Eules paradoja

March 14, 2019 | Author: joshiperez123 | Category: Equations, Leonhard Euler, Integral, Continuous Function, Calculus Of Variations
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LA PARA ARADOJ DOJA A DE EULER EULER ´ HECTOR LOMEL´I Y BEATRIZ RUMBOS† Resumen.  En esta nota presentamos una semblanza general de la historia del c´alculo en va-

riaciones as´ı como algunas dificultades que pueden surgir al utilizar las condiciones de EulerLagrange para resolver problemas de optimizaci´on on en espacios de funciones. Para este fin, proporcionamos porcionamos algunos ejemplos conocidos por Euler y Weierstrass eierstrass en los que surgen aparente aparentess contradicciones. Mostramos con esto que las ecuaciones de Euler-Lagrange no son suficientes para resolver de manera general los problemas del c´alculo en variaciones.

1.

´n Intr Introd oduc ucci cion o

Con frecuencia, los problemas aplicados pueden plantearse en t´erminos erminos matem´aticos aticos modernos mediante el siguiente esquema general para encontrar valores extremos: Dado un conjunto Q  y una funci´on on J  : Q → R,  encontrar -si existen- aquellos elementos a  en Q  tales que J (a) es un m´ınimo o m´aximo aximo global. En general, este problema puede no tener soluci´on on y la elecci´on on del dominio Q  se convierte en una dificultad esencial. El desarrollo hist´orico orico del c´alculo, alculo, del an´alisis alisis matem´atico atico y gran parte de las teor´ teor´ıas matem´aticas aticas modernas tocan, en cierto modo, esta problem´atica. atica. En 1684 el gran matem´atico atico alem´an an Gottfried W. Leibniz (1646-1716) propuso una t´ecnica ecnica (Nova methodus pro maximis et minimis ) minimis ) para resolver una extensa familia de problemas de este tipo. Se trataba, nada m´as as y nada menos, de uno de los or´ or´ıgenes ıgenes del c´alculo alculo diferencial e integral integral.. Una limitant limitantee de este m´etodo etodo era que el conjunt conjuntoo Q  estaba restringido a ser un subconjunto de alg´un un espacio vectorial real de dimensi´on on finita, por ejemplo Rn. En forma paralela en Inglaterra, Isaac Newton (1643-1727) desarroll´o una teor´ıa ıa equivalente equi valente a la de Leibniz. En su excelsa obra   Philosophia naturalis principia mathematica   mathematica   (1685) incursion´ o a´un u n m´as as all´a de la tem´atica atica propia del c´alculo alculo diferencial e integral, exponiendo y resolviendo correctamente una variante del siguiente problema: Encontrar la forma de un cuerpo s´olido olido de revoluci´on on de manera que al moverse a trav´es es de un fluido su resistencia resisten cia sea m´ınima. Como ejemplo de lo anterior podemos imaginar que el prop´osito osito de este planteamiento era encontrar la forma ´optima optima de un proyectil. Newton expuso [2] la soluci´on on correcta; sin embargo, nunca especific´o el m´etodo etodo que hab hab´´ıa utilizado utiliza do para encontrarla. encontrarla . El problema del proyectil de m´ınima resistencia pertenece, en esencia, al esquema general para encontrar valores extremos propuesto al principio de este texto. En este caso, el conjunto 1

LOMEL´ I, RUMBOS

2

o n y el n´umeumeQ  consiste de todas las formas posibles que puede tener un s´olido de revoluci´on ro real asociado mediante la funci´on on J   es la resistencia. Notemos que ahora el conjunto Q es un subconjunto de un espacio de funciones, mismo que constituye un espacio vectorial de dimensi´on on infinita. Aunque la estrucutra de espacio vectorial se conserva, estos conjuntos de funciones poseen una estrucutra mucho m´as as compleja que los subconjuntos de Rn . Los problemas en relaci´on o n a la b´usqueda usqueda de valores alores extremos extremos en espacios espacios de funciones funciones son denominados, denominados, en general, problemas variacionales. Si Q   es un conjunto de funciones, a la funci´on on J  : Q → R   se la llamar´a funcional. Es decir, los funcionales son funciones de valores reales cuyos dominios son, a su vez, conjuntos de funciones. 2.

