ÉTICA KANTIANA

June 13, 2019 | Author: Carlos Plazas | Category: Morality, Immanuel Kant, Reason, Psychological Attitude, Metaphysics
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ÉTICA KANTIANA...

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ÉTICA KANTIANA

UNIVERSIDAD DE LA SALLE DEPARTAMENTO DE FORMACIÓN LASALLISTA ÉTICA Y CIUDADANÍA BOGOTÁ D.C NOVIEMBRE DEL 2015 ÉTICA KANTIANA

UNIVERSIDAD DE LA SALLE DEPARTAMENTO DE FORMACIÓN LASALLISTA ÉTICA Y CIUDADANÍA BOGOTÁ D.C NOVIEMBRE DEL 2015

INTRODUCCION En el presente trabajo se pretender dar a conocer el pensamiento con el cual se fundó la ética kantiana, siendo así una rama de la ética que juzga el obrar humano definiéndolo entre lo bueno y lo malo. Teniendo cuenta que la razón del deber y los actos morales del ser humano, el cual se debe realizar sin tener en cuenta los sentimientos de la persona o la voluntad que tenga ya que cada persona como lo plantea Kant “La buena voluntad no es buena por lo que se efectué o realice, no es buena por su adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto, es buena solo por el querer, es decir es buena por sí misma.  [1]. ”  

La principal característica de la ética kantiana es el uso de la razón en toda circunstancia para definir las acciones y así mismo los deber de una persona, al igual se debe tener en cuenta la universalidad de la ley moral con la cual actúa una persona, sabiendo que los valores son los principales fundadores en el momento de tomar una decisión, los cuales no se imponen en una sociedad. Para analizar los fundamentos de esta ética, se tendrá en cuenta los pensamientos y vida del filósofo.

BIOGRAFIA FUNDADOR DE LA ÉTICA KANTIANA Immanuel Kant (1724-1804), nació vivió y murió en la ciudad de königsberg; de una familia de artesanos, quien recibió una profunda educación religiosa en el pietismo. Estudio matemáticas, Ciencias naturales, filosofía y teología; a sus 45 años fue profesor de Lógica y Metafísica en la Universidad de königsberg. En una primera época se mantiene fiel a la tradición metafísica de Wolff y Leibniz. A partir de 1776 inicia su etapa crítica con la publicación de sus tres grandes “criticas”:

Critica de la razón pura (1781), Kant afirma que la razón solo concede “lo que es capaz de resistir un examen público y libre”. Está afirmación resulta central en este

escrito ,en el que la toma de partido de la razón y la libertad lo es, asimismo, por la autonomía del género humano como fin de sí mismo ,en este escrito se introduce un elemento clave en la concepción kantiana del hombre: el miedo a la libertad ,el miedo a servirse de la propia razón ,el miedo a su capacidad de su propia autonomía

1

(Pomepeo Victor ,1978). C ritica de la razón práctica (1788),  admitirá la inmortalidad del alma o la existencia o

la existencia de dios como exigencias de la moral, esta obra trata sobre su filosofía de la moral, y continúa en la línea de la crítica de la razón pura. La gran mayoría de los argumentos de este libro están expresados más extensamente en sus principios fundamentales del conocimiento metafísico. La segunda crítica ejerció una enorme influencia en el desarrollo posterior en el ámbito de la filosofía ética y moral, empezando con la doctrina de la ciencia de johann gottlieb fichte. Durante el siglo xx se convirtió en el principal punto de referencia para toda filosofía moral.  2 (Hernández Antonio, 2004). Critica del juicio (1790) 3 , busca fundamentar la estética, él la supone algo fuera de

conocimiento y de la moral, como algo especial. El juicio estético, según Kant, deja subsistir libremente lo que existe fuera y, está dictado por el placer que se espera conseguir del objeto como tal, al margen de cualquier otra consideración pues el objeto tiene su objetivo en sí mismo. Esto coloca al juicio estético en una posición independiente, el objeto no tiene como base un concepto, sino que éste se relaciona directamente con el sentimiento en el sujeto. Pero además también lo hace desinteresadamente, la satisfacción estética no tiene interés, en diferencia de los otros  juicios, sólo se complace con la contemplación. Hasta el momento en que Kant intenta encontrar un principio para la estética, para que sea independiente, nunca nadie se

