Estudios literarios sobre mística española - H. Hatzfeld

February 26, 2018 | Author: prawoslavie1917 | Category: Mysticism, John Of The Cross, Poetry, Asceticism, Reality
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Descripción: Estudios literarios sobre mística española - Helmut Hatzfeld...

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ESTUDIOS LITERARIOS

SOBRE MISTICA ESPAÑOLA

BIBLIOTECA ROMANICA HISPANICA Dirigida por DAMASO ALONSO II.

ESTUDIOS Y ENSAYOS

/ HELMUT HATZFELD

ESTUDIOS LITERARIOS SOBRE MISTICA ESPAÑOLA

& BIBLIOTECA ROMANICA HISPANICA

EDITOR I A L1GREDOS MADRID

Reservados todos los derechos

Quedan hechos c[ue

marca

la

los depósitos

Ley

Copyright by Editorial Gredos,

Talleres Gráficos «Jura»,

San Lorenzo,

11, Madrid.

Madrid 1955

PROLOGO Los

siguientes

sobre misticismo español, aparecidos

capítulos

en forma de artículos en diferentes publicaciones periódicas y puestos ahora al día en forma de libro, tratan todos ellos de problemas literarios.

tos

Fueron

literarios

escritos

como

documen-

interpretaciones de tales

en cuanto pertenecen a

la

tradición del misticismo

ortodoxo católico, es decir, un misticismo que en sus afirmaciones relativas a lo sobrenatural

y a

plenamente de acuerdo con

la

las

perfección de la vida cristiana está

enseñanzas de

la Iglesia

y esclarece

su doctrina. Por considerarlas fuera de la competencia del autor, se

han evitado sola

las cuestiones teológicas

excepción en

Chaide. Por tur en

el

capítulo VI:

ello, este artículo salió a la luz

Vom

Christlichen

comparten su interés por la relativa

Cruz y Malón de pública con el Imprimala

Mysterium (1952). Teología y el

literatura

misticismo en dos puntos: primero, en

claridad lograda por el misticismo en sus exposiciones en

prosa sobre materias

gundo, en

propiamente dichas, con una

San Juan de

el

que parecen pertenecer a

empleo de un simbolismo que

lo sobrenatural

en una forma extraña, pero

lo

refleja lo

muy

inefable;

se-

paradójico y

adecuada, y que

enlaza una experiencia nueva con las experiencias apuntadas, a lo

Estudios literarios sobre Mística Española

8

que parece, en parecidas formas prototípicas en

muy

especialmente en

el

las

Escrituras y

Canticum Canticorum.

El artículo de Traditio, IV (1946), que forma ahora

el

capítulo

segundo de este volumen: The Influence of Ramón Lull and Jan van Ruysbroeck on the Language of the Spanish Mystics, trata de fijar el

en

aspecto particular de

la

mística española, dada su posición

encrucijada de las influencias orientales y norteñas, coinci-

la

dencia que lo hace tan diferente de las apariencias literarias que ofrece en la

Edad Media

ropaje latino.

En

el

misticismo «normal» occidental, con su

este capítulo parecen de capital importancia los

nombres de Raimundo Lulio y Jan van Ruysbroeck, ya que su influjo sobre los grandes clásicos

Santa Teresa y San Juan de

y santos del misticismo español,

Cruz, puede probarse con suficiente

la

evidencia gracias al lenguaje simbólico.

El tercer artículo 1947):

(Nueva Revista de Filología Hispánica,

El Estilo nacional en

los símiles

de

I

los místicos españoles

y franceses, subraya el carácter nacional del misticismo español. Este carácter nacional se patentiza con toda evidencia en el conjunto de imágenes con que trata de llevar inefables

y universales por

lidad nacional había la

comparación con

Este,

que

florece

vía

«localista»

que destacarla por los símiles

el

cultural.

La

origina-

único camino adecuado,

empleados en

un poco después, va

lector experiencias

al

y

el

misticismo francés.

a utilizar la tradición es-

pañola con espíritu selectivo y permanecer más cerca de la tradición latino-medieval, la cual obra a manera de principio modificador

A

de

la

imitación consciente del misticismo español en Francia.

continuación, y centrándonos

estilos individuales

mente

las

el

Two

más y más en

los

símbolos y

los místicos españoles, se estudian especial-

aportaciones y méritos particulares de las dos grandes

figuras señeras:

en

de

artículo

Santa Teresa y San Juan de

la

Cruz.

de The American Benedictine Review,

A

este fin,

I

(1950):

Types of Mystical Poetry (Santa Teresa y San Juan de

la

9

Prólogo

Cruz),

se

misma

la

así,

demuestra cómo ambos

por

decirlo

con variaciones individuales del tema de una

tarea

experiencia mística

cumplen,

santos

común (Vivo

sin

en mí). Aclarados

vivir

así

teóricamente los rasgos de estilo de ambos santos, se enfoca su arte literario

desde distintos ángulos.

La manera

literaria

de Santa Teresa se coteja en general en

quinto capítulo (de Spanische Forschungen der Górresgesell-

el

VII,

schaft,

1938):

Frauenmystik

Klassische

in

und

Spanien

Frankreich (Mística femenina clásica en España y Francia) con su contrapartida francesa,

En

el artículo 6.°

de

la

la

(de Clavileño,

Venerable Marie de rincaraation.

sianos aplicados a la interpretación

tremenda originalidad de

nifiesto la

oS

3 y 4: Textos terede El Greco, se pone de ma-

1950), n.

I,

con

la santa

que

la influencia

ha ejercido iconográficamente, por medio de sus bien descritas visiones,

sobre

el

gran pintor toledano contemporáneo suyo:

El

Greco.

Las particularidades

Cruz

se

simbólico-estilísticas

tocan primero ligeramente en

el

de San Juan de

artículo

0

7.

San Juan de

Christlichen Mysterium, Düsseldorf, 1951):

(de

la

Vom

Cruz y Malón de Chaide (Mysteriennahe und Mysterienferne), comparando Cruz

la

manera de San Juan de

la

de su coetáneo Malón de Chaide. El artículo

la

la

asuntos espirituales con

al tratar

lbero-Americani, 1952): Las profundas cavernas,

8.°

(de Quaderni

The

structure of

symbol of San Juan de

la Cruz, muestra a San Juan de la Cruz cumbre de su simbolismo, como se ve por el análisis de la estrofa tercera de su Llama de amor viva. El artículo 9. 0 (de Cla-

a

en

la

vileño, III, 1952):

amor tesis

La

viva, explica la

de

lo 10,

prosa de San Juan de

los estratos simbólicos estilísticos

que

se publica ahora

a San Juan de

la

la

Cruz en La llama de

grandeza del santo como prosista por

de

la

la sín-

Llama. El artícu-

por vez primera: Paul Váléry descubre

Cruz, trata de dilucidar

tener para la calidad artística de

una obra

la

importancia que puede

literaria el

hecho de que

Estudios literarios sobre Mística Española

10

coincidan en un autor la perfección moral y estética. sito se establece

sus

más

un parangón entre San Juan de

recientes admiradores platónicos

y

la

A

este propó-

Cruz y uno de

teóricos:

Paul Valéry,

gran poeta, pero todo menos poeta espiritual. El capítulo primero,

que

sirve

De

de introducción, tampoco había sido publicado.

esta

manera

el

misticismo español y su simbolismo habrán

quedado aclarados desde nueve ángulos: fuentes, ferentes

símbolos

misma

para la

experiencia

influencias, di-

mística,

simboliza-

ción de las diversas etapas místicas, impacto del misticismo sobre el

arte,

manera mística y

espirituales, estructura

prosa mística estética

en

el

y,

ascética

de abordar

los

mismos tópicos

de un símbolo místico, características de

la

finalmente, el problema de la perfección moral y

poeta místico.

Helmut Hatzfeld

CAPITULO PRIMERO

PROBLEMAS FUNDAMENTALES DEL MISTICISMO ESPAÑOL El misticismo español aparece tarde en la tradición occidental, tu

un momento en que

introspección y

la

rueden ya comprender y expresar iencia metafísica y

cuando

la

el autoanálisis socráticos

lado psicológico de la expe-

el

poesía española con su tendencia

una

ianizante y su tradición popular había preparado el

¡orprendente, bien que conforme a

un molde que

Frente

a

acostumbran a llamar a

la

doble

riqueza

ital-

de sím-

misticismo de la manera más

alos y metáforas que pudo utilizar

le la literatura

serie

los historiadores

lo divino.

de formas expresivas en discur-

iva prosa analítica y en sugestivos símbolos analógicos, el crítico iterarlo se sentirá tentado,

ácter

primero, a dar una explicación del ca-

de una prosa teológica

10 del todo

adecuada

al

clara,

sí,

para

objeto misterioso

el

entendimiento, pero

que se

trata

d lenguaje; y en segundo lugar deberá analizar la poesía,

mada y simple, que or.

se dirige

Quiere esto decir que

nás bien a toda

la

tal

más

al

anima que

al

mensaje no satisface

de verter

más

animus del al intelecto,

adelec-

sino

personalidad. El intelecto solo no sería capaz

Estudios literarios sobre Mística Española

12

de absorber todos el

los

un lenguaje para

aspectos multivalentes de

que no existen realmente términos y palabras, sino vagos símy metáforas sorprendentes. Por otra parte, es interesante que también desde el punto de

bolos

«balbuceo» de

vista del teólogo, el

adecuado

al

experimental es más

objeto; al paso que las definiciones en prosa de la teo-

logía mística son el

la mística

menos acomodadas, aunque más

«Terminología spiritualium

intelecto:

satisfactorias para

est simpliciter altior.

sic

quam

terminología scolastica, sed secundum quid est minus per-

fecta;

sicut cognitio dignioris objecti est simpliciter altior,

vis

sit

quandoque secundum quid minus perfecta quoad

cognoscendi

(ita

per respectum

fides

quam-

modum

ad metaphysicam) ;

revera

non a modo cognoscendi,

cognitio specificatur ab objecto et

sic

(Formula-

dignitas ejus simpliciter provenit ex dignitate objecti.»

ción del P. Reginald Garrigou-Lagrange, O. P., Les trois ages de la

vie

intérieure,

Santo Tomás,

París,

Summa

Cerf,

1938, vol.

theologica

11.

a

11.

a6

II, c.

págs.

24-25, según

4, a. 8).

Nuestras disquisiciones versarán, por tanto, sobre

el

problema

del lenguaje místico a través de las fuentes e influencias literarias |

de

los místicos españoles, sobre su

a los dominios de la vida

y del

arte.

marco

Mas

cultural

y su expansión

I

para que se comprendan

mejor todos estos problemas, estudiados en

los

capítulos

2-10,

creo será oportuno y conveniente comenzar con algunas cuestiones! elementales

como

éstas:

¿qué

es misticismo?;

entre misticismo, poesía y poesía mística?;

español es

el

misticismo clásico?;

escritores ascéticos

¿tuvo

¿en qué consiste

el

el

el

misticismo

¿qué relación media entre

y místicos del siglo de oro?;

misticismo español?; gación?;

¿qué relación hay

¿por qué

¿cómo nació

los el

misticismo español alguna prolon-

simbolismo místico?

13

Problemas fundamentales del misticismo español

¿Qué es misticismo?

i.

«Misticismo es

uiento iva... :1

conocimiento experimental de

alma

el

la

presencia

tiene,

todos los místicos de oriente y de occidente, en cuyas vidas se

mostrado maravillosamente fecundo de bienes» (Donald Attwa-

ía

A

er, 1a

el

como una gran realidad, un sentide contacto con Dios. Es lo mismo que contemplación paHay que aceptarlo como genuino, pues dan testimonio de en que

livina,

Catholic Dictionary,

356).

iones,

Con

Nueva York, McMillan, 1942,

pági-

frecuencia aparece el misticismo relacionado con vi-

éxtasis,

raptos

exteriores,

deliquios,

etc.;

pero todos

los

eólogos están de acuerdo en que tales acompañamientos del fenó-

aeno místico son accidentales, inesenciales e incluso muchas veces ndice de imperfección mística. El misticismo es Dios

que no

se

un don

libre

de

puede adquirir directamente. Ello no obstante,

dgunos teólogos creen que una preparación indirecta por medio le

un severo ascetismo y una concentrada meditación lleva a la contemplativa, que Dios no rehusa a sus grandes ama-

>ración tares;

y

la

contemplación

ie vista teórico sigue

así adquirida,

aunque desde un punto

siendo infusa, vendría a ser el desarrollo de

os dones del Espíritu Santo, las virtudes teologales infusas y las Deatitudes,

nadurez

hasta el punto de ser experimentadas y sentidas en

espiritual.

Mas

estas «sensaciones»

no

se

dan en

los sen-

sino en la scintilla animae, en «el espíritu del alma» (Santa

lidos,

reresa).

En :o

es

cuanto

el

misticismo es oración pasiva, es actual; en cuan-

una especie de vida transfigurada,

es habitual. El misticismo

no interrumpido nunca por pruebas que cooperan a una unión cada vez más perfecta, sería una especie de contemplación labitual

:onstante que se cree reservada a la visio beatifica y que sólo se alcanza en el momento de una muerte santa. Por ello, durante la vida de los místicos, las breves etapas de regalo alternan siempre

Estudios literarios sobre Mística Españole

14

con etapas amargas de sufrimiento destinadas a borrar fecciones que impiden, en virtud de

las

imper-

las leyes espirituales, el con-

tacto directo y constante del alma con Dios. Así, el misticismo

(

contemplación es un progreso espiritual, un movimiento siempn ascendente, pero en olas de las que las inferiores representan

todos los niveles fases pasivas-purgativas, y las

más

altas

repre

sentan primero las etapas iluminativas y después las unitivas el

ascética

distinguir la etapa mística purgativa

activa,

que precede a todos

de

la purgaciói

estados pasivos y lo

estos

acompaña como una contribución de parte

del

hombre para

evita

degeneración del misticismo en quietismo espúreo y hedonísticc

Sin embargo, las pasivas

las

po Segunda Noch

etapas pasivo-purgativas (tan bien aclaradas

noches del sentido y del espíritu de

la

oscura de San Juan de la Cruz), son pruebas interiores que

van incluso a la

ei

sentido propio de la palabra.

Hay que

la

ei

lie

de desesperación y destinadas a alcanza aurora de grados cada vez más altos de contemplación, termi

nando en

la

la tentación

unió mystica por excelencia.

Las etapas «dulces» o

de

crestas

las

olas contemplativas cor

ducen primero a un vago pero seguro sentimiento de de Dios; después, a una finalmente, a

que

se

un contacto

directo

pueden deducir de

las

con Dios. Estas son afirmacioní

obras de San Juan de la Cruz, d<

clarado doctor de la Iglesia en el año 1926. estrictamente en Santo

la presenci

inteligencia intuitiva de los misterios; j

Como

Tomás de Aquino, completa

ravillosamente con sus comentarios en prosa,

muy

teólogo basad

su poesía m; superiores

d

claridad doctrinal a los imaginativos escritos en prosa de Santa T< resa

2.

y de

los

demás místicos

Relación entre misticismo, poesía y poesía mística

El abate Henri claro

españoles.

que

el

Bremond y Jacques Maritain han puesto

místico

y

el

poeta

tienen experiencias

<

categóric

Problemas fundamentales del misticismo español

mente la

En primer

similares.

oscuridad lo

lugar,

uno y

15

otro buscan a tientas en

que no pueden producir por



en un instante, reciben una «üiiminación» que

mismos; después, les

hace aprehen-

der intuitivamente, no analíticamente, una realidad oculta para

hombre

Pero aquí acaban

corriente.

las

el

semejanzas y comienzan

La realidad del místico es Dios; la realidad del poeta es lo humano o lo divino en un sentido general, en cuanto se presenta como un misterio que hay que aprehender y no como un problema que hay que analizar. La aprehensión del fundamentales.

las diferencias

místico es significativa en

con



misma;

estado contemplativo, que le

el

apartamiento y

el retiro.

consiste en su primer contacto

sume más profundamente en

Puede o no

el

el

místico intentar comuni-

car su experiencia a otros escribiendo sobre ella. Si se decide por

según sus aptitudes

exteriorizar su experiencia, lo hará,

literarias,

en buena o mala prosa, en torpes ritmos o en auténtica poesía. Si carece en absoluto de aptitudes literarias, todavía puede pedir a

que dé forma a sus balbuceos.

otra persona

La aprehensión

del poeta, por otro lado, es significativa sola-

mente por su posibilidad de

verter

la

realidad captada en pala-

bras

y símbolos, estructuras que se combinan y funden en una

obra

artística, la cual,

cfétre el

como obra y

de aquel primer buscar a

germen de

contemplación, sino de

la

El poeta místico

Juan de

la

cosa hecha, es la única rcdson

tientas



Cruz

—cuya

una la

intuición,

que no era

creación artística.

representación casi prototípica es San

tiene la única doble función de aprehender

Dios y de someterse a

la incitación

a

y capacidad de trasladar esta

aprehensión a una obra de arte 3 es decir, en este caso particular, a

una poesía

tinguir

estos

pero seguros

mística.

raros

Al

crítico literario

poemas místicos

símbolos

los

la tarea

que

los

de

dis-

ambiguos

expresan mejor que cualquier término o

circunlocución en prosa lo arcanum y cias místicas

incumbe

—en

—de cualquier

otra clase

numinosum de

las

experien-

de poesía pseudomística, cós-

Estudios literarios sobre Mística Española

16

No

mica, romántica, pura, y especialmente de la poesía amorosa. es siempre tarea fácil, por la razón

de que

la

misma

poesía genui-

namente mística ofrece a su vez dos desviaciones. Una consiste en

la

poesía mística empática, manierista, escrita por buenos poetas

que no han tenido personalmente ninguna experiencia

mística, pero

que saben de teología mística y moldean sus poemas conforme a esos conocimientos. Que tales poetas no son poetas místicos se traduce en la

ausencia de símbolos arquetípicos, originales y periódicos, que

encarnarían una experiencia fundamental en una forma única y «necesaria». Ejemplo de esto lo tenemos en Luis de León.

La

otra

desviación consiste en aquella clase de poesía proveniente de

un

místico con auténtica experiencia, pero carente de aptitud poética.

En

este caso,

aunque

formas de expresión incluyen símbo-

las

embargo un sabor didáctico y expliafirmaciones hechas, en lo que concierne

arquetípicos, tienen sin

los

cativo,

de manera que

las

a la expresión, podrían hacerse también en prosa.

Nos

ofrece

un

ejemplo de esto Santa Teresa en cuanto poetisa. El crítico

literario, frente

menos que cinco

aquel misticismo que utiliza literarias

a la poesía «mística», ha de hacer nada

bien netas. Debe conocer primero como medio de comunicación formas

distinciones

inadecuadas;

en segundo lugar, aquella poesía pseudo-

mística que traslada aprehensiones naturales de la realidad a un

lenguaje simbólico; tercero, la auténtica poesía mística que vierte la

experiencia directa de Dios en el correspondiente lenguaje ver-

daderamente simbólico y poético;

que

utiliza

componer poemas empáticos, el

cuarto, la poesía casi mística

conocimientos ajenos sobre experiencias místicas para

punto de

vista

de

la

manieristas,

una poesía que desde

forma raya a veces

muy

alto,

no

carece de símbolos verdaderamente originales, pues

pero que siente

te

auténtica necesidad de crearlos o, mejor dicho, de descubrirlos;

en quinto lugar, verdaderos,

la

quienes

pseudopoesía didáctico-alegórica de místieoí

por error

artístico

subjetivo

desechan unsi

Problemas fundamentales del misticismo español

17

jenuina representación de sus experiencias en prosa, que estaría

consonancia con sus capacidades expresivas y adoptan en canies su fuerte o su «vocación», y

:n

no una forma de expresión que no esulta por tanto inapropiada.

3.

Por qué el misticismo, español ha llegado a ser el misticismo clásico

Al misticismo español, según tendremos ocasión de ver en istudios |

de

este

volumen, hay que darle

normativo, tanto para

iteratura.

He

aquí

las

teólogo

el

razones:

Vreopagita, pasando por |

nombre de

como para

los

ogía mística aparecidos durante la

el

el historiador

Edad Media desde

San Bernardo de Claraval,

es

las

que inculcan

azón y de

la

aran enlazar

Pseudo-

al

lector

perca-

experiencias perso-

agradas con

el

el

camino de

especulación teológica; pero estos escritores

y eslabonar

gracias

nístico,

lo-

Aunque

las exposiclo-

lo

que

su goce personal de gracias místicas, diferentes de

las

sacramentales prodigadas a todos los miembros del cuerpo

nos dejan completamente a oscuras en cuanto

Su distinción de lace la

no

aspecto psicológico, que parece prácticamente inexis-

de estos escritores medievales no dejan lugar a duda en refiere a

la

aspecto metafísico de estas materias

el

ente y sólo presente de una manera implícita.

;e

el

los Victorinos

la

imor y del contacto directo, más bien que por

íes

la

oración afectiva y acercamiento a Dios y a los divinos misterios por la vía del

lales il

de que dichos tratados se basan en de sus autores. Verdad

de

importantes tratados de teo-

San Buenaventura, hasta Gerson, no permiten

arse

los

clásico, típico

más

tres, siete,

al

«cómo».

nueve, diez o doce etapas místicas no

leve alusión a lo

que realmente

ivanzar a lo largo de esas etapas )arte ; la tradición árabe-cristiana,

le

acontece

al

alma

al

pasar de una a otra. Por otra

y que culmina en Raimundo Lulio, al

lescuida el aspecto teológico de la cuestión en tal

manera que sus 2

Estudios literarios sobre Mística Española

18

más

sugerencias altamente afectivas y

derno dan

la

que

misticismo de

el

sia, así

ese simbolismo del tológico y estético,

Amigo-Amado es desde un punto de vista onmenos adecuado, y, desde un punto de vista 3

Cantar de

totipo, el

xiii

relaciones

fundamentalmente nup-

la relación

menos analógico y

cristiano,

ticos

Amigo-Amado de

la Iglesia es

de amor entre Cristo y la Iglecomo entre Cristo y cada alma elegida en particular, todo

y está fundado en

cial

mo-

impresión de un yoga susceptible de ser aprendido.

Sin considerar en su molde general místicas,

psicológicas en sentido

los Cantares.

en lengua vernácula de

pues no arranca del pro-

tradicional,

los

Sin embargo, los escritos mís-

dominicos alemanes en

y xiv dieron justamente a conocer

el

los siglos

simbolismo nupcial a un

extenso público de monjas y seglares. Este método, más correcto desde un punto de vista doctrinal, lo enlazaron íntimamente con sus

experiencias

psicológicas.

nación con lar,

lo

el

Pero precisamente este

grandioso

Maestro Eckart y que alcanza su culmiconcepto del nacimiento del Verbo en el alma particu-

intento realizado por

el

sumió en grave confusión

al

borrar los contornos entre lo

natural y lo sobrenatural, de suerte que el misticismo especulativo

estaba abocado a disolverse en la teosofía.

Suso y Taulero, sucesores de Eckart, dieron de lado a estas especulaciones y promovieron un auténtico ascetismo práctico, preparando objetivo

del

así la invasión del ;

medio

alma por Dios, que era su principal

pero no supieron desarrollar en alto

alemán

el

lenguaje, todavía tosco

la doctrina junto con la psicología aquí im-

plicada. Apareció finalmente Ruysbroeck, quien

en su flamenco

me

dieval, utilizando al azar prosa las definiciones

y

al

y verso y recurriendo a voluntad simbolismo, llevó a cabo la tarea de una fusiói

¡

aceptable,

aunque confusa todavía, entre

tafísica

la psicología,

y

habrá de ser pronto

el

la teología mística, la

fusión que se asemeja ya

mucho

a lo

me qu

misticismo clásico español.

Pero todavía faltaban aquí

tres cualidades

fundamentales:

pr:

roblemos fundamentales del misticismo español

concepto de que

lero, el

un

la

invasión mística;

segundo,

el

molde

misticismo comprensible intelectualmente;

el

de

estricto

el la

con su terminología matizada, que estaba llamado a

;ología tomista

[ara

ascetismo consiste en una introspección

desasimiento sistemático que ayudan a preparar

radical

imino para

acer

el

19

tercero,

una

lengua vernácula desarrollada hasta sus más altas posibili-

ades y compartiendo las ventajas tanto de

la visualización

concreta

como de las abstracciones teóricas. Esta sería una lengua eolatina más bien que una lengua germánica, ya que se apoya or naturaleza más íntimamente en el latín teológico tradicional y opular

de crear y formar palabras particulares,

o tiene necesidad e

La cooperación de armónica en

lás ís

armas contra

el peligro

irituai

el

estos

tres

elementos se dió de

momento en que

el

neopaganismo

la

católica

italiano, el



manera

luteranismo germano

misma interiormente en un estado de

de defensa y de un nuevo ataque

tiñtuália

la

España empuñó

turco que se cernía contra el occidente cristiano. España

organizó a

;

difíciles

comprender en un solo sentido inconfundible.

cristiano.

de San Ignacio de Loyoia, eclipsando

snedictino Cisneros,

los anteriores del

combinan de una manera nunca

unciación ascética hasta el punto de convertirse

jdaver con

el

mismo desasimiento en

iterior,

como

ección,

que llena

el

alma

al

vista la re-

uno en perinde

sentido de recogimiento

fruto suyo necesario, basado en el

milicia es-

Los exerciüa

una severa

mismo tiempo de

intros-

disgusto real del

ecado y de amor creciente a Dios. El refinamiento femenino de anta Teresa profundiza esta introspección, y cuando se ha logrado

n razonablemente gnacio, ~

sino

esperan.

amor de Dios, Teresa no

alto

que abre,

La

las

vistas

oculta

como San

sobre las gracias místicas que

santa cuenta con el arte del recogimiento, apren-

ido de sus grandes maestros 'suna. Estos e

San Pedro de Alcántara y Francisco de maestros elaboraron con algunos puntos gersonianos

la Imitatio Christi,

una técnica de oración que une, en

cierto

20

Estudios literarios sobre Mística Española

sentido, los exercitia de

con

la

San Ignacio en un común «Yoga»

cristiano

implicación de que, cuando hay un recogimiento interior acti-

vo, las etapas pasivas de recogimiento y de quietud están ya orgá-

nicamente invitadas a venir.

Con y evitar

mún

el fin

de hacer perfectamente

de los

fieles,

clara esta delicada doctrina

y monjas, asi como por parte del cocualquier ligera confusión entre la preparación a la

por parte de

frailes

mística y las gracias concedidas místicamente, la imaginación po-

pular de Santa Teresa amasó el famoso ramillete de metáforas que

un lenguaje

esclarecen en

cesos, las esperanzas

Mas

y

las

corriente todos los peligros, los retro-

promesas de

riencias extrañas, el

tomismo

extremada familiaridad con la

la

empresa

ascético-mística.

para hacer todavía más claras estas vistas insertas en expe-

Summa,

se convirtió

estricto

de San Juan de

Cruz y su como con

la

los textos escriturísticos, así

en

la

consumación

final

que hizo de su

corona y pináculo del misticismo español y del misticismo catóiico universal, piedra de toque frente a cual-

propio misticismo

la

confusión con cualquier clase de misticismo espúreo y

quier

mismo tiempo

al

superior en claridad a todos los sistemas anteriores,

menos completos,

del misticismo católico.

La misma lengua

española habíase convertido en

el

siglo xvj

en instrumento maravilloso de expresión y precisión y había dadc

prueba de sus posibilidades en obras anteriores de prosa la

Celestina.

Los místicos estaban llamados a

abundancia gramaticalmente tanto libres aún. fijar

Emplearon

fijada, la

utilizar

tales

come

esta nueví

aunque con fluctuaciones

lengua, cuya gramática acababa

ui

á

Nebrija, cuyo rico vocabulario y fraseología pondría de manii

con espíritu creador para sus pro

¡

pios fines. Todavía estaban abiertos los caminos a los dialectalismo

i

fiesto

Covarrubias, y

la utilizaron

y Santa Teresa los utilizó pródigamente. Las expresiones idiomáti cas junto con la sutileza italianizante, la precisión del vocabulari

junto con

la

distinción

sinonímica, la facilidad para los

présU

°roblemas fundamentales del misticismo español

21

ios y las adaptaciones, todo concurrió a crear el instrumento ideal •ara

el

mensaje místico de España.

4.

Relación entre la literatura mística y ascética del siglo de oro

Los historiadores de listinción clara

Y

scética.

literatura

española no establecen una

no establecen esa diferenciación porque

un inventario de

interesa es darnos

ís

la

y tajante entre la literatura mística y la literatura

las

único que

lo

obras espirituales que

or sus calidades estético-literarias pertenecen a las «Eelles Lettres».

Ldemás, subrayan

xvi existen varias obras meramente ascéticas, que evolucio-

iglo

lan lenta •acto !a

hecho histórico de que desde principios del

el

de

y gradualmente en tratados ascético-místicos bajo norteña tan intensamente sentida en

la influencia

mitad de aquella centuria.

que buscarla todavía en

tay

spañola en

la

La mejor la

exposición de

Historia nacional de

Edad de Oro, de Ludwig

ordar también que los historiadores de

•ueden pasar por alto

el

la

tal

los

ético exclusivamente. El golpe el

literatura

no

d

elemento ascético las

están consaírradas al ejercicio as-

maestro de San Juan de

la

Cruz

es

progreso espiritual, incluso del místico, se

lalla

esencialmente ligado

Dios

mismo ayuda

ina especie

la

mismos místicos españoles. Tres de

Moradas de Santa Teresa

u doctrina de que

la situación

hecho de que ningún misticismo de nin-

on iete

im-

literatura española

pueblo ni de ninguna éDOca ha destacado

como

el

según»

Pfandl. Pero hay que re-

gún

energía

la

al

ascetismo, y ello en tal

a este inexorable ascetismo activo

de ascetismo pasivo, por

las

manera que

por medio de

pruebas místico-purgativas,

lamadas noches. Podría uno afirmar que cóla

al

la

originalidad de

propagar un acendrado ascetismo

ronstante vigilancia del progreso realizado

San Ignacio de Lo-

interior,

y de

basado en una

los

peligros

que

Estudios literarios sobre Mística Española

22

más típicos incluso en el La misma Santa Teresa depende en

acechan, constituye uno de los rasgos

molde místico de España. amplia medida de

al

hay discrepancia entre San

Si

él.

Teresa y San Juan de

la

Cruz,

diferencias

las

Ignacio,,

nunca

Santa

se refieren

ascetismo, sino a las visiones y a la oración. Pero en esos dos

puntos tiene uno

de

el influjo

que

la

impresión de que San Juan de la Cruz, bajo

devotio

la

moderna norteña,

es

mucho menos

vasco San Ignacio. San Juan de la Cruz admitía

el

español

las

ayudas

externas y las visiones sólo para los principiantes en la vida espiritual

las iba

y

reduciendo gradualmente hasta dejar solamente un

frío vacío dispuesto para

como

cluía la oración tico

de un

No

lo llenase.

Por otro lado, ex-

ejercicio.

obstante estas diferencias individuales, todos los místicos

clásicos españoles

cetismo. los

que Dios

fruto de la contemplación, del esfuerzo ascé-

A

sin excepción

esta circunstancia se

escritos

ascéticos

hacen especial hincapié en

debe

con que cuenta

estudios, sin embargo, se

el

la

el as-

que sean tan numerosos literatura.

Los

siguientes

ocupan exclusivamente de misticismo en

sentido estricto y excluyen incluso escritores espirituales de primerísima magnitud literaria, que escriben únicamente de cosas ascéticas;

por ejemplo, Luis de Granada.

5.

CÓMO

Puesto que el

de

el

SE DESARROLLÓ EL MISTICISMO ESPAÑOL misticismo español en su forma clásica surge en

siglo xvi, ciertamente constituye las ideas

un fenómeno

en

la

evolución de la historia

del Renacimiento, y en la historia de la

piedad un fenómeno del individualismo. Por

conexión con

el

neoplatonismo;

ello era

de esperar su

y efectivamente esa conexión

la

han señalado como cierta Menéndez y Pelayo, Pedro Sáinz Rodríguez y Ludwig Pfandl. Sin embargo, en las ideas especulativas el platonismo no se acusa tan enérgicamente en los escritores aseé-

23

Problemas fundamentales del misticismo español^

y místicos prácticos, que sólo utilizan algunos términos platónicos de la tradición agustiniana. Pero es diferente la situación en ticos

que escriben sobre misticismo, porque «explican» :on conceptos platónicos el mensaje de los místicos cristianos. Los escritos de Luis de León, tanto sus poesías como sus Nombres de aquellos autores

rebosan de platonismo y no es

Cristo,

hasta

él

encontrar también

humanísticas, principales y accesorias, que nos llevan

3tras líneas

iesde

difícil

Erasmo y Vives,

los

hermanos Valdés y León Hebreo.

Paradójicamente, esas huellas humanísticas, tanto platónicas

pueden descubrirse hasta en San Juan de

írasmistas,

todo

está

si

en lo cierto Dámaso Alonso

como

Cruz, sobre

la

ver en él fuertes y

al

profundas influencias provenientes de los poetas italianizantes Bos:án y Garcilaso de la Vega. Pero cualquier afirmación

más

allá

de dependencias formales carece de pruebas

La forma

individual de piedad envuelta en

que vaya definitivas.

misticismo reac-

el

:iona por igual contra la indiferencia neopagana y contra cierto

Formalismo tradicional, frío y vacío dentro de :ircunstancia, a la religiosas

y

muy

que hay que

especialmente

?n relación categórica los

atribuir la reforma la del

de

Carmelo, pone

con un üuminismo

Esta última

la religión.

muy

las

al

Ordenes

misticismo

difundido y crea a

místicos grandes dificultades con la Inquisición. El iluminismo

estuvo lejos de mantenerse dentro de los límites de la ortodoxia; estaba

abocado a terminar en quietismo. Esta situación puso

:osas difíciles para los los

espúreos.

Dios y a

la

mismos místicos auténticos y ya no

Radicales en la entrega de toda la personalidad a religión,

dencias espirituales

su ejemplo chocó con

el

recelo

«mitigadas». Pudieron salvarse de

:ión gracias solamente a confesores clarividentes y

de

rada integridad

los

que compartían

tenso de la situación es

pues

el

las

sólo para

los

impulsos de

la

de

las

la

persecu-

ten-

más depu-

místicos.

Lo

harto comprensible para el historiador:

norte hallábase engolfado en la Reforma, obra de iluminé-

Estudios literarios sobre Mística Española

24

tas insatisfechos, e Italia estaba

Nuevo Mundo

parte, el

inundada de mundanidad. Por otra

necesitaba misioneros con espíritu de sa-

extremo. Los místicos llegaron

crificio

madores

católicos

y

los

maestros de

la

así a ser los

vida interior

grandes refor-

como condición

previa para cualquier empresa misionera.

Los

ascéticos

y místicos españoles,

de una profunda

a impulsos

piedad subjetiva, son prácticamente les continuadores de

moderna de Herph, Tomás de Kempis, Gerson y

mismo forma tino. el

los precursores^ defensores católica,

En

que

otros y son asi-

y directores de aquella gran

fomenta

la espiritualidad católica

sentido de los ascéticos y místicos españoles, hasta

de «españolizar»

la

Iglesia postridentina

pero

;

al

levanta también barreras contra los peligros de jetiva contraria al espíritu

de

la

Iglesia.

re-

concilio Triden-

recibió su sello oficial en el

efecto, este concilio

la devotio

el

en

extremo

mismo tiempo,

una piedad sub-

Esta última actitud con-

tribuye naturalmente a desalentar a los escritores místicos en su pro-

ducción

literaria, al

menos en lengua

vernácula, de suerte que el

misticismo clásico español no continúa ya en

el siglo

xvn. Ahora,

algunos escritores espirituales poco equilibrados pierden

con

sana tradición y crean

la

un nuevo

tipo

el

contacto

de iluminismo, que

todavía algunos consideran aceptable en la forma de visionarismo de Zvlaría

de Agreda, pero que deja de

ble moralmente, de

6.

Desde es todavía

mila

el

riencias

serlo

en

el

quietismo, censura-

Miguel de Molinos.

¿TUVO PROLONGACIÓN EL MISTICISMO ESPAÑOL? el

punto de

un

vista

comparado e

internacional, el siglo

xvn

que principalmente

asi-

siglo místico. Francia es la

misticismo español y vierte en moldes nuevos sus expe-

y enseñanzas fundamentales. En cuanto a

ticos franceses, la

misma

existencia

de varios de

los escritores mísellos la reveló al

25

fundamentales del misticismo español

'robleinas

íundo culto recientemente Henri Bremond en su gran obra Hisoire littéraire

y

S. U.,

>.

du sentiment

de Sales,

'rancisco

—en

teoría

San

religieux en France (1916-1933).

Cardenal Bérulle, Marie de l'Incarnation,

el

—Fénelon cuentan entre

los

más destacados

terariamente. San Francisco de Sales puede considerarse

ontinuador de Santa Teresa. Conciliatorio y dulce

un método atrayente

xpresión, oculta detrás de

la

como

más

como

el

en

la

ella

austera doc-

Traite de Vatnour de Dieu. Al arma-

ina ascético-mística en su

án psicológico de Santa Teresa añade

necesario calcio teoló-

el

y comparaciones más refinadas. El método cristocéntrico y bstracto de Bérulle hace recordar a San Juan de la Cruz, sin que ico

quiera decir que depende de

!lo

e estos dos escritores

maravillosa

discípula

Santa Teresa francesa», tiene poco de

•a

ional española,

según se verá en uno de

común con

«nues-

santa na-

la

los capítulos subsiguien-

en cambio, sus trece grados de noches verdaderamente mis-

^s;

que llevan en brevísimo tiempo

cas,

altas

el

al

matrimonio místico y

si

bien no se ha podido has-

presente demostrar la dependencia de Marie de l'Incarnation

sspecto a

San Juan de

la

Cruz, y

ello a pesar

de que

la

traduc-

ión de las obras del santo al francés, hecha por el P. Cyprien 1

f

a

etapas postmatrimoniales, guardan íntima relación estruc-

jralmente con San Juan de la Cruz, 1

inspi-

de Bérulle, Marie de l'Incarnation.

Bossuet con criterio meramente extrínseco

pellidada por

is

algunas de las semejanzas

Ruysbroeck.

ición:

La

De

él.

puede dar razón su común fuente de

Nati vité de

la

Vierge (1641), pudo conocerla

la

de

Venerable Madre

1672 en Canadá).

La lística

controversia

entre

Mme. Guyon y

bligó a

ambos

spañoles:

el

Bossuet y Fénelon acerca de

la

falsa

por aquel entonces exuberante quietismo,

escritores a estudiar a

fondo

los

grandes místicos

Bossuet sentíase más cautivado por su lado ascético;

26

Estudios literarios sobre Mística Española

Fénelon, por su lado místico. El temperamento tierno de Fénelon los

comprendió bien, pero en una atmósfera cargada ya de ten-

mismo Fénelon

dencias molinistas, que fueron causa de que el

pasase a la historia con

merso en

el

estigma de «semiquietista». Bossuet, in-

el

clima antimístico, creado por igual por

el

jesuitismo

y jansenismo posteriores, no estaba dispuesto a propagar nueva-

mente doctrinas que

erróneamente consideraba una amenaza más

él

bien que una ayuda a la

Así acaba en Bossuet

fe.

de cuatrocientos años de cálido

toria

yectoria

que

se

había iniciado en

glo xiií en Alemania, penetró en

des se hubiera puesto

el sol»

—y

interés

el

emperador Carlos

V

el

la

gran trayec-

misticismo, tra-

xiv e incluso ya en

el siglo

el si-

Flandes—-antes de que «en Flanse extendió a

soro natural de su avanzada imperial

que

por

más

España como un

te-

norteña, el regalo mejor

y rey de España, nacido en Gante,

pudo

Oro

ofrendar a España. Aquí, en España, los santos del Siglo de

desarrollaron y dieron forma a este legado dentro de los moldes clásicos

que

la Iglesia

doctrina propia,

todavía en

declarar a

al

el siglo

xx adoptó como auténtica

San Juan de

la

Cruz doctor

ecclesiae

y permitir que sus doctrinas, junto con las de Santa Teresa, entrasen en los libros de texto oficiales sobre teología mística. Gracias a autoridades

como

los

RR. PP.

Te-

Arintero, Silverio de Santa

resa,

Crisógono de Jesús Sacramentado, Garrigou-Lagrange y otros

más,

el interés

minar en

por

el siglo

el

misticismo español ha vuelto otra vez a cul-

xx. Filósofos y eruditos

como Jean

Baruzi,

wig Pfandl, Fierre Groult, Allison Peers, Dámaso Alonso, unido a

los teólogos

y abierto nuevas

vistas sobre la

portancia de los místicos para la literatura,

lenguaje creador. cipal

de

los

el

el

han

enorme im-

arte, la poesía

Este último punto constituye

Lud-

se

y

el

objetivo prin-

estudios reunidos en el presente volumen.

La prolongación

del misticismo español

probarse en los dominios de

puede asimismo com-

la historia del arte.

Hugo Kehrer

in-

27

Problemas fundamentales del misticismo español

entó señalar los reflejos del misticismo en

arte español

desde

días del Greco. Pero fué sobre todo Emile Male quien descu-

[>s

idó

nuevo principio del

el

oente influido por

el

religioso

arte

Edad Media y en

odo

el

orma del moderno uente-Ferrari

Renacimiento, pero persistente a través de

arte religioso popular.

han señalado nuevos puntos de

nisticismo español sobre los literatura barroca

la

dmas preocupaciones de le siglo

reías

Max

han venido

vi-

las

a ser

una

Werner Weisbach y La-

influjo del misticismo español sobre

déntica tendencia se aprecia en el

oda

fuerte-

representación

Barroco prácticamente hasta nuestros días, en que

el

el

la

un concepto desconocido en

iones y las personas favorecidas con ellas

ler

postridentino,

misticismo, especialmente,

visiones junto con los visionarios,

le

i

el

campo

vista para

todo

compren-

el

arte europeo,

literario.

El influjo del

poetas metafísicos ingleses y sobre

europea constituye hoy una de

los críticos literarios.

Pero ya

las

má-

a principios

Freiherr von Waldberg había reconocido que las no-

de renunciación ascético-mística como Selva de aventuras, de

íerónimo de Contreras, penetran en los relatos secularizados de los Ihastes

Amours en

Francia, en la belle

ame de Rousseau y en

Romanticismo alemán. Podemos añadir que esos ¡n las

—por

y

último, aunque

no en último lugar—en

novelas de Mauriac (Le Baiser au lépreux), de Alphonse de

Chateaubriant y de Bernanos. :icismo español

La Hermana San

7.

La

En

esta historia de los ecos del mis-

uno no querría

irónica aportación española, ta

aparecen

Méditations, Contemplations, Recueillements y colecciones

>oéticas similares, as

reflejos

el

olvidar la tardía y por desgracia desde Pepita Jiménez, de Valer a, has-

Sidpicio, de

Armando

Palacio Valdés.

¿En qué consiste el SIMBOLISMO MÍSTICO?

cuestión

más candente con que

se enfrentan el teólogo, el

metafísico, el psicólogo, el lingüista, el sociólogo y el crítico literario

28 es,

Estudios literarios sobre Mística Española

por supuesto,

ya que

problema del simbolismo místico. Hemos dicho

el

I

«poé-

I

numínico, lo misterioso, lo

I

divino que escapa a toda definición y esclarecimiento lógicos, pues-

]

lenguaje simbólico, circunlocutorio, ambivalente,

el

tico», deviene

una necesidad frente a

lo

que es imposible convertir un misterio en un problema y delimitar sus aspectos hasta la limitada inteligencia de la mente razoto

j

j

nadora. Además, los símbolos utilizados por los místicos hay que l entenderlos

mismo

como

nivel.

símbolos estratificados que no están todos en ell

Como

nada historiador de

quiera que la

crítico

el

literatura,

literario

antes

es

que

debe distinguir entre símbolos

¡

imitados y derivados de fuentes anteriores, y símbolos creados por

cada escritor particular; símbolos verdaderos y símbolos didácticos.

Habría que decir aquí que esta diferenciación, esencial para historiador,

Este da reviste la

de

el

no lo es para la teoría de la escuela de Cari Jung. nombre de símbolo a toda visualización «mítica» que

de carne nueva uno de

sombra vendría

los

esqueletos arquetípicos ;

a ser la representación del

las fuerzas destructoras;

el

ánima

estaría

¡

el

?

así,

y demonio, del pecado,

en lugar del principio

femenino de recepción, intuición y arte; el animus representaría el principio masculino de creación, razón y ciencia; el «mismo» encarnaría la imago de Dios. Como quiera que estos revestimientos de

los arquetipos

ocurren reiteradamente en

de tradiciones misteriosas,

así

como en

los

personas que viven en cualquier época de

la

conciencia colectiva

sueños individuales de la

historia,

al

menos |

en cierto

ciclo cultural, los poetas dignos

portadores de bolos

un mensaje

misterioso,

de ese nombre, que son

pueden siempre

utilizar sím-

de importancia arquetípica para circunscribir experiencias

subconscientes individuales o anhelos colectivos de que son ellos legítimos representantes. Otros psicólogos hablan de símbolos cós-

micos. El interés primordial se dirige a la realidad abarcada por

el

símbolo.

Por su parte,

el

historiador

no arranca nunca de

este presu-

29

Problemas fundamentales del misticismo español

símbolo en

primeramente

bien, busca

puesto, antes

las

en parte a base de este hecho y

la literatura anterior y,

en parte a base de motivos estéticos particulares, decide cuentra ante

un procedimiento

un

veces que ocurre

se en-

si

didáctico-metafórico, construido ale-

góricamente, o ante una visualización ingeniosa por medio de imágenes. Sólo gracias a este proceso de eliminación logrará quedarse

con un reducido número de símbolos-vestiduras arquetípicos, que representan en

Con la

el

nivel

la

alto

un conjunto de imágenes

del ar-

expresión «artista místico» estaría uno tentado a evitar

dificultad

de tener que afrontar

místicos

cuanto

ei

problema de decidir

si la

elec-

o

el

descubrimiento de símbolos en los tex-

literarios

es

obra del poeta o logro del místico en

ción de arquetipos tos

más

místico evocativo o descriptivo y que tienen valor estético.

tista

tal.

Esta decisión se complica con

el

hecho de que

los místicos es-

pañoles son místicos católicos y viven insertos en una tradición sagrada de prefiguraciones y figuras que aparecen ya en las Escrituras

y sobre todo en

el

Cantar de

los

Cantares y se hallan «in-

terpretadas» en la liturgia y en la tradición eclesiástica en tido de teología jidei.

de

la historia

que está

muy próximo

al

un

sen-

depositum

El matrimonio místico, por ejemplo, de cada místico en par-

ticular constituye para la conciencia

y tradición católica más bien

que un arquetipo psicológico una realidad espiritual y una analogía

individual de los múltiples

significados

figurados del

amor

nupcial descrito en el Cantar de los Cantares, aludiendo a una revelación de las relaciones entre Dios y el pueblo judío en la antigua ley, entre Cristo y la Iglesia el

Espíritu Santo y

María en

la

en

el

Nuevo Testamento,

obra de

la

redención, entre la Santísima Trinidad y los el cielo.

Hay

entre

encarnación y de

la

bienaventurados en

aquí realidades analógicas y escatoiógicas. i\o hay duda

de que algunos de los místicos españoles combinan conscientemen-

30

Estudios literarios sobre Mística Española

te

su caso analógico de amor con los prototipos y tipos de la tra-

dición bíblica y eclesiástica.

Quedan algunos

otros símbolos

que a

de

la luz

tales tradicio- 1

nes tienen también significados múltiples, sin que éstos se hallen delimitados y acotados en la

misma

bolos verdaderos, aunque naturales, por la reverencia que inspiran,

por ejemplo, en

el lector

sobrecogido ante

el

de San Juan de

j

Se ve que son sím- 1

tradición.

|

Cruz, que se queda

I

noche, que, a pesar de

1

todos los posibles antecedentes, constituye una creación tan abru-

I

madora

grandioso símbolo de

e imponente,

porque en

la

la

ella lo arquetípico, lo poético, lo

moral, lo experimental y lo religioso coinciden hasta el extremo

de no poder uno distinguir

parte del

hombre

j

j

la parte

\

del artista. Otros símbolos palmarios serían fuente, castillo, llama,

I

la

espiritual

y

caverna, que producen por su parte innumerables metáforas.

De de

esta

manera

siguientes,

en

los

simbolismo parece formar

el

la cuestión mística

y

él se lleva la

que he procurado atacar

mente sobre una base

histórica

de

no puede por menos de

ciertas obras artísticas

misma

entraña

problema principal-

Mas hay

que

el

ser

todavía

simbolismo mis-

va a ser estudiado en textos españoles de gran altura

esta investigación lisis

el

y comparativa.

otra razón para esta delimitación. Puesto tico

la

parte principal de los artículos

literaria,

una parte del aná-

que ofrecen en su conjunto represen-

taciones y estructuras simbólicas inconfundibles.

En

la

relación del

progreso espiritual realizado y en las visiones descritas, revelan experiencias sobrenaturales directa.

Estas

pliamente

no comunicables en cuanto

obras artísticas, por

la imitación realista

o

la

que encarnan «encuentros con Dios»

consiguiente,

tales

por vía

trascienden am-

imag-nación romántica,

como

no poéticos, sino

poeti-

reales,

zados en cuanto a los hechos y realidades. El simbolismo, pues,

como fenómeno escritos místicos.

estilístico,

En

el

es el principio uniñcador

estilo radica,

según eso,

la

de todos

los

última raison

I

Problemas fundamentales del misticismo español i'étre vo,

os :on

de estos estudios. Todos

ellos,

son estudios sobre expresión

no un teólogo

ni

con su método interpretati-

literaria,

y por

ello

debía hacer-

un psicólogo, sino un hombre de

su método de analizar

nístico trata

31

el

letras,

que

aspecto estilístico del simbolismo

de penetrar en su misma esencia, una grande expe-

iencia espiritual.

Este centrarse en torno

al

:odos los estudios subsiguientes.

simbolismo enlaza unos con otros

CAPITULO

II

DE RAIMUNDO LULIO Y JAN AN RUYSBROECK EN EL LENGUAJE DE LOS MISTICOS ESPAÑOLES

INFLUENCIA 7

V

Introducción

La i

ha

de

originalidad los

de

los

conceptos imaginativos, de los términos

símbolos empleados por los místicos clásicos españoles

suscitado estudios de

varios

métodos

filológicos.

Todos

1

ellos

3retenden aclarar, o mejor, explicar esa originalidad. Sin embargo, :ada

uno de esos

distintos

métodos

está caracterizado por

una

sor-

prendente unilateralidad y exclusivismo en su punto de vista. Para iaber

dónde ha de empezar

pasar

revista

;e

primero a

han hecho hasta

1

el

los

la ulterior

investigación, es necesario

diversos intentos de explicación,

presente.

Podemos

clasificarlos

que

y designar-

las obras de los místicos siguientes Francisco de Bernardino de Laredo, 1482-1540; Santa Teresa de esús, 1515-1582; Luis de León, 1528-1591; Malón de Chaide, 1530•589; Juan de los Angeles, 1536-1609; San Juan de la Cruz, i 542-1591.

Se estudiarán

:

Dsuna, f 1540;

:

3

Estudios literarios sobre Mística Española

34 los

o

tesis

así:

teoría

ahistórica.

secular,

sintética,

árabe y ger-

mánica.

El método ahistórico, cuyo representante es Jean Baruzi, la

de

idea

originalidad en su sentido

la

más

radical:

diciones históricas.

Así,

la

toma

místico

el

descubre sus símbolos decisivos independientemente de

2

con-

las

noche oscura del alma, por ejemplo,

Cruz para

constituye la gran creación personal de San Juan de la

dar forma a una experiencia espiritual, que habían también tenido místicos,

otros

manera

pero que no pudieron expresar o simbolizar de Cierto que esta interpretación psicológica pa-

satisfactoria.

rece estar de perfecto acuerdo con las ideas de los cos.

Santa Teresa está convencida de que

ella

dentes símiles, merced a una gracia particular:

ced

es dar el

cómo

entender

Señor es»

3 .

merced

la

y...

mismos

místi-

descubre sus sorpren-

«Porque una mer-

y dar a extrema sinceridad de la

otra es saber decirla

Esto no obstante,

la

santa la obliga a subrayar también una especie de autocrítica lógica, segura

como

niscencias en el almacén de su

que he leído u oído moria,

no



dagar

la

la historia.

el

3

Sólo que debe elegirse con todo cuidado y cautela

Jean Baruzi, Saint Jean de

la

al

Croix

segundo método,

et

le

tai

como

probléme de Vexpérien-

(segunda edición, París, 1931).

Santa Teresa de Jesús, El Ibid. }

el

ello.

libro de su vida} capítulo

17 (edición

de Luis Santullano, Obras completas, Madrid, 1940, pág. 62a). 4

in-

origen de cualquier concepto o forma

Esta cautela no puede concederse

ce mystique

De donde podemos

no debe nunca creerse dispensado de

que encuentre en cualquier parte en un momento de

mejor medio para

2

que como tenga mala me-

adonde ni a qué propósito.» 4

materia prima y

originales

«Paréceme ahora a mí

memoria:

esta comparación,

concluir que el filólogo

filo-

de que posiblemente guarda vagas remi-

está

capítulo

11,

pág.

38a.

Rainmndo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

nfluencia de 3

aplicó

Gastón Etchegoyen.

5

n un místico español parece

Supone original,

usión sintética de diferentes fuentes e

supone que todas

aente

resultados

las

33

que todo

este autor

lo

que

puede explicarse como una

más

De

antiguas.

esta

manera,

metáforas de Santa Teresa son exclusiva-

de símiles

españoles

o

más

latinos

antiguos,

rovenientes de escritos ascéticos, que Santa Teresa conocía bien

or lectura directa, bien por medio de sus confesores, pues no

Etchegoyen no distingue entre símbolos esenciales de

abía latín. is

experiencias místicas y adornos accesorios. Por ello,

éndez Pidal

le tildó

de «cotejar pasajes cuya analogía pende sólo

e cualquier exterioridad sin significación alguna.»

6

Este destacado

que rebaja

rudito español critica también en Etchegoyen el aracterísticas

personales de Santa Teresa, de las cuales

malar antecedentes en

na

Ramón Me-

las

presuntas fuentes.

A

las

no cabe

estos reparos po-

añadirse que Etchegoyen da por sentado que fuera de la tra-

ición occidental

no había nada que pudiera haber

influido sobre

lenguaje de Santa Teresa.

1

El tercer tipo de explicación, que calificamos de secular, está aspirado por la idea de que el simbolismo místico en

udo derivar de a realizado

la

Dámaso Alonso de manera

magistral.

hecho de que hay una tradición española de

1

España

poesía secular. Este intento de explicación lo 7

Basándose en

tratar a lo divino

imas y expresiones mundanos, es decir, de darles forma espiriual, Dámaso Alonso puede derivar de Garcilaso de la Vega y de i

poesía popular española varios conceptos de la poesía de San

uan de

5

ainte • 5

la

Cruz. Hace un nuevo e inmejorable análisis de los poe-

Gastón Etchegoyen, Vamour

divin.

Essai

sur

les

sources

de

Thérése (París, 1923).

Ramón Menéndez

Pidal,

El estilo de San: a

Teresa (La lengua

Colón y otros estudios, Buenos Aires, 1942) 144. Dámaso Alonso, La poesía de San Juan de la Cruz (Madrid,

Cristóbal T

1942).

Estudios literarios sobre Mística Española

36

mas

decisivos;

pero su intento de reducir a fuentes seculares

Fonte que mana y

corre, la

Noche,

la

Caza, en

la

que Dios

presa del cazador., no llega a convencernos enteramente

La al

es la

8 .

aparición de la tesis árabe de Miguel Asín Palacios cayó

principio

como una bomba

entre romanistas y teólogos.

Ase-

guraba Asín haber encontrado conceptos fundamentales, como

desnudez sin imágenes del alma, desligada de todo, la

la

sequedad mística y

las

etapas dulces y

el

la

ritmo entre

vocabulario místico

el

mahometano Abenarabi (i 164-1240), natural de Murcia, a quien los musulmanes apellidaron Mohidín (el vivificador de la religión), El Xey el casi

completo de San Juan de

Acbar el

fin

(el

máximo

de que

sabio)

los

la

Cruz, en

y Aben Aflatún

teólogos

el

místico

hijo

(el

de Platón). Con

aceptasen sus descubrimientos, Asín

Palacios los explicaba diciendo

que representaban un antiguo pa-

trimonio cristiano, que había pasado a los árabes a través de los Padres del desierto

9 .

No

vamos a examinar aquí

impugnada acerbamente por

esta tesis,

el

si

es cierta o

no

arabista Louis Massig-

non 10 y también, aunque en menor escala, por el P. Elisée de la 11 Nativité. Lo que impresiona al estudioso del lenguaje de los místicos españoles en la obra de Asín Palacios es cierta parte del

vocabulario de Abenarabi, por ejemplo:

8

Véase P. Emeterto G. Setién de Jesús María, O. C. D., Las

raíces de la poesía sanjuanista y

Dámaso Alonso

(Burgos, 1950) y E. Al-

lison Peers, «The Alleged Debts of San Juan de Garcilaso de 9

10

la

la

Miguel Asín Palacios, El Islam Louis Massignon, Essai sur

mystique musulmane 11

XXI

Vega», Hispanic Review,

(París,

les

la

Cruz to Boscán and

(1953), 1-19

y 93-106.

cristianizado (Madrid, 193 1).

origines

du lexique technique de

1922) 35.

Pére Elisée de la Nativité, «L'expérience mystique d'Ibn Arabi EC 17 (1931) H, 136-168.

est-elle surnaturelle?»,

Influencia de

Raimundo Lulio

Van R uysbroeck

y Jan

37

(purificación del corazón)

= =

bast

(expansión)

=

ensanchamiento.

cabd

(opresión)

=

aprieto.

\achrid

(retiro)

=

desnudez.

máhaba

(amor)

=

ciencia

(progreso del alma)

tazquiat al najs al calb

tasfiat

Pero varias de estas

=

0

dilatado,

latín

expresiones,

aprieto

=

purgación

del

sentido.

purgación

del

espUitu.

como ensanchamien-

tales

antiguo

detrois

francés

pueden explicarse igualmente por

>strenyment,

de amor.* 2

el

catalán

y

vocabulario cris-

iano tradicional. Otras, por ejemplo, purgación del sentido y purgación

del espíritu,

ecuaciones

constituyen

de conceptos, no de

érminos. Desdeñable en este caso, la ecuación de términos sería

undamental en jún

eralmente esa.

caso de tachrid= desnudez; pero desnudez, se-

hemos de ver más

la bloetheit

1

el

al

adelante, parece responder

mucho mejor

de Ruysbroeck, mientras que tachrid respondería

li-

arrinconamiento (retirarse a un rincón) de Santa Te-

Asín Palacios no señaló eslabón ninguno entre Abenarabi y Dándose cuenta él mismo de este vacío, trató

San Juan de la Cruz.

introduciendo un místico árabe posterior, Ibn Abbád Ronda (1332-1389)." La explicación del vocabulario es esta ez más forzada todavía. La expresión decisiva noche oscura existe

le

llenarlo

le r

;ólo

á Vétat latent

12

•ión II

14

y

se explica otra vez

Asín Palacios, Islam, 530 literal

al

la

=

quitter le

monde,

aller

I

la

traduc-

Universidad Católica.

Dr. Arbez llama mi atención particularmente hacia

itagrid

arriba por cabd

Quedo agradecido por

sig.

Rev. Dr. Edward P. Arbez, de

Supplément aux Dictionnaires Arabes

¡c

como

la

obra de R. Dozy,

(Leiden-París, 1927) i84b-i8sa:

vivre dans

la

retraite

et la

pauvreté...,

délivrer de la conscience de sa propre individualité, etc.» 13

M. Asín Palacios, «Un

fean de la Croix», 14

Ibid.,

135.

EC

précurseur hispano-musulman

17 (1932) II,

1

13-167

de

Saint

33

Estudios literarios sobre Mística Española

y bast. El famoso

salir (y salida)

min

ca con al-khoroüd]

= «salir

tesis

sugiere

llena

de

sortir des dioses

15 .

musulmán y el Venerable Raimundo Lulio (1235-1315). Na-

el catalán,

cido en la

se identifi-

árabe tiene, a juicio mío, importancia, porque nos

un probable eslabón

cristiano:

mismo»



al-asbáb, expresión que, sin embargo, se

ve forzado Asín Palacios a traducir por

La

de

entre

el

misticismo

de Mallorca, acabada de arrancar a

isla

árabes y

los

Lulio no aprendió nunca latín;

árabe,

civilización

cambio, era capaz de escribir libros en árabe y se pasó imitando todas el fin

Un

erudito

de

facetas

las

de convertir

los

como Arberry

que sus (de Lulio) culaciones de los

mismas armas 16

sus

17

siendo así que

,

.

«Está fuera de duda

se limita a decir:

escritos místicos están influidos

sufíes»

en vida

mahometana con

espiritualidad

la

musulmanes empleando

la

el

por

las

espe-

mismo Raimundo

Lulio afirma con toda claridad que su héroe Blanquerna (perso-

de Lulio) se propone

nificación

ción (L'amic e Vamat) a jaculatorias

amorosas

fomentar

misticismo:

el

y

la

escribir

manera

un

de contempla-

del misticismo sufí,

meditaciones

las

libro

edificantes

donde tienden

las

a

«Blanquerna fo en volontat que feás Llibre de amic e amat, lo qual

amic fos

feel e

devot crestiá, e l'amat fos Déu. Dementre

considera va en esta manera Blanquerna,

un

eil

que

remembra una vegada,

con era

apostoli,

hómens

religiosos, e enfre los altres e aquells qui son

entre

ells,

li

recontá

sarraí

són unes gents qui han

nom

los

sarraíns

«sufies»

e

han alcuns

més

preats

aquells han

15

Ibíd.,

16

Histoire littéraire de la France 29 (París, 1885), 1-386, y particu-

larmente sions. 17

136.

Ramón Sugranyés Franch, Raymond

Lulle,

Docteur des Mis-

Soencok, 1954.

Arthur

(Londres, i94 2 ),

J.

6.

Arberry,

An

Introduction to the History of Sufism

39

paraules d'amor e exemplis abreujats e qui donen a

devoció;

e són paraules qui han mester exposició;

puja

posició

muntiplica

e

més

Tenteniment puja

volontat

la

e

manera damunt

dita

:

que en breu de temps

lo

gran

qual

pujament

en devoció. On, con Blanquerna llibre

segons

e dix a Termita que se'n retornas a

Roma,

hac haüda aquesta considerado, la

per

ensús,

a

home

e per la ex-

proposá a fer lo

ell

trametria per lo diaca lo Llibre de arme

li

e amat, per lo qual poria muntiplicar frevor e devoció en los er-

Déu»

mitans, los quals volía enamorar de

Asín Palacios descarta la

18 .

Raimundo Lulio 19 por obras no encuentra más que una sola

importancia de

la

razón de que en todas sus

comparación del Fotuhat de Abenarabi. Y, sin embargo, trátase de importantísima comparación de

la

extinguida que se inflama otra vez

misma comparación

esta

cisco de Osuna, libro

se lee

en

pequeña chispa de una luz

la

al

acercarse a la luz ardiente; y

el

Tercer Abecedario, de Fran-

con cuya ayuda explicó primeramente Santa

Teresa sus experiencias místicas personales

20 .

Por otra parte, Julián

Ribera, maestro de Asín, había demostrado ya que todo el sistema

y textos literalmente idénticos y métodos de Mohidín, coetáneo

sufí

de Raimundo Lulio, pueden encontrarse en

mo

2

\ Además,

catalanas de

las

Raimundo Lulio cuentan

y con mayor frecuencia

18

las

obras de este

últi-

traducciones españolas y latinas de las obras

se

Raimundo Lulio, El

entre los libros que primero

imprimieron en España desde 1482 en

llibre

d'Amic

e

Amat

(Els Nostres Classics,

Barcelona, 1927) 25. 19

(i9o6

M. Asín N ,

Palacios, «El lulismo exagerado», Cultura española,

I

533-54L

20

Asín Palacios, Islam, 219-220.

21

Julián Ribera, «Orígenes de

191-216.

la

filosofía

de

Ramón

Lulio»,

HMP,

Estudios literarios sobre Mística Española

40

adelante

22 .

Uno

de los admiradores de Lulio fué

fundador de

ros,

dor de

el

Cardenal Cisne-

Universidad de Alcalá de Henares y patrocina(Complutense). En 1513 prometió a los

la

la Biblia Políglota

magistrados de Palma de Mallorca

publicación de

la

las

obras de

Lulio para que se leyeran en los centros de estudios superiores y 23 corrió personalmente con los gastos de la impresión Felipe II, .

que parece, gustaba especialmente de Varmc e Vamat

a lo ello

promovió

donde

es

la

causa de la beatificación de

de honradez profesional seguir

tivos, a los

ver

si

Y

así es sencillamente

la pista

.

por

De

un asun-

a los conceptos imagina-

términos y símbolos místicos de

Raimundo

Lulio, para

reaparecen en los místicos clásicos y resultan únicos en su

Con

concepción.

el

requisito de la unicidad establecemos ya desde

ahora un principio: lenguaje la

y. 24

probable que también los místicos españoles conocían a

Lulio ya directa, ya indirectamente. to

Raimundo Lulio

el

de que

que ocurre en

la

los

conceptos expresados en un

tradición

occidental

tanto

como en

árabe no deben ser atribuidos a influjo árabe o luliano.

Según

la

penden de tica

quinta teoría, los conceptos de la mística española de-

la literatura mística

germana, especialmente de

la

mís-

flamenca en lengua vernácula. El canónigo Pierre Groult ha es-

crito

un extenso

estudio acerca del influjo de Taulero, Herph,

Ruysbroeck y otros sobre

los escritores españoles.

los posibles paralelos, céntricos

son pobres sus resultados:

el

Registra todos

Pero y único escritor místico español inperiféricos, indistintamente.

fluido sustanciaimente por los místicos flamencos es Juan de los

Angeles. Juan de los Angeles admira sobre todos a Jan van Ruys-

22

P.

mística en

Sáinz Rodríguez, Introducción a

España (Madrid, 1927),

23

Ibid.,

24

Raimundo Lulio, El

la

historia

de

la

literatura

170, 173.

188.

Introducción 19.

libro del

Amigo y

del

Amado

(Madrid, 1940),

ifluencia de

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

41

roeck (1294-1381), al que cita, condensa, extracta y parafrasea

embargo, observa

in

jssi

el

2

\

canónigo Groult: «Angeles n'a point volé

haut que nos grands mystiques

et,

par conséquent, on ne peut

attendre á trouver dans ses oeuvres beaucoup de similitudes avec

de nos écrivains.» 26 Si

s parties supérieures des constructions

parte de los

.ayor 2

eruditos

guardan

Ruysbroeck sobre San Juan de

tres razones:

ico itos a

acerca del

silencio

influjo

Cruz, ello se debe, creo yo,

primera, no hay en San Juan de la Cruz una re-

gencia directa a Ruysbroeck. ngeles;

la

la

segunda,

el

como en

el

caso de Juan de los

hecho de haber sido Ruysbroeck neoplató-

27 fué ocasión de que los eruy discípulo del Maestro Eckart le creyeran en oposición con San Juan de la Cruz, que bus-

sus interpretaciones teológicas exclusivamente en el aristotelismo

Santo

e

icto

Tomás de Aquino;

tercera,

entre Ruysbroeck y San Juan

de

el

la

punto decisivo de con-

Cruz radica en

con-

el

ipto" de la absoluta desnudez de espíritu y el renunciamiento a )s carismas, y este punto precisamente es el que, según Asín Patios, constituye el

Por

estas

eslabón con los árabes.

razones,

simple afirmación de

la

;erca del influjo ejercido

ruz pareció una

tesis

tfluencia directa... .

Sáinz

Rodríguez

por Ruysbroeck sobre San Juan de

aventurada:

«Hay en San Juan de

la

de Ruysbroeck en su doctrina acerca de que

conocimiento de Dios no se obtiene jamás por quien se

25

Pierre Groult, Les mystiques des Pays-Bas

agnole

my

du seiziéme

87-304 y 27

:ho

VI

Ibid.,

Thomas

ct

la

(Lovama, 1927). Más original y

y místicos de

canónigo Groult Diego de Estella:

ple espagnol de

26

siécle

influido por los escritores ascéticos

arece al

la

Cruz

a

Kempis

:

cf.

le re-

littérature

sin

es-

embargo

los Países Bajos le

su artículo

Diego de Estella» LR,

«Un

V

dis-

(1951),

(1952), 23-56 y 107-128. 242.

Melline D'Asbeck, La mystique de Ruysbroeck V Admirable. du Néoplatonisme au XIV siécle (París, 1930).

Un

42

Estudios literarios sobre Mística Española

presente bajo una apariencia sensible.»

Juan de

la

Cruz

obras se leían en

Por supuesto que San

grado deudor de Ruysbroeck, cuyas

es

en

la

España del

alto

28

siglo

xvi en

traducción latina

la

de Surio (1552), así como también en la de Jordaens. Existía, in2' cluso, una versión anterior de fragmentos, hecha en el año 1512, y que tiene importancia por lo que se refiere a Osuna. Un destacado conocedor de Ruysbroeck, el R. P. L. Reypens, S. J., ha de-,

mostrado sin dejar lugar a duda Juan de

la

dependencia teológica de San

Cruz respecto a Ruysbroeck 30 Tampoco hay para

la

.

más

duda de que

J.

Huijben, O.

a

dü connaitre d'une maniere ou d'une

Ruysbroeck.»

31

S. B., la

A

ligera

Enrique del Sagrado Corazón, O. C. D.

maestro conocía

han unido dos

estos teólogos holandeses se

María, contemporáneo del santo, afirmó los escritos

las

obras de Ruysbroeck

de

la

al

carme

autre l'enseignement de

pañoles, Fr. Joaquín Sanchís Albentosa, O. F. P.

«le docteur

Dom

M.

32

de Ruysbroeck

es-

nota 34), y

el

El P. José de Jesús

.

lisa

(cf.

y llanamente que su

33 .

Una

español, hecha por P. Blas

traducción de

López

(1596),

versión latina de Surio, aunque demasiado tardía para que

hubiera podido utilizarla San Juan de

la

Cruz, no deja de arrojar

luz sobre el problema de algunas expresiones españolas cuya concep-

ción es típicamente germánica y de las que hay resonancias en

28

P.

29

Manuel de Montoliu,

30

L. Reypens, S.

Sáinz Rodríguez, Introducción, 244. El alma de España (Barcelona,

s.

a.),

la

674.

«Ruusbroec en Juan de la Cruz: Hun overeenstemming omtrent het toppunt der beschouwing», Ons geestelijk erf, 5 (193 1),

143-185.

concepto de ferente, sin

la

La

J.,

coincidencia principal se supone que consiste en

unió mystica

embargo, de

la

como

participación de

la

visión beatífica.

EC

31

«Ruysbroeck

32

«Jan van Ruusbroec como fuente de influencia posible en

et Saint

el

vida trinitaria, di-

Jean de

la

Croix»,

17 (1932), 234.

Juan de la Cruz», RE, IX (1950), 288-309 y 422-442. 33 Baruzi, Saint Jean de la Croix, 144.

San

nfluencia de

Raimundo Lidio y Jan Van Ruysbroeck

43

erminología de los grandes místicos españoles, tales: fondo simple ¡el

espíritu;

mda

suprema unidad del

Digamos para una

'

eros

de

la

intimidad; des-

la inteligencia**.

nos enfrentamos con una

sintetizar:

germánica acerca de

tesis

árabe

tesis

la influencia de los místicos extran-

sobre los conceptos y las expresiones simbólicas utilizadas místicos españoles. Trataremos de descubrir la influencia

)or los

trabe

espíritu; ápice

simplicidad de la mente; cumbre suprema de

en cuanto

es visible

en Raimundo Lulio y en sus repercu-

iones sobre los místicos españoles.

Habrá que admitir

el

influjo

germánico en todos aquellos casos en que los conceptos de Ruysbroeck explican e

de

los

como modelos, mejor que los de Lulio, el lenguaespañoles. Comenzamos siempre con

escritores místicos

xmceptos fundamentales únicos, pasamos

a los términos y símbolos que se vierten aquellos conceptos y procuramos, conforme a sus Cementos componentes, determinar los modelos a veces complejos.

m

t

Tres conceptos místicos lulianos en forma paradójica

2.

La contemplación como ciencia de amor. El amor condicional desinteresado hacia Dios.