´ crona La Bra Braquis quist tocrona o

Imaginemos que vamos a dise˜ nar nar un tramo para una monta˜  una monta˜  na rusa  en  en la cual el carrito debe ir del punto A  al B , como se muestra en la siguiente figura:

Para lograr que los usuarios generen la cantidad m´axima axima de adrenalina, debemos elegir la trayectoria a seguir de tal forma que el carrito recorra este tramo en el menor tiempo posible. A manera de simplificaci´on, on, suponemos que no existe fricci´on on alguna y que el veh´ veh´ıculo est´a unicamente u ´ nicamente sujeto a la fuerza de la gravedad. Orientamos al eje vertical hacia abajo y denotamos a la curva desconocida por y (x). Sin p´erdida erdida de generalidad, podemos tomar el punto A  en el origen, de manera que y(0) = 0,  y el otro punto lo expresamos como B = (x , y (x )).  La energ´ energ´ıa cin´etica etica del carrito en cada punto de la trayectoria, denotada por K , depende tanto de su masa m  como de su velocidad v y est´a dada por la expresi´on: on: 1 K  = mv 2 . 2 ∗



LA PARADOJA DE EULER

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Asimismo, Asimism o, su energ´ energ´ıa potencia p otencial, l, denotada deno tada por p or  U , depende de su masa y de la altura  y  a la que se encuentre; en este caso, dado que la direcci´on on positiva es hacia abajo tenemos que U  = −mgy,

donde g   es la aceleraci´on on de la gravedad 1. La ley de conservaci´on on de la energ´ energ´ıa implica que K  +  +  U  = 0 de manera que, 1 2 mv =  mg y 2 y por lo tanto, (2.1)

v  =

 

yg . 2yg.

Deseamos encontrar la trayectoria que minimice el tiempo total de traslado, es decir, queremos resolver el siguiente problema: encontrar la curva y(x) que minimice el tiempo total T  de recorrido. Las restricciones sobre la curva implican que  y (0) = 0 y  y =  y (x ) son valores fijos. Adem´ as, as, si x(t) es la posici´on on horizontal del carrito al tiempo t, entonces la posici´on on vertical es y(x(t)). La velocidad en cada punto de la trayectoria es ∗

(2.2)

v  =



ds , dt

en donde s  representa la longitud de arco de la curva que, en este caso, satisface la siguiente ecuaci´on on (2.3)

ds = dt

       2

dx dt

+

dy dt

2

=

1 + ( y (x))2 

dx . dt

Utilizando (2.1), (2.2) y (2.3), se encuentra que el tiempo total de recorrido es una funci´on J [y ] dependiente de la forma de la curva  y (x). Para resolver el problema, empleamos a  x  como nueva variable independiente, con  x (0) = 0 y  x (T ) =  x . Por lo tanto, si  S  es la distancia total a lo largo de la curva que se recorre en el tiempo T   tenemos que: ∗

        T 

T  =  J [y ] =



dt  =

0

0

ds = v

x



0

1 + ( y )2 dx. 2gy 

De este modo, el problema equivale a minimizar J [y ], en donde y  pertenece al conjunto Q  de todas las funciones de clase C 2 que satisfacen y(0) = 0 y y(x ) =  y . El problema anterior fue planteado por primera vez durante el verano de 1696 y dado a conocer formalmente en enero de 1697 por Johann Bernoulli (1667-1748), como un reto a los grandes matem´aticos aticos de la ´epoca epoca [9, 11, 14]. Dicho reto era parte del “acertijo del a˜no”que no”que se acostumbraba a proporcionar prop orcionar en aquella ´epoca. epoca. El documento do cumento para iniciar aquel a˜ a no n ˜ o de 1697 comenz com enzab abaa as´ı: ı: ∗

1



En realidad, la aceleraci´on on de la gravedad no es una constante de la naturaleza. Su valor cambia seg´un el lugar de la Tierra en donde se mida. Para efectos pr´acticos acticos se utiliza el valor g valor  g  = 9.81 81m/s m/s2 .

4

LOMEL´ I, RUMBOS

“A los matem´ matematicos a´ticos m´as as distinguidos que destacan alrededor del mundo, saludos de Johann Bernoulli, profesor de matem´aticas...” aticas...” Posteriormente conminaba a los interesados a resolver el siguiente problema: “Determinar “Determinar la l´ınea curva curva que une dos puntos puntos dados, situados situados a distancias distancias diferen diferentes tes de la horizont horizontal al y no en la misma l´ l´ınea vertical, vertical, a lo largo de la cual un cuerpo m´ovil, ovil, cayendo por su propio peso y comenzando a moverse en el punto m´as as alto, descender´a de manera m´as as r´apida apida al punto m´as as bajo.” Johann Johann Bernoulli Bernoulli bautiz´ bautiz´o a este acertijo como el problema problema de la braquist´ braquist´ ocrona, ocrona, por las palabras palabras griegas griegas   brachistos  (m´as as corto) y  chronos  (tiempo),  chronos  (tiempo), ya que se requer´ requer´ıa encontrar la trayec trayectoria toria de tiempo de descenso descenso m´ınimo ınimo para un cuerpo sujeto a la fuerza fuerza de la graved gravedad. ad. Es evidente que nuestra pregunta acerca de la trayectoria a seguir por el carrito de monta˜na rusa es equivalente al reto matem´atico atico que present´o Johann Bernoulli siglos atr´as. as. El problema de la braquist´ocrona ocrona hab hab´´ıa sido considerado anteriormente anteriormente por Galileo (15641642) en 1638 quien descubri´o inicialmente, que la trayectoria trayectoria recta de tiempo tiemp o m´ınimo de un punto A  a una recta L  era la recta AB  que formaba un ´angulo angulo de 45 con la linea L.  Posteriormente, riormente, encontr´ o que el tiempo de descenso era menor a lo largo del arco de circunferencia que se muestra en la figura 1, lo cual era correcto; sin embargo, se equivoc´o al aseverar que esta era la trayectoria trayectoria de tiempo de descenso m´ınimo. ınimo. ◦