había planteado esta tarea. Simplemente el arte o era un problema del conocimiento o lo era de la moral, pero nunca algo que pudiese fluir por sí mismo. Aquí es donde radica la importancia de Kant dentro de la estética  (Hernández Antonio, 2004). FUNDAMENTACION TEORICA La ética kantiana se engloba dentro de las éticas del deber que niegan que se pueda  justificar y fundamentar la corrección moral de una acción en sus buenas consecuencias. En lugar de centrarse en las consecuencias, las éticas de deberes se centran en el deber. Consideran que hay principios o normas que deben respetarse.  A lo largo del desarrollo de la ética kantiana, se presenta que el interés principal de Kant consiste en darle a la moral un fundamento autónomo, est o significa que la moralidad misma del ser humano debe constituir el fundamento último y la fuente original de todas las normas morales que impone la sociedad. El hombre encuentra la perfección moral en el cumplimiento del deber por el deber mismo, por lo que hay que tener en cuenta que fundamento moral principalmente es el deber (Trías, 2000). Para conseguir la felicidad Kant propone, tres acciones fundamentales: Voluntad, Principio del querer y el deber es la necesidad de una acción por respeto a la Ley (Aranguren et al  1988). Según Kant, lo único absolutamente bueno, siempre y en toda situación, es a buena voluntad. Y decir que una persona actúa por buena voluntad equivale a decir que actúa por respeto al deber y no solo conforme al deber. Se puede actuar conforme al deber, pero por motivos interesados, esto es, movido por inclinaciones, deseos, ventajas o consecuencias beneficiosas. En cambio, actuar por respeto al deber es tener como único motivo el propio deber, el deber puro. De acuerdo a la ética de Kant, sólo la buena voluntad es absolutamente buena en tanto que no puede ser mala bajo ninguna circunstancia: "La buena voluntad no es buena por lo que se efectúe o realice, no es buena por su adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto, es buena solo por el querer, es decir, es buena en sí misma".

La ética Kantiana presenta una característica las cuales consisten en: formal, a priori, universal, imperativos categóricos y el individuo es autónomo (Wellmer, 1994). Cuando nos referimos a una ética kantiana formal, nos referimos a que solo nos dice la forma que debemos actuar, ósea lo que las leyes ha impuesto en la sociedad (Lafort, 2002), cuando nos referimos a una ética a priori nos referimos, a que la forma de actuar es independiente

de la experiencia por ejemplo: Debo decir la verdad, aunque por experiencia sepa que me perjudicara (O’Neill, 1995).

El deber es un imperativo. Un imperativo sin condiciones, un imperativo absoluto o categórico. Sin embargo, no nos lo impone ni la sociedad, ni una autoridad externa, ni Dios, ni nuestras propias inclinaciones o creencias: nos lo imponemos nosotros mismos en tanto que seres racionales. Actuar por deber es obedecer la voz de la razón que hay en nosotros. La persona que escucha y se guía por la razón actúa como corresponde a un ser racional. Contrariamente a lo que plantean muchas teorías consecuencialistas, el filósofo alemán Inmanuel Kant (1724- 1804) afirmó que la felicidad no es siempre buena porque a veces conduce a la arrogancia y porque un espectador razonable e imparcial no sentirá nunca satisfacción al contemplar a una persona a quien siempre le va todo bien, pero cuya felicidad es inmerecida ya que su voluntad no manifiesta ningún rasgo de bondad. Kant distingue la voluntad santa y la voluntad humana: 

Voluntad s anta,  es aquella que sólo puede ser determinada por la razón, nunca por

la inclinación, como ocurre en Dios. Para esta voluntad la ley moral no tiene la forma de imperativos puesto que inevitablemente, dada su constitución, cumplirá la ley. 

La voluntad humana, puede ser determinada por la razón y por la inclinación. Dado

que la inclinación puede movernos a realizar una acción contraria al deber, en nuestro caso la ley moral tiene la forma de imperativo (“debes hacer X”).