3.

El nudo de amor, que anuda a Dios y

x.

al

alma, acom-

pañado de variados retruécanos.

1

Uno de

los hallazgos

San Juan de lente

,4

la

Cruz

de contemplación:

Fr. Joaquín

alemana

más sorprendentes en

es el

la

terminología de

término ciencia de amor como equiva-

«La contemplación

es ciencia de amor, la

Sanchís Albentosa, O. F. M., «La escuela mística

y sus relaciones con los místicos Ruysbroeck», Verdad y vida, 2 (1944), 290.

de

nuestro

siglo

de

oro:

44

Estudios literarios sobre Mística Española

cual es noticia infusa de Dios amorosa.» al

35

Va

más

incluso

lejos

oponer esta ciencia de amor, esta ciencia sobrenatural, altísimo

saber y sabiduría divina

saber natural y político del

al

mundo? 6

.

Trátase de una ciencia, toda ciencia trascendiendo: Consiste esta suma ciencia

En un subido sentir De la divinal Esencia 37

No

son éstas simplemente nuevas denominaciones de

Late aquí un doble esfuerzo:

mystica.

logia

.

primero, equiparar

experiencias místicas afectivas con la ciencia;

las

formar todas

las cosas

cuando define ama», o llama

la al

por

el

theoi

la

y segundo,

in-

amor, igual que hace Santa Teresa,

oración «trato de amistad con quien sabemos nos

demonio

«el ser

que no puede amar.»

38

En

El

Tercer Abecedario, de Francisco de Osuna, principal fuente de Santa Teresa, se lee este

mismo concepto de

ciencia de

amor en

una forma más desarrollada

(y cuyas expresiones decisivas subra-

yaremos para llamar más

atención sobre

la

el

problema):

35

San Juan de la Cruz, Noche oscura del alma, libro 2, Bernardo de la Virgen del Carmen y P. verio de Santa Teresa, Obras, Buenos Aires, 1942: I, 540). 18 (edición del P.

tulo

es

36

Cántico espiritual, canción 26,

37

Poema Entreme donde no

ibid.,

II,

capí-

Sil-

190.

supe, ibid., II, 510. El punto decisivo

una expresión que tiene ciertamente parientes también en el Occipor e;emplo, en Tomás de Kempis es la implicación de amor

dente;

(sentir)

como un medio de conocimiento sobrenatural (ciencia), no la conocerse a sí mismo» socrática, espiritualizada por los as-

«ciencia de

cetas norteños op.

cit.,

38

y españoles por

igual.

Véa-e P. Groult,

«Un

disciple...»,

pág. 26. P. Silverio

drid, 1944), 39, 45.

de Santa Teresa, La doctrina de Santa Teresa (Ma-

nfluencia de

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

45

«Teología mística quiere decir escondida, porque... >uen maestro Jesús, que para

enseña

de cualquier otra esciencia... Cristo guardó para

[ue

enseñar...

le

mucho más

ondida...

aquesta Teología escondida

como



este oficio

divina

esciencia

La Teología

excelente que la otra Teología...

Cuando

afección...

nimo... pasa en afección o amor...

inteligencia

la

y se

ativa,

lera

lo

que en solo

dice...



Teo-

entendimiento... fué esciencia... especu-

el

Llámase también esta ma-

sabrosa esciencia...

de oración sabiduría.... sabroso saber..., porque mediante

\aben los

del

dicha levantarse sobre

es

nesma..., está encendida con el calor amoroso de la mística ogía...

es-

por afición piadosa... Adonde hay menos

se alcanza...

onoscimiento hay mayor

hombres a qué sabe Dios [juego de

palabras]...

ella

Lláma-

también esta manera de orar arte de amor, porque sólo por amor

e

e alcanza... el amor.»

39

¿Cuál

es

la

Hencia levantada... que Dios enseña

nuy subido entender?141 Tuvo que

nundo Lulio 12 bíblico,

de

e

.

Raimundo

los

30

Francisco de Osuna,

Víiguel res

Osuna para

Mm,

esta

para aquel sentir [que] es

Aristóteles,

Amativa de Rainunca un pasaje

cita

que borra

no

la línea

di-

está al corrien-

grandes logros de su gran contemporáneo, Santo

Aquino, desconoce también

le

,

serlo el Art

que no

Lulio,

que nunca menciona a

fuente de

10

entre ciencia natural y sobrenatural, que

visoria

f

el

que dió a sus siervos menos parte e facultad para enseñar a otros

el

'



la

solo quiso reservar este magisterio,

Tomás

divisoria entre teología especu-

la

Tercer Abecedario Espiritual (edición de

Escritores místicos españoles, en

Nueva

Biblioteca de Auto-

Españoles, 16, Madrid, 191 1, págs. 378a-38oa). 40

San Juan de la Cruz, Puntos de amor, Obras

41

Cántico espiritual, Obras

42

Raimundo Lulio, Art amativa vol.

17:

1933)-

441.

Obrador y Bennassar Palma de Mallorca, 1906-

(edición de

Moss. Salvador Galmés, Obres, 20

1938;

II,

II, 61.

vol.,

Estudios literarios sobre Mística Española

46

y misticismo experimental, e indentifica ciencia y amor en su oración a Nuestra Señora «Reyna Aquella sciencia qui més val en

lativa

:

lo

mon

vostre

En

!

es teología, car per teologia

fill»

ha hom... amor de vos

e de

43 .

su Cant de

Ramón

bosqueja un cántico espiritual en mi-

amor como un conocimiento nuevo dado por

niatura y explica el

Dios, aunque sólo hable del ardor misionero, no de mística:

«Enfre

la

vinya e

Amor me

pres 5 fe

el

fenollar

'm Déus amar...

Novell saber hai atrobat, Pot-n'hon coneixer

veritat...

Per lo saber que Déus m'ha

Mon

dat...

cor está casa d'amors...

Vull morir en pélag d'amor* 4 Así, pues, el árbol genealógico lio

> Osuna > San

Juan de

la

de

.

la ciencia

de amor es: Lu-

Cruz.

2 El novell saber d'amor luliano tiene algo que ver con soneto anónimo, conocido en su traducción latina Sancti Xaverii y atribuido en su original español

Teresa, sino también a varios otros más.

Crucificado es

tal el

en su adorador, que

43 tal

En

el

como

no

famoso

Suspiria

sólo a Santa

este Soneto a Cristo

amor divino que Cristo Crucificado enciende éste,

olvidando premios y castigos, no desea

Llibre de Santa María, Obres, 9 (1915), 125. Un franciscano como a la teología mística ciencia de amor, pero no a la

pudo haber llamado

teología especulativa. 44

Raimundo Lulio,

Poesies

(edición

de

Nostres Classics, Barcelona, 1925, págs. 30-31)-

R.

d'Alos

Moner,

Els

Raimundo Lidio y Jan Van Ruysbroeck

nfluencia de

que cumplir con

lás

47

voluntad de Dios. Ante todo, citemos

la

el

oneto

No me

mueve, mi Dios, para quererte

El cielo que

me

Ni me mueve

tienes prometido,

infierno tan temido

el

Para dejar por eso de ofenderte.

Tú me

mueves, Señor; muéveme

verte

el

Clavado en una cruz y escarnecido; Muéveme el ver tu cuerpo tan herido;

Muévenme

tus afrentas

y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, de Que aunque no hubiera cielo yo

Y

aunque no hubiera infierno

No me

tienes

lo

Lo mismo que Tan

típicamente barroco

te

amara

te temiera.

que dar por que

Porque aunque

manera

tal

te quiera;

que espero no esperara

te

quiero te quisiera.

les

ha parecido a algunos

oema, que aseguran que no puede pertenecer 1

siglo

i

xvn

15 .

Lo que

nos sorprende en

delicada declaración de

el

soneto

al

es,

críticos este

siglo xvi, sino

efectivamente,

amor desinteresado y puro, con exclusión

—un proble-

párente de toda preocupación por la propia salvación ma

que enfrentó andando

jet.

La

íente

45

idea del

como

el

tiempo a dos gigantes, Fénelon y Bos-

amor desinteresado habíanla tratado más

Ludwig Pfandl, Geschichte

lütezeit.

resuelta-

santa indiferencia varios Padres y Doctores, y tam-

Friburgo, 1929, pág. 148.

der spanischen Nationalliteratur der

48

Estudios literarios sobre Mística Española

bién Ruysbroeck la

46 5

Tomas de Kempis y Diego de

Estella

47

Pero

.

fuente inmediata del concepto desarrollado en nuestro soneto 48

descubrió Marcel Bataillon

de Juan de Avila.

en

Audi

el capítulo del tratado

la

filia

que comienza: «Aunque no

Allí se lee el texto

hubiese infierno que amenazase ni paraíso que convidase... obraría el

justo por sólo el

que

amor de Dios», texto que

sirve

de suplemento

Hermana Cyria Huff 49 Pero es asimismo notable el puro amor se presenta en forma de poema. Por ello Asín de

a la tesis este

la

.

Palacios señaló triunfalmente dos poemas, de contenido semejante, del Foiuhai de Abenarabi

50

Sin embargo, falta en esos poemas

.

forma concesivo-condicional, que hay en Juan de Avila. Es hace tan aceptable teológicamente

punto de

vista estilístico a

«Si Dios a

el

soneto y

un concepto

asemeja desde

le

Ahora bien;

el

Raimundo

prototipo del concepto concesivo-condicional para

Raimundo Lulio puede

la gloria del

amic que l'amic ama per

de son amat e ama

51 .

Y

hallarse.

Lulio, antes que nadie, en su Art amativa presenta

de pruebas categóricas de su Ars maior: «Tant es

tenció»

el

de tipo barroco:

espiritual

problema del puro amor con singular claridad conforme

la gloria

la

que

verdad adelantara, contradicción hubiera» (Ledesma).

la

implicaciones espirituales sólo en

major que

la

lo

la

la gloria

la

el

al sistema

del amat

primera entenció

sua gloria mateixa per la segona en-

prueba introduciendo todos

los síes posibles:

«Si

la

46

Jan van Ruusbroec, De gheestelijke brulocht (edición de J. B. Poukens, S. J., L. Reypens, S. J., D. A. Stracke, S. J., J. van Mierlo, S. J., Werken, cuatro vols. Malinas-Amsterdam, 1932-1934: I, 170). 47

Véase P. Groult,

48

«El

vista 49

51

«Un

disciple...», op.

del Soneto

cit.,

'No me mueve, mi

de Filología Hispánica, IV (1950), 254-269. «El Soneto: 'No me mueve, mi Dios'...»,

Catól., 50

Anónimo

Washington, 1948. El Islam cristianizado, 237, 515. Art amativa, Obras, 17, 155, No.

7.

49. Dios'...»,

Tesis

Nueva

de

la

Re-

Univ

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

influencia de

nateria d'amor fos major...

que

49

forma d'amor, pogra l'amic més

la

més amable que

tmar son amat ab passió que ab acció, e fóra l'amat 52

unat...

Ja 1'amic

.

no agrá gran poder en amar son amat,

alcuna mijana semblanca que

)er

on amat»

5S

lonat o

si

Subraya

,

Amor:

:Amic, dix

us

si

fos

de

vostre amat vos donava

halla

y

que

porque

ión,

el

o accidental»

i

lur gloria

e Dios, s

e

aun yendo al

mes que no us ha sutiliza

sutiles,

Y

.

al infierno,

«Si 1'amic no

concluye: la

substancia de son amic, 56 .

Y

li

bediencia...»

treballat...

La

está l'amic pacient...

dona per

altra

en quant

li

si

l'amat

li

idea de

Ibid.,

toll

per una

dona pasciencia, esperanca,

amor desinteresado, que

halló Asín en el Fotuhat,

y en forma más desarrollada en Raimundo

por otra parte, hay en Lulio una especie de

57

e fa eter-

.

Ailio;

56

ell sosté

57

así

55

amor

per son amat; car en sostener per

uede

54

el

«Major be

éste se tornaría cielo:

semblances de son amat...; car

lanera, ell

53

con

durar aquella passió, aquella obediencia e amor, e enaxi reb

amic...

52

de son amat

«si l'amar

éste:

así,

amic saber que son amat sapia co que

mor afanys, languiments e mort,

.

también

amor, que no son los mals e los afanys que Pamic sosté

n esser turmentat e

itat

amor desinteresado:

no fóra en gran concordanca d'amor»

major plaser

er sa

35

de son amat e l'amat

os la substancia

Tamas

amor, efectivamente, no puede buscar un galar-

punto en cuestión era

el

substancial

ra

si

essencia e natura de

que us ha donat, crexería o minvaría vostre

mar?» 5 \ El amigo, ante problemas tan 1

la

carácter inmutable del

el

tollia acó,

no

hallarse

No.

Ibid., iyi,

irrealis

como

11.

No.

162.

No. 793. 281, No. 571. 176, No. 214.

Ibid., 299,

Ibid., Ibid.,

Ibid., 373,

20 a questió. 4

Estudios literarios sobre Mística

50

forma de pensamiento

y,

finalmente, una inspiración real católic

ante Jesús Crucificado, con idéntica efusión de

que en

Soneto: «Jesu Xrist Senyor!

el

amor desbordad

Ahorar, amar e contem

que de vos mi

piar vos volria en la vostra santa passio per 90

pogués enamorar... Vostres braces glorios

tre

58

ras»

ron

Para recalcar la seriedad de

.

primero sobre

influir

Bataillon

59 ,

irreal

ma

y luliano

no

al

menos

.

es la

Lo que

60

3

le conocíi

y también por su visión

a juicio mío,

ya citada forma de

encierra

la irrealis.

se limita solamente a temas particulares,

po:

autor anónimi

al

añadamos que a Raimundo Lulio se 61

que pudie

de Juan de Avila, citados

por sus tentaciones de desesperación Cristo Crucificado

clavellats..., vos

los textos lulianos,

los textos

e inspirar indirectamente

del soneto español,

oriental

mans foren

per 90 que nostres cors anamo

fo nafrat...

costat

et

Y

como

más

di

saboi

esta fornu el

proble

«amor desinteresado/); con deliciosa seriedad gusta Lulii de jugar con esas irreales absurdas. Así procede en sus demostrado del

nes naturales y personales de la existencia de Dios, conocidas baj el título de Dictat de Ramón, donde, como hará San Juan de 1

Cruz, comenta en prosa sus propios versos.

He

aquí algunas d

su rimas interminables: Si

no

es esser infinit,

(Jo que mays Si

Déus no

es, es

es,

no

mays

finit...

está fi

58

Oracions de Ramón, Obres, 18, 333. De aquí puede arrancar tai interpretación de L. Spitzer RFH VII (1953), 608-617. Spit; concibe el soneto como un ejercicio espiritual que se torna contemp bién

la

ción pura. 59

«El anónimo del soneto:

'No

me mueve, mi

Dios'...»,

(1950), 256. 60

Histoire littéraire de la France, 29 (París,

61

Ibid., 5.

1885),

15.

RFH

Influencia de

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

En meyt

dia, vespre e maytí...

Déus no

Si

Mays que Y, sin embargo,

la

51

pensar val

es, fals

ver esser,

«absurda»

que

reyal

's

irrealis es sólo

62

una de

las varias

formas orientales de pensamiento comunes a Lulio y a los místicos españoles. Conceptos se desarrollan

buen

y formas de un mismo origen frecuentemente

en sectores completamente separados, hasta que un

día, al correr del

tiempo, vuelven a encontrarse en una en-

cajada de

la historia. El momento místico sazonó el puro amor; ú momento barroco maduró la forma condicional de plantear un

problema. 3

Una forma de en serio con

*ar

expresión típicamente oriental consiste en

las palabras,

nentalidad occidental, está

bn

la explicación

muy

lejos

plar

cómo

entiende»

03 .

de juego serio de palabras:

;lase

de

:

«El entendimiento,

entiende,

si

La obra de Lulio abunda en esta «Amat deia l'amic contem-





vaig contemplació de ta contemplació»

nculcar la necesidad de obedecer para oír :n

la

Pensemos

ser superficial.

que da Santa Teresa del papel desempeñado por

ú entendimiento durante un rapto 10 se entiende

el ju-

juego que, aunque intolerable para

64

(=

.

O

:

cuando quiere

entendre a Cristo

nuestro entendimiento y poderle amar mejor, comprendiéndole

«L'emperadriu del

nejor):

mon mana que hom

:um entendre... en quant més )orá»

65 .

Es ésta exactamente

fill

més amar... lo misma manera «garbosamente

lo entendra, aytant la

equívoca y deliciosamente equivocante»

Rims, Obres,

entena son

66

19, 265.

Vida, capítulo 18, Obras, pág. 67a.

Amic

e Amat, 89, No. 298. Hores de Santa María, Obres,

10. 261.

de San Juan de

la

Cruz:

Estudios literarios sobre Mística Española

52

Este saber no sabiendo

Es de tan

Que

Jamás

le

Que no

A Es

éste

asimismo

poema sobre

el

poder

arguyendo

pueden vencer.

llega su saber 6T

no entender entendiendo el

nudo

.

método empleado por Santa Teresa en

místico,

En

forma juntamente.

alto

los sabios

el

poema que

es luliano

misticismo occidental, efectivamente,

unión mística se concibe como una adhaesio

68 ,

su

en concepto y

una adherencia

la

del

alma a Dios, pero nunca como un estar añudados juntamente Dios y

alma con

el

bien

En

la

el villancico

echa girar

ma

mismo ñudo, concepto que nos hace

el

yoga (etimológicamente jugum

O

Hermosura que

está

recordar más

emparentado con yoga).

excedéis, Santa Teresa

no

mano del símbolo oriental del nudo, sino que además lo en un verdadero remolino de retruécanos. El sentido del

es el

de que

el

sólo

hace poe-

alma, agradecida, aunque asombrada de que

hombre tan íntimamente, le pide que no afloje, más el místico lazo, símbolo del Spiritus Caritatis, Dios mismo. Por ello la oración se dirige al «Nudo»

Dios una consigo

al

antes bien apriete

:

¡O ñudo que así juntáis Dos cosas tan desiguales,

No

qué os

sé por

desatáis,

Pues atado fuerza dáis

A

tener por bien los males!

Juntáis quien

66

Dámaso Alonso,

C7

Poema Entreme, Obras

68

Cf. Jean de Castel,

no

tiene ser

Poesía, 233. II,

De

510.

adhaerendo Deo.

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

Influencia de

Con

53

Ser que no se acaba;

el

Sin acabar acabáis,

Sin tener que amar amáis,

Engrandecéis vuestra nada

No

sólo encontramos en este

poema

el

G9 .

anudamiento y

el

nudo

del

ímor divino, que más abajo explicaremos con pasajes de Raimundo

también un juego de palabras específicamente paradó-

Lulio, sino

de carácter luliano. Dios es

ico,

fin

;in

:

icabáis...

acabar

=

terminar),

in capítulo intitulado:

mment de

íi

Com

no en

«Lo

«S:Vi

acabar

tot lo nostre el

acabament está en Vaca-

que juega continuamente con

nostre cumpliment no pot esser en milla altra

lo vostre acabament... e fol es quis cuida

forsa sien acabaments

.

nent... a tots nosaltres... 10

:

Tiene Lulio en su Llibre de Contemplado

nostre Senyor Déu, en

palabra:

:osa si

cual dice la santa

(infinito,

vuestra nada» (sin acabar su vida, perfeccionáis vuestra

íada, vuestra criada).

:sta

al

Ser que no se acaba

el

.

Que

.

De

del vostre

que

bellea

acabament venga acaba-

nulla cosa qui aja

comensament e

fi,

pot esdevenir... acabament; car nulla on aja defalliment no pot

sser occasio

& acabament...

Senyor per so con cercam

los nostres

'cabaments en vos, per assó tots los defalliments tornen en aca-

wments»

70 .

Santa Teresa, en su prosa, habla también de «este

evantamiento o juntamiento con ^uis

amor

celestial»

de León, influido, según Sáinz Rodríguez

.ulio, se

e

el

11 .

72 ,

Por su parte,

por Raimundo

expresa en idénticos términos acerca de «el lazo con que

añuda Cristo

a nuestra alma...

ñudo dulce y estrecho»

69

Santa Teresa, Obras* 643a-b.

T

Llibre de contemplado, capítulo 102, Obres II, 232-236.

"

71

73

r; .

Pa-

Vida, Obras 65a.

Sáinz Rodríguez, Introducción, 99. Luis de León, Los nombres de Cristo (edición de F. de Onís, Madrid, 1931; H, 217-218). 73

Estudios literarios sobre Mística Española

54

rece que incluso

término místico allegamiento, literalmente «acer-

el

camiento» (de allegar

< applicare)

74

adquirió su significación de

,

«unir» del catalán apleyament

=

na relacionó allegamiento con

ligare

«recogimiento». Francisco de Osu-

=

«atar», al afirmar:

Con

cogimiento] llámase también allegamiento... se juntó

donde una

Moisés a

la

línea

75

la

contemplación

Así pues, continuamente descubrimos

.

Lulio-Osuna o Lulio-Avila.

Hay en

el

nocimiento de significa

extremidad del monte de

Dios»

lo esperaba

«[El re-

este allegamiento

misticismo sufí una expresión para indicar la

unidad de Dios: hablu

«la cuerda fuerte»

76 .

'l

Raimundo

el reco-

matín, que literalmente Lulio, el sufí cristiano,

emplea frecuentemente corda y ligar refiriéndose a la unió mystica. Véanse algunos ejemplos: «Amor es corda ab la qual está l'amic ligat a

son amat

d'amor, e qui ab tir

78 .

—Con

77 .

—Egaltat de amic

aital

corda es

corda d'amor fos les

74

.

pot d'el par-

e per aysó desirava que ab

—Demana

l'amic a

sej ornar

e durmir

amor ab que

amar son amat

80

.

81

poria

Wilhelm Meyer-Lübke, Romanisches

que

la qual

.

etytnologisches Wdrterbuch

Heidelberg, I935)> No. 548 3 44b.

Tercer Abecedario, 380b-381a.

H. Palmer, Oriental Mysticism, A Treatise on the and Unitarian Theosophy (segunda edición, Londres, 1938), 71. 76

major

la

—Amic, dix amor: ab amar? membrar, entendre —Contrarietat ab ton e

(tercera edición, 75

79

's

major corda

menor corda d'amor,

son amat... que pogués

ligat a

riquees d'amor

ligar sa volentat a

ligues

son amat no

l'amic estava ligat a son amat ab

avia de totes coses paor...

en

ligat a

e amat... es la

E.

77

Arbre de

78

Ibid., 77-

79

Ibid., 157.

80

Art amativa, Obres, 265.

81

Ibid.,

filosofía

236.

d'amor, Obres, 18, 75.

Sufistic

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

Influencia de

55

'amic contrasta ais enemics de son amat es corda d'amor bona,

poderosa»

;ran, durabla,

Aunque 10 deja

82 .

antigua metáfora amorosa del lazo o

la

de conocerse, durante

la

Edad Media, en

leí

amor profano (por ejemplo, María de Francia),

gía

especulativa

le la

como símbolo

ata

simbolismo

en

la teolo-

del Espíritu Santo, vínculo

de amor

Santísima Trinidad, sin embargo, no se

icismo occidental

ñudo que el

como símbolo de

la

la

ni

conoce en

unto mystica.

En

el

mis-

cambio,

Raimundo Lulio vuelve una y otra vez sobre esa metáfora como iobre un motivo musical, agotando sus posibles variaciones y acompañándola de retruécanos y conceptos paradójicos. }ue

el

mismo compuesto con

los

•eaparece en el misticismo clásico español, seguridad,

que

este lazo

Como

quiera

mismos elementos componentes

podemos afirmar con

de amor y este jugar de

la palabra,

junto con

conceptos de ciencia de amor y puro amor condicional, cons:ituyen una herencia oriental, cuyo trasmisor fué Raimundo Lulio, los

i

través

de Avila u Osuna, hasta

León y San Juan de

II.

la

llegar a Santa Teresa, Luis

de

Cruz respectivamente.

El símbolo de la fuente para la unión de Dios CON EL ALMA 1.

El símbolo oriental de Lulio, basado en la

2.

El símbolo occidental de Ruysbroeck, basado en chispa del amor divino en

el

fe.

la

alma.

i

En

el

Cántico espiritual de San Juan de

esposa en lo

la

Cruz exclama

más agudo de su deseo vehemente de gozar

Arbre de

filosofía

d'amor, Obres,

18,

76.

la

la

pre-

Estudios literarios sobre Mística Española

56

senda de su Divino Esposo ausente e inmediatamente antes de que este favor

matrimonio místico

del

le

otorgado:

sea

¡Oh, cristalina fuente, Si

en esos tus semblantes plateados

Formases de repente

Los

ojos

Que

tengo en mis entrañas dibujados!

deseados, 83

El sentido de esta estrofa, bella aunque extraña, resulta claro

por

comentario del propio santo:

el

de que

la

fuente de la

único deseo del alma es

el

el

cuyas oscuras profundidades contienen

fe,

a Cristo (¡juego de palabras con cmíalino!) y sus misterios, se

torne transparente y muestre a los ojos que en ella se miran los

de Cristo, es

ojos

tiene ya el

de su divina esencia, de

decir, los rayos

alma un tosco esbozo en

los artículos

de

la fe,

la

que

sobre los

que medita amorosamente. El logro y mérito poético de este símbolo como tal, consiste en que una sola fuente simbólica comprende dos aspectos del

mismo fenómeno:

«la fe..., las proposiciones

nos enseña», y Dios «sustancia que en tario del P.

fe

y

En

el

el

Crisógono lo explica

concepto de

ella...

La

de

los

Ahora bien: en primer la fe

«Dios es

que medie oposición entre de Raimundo Lulio. Dice

la fe

así:

y

83

Cántico espiritual, canción Ibid.,

85

P.

12,

.

al

mismo

el cielo»

un

de

la fe.

85 .

desarrollo

llegar a la unió,

la visión, es

Obras,

II,

la

Dios...

una idea

favo-

«Vestit ton entendre de la al

que

El comen-

conocimiento de

al

sobre les forces, co es sobre natura,

84

84

la sustancia

bienaventurados en

en una visión cada vez más clara hasta

rita

puja

:

lugar, este concepto de

sin

'1

así

nos da y comunica

fondo nada hay que pueda superar

ni siquiera el intuitivo

de

fe

contiene»



fe,

punt transcendent

84.

85.

Crisógono, La doctrina de Santa Teresa, 50-52.

a

Raimundo Lulio

Influencia de

:ntendre» a

86 .

Van Ruysbroeck

y Jan

Claramente supone Lulio que

57

deviene visión en

la fe

contemplación adquirida y trata de estimularla hasta que

enamorada penetre (more mystico)

'oluntad

:uyo contenido esencial

no puede

descifrar el entendimiento

cosa que enteniment e voluntat sien diverses

ia

ssó

ama

:reador; e per assó l'ánima qui

'enteniment innora, significa...

(=

iart

egún >an

ultra)

el

>osee

en

lados del

Raimundo

pensar de

Juan de

la

&7 .

articles

de

la fe,

lo

en quant

que

Lulio, exactamente igual

el

de

entendimiento

el

son penetrados por

los ojos ilumi-

decir, por la contemplatio

punt transcendente es

al

per

creatures,

ama e creu aquells En otras palabras,

Cruz, los misterios divinos, que

los artículos

amor

la volentat

termes del enteniment»

los

«Con

:

e creu los articles los quals

nobleza deis

la

enteniment no pot entendre aquelís e

la

la fe,

en lur operació

seguez que diversament servesquen...

s'

de

los artículos

nfusa.

En segundo

lugar, el símbolo

has dificultades aetáforas

de

la

posibilidades.

y

de

fuente, de la Vulgata

osas metáforas del

mismo

la

de

objeto,

n modo alguno relacionarse con Üonso creía que

fuente en

la

Ninguna de 8S

ni

,

entraña



mu-

cincuenta y seis

las

ninguna de

las

nume-

mística occidental, puede

la

este concepto.

Por

ello,

Dámaso

fuente de San Juan de la Cruz podía haberle

ido inspirada por la segunda Egloga de Sebastián de Córdoba, en i

que un pastor y una pastora no ven

na fontana bajo un árbol cado

89 .

Dámaso Alonso

allerescas,

en

las

que

el

cita,

imágenes en

imagen de Cristo cruci-

además, escenas de

las

novelas ca-

enamorado ve en una fuente

Llibre de Benedicta tu, Obres, Llibre de demonstracions,

David Rubio, La Dámaso Alonso,

reflejadas sus

frutal, sino la

10,

301.

Obres, 14, 31 Fonte (Habana, 1946). Poesía,

383.

la

imagen

Estudios literarios sobre Mística Española

58

de

amada

90

y alude, finalmente, a Garcilaso y a aquellos versos maravillosos, que nos sumergen en una extraña atmósfera lírica: la

Pero,

¿Sabes que

me

Los

la cara?

ojos

de

desgraciadamente,

quitaste, fuente clara, 91 .

Dámaso Alonso no ha podido

explicar

por qué una fuente tiene ojos tomados a alguien. Este problema lírico tiene

ciertamente que ver con la idea árabe de que

nantial es el ojo de

nación de

la

ma-

una cantidad de agua mayor y de ahí la desigdyn él má, literalmente «ojo del agua» í2

fuente por

expresión que penetró en nástica «ojo

el

de

la

fuente»

,

las 93 .

lenguas romances bajo

En

la

la

forma pleo-

fuente de San Juan de la Cruz,

aparecen evidentemente los ojos de Cristo, pero no los ojos de Cris-

como haría suponer la Egloga citada; aparecen los Amado, pero no la imagen entera del Amado; aparecen del Amado, pero no (no con certeza del contexto) los ojos

to Crucificado, ojos del los ojos

del amante.

Cuanto a

los ojos dibujados,

Asín Palacios

cita algunos

versos de la poesía árabe, que sólo guardan una relación vaga con el

texto sanjuanista. Asín los traduce así al español:

Tu

imagen

está

en mis

ojos,

En mi boca está tu nombre, En mi corazón tu albergue, ¡Ausente tú de mí!

¿Dónde?

Sin embargo, estos versos nos ayudan, las

asociaciones poéticas de

al

San Juan de

94 .

menos, a comprender la

Cruz y nos señalan

90

Ibid., 385.

91

Ibid., 384.

92

Gerhapd Rohlfs, Sprache und Kultur (Braunschweig,

93

Ibid., 15.

94

Asín Palacios, Islam,

459.

1928), 15

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

'njluencia de

para indagar

itra pista

sino

rañas),

que

se

procedencia de estas asociaciones: en

la

amado no

exto árabe, los ojos del

59

reflejan

se dibujan

en

(imagen)

el

corazón (en-

ojos

mismos del

en

los

el

imante.

Casi todos los idiomas llaman a la niña del ojo «pupila», pufilla,

es decir,

«amiga, querida», porque

el

amante primitivo,

^er reflejada

su propia imagen en los ojos de

aba que

llevaba en los

él

que todas

nientras

las

>riginal,

Pues bien;

demás lenguas romances han

gramaticali-

español ha vuelto a traducir y a vivificar la metáfora,

el

al

ella.

y han despojado ese vocablo de su sentido

;ado el latín pupilla

pacías

suyos la imagen de

modelo árabe insan

9

ul

Cruz

maginativos,

decir en la canción

al

de

gira dentro

Y

95

ayn

San Juan de la

y ha dicho niña del

la órbita

X

de

estos conceptos

«Demás de que Dios

lámale ella aquí por la afición lumbre de sus ojos,

que ama lumbre de sus

al

Hay que

íar la afición que le tiene»

lumen

tivamente, las expresiones

son intercambiables entre

San Juan de acerca del

la

espiritual:

ellos

en

los ojos del alma, sin la cual está

ú amante suele llamar

ojo.

véante mis ojos,

:on su correspondiente comentario: bre sobrenatural

de

de su Cántico

Pues eres lumbre de

3¡o»

al

amada, se Agu-

la

Cruz

oculi



llega

y

al

sentar

a

el

lum-

modo que

ojos para

mos-

recordar aquí que, efecfilia

oculi para «niña del

en algunos idiomas

cambio de miradas entre

es

tinieblas,

9T .

una extraña afirmación

alma enamorada y su Ama-

do Divino:

95

Hermann Güntert,

Kalypso, Bedeutungsgeschichtliche Untersuch-

ungen (Halle, 1919), 231. 06

Cántico espiritual, Obras,

97

Güntert, Kalypso, 231.

II,

73.

60

Estudios literarios sobre Mística

Cuando

Tu

me

Por eso

Y

me



mirabas,



gracia en

en eso merecían

Los míos adorar

Podemos

así

imprimían:

tus ojos

adamabas,

lo

que en

afirmar que San Juan de la

vían

ti

98 .

Cruz conserva en

el re-

cuerdo vagas reminiscencias folklóricas y etimológicas relativas a los ojos y relacionadas con la fuente así como los ojos de la persona amada. Pero hay incluso un eslabón entre estos dos conceptos:

si

los ve,

el

amante

en sus ojos

lleva

naturalmente, tan pronto

de

los ojos

como ve

persona amada

la

fuente, haciéndole recordar su estado de enamorado.

Mas,

convencido por su fe de que lleva siempre consigo

los

Amado, ¿qué necesidad senta Asín Palacios

un

de

tiene

texto que,

la si

nos

la

fuente en

pejismo en

el

Fotuhat de Abenarabi

el desierto

qué

por tanto existencia

un

es

que

no

en

empujara

le

el

símbolo de

saráb, es decir,

un

alta,

y que no

es-

tiene

una

corría sediento, es

de grandes decepciones, es

la

a hacerlo su terrible sed

momento en que descubre que

el

definitiva, la única realidad

La

la fuen-

El viajero contemplativo no correría nun-

si

(de amor). Pues bien; fuente, hacia la

un poco de

producido por una ilusión óptica, a medio-

real.

ca tras este espejismo,

ojos del

fuente constituye un

la

en tiempo de temperatura excesivamente

día,

en

aleja

unió mystica. Según Asín,

la

está

si

fuente para verlos? Aquí pre-

te real, en cambio, nos explica por

símbolo excelente de

ilusión,

la

reconoce que

digna de descubrirse, aun a costa

fuente en

presencia de Dios)

sí (la

99

fuente de San Juan de la Cruz es una especie de saráb

que no

es

una

ilusión,

sino

un símbolo de

98

Cántico espiritual, canción 24, Obras,

99

Asín Palacios, Islam,

497.

:

en una

los propios ojos

II,

la

506.

presencia divina

Influencia de

Raimundo Lülio y Jan Van Ruysbroeck

Y

Ahitamente sentida.

que

ie

jrado

el

amat

vuelve aquí de nuevo

se revela

61

concepto luliano

el

amic progresivamente conforme

al

de su purificación, que se

realiza

en amenos jardines

al

100

y

101

regados por fontanas y que revela cada vez más al Jnico Amado oculto. Por eso, escribe así: «Sospirs e plors reprepraderas

entaven

me

al

amic son amat... e

representad »

Ornado

se

102

questió

es

Tenemos con

si

descubre proporcionalmente

l'amat es

celat

de contempla-

grado

al

més

punto de apoyo. El

esto otro

así y todo, permanece las más veces de Lulio nos ayuda a comprender que los

rán y purificación pasiva; culto. El pensamiento del

>jos

Amado en manos

)ién las

del

fuente de San Juan de

la

Amado en

ignifican revelaciones

Cruz,

la

Pero

recibirlas.

manos en dignidad representativa de

la

como tam-

de Santa Teresa

Amado conforme

parciales del

amante para

ación del alma as

la célebre visión

10

\

a la prepa-

los ojos, superiores a

persona, representan el

)unto decisivo del comienzo del vuelo del espíritu.

Para Lulio :s

amante,

leí

el

verdadero papel de

de un espejo cristalino, que

el

así

como

la

fuente de

refleja el

Lulio conoce este espejo {semblantes)

3ios.

rospección, es decir, de su propia alma,

\mado: /eés

«Esguardava l'amic

si

100

si

Raimundo Lulio,

donde

trata

Ibid., libro 2, capítulo 42,

de

Blanqutrna,

Obres,

9,

Art amativa, Obres, 17, 294, No. 734.

103

Vida, capítulo 28, Obras, 112a.

104

Amic

Atnat,

101,

al

No. 349.

li

fos mirall,

on

capítulo

1,

.

102

e

in-

104

3bres, 9, 9. 101

de buscar

mateix per 90 que fos mirall on

mateix»

Llibrc

alma tiene de

el

como símbolo de

son amat e esguardava son amat per co que

íagués conneixenca de

contemplación

grado de contemplación

grado de experiencia que

el

la

132.

libro

1,

Estudios literarios sobre Mística

62

Llegados aquí, recapitulemos, para no perder

hilo,

el

lo que

hemos hallado en Lulio: 1.

Identificación

de

la

formulación de los artículos de

la fe

intelecttm

desempeña un papel de espejo en

la oración

o místico según

el

al

estado del alma.

2.

La

3.

contemplación y purificación. El problema del Amado, escondido y parcialmente lado, según el grado de purificación.

4.

fuente, que

5

método

de su contenido (Dios), conforme

reve-

Encuentro de amante y Amado en un espejo, en que une ve la imagen del otro en su propio reflejo, es decir según

la

medida en que

Pasemos ahora a estudiar Lulio con

si

el

amante posee

al

Amado.

es posible identificar el espejo d(

fuente de San Juan de la Cruz. El espejo desempeñé

la

muchas veces

el

mismo

papel que

la

fuente en los místicos espa

Teresa ve su alma como un espejo, primero cubiertí

ñoles. Santa

por un paño negro

105 ,

pero después

como un

espejo tan límpidí

106 No se encuentn y puro que aparece en él la imagen de Cristo en el misticismo occidental este concepto imaginativo del espejí .

reflejando al

perfección)

Amado

107 .

y ocultándolo con

el

Si aparece en Lulio y Santa Teresa,

dar que se trata del espejo metálico árabe sufíes

por símbolo del alma;

espejo» vale tanto

Volviendo rarse

en

la

paño negro (de

al

como

debemos

recor

que tomaron

lo:

la fuente,

alma

e

108 .

podemos

repetir

que

«el

mi

fuente» de San Juan de la Cruz viene a ser un acá

105

Moradas, libro

106

Vida, capitulo 40, Obras a 189a.

is

capítulo

2,

Obras, 327a.

10T

M. Horten, Texte zu dem Streite von Glauben und im Islam (Bonn, 19 13), 3, 6; textos de Alfárábi. 108

im

de donde su expresión «pulir

purificar el

símbolo de

(a'ind),

la

E. H. Palmer, Oriental Mysticism, 70.

Wissei

Influencia de

Raim undo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

bado símbolo de cación,

y ocupa

Cantares

(i,

la

unió mystica, galardón de

mismo puesto que

el

donde

3),

63

más

la

alta purifi-

bodega del Cantar de

la

esposa declara triunf almente

la

los

«de mi

:

Amado bebí» 109 En Lulio, sin embargo, el amigo bebe de la misma fuente del Amado, con el fin de poder amarle con el verdadero .

amor divino: «Bevia

1'

amic amor en

font de bondat e de poder

la

per co que amas son bo e poderos amat ab amorós amar» parecidos términos

son amat»

Cruz,

.

:

«En

,

o en

Así pues, tanto en Lulio

la

d'amor artrobás en

fi

como en San Juan de

la

fuente es una fuente unitiva de fe y amor. Pero el aman-

la

no puede penetrar nunca

te

llü

fontana de granea e de gloria bevia

la

son amat, per co que

l'amic l'amor de 112

111

los misterios

de

de

la fe

la

misma ma-

el Amado. Como el Amado bebe continuamente de la misma de sus propios misterios, aparece siempre más ma-

nera que fuente

ravilloso,

aunque inalcanzable para

inagotable y digno de amor,

su amigo, cuyo amor queda acrecentado, pero insatisfecho:

Tamic beure la font,

a la font

on

hom

qui no

e doblaren sos llanguiments.

E

«Vene

ama s'enamora con beu en vene l'amat beure a

la font

per 90 que sobre doblament doblas a son amic ses amors...»

La fuente a

lls .

amor transformante, donde amante y Amado fueron beber en mayor o menor medida según su respectiva capacidad, del

constituye, por ello, su

común

lazo de amor:

[que] tanto endiosa y levanta al

Medio de unión

Raimundo

la

Cántico espiritual, canción 26, Obras

110

Art amativa, Obres,

1

1

Ibid., 85, Ibid.,

113 11

*

189.

No. 282

:

17,

158,

No.

embebe en Dios» n \

Lulio,

109

11

n,

mística en

alma y

«esta divina bebida

II,

la

fuente tiene

la

187.

33.

«Bevia l'amic amor en

la

font de son amat »

Obres, 17, 176.

Amic

e Amat, 30, No. 21. San Juan de la Cruz, Cántico

espiritual,

canción 26,

Obras,

64

Estudios literarios sobre Mística Española

misma función en San Juan de hasta del

Cruz, en quien

la

«Se dibuja

transformación en El del amante:

la

Amado y

Amado

refleja al la

figura

tan conjunta y vivamente se retrata... que es ver-

el Amado vive en el amante y el amante en el Amamanera y semejanza hace el amor en la transformación amados que se puede decir que cada uno es el otro, y que

dad decir que do; y

de

los

tal

entrambos son uno»

115 .

No

es, pues,

aventurado asegurar que

se

pueden encontrar en Raimundo Lulio y en San Juan de la Cruz los mismos elementos del mismo símbolo de la fuente como símbolo de

la

unión mística

:

una fuente-espejo de

nada ve a Dios morando en

el

alma

fe en la

que

la fe ilumi-

y transformándola mismos símbolos de in-

reflejada

gradualmente, y que comienza con los tercambio amoroso, los ojos. La necesidad de tales rodeos para clasificación

de un símbolo complejo

me

un estudio semejante, hecho recientemente

la

parece comprobada por 115

bis.

2 Sin embargo, hallamos en San Juan de

símbolo de

no ya

la fuente;

la fuente

esta vez, sin duda,

árabe de

un

oasis.

animae divinizada, como

scintilla

mentado, de San Juan de de conocer a Dios por guiente:

la

la

fe.

Cruz un segundo

El símbolo ahora significa

se

deduce del poema, no

Cruz Cantar del alma que

La

ha quedado reducido a

Ibid

115 bis

La

estrofa

págs. 22-29.

si-

fuente divina del interior del santo parece haber ce-

la

las

más

altas

experiencias mís-

noche oscura del

espíritu:

dono, tentaciones de desesperación y vacío absoluto.

115

la

co-

se huelga

situación es evidentemente la

sado de manar, pues después de ticas

la

de origen germánico y

canción 12, Obras,

En

aban-

este es-

II, 87-88.

Francisco Maldonado de Guevara, «Guirnalda y covaleda. 15 del Primer Cántico Espiritual». Cl V (1954), N.° 28,

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

nfhiencia de

de desesperar, declara que sabe

ado, sin embargo, el poeta, lejos >or fe

que

ma fuente u alma

manando y

fuente divina de su alma sigue

la

aunque

lo,

noche oscura

la

el

sentirla.

corrien-

Es ésta

aunque no hay duda de que mana en

maravillosa:

como en

impida verla o

le

65

Santísimo Sacramento,

origen de esta fuente

el

Dios) no se conoce y su fondo es insondable. Las corrientes que le

ella salen

bastan para dar vida a todo

el

universo. Tiene en

sta

fuente viva tres caños, que no tienen origen o principio:

ida

de

la

Trinidad, de

la

que

el



la

alma desea conscientemente par-

por gracia, y que nutre la fe y la esperanza del alma en la scuridad de las pruebas místicas y en la oscuridad de esta vida,

icipar

más importantes de

"ranscribo a continuación los versos ía,

ión

como Juan Ra-

considerado incluso por liberales modernos, Jiménez,

más grande

la

este poe-

de

realización poética

la

literatura

spañola

Que

bien sé yo la fonte que

Aunque 1.

Su origen no

de noche.



lo sé, pues

es

Bien sé que suelo en

Y

no

que todo origen de

Aunque

es

le tiene,

ella viene,

de noche. ella

que ninguno puede

Aunque 7.

es

En esta noche escura de mi vida, Que bien sé yo por fe la fonte frida, Aunque es de noche. Mas

5.

de noche.

bien sé yo do tiene su manida,

Aunque

3.

y corre,

Aquella eterna fonte está escondida,

Que

2.

es

mana

no

se halla

vadealla,

de noche.

Sé ser tan caudalosos sus corrientes 5

66

Estudios literarios sobre Mística

Que

infiernos, cielos riegan

Aunque 8.

y

las gentes,

de noche.

es

El comiente que nace de esta fuente,

Bien sé que es tan capaz y omnipotente, Aunque es de noche. El corriente que de estas dos procede

9.

Sé que ninguna de

Aunque

ellas le

es

precede,

de noche

116 .

Estoy de acuerdo con Dámaso Alonso en que «todo es extraño; 117

en este poema

de

sitado tribillo

desde

,

la estrofa,

forma fonte en vez de fuente y

la

lo inu

dos endecasílabos dísticos seguidos de un

es

pentasílabo, hasta el concepto teológico de que las virtu

des y dones del Espíritu Santo, sintámoslo o no, rebosan en

alma como corrientes derivadas directamente de su fuente

116

Obras,

II,

514 con

la

adición, sin embargo, de la estrofa 2 de

manuscrito de Sanlúcar. La edición varias

omite

la estrofa

2,

poema

el

crítica

del P. Silverio ha suscitad<

(Dom Chevalier, Allison

objeciones.

autorizadas

e

divin¡

Peers).

Si

en un poema eucarístico.

se convierte

s

Per<



9 y sig. «Aquesta eterna fonte está escondida / En este viví pan por darnos vida» no significa ciertamente que el místico en su no

ia estrofa



che oscura tiene

el

consuelo de saber que

Santísimo Sacramento.

cho: «Cuando

me

En

ese caso,

De

pienso aliviar /

la

fuente de vida

San Juan de verte en el

mana en

e

Cruz no habría di Sacramento / Hácem

la

más sentimiento / El no te poder gozar; / Todo es para más penar Por no verte como quiero» (Vivo sin vivir en mí, Obras, II, 512). L que realmente místico durante

significa es la

simo Sacramento:

que Dios, presente en

ontológicamente

no experimentado más que por

je.

real,

Y

el

scintilla

animae

unió mystica.

Dámaso Alonso,

Poesía,

124.

el

di

Sant

pero «en oscuridad», es deci

anhelo del poeta, a pesar de

sus afirmaciones sobre el lugar oculto de 117

la

noche oscura, está igualmente presente en

la

todí

fuente, es experimentar

67

y silenciosas, un manso y continuo correr del 11 fuente \ Como siempre, es San Juan de la Cruz

rinitaria, tranquilas

horro de la

u mejor comentarista. Las corrientes de

fuente divina constr-

la

uyen un símbolo tan del gusto de San Juan de

u medio, explica Iva del Espíritu

el

Santo en

el

¡Oh admirable cosa que a en

guas divinas;

Cruz, que, por

la

santo otro de sus grandes símbolos, la llama

ellas

Y

alma. este

revertida

ella

esta vez se siente el

tiempo está

como una abundosa

ue por todas partes rebosa aguas divinas... que hartan spíritu...

manar:

alma rebosando

el

la

fuente

sed del

son aguas vivas del Espíritu... de Dios, en cuanto está

sconddo en

las

venas del alma... y es que

de Dios por participación de

el

alma está hecha

y de sus atributos» ímbolo y concepto coinciden exactamente con el símbolo y conepto de Ruysbroeck de la fuente viva, que envía sus corrientes

)íos

entro del alma: levet dat

aer

él

«Daer die drie overste crachte in ontspringen.

.

gherinnen ('una fuente que mana y corre'): die een wal [fuente], daer

allende adere der godüjcker fonteynen... le

godlijcke

ghegheven werden»

gaven...

achte de Ruysbroeck y :ciben corrientes

las

12

°.

Los drie overste

venas del alma de San Juan de

divinas de la

misma

fuente,

como

la

Cruz

dijo antes:

Dése toecomst willen wij ghelijcken eenre levender fonteynen met ne nvieren. Dése fonteyne daer dése rivieren ute vloeyen dat es 2

volheit der

iré

graden gods in eenicheit ons gheests. Dar houdet

die gracie weselijcke na

118

Ibid.,

119

Llama de amor

120

Hei

'

den inblivene

naden utevloeyene met

erckelijcke

rijcke

viva, canción

der ghclieven,

fuente divina...

vinos.»

eene volle fonteyne,

21. 3,

Werken

Obras,

II,

347, 348.

donde tienen su donde vive el fluir la vena viviente una fuente donde se proporcionan todos los dones

igen las tres potencias supremas es la

ais

rivieren in elke cracht der zie-

I,

25:

«Allí

:

68

Estudios literarios sobre Mística Esparto

len na haré behoeven»

iai .

No

ejemplos

sería difícil reunir

relativo

a este símbolo central ruysbroeckiano. El alma tiene, por supuesta otras venas para otras corrientes, los siete dones del Espíritu Sant<

que como

acompañan

afluentes

a

tres

los

de

principales

ríos

«Ghelove, hope ende minne. Kier-met comt die heylighe Ghee:

menschen

in des

123

len...

Hi

3

eene levende fonteyne uutvlietende

rru

een inhangen Gods in dat overste der

zi«

ziele alse 122

seven vivieren...

de oorspronc, daer

es

zonder middel ute ghevlote

si

124

es»

.

Antes de pasar a exponer en particular

sentido del símboU

el

común San Juan de la Cruz símbolo como tal: hay una fuent

recapitulemos lo que tienen de

Ruysbroeck en caudalosa, fuente,

empleo del

el

oculta,

eterna;

waüende adere der

die

121

De

godlijcker fonteynen),

Werken

gheestelijke brulocht,

corrientes

estas

es

la

=

admirable

suelo,

sin

(una abundos

maravillosa

insondable,

eterna,

escondida,

dat gherinnei

que brota y

fluy

178: «El pozo del que brota

I,

plenitud de las gracias de Dios en

la

unidad

c

nuestro espíritu. Allí se mantiene esta gracia, después de su inhabitacic

como un pozo

lleno,

modo

esencialmente, operante a

de corrientes

qi

fluyen en cada potencia del alma conforme a su capacidad.» 122

Het

ellos

viva

que brota en

del la

Werken

rijcke der ghelieven,

Con

I,

25:

viene este Santo Espíritu al alma del

123

Ibid., 58:

124

De

«Fe, esperanza y ame

hombre como una

«Un embeberse

de Dios en lo más íntimo del alma..

Werken

gheestelijke brulocht,

I,

122: «Él es

el

primer

que brota directamente.» Otro ejemplo demostrativo de que

fuente divina de

plicarnos por qué

y del agua



der gracien

ende

se

amor

es cálida

San Juan de

encuentra en

Gods

vloeyt...

como amor

la

el libro

ardiente

vloeyt uten heilighen Gheest

in onse binnenste.»

más íntimo de

nosotros.»



lo

el

orig<

agua

que puede

<

e

Cruz combina las imágenes del fue, V anden XII Beghinen: «Die... rivie :

die es heet

Werken IV, 151: «La

gracias de Dios brota del Espíritu Santo:

hasta lo

fuen

siete corrientes...»

es caliente

y

ende

cls

corriente de clara,

1

y fluye

Raimundo Lulio

Influencia de

que mana y corre rientes

=

y Jan

eene levende fonteynen) en caudalosas co-

(caudalosos corrientes

=

seven vivieren) a través de

drie,

venas del alma (está el alma rebosando aguas divinas en

as

=

alma

>enas del

=

(manida

daer

no

le

tiene

= die

Got }

heylighe Gheest,

godlijcke

alie

gaven

como también su origen

'egeven werden, eenicheit ons gheests), así origen

las

una fuente, cuyo em-

in elke cracht der zieleri),

desconocemos

plazamiento

}

69

Van Ruysbroeck

hi es de oorspronc,

aer die ziele uteghevloten es).

Procuraremos ahora indagar

la

raison

fuente que chorrea. Parece claro que

le la

de

d'étre

ambos

símbolo

este

textos tratan de

paradoja del Creador, por encima del tiempo y del espacio,

i

ue es trascendente y que, sin embargo, mora, divinizándola, en

alma creada y finita, cuya capacidad de divinización no puede xpresarse por localización. Por ello, parece que ambos textos

1

rocuran reemplazar

que

íedieval,

metáfora tradicional de

se convierte

reaparece en l

la

la centellica

en una tea encendida por

de Santa Teresa

por Dios... comienza a encender 123

e sí»

.

ixisse

uod

ella

el

más que un símbolo inapropiado:

quod una

virtus sit in spiritu,

esset custos ipsius spiritus...

illud

sicut

bera ab ornni

125

quae

quod

San Juan

«Memini me

ipsa

sit

lumen

quod

est

et

spiritus...

nuda ab omni forma,

Vida, capítulo 15, Obras, 54a.

est

supra et transcendit

caelum transcendit supra terram...

nomine

al

virtus sit sola libera...

Sed modo dico, quod ñeque

oc ñeque illud et tamen est aliquid, et

a

Maestro Eckart, que confesó llanamente

>sam esse scintillam spiritus...

oc

«Esta centellica pues-

:

gran fuego que echa llamas

Ruysbroeck tan poco como había contentado

a

de este último,

o ver en

el

animae

la centella

fuego divino

el

Pero esta extraña metáfora parece contentar

Cruz y

e la

laestro

scintilla

la

Los españoles, en general, no rechazan

or esta fuente.

Est enim

libera et absoluta

Estudios literarios sobre Mística Española

70

quod

et est in se ipsa

sua simplicitate.

nerans

In ipsa enim

. .

suum unigenitum

de Santa Teresa)

rior

Est enim simplex ut deus simplex

est.

modo quod umis

est illa virtus animae... Illo

in id

unum quod

Vemos güístico la

aquí

de exponer una experiencia

tinta

alma

así

humana

fina capacidad

de

como su

la palabra.

126

Con

.

el

problema

lin-

inefable, a saber, aquélla por

unificación

de uno y otro de estos

et

est simplex, ita venit

Maestro Eckart luchando con

al

inte-

omnem modum

dico esse castellum in anima...»

que viene en conocimiento de que

cias del

castellum (castillo

Istud

filium...

est ita simplex et super

in

deus pater ge-

virtute spiritus est

la

de

deificación

las poten-

dimana de una fuente

efectos. Esta fuente, si

bien

la

dis-

más

del alma, es divina en el sentido estricto

la sustitución de scintilla animae por castellum

Eckart nada hace avanzar este paradójico problema.

Con

este mis-

mo

problema se encuentran Ruysbroeck y San Juan de la Cruz, como se echa de ver en la complicada manera que tienen de concebir la estructura del alma.

Ruysbroeck comparte

punto de

de Eckart acerca de

la

incompatibilidad de la scintilla animae supersimplificada. Para

él

la

el

vista

chispa del alma se aplica solamente a la simple voluntad

menco medieval: formado por heit)

y

la

medieval: ellas

la

losheit),

mientras que

memoria por

la

con una de

las tres

126

guardando relación cada una

personas divinas. Las tres facultades

gales e informadas por ellas, .

onclevelecheit) por las virtudes

guardan relación con

Las potencias de San Juan de

pr V0N

in-

oongebeelt-

nudité essentielle sans image (flamenco

bloetheit ons wesens),

127

entendimiento está

raison supérieure (flamenco medieval:

ficadas (flamenco medieval:

Trinidad

el

(fla-

la

Cruz

la

d?

uni-

teolo-

unidad de h

se dividen igual

DER Leyen, «Unbekannte Predigten Meister Eckeharts»

Zeitschrift jür deutsche Philologie, 38 (1906), 189 sig. 127

Ruysbroeck

l' Admirable,

Oeuvres

(Traduites

du flamand p&

nfluencia de

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

71

aente en cuatro unidades, debido a una nueva unidad simple

Teresa llamaría

>anta

•scuras el

unión de

las

potencias: «Dios... dejando a

entendimiento, y la voluntad a secas, y vacía la memoria y

alma en suma

aficiones del

as

la

que

amargura y aprieto, priván-

aflicción,

del sentido y gusto que antes sentía de los bienes espiritua-

!olas

para que esta privación sea uno de los principios que se re-

*s

en

quieren

spiritual

Como cintilla

la

de

)or,

al

forma

.

textos,

Ruysbroeck y

antiguos conceptos de la

los

«nacimiento de Dios» en

San Juan de

de éste los

del

la

Cruz

Cantares, la interior bodega

arke van het tabernakel

le

de nuestros

la

128

animae, pero quieren tener un símbolo que reproduzca

«sitio»

1

unión de amor»

es la

Cruz no rechazan

proceso sobrenatural

Cantar

que

se ve por las alusiones

Juan de

Jan

para que se introduzca y una en él

el espíritu

del espíritu

menos, dos

13

sutiles

utiliza

129 ;

el

el

el

alma. Para

símbolo del

Ruysbroeck había ds

Pero Ruysbroeck parece preocupado

°.

puntos del alma:

lar

ghevoelen wij dat ons die gheest gods

>ns

selven..., daer

«ons binnenste

drijft...

.

.

ende... boven

ghevoelen wij dat ons die gheest gods ute ons

elven trect... in sijns selfsheit»

131 .

Francisco de Osuna cree que

ay en binnen y boven un problema psicológico y que podrían ignificar recogimiento y éxtasis: «El entrar en sí se hace con leños

:s

trabajo

que no

el

sobre

salir

sí»

132

Santa Teresa en-

.

Bénedictins de St. Paul-de-Wisques, Bruselas, 1921),

heestclijken tabernakel,

Werken

II,

pág.

II,

17,

y Van den

xliii.

128

Noche

129

Cántico espiritual, Obras,

130

Van den gheestelijken tabernakel, Werken II, final del tratado. Van den blinkenden Steen, Werken III, 25: «Lo más íntimo de

131

osotros...:

allí

oscura, libro 2, capítulo 3, Obras,

sentimos que

el

II,

Espíritu de

ncima de nosotros, donde sentimos que e nosotros 133

mismos

al interior

I,

470.

186.

el

Dios nos mueve, y lo de nos saca

Espíritu de Dios

de su esencia.»

Fr. de Osuna, Tercer Abecedario, 429a.

72

Estudios literarios sobre Mística Española

cuentra que esta falsa interpretación psicológica de un fenómeno ontológico no esclarece absolutamente nada y alude a las palabras

de Osuna en un tono de severa dentro de

entra

lenguaje

no sabré yo

nera de

salir

de

la

nada»

aclarar

dificultad

con

sube sobre

133

las

alma

el

Por

sí.

Ruysbroeck halla

.

«fuente viva»

la

bolo eckartiano que mejor cuadra con

hontanar o manadero de

«Dicen que

crítica:

veces que

otras

y

sí,

el

134

ma-

la

sím-

el

,

se

este

problema debatido

el

:

fuerzas divinizadoras del alma, des-

tinado a transformar sus potencias naturales es una fuente cebada

y nutrida continuamente por Dios mismo y por su vida Dicho de otro modo: Eckart descubre otro símbolo de

muy

parecido a

pero ahora

la

la

estructura

del

primero que ya estudiamos;

fuente representa la capacidad del alma para

divino, para Dios (en el lenguaje usual

en cuanto está inmóvil y no mana; y trinitaria, el

alma

en cuanto

la sienta

dem

kwillet

üz

nender

séle

133

und

trinitaria.

la fuente,

riela

o no):

de Eckart es

seelengrund)

:

Dios mismo con su vida

y bulle, mana y corre (no importa que «Ze glicher wise ais der éwige gotes sun

veterlichen herzen, also kwillet er in einer got minrinet

mit siner liebe in daz enge enóte der séle»

Santa Teresa, Moradas,

libro

4,

capítulo

3,

ruysbroeckiano, en el que castillo

potencias del alma se comparan a

las

real,

que vive en

los

136 .

Obras 349b-35oa.

Tres líneas más abajo, Santa Teresa continúa con un sorprendente

vidumbre de un

lo 135

alrededores:

la

símil ser-

«Hagamos

cuenta que estos sentidos y potencias... son la gente de este castillo...», 350a; «en la ronda del castillo», ibid., 325a. «Dat ghemeyne volk



ibid.,

dies rijcken dat sijn alie crachte der zielen». Gheestelijke Brulocht,

ken de

I,

Wer-

137.

134

Melline d'Asbeck, La mystique de Ruysbroeck,

Der

spieghel der ewigher salicheit, capítulo XVII.

135

P.

136

Kurt Berger, Die Ausdrücke

285, cita tomada

Groult, Les mystiques des Pays-Bas, 208.

deutschen (Berlín, 1935), 58

:

«De

la

der Unió mystica im Mittelhoch-

misma manera que

el hijo

eterno de

xfluencia

de Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

adié podría

hoy hacer un comentario mejor sobre

Que

an Juan de la Cruz:

vamos

210

labonar

73

a

entrar

bien sé yo

la

los versos

que mana

fonte

de

y corre.

en algunas consideraciones históricas para

símbolo germánico y español y demostrar que entra-

el

in idéntico sentido.

Juan de

los

Angeles se esforzó en ordenar todo

saber mís-

el

Ruysbroeck y en demostrar por qué hondón, íntimo y son una misma cosa. Como probó el canónigo Groult, es la

:o de '.ente

Angeles una vulgarisation

los

i

de Ruysbroeck

ina

137 .

al

por mayor en España de

Podemos añadir que constituye

la

el

doc-

mejor

«nentario sobre la fonteyne ruysbroeckiana e incidentalmente tam-

én sobre

fonte de San Juan de

mutua dependencia

su

fc

la

con

Cruz y un «El

histórica:

baulero y otros dicen que. encia della, sellada

la

.

.

la

fuerte

divino...

íntimo del alma es

el

la

argumento

Rusbrochio, simplicísima

imagen de Dios, que algunos santos

uñaron centro..., otros ápice..., otros mente, San Agustín

más modernos

los

sin figuras está los sentidos

ra

la

llaman hondón... Este íntimo desnudo, raso

elevado sobre todas

las cosas criadas,

y fuerzas del ánima y excede

aquí permanece

summo

al

y sobre to-

tiempo y

al lugar,

alma en una perpetua unión y allegamiento Dios, principio suyo... adonde la santísima Trinidad mora... el

mana una fuente de agua

quí

viva que da saltos para la vida

ema... Esta agua corre por toda

la región...

del

Superior a Juan de los Angeles, San Juan de

n

ios

Ruysbroeck no sólo en

el

símbolo de

la

ánima»

la

138 .

Cruz coincide

fuente, tanto en la for-

nace del corazón del Padre, así también nace Él en un alma amante

Dios y fluye con su amor en 137 133

P.

estrecha intimidad del alma.»

Groult, Les mystiques des Pays-Bas, 243.

Juan de los Angeles, Diálogos de

¡a Conquista del Reino de Jaime Sala, Obras místicas, en Nueva Biblioteca de Españoles, Madrid, 1912; I, 42b-43a).

ios (edición del P.

itores

la

74

Estudios literarios sobre Mística

ma como como

el

en

en

términos abstractos

los

ruysbroeckiano het binnenste (herencia del Das Innigste

eckartiano

en

sentido, sino también

el

del Inburgheit

y

=

íntimo de Suso)

el

139 ,

y finalmente

concepto más típicamente eckartiano-ruysbroeckiano

el

San Juan de

la

Cruz en

«Es de notar que

Cristo en la Santísima Trinidad:

de Dios juntamente con

el

Padre y

presencialmente está escondido en

Tenemos, pues,

:

para

fuente escondida y en este íntimo vive

la

suficientes

el

el

el

Verbo

Hijo

Espíritu Santo, esencial y

íntimo ser del alma»

pruebas de que

el

14 °.

segundo símbolo

sanjuanista de la fuente procede del norte y de Ruysbroeck tanto

en

el

parte,

como en el enfoque y en el significado. Por puede probarse su unicidad, contrastándolo con otros

concepto

otra

sím-

bolos de la fuente empleados en

el misticismo español y que tiey son más pobres de contenido. Francisco de Osuna sugiere que el hielo del alma tiene que fundirse y

nen un desarrollo

inferior

y que finalmente ha de conalma en «una fuente de agua viva de devoción entra-

correr bajo la acción del sol divino vertirse el

ñal»

141

Santa Teresa compara

.

el

consuelo ordinario de

la

ora-

ción (ternura) y la verdadera oración pasiva de quietud (gustos)

que han de

dos pilones, está lejos

de

la

fuente y

llenarse

muy «A

se llena inmediatamente:

de su mismo nacimiento que por todas

las

potencias»

siempre, describe

su espíritu

14 3 "

Noche

en

el

í42 .

de agua,

cerca

el

el

estotra fuente [pilón]

oscura, Obras

Nombres de

el

agua

Luis de León, con su eclecticismo

I,

el

de

alma que derramo

494.

canción

1,

Obras

II,

Tercer Abecedario, tratado 18, capítulo libro,

viene

es Dios... vase revertiendo esta agua

potencias; y utiliza reiteradamente la imagen

Cántico espiritual,

Moradas,

a

los cuales

segundo. Este segundo pilón

nacimiento de Cristo en

las

primero de

4,

24. 1,

capítulo 2, Obras 347b.

Cristo, III, 93.

págs.

527b-528a.

nfluencia de

Raimundo Lulio

e «Nuestro Señor...

como

y Jan

Van Ruysbroeck

fuente...

75

que comprende en



rovechoso y lo dulce que se reparte en los hombres» iemplos

pueden servirnos para probar indirectamente

mana

eza del símbolo de la fonte que Iruz

y de

la

todo

l44

lo

.

Estos

la

gran-

y corre de San Juan de

la

levende fonteyne de Ruysbroeck, en que se inspiró

an Juan. Ruysbroeck, su creador, conoció los típicos pozos norcuya agua chorrea por tres caños, pero viene de una sola

iños,

jente escondida.

El símbolo del cazador

III.

1.

Concepto luliano del alma a

2.

Concepto ruysbroeckiano del amor divino a

la

caza de Dios. la

caza

que envía sus mensajeros.

del alma, a la

i

San Juan de

Cruz

la

escribió

una glosa

al

siguiente estribillo

opular

Tras de un amoroso lance,

Y

no de esperanza

Volé tan

Que 'ara

San Juan de

la

Cruz

lma misma; comienza

alto,

le di

así

falto,

tan alto,

a la caza alcance.

la

caza es Dios y

su glosa:

Para que yo alcance diese

A

aqueste lance divino,

Tanto

Que de 144

Ibid.,

16.

me convino, vista me perdiese;

volar

el

ave cazadora

el

Estudios literarios sobre Mística Española

76

Y

con todo, en este trance

En el vuelo quedé falto; Mas el amor fué tan alto Que le di a la caza alcance. El poeta continúa a 1c largo de otras tres estrofas diciéndonos que

quedó deslumhrado en vés de la

y que persiguió su presa a traoscuridad; que parecía punto menos que imposible allas alturas

canzar su presa, pero que se abatió tanto, que dió alcance a

Pues sólo

caza.

esperanza de alcanzar

la

el

cielo logra cobrar

pieza (Dios en la unió mystica) que parecía inalcanzable

Subrayando Dámaso Alonso

de este gran poema, sía

le

la alta

dignidad y

rado persigue en vano a

la

No

muy

es

hay quien

un antiguo romance

este erudito

no

austeridad

la

que

el

la poe-

halcón enamo-

la

garza

alto volar:

Para Francisco López Estrada,

poema

.

garza amada:

Montesina era

de

145

encuentra un paralelo a medias en

de amor profano de Juan del Encina, en

Y

fría

.

la

la

:

se dió cuenta

la

pueda tomar

la fuente

146 .

en que se inspiró

Vi una garca a par de cielo

de que

la

idea al

147

menos ya

.

este

Pero había

sido utilizada a lo divino anteriormente, y precisamente en el mis-

mo

sentido de los versos de San Juan de la Cruz, por Francisco

145

se

La grandeza de compara con

le

«Autour de

la

la

este

poema

se

pone todavía de manifiesto

torpe imitación, que encontró

cetrería de

amor de Saint Jean de

la

si

Michel Darbord, Croix>, BH, LIV

(1952), 203-204.

de

146

Dámaso Alonso,

147

Francisco López Estrada, «Una posible fuente de San Juan

la

Poesía,

120.

Cruz», Revista de Filología Española, 28 (1944), 473-477.

nfluencia de

e

Osuna:

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

«El ánima prende y arrebata a Dios con lazos de ca-

no

idad y amor, porque Dios 2

da por vencido, como de dar caza a

)ios:

presa divina

la

avilan (alma), para

que no persiga

«Se amonesta a

es traído

en

la

halcón

prende»

la

148 .

tó-

el

los ojos al inquieto

que

otras presas

la

que debe,

que no tienen domado su corazón cuya

los

todo lo que ve,

mano,

como

los ojos descubiertos, el cual

e reposo, sino a todo quiere bolar; jos

el

de cubrir

el

;

atural condición es querer bolar a

ue

amor; antes luego

se sabe negar al

garza cuando

la

Osuna otro concepto relacionado con

'odavía hallamos en ico

77

el

gavilán

nunca

tie-

y por eso dévenle cuvrir los la prea que le conviene

para que aprenda a bolar solamente a

on más ímpetu y deseo desque se es ascéticas del

ído, son

muy

149

muestran»

la

.

Estas imáge-

alma enérgica cazando a Dios, que desea ser ca-

del gusto de

San Juan de

Cruz, pues utiliza

la

el

íismo símbolo para explicar otros versos suyos, en los que emplea

nágenes completamente diferentes:

En solo aquel cabello Que en mi cuello volar Mirástele en

Y

en

mi

preso quedaste

él

consideraste,

cuello, 130 .

I

éase el :erca del '.turas,

comentario del santo, explicando

alma (ave de bajo

águila):

esta divina

«No

vitelo)

tenía él tan alto vuelo

ave de

las

alturas;

los

versos

mas...

148 lio 2,

Mf .

150

que

el

ella

se abajó a mirarnos

Porque cosa

ave de bajo vuelo pueda prender

Francisco de Osuna,

Tercer

Abecedario,

ibid., 3 57 a-b. II,

al

águila

Tratado XII, capí-

pág. 454a.

Cántico espiritual, canción, 31, Obras

las

que llegase a prender

a provocar el vuelo y levantarlo de nuestro amor...

íuy creíble es

anteriores,

que prende a Dios (ave de

222.

Estudios literarios sobre Mística Española

78

muy subida, si ella se viene a Hemos de distinguir aquí entre el

real

queriendo ser presa»

lo bajo

símbolo como

y

tal

151 .

la idea. Por

supuesto, la idea existe también en el misticismo occidental. Aparece ya en Dante:

[Amore vince

Non

Ma E La misma trazos

más

vince

la

Volontá Divina]

che l'uomo alTuomo sopranza,

a guisa lei

perché vuol esser vinta

vinta vince con sua beninanza

152 .

idea reaparece en Ruysbroeck, incluso expresada con

no

enérgicos, pero

metáfora cinegética

15

puede hablar de una verdadera

se

\ Tampoco

la

traducción francesa, hecha por

Maeterlinck5 contiene una metáfora de caza real: L'arnant est alié tres loin,

Ce

qui

Vers

la

toujours tendré les

fait

yeux

sublime béatitude.

Cependant

est atteint

il

Et l'amant posséde l'amante

Dans

les

déserts

Hay, en cambio^ en

el

símbolos, que encarnan la

en

el

símbolo de

según Juan de

la caza,

de

tretas

151

por ejemplo,

los Angeles,

en

la

de

que

la

lucha del alma con Dios,

alma emplea toda

el

clase

«Usar... cuatro cautelas al

adversario en

alto...

Ibid., 235.

Paradiso,

153

Het

(trad.

un cúmulo

energía ascético-activa implicada

de diestros luchadores..., levantar

152

154

\

misticismo español todo

misma

de estratagemas para hacerle prisionero: y

1B

l'unité

XX,

rijcke

97-99.

der ghelieven, Werken

I,

80.

Uornement des noces spirituelles de Ruysbroeck VAdmirable par M. Maeterlinck, Bruselas, 1900 Introducción, pág. xcii)

ifluencia de sar

79

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroec k 155

de zancadillas... cansarle..., dejarse caer sobre él»

Tam-

.

ién Santa Teresa conquistó a Dios y lo hizo su prisionero:

Esta divina prisión

Del amor con que yo vivo

Ha hecho

Y Y

mi

a Dios

cautivo,

mi corazón; mí tal pasión Ver a Dios mi prisionero Que muero porque no muero

a caza ?ro») es >n

el

(igual

una idea

ángel)

.

que «luchar con D/os», «hacerle

oriental (derivada quizá

de

la

prisio-

lucha de Jacob

que, dentro del misticismo occidental, ocurre por

una manera genérica y sin aducir ejemplos concretos

muy :

bien,

«La más

manifestación de la mística cristiana medieval española toma

ta a

de Dios

15ti

primera en Raimundo Lulio. Sáinz Rodríguez afirmó

iz i

libre

causa en

carácter en

Raimundo Lulio de lucha y de

cruzada, y este ver-

idero almogávar del pensamiento simboliza todo lo rtividad

y de lucha en

el

alma española de

que había de

los siglos

medios»

15 .

