Fase Evaluacion Entrega Final Lengua Materna II 2015
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LENGUA MATERNA II 551002_26
FASE DE EVALUACION ENTREGA FINAL
PRESENTADO A: LIC. YENI MARCELA CÁRDENAS
PRESENTADO POR: JORGE ELIECER MOLINA COD: 14236427
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA, UNAD ESCUELA DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN LICENCIATURA EN INGLÉS COMO LENGUA EXTRANJERA
2015
INTRODUCCIÓN
El Blog es reconocido como unos de los materiales didácticos digitales de mayor uso y reconocida utilidad en procesos de aprendizaje, donde se comparte información y se produce conocimiento. El presente Blog, se diseñó con el fin de desarrollar la última actividad del programa de Lengua Materna II de la UNAD correspondiendo a la Evaluación Final, acudiendo a la estrategia del aprendizaje colaborativo, se dispone a la creación de un Blog donde se plasmaran las diferentes actividades individuales como colaborativas realizadas durante el desarrollo del curso, que hacen referencia al contenido del curso de Lengua Materna. El desarrollo del curso se estructuro en momentos y fases; el momento inicial, hace referencia a la introducción del curso y se desarrolla la primera fase la cual consta de la elaboración de un mapa conceptual donde se identifiquen cada una unidades temáticas del módulo; el segundo momento intermedio, se da la segunda y tercera fase que son la planeación y la ejecución de ideas, se desarrollan mediante la elaboración de una estrategia de comprensión y estrategia de producción. A continuación se pondrán cada uno de los productos como resultados de las actividades propuestas y desarrolladas mencionadas anteriormente.
LENGUA MATERNA II
UNIDAD 1
EL ESPAÑOL COMO LENGUA COMPRENCION DE TEXTOS
ACTIVIDADES UNIDAD 1
LECTURA Y ESTRATEGIA
EL ESPAÑOL EN EL MUNDO
ENTREGA EPORTAFOLIO
EL ESPAÑOL EN LA LITERATURA
CUMPLIR ACUERDOS
EL ESPAÑOL EN RELACION CON LENGUAS INDIGENAS EN HISPANOAMERICA
ELEGIR
EL ESPAÑOL EN LOS MEDIOS
EL ESPAÑOL EN CONTACTO CON EL EL ESPAÑOL DELOS HOY INGLES DE ETADOS UNIDOS
UNIDAD 2
ESPAÑOL EN EL QUE HACER PRODUCCION DE TEXTOS GENEROS ACADEMICOS COMPRENCION DE TEXTOS ESCRITOS
DESARROLLO DE TALLER
VERBALES
AVANCES Y APORTES
LECTURAS EN LA LECTURA Y UNIVERSIDAD ESCRITURA EN
ENTREGA DE TALLER
ACTIVIDADES UNIDAD 2
LECTURA Y ESTRATEGIA
ENTREGA DE TRABAJO INDIVIDUAL
ELEGIR LECTURA
DESARROLLO DE TALLER
ENTREGA DE TRABAJO COLABORATIVO
ESPAÑOL QUE SE HABLA EN LO MEDIOS
TELEVISION-RADIOPERIODISTAS PRENSA
La salud del español corre Las personas confían más peligro por su mal mucho en los uso en la prensa escritaperiodistas hablan que en la radio o en bien la y los toman como televisión ya que los modelo del uso del medios cometen muchosespañol, así ellos errores y que dan
USO DEL ESPAÑOL
Son muchos los esfuerzos que hacen para tratar de conseguir que se use bien el español en la radio y en la televisión debido a su gran impacto entre
HABLANTE S
Aunque ya la mayoría de hablantes del español solo ven televisión o
CORRECCION IDIOMATICA
Pero somos nosotros quienes finalmente debemos prestar atención a la corrección idiomática y adaptar nuestra lengua al proceso de
MEDIOS DE COMUNICACION El español es una lengua dinámica. Una lengua internacional y adaptable a los nuevos cambios se va dejando de usar localismos propios de cada país y se va construyendo una nueva forma de hablar español válido para todos. Los
TELEVISION USO DE MALAS PALABRAS
ESPAÑOL QUE SE HABLA EN LOS MEDIOS RADIO
NOVELAS PERIODISTAS
HABLANTES PRENSA
LLUVIA DE IDEAS EL ESPAÑOL EN LOS MEDIOS Nuevos códigos
La televisión
Impacto del español en la juventud
El español evoluciona La prensa
La redacción del español
Cambio de hábitos al hablar
La radio
El lenguaje es adusto, inflexible impositivo
Nuevo léxico
Extranjerismos Uso en las tecnologías
Profundo efecto sobre la simbiosis entre el lenguaje y el habla Se toma como modelo
EL AHOGADO MÁS HERMOSO DEL MUNDO
Los primeros niños que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión de que era un barco enemigo. Después vieron que no llevaba banderas ni arboladura, y pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la playa le quitaron los matorrales de sargasos los filamentos de medusas y los restos de cardúmenes y naufragios que llevaba encima, y sólo entonces descubrieron que era un ahogado. Habían jugado con él toda la tarde, enterrándolo y desenterrándolo en la arena, cuando alguien los vio por casualidad y dio la voz de alarma en el pueblo. Los hombres que lo cargaron hasta la casa más próxima notaron que pesaba más que todos los muertos conocidos, casi tanto como un caballo, y se dijeron que tal vez había estado demasiado tiempo a la deriva y el agua se le había metido dentro de los huesos. Cuando lo tendieron en el suelo vieron que había sido mucho más grande que todos los hombres, pues apenas si cabía en la casa, pero pensaron que tal vez la facultad de seguir creciendo después de la muerte estaba en la naturaleza de ciertos ahogados. Tenía el olor del mar, y sólo la forma permitía suponer que era el cadaver de un ser humano, porque su piel estaba revestida de una coraza de rémora y de lodo. No tuvieron que limpiarle la cara para saber que era un muerto ajeno. El pueblo tenía apenas unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores, desperdigadas en el extremo de un cabo desértico. La tierra era tan escasa, que las madres andaban siempre con el temor de que el viento se llevara a los niños, y a los muertos que les iban causando los años tenían que tirarlos en los acantilados. Pero el mar era manzo y pródigo, y todos los hombres cabían en siete botes. Así que cuando se encontraron el ahogado les bastó con mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que estaban completos. Aquella noche no salieron a trabajar en el mar. Mientras los hombres averiguaban si no faltaba alguien en los pueblos vecinos, las mujeres se quedaron cuidando al ahogado. Le quitaron el lodo con tapones de esparto, le desenredaron del cabello los habrojos submarinos y le rasparon la rémora con fierros de desescamar pescados. A medida que lo hacían, notaron que su vegetación era de océanos remotos y de aguas profundas, y que sus ropas estaban en piltrafas, como si hubiera navegado por entre laberintos de corales. Notaron también que sobrellevaba la muerte con altivez, pues no tenía el semblante solitario de los otros ahogados del mar, ni tampoco la catadura sórdida y menesteroso de los ahogados fluviales. Pero solamente cuando acabaron de limpiarlo tuvieron conciencia de la clase de hombre que era, y entonces se quedaron sin aliento. No sólo era el más alto, el más fuerte, el más biril y el mejor armado que habían visto jamás, sino que todavía cuando lo estaban viendo no les cabía en la imaginación.
No encontraron en el pueblo una cama bastante grande para tenderlo ni una mesa bastante sólida para velarlo. No le vinieron los pantalones de fiesta de los hombres más altos, ni las camisas dominicales de los más corpulentos, ni los zapatos del mejor plantado. Fascinadas por su desproporción y su hermosura, las mujeres decidieron entonces hacerle unos pantalones con un pedazo de vela cangreja, y una camisa de bramante de novia, para que pudiera continuar su muerte con dignidad. Mientras cocían sentadas en círculo, contemplando el cadáver entre puntada y puntada, les parecía que el viento no había sido nunca tan tenaz ni el Caribe había estado nunca tan ansioso como aquella noche, y suponían que esos cambios tenían algo que ver con el muerto. Pensaban que si aquel hombre magnífico hubiera vivido en el pueblo, su casa habría tenido las puertas más anchas, el techo más alto y el piso más firme, y el vastidor de su cama habría sido de cuadernas maestras con pernos de hierro, y su mujer habría sido la más feliz. Pensaban que habría tenido tanta autoridad que hubiera sacado los peces del mar con sólo llamarlos por sus nombres, y habría puesto tanto empeño en el trabajo que hubiera hecho brotar manantiales de entre las piedras más áridas y hubiera podido sembrar flores en los acantilados. Lo compararon en secreto con sus propios hombres, pensando que no serían capaces de hacer en toda una vida lo que aquél era capaz de hacer en una noche, y terminaron por repudiarlos en el fondo de sus corazones como los seres más escuálidos y mezquinos de la tierra. Andaban extraviadas por esos dédalos de fantasía, cuando la más vieja de las mujeres, que por ser la más vieja había contemplado al ahogado con menos pasión que compasión, suspiró: —Tiene cara de llamarse Esteban. Era verdad. A la mayoría le bastó con mirarlo otra vez para comprender que no podía tener otro nombre. Las más porfiadas, que eran las más jovenes, se mantuvieron con la ilusión de que al ponerle la ropa, tendido entre flores y con unos zapatos de charol, pudiera llamarse Lautaro. Pero fue una ilusión vana. El lienzo resultó escaso, los pantalones mal cortados y peor cosidos le quedaron estrechos, y las fuerzas ocultas de su corazón hacían saltar los botones de la camisa. Después de la media noche se adelgazaron los silvidos del viento y el mar cayó en el sopor del miércoles. El silencio acabó con las últimas dudas: era Esteban. Las mujeres que lo habían vestido, las que lo habían peinado, las que le habían cortado las uñas y raspado la barba no pudieron reprimir un estremecimiento de compasión cuando tuvieron que resignarse a dejarlo tirado por los suelos. Fue entonces cuando comprendieron cuánto debió haber sido de infeliz con aquel cuerpo descomunal, si hasta después de muerto le estorbaba. Lo vieron condenado en vida a pasar de medio lado por las puertas, a descalabrarse con los travezaños, a permanecer de pie en las visitas sin saber qué hacer con sus tiernas y rosadas manos de buey de mar, mientras la dueña de casa buscaba la silla más resistente y le suplicaba muerta de miedo siéntese aquí Esteban, hágame el favor, y él recostado contra las paredes, sonriendo, no se preocupe señora, así estoy bien, con los talones en carne viva y las espaldas escaldadas de tanto repetir lo mismo en todas las visitas, no se preocupe señora, así estoy bien, sólo para no pasar verguenza de desbaratar la silla, y acaso sin haber sabido nunca que quienes le decían no te vayas Esteban, espérate siquiera hasta que hierba el café, eran los mismos que después susurraban ya se fue el bobo grande, qué bueno, ya se fue el tonto hermoso. Esto pensaban las mujeres frente al cadáver un poco antes del amanecer. Más
tarde, cuando le taparon la cara con un pañuelo para que no le molestara la luz, lo vieron tan muerto para siempre, tan indefenso, tan parecido a sus hombres, que se les abrieron las primeras grietas de lágrimas en el corazón. Fue una de las más jóvenes la que empezó a sollozar. Las otras, asentándose entre sí, pasaron de los suspiros a los lamentos, y mientras más sollozaban más deseos sentían de llorar, porque el ahogado se les iba volviendo cada vez más Esteban, hasta que lo lloraron tanto que fue el hombre más desvalido de la tierra, el más manso y el más servicial, el pobre Esteban. Así que cuando los hombres volvieron con la noticia de que el ahogado no era tampoco de los pueblos vecinos, ellas sintieron un vacío de júbilo entre las lágrimas. — ¡Bendito sea Dios —suspiraron—: es nuestro! Los hombres creyeron que aquellos aspavientos no eran más que frivolidades de mujer. Cansados de las tortuosas averiguaciones de la noche, lo único que querían era quitarse de una vez el estorbo del intruso antes de que prendiera el sol bravo de aquel día árido y sin viento. Improvisaron unas angarillas con restos de trinquetes y botabaras, y las amarraron con carlingas de altura, para que resistieran el peso del cuerpo hasta los acantilados. Quisieron encadenarle a los tobillos un ancla de buque mercante para que fondeara sin tropiezos en los mares más profundos donde los peces son ciegos y los buzos se mueren de nostalgia, de manera que las malas corrientes no fueran a devolverlo a la orilla, como había sucedido con otros cuerpos. Pero mientras más se apresuraban, más cosas se les ocurrían a las mujeres para perder el tiempo. Andaban como gallinas asustadas picoteando amuletos de mar en los arcones, unas estorbando aquí porque querían ponerle al ahogado los escapularios del buen viento, otras estorbando allá para abrocharse una pulsera de orientación, y al cabo de tanto quítate de ahí mujer, ponte donde no estorbes, mira que casi me haces caer sobre el difunto, a los hombres se les subieron al hígado las suspicacias y empezaron a rezongar que con qué objeto tanta ferretería de altar mayor para un forastero, si por muchos estoperoles y calderetas que llevara encima se lo iban a masticar los tiburones, pero ellas seguían tripotando sus reliquias de pacotilla, llevando y trayendo, tropezando, mientras se les iba en suspiros lo que no se les iba en lágrimas, así que los hombres terminaron por despotricar que de cuándo acá semejante alboroto por un muerto al garete, un ahogado de nadie, un fiambre de mierda. Una de las mujeres, mortificada por tanta insolencia, le quitó entonces al cadáver el pañuelo de la cara, y también los hombres se quedaron sin aliento. Era Esteban. No hubo que repetirlo para que lo reconocieran. Si les hubieran dicho Sir Walter Raleigh, quizás, hasta ellos se habrían impresionado con su acento de gringo, con su guacamayo en el hombro, con su arcabus de matar caníbales, pero Esteban solamente podía ser uno en el mundo, y allí estaba tirado como un sábalo, sin botines, con unos pantalones de sietemesino y esas uñas rocallosas que sólo podían cortarse a cuchillo. Bastó con que le quitaran el pañuelo de la cara para darse cuenta de que estaba avergonzado, de que no tenía la culpa de ser tan grande, ni tan pesado ni tan hermoso, y si hubiera sabido que aquello iba a suceder habría buscado un lugar más discreto para ahogarse, en serio, me hubiera amarrado yo mismo un ancora de galón en el cuello y hubiera trastabillado como quien no quiere la cosa en los acantilados, para no andar ahora estorbando con este muerto de miércoles, como ustedes dicen, para no molestar a nadie con esta porquería de fiambre que no tiene nada que ver conmigo. Había tanta verdad en su modo de estar, que hasta los hombres más suspicaces, los que sentían amargas las minuciosas noches del mar
temiendo que sus mujeres se cansaran de soñar con ellos para soñar con los ahogados, hasta ésos, y otros más duros, se estremecieron en los tuétanos con la sinceridad de Esteban. Fue así como le hicieron los funerales más espléndidos que podían concebirse para un ahogado exposito. Algunas mujeres que habían ido a buscar flores en los pueblos vecinos regresaron con otras que no creían lo que les contaban, y éstas se fueron por más flores cuando vieron al muerto, y llevaron más y más, hasta que hubo tantas flores y tanta gente que apenas si se podía caminar. A última hora les dolió devolverlo huérfano a las aguas, y le eligieron un padre y una madre entre los mejores, y otros se le hicieron hermanos, tíos y primos, así que a través de él todos los habitantes del pueblo terminaron por ser parientes entre sí. Algunos marineros que olleron el llanto a distancia perdieron la certeza del rumbo, y se supo de uno que se hizo amarrar al palo mayor, recordando antiguas fábulas de sirenas. Mientras se disputaban el privilegio de llevarlo en hombros por la pendiente escarpada de los acantilados, hombres y mujeres tuvieron conciencia por primera vez de la desolación de sus calles, la aridez de sus patios, la estrechez de sus sueños, frente al esplendor y la hermosura de su ahogado. Lo soltaron sin ancla, para que volviera si quería, y cuando lo quisiera, y todos retuvieron el aliento durante la fracción de siglos que demoró la caída del cuerpo hasta el abismo. No tuvieron necesidad de mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que ya no estaban completos, ni volverían a estarlo jamás. Pero también sabían que todo sería diferente desde entonces, que sus casas iban a tener las puertas más anchas, los techos más altos, los pisos más firmes, para que el recuerdo de Esteban pudiera andar por todas partes sin tropezar con los travesaños, y que nadie se atreviera a susurrar en el futuro ya murió el bobo grande, qué lástima, ya murió el tonto hermoso, porque ellos iban a pintar las fachadas de colores alegres para eternizar la memoria de Esteban, y se iban a romper el espinazo excavando manantiales en las piedras y sembrando flores en los acantilados, para que los amaneceres de los años venturos los pasajeros de los grandes barcos despertaran sofocados por un olor de jardines en altamar, y el capitán tuviera que bajar de su alcázar con su uniforme de gala, con su astrolavio, su estrella polar y su ristra de medallas de guerra, y señalando el promontorio de rosas en el horizonte del Caribe dijera en catorce idiomas: miren allá, donde el viento es ahora tan manso que se queda a dormir debajo de las camas, allá, donde el sol brilla tanto que no saben hacia dónde girar los girasoles, sí, allá, es el pueblo de Esteban
EL RESUMEN
El resumen consiste en reducir un texto de tal forma que éste sólo contenga Cuestiones importantes, las cuales se caracterizarán por: fidelidad en las palabras, Punto importante Adecuadamente destacado que exista conexión entre ellos. El resumen no solo es beneficioso porque estimula la capacidad de síntesis, sino que es también fundamental para mejorar la expresión escrita, la cual es decisiva en un examen. Así mismo, la organización lógica del pensamiento que requiere la escritura es el mejor método para profundizar en la comprensión. Por eso nunca hay que limitarse a copiar fragmentos. Tenemos que escribir con nuestras propias palabras después de reflexionar. El objetivo específico de los resúmenes es la representación sintética y objetiva de lo leído o escuchado. CARACTERÍSTICAS DE UN RESUMEN: 1. Orden en las ideas. 2. Claridad. 3. Concisión. 4. Deben ser personales. 5. Usar abreviaturas, códigos y signos. Los resúmenes son recomendables para consignar, entre otras cuestiones: La clase expuesta por el profesor. Lecturas adicionales.
Conferencias Discusiones con compañeros.
PROCEDIMIENTO PARA HACER UN RESUMEN: El realizar un resumen tiene su técnica y los pasos son los siguientes: Lectura exploratoria del capítulo o fragmento que se estudiará. Lectura pormenorizada hasta su total comprensión, sobre los párrafos fundamentales. Subrayado de las ideas más importantes. Comprobación de que lo subrayado tiene unidad y sentido. A partir de lo subrayado, escribe las ideas significativas con las propias palabras del autor; procura que exista ilación en el contenido, para que el tema no pierda su significado. Para hacer un buen resumen, se tiene que dominar la técnica del subrayado.
RESUMEN DE LA LECTURA UNIDAD 2. “EL ESPAÑOL QUE SE HABLA EN LOS MEDIOS”
En la lectura del español que se habla en los medios nos da una reflexión que es más peligroso para la salud del español. El mal uso de la prensa escrita que en la radio o la televisión. Los errores no quedan en estos últimos mientras que en la forma impresa quedan los errores. Los medios de comunicación no solo informan de estos acontecimientos, sino que también divulgan sus causas, consecuencias o procesos utilizando terminología especializada. Y entre los medios de comunicación, los periódicos desempeñan un papel de fundamental importancia en la evolución del idioma. De ahí, el enorme poder que los medios de comunicación manejan y la extraordinaria influencia que tienen sobre sus destinatarios los lectores- , la responsabilidad que tienen los periodistas de usar la lengua con claridad y rigor para que todos puedan comprenderla, y al mismo tiempo no alejarse del uso correcto de la misma. Por lo tanto, hay que considerar el lenguaje periodístico como lenguaje sectorial dentro de la variedad de los lenguajes especiales porque es el lenguaje proprio de un grupo de profesionales, no persigue una finalidad críptica como el argot o la jerga, y no necesita de una formación específica para poder ser entendido. Finalmente, al hablar del español en los medios de comunicación hay que tener en cuenta no sólo los medios escritos - diarios y revistas - sino también el radiofónico y el audiovisual. Sus características particulares mediatizan la actividad idiomática: en los medios escritos el receptor lee y la comunicación es mediata frente a la inmediatez comunicativa producida por la radio que se oye y por la televisión que se oye y se ve. Los medios escritos y orales presentan diferencias destacables derivadas de su propia naturaleza, e influyen en el hablante de manera. El periódico impreso, como texto escrito, exige cierto nivel cultural y no llega a todos los lugares; por el contrario, la rapidez de difusión de lo emitido por televisión es incomparablemente mayor. La radio es un medio perfecto de nivelación y de normalización; ambos medios, radio y televisión, se escuchan y se ven en pueblos alejados, de otras manifestaciones culturales y de civilización, cubren todo el ámbito hispánico tanto en lo geográfico como en lo sociocultural. Para el periodista, la noticia es su objetivo, y su obligación transmitirla fidedignamente. Esa transmisión fidedigna se entiende en muchas ocasiones como transcripción literal de lo dicho por otros; se configura entonces el informador como un mero transmisor aséptico y objetivo. Aun en el caso hipotético de que ese tipo aséptico de transmisión pudiera darse, no hay que olvidar otro aspecto: la división entre los llamados géneros informativos y los de opinión, división casi imposible, porque hay excesivas zonas limítrofes para que la separación sea
nítida y, en ocasiones, únicamente los rasgos lingüísticos permiten adscribir un texto a uno u otro género. Los rasgos diferenciales del «lenguaje que se utiliza para la producción de mensajes periodísticos, sea cual sea el medio o el canal para su difusión», pueden resumirse en seis puntos: 1. Corrección: el lenguaje periodístico es un lenguaje no literal próximo a la lengua coloquial culta. 2. Concisión: en el lenguaje periodístico es normal el predominio de sintagmas nominales para conseguir frase corta. 3. Claridad: la eficacia y univocidad comunicativa se consigue por el uso de verbos adecuados y comprensibles, en forma activa y tiempo de indicativo. Estas indicaciones son especialmente recomendables para formular la negación. 4. Capacidad del receptor: la estructura peculiar de los relatos periodísticos de carácter informativo se explica por la capacidad de cautivar la atención del lector desde las primeras líneas del texto. 5. Lenguaje de producción colectiva: todos los mensajes de la comunicación colectivas son obras de diferentes coautores, unos con mayor responsabilidad que otros en el resultado final que reciben los lectores. 6. Lenguaje mixto: la pluralidad de códigos que concurren hace que los diferentes lenguajes se condicionen entre sí. En cuanto a la pluralidad o heterogeneidad de códigos y de referentes, el lenguaje periodístico: a) cuenta con signos pertenecientes a códigos distintos, b) sufre varias contaminaciones limitadoras y conformadoras, c) en él podemos encontrar varios registros, no solo uno, desde el más culto al coloquial,
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Guía Integrada de Actividades. (2015) Curso de Lengua Materna II. Universidad Nacional Abierta y a Distancia.
Español que se habla en los medios paginas 35-38 Alberto Gómez Font( fundación español urgente)
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