Estudio de Cabala Michael Laitman
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Descripción: Cabalà...
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¿Qué es la Cabalá? Introducción 4 Preguntas Iniciales ¿Quién soy y por qué existo? ¿Por qué razón he nacido? ¿Donde voy y por qué estoy aquí? ¿Por qué razón existo en este mundo? ¿Estoy ya aquí?, ¿Volveré? ¿Puede ser que comprenda el motivo de todo lo que me sucede? ¿Puedo yo verdaderamente entenderme con el universo? ¿Cuáles son las razones del sufrimiento en este mundo?, ¿es posible prevenirlas de una manera u otra? ¿Puedo alcanzar la satisfacción, la perfección y la serenidad? ¿Cómo podemos llegar a la serenidad, a la plenitud, a la felicidad? La única respuesta a estas preguntas es reconocer y tener conciencia de que el Mundo Superior está lleno de placeres. El medio para llegar a la perfección es la Cabalá. La sabiduría de la Cabalá permite al ser humano penetrar mediante todos sus sentidos en el Mundo Superior, que es el mundo de las causas de todo lo que aquí ocurre. De esta manera, el ser toma en la mano su vida y trasciende los límites del tiempo y del espacio. Satisface de esta manera el fin de la Creación, que es el sentido de su vida, la serenidad, la alegría, sin límites y sin fin, todo esto viviendo aún en este mundo. El objetivo es guiarnos hacia las primeras etapas del aprendizaje del reino espiritual ¿Qué es la Cabalá? La sabiduría de la Cabalá es una herramienta científica para estudiar el mundo espiritual. Para explorar nuestro mundo nos valemos de las ciencias naturales tales como la física, la química y la biología. Pero las ciencias naturales sólo estudian el mundo físico que percibimos con nuestros cinco sentidos. Para comprender completamente el mundo en el cual vivimos necesitamos una herramienta de investigación que pueda explorar la esfera oculta: aquélla que nuestros sentidos no pueden percibir. Esta herramienta es la sabiduría de la Cabalá. De acuerdo con la sabiduría de la Cabalá la realidad consiste de dos fuerzas o cualidades: el deseo de recibir y el deseo de otorgar o de dar. Ya que el deseo de otorgar desea dar, crea un dese de recibir. De ahí que su nombre más comúnmente usado sea “el Creador”. Por lo tanto la creación entera, incluyéndonos nosotros, implica las manifestaciones de ese deseo de recibir. Utilizando la Cabalá podemos trabajar con las fuerzas fundamentales de la realidad (recepción y otorgamiento) en beneficio propio. No sólo nos enseña el diseño de la creación,
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sino cómo podemos volvernos diseñadores, tan omnipotentes y omniscientes como el Diseñador original de la realidad. La Cabalá es un método simple y preciso que investiga y define la posición del ser humano en el universo. La sabiduría de la Cabalá nos dice por qué existe el hombre, por qué nace, por qué vive, cuál es el propósito de su vida, de dónde viene y hacia dónde va cuando completa su vida en este mundo. Es el único método para alcanzar el mundo espiritual. Nos enseña acerca de él, y al estudiarlo vamos desarrollando un sentido adicional. Con la ayuda de este sentido podemos establecer contacto con los mundos superiores. La Cabalá no es un estudio abstracto o teórico, sino por el contrario, muy práctico. El hombre aprende acerca de sí mismo, quién es y cómo es. Aprende lo que debe hacer ahora para cambiar, etapa por etapa, paso a paso. Enfoca su investigación hacia su propio interior. Toda la experimentación se realiza sobre sí mismo, en sí mismo. Es por eso que la Cabalá se denomina "La Sabiduría Oculta". A través de ella, la persona experimenta cambios internos, que sólo ésta siente o sabe que están sucediendo. Es una actividad, propia, específica y peculiar, ocurre en el interior del ser humano. La palabra "Cabalá" se deriva del verbo en hebreo "lekabbel", es decir, recibir. La Cabalá describe los motivos de las acciones como "el deseo de recibir". Este deseo se refiere a la recepción de diversas clases de placeres. Para ello, cada uno está dispuesto, en general, a invertir un gran esfuerzo. La cuestión es: ¿Cómo alcanzar el máximo placer pagando el mínimo precio? Cada quien intenta responder a esta pregunta a su manera. Este deseo de recibir se desarrolla y crece de acuerdo a un orden determinado. Al principio, busca el placer de los sentidos, luego va tras el dinero y el honor. Un deseo aún más poderoso lo vuelve sediento de poder. Quizá después desarrolle la búsqueda de la espiritualidad, la cual representa la cúspide de la pirámide. Quien reconoce cuán grande es esta meta, comienza a buscar los medios para alcanzarla. Al pasar por las etapas del deseo, la persona se familiariza con sus habilidades y limitaciones. La Cabalá se ocupa de lo que no podemos apresar ni controlar. No sabemos cómo son creados los sentimientos. Nos maravillamos ante las experiencias de lo dulce, lo amargo, lo agradable, lo áspero, etc. No logramos construir instrumentos científicos para examinar nuestros sentimientos, ni siquiera en el campo de la Psicología, de la Psiquiatría y demás ciencias humanas. Los factores de la conducta permanecen ocultos a nuestro entendimiento. La Cabalá es como la matemática de los sentimientos; toma todos nuestros sentimientos y deseos, los divide y da una fórmula matemática exacta para cada fenómeno, a cada nivel, para cada tipo de comprensión y de sentimiento. Es un trabajo de sentimientos comBinádos con intelecto. Para los principiantes, utiliza geometría, matrices y diagramas. Los que avanzan encontrarán una ciencia exacta que examina los sentimientos. Al estudiar, sentirán cada sentimiento, y a la vez lo comprenderán. Sabrán qué nombre darle, según su poder, dirección y carácter. La sabiduría de la Cabalá es un método antiguo y probado, mediante el cual el ser humano puede recibir una conciencia superior, alcanzando la espiritualidad. Este es su objetivo real en el mundo. Si alguien siente un deseo y un anhelo de espiritualidad, podrá darle cauce mediante la sabiduría de la Cabalá, otorgada por el Creador. La palabra "Cabalá" describe la meta del cabalista: alcanzar todo aquello de lo que el ser humano sea capaz, como ser pensante, la más elevada de todas las criaturas.
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¿Quién Puede Estudiar Cabalá? Cuando le preguntaron a Rav Kook (gran cabalista del siglo XX y primer Rabino en Jefe de Israel) quién podía estudiar Cabalá, su respuesta fue inequívoca: “Cualquiera que quiera hacerlo.” En los últimos cien años todos los cabalistas sin excepción afirmaron claramente en distintas circunstancias que hoy la Cabalá está abierta a todos. Más aún, dijeron que es una herramienta necesaria para resolver la crisis global que ellos habían pronosticado que llegaría y que estamos viviendo hoy día. De acuerdo a todos los cabalistas, los días del ocultamiento de la Cabalá ya han terminado. La sabiduría de la Cabalá había estado oculta previamente debido a que los cabalistas temían que fuera malinterpretada y utilizada incorrectamente. Y ciertamente, lo poco que ha podido filtrarse a dado origen a todo tipo de conceptos erróneos acerca de la misma. Hoy, en cambio, esta ciencia se está abriendo a todo aquél que quiera aprender, debido a que los cabalistas afirman que nuestra generación está lista para entender el verdadero significado dCuando se habla de la Cabalá suelen mencionarse los siguientes argumentos: "Uno puede volverse loco estudiando Cabalá"; "sólo se puede estudiar Cabalá sin peligro después de los cuarenta años"; "hay que ser casado y tener por lo menos tres hijos antes de embarcarse en su estudio"; "a las mujeres les está prohibido estudiar Cabalá", etc. La Cabalá está abierta a todos aquellos que deseen verdaderamente autocorregirse para alcanzar la espiritualidad. La necesidad proviene del impulso del alma hacia la corrección. En realidad el único criterio para determinar si alguien está listo para estudiar la Cabalá es su deseo de corregirse. Este deseo debe ser genuino y libre de presiones externas, ya que sólo nosotros podemos descubrirlo por nosotros mismos. El gran cabalista Ari expresó que, a partir de su generación, todos, hombres, mujeres y niños, podían y debían estudiar la Cabalá. El cabalista más importante de nuestra generación, Yehuda Ashlag, "Baal Hasulam", nos legó un nuevo método de estudio para esta generación, adecuado para cualquiera que desee profundizar. Encontramos el camino a la Cabalá cuando, no satisfecho ya con las retribuciones materiales, nos volcamos al estudio en busca de respuestas, aclaraciones y nuevas oportunidades, por no encontrar en este mundo soluciones a las cuestiones significativas acerca de nuestra existencia. En general, la expectativa de encontrar respuestas ni siquiera es cognitiva, simplemente nos interesa, lo consideramos necesario. Con frecuencia nos preguntamos: ¿Quién soy? ¿Por qué nací? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Por qué existo en el mundo? ¿Estuve ya aquí? ¿Volveré a aparecer? ¿Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo? ¿Puede evitarse de alguna manera? ¿Cómo puedo lograr placer, plenitud y paz mental? De forma somera, sentimos que sólo fuera del ámbito de este mundo encontraremos las respuestas. Sólo conociendo y percibiendo los mundos superiores se pueden contestar estas preguntas y la única forma de hacerlo es a través de la Cabalá. Mediante su sabiduría, el hombre ingresa a los mundos superiores con todos sus sentidos. Estos mundos contienen las razones de su existencia aquí. Toma el control de su vida, alcanzando de este modo su objetivo: tranquilidad, placer y plenitud, estando todavía en esta tierra. En la "Introducción al Estudio de las Diez Sefirot" está escrito: "Si contestáramos de todo corazón tan sólo una célebre pregunta, estoy seguro de que todas las dudas e inquietudes se esfumarían de nuestro horizonte. Y esta pequeña pregunta es: ¿Para qué sirven nuestras vidas?". Cualquiera que se acerque a estudiar Cabalá movido por esta interrogante, es bienvenido como aprendiz. Quien sienta esta inquietud y se pregunte constantemente: "¿Para qué sirven nuestras vidas?", logrará un estudio serio. Es el impulso que insta a buscar respuestas. Por desgracia, hoy no existe suficiente deseo de estudiar la verdadera Cabalá. La gente busca curas rápidas. Quieren saber de magia, de meditación y de sanación cabalísticas. No
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les interesa realmente la revelación de los mundos superiores o cómo alcanzar los dominios espirituales. Esto no constituye un deseo genuino de estudiar Cabalá. Si ha llegado el momento oportuno y la necesidad está presente, uno buscará un marco de estudio y no quedará satisfecho hasta que lo encuentre. Todo depende de la raíz del alma y de ese punto del corazón. Un deseo auténtico de descubrir y percibir en sí los mundos superiores nos conducirá al camino de la Cabalá. e la Cabalá y para corregir la mal interpretaciones pasadas. ¿Qué es lo que enseñan los Libro de Cabalá? Los libros de Cabalá enseñan la estructura de los mundos espirituales, y cómo cada uno de nosotros puede alcanzarlos. Un libro de Cabalá puede ser comparado con una guía turística. Si uno desea viajar a una ciudad nueva probablemente quiera usar una guía turística que le indique cuáles son los mejores lugares para visitar, las mejores tiendas de café, los mejores clubes, y adónde no quisiéramos ir debido a que no nos gustará lo que allí encontraremos. De forma similar los libros de Cabalá nos dicen cómo están construidos los mundos espirituales, cuáles “lugares” son más divertidos, y cuáles no lo son. Claro que éstos no son lugares físicos, sino estados espirituales que cualquier cabalista experimenta. Otra cosa que los libros de Cabalá nos indican es cómo encontrar la realidad espiritual. Si queremos ir a algún lado en este mundo, necesitamos un mapa a ese lugar y una guía turística para estudiar al lugar en sí. En la espiritualidad los libros de Cabalá nos harán todo el trabajo: nos muestran dónde está el mundo espiritual, nos conducen hasta allí, y nos muestra el entorno. ¿Qué es Bnei Baruch? Bnei Baruch, o Instituto de Educación e Investigación de Cabalá, es una organización para estudiar, enseñar y difundir la Cabalá auténtica. En 1991 Rav. PhD Michael Laitman fundó Bnei Baruch con este propósito. Lo llamó Bnei Baruch (hijos de Baruch) como homenaje a su mentor, el gran cabalista Rabbi Baruch Ashalg, hijo primogénito y sucesor del cabalista Rabbi Yehuda Ashlag, autor de comentario Sulam (escalera) del Libro del Zohar. Para difundir su mensaje, Bnei Baruch mantiene este sitio, publica libros, papeles, y produce programas de radio y televisión. Alrededor de un millón de usuarios visitan el sitio cada mes, y decenas de miles de ellos son miembros activos que soportan y asisten a la causa y colaboran para difundirla en beneficio de la humanidad entera.
¿Qué es la Cabalá? La Cabalá ha sido cubierta de confusión, leyenda, mito y mal interpretación debido a que la Cabalá auténtica estuvo oculta durante miles de años… hasta la fecha. A pesar de que sus orígenes se remontan hasta tiempos muy lejanos, en las épocas de la antigua Babilonia, la sabiduría de la Cabalá ha permanecido virtualmente oculta de la humanidad desde que apareció hace más de cuatro mil años. Hasta el día de hoy sólo unos pocos saben realmente lo que es la Cabalá. Durante milenios se le ofreció a la humanidad una amplia variedad de cosas bajo el nombre “Cabalá”: hechizos, maleficios, e incluso milagros. De hecho, se le ha ofrecido de todo menos el verdadero método de la Cabalá. Por más de cuatro mil años el significado corriente de la palabra “Cabalá” ha sido confundido con mal interpretaciones y conceptos totalmente equivocados.
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Por eso, antes que nada, la sabiduría de la Cabalá necesita ser aclarada. El cabalista Yehuda Ashlag (Baal HaSulam) nos proporciona la siguiente definición en su artículo “La Esencia de la Sabiduría de la Cabalá”. Esta sabiduría no es más ni menos que una secuencia de raíces, que se desprenden por orden de causa y efecto en reglas fijas y determinadas, entretejiéndose en una única y exaltada meta descrita como “la revelación de Su Divinidad a Sus criaturas en este mundo.”
En un lenguaje más sencillo podemos decir que existe una fuerza superior, que todo lo incluye, o “el Creador”, gobernando todo lo que existe en la realidad. Todas las fuerzas del mundo descienden de esta fuerza que todo lo abarca. Algunas de estas fuerzas nos son familiares, tales como la gravedad o la electricidad, mientras que existen fuerzas de un orden superior que actúan mientras se mantienen ocultas de nosotros.
¿Quién es Cabalista? Un cabalista es una persona común que no posee ninguna habilidad, talento u ocupación especial. No tiene por qué ser considerado un sabio, ni tener una expresión beata en su rostro. El cabalista es un investigador que estudia su propia naturaleza utilizando un método preciso, probado y que ha resistido la prueba del tiempo. A lo largo de la historia, los cabalistas han estudiado la esencia de sus existencias utilizando herramientas simples que todos podemos emplear hoy en día: sentimientos, intelecto y corazón. En algún momento de su vida, tomó la decisión de buscar un camino que le ofreciera respuestas creíbles a las preguntas que lo perturbaban. Mediante un método de estudio preciso, pudo adquirir un sentido adicional, un sexto sentido, el sentido espiritual. Mediante este sentido, percibe las esferas espirituales tan claramente como nosotros nuestra realidad aquí y ahora; recibe conocimiento acerca de las esferas espirituales, los mundos superiores y la manifestación de las fuerzas superiores. Estos mundos se denominan "superiores" porque se encuentran más allá, más arriba que el nuestro. El ser humano va ascendiendo desde su nivel espiritual actual a su nivel espiritual siguiente o Mundo Superior. Este movimiento lo va llevando de un Mundo Superior al siguiente. Constituyen las raíces a partir de las cuales se ha desarrollado todo lo que existe aquí, todo lo que llena nuestro mundo, incluyéndonos a nosotros mismos. El cabalista se encuentra al mismo tiempo en nuestro mundo y en los mundos superiores. Esta cualidad es común a todos los cabalistas. Ellos reciben la información real que nos circunda y perciben dicha realidad. Por eso pueden estudiarla, familiarizarse con ella y transmitírnosla. Nos proponen un método nuevo para conocer la fuente de nuestras vidas y conducirnos hacia la espiritualidad. Nos ofrecen este conocimiento en libros escritos en un lenguaje especial. Leídos de cierta forma especial, estos libros se convertirán en naves que nos permitirán a nosotros descubrir también la verdad por nuestros propios medios. En los libros que han escrito, los cabalistas nos transmiten técnicas basadas en experiencias personales. Desde su amplísima perspectiva, encuentran la manera de ayudar a quienes vendrán después, a fin de que suban la misma escalera que ellos. Este método se denomina "La sabiduría de la Cabalá".
¿Por qué estudiar Cabalá? 5
Al estudiar los textos cabalísticos, una persona común aprende cosas que anteriormente estaban ocultas. Sólo tras adquirir el sexto sentido mediante este estudio, podrá ver y sentir lo que previamente no estaba revelado. Los cabalistas no transmiten el conocimiento de la estructura del Mundo Superior o espiritual sin un motivo válido. Existe un fenómeno de máxima importancia en sus escritos: Todos tenemos la posibilidad interna de desarrollar este sexto sentido [Ver el capítulo "Ciencia y Cabalá"]. Puede suceder que, al acercarse a las materias cabalísticas, al principio no se comprenda lo que se lee. Para entenderlas correctamente hay que invocar la llamada "Luz Circundante", la que de manera gradual nos mostrará nuestra realidad espiritual. Los términos "corregir" y "corrección" se utilizan en la Cabalá para describir un cambio en el deseo de recibir; es decir, de recibir las cualidades del mundo espiritual y del Creador. Todos poseemos este sexto sentido, el sentido espiritual aún dormido, conocido como "El punto del corazón". La Luz que eventualmente habrá de llenarlo –el sexto sentido a desarrollar-, se encuentra enfrente. El sexto sentido es también llamado "Vasija Espiritual" (Kli) y existe aún sin realidad material. La vasija espiritual de una persona común no se encuentra todavía lo suficientemente desarrollada como para percibir el mundo espiritual. Si se estudia adecuadamente los escritos originales de la Cabalá, esta Luz ilumina el punto del corazón y comienza a desarrollarlo. El punto se agranda, expandiéndose hasta permitir la entrada de la Luz Circundante. La entrada de la Luz en el punto del corazón provoca en en nosotros la percepción espiritual. Este punto es el alma de la persona. Nada es posible sin la ayuda superior, sin el descenso de la Luz Circundante que nos ilumina gradualmente el camino. Aunque no reconozcamos dicha Luz, existe una conexión directa entre el punto del corazón y la Luz que ha de llenarlo, según el plan superior. Estudiar libros de Cabalá permite conectarse con la fuente de la Luz, sintiendo poco a poco un gran deseo de espiritualidad. Este proceso se conoce como "segula" (remedio). El rabino Yehuda Ashlag escribió en la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot: "En efecto, ¿Por qué los cabalistas ordenaron a todos estudiar Cabalá? Es grandioso y meritorio divulgar la incomparablemente maravillosa cualidad del estudio de la sabiduría de la Cabalá; aunque no entiendan lo que están estudiando, el tremendo deseo de entender despertará las luces que rodean su alma. Esto significa que todos tienen garantizada la posibilidad de acceder eventualmente a los maravillosos logros que Dios previó para nosotros al planificar la Creación. Quienes no lo logren en esta encarnación, lo harán en otra, hasta que se cumpla la intención del Creador." Aunque no logremos realizarlo, las luces circundantes permanecerán esperando para que preparemos nuestras vasijas para recibirlas. Y así cuando alguien, aunque carezca de las vasijas, se comprometa con esta sabiduría, invocando los nombres de las luces y las vasijas que le pertenecen y le esperan, éstas brillarán hasta cierto grado sobre él. Pero sólo penetrarán en su alma interior cuando sus vasijas estén listas para aceptarlas. La Cabalá es el único medio de crear la vasija para recibir la Luz del Creador. La Luz que recibimos cuando nos entregamos a la sabiduría atrae un encanto celestial, confiriéndonos una abundancia de santidad y pureza que nos acerca a la realización. La Cabalá es especial pues permite saborear la espiritualidad incluso desde la etapa inicial de su estudio, haciendo que uno la prefiera al materialismo. De este modo, se va depurando la voluntad en la medida de la propia espiritualidad, alejándonos de las cosas que antes nos atraían, como un adulto que abandona los juegos infantiles.
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¿Por qué necesitamos la Cabalá? Porque la Cabalá nos ha sido entregada como un trampolín para el cambio. Nos ha sido otorgada para que podamos conocer al Creador. Estas son las únicas razones por las cuales nos ha sido concedida. Quien estudie Cabalá para automodificarse y para conocer al Creador, alcanzará el nivel en que comenzará a ver que puede mejorar sin sufrimiento.
Cómo estudiar Cabalá El objetivo básico de la Cabalá es el logro de la espiritualidad. Para ello sólo se necesita la instrucción correcta. Quien estudie Cabalá correctamente progresará sin esforzarse, pues no puede haber coerción en la espiritualidad. No debemos olvidar que la meta del estudio es descubrir la conexión entre uno mismo y lo que está escrito. Por eso, los cabalistas volcaron en sus textos sus logros y experiencias, no para adquirir conocimiento acerca de cómo está construida y cómo funciona la realidad, de lo cual se encarga la ciencia. La intención de los textos cabalísticos es permitir el entendimiento y la asimilación de la verdad espiritual. Si alguien se acerca a los textos para obtener espiritualidad, éstos se convertirán en una fuente de Luz y lo corregirán. Si se acerca a ellos para obtener sabiduría, serán para él tan sólo sabiduría. La fuerza que cosechará y el ritmo de su corrección serán proporcionales a su necesidad interna. Esto significa que, si estudiamos correctamente, cruzaremos la barrera entre este mundo y el mundo espiritual. Ingresará a un ámbito de revelación interior, alcanzando la Luz. Esto se conoce como la " bella señal". Si no se logra, significa que hemos sido negligentes en la calidad o en la cantidad de nuestros esfuerzos; no nos esforzamos lo suficiente. No se trata de cuánto estudiamos, sino de cuán ocupados estábamos en nuestros estudios. Si experimentamos este deseo, podremos lograr la espiritualidad. Sólo entonces se nos abrirán las puertas del cielo para penetrar en otra realidad o dimensión. Un estudio correcto de la Cabalá nos permitirá acceder a este nivel. Abrazar la Cabalá no implica simplemente evitar las cosas lindas para no provocar los propios deseos. La corrección no proviene del autocastigo, sino que resulta de la realización espiritual. Cuando uno logra la espiritualidad, aparece la Luz y lo corrige. Este es el único cambio real. Todos los demás son hipócritas. Te equivocas si crees que adoptando un aspecto agradable lograrás la espiritualidad. No sobrevendrá la corrección interior, pues sólo la Luz puede corregir. El propósito del estudio es invitar a la Luz correcTorá. Por lo tanto, cada uno debería trabajar sobre sí mismo para lograrlo. La presencia de cualquier presión o cualquier tipo de reglas o regulaciones obligatorias, revela la mano del hombre y no de los mundos superiores. Además, la armonía interna y la tranquilidad no son prerrequisitos para el logro de la espiritualidad; aparecerán como resultado de la corrección. Pero no debemos creer que esto sucederá sin esfuerzo de nuestra parte. El camino de la Cabalá rechaza absolutamente cualquier forma de coerción. Garantiza una mirada a la espiritualidad, llevándonos a preferirla por encima del materialismo.
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Luego, concretamos ese deseo apartándonos de las cosas materiales a medida que éstas dejan de ser atractivas o necesarias. Estudiar la Cabalá de forma incorrecta, aún con las mejores intenciones, puede alejarnos de la espiritualidad. Este tipo de estudiante fracasará inevitablemente. Es por eso que en la antigüedad se prohibió el estudio de la Cabalá a quien no estuviera preparado para ello, a menos que fuera bajo circunstancias especiales. Los maestros tomaban todas las medidas necesarias para asegurar que sus alumnos estudiaran correctamente por lo que los estudiantes eran sometidos a ciertas restricciones. Baal Hasulam describe estas razones al comienzo de su Introducción al Estudio de las Diez Sefirot. Sin embargo, si comprendemos estas limitaciones como condiciones para la comprensión correcta de la Cabalá, veremos que buscan evitar que los estudiantes tomen un camino equivocado. Lo novedoso es que ahora contamos con más de un lenguaje, mejores condiciones y una determinación más fuerte para el estudio de la Cabalá. Dado que las almas sienten la necesidad de estudiarla, cabalistas como Baal Hasulam han escrito comentarios que nos permiten estudiar sin errores. Ahora, cualquiera puede estudiar Cabalá mediante sus libros. Para estudiar adecuadamente, se recomienda a los estudiantes concentrarse sólo en los escritos del Ari y Ashlag (Baal Hasulam y Rabash) en sus versiones originales. Entre los lenguajes que estudian los mundos espirituales, entre la Biblia (que incluye los cinco libros de Moisés, los Escritos y los Profetas) y la Cabalá, ésta última es la más útil y directa. Quienes la estudian no pueden errar en su comprensión. No usa los términos de este mundo, sino que posee un diccionario especial que indica directamente las herramientas espirituales para los objetos y fuerzas espirituales y su correlación. Constituye por lo tanto el idioma más útil para que el estudiante progrese interiormente y se autocorrija. No corremos riesgo de confundirnos si estudiamos los escritos del Baal Hasulam. Hace cientos de años, era imposible encontrar libros de o sobre Cabalá. Esta se transmitía exclusivamente de un cabalista a otro, sin llegar nunca al hombre común. Hoy tenemos la situación inversa. Se desea que el material circule entre todos, convocando a todos a participar de este estudio. Al profundizar en estos libros, crece el deseo de espiritualidad, por lo cual la Luz Circundante, el mundo real oculto para nosotros, comienza a reflejar sobre quienes desean acercarse, un encanto especial de espiritualidad que los hace anhelar más y más. La espiritualidad se logra estudiando los libros correctos, es decir, libros escritos por un auténtico cabalista. Los textos de la Biblia son textos de Cabalá. Son libros que los cabalistas se escribieron unos a otros para intercambiar ideas y ayudarse mutuamente en el estudio. Quien posea sentimientos espirituales podrá comprobar que estas obras le ayudan a continuar su crecimiento y desarrollo. Es como realizar una visita guiada a un país extranjero. Con la ayuda de un libro de referencia, el viajero puede orientarse mejor y encontrar su paradero.
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Necesitamos textos adecuados a nuestras almas, escritos por cabalistas de nuestra generación o de la anterior, pues en cada generación descienden distintos tipos de almas que requieren diversos métodos de enseñanza. El estudiante debe tener cuidado al elegir su maestro de Cabalá. Ciertos autodenominados "cabalistas" enseñan incorrectamente, por ejemplo, que la palabra "cuerpo" se refiere a nuestro cuerpo físico, o que la mano derecha simboliza la caridad y la izquierda la valentía. Esto es exactamente lo que tenían en mente los cabalistas y la Biblia con la estricta prohibición: “No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa…” (Deuteronomio 5, 8) Por qué hay quienes interpretan y enseñan de esta manera? Primero que nada, ellos mismos no comprenden el lenguaje cabalístico de las ramas [Ver el capítulo “El Lenguaje de los cabalistas: Ramas”]. Si hubiera una conexión directa entre las fuerzas espirituales y nuestros cuerpos físicos habría sido posible enseñar a las personas a ser exitosas en la vida y a sanar su cuerpo desde el punto de vista físico mediante la espiritualidad. Es cierto que las personas se ven atraídas por la sabiduría de la Cabalá con la esperanza de ser más exitosas. Todos hemos sido creados con el deseo de recibir placer. Es nuestro instinto básico, pero a través de la instrucción, algunos de nosotros podemos alcanzar la espiritualidad y la eternidad. Otros, sin la apropiada instrucción, viven bajo la ilusión que han logrado la espiritualidad y, en realidad, lo que han hecho es perder la oportunidad de alcanzarla en esta vida.
Historia de la Cabalá y del Zohar El primer cabalista que conocemos fue el patriarca Abraham. El percibió las maravillas de la existencia humana, planteó preguntas acerca del Creador y los mundos superiores le fueron revelados. Transmitió a las generaciones siguientes el conocimiento adquirido y el método usado para alcanzarlo. La Cabalá se transmitió oralmente durante muchos siglos. Cada estudioso agregó su experiencia única y su personalidad a este cuerpo de conocimiento acumulado, en los términos de las almas de su generación. La Cabalá se siguió desarrollando después de que la Biblia (los 5 libros de Moisés) fuera escrita. En el período comprendido entre el Primer Templo y el Segundo (586 a. de E.C. – 515 a. de E.C.), ya se la estudiaba en grupos. Luego de la destrucción del Segundo Templo (70 E.C.) y hasta nuestra generación hubo tres períodos particularmente importantes en el desarrollo de la Cabalá, en los cuales aparecen los más importantes escritos acerca de sus métodos de estudio. El primer período tuvo lugar durante el siglo II cuando el libro del Zohar fue escrito por el rabino Shimon Bar Yochai, el “Rashbi”, alrededor del año 150 E.C., quien era alumno del conocido rabino Akiva (40 E.C.– 135 E.C.). El rabino Akiva y muchos de sus discípulos fueron torturados y asesinados por los romanos, al sentirse amenazados por sus enseñanzas de la Cabalá. Tras la matanza de 24,000 discípulos del rabino Akiva, él y el rabino Yehuda Ben Baba autorizaron al Rashbi a transmitir a las generaciones futuras la Cabalá que le habían enseñado. Por cierto, él y cuatro más fueron los únicos en sobrevivir. Tras la captura y encarcelamiento del rabino Akiva, el Rashbi escapó con su hijo Eliezer. Vivieron en una cueva durante 13 años.
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Salió de la cueva con el Zohar, un método cristalizado para el estudio de la Cabalá y el logro de la espiritualidad. Alcanzó los 125 niveles que un ser humano puede lograr durante su vida en este mundo. El Zohar nos relata que él y su hijo alcanzaron el nivel denominado "Eliahu (Elías) el Profeta", lo cual significa que el profeta mismo vino a enseñarles. El Zohar está escrito de forma única, a través de parábolas y se presenta en arameo, un idioma que se hablaba en los tiempos bíblicos. Nos dice que el arameo es el "inverso del hebreo", el lado oculto del hebreo. El rabino Shimon Bar Yochai no lo escribió él mismo, sino que transmitió la sabiduría y la forma de alcanzarla, metódicamente dictando su contenido al rabino Aba, quien redactó el Zohar de modo que sólo pudieran entenderlo quienes fueran dignos de ello. El Zohar explica que el desarrollo humano se divide en 6.000 años, durante los cuales las almas transitan un proceso de desarrollo continuo en cada generación. Al final del proceso, todas las almas alcanzan la posición de "fin de la corrección", esto es, el nivel más elevado de espiritualidad y plenitud. El rabino Shimon Bar Yochai fue uno de los más grandes de su generación. Escribió e interpretó muchos temas cabalísticos que fueron publicados y son conocidos hasta el día de hoy. El libro del Zohar, por su parte, desapareció después de ser escrito. Cuenta la leyenda que los escritos del Zohar permanecieron ocultos en una cueva cerca de Safed en Israel. Fueron encontrados varios siglos después por residentes árabes de la zona. Un día, un cabalista de Safed compró pescado en el mercado, descubriendo con sorpresa el valor inconmensurable del papel en el que estaba envuelto. Inmediatamente se dedicó a comprar a los árabes el resto de las piezas, reuniéndolas en un libro. Esto sucedió porque está en la naturaleza de las cosas ocultas el que sean descubiertas en el momento oportuno, cuando las almas adecuadas reencarnan e ingresan a nuestro mundo. De este modo el Zohar ha sido revelado a lo largo del tiempo. Pequeños grupos de cabalistas estudiaron estos escritos en secreto. El rabino Moshe de León publicó este libro por primera vez en el siglo XIII en España. El segundo período es muy importante para la Cabalá de nuestra generación. Es el período del Ari, el rabino Itzjak Luria, autor de la transición entre los dos métodos de estudio de la Cabalá. En los escritos del Ari aparece por primera vez el lenguaje puro de la Cabalá, de la cual él proclamó el comienzo de un período de estudio abierto y masivo. Nació en Jerusalén en 1534. Su padre murió siendo él pequeño y su madre lo llevó a Egipto, donde se crió en la casa de su tío. Allí se ganó la vida a través del comercio, pero dedicó la mayor parte de su tiempo al estudio de la Cabalá. Según la leyenda, pasó siete años aislado en la isla de Roda en el Nilo, estudiando el Zohar, los libros de los primeros cabalistas y los escritos de otro miembro de su generación, el "Ramak", el rabino Moisés Cordovero. En 1570 llegó a Safed en Israel. A pesar de su juventud, comenzó inmediatamente a enseñar Cabalá. Su grandeza fue pronto reconocida; todos los sabios de Safed, profundos conocedores de la Sabiduría oculta y de la revelada, vinieron a estudiar con él, volviéndose famoso. Durante un año y medio, su discípulo Haim Vital transcribió las respuestas a muchas de las preguntas que surgían durante sus estudios. El Ari nos legó un sistema básico para el estudio de la Cabalá, el cual sigue vigente hasta el día de hoy. Algunos de estos son conocidos por nosotros como "Etz Hahayim" (El Árbol de la Vida), "Sha’ar Hakavanot" (El Portal de las Intenciones), "Sha’ar Hagilgulim" (El Portal de la Reencarnación) y otros. Murió siendo aún joven, en 1572. Respetando su última voluntad, sus escritos fueron archivados para que su doctrina no fuera revelada antes de tiempo. Los grandes cabalistas suministraron el método y lo enseñaron, pero sabían que su generación era todavía incapaz de apreciar el cambio. Por lo tanto, muchas veces prefirieron esconder e incluso quemar sus escritos. Sabemos que Baal Hasulam quemó y destruyó la
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mayor parte de sus escritos. Resulta significativo que el conocimiento fuera confiado al papel y luego destruido. Lo que se revela en el mundo material afecta el futuro y será más fácilmente revelado una segunda vez. El rabino Vital ordenó que ciertas secciones de los escritos del Ari fueran ocultas y enterradas con él. Una parte fue legada a su hijo Maharash Vital, quien la organizó como Las Ocho Puertas. Mucho después, un grupo de estudiosos encabezados por el nieto del rabino Vital rescató de la tumba otra parte de los escritos. Recién en tiempos del Ari se comenzó a estudiar el Zohar abiertamente en grupos. A partir de allí, su estudio prosperó durante 200 años. En el gran período Hassidut (1750 – fines del S. XIX), prácticamente todo gran rabino era un cabalista. Surgieron principalmente en Polonia, Rusia, Marruecos, Irak, Yemen y otros países. Luego, a comienzos del siglo XX, el interés por la Cabalá decayó hasta casi desaparecer por completo. El tercer período se agrega un método adicional a las doctrinas del Ari, redactado en nuestra generación por el rabino Yehuda Ashlag, autor del Sulam, la interpretación del Zohar y de las enseñanzas del Ari. Este método resulta particularmente apropiado para las almas de nuestra generación. El rabino Yehuda Ashlag, conocido como "Baal Hasulam" por su versión Sulam del Zohar, nació en 1885 en Lodz, Polonia. Durante su juventud, absorbió un profundo conocimiento de la ley oral y escrita, siendo luego juez y maestro en Varsovia. En 1921 emigró a Israel con su familia, ocupando el puesto de rabino de Givat Shaul, en Jerusalén. Ya estaba inmerso en la redacción de su propia doctrina cuando comenzó a escribir el comentario del Zohar en 1943, finalizando en 1953. Murió al año siguiente, siendo enterrado en el cementerio de Givat Shaul en Jerusalén. Lo sucedió su hijo mayor, el rabino Baruj Shalom Ashlag, el "Rabash". Sus libros se estructuran según las instrucciones de su padre, éstos elaboran con elegancia los escritos paternos legados a nuestra generación, facilitando su comprensión. El Rabash nació en Varsovia en 1907, emigrando a Israel con su padre. Sólo después de su casamiento su padre le permitió integrar los selectos grupos de estudio de la sabiduría oculta: la Cabalá. Rápidamente se le autorizó dar clase a los principiantes. Luego de la muerte de su padre, se encargó de seguir enseñando el método especial que había aprendido. A pesar de sus grandes logros, insistió, al igual que su progenitor, en mantener un modo de vida muy modesto. A lo largo de su vida trabajó de zapatero, de albañil y de empleado de oficina. Vivía en lo exterior como una persona común, pero dedicaba cada minuto libre al estudio y a la enseñanza de la Cabalá. El Rabash murió en 1991. El rabino Yehuda Ashlag, el Baal Hasulam, es el líder espiritual adecuado para nuestra generación. Es el único de su generación que ha escrito un comentario completo y actualizado del Zohar y de los escritos del Ari. Estos libros y los ensayos de su hijo, el rabino Baruj Ashlag, el Rabash, son la única fuente a la que podemos acudir para asistirnos en todo progreso ulterior. Al estudiar sus escritos estamos estudiando en realidad el Zohar y los escritos del Ari a través de los comentarios más recientes (últimos cincuenta años). Actúan como cinturón de seguridad para nuestra generación, pues, nos permiten estudiar textos antiguos como si hubieran sido escritos hoy, usándolos como trampolín hacia la espiritualidad. El método del Baal Hasulam sirve para todos. En HaSulam (escalera) construyó en sus escritos, asegura que ninguno de nosotros sienta temor al estudio de la Cabalá. Todo aquel que estudie Cabalá durante tres a cinco años accederá a las esferas espirituales, a la realidad total y a la "comprensión divina", nombre de lo que está arriba (más allá) de nosotros y que aún no percibimos. Tomando como guía los libros del rabino Yehuda Ashlag alcanzaremos la auténtica corrección.
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El método de estudio apunta a despertar en nosotros el deseo de comprender los mundos superiores. Aumenta nuestra voluntad de conocer nuestras raíces y de conectarnos con ellas. Entonces seremos capaces de mejorar y de auto-realizarnos. Los tres grandes cabalistas son de una misma alma, que apareció en un tiempo como Rabí Shimón, en una segunda ocasión como el Ari y una tercera vez como Rabí Yehuda Ashlag. Cada ocasión correspondió al momento oportuno de madurez y merecimiento de cada generación, descendiendo el alma para enseñar el método adecuado. Las generaciones son cada vez más dignas de descubrir el Zohar. Lo que fue escrito y oculto por Rabí Shimón Bar Yochai fue descubierto más tarde por la generación de Rabí Moshé de León y luego por la del Ari, quien comenzó a interpretarlo en términos de Cabalá. Estos escritos también fueron archivados y luego parcialmente redescubiertos a su debido tiempo, en tanto que nuestra generación tiene el privilegio de contar con la Sulam, que habilita a cualquiera a estudiar la Cabalá y autocorregirse ya. Vemos que el Zohar le habla a cada generación. A medida que pasan las generaciones, es más revelado y mejor comprendido. Cada generación abre dicho libro a su modo, según las raíces de su alma. Al mismo tiempo, se intenta ocultar los escritos cabalísticos para que quienes sientan la necesidad de buscarlos, los descubran por sí mismos. los cabalistas evidentemente saben que el proceso de cambio requiere de dos condiciones: el momento adecuado y la madurez del alma. Somos testigos de un suceso muy interesante, caracterizado por el surgimiento y la señalización de una nueva era en el estudio de la Cabalá.
La Cabalá en Nuestros Tiempos Espiritualidad, Cabalá y el Siglo XXI ¿Por Qué La Espiritualidad? Los cabalistas descubrieron que nuestros deseos de placer evolucionan a través de cinco etapas:
El primero y más básico de los deseos es el de alimento, salud, sexo y familia. Estos son los deseos necesarios para nuestra supervivencia. La segunda etapa es la aspiración por la riqueza. Aquí creemos que el dinero nos garantiza la supervivencia y una buena calidad de vida. La tercera es la persecución tras el honor y el poder. Aquí disfrutamos el control de los demás, al igual que el nuestro propio. En la cuarta etapa aparece el deseo por el conocimiento. Aquí pensamos que tener conocimientos nos hará verdaderamente felices. Pero sólo cuando la quinta y última etapa del deseo aparece, nos vemos atraídos hacia un “algo” desconocido que está más allá de nosotros mismos. Aquí sentimos que la conexión con este “algo” nos puede asegurar un placer mayor y más duradero, y por ende buscamos formas de lograr esta conexión. Este deseo por algo superior se llama “deseo por la espiritualidad”.
¿Por Qué La Cabalá? Aquél que posee un deseo por la espiritualidad difiere de aquél otro que persigue placeres mundanos y humanos (las etapas del deseo 1, 2, 3 y 4 descritas arriba). Nosotros ya sabemos cómo cubrir nuestras necesidades mundanas y humanas, pero cuando se despierta ese deseo por la espiritualidad, ya no tenemos idea de cómo calmar este nueva necesidad. La mayoría de las personas que poseen un deseo por la espiritualidad hoy en día no están siquiera enteradas de que lo tienen. Algunas de ellas pueden incluso expresar desprecio por
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la palabra “espiritualidad” creyendo que es algo no-realista e inaccesible. Tales personas sienten que sus vidas están vacías y carentes de sentido, sin saber que esto se debe justamente a este nuevo y más evolucionado deseo por la espiritualidad que se ha despertado en ellas. Están inconscientes de que ésta es la razón de su insatisfacción y su descontento ante la vida. Cuando niños, muchas personas se hacen la siguiente pregunta: “¿Para qué estoy viviendo?”. Pero a medida que pasan los años, nos inundan otros deseos y tentaciones que nos alejan de esta interrogante, y la necesidad de encontrar una respuesta genuina a ella termina desvaneciéndose. Sin embargo, en algún punto el deseo por la espiritualidad se despierta, y con él también lo hacen las preguntas. Aquéllos que insisten en encontrar las respuestas llegan a la Cabalá, que fue designada específicamente para proveer el camino hacia esas respuestas. ¿Por Qué Ahora? El Zohar afirmó que es específicamente en nuestra era que la sabiduría de la Cabalá sería revelada. Esto se debe a que los deseos de las personas evolucionarían y comenzarían a exigir pruebas de cómo llenar esa necesidad espiritual, exigir entendimiento y la sensación de una vida pacífica más allá de la corriente. Y sólo la sabiduría de la Cabalá sería capaz de llenar esta carencia, esta necesidad.
Evolución De Los Deseos PhD Rav Michael Laitman explica que al despertar un nuevo sentido adicional, comenzamos a sentir a los demás de la misma manera como nos sentimos a nosotros mismos.
Breve Reseña Aún cuando sus orígenes se remontan a la antigüedad remota, la época de la histórica ciudad de Babilonia, la ciencia de la Cabalá ha permanecido virtualmente oculta para la humanidad desde su aparición hace más de cuatro mil años. Es precisamente esta ocultación la que ha sostenido la fascinación perenne de la Cabalá. Reconocidos científicos y filósofos de muchos países, tales como Newton, Leibnitz y Pico della Mirandola han realizado investigaciones en un intento por comprender la ciencia de la Cabalá. Sin embargo, hasta la fecha sólo unos cuantos realmente saben de lo que trata la Cabalá. La ciencia de la Cabalá no habla acerca de nuestro mundo, y por lo tanto, su esencia escapa al entendimiento de la gente. Es imposible comprender lo invisible, lo imperceptible y todo aquello que no se ha experimentado. Durante miles de años, se le ofreció a la humanidad una gran variedad de cosas con el nombre de “Cabalá”: hechizos, maldiciones y hasta milagros; todo, excepto la Cabalá verdadera. Por más de cuatro mil años, la comprensión común de esta ciencia se ha visto empañada por una serie de malos entendidos e interpretaciones erróneas. Por lo tanto, en primer lugar, lo más importante es que se aclare lo que es la ciencia de la Cabalá. El cabalista Yehuda Ashlag la define de la siguiente manera en su artículo La Esencia de la Sabiduría de la Cabalá: Esta sabiduría es una secuencia de raíces, las cuales penden por la causa y efecto en reglas fijas y determinadas, entrelazándose en un único y elevado fin que se describe como “la revelación de Su Divinidad a Sus criaturas en este mundo”. Las definiciones científicas pueden resultar complicadas y molestas. Intentemos examinar lo que se dice aquí.
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Existe una fuerza superior o Creador, desde ésta hay fuerzas gobernantes que bajan a nuestro mundo. No tenemos conocimiento de la cantidad de fuerzas que hay, pero de hecho, esto no tiene importancia. Nosotros existimos en este nuestro mundo. Somos creados por cierta fuerza superior a la que llamamos “el Creador”. Estamos familiarizados con las diversas fuerzas en nuestro mundo, tales como la gravedad, el electromagnetismo y el poder del pensamiento. Sin embargo, tenemos fuerzas de mayor magnitud que actúan, aunque permanezcan ocultas de nosotros. A la fuerza suprema, absoluta, la llamamos “el Creador”. El Creador es la suma de todas las fuerzas en este mundo y el nivel más elevado en la línea de las fuerzas gobernantes. Esta fuerza superior dio nacimiento a los mundos superiores. Hay cinco mundos en total. Les sigue el conocido Majsom, la barrera que separa los mundos superiores de nuestro mundo. Desde la fuerza superior –el Creador, a quien también se le conoce como “el mundo del Infinito”, descienden las fuerzas a través de todos los mundos, dando vida a nuestro mundo y a los seres humanos. La ciencia de la Cabalá no estudia nuestro mundo ni a los seres vivos en él, como lo hacen las ciencias tradicionales. La Cabalá investiga todo lo que existe arriba del Majsom. El cabalista Yehuda Ashlag nos dice: “... esta sabiduría es, ni más ni menos que una secuencia de raíces que penden a razón de causa y efecto en reglas fijas y determinadas...” No existe nada más que las fuerzas que descienden desde arriba de acuerdo a leyes precisas. Además, estas leyes, como Yehuda Ashlag lo escribe, son fijas, absolutas y omnipresentes. En última instancia, todas están dirigidas para que podamos revelar la suprema fuerza gobernante de la naturaleza mientras estamos en este mundo. El individuo no podrá abandonar este mundo hasta que revele totalmente esta fuerza, hasta que conozca todos los mundos por los que tiene que ascender, obedeciendo las mismas leyes de las fuerzas descendentes, y hasta que logre llegar al mundo del Infinito. ¿Qué quiere decir “no podrá abandonar”? La persona va a renacer continuamente en nuestro mundo, evolucionando de una vida a otra hasta que logre el estado en el que surja el deseo por alcanzar la fuerza superior.
¿Por qué estoy en busca de la espiritualidad? ¿Por qué siento esta ansia de encontrar algo más o diferente a lo que la vida diaria me ofrece? La Cabalá formula la pregunta de otra manera: ¿Cómo surge el deseo de alcanzar la fuerza superior? La humanidad ha evolucionado a través de muchas vidas; primero, pareciéndose a los animales, con deseos sólo de comida, familia, sexo y techo; luego, desarrollándose mediante las diversas etapas de riqueza, poder, honor y conocimiento. En la primera etapa de desarrollo del individuo sus únicos deseos son tener comida, familia, sexo y cobijo. Incluso una persona totalmente aislada siente estos deseos y trata de satisfacerlos. Los deseos condicionados por la influencia de la sociedad (deseos de riqueza, poder y honor) surgen en la siguiente etapa. Posteriormente, llega el deseo del conocimiento. Las ciencias florecen al querer descubrir de dónde viene todo, para encontrar nuestras raíces. Este deseo de conocimiento, sin embargo, todavía se encuentra dentro del marco de nuestro mundo. Únicamente a partir de la siguiente etapa, el ser humano desea conocer su origen, su esencia, el significado de su vida. “¿De dónde vengo?” “¿Quién soy?” “¿Qué es lo que soy?” Estas interrogantes provocan malestar y confunden a la persona.
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Los seres humanos son naturalmente egoístas. Todos nuestros deseos, que motivamos nosotros mismos, ansían ser satisfechos. Literalmente ejercen presión sobre nosotros controlando cada uno de nuestros movimientos. La cumbre del egoísmo en nuestro mundo es el deseo de lograr el conocimiento de aquello que está por encima de nosotros. ¿Cuál es la fuente de los deseos y cómo aparecen? La fuente de los deseos es el sufrimiento. Pasar de un deseo a otro ocurre únicamente bajo la influencia del sufrimiento. Si me encuentro en un estado de equilibrio me siento cómodo y todo parece ir sobre ruedas. Entonces, aparece un nuevo deseo y ya siento que algo me falta. Ahora quiero una experiencia nueva, así es que hago lo necesario para satisfacer ese deseo... y este proceso se repite una y otra vez. En otras palabras, paso mi vida persiguiendo nuevos placeres. Nacemos en este planeta, vivimos y morimos intentando satisfacer nuestros incontables deseos. Sólo después de muchas vidas llegamos a un estado en el que sólo nos queda un último deseo: regresar a nuestro origen, al sentido de nuestras vidas. Cuando surge este deseo, que es el principal, todo lo demás parece innecesario y sin sentido. El individuo se deprime, sintiéndose emocional y espiritualmente vacío como si nada en este mundo pudiera darle felicidad. La vida parece sin sentido y carente de algo real... “¿Cuál es el propósito de mi existencia?” “¿Por qué estoy vivo?” Estas son las preguntas que llevan a las personas a buscar la Cabalá.
¿Qué nos enseña la Cabalá y qué me aporta su estudio? La ciencia de la Cabalá es única en el sentido de que habla sobre tú y yo, sobre todos nosotros. No trata de nada abstracto, únicamente nos enseña la forma en que fuimos creados y cómo funcionamos en niveles más elevados de existencia. Una de sus secciones habla sobre el descenso de las fuerzas superiores desde el mundo del Infinito. El mundo del Infinito es nuestro estado inicial, y ahí existimos como un sistema de almas único, unificado y completamente interconectado. Luego, a partir del mundo del Infinito, estudiamos la secuencia de los mundos, Sefirot y Partzufim en su descenso hasta el mundo en que vivimos. Se han escrito muchos libros cabalistas acerca de estos temas, empezando con Abraham, el Patriarca, hace cuatro mil años, quien escribió el libro llamado Sefer Yetzirá (El Libro de la Creación). La siguiente obra de importancia es El Libro del Zohar, escrito en el siglo II de nuestra era. Al Zohar le sigue el trabajo del Arí, un reconocido cabalista del siglo XVI. El Siglo XX fue testigo de la aparición de los escritos del cabalista Yehuda Ashlag. Los textos del Rabí Ashlag son los más adecuados para nuestra generación. Su obra, así como otras fuentes cabalistas, nos describen la estructura de los mundos superiores, su descenso y cómo sucesivamente van creando la existencia de los mundos inferiores; la formación de nuestro mundo, el universo, nuestro planeta y la evolución de la vida. El estudio de la creación del sistema y la forma en que desciende a nuestro mundo nos permite llegar a dominar el método para posteriormente ingresar en este sistema y gobernarlo. La mayor parte del tiempo estudiamos los seis volúmenes del libro Talmud Esser Sefirot (El Estudio de las Diez Sefirot) escrito por Yehuda Ashlag. Está diseñado como un libro de ayuda para estudiantes, con preguntas, respuestas, material de repetición y memorización, explicaciones, gráficas y dibujos. Se trata, por así decir, de la física del mundo superior, que describe las leyes y las fuerzas que gobiernan al universo. Este material gradualmente transforma a los estudiantes, pues al investigar la manera de entrar y comenzar a vivir en el mundo espiritual, uno se va adaptando gradualmente al material.
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La ciencia de la Cabalá no se ocupa de la vida en nuestro mundo. En lugar de esto, al estudiar el sistema nos vamos a alcanzar de nuevo el nivel que teníamos antes de descender, el mismo nivel en que nos vamos a encontrar al final de nuestro ascenso de este mundo. Durante este ascenso, el estudio de la Cabalá estructura dentro del estudiante un sistema equivalente al sistema superior. Este sistema empieza a organizarse y manifestarse dentro de la persona que desea aprenderlo y que lo estudia con este propósito. Así, como una gota de semen puede potencialmente desarrollarse en un ser humano completo y crecer para llegar a ser un adulto maduro, la ciencia de la Cabalá desarrolla nuestro deseo de alcanzar un nivel más elevado de existencia. Al principio es un pequeño deseo, llamado “un punto en el corazón”. Este punto es como el embrión de nuestros futuros estados. Al estudiar la estructura de los mundos superiores, desarrollamos la información “genética” dentro de ella y a medida que crece, se forma dentro de nosotros la estructura semejante a los niveles más elevados. Esta es la razón por la que el estudio es tan gratificante. Aún cuando no comprendamos ni una sola palabra acerca de lo que leemos, sencillamente el intentar entender los textos cabalistas nutre el punto en el corazón, el deseo por el Altísimo, y el punto empieza a crecer. Entre más aumenta, más sentimos la aparición de una nueva creación, una sensación nueva y diferente de la existencia de un mundo dentro de nosotros. Al ayudarnos a lograrlo, la ciencia de la Cabalá nos da la oportunidad de percibir los mundos superiores, comprender todo lo que nos pasa y más que nada, a controlar este proceso por nosotros mismos.
¿Qué es la realidad? La Cabalá y la Percepción de la Realidad. En la ciencia de la Cabalá, estudiamos lo que debemos hacer para penetrar una estructura oculta: la espiritualidad. Estudiamos cómo podemos ascender más allá de nuestro mundo, al campo que lo gobierna. Percibimos un mundo que existe dentro de nosotros mismos. Nuestros cinco sentidos reciben algunos estímulos externos y los transmiten al cerebro, donde se procesan, formando una imagen del mundo y no percibimos nada fuera de este contexto. El mundo que “conocemos” lo forman nuestras reacciones a los impactos externos. El mundo en sí nos es desconocido. Por ejemplo, si el tímpano en mi oído está dañado, no oigo nada y el sonido no existe para mí. Percibo sólo lo que se encuentra dentro del rango en el que estoy sintonizado. Nuestra percepción del mundo es completamente subjetiva; no nos proporciona información acerca de lo que ocurre fuera de nosotros. Captamos nuestras propias reacciones a algo que supuestamente esta ocurriendo fuera de nosotros, pero ¿en realidad está ocurriendo algo allá afuera? Muchas teorías discuten el tema. La teoría de Newton establece que existe una realidad objetiva, que el mundo es como lo vemos y que existe a pesar de nuestra propia existencia. Más tarde, Einstein dijo que la percepción de la realidad depende de la relación que existe entre la velocidad del observador y lo que se observa. En otras palabras, al cambiar nuestra velocidad relativa a la de un objeto, lo observamos de una manera totalmente diferente: el espacio se deforma, se comprime o se expande y el tiempo cambia. Otras teorías, tales como el principio de incertidumbre de Heisenberg, proponen reciprocidad entre el individuo y el mundo. En pocas palabras, la percepción de la realidad es el resultado de mi influencia en el mundo y su influencia en mí.
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La ciencia de la Cabalá nos explica que no hay una realidad perceptible fuera de nosotros. No tenemos influencia sobre nada externo porque no percibimos nada fuera de nosotros. Afuera de nosotros sólo hay una constante Luz Superior. El mundo entero se encuentra dentro de nosotros, y sentimos que somos influenciados por lo exterior porque fuimos creados de esta manera. Si salimos de nuestro mundo, comenzamos a ver cómo la Luz Superior da nacimiento a nuevas imágenes del mundo dentro de nosotros. El mundo entero luego se convierte en pequeño y restringido. Nos damos cuenta cómo la Luz Superior determina la forma en que nos percibimos a nosotros mismos y al medio ambiente, y al final empezamos a controlar este proceso. La ciencia de la Cabalá nos proporciona esta habilidad. Empezamos a comprender que nuestras limitaciones están dentro de nosotros. Si igualamos nuestros atributos internos con los de la Luz Superior, alcanzamos un nivel de perfección y eternidad que se llama “el mundo del Infinito”, es decir, vida eterna y plenitud absoluta. Todo esto depende exclusivamente del cambio de nuestras cualidades internas. Por esta razón, el propósito de la ciencia de la Cabalá es mostrarnos que al transformarnos (y hacerlo rápidamente en el transcurso de una vida) empezamos a trascender nuestra terrenal existencia. El cuerpo permanece aquí y seguimos viviendo nuestra vida usual con nuestra familia, hijos, el mundo y la sociedad; pero además de todo esto, recibimos la Realidad Superior.
¿Por qué me siento mal? El dolor nos empuja hacia adelante. Ya sea que nos sintamos deprimidos, vacíos o confundidos, todos estos sentimientos desagradables aparecen para hacernos reflexionar acerca de su razón y propósito. En nuestro mundo, tan sólo vemos la capa externa de la realidad. No percibimos lo que se oculta detrás de la naturaleza, la sociedad, una persona o el cosmos y no tenemos control alguno sobre ninguno de ellos. Como en los bordados, las puntadas y los hilos atraviesan todo el entramado y el diseño sólo podemos verlo en el reverso. De igual forma, no vemos la relación entre los acontecimientos en nuestra realidad, únicamente sabemos que “algo pasó de pronto por alguna razón”. ¿Cómo puedo saber las consecuencias de mis actos? De repente, sufro un revés y no comprendo por qué ocurrió o de dónde provino. “¿En dónde me equivoqué?” “¿Qué hice para merecer esto?” Y hasta “¿Qué caso tiene todo?” Cualquiera puede interpretar la razón de su propio dolor o el de los demás según su criterio. Pero todos estamos de acuerdo en que el dolor nos hace pensar sobre su causa y propósito, que desde el punto de vista de la Cabalá es uno y el mismo. La ciencia de la Cabalá nos dice que sólo hay una razón de todo el dolor, para que nos preguntemos cuál es su significado. Podemos utilizar estas interrogantes para elevarnos de nuestro nivel de existencia terrenal, donde se encuentran escondidas las causas, hasta un nivel de existencia superior, donde la razón del sufrimiento es revelada. La ciencia de la Cabalá nos otorga la oportunidad de descubrir que existe una fuente de vida: la Luz Superior, el Creador, y lograr la adhesión con esta fuente. Tales preguntas acerca del origen del dolor, el propósito del sufrimiento y el sentido de la vida conducen a una persona a la Cabalá.