Raimundo Lulio encontramos la fuente del «alma «En la selva d'amor cassava ramic son amat, demanaren li amadors qué prenía son austor» 15S y «Una lanca i volentat que havía ferré de fin amor e penó de egualtat d'amor,

fectivamente, en je caza a

Dios»

:

ncá l'amic a son amat, per co que

155 el

Juan de los Angeles, Lucha almaJ 289a.

156

Santa Teresa, Vivo

sin vivir

'1

nafras d'amor e d'amar»

espiritual

157

158 159

P.

Sáinz Rodríguez, Introducción, 190.

Art amativa, Obres 296, No. 764. Ibid., 212,

No. 597.

\

y amorosa entre Dio*

en mí, Obras 640a. Véase

este libro.

l,

el

cap.

IV

so

Estudies literarios sobre Mística Españolt

Raimundo Lulio nos pone en la pista de este simbolismo. La ciencia infusa, aunque es un don libre, debe buscarse por medio de actos ascéticos

de voluntad, devoción y oración: «Déía Tamic que ]60 Este es el esde volentat, devoció, oració»

ciencia infusa venia píritu

muy

una

.

«Hay que empezar

de Santa Teresa y su programa:

determinada determinación [para] penetrar en

o verse en poder de sus enemigos que están detrás» tramos asimismo en Raimundo Lulio zar (dar a la caza alcance) con lear el caballo hasta

lo expresa el

praestet

fides

el castillc

161

Encon-

.

expresión

alcan-

una resonancia etimológica:

espo-

que alcance

la

la enérgica

En

meta.

canza los divinos misterios, aunque falte

no

cor

el

todo caso,

la fe

al-

entendimiento. Este

humilde optativo de Santo Tomás de Aquino:

supplementum, sino

la

siguiente

frase

de Lulio:

«Trinidad Santa, en todo lo que no te alcanza mi entendimiento... es

mayor mi

fe

que mi entendimiento..., entendimiento por

fe»

162

2

Por supuesto que bajo

la influencia

ta

Teresa sintió

el

cazador es Dios y su presa

la

cidental (que llega hasta el

son)

de

la

transverberación, San-

verdad del concepto contrarióles a saber, que el

un símbolo ocHeaven de Francis Thomp-

alma. Así utilizó

Hound

of

al escribir:

Cuando

Me En Mi

160 161

162

tiró

los

el

dulce cazador

y dejó rendida, brazos del amor

alma quedó

caída...

Ande e Amat, Obres 76, No. 240. Ramón Menéndez Pidal, Estilo de Santa Teresa, 24-25. Raimundo Lulio, Blanquema, capítulo 112, párrafo 8 (edición

española, Madrid,

1929,

pág.

225).

fluencia de

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

Tiróme con una

81

flecha

Enerbolada de amor,

Y

mi alma quedó hecha lM . cosa con su Criador

Una de ser

sta idea

alma cazada por Dios

el

Ya hemos

roeck.

más

citado

fundamental en Ruys-

es

arriba su «in ons binnenste...

dar

hevoelen wij dat ons die gheest gods drijft». Dice también en arecidos términos:

«Die

ierste

toecomst Christi... die drivet en

ghet den mensche ghevoellic van binnen»

inwindigher dan

is

wij ons selven sijn,

m... es ons naerre...

men

levoelt

164

y «Want

ende

dan ons eyghen wercken»

in dat herte»

166 .

Ruysbroeck

165

die

167

>men werden» el

.

Maestro Eckart había anticipado

«Wan

discípulo:

i

motivo

«Want na

ons die gheest gods jaghet ende drivet... selen wij vol-

ise dat

Ya

es

«Dit driven...

.

insiste sobre el

que «die gheest Gods jaghet onsen gheest»;

i

God

inwindich dñ-

sijn

er mit siner

imagen

la

minne jageU

168

favorita de

Pero en Ruys-

.

está

la

metáfora tan acentuada

como

)mprender

el

«Brulocht» con toda

fuerza etimológica de su

*oeck

iginal

germánico «Braut-Lauf», en

>mo una novia por

el

la el

que

el

si

todavía pudiera

alma

es perseguida

divino pretendiente hasta que se rinde y

163

Poema Yo toda me entregué y di, Obras 642b. gheestelijke brulocht, Werken I, 149: «La primera venida de •isto mueve y caza al hombre completamente desde el interior.» 145 Ibid., 148: «Porque Dios está más en lo íntimo de nosotros que 'sotros mismos, y su caza interior está más próxima a nosotros que nues16i

1

De

propia actividad.» 168 le7 :e

Ibid.,

150:

Ibid., 151

:

«Este ser cazado se siente en

«Pues según

la

manera en que

el el

corazón.» Espíritu de Dios nos

y mueva, seremos perfectos.»

1SB

M. D'Asbeck, La mystique

de Ruysbroeck, 91. 6

Estudios literarios sobre Mística Españo

82

entrega, cosa

que hubiera hecho desde

sido porque encontró

más apropiado

no

el principio, si

resistirse

en

hubiei

esta caza amoros

hasta que el dulce cazador en competencia con otras fuerzas divinas) se apoderó de ella

más bien único

parece

en Ruysbroeck,

169 .

Hay,

en San Juan de

:

mística novia, en

la

(r

embargo, otro punto

sin

la

qi

Cruz como tambié

etapa de sus místicos de

la

posorios en que Dios anda a la caza de

ella,

declara que lo qi

únicamente quiere y desea es su prometido, no los mensajerc

que pueda

enviarle,

naciones, etc.

Y

decir,

es

conforme a

gracias

esto, dice

San Juan de

Acaba de entregarte ya de

No

Que no

vero.

ya mensajero

saben decirme lo que quiero

El mejor comentario a estos versos nos lo ofrece

No

dijera:

si

quieras

por estos mensajeros de

de

porque

ti...;

los

las noticias

mensajes»

los

con

el

mismo

el

m

pueden

.

santo

te conozca,

y sentimientos que se la

dolor...

y

me

esto qi

seas el mei

Idea, concepto imaginativo y símbolo

hallarse

Cf.

c

en Ruysbroeck, en corresponde!

sentido del Cántico espiritual:

«Men

sal

rusten opde

ghenen ende inden ghenen diemen meynt ende mint, meer

169

da

presenci

como comunicarte de bu

no quieras enviarme ya más mensajero...; tú y

estos mensajeros cia

el

.

mensajeros, a quien pena por

bien sabes tú, Esposo mío, que aumentan

sajero

1T0

que de aquí adelante

andas comunicando por medios, que es las...;

ilum

Cruz:

la

quieras enviarme

De hoy más

«Como

visiones,

indirectas,

da

James George Frazer, The Golden Bough (Nueva Yor

1940) 156. 170

Cántico espiritual, canción

171

Ibid. 3

56-57.

6,

Obras

II,

54.

de Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

\fluencia al sijn

>

jeros

boden die

gaven»

hi sindet, dat sijn sine

de Dios acompañan lógicamente

idea del pretendiente,

83 172

Los men-

.

como mensajeros de amor

que en ambos autores anda

a caza del

ma.

IV.

La noche oscura y la desnudez del alma

Un

1.

concepto luliano:

la

noche oscura que

una noche más oscura en espera de

lleva

a

aurora;

la

combinado con:

Un

2.

y

concepto ruysbrceckiano

desnudez absoluta

la

:

sin imágenes.

i

Jean Baruzi en su análisis, excelente en otros sobólo sanjuanista de la noche oscura del alma

sinónimos

i

como noche

=

soledad

=

del

negación, mez-

a Raimundo Lulio y traza algunos forzados paralelos Ruysbroeck y San Juan de la Cruz. L. Reypens, por otra

almente

ttre

pte, asegura j

desierto

aspectos,

hace hincapié

de noche y de desnudez. Desconoce

itndo así los dos conceptos t

=

17

que en Ruysbroeck no hay rastro del concepto sanl74

mista de la «noche oscura»

r io,

3

a pesar de los ecos de

que tienen un sentido completamente

ci afgront deser duysternissen, daer die

1:2 s s.

De

gheestelijke

brulocht,

Werken,

I,

distinto,

San Dio-

como

140:

Baruzi, Saint Jean de

174

L.

Reypens, «La

uavidad y en lo otro estrechura y congoja!»

Lulio

mismo

«Oh, cuan diferente negocio... En

mente estrechura:

:n

estríe

amic, savi es qui per altre es castic e ten des-

Aprieto no es

.

es el catalán

97

l'amat

com

havia tan bon amador»

235 .

Pero aprieto aparece en Lulio incluso en la equivalencia etimolócatalana pressura.

gica

en

ico

la

María

al

pie de la Cruz, prototipo del mis-

noche oscura, exclama:

E

qui m'ha donada

Tanta de pressura e tanta botada

Que

a

penes mi sostenc? tam fort són cascada!

María dice también, empleando

La gran deshonors

Mi

e la pena

constrenyen tan fort

Que

tot se desllaca e es

En cuanto

al

ido de etapas

mon

\

verbo constrenyir:

que dats a

mon

fill

cor ab amargors

banya en dolors

23 .

término árabe bast aducido por Asín, con dulces o alboradas, que encuentra en

nsanchamiento, ya indiqué en tad

el

a3

la

el

el

introducción que no hay necesi-

de recurrir a esa voz árabe, puesto que ensanchamierito

232

Poesies,

233

Asín Palacios,

234

Vida perfecta, Diálogo

115.

Un

précarseur, 1,

Obras

134. I,

235

Art amativa, 217, No. 658.

236

Plant de Nostra Dona. Poesies, 57.

237

De

la

sen-

español

173a.

pena que sentía Nosira Dona. Ibid

,

66.

tra-

Estudios literarios sobre Mística Española

98

duce

conocida voz latina medieval y hasta bíblica, parte, quizá esté

dilatatio, y en lo cierto Asín

Palacios, al atribuir a ensanchamiento (ensanche)

un concepto más

la

alterna con

que

colorista

Por otra

dilatación.

a di\atatio3 voz esta descolorida en el correr de los

Ensanchamiento puede entrañar algo de «una extensión

siglos.

inesperada» y de «rebosamiento».

no

Con

todo, yo insistiría en que

se trata principalmente del bast árabe, sino del reveniment de

Raimundo Lulio: «L'amat enamora 238

reveniment»

.

que

del verbo revenir,

hasta

significa

desbordamiento:

el

ramic... Atrób l'amic plaer

el

de un

crecer de las aguas

«Aquarum

río

239

auctione accrescere»

Podemos, pues, afirmar con bastante seguridad: teria

e

Parece que Lulio creó esta palabra por derivación

toda

.

la

ma-

prima del símbolo, estructura del símbolo, concepto, ritmo

y terminología de la noche oscura, sus smónimos y antónimos, pueden hallarse en Raimundo Lulio; sin embargo, aquí como en todo su misticismo, Raimundo Lulio no pasó de un desmañado balbuceo. El haber elevado este balbuceo a

un lenguaje de

sobre-

cogedora poesía y de altura teológica es mérito del poeta español

y doctor ecclesiae San Juan de

la

Cruz.

2

Lo que noche no de que

el

hace de

noche oscura de San Juan de

la

sólo oscura, sino fría, helada, austera

genes, desnudez

238

Amic

239

Diccionari

e

240 .

uní

es el hecht

Amat,

«Pasar por

:

31,

No. 30

.

Catalá-Castellá-Llaü-Francés-Italiá

la

1839,

s.

<

soledad, vacío, austeridad sin imá

Esta palabra no tiene paralelo en los místico

de Catalana, Barcelona, 240

y grave,

Cruz

santo entreteje el concepto árabe-luliano con otro con

cepto norteño-ruysbroeckiano

gumento.

la

v.

(Per

una

Societa

revenir).

oscura noche de

la

fe,

en desnudez». Subida, Ar

¡

Influencia de

9Q

Raimundo Lidio y Jan Van Ruysbroeck

medievales: no sólo significa

resultado (nuditas) de aquel desnu-

el

darse ascético, que llamaban dcnudatio y se mudare y para el que los españoles desarrollaron toda una retahila de sinónimos: des-

nudarse, se3

desaposesionarse,

desapropiarse,

despojarse,

desemparai'-

desocuparse, desarraigarse, desasirse, destacarse, desprenderse,

arrancarse, renunciarse, limpiarse, acicalarse

en San Juan de

la

de renunciar a

las

Cruz

significa

241

sino que desnudez,

,

mucho más

significa el resultado

:

y consuelos indirectos, pinturas sagra-

visiones

das y objetos de devoción, y es el vivir en un terrible aislamiento para el contacto puro y «desnudo» con Dios. Implica un estado de

y de vacío en donde sólo queda una capacidad,

sencillez

ser invadido

Desnudez

por Dios,

significa

una

Dios

si

es gustoso

de

la

de otorgar esta invasión.

terrible evacuación psicológica;

es otro as-

pecto de la noche oscura.

La voz española desnudez

es

sorprendente por su misma etimo-

El latín tardío, confundiendo acción y resultado, desnudamiento y desnudez, emplea indistintamente, como el griego y^vcogis

logía.

lss

todas estas voces y



formó

un derivado con

dare),

ce

ez, latín vulgar

conforme a didez, etc.

los 243 ,



muy

a

cambio

el

.

El español renunció a

verbo desnudar

(dis -f

nu-

terminación exclusivamente ibero-roman-

la

íties

en vez de



modelos durez (duritiem), indica, sin

de haberse desnudado que era

242

palabras denudado, nudatio y nuditas

embargo, más bien el

Desnudez, formada

itia.

vejez, niñez, avidez, canel

acto de desnudarse.

frecuente su empleo en sentido

literal,

estado resultante

En

la

práctica

comparado con

no el

| 241 La mayor parte de estas expresiones pueden encontrarse en Fr. de Osuna, Tercer Abecedario, Tratado VI, capítulo 2, 3.

242

ThLL: denudado,

pág.

549.

Forcellini, Totius Latinitatis Le-

xicón: nudatio, pág. 307. 243

(Halle,

Federico Hanssen, Gramática 1913), párrafo 303,

pág

133.

histórica

de

la

lengua castellana

Estudios literarios sobre Mística Española

100

popular estarse en cueros; por pleo para

un connotación

estaba

ello,

muy

indicado su em-

mística.

Este sentido le vino, a lo que presumo, de una palabra cuyo significado particular la

no pudo quedar oscurecido

ni siquiera por

de Surio. Esa palabra

tosca traducción latina, nuditas,

es la voz

ruysbroeckiana del flamenco medieval, bloetheit. El adjetivo bloot

corresponde bléat

=

el

244

y

;

245

simple

sencillo,

es

medio

al

pobre

alto

=

alemán blóz

significa

El flamenco bloot en

.

desnudo y

anglosajón

el

habla moderna no sólo

español desnudo, sino también escueto, mero, «simple»

Sin embargo, no paran

aquí

complicaciones.

las

no deriva del adjetivo flamenco

blootheit

cumbre en

directamente en

el la

El

bloot, sino

copia calcada del medio alto alemán blózheit labra

al

desnudo, pero también puro, limpio,

=

246 .

sustantivo

que es una

desnudez

247 ,

pa-

sentido místico del maestro Eckart, imitada

forma y en

el

significado por la

bloetheit de

Ruysbroeck. Valdría

la

pena investigar

si

no

sólo bloetheit,

sino también

todos los demás términos místicos de los escritores del medio alto

alemán

no

llenaron

los

términos

emparentados

todas las implicaciones semánticas del lo

que nos interesa aquí

es otra cosa:

ducción latina de Ruysbroeck

244

Friedrich

Kluge,

medio

Etymologisches

con

248

Pero

.

¿conservó Surio en su

—traducción

Sprache (Estrasburgo, 1910), 61. 24í Verwijs en Verdam, E.

alto

flamencos

alemán

tra-

que, a lo que parece,

Wórterbuch

Middelnederlandsch

der

deutschen

Woordenboek

(S'Gravenhage, 1885)* 1321. 246 II,

C. F. A.

124. 247 E. 248

Van Dam, Spaans Handwoordenboek (Den Haag,

1937)

Verwijs en Verdam, Woordenboek, 1322.

Este estudio podría emprenderse fácilmente con los textos pu-

blicados por

Gerard Isaac Lieftinck en De Middelnederlandsche

Handschriften (Groninga, 1936).

Tauler-

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

Influencia de

conocían todos los españoles blootheii,



semánticos de bloot y

matices

los

101

o bien dió sólo una versión aproximada con sus toscos

nuditas y nudus?

A

decir verdad, Surio se esfuerza en conservar los matices que

Ruysbroeck,

presentan

Tauiero y ücKart,

mos en traducciones comprensivas conceptos en la

títulos,

vertiendo

sinóni-

sus

sobre todo, resumiendo los

y,

que transmiten a

toda

los lectores españoles

riqueza conceptual de los flamencos. Así, por ejemplo, escribe

«Onse ledeghe

Ruysbroeck: 1J

heit»

.

Y

Surio traduce

ter ociosus nuditas est

staet,

muy

dat

imaginum expers»

capítulo el siguiente título comprensivo

200

De

:

onghebeelt-

bloette

es:

«Status autem nos-

hábilmente:

y pone

del

al frente

statu ocioso in simplici

natura ac púntate spiritus.

Surio se ve forzado a emplear nudare imaginibus, donde

eckartiano), pero ello,

wi willen,

alse

no obstante, nos da

Ruysbroeck: «Wanner dat

exacto.

tote in

wi...

onsen ledeghen

el sentido correcto y ontbeelden moghen, altoes

sine,

dat grondeloes abys sinre minnen...»

sijn, in

el

famoso entbilden

texto flamenco tiene simplemente ontbeelden (el

daer wi met gode één 251 .

Y

Surio traduce:

«Quando... cunctis nos nudare imaginibus queamus, doñee in ip-

sam pertingamus ociosam essentiam nostram, ubi unum sumus

cum Deo

No

in inexhausta ac infinita ejus caritatis abysso.../>

hay duda de que por

lo

concepto ruysbroeckiano de

del

que se la

la

249

Een

- 5U

D. Ioanis Rosbrochii, Speculum aeternae

spieghel der ewigher salicheit,

(editado por L.

ducentos 1552, ~

e

Werken

206.

salutis,

1

Een

spieghel der ewigher salicheit,

Speculum aeternae

salutatis,

Werken

capítulo 26,

capítulo

post annos Latine,

pág. 42).

15á

que

adaptación,

III,

Omnia; Nunc demum Germánico idiomate reddita

Surio, Opera

Brabantiae

a la profundidad

refiere

bloetheit,

23

III, 216.

pág. 46.

20

ferme

Coloniae,

Estudios literarios sobre Mística Española

102

hizo Surio del texto, expresaba la idea en latín con

que

manera

esta

así

todo

el

indirecta el sentido

de blootheit y

Después de

leer

una

frase

que

de Ruysbroeck como

la

Cruz.

ésta:

«Die

maect van der memorien ene bloeíe gedachte

cracht...

253 ,

inconcebible que Asín Palacios identificara

la

parece realmente

desnudez del espí-

tachrid árabe, a pesar de su significado fluctuante (se-

el

gún Loiús Massignon) ter sijn in

heredando

San Juan de

utiliza

ende van den verstane een bloet gesichte»

con

bloot,

sentido pregnante y profundo del término de Ruysbroeck,

se verá por los sinónimos

minnende

ritu

claridad,

voces españolas desnudar y desnudez pudieron apropiarse

las

de

como

tal

254

Si bloetheit significa «het algeheel lou-

.

kennen, shouwen» y «het bloot staan van 25

pene in geest en gemoed» «desnudez del todo» significa incluso

que

250

«el

%

es ciertamente

de San Juan de

al

het gescha-

una misma cosa con

la

alma no ha de poner

ia

Cruz. Esta desnudez los ojos...

en cuales-

quier visiones del sentido interior, cuales son las imaginarias, antes renunciarlas

todas»

257 ;

que

y tiniebla y desnudez de todas

el

alma ha de 25

todo lo podemos llamar una misma cosa»

,

«en un vacío

estar

o pobreza

las cosas

Una

espiritual

que

persona se halla

espiritualmente desnuda «por estar ya adelgazada y pulida y pu-

de su alma, enajenada de toda criatura y de

rificada la sustancia

253 Ruysbroeck, Van den gheestelijken tabcmákel, Werken II, 56: «La potencia amante hace de la memoria una inteligencia desnuda, y del entendimiento, una visión desnuda.»

254

Massignon, Lexique musulmán,

255

Woordenlijst,

en

el

en

el espíritu

Werken

entendimiento, en

y en

la

la

III,

301 y

visión» y

74, 246, 255, 283. II,

«estar

368

:

«Ser enteramente puro

desnudo de todo

voluntad.»

256

Subida del Monte Carmelo, Obras

237

Ibid., 164.

258

Ibid., 222-223.

II,

167.

lo

creado

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

Influencia de

todo rastro y de todo toque de eila»

103

«ajenada de todo lo que

;

260

temporal y apetito natural»

secular,

es

259

;

voluntad estando

«la

de arriba y desarrimándose de toda cosa..., lo cual no puede ser sin

vacía y desasida... de... gustos y aficiones particulares abajo...

desnudez» la

26

\ Esta desnudez es tan fundamental en San Juan de

Cruz, que

ne

santo declara que su primer libro (Subida) contie-

el

doctrina de ¡a desnudez del espíritu

la

262 ,

según

la

cual «el

alma resignada, aniquilada y desnuda... de todo se ha de vaciar

como

que puede caer en su capacidad, de manera

sea cosa

aunque más cosas sobrenaturales vaya teniendo, de quedar come desnuda de

mismo,

rido a desnudez.

modo, que tiene

aunque en

sería,

en cambio, como vamos

concepto de «lo que no tiene modo», refe-

modo

«Dejar su

es Dios.

modos

el

Si todo esto podría quizá

.

Ruysbroeck, no lo

ser explicable sin

a ver ahora

263

ellas»

Porque

ni maneras...

[y]

que no

entrar en lo

ya no

de entender, ni de gustar, ni de

sentir,

modo

del

que no

nada, que lo tiene todo..., entra en límite sobrenatural que

modo alguno»

26

alma con Dios,

en que

sin

modo

como

cualidad

se expresa

alguno

sustituido por sin algún

(=

medio

como modo de contacto con 339

360

Llama de amor

viva,

imprescindible

in (

=

la

unión

onwisen,

Dios, para

Obras

de Ruysbroeck)

está

zonder middel, de Ruysbroeck),

II,

el

que esa cualidad cons-

326.

261

Ibid., 376-77.

Subida del Monte Carmelo, Prólogo, Obras

363

Ibid.,

364

para

en términos todavía más enérgicos,

382

la

tiene

Ibid., 339.

83.

Concordancias de de

tiene

no

\

Esta desnudez, del

tiene

llega,

alma que a este estado

el

encierra todos los modos, al



;iue

siempre se ha

Más las

Cruz (Burgos, Subida, 85.

I,

12.

ejemplos en Fr. Luis de San José, O. C. D.,

obras y escritos del Doctor de 1948),

306-309.

la Iglesia

San Juan

Estudios literarios sobre Mística Española

104

tituye el camino: «Te hallase yo..., fuera de todas las cosas y de mí misma, en soledad y desnudez de espíritu...; sola y desnuda

de toda impureza temporal, natural y sin otro algún medio, lo cual sólo es Dios» es

265

Evidentemente

.

sito

previo y un medio de

en...

beso del alma a

el

que San Juan de

lo

poner bien en claro que

desnudez en

la la

contigo sólo...,

espiritual,



Cruz pretende

la

constituye

un

requi-

unió mystica, porque Dios comienza

a reinar en el «alma vacía y desnuda»

«Como en

:

su casa propia...

rigiéndola y gobernándola... en esta alma en que ya ningún apetito

moran, secretísimamente mora

ni otras imágenes ni formas...

Amado con ella está

tanto

más íntimo

más pura y

sola

de otra cosa que Dios»

266 .

Antes de retraducir todo esto a su original más probable,

Angeles,

conocido y tosco vulgarisateur

el

de Ruysbroeck,

Groult)

evitando sus

términos

traslada

esenciales.

el

cómo Juan de

lenguaje de Ruysbroeck, quiero primero recordar los

el

e interior y estrecho abrazo cuanto

(como

los

conceptos

He

aquí algunos

le

llama

ruysbroeckianos,

de

ejemplos

Juan de

los

tinieblas

removidas y negadas aquellas cosas que se pueden sentir 267 o «Se llega a Dios libre y desem;

«El espíritu enamorado vuela a las divinas

Angeles:

o imaginar o entender»

barazado de imágenes» der

bloetheit

dinghen» vverke»

269 ;

270 .

beelden...

verliest

268 .

En

cambio, Ruysbroeck escribe:

men ghemerc ende

van

alien

«onghehindert ende alsoe ledich aire uutwindiger

La

en «een ontblotinghe vremder

bloetheit consiste

dat de

mensche

ende onverbeeldet... ende ledich

vri

265

Cántico espiritual Obras

266

Llama de amor viva, Obras Lucha espiritual, 304b-305a.

267

ondersceet

«In

II,

164. II,

408.

288

Conquista del Reino de Dios, 137b.

269

De

gheestelijke

brulocht,

Werken

I,

224:

«En

la

desnudez

se

pierde cuidado y distinción de todas las cosas.» 270

Ibid., 241

:

«desembarazado y

libre

de todas

las cosas exteriores.»

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

Influencia de si

van alien creatueren»

27

\ Por

Gode

«In den besittene

aire

so moet de

god es»

die

dinghen leedich

:omen

~

72 ;

la

bloetheit

soe wie on-

van herten [no embarazado con imágenes]...»

sijn

onghebeeltheit

de

tanto, la esencia

«dat es onverbeeltheit [ausencia de imágenes]... verbeelt wilt

105

273 ;

steet, soe

mensche

mach

271

die...

ende onverbeelt

hi altoes bloet

gheests»

in dat innnichste sijns

vallen op eene blote

scuwende mensche

«die

finalmente, conocere-

;

mos a Dios en su «aenschijn boven beelden en gheliken, bloet en 275

oenbedect»

,

cuando «die verstendighe cracht wert verheven

onwisen ende haré gesichte wiseloes, dat es sus

noch soe noch

alie

beelden»

276

hier

noch daer...:

een bloet scouwen boven

«zonder middel, boven

;

in

zonder maniere, noch

:

want boven

gratie...,

dit

middel hebben wi dat beelde gods ontfaen in de levendegheit onser 277

zielen...

,

bloetheit es

271

eene

in

wiseloese

conforme a

esto,

La desnudez hombre

Ibid., 144:

genes ajenas para que el

onbekinde

precisamente

consiste en

27S

La como en San Juan de deemsterheit»

.

«uñ desarraigamiento de imádesemba-

sea libre y sin imaginaciones y

razado de todas las criaturas». 2:2 273

Van den blinkenden Steen, Werken Ibid., 5: «En la posesión de Dios

III,

5.

el

hombre

la

Esencia y que está libre

caerá sobre una

pura desnudez, que es Dios». 274

Ibid., 7:

«el

hombre que vislumbra

de todas las cosas, podrá llegar

desnudo y

sin

imágenes

a lo

íntimo de su

espíritu». 275 a

sin

manera, eso es sin ningún modo, ni

visión 277 1

Van den XII Beghinen, Werken IV, 22: «aspecto que

imágenes y símiles, desnudo y al descubierto». ,Ta Ibid., 22: «el entendimiento se levantará sin

desnuda superior a todas

Van VII Trappen, Werken

la gracia,

modo

y su visión

aquí ni

en

Ibid. y 266:

la

allí;

una

imágenes». III,

260:

«sin medio, trascendiendo

porque, trascendiendo incluso a este medio, tenemos

ie Dios recibida 278

las

así ni así, ni

trasciende

la

vida de nuestra alma».

«en unas tinieblas sin

modo

y desconocidas».

imagen

106 la

Estudios literarios sobre Mística

un

Cruz,

requisito previo y

un medio de

onsen ledighen sine, daer wi een sijn met daer...

heert»

La

God

een wilde woestine, daer

es...

unto mystica: «In

la

Gode

in sijnre minnen,

in leeft, die ons reg-

279 .

conclusión que se desprende de los textos de San Juan de

Cruz y de Ruysbroeck, relativos al concepto de desnudezno es meramente la generalidad vaga de Baruzi de que

la

bloeiheit,

«aussi fortement qu'un Ruysbroeck; Jean de la Croix atteint l'uni-

vers intérieur, totalement dépouillé d'images, et 280

rencontre»

.

Uno

dimiento de vaciar

dad de

la



Pére nous

le

y otro tienen algo más de común, alma. Predican, en primer lugar,

el

purgación ascética, tanto activa

como

pasiva,

el

proce-

la necesi-

de

los sen-

y potencias del alma. Y, en segundo lugar, declaran perju-

tidos

diciales para el adelantamiento del

recuerdos, incluso devotos y santos.

alma toda clase de objetos y Ambos lo hacen en términos

tan enérgicos, que tienen que tomar precauciones contra la posi-

de que se

bilidad

les

interprete torcidamente:

Vero háse de advertir aquí que

Maer

no por eso convenimos... en

mensche goede beelden vorene-

esta

nuestra doctrina con la de aquellos

pestíferos

hombres

que...

quisieron quitar de delante de los ojos

de

los fieles el santo

necesario uso... de las

de Dios y de

279

Een

y imágenes

los santos

men,

in der oefeningen sal de

alse

dat doghen

ons heren ende

alie die

wecken moghen vocien

[pasión]

hem

meere de

168:

«En nuestn

882

281 .

spieghel der ewigher salicheit,

Werken

III,

donde estamos hechos una cosa con Dios en su amor, un desierto agreste en el que vive Dios, que nos gobierna.»

libre sentido,

280

Baruzi, Saint Jean, 315.

281

Subida del Monte Carmelo, Obras I, 299-300. Van den blinkenden Steen, Werken III, 5: «Pero

282

ver-

te

al

ha?

principii

tfluencia

107

de Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

misma que crear un estado alma tengan un

Finalmente, declaran que su preocupación moral es

preocupación ontoiógica y metafísica, a saber, que las substancias desnudas de Dios y del

i

el

i

ima propicio para juntarse, y en

el

que

•ios

kío

Resumamos este médesnudo y sin corporal semejanza» y procedimiento de ambos autores con sus propias palabras: i

.

poner

los

=

(desnudez

desnudez espiritual

w

alma pueda «abrazar a

el " s

la

=

ojos, renunciar

bloetheit)

significa

renunciar

vertiesen, ledich sijn) a todas las

o internas, y a todo rastro de criatura

nágenes, sean externas

:ualesquier visiones, toda criatura y tocio rastro y todo toque de

todo

la,

irales

lo

que

es apetito natural,

— ghemerc

indigher werke,

aunque sea de cosas sobrena-

ende ondersceet van alien dinghen,

wremder beelden, van

aire

uut-

alien creaturen). El

alma

sbe quedar, en cambio, vacía, en oscuridad y pobreza, acendrada,

resignada y libre (en vacío, pobreza, soledad, desasida,

¿sasida,

esarrimada,

resignada,

desnuda

aniquilada,



ontbloot,

ledig-

en sine, onghehindert, ledich, vri, onverbeeldet, bloet, oenbedecf). ía

de dejar su

ño (dejar

m

modo humano y

modo, entrar en

límite sobrenatural

i

's

cosas; sin algún

ie

god

ianiere;

ara

que

boven el

alie

igheit

alma alcance

iy

Dios

el

vallen

bloíe onghebeeltheit

Y

la

condición

la

plena receptividad del abrazo divino

=

dat beelde gods ontfaen in de leven-

entonces, en lugar de las imágenes ante-

que reine sobre

que usar imágenes buenas como

la

que puedan espolear

al

todas las cosas

op eene

in dat innichste sijns gheests, zonder

beelden; zonder middel). Esta es

onser zielen).

ores, será

=

comen

beso del alma a Dios

'l

que no tiene

modo sin modo dimodo que es Dios;

que no tiene modo alguno; juera de todas

medio

es; onverbeelt

dejar paso al

lo

el

de

alma

la

así

dispuesta (en esta

Pasión de Nuestro Señor

hombre

a una mayor devoción.» Osuna, Tercer Abecedario, Tratado 13, capítulo 4, pág. 466b •suna pudo conocer a Ruysbroeck por los fragmentos de 15 12. 383

Estudios literarios sobre Mística

108

alma en que ya ningún apetito ni

otras

Amado

=

imágenes moran, mora e

rigiéndola y gobernándola in onsen ledighen sine, wilde woestine, daer God in leeft, die ons regheert).

la

ee¡

Las ideas de Ruysbroeck y de San Juan de la Cruz acerca necesidad de vaciar el alma de pasiones y de imágenes, y

di

de Dios, coinciden en concepto, procedimiento, expresio

llenarla

nes y terminología. bloetheit, concepto

de

tituye otra

de

liana

d-

las

No

exageramos, por tanto,

es algo así

como

que

fermento y

el

vadura del concepto de San Juan: desnudez sin

exponer filosóficamente

dio, para

afirmar

1.

materias primas, que, combinada con la idea lu

«noche oscura»,

la

al

fundamental en Ruysbroeck y en Eckart, cons

la

modo

la le

y sin me

concepción más poética de

1

noche oscura del alma.

V. 1.

Aderezo místico y toque místico

Joyas

y

adornos

de

2.

El toque

=

desposada

la

gheestelijker Brulocht,

=

Cierheit

de

de Ruysbroeck.

gherinen, de Ruysbroeck. i

Los místicos españoles, en su riqueza de ciertas gracias

«ornatos», «joyas», etc.:

gracias

llaman

símiles,

que

el

divino E¡

poso otorga a su desposada mística antes del matrimonio tual,

con

el fin

de prepararla para

este acontecimiento.

Y

espir

lo hace

en diferentes grados y variaciones. Sin embargo, la idea es ta importante que el Padre Crisógono titula un capítulo de su m( nografía sobre San Juan de la Cruz:

sada

284

284

.

Gracias y joyas de despc Santa Teresa, después de enumerar algunas de estas grj

P.

Crisógono de Jesús Sacramentado, San Juan de

(Barcelona, 193 5), 145-154-

la

Cn

1

afluencia de

concluye simplemente:

as,

Esposo a dar

a

son

«Estas

que comienza

joyas

las

su esposa y son de tanto valor que no 285

mal recaudo»

:á a

109

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbr oeck

.

Francisco de Osuna recalca

las

misma

la

ponidea

novia y su casa deben hallarse arregladas para recibir a su

-la



Esposo

ivino

aunque de manera

,

que pide

lo único

distinta:

rey es una casa desocupada, ya que trae él consigo suficientes

«Cuando

y grandes reyes ienen a posar en alguna casa, luego se desembaraza toda la caiornos para decorarla:

porque

i...,

286

icio...»

lea

.

los

príncipes

rey trae consigo lo que es necesario para su ser-

el

Juan de

de Ruysbroeck, em-

los Angeles, vulgarisateur

palabra «adorno» en tres sinónimos

la

alhaja, ornato, ade-

:

de manera parecida a Osuna: «Para entrar

?zo,

obre casilla del labrador, Ihajas...

porque

Príncipe trae consigo

el

el

príncipe en

la

labrador... la desocupa de todas sus el

ornato y aderezo digno

287'.

e su persona»

San Juan de

la

que

el

n ornato para

el

ien claro

el

Cruz, en cambio

—explica

ex ungue leonem

desposorio espiritual por su

matrimonio

misma función que

y consiste en

espiritual

el

es

alma

=cibe dones y aderezos espirituales absolutamente necesarios para ecibir

a su divino Esposo:

aman desposorio de

as

sí,

espiritual...

«En

vuelo espiritual...,

este

comunica Dios

al

cual

alma grandes co-

al

hermoseándola de grandeza y majestad, y arreándola de

ones y virtudes, y vistiéndola de conocimiento y honra de Dios,

como a desposada en el día de su desposorio..., quedando domada de los bienes que digo» 28S En otro pasaje el santo basa

"ien así

.

u símbolo en un texto del Antiguo Testamento: iay

algunas joyas y adornos de

285

Moradas,

286

Tercer

287

Conquista del Reino de Dios, Diálogo

I,

288

Cántico espiritual, canción 14, Obras

II,

libro

VI, capítulo

Abecedario,

Tratado

5,

pág.

IV,

«En

Fué

desposada...

la

el

desporio

esto figurado

386a.

capítulo

5,

46a. 100.

pág.

364a.

Estudios literarios sobre Mística Españole

110

en aquellas doncellas escogidas para

un

rey Assuero, que... tenían

el

año, aunque en palacio encerradas, de manera que

año se estaban disponiendo con especies aromáticas,

y

el

otro

medio año con

imagen

medio

es especialmente apropiada

por

la

otras

otros ungüentos más

subidos, y después desto iban al lecho del rey» esta

el

ungüentos de mirra, y

ciertos

289 .

Sentimos que

razón de que

el sím-

bolo del amor de desposados coincide teológicamente con una

es-

pecie de «confirmación», spiritális unctio.

Durante

la

Edad Media, cuando unctio

término de contemplación, terpretó

que San Juan de

símbolo ruysbroeckiano del el

empleaba como ur

no

se

in-

nunca como «ornato», sino precisamente como «unción»;

esto sugiere

En

se

texto últimamente citado,

el

Cruz se hallaba bajo el hechizo del «Adorno del matrimonio espiritual* la

texto de Juan de los Angeles, los tres sinónimos de ador-

no indican una imitación del

título

cierheit der gheestelijker brulocht.

del

Maestro flamenco:

Di

Aunque no construye realmenü

su obra principal sobre este concepto, Ruysbroeck vuelve sobre

en todos sus

escritos.

Para Ruysbroeck, por ejemplo, todo

é.

el pro-

ceso de transformación (overformen) de las potencias del alma

er

dones efectivos del Espíritu Santo es un proceso de ornamentación y decoración (aeren)

:

«Die vreese ons Heren Himor Donrim

heeft gheciert en overformt die toernighe cracht... tierenheit

[pietas]

heeft

gheciert

begeerlicke cracht der sielen... tia]...

29

290 .

met sunderlingher

292 .

289

Llama de amor

290

Het

291

Ibid.,

282

Ibid., 39.

rijcke

34-

En

este

cierheit

K Die gave godliker const

heeft verciert die redelike cracht in der sielen

lingher claerheit»

Die goeder

punto

la

I,

[scien

met sonder

influencia de Ruysbroecl

viva, canción 3, verso 3,

der ghelieven, Werken

di<

28.

Obras

II,

358.

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

Influencia de

sobre los españoles parece tan evidente por

más

dispensarnos de traer



misma que podemos

citas.

2

En

la

Edad Media camino de

tada en el tactus.

San Juan de

los contactos entre

la

dos verbales españoles, toque

de

las

campanas, dándole a casi

alma adelan-

el

293 ,

la

uno de esos

que

la

correspon-

típicos deriva-

también

se aplica

palabra española

concreto, desconocido en los

nombre de

el

Cruz sustituye generalmente

la

diente traducción española, tacto, por

cífico,

Dios y

perfección se conocían con

textos

un

tocar

al

sentido espe-

místicos

latinos.

muy de cerca a los textos decisivos de San Juan de la Cruz y muy especialmente a los capítulos 24, 26 y 32 de la Subida del Monte Carmelo, el P. J. McMahon intentó dar una definición Ciñéndose

completa con

las

mismas palabras del santo:

«Estos toques son

sentimientos espirituales recibidos ya en la voluntad ya en la sustancia del alma.

dimiento; casos,

En

cuanto sentimientos, no pertenecen

pero frecuentemente e incluso en

de esos toques rebosan en

conocimiento e inteligencia»

Aparte el

la dificultad

filólogo se

29

el

la

al

enten-

mayoría de

entendimiento

los

aprensiones,

\

de entender teológicamente esos «toques»,,

queda sorprendido ante una

catacresis, figura infre-

cuente en el estilo del santo, que suele ser de una claridad extre-

ma: «De

293

unos duran

estos toques

Ramón Menéndez

Pidal,

ñola (Madrid, 1929), párrafo 83,

5,

294

y...

de

ellos

redunda en

Manual de gramática

histórica

el

en-

espa-

pág. 197.

The Divine Union in thc Subida del Monte Carmelo and the Noche Oscura of Saint John of the Cross (Tes. de la Univ. Catól. de Wáshington, 1941), 82. Véase también toques en Fr. Luis de San José, Concordancias, op.

cit. t

1

.061-64.

Estudios literarios sobre Mística Españolo

112

tendimiento...»

Son

.

296

de

la

más

alta calidad espi-

«Este toque divino ningún bulto ni tomo tiene... y

.

por cuanto es substancial

toque...

tancia) es inefable» la

estos toques

un contacto directo entre Dios y el alma. Por ello, en la más avanzada del alma hay un toque que a vida eterna sa-

ritual,

etapa

be

295

29

7

La última

.

de

a saber

(es

que da San Juan de

definición

Cruz del toque, y que no tuvo en cuenta McMahon,

sigue:

«Este toque de centella...

Amado

hace

da, de

es

un toque

alma a veces, aun cuando

al

manera que

enciende

la

no parece sino que una

así este

la divina subs-

ella está

más

como

es

que

sutilísimo

el

descuida-

corazón en fuego de amor, que

el

centella de fuego

que

saltó

y

la abrasó...,

emisiones de bálsamo divino... salidas del divino amor... que conforta

y sana

el

alma con su olor y sustancia»

no entraña alusiones

agua, sino

al

que

298 .

Esta Vez

toque

el

un toque de fuego

es

(cen-

fuego).

tella,

Santa Teresa emplea una variedad todavía mayor de símbolos para encarnar lo que San Juan de la

voz toque

aunque no

«...

:

se

la

Cruz expresa por medio de

una cometa que pasa de

oye ruido...;

alma...

el

simamente, mas no atina, cómo ni quién penetrativo para encenderle está es

con

mi

ella

el

herida sabrosí-

un

la hirió....

Claramente

alma...

o un trueno

presto,

siente ser

le

silbo tan

parece que

su Dios...; en este fuego del brasero encendido que

Dios, saltaba alguna centella y daba en

hace aquella operación. se va a encender,

También en

.

.

;

muérese

no acaba de abrasar la centella»

el

el

alma... y al tocar

alma sino ya que

29 .

este punto, el único místico de fuera

Subida del Monte Carmelo,

Llama de amor

viva,

Obras

libro

2,

capítulo

32,

II, 324.

Ibid., 327.

Cántico espiritual, Obras

Moradas,

II,

179.

libro VI, capítulo 2,

Obras 372a-373b.

de España

Obras

I,

258.

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

Influencia de

113

constantemente y todo a lo largo de su obra sobre el Ocasionalmente llama a este toque

rjue insiste

:oque divino, es Ruysbroeck.

como Santa Teresa cometa, y rayo (doncomo Santa Teresa trueno, y lo explica igual que San |uan de la Cruz como un contacto divino en la sustancia del üma (eenicheit ons gheests) y como el medio más íntimo entre relámpago (blixeme), ierslach),

alma y Dios

:1

:«Biwilen»



escribe Ruysbroeck

den gheest rechte

:orte blicke in

La expresión die blixeme aparece otra vez

íemel der gedachten open, ende dat

vrouden. 30 l

ien...

ons

>ns»

302 .

«Die blixeme, dat

:

dit

een godlijc

es

gheests...,

rueren

es dat

woet van min-

es

gherinen

ocht

inde

middel tuschen gode en

innichste

dat

30 °.

ghecroont in ombegripelij-

lief

Soe compt die donderslach, dat

Ende

.

:enicheit

god...

ongheduere [deseo] ende toent den

jherinen, dat roert die ziele in

ver

— «ghevet

die blixeme dies hemels»

ais

Ruysbroeck dice también que este toque a vida eterna

abe: «In ons binnenste... daer ghevoleen wij dat ons die gheest pds...

stoect

maec...

Ende

[enciende]...

in desen

es

een eenvuldich afgrondich

sijn wij

verswolgen boven redene...

Dit...

smake

a die diepe stilheit der godheit...

ende anders

oelne weten,

300

Het

rijcke der ghelieven,

liradas al espíritu, 301

niet»

Ibid.

:

aunque

Werken como

cortas,

«Este relámpago es

mach men met ghe-

Dat...

303 .

Hay

67

I,

los

el fluir

:

todavía

otra

explica-

«Algunas veces Dios echa

relámpagos del cielo.»

que sume

el

alma en deliquio,

y colma el amor de alegría incomprensible, rayo, de suerte que se siente dolor de puro amor.»

bre el cielo al entendimiento isí

produce

se 302

De

el

gheestelijke

brulocht,

Werken

I,

221

«Y

:

xjue o fluencia en la unidad de nuestro espíritu...; el itre

es éste

un divino

medio más íntimo

Dios y nosotros.»

303

Van den blinkenden Steen, Werken III, 25 «En nuestro hondón mimos que el Espíritu de Dios nos calienta. Es ésta una fruición simple :

profundísima...

Y

en

esta fruición

estamos nosotros por manera inefable 8

Estudios literarios sobre Mística

114

ción

«toque»

del

Ruysbroeck

:

«De gave der smakendei

den innighen mensche bi wilen soe gherijnt ende

die

wijsheit

de

ontfunct in minnen...

Want

vernemen ocht

hi hevet een inwindich

ghevoelen in sinen gronde»

304 .

Además de

«toque»

lo dicho, el

de Ruysbroeck es variable y progresivo en su calidad, conforme las etapas místicas. El alma puede quizá sentir el toque como directamente de

le viniera

dich rueren ochte gherinen innichste ons

gheests»

305 .

la

Divinidad de Cristo:

a si

«...een inwin-

cristi in sire godlijker claerheit in dat

Dicho de otro modo:

los

fenómenos

expresados por los términos ruysbroeckianos gherinen, rueren, ontfuncken, así

rimenta

como por alma

el

al

el

toque de San Juan de

principio

como una

la

Cruz, los expe-

invitación

al

desposorio

y a cada etapa más avanzada aparecen con calidades más y enamorantes: «Ende dat... vernuwende gherinen maect nuwe storme van minnen. Ende die storme sijn recht ais donder-

espiritual

refinadas

slaghe, daer dat vier der tellas]

minnen ute

van blinkenden mótale ende

ais

sprinct alse ghensteren [cen

de vierighe blixeme des

he-

Ende dése blixeme valt neder tot inde senlijcke crachte. End< dat in den mensche leeft dat wilt op-weert tot in die eningh»

mels. al

daer dat gherinen der minnen ontsprinct»

306 .

fundidos con

la profunda quietud de la Divinidad... Esto solamente puede conocer por experiencia y no de alguna otra manera.»

304

De

s

Werken I, 225: «El don de la sabidurí hombre algunas veces tanto y le inflama en amor..

gheestelijke brulocht,

infusa que toca al

Esto es porque tiene una aprensión o sentimiento interior en

el

hondo:

del alma.» 305

«un toque interior o influjo de más íntimo de nuestro espíritu».

Ibid., 196:

divina en lo 306

Cristo con su purez

Van den VII sloten, Weken III, 111 «Y el renovado fluir acarre nuevos ímpetus de amor. Y estos ímpetus son a manera de rayos cuand el fuego del amor se eleva como chispas de metal refulgente y como le ardientes relámpagos del cielo. Y este rayo cae en las potencias del sentid» :

nfluencia de

Al

115

de Santa Teresa y de San Juan de la gherinen, anroeren y ontfuncken ruysbroeckianos como

identificar los toques

con

Ziuz

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

los

o

hispas

de

centellas

la

hoguera misma del amor divino, que en-

iende en anhelo inextinguible de la unión permanente con Dios,

ompartimos

la

opinión teológica de

Dom

J.

Huijben, quien en-

misma fórmula tomística aplicable a Ruysbroeck y a los «La 'touche divine qui nous entraine en Dieu' moyen formel de cette connaissance supérieure, expérimen-

uentra la

españoles:

lísticos st le

dans l'ombre de Dieu»

de...

307 .

El Padre L. Reypens,

sinteti-

ando los textos decisivos de Ruysbroeck, deduce esta definición del >que:

«La touche

divine... est

une motion

passivement

spéciale,

ípérimentée. Elle se produit au fond des facultés supérieures... eci a lieu

chaqué

touche divine á

1

)n étre

fois la

les

puissances supérieures, portées par

propre leur est inaccessible, se rendent pour livrer leur

>nd á l'action divine ido

que

recherche et á l'approche de Dieu, qui dans

dans Pexpérience passive»

conocedor de Ruysbroeck llega a

303

la siguiente

.

Y

este desta-

conclusión

:

«La

Duche divine' [de Ruysbroeck]... ne coincide pas avec les touches Saint Jean

2

lificado

de

la

Croix»

309 .

Yo

más arriba he Cruz (un toque, una cen-

creo que lo que

de catacresis de San Juan de

la

Ua redunda) no sólo explica la falta de coincidencia

prueba sin dejar lugar a duda que

le

fuente del «toque» de San Juan de la Cruz.

la

saber es el sentido^ la etimología y

!

lerinen.

Tiene Ruysbroeck este rasgo

todo lo que vive en

el

hombre

idad donde tiene su origen

b

307

:ad

EC

308

el

distintivo,

Ibid., 79.

que

la

se trata

palabra

se esfuerza

del amor.»

17 (1932) II, 241, aludiendo a la

L. Reypens, Nuit de

de Surio

Lo que

símbolo de

sino

aspira y tiende a lo alto hacia aquella

el fluir

1.

3ÜJ

total,

la versión latina

l'esprit 79.

Summa

I.»

II. ac

q.

180a

116

Estudios literarios sobre Mística

por

solamente unos pocos

utilizar

hasta el

símbolos y por desarrollarla mientras que los españoles recurren a nuevas metá-

final,

foras para hacer las cosas lo

más

claras posible,

conforme a su

rea-

un relámpago, una centella una herida, un trueno, un silbo penetrante, o un cometa; perc el símbolo central y todas las metáforas están en el mismo nivel Ruysbroeck emplea imágenes nebulosas como auxiliares ei lismo práctico. El toque es para ellos

gherinen. Utiliza a veces esta pa

torno a su símbolo central:

labra conforme a su sentimiento lingüístico del flamenco medieval

en

el

sentido de

aanraken (tocar)

preta por anroeren, traduciendo así

«Gotes geburt in der

310

el

séle ist niht

y en esos casos

malmente emplea

la

palabra gherinen en

alemán, es decir, en

el

inter-

anders denne ein sunderliche:

berüeren in einer sunderlichen himmlischen wise»

alto

la

berüeren del Maestro Eckart

sentido

el

31

\ Pero

nor-

sentido del medie

de riñen

redundar

(fluir,

de Eckart: «...der éwige gotes sun... rinet mit seiner liebe in enge enoete der séle»

312 .

Y

el

gran creador del idioma flamena

identifica incluso el infinitivo sustantivado het

mán

gherinen con

el ale

das Gerinne y con todas sus acepciones: (i) «Das Rinnen»,

«Der Ort des Rinnens»,

inseparable

recordar aquí

el

símbolo de

gerinen, el fluir en el alma y

el

(2

(3) «rinnende Flüssigkeit», (4) «künstlicl

angelegter Wasserlauf», (5) «collectiv, mehrere Kanále»

Debemos

da:

consiguiente, el gherinen lógico en

el

la

313 .

fuente, del

el fluir

que

e

del alma. Po

sentido de «toque» es par

Ruysbroeck no una centella del fuego divino, como en Santa Te resa,

310 311

sino

un gotear de agua de

la

fuente divina en

la

sustanci

Verwijs en Verdam, Woordenboek, s. v. gerenen 1538. K. Berger, Ausdrücke der Unió mystica 60.

312

Ibid.,

58.

313

Jacob

Grimm y Wilhelm Grimm, Deutsches Wórterbuch

zig 1897) 3-707-

(Leii

r

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbrocck

nfluencia de

La misma vena

alma.

leí

grade gods

le

117

«Soe vloet

divina gotea sobre el alma:

in die hoochste crachte...

rechte ais eene levende

Ende

vallende adere ute eenen levenden gronde der rijcheit gods. es

lit

dat

gherinen,

dat

meyne...,

ic

uschen gode ende de creatuere»

pudo

10

ser

En

de Surio había borrado

dat

la

el

alma, Ruysbroeck

Cruz porque

la distinción

medio

lespojó al

la tra-

entre los dos

Por su parte, Surio no sospechó siquiera

herinen.

middel

leste

este desarrollo simbólico

comprendido por San Juan de

lucción latina

!el

.

is

fuente viva, cuyas gotas divinas encienden

la

le

314

dit

los

sentidos

que no podía conocer en 1522. Así Surió

alto alemán,

verbo gherinen de su simbolismo original y lo vertió

in-

istintamente por tactus, sin diferenciar aquel doble sentido.

Además hay que íanuscrito

F

decir,

en descargo de Surio, que

tampoco comprendió a derechas

copista del

el

la arbitraria

semán-

de Ruysbroeck y sustituyó, en pasajes donde esperaríamos una erméación divina del alma de mayor duración que la del tactus,

ica

1

gherinen ruysbroeckiano por gheriven. Este gheriven hace siem-

un sentido vago, pues

re

aangenam

zijn,

behagen

315 .

Surio siguió uno de los manuscritos con la lectura gerinen y

'ero

bien penetró en

i

significa

lala

manera en

el

el

sentido de bloetheit, sin embargo falló de

de gherinen.

Vemos

los esfuerzos estereotipados

ue realiza por verter correctamente gherinen, acudiendo para ello

y desesperadamente a tactus, contactus, attactus. Así, aduce dat uitvloeyende gherinen por tactus emanans, cuando de-

lternativa

ser effluxus

iera

314

De

Dios en

rota del >te

31 *,

y de esa manera desfigura pa-

enteros, por ejemplo:

íjes

e

o effluentia

es el

313

an Juan de la

de cedros

aire

3i6

daba

.

Si7

Cruz con

el

símbolo de

neighen y ghebrukelic neigde Ruysbroeck, donde hay también reciprocidad en el re-

binarse

y

significa la

57

ue acompañar re regalado

Siet,

De

aspirar del aire,

el

es el aura

,

el

y

«el

silbo

356

de

.

los

Ahora com-

reclinarse del

amante

espiritual

amoro-

aires

brisa amorosa del Espíritu Santo,

como

que

tiene

el

dulce

de Ruysbroeck acompaña su neighen:

daer beghint een verstandich staren

En een

minlic neyghen in eene salighe soete lucht:

daer

wiselose

igual

Jan de la

is

manera

minne vollbracht

se alza del pasaje

de

35

8 .

los aires

amorosos de San

Cruz una amorosa música, nupcial y divina:

Mi Amado... El silbo de los aires amorosos...

La música La soledad omenta r

el

santo:

«Y

callada,

sonora.

llama

Je es inteligencia sosegada

ce

que su Amado

es esta

[el

alma] a esta música callada, por-

y quieta sin ruido de voces ...

música callada, porque en

él se

Y

así

conoce

Ibid.y 267.

Ibid.y canción

14,

Obras

II,

504.

Van den XII beghinen, Werken IV, 25 «Ved aquí que empieza una visión intelectual una inclinación amorosa en un aire dulce y beatífico. Aquí se alcanza el amor sin forma y sin figura».

Y

o

130

Estudios literarios sobre Mística

y gusta esta armonía de música espiritual; y no sólo que también es la soledad sonora... para las potencias les»

359 .

Después de haber simbolizado en

el

eso,

espiritua-

aspirar del aire

vida pneumática del Espíritu Santo en el alma amante,

misma vida

carmelita simboliza esta sica la

sino

el

la

poeta

divina en una sosegada mú-



y una amorosa armonía en el silencio y soledad porque no los sentidos Ruysbroeck nos presenta el mismo des-



oyen

arrollo:

.

Ruysbroeck interpreta

y abrazos en la unión

el

intercambio amoroso de miradas

como dos

flautas divinas

—porque

necesidad de notas ni de tono

el

que suenan

sin

Espíritu las toca insu-

flando en ellas su viento de Pentecostés:

Want Dat

verstandic staren en minlic neyghen

sijn

twee hemelsche pipen

Die luden sonder tone en sonder

die heylighe Gheest blaest den

Daer

si

Reclinarse sobre

el

mede luden 360 Amado,

recibir el

beso amoroso del aspirar esto es para

él,

Cruz «un respiro suave de amor y vida en

tancial

359 3 6o

comunicación del espíritu»

la visión intelectual

Son dos

,

y

la inclinación

Que

tocan sin tono y sin notas... el

de

sus-

«een

117.

amorosa

Espíritu Santo sopla el viento

Llama de amor 132.

sonar.

viva, citado por el P.

cramentado, San Juan de II,

una

y para Ruysbroeck

Pues

(Madrid, 1929),

el espíritu,

II,

del

San Juan

silbatos celestes

Con que puedan 361

361

Cántico espiritual, canción 14, 15, Obras yan ¿ien xil beghinen, Werken IV, 25:

«Pues

wynt

.

que no sea

Espíritu, olvidar todo lo la

note...,

Want

la

Cruz.

Su obra

Crisógono de Jesús

científica

y su obra

Sa-

literarii

\nfluencia

de Raimundo Lidio y Jan Van Ruysbroeck

131

362

«Daer ghevoelen

ntgheesten in gode ende een sijn i ons...

.

ghegheest met gode ende ontgheest in gode... ende overg-

sest in sijnre latices

met heme»

minnen»

363 .

El spirare de Surio recogió todos los

del gheesten ruysbroeckiano

y

hay que

a él

atribuir

tam-

én los matices místicos que ha dado San Juan a aspirar, respiro espíritu.

Finalmente, ambos místicos coinciden en la adopción del ver>

como medio de Amado, de

z

olvidarse

expresar la dicha y el regalo de reclinarse en

aspirar al

de



Amado y de

morir en

Amado,

el

es decir,

mismos

San Juan:

El rostro recliné sobre

Amado.

el

Cesó todo, y dejéme Dejando mi cuidado Entre

Ruysbroeck:

las

azucenas olvidado

Die

364 .

Overwesen neyghen...,

in

Dat eenvuldighe scinen Ontfaen se met den bliden [goce] 365

Verre in der verlorenheyt

Podemos ente

362 1

.

decir resumiendo:

San Juan de

la

los místicos españoles y especialCruz, emplean expresiones de variada com-

Van VII Trappen, Werken

III,

«Un

263:

perderse

espíritu

el

Dios y ser una cosa con Él.» 363

Een

spieghel der ewigher salicheit,

Werken

III,

207-208

:

«Aquí

ntimos nuestro espíritu movido por Dios, transfundido en Dios y sobregido por su amor.» 384

En una noche

365

Het

escura, estrofa 8,

rijcke der ghelieven,

«Los que

Obras

Werken

I,

II, 502.

74:

se reclinan sobre la Esencia,

Esta apariencia sencilla

La

reciben

Lejos en

el

junto

con

las

beatitudes

abandonamiento.»

132

Estudios literarios sobre Mística

plejidad para

la

unió mystica, expresiones que implican un

ser

absorbido o engolfado, un morir en Dios, un aspirar a Dios, un apoyarse y reclinarse en Dios.

Y

hacerlo

al

siguen modelas

así,

norteños y sobre todo a Ruysbroeck.

2

De

entre todos los místicos españoles es San Juan de la Cruz

único que intenta decirnos algo acerca de

el

alma después de haberle sido otorgada



el



matrimonio místico

y antes de

la

la

más

la

al

del

alta gracia mística

muerte natural. Según

santo, se desarrolla una forma particularmente

amorosa

vida mística

la

alta

de

Esposo divino, que se siente como una nueva llama

gran llama, enteramente consumidora, del Espíritu Santo,

cendida una vez en

la centella

y de

la centella del

divinización. El propio santo lo aclara este encendido grado...

habla

el

de

la

manera

el

respuesta en en-

alma capaz de siguiente

«En

:

alma aquí, ya tan transformada

y calificada interiormente en fuego de amor que no sólo está unida en este fuego, sino que hace ya viva llama en ella. Y ella así lo siente...

ardiendo en su llama»

estas dos llamas

que

las

366 .

El santo poeta ha distinguido

en sus versos con otra imagen todavía,

cavernas del alma, oscuras en

un tiempo,

al

decir

están ahora

tan

brillantemente iluminadas que reflejan la luz y el calor del amoi divino en una respuesta de amor:

¡Oh llama de amor

Que

viva

tiernamente hieres

De mi

alma en el más profundo ¡Oh lámparas de fuego

En

centro!...

cuyos resplandores

Llama de amor

viva. Prólogo,

Obras

II, 285.

tfluencia de

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

133

Las profundas cavernas del sentido

Que Con

estaba oscuro y ciego

extraños primores :i67

Calor y luz dan junto a su querido!

.

Esta nueva llama actual se levanta cada vez que se remueve

an horno del amor divino, en que arde y se ese hornagueo siéntelo el

¡

Oh

consume

alma como una regalada

regalada llaga

!

.

el

alma;

el

llaga:

.

Apresurase la llama del alma y sube de punto con vehemencia

modo que un encendido horno o trabucan

el

fuego y afervoran

la

cuando

fragua,

llama»

36 .

le

hornaguean

Esta idea de la llama

com-

aviva en respuesta al hornagueo del fuego del horno,

íe se

etiendo sus cualidades de calor y luz, de amor y visión, cons-

uye también una añadidura simbólica

San Víctor, en

|

el cual

todo

el

al

antiguo símbolo de

proceso de

la

Hugo

purgación del alma

la llama devoradora y purificadora se compara a un madero diendo en todas sus etapas. Hugo termina su comparación con >r

tas

que

«Postquam autem incendio

palabras:

ncrematum illa

est...,

tum omnis

flammarum

spicula e

quod exurendum,

id

fragor decidit et strepitus sopitur

medio sublata

tolluntur saevusque

quadam

e et vorax ignis cunctis sibi subjectis et árnica

ne concorporatis in alta se pace

isma sublimación de

la

silentioque

vida ascética en

nbolizada a través de los siglos en

el símil

la

similitu-

La

componit»

vida mística ha sido

del

madero que

se

con-

ste en llama. Puede encontrarse este símbolo en Giordano da

,o;

Poema:

Oh, llama de amor

viva,

canción

ase nuestro cap. VIII. 368

Ibid., 320.

369

In Ecclesiasticum homilía I (PL 175, 117).

i,

3,

Obras

II,

286.

134

Pisa

370

371

en Luis de León

,

Juan de

Cruz mismo

la

,

373 .

372

en Malón de Chaide

Pero

es

San Juan de

y en San

Cruz

la

el

único

en continuar este símbolo conforme a sus particulares experiencias

«Aunque habiendo

y su doctrina acerca de la nueva llama: el

fuego en

el

madero

tenga transformado en

le

el

fuego y dando más tiempo

pone mucho más candente

e inflamado hasta centellear

con

él,

todavía afervorándose

con

él,

se

fuego de

entrado

esté ya unido

y



y llamear»



más

374 .

El alma se convierte de esta suerte en llama de amor más pura,

porque

consume por amor:

se

da pena»

375 ;

y alcanza

aquí acabar y perfeccionar» la

muerte y

el

en esta vida

no

se detenga

siglo xvi

lo

que habla de es

alma

ejerci-

.

hay solamente un místico anterior

vida mística postmatrirnonial

más importante,

plicaciones metafóricas

el

en

77

acá o allá sin ver a Dios»

la

no

significa

\ Es una ardiente consumación

«Es gran negocio para

esta cuestión

que todavía

«El consumar

de amor, porque consumándose en breve

los actos

mucho

También en

Y

37

goce eterno:

tar

«La llama que consume y

la casi perfección:

lo hace

que San Juan de

la

con

:

las

Cruz, en

al

Ruysbroeck.

mismas

im-

seis detalles

concretos i.

370

del

La

llama

devoradora del Espíritu Santo después de

su

Predica del 24 ottobre 1305 (edición de Arrigo Levasti, Mistid

Ducento e

del Trecento,

en

I

Classici

Rizzoli,

Milán -Roma,

1935,

521-522). 371

Nombres de

372

La

les 27,

373

374

Cristo

conversión de

I,

la

239 y II, 235. ¿Magdalena (Biblioteca de Autores Españo-

Madrid, 1853), 359-

Noche escura, libro II, capítulo 10, Obras I, 500. Llama de amor viva, Prólogo, Obras II, 284.

375

Cántico espiritual, canción 39, Obras

376

Ibid., 274.

377

Llama de amor

viva,

Obras

II,

312-13.

II,

508.

'nfluencia de

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

135

operación de purificación pasiva, todavía sigue acendrando el alma.

Comunica a un mismo tiempo luz y calor (luz y calor = licht ende vier) a la madera inflamada (madero = olyen),

2.

alma.

el 3.

La llama devor adora absorbe

4.

Una nueva

llama significa

alma.

el

la

respuesta amorosa del alma

a Dios.

Hay

5.

metáfora de

la

la

luz reflejada por las cavernas de la

montaña.

La llama

6.

del fuego del Espíritu Santo,

alma, se representa por

Véanse

el

mayor que

mismo símbolo

del

la

del horno.

los detalles:

El fuego acendrador y purificador del Espíritu Santo condnúa consumiendo y fundiendo el alma después de todo el pro1.

y contemplativo: «Ende hier-ome, alse wij gheclommet Jhesumme op den berch onser onghebeeltheit, eest

:eso ascético

men

sijn

wij

áat

hem dan

de sterke

wij

hitte des

versmelten doet... daer

na-volgen met eenvoudighen ghesichte..., met

neyghingen

ghebrukelijker

378

[matrimonio

heilichs

comt de gheest ons heren

y an

guirle

al

379

monte de nuestra

Van den

ghevoeien

ende

verteert

37 *,

alse

een gheweldich vier dat

al

alsoe dat de mensche...

en

III, 38

:

«Y cuando con

transfiguración, entonces

con simple mirada..., con beatífico abrazo;

calor del Espíritu

soe

die ons verberren

hem,

d en blinkenden Steen, Werken

hemos llegado

místico],

Daer God's minne onse minne

verberrent end al verteert... in

378

gheests,

así

Jesús

debemos

sentimos

el

se-

gran

Santo que nos inflama y funde.» gheestelijken tabernakel,

amor de Dios consume nuestro amor...»

Werken

II,

295:

«Cuando

el

Estudios literarios sobre Mística Española

136

ghevoelt

hem

anders niet dan ochte hi ware éen gheest ende éene

minne met gode»

La

2.

=

(olyen

=

vier

38 °.

llama

alimentada

por

misma

la

sustancia

madero) despide simultáneamente luz y calor

calor y luz)

«Ende

:

ais

wij verhaven sijn.

(licht

boven

.

.

alma

del

ende dat

al

God

ghescapen heeft, so gheeft die heilighe Gheest in ornen gheest

sijn

eewighe

schijn, die es

licht

ende

ais

scuum ende dat vier

al

onghelijk verteert... hevet, soe es die olye puer ende

ened

daer

si

es...

381

den viere»

ghelijk

La llama devoradora absorbe

heilighe Gheest sinen

Daer

noch onghelijk, maer

craect ende walt, soe es daer

heetere dan het; 3.

es

alsoe langhe ais die olye he-

ghelijk levender wallender olyen...;

vet

ende onse gheest

vier,

el

alma:

.

«Daer ghevet

eeweghen schijn in onsen pueren

eest heet, daer onse gheest berrent...

die

gheeste...

ende meer dan

heet,

verberrent ende ghedoecht [se anega en] die overforminghe

hij

Gods... Ende dat es die hoochste waghe van minnen

yan

380

píritu de

d en

yn

sloten,

Werken

III,

lo

hombre no se siente de que siendo de un mismo espíritu y amor con Dios.» 381

él,

de suerte que

el

Van den XII beghinen, Werken IV,

Altoes

.

«...entonces viene el Es-

114:

Nuestro Señor corno fuego violento que todo

sume... en

382

102:

quema y

otro

con-

modo más

«Y cuando

estamos

elevados por encima de todo cuanto Dios ha creado, entonces el Espíritu

Santo presta a nuestro espíritu su eterno resplandor, que es luz y fuego, y nuestro espíritu se asemeja a aceite vivamente burbujeante...; mientras el

aceite

espuma, bulle y burbujea, es que existe todavía desemejanza; el fuego ha consumido toda desemejanza, entonces el aceite

mas cuando es

puro y 382

se torna

Ibid.,

más

103:

caliente

«Aquí

el

que

el calor

y

es

semejante

más que

calor natural

transformación en Dios.

Y

fuego.»

Espíritu Santo refleja su eterno resplandor

en nuestro espíritu puro. Aquí hay calor porque nuestro ciertamente

al

ésa es la

porque

más

se

consume y

alta osadía

espíritu arde y se anega

en amor.»

en

la

Raimundo Lidio y Jan Van Ruysbroeck

Influencia de

137

die gheest berrende in hemselven... ende alíoes ghevoelt hi

btijft

hem verberrende

Una nueva

4.

:3S,

núnnen»

in

llama en

\ llama significa

la

la

respuesta amorosa

alma a Dios en un recíproco cambio de amor y perfección: tema de la Llama de amor viva, que Ruysbroeck concibe de la

el

del

«Dése twee gheeste, dat

guiente forma: gheest, blicken

den anderen

ende

lichien, die

ende

sijn

gheven...,

den anderen dat

den anderen dat hi

onse minlijcke crighen

ele toent

[anhelo] .

.

ende onse

Dit es minne "

in haer selven...

como

alma

levendich ende vruchtbaer in duechden»

San Juan de

5.

Cruz concibió

la

de

«las cavernas

la

le

embiste

.

símbolo del santo mejor que

según

fora

la

cual los valles

que han recibido del

calor

.

potencias enviando a Dios en Dios

las

383

el sol»

84

respuesta amorosa á>A

mismos resplandores que tienen recibidos como

esos

cuando

ende

hi es,

Gods gherinen

es...

wedergheven..., dit vloeyen ende dit zuedervloeyen.

si-

ende gods

een in den anderen, ende

sijn aenschijn... Ele eyschet

biedet ende nodet

ele

es onse gheest

Es como

de

el vidrio

hace

Ruysbroeck explicase

el

propio santo, con aquella metá-

el

sol:

si

la

montaña

reflejan

y devuelvan

el

«Alse die zonne ghevet haer rayen

ende harén schiin in eene diepe valeye tusschen twee hoghe berghe.

also datse bescinen

.,

mach den boden ende den gront van

valeyen, soe gescien daer die dinghe.

Die valeye werdet meer ver-

ende wederblinckcnde van den berghen ende meer verhit;

licht

38

der

Van den blinkenden Steen, Werken III, 8 «Así permanece al mismo tiempo se siente consumir en amor.» De gheestelijke brulocht, Werken I, 200 «Estos dos espíritus,

*'

:

384

:

a saber,

y cada

nuestro espíritu y

uno da

al

el

entregarse..., refluir...

espíritu de

otro su resplandor ...

y cada uno ofrece y ofrenda

385

el

ardiendo en Él y

espíritu

al

es

Dios brillan y miran uno a otro

Cada uno pide al otro lo que es La efluencia de Dios y su

otro lo que es.

nuestro amoroso deseo y recíproca entrega..., este fluir y sí mismo, vivo y fértil en virtudes.»

Esto es amor en

Llama de amor

viva,

Obras

II, 394.

Estudios literarios sobre Mística Española

138

ende

werdet vruchtbaerie dan een pleyn offen lant»

si

de

flexión

de

los valles

montaña (cavernas)

la

reverberación (flamenco moderno:

es

886 .

La

re-

en realidad una

licht-terugkaatsing)

387

que con-

tribuye a la obra propia de Dios de calentar los valles y hacerlos

fecundos. (Para 6.

La

más

detalles, véase el capítulo octavo).

llama del fuego del Espíritu Santo, mayor que la del

un horno (jragua, hoguera = Gheest is een onghemeten vier, dat

alma, aparece simbolizada en

«Die heilighe

neyse):

formt en doerclaert heveí

inghekeerde gheeste...

alie

en

foer-

over-

si

versmolten ghelijc den goude inde forneise godlijker eenicheyt»

sijn 388 .

Die onghemetene minne Si brandet in alien zinne

In de foerneyse der eenicheyt

389 .

Estos son los elementos de la anterior y fragmentaria versión norteña de la

386 lo

d6

VIII de

profundo

y

el

Llama de amor

gheestelijke esta obra:

valle,

fértil

RuusbroeCj Werken

388

Het

espíritus

I,

1

16-17.

