Fradkin que tuvo de revolución
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Fradkin Raúl. “¿Qué tuvo de revolucionaria la revolución de la independencia?
Según el autor, los contemporáneos estaban convencidos de que hubo realmente una revolución
Luego del enfoque “patriótico” sobre la independencia (que es vista como una ruptura que suponía la emergencia de una nación), el autor señala dos momentos historiográficos: 1. Visión “desencantada” (años ´60 y ´70): la independencia había sido a lo sumo un mero cambio político que había mantenido estables las estructuras económicas y sociales; por lo que no hubo revolución y si la hubo, fue fallida e incompleta. 2. Comienzos de los años ´90: Situaba la esfera política como la sede del contenido revolucionario.
Ambos enfoques enfatizan en la continuidad de las estructuras sociales y que podía separarse su análisis de la esfera política. El autor plantea que aun aceptando que la revolución fuera meramente política, debe poderse cerrar la brecha entre dos maneras de hacer historia, uno concentrado en las escalas locales y regionales donde prima la atención a los grupos subalternos y el otro concentrado en la l a escala central con atención mayor a las elites. Cuando se hablaba de Revolución hasta los ’60 se hablaba específicamente de Revolución de Mayo. Dos versiones a partir partir de los ’70: Tulio Halperin Donghi: La revolución había significado el fin del pacto colonial, y que se había pasado de una hegemonía mercantil a una terrateniente; esta transformación no podía darse sin cambios sociales, que van a verse al principio como un empobrecimiento del orden social de la colonia. Según esta teoría tanto se había tratado de una revolución que había permitido el cambio de un tipo de hegemonía a otra y que había permitido la constitución de una nueva clase dominante, que aparecía como un producto y no como protagonista de la revolución. Nacimiento de la hegemonía oligárquica. Chiaramonte: A partir de los años ’90 a partir de la experiencia de Corrientes. Emergencia de una forma de Estado transicional entre el orden colonial y el Estado Nacional; y postulaba que era un producto acorde con los rasgos de las estructuras de producción y de circulación ya que el rasgo más importante de la estructura social era la inexistencia de una clase social dirigente de amplitud nacional en condiciones de ser un sujeto histórico de ese proceso. A partir de aquí, no se podía
explicar el proceso de independencia como una supuesta maduración al fin de la colonia de una clase social que había estado esperando la oportunidad histórica para protagonizarlo. Para el, la independencia era el resultado de la crisis imperial, la presión británica y el descontento de las capas sociales coloniales. Según Chiaramonte los principales sectores sociales no estaban en situación de trascender los particularismos regionales y este particularismo se explicaba entre otras cosas por el dominio del sector comercial sobre la vida económica colonial.
Mientras Halperín afirmaba el pasaje de una economía mercantil a una terrateniente, Chiaramonte resaltaba la perduración del predominio del capital mercantil ¿Qué sucedió en el entramado de relaciones sociales agrarias? (hacia 1869, la mayoría de la población era rural).
. Buenos Aires:
A fines de la colonia no contaba con una clase terrateniente consolidada. Pero con la revolución, se abrió un proceso de formación de un sector de grandes propiedades de tierras y ganado. Ampliación del trabajo asalariado y reducción de la incidencia de trabajo forzado. Adaptación de diferentes formas de producción familiar a las nuevas condiciones. No hubo una masiva proletarización de los productores rurales ni su transformación de su campesinado supeditado a la gran propiedad. Pudieron coexistir la expansión de las grandes propiedades y diversas formas de producción familiar en parte por la disponibilidad de tierras y la relativa escases de p oblación. Las unidades familiares tenían posibilidad de reproducción. El trabajo asalariado se había acrecentado de forma significativa por la persistencia de migraciones, el aumento de la demanda laboral por la expansión ganadera y por el crecimiento de los pueblos rurales; pero solo una porción reducida de trabajadores rurales vivían exclusivamente del trabajo asalariado y una porción mucho más amplia entraba y salía del mercado laboral. Había un amplio espectro de productores familiares dedicados a la cría de ganado. Economía rural mercantilizada en la cual buena parte de las unidades familiares combinaban la producción de subsistencia con
la producción mercantil y el trabajo asalariado. Por lo que se habría dado una expansión simultánea de distintas formas de trabajo asalariado y de diferentes formas de producción familiar que se articulaban con las empresas agrarias o se desarrollaron autónomamente. Por lo tanto ni las hipótesis de Halperin ni la de Chiaramonte quedaron completamente comprobados. La expansión estuvo lejos de ser solo ganadera y que no tuvo a los terratenientes como exclusivos protagonistas.
El análisis de las transformaciones políticas no puede ser separada del estudio de las relaciones sociales. Erosión del régimen de esclavitud y la pérdida de la importancia de los esclavos como fuerza de trabajo de los grandes establecimientos agrarios justamente cuando la demanda aumentó. Fracaso al intentar implementar formas sustitutivas de trabajo coactivo. Los propietarios debieron negociar con sus peones asalariados. Pero la situación hacía difícil la subordinación de una población con posibilidades de acceso a la tierra y de reproducir formas de producción autónoma. La revolución multiplicó las oportunidades por la masiva movilización política de los sectores subalternos. La militarización posibilitó mecanismos de reconocimiento social, además los sectores subalternos tuvieron más participación electoral y otras formas de movilización política. Fuera de Buenos Aires:
Debilitación del orden vigente y jerarquías preexistentes. Acentuación de las diferencias entre las provincias del Litoral y del interior y en particular entre Buenos Aires y el resto. Tierras de emigración y de inmigración por mayores posibilidades de trabajo, de mejores remuneraciones y de acceso a la tierra. A fines de la colonia, Bs As apeló a la emisión de papel moneda y en el resto de las provincias los salarios eran mas bajos. En las provincias del norte el orden social colonial pareciera subsistir luego de la revolución. Esta provocó la transformación de los propietarios agrarios en rentistas y erosión de la esclavitud, abolición del tributo indígena y la disgregación de los pueblos indígenas que configuraban un heterogéneo campesinado mestizo. La abolición del tributo suponía una amenaza a los ingresos fiscales.