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El lenguaje de los cabalistas: Ramas Cuando pensamos o sentimos algo y deseamos transmitírselo a otra persona para que también lo sienta utilizamos palabras. Existe un consenso generalizado acerca del uso de las palabras y sus significados. Si calificamos a algo de "dulce", la otra persona imagina inmediatamente el mismo sabor. Pero, ¿cuánto se acerca su concepto de lo dulce al nuestro?, ¿cómo podríamos comunicar mejor nuestras percepciones manteniendo el uso de palabras? Las percepciones de los cabalistas superan nuestro nivel. No obstante, ellos desean transmitirnos su admiración por cosas que no tienen significado para nosotros. Para esto, utilizan instrumentos tomados de nuestro mundo: con frecuencia palabras, a veces notas y en ocasiones otros medios. los cabalistas escriben acerca de sus experiencias y percepciones en los mundos superiores, acerca de las fuerzas superiores y de lo que descubren allí. Escriben para otros cabalistas, pues la interacción de sus estudios es esencial y fructífera. Luego sus escritos llegan a quienes aún no han sentido la espiritualidad, aquellos para quienes aún se encuentra oculta. Como en el mundo espiritual no existen palabras que puedan describir sus percepciones espirituales, los cabalistas las denominan "Ramas", una palabra tomada de nuestro mundo. De allí que el lenguaje de los libros de Cabalá se conoce como "Lenguaje de las Ramas". Este lenguaje toma prestados términos de nuestro mundo para identificar percepciones espirituales. Como cada cosa del mundo espiritual tiene su equivalente en el mundo físico, cada raíz del mundo espiritual tiene el nombre de su rama. Al no poder describir con precisión nuestras percepciones, ni medirlas o compararlas, acudimos a toda clase de términos auxiliares. El rabino Yehuda Ashlag escribe en su "Estudio de las Diez Sefirot" (Parte I. Mirando a nuestro interior) “…los cabalistas eligieron un lenguaje especial al que se le denomina “Lenguaje de las Ramas”. Nada sucede en este mundo que no tenga sus raíces en el mundo espiritual. Todo en este mundo se origina en el mundo espiritual y luego desciende. De esta forma, los cabalistas encontraron un lenguaje ya elaborado, con el cual transmitir fácilmente sus logros oralmente unos a otros o por escrito para las generaciones futuras. Tomaron los nombres de las ramas del mundo material: cada nombre es autoexplicativo, indicando su raíz de origen en el sistema del Mundo Superior." Para cada fuerza y acción de este mundo existe una fuerza y acción en el mundo espiritual que es su raíz. Cada fuerza espiritual se correlaciona con una sola fuerza, su rama en el mundo material. Acerca de esta correlación directa se ha escrito: "No hay brizna nada que crezca abajo que no tenga un ángel arriba instándolo a crecer." Es decir, no hay nada en nuestro mundo que no tenga su fuerza correspondiente en el mundo espiritual. A causa de esta correlación directa, y porque la espiritualidad no contiene palabras -sólo sensaciones y fuerzas- los cabalistas utilizan los nombres de las ramas de este mundo para referirse a las correspondientes raíces espirituales. El Baal Hasulam prosigue, diciendo: "Con estas explicaciones, ustedes comprenderán lo que a veces parece en los libros de Cabalá una terminología extraña para el espíritu humano, en particular en los textos básicos, como el Zohar o los libros del Ari. Surge la pregunta: ¿Por qué los cabalistas utilizaron una terminología tan corriente para expresar ideas tan elevadas? La explicación es que ningún idioma ni lengua del mundo podría ser utilizado de forma razonable, excepto el especial lenguaje de las Ramas, basado en las raíces superiores correspondientes. ... Si a veces se utilizan expresiones extrañas, es porque no queda otro remedio; no debemos sorprendernos. Lo bueno no puede reemplazar lo malo, y viceversa. Debemos siempre transmitir exactamente la Rama o incidente que designe a su raíz superior como lo dicte la ocasión, elaborándolo hasta encontrar la definición exacta." El mundo espiritual es abstracto: allí las fuerzas y las sensaciones funcionan sin el ropaje de "animal", "mineral", "vegetal" o "parlante". El estudiante repite una y otra vez las ideas principales de la sabiduría cabalística: "lugar", "tiempo", "movimiento", "carencia", "cuerpo", "partes del cuerpo" u "órganos", "corresponder", "besar", "abrazar", hasta percibir en su interior la sensación correcta para cada idea.
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Para concluir, debemos observar que algunos así llamados "instructores de Cabalá" transmiten a sus estudiantes interpretaciones equivocadas. El error surge del hecho de que los cabalistas escribieron sus libros utilizando el Lenguaje de las Ramas, usando términos de nuestro mundo para expresar ideas espirituales. Quienes no comprenden el uso correcto del lenguaje caen en el error. Enseñan que existe una conexión entre el cuerpo y la vasija espiritual, como si la vasija espiritual incluyera al cuerpo, considerándolo parte del órgano espiritual, de modo que por medio de una acción física se pudiera realizar algo espiritual. Las ramas forman parte integral de la Cabalá, y sin su uso, no se puede estudiar Cabalá.
Mitos y verdades sobre la Cabalá 1. ¿Cuál es el propósito de la Cabalá? El único propósito de la Cabalá es guiar al hombre en su progreso espiritual y mostrarle cómo orientar su intención hacia el Creador. 2.¿Es la Cabalá útil para la sanación o la protección contra el mal? La Cabalá no ofrece ayuda a quienes tratan de usar fuerzas espirituales para sus propios fines. Algunos esperan de la Cabalá conjuros, sanación y protección, en vez de buscar trabajar en ellos mismos para aprender a dar sin esperar nada a cambio. La Cabalá no tienen nada que ver con trucos ni milagros. 3. ¿Puede la Cabalá ser utilizada para la adivinación y la lectura del futuro? La Torá prohibe a los adivinadores, magos y hechiceros, porque impiden al hombre hacer lo que le corresponde en este mundo, que es construir por sí mismo y elevarse al nivel del Creador. El hombre no debe escapar de lo que el Creador le ha dado, escapar de lo que tiene que hacer, el desarrollo de su actividad en este mundo, el proceso que le permite trabajar en sí mismo, corregirse y elevarse espiritualmente. El futuro se hace perceptible a él sólo cuando el deseo de saber no es motivado más por impulsos egoístas. 4. ¿Es la Cabalá una ciencia oculta? Quienes promueven las ciencias ocultas tienen un conocimiento limitado acerca de la Cabalá. Usan lo poco que han aprendido para apoyar y enriquecer sus propias teorías. Nosotros insistimos en la necesidad de estudiar sólo las fuentes primarias, las fuentes auténticas como la Torá, el Zohar, los escritos del Ari, Yehuda Ashlag y Baruj Ashlag. 5.¿Cuál es la conexión entre la Cabalá y la Parasicología? De ninguna manera existe una conexión entre la Cabalá y la Parasicología. Los experimentos psíquicos conducidos por el hombre nunca lo llevarán más allá de los límites de la Psicología convencional. 6. ¿Puede la Cabalá ayudarnos a contactar los OVNIS o seres de otros mundos? En lo que respecta a otros mundos y los OVNIS, la Cabalá no menciona formas de vida en otros lugares. Al hombre le encantaría encontrar otros seres vivos en este universo. Pero, la Cabalá sólo tiene que ver con la búsqueda de nuestro camino hacia el Creador. Aparte de encontrarnos a nosotros mismos, sólo podemos encontrar al Creador. 7. ¿Es la Cabalá una forma de meditación? La Cabalá le enseña al hombre cómo orientar su atención hacia el Creador en todo momento, a pesar del incesante flujo de pensamientos y deseos que lo acechan. La intención es un receptáculo que permite al hombre sentir al Creador. No tiene nada que ver con la meditación.
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8. ¿Quién nos puede hablar acerca de los mundos espirituales? Solamente quien posee cualidades sobrenaturales puede juzgar lo sobrenatural. Si posee cualidades sobrenaturales, puede al menos describirnos lo sobrenatural. Una persona así nada más puede ser un cabalista, una persona de este mundo, creado con las cualidades que le permite contarnos lo que está pasando en ese otro mundo. 9. ¿Le es permitido al cabalista decirnos lo que pasa en los mundos superiores? El Creador ha permitido a algunos de los cabalistas revelar su conocimiento a fin de ampliar los estratos de la sociedad, a fin de ayudar a otros a comunicarse con Él. los cabalistas nos explican, en términos que podamos entender, que la estructura y funcionamiento de la mente en el mundo espiritual, sobrenatural, están basados en leyes que son contrarias a las nuestras. 10. La ley básica del mundo espiritual es altruismo absoluto. ¿Cómo puede el hombre adquirir esta cualidad? los cabalistas sugieren que hagamos una transformación dentro de nosotros mismos. Es sólo este acto interior el que permite al hombre percibir el mundo espiritual y empezar a vivir en ambos mundos de forma simultánea. A este acto se le llama “Fe por encima la razón”. 11. ¿Qué siginifica “Fe por encima de la razón”?
En nuestro mundo somos guiados sólo por nuestra razón en todo lo que hacemos. La razón, es decir, el puro egocentrismo, el cálculo “razonable”, es la base de todos nuestros actos y deseos. Nuestra razón calcula la cantidad de placer que experimentamos y la contrasta con la cantidad de dolor causado por los esfuerzos hechos para alcanzar ese placer, lo sustrae uno del otro y produce el resultado deseado: ya sea dirigirse hacia el placer o preferir la paz. Tal enfoque “razonable” para nuestro entorno es llamado “Fe dentro de la razón”, cuando la razón determina la fe. 12.¿Qué es la “Fe por debajo de la razón”? El hombre a menudo actúa sin ningún cálculo de beneficio o esfuerzo, como por ejemplo, una persona fanática condiciona su acto de cierta manera. A estos tipos de actos ciegos se les conoce como actos de “Fe por debajo de la razón” y son consecuencia de decisiones tomadas por alguien más, en vez de la razón o el cálculo. Es más, los actos del hombre son dictados por su educación, la cual se ha convertido en su segunda naturaleza, a tal punto, que tiene que hacer un esfuerzo de abstenerse de actuar de la manera en que ha sido condicionado, y por lo tanto, actúa automáticamente a partir de la fuerza del hábito. Cada uno de nosotros hace muchas cosas por el mismo motivo. 13.¿Cuáles son las condiciones que deben ser cumplidas por el hombre para alcanzar cualidades altruistas? La transición de vivir en concordancia con las leyes de nuestro mundo para vivir de acuerdo a las leyes del mundo espiritual, requiere que dos condiciones sean cumplidas. Completamente al margen de los argumentos de la razón, suponiendo que el hombre es desviado del fundamento de sus acciones, faltándole todo el apoyo como si estuviera suspendido en el aire y agarrara al Creador con dos manos, sólo la voluntad del Creador determinaría las acciones del hombre. Por decirlo de alguna manera, él hombre reemplaza su propia mente con la del Creador, actúa en forma contraria a su propia razón y coloca al Creador por encima de sí mismo. Por eso a este comportamiento se le llama “Fe por debajo de la razón”.
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Habiendo logrado esto, el hombre comienza a percibir tanto nuestro mundo como el mundo espiritual y descubre esa doble función de acuerdo a la misma ley espiritual de “Fe por encima de la razón” 14. ¿Qué es una vasija espiritual? El deseo por parte del hombre de suprimir su razón y ser guiado por su deseo de dar al Creador es la vasija espiritual en la que recibe todas las sensaciones y realizaciones espirituales. La “capacidad” de esa vasija, por ejemplo, la capacidad de la razón espiritual del hombre está determinada por la capacidad de su razón egocéntrica sobrenatural que él está tratando de suprimir. 15. ¿Cómo puede ser creada la vasija? Con el propósito de aumentar la capacidad de la vasija espiritual del hombre, el Creador constantemente se genera obstáculos cada vez mayores en la manera de la “Fuerza por encima de la razón”, intensificando de forma gradual sus deseos egocéntricos, desarrollando así más y más deseos altruistas, incrementando la capacidad de su vasija espiritual, logrando una percepción cada vez mejor del Creador en el mundo a semejanza de Él. 16. ¿Pueden el conocimiento y la inteligencia facilitar la forma de llegar a la “Fe por encima de la razón”? Todos los sufrimientos del hombre radican en el hecho que éste es llamado desde arriba a rechazar por completamente todo sentido común y proceder ciegamente, ubicando la Fe por encima de la razón. Mientras más raciocinio y conocimiento posea, mientras más fuerte e inteligente sea, más difícil le es transitar por el sendero de la fe, y por consiguiente, más sufre como consecuencia de rechazar su sentido común. 17. ¿Habiendo escogido el hombre el camino hacia el desarrollo espiritual, está de acuerdo con todo lo que le pasa? De ninguna manera puede él, que ha escogido esta manera particular de desarrollo espiritual, estar en desacuerdo con el Creador. En su corazón percibe la necesidad de tal camino y no por autopersuasión puede justificar al Creador. No puede aceptar tal condición de no tener ningún apoyo hasta que el Creador le ayude y le revele a él el cuadro completo de la Creación. 18. ¿Cuándo es el mejor momento para que el hombre entienda la parte escondida del camino a la espiritualidad (la Cabalá)? Cuando un hombre sienta que se encuentra en un estado de elevación espiritual, que todos sus deseos se focalicen sólo en el Creador, entonces será el mejor momento para profundizar en los libros apropiados sobre la Cabalá, con el propósito de tratar de entender su significado interno. Aunque él llegue a sentir que no entiende nada, a pesar de sus esfuerzos, es necesario de cualquier manera que profundice en la Cabalá una y otra vez, cientos de veces, y no de espacio a la frustración de no entender nada. El significado de estas tareas, radica en el hecho que los esfuerzos del hombre por comprender los misterios de la Torá son su plegaria para que las manifestaciones del Creador le sean reveladas por el propio Creador a fin de satisfacer sus deseos. La fortaleza de la plegaria está determinada por la fortaleza de sus anhelos. 19. ¿Cómo puede un hombre llegar al nivel ideal de la plegaria? Hay una regla: el esfuerzo dedicado a alcanzar algo incrementa el deseo de lograrlo, y la fortaleza de ese deseo está determinada por el sufrimiento causado por la no disponibilidad
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de lo que deseamos. La plegaria es el sufrimiento por sí mismo, no expresado en palabras sino solamente sentido dentro del corazón. Con respecto a esto, entendemos que sólo después de un esfuerzo tesonero por alcanzar lo deseado, el hombre podrá rezar de manera tan sincera que lo obtendrá. 20.¿Qué puede hacer el hombre para que su plegaria sea aceptada por el Creador? A fin de que el Creador escuche su plegaria debe venir de lo más profundo del corazón, es decir, todo su deseo debe ser concentrado en ese rezo. Por esta razón, uno debe sumergirse en el texto cientos de veces, incluso sin entender nada, sólo para lograr un deseo verdadero con el fin de que el Creador escuche. 21.¿Cuál es el verdadero deseo? El verdadero deseo es el que no deja lugar a ningún otro deseo.
Condiciones para revelar los secretos de la Cabalá Rav Dr. Michael Laitman
Existen varias razones para mantener secreta la Torá: 1. 2. 3.
"No hay necesidad" "Es imposible" "Es el secreto privado del Creador".
No existe ni un solo detalle de la Cabalá que no esté relacionado con todas estas prohibiciones. 1.
"No hay necesidad". Esto implica que no hay motivo para revelar los secretos. Esto sería posible sólo si existiera algún beneficio inmediato para la sociedad. De otro modo, sólo suscitaría la reacción "¿y qué?". Tal sería la reacción de quienes creen que los cabalistas se ocupan y ocupan a otros de asuntos sin importancia. Por este motivo, los cabalistas aceptaban como alumnos sólo a quienes podían guardar un secreto sin revelarlo salvo en caso de extrema necesidad.
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"Es imposible". Esto alude a la prohibición de revelar secretos por causa de las limitaciones del lenguaje. Este lenguaje (el nuestro) es incapaz de transmitir los sutiles conceptos espirituales. Todos nuestros intentos de explicarlos con palabras están destinados al fracaso, desorientando al estudiante. Por lo tanto, para revelar estos secretos, se requiere un permiso de arriba.
Permiso de arriba. Esto se menciona en las obras del famoso cabalista llamado Ari. En estas se dice: "Sabe que las almas de los grandes están llenas de una Luz exterior (circundante) o interior (rellenante). Y aquéllos cuyas almas están llenas de la Luz Circundante tienen el don de comunicar los secretos, haciéndolo de modo tal que la persona indigna de recibirlos no los comprende".
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El alma del rabino Shimon Bar Yojai, por ejemplo, estaba llena de esta Luz exterior. Tenía tal poder que incluso cuando aparecía ante una congregación, sólo lo comprendían quienes habían recibido instrucción de arriba para escribir en el libro del "Zohar". Hubo cabalistas antes que él que sabían más que él. Sin embargo, no poseían su capacidad de poner en palabras los conceptos espirituales. Así queda claro que la presentación de la Cabalá no depende del nivel de conocimiento del cabalista. Más bien depende de las cualidades de su alma. De acuerdo a éstas, recibe instrucciones de arriba para revelar cierta parte de la Torá. De tal forma que no podemos encontrar ningún tipo de obra fundamental acerca de la Cabalá antes del "Zohar". Las obras que tenemos incluyen tan sólo vagas y oscuras alusiones. Después del rabino Shimon, el único que fue autorizado a "abrir" otra parte de la Cabalá fue el rabino Ari. De nuevo, es posible que algunos cabalistas anteriores a Ari supieran mucho más, pero no tenían el permiso de arriba. Desde que aparecieron los libros de Ari, todos los que se han ocupado de la Cabalá han abandonado los otros libros, estudiando tan sólo el "Zohar" y los libros de Ari. 3.
"Es el secreto privado del Creador". La esencia de esta prohibición reside en el hecho de que los secretos de la Torá sólo pueden ser revelados por quienes son fieles al Creador y Lo respetan. Esta es la razón más importante para ocultar los secretos de la Torá. Demasiados charlatanes han usado la Torá en beneficio propio. Han formulado profecías y dado hechizos, engañando así a personas confiadas. Precisamente por este motivo se ocultó inicialmente la Torá. Los auténticos cabalistas se comprometieron a examinar muy estrictamente a sus estudiantes. Las muy escasas personas autorizadas a acercarse a la Cabalá en cada generación estaban obligadas bajo el más estricto de los juramentos. Tenían prohibido revelar aún el detalle más pequeńo e insignificante que estuviera relacionado con las tres prohibiciones mencionadas.
No debemos entender que esta división en tres prohibiciones divida a la Cabalá en tres. No, estos criterios de ocultamiento se aplican a cada parte, a cada palabra. Los tres criterios están constantemente actuando en esta ciencia. Sin embargo, uno se pregunta: si esta parte secreta de la Torá estaba tan profundamente escondida, ¿cómo aparecieron tantos diferentes escritos sobre ella? La respuesta radica en la diferencia entre las dos primeras condiciones de secreto y la última. Esta es la más importante. La condición "No es necesario" con demasiada frecuencia puede cambiar según las circunstancias externas, tornándose en "Es necesario". Esto puede suceder, por ejemplo, debido a un desarrollo de la humanidad en conjunto o porque se ha dado el permiso de arriba. Este permiso fue concedido al rabino Shimon, al Ari y en menor medida a otros. Es por ello que de vez en cuando recibimos algunos libros auténticos sobre la Cabalá. Así recibí yo mi conocimiento de mi maestro. Lo recibí bajo las mismas estrictas condiciones: guardar y ocultar. Sin embargo, a causa de los motivos mencionados previamente en "El tiempo de actuar", la condición "No es necesario" se transformó en "Es necesario". Y de este modo estoy revelando una parte, manteniendo en reserva y ocultas las otras dos, según me comprometí bajo juramento.
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Búsqueda personal "Abre un poco tu corazón para mí y abriré el mundo para ti" (El Libro del Zohar) ¿Quién soy y por qué propósito existo?, ¿cómo hemos aparecido aquí y hacia adónde vamos?, ¿no es posible que hayamos estado en este mundo antes?, ¿cómo podemos conocernos a nosotros mismos y al universo?, ¿por qué sufre el hombre, y acaso es posible evitar el sufrimiento?, ¿cómo encontrar la paz, la satisfacción y la suerte?, ¿cómo podemos lograr tranquilidad, plenitud, felicidad? Mucha gente en cada generación ha intentado encontrar respuestas a esas preguntas de forma persistente. El hecho de que esto ocurra de generación en generación indica que todavía no se han encontrado respuestas satisfactorias. Estudiando la naturaleza, el cosmos, encontramos que todo los que nos rodea existe y funciona de acuerdo a reglas estrictas e intencionadas. Considerándonos a nosotros mismos como la culminación de encontramos a la humanidad como si estuviera fuera del sistema.
la Creación
natural,
Por ejemplo, al ver la manera sabia y lógica en que la naturaleza ha creado cada parte de nuestro organismo, al ver el propósito preciso que tiene cada una de las células del cuerpo, somos incapaces de responder a la pregunta: ¿cuál es el propósito de este organismo viviente? Todo lo que nos rodea está impregnado de la relación causa y efecto: nada se crea sin un propósito. En el mundo de los cuerpos físicos hay leyes definidas de movimiento, dinámica, rotación, etc. Una lógica similar existe en la plantas y en el Reino Animal. Pero la pregunta primordial, ¿por qué propósito existe todo esto?; es decir, no sólo nosotros mismos sino también el mundo que nos rodea, todavía permanece sin respuesta. ¿Existe una persona en el mundo que nunca, al menos una vez en su vida, se haya preocupado por esto? Las teorías científicas existentes sostienen que el mundo es gobernado por leyes físicas invariables que somos incapaces de cambiar. Nuestro simple propósito cosiste en utilizar sabiamente esas leyes para vivir bien unos 70 ó 120 años de nuestra vida, preparando el terreno, literal y figuradamente, para las generaciones futuras. ¿Pero, a fin de qué? ¿Evolucionó la humanidad a través de la evolución de formas simples?, o ¿fue la vida traída de otros planetas?, o ¿no tiene eso ninguna relevancia? Hay dos fechas, nacimiento y muerte, y todo lo que ocurre entre ambas es único, por consiguiente, precioso. ¿O es a la inversa?, ¿es la vida nada si después de ésta hay un final, oscuridad, precipicio?, ¿dónde está la sabia naturaleza lógica, que todo lo observa, que nada crea en vano?, o ¿existen leyes y objetivos que todavía no se han descubierto? Nuestro estudio del mundo es en esencia el estudio de la reacción del mundo a nuestras acciones, aquello que percibimos a través de nuestros cinco sentidos, vista, oído, gusto, tacto, olfato, o por instrumentos que aumentan su alcance. Todo lo que está mas allá de nuestros estudios no lo percibimos en absoluto y no existe en lo que respecta a nosotros. Es más, todavía somos incapaces de darnos cuenta de la carencia de un sentido, de la misma forma en que no extrañamos un sexto dedo o en la forma en que es imposible explicar la vista a alguien que nació ciego. Por esta razón el hombre nunca descubre las formas ocultas de la naturaleza, por los métodos a su disposición. De acuerdo a la Cabalá, el mundo espiritual existe pero no es percibido por los órganos de los sentidos; nuestro universo es una pequeña parte de este mundo ubicado en el centro, y nuestro planeta, la Tierra, es su centro interno. Este mundo de información, pensamientos y sentimientos, nos afecta a través de leyes (perceptibles) de la naturaleza y el azar, nos pone en ciertas situaciones que determinan la forma en que actuamos.
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No tenemos influencia en asuntos como el tiempo y lugar de nuestro nacimiento, o quiénes vamos a ser, a quién vamos a conocer en nuestra vida, qué consecuencias van a tener nuestras acciones. De acuerdo a la Cabalá, hay cuatro tipos de conocimiento disponibles al hombre, los cuales debe comprender: l. El estudio de la Creación y el desarrollo de los mundos: Como el Creador lo ha creado, como el mundo espiritual y el material interaccionan, es el propósito de la creación humana. 2. El funcionamiento : Estudio de la naturaleza humana , de su conexión con el mundo espiritual , conocida también como Cabalá práctica. 3.El circuito de las almas: El estudio de la naturaleza de cada alma y sus recorridos. Cómo el hombre actúa en esta vida y en las siguientes. Cuál es el propósito del descenso de un alma en un cuerpo y por qué cierto cuerpo recibe cierta alma. También trata de la historia de la humanidad como resultado de cierto orden y transferencia de las almas. 4. El gobierno: El estudio de nuestro mundo, objetos inanimados, plantas y animales, su naturaleza y su rol; cómo ellos son gobernados desde el mundo espiritual. El gobierno supremo y nuestra percepción de la naturaleza, del tiempo, del espacio. El estudio de los poderes supremos que mueven los cuerpos materiales hacia un cierto punto. ¿Es posible adivinar el misterio máximo de la vida humana sin preguntarse acerca de su fuente? Cada hombre trata de reflexionar acerca de esto. Una búsqueda del propósito y del sentido de una vida individual, así como la vida de la humanidad en perspectiva es el asunto central de la vida espiritual del hombre. Desde la mitad del siglo XX, hemos observado un renacimiento de la orientación religiosa de la humanidad. El progreso tecnológico y los cataclismos mundiales que han dado nacimiento a todo tipo de teorías filosóficas que no le han dado al hombre satisfacción espiritual. ¿Cómo lo explica la Cabalá?, de todos los placeres existentes nuestro mundo sólo ha recibido una pequeña chispa. Su presencia en los objetos materiales nos da placer. En otras palabras, todas las sensaciones agradables que el hombre experimenta en las diversas situaciones y que son causadas por diferentes cosas, son sólo posibles debido a la presencia de esta chispa. Es más, al pasar el tiempo el hombre tiene que continuar buscando nuevos objetos de placer con la esperanza de experimentar placeres cada vez más grandes, sin saber que todos esos objetos no son más que las cortezas (corazas, conchas, cubiertas) y que la esencia de Ner Dakik permanece igual. Hay dos formas de traer a la persona a la absoluta satisfacción a través de la realización de la necesidad de elevar el espíritu sobre la materia: (1) La vía de la Cabalá, (2) La vía del sufrimiento. La primera vía es el estudio de la Cabalá, a través del cual el hombre puede liberarse poco a poco del egoísmo. La segunda vía es usual: sentir repentinamente un sentimiento de hambre espiritual y buscar una fuente de satisfacción. Solamente podemos aconsejar a los lectores el seguir la vía de la Cabalá a tiempo y no esperar por la vía del sufrimiento. Este sitio web que en forma simple presenta los principios de la Cabalá, está basada en la obra del prominente cabalista rabino Ashlag (1885-1955). El rabino Yehuda Ashlag nació en Varsovia, viniendo al Israel en 1921. Escribió siete importantes libros sobre la Cabalá, incluyendo un comentario sobre la principal obra cabalística, el "Zohar" y dos colecciones de tratados populares sobre el tema. Su hijo mayor, el rabino Baruj Shalom Ashlag (1906-1991) continuó su obra, y quien escribe Rav Dr. Laitman tuvo la suerte de ser su discípulo.
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Autor: Rav Dr. Laitman Cuando el hombre mira objetivamente las situaciones y la condición humana que le rodea, obtiene una verdadera apreciación de la Creación. La existencia del Creador tiene implicaciones para nosotros, de acuerdo con los cabalistas que han actualizado la inherente habilidad de comunicarse directamente con Él. Si Él controla cada cosa y crea las situaciones en las que constantemente nosotros mismos nos encontramos, entonces lo más sensible por hacer es estar permanentemente unido a Él y mientras más cerca, mejor. Pero si tratamos con fuerza y tenemos éxito en alcanzar esta comprensión, entonces, debido a que el Creador está escondido de nuestras percepciones, sentiríamos como si estuviéramos suspendidos en el aire, sin ningún apoyo. Porque, sin ver, sentir u oír, sin ninguna entrada sensorial, estaríamos como llorando en el desierto. Entonces, ¿por qué el Creador nos ha hecho de tal forma que no podamos percibirlo a Él? Más aún, ¿por qué se esconde Él de nosotros?, ¿por qué, aun cuando el hombre lo llama, Él no responde, sino que prefiere afectarnos en un forma oculta, detrás de la naturaleza o de otra gente? Si Él estuviera dispuesto a corregirnos, por ejemplo, enmendar Su propio “error” en la Creación, Él podría haberlo hecho mucho tiempo atrás, ya sea disimulada o abiertamente. Si Él se nos revelara a Sí mismo, todos nosotros lo veríamos y lo apreciaríamos con los sentidos e inteligencia que Él nos ha otorgado, y seguramente entonces sabríamos qué hacer y cómo hacerlo en el mundo que Él creó supuestamente para nosotros. Paradójicamente, tan pronto como el hombre se esfuerce por alcanzar al Creador, para sentirlo, para estar cerca de Él, siente que su anhelo por el Creador se desvanece, desaparece. Pero si el Creador nos da todas nuestras experiencias ¿por qué priva de su deseo a quienes quieren percibirlo, poniendo varios obstáculos en el camino de sus intentos para percibir a su Hacedor? Los intentos del hombre para acercarse al Creador, la negativa del Creador y el sufrimiento que Él inflinge en quienes lo buscan, ¡puede continuar por años! Ocasionalmente, en su desesperación, la persona puede sentir que el orgullo y arrogancia de la que le han dicho debe deshacerse, ¡es infinitamente más característica del Creador! Contrario al estatuto de que el Creador es misericordioso, especialmente con aquellos que lo buscan, el hombre no recibe respuesta a sus lágrimas y súplicas. Si nosotros mismos podemos cambiar algo en nuestras vidas, esto significa que Él nos ha dado libre voluntad pero no suficiente conocimiento para evitar el sufrimiento de nuestra existencia y desarrollo. Y si no hay libre voluntad, ¿qué puede entonces parecer más cruel que hacernos sufrir sin sentido por décadas en el mundo cruel que fue creado por Él? De seguro, semejantes penas pueden continuar indefinidamente, porque si el Creador es la causa de nuestra condición, entonces nosotros tenemos mucho de qué criticarlo y culparlo, que es lo que nuestro corazón hace. Si el hombre esta disgustado con algo, culpa al Creador por sentirse así, aún sin dirigirse en realidad a Él, aún si no cree en la existencia del Creador porque el creador ve todo lo que está pasando en el corazón del hombre. Cada uno de nosotros está en lo correcto en lo que asegura, sea lo que sea, porque nosotros aseguramos lo que estamos percibiendo en ese momento con nuestros propios sentidos y analizándolo con nuestra inteligencia. Esos que han tenido una vasta experiencia de vida saben cómo han cambiado sus puntos de vista a través de los años. No es que se diga que antes estábamos equivocados y que ahora estamos en lo correcto, porque nuestro punto de vista presente está también equivocado, como lo veremos mañana. Por lo tanto, las conclusiones que hacemos en cualquier situación son correctas para esa
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situación particular, aún más puede que estén en oposición directa a nuestras conclusiones hechas en otras situaciones. Por la misma razón, no podemos razonar acerca de otros mundos o sus leyes o juzgarlos con base a nuestro propio criterio: el criterio de nuestro mundo. Nosotros no poseemos inteligencia sobrenatural, percepciones o conceptos y por lo tanto, no podemos juzgar y dar un juicio porque herramos constantemente aún dentro de los limites de nuestro mundo. Sólo el que posee cualidades sobrenaturales puede juzgar lo sobrenatural. Si al mismo tiempo también posee cualidades naturales, entonces él puede al menos describir lo sobrenatural ante nosotros. Una persona con estas características puede ser solamente un cabalista, una persona de nuestro mundo, creada con las mismas cualidades que cada uno de nosotros y al mismo tiempo otras cualidades dadas por los cielos que lo habilitan a decirnos qué es lo que esta pasando en ese otro mundo. Esto es por lo que el Creador permitió a algunos cabalistas revelar su conocimiento a un amplio estrato de la sociedad, para ayudar a otros a aprender cómo comunicarse con Él. los cabalistas nos explican en términos que podemos comprender que la estructura y funcionamiento de la mente en el sobrenatural mundo espiritual, están basados en leyes contrarias al nuestro. No hay una pared que separe a nuestro mundo del sobrenatural mundo espiritual. Pero el hecho de que el mundo espiritual es, de acuerdo a sus propiedades, un anti-mundo, lo localiza mucho mas allá de nuestra percepción, tanto que después de que nacemos en nuestro mundo, olvidamos por completo todo acerca de nuestra pasada anti-condición. Naturalmente, la única forma que tiene el hombre de percibir este anti-mundo es adquiriendo su naturaleza, su razón y sus cualidades. ¿Cómo y en que debemos cambiar nuestra naturaleza hacia la opuesta? La ley básica del mundo espiritual es el absoluto altruismo. ¿Cómo puede el hombre adquirir esta cualidad? los cabalistas sugieren que hagamos una transformación dentro de nosotros mismos. Es sólo este acto interior el que habilita al hombre a percibir el mundo espiritual y empezar a vivir en ambos mundos simultáneamente. Esto es llamado “Fe por encima de la razón.” En nuestro mundo somos guiados por nuestra razón en todo lo que hacemos. Solamente razón, i.e. puro razonamiento egocéntrico y calculador, es la base de todos nuestros deseos y actos. Nuestra razón calcula la cantidad de placer que experimentamos y la compara con la cantidad de dolor causado por los esfuerzos hechos para alcanzar ese placer, sustrae uno del otro y produce un deseo resultante: el esforzarse hacia el placer o preferir la paz. Este enfoque “razonable” de nuestros alrededores es llamado “Fe dentro de la razón”, cuando la razón determina la fe. El hombre frecuentemente actúa sin ningún cálculo de beneficio o esfuerzo, como por ejemplo, un fanático o una persona condicionada a actuar de cierta forma. Estos actos “ciegos” son llamados actos de “Fe por encima de la razón”, porque ellos son determinados al seguir ciegamente las decisiones hechas por alguien más, en lugar de hacerlas por medio de la razón o cálculo alguno. O más aún, los actos del hombre son dictados por su educación, la cual se ha convertido en su segunda naturaleza a dicho extremo, teniendo que hacer un esfuerzo para contenerse a sí mismo de actuar de la forma en que él esta condicionado y, por lo tanto, a actuar automáticamente por la fuerza del hábito. Cada uno de nosotros hace muchas cosas por motivos similares. El mundo espiritual es un mundo altruista. Todos los deseos y actos que existen son dictados, no por la razón del hombre o egocentrismo, sino por fe; es decir, por el sentido del Creador. La transición de vivir de acuerdo con las leyes de nuestro mundo a vivir de acuerdo con las leyes del mundo espiritual requiere que dos condiciones se cumplan. Descartar completamente los argumentos de la razón, es para el hombre como si estuviese desprovisto de las bases para sus acciones, falto de apoyo. Suspendido en el aire, él se sujeta del
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Creador con ambas manos, sólo el Creador determinará las acciones del hombre. Hablando de cierta forma, el hombre reemplaza su cabeza con la del Creador, actúa contrario a su propia razón, localiza la voluntad del Creador arriba de la suya. Esto es por lo que su comportamiento es llamado“Fe por encima de la razón”. Habiendo cumplido con esto, el hombre empieza a percibir ambos mundos el nuestro y el espiritual y descubre que ambos funcionan de acuerdo a la misma ley espiritual “Fe arriba de razón”. Este deseo en la parte del hombre para suprimir su razón y ser guiado sólo por su deseo de darse a sí mismo al Creador es el vaso espiritual en el cual recibe todas las sensaciones y descubrimientos espirituales. La “capacidad” de ese vaso, es decir, la capacidad de la razón espiritual del hombre está determinada por la capacidad de la razón terrenal egocéntrica que está tratando de suprimir. Con el propósito de incrementar la capacidad del vaso espiritual del hombre, el Creador constantemente genera en él grandes y más grandes obstáculos en el camino de “Fe por encima de la razón”, intensificando gradualmente sus deseos egocéntricos y dudas del gobierno del Creador. Esto permite al hombre sobreponerse gradualmente a esos obstáculos, desarrollando así más y más poderosos deseos altruistas, incrementando la capacidad de su vaso espiritual y percibiendo mejor y mejor al Creador en el mundo de su igualdad con Él. Si un hombre puede mentalmente sujetarse al Creador con ambas manos, es decir, ignorando el avance crítico de la razón y regocijándose en el hecho de que dicha oportunidad se haya presentado por sí misma, y si puede fortalecer esta condición por al menos un instante, él verá qué maravilloso es este estado. Es en este nivel donde él ha alcanzado la real y eterna verdad que no cambiará mañana, como lo han hecho sus creencias anteriores, porque ahora él está unido con el eterno Creador y considera todos los sucesos a través de esta verdad solamente. Como ha sido mencionado más de una vez anteriormente, el progreso sólo es posible a lo largo de tres líneas paralelas simultáneamente, siendo la del lado derecho: la fe, y la del izquierdo: de la comprensión o cognición. Esas dos líneas están en disparidad porque mutuamente se contradicen. Por lo tanto, la única forma de balancearlas mutuamente es por medio de la línea central, hecha al mismo tiempo de ambas. La de la derecha y la de la izquierda son de semejante comportamiento espiritual, donde la razón es utilizada de acuerdo con la fuerza de la fe. Todos los objetos espirituales, en el orden en que son hechos por el Creador puede decirse que están contenidos totalmente en Él. Todo lo que sea cubierto por el Creador en el universo existe sólo relativo a las criaturas; todo esto es un producto de la criatura original llamada Maljut. Todos los mundos y criaturas, todo excepto el Creador son una simple criatura: Maljut, o la raíz, la fuente de todas las criaturas, que se divide en varias partes mucho más pequeñas. Al conjunto de éstas se le llama shejiná. Y la Luz del Creador, Su presencia, Él mismo llenando la Shejiná, es llamada Shojen. El tiempo requerido para que todas las partes de la Shejiná sean llenadas completamente es llamado Tiempo de Corrección. Durante este tiempo las criaturas hacen correcciones en sus partes de Maljut, cada una en su respectiva parte de la que fue creada. Hasta el momento que el Creador pueda estar completamente unido con las criaturas, es decir, hasta que él se revele a sí mismo por completo a ellas, hasta que la Shojén llene la Shejiná, la condición de Shejiná o de las criaturas de la que esta consiste, es llamada el Desvanecimiento de Shejiná (del Creador). Debido a que en esta condición no hay perfección en los mundos superiores y en lo que respecta a nuestro mundo, el más bajo de todos, donde cada criatura debe también transformarse completamente conciente del Creador, hasta entonces todos estarán ocupados satisfaciendo el insignificante deseo de nuestro mundo y siguiendo ciegamente las demandas de la propia carne.
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Esta condición del alma es llamada Shejiná en cenizas, donde cada uno ve los placeres puramente espirituales como una imaginación sin sentido. Esta condición es llamada el Sufrimiento de la Shejiná. Todo el sufrimiento del hombre se sustenta en el hecho de que está obligado desde arriba a rechazar completamente todo el sentido común y proceder ciegamente, para ubicar a todo “Por encima de la razón”. Cuan mayor sea la razón y el conocimiento que posea, cuanto más fuerte y más inteligente sea, más difícil le será transitar la senda de la fe, y por su puesto, lo peor es que sufrirá a cuenta de rechazar su sentido común. Por ningún motivo, quien haya escogido esta forma particular de desarrollo espiritual, estará de acuerdo con el Creador. En su corazón él maldice la necesidad de dicho camino y por ninguna auto-persuasión justificaría al Creador. No puede soportar semejante condición carente de apoyo de ningún tipo, hasta que el Creador lo ayuda y le revela la película completa de la Creación. Cuando el hombre siente que está en un estado de elevación espiritual, que todos sus deseos están enfocados solamente en el Creador, entonces es el mejor tiempo para ocuparse en libros de la Cabalá, con el propósito de entender su significado interior. Aunque tal vez pueda sentir que no alcanza a entender nada a pesar de sus esfuerzos, es necesario de todas formas ahondar en la Cabalá una y otra vez, cientos de veces y no desesperar al fallar en entender algo. El significado de esos esfuerzos radica en el empeño que ejerce el hombre por comprender los misterios de la Cabalá, sus plegarias para que las manifestaciones del Creador le sean reveladas, que el Creador satisfaga esos anhelos. Hay una regla: El esfuerzo puesto en alcanzar algo incrementa el deseo por obtenerlo y la fuerza de ese deseo es determinada por el sufrimiento causado por la ausencia de lo que deseamos. La oración es el sufrimiento en sí mismo, no expresado en palabras sino sentida dentro del corazón. Partiendo de esto, podemos entender que sólo después de un esfuerzo extenuante por alcanzar lo que se desea el hombre puede orar tan sinceramente que recibirá lo que pide. Si durante los intentos por ahondar en el libro, nuestro corazón no está lo suficientemente libre de pensamientos extraños, entonces la mente no será capaz de dedicarse exclusivamente a los estudios, porque la mente obedece al corazón. A fin de que el Creador oiga la plegaria, ésta deberá venir de lo más profundo del corazón; es decir, todos los deseos de uno deben estar concentrados en esa plegaria. Eso es por lo que debemos ahondar en el libro cientos de veces, aún sin entender nada, sólo para alcanzar un verdadero deseo y que el Creador pueda oírlo. Un verdadero deseo es el que no deja espacio para ningún otro deseo. Al mismo tiempo, mientras se estudia la Cabalá, uno estudia las acciones del Creador y por lo tanto, se acerca más a Él y gradualmente se vuelve merecedor de comprender lo que estudia. La fe, es decir, la conciencia del Creador debe ser tal que uno sienta que está en la presencia del Rey del universo. Entonces, sin duda, él se encontrará envuelto con el sentimiento necesario de amor y miedo. Hasta que él alcance dicha fe, deberá siempre esforzarse por ella, porque solamente este sentimiento le da el derecho a una vida espiritual y lo previene de caer en el egocentrismo y de nuevo volverse un buscador de placer. La necesidad de esta conciencia del Creador debe ser constante, hasta que se vuelva un hábito, como una necesidad permanente por el ser amado que hace la vida sin él o ella, insoportable.
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Todo lo que rodea al hombre ahoga a propósito esta necesidad, porque experimentar placer de algo reduce instantáneamente la punzada del hueco espiritual. Por lo tanto, mientras disfrutamos los placeres de nuestro mundo, es vital evitar que esos placeres ahoguen la necesidad de percibir al Creador, robando así las sensaciones espirituales. En general, la compulsión interior de percibir al Creador es peculiar sólo en el hombre, no en todos con la apariencia externa de hombre. Esta compulsión procede de la necesidad del hombre de entender lo que es y de comprenderse a sí mismo y su propósito en el mundo, la fuente de su origen. Esta es la búsqueda por respuestas acerca de nosotros mismos que nos lleva a la necesidad de buscar la fuente de la vida. El mismo impulso hace que no escatimemos esfuerzo en resolver todos los misterios de la naturaleza, no dejando misterio sin resolver ya sea dentro de nosotros mismos o en nuestro medio ambiente. Pero, sólo el anhelo de percibir al Creador es verdadero, ya que Él es la fuente de todo y por sobre todo, Él nos creo. Por lo tanto, aún si el hombre estuviera solo en nuestro mundo o en otros mundos, la búsqueda de sí mismo lo llevaría a la búsqueda del Creador. Existen dos caminos en la percepción de la influencia del Creador sobre sus criaturas. El camino de la mano derecha representa el control personal del Creador sobre cada uno de nosotros, sin importar nuestras acciones. El camino de la mano izquierda representa el control del Creador sobre cada uno de nosotros dependiendo de nuestras acciones o en otras palabras, el castigo por las obras malas y la recompensa por las buenas. Cuando el hombre escoge el tiempo para estar en el camino de la mano derecha, él debe decirse a sí mismo que todo lo que pasa, sucede sólo por la voluntad del Creador, de acuerdo a su plan y nada depende del hombre mismo. En este caso, él no tiene méritos ni faltas, todas sus acciones están motivadas por los anhelos que se le dan del exterior. Por lo tanto, debe agradecerle al Creador por todo lo que ha recibido de Él y al darse cuenta que el Creador lo guía a la eternidad, el hombre podrá sentir el amor por el Creador. Cualquier progreso es posible con la única condición de la comBináción correcta del camino de la mano derecha e izquierda, exactamente a medio camino entre ellas. Aún si el hombre empieza en el camino correcto desde el punto de inicio pero no sabe cómo revisar regularmente y corregir su dirección, él seguramente se desviará de la dirección correcta. Es más, si él se desvía un milímetro en cualquier punto de su jornada, entonces, aún si continúa moviéndose en la dirección correcta, su error se incrementara con cada paso y se estará alejando cada vez más de su meta. Antes de descender las escaleras espirituales, nuestra alma es parte del Creador, Su punto más pequeño. Este punto es llamado la Raíz del Alma. El Creador localiza el alma en el cuerpo de forma que ésta, al encontrarse en el cuerpo, se eleve y supere los deseos del cuerpo y se una con el Creador de nuevo. En otras palabras, el alma es localizada en el cuerpo (lo que es el nacimiento de una persona en nuestro mundo), de tal forma que superando los deseos del cuerpo y a pesar de ellos, ésta pueda ascender incluso durante el tiempo de vida de la persona, al nivel que poseía antes de descender. Mientras se superan los deseos de la carne, el alma asciende al mismo nivel espiritual del cual descendió, experimentando mayores placeres que los que tenía en su estado inicial, cuando era parte del Creador y se convierte en un cuerpo espiritual voluminoso 620 veces más grande que el punto original donde se encontraba antes de descender a nuestro mundo.
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De esta manera, en su estado completo el cuerpo espiritual del alma consiste en 620 partes u órganos. Cada parte u órgano es llamado mandamiento. La Luz del Creador, la cual se deriva del Creador mismo y que es la misma cosa que llena cada parte del alma es llamada Torá. El verdadero camino a esta meta circula a lo largo del punto central, el cual representa la fusión en un concepto de los siguientes tres componentes: el propio hombre, el camino que debe seguir y el Creador. En verdad, los tres objetos de la creación están presentes: el hombre esforzándose para regresar al Creador, el Creador (la meta hacia la cual el hombre se esfuerza) y el camino que seguirá el hombre para poder alcanzar al Creador. Como se ha dicho muchas veces, nadie existe verdaderamente sino sólo el Creador y nosotros no somos más que sus criaturas dotadas con un sentido de nuestra propia existencia. El hombre llega a notar y percibir esta claridad en el curso de su ascenso espiritual. Todas nuestras percepciones, o más bien, las percepciones que vemos como nuestras, son sólo respuestas a Sus actos producidas en nosotros por Él; por ejemplo, al final nuestros sentimientos son lo que Él quiere que nosotros sintamos. Pero hasta que el hombre alcanza un completo entendimiento de esta verdad, ve los tres objetos de la Creación (A sí mismo, al camino que lleva al Creador y al Creador mismo) como tres objetos separados, en lugar del único todo. No obstante, una vez que el hombre ha alcanzado el estado final de su desarrollo espiritual, es decir, ascender al mismo nivel del cual su alma descendió -pero esta vez cargando con deseos de la carne-, acepta al Creador completamente dentro de su cuerpo espiritual lo cual comprende toda la Torá, toda la Luz del Creador y al Creador mismo. Así, los tres objetos que estaban separados en la percepción del hombre - el hombre, su camino y el Creador - se fusionan para convertirse en un solo objeto: el cuerpo espiritual lleno con la Luz. Por lo tanto, para asegurar este avance correcto el hombre debe hacer una introspección regularmente mientras procede en su camino, a fin de estar seguro de que él se esfuerza por los tres objetos hasta el momento separados en su percepción, con un deseo igualmente poderoso justo desde el principio, como si estuviera uniéndolos en un estado temprano. La forma en que debe ver estos al final de su camino y la forma en que estos son realmente es la misma ahora, pero él aún no puede verlo así debido a su propia imperfección. Si se esfuerza por uno de ellos más que por los otros, de inmediato se desviará del verdadero camino. La forma más fácil de verificar si está en el verdadero camino es luchar por comprender las características del Creador con el propósito de fusionarse con Él. Si yo no me ayudo a mí mismo, entonces ¿quién me ayudará? Y si yo estoy solo para mí mismo, no soy nada. Esta declaración contradictoria refleja la actitud del hombre hacia sus esfuerzos por alcanzar su meta: por un lado, el hombre debe asegurar que no hay nadie que lo pueda ayudar sino el mismo y actuar con la certeza de que sus buenas obras serán recompensadas, y sus malas obras castigadas, y que todas sus acciones tienen consecuencias directas ya que él mismo es el constructor de su propio futuro. Pero, por otra parte, debe decirse a sí mismo, “¿quién soy yo para ser capaz de vencer a mi propia naturaleza por mí mismo? Sin embargo, nadie puede ayudarme”. Pero si todo pasa de acuerdo al plan del Creador, entonces ¿qué tan buenos son los esfuerzos del hombre? El hecho es que, como resultado del trabajo propio del hombre basado en el principio de recompensa y castigo, este adquiere de arriba el conocimiento del Gobierno del Creador y asciende a un nivel de conciencia donde ve claramente que es el Creador quien gobierna todo y que todo está previsto.
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Pero él tiene que alcanzar esta etapa primero y hasta que lo logre, no puede asegurar que todo está en poder del Creador. Hasta que alcance dicho estado, no puede vivir o actuar de acuerdo a estas leyes, porque no es la forma en que percibe el mundo corre; es decir, el hombre debe actuar solamente de acuerdo con las leyes de las cuales está conciente. Sólo como resultado de los esfuerzos del trabajo del hombre basado en los principios de recompensa y castigo, merece la confianza completa del Creador y el derecho de ver la verdadera película del mundo y la forma en que este funciona. Sólo entonces, aunque puede ver que todo depende del Creador, se esfuerza por sí mismo para conocerle. Uno no puede sacar los pensamientos y deseos egoístas de su corazón y dejarlo vació. Solo al llenarlo con anhelos espirituales y altruistas en lugar de deseos egoístas es como puede remplazar los viejos deseos por los opuestos y destruir el egocentrismo. Aquel que ama al Creador está seguro de sentir repugnancia hacia el egocentrismo, desde que sabe por su propia experiencia el daño hecho por cualquiera de sus manifestaciones, pero no ve ningún medio para deshacerse de este y se da cuenta claramente que está más allá de sus poderes porque fue el mismo Creador quien dió esta característica a Sus criaturas. El hombre no puede deshacerse del egocentrismo por sus propios esfuerzos, pero cuanto más se de cuenta de que el egocentrismo es su enemigo y asesino espiritual, más grande será su odio a este. Entonces, dicha voluntad llevará al Creador a ayudarlo para vencer a ese enemigo, de tal forma que aún el egocentrismo servirá a su propósito de elevación espiritual. En el Talmud leemos: “Yo he creado el mundo sólo para los completamente rectos o los completamente pecadores.” Que el mundo fuera creado para los hombres rectos es aceptable, pero no es entendible por qué el mundo no fue creado para aquellos que no son ni completamente rectos ni completamente pecadores, ¿es posible que el Creador haya hecho todo el universo para ellos? El hombre involuntariamente ve el gobierno del Creador en la forma que este parece ser: tan bueno y amable si es agradable para él o tan malo según esté sufriendo. Así es, el hombre considera al Creador bueno o malo, dependiendo de cómo percibe su mundo. Hay sólo dos alternativas en la percepción del hombre del gobierno del Creador sobre el mundo: ya sea que él perciba al Creador y en este caso todo le parece maravilloso o que piense que el gobierno del Creador sobre el mundo no existe y que el mundo es gobernado por las fuerzas de la naturaleza. Aun cuando él pueda darse cuenta con su razón de que esto no es así, son las emociones del hombre en vez de la razón lo que determina su actitud hacia el mundo, considerándose a sí mismo pecador debido a esta disparidad entre sus emociones y su razón. El entiende que la voluntad del Creador es para nuestro placer, lo que sólo es posible al encontrarnos más cerca de Él; mientras que si se siente alejado del Creador, lo ve como algo malo y se considera a sí mismo un pecador. Pero si el hombre se considera tan bajo que desde la parte más remota de su corazón automáticamente clama al Creador para que lo salve, para que se le revele y darle así el poder de salir de la prisión del egocentrismo al mundo espiritual, entonces el Creador lo ayuda instantáneamente. Nuestro mundo y todos los mundos superiores fueron creados para la condición del hombre, de tal forma que, habiendo estado sumergido completamente en el pecado, apelaría al Creador y se elevaría hasta ser completamente recto. El hombre puede ser merecedor de percibir la grandeza del Creador después de que se ha desecho por sí mismo de toda arrogancia y se ha dado cuenta de su propia impotencia y de lo bajo de sus anhelos.
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Después de haber eliminado su falso orgullo, cuanto más aprecie su cercanía con el Creador, mejor lo percibirá, puesto que podrá encontrar las demás sutilezas y manifestaciones en la revelación del Creador, admiración que evocará sentimientos de júbilo en su corazón. Por lo tanto, si puede apreciar cuán única es la actitud del Creador hacia él, experimentará una infinita gratitud y alegría. Esto ocurrirá si ve que está mejor que los demás a su alrededor, quienes no han merecido la actitud especial del Creador que él disfruta, que no tienen idea de intercomunicación con el Creador y mas aún, que no aspiran a percibirlo y comprender el significado de la vida y el avance espiritual, mientras él ha merecido de alguna forma esa atención especial por la cual el Creador aunque sea por un momento ha hecho que le recuerde la unión con Él. Lo mejor es que él pueda apreciar esta buena suerte tan especial, será la mejor forma en la que pueda agradecer al Creador y las mayores sutilezas de sentimientos que podrá experimentar en cada punto particular y en el instante de su contacto con lo Superior. Entre más pueda él apreciar la grandeza del mundo espiritual que está revelándose por sí mismo además de la grandeza y poder del omnipotente Creador, más fuerte será la confianza con la que él anticipa su futura unificación con el Creador. Contemplando la vasta diferencia entre las características del Creador y su creación, es fácil llegar a la conclusión que ellos pueden ser compatibles únicamente con la condición de que el hombre erradique su profundo egocentrismo. Si tal es el caso, entonces podría decirse que él no existe del todo y por lo tanto, nada lo separa del Creador. El hombre puede entrar en la vida espiritual e inhalar el aire espiritual sólo si siente que sin la vida espiritual esta muerto en la manera que el cuerpo muere cuando la vida lo deja y él desea apasionadamente vivir. Pero, ¿por cuáles medios puede el hombre elevarse a semejante nivel que la total eliminación de todo interés propio y preocupación por sí mismo, así como el anhelo de dar todo de sí se convierten en la única meta en su vida, a tal extremo que, el no alcanzar esta meta sentiría como si estuviera muerto? El elevarse a este nivel ocurre gradualmente y está basado en el principio de contra-acción: cuanto mayores esfuerzos el hombre haga en su búsqueda de un camino espiritual, estudiando y en intentos por imitar artificialmente objetos espirituales, más se convence de que es incapaz de alcanzarlo por sí mismo. Cuanto más estudie los trabajos importantes para su desarrollo espiritual, más complicado le parecerá su material de estudio. Mientras más fuerte intente mejor a sus superiores y compañeros estudiantes, si él está en verdad avanzando espiritualmente, sentirá con más claridad que todas sus acciones son dictadas por su profundo egocentrismo. Semejantes resultados son producidos por el principio “golpéalo hasta que esté dispuesto”: el hombre puede deshacerse del egocentrismo solamente si se da cuenta que el éste lo está matando al hacerlo regresar de la vida real, eterna y llena de deleite. El odio del hombre convertido en egocentrismo lo saca de su corazón. La cosa más importante es el deseo de entregarnos completamente al Creador, basado en el reconocimiento de Su grandeza. Darse a si mismo al Creador implica dar fin a tu propio ego y voluntad. En esta intersección el hombre debe estar completamente consciente por lo que vale la pena trabajar en este mundo: valores transitorios o eternos. Porque nada de lo que hemos creado permanece para siempre, todo pasa. Sólo las estructuras espirituales como los pensamientos, sentimientos y actos altruistas son eternos. Mientras se esfuerza por imitar al Creador en sus pensamientos, deseos y esfuerzos, el hombre está en verdad construyendo el edificio de su propia eternidad. Seguir el camino para percibir al Creador es solamente posible al darnos cuenta de Su grandeza. Justo como en nuestro mundo, si nosotros consideramos a alguien grande, estaremos felices de rendirle un servicio, sentiremos que realmente nos ha hecho a nosotros un favor al aceptar algo nuestro, en lugar de que sea lo contrario, dándonos algo en lugar de quitárnoslo.
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Este ejemplo muestra cómo una meta interna puede remplazar un acto mecánico externo dar o recibir- con uno opuesto. Por lo tanto, mientras más grande el hombre considere al Creador, más fácilmente le dará a Él sus pensamientos, deseos y esfuerzos mientras siente que está obteniendo algo del Creador, en lugar de estar dándole algo a Él, de quien recibe la oportunidad de dar un servicio, una oportunidad que solamente es otorgada a unos pocos virtuosos en cada generación. Esto significa que el principal objetivo del hombre es elevar al Creador en sus propios ojos; es decir, adquirir fe en Su grandeza y poder, porque ésta es su única oportunidad de romper con la prisión del egocentrismo hacia los mundos más altos. Como se hizo notar en el artículo previo, la razón por la cual el hombre experimenta excesivas dificultades cuando quiere seguir el camino de la fe sin conciencia de sí mismo, es el sentimiento que resulta de estar separado del mundo entero y suspendido en el vacío, sin sentido común, razón o experiencia previa que le de apoyo, así como el abandono de su medioambiente, familia y amigos, por el bien de estar unido con el Creador. La única razón de ésta sensación es la falta de fe en el Creador, es decir, la falta de sentido del Creador, Su presencia y Su gobierno sobre todas las criaturas, o sea, la falta del objeto de la fe. Pero tan pronto como el hombre empieza a sentir la presencia del Creador, está listo para darse a sí mismo completamente a Su poder y seguir a su Creador ciegamente, listo para desintegrarse completamente en Él, despreciando a la razón en la forma más natural. Esto es por lo que nosotros debemos entregar todos nuestros pensamientos, ocupaciones, deseos y tiempo solamente a este objetivo. ¡Esta percepción del Creador es la Fe! Este proceso puede ser acelerado, si el hombre considera que el objetivo muy importante. Cuanto más importante éste sea para él, más rápido podrá alcanzar la fe, es decir, la percepción del Creador. Mientras más importante sea la percepción del Creador, más fuerte será esta percepción por sí misma, hasta que ésta se haga presente por siempre en el hombre. La suerte es un tipo especial de gobierno divino en el que el hombre no puede influir de ninguna forma. Pero al hombre se le ha dado de arriba la responsabilidad de esforzarse por alcanzar un cambio en su propia naturaleza, y después de eso el Creador, habiendo apreciado los esfuerzos de éste, lo cambia y lo eleva por arriba de nuestro mundo. Antes de que el hombre haga cualquier esfuerzo, su actitud debe ser tal que no cuente con ninguna fuerza divina, suerte o alguna actitud especial desde arriba hacia él, sino que debe enfocarse en el trabajo pensando que si él no lo hace, no alcanzará lo que está tratando de alcanzar. Pero cuando su trabajo, estudio o cualquier otro esfuerzo haya terminado, debe pensar que todo lo que él ha alcanzado aparentemente como resultado de su esfuerzo, lo habría alcanzado de todas formas, aún sin hacer nada, porque este ha sido ordenado con anterioridad por el Creador. Por lo tanto, el que quiera comprender el verdadero gobierno, debe aun en etapas tempranas tratar de reconciliar esta contradicción en su propia vida. Por ejemplo, en la mañana el hombre debe empezar su rutina diaria de estudio y trabajo, dejando detrás completamente todos los pensamientos del divino reinado del Creador sobre el mundo entero y sobre cada uno de nosotros y trabajar como si el resultado final dependiera de él solamente. Pero cuando el trabajo se termine, el no debe asumir que lo que ha alcanzado es el resultado de sus esfuerzos, sino darse cuenta que aunque él se hubiera quedado en cama todo el día,
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habría alcanzado el mismo resultado, porque ese resultado habría sido previamente diseñado por el Creador. Por lo tanto, una persona que quiere esforzarse por vivir una vida con la verdad, por un lado debe obedecer las leyes de la sociedad y la naturaleza igual que cualquier otra persona, pero por otra parte, debe creer en el absoluto gobierno del Creador sobre el mundo. Todas nuestras obras pueden ser divididas en buenas, neutrales y malas. La principal tarea del hombre es elevar esas obras neutrales al nivel de las buenas al unir su ejecución en su mente con una conciencia del reinado absoluto del Creador. Por ejemplo, un hombre enfermo, aunque esté consciente del hecho que su cura está completamente en las manos del Creador, debe recibir una medicina probada de un médico reconocido y actuar como si solamente la habilidad del doctor lo ayudase a superar su enfermedad. Pero, habiendo tomado la medicina estrictamente de acuerdo con las órdenes del doctor y una vez recuperado, debe creer que se habría recuperado de todas formas solamente gracias a la ayuda del Creador. Por lo tanto, mientras agradece al doctor por los esfuerzos en su nombre, debe al mismo tiempo agradecer al Creador. Por este hecho él cambia un acto neutral a uno espiritual. Al hacer esto con todos sus actos neutrales, gradualmente espiritualiza todos sus pensamientos. Los ejemplos y explicaciones dadas arriba son necesarias para los que no comprenden, porque circunstancias similares se convierten en bloques de tropiezo en su camino a la elevación espiritual, principalmente porque ellos piensan que saben los principios del gobierno y tratan artificialmente de fortalecer su creencia en la omnipresencia del gobierno divino, en lugar del trabajo duro o en lugar de hacer un esfuerzo por demostrar su fe en el Creador o simplemente por flojera asumen que aún antes de empezar a trabajar, todo está en las manos del Creador y así sus esfuerzos no son requeridos. Es más, cerrando sus ojos en supuesto acto de fe ciega, eluden preguntas acerca de la fe y para evitar tener que responderlas, se quitan a sí mismos toda oportunidad de progreso espiritual. En nuestro mundo “debes ganar el pan con el sudor de tu frente”, pero una vez que el hombre ha ganado algo es difícil para él admitir que el resultado no depende de su agotador esfuerzo o sus habilidades, sino que fue el Creador quien ha hecho todo para él. Aun él debe esforzarse para fortalecer su fe en el gobierno absoluto del Creador sobre él “con el sudor de su frente”. Pero es en los intentos y esfuerzos (sustentados en nuestra ceguera) por asimilar la aparentemente contradictoria naturaleza del gobierno divino, dígase por el choque entre esos alcances contradictorios y difíciles de entender de las acciones que son requeridas de nosotros, que quien esté tratando de comprenderlos crece y experimenta nuevas sensaciones espirituales. Todo lo que existió antes de que iniciara la creación era el Creador. La creación empieza cuando el Creador separa una parte de sí mismo, dotando a ésta en el futuro con ciertas características diferentes a las Suyas. Este punto es nuestro “ego”. Pero, ya que ningún lugar o distancia existe, el distanciamiento en características es percibido en este punto como ocultamiento del Creador; es decir, no lo puede sentir a Él, hay oscuridad entre ellos generada por las características egoístas de este punto. ¿Cuándo es que el hombre siente esta distancia abismal? Específicamente, cuando el Creador quiere tenerlo más cerca. Si el Creador no lo quiere tener cerca de Sí mismo, éste no sentiría ningún abismo, tampoco ninguna distancia entre él y el Creador. El oscuro abismo percibido por la parte constituye en realidad los problemas diarios, obstáculos, sufrimiento acarreado por dificultades financieras, enfermedades, familiares, en
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una frase: problemas de la vida diaria que el Creador ha construido como el medioambiente de la parte, para influenciarla a través de este. ¿Cómo y por qué? Con el propósito de mostrar al hombre que para salvarse a sí mismo del sufrimiento debe deshacerse del egocentrismo por sí mismo, el Creador lo lleva a una condición de insoportable miseria a través de su medio ambiente: hijos, trabajo, deudas, enfermedades, problemas familiares, a tal punto que la vida le parece una carga muy difícil de soportar como resultado de su deseo de alcanzar algo y lo único que quiere es no desear nada; es decir, no tener intereses propios para escapar de todos los deseos egoístas, porque estos traen semejante tormento. De tal forma que el hombre no tiene otra salida, sino rogar al Creador que lo salve de su egocentrismo, porque solo de esta forma, podrá escapar de todos sus problemas, como si este egocentrismo fuera el que le trae todo este sufrimiento. Esta es la razón por la cual el rabino Ashlag escribe en su prefacio del libro “Talmud Eser Sefirot” (sección 2): “Pero si tú escuchas con tu corazón una famosa interrogante, yo estoy seguro que todas tus dudas de si debes estudiar Cabalá se desvanecerán sin dejar rastro” Es así porque tal pregunta, viniendo directamente del corazón del hombre, en lugar de su inteligencia o aprendizaje, clamando en su corazón respecto a su vida, acerca del significado de ésta, acerca del significado de su sufrimiento, el cual es muchas veces más grande que sus placeres, acerca de la vida tan dura, que la muerte parece una fácil liberación y salvación, acerca de la vida donde los sufrimientos son muchas veces más grandes que sus placeres, acerca de la vida donde no hay fin a los torbellinos de dolor, hasta que finalmente la dejamos absolutamente desgastados y desbastados. Y, ¿quién al final disfruta todo esto, a quien divierto con esto o que más espero yo de esta vida? Aunque cada uno de nosotros esté preocupado subconscientemente con esta pregunta de manera incesante, algunas veces ésta nos golpea de forma inesperada, volviéndonos locos, dejándonos incapaces de hacer algo, quebrándonos la mente, clavándonos dentro de un oscuro abismo de desesperanza y del conocimiento de nuestra propia insignificancia, hasta que tenemos éxito en bloquear esto fuera de nuestra mente y encontrar una vez más la solución bien conocida por todos e ir con lo existente igual que ayer, con la corriente de la vida, sin profundizar muy dentro. Pero, como ha sido mencionado antes, el Creador le da al hombre semejantes sensaciones para que se de cuenta gradualmente que toda su mala fortuna, todas sus angustias dependen del hecho de que él tiene un interés personal en el resultado de sus acciones, que esto es el egocentrismo; es decir, su esencia. Su naturaleza lo hace actuar por el bien de “sí mismo” y está constantemente sufriendo debido a que sus deseos no son llenados. Aún si el hombre se deshiciera de todo interés personal en lo que fuera, instantáneamente se volvería libre de todos los estorbos de su esencia y contemplaría todo lo que le rodea sin ningún dolor o angustia. El método de liberarse de la esclavitud del egocentrismo se encuentra en la Cabalá. El Creador localiza con todo propósito entre Él mismo y nosotros, entre Él y el punto de nuestro corazón, a nuestro mundo con toda su miseria, de tal forma que esto lleva a cada uno de nosotros a darse cuenta de la necesidad de purgarnos a nosotros mismos del egocentrismo, la causa de todas las angustias. El dejar atrás esta angustia y percibir al Creador - la fuente de deleite- es posible solamente con un verdadero deseo de parte del hombre de deshacerse de su egocentrismo. En palabras espirituales, un deseo es igual a un acto, porque en verdad, lo deseado de todo corazón, es cumplido de inmediato.
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Pero el Creador por sí mismo lleva al hombre a un propósito firme y definitivo de deshacerse de todos los intereses personales en cualquiera de las situaciones de la vida, haciéndolo sufrir tanto en esas situaciones que sólo le restará un solo deseo: dejar de sufrir, lo cual sólo es posible si no tiene absolutamente ningún interés egoísta en el resultado final, en todos los asuntos de la vida en los que se ve envuelto. Pero, ¿dónde está entonces nuestra libre voluntad, nuestra libertad de elegir?, ¿qué camino tomar, qué escoger en la vida? Si, el Creador mismo induce al hombre a elegir cierta solución poniéndolo en una situación cargada de semejante miseria que la muerte parece preferible que esta vida, pero sin darle la fuerza para terminar con ésta y así terminar de sufrir. Entonces, en medio de la insoportable angustia, repentinamente hace brillar la Luz de la única solución posible, como un rayo de sol a través de grandes nubarrones, sin morir, sin escapar sino liberándonos de todos los intereses personales en el resultado de cualquier asunto mundano. Esta es la única solución, sólo esto puede garantizar la paz y el descanso del insoportable sufrimiento. Ciertamente, no hay libertad de elección en esto, porque el hombre es forzado a esta solución por una compulsión a escapar del sufrimiento. La libre voluntad y la libertad de elección son notorias al continuar en el camino elegido. Una vez que el hombre se ha sobrepuesto a su estado depresivo y ha reforzado su propia determinación buscando un camino fuera del estado fatal en el que ha estado, actuando por sí mismo, de tal forma que el objeto de todos sus pensamientos se transformó en “el bien del Creador”, porque vivir “por el bien propio” trae sufrimiento. Este incesante trabajo y control sobre nuestros pensamientos es llamado "El trabajo de purificación". El sufrimiento debido a intereses personales debe ser tan agudo que el hombre estará listo para vivir de un pedazo de pan, un sorbo de agua y dormir en el suelo desnudo, cualquier cosa, sólo para rechazar de sí mismo el interés personal en la vida llamado egocentrismo. Si alcanza la condición interna que lo habilita a estar feliz haciendo eso, entonces, entrará en una esfera espiritual llamada “el mundo futuro” o “el mundo por venir”.
El poder interno Si alguien le dice: "yo me esforcé, y no lo encontré", ¡no le crea! Si le dice "yo no me esforcé y lo encontré", ¡no le crea! Si le dice: "yo me esforcé y lo encontré", ¡puede creerle! Es importante para nosotros, entender de qué se trata esto, de “no creerle”. ¿Estamos hablando sobre los mentirosos? Nos estamos refiriendo a las personas que están al servicio del Creador, y ciertamente son personas dignas, y entonces ¿por qué podríamos considerarlos como mentirosos?, y ¿cuál es el concepto por el que decimos: “debe creerle”, o, “no le crea”? Para entenderlo, necesitamos saber primero, qué es el” trabajo”. Ya hemos hablado muchas veces sobre lo que se llama el “trabajo”, es cuando una persona debe hacer acciones que van en contra de su naturaleza. Es decir, nacemos con el deseo de recibir para nosotros, siendo esa la razón por la cual debemos conseguir la conexión (adhesión), la equivalencia de forma, porque sólo de esta manera se recibe lo bueno y el goce sin el sentimiento de vergüenza. Por consiguiente, una corrección fue hecha, lo cual es necesario hacer por cada cosa a otorgar.
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Por otra parte, nos encontramos en un completo vacío, un vacío de Luz, esto que se llama oculto y ocultación, donde ninguna santidad se siente, es cuando se está envuelto en el amor propio. Por consiguiente, cuando uno empieza a trabajar para dar, lo cual va contra nuestra naturaleza, se le llama “el trabajo.” Se refiere a los deseos e intenciones a las que el cuerpo se opone, porque ante cualquier movimiento que el cuerpo no vea que es para sí mismo, se opone con toda su fuerza y se necesitan tremendos poderes para superarlo. Aquí empieza el trabajo principal del cual se dice: “yo me esforcé”, o “yo no me esforcé”; es sobre esto que nos preguntamos: ¿cómo es posible que si las personas dicen “yo no me esforcé, y lo encontré” no debemos creerles?, ¿Es acaso que nosotros no nos referimos a las personas que ya han merecido el concepto “yo he encontrado”?. Ciertamente estas personas son dignas y no es aplicable decir que están mintiendo. En ese caso, ¿cómo es posible decir “no les crea”, como si ellos estuvieran mintiendo, ya que en verdad ellos hicieron el trabajo? ¿En ese caso, por qué consideramos que no hicieron el trabajo cuando dicen: “yo no me esforcé y yo encontré?”. La respuesta a esto es como anteriormente dije: cuando una persona comienza a entrar en el trabajo de conceder, el cuerpo empieza su oposición, y entonces la persona comienza a hacer las acciones utilizando los remedios especiales (Torá y Mitzvot) para obtener el poder para superar el mal en él, y la ayuda que él necesita recibir de la Torá y Mitzvot, pero, ve que ocurre todo lo contrario. Cuando pensó, que a cada momento estaba retrocediendo un paso, y sentía que no valía la pena trabajar debido al amor propio, y cuando pensó que ya había llegado al momento en que el mal lo había sometido, y que ciertamente este sentimiento era antiguo, y que de hoy en adelante no tendría ninguna conexión con el mal, de repente ve que él mismo está una vez más en el grado más inferior de bajeza. El mismo es el amor propio y una vez más siente la ocultación de la meta de la creación, que es hacer lo bueno para Sus seres creados; entonces, él cree que para merecerlo tiene antes que hacer méritos amando al Creador. El sólo ve cómo se ama a sí mismo y con la intención de anularse ante el Creador dice que no hay otro dominio en el mundo, porque todo pertenece al Creador y él es tan bajo que no merece siquiera mencionarse. En esta situación la persona no es capaz de adaptarse a las condiciones, porque, en el momento que un pensamiento de anulación frente al Creador viene a él, su cuerpo (que desea recibir) se le opone y le da a entender: “Cómo es que usted quiere anularse ante el Creador, para lo cual no debe tener existencia propia , por eso hay sólo un dominio que es del Creador, ¿y usted no quiere elevarse ni siquiera con un nombre?, ¿no va eso en contra de la naturaleza?, porque siendo una persona, con sólo que esté viviendo, que quiera existir para sentir su entidad, ¿cómo puede decir que debe anularse a sí misma ante el Creador para perder su entidad?” Es entonces que el cuerpo dice que no acepta esto, a lo cual se llama el Aspecto del Destierro, es decir, todos los deseos que están dentro de la persona por encima del aspecto de Israel que está en él (Isra'el quiere decir yashar). La persona no quiere solamente existir porque quiere anularse en Él del yashar (directamente a Dios), tal como ocurrió en el destierro de Egipto, cuando los egipcios estaban gobernando sobre la nación de Yisra'el y no podían escapar de su mando; pero, como está escrito: “Yo, Dios tu Señor que te sacó de la tierra de Egipto.” Es decir, una persona por sí misma no tiene el poder para superarse y salir de la dominación del cuerpo, sino sólo el Creador. En Su honor puede recuperarlo de este destierro. Ahora es cuando aparece esta pregunta: ¿si una persona invierte una cantidad grande de trabajo y pasa por varias ascensiones y varias caídas, muchas veces siente perder la esperanza, llegando a la conclusión de que “todas sus acciones deben hacerse por causa del Cielo”, que no son para sí mismo. Esto sólo se aplica a quienes son excepcionales, con habilidades especiales y a las personas con fortaleza que son de valeroso corazón, quienes
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reconocen su incapacidad de llegar a esto solas, decidiendo debe dejar este entorno del sistema, recibiendo después el despertar de los sentimientos anteriores, a tal magnitud, que se olvida de lo que había decidido antes de esta situación presente, diciendo a sí mismas “yo también puedo llegar al estado de dádiva”, para salirse del amor propio. De repente, una vez más, el hombre cae de su nivel. Existe también la costumbre de olvidarse del asunto, es decir, olvida lo que dijo antes de esto: que él es capaz de alcanzar el trabajo de dádiva, y ni siquiera se le ocurrió que se caería de su nivel, porque estaba seguro de que progresaría, y ahora ve que esto no es como lo pensó. Los pensamientos y situaciones como éstas le suceden sin fin. De lo que ya se dijo resulta que cuando el Creador le ayuda y lo saca del destierro, él no sabe qué decir. Ve esa ayuda porque todos sus trabajos no dieron fruto y entiende que si el Creador no lo hubiera ayudado, él ya habría abandonado la escena porque muchas veces tuvo tales pensamientos. En ese caso, él no puede decir “yo me esforcé y yo lo encontré”, cuando ve que con su trabajo no ganó nada. El hecho de que él merecía el “yo encontré” sólo fue debido a la liberación del Creador. Por consiguiente dice: “yo no me esforcé y yo lo encontré.” Es decir, que el trabajo que él hizo no ayudó (no tuvo efecto, fue irrelevante). Ahora podemos entender la pregunta acerca de cómo íbamos a sospechar que estaba diciendo una mentira. Lo anterior es simple: él dice lo que ve, él ve que todos sus trabajos no le ayudaron en absoluto, y declara su verdad, “yo no me esforcé.” Es decir, con respecto al hecho de lograr la meta, él no hizo nada. Es decir, de todo el trabajo que hizo, permanece en un estado de bajeza, aún más humilde del que se había sentido al principio de su trabajo, mientras que al momento en que él empezó el trabajo de dádiva, pensó que sólo tenía un poco de mal. Ciertamente él tendría la fuerza para superarlo y estaría dentro de su posibilidad hacer el trabajo de dádiva y no recibir nada para él. ¿Y qué ganó del trabajo que él invirtió? Llegó a lo más bajo de la bajeza, tanto que no hay otro como él. ¿En ese caso, cómo puede decir: “yo me esforcé y yo encontré?” ¿El trabajo no le hizo empeorar? Y, ¿no es que él debe encontrar la santidad para entrar en la santidad? En ese caso, él se está quejando con razón porque el trabajo no merecía la pena. Ciertamente el trabajo no es la razón por la cual “ha encontrado”. Por consiguiente, cuando él dice “no me esforcé”, “y encontré”, no dice una mentira desde su punto de vista. ¿Y ahora uno puede preguntar por qué dicen “no le crea”?, ¿no está diciendo la verdad? En ese caso, lo que encontramos en sus palabras es algo que no es verdad y que por esta razón el cabalista dijo “no le crea.” Pero el asunto es así. Hay una regla general: “No hay ninguna Luz sin una vasija.” Es decir, es imposible un relleno sin un contenedor. Por consiguiente, cuando una persona hace un trabajo e invierte fuerzas y esfuerzos para llegar al estado en el cual está dando al Creador, cuanto más usa los poderes, más impotente se siente, es decir, según el grado en que se esfuerce para alcanzar el nivel de dar, más ve que está lejos de él. ¿Y quién le hace entender que está lejos de estar dando? ¡Es el propio trabajo! Esto es comparable a una persona que agarra a un ladrón y el ladrón quiere escapársele. Así, si la persona sostiene al ladrón y el ladrón no muestra mucha resistencia, la persona no necesita muchos poderes (fuerzas) para aferrarse al ladrón. Sin embargo, si el ladrón empieza a mostrar una resistencia mayor, entonces la persona debe hacer los mayores esfuerzos para que el ladrón no pueda huir de sus manos, y si el ladrón demuestra mayor fuerza que la persona, y ve que muy pronto se le escapará, comienza a gritar por ayuda diciendo “¡AYUDA!”
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Cuando la persona pide ayuda, ¿da resultado? Específicamente en una situación en que una persona no puede salvarse con sus propios poderes, empieza a gritar en busca de auxilio. Pero, ¿Qué pasa si el ladrón es un niño y la persona lo agarra de la mano?, no es la manera mas común de pedir ayuda, o de decir: “usted debe ayudarme, para que el niño ladrón no pueda escapar, porque yo no tengo la fuerza para sostenerlo, mientras quiere escaparse de mi”, porque ciertamente todos nos reiríamos de él, porque no es costumbre pedir ayuda en una situación en que la persona misma puede hacer las cosas sin ayuda de nadie. La razón de esto es que en el orden del mundo no hay ningún relleno sin una carencia. Por consiguiente, cuando el hombre pide ayuda sin necesidad, todos nos reímos de él, porque esto no está en el sentido de la corrección de la creación. De esto surge el hecho que cuando una persona no necesita de otros, tiene una vida y pide ayuda, apoyo, y dice que otros deben ayudarlo en su sustento, cualquiera que lo ve se ríe de él, porque está de pie y pide ayuda. Vemos esto según el grado en que él pide y suplica que le tengan misericordia. Las personas lo conocen, saben que él no es alguien al que le falta, se ríen de él y no le dan nada. Habiéndose dicho que nosotros podemos entender por qué cuando él dice “yo no me esforcé, y yo encontré”, los cabalistas dicen “no le crea”, y según lo que nosotros explicamos él está haciendo una declaración veraz, como vimos anteriormente. Pero, como explicamos, un relleno no se da sin una carencia. Por consiguiente, una persona debe trabajar y debe esforzarse, para hacer todas las acciones posibles que deba, para llegar al nivel en que todas sus acciones deben ser por causa del Cielo. Además, en la medida que sea necesario según el trabajo que pone en el servicio, el Creador debe ayudarlo. Entonces, al tener una vasija, es decir, una necesidad de que el Creador le ayude, al saber que ve que no tiene ninguna otra alternativa de tener la posibilidad de alcanzar el nivel de dádiva, entonces es el momento cuando él recibe la ayuda. Según esto, resulta que los dos dichos son verdad. Debe decir “yo no me esforcé”, es decir, que su trabajo no merece la pena nada, porque ve que no ganó nada del trabajo que dio, sino simplemente lo contrario. Es decir, que como resultado del trabajo que hizo, llegó al reconocimiento de que el trabajo no merecía la pena para nada; es decir, uno no puede adquirir nada con el trabajo y esto es lo que él razona. Aquí no es aplicable creer su razón anterior, que el trabajo no lo ayudó, mientras lo ve delante de él. En ese caso es aplicable decir “yo no me esforcé y yo encontré”. Por consiguiente, él dice a todos que su trabajo no merecía la pena para nada, la verdad según su razonamiento. Entonces los cabalistas dicen “no le crea” que él no trabajo, y la razón para esto es que “no hay ninguna Luz sin una vasija”, “no hay ningún relleno sin una carencia.” Por consiguiente, uno necesita el trabajo y como eso aumenta su carencia a cada momento, por lo que requerirá de la ayuda del Creador, cuando Él sepa que se creó un vacío tan grande que deba ser rellenado, entonces el le dará el relleno. Según esto, si la persona no trabaja, no hay ningún lugar vacío para que el Creador pueda darle el relleno. Así, nosotros vemos que el trabajo tiene valor, de tal forma que sin el trabajo no hay ningún lugar vacío, tal como se ha dicho, porque “no hay ningún relleno sin una carencia.” Por consiguiente ellos dijeron: “yo no me esforcé y yo encontré”, ¡no le crea!, porque debe haber un trabajo por medio del cual demos un lugar para la salvación por el Creador. Por consiguiente, cuando una persona viene y dice “yo me esforcé, y yo no encontré”, ellos dijeron ¡no le crea! Es decir, si la persona se esforzara de verdad y recibiera una necesidad tal que el Creador le hubiese dado el relleno, ciertamente el Creador se lo habría dado; pero, ciertamente él no se esforzó todo lo que era necesario para recibir el relleno. ¿Y cuándo es completa la necesidad? Esto, el Creador lo sabe. Por consiguiente es incumbencia de la persona agregar y aumentar su trabajo y no huir de la escena hasta que el Creador lo ayude. Con esto, es comprensible que los poderes que una persona necesita para lograr el nivel en que todas las acciones deben ser por la causa del Cielo. La persona necesita ser
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tremendamente talentosa, tener una voluntad muy poderosa y un corazón muy valiente, así como otras cualidades similares. Es decir, que necesita ser una persona de gran voluntad para esforzarse o tener grandes poderes como anteriormente se dijo, que una persona que merecía el aspecto “yo encontré”, dice “yo no me esforcé”, cuando él ve que todos sus trabajos no hicieron nada, que aún cuando él era la persona con los más grandes poderes en todo el mundo, no lo ayudaría, porque para alcanzar la adhesión con el Creador y salir del dominio del egoísmo, sólo Él puede sacarlo del dominio de la vasija que desea recibir para sí mismo, como está escrito “yo soy Dios tu Señor que te sacó de la tierra de Mitzraim (Egipto), para ser tu Señor” y no hay poderes en una persona que le ayuden en esto. Esto explica lo que está escrito (en la canción de Januka), Ievanim (los griegos) se pusieron en mi contra , entonces en los días del Jashmonaim derrumbaron las paredes de mi torre y contaminaron todos mis aceites. Este el asunto del trabajo que necesitamos hacer para poder revelar la carencia, para saber lo que está faltándole exactamente. Uno sólo puede ver cuando una persona quiere figurar cerca de la santidad, es decir, hacer todas las acciones por la causa del Cielo, lo cual se llama el Aspecto de Jashmonaim cuyo propósito era sacar la santidad del dominio de los poderes impuros, denominados Ievanim (griegos= idolatría). Específicamente en el momento que una persona quiere figurar cerca de la santidad por medio de la “Fe sobre la razón”, se revelan a uno las opiniones de los Ievanim, que es el poder impuro que se opone a la fe. Entonces uno ve el intelecto de los Ievanim, porque antes de que una persona empiece en el trabajo de dádiva, los Ievanim no se revelan en uno. Hasta uno mismo pensó que tenía la fe suficiente en el Creador y el poder necesario para guardar el Torá y Mitzvot, y que la única cosa que faltaba era aumentar su Torá y Mitzvot. No es el caso como cuando una persona quiere ser como los Jashmonaim, es decir, que sólo santidad debe gobernar en el mundo, entonces los Ievanim que son los poderes impuros que son contrarios a la fe, se revelan a cada momento con mayor fuerza, y específicamente quiere penetrar por las paredes de mi torre, esa fe es la pared cuya grandeza depende de la medida de la fe que una persona tiene por el Creador, como está escrito en el Zohar Santo en donde está escrito “Noda besharim baala” , cada uno según lo que él estima en su corazón en materia de fe en el Creador. Todos tenemos una cantidad diferente de fe en el Creador, como está escrito en el “la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot”, 14. Nosotros podemos entender que cuando se abrieron brechas en las paredes de la torre, es decir, que cuando vieron que no tenían fe, que no pudieron ir sobre la razón, cuando ellos quisieron entrar en el servicio de dar al Creador, vinieron contra mí y los pensamientos de los Ievanim empezaron a venir. Sólo se les permitió ir según lo que el intelecto indicaba como necesario, lo que valía la pena hacer. En algo que va contra el intelecto ellos se oponen enérgicamente y no les permite moverse, incluso lo mínimo. Es entonces que empieza el trabajo de dádiva, sólo entonces uno ve que una persona no puede hacer algo contra su naturaleza que es el deseo de recibir para él. Por consiguiente, cuando el Creador hace un milagro para ellos, les ayuda, entonces ellos dicen que todo lo que trabajaron no sirvió de nada. Es decir, todo el trabajo fue por nada, porque ellos no pudieron conseguirlo, como está escrito “Usted entregó al poderoso en las manos del débil y a muchos en las manos de pocos, etc.”; es decir, que según las formas de su naturaleza y su intelecto no hay ninguna manera de poder triunfar sobre ellos, porque ellos son débiles y pocos, etc. En ese caso, ellos razonaron que el Creador los ayudó y esto viene a enseñarnos que cuando el Creador ayuda, no es correcto decir que Él a propósito (dafka) puede asistir sólo a una persona poderosa y que en el caso de una persona débil, no puede hacer nada. Nosotros podemos ver qué grandes poderes y los buenos rasgos de carácter que necesitan ser encontrados en una persona para que el Creador le ayude, que él pueda ser atraído más cerca a Él, así uno puede explicar: “Usted entregó al poderoso en la mano del débil”. Los pensamientos poderosos y los deseos poderosos de los Ievanim, son puestos por Él en las
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manos de Israel, que son los pensamientos débiles dentro de una persona que no es talentosa y cuyos deseos deben acrecentarse fuertemente para poder superar todo los deseos de recibir, qué sólo están por causa de recibir, esto que ellos no tienen. Esto se llama milagro porque no está dentro de la habilidad de la naturaleza el hecho que los débiles puedan prevalecer por encima de los fuertes. Esto nos indica que una persona no debe decir que está preparada ni es talentosa para prevalecer en la naturaleza y aún cuando fuera el poderoso más poderoso, es el Creador y sólo Él quien le da la ayuda, como lo antes expresado, cuando ellos dijeron “yo no me esforcé y yo encontré”, ¡no le crea! Es decir, que encontró las vasijas de dádiva que les dió el Creador. Esto es tal como está escrito (Salmos, 33-16) “El rey no es salvo con la multitud del ejército: No escapa el valiente por la mucha fuerza… He aquí, el ojo del Creador sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia; para librar sus almas de la muerte”, cuya explicación es: “observa el ojo del Creador”; es decir, el Creador busca a esas personas “sobre los que esperan en su misericordia”, esa espera por el Creador que les dará las vasijas de dádiva.
Dudas más frecuentes P: Me he estado preguntando acerca de mi lugar en el mundo. No sé si la Cabalá es para mí. ¿De qué trata y en qué me beneficiaría su estudio? R: La Cabalá responde a una pregunta común: ¿Cuál es la esencia de mi vida y de mi existencia? La Cabalá es para quien busca respuestas, él es el indicado para estudiarla. La Cabalá muestra al ser humano la fuente y por lo tanto, el propósito de su vida. P: Siempre pensé que la Cabalá era secreta. De repente, se ha vuelto el nuevo tema de moda. ¿Cómo sucedió esto? R: Durante miles de años estuvo prohibido difundir la Cabalá. Sólo en el siglo XX, cuando se publicaron los libros del cabalista, rabino Yehuda Ashlag, se nos brindó la posibilidad de estudiarla sin restricciones. Sus escritos apuntan a ayudar a gente como tú, sin conocimientos previos de Cabalá. Está permitido difundirla ampliamente, enseñándola a cualquiera que esté buscando los elementos espirituales ausentes de su vida. P: ¿Es cierto que el rabino Ashlag pensaba que la Cabalá debía enseñarse a todos, judíos y gentiles, por igual? ¿Piensan Uds. que el gentil tiene su lugar en el proceso de corrección, o está pensado para ser estudiado sólo por judíos? y, ¿en qué consiste el proceso de corrección? R: Habrás leído en la Biblia que al final de la corrección todos conocerán a Dios, desde el más joven al más anciano, sin distinción de sexo ni de raza. La Cabalá se ocupa del ser humano y del deseo de recibir, creado por Dios. Este deseo de recibir incluye a todas las criaturas. Por lo tanto, todos los que deseen participar del proceso de corrección pueden hacerlo. La corrección consiste en cambiar las propias intenciones de egoístas a altruistas, por ejemplo, de beneficiosas para uno mismo a beneficiosas para el Creador. Se espera que toda la humanidad participe de este proceso. P: Me interesa saber más acerca de la Cabalá. ¿Es necesario para un principiante como yo estudiar primero la Biblia y la ley oral y escrita durante muchos años antes de empezar a aprender Cabalá o puedo comenzar ahora? R: No hay prerrequisitos para estudiar Cabalá. Todo lo que se necesita es la propia curiosidad y la voluntad de aprender. Mediante su estudio, uno aprende a parecerse al mundo espiritual en acciones y pensamientos.
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P: Oí decir que un rabino o estudiante de Cabalá le echó un conjuro a alguien para que muriera. Mi pregunta es: ¿Es esto posible?, y si así fuera, ¿existe un conjuro que se pueda decir? También he comprado varios libros referentes a prácticas mágicas "buenas" y quisiera saber si Uds. me podrían orientar en la dirección correcta alcanzada por estos libros. R: No sé qué libros habrás comprado, pero no se ocupan de la auténtica Cabalá. La Cabalá no es magia. Podrás entenderla mejor leyendo y estudiando. Te recomendamos diversas lecturas, por ejemplo, los artículos que preparamos respecto a las etapas del desarrollo del ser humano en su camino espiritual. Aunque es importante estudiar con un maestro y en grupo, puedes acceder a algunos de esos artículos mediante nuestro sitio web, libros y tienda online. P: Hace siete años comencé a buscar a Dios, el Creador, el Padre. Entretanto, mi vida entera fue destruida y perdí todo lo que me era querido. Un día le dije: "¡No descansaré hasta que me contestes! ¡Eres todo lo que me queda!" Ahora he comenzado a percibir luces alrededor de la gente y de los animales. ¿Es esto una manifestación de Cabalá? Quiero conocer a Dios y crecer espiritualmente. R: Tu situación es precisamente la que motiva al ser humano a estudiar Cabalá. El camino hacia el conocimiento de Dios es muy difícil y requiere un estudio específico. Y sólo después de que se devele una percepción espiritual, uno comprende que las percepciones anteriores eran sólo productos de su imaginación. No se puede percibir a Dios sin ascender a los mundos superiores mediante la transformación de las características egoístas en altruistas. P: Entiendo que la palabra "Cabalá" proviene del verbo hebreo "recibir". ¿Qué significa y para qué recibir? R: Al principio de todo, sólo existía el Creador. Creó un deseo generalizado de recibir. Este deseo de recibir se llama el Primer Hombre. Para permitir al Primer Hombre comunicarse con el Creador, este deseo generalizado de recibir fue dividido en muchas partes. El propósito de la Creación es lograr la comunión con el Creador porque sólo en dicho estado puede el ser humano lograr plenitud, tranquilidad eterna y felicidad. P: ¿Esto implica que, en un futuro lejano, habrá de nuevo un solo hombre? R: La Cabalá no se ocupa de nuestro cuerpo físico, sino de nuestro componente espiritual. El Mundo Superior es como una criatura, un alma, cuyas partes se proyectan en un mundo inferior (el que percibimos) en el que nos sentimos distintos uno de otro. Para decirlo más fácil: nos sentimos separados unos de otros porque estamos limitados por nuestro egoísmo, a pesar del hecho de que todos somos realmente un solo cuerpo espiritual. Por lo tanto, la separación existe sólo en nuestra percepción errónea, porque de hecho somos todos uno. P: ¿Qué conceptos encontraré en el Zohar y quién lo escribió? R: El libro del Zohar explica cómo uno en este mundo puede alcanzar la fuente de su alma. Este camino, o escalera, consiste en 125 pasos. El autor del Zohar debe haber transitado todas estas etapas. El rabino Yehuda Ashlag afirma que el Zohar fue escrito por el rabino Shimón Bar Yojai. Mientras el rabino Yehuda Ashlag existió en este mundo, creó el comentario del Zohar, el cual se sigue usando hasta hoy en día. Ocupa el mismo lugar espiritual que Shimon Bar Yojai, el autor del Zohar. P: ¿Están Uds. asociados con otros rabinos u otros centros de Cabalá? R: Bnei Baruj no está conectado de ningún modo con ningún grupo u organización que se ocupe de Cabalá. P: ¿Tienen bibliografía o material de estudio en inglés, francés o español que me pudieran enviar?
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R: Lamentablemente no existen libros serios e intachables de Cabalá en ningún idioma basados en fuentes auténticas; por ejemplo, los de Shimon Bar Yojai, el Ari, el rabino Ashlag, etc. El Centro Bnei-Baruj ha creado un curso básico de Cabalá mediante su sitio Web y está publicando más libros sobre este tema. Las lecciones online y los libros aparecerán en diversos idiomas, incluyendo el ruso. P: No fui criado en la religión judía. Creo que hay más dioses y más espíritus santos, etc. que los mencionados por la Cabalá. Y acaso ¿no es el propósito de la Creación el otorgarle al ser humano una vida mejor en este mundo, así como en el mundo por venir? Si miro a mi alrededor, veo qué lugar terrible este mundo puede llegar a ser. R: Sólo existe el Creador y el ser humano. El propósito de la creación es permitir el ascenso a los mundos superiores aún estando en este mundo. Esto sucede cuando los pensamientos y deseos humanos son equivalentes a los pensamientos y deseos de los mundos superiores, tema que se enseña en la Cabalá. Quien desee ascender y alcanzar la meta de la creación (que es la meta personal de cada ser humano en la vida, pues si no debe retornar a este mundo después de su muerte), debe considerar positivamente a toda la Creación. P: Estoy empezando a comprender que debo ser responsable de mis propias acciones, de mi propio ego. Quisiera alcanzar un mayor nivel espiritual en mi vida. ¿Cómo empiezo?, y si estudio Cabalá, ¿podré actuar libremente? R: Uno debe imaginar siempre que se encuentra frente a Dios, el Poder Supremo. Todo el que estudie Cabalá y ascienda a cierto nivel espiritual puede adquirir capacidades del Poder Supremo y utilizarlas a su antojo. Cuanto más elevado sea su nivel espiritual, el cabalista logrará características y poderes más similares a los del Creador. El cabalista será capaz de actuar tan libre e independientemente como el Creador. P: Leí en algún lado que existe un lugar en la Torá que contiene los 72 nombres de Dios y que transmite un mensaje al ser leído. También, que si se consideran los caracteres hebreos en forma vertical, aparecen en columnas de tres caracteres y cada columna contiene una palabra referida a Dios. No sé si lo han notado, pero Dios suele ocultar las cosas a la mirada ordinaria, como aquí. ¿Podrían enviarme una copia de dicha parte de las Escrituras en hebreo? R: La Cabalá utiliza muchos conceptos matemáticos como matrices, geometría, números, gráficos, caracteres y letras, etc. Estos acercamientos son códigos mostrados en la Biblia, los cuales nos suministran información acerca de temas espirituales y su interconexión. Cada nivel espiritual posee un nombre y el número equivalente a la suma de las letras del nombre. La transformación de un nombre a un número se denomina "Gematria". Estos códigos aluden a los niveles espirituales que deberíamos alcanzar. P: Vivo en Londres. No soy judío, pero en los últimos años me he interesado en la Cabalá y también he desarrollado un creciente interés personal por el judaísmo. ¿Puede aconsejarme acerca de cómo proseguir mis estudios?, ¿existe algún representante o miembro suyo en Inglaterra que pueda contactar? R: No existen cabalistas de renombre fuera de Israel. Sin embargo, le aconsejamos comenzar a estudiar, visitar nuestro sitio Web y enviarnos preguntas y consultas. P: La Cabalá parece tener ideas similares a todas las principales tradiciones místicas como el Budismo. ¿Existe alguna diferencia importante?, de ser así, ¿por qué elegir este camino y no otro?. Si no la hay, ¿por qué no lo reconocen los cabalistas? R: La idea general de todas las religiones y grupos místicos consiste en comulgar con una entidad superior. Cada uno tiene sus propias razones para querer comulgar con esta entidad. Por ejemplo, algunos desean disfrutar una vida feliz y próspera en este mundo para recibir abundancia, salud, seguridad, un futuro mejor. Desean entender este mundo lo mejor posible
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para organizar mejor sus vidas. Otros desean aprender cómo manejarse en el mundo por venir después de la muerte. Ambos objetivos son egoístas y surgen del egoísmo humano. La Cabalá no se ocupa de todos estos motivos. Su meta es más bien transformar la naturaleza humana para permitirle tener cualidades similares a las del Creador. Los demás "caminos de espiritualidad" si bien hablan de liberarse de los deseos egoístas, apuntan a disminuir el sufrimiento humano, dándole libertad y prosperidad. Otra vez el propósito es egoísta. El método cabalístico afirma que el ser humano debe usar todo lo que tiene en este mundo para ofrendar al Creador. Pero para lograr esta intención, necesita poder percibirlo y sentir que Él disfruta de sus acciones. Quien estudia Cabalá comienza a entender su significado por su propia percepción del Creador.
Curso Introductorio de Cabalá La revelación del Poder Superior, sintiéndolo y uniéndose a Él. La sabiduría de la Cabalá es llamada “la sabiduría de recibir”, porque habla acerca de la revelación del Creador, sobre la manera de recibir la revelación de la Fuerza Superior, sentirlo a Él, verlo a Él y unirse a Él. Nosotros recibimos el conocimiento contenido en esta sabiduría a través de gente como nosotros, quienes vivían en este mundo y de repente algo superior a este mundo les fue revelado. Ellos comenzaron a tomar notas de lo que vieron y sintieron. Empezaron a medir el sentimiento, a examinarlo y a regresar a él. Muy lentamente, sus notas se acumularon en libros, los cuales ahora conforman el fundamento de la Sabiduría de la Cabalá. Mientras estamos ocupados estudiando la Cabalá, atraemos una clase especial de poder llamado “Luz Circundante”. A través de ella, nosotros también podemos alcanzar un estado desde el cual veremos, al igual que ellos, la amplia, suprema realidad. Esta realidad nos ayudará a saber quiénes somos, de dónde hemos venido, hacia dónde vamos –y nos proveerá la respuesta a la pregunta “¿cuál es el propósito de nuestra vida?”
Curso Introductorio de Cabalá
Lección 1 ¿Qué es la Sabiduría de la Cabalá? ¿Por qué los cabalistas piden a todos y cada uno de nosotros estudiar la sabiduría de la Cabalá? ¿Qué es el alma? ¿Cómo se desarrolla?
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¿Existe algo fuera de nosotros o eso es simplemente una ilusión? ¿Quiénes son los cabalistas? ¿Cómo es posible saber quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos? En el punto 155, hacia el final de la Introducción del Talmud Eser Sefirot (el Estudio de las Diez Sefirot), Baal HaSulam (Rabí Yehuda Ashlag) escribe: “Por lo tanto…debemos preguntar: ¿Por qué los cabalistas obligaban a cada persona a estudiar la sabiduría de la Cabalá? En verdad hay algo importante aquí, digno de ser publicado: hay un magnífico e invaluable remedio…”. ¿Cuál es el remedio invaluable? Y él explica que todos tenemos un alma. Y esta alma existe dentro de cada uno de nosotros en un estado latente. Para despertar el alma y abrirla, tenemos que desarrollarla para que pueda absorber la Luz Superior que viene de arriba. La progresión del alma es efectuada por la Luz Superior. La razón por la cual no nos hemos desarrollado suficientemente hasta hoy es que no hemos atraído la Luz Superior hacia nosotros. Ahora, ¿qué método deberíamos usar para hacer esto? Mientras estamos estudiando, especialmente durante las dos horas siguientes, nosotros debemos esforzarnos por atraer la Luz Superior. Esto se logra de una manera simple: no olvidando el por qué nosotros estamos estudiando y cuál es el propósito de nuestro aprendizaje. No se trata sólo de saber lo que está escrito y entender lo que estoy explicando, sino vivirlo, alcanzarlo, sentirlo, trabajando dentro de nosotros, porque sólo estamos hablando de lo que está dentro de nosotros. Fuera de nosotros sólo existe la Luz Superior de arriba, el Creador; y todo lo que nosotros somos capaces de imaginar –todo eso, está en uno mismo. Los mundos espirituales, este mundo, todo lo que podamos pensar, absolutamente todo, se encuentra en nosotros mismos, dentro de nosotros. Y si nos parece que existe algo fuera de nosotros mismos, eso es simplemente una ilusión. Quienquiera que sea luego recompensado y vea estas cosas desde los mundos de arriba, verá que esto es en verdad así –que todo se encuentra dentro de un hombre. Primero que todo: mientras estudie, piense que todos nosotros somos un gran grupo que es uniforme y especial. Tenemos un gran deseo, una gran vasija, a través de la cual atraemos una gran Luz Espiritual. Yo estoy aquí para hacer posible que este proceso se materialice, yo lo apoyo, lo estoy haciendo por usted, y usted debe esforzarse por crear una atmósfera placentera y confortable para todos nosotros juntos. Es importante saber que estamos a punto de recibir un gran poder desde Arriba, un poder que nos ayudará a progresar y a subir la escalera espiritual. Luego usted lo sentirá y lo verá. Esto es más importante. Adicionalmente, yo no usaré ningún libro específico y le diré cuales son mis fuentes. Pero, en realidad, no es importante de dónde proviene esto. Mi propósito es darle bases, y cada vez usaré algo de diferentes lugares en los libros. ¿Cómo nosotros adquirimos el conocimiento que usted está aprendiendo con estas lecciones? Nosotros lo aprendimos de personas como nosotros, que vivían como nosotros, en este mundo, y de repente algo más alto que este mundo les fue revelado a ellos. Comenzaron a ver a través de las paredes, a través de la gente, a través de donde ellos estaban viviendo – dentro de cuevas, en carpas, incluso palacios. Empezaron a ver algo fuera de este mundo y comenzaron a escribir todo cuanto ellos veían y sentían. Comenzaron a medir este sentimiento, a examinarlo y constantemente a analizarlo. En breve, ellos comenzaron a descubrir un mundo nuevo completo fuera de este.. Lentamente ellos juntaron sus impresiones en libros, los cuales se han convertido en las bases de la Sabiduría de la Cabalá.
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La Cabalá es llamada “la Sabiduría de la Cabalá” porque habla de la revelación de la línea de Dios. Cómo recibir revelación del Poder Superior y sentirlo, verlo y estar unido a Él. Eso es de lo que ellos escribieron, y lo que nos han dejado. ¿Por qué escribieron? Primero ellos lo lograron y después lo escribieron. Midieron, repitieron todas sus experiencias y, realmente hablaron los unos con los otros a través de sus libros. Sin embargo, sus escritos eran entendidos sólo por aquellos que habían personalmente logrado el sentimiento desde el Mundo Superior. Y estudiando lo que ellos escribieron, nosotros recibimos la Luz Circundante. Mientras nosotros estamos pensando y esperando atraer la Luz Circundante hacia nosotros, para disfrutarla, entonces con su ayuda nosotros también podemos alcanzar un estado donde veremos como ellos, una realidad más grande y superior. Y esta realidad nos ayudará a saber quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos en el futuro. Eso significa que estudiando la Sabiduría de la Cabalá y los libros escritos por los cabalistas, podemos observar dos influencias: la primera es que un cabalista está pasando su conocimiento a otro cabalista, quien puede leer y caminar a través de los mismos lugares en donde el autor ha estado –subir y bajar, exactamente como él- en pocas palabras, realmente vivir y experimentar las mismas situaciones descritas en esos libros. La segunda influencia es sobre nosotros: por ahora la disfrutamos como Luz Circundante. Sin entender lo que es, nos esforzamos por atraer hacia nosotros el poder que nos mejorará y nos elevará hacia las mismas situaciones que a los cabalistas. Por lo tanto, vale la pena leer estos tipos de libros, los cuales, en verdad tienen poderes especiales, grandes poderes. A pesar de que hay muchos libros escritos acerca de la Cabalá, nosotros no los leemos todos (hubo un gran número de cabalistas que escribieron en toda clase de lenguajes y de muchas formas). Sin embargo, nosotros tomamos libros especiales, escritos por gente del último nivel de Corrección, de un nivel muy alto. Además, esos libros fueron escritos especialmente para nosotros, para aquellos por debajo de la Barrera y quienes están deseando sobrepasarla. Nosotros no tenemos mucho de esos libros: los libros del Santo Arí, los libros de Ramjal (cuyas escrituras todavía no estudiamos, porque escribió en un lenguaje muy especial, al menos el lenguaje externo es escrito así), y los libros de Baal HaSulam.
Lección 2 El Sexto Sentido ¿Hay personas nacidas con el sexto sentido? ¿Cual la diferencia entre un cabalista y un vidente, o personas que poseen poderes psíquicos especiales? ¿Nostradamus era un hombre espiritual? ¿Es preferible saber que mañana seremos malos, o recibir el poder para crear un “mañana diferente”? ¿Qué le sucede a las personas que nacen con el sexto sentido? En realidad, no hay tal cosa como personas nacidas con el sexto sentido. Hay personas sensitivas, receptivas, que son puras de nacimiento, por ejemplo, Boff Lessing en Rusia. El era un muy conocido judío de Polonia que solía aparecer en teatros y todo tipo de lugares. El era capaz de decirte todo tu pasado y futuro. El predijo con anticipación cuándo iba a morir, el día, la fecha, etc. Estos hechos fueron ampliamente aceptados y existen muchos ejemplos como este a lo largo de la historia.. Pero esto es diferente a ser un cabalista. Los cristianos
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también tienen gente profética como Nostradamus. Las habilidades psíquicas no indican el nivel espiritual de alguien. Esto viene de la fineza -sin la apertura del sexto sentido- saliendo de la pureza del alma. Podemos compararnos a una caja negra, que es todo sentimiento. A través de cinco aperturas el alma siente este mundo, y se vuelve refinada. En esta coraza del alma, hay cierta medida de grosor, y es tan sensible, tan refinada, que la atraviesa la luz y sentimos toda esa luz alrededor de ella, llamada la Luz Circundante. De acuerdo a esto, tiene cierto tipo de sensación que transmite lo que está sucediendo y lo que va a ocurrir. Usualmente estas sensaciones no trascienden este mundo. La persona sólo puede decirte lo que fue y lo que será en este mundo. Puede predecir el futuro y ayudar a la gente usando todo tipo de energías y cosas similares- hay todo tipo de técnicas en este mundo. Pero no elevan al hombre, del nivel del ser humano al nivel del Creador. Todo lo que le dan al hombre es más información sobre esta existencia biológica terrenal. Esto es similar a los animales y las bestias que son capaces de sentir lo que va a suceder mañana. Pueden predecir fenómenos naturales como terremotos, huracanes y tormentas pocos días antes de que ocurran. Esta habilidad está también dentro de nuestro cuerpo, siendo unas personas más sensitivas que otras. Por ejemplo, un beduino vive cerca de la tierra y siente más de la naturaleza que un residente urbano. Podríamos también haberlo sentido hace unos mil o dos mil años, pero hoy hemos perdido esta sensibilidad debido al desarrollo de la tecnología, de todas las técnicas y progresos científicos. En otras palabras, estas son cosas que no pertenecen al sexto sentido. No me interesan porque no me ayudan. Aunque supiera más o menos, viviría y moriría de cualquier forma, y no resultaría nada de eso. Se dice que es mejor saber menos...para que no nos ocupemos de eso. Para salir de este mundo de los cinco sentidos a un sentimiento más amplio, llamado “el sexto sentido” necesito ayuda externa. La pregunta es, ¿tengo que esperar a que me despierten desde arriba para comenzar a desarrollarlo? ¡Una muy buena pregunta! He descendido desde el Creador a un nivel debajo de la barrera (Majsom) donde me siento vivo como persona. Estoy viviendo en una caja o vasija con cinco sentidos. ¿Qué necesita pasar ahora? ¿Algo especial tiene que pasarme de repente a mi que iniciará el desarrollo del sexto sentido? Hay siete mil millones de personas como yo, objetos parlantes. Todos tienen un “Reshimó”, un “gen” espiritual esperando a ser desarrollado. Si conectamos a todos los siete mil millones de personas, podemos construir una cadena unida por genes espirituales que varían en tamaño, fuerza e intensidad. Sucede que hay una fila, de acuerdo con la cual los genes están comenzando a actuar y a hablar dentro de una persona. Por ejemplo, tú ya estás sentado aquí hoy. Sin embargo, tu vecino está sentado frente al televisor con una cerveza y llegará aquí en un año o dos. Eso le hablará internamente después de un tiempo. ¿De qué depende? Depende de la Luz que viene desde arriba volviéndose más grande todo el tiempo. Aparte, todas las personas en el mundo que están sentadas ahí ahora, justo como tú, están también atrayendo estas luces. Al hacerlo, están creando una atmósfera en este mundo por la que más y más gente está siendo atraída y la están sintiendo. Ya estás creando un ambiente que les permite a estos genes espirituales también despertarse en otros. Incluso si su tiempo no ha llegado aún, de cualquier forma despiertan hoy, porque tú has atraído una iluminación adicional hacia este mundo. Entonces tu estás –lo que nosotros llamamos- acelerando los tiempos. Siento el ambiente circundante a través de todos mis sentidos. Sin el sexto sentido yo deseo todos los placeres de este mundo. Este sexto sentido, el gen espiritual, el punto en el corazón o el comienzo del alma espiritual –sólo siente la luz espiritual. Esto es lo que quiere; esto es lo que anhela. Entonces, es este deseo el que te trae aquí ahora, y tú recibes el
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gusto de la Luz. A través de esta iluminación, el deseo lentamente comenzará a crecer, y después crecerá más. Está creciendo, hasta que esta alma, este sexto sentido que tú sientes comience a ser más fuerte que todos los otros cinco sentido juntos. En el momento que tu estés llegando a la etapa donde aceptas y te identificas con este sexto sentido, querrás sólo vivir a través de él. En el momento que logres esto, tu alma entera es llevada hacia arriba. Sin embargo, tú sigues viviendo en este mundo sólo porque nuestro cuerpo físico tiene que existir y ocuparse de sus necesidades básicas. Pero una vez que toda el alma se ha elevado, en ese momento el sexto canal está abierto para ti. Desde ahí tú tienes admisión libre y sentimiento irrestricto. Esto significa que uno está cruzando la barrera o que esta barrera no existe para uno. Y a través del estudio y mientras se estudia, tenemos que pensar en ello todo el tiempo. No importa lo que estudies. Tú estudiarás todo tipo de cosas, no necesariamente conectadas con exactitud a ello. Nosotros aprendemos acerca de la construcción de los Mundos y todo tipo de cosas que han sido hechas ahí, incluyendo detalles que no son tan relevantes. Los cabalistas nos podrían haber escrito sobre estas cosas, pero no lo hicieron por una razón. Pudieron haber escrito para nosotros cien mil volúmenes. De hecho, tenemos muchos: Seis volúmenes de “El Estudio de las Diez Sefirot” no es irrelevante. ¿Pero qué tocaron los cabalistas, y qué es lo que hicieron? Ellos nos indicaron, nos escribieron sólo sobre esos lugares que son como una especie de cruce de caminos, donde las fuentes de las luces circundantes especiales para nosotros se están acumulando. Y por eso es que vale la pena estudiar lo que ellos escribieron. No es importante en lo absoluto cuánto sabe uno. Tú pasas por ellos y después atraes luces. Y si estás pensando con la intención de realmente llegar a esos lugares desde donde las luces están descendiendo sobre ti, entonces -de hecho- tienes un trabajo mutuo, y luego viene como asistencia. Y detrás de nosotros vendrán miles de millones. ¿Cómo se siente alguien que ha cruzado la barrera? Este es un verdadero problema. Hay algunos que vienen hacia mí y dicen: “Ya estoy en el infinito” hay muchos como ellos, no es asunto de risa. Si uno dice eso, así es como uno se siente. Que su sentimiento sea incorrecto es otra cosa completamente diferente, ¿pero cómo se lo puedes probar a él? El lo siente. Algunas veces tengo que mirar a esta gente y considero si tengo que decirles la verdad o no. Vivir con una ilusión tan dulce es muy bueno. Y de hecho también está escrito “no pongas un obstáculo enfrente del ciego”. Queriendo decir -si alguien no ve, está prohibido ponerle algo enfrente de él que lo haga balancearse y caer. Pero si de hecho está viviendo en el ambiente incorrecto, lejos, en algún lugar...Ahora por ejemplo, estoy invitado a Australia -hay algunas personas ahí que quieren estudiar la Cabalá. Digamos que alguien así vive allá sin apoyo, no tiene nada, ni nuestros libros, etc. ¿Tengo que comenzar diciéndole que está en el infierno, que ni siquiera ha comenzado a saber algo, y que no entiende dónde está? ... esta es una gran pregunta. ¿Entonces realmente sabrá? Justo como él está equivocado, yo también podría estar equivocado. Y lo opuesto también, la gente viene a mí llorando y diciendo “¿Quien soy? ¿Que soy? No soy nada”. Y puede no ser. ¿Puede que ya esté en un buen nivel y no lo sientan? Es definitivamente un problema. Para una persona que no vive en espiritualidad, es imposible explicar lo que la espiritualidad es, simplemente porque no tiene herramientas. Es como tratar de explicar a un ciego el color del cielo, o a una persona sorda algún sonido. ¿Cómo pueden entender si no saben sobre este sentido? Y otra cosa: ¿Alguien que está en la espiritualidad, cómo sabe que de hecho está ahí? Sabe por lo que lee en los libros, y comienza a ser la vida real para él. Esto significa que puede vivir dentro, de la misma manera que vivimos en este mundo. Significa que yo actúo, si yo doy- siento una reacción. Puedo medirla de manera muy precisa, en la misma forma que yo usaría una cinta métrica en este mundo, Mis sentimientos, que yo recibo, con quien yo trabajo, en lo que yo trabajo, qué relación tengo con el Creador, el poder superior. En resumen, el hombre no está flotando en el poder superior. Si dos cabalistas hablan, están usando un lenguaje común. Pero si uno de ellos quiere esconderse, él se esconde del otro. No es que como si siempre se vieran entre sí. Hay otras cosas relacionadas con el trabajo con el sexto sentido, con el conocimiento del Creador, Simplemente no quiero confundirte. Hablaremos de esto lentamente y tanto como sea posible, lo describiré para que sea entendido.
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Por ahora puedo decir una cosa: para la persona que aprenda Cabalá en la forma correcta, por las enseñanzas de Baal HaSulam y el Rabash, es imposible vivir en alguna ilusión e imaginarse en el infinito flotando en el mundo espiritual y conociendo fantasmas. Nuestro trabajo es muy técnico, preciso, y el método es muy práctico. La persona está parada con ambas piernas sobre la tierra y virtualmente tiene que usar todos sus poderes. Necesitará todos los recursos que tiene en este mundo, características positivas y atributos menos deseables. Sólo mediante este esfuerzo logrará una revelación del Creador. Entonces no tiene oportunidad de flotar; por el contrario, siempre se sentirá con los pies en la tierra.
Lección 3 El sistema de Reshimot (Reminiscencias) del programa de desarrollo ¿Cómo está construida dentro de mí la sensación de la realidad que me rodea? ¿Cuál es el sistema de Reshimot –(Reminiscencias) el programa interno con el cual me desarrollo? ¿Cuál es la influencia de la Luz Superior sobre nosotros? ¿Cambia, ó soy yo quien se está desarrollando? ¿Cómo me relaciono a este mundo, mientras me elevo hacia el Mundo Espiritual? ¿En qué es beneficioso pensar mientras se estudia? Usted dice que todo está dentro del hombre, y no hay nada en el exterior Nos dicen que cualquier cosa que el hombre sienta se siente dentro de sí mismo. Toda la información entra en nosotros de afuera. La Luz Superior entra en nosotros, y no sentimos nada aparte de ella. Pero ¿qué quiere decir eso? Todo lo que estamos sintiendo es cómo la Luz Superior se relaciona con nuestros cinco sentidos y nuestro sistema nervioso. Eso es lo que hace una impresión en nuestros sentidos. La información viaja desde estos receptores sensitivos al centro de placer, y finalmente a nuestro intelecto, en donde conectamos toda esta información y sentimos “algo”, alguna impresión. Esta impresión no depende de lo que está sucediendo en el exterior. Depende en cómo estamos construidos desde el interior. Tenemos dentro de nosotros una especie de programa o reminiscencias –Reshimot. Estos Reshimot existen dentro de mí exactamente como en una espiral, y causa mi cambio en cada momento y todo el tiempo. Yo estoy pasando por todos esos Reshimot, y si yo decifro cada punto en sí mismo, veré que es también una espiral grande en la cual hay también toda clase de Reshimot . Eso es lo que me da mi estado interior, y entonces cambio a cada momento desde el interior. Y debido a que yo estoy cambiando desde el interior, aparentemente siento que he estado cambiando desde el exterior. Pero no hay cambio en el exterior. Todas las transformaciones ocurren solamente en mis registros interiores. Entonces a mí me parece que el mundo está dando vueltas, cambiando, y estoy viendo todo lo que está sucediendo a mi alrededor. Esta es la razón por la cual nuestro mundo es llamado –el mundo imaginario, porque todo esto está sucediendo en nuestra imaginación. Quien sale de este mundo, lo asimila, lo siente desde afuera y ve qué sencillo es. Sin embargo, hasta que salgas de él, ésta idea es incomprensible. Yo soy transformado incesantemente por estos Reshimot, y entonces me parece que la Luz Superior, la cual pone presión en mí está cambiando por sí misma, cuando de hecho, es simple y constante. ¿Qué quiere decir que Su presión es simple y constante? Su presión es siempre dirigida hacia una sola meta –traernos a la Corrección Final. La Corrección Final quiere decir el elevarse uno al nivel del Creador e igualarse a Él. Y cuando
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recibimos esta impresión de la Luz Superior a través de nuestros cinco sentidos, nosotros cambiamos. Este cambio sucede de generación en generación, año con año, y de encarnación en encarnación. En nuestras reencarnaciones pasadas tuvimos deseos más puros. Ahora somos más egoístas, ásperos y menos refinados. Estos registros causan en nosotros esta urgencia por progresar – todo lo que se ha logrado en tecnología, en cultura – y en todo, es con respecto a cómo se mira el mundo. En lo que se refiere al alma –es lo mismo– tenemos este punto en el corazón, y éste tiene las mismas reminiscencias o registros. Las reminiscencias en el punto del corazón son diferentes a las de los cinco sentidos. Esto es porque provienen del camino por el cual el alma ha viajado del Creador a la Barrera, y hasta este mundo. Durante todo este camino a través de dicho descensos, los registros están dentro de mí, como en un gene. Toda la información, los detalles interminables (estamos aprendiendo un poco al respecto, especialmente en el libro Beit Shaar HaKavanot.), estos registros están siendo renovados incesantemente, estoy cambiando todo el tiempo de situación a situación y dentro de mí hay cierto tipo de disco compacto, repasando toda la información. Estoy cambiando en el interior todo el tiempo, y de acuerdo a ello me parece que la Luz Superior, el Creador está cambiando también y que trabaja en mí de diversas maneras. Pero de hecho, no hay cambio en la Luz en lo absoluto, la cual está en absoluto descanso. La presión que ejerce en mí es constante e incambiable, sólo para elevarme a Su grado. Podemos decir que en cierto nivel estamos desarrollando el sexto sentido y estamos pasando la barrera. Hay un mundo completo en el cual opero y en donde hay reacciones mutuas. De hecho, mientras yo viva en este mundo puedo observar que vivo en una realidad falsa. ¿Cómo me relaciono a este mundo mientras desarrollo el sexto sentido? Esto también está conectado a lo que he dicho anteriormente, que nosotros –quienes estamos aprendiendo el método del Baal HaSulam– tenemos los dos pies en la tierra. ¿Cuál es de hecho el asunto? Está prohibido criticar, pensar o relacionarse a la realidad no desde la posición en la que nosotros estamos. Esto quiere decir, si yo en mi presente estado soy todavía una bestia (“bestia” queriendo decir que yo tengo el mismo sentido como una bestia. El término no es utilizado de una forma de peyorativa, estoy explicando la situación). Vista, oído, olfato, gusto, y tacto –estos son los cinco sentidos por los cuales yo vivo, aunque lea libros y me maraville de ellos. Tengo que existir y relacionarme a la percepción del mundo en el que me encuentro. Esto quiere decir que mi relación con este mundo está determinada por la cantidad de información que recibo. Mientras yo no desarrolle el sexto sentido y aún no viva por él, me está prohibido relacionarme al mundo a través de este sentido. Esto es porque yo simplemente no estoy con la Luz Superior y no me encuentro en contacto con ella. Aún con el sexto sentido, ¿por qué debería de relacionarme de ésta manera? Yo solo estoy aprendiendo acerca de esto, para mi es todavía teoría. Esto quiere decir que mientras yo no haya recibido un recipiente espiritual, llamado pantalla (Masaj) para poder tratar con la Luz Superior –yo mismo, la Luz Superior y la pantalla en el centro, la cual es el factor de contacto entre nosotros-, me es prohibido pensar que estoy ejerciendo un acto espiritual. Tengo que actuar en este mundo como siempre, como todos los demás. Estoy hablando sobre el hecho de que ustedes tienen una relación con el Mundo Superior, y como ustedes dicen –se descubre ahí una realidad imaginaria. ¡No, no, de ninguna manera! En el Mundo Superior yo no descubro una realidad imaginaria. Cuando entro en el sentido del Mundo Superior, veo que la realidad que percibo a través de los cinco sentidos es imaginaria. ¿Cómo se relaciona a esto? Yo me relaciono de una manera diferente, aunque yo no dejo de sentir esta realidad, comienzo también a relacionarme a ella a través del sexto sentido, como si viniera de la misma fuente. Hablaremos más sobre esto en el futuro ya que no es un concepto muy simple. Si lo vives, entonces todo será sencillo para ti – así es como es.
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Pero para explicarlo a alguien que vive a través de un sentido, quiero decir, a través de cinco en lugar de seis sentidos, es casi imposible. Es por esto que Cabalá es llamada “la sabiduría oculta”, porque todas las cosas son ocultas a nosotros; aún el estado en el que estamos ahora está oculto de nosotros: no nos es posible diagnosticarlo exactamente. ¿Es posible cometer un error utilizando el sexto sentido? No hay tal posibilidad, y les voy a explicar por qué. Nos encontramos en este mundo sin ninguna preparación: yo nazco, soy traído a través de mi madre justo a sus manos; de mi madre al jardín de infantes; del jardín de infantes a la escuela, y demás. Vivimos en este mundo tan grande y nosotros somos tan pequeños. No comprendemos nada pero hay toda clase de sistemas de ayuda llamados: madre, padre, sociedad, seguro social, toda clase de cosas que nos están ayudando. Y entonces podemos existir, aún cuando nosotros no sabemos y no comprendemos nada. Una persona enferma es auxiliada por diez personas, así es como hemos construido una sociedad humana. Y tenemos la preparación mental para hacerlo. No es como si lo hubiéramos inventado, ya que es la Naturaleza la que nos obliga a hacerlo. Es posible solamente en el marco de este mundo. En espiritualidad la ley es completamente lo opuesto. El recipiente precede a la Luz. Sólo mientras yo sepa en dónde estoy, que yo sé exactamente cómo hacer la acción más correcta, la cosa óptima, tendré el poder de no cometer un error, de comprender y de ser de utilidad para conmigo mismo, para El Creador y para las otras almas. Sólo en esta medida, sólo en este segmento, en este fragmento yo puedo entrar y sentir el Mundo Superior, y actuar en él tal como me he preparado. Y el resto está completamente sellado para mí. Está cerrado y yo no lo siento en lo absoluto. No comprendo ni siquiera que existe. Así es la entrada al Mundo Superior. Antes de subir al siguiente escalón, tengo que equiparme con todo lo que existe en este nivel, todo; con fuerza, con entendimiento, con lo que se llama mente y corazón. Entonces, no hay posibilidad de error. Todo lo que estudiamos acerca de la ruptura de las vasijas, el pecado del Primer Hombre, la Destrucción del Primer Templo, etc., todo está hecho de la expansión de arriba hacia abajo para preparar este lugar para nosotros, el lugar en ruina. De manera que después podamos recoger todas las roturas, todas las vasijas rotas y levantarse nuevamente. Pero de nosotros hacia arriba no hay posibilidad de errar y de hacer algún mal, esa es la ley. De nuevo, esto es porque las vasijas preceden a la Luz. Primero tengo que tener el poder y de acuerdo a la cantidad de poder yo comienzo a actuar. No hay preocupación. Estoy incómodo con el pensamiento de que estoy atrayendo a la Luz todo el tiempo. Si es incomodo pensar que tú estás atrayendo la Luz, entonces no pienses en ello, no la atraigas. Describí en palabras que les son cercanas de cómo ustedes se sienten, así como cada uno de nosotros se siente de diferente manera. Yo soy un hombre técnico y la Cabalá también habla en términos técnicos. Habla acerca del deseo de recibir. ¿Cuál es éste deseo de recibir? – El deseo de disfrutar, el llenar nuestras necesidades. Estamos hablando de llenar esta sensación de vacío, más, menos, un cuarto, medio y demás. Llenado un cuarto, medio lleno. Es todo acerca de sentimientos. Entonces, no hablamos acerca de sentimientos hacia esta o aquella cosa, de qué manera o cuáles matices. Tenemos lenguajes para esto, sólo que este lenguaje es muy áspero, técnico y vacío de toda impresión emocional – aspereza, pantalla, registros, purificación, esto va hacia arriba, esto va hacia abajo, y demás. Incluso después, cuando estudiamos toda clase de cosas, como el apareamiento mientras se besa. Un cabalista lo ve como una técnica simple. Es la técnica de cómo trabajamos con nuestros objetos. Cuando nos adentramos en ello vemos que es así, y hasta lo sentimos. Y estos son asuntos muy emocionales, mucho más de lo que estamos sintiendo y siendo impresionados en este mundo. Si pudiéramos reunir todo lo que la humanidad tiene en este mundo, a través de todas las generaciones, todas las almas, con todas las Luces que están recibiendo a través de los cinco sentidos, a través de todas las encarnaciones, si lo pudieran recibir todo sería menos que el más pequeño paso en espiritualidad. El paso más pequeño en espiritualidad que el hombre da es más que todo lo que hay aquí, debajo de la barrera, a todos nosotros juntos, a través de todos los tiempos.
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Entonces, tal vez todos deberían escoger por sí mismos otras palabras. Para mí, este lenguaje explica y me habla ahora. Pero aún recuerdo cómo era anteriormente. Por ejemplo, cuerpo. ¿Qué es el cuerpo?, yo siempre pensé –un cuerpo es un cuerpo, ¿acaso no sé lo que es un cuerpo? Hasta que la noción del cuerpo comenzó a conectarse a la noción del -deseo de recibir. Significa que, cuánto más desee, en la forma que lo desee, el cuerpo toma forma correspondiente. Ahora quiero comer una pieza de pollo, entonces mi cuerpo es como un pollo. ¡Es cierto!, quiero gozar bebiendo ahora y entonces mi cuerpo recibe la forma de esa bebida, es en realidad así. Hasta que llegue a comprender esto pasaron años. Es por eso que poco a poco, todo el que estudia, comienza a traducirlo para sí mismo. Además, la mentalidad es distinta. Yo so Ruso y ustedes americanos. Hay diferentes actitudes; también pertenecemos a diferentes generaciones. Ustedes simplemente tienen que aprenderlo, y lenta, lentamente se ordenan las ideas. Todos encuentran en sí mismos un diccionario interno. Entonces, no atraigan Luces. Piénsenlo de otra manera: ¿Hay algo en su vida que ustedes desean de Arriba? Entonces piénsenlo.
Lección 4 No hay coerción en la espiritualidad ¿Implica el desarrollo espiritual "estar satisfecho con poco"? ¿Por qué la gente comenzó a huir de las casas de oración hacia el gran mundo abierto? ¿Por qué la Cabalá no dice, "está prohibido" o "avergüénzate"? ¿Por qué la gente usa drogas? ¿Cómo empiezo mi corrección? ¿El objetivo es restringir el uso de los cinco sentidos al mínimo, a favor del sexto sentido? ¿Vivir realmente a través de este sexto sentido, y a través de ellos (los cinco sentidos), sólo con el fin de respirar, comer, etc.? No. Todo lo contrario, dado que no hay nada que venga de Arriba que no haya sido creado por una razón. Al contrario, todas las cosas que descendieron aquí, a su origen o en el momento de su ascensión, existen bajo una forma todavía más refrescante y grande, todos los deseos son muy grandes, incluso los más animales. Usted verá cómo querrá comer mucho más. También verá la misma intensidad en todos los demás placeres. ¿Por qué pasa esto? No es una broma, tal como está escrito en los libros de Cabalá de manera explícita. En la Cábala, no hay nada que esconder, hablamos de almas. De hecho, vamos a desarrollar el espacio para el placer. Si la persona tiene lugar sólo para un pequeño placer, entonces no necesita nada más: como el justo que únicamente desea un vaso con agua y una rebanada de pan, por la voluntad de Dios, eso es todo. De eso no se hará un cabalista. Un cabalista debe absorber el mundo entero, poco a poco, lo sentiremos a través de la Luz que vendrá hacia nosotros. Y esta idea -Cabalá (en hebreo significa recibir)- no quiere decir dejar de recibir. Al contrario, la Sabiduría de la Cábala explica que debemos recibir y tener placer al máximo, de la manera más perfecta, en la medida de nuestras posibilidades. Estas ideas son complicadas, sin embargo, necesitan de una sabiduría verdadera. Para comenzar, todo lo que aprendemos tiene como objetivo desenvolver nuestra capacidad de recibir.
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Dios no nos obliga a reducir la actividad de nuestros sentidos. Está prohibido a un estudiante de la Cábala retirarse de la sociedad o limitarse de toda tipo de costumbre. Debe continuar viviendo como es habitual. La Cábala quiere que nos casemos, que vivamos normalmente, que trabajemos, que sirvamos en el ejército y que cada miembro haga lo que los de su generación hacen. Está escrito: " Yo pertenezco a mi pueblo”. Es decir, que debo vivir de acuerdo a mi generación. Lo experimenté junto de mi rabino. Cuando iba a comprar diferentes cosas o cuando debía devolverle algo en particular, tenía la costumbre de decir: "Busca a tu alrededor, pregunta a cuantos más puedas, y tráeme la opinión general de todo lo que la gente piensa o sus costumbres. Si no, no, no vale la pena". Esto solía ser así, hasta en los asuntos más pequeños, hasta en el momento de su admisión al hospital, a veces no teníamos ninguna otra alternativa que tomar una habitación particular, pero en general tomaba una habitación común, como todos los demás. Hay aquí un principio de oposición, quienquiera que únicamente utiliza algo especial para él, y no sirve a todo el mundo, se empobrece. En otros términos, esto significa que hace falta que continúes viviendo como de costumbre, y que no te impongas ninguna restricción, porque esto no forma parte de la Santidad. Al contrario, tenemos dos actitudes a este mundo: hay un enfoque llamado "educación por la moral" y hay una "educación para el desarrollo interior". La moral nos dice: " no es bueno, me avergüenzo de ti”, no lo hagas, no hagas esto, no hagas aquello, te llama al orden todo el tiempo, "no toques", etc. Haciendo esto limitan al hombre, y no le dejan desarrollarse. Está bien para "la gente común" tenerlos retenidos. El que quiere gobernar sobre una nación usa exactamente este enfoque. Y en verdad, hasta el presente, esto ha funcionado, porque la gente no se había desarrollado todavía en tal medida. Las almas no habían llegado aún al nivel de la última generación, o sea que su gen espiritual no había comenzado a despertar. Se ha llegado a un punto donde se tienen que nutrir el centro, el punto en el corazón. Antes de esto, el acercamiento moral trabajaba bien, ayudaba a la gente, todos eran religiosos, cada uno iba a la sinagoga y volvía a estudiar, todo era agradable. Hasta que llegó un punto donde la voluntad para recibir creció, este gen espiritual ya se había realizado casi completamente. Permaneció dentro de nosotros sólo para abrir el sexto sentido, y entrar en el mundo espiritual. Vemos por nosotros mismos que esto no ya no funciona. La educación moral ha dejado ya de ser útil y no podemos decir a alguien "esto no está bien”. Si esto es lo que le hacemos, tarde o temprano esta persona no tiene ninguna otra opción, sólo comenzar a drogarse. Una vez que está dentro, él esta perdido. No hay nada qué hacer; debemos dejar que se desarrolle. Es por eso que la Cábala nos enseña a no decir " ¡esto no esta bien!”. De no limitar a una persona de ningún modo, todo lo contrario. Contrariamente al método de la moral, según el cual " este mundo no vale nada, no posee nada que nos sea necesario, ocupémonos solamente de la espiritualidad”. La Cábala dice, no. Este mundo es muy bueno, y podemos complacernos en él - y en efecto, todos podemos. Puede que usted sea incapaz, o que no pueda, o no tenga la oportunidad, esta es otra historia, pero no acuse de esto al mundo. Sin embargo, tiene que descubrir por usted mismo que la espiritualidad es más grande, más rica y atractiva que todas las riquezas materiales. ¿Por qué la moral no es capaz de hacer esto?, porque” no se abre al mundo espiritual”. No son capaces de decir a una persona, mira, debes preferir esto a esto; mira, esta claro que
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existe una espiritualidad. Esto es exactamente lo que hace la Cábala: abre el mundo espiritual al hombre con la mejor manera posible, sin ninguna limitación. No hay ninguna coacción en la espiritualidad, es una ley muy importante. No hay ninguna coerción sobre nadie. A medida el individuo entra en el conocimiento del sexto sentido, al mismo tiempo comienza a ser poco a poco más critico con los cinco sentidos, y ver en qué medida se está en una ilusión. Yo diría que esto no es exactamente una ilusión; si situamos los cinco sentidos sobre el sexto sentido, realmente lo vemos como una perspectiva. Puede que nos preguntemos: ¿por qué es el sexto sentido uno? Me gustaría tener varios canales, como en este mundo. La verdad es que en el sexto sentido hay también cinco canales, llamados cinco Sefirot: Keter, Jojmá, Biná, Tifferet, Maljut. Y también las impresiones que recibimos en ellos son llamadas Cinco Luces: Nefesh, Ruaj, Neshamá, Jayá, Yejidá. En la espiritualidad los llaman tan sólo: vista, oído, olfato, gusto, tacto. Somos nosotros que les llamamos sentidos. ¿Por qué? – Porque recibimos todo en un paquete. En nuestro mundo podemos ser ciegos, que Dios no lo quiera, o sordos. En la espiritualidad no es posible - si usted recibe, recibe el paquete entero, NRNHY entero (Nefesh, Ruaj, Neshamá, Jayá, Yejidá), y luego los sentidos se visten uno sobre el otro, y dentro crean una impresión, una imagen entera, perfecta. No hay nadie nacido en este mundo que reciba una impresión y exaltación de estos cinco sentidos y que no haga algo con ellos. Digamos que vamos de un lugar a otro sin un sentimiento de espiritualidad, sin el entendimiento de la espiritualidad, incluso no tenemos ningún deseo de ello. Supongamos que vivo en algún pueblo, mi padre era un pastor y soy también un pastor como él, y también mi hijo, y mi nieto, y así es como gira y gira. Al final, precisamente es lo que también hacemos. La pregunta es la siguiente: ¿hacemos algo importante viviendo en este mundo, por los cinco sentidos? ¿O somos solamente receptores y emisores de información, y al final de nada sirven? No. Nosotros utilizamos estos archivos. Tenemos siempre, en todo y en cada registro, nuestro propio NRNHY personal, nuestras inscripciones, cuando se juntan nos dan una imagen perfecta desde el principio hasta el final, en una sola imagen. Nuestra vida entera, esta vida y todas las precedentes, no pasaron sin sentido, el hombre no ha vivido por casualidad. Por eso se prohíbe despreciar hasta al hombre más bajo. Este desprecio puede expresarse en este pensamiento - ¿por qué no hace el uso de hombre la oportunidad que le han dado para comprometerse en la espiritualidad? Hay que esforzarse por hacerle coger esta espiritualidad sin despreciarle- Simplemente despreciarlo-NO. Al contrario, Baal HaSulam dice que hasta en la existencia del piojo más pequeño, o del mas pequeño insecto, por poca importancia que tenga, su existencia es necesaria. Y por eso ha sido creado, y ha sido elegido para realizar su parte ínfima de la Voluntad general. No satisfaciendo la voluntad entera en todos sus detalles, no obtendremos resultados. Por eso no debemos despreciar a la gente que no esta comprometida aún con la espiritualidad; ayudémosles - sí. Ayudándoles, me ayudo, porque estamos relacionados con el mismo sistema. ¿Si la Cabalá desarrolla el lugar de placer, entonces cuál es el sentido de la restricción? El Creador creó el deseo de recibir. ¿Cuál es el significado del alejamiento con relación al Creador del deseo de recibir? El deseo de recibir no cambia, le es imposible restringirse; se restringe cuando recibe la abundancia. Había aquí un espacio enorme para recibir la Luz y luego se cerró, es lo que se llama la restricción. No es la restricción del deseo de recibir por sí misma, su fuerza es totalmente conservada, su talla es la misma, simplemente se produjo una restricción. Lo que quiere decir es que no se ha cerrado, sino que se ha recubierto con una pantalla.
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¿Cómo abrimos esta pantalla? La pantalla que existía antes no era la apropiada. Necesitamos abrirla con el fin de elevarnos. No para recibir aquí bajo, pero si para que cada recepción corresponda a una elevación sobre las ciento veinticinco peldaños de la escalera. ¿Con qué comienzo mi corrección? Hago la restricción, digamos la Primera Restricción y luego me abro, en tanto como pueda elevar más alto mi estado presente, y todavía más alto, de modo que todo se mueva sin cesar. Sólo haciendo esto nosotros podemos comenzar a abrir la pantalla. Si yo puedo recibir la Luz y progresar hacia ella, entonces me abro a la recepción de la Luz. Por otra parte, permaneceré en mi estado presente hasta que yo reciba el poder suficiente para lo que he sido llamado -la pantalla, con el fin de recibir para el desarrollo.
Curso Percepción de la Realidad La sabiduría de la Cabalá es un método de investigación para revelar la verdadera realidad. Actualmente estamos en un cierto estado de percibir la realidad. En nuestra niñez pensábamos que el mundo estaba lleno de fuerzas y fantasmas, como lo dicho en los cuentos de hadas, y que esto no era observado por los adultos, pero para nosotros existió, y nosotros vivimos en aquel mundo. La realidad verdadera. En una etapa posterior esta visión del mundo desapareció, aunque aún hoy nos parezca que en cierta medida estas fuerzas existen. La verdad es que constantemente las buscamos. Queremos saber del mundo en el cual existimos, porque sin este conocimiento no seríamos capaces de sobrevivir, disfrutar, eliminar el sentimiento de incertidumbre. Debemos saber cómo responder a las preguntas " ¿Quién soy yo, qué soy yo exactamente, y qué oculta el mañana?”. Somos despertados con interrogantes por el deseo de mejorar nuestra situación, por curiosidad, y a partir del deseo de entender mejor el mundo. Estas preguntas empujan al hombre a conocer la realidad en la cual vive.
Curso Percepción de la Realidad
Lección 1 Yo y la realidad que me rodea Hay dos partes de la realidad – Yo y lo que está fuera de mi. Balance – cuando mi sensación externa del mundo y mi sensación interna están en paz entre sí. Necesito saber quién soy, cuál es la naturaleza de mi entorno y cómo alcanzo la igualdad de forma. ¿Puede el hombre construir su propia realidad? ¿Cuál es la ley global de realidad? Estamos en un cierto estado de realidad mezquina. Cuando fuimos niños, nos parecía que el mundo estaba lleno de fuerzas y fantasmas, así como solíamos leer en los cuentos de hadas, que los adultos no veían. Solíamos vivir dentro de aquel mundo. En una etapa posterior, esta 56
sensibilidad comenzó a desaparecer gradualmente, aunque hasta hoy nos parezca que existen ciertas fuerzas. La verdad es que constantemente las buscamos. Demandamos conocer el mundo en el cual existimos, sin esto, no es posible existir, sobrevivir, disfrutar y en general, deshacerse de la sensación de incertidumbre. ¿"Dónde estoy, quién soy, qué soy, y qué oculta el mañana”? La gente comienza a contemplar estas preguntas por el deseo de mejorar su situación. Esto surge por la curiosidad, y una voluntad para entender mejor el mundo. Estas preguntas nos empujan a conocer la realidad en la cual vivimos. Investigamos esta realidad de la misma manera que un pequeño niño vaga alrededor de un cuarto y estudia su entorno. Más tarde él cultiva y construye instrumentos. Tratamos de desarrollar toda clase de medios para investigarnos a nosotros mismos y el mundo que nos rodea. La totalidad de la realidad está dividida en dos partes: Yo, y lo que está fuera de mí. Hay algunos quienes alegan que es mejor investigar el yo interno y cambiarlo, y con esto cambiar el mundo que me rodea, como diciendo," aceptaré la situación de manera diferente; yo me relajaré y veré el mundo como sea mejor”. Otros dicen que es mejor permanecer del modo que usted es, y "conseguir lo mejor del mundo, y adaptar el mundo a usted”. Nosotros vemos que de una u otra manera, no lo hacemos muy bien. La mejor situación, cuando estoy realmente en armonía con el mundo, es cuando alcanzo el equilibrio, es decir, cuando tengo un entendimiento pleno, y cuando estoy en la equivalencia de deseos, poderes, pensamientos e intenciones con el mundo. Cuando veo que sólo existe una cosa en el mundo, todos me entienden y tienen los mismos deseos que yo. Esto es llamado equilibrio. No hay un estado más perfecto que estar en ese equilibrio con el mundo. Es comparable con la sensación del feto en la matriz de la madre. Todo en su entorno está previsto para cuidar del feto. No hay ninguna necesidad de resistencia, ninguna necesidad de construir toda la clase de paredes de defensa. Esto es lo que realmente buscamos. ¿Cómo podemos lograr tal estado? En la ciencia este estado es nombrado homeostasis. 'Homeo' significa similar y "stasis ' estados iguales. Cada cuerpo, vegetativo, animado, y desde luego el hombre, aspira a alcanzar este estado. Somos atraídos a este estado en muchos niveles diferentes en el entendimiento subconsciente, consciente, formas de materiales, líquidos, pensamientos, y en cada nivel de deseo de materia, inanimada, vegetativa, animada y hablante, para hacernos iguales en forma a su entorno. Nuestro objetivo es saber cómo alcanzar la igualdad de forma, hacerse igual a la naturaleza, combinarse con el mundo circundante, saber cómo alcanzar un estado en el cual cada uno querrá lo que yo quiero, y pensará como yo pienso, donde nadie tendrá nada contra mí, o cualquier deseo de dar o tomar algo de mí por la fuerza, donde todo sería hecho con amor y tranquilidad. Para alcanzar
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este estado necesito saber quién soy, lo que la naturaleza del mundo que me rodea es, y cómo alcanzar la igualdad de forma. Es el propósito de la sabiduría de la Cabalá. Nos enseña el cómo alcanzar la tranquilidad, donde mi sensación del mundo externo y mi sensación interna están en armonía. Toda nuestra investigación del mundo y su contenido está experimentada por la ciencia, y para la cual hay muchos métodos, muchos medios e instrumentos y técnicas que desarrollamos. Año con año, de generación a generación, avanzamos en esta área. Podemos ver que deseamos alcanzar el estado de integridad, tranquilidad y bienestar, pero en realidad terminamos en el estado opuesto. Esto pasa aunque las herramientas sean más y más avanzadas. Debido a que todos aspiran a la bondad, si le pregunta a cualquiera en el mundo le dirá que esto es así, y entonces ¿dónde se origina el problema?. La cuestión es que no conocemos la realidad general. No sabemos cómo esto se comporta, cómo está construido y cómo esto actúa sobre nosotros. No sabemos por qué será que necesitamos compararnos con nosotros mismos, comunicarnos, acercarnos más y atarnos. Por esto es que carecemos de vasijas más finas. Lo más profundo que penetramos la materia en nuestras tentativas para entender la naturaleza, tanto nuestras como las del mundo externo, vemos que no somos capaces de descubrir cuáles son los deseos de la naturaleza, el objetivo de su existencia, ni esencia de cada célula y componente de realidad. Hay investigadores que estudian la materia como es - sólido, gas, líquido etcétera - y hay investigadores que van más a fondo en su estudio de la materia, al nivel de moléculas y las relaciones químicas entre ellas, y el nivel de átomos y su interior. Algunos investigadores avanzados alegan que todas estas cosas desaparecen de algún modo en un cierto grado de profundidad, después de lo cual no pueden entender qué es lo que pasa. Esto no es debido a la carencia de herramientas o instrumentos, es debido a que el hombre está construido de tal forma que no lo puede lo comprender más ampliamente. ¿Por qué es esto así? porque el ser humano sólo percibe la realidad en un nivel simple, lo cual ocurre en relación con la manera en que él o ella están presentes con la realidad. Sobre niveles más internos, la persona ya siente que la realidad está haciendo con él o ella cualquier cosa que esta quiera. En los niveles más internos la persona comienza a ver que no es de una u otra manera, pero que la persona construye su propia realidad; la realidad es sólo una copia de la persona. Los científicos modernos nos dicen que hay alguna limitación mas allá de la cual nuestra conciencia no es capaz de percibir. Este es el punto de conexión entre la ciencia y la sabiduría de Cabalá. Hay tales métodos de investigación por los cuales podemos penetrar en las causas, y entender con certeza por qué el mundo existe, qué es lo que quiere de nosotros, y cómo podemos estar en paz y armonía con esto. Los que ya han estudiado esto y nos hablan sobre los
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resultados de su investigación nos expresan cosas asombrosas. Ellos dicen ante todo que la materia que nos rodea no es simplemente una sustancia. Es un pensamiento; esto es el deseo universal. Ellos nos dicen que este deseo universal rodea toda realidad, y que la ley general de la realidad entera es para lograr el bien de todos, para todos los componentes de la realidad. Esta ley universal es beneficiosa no sólo del exterior en la materia, sino también dentro de la materia en sí misma, inanimada, vegetativa, viviente y hablante, dentro de la realidad. Debemos dar un paso adelante hacia este deseo, hacia este pensamiento, para comparar la forma con esto y adherirse, entender, sentir y unirnos con esto. Esta es la razón por la cual la sabiduría de la Cabalá es llamada como tal, porque nos ayuda a recibir la relación de la realidad, y a cambio de esto proyectar nuestra relación a la realidad.
Lección 2 Penetrando en la Realidad En la revelación de la realidad verdadera existen niveles llamados “mundos”. ¿Dónde es posible encontrar a nuestro antepasado Abraham? Todo está marcado dentro del hombre. El cambio será posible sólo ascendiendo a la raíz. ¿Seremos capaces de dirigir la realidad para estar en balance con ella? En este método, la revelación de la realidad verdadera, existen grados llamados mundos. Sólo como investigadores podemos profundizar dentro de la estructura de la materia utilizando instrumentos de medición científica, un microscopio o telescopio, profundizando y yendo más lejos a distancias mucho mayores, así también, lo hacen los investigadores de la realidad a través de la sabiduría de la Cabalá, penetran en lo profundo de la materia, pensamiento y realidad. Esos grados de investigación son llamados mundos. Cuando nos elevamos a esos mundos se encuentran muchas sorpresas. Yo diría que el avance en el estudio de la realidad es una verdadera aventura. La persona comienza a sentir y a visualizar su futuro y su pasado, porque de pronto descubre que no hay tiempo, pero que todas esas cosas existen y que una persona virtualmente se mueve en el eje del tiempo. La persona descubre que es posible volver atrás o ir adelante más allá del estado en el cual él o ella se encuentran ahora, y que la realidad entera, todas las personas a su alrededor, viven de acuerdo a un ritmo de tiempo mientras él o ella pueden correr, avanzar o retroceder unos miles de años en un año.-
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Por ese motivo estas personas que de pronto pueden hacer saltos en el tiempo son llamados profetas. No es que tengan una imaginación salvaje, sino que ellos han avanzado algunos niveles y están en esa realidad que toda la humanidad experimentará en el futuro. De modo que nos dicen lo que sienten. También pueden ser buenos historiadores, descendiendo a niveles en los cuales nosotros ya estuvimos, reviviéndolos y contándonos sobre eso. Los libros de Cabalá son escritos de la misma manera. Por ejemplo, Abraham fue de aquí para allá, conoció a tales y tales personas, dijo esto e hizo aquello. ¿Cómo lo sé?.Es simple, el Cabalista que estudia retrocede en el eje del tiempo y logra un estado igual al de Abraham, al mismo grado y la misma situación, y luego nos cuenta toda la realidad, él está presente allí con todos los detalles. Él puede realmente tomar todas las impresiones de dicho estado y trasmitirlas a nosotros. El problema es que nosotros podríamos no estar preparados para entenderlo correctamente puesto que no estamos experimentando la misma aventura, lo emocionante que es. Además, siendo capaces de moverse en el eje del tiempo, los Cabalistas también revelan poderes adicionales en la realidad. Hay una razón por la cual los cuentos de hadas tienen fantasmas, demonios y ángeles. Todas estas fuerzas existen y un Cabalista que investiga y penetra en la naturaleza comienza a entender cómo estas fuerzas actúan. El Cabalista se conecta con ellos, nos cuenta sobre ellos y los utiliza para su propio desarrollo personal y nuestro desarrollo general. Lo que estoy tratando de decir es que aunque penetrar en la realidad es difícil, toma el alma entera de una persona, todo de nosotros mismos, y nos llena con todo lo posible. Así, una persona que investiga la realidad nos revela lo que debe ser logrado y la razón por la que hay problemas en cada generación y situación. Esto significa que no es sólo una investigación teórica o ciencia pura, sino práctica para ese momento y estado en el que la persona se encuentra.La sabiduría de la Cabalá intenta ayudar a la persona. ¿Cómo es esto? Por ser capaces de ver el futuro y el pasado, saben las propiedades que la persona tiene cuando esta surgió por primera vez o descendió en este mundo muchas encarnaciones atrás y también cuál es la senda que debe seguir. Viendo ambos extremos, la persona ya sabe cómo avanzar de un estado a otro. En cada detalle, él pasa en el eje del tiempo y puede ver cuáles fuerzas están actuando en él, por qué necesita casarse ahora, con estos niños específicos y que todo está ya marcado y determinado, no habiendo sorpresas. Todo esto emerge del Reshimot , como los llamamos, o genes, como lo llaman los científicos, que es nuestra preparación interna.Lo podemos ver a través de cosas simples. Dos huérfanos fueron separados a una edad temprana, luego imprevistamente se encuentran después de 30 años, uno vive en Australia, el otro en Noruega. Resulta ser que ambos se casaron con mujeres cuyos nombres son similares, pusieron a sus hijos los mismos nombres, tienen la misma profesión e incluso las calles de sus casas tienen el mismo número. Realmente asombroso. ¿Por qué ocurre esto?.Desconocemos la realidad en la que podríamos unir todos estos acontecimientos. Pero ¿por qué suceden? Porque nosotros, con nuestros atributos, determinamos lo que nos sucederá.- Así es con cada situación en la vida, como se conoce en psicología. Hay por ejemplo, personas que siempre son confrontadas, que siempre terminan en desventaja, en cambio otras son lo opuesto. Esto significa que cada persona crea su propio destino de una forma primitiva y simple. Pero una vez que la persona se conoce a sí misma y a las fuerzas que actúan en él o ella, es capaz de arreglar estas situaciones. No se puede escapar del destino totalmente, se tiene que pasar por ciertos estados porque en cada uno se aprende algo y se adquiere algo para la futura meta, entonces ellos estarán preparados para recibirlo.- Así, cuando la persona sabe realmente qué es lo que debe adquirir en cada estado, en términos de conocimiento y experiencia, ya sean estos amargos o dulces, luego se prepara para un cambio de realidad. Hay un muy buen artículo escrito por Baal Hasulman llamado “revelación y ocultamiento” de la Cara del Creador. Él escribió que cuanto más sepa una persona de cómo dirigir la ley general de la realidad, de adelante para atrás, en ambos lados tanto bueno como malo, es la medida en que la persona puede completamente ver el mundo y qué le sucede a él o ella de manera opuesta. Y es aquí donde llegamos al otro lado de la sabiduría de la Cabalá. El hecho es que no se intenta sólo por el conocimiento de la realidad como ciencia pura, donde podemos discutir qué hay en esos mundos. Realmente, podemos cambiar los mundos, estar por encima de
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ellos, determinar nuestro propio destino día a día y elevarnos. Y todas las cosas que nos suceden y las fuerzas que nos empujan son con el fin de alcanzar el estado donde dirigiremos la realidad, permanecer en un estado de balance en todo momento y saber lo que el balance significa
Lección 3 Desequilibrio En los mundos superiores no hay materia. Sólo hay deseos, fuerzas y pensamientos A pesar de los adelantos tecnológicos estamos en un terrible desequilibrio Hemos aprendido cómo remplazar partes del cuerpo humano, pero ¿hemos sido negligentes con las fuerzas interiores del hombre? La realidad es sólo un pensamiento que nunca cambia La comparación entre dos puntos opuestos es el principio del camino
Pregunta: ¿Cómo sabe una persona equilibrar entre la materia y el espíritu? Él no sabe cómo. Lo aprende por la investigación de la realidad en la que hay cinco mundos. El más bajo es el nuestro, el mundo material, y todos los otros mundos son espirituales, en donde no hay materia como aquí; sólo deseos, fuerzas y pensamientos. Si en nuestro mundo nos parece que podemos controlar la sustancia, cualquiera que se eleve aunque sea un nivel arriba de nuestro mundo, ya comprende que la sustancia es un resultado o un efecto que no podemos controlar. El ejemplo es que todo está dentro de la persona; cómo casarse, en dónde trabajar, cuál profesión tendrá; todo está marcado dentro, y ya está presente. Si quieres cambiar algo tienes que elevarte a un nivel que está arriba de ti en donde todos éstos códigos han sido preparados para ti e instalados en ti desde arriba de la misma manera en que descendieron dentro de tu cuerpo. Entonces, cuando llegues a la raíz desde ahí podrás cambiar las cosas. Pero en nuestro estado, en nuestra vida, nunca podrás cambiar nada. Mira a todos. Uno puede ser pobre, rico, fuerte, saludable, sabio, y aún así ser incapaz de hacer algo con su vida. Habla con la gente mayor, pregúntales. Ve que dicen – la vida ha pasado y nadie puede controlar la materia. Ahora estamos en una situación completamente opuesta en la cual el mundo entero con toda su tecnología y economía y todo lo demás, está en un completo malentendido de cómo desarrollarse más adelante, y qué hacer, cómo manejarse y cómo salvarse. Es una situación terrible, la más distante posible del balance. Entonces ¿cómo controlando la sustancia nos ayuda? No nos ayuda porque la materia es sólo el efecto. Esto quiere decir que mientras no adquiramos el conocimiento y el poder de ser y de cambiar algo a un nivel que está un poco más arriba de la materia no tendremos un momento de paz; y el mundo parecerá peor y peor en cada generación. Si nos elevamos al nivel de las fuerzas que activan el mundo, entonces de ahí podremos balancear y cambiar el mundo. Puedes llamarle espíritu, y desde que no podemos ver nuestra vestimenta, se le llama RUAJ. Toma a una persona, despójala de su carne y huesos, y ¿qué nos quedaría? Lo que no puedes ver con tus ojos, oler con tu nariz,; no la puedes probar, pero eso es realmente la persona. La carne ya sabemos cómo reemplazar, implantar y manufacturar. Podemos reemplazar todo en una persona y la persona aún permanece. Nuestro problema es que no conocemos ese poder que está dentro de la persona. Tampoco conocemos las fuerzas que actúan en el interior de esta persona desde adentro. No estamos
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familiarizados con ellas. En el mundo de la realidad que nos rodea nos relacionamos a sustancias que son estáticas, vegetales y vivientes. No nos relacionamos a las fuerzas activas. Cualquiera que se eleve a donde pueda ver las fuerzas en la realidad y en los seres humanos está en control. Esto es lo que se tiene que lograr. Cada desastre y acontecimiento atroz, todo lo que está con nosotros de una u otra manera, y la falta de satisfacción con la vida es todo para empujarnos a elevarnos un poco y controlar la realidad. La humanidad tiene que lograrlo. La Cabalá dice que eventualmente todos lo lograrán. Pregunta: Si todo está predeterminado por el pensamiento de la Creación, ¿cuál es el punto de aún tratar de cambiar algo? El pensamiento de la creación es el de otorgar sobre sus criaturas. La realidad es un sólo pensamiento que no cambia. Es un pensamiento de otorgar, dar y bienestar. Si nosotros no nos relacionamos a esto de la misma manera, la cual incluye toda la realidad, entramos en un estado de desequilibrio. Sufrimos de acuerdo a la extensión de este desequilibrio. No nos damos cuenta, no lo sentimos, y aún cuando lo escuchamos lo ignoramos. Si pudiéramos sentir que es así podríamos cambiar. Nuestro problema radica en abrir nuestros ojos para que podamos ver que esto es así. La sabiduría de la Cabalá ayuda a la persona a ver. Cuando ves, ¿pondrías tu mano sobre el fuego? ¿Saltarías del décimo piso? No lo harías si al evitarlo te beneficiarias. Entonces nuestro problema radica en ver lo que ahora está escondido. La dificultad está en abrir los ojos. La manera por la cual pasarás por todas las etapas y cuándo las sobrepases no está escrito. Puedes obtener balance con el pensamiento benevolente de la creación y entrar en esta Nirvana espiritual, la verdadera benevolencia, perfección y simple eternidad estando constantemente en una aventura sin límite. Lo puedo hacer ahora o puedo sufrir diez encarnaciones más. Esa es la diferencia. Una vez que el punto se abre en el corazón de una persona, entonces una cuenta se abre igualmente, la cuenta de la persona con el punto en el corazón. Cualquiera a quien ell punto dentro del corazón no se le haya abierto está viviendo por lo pronto como una bestia. Verdaderamente no tiene libre albedrío; vive de la manera que vive, de la manera en que nació, de acuerdo a sus hormonas y genes, avanzando y eventualmente terminando su vida. Esta es la misma forma en que éramos en las encarnaciones anteriores. En el momento en que se te da un punto en el corazón, queriendo decir una parte divina de arriba, se te es dado un punto de referencia de un estado opuesto al tuyo. A este punto puedes compararlo con tu corazón, esto es, todos tus atributos, y compararlos con este punto el cual proviene de un estado que es completamente opuesto a ti, de la realidad externa –de ese pensamiento de dar. Entonces puedes hacer la comparación y aprender con qué necesitas igualarte, o a qué eres atraído. Antes de que la persona reciba la posibilidad de hacer esto él simplemente vive en una naturaleza, su propia naturaleza, como una bestia. Sólo cuando la gente pueda discernir entre estos dos estados pueden sentir que hay algo mal, algo incómodo. La persona no sabe lo que es y no puede encontrar la respuesta en este mundo, porque este punto está localizado en la realidad externa, la cual está a un nivel más alto. Entonces desde el momento en que a la gente le es dado estos dos puntos que ya se encuentran dentro de ellos, de común acuerdo empiezan a preguntar y a demandar, y desde ese momento son considerados para tener albedrío. En el momento en que recibes otro punto, un punto externo del mundo espiritual, del mundo superior, eres atraído hacia cierta dirección y debes investigarla y continuar adelante. Serás una de las pocas personas que pueda cambiar su destino. Aquellos que no han recibido este punto no pueden cambiar su destino. ¿Es posible despertar el punto en el corazón? El punto en el corazón existe en todos y si no sale en esta encarnación será despertado en una encarnación subsiguiente. Como en nosotros, cinco o diez encarnaciones anteriores yo no aspiraba a cambiar la realidad y a estar en balance con ella, y a avanzar a algo desconocido, espiritualidad. Pero desde el momento en que el punto emergió, yo lo deseé. Es posible tomar a los niños y a los jóvenes
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y despertar este punto en ellos antes de que emerja? Es casi imposible. Quiere decir que la gente debe reencarnar hasta que este punto se despierte en ellos.
Lección 4 El poder del pensamiento ¿Cuál es la necesidad de un cuerpo biológico? Nada puede cambiar excepto la parte en nosotros que percibe la realidad La velocidad de los pensamientos es infinita Los mundos, incluyendo este mundo, son ocultamientos de nuestros sentidos ¿Le sucede algunas veces que está eufórico, y no siente las limitaciones del cuerpo?
Pregunta: ¿Por qué el Creador creó el cuerpo biológico?, ¿por qué no nos mantenemos en el nivel de las almas? A nosotros nos parece que este cuerpo, esta carne, existe. Esto no existe. Esta es sólo su percepción de que esto existe. Usted tiene tales sentidos que le hacen parecer esto como que existe. Si miramos a través de los ojos de un perro, a través de sus sentidos, o los sentidos de alguna otra criatura, no nos veremos del modo que nos vemos. Un perro nos ve como una especie de nube de olores. Esto significa que no tenemos ningún cuerpo, y el hecho que lo percibamos de esta forma, es porque estamos hechos de tal manera que nos hace percibirlo así pero esto realmente no existe. Nada existe aparte de la realidad superior, el pensamiento de la Creación, para otorgar a sus seres creados, incluidos nosotros. Sólo esto existe realmente. Los mundos, incluyendo este mundo, son ocultados a nuestros sentidos. Nosotros estamos, incluso ahora, existiendo en el mejor y único estado que hay. Sólo tenemos un problema, un oscurecimiento de nuestros sentidos, de modo que no sentimos ese estado, sólo un estado menor. Nosotros debemos limpiar nuestros sentidos, despertarnos, levantarnos y sentir el verdadero estado. Nada cambia excepto la percepción de la realidad. Esto significa que lo que realmente cambia de nosotros es la parte que percibe la realidad. Además de esto, no hay nada. Por lo tanto, si usted piensa en el cambio de algo además de usted, está en un problema. Nada podrá ayudarle, usted nunca cambiará nada. Usted puede ver cuánto el mundo sufre sólo por esto, acumulando amargas experiencias a fin de entender que este no es el camino. Tenemos que corregir nuestros sentidos. Usted verá un cuadro completamente diferente cuando se encuentre al final de la corrección, en eternidad y totalidad. No tengo palabras para describirlo. Y este cuerpo - no hay ningún cuerpo, y este mundo - no hay ningún mundo; esto es simplemente imaginación. Por supuesto, es difícil de aceptarlo, debido a que usted no ha llegado aún al otro lado, así que no puede comprender cómo es esto posible. Cien o doscientos años atrás, jamás pensamos que tales fuerzas existían en la naturaleza, o que era posible ver a través de una pared, pero es lo que ocurre ahora. Con nuestros pensamientos y deseos, y con nuestra mente, podemos lograr cualquier cosa. La velocidad de los pensamientos es infinita. El poder del pensamiento puede penetrar la materia sin limitaciones. Podemos alcanzar un completo control de la realidad. Gradualmente verá que esto ocultado, estos mundos, simplemente desaparecen. Todo se vuelve transparente, y no hay nada aparte de la Luz que llena todo. Incluso aquellos que tienen experiencias cercanas a la muerte nos cuentan que no hay nada. Ellos aún se ven en la mesa de operación, mientras son elevados e incluidos en la Luz. El hecho de que no estamos en la realidad superior aunque sea un poco, es un problema. Es por esto que dije que hasta que los ojos de una persona estén abiertos, esto será un
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problema, pero después de que los ojos de la persona se abran, él o ella ya sabrán que hacer. Entonces, nuestro problema es lograr la apertura de los ojos. Usted deja de sentir su cuerpo ¿cómo sucede? A veces resulta que usted casi no siente su cuerpo; usted está en una especie de euforia, y nada duele; es posible sentir algo así a veces. Si es posible durante un momento, es posible siempre. Según el nivel de corrección que usted alcanza, usted neutraliza su cuerpo al grado que usted no existe. Usted cruza la frontera entre vida y muerte. Usted simplemente deja de comunicarse con el cuerpo y esto deja de ser un tema para usted. Pregunta: ¿Cómo puede un hombre alcanzar un estado donde controle sus deseos y pensamientos, en vez de que ellos lo controlen a él? El hombre no puede controlar nada. Él no puede controlar sentimientos o pensamientos. Si él trata de controlar una cosa, esto viene a expensas de otra cosa. Un cierto tipo de agua es más sana que cualquier bebida de otro tipo. Entonces elijo esta clase en vez de aquella otra. Esto es llamado control de mis deseos y lo sustituyo con otro. Esto no es control. El verdadero control comienza cuando alcanzo el mundo espiritual, el mundo superior, en un nivel que es más alto que mi realidad. Veo mi realidad desde allí y luego elijo lo que está bien; esto es control. Tanto como descubramos la naturaleza en toda nuestra investigación, en todos los tipos de ciencias, sólo descubrimos una cosa; que todo actúa según reglas predeterminadas, absolutas, decisivas que nunca cambian, y que todo se comporta según causa y efecto, y es arreglado por fórmulas. Así ¿qué es lo qué va usted a cambiar? ¿Qué es lo que usted quiere penetrar y determinar? E incluso con cualquier clase de inteligencia no puedo entenderlo, no es posible. ¿Dígame, en qué nivel de seres humanos, nombre, pensamientos, deseos, hormonas o genes, o a través de las leyes de la física nuclear, o algún otro nivel, podemos cambiar algo? Sólo estudiamos cómo esto existe. Para lograr cambiar algo, sólo es posible desde la raíz, en el nivel de las causas para todos los efectos que existen en este mundo. Usted sólo puede cambiar las cosas si usted puede estar en ese punto. ¿Por qué todos corren por lograr el gobierno?. Porque desde allí usted determina lo que sucederá más tarde en el campo de juegos. Es esto lo que tenemos que conseguir. Para una persona en quien el punto en el corazón se ha abierto, quien siente un poco de conexión, un impulso para un estado más alto, es un signo que la persona puede alcanzar un punto donde él o ella son elegidos para el gobierno, y pueden cambiar la situación. El pensamiento no tiene velocidad. Los pensamientos actúan a través de una velocidad infinita, tiempo cero, y velocidad sin fin. ¿Por qué es esto así?. Es así como todas y cada una de las células en nuestro cuerpo funcionan. Así es como la célula se conecta con todas las demás. La información pasa a través de las células a una velocidad infinita. Lo mismo aplica a todas las partes de nuestro Universo. La información se expande a una velocidad infinita, de otro modo, no habría leyes. ¿Qué son las leyes que descubrimos?. Descubrimos todo el sistema, como está construido, y si se está moviendo. Se mueve hacia el balance. Descubrimos leyes en relación a las estrellas, planetas y gases, que nos indican que no hay coincidencia, que todo está relacionado con todo, y que el sistema sabe sobre sí mismo. No es que hubiera una explosión, y de aquella explosión todo llegó, incluso la información, que llega al otro final dentro de un cierto número de años. No es la velocidad de la luz que viene de la explosión lo que es importante. Es la información que se expande en una velocidad infinita, y que tiene el poder más grande, en una frecuencia infinita. Esto es también así con nuestro cuerpo. Quien alcanza el nivel de los pensamientos, el nivel de las intenciones, es quien manda. Además de esto, existen estructuras, como el Sistema nervioso. Hay personas que pueden solucionar un problema matemático complejo en un segundo, que hasta la computadora más grande y más poderosa no puede solucionar en horas. ¿Cómo sucede? No es que esas personas sean más rápidas comparadas a la computadora, sino que solucionan el problema no en el nivel del Sistema nervioso, en la velocidad de diez metros por segundo, la velocidad de señales que se mueven en el cuerpo, pero en el nivel del pensamiento. Pensamiento e intención significan una velocidad infinita. Esta es la razón de los resultados. Cuando uno adquiere cierto conocimiento en la Cabalá, todo empieza a ser comprendido. Deseo para ustedes, que abran sus ojos y vean el mundo espiritual, y desde allí comiencen a determinar todo en este mundo.
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Percibiendo los Deseos ¿Cómo puede una persona percibir el deseo? Con el propósito de que una persona sepa lo que quiere, primero debe probarlo, puesto que el hacerlo le deja con una percepción placentera o sabor en su interior. El placer fue experimentado y ahora ha desaparecido, justo en el punto en que la persona aspira al mismo. Esto es en lo que debe consistir el Kli real. O sea, la luz lo ha llenado en el pasado, y el Kli ha probado toda la fuerza de la sensación del placer de la presencia de la Luz. Entonces la luz desapareció y ahora el Kli apasionadamente anhela sentir una vez más el sabor de la luz. Ahora veremos la forma en la cual el alma está construida y la razón del por qué necesitamos trabajar con ella. El alma es lo único creado. A través de sus cinco filtros, el alma recibe las sensaciones visuales, olfativas, gustativas y táctiles dentro de sí misma. El apoyo detrás de esos cinco órganos sensoriales es similar al programa de una computadora. El programa traduce eso que está localizado fuera de nosotros en un lenguaje que podamos entender, digamos: placer y dolor. Nosotros percibimos si algo es bueno o malo en el punto más central de nuestra alma. Si la computadora está trabajando con un programa natural entonces su programa es diseñado para satisfacer la entrada egoísta de lo bueno y lo malo. No obstante, si está trabajando con un programa altruista, las nociones de bueno y malo no son evaluadas relativamente a sí mismo: en su lugar son evaluadas relativas a lo que existe fuera de él, la luz del Creador. Ahora vemos que existen dos posibilidades de programación para las evaluaciones y las opciones del alma; a) egoístamente, por su propio bien, o b) altruistamente, por el bien del Creador. Después de todo, aparte del Creador y de la creación, o de la luz/placer y el deseo/vasija, no existe nada más en el universo. En el proceso natural, una persona nace con el programa egoísta. Por lo tanto, en el “pizarrón” de nuestra conciencia o cerebro, una imagen opuesta es impresa o proyectada egoístamente. Esta imagen es llamada “nuestro mundo.” Nosotros no percibimos nada más que la luz. No obstante, si la luz pasa por el proceso egoísta, se manifiesta en nosotros como “nuestro mundo”. Nuestro deseo egoísta cumple su procesamiento, añadiendo obstáculos, seleccionando todo lo bueno y desechando todo lo malo. Este es el programa de auto preservación del organismo y si nosotros no lo tuviéramos, entonces la visión sería totalmente diferente. Sin él la visión se imprimiría en la parte frontal del alma y mostraría a la persona todo lo que existe en el exterior, en una forma objetiva, en lugar de lo que está dentro, subjetivamente y con un beneficio para sí misma. Eso que se encuentra en el exterior es llamado “la Luz” o “el Creador”. Con el propósito de programar la computadora con el programa altruista, existe la Ciencia de la Cabalá, la cual nos ayuda a recibir la imagen externa, la cual 65
existe genuinamente sin una cubierta egoísta. Seremos capaces de sentir el auténtico universo que se encuentra fuera de nosotros. Este estado es llamado “unificación con la luz”, cuando no hay obstáculos entre el alma y la luz. Esta es la pequeña reminiscencia de lo que la gente siente cuando están en un estado de muerte clínica y se han separado parcialmente de su cuerpo egoísta (o el organismo animal). Ellos ven la luz al frente y aspiran a ella pero son incapaces de alcanzarla porque no se han liberado a sí mismos del egoísmo espiritual. Puesto que la persona sólo podría liberarse de este, unida al egoísmo animal del cuerpo, así, todo el trabajo tiene lugar en el curso de una o varias vidas dentro del cuerpo egoísta. Podemos liberarnos a nosotros mismos del egoísmo espiritual muy fácilmente si sabemos cuáles obstáculos adicionan egoísmo a nuestra computadora interna. Toda la información entra a partir de cinco filtros, llamados las “cinco partes de Maljut”, o las “cinco partes del gobierno del egoísmo.” Estos cinco canales procesan toda la información de afuera, convirtiéndola en una información que satisface al egoísmo con lo malo. Mientras más reencarnaciones pasamos, más grande se vuelve nuestro Aviut. La persona se vuelve más “cruda”, más orientada hacia las metas y está más lista para la corrección. Por otra parte, aquellos que son menos desarrollados egoístamente hablando, no necesitan mucho, ya que se satisfacen con poco. Por lo tanto, un gran egoísta está listo para la corrección porque siente una mayor necesidad de llenarse a sí mismo con la luz. ¿Cómo se incrementa la necesidad de corregir el programa del computador? Se incrementa debido al desarrollo del Aviut a su grado máximo en la persona. Esto sucede a partir de muchas reencarnaciones o vidas en nuestro mundo. No sólo en la vida del hombre, sino también en plantas y en la naturaleza inanimada. Toda la naturaleza, asciende junta y es dependiente del estado del hombre. Una vez que el Aviut de la persona se ha desarrollado a su grado máximo, este causa una máxima diferencia entre la luz y la imagen que percibe. De aquí resulta el encendido del interruptor interior, dando a la persona el sentimiento de que no puede llenarse a sí misma con nada más, ahora o en un futuro. Cuando la señal tiene lugar, la persona deja de buscar algo dentro de sí misma o en el “pizarrón” de su alma, y en su lugar aspira a percibir el exterior. Ella se dirige a varias filosofías y metodologías, hasta que finalmente llega a la Cabalá. Aquí específicamente, es donde es capaz de encontrar lo que ha estado buscando por tanto tiempo. La Cabalá es la metodología que cambia esos filtros. No los remueve, sino sólo los reconstruye o los re-sintoniza, de la intención egoísta de recibir placer, a la intención altruista de dar placer. Más precisamente, la intención altruista es recibir placer por el bien de otorgar, puesto que todo es relativo al Creador. O sea, nosotros no tenemos nada que darle a Él, excepto recibir placer por su bien.
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De esta forma, los mismos filtros pueden ser usados para recibir, pero sólo por el bien del Creador. Entonces, la información entrando del exterior no será distorsionada de ninguna forma. Más bien, aparecerá ante nosotros justo en la forma que existe en realidad o en el exterior. Cuando esto sucede, el programa completo de la Creación llega a su fin, puesto que tal programa no nos permite existir sin ningún obstáculo de nuestro “ego”. Esto es, existir, percibir y vivir en el universo genuino. Todos los placeres de nuestro mundo, los cuales la humanidad ha percibido y percibirá en el futuro, son sólo un 1/600,000 del placer contenido en la menor parte posible de luz (Nefesh). Más aún, una simple alma corregida recibiendo toda la luz sin límite, es localizada frente a todas las otras almas, observa todo, hasta que la información o placer entra en todas las otras almas. El Aviut es colocado en una persona en el primer descenso de su alma o encarnación en este mundo. No obstante, la Cabalá es capaz de desarrollar esto docenas de veces, acortando su número de vidas o descensos a nuestro mundo. O sea, es capaz de acelerar el proceso de maduración de una persona para la asimilación del reino espiritual. El sufrimiento humano es una expresión externa de lo que nos falta. El sufrimiento no desaparece, pero la Cabalá reemplaza el sufrimiento animal con el espiritual. Este es el sufrimiento debido a una carencia de percepción espiritual. Este cambio cualitativo en sufrimiento lleva a la reconstrucción del Kli interior o la reconstrucción del alma. Proporcionalmente a la aspiración, se desarrolla la percepción de la luz. El resultado: lo que naturalmente nos hubiera ocurrido en el curso de varias generaciones, ahora ocurre en varios años. Usted puede preguntar: “¿Por qué algunas veces es imposible preguntar o formular una pregunta?” Esto sucede debido a que la persona no entiende sobre qué estamos hablando en su interior. Si eso no se ha revelado aún en ella, entonces no responde a lo que está escuchando. La estructura del alma es la siguiente: La luz que emana del Creador crea el deseo de tomar placer de ella. Este deseo es llamado Maljut. Antes de Maljut, la luz, a medida que cambia, pasa por nueve etapas hasta que finalmente se vuelve adecuada para crear Maljut. Las nueve etapas por las que pasa, son llamadas Keter, Jojmá, Biná, Jesed, Gvurá, Tifferet, Netzah, Hod y Yesod. Luego esta construye el estado final, el cual es llamado Maljut. Las seis etapas desde Hesed hasta Yesod son llamadas Zeir Anpin. En total existen diez Sefirot, esto es; nueve niveles de luz más un Maljut, el cual es el deseo de recibir. Maljut es el alma o la creación real, la cual siente que quiere recibir y tomar placer de la luz. Maljut empieza a recibir la luz y junto con ella, recibe las propiedades de la luz. Aún en nuestro mundo, sabemos que cualquier influencia en nosotros crea nuestra propia reflexión dentro de nosotros mismos.
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Lo mismo sucede a Maljut cuando recibe la luz de las nueve Sefirot superiores. Nosotros vemos que una simple estructura egoísta, Maljut, ha adquirido en sí misma, nueve atributos egoístas adicionales de la luz, al recibir la luz de los nueve Sefirot de esta. La información externa no se distorsiona a medida que pasa por los nueve atributos altruistas de Maljut, puesto que no hay barreras egoístas. Esta luz sólo se vuelve un poco más pequeña. Esta se disminuye para que el alma sea llenada óptimamente por ella y también para prevenir que se llene demasiado, lo cual también causaría sufrimiento. No obstante, existe una parte más en Maljut que ha recibido atributos altruistas de la luz y se ha vuelto equivalente a esta en su deseo de otorgar, la cual no es la décima parte. Más aún, existe una parte más en Maljut que es completamente incapaz de percibir los atributos de la luz y por lo tanto no puede cambiar. Esta parte es llamada “Lev ha-Even” o “el corazón de piedra”. Nuestro trabajo consiste en dejar detrás esta parte de Maljut, llamada nuestro “Yo”; dejar de trabajar con ella, porque siempre permanecerá egoísta hasta el fin de la corrección y la llegada del Mashiaj. Por lo tanto, es necesario cumplir una restricción (Tzimtzum Alef) en esta parte de Maljut; Esto es, no usarlo por ningún motivo. Maljut, o la décima Sefirá, es esa parte del Maljut que recibió los atributos de la luz, y que fue capaz de sentir los atributos de la luz que lo había llenado. Por lo tanto, es capaz de cambiar – tiene que transformarse gradualmente y empezar a actuar en la misma forma que la luz. Para conducir efectivamente los atributos de la luz dentro de Maljut se lleva a cabo la acción llamada “Shvirá”, esto es, el rompimiento o golpe. Como una consecuencia de esta acción, los atributos de los primeros nueve Sefirot penetran en Maljut. Pero no es suficiente sólo entender que los atributos de la luz y aquellos de Maljut son opuestos el uno al otro. Maljut tiene que actuar de la misma forma que la luz lo hace; necesita volverse similar a las nueve Sefirot. No obstante, ¿Cómo puede hacer esto, si la luz no entra en todos? Para alcanzar esta meta, el rompimiento (Shvirat) del Kelim tiene lugar, o el rompimiento de los deseos. Esto es realizado por medio del “golpe de la luz”, el cual pasa por todos los nueve Sefirot y entra a Maljut. Ahora Maljut se mezcla y se trenza con todos los otros nueve Sefirot. Esto es llamado “Shvirat HaKelim” o la caída del pecado. Después de que tuvo lugar Shvirat Kelim, cuatro tipos de deseos se formaron. Esos son : a) los deseos puramente altruistas que estaban presentes en los primeros nueve Sefirot, b) los deseos altruistas que se han mezclado con los deseos egoístas, c) los deseos egoístas que se han mezclado con los altruistas, y d) los deseos puramente egoístas. De esta forma dos tipos de deseos, los puramente altruistas y los puramente egoístas, habiendo caído durante el Shvirat Kelim y habiéndose mezclado los unos con los otros, se han transformado en dos tipos más de deseos mezclados. Finalmente sólo hasta ahora se ha vuelto posible crear un alma en la cual Maljut es corregido en la misma forma en la que lo son las primeras nueve
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Sefirot. Esto es debido a que ahora, cualquier deseo egoísta contiene una chispa de altruismo. Con esto, una clase especial de fuerza es requerida, dígase la fuerza de la corrección. Esta fuerza causa que cada chispa altruista se vuelva la parte prevaleciente del deseo, capaz de corregir todo el deseo egoísta. ¿Cómo sucede esto? Tomemos el libro adecuado sobre Cabalá, escrito por un cabalista quien ya se ha corregido a sí mismo en correspondencia con la luz. Cuando una persona lee este tipo de libro, lo que toma lugar es la transmisión de las instrucciones de cómo construir el Kelim interior dentro de sí misma, de acuerdo con la luz. Al leer las líneas en el libro, no obstante, aún sin entender lo que hemos leído, atraemos la luz circundante sobre nosotros mismos, la cual gradualmente limpia y corrige nuestros deseos. Estudiar bajo la clara dirección de un maestro cabalista, mientras se es parte de un grupo de gente que quiere alcanzar la meta de la creación o la equivalencia con el Creador, ¡es lo más efectivo! A medida que la persona se corrige a sí misma, gradualmente empieza a sentir que sus deseos están rotos. Aprende a diferenciarlos, los clasifica de acuerdo a la calidad y cantidad, los combina en un orden específico, y les saca provecho. Esta parte es larga, pero es especial e interesante. La persona empieza a dilucidar nuevos atributos en sí mismo, percibiendo que ella es la creación y volviéndose consciente de su conexión con el Creador y con las otras partes del universo. Lo que tiene lugar es el entendimiento de cómo está construido todo nuestro sistema exterior y cómo trabaja el Gobierno Superior. La meta del Creador para nosotros es que primero tengamos control de nosotros mismos y después del mundo entero y por lo tanto reemplazar al Creador. En nuestro mundo vamos tras las manifestaciones particulares de la luz, tales como el placer que obtenemos del conocimiento, poder, sexo, comida e hijos. Cuando llega la luz y nos llena completa e ilimitadamente, esta es percibida inmediatamente como perfección completa y placer. No quedan deseos extras en la persona. El proceso de llenarse con la luz es gradual y es llamado Sulam o Escalera. Baal HaSulam escribió acerca de esto y es llamado así en honor del sistema de ascenso espiritual en el cual trabajó, llamado “Sulam” en sus comentarios “Sulam” sobre el libro del Zohar. El Creador creó un alma colectiva llamada Adam, la cual se rompió en 600, 000 partes, cada una de cuales compone de cuatro deseos. La tarea de la persona consiste en no sólo corregirse a sí misma, sino también su parte en el alma colectiva. Cada alma debe corregir su relación con todas las 600,000 almas, porque así es como se corrige a sí misma; puesto que cada una de las otras consiste a su vez de 600,000 partes y las nueve primeras Sefirot entran en cada una de ellas. Las almas sólo son capaces de corregirse mediante los cuerpos, y los cuerpos se corrigen en el grupo por medio de varias acciones mecánicas dirigidas al
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cumplimiento de una meta única. Hay dos acciones mecánicas de ese tipo: a) estudiar y b) realizar trabajo común por el bien de la corrección espiritual del alma. La persona no tiene la habilidad de corregir sus deseos, puesto que fueron creados por la luz. Únicamente se requiere cambiar la dirección en la que actúan estos, o el sentido en que ella quiere llenar dichos deseos. Si yo, temporalmente no lleno uno de mis deseos, entonces este regresará más tarde a mí en una forma más distorsionada. Necesitamos trabajar en cómo usar correctamente este deseo. No podemos morirnos de hambre o torturarnos a nosotros mismos, o correr de algo. Lo que necesita ser corregido es la intención con la cual usamos nuestros deseos. Si hacemos esto, entonces veremos que todos nuestros deseos son necesarios para alcanzar nuestra meta. Esto es por lo que se dice que la persona que es más egoísta tiene deseos más grandes. Otra cosa que se dice es que desde la destrucción del Templo, sólo los cabalistas tienen aún algún gusto por los placeres terrenales.
Revelando al Creador mientras se vive en este mundo Según el pensamiento de la Creación, tenemos que llegar a la condición donde podamos vivir y existir según las leyes espirituales. Todas las desgracias que ocurren a cada uno de nosotros, así como también todos los desastres y catástrofes, suceden para que toda persona y la humanidad como un todo, sean llevadas a cumplir los mandamientos espirituales durante su vida en este mundo. Esto es lo que Baal HaSulam escribe: La Cabalá es la instrucción mediante la cual el Creador será revelado a las criaturas vivientes en este mundo. La Cabalá no escribe sobre lo que nos ocurrirá después de la muerte, sino más bien, escribe acerca de lo que nos debería ocurrir durante nuestra vida en este mundo. La Cabalá habla sólo de lo que una persona en este mundo necesita; lo que ella debe lograr para evitar vivir su vida en vano sólo para involuntariamente volver de nuevo y completar todo lo que antes no finalizó. Por consiguiente, La Cabalá es la ciencia más indispensable y práctica en este mundo. Es imposible que escapemos, la vida misma nos obliga a realizar esta terminación, y como resultado de todo nuestro sufrimiento, llegamos a la corrección completa o Gmar Tikkún. ¿Qué es “Gmar Tikkún”? El mundo continuará existiendo; todo continuará teniendo lugar justo como antes: El mismo universo, las mismas estrellas, aves y árboles. Sólo la conciencia del hombre se alterará, se alterará la forma en que él percibe el medio ambiente, porque el hombre mismo cambiará. Nada más se alterará al continuar actuando de acuerdo a las leyes de la naturaleza, según las instrucciones que esta recibe del Creador. Es el hombre quien se transforma de un animal a un hombre real. La Cabalá explica cómo lograr este fin. Lo cual se alcanza estudiando en un grupo específico, de acuerdo a los libros correctos y bajo la supervisión de un Rav o maestro auténtico. Además, La Cabalá enseña que un estudiante mientras más comienza a entender qué hacer, más se perfecciona a sí mismo, al grupo, y a las mismas lecciones. Baal HaSulam escribe sobre esto, y también bosqueja para nosotros un cuadro de cómo debería aparecer el mundo corregido.
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Lo primero que estudiamos es la expansión de todos los mundos, Partzufim y Sefirot, desde el punto más alto hacia abajo. La segunda etapa consta de subir por los niveles espirituales. Para corregirse, una persona debe ascender a lo largo de los niveles espirituales que se han preparado para ella, desde el punto más bajo y ascendiendo mientras aún continúa viviendo en este mundo. Hay un total de 125 niveles que tenemos que atravesar en el camino de ascenso en el mundo espiritual. Son el número total de niveles que nos separan del Creador, significando que, hay 125 niveles de alcance hasta el Creador. Ahora mismo actúo de acuerdo a la comprensión de mi naturaleza egoísta. Algo es bueno para mí y algo más es malo. Aprendo de mi medio ambiente y actúo consecuentemente. Mientras más me adapto a mi medio ambiente más cómodo me siento en él. Más allá, mientras estoy en mi naturaleza, parece que mi medio ambiente cambia a medida que la gente alrededor de mí cambia sus opiniones en lo que se refiere a cómo debería verse el mundo. Cada generación se caracteriza por las almas que existen en ella, difiriendo de las generaciones previas y siguientes. Podemos ver el grado en el cual dos generaciones contiguas, como nuestros padres y nuestros niños difieren de nosotros mismos. Las almas descienden a nuestro mundo en cada generación, y de una generación a la siguiente acumulan su experiencia. En conexión con esto, los deseos de las almas se vuelven mayores que los deseos de las generaciones previas. Por consiguiente, cada generación nueva aspira a nuevos descubrimientos, ayudando al desarrollo de la humanidad. Cuando una persona comienza a estudiar el mundo espiritual, está siendo empujada a cambiar su medio ambiente y al mundo, hacia una mayor igualdad con el Creador. En la última etapa de este cambio, el mundo se vuelve completamente equivalente al Creador. Esta generación es llamada “la última generación”. No porque todo perecerá, sino que simplemente como consecuencia de la perfección de esta generación, ninguna corrección posterior será necesaria. La Cabalá no habla de algún desarrollo después de Gmar Tikkún, porque esto guarda relación con los secretos de la Torá. Esta habla únicamente acerca de cómo llevar una generación hasta el nivel de “la última generación”. La Torá completa habla solamente acerca de cómo pasar a través de los 125 niveles de alcance del Creador. Por un lado, el medio ambiente de una persona le sirve para darse cuenta de las leyes espirituales. Por otra parte, cambiando el medio ambiente, hay oportunidades de cambiarse a sí misma. Más allá, al grado que una persona cambia su medio ambiente, posteriormente los cambios en esa persona son de una fuerza igual al número de miembros de la sociedad dada. En resumen, nuestro grupo es el lugar de corrección y simultáneamente la fuente para la corrección de cada persona que en él se encuentre. Aún si alguien en el grupo es todavía débil e incapaz de hacer cualquier cosa en él, no obstante, recibe por adelantado del grupo la fuerza para su corrección. Por consiguiente, cada persona tiene que construir para sí misma el ambiente correcto de donde derivar fuerza para la corrección espiritual y para ascender después de una caída. Alternativamente, en un grupo aún incapaz de dar la fuerza para la corrección, muchas personas están en la condición de depresión, o mal estado de ánimo, con ausencia de fuerza para el avance. Estas condiciones algunas veces ocurren dentro de un ambiente sano también, pero no duran mucho. Cada nivel es construido de la manera siguiente: En “la derecha” está la fuerza altruista del Creador; En “la izquierda” está la fuerza egoísta del deseo que Él creó; En medio de ellas está el hombre, que es, el que se percibe a sí mismo de esta forma. Una persona tiene que tomar la cantidad correcta o proporción necesaria de la fuerza derecha e izquierda y usarlas para ascender al siguiente nivel. Obviamente, la derecha e izquierda, así como otros términos, son equivalencias, puesto que simplemente no tenemos ninguna otra manera para referirnos a los atributos del mundo superior.
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Una persona continúa este proceso hasta el nivel 125. Estos 125 niveles están divididos en 5 mundos. Cada mundo contiene 25 niveles. El mundo espiritual más bajo, llamado el mundo de Assiya, está ubicado por encima de nuestro mundo. Lo que le sigue entonces es el mundo de Yetzira, luego los mundos de Beria, Atzilut y Adam Kadmon. Nuestro mundo está abajo del nivel más bajo del mundo de Assiya, y está separado de este por el Majsom (una barrera). Estas líneas, derecha e izquierda ayudan mutuamente a una persona a vencer todas las dificultades involucradas en pasar de un nivel al siguiente. Sin embargo, cuando una persona inicialmente comienza a obrar en contra de su egoísmo, el deseo y la fuerza para ascender emergen mientras él está presente en el lado derecho (las Fuerzas del Creador). Ésta es la primera etapa. Encontrarse en el lado derecho en la condición inicial no depende de la persona misma, sino más bien del Creador. En la segunda etapa, una persona pasa al lado izquierdo y añade egoísmo a sí mismo. Su estado de ánimo aquí es completamente opuesto a su estado de ánimo del lado derecho. Ella experimenta un mal estado de ánimo, depresión y debilidad, y nada parece importante para ella. Estar en el lado izquierdo es necesario para sentir nuestro egoísmo, y la cantidad de tiempo que la persona pasa allí depende de la persona misma. Ella puede disminuir la cantidad de tiempo que está presente en ese lugar, al mínimo. Todo el mal que la persona experimenta, depende de la cantidad de tiempo que pasa en la línea izquierda. Si la persona entendiera que su mal estado actual ocurre con el propósito de fomentar su avance, entonces ya no evaluaría esta condición como mala, sino más bien, como buena. Percibirá el sufrir como una necesidad y consecuentemente, como un bien. De este modo, la percepción y entendimiento de “bueno y malo”, cambia. El grupo o ambiente puede coadyuvar a corregir estas percepciones. Una persona puede derivar fuerza espiritual del grupo mientras todavía no esté en el mundo espiritual. Todas las criaturas son el cuerpo único de Adam y están separadas por sus cuerpos/deseos debido a los deseos sin corregir. Cuando el egoísmo es superado, somos capaces de recibir información de las otras almas y sentirlas, debido a que cada persona está dispuesta a hacer algo para alguien más. Es necesario construir un grupo con una meta única. El grupo tiene que ser un entero único, con un espíritu adentro. Hay que asegurar que la condición del grupo esté siempre en un nivel, con cada una de los miembros siempre en condición de ayudar al otro. Cada uno debe verse integrado en el otro y en todos los demás como un entero. Al grado en que cada uno pueda aminorar su “yo” relativamente a los demás y al grupo como un todo, es la extensión de cuánto más él recibirá de cada miembro y del grupo como un todo. La persona pequeña es capaz de recibir de la grande. Para que esto ocurra, uno sólo necesita considerar a la otra persona como si ésta estuviera arriba de sí mismo. El grupo debe mantener el estado donde el factor más importante sea la exaltación del Creador. Esta meta debe determinar cada acción. Luego cada persona podrá recibir un cargo espiritual del grupo, y las caídas serán imperceptibles. Cada nivel de las almas construye su propio medio ambiente, esto es, un medio ambiente al que corresponde. Todo depende del nivel interno de las almas. El ambiente debe forjarse según las diferentes leyes en cada mundo. El grupo se construye según el principio de flexibilidad y la habilidad para cambiar fácilmente. Es incluso apropiado si el grupo constantemente cambia; esto quiere decir que avanza. La vida, el trabajo y la familia en este mundo, así como también la vida animal en el cuerpo físico, se alterará en el futuro según la espiritualidad de los miembros en el grupo. Esto es específicamente lo que el Creador demanda de nosotros. Nuestro cuerpo estará en este mundo, mientras el alma está en el mundo espiritual. Mientras más acciones espirituales cumple el alma, más nuestro cuerpo seguirá las leyes espirituales en el mundo material. Esto es, al final del desarrollo, las relaciones familiares y esas entre los miembros del grupo que deben forjarse según las leyes superiores del mundo de Atzilut.
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Adam HaRishon fue creado específicamente de este modo. Su cuerpo/deseo consta de los deseos de las nueve Sefirot, pero Maljut es la parte llamada “Lev HaEven” (o sea el corazón de piedra), esto quiere decir, la parte de Maljut que no pudo absorber los atributos de los primeras nueve Sefirot o atributos del Creador. Así, a él se le ha prohibido despertar este décimo deseo en sí mismo, o comer del árbol del conocimiento del bien y el mal, porque todo el mal está contenido en esta parte. Por consiguiente, si él rompe esta regla, entonces ese mal entra en el mundo, inter mezclándose con las otras partes o las primeras nueve Sefirot. No obstante, Adam pecó, esperando recibir la luz de las nueve Sefirot en Maljut por el bien del Creador. Pero desde que Maljut es incapaz de realizar la intención altruista, Adam recibió para su propio bien, causando que el alma se rompiera en 600,000 partes separadas. Estas partes no sienten que fueron una vez un alma completa y no se sienten ya más el uno al otro. Cada parte del alma general es el deseo de recibir placer. Cada parte es llamada el “yo” y necesita corregirse elevándose 125 niveles hacia arriba. Esto es que hay una necesidad de corregir cada vez una partícula del 1/125 avo dentro de cada una de las 600,000 almas/deseos. Cada vez que una partícula pasa por el lado derecho y luego al izquierdo, es incluida en la línea intermedia; Tomando la fuerza del Creador o el deseo para otorgar de la línea derecha, y adquiriendo el deseo de recibir de la línea izquierda, su suma emerge en la línea intermedia, resultando en un deseo de recibir por el bien de otorgar. Recibimos de arriba sólo las fuerzas que nos permiten contrarrestar el egoísmo del lado izquierdo, esto es, lo suficiente para corregir la parte egoísta, lo necesario para recibir por el bien de otorgar. Una persona recibe sólo lo que es capaz de soportar. Si la persona no ha recibido alguna fuerza adicional de arriba, no recibiría un mal estado. Si un miembro del grupo quiere avanzar espiritualmente, entonces necesita continuamente la oportunidad de recibir la espiritualidad y el egoísmo del grupo. Por consiguiente, estos dos atributos deben coincidir conjuntamente en el grupo. Estar en el grupo significa estar vinculado con este, en el sentido interior. La persona que llega a La Cabalá es muy egoísta, autónoma e independiente de otros. Ella necesita tiempo hasta que comienza a desear al Creador y entender la importancia de la meta de la creación. Sólo después será capaz de disminuirse a sí misma en relación al grupo, para ceder y recibir de este. Al principio, la persona puede no tener el deseo de hacer algo por el grupo, pero la meta común debe obligarlo a hacer esto. Si cada persona tiene por entendido que no hay nada más importante que la meta de la creación, entonces será fácil para ella ser útil al grupo de muchas formas. Sin embargo, si los placeres de este mundo aún valen más que la meta para la persona y no se puede separar a sí misma de esos placeres, entonces su tiempo no ha llegado aún y no hay lugar en el grupo para ella. Su alma no está lista para cumplir las leyes espirituales. Cuando la persona ha experimentado todos los placeres de mundo, recibe entonces un empujón hacia lo espiritual. Para que esto ocurra, no necesariamente tiene que estar en todas las condiciones de este mundo y luego rechazarlas al descubrir su insignificancia. Más bien, ella logra esto al recibir desde arriba las bases necesarias para ver la pequeñez de la búsqueda terrenal por placer. Hoy, la espiritualidad nos atrae con un placer mayor comparado con el mundo material. Por consiguiente, la deseamos, y ésta no es una mentira. Nuestro mundo entero vive y es soportado por la chispa diminuta de la luz espiritual que ha pasado a través del Majsom y ha penetrado en nuestro mundo. Ahora imagine al mundo espiritual, el cual íntegramente no es más que la luz que es, muchos billones de veces más grande que la chispa de placer de nuestro mundo. ¡Qué placeres existen allí!
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Pero ¿Cómo entramos en el mundo espiritual? Sabemos que para lograr esto tenemos que tornar nuestra escencia egoísta, del deseo de recibir al deseo de dar. Sin embargo, no entendemos lo que esto es, y no hay suficientes palabras para explicar este concepto. No tenemos las circunvoluciones necesarias en nuestro cerebro para entender esto, porque nuestro cerebro trabaja dentro del sistema de egoísmo. La Cabalá nos enseña que para sentir placer, es suficiente cambiar sólo la dirección del deseo, en vez del deseo mismo. El placer corresponderá a qué tanto cambiará la orientación hacia el objetivo del deseo. Aquí hablamos de un concepto puramente psicológico; La persona aún recibe placer, pero lo importante es para qué o para quién lo recibirá. Una pregunta emerge: ¿Dónde está la manija que necesitamos girar para lograr esto? Esta está localizada en el límite entre el egoísmo de nuestro mundo y el altruismo del mundo espiritual, y se llama el “Majsom”. Esto quiere decir que en ese estado ya estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para pasar al mundo espiritual con mis percepciones. El grupo es necesario para que una persona cumpla esta condición, así como también la constancia acerca del estudio. El grupo es necesario para desarrollar el deseo de recibir lo espiritual en la magnitud necesaria. Luego un chasquido interior ocurre… y la persona comienza a recibir la fuerza y la conciencia espiritual desde arriba.
Cinco mundos – cinco niveles del deseo de recibir Existen cinco mundos entre el Creador y nuestro mundo. Estos se llaman: Adam Kadmon, Atzilut, Beriá, Yetzirá y Assiyá. Abajo del mundo de Assiyá existe el Majsom, y nuestro mundo se encuentra debajo de este. Nuestra meta, mientras aún nos encontramos en nuestro mundo, es que el alma alcance el nivel del mundo del Ein Sof, es decir, alcanzar la completa unificación con el Creador. Esto es, que ahora cuando nuestra alma está envestida en el cuerpo de este mundo, podamos cambiar los atributos de egoísmo por los atributos del Creador en cada nivel espiritual, hasta que todo nuestro egoísmo sea reemplazado por el altruismo. Cuando esto ocurra, los atributos de nuestra alma se volverán completamente equivalentes a los atributos del Creador. En nuestro mundo, los siguientes atributos egoístas son propagados: “recibir por el bien de recibir” y “otorgar por el bien de recibir”. Los mundos espirituales están construidos con el siguiente atributo: “otorgar por el bien de otorgar” o “recibir por el bien de otorgar”. La primera tarea de una persona que quiere entrar al “mundo por venir” es restringir el uso de sus deseos, o cumplir Tzimtzum Alef. Esto significa dejar de trabajar con el egoísmo o con los deseos egoístas. No somos capaces de cambiar nuestro “deseo de recibir” debido a que este es el único objeto que fue creado por el Creador. No obstante, es posible y también necesario, cambiar la intención en el deseo, desde la intención de “recibir por nuestro propio bien” a la intención de “recibir por el bien del Creador”. Por lo tanto, podemos ver que la acción no cambia exteriormente; en su lugar, es sólo la intención la que cambia. Por lo tanto, la metodología de cambiar la intención (algo que nadie puede ver y que está oculta de todos) es llamada la Ciencia Secreta de la Cabalá. Esta es la metodología de cómo recibir al cambiar la intención. El asunto importante es, en qué estoy pensando cuando cumplo cualquier acción dada, y hacia qué meta me estoy dirigiendo cuando actúo. Todos los niveles son grados de corrección gradual de la intención del alma, desde el recibir para nuestro propio bien hasta el recibir por el bien del Creador. Los cinco mundos son niveles del deseo de recibir, empezando por el deseo más débil ( Keter) y terminando con el más fuerte (Maljut). Ellos están construidos empezando desde la parte más alta (El Creador) y descendiendo hacia la creación. A medida que la luz parte desde el Creador y pasa por los mundos, esta se vuelve más débil y por lo tanto más adecuada para ser percibida por los deseos altruistas más débiles. Cuando el alma recibe la luz de la
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corrección desde arriba, esta empieza a cambiar la intención, desde “por su propio bien” hasta la de “recibir por el bien del Creador” o “para otorgar”. El alma alcanza la línea del Majsom sólo si esta cumple el Tzimtzum Alef en todos los deseos que percibe en ese estado, esto es, cuando se rehúsa totalmente a trabajar con el egoísmo. No obstante, esta no es aún capaz de recibir nada por el bien del Creador. Cuando el alma corrige su intención hacia otorgar en el nivel de Keter, entra en el mundo de Assiyá, localizado arriba del Majsom. Esto es, cuando esta es capaz de actuar en contra del más débil egoísmo posible, al no recibir nada y anularse a sí misma en la luz del Superior. Si el alma es capaz de actuar en contra de su egoísmo en la luz de Jojmá, asciende al nivel del mundo de Yetzirá. El alma continúa este camino al incrementar su habilidad de trabajar cada vez en contra de mayores fuerzas egoístas, ascendiendo al siguiente nivel espiritual (mayor), hasta que alcanza el mundo del Ein Sof. El alma adquiere su escencia como una sustancia espiritual sólo después de cruzar el Majsom y ascender más alto. En el mundo espiritual una persona trata con deseos desnudos puros los cuales no están envestidos en las variadas apariencias de nuestro mundo. Un cabalista que está en lo espiritual, deja de investigar nuestro mundo porque lo percibe correctamente como el resultado natural de la rama que viene desde la raíz espiritual. Para él, es más interesante ver la causa, o la raíz principal, en lugar de la consecuencia, la cual está localizada en un lugar incomparablemente más bajo que la raíz, desde la cual todos los deseos y causas se originan. Por lo tanto, una persona que asciende, cambia todos los deseos mundanos por deseos hacia el Creador. Al principio él quiere poseer al Creador egoístamente, justamente en la misma forma que él previamente quería recibir todo en nuestro mundo. Como se dice: una persona desea tanto al Creador, que esta pasión no le permite caer dormido. Gradualmente, una pequeña luz llamada Ohr Makif, la cual constantemente rodea a la persona, empieza a brillar para ella, con la ayuda de esta luz, la persona alcanza una petición hacia lo espiritual usando un deseo mayor que todos los otros deseos. Finalmente, con la ayuda de la misma luz, la persona pasa el Majsom y recibe la intención de otorgar. Sólo la luz superior del Creador es capaz de elevar a la persona de esta forma; proveer la respuesta a todos sus esfuerzos humanos hacia lo espiritual, para llevarla a un estado donde el deseo por lo espiritual es tan grande que no le deja caer dormida y suprime todos los otros deseos. Todas las almas pasan por las mismas etapas durante su camino, pero la asignación de cada alma en este mundo es diferente. También es diferente la velocidad con la cual las diferentes almas pasan por el mismo camino. En cada pensamiento, en cada deseo y en cada momento, en nuestro mundo a la persona se le da una sola meta, sin importar quién sea ella: ascender y llegar cerca de lo espiritual. No obstante la mayoría de la gente progresa por esto en una forma natural en los niveles inconscientes de lo humano, animal, vegetativo e inanimado. Todo está predeterminado y pre-programado por la meta de la creación. La libre elección de la persona consiste en si está o no de acuerdo con todo lo que le pase o si empieza a entender la meta hacia la cual todo está siendo dirigido, y si ella misma quiere ser una participante activa en todos los eventos que le suceden. Todos los pensamientos y deseos en el mundo del Ein Sof ocurren en la persona. No obstante, la persona sólo “recoge” los pensamientos correspondientes a su nivel. En el nivel actual, la persona es capaz de no pensar acerca de nuevos descubrimientos. No obstante, cuando ella incrementa el nivel de su conocimiento y sus conceptos, gradualmente empieza a
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soñar en algo complejo. Esto significa que está supuesta a percibir y sentir un reino más complejo de percepción. El reino de la actividad de la persona está construido de esta forma, o su marco de percepción del mundo en el cual ella vive. Si la persona se desarrolla más, pensamientos más profundos aún aparecen en ella con una conexión diferente entre las cosas. Todo depende del nivel de desarrollo de la persona, porque esto determina sus límites de percepción o la parte del mundo del infinito que la persona percibe. No hay otra forma de desarrollar el deseo por lo espiritual, evocar el Ohr Makif, para tomar parte personal en el cumplimiento de la meta de la creación, y acortar el camino natural para alcanzar esta meta aparte de estudiar en un grupo bajo la dirección de un maestro. Sólo la luz que empieza a brillar puede ayudar a cambiar las propiedades egoístas (las cuales son los obstáculos en el camino espiritual) a propiedades altruistas. El Ohr Makif cambia nuestro deseo de recibir por el deseo de otorgar y esto nos lleva a cruzar el Majsom. Decimos que no queremos nada del mundo material y que sólo queremos lo espiritual. Si supiéramos que pasar el Majsom significa cambiar la intención con respecto a qué y en quién pensamos, nos alejaríamos rápidamente. Para continuar, ahora entramos en el territorio arriba del Majsom donde encontramos un océano de luz. Esta es la luz del Creador, la cual brilla sobre nosotros al grado de que nuestra exaltación por el Creador es más grande que nuestro deseo egoísta. Esto nos da la oportunidad de adquirir gradualmente la propiedad de la luz misma o el otorgar. La cosa más importante es cruzar el Majsom. Un alma que ha recibido la luz, conoce el camino completo después de pasar este, porque la luz le enseña. Ahí existe ya, un mapa revelado y la instrucción para cada paso subsiguiente y para cada acción. Esas son las instrucciones que los cabalistas han descrito para nosotros en sus libros. Cada mal pensamiento es opuesto a los buenos del Creador, pero, ¿Cómo podríamos cambiar un mal pensamiento por uno bueno? Primero, tenemos que entender que el pensamiento es malo; comprender su maldad para entonces llegar a la decisión de corregirlo. Podemos ver este mal bajo la luz del Creador o bajo su grandeza. No obstante, si la luz no brilla para la persona, entonces esta está ciega y existe en la oscuridad, abajo del Majsom, donde la luz no penetra. La persona existe en este mundo y cree que todos sus pensamientos son buenos. Cuando la persona se vuelve iluminada por la luz del Superior o la luz circundante llamada “Ohr Makif”, empieza a ver su propia escencia. Esto es llamado “la comprensión del mal”. Sin esta iluminación de la luz, la persona trata de justificarse a sí misma y permanece correcta ante sus propios ojos. No obstante, el reconocimiento de su propio ego bajo la iluminación de la luz, empuja a la persona a tornar hacia el Creador por ayuda. Más aún, gracias a la iluminación, la persona ya ve la fuente de la iluminación y sabe precisamente hacia quién tiene que voltear su mirada. Si la plegaria de la persona es genuina, el Creador altera su naturaleza. No obstante, el deseo de recibir no cambia; la única cosa que cambia es la intención de “recibir para su propio bien” a “recibir por el Creador”, la cual corresponde a otorgamiento. Así es como el cambio gradual de los atributos del Creador tienen lugar en cada uno de los 125 niveles. Cada nivel incluye diferentes procesos:
la comprensión del mal: qué tan mal, con referencia al Creador, se encuentra uno en la línea izquierda; qué ayuda debe uno recibir del Creador desde su línea derecha;
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la combinación de la línea derecha y de la izquierda: qué tanto puede uno recibir de la línea derecha, esto es, para pasar a la línea central.
Como resultado de estas acciones, otra parte del deseo de la persona se vuelve equivalente al Creador, permitiéndole pasar al siguiente nivel. Esto continúa en cada nivel, hasta que todos los atributos de la persona se vuelven iguales a los atributos del Creador. Los deseos de la persona determinan su acción. ¡Es imposible cumplir acciones sin deseos! Por ejemplo, mañana por la mañana tengo que despertarme temprano, por lo tanto me voy a dormir temprano hoy. ¿Hago esto en contra de mi deseo? ¡No!, nadie en este mundo es capaz de cumplir acciones sin el deseo y sin llenar este deseo con placer. El deseo es la energía o la fuerza motora que da a la persona la oportunidad de hacer algo. Algunas veces nos parece que estamos haciendo algo en contra de nuestro deseo. Pero no hay tal caso. Simplemente cumplimos un cálculo, que sería el ver dónde es beneficioso hacer algo, aún si esto es opuesto al deseo. Si es benéfico para la persona, ella llevará a cabo diferentes acciones no placenteras y no deseables. Al elegir, la persona es capaz de acercarse a otro deseo, crearlo y alcanzarlo. Nadie de nosotros sería capaz de mover un sólo dedo sin recibir la fuerza motora para este deseo o para acercarse a otro más. Una persona que hace algo bueno por otra persona piensa que ello es real y que verdaderamente cumple esta acción desinteresadamente. No obstante, si ella entrara en la total profundidad de sus pensamientos, vería que todo lo hace por una sola meta: hacer algo bueno solamente para sí misma y todo lo demás es su propia mentira. Si en adición, la persona estudia Cabalá, ella es capaz de ver cómo trabaja todo esto; donde cada uno es un egoísta absoluto y no piensa en nadie más que en sí mismo, ni siquiera en sus propios hijos. Simplemente, en el estado actual el sistema completo de pensamientos está dañado, y parece imposible para la persona hacer algo por el bien de alguien más. Sólo es posible darle a alguien más, cuando se recibe algo en retorno o que pueda uno beneficiarse de alguna forma. Uno no debe avergonzarse de esta verdad. Esta es nuestra naturaleza. Recibimos ya sea por auto gratificación o damos para beneficiarnos de ello en alguna otra forma. No es la culpa de nadie. La única cosa que necesitamos es aspirar a cambiar nuestros atributos por los atributos del Creador. La Cabalá enseña a la gente a aceptar a la persona justo como esta fue creada. No podemos odiar a alguien por esto o enojarnos porque veamos esos atributos en él. No obstante, es difícil comunicarse con el mundo externo y tener la paciencia de observar el egoísmo mezquino de alguien que tu puedas encontrar. Sin embargo, cada persona ha sido creada en la forma en que debió ser creada. Solamente debemos tratar de ayudarnos los unos a los otros a cambiar los atributos que se nos han dado por atributos altruistas. ¿Qué es el sufrimiento?; Es todo lo que se opone a nuestro deseo. Como dice el Talmud, si una persona pone su mano en su bolsillo y obtiene una moneda, pero si quería otra, entonces experimenta sufrimiento. El sufrimiento es todo lo que en la vida no corresponde a nuestro deseo. Percibimos el sufrimiento cuando estamos de mal humor, enfermos, o cuando no queremos hacer algo. No obstante, todo lo que pasa es por nuestro propio bien. De una forma o de otra, todo lo que sucede, nos avanza a alcanzar la meta de la creación. Sólo en nuestras percepciones distorsionadas lo bueno se ve mal y lo dulce parece amargo. En realidad, sólo es posible sentir lo que es bueno cuando se pasa el Majsom. Ahora, no obstante, todo se percibe como sufrimiento. Esto sucede debido a la falta de llenado de la luz. Después de todo, la luz permanece afuera en la medida que nuestros deseos no han recibido la intención altruista.
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Mientras la persona no se acerque a lo espiritual, el deseo de recibir es el ángel de la vida para ella. No obstante, al estudiar la Cabalá y con ello atraer la luz circundante sobre sí misma, la persona gradualmente ve qué tanto su deseo de recibir para sí misma es un obstáculo para invertir su naturaleza egoísta en altruista. Ella ve que este es su enemigo real para el avance, y sus deseos se vuelven el ángel de la muerte, en lugar del ángel de la vida. Cuando la persona llega a comprender el mal de su egoísmo en comparación con los atributos de la luz que ha percibido, un enorme deseo emerge para remover esas cadenas a cualquier costo. Sin embargo, desde que uno es incapaz de hacer esto por sí mismo, en la desesperación, llora ante el Creador por ayuda. Y entonces recibe esta ayuda, esta es la única plegaria y es auténtica. La persona que quiere acercarse a lo espiritual tiene que ser como todo el resto: tiene que trabajar como todos los demás y tiene que tener una familia e hijos. Lo importante es lo que ella hace en las dos o tres horas en las que está libre del trabajo y las responsabilidades en casa. ¿Pasa estas horas frente al televisor o en un restaurante? o ¿realiza esfuerzos para alcanzar la meta espiritual? En cualquier caso, la persona no puede hablar acerca de su trabajo espiritual a alguien más; ella tiene que ocultar completamente lo que siente con relación al Creador. Esto es hecho para no dañar el camino espiritual de otra persona. Cada persona tiene un camino diferente. Una vez que se alcance la corrección general, todo será revelado, debido a que no habrá lugar para obstáculos de celos egoístas.
La estructura del alma Cuando la persona empieza a estudiar Cabalá le parece que retrocede o que se queda en el mismo lugar. Pero de hecho, esta es una señal importante de que se está moviendo hacia delante. La razón de ello es que por ahora, ella evalúa sus estados en sus aún no-corregidas percepciones. Cada subsiguiente corrección lleva al estudiante más cerca de adquirir la intención de “por el bien de otorgar”. No obstante, para lograr esto, la persona tiene que pasar por muchos tipos de cambios. Ella tiene que encontrar quién es y qué es lo que quiere exactamente, ¿qué significa el deseo de recibir?, ¿cuál es el material de la creación y el significado de “vida” y “muerte”?.La persona llega a la conclusión de que “vida” significa sentir la luz, y muerte es la percepción de la oscuridad o la ausencia del Creador en sus percepciones. Antes de que la persona llegue al genuino entendimiento de lo que es bueno y lo que es malo, primero tiene que pasar por muchas etapas diferentes. El Majsom es la barrera que impide que la luz entre a nuestro mundo. ¿En qué se diferencia el Majsom del Majsom (pantalla)? El Majsom se caracteriza por un atributo que es totalmente diferente al del Majsom. Frente al Majsom existe la luz en su totalidad y nada la oculta. Ahí la persona misma expulsa la luz hacia fuera con la fuerza de su deseo de no recibir la luz por el bien de auto-gratificación. La barrera Majsom se encuentra fuera de mí y bloquea toda la luz superior sobre mí. Por otra parte, el Majsom es algo que la persona localiza dentro de sí misma por medio de comprensión interior y con su deseo de no permitir que la luz entre egoístamente en ella, en su lugar aceptar esta sólo por el bien del Creador. Cuando la persona tiene el Majsom, entonces la barrera ya no es necesaria, debido a que la persona es capaz de oponerse a la luz por sí misma. ¿Cómo se divide nuestro camino a lo largo de los 125 niveles? Sabemos que existen 125 niveles de realización entre nosotros y el mundo de Ein Sof. No obstante, sólo necesitamos alcanzar el mundo de Atzilut para corregirnos, esto es, que
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debemos ir a través de los mundos de Assiyá, Yetzirá y Beriá. Cada uno de ellos es contado como 2000 años, así, existen 6000 años en total. Después de eso existe la corrección arriba de Tzimtzum Bet, o una corrección en una dimensión diferente llamada Tzimtzum Alef. Nuestra alma consiste de cinco partes: Keter, Jojmá, Biná, Zeir Anpin (Z”A) y Maljut. Ellas difieren entre sí debido a un deseo mayormente incrementado de sentir placer. Estas mismas están divididas en dos partes: Galgalta ve Eynaim (Keter y Jojmá) y AHP (Biná, Z’A y Maljut). En otras palabras, Keter es llamado Gulgolet, Jojmá es llamado Eynaim, Biná es llamado Hotem y Maljut es llamado Peh. La primera parte del alma experimenta placer al otorgar, la segunda de recibir. Así es como está construida cada alma. Lo único que tenemos que corregir es Galgalta ve Eynaim, o los Kelim de- Ashpaá, o sea, los deseos de otorgamiento. Nuestro camino espiritual empieza cuando ascendemos desde nuestro mundo. Ascender significa gradualmente corregir G’E. Al ascender a través de los mundos de BYA hasta el mundo de Atzilut, estamos afirmando que nuestros Kelim de-Ashpaá son corregidos. No somos capaces de corregir los Kelim de-Cabalá o AHP. ¿Qué somos capaces de hacer en este caso? Somos capaces de elevar gradualmente nuestros Kelim de-Cabalá ó AHP desde los mundos de BYA al mundo de Atzilut. Esto empieza al elevar los AHPs menos egoístas desde el mundo de Beriá, y entonces elevar los AHPs más egoístas desde el mundo de Yetzirá. Este trabajo concluye cuando los Kelim más egoístas del mundo de Assiyá han ascendido. No corregimos los Kelim-deseos en sí mismos. En su lugar, simplemente los unimos al Galgalta ve Eynaim que les corresponde, esto es, que los conectamos con los deseos de otorgamiento. Cada vez que ascendemos recibimos una cantidad adicional específica de luz. Por lo tanto, esta acción es llamada “ascenso”. Hay tres ascensos en total. Para ser más precisos, un ascenso desde tres lugares diferentes se lleva a cabo: desde los mundos de Beriá, Yetzirá y Assiyá. Los AHPs que ascendieron al mundo de Atzilut no son deseos genuinos de recibir (Kelim de Cabalá), o sea, no son el “Yo” de la persona o el “Lev ha Even” (corazón de piedra). Esta es la parte que la persona no puede corregir por sí misma. Lo único que se corrige es una pequeña parte llamada “AHP de-Aliyá”. No obstante la persona no tiene que cumplir con una inmensa corrección. Tan pronto como la corrección de arriba se complete, el Creador mismo corregirá el Lev ha Even. Para que la persona sepa qué es lo que necesita corregir, tiene que ver y sentir lo que necesita ser corregido. Esta es la razón de la existencia de los ascensos que no dependen de la persona, los cuales son llamados “estimulación desde arriba”. Existen los Shabbats, días de fiesta y meses nuevos. Esto le es dado a la persona solamente debido a que ella ya ha corregido sus Kelim de-Ashpaá, es decir, ella no quiere nada para sí misma y está situada en el mundo de Atzilut. La primera acción o el primer ascenso será la adición del AHP de-Aliyah del mundo de Beriá. El segundo ascenso toma lugar cuando el AHP del mundo de Yetzirá se une. El tercero, con la adición del AHP del mundo de Assiyá. Cuando la persona ha ascendido esos tres niveles, entonces la corrección del “Lev Ha Even” toma lugar, y esto es conocido como Gmar Tikún” o “el fin de la corrección”. Hay dos tipos de deseos de sentir placer. Esos son los deseos de sentir placer al recibir o al otorgar. El placer de otorgar es percibido en los Kelim de-Ashpaá, y el placer de recibir es percibido en los Kelim de Cabalá. Ambos placeres se encuentran no-corregidos en nosotros. Lo mas fácil de corregir son los Kelim de-Ashpaá, de tal forma que yo daré todo por el bien de la persona a quien yo le estoy dando, en vez de que ello sea para mi propio placer. Esto es lo mas fácil de corregir porque la acción (otorgamiento) y la dirección (por el bien de otra persona) llevan la misma dirección.
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Los Kelim de Cabalá (AHP) permiten a la persona sentir placer sólo cuando esta recibe. Es mucho más difícil corregirlos. Para corregirlos, la persona tiene que dar placer a otra al recibir de esta última, y recibir sólo por este bien. Para hacerlo, una conexión más fuerte con el Creador es necesaria, porque esta corrección pasa a través de la misma escencia del “yo” humano. Por lo tanto, el AHP se corrige después de G’E, y se corrige gradualmente. En otras palabras, no es tan difícil ascender al mundo de Atzilut con los Kelim corregidos de G’E, como lo es con la adición posterior del AHP. La razón de ello es que la acción posterior es opuesta a la intención. Todos los cinco mundos sirven como barreras para la luz del Creador. Mientras más bajo sea un mundo, mayor luz oculta este. Los mundos o barreras terminan en el Majsom, el cual positivamente oculta la luz a nuestro mundo, y sólo una pequeña chispa penetra en él, la cual es necesaria para sostener la vida en nuestro mundo. Esta chispa es llamada “Ner Dakik”. El Creador hizo esto con el propósito de que seamos capaces de vivir sin el Majsom. El Majsom no es necesario cuando no hay luz pero existe Ner Dakik. Esta débil luz o Ner Dakik es dividida en una gran multitud de partes. Ella hace girar los átomos, mueve las moléculas y obliga toda la materia a existir, moviéndola hacia el desarrollo y dando vida en todos los niveles: lo inanimado, vegetativo, animado y nuestro nivel, el nivel humano. Si, con la ayuda del estudio, un maestro y un grupo, la persona adquiere no obstante una pantalla en su pequeño egoísmo o en Aviut Shoresh, entonces esto significa que ya está lista para soportar la menor cantidad de luz, Nefesh, la cual es mayor que Ner Dakik. Esto es, en tal caso que la persona es capaz de existir en esta luz y no recibir para su propio bien. El Majsom o pantalla está haciendo eso que el Majsom hizo antes. Este es el paso desde este mundo a los mundos espirituales, y el Majsom ya no es necesario. No obstante, el Majsom está bloqueando sólo la luz más pequeña, Nefesh. Esto es análogo a un ejemplo de nuestra vida. Supongamos que una persona fue educada para “no robar”, si ponemos $100 frente a ella, entonces no robará este dinero. No obstante, si la cantidad de dinero que aparece frente a ella es mayor que aquella en la cual fue educada para “no robar”, entonces no será capaz de soportar la tentación y su educación será insuficiente para impedirle no robar. Lo mismo transpira en lo espiritual. Donde exista Ohr Nefesh, la persona actúa fácilmente por el bien del Creador, le percibe fácilmente, tiene contacto con la luz y recibe placer por el bien de otorgar. Ella es capaz de hacer esto porque tiene un Majsom para ese nivel, lo cual le impide recibir para su propio bien. Este estado es llamado el mundo de Assiyá. Después de eso, con la ayuda del estudio y esfuerzos adicionales, la persona adquiere un Majsom sobre su egoísmo mayor o sobre su Aviut Alef, y ahora ya es capaz de recibir la luz de Ruach por el bien de otorgar. Correspondientemente, en nuestro ejemplo anterior, la persona ha adquirido el escudo para “no robar” hasta $1000 por ejemplo. En este caso, la persona puede ir desde el mundo de Assiyá hasta el mundo de Yetzirá. Análogamente, cuando la persona adquiere el Majsom de Aviut Bet, entonces es capaz de pasar al mundo de Beriá. De esta forma, la barrera es eliminada en el transcurso de un mundo al siguiente. Esto significa que un Majsom es adquirido en lugar de la barrera, el cual corresponde al Aviut del mundo dado. La Barrera va dentro de la persona debido a que ella no la necesita más. La persona se vuelve capaz de cumplir por sí misma la ley del mundo dado, esto es, que la ley es simplemente innecesaria para ella, porque ahora está más alta que la ley misma y la llena o cumple por medio de sus convicciones. Puesto que nuestra alma consiste en cinco partes, nosotros por consiguiente tenemos que adquirir Majsom de cinco niveles y fuerzas diferentes, de acuerdo al peso del egoísmo:
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-Cuando la persona adquiere un Majsom con Aviut Shoresh, ella cruza el Majsom y entra al nivel espiritual del mundo de Assiyá; -El Majsom de-Aviut Alef da a la persona la oportunidad de ascender al nivel del mundo de Yetzirá; -El Majsom de-Aviut Bet eleva el alma a un nivel del mundo de Beriá; -El Majsom de-Aviut Gimel eleva el nivel del alma del mundo de Beriá al mundo de Atzilut; -y finalmente, El Majsom de-Aviut Dalet eleva a la persona (eleva el alma de la persona, puesto que la persona es considerada un alma en Cabalá) al mundo de Adam Kadmon. Después de eso, el alma asciende al mundo de Ein Sof desde el mundo de Adam Kadmon. Puesto que cada mundo contiene cinco Partzufim y cada Partzuf consiste de cinco Sefirot, la persona adquiere un nuevo nivel con cada cinco Sefirot. Por ejemplo, en el mundo de Assiyá, los primeros cinco Sefirot permiten a la persona alcanzar Maljut del mundo de Assiyá; y los segundos cinco Sefirot la elevan a Z’A del mundo de Assiyá; cinco más la elevan a Biná del mundo de Assiyá, y los siguientes cinco a Jojmá del mundo de Assiyá. Los cinco Sefirot finales permiten al alma alcanzar Keter del mundo de Assiyá. Cuando el alma se mueve a lo largo del camino, esta, gradualmente adquiere un Majsom deAviut Shoresh hasta Aviut de-Alef del mundo de Yetzirá. Esto continúa una y otra vez, hasta que el alma pasa por todos los 125 niveles al viajar por todos los mundos. Cuando la persona se encuentra en el mundo de Assiyá con Aviut de-Shoresh, se considera que su alma está pasando por el proceso de concepción (Ubar) en el vientre de la madre (Biná), y este período dura “nueve meses”. Esto es, el alma pasa por el número correspondiente de niveles de desarrollo, llamado “intrauterino”, el cual corresponde a la cantidad de tiempo en el que una mujer pasa embarazada en nuestro mundo. El pasar a Aviut Alef y correspondientemente al mundo de Yetzirá, es llamado el nacimiento del alma, el cual corresponde al nacimiento de una persona en nuestro mundo. La presencia en el mundo de Beriá corresponde al crecimiento y alimentación en el curso de dos años, que es cuando el alma tiene que recibir la luz que gradualmente hace crecer el Majsom en ella. Ahí, el alma está aún en el estado de Katnut (los Kelim G’E). Por otra parte, el pasar al mundo de Atzilut ya simboliza el principio del Gadlut gradual del alma (la adquisición de los Kelim de AHP). Esto continúa hasta los 13 años (edad adulta o Bar Mitzvá), cuando el alma se torna independiente en el mundo de Atzilut. Esto es, ella ya tiene el Majsom que le permite empezar a recibir por el bien de otorgar (o adicionar los Kelim de-Cabalá con la ayuda del AHP de-Aliyá). El mundo de Atzilut contiene Zajar (Z’A) y Nekvia (Nukvá). Estos se encuentran en varias posiciones relativos uno al otro, dependiendo del estado del alma (Katnut o Gadlut); varios Zivugim transpiran entre ellos y así sucesivamente. En el mundo espiritual, existe una noción llamada “Eretz” o tierra. Este es el lugar donde ustedes están localizados o a donde ustedes van. Eretz viene de la palabra “Ratzón” o deseo. Nuestra alma completa consiste de un gran deseo (Eretz), el cual contienen varios deseos pequeños (Artznot o Retzanot) así como los deseos de las “naciones del mundo” (AHP), los cuales son llamados otras naciones. Eretz se encuentra más cerca del Creador que las “otras naciones” espirituales, las cuales son Ever ha Yarden (Jordan), Mitzraim (Egipto) y Suria (Siria). Estos son nuestros vecinos y quieren nuestra tierra o Eretz Israel, porque aquí es donde el Creador se localiza, o es el deseo más cercano a Él.
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Toda la corrección debe empezar dentro de nosotros, o de los deseos más puros. Por una parte, ellos son los más cercanos a Eretz Israel; por la otra, son los más lejanos, porque existe una dependencia inversa entre la luz y los deseos. Para regresar al Creador la persona debe encontrarse en su estado más egoísta, o sea, ella tiene que sentir que algo está faltando en su vida. Por una parte, ella es egoísta de acuerdo a sus Kelim, refiriéndose a que está lo más lejana del Creador de acuerdo a sus deseos egoístas. Por la otra, cuando ella altere sus Kelim o intenciones con la fuerza total de su deseo de llegar más cerca del Creador, entonces estará más cerca de Él. Cuando la persona empieza a estudiar, gradualmente aprende a separar sus deseos dentro de varios componentes de acuerdo al grado de su Aviut, y empieza a evaluar con cuáles de sus deseos debe trabajar y cuáles son los que debe corregir. En adición, cuando trabaja con sus deseos también entiende adonde se localiza de acuerdo con su mapa espiritual interior.
Shamati No. 1: “No hay nadie más aparte de Él” Mi maestro anotó todo lo que escuchaba de su padre. Cuando llegaba a estudiar con él y empezaba a hacerle preguntas difíciles que me molestaban, siempre eludía la respuesta, hasta que al fin un día me ofreció sus notas para que las leyera. En ellas, he podido descubrir lo que me interesa y entender lo necesario al leerlas una y otra vez encontrándome en diferentes estados de ánimo. Estas notas serán suficientes para el resto de mi vida, aunque él se haya ido. Nuestra conversación tuvo lugar en 1981 y me dio su libreta de anotaciones. Hice una copia y la leí durante diez años. En 1991 un día antes de su muerte me entregó el original. Me dijo: “Léelo, es para ti”. Me pidió que fuera a verlo temprano al día siguiente. Sabía de antemano lo que ocurriría pero yo no. Llegué tarde, él estaba casi inconsciente y murió mientras yo lo miraba. Los artículos y anotaciones que me dio son muy importantes y de profundo contenido. Cada vez que uno los lee piensa que comprende algo, pero cuando vuelve a hacerlo se da cuenta cuan equivocado estaba en lo que había entendido y constantemente continúa descubriendo nuevos significados. La manera en que uno percibe lo que lee depende del ánimo en el que se encuentre. Estos textos fueron escritos desde el nivel más elevado, o desde la altura del logro absoluto. Sin embargo, cualquiera puede leerlos aún si se encuentra en los niveles más bajos, incluyendo el de este mundo. Todos podemos identificar nuestra situación personal en estos artículos, así como lo que necesitamos hacer y lo que el autor quiere decir al lector en ese momento. Recomiendo que todos lean estos artículos; unas cuantas líneas son suficientes. Mi Rav solía abrir su libreta antes de ir a dormir, tan sólo unos segundos y esto era suficiente para permitir que la Luz inundara su alma. Ahora mismo, tú y yo vamos a leer uno de los textos más profundos y serios del Rav, que debe ser el manual de cabecera para todo aquel que quiera unirse al Creador. Este artículo contiene toda la Torá de Baal HaSulam, todo su planteamiento acerca de la Creación y todo aquello que una persona debe conservar constantemente en su interior y percibir. Este es el primer artículo del libro titulado “Shamati” que he publicado. Se llama “No hay nadie más aparte de Él”:
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“Está escrito que: ‘No hay nadie más aparte de Él’”, lo que quiere decir que no existe otro poder en el mundo con la facultad de hacer algo en contra de Él. Y si un hombre ve que hay cosas en el mundo que niegan su vinculación con lo superior es porque esa es Su voluntad”. “Y esto se considera una corrección, llamada “la izquierda rechaza y la derecha atrae”, significando que lo que la izquierda rechaza se considera una corrección. Quiere decir que hay cosas en este mundo que desde un principio pretenden desviar a una persona del camino correcto y que lo alejan de la santidad”. “Y la ventaja de estos rechazos es que por medio de ellos la persona recibe la necesidad y el deseo absoluto de que el Creador lo ayude, puesto que se da cuenta que de otra forma está perdido. No solamente no progresa en su trabajo sino que le parece que está retrocediendo y que le falta la fuerza para guardar la Torá y los Mitzvot ni siquiera por Lishmá (literalmente por amor al Creador). Y que sólo venciendo verdaderamente todos los obstáculos, por encima de la razón, puede cumplir con la Torá y los Mitzvot”. “Pero no siempre tendrá la fuerza de vencer por encima de la razón, y al contrario se verá obligado a desviarse, Dios no lo permita, del camino del Creador, e incluso ni siquiera por amor al Creador. ¿Y aquél que siempre siente que lo que se ha roto es mayor que lo entero, esto es, que hay muchos más descensos que ascensos y que no ve el final de estos aprietos y que siempre se va a encontrar fuera de la santidad, ya que advierte que le es muy difícil cumplir aunque sea con una pizca, a menos que no venza por encima de la razón, que no siempre puede vencer? ¿Cuál será el resultado de todo esto?” “El Creador es el soberano en la Creación y es Él que ha creado al hombre con una serie de características específicas y lo ha dotado de las fuerzas necesarias. Rodea al hombre de un medio ambiente óptimo que le asista para avanzar hacia el propósito de la Creación. Sin embargo, vemos que a pesar de esto, el Creador no sólo no le brinda su ayuda directamente sino que constantemente lo confunde con diversos problemas, tales como la pérdida de su empleo, problemas familiares, diversas enfermedades, desgracias, sufrimientos y muchas otras cosas más“. “Esta forma de relación con el Creador dura mucho tiempo, pero el individuo no tiene otra manera de avanzar sino ir pasando por estas situaciones e ir adquiriendo la experiencia que más adelante le va a permitir alcanzar la perfección, la eternidad, el infinito y la unidad con el Creador”. “Este período de tiempo llega a su fin cuando la persona toma la decisión de que únicamente el Creador le puede ayudar. Esta decisión trae como consecuencia que en el corazón de la persona surja una petición para que el Creador le abra los ojos y el corazón y que realmente lo acerque a la eterna unión con Él”. “El Creador desea que el hombre adquiera todos los atributos de los mundos al ir ascendiendo hacia ellos desde nuestro mundo y reemplazando al Creador en cada uno de ellos. Sin embargo, no es posible hacerlo sin la ayuda del Creador. Una persona no puede realizar nada por sí misma. Todos nuestros sufrimientos y desventuras ocurren porque nuestros deseos o atributos son contrarios a los del Creador, es decir, son opuestos a la Luz”. “Como resultado de la oposición de nuestros atributos, todo lo que vemos en nuestro mundo no existe en realidad, sino que es una mera proyección de nuestros atributos en la Luz que contemplamos. Cuando ésta viene de arriba la persona no siente la Luz, sino que percibe sus propios atributos contrastados. Con el fin de
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percibir la Luz misma, el individuo debe librarse de la corrupción de su egoísmo o de sus limitaciones”. “Cuando la persona clama al Creador para que lo ayude, de pronto se da cuenta de que ‘todos los rechazos que experimentó provenían del Creador’”. “Esto quiere decir que eran percibidos no porque estuviera en falta, por no ser capaz de vencer, sino que estos rechazos están destinados a aquellos que realmente desean acercarse al Creador. Y con el fin de que esta persona no se encuentre satisfecha con tan sólo un poco, que no permanezca como un niño pequeño sin conocimiento, recibe ayuda desde lo Alto, para que no pueda decir que gracias a Dios, observa la Torá y hace buenas obras, y se conforme”. “Y únicamente si esta persona siente un deseo verdadero, va a recibir ayuda desde lo Alto. Y constantemente se le van a mostrar sus errores en su condición actual; esto significa que se le envían pensamientos y perspectivas que van en contra de sus esfuerzos. Ocurre para que pueda percatarse que no es uno con el Creador. Y por mucho que supere, siempre va a encontrarse en una posición aún más alejada de la santidad que los que se sienten uno con el Creador”. “Y además, por otra parte, siempre tiene quejas y peticiones y no puede justificar el comportamiento del Creador y como le trata. Y le duele no estar unido al Creador y hasta llega a pensar que no tendrá participación alguna en la santidad”. “Y aunque ocasionalmente se le envíe desde lo Alto un despertar, que le da nuevos bríos, pronto cae nuevamente. Sin embargo, esto es lo que lo lleva a tomar conciencia de que únicamente el Creador lo puede ayudar y realmente acercarlo a Él”. “Un hombre debe intentar adherirse al Creador, es decir, siempre debe estar pensando en Él. Esto significa que aún cuando se encuentre en el estado más deplorable desde el cual ya no pueda descender más, no debe abandonar el camino del Creador, pensar que existe otra autoridad que le impide entrar en la santidad y que tiene el poder de beneficiarlo o perjudicarlo”. “No debe pensar que se trata de una cuestión del poder del Otro Lado, Sitra Achra, que no le permite realizar buenas obras y seguir los caminos del Creador; sino que debe pensar que todo lo hace el Creador”. “El Creador inflige a la persona golpes dolorosos con el fin de traerlo nuevamente a la Meta de la Creación. Por lo general, si una persona se siente bien, está feliz con su situación y no le preocupa de si el Creador existe o no. Sin embargo, es muy importante para un individuo ser uno con el Creador, especialmente cuando está en una buena situación. Por este motivo el Creador nos envía desgracias –con el fin de que las personas se acuerden de Él. Cuando una persona se siente mal, de una forma u otra empieza a pensar en el Creador. Sin embargo, todo el trabajo consiste en estar con el Creador cuando uno se siente bien”. “Puede observarse que la Cabalá habla de las percepciones más sutiles del alma. Los individuos no esperan una desgracia. Viene inesperadamente, cuando la persona se encuentra separada del Creador. Todos y cada uno de nosotros estamos bajo Su tutela personal. Esta se manifiesta cuando nos olvidamos de Él. A fin de que Lo recordemos, nos envía avisos en forma de azares del destino y esta es Su muy particular manera de decirnos que siempre debemos orientar nuestros pensamientos hacia el Creador, no se requiere nada más“.
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“El Ba’al Shem Tov dijo que todo aquél que asegura que hay otro poder en el mundo, o sea las cáscaras (Klipot), está en el estado de “servir a otros dioses” que no es necesariamente el pensamiento de herejía que constituye el pecado, pero si piensa que hay otra autoridad y fuerza además del Creador, en esto comete un pecado. Es más, quien dice que el hombre es dueño de sí mismo, asegurando que en el pasado no quiso seguir los caminos del Creador, a esto también se le considera cometer un pecado de herejía, ya que implica que no cree que sólo el Creador conduce al mundo”. “No hay un sólo pensamiento en nuestra mente que no provenga del Creador. Así quedó predeterminado en el propósito de la Creación y no hay nada que podamos cambiar. En este caso, ¿quién soy “yo”? “yo” soy aquel que siente lo que está pasando Arriba. Al principio, percibimos todo esto como confusión y se debe a que lo espiritual que está arriba está adentrándose en nosotros o en lo material”. “Sin embargo, paulatinamente empieza a encontrar su lugar dentro de la persona y a operar, y entonces comprendemos que las cosas no pueden ser de otra manera. “El Ascenso” ocurre cuando la persona está de acuerdo con lo que el Creador está haciendo y por tanto, percibe satisfacción, perfección, eternidad, se separa de su cuerpo y se relaciona sólo con la espiritualidad”. “Pero cuando ha cometido un pecado, y ciertamente debe lamentarlo y sentirse apenado por haberlo cometido -sin embargo, aquí también debemos darle el lugar correcto al dolor y a la aflicción: dónde sitúa la causa del pecado- ese es el punto por el cuál debe sentirse apenado”. “Y el hombre debe lamentarlo y decir: “Cometí ese pecado porque el Creador me arrojó lejos de la santidad a un lugar de inmundicia, al lavatorio, donde hay suciedad”. Es decir, que el Creador le dio el deseo y el ansia de entretenerse y respirar el aire en un lugar maloliente.” (Y podrías decir, como está escrito en los libros, que en algunas ocasiones un hombre se encarna en el cuerpo de un cerdo para que reciba el deseo y el antojo de gozar de cosas que ya aunque había determinado eran inmundicia, no obstante desea volver a vivirlas)”. “Y también, cuando un hombre percibe que asciende y se enorgullece de su trabajo no debe decir: “Ahora ya me encuentro en un estado en que comprendo que vale la pena servir al Creador”. Más bien, debe darse cuenta que ahora el Creador le tiene en estima y por esta razón lo llama cerca de Él y por esto tiene esa sensación. Y debe tener mucho cuidado de no separarse del camino de la santidad y andar diciendo que hay otra fuerza que opera aparte del Creador. (Y esto quiere decir que, acogido favorablemente por el Creador, o lo contrario, no depende del hombre por sí mismo sino que todo depende del Creador. Y el hombre con su mente imperfecta no puede comprender por qué el Creador le muestra su agrado unas veces si y otras no)”. “Y de igual forma cuando se lamenta porque el Creador no lo acerca a Él, debe cuidarse de no estar afligido por sí mismo, por haber sido separado del Creador, pues de esta forma se convierte en un receptor en su propio beneficio y el que recibe está separado del Creador. Más bien debe deplorar su exilio de la Divina Presencia, por infligir sufrimiento a la Divina Presencia”. “El Creador otorga sólo bienestar a una persona. Sin embargo, cuando se atraviesa el egoísmo se percibe como mal, como enfermedad, opresión y demás infortunios en la vida. Cuando un individuo se siente mal no tiene la capacidad de agradecer al Creador al mismo tiempo. Si esta persona supiera y pudiera percibir la aflicción del Creador al ver que toda la bondad que le envía es recibida como maldad, esta
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persona se comportaría de otra forma. O, si tuviera la posibilidad de percibir la alegría del Creador cuando la persona se siente bien”. “En otras palabras: todos los pensamientos, todas las acciones y todo lo que ocurre deben orientarse al Creador. Es la única manera en que la persona va a salir de su “yo” o su cuerpo y esto quiere decir entrar en la espiritualidad”.
El nacimiento del alma Una persona de nuestro mundo no tiene alma. Sin embargo, cuando empieza a desear la espiritualidad adquiere “el punto en el corazón” o un embrión de alma que demanda que la persona regrese a su raíz espiritual conforme a su naturaleza. El alma anhela al Creador y atrae a la persona junto con ella. La persona no sabe hacia dónde se dirige porque el Creador todavía esta oculto. Sin embargo, este punto en el alma lo lleva hacia algún lado, aunque no se trate del alma verdadera todavía. Cuando un individuo empieza a trabajar en sí mismo, el punto en el corazón aumenta gradualmente. Va creciendo, pero aún permanece negro porque al percibir la oscuridad, la sensación de que carece de algo es más grande que antes. Cuando este punto finalmente alcanza un tamaño determinado suficiente para él, adquiere el Masaj (pantalla) alrededor del punto, que lo orienta hacia el otorgamiento. Cuando esto sucede, la Luz penetra en este punto, y ordena todos los deseos en cinco partes, conforme a los atributos de la Luz. Estas partes son Keter, Jojmá, Biná, ZA y Maljut. Es así como una persona adquiere un alma. El deseo de recibir cambia del más pequeño (Keter) al más grande (Maljut). El deseo de recibir es más pequeño en Keter y Jojmá, por eso se les llama “los deseos de otorgamiento”. A este estado en una persona se le llama “pequeño”. Si una persona en nuestro mundo tiene solamente deseos animales, entonces es un animal de dos piernas. El siguiente estado es cuando “el punto en el corazón” surge en una persona. No le permite descansar aunque no sepa ni siquiera lo que es. Si la persona continúa estudiando intensamente la Cabalá, llega al tercer estado, cruza el Majsom y adquiere la pantalla con Aviut de Shoresh. A este estado se le llama “Galgalta con la luz de Nefesh”, y emerge en una persona para remplazar el punto negro. A este estado se le conoce también como el “feto” (Ubar). Al igual que en este mundo, no desea nada y está localizado en el útero de la madre, o en el Partzuf más elevado que cuidadosamente lo cría. Después de eso, el feto se desarrolla por nueve meses, es decir, tiene que pasar por nueve Sefirot que están localizadas dentro de la Sefirá Maljut, de Nefesh de-Nefesh (Keter de-Maljut) hasta Yehidá deNefesh (Maljut de-Maljut). Cuando alcanza el último punto, ya no es Ubar. Nace y adquiere Kli Jojmá con la luz de Ruaj (de Nefesh hasta Yehidá) con Aviut Alef. A este período se le llama “alimentación” (Yeniká) y tarda dos años. En este punto, el Partzuf alcanza el estado de “Katnut” (Galgalta ve-Einaim) y el Aviut Alef total. Yeniká difiere de Ubar, que no desea nada porque recibió la Luz. ¿Cómo recibe un bebé la leche para alimentarse? Cuando la menstruación de la madre termina, se usa su sangre para el desarrollo del feto. Durante el nacimiento, la sangre del nacimiento impura se expulsa, y puede corregirse. Esta sangre se convierte en los deseos impuros, o los deseos que no tienen la intención de
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otorgamiento. Además, hay otra parte de la sangre que se transforma en leche después del nacimiento. Asciende de la Sefirot Yesod, donde está localizado en el útero, hacia el pecho (Hazé) o la Sefirá Tifferet del Partzuf. Después que surgió nuestro mundo, todo lo que acontece en el Mundo Espiritual y todas las leyes espirituales se propagan a éste de forma natural. Al estudiar el proceso espiritual completo del Partzufim, su concepción, desarrollo, nacimiento, alimentación y el crecimiento hacia la edad adulta, es posible entender precisamente lo que ocurre, y lo más importante, por qué sucede esto en nuestro mundo. Después de la alimentación sigue el Partzuf del crecimiento hacia la edad adulta. Este Partzuf recibe el nombre de Luz de Jojmá, o Gadlut (Mojin) dentro del Kelim Biná AHP (Ozen, Hotem, Peh), Aviut Bet, Gimel, Dalet con la luz de Neshamá, Haya y Yehidá. Nadie de nosotros debe hacer algo más que evitar interferir en el trabajo del Creador en nosotros, sin importar lo que Él nos hace. Lo único que debemos hacer es no ir más allá del gobierno del Creador. Si la persona es capaz de hacer este esfuerzo, entonces se le llamará Ubar en la espiritualidad. En el estado de “Yeniká” (alimentación) una persona ya tiene la habilidad de pedir, esto es, establece un diálogo con el Creador. Después de dos años de “Yeniká” la persona necesita educación y puede ya recibir un poco de luz, Ohr Jojmá, que empieza con la luz de Neshamá. En el estado de “Katnut” el sistema entero de las relaciones espirituales entre el Creador y la Creación se construye de la misma manera que las relaciones entre una madre y el bebé en nuestro mundo. Todos los problemas que surgen en este último se pueden resolver desde el punto de vista del estado equivalente en el estado espiritual. El Creador manda intencionalmente obstáculos o problemas a una persona, para que ésta empiece a acercarse a Él haciendo esfuerzos específicos. Sin obstáculos y problemas en nuestras vidas, no tendríamos deseos y nunca seríamos capaces de avanzar. Si el alma de Adán no se hubiera roto, habría permanecido como una simple alma no corregida, y le hubiera sido muy difícil hacerlo. La corrección consiste en conectar una parte del alma a otra parte. Solamente después de esta conexión ambas se conectan al Creador. El trabajo consiste en corregir las relaciones de una persona con las circunstancias, o a aquello que recibe del Creador. El resultado de este tipo de trabajo es la unidad con el Creador y la justificación de todas las acciones del Creador. La completa unidad entre todos debe ser alcanzada dentro en un grupo de estudiantes. La gente empieza en el más pequeño de los estados posibles y construyen límites adecuados a su egoísmo. Es decir, crean límites que son adecuados para todos aquellos que lleguen al grupo, a fin de hacer posible el acercamiento mutuo y el logro de una sola meta. Nadie debe sufrir por estos límites; no deberán ser una prisión o una jaula. Todo lo contrario, los límites constantemente cambian para bien de acuerdo al estado interior de la persona que entra en ellos, y constantemente ayudan a todos a alcanzar la meta fijada. Entre más estrecha sea la conexión en el grupo, más razones habrá para que el grupo tenga conexión con el Creador.
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Cuando una persona empieza a avanzar en lo espiritual, pierde el deseo por ello. Para ser más preciso, crece su egoísmo o su deseo de recibir, y esto no lo puede soportar. En este caso, nada se puede hacer, sino transformar una vez más el egoísmo animal en egoísmo espiritual con la ayuda del estudio y trabajo dentro del grupo. Una persona tiene que analizar cada pensamiento que acude a ella y recordar que viene del Creador. Ha de estudiarlo y comprobar si se opone a la meta que aspira: ¿voy a permitir este pensamiento o iré en contra de él? En este caso, ¿es el Creador que me llama atrayéndome hacia Él, o quiere que tome conciencia rechazándome? Hay una diferencia entre las dos, pero de cualquier manera, en ambos casos quiere llevarme a Él.
Dos mundos: Nuestro mundo y el Mundo Espiritual Cuando estamos en este mundo y empezamos a estudiar el mundo espiritual, lo primero es aprender a construir nuestra actitud interna conforme este último, y después gradualmente aprenderemos la actitud externa. El Creador quiere que vivamos en este mundo según las leyes espirituales. Cuanto más capacitada esté una persona para salir de su “yo” hacia el exterior, más dispondrá de la habilidad para percibir lo espiritual y despreocuparse de su cuerpo, que es la causa de todos sus problemas. Por ejemplo, al estudiar el mundo de Atzilut, es posible tomarlo como modelo de cómo la sociedad debería estar estructurada en el nuestro. Al hacerlo, de inmediato nos influyen las fuerzas superiores. Nos protegen, nos cuidan, y nos dirigen dándole a cada persona la cantidad que es capaz de percibir con su Kelim sin corregir. Estos dos mundos, nuestro mundo y el espiritual, son paralelos. Las fuerzas espirituales y la luz descienden sobre nosotros desde Arriba. Sin embargo, no pueden revestirse en nuestro mundo, porque éste es antagónico a la espiritualidad, debido al deseo de recibir para su propio beneficio. Pero, si construimos aunque sea una pequeña sociedad que sea equivalente a las leyes del mundo espiritual, todas las fuerzas positivas de Arriba podrán revestirse en los miembros de esta sociedad, elevándolos a la altura del nivel espiritual de donde estas fuerzas descienden. Se nos pide que preparemos y construyamos seriamente los límites espirituales. Esto es lo mejor que una persona puede hacer para ella misma, para su familia, para la gente a su alrededor y el mundo entero. Gradualmente, todo el mundo podrá percibir algo que es más elevado, si se crea una pequeña sociedad en un mundo que viva bajo leyes espirituales de otorgamiento. Tenemos que desearlo intensamente y así recibiremos ayuda desde Arriba. El Creador creó el alma que tiene el deseo de recibir. La cantidad de estos deseos es 600,000. Si el alma está dividida en todas estas partes, entonces cada una de ellas es llamada el alma de una persona. ¿Cuál es la diferencia entre estas partes? La diferencia está en la cantidad y la calidad de los deseos. Uno fue creado de tal forma que aspira a un tipo de placer, mientras que otra persona aspira a otro. Hay diferentes deseos y diferentes placeres, pero la Luz Superior es sólo una. La diferencia está en nuestros deseos, que son diferentes en cada persona.
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Es imposible sustituir un deseo por otro. Así es que el alma común contiene todos los deseos que fueron creados por el Creador. Cada deseo es un tipo de Luz específica, y cada persona por separado percibe cada placer en una forma particular. Es más, no es capaz de sentir un tipo diferente de placer. Originalmente, fuimos creados diferentes de los demás conforme al tipo de deseo que tenemos y a la cantidad. No debemos quejarnos ante nadie de nada, porque así es como el Creador lo concibió. Por tanto, cada persona tiene su propio camino y sus propias encarnaciones en este mundo, hasta que finalmente lleguemos a la Meta de la Creación. De cualquier manera, hay un factor que nos une a todos. Y este es la meta colectiva de la Creación: corregir el deseo de recibir para nuestro propio beneficio, como fuimos creados, en un deseo de recibir para beneficio del Creador. Este deseo permite a cada persona unirse al Creador para formar una unidad, y conectarse con los demás a través de Él. Al lograrlo adquirimos un alma colectiva, eterna, infinita e inmensa, recibiendo dentro de ella el placer completo y perfecto. El Kli egoísta con el que fuimos creados es muy pequeño, y el placer que puede recibir es limitado en cantidad, duración y calidad. Perseguimos algo y sufrimos cuando no lo tenemos. Lo buscamos, y tan pronto como lo adquirimos perdemos interés en ello. Después, le sigue un nuevo sufrimiento y la búsqueda de un nuevo placer, y esto continúa hasta que finalmente llegamos al término de nuestra vida en este mundo sin haber satisfecho ni siquiera una parte de nuestros deseos. ¡Si tan sólo no hubiera diferencia de tiempo entre nuestro deseo y el placer que recibimos! Imaginemos: de repente quiero algo y lo recibo de inmediato. A esto se le llama perfección. Y desde luego, no sólo me refiero a alcanzar un pequeño deseo animal, sino más bien a alcanzar la percepción del placer sin límites que de inmediato llena cualquier deseo espiritual. Cada persona con su pequeño deseo egoísta, es capaz de cambiar su intención para “el bien del Creador” y así incrementar sus deseos, hacerlos eternos, y recibir un enorme placer sin límites. Este placer es igual al del alma colectiva unificada, es decir que será igual al Creador. En principio, cada alma tiene que estar conectada con todas las demás almas. Entonces, el deseo pequeño de cada alma crecerá hasta el tamaño del alma colectiva y recibirá en esa medida. El famoso dicho comunista “de cada persona según su habilidad y a cada persona según su necesidad”, viene de lo espiritual y es aplicable a ésta (el alma). La parte “Recibir de acuerdo a su necesidad”, depende del nivel espiritual de la persona o de su pantalla. Cuanto más quiera una persona recibir, más deseos necesita corregir. Su deseo de recibir para sí mismo no le permite recibir conforme a su necesidad, y lo limita. De hecho, si no se ha corregido aún, no le será posible otorgar de acuerdo a su capacidad. Solamente cambiando su intención de recepción a otorgamiento, es decir, penetrando en lo espiritual, una persona empieza a entender correctamente el significado de la frase “otorgar según su habilidad y recibir según su necesidad”. Cuando una persona comprende esto correctamente, decide de una vez por todas ser pleno totalmente, eterno y perfecto.
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Cuando alguien está en la espiritualidad, aprende a otorgar más y más y a recibir solamente lo mínimo que necesita para su vida. Cuando se une al Creador, se hace igual a Él, otorga todo sin recibir nada para sí mismo. Sin embargo, esta es precisamente la razón por la que se llena con todo. Finalmente, el otorgamiento se convierte en recompensa, y esta es la razón por la que este tipo de vida es eterna pues la Luz no tiene ya intermitencias y está constantemente dentro del Kli. Después de todo, la muerte ocurre cuando la Luz abandona el Kli.
Adquiriendo el Masaj Empezamos en un estado en el que estamos conectados a los placeres de este mundo, como dinero, posición social y familia; todo lo relacionado con el nivel animal y una pequeña parte relacionada con el humano. En este estado es imposible pecar u observar un mandamiento. Esta situación sólo ocurre en lo espiritual. Si la persona está preparada para restringir el uso de estos deseos, o de manera más precisa, para dirigir el uso de sus deseos en beneficio de la espiritualidad, entonces adquiere la habilidad de entrar en el primer nivel del mundo espiritual. La luz en este nivel es más intensa que en nuestro mundo. Una persona solicita un filtro para poder resistir el placer animal y recibirlo sólo por el bien del Creador. Cuando recibimos este filtro, corregimos hasta el primer nivel y avanzamos al segundo. Aquí se nos da un mayor deseo de recibir y también más luz. Al adquirir el Masaj con una fuerza anti-egoísta más grande, la persona también corrige el segundo nivel y asciende más alto. Consideremos la línea correspondiente a muestro mundo como “cero”. En este caso el primer incremento del deseo de recibir en el primer nivel espiritual será equivalente a egoísmo “–1” y por tanto, es necesario ascender ese peldaño hasta “+1”. La distancia entre “-1” y “+1” es equivalente al tamaño o la altura del Partzuf. Después recibimos el egoísmo “-2” que equivale a un mayor descenso. Para poder superarlo necesitamos el Masaj “+2”. Así es como ocurre el ascenso al segundo nivel. Y así sucesivamente. Cuanto más alto se asciende, mayor es la caída a superar, a fin de subir todavía más alto. Maljut del Mundo de Infinito recibió luz “por el bien del Creador” en el mundo de Nekudim, y como consecuencia se rompió. Con motivo de este rompimiento se entremezclaron todos los Kelim, altruistas y egoístas. En cada deseo egoísta se depositaron chispas de los atributos altruistas del Creador permitiendo que el deseo se corrija al lograr la espiritualidad. Mientras más grande sea la predestinación del individuo y más elevado sea los Kelim de su alma, mayores serán los descensos y los ascensos a los que se someterá. Por tanto, nunca podremos juzgar a otro por sus acciones, porque no sabemos qué correcciones está llevando a cabo al mismo tiempo. Imagina a la Tierra como el nivel egoísta. Estamos localizados en ella con el cielo arriba de donde baja la luz. Si esta no brilla sobre nosotros, no seremos capaces de despegarnos de la tierra. Así son nuestros atributos. Sin embargo, si la luz llega hasta nosotros, hablando figurativamente, nos despegaremos de la Tierra hacia la luz. La fuerza de la luz es igual a la altura de la elevación de una persona sobre la Tierra, es decir, sobre nuestros deseos egoístas “de recibir”. Tan pronto como la luz cesa de brillar sobre nosotros, inmediatamente caemos a la Tierra como si nunca hubiéramos ascendido. No poseemos ninguna fuerza positiva para poder ascender. Es solamente la luz del Creador la que nos eleva.
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Mientras más alto esté el mundo espiritual más grande será la distancia entre la caída y el ascenso. En el mundo de Atzilut, la caída puede casi llegar hasta el nivel de nuestro mundo. El gran cabalista Rabí Shimon, que estaba en el penúltimo nivel espiritual, de pronto sintió que era “el simple Shimon del mercado”. Esto significa que toda su sabiduría, atributos corregidos y alcance desaparecieron de repente y se volvió igual a un sencillo e ingenuo ignorante. Así es como el Libro del Zohar describe su estado. Esto nos ocurre a todos cuando empezamos nuestro ascenso espiritual. ¿Cómo podemos levantarnos de una caída? Debemos conectarnos al grupo aún cuando no sintamos el más mínimo deseo, efectuando acciones automáticamente. Algunas veces es imposible abrir un libro y leer, y a veces la única salida quizás sea dormir, esto es, desconectarnos de todo y dejar que el tiempo transcurra… La situación más perjudicial puede ser cuando uno se encuentra en el punto más alto de espiritualidad y empieza egoístamente a disfrutar sentirse bien, a salvo, en equilibrio, iluminado, placentero y eterno. Es precisamente en este momento, y por esta razón, por la que uno cae. En el tiempo que dura este estado es muy importante que continuamente pensemos que se nos otorgó para que conservemos nuestro pensamiento y nuestra intención “para bien del Creador”. Sin embargo, es imposible permanecer en él. La razón es que para poder avanzar es necesario caer. Aparte de descender, no hay otra manera de adquirir deseos de recibir adicionales que nos permitan ascender de nuevo. El Partzuf es nuestro estado moral interior en relación con otros, y es nuestro estado de desarrollo. Es imposible alcanzar la Luz sin antes desearla, el comprender el bien sin el mal. Por ejemplo, uno puede ascender 15 unidades y después caer en la siguiente, porque la persona ha visto sus atributos verdaderos de la peor manera. Al ascender nos ilumina una gran luz y contemplamos el contraste con los atributos del nivel más alto. Todos los niveles previos continúan viviendo en nosotros. Una persona es capaz de ver el mal cuando está en un estado espiritual más alto. Mientras más grande es la luz que brilla en una persona peor se ve a sí misma en relación con la Luz. Esta regla es aplicable hasta que alcanzamos al último nivel, o la corrección final. El Rabí Baruj Ashlag escribe en la carta a sus amigos y estudiantes (“Shamati Igrot” 2 - texto traducido en letra itálica): De acuerdo con el ARI y el comentario a TES, está dicho que durante Shefirat HaKelim (el rompimiento de las vasijas) en el mundo de Nekudim, Melej Daat que existía en el nivel de Keter había caído antes que todos los otros Malajim. Esto es debido a que aquello que inicialmente es lo más denso, pero que ha alcanzado el nivel más alto de corrección adquiriendo el Masaj, se considera lo peor y por esto cae más bajo que los otros Malajim en el momento del rompimiento de las vasijas perdiendo el Masaj. Esto puede ser explicado de la siguiente manera: las personas que siguen el camino del Creador tienen un doble deseo de recibir, desean lo material al igual que lo espiritual. Por lo tanto, personas cercanas a Baal HaSulam poseían un Masaj en su Aviut mientras estaban cerca de él. Sin embargo, ahora que el no está cerca de ellos porque se ha ido, ya no consideran necesario crear un Masaj. Su labor consiste en parecer “hombres santos”,”hombres justos”. Se han quedado con Aviut sin Masaj y han perdido todo lo que antes poseían. A medida que una persona se adentra en la espiritualidad debe estar alerta a esta clase de personas y alejarse de ellas. Escribí esto, de una manera concisa, porque no quiero que mis pensamientos
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se demoren con ellos. Sabemos que una persona se encuentra donde se encuentran sus pensamientos. Para poder entender mejor lo dicho anteriormente, les voy a dar un pequeño ejemplo. Es sabido que existe un estado intermedio entre dos niveles. Este estado incluye lo que es común para los dos niveles. Por ejemplo, el estado intermedio entre el inanimado y el vegetativo son los corales. Entre los niveles vegetativo y animal existen los llamados “Kelev Sade”. Estos animales cuyos ombligos están conectados a la tierra y se alimentan de ella. Entre los niveles animal y humano está el mono. ¿Cuál es el estado intermedio entre la verdad y falsedad? ¿Cuál es el estado que consiste de ambas nociones al mismo tiempo? Antes de que les explique esto, añadiré una regla más: es más fácil ver una cosa grande que una pequeña. Así es que, cuanto menor sea la falsedad, más difícil será ver la verdad. Esto es, ver hasta qué punto una persona está equivocada cuando parece que sigue el camino correcto. Hay una parte en esto que hace que la persona no vea toda la falsedad para no poder distinguir la verdad, a despecho de ella, o por culpa de ella. Si le preguntas a alguien en la calle que no tenga conexión a la Cabalá, te dirá que no hace nada malo y que no es diferente a los demás. Conforme a la percepción minimizada del mal dentro de uno mismo, una persona piensa que el camino que sigue es el correcto. Sin embargo, cuando la falsedad se va acumulando en uno, entonces, si lo deseamos, podemos tener la oportunidad de ver nuestro estado verdadero. Cuando vemos la falsedad completa, entendemos que hemos seguido enteramente el camino errado. Es entonces que podemos subir por el camino de la verdad. Cuando nos damos cuenta de que nuestro estado actual es insostenible e insoportable, llegamos al punto en que no toleramos el mal. Es cuando pedimos ayuda al Creador. Este punto, el punto de verdad que le muestra a una persona que está siguiendo un camino de falsedad, es la parte media o el contacto entre la verdad y la mentira. Marca el final de la falsedad, lo cual quiere decir que a partir de este momento la persona inicia el camino de la verdad. Ahora seremos capaces de entender lo que Baal HaSulam dijo: antes que lleguemos a “Lishmá” (por el bien del Creador) es necesario previamente llegar a “Lo Lishmá” (por tu propio bien) para ser tan grande como sea posible, y sólo entonces podremos ir a “Lishmá”. Conforme a lo antes mencionado, podemos decir que “Lo Lishmá” es la falsedad y “Lishmá” es la verdad. Cuando la falsedad es aún pequeña, lo que significa que aún hay algunas buenas obras, quiere decir que “Lo Lishmá” es aún pequeña y no permite a las personas ver la verdad. En este estado, la persona cree que está siguiendo el camino correcto de “Lishmá”. Sin embargo, cuando una persona estudia la Torá y los mandamientos día y noche, puede ver la verdad debido a que toda su falsedad se ha reunido en una sola mentira que lo ayuda a entender hasta que punto su camino es falso. En este caso la persona empieza a corregir sus actos, sabiendo que todas sus acciones anteriores fueron “Lo Lishmá”. Esto es precisamente el punto medio. Es el punto de partida para el camino a la verdad, es decir, “Lishmá” Y eso que tan sólo el día anterior esta persona consideraba que con su anterior comportamiento se dirigía a “Lishmá”. Así es como el estado de una persona y su camino cambia, cuando se incrementa su egoísmo así como su evaluación del mismo. El Creador está actuando en nosotros en cada circunstancia en la que nos encontremos, no importa si es buen o mal estado. No tenemos el poder para tomar
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decisiones y no decidimos nada. Solamente podemos organizar el camino de desarrollo, no cambiarlo. Si vemos este camino a través de los ojos de un egoísta entonces sentiremos temor. Sin embargo, si vemos el egoísmo desde afuera, dándonos cuenta que es un mal que tiene que ser aniquilado, de inmediato estaremos dispuestos a reemplazarlo por altruismo.
¿Cómo enfrentar el sufrimiento en la vida? Pareciera que ahora mismo tú y yo estamos sentados aquí con el grupo, y alguien allá afuera estuviera determinando nuestro destino. Sin embargo, no es así. Es cierto que no decidimos nada. Si podemos entender esto ahora y estamos dispuestos a sufrir para llegar al siguiente ascenso, quiere decir que nos hemos distanciado un poco del estado animal y estamos preparados para el espiritual. En este caso, lo recibiremos. Sin embargo, si no estamos listos todavía, no vendrá nada desde lo Alto. Firmemente espero que las Fuerzas Superiores nos protejan. Nunca sabemos cómo dar el siguiente paso. No sabemos lo que es el alma, lo que es el Creador, cuál es nuestra meta final, ni qué dirección tomar. Lo mismo se aplica a nuestras vidas. No sabemos cómo actuar ni lo que pasará mañana, sin importar cuánto nos esforcemos por dar seguridad a nuestra vida. Una persona debe percibir todos los obstáculos que se le presentan como una señal del siguiente paso. Tenemos que saber cómo actuar en cada caso en particular y cómo deshacernos de las dificultades en el estado presente. Si una persona trabaja en esta dirección, se está preparando para el próximo estado. Todas las cosas malas con las que nos topemos en nuestro camino, todos los sufrimientos y desgracias que padezcamos y que logremos percibir como parte integral de ascenso, nos preparan para el bien. El camino del progreso tiene dos componentes: el lado izquierdo y el lado derecho. El lado izquierdo son los deseos (Kelim) del siguiente nivel. Se manifiesta como obstáculos diversos, problemas y dificultades a los que nos tenemos que sobreponer y soportar a pesar de todo. Esto también constituye un paso hacia adelante, pero del lado contrario. El Creador nos envía estos estados para que podamos avanzar con su ayuda. Si la persona percibe absolutamente todo lo que le pasa como bueno, establece de inmediato una conexión con el Creador. La persona mantiene esta conexión mientras continúe recibiendo todas las dificultades que le llegan como una oportunidad para avanzar y para justificar todo, no importa lo difícil que sea. El Creador creó un deseo que nos permite percibir todo lo que nos rodea como bueno o malo, de acuerdo a la satisfacción de nuestro deseo. Si sufro, esto quiere decir que mi deseo de recibir no se ha llenado. Más correctamente, si mi deseo no se ha cumplido entonces sufro. Si siento placer, es porque mi deseo de recibir está satisfecho. ¿Cómo podemos alejarnos de nuestra dependencia a la satisfacción del deseo de recibir? ¿Cómo podemos hacer para que las cosas funcionen de tal forma que en cualquier estado -sin importar si nuestro deseo recibe placer o no– dejemos de sentir el vacío (o falta de placer) como sufrimiento? Esto es posible sólo con la ayuda de la intención o la orientación del placer. No se puede alterar o corregir el deseo. Es un atributo animal, es la naturaleza que fue
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creada por el Creador. Si una persona no comprueba que su deseo se dirige hacia la Meta de la Creación, y por el contrario, actúa conforme a lo que el deseo mismo le está diciendo, entonces todavía se vincula al nivel animal de desarrollo en lugar del nivel “humano”. Mientras una persona satisfaga todos sus deseos sin analizar sus motivaciones o su meta al recibir la plenitud, permanece como un animal, permanece debajo del Majsom, en nuestro mundo. Por otro lado, cuando una persona empieza a controlar y a ordenar sus deseos (en beneficio de quien los está llenando, con qué fin está recibiendo placer y por qué) y a hacerse diversas preguntas sobre la razón de su placer, entonces empieza a ser una persona. Entiende que hay una fuente de todos los placeres y, si este es el caso, entonces es posible demandar de su naturaleza algo para alcanzar la corrección. A partir de ahí, una persona toma los deseos que fueron creados por el Creador y, con la ayuda de la intención “por el bien del Creador”, los satisface transformándolos en una fuente de otorgamiento. ¿Por qué necesitamos el sufrimiento corporal? ¿Desaparece en cuanto empezamos a percibir sufrimiento espiritual, tal como la sensación de falta de amor hacia el Creador? Al final de su vida, Baal HaSulam soportó sufrimientos severos y la gente le preguntaba por qué no se libraba de ellos. Contestó que si las personas supieran todos los beneficios que esto trae consigo, aún cuando pudieran hacerlo, no huirían del sufrimiento. Nuestra alma necesita todo lo que experimentamos para ser usado por los Kelim y recibir la Luz… ¿Quiere decir que tenemos que pedir más enfermedades o golpes en la cabeza, para poder recibir más Luz? No. Una persona tiene que percibir todo como un medio de corregir los Kelim de su alma que aún no está corregida. Cada sufrimiento corresponde a la corrección de una parte específica del alma. Algunas veces la corrección ocurre gracias al estudio de la Cabalá. En otras ocasiones, cuando la gente cuida a los ancianos o a los niños. Diversas enfermedades y sufrimientos sirven también como corrección. Junto con el sufrimiento recibimos otros medios para acelerar la corrección, como pueden ser el progreso, la medicina y la ayuda mutua. En lo espiritual, la intención es acción. Nuestros actos solamente alteran nuestra actitud hacia las acciones del Creador y Su gobierno. No es casualidad que al trabajo espiritual de una persona se le llame “Avodat ha Shem” o “El trabajo del Creador”, porque es precisamente el Creador quien hace todo el trabajo, y nosotros sólo observamos Su trabajo y lo justificamos en la medida en que estemos corregidos. Si nuestra actitud es incorrecta, entonces no vemos nada. Sin embargo, si una persona es capaz de observar lo que le está pasando, sin identificarlo con él mismo, cruza el Majsom. En lo espiritual, el nombre “acción” se refiere a la mera dirección de su acción. Si una persona recibe la habilidad de ver junto con el sufrimiento el origen del mismo, empieza a tener conexión con la Fuente. Esta gente se vuelve religiosa, empieza a creen en el Creador, a rezarle y a agradecerle. ¿Cómo puede ser? ¿Una persona recibe algo malo y aún bendice a la Fuente? Ocurre porque cuando a una persona se le revela el Creador, recibe simultáneamente la habilidad para justificarlo. Si estamos de acuerdo con el hecho de que el Creador existe, entonces somos capaces de justificarlo. Los niveles de justificación del Creador, es decir, los grados en que una persona ve los actos del Creador como justos, se llaman “los niveles de los mundos”. Solamente puedo acercarme al Creador en la medida en que lo justifique. El Creador añade una
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percepción negativa al lado izquierdo o al lado egoísta, pero la persona es capaz de tomar fuerzas del lado derecho para justificar al lado izquierdo. Como resultado, asciende a un nivel más alto. Conforme a la naturaleza, nuestro cuerpo trabaja espontáneamente con el principio “máximo placer con el mínimo esfuerzo”. Este principio es percibido en todos los estratos. Sin estar conscientes de que lo estamos haciendo, constantemente realizamos nuestro deseo de recibir y sentimos placer. Naturalmente, nuestra intención corresponde a nuestro deseo. No controlamos si es bueno o malo, y no nos preguntamos por qué y para qué llevamos a cabo todos nuestros deseos. Hacer todo lo que deseamos es la base del egoísmo. ¿En dónde está el límite para atribuir intenciones a mis acciones? No hay límite. Si asciendo al mundo de Ein Sof (Infinito) voy a aplicar mi intención “para bien del Creador” hasta en la mínima acción de este mundo. De esta forma, revelo todas las acciones del Creador, de la más grande a la más pequeña. Una persona descubre constantemente crecientes deseos inferiores, deseos que ni siquiera sospechaba que tenía. Se le hace la revelación de estos deseos porque tiene la habilidad de aplicar la correcta intención en ellos, y así corregir su actitud o relación con los mismos. Si carece de la intención requerida, permanece como un animal. La presencia de la intención sobre una parte específica de los deseos transforma esa parte de “animal en una persona” a una de “persona en una persona”. Cuantas más intenciones de otorgamiento adquiera el individuo, mayor será la parte de sus deseos que se conviertan “en persona” o “humano”. Todos los niveles que suben desde nuestro mundo hasta el Creador son niveles de aumento de la intención “por el bien del Creador”. Un deseo no crece o se reduce por sí solo. Simplemente, no todos los deseos se revelan a una persona inmediatamente. Más bien, se van revelando en la medida en que va siendo capaz de hacer la corrección adecuada de ellos. El Creador sabe lo que una persona debe corregir en el acto. Las Reshimot son reminiscencias de los estados previos de una persona, o estados anteriores en los que el alma se revistió en su cuerpo. Gradualmente, una por una, las Reshimot se manifiestan o revelan a una persona, para que a partir de este momento haga el esfuerzo de crear la intención “por el bien del Creador” en ellos. La persona no debe pensar que necesita corregir algo de inmediato. Más bien, debe poner atención en lo que recibe desde Arriba. Me pidieron que comentara sobre la primera parte de “Introducción al Libro del Zohar”. El Libro del Zohar contiene lo anterior, pero tratemos de añadir algunas explicaciones. En esta introducción, quisiera aclarar asuntos que aparentemente son sencillos. Asuntos con los que todos tropiezan, y sobre los cuales se ha derramado mucha tinta al intentar esclarecerlos. Aún así, no hemos logrado un conocimiento de ellos suficiente y concreto. Y aquí están las preguntas: 1) 2)
¿Qué es nuestra esencia? ¿Cuál es nuestro papel en la larga cadena de la realidad de la cual somos tan sólo pequeños eslabones?
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3)
Al examinarnos a nosotros mismos, encontramos que somos tan corruptos y viles como es posible ser; pero cuando miramos al que nos concibió, no podemos menos que llenarnos de alabanza. ¿No resultaría lógico que de un trabajador perfecto resultasen solamente obras perfectas?
Somos creaciones y Él es el Creador. ¿Si Él es tan bueno y perfecto, entonces cómo pudo crear criaturas tan corruptas como nosotros? ¿Si el Creador es absolutamente perfecto, entonces cómo pudo concebir algo malo? Después de todo el pensamiento es igual a la acción. Y viceversa. ¿Quiere esto decir que Él es así? ¿Y qué es lo que constantemente recibimos de Él? De ninguna manera es posible hacer una correlación entre la bondad y los resultados manifiestos de su creación. 4) Nuestra mente nos dice que Él es totalmente benevolente –más allá de toda comparación. ¿Cómo, entonces, creó tantas criaturas que sufren y agonizan a través de sus vidas? ¿No es la naturaleza de la bondad otorgar, o al menos no lastimar? Según la Cabalá, primero debe existir un Kli o deseo, y esto significa sufrimiento. Después, debe venir la plenitud del deseo o placer. ¿Sin embargo, por qué primero hay reveses y sufrimiento, y después placer? ¿Debemos suponer que la perfección es así? 5) ¿Cómo es posible, que del Infinito –que no tiene principio ni fin– emanen criaturas finitas, mortales y transitorias? Para poder aclarar estas cuestiones, necesitamos hacer algunas investigaciones preliminares, salvo, Dios no lo permita, dónde está prohibido, es decir, sobre Su esencia, de la cual no tenemos concepto alguno, y de ahí que no pensemos en Él. Pero sí donde la investigación sea requerida, es decir, en el estudio de Sus obras, como la Torá nos dice: “Conoce al Dios de tu padre” y como dice en el poema de la unificación, “Por tus actos te conocemos”. Está prohibido investigar la esencia del Creador. Más precisamente, nuestro cerebro no es capaz de captarlo, por eso está prohibido. En Cabalá, “prohibido” significa “inalcanzable”. ¡En cambio, todo lo que podemos captar debemos querer captarlo! No sólo somos capaces, sino que tenemos la obligación de investigar y corregir todas las acciones del Creador hacia nosotros que nos son enviadas. De igual forma, tenemos que investigar y corregir nuestra actitud o relación con estas acciones. Pregunta No. 1: ¿Cómo podemos imaginar una nueva creación, es decir algo nuevo, que no sea parte de Él? ¿Cómo podemos entender el hecho que exista algo que no existía antes? Aprendemos que en un principio estaba el Creador. Después, con un solo pensamiento, El creó a la Creación. ¿Qué es la Creación? Es el deseo de recibir. El Creador es totalmente “otorgamiento” y no tiene este deseo. El creó el deseo de recibir de la nada. ¿Cómo se puede crear algo de la nada? ¿Cómo se pudo crear algo que no estaba antes presente bajo ninguna forma? Por ejemplo, el gas ya existía antes y no teníamos la capacidad de verlo. Bajo presión, el gas se transforma en un cuerpo sólido, que nuevamente puede convertirse en gas al calentarse. Sin embargo, la Creación no existía antes bajo ninguna forma, ni siquiera en pensamiento. El pensamiento surgió más adelante. ¿Cómo es posible?
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Es obvio para cualquier persona con buen entendimiento que no hay nada que no forme parte de Él… Si hay algo que previamente no estaba presente en el Creador, entonces, ¿cómo es que Él es perfecto? ¿Se vio obligado a crear algo que completara Su pensamiento? Aún la mente más primitiva es capaz de decir que no hay nada que no sea parte del Creador. Pregunta No. 2: Si desde Su aspecto de Todopoderoso, Él ciertamente puede crear existencia de la existencia, es decir algo nuevo que no esté en Él, entonces surge la pregunta, ¿Qué es esa realidad que se puede concebir como que no tiene lugar en Él y es completamente nueva? ¿Qué es lo que el Creador necesita tanto, que creó de la nada? Pregunta No. 3: Trata de lo que los cabalistas han dicho, sobre que el alma de un hombre es parte de Dios, de tal manera que no hay diferencia entre Él y el alma, pero que Él es la “totalidad” y el alma es una “parte”. Y lo han comparado a una roca que se ha tallado de la montaña. No hay diferencia entre la roca y la montaña, excepto que Él es “toda ella” y la roca es una “parte”. Así es que debemos decirnos a nosotros mismos: una piedra tallada de la montaña se saca de ella con un pico que se ha fabricado con ese fin, provocando la separación de la “parte” de “la totalidad”. ¿Pero, cómo te imaginas esto de Él, que separe una parte de su esencia, que va a estar apartada de Él, es decir, un alma, de algo que sólo se puede concebir como parte de Su esencia? Pregunta No. 4: Ya que la carroza del Lado Maligno y las cáscaras (Klipot) se encuentran en el otro extremo de Su Santidad, no pudiéndose concebir nada más opuesto, ¿cómo es que se extrae y se forma de la Santidad, y mucho menos que siga siendo sostenido? Existen fuerzas que son completamente opuestas al Creador en su esencia. Odian la santidad del Creador y están en guerra con Él. ¿Cómo pudo el Creador haber creado un adversario tan terrible? Y lo más difícil de entender es el hecho que, además, el Creador cuida a su enemigo y su existencia, y constantemente le da la luz de vida. Esto no puede ser comprendido por ninguna mente. Tan eterno y perfecto, el Creador genera algo que es vil, defectuoso, y absolutamente contrario a la perfección. ¿Quiere decir que Él lo necesita? Pregunta No. 5: El asunto de la resurrección de los muertos: debido a que el cuerpo es tan despreciable, que en el momento del nacimiento ya está condenado a perecer y ser enterrado. Aún más, el Zohar dijo que antes de que el cuerpo se pudra enteramente, el alma no puede ascender a su lugar en el Cielo, mientras haya despojos de él. Por lo tanto, ¿por qué debe regresar y elevarse en la resurrección de los muertos? ¿No puede el Creador deleitar a las almas sin un cuerpo? Lo que es más desconcertante es lo que nuestros sabios dijeron, que los muertos van a levantarse con sus defectos, para que no se les confunda con otros, y después Él va a curar sus faltas. ¿Debemos comprender por qué a Dios le preocupa que no se confundan unos con otros, para poder recrearlos y después sanarlos? Pregunta No. 6: Con respecto a lo que nuestros sabios dijeron, acerca de que el hombre es el centro de la realidad, de que los mundos superiores y este mundo corporal, y todo lo referente a ellos, no fueron creados sino para él, lo que obligó al
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hombre a creer que el mundo fue creado para él. En apariencia es difícil comprender que para este pequeño humano, que no capta más que un fragmento de la realidad de este mundo, mucho menos los mundos superiores, cuya altura es inconmensurable, se haya molestado el Creador en crear todo esto. ¿Y también, para qué quiere el hombre todo esto? ¿Cuándo y con qué propósito una persona podría utilizar toda esta grandeza inalcanzable? No sabemos nada de nosotros mismos, de nuestras vidas, de lo que está alrededor nuestro, ni de las generaciones que nos precedieron ni de las que vendrán después de nosotros. Todo esto está oculto para nosotros y seguimos viviendo como antes. Además, aquí se nos obliga a alcanzar, y a conocer el universo completo que nos espera… Para poder entender todas estas dudas y preguntas, la solución está en empezar mirando el final, esto es, la Meta de la Creación. Nada se puede comprender en la mitad del proceso, sino sólo en su eclosión. Y está claro que no hay una acción sin un propósito porque sólo un demente actúa sin sentido. Sé que hay aquellos que llevan sobre sus espaldas la carga de la Torá y los Mitzvot (mandamientos), diciendo que el Creador creó la realidad y luego la abandonó; que debido a lo despreciable de las criaturas no es apropiado que el Creador siendo tan excelso se ocupe de nimiedades. Ciertamente, han hablado sin conocimiento, porque no es posible comentar sobre nuestra insignificancia y bajeza, antes que dilucidar si nos hemos creado a nosotros mismos con toda nuestra empañada naturaleza. Realmente no percibimos la mano del Creador en nuestras vidas. Está oculto de nosotros. Nos creó y aparentemente nos ha dejado a merced de nuestro destino. Todo nuestro problema radica en el hecho que no podemos ver el resultado del Pensamiento de la Creación hasta que corrijamos nuestros Kelim. Es decir, hasta que reemplacemos nuestro deseo de recibir por su contrario, el deseo de otorgamiento.
El reconocimiento de la maldad No es suficiente para nosotros amar al Creador y desear alcanzar la unión con Él. Debemos también odiar nuestra maldad y nuestra naturaleza, que es el deseo de auto-gratificación del cual la persona es incapaz de deshacerse por sí misma. Este reconocimiento de la maldad ocurre cuando una persona observa el estado en que se encuentra, ve toda su maldad, constantemente sufre por ello, entiende todo lo que está perdiendo, y se da cuenta que no puede eliminarla por sí misma. Al mismo tiempo, la persona no acepta la postura en que se encuentra. Está consciente de todas las pérdidas que la maldad le ocasiona y de igual forma reconoce la verdad, es decir, el hecho de que solo no podrá encontrar las fuerzas interiores que le permitan librarse de la maldad. La razón es que este atributo fue introducido del lado del Creador, por medio de las fuerzas de la naturaleza. Para poder salir de nuestro mundo y entrar al mundo espiritual, se necesita llenar algunas condiciones relativas a las percepciones. En primer lugar, tiene que sentir que el estado en que se encuentra es insoportable e intolerable. Llega a experimentar estas sensaciones cuando, aunque sea ligeramente, percibe lo que es la espiritualidad; cuando observa que es contraria a su propia naturaleza y que todo en lo espiritual es bueno, es placer infinito, paz, perfección y eternidad. Además, debe percatarse que es la fuerza que lo está atrayendo hacia ella. Por el otro lado, en este mundo existe una segunda fuerza. Esta fuerza nos aleja del estado que cada vez es más y más insoportable y odioso. Cuando estas dos fuerzas alcanzan su máxima presión (es decir, la fuerza espiritual que atrae y la fuerza que aleja a la persona dentro de su estado actual) y simultáneamente comprende que no le es posible librarse de su propia
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maldad; cuando estas tres condiciones se cumplen, ocurre una explosión interna en la persona, y el Creador la salva. Está al alcance de una persona el poder detestar su maldad. Si lo hace, el Creador lo va a liberar de ella. El Creador salvaguarda a las almas, y Su protección consiste en salvarlas del yugo de la maldad. Cuando una persona tiene aunque sea una frágil conexión con el Creador, es muy afortunada. Todos los estados espirituales por los que atraviesa una persona no desaparecen. Más bien, continúan existiendo a su manera. Siempre es posible regresar a ellos, para corregirlos lo más posible, utilizarlos para seguir avanzando. Debido a que el Creador es el Otorgante, las criaturas deben intentar desear lo mismo y viceversa, ya que al Creador le disgusta ser el que recibe. Él es originalmente perfecto y no necesita nada. Así es que, las criaturas también deben aborrecer recibir para ellas mismas. Su aversión a la maldad debe orientarse a una meta, ya que todo lo negativo proviene de ella. La única forma de corregir la maldad y ponerse bajo el gobierno de la santidad del Creador es con la ayuda de la aversión. Si alguien experimenta un estado de insatisfacción, indiferencia, y siente que algo anda mal, quiere decir que ya se está conectando con el siguiente nivel, pero aún no lo corrige. Cualquier estado empieza con oscuridad. El día de 24 horas empieza al atardecer. Se empieza con Kelim o deseos de recibir y después los corregimos para recibir la Luz en ellos. Así es que, con cada nueva percepción de “maldad”, la persona debe sentirse feliz pues el siguiente paso será la recepción de la Luz. El avanzar nunca ocurre sin estos elementos. Lo único que permite al individuo alcanzar la línea de en medio es la presencia de dos estados contrarios. En el libro “Pri Jajam”, Baal HaSulam define este movimiento como “Neshamá” (respiro). ¿Cómo respiramos? Primero, se preparan los pulmones al vaciarlos. Luego una cierta cantidad de aire penetra dentro de ellos. Siempre en cualquier situación, primero debe haber una carencia que posteriormente pueda llenarse. No existe una sola criatura en el mundo que no tenga la chispa Divina. Los estados inanimado, vegetativo y animal no experimentan cambios de ánimo. Cada persona tiene que alcanzar la unión con el Creador. Este largo camino empezó hace miles de años y todas las almas continúan por esta senda durante sus muchas encarnaciones, conforme al Pensamiento de la Creación ya predeterminado. Dentro de esta computadora gigante que es la Creación, nada sucede sin una causa que lo preceda. Todo está interconectado entre sí mediante hilos invisibles. Se trata de un organismo vivo enorme, y la mínima transformación en alguna de sus partes provoca que todo cambie. Todos deben llegar a la Meta Final de la Creación, o la corrección final. Junto con el individuo, los niveles animal, vegetativo e inanimado también llegarán a este plano. Existe un tiempo para cada persona, así como una condición y un lugar donde debe estar. Es precisamente el estar en ese lugar, sin entender por qué se sitúa ahí, tomando ciertas decisiones y acciones, que ella se acerca más a la Meta de la Creación de una manera natural. ¿Por qué algunas personas llegan a la Cabalá? Es muy sencillo. Porque ya han tenido suficientes experiencias en su vida y sufrimientos para poder comprender y preguntar: ¿Quién soy yo y cuál es el sentido de mi vida? Este tipo de preguntas no provienen de alguien que ha llevado una vida normal. Nadie se pregunta por qué se siente bien, pues piensa que se lo merece. Sin embargo, cuando uno sufre, no entiende por qué le ha tocado esa suerte en la vida y constantemente se cuestiona. Pero, lo que necesitamos no es que el sufrimiento nos empuje, sino tratar de impulsarnos hacia el Creador. No hay diferencia entre el sufrimiento en nuestro mundo y el sufrimiento espiritual. Se trata de métodos mediante los cuales el Creador nos gobierna. Si alguien es capaz de transformar su sufrimiento corporal en espiritual, corrige parte de sus Kelim (vasijas) y esa parte se torna equivalente al Creador. De esta manera acelera el avance en su camino. Sin embargo, si no le
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es posible hacerlo, avanzará (en relación a la corrección) por la vía y velocidad naturales. La enfermedad que aflige a un cabalista, lo hace sufrir físicamente. Pero como el cuerpo no puede entrar en la espiritualidad, sólo las percepciones internas pueden volverse espirituales y corregirse, lo cual despierta a la persona. Mientras tanto, el cuerpo continúa sufriendo. Cuando un individuo constantemente asciende con su alma, su cuerpo va descendiendo más y más. ¿Dónde está la correlación? No existe. El cuerpo no puede ser espiritual. La espiritualidad es la elevación interior del alma y no se relaciona con la parte externa de nuestro cuerpo biológico que tiene que morir y ser enterrado en la tierra. Esa es su corrección. Sin embargo, uno recibe un nuevo cuerpo de la misma manera que si se cambiara de camisa. Un alma como la de Rabí Shimon, el Arí, y Ashlag, ya ha sido corregida, y baja a este mundo para corregirlo. Sufre porque absorbe el sufrimiento del mundo entero, pero no necesita venir por su propio bien. Las almas se fusionan, se mezclan entre ellas, para poder ayudar al resto. Tenemos que aceptar el sufrimiento corporal como una llamada hacia la espiritualidad y una conexión con el Creador. Si una persona escucha este llamado, entonces su sufrimiento atraviesa por la corrección y disminuye. Una persona que entra en la espiritualidad mira todo lo que el Creador le permite ver. Sin embargo, el cabalista quiere mirar aquello que lo ayude a avanzar. Todo lo demás no tiene importancia para él. De otra manera no es espiritualidad. Percibe cada nuevo estado como un trampolín para elevarse más. Así es que de cada nivel en que se encuentre, toma lo más positivo y necesario para pasar al siguiente nivel. La “Introducción al Talmud Esser Sefirot” habla de cuatro niveles: Maljut, Zeir Anpin, Biná y Jojmá. Son los niveles para alcanzar al Creador (Keter). Cuando un individuo logra llegar hasta el Creador, Él le muestra todo lo que le hizo en el transcurso de toda su historia al descender su alma a este mundo. El individuo ve cómo el Creador lo trató en cada etapa, cómo desapareció la Luz y el sufrimiento que tuvo que soportar, y recibe la respuesta de por qué tuvo que ocurrir así. Sólo entonces puede comprender que el Creador siempre lo ha tratado bien y sin artificios. El individuo lo había percibido todo como malo debido a que sus órganos de percepción no estaban corregidos y le hicieron sentir el trato bondadoso del Creador en forma negativa. Todo lo que la persona ve ahora le inspira un sentimiento de amor para el Creador. Por lo tanto, debe discernir todo lo que le ha sucedido con sus Kelim ya corregidos. Durante la siguiente y fase final, el Creador le muestra a la persona Su relación con todas las almas en el curso de todas las generaciones y descensos en el mundo. Aquí uno ve cuán benevolente ha sido el Creador y cómo continúa siéndolo con todas Sus criaturas. El resultado de esta observación es un amor eterno e infinito hacia el Creador. Lo único que un individuo no puede percibir es la forma en que cada quien llegará al Creador. Es decir, si cada uno lo logrará por sus propios medios (naturales) o con la ayuda del Creador, así como el momento en que lo hará. La cantidad y calidad correcta del deseo se ha implantado en la persona desde el principio. Sólo se necesita aprender a usarla con las intenciones correctas, ya sea haciendo uso de todos los deseos para satisfacción propia y obteniendo el máximo placer con el mínimo esfuerzo, o queriendo complacer al Creador con el mayor placer recibido. Una persona por sí misma es incapaz de cambiar su intención. Sólo el Creador mismo puede hacerlo. Si al servirme de todos los deseos la intención “para mí mismo” provoca el odio hacia mi egoísmo, significa que he llegado al reconocimiento de la maldad que existe dentro de mí. La respuesta del Creador a este estado es transformar mi intención a “por el bien del Creador”. El paso de “Lo Lishmá” a “Lishmá” significa que se ha cruzado la barrera (Majsom) entre nuestro mundo y el espiritual. A este estado se llama “nacimiento”, “adquisición de una pantalla”, o “cruzar el Yam Sof” que separa a Egipto de Eretz Israel. Sólo de una fuente se puede adquirir la espiritualidad, del Creador.
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La entrada a la espiritualidad sólo cambia la intención. El deseo de recibir no disminuye, sino que va en aumento en cada nivel espiritual. Sin embargo, ¿no hemos dicho antes que todo ha sido creado y no hay nada nuevo? ¡Esto es verdad! Sencillamente, antes de ingresar a la espiritualidad se me había mostrado una pieza insignificante de mis deseos. Ahora, en cada nivel espiritual, se me van revelando más y más deseos. Cada vez, nuevos y mayores deseos egoístas aparecen frente a mí en la medida en que voy siendo capaz de corregir mi intención dentro de ellos. Si una persona percibe su propio mal, puede estar orgulloso de ello. Después de todo, quiere decir que ha llegado a merecer la revelación de su maldad. Cuando uno se encuentra en un buen estado, se tiene que preparar para el mal estado que viene. En el transcurso del estado malo, lo importante es la intención o la percepción interior de una persona. Se debe conectar a la meta final de lo que está sucediendo, al resultado último o a Aquel que lo puso en este estado y al propósito por el que se le dio. Debemos tener en cuenta que el egoísmo es igual al Creador en tamaño, y que es opuesto a Él. En cada nivel, el egoísmo se torna más agresivo. No se puede hablar con otra persona de los estados de tu corazón. Esto está prohibido, ya que la persona a la que le platicas se encuentra en un estado parecido al tuyo y no te puede ayudar. Sólo le vas a agregar tu estado imperfecto. Puedes hablar con el Rav o el maestro, pero es mejor hablar con el Creador. Para poder entrar a la espiritualidad, se debe ejercitar el control de todos los pensamientos en este mundo, darse cuenta de su maldad y que por su causa no podemos entrar en la espiritualidad. Debemos sufrir al ver cuán contraria es nuestra esencia a la esencia del Creador y odiar dicha oposición con todas las fuerzas. En este momento se nos va a revelar la espiritualidad. Darse cuenta de la propia maldad no es simplemente sentir mal humor por la ausencia de algo en determinado momento. Estar conscientes de la maldad quiere decir percibir al Creador, y junto a Él, darnos cuenta de lo opuesta que es nuestra naturaleza; del cien por ciento de nuestro egoísmo comparado con el cien por ciento de otorgamiento del Creador; percibir completamente lo insoportable que resulta este estado, así como el deseo de corregirlo. Del Majsom en adelante, durante el ascenso a lo largo de los niveles espirituales, se percibe ya al Creador. En cada nivel la persona debe corregir su relación con Él, o su intención. En ese plano se trabaja en la toma de conciencia de la maldad o Klipot en comparación con la Luz, así como corregir los “Kelim de Cabalá” a “Kelim de Ashpaá”.
Justificando los actos del Creador En la Cabalá, al individuo se le nombra conforme a su deseo de recibir. Por ejemplo, si alguien quiere alcanzar al Creador, sentirlo, vincularse a Él, se le llama “Israel”. Es así aunque esté empezando su camino, no haya percibido al Creador, y no tenga ni la menor idea hacia donde va o los logros que puede alcanzar. Sin embargo, el deseo de una persona lo determina todo. Por lo tanto, a aquel que hace la voluntad del Creador, se le dice cabalista; al cabalista que logra un cierto grado espiritual se le llama “El que alcanza” (Baal Asagá). El individuo se da cuenta gradualmente que no hay nadie aparte del Creador. La esposa, los hijos, los parientes, el trabajo, y los amigos – todos no son sino el Creador, detrás de todas estas formas. La revelación del Creador a un ser humano se le dice “Alcance” (Asagá). A medida que la persona vaya penetrando en esta comprensión, irá creciendo el grado de su Alcance, hasta la última revelación de que absolutamente todo a su alrededor no es nada sino el Creador. Y más profunda será la revelación cuando vea que todos sus deseos interiores, pensamientos, sensaciones e impulsos son también el Creador. ¿Así es que dónde está el ser humano? Cuando el individuo llega al fin, a la conclusión de que no hay nadie aparte del Creador y lo siente en su interior se le llama ser humano. Esta sensación, en particular, es lo
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que lo constituye en un ser humano. A la revelación de esta sensación se le dice “adhesión al Creador”. ¿Cuál es la diferencia entre comprensión y sensación? El hombre es creado como un ser sensitivo: sentimos, no pensamos. Nuestra mente se desarrolla de manera que pueda captar y entender lo que sentimos. Por ejemplo observa a un niño. Sus deseos son pequeños y también el grado de desarrollo de su mente. Lo mismo pasa con una persona que vive en la selva: utiliza la mente conforme lo que necesita para obtener lo deseado. Entre mayores son los deseos del hombre, más astuto se vuelve, ya que debe determinar cómo obtener lo que quiere. La mente es el fruto del desarrollo de nuestros deseos. Para realizarlos se nos ocurren toda clase de cosas. Un deseo intenso es la llave para desarrollar la mente. No deberíamos preocuparnos por mejorar la mente: más bien deberíamos incrementar los deseos. Un estudiante de Cabalá no tiene que ser inteligente, lo único que necesita es desear y sentir lo deseado. No se puede ver el mundo espiritual con la mente, sólo se puede sentir con el alma. Una persona tiene que hacer suyo el sufrimiento del mundo entero, tiene que tener conciencia del dolor, sumergirse en él, para que más tarde pueda recibir la Luz destinada al mundo entero en su Kelim corregidos. Cuando nos enteramos de la congoja de alguien más, no debemos preocuparnos por padecerla, D’s no lo permita. Más bien debemos en todo momento lamentar que esas personas aún no hayan comprendido que el sufrimiento es una revelación del Creador, debido a que sus Kelim aún no han sido corregidos. La gente malinterpreta el gobierno del Creador sobre sus criaturas. ¿Tenemos que justificar al Creador cuando nos sentimos mal? A la Cabalá se le llama La ciencia de la verdad. Esto quiere decir, que quien estudie Cabalá, tendrá una sensación de la verdad más aguda. No puede engañarse a sí mismo frente al Creador. Descubre que la verdad es lo que siente en su corazón. El hecho que una persona se sienta mal es señal que culpa al Creador por ello. Sentirse bien es en esencia gratitud al Creador. Nos comunicamos con el Creador con nuestro corazón, las palabras son inútiles. Por eso es que para poder justificar al Creador, me tengo que sentir bien todo el tiempo. Cuando escuchamos que el asesinato, la guerra, la violencia y el terrorismo afligen al mundo, tenemos que trabajar para poder percibir que es lo mejor que puede pasar en nuestro mundo; ya que estas situaciones sólo le parecen nefastas a las almas no corregidas. Así es que, no tenemos otra elección más que la de elevarnos espiritualmente, corregir nuestros Kelim para poder percibir como buenas todas las desgracias que escuchamos o presenciamos. Sólo una cosa tiene que preocuparnos: la corrección de nuestros Kelim y ascender al nivel de donde emana el placer espiritual. Desde ahí podremos contemplar cuán bueno es para nosotros y para el mundo en general. Una persona que sube la escalera al primer mundo espiritual, el mundo de Assiyá, llamado a su vez “maldad total”, todavía percibe los sucesos como funestos. Por lo tanto, se dice que es “un trasgresor”. Después, al entrar al mundo de Yetzirá, al que se le llama “mitad malo y mitad bueno”, ve los eventos algunas veces como buenos y algunas como malos, como si existiera entre los dos, y no supiera cómo evaluarlos. El mundo de Beriá recibe el nombre de “casi bueno”: una persona que va corrigiendo sus Kelim se eleva al mundo de Beriá y va sintiendo cada vez más que el Creador desea el bien. Al que existe en el mundo de Beriá se le llama “no totalmente justo”. Y cuando alguien se eleva al mundo de Atzilut, que es “completamente bueno”, ve solamente el bien sin el mínimo indicio de maldad. Es por eso que una persona que ha llegado al mundo de Atzilut es “justa”. El sistema está hecho de tal forma que el sufrimiento obliga al individuo a elevarse más y más. En cualquier estado que nos encontremos nuestras sensaciones son nuestra actitud hacia el Creador. Hasta que una persona alcance los grados más altos, su actitud hacia el Creador no puede ser enteramente buena. Es incapaz de justificar plenamente al Creador. Esto solamente ocurre en el mundo de Atzilut.
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Por un lado, el individuo no debe permanecer en un mal estado, debe intentar salir de él. Por el otro, tiene que analizarlo e intentar pasar a uno mejor. Sin embargo, el problema es que uno no puede evaluar la situación en que se encuentra. Únicamente cuando se alcanza el siguiente grado, y se tiene la certeza que ya se encuentra en otro estado, se puede controlar y analizar la situación anterior. Por ejemplo, un niño de diez años que se ha enojado con sus padres porque no le compraron una bicicleta, no puede evaluar su estado correctamente. ¿Puede entender otra cosa que no sea su propio resentimiento? Pero después, siendo adulto puede evaluar correctamente lo sucedido años atrás. Lo más importante es tratar de salir del estado en que uno culpa al Creador y entrar a un estado mejor, diferente. Ya hemos dicho que el Creador creó al mundo para deleitar a sus criaturas. Lo anterior no quiere decir que el Creador quiere ahora complacernos por los sufrimientos pasados. El Creador no calcula y actúa de esta manera, sin importar el sufrimiento que haya tenido que padecer antes una persona. El sufrimiento nunca nos acerca al bien. La humanidad podrá sufrir por miles de años, la magnitud del sufrimiento sólo nos despierta para la corrección; el sufrimiento por sí mismo nunca corrige. Así dice en el “Prefacio al Libro del Zohar”: “…Y es aquí donde debemos ubicar nuestra mente y corazón, porque es el último objetivo del acto de la creación del mundo. Y debemos tener presente que, puesto que el pensamiento de la Creación es otorgar a sus criaturas, tuvo que crear en las almas un gran deseo de recibir todo aquello que Él pensó dar. La medida de cada placer y deleite depende de la medida del deseo de recibirlo: entre más grande sea el deseo de recibir, mayor será el placer, y entre más pequeño el deseo, menor será el placer al recibirlo. Así pues el Pensamiento de la Creación misma, determina la creación de un excesivo deseo de recibir, que se ajuste al inmenso placer que el Altísimo pensó en otorgar a las almas, pues el gran placer y el gran deseo deben ir de la mano”. Si tengo poco apetito, el deleite que me proporcione la comida será igualmente pequeño. Pero si estoy muy hambriento, la comida me dará un inmenso placer. Por esta razón, el Creador, cuyo anhelo es darnos un intenso placer, creó para nosotros de conformidad con este deleite, un deseo de recibir igualmente fuerte. Pero, por el otro lado, sufrimos en gran medida, al desear apasionadamente sin tener la menor oportunidad de llenar nuestras necesidades. ¿Cómo podemos incrementar nuestro deseo por la espiritualidad? Es una pregunta muy difícil. Hasta que crucemos el Majsom no podremos percibirla. Sólo llegan a deleitarnos los placeres mundanos. Es por eso que cuando empiezo a advertirlo, me doy cuenta que todo es maldad. Me siento muy mal. Además, la distancia entre Él y yo crece. Acostumbraba a pensar que no era tan corrupto, ¿quiere decir que estaba más cerca del Creador? ¿Y ahora que me siento mal, el Creador me está rechazando? ¡Todo lo contrario! ¡El Creador me está atrayendo! Nuestro progreso se va dando cuando nos sentimos mal. Mientras somos egoístas y nuestros Kelim aún no están corregidos, eventos en apariencia desagradables nos dirigen hacia el camino correcto más rápido de lo que lo haría algo placentero y bueno, ya que por regla general estas cosas nos corrompen. Sufrir por el egoísmo quiere decir que se le odia, dándonos cuenta que éste existe dentro nosotros. Esa comprensión nos hace rechazar el objeto del sufrimiento (el egoísmo), poniéndonos de buen humor y anhelando estar cerca del Creador. El individuo comprende que no puede resistir la tentación; aunque la conozca de antemano, de cualquier manera sale a su encuentro. Ya sea, viendo que viene por su camino, no hace nada para evitarla, sino que se queda quieto y espera. Todo esto se le atribuye a la corrección. Somos incapaces de hacer algo por nosotros mismos. Lo único que podemos hacer es ir aprendiendo de nuestros errores, cada equivocación que cometemos en cada fase de nuestro camino. Algunas veces le parece que puede salir adelante en alguna situación en la vida, sin embargo, instantes después le queda claro que no puede ni siquiera levantar un dedo.
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La trasgresión, el pecado no existen. Una persona debe pasar a través de estos estados para darse cuenta de su naturaleza que fue determinada por el Creador, y sienta la necesidad de corregirse. Si esta es la actitud que mantiene hacia todos los eventos en su vida, esta tomando pasos hacia la corrección. Vean, por ejemplo, la caída de Adam. El Creador creó un alma con una pantalla contra el egoísmo. Después, Él llenó el alma con un placer que excedía el poder de la pantalla. Naturalmente, el alma no fue capaz de resistir el placer, lo tomó, y cometió el “pecado”, que es la recepción para uno mismo. El alma consiste en diez Sefirot, divididas en unas internas y otras externas. A la parte corregida se le dice “interior”; a la parte que aún no se ha corregido se le nombra “exterior”. La Luz que llena la parte interna del alma nos da la sensación del “yo”. La parte externa sin corregir nos da una sensación del mundo que nos rodea. De ahí la apariencia ilusoria de que algo existe a nuestro alrededor. En realidad, cualquier cosa que me circunda se encuentra dentro de mí. La realidad ilusoria en torno a nosotros la crea nuestros Kelim no corregidos, y aquel que entra a la espiritualidad empieza a apreciarlo de inmediato. ¿Cuándo desarrollamos una necesidad por el Creador? Esta necesidad por el Creador la desarrollamos cuando Él mismo nos manda toda clase de sufrimientos, y nos hace ver simultáneamente que Él está detrás de todos ellos. Ahí es cuando nos volvemos al Creador para pedirle ayuda. En nuestro estado, todo el sufrimiento se concentra en un punto en el corazón, en donde sentimos oscuridad. El contacto con el Creador empieza precisamente en este punto negro. Hasta que la persona cruza el Majsom, siempre tendrá preguntas. Desde luego, aunque estas preguntas las haga siempre la misma persona, tendrá nuevos Kelim y un nuevo discernimiento. Nada se revierte, todo se mueve solamente hacia adelante. El individuo tiene que pasar por todos estos estados, experimentar.
Sintiéndose bien o mal Por lo que estamos pasando es similar a la experiencia de hacer estudios que incluyen entrenamiento práctico. Algunas veces, el mundo que nos rodea nos parece tan lúgubre que vemos la situación como si fuera el fin del mundo y no hubiera salida. Pero, después, con entrenamiento y estudio, nos damos cuenta que no es así. Estos sucesos son ejercicios muy precisos y correctos que recibimos desde Arriba. Sólo somos capaces de comprenderlo más adelante. Sólo una vez pasados los acontecimientos podemos reconocer cuan necesarios fueron en la fase en que estábamos antes de la corrección. Por esta razón, tenemos que sobrellevar nuestro camino, en todo momento conservar la meta de nuestro progreso en mente, y no perder la cabeza. Si se coloca a alguien en la circunstancia en que ve que está a punto de lanzarse al fuego, no es capaz de hacer nada al respecto; le ocurre para mostrarle que no tiene dominio sobre nada. No se pueden eludir o evitar estos estados. Sin embargo, se pueden abreviar para que pasen más rápido y con menos dolor. Uno tiene que conectarse inmediatamente al grupo, a los amigos y al trabajo en común. También se puede estudiar más, leer más, y hacer todo lo posible para acortar estos estados. Un individuo está comprometido en el trabajo interior. ¿Cómo reacciona a su medio ambiente? ¿Los demás le comprenden? A veces, los eventos que pasan en el empleo o en la casa nos vuelven hostiles hacia lo que percibimos como la fuente de peleas y problemas. Culpamos al jefe, a los colegas de trabajo, esposa, niños por
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todo lo que sucede. Nos ponemos nerviosos o enojados; creemos que todo ha terminado. Después, comprendemos que todo llega desde Arriba para que experimentemos una serie de sensaciones y las superemos. Vemos que fuimos nosotros quienes exageramos y percibimos lo que sucedió como la cosa más grave de nuestra vida. Ahora, todo ha terminado. Sin embargo, conforme pasa el tiempo, esto sucede una y otra vez. Cuanto antes escapemos de estas situaciones y volvamos al grupo y los libros, mejor será para nosotros. Lo peor que nos puede suceder es quedarnos en esta condición, persistir en ella, y tener que experimentarla en repetidas ocasiones. Cuando una persona se siente bien, tiene que recordar que tuvo malos momentos en su vida, y relacionarlo como causa y efecto: bueno-malo o malo-bueno. Esto lleva a la persona más cerca de la eternidad y la perfección. En todo lo que ocurre ves las dos caras de la moneda, dándote cuenta de que una no puede suceder sin la otra. Y tienes que aceptar lo que pasa tal como es. Cuando se procede así, el mal se percibe como bien. Entonces el mal no tendrá otro remedio que ser considerado como bien, ya que lo vemos como oscuridad solamente en nuestras sensaciones no corregidas (Kelim). En las sensaciones corregidas (intención “por el bien del Creador”), percibiríamos tanto al bien (la Luz) y al mal (la oscuridad) como Luz. Hasta que el individuo empieza a sufrir a causa de sus atributos naturales (orgullo, pasión por el dinero, poder, placeres corporales), hasta que se siente avergonzado por ellos, hasta que ve en ellos un obstáculo en su camino espiritual, estos atributos no se pueden percibir como buenos. Tenemos que sufrir al vivir estos sentimientos y darnos cuenta que no nos sentiremos bien hasta no recibir la fuerza desde Arriba para dominar nuestros deseos. No podemos deshacernos de nuestros deseos; tenemos que usarlos correctamente. Sin nuestros deseos, es imposible alcanzar la adhesión con el Creador. Lo más importante es canalizar nuestros deseos apropiadamente. El ser humano no tiene un solo atributo negativo, sólo puede usarlos en forma negativa. Tan pronto como nos enfrentemos a alguna situación en la vida, lo primero que debemos decir es: “Mira lo que el Creador me está haciendo”, para no perder la conexión con el Único, Quien está haciendo esto. Si la persona conserva este pensamiento, entonces esta conexión con el Creador le impide descender y bajar de nivel. Por el contrario, si el Creador desaparece completamente de nuestras sensaciones, esto es un descenso. En ese momento la persona tiene que aferrarse a un libro, el trabajo, o al grupo y después de un tiempo sentirá un cambio positivo. Sin embargo, cualquier estado tiene que interpretarse como una elevación al siguiente grado espiritual. Si ha llegado el momento de la corrección de un alma, no podrá escapar de dicha corrección. Cada intento por huir aumenta el período de sufrimiento. Hasta que un individuo no cruza el Majsom, solamente los deseos animales se le revelan. Justo antes del Majsom, en el Majsom, y mientras lo atraviesa, los deseos del Creador le son revelados. El hombre no está presente en ninguno de ellos. El único deseo en donde el hombre tiene derecho de elegir es estar de acuerdo con el gobierno del Creador. El alma de Adam se rompió en seiscientos mil pedazos. Las piezas están interconectadas, sin embargo, difieren entre sí por su Aviut: de Shoresh a Dalet. Seis mil grados (años) nos separan del Creador. Las almas de Aviut de Shoresh son corregidas en el primer milenio. Sólo tienen que vivir en este mundo y sufrir un poco (enfrentarse a animales, enemigos, hambruna, y cosas así). Una persona escapa del sufrimiento y esto es suficiente para corregir el Aviut de Shoresh. El segundo milenio corrige el Aviut Alef en las almas; luego Bet, más tarde Gimel.
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Finalmente, en el sexto milenio se corrige Aviut de Dalet. Todo esto es muy condicional. En estos tiempos, al final del cuarto exilio, se está cumpliendo el regreso a Eretz Israel. Estamos entrando en el período de redención espiritual, el período del Mesías.
Equivalencia de forma Introducción a El Libro del Zohar: “Encontramos que la ley de oposición de forma opera en la espiritualidad. De acuerdo a esta ley, las almas cuyas propiedades difieren a las del Creador, se separan de Él de la misma manera que en el mundo corporal lo hacen dos objetos, al ser cortados por un hacha. Y la distancia entre ellas es proporcional a la oposición de forma”. Si yo pudiera comparar todos los deseos, todas las cualidades y atributos internos de mi alma con los atributos y deseos de otra alma, conocería la distancia exacta que las separa debido a la diferencia de su forma o la que las une por la equivalencia de su forma. Así es que, si queremos construir un gran Kli colectivo en el grupo, donde el Creador pueda revelarse, tenemos que unir todos los pensamientos, deseos, y aspiraciones de los miembros del grupo, y hacerlos trabajar por una meta común: la revelación del Creador y la adhesión a El. Sólo entonces las almas, distanciadas entre ellas por la diferencia de su forma, van a poder unirse en una sola alma igual en su forma. “Por tanto entiéndase que el deseo de recibir placer instilado por el Creador en las almas, como lo discutimos con anterioridad, está totalmente ausente en el Creador, si no, ¿de quién iba Él a recibir? Y esta diferencia de forma adquirida por las almas actúa separándolas de la esencia del Creador (muy parecido al hacha que secciona roca de la montaña), de tal forma que salen de la unicidad del Creador como criaturas separadas. Sin embargo, lo que alcanzan las almas de la luz del Creador, emanó de Él como algo que ya existía antes”. Y en verdad el alma no es sino la Luz del Creador. Difiere sólo en el nuevo atributo adquirido del Creador: el deseo de recibir. Cuando ya no se halla distanciada del Creador por el deseo de recibir, el alma se adhiere al Creador otra vez en perfección y eternidad. “Así pues resulta que en lo que se refiere a la luz que reciben en su vasija (que es el deseo de recibir), no hay diferencia entre ellas y Su esencia. Esto es porque ellas reciben existencia de la existencia, directamente de Su esencia, y la diferencia entre las almas y Su esencia es solamente ese Kli –el deseo de recibir, donde la luz del Creador penetró, que es lo que separa al alma del Creador por la diferencia de forma, como la ‘parte’ es separada del ‘todo’, como la piedra que se seccionó de la montaña. Y escudriñen esto meticulosamente, ya que es imposible extenderse más en tan sublime tema.” Estamos hablando de asuntos sublimes. Si una persona comprende, siente y percibe estas cuestiones internamente, la sensación puede servirle como medio de progreso espiritual a lo largo de de todo su camino. Simplemente entendiendo que el deseo de recibir para uno mismo (egoísmo) es el único mal que separa al hombre del Creador, se puede alcanzar la Corrección Final. No somos capaces de anular el deseo de recibir; sin embargo, lo que sí se puede hacer es no usarlo, sino corregirlo, como si no existiera. Sucede cuando Maljut se eleva a Biná: Maljut empieza a parecerse a Biná, como si se convirtiera en “Hafetz Hesed”; Maljut no
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tiene deseos. Pero esto es sólo parte de la corrección. Utilizando el deseo de recibir, podemos lograr más: podemos cambiar la intención de “recibir” a “otorgar”. Entonces, al recibir la luz del Creador, le damos nuestro placer a Él, volviéndonos como el Creador, Keter, ya que si Él hubiera querido que permaneciéramos en el nivel de Biná, no nos hubiera creado. Su Meta en la Creación fue que alcanzáramos el nivel del Creador. TES (Talmud Eser Sefirot), Parte 1,” Reflexión Interior”: “Primero, tienen que saber que al abordar asuntos espirituales que no se ocupan de tiempo, espacio y movimiento, más aún cuando se trata sobre la Divinidad, no tenemos las palabras para expresarnos y reflexionar. Todo nuestro vocabulario se toma de sensaciones de sentidos imaginarios. ¿Así es que, cómo nos pueden ayudar donde el sentido y la imaginación no reinan? Por ejemplo, si examinamos la más sutil de las palabras, a saber, Ohrot (Luces), se parece de alguna forma y se apropia de la luz del sol, o de una luz emocional de satisfacción. ¿Entonces, cómo pueden ser utilizadas para expresar cuestiones divinas? Ciertamente fallarían en dar al lector algo verdadero. Es todavía más cierto en un lugar donde estas palabras deberían desvelar las negociaciones de la sabiduría en la imprenta, como se hace en cualquier investigación de sabiduría. Si fallamos aunque sea en una sola palabra inadecuada, el lector se sentirá desorientado de inmediato y no va a encontrar ni pies ni cabeza en todo este asunto”. “Por esa razón, los sabios de la Cabalá han escogido un lenguaje especial, al que podemos llamar “el lenguaje de las ramas”. No hay esencia o conducta en este mundo que no empiece en su Shoresh en el Mundo Superior. Es más, el principio de todo ser en este mundo empieza en el Mundo Superior y después desciende hasta este mundo. Así, los sabios encontraron un lenguaje adecuado, sin problema, con el cual pudieron entre ellos transmitir sus logros de boca en boca y en escritos de generación en generación. Han tomado los nombres de las ramas de este mundo, donde cada nombre se explica por sí solo, para referirse a su Shoresh Superior en el sistema de los Mundos Superiores”. Todo lo que pienso, lo que me sucede fuera y dentro de mí, todo lo que quiero, todo viene a mí desde Arriba. Nada, desde lo más pequeño hasta lo más grande, nace sin su conexión con la parte espiritual. Pero ¿en dónde se encuentra el hombre? No existe. Los sabios tomaron los nombres de las ramas de nuestro mundo y adjudicaron estos nombres a las raíces espirituales, siguiendo la cadena que conecta raíces con ramas. Todos los libros sobre Cabalá están escritos de esta manera. Aunque en ellos está escrito y se habla sobre personas, animales, desiertos, moradas, guerras, etc., en apariencia igual a lo que acontece en nuestro mundo, ni una sola palabra en estos libros habla de nuestro mundo. Todo se refiere únicamente a las raíces espirituales en el Mundo Superior y a cualquier cosa que suceda con sus raíces espirituales ahí. Así es que se les llama “libros sagrados”. Si encontramos el significado de las raíces espirituales de estas palabras, nos sorprenderemos al leer estos libros ya que hacen referencia a nociones completamente diferentes a las de nuestro mundo. Cada línea nos servirá como guía a los grados de los mundos espirituales hasta el final de la corrección. Cada raíz espiritual tiene que manifestarse en una forma física de nuestro mundo por lo menos una vez. Ya hemos hablado que el Creador creó el deseo de recibir placer y lo instiló dentro de las almas. Esto es como una cortina de humo que nos esconde la verdadera imagen de la existencia, llenando todo nuestro cuerpo, corazón y mente. No percibimos al Creador, ni siquiera sabemos si existe. Si disipamos esta cortina de humo de la vista y todo nuestro cuerpo, empezaremos a sentir otra vez al Creador; vamos a pasar de ser una “parte” a ser un “todo”. ¿Cómo podemos lograrlo? Nuestros sabios nos proporcionaron una oportunidad única para atraer Ohr Makif (la
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Luz Circundante) a través del estudio de la Cabalá, y así corregir gradualmente nuestros deseos –Kelim. Conforme los corregimos, alcanzamos al Creador, esto es, nos adherimos a Él a través de atributos corregidos. Una persona entra en el mundo espiritual gradualmente. Cada grado que alcanza incluye dos lados: la línea derecha (propiedades del Creador) y, opuesta, la línea izquierda, (propiedades de la Creación). Y entre más la persona sea capaz de oponer resistencia a la línea izquierda, transformándola en la línea derecha, ella domina el grado espiritual y se eleva al siguiente. Si el día de hoy pudiéramos darnos cuenta cuan bajo es nuestro estado, y cuan opuestos son nuestros atributos a los del Creador, entraríamos en un estado tan terrible que no seríamos capaces de levantar siquiera un dedo. Algunas veces estamos deprimidos, sin embargo, esto no es comparable con la experiencia de encontrarnos en un estado así. Para evitar la posibilidad de inducir esta experiencia, los cabalistas no pueden revelar a la persona todo el contenido de repente, sino más bien gradualmente, de cuando en cuando. Es imposible estar alegres todo el tiempo y con frecuencia tenemos descensos espirituales. Debemos continuar hasta que llegue la misericordia desde Arriba o buscar ayuda del grupo y el estudio. No obstante, a lo largo del camino uno siente cuan opuesto es al Creador. Y sólo cuando alcanza el último grado todo el mal se convierte en bien. Todas las almas tuvieron su origen en el alma de Adam. Algunas almas son más egoístas, otras, menos. Después del fin de la corrección todo esto será irrelevante, ya que todas recibirán por igual. Pero mientras las almas estén separadas y reencarnen en este mundo, son diferentes. Las almas más puras alcanzan el fin de la corrección antes que otras que son más egoístas. Estas almas también inician sus estudios de Cabalá y llegan a ser cabalistas más pronto que otras. Este fue el caso de todos los cabalistas en todas las generaciones hasta la llegada del Arí. Como él mismo escribió, vino a este mundo para poder dar a la gente la oportunidad de estudiar Cabalá sin importar sexo, edad y otras características. A partir de la época del Arí, la humanidad entró en un nuevo período en donde el fin de la corrección no va a ser alcanzado por los individuos, sino por las masas. Es esta situación la que trae un mayor interés por la Cabalá: la gente experimenta un vacío interior y recibe desde Arriba -una llamada del Creador- el impulso de estudiar la Cabalá y alcanzar la espiritualidad. En el “Prefacio al TES”, Baal HaSulam dice que quiere derribar el muro que se erigió entre nosotros y la ciencia de la Cabalá hace más de 2000 años, haciendo nuestra vida insoportable. Si esta barrera continúa, podremos olvidarnos del Eretz Israel totalmente. Sin embargo, si el Rav le hablaba al corazón de una persona sobre su estudio, recibía como respuesta: ¿“Por qué necesito saber de ángeles celestiales y sus nombres?” En general, la gente creía que antes de empezar a estudiar Cabalá, se debía dominar Guemará completamente. Más aún, hay algunos que aseguran que no todos deberían involucrase en estudiar la Cabalá. Baal HaSulam nos aconseja no atender todos estos argumentos y razonamientos que nos desaconsejan estudiar la ciencia de la verdad. Aquellos que no tengan deseos de estudiar Cabalá pueden permanecer en el estado parecido al animal. El resto deberían únicamente preguntarse a sí mismos: “¿Cuál es el significado de mi vida?” Mucha gente pasa por la existencia sin obtener respuesta a esta pregunta. Y si realmente quieren encontrar una contestación, si este interrogante no les deja descansar, deberían estudiar Cabalá. ¿Por qué estoy hablando sobre esto? Es imposible explicar a un principiante lo que es la espiritualidad ya que no tiene los deseos corregidos. Pero si uno se siente mal y nada lo satisface, ya está listo para estudiar la Cabalá.
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Todos nosotros existimos en un estado que llamamos “doble ocultación” o “restricción dentro de lo oculto”. Su característica es que no vemos al Creador, ni siquiera Su espalda; está oculto de nosotros y es el mismo Creador quien nos hace sentir mal. Decimos que el Creador nos ha abandonado, que Él no hace nada, y que todo el sufrimiento que soportamos llega de la naturaleza por nuestro destino. Y nos decimos que deberíamos vivir como lo hacemos. Cuantas más obras buenas realiza el individuo peor es su situación. Cuando hace algo malo, prospera. Todas las personas buenas están enfermas, puras y ansiosas, mientras los malvados se ven saludables y contentos. “Ocultación sencilla” es cuando la persona ve al Creador desde la espalda y comprende que todos los sufrimientos vienen de Él, ya sea por transgresiones que ha cometido, o que más tarde va a recibir una recompensa por el sufrimiento que ha soportado. No gana lo suficiente y tiene deudas; pasa por interminables problemas y sufre de enfermedad. Todo lo que planea no se materializa. No siente alegría en su vida. Vemos como aún un leve ocultamiento de la luz del Creador cambia nuestra vida entera empeorándola. El estado externo permanece igual, pero lo vemos ya sea muy malo, o no tan malo. En realidad, todas estas sensaciones son sólo imaginarias, como en un sueño. De pronto, este estado puede pasar a uno totalmente opuesto. Mientras que nada ha cambiado realmente, ni el salario, ni el trabajo, ni la salud. Sin embargo, internamente todo se transforma en bueno. Es inexplicable, la persona simplemente fortalece su fe en que el Creador rige sobre la creación. En el siguiente estado, “revelación del rostro del Creador”, ve que lo que recibe del Creador es en su mayoría bueno. Vive en armonía interior y satisfacción, gana bien, no enferma, y es respetado por los demás. Y si carece de algo, reza y recibe una respuesta inmediata. Ni una sola plegaria es hecha en vano o permanece sin respuesta. Esto es lo que la persona siente. Sólo la sensación interior ha cambiado. Así de dependientes somos incluso al más insignificante cambio de luz, mostrando nuestra realidad como una sensación completamente diferente. Todos los conocidos nos parecen ahora prósperos, felices y despreocupados: son listos y controlan la situación. Nos sentimos contentos de ser sus amigos, estar cerca de ellos, aunque antes no tolerábamos su cercanía. Le parece a la persona que todo aquel que no sigue el camino de la Torá está muy abrumado por la vida, por las deudas, un salario insuficiente y la enfermedad. No goza de un solo momento de felicidad; está amargado y odia todo lo que le rodea. ¿Qué se puede decir sobre estos ejemplos? Nuestros sentimientos y sensaciones dependen al cien por ciento de la cantidad, pequeña o grande, de Luz que vamos a recibir desde Arriba. Si somos suficientemente afortunados y recibimos mucha luz, entonces todo a nuestro alrededor nos parece bien; si no somos tan afortunados, todo parece negro. Por consiguiente, tenemos que aspirar a la revelación del rostro del Creador y desearlo apasionadamente. Nuestras sensaciones más plenas están ligadas al logro de alcanzar al Creador; todo nuestro sufrimiento, a la ausencia de luz. Uno no puede sufrir cuando el Rostro del Creador se revela. El Rostro del Creador es felicidad, perfección y alegría. En el estado “cara a cara con el Creador” la persona recibe de inmediato lo que desea. De otra manera, no se le puede llamar “cara a cara”. Por el contrario, cuando una persona está “espalada con espalda” en relación al Creador, no se le cumple un solo deseo, únicamente tiene estados no deseados, como si fuera a propósito.
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El Creador no cambia su actitud hacia nosotros. Sólo nosotros mismos podemos percibirle y nuestra postura en relación a Él, la diferencia depende de nuestro propio estado. Pero de parte del Creador, constantemente nadamos en un mar de luz. Todo el mal que descubro es un indicativo que tengo que corregirlo, sin importar lo que reciba desde Arriba.
El sistema de dos mundos opuestos Introducción a El Libro del Zohar: “Y ahora revelaremos la oportunidad de comprender la cuarta investigación. Si el sistema de fuerzas impuras está tan diametralmente distante de la santidad del Creador que ni siquiera nos lo podemos imaginar, ¿cómo es posible que se manifieste y descienda de la santidad del Creador mismo? Y más aún, el Creador mismo lo ejecuta y mantiene. Para aclarar esta pregunta tenemos que entender la esencia de las fuerzas impuras y saber que este inmenso deseo de recibir es la esencia de la existencia de las almas desde la perspectiva de su Creación. Es así porque están listas para recibir toda la luz que el Creador pensó dar para complacer a sus criaturas. Esta luz no permaneció en las criaturas pues si lo hubiera hecho, las criaturas se habrían separado de la esencia del Creador para siempre. La corrección es la razón, por la cual los atributos de la creación difieren de los atributos del Creador, y por las que Él hizo así a las criaturas. Para ayudar, Él creó todos los mundos y los separó en dos sistemas opuestos: los cuatro mundos de ABYA que son sagrados, y los cuatro mundos de ABYA de fuerzas impuras. Más tarde, en los mundos sagrados, Él instiló el deseo de otorgar y anuló el deseo de recibir para uno mismo, dándoselo a los cuatro mundos impuros. Así es que, Él los separó de Sí mismo y del sistema completo de santidad. Es por eso que se dice que los deseos egoístas están muertos; y a todos los perversos que los siguen se les llama muertos en vida. Es así porque el deseo de recibir que se les implantó es opuesto a los atributos del Creador, y los separa de la Vida de las Vidas. Son diametralmente opuestos a la esencia del Creador, quien no recibe nada y sólo otorga. El egoísmo no contiene nada de otorgamiento, -sólo el deseo de auto complacencia. Y no puede haber contraste más grande. Sabemos que el distanciamiento espiritual comienza con una diferencia insignificante y termina en un absoluto, contraste polar”. Si las criaturas son diametralmente opuestas al Creador, ¿cómo es que el Creador las sostiene y alimenta? El Creador hizo a las criaturas con atributos que son tan completamente opuestos a los Suyos para poder instilar en ellos la misión de corregirse a sí mismos. Para ayudar en la corrección, Él creó el sistema de dos mundos opuestos, para asistir a las criaturas. Aquel que camina por la línea derecha (santidad-deseo de otorgar) se dice que está vivo y es justo. Aquel que camina por la línea izquierda (deseos no corregidos –egoísmo), en consecuencia, se dice que está muerto y es perverso. Todos estos estados se aplican sólo en relación a la espiritualidad, cuando la luz está ya sea dentro del Kli en el nivel inanimado, vegetativo, animado, o fuera de él, solamente en el nivel inanimado. Cuando decimos “perverso” nos referimos a gente que ya reveló al Creador, entró en los mundos de ABYA, y ya están en el camino de los 6000 niveles hacia el Creador, y al hacerlo, trabajan por el beneficio de otorgar. Pero ocasionalmente ocurre que reciben por el beneficio de recibir y caen en el egoísmo. Tienen que pasar a través de ambos estados en cada nivel. El estado “perverso” obliga a una persona a regresar hacia la santidad, corrigiendo los atributos de la línea izquierda. Pero cuanto más egoísmo se corrige en un cierto nivel, más grande es la porción
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que recibe en el siguiente. Entonces, otra vez hace lo mismo, asciende por la escalera espiritual y corrige la recurrente porción de egoísmo. Los estados espirituales son mucho más agudos y profundos, pero la fortaleza para sobrellevarlos es igualmente grande. Cada vez, de todos los deseos, escogemos el que nos da mayor placer. Este sistema está implantado dentro de nosotros desde arriba y es inmutable. Sin embargo, podemos cambiar la intención, esto es, revertir la dirección de nuestro placer hacia la Fuente de donde nos llega el deleite. ¡Lo más importante para nosotros es sentir la Fuente! El deseo de recibir no es ya egoísmo. Si quiero recibir porque el Creador me otorga, y al recibir lo complazco a Él, esto se considera como otorgamiento. Pero si no me interesa de quien recibo placer y, aún sabiendo que es el Creador quien lo emana, acepto todo sólo para recibir el máximo placer, entonces estos son deseos no corregidos. Estamos muy abajo en el estado de las fuerzas impuras, esto es, deseos que aún no han sido corregidos. Los mundos de las fuerzas de santidad e impuras se complementan uno al otro por así decirlo. El progreso espiritual es imposible sin alguno de ellos. La persona existe entre ellos en la parte de en medio, Tiferet. Y sólo este lugar es neutral. Arriba está la santidad, y abajo de ella, las fuerzas impuras. No hay nada que corregir en la santidad; las fuerzas impuras no se pueden corregir. Solamente en la línea media – Tiferet– podemos atar las partes superiores e inferiores, y corregirlas.
El Secreto de las Letras
Lección 1 Una letra. ¿Qué es? Impresiones del hombre en espiritualidad No se ha dicho en vano que el mundo fue creado con letras. Hay veintisiete patrones y veintisiete leyes por las cuales somos activados si sabemos cómo responder correctamente. Estas veintisiete letras están en nosotros. Nosotros responderemos correctamente cuando reconozcamos la sabiduría de la dirección superior y supervisión de estas letras. Leer las letras no es como leer una historia, sino que es necesario saber cómo adquirir sus veintisiete atributos. Entonces, cuando una persona lee las palabras coloca sus letras internas sobre los símbolos externos y se incluye en el texto. Entra en la sensación del Mundo Superior, uniéndose y encontrándose con el autor en aquel lugar en donde el autor compuso una y cada letra del libro. Una persona que adquiere estos veintisiete patrones o vehículos espirituales podrá leer el Zohar y experimentar las mismas sensaciones, las mismas impresiones que el rabí Shimon sintió cuando estaba escribiendo el libro. Durante nuestros tiempos, cuando la ciencia, política, y la sociedad en general están faltas de dirección, esta carencia se manifiesta de la manera en que nos sentimos acerca del mundo y en la realización de que no tenemos suficiente información acerca del mundo en
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que vivimos; parece ser que hemos perdido nuestro camino. La pregunta principal es “cómo puede la humanidad desarrollarse más adelante? Vemos que el hombre está gradualmente siendo empujado hacia todas aquellas preguntas importantes, “¿cuál es el caso?” “¿qué es la vida?”, ¿qué es este mundo en el que vivo?” El hombre siente la urgencia de descubrir la verdadera realidad; su falta de conocimiento acerca de las verdaderas leyes de la realidad es la razón por el no saber cómo sobrevivir o cómo lidiar con la vida. A través de miles de años de experiencia la humanidad ha descubierto que la percepción de la realidad a través de los cinco sentidos no es suficiente y que constantemente cometemos errores. Desde el momento en que nos damos cuenta que nos falta conocimientos de, inclusive las leyes más generales también entendemos que nunca sabremos cómo comportarnos unos con otros, con la naturaleza, y con nosotros mismos, si no entendemos estas leyes. La falta de entendimiento de la realidad en general se ha convertido en un problema a escala mundial que tiene que ser resuelto ahora mismo. A través de la Sabiduría de la Cabalá podemos estudiar el método para revelar los poderes de la realidad en general; esas fuerzas que supervisan y administran la realidad entera. Como los antiguos libros de Cabalá proclaman, la gente llegará a la sabiduría y comenzará a demostrar interés y a ocuparse de ella, porque descubrirán la naturaleza real de la Sabiduría de la Cabalá. Para ganar la verdadera sensación de nuestra completa realidad completa, la cual está afuera del ámbito de nuestros cinco sentidos, nosotros debemos estudiarla correctamente. Entonces, cuando lo hagamos, y deseemos comprenderla, un nuevo y amplio mundo se abrirá para nosotros. Este nuevo mundo se llama el “Mundo Superior” ó “Mundo Espiritual”; pronto comenzaremos a sentirlo. La pregunta es, cuando lo sienta, ¿cómo expresaré mis sentimientos?, ¿cómo investigaré lo que siento?, ¿cómo voy a pasar esta información a alguien más?, ¿cómo podremos compartir esa realidad con alguien que también la siente? Esta realidad es una realidad amplia, elevada y auténtica. ¿Por qué auténtica? Porque yo la percibo fuera de mi, y no con mis cinco sentidos. Y es lo que está sucediendo afuera de mi sin que yo esté en la situación, como si la cosas estuvieran ocurriendo sin estar yo ahí. Es difícil porque yo tengo una sensación pero no sé cómo llamarla. Yo no sé cómo llamar a cosas que me están sucediendo, cómo describir las emociones que siento. Un punto en la luz blanca Los cabalistas usan símbolos que se derivan de nuestra realidad para describirlos; la “realidad” en sí “luz blanca” – una Luz Superior que no tiene color, ni figura. Cuando el hombre comience a sentir la realidad superior, esta Luz entra en él un poco, sólo lo suficiente para que él comience a revelarla. El se convierte como un punto en la Luz, y ese es el comienzo del “vehículo espiritual”. Más tarde, el hombre se desarrolla hacia la Luz Superior, hacia la ley general de la realidad. Comienza a experimentar cambios en él mismo –del hombre, de la realidad, del mundo. Un punto, una línea, derecha, izquierda, arriba, abajo El hombre siente la existencia de los movimientos y los describe: derecha, izquierda; no es semejante al derecho e izquierdo de nuestro mundo pero aún así es como él siente, que los movimientos corresponden a las ocurrencias de nuestro mundo, arriba, abajo y demás. En adición al punto, líneas comienzan a formarse en él, y muchos más tipos de formas.
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Sentimos balance en nuestras relaciones, el hombre siente cambios dentro de él, diferentes estados que siente como movimiento. Esas letras tienen que ser escritas de alguna manera. Es por eso que los cabalistas inventaron un lenguaje: el Lenguaje de la Cabalá. En realidad, letras. Cada impresión incluye 27 letras ¿De dónde vienen las letras? Aprendemos que la luz que llega a una persona se expande en ella, y le da el propósito de su existencia en el mundo. El propósito se llama (Taamim). Quiere decir que la persona siente propósito, gusto, por el hecho que está en el mundo. Más tarde, cuando el placer, la luz, el sentido de propósito en estar en la realidad del mundo lo abandona, se le llama Nekudot – “puntos”. Los puntos elevan, el sentimiento deja a la persona. Puntos negros en un fondo blanco. Los puntos son impresiones del placer. La memoria de recibir algo, un sentimiento, la sensación del propósito que pasa se le llama “Tagin”. Las letras entonces son impresiones de mi existencia en el mundo. Son la falta, los deseos de la siguiente satisfacción. De acuerdo a esta regla, una persona primero siente la expansión de la Luz, después el arribo del placer causado por la sensación de la Luz. Lo llena y después lo abandona. Este proceso crea en una persona un vacío o un hambre por la Luz. De estas acciones y experiencias edificamos y construimos nosotros mismos repetidamente a través de la expansión y de la salida de la Luz. Así es como las letras son construidas. En esa forma exacta los cabalistas describen las letras de nuestro alfabeto, a través de veintisiete letras: veintidós formas regulares y cinco formas finales. ¿Dónde están estas formas o letras en el mundo espiritual que estamos estudiando? Cuando el hombre investiga el mundo espiritual lo encuentra en partes que son llamadas Keter y Jojmá, a las cuales él no puede acercarse para nada. Puede sentirlas, pero él todavía no tiene ninguna impresión de ellas porque están por encima de él. Estas dos partes juntas se llaman Galgalta VeEynaim. Keter – Galgalta, y Jojmá – Eunaim. Hay también otra parte en la cual el hombre si revela las formas o las fuerzas que actúan sobre él. Incluye Biná, Zeir Anpin, y Maljut. Juntas son llamadas AHaP –(Ozen, Hotem, Peh) oído, nariz y boca–AHaP. Todas las letras son nuestras impresiones de Biná. Estas son las formas de las letras de Alef hasta Tet. Las letras de Zeir Anpin son Yud hasta Tzadi, y las letras de Maljut son Kuf, Resh, Shin y Tav. Veintidós letras, más las cinco letras finales. Mem, Nun, Tzadi, Pey, Kaf; Estas son letras de Maljut misma, y el hombre no se puede conectar a través de estas letras a la sensación del Mundo Superior o Luz Superior. Sin Embargo, Keter, Jojmá, Biná, ZA, y Maljut– las cuales están adentro de Maljut, asisten a Maljut y de esta manera hay veintisiete letras. MANTZEPA”CH (Mem, Nun, Tzadi, Pey, Kaf) y veintidós letras más Las letras, podríamos decir, son Maljut –que es el “yo” de la persona, la cual se conecta con todas las Behinot (etapas) que le preceden– las impresiones del hombre de la Luz Superior al nivel al cual él pueda penetrar en la realidad que está afuera de él. Nosotros normalmente percibimos nuestro mundo con nuestro cinco sentidos. Esto es lo que nos entra. Lo que entra en mí es mi “yo”. Esa impresión es lo que yo llamo “mi mundo” o “este mundo”. Pero si yo siento lo que está afuera de mí, se le llama el “Mundo Superior”, esa es toda la diferencia.
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La extensión a la cual el hombre sea capaz de moverse afuera de sí mismo y sentir el mundo, esa será el Maljut, ZA y Biná. Alguna sensación de Keter y Jojmá también pueden ser alcanzadas, pero como no hay letras ahí el hombre no puede percibirlas sólo con su vehículo. Es una limitación que después desaparece al estudiar la Sabiduría de la Cabalá. Por eso todas nuestras letras, por ahora, son MANTZEP”ACH (Mem, Nun, Tzadi, Pey, Kaf) más veintidós letras. Cada letra es cierto atributo del Mundo Superior En una persona que comienza a entrar en la espiritualidad aún en el grado más pequeño, inmediatamente cualquier información que adquiera incluye todas las veintisiete letras. Aún la cantidad más pequeña de Luz que él perciba le permite comenzar a sentir movimientos, comprendiendo la interconexión de las letras, lean los libros correctamente y comprendan lo que una palabra es. Cada letra es un cierto código, una regla o un atributo que el hombre percibe en el Mundo Superior. En “El Talmud de las Diez Sefirot” el cual es nuestro principal libro de estudio, aprendemos por ejemplo que la letra Alef está construida de un Yud superior –Galgalta VeEynaim– esa parte de Keter y Jojmá. La parte inferior de la letra es –AHaP, y el medio es lo que se le llama Parsá: un borde que separa la parte que yo puedo alcanzar, investigar, y la parte que queda escondida de mí. O por ejemplo; hay formas de letras que cruzan la línea. Eso es en orden para que alguna luz sea atraída del Mundo Superior hacia el mundo inferior y de esa manera reviva los vehículos, las almas que todavía no se pueden elevar pero que la Luz las ayudaría a despertar. Hay letras completamente cerradas, como el Samej y el final Mem que apuntan a la integridad del vehículo, la integridad de lo logrado. Una persona que entra a una propiedad como el Samej, la cual es la propiedad de Biná, está como en una matriz, algo que lo envuelve, lo rodea, lo cuida, y lo defiende como el Arca de Noé, las mismas propiedades. El concepto que existe en espiritualidad llamado “La matriz de la madre” ilustra un estado en donde el hombre es como un punto, un feto que va hacia el Mundo Superior para que lo desarrolle y le permita crecer internamente. La letra Mem también – “Mem (40) puertas de impureza”, “Mem (40) puertas de santidad”, todas discuten lo completo del logro. ¿Qué es lo completo del logro? El movimiento del hombre hacia arriba a través de tres niveles: De Maljut a Zeir Anpin a Biná.
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El primer nivel de logro es el recibir o sentir la “Luz de Nefesh”.
2.
Segundo nivel – El recibe “La Luz de Ruaj”.
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Tercer nivel – El recibe “La Luz de Neshamá”.
Entonces nuestra esencia interna es llamada “Neshamá” (alma). Hay dos niveles más elevados: Keter y Jojmá, los cuales no logramos. Son llamados Jaya y Yejidá. Debido a que nosotros no los logramos no tienen ninguna forma y no hay posibilidad de que podamos sentirlos claramente o expresarlos a otros. ¿Por qué las letras expresan solamente una parte de nuestra sensación?
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Aún cuando nosotros podamos investigar algunos de nuestros sentimientos y escribir sobre ellos o hasta hacer una ciencia de ellos, hay algunas fuerzas que actúan en nosotros, con las cuales todavía no somos capaces de lidiar. En la Sabiduría de la Cabalá es expresado de esta manera: Tenemos la posibilidad de investigar el Mundo Superior cuando estamos en vehículos de otorgamiento, si estamos en la propiedad de “otorgar por otorgar”. Pero si nuestro estado es ese de “Recibir para Dar” no somos capaces de alcanzar esos Mundos Superiores.
Lección 2 La forma de las letras –la relación del Maljut a la Luz Hay muchos artículos en el Zohar sobre las letras y yo recomiendo a los estudiantes leerlos. La sección A del Zohar es una introducción, escrita por el mismo rabí Shimon. En la introducción está el “Artículo de las Letras“ llamado “Otiot De Rav Himmona Saba “. En él rabí Shimon explica la forma de cada letra, el atributo de cada una y por qué las letras tienen un cierto orden de Alef a Tav. también explica el propósito de tener letras intercambiables, porque las letras se conectan a una palabra de cierta manera, y cómo una palabra se torna en una cierta secuencia de acciones. Una letra simboliza el rango de mi percepción del mundo que me rodea Cada letra representa cierto atributo de un poder superior al hombre, o la respuesta del hombre a la Fuerza Superior. Sentimos la palabra según el grado de similitud que tengamos con ella. La manera que siento las ondas luminosas, las ondas sonoras y demás es en perfecta conjunción a lo que me sucede externamente. Cada una de las letras marca un cierto espacio en el cual yo puedo comprender el mundo que me rodea. A través de las veintidós letras y cinco más ( 27 en total) se percibe esa parte del mundo llamada AHaP y una pequeña porción del GalgaltaVeEynaim, de manera no específica. Leyendo una oración –fluyendo a la Luz Superior Si conecto estas propiedades juntas, me muevo de propiedad a propiedad, de sensación a sensación, de causa a efecto. La conexión de las letras en forma de cadena me lleva de una sensación a otra permitiéndome fluir con las letras. Leyendo una oración, nos volvemos parte de ella, de la misma forma que fluimos a la Luz. Esa sensación de fluidez nos otorga un proceso y un propósito. Eso es lo que un cabalista siente cuando lee las letras. La idea es parecida a la de un músico, quien, cuando mira las notas musicales, siente y realmente puede escuchar la música. El puede mirar esos símbolos, que no significan nada para nosotros y ponerse emotivo, llorar, cantar. Para él lo es todo porque siente las notas. Para él son símbolos de sensaciones internas. Así también con los cabalistas. El estudio induce al hombre a un cuadro espiritual Cuando leemos el libro de cualquier cabalista, el texto nos parece muy aburrido. ¿Por qué? Porque en ese momento no estamos a su nivel, en donde podemos comprender la información de una forma emocional, como el autor. Sin embargo, podremos llegar a este nivel estudiando y leyendo. Toma tiempo, meses, es una senda muy larga, pero es la única, la lectura y el estudio en sí mismo estira al hombre lentamente hacia el conocimiento. Comenzará a tener sensaciones, como en el cine, se mete en la película y comienza a vivirla. El proceso le sucederá a cada persona, si enfoca sus energías durante la lectura del libro. El
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texto contiene poder porque está escrito por personas que sienten el mundo espiritual, el Mundo Superior. A medida que progreses verás que detrás de cada letra impresa en el libro, letras adicionales aparecen. Parece extraño: la imprenta imprime los textos exactamente de acuerdo al original y generalmente estos procesos son mecanizados. Pero te darás cuenta que hay signos adicionales en las letras. Con un grado mayor de percepción, verás mas cosas. Más allá de la sensación interna que aparecerá, también habrá señales externas. Espiritualidad, que es la parte que sentirás fuera del cuerpo, cubrirá la parte que sientes dentro de tu cuerpo, como la fusión de dos mundos. Luego verás que cada letra, cada palabra, cada conexión de palabras forman una oración en los libros sagrados, componen una oración del principio al final. La Torá misma es una larga oración, una oración que toma a la persona desde el comienzo de la corrección hasta el final. Cuando la persona complete su corrección, estará en el nivel más elevado de su desarrollo. El mundo (Olam –ocultamiento) fue creado con las letras Está escrito que el mundo fue creado con las letras. El mundo (Olam) significa ocultamiento y también nuestras vasijas fueron creadas por las letras. Todo lo que esté oculto a nosotros existe en una forma escondida, en una forma exacta, en esos patrones de letras. Si nosotros, a fin de alcanzar la realidad espiritual, nos responsabilizamos a hacer lo correcto, comenzaremos a sentir que tenemos nuevas posibilidades de sentir la realidad a través de las veintisiete letras de corrección. Estudiando cada una de ellas con sus propiedades y copiándolas en nosotros mismos, la realidad entera se abrirá frente a nosotros, comenzaremos a sentir su aliento. Hay algunas letras que son únicas en su conexión, esas son diez nombres que no pueden ser borrados. Ellas son las diez Sefirot, una estructura rígida permanente de la realidad entera. Las diez Sefirot son diez niveles de contacto entre el Creador y el hombre. El Poder Superior llamado “Creador” es el poder de Biná sobre nosotros. Como he dicho, tenemos Keter, Jojmá y Biná, Zeir Anpin y Maljut. Biná, para nosotros es el Creador. El Zeir Anpin mismo se compone de seis partes. Así, diez Sefirot, diez nombres que no pueden ser borrados. ¿Qué significa que “no pueden ser borrados”? Son como moldes, conexiones permanentes, sistemas de relación constante de un nivel superior a un nivel inferior. El nivel inferior somos nosotros, el superior es la Fuerza Superior. E-L-O-H-I-M ( Dios) ¿Por qué al Creador aquí se le llama Biná? Porque ese es el máximo nivel que podemos alcanzar. La relación de ese nivel para nosotros tiene un nombre: Elokim. Elokim en gematria es naturaleza. La relación entre dos fuerzas es la naturaleza del Mundo Superior o de la realidad general. Una pregunta podría hacerse: si describimos el mundo espiritual utilizando letras hebreas, ¿podremos describir esas relaciones, esas mismas impresiones y emociones de una realidad superior en un idioma diferente? No.
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Un hombre inglés, ruso, alemán, cualquiera puede volverse cabalista, entrando a un Mundo Superior, sentirá la relación entre las fuerzas – a representación del Maljut, el punto sobre la Luz Superior. El sentirá las emociones en forma de letras hebreas y no de otra forma. ¿Cómo pudo un prisionero ruso escribir un libro de cantos en hebreo? Hubo un caso muy especial, cuando yo aún estaba con mi rabino: un hombre llegó de Rusia, estuvo en un campo de trabajos forzados, laborando muy duro, pasando mucho tiempo en la cárcel. El no sabía hablar hebreo y estaba muy alejado del judaísmo; sin embargo, él era judío. Llegó a Israel alrededor de 1983-4. Yo estaba imprimiendo mi primer libro. El me encontró, se acerco a mí y me entregó un libro de canciones escrito por él en prisión –en hebreo– sin tener conocimiento alguno del idioma. Es una maravilla. Yo casi no podía entender lo que estaba escrito en él. Utilizaba un nivel muy elevado de hebreo. Le enseñé el libro a mi rabino y él dijo que por encima del sufrimiento y el deseo, un hombre, con el propósito de entender lo que le estaba pasando y por qué el mundo lo estaba tratando tan duramente, penetró en las sensaciones de un mundo fuera de él. Fuera de sus sensaciones, sin sentir el Mundo Superior, comenzó a entender aquellos símbolos y los transcribió. Y aún más, las canciones eran sorprendentemente hermosas. Las palabras eran tan elevadas que no pude entender el noventa por ciento de ellas. Este es realmente un ejemplo único que nos demuestra que un hombre puede comprender las contemplaciones espirituales de tal manera que la impresión en él es una impresión única de letras. La forma de las letras nos describe de una manera exacta la relación entre las fuerzas y las relaciones que nos afectan.-
Cómo entender la Cabalá La versión de este sitio en estilo simple de los principios de la Cabalá está basada en la obra del prominente cabalista, rabino Ashlag (1885-1955). El rabino Yehuda Ashlag nació en Varsovia, viniendo a Israel en 1921. Escribió siete importantes libros sobre la Cabalá, incluyendo un comentario sobre la principal obra cabalistica, el "Zohar" y dos colecciones de tratados populares sobre el tema. Su hijo mayor, el rabino Baruj Shalom Ashlag (1906-1991) continuó su obra, y quien esto escribe, Rav Dr. Laitman tuvo la suerte de ser su discípulo.
El problema de la comprensión al estudiar la Cabalá deriva del hecho de que el ámbito de lo espiritual y nuestro mundo son imposibles de comparar. Por lo tanto, respecto a un tema que estudiemos, aún si lo entendemos, será sólo de manera temporal porque comprendemos con la porción espiritual de nuestro intelecto que es constantemente renovada desde Arriba. Debido a esto, aquello que previamente comprendimos, nos aparece de repente como algo que no está claro. Por ello, como resultado del nivel o situación espiritual, los textos les parecerán a veces con contenido y en otras ocasiones, sin ninguno. No es necesario abandonar toda esperanza si hoy no comprenden lo que ayer les resultaba claro, está bien que les parezca que esto no tiene contenido ni lógica o incluso extraño, porque uno no estudia Cabalá para comprender y saber, sino para empezar a sentir y ver fuerzas espirituales, luces y niveles. Sólo una aprehensión espiritual personal les dará el conocimiento absoluto acerca de cómo está construida y organizada toda la Creación. Este sitio debería hacerles dar un primer paso hacia el logro de dicho estado. Esto no está hecho para ser leído desde el principio hasta el final, sino que encuentres lo que te resulte más afín a tus sentimientos interiores y ahondar en ello. Trata de encontrar tus sentimientos.
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Tu relación, positiva o negativa, con lo que el autor escribe no es importante; lo importante es que te sientas tocado. Y de ninguna manera está escrito para que lo recuerdes, ni debes verificar cuánto recuerdas, sino que, si no recuerdas, es inclusive mejor, porque lo que sentiste ya pasó y ahora estás listo para recibir nuevos sentimientos. Este es el modo específico en que construyes nuevos sentidos en ti mismo/a. Si así lo haces, este sitio te servirá de guía en tu desarrollo espiritual personal. Todos nuestros problemas en este mundo se originan por el hecho de que no sentimos la presencia del Creador. ¡Cuánto más fácil nos sería vivir si sintiéramos Su presencia, si pudiéramos sentir Su presencia por lo menos tan vívidamente como otras cosas que sentimos y que nos afectan! Entonces no tendríamos ninguna duda acerca de cuál es la fuente de todo lo que nos ocurre. Podríamos ver la fuente de todo lo que nos ocurre y las consecuencias de nuestros actos. A través del diálogo con el Creador, podríamos aclarar todos nuestros problemas, solicitar ayuda y recibir consejo. Así sería de la mejor manera, tanto para nosotros como para Él. Si pudiéramos vivir en claro contacto con el Creador, esto reemplazaría todas las experiencias de vida, educación, ciencia y conocimiento. Si viéramos al Creador de un modo revelado, nos impediría cometer los pecados más serios y nos permitiría llevar a cabo los trabajos más difíciles, pues veríamos los resultados de nuestros esfuerzos. De todo esto, podemos afirmar que todo lo que nos falta es el reconocimiento del Creador. Si esto es así, el problema y objetivo principal del ser humano es llegar a reconocer y sentir la presencia del Creador, y es allí donde debería colocar todos los esfuerzos de su vida. El método para lograr el sentimiento de la presencia del Creador durante la vida de una persona en este mundo se llama Cabalá. La sensación de la presencia del Creador se llama "fe". El error más común al definir esta palabra consiste en pensar que la fe es una situación en la que una persona no experimenta con todos sus sentidos la presencia del Creador. En cambio, se considera que la palabra "fe" denota un estado en el que no se siente (experimenta) con los sentidos al Creador, sino que se da por sentada Su existencia. Según la Cabalá, la Luz del Creador llenando los sentidos de una persona es llamada "fe". De todo lo precedente, nos resulta claro que todas nuestras pruebas y tribulaciones y nuestros sentimientos de inutilidad provienen exactamente de la sensación de falta de presencia del Creador, e incluso la misma Torá dice al respecto: "Saborea y ve que Dios es bueno". El objetivo de este sitio es ayudar al lector a alcanzar el sentimiento y el reconocimiento de la presencia del Creador.
La necesidad de aprender Cabalá Rav Dr. Laitman Pero si usted escuchara con el corazón a una famosa interrogante, estoy seguro de que todas sus dudas acerca de si debería estudiar la Cabalá se desvanecerían sin dejar rastro. Esta es una pregunta amarga y justa que se hacen todos los que nacen en la Tierra: "Cuál es el significado de mi vida?" (Rabino Yehuda Ashlag, "Introducción al Talmud Eser Sefirot”, Secciones 2, 12-17, 44-57). Generaciones siguen a generaciones en nuestro planeta, y cada generación y cada individuo se ha hecho la misma pregunta acerca del significado de la vida, especialmente en tiempos de guerra, de sufrimiento global o de rachas de mala suerte que cada uno de nosotros está propenso a experimentar. ¿Cuál es el propósito de nuestra vida, si las mínimas alegrías nos
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son tan valiosas, que la ausencia del sufrimiento nos parece como si hubiéramos alcanzado la felicidad? Si estamos a merced de la naturaleza, si somos lo que somos ¿por qué entonces fuimos creados por ella y tenemos que vivir con las cualidades que tenemos como seres semiinteligentes, inteligentes sólo en el sentido de que nos percatamos del hecho de que nuestras acciones están determinadas por las características y rasgos propios con que fuimos creados y que no se puede hacer nada al respecto. En ese caso, no hay distinción con respecto adonde la naturaleza no-inteligente y salvaje nos pueda conducir, provocando que batallemos unos con otros permanentemente, haciendo que naciones enteras, como animales salvajes guiados por el instinto, se enfrenten entre ellas en una pelea viciosa. No obstante, de forma subconsciente, no podemos conciliar la idea de vernos como seres inteligentes con este concepto. Sin embargo, si la fuerza divina que nos ha creado existe, ¿por qué entonces no la percibimos, por qué se oculta a sí misma de nosotros?, ¿por qué si supiéramos lo que se espera de nosotros, no cometeríamos en nuestras vidas los errores por los que somos castigados a través del sufrimiento? Sabemos cuanto tormento y dolor, que resultan ser peor que la muerte, ha sufrido la humanidad desde la creación del mundo. ¿Y quién es la fuente de todo ese sufrimiento?, ¿quién lo causa sino el Creador? ¡Y cuántos ha habido en toda la historia de la humanidad que han estado dispuestos a sufrir cualquier dolor para comprender la sabiduría superior y lograr la elevación espiritual, quienes por sí mismos se sometieron voluntariamente a insoportables angustias y agobios a fin de encontrar al menos una migaja de percepción espiritual y de comprensión de las fuerzas superiores, de llegar a ser uno con el Creador y de poder ser Sus esclavos! Sin embargo, todos ellos vivieron sus vidas sin obtener una respuesta alguna vez, sin lograr alguna cosa, ellos dejaron este mundo sin nada, tal como habían venido a él. Por lo tanto, ¿por qué el Creador ignoró sus plegarias?, ¿por qué se apartó de ellos?, ¿por qué vió con desdeño sus sufrimientos? ¡Y ellos sintieron Su desdén!, subconscientemente sintieron que hay un propósito superior al universo y a todo lo que está ocurriendo, mencionado como la partícula del hombre que se une con el Creador. Y, aún inmersos en sus egocentrismos, mientras atravesaban una agonía insoportable, sintiendo el rechazo del Creador, repentinamente sintieron una abertura en sus corazones, los cuales habían estado hasta entonces cerrados a la verdad y sólo podían sentir sus propios dolores y deseos, una abertura debido a lo cual a ellos les fue posible sentir esa ansiada partícula de unidad penetrando en el corazón a través de sus quebrantadas barreras. Y así todas sus cualidades fueron reemplazadas por otras opuestas a ellas y similares a las del Creador. Se percataron de que sólo en la profundidad de aquellos sufrimientos y de ninguna otra manera podían experimentar la unidad con el Creador, de tal manera que Él y la partícula de unidad con Él estén allí. Y en el instante de experimentar esta sensación que se reveló a ellos por sí misma y sanó sus heridas, el Creador mismo los llenó con un gozo infinito, tan delicioso que no se podría imaginar algo más perfecto, de tal manera que sienten que ha valido la pena el sufrir toda esa agonía para el logro de esta perfección. Y cada célula de sus cuerpos los convence de que cualquiera en nuestro mundo estaría dispuesto a pasar un tormento inimaginable con el fin de experimentar, al menos por una vez en la vida, algo así como la bienaventuranza de estar unido con el Creador. Y la razón del silencio del Creador como respuesta a los ruegos del hombre se encuentra en el hecho que el hombre está más interesado en su propio progreso que en la glorificación del Creador en su interior, lo cual debería ser su único objetivo, ya que si esto fuera así, todas
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sus acciones se realizarían sin dolor. De lo contrario, llorará solo en el desierto y dejará este mundo tal como entró en el, sin haber percibido al Creador. Porque la partícula de unidad, el propósito de la creación, fluye en el corazón de aquel que está dedicado a la gloria y al amor del Creador, quien está convencido desde el fondo de su corazón de que todo lo que ha hecho el Creador, ha sido hecho para él, en vez de quejarse en forma egoísta de la injusticia de la ley divina. Lo espiritual no puede ser dividido en partes separadas, pero el hombre puede comprender una parte del todo y luego otra, hasta que lo comprenda en su totalidad. Por eso es que todo depende de la pureza de la aspiración y por lo que fluye la Luz espiritual desde el interior de la parte del corazón del hombre que ha sido purgada de todo egocentrismo. Cuanto más fácil sería la vida si el Creador no se ocultara a sí mismo de nosotros, sino que fuera claramente perceptible o visible para todos. No tendríamos dudas en lo absoluto de Su existencia, podríamos observar los efectos de Su ley en nosotros mismos y en el mundo circundante, para realizar la causa y el propósito de nuestra creación, para ver las consecuencias de nuestras acciones y Su respuesta a ellas, para discutir todos nuestros problemas con Él, para solicitarle Su ayuda, para buscar Su protección o consejo, para quejarnos de nuestros problemas y pedir que Él nos explique el por qué nos los ocasiona, solicitarle Su orientación respecto al futuro, estar en contacto frecuente con el Creador y cambiar nosotros mismos de acuerdo con Su consejo, de la forma que Él quiere que seamos y que sea lo mejor para nosotros. Podríamos estar en constante comunicación con el Creador desde el momento de nuestro nacimiento, de igual manera que un niño se percata de su madre desde el momento en que nace (y el Creador estaría tan cerca del hombre como la madre del niño, ya que el hombre Lo vería como la fuente de su nacimiento, su Padre, la causa de su existencia y de toda su vida futura), podríamos aprender a vivir de la manera correcta observando Sus respuestas a nuestras acciones y aún a nuestras intenciones. No habría necesidad de escuelas ni de educadores. Todas las naciones coexistirían simple y maravillosamente unidas por la causa común obvia a todos: la unificación espiritual con el Creador abiertamente visible y perceptible. Todo estaría guiado en sus acciones por las leyes espirituales que serían del conocimiento común, las leyes de los mundos espirituales llamados mandamientos que serían obedecidos por todo el mundo de manera natural, ya que cada quien vería que el desobedecerlos significaría hacerse daño a sí mismo, como al saltar dentro del fuego o de un precipicio. Si nosotros pudiéramos ver claramente al Creador y el obrar de Su ley sobre nosotros, el mundo y el universo, no nos quejaríamos ni aún bajo los más difíciles afanes, ya que estaríamos concientes de los beneficios para nosotros. Por ejemplo, cualquiera daría gustosamente todo lo suyo a un extraño, sin pensar en sí mismo, porque estaría consciente de la ley divina, vería las consecuencias beneficiosas de sus actos desinteresados, sabría que todos estamos bajo la autoridad del bondadoso y eterno Creador. Cuán natural sería esto, y cuán antinatural e imposible lo es bajo nuestras condiciones presentes de ocultamiento de la ley, el entregarnos completamente al Creador, el dar nuestros pensamientos y deseos a Él sin reserva, ser lo que Él quiere que seamos, no tener el menor cuidado por nosotros mismos, no pensar en nosotros; por así decir, dejar de estar pendiente de nuestras individualidades, transferir todos nuestros sentimientos propios a Él, tratar de acceder a Él, vivir de acuerdo a Sus propósitos y a Su voluntad. Todo lo citado anteriormente deja claro que sólo hay una cosa de la que se carece en nuestro mundo, y esa es: ¡La percepción del Creador! Esta es la razón por la cual este debería ser el único propósito del hombre en este mundo, el único objetivo en el que el hombre no debería escatimar esfuerzos para lograr, ya que sólo en la percepción del Creador yace su salvación, de las calamidades de esta vida y de una muerte espiritual.
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Los métodos de búsqueda para la percepción del Creador se denominan Cabalá. La percepción del Creador se denomina fe. Un error común en la interpretación de esta palabra consiste en pensar que la fe significa andar a tientas en la oscuridad, sin ver o percibir al Creador; es decir, tomando esta palabra en un sentido directamente opuesto a su verdadero significado. De acuerdo a la Cabalá, la Luz del Creador que se difunde en el hombre, la Luz del vínculo del hombre con el Creador, la sensación de unificación es llamada la Luz de la fe o solamente fe. La fe, la Luz del Creador, da al hombre una sensación de estar vinculado con lo eterno, una comprensión del Creador, un sentido de plenitud, una comunicación explícita con el Creador, de absoluta seguridad, inmortalidad, grandeza y fuerza. Todo lo antes mencionado pone en evidencia que la liberación de nuestra temporal existencia cargada de sufrimientos y de búsquedas agotadoras de placeres transitorios se basa solamente en alcanzar la fe; es decir, en percibir al Creador. En cualquier caso, la única causa de nuestros infortunios, de la inutilidad y temporal naturaleza de nuestra vida es nuestro fracaso en percibir al Creador. La misma Torá nos dice: "¡Juzguen y vean por ustedes mismos cuán bueno es el Creador!" La finalidad de este sitio es ayudar al lector a realizar sus primeros pasos en su manera de percibir al Creador. Quienes se den cuenta de la necesidad vital de percibir al Creador llegarán a la decisión de estudiar los trabajos originales de la Cabalá: el libro del Zohar con los comentarios Sulam, los trabajos de Ari y los trabajos de Ashlag.
Principios fundamentales de la Cabalá No sabemos nada sobre el Creador, excepto Su voluntad para crearnos y darnos el placer. Sobre Su mecanismo, el deseo del placer no provino de nada. La voluntad del Creador de la creación es llamada Keter (corona), ya que rodea como una corona Su voluntad para darnos el placer. La creación de Keter puede ser imaginada como una vasija (Kli) lista para conseguir el placer, o la Luz del Creador (Or). Este punto de la creación es llamado Jojmá (sabiduría) y el placer que llena el Kli es llamado Or Jojmá (Luz de sabiduría). Ya que el deseo del placer es el único deseo humano, el Creador nos dirige usándolo. En muchos países en los días calurosos del verano vemos a vendedores de sandía conduciendo coches o carretillas modestas y buscando compradores. ¿Por qué estos hombres trabajan tan duramente bajo el ardiente sol? El Creador les dió deseo de llevar el placer a sus familias, pero ellos también llevan el placer a los demás vendiendo la jugosa fruta. Así la Luz da a la criatura no sólo el placer en sí mismo, sino también la capacidad de dar el placer a los demás. Pero la criatura (Kli) rechaza tener esta capacidad. El placer de la negación voluntaria de recibir la Luz se llama Or Chassadim. Esta etapa del desarrollo de la criatura es llamada Biná. Pero la vida es imposible sin la Luz (Or Jojmá). La nueva forma de la criatura (Biná) comienza a recibir una mínima porción de la Luz y de ahí es transformada en una clase nueva llamada Zeir Anpin. El posterior desarrollo de la criatura trae un deseo nuevo de disfrutar de la Luz y llega a ser un objeto nuevo: Maljut (el Reino, es decir el reino del deseo). A continuación, se detallan las etapas siguientes de la Creación y del desarrollo de la criatura (Kli): l. Keter: La voluntad del Creador para crear Kli y darle placer.
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2. Jojmá: Deseo de placer resultante de la Luz. 3. Biná:. El placer no de la Luz sino de su devolución al Creador. 4. Zeir Anpin (Z"A): Recepción de alguna porción de Or Jojmá necesaria para la vida normal. 5. Maljut: Sintiendo la importancia de Or Jojmá, Z"A desea recibir esta Luz y así se convierte en Maljut, siendo Maljut el único y verdadero Kli (la criatura), porque desea para sí mismo recibir el placer entero del Creador. Las formas anteriores no son Kli verdadero, sino solamente las etapas de su desarrollo. La voluntad del Creador es crear el Kli al que le gustaría disfrutar de Su Luz. Maljut lleno de la Luz se llama Olam Ein Sof (el mundo sin fin). El movimiento es el deseo dado al nacer a las criaturas (Kli) próximas. El tiempo es una cadena desde la causa (el deseo primario) al efecto (el deseo secundario). Olam Ein Sof significa una vasija llena de placer sin ningún límite, es decir, el deseo insatisfecho. Esto es la condición de Kli-Maljut. Por lo tanto, desde el punto de vista del Creador, Maljut es la terminación del programa de Creación. El objetivo de la Creación es crear una cosa nueva: la criatura y llenarla con un placer inmenso y absoluto. De esta forma, el Creador ha dado a la criatura un gran deseo de recibir el placer. "El deseo de recibir", Ratzon Lekabel (R"K) puede ser imaginado como un vasija (Kli) que tiene una capacidad proporcional a la capacidad del deseo y al placer recibido, a la cantidad de Luz que llena la vasija. La Luz que viene del Creador había existido desde antes de la Creación. Esta Luz es una naturaleza integral del Creador. En cuanto al deseo de recibir el placer, el Creador mismo no tiene, sino que lo da a las criaturas. Todos los mundos no son nada más que diferentes formas de demostrar el deseo de recibir y disfrutar de la Luz del Creador. Siendo todos nosotros partes de Kli-Maljut, deseamos recibir alimento, calor y otros placeres, así como pequeñas porciones de Luz en nuestro mundo. Somos perfectos desde el punto de vista del Creador, pero debemos ir a través de un camino largo de mejora para sentir los mundos espirituales. Cada criatura tiene el único deseo de disfrutar. Así, dando un programa al hombre, cambiando cosas necesarias durante su vida, el Creador evoca ciertas acciones; pero, le parece al hombre como si actuara por sí mismo, bajo su voluntad y opción. Cuando el hombre comprende la dependencia de su comportamiento sobre los deseos de su cuerpo y comienza a luchar contra su cuerpo, puede liberarse de los deseos del cuerpo y pasar al mundo espiritual, para vivir conforme a las cosas necesarias de su alma. El placer es el resultado de llenar el Kli con la Luz. Es sólo una pequeña chispa de Luz espiritual en nuestro mundo. Esta chispa, llamada ner dakik, puede ser encontrada en cosas diferentes y es por eso que estas cosas nos atraen a los placeres ocultos allí. La posibilidad de placer o de liberación de sufrimiento, es el único motivo poderoso para todos nuestros pensamientos y emociones. No podemos pensar o actuar de manera diferente debido a nuestra naturaleza egoísta. En cuanto a los mundos espirituales, consisten en kelim (el plural de Kli) altruistas capaces de actuar a pesar de su naturaleza. Si un hombre comprende su propio egoísmo como un mal que no le trae nada más que sufrimiento, él puede pedir al Creador cambiar su naturaleza, por ejemplo, para darle poder de ser en realidad libre. Todos los deseos de las criaturas, son de hecho uno: el deseo de la Luz. El Creador nos gobierna gobernando nuestros deseos. Comprendiendo la carencia de algo, el Creador nos obliga a actuar y a esforzarnos por las cosas de las que carecemos en nuestra vida. Se dice que "el amor y el hambre gobiernan el mundo”. Esto significa que todas las acciones humanas están determinadas. Si el Creador no diera a la madre el placer de la lactancia, los bebés pasarían hambre. Nadie debería moverse de su lugar, si no para buscar mejores condiciones. La evolución, el progreso, la búsqueda espiritual, todo esto refleja nuestra inclinación a encontrar la satisfacción de nuestros deseos.
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En cuanto a los deseos mismos, nos son dados por el Creador sobre el programa de nuestro desarrollo que tiene su objetivo en abandonarnos al placer absoluto. La Cabalá es necesaria para la humanidad, porque está relacionada con el objetivo y el plan de la Creación, con la recompensa humana para el rescate del egoísmo. Dos poderes de desarrollo humano obligan al hombre a buscar ese objetivo: el sufrimiento del momento y el placer esperado en el futuro. Estas dos fuerzas se parecen a dos locomoTorás que tiran de un tren sobrecargado: la primera delante del tren, y la segunda, detrás de él. Sobre la voluntad del Creador, la humanidad finalmente llegará a la condición de la mejoría absoluta, esto significa que se desarrollará desde el egoísmo al altruismo. Y la Cabalá ayuda a cada uno de nosotros a encontrar nuestro propio camino para esta condición.
Temas selectos de Cabalá La plegaria La plegaria es el trabajo del corazón. Ésta expresa los deseos que vienen del corazón. Aún el hombre no tiene poder sobre esos deseos por sí mismo. Él ha sido creado de tal manera que nunca sabe realmente qué buscar o cuáles son sus verdaderas intenciones. Por lo tanto, también la naturaleza esencial de sus plegarias es inalcanzable. Por el contrario, todo lo que es expresado en el libro de plegarias es lo que el hombre debe aprender a querer. Si el hombre trabaja en sí mismo para dirigir y controlar sus deseos y pensamientos alcanzará el nivel de deseos y ruegos de los autores del libro de plegarias, los miembros de la Gran Asamblea (quienes escribieron el libro de plegarias judío hace dos mil años durante un largo exilio.) En la medida que una persona concuerde con sus deseos de forma armoniosa con los de los autores del libro de plegarias, algunos pasos preliminares son requeridos. Debemos entender la naturaleza de lo malo y lo que esto trae consigo. El hombre está esencialmente inclinado al egoísmo, debe entender que ésta es la fuente del mal. Debe entenderlo y sentirlo de la manera más intensa posible en la parte más profunda de su alma. La evolución de las almas Todo es alcanzado por comparación. Al comparar los atributos del Creador con los nuestros nos damos cuenta de Su poder y de nuestra bajeza. Uno necesita estar de ese modo al tanto de Su magnificencia y Su omnipotencia. La fe significa sentir al Creador y Su Presencia. Todas las almas pasan a través de los siguientes estados: 1. La fase que precede su descenso a nuestro mundo. 2. La fase durante la cual son dotadas con cierta deficiencia llamada egoísmo. Esto es lo que las almas perciben como la encarnación física. 3. La fase durante la cual las almas se perciben a sí mismas y al universo espiritual completo después de la consumación final. La fase que precede el descenso inicial del alma es llamada "Olam Ein Sof", el mundo sin fin donde las almas reciben sin límite la Luz del Creador. Después el alma es envestida con egoísmo y desciende a "Olam Ha Ze", este mundo, donde su unión al mundo espiritual es remota. Esta no siente más al Creador y no percibe más su condición previa. "Este mundo" se refiere a la percepción del momento presente, o sea la parte de creación, del Creador que percibimos por medio de nuestros órganos sensoriales. El egoísmo es colocado dentro de los sentidos. El siguiente nivel es alcanzado al poner bajo control los órganos sensoriales. Este alto nivel lleva a una más amplia percepción de la creación. Este nivel es sentido antes del proceso de alcanzar "el mundo por venir", el mundo que percibiremos super-sensorialmente, que es lo opuesto al "real" en el que vivimos. Cuando percibimos a nuestro medio ambiente y a nosotros mismos, percibimos "su mundo". No obstante, es en el presente que empezamos a
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contemplar el futuro y la sensación inducida al proyectarnos al futuro es llamada "el mundo por venir." El proceso se repite a sí mismo "el siguiente día" cuando el "mundo por venir" se convierte en "este mundo" y así sucesivamente. Un examen cercano de las escrituras de Baal HaSulam puede ayudarnos a entender el proceso por el que atravesamos a cada momento. Concerniente al comportamiento espiritual del hombre, el asenso solo puede seguir "la línea central" (por ejemplo, el comportamiento no polarizado a sus extremos.) La progresión a lo largo de esta línea central establece la condición en la cual, las Escrituras (Torá)-Creador-Israel emergen en una sola cosa. El trabajo de la Torá El Creador es la fuente que el hombre anhela. La Torá es la Luz, que llena al hombre en el momento presente. Israel es el hombre en sí mismo, esto es, su deseo de unión con el Creador. ¿Cómo pueden esos conceptos totalmente independientes ser idénticos? La meta de la creación consiste en crear al hombre en este mundo de forma que él pueda adherirse al Creador mientras aún viven en su cuerpo físico. El hombre asciende y cruza los mundos espirituales para alcanzar al Creador. Para ser más exactos, los mundos espirituales penetran en él a tal extremo que él y el Creador se vuelven idénticos. Esto es lo que significa la unión con el Creador. Uno ama al Creador, sigue Sus caminos y observa sus mandamientos. A este nivel, todas las cualidades del hombre, deseos y atributos se han transformado idénticos a los del Creador. La Torá se da al hombre de tal forma que él pueda acceder a este perfecto y eterno nivel y llenar el propósito de la Creación. La Torá solo puede ser dada al hombre después de su descenso a este mundo donde él es dotado de un cuerpo físico y con egoísmo. Los Ángeles no pueden recibir la Torá porque entre todas las criaturas solo el hombre posee absoluto egoísmo. Si el hombre escoge el camino de la Torá, puede neutralizar su cuerpo egoísta y sus deseos de tal forma que estos no actúen como un obstáculo entre él y el Creador. El hombre y el creador se unen. Esta unión es un salto atrás al Estado de la Procreación, antes del descenso del alma a este mundo, antes de que el alma sea "incapacitada" por el egoísmo. Mas allá, corrigiendo su egoísmo el hombre puede escalar los peldaños de la escalera espiritual y alcanzar el nivel del Creador. Algunas criaturas están desprovistas de egoísmo y por lo tanto, no tienen una herramienta para progresar y se mantienen en su nivel inicial. Con excepción del hombre, todas las criaturas se dice que están "espiritualmente inanimadas y sin movimiento." Aún los Ángeles, las divinas fuerzas a través de las cuales el Creador gobierna la creación, no son independientes de la "fuerzadeseo" sino solo ejecutores de Su voluntad. El hombre al transformar sus muy desarrollados deseos egoístas puede transformarse igual al Creador. El alma es una parte del Creador localizada en el hombre. El hombre nace con una envoltura de egoísmo y sin poder percibir ni al Creador ni lo espiritual. El egoísmo penetra sus órganos sensoriales, los cuales poseen cualidades opuestas a la espiritualidad. Cuando el hombre transforma su egoísmo en altruismo removiendo su cubierta de egoísmo, empieza a percibir la esencia de la creación en semejante forma que nada lo separa del Creador. A este nivel los tres puntos arriba mencionados se unen. Nuestra tarea es remover, con la ayuda de la Torá, todos los obstáculos entre el alma y el Creador. De todos los estudios de la Torá la Cabalá es el más eficiente porque ésta infiere en el hombre un rayo de Luz de la más alta intensidad mientras la estudia. Egoísmo No hay cosa semejante al movimiento de un mundo al otro en el "espacio" espiritual. Solo hay estados interiores, que nos habilitan a percibir nuestra envoltura interna. Es el Creador lo que nosotros percibimos, pero, ésta percepción esta nublada por pantallas representando las diferentes manifestaciones de nuestro egoísmo. La percepción del Creador, creación y espacio, cuando los obstáculos son suprimidos es progresivamente revelada; pero, nosotros no nos damos cuenta de eso. Las porciones de egoísmo que removemos corresponden a los niveles de la escalera espiritual o los "mundos" que ascendemos. Los mundos no son nada más que grados de percepción que tenemos del Creador. EL egoísmo, que separa nuestra percepción del verdadero conocimiento, puede ser encontrado solamente en el hombre. Este no sucede con el Creador porque la perfección y
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apertura define su relación con el hombre. La ausencia del Creador sólo es sentida por el hombre que esconde los mundos de sí mismo, como si se estuviera escondiéndose detrás de los velos de su propio egoísmo. La remoción del egoísmo no ocurre a la primera. Al principio, el Creador concede al hombre períodos de tiempo correspondientes a vidas en este mundo como una oportunidad de elevarse a sí mismo en forma espiritual. El hombre es maestro del proceso entero. Durante cada una de sus vidas consecutivas, el hombre debe remover cierta parte de su naturaleza egoísta y acercarse más al Creador. El hombre repetirá de nuevo una vida mientras no se corrija a sí mismo. La corrección significa que sus deseos llamados "cuerpo" en Cabalá no formarán más una barrera entre él y el Creador. Cuando esto ocurre los atributos del hombre lo vincularán al Creador sin importar el mundo en el cual el hombre se encuentre a sí mismo. El abandono de la cubierta egoísta es llamado "la muerte terrestre" guiándonos a renacer en nuestro mundo. Las partes corregidas del egoísmo del alma emergen y una clase de "redistribución" toma lugar. Esto es porque todas las almas son una sola creación y todas las envolturas o cubiertas son puro egoísmo. La corrección del alma original se hizo posible al dividir en partes la única creación, el alma de Adán. Esas partes son almas individuales y es más fácil corregir cada fragmento que corregir el entero. Esto explica por qué las almas se mueven de un mundo a otro durante la corrección. Cuando la corrección se haya completado, todas las almas individualizadas serán de nuevo unidas dentro de un deseo primordial. El alma primordial recibirá toda la Luz del Creador revelándose Su perfección. Finalmente, sólo existe el mundo sin fin, el mundo de perfecta unión con el Creador. Fuera de ese mundo, todo lo que el hombre percibe no es nada sino fragmentos de la perfección infinita, del mundo sin fin. Un fragmento del mundo sin fin es llamado "Adam Kadmon", el siguiente "Atzilut" luego "Briá", "Yetzirá" y "Assiah," el más pequeño fragmento del mundo sin fin que corresponde a nuestro mundo. En otras palabras, el mundo sin fin como nosotros lo vemos con nuestros sentidos se contrae hasta alcanzar el tamaño de nuestro mundo. Cuando nuestra percepción se agranda podemos llamar a este mundo, por ejemplo, el mundo de Briá y así sucesivamente. Todo depende del alcance de nuestra percepción. El sujeto de nuestros estudios es solamente el hombre. Aparte del hombre y sus sensaciones sólo existe el mundo sin fin. El Maljut del mundo sin fin debe pasar por numerosas correcciones. Nada es creado en vano. El Baal HaSulam cita el ejemplo de un pequeño insecto en la jungla, pasando toda su vida buscando comida y cuya existencia es totalmente desconocida. Aún este insecto y todas sus partes son muy importantes para el cumplimiento de la consumación final. Nada es creado en vano por el Creador y todos los eventos ocurren en armonía con la meta que nos acercamos. Este proceso nos concierne lo querramos o no, lo entendamos o lo ignoremos por completo. Todo progresa hacia el cumplimiento de la corrección como fue planeado por el Creador, hacia su completa revelación a todas las criaturas en este mundo. Las diferentes partes de Maljut del mundo sin fin difieren en la intensidad de sus deseos. Corresponden en nuestro mundo a las partes del reino natural (mineral, vegetal, animal, humano). De manera similar, la humanidad esta compuesta de muchos tipos de personas. Entonces, ¿por qué nosotros estudiamos al hombre tan cercanamente y no estudiamos por ejemplo la corrección espiritual que las piedras necesitan alcanzar? ¿acaso no han sido colocadas en nuestro mundo para alcanzar el propósito de la Creación? El hombre se sitúa aparte. La corrección de la naturaleza depende de la corrección humana. Trabajando en sí mismo el hombre "anima" a la naturaleza a ayudarse para alcanzar el estado de completa corrección. No obstante, el hombre mismo no ha recibido la Torá de nuestro mundo en la misma forma: La gente del mundo ha recibido 7 mandamientos, los judíos 613. Esos mandamientos son también observados en diferentes formas dependiendo del número de correcciones que un alma debe completar cuando llega a este mundo. Haber nacido en la nación de judíos no garantiza privilegios específicos. Los judíos tienen más correcciones que cumplir con relación a los demás.
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Preceptos y espiritualidad Los individuos necesitan observar mitzvot de acuerdo a su naturaleza. No obstante, esto no depende de su deseo de estar cerca del Creador; muchos creyentes y no creyentes nunca se preguntan a sí mismos acerca del Creador, el propósito de la Creación, delas correcciones y así sucesivamente. Estos hombres simplemente no han recibido de arriba el deseo de transformarse a sí mismos y cumplen mecánicamente lo que la tradición les ha enseñado. Son esos gestos mecánicos los que diferencian al hombre, naciones, marido y esposa, niños y adultos. Claramente un hombre que desea elevarse a sí mismo espiritualmente ha recibido esta aspiración del Creador. El, por lo tanto, será diferente de otro hombre que no ha recibido la misma aspiración de arriba. Por lo tanto, el hombre no debe ser distinguido por su apariencia, raza o género. Si estudia o no la Cabalá no es el problema. Quienes la estudian son simplemente los que han recibido la llamada de arriba y expresan el deseo de estudiarla. Entre las mujeres hay también ejemplos como el de las profetisas Deborah y Hulda que también fueron cabalistas. Los ángeles son robots que cumplen ciertas tareas en el mundo espiritual, nada más "mueven" cosas de un lugar a "otro". Ellos no pueden crecer espiritualmente o moverse a través de varios niveles espirituales como los seres humanos. Son las fuerzas espirituales actuando en cada nivel espiritual. Grados de profecía resultan de los esfuerzos personales. En nuestro mundo sólo existe el Creador, el hombre y el camino que lleva al Creador, al cual se le llama Torá. El medio ambiente del hombre (sociedad, familia, amigos) son sólo capas que lo separan del Creador y por medio de las cuales él nos influencia. El hombre es puesto en frecuentes situaciones complejas e insoportables, algunas veces llevándolo al sufrimiento y decepciones. ¿Cómo llegamos a este mundo? El Creador remueve de sí mismo una pequeña parte (por decir) e implanta en ella egoísmo. Este egoísmo " universal" entonces se rompe en más pequeñas partes egoístas. Más tarde, una reintegración progresiva de esas partes causa la creación de los Mundos Superiores, Atzilut, Briá, Yetzirá, Assiah. Los más puros "fragmentos" son usados para la creación de los mundos espirituales más altos. Luego, los deseos más egoístas, precisamente el corazón de la creación, el Maljut del mundo sin fin lleva a la creación del alma de Adán, el primer hombre. Entonces, después del pecado de Adán, de nuevo la chispa de Divinidad, atrapada en el egoísmo se subdivide a sí misma de nuevo en pequeños y más pequeños fragmentos que forman nuestras almas. Los principiantes que estudian Cabalá frecuentemente no perciben cómo está gobernado el mundo. Se preguntan si las acciones dependen de su elección o del Creador. Antes de que el hombre pueda iniciar un proyecto debe estar convencido de que sus acciones tienen consecuencias. Aún después de tener éxito, "paradójicamente", debe entender que todo depende solamente del Creador. Si pensamos de esa forma, progresaremos de forma correcta. Hay cosas, que sólo se pueden sentir, no se pueden explicar. La encarnación de lo espiritual en lo material es difícil de describirse en palabras. La ciencia moderna puede justificarse a sí misma, pero, ¿cómo puede ser explicado el proceso por el cual un mundo toma la forma de otro? Las explicaciones cabalísticas sólo pueden ser posibles hasta el punto donde el alma de Adán es fragmentada. Esto no es debido a que los cabalistas no quieran aportar más explicaciones, sino porque la explicación corresponde a lo que el hombre siente y no puede explicar. El egoísmo es una fuerza espiritual tan poderosa que el pensamiento de deshacerse de él difícilmente cruza nuestra mente. En orden de conocernos a nosotros mismos necesitamos vernos desde afuera, para sentir algo diferente que no sea nosotros mismos, para compararnos a con algo fuera de nosotros. Los objetos que nos rodean son percibidos porque están hechos del mismo egoísmo, de lo contrario permanecerían invisibles. El egoísmo toma muchas formas, la más restringida es en la que sólo se percibe a sí mismo, es la percepción
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que el hombre tiene en nuestro mundo, somos tan egoístas que solamente nos podemos percibir a nosotros mismos. Cuando "crecemos" un poco, nuestro egoísmo llega mas allá de los límites de nuestro mundo y empezamos a percibir al Creador, este se vuelve espiritual, nuestro deseo no se basa más en el placer físico y mundano sino en el disfrute espiritual traído por la Luz del Creador. El hombre es animado sólo por los deseos conscientes e inconscientes, nuestra razón nos ha sido otorgada para ayudarnos a tener sentido y alcanzar todos nuestros deseos; por consiguiente, el hombre no puede elevarse más arriba de sus deseos. Motivado por sus deseos y emociones, el hombre primero dirige el curso de sus acciones y se transforma conciente de ellas teológicamente (por la finalidad de éstas), sólo después de elegirlas. ¿Cómo se vuelve en verdad consciente de un evento que sucede? En reacción a las acciones del hombre el Creador manifiesta por grados Su majestuosidad, en orden de dar al hombre una mayor conciencia retrospectiva de las consecuencias de sus acciones. Aún el recordar nuestra forma de actuar depende del Creador, Él nos enseña el significado de nuestras acciones respondiéndonos, dándonos placer o sufrimiento, de acuerdo a nuestro mérito o culpa. Nuestra educación es, por lo tanto, un proceso que se desarrolla cada segundo, pero no puede hacer que nos corrijamos a nosotros mismos en ninguna forma. Sólo debemos estar conscientes de nuestro egoísmo y de cómo nos encontramos sin ayuda cuando lo confrontamos, el Creador busca todo lo que no es parte de esta conciencia. A medida que el hombre avance en el camino espiritual, logrará moderar más su propia autoestima y entenderá más su verdadera naturaleza. En la proporción que el Creador se revele a sí mismo, el hombre gradualmente se dará cuenta de lo que es en realidad con respecto al Creador. Cuando sabemos esto progresamos en el camino espiritual. Imaginemos a una persona que ha alcanzado el 99% de su corrección. El remanente 1% que no ha sido corregido parece mucho mayor que el previo 99%, la "pequeña paja en el ojo" parece enorme. Nuestras acciones y nuestro estudio nos habilita a estar conscientes del Creador y de nosotros mismos. Cuando el hombre se da cuenta de su absoluta insignificancia se desespera, no ve al Creador y el mundo entero le parece oscuro. Si mientras se encuentra en este estado oscuro, un hombre tiene en mente que la fuente espiritual de todo no es más que el Creador a quien él puede pedir cosas y sobre quién todas las cosas dependen, él estará conciente de su lazo espiritual con el Creador, entonces dejará de desesperarse, entenderá que esas aparentes condiciones negativas son enviadas en forma temporal de arriba y que son inevitables. La forma que nos conectamos nosotros mismos con el Creador no le interesa a Él. Lo más importante para el hombre es entender que Él existe. El Creador envía los deseos para que podamos reaccionar a Él y crecer espiritualmente. Mandamientos con intención Yo no me hago entender a mí mismo y ese es mi problema. Cuando uno hace énfasis en el desarrollo espiritual e interior, la observación mecánica no se echa a andar, simplemente no es evocada. La atención es puesta en la intención detrás del mandamiento, no en su observación física. Una tercera parte puede concluir que la observación física es ignorada. Se dice que: " Un mandamiento sin intención es como un cuerpo sin alma" (mitsvah bli kavanah keguf bli Neshamáh). La diferencia entre los cabalistas y creyentes, no creyentes, judíos, gentiles, radica en el hecho de que los cabalistas quieren desarrollar la intención localizada dentro de los gestos, no contemplan los gestos como tales. La forma de observar los mandamientos concierne a la Torá revelada (convencional) Está descrito en el Código de Ley Judío ( "Shoulchan Aroukh".) que las leyes descritas en éste código deben ser seguidas por todos, son fácilmente entendibles y no requieren de ningún prerrequisito.
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La intención localizada en el cumplimiento de los preceptos no tiene importancia y los mandamientos no transforman al hombre o lo obligan al crecimiento espiritual. Esos mandamientos pueden ser cumplidos repetidamente por un individuo sin modificar a la persona egoísta que era cuando se transformó en observante de ellos. Usualmente la observancia de la ley es cuestión de educación. A uno no se le pregunta si la quiere observar o escoger el ser libre de actuar de cierta forma. Uno es educado desde la cuna y nuestro comportamiento esta condicionado por hábitos, esos hábitos son llamados "guirsa de yankuta". Promesas de todas las bendiciones de este mundo y del mundo por venir refuerzan esos hábitos. Como en hombre es egoísta, disfruta y acepta esas promesas, además muchas situaciones son resueltas por él, mucho mejor que las de gente ordinaria que no sigue los mandamientos. Tiempos modernos Hoy en día, debido a que las almas espirituales "maduras" descienden a nuestro mundo, la educación arriba mencionada se vuelve insuficiente. El hombre necesita dejar que su intención sea modificada para igualar sus deseos. La Cabalá habilita al hombre a cambiar sus intenciones egoístas por altruistas. Usando una pantalla (masaj) uno empieza a trabajar en sus deseos dirigidos a sí mismo con la intención de dirigirlos hacia el Creador. El proceso de corregir el egoísmo es llamado "la observación espiritual de los mandamientos". El hombre es dotado con deseos para que él pueda desarrollar su intención de usarlos "Vueltos hacia el Creador." Esos deseos no eran de él desde mucho antes porque no tenía la capacidad de crear una pantalla (masaj) Esos deseos son nuevos; ellos son de naturaleza espiritual lo que significa que corresponden al deseo de regocijo en la divina presencia, son cultivados en un hombre capaz de construir una pantalla contra los deseos egoístas para regocijarse en el Creador son llamados "Klipot" o "deseos impuros." En esta etapa el hombre se ha sobrepuesto a los deseos mundanos como el sexo, riqueza, fama, poder, y ahora ansía más placeres espirituales. Existen 613 deseos impuros. Estos nacen en el hombre y van del más fácil al más difícil de corregir. Cuando el hombre adquiere una pantalla en contra de sólo recibir para sí mismo (Klipá), se recibe una intención "vuelta hacia el Creador" (kedusha.) Los deseos corregidos de uno pueden entonces recibir la "Luz" espiritual, sentir el Creador y nos llevan a la alegría de tener equivalencia de forma con el Creador. La corrección de deseos corresponde a lo que es llamada “observancia de los mandamientos”. La Luz espiritual recibida es la percepción del Creador que corresponde a la Torá. Está claro que la observación física de los mandamientos difiere de la espiritual, no obstante, la observación interior espiritual no previene o cancela a la física, esto es precisamente debido a que quien observa los mandamientos vive en ambos mundos y puede reconciliar dentro de uno mismo los dos modos de observación. De lo anterior resulta que la observancia física de un código de leyes no afecta los mundos espirituales, esto es a lo que se refiere la oración " un mandamiento sin intento es como un cuerpo sin alma" (espiritualmente muerto). Un mandamiento no puede ser inspirado por una intención "li chema" cuando sus gestos correspondientes no se refieren a la observancia espiritual. Un hombre puede estar sin manos y aun así observar todos los mandamientos espirituales que requieren "manos espirituales", por ejemplo, los deseos espirituales. Nuestra alma es referida como un cuerpo, "partzuf", está compuesta de 613 partes, los atributos de nuestro cuerpo biológico. Cada una de las 613 partes de este "cuerpo" espiritual, este partzuf, corresponde a un deseo específico. El partzuf se divide a sí mismo en dos partes, dos tipos de deseos: los deseos que corresponden a dar sin restricción (lehashpia al menat lehashpia) y los que corresponden al deseo de recibir sin restricción, pero no por nuestra propia satisfacción (lekabel al menat lehashpia) División de deseos
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Los 613 deseos del alma están divididos en 248 deseos positivos, a través de los cuales el hombre puede alcanzar una intención "li chema" y 365 deseos negativos que el hombre no puede usar en orden de ganar una intención "li chema." La diferencia entre los dos deseos no tiene nada que ver con la intención. En ambos casos la intención es natural y exclusivamente "vuelta hacia el Creador." La diferencia radica en el poder del deseo en sí mismo: si el deseo es débil este no despertará intenso placer. No obstante, este deseo lo habilita a uno a sentir la unión con el Creador. El placer sentido es llamado el placer de dar sin restricción, es decir, el deseo de satisfacer al Creador porque sólo es posible satisfacerlo al recibir de Él. Pero debido a que este deseo no puede ser sentido con suficiente intensidad, él no puede dar verdaderamente al Creador. Este deseo existe solamente en nivel de equivalencia de forma con el Creador. Todos los deseos nacidos en el hombre son deseos egoístas. Esto significa el deseo de recibir sólo para nuestro propio placer. Únicamente la intención "vuelta hacia el Creador" transformará este en un deseo altruista, por lo tanto, la diferencia radica solamente en el propósito. Eso es lo que hace a la Cabalá muy importante, porque nos ayuda a transformar nuestra intención. La intención "vuelta hacia el Creador" es llamada "pantalla" porque ésta previene de "recibir para uno mismo" y genera que la intención sea "vuelta hacia el Creador." Nacimiento del alma Esta transformación es llamada "el nacimiento" del alma por que el alma corresponde a los deseos vueltos hacia el Creador. Cuando esta fase toma lugar revela el alma del hombre. Es la intensidad de este nuevo deseo, ayudar al hombre a sentir al Creador. Este deseo de recibir placer acoplado con la intención "vuelta hacia el Creador", lo llena a sí mismo con Su presencia, Dicha Espiritual y Luz (todos estos son sinónimos de la misma sensación.) Las intenciones correctas aparecen progresivamente a lo largo del tiempo con el estudio de la Cabalá. Esta es la ciencia del intento (Kavannah), habilitando el corazón del hombre a anhelar espiritualidad. Si el hombre estudia Cabalá pero no puede experimentar un cambio altruista a su intención mientras está estudiando, se dice que está en el período "lo li chema" durante el cual no hay orientación hacia el Creador. En esta etapa el hombre aún trabaja para sí mismo y pertenece a sus deseos egoístas, a nuestro mundo. Este es el nivel que precede a cruzar el majsom (barrera) Si el hombre no se preocupa por la transformación de su intención, no está en el nivel "lo li chema". Los gestos que él hace no tienen vida, no obstante, todos los seres deben eventualmente retornar al Creador. El cambio en la perspectiva también tomará lugar para aquellos que observen mecánicamente. Serán obligados a clarificar su relación a la vida, a su fuente, al Creador y moverse de "lo li chema" a "li chema". En cualquier caso, los gestos físicos son justificados pero el hombre debe esforzarse para sobreponerse a sus límites. Esto es lo que hace a los cabalistas diferentes. El Mesías: ¿Una fuerza o un hombre? El Mesías es una fuerza espiritual, es la Luz que penetra los deseos para sí mismo del hombre, para corregirlos de tal forma que se conviertan en altruistas, es decir, idénticos a los del Creador. En nuestro mundo todas las fuerzas espirituales son manifestadas en vestiduras materiales. Por ejemplo el rabino Simón, el Ari, Yehuda Ashlag, representan la fuerza espiritual radiando la Luz de la corrección. Esta fuerza aparece en nuestro mundo como un hombre, un cabalista, un profesor, el autor de un libro. Por lo tanto el Mesías es un guía que es aceptado por la humanidad de forma progresiva. La humanidad seguirá el camino señalado por el Mesías porque maldad y sufrimiento serán sentidos por todos y no habrá otra salida. La gente se encuentra en un nivel donde no pueden imaginar la venida del Mesías como una Luz sino sólo como una escalera humana; sin embargo, para los cabalistas el Mesías es la fuerza espiritual de corrección (en la imagen del mundo de A'B-SA"G).
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Llegó el momento de actuar (Extraído de Matan Torá) Rabino Yehuda Ashlag Hace ya mucho tiempo que día a día me siento con la necesidad imperiosa de escribir algo referente al alma judía y a la religión, con conocimiento de los orígenes de la Sabiduría de la Cabalá y ofrecerlo a todos en general para que puedan conocer su contenido y entender que se trata de aspectos elevados en el mundo, con sus características verdaderas. Antes de que fuera descubierta en el mundo la imprenta, no había entre nosotros libros falsos que trataran acerca del alma judía, porque no existía entre nosotros autor que no fuera responsable de sus palabras escritas. Esto es por un motivo muy sencillo, y es que una persona irresponsable no se encuentra entre la gente famosa. Siendo así, si por casualidad apareciera un escritor que se atreviera a escribir algo, no encontraría quien se lo editara, porque no le pagarían por su esfuerzo, que sería grande, por lo que ese escrito no llegaría al público. También es que en esa época los que conocían el tema no tenían gran interés en escribir al respecto, porque esos temas no son necesarios para el pueblo en general. Por el contrario, tenían interés, o sus razones para ocultar, ya que "ocultar cosas es respeto hacia D’s”, porque fuimos ordenados a ocultar el alma de la Torá y Su servicio a seres que no la necesitan o que no son dignos de ella, para que no faltarle el respecto al presentarla en vidrieras a los ojos de los que buscan grandezas. Esto es lo que nos obliga nuestro respeto a D’s. Sin embargo, desde que apareció la imprenta, y los escritores no necesitaron de quienes les copiaran sus escritos, bajaron los precios de los libros, preparando el camino a esos autores no responsables de sus actos a escribir libros de acuerdo con su voluntad, con fines de obtener ganancias y respeto, etc. Sus trabajos no fueron tomados en cuenta y sobre lo que escribían no miraban (no les importaba). Y así empezaron a multiplicarse libros de ese tipo, sus autores no recibieron instrucción alguna o aprendizaje a través de un maestro calificado para ello (rabino), y tampoco tenían conocimiento de los libros primordiales y primeros que existían acerca del tema. Asimismo, dieron sus opiniones personales, absurdas por supuesto y con ellas quisieron pintar el alma del judaísmo y su grandioso tesoro. Tampoco sabían que tenían que tomar precauciones. Las ideas equivocadas que escribieron pasaron a las generaciones. Solamente para satisfacer sus deseos mezquinos (lucro-respeto), pecaron e hicieron pecar a las generaciones venideras. Finalmente, el mal olor llegó muy alto porque clavaron sus uñas en la Sabiduría de la Cabalá, sin darse cuenta que esta sabiduría esta cerrada y encerrada dentro de miles de eslabones hasta este preciso día, de manera que el que quiere investigar no comprende una palabra y menos comprende la relación que existe entre una palabra y las demás palabras. Porque todos los libros verdaderos, que se escribieron hasta hoy, contienen solamente insinuaciones finas que rara vez son suficientes para un estudiante que comprende por sí mismo y deberá recibir explicación de boca de un sabio cabalista que está calificado para ello. Y también "las víboras han anidado y puesto sus huevos y empollado bajo su sombra", y se han multiplicado en nuestros días ese tipo de escritores, que hacen su nombre de esta manera y que dan repugnancia a quienes los miran.
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Y hay de ellos, que se llevaron a sí mismos hasta la cima de la montaña y se consideran importantes de la generación. Se consideran sabios que pueden explicar los libros primeros y verdaderos, aconsejando qué libros conviene leer y de qué libros no conviene leer porque están llenos de falsedades, ¡Jalila!! Esto despierta enojo, porque hasta ahora la explicación estaba en boca de uno de los diez grandes sabios de cada generación, de quien no sabe se abusa. Por ello, el conocimiento del público respecto al tema está confundido. Además, se creó una atmósfera de falta de responsabilidad y cada uno piensa para sí mismo que es suficiente una hora libre para investigar asuntos tan elevados y sublimes, y pasan volando sobre el mundo de esta sabiduría como un ángel, y sacan sus propias conclusiones de acuerdo a su propio espíritu. Y estos son los motivos que me han llevado a decidir que "llegó el momento de actuar para H" y salvar lo que todavía puede ser salvado. Tomé a mi cargo descubrir parte de la sabiduría y entregarla al pueblo.
Pláticas sobre espiritualidad En memoria del cabalista rabino Baruj Ashlag, 1995 Autor: Rav Dr. Michael Laitman El Creador actúa sobre nosotros usando varios elementos de nuestro mundo. El hombre debe entender que las cosas que le ocurren no son más que mensajes del Creador. Si el hombre responde correctamente a la acción divina entenderá claramente lo que el Creador espera de él y lo sentirá. El Creador actúa sobre nosotros no solamente a través de la gente en nuestro medio ambiente, sino que usa cada cosa que existe en nuestro mundo. La estructura de nuestro mundo es tal que el Creador puede influenciarnos y situarnos cerca de la meta de la Creación. Difícilmente sentimos alguna vez la presencia del Creador en las situaciones diarias que enfrentamos. Esto es por que nuestros atributos nos sitúan opuestos al Creador y hacen imposible para nosotros sentirlo. Tan pronto un hombre adquiere atributos similares a los del Creador, empieza a sentirlo a Él de forma proporcional. Cuando enfrentamos problemas, necesitamos preguntarnos a nosotros mismos: ¿Por qué me pasa esto?, ¿por qué me está haciendo esto el Creador? Castigos semejantes no existen aunque muchos son mencionados en la Torá. Hay sólo “incentivos” forzando al hombre a progresar sobre lo que él siente de manera egoísta. El conocimiento de las cosas es sólo un mecanismo auxiliar que nos ayuda a entender lo que sentimos. Cuando contemplamos nuestra vida como un gigantesco salón de clases con el omnisciente Creador actuando como maestro y dándonos a manos llenas el conocimiento que estamos preparados a recibir. Esto progresivamente despierta en nosotros el sentimiento del Creador en nuestros recién nacidos órganos sensoriales de lo espiritual. El Creador ha hecho una escalera para nuestro ascenso. Esta es una escalera en movimiento que apareció en el sueño de Jacob y fue descrita por el Baal HaSulam, el rabino Yehuda Ashlag y su hijo Baruj Ashlag. Nosotros damos la espalda a la fuente del conocimiento simbolizado por esta escalera y sólo a través de esfuerzos seremos capaces de retornar y empezar a movernos hacia el Creador.
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Esta es la razón por lo que el Creador nos envía maestros, libros, así como compañeros de estudio. El estudiante que sigue las enseñanzas de la Cabalá vive en el mundo físico pero está sobrecargado por su egoísmo. Es por lo que no puede entender propiamente a los sabios que están físicamente cerca de él pero que también se desarrollan en los mundos espirituales. Si un estudiante puede dejar a un lado su razón, sus opiniones y sigue los caminos expuestos por los escritores de auténticos libros de sabiduría, él será capaz de unirse inconscientemente con los mundos espirituales. Nosotros no vemos ni sentimos al Creador en nuestro mundo, por lo tanto, es imposible para nosotros hacer que nuestro egoísmo lo rodee a Él. Las enseñanzas de un maestro o profesor pueden penetrar al estudiante e inducir la fe en él. Eso está relacionado con el O.H.P. del maestro (Ozen: Oído, Hotem: Nariz, Pe: boca, representando los vasos espirituales de recepción) llegando hacia abajo al G.E. (Golgata y Einayim, representando los vasos de recepción) del nivel de abajo (por ejemplo, el del alumno). Elevarse al nivel del O.H.P. del maestro significa unirse con su sabiduría y sus pensamientos. Igualmente si un estudiante se introduce en el O.H.P. de un texto de sabiduría, se eleva temporalmente y lo espiritual es revelado a él. Siempre que leemos los trabajos de los virtuosos, el Baal HaSulam, Simon Bar Yochai, nos unimos directamente con ellos a través de la Luz Circundante, el Or Makif. Entonces somos iluminados y nuestros vasos de recepción purificados. Es importante, cuando leemos, tener en mente la altura del autor. Sea que esté vivo o muerto, realmente no importa. Todo el tiempo nos podemos unir con él usando nuestros sentimientos cuando estudiamos sus trabajos. Hay muchos caminos que nos llevan al Creador y Él usa muchos medios para actuar sobre nosotros. Cualquier dificultad u obstáculo en la senda del estudiante, en particular la muerte de su maestro, puede ser considerada una oportunidad para transformarse a sí mismo a un nivel individual. Plática en una cena de la fiesta de Sucot, 1995 Todas las correcciones que toman lugar dentro del partzouf Z”A del mundo de Atzilout ( el prototipo del hombre en nuestro mundo) están incluidas en un proceso nombrado “Sucot”. El hombre, el vaso espiritual, el alma, es similar al estado de Z”A en el mundo de Atzilut. La Luz que el alma recibe viene de las interacciones de Biná, Z”A y Maljut en el mundo de Atzilut. Yehuda Ashlag dijo: “La Sucá reúne dos conceptos: el techo que lo cubre, hecho de ramas pequeñas y residuos vegetales. Similarmente si un hombre puede construir una protección contra los placeres de arriba, descubrirá al Creador y a Su gloria.” Cuando un hombre construye el techo de la Sucá, trata de simbolizar la construcción de la pantalla, la masaj que lo habilita a reflejar el placer resultante de la percepción del Creador. Este trabajo es llamado “hombre de ima”, es como una plegaria para recibir la fuerza para oponerse al egoísmo. Si la plegaria de un hombre es sincera, la fuerza es enviada a él y así puede recibir la Luz divina con la ayuda de una pantalla. Esta Luz es la Luz de la sabiduría y el entendimiento, la “Or Jojmá”. Esta Luz lleva toda la información acerca del presente nivel espiritual del hombre y el grado alcanzado así como los “cómo y por qué” de los eventos que le ocurren. Una vez que el hombre ha entendido los atributos de este grado espiritual lleva consigo el nombre de este grado. Cada nuevo grado mayor que alcance corresponderá a más perfección y a nuevos nombres mientras se mueva hacia arriba. Durante este proceso nuevos atributos son adquiridos. La misión de las almas encarnando en nuestro mundo es alcanzar el nivel que ellas mantenían antes de descender y entraran a la carne del cuerpo. Es la tarea del hombre durante una de sus vidas, a pesar de la oposición de su cuerpo, regresar a la raíz de su alma, el nivel espiritual en el cual moraba antes de la encarnación de ésta. Algunas almas sólo necesitan elevarse de nuevo a su nivel anterior. En este caso su senda, por la cual se elevan
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esta compuesta de 6000 grados llamados “años”, de aquí la noción de los 6000 años de existencia del mundo. Hay también algunas almas especiales que no solamente necesitan regresar a su nivel anterior, sino además completar su progreso a través de los mundos de ABY”A y alcanzar el nivel de partzouf de SA”G en el mundo de Adam Kadmon. Este nivel es llamado “7000 grados” o “7000” años, los cuales también pueden alcanzar el nivel del partzouf de A”B en el mundo de Adam Kadmon llamado “8000 años” o aún más alto, al nivel de partzuf de Galgata llamado “9000 años”. Finalmente, algunas almas alcanzan el nivel de “10,000 grados” o “10,000 años” y su conocimiento y percepción las habilita a penetrar al Mundo sin Fin, el Ein Sof. Semejantes almas encarnarán solamente una vez en decenas de generaciones. La humanidad ha atestiguado muy pocas de esas almas. Los grandes cabalistas poseen un alma semejante. Observando el mandamiento de la construcción de la Sucá se simboliza la fusión al más alto nivel entre el Creador y la creación. ¿Cómo pasa todo esto? Z”A que comprende 6 sefirot provee la orientación de acuerdo al origen de la Luz: norte, sur, este y oeste, arriba y abajo. Maljut recibe la Luz de sefirot de Z”A, de sus 6 atributos. Esto es por lo cual el etrog es aplicado primero que el lulav al abrir la puerta y pronunciar la bendición. Esto se refiere a la observancia del mandamiento de la Sucá y el lulav. Una persona cumpliendo un mandamiento no debe pensar que con gestos mecánicos completará acciones espirituales. Este nunca es el caso, ¡el hombre no puede completar nada espiritual con la ayuda de sus manos, pies y labios! Una verdadera acción espiritual toma lugar solamente cuando un hombre localiza una pantalla contra sus deseos egoístas, abriéndose a sí mismo a la Luz divina y dedicando sus placeres al Creador. La fiesta de Sucot dura siete días, en la imagen de la Luz entrando a las siete sefirot de Z” A de Biná. Cada día corresponde a un grado o nivel espiritual, una nueva Luz en una nueva sefirot. El séptimo día, cuando la Luz es transferida de Z”A a Maljut, es llamado “Simjat Torá” (la alegría de la Torá). Esta fase corresponde a la recopilación de toda la Luz recibida por Maljut, la cual desciende dentro de las almas en la Luz llamada Torá. Esta Luz no entra a la Sucá, corresponde a una fiesta separada. La Sucá corresponde a la Luz que pasa a través de Z”A con la ayuda de una pantalla durante la celebración de los siete días de Sucot. Simkhat Torá corresponde al paso de la Luz de la Torá, Z”A dentro de Maljut y su unión completa. La noche que precede a Simjat Torá es llamada “Lei hazana raba”. Es una noche especial durante la cual toda la Luz Circundante se reúne alrededor de Z”A. Como dicha Luz está a todo el rededor Z”A,este grado es llamado “noche” antes de su transformación a Luz Interior,“Or Pnimi”, la cual subsecuentemente entrará a Maljut. Cualquier acto cumplido con una intención “dedicada al Creador” es espiritual, el mismo acto cumplido con una intención “auto-dirigida” es material y egoísta. Los primeros cabalistas descubrieron que es muy difícil observar físicamente los mandamientos, algo fácil para la gente religiosa, no obstante, debe hacerse un esforzarse en observarlos. Una de las dificultades para el cabalista es que el analiza todos sus pensamientos, acciones y eventos de acuerdo con su impacto en su camino espiritual. Mide la importancia de esos factores en su progresión, en su revelación con el Creador. A medida que la conexión con el Creador adopta una mayor concentración y esfuerzos interiores contra el egoísmo, el hombre encuentra dificultades en cumplir las obras físicas supuestamente unidas a lo espiritual. Ninguna obra física puede tener influencia en el mundo espiritual, el Creador. La relación entre el hombre y el Creador esta hundida en el corazón del hombre. La observancia mecánica de los mandamientos sigue siendo necesaria por que ésta corresponde al deseo del Creador. Todos los esfuerzos por sí mismos ayudan al hombre a progresar espiritualmente. Esos esfuerzos le ayudan a enfocarse en la existencia del Creador mientras estudia Cabalá para poder entender Sus actos y alcanzar la meta de la creación. El egoísmo nos permite hacer
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algo sólo cuando es seguro el beneficio y derivar placer de este. Debemos pedir al Creador ayuda durante la plegaria para contener las fuerzas del egoísmo. Este es el único camino directo hacia Él y a medida que pasa el tiempo, la conexión entre el hombre y el Creador se clarificará por si misma y estará mas firme. Gracias a este proceso el hombre empieza a entender lo que le pasa, por que él experimenta ciertos sentimientos. Esos nuevos estados inducidos son usados como una catapulta que impulsa al hombre al siguiente grado o nivel espiritual. ¿Qué es un secreto o una enseñanza secreta? Un secreto continúa existiendo a menