Extincion y Castigo

September 27, 2017 | Author: Angel Garcia | Category: Reinforcement, Behavior, Extinction, Psychology & Cognitive Science, Behavioural Sciences
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Extinción Y Castigo ¿QUÉ SON LOS CASTIGOS? Comúnmente se presenta el castigo como una penalización impuesta por ejecutar un acto en particular; sin embargo para nuestro tema le daremos un uso técnico que lo define como un evento aversivo que se presenta, o bien, el retiro de un evento positivo que procede a una respuesta, lo cual decrementa su frecuencia. Como podrán darse cuenta la definición técnica incluye un requisito adicional, a saber, que la frecuencia de la respuesta se decrementa. El castigo no necesariamente ocasiona dolor o coerción física. Además no es una forma de retribución o pago por una mala conducta; el castigo en el sentido técnico se define solo por su efecto sobre la conducta, por tanto el castigo resulta operativo solo si se reduce la frecuencia de una respuesta. Existen dos tipos de castigo, en el primero se presenta un evento aversivo después de una respuesta. El segundo tipo de castigo es el retiro de un reforzador positivo después de una repuesta. El castigo y el reforzamiento negativo a veces se confunden, pero la principal

diferencia es que el

reforzamiento, sea positivo o negativo, siempre se refiere a procedimientos que incrementan una respuesta. En el reforzamiento negativo se retira un

evento después de una respuesta; en el castigo, una consecuencia aversiva sigue a una respuesta. Probablemente el castigo es uno de los métodos tradicionales que antes asoman en la mente de personas que tienen ante sí la necesidad de reducir o eliminar conductas en niños. Se trata de un método controvertido que tiene defensores y detractores pero que, sin duda, debería estar en la cola de las diferentes posibilidades de respuesta ante conductas disruptivas. A pesar de ello, parece haber algunas situaciones en las que tiene que recurrirse al castigo, ya que otros procedimientos no funcionarán con la suficiente rapidez. Es el caso de conductas que cursan con violencia, agresividad verbal o física hacia otros compañeros o maestros. En estos casos necesitamos de procedimientos inmediatos y contundentes.

En general, hay dos clases de castigo: 1º/ La presentación de un estímulo aversivo contingente a la mala conducta. Justo después de producirse la conducta disruptiva se introduce el estímulo aversivo. Éste puede tomar diferentes formas y adaptarse a diferentes colectivos. Por ejemplo, en niños autistas que presentaban graves episodios

auto-lesivos se ha llegado a utilizar una pequeña descarga eléctrica inocua pero dolorosa como estímulo aversivo contingente a la conducta auto-lesiva para erradicarla. En situaciones más habituales cualquier reprimenda verbal o los azotes que antiguamente abundaban pueden también considerarse elementos que el niño vive de forma desagradable y que si se aplican después de la conducta en cuestión tienden a reducir su frecuencia. Evidentemente no podemos aconsejar el uso del castigo físico, si bien, debemos estar especialmente atentos, cuando vayamos a responder con el castigo a una conducta no deseada, de encontrar aquello que para el niño es realmente desagradable. No resulta cómodo para el niño tener que ir al despacho del director o recibir lo que se denomina “parte negativo”, es decir, una comunicación por escrito a sus padres de su mal comportamiento en la escuela y la posibilidad de apertura de un expediente disciplinario. Ello puede comportarle otras consecuencias no deseadas. Cada niño tiene sus debilidades al respecto y el castigo será más efectivo cuanto más doloroso sea para el niño las pérdidas que le produzca.

2º/ La retirada de un reforzador positivo contingente a la mala conducta. Consiste en que el niño pierde un reforzador positivo tras la emisión de la conducta disruptiva. Existen dos formas generales para la supresión del reforzador positivo: 1º- Tiempo Fuera 2º- Coste de la Respuesta

COSTE DE LA RESPUESTA Coste de la Respuesta: Cuando se producen conductas disruptivas en clase, éstas deben generar consecuencias para el autor o autores de los hechos. Podemos discutir acerca del tipo de actuaciones más idóneas pero nunca pasar los hechos por alto si no queremos perpetuarlos. Una forma de introducir consecuencias negativas ante una conducta no deseada es el llamado Coste de la Respuesta. El principio es simple: Contingentemente a la aparición de la conducta se aplica una consecuencia inmediata (la conducta va a tener un coste para el niño).

A diferencia del castigo, aquí no introducimos un estímulo aversivo sino que retiramos total o parcialmente un reforzador. La consecuencia para el niño que efectúa la conducta es la pérdida de algo positivo y que ahora ya no está disponible. Por ejemplo para un niño puede resultar muy desagradable quedarse sin patio durante unos días, no poder jugar a fútbol con su equipo del colegio o perderse la clase de informática para repasar matemáticas Una conocida técnica con la que también puede aplicarse el coste de la respuesta es la Economía de Fichas, donde al niño se le retiran algunos puntos o fichas que son intercambiables por reforzadores naturales (golosinas, juguetes, etc...).

Pautas generales y consideraciones para la aplicación del castigo: 1º- En general es preferible el castigo que supone la pérdida de un reforzador positivo que el castigo que introduce estímulos aversivos. Este último debería limitarse a los casos más graves y persistentes. 2º- El castigo sólo se puede utilizar para suprimir la conducta, es decir, para indicarle aquello que no tiene que hacer, pero no introduce explícitamente

una enseñanza acerca de lo que sí se tiene que hacer. Por tanto, es importante que el castigo se utilice conjuntamente con el refuerzo positivo para indicar al niño el camino correcto.

3º- Otro de los problemas que presenta el castigo es que convierta en aversiva no tan sólo la conducta castigada sino la situación. Es decir, un niño castigado reiteradamente por una determinada conducta puede finalmente desarrollar una aversión hacia la propia escuela, aula o actividad. 4º- Todo castigo implica consecuencias emocionales para quien lo sufre. En algunos niños especialmente sensibles o con antecedentes de malos tratos o carencias afectivas pueden generar una exaltación de las conductas a combatir.

EXTINCIÓN Otro principio importante del condicionamiento operante que no se presenta dentro de los elementos principales ya mencionados es la extinción, este principio no incluye presentar o retirar eventos, en lugar de ello, se refiere a no entregar un evento después de una conducta. La extinción se refiere al

cese de reforzamiento de una respuesta. El no reforzamiento de una respuesta da como resultado su reducción o eliminación.

REDUCIR LA CONDUCTA MEDIANTE EXTINCION El principio de extinción establece que (a) si, en una situación concreta, una persona emite una respuesta previamente reforzada y ahora no va seguida por una consecuencia reforzante, (b) esa persona es menos proclive a repetir la misma conducta cuando se vuelva a encontrar en una situación similar. Dicho de otra forma, si una respuesta se ha incrementado en frecuencia

mediante

reforzamiento

positivo,

el

cese

completo

del

reforzamiento causará una disminución en la frecuencia de la misma. ay que tener en cuenta que la extinción es solo una de las múltiples causas posibles de la disminución de una conducta. La conducta también puede desaparecer debido al olvido, es decir, que se debilita en función del tiempo transcurrido desde la última ocurrencia de la conducta. La extinción como principio del reforzamiento positivo, ha sido estudiada ampliamente por psicólogos experimentales desde hace décadas, y

estamos capacitados para describir un gran número de factores que influyen en su efectividad.

FACTORES QUE INFLUYEN EN LA EFICACIA DE LA EXTINCIÓN: 1.

El control de los reforzadores de la conducta que se quiere reducir Los reforzadores presentados por otros o por el entorno físico pueden

menoscabar los esfuerzos aplicados en la extinción, pero lamentablemente, es difícil convencer de esto a quienes no están familiarizados con los principios del refuerzo positivo y de la extinción. Por ejemplo, si varias cuidadoras de la guardería ignoran las pataletas de los niños y otras entran y dicen: , probablemente Tommy dejara de llorar en ese momento.

2.

Extinción de una conducta combinada con el reforzamiento positivo

de una conducta alternativa

La extinción es más efectiva cuando se combina con reforzamiento positivo de alguna conducta alternativa. Es importante que el incremento en el requisito sea gradual, de otra forma la conducta desagradable no desaparecerá rápidamente. Además se debe prestar atención para no presentar el refuerzo inmediatamente después del cese de de la conducta, porque esto reforzaría la conducta, incrementándola en lugar de reducirla. Durante la aplicación de la extinción, también es importante asegurarse de que los refuerzos que se retiran son los realmente estaban manteniendo el comportamiento inadecuado. Equivocarse al hacer esto, no satisfaría técnicamente la definición de extinción, y la conducta no deseada no desaparecería. 3.

El ámbito en la que se lleva a cabo la extinción Una razón para cambiar el entorno en que se lleva a cabo la extinción es

minimizar la posibilidad de que otras personas refuercen la conducta que se pretende reducir. Es importante considerar el ámbito en que se va a llevar a cabo la extinción para: (a) minimizar la influencia de reforzadores alternativos de la

conducta no deseada que se quiere extinguir (b) maximizar las opciones de que los modificadores de conducta persistan en el programa.

4.

Instrucciones: el uso de reglas

Aunque no es necesario que una persona sea capaz de hablar o de entender la extinción, es probable que si ayude a acelerar el decremento de la conducta si se le ha explicado desde el principio que: .

5.

