FUNDACION DE LAS CIUDADES.docx
August 5, 2017 | Author: Mariluz Chavez Guzman | Category: N/A
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Descripción: I. CAUSAS PARA LA FUNDACION DE LAS CIUDADES II. CIUDADES FUNDADAS EN EL TERRITORIO DE CHARCAS. 1. FUNDACI...
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FUNDACIÓN DE LAS CIUDADES EN EL ALTO PERÚ
I. CAUSAS PARA LA FUNDACION DE LAS CIUDADES Las fundaciones españolas abarcaron un extenso territorio en el continente americano: desde California en Norteamérica, el Mar Caribe en Cuba y Santo Domingo, hasta el extremo sur, en Argentina y Chile, la fundación de ciudades por parte de los españoles en América “se puede considerar como uno de los mayores movimientos de creación de ciudades de la Historia”. Desde el descubrimiento del nuevo mundo hasta la independencia de España, a comienzos del siglo XIX, las fundaciones españolas se constituyen en un fenómeno importantísimo dentro de la historia de las ciudades, especialmente desde el punto de vista del rol de la ciudad en el proceso de conquista y ocupación del territorio, de manera intencionada. La ocupación del continente americano por parte de los españoles puede entenderse como un fenómeno geopolítico, puesto que se fundamenta en un afán de expansión e incorporación del nuevo territorio al imperio español. De aquí que la Corona haya tenido consideraciones estratégicas, tanto en lo político y económico, como en lo religioso y cultural. La ocupación urbana del Nuevo Mundo está condicionada desde sus inicios a factores de diversa índole. La prolífica fundación de asentamientos urbanos presenta elementos comunes a los distintos núcleos urbanos, lo que se constituye en un patrón de fundaciones que otorga al fenómeno una carácter unificar. Se está ante un modelo urbano que responde a la manera estratégica de poblar de la Corona. La estrategia española en la conquista imperial del continente, basada en la movilidad de pequeños ejércitos compuestos por hombres relativamente bien armados que avanzaban rápidamente hacia el interior para apoderarse del control de los centros de la población indígena, fue al principio la respuesta intuitiva al doble objetivo de hacerse fácilmente con el botín y establecer una ruta occidental española hacia las indias. Sin embargo, también sirvió, de modo fortuito, para establecer el dominio español sobre la mayor parte de los pueblos nativos que se vieron envuelto en la acción, lo que permitió la explotación paulatina de los recursos minerales y agrícolas y el comienzo de la evangelización. Este proceder contrasta de modo directo con el proceso progresivo de la colonización británica en Nueva Inglaterra, basada en la lenta expansión hacia el interior desde enclaves agrícolas costeros auto suficientes. La segunda diferencia fundamental entre os orígenes del imperio español en América y la colonización británica estriba en que, una vez que los españoles tomaron posesión de las estructuras de poder existentes, su dominio se consolidó mediante “ciudades fundadas en territorios desconocidos y a menudo hostiles que eran de hecho centros de conquista y de control político”. A diferencia de las primeras ciudades de Nueva Inglaterra que hicieron su aparición para servir a los procesos orgánicos, las ciudades hispanoamericanas estaban planeadas en respuesta a la
“necesidad estratégica de concentrar los escasos recursos humanos en un perímetro limitado y por lo tanto, militarmente defendible.” “La ciudad no surgía para servir sino para dominar. Los españoles salían de ellas en un entorno hostil para conquistar, controlar y adoctrinar a las poblaciones circundantes” Una vez establecidas en la región del Cuzco, los conquistadores siguieron hacia el Collasuyo, sometiendo a los pueblos que se encontraban en su camino y aliándose con los indígenas hasta formar un gran ejercito. Francisco Pizarro fundó Lima en 1535 con el nombre de Cuidad de los Reyes y la declaró capital de los pueblos conquistados. El Capitán Diego de Almagro fue enviado al Collasuyo (hoy territorio de Bolivia) con la misión de someterlo. Lo bautizó con el nombre de Alto Perú, por tratarse de una región geográficamente alta. La conquista de ese territorio no fue fácil. Para ocupar sus tierras tuvieron que combatir con sus habitantes hasta dominarlos definitivamente. La invasión estuvo a cargo de Gonzalo Pizarro, hermano de Francisco Pizarro. La gran riqueza de las minas de plata fue la causa para que los españoles llegaran a ocupar esos territorios y fundara grandes ciudades, con el propósito de establecer lugares estratégicos para someterlos y poner a disposición de la Corona esta extensa zona andina y los llanos orientales. La intercomunicación entre el Alto Perú, Bajo Perú y el Virreinato del Rio de la Plata fue otro de los antecedentes para que se fundaran ciudades en el Collasuyo.
II.
CIUDADES FUNDADAS EN EL TERRITORIO DE CHARCAS. 1. FUNDACIÓN DE LA VILLA DE LA PLATA Esta fue la primera ciudad (Villa) que fundaron los colonizadores en el Alto Perú. Respecto a la fecha de su fundación, hasta muy poco, existían confusiones, señalándose, erróneamente, el 29 de septiembre de 1538; esto debido a que el Acta de fundación nunca había sido encontrado, considerándose perdida en la época colonial.
Este hecho motivó siempre diferencias entre historiadores. Finalmente, en 1988, el historiador chuquisaqueño Gunnar Mendoza L. demostró, después de largas investigaciones, documentación fehaciente que la Villa de la Plata fue fundada el 16 de Abril de 1540 y su fundador fue el capitán Pedro de Anzures, quien recibió la orden de Francisco Pizarro de erigir una villa en las faldas de los cerros Sica Sica y Churuquella. Este documento se apoya y ratifica por el “Compendio y Descripción de las Indias Orientales” escrito entre 1600 y 1629 por el cronista – antropólogo Fray Antonio Vasquez de Espinoza, en este compendio ratifica el 16 de abril e 1540. Finalmente, estos documentos están referidos con el Acta del Cabildo de la Plata. Esta modificación, ya está aprobada por el Parlamento, por esto, los sucrenses conmemoran cada 16 de abril como la fundación de su ciudad capital.
Esta ciudad histórica tuvo cuatro nombres: La Plata, Chuquisaca, Charcas y Sucre. El primero fue el de su fundación “Villa de Plata” por encontrarse en las cercanías que existe entre el asiento y las minas de plata en Porco. Luego, se le cambió por el de Chuquisaca, por haber sido aquel lugar el asiento Chokechaca donde habitaban los charcas, grupo nativo que fue sometido por las tropas de Gonzalo Pizarro. Posteriormente, al crearse allí la Audiencia de Charcas se procedió a un nuevo cambio: Charcas. Finalmente, en 1825, al crearse la flamante Republica de Bolivar y como su capital a la ciudad de La Plata, se le cambió este nombre por el de Sucre en homenaje al Mariscal Antonio José de Sucre.