Véase

rijcke

de

capítu-

el valle

queda más

ilu-

II,

las

Woordenlijst.

der ghelieven, Werken

I,

85:

«El Espíritu Santo

es

mesura que tiene transformados y transfigurados todos los recogidos...; y están fundidos como el oro en el horno de la sin

unidad divina.» 389

el

envía sus rayos y su fulgor a un

entonces acaecen tres cosas:

refleja la luz

387

un fuego

Werken

el sol

montañas, y más caliente; y queda que un terreno completamente abierto.»

minado, porque

más

brulocht,

«Cuando

entre dos altas montañas..., de suerte que baña el suelo

valle

fondo del

viva.

Ibid., 88-89:

«El amor sin mesura Está ardiendo en todos los senados del alma

En

el

horno de

la

unidad.»

Influencia de

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

139

Conclusión

Hemos ginativos,

llaman

estudiado una serie de fundamentales conceptos ima-

de símbolos y metáforas, que

la atención

cuentran en

la

en

los

tradición

si

por una parte nos

místicos españoles, por otra

normal del occidente

complejidad, difícilmente se los puede considerar

no

latino.

como

se en-

Dada

su

creaciones

y espontáneas de los españoles (con sólo paralelos accidencondicionados psicológicamente, en otra parte). No sólo como

totales tales,

compuestos, sino también en sus elementos componentes aparecen

en textos que razonablemente podemos suponer fueron sus fuentes literarias,

lingüísticas

sido

empresa

des

creadores

y

estéticas.

fácil descubrirlas,

Estas

pues

fuentes

no siempre ha

los místicos españoles, gran-

de lenguaje, practican una imitación harto Ubre.

El hilo que nos lleva hasta sus fuentes es el espíritu oculto tras los

y esas fuentes son unas veces árabes y germanas Los españoles se inspiraron respectivamente en Raimundo

conceptos:

otras.

Lulio y en Jan van Ruysbroeck, que conocían por haber sido tra-

ducidos y por ofrecer símbolos importantes. El primer concepto analizado ha sido el de ciencia de amor

con sus numerosos sinónimos y la consecuencia de que el misticismo es antes que nada no una visión intelectual, sino una unión afectiva.

Esta idea pudo haberla recalcado un franciscano

der su punto de vista frente a

que sólo

el

sufí franciscano

tenso el concepto de el

al

defen-

un dominico. Más aún es un hecho Raimundo Lulio desarrolló por ex;

un Art amaiiva y encontró

distintos ecos

en

Tercer Abecedario de Francisco de Osuna, por cuyo intermedio

llegan

normalmente

de

Cruz.

la

tales

conceptos hasta Santa Teresa y San Juan

El segundo concepto estudiado es

el del

amor desinteresado o

«puro amor», presentado en forma condicional y enmarcado en una oración a Cristo Crucificado.

Dado

el

hecho de que Lulio recalca

140

Estudios literarios sobre Mística Española

puro amor y que presenta tanto éste forma condicional y que tiene también él

repetidas veces el tópico del

como

otros temas

en

la

una oración a Cristo Crucificado, que enciende adorador, apenas puede caber la

punto

este

el amor en su menor duda de que también en

fuente de inspiración es Lulio, quien a través de

la

Juan de Avila influyó sobre

el

autor anónimo del Soneto a Cristo

Crucificado.

El símbolo del nudo para ta

la

unió mystica que hallamos en San-

Teresa parece único. Sin embargo, ante

símbolo ocurre en teología referido

al

hecho de que ese

ei

Espíritu Santo y también en

Edad Media, pudo ser posible una creación análoga aunque espontánea. Pero como este mismo símbolo aparece en Raimundo Lulio aplicado especialmente a cosas mísla

poesía profana de la

ticas

y

está

en ambos casos acompañado de extraños juegos de pa-

labras, parece

también ser aquí Raimundo Lulio

El símbolo de

la

alma y su unión con en que

la fuente, si

la

fuente directa.

fuente indicando «la presencia de Dios en ella» se desarrolla

no

el

en dos direcciones: una

es transparente, significa la fe,

si

diáfana,

representa a Dios, y en esta concepción la fuente oficia de espejo

y los ojos del amante buscan al Amado en la fuente; la otra concepción es la del pozo que mana silencioso y cuyas aguas penetran en fuente. ta

en

el

alma y

la

Los elementos de

inundan con

la

la fuente-espejo,

los detalles lingüísticos (árabe

}

a yn

misma de

sustancia

él

md =

fuente;

mente, «ojo del agua») se hallan en Raimundo Lulio;

mentos y toda carácter

la idea

eckartiano,

combinan con

la

se

de

su

típicamente oriental has-

la scintilla animóte

divina

=

literal-

los

ele-

fuente, de

encuentran en Jan van Ruysbroeck y

se

imagen del pozo de Flandes.

Nos encontramos con una

situación similar en el caso

de

la

caza activa y pasiva. El alma a la caza de Dios constituye un símbolo enteramente ascético y oriental y resulta de evidente origen luliano; la caza pasiva, en la

que

el

cazador es Dios y

el

alma

la

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

Influencia de

que

presa, típicamente occidental y

ven de Thompson, cialmente unido

al

141

Hound

llega hasta el

Hea-

of

resulta ser un símbolo ruysbroeckiano, espe-

símbolo de

mensajeros.

los

La famosa noche oscura del alma con su término, el alba, tiene en Raimundo Lulio antecedentes más sustanciales que en cualquiera otra parte, lo que puede probarse por los intentos realizados por

fuente.

Asín Palacios y Dámaso Alonso para encontrarle una

Del concepto de

la

desnudez absoluta y

sin

imágenes del

alma, a pesar de su relación general con el árabe tachrid, no puede

Raimundo

descubrirse rastro alguno en

que

sulta

que sigue

las

Lulio. Por otra parte, re-

concepto fundamental de

es el

huellas

de su maestro,

el

de Ruysbroeck,

la mística

Maestro Eckart. Juan de

Angeles intenta popularizar esta idea, pero lo consigue sólo a

los

medias y a bulto; en cambio

de

a tomarla

Hay que

la

gran San Juan de

el

misma fuente y

la

la

Cruz

volvió

llevó a su total desarrollo.

señalar en Ruysbroeck la fuente definitiva de otros

dos conceptos fundamentales, los adornos nupciales del alma y

«toque» espiritual. Naturalmente,

como

tal,

que

el

alma obtiene sus ornatos místicos por

del Espíritu Santo. y,

Pero

los

aunque presentes en

adornos para la

el

concepto del aderezo nupcial

pudo haberse desarrollado en cualquier parte de

tomista de

más

el

el

la

idea

dones

lecho nupcial son algo

Sagrada Escritura, en

fueron desarrollados por San Juan de

los

la

la

forma que

Cruz, difícilmente pueden

separarse del Cierheit der gheestelijker brulocht de Ruysbroeck.

Los difíciles y algo desconcertantes toques de San Juan de la Cruz con todas sus variaciones solamente se los puede uno explicar por el gherinen ruysbroeckiano.

rinen en

un doble

agua de

la sustancia

sentido

—un

de Dios en

Ruysbroeck,

al

emplear ghe-

y un rápido gotear de sustancia del alma desconcertó

lento fluir la



y confundió a su traductor latino, Surio, quien traduce siempre dos gherinen por tactus, contactos, attactus.

Cruz no podía

identificar este tactus

con

Como San

fluir,

Juan de

los la

rebosar, redundar

Estudios literarios sobre Mística Española

142

(debido a la equivocada traducción de Surio) se vió obligado a dar a la voz española toque

un

Nos habla de toques más

largos y

consistentes

en cuenta

se tiene

si

sentido desconcertantemente amplio.

que duran más, expresiones

el

in-

valor etimológico de la palabra

española. Estos nuevos matices de la palabra española toque nos

proporcionan la

la

mejor prueba de

Cruz de una versión

la

dependencia de San Juan de

latina del texto ruysbroeckiano.

Varias de las metáforas relativas a la unió mystica empleadas

por

los escritores españoles

son indudablemente de origen norteño

y ruysbroeckiano, especialmente las que suponen que Dios océano que engolfa, traga y absorbe el alma, o un sueño en el

alma cae dormida, o un amante en

que

el

es el

un que

se redina el alma, en

cuyos brazos descansa y en quien muere y expira. Sería absurdo querer relacionar estas expresiones con las ideas del panteísmo

y nirvana, pues

oriental

llevan el sello de

Ruysbroeck y de Eckart,

bien que a veces hayan sido mal interpretados en una dirección

—peligro de que se dieron ya cuenta

panteísta o quietista

los auto-

res citados.

La prueba que tico católico la

Juan de

la

contrasta a Ruysbroeck

tenemos en

Cruz, trata por extenso de

concedida

trinitaria,

al

como un genuino

hecho de que

el

mís-

él solo, antes

de San

en

la vida

la participación

alma mística, como una llama que arde

dentro de otra llama más grande y devoradora, transformada en la

llama divina. Este símbolo de

vinizada

al

la

respuesta amorosa del alma di-

abrazo de Dios, e incluso sus detalles

(la

reverberación

combinación de calor y luz; las cavernas del alma reverberando su luz; el horno de amor del Es-

de

la

píritu

luz del alma a Dios;

la

Santo) están contenidos únicamente en

broeck, que viene a ser

un almacén de

amor viva de San Juan de demás obras. Sobre

la

base de

las

la

Cruz,

al

la

obra de Ruys-

material para la igual

Llama de

que para todas

sus

aportaciones logradas por Asín Palacios

Raimundo Lulio y Jan Van Ruysbroeck

nfluencia de

143

Pierre Groult en el estudio del lenguaje de los místicos espa-

he procurado en este trabajo conciliar

cies, 2sis

la tesis

árabe con

la

germana, estudiando a fondo dos místicos cristianos, que re-

uno de

•resentan cada

entes

literarias.

ellos

una de

esas

dos tradiciones,

me

Las conclusiones que este estudio

como

permite

!educir son las siguientes:

Tanto

1.

Oriente

el

como

el

Occidente han contribuido con

ü parte a la formación del lenguaje de los místicos españoles,

como

a sido el caso prácticamente con todos los fenómenos de la ciilización española.

Ambas

2.

ros,

a

influencias se

pueden concretar en dos autores mis-

conocían realmente los

quienes

españoles,

reciso ir a buscar remotas fuentes árabe (Ibn Arabi)

ú Maestro

Eckart):

esos dos autores son

sin

que sea

o germánica

Raimundo Lulio y Jan

an Ruysbroeck. 3..

os

en

Los

paralelos

los detalles

o solamente 4.

un

que hemos encontrado son tan sorprénden-

que hay que suponer una influencia

histórica y

paralelo psicológico.

Estos paralelos no son accidentales, antes bien afectan a

anceptos,

símbolos

lísticas básicas.

y

términos

fundamentales

de

experiencias

0

CAPITULO EL

III

ESTILO NACIONAL EN LOS SIMILES DE LOS MISTICOS ESPAÑOLES Y FRANCESES Trataremos aquí de estudiar comparativamente

español

según se reflejan en

y francés Si

distintos

escritores,

los

místicos.

3ir

un mismo fenómeno, necesariamente de

deal...

en

/er

los escritores místicos

misma época pues

la

1

2 ,

el capítulo 5.

2

0 ,

el

por ejemplo,

de

idéntica»

comparar

al

la ursulina

es

María Rosa Lida en

1 .

el estilo

Vamos

a

de Santa

como

individuales

su reseña de SpF, VII, 1938, en

RFH,

II,

65.

«KJassische Frauenmystik in Spanien págs.

casi

francesa Marie de Tlncarna-

posibilidad de desechar ciertos rasgos

la

940, pág.

93»,

de dos diferentes países y

por tanto, para este propósito, un «careo

experiencia expresada...

Teresa de Jesús con

ion

es

un estilo coLa comparación entre

resultará

dentro de un determinado terreno.

as hablas ie la

por

utilizados

en efecto, procuran descri-

os

ectivo,

el estilo literario

símiles

und Frankreich», en SpF, VII,

233-257. 10

146

Estudios literarios sobre Mística Española

o de éDoca. Marie escribe con más sobriedad porque es francesa,

porque se esfuerza en ajustarse de que

está

al

gusto clásico francés, aparte

personalmente persuadida de que

no son compatibles con

lo

las

comparaciones

elevado de la experiencia mística. Pero

todos los otros autores, desde San Francisco de Sales a Fénelon,

recurren a comparaciones místicas, y compiten a su manera con famosos por este rasgo de estilo. Están obligados a

los españoles,

porque

hacerlo,

menudo

simples designaciones son a

las

insuficien-

Lo

para traducir la experiencia que se quiere expresar.

tes

separa el lenguaje místico español del francés no

que

el

uno exprese

la

es,

que

por consiguiente,

experiencia mística por metáforas y el otro por

designaciones abstractas. Utilizándose símiles en una y otra lengua, ia diferencia está

en

el peculiar

modo

de

en ciertos concep-

insistir

fundamentales y de desarrollar en ciertas direcciones

tos

las

imá-

genes místicas. Puestas en claro esas direcciones, sin duda revelarían tendencias nacionales del lenguaje místico,

y,

podamos un primer paso para llegar

dencias nacionales en general. Quizá tan limitado, dar

por lo tanto, así,

en

este

ten-

campo

a conclusiones más

seguras que las de Madariaga, que estudia a ingleses, franceses,

pañoles

3

a base de

un esquema preconcebido de hombre de

de pensamiento y de pasión ; o

las

de Eugen Lerch, que

sintaxis y el vocabulario del español y del francés a grandes rasgos,

zón

;i

4 .

No

corresponden

al

hombre de

Salvador de Madariaga,

Ingleses,

fantasía

franceses,

acción,

analiza

la

encuentra que,

y

contamos todavía con una comparación entre

de psicología colectiva comparada, Madrid, 4

y

es-

al

de

ra-

la mística

españoles.

Ensayo

1929.

Eugen Lerch, «Franzosische Sprache und Wesensart», en Handbuch

der Frankreichkunde,

I,

che und Wesensart», en weg, 1932.

Francfort, Diesterweg, 1928; y «Spanische Spra-

Handbuch der Spanienkunde,

Francfort, Diester-

pañola y

la francesa, 6

marginal

una que otra observación general

salvo en

que poco pueden

el

problema de

atendiendo especialmente a lo por

ísticos

5

servir a nuestros propósitos.

El presente estudio trata de plantear

3

a los aspectos materiales del

i

los cuales

i

los

s

símiles

mundo

los símiles

representado y

ellos

y de la actividad

humana

provienen, punto de vista hasta ahora casi exclusivo

bien conocidos trabajos de Etchegoyen y Hoonaert sobre

de Santa Teresa, y en

Urbano sobre

.

147

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

estilo

f

mismo tema

el

el 7 .

minucioso estudio de Fr. Luis

Los

símiles

más

característicos

>nciernen a la pasividad mística, imposible de comprenderse sin

como que

lalogías,

La

ún.

experiencia no concedida

pectos son:

la diferencia entre

tación activa; 5n; 3.

al

pasividad mística en sus diferentes aspectos

de partida onomasiología) de

into

/a

es

0 ,

para la contempla-

contemplación en su forma inceptiva o

la

0

y avanzada;

4.

,

la

Esos

contemplación mística y me-

los recursos preparatorios

2.°,

co-

pues, el

es,

estudiados.

símiles

los

hombre

purgación pasiva;

0

5.

,

la

inicial,

progre-

unto mystica. Si

observan atentamente los distintos modos de traducirse estos nceptos en símiles, será posible descubrir la razón de esa difencia ;

tomando en cuenta un número considerable de formas

stafóricas

utilizadas

\eri),

o para

la

unas mismas «cosas» metafísicas y de «palabras y cosas», Wórter und Sa-

para

Dirituales (en el sentido

experiencia psíquica

respectiva.

Esta experien-

psíquica supraindividual, debe abarcar a todos los

11

i:udiados.

5

i'a, 6

hay diferencias deben

Si

Maurice Legendre, Espiritualidad en VyV,

I,

1943, págs.

7

más

francesa,

escritores

nacionales

que de

espiritualidad

espa-

377-400.

Baldomero Jiménez Duque, «Humanismo y

^4, pág. 74, nota

r

ser

mística», en Arbor, III,

1.

Luis D. Urbano, «Las analogías predilectas de Santa Teresa», en

XXVIII,

1923,

págs.

364-383;

XXIX,

1924, págs.

350-370.

Estudios literarios sobre Mística Español

148

época, porque los místicos españoles tardíos y los primeros fran-

coinciden cronológicamente.

ceses

y

de

misticismo

el

clásicc

xvi y xvn.

los siglos

Meditación y contemplación

I.

España: La

a)

El misticismo barroco español

forman un mismo movimiento:

francés

el

relación entre el meditar y el contemplar

para los ascéticos españoles una relación de causa a efecto

luchador acaba por alcanzar su recompensa, dentro del

de

la

Reconquista, o

como

ción espiritual es fruto de ción hiere con la

chispa

la

una

lü ,

la

el

eslabón

una

dice Francisco de Osuna:

el

navegar, la otra el llegar

que hay en

al

Esta tendencia subconsciente la

crítica

que quiere decirme que nales. 9

He hecho

medita-

«el trabajo

:

término»

el

puerto donde «cesa

meditar significa «estar guisando

8

consola-

La

.

es el llamar a la puerta, la otra es verla abrirse

el descanso...

debo rehusar

espíritu

pedernal, la contemplación hace brotar

es el caminar, la otra el descanso final

minando y

es

El

.

«La 9

asperezas de fuera»

las...

8

la

me

comida»;

la

;

de

contemplar,

parece evidente hasta

de Alphonse Vermeylen, LR,

V

tal

ir ca-

una

navigación»

la el

12

11

es 1S .

d El

«estar

punto, que

(195 1), 138-144;

esta interpretación encontraría dificultades doctri-

mis observaciones en connaissance de cause.

espiritual, en Nueva Bibl. XVI, Madrid, 191 1, tratado XII, cap. V, pág. 457a. 10 Pedro de Alcántara, Tratado de la oración y meditación, citade en Arrigo Levasti, I mistici, Florencia, 1925, vol. II, pág. 94. 11 San Juan de la Cruz, Puntos de Amor, n.° 64, en Obras, ed. P

AiLt.

Francisco de Osuna, Tercer abecedario

Esp., vol.

Bernardo de

la

Virgen del Carmen, 2

vols.,

Buenos Aires, 1942,

vol. II

pág. 443, edición usada para las citas. 12

Id.,

Subida del Monte Carmelo, libro

II,

cap.

XIV,

§

7,

vol.

1.

página 138. 13

Pedro de Alcántara, Tratado de

la

oración, vol.

1,

pág.

12,

tado en Allison Peers, Spanish Mysticism, Londres, 1924, pág. 198.

ci-

149

7 estilo nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

omiéndola y gustándola ya guisada y masticada» *. En un caso hay duro aprendizaje del oficio («el que aprende carpintería»), en 1 l

15

otro hay su dominio («salir carpintero»)

1

Desde otro punto de

.

vista, la relación entre ascética

y mística

es

na relación entre imperfección y perfección. Estos dos términos [picos de la vida espiritual, que a cada paso encontramos en la litevemos

atura católica, los ivas al paisaje, las

ión se presenta e la fuente»

como «agua

de

la

la

menos

del arroyo», 16

otra está

grata

que

una «viene de

la

;

en imágenes

«en

«el

agua

muy

lejos

mismo nacimiento de

el

gua» y nunca se seca («siempre está procediendo agua de

una

\

es

comparable

trabajo de

al

un buey

afueras

is

astillo

de un

adonde están

los

interior del castillo

I

íeditar es i

cast-llo

como

del caballero

la

20 .

14 16

ts,

que

le

una

la

es

guardan»), la otra es

de un

como la

condición del escudero;

El barroco español coloca

una imagen de madera y

;

por eso

vivir

como

el

el

la

ra-

en

vivir en 19

contemplar,

.

El

como

pintura por encima

meditar es sólo «en-

«perfilarla», mientras

San Juan de la Cruz, Subida, pág. Osuna, Tercer abecedario, trat. VI,

;

ronda del

con su señor («tan precioso lugar»)

21

17

que

el

con-

138. cap.

V, pág. 385b.

XII, cap. IV, pág. 456b.

?•

lbid. }

17

Santa Teresa, Las Moradas, übre IV, cap. II. Obras Couplede Luis Santullano, Madrid, 1940, pág. 347a-b. Osuna, Abecedario, trat. I, cap. I, pág. 325a. Santa Teresa, Las Moradas, lib. I, cap. II, 325a.

cd.

19

30 31

el

;

con gentes de baja estofa («en

e toda otra actividad artística dlar»

18

allí»)

lento que tira del arado

a cada instante se echa a descansar, la otra al trabajo

ido buey estimulado por el aguijón

rela-

españoles. Así la medita-

el arte

contemplación

muchos arcaduces»,

or

traducirse, en España,

costumbres y

trat.

Osuna, Abecedario, trat. VIII, cap. VII, pág. 414a. Cf. He-nrich Wólfft.tn, Conceptos fundaménteles en

ane, Madrid, 1936, traducción de José

Moreno

Villa.

la

historia

Estudios ¡itéranos sobre Mística Españole

150

templar es pintarla

22 .

se limitara a observar

La meditación es como la actitud de desde fuera un gran monumento («ver

curial

de espacio»),

tista:

«trazar el Escurial

música

—tan frecuentes en

contemplación

la

y hacer

es

la

novela pastoril

la

el Es-

obra creadora del 23

modelos»

los

quier



En

.

la

ar-

términos

meditación es

de

«ta-

ñer con vihuela destemplada» y la contemplación «tañer con vihuek

templada»

24

En

.

términos de artesanía,

ción «un vaso de oro»

Después de

meditación (o

la

«un vaso de barro mal cocido» y

esa etapa) es sólo

la

alma

el

er

contempla-

25 .

la relación entre efecto

y causa, entre imperfecciór.

y perfección, nos encontramos ahora, en los autores españoles, con otra nueva, y la

vidad y una

más importante:

fácil pasividad.

la

relación entre

una

difícil acti-

Se nos presentan, en primer lugar,

pin-

de esfuerzo y descanso, como el fatigoso «remar» suave «navegar engolfado» en que el viento es quien se en-

torescas imágenes

y

el

26

carga de hacer avanzar la nave

o bien

la naturaleza.

27 .

O

«romper

el

contraste con el «aprovechar la simiente»,

que

la tierra», en

labrador confía

se utiliza el «tirar el carro la cuesta arriba»

frente al tener «las ruedas de su carro untadas»

22

el

San Juan de la Cruz, Llama de amor

20 .

O

sacar

viva, III

§

uno

57,

a

"

mis-

vol.

II,

página 380. 23

Fray Juan de los Angeles, Lucha

en Nueva Bibl. Aut. Esp., Madrid, 1912, 21

Osuna, Abecedario,

2

Ibid.,

2R

Bernardino de Laredo, Subida

plación,

libro

trat.

III,

I,

cap.

cap.

XL;

I,

cap. VII,

I,

pág. 295a.

XII, cap. VII, pág. 459b.

trat.

II,

espiritual, parte

vol.

pág.

cf.

326. del

monte Sión por

la

contem-

Gastón Etchegoyen, VAmour

divin,

Essais sur les sources de Santa Teresa, París, 1923, pág. 228. 27

gina

San Juan de la Cruz, Subida,

libro

I,

cap. VIII, § 4, vol.

44-

28

Id.,

29

Osuna, Abecedario,

Avisos y sentencias, trat.

n.°

53,

vol.

II,

pág. 431.

XII, cap. V, pág. 458a.

1,

pá-

151

El estilo nacional en los símiles de los místicos españoles y jranceses

no

agua por

«el

30

beber sin trabajo»

el

ponerse

el

caldero en

el

de comparación cosas de

pozo» frente a sl

«llover...

agua y agua y

que

Tomando como

.

vida cotidiana,

la

el

hortelano a «sacar el

el

Señor sin trabajo ninguno nuestro»

riega el jes

o

;

muchas veces

?char

arcaduces» frente a «tener allegada

los

lo

ba-

meditación es «qui-

la

corteza» de una fruta y la contemplación «gustar la sustan-

tar la i2

:ia»

La una

.

es

un torpe andar

(«pateando

infantil

al

paso de un

niño»), la otra verse suavemente transportado en los brazos mater-

madres

nos («...sus la

en brazos»)

33

la

;

una un

infantil «sacar

leche con diligencia de su estrujar y manosear», la otra

alimento que la

llevarlos

leche en

el

el

rresponde a

la

seno materno

le ofrece

pecho allegada y junta») ?4 En fin, empeñosa faena del gusano de seda .

'«con las boquillas van de

mismos hilando



el

rico

generosamente («recibiendo

la

la

meditación cosu capullo

al hilar

seda y hacen unos

cambio pasivo del gusano en

:apuchillos»); la contemplación es el

mismo capucho una maripoLa misma idea de Dante: Noi siam

mariposa («acaba este gusano y sale del

muy

blanca

sica

vermi /

36 .

teórica, Francia

no admite, como

página

causa.

No hemos la

podido encontrar una

meditación y

San Juan de la Cruz Subida,

sola

'"l

>s

36

compara-

contemplación como causa y

la

lib.

II,

cap.

XIV,

2,

§

vol

II,

135.

Santa Teresa, Vida, cap. XI, págs. 38 y sig. San Juan de la Cruz, Subida, lib. II, cap. XIV,

§

página 135.

"

lo

práctica

que conciba

30

32

Nati a formar V angélica far falla

como

cética

31

.

y pedagógica España, que la contemplación, gratia data, pueda ser efecto místico normal, con la meditación as-

la

gratis

ción

35

Francia: Racional y

b) hace

graciosa»)

Ibid., Id.,

Prólogo, vo!.

Subida,

lib.

II,

I,

pág.

cap.

8.

XIV,

Santa Teresa, Moradas, lib. V, Purgatorio, X, 124 y sig.

§

3,

cap.

vol. II,

1,

pág.

135.

pág. 358a.

3,

vol.

I,

Estudios literarios sobre Mística Española

152 37

efecto, respectivamente

presentan

la

cambio, hay muchos símiles que

relación imperfección-perfección. Pero lo

prende en seguida

que

lo francés

En

.

exactos, pero

que

es

los símiles franceses

humano en

a lo

En

general.

menos pintorescos que

que aquí

re-

sor-

conciernen menos

esto son

más

a

precisos y

españoles.

los

La concepción barroca de San Francisco de Sales nos muestra cómo la visión total e instantánea de una bella corona («regardant tout Pesmail d'une riche couronne d'une seule et simple veue») es visión

más

perfecta que la enumeración de sus pormenores («voyant

tous ses fleurons et toutes les pierres precieuses dont elle est ccrn-

posée»)

3S .

De

modo

este

el

no

santo

de imper-

sólo abarca la idea

fección-perfección, sino que también envuelve en su símil

de

rácter inferior, discursivo-analítico,

la

meditación y

superior, intuitivo-adivinatorio, de la contemplación.

manera nos presenta cada

flor

como

meditación

el carácter

De

el aspirar el

ca-

la

misma

perfume de

por separado. «La méditation est semblable á celuy qui

odore Poeillet,

compuesto

romarin,

la rose, le

Pautre», frente a

me

la

el

la

(«la

le

thym,

le jasmin...

como

contemplación, que es

Pun

aprés

aspirar el perfu-

contemplation est pareille á celuy qui odore Peau

de senteur composée de toutes ees fleurs»)

como

esta clase presenta la meditación

un

cuarto a oscuras encendiendo

el

39 .

Un

tercer ejemplo de

mirar los muebles de un

candil y recorriendo la casa («en

battant le fusil, allumant la chandelle et regardant toutes ees choses»)

37

De

dificultades la

doctrina

nuevo, A. Vermeylen, LR,

V

(195 1),

138

ss.,

«doctrinales» y anular mis hallazgos concretos.

R. P. Garrigou Lagrangc confirmaría

quiere poner

En

cuanto a

«doctrinalmente» mis

resultados estilísticos. 3S

cap.

San Fran cisco de Sales, Traite de l'Amour de Dieu, V,

edición

crítica

Mackey, 1892-1907, 22 39

de

la

vols.,

Ibid., libro VI, cap.

vol.

V,

d'Annecy,

Visitation

vol.

IV 1,

(I)

y

V

pág. 319.

(II).

I,

dirigida

libro VI,

por

pág. 303.

Dom

II

estilo

contemplación como un dejar entrar

la

153

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

y verlo todo de una

el sol

40

ez («sans peine et tout d'un coup»)

.

con sus símiles a

Si los místicos franceses aluden

la

contem-

en cuanto visión intuitiva y total, en contraste con la bservación analítica, la meditación es también como la actitud

lación

ue ante un cuadro asume

de

xplicarle la belleza

peintre par raisonnement»), mientras que la contemplación

.'un

la

s >ar

ignorante, a quien el pintor debe

el

obra en todos sus pormenores («apprendre

la

actitud

conocedor, que comprende

del

e la

«gente en

la

conjunto («voit

el

41

La comparación de Santa Teresa ronda» y en el más «precioso lugar» gana

une simple attention»)

.

imbién en precisión cuando se reemplaza con «servir en cuisine,

n paneterie» para rivé»

42

para

en

itelectual

el

meditación, y «servir en cabinet et conseil

la

Además de

contemplación.

concepto y en

un grano de

ontienen i

la

espíritu irónico-crítico;

vemos comparada en Lallemant con

intado, 'ierre

y

la

el sol («se

e ce

la

donner

loisir

la

de mesurer

les regles

pasmo y arrobo

del

el

Histoire

littéraire

así,

acto

precisión

meditación

la

de ver un león 43

y en

;

reposada medición científica

la

grandeur

et les

de l'astronomie») y

la

dimensions contempla-

hombre que, habiendo estado preso

Jean de Berniéres-Louvigny, Le chrétien

Iremond,

mayor

de ver un león vivo

el

meditación con

grand astre par

ión con el

40

contemplación con

de Bérulle

la

forma, los ejemplos franceses

la

du sentiment

intérieur,

religieux

en

en Henri

France,

París,

916-1933, 11 vols., vol. VI, pág. 232. 41

San Juan Bautista de la Salle (1651-1719), Exercice de

znce de Dieu, citado en P. Pourrat,

La

la

pré-

spiritualité chrétienne, vol. IV,

agina 395. 42 r

orot, 43

San Francisco de Sales, Introduction á París,

P.

1934, pág.

Jean Rigoleuc

la

vie

dévote, ed. Ch.

115. (ed.),

La

vie et la doctrine spirituelle de

Allemant, París, 1694. Edición alemana, Friburgo, 1922, pág. 203.

Louis

Estudios literarios sobre Mística Española

154

toda su vida en una oscura caverna, sale de

veme

et obscurité

profonde») y mira por primera vez

sol resplandeciente

ramos

la

(«en

—de

cá-

la belleza del

4 d'un beau jour») \ Si conside-

la sérénité

comparación que hace Miguel de Molinos 45

d'une

ella («sortant

—y cuya pobreza

como un viajar repasando constantemente el itinerario y la contemplación como un viajar con el itinerario bien sabido, entonces el paralelo francés de Lagny parece más elegante y acertado. Lagny presenta la meditación como el conocimiento de un idioma por reglas («toutes les regles particuliéres») y la contemplación como el conocimiento de un idioma por le

reprocha Bossuet

la

meditación

práctica («une parfaite habitude de mettre les regles en pratique»)

Entre

las

imágenes que expresan

difícil

actividad

y

fícil

y

fácil

comer y

la

rame y a

Lallemant

suíta

utiliza

de bruit

navegación a remo y a vela

la

las galeras del

la

«une chaloupe qu'on et

imágenes aún más

fait aller á

gráficas.

oración; en

44

París, 45

la voile

47 .

El

La meditación

forcé de rames avec bien

du

.

un

de

la vida religiosa

caso ejercicio ascético («forcé»), labor empeñosa

Claude Taveau, Le Cardinal de

Bérulle, máitre de la vie spirituellc,

1933, pág. 8i.

Bossuet, Instructions sur

les états d'oraison, París,

1697, pág. 124.

Paul de Lagny, Le chemin ábrégé de la perfection chrétiennc, tado en Henri Bremond, Histoire littéraire, vol. VII, pág. 274 y sig. Pierre Camus (1582-1653), La théologie mystique, París,

pág. 276. 48

es

travail

y la contemplación «un navire qui vogue 4S vent en poupe» En este ejemplo el afán de

46

47

je-

et leníement»,

á pleines voiles, le

la

el

rey y llama a la meditación une

contemplación une galére á

claridad destaca otro aspecto de las dos formas

y

di-

del marchar y descansar. Pero adornan este tema

Camus evoca

galére a la

tres

navegación a remo y a vela, del

con variaciones francesas. Para obispo

.

fácil pasivi-

dad, los escritores franceses toman de los símiles españoles los

conceptos fundamentales de

46

Louis Lallemant, citado en Pourrat,

vol.

IV,

pág.

73.

ci-

1640,

El

estilo

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

(«travail», «bruit»),

avance paulatino («lentement)

en

;

el

155

otro la ayu-

da divina («le vent en poupe») y un avanzar prodigiosamente («á pleines voiles»). Mientras

como

vagas analogías

=

templación al

la

«gustar

la

que San Juan de



de meditación

comida»

49

on masche»)

trabajoso masticar («en méditant

r,

mo

al

La

°.

con

se satisface

comida», con-

la

San Francisco de Sales opone

,

ber («boire c'est contempler, et cela se avec plaisir et coulamment»)

Cruz

la

«masticar

fait

el

refrescante be-

sans peyne, ni résistance,

claridad francesa llega al máxi-

un

simbolizar la «alimentación» meditativa con la imagen de

niño que recibe

la

leche en una cuchara («en une cuiller ou autre

instrument»), y la contemplativa con la del niño que recibe «le sein

dans la bouche... en sorte que cette substance maternelle serve de 51

tuyau aussi bien que de nourriture» está llena

de implicaciones

modo como

interesa tanto al

.

al

Ante todo,

cioso desarrollo,

en cuatro

opone precisamente

fases.

suave vuelo, sin estorbo alguno

r' 2

templación, pero la una es

de

la otra

la

comparación

contemplación

40

Subida,

50

Amour

51

Ibid.,



Allan G. McDougall

II,

cap.

XIV,

7,

IX,

vol.

le

pág.

(ed.).,

1,

The

un

como

imagen para

ca-

fácil

y

del

con-

la

entre zarzas y malezas («dars

de Dieu, libro VI, cap. VI, III, cap.

y laborioso

lugar, la

meditación

caminar por un

llano,

molestaban (dans un

plus vite»)

aller

§

al difícil

descansar, sino

el fácil

ropas que

las

beau chemin et tout nu pour

lib.

la

un caminar

un labyrinthe inextricable»), el viajero

el

En segundo

.

:amino a pie se conserva tanto para

libro

la

objeto de la experiencia divina. El

minar no se

despojado

vez más

marchar y descansar recibe en Francia un minu-

símil español del

le

Una

aspecto místico de

el

:

53 .

La

tercera

fort

com-

138. vol.

I,

pág.

325.

pág. 210. Spiritual Doctrine of Fr. Louis

J., Westminster, Maryland, 1946, pág. 258. Emile Dermenghem, La vie admirable et les révélations de

Laílemant, S. 53

ne de Vállées. D'aprés des textes inédits. París, 1926, pág. 243.

Ma-

156

Estudios literarios sobre Mística Española

paración mantiene

imagen del descanso para

la

pero introduciendo para recogen

la meditación

miel («piller

la

(«elles se tiennent sur leurs rayons»)

directamente

al

la

54 .

La

que

las abejas

y descansan en

fleurs»)

les

contemplación,

la

imagen de

la

colmena

cuarta variante vuelve

esquema de marchar y descansar, pero con una del centinela que unas veces echa a andar a gran-

viejo

especificación, la

des pasos («agit des pieds et des mains») y otras se queda en su ga-

o en un rincón de

rita

la fortaleza

ou quelque coin de rempart, rado quizá recuerde, para

(«une sentinelle dans une guérite

assise

ou appuyée»)

55 .

Símil tan elabo-

el lector superficial, ese libre desarrollo

conversacional de las comparaciones en Santa Teresa

gusano de seda). Pero

jardín, el

mucho de que

ser

una conversación;

se elabora la implicación

de

es el quietismo

la

es

(el

riego del

manera francesa de Camus

un verdadero

de que

la

la indiferencia, sino

símil

dista

homérico en

quietud contemplativa no

un

velar con ayuda divina,

para lo cual hacen falta ojos atentos («seulement des yeux qui

re-

gardent par tout... pour éviter une surprise...; action paisible, tranquille, reposée»),

II.

no

las

zancadas del centinela.

Preparativos para la contemplación (Purgación, desasimiento 3 recogimiento)

a)

que de

ir

la

España: De acuerdo con su idea venciendo

las

imperfecciones es

la

ascética

causa de

la

fundamental de perfección

final

contemplación, los españoles dan especial importancia, en sus

símiles acerca

de

la

preparación mística, a

la tarea

imperfección, hasta donde sea posible para ción y lágrimas son comparables con

54

P.

55

Ibid,

Camus, pág.

la lluvia

Théolofjie mystiqua, pág. 192.

179.

el

de purgar toda

hombre. Mortifica-

abundante que limpia

15 7

El estilo nacio7ial

en

ú

y escuro», de suerte que «parece reírse mostrando Debemos tratar estas imperfecciones como quien

cielo «turbio

de

los místicos

españoles y francese s

56

hermosura»

;u

los símiles

.

impiu un mantel manchado «El paño que está

y jabonallo

;ho,

nesa. Pero mira,

cas

mucho que

si

muy

mu-

encorporadas y empapadas en el lejía y echalla hirviendo

57 .

El objeto de esta inexorable limpieza en >entidos» es el

estregar

menester es hacer una colada de

>obre [ellas]»

que

mucho y

sucio has de lavar

para que quede blanco y pueda servir a la se jabona con agua fría no saldrán las man-

y que están

viejas

:>año...;

muy

alma

una es

liberación,

como un

«noche oscura de

la

los

un desasimiento y unas purgaciones en

pájaro, primero cazado

con

liga,

pero luego

iberado y limpio («dos veces trabaja el pájaro que asentó en la 5 es a saber: en desasirse y limpiarse de ellas») \ Los místicos

liga,

españoles explican í

muy

claramente este doble aspecto del penoso

purificador desasimiento con

el

símil

de

las serpientes

que «des-

pués deste remojar su piel en algún río entran por algún angosto y 59

íspero lugar para dejar la vieja vestidura»

presentan siempre Místico. El

la

la

desdeña medios radicales. golpear a unos

56

57 S 38,

También

aquí se nos

quietud son

la

al

hombre

Este aspecto

muchachos en

la

sino a Dios,

final

se

trat.

fin

la

quietud

el

cual

compara con

no el

cabeza para hacerlos entrar en

que para castigo de aquestos mochadlos

Osuna, Abecedario,

el

meta del proceso.

última etapa del desasimiento, que lleva a

recogimiento, no pertenece

razón («el

.

inseparables los medios ascéticos y

recogimiento y

Por eso del

como

X, cap.

II,

les diese

de ca-

pág. 433a.

Fray Pedro Malón de Chaide, La conversión de la Magdalena, Bibl. Aut. Esp., XXVII Escritores del siglo XVI, pág. 364a. :

58

San Juan de la Cruz, Avisos y

59

Osuna, Abecedario,

trat.

sentencias, n.° 22, vol. II, pág. 437.

IX, cap.

II,

pág. 418a.

Estudios literarios sobre Mística Española

158

60

bezadas a estas piedras, harálos asesar»)

;

o con ül

a unas aves silvestres («avezar a estar en la jaula») al

domesticar

el

o con

el

vendar

gavilán para dirigirlo hacia su presa («el gavilán los ojos descu-

nunca tiene en reposo y por eso dévenle cuvrir los ojos para 62 que aprenda a volar solamente a la prea que le conviene») ; o con biertos

el

quemarle

las

o con

una inquieta mariposa («A

alas a

importuna aquí se

le

queman

las alas,

esta mariposilla

64

queremos que esté esclarecido»)

si

famosos por su

análisis del

.

Los místicos españoles,

la

clavarse en la cruz

con

tres clavos

«laisser faire», tan

Bremond; no confían en

ellos a

en

insisten

la

famosa

frecuentemente comentada por

la posibilidad

de expresar su la

el

fór-

abate

purificación

fórmula nega-

de «ne pas faire» en vez de «faire» tiene algo que ver con

mesura francesa, que en

el

un

.

y desasimiento en aserciones positivas. El utilizar tiva

la

voluntad, del

65

Francia: Los místicos franceses

mula del

la

memoria, proceso comparado por

entendimiento y de

la ca-

proceso místico, conciben también

como un graduado amortiguamiento de

quietud

b)

;

peinar el cabello desde arriba, aun cuando lastime, a fin de

el

embellecerlo («El cabello se comienza a peinar de lo alto de

beza

63

ya no puede más bullir»)

proceso de desasimiento aparece

la

fián-

dose en

la gracia obrando despacio. Mientras que los españoles abundan en suspiros y lágrimas, los franceses insisten en «ne jamáis se plaindre», es decir, en no ceder a la propia voluntad. No es poco;

es tanto

de

como

el

perinde cadáver de San Ignacio. El alma que

llegar al desasimiento

60 el r

-

M 64 65

procede como «la boue

Ibid., trat.

IX, cap.

Ibid., trat.

IX, cap. IV, págs. 422b.

Ibid,

IV, cap. L, pág. 357a-b.

trat.

II,

Santa Teresa, Vida,

pág.

cap.

420a.

XVIII, pág.

trata

et la ballieure qui

67a.

San Juan de la Cruz, Puntos de Amor, n.° 26, pág. Osuna, Abecedario, trat. X, cap. VII, pág. 440b.

437.

:/

estilo

159

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

des valets»

e laisse piler et repiler des pieds des maitres et

66 .

Es

[pico de esta actitud negativa, y también del ideal francés tradi-

ional del ejar

pequeño

propietario, el

comparar

de ser «propriétaire de créatures»

,

el

o de

desasimiento con

mismo



68

(«les

En Aumont encontramos en Osuna, de la serpiente que muda su

ropriétaires d'eiles-mémes»)

ue ya hemos visto

t,:

.

orado con más extensión y a

manera homérica

la

el

ámes

el símil, piel, ela-

nos muestra con

:

luchos y claros pormenores las etapas graduadas del proceso («peu peu, premiérement, á

«On

la

mesure, enfin, achever»):

y a une saison... en laquelle

les couíoeuvres

se

épouillent de leur vieille peau, et pour ce faire, elles choisissent

un

dit qu'il

eu étroit et fort serré,

comme

entre deux pierres de roche, ou entre

eux fortes épines, en quelque buisson,

ommencent peu.; á

á se dépouiller

mesare leur peau se dépouille,

queue,

ar la

Una

vez

et

passant ainsi á forcé, elles

premiérement

elles laissent leur vieille

la tete,

et enfin,

en coulant peu

achevant de passer

peau derriére

elles»

69 .

más un tremendo «dépouiilement» expresado con dulLo mismo se expresa mediante la imagen del poner

ura y gracia.

no sus vestidos isgo

a los pies del

Señor como recordando

el histórico

de San Francisco de Asís en presencia del obispo («mettre

jx pieds de Notre Seigneur tous ses vétements, l'un aprés l'autre,

66

Jean de Eerniéres, Le Chrétien intérieur ou

la

conformité inté-

eure que doivent avoir les Chrétiens avec Jésus-Christ, tiré des

manusmémoire Mr. Jean de Berniéres-Louvigny, autrede France du burean de Caen, par le P. Louis-Francois

ipts de feu de sainte ñs

trésorier

'Argentan, Ruán, 2 vols., 1677, vol. II, pág. 55. "T

6t

xis >1.

Ibid.,

vol.

II,

pág. 53.

Jean Aumont, L'ouverture dans

nos

coeurs,

VII, pág. 348.

*9

Ibid.,

pág.

349.

1666,

du royaume de VAgneau Bremond, Histoire liuéraire,

intérieure

citado

en

160 le

Estudios literarios sobre Mística Esparto

suppliant de les garder»)

(«marcher sur el

la pointe»)

silencioso reino

por

serlo,

r

\

70 ,

o con

de caminar de

la

puntillí

es decir, sin hacer ruido, penetrando e

de Dios; o con

puede ocultarse bajo

la del

pichoncillo

maternas

las alas

implume qu

(«Comme un

pet

oiseau tout déplumé se cacher et se musser sous Taile de sa bonr

mere»)

72 .

La más

austera doctrina de

San Juan de

la

Cruz,

la del absoluti

y penoso desasimiento de todo, recibe en francés un sesg intelectual con que las implicaciones morales parecen resultar sus radical

vizadas y

que

el

ascético,

desasimiento se convierte

como

más en problema

lo sugiere el símil casi cartesiano

philosophe [qui] n'agit que par

la forcé

de

las

ceñían

las sienes

humanismo

tendencias del

miento puede aprenderse de

aux bétes»

fin

73 .

d'<

Mu

francés, el recog

los antiguos, quienes

con guirnaldas a

vr¡

raiscn et tache

la

touffer cet instinct naturel qui le fait ressembler

de acuerdo con

ración;

de «un

en sus

fiestas

í

de que no llegaran a perturbs

su espíritu los ruidos exteriores:

«Les anciens avaient accoutumé de tins

se serrer le front

en leurs

fe¡

avec des bandeaux tissus de fleurs et d'herbes odorantes pour

conserver la raison plus libre et se garantir de 1'étourdissement

mal de

70

París,

tete

que leur pouvait causer

bruit de telles assemblées»

7

Sainte Jeanne Francoise de Chantal, Oeuvres completes, 7 vol 1 877-1 893,

vol.

II,

pág.

71

Ibid.y vol. II, pág. 427.

72

Ibid., vol. II, pág. 499.

73

P.

littéraire,

71

le

j

<

8.

Hercule Audiffret, Ouvrages de vol.

piété,

en Bremond, Histoñ

VII, pág. 195.

Pére Joseph (Francois Leclerc de Tremblay), Discours de Louis Dedouvres, Le Pcre Josepi 1

perfection séraphique, París, 1934, en

Etudes critiques sur ses oeuvres

spirituelles, París, 1903, pág. 147.

Efecto de la contemplación infusa: quietud

III.

España

a)

lísticos

El efecto de

:

contemplación infusa aparece en

la

españoles en dos géneros de símiles

Una nueva

lo y otros el sentimiento.

etapa inceptiva fundamental (con

.

161

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

estilo

/

la

:

unos describen

el

los

he-

distinción cabe hacer entre

sorpresa consiguiente) y

el

unbio progresivo del hecho y del sentimiento correspondiente. El símil tradicional del hierro atraído por

la

de «una paja cuando

la

levanta

movida por Dios. El modela

al

alma «como gota de

cambia por

juietada sea

el

76

nagre que cava la tierra» irido:

i

las

i

la

la

17 .

Es exclusivo

decreciente actividad

noria del agua... cerrados los ojos y

7S .

Entonces se abandonan por entero

como]

los

los

más «que

no



dispuesta, digo blanda

ser

>landa ella, sino

cera

la

que

izgo del progreso

los

creados por

el

en

Moradas,

Osuna, Abecedario,

77

Santa Teresa,

lib.

Poesías,

Id.,

Camino de Moradas,

trat.

XXII,

Vida, cap.

79 .

Acaban

el sello..., sólo

esta disposición

tampoco se

V,

384a.

XI, cap. IV, pág. 446b. pág.

642b.

pág. 87b.

perfección, cap.

lib.

cuernos»

.

VI, cap. V, pág.

Id.,

cadalso mirando al toro los

queda y lo consiente» 80 Este hacontemplaron como graduado y mensu-

la

76

lo

a la misericordiosa

cuando imprime otro

y aun para

;

no entendiendo

se está

75

Id.,

que están en

que andan poniéndosele en

)r

*•

cazador, la ha perseguido y

Teresa: Las almas contemplativas empiezan por ser «asnillos

de Dios, «no como

79

el

facultades por obra de su unificación y creciente pasividad

hacen»

Ts

el

y dejó rendida»

haber especificado

los españoles

ira traer la

ino

tiró

[la]

contemplación con símiles tan eficaces como

inta

)ra

Dios,

;

«El dulce cazador

de

érito

le

imán, que Santa

ámbar» r \ imagen más acabada de ese hecho prodigioso de que el alma

eresa ;

el

cap.

II,

XXXIX, pág.

pág. 315a.

361b 11

Estudios literarios sobre Mística Esp

162 rabie es

uno de

grandes triunfos del «ensimismarse» españo

los

También San Juan de la

la

Cruz sorprende

el

alma en su camino

plenitud de la contemplación, aunque, usando

dicional del

«sello

en cera», expresa una etapa

Santa Teresa: «el alma sintiéndose estar

como

mismo

el

anterior a la d

que comenz

la cera

y no se acabó de figurar»

a recibir la impresión del sello

haci

símil ti

81 .

Las afirmaciones generales y más vagas acerca de la quietu de la contemplación se refieren siempre a un proceso lento y pai

que va completándose más y más. Por esto los españole 82 que al niño lo toma dicen que el hombre desnudo está vestido ;

latino

en

maternos, lo besan, amamantan y acarician («Abre

los brazos

madre

sus brazos

al

niño y allende de

e junta su rostro con

que sostienen

modo que

el

de su hijo»)

el

83 ;

que

las

vaso «puede ser lleno sin se derramar»

Al lado de esta descripción progresiva de símiles,

quietud mediani los estados incej

asombrosa.

Aquí

En

el

la

exactitud de la imagen resulta todavía mi

estado inceptivo de quietud,

que cayendo

la

de quietud contemplativa está debajo del yelo

81

aurora es

el

alma tiene

86

como

muerto»

La

.

la

3

o

Puntos de Amor,

83

Abecedario,

84

Ibid.,

trat.

trat.

como

del «agua vr

el fluir

«el pollo

que bive

n.° 19, vol. II, pág. 436. I,

cap.

I,

pág. 323b.

IV, cap. V, pág. 364b.

85

Juan de los Angeles, Lucha

86

Abecedario,

87

Ibid., trat.

trat.

espiritual, vol.

XI, cap. IV, pág. 447a.

XIII, cap. IV, pág. 469a.

8

noche, se ve agradabl<

descubrir

87

e:

súbita conciencia del estac

Cántico espiritual, canción XI, pág. 83.

82

la

se va sabrosamente al sueño ciego»

de quien, después de velar toda

mente sorprendido por que

.

la

periencia del «ojo la

é

84

hay también excelentes comparaciones de

tívo y final.

o a

manos temblorosí

vaso colmado se van serenando cada vez más,

el

1

lo abrazar, ábrele sus peche

I,

pág. XII.

dei

?/ estilo

huevo

ro del

163

nacional en los símiles de los mis ticos españoles y franceses 88

horadado»

sin lo haver

o «como

5

un gran

uétanos una unción suavísima a manera de >enetra todos»

89

echasen en

si

los

que nos

olor...

o como una especie de olor de incienso que viene

,

úbitamente del oculto lugar donde se está nuemando («una fra-

como

ancia

lerfumes:

ni

un brasero adonde

estuviese

si...

)suna llega hasta describir •asa

donde

se ve la lumbre, ni

a ser místico, en

que

es invadido

hombre conozca

está»)

que

dijésemos a alguno que no se acercase;

que era

lo

de

como

es alanzado,

onosciésemos, pasa esto tan cierto en se maravilla

asceta

el

corazón y se detiene de forma que

al

íjos

ombre

Francisco de

.

por Dios

ntes

el

90

momento mismo en que

el

«Viene algún pensamiento

se echasen olorosos

el

mas

á^iima

que

dende

si

antes el

que

lo

mesmo

91

ello»

.

El estado de quietud adquiere también una determinada sigificación a la luz liles

.como

el

«pojado para i

de

la

purgatio que le ha precedido.

que compara

la

quietud

Rey

recibir los tesoros del

casa vacío, porque el rey trae consigo lo

uñoso paralelo de San Juan de ^segada»

93

adquiere para

el

akov Malkiel ha señalado en el

lat.

íutilar,

subsecare; quitar fuerza

asta borrar

de

ella

el

es vital

\

que

queda

el

casco de

es necesario»)

92 .

El

«Estando ya mi casa

cercenar, cortar, castrar,

segar,

en

el

caso del alma, aquietarla

último elemento de egocentrismo. El alma

88

Ibid., trat.

89

Santa Tfrfsa, Conceptos del amor de Dios, Id., Las Moradas, lib. IV, cap. II, pág. 348a.

90

sí-

palabra sosegar las connotaciones

la

y,

ahí

nueva importancia desde que

lector

decir: 9

(«sólo

Cruz:

la

De

con una casa que se ha

final

XIII, cap. IV, pág. 469a.

91

Abecedario,

trat.

XXI,

92

Abecedario,

trat.

IV, cap. V, pág. 364a.

cap.

VII, pág.

93

San Juan de la Cruz, Subida,

94

Yakov Malkiel, «The Etymology

XIII, 1944, pág. 304.

lib.

I,

cap.

IV, pág. 439b

57ia-b.

cap.

I,

pág.

13.

of Spanish 'sosiego'», en

PkQ,

Estudios literarios sobre Mística Español

164

totalmente aquietada no es sólo

en que va

«bestiula

la

ponde no

de

por sí

el

95

Señor a Hierusalem»

el

96

ser aurora»

;

mañana», sino a

sólo a «la aurora de la

ficada [que] deja

«asnillo traendo la noria», sinc

el

que

corres-

«el alba... clari-

El alma desfallecida y exhausta

.

largo proceso de la purificación, ya incapaz de moverse poi

misma,

se encuentra al fin yaciendo

tualmente está en

la

cama con

siempre se conoce atado» molino,

como

del

el

97 .

«como

Todos

«martillo»,

enfermo que

el

muy

cición

o

fiebre

ac-

[que

recia

los ruidos del antes bullicioso

«sierra»,

truendo dañoso», han cesado definitivamente

«cosa de hierro», 98 .

La

nave,

mar

«es-

aden-

ya es incapaz de cambiar su curso («como nave que está muj

tro,

metida en

el

mar, que aunque

declinar acá ni allá»)

Francia:

b)

llaman

la

Los

ella quiera,

no puede un poquito

99 .

franceses

símiles

para la quietud mística

atención ante todo porque eluden la explicación dinámica

del progreso en la contemplación, cuya observación metódica apren-

dieron los españoles de los árabes

10

La mesura

°.

francesa considera

precisamente esta observación metódica como curiosité; lo dice cor toda claridad

la

ursulina Marie de PIncarnation

«Je ne

:

point en peine de faire tant d'examens, mais plutót sion, crainte

de curiosité»

10

j'y

\ Prefiere subrayar más bien

me

sens el

mets

l'aver-

hecho

dt

que en toda forma de quietud y pasividad (excepto, desde luego 95

Abecedario,

96

Juan de los Angeles, Vida

87

Id.,

98

Abecedario,

Lucha

trat.

XXI,

espiritual, trat.

III,

cap. V,

pág.

parte II, cap. cap.

506b.

perfecta, diálogo IV, vol.

III,

pág.

III, vol.

I,

I,

pág. 218b

pág. 324b.

352a.

99

Bernardino de Laredo, Subida del monte Sión, cap. III, ci Gastón Etchegoyen, L'amour divin, París, 1923, pág. 228. 100 Miguel Asín Palacios, La espiritualidad de Algazel y su sen tido cristiano, 101

Dom

Madrid, 1939,

vol.

Marie de l'Incarnation,

III,

pág.

155.

Ecrits spirituels et historiques, ed. d

Albert Jamet, París-Quebec, 1929 y

sigs., vol.

II,

pág. 157.

165

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

U

estilo

1

pleno éxtasis), hay siempre cierto grado, por pequeño que sea, cooperación humana. Por esto

le

an con

ríos

ement

et si

como

i orilla

porque no

lagos estancados

10 2

sus aguas

le

almas en quietud se compa-

las

de lento curso («certains fleuves qui coulent si douégalement») que aparecen ante quien los mira desde

o con

,

que giran alrededor del polo

estrellas

las

se percibe la agitación

an lentamente que apenas se puede advertir que se mueven El antiguo símil del imán que atrae

en

scritores franceses

«Le

al

sentido de que

fer a

une

telle

ppercoit la vertu,

hierro se hace

el

se retourne devers

puis

luy,

más

ac-

imán:

al

convenance avec l'aymant qu'aussitót

il

\

hierro se modifica en los

ponerse trémulo, deseoso de acercarse

llega a

ivc,

el

l0

qu'il

en

commence

il

oudain á se remuer et demeurer par des petits tressaillements,

esmoignant en cela [uelle

la

complaisance qu'il ressent, en suite de

s'avance et se porte vers l'aymant»

il

El ejemplo español del niño a quien 3 besa,

amamanta y

7an pronto ele

t

como

y empieza «L'enfancon

la

el

madre

niño hace algo, no sólo pecho,

le ofrece el

de recibir

a patalear, deseoso fait

des petits élans

du

luy présente avec

les

él

la

la

comme

la

madre.

procura acercárleche:

costé des tétins da sa

trépigne d'ayse de les voir descouverts,

on costé

.

madre toma en brazos y

en francés transformado en

acaricia aparece

también

lisma dirección:

la

la-

l04

la

un amour empressé»

mere

mere

aussi de

105 .

El concepto de laisser faire asoma a través de las imágenes franesas,

10 ol.

I,

que precisamente destacan

San Francisco de Sales, Amour de Dieu,

103

Camus, Théologie mystique,

Amour

rán»

lib.

VI, cap. VIII,

pág. 330.

101

,

pasiva invasión de quietud,

la

mística Ibid.y

de Dieu, vol.

con

la

lib.

V, cap.

I,

pág.

pág. 42;

198.

¡no

se

actividad ascética! II,

vol.

II,

pág.

260.

confunda esta «coopera-

Estudios literarios sobre Mística Español

166

como

prueba

lo

el

siguiente símil, en

que

niño hace nada

el

me

nos («sans avoir fait [!] autre chose») que quedarse quieto, mientras su

madre

lo viste:

«Une mere par son

action propre revét et habille son enfant qui

sans avoir fait autre chose que de laisser agir sa mere, se trouve

tout habilié»

Los

106 .

escritores franceses,

como

es

natural,

no pueden

descar-

«milagro» de la quietud inceptiva en sus efectos sobre aquel

tar el

a quien se

ha concedido esa experiencia

mística.

Pero

comparación del doble símil de Osuna

interés la

es

de sume

del pensa-

(el

miento que surge inesperadamente y el del extraño que se acerca y a quien no es posible alejar) con los de San Francisco de Sales

hombre adormilado que oye hablar

del

(el

que siente que

lo acarician).

rar lo extraño

de

a sus

amigos o

Porque mientras Osuna

este sentimiento,

trata

el del

de

San Francisco de Sales

acla-

quiere

subrayar que la acabada concentración del alma en Dios hace im-

una más

posible léger

clara

concentración en

misma



(«surpris d'un

sommeil nous entendons sans distinguer ce que nos amis

disent autour de nous

ou nous ressentons

caresses qu'ils nous

les

donnent, presque imperceptibiemení, sans sentir que nous tons»)

107

por

la

Sin embargo, los franceses atienden tanto

.

pañoles

elemento de

al

quietud divina.

desviación de

comme un chaussée»

ios

un

la sorpresa

Y

la

la

expresan con

río por la rotura

como

los es-

primera invasión del aimj el símil

de

la inesperads

de un dique: «Cette paix

vieni

fíeuve dont le cours est détourné... par la rupture d'uní

10S .

O

bien con

el

de

p Francois Guilloré, S

en Bremond, Introduction á París,

en

sen-

la

la súbita

J.,

comprobación de que

Máximes

philosopkie de

spirituelles, la

priére.

s<

1684, citack

Textes choisis

1929, pág. 256.

107

Amour

108

P.

de Dieu,

lib.

VI, cap. VIII, vol.

Jean Josefh Sürin,

S.

J.,

I,

pág. 331.

Questions importantes sur

Vamou

/

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

167

saboreando vino cuando se esperaba beber agua, como en

las

estilo

;tá

«[L'áme] s'appercoit qu'on

odas de Caná:

que

>eur et

fait

des noces en son

changé en un vin

l'eau froide et insipide est

déli-

109

eux»

.

Un

muy poco

símil

e la

inspiración

>mo

se explica

que

usual, típico del clasicismo francés, es el

se infunde

—según

en

jesuíta

el

Oda de Ronsard, dedicada

écima

el

alma de

Surin a

los poetas antiguos,

—en

aquel pasaje de

Michel de

!a

en que

l'Hópital,

ípiter dice al poeta:

Lorsque

mienne

la

ravissante

(vertu)

Vous viendra troubler vivement, D'une poitrine obéissante

Tremblez dessous son mouvement. Estos >

que

versos

—continúa

el espíritu

escritos

de Nuestro Señor obra en

paralelismo

arioso

—parecen

Surin

no

las

para expresar...

almas»

11

°.

Este

ha advertido Henri Bremond en su

lo

ropio ensayo sobre Friere et poésie. El humanista francés halla ti

serio

ian

competidor en

Aumont. Aumont

iceptiva:

«la

el

aldeano «et vigneron de Montmorency»

se refiere

criada, desde

ia

con

estas

guardilla,

imágenes a

uien golpea desde dentro del sótano, y ella, llena

unta desde lo alto de la casa: J

e

casi

un rapport

Dieu,

lib.

III, cap.

II,

listoire

110

Pére

Crasset,

littéraire,

vol.

que golpea

de 11

es

al-

susto, pre-

\ Este

símil

Dios en

S.

los

19 19, pág. 144.

J.,

Le Chrétien en

solitude,

en Bremond,

VIII, pág. 293.

Surin, Lettres spiñtuelles, vol. II (Science experiméntale)

663, pág. 111

J.

quietud

en H. Bremond y Ch. Grolleau, Anthologie

es écrivains catholiques, París, 109

¿Quién anda ahí?»

fatal Pues el extraño

la

oye de pronto que

,

París,

82.

Jeant Aumont

(i 609- i 689),

L'ouverture

intérieure

du royaume

Estudios literarios sobre Mística Española

168

du

sótanos del corazón, «le sanctuaire

comparación del ciego que alguien a quien él

no ve y

naisance á l'aveugle»

Además,

Más común

coeur».

cuando

se siente sorprendido

es la

lo toca

«cet attouchement... tient lieu de con-

112 .

místicos franceses presentan también la quietud

los

inceptiva con símiles

que muestran

alma en su retorno de

el

la

«oración de quietud» a la «normalidad», con lo cual descubre qué tesoro había poseído.

La

situación es entonces la del niño

que

se

queda dormido mientras bebe del pecho materno, que aún con-

madre vuelve a poner

serva entre los labios. Pero cuando la

niño en

la

cuna,

empieza a

él

llorar

al

desesperadamente^ echando

de menos alimento y protección «parce que dormant pour toute autre chose, il veilloit pour celle-lá seule de presser la mammelle et

d'en

sa

tirer

El estado

final

se expresa por

bamos en de el

d'écrivains

Mallarmé!

que hasta

símiles

los españoles.

de

la

Pero

cierto

más cargados de sentido. En primer término, que Dios ha impreso su sello. La nation

:

cera por

la

papel blanco

el

VAgneau



¡la

obsesión de

«une charte blanche» en que alguien (Dios)

dans

occis

nos

114 .

homme

imagen de un hombre atado («un

de

accompli

desde un punto

los franceses están,

escribiendo «tout ce qui lui plairait»

vol.

fait

punto también encontrá-

cera en

cambia



.

de quietud representado como un

vista metafísico,

símil

113

douce nourriture»

coeurs,

en

está

También encontramos la attaché á un arbre avec

Bremond,

Histoire

littéraire,

VII, pág. 332. 112

Jean Baptiste Noulleau (1604-1672), L'idée du

en Bremond, Histoire 113

littéraire,

vol.

vrai chrétien,

VII, pág. 249.

Camus, Théologie mystique, pág. 212. El mismo símil, menos San Francisco de Sales, Amour de Dieu, vol. I pág. 332.

desarrollado, en 114 vol.

Crasset,

La

VIII, pág. 292.

foi

victorieuse,

en

Bremond, Histoire

littéraire,

5/ estilo

jne corde») puesto luego en libertad por obra divina

de un hombre

la

res,

libre luego atado

oú vous demeuriez immobile»

^oteau

113 ,

o

(por obra divina)

llb

al

re-

«á ce

También aparece en

.

pero bajo forma de una casa saqueada

francés la «casa sosegada», y

169

nacional en los símiles de los místicos españoles y francese s

vaciada por los ladrones, de suerte que

dueño bien puede

el

:ompararse con Diógenes:

Ma

maison

au pillage

est

Je n'ay plus rien d'asseuré, Socrate ni Diogéne N'estoient

si

moy;

contents que

Je ne sens ni poids ni charge,

Mon Más típicamente es

en

también aquí

otras

líquida

imágenes para

que

se

la

115

el

mismo

.

«humanismo

cristiano»

116

tirar

l'essence

la

118

119 ;

una esencia

alambique porque

«II n'est

d'une chose mobile, mais

il

faut

San Vicente de Paul, Correspondance, Entretiens, Documento X, pág. 162.

Surin, Leitre á Madeleine Boinet, en Pourrat, Spiritualité chré-

Id.,

145.

Cantiques spirituels de l'Amour divin. Composez par un Pérc

Compagnie de Jésus. París, 1664, pág. 50. Alexandre Piny, O. P., L'état du pur amour, en Bremond, His-

toire littéraire, vol. VIII, pág. 119

el

los ojos

matiére demeure dans l'alambic... ramassée et renfermée...,

tienne, vol. IV, pág. 117

estado de quietud, tomadas de

una venda puesta sobre

ed. Pierre Corte, París, 1923, vol.

>

lir

de pequeño propietario, que se traduce

mantiene quieta en

pas possible de

de

large

francés que las huellas del el espíritu

distintos oficios:

que

le

comparación del alma aquietada con «une terre vendue» "\

la

Hay

coeur a trouvé

130.

Santa Margarita María Alacoque, Vie

Gauthey, París, 1915,

vol.

II,

pág.

335.

et

oenvres, ed.

Msgr.

170

Estudios literarios sobre Mística Española

immobile... pour y étre essentiée»

canismo de un

franceses,

.

moralistes,

dan importancia abrumadora a



,

la

en

proceso de aquietamiento

el

—como

Gracia

para con unas malolientes

«Les mulets

bestias

de

Por esto se

ella.

prince?»

122

cios vasos

.

las

com-

de carga que llevan muebles

laissent-ils

d'étre lourdes

pour étre chargés des meubles précieux

bétes

dijésemos, Jan-

si

pues, a despecho de todas las purificacio-

nes, las almas siguen siendo indignas

principescos:

finalmente, el perfecto me-

121

como

senio contra Molina

;

(«perfectionner ce que les roues d'horloge

reloj

sont á la montre»)

Los

120

et

puantes

parfumés du

et

Las almas están siempre en peligro de

ser

unos su-

(«un vaisseau qui sent mauvais») que echan a perder

el

agua limpia («i'eau nette et claire») que contienen; o toneles que

aún conservan gáté par vierte

y

el

en

un

restos

de mal vino («un tonneau dont

autre vin»), de tal

él se

modo que

i'intérieur est

nuevo vino que

el

buen vino toman fácilmente su mal olor»

123 .

Estas conside-

raciones nos llevan a examinar ahora los símiles referentes a

purgaciones pasivas, y

la

las

almas y

120

vol.

España: Para

las

necesidad de éstas.

Purgaciones pasivas

IV. a)

se

echa a perder a su vez, puesto que «el agua clara

la

las lleva a la

purgación pasiva, que limpia más y más

unión mística, San Juan de

Aumont, L'Ouverture

intérieure,

la

en Bremond, Histoire

Cruz ha

littéraire,

VII, pág. 335. 121

Jean Hugues Quarré, Trésor

spirituel,

en Bremond, Incroduc-

tion á la philosophie de la priére. París, 1929, pág. 243. 122

San Francisco de Sales, Amour de Dieu,

lib. III,

cap. V, vol

I,

pág. 126. 123

L.

Grignon de Montfort, Traite de la vraie dévotion á la tres Le secret de Marie, Sheerbrook, Canadá, 1901, pág. 52.

Sainte Vierge ou

171

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

estilo

II

reado uno de los símbolos más profundos, «la noche oscura del l lma», punto de que traté detenidamente en -otro lugar *\ Pero este

ímbolo multilateral arroja mucha luz sobre

la

unilateralidad

de

ada uno de los otros símiles místicos españoles, ninguno de ios uales

abarca todas

Los españoles consideran

ierra».

como un

lmas, o ;aña

o

ivo, el fisiológico

as

más

ea

como

como

afiladas, el

que limpia y pule las como dolor que en-

el

y expectante. Los símiles utiexperiencias subrayan el aspecto obje-

ansia penosa

izados para expresar estas

)ios aparece

dolor

el

psicológico.

En

cuanto

al

empieza por acepillar

la

obra en grueso:



,

«Dios

polido tornero que no pone sus sotiles herramientas

de Chaide

ropa

le

dolor que pule,

artesano que, antes de acudir a sus herramien-

ino en lo que primero está labrado de azuela» vlalón

la

dolor lleno de esperanza, o

como

y tortura, o

de ese «purgatorio en

implicaciones

las

utiliza

lo afina

para

la

San Juan de

125

purgación activa la

.



Cruz agregando

El símil que del lavado

el

el detalle

de

manchas antiguas y casi invisibles en un paño, que salen al ;egundo lavado, con «jabón y fuerte lejía» 126 Esta enérgica lim3ieza quita las manchas «como hace el fuego al orín y moho del 127 netal» O imaginemos una mujer que, pensando que el agua as

.

.

nie tiene en una vasija está limpia y clara, de pronto, a la luz del ;ol,

ve «que está todo de motas», y

10 poder limpiar

debidamente

la

la vasija

llena

de desesperación

(«Aquí no sólo

ve de su alma, sino un polvito que haya, y por 12 jabaje en perfeccionarse, toda se ve turbia») \ las

telara-

mucho que

124

Véase

125

Osuna, Tercer Abecedario, trat. XI, cap. VI, pág. 450a. San Juan de la Cruz, Noche oscura del alma, II, cap.

126 5

las

i, vol.

127 12s

I,

el

capítulo

II

ele

esta

obra.

pág. 466. Véase nota 57.

Ibid., II, cap.

VI, pág. 479.

Santa Teresa, Vida,

cap.

el

XX,

pág.

79b.

II

Esludios literarios sobre Mística Española

172

tal

El último ejemplo traduce

muy

para los místicos, de que

el

claramente

la idea,

fundamen-

alma, mientras avanza, reconoce

cada vez más su humilde condición de criatura frente a

que se

las altas

han otorgado, y se siente desesperadamente Porque, sin la ayuda de Dios, no puede purificarse

gracias valida.

misma. Su desolada situación se trasluce ahora en expresan ese martirio de impotente prisionero

«Como

el

des-

le

a

los símiles



que

:

que tienen aprisionado en una oscura mazmorra atado

de pies y manos, sin poderse mover ni sentir algún favor» 139 , o como hombre a punto de morir ahorcado «si a uno le suspen:

diesen en

el aire

que no respirase»

que no

en qué estribar»

tiene

Angela de Fohgno

uno que

132

131 .

13S .

Juan de

bre no sábe adonde volver 13

o una cierta locura» el

quien, todavía cons-

símil si

el aire

Este símil, que aparece en Santa

tiene la soga a la garganta

enfermo que sufre dolores tan

como

como

también lo repite Santa Teresa: «Es como

,

cura tomar huelgo»

en

o

,

pugnara por encontrar donde apoyarse: «colgado en

ciente,

del

130

la

se está

y

los

ahogando, que pro-

Angeles acude a

terribles

que

la

imagen

«el miserable

cabeza ni espera más que

la

hom-

muerte

\ La desesperación impotente sube de punto

de San Juan de

la

Cruz:

«El alma se siente...

así

tragada de una bestia en su vientre tenebroso se sintiese

estar digiriendo»

135 .

Al desesperado dolor que limpia y pule, otros símiles agregan el

dolor lleno de esperanza, recompensado

al fin

por gracias mís-

120

Noche

130

Ibid.,

131

Cántico espiritual, canción IX, § 6, vol. II, pág. 68. Paul de Jaegher, Anthologie mystique, París, 1933, pág. 53.

132

133

oscura, II, cap. VII, § 73, pág. 484. pág.

479.

Santa Teresa, Vida,

cap.

XX,

pág. 76a.

1,1

Juan de los Angeles, Conquista del reino de Dios, IV, pág.

135

Noche

oscura, II, cap. VI, vol.

I,

pág. 477.

78b.