Figura 1.   Soluci´ on on de Galileo que utiliza un arco de c´ırculo.

Adem´ as del mismo Johann Bernoulli, otros cuatro matem´aticos as aticos encontraron una soluci´on on ´ correcta al problema de la braquist´ocrona ocrona en 1697. Estos fueron: Jacob Bernoulli –hermano de Johann–, Leibniz, Newton y L’Hˆopital. opital. Todos ellos descubrieron que la curva curva de descenso m´ınimo es una cicloide, conocida cono cida desde entonces como la braquist´ocrona. ocrona. Un aspecto asp ecto fundamental que queremos recalcar, es el hecho de que impl´ impl´ıcitamente el problema anterior asume que las curvas a considerar (o el conjunto Q  del dominio del funcional

LA PARADOJA DE EULER

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J ) son continuamente diferenciables dos veces - equivalentemente, de clase  C 2 en su dominio-.

En el caso de la braquist´ocrona, ocrona, el m´ınimo del funcional satisface esta suposici´on. on. Pero, como se ver´a posteriormen posteriormente, te, un funcional funcional puede no tener tener un m´ınimo sobre un conjunto conjunto previamente especificado. Como consecuencia, es frecuente que los extremos de los funcionales sean funciones que no son suaves o, peor a´un, un, ni siquiera continuas. 3.

´lculo en variaciones Calculo a

El alumno m´ as as destacado de Johann Johann Bernoulli Bernoulli fue el gran matem´ atico Leonard Euler (1667atico 1748) quien en 1744 escribi´o   Methodus Methodus Inveniendi , considerado el primer tratado sobre el c´alculo alculo en variaciones. variacion es. En ´el el se expone expo ne una metodolog´ meto dolog´ıa ıa para pa ra resolver res olver problemas pro blemas variacionales variacionale s similares al de la braquist´ocrona. ocrona. Hasta este punto en la historia, histori a, no exist´ exist´ıa una t´ecnica ecnica general para resolver este tipo de cuestiones y la soluci´on depend depen d´ıa de las caracter´ısticas ısticas de cada problema variacional a considerar. Como base de su m´etodo, etodo, Euler postul´o un principio de eficiencia en la naturaleza, mismo que tuvo enormes repercusiones en el desarrollo posterior de las ciencias. La esencia de dicho concepto aparece por primera vez en la siguiente frase c´elebre: elebre: “En efecto, efecto, puesto puesto que la arquitect arquitectura ura del mundo mundo universo universo es perfect perfect´ısima, y adem´ as as hecha por el m´as as sabio Creador, nada en verdad ocurrir´a en el mundo en donde alguna regla de m´aximo aximo o m´ m´ınimo no salga sal ga a relucir de alguna alg una forma.” for ma.”2 En otras palabras, de acuerdo con Euler, la naturaleza hab´ hab´ıa sido creada de tal manera que ´esta esta siempre buscase ser lo m´as as eficaz posible –la distancia m´as as corta, cort a, la energ ener g´ıa m´ınima, ıni ma, el punto m´as as estable– y las leyes de la f´ısica ısica resultasen ser simples formulaciones de este principio. El primero en darse cuenta de este fen´omeno omeno fue Her´on on de Alejandr´ Alejandr´ıa, quien postul´o la ley de reflexi´on on de los rayos de luz haciendo notar que la luz siempre sigue el camino m´as as corto. Mencionaremos m´as as detalles de las ideas de Her´on on en la secci´on on 4. De acuerdo a este tipo de principio de eficiencia, la naturaleza resuelve incesansemente problemas variacionales. Euler comenz´o a emplear consideraciones geom´etricas, etricas, similares a las del c´alculo alculo diferencial e integral, para encontrar un m´etodo etodo general de soluci´on; on; sin embargo, su razonamiento se fundamentaba m´as as en la intuici´on on que en la formalidad como se muestra a continuaci´on. on. Dada alguna funci´on on “suave” L  , deseamos encontrar la trayectoria y(x) que minimiza, o alternativamente maximiza, la siguiente integral: b

 

L(y  (x), y (x), x) dx,

a

con (a) y(b) dados. 2

En el original [3] de 1744: “Cum enim Mundi universi fabrica sit perfectissima atque a Creatore sapientissimo absoluta, nihil omnino in mundo contingit, in quo non maximi minimive ratio quaepiam eluceat  ”. Traducci´ on on de Mauricio L´opez opez Noriega.

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Inveniendi  de 1744. Figura 2.   Portada original del  Methodus Inveniendi  de Para resolver este problema, Euler supon´ supon´ıa que si exist´ exist´ıa una funci´on on soluci´on on y(x),  ´esta podr po dr´´ıa graficarse. graficars e. Posteriormente, Posteriorm ente, part´ part´ıa el dominio en n  + 1 subintervalos de longitud ∆x. Esto es, si el dominio de y  era [a, b], entonces la partici´on on resultante estaba dada por: a  =  x 0 < x1 < · · · < xn < xn+1  =  b.

La idea era elegir, de la mejor manera posible, el valor de  y  en los elementos  x i  de la partici´on. on. Si para cada i, yi ≡ y (xi ), los valores y0 y yn+1   est´an an fijos desde un principio y, por tanto, deben ajustarse los valores y1 , . . . , yn . Para este efecto, Euler aproximaba a la derivada y en cada uno de los subintervalos por la pendiente de la secante correpondiente; es decir, 

y  ( xi ) 

y (xi) − y (xi−1 ) yi − yi−1 = =  y i . ∆x ∆x

As´ As´ı, la integral original se estimaba con la suma n+1

(3.1)

S (y1 , . . . , yn ) =

 L

i=1

yi − yi−1 , yi , xi ∆x

cuyo valor extremo se obtien´ıa ıa resolviendo: resolvie ndo:

∇S (y1 , . . . , yn ) = 0.



∆x,

LA PARADOJA DE EULER

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Derivando en (3.1), (3 .1), se cumpl cu mpl´´ıa la condici´on on de optimalidad ∂S  ∂L ∂L ∂L  =  (yi , yi , xi ) −  (yi+1 , yi+1 , xi+1 ) + (y , yi+1 , xi+1 )∆x  = 0. ∂y i ∂y ∂y ∂y i+1

Esto implicaba que 1 ∆x



∂L  ∂L  ( ) ( y , yi , xi ) y , y , x − +1 +1 i i ∂ y  i+1 ∂ y i



=

∂L  (y , yi+1 , xi+1 ). ∂y i+1

Haciendo cada vez m´as as peque˜nos nos los subintervalos de manera que ∆ x → 0, esta sucesi´on on de ecuaciones se transformaba en la ecuaci´on on diferencial parcial dada por: (3.2)

∂L d = ∂y dx

  ∂L ∂y 

,

misma que hoy en d´ıa se conoce cono ce como la ecuaci´on on de Euler-Lagrange. Para el caso particular en el cual 

L(y , y , x) ≡

 

1 + ( y )2 , 2gy 

obtendr´ıamos, ıamos, al resolver (3.2) que y(x) es la curva braquist´ocrona. ocrona. La forma expl´ expl´ıcita de esta curva puede encontrarse en cualquier texto de c´alculo en variaciones. Ver por ejemplo [1]. Esta forma geom´etrica etrica de obtener la soluci´on on a los problemas variacionales funcionaba en muchas muchas instancias pero carec´ carec´ıa de formalidad; sin embargo, esta situaci´ on on cambi´o cuando en el mes de agosto de 1755, Euler recibi´o una carta [13] de un joven de 19 a˜nos. n os. En ella se mostraba c´omo omo derivar de manera simple y formal la ecuaci´on (3.2) que hasta ese momento hab´´ıa utilizado hab ut ilizado Euler. El joven era e ra Giusepp Gi useppee Ludovico Lu dovico Lagrang L agrangia, ia, originario origin ario de Tur´ Tur´ın, y que m´as as tarde en su vida se establecer´ establecer´ıa en Francia pasando a la historia como Joseph-Louis Lagrange, uno de los m´as as grandes gra ndes cient´ıficos ıfic os del pa´ pa´ıs Galo. Gal o. Aparentemente [13], Euler siempre di´o cr´edito edito a Lagrange Lagran ge y utiliz´o, o, a partir de aquel entonces, el m´etodo etodo y la terminolog terminol og´´ıa que ´este este hab hab´´ıa propuesto. propues to. Frecuentemente se dice que Euler di´o el nombre a la disciplina en su obra  Elementa Calculi Variationum  (1766). Variationum  (1766). Sin embargo, fue Lagrange el que acu˜no no el t´ermino ermino de “variaciones”, “variaciones”, aunque Euler haya sido el encargado de difundirlo. Desde esta ´epoca epo ca la ecuaci´on on de Euler-Lagrange se estudia y ense˜na na como herramienta para encontrar extremos de funcionales. En realidad, el m´etodo etodo ideado por Euler y Lagrange ten´ ten´ıa un transfondo idealista y ut´opico: opico: pretender que el c´alculo alculo en variaciones pose´ pose´ıa la misma estructura que el c´alculo alculo diferencial e integral. La ecuaci´on on de Euler-Lagrange era, en todo caso, una condici´on on de primer orden que equival equival´´ıa a encontrar puntos extremos. En el c´alculo alculo diferencial e integral obtenemos informaci´on on acerca de la funci´on on mediante peque˜nas nas variaciones en la variable independiente. En forma an´aloga, aloga, Lagrange utiliz´o peque˜nas nas variaciones en las trayectorias del dominio de la funcional para conocer las propiedades de la misma. Desafortun Desafortunadamen adamente, te, no obstante obstante la elegancia elegancia del m´etodo, etodo, la realidad realidad pronto pronto se

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LOMEL´ I, RUMBOS

encarg´ o de mostrar que las cosas no eran tan simples. M´as as adelante, se mostrar´a, a, con un par de ejemplos, sus limitaciones fundamentales. Las distintas ecuaciones y leyes de movimiento derivadas por Newton tratan con cantidades vectoriales y, por lo tanto, son sensibles al sistema de coordenadas elegido. El vertiginoso desarrollo de la f´ısica a partir del siglo XVII requer´ requer´ıa del an´alisis alisis de problemas cada vez m´as as complejos, mismos que presentaban enormes dificultades t´ecnicas. ecnicas. La belleza del m´etodo etodo de Euler y Lagrange es su independencia de la elecci´on de coordenadas coord enadas.. As´ As´ı, no solamente solame nte aportaba apo rtaba una marco elegante para formular la mec´anica anica Newtoniana, sino que facilitaba enormemente los c´alculos alculos al utilizar cantidades escalares. En 1788 Lagrange public´o   Mechanique Mechanique analitique   analitique   en donde expon expo n´ıa los nuevos m´etodos etodo s variacionales o anal´ anal´ıticos para la mec´ anica. anica. La idea principal, principal, a semejanza semejanza de lo que hab hab´´ıa sugerido Euler anteriormente, anteriormente, part´ıa ıa de un principio fundamental de eficiencia: minimizar la llamada llamada integral integral de acci´ on on dada por t1

 = S  =

 

L(y˙ , y , t)dt.

t0

La contribuci´on on principal principal consisit consisit´´ıa en considerar considerar a la variable ariable temporal temporal como la variable ariable independiente y suponer que las trayectorias y(t) surgen de un principio de m´ınima acci´on. on. De este modo, el principio de eficienia de la naturaleza planteado por Euler se aplicaba al caso concreto de la mec´anica anica de Newton. Como resultado de este planteamiento, se lograron unificar diversos puntos de vista en la modelaci´on on de fen´omenos omenos din´amicos. amicos. Desde entonces, en honor a esta aportaci´on on fundamental, a L(y˙ , y , t) se conoce como la funci´on on lagrangiana. Dicha funci´on, on, para el caso de sistemas conservativos, est´a dada por la diferenc dife rencia ia de energ ener g´ıa cin´etica etic a y poten p otencia cial: l: L  =  K  − U.

La ecuaci´on on a resolver, por lo tanto, sigue siendo la ecuaci´on de Euler-Lagrange (3.2), que en este caso adquiere la forma d ∂L ∂L = . dt ∂  ˙ ∂y  y˙

Este m´etodo etodo variacional variacional puede extenderse [6] redefiniendo adecuadamente a la funci´on on lagragiana, para utilizarse fuera del ´ambito ambito de la mec´anica anica cl´asica asica como en teor´ teor´ıa de campos, relatividad general y mec´anica anica cu´antica. antica. Por ejemplo, en relatividad general la funci´on lagranlagrangiana est´a dada por L  = −mc2

 

1−

v2 . c2

A partir del siglo XX, el uso de los principios variacionales se extendi´o m´as as all´a de la f´ısica ısi ca y la matem´atica atica a disciplinas disciplinas sociales como la econom econom´ıa [10]. A pesar de todo el ´exito exito del planteamiento planteamiento variacional y sus innumerables aplicaciones, es necesario tambi´ tambi´en en estar concientes de sus limitaciones. Como veremos a continuaci´on, on, existen graves problemas que surgieron

LA PARADOJA DE EULER

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incluso antes de la publicaci´on on de Mechanique de  Mechanique analitique . El mismo Euler ya era conciente de ello. 4.

Comi Comien enza zan n los los prob proble lema mass

En 1779 Euler [8] observ´o que el problema esencial a resolver de c´alculo en variaciones era mucho m´as as complejo que su an´alogo alogo del c´alculo alculo diferencial, el cual encontraba valores extremos en el espacio euclideano. Concretamente, se dio cuenta de que las soluciones a un problema dado no eran necesariamente “suaves”; es decir, las trayectorias ´optimas pod po d´ıan, potencialmente, poten cialmente, no ser continuamente diferenciables. El asombro de Euler fue tal, que constantemente hablaba de este fen´omeno omeno como la paradoja del c´alculo alculo en variaciones.

on. Figura 3.   Principio de Her´on. En realidad esta observaci´on on no deber´ deber´ıa sorprendernos pues es com´un un que la naturaleza se comporte en forma “no suave”. Un ejemplo trivial de esto es la observaci´on on de Her´on on quien se˜nal´ nal´o -sin demostraci´ono n- que la luz que se refleja en un espejo sigue una trayectoria que minimiza el tiempo de traslado. La idea de Her´on on consiste en lo siguiente. El camino m´as as corto que une dos puntos es el segmento de recta entre ellos. Siguiendo a [8] podemos formular una pregunta un poco m´as as dif´ dif´ıcil: encontrar el camino m´as as corto desde un punto P   a un unaa l´ınea ın ea G  y de ah´ ah´ı a un punto Q, donde P  y Q  est´ an an en el mismo lado de G. Resulta que s´olo olo hay un camino m´as as corto y consiste de dos segmentos. De hecho, ´estos estos se determinan con el criterio de ´angulos de reflexi´on on e incidencia iguales, conocido como ley de la reflexi´on. Esta ley es la misma que obedece, por

LOMEL´ I, RUMBOS

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ejemplo, un rayo de luz que incide sobre un espejo plano o la que sigue una bola de billar que golpea una pared el´astica astica de una mesa. De este modo, se determina un camino por medio de un principio variacional. La idea de Her´on on consist´ consist´ıa en introducir un punto virtual P  y considerar todas las trayectorias de Q  a  P  . La recta que une a estos puntos es la trayectoria m´as corta y consiste de dos segmentos: de Q  a la recta G y de G a P  . El segundo segmento puede reflejarse utilizando la recta G  para obtener un segmento correspondiente de G a P . De este modo obtenemos la trayectoria real y ´optima optima de Q  a P  pasando por G. 





Figura 4.  Principio de Fermat.

La observaci´ observaci´on on de Her´on on en relaci´on on a que la luz sigue trayectorias “eficientes” fue retomada siglos despu´es es por un jurista franc´es es aficionado a las matem´ aticas, el gran Pierre de Fermat aticas, (1601-1665). Fermat estudi´o la refracci´on on de la luz, es decir, cuando un rayo de luz pasa de un medio a otro con distinta densidad, digamos del aire al agua. La primera observaci´on on que hizo fue que la luz viajaba m´as as lentamente en medios m´as as densos; de esta forma, para ir de un punto  A  a un punto  B  en un medio m´as as denso un rayo de luz elige la trayectoria que minimiza el tiempo de traslado. En la figura 4 mostramos como se ver´ ver´ıa esta trayectoria trayectoria [14]. 5.

La parad aradoj oja a

En esta secci´on, on, describimos el fen´omeno omeno “parad´ ojico” ojico” que descubri´o Euler en 1779 y que public´ o bajo el nombre: De nombre: De insigni paradoxo quod in analysi maximorum el minimorum occurit. Como hemos visto, los problemas de optimizaci´on on en espacios de funciones, con frecuencia pueden resolverse utilizando la condici´on  on   necesaria  de necesaria  de Euler-Lagrange. En algunos casos, esta condici´on on tambi´en en puede convertirse en  suficiente  si  suficiente  si se cumplen ciertas caracter´ caracter´ısticas

LA PARADOJA DE EULER

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de convexidad. Desafortunadamente, y tal como mostraremos a continuaci´on, es com´ un un que la ecuaci´on on de Euler-Lagrange diste de ser tambi´ en en una condici´on suficiente  on  suficiente . De esta forma, pueden pueden tenerse tenerse soluciones soluciones que satisfagan satisfagan las condicione condicioness de Euler-Lagr Euler-Lagrange ange que, sin embargo, embargo, no correspondan a valores extremos. Asimismo, el “´optimo” optimo” obtenido puede no ser el que es m´ as as util u ´til o bien ni siquiera pertenecer al espacio original de funciones. Consideremos el siguiente problema de minimizaci´on. on. 1

(5.1)

m´ın y

L(y˙ (t), y (t)) dt

0

sujeto a (5.2)

 

y (0) = 0,

y (1) = 0,

donde L  es la llamada funci´on on lagrangiana, que en este caso est´a dada por (5.3)



2



˙ y ) = (y˙ ) − 1 L(y,

2

.

Esta funci´on on depende ´unicamen unicamente te de la derivada derivada y˙  y se ilustra el la figura 5.

afica afica de la funci´on on lagrangiana L   dependien dependiendo do de y˙ . Figura 5.  Se ilustra una gr´ El funcional a considerar en este problema es 1

(5.4)

J [y ] =

   0

(y˙ )2 − 1

2



dt,

LOMEL´ I, RUMBOS

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cuyo dominio es un espacio de funciones que discutiremos a continuaci´on. on. Tal y como est´a planteado el problema original, el dominio de  J  es el espacio de las funciones de clase C 2 en [0, 1] que se anulan en los extremos. Esto es, puede considerarse a J  como una funci´on on J  :  D 2 [0, 1] → R, en donde D2 [0, 1] = {y  ∈ C 2 [0, 1] :  y (0) =  y (1) = 0}. En este caso, la ecuaci´on on de Euler-Lagrange est´a dada como d ∂L ∂L = .  y˙ dt ∂  ˙ ∂y

De esta forma, para la funci´on on lagrangiana (5.3), se obtiene d 4 (y˙ )2 − 1 y˙ = 0. dt

 

 

Esta ecuaci´on on implica que la expresi´on on (y˙ )2 − 1 y˙   es una constante pero esto s´olo olo puede sucede sucederr si y˙  es una constante. Por lo tanto, existen n´umeros umeros A  y B  tales que y (t) =  At  + B.  B .

Utilizando las condiciones (5.2), obtenemos que  A  =  B  = 0 con lo cual y(t) ≡ 0. Sin embargo, al calcular el valor del funcional, obtenemos que  J [0] = 1. Como veremos en la siguiente secci´on, on, esta soluci´on on no es, e s, ni n i remotamente, r emotamente, un m´ınimo. 6.

Distin Dis tintos tos domini dominios os del del funci funcional onal

En lugar de D2 [0, 1] podemos considerar dominios m´as as amplios. Por ejemplo, podr´ıamos ıamos considerar un dominio mucho m´as as amplio: D1 [0, 1] = {y  ∈ C 1 [0, 1] :  y (0) =  y (1) = 0};

esto es, el espacio de las funciones de clase C 1 en [0, 1] que se anulan en los extremos. De igual forma, se puede considerar al espacio V  [0, 1] de funciones continuas que son continuamente diferenciables por pedazos y que se anulan en los extremos 0 , 1. Es decir, funciones continuas cuya derivada es continua en [0 , 1] excepto, posiblemente, en un subconjunto finito de [0 , 1]. De manera equivalente, diremos que f  ∈ V  [0, 1] si es continua y adem´as as existen n´umeros umeros a0  = 0  < a1 < · · · < an  = 1

tales que la funci´on on f   es continuamente diferenciable en cada subintervalo ( ak 1 , ak ) para k  = 1, . . . , n. Notemos que D2 [0, 1] ⊂ D1 [0, 1] ⊂ V  [0, 1]. −

Proposici´ on on 6.1. Sea  J  el funcional definido en (5.4). Entonces, on  (yn ) en  D2 [0, 1] tal 1]  tal que  J (yn) → 0. a)  Existe una sucesi´  2  E l ´ınfimo ınfi mo de  J  en  D [0, 1] es 1]  es 0. b)  El  n o tiene un m´ınimo en  D1 [0, 1]. 1]. c)   El funcional  J  no

LA PARADOJA DE EULER

13

1 2

1

0

1

2

on (yn ) para n  = 2, . . . , 10. Figura 6.  Elementos de la sucesi´on umero infinito de soluciones del problema de minimizaci´  on en  V  [0, 1]. 1]. Es  d)   Existe un n´  decir, existe una infinidad de funciones  y  ∈ V  [0, 1] tales 1]  tales que  J [y ] = 0. Demostraci´  on. Sea

1 4  3 2  3 u − u − . 8 4 8 Notemos que esta funci´on on satisface satisface φ(±1) = −1, φ (±1) = ∓1 y φ (±1) = 0. Lo anterior nos permite definir una familia de funciones de clase C 2 del siguiente modo. Para cada n ≥ 3, sea on on dada por yn  : [0, 1] → R  la funci´ φ(u) =



yn (t) =

 

1 2

 + n1 φ n t −

1 2

 − |t − 21 |,

1 2

  



, |t − 21 | ≤ n1 ,

|t − 21 | ≥ n1 .

Es un ejercicio rutinario el verificar que cada funci´on yn  es de clase C 2 . Adem´ Adem ´as, as, puede pued e comc omprobrarse directamente que se cumple la siguiente igualdad J [yn ] =

1 n

1

  

φ (u)2 − 1

−1



2

du,

de manera que J [yn] → 0 cuando n → ∞. Claramente, 0 es una cota inferior del conjunto de todos los n´umeros reales J [y ] con y ∈ on yn  es un elemento de D2 [0, 1], tenemos D2 [0, 1]. Asimismo, como cada elemento de la sucesi´on

LOMEL´ I, RUMBOS

14

que ´ınf {J [y ] :  y  ∈ D2 [0, 1]} = 0. Dado que D2 [0, 1] ⊂ D1 [0, 1] y 0 es una cota inferior de J , tambi´en en se cumple cump le que el ´ınfimo ınfi mo de 1 J  en D [0, 1] es es 0; es es decir decir,, ´ınf {J [y ] :  y  ∈ D1 [0, 1]} = 0. Supongamos que y ∈ D1 [0, 1], entonces entonces y   es una funci´on on contin continuamen uamente te diferenc diferenciable iable y cumple y(0) = y (1) = 0. Por el teorema del valor intermedio, existe un n´umero umero c  ∈  (0 , 1) tal que y˙ (c) = 0. Por lo tanto, 2



2



L(y˙ (c), y (c)) = (y˙ (c)) − 1

= 1  >  0 .

Dado que Dado que y˙   es una funci´on on continua, existe un intervalo de la forma ( c − ε, c +  ε ) tal que L(y˙ (t), y (t))  >  0, para todo t ∈ (c − ε, c + ε). Esto implica que J [y ]  >  0. Para finalizar, notemos que existen mucho ejemplos de funciones en V  [0, 1] que resuelven el problema. Basta tomar funciones continuas y lineales por pedazos de tal forma que en cada subintervalo de definici´on on se tenga que la pendiente es ±1. En la figura 6 mostramos algunas posibilidades.  La proposici´ proposici´ on on anterior nos ilustra que el ´ınfimo ınfimo de nuestra funcional es 0; sin embargo, no existen funciones continuamente diferenciables, y por lo tanto tampoco funciones en D2 [0, 1], para las cuales se alcance este ´ınfimo. No obstante, existen m´ultiples ultiples (¡a saber, una cantidad no numerable!) funciones en V [0, 1] para las cuales el funcional alcanza su ´ınfimo. ınfimo.

0 1

1

2

0 1

1

2

0 1

1

2

0 1

1

2

Algunos ejemplos de funciones en el espacio espacio V [0, 1] que son solucioFigura 7. Algunos nes del problema de minimizaci´on on de la paradoja de Euler.

LA PARADOJA DE EULER

7.

15

Un eje ejemp mplo lo de de Weie Weiers rstra trass ss

Durante el siglo XIX, quiz´as as quien m´as as aport´o a la teor teo r´ıa del c´alculo alculo en variaciones fue el gran matem´ atico atico alem´an an Karl Theodor Wilhem Weierstrass (1815-1897), no obstante, Weirerstrass public´o muy pocos de sus resultados y simplemente los divulgaba como parte de sus cursos. Oskar Oskar Bolza (1857-1942) fue alumno de Weierstrass en la universidad de Berl´ Berl´ın y en el prefacio de su libro cl´asico asico   Lectur Lectures es on the Calculus Calculus of Variations  ariations 3, publicado por primera vez en 1904, aclara que utilizar´ a las c´atedras atedras que tom´o con Weierstrass, eierstra ss, “como “ como si ´estas estas hubiesen sido publicadas formalmente”, d´andole andole todo el cr´edito edito debido. De acuerdo con Gianquinta y Hildebrandt [4], para Weierstrass no estaba claro que un funcional debiese tener un m´ınimo dentro de un espacio de funciones determinado, a´ a ´un un si el dominio del funcional se extendiera y consistiera de todas las funciones continuas. En el siguiente ejemplo, hemos adaptado las ideas de Weierstrass para mostrar un funcional relativamente sencillo definido en el espacio de funciones V [−1, 1], 1

J [y ] =

 

2

t2 (y˙ (t) − 1) dt.

−1

Claramente, 0 es una cota inferior del conjunto de valores de J  en V [−1, 1]. Para cada n ∈ N, definimos,  arctan(n t) yn (t) =  t  + . arctan n Es f´acil acil ver que se cumple 1

−2

J [yn] = (arctan n)

n2 t2  dt, (1 + (nt)2 )2

 

−1

de manera que, efectuando el cambio de variable τ  =  nt , obtenemos J [yn ] = ∞

1 n

n

−2

(arctan n)

    n



τ  1 + τ 2

2

dτ.

2

τ  Notemos que la integral   es convergente. Por lo tanto,  J [yn ] → 0 cuando n → ∞. dτ  es 1+τ  Notemos que, puntualmente yn  converge a y donde y est´a dada por

    −∞

2

y ∗ (t) =



  



t + 1,

si − 1 ≤ t
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