2. FUNDACIÓN DE LA VILLA IMPERIAL DE POTOSÍ. Fue fundada el 1 de abril de 1545, bajo la Corona de Carlos V de España, por los capitanes Juan de Villarroel, Diego y Francisco Centeno, Luis de Santandia y el Maestre de Campo Pedro de Cotamito, como consecuencia de la existencia de ricos yacimientos de plata, mineral descubierto por el nativo Diego Huallpa, en el llamado Sumac Orcko (cerro hermoso). Al divulgarse la noticia del descubrimiento de la fabulosa riqueza mineral de argento en aquella montaña, llegaron a la Villa, en pos de fortuna, vascos, andaluces, castellanos y extremeños, como también criollos e indígenas. En poco tiempo la población de la ciudad había crecido y la explotación de las vetas de plata se había hecho vertiginosa. Ante tanta riqueza extraída y enviada a España, el Rey Carlos V, mediante Cédula Real de 28 de enero de 1547, concedió el título de Villa Imperial de Potosí y su respectivo Escudo de Armas, con la siguiente leyenda: “Soy el rico Potosí. Del mundo soy el tesoro. Soy el rey de los montes. Envidia soy de los reyes”. Potosí en 1573 ya tenía 120.000 habitantes. Después de 38 años del descubrimiento de plata en el maravilloso Cerro Rico, tenía la misma población que Londres, superando a la vez en habitantes a Sevilla, Madrid, Roma o París de aquella época. En 1650 Potosí llegó a tener 160.000 habitantes, siendo una de las metrópolis más grandes y ricas de América y del mundo, de cuya grandeza y fama quedan hoy, como vestigios, monumentos notabilísimos como la Casa de la Moneda, los palacios de Gobierno y Consistorial, la Matriz, San Francisco, Santo Domingo y otros templos arquitectónicos de la época colonial. Pero lo más notable es su policromado Cerro Rico, fecundo ayer y hoy. De ahí que ha sido llamada Ciudad Única, nombre que condensa su legendario pasado. Al comienzo del Siglo XVII Potosí ya tenía 36 iglesias, casas de juego, 10 escuelas de baile, salones de fiestas, teatros y tablados luciendo riquísimos tapices, cortinas, blasones y obras de orfebrería. De los balcones de las casas colgaban damascos coloridos, lanas de oro y plata. Con frecuencia se realizaban entradas y lidia de toros, juegos de sortijas, además de duelos con estilo medieval. Los españoles que vivían en la ciudad disfrutaban de un lujo increíble. Mientras esto sucedía, en la montaña de plata los indígenas convertidos en mitayos sufrían una explotación inhumana, perforando las ricas venas de plata para enviar el mineral a la España conquistadora. Sin la riqueza de Potosí, España no habría podido ser la grandeza y poderío de Europa. Sin esa riqueza el rey Carlos V no habría podido afirmar que el sol jamás dejaba de alumbrar en sus dominios.
Asimismo se dice que muchas naciones vecinas como Chile y Argentina habían sido beneficiadas con las riquezas de Potosí, como en Bolivia Santa Cruz, Cochabamba y Sucre disfrutaron de las riquezas que manaban del Cerro Rico. Pedro de Valdivia conquistó Chile con la plata ganada en las minas de Porco – Potosí. El Turco Emil Segala llegó a ser rey de Argel, en 1598, con la plata ganada en Potosí. Sin la riqueza de Potosí el Alto Perú no habría sido la entidad administrativa que dio nacimiento a la Audiencia de Charcas, extendida desde Desaguadero hasta Buenos Aires.
3. FUNDACION DE NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ La ciudad de La Paz fue fundada durante dos veces en sitios diferentes, pues la doble fundación, se refiere a la Constitución Hispánica de Villa de los Conquistadores. Los datos de esa época indican que luego de la sangrienta guerra civil que ponía en duda las determinaciones del lejano rey español, sobre el reparto de las encomiendas. Chuquiapu Marka (Heredad de Oro), comenzó su vida en estas tierras, cuando el Presidente de la Audiencia de Charcas, el sacerdote Pedro de la Gasca, dispuso la fundación de un “Pueblo Nuevo”, entre Potosí y Cusco, además de pacificar la contienda entre “pizarristas” y “almagristas”, y conmemorar la conclusión de la contienda entre los mismos españoles, misión que le fue encargada a Alonso de Mendoza, capitán de la milicia del rey. Es así que, conformaron un total de once comisionados, quienes llegaron a la aldea de la población de Laja, que contaba y cuenta con una iglesia católica y fue el día 20 DE OCTUBRE DE 1548, donde suscribieron la primera acta de fundación. La villa de La Paz, que debía presidir la provincia del Collao (la comisión estuvo encabezada por el capitán Alonso de Mendoza). Al día siguiente, los españoles continuaron camino hasta llegar a la hoy Ceja de El Alto, descendiendo hacia una quebrada, (hoy el centro de la ciudad), donde estaba el poblado indígena, hospedándose en el tambo del cacique Kirkincha, para continuar el 23 DE OCTUBRE DE 1548, cruzaron el río Choqueyapu (sembradío de oro o arena aurífera), y reuniéndose otra vez, en un cabildo, nuevamente suscribieron la segunda fundación de la ciudad en calidad de asiento provisional, entretanto se encontrara un lugar más apropiado. Como parte de la pacificación, fue la leyenda que rodea al escudo “Los discordes en concordia en paz y amor se juntaron y pueblo de paz fundaron para perpetua memoria”, aunque irónicamente los conflictos no cesarían hasta nuestros días.
4. FUNDACION OROPEZA
DE
LA
VILLA
DE
En el siglo XVI, Cochabamba era una provincia del Imperio Inca y el granero que proveía productos agrícolas a zonas tan distantes como el Cuzco. El caserío existente se denominaba Canata, aludiendo a uno de los grupos étnicos que lo habitaba, originario de Cana, en el Perú. Esto se explica por el método de dominio que ejercían los incas, denominado “mitimae”; el reasentamiento de familias desde pueblos leales hacia los conquistados, para asegurar su control mediante la asignación de funciones económicas y sociales específicas. La presencia española llegó a finales de la primera mitad de aquel siglo bajo el mando del Capitán Gerónimo Aliaga, quedándose algunos peninsulares a habitar este fértil valle, adquiriendo tierras de los caciques indígenas por diferentes medios. En un documento custodiado en el Archivo Histórico de la Casa de la Cultura, Garcí Ruíz de Orellana declara ser “el origen y la causa de la fundación y población de esta Villa”, refiriéndose a que fue uno de los primeros en asentar su casa, hacienda y familia en la región. Para entonces, el poblado ya mencionado era conocido como “Asiento de Canata”, pero por la importancia que cobraba la región como proveedora de recursos a las minas de Potosí y a las poblaciones de Chuquisaca y La Paz, resultó imperativo fundar una villa española. El único documento referencial de la fundación es una provisión complementaria del 2 de agosto de 1571, en la cual el Virrey Toledo señalaba que dio al Capitán Gerónimo de Osorio la potestad de fundar “la Villa de Oropesa en el valle de Cochabamba”. Éste logró determinar la expropiación de tierras para el cometido y organizó un Cabildo con la participación de los hacendados españoles. Desde entonces se emitieron los documentos oficiales refiriéndose a la “jurisdicción de la Villa de Oropesa del Valle de Cochabamba”. Sin embargo, no se hizo efectiva la erección del poblado dando lugar a un segundo despacho del Virrey que comisionó a Sebastián Barba de Padilla la fundación material de la Villa, lo cual habría ocurrido el primero de enero de 1574. Entre 1571 y 1574, de acuerdo a los datos registrados en la documentación de la época, Osorio figuró como Corregidor y Justicia Mayor, designando a Martín de la Rocha, Pedro de Gálvez, Juan Becerra Cedeño, Juan Durán, Diego Mexía de Obando, Andrés Rivera, Pedro de Estrada y Francisco Gallegos, en los cargos de Alcaldes Ordinarios, Regidores y Alguaciles Mayores en diferentes gestiones. Algunos de ellos formaron también parte del Cabildo de 1574 que encabezó Barba de Padilla. Es evidente que no existe un acta de la fundación de 1571, ya sea por su extravío o la posibilidad de que no se hubiera redactado al no efectivizarse materialmente la fundación; sin embargo, la tradición recogió la fecha del 15 de agosto, dedicada a la Virgen María, como la correspondiente a la fundación de nuestra ciudad, entonces una villa. En el siglo XVIII el Gobernador, de célebre memoria, Francisco de Viedma, anotó que la fiesta del 15 de agosto alcanzaba notables proporciones y constituía un homenaje a la fundación de Cochabamba.
5. FUNDACIÓN DE LA VILLA DE SAN BERNARDO DE LA FRONTERA
La ciudad de Tarija fue fundada el 4 de julio de 1574 según lo documentaron los padres Antonio Comajuncosa y Alejandro Corrado con el nombre de Villa de San Bernardo de la Frontera de Tarixa (la "x" con un sonido equivalente a la "j" española actual) por Luis de Fuentes y Vargas, en la ribera izquierda del río Nuevo Guadalquivir, siguiendo órdenes del Virrey del Perú Francisco Álvarez de Toledo. También se le conocía como San Bernardo de La Frontera. El principal objetivo de la fundación de la ciudad fue establecer un antemural a las incursiones de los chiriguanos desde el Gran Chaco. La fundación de la actual ciudad de Tarija fue realizada por Fuentes y Vargas luego de haber estado con sus tropas en La Calama, parte de Tarija La Vieja ( San Lorenzo), el ejido inicial de la ciudad de Tarija en 1574 se extendía unas 20 leguas (aproximadamente 110 km) hacia el lado de los tomatas ("indios de paz") y unas 30 leguas (aproximadamente 165 km) hacia el lado de los "chiriguanos" ("indios de guerra"). En el imaginario local, el nombre de Tarija sería un tributo a Francisco de Tarija, supuesto miembro andaluz de la expedición de Almagro. Pero no existen documentos históricos, (a excepción de una nota de la edición 37 del 8 de mayo de 1721, página 19 de la "Descripción de la provincia de Chichas y Tarija" aparecida en "El Mercurio Peruano") que confirmen esta creencia. En concreto, ninguno de los españoles que acompañaron a Diego de Almagro en su entrada al valle (1535) llevaba el apellido Tarija. Por lo tanto, lo más probable es que el término sea de origen indígena. Existen varios topónimos de lugares aledaños cuyo sonido es similar al de Tarija: Tariquía y Taxara. Los españoles, al pronunciarlos incorrectamente, lo habrían deformado a Tarija. Sin embargo en el año 2011 el historiador y director del Archivo Histórico de Tarija, el tarijeño Elías Vacaflor Dorakis afirma que: en el año 1535 la expedición de Diego de Almagro se organizó en siete grupos de españoles que partieron consecutivamente desde Cusco hacia el sur siguiendo el camino del inca, en el primer grupo estaban los españoles Juan de Sedizo, Antonio Gutiérrez y Diego Pérez los cuales llegaron a Tupiza a inicios de agosto de 1535, allí supieron de la existencia de una ciudad abandonada que se hallaba "bajando" hacia el este del camino del inca, de este modo alcanzaron al hoy llamado Valle de Rosillas donde encontraron las ruinas del Antigal cercano a Alizal, esas ruinas eran las de Tulku Marka (Laberinto Fuerte) en las cuales algunos edificios parecían torretas o torrecillas (pequeñas torres), por el aspecto del valle y por las "torretas" los españoles encontraron alguna semejanza con el valle español de Torija, de este modo llamaron inicialmente al valle de Rosillas valle de Tarija ya que tarija era una palabra árabe andalusí que significaba torreta, esto habría ocurrido entonces 39 años antes de la fundación de la Villa de San Bernardo de Tarixa. A los pobladores del valle de Tarija se les conocen como "chapacos". Tempranamente, merced a su clima mesotérmico o templado, prosperaron los cultivos y la ganadería: vid, trigo, naranjo, olivo; cría de vacunos, porcinos, ovinos y equinos. Esto favoreció la radicación de colonos españoles, sobre todo andaluces y vascos, que, mestizados con los indígenas, dieron lugar a la actual cultura gauchesca y al estilo de vida popularmente conocido como la del "chapaco". Ya en tiempos coloniales Tarija y la región se convirtieron en proveedoras de vinos y aguardientes (por ejemplo el trago boliviano singani) a las ciudades del Alto Perú.
Al estallar la revolución, patriotas y realistas se disputaron encarnizadamente la ciudad. La batalla de la Tablada (15 de abril de 1817) logró liberar de realistas de la región de Tarija.
6. FUNDACION DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA Don Ñuflo de Cháves llegó a América, en 1542, junto con el segundo Adelantado del Río de la Plata, Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Una vez en Asunción conoció a Domingo Martínez de Irala, con quien compartío la obsesión de encontrar un reino rico en minerales y metales preciosos, conocido como El Dorado, El Gran Mojo o el Paytiti. Motivados por encontrar El Dorado, Chavés viajó desde Asución hasta Lima, para solicitar al Virrey permiso para fundar nuevas ciudades. Su primer viaje fue en 1548, y se entrevistó con Pedro La Gasca, el Pacificador del Perú, quien le negó la posibilidad de fundar una nueva ciudad. En 1558, nuevamente Ñuflo de Cháves emprendió viaje desde Asunción hasta Lima. Se entrevistó con el Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, quién creó una Gobernación, independiente a la de Paraguay, que se llamó Gobernación de Mojos. El hijo del Virrey, Garcia Hurtado de Mendoza, fue nombrado gobernador, pero como residía en Chile nunca hizo uso del cargo quedando Ñuflo de Cháves como teniente gobernador hasta su muerte. La gobernación pasó a llamarse Santa Cruz de la Sierra desde 1570. Con esta autorización Ñuflo de Chávez, fundó la ciudad de Santa Cruz de la Sierra el 26 de febrero de 1561, a orillas del Sutos al pie de las colinas Riquió y Turubó. Esta nueva ciudad, desligada definitivamente Asunción, se convirtió en la nueva base para las expediciones que buscaban encontrar. Así es que la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, se convirtió en la capital de la Gobernación del mismo nombre y pasó a depender de la Audiencia de Charcas. Las naciones nativas que rodeaban la ciudad de Santa Cruz de la Sierra eran: los chiquitanos, los chiriguanos, los yuracarés y los chanés. Cháves gobernó hasta su muerte en manos de los itatines, una nación nativa que vivía a orillas de Río Paraguay, en 1568. La ciudad de Santa Cruz fue fundada el 26 de febrero de 1561 por Ñuflo de Chaves en su condición de Teniente Gobernador a orillas del arroyo Sutó y a los pies de las colinas Riquió y Turubó,–ubicadas en la actual San José de Chiquitos. La nueva ciudad fue bautizada con el nombre de la tierra natal de Chaves. La fundación de Santa Cruz coincidió con la realización de la Audiencia de Charcas, en 1561. En esa época, Santa Cruz estaba rodeada por tribus, al Este estaban los itatines, al Norte los chiquitos, chiriguanos y yuracarés y al Sur habitaban los morocotos, quienes no permitían contacto alguno.
La primera acción del fundador fue repartir tierras y empezar a construir la ciudad con el apoyo de los indios. Desde el principio, los habitantes se dedicaron a la producción agrícola y ganadera, donde el principal producto era el azúcar, vendido a Potosí. Ñuflo Chaves fue asesinado en 1568 por un indígena que le dio un golpe de macana en la cabeza. Desde ese momento, la administración de la Gobernación pasó a manos de su cuñado, Diego de Mendoza. Tiempo más tarde la Gobernación adquirió el nombre de Santa Cruz de la Sierra. Debido al alejamiento de la ciudad, se fundó una ciudad intermedia entre Santa Cruz de la Sierra y la Plata, hoy Sucre. Santa Cruz conservó durante los siglos XVI y XVII el carácter de ciudad fronteriza por estar rodeada de grupos de indígenas no evangelizados, y ser el centro de expediciones misioneras de Jesuitas y otras religiosas, hacia Moxos y Chiquitos.
7. FUNDACION DE TRINIDAD Al igual que el territorio que ocupa actualmente el departamento de Santa Cruz, estas regiones habitadas por los Moxos y los Paititís, también fueron exploradas por audaces exploradores españoles que deseaban llegar al gran imperio “El Dorado”, en busca de los grandes yacimientos de oro que escondía en sus entrañas esa fantástica y mágica llanura moxeña. Por esta razón se ha insistido, hasta hace poco que el fundador no fue el Padre Barace, sino un explorador Tristan de Tejada el año 1556 o también pudo haber sido Juan de Salinas en el año 1571; se discute este hecho porque fueron ellos quienes habrían llegado ants a esas regiones. Asimismo se quiso atribuir al jesuita Martin de Jaúregui. Finalmente después de una prolongada investigación en documentos históricos más fehacientes, se ha llegado a ratificar como único fundador de la misión, hoy ciudad de Trinidad, al padre Cipriano Barace. En cuanto a la fecha de fundación se fija exactamente el día 13 de junio de 1686, fecha en que se celebraba la fiesta de la Santísima Trinidad. Se la fundó con el nombre de Nuestra Señora de la Santísima Trinidad. Esta ciudad fue trasladada tres veces consecutivas, hasta localizarla finalmente en las proximidades del rio Ibare, lugar donde se halla actualmente.
8. FUNDACIÓN DE ORURO La ciudad fue fundada el 1 de noviembre de 1606, por el oidor de la Real Audiencia de Charcas Manuel de Castro y Padilla, como un centro minero de plata en la región de los Urus. Se le llamó "Villa de San Felipe de Austria" en honor al monarca español Felipe III. Fue una de las villas españolas de la actual Bolivia, que fue diseñada por ingenieros, en forma de damero, respetando los nuevos sistemas urbanos europeos de aquella época (Siglo XVII). A tal efecto se mandó destruir aquellos caseríos construidos a finales del Siglo XVI. Para el día de su fundación, Oruro ya contaba con 15.000 habitantes entre mineros españoles, criollos, negros e indígenas de las etnias "Uru", "quechuas" y "aymaras". El alza y baja de los precios de la plata, en los siguientes siglos, condicionó el crecimiento o decrecimiento de la villa. El 10 de febrero de 1781 en la Villa Real de San Felipe de Austria (Oruro) se dio uno de los gritos libertarios de América Latina, continuando con las rebeliones contra la corona española. En aquella oportunidad la revuelta libertaria dirigida por Sebastián Pagador y otros caudillos emite la solemne proclama: "Amigos paisanos y compañeros: en ninguna ocasión podemos dar mejores pruebas de nuestro amor a la patria, sino en ésta, no estimemos en nada nuestras vidas, sacrifiquémosla gustosos en defensa de la libertad". Por una temporada, la mina de estaño "La Salvadora" fue la fuente más importante de ese mineral en el mundo. Gradualmente, este recurso también se agotó y la ciudad de Oruro entró en otro declive. En Oruro no hubo, como en Potosí, un descubrimiento súbito de la plata, pues para nadie era un misterio que se la había estado explotando en pequeñas cantidades desde mediados del siglo XVI. Las cosas cambiaron a comienzos del siglo siguiente, cuando por ejemplo, se encontró una veta (pie de Gallo) de una vara de ancho y muy alta ley. Para entonces, ya se hallaban instalados en el Asiento de Oruro un buen número de españoles, quienes destacaron a un procurador a Lima solicitar la concesión de 500 indios de mita. Después de un pleito de jurisdicciones con la Audiencia de Lima que, por muerte del virrey Gaspar de Zuñiga y Acevedo, gobernaba el Perú, los Oidores de la Audiencia de la Plata comisionaron al Oidor Manuel de Castro y Padilla par que fundara en Oruro una Villa con el nombre de San Felipe de Austria. Era el año de 1606. el 1º de noviembre, Castro y Padilla procedió a la fundación, y nombro a las primeras autoridades. Hubo un tiempo en que se creyó que la producción de la minas de Oruro superaría a las del Cerro de Potosí, pero solo se trato de un efímero “boom”. Mientras tanto, en tres años, la villa contaba con cerca de un centenar de pobladores españoles, cinco órdenes religiosas y las minas daban alrededor de 200mil pesos de quintos para la Corona. A pesar de las alegaciones de la Audiencia de Lima sobre la legitimidad de la fundación, la existencia de San Felipe de Austria quedo como un hecho consumado e irreversible.
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