II

estilo

173

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

que

icas

más

iva.

La comparación mejor y más

altas

que

las

se gozaron antes

de

purgación pa-

la

usada, que encierra estos tres

lementos de esperanza, dolor y recompensa, es la de la leña verde iue empieza a arder y se convierte en un feo y negro tizón, del ual

acaba por

sin

salir,

muy

omparación se presta ura,

más oscura

embargo, pura y hermosa llama. Esta bien para

el

símbolo de

«Esta purgativa y amorosa noticia... se ha en

uego en erial,

madero para transformarlo en

el

en aplicándose a

madera,

la

menzarle a desecar, echándole la l

noche

la

os-

todavía antes del amanecer:

agua que en



porque

sí;

como

alma...

el

fuego ma-

el

primero que hace es co-

lo

humedad

Luego

tiene...

el

fuera y haciéndole llorar

va poniendo negro, escuro

le

feo, y yéndole secando poco a poco, le va sacando a luz, y chando afuera todos los accidentes feos y escuros que tiene conrarios al fuego. Y finalmente, comenzándole a inflamar por de

'

uera y calentarle, viene a transformarle en noso como el mismo fuego» 136



y ponerle tan her-

.

Este elemento de esperanza en

ilquitara

lable rspera

que por

y cálida»

137

1,8 ,

con

el

los prove-

el símil

de

«la

fuego que recibe no cesa de gotear agua su-

o en

3

colmado,

ser

ilimento

el

que sugiere

el dolor,

mismo, aparece también en

:hosos efectos del dolor

comparación del alma con

la

con

el

hombre

ansioso

de

vaso que

el

curación

trompo que, inclinado, recibe

el

o de

golpe del

l39 o con la fragua en que y gira entonces a más y mejor 5 :chan agua para avivar el fuego («como suelen echar agua en la

:ordel

ragua para que se encienda y afervore

M< 1:7 lr?s

Ibid.,

II,

cap.

Abecedario,

X,

trat.

§

i,

vol.

i,

pág.

el

fuego»)

500.

X, cap. IV, pág. 434b.

Cántico espiritual, canc. IX,

139

Abecedario,

140

Cántico espiritual,

trat.

más

XIV, trat.

§

6,

vol.

II,

pág. 68.

cap. II, pág. 473a.

XI,

§

l9

vol.

II,

pág. 74.

140 .

Estudios literarios sobre Mística Española

174

Por último,

el

acento acaba por desplazarse, del dolor mezclado

con esperanza, a una vaga esperanza, expectación, imaginación, capricho, deseo de

un no

tampoco dejar de temer disminuyen de

por

las fuerzas

qué que, esperando

la

de

violencia

enfermedad se arraiga»

la

no puede

enfermo

al

le

«Las fuerzas

la fiebre:

141

Es como

.

no sabe qué alimento

quien, teniendo hambre,

elegir

la actitud de

o como

la

de

le antojan las cosas más extrañas: hombre hambre y no determinarse qué mancomerá mejor, y las mujeres preñadas muchas veces tienen de-

mujer encinta a quien se «Acontesce haber

jar

el

seos o antojos sin saber de qué»

Es como niño absorbido en la)

lo mejor,

Es como cuando

lo peor.

calenturientos con los crecimientos de la calentura se van

los

apocando y

la



143

diesen color:

le

mano y pintar»

centro

dibujo, 144 ,

o

«el

el

juego del escondite (corregüe-

alma está como

clamando

como

la

al

que

la

piedra que,

la

imagen de

dibujó para que

al

primera

la

la

acabe de

caer, se va acercando a su

145 .

Francia:

b)

Si

verdad que Francia, hasta cierto punto,

es

aprendió de los españoles

de Oro, nable

.

o como dibujo que, a tener conciencia, esperara ansiosamente

,

que

142

a tal

de que hace gala su

la psicología

punto que sin Santa Teresa

un Descartes

146 ,

también

es cierto

Siglo

ni siquiera sería imagi-

que

los franceses

no

fue-

ron tan buenos discípulos en psicología del sufrimiento como en

141

Juan de los Angeles, Lucha

espiritual,

parte II, cap. III, pá-

gina 322b. 142

Abecedario,

143

Lucha

144

Cántico espiritual, canes.

145

Ibid., pág. 83.

146

Jacques Chevalier «Y

memoriam

trat.

espiritual,

Bonilla y

XI, cap. V,

448b.

pác*.

parte II, cap. VIII, vol.

XI -XII,

§

1,

I,

vol. II,

pág. 335b.

pág. 83.

a-t-il une philosophie espagnole?», en In San Martín, Madrid, 1927, vol. I, pág. 1 y sigs.

El

en

estilo nacional

^sicología del amor. Al describir la purgación pasiva,

que pulen

lores

que

sufre,

con sus do-

alma, se limitan a señalar esos grandes e insu-

pero sin poner a

fribles dolores,

ieto

el

175

de los místicos españoles y franc eses

los símiles

la vista

como hacen en cambio

ninguna reacción del sucon

los españoles

el

hombre

que, a punto de morir ahorcado, forcejea para respirar o trata de

ricanzar

el

A

suelo.

Oponen siempre

la

Timientos pasivos. Si

hombre

iin

collarlo

sus

pasiva

la

homme

y

otra

cosa.

de

tratan

así

intensos para explicar esos su-

arrancarle la

significa

ses habits, c'est le traiter

en conmaraison de

serait

activa

la

purgación activa significaba arrancarle

la

ropas,

a

a

de-

piel,

:

«Oter á un ríen

más

y sufrimientos

callar dolores

parece interesarles

franceses

los

purgación pasiva

la

mal; mais ce n'est

rigueur qui l'écorcherait et aui ne

aucune chair sur tous

Es como verse forzado a comer

el

lais-

14

ses os»

.

más repugnante

trozo de carne

podrida con todos sus gusanos («une fourmiliére de vers dans une oiéce

de boeuf pourri»)

148 .

tormento hasta que

incesante

Es como una coyuntura dislocada, hueso vuelve

el

dominico Chardon exagera aún más

la

su

a

rst

disposé le lieu cu

sont les issues

147 vol.

il

cómo

demeure»), ni

pour en pouvoir

.

imagen de San Juan de

Cruz del prisionero desvalido en su mazmorra, añadiendo de aue el prisionero nada sabe de

li9

sitio

si

sortir»)

es su encierro

podrá nunca 150 .

Mme.

la

El la

idea

(«comment

salir («quellc-,

de Chantal no

Fénelon, Oeitvres, XVIII, 343, erado en Pourrat,

Spirirtialité,

IV, pág. 301 143

Marte de Vallées, en Dermenghem, La

révélations

vie

admirable

et

les

de Marie de Vallées. D'aprés des textes inédits, París, 1926,

pág. 61. 149

Mme. Guyon, Autobiography, Nueva York,

i3o

Pierre Chardon, O.

littéraire,

vol.

VIII, pág. 65.

P.,

La

1880, pág. 73.

croix de Jésus, en

Bremond, Histoire

Estudios literarios sobre Mística Española

176

con

se satisface

de lastimar

comparación del desollado y añade que, después

la

carne y los huesos,

la piel, la

médula («pénétre dans rintime de

Nada más

15

moelle»)

la

que hacer pasar

natural

originariamente referidos

símiles

dolor llega hasta

el

a los oSjetos inanimados los

hombre. Así

al

la

\ almas puri-

las

como olas que se rompen contra afiladas como lienzo sometido a «une forte lessive» 153 (símil conocido por Malón de Chaide y San Juan de la Cruz), como

ficadas pasivamente son

rocas

152

,

carne que hacen picadillo («hachée en menúes piéces»)

pan que se ha tostado por completo («un pain plus ríen á cuire»)

La

se clarifica

el

los

en Francia a

151

de

del parto

estas

ellas

y

157

156

antojos

los

n'y a

dolor espe-

el

que Marie de Va-

de

preñez, sino

la

El jesuíta Crasset compara

.

ser

el

curado

movimiento de 158 ;

compara, simplificando

la

punto

tal

pruebas y sufrimientos con

que espera ansioso

poder entrar en

AJacoque

símil

al

dolores

alma que pasa por

del Evangelio

il

.

hees recurre no sólo

también a



cuit

y como

155

interpretación española de la expectativa y

ranzado

154

el

el paralítico

las

aguas para

y Santa Margarita María símil

de San Juan de

Sainte Jeanne Francoise de Chantal, Oeuvres,

vol.

II,

la

página

307, col. 2. 152 153

Mme. Guyon, Autobiography, Nueva York, 1880, pág. 289. Bruno de Jésus-Marie, Madame Acarie, épouse et mys-

R. P.

tique, París, 154

1937, pág. 72.

Alexandre Piny, Vie de

littéraire,

vol.

135

Id.,

156

Marie

la

M.

Madeleine, en Bremond, Histoire

VIII, pág. 127.

La

clef

du pur amour, en Bremond,

de

l'Incarnation

Ibid., vol. VIII, pág. 169.

estado

de

Jean Crasset, Méthode d'oraison, en Bremond, Histoire

lit-

subraya

particularmente

su

atiente, pente, etc. 157

Dermenghem,

158

P.

téraire, vol.

pág. 223.

VIII, pág. 298.

177

El estilo nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

Cruz, con

en espera de que 1

lo pinten

(«comme une

toile

'".

diferencia entre la psicología

aquí, particularmente, en

siste ;1

lienzo

devant un peintre»)

i'attente

La

el

que

española y

francesa con-

la

subrayan

los españoles rara vez

lado ontológico de ese sufrimiento (sólo lo hace Santa Teresa

comparación del vaso aparentemente limpio en que

:on su

a la vista tan pronto

;alta

Tanceses ahondan en flaqueza

re la

m

el

como

el sol

problema de

humana y

da en la

ella)

«no correspondencia» en-

abrumadora gracia divina,

la

polvo

e)

mientras que los

es

decir,

problema del alma que cobra conciencia de su fealdad fun-

el

lamental a los rayos de las gracias místicas. Por esto

e resquebraja

el

alma sabe

que escondía su tremedal de imperfecciones

¿ue la delgada costra

ahora, y

un

terrible

mal

se exhala fuera del

olor

:harco «II

me

en

est á

peu prés comme d'un bourbier qui

a pris

au dessus

croúte; pendant que rien ne s'y remue, vous n'en sentez pas

la

nauvaise odeur, mais vous ne l'avez pas plutót remuée qu'aussitót

me

exhalaison

utour»

empeste

qui

éléve

s'en

l'air

ceux

et

qui

sont

1G0 .

El alma parece una gruta seca, pero súbita e inesperadamente

gua empieza a brotar en «C'est 'eau

comme une

réjaillit

aoins»

16

ella

el

por donde menos se esperaba:

grotte qui parait séche de tous cotes et d'oü

tout á coup par les endroíts dont

on

se

défiait

le

\

El alma sufre

como

la cría

ilumaje de sus padres, tiene

159

Pourrat,

leo

p Francois, Guilloré,

vol.

del cuervo que,

que

recibir

de

aunque teme ellos el

el

negro

alimento («les

IV, pág. 403. S.

J.,

en Bremond, Introduction á

la

phi-

osophie de la priére, pág. 258. 161

If

Fénelon, Instmctions

Fénelon, París, 1930, pág.

et

Avis, en

187 y

Albert Deplanque, La pensée

sigs.

12

Estudios literarios sobre Mística Españo

178

plumes noires de ceux dont

petits corbeaux, á qui les la

el

n'étaient contraints de

vie, feraient peur..., si peut-étre ils

accoutumer par

le

besoin d'en recevoir leur norriture»)

aguilucho a quien

de l'ongle») y 163 ?

lo eleva hasta lo alto

molestos

o como y

162

:

s

o coa

,

coge entre sus garras («au boi

el águila vieja

de una roca

d'un roe stérile») para acostumbrarlo leil»)

tiennei

ils

al sol

estéril

(«coupea

(«renlever vers le

s<

enfermo a quien hay que aplicar emplaste

el

para

abrasadores

blesse et fait languir»)

164 5

mejor

curarlo

(«un

epithéme

qi

o como un niño a quien, por tener

masiada sangre, debe sangrarlo su padre, o como

el

di

niño que

porta mal en la calle, en compañía de otros niños, y a quien

í

s

padre debe castigar precisamente porque lo ama, y sin que ha^ el

menor reproche «II

de

nous arrive

a esos otros chicos:

comme aux

raison qu'un

la

crient, ils pleurent,

leur sert de

bon pére

enfants qui n'ont pas encoré l'usaj saigner dans leur maladies;

fait

ne sachant pas que

remede;

si le

le

peu de mal

pére en usait d'une autre sorte,

cruel et dénaturé. Disons encoré,

si les

serc

il

enfants font des insolena

publiques dans une place et que le pére de l'un d'eux passe, á son enfant et le chátie et qu'il

aime davantage»

16

il

i

qu'ils endurei

Jaisse les autres...

Dieu

il

\

chátie cei

\

El carácter de necesidad ontológica en todos los ejemplos pr cedentes resulta menos vivido que en

el símil

del polvo, de San

Teresa. Pero San Francisco de Sales habla acerca de

que

refleja las

manchas de nuestra

tez,

más

un

lKJ

Fére Joseph, en Louis Dedouvres, Le P. Joseph, pág.

163

Id.,

Introduction

á

la

vie

spirituelle,

espe

visibles en él mientr

67.

en Bremond-Grollea

ob. cü. y pág. 68. 164

Santa Margarita María Alacoque, Oeuvres,

165

Henri Marie Boudon, Dieu inconnu,

vol.

II,

pág. 8;

París, 1757, pág. 62.

179

que aviva

fuerte se va haciendo la luz del día,

aás

uno

erse

de

libre

ellas:

«A mesure que ians

miroir

le

deseo de

el

jour se

le

taches

les

aéme lumiére qui nous

íait,

nous voyons plus clairement de notre visage...;

souillures

et

et

la

fait voir ees tares et déchets, nous échauífe 166

u désir de nous en nettoyer»

.

Santa Juana Francisca de Chantal habla del agua cuyo fondo se transparente

lace

En

este

del sol

al influjo

16 .

punto tienen cabida una

de símiles de que ca-

serie

ecen los místicos españoles y que corifirman, por decirlo ecesidad ontológica

y

ia

la

amor puro, que desempeñan tan

el

xvii

siglo

Aquí

francés.

así,

la

purgación pasiva por medio de una obe-

y un sentimiento racionales, fuente de

iencia

1

de

santa indijeren-

la

sobresaliente papel en

de especial importancia

es

aración del alma resignada con el arpista sordo,

la

com-

que no oye

lo

ue toca, pero que por orden del señor («pour contenter un printocando, escúchesele o no, esté presente o ausente

s») continúa l

s

príncipe («le laissant la

en

la

un incroyable

chambre»)

el

Otra comparación

la

volonté d'icelle»)

alma sin consuelo se compara también con

que no necesita que

)ldado

.

goust»), porque ése es el deseo de su

(simplement et purement pour faire ;tarse

lti8

que toma una medicina de mal sabor

del niño obediente

1.

166

Iniroduction á

167

Oeuvres completes.

II, pág.

16% 169

de sens froid dans

vaillant soidat va

la

vie

dévote,

Ediüon

les périls...,

cap.

XXII,

pág. 53.

critique,

París,

7

I,

vols.,

Amour

de Dieu, libro IX, cap. IX,

pág.

144.

vol.

II,

pág.

le

1877- 1893,

522.

Ibid.,

mais

137.

180

Estudios literarios sobre Mística Española

commun

n'y va que lorsqu'il est poussé.

On

pour

est contraint

l'y

17ü

du bruit, des tambours et des trompettes» También conocen los franceses, finalmente, la visión retrospectiva de la «noche» como «feliz» porque el fin de esta negra noche en la clara mañana de la unión mística quita a las tinieblas su nefaire aller d'user

.

grura, como, entre los españoles, sólo veíamos en

Cruz.

Su ejemplo de

Francia de

mente lleno

modo

«escalera

la

particular, lleno

desarrollado.

En un

disfrazada»

San Juan de

171

reaparece

de espíritu preciosista y morosa-

diálogo de Desmarets de Saint Sorlin,

de optimismo, Eusebio explica a Füedón que,

bre desciende a

la prisión

villoso artificio a la

«Eusébe: Ces

más

de alta

la

si

cúpula:

escaliers son faits

d'une invention admirable;

On

car

se trouve élevé par

une machine incompréhensible jusqu'au dome de

A

un hom-

Nada, asciende luego por mara-

plus on descend bas, plus on s'éléve...

ce...

la

en

l'Espéran-

proportion que l'on a á descendre, á proportion on

se

sent élevé tout á coup par cette machine invisible.

Philédon: Voilá une

belle invention, et qui est cet architecte ad-

mirable?

Eusébe: Ce grand Architecte

De manera

c'est Jésus-Christ

igualmente retozona,

lui-méme»

recibió también sus ropas recién lavadas

170

allí,

del

recibió

fort»), pero

y limpísimas

Pierre Camus, L'esprit de Saint Frangois de Sales,

XXII,

.

Marie de Vallées habla

niño que cayó dentro de un charco y que, sacado de una paliza de su madre («elle lui bailla le fouet bien

cap.

172

(«lui lava

París,

I747>

pág. 425.

171

Noche

172

Jean Desmarets de Saint Sorlin, Les

escura del alma, II, cap. XVIII, § 2, vol.

nada XII, en Bremond,

délices

I,

pág. 538.

de VEsprit,

Histoire Httéraire, vol. VI, pág. 508.

jor-

7 estilo nacional

los símiles

se somete gustosa

la

al

181

de los místicos españoles y franceses

comme

blanche

et la luí rendit

robe

1

en

auparavant»)

lT*.

La

esta-

con

cincel y al martillo del escultor

la

>peranza de «étre placé dans l'église sur les autels et y recevoir

encens»

ís

174 .

Esta animación de

cosas para explicar los fe-

las

5menos místicos podemos encontrarla todavía hoy en Henri Bereson, cuando compara

ís

el

que constantemente renueva todas

láquina

iran-

el

alma del místico con partes

sus

la

costa

a

grandes dolores para convertirse en más eficaz instrumento

175

2 1

lado de esta creación original

las

encontramos, desde luegOj

que

iteradas fórmulas españolas de

el

alma

176

autres outils plus délicats»)

Una

última particularidad francesa es

comparandum y

ístico es

una asimilación de Cristo, entonces

la

purgación significa caminar con Cristo sobre íer sur les

Cristo

guía y sin ser capaz de

túrgico afirma que el alma

ú Cuerpo 173 .

174 175 »g.

las

«demander

íemin en un pays oú [Fon] n'a jamáis été»

17S

el

proceso

aguas («marla

Otro rapport

.

mano

á la nature le fatal

sometida a prueba es un miembro

Místico y que debe adecuarse a

la

Cabeza coronada

Marie de Vallées, en Dermenghem, pág. 189. De Berniéres-Louvigny, Le Chrétien intérieur, vol. Les deux sources de

.

noche oscura de

eaux») sin apoyo alguno, sin contar aún con

como

17T

rapport fatal teoló-

el

comparatv.m. Si todo

el

el

el

ciseau,

para lograr «la parfaite image»

co entre

;

que

es la piedra

debe trabajar con finos instrumentos («marteau,

cultor

.

et

de

Calvet,

St.

religión

la

la

II,

pág. 248.

morale, Paris,

1932,

247.

176

San Vicente de Paul, en

wisis et comentes, París, 177 :

s.

a.,

J.

Vincent de Paul Textes

pág. 308.

Frére Laurent de la Resurrección, Máximes

spirituelles

pour

quérir la présence de Dieu, París, 1692, pág. 138, en Pourrat, vol. IV, >g.

166.

178

Crasset, Lettrc

\l VIII,

pág. 295.

de

direction,

en Bremond,

Histoire

litíéraire,

182

Estudios literarios sobre Mística Española

de espinas

(«II

un

serait

désordre...

un chef percé d'épines»)

délicatesse étaient liés á

España: Entre

a)

al

anticipado,

la

a

de

allá

gunos que se refieren otros

.

los símiles españoles para la

con Dios, más

y

179

Unió mystica

V.

del alma

meinbres nourris de

les

si

unión mística

e iluminaciones, hay

las visiones

primer y súbito conocimiento, o tranquila beatitud,

al-

goce

al

a la divina penetra-

ción, absorción y sumersión del alma. Se advierte un esfuerzo extremo por señalar mediante comparaciones el avance del alma,

dentro de

la

más

vida contemplativa, hacia grados

altos todavía.

Los místicos españoles quieren explicar por comparaciones que sienten en

momentos

los

iniciales

lo

repentino y beatífico

del

arranque de amor. Santa Teresa imagina «una cometa que pasa de presto» o «un silbo penetrativo» o «un trueno aunque no se oye

ruido»

180

Diego de

.

Estella habla

de «golpes de eslabón para 181

de fuego»

centellas

del «relámpago

que luce y pasa en breve»

se siente

«De dos de

1:9

Pág. 39180 181

manera

ella

ríos,

.

San Juan de

se ve el

alma embestir... que

pero aun poderosísimos truenos»

Moradas,

lib.

VI, cap.

Jésus,

II,

le

vie-

parece soni-

183 .

en Bremond,

Ibid.,

vol.

VIII,

pág. 372b.

Meditaciones devotísimas del amor de Dios, ed. Ricardo León, §

76.

Fray Luis de León, Los nombres de

Cristo,

cd.

Federico de

Onís, Madrid, 1914-1917, 3 vols., vol. III, pág. 83. 183

Cruz

la

parece que

le

todos los ríos del mundo..., no sólo

Chafdon, La Croix de

Madrid, 1920, JS2

182

de pronto invadido por un atronador torrente de agua:

tal

nen sobre

.

sacar

Fray Luis de León habla

del pedernal...

Cántico espiritual, canc. XIV,

§

9,

vol.

II,

pág.

105.

El

El alma llega súbitamente a Dios

halcón que

181

prende»

la

«como

empero cuando hierve

go se calienta; en

mas exceder

a

así, al

poniendo fue-

e bulle parece...

no caber

que antes estava seguro

e

alma en Dios

la

compara Diego

oro en que

salir,

agua esté contenta, y luego deja el lugar ajeno y se va el

186 .

La unión por esto con

melón que

la

la

se concibe

en

se le metiera 187

también como un

llamada unión transformante y se compara

que sólo pudiéramos

fruta

gusto»)

el

no permanente

extática

goce anticipado de

mente

es

el

como

agua que hasta en prisión dorada busca por donde

en hallando por donde

suyo»

licor, el cual

el licor

extática del

«No hay redoma de

escapar:

éxtasis

.

La misma efusión el

garza cuando lanza

18S

ser llevado sobre sí»

de Estella con

mesmo



la

en su arrebato de

;

«alguna vasija que contiene agua o otro

sí,

183

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

estilo

la

boca sin

oler le

y no paladear («como

dar a sentir sino sola-

o con una piedra preciosa oculta en relicario

de oro, cuyas virtudes sentimos, pero que permanece en su encierro

188 ,

o con

la

presencia de una persona querida en una

feliz

pieza a oscuras, presencia de

nos ofrezca a la vista

La plenitud de

la

la

cual estamos seguros

aunque no

.

unión mística tranformante se expresa ante

todo por símiles de penetración. Los españoles recogen

y famoso símil de la

la

se

189

el

antiguo

penetración del alma por Dios comparada con

penetración del hierro por

el

fuego, imagen

que encontramos en

San Bernardo de Claraval, Ricardo de Saint-Victor, Ruysbroeck,

184

Osuna, Abecedario, Ibid.,

ls *

,R7

rrat.

VI, cap.

trat.

XII, cap.

II,

pág. 379b

II,

pág. 454a.

Meditaciones devotísimas, pág. 343. Abecedario, trat. V, cap. IV, pág. 374a.

1ÍS

Moradas,

ls '

Ibid.,

lib.

lib.

VI, cap. IX, pág. 398b.

VII, cap.

I,

pág. 410a.

184

Estudios literarios sobre Mística Española

Santa Angela de Folino y otros. Pero los españoles llegan casi a

cuando añaden

destruir el símil,

mismo tiempo que

al

el

hierro

continúa siendo hierro y que no se transforma en fuego, con lo cual ponen a salvo de una posible acusación de «panteísmo». Dice

se

Fray Luis de León: «El hierro que se enciende del fuego, aunque en

y no

es fuego,

en

Juan de

los

Y

formidad con

parecer es fuego y no hierro»

el

Angeles cambia

el viejo

el ser es hierro 190 .

en

símil

estricta con-

la distinción teológica:

«El hierro caldeado se queda hierro aunque vestido de las

cali-

dades del fuego, pareciendo más fuego que hierro por esencia, aun-

que verdaderamente no

El carácter penetrativo de

ba tradicionalmente con pasadas por

el sol

19

lo es sino por participación»

la

la

imagen del

(«Quomodo

\

unión mística también se expresaaire

solis luce

o

la

nube

radiante, tras-

perfusus aer»). Esta com-

paración llega desde San Bernardo, pasando por Giordano de Pisa

León

(1305) y Meister Eckart, hasta Fray Luis de

192

Juan de

.

los

el símil del rayo de sol que parece una parte mismo: «Permanecer suspenso en Dios como el rayo en el También aquí San Juan de la Cruz es el más profundo,

Angeles sugiere del sol sol»

193 .

cuando, ante

el

difundido símil medieval que compara

concepción de María con lo explica

con

el

el cristal

de colores atravesado por

alma^que efectivamente concibe

ambos en uno, como.

.

.

la vidriera

la virginal

con

El tercer símil de penetración, y

la luz,

a Dios, «estando

el

rayo del sol»

el

que mejor

194 .

acierta

con

el

carácter transformante final y con la sorpresa inicial de la chis-

Los nombres de

Cristo, vol.

III,

pág.

189.

Conquista del reino de Dios, pág. 47a. Los nombres de Cristo, vol. II, pág. 217.

Vida perfecta, diálogo IV, pág. 218a. Cárnico espiritual, canc.

XXVI,

vol.

II,

pág.

187.

)a

que

madero que gradualmente

se enciende, es el del

iendo en fuego, a medida que «El madero no bien seco. >edir

humo

de

poco

lende a

,

la

se va convir-

llama lo penetra y devora:

calentado, comienza primero a des-

y a dar de cuando en cuando algún



se torna a

estallido..., y encender otra vez y a apagarse también, y cuarta, hasta que al final el fuego, ya lan-

hace

la

tercera y la

ado en

lo

íntimo del madero y hecho señor de todo



185

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

5/ estilo

todo

sale

él,

unto y por todas partes afuera sus llamas, las cuales, prestas y po-

y

lerosas

lero»

a la

redonda bullientes, hacen parecer un fuego

el

el

mismo Amor

alma bajo forma diferente según

mismo fuego que transforma en

«El

es

él,

el

que primero

le

altura

madero incorperándo-

estuvo disponiendo para

mismo

el

.

Otro símil para

era se juntasen

la

interpenetración es

en extremo que toda

abilo y la luz y la cera es

San Juan de

«La

la

todo uno»

Cruz dice

casi lo

la estrella

el

de

las

«...como

si

dos velas,

que

luz fuese una, y

la

tal

dos velas de el

197 .

mismo de

luz de una estrella se junta y

ue luce no es

195

el



orno lo encontramos en Santa Teresa:

íg.

Divino, que sólo apa-

mayor o menor

la

196

fecto»

ices»

un gigan-

haya alcanzado en su mística ascensión:

ella

en

este símil tradicional

cual se explica que el fuego purgativo del alma

fuego transformante es

ece al

e

Cruz hace de

la

teo símbolo, con

ue

ma-

.

San Juan de

el

el

195

las estrellas

une con

la del sol

y

el sol

que ya

el

sino el sol, teniendo difundidas las otras

198 .

Nombres de

Cristo, ve!. II, pág. 235.

Compárese también

239.

196

Noche

197

Moradas,

198

Cántico espiritiul. canc. XXII, §

escura, II, cap. lib.

X,

§ 3, vol. II,

pág. 501.

VII, crp. VII, pág. 412a. 3,

vol.

II,

pág.

161.

vol

I,

186

Estudios literarios sobre Mística

Y

Santa Teresa

«Como

en una pieza estuviesen dos ventanas por donde en

si

aunque entre dividida,

trase gran luz;

199

una luz»

se hace todo

.

El concepto de la sumersión del alma en Dios se mantiene los símiles del

buzo («como quien

«esponja que ha dado consigo en

da de agua, o de

facen a

204

203

o de

.

,

o de

las



y

hornaguean o trabucan

lo

dentro de

las centellas

esté ya

él,

la

fuego en

el

unido con

fuego y dando más tiempo en

él,

se

flamado hasta centellear fuego de

no proceden tanto de de

las

109

Moradas,

2,10

Abecedario, trat

lib.

Y

alma.

el

fuego y afervorai

el

madero

le

Moradas,

2C:{

Llama de amor

*"

Ibid.,

prólogo,

§

9,

más

pone mucho más candente



y llamear»

e

e in

205

la esfera psicológica

.

arrobamient

el

y de

analogías racionales, gratas al

XXI,

cap. VII, pág.

la sorpresa

humanismc

572a; y Juan de los Ah

divin,

1.

II,

tenga trans

todavía afervorándose

145a.

202

Ibid.,

y ca

gran llama del madero:

Osuna, Ley de amor en Etchegoyen, Vamour

201

habla de

VII, cap. VII. pág. 412a.

geles, Conquista, pág.

lib.

así

satis

repre

le clarifica

Los ejemplos franceses para

Francia:

del juego

el

modo

chispas que produce «un encendido hor

«Aunque habiendo entrado formado en

nota

.

vida de Dios en

llama»

201

unión mística no

de vapores más



Esos símbc

la

la

está

ei

queda henchí

202

de

no o fragua cuando

como

se

de

,

el

Cruz, que intenta de algún

lienta el sol»

b)

y

mar

200

en

la

que cuanto más limpio

extático

agua»)

el

un San Juan de

sentar el crecimiento «aire

201

fuente»

la

se pierde

de una muerte bienaventurada para

los

la

que

la lluvia

en

se zabulle

VII, cap. VII. viva, III,

Pág. §

83,

§

pág. 34,

412a.

voL

II,

320. vol.

II,

pág. 284.

pág.

364.

pág. 22*

Bl

nacional en los símiles de los místicos españoles y jranceses

estilo

o bien de

Ante

la naturaleza.

187

unión extática que ocurre después

la

pruebas y que conduce una vez más a ellas. Surin piensa en un pigmeo que se ha agrandado hasta alcanzar la altura del gi-

de

las

206

gante Tifeo

;

Camus

ve en

la

pequeña alondra que

«Les petites aíouettes sont amoureuses de que quand

le

temps

la

s'abbattent en terre»

chant^t

melodía de Amor,

En San

quand

leur ramage... mais enfin

fair

elles

de chanter

imagen de

fait ses

como

la

el

ruiseñor, silencioso («le

pauses»), es arrebatado por una íntima

que

Francisco de Sales,

los

et

.

lo arrebata el

cuando canta

concepto español de

20 .

experien-

la

anímica directa de una presencia cariñosa se transforma en

cia

la

20

San Francisco de Sales imagina que

quand

suelo

lumiére, ce qui

n'en peuvent plus elles cessent to.rt á coup de voler et

rossignol

al

est clair qu'elles s'eslévcnt autant qu'elles peu-

vent vers le soleil, en

il

remonta

se

y después de un momento vuelve a bajar limitación de la unión crucificante: ebria de luz

la

esposos sentados plácidamente uno junto a otro y

enamorados y contentos

sin necesidad

de hablarse:

«Les époux humains se contentent parfois d'étre auprés ou á vue de l'épouse sans

lui

la

parler et satisfaits de savourer cette bien-

aimée présence, non par aucune considération qu'ils fassent sur elle,

elle»

mais par une certaine tranquillité que leur esprit prend en 209 .

La Madre Angélique Arnauld, de Port Royal, describe

la

feli-

cidad del alma en unión comparándola con la felicidad de Sanrn

206

tique

Surin, Caruiqucs spirituels de l'Amour divin, París,

XXXIX,

pág.

2" 7

Théologie mystique, pág. 369.

20 *

Amour

2 °'

de Dieu,

IbicLj lib.

1664,

143.

lib.

XII, cap. V,

VI, cap. VIII, vol.

I,

vol.

II,

pág. 331.

pág.

328.

Can-

Estudios literarios sobre Mística Española

188

Magdalena sentada a

Señor («Sainte Madeleine aux

pies del

los

pieds de Jésus Christ qui écoute en paix»)

210 .

Las comparaciones místicas francesas tienen otro matiz, que diferencia de las españolas:

las

desesperado afán del alma por una

el

unión que parece imposible. El agudo

análisis

de este anhelo de

éxtasis abarca tanto el deseo de ser absorbido por

Dios como

de

el

absorber a Dios. San Francisco de Sales ejemplifica este deseo mediante el símil de la

un niño que

quisiera casi absorber el pecho de

madre o penetrar en él: «On voit un petit enfant affamé

et attaché á

suave

son

tétin, presser

et désirée liqueur,

si

fort collé

au flanc de

mere

sa

avidement cette douce fontaine de

de sorte

qu'il est advis, qu'il veuille

ou

fourrer tout dans ce sein maternel, ou bien tirer et sucer toute cette poitrine dans la sienne»

21

\

Surin, con su acostumbrado lenguaje emotivo, habla análoga-

mente

que no se

del niño

satisface

materno («d'estre au girón de

con

echado en

estar

sa mere»), sino

el

regazo

que quiere volver

a

su seno («rentrer dedans ses flanes..., se cacher jusqu'au profond

de

ses entrailles»)

Los

la

5

un deseo subconsciente muy

de penetración son

símiles

Encontramos

212

el

momento

unión plena en

el símil

en un haz de paja y que,

un montón de

leña, hasta

inicial

muy

al

210

la paille

Amour

212

Cantiques spirituels, pág. 62.

lib.

el

M.

allume un gros

de

III, cap.

X,

vol.

tas

Angélique Arnauld, Bru-

Bremond-Grolleau, Anthologie,

211

de Dieu,

combinado con

chispa que prende fuego

soplar el viento, extiende la llama a

Entretiens et Conjér enees de la R. 1757, pág. 251, en

la

que todo arde:

«La flamme légére allummée dans

xelles,

parecidos a los españoles.

del éxtasis

de Camus de

conocido.

I,

pág. 200.

pág. 180.

El

189

nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

estilo

de bois, qui

fait

une grande ardeur

et ceste ardeur

la

vent pousse de grandes flammes»

el

del sol

Entre

de penetración reaparece en Bérulle

los símiles sencillos

que traspasa

«le soleil

imprime

la vidriera,

de San Juan de

sa clarté, sa splendeur et

éclatante dans le cristal poli»

augmentée par

21

Cruz:

la

son espéce vive

\

La imagen de

las

estrellas

San Juan, aparece

así

elaborada en San Francisco de Sales:

«Les sence

du

estoiles sans

la

traspasadas por la luz del

lo

en

pré-

sont cachées en la lu-

elles et

.

ni

inmersión,

la

quietismo, dando

teísmo y

el

alegórica

que atestigua

en

a los franceses

absorción, o cuasi -absorción,

la

que al

unión mística no es

la

una cosa intermedia, una

sino

ponen a salvo

a veces

del pan-

elemento absorbido una conciencia

bienaventuranza experimentada en

Subrayan este punto mucho más que

sorción.

la

de

215

que interesa

penetración

sol,

perdre leur lumiére ne luisent plus en

soleil, ains le soleil luit

miére du soleil»

Pero

et

los místicos

la

ab-

españo-

les. La gota de agua sorbida por el mar, de Santa Teresa, aparece como una indestructible personalidad en San Francisco de Sales:

«Si une goutte d'eau élémentaire jetée dans

un océan d'eau

naphe, estoit vivante, ne crieroit-elle pas de grand joie: Je vis voi-

rement, ains ce océan vit en moi et

me»

ma

vie est cachée

.

Y

una vez más,

claridad francesa quita todas las posibles ta-

la

chas de panteísmo en aquellas palabras del P.

213

Théologie mystique, pág. 388.

214

Mystére de Jésus, pág.

de Bérulle, maítre de 21

en cet abis-

216

15

Amour Ibid.,

la vie

de Dieii, lib.

VI,

en

Claude Taveau, Le

spirituelle, París,

lib.

cap.

579,

VI, cap. XII, XII, vol.

I,

Chardon en que nos

1933, pág. 174. vol.

pág.

1,

346.

págs.

347.

cardinal

Estudios literarios sobre Mística Española

190

muestra que

en

la

gota de agua en

mar pierde

el

el

temor de disolverse

él:

«La créature ne

délaissant point d'étre créature,

pcurtant son non-étre,

mer oü

avec la

moindre»

comme une

et,

elle est engloutie,

y perd

elle

goutte d'eau se confondant

perd

elle

la crainte

de devenir

217 .

Esto nos sugiere hasta cierto punto cómo han de comprenderse otros símiles de absorción y penetración; por ejemplo, la esponja de Surin, que es (vale decir, se siente) traspasada por una

los

preciosa esencia («une éponge pénétrée par une liqueur donnant

une

allégresse

et

Sales hallamos

netra en

absorbido por

es

él,

la

del

Francisco de

perfume que

aunque la

pe-

que aquí

lo

imagen

se

exacta-

los españoles utilizaban la del hierro ardiente:

«L'onguent précieux ou mesle

et s'unit tellement

qu'en

fin

on ne

parfum, ni

En San

.

intensidad de la unión, y se utiliza

la

mente como

2iS

una comparación semejante:

algodón y

el

subraya es

suavité inexplicable»)

si le

le

baume

scaurait pas diré

paríum

qui tombent sur

de plus en plus,

est

cotón

cotón est parfumé ou

si le

cotón ou

le

cotón parfum»

le

se

petit á petit, avec iceluy s'il

est

219 .

Esta idea de San Francisco de Sales lleva implicado aquel otro

que quiere

símil español del líquido el

salir

de

la botella, atraído

por

lugar que le corresponde. Por eso dice también, a propósito del

alma que

se

derrama en Dios:

«C'est pourquoi, té ni

de

217

Chardon, La

littéraire 3 vol. 21 s

vallera,

comme un baume fondu

solidité, elle se laisse aller et écouler

croix

de Jésus, pág.

qui n'a plus de ferme-

en ce qu'elle aime»

450,

220

en Bremond, Histoire

VIII, pág. 46.

Surin, Lettres spirituelles, ed. Louis Michel et Ferdinand Cu

Tolouse, 1928, vol.

219

Amour

220

Ibid., lib.

de Dieu,

II, pág. 141.

lib.

VII, cap.

VI, cap. XII,

vol.

I,

I,

vol.

II,

pág. 345.

.

pág.

10.

El

estilo nacional

191

en los símiles de los místicos españoles y franceses

Jean de Saint-Samson se siente perdido y disuelto en

menso fuego devorador («se sentant

et se

voyant perdu et

dans rimmensité de ce feu tout dévorant»)

22 .

un

in-

fondu

Esta felicidad de

«átomo perdido y consumido en un horno» de Santa Margarita María Alacoque («un petit atóme qui perderse está también en

se

el

consumait dans cette ardente fournaise»)

222 ,

o en su «pez per-

(«comme un petit poisson dans le vaste 22:í océan de la mer») así como en el símil de Francois de Clugny, del «gigante que abraza un átomo que se pierde en sus manos y ya

dido en

el

vasto océano» ,

nunca se vuelve a encontrar»

22

\

cómo el alma, una vez unida como Osuna la compara con la esponja que se ha llenado de agua de mar y es agitada luego en todas direcciones en medio de este mar infinito: Chardon intenta

a Dios,

inclusive aclarar

toma parte de

la

vida divina, y

«Ainsi qu'une éponge pleine et rempiie d'eau en toute sa capacité, flottant

dans

le sein

d'une mer, dont toutes

les

dimensions de

hauteur, de profondeur, de largeur et de longeur sont infinies»

La vida con

con

mucha los

mística después

del matrimonio místico

riqueza de fantasía en los franceses,

españoles.

Los franceses

la

presentan

como un proceso de

sístole y diástole, para minos de respirer y aspiren «De méme qu'en respirant nous attirons

si los

22

\

no aparece comparamos

«científicamente»,

el cual

aplican los tér-

l'air frais

de dehors en

notre poitrine et en aspirant nous repoussons le chaud, ainsi en

221 J.

JÉRóme de la Mere de Dieu, La doctrine du venerable Frére

de Saint-Samson, París, 1925, pág. 69. 222 223

2:M

Pourrat, pág. 406.

Santa Margarita María Alacoque, Oeuzres, vol. II, pág. 510. De Voraison du pécheur, XV, Bremond,

Francois de Clugny,

Histoire littéraire, vol. VII, pág. 308. 225

Chardon, La croix de

littéraire, vol.

VIII, pág. 46.

Jésus,

pág.

450,

en Bremond, Histoire

192

Estudios literarios sobre Mística Española

Dieu en nous,

respirant par le recueillement nous attiions

aspirant nous nous jetons entre les bras de sa bonté» 226

.

El jesuíta Saint-Jure desarrolla en todos sus pormenores

mo

símil

«La

de

la

poumon

un mouvement semblable d'oü

il

est

que

et

le

mouvement de

le

spirituel

l'air

nous

systole et de ré-

est nécessaire.

pourquoi nous devons incessamment aspirer Jésus Christ en nous, et aprés, devons

le luí

comme

renvoyer et

Surin interpreta beatitud de

un

bellos

C'est

et l'attirer

nous vient du sein de son Pére, nous 227

rendre»

.

como

si

precisamente fuera

la

francés patriota y de gustos artísticos cultivados

quien van mostrando

más

il

le lui

vida mística

la

commu-

coeur aussi par

attire á soi, et, aprés s'en étre rafraichi,

venu, par

De méme

trécissement...

mis-

vient par son mouve-

diastole et d'élargissement á attirer l'air frais qu'il

nique aprés par Fartére veineuse au coeur,

le renvoie,

el

vida mística:

respiration se fait lorsque le

ment de

en

et

Palacio del Louvre, donde se hallan

el

a

los

muebles:

En peu

de temps

[Dieu] lui découvre

II

Les plus beaux meubles de son Louvre Saint-Jure

toma de San Juan de

la

Cruz

la

228 .

imagen de

la llama

viva que abrasa el alma sin dolor, sumiéndola en gloriosa muerte,

con

el símil del leproso,

que ve

lleno de júbilo la creciente destruc-

ción de su cuerpo, único

muro que

finalmente queda con

alma libre por entero para

el

unión. Saint Jure hace exclamar

al

lo separa

226

Camus, L'Esprit de Saint Francois de Jean Baptiste

S.

Christ dans ses principaux mystéres, en losopliie 228

de

la la priére,

pág. 329.

Cantiques spirituels, pág.

63.

la

más

alta

leproso:

227

Saint- Jure,

de Dios, hasta que

Sales, París, 1747, pág. 418.

cevec N. Bremond, Introduction J.,

L'union

S.

Jésus

á la phi-

en

estilo nacional

II

los símiles

«Entre Dieu et moi

mon

boue, qui est

le

il

de

los místicos

n'y a point autre milieu que cette muraille

corps...

A

mesure

me réjouis mon bonheur»

vue désirée

:ette

de

et

qu'elle se ruine et

pour

piéces, je chante et je

>ar

193

españoles y franceses

me

tombe

voir plus prés

de

229 .

Resumen y conclusión

De ías

los

pocos símiles elegidos y estudiados se desprenden algu-

conclusiones.

La

energía pragmática del español presenta la re-

ación entre meditación activa (ejercicios espirituales) y contempla-

rán pasiva

como de

causa a efecto (pedernal y chispa, llamar y

y descansar, navegar y desembarcar, cocinar y comer,

brir, viajar

prender un oficio y dominarlo);

el

francés, analítico y teórico,

no

econoce esta relación de causa a efecto, y consiguientemente rehaza todo símil de este tipo. El concepto de meditación como im)erfección

mbos

y

países.

el

de contemplación como perfección

Pero España revela en

lo

comparten

los respectivos símiles sus

pe-

uliandades de tierra árida (arroyo y fuente, arcaduces y fuente), agricultura arcaica (el lento o rápido arar de los bueyes),

le

le

viejos castillos

(muros exteriores y torre

interior),

de país

de sociedad

eudal (escudero y caballero), de valoración barroca del arte (talhr ' :

pintar, mirar y crear el Escorial, vihuela

destemplada y templada,

aso de barro y de oro\ Francia mira los objetos y hechos de tal

aodo que aparecen menos franceses que humanos en general, pero

más grande precisión (vista detallada y vista de una corona, olor de flores separadas y perfume compuesto, jz de candil y de sol, apreciación de una pintura por un pro-

•resentándolos con la otal

ano y por

un

sprit (el león

229

lostre

artista, servir

pintado y

Saint-Jufe,

De

la

el

en cocina y servir en gabinete), o con vivo, lo

que ve

connaissance

et

el

astrónomo y lo que

de Vamour du

fils

de Dieu

Seigneur Jésus Christ, París, 1933, pág. 897a. 13

Estudios literarios sobre Mística Españo

194

ve

el

hombre que por primera vez mira

Una

y por práctica). es la

de

hablar por gramáti(

el sol,

tercera relación en

que insisten unos y otn

la difícil actividad frente a la fácil pasividad.

Una

vez



España, aunque alude a actividades humanas en general, nos hac ver pintorescos detalles de la Península, con estrictas oposición*

(remar y navegar con vela,

el labrar la tierra

y

el

crecer por



sola

simiente, el carro pesado y el ligero, traer agua por los arcaduce

y obtenerla de la lluvia, pelar la fruta y gustarla, el niño que cam na y el llevado en brazos, el niño ansioso de alimento y el am? mantado, el gusano de seda que hila su capullo y el capullo que s transforma en mariposa). Los franceses, con su afán de claridac

dan más pasividad

detalles

en sus

como un

actividad y pasividad, aun

de el

Así disminuyen

donde

allí

el

]

contraste entr

sus imágenes coinciden con

te

remo y galeras empujadas por el vientí leche tomada de la cuchara y del pecho,

los españoles (galeras a

masticar y

el

beber, la

}

abeja en la flor y en la colmena, se

en su nonchalance, conciben

símiles y,

laisser faire.

queda en un mismo

sitio).

el

En

centinela

que

se pasea

y

el qi

general, los símiles españoles

c

meditación y contemplación, a pesar de la energía y el rigor esp ñoles, aparecen como en una conversación familiar; los francesc a

pesar de su típica nonchalance, se nos presentan en elaborac

estilo

«homérico». Persuasión práctica frente a demostración

teói

ca; gusto popular frente a estética académica.

El tema de

la

purgación activa del alma inspira

pañol imágenes de poético colorido

(el cielo

al

ascetismo

nublado que

e

1

la llu\

y de gran movimiento e intensidad (el mantel manchado q' se lava con lejía caliente, el pájaro cazado con liga y luego desasi< aclara)

y limpiado, la serpiente que se estruja entre filosas rocas para m dar de piel); el mismo tema lleva a los franceses, con su mesura: laisser faire, a entregarse al

sobre



mismo como

renunciamiento y

la

abstención

(pií

sobre polvo y lodo, renunciar a ser dueñ

para presentar de manera gradual y orgánica ese desasimiento

¡

I

El estilo nacional en los símiles de los místicos españoles y franceses

que muda su

serpiente

con lentitud; quitarse

piel

después de otra; andar de puntillas;

el

las

195

una

ropas,

pichoncillo implume, aunque

protegido por su madre). El papel de Dios en esta purgación, cuan-

do se cambia en recogimiento, es para

el

espiritualismo español una

que Dios, como médico, debe ayudar

ruración en

niño travie-

(el

quien hacen darse de cabezadas contra una piedra,

so a

páiaro

el

que se acostumbra a la jaula, el gavilán con los ojos vendados,

mariposa que se

quema

una etapa

tervención de Dios a

nente en osóficas

necesidad de

la

y humanísticas

Los franceses reservan

las alas, etc.).

la

(el

la

la in-

posterior, e insisten aquí racional-

purgación mediante consideraciones

fi-

verdadero filósofo domina los instintos

inimales; los antiguos se protegían con coronas de flores para preservarse contra los ruidos molestos).

En

sarrocas en los ascéticos españoles son

dominio de

ar :

rancés,

la

general, las exageraciones

más

eficaces

en este particu-

actividad que las suaves fórmulas del clasicismo

que diluyen un tanto

Los españoles analizan

la

el

desasimiento haciéndolo «natural ».

etapa mística de la contemplación

y psicológicos. Con su traheredado quizá de los árabes, hacen

nfusa bajo todos sus aspectos empíricos licional

don

introspectivo,

)bservaciones sobre la acción de Dios en las almas y el estado de

y de éxtasis (la paja atraída por el ámbar, la gota de vique cava la tierra, el cazador que hiere a la presa). Su ex-

niietud íagre

raordinaria afición

a

los

pormenores psicológicos de

atentar gráficas descripciones del aquietamiento

snos

que dan vueltas

a la noria

con

los

les la

hasta

lleva

voluntad

(los

ojos vendados), del en-

endimiento (ponerse sin vacilaciones en los cuernos del toro), de a 1

memoria

(la

cera en que se

imprime

el sello).

Por esto presentan

alma contemplativa en un proceso de creciente pasividad

lesnudo es vestido; ias

de su madre;

Qtelectualista

el

las

niño recibe

los

besos, la leche

manos temblorosas

y

las

se aquietan). El espíritu

de Francia, a quien evidentemente repugna

rospección religioso-psicológica, lo

(el

can-

mismo que

el

la

in-

devenir en cuan-

Estudios literarios sobre Mística

196

to opuesto al ser, está convencido

de su incapacidad de analizar e

fenómeno sobrenatural en

como

En

escritores.

el

alma,

tan a

menudo

señalan

contemplación pasiva atienden a su propio

la

su<

asen-

timiento y ¡aisser faire, es decir, a cierta cooperación y actividac

De

propias.

ahí

que recurran

que traducen una quietuc

a símiles

que giran

sólo aparente (las lentas aguas del río, los planetas

rededor del polo,

el

mueve

hierro que se

que patalea y se esfuerza en acercarse que se queda quieto cuando su madre El estado inceptivo de quietud,

más

curre

allá

mortales, atrae, españoles. Estos el

del

el

al

es natural, el

el

niñc

pecho materno,

el

niñc

el

lo viste).

tremendo suceso que

abismo que separa

como

al-

imán,

hacia

a los místicos

común

toman espontáneamente

interés

de

trans-

los

otro:

de franceses

súbito arrobamiento de la quietud, de su experiencia vital

«ojo

que cayendo

toda

la

se va sabrosamente al sueño ciego», el

noche y después

lo sorprende la aurora, el

(e

que veh

agua viva qu<

aunque permaneza

corre bajo

el

hielo muerto, el polluelo ya vivo

todavía en

el

huevo, una refrescante unción que nos echasen en

médula, to,

el

el olor

a incienso

que viene súbitamente de un lugar

pensamiento que llega

al

más

racional,

Biblia

y de

la

Antigüedad, a

la



espontáneo

porque recurren a situaciones más concretas e

tomadas no sólo de

viduales,

modo menos

de construir

las

;

indi

vida misma, sino también de

fin

1;

ocul

corazón y nos maravilla). Los

miles franceses parecen construidos de

]

sus símiles, para expresai

analogías

1



precisas para significar el estado místico inceptivo (oír tenuement la

voz del amigo mientras dormitamos,

el

desviarse

rotura del dique, los invitados a las bodas de

saborean

el

vino cuando esperaban agua,

funde en

el

alma del poeta griego,

golpes en

el

sótano, el ciego sorprendido

No

la

un

río

por

la inspiración

que

se

menos en

la significación

ir

sorpresa de la criada al o

cuando alguien

lo toca

siendo tradicionalmente filósofos, los españoles parecen

teresarse

1

Caná que de pront

ir

metafísica del estado de quietu

SI estilo

me

en

ado

ei

(la

Señor, el alba que ya es día,

y como moralistas, este estado

Francia

(el

'endida, la

perfecto

que se

Perfumada,

En

símiles humanísticos y sociales típicos

ei

hombre

mecanismo de un

le el

Como

reloj).

moralistas, los franceses

sima nunca está lo bastante limpia para

el

conceden

(el

cuanto a

animal hediondo que lieva una carga

purgaciones místicas pasivas,

las

limpia y pule

el

sus instrumentos

mita

el orín; el sol

rancés, sintetizador, 'n

gra-

las

vino bueno echado a perder por los restos del malo).

alma, y que

más

afilados

;

el el

de

el

jabón y

que

los

;

insiste

ello

ven direc-

lo vierte

en amplios

¡ímiles

que hemos llamado retrospectivos. Así,

rancés

anima hasta

el

objetos inanimados en vista

los

en

se

españoles

amente llevados por su experiencia, sino que

fuego que

el

polvo del vaso). El

dando esto por consabido, no a

tornero que

(el

la lejía el

acción divina

la

alma necesita

que pone en evidencia

esa forma individualísima

icación «sentida»

primer aspecto

el

españoles en trance de descubrir

los

'xperimentalmente verdades espirituales es

isa

el

quien atan

libre a

pobreza de Sócrates y Diógenes, la propiedad los ojos, el líquido que se mantiene quieto,

la

raducido en imágenes por

me

filosó-

venda sobre

ubrayan que bas

nave

la

modo más

papel en blanco en que alguien está escribiendo,

bien suyo,

>ara

a guar-

de quietud y describen

final

misionero a quien ponen en libertad,

;1

enfermo obligado

el

molino que cesan definitivamente,

los ruidos del

fenómeno usando en parte

le

que va mon-

casa vacía, la burra en

penetra en alta mar). Los franceses ven de

ico, 1

Consiguientemente sus símiles son

previa.

vagos y vulgares

cama,

me

psicología

la

iquí algo

lar

197

nacional en los símiles de los Místicos españoles y franceses

racionalismo

de

la

signi-

y retrospectivamente «comprendida» de sus «su-

rimientos» (la estatua que se somete a la dolorosa acción del cinel,

pensando en

el sitio

>erfección artística;

igan

el

que

le

espera en

niño que cae en

el altar el

pero a quien dan también ropa limpia;

iiuestro rostro

que, reveladas por

la

luz,

o en

la

suprema

charco y a quien caslas

manchas en

nos estimulan a quitár-

Estudios literarios sobre Mística Español

198

El segundo aspecto es

noslas).

La

víctima indefensa.

el

del dolor desgarrador de uní

atmósfera de los autos de íe y

la

sombríj

imaginación de un Valdés Leal o un Quevedo corresponden a

grupo de símiles españoles malhechor en galeras, rado por

la fiera).

Los

experiencia de los

que

los

de

evidente propósito de traducir

el

persistentes

dolores

purgación activa

la

hombre devo

el

que aparecen en Francia son má¡

símiles

aún, pero tienen

siniestros

tensos

enfermo que enloquece,

el

est<

prisionero en oscura mazmorra, e

(el

(el



como más iny el quemado

«pasivos» desollado

que tiene que comer carne podrida y agusanada, la coyuntun dislocada que vuelven a enderezar, el prisionero inocente que desel

Asimismo

pierta en hórrida celda).

manimados

lor a objetos

España

pan que

es el

lerable (el

de

vela la

mado

se

rompen en

la

esperanza que acompaña

madero oscuro que a

afi-

carne que hacer

la

y lo hace

enfermo que se cura,

preñez, que ha de llevar a

la

con

girar),

de ese estado

intuitiva

al dolor

to-

se transforma en llama, la alquitara

el calor, el

quien vuelven a hacer

comprensión

las rocas

se tuesta por completo). El tercer aspecto er

que produce líquido por

po tambaleante

que

sometido a un áspero lavado,

ladas, el lienzo picadillo, el

(las olas

franceses extienden el do-

los

lo

el trom-

que

se

espiritual, a veces

rella-

unión mística y está asociadc

con vagos caprichos y anhelos (el hambriento que no sabe qui elegir, la mujer encinta llena de antojos extraños, el niño absorbidc en

el

juego del escondite,

no carece enteramente de pero

le

concede lugar

el

este

muy

de costumbre, y no en

boceto que espera su color). Francií

elemento hispánico de

lo psicológico,

unión mística aparecen bajo

las siguientes

el parto, el paralítico

removidas por

el

esperanza

y transforma en esa

ción los símiles españoles. Las pruebas pasivas

anuncian

la

limitado y sólo en lo ontológico, come

formas

direc-

que preparan :

1¿

los dolores qu<

del Evangelio, ansioso de las agua:

ángel, el lienzo

que espera su

Francia atiende más que España

al

pintor.

problema ontológico de

199

El estilo nacional en los símiles de los misticos españoles v franceses

que bajo

tima

No

ndigna.

de

empeña en

se

una ley

brir

ios rayos

in

gracia se ve a

la

propia inferior e

un problema,

resolver

spiñtualibus,



intento

sino en descu-

que hizo famoso

Male-

a

alma

)ranche. Así la terrible sorpresa del aparente descenso del ;e

mediante símiles de ley natural

ilustra

y da

quebraja

nvadida por

el

salida

al

fétido olor

agua,

la

cría

tremedal,

del

del cuervo

la

que necesita

nento de sus padres, pero teme su negro plumaje,

madre

auien su >ol,

lleva a

una

alta roca

el

se res-

gruta seca recibir

ali-

aguilucho a

para que aprenda a mirar

buen médico que usa dolorosos emplastos,

el

que

costra

(la

el

el

niño a quien

Francia subraya además, con preciosismo

:astigan para educarlo).

ultraintelectual, uno de sus elementos místicos predilectos, el llamado pur amour, la adhesión radical a Dios, acompáñese o no de

satisfacciones para el alma.

Hay, pues, una

pista

sordo que toca a pesar de su sordera,

toma una medicina desagradable, cesita

de música guerrera para

En ñoles,

vo

general, por lo

interior,

el

de símiles

el

refe-

(el

ar-

niño obediente que

valiente soldado

que no ne-

a la batalla).

que atañe a

descubridores del

mundo

ir

serie

alma en estas pruebas

rentes a la Sainte Indifférence del

las

pruebas pasivas,

los

espa-

Nuevo Mundo, descubren aquí un nue-

donde

la

gracia se recibe a costa del

sufri-

miento. El pueblo de los autos de fe y de la imaginación siniestra

no escatima horrores para describir de esos sufrimientos. Pero

el

la

espíritu

purificadora noche oscura

de

la

Reconquista, con su

comprensión intuitiva del sufrimiento, pone esperanza en peración.

la deses-

Los franceses hacen amplias y «retrospectivas» variacionoche oscura, raciona-

nes sobre el descubrimiento español de la

lizándolo y sintetizándolo. Extienden las horrores descritos por los

españoles

hasta la naturaleza

experiencia mística

Los ñoles,

una ley

inanimada, e intentan hacer de

la

teológica.

símiles para la unión mística inceptiva son, en los espa-

muy

parecidos a los de

la

quietud inceptiva. El elemento

200

Estudios literarios sobre Mística Española

de sorpresa y

radical se nos presenta realzado por el

elaborado psicológicamente (cometa,

chispas

del

pedernal,

torrente,

alondra que remonta

la

Un

señores felices en su silencio). inceptiva es

el

arrobamiento

el

fugaz anticipo de

la

franceses,

Ofrecen en cambio

tipo.

gunos ingeniosamente trabajados, para

relámpago,

Los

rebosante).

vasija

mesurados, no dan ejemplos de ese

transformado en gigante,

silbo,

de vehemencia

trueno,

(el

al-

pigmeo

el vuelo, los rui-

segundo aspecto de

la

unión

unión permanente. Los símiles

españoles (olor del melón, virtud de la piedra preciosa, el amigo

cuya presencia se adivina en

no son en

oscuridad)

la

este

diferentes de los franceses (el esposo sentado en plácida

compañía de su mujer,

ciosa

la

niño que quisiera penetrar en flejan

Magdalena el

símiles

que explican cómo Dios

más cuidadosa

necidos en viejas y familiares imágenes

nube,

en llamas,

el

e ingeniosamente rejuve(el

cia, racionalista

símiles (el haz

hierro al rojo, el sol

rayo de sol en suspenso o en

la luz

de dos

la

vidriera, el leñe

velas, las estrellas bajo la luz del sol, la

que entra dividida en una pieza y que

luz

silen-

a los pies del Señor, el

seno materno), sólo que no re-

españoles

tradicionales

traspasa el alma aparecen

la

punto

exclusivamente relaciones humanas.

Los

en

y

se unifica luego). Fran-

y académica, transforma estéticamente los antiguos de paja en

las estrellas traspasadas

Los españoles, que

el

por

fuego,

el sol

el sol) sin

que traspasa

la vidriera,

añadir nada nuevo.

sólo parcialmente siguen la tradición nór-

dica de Ruysbroeck, tienen unos pocos símiles referentes a la su-

mersión del alma en Dios

en

el

(el

buzo, la esponja en

el

agua, la lluvia

mar). Francia, que desde Gerson vive casi exclusivamente de

la tradición

flamenca, y restringe ahora cuidadosamente las posibles

implicaciones de panteísmo, desarrolla los símiles de

la

sumersión

en otros de absorción que subrayan alegóricamente

la

conciencia

del elemento absorbido (la gota de agua en el mar, el líquido en

que

se

empapa

la

esponja^

el

bálsamo en

el

algodón,

el derretirse

El

un objeto en

el

fuego, el átomo perdido en

de un gigante,

el

pececillo en

Los procesos que

como

la

el

un horno o en

teológicas

las

manos

océano).

se manifiestan

post matrimonium mysticum

suprema bienaventuranza imaginable sobre

implicaciones

cuyas

201

nacional en los símiles de los místicos españoles y fran ceses

estilo

tierra

la

—en —se

no podemos detenernos aquí

explican por primera vez con símiles españoles en los escritos de

San Juan de

la

Cruz. Estos símiles son prácticamente los de

la

mayor grado de energía y vehemenc'a clarifica más en el aire limpio de vapores,

penetración, sólo que con

que se

(la

luz del sol

las

chispas en el horno cuando lo avivan, las centellas en la llama).

En

punto

este

los franceses intentan

tintas direcciones, la

Cruz

(la

aunque

esponja llena de agua y agitada en N

espirar,

afanosamente avanzar en dis-

sin alcanzar la claridad

sístole

y

muro que separa

mar, inspirar y

o describen con una pointe

diásto!e

,

cielo

tierra (el

y

el

de San Juan de

el

frágil

cuerpo ya casi consumido del

leproso).

En de

la

general los españoles expresan directamente su experiencia

unión mística con todo lo que tiene de sorprendente y arre-

batadora

y utilizan para

tradicionales.

ello,

con suma originalidad, materiales

Los franceses prefieren

teorizar sobre la

unión mís-

en sus analogías insisten particularmente en relaciones hu-

tica;

manas, y utilizan su rica tradición nórdica excediéndose tan sólo en los detalles para evitar listas,

fundidad que por

la

el

«quietismo». Académicos y raciona-

intentan descubrir nuevas tierras, pero los

españoles.

Más

no

llegan a

bien reemplazan

la

más pro-

profundidad

vivacidad y las pointes, mientras que los españoles, en este

terreno sagrado, se abstienen por completo de toda agudeza.

CAPITULO

IV

DOS TIPOS DE POESIA MISTICA Ejemplificados en Santa Teresa y San Juan de

la

Cruz

(Vivo sin vivir en nú)

i.

El historiador de religiosa los religión, se

puede

la literatura

esquemas y

clisés

pronto descubre que calificar la

reaccionaria con

Friedrich

El problema

Heiler,

que pretenda

aplicar a la poesía

elaborados por los psicólogos de tales

métodos son inapropiados.

piedad reflejada en

tales

poemas de

liberal

William James, ni de profética o mística ni

de piedad informada por

lo

1

la

No o

con

tremendum y

piedad informada por lo fascinans con Rudolf Otto.

Y

no sirven

tampoco etiquetas como piedad objetiva y subjetiva, masculina y femenina, litúrgica y ascética, clásica y romántica, teocéntrica y egocéntrica.

1

La razón de

ello

es

que

estas

categorías se fijan so-

Juan R. Sepigh ha criticado por inconsistentes estas categorías en San Juan de la Cruz, Místico y poeta (Buenos Aires, 1942), pá-

su obra

gina 73.

204

Estudios literarios sobre Mística Española

lamente en tipos psicológicos de diferente capacidad intelectual,

de desasimiento o de consue-

extra vertidos o introvertidos, ávidos lo;

o no ven en

giosa

más que

las

tendencias intrínsecas de la obra artística

reli-

culto colectivo o culto individual, alabanza o edifi-

cación, meditación y jaculatoria, generalización o particuiarización.

La

en que en

dificultad radica

situación histórica concreta

la

todas estas categorías se superponen y entremezclan;

paran una u otra de estas ticular

elegida

también aplicable secundum quid a cada uno de

Cuando

opuestos antitéticamente.

Corpus de Santo Tomás ello

no

se debió a

tico», sino

y

si

se se-

cada categoría par-

polares,

previamente de una manera absoluta

fijada

y

antítesis

la

miembros

el

Oficio de

prefirió

Iglesia

San Buenaventura,

presentado por

al

es

los

que considerase uno «litúrgico» y el otro «mísal hecho de que uno era moderado y el

probablemente

otro demasiado efusivo para los fines litúrgicos. Si Santa Teresa y

San Juan de Juan

es

la

Cruz escriben poesías místicas



a pesar de que San

un gran poeta y Santa Teresa no más que una versificael caso de dos poemas particulares es difícil distinguir

dora—, en

uno de las

otro.

Hay

cualidades esenciales de la

tor Carmelitano,

mirse juntos,

Solamente

los

Madre

que desde 1621

como

si

del

Carmelo y poemas

estos dos

las del

Doc-

solían impri-

hubieran sido escritos por un solo autor.

las ediciones críticas

han intentado de

dos poesías que a primera vista revelan tan poco

restaurar,

sin

modernas de

resultados

las

obras de los santos

satisfactorios,

la

manuscritos originales. Movido por este hecho,

pongo en

este estudio realizar

mente dos

tipos

escribieron

ambos santos sobre

un ensayo de

de poesía mística, analizando el

establecer los

situación

me

pro-

analítica-

dos poemas que

mismo tema, Vivo

mí, estudiando su origen, circunstancias y tradición.

sin vivir en

Dos

205

de poesía mística

tipos

La circunstancia histórica

2.

Los dos poemas son verdaderos poemas místicos porque jan

genuinas y auténticas experiencias místicas.

No

refle-

son paráfrasis

de experiencias sufridas por otros y sólo estilizadas por manieristas 2

enfáticos

La

.

perado de

subsiguiente

En

experiencia mística subyacente es

breve éxtasis de un efectivo rapto místico unitivo.

al

que atañe

lo

anhelo deses-

el

unión mística habitual durante una sequedad pasiva

la

tenemos

a Santa Teresa,

la

seguridad de que su

poesía data del martes de Pascua de Resurrección de

después de recobrarse

escrita le

santa de

la

un deliquio

Fué

1571.

extático,

que

sobrevino poco antes de su matrimonio místico (1572), a tiem-

po que

en Avila cantar

oía

a

Véante mis ojos. Llamábase

dando

el

una novicia una canción

la

espiritual

novicia Isabel de Jesús y fué an-

tiempo priora de Palencia. La experiencia de que se hace

eco este poemita

la

describe también Santa Teresa en prosa en

XV, por

sus Exclamaciones; la exclamación

ejemplo, coincide casi

literalmente con el comienzo de la tercera estrofa del

implicaciones místicas de

extenso en

la

la

XV

Relación

poema

el

.

muy

experiencia se hallan descritas

y en

3

Las por

Castillo interior, libro VT, ca-

p-trio XI.

El

poema de San Juan de

1578, cuando visitó

el

la

Cruz data probablemente

del año

carmelo de Santa Teresa en Beas y tuvo un

rapto en circunstancias

canción alusiva

2

ct

les

modes de

Roseau d'or, XX (1927), 169. Edgar Allison Peers, Mother of Garniel (Nueva York:

3

house, 4

parecidas: una novicia que cantaba una amor divino (Quien no sabe de penas) \ Los

Véase Louis Aíassignon, «L'expériencc mystique

ítylisation

raria

al

littéraire»,

1946), P.

págs

Sabino de Jesús, C. D., San Juan de

(Santiago;

More-

105-6.

Chile,

1942),

pág

24.

la

Cruz y

la

crítica lite-

206

Estudios literarios sobre Mística Españolfl

únicos en ver dificultades en esta fecha son aquellos tratadistas de

que creen que

teología mística

el

sistema místico-teórico del santo

corresponde exactamente a sus propias experiencias místicas y que después del matrimonio místico, con que sin duda fué favorecido

en su prisión de Toledo en 1577, no pudo tener otra noche oscura con anhelos más altos de formas más altas de unión y de la unió gloriae. Sin embargo,

cosa averiguada que

es

nómenos de noches oscuras postmatrimoniales en

hubo

el

estos fe-

misticismo de

y de María de la Encarnación, O. S. U. 5 da ¿Por qué no también en San Juan de la Cruz? Algún otro

Alfonso Rodríguez,

también

la

S. J. 3

más bien que

fecha de 1578

la

de 1577.

Tal anhelo extático lo experimentó por primera vez

Santa

Teresa después de su llamada transverberación de 1562, según cuenta en su Vida, capítulo 20, que hay que identificar con su desposorio místico. Pero este arrobamiento con caracteres defini-

dos de transverberación se había repetido, y

pena de deseo

la

atribuye también en raptos posteriores, hasta 1571, netrante del querubín

duda la

describió

misma

más tarde en II,

la

la

amorosa

5

y según

6

noche pasiva del la

la

al

dardo pe-

Cruz conoció

sin

en su prisión, según espíritu

de su Noche

había descrito efectivamente en esta

letrilla

muy

o

el

suyo propio.

en boga desde

el

casi

siglo

Carmelo Palumbo, Teresa :

poema de Santa Teresa y

Mas no

era

una canción

de origen trovadoresco y xv \ Durante la Contrarreforma topopular,

di

Gesü. Liriche con versione

Palumbo, 1939), pág.

italiana e

84.

Palumbo, op. cit. págs. 37-43. Crisógono de Jesús Sacramentado, San Juan de

P.

pensar

es necesario admitir esto,

glosado por ambos

estribillo

conocida,

studio introduttivo (Palermo

7

la

Cruz pudo conocer

él al escribir el

muy

También San Juan de

prisión en las estrofas 1-12 de su Cántico espiritual. San

Juan de

pues

.

esta dolorosa experiencia anteriormente

oscura del alma,

en

6

se

la

Cruz, su

Dos

tipos de poesía mística

dos los poetas acostumbraban a componer tales cancioncillas glosándolas

en un sentido

esta técnica a lo divino.

e

espiritual

He

aquí

incluso texto

el

místico.

Llamábase

que ambos santos

glo-

saron a lo divino:

Vivo

sin vivir

Y

tal

de

en mí

manera espero

Que muero porque no muero. Si bien la crítica

moderna

nerse a la sospecha de que

puede sobrepo-

sólo a duras penas

hubo quizá

entre

ambos santos una

especie de competencia relativa a las variaciones del

mismo tema,

hechos rechazan esta suposición, tanto más cuanto que

los

los

dos

poetas glosaron otras letrillas a lo divino en parecidas ocasiones e

independientemente, y fué mera casualidad

el

8

que coincidieran

en ésta tan de cerca.

3.

La

El tema del anhelo místico

estilización del

más sorprendente que

tema de la

los

dos poetas carmelitanos resulta

experiencia misma, que ya otros místicos

habían vertido anteriormente en otros moldes.

Bernardo de Claraval o más bien nedictina, a la estrofa

XVI

que hoy en día

del

la

desconocida abadesa be-

se considera autora, decía

ya en

la

famoso Dulcis Jesu memoria:

Qui

te gustant esuriunt;

Qui bibunt, adhuc

sitiunt;

Desiderare nesciunt Nisi Jesum

obra científica y su obra sa,

quem

literaria

dilígunt.

(Madrid:

Mensajero de Santa Tere-

1929), II, 230. 8

drid:

José María de Cosío, Noras y estudios de Espasa, 1936), págs. IC2-3.

crítica

literaria

(Ma-

Estudios literarios sobre Mística Española

208

La bienaventurada pobres

las Clarisas

Battista

Y Una

antes, sino

decía:

expresa en términos enérgicos:

italianas, se

Entonces Dios no

Como

Varani da Camerino (1458-1526), de

me

parecía ya el paraíso

que todo su

ser

me

parecía cruel infierno.

no más, no más, Señor, no puedo más

9 .

beguina flamenca exclama:

¿Más tiempo Creo que

amor

el

Ti he de

todavía sin

me

va a matar

estar?

10 .