La extinción puede ser más rápida tras reforzamiento continuo La extinción, suele ser más rápidas tras el reforzamiento continuos (en

que respuestas han sido reforzadas todas las) que tras el refuerzo intermitente (en que las respuestas eran reforzadas solo una veces). Si se intenta extinguir una conducta que ha sido reforzada intermitentemente, hay que estar preparada para que la extinción se prolongue más tiempo.

6.

Una conducta que se intenta extinguir puede ponerse peor antes de

desaparecer Hay conducta que durante la extinción se incrementan llamativamente antes de empezar a desaparecer. En este caso, las cosa se ponen peor antes de de mejorar. Se denomina pico o explosión de la extinción al incremento en la respuesta que a veces se produce durante la extinción. La mayoría hemos aprendidos que si algo no está surtiendo el efecto deseado, un pequeño incremento en la conducta pueda ser de que vuelva a funcionar. Este es un asunto bien documentado tanto en la investigación básica como en la investigación aplicada. Quien pretende aplicar un programa de extinción ha de conocer la posibilidad de que la actividad aumente llamativamente antes de desaparecer.

7.

La extinción puede producir agresiones que interfieran con el

programa Otra dificultad de la extinción es que el procedimiento podría provocar agresividad, otra opción consiste en llevar a cabo el programa de extinción en un entorno que tolere una cierta cantidad de agresión.

8.

Una conducta extinguida podría reaparecer tras una hora Otra de la dificultad es que una conducta que ha desaparecido

completamente durante la extinción puede desaparecer si surge la ocasión transcurrido el tiempo. Si se quiere que una conducta se dé más a menudo, hay que reforzarla; si se quiere que una conducta ocurra menos, hay que ignorarla.

PAUTAS PARA UNA APLICACIÓN EFECTIVA DE LA EXTINCIÓN: 1.

Selección de la conducta a reducir (a). conviene sugerir una conducta bien especificada y no esperar una

mejoría completa inmediata. (b). recuerde que la conducta puede empeorar antes de mejorar y que paveses se observa cierta agresividad durante el proceso de extinción. Por ese motivo, hay que asegurarse de que la circunstancia son tales que se pueda sugerir adelante con el procedimiento de extinción. (c). Hay que elegir una actividad que se pueda controlar los reforzadores que la están manteniendo.

2.

Consideraciones preliminares (a). Si es posible, registre la frecuencia de la conducta objetivo antes de

empezar el programa de extinción. Durante estafase de registro, no debe retirarse el reforzador de la conducta no deseable. (b). Hay que procurar identificar que está reforzando la actividad inadaptativa para poder retirarlo durante el tratamiento. Si no es posible, entonces, técnicamente, el programa deseable no podría componente de extinción. (C). Es aconsejable que identificar un comportamiento alternativo adaptativo que la persona pueda realizar. (d). Identifique reforzadores efectivos para aplicarlos a la conducta alternativa deseable. (e). Conviene seleccionar un entorno adecuado en que la extinción pueda llevarse a cabo satisfactoriamente.

(f). Hay que asegurarse de que las personas implicadas conozcan de antemano qué conducta va a ser extinguida y cuál va a ser reforzada. Quienes van a estar en contacto con las persona tienen que estar avisados para que ignoren las acciones a extinguir y premien las alternativas buscadas.

3.

Puesta en marcha del plan (a). la persona debe conocer con precisión cuál es el [plan antes de

empezar. (b). en relación con el refuerzo positivo para la conducta alternativa deseable, hay que asegurarse de que cumple las reglas pertinentes. (c). después de empezar el programa, habrá que mantener

la

consistencia de la retirada del reforzamiento después de todos los episodios de la conducta no deseable y también al reforzar la actividad alternativa deseable.

VARIANTES TÉCNICAS OPERANTES: SOBRECORRECCIÓN

Este procedimiento fue desarrollado inicialmente por Foxx y Azrin en 1.973. Su objetivo era encontrar una alternativa al castigo físico para reducir conductas agresivas, perjudiciales e inapropiadas en las personas con problemas de desarrollo. Una de las virtudes que se le atribuyen es que minimiza las propiedades negativas que conlleva el castigo. La técnica es simple en su aplicación. Se trata de que el niño, tras efectuar la conducta disruptiva, no tan sólo tenga que reponer los elementos dañados o rotos sino efectuar un trabajo complementario. El niño deberá corregir más componentes de los que fueron perturbados por la conducta inapropiada. Por ejemplo, un niño que deliberadamente ha lanzado un objeto en clase puede quedarse en clase a la hora del patio, recoger el objeto u objetos lanzados y además barrer toda la clase. Otro alumno que ha lanzado comida (pan, agua u otros) en el comedor puede quedarse después de comer a limpiar no tan sólo lo que haya podido ensuciar sino todas las mesas del comedor. Se trata pues de presentar contingentemente a una conducta disruptiva una consecuencia desagradable para el niño con un coste superior al

inicialmente producido. Con ello el niño debería adquirir la noción de que este tipo de conductas puede acarrearle un alto coste. En ocasiones, se introduce en la sobrecorrección un segundo componente denominado Práctica Positiva. Se trata de efectuar muchas repeticiones de una conducta alternativa deseable que compita con la conducta inapropiada Por ejemplo, el niño que se dedica a efectuar pintadas en la fachada de la escuela podría someterse a un determinado plan de dibujo sobre papel. Al que rompa libros se le puede asignar la lectura obligada de algunos de ellos. El niño que suele insultar se le puede concretar un plan para que pida perdón a todas las personas presentes.

Pautas

generales

y

consideraciones

para

la

aplicación

de

la

Sobrecorrección Debe relacionarse la conducta reparadora con la conducta incorrecta. Si un alumno ha estado rompiendo libros se le enseñará a pegarlos y arreglarlos.

Si ha lanzado objetos al suelo tendrá que recoger todos los objetos del suelo, etc... La corrección de la conducta debe llevarse a cabo lo más rápido posible después del episodio disruptivo. La aplicación de la sobrecorrección debe llevar asociado la retirada total de cualquier tipo de reforzador (no hay que dar explicaciones, no debe de recibir atención o ayuda de sus compañeros, no puede efectuar otras conductas: comer, hablar, etc...). La sobrecorrección no debe plantearse como un juego y es sólo el niño que ha presentado el episodio quien debe sufrir las consecuencias de la reparación del entorno. Un problema con el que podemos encontrarnos es la negación por parte del niño de efectuar la sobrecorrección. En este caso deberá valorarse la estrategia a seguir según el caso. La sobrecorrección puede necesitar un tiempo extenso (hasta 20 minutos o más). Cuanto más tiempo dure mejor pueden ser sus efectos. Sin embargo, las limitaciones de recursos humanos y de tiempo pueden hacerla inviable en muchas ocasiones como técnica en un aula ordinaria.

VENTAJAS E INCONVENIENTES TÉCNICAS OPERANTES Ventajas: 1- Sin duda, las más importantes son la posibilidad de aplicarlas inmediatamente para dar respuesta a conductas indeseadas o disruptivas. Son técnicas basadas en el aquí y ahora sin entrar en especulaciones acerca de los posibles orígenes de las mismas. Ello las hace especialmente interesantes para ser utilizadas en entornos institucionalizados (escuelas, centros de educación o asistenciales, talleres ocupacionales, etc...) El centro de atención se dirige hacia la conducta como elemento objetivo de cuantificación y susceptible de modificación. 2- Cuentan además con un amplio soporte experimental avalado por multitud de estudios en terreno de la Psicología del Aprendizaje y, en especial, de los derivados del Condicionamiento Operante (Paulov) y el Instrumental u Operante (Skinner). 3- Se pueden aplicar individualmente o en grupo. Es decir, podemos trabajar sobre toda una clase o sobre un niño.

4- Son especialmente utilizados en el terreno del Retraso Mental, Autismo, T.G.D, Síndromes Genéticos y la Esquizofrenia, entre otros, para la instauración de hábitos y minimización conductas indeseadas. Aunque los métodos operantes no pueden modificar estos factores biológicos, sí que pueden mejorar sus efectos debido a la interacción que existe entre la biología y el ambiente con respecto a la conducta.

Inconvenientes: 1-La crítica más frecuente hace referencia a que los modelos operantes ignoran o no conceden suficiente importancia a los aspectos subjetivos de los humanos en general, y a la propia identidad personal de cada individuo, en particular, limitándose a estudiar la conducta externa. 2-Otra crítica hace referencia a que el modelo operante y/o conductual sólo es aplicable o válido para solucionar problemas relativamente simples y restringidos a ciertas manifestaciones de la conducta. 3-Finalmente, señalar la crítica centrada en la aplicabilidad de muchos de los principios del modelo conductual, derivados de investigaciones en

laboratorio con animales a la explicación y modificación de conducta humana. A este respecto, hoy en día, no existe ninguna duda, que la modificación de conducta ha dotado a la Psicología Clínica de valiosos instrumentos de intervención aplicada que son realmente útiles en diferentes ámbitos si no los únicos que nos pueden ser realmente útiles en el día a día de muchos trastornos.

BIBLIOGRAFÍA

1. Psicología: un aporte a la Educación. SALAZAR, Dayanira (compilación).Editor universidad Arturo Prat. 1° Edición. Santiago. Chile. 2003. 2. Sitio web http://www.loshorcones.org.mx/glosario.html 3. Sitio web http://www.euskalnet.net/txiribi/terapias.htm 4. Sitio web http://psconducta.blog.com/?p=53 5. Sitio web http://www.psicologia-online.com/infantil/castigo.shtml

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