Fox%2c Marcelo. Invitación a La Masacre

September 24, 2017 | Author: Alan Ojeda | Category: Communism, Forgiveness, Love, Politics (General), Philosophical Science
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Descripción: Libro casi inconseguible del autor argentino Marcelo Fox...

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. ©.

1965 by FALSO liBRERO EDITOR

,

Slf ha hechó el dép6si"? que previene la ley 11.723' Printed in: Argentina '

MARCELOFOX

INVITACION .,A LA MASACRE ( J 963)

FALBO liBRERO EDITOR 1

Buenos Aires - Argentina

Es hora de morir: Tod'? se acaba. El víento,sopla como siempre y yó, espero. J,.a guillotina caerá lúcióa y exacta. La basura ~e elimina. A mí me eliminan. No. No debo aceptar las" axio1ogías de !os fis,c~es. De la ~~ltitud que me condena tr~tando de ·e:q)lar a través de un mocente el peso de sus propias culpas. Debo m~tenenne fume. No gritar. No dárse contra las pa· redes. No pedir piedad. Ellos Jos otros ~on l9s que merecen la cámara ~e gas. No yo. Qilise despertarlos. Quise destruirlos y han terminado por ser mis verdugos. Son débiles y estúpidos pero son muChos. He ahi toda su ventaja. Su superioridad. Su fuerza. Ser muchos. Se amontonan en los colectivos. Se arrodi· llan en las iglesias. Comen. Duermen. Emiten sonidos incohe· reptes. Juzgan. IgnoraD.. Aplastan todo aquello que amenace matizar el gris uriiforme en que habitan . .Siempre en manada. Síempr,~ iguales. Yo nb, quise seguir dando vueltas a la noria y voy a pagar la rebeHon con la vida':' Es lo normal. No vacilan cu'a~do dé defender su ,mediocridad se trata. Lbs sistemas y las generacjon'es pasan. En los cementerios se acumulan los muertos. De vez ,en cuand9 una guerra o un profeta alteran la superficie y paréce que 'algo va a cambiar. Nada cambia. Después vuelve el silencio. Las acumulaciones de ladril}.os.

4 veces lamento no líaber podidó sef;uir siendo como los otros. Seguir trabajando. Hablando del.tiempo. Casarme. Tener hijos. Ir los domingos a misa. JÜbilarme y esper!,lr la muerte tomando _el sol en alguna placita. Morir por fin confortado con los auxilios d,e Ia.santa religión y desaparecer rápido en el olvido. Qebo estrangular estos pensamientos. Yo soy distinto. Yo debo sér distinto.-Yo.quiero ser distinto nasta el fin. Mentira. La libertad no existe. To~o está determinado desde siempre. ,Los engra9

najes giran exacto.s y aceitados. Soy perjudicial. Me arrojan a las cloacas. Tengo -miedo_ Un día tecleando en la máquina de escribir él mundo voló por los aires. Me pregunté por qué bajaba y subía los dedos estampando cifras y palabras incomprensibles. Qué era eso que me rodeaba. Quién era yo. Fui al ,baño. Me lavé la cara furiosamente. La sensación de ausencia absoluta continuó. Esperé la hora de salida. Todos estaban muertos. Solamente yo vivía. Lo supe. Era Dios. Nadie abajo. Ni arriba. Ni a los costados. Iban a pagar el ser tan idiotas. Les haría sentir mi poder. Compré un cuchillo. Una sevillana. En el cuarto del hotel apretaba el botón y cerraba la hoja, Cerraba la hoja y apretaba el botón. Clik. Ciak. Clik. Pasru· a la acción. Salí a la calle. No había lu~ar 'para la duda. Tenía que cumplir mi\ misión. Tomé un colectivo hacia cualquier lado. Ya en los suburbios caminé a lo largo de un patedón. Hundí la hoja en una espalda. Iban a producirse conmociones. Gentes perdidas en la sucesión interminable de días idénticos abandonarían el letargo. Viudas llo_rando el resto de sus vidas. Huérfanos pidiendo pan' de puerta en puerta. Exageraba los cuadros de luto y angustia y el gozo era mayor. Nada ya podía detenerme. Antes de ir a dormir clavé el pu:fial justiciero una vez más. Era rubia. Tenía ojos verdes que miraron buscando una explicación. Quis;era haberle explicado. Que comprendiera que actuaba por amor al Homqre. Para despertar las conciencias. Para anunciar la llegada del Mesías. Tuve que huir. Me llevé a la boca la mano salpicada de sangre fresca. Nos podríamos ;haber amado si no fuera de noche. Si la humanidad no hubiera muerto hace muc}lo junto con los dioses. Mentira. No me hubiera amado. Como todos se hab~ía reído de ¡ni aBofeteándomé. Soy feo y sucio. Pronto moriré y dejaré de mancillar la tierra con mi presencia abyecta. No. Eso es lo que ellos piensan. Lo_ que quieren que yo piense. Es al revés. Cuando sea ejecutado el mundo qued:trá sumido definitivamente en las sombras de la cotidianeidad y el olvido. Ya no más ~peranzas. Cortarán el último vínculo con la Trascendencia. Nadie volverá a traer el Mensaje que yo portaba. Tierra al condenarme te condenas. Me hundes y te hundes perdiéndote en el exilio. Quizá sea mi venganza eso

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mismo. Todos en la oscuridad y ni siquiera lo sabrán. Es para destornillarse de risa. Tengo miedo. Dios tiene miedo. Temblad. Contemplo el futuro y río. Pobres. Me dan lástima. Si hubiera tenido la fortuna de controlar cohetes con carga.atómica habrfa libertado sin vacilar !!la humanidad del sonido y la furia. Basta de sufrir. Basta de arrastrarse. Que los ángeles U 235 limpien la Tierra. Estoy cansado. Mañana a la fría luz del alba me conducirán al patíbulo mientras los parch~ suenen acompasa· damente. Todo será silencio y recogimiento. Rechazaré a los sacerdotes de las variadas sectas que me querrán dar auxilio en la hora postrera. Dios no precisa consuelos. Dios muere y resucita más glorioso aún. Que se preparen los que lo han perseguido. Que se preparen los que han dudado de su divini· dad. Irán sin excepción al crematorio. Porque Su palabra nunca dicha no ha sido· escuchada. 'Porque fue ejecutado vandálicamente por hacer el Mal es decir el Bien es decir lo Justo. Al día s~guiente leí los diarios. Se hablaba media' página de la obra de mi navaja: Alegría. Alegría. El Mensaje resuena en los ámbitos. El ejemplo será seguido por otros en cantidades cada vez mayores. El Reino de la Libertad estaba cerca. Todos muertos. Todos libres. Después me di cuenta. Nadie interpretaba el sentido trascendental de las inmolaciones. Pensaron que era la obla de un loco. De un maniático homicida. Qué hacer. Seguir. Seguir. Continuar hasta el fin la tarea de revulsar de conciencias. Compré un libro sobre explosivos. Compré dinamita en el mercado negro. Volaron el mismo dia un subterráneo. Un banco. Una iglesia. Un transatlántico. Gloria. Gloria a mí el Salvador. Gloria. La noticia conmovió al mundo. Doscientos comunistas fueron fusilados. No. Eso no. No tienen derecho. Fui yo. Fui yo quien provoc6 las catástrofes para restaurar la mem01ia. Para despertar a los hombres del hundimiento sistemático. Mandé cartas a los diarios relatando la Verdad. No fueron publicadas. Creían que era un chiste. Creyeron cualquier cosa. Creyeron. Creyeron. Y yo. Y yo. No. No era posible. Yo Luzbel empañado en mi grandeza. N o cejar. , Perseverar en la brecha. Estoy cnn.sado. Basta. Dormir. Pero no. No puedo desertar. Las pagarán. Se olvidaron de todo al poco tim:upo. Tener bombas H. Las capi-

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tales ardiendo. Los.cuerpos carcomiaos. Los El Vacío. El Silencio. El Sol.

esqueleto~blancos.

Los malditQs continuaban reproduciéndose como si nada pasa· ra. Reían. Bailaban. Oprimían botones. Morían en la Ausencia. Me niego a aceptarlo. Nunca. No. Pero de qué forma~ Cómo hacer que comprendieran. Nuevas bombas. Más comunistas ahorcad-os. Y nada. Nada. Estoy agotado. Es inútil. Pero seguir. Saguír hasta el fin. El Fin és el Principio. La Muerte es la Vida. El-Sufrimiento es el Gozo. El Odio es el Amor. Dinamité un dique.< Gente huyendo. Gritando. Viviendo. Exi~tiendo real· mente. Cadáveres de los ahogados. Devastación. Hambre. Peste. Arrasamiento. Llegaron aviones con cruces rojas máquinas topadoras y destrqyeron la destrucción restaurando' la aburrida monotonía ~nterior. Qué falta de sentido estético. Sólo son bellas las estatuas rotas. Las paredes descascaradas. Los rostros horadados por la lepra. Las· c!udades después del saqueo. Qué hermosa es la Muerte. Qué hennosa. Y pensar que el nivel de la much,edumbre no rebasa las calcomanías y los claros del luna. Son incapaces de intuir la Trascendentalidad. El reflejo de la agónica lucha-del Ser con la Nada en las co~as que se derrumban. Más izquierdistas fueron enviJldos a la guillotina. El aislamiento continúa. La incomprensión aumenta. El desaliento ahoga. Los diarios siguen sin publicar las explicaciones que les envío del Mensaje objetivado en,nús actos. Cambiar de método. Guerra bacteriológica a la imbecilidad. Crié virus de potentes plagas .. Eri los caldos de cultivo las pequeñas bestezuelas alegremente· retozaban engordando a ojos -vistas. Asi lo podía observar con el microscopio. Ahora. A las fábricas de productos alimenticios. A p.ulverizar el aire. A infectar las aguas. Millones de muertQs. Carretas cargadas de cuerpos exánimes. Estado de Sitio. Humo incesante de los hornos crematoriós. Terror en los rostros. Eso sí que erk Vida Auténtica.

y

Pero del otro lado del mar todo seguía igual. -El Mensaje no era (lscuchado aún. Siempre la falta de megatones. Quién fuera Dios para acabar con esta repetición absurda.
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