El deber refiere a que la 'buena voluntad', bajo ciertas limitaciones, no puede manifestarse por sí sola. El hombre, no es un ente puramente racional, sino que también es sensi ble. Kant observará que las acciones del hombre en parte están determinadas por la razón pero existen también 'inclinaciones' como el amor, el odio, la simpatía, el orgullo, la avaricia, el placer... que también ejercen su influencia. El hombre reúne en su juego la racionalidad y las inclinaciones, la ley moral y la imperfección subjetiva de la voluntad humana. Entonces, la buena voluntad, se manifiesta en cierta tensión o lucha con estas inclinaciones, como una fuerza que parece oponerse. En la medida que el conflicto se hace presente, la buena voluntad se llama deber. Si una voluntad puramente racional sin influencia alguna de las inclinaci ones fuese posible, sería para Kant, una voluntad santa (perfectamente buena). De esta forma, realizaría la ley moral de modo espontáneo, esto es, sin que conforme una obligación. Para una voluntad santa, el 'deber', carecería entonces de sentido en tanto que el 'querer' coincide naturalmente con el 'deber'.

Pero en el hombre, ley moral, suele estar en conflicto con sus deseos. Se distinguen así tres tipos de actos: A.  A ctos contrarios al deber : En el ejemplo de la persona que se está ahogando en el río. Supongamos que disponiendo de todos los medios necesarios para salvarlo, decido no hacerlo, porque le debo dinero a esa persona y su muerte me librará de la deuda. He obrado por inclinación, esto es, no siguiendo mi deber sino mi deseo de no saldar mi deuda y atesorar el dinero. B.  A ctos de acuerdo al deber y por inclinación mediata:  El que se ahora en el río es mi deudor, si muere, no podré recuperar el dinero prestado. Lo salvo. En este caso, el deber coincide con la inclinación. En este caso se trata de una inclinación mediata porque el hombre que salva es un medio a través del cual conseguiré un fin (recuperar el dinero prestado). Desde un punto de vista ético, es un acto neutro (ni bueno ni malo). C.  A ctos de acuerdo al deber y por inclinación inmediata:   Quien se está ahogando es alguien a quien amo y por lo tanto, trato de salvarlo. También el deber coincide con la inclinación. Pero en este caso, es una inclinación inmediata porque la persona salvada no es un medio sino un fin en sí misma (la amo). Pero para Kant, este es también un acto moralmente neutro. D.  A ctos cumplidos por deber:   El que ahora se ahoga es un ser que me es indiferente... no es deudor ni acreedor, no lo amo, simplemente, un desconocido. O pero aún, es un enemigo, alguien que aborrezco y mi inclinación es desear su muerte. Pero mi deber es salvarlo y lo hago, contrariando mi inclinación. Este es el único caso en que Kant considera que se trata de un acto moralmente bueno, actos en los que se procede conforme al deber y no se sigue inclinación alguna. La ley moral expresada en el imperativo categórico se concreta en normas morales que constituyen nuestras obligaciones o deberes. Para conocer cuáles son esas normas, es decir, para saber si una determinada norma es compatible con la ley moral hay que comprobar si es universalizarle: si se puede pensar o querer que sea ley universal, es decir, que todos la cumplan. Una norma es moral si y solo si es universalizable. Cabe afirmar, por tanto, que para Kant la corrección moral de una acción, o la obligación moral

de realizarla, se justifican solo por la existencia de principios y normas morales que deben respetarse. A su vez, el fundamento de las normas morales reside en la exigencia de universalizabilidad de la razón. Kant propone dos criterios para comprobar la universalizabilidad de una norma. 1. Criterio de auto contradicc ión:  hay normas que es imposible pensar que sean leyes universales, ya que si todo el mundo las cumpliera no se podrían realizar. Si para salir de un apuro económico pido prestado dinero prometiendo devolverlo aun a sabiendas de que no lo hará, la norma que justifica mi acción ("hay que hacer promesas falsas") sería irrealizable al universalizarse. Si todo el que se encontrara en un apuro prometiera algo con la intención de no cumplirlo, las promesas se harían imposibles, porque nadie creería lo que se le promete. En un mundo en que todas las promesas hechas en un momento difícil fuesen falsas, sería lógicamente imposible hacer en un momento difícil una promesa, porque al saber que era falsa todos sabrían que no era una promesa.