El gran Jan van Ruysbroeck (1294-1381) escribe: Si hasta hace

Por El

ello,

me

poco Le

ahora nada tengo;

tenía,

sufro agobiadora pesadumbre;

ha robado

el

11

corazón

.

El abad de Montserrat, García de Cisneros (siglo xvi), precursor

de San Ignacio, explica en su Exercitaioñum por qué escribe este tipo de poesía:

guez espiritual que le sea

9

«A

veces

el

el

místico

alma siente una embria-

empuja a santos y piadosos suspiros sin que 12 posible contenerlos en su interior y no manifestarlos» la

.

Arrigo Levasti,

I mistici, I, 257. «Allora Dio non mi pareva piü come pria ma il suo essere tutto mi pareva crudele inferno E di ce va: non piü, non piü, ngnor mió, non pos so piü.» il

paradiso,

10

Stephanus Axters,

S.

J.,

Mystiek Brevier. Derde Deel.

derlandsche Mystieke Poezie (Amberes 1946), pág. 263,

la

11

Ibid.,

12

Dom

No.

pág.

:

De

De

Ne-

Nederlandsche Boekhandel,

135.

231, No.

116, estrofa

10.

García de Cisneros, Abad de Montserrat, Exercitatori

vida espiritual (Montserrat, 1925), II, 319.

de

209

tipos de poesía mística

Dos

El intercambio de formas entre

uno de

:onstituye

los

amor profano y

el

Sabemos, la

esanos,

quienes

los

místicos medievales transmitieron el

muerte de amor no correspondido a propagaron

donde

tortugal y España,

el

tópico

desde

los trovadores cor-

Provenza hasta

la

llegó incluso a ser popular.

más tarde

>rimero con Dante;

resecularizaron a

su escuela, hasta que a los comienzos de

)iritualizaron

me España rataban

el

a

hiciera

mismo había

esto

tema de

16 ,

varias

la

Dante en Petrarca

Reforma Católica

15 17)

allí

algunos

«muerte de amor» en

la

15 ,

,

Toledo (1527)

17

Dámaso Alón-

ofrecían abundante material en espera de ser tratado a lo di-

13 les

poemas que

forma profana.

11

del Cancionero general de

poesías

la

toda una «tradición cortesana» de que ha hablado 1

es-

un poema del Cancionero un poemita elegiaco (endecha) del siglo

poeta renacentista español Boscán

o

italia-

Petrarca y a todos los poetas eróticos. Antes de

>eneral (Lisboa,

\

Los

volvieron a infundir aliento místico a esta herencia provenzal

íos

ív

divino

más grandes problemas de la literatura occi13 bis. está esperando un estudio exhaustivo

menos, que

al

ema de

3

el

un problema que

dental,

!

13

La forma española del tema

4.

Debo

algunas valiosas sugerencias a

Belchior Pontes en 13

RPF, IV

la

crítica

de María de Lour-

(1951), 450-456.

Bruce W. Wardropper, «Hacia una historia de la lírica a lo V (1954), núm. 25, 1-12. 14 Sánchez DE LIMA, El arte poética en Romance castellano (edic. Rafael de Balbín Lucas Madrid Instituto Nicolás Antonio, 1944), bis

ivino>, Cl

l

e

;

:

ág. 96. 13 J.

Cejador,

La

verdadera poesía castellana (Madrid:

Rev. de Ar-

No. 1677. Vol. III, No. 1730.

hivos, 1921), III, 16

Ibid.,

17

Ibid., Vol. II,

18

DÁMASO Alonso,

r

ticos

(Madrid:

No. 1425. Poesía Española. Ensayo de métodos y lími:es

Gredos, 1950), 245-49.

Estudios literarios sobre Mística Española

210

vino y nos sitúan en posición conveniente para comprender poesías de Santa Teresa y de San Juan de la

de amor a

5.

las

Cruz como poemas

lo divino.

LOS DOS CONCEPTOS Y FORMAS INDIVIDUALES EN LOS DOS POETAS Santa Teresa, estrofa 1:

Vivo ya fuera de mí

Después que muero de amor

Porque vivo en

el

Que me

quiso para

Cuando

el

Puso en

corazón

él

Señor sí.

le di

este letrero:

Que muero porque no muero. Santa Teresa considera su pasado éxtasis con una cierta tranquilidad poética que recibió

del

permite contarnos, no sin agudeza, que

le

Señor una especie de recibo de haberle entregado

su corazón. Pero todavía se halla visiblemente embriagada con éxtasis místico.

Por

ello,

emplea

la

el

expresión fuera de mí. Según

sus escritos en prosa, esta afirmación sin aditamentos emocionales

de ningún género estado (sobre

la

significaría

unión de

las

simplemente que ha alcanzado un

potencias del alma) en el que es capaz

de raptos y vuelos del espíritu. Pero aquí en el poema Santa Teresa anega su afirmación en un desbordamiento de expresiones amorosas y da como razón de estos fenómenos

la

de que muere de

amor (amor-quiso-corazón), porque el Señor quiso y deseó su corazón. Alude a su transverberación y subraya elocuentemente si místico desposorio.

Un

esbozo de evocaciones sugiere

su entrega, la herida de su corazón y cierne sobre

el

grito

amoroso de

el

mérito

un gozarse en su pena que

esta

primera estrofa. Nos

d* se

sen-

Dos

un mundo de

timos inmersos en

mística embriaguez conocido por

de Fra Jacopone da Todi, Santa Angela de Foligno,

escritos

los

211

de poesía mística

tipos

Bernardino de Siena, Catalina de' Ricci y otros místicos El

simplemente repetido,

estribillo,

muero, recibe de

los

seis

italianos.

Que muero porque no

versos de éxtasis

amoroso vibración y

sentido nuevos. Al describir Santa Teresa en prosa (Relación

mismas experiencias^ echa mano de

estas

Además,

los

XV)

mismos términos

1r

Aguilar,

1940),

Obras

completas

(edic.

Moradas, VI, chap.

ii:

de

Luis

morir cuando aprieta tanto que ya parece que para

10 le falta casi nada...» *u

21

930), 2-

(pág.

salir

90, 1-3 y 10.

A. Levasti,

loe.

cit.,

I,

se

muere

del cuerpo

406b).

Karl Vossler, Luis de León (München: Schnell, Fra Jacopone da Todi, Laude (edic. de Ferri; Lauda

Santullano;

«El alma...

276.

1946), 101.

Bari:

Laterza,

212

Estudios literarios sobre Mística Española

muriendo». Santa Angela de Foligno (1249-1309) conoció asimis-

mo

como una

«El amor llegó a ser

esta situación contemplativa:

guadaña... El alma gritaba que no se la debía consumir de amor hasta ese punto, pues que la vida estaba ya muerta para

mí»

23 .

Pero

la

expresión «muero de amor» tiene también en la tradición españo-

la

de

la

mismo que

canción de amor, que es

tiene en el verso segundo.

Juan de calles

la

Cruz en

la tradición

de necesidad

carácter del tipo árabe

de Santa Teresa,

fatal

La endecha popular que

inspiró a San

celda de su prisión, al oírla cantar en

la

el

e inexorabilidad

de Toledo, destaca enérgicamente este elemento

24 .

las

Santa

Teresa, finalmente, repitió este tema esencial para ella de la muerte

de amor en una segunda poesía que comienza con exclamación y jaculatoria

25 .

San Juan de

Y

Dios

sin

Pues sin Este

1:

vivo ya

no puedo;

vivir

y sin mí quedo,

él

vivir,

Cruz, estrofa

la

En mí yo no

¿qué será?

Mil muertes

me

se

hará,

Pues mi misma vida espero,

Muriendo porque no muero.

A

pesar del juego de palabras,

sobre vida y muerte,

las

más enérgico y más

intelectual,

afirmaciones del maestro de las «noches

oscuras» son extremadamente moderadas y positivas. Comienza con una clara alusión al dicho de San Pablo de que no es él quien vive,

mismo tiempo

el

santo analiza

su propia situación, tan distinta que no siente ya

la

presencia

sino que Cristo vive en

23

Ibid., I,

24 J.

25

él.

Pero

al

180.

Cejador,

loe. ext., I,

Santa Teresa, Obras,

No. 649, loe.

cit. }

186.

pág. 643b.

di-

Dos

tipos

^ina

en

regalo

conserva

dulce recuerdo de este

el

que gozó en otro tiempo, cree que no podrá con

la

puede

fiar

como una

completamente desarraigada de la

a

pue-

la siente;

Es

la tierra.

la

suya una sitúa-

vida (Dios) y la muerte (ego).

Cruz gusta de subrayar

esta situación Sin arrimo

;abe

no

ausencia, pues

este

y con arrimo

San

hecho consignado en

/erso tercero y en otros pasajes de sus poesías. i

No

tampoco nada de su personalidad humana, cuya vida

non paradigmática entre fuan de la

vivir.

presencia de Dios, presencia que, aunque real y

ontoiógicamente, es

afectiva

;stá

Como

animae.

la scintilla

de contar

li

213

de poesía mística

En

26

otro

es decir,

;

el

poema llama aunque se

anclado ontoiógicamente en Dios, no siente subjetivamente

certidumbre absoluta de

ello.

El esperado suspiro o grito de do-

or queda adulciguado por la pregunta retórica, casi sarcástica, del r

erso cuarto:

Este vivir, ¿qué será?, y por

que

raseológica de su penar, al decir

objetiva exageración

la

muriendo mil muertes,

está

gual que los griegos del siglo de oro hablaban de diez mil para

simplemente muchos

ndicar

o innumerables.

vación de su dolor radica en lora

la

tercera

forma de gerundio muriendo, netamente aislada por

ítmica que la sigue. •alabra.

De

esta

la

so-

la

pausa

manera cobra importancia una

sola

de

la

juramento

la

2T .

Así. pues, todo este autoanálisis poético

fespués

objeti-

evocadora de todos los horrores espirituales descritos en

Joche oscura del alma

>ajo

La

variación del estribillo con

hecho inmediatamente

experiencia mística de Beas, suceso que atestiguó la

Madre

Francisca de Dios

2, «

no

es

una

elegía, sino

26 San Juan- de la Cruz, Obras (edic. del P. Bernardo de LA Viren del Carmen y del P. Silverio de Santa Teresa; Buenos Aires:

foblcr,

1942), II, 527-

27

Ibid.

2S

P.

París:

}

I,

484:

La noche oscwa

del alma, II, chap.

vii,

párrafo 73.

Bruno de Jésus Marte, UEspagne mystíque au XVII9

Arts et Métiers,

1946"),

pág.

159.

siécíe

214

Estudios literarios sobre Mística Española

más bien un himno. Es tiva descripción

subjetivo,

si

lo

comparamos con

en prosa de experiencias similares, tratadas todas

juntas en su aspecto general en

Cántico espiritual

el

29 .

Sin embargo,

muñendo

hasta en la prosa objetiva ocurre la expresión tes.

ia retrospec-

mil muer-

Este mil muertes morir se encuentra en un cantar popular de 30

principios del siglo xvi

En

.

memoria,

tiguo, Jesu dulcís

Desidero te

Mi

himno

el

místico,

mucho más

an-

se lee:

Jesu,

millies,

quando venies?

El lirismo intelectual de San Juan de la Cruz utiliza como enérgico medio estilístico

el

recurso de grabar una idea en

de

del lector valiéndose para ello

Negativas: Positivas:

Idéntica

la variación

no-sin-no-sin-sin-no, versos

la

mente

de formas: i,

2,

3,

7;

vivo- vivir-vivir- vida, versos 1, 2, 4, 6.

emplea en

técnica

el

Cántico espiritual, estrofa

35,

aplicada a la idea de soledad:

En

Y Y A

soledad vivía

en soledad ha puesto ya su nido,

en soledad

la

guía

solas su querido,

También en soledad de amor

herido.

Esta técnica martilleante, que traslapa y borra trastes

aprendido San Juan de

29

Cruz de sus modelos poéticos

la

Cántico espiritual, canción

30 J.

(siglo

un poco

los con-

para hacerlos menos prosaicos y didácticos, pudo haberla

Cejador, op.

xvi):

«Gloria

con tan penoso

cit.,

me

vivir.»

I,

párrafo

19,

una muerte

/

cit.,

pág. 33.

Endecha de enamorado y no mil muertes morir /

VoJ. II, No. 13996:

será

op.

seculares?

Dos

tipos

de poesía mística

especialmente de Boscán clear del santo;

215

31 .

«Vivir muriendo» constituye

tema nu-

el

de su obra y por encima de su expetema como dechado ascético para

a lo largo

riencia particular insiste sobre ese 32

todos los cristianos la

,

mientras que Santa Teresa nunca lo formu-

«Todo

de ese modo, pues su lema general reza:

Una mente lugar,

clara

porque

porque

es

ha sentado una afirmación paradójica, en primer

es paradójico el asunto

de que se

obligó a proceder

la letrilla le

trata,

pero también

y finalmente porque to-

así,

dos los españoles del barroco propendían a emplear este ejemplo, Tirso de Molina, quien vierte la

Cruz en

el

nada.»

el

por

estilo,

tópico de San Juan de

siguiente retruécano:

El que un bien gozar espera

Cuanto espera desespera Conclusión:

muriendo» en

el

común

33 .

tratamiento paradójico del tema «vivir

estas primeras

en Santa Teresa una

estrofas revela

actitud poética embriagada, elocuente, evocativa; al paso

San Juan de

la

Cruz

es

una actitud moderada,

que

la

de

analítica, racional,

enérgica.

Santa Teresa, estrofa 2: Esta divina prisión

Del amor con que yo vivo

Ha hecho

Y 31

Véase

32

a Dios

s.

a.

mi

cautivo

mi corazón;

Dámaso Alonso, La

Colección Crisol

drid:

libre

poesía de

San Juan de

(primera edición,

1942),

Cruz,

la

Ma-

82.

pág.

R. P. Francois de Sainte Marie, O. C. D., Initiation á Saint

Jean de

¡a

Croix (París: Editions du Seuil, 1945), pág. 151:

cement chrétien n'est pas

une annihilation, mais... une

vie

«Le renondans une

mort... au point de déconcerter la raison humaine.» 33

No.

Tirso, El burlador de

6c, pág.

89

Sevilla,

citado

en Cejador,

loe.

ext.,

I,

216

Estudios literarios sobre Mística Española

Y

causa en



tal

pasión

Ver a mi Dios prisionero

Que muero porque no muero. El sentido de esta estrofa se hace más claro por la variante

unión en vez de prisión en

el

verso primero,

si

bien la edición

crí-

desechó esta lectura, en vista probablemente del antiguo tema

tica

español de

la cárcel

de amor y de

la

voz cautivo en

el tercer

verso

Según esto, dice la santa su unión cruci(desposorio) ha hecho a Dios ontológicamente su prisionero

y prisionero en ficante

el sexto.

:

y ha liberado su corazón de las ataduras terrenales, pero su pasión mística de amor se ha exacerbado con el recuerdo de la presencia, sentida,

Y

de

esta situación

no puede expresarla

el

santa

unión

más que con

extática. el

verso

tema parecido de Luis de León en su Noche serena, donde

se utiliza también la la

la

la

Que muero porque no muero. Un parangón

vibrante de emoción:

con

en su alma durante

este prisionero

imagen de

la cárcel

y

el cautiverio,

frente a la repetición académica

da fe de

de Santa Teresa

auténtica experiencia, oculta tras la emoción,

de Luis de León de un tópico

neoplatónico que vierte en clarificaciones y epítetos

sabiamente

calculados

El amor y

Despiertan

la

pena

en mi pecho un ansia ardiente...

El alma que a tu alteza Nació, ¿qué desventura

La Tenemos, en

el

84

Aires,

tiene en esta cárcel baja 5 oscura? sin

embargo, como en

la estrofa

S4 .

primera, un paralelo

bienaventurado extático Jacopone da Todi. Es

Fray Luis de León, 1943), pág. 55-

Poesías (edic. de

el

defensor de

Rafael Alberti; Buenos

217

Dos tipos de poesía mística a

pasión espiritual, según expone en este verso paradójico:

medida»

nfinitud ha surgido para encintar la

ipasionado de poseer

iempo

está poseído

rosees,

poseído por El»

Tiene

y custodiado por El:

«posees

me

Fortuna

Ambos

conceptos,

el

se hallaba ya

quita quita

Amado

al

expresado en

la

a pe-

poesía

veros,

el el

quereros

3T .

deseo vehemente de ver

como

jueja por el cautiverio

vemos unidos en

los

al la

Amado

y

Hermanus Josephus y

la

estrofa terc-

aparecen en un himno místico, sumamente emotivo, del

xni, compuesto por

lo

Le

amorosa española:

Mas no me

iana,

propio

Creador.

.

de su ausencia temporal,

)Opular

al

concepto al

36

El concepto teresiano de amar apasionadamente ar

el

Creador como prisionero, aunque

al

«la

si-

titulado fubilus de

S. Jesu Christo:

Languet

meum

cor et aret

Quoadusque non Eia, solve

Ut

Una

me

apparet.

captivam 38

aevum tecum vivam

in

.

queja mística flamenca llega a emplear

Ghevankenisse) para indicar

el

dolor de

la

la

palabra cárcel

ausencia del

Amado:

Que no sé de mayor pena Que amor de amor prisionero. 33

36

Jacopone da Todi, Ibid.,

37 J.

38

es;

Lauda

Cejador, op.

Analecta Leipzig,

op.

cit.,

Lauda

87,

5.

194-95.

91,

cit.,

Hymnica

pág. 90.

(edic.

de

No.

67.

Clemens Blume y Guido M. Dre-

1886-1922), L, 542, No.

371,

estrofa

12-13.

218

Estudies literarios sobre Mística Española

Todo



es cárcel para

3fl

Lejos de mi amor viviendo El motivo particular de

la liberación del

.

corazón (libre mi cora-

zón, verso 4) se conoce por una endecha popular contemporánea

de plañideras y apasionadas repeticiones Preso está mi corazón,

Preso está;

Mas muerte La

idea,

que vive

el

más sorprendente aún, de alma (verso

mismo. Decidirse por za

lo librará

1-2),

40 .

la prisión divina

no puede

esta casi elegante,

referirse

de amor en

más que

a Dios

aunque profunda, agude-

no debió de parecerle extraordinario a Santa Teresa, ya que

se

de un requiebro amoroso popular, hallado en un cancionero

trata

del siglo

xv y que

la santa utilizó

a lo divino:

La que tengo no Vos

es prisión,

prisión verdadera

sois

41 .

Santa Teresa, por principio, abraza precisamente esta idea con tal

la

fervor

morada

que hace también a Dios interior

de su alma en

poesías (Alma, buscarte has en

el

—con sinónimos

Castillo interior.

Mi) presenta

para cárcel

En

alma en sentido inverso:

Porque tú Eres

mi

i;

'

41

42

mi

aposento,

casa y morada...

Fuera de

40

eres

ti

no hay buscarme

43 .

AxterSj Mystiek Brevier, op. át. II, 216, No. 109. J. Cejador, op. cit., Vci. II, No. 1514. J. Cejador, op. ci¡., II, 70.

Santa Teresa, Obras,

op.

cit.,

pág. 645a.

otra

de

sus

Señor hablando

al

al

Dos

tipos

De

219

de poesía mística

esta

manera

experiencia mística de Santa Teresa ahondó

la

verdaderamente y ensanchó de amor.

En

el

antiguo concepto español de

la

prisión

Santa Teresa aparece en una forma emotiva y apa-

sionada.

San Juan de

Cruz, estro ja 2:

la

Esta vida que yo vivo

Es privación de

Y

así es

vivir

continuo morir

Hasta que viva contigo; Oye, mi Dios,

lo

que digo

Que esta vida no la quiero; Que muero porque no muero. Aquí

la

situación mística

teológica, casi escolástica:

la

queda aclarada por una exposición presencia insentida del Señor en

místico es una frustración espiritual, una privación,

par de muerte, que sólo puede sanar con

y plena (no

la

la

el

alma apostrofa

a

un

alaciarse

a

unión mística regalada

amarga e interrumpida). Por

resolución del salmista,

un

con

ello,

Dios

43

«

:

¡

la

decidida

Oye, escucha,

atiende a mis palabras!», y con una brusquedad casi escandalosa, dice:

«Esta vida no

la

quiero.»

que lucha con Dios brota

De

el estribillo

esta

sublime rudeza del

atleta

como una

ratifi-

sencillamente

cación de lo que ha dicho por dos veces ya antes en los versos 1-2

y 3-4: para un místico muerte.

0

Hilario

S.

!a

vida sin sentir la presencia de Dios es

Sáenz, «Notas

Santa Teresa y de San Juan de

ha destacado 2<

3>

5j 7j

el

hecho de que

el

la

a

la

glosa

Cruz»,

'Vivo sin vivir en mí' de

MLQ,

XIII

(1952), 405-408,

apostrofe directo a Dios en las estrofa?

8 constituye el rasgo característico de

San Juan de

la

Cruz,

al

paso que Santa Teresa nunca se dirige en sus estrofas directamente a Dios, sino a persona.

!a

Vida y

la

Muerte;

a

Dios sólo

se

le

nombra en

tercera

Estudios literarios sobre Mística Española

220

San Juan desliza en su poema un sorprendente prosaísmo,

!a

palabra «privación» (con una osadía que se anticipa a Baudelaire..

quien emplea en poesía

voz mortalité) y como

la

nis, privatio virtutis, privatio vitae:

nihil videtur esse aliud destruere

(Sum. Theól.y Opuesta a ñola,

I, I.

«Cum mors

privatio vitae,

q. 56, a. 7).

que emplea a veces

la estrofa

sit

quisiera darle privatio lutm-

mortem quam reducere vitatm poesía popular espa-

las galanterías trovadorescas, la

de esta misma manera de ejemplo

si

Tomás:

todas las connotaciones que tiene en Santo

concepto vida-muerte, muestra huellas

el

derechamente

ir

al

fondo y de que

es

buen

segunda de San Juan. Por ejemplo Si

mi mal

es

de morir

¿Para qué quiero vivir?...

La muerte Ella

puede ya venir

Que yo no La mera

estrofa casi estadística

vista,

es bien recibida,

quiero vivir

14 .

de San Juan de

la

Cruz

es,

de asombrosa desnudez, sin una comparación,

a pri-

sin

una

queja formal. Es una estrofa directa y categórica. Pero, según una sugerencia de Eugenio d'Ors 45 , hay en ella un ligero ornato,

como en

la estrofa

primera.

En

las

obras de los orfebres españoles

y sobre las fachadas de los palacios del Renacimiento se acusa

vi-

sible el deseo de un mínimo de ornamentación con ligerísimos y sobrios recursos decorativos: un arma, un monograma, una figura,

una guirnalda que

amplios

espacios

se

repiten con cierta proporción dejando

completamente desnudos. Así

los

dos motivos,

esperanza de vivir y muerte presente, flotan sobre esta estrofa de

44 45

J. Cejador, op. cit., II, No. 1471, 347. Eugenio d'Ors, «San Juan de la Cruz,

pensar (Madrid:

1

542-1 591», Estilos de

Ediciones Españolas, I945)> págs. 138-39.

221

Dos tipos de poesía mística

más acusada que en

San Juan y en forma :ias

la

estrofa primera, gra-

a las dos series superpuestas:

L

vida-vivo-vivir-viva-vida y

privación-morir-muero-muero

II.

Los elementos emocionales quedan reducidos )bjetivo,

al

enfático, pero

adjetivo continuo (continuo morir, verso 3) y a la ora-

ron condensada: contigo, mi Dios (verso 4-5), que con sus acenos de gran dolor y gran deseo en un estilo de clásica moderaron constituyen otros dos motivos platerescos: «continuo morir» l

«vivir contigo».

Conclusión: mientras en a

paradoja mística más

ngeniosa,

San Juan de

la estrofa

segunda Santa Teresa hace

apasionada y espiritualmente hace clara teológicamente y mo-

intrincada,

Cruz

la

la

mínimo y darles proundidad cualitativa en vez de expansión cuantitativa.

lerada, al reducir los elementos efusivos al

Santa Teresa, estrofa 3: ¡Ay, qué larga es esta vida!

¡Qué duros

estos destierros!

Esta cárcel, estos hierros

En que

el

alma está metida.

Sólo esperar la salida

Me

causa dolor tan fiero

Que muero porque no muero. La emoción de Santa Teresa desborda

ilimitada.

Extiende

los

ufrimientos de su vida mística a la vida en general, que califica

on énfasis rítmico de larga y dura, lo mismo que de cruel su >enar. Habla de destierro, de cárcel, de ataduras férreas de un

nodo tan antropocéntrico en apariencia que quizá tenga que ru>orizarse

cuando alcance

la

santa indiferencia de la unión mística

222

Estudios literarios sobre Mística Españole

Al propio tiempo Santa Teresa sigue una

habitual.

Una comparación no

propia.

suele desarrollarla en sentido recti-

que

líneo y progresivo, antes la rodea de nuevos símiles

no vuelve a hablar de

cen. Así aquí

y des tierra.

cel

que y

cár-

algo de aquel ahogo

tiene

su sufrimiento corporal durante los éxtasis;

los editores críticos

primir en

la oscure-

de hierros,

prisión, sino

Su anhelo de morir

solía caracterizar

típica pauta:

procedieron con

muy

sabio acuerdo

al

su-

y (que traen algunas ediciones) y reproducir por medio del asíndeton aquel ahogo. Desde el punto de

de

vista

el

las

verso tercero

ideas nada

la

añade

segunda

a la

estrofa tercera;

esta

y con todo, es muy sincera, pues constituye la réplica poética de la Exclamación 15 en prosa, que comienza así: «¡Ay de mí, ay de ¡Señor, que es

mí!

muy

¡Oh

metida en esta cárcel? bre!»

largo este destierro! Jesús,

¿qué hará un alma

...

qué larga

es la vida del

hom-

46 .

Si bien el estribillo

gún Cejador,

el

en este tipo de poesía representa

suspiro del amante apasionado

mayor abundamiento abre

la estrofa

con

el

47 ,

ya, se-

Santa Teresa a

famoso ay o

ay. Dios

mío de desamparo y desolación que con tanta frecuencia se en las iglesias españolas de labios de mujeres hinojadas ante santos preferidos.

Este ay, especialmente doloroso con los

oye sus

sufri-

mientos de amor, se ha hecho célebre por aquel villancico popular a él dedicado:

¡Ay, que no hay amor

Ay que

su ay tanto

Que muero por 46

Santa Teresa, Obras,

47 J.

es

como

Cejador, op. el

cit.,

op. III,

ver

me si

sin

ay!

duele,

hay

ext.,

pág. 460b.

14:

«El villancico (hecho

estribillo...)

suspiro del apasionado. Al dar explicaciones de su pasión en-

trevera suspiros, esto es, repite el villancico o parte de él lo cual es mezclar a las razones el sentimiento.»

como

estribillo,

Dos

223

tipos de poesía mística

Algún ay que mi ay encele

Que La a

el

dolor no lo revele

tensión emocional de esta estrofa

48 .

—descabellada

quiere imitar en oraciones corrientes destinadas

leles

que viven en un nivel

palabra resultaría

un enigma

de poderes superiores,

:on

la

muerte

que

cuando

común de

se los

espiritual inferior y para quienes cada



es

una expresión auténtica de

:uye

al

la

genuina en Santa Teresa: constila

desesperada debilidad en espera

santa, por desconocerlos,

identifica

49 .

San Juan de

la

Cruz, estrofa 3:

Estando absenté de

¿Qué

ti

vida puedo tener,

Sino muerte padescer,

La mayor que nunca

vi?

Lástima tengo de mí,

Pues de suerte persevero,

Que muero porque no muero. Es ésta una voz ascética y nada sentimental rensurar

al

alma misma precisamente por una gracia excepcional

no concedida

esperada, pero

rigou-Lagrange sobre ico se cierne

la

ifirmaciones

mayor

:ontinuación

48

49 is

Ibid.,

:

todavía.

La moderna

de Ga-

teoría

culpabilidad del cristiano que no es mis-

como una sombra sobre

ima tengo de mí en vez del

>ufrí

que pretende

ay.

esta estrofa.

De

ahí

Por lo demás, hay en

el

Idís-

ella

tres

ausencia de Dios no puede llamarse vida; nunca más espantosa noche oscura (mayor muerte) y la

la

ni

de

III,

este

estado

No. 1601,

parece imposible;

por consiguiente

86.

Véase Elsa Meier, Teresa de Jesús. Analyse ihrer Prosawerke, (Zurich: Winthertur, 1944), págs. 84-85.

te-

224 las

de

Estudios literarios sobre Mística Española

exageraciones la

que provocar

tienen

ascéticas

contemplación sentida y

la

gracia divina

la

continuación de este vivir murien-

do tendrá que acabar. Por

que atañe a

lo

motivos particulares,

los

San Juan solamente conoce una medida: presencia del

Amado. Esto mismo

poemas suyos, por ejemplo, en trofa ii

ausencia (verso

asimismo

resalta

el

I)

o

santo en otros

célebre Cántico espiritual, es-

el

:

Mira que

dolencia

la

De amor

que no se cura

Sino con

la

presencia y la figura.

Ocurre idéntico motivo en

Y

aquel que de

no quiere gozar

canción

la

Un

pastorxico:

¡Ay, desdichado

dice el pastorcico:

De

Y El

la

radicalismo de

el

mi amor ha hecho ausencia la mi presencia!

motivo presencia-ausencia íntimamente combinado con

motivo vida-muerte no es exclusivo de San Juan de

la

el

Cruz. Lo

encontramos en un diálogo pseudomístico de su coetáneo, López

de Ubeda, cuya intención

es dar

una interpretación barroca

e in-

geniosa del concepto teológico de la visión beatífica:

Dios:

Si el morir por

Es

Alma:

vida,

Estar ausente de Ti,

Pues Si

mi

está

mi

gloria

J.

en verte

50 .

interpretación de muerte padescer por «sufrir noches os-

curas» no resultara convincente por

50

verme a mí

¿cuál será muerte?

Cejador, op.

át., II, 25.

el

contexto, tenemos la iden-

los tipos de poesía mística

hecha por

ificación

el

mismo

santo, al decir en Sin arrimo: «Ti51

padezco en esta vida mortal»

íieblas

La connotación de

acrisolada y limpia a la invasión de

un alma suficientemente

)frecer

.

extrañeza y de ascética autocrítica por no

a Gracia late en el verbo perseverar,

de impresionante solemnidad

cuenta que tales verbos de abierta y franca solemnidad no sue-

/

abundar en San Juan de

len

paralelo

íl

de

Cruz

la

52 .

Sirva asimismo de prueba

indignada pregunta del Cántico espiritual:

la

Mas, ¿cómo perseveras

¡Oh

Y era

el [el

vida!, no viviendo

comentario en prosa del santo comienza

Y

alma}:

demás de

in el cuerpo, pues por ie

dónde vives?

amor (que eso

Vmado?»



lo dicho,

así:

«Como

¿cómo puedes

si

di-

perseverar

solo bastan a quitarte la vida los toques

se entiende

por flechas) que en tu corazón hace

el

53 .

El contenido de 'seudo- Agustín

:

an preciso como e flamenco,

la

estrofa tercera se basa en los Soliloquia del

Domine, moriar ut

«Eia, el

te

videam.

.



54 ,

y es

de aquellos versos similares del premonstraten-

Daniel Eellemans, titulados Minne-sucht (deseo de

mor): In uw' presentí' Sterf ick van genucht;

51

32 53

San Juan, Obras,

II,

op.

cit.,

Dámaso Alonso,

op.

cit.,

pág. 167.

San Juan,

M

Véase

íeb,

BICC,

op.

cit. }

Obras,

M. Bataillon, «Sur

527.

II, 64, la

Cántico, estrofa

6,

párrafo

genése poétique du Cantique

4.

spiri-

III (1949), 10. 15

226

Estudios literarios sobre Mística

In uw' absentie Sterf ick

Un

van gesucht

55 .

cantar popular español de amor combina el motivo de

versos 1-2.

la

motivo «sin mi y sin ti» de la estrofa primera, Como la estrofa de San Juan, es más una afirmación

ausencia con

el

desesperada que una queja:

En

ausencia estoy temblando

Sólo de pensar en

Vivo sin

Mi Tan

explícita

es

en cuestión que

como hace generalmente, el

Y

tema.

deja sin cambiar

ello

forma

:

«Que

está

.

acerca del problema mís-

explicando

el estribillo,

tanto

en

la

así

más

cla-

más sorprendente cuanto que segunda de dos estrofas conse-

primer copista, quien dió

vivo porque no muero»

de Sanlúcar vivo santo

es

el estribillo

cutivas. Esto extrañó a su

esta

56

santo no tiene necesidad ninguna de va-

tico

el

ti,



tercera

estrofa

la

sin

vida pasando

triste

riar,

ramente

y

ti

corregido por

;

pero en

muero de

el

letra

al

estribillo

manuscrito del

propio

57

La

.

pista para

comprender

esta estrofa sigue siendo la vergüen-

za (pasiva) de continuar una vida sin plenitud mística; lo contra-

55

Axters, op.

cit.,

III, 235,

No. 119:

En vuestra presencia Muero de satisfacción; En vuestra ausencia Muero de deseo. 56

Cejador, op.

cit.,

Vol. II,

57

No. 1206.

Cántico espiritual y poesías de San Juan de la Cruz según el Códice de Sanlúcar de Barrameda (edic. del P. Silverio de Santa Teresa, C. D.; Burgos, 1928),

II,

189-92.

Dos

tipos de poesía mística

rio

precisamente

ilienra

de

poesía

cierta

pseudomística,

religiosa

alma que sufre a continuar pacientemente;

al

tales,

que por

sjemplo, los famosos versos de Alicia Meynell:

¿Nunca

llegaste a El? Si el llegar

Fuera reposar, en ese caso, sea; El camine es infinito y ¡cuán doloroso seguirlo! 5S El camino era El .

en

Conclusión:

terceras,

estrofas

estas

las

Santa Teresa, vertidas en apiladas imágenes :on

abierto menosprecio

e!

estilo

de

que de

fría objetividad militar:

un

jn análisis en



lamentaciones de

elegiacas,

contrastan

mismo hace San Juan en un

trátase

de una lamentación y de

nivel místico.

Santa Teresa, estrofa 4: ¡Ay, qué vida tan amarga

Do

no

Porque

No

se goza el Señor! si

es dulce el

amor,

lo es la esperanza larga;

Quíteme, Dios, esta carga,

Más pesada que el acero Que muero porque no muero. Esta estrofa encabezada por otro ¡ay! es simplemente una vaación de

la

estrofa tercera.

En

la

estrofa tercera la vida se cali-

raba de larga, en esta estrofa cuarta se la caracteriza i;

en

la

tercera el destierro era duro,

estrofa

rga la esperanza.

38

ire of

Hands being

the United

como amarla

cuarta es

Santa Teresa distingue aquí con «vida amar-

The Hon. Evan Morgan, «Some aspeas

says by divers

en

Kingdom

of Mysticism in verse»,

the transaction of the Royal Society of Litcr-

(Londres, 1930), págs. 103-24.

Estudios literarios sobre Mística Española

228

ga» y «amor dulce» entre

mante, punto en que

han seguido

la

emociones por medio de oraciones

relativas,

En esta estrofa en prosa. En cuanto a

y atinadas comparaciones.

ticas

buenos pasajes

a sus

a pesar

ritu,

de teología mís-

los teorizantes

Teresa demuestra cómo es capaz de objetivar sus

Santa

tica.

unión crucificante y unión transfor-

!a

San Juan de

de prodigar tanto la

Cruz



,

los

el

«morir»

deducciones

silogís-

y mucho, su temple de espí-

se acerca,

— en

contraposición a

motivos de esperanza, gozo y dulzura

están siempre presentes, pues en otra parte habla de desposorio

más bien que de noches oscuras y Su método, como dice en otra de sus poesías,

místico y vuelos de espíritu

golpes mortales. es al

so 2)

mismo tiempo «de gozo y de pena junto» 60 tiene un sentido vago e indefinido

59 .

Y

gozar

(ver-

.

Sin embargo, dulce domina en los «sentimientos mixtos» de santa.

dor

61

dulce nido

62

en su alma, que espera

los golpes

dulces

muerte. Pobre y mala impresión causaría este lenguaje

no

única; pero

es

más que

la

dolfo Hoornaert, «en el

llamamiento a

peración»

59

medio de

64 .

Por

la

ello

Santa Teresa,

los

el

que,

como

la

voz el

escribe Ro-

muerte como un tañido lúgubre de

cit. }

de

como

huracanes de pasión se oye siem-

aparecen a veces los contrastes

op.

63

envoltura de la esperanza en

conjunto de un concierto de voces en

pre

la

Emplea dulce Amor, dulce Esposo, dulce bien, dulce cazarefiriéndose al Verbo Encarnado, y quiere prepararle un

Obras, pág. 645b:

deses-

mucho más

«¡Ah, pastores que ve-

láis!» 60

L. Oeschlin, «Recherches sur

le

vocabulaire affectif de Sainte Thc-

rése» en su Uintuition mystique de Sainte Thérése (París 61

Santa Teresa,

62

Ibid., pág. 643.

63

Ibid., pág. 643.

64

op.

cit. y

Rodolphe Hoornaert,

1925), Pág. 495-

:

PUF,

1946).

Obras, pág. 643.

Sainte

Thérése écrivain (Farís:

Desclée,

229

acusados que en esta estrofa.

Una

más

réplica

lírica la

tenemos en

los siguientes versos teresianos:

Lúgubre

es la vida,

Amarga en extremo, Que no vive el alma Que está de ti lejos, ¡Oh dulce bien mío

Que

soy infeliz!

Ansiosa de verte

Deseo morir

.

sencillamente una prolongación o am-

Si la estrofa cuarta es

pliación de la tercera,

65

hecho de

el

ser

Santa Teresa primor dial-

mente prosista puede dar razón de esta amplificación del asunto ¡en cuestión.

,jna poetisa

Pese a sus numerosos ay y oh, Santa Teresa no es

de

osséder sans retour»

(II,

«Divin Amateur»,

intime»

239) hacen que

Irés st

(II,

contente, mais

|.'est

pas encoré

«Majesté»

1

délicates,

¡i

el

non pas

consommé»

mon Amour, que

me

je

tres

la

medio de

lie

regarde á travers

u s

últimos preparativos para

lato, la limpian

y

la

la

treillis» el

purifican.

rma ahora paulatinamente

=

tiernos (II,

»

!



(Cantar de

es el ¡os

matrimonio, que

gracias

(las

«Venez

240). Pero divines,

experiencias

Vida 20, unión crucificante,

desposada

La

(II,

«touches

241)

«Elle

«Le Mariage

239), o

(II,

240). El alma suspira:

(II,

«purgatorio» de Santa Teresa

le

prometida compruebe:

satisfaite»

crucifiantes»

|o transformante), exige de

«communication

transitoria

la

répande dedans vous

por

infinita,

mais

«la

223). Las gracias supremas del divino

cometido, del

í

sainte familiarité»

y venir del huésped divino («jeux

«Etat» del:

Cantares le

II,

«II

9)

sirven de or-

relación de respeto se transa

este

tormento de

la

des-

en una relación de amor más íntimo y nupcial «Les ispects s'étant accomodés avec l'amour, cet amour Ta emporté i

)sada

iwr

faire

:

place á

la

privauté»

l^e como adorno de boda

I

(II,

241). El alma desposada re-

—principalmente

por

la

revelación del

Estudios literarios sobre Mística Española

278 secreto de la Trinidad

perfections»

—una

243), el

(II,

Ahora puede ya

predeificante «impression des divines

«amour substantiel»

llegar

el

(II.

244).

Viene poderoso

día de la boda.

el

Señor, en su unidad trinitaria, y toma posesión solemne del alma

desposada y ya en sazón: «Cette suradorable Personne s'empara mon ame, et Pembrassant avec un amour inexplicable, Punit á

de

soi et la prit

pour son épouse»

divino Esposo en

en moi,

et

(II,

Fúndese

252).

un abrazo fecundo «par

alma con

des pénétrations de Lui

méme,

devenue Lui par participation»

étant

muy

PIncarnation está

lejos

je

(II,

ne

me

253).

Marie de

(II,

255).

Y

sigue el informe y descripción de su boda espiritual: le

son opération, et toutefois

daient

así pro-

«Lorsque

Pére

et le

cela

n'empéchait pas Puniré*

Saint-Esprit regar-

253). Esta «expérience» suya quiere decir (según el comentario

(II,

de

Verbe opérait en moi,

sacré

voyais

de expresarse metafóricamente: «Com-

paraisons dans la terre... je n'en trouve point»

le

su

d'une facón admirable de retours réciproques de moi en

Lui, de sorte que... étant perdue á moi plus,

el

Dom

Jamet):

del alma, existe

aunque

la

una afinidad

Trinidad como específica

obra en

el

ápice

y por ende también

la re-

tal

lación amorosa esencialmente nupcial entre la hipóstasis amorosa del Logos, «le tencias

Verbe qui y

afectivas

del

tenait lieu

alma. El Logos

d'Epoux»

alma «la faculté de teñir rang d'épou~e» les baisers

A

de sa divine bouche,

su vez

modo alguno

Páme

serait

telíe

boda

(II,

las poal

254). Es El «qui dans

remplit de son Esprit»

vers son bien-aimé

(II, 255).

Epoux»

255), no

(II,

abrazos psíquicos, sino pneumáticos, que

Saint-Esprit est le moteur qui II

la

254) y

alma «expérimente» que sus propios abrazos nupcia-

revanches de

les, «les

son en

el

(II,

amante otorga asimismo

impossible á

la

la fait ag:'r

de

créature bornée

la sorte

et

limitée

hardiesse de traiter de la sorte avec son Dieu» espiritual inaugura el

matrimonio

«le

avec le Verbe. d'avoir une (II,

255). La

espiritual, es decir,

«Lame

Mística femenina clásica en España y Francia

a entiérement

changé

qu'elle posséde Celui

que

dignité

En de

le

Verbe

d'état...,

n'a plus de tendance, par ce

se voyant agrandie á

qu'elle aime...,

son Epoux, et

est

este estado habitual del la

elle

279

elle

son épouse»

«mariage spirituel»

la

esposa «piquée dans les intérets de l'Epoux,

carné»

323) experimenta una y otra vez

(II,

(II,

cette

256).

humildad amorosa le sacré

el

Verbe In-

fecundo «actuel

amour» (II, 258) que la capacita para el heroísmo, el «amoureux commerce intérieur» (II, 259 y 263), «cette extase amoureuse», y ello no de sí misma, sino «mué par l'Esprit-Saint» (II, 260), «ce divin Esprit jaloux» t'es

plu á

me

crée Personne la

la

261), a que, dichosa y desasida

la

(II,

262).

De

al

Después de

alma brotan lo

ese

modo queda

unión: «L'áme aime d'un amour

plénitude du Bien-Aimé»

comunicada

(O Amour, tu

262), sufra «la divine maitrise de la sa-

II,

du Verbe»

fecundidad de

dans de

(II,

martyriser,

las

(II,

263).

De

garantizada

fixe...

au de-

esta «plénitude»

«oeuvres».

que llevamos expuesto,

comprende

se

fácil-

mente que Santa Teresa y Marie de l'Incarnation tratan de exponer realidades místicas absolutamente idénticas bajo las mismas rúbricas

tradicionales

espiritual».

de

«desposorio

y

«matrimonio

serie

de llamativas

espiritual»

Pero Santa Teresa, desplegando una

imágenes, tan de su gusto, pretende únicamente poner en claro lo

que

el

ta en tacto

alma (más exactamente, ese proceso:

el

«espíritu del alma») experimen-

cercanía de Dios, encuentro con Dios,

con Dios, unión con Dios y fusión con Dios. Marie de

conl'In-

carnation se esfuerza en rastrear por medio del análisis el misterio

propiamente dicho de aquellas gracias místicas y explica sus experiencias como un divino y prototípico amor, abrazo y fecundación del

alma (pneumatizada).

280

Estudios literarios sobre Mística Española

El fruto místico de la humildad heroica

io.

Santa Teresa de Jesús y Maríe de l'Incarnation son sin duda alguna dos místicas sumamente activas («andariegas»).

Una y

otra

están plenamente contestes en lo que se refiere a considerar sus gracias místicas fuente de sus actividades apostólicas

de conventos o en

las misiones.

en

reforma

la

Sus afirmaciones a este respecto

son sencillas y claras, pues atañen a un estado de cosas concreto (contemolata tradere). Es distinto en sus asertos respecto interior

de

manera

clara

la

humildad heroica, que

se sobresaltaría

y simple de llamarla. Todos

los

al fruto

con sólo

místicos

y

esta

santos,

como es bien sabido, se representan a sí mismos, aun en los grados de más alta y angélica perfección, como los más grandes, ruines y despreciables pecadores, y ello en tal manera que uno se siente inclinado a pensar que se trata solamente de una «facón de parler»

o de una escrupulosidad enfermiza. Pero ese lenguaje de

la

hu-

mildad no deja lugar a dudar de que efectivamente quiere señalar

una auténtica y trágica realidad, es, a saber gún alma ligada al cuerpo terreno puede :

limpia para merecer de alguna manera

que se

le

Y

conceden.

esta realidad

las

la realidad

ser

de que nin-

suficientemente

lo

gracias extraordinarias

no constituye un sentimiento

general de las criaturas, sino que se limita a determinados estados

de almas particulares. Trátase aquí de aquel problema que Bremond calificó

de

«la casuistique des saints».

Si bien,

purgación

según Santa Teresa, a partir del segundo grado de

ascética

puede haber

apenas

«pecados

veniales»,

sin

embargo, no repara en hablar en términos de gran encarecimiento

de ble



misma como «persona

cosa»

tan ruin», «mala criatura» y «misera-

(Moradas 462). Pues

«el

dolor de los pecados

crece

más, mientras más se recibe de manos de nuestro Dios» (Moradas 472), recalca

en que

al

la

santa

conocimiento de

que

esta

humildad y bochorno

las gracias actuales se

agrega

el

radica

de

los

iistica

femenina

clásica en

España y Francia

(Moradas 472). Con

ya perdonados pecados y olvidados» lingüística

aradoja

La

.'rculo.

santa,

ello.,

la

de Santa Teresa nos hace movernos en un

aunque recuerda sus supuestos «pecados» ante-

de «alguna disculpa,

habla

iores,

281

no tuviera tantas culpas»

si

Vida 15) o de «cosas que culpábanme sin tener culpa» (Vida 24)

«Por amor de Dios

bien escribe: uite

nada» (Vida 31). Así pues,

dad de

la

de

ecados problemáticos

«Verme

las gracias

(culpas

sin

recibir mercedes,

un género de tormento para mí ivieren algún...

La

mal que

mística de Avila ¿se refiere a lo

cí la actual plenitud

:tual?

pido que de mis culpas no

le

trágico sentimiento

el

y los

O

¿es

pecado algo

el

pagando tan mal

temor de Dios» (Vida

compade-

pecados anteriores, pero

culpa)?

terrible

de culpabi-

se

las

recibidas.

y creo para todos los que

49).

genial forjadora de imágenes explica la paradoja: el alma es

>mo una botella de agua, cuyo contenido parece claro y limpio tanto que no da en ella un rayo de sol; pero, si la atraviesa

||i

rayo de

¡íi

lotita

sol,

jm gracias más «polvitos»

t>

mente f ¡

altas se

ento de

De

ve a



«telarañas» (Vida 121).

adelantada en

el

camino

Y

le

sirve

aparecen súbita-

Dicho

espiritual,

«que queda mientras más

ntío de perfección cap. 32). <

la

que no advertía anteriormente,

como grandes

mística,

la más leve misma manera el alma agraciada misma «muy turbia», porque todos

entonces se ve repentinamente hasta

de polvo (polvito\

sin imágenes,

viene en conoci-

más adeudada»

como, por otra

parte, el grado

'(Ca-

más

:vado de gracia mística va unido con el conocimiento de la propia

ida, el

«anonadamiento» constituye una prueba del alma agracia-

I, es decir,

Ir

sí,

ice le

«que un alma... entiende

claro,

no

tiene cosa

buena de

y se ve avergonzada delante de tan gran Rey, y ve lo poco paga por lo mucho que le debe» (Vida 78). Al lado de esta

t atildad, fundada en razones ónticas,

cbargo,

las

Santa Teresa recuerda, sin

tentaciones diabólicas de una falsa humildad,

que

es

í>piamente soberbia, cuando uno se cree culpable personalmente

282

Estudios literarios sobre Mística Españo

de todas

revelan, a

mi

y

la

santa

la

tod¿

humildad

a la

distinta

de

la

«humildad»,

«insuficiencia

la

entra aquí en juego la «clarté francaise» de Marie de

De manera

carnation.

«culpa»

inequívoca y luminosa comenta

españolas de Santa Teresa de Jesús.

locuciones

consiste

en

en

«incorrespondance».

la

Nos

roica,

de corresponder a

respondances» fidéiités,

correspondance», cíales.

da también

les

imprudences,

La

y

nombre de

el

ressentiments

las

describe

tentación luciferina

es

(II,

h<

ir

manquement

c

pasivo-existei

pura y simplemente

berbia, tal vez la soberbia por los favores recibidos «curiosité»

(II,

la

s<

405),

sir

un de

284), es decir, el deseo naturalísimo de

velamiento de los misterios divinos todavía más claro de lo

Dios espontáneamente y en creciente medida permite

que equivaldría a un apartarse de voluntad.

más

altos

de

que Santa Teresa guarda

La manera de mente assez

falta

:

de Dieu],

j'aurais

sainteté.

Mais mes

infidélités

mismo en

intencionad

le

chátiment d'un

«f

millic

supremo de

i

«Si j'avais correspondu [aux immenses mis

ricordes

466 y

c

experiment

género de paradoja:

493). Pues piensa así en el estadio

grado décimotercero

lo

los

más sobrecogedora, cuanto que

a su encarecimiento todo

(II,

contenido

el

)

divir

d'oraison 8-13) sob)

porque no

commis de péchés pour porter

d'eníers»

qi

alma,

expresarse de Marie de l'Incarnation acerca de

tanto

es

la gracia (Etaís

silencio,

al

conformidad con su

Esta pavorosa problemática constituye

aquellos grados

humildad

la

]

estas «incoi

«imperfections,

imparfaits,

como fenómenos

no

circuí

las

dice que

una vida

A

las altas gracias místicas.

l'Ii

imposibilida

la

del agradecimiento, en la imposibilidad, incluso con

los

r

«tentación».

Y

la

Pero

estilo.

el

relativas

entender, lisa y llanamente en qué radica la «culpa

maduro,

del místico

y cosas por

herejías (Vida 191)

las

imágenes y paradojas de

las

II,

fait

me

de

tout

autres

progrés

en

avec sujet, craindre»

(1

428). Esta humildad brota de aquel

el

font,

Mística femenina clásica en España y Francia

283

vado sentimiento de «Noblesse oblige» que se admira de «qu'un

Dieu qui a de yeux sur

(II,

Y

451).

jeter les

de ahí

la

«ten-

«de voir Tincompatibilité de l'imperfection

:

grande perfection que Dieu demande d'une ame qui

la

appartient» la

de millions d'ámes aimantes veuiile

derniére de ses créatures»

le

de désespoir»

tation

avec

milliers

(II,

421); y sin sombra de exageración afirma

el

lui

alma de

venerable Marie de 1'Incarnation «la plus basse et vile créarure

qui soit sous

le ciel» (II,

386): «Je ne suis que souillure»

Pues este trágico conocimiento de

humildad no

la

(II,

de

le tiene

del Espíritu Santo, «cet Esprit censeur inexorable» (II, 399)

tremendo «Juge dans

Verbe Incarné... son Epoux

le sacré

400). sino

sí,

y del

[qui] veut

sans pitié examiner [l'áme] par le feu secret de sa divine Justice...

au néant d'une humiliation indicible»

et la réduit

En

este sentimiento

dance», que explica

el

de

la

humildad heroica,

(II,

la

no nombra, procede Santa Teresa psicológicamente y «criatura sí misma como

conocimiento que tiene de

mal que

compadecen

ruin», principalmente

por

lo

le la gracia divina

los

pecados de toda su vida,

y

Imperfecciones imposibles de evitar. hation

381).

«incorrespon-

procede

metafísicamente

y

se

los

así

favores

como

las

En

cambio. Marie de l'Incar-

ve

en

la

«incorrespondance»

«santo» una «souffrance» pasiva, ónticamente inevitable y fun-

¡del

fiada en la naturaleza de las cosas,

que nada tiene que ver con

los

[recados anteriores, antes bien radica en la trágica y esencial im-

posibilidad rristiano

de

la

existencia,

constitucionalmente

que participa conscientemente en

la

insuficiente,

vida divina por

del la

Vratia gratis data.

11.

La aportación •los

Aportación lingüística

lingüística

que cabe deducir de

los

pocos ejem-

aducidos, tanto de parte de la carmelita española

ido de la ursulina francesa, hay que considerarla

como

como una

del

crea-

Estudios literarios sobre Mística Española

284

ción en alto grado clásica

quemas

Pues una y otra renuncian

como «contemplación

«ápice del

unitiva»,

alma»,

con ayuda de

infusa»,

«quietud»,

«pecado de

«vida divina»,

a experien-

«vía iluminativa y

«desvelamiento o revela-

santos».

los

nombre

a los es-

Estas

experiencias

de una manera nueva, original y personal, que ponían a su disposición

se atreven a explicarlas

los recursos estilísticos

lenguas nacionales,

respectivas

sus

.

tradicionales, para así dilucidar y dar

cias misteriosas

ción»,

11

Una

período de madurez.

que acababan de alcanzar

sencillez lingüística

el

incomparable, una

diáfana claridad, una espontaneidad inafectada caracteriza su ma-

nera de exponer y

distingue de

la

la

abstrusa oscuridad, de

la in-

vención gnóstico-misteriosa de palabras, de los gestos extáticos de parejos intentos medievales en lenguas vernáculas,

dase a esto que

la

expresión de

las cosas

no

latinas.

más sublimes y

Añá-

divinas

de una manera sencilla y graciosa, con facilidad y frescura, en un tono casi conversacional y epistolar y utilizando casi exclusivamente el lenguaje corriente y cotidiano. Todo el elemento docse logra

en suspensión en medio de lo personal; toda

trinal flota

didáctica se diluye en

La

nal. la

dificultad

simplicidad de

dad de

la

de la

elemento

el

la

la parte

de su interioridad

perso-

materia queda vencida y subyugada por

visión, la

experiencia y

lírico

el

medida proporción,

la

espontanei-

principio del vivo recuerdo. Gracias a

posibilidades de matización que ofrecen las lenguas modernas,

las

11

Sobre

el

lenguaje de

se écrivain. París

cf. S. Moguel, El lenguaje Rodolphe Hoornaekt, Saint e Th ére-

Santa Teresa,

de Santa Teresa. Madrid, 191 5, y

(De Broirwer), 1925. Acerca

del lenguaje de Marie de

Dom

Albert Jamet, «Das Testimonium der Mutter Alaria von der Menschenwerdung» en Beitráge zur Darstellung und Geschichte des Ursulinenordens 1931, 68-80. l'Incarnation, véanse algunas observaciones en

Hay además excelente material en la tesis, todavía inédita, de Gonzaga L'Heureux, The Mystical Vocabulary of Mane de lion

(Catholic Univ., Washington, D.

C).

la

Madre

Vlncarna-

Mística jemenina clásica en España y Francia

285

ambas místicas ahondan extraordinariamente en sentan lo desconocido de una

¿Cuál de

conocido y premanera radicalmente nueva.

dos se acerca más a

las

la

lo

comprensión del fenómeno

Santa Teresa de Jesús, con su clásico hábito lingüístico

uístico,

español, o

Marie de

l'Incarnation,

puede dar una respuesta simple a esta pregunta, pues del español y del francés

típicos

estilísticos

:ompetencia nada x>r

de

precisión

Recordemos

idea.

la

Marie de

el

de agua atravesada por

botella

la

los recursos

lo decisivo

por

l'Incarnation,

la

atinada comparación de las

la

mperfecciones del alma perfecta con

m

se

entran aquí en una

de zanjar. Santa Teresa explica

fácil

analogía de las imágenes;

la

No

con su manera francesa?

el

polvillo

que

trasluce

se

rayo de sol y

corres-

la

pondiente y feliz denominación de «incorrespondance». Santa Teesa nos regala liberalmente,

repetidas

jrobar

la.

como hemos

con hermosas

«exposition directe»

(cf.

tenido ocasión de com-

flores

de su «ramillete de

Marie de l'Incarnation

(Sáinz Rodríguez);

netáforas»

n

veces,

es

«La pasividad mística» en

maestra

este mis-

no estudio). Vaya otro ejemplo más en comprobación de esta idea

Con

)ásica.

su acervo de imágenes

osas difíciles oria.

La

varicia

pice

de

distinción

egoísta

del

alma,

de

entre los

Santa

contento (ternurita)»

meramente

distinta,

mbobado», que ey |ion,

se

Santa Teresa se atreve con

que no alcanza a dar una definición

las

panhedonismo (Bremond),

consuelos divinos, y

Teresa

la

define

el

satisfac-

decir,

la

goce pasivo en

el

es

insuficientemente

como

y «gusto». Poco después, con una visión el alma panhedonista «un pastorcillo

ve en

queda más alelado ante

los ricos

brocados del

que ante su misma persona. En cambio, Marie de llncarnacasi

como jugando,

acierta

con

la

definición

precisa:

«Ce

onheur... n'est pas dans une sensibilité qui s'épanche, mais en 3rce et vigueur

de

l'esprit

qui l'emporte [l'áme]»

(II,

290).

la

La ima-

en material teresiana del castillo interior, en cuyos aposentos iniriores

mora

el

Señor, es quizá

más impresionante en su

localiza-

286

Estudios literarios sobre Mística Española

que

ción «primitiva»

sensibilización

la

«ciega» de Marie de l'Incarnation

rentendement

sence... se passait dans

avec une grande pureté» a las comparaciones

cia

ciones de

de

los

análisis

Castilla

(noria,

sainte pré-

et la volonté spirituellement

de Santa Teresa frente a con

refinada pero sa

205). Es difícil otorgar la preferen-

Marie de l'Incarnation o

teresianas están ligadas

rra

(II,

mucho más

«La gráce de

:

asnillos,

y con

comproba-

Las comparaciones

viceversa.

la realidad

las

de

el espíritu

palacio de la

la tie-

Duquesa de Alba);

de Marie de l'Incarnation semejan en su contextura

abstracta estar desligados del tiempo y del espacio. Por

comparaciones de

la

un radio de

castiza hidalga tienen

ello,

las

influencia

mucho más amplio que las disquisiciones críticas de la bourgeoise tres dame, limitadas a un pequeño número de personas espirituales y eclesiásticas. La comparación constituye una forma de expresión popular;

el

concepto, una forma aristocrática. Quien bus-

que conceptos en Santa Teresa, recibe de

«Yo



poco de

ella

esta

alma» (Moradas IV,

estas pasiones del

respuesta: 1)

o «En-

tendimiento o pensamiento o imaginación... no sé lo que es» (Ca-

mino de

perfección, cap. 31). El que pida a Marie de l'Incarnation

una aclaración por medio de

símiles,

obtendrá esta aguda respuesta

«Si j'eusse voulu faire de comparaisons..., j'aurais étouífé reté de l'esprit des choses... qui

la

pu-

ne peuvent souffrir de mélange»

(n, 157).

forman

Si las comparaciones y comprobaciones

nal del estilo lingüístico de

ofrece

como exponente

la

la faceta doctri-

una y otra mística, su

paradoja y

ejemplos bástanos recordar otra vez

las

la

faceta extática

objetividad

lírica.

Como

quejas llenas de añoranza del

alma desposada que suspira por su Esposo

:

«

¡

Oh

mariposilla ata-

da con tantas cadenas!» y «Venez, o Amour, que je me répande dedans vous!». En realidad, los suspiros y exclamaciones de Santa

Teresa se vierten fundamentalmente en paradojas como expre-

sión

de un anhelo inalcanzable:

«¡Muero porque no muero

1

Mística

Todo

femenina es

clásica

¡Con qué sed

nada!

perfección, cap.

ie

«Oh

19),

más española

O

I).

como Judas

sustentarte

bien con una agudeza

com-

vendió (Camino, cap. 33).

lo

manera de expresarse arranca del hábito

spañoles, del conceptismo.

lingüístico

de

los

Santa Teresa considera estas parado-

genuinos desahogos de su alma rebosante de anhelo o henchida

is

e gracia. Ello justifica sus nsuales».

En

arnation

revelan

el

así

en

mon

misma

francés.

l'In-

Suspira

tourment. Vous m'en pouvez dé-

He! pourquoi ne la

«Soupirs» de Marie de

lirismo objetivo netamente

plaisez en

vrer par la mort.

expresa

«gloriosos desatinos», sus «locuras ce-

idéntica situación, los

«Vous vous

sí:

e

¿cómo puedes

vida, vida,

suspira al Padre que ella con gusto

baría al Salvador, su Hijo, ista

(Camino

se desea tener esta sed!»

msente de tu vida?» (Exclamación odavía

287

en España y Francia

le faites-vous

situación en

pas?»

(II,

215).

que Santa Teresa ex-

ama Quíteme Dios

esta carga,

Más pesada que el acero: Que muero porque no muero

(Véase cap. IV.)

Marie de l'Incarnation suspira sin sombra de conceptismo: 3h mon Amour, je n'en puis plus!» (II, 257), tan llanamente y

mismo tan auténticamente como los héroes de Racine examan en una situación trágica: «Que voulez-vous qu'on fasse?»

3r ello

bien se limita a afirmar todavía con mayor llaneza:

and Dieu,

je

ne veux ríen!»

(II,

«Oh mon

325).

Santa Teresa es dueña absoluta del lenguaje, Marie de l'Incarition

su humilde servidora. Santa Teresa lo toma menos en serio,

ega con él; isterios 1

1

Marie de l'Incarnation ve en

un

depositario de

y trata de arrancárselos. Para Santa Teresa es

prisma poliédrico con

>ilidades alegóricas

ra

él

el

que

se

pueden captar

que hay en torno

Marie de rincarnation

es

un

a

filtro

las

una sustancia con

el

el

lenguaje

múltiples poespiritual;

que hay que de-

288

Estudios literarios sobre Mística Español

purar

único símbolo posible, para que salga de

el

en su pura esencia

Hemos

transparente

él

visto ya claramente esto

en

las repre-

Sponsus-Sponsa y Sponsaiia-Matrimonium, que Santa Teresa tiene, como imágenes de una realidad complesentaciones

tamente

místicas:

otra,

por

cambiables

Marie de l'Inearnation

esas representaciones

que

mientras

sustituíbles,

y

para

constituyen símbolos

arquetípicos imprescindibles que encarnan la realidad misma. Estas

dos posturas básicas, tan divergentes, se patentizan siempre

que glosan pasajes

Para Santa Teresa los pasajes de

bíblicos.

Escritura son ocasión de

un

arbitraria alegoría sobre

una

alto

A

vuelo espiritual.

la

impulso de una

situación, a su parecer, simbólica,

la

santa se esfuerza en colmar el sentido de la imagen. Para Marie

de Flncarnation

los pasajes

milde inteligencia del

mente

se

de

la Escritura

símbolo

puede deducir

son ocasión de una hu-

que ocultan, cuyo sentido

a la vista

de otros pasajes

sola-

escriturísticos

en que ocurre ese mismo símbolo. Dos ejemplos aclararán

lo que

digo.

Santa Teresa (en Siete Meditaciones sobre El Pater Noster

:

obra que fundadamente se le atribuye) petición del padrenuestro:

miento:

«No me puedo

Panem

12

de

llega a tratar

nostrum...

la cuarta

Su primer

pensa-

persuadir que en esta petición pedimos

cosa temporal» (Pater Noster 451

sig.).

No;

el

«pan nuestro

de

cada día» no son «cosas tan bajas y comunes», sino: 1, pan de doctrina evangélica; 2, virtudes; 3, el Sanü'simo Sacramento; 4,

todo lo que mantiene

la

vida espiritual. Pues

repartidor de pan a su manera,

metáforas», para mostrar silbar a la oveja

12

Análisis

cómo

un pastor el

(y aquí

un

Señor

es un

«ramillete de

pastor también reparte pan,

con su «santa inspiración»,

estilístico

el

al tirarle

al

a las patas

en Juan Domínguez Berrueta, «El

estilo

de

Santa Teresa en su 'Camino de perfección'». Revista nacional de educación

XI

(195 1), No. 100, 52-62.

Mística femenina clásica en

que

le la

«cayado de algún trabajo»,

se descarría su cayado,

buenas y propio tiempo

:onsolar a las ovejas

pastor es

il

al

289

España y Francia

de

alejarlas la

comida,

cordero (y aquí una

el

con conceptos como «cordero en

'igresión sobre la Eucaristía,

nisma cruz... asado y sazonado para nuestra comida»). Así

pan de cada

«el

es

ior

hermosísimo de

;lobo

presupuesto que

día»,

Con

cristal».

toda

mblemas parabólicos

Muy

afferatis,

sig.)

:

un «santo desatino».

«trigo

el

eatis et fruc-

15,

Benedicíus fructus ventris

de

comprende

es el

16).

Y

ahora re-

tui.

Y

com-

eucarístico.

9, 17).

de

la serie

Y

a

de sím-

«Notre Seigneur

clara la frase:

germe des vierges» (Zac.

pan

Y

Pre-

cum-

expresión del Antiguo Testa-

la

los elegidos» (Zac. 9, 17).

«frumentum-vinum» ve

los pasajes

hasta ahora alguno que

que Cristo como fruto

luz de estos pasajes

vin qui

Posui vos, ut

maneat (San Juan,

intención divina? Sí; la Santísima Virgen.

rende, además,

lento:

vester

¿Ha habido

entinamente comprende

alos

piedad con que se ex-

la

se entremezclan en

et fructus

118

(II,

liese esta

.

alma es «un

el

de otra manera aborda Marie de 1'Incarnation

e la Sagrada Escritura, por ejemplo:

unta

la

Se-

el

aquí los símiles bíblicos, símbolos, realidades culturales y

)lican

um

al

hierbas venenosas),

las

Y

est

ahora comprende por

icima de la significación eucarística su significación mística «pour

amis intimes» y sabe lo que significa «fructum afferre in Chris-

s

I» especialmente para

•sposorio eitesía

«les

Vemos cómo

rsulines».

la

ames

religieuses» y para

tesis

y matrimonio místico se confirma:

a las

«nous autres

que sentamos a propósito del Santa Teresa rinde

asociaciones lingüístico-metafóricas

;

Marie de Tin-

rnation reconoce las asociaciones simbólico-reales. Por lo demás, arie :

de 1'Incarnation echa mano para sus exégesis de aquellas

straciones

que Santa Teresa

siones (castillo, 1

modos de

utiliza

riego),

para sus símbolos y compa-

con

las

que

aclara el proceso

stico.

I

La

actitud de Santa Teresa de Jesús y de

Marie de Tincar-

290

Estudios literarios sobre Mística Esp<

nation ante

la

expresión lingüística no es en definitiva más qu

de su posición ante

reflejo

vida.

la

Santa Teresa está siempr

preocupada por aclarar cómo se desarrolla en su alma

lo misterk

so y por ello está siempre atenta precisamente a aquella introspec

que Marie de l'Incarnation desecha con

ción,

ne

me

j'y

sens de Paversion, crainte de curiosité»

mets point en peine de

faire tant

estas palabras:

(II,

157).

Marie de Pin

camation, en cambio, está siempre pendiente del qué

de

la

semejanza de estos fenómenos con

critura

los misterios

y

tafísico,

que

de



120)

las

le

sucede

promesas de

la Iglesia, es decir, del

la Es

conocimiento me

vez desecha Santa Teresa con aquella idea suya

a su

tantas veces y en tan variada ío

«J

d'examens, mais plutc

dar a entender;

en

la

forma repetida: «Lo que

es,

mística teología se declara»

yo

ni

(Vid

1?

13

.

Al carácter psicológico de

tafísico

de

la

su introducción a (Pustet),

1936, 15.

la

mística

española y

al

carácter m<

Eduard-Maria Lange e Das Wesentlicke Gebet de H. Bremond. Regensbuii

mística

francesa

alude también

CAPITULO

VI

TEXTOS TERESIANOS APLICADOS A LA INTERPRETACION DEL GRECO El problema

i.

No

es

desusado entre

Greco con

l

los

historiadores

los

reducen a vagas analogías, por

un paralelismo con San Juan de

s;

n algo de común, que puede mente único:

t

fce

decirlo,

cier r

ón,

1

i

la

Cruz,

v. gr.,

ser considerado

a

comparaciones

muy

llegar

le-

tan sólo lleva

como

tie-

rasgo ente-

a interpretar lo

sobreña

no hay y de que esta visualización particular trasciende cualcolores, bajo el supuesto,

visibles

cosa experimentada al

tales

que no suelen

una propensión eidética

merced a formas

"al

Arte comparar

Pero El Greco y Santa Teresa

insignificantes generalidades.

í;

lo

del

Mas

españoles \

místicos

o

imaginada

hablar Ricardo Baeza

2

Kurt Steinbart, «Greco und

(o

imaginable).

Por esta

de ciertas descripciones de San-

die Spanischc Mystik»,

Repertorium

h Kunstwissenschaft. Berlín, 1913, pp. 121-134. %

2

Ricardo Baeza, «El Greco y Berruguete», en Centenario de Emile Cuadernos de cultura española, 1943.

Zi. Buenos Aires:

Estudios literarios sobre Mística Español

292

propone esta cuestión:

ta Teresa,

estas pinturas

.

.

son

las pinturas

«¿No

se diría, realmente, qu<

mismas de El GrecoH

y

;

cita e

siguiente texto capital de Santa Teresa:

Veo un blanco y

rojo de

una condición como no

se encuentn

más

en parte alguna en la Naturaleza, pues resplandece con

brille

y resplandor..., y veo pinturas como pintor alguno pintó jamás cuyos modelos no se encuentran en parte alguna en la Natura

y

leza...,

la

3

más acabada hermosura imaginable

Hugo Kehrer menciona

el

«místico» de Santa Teresa en

mismo la paleta

pasaje,

.

pero anota

de El Greco:

el

roj<

violetas, ro

y también halla su blana colores que El Greco compone y armo-

jos-amarillentos, púrpuras, bermellones;

entre la niza

gama

fría

con sus rojos

de

colores, llamados por caillé

y ees paleurs

los

verdes,

:

azules,

grises,

amarillos

4

De

.

Bernard Champigneulle ees rouges de 5

livides

nace «el

,

mundo

espiritual

estoí

san^

de El Gre

co», y aparece, a pesar de sus antecesores (en la teoría práctica) Tintoretto

como una

creación original

compelida por labras» ta

7

y Lomazo, y de



,

el

deseo

6 .

los iconos

y en lí de su nativa Creta

Precisamente esta locura de novedad

— «Oh,

Dios mío, quién tuviera nuevas pa

extiende sus alas sobre las visiones descritas por San

Teresa, y de

ellas

puede decirse con verdad

El Greco se ha dicho:

lo

mismo que

d>

«Consigue transmitir su estado de inquie

3

Ib., p. 74-

4

Hugo Kehrer, Greco

ais

Gestalt des Manierismus. Munich,

Filse:

1939, p. 72. 5

París:

Padre Bruno de Jesús María, UEspagne Mystique au

XVI

6

Ib., pp. 61-62.

7

Santa Teresa, Obras. Ed. Luis Santullano. Madrid,

1940:

siécl

Arts et Métiers graphiques, 1946, p. 29.

Vida,

XXV.

Aguila

r

extos teresianos aplicados a

que contempla sus figuras»

al

lid

interpretación del

la

que subrayan

lanta

de

lo inaudito

h .

la

Greco

293

Existen otros pasajes de

la

rareza de los colores entre-

istos

Este oro... es tan diferente de lo de acá que no tiene com-

no alcanza

aración;

ue parece lo de acá

entendimiento

el

como un

imaginar

a...

el

blanco...

dibujo de tizne, a manera de decir...

lanco con grandísimo resplandor,

no que deslumbra, sino suave

Sería ciertamente satisfactorio saber, en definitiva,

3noció alguna vez a Santa Teresa o leyó sus escritos.

si

a .

El Greco

Ambas

pro-

osiciones son probables, pues la Santa y el artista vivieron a la

en

2z

la

ciudad de Toledo. Es seguro que

allí

estaba El Greco

1577, cuando firmaba su más antigua Asunción, la pieza central ú retablo de Santo Domingo el Antiguo "'. Aquel mismo año i

vía Santa

Teresa en su Fundación toledana de 1569, donde era

sitada por su

amado Padre Gracián y publicaba su

El Greco

\rior.

idora





15 15-15 82

541-16 14 1



treinta



y

,

que sobrevivió

seis

años,

si

no

a

la

Castillo in-

Madre

f un-

llegó a verla, bien

ido leer sus obras en la edición salmantina publicada por Guijirmo Foquel en 1588, y particularmente El libro de su vida, ase>üble desde 1561. 10

1

de

los

Además de

amigos de

la

aunque para explicar ficiente •



I

ras del

el

esto, El

Greco mantenía

Santa, el teólogo

trato

con

Diego de Covarrubias.

llamado misticismo de El Greco habría

con saber que en su biblioteca privada se hallaban pseudo-Areopagita

ll ,

las

siempre quedaría, no obstante, algo

pecíficamente teresiano en el apasionado «misticismo» del pintor.

8

Lina I

9

I

10

José Goyanes Capdevila, El Greco, pintor místico. Madrid, 1939, 16.

Santa Teresa, Obras, El

Manuel

libro de su vida, p. 147b.

B. Cossfo, El Greco. Colee. Austral.

Buenos Aires, 1944,

;ina 75. I

11

Luis Amador Sánchez Fernández, El Greco. Buenos Aires, 1943,

úna 65.

Estudios literarios sobre Mística

294

El establecer algo

en El Greco,

resa

como

así

que carecemos de documentos que apoyen

visto

hecho, es tarea intrínseca

tal

centivo a

empeño,

tal

de influencia de Santa Te-

la línea

sin



e intrincada

—de

han puesto de manifiesto

Suso sobre

el

La mejor

influencias del místico dominico

las

conocido pintor Matthias Grünevvald

actitud para

comenzar en

que

Serullaz, quien afirma

tales

como 13 5

la

pinturas de El Greco

no

sólo completan, sino

tran los tratados de Santa Teresa

14 .

Si

.

abandono

de Mau-

o

el

aventurado

Reverendo Padre Bruno de Jesús María de que

del

12

de Santa Te-

«el noble fervor...

resa aceleró las emociones religiosas del pintor» aserto

(i 480-1 530)

esta dirección es el

de cualquier clase de ideas preconcebidas, rice

se-

aquella en que

mejante y bien lograda, que parece convincente: se

In-

estilística.

la

embargo, nos viene de una empresa

que incluso

las

ilus-

hay alguna verdad en

es-

Greco ganarán vida y sentido textos teresianos en la mano. Pero admita-

afirmaciones, las pinturas de El

tas

contempladas con

los

mos

el pintor,

lo peor:

que

cuando trabajaba, no tema en su me-

moria ni una línea de Santa Teresa. ¿Cómo, entonces, podría trar las visiones

Puede

y

los

replicarse,

conceptos de

la

ilus-

Santa?

primeramente, en sentido general, que

la in-

quietud religiosa y la lucidez intelectual,

actuando frente

preocupaciones ascéticas y místicas de

época sobre tempera-

la

a

mento? similares operantes en delicados sistemas corporales

logos—en cir algo

12

die

tipos

leptosomáticos

que tiene que

\ concentrados

estar relacionado

con



Diss.

Maurice Serullaz,

isch, 1947, p.

Berlín,

,

aná-

han de produ-

el arte,

Ursula Weymann, Die Seusesche Mystik und

bildende Kunst. 13

1

las

ihre

ya sea en

Wirkung

la

auj

1938.

Christ on the Cross. El Greco. Londres

10.

14

Padre Bruxo de Jesús María,

15

José Goyanes Capdevila,

/.

/.

c, o. 17.

c, pp. 9-12.

:

Paw-

Textos teresianos aplicados a

en

Literatura, ya

la

la Pintura.

Greco

interpretación del

295

Realmente uno podría decir de Santa

Peresa lo que Crisando de Lasterra dijo de El Greco:

Sobre

la vital inquietud...,

ín espíritu

vida a

sabia razón de la armonía

la

En segundo

inflamada pasión,

ea por dar a

las

formas naturales mismas

presentación de lo

analógica

«como cuerpos

srrenas,

sentido in-

.

Santa y del pintor,

la

alucinatorio, (a

llenos

que

force-

despecho de ser tan

sobrenatural)

glorificados,

fino

estremecimientos



de

lugar, los tipos artísticos

unque equilibrados, revelan un carácter

ólo

la

más

trabaja sin descanso por reducir estos

electual, ie la

por encima de

lúcido y coherente, dotado del

cualidades

ultra-

de mucha gloria»

'uede ser aquí fácilmente aplicado a Santa Teresa lo

17 .

que Goya-

Capdevila dice de El Greco:

es

Niega

mundo, huye

el

de sus

?píritu

ad del cielo

figuras,

del

mundo, elevándose siempre con

y aun con

las figuras

mismas, a

el

la eterni-

ls .

El paralelo entre estas actitudes ha sido trazado actualmente Arturo Serrano Plaja:

or

mismo asombro que

El

en

;n iral

el lector:

el

ciertos pasajes

»

*os

de El Greco, en

an «las entrañas de

Tercero: lta

16

la

así

mismo que

divinidad»

a otros

fe-

suscitan ciertos cua-

también parece que se nos mues-

los cuales la

como

es el

lo sobrena-

como de un

valiéndose de expresiones y tratando de ello

Smeno sumamente natural, i

de Santa Teresa produ-

de hallarse ante algo que describe

19 .

pintores y místicos del tiempo les

calidad alucinatoria en este alto grado,

Crisanto de Lasterra, El sentido

clásico

en Santa Teresa

en El Greco. Madrid,

pasa-Calpe, 1942, p. 29. 17

Santa Teresa,

18

José Goyanes Capdevila,

19

/.

c, Vida,

XXXVI, /.

p.

165b.

c, p. 38.

Arturo Serrano Plaja, El Greco. Buenos

Aires

:

Poseidón, 1947.

296

Estudios literarios sobre Mística Española

Greco puede sospecharse una común

El

y

influencia:

me-

la

ditación imaginativa de San Ignacio, en quien es evidente el tipo alucinatorio.

vo bajo

No

hay duda de que Santa Teresa, por su parte,

la fuerte influencia

de

los jesuítas,

de

la

y lo dice

estu-

misma

ella

al

comienzo de su Vida:

Habían venido aquí

muy

era

el

modo que

llevaban...

las cosas celestiales

cosas del cielo... era

más por jamás

me

las

en forma simbólica:

mi entendimiento

tan grosero que

pude imaginar, hasta que por otro modo

las

representó

verdadero principio

Una

artístico

glorificado después

y tema de San José

22 ,

como un

siva

como

las

pocas

bello Cristo cru-

de su Resurrección, o presentan

todavía

de estos asuntos,

utilización

sin

indicaciones

la

el

gusto por

un paralelismo que la

Santa

escritora.

embargo, es tan poco pictóricas

de

que generalmente son tenidas por inimaginables mente, dejan toda

el

de El Greco.

supone una dependencia del pintor frente a

La

el

.

predilección por ciertos asuntos,

cificado

ja-

21

«Representar por otro modo», es decir, místicamente, semeja

el

de

de que en sus místicas visiones Dios

está convencida

mostraba

Señor

de sólo saber

aficionada

Jesús, a quien yo

.

Además,

En

Compañía de

20

oración

le

los

responsabilidad creadora a

la

Santa y,

deci-

Tere:?,,

consecuente-

imaginación de

El Greco. Pero hay un punto que, juntamente con lo mencionado,

de una dependencia un tanto necesaria. El

lleva a la aceptación

Greco tico

traslada a su arte los elementos del particular sistema mís-

de Santa Teresa, algunos de sus más queridos conceptos

20

Santa Teresa,

21

Ib.,

22

M. Legendre

IX,

p.

/.

y

c, Vida, XXIII, p. 90a.

31b. et

A. Hartmann, Domenico Theotocopouli

Greco. París: Hyperion, 1937, p. 27.

dit

El

Textos teresianos aplicados a

la

interpretación del

Greco

297

elementos en verdad únicos de sus visiones. Esta parece ser

los

razón por

una

la

que determinados

punto, vamos a

medio de

ir

funcionan como

de El Greco. Para probar

este

interpretando algunos cuadros del pintor por

como complemento de

textos teresianos, usando,

hasta la explicación

teresianos

textos

llave para abrir ciertos secretos

ia

dada de El Greco por

los

modernos

ellos,

historia-

dores del Arte que han menospreciado este ángulo teresiano.

El entierro del Conde de Orgaz (1586)

2.

Representa este cuadro, siguiendo una leyenda local toledana, el

milagroso entierro de D. Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de

Orgaz y Notario mayor de

Castilla,

muerto en 1323. Los santos

a

quienes tuvo en vida particular devoción, San Agustín y San Esteban, descienden del Cielo para llevar sus despojos mortales a la

última

morada. Casi sin darse cuenta del milagro, unos veinte

que figuran anacróni-

caballeros toledanos del tiempo de El Greco,

camente como contemporáneos del conde de Orgaz, están orando junto a la tumba, mientras que

San Miguel Arcángel

a

alma del conde

el

los Cielos,

bajo

María y José, Juan el Bautista, deado de santos en su Gloria.

niño.

La escena rrecta»

terrestre

de dibujo;

la

es

correctos»

.

El

la

recomiendan a Cristo, ro-

en cuanto

al

estilo

23

'

íúmero 24

y «co-

y está expresada con dibujos «in-

realismo de

la

escena

terrestre

está

por la presencia del bien retratado párroco de Santo

2:i

por

escena celeste es de un carácter decidida-

mente fantástico y místico 24

naturalista

la

es llevada

forma de un pequeño

Angel Dotor y Municio,

El Greco, Barcelona:

subrayado

Tomé, que

Thomas,

1943,

5.

Joaquín Plá y Cargol. El Greco y Toledo. Gerona y Madrid,

939, P- 45-

298

Estudios literarios sobre Mística Española

famoso

de

hermano,

su

El Greco, fraile

halla

se

helenista,

quierda,

la

D. Andrés Núñez. En

oficiando,

está

de cabezas»

el

teólogo

y ostentando blanca barba;

perfil

común amigo de

el

derecha del «friso

ala

Antonio de Covarrubias,

Santa

a la

iz-

Teresa y de

D. Diego de Covarrubias, seguido de un

dominico. El propio Greco aparece en lo

alto,

pintado sobre

cabeza de San Esteban. El hijo de El Greco está retratado en-

cima de

la

el

El paje, a la izquierda de San

.

niño Jorge Manuel

figuras dieciocho «cabezas rices, ojos

25

mitra de San Agustín

Esteban, es

la

el

canónigo D.

el

26 .

En

total,

hay entre

con gola», de rostros

las treinta

secos, elegantes na-

profundos y asimétricos y bocas ligeramente torcidas

derecha o a

la

izquierda

27

El elemento decisivo en

.

el

junto del cuadro es la «representación simultánea de los dos

a

con-

mun-

dos en su relación de mutua interdependencia», dado por primera vez en

la Historia

28

por un pintor

.

Es

vida terrestre en relación

la

y unida a ésta por un juego de arabescos y un deseo irreprimible de desasimiento 29

con

la sobrenatural,

.

Jorge Grappe cree expresar de

en este cuadro con funtos: 30

tur»

.

la

la

modo 23

decisivo lo simbolizado

fórmula del Prefacio de

«Tuis enim fidelibus, Domine,

vita

la

Misa de

los di-

mutatur, non

tolli-

como memundos que aparecen en el lien-

Volviendo, sin embargo, a los textos teresianos,

dios de interpretación de los dos zo,

modo

consideración sobre diferente.

la

vida y

Manufx Gómez Moreno,

El

muerte resulta en algún

la

Santa Teresa habla de

la

Greco.

muerte como

Barcelona:

el

camino

Selectas,

1943,

página IC2. 26

Luis Amador Sánchez Fernández,

27

Kurt

28

Christian Zervos, Les oeuvres du Greco, UEspagne.

/.

c, p. 85.

Pfister, El Greco. Viena: Gallas Verlag, 1941, p. 48.

hiers d'art, 1939, p. 60. 20

Ib., p. 70.

30

Georges Grappe, El Greco.

París:

Plon,

1948, p. 42.

París, Ca-

Textos teresianos aplicados a

para

la visión

celestial:

Greco

interpretación del

la

«El remedio para ver a Dios es

te» *\ Este concepto dota a las cosas terrenales

vida real (El ¡eitmotif teresiano:

Esta farsa de esta vida...

como opuesta

si

no estuviésemos asidos

nada ni tuviésemos puesto nuestro contento en cosa de

cómo

pena que nos daría

la

do de

la

muerte con

el

deseo de gozar de

Este famoso ¡eitmotif teresiano, der

estilo

el

opuesto

empleado para

al estilo «realístico»

mico.

Cuando anuncia

la

la

mie32 .

vida verdadera, hace enten-

místico de El Greco aplicado

Santa Teresa siempre habla sobre

idro

la

el

vida verdadera!

la

al

mundo como

otro

de esta vida.

esta jarsa

muerte de un modo dicotó-

muerte de su director

espiritual

San Pe-

de Alcántara, lo hace en la dual forma de El Greco: «Vino

fnueva

como

[mejor decir»

nández, tuvo

comenzado a

rnuerto o

era zz

Cuando murió

.

ella

vivir para siempre,

su Provincial,

una grequíana vi£ión de

el

P.

Parecióme

recho y vfle subir

salía al

del profundo

cielo

con grandísima

por

ascensión de su alma:

la

de

la

Gregorio Fer-

Era muerto un nuestro Provincial..., persona de muchas tudes...

a

tierra,

la

siempre sin El templaría

vivir

a

vida verdadera):

la

¡Oh,

muer-

la

más bien de una

nota de menosprecio, la nota de una vida falsa la

299

la

a

tierra

vir-

mi lado deEsta visión...

alegría...

3

no era ilusión \ Sin embargo, nunca

que

ver

lo

una muerte santa

Je

Dor

un

historiador del

arte

ha alcanzado

que El Greco ha descrito en su cuadro es tal

como

las

medio de sus arrebatamientos

:

la

que Santa Teresa el

a

experiencia

casi

conoció

cambio de una pobre

cárcel

por un deseable descanso:

La

muerte... paréceme facilísima cosa para quien sirve a Dios,

y

Relación primera, 1560.

3-

Vida,

33 3*

Ib., Ib.,

c.

XXI, c, p. 81b. XXVII, p. mb. XXXVIII, p. 175a. /.

c, p. 195b.

300

Estudios literarios sobre Mística Española

porque en un momento se ve

alma

de

y puesta y mostrarle cosas tan excelentes en estos arrebatamientos paréceme a mí conforme en descanso.

mucho

Que

el

Dios

este llevar

un alma

a cuando sale

libre

esta cárcel

espíritu

el

del cuerpo,

que en un instante

se

ve en todo este bien... y los que de veras amaren a Dios y hubieren dado de

Por

a las cosas de esta vida,

más suavemente deben

.

que atañe a

lo

ferior, el

mano

35

de morir

primero de

la descripción

los estudiosos

de

escenas superior e in-

las

de El Greco, Manuel B. Cossío,

distingue tan sólo:

La

fría

un lúgubre

y monótona sobriedad..., un castizo milagro español..., oficio de difuntos..., un austero coro de enlutados ca-

balleros neuróticos

En el

36 .

vez de subrayar

carácter místico del cuadro,

el

como

espera

Cossío hace una observación un tanto descabellada:

lector,

Cadáveres, santos, monjes, clérigos y caballeros, todos parecen encerrados en su castillo interior y deleitándose en él E.

M.

Aguilera se acerca más

al

37 .

verdadero espíritu místico

del

Entierro cuando dice: Si se mira el cuadro..., se oye el silencio

que

late

en

él...

San

Agustín y San Esteban, relumbrantes de ornamentos, levantan una armadura, dentro de

— ¡admirable de

vida...

la

sorpresa!

que



se descubre el

quizá

es

el

Seres vivientes, españoles, se agrupan retorcidos, fun-

didos, entrañados, volatilizados por

35

36

cuerpo de Orgaz, que

cuerpo que más sensación da

XXXVIII, p. 173b. Manuel B. Cossío, El

el

más estupendo asombro 3i

Ib.,

i944> PP37

Ib., p.

38

Emiliano M.

Barcelona:

Greco. Buenos Aires. Colección Austral,

131-136. 141.

Iberia,

Aguilera,

1934, pp.

Domenico

32-33.

Theotocópoulus,

El

Greco.

Textos teresianos aplicados a

Hugo Kehrer tados por

interpretación del Greco

la

nota en los caballeros, que no son hombres agi-

tráfago de la vida, sino henchidos de sosiego, que es-

el

mismos aunque estén

tán sintiendo la muerte en ellos

uno de

ellos

dentro de



dice Kehrer

mismo y no



que todos

s

a

sellados,

punto alguno del

vivos.

mundo

intérprete

«Cada

mira tan sólo exterior»

cuando

se

99 .

con-

de apariencia mística no se com-

estos caballeros

mismo modo. Algunos de

portan del

domo que

con sus labios

mucho mejor

Santa Teresa parece sidera

301

asiste al párroco, están

ellos,

incluyendo

al

mayor-

mirando hacia arriba como

dieran cuenta de lo que está pasando en

el

si

se

Cielo. Parecen alum-

brados, en quietud, por cuanto realmente significa la «asunción»

conde; de

del

sufriendo

Santa afirmaría que están

los cuatro visionarios, la

misma

la

anticipo de lo

que

que

experiencia,

ella

ha tenido, de un pálido

conde muerto goza definitivamente en

el

la

Gloria

«Se ve ya de noticia de

de

codicia

lo

esta los

de

alma subiendo de su miseria y dásela ya un poco gustos de la Gloria...

acá...,

señoríos, ni honras

Hay

un milagro

al

a

muerto.

Lo

cierra ojo y

.

formado por quienes no miran

extraño es que parece que se

no nos dicen por qué no miran

del entierro. Pero Santa Teresa nos dará

les

m

escapa

a la escena

una doble explicación. Pri-

meramente nos hará entender que cada uno de tivo,

la

ni

despecho de todo su sosiego y ensimismamiento. Los

historiadores del Arte

está

hay riquezas

40

otro grupo en el cuadro,

Cielo ni

ni

que basten a dar un

ni deleites

abre de este contentamiento»

al

Comiénzase a perder

porque ve claro que...

estos tipos ascéticos

habituado a una custodia oculorum, y a un recogimiento ac-

que

le haría decir:

39

H. Kehrer,

40

Vida,

XIV,

/.

/.

c, pp. 79-80. c, p. 50b.

Estudios literarios sobre Mística Española

302

Todo me

parece sueño lo que veo y que es burla, con

ojos del cuerpo

.

Cada uno de tara,

los

41

ellos

podría obrar

como obró San Pedro

Alcán-

según Santa Teresa:

No

alzaba los ojos jamás...

no ver

ver que

se le

daba más

.

en segundo lugar,

Pero,

Decíame que ya no

42

diría

que en algunos

caballeros

recogimiento significa algo más que «ascética resignación»

.

tal

Los

están contrapuestos a los de tipo alum-

caballeros introspectivos

brado, que ven abierto

43

el Cielo.

Revelan

el

estado de quietud; se

trata de un recogimiento pasivo, un estado místico alcanzado, según Santa Teresa, por muchos, hasta por muchísimos, el cual presta al

alma una particular dignidad que

Hay muchas y pocas

alma que

Hay muchas, muchas que pasan

las

llega aquí

conozca

cómo de buena razón no está

arranca de lo terrenal:

almas que llegan a tener... esta quietud y reco-

gimiento del alma... estado,

la

la

adelante...

almas que llegan a este

Y

va

mucho en que

dignidad grande en que

habría de ser de

la tierra...

44 ,

está...

como

mirando y ve tanto que no sabe hacia dónde mirar 45 Si el profesor Kehrer dice de ellos que son gente que

y

quien

.

mente parece que hayan muerto. Santa Teresa clase

el

«Un

de muerte:

mundo»

especifica

morir casi del todo a todas

las

real-

de qué

cosas del

46 .

Así Santa Teresa explica, ciertamente mejor que los historiadores modernos del Arte, la parte inferior del cuadro;

41

42

Ib.,

Ib.,

XXXVIII, p. 174a. XXVII, p. nía.

43

Crisanto de Lasterra,

44

Vida,

45

Ib.,

XVII,

46

Ib.,

XVI,

XV,

/.

p. 62a. p.

e.

c, p. 53a-b.

58a.

c, p. 89.

veamos

Textos tercsianos aplicados a

ahora

cómo

la

emula explicando

los

Greco

303

parte superior.

Tenemos aquí un tema

interpretación del la

Cielo abierto y sus mansiones. El Cielo abierto fué

el

barroco manejado con virtuosismo por El Greco:

Llegó a ser una obsesión de Domenico Theotocópulos tura de la Gloria para los míseros mortales

aber-

la

47 .

Este cielo se basa en «una serie de curvas, de líneas armonio-

que suben hasta que alear zan

sas

se haJIa



rodeado de ángeles y

está siendo

la

blanca figura de Cristo», quien

a la

manera del

implorado en favor del conde por

la

arte bizantino

Virgen María, que

nueva Dispensación, y por San Juan, que repreantigua. Parece que El Greco recuerda la Rosa celeste del

representa a senta la

la

4

Paradiso de Dante

.

La

plenitud de

la

nube del lado derecho

bargo, por

muchas

cortinas vaporosas

del

em-

Palacio Celestial y el vacío de la izquierda, compensado, sin

perdidas en una misteriosa

y profunda luz, es particularmente impresionante

49 .

Entre los mu-

chos santos de la derecha del cuadro está Santo Tomás, con su atributo



escuadra

la



enfrente de San Pedro, que está a

quierda con sus llaves; cen

como el

y

— ¡sorprendentemente! —también

incluso personas vivas

allí

Sixto V,

tiempo de pintarse

iz-

apare-

el lienzo, talei

arzobispo de Toledo D. Gaspar de Quíroga y

el

rey Felipe II

al

la

5n .

Santa Teresa apuntaría que estas nubes habitadas, que tanto sorprenden tura del

En

al

profesor Kehrer. son aleo

de su alma,

«cielito»

muy

47

M. Aguilera,

4S

Elisabeth

/.

c, p.

Du Gué

H. Kehrer,

50

Elisabeth

/.

lugar en

que

está.

8.

c, p. 59.

Du Gué

el

Trapier: El Greco. Nueva York: The His-

1925, p. 68.

49

similar a la estruc-

que son moradas:

cada uno está contento con

el cielo...

*anic Society,

es decir,

Trapier,

l.

c, p. 76.

304

Estudios literarios sobre Mística Española

con haber tan grandísima diferencia de gozar a gozar en

el cielo,

mucho más que acá hay de unos goces espirituales a otros 51 La impresión misteriosa de este Cielo procede, en El Greco, .

de su empatia con

el

tipo teresiano de visión onírica

que aquélla

describe

Una manera de

sueño en

estoy soñando lo que veo

La nube que exactamente

al

gran Majestad»

señora

la

Du Gué

.

Ver en

y envol-

Trapier, corresponde

concepto teresiano de lo divino 53

parece

.

se revuelve curvándose hasta el Cristo

que chocó a

viéndole, y

me

vida que casi siempre

la

52

nube de

«esta

:

Cielo diversas personas con

el

las

la

ac-

titudes correspondientes a sus dignidades, gentes a quien ella co-

noció

muy

bien en

la tierra, es

un suceso normal para

la visionaria

de Avila:

De

los de... la

Compañía de

Jesús... vilos

en

deras blancas en las manos... y así tengo esta

neración 35 ;

De de

ve-

54 .

Otras muchas personas vió en

dre

Cielo con ban-

el

Orden en gran

el

Cielo:

a su padre, a su ma-

pero siempre colocados según su rango: algunos ha sido

gloria,

el

Señor servido vea

representándoseme en

Los santos de

este Cielo

los lugares

los grados

que

no están alabando

tos o diciendo a coro aleluyas

de

al

se

que tienen

ponen

51

Vida, X,

52

Ib. y

53

Ib.,

54

Ib.,

55

Ib.,

56

Ib.,

l.

Z.

le

la liturgia celeste, sino

fué revelado:

c„ p. 34a.

c, p. 34a.

XX, p. 72b. XXXVIII, p. XXXVIII, p. XXXVIII, p.

176a.

172b. 180b.

.

Señor con can-

que

embebidos en su visión con mística y muda mirada, según Santa Teresa que

56

están

declara

Textos teresíanos aplicados a

Lo que me

la

parece es que quiere

el

305

Greco

interpretación del

Señor de todas maneras

y paréceme mí, que así como allá sin hablar se entiende (lo que yo nunca supe :ierte ser así, hasta que el Señor por su bondad quiso que lo enga esta alma alguna noticia de lo que pasa en

el cielo,

i

me

y

riese,

mostró en un arrobamiento),

lo

iende Dios y

Alma

el

así es acá

forzando

brillo

el

se en-

.

El desesperado intento de El Greco de expresar estial

que

7

de

la

gloria ce-

la

alcanza su punto culminante

luz,

en «una luz metafísica sin causa sensible aparente». Este

iquí

itir

ento desesperado es típicamente teresiano:

En

sólo la diferencia

que hay de

a claridad del sol parece cosa

por

a imaginación, sta luz

esta luz

que vemos

a la

que

siendo todo luz, no hay comparación, porque

se representa,

illá

muy

sutil

muy que

deslustrada.

En

fin,

no alcanza

cómo

será

conclusión se impone:

los

sea, a pintar ni trazar

58 .

Después de

estos

?xtos teresianos,

paralelismos

la

que bien pudieran haber sido conocidos por El

rreco, explican satisfactoriamente la disposición del cuadro, la ex-

•aña expresión l

de

grupos de caballeros que asisten

los diferentes

entierro, el concepto particular

is

moradas, silencio y

más

oce

ú >n

allá

luz.

Como

la

en

Gloria celeste señalado en

la utilización

de donde han llegado

Arte, nos atrevemos a decir decisivos

de

que

los

de

los textos

modernos historiadores

estos textos

de Santa Teresa

interpretación de El entierro

la

con-

del

conde de

rgaz.

3.

Lo

El caballero de la mano en el pecho

curioso de este cuadro es que los historiadores del Arte se

inten provocados

57 58

(1580)

Ib., Ib.,

por

XXVII, p. XXXVIII,

el

personaje retratado, tan expresivo que

180b. p.

173a. ?0

306

Estudios literarios sobre Mística

parece que nos está hablando, a contar la historia del «piadoso caballero». Este perteneció a las amistades

He

co se sabe de su familia.

de El Greco, pero po-

aquí la interpretación de E.

M.

Agui-

lera:

Cuarenta y tantos años, barba y cabellos entintados, ojos melancólicos, ropilla elegante, aquel hidalgo rezaba todas las el

rosario en

puerta del

Tomé

Santo

Cambrón

y paseaba todas

tardes

noches hasta

las

la

59 .

Santa Teresa ha retratado con su pluma un caballero de su tiempo, D. Francisco de Salcedo, muerto en

que hubiera podido

ción,

ser

mucho más

usada

1580.

como boceto

Su

para

descripretrato

el

y penetra en el fondo del carácter del hidalgo tan hondamente que llega a producir en el lector

de El Greco,

como

algo así

Un

es

viva

de un santo y elegante Maestro Es casado, mas de vida tan ejemplar y

la idea del prototipo

caballero santo...

virtuosa y de tanta oración y caridad

que en todo

él resplandece

su bondad y perfección... Mucho entendimiento... y muy apacible para todo; su conversación no pesada, tan suave y agraciada, junto

con

ser recta

Lleva toda

y

que da contento grande

santa,

a los

que

trata...

vida de perfección que, a lo que parece, sufre su

Tiene una mujer tan

estado...

pierde

la

sierva

de Dios... que por

ella

no

.

Santa Teresa comparte con El Greco, además del ideal de tipo

de carácter

serio, el

entusiasmo por

la belleza

de

las

este

manos.

El culto por esta belleza de las manos constituye ya uno de rasgos de El entierro del conde de Orgaz.

mano

se

60

del caballero

tada por

que señala

el

E.

60

Vida, XXIII,

M. Aguilera, /.

/.

c, p. 91a.

c, p. 91a.

aquel cuadro

la

cadáver ya fué una vez interpre-

Unamuno como una paloma que

59

En

los

se remonta, surgiendo

textos teresianos aplicados a la interpretación del

G reco

307

También El caballero de la mano en el echo posee estas bellas manos espiritualizadas, a que otro gran lintor, Alberto Durero, tuvo especial devoción. Lo mismo sintió un puño de

le

encajes.

en sus visiones varias veces

¡anta Teresa. Ella ve

manos,

las

sola-

lente las manos de Nuestro Señor, y su belleza la arrebata: Quiso el Señor mostrarme solas las manos con tan grandísima

lermosura,

De

que no

todo

lo podría

6 .

logramos cierta seguridad para poder decir que

ello

textos teresianos

3S

yo encarecer

ñeco acerca de

la

comentan pertinentemente

el

un

expresividad psicológica de

de unas manos

ualizado y, en particular,

4.

concepto de El retrato espiri-

espiritualizadas.

El Expolio (1583)

Los historiadores del Arte que tratan de obtener cuadro extraordinariamente impresionante, de

?te

dana, subrayan lo divino que eclipsa lo risto la la

11

el

más humillante

fina

de

Catedral to-

humano de

aquella para

escena. Doctor y

«estructura somática»

Municio hace hincapié

de Nuestro Señor en su

«una serenidad tan sublime.

cual) irradia

la esencia

la

62 .

.

rostro

y una resigna-

5n en su mirada tan llena de infinita esperanza..., y una cate-

da

definitiva

de belleza»

)>viliza

.

E.

M.

Aguilera señala

el

contraste

magnífico ejemplo de dignidad», y «la canalla que

tre Cristo, «el

<

63

a sus pies sus lanzas, sus penachos»

6

\

Al.

Busuioceanu

íade que los ojos de Cristo, llenos de lágrimas, se vuelven hacia <

Cielo, mientra

mn 1

Ib.,

I.

c. f

que su mano toca su pecho con un gesto

p. 91a.

62

Dotor y Municio,

63

Ib.

I

64

I

Ib.,

núm.

8.

/.

c, núms. 2 y

3.

ligero,

308

Estudios literarios sobre Mística Española

de plegaria y de dolor, modelo de mís-

casi melodioso, expresión tica

y de verdad

En

las

realista

visiones

63 .

de Santa Teresa tiene Cristo todas

estas cua-

lidades que los historiadores del Arte hallan en el cuadro de El

Greco. Revelan, en contradicción con otras descripciones contem-

de Cristo^

poráneas

de

carácter

el

lo

Numinosum tremendum.

Teresa—como seguidora de Cristo y animada por su ejemplo—se ve a sí misma en otra visión, rodeada y acorralada como su Maestro por una multitud armada, no diferente de la turba de El Expolio. Si reunimos estas diferentes visiones, cinco detalles nos

ayudan a ver con más claridad y mejor la obra maestra de El Greco. Primero de todo, la belleza de Cristo es incomparable y cualidades señoriales y mayestáticas son inseparables de esta

las

belleza

De

me

me quedó

ver a Cristo

Después que

vi la

impresa su grandísima hermosura.

gran hermosura del Señor... todo lo que veo

parece hace asco...

Con recéis

mirar vuestra persona se ve luego que es sólo El que me-

que os llamen Señor. Según

la

majestad mostráis, no es me-

nester gente de acompañamiento, ni de guarda, para

que

sois

Rey

En segundo

.

lugar, la

humildad, constituye

el

Majestad única, en combinación con

más asombroso elemento de

Es imposible dejar de ver que

mo, que espanta mirar mirar con

En

65

par

la

66 67

que conozcan

66

ella

sois

esta majestad,

vuestra humildad

la

esta belleza:

gran Emperador en Vos mis-

mas más

espanta, Señor mío,

67 .

tercer lugar, aprende Santa Teresa

de su imitación

del Se-

Al. Busuioceanu: «Le Greco» en El Greco. Exposition organisée Gazette des Beaux-Arts. París, 1937» Vida, XXXVIII, l. c, pp. 1693-1703. Ib.,

XXXVIII,

p.

1703.

p.

2.

Textos teresianos aplicados a ñor y,

interpretación del

la

mediante sus místicas gracias, cómo

ilma mayestática, encarnada en al

:iar

honor de

de Aquél Padecedor

Todo

:ado.

Anda

el

un

misterio de

sufriente, y

Asimismo aprende que que

lo

que renun-

Divina

la

Ma-

amor y el ser imicuadro de El Greco:

ánima tan señora, aunque

inda afligida que yo no sé

la

prefiere es el

esto realmente irradia del

el

es

cosas externas es la condición previa de

las

ibertad interior triunfante. estad

un cuerpo

309

Greco

cómo

esto

cuerpo lo

el

puede

ser;

siente,

y...

mas pasa

así

jue entonces parece estar el alma en su reino, y que le trae todo leba jo

de

los pies

¿Queremos ias...

68 .

muy

¿Quién ve

Cuarto:

entera nuestra honra y crédito?

Señor...

al

ame y

brace, y las

afligido

desee?

las

de Cristo cargado de inju-

consejos

sus

seguir

y queremos

69 .

con persecuciones que no

las

70 .

Santa Teresa se ve a



misma en una de

sus visio-

puesta en lugar de Cristo, rodeada por una turba que tiene

es

de

)dos los caracteres

la

que pintó El Greco:

la

soledad de un

ma

noble en medio de una brutal multitud, compuesta de tipos

¡les

que

así

la

rodean y amenazan con lanzas, espadas, dagas y palos.

alza sus ojos al Cielo, a Cristo,

adre, el cual detiene a sus

Vime estando en i

oración en

mí mucha gente de

das... tenían ras,

69 70

armas en

las

y

que

XXXVI,

P

Ib.,

XXI,

135a.

Ib.,

XXVI,

p.

p.

.

132a.

105b.

a solas,

me

al

en derredor

tenían rodeada;

manos para ofenderme: unas,

vi a Cristo...

Ib.,

Cristo los elevaba

un gran campo

diferentes maneras

espadas; otras, dagas, y otras, estoques

os al Cielo

68

como

enemigos:

que tendía

la

muy

largos...

mano

lanzas;

Alcé los

hacia mí... de

310

Estudios literarios sobre Mística Española

manera que yo no temía toda rían,

me

podían hacer daño

Quinto

:

que pondere

fiel

la

Lo mismo

al

que

lo

contempla por

dice Santa Teresa. Cualquiera

dignidad del Cristo inocente y sufridor ante sus

amará también

el sufrir

en su nombre, siguiéndole como

ha venido trabajo que, mirándoos a Vos cuál

me

delante de los jueces, no se

haga bueno de

amigo presente, con tan buen capitán que el

padecer, todo se puede sufrir...

visto por experiencia

5.

sufrir.

se

Muy

estuvisteis

Con

tan buen

puso en lo primero

muchas veces

lo he

72 .

Cristo abrazado a la Cruz (1578)

Este cuadro revela aún más

la

divina dignidad del que sufre,

deseoso de sufrir a despecho de los horrores del sufrimiento que le

el

soldado a su capitán:

No me

en

aunque que-

ni ellos,

.

El cuadro de El Greco cautiva

su calidad de gran lección.

jueces

la otra gente; 71

se

anticipan en la imaginación. El historiador del arte Cases y Ruiz

ha captado

del Arbol

No

camina hacia

la esencia el

de

este cuadro al decir

Calvario, sino hacia la Gloria...;

nos

lo

dice su semblante con fe de iluminado; nos lo dice su marcha de

Majestad Divina

No

73 .

por vaguedad, pero poniendo

también

la

Du Gué

señora

Trapier

:

el

dedo en

«Es éste

quien Santa Teresa dirigía sus peticiones» lera nos da otra impresión,

no menos

Ib.,

72

Ib.,

XXXIX,

p.

llaga, lo dice

74 .

Emiliano

M.

Agui-

correcta. Para él se trata de

una abrumadora inquietud, de una llamada

71

la

el gentil Salvador, a

a la obligación amorosa

185b.

73

F.

XXII, p. 85b. Cases y Ruiz del Arbol: El Greco. Madrid:

74

E.

Du Gué

Trapier,

l.

c, p. 81.

Blass, 1935, p. 32.

Textos teresianos aplicados a

de

la

interpretación del

311

Greco

amantes de Cristo: «Ninguna imagen del Salvador causa

los

desazón que ésta»

que tenga

tal

75 .

No

la

hay realmente ningún cuadro de Cristo

dignidad llena de respeto, ni más próxima

al retrato

reconstruido de Cristo que existe del Santo Sudario de Turín, desconocido, desde luego, en tiempo de El Greco.

Para Santa Teresa, Cristo abrazando

como

Rey

El, el

resolución:

la

Cruz

es la invitación

alma devota. El devoto tiene que

invitaciones al

las

caballeroso, y en sus noches oscuras

ayudarle a llevar

levantados los ojos

como

la

de

ser caballero

tomar una

carga de su Cruz sin vacilaciones,

los suyos hacia el reino celeste:

Entrar determinados a sólo ayudar a llevar

la

cruz a Cristo

como

buenos caballeros que sin sueldo quieren servir a su Rey... Los en

ojos

Es

muy

verdadero y perpetuo reino que pretendemos ganar...

el

7

gran cosa traer eso siempre delante \

Santa Teresa rompió con la

reemplazó por Para

trabajos.

ella

la

la idea gótica

de un Cristo

lloroso y

de un Cristo que abiertamente acepta sus

estos trabajos son, justamente, la quintaesencia

de la enseñanza místicoascética de

un consuelo renunciador y de un De este modo, el símbolo y la

padecer amoroso por amor a Cristo. señal

de su enseñanza

:ípico

se

convirtieron

en

la iconografía

lo

medó

que

viniere,

a

la

pero haciéndose

procurar consolaciones de espíritu,

abrazado con

la

Cruz, es gran cosa. Desierto

de toda consolación, solo

este Señor

ella,

española después:

Es bien no mostrarnos venga

en ese «abrazado con

motivo no bien conocido antes de

2ruz»;

le

dejaron en los tra-

bajos...

La verdadera pobreza de a oración..., sino...

76

Aguilera,

76

Vida,

XV,

[VII, p. 109b.

l.

/.

en

espíritu... es

los trabajos

no buscar consuelo... en

por amor de El, que siempre

c, p. 69.

c, p. 54a. Pasajes semejantes Vida, XI,

p.

39a-b;

Estudios literarios sobre Mística Española

312 vivió con

ellos,

y estar en

(Realmente quiere decir

En manos

Cruz; ¿no

es

exactamente como en

dejar a Cristo caer con la Cruz)

78

las

más bien una cruz

.

bellas

histórica,

(Prado, 1590)

que contiene algunos elementos

este cuadro,

no

simbólica, y

.

la interpretación de Santa Teresa?

La Crucifixión

6.

A

no

77

y en

cuadro de El Greco apenas toca Cristo con sus

el la

:

sequedades quieta

ellos,

estáticos

muy

acentuados, se le ha supuesto particularmente representativo del arte

de El Greco. Podremos añadir que su espíritu

Más que en

teresiano.

otras crucifixiones,

rostro patinado de infinitas pesadumbres»

79

a la

Santa Cruz», dice Serrullaz

Una Magdalena zada a

trición y

so .

como una

pa-

serpiente

Añade:

consumida, histérica, de ojos extraviados, abra-

Cruz con espasmos en

la

también muy

«La Magdalena

.

rece esforzarse desesperadamente en enroscarse

en torno

es

muestra aquí Cristo «un

el

paroxismo de amor y de con-

que «muere porque no muere»... En aquella Magdalena

y en aquel Angel que en tan inverosímil escorzo de espaldas

ayuda con

el

Cristo... está,

la sangre que mana de como en resumen, todo El Greco 81

pañuelo a enjugar

la

los pies de

.

Permítasenos notar incidentalmente que

que no muero» de Santa Teresa, no

la cita del

está traída aquí

«muero en

por-

el sentido

que le dió la Santa, y que Cossío citó con mucha más razón el famoso soneto: «No me mueve, mi Dios, para quererte...» La fascinación que procede de este Crucificado se debe más

77

Ib.,

XXII,

p.

7*

Ib.,

XI,

39a.

78

Aguilera, L c,

80

M. Serrullaz, M. B. Cossío,

81

p.

87a.

p. /.

/.

19.

c, p. 19. c, p. 164.

Textos teresianos aplicados a

interpretación del

Crucificado en sus Meditaciones.

m

313

Greco

que Santa Teresa atribuye

cualidades

aquellas

a

bien

la

al

propio

Abandonado, desnudo, pobre,

es

desafío a la riqueza y al bienestar.

Mirando

en

a Cristo

la

Suplicábale con lágrimas lo ordenase de

aer a paciencia ser rica.

nanera que yo

me

Cruz tan pobre y desnudo no podía po-

como

viese pobre

Él

82 .

Santa Magdalena, en este cuadro, representa lo que formuló Santa Teresa de la

manera siguiente:

El pensar y escudriñar lo que

:eden de aquí

Hubo de

Señor pasó por nosotros muélas

.

tener la Santa gran devoción y simpatía por así

cuando fué movida, por primera

onversión radical, hallándose frente

Eccehomo

al

Encarnación de Avila (1555), se recomendó a

i

ida

la

y

lágrimas que pro-

83

Magdalena, y

vlaría

el

compasión, y es sabroso esta pena y

•enos a

imitó en su

El corazón

me

del la

Santa

vez, a

una

Convento de

Santa arrepen-

amor a Cristo Crucificado:

parece que se

me

partía

y arrojóme cabe Él con muy devota de la

raudísimo derramamiento de lágrimas. Era yo loriosa

ue

me

Y

Magdalena... y encomendábame a esta gloriosa Santa para alcanzase perdón

84 .

posteriormente subraya algo que podemos ver también en

iiadro

de El Greco: que

tortura de

la

Magdalena

se

el

debe a su

ñor perfecto:

¿Qué debía de

pasar...

la

Magdalena... en quien tan crecido

fuego de amor de Dios?

;taba este

La misma Santa Teresa conoció í

que El Greco dotó a

Vida, Ib.,

XXXV,

XII,

L

p. 41b.

Ib.,

IX,

Ib.,

XXI,

p. 30b.

p. 82a.

c. }

las

p.

85 .

estos

pinturas de la

155b.

espasmos torturadores

Magdalena y

el

Angel,

314

Estudios literarios sobre Mística Española

y supo también de aquel dolor mortal que convierte en un leño inanimado a la mujer que padece semejantes dolores y espasmos,, idea que El Greco, con osada veneración, aplicó a María Magdalena junto a la Cruz:

Toda me no en paró ni

parecía estaba descoyuntada, con grandísimo desati-

Toda

cabeza.

la

tormento..., sin

el

más que

cabeza,

encogida, hecha

poderme menear

Magdalena

La

el

esto

mano

cuerpo peor que

86 .

Este pasaje es de valor decisivo para las

porque en

ovillo,

ni brazo, ni pie, ni

estuviera muerta...,

si

muerto, para dar pena verle

dro y objeta a

un

la interpretación del cua-

observaciones de Cossío acerca de una supuesta

«histérica».

vigorosa simpatía de Santa Teresa alcanza también, desde

luego, a

San Juan, particularmente dignificado

al

pie de la Cruz,

cuyo papel envidia:

¿Quién será rico

de

muy

y

la

el

soberbio y miserable... que no se halle por

bien pagado cuando

Cruz con San Juan?

Santa Teresa se ve a la

Cruz no

plación

sólo

le

La

muy

al pie

87 .

misma, en sus



visiones,

en pie junto

a

en meditación, sino también en mística contem-

:

Estando yo un día oyendo misa, alzaban

consiente el Señor estar

la

Hostia

figura

vi a Cristo

en

la

Cruz cuando

8S .

más asombrosa de La Crucifixión de El Greco

es

María, llamada por Cossío, sin justificación alguna, «una especie

de carcomido cadáver»

89 .

En

realidad,

dentro de su pena, aunque enajenada de

86

Ib.,

VII, pp. 16b y 17a.

87

Ib.,

XXII,

88

Ib.,

XXXVIII,

89

Cossío,

/.

p. 85a. p.

176a.

c, p. 164a.

esta sí

María,

misma,

aun en

pie

está «toda tur-

Textos teresianos aplicados a

la

Greco

interpretación del

bada y con grandísima aflicción»

90 ,

olvidándose de

315

amorosa-

sí,

mente perdida en su Amado y oyendo sólo la voz que le habla de Redención que realiza su Divino Hijo. Teresa mística podría

la

haber sido

el

modelo psicológico de

esta mística absorción para el

pintor

Ama

voluntad,

la

la

memoria... está casi perdida,

entendi-

el

como espantado de lo mucho que entiende 91 ¿Quién sabe si El Greco no hubo de explicar con palabras

miento... está

.

mejantes su imagen tan poco corriente de

Pacheco y a

Virgen bajo

la

la

se-

Cruz, a

teólogos a quienes preocupó la ortodoxia de su

los

mariología?

La Resurrección Esta llamada Resurrección (Prado, otra anterior, muestra la victoria 1

1

(1610)

número

simbólicamente expresados por

confusión,

825), a diferencia de

de Cristo sobre el pecado y los

soldados

caídos

y

como un contrapunto de la perpendicularesurrecto. Todo el cuadro está dispuesto en tor-

humillados, dispuestos ridad del Cristo

no a un hermoso «Cristo con banderola blanca, todo pálido, ¡negros», surgiendo de lleza

del

física

¡alargado \

Ja

un fondo

02 .

Cristo está presentada por

transfigurado

y

ilimitado

93 .

Este

Cristo

es

La

sin

extraordinaria be-

medio de un cuerpo un drapeau de lu-

mi ere s \

Al descubrir Santa Teresa su visión del Cristo resucitado, Idibuja el cuadro de El Greco, acentuando

el

|;u belleza y majestad, pero alejándose de la idea de

tJ0

Vida,

91

X, p. 336. H. Kehrer, /. c, p. 90. Christian Zervos, /. c,

92 93 94

XXXIII,

/.

c, p. 143a.

Ib.,

Ib.,

p.

165.

p. 9.

casi

carácter pictórico de

que pueda

316

Estudios literarios sobre Mística Española

un verdadero modelo para

existir

ser pintado.

terpreta expresivamente la inaudita belleza

Como

El Greco,

de un cuerpo

in-

glorifi-

subraya su blancura y su esplendor, pero añade que es

cado,

suave esplendor que no deslumhra, y no podemos, en definitiva,

cómo

decir

Un

es:

de San Pablo

día

Humanidad

esta

95

como se Cuando otra

hermosura y majestad... tar la vista en el cielo sino

la

glorificados, es grandísima gloria,

representó toda

pinta resucitado, con tanta

cosa no hubiese para delei-

gran hermosura de los cuerpos

en

especial, ver la

Humanidad de

Señor nuestro, aun acá que se muestra Su Majestad

Jesucristo,

conforme

me

estando en misa, se

sacratísima,

que puede

lo

Excede a tdo

lo

sufrir nuestra miseria...

que

se

puede imaginar, aun

sola la blancura

y resplandor... No es resplandor que deslumbre, sino una blancura suave... Es como ver una agua muy clara que corre sobre

y reverbera en ella el sol...; me parecía imagen, no como dibujos de acá, por muy perfectos que sean, que hartos he

cristal

los

visto

buenos

96 .

Emile Male ha llegado a El Greco, sino todos

tos

la

conclusión de que no solamente

pintores del Barroco, prefirieron pintar

«visiones» en vez de los sucesos históricos narrados en los Evan-

Esta idea nos ayuda a comprender

gelios.

de que

el

tipo ideal

Resucitado, aun

allí

el

hecho sorprendente

de Cristo en El Greco sea

Transfigurado y donde lo pinta en sus pasos terrenos y en las

estaciones del Calvario. Sin embargo, todavía es

el

más sorprendente

que también Santa Teresa declare que su más frecuente visión la

sea

de Cristo resucitado, y que incluso cuando se le apareció mos-

trándole sus Hagas, pendiente de la Cruz, agonizando en

95

25 de enero de 1558.

96

Vida,

XXVIII,

l c, pp. 112b y 114a.

el

huerto

Textos teresianos aplicados a

de Getsemaní o con

me

Cruz,

la

cuerpo glorificado:

el

me

Casi siempre se

317

corona de espinas y abrazado a

la

también

tenía siempre

interpretación del Greco

la

representaba

el

Señor

sino

así resucitado,

Cruz y en el Huerto, y con la Corona de Espinas pocas, y llevando la Cruz 97 también algunas veces, más siempre la cante glorificada que

mostraba

algunas veces en

llagas,

las

la

.

No las

cabe duda que Cristo resucitado es

el

modelo general para

hermosísimas y dignas figuras de Cristo que siempre pintó El No hay duda de que Santa Teresa hizo del Cristo transfigu-

Greco. rado

centro de todo. El Cristo que se le ofreció en sus contem-

el

que recomendó para

placiones fué el

la

meditación. Las monjas,

que en un estado contemplativo avanzado temían volver a ditación las

de

la

Humanidad de

la

me-

animadas por

Cristo, resultaban así

de Santa Teresa a emplear sus mismos dechados

visiones

Además,

plendorosos.

Cuerpo

el

glorificado

de Cristo

es

es-

lazo de

jnión entre ei cristiano místico y el corriente, quien, no obstante,

íuede poseerle oculto en

el

Santísimo Sacramento,

como

indica

Santa Teresa:

¿Quién nos quita :erca le

Y

tenemos en

aun

con Él después de resucitado, pues tan

estar

Sacramento, adonde ya está glorificado?

el

del Cristo glorificado la provee de

la visión

9S .

un argu-

nento frente a aquellos confesores que objetaban a esta visión

como

procedente del Diablo:

Demonio toma

El íacerla

con

Como

la gloria

en

la

la

que

úensa que todas

97

&?

las

Ib.,

XXIX,

Ib.,

XXII, p. XXVIII,

Ib.,

es

de Dios ".

Resurrección de El Greco,

esa contiene la idea de

98

forma de carne, mas no puede contra-

p.

un juez severo y

cosas

118a. 85a. p.

115a.

y todos

los

la

visión de Santa

Te-

triunfante, frente a quien espíritus

han de

llegar

Estudios literarios sobre Mística Española

318 a confundirse, así el santo

como

de Santa Teresa, subrayando dia del Resucitado Salvador, el

el

La

pecador.

el

oración anafórica

mysterium tremetidum que

puede

recitarse

muy

irra-

a propósito ante

retablo de El Greco:

hombre y Dios; no como

Cristo vivo...,

como

cro, sino

salió

de

a entender la majestad

Aquí ve

la

él...;

estaba en el Sepul-

¡oh Jesús mío, quién pudiese dar

con que os mostráis!...

razón que tuvieron

los

demonios de temer cuando infiernos

más

Día del Juicio ver

esta

Limbo, y tuvieran de desear otros mil bajos para huir de tan gran majestad...

bajasteis

al

Aquí

se representa bien

que

será el

majestad de este Rey.

Aquí

es la verdadera

humildad que deja en

el

alma de ver su

miseria...

Aquí

la

confusión y verdadero arrepentimiento de los pecados,

que, aun con verle que muestra amor,

8.

no sabe adonde meterse

10 °.

Pentecostés (Prado, 1603)

Maurice Barres, con su

fina capacidad para entender a

España

y a El Greco, dice de esta pintura:

Tous

femmes, qui á bien voir sont

ees étres, apotres et saintes

des portraits, s'élancent d'un seul et leur

méme mouvement,

hors de

condition natureile, pour rejoindre l'Esprit-Saint qui plañe

lumineusement

10 .

F. Cases y Ruiz del Arbol da algunas precisiones, a continua-

ción de esta cita:

Vemos cómo punza y 100 101

102

Un

se espiritualizan.

transfigura, los heroifica

hechizo de entusiasmo

102 .

XXXVIII, pp. 114a y 114b. M. Legendre et H. Hartmann,

Ib.,

F.

Cases y Ruiz del Arbol,

l.

/.

c, p. 22.

c, p. 27.

los

Textos teresianos aplicados a

extraña

la

Malgré

el carácter

Zervos

.

se-

místico-simbólica:

absence de rapports de dimensión ou d'espace

Kehrer acentúa

communient dans l'iHumination

ils

milagro a

irradiación del

la

de un plano en

apunta particularmente a

y

verdaderamente

composición,

cette

d'entre les figures...,

toma

103

«Cenáculo de locos»

E. Aguilera usa la frase: ñala

319

interpretación del Greco

la

que

el

se

10

\ que

escalera,

la

han borrado

las

gradas,

representación del Espíritu Santo,

la

hecha no por una paloma, sino con una luz transfundida en forma

han de

de paloma, cuyos contornos

105

ser adivinados

.

Las implicaciones teresianas de este lienzo son múltiples. su tipo de arrobamiento, tantas veces descrito;

ístá

el

pecto de la unto mystxca, sobre

que tanto

Espíritu invadiendo el alma,

alma arrebatada hacia

y

el

Añádase a esto su definición del éxtasis

insiste;

llamas del

las

como un

Allí

doble as-

el Espíritu.

desatino santo.

Respecto a detalles, permítasenos recapitular los hechos siguientes,

duchos de íados

con

arrebatos de la Santa están íntimamente relacio-

los

la Fiesta

de Pentecostés. Su primer arrobamiento mis-

de Pentecostés ocurrió en

ico

558.

Y

Habiendo estado >eñor

me

ito

la

Encarnación en

suplicando

oración y

ayudase a contentarle en todo, comencé

el

que

casi

muy

me

sacó de

conocido.

Fué

himno Veni

la

mí cosa que yo no pude dudar, porque 5

primera vez que

el

Señor

íerced de arrobamientos. Entendí estas palabras:

me

hizo esta

«Ya no quiero

ue tengas conversación con hombres sino con ángeles.» íe

hizo

rande,

y

mucho

muy

espanto,

en

el

espíritu se

103

Aguilera,

Christian Zervos, /. c, H. Kehrer, l c, p. 91.

/.

mi

movimiento del ánima fué

me

dijeron estas palabras, y así

c, p. 60. p.

A

el

porque

104 105

al

y estándolo diciendo... Vínome un arrebatamiento tan sú-

^reator,



Convento de

el

como sigue: un día mucho en

describe

ella lo

172.

320

Estudios literarios sobre Mística Española

me

hizo temor, aunque por otra parte gran consuelo, que en qui-

tándoseme

el

temor que a mi parecer causó

Desde aquel Dios...

me

novedad,

la

quedó...

día yo quedé tan animosa para dejarlo todo por

106 .

Posterioi mente describe Santa Teresa

uno de

tos raptos, ocurrido la víspera de Pentecostés,

concedida

más

sus

en

el

que

subraya que

la visión del Espíritu Santo. Ella

la

violenle

fué

Paloma

simbólica no tenía alas normales, sino alas hechas de pequeñas y resplandecientes conchas, cuyo agitado aleteo vió y oyó.

loma era mayor que

las

atención se centra en

la

corrientes. Así,

extraordinaria Paloma, del

respecto de El Greco.

que

luz

salía

de

en

He

aquí

el

texto

lo

me

se

quería

salir

plumas de

la

ha señalado Kehrer

de Santa Teresa:

Estaba un día, víspera del Espíritu Santo...

alma

Pa-

la visión teresiana la

las alas sin

mismo modo que

La

Parecía que

el

del cuerpo... Estando en esto veo sobre

mi cabeza una paloma, bien

diferente

de

las

de

acá,

porque no

tema

estas plumas, sino las

de

gran resplandor; era grande más que paloma. Paréceme que



que hacía con

oía el ruido

Ya

avemaria.

de

el

de unas conchicas que echaban

las alas. Estaría

alma estaba de

perdió de vista

sí la

alas

tal

aleando espacio de un

suerte que, perdiéndose a

.

Tales visiones vuelven por largo tiempo a

y tonta, desatinada y embriagada, se torne

de

de aquella manera

locos,

que

los

sí,

107

loco.

descreídos

la

Santa embobada

y deseosa de que todo

No

aplican

retrocede ante a los

el

mundo

la calificación

hombres y mujeres

arrebatados que pintó El Greco:

Fué grandísima la gloria de este arrobamiento. Quedé lo más de la Pascua tan embobada y tonta que no sabía... cómo cabía en

106

Vida,

107

Ib.,

XXIV,

l.

XXXVIII,

c, p. 86b. pp. 174b y I75a

Textos teresianos aplicados a

la

interpretación del

mí tan gran favor y merced... amor...

en...

109

Que

.

los ,

como

estén todos...

Greco

321

desatinada y embriagada

locos

de vuestro amor...

seamos todos locos por amor de quien por nosotros se lo

m

maron

Que no

puedan

raptos

sueño de

desde que logra

es decir,

Al pintar El Greco seres místicos,

pudo

seguir las

Santa:

glorioso desatino, una celestial locura, adonde se aprende

U2

verdadera sabiduría

En

locura por los

la

locos por el Espíritu Santo, bien

direcciones de la

la

equiparados a

un alma;

es

potencias».

las

como

penetrados

ser

que Santa Teresa dice en cuanto comprueba

iniciados, es algo

Un

;

lla-

.

tales

qué cosa tan insospechada «el

110

.

toda clase de arrebatos místicos Santa Teresa experimentó

múltiples glosolalias, aparentemente incoercibles ataques de «locura

modo de

santa» al

Háblanse aquí :oncierto, t

;

si

narrados en los Hechos de los Apóstoles:

mismo Señor no

el

Dios, cuál está

los

muchas palabras en alabanzas de Dios,

un alma cuando

enguas para alabar

al

Señor.

10 ser poeta le acaecía hacer

las

concierta...

está así!

Toda

ella

sin

¡Oh, válgame querría fuesen

Dice mil desatinos santos...; con

de presto coplas

El arrebato místico que saca

el

lls .

alma del cuerpo, tan palpable-

nente pintado por El Greco, también fué puesto de manifiesto >or

Santa Teresa:

Fué

108 109

tan

arrebatado mi

Ib.,

XXXVIII,

p.

Ib.,

XVI,

p. 58b.

110

Ib.,

XVI,

p. 59a.

111

7b.,

XVI,

p.

59b.

Ib.,

XVI,

p.

58a.

Ib.,

XVI,

p.

59b.

112

113

espíritu

que

casi

me

pareció

estaba

175a.

21

322

Estudios literarios sobre Mística

del todo fuera del cuerpo;

en

él

Pero la

al

menos no

que

se entiende

se vive

"*

mismo tiempo

al

sabe de la invasión del alma por

ella

llama de lo Alto:

«Cayó de presto aquélla en

Como

muy

dicen

hacia

el

María y

mismo

Esto

lo

hace toda ardor»

la

el

los

hablando

Arte,

del

mucho más

Apóstoles están

Santo que invadidos por

Espíritu

unión es hija del amor y tico.

que

bien los historiadores

del cuadro de El Greco,

arrebatados

ella

lenguaje del amor es

un

La

El.

grito extá-

ha dicho exactamente Santa Teresa con

cierta

insistencia

El amor es

mira

conoce que

en

el

diferencia

la

que habla, y está el alma tan enajenada que no que haya de ella a Dios. Porque el amor que

Su Majestad

la tiene

y como una cosa propia

Él,

Por

lo

que atañe a

esta pintura

no solamente hubiera aprobado Greco, sino también

el

de

la olvida

sí,

y

le

la

y,

en

manera de

cosas se ve obligado a usar

Y



bien. Si

lo

ha probado

porque querer una como

no

La

místico que intenta explicar

el

lenguaje de

la

vi-

místicos,

el

estas

locura:

que quien hubiere llegado a arrobamientos

no

.

ser tratada por El

lenguaje de los críticos modernos.

efecto,

está

116

de Pentecostés, Santa Teresa

sión extática puede parecer, y de hecho parece a los

pura locura,

parece

sin división habla desatinos

lo entenderá

y ya puede ser; yo hablar en una cosa tal, y dar a enle parecerá desatino,

tender algo de lo que parece imposible aun haber palabras cor

que comenzarlo, no

es

mucho que

114

Ib.,

XXXVIII,

115

Ib.,

116

Ib.,

XXIX, p. 121a. XXXIV, p. 151a.

117

Ib.,

XVIII,

p.

p.

65a.

176b.

desatine

lir .

Greco

Textos teresianos aplicados a la interpretación del

La Asunción

9.

323

(Toledo, 1608)

Mientras que una antigua Asunción

(de

1577,

ahora en

el

Chicago Art Institute) nada tiene que ver con

Santa Teresa y Asunción de San Vicente de

igue los modelos tradicionales, la

roledo es una prueba patente de que El Greco pintaba las visio-

La

teresianas.

les

que

dice

Iro,

118

ielos»

es «el espíritu del misticismo

la

du

réel

José

que

de bien loin

et

les

.

«Es

parece decir lo que es decisivo:

clina hacia su

levantada por

erfección,

los

119

Camón Aznar me

criatura

1

ici

subiendo a

y afirma:

Les formes sont constitutives

de Faccepté...

et

visión surnaturelle

lejos,

forme excede

L'intensité lyrique de la

le

más

Christian Zervos va aún

.

imites

Trapier, hablando de este cua-

«una llama, en forma de corona, cerniéndose

es

y que

tacia arriba»,

Du Gué

señora

la

Creador en una

triunfal fatalidad

carne y por

espíritu,

el

uiente la mística prototípica, reina de los místicos»

120 .

El punto decisivo de la visión teresiana de la Asunción es )rma de rapto y

el detalle

de que

la

Reina de

los

de

por consi-

Angeles sea

la

reti-

da con alegría y solemnidad, lo que de hecho es expresado por Greco con sus ángeles jubilosos, tan poco frecuentes en él:

\

Un íestra,

día

de

la

Asunción de

la

Reina de

los

Angeles y Señora

me quiso el Señor hacer esta merced: que en un arrobame representó su subida al cielo y la alegría y solem-

tiento se

idad con

que fué

recibida...

Fué grandísima

níritu tuvo en ver tanta gloria

Du Gué

118

E.

119

Christian Zervos,

120 J.

/.

/.

Vida,

(1950),

XXXIX,

/.

núm.

gloria

que mi

.

c, pp. 122-123.

c, p. 187.

Camón Aznar, «La

eEl Greco», Cl 121

Trapier,

la

121

Anunciación, 1,

la

Asunción y

pp. 43-51; 48.

c, p. 187b.

la

Visitación

Estudios literarios sobre Mística Español

324

La

figura

de Nuestra Señora, de acuerdo con Santa Teresa

es indeterminada, excepto el rostro

que hay en torno de que

ángeles

en

está

y algo resplandeciente y blano

juntamente con un gran número d

ella,

de Regina Angelorum. Todo

justifican el dictado

ell

cuadro de El Greco:

el

Era grandísima

la

hermosura que

que por figuras no determiné ninguna

en Nuestra Señora, aun

vi

particular, sino toda junta

1

hechura del rostro, vestida de blanco con grandísimo resplandor..

Parecióme que veía subir

Reina de

la

les...

los

Cielo con

al

Angeles

mucha multitud de

.

Esta Asunción es prototipo y réplica de

«Subida en

mística:

Para Santa Teresa

—tan

la

Asunción

es

rico en sinónimos para ella:

elevamiento, vuelo, éxtasis

en cuanto a lo que es,

atalaya

esta

124

el

subida del alm

,

la

tan a

Virgen Santísima en

la

caso ideal en que

también

menudo en

pies, tan

Desde debajo de

los

pies



estotras

cosas de espíritu...

llevar...

muy

el

alma a

sobre...

122

enormemente

me

cómo compararlo que

que no

sí,

125 .

el

cuerpo.

sus vuelos,

la

Ib.,

XXXIII,

Ib.,

XXI,

124

Ib.,

XX,

p.

125

Ib.,

XX,

p. 73b.

p.

72b.

pie?

paree

impele desde debaj

distantes de su cabeza

levantaban fuerzas tan grande

mucho más ímpetu

qi

Dios no parece se contenta

ce

era con

sino que quiere el cuerpo... El alma sut

147b.

p. 81b.

1

esti

los

de todo lo criado y pónele Dios... desierta de

123

rapt

el

Asunción de El Greco

impulsada por una fuerza angelical que

de sus invisibles

125

arrobamiento, arrebatamiento

— comprende

ella siente

la

adonde se ven verdades»

que una fuerza empuja su cuerpo desde debajo de

también

ánge

122

tod;

Textos teresianos aplicados a 126

cosas...

las

que toda

espíritu,

católica

él

me

me

dejaba

quitaba

el

325

cuerpo tan ligero

127 .

Santa Teresa debe a sus levitaciones, durante

Así, del

(El arrobamiento)

pesadumbre de

la

Greco

interpretación del

la

una experiencia

casi

análoga a

la

el

vuelo

que según

la

fe

ocurrió con la Asunción de la Virgen. Esta descripción

teresiana,

combinada con

fué pintada

el

motivo de su más antigua Asunción,

por El Greco, quien no dejó de añadir a ello su más

gloriosa fantasía

en cuanto a formas y composición. Santa Teresa más vehementes. Lo que

distingue entre levantamientos suaves y iice

a

de

los

más suaves puede

tenerse

como

escrito para interpretar

Asunción de El Greco:

Es vuelo suave,

es vuelo deleitoso, vuelo sin ruido

128 .

Jesucristo difunto en brazos del Padre Eterno,

io.

o la Trinidad (Prado, 1579) Este, el último cuadro

que vamos a

u especie, ya que no representa

el

discutir, parece

tipo tradicional

que

único en los

his-

llaman «Gnadenstuhl», es decir,

oriadores

del Arte alemanes

Redención

como símbolo de la Salvación en el plano de la Sancomo de hecho dice el titulo español: el

la

sima Trinidad, sino

Cordero Divino y Hostia Santa recibidos por su Padre Celestial, jigel

Doctor y

:erca

de

Munido

los «violentos

ropios de

muy

pertinentemente

movimientos del Cuerpo de Cristo», como

una víctima en su agonía. El Cuerpo de Cristo en su

srmosa transfiguración i

llama la atención

es,

no

obstante,

como

dice Eugenio d'Ors

iermos amenté atlético». El Padre Celestial, respondiendo ificial

126

Ib. y

127

Ib., p. 76b.

128

al

sa-

suscipe de la víctima, tiene «la expresión dulce y serena

7b.,

XX,

XX,

p.

p.

74a-b.

78b.

326

Estudios literarios sobre Mística Española

del Padre»,

un Gran

ya con su

Sacerdote. Frente a la víctima redentora

ser recibida

en

aparecen rodeando

La

que acaba de

brazos del Padre, se ve también «la expre-

los

de sufrimiento que denotan

sión

menos un Rey que

«original tiara», parece

el

iconografía trinitaria

posterior

de cuantos ángeles

caras

las

Cuerpo de Cristo»

129 .

Concilio de Trento no

al

introdujo considerables cambios en esta materia, y

hubiese ha-

si

bido alguna variante posible, puede conjeturarse que se a visiones particulares. tico,

en

la

Ahora

bien, Santa Teresa, en su

refiriese

modo

eidé-

nos habla de una visión que tuvo después de comulgar, y que se le concedió la gracia de saber que no solamente re-

cibía ella

misma

sumir

Hostia, sino que también el Padre, en la Trinidad que

la

invadía su alma,

de

sacrificio

Una

vez,

la

a Cristo en su

le

Humanidad y Divinidad,

volvía a recibir en su

con-

al

Humanidad merced

al

misa:

me

acabando de comulgar, se

este sacratísimo

Cuerpo de Cristo

le

dió a entender cómo

recibe su Padre dentro de

nuestra alma... y he visto... cuán agradable le es esta ofrenda de

su Hijo, porque se deleita y goza con

porque su Humanidad no

rra,

está

él,

digamos acá en

con nosotros en

el

alma

la tie-

l30 .

Esta visión de Santa Teresa debe unirse a otra visión de

la

Santísima Trinidad que le fué concedido gozar hasta cuatro veces,

y en

las

que llama

a la majestad del Hijo excesiva,

y a

Padre grandísima. La visión, dice, inspira un respeto que fica

y

al

par atemoriza.

Humanidad Vi a jamás

la

la

Su rasgo

peculiar consiste en

que

la del

puri-

está «la

Sacratísima... metida en los pechos del Padre»:

Humanidad

Sacratísima con

más

excesiva gloria que

había visto. Representóseme, por una noticia admirable

y clara, estar metida en

los

pechos del Padre... Esta misma

129

Dotor Y Municio,

130

Relaciones espirituales, LVII, en Obras,

L c,

núm.

i. l.

c.

visión

Textos teresianos aplicados a

la

interpretación del

he visto otras veces. Es, a mi parecer,

me

Señor

ha hecho merced que

la

más subida

visión

Parece que purifica

vea...

en gran manera... Hace un espanto

327

Greco

al

que el

el

alma

alma grande de ver cómo

osó ni puede nadie osar ofender una majestad tan grandísima

!

'.

Dios como Santo Padre, en vez de como Emperador del Uni-

puede

verso,

ser ia

traducción personal de El Greco del super-

emperador de Santa Teresa cuando

dice:

ella

«Rey todo poderoso y tan gran Señor que todo

puede y

a

.

Los ángeles sexta

lo

l32

todo sujeta»

visión

gloriosos, melancólicos

teresiana

de

la

Trinidad,

de amor, aparecen en una en

que realmente son

la

concebidos igual que los del cuadro de El Greco:

Vi abrir

los cielos,

Representóseme

el

no una entrada como

Trono... y encima de

otras veces

él...

la

he

visto.

Divinidad..., vi

muy gran multitud de ángeles; pareciéronme sin comparación con muy mayor hermosura que los que... he visto... Parecían tener inflamamiento... La gloria que entonces en mí sentí no se puede íscribir

13

3 .

ii.

Conclusión

Las comparaciones que acabamos de hacer de dros

los

de El Greco con textos teresianos, constituyen

ipoyo detallado de

ia

tesis

de que

el

arte

nueve cuael

primer

del cretense fué

in-

luído por la gran mística y visionaria de Avila, su contemporánea.

Dada zación

la

evidente originalidad de El Greco, su imitación o

de

los textos

utili-

de Santa Teresa tan sólo puede ser una imi-

ación libre, y los propios textos tan sólo una incitación. Pero

ne puede caber duda de que

131

Vida,

132

Ib.,

c, XXXVIII, XXVI, p. 104a.

133

Ib.,

XXXIX,

/.

el

Espíritu visionario de Santa

pp. 176b y 177a.

pp. 186a y 187a.

no Te-

Estudios literarios sobre Mística Española

328

y sus ideas fueron conocidas de El Greco. En todo caso, la Santa puede aportar valiosos elementos a la interpretación de los

resa

cuadros de El Greco en determinados puntos, que han sido

mente pasados por

Resumamos todo alcanza

contrastan

mejor explicación en

la

vida

la

muertos con

más

arte.

lo dicho.

El entierro del conde de Orgaz, en su disposición bipar-

1.

tita,

total-

por los modernos historiadores del

alto

de

la diferencia

del entierro.

y

la

los vivos.

La

muerte,

Los

teresianos

textos

los

uniendo

que

mismo tiempo

al

los

textos místicos teresianos revelan ade-

los estados contemplativos

particular gradación

nes celestes se aclara con

de

de

los espectadores

Santos en las mansio-

los

concepto teresiano de morada, y aquella su visión concreta de personas ya muertas en la Gloria.

La

el

como nube

visión teresiana del Cielo

acentúa igualmente en

El caballero de

2.

la

Santa Teresa,

unida a

la

la idea

y mística,

se

como

el

cuadro de El Greco.

mano en

de un piadoso caballero,

retrato

implicación de

pecho, concebido

el

recibe,

un

de

retratos

caballero

literarios

elegante

de

y santo

de un devoto humanista. La elegante belleza de

una blanca mano

más

el

silenciosa

espiritualizada persigue a la Santa hasta en sus

divinas visiones.

El Expolio

3.

ñor en tática

refleja

conceptos teresianos acerca del Se-

los

los pasos del Calvario:

grandeza combinadas

compatible con

inmensa

belleza, señorial

con humildad;

y mayes-

sufrimiento corporal

libertad triunfante del espíritu;

digno padeci-

miento del dolor escogido por amor; aristocrática

tristeza recon-

la

fortada en la divinidad entre una turba de hombres vulgares gro-

tescamente armados. 4.

torios

Cristo abrazado a la Cruz constituye

uno de

modelos de santidad para Santa Teresa. Por

más mismo

los

lo

nolos

textos teresianos revelan el perfecto simbolismo del cuadro de El

Textos teresianos aplicados a

Greco. Ayudar a Cristo a levantar al

Reino de

zado con

la

alzar los ojos

vida espiritual quedarse abra-

Cruz, renunciar a los consuelos y aceptar

la

La

5.

Cruz y con Él

la

en

los cielos, significa

329

Greco

interpretación del

la

el sacrificio.

Crucifixión (Prado), revela los elementos teresianos de

un Cristo pobre y desnudo, que es un reproche al rico; de una Magdalena llena de inmensa compasión y perfecto amor, como Santa

enseñó

simbolizada

Teresa,

Santa Teresa describió

por

que

espasmos

como padecidos por

la

misma

misma en su

ella

ju-

ventud; y de una Virgen concebida místicamente de acuerdo con la

contemplación teresiana.

La Resurrección

6.

acentos específicamente teresia-

tiene los

qos de la belleza y la albura glorificadas, la ascensión triunfante

banderas victoriosas y

sitre mas

sobrenatural,

brillo

el

aguas atravesadas por los rayos del

}ue

sol,

cuerpo del Cristo Resurrecto fué

el

escogido

como modelo por

narlo en

las

otras

Santa para plas-

la

imágenes más terrenales de Cristo. La

eología de Santa Teresa acerca de

la

cla-

cuerpo prototípico

el

y por

pintor

el

como de

todo ello evidenciando

rica

Sagrada Humanidad se hace

evidente en el cuadro de El Greco.

Pentecostés representa

7.

arrobamiento colectivo

el

como

eté-

reamente lo describió Santa Teresa según su experiencia persobajo la especial consideración de

lal,

la

visión

de una Paloma

|

desmesurada y resplandeciente, como de brillantes ronchas. Él convierte a los presentes en «lenguas para alabar al

l

Señor

obrenatural,

en

desatinos

santos».

doble

El

movimiento, del místico

apto hacia arriba y de la mística invasión del alma por lo divino,

representan los dos conceptos fundamentales de la unió mystica .

I

egún Santa Teresa,

los

cuales

Qgeniosamente, mientras que oles 8.

solamente habla de

la

el

combina El Greco en su cuadro texto de los

Hechos de

invasión mística del alma,

La Asunción, de Toledo,

es

el

eco de

la

los

Após-

no del

rapto.

visión teresiana

330

de

Estudios literarios sobre Mística Española

Asunción, sin contornos definidos, solemne y jubilosamente recibida y acompañada por ángeles; y está concebida, análogala

mente, como una suerte de levitación, en

la

siente el cuerpo impulsado desde debajo

los pies,

etérea

de

cual

Santa Teresa

y

la ligereza

de ese cuerpo. Jesucristo dijunto en brazos del Padre Eterno, parece una

9.

representación de la única visión que Santa Teresa tuvo del Pa-

Cordero sacrificado en la Comunión de la Misa, Humanidad sacratísima metida en los pechos del Padre», llamada la más sublime de sus visiones, y que le fué otordre recibiendo

y de

la

de

al

«la

gada cuatro veces.

CAPITULO

VII

SAN JUAN DE LA CRUZ Y MALON DE CHAIDE Proximidad y lejanía del misterio

En

veinte años que vengo dedicando especial atención al

los

estudio de

la

literatura mística española

obra, consagrada al misterio, de P.

la

—pues f

Odo

nunca ha dejado de preocuparme

meditado reiteradamente sobre tesis

1

que guardan entre

místico, así

os conceptos

como con

las

,

tuve ocasión de conocer

Casel.

Desde entonces acá

la literatura teológica

relaciones

de coherencia o

?

e,

los

la fe, la teología, el culto

aunque velados a

los sentidos, se

iccesibles a la participación

medio de

)or

1

y la ascética. Parecíame

de

la

comunidad de

los mistas sacerdotales

el

depósito de

la

habían por una parte hecho los fieles

sacramentaliter

en

—y

el

culto

por otra

Véase mi artículo «Die spanische Mysiik und ihre Ausdrucksmoglich-

eiten»

(Deutsche Vierteljahrsschrijt jür Literaturwissenschaft und Geis-

esgeschichte

I

antí-

conceptos de misterio y mística, mista también sobre la relación que tienen todos essí

jue los misterios divinos revelados, contenidos en .

—he

X

[1932], 597-628).

332

Estudios literarios sobre Mística Española

se descubrían



fides illustrata donis

in calígine:

—en casos

extra-

mediante un carisma y gracia especiales, experimentalmístico, en cuya conciencia cobraban una presencia

ordinarios,

mente a cada

subyugante y avasalladora. Es una misma realidad sobrenatural



me

lo parecía

la realidad

:

que

sencilla fe, la realidad

dose de

que posee

teólogo trata

el

la razón, la realidad

de que participan

nación institucional-sacramental y en

con

la

comunidad, pero

el

místico en



así

en su oscura y de fundamentar sirvién-

pueblo

el

fiel

el

mista en

la orde-

humilde ministerio para y

el

ordenación ascético-carismá-

la

por elección divina, mediante sabrosas y regaladas experiencias. Los escritores místicos, que se hacen cargo de esta realidad, nunca

tica,

pierden de

vista, al describir la vía ascético-mística, el espíritu pa-

y así podemos muy bien decir de ellos que viven «cerca del misterio»; de aquellos otros en cambio, que,

ralelo del misterio del culto

olvidando este estado de cosas, dan de

más

perifrástica

jos del misterio».

me

santo una interpretación

—generalmente

por medio de repre-

que sustancial

sentaciones concretas

terio

lo

—podemos lógicamente afirmar que viven

He

«le-

aquí por qué proximidad y lejanía del mis-

parecen constituir dos categorías que podemos utilizar para

de

clasificar los escritos ascético-rnísticos

los españoles.

Mas, para

no perderme en generalidades y para mostrar encarnada en dos ejemplos concretos esta teoría, voy a elegir dos escritores contemporáneos, del siglo xvi

San Juan de

:

la

Cruz (1542-1591) y Malón

de Chaide (1530-15 89).

Con

el

símbolo de

la

subida del monte Carmelo o

versión de la Magdalena, la pecadora,

ambos

movilizar las fuerzas todas de sus lectores para radical

de Dios. Por

Pable, Corint.

ello tratan

San Juan observa que no terios

ni

de

aclarar,

I 5 13, 2, el significado

siquiera

las

que puede engendrar

es la

visiones la

el

de

la

con-

escritores pretenden el

conforme

logro del amor al

pasaje de San

fundamental del amor de Dios.

comprensión racional de intelectuales

unión amorosa entre

del el

los mis-

contemplativo

alma y Dios,

lo

sino

San Juan de

que

esta

Cruz y Malón de Chaide

la

unión debe darse en

333

misma de

la esfera

realidad por

la

paulino

mismo lazo de amor que une al Padre y al Hijo en 2 Malón de Chaide lejanía del misterio glosa el texto como un Abrahán de Santa Clara y añade, oscureciendo con

ello

pensamiento, que con todas

medio la

en

del

Trinidad

el



.



de Babilonia y con toda

la torre

Platón y Demóstenes, no pasaría bacía de

barbero sin

Malón de Chaide no El lazo de amor,

formante que

es,

virtud

la

el

destreza oratoria de Cicerón,

hombre de

teológica

define ni analiza el santificador

del



más que una que

— virtud

.

pneumático, como amor trans-

es decir,

que

la

ésta

vida del Logos con una participación cada vez nitatis esse consortes

ser

amor

3

San Juan de

opera- según

mación del alma enamorada,

lenguas que se hablaban

las

la

Cruz,

la transfor-

toma parte en

mayor

la

eius divi-

participación que se realiza en el matrimo-

,

nio místico de una manera imperfecta, pero que se realizará de

manera perfecta en

la

Explica y aclara

gloria.

proximidad del

la

misterio en el sentido de que al alma que ofrenda en holocausto

su propia vida, la vida divina ticipationis

2

alma

«Así

con

noticias ;

— en como

Dios.

el

el

Y

la

Amado, pues

amor de

es

aquí

transforma realmente el

modo parmundano

alma, liberada del yo

unión del Padre y del Hijo, así es que aunque un alma tenga

lo

es

del

altísimas

de Dios y contemplación y conociere todos los misterios, si no no hace nada al caso, como dice San Pablo, para unirse con

tiene amor,

Dios.» (Cántico espiritual, canción XIII, párrafo II. Obras de San Juan

de |

la

Cruz, edic. de los R. P. Bernardo de

verio de Santa Teresa, 3

la

Buenos Aires [Poblet

«Dice San Pablo... que

si

Virgen del Carmen y

Sil-

1942], vol. II, 97-98).

yo tuviese más suelta lengua que

los

ángeles del cielo y entendiese cuantos lenguajes se hablaron en la torre

de Babilonia, y fuese más mi facundia y destreza en el hablarlos que de Tulio en latín y Platón y Demóstenes en griego si con esto me falta el amor, seré un bacín de barbero» (Malón de Chaide, La conversión

la

de

:

la

Magdalena [Madrid, Clásicos

castellanos 1930], vol.

I, 98).

Estudios literarios sobre Mística Española

334

y transformada por

de Dios y le

el

Espíritu y llena de El, vive de hecho la vida

como

la vive

vida propia suya, pues

la

vida divina se

ha dado como una nueva vida \ Malón de Chaide toma sus ana-

no de

logías

es decir, del

arriba, es decir, del

mundo

por

la realidad mística

amado),

al

del

él

mano

echar

mundo

sacramental, sino de abajo,

amor mundano y

desvaloriza, por así decir,

aludida (El amante se transforma en

del lenguaje metafórico del

amor

el

profano,

que, con los términos cariñosos vida y alma, dados a la persona

amada, no tiene sino una idea vaga acerca de esta realidad

En

la exégesis

rece siempre

diza, desentraña

4

de

como

los textos bíblicos,

la

al texto,

«¡Oh noche que

.

Cruz

apa-

lo profun-

y agota; mientras que Malón de Chaide

se con-

juntaste

Amado con Amada, Amada en el Amado «En uno

San Juan de

«homileta» que se ciñe

el

5

transformada!» {Poesías,

1.

cit., II,

501).

uno da posesión de sí al otro, y cada se deja y trueca por el otro: y así cada uno vive en el otro, y el uno es el otro y entrambos son uno por transformación de amor. Esto es lo que quiso dar a entender San Pablo cuando dijo: Vivo autem, jam non ego; vivit vero in me Christus... De manera que, según esta semejanza de transformación, podemos decir que su vida y la vida de Cristo toda era una vida por unión de transformación de amor

la

amor,

lo

el

cual se hará perfectamente en el cielo en divina vida en todos

que merecieron verse en Dios; porque transformados en Dios, vivirán vida de Dios y no vida suya, aunque sí vida suya, porque la vida de Dios será vida suya... Lo cual en esta vida... puede ser, como lo era en San

los

no empero

Pablo,

transformación...

XII, párrafos 7-8, 5

perfecta y acabadamente, aunque llegue el alma a la en matrimonio espiritual» {Cántico espiritual, canción 1.

cit.,

II, 88).

«El amante se transforma en

que un

estilo

dalena,

1.

el

amado...

Y

para esto es de saber,

mundanos en sus profanos amores de llamar vida y alma a la persona que aman, es tomado y se funda en una verdad averiguada, aunque aplicada a mal uso» {Conversión de la Magcit.,

de hablar que tienen

I,

103).

los

San Juan de

Cruz y Malón de Chaide

la

en un «predicador»

vierte

335

más aún,

fantástico,

grotesco,

que

vio-

malentiende y descoyunta el lenguaje bíblico. Ambos escritores el pasaje del Cantar de ¡os Cantares, 5, 2: Ego dartmo

lenta,

comentan et cor

meum

San Juan de

vigilat.

Cruz

la

centro del alma unido a Dios, que en potencias del alma

otras

duría infusa, que es

modo

de qué modo

explicar bio,

un don

como

mientras

éxtasis,

sobrenatural

gracias

a

se dió aquella divina experiencia

alma y en cor

el

el

la

sabi-

que sepa

del Espíritu Santo, y sin

Malón de Chaide ve en ego

6 .

En cam-

corazón (Jesús),

símbolo del amante místico. Para dar más encanto y color a

Malón de Chaide no

situación,

el

las

están dormidas, él solo vive ex-

(ego)

perimentando a Dios de

interpreta cor

les

la

repara en acudir a una compa-

típica; y así nos presenta el alma como una dama espacuyo pretendiente es el Salvador, y nos describe a Este ron-

ración ñola,

dándole

la

?ot ver

si

ogra,

casa noche y día y espiando, arrimado a

puede verla asomarse

una esquina,

mirador o abrir una ventana o

al

cuando menos, vislumbrar un rayo de luz a través de algún

•esquicio;

pero

tanto está dormida

entre

ella

y completamente

íespreocupada de El; y cuando, finalmente, despierta a los acorIes de la música que le da, exclama: «Yo me estoy durmiendo 1

1

sueño suelto, mientras mi corazón,

mi

6

vida, está velando en la calle»

«Se queda

el

quien quiero más que

El, a 1 .

alma como ignorante de todas

Por eso

nente sabe a Dios sin saber cómo...

las cosas,

porque

sola-

Espesa, que era sabia,

la

misma en esta duda, dijera Aunque duer10 yo según lo que soy naturalmente, cesando de obrar, mi corazón ela, sobrenaturalmente elevado en noticia sobrenatural» (Subida del Monte

ambién en iciendo

:

los

ármelo, libro 7

Cantares

Ego dormio

«Muchas

II,

et

capítulo

respondió

se

cor

meum

14,

párrafo

veces acontece que

uien pretende casarse,

le

rúa

(=

ella

vigilat.

el le

2,

a



Como

1.

cit.,

que ama y

si

I,

:

141-142).

sirve

una doncella, con

pasea) de día la calle, róndasela de

oche y aguarda arrimado a una esquina

si

verá abrir alguna ventana o

336

Estudios literarios sobre Mística Española

Más

hacen de otro pasaje del Antiguo Testamento. Se

tores

siguiente pasaje de Ecequiel, 16, 8: ei

que ambos

significativa es todavía la interpretación

«Et transivi per

Cruz

se eleva

viste

de ricos presentes

trata del

te3 et vidi te,

meum

ecce tempus amantium et expandí amictum

operui ignominiam tuarrn. Esta vez

escri-

super

te et

«homileta» San Juan de

el

la

de místico largovidente a teólogo y liturgista, pues establece un paralelo entre el desposorio místico, en que la gracia

la

y

la

desnudez del alma, y

sacramento del bautismo, que borra

el

el

«predicador»

Malón de Chaide, por

pecado original

el

de

pues cree que del citado pasaje de Ecequiel deriva

cobija»

«ruin

y que

la

ello

madre, ruin es

la

hija

la

si

.

El

y ruin

la

el

la palabra,

proverbio

manta que

pura verdad, como lo prueban

por algún resquicio descubrirá luz, o

8

contrario, desciende de as-

el

cético a moralista y de moralista a simple virtuoso

castellano

de

sacrificio

el que Cristo cubre los pecados de la humanidad,

Cruz, en

dama

acaso su

se

asoma

las

las

in-

a parte

pueda ver o hablar: y a esa sazón acaecerá que ella, aunque le quiera mucho, esté durmiendo con todo el descuido del mundo. Si acaso

donde él

le

la

da música o hace algún ruido, por donde tanto le ama,

ciéndole, pues

miendo

y en

la

«Este de r ;:orio que se hizo en f

de una vez, dando Dios el

al

alma

la

la cruz... es

de perfección, que no se hace sino

(el

muy

es todo uno, la diferencia es

la

vida

I,

105).

desposorio que se hizo

primera gracia,

bautismo con toda alma; mas esto

que aunque

yo estoy dur-

y mi corazón y el que amo más que a calle?» (Conversión de la Magdalena, 1. cit.,

a sueño suelto,

está desvelado 8

despierte, en cono-

ella

¿quién duda que no dirá:

lo

cual se hace en

desposorio místico) es por

vía

poco a poco por sus términos,

que uno

se hace al paso del

alma, y así va poco a poco; y el otro al paso de Dios, y así hácese de

una

de que vamos tratando es

el que da a entender por Ezemanera Y pasé por ti y miréte y vi que tu tiempo era tiempo de amantes y tendí sobre ti mi mantc y cubrí tu ignominia» (Cántico espiritual, canción XXIII, párrafo 6,

vez... Este

quiel Dios, hablando con el alma en esta

:

.

.

.

1

cit.,

II,

167).

San Juan de

la

Cruz y Malón de Chaide

de

fidelidades matrimoniales

De

un

aquí arranca

que

artísticos

y

hasta

Chaide

lo

lo saca

más íntimo de

templo,

del

II.

uno preguntarse aquí

descripción

impureza aca-

la

en

ello

emoción

Cruz introduce

9 .

al

paso que Malón de

al

y plaza públicas. Puquizá no se dan casos inversos, en

para llevarle a

él

la

auténtica

sin

cómo San Juan de

Bien claro se ve aquí lector

pero

períodos,

traspuestos

vicio de la

el

Marco Antonio, todo

Sansón, Aníbal y

rreó a Hércules,

España de Felipe

la

último empalma con

el

consecuencias catastróficas que

las

diera

mujeres en

las

apostrofe a este vicio, apostrofe repartido en

diez miembros, de los

de

337

si

feria

la

que Malón de Chaide está más cerca y San Juan de

Cruz más

la

lejos del

misterio; por ejemplo, en las interpretaciones que quedan

aquende

la

Pero, de que

esfera mística.

no

se da este caso, nos

:onvenceremos inmediatamente, con sólo analizar

la

que dan ambos autores como exegetas puramente naso de San Juan botris

9

e

«Ya

se

Ezequiel:

¡ien

parecen

- burla

n

También

mei.

Mens

4, 34:

ascéticos

del

cibus est, ut faciam voluntaíem

interpretación que hace

la

interpretación

San Juan de

la

puede decir con verdad aquel proverbio castellano que nació

Ruin el

la

día

a la vuelta

madre, ruin

hija y ruin la

la

de hoy hijas de de

esquina) a

la

manta que

las cobija,

madres que dan cantonada sus maridos ¡Oh vicio que estragas tales

.

.

virtudes del alma, vicio que escureces el entendimiento, estragas

voluntad,

la

entorpeces los sentidos,

consumes

lo

más

enturbias

la

razón,

corrompes derruecas

el

al

tornas necio hiciste

hilar

a

la

vida,

naturaleza,

la

embruteces

fresco de

alma,

fuerte, al

más

sabio!

Hércules, moler a

Sansón, huir a Aníbal, a Marco

ítonio ser vencido...» {Conversión de la

Magdalena,

1.

cit.,

I,

185-186). 22

338

Estudios literarios sobre Mística Español

Cruz de ese pasaje

es sustancial

y

esencia de su alta ascétic

la

carmelitana la deriva de este texto, que interpreta en

sentid<

el

de que debemos huir de cualquier clase de goce que no

unido exclusivamente a ia

la gloria

de Dios

10

interpretación del aludido texto en boca de la Magdalena, quiei

como

una anima mystica

personificación de

retas

sobre

silogísticas

Cuando

Señor,

el

expresa

se

así

la

una golosina. También

Señor; por

en casa del

no sea que

De

ello se

varias

antigua

volte

España

Magdalena, encuentra

como

si

qui

encontras<

al

una golosina

será

ella

dispone a llegar

fariseo, antes

le llegue

la

quiere cumplir aquella voluntad, con

ella

de esa manera, también

virtiéndose;

realiza

de

barroco

teatro

el

alguien cumple la voluntad de su Padre, es

el

vay;

Malón de Chaide pon

.

de que se hayan levantado

demasiado tarde

estos últimos ejemplos se

al

par;

banquete, que se celebrs los manteles 11

Señor este plato exquisito

deduce con toda evidencia que h

proximidad del misterio significa también proximidad del símbolo en

el

10 le

lenguaje, es decir, descubrimiento de la realidad rastreando

«El que de veras se quisiere

ofreciere a los sentidos,

ejercitar...,

como no

cualquiera gusto que ,

de Dios, renuncíelo y quédese vacío de él en esta vida no tuvo otro gusto ni le quiso, que hacer

la

voluntad d

su comida y su manjar. Pongo ejemplo. Si s ofreciere gusto de oír cosas que no importen para el servicio y honr

su Padre, lo cual llamaba le



puramente para honra y glori; por amor de Jesucristo, el cua

sea

de Dios, ni

lo quiera

meló, libro 11

que

la

gustar, ni las quiera oír» (Subida del

capítulo 13, párrafo 14,

I,

«Tiene aquel mi

que

dice así:

él

da

le

Amado

el fariseo,

que

cit.,

1.

I,

a quien yo voy otra es hacer la

su Padre, dice

puedo yo

ir

se levante

de

él

mismo que

me

es

mejor que cuando la

mesa; que tarde

manteles» (Conversión de

la

está

si

más

lo

comiendo? Quiero

1.

1

d

que su Padre

!

soy manjar suyo ¿a qué tiemp

llega el plato

Magdalena,

sabrosa comid

mi Padre. La voluntad

no perder nada de

querrá perder. Pues

Car

voluntad de su Padre. El

...Mi manjar es hacer la voluntad de

envía; luego no

monte

65).

cit.,

llegar antes qt

cuando son levantados II,

131).

1<

;

Juan de

'an

la

Cruz y Malón de Chaide

339

enjundia de una metáfora, y que, en cambio, aisterio implica asimismo lejanía del símbolo en i

alegoría,

ecir,

afórico

y

escamoteamiento de

en cambio, interesa

izacicn,

al

los

al

Cruz en un lenguaje

la

[e

alego-

la

devoto antiintelectualista, pues por

descripción que hacen de

la

del

que pe-

teólogo,

problemas;

Tomo como

aedio de ella se siente estimulado a la piedad. »lo

lejania

el lenguaje, es

en un juego me-

realidad

medula de

gracias a ellos hasta la

tetra

la

Los símbolos interesan

verbalista.

la

ejem-

sequedad espiritual San Juan

la

Malón de

sencillo, directo, simbólico y

Chaide en su lenguaje pretencioso, fantástico, alegórico.

San Juan de ice el

la

Cruz: «Y cuando más

o saben dar un paso en

el

meditar,

como

o hallan jugo y gusto en las cosas icios,

en que solían

de

igar

No

antes solían...

espirituales

y buenos

sólo ejer-

y gustos, mas en contrario, sinsabor y amargura en las

hallar

ellos

por

esto, hallan,

jíchas cosas; ira

claro, a su parecer, les

sol de los divinos favores..., he aquí que repentinamente

el

sus

deleites

porque... sintiéndolos ya Dios aquí algo crecidillos,

que

se fortalezcan y salgan de mantillas, los desarrima del pecho y alejándolos de sus brazos, los muestra a andar por pies; en lo cual sienten ellos gran novedad, porque se les ha

ílce s

lelto

todo

al

revés»

12 .

Mientras San Juan de

'

niño de pecho

«1 í

etapa

4r a

la

Cruz, con

mimado

más avanzada de

la

el

símbolo rotundo y exacto

(por la gracia de la oración),

que en

sequedad espiritual tiene que apren-

andar por su propio pie, describe de manera inequívoca y

fccisa la primera noche oscura de los sentidos,

Malón de Chaide,

ii su analogía y su alegoría naturalistas nos describe

al cristiano

hnbriento de consuelos, que ha perdido

el

lad emocional: «Otro tiempo me eran

tan dulces las cosas de

gusto por

la

religio-

I » 12 U

San Juan de la Cruz, Noche escura

VIII, párrafo

3,

1.

cit.,

J.33).

del

alma (Libro

I,

capí-

340

Estudios literarios sobre Mística

Dios, hallaba tanto gusto en

que, cuando oía hablar una pa

ellas

labra de Dios, luego tenía los ojos llenos de lágrimas, el corazó:

tan tierno,

confesaba a

tercero

comulgaba cada

día,

tantos suspiros, tantas lágrimas, tanta terneza...»

un tono

cuentra enfermo y en

médico:

de carne que

me

me

alegórico se queja de su dolencia

me

me

sabía

delante, se

boca.

me

Y

como azúcar

alborota el estómago;

más, señor, que

cazar tres días sin cansarme;

por mi sala; jugaba a

u

;

andaba gordo, cok

la

me

perdiz

yo correr y caminar

solía

subía una cuesta

plat

el

parece estop

como

a pie

pasear

si

no valgo un maravedí; parece que

tantico exercicio

rretado; cada pie ;

me

pesa un quintal;

los brazos se

me

Cuando encontramos porque están

tancia

si

me

siento,

a

ello:

14

ser esto?»

«divertidos»

coi

me han deja no me querrí

no puedo hacer nada con

caen, que

Dígame, señor doctor, ¿qué puede

es

.

escritores

los

espiritual*

lejos del misterio. Retórica alegórica frente a

simbólica

son,

n

pelota seis horas sin pesadumbre. Agora

la

tengo fuerzas para nada; a dos pasos he menester sentarme;

levantar

í

parecía faisán; la cebolla, la mig

no hay comer; en ponerme

rado, contento; agora, señor,

la

co:

se er

sabía bien, en todo hallaba gusto;

dieran

y un pedazo de pan seco

en

fiesta,

Ahora

.

«Señor, ¿qué será esto?, que los días pasados comía d

tan buena gana que todo tasajo

13

en

términos

definitiva,

equivalentes

su:

a

ii

comprensión o comprensión de un problema.

Uno Cruz

de

es el

los

temas nucleares de

problema de

la

noche oscura del

resuelve con tanta profundidad la

divinidad causa dolor

de preparación,

al

como

a su carencia

3

La Conversión de Ib., II,

145.

la

el

de San Juan de

espíritu,

sencillez.

alma, porque

La

los franceses,

Magdalena,

1.

cit.,

que

el san

luz brillante

alma, debido a su

de limpieza mística,

pondance, como dirán más tarde

4

los escritos

II,

no

157.

<

fal

a su non-corrt

es capaz de

i

San Juan de

embestimiento de aquella

el

¡istir

umbra

Cruz y Malón de Chaidc

la

alma; y

al

vez de daridad

alma deslumbrada,

al

15 .

;on nuevas analogías

Zcmo

el

al

esplandor del sol y

decir,

es

temporalmente

hombre

así

arti-

deslumhra y ofusca

le

todavía

Malón de Chaide hemos de renunciar a

ello

estampido de una pieza de

el

débil,

mucho más

esta clara situación

que nos alejan del símbolo.

y explicaciones,

la

luz divina.

Y

investigar aquellas verdades

que

•ueden ensordecernos, deslumhrarnos y vencernos; por ejemplo,

roblema de

predestinación

la

la

.

aa situación psicológica o moral de

15

!

misterio no desdeñan, sin

e!

simbolización, utilizar también ana-

y aun alegóricas, para por medio de

lgías gráficas

el

lfi

Los autores que viven inmersos en ue esto suponga renuncia a

el

seguida-

esta desconcertante consecuencia:

nente inserta )0T

esto, la luz divina des-

Malón de Chaide rodea

retumbar del trueno o

ensordecen

lería

Por

luz.

aquella luz por fuerza le ha de parecer oscuridad y noche,

:iega,

:n

341

«Pero veamos ahora cuál sea

la

la

ellas esclarecer

vida del espíritu.

Y

así

San

causa por qué siendo esta luz de

ntemplación tan suave y amigable para el alma, que no hay más que sear... le cause con su embestimiento a estos principios tan penosos y



quivos

I

como aquí habernos dicho

efectos

hay de parte de eda dar pena...

uonces tiene i

En

ibirlos.

»:er

el

*:it,

I,

| ls l;er

la

;

la

causa

de esto es que

contemplación y infusión divina cosa que de suyo

Sino que

causa es

la

la

flaqueza o imperfección que

alma, y disposiciones que en sí tiene contrarias para los cuales embistiendo la dicha lumbre divina, ha de pael

alma»

(Noche oscura,

libro

II,

capítulo

IX,

párrafos

io-n,

499).

«Si

el

objeto es fuerte, daña

estruendo y furia de

la

potencia del sentido,

como

lo suele

y los poderosos truenos que Can a un hombre sordo; también el sol deslumbra y daña la vista con 1¡ vehemencia de su resplandor. Así lo hace la gran luz divina que enel

C déla

los

p eso dice



>s»

la

artillería

ojos de nuestro entendimiento con la pujanza de sus rayos el

sabio que

(Conversión de

la

no escudriñemos Magdalena,

1.

cit.,

las

cosas

II, 20).

más

fuertes

que nos-

342

Estudios literarios sobre Mística

Juan de

la

Cruz compara

segunda noche oscura

alma en su purgatorio terrenal de

el

la

que yace encarcelado en sombría maz-

al

morra, atado de pies y manos, sin la más pequeña libertad de movimientos y sin ninguna esperanza de alivio en tanto dure aquel período de purgación

17

Más

.

hubiera podido añadir

sólo recordar su propio encarcelamiento

Los autores que viven

hace.

mano en

santo, cor

el

en Toledo;

pero no

no saben

lejos del misterio

irse a

de inventar y presentar con todo lujo de analogías, para suplir por medio de la fantasía lo que

tales

esto

de conocimiento exacto de

la

le

h

detalles

les falts

realidad y de experiencia. Tienen, poi

eso mismo, su significación pedagógica para determinadas categorías

de

la

vida espiritual.

A

estos escritores pertenece por entero Malór

de Chaide. Cuando pinta

el

estado del alma a la que Dios

aparentemente abandonada, lo compara a

la situación

bre que ha caído en profundo pozo. Al recobrarse

vanecimiento ocasionado por

el

golpe de

la caída,

tiene

de un homdel des-

allí

descubre que han

cerrado la boca del pozo con una peña; no sabe

el

tal

dónde

se

enloquecido de rabia; se

un vano intento de salir; grita muerde y come las manos, como los que

han sido enterrados vivos

y,

encuentra;

17

palpa las paredes en

«Puede

el

en

fin, está a

alma tan poco en

punto de desesperarse

este puesto

como

el

que tienen

18

apri-

sionado en una oscura mazmorra atado de pies y manos, sin poders< mover ni ver ni áentir algún favor de arriba... hasta que aquí se hu mille, ablande

párrafo 18

3,

I.

y purifique

cit.,

«¡Qué

I,

el espíritu»

(Noche oscura,

libro II, capítulo VII

484).

tristísima cosa sería que,

habiendo caído un pobre hombr<

en un pozo de diez estados de hondo, antes que tornase en de

la caída, le

cerrasen con una peña

en su acuerdo y ella,

salir,



en aquella oscuridad, sin ver luz ni

está, y que tentase y diese voces y nadie le oyese!

hombre miserable? ¿No

del golp

boca del pozo, y cuando

y sin saber en qué lugar

puerta por do ese

se viese

la

se ahogaría de rabia

tornas

señal d

paredes y no hallas decidme, ¿qué sentid

las ;

y de congoja de ven

.

/

San Juan de

Hay que de a

Cruz y Malón de Chaide

la

reconocer, naturalmente,

utilizar el latiguillo

y

el

343

el

reclamo.

derecho de Malón de Chai-

Si,

prescindiendo de

las

exa-

geraciones perifrásticas y retóricas de su estilo literario, lo compara-

mos como sión

tipo de piedad con el de

que nos gana

menos

cuantitativamente

Y, siguiendo con se

que en

es la

de que

el

atractivos

San Juan de

que

la

Cruz,

la

impre-

San Juan posee rasgos

tipo de

el tipo

de Malón de Chaide.

analogía del misterio del culto, no ha de olvidar-

la

la liturgia el

devoto meditador y poco imaginativo gusta la magnificencia de las formas externas,

siempre de envolverse en mientras que

el

místico del tipo de San Juan de

la

Cruz huye

a la

quietud de una cartuja interior, donde música y forma, imágenes »y voces, colores y sonidos huelgan ya, para dejar paso a la espefría

rada música callada. Desde un punto de vista histórico-cultural,

San Juan de el

la

Cruz represente,

lón de Chaide, cristiano

de

las

el

de su piedad «subjetiva»,

Por la

lo

nuevo tipo imaginativo

catacumbas y del desierto;

del gótico tardío

de

a pesar

tipo antiguo meditativo de la vida espiritual; 19 .

el

su coetáneo,

Uno

encarna

el

Matipo

otro el tipo cristiano

y del barroco.

demás, no estará de más indicar también que

los

amigos

doctrina del misterio se sentirán en general inclinados, con-

iforme a su orientación, individual

al

éxtasis,

¿sepultado en vida?

a

subordinar cualquier forma de mística

que nada tiene de común con

¿No leemos de

el

espíritu

algunos que, teniéndolos por muertos,

han enterrado vivos en carneros (= sepultura común), y después, • vueltos del parosismo, como no han podido salir y se han hallado sepulotados en seguida los han hallado a cabo de días comidas las manos de lrabia y de gran dolor?» {Conversión de la Magdalena, L cit., II, 78). los

19

Escrito este artículo, veo que se encuentra también una distinción

|;emejante (San Juan de

I\lois Mager, Mystik

Dom

la

Cruz «antiguo», Santa Teresa «nueva») en

ais seelische

Wirklichkeit (Graz, 1946), 397. Cf. t2m-

Roger Hudleston (editor), The spiritual letters of Dom John llhapman OSB, fourth Abbot of Downside (Nueva York, 1935), 268 sig.

irién:

344

Estudios literarios sobre Mística Española

del misterio del culto ni con las otras formas de piedad. Frente

a

esto

hay que subrayar que

como

sador, la sobria ebrietas espíritu

de

la

20

ponde exactamente Cruz.

la

concepto de éxtasis

del

más

se la llama, aplicado

pen-

tarde

al

mística cultual, deriva primero de la mística indi-

vidual de Filón

de

el

En

y } liberado de las implicaciones gnósticas, resal espíritu que informa la mística de San Juan

cambio,

desde un ángulo

la mística

literario,

no

de Malón de Chaide, que,

ginativo, carece de ese espíritu;

vista

de pensador sino de ima-

es mística

no pertenece

a la categoría de lo

«apolíneo», sino que es «dionisíaca».

Habría que dar

la

denominación de apolíneo

al

que

asceta

separa de la oración el ejercicio ascético, y la de dionisíaco

que une estrechamente

ascesis

y

oración.

Según Bremond,

la

al

oración

«une promenade en barque»; la de Malón de Chaide «une heure de gymnastique suédoise». Teniendo de San Juan de

la

Cruz

sería

bien presente todo esto, pasemos a nuestro último ejemplo. El escritor carmelita, nacido en Castilla, aunque influido por la

devotio de los dominicos y agustinos del Norte, Taulero y Ruys-

broeck, posee por afinidad electiva

de

el

antiguo espíritu bened.xtino

sobria ebrietas. El escritor agustino, nacido en el Norte de

la

España, en Navarra precisamente, es a su manera partidario de una ebrietas

non

discípulos tico

de

sobria,

tal

y también en

las

como aparece en San Santa Teresa.

dos direcciones

Ignacio y en sus

El camino ascético-mís-

representadas

por

Cruz y Malón de Chaide parece bifurcarse en se trata

de anular

ayuda de todos

los

medios de

la fantasía

el

la

punto en que

lo antes posible la imaginatio activa

ditación del asceta, o de desarrollarla hasta la

San Juan de el

límite

en

la

me-

máximo con

creadora, con

el fin

de

preparar así para la gracia todas las fuerzas religiosas de capacidad

20

antiken

Hans Lewy, Sobria ebrietas. Untersuchungen Mynik (Giessen, 1929)-

zur Geschichte der

San Juan de

Cruz y Malón de Chaide

la

de sufrimiento, de

sacrificio

me en San Juan de la

y de amor.

La anulación de

tiene en

algo de silencio sagrado, de

Cruz

la

345



la

imagína-

un trozo de música gregoriana y de oscuridad de una catedral medieval; la potenciación de

austera unisonancia de

callada

Malón de Chaide

imaginario en

una romería, a

se

asemeja

misas polifónicas, a

las

la

la la

canto jubiloso de

al

cascada de luz que pe-

xvn y a la sinfonía nuevas y amplias paredes y bóvedas pasión de Cristo, del martirio de sus santos en

netra a raudales en las iglesias jesuítas del siglo

de colores que recubre

con escenas de la

y de

tierra

la

la

las

Redentor y de

gloria del

suyos en

los

cielo.

el

Respecto a nuestros dos autores, debemos confrontar ciertamente

Malón de Chaide con

aquí la práctica de

de

Cruz; pues donde

la

humana como

sentación

suprime

se

la

la

ya que se espera

tal,

de San Juan

teoría

imaginación, cesa la

repre-

la

repre:entación de

Dios. Esto se deduce con teda claridad del lenguaje de San Juan

de

Cruz y de su

la

modos

maneras»

ni

ideal .

Así San Juan de

alma en

>u pasión,

!a

columna de

o se imagina

como una

gloria

iice el santo,

ian la

al

luz igual

scética,

en

los

Todas

Y

Monte Carmelo,

la

imaginaciones,

representaciones sensibles, no guar-

las

ellas a la

el

que

se

ésa es

la

unión inmediata

que

el

se aferra

a

queda estacionado, por dela

escalera místico-

los escalones más altos y razón de que, a pesar de

Cántico espiritual, canción XXII, párrafo

ida del

estas

deben suprimirse. Porque

e:cabra.

el

Cruz

Dios sentado en su trono o se figura

primeros y más bajos escalones de

la

la

o en cualquier otro paso de

resplandeciente.

que

Cristo clavado en

a

no puede lógicamente alcanzar

término de

21

a

azotes

los

medios remotos, o sea

rirlo así,

i 1

que hay imágenes cuando

recalca

debida proporción para llegar por

ron Dios. Por ello, :stos

Cruz

la

meditación se representa

la

atado a

d

de una mística «sin algún medio..., ni

21

7,

1.

cit.,

libro II, capítulo IV, párrafo 5, L

II, cit.,

164, y I,

85.

Su-

346 la

Estudios literarios sobre Mística Española

sequedad de

terminado

meditación de

la

Por la

que atañe

lo

fantasía

la

y esperar con atención y

22

amorosamente en Dios de

haya que abandonar en un momento de-

espíritu,

.

Malón de Chaide en oposición

a

San Juan

a

Cruz, ni podemos aceptar que se trata de un escritor para

edificación del pueblo, interpretación contra la

gran aparato

ni

clásico,

que

se levanta su

puede tampoco demostrarse que

tuviera

experiencias místicas personales. Hay, pues, que encasillarle entre aquellos escritores por quienes afirma San Juan de la Cruz, en pasaje poco ha citado, que hay

no acaban de

de

liberarse

los

muchas personas

modos

palpables

espirituales

23 .

Si bien

de Chaide, medido con este rasero, aparece fuera del con todo,

el

historiador de la literatura debe al

algunos méritos. versión de

la

Con

misterio,

reconocerle

Magdalena y con su extraordinario dominio de

nada más que

"Ecce mulier"

al

el

lenguaje de

la liturgia;

Padre para su regalo.

«La meditación...

.

.

es acto discursivo

¡Dulce bien nuestro que

la

te

por medio de imágenes, formas

y figuras fabricadas e imaginadas por los sentidos, así Cristo crucificado o en

la pala-

claro que

«Cristo da este

lenguaje. Escribe, por ejemplo:

el

que

Malón

su tema típicamente imaginativo de la con-

bra llega sin embargo a hablar

22

menos

el

columna o en otro paso; o

a

como imaginar

a

Dios con grande

majestad en su trono, o considerar y imaginar la gloria como una hermosísima luz... Todas las cuales imaginaciones se han de venir a vaciar del

quedándose a oscuras...

alma,

para llegar

a

la

divina

unión;

por

cuanto no pueden tener alguna proporción de próximo medio con Dios tan poco

como

como

los

corporales que sirven de cbjecto a los cinco sentidos

las

Sirven de medios remotos para unirse con Dios; pero...

exteriores...

grados de

tancia de la subida...

escalera

amorosa en Dios» (Subida del Monte Carmelo, rrafos 83

3-8,

1.

cit.,

«Yerran...

I,

así

no tienen que ver con el término y esQue aprendan a estarse con atención y advertencia

la

libro II, capítulo XII, pá-

125-130).

muchos

espirituales

atreven a desasirse de aquellos

ios

cuales...

modos palpables»

(Ib.,

no acaban

ni...

párrafo 6, 128).

se

San Juan de

la

Cruz y Malón de Chaide

347

pones en competencia de una pecadora porque tu amor

y tu Padre

te lo

manda! Mirad, hombres,

el

Dios que dice...: tomad mi Hijo y dadme una pecadora»

Pero se rompen todas

las

compuertas de

cuando Malón de Chaide, a pesar de

tasía

la

al

24 .

más arrebatada

fan-

intercalamientos

tales

en lenguaje litúrgico, se pregunta ahora cómo debe acercarse

te fuerza

gran amor de vuestro

la

Magdalena

«Enrizad ese cabello, apretadlo con un rico

Señor:

prendedero de oro, enlazadlo con perlas orientales, poneos unos zarcillos

con dos

finas

un

esmeraldas,

de oro de galanos

collar

esmaltes, y más, seis vueltas de cadenilla sobre los hombros, de

:

quien cuelgue un águila de soberano ciente diamante en las uñas

con un resplande-

artificio,

que caiga sobre

de raso estampado... y una poma de ámbar anillos

que dedos; haceos de

dijes

una

pecho; una saya

el

tablilla

gris...

Poneos más

de platero, que

así

componen las damas de nuestro tiempo para salir a oír misa con más colores en el rostro que el arco del cielo, a adorar el se

:

escupido, azotado, desnudo, coronado de espinas y enclavado en

una cruz, Jesucristo, único Hijo de Dios. ...Entrad por esas iglesias y...

San

veréis

a

una parte pintado un

Lorenzo, atado, tendido sobre unas parrillas, y

p

unas llamas que

b

miedo;

(i

soplando, con unos fuelles...; se entreabren

llamas

cárdenas, los

le

ciñen

el

cuerpo;

las

que debajo salen

ascuas parecen vivas, las

que parece que aun de

verlas

verdugos con unas horcas de hierro que las

pintadas

ponen

las atizan,

otro

entrañas y anda

la

llama devastando y buscando los senos de aquel pecho, jamás renj

dido... Veréis en otro tablero pintado

i

atado, tendido sobre

un San Bartolomé desnudo,

una mesa y que le están desollando vivo. A otro lado un San Esteban que apedrean; tópanse las piedras en el

camino,

24

I

277-

el

rostro

Conversión de

sangriento,

la

la

cabeza abierta, que

mueve

Magdalena, Parte primera, capítulo XII, L

cit

a

348

Estudios literarios sobre Mística Española

compasión

quien lo mira... Veréis en otra parte un San Pedro

a

colgado de una cruz, un Bautista descabezado... y por remate en alto un Cristo en una cruz, desnudo- hecho un piélago de sangre, abierto el cuerpo a azotes, el rostro hinchado, los ojos quebrados,

boga denegrida,

la

No

cura

con ese

la

entrañas alanceadas...

las

Magdalena de otro adorno... sino de

va, abrasada

y hecha un horno de amor»

sólo el del alma;

25 .

Frente a este texto, nuestra mirada se dirige espontáneamente

no ya hacia hacia

Alacoque y

Nos

austera, varonil,

tica

Suso, Taulero y Ruysbroeck, sino

María de Agreda, Santa Margarita María de Catalina Emmerich,

las visiones

Brentano.

literaria

hacia

pasado.,

el

futuro, hacia

el

que dió forma

a las

alejamos, literariamente hablando, de la mís-

de claros

para acercarnos

perfiles,

narismo melifluo, femenil, pintoresco. Si pensamos que capitales de

San Juan de

permaneciendo dalena vió

España el

la

Cruz

se escribieron entre

que

la

crucial

de

1570 y 1584, la

Mag-

comprobamos cómo en un

literatura

la

visio-

obras

primera edición de

luz pública en el año 1592,

momento

típico

la

inéditas, mientras

al

las

espiritual

hunde en

se

Renacimiento, todo discurso y razón, y hace su aparición Barroco, todo ímpetu y fantasía. Quiero hacer la aclaración de que el

categorías elegidas, proximidad y lejanía del misterio,

las

ciden necesariamente

con

el

Barroco.

la

primera con

En modo alguno

el

Renacimiento y

quisiera incurrir en

no coinsegunda

la

una

[lerápa^tj

áXXo y ¿vo ? de la literatura en la historia de la Iglesia, sobre todo teniendo presente que el interés del historiador literario

tU

to

por

la historia

interesa por

de

ella

tores

25

de

Ib.,

la

la

piedad es meramente ecléctico, es decir, se

en cuanto se manifiesta en formas expres'vas de

alto valor artístico.

San Juan de

la

Ahora bien, desde

el

punto de

vista literario,

Cruz y Malón de Chaide son ambos grandes

literatura

escri-

española y tienen, a juicio mío, aplicación

Parte tercera, capítulo

XVI, L

cit.,

II,

132-135.

San Juan de

en

ellos

las

la

Cruz y Malón de Chaide

proximidad del misterio, como encar-

categorías de

modo

nación clásica religiosa del

como expresión

del misterio,

de formas piadoso y cación tanto

serio.

radical renacentista, y de lejanía

típica

Y

religiosa

otro, bien

que

barroca en su juego

ambos autores tienen una

más sintomática cuanto que

mente uno de

349

a

ambos

están

muy

lados de

signifi-

cerca histórica-

la

divisoria

que

señala la revolución espiritual española desde el Renacimiento al

Barroco

aa

26 .

Véase Otis H. Green,

«A

Critical

Survey of Scholarship

in the

Field of Spanish Renaissance Litcralure 1914-1944» (Studies in Philology

XLIV

[1947], 228-264), y

René Wellek, «The Concept

Literary Scholarship» (The Journal of Aesthetics

V

of

Baroque

[1946], 77-108).

in

En

de estilo sencillo y florido, para en mi estudio sobre «El Barroco de Cervantes

este sentido elegí otra pareja (ésta seglar)

demostrar y

el

tales diferencias,

Barroco de Góngora», en Anales Cervantinos III (1953).

con esta distinción, amanerado, y

a

sería

más

San Juan de

la

correcto calificar a

De

acuerdo

Malón de Chaide de

Cruz, de barroco puro.

CAPITULO

VIII

LAS PROFUNDAS CAVERNAS Estructura de un símbolo de San Juan de la Cruz

La canción III de la Llama de amor viva, acerca de la cual el mismo San Juan de la Cruz escribió: «Es menester mucho para declarar la profundidad de esta canción» (Declaración , párrafo i) está

formada por

la siguiente estrofa,

que

es

una

lira

l ,

ampliada

¡Oh lámparas de fuego

En

cuyos resplandores

Las profundas cavernas del sentido,

Que

Con

estaba oscuro y ciego,

extraños primores

Calor y luz dan junto a su querido!

1

Todas las citas se hacen conforme a los párrafos de la primera y más breve versión de la Llama. El texto de que me sirvo y que corresponde a la edición crítica de Burgos es Obras de San Juan de la Cruz, td. de los P. Bernardo de la Virgen del Carmen y P. Silverio de Santa Teresa, Buenos Aires: Poblet, 1942. Vol. II, págs. 341-399. :

352

Estudios Hiéranos sobre Mística Española

El

simbolismo de estos versos maravillosos corre peligro de

quedarse oscuro y vago,

si

no

se

comprende claramente

la

expresión:

Las profundas cavernas del sentido.

De

acuerdo con

el

comentario en prosa del mismo santo, sentido

significa aquí sentido espiritual (párrafo 18), lo divino (párrafo 69), la

capacidad del alma para

última sustancia del fondo (del alma) (pá-

rrafo 68), receptáculo de las grandezas de Dios (párrafo 69).

dado

estrofa anterior (canción primera) se le había el

más profundo Cruz

la

una

centro. Este sentido es, por consiguiente, el «See-

lengrund» del Maestro Eckart. un concepto que

Juan de

En

nombre de

el

a través

llegó

le

de Taulero y de Ruysbroeck

2 .

San

a

Sus

sinó-

nimos metafóricos fondo y profundo centro son suficientemente gráficos para sugerir la idea de «hondo, hondura, hondón». Pues bien; San Juan de el

Cruz concibe

la

este

hondón como un pozo en

centro de tres profundas y sinuosas cavernas. Escogió esta ima-

gen no tanto porque interior

de

saje del

la

hubiesen impresionado

le

montaña de una

Cantar de

los

Cantares

II,

las

cavernas del

cuanto por acomodarse

sierra

14:

al

«In foraminibus petrae

pain

caverna maceriae», pasaje que ya había comentado en su Cántico espiritual

2

En

!

.

lo

Aquí y solamente aquí

que

es

donde, según San Juan de

Pierre Groult, Les

se refiere al influjo doctrinal, véase

Mystiques des Pays Bas

et la littérature

espagnole du

XV F

siécle.

Lovaina,

GeesJ., «Ruusbroec en Juan de la Cruz», Ons telijk Erf (1931), 143-185; P. Enrique del Sagrado Corazón, O. C. S., «Jan van Ruusbroec, como fuente de influencia posible en San Juan de

1927; L. Reypens, S.

la

Cruz», Revista de Espiritualidad,

cuanto a

la

Pierre Groult, «De Lull

Romanes, 3

IX

(1950),

288-309 y 422-442; en

influencia del simbolismo, véase el capítulo II de esta obra y et

Ruysbroeck á Jean de

la

Croix», Les Lettres

II (1948), 60-64.

Véase San Juan de la Cruz, El Cántico

Y

luego a

las

subidas

espiritual,

XXXVII:

Las profundas cavernas

353

Cruz, pueden encontrarse

la

abate Jean Viínet

el

Amado, pues

el

los textos

como ha demostrado poco ha de modo

bíblicos son para el santo,

convincente

amada y

la

*,

la

comprobación de sus propias

experiencias místicas y de las ajenas. El «fondo» de Eckart-Ruys-

broeck combinado con Cantares viene

los

marco de

la

ser así el lugar

a

amorosa del Cantar de

cita

profundo y escondido donde

de amor del Esposo hallan

calor y luz

el

el

amada

reciprocidad de la

(párrafo 79).

Y

la

deseada y aceptada reciprocidad amo-

esta

rosa se expresa con el símbolo

de

la

reverberación de luz y calor

reflejados por todas las paredes

de

la

caverna.

Pero ¿córre

las

paredes roqueñas de) interior de una montaña

pueden reverberar luz y calor hacia la Fuente de Luz de la que originariamente proceden? El símbolo es mucho más claro en Dic Geestelijke Brulocht de Ruysbroeck. libro en el la

pues en

«Seelengrund»

él

ese valle se

el

que ese símbolo

imaginación del santo español por vez primera;

debió de picar

es

un

zenit

no sólo envía luz y

plias

superficies de las laderas de la

calor

las

valle,

al

entre altas montañas y

valle

inunda de luz reflejada por

montaña*. El

montaña, y

Y iue glosa 1

mismo 4

ís:

el

la

en

el

am-

así estas laderas

-everberan luz y calor de la plenitud que han recibido

Cavernas de

sol

sino también a las

5 .

piedra nos iremos...

mosto de granadas gustaremos.

«Entrado más adentro del matrimonio espiritual», prácticameme tópico de

La Llama de amor

viva.

Jean Vilnet, Bible et Mysüque chez Saint Jean de la Croix. PaDcsclée de Brouwer, 19 19: 17-39 53; 69. D. loannis RiisbrocJrii Sanctissitni divi::issinüque contemplaioris ;

5

Omnia: A. R. F. Laurentio Surio, Carthusiano, ex Bélgico IdioLalinum conversa. Colcni.ie spud Arnoldum Quenteliiim 1DCVIII, «De Ornatu Spirituaiium Nuptiaram», págs. 416-511; Liber rimus, Caput VI. O también: Tean van Ruusbpoec, «De Geestelijke rulocht>, Werken, I, door J. B. P. Poukens en L. Reypens, Malinas-

)pera late

in

23

Estudios literarios sobre Mística

354

Esta imagen pudo

de

Cruz, ya que

la

el

muy

bien servir efectivamante a San Juan

santo pretende exponer la idea de que

única respuesta posible del alma

Esposo

de su Fuente) de

es la reverberación (dentro

de amor divinos que ha recibido. Pero alguno penetrar en

pueden

la

ser iluminadas.

«Lampades

VIII, 6:

ejus

la luz y calor no puede en modo

sol

el

Las cavernas sólo con antorchas

caverna.

Y

también aquí lampades

Cantar de

el

ignis aíque

los Cantares

flammarum»

es

fuente de las antorchas nupciales. Sólo que surge aquí otra

El santo traslada

cultad.

«lampades» de

el

paras; y esta palabra en el Siglo de

mente

la

pueda

aplicar a otras fuentes

muy

bizantina,

Oro

la

de

luz.

Y

así,

un

6 ,

y exclusivase

la

el

comentario,

fácilmente imaginarse lámparas de iglesia en una cripta

Pero

representación sensible la ataja

tal

y acentúa enérgicamente en habla en su comentario

el final

como

el

poeta

al

cam-

cuyo fuego subraya

del primer verso y de las que

llamas vivas de juego (párrafo

8). Así

santo acerca su expresión a la expresión bíblica en que Dios

mismo

se revela

Pues bien:

como

el

antorcha y llama de Pentecostés.

motivo de

las

lámparas

así

concebido se combina

con otra idea de Ruysbroeck

relativa al lleno místico

cultades ascéticamente vacías.

En

explica con toda amplitud al

que

sin

lector vulgar, que

especialmente en

biar a estilo lírico estas lámparas en antorchas

el

la

difi-

Vulgata por lám-

tiene única

acepción estricta y concreta de lámpara

quiera visualizar estas lámparas,

podría

la

abrazo amoroso de su Divine

al

efecto,

cómo Dios

el

de

comentario del

páginas 6

1

el

pasaje

a

santc

que

se

atributos

hace referencia, en

la;

16-17.

Sebastián de Covarrubias, Tesoro de

pañola según celona:

fa-

a lo primero se hace sensibh

alma enamorada solamente bajo uno de sus aspectos o

Amsterdam, 1932. 103-247;

las

la

la

Lengua

Castellana o Es

impresión de 161 1, edición de Martín de Riquer, Bar

Horta, 1943,

col.

749b, 26-34.

Las profundas cavernas

cada vez que

355

Dios se mueve como una antorcha por

la visita.

oscuros senos de

los

caverna del entendimiento (párrafo 19), puri-

la

ficando a fuego sus imperfecciones, hasta que queda hecha una

caverna iluminada por

por

cavernas de

las

Se mueve como una tea

fe (párrafo 48).

la

la

memoria y de

imaginación (párrafo 21),

la

purgándolas de toda clase de recuerdos y reminiscencias para dejar solamente a

sitio

esperanza divina. Se pasea por

la

la

caverna de

la

voluntad amorosa (párrafo 20), desalojándola de todos los deseos

y llenándola con

cuando

calor

el

y

estas tres antorchas

han pasado por

luz

la

de

las

dense en una sola luz indistinguible

Dios



suerte

,

se

que

luz y calor

sobre

la

inunda

el

pozo y

el

de

lo

calor todo el interior

divino.

Y

cavernas, inflamándolas, fún-



el

atributo de la unidad de

pozo con plenitud ubérrima de llamas, de paredes de

las

la

que pueden contener.

fuente de su

amor

Santísima Trinidad (párrafo 80)

la

oscuridad de

la

perfecto

del

caverna tienen

Y

así, reflejan

Amado, que ha inundado de de

mucha más luz y calor

su propia luz y

estas cavernas maravillosas,

hecho uno con

su fondo (párrafo 76) y transformadas realmente las

cavernas en

cavernas divinizadas por estar transformada(s) y hecha(s) resplandores (párrafo 9), de suerte que la luz de Dios y del alma toda es ina ''párrafo 71).

Para garantizar

la

exactitud

de nuestra interpretación del sím-

hemos acudido siempre hasta aquí

alo,

anto

como

tlicar

su propio símbolo.

a

una

crítica literaria

No

al

comentario teológico del

creemos,

como

comentario del santo destruye en general

1

clase capaz

de primera

de ex-

algunos eruditos, que

la

poesía, antes al con-

grio, aclara e ilumina sus oscuridades sin poner en peligro su

rismo, al subrayar la inseparabilidad de esencia

mbolo Ello a íe

real

no

y

significado de

un

e inequívoco. es lo

estructura del

mismo,

sin

símbolo de

embargo, respecto a ciertos las

detalles.

cavernas primeramente oscuras,

con maravillosos y extraños primores reverberan su luz y calor

356

Estudios literarios sobre Mística Española

hacia una persona amada, supone cavernas vivas.

conforme

Y

efectivamente,

son cavernas dotadas de sensación, ca-

comentario,

al

vernas morales, en una palabra, cavernas del alma. Admitiríamos

que

sin dificultad

sumido

el

espíritu vigilante

y centro del alma, el cual, no existir en absoluto,

principio en oscuridad, parecía

al

como una persona

estaba ciego

antes de llegar la luz. Pero estas

cavernas vivas aparecen también en

el

comentario

como

cavernas

hambre y sed, ansiedades y deseos (párrafo 71) que estaban ciegos con nu-

personificadas con estómago (!), (párrafo 18). Tienen ojos

bes y cataratas (párrafos 72-73, 75). Estas materializaciones didácticas

de

la

de que San Juan

sólo las aceptamos a desgana, convencidos

Cruz

lo

que pretendía era explicar su símbolo para

ción de personas

espirituales,

utilizando para ello toda

instruc-

clase de

medios.

Pero volviendo

al

poema mismo, hacemos

sorprendente des-

el

cubrimiento de que en lo esencial de este símbolo indisoluble cavernas y

el

sentido espiritual del alma se mantienen en

librio entre lo concreto

y

lo abstracto, equilibrio

de todo clasicismo, de toda paradoja^ de todos religiosos,

de toda

un pozo concretos

ni

los

es

las

equi-

fundamento

grandes textos

de cavernas o

de

tampoco inversamente de capacidades y

fa-

poesía. ,

Nunca

que

un

se trata aquí

cultades abstractas del alma, sino de cavernas del sentido espiritual

Y

es

cabalmente esta fusión abstracto-concreta del símbolo y de

sentido simbolizado lo que presta sitez.

La

al

poema su

maravillosa exqui

predicación personal de ceguera, indicadora de ignorancia

(párrafo 70), en singular (estaba ciego) refiérese exclusivamente

sentido espiritual,

no

a

las

cavernas. El espíritu,

en su ceguera, pasa a ser no sólo en

el

el

secreto retiro de )a montaña, sino también la

la

En

ocult

m'sma desposad

virtud de esta fusió

esposa la que emite llamaradas amorosas de luz hacia

Amado

(su querido), llamaradas de luz

a

ser iluminad'

evocado tálamo nupcial

en una indisoluble unión de significado. es

al

que son, en

s

la estructui

Las profundas cavernas

357

del símbolo, inseparables de las vibraciones amorosas. Prueba esta

inseparabilidad la formulación de que se sirve constantemente el santo

en su comentario: luz y fuego de amor. Las llamaradas de luz son también por las paredes de las cavernas. El doble sig-

reflejadas

nificado del posesivo español su, singular y plural,

como

ferirse tanto a sentido

trincamientos

de

a cavernas constituye

La

canción.

la

que puede

uno de

exclusiva

referencia

re-

los in-

cavernas

a

perjudicaría al contexto {cavernas y querido originarían una especie

de discordancia).

En

cambio, transfiriendo

inflamadas cavernas roqueras

el

posesivo su de

las

aunque condensadas por San Juan de

vibraciones

la

última palabra querido, ciertamente calan e

la

resplandores

extraños

las

amor transformante que simbolizan

podemos comprender más fácilmente

(sentido)^

rosas que,

en

al

experimentados en

las

amo-

Cruz solamente impregnan estos

cavernas,

ocultas

a

los ojos profanos.

Pero supongamos ahora inversamente que San Juan de

la

Cruz

no sólo como prosista y crítico en su comentario, sino también como poeta lírico en su canción concibió estas cavernas como seres que sienten cómo

vivos,

la

luz y el fuego las van purificando, ca-

como órganos

vernas que serían

internos

del alma, cavernas

que



temen y esperan y finalmente gozan y aman y por lo menos corresponden al amor; todavía en este caso serían aceptables desde punto de

el

vía

de

No

serían

la

7

5

arís:

de

de

purgación

muy

»on, aquella vista

vista

la

el

la

poesía

como

criaturas

que alcanzan por

punto en que se funden con

diferentes de la

máquina que

se

el

amor

la

divino.

máquina consciente de Henri Eerg-

goza en

prometida perfección

7 .

el

dolor de su «montage» en

Estas cavernas vivas tendrían

Henri Bergson, Les deux sowces de la morale et de la religión, Presses Univ., 1942, pág, 245: «Une machine d'un acier formi-

lablement résistant, construite en vue d'un effort extraordinaire, se trouerait

sans doute dans

un

état

analogue

si

elle

prenait conscience d'elle

358

Estudios literarios sobre Mística Española

una especie de carácter superrealista y emanaría de ellas un efluvio de respeto sobrecogedor, el mismo que se desprende de las imágenes e iconos orientales, creados por

numinoso de

el espíritu

lo

tremendum. Pero quiero terminar aquí y dejar bien sentado el hecho de que a pesar de todas estas transformaciones solamente el símil de

Ruysbroeck de

por

la luz reflejada

que San Juan de

la

Cruz

que no puede menos de teño de

las

Y

paredes de

reflejar

la

sobre

como

así es

rocas allanó

el

sol

Amado

ca-

divina que

la luz

la estructura del

soporta

divino,

las

del alma divinizada,

montaña reverberadoras de

que reciben de un simbólico

camino para

el

imagen adecuada de

como símbolo

vernas reverberadoras de la luz

de El tiene recibida.

las

hallara la

símbolo nor-

la

luz y calor,

virtualmente y

explica también la estructura de nuestra canción:

Las profundas cavernas del sentido Calor y luz dan junto a su querido.

Esto

un símbolo

significa, respecto a

particular, lo

mismo que

afirmó Baruzi respecto a otros motivos, es a saber, que los sueños

de

los místicos

nuevo

méme

norteños cobran en San Juan de

la

Cruz un

fulgor

8 .

au

moment du montage.

dures épreuves,

elle

Ses piéces étant soumises, une á une, aux

aurait le sentiment d'un

manque, 9a

et lá, et d'une

douleur partout. Mais cette peine toute superficielle n'aurait qu'á s'approfondir

pour venir se perdre dans

merveillcux. 8

L'áme mystique veut

Jean Baruzi,

St.

Jean de

l'atrente

et

l'espoir

d'un

instrumení

étre cet instrumení.» la

Croix

et

le

probléme de Vexpérience

mystique, París: Alean, segunda edición, pág. 605.

CAPÍTULO

IX

LA PROSA DE SAN JUAN DE LA CRUZ EN LA

«LLAMA DE AMOR VIVA» Hasta ahora nadie ha intentado interpretar

*

prosa, única, de la

la

Llama. García Blanco se sintió atraído por su

«léxico diáfano»,

«encarecimiento afectuoso»,

por sus ecos de

Garcilaso, así

«naturalidad

como de Santa Teresa

1

;

llana»,,

Dámaso Alonso quedó

ad-

mirado de su «estilo afectivo, figurado, poético, aunque en prosa», por su «balbuceo recordador»

En suma

:

2 .

esta prosa, a pesar

de

ser clara

y lógica, es una prosa

irrebatada.

Esto parece sorprendente en un comentario que intenta ex)licar

un poema en términos

:onsiste

en averiguar por qué

discursivos. el

*

La traducción ha

1

M. García Blanxo, «San Juan

jo

DÁMASO Alonso, La Superior,

la

prosa meramente

sido hecha por Tica F. Montesinos.

vi», Castilla (Valladolid), 2

El problema verdadero

Santo rechaza

II

(i94i-3)>

de

la

Cruz y

poesía de San fiian de

1942, 219 y 220.

el

lenguaje del siglo

138-159. la

Cruz, Madrid

:

Con-

360

Estudios literarios sobre Mística Española

didáctica para este propósito. El hubiera podido refrenar su estilo

como en io

que

sus primeras obras, a pesar

le

hace

de que su amor a Dios

pero no quiere que

escribir,

le falte la

es

presentación

simbólica y exclamatoria del poeta que comenta y se ve resuelto a

hablar

la 3

Divina) las

,

lengua de

Escrituras

las

(arrimándome a

aproximándose íntimamente a

realidad

la

la

más

Escritura

delicada de

materias místicas. Si lo apartamos

simbolismo,

el

de

la teología,

en

sentido técnico, y de su

el

comentario explica a grandes rasgos que

un estado místico superior no

el

alma en

sólo siente la presencia tranquila de

Dios en su amorosa substancia, sino también su propia respuesta

amorosa

prema

al

amor de Dios, dentro de una tranquilidad de

felicidad y

no en quebrantados

éxtasis.

para encarecer esta felicidad a través de ración retrospectiva por

matrimonio místico, son

aquellos los

la

Un

su-

deseo amoroso

muerte, y una conside-

sufrimientos que le llevaron

complementos de

clarificación del

al

tema

central.

El poema, para ser comentado en relación a su lengua simbólica; requiere

más aún que

lo

que se dice en

el

comentario. El texto

poético declara que, dentro del horno inflamado del alma, ha sur-

gido una llama blanca que ya no hiere ni duele, sino que suaviza y acaricia.

Las cavernas de

los

poderes del alma, en otro tiempo com-

pletamente vacías y sufriendo a consecuencia de este vacío, se han llenado con la luz y el

el

calor divino, para

que

el

aima pueda fundir

fuego maravilloso, otra vez dentro del Amado, como

si

fuera su

respuesta amorosa. Este simbolismo fundamental llena las estrofas

3

Llama de amor viva, Obras de San Juan de la Cruz. Edición conmemorativa del cuarto centenario del nacimiento del místico autor, por el P. Bernardo de la Virgen del Carmen y el P. Silverio de Santa Teresa, ambos carmelitas descalzos. Editorial Poblet, Buenos Aires, i94 2 >

vol. II, Prólogo,

página 284.

La

prosa de San Juan de

impares de

las

pares forman

la

Cruz en

«.Llama de amor viva'»

la

cuatro «canciones que hace

el

alma». Las estrofas

una traducción alegórica del tema. Primero

la

nueva llama blanca puede

acariciar del

da; y

si

Amado

significar

el

palpito,

se reclina sobre el

se traduce a misticismo

cebido y sentido, se

la pasiva,

se traduce a misticismo nupcial,

si

Divino que

:

amor que sana

ascética y dolorosa cauterización por el fuego del

alcanza una tregua; segundo:

361

despertar y

el

pecho de

la

ama-

maternal resulta que Dios, ya con-

mueve dentro

del centro del alma. El texi.o

fusiona los dos conceptos.

El comentario puesto que,

arte,

mismo en prosa se seguimos el poema

convierte en una estrofa por estrofa

si

obra de

y verso

por verso, nos iiustra acerca de cuatro categorías simbóiico-estilísticas

De

la arquetípica, la bíbiico-iitúrgica

:

interpretación

la

de

4 ,

cuatro

estas

la científica

categorías,

y

el

la

popular.

comentario

adquiere visualidad pictórica, poder evocativo, ritmo y melodía, a pesar del didactismo racional y clarificador que predom-na y que pertenece

al

y de qué

modo

estilo

de un buen comentario.

¿Cómo

es esto posible

se alcanza?

I

San Juan de

la

Cruz, abierto a

simbolismo arqueüpico, hace de génesis de la «llama de

la la

amor viva»

verdad

irresistible del universal

evaluación retrospectiva de el

tema central del comentario.

El lector ya sabe por obras anteriores que esta llama de

Dios mismo, comprendido y sentido por ha

transformado

el

alma

1

P.

Juan de página

el

el

Amor

es

alma. Esta llama divina

en fuego,

convertida

solamente madera verde. Entonces

la

que

antaño

era

alma sobrepasó un juego de

Joaquín María Alonso, C. M. R, «Biblia y Mística en San la

3. jo.

Cruz», Reiisia de Espiritualidad,

IX

(1950),

núm.

36, 330-337;

362

Estudios literarios sobre Mística Española

fuei'a, le

no de dentro (Canción

humear

hizo sudar y

penetrando dentro de

Con

22).

(I,

apareció empujada fuera,

19-25) [que] enjugándola

I,

33)-

siente

que

del cauterio de

la llaga

más adelante

cauterización. Pero

amor

la

hace (II,

en horno (una fragua cuando

la

23), la

la 3).

alma reconoce

cura

(II,

por una

8),

Finalmente, (I,

alma

el

16) se con-

trabucan)

agitación levanta una nueva llama especial,

punto

llama,

la (I,

principio se

al

el

amor encendida en perfección de amor

iadiante de

19) des-

a cada toque prende

centella

la

Esta quemadura poderosa (juego intenso)

como una

humedad

la

entrando y transformándola

llama [que] no encemza sino clarifica

vierte

tiempo,

alma se calentó hasta que

el

ella,

puso como enjuta yesca donde

&

el

(I,

(I, 19) y cierta una llama que sube de

El alma divinizada, habiendo recibido la respuesta de

(ib.).

Dios, radiante de amor, es verdaderamente una ascua y responde

echando llama

16).

(I,

No

existe

sino modificando la expresión centella,

echa fuego de

Cruz todavía puede

de felicidad suprema de aire



seguir la

forma mejor de describir esto

simbólica;

por ejemplo,

y llamea (prólogo,

3).

fuego

el

San Juan de

nueva llama, puesto que

alma

el

es el

inflamado (IU, 9) 2 la llama quiere llevar al aire consigo al centro

de su esfera riosa

(III,

10), al

consumación de

El símbolo de

la

subido fuego de gloria

(I,

27), en la glo-

muerte.

las cavernas,

como

el

símbolo de

la

llama, tam-

bién posee un poder irresistible para convencernos. Significan facultades

del

alma,

obscuras

al

principio,

luego resplandecientes e iluminadas

cuando

porque están se

llenan

radiante del amor. El símbolo se extiende solamente en tercera, pero

de

la

expresando esa cualidad arrebatadora

la llama,

se desarrolla

por todo

el

fuego

del la

las

vacías,

canción

en forma retrospectiva, semejante

poema. Esto lo he explicado ya en

el

a la ca-

pítulo VII. Pero vale la pena mencionar aquí, en relación a los

numerosos

detalles

existentes

en San Juan de

conocimiento de un símbolo ineludible de

la

la

Cruz, su nuevo

Humanidad, presente

La prosa de San Juan de en

mentalidad de

la

Cruz en

la

«Llama de amor viva*

la

como Homero

primitivos

los

363 VIII;,

(llíada,

Platón (Fedón) } Shelley con sus obscuras caverns of the mind, those intricate and winding chambers that thought can with diffiadty

y en

visit,

el

human

the

más moderno dim sublimal recesses of \ Otro símbolo arquetípico es el más profundo

psicoanalítico

soul

centro, en el sentido de

Mircea Eiiade

donde

Divino y

se encuentran io

lo

ü ,

zona de realidad absoluta,

Humano.

II

San Juan de

la

Cruz, penetrador de

la

importancia del verda-

dero simbolismo, habiendo estudiado en Salamanca, centro de estudios bíblicos, es

uno de

los últimos representantes

española de escriturarios.

ción

experiencias místicas con ejemplos de

•y simbólica.

San Juan de

:

generasus

la Eiblia. El se inclina ante

Puesto que está seguro de pertenecer a aquellos hom-

que anduvieron cen

Pablo

la

maravillosos de orden místico, de esta lengua profunda

los reflejos

!bres

de

Se atreve a identificar todas

la

Señor desde Moisés y Elias hasta San

el

Cruz interpreta sus experiencias místicas

con imágenes bíblicas, pareciéndole éstas insustituibles para aclarar su comentario.

El Santo actualmente penetra en una experiencia

que trasciende cualquier situación arquetípica, es decir,

de

sión

Con

I

la

revelación bíblica.

de la

Llama de amor

[

Jna

cita

t

quintaesencia de una estrofa comentada

5

;

dimen-

esce enfoque, las Escrituras se convierten en espina dorsal

\

lies

la

bíblica

Maud

al

viva, final

matizando del

el estilo

capítulo

Bodkin, Aíchetypical Pattenis

of Imagination,

de muchas maneras.

contiene, (II,

por

in Poetry,

ejemplo,

San Juan de

36)

la la

Psychological Stu-

Londres: Oxford Uniy. Press, 1934, pp. 101-128.

6

Le myihe de VEiernel Retour,

7

Jean Vilnet, Bible

>sclée, 1949, p. 60-61.

et

París

:

mysiique chez

Gallirnard, 1949, p. 30. St.

Jean de

la

Croix, París

¡

364

Estudios literarios sobre Mística Española

Cruz une su personalidad

de

a sus traducciones

adapta a su ritmo, «de manera insuperable y con

compitiendo ventajosamente con versiones

Vulgata y

la

sumo

las

acierto»

8 ,

de épocas

vernáculas

mismo tiempo que con el traductor con10 Con frecuencia reemplaza citas directas por circunloquios suyos más melodiosos, procedimiento por el que consigue destacar la Llama sobre sus otras obras Este anteriores a la suya

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