Recursos de expropiación de tierras a los pueblos de indios. La revolución erosionó la formas de extracción de excedente campesino de carácter coactivo, pero no lo hizo de manera lineal. El principal desafío de las elites locales fue lograr la desmovilización campesina que implicó para los campesinos perder el fuero militar y que había contribuido a configurar las bases de liderazgos competitivos. La principal de compensación material de los campesinos movilizados fue la suspensión del pago de los arriendos, sólo con la desmovilización era posible reimplantar esas obligaciones y las normas de conchabo obligatorias. Se puede decir que la desconfiguración de este bloque social terminó en una derrota de los campesinos que permitió la restauración de relaciones sociales quizás más duras que en la colonia. En Tucumán:
La movilización bélica parece no haber creado liderazgos tan autónomos. La población rural estaba compuesta por un campesinado mestizo, con la propiedad de la tierra fragmentada, la utilización de esclavos era limitado, lo mismo que el trabajo asalariado. Tenía la provincia un prosperidad relativa. Los pequeños productores autónomos resistieron los intentos de subordinarlos. En Tucumán fueron mucho menos eficaces los mecanismos de peonaje. Era una sociedad menos jerárquica y con conflictos socio-étnicos menos intensos y las familias principales este estaban más relacionadas con el comercio, el crédito y el poder público más que con la tierra, por lo que se pudieron adaptar al nuevo contexto y lo mismo la economía campesina. En Santiago del Estero:
Tendencia a una mayor concentración de la propiedad. Empeoramiento de las formas de vida campesina debido a una agricultura frágil y a la recolección., por lo que hubo migración estacional a corta y larga distancia, que era una forma de supervivencia. El trabajo asalariado era limitado y cuando existía era remunerado en especies y más bajos que en otras zonas. En Córdoba:
Tierra de emigrantes. Predominio de pequeños productores en la población rural. Campesinado mestizo, con empeoramiento de sus condiciones de vida; pese a esto, había una perduración de una elite urbana que controlaba el comercio, el crédito, las mejores tierras y poderes públicos.
En Cuyo: En Mendoza la Transición fue más sencilla porque aprovechaba las posibilidades del mercado chileno. En esta provincia perduró la producción y la tenencia muy fragmentada de la tierra. San Juan y San Luis tuvieron Dificultad para hallar un nuevo lugar en la nueva constelación económica. En Mendoza había una Reducción de la población esclava prácticamente liberada para ser incorporada al Ejército de los Andes y una Tendencia hacia la tenencia de la tierra precaria entre el arrendamiento y el inquilinato. La producción doméstica seguía siendo un rasgo dominante en la vida rural mendocina. Litoral no bonaerense: Como dijo Chiaramonte la continuidad fue el rasgo distintivo de Corrientes y allí residió su relativa prosperidad hasta 1830. La economía de la provincia tuvo que adaptarse y se orientó a la producción ganadera en las tierras del sur e impulsó la formación de grandes propiedades aunque persistieron las formas domésticas de producción agraria y artesanal. Reducción del trabajo asalariado. La situación santafecina es menos conocida, pero se sabe que la revolución destruyó sus recursos ganaderos, lo que acentuó la mala situación de la elite. También existió la contracción del espacio productivo dada la creciente conflictividad en las fronteras chaqueña y pampeana. En Entre Rios las elites lograron reconformarse con una hegemonía territorial asentada en las regiones orientales, donde se formaron grandes estancias. El mayor problema siguió siendo la intensa militarización que permitió la formación del estado provincial mediante un intercambio de servicios milicianos a cambio de reconocimientos de derechos como recompensa. Los grupos sociales dominantes del litoral no fueron reemplazados sino que se adaptaron los sobrevivientes. Esta región había estado muy dominado por el artiguismo, movimiento que parecía corroborar la tesis de la revolución inconclusa; el artiguismo revela una heterogeneidad social y étnica, más allá de la imagen de la polarización de grandes latifundistas y grandes mazas sin tierras. No era la región sudoriental la base territorial inicial de la insurgencia artiguista, por lo que aparecen múltiples actores. Las facciones elitistas tuvieron dificultades para cumplir sus objetivos y debieron negociar el apoyo de sectores subalternos.
No se puede centrarse sólo en los cambios de la esfera política pero tampoco se puede menospreciar la incidencia de las transformaciones políticas. Por eso la experiencia porteña que muchas veces es tomada como pauta de evaluación general, resulta bastante excepcional. Tanto la noción de revolución burguesa como la de revolución liberal, parecen equívocas. Conviene hablar de diversos liberalismos. Más adecuado sigue siendo el término de “revolución de la independencia”. Si se considera a la crisis imperial como el inicio de una “crisis orgánica” que desintegró los modos de articulación económica, política e ideológica del imperio, las revoluciones pueden pensarse apelando a la noción de “revolución pasiva” en el sentido de Gramsci, es
decir una revolución desde arriba. Pero no se puede entender si particularidades de contextos precisos.
se dejan de lado las
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