2. Criterio de la inaceptabilidad: hay normas que es imposible querer que sean leyes universales, ya que si todo el mundo las cumpliera resultarían inaceptables para los seres racionales. Si una persona renuncia a ayudar a otra que está en dificultades. Aun pudiendo ayudarla, la norma que justifica su acción ("no hay que ayudar a nadie si no se obtiene beneficio, aunque no cause inconveniente") sería inaceptable al universalizarse. Esta norma no podría ser querida por un ser racional, dado que es racional pensar que puede haber muchos casos en que se necesitará la ayuda de otras personas.

Con todo, según Kant, el valor moral de una acción no es sólo la conformidad con las normas morales que constituyen el deber. Una acción conforme al deber es simplemente una acción correcta. Su valor moral depende del motivo por el cual ha sido realizada. De la ética kantiana se han destacado algunas características que la puedan hacer convincente. En primer lugar, la preeminencia de que goza la razón, al convertirse en el fundamento último de la moral. En segundo lugar, que las acciones correctas dependan de normas morales parece captar el carácter de obligatoriedad- y no de deseo, aunque racional- que tiene la moral. En tercer lugar, el carácter universal de las normas morales, que hace que nadie pueda considerarse una excepción, introduce el carácter de imparcialidad que tiene la moral. Y finalmente, que el auténtico valor moral resuda en la intención, ya que parece más digno de valor moral decir la verdad porque es un deber, que hacerlo por inclinación egoísta. CONCLUSIONES El deber es la fundamental razón por el cual se debe actuar sin conocer las consecuencias que se vayan a tener, es decir, se actúa de manera desinteresada y sin buscar el beneficio propio. Se actúa de acuerdo a los valores con los cuales se ha formado la persona, es decir, el hecho de actuar de cierta manera se ve infundado por el propio ser y no por un

agente externo y es cuando se actúa buscando el beneficio de otra persona y no el propio. Se debe actuar de manera racional en caso de toda situación, omitiendo la parte sentimental, es decir, no se deben tener en cuenta los sentimientos ni intereses en el omento de realizar una acción que pueda afectar o tener una consecuencia sobre otra persona. Las acciones que se tomen no deben ir influenciadas por ninguna inclinación, es decir, sentimiento; ya que en el momento que se deja involucrar los sentimientos la voluntad deja de ser totalmente buena. Este pensamiento contradice a toda la emocionalidad que hace parte del ser humano. El valor de toda acción se ve medida desde el punto de vista del porque y de su completa transparencia. Al igual la moral y el deber deben ir obligatoriamente sujetas al acto con la razón misma. El kantianismo moral es tomado como una forma de constructivismo o antirrealismo moral, dado que este se guía principalmente de las leyes impuestas en la sociedad. BIBLIOGRAFIA 

Aranguren, J. & L. L. (1988). Esplendor y miseria de la ética kantiana (Vol. 31).  Anthropos Editorial.



Guizan, E. (1988). Esplendor y miseria de la Etica Kantiana. España: Editorial  Anthropos.



Lafont, C. (2002). Realismo y constructivismo en la teoría moral kantiana: el ejemplo de la ética del discurso. Isegoría, (27),  115-129.



O'Neill, O. (1995). La ética kantiana. Compendio de ética , 253-266.



Trías, E. (2000). Ética y condición humana. Península.



Wellmer, A. (1994). Ética y Diálogo: elementos del juicio moral en Kant y en la ética del discurso (Vol. 84). Anthropos Editorial.

CIBERGRAFIA 

Gijón, L. &

Velazques, D. (2009) Kant y la

ética. Disponible en:

http://filosofia.idoneos.com/340982/ http://www.etorredebabel.com/Historia-de-lafilosofia/Filosofiamedievalymoderna/Kant/Kant-EticaFormal.htm Torre de babel. (20113). Filosofia Medievan y Moderna de Kant. Historia de la Filosofía. Volumen 2: Filosofía Medieval y Moderna. Javier Echegoyen Olleta. Editorial Edinumen. Disponible en: http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-lafilosofia/Filosofiamedievalymoderna/Kant/Kant-EticaFormal.htm

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