Filosofía de La Redención (Philipp Mainländer)

December 28, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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E d i c i o n e s X o r k i  i  H u m a n i d ad e s 2 0 1 4

F I L O S O F Í  Í   D E   L  R ED E N C I Ó N  

 

Filosofía de la redención Edición original 187 1876) 6)

PHILIPP MAINLÁNDER

Introducción traducción y notas de MANUEL PÉREZ CORNEJO

dición de

CARLOS JAVIER GoNZÁLEZ SERRANO MANUEL PÉREZ CORNEJO

y

 

1 edición: 2014 Director de Humanidades: Jacinto Rivera de Rosales Coordinación editorial: editorial: Carlos Javier González Serrano Corrección externa: externa: Silvia G Gomes omes Álvarez Título original: Philosophie der Erlosung Publicado por: EDICIONES XORKI 2014 (Moldava, S.L.) Viriato, Viria to, 39, 4º 4º C 28010 MADRID Tel: 91 4483137 -Fax: 91 4483187 Correo electrónico electrónico:: [email protected] www.edicionesxorki.es de la introducción. traducción y notas, Manuel Pérez Cornejo de la edición, Ediciones Xorki 978-84-941505-5-5 Depósito legal: M-584-2014 ISBN

Imagen de portad portada: a: montaje sobre sobre un retrato de Philipp Mainlander Impresión: Safekat. Este libro ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Educación Cultura y Deporte

MINISTERIC• DE EDLC AC: AC:ON. ON.

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CULTURA CULTU RA

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, INDI

E

Introducción de MANUEL PÉREZ CORNEJO ................. .................................... ........................... ........ . FfwSOFÍ

DE L REDEN IÓN

.............................................................................

9 35

Prólogo .............. ............................ ............................ ............................ ............................ ............................ ............................ ............................ ................ . 39 Analítica de la facultad cognoscitiva Analítica . 43 F1s1ca . ................. ................................... .................................... ..................................... ..................................... .................................... .......................... ........ . 83 ,. Estética .............. ............................ ............................ ............................ ............................ ............................ ............................. ............................. ............... 141 Ética........................................................... Ética................................ ....................................................... ....................................................... ................................ ..... 193 Política........................................................ Política.............................. .................................................... .................................................... ................................. ....... 245 Meta fisica ..............................................................................................................

331

Apéndice sobre Filosofía Filosofía de la religión religión y la futura

369

rden del Grial

Nota final de CARLOS JAVIER GONZÁLEZ SERRANO La enfermedad ontológica.............................................................................................. 423 Í d ice onomast1co . y anaI1t1co . ............................................................... . 429

 

PHILIPP MAINLÁ NDER

 

INTRODU

M

NUEL

PÉREZ

IÓN ORNEJO

To be, or not to be, that is the question. W SHAKESPEARE 1

Und wenn der Mensch in seiner Qual verstummt, Gab mir ein Gott zu sagen, was ich erleide. GO TH 2

La lógica del ateísmo.- Si Dios existe, todo depende de su voluntad y yo no soy nada fuera de su voluntad. Si no existe, entonces todo depende-de depende-de mí, mí, y he de dem demostrar ostrar mi ind indep epen ende denc ncia ia El suicidio, el modo más completo de demostrar uno su independencia. NIETZSCHE 3

El libro que tienes entre tus manos, estimado le_ctor esta Philosophie der Erlosung Erlo sung «Filosofía de la redención», redención», o «de la liberación», otra manera igualmente correcta de traducir el término alemán Erlosung), es una joya filosófica de imprescindible lectura, que con toda seguridad no te dejará in diferente, aunque puedas discrepar con las ideas que en él se contienen. Constituye el legado de un hombre joven, joven , el malogrado pensa pensador dor y poeta alemán Philipp Batz, más conocido por el sobrenmnbre de Philipp Main lander, que adoptó en homenaje a la ciudad de Offcnbach am Main, donde nació el 5 de octubre de 1841 1841,, y donde decidió poner pone r prc1na prc1naturam turamcntc cntc fin fin a «Ser o no ser; he aquí el problema» /-lamlet, Acto 111 escena I , en: Grandes Tragedias, trad. Luis Astrana Marín, Espasa Calpe, Madrid, 2000, p. 153). 2 «Y cuando en su dolor enmudecen los hombres, / a mí un Dios lo que supe expresar pcr mitiome», Tasso V 5; Motto sobre la Marienbaderelegie 1823) GOETHE, J. W. Obras Completas, trad. Rafael Cansinos Cans inos Assens, Ag Aguilar, uilar, Madrid, 1987, 1987, I p. 1129). 3 NIETZSCHE, F. Fragmentos póstumos. Vo Volu lume men n IV /885 /8 85-/ -/88 889) 9),, ed. de Diego Súnchcz 1

Meca, trad. de Juan Luis Yerma] y Juan B. Llinares, Tecnos, Madrid, 2006, fragmento ] ] [334], No Noviem viembre bre de 1887-Marzo de 188 1888, 8, p. 460.

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INTRODUCCIÓN

II

a emprender una fonnació fonnación n autodidacta, centrada en el el arte visitas asiduas asiduas a la Gemaldegalerie de Dresde), la literatµra Petrarca, Bocaccio, Ariosto, Tasso, Leopardi, Goethc, Wolfram von Eschcnbach ... ), y filosof filosofia ia lec a Heráclito, Platón, Aristóteles, Escoto Erígena, Gracián, Spinoza, Lockc, Ber keley, Helvétius, Condillac, Kant,intelectual: Fichte, Hegel, Hcrbart..., y desdeHume, 1860 Hobbes, al que será su indiscutible mentor Schopcnhaucr, cuya obra principal, l Mundo como voluntad y representación descubre de forma casual como le sucederá a Nietzsche, unos años después-, cam biando desde entonces su vida). Asimismo, y a despecho de su profundo ateísmo, ateísm o, Mainlander Mai nlander se dedica dedic a a estudiar los funda fundamentos mentos de las principales religiones: religi ones: brahmanismo, brah manismo, budismo, zoroastrismo y cristianismo. cristianismo. Este variadísimo elenco de lecturas lo v a a enfocar Mainlander única y exclusivamente a resolver resolv er lo que él llama «el enigma del del mundo». El origen de dicho enigma se encuentra e n la dificil y ambivalente relación que el hombre mantiene con las potencias poten cias de la l a naturaleza: naturaleza: frente a ellas, se siente, por u n lado, completamente dependiente, como una nada que tiembla ante un poder implacable, implac able, independiente independien te de él, al al que diviniza; diviniza; por otro, otro, cuando cua ndo el peligro h a pasado y se siente sient e a salvo, el individuo vuelve a sentir la fuerza rebelde de su tozudo yo. D e este-modo, en el ánimo humano alternan el temor al poder pod er de los dioses c on la fuerza y el poder individ individuales uales.. La nuda verdad, a juicio jui cio de Mainlander, es que que la experiencia nos nos muestra que tanto el poder pode r del ind individuo ividuo como co mo el poder del del mundo están justificados, justifica dos, y que este último no se nos manifiesta manifie sta nunca como una unidad simple, sino como una unidad colectiva, colectiva, compuesta compue sta por individuos individuos entre ello ellos, s, el propio propio individuo humano), estrechamente interconectados entre sí. Si esto, y solo muest ra la experiencia, el enigma que está a la base de la esto es lo que nos muestra religión, y luego de la filosofia, filosofia, puede p uede formularse as así: í: si el mundo eestá stá com puesto únicamente por po r individuos, y en él no cabe localizar ninguna unidad simple, ¿cómo es que los individuos parecen interconectados de un modo unitario en el curso del mundo, como si procediesen de una unidad?   En realidad, el problema que Mainlander se está planteando no es otro que el del hombre y su libertad: ¿está determina deter minada da la conducta cond ucta del individuo humano por el poder que emana de una unidad sitnple superior, un Dios, que se sitúa detrás, o por encima encim a del del mundo mun do al que, sin embargo, no vemos por ninguna parte), o sus actos están condicionados por la influencia de los demás individuos que lo rodean?; y si es ese el caso, ¿hasta qué punto es autónomo e independiente el hombre cuando toma sus decisiones? Philosophie der Erlosung en lo sucesivo: PE), Vol. ll,

p

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NUEL

PÉREZ CORNEJO

Las distintas religiones, y los diferentes sistemas fi Las filosóficos losóficos h han an tratado de resolver la enig1nática relación entre el hombre y el mundo poniendo el acento,, bien en acento en las las fuerzas fuerzas del del mundo, divinizándolas divinizándol as en su pluralidad plural idad po litcís1no , bien en una unidad divina que engloba en sí tales fuerzas, y que p r y fuera encima existe del mundo monoteísmo), monoteí smo), o dentro del en mundo panteísmo religioso, o filosófico). que Mainlander Mai nlander detecta estas El error explicaciones teístas es que en ellas el individuo siempre queda aplastado por las las potencias de la naturaleza, o por el omní omnímodo modo poder pod er de un un Dios ab soluto, que anula su libertad y lo reduce al papel de una marioneta inerte, movida por los hilos que maneja la mano de su omnipotente Creador: aquí solo Dios es libre; y esto es algo que resulta injusto e inaceptable para el individuo 7. Frente a estas explicaciones opresivas, Mainlander cree que tanto Buda como Cristo tienen el mérito de haber reivindicado el poder del individuo contra el el despotismo de la naturaleza y de Dios lo que constituye, constituye , para él, él, el verdadero significado significado «esotérico» d dee las religiones religi ones fundadas f undadas por po r ambos, ambos, que, según él, implican en el fondo un ateísmo 8• No obstante, el problema del que adolecen estas dos religiones es, en el caso del budismo, que con tradice la experiencia, experiencia, pues niega la existencia real del mundo exterior ext erior que deduce, como pura ilusión del Karma del individuo), y en el caso del cris tianismo, que, aunque acierta con la verdadera relación que media entre Dios, el mundo y el el hombre, hombre, la expresa de de forma m mera eramen mente te simbólica, para la fe, a través del dogma de la Trinidad, y no de una manera científica, ac cesible al saber. Pues bien, en este libro Mainlander nos expone lo que él entiende es el 9

auténtico «Grial» , a saber: un sistema filosófico que, atendiendo estricta mente a lo inmanente, es decir, a los datos que nos ofrece la experiencia ex terna e interna, por un lado, lado, y apoyándose en e n una peculia pecu liarr interpretación de dell idealismo trascendental kantiano y la filosofia pesimista de la voluntad de Schopenhauer 10   por otro, intenta resolver de una vez por todas la relación que existe entre el ser humano individual y ese Dios desaparecido, cuya huella podemos detectar de algún modo aún en el mundo que nos rodea. Mainlander, el «Parzival de la filosofia», parte a la búsqueda del cáliz que contiene esa verdad ateísta, expuesta hasta ahora solo en imágenes por el

PE, Vol. 11, x PE, Vol. 11 9 PE, Vol. 11 10 PE, Vol. 1,

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pp. 2-70. pp. 71-115 y 189-205. p. 4. Prólogo y Apéndice, p 362.

 

INTRODUCCIÓN

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budismo y el cristianismo, capaz de reditnir al hombre, y quizás también al propio Dios. Mainlander Mainland er encuentra esa e sa verdad (aquí reside el rasgo de genialid genialidad ad al que antes nos hetnos referido), valiéndose de lo que Winfried H. Müller 11

:

Seyfarth llama una «ficción heurística» cnig1na qué existe una apariencia de unidad en el mundo, sin que quepa qeluepa hallardenipor rastro rastr o de ninguna unidad trascendente en él, se resuelve si hacemos un uso meramente regu lativo de nuestra razón, y consideramos que, efectivamente, todo parece como si esa unidad, ese supra-ser, al que llamamos «Dios», hubiese existido antes del mundo, previamente a él, si bien todo indica que actualmente ya no existe; dicho de otra manera: da la impresión de que Dios ha muerto y su muerte f u la vida del mundo» pues al morir engendró el ser, es decir, la multiplicidad de individuos que observainos a nuestro alrededor, cuyo devenir va cavando la tumba en la que Dios se va descomponiendo en su caminoo hacia la nada, el no ser. camin Esta verdad ha h a quedado recogida recog ida simbólicamente en eell dogma cristiano cristiano de (el supra-ser, lo que los místicos llamaban «Di la Trinidad13: de «Dios Padre» (el vinidad») vinida d») procede el «Hijo» (el ser, la multiplicidad multiplicidad de los individuos y la vida, en suma: el mundo), que se despliega a través del «Espíritu Santo» (devenir). (devenir). El problema de la «muerte «muer te de Dios» lo habían abordado antes Jean Paul Richter, en su Discurso del Cristo muerto desde lo alto del universo, sobre la no existencia de Dios (1796) 4 Hegel (quien en su ensayo Fe y saber 1802- había afirmado afirma do qu quee «el sentimiento sobre el que reposa la religión de la nueva época es que Dios mismo ha muerto»15   , o Heine (con (con su implacable sentencia: «Llevan los sacramentos a un Dios que· se muere» 16  . Años más  

 

tarde Nietzsche retomaría esta ver expresión, que aquellos desde entonces a su nombre. Pero ahora podemos que, entre autoresvay unida Nietzsche existe un «eslabón perdido»: Mainlande Mainlander. r. Prólogo a PE, Vol. I p. IX. PE, Vol. I, Física, § 38. 13 PE, Vol. II, pp. 189-232. «¡Dios ha h a muerto El cielo está vacío ... / ¡Llorad, criaturas ¡Ya no tenéis Padre », escribía Jean Paul. Gérard de Nerval le sigue en su poema Cristo en el monte de los Olivos, fechado en 1844: «[Le Seigneur] se prit a crier: "Non, Dieu n'cxistc pas "/ [ .. ] "Mes amis, savez vous la nouvelle? I J'ai touché de mon front a a vofitc étemcllc; / j e suis sanglant, brisé, souffrant souffr ant pour po ur bien de tou touss / Freres, je vous trompais: Abime Abime Abime / Le dieu manque a 'autel ou je suis la victime ... / Dieu n cst pas Dieu n est plus " Mais ils dor maient toujours » Antología de la poesía románticajámcesa, cd. de Rosa de Diego, Cáte dra, Madrid, 2000, pp. 714-715). HEGEL, G. W. F. Glauben und Wissen, F. Meiner, 1-lamburgo, 1962, p. 123. HEINE, E., Alemania, UNAM, México, 1960, p. 72. 2

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MANUEL PÉREZ CORNEJO

Es tnencster fijarse en que e] tratamiento que da nuestro autor au tor a este pro blema es bastante diferente diferente del del que ofrecerá ofrecer á posteriormente Nietzsche. Hei degger, en su anto]ógico ensayo de 1943 «La frase: Dios h a muerto», incluido en Caminos del bosque ha señalado, con indiscutible ac acierto, ierto, que  

en Nietzsche el problema de ]a «muerte de Dios»aparece, está asociado a lasabido, inter pretación 1netaflsica del mundo. Esta expresión como es en los aforis1nos 125 y 343 de La Gaya ciencia, publicados, el primero, en 1882, 188 2, y eell segundo en 1887, respectivamen respectivamente te (¡seis y once años después de que Mainlander publicase su obra, obra, y Nietzsche la leyera con avidez ), pero con un matiz muy importante: Nietzsche señala s eñala que ese Dios Dio s no es otro que el Dios cristiano, y que h a muerto porque «lo hemos matado los hom bres»18. La muerte de Dios es, pues, un acto humano. Heidegger afirma, además, que la frase frase «Dios ha muerto» gu guard ardaa relac relación ión en Nietzsche Nietz sche con el fin del platonismo, platonismo, y por tanto del mundo suprasensible, y que tanto dicha muerte, como el nihilismo nihilismo al que va asociada, asociada, depen dependen den de un unaa determinada HEIDEGGER, M., Caminos del bosque Holzwege), ed. de Helena H elena Cortés Cor tés y Arturo Leyte Leyte,, Alianza, Madrid, 1995, pp. 190-240. «§ 125. l hombre loco.- ¿No habéis oído hablar de aquel hombre loco que, con una lin terna encendida encen dida en la claridad del mediodía, mediodía, iba corriendo corri endo por la plaza y gritaba: "Busco a Dios"? ¿Y que precisamente arran arrancó có una gran carcajada carcaja da de los que allí estaba estabann reunidos y no creían en Dios? ¿Es que se ha perdido?, decía uno. ¿Se ha extraviado como un niño?, decía otro, o ¿es que se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿ a emigrado?, así ritaban riendo unos con otros. El hombre loco saltó en medio de ellos y los taladró con sus miradas. "¿Adónde "¿Ad ónde se ha ido?", exclamó, "voy a decíroslo. decíroslo. L o hemo s matad o noso nosotros. tros. Vos otros y yo. yo. Todos somos sus sus asesinos, asesinos, pero ¿cómo hemos hecho hec ho esto? ¿Cóm ¿Cómoo hemos podido vaciar el mar? ¿Quién nos ha dado una esponja capaz de borrar el horizonte? ¿Qué hemos hecho para desprender esta tierra del sol? ¿Hacia dónde se mueve ahora? ¿Hacia adónde nos movemos nosotros, apartándonos de todos los soles? ¿No nos precipitamos continua mente?, ¿hacia atrás, atrás, adelante, a un lado y a todas partes? ¿Ex ¿Existe iste todavía para pa ra nosotros un arriba y un abajo?, abajo?, ¿no vamos errantes como a través de una nada infinita?, ¿no nos absorbe el espacio vacío?, ¿no hace más frío? ¿No viene la noche para siempre, más y más noche? ¿No se han de encender linternas a mediodía? ¿No oímos todavía toda vía nada del rumor de los en terradores que han enterrado a Dios? ¿No olemos todavía nada de la corrupción divina? También los los dioses se corrompen. ¡Dios ha muerto ¡Dios está muerto , y ¡nosotros lo hemos matadoo ¿Cómo podemos consolarnos los asesinos de todos matad todos los asesinos? Lo más santo y lo más poderoso que el mundo poseía hasta ahora, se ha desangrado bajo nuestros cuchillos ¿quién puede limpiarnos esta sangre?, ¿qué fiestas expiatorias o qué juegos sagrados de beríamos inventar? ¿No es demasiado grande para nosotros la grandeza grandez a de este hhecho?, echo?, ¿no deberemos convertirnos en dioses nosotros mismos, solo para aparecer dignos de ello? No hubo nunca hecho más grande· y cuantos nazcan después de nosotros pertenecerán a una historia superior a toda la historia precedente a causa de este hecho"[ .. ]. § 343. El más grande los últimos acontecimientos · que "Dios ha muerto", que la fe en el Dios cristiano se ha ha hecho increíble increíble comienza ya a lanzar sus primeras sombras sobre Eu ropa»» (NIETZSCHE, ropa (NIETZSC HE, F. El Gay saber, ed. de Luis Jiménez Moreno, Narcea, Madrid, 1973, pp. 241-242 y 347). 7

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INTRODUCCIÓN

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y por consiguiente de un valor: la muerte de Dios significa que tanto Dios, como el mundo de valores que en Él se fundamen taban se han demunbado, dejando la vida vacía de significado, sumida en la nada; por po r eeso, so, hay que respon responder der al vacío nihilista, provocado por p or el óbito interpretación del mundo,

divino y la pérdida pérdid a dedelovista, que había sidocainbiando hasta el momento el valor supremo, cainbiando el punto es decir, de interpretación: ahora, habrá de ser la voluntad de poder del hombre superior, el superhombre, la que se encargue de producir produc ir nuev nuevaa perspectivas de valor, enaltecedoras de la vida Como estamos viendo, si la interpretación heideggeriana es co rrecta cosa que me atrevo a asumir), todo sucede en Nietzsche en el mar marco co de la subjetividad, carac caracteriza terizada da por la voluntad de pode poder: r: hhaa sido eell propio hombre quien ha matado a Dios, y h de ser el superhombre quien proponga una nueva interpretación de la realidad, dirigida por la voluntad de poder, capaz de fortalecer el valor de l vida2 º El problema proble ma que ddetect etectaa Heidegg Heidegger er en la propuesta ddee Nietzsch Nietzschee es que, al convertir al ser en e n valor, se le rebaja «al nivel de una condición planteada por la propia volunta vo luntadd de poder», po der», y se le arrebata «al «al prop propio io ser la dignidad de su esencia»21 , con lo que la posible superación de dell nihil nihilismo ismo que pretendía Nietzsche se convierte en su contrario, es decir, en la consumación de la metafisica y del nihilismo, puesto que el acto de matar a Dios, realizado por los hombres, implica la absorción de los entes dentro de la inmanencia de la subjetividad: subjetividad: «El pensa pe nsarr según valores de la metafisica de de la voluntad de poder es [ .. ] mortal, porque no deja en absoluto que el propio ser haga su aparición [ .. ] El pensar según valores impide ya de antemano incluso que el propio ser se se presente en su verdad» 22 •   9•

par excellence. Claro que, Algo que no sucede en Mainlander, el nihilista desde la perspectiva heideggeriana, tampoco Mainlander se sale de los pa rámetros de la metafisica; pero no es esto lo que estamos tratando aquí, sino de la diferencia entre su s u planteamie plant eamiento nto y el de Nietzsche. Y es evidente qu quee se trata de de enfoques muy m uy distintos, desde el mome momento nto en que Mainlander Mainl ander nnoo entiende la muerte de Dios como una simple interpretación subjetiva, ni re re duce a Dios al nivel del valor. Para él, Dios, el supra-ser, al desintegrarse,

Cf. NIETZSCHE, F. Fragmentos póstumos. Volumen I V (1885-1889), op. cit., p. 338. 20 «Nuestras estimaciones de valor determinan qué cosas aceptamos cómo las aceptamos. Pero esas estimaciones de valor están están inspiradas y reguladas por p or nuestra voluntad de po~lern NIETZSCHE, F. Fragmentos póstumos. Volumen (1882-/885), ed. trad. de Diego Sánchez Meca y Jesús Conill, Madrid, 201 O p. 609). HEIDEGGER, M., op. cit., p. 233. 22 bid., p. 237. 9

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producido el ser, ser, y este se eencami ncamina na hacia el horizonte fina finall ddee la nada; y en todo este proceso no hay h ay interpretación que valga: sucedió y basta. Por otra parte, parte, si Mainlander hubiese conocido el concepto nietzscheano de «voluntad de poder» -e n el que Nietzsche cifraba toda su esperanza esp eranza de su ha

perar el nihil el nihilismo-, ismo-, habría que eell derroche de fuerz fuerzaamás vitalrápida que suy pone dicha voluntad no esconsiderado más que otra manera, seguramente eficaz, de acelerar el fin que le espera a todo lo que deviene: el no ser. Des graciadainente, graciada inente, ninguna interpretació interpretación, n, ppor or voluntarista que sea, sea, puede pued e po poner ner baneras al implacable «destino entrópico» que recorre el curso entero de la naturaleza natur aleza y la historia. Unos seres se aproxima aproximann a ese destino inexorable inexorab le que es la muerte con serenidad, resignación y quizás, alegría, porque saben que supone la redención del dolor que implica la existencia; existencia; otros, en cambio, pue den, si lo desean, dilapidar creadoramente sus energías, expandiendo el poder de su voluntad; pero h a de.quedar bien claro que con ello ambos solo logran aproximarse más rápidamente al al agotamiento de sus fuerzas y de la su suma ma glo bal de la fuer fuerza za del un univer iverso, so, que es lo único que importa i mporta par paraa alcanzar la meta anticipada por el suicidio suicidio divino desde el comienzo comie nzo mismo d e l a realidad. Para Mainlander, por consiguiente, «Dios h a muerto» n o porque los hombres homb res lo hayan matado, sino porque É mismo escogió libremente morir morir,, suicidarse y disolverse en la nada, tras tras atravesar el calvari calvarioo del ser en deve nir. N o se trata de que hombres hombres decadentes, dot dotados ados de escasas fuerzas vi tales, hayan proyectado su resentimiento e n u n trasmundo suprasensible ficticio, situad situadoo en eell Más Allá, del que luego se han liberado, liquidándolo, no: es que Dios, al que hemos de imagin imaginar ar ya que no podemos conocerlo) como u n supra-ser inextenso, simple, atemporal y sobre todo, absoluta mente libre porque, al estar completamente solo, n o experimentaba la in fluencia perturbadora de ningún otro ser), escogió una d e las dos únicas

opciones que se le ofrecían a su libre albedrío: «permanecer como estaba, o dejar dej ar de ser». L a primera, implicaba una eterni eternidad dad de reposo, y por tanto, exis tir es lo mismo que sufrir) in un hastí hastíoo esto es: u n sufrimiento, porque existir finito fin ito;; la segunda le permitía, al menos, liberarse de ssíí mismo, de ese hastío abrumador; y se s e decidió a ejecutar de inmediato el acto -el acto único- que dio lugar al surgimiento de este mun mundo do 23 , compuesto por individu individuos, os, es decir, por «fragmentos», o «porciones» de la voluntad divina que, desde entonces, se mueven impulsados por el primer movimiento que realizó Dios, cuando decidió precipitarse al al vvacío acío de la· existencia. 23

PE, Vol.

1

Metafisica §§

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INTRODUCCIÓN

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Po r eso, los individuos que forman el universo se encuentran intercon Por interconec ec tados entre sí; pero dicha interconexión implica justamente lo contrario de una «volunt «voluntad ad de poder», y se aleja de cualqu cualquier ier hipotético «eterno retorno» retorno» de lo idéntico, y a que en este universo, el único que hay, nada se repitc 24 , porque enovocada él domina ley fundamental: la yley del debilitamiento de la fue fuerza, rza, pr provocada po porr una el constante rozamiento desgaste que afecta a todos los individuos del universo, a causa de sus constantes interacciones, que hace que la cantidad de fuerza presente eenn la realidad no permane permanezca zca cons cons tante, tant e, sino que vaya v aya dism disminuyen inuyendo do continuamente. L Laa entropía es, pues pues,, un hecho incontrovertible, más aún: aún: la destinación misma del ser, que afecta a todo el universo 24 • MainUinder, evidentemente, no conoce la tesis del «devenir eterno» en la versión nietzs cheana, sino en la versión nihilista que proponía Eduard von Hartmann en su Philosophie

24

des Unbew Unbewufiten ufiten(cf. Filosofia 1869); 1869 ); asegura y la rechaza su «inconsolabilidad» «inconsola Trostlosigkeit) PE, Vol.del II, inconsciente) pp. 510-511 , (ya que una por tortura y un dolorbilidad» eternos para el hombre. Es de suponer que habría pensado lo mismo del «eterno retomo» nietzs

cheano. a únic únicaa liberación liber ación del hombre homb re proviene de la filosofía filosofía de la redención. redención. El dilema «eternidad» versus «principio del mundo» es, sin duda, uno de los puntos de fric ción más candente entre las concepciones nietzscheana y «pesimista» del universo. En un anotación escrita escrit a en el verano-otoño vera no-otoño de 1884 1884,, Nietzsche di dice ce:: «Repercusiones del viejo Dio Dioss 1 - Esto Estoyy tan tan poco familia familiarizad rizadoo con lo que se filosofa hoy entre los alemanes: de modo que, gracias a algunas casualidades afortunadas, he llegado a descubrir que en Alemania ahora está de moda pensar no en la creación del mundo, sino en un comienzo: se defiende frente fre nte a una una infinitud infini tud hacia atrás - ¿Entienden ustedes ustedes mi fórmula fórmula abreviada? abreviada? En eso están de acuerdo Mainlander, Hartmann, Hartma nn, Dühring, etc. La expresión más más indecente para la visión opuesta, la de que el mundo es eterno, la ha encontrado Mainlander, un apóstol de la castidad incondicionada, igual que Richard Wagner. Repercusiones del viejo Dios 2) enteramente nuevo» Fragme Fragmentos ntos póst póstumos umos.. Vol Volum umen en /J /JI, I, op cit., § 363, p. 603). Dejando de lado cali ficativos un poco subidos de tono, como «indecente», que decididamente sobran (un insulto no es un argumento), Nietzsche acierta al describir la tesis de Mainlander, pero no en lo que se refiere a la propuesta de Eduard von Hartmann, quien no proponía un principio, sino un «eterno retomo», aunque en su caso del error que supone el mundo, con el sufrimiento que esto implica. Por lo demás, me parece que la lectura de estos autores que realizó Nietzsche no tuvo nada de «casual», y afirmarlo revela, cuando menos, cierta dosis de mala fe. 25 W. H. Müller-Seyfahrt y U. Horstmann consideran la teoría de MainUindcr como una «me tafísica de la entropía», que debe vincularse al problema de la existencia del mal y el sufri miento en el mundo. En este sentido, R. Safranski dice, acertadamente (aunque sin mencionar a Mainlander, claro está): «En general, la ley de la entropía sitúa el teatro entero de la vida bajo la pálida luz de de una gran inutilidad. Sabemos que la entropía es una modifi cación de la ley de la conservación de la energía. Dicha ley afirma que, en determinadas circunstancias, la energía se conserva, pero hay partes de la misma que pasan a un estado que ya no puede transformarse. Los sistemas dotados de una gran energía pierden la que necesitan para su propia conservación. Se pierden de este modo las fuerzas formadoras de su estructura, disolviéndose si no se introduce nueva energía desde fuera; cuanto más ais~amiento, mayor aumento de la entropía. Pero ningún sistema, afirma Prigoginc, está meJor aislado que el universo en su conjunto, de modo que al final triunfará la entropía. [ .. ] Po-

 

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Parece, pues, como si si los los individuos esas voluntades individuales fragfrag1nentarias, que Mainlander llama, quizás con poco acierto, acierto, «ideas»), con todo lo que han de ser a lo largo de su existencia, estuviesen y a contenidos en la voluntad voluntad divina, antes de que Dios diese el paso fat fatal al que inauguró el drama dra cós1 cós1ni nico co.. Esto signif significa ica que e n el devenir reina una abso absoluta,mapero tainbién, e n el caso del hombre, una completa necesidad libertad, porque libertad, porq uetodo lo que puede sucederle suceder le al al sujeto ya lo ha decidido éste libremente antes de que c0 c01ne 1nenza nzase se eell proceso cósmico, cuando cua ndo formaba for maba parte de la voluntad libérritna de Dios 26 • Y por esta misma razón, aunque los seres cuyas ideas componen el universo universo parecen impulsados por la volun voluntad tad de vivir, vivir, lo que se oculta detrás de dicha dich a voluntad no es, e n el fondo, más que la misma vo vo luntad de morir que impulsó a matarse a la Divinidad. Todos los movimien tos que abarca el cosmos, cuyo catalizador es l a voluntad de vivir, con su permanente permane nte agitaci agitación, ón, luch luchaa y constante sufrimiento, n o son más que diver sos caminos, cada cad a vez más sofistic sofisticados, ados, ensayad ensayados os por la voluntad de morir divina, e n su afán por alcanz alcanzar ar más rápidamente l a auto-aniquilación, me diante el desgaste más intenso posible de sus fuerzas. L a ley del desgaste y del sufrimiento afecta, desde luego, a la naturaleza, como entropía, pero también a la historia_ de l a humanidad, pues la lucha entre los pueblos, unida al imparable avance de l a cultura y l a civilización, cuyos cambios se van haciendo haciendo cada vez más globales y acelerados 27 , van minando minan do poco a poco la energía energía de los pueblos, corromp co rrompiéndo iéndolos, los, y hacién doles perder perd er vitalidad. vitalidad. L a civilización, como dice Mainlander, mata años tarde,, Nietzsche tendrá también algo algo que d decir ecir al respecto), pues p ues hace más tarde que los individuos ingresen e n sociedades cada vez más complejas, e n las que el desgaste es superior. Además, agotando todos lo placeres que puede dría decirse que en el univer universo so reina una especie de insti instinto nto termodinámico de muerte» SA FRANSKI, R., El mal, o el drama de l libertad, trad. de R. Gabás, Tusquets, Barcelona, 2010 2, p. 272). Como es sabido, el concepto de entropía junto con el de muerte térmica del universo, fue desarrollado por Rudolf Clausius entre 1850 y 1865, en sendos artículos pu blicados en la revista Annalen der Physik und Chemik «Über die die bewegende Kraft der

Wiirme y Über verschiedene ü r die Anwendung bequeme Formen der Hauptgleichungen --eel «fisico suicida» contem der mechanischen Wiirmetheor Wiirmetheorie), ie), siendo Ludw ig Bo ltzmann --

poráneo de Mainlander~ quien expresó matemát icamente este concepto, dentro de la mecá nica estadística S = k.ln n es decir: decir: «la cantidad de entropía de un sistema es proporcional al logaritmo neperiano del número de microestados posibles para el sistema»). Aunque Mainlander no habla sobre el concepto de entropía en sus escritos, sí señala que su ley del debilitamiento de l fuerza se opone opo ne a la iey de l conservación de la misma, y sostiene que futuras futu ras investigaciones terminarán por confirma r su validez y darle la razón. 26 PE, Vol. 1 Metafisica, § 26. 27 Mainlander compara el movimiento de la humanidad y de la civilización con el de una bola que cae en el vacío, con una aceleración creciente; cf. PE, Vol. I Política, § 41.

 

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que proporciona el verdadero saber; desvanecidas las falsas ilusiones en las que antes cifraban su esperanza, los individuos como h a sucedido tantas veces en las épocas de decadencia, solo que ahora en un plano universalbuscarán refugio en la renuncia ascética y la muerte. muerte. Para Mainl Mainlander, ander, por l

consiguiente, la realización un requisito utopía constituye sable para la total redención,deo liberación, del ser humano, pues, indispenmientras al hmnbre le quede algo que desear, no querrá redimirse de la vida. El destino últüno del universo es irrevocable; pero los hombres se distinguen entre sí por la actitud que adoptan ante él, la cual depende de dell grado de conocimiento o nivel de consciencia que hayan podido alcanzar. Igual que los antiguos gnósticos dividían los los seres humanos en hílicos psíquicos y espirituales estando destinados a salvarse únicamente únicame nte estos últimos, al al poseer u n conocimiento perfecto, perfecto, Mainlander Mainlande r afirma que la mayoría mayo ría de los hombres son presas del del engaño vital, por lo lo que se dedican dedi can a disfrutar disf rutar al máximo, atolondradamente, de todos los deleites vitales, prolongándose en sus descendientes: estos necesitarán del transcurso de sucesivas generaciones par a disipar enteramente enteramente sus sus fuerzas fuerzas y alcanzar el nivel adecuado adecua do de conocimiento; en cambio, los artistas se centran en reflej reflejar ar e n sus obras la serenidad y el reposo, la inmutabilidad inte~a que caracterizaban l a unidad primigenia primige nia anterior al mundo, y a desaparecida, así como la libertad del armonioso movimiento originario originario que realizó Dios cuando c uando se decidió a dar el salto a la nada la contemplación de esa serenida serenidad d y reposo, o del movimiento armónico, suscitan en nosotros nosotros la sensación de belleza, bell eza, mi mientras entras que cualquier objeto que sugiera en nosotros nosotros la inmensidad inme nsidad de l a nada nos produce la sensación sensación de lo lo sublime); sublime); ffinalment inalmente, e, unos pocos escogidos escogi dos mientras no se den las condiciones para la creación del Estado ideal y la educación universal), siguen el camino espiritual del conocimiento quejalonan cuatro virtudes: dos de ellas, el patriotismo y la justicia caracterizan al «héroe» moral o social, es decir a los reformadores sociales, que luchan por la instauración del Estado ideal, primero en su país, y luego en el resto del mundo, con las consecuencias liberadoras que ya hemos descrito; las otras dos virtudes: el amor al prójimo prójimo y la castidad son propias de los «hijos de la luz», los héroes sabios los los cuales, una un a vez alcanzado el conocimiento supremo del fin al que todo se encamina: el no ser, la nada absoluta, serán capaces de mirarlo de frente, directamente a los ojos, aceptándolo serenamente31. Dicho saber sa ber les conduc conduce,. e,. primero, a renunciar renunc iar al mundo y sus placeres,, especialmente al placer sexual, mediante la práctica de una especie ceres 3

PE, Vol. 1 Metajlsica

27.

 

INTRODUCCIÓN

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de encratis1no, o c01nplcta continencia, a fin de cortar en seco la cadena ge neracional sobre la que se construye el doloroso mundo que nos rodea, y en segundo lugar les da fuerzas para luchar heroicamente contra las injusticias que sufre la hmnanidad, aumentando de paso el conocitniento de los demás seresalhutnanos, parlaavida. que también ellosuna ren renuncien, uncien, la medida de sus fue fuer r zas, engaño depara Constituyen suerte deen«caballería espiritual», base de una futura «Orden del Grial» 32 , al servicio de la humanidad, que, tal c01no la describe Mainlander, recue r ecuerda rda a la iglesia ddee los «perfectos» «perfecto s» cá taros, o a la Orden de los Templarios, aunque organizada según principios filosóficos, no religiosos, y orientada por el saber, no por la fe. Por eso Mainlander no aplica a los acólitos de su Orden el nombre de «templarios» Tempelrittern), sino que los describe como «caballeros del Templo» Templeisen) del «Templo de la Sabiduría», evidentemente-. Su misión será sustituir a otras Órdenes anteriores, caducas e ineficaces, como la de los j e suitas, suita s, o la francmasonería, que y a no están está n a la altura de de los tiempos que se avecinan, bien por la falsedad de sus principios, bien por el compromiso que mantienen manti enen con co n los injustos poderes establecidos, bien, bien, en fi fin, n, po porr lo res tringido de su círculo de influencia. Todas ellas adolecen de capacidad de liderazgo para guiar a la humanidad hacia la liberación final y completa. Por lo demás, el Parzival de Wolfram von Eschenbach nos da una idea de cómo habrá ha brá de estructurar estructurarse se esa es a futura orden filosófico-ca filosófico-caballere balleresca sca33 . Ya señalamos antes a ntes que par paraa Mainlander el Grial Grial simboliza el contenido esotérico del Cristianismo, Cristian ismo, es decir, decir, el evangelio liberador proclamado por su filosofía de la redención: redenció n: que el no ser s er es preferible al sser er,, y por eso Dios prefirió someterse a la tortura del devenir, para sepultarse en la nada. Los caballeros-filósofos delmaTemplo, adalides ateísmoahora científico, tendráno como emblema emble ma la palo paloma del Espíritu Santo,delreducida a su verdadero verdader significado: las cuatro virtudes cardinales que habrán de practicar, predicar y difundir por toda la tierra, así como la imagen de un bello joven, cuyos ojos transfigurados clavan su mirada en el vacío de la muerte. Todo ello representa sin duda una notable diferencia difere ncia entre el siste1na mainlanderiano y el antiguo gnosticismo o el catarismo medieval, por cuanto estas últitnas doctrinas entendían ente ndían la liberación como un camino c amino personal, solamente rre e servado serva do a los homb hombres res espiritu espirituales ales o perfec perfectos tos tras atravesar un unaa la larga rga ca dena de reencarnaciones), mientras que Mainlander, al fin y al cabo un hombre del XIX pret pretende ende ha hacer cer exten extensivo sivo el pod poder er ddee la redención a todos todos 32 33

PE, Vol. PE, Vol.

11 11

pp. 426-460. pp. 252-270.

 

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los hombres: por eso encomienda a los miembros de su Orden que luchen por la la lib liberación eración de de la humanidad, tanto en el plano social constr construcción ucción del Estado ideal), como en el plano espiritual, espiritual, mediante la propagación de un conocimiento a la vez desengañador y liberado liberadorr pues quien nada espera, nada teme). Hoy en día, tanto Mainlander como su filosofía de la redención, hasta hace bien poco prácticamente «desaparecidos» del mapa filosófico occiden tal, comienzan a ser objeto de un estudio más intenso y detallado. Aunque fue bastante leído, recensionado y discutido en los años que siguieron in mediatamente a su muerte, su aportación a la filosofía prácticamente se había desvanecido ya a finales del siglo XIX. La única recepción de de calado que podría destacar destacarse se desde luego impre sionante siona nte por ssuu grandeza grandeza y calida cal idadd- sería sería eell Parsifal wagneriano, ese «fes tival escénico sacro» que parece una trascripción literal de los filosofemas mainlanderianos. Pero aunque Wagner que llevaba leyendo y trabajando sobre el tema al menos desde 1845, fecha en la que leyó el poema de Wol fram fra m von Eschenbach Eschenbach en Mari Marienba enbadd- quizá quizáss tuvo noticias de la teoría de de Mainlander a través del joven Nietzsche, su conocimiento de la misma, si es que lo tuvo tuvo,, sol soloo podía referirse referirse al primer volum volumen en de la obra, publicado publ icado en 187 1876, 6, ya que el segu segundo ndo donde ap aparece arece la explicac explicación ión del símbolo del del Grial) se publicó póstumamente, póstumamente, diez años más tarde, cuando Wagner hacía tiempo que había fallecido fallecido 1883); ddee man manera era que, que, a mi entender, cabe hablar aquí, másNobien, de dos parece de líneas de devidente e pensamiento pensamient parale paralelas las queinterpretar de una influencia directa. obstante, que,oquien desee en pro fundidad el mensaje que contiene el testamento musical wagneriano debe conocer a fondo fondo este libro, porque ambos responden res ponden a una mentalidad mentali dad muy parecida34 . nunca llegaremos a desentrañar hasta qué punto la Filosofia de la redención pudo condicionar las respectivas trayectorias intelectuales de Nietzsche y Wagner. Resultan re veladoras,, en todo caso, las declaraciones que hace Cosima Wagner al respecto. veladoras respecto. En una ano tación de su Diario realizada el el 4 de febrero de 1883, sentencia: «Rich «Richard ard me dice finalmente que Nietzsche nunca tuvo una idea propia ni sangre propia, que todo es sangre extraña que le había sido trasvasada.» WAGNER, C., Cartas a Nietzsche. Diarios y otros testimonios ed. de L. E. de Santiago Guervós, Trotta; Trotta ; M Madrid, adrid, 2013, p. 244); y en una misiva dirigida dir igida a Felix Mottl, fechada en Bayreuth, el 9 de septiembre de 190 1900, 0, remata su dura du ra opinión opin ión res pecto de su otrora admirado filólogo: «En Wahnfried se dijo una vez: ese hombre [i. e. Nietzsche] no tiene ni una gota de sangre propia. propia. [ .. ] Creo que uno po podría dría comprobar el origen de cada una de las sentencias de Nietzsche. Las Obras completas de Schopenhauer, 34 Quizá

 

INTRODUCCIÓN

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Po r lo demás, Por demás, la rep repercusión ercusión de las teorías de Mainland Mainlander, er, ensombrecidas por las figuras de Schopcnhauer y Nietzsche, ha sido muy reducida e indilos hindúes, los griegos, los enciclopedistas, los humoristas ingleses. Y si él no ha llevado a cabo más cosas, se ha mostrado como adversario, con lo cual las ideas están con lo que se (ibid., luego ataca» desde p. 244). Existe lueg o algo oscuro en todo este asunto, que, cuando se examina atentamente, no puede dejar de sorprendernos. Fijémonos en la cronología: parece que, como hemos in dicado, por la mente de Wagner ya rondaba rondab a la idea de dedicar una composición composició n al tema de Parsifal desde 184 1845. 5. Por eso, no puede sorprenderno sor prendernoss leer una entr entrada ada del del Diario de Cosima del 25 de diciembre de 1869, 1869, en la que comunica comun ica que ha asistido a nueva lectura de dell Parsifal, junto jun to con su marido y Nietzsche, y que dicha lectura ha causado una «impresión terrible» (¿en quién, y por qué?) (ibid., p. 260). Asimismo, el 17 de febrero de 1870, Cosima Cosi ma se hace eco de la crítica que dirige Wagner a muchos lectores jóvenes de Schopenhauer -¿como Nietzsche Niet zsche??- que aplican el el pesimismo de este filósof filósofo, o, «que es una fo forma rma de pensamiento y de contemplación,» a su propia vida, y «de ello se deriva una forma activa de desespera ción» (ibid., p. 262). Hay que esperar hasta has ta un borrador b orrador de carta no conservada de Nietzsche Nietzsche (Cosima destruyó todas las cartas del filósofo, salvo unas pocas, cf. ibid., p. 249), fechado en Basilea, el 2123 deelmayo d e 1876, de en el que este est ecuyo incluye explícitamente entre a tratar mi siva nombre de «Mainlandern, libroexplíci habíatamente adquirido el los 25 temas de abril (ibid.enp.la225; sobre la adquisición, cf. NIETZSCHE, F., Correspondencia. Volumen 111 Enero 1875-Di ciembre 1879, ed. de L. E. de Santiago Guervós, Trotta, Madrid, 2009, p. 418, n. 336). Cabe suponer, por tanto, que Cosima y su esposo conocían de oídas, gracias a Nietzsche, las as céticas teorías del nuevo filósofo, y que Wagner podría haberse percatado de su afinidad con el encratismo que caracteriza su propia versión de la leyenda parsifaliana. De todos modos, en ese momento momen to Nietzche, aunque quizás había hojeado hojeado ya la Filosofia de la reden d a signos de haber estudiado detenidamente su contenido contenido.. ción, no da Posteriormente, entre finales de octubre de 1876 y principios de mayo de 1877, Nietzsche viajó a Nápoles Nápol es y Sorrento, Sorrento , por motivos de salud y por recomendación de Malwida von Meysebug, quien se s e encargó de buscarles alojamiento a él, a Paul Rée y a Albert Brenner (sobre este viaje, cf. D IORIO, P. Le voyage de Nietzsche a Sorrente. Genese de la philo Nietzsch e se encuentra encuen tra sophie de 'espri 'espritt lib libre re,, CNRS Éditions, Paris, 2012). En Sorrento Nietzsche por última vez, casualmente, con los Wagner. Wagner, amargado por el relativo fiasco que había supuesto el primer pri mer festival festival de Bayreuth, da muestras de cansancio vital y cada vez se siente más atraído por la figura de Cristo, lo que le lleva a replantearse el proyecto del Par sifal, idea de la que debió dar cuenta a Nietzsche en el curso de las excursiones y visitas que tuvieron lugar entre el 27 de octubre y el 7 de noviembre. Aproximadamente un mes después de la partida del matrimonio Wagner, el 6 de diciembre de 1876, Nietzsche envía una carta a su amigo Over Overbeck, beck, en la que le comuni comunica ca que tanto tanto él como Paul Rée «han leído mucho a Voltaire, y ahora le toca el turno a Mainlandern ( cf NIETZSCHE, F., Correspondencia. Volumen///. Enero 1875-Diciembre 1879, op cit., p. 187).. No cabe precisar 187) pre cisar si se trataba de leer por pri primera mera vez el libro, libro, o de relee releerlo. rlo. En cual quier caso, el 19 de diciembre le envía una carta a Cosima Cos ima en la que le dice: «¿Se sorprenderá si le confieso mis diferencias, surgidas paulatinamente, pero de las que he sido consciente casi de repente, con respecto a la doctrina de Schopenhauer? En casi todos sus principios generales no estoy de su parte; ya cuando escribía sobre Sch[openhauer], me di cuenta de que había hab ía superado toda to da la parte dogmática; para mí el hombre lo era todo. En el ínterin mi razón ha estado muy activa» activa» (ibid., p. 192). Nietzsche no se equivocaba sobre el efecto que iba a provocar en Cosima su carta: el 24 de diciembre la esposa de Wag1~er registra en su diario que qu e ha recibido una carta de Nietzsche, en eell que su joven jov en amigo le dice que ahora, de repente, ¡«rechaza las enseñanzas enseñan zas de Schopenhauern (WAGNER, C., op cit., p. 291 .

 

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recta. La idea de que tras la voluntad de vivir se oculta un impulso mortal guarda cierta cierta semejanza con la «pulsión de destrucción», introducida een n el átnbito del del psicoanálisis por Sabina Sab ina Spielrein en e n su tesis Destruktion als sache des Werdens l a Destrucción como causa del devenir, 1912), y reco allá del principio del de placer plaMainlander cer 1920), gida luego Sigmund en Másaproximación aunque no por tengo noticia Frcud de ninguna al libro por parte de estos autores. También se hacen lejano eco de su pensamiento literatos y artistas, como Thomas Mann, Alfrcd Kubin o Jorge Luis Borges este últ últin in10 10 en su artículo «Biathanatos «Biat hanatos», », incluido inc luido en Otras inquisiciones , así cmno algunos filósofos pesimistas contemporáneos, como E. Cioran o A . Caraco, reduciéndolo siempre, eso eso sí, sí, a una un a atmó atmósfer sferaa literar literaria ia Mann), una cita pasajera, pasajera, en apoyo de de su propio pesimismo Cioran), o mezclándolo con ideas ideas procedentes de de otros autores, como Bahnsen Bahn sen tal es el caso de Kubin). En todo caso, ninguno de ellos discute la filosofía mainlanderiana a fondo, fondo, ni en su integri integridad. dad. Más recientemente, cabe c abe citar ci tar el meritorio nom bre del profesor Franco Volpi, quien le dedica algunos pasajes de interés a nuestro filósofo en su difundido libro E l nihilismo35 • Hubo que esperar hasta 1996, año en que profesor Winfried H. Müller Seyfarth reeditó sus obras, obras, para que el p pen ens_ s_am amie ient nto o del de l suicid sui cidaa de O Offenb ffenbach ach viera de nuevo la luz de los vivos. Luego, un Simposio celebrado en 2001 en la ciudad natal natal del autor autor,, sirvió sirvió para poner pone r de mani manifiesto fiesto la actualidad actualid ad de su pensamiento. pensamiento. Desde entonces, entonces, sus escritos escritos vuelven vue lven a centrar cen trar la atención de un público filosófico cada día más numeroso.

Cabe preguntar: ¿a qué se debía este brusco cambio de actitud de Nietzsche? ¿Quizás a la dura crítica que Mainlander Mainland er dirigía en el extenso Apérzdice de su libro al filósofo de Danzig, que hasta ese momento había sido su ídolo intelectual y el de Wagner? ¿O había topado, a través de Mainlander, con el problema de la «muerte de Dios» y sus dramáticas consecuen cias nihilistas negación de la vida, virginidad a ultranza, suicidio . . . ), que reclamaban nuevas soluciones filosóficas? El caso es que a partir de 1876 las trayectorias de ambos genios se separaron definitiva mente: Nietzsche dio un giro radical a su pensamiento, mientras Wagner decidió concen trarse en la conclusión de la partitura de su drama musical escénico sagrado, que terminó en 1882. Si el conocimiento del pensamiento mainlanderiano tuvo poco o mucho que ver en todo ello, ello, no lo sabemos. A algunos nos ha habría bría gustado gust ado que el filósofo de Offenbach e n cuyos escritos no aparecen los nombres de Nietzsche, ni de Wagn Wagner er--- hubiese esperado un poco para poner fin a su vida, y así conocer su opinión sobre todo este enredo. Como tantos otros turbios asuntos en la historia de las ideas, el el enig enigma ma queda de momento, y quizás pa para ra siempre, sin resolver. 35 VOLPI, F. El nihilismo trad. C. l. del Rosso y A. G. Vigo), Biblos, Buenos Aires, 201 l2 pp. 48-50. El trágico atropello que puso fin a la brillante trayectoria intelectual de Vo Volp lpii nos ha privado de su posible profundización en la filosoli filosoliaa mainlande mainlanderiana. riana. Sirva esta edición de homenaje póstumo a su labor y talento.

 

INTRODUCCIÓN

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Los eje1nplares de la Filosofia de la redención que han servido de base para la presente traducción son los siguientes: - Phi Philip lippp Mainland Mainlander, er, Schriften. Herausgeg Herausgegeben eben von Winf Winfricd ricd H Müller 1

Die 1876), Philosopie Erlosung. Seyfarth. BandBerlin, Band Nachdruck der 1 Auflage, Georgder Olms Verlag,Erster Hildesheim/Zürich/New York, 1996. - Phil Philipp ipp Mainlander Mainlander,, Schriften. Heraus Herausgegebe gegebenn von Winfried H H.. MüllerSeyfarth. Band 2. Die Philosophie der Erlosung Band.. Zwolf Erlosung.. Zweiter Band philosophische Essays. 4. Nachdruck der l . Auflage, Frankfurt a. M. 1886 - 1 Nach Nachdruc druckk 1996 1996), ), Georg Olms Verl Verlag ag,, Hildesheim/Zürich Hildesheim/Zürich/New /New York, 2010.

2011, l a profesora Sandra Baquedano Jer pub publicó licó en Fondo de Cultura Económica de Chile una antología de texto textoss mainlanderianos que sigue u n criterio criter io difere diferente nte d e l a mía, pues los agrupa por temas. E n realid realidad, ad, dic dicha ha «Antología» n o h a sido elaborada por ella misma, sino que es la traducc traducción ión parcial d e otra anterior, realizada por Ulrich Horstmann, Hor stmann, titu titulada: lada: Vom verwesen der Welt und anderen Restposten. Eine Werkauswiihl Sonderwege Manuscriptum Verlag, Waltrop und Leipzig, 2003), e n la que se mezclan rapsódicamente los textos mainlanderianos, sin demasiado rigor, debido al carácter emine eminenteme ntemente nte divulgativo de la edición edición.. Aunque no supone el pri mer contacto del público hispanoamericano con nuestro autor e n 2005 y 2006 las revistas revistas madrileñas madrile ñas Cuadernos del de l Matemático y Paideía publica ban una selección de poesías poesí as de Mainlande Mainlander, r, y el primer artícul artículoo en caste En

llanoo dedicado llan a su estética, , respectivamente), el trab trabajo la mencionada profesora chilena es,estética sin duda, sumamente sumamen te meritorio meritorio, , yajo dede obligada lectura, lectura, pues le permite al lector interesado interesa do pone ponerr el pie e n el umbral solo e n el umbral del intrincado mundo mainlanderiano. D e manera que, aunque leí y utilicé el citado libro de Horstmann unos años antes de que la Dra. Baque dano se decidiese a traducirlo, yo también he consultado con atención su versión y la h e tenido muy en cuenta a la hora de llevar a cabo 1ni tarea. Por mi parte, m e h e decidido a traducir el texto integro de la Filos dia de la redención incluido en el primer volumen de la obra, tal como fue re dactado por Mainlander, sin suprimir nada, ni alter alterar ar su orden inicial, ya qque ue constituye constit uye el núcleo central e impres imprescindible cindible de ssuu filosof filosofia. ia. Únicamente he he añadido, e n forma de nota, algunos pasajes del Apéndice en el que Main lander dirige una puntu puntualiz alizada ada crític críticaa a sus ad ad1ni 1nirado radoss Ka Kant nt y Schopenhaucr, cuando cua ndo el pro propio pio aut autor or nos remite a él, dejando sin traducir el el res resto, to, por con con--

 

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sidcrar que engrosaría el volumen del libro, sin añadirle nada importante. Adoptando esta línea, línea, creo poder decir que este libro contiene el contenido fundamental completo de dell pensamiento de Mainlander esto es, su teoría del conoci1niento, fisica, ética, política y metafisica), tal como apareció e n la edición original además, original de 18 1876 76,,que vertido por vez pri primera mera a nues nuestra tra lengu lengua. a. intere Me pareció, no cabía pasar por alto varios pasajes santes del del segundo volume volumenn de la obra una suerte de Parerga y Paralipo mena 1nuy sui generis- que se refieren a la filosofia de la religión de nuestro autor, así como al proyecto de creación de su fabulosa Orden filosófico-ca balleresca del Grial. Grial. De modo que m e he decidido a transcribir algunos de los fragmentos fragmentos que dedi dedica ca a explicar la «doctrina esotérica esotérica»» del budismo y del cristianismo y a interpretar el dogma dogm a de la Trinidad, amén de un ensayo completo, en el que Mainlander resume las principales aportaciones de su nuevo sistema filosófico~ junto con los principales requisitos que han de cumplir aquellos que deseen ingresar en la citada Orden. E n cambio, solo he incluido u n breve extracto del amplio ensayo que dedica Mainlander a discutir la Filosofia del inconsciente de Eduard von Hartmann, el cual que daría pendiente de u n estud estudio io más pormenorizado de l a relación entre esto estoss dos gigantes del pesimismo. He introducido en el texto entre corchetes las páginas correspondientes de la l a edición original de la Filosofia de l redención par paraa facilitar su co consulta nsulta a aquellos lectores que quieran acceder al texto, siempre insustituible, del autor. auto r. Al frente de los fragmentos del Volumen II, he puesto u n título alusivo a su contenido, indicando al final de cada texto las páginas traducidas. Asi mismo, he cotejado y ampliado las citas filosóficas y literarias que hace Mainlander, cuando se encuentran disponibles, traducciones al castellano de utilizando, los autores autores que menciona; pa para ra el resto de las citas, la traducción es mía. La edición se completa con un unaa sucinta sucint a bibliogra bibliografia fia sobre el autor autor.. Desgraciadamente, el capítulo de agradecimientos agradecimi entos no puede ser amplio. amplio. Durante mucho tiempo mi investigación sobre Main Mainlande landerr fu fuee un trab trabajo ajo y sobre todo, un placer) solitario, y aún recuerdo la sonrisa de escepticismo, o la mirada de conmiseración que lanzaban mis interlocutores cuando de fendíaa ante ellos la impo fendí importancia rtancia y la originalidad de nuestro malogrado auto autor. r. Hasta qu que, e, gracias a Silvia Gomes Álvarez tan buena amiga como inteli inteli gente filósofa filósofa), ), entré en contacto co conn Carlos JJavier avier Gonzálcz Serrano, V Vaa lcria Kovachova Rivera de Rosales y Ediciones Xorki. Carlos Javier, alma gemela en muchas cosas, aunque aunqu e con la ventaja de ser más joven y práctico, mostró desde el el comienzo un enorme enor me entusiasmo por el filósofo filósofo suicida, y me propuso publi publicar car «el tesoro bibliográfico ddel el Mainlandc Mainlandcr» r» como lo lla-

 

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INTRODUCCIÓN

Nietzsche36  . Puedo decir que son todos ellos, más que yo, los verda deros artífices de este libro, que sin su interés, tesón y buen hacer habría sido inviable. Leo el anterior pán-afo, y me parece tan escaso, que no puedo dejar de maba

añadir algún otro agradeciiniento, más Carmen, personal yque propiamente filosófico: quisiera, pues, agradecer a mi esposa, a mi hijo, Manuel José, la paciencia que han tenido conmigo a lo largo del tiempo dedicado al arduo proceso de traducción; a la Doctora Doct ora An Anaa María Leyra el apoyo incondicional que me ha 1nostra 1nostrado do siempre, y tam también, bién, cóm cómoo no, a esos tres amigos, siem pre fieles: Luis Peñalver Alhambra, Julio Moreno Aragoneses y Ángel Muñoz Infantes el priinero, mi maestro en tantas y tan altas cosas, y los dos últimos economistas con vocac vocación ión de filós filósofos ofos,, como el propio Main lander), por su interés hacia u n autor que, al menos, no les ha dejado indi ferentes. ferent es. Todos ellos, e n cier cierto to sentido, y sin quizás sabe saberlo, rlo, forman y a parte de la Orden Or den del Grial. VA VALE. LE. MANUEL

PÉREZ CORNEJO CORNEJO,, Viator

San Ildefonso de L a Granja, agosto de 2013

C. P. Friedrich Nietzsche 3 Los diez años de jilós
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