar, teme a Dios y rinde cuentas. Ser un líder no significa tomar todas las decisiones. Tampoco quiere decir ser el «jefe» en el matrimonio. El liderazgo implica tomar iniciativas, aceptar responsabilidades y cargar con el peso de rendir cuentas ante Dios. ¿De qué clase de servicio estamos hablando? El concepto bíblico de servicio es sensible, respetable, dispuesto, amante, abnegado y sumiso. Servicio no significa obediencia irreflexiva. Lo que significa es una disposición para servir con humildad a otra persona, para colocar los mejores intereses de otra persona por encima del disfrute propio. 5. El liderazgo del hombre es un servicio de actos deliberados de amor. La clase de hombre que vale la pena seguir expresa el amor que se nos describe en 1 Corintios 13. Este amor: • es sufrido • es benigno • no tiene envidia • no es jactancioso • no se envanece • no hace nada indebido • no busca lo suyo • no se irrita • no guarda rencor • no se goza de la injusticia • se goza de la verdad • protege • todo lo cree • todo lo espera • todo lo soporta 6. Un hombre que exprese esa clase de amor no tendrá problemas para encontrar una esposa, que esté más que dispuesta a someterse a su liderazgo.
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¿Cómo deberían los esposos tratar a sus esposas? Con pureza. Pablo dijo a Timoteo que tratase a las jovencitas como si fuesen sus hermanas, «con toda pureza» (1 Timoteo 5:2). Los chistes indecentes (Efesios 5:3,4) o la actividad sexual fuera del matrimonio están prohibidos (Hebreos 13:4). Con sabiduría. Los esposos han de vivir con sus esposas sabiamente (1 Pedro 3:7). El mandato tiene una significación principal para el matrimonio, el principio parecería aplicar a la forma en que los hombres casados, deben tratar a todas las mujeres. Los hombres tienen que invertir el tiempo y la energía que se necesita para tratar de comprender cómo piensa, siente y actúa una mujer. Los hombres no han de esperar que las mujeres sean como ellos. Con dignidad y honor. El apóstol Pablo instruyó a Timoteo a tratar a las ancianas como a madres (1 Timoteo 5:2). Pedro dijo a los esposos que honrasen a sus esposas (1 Pedro 3:7). Este mandato se aplica primordialmente a una relación marital. Pedro dijo que la razón para otorgar un honor como ese es que las mujeres cristianas son coherederas, junto con los hombres cristianos, de todas las riquezas espirituales en Cristo (1 Pedro 3:7; Efesios 1:3,18). Los esposos han de honrar a sus esposas para que «sus oraciones no tengan estorbo». Con amor. No hay ningún otro mandamiento que sea tan exigente ni que abarque tanto. El amor incluye todos los demás mandamientos de cómo deberían actuar los hombres. Los esposos han de amar a sus esposas con un amor que imite la clase de amor que Cristo tiene por su Iglesia (Efesios 5:25-33). Un hombre debería tratar a una mujer como a él le gustaría que lo tratasen (Mateo 7:12; 22:39). Conscientes de sus dones. El apóstol Pablo declaró que «hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho» (1 Corintios 12:4-7). Tanto los hombres como las mujeres reciben dones del Espíritu Santo. Nadie queda excluido. Con sumisión. «¡Un momento! —podría usted decir—. ¿No se supone que el hombre sea el líder?» Sí, pero las Escrituras también dicen «someteos unos a otros en el temor de Dios» (Efesios 5:21). Eso no contradice que el hombre sea la cabeza, sino que significa que el hombre ha de ser abnegado, amante como nos amó Cristo
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y dio su vida por nosotros. El concepto de Cristo de liderazgo no es el de un dictador, sino del que ama a su Iglesia (Efesios 5:25-33). Un hombre debería tratar a una mujer como a él le gustaría que lo tratasen (Mateo 7:12; 22:39). EN LA RELACION DE PAREJAS NO HAY ACEPCION DE PERSONAS El hombre y la mujer no debe abusar de sus roles. El varón debe observar a la mujer en su contexto como un ser humano con dignidad, como su cónyuge, como su compañera. Y de igual manera, la mujer respetará a su marido, tratándolo con devoción y teniendo en cuenta que ambos son hechos por Dios para la convivencia mutua. Si partimos de la declaración de convencimiento del apóstol Pedro, encontramos cuando este visitó a Cornelio y vio que el Espíritu Santo le visitó dice en su informe oral ante los hermanos de Cesarea, según la cita de Hechos 10:34: "Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas," con lo cual nos dice que ante el Eterno, todas las personas son iguales. Es por eso que cuando el Apóstol Pedro en su primera epístola, en el Cáp. Primero, verso 17 escribe:" Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;;" En Deuteronomio 10:17, Moisés nos dice que Dios es un Dios de dioses, grande y temible, que no hace acepción de persona ni acepta soborno. En su discurso en la colina de Ares, en Atenas, Pablo dice en esta asamblea: que Dios, "…de una sangres ha hecho todo el linaje de los hombres", como se lee en la antigua versión de Reina-Valera, otra versión dice que un solo hombre. En su carta a los Romanos, Cáp. 2 Versos 10 y 11, Pablo dice: "pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego;; 11 porque no hay acepción de personas para con Dios." En Gálatas 2:6, el mismo apóstol reitera: "Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa;; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron." Cuando el Apóstol le escribe a los Efesios les dice a los hermanos que tenían esclavos en el Cáp. 6:9: "Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas." A los colosenses, se les recuerda en el Cáp. 3, versos 23 y 24 "sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas."
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No olvidemos que el consejo que el Apóstol Santiago le da a los hermanos que podría discriminar al pobre para congraciarse con el rico: "Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas”. Proverbio 28:21: "El que hace acepción de personas no es bueno, pues por un trozo de pan entregará al hombre." De acuerdo a todo lo anterior, ni CONCLUSIONES: 1º. Dios creó al hombre bajo la condición de estar en sociedad al decretar que “no es bueno que el hombre esté solo”, por lo tanto, le crea otro para que conviva y se ayuden mutuamente…El hombre es un ser social. 2º. Dios creó a la mujer no como un objeto de la necesidad del hombre, sino como un complemento de la naturaleza humana. De esa manera, el ser humano estaría completo, en armonía con su pareja, en equilibrio de la creación. 3º. La pareja fue creada para ser complementarios. Lo que el hombre es y posee, llena la medida de las necesidades de la mujer;; lo que la mujer es y posee, llena la medida de las necesidades del hombre. Aunque son diferentes en género, son iguales ontológicamente, pero se complementan sólo cuando el hombre y la mujer viven en el plano de la realidad aplicada a cada uno…El ser humano es relación. 4º. Hacer una apología al feminismo, es un atentado contra la dignidad de la pareja, contra el plan original, contra la polaridad establecida por el Creador y pone en peligro la identidad del varón. 5º. Continuar sosteniendo la supremacía masculina, no solo es un atentado contra el sexo femenino, sino contra la voluntad de Dios quien nos trata como coherederos, tanto al varón como a la mujer. 6º. La imago Dei no fue propiedad exclusiva del varón jamás, sino que ambos (mujer y hombre) fueron hechos y traen la imagen de Dios. Que aunque el pecado
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deformó esa imago Dei, en Cristo se ha restaurado, por lo que el hombre debe respetar a la mujer y la mujer al hombre en tanto que ambos somos imagen de Dios. 7º. Tanto el hombre como la mujer fueron creados y se les confirió autoridad para gobernar todo lo creado. Las expresiones en plural de Dios hacia la pareja, señala esta axioma irrefutable. 8º. La polaridad de género no fue establecido por la cultura ni es excusa para el dominio de uno de los sexos sobre el otro. 9º. El varón y la mujer fueron creados para estar en pareja. 10º. Fueron hechos para ayudarse mutuamente. 11º. Fueron hechos para complementarse, a pesar de sus diferencias lograrían encajar el uno con el otro en una unidad tal que sólo así, en su polaridad, llegarían a ser una sola carne
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REFERENCIAS BIIBLIOGRAFICAS Federico Arvesu, médico y jesuita, “La virilidad y sus fundamentos sexuales”, 1962 Tony Evans, co-editor de “Seven Promises of a Promise Keeper”, en “The Progressive”, agosto de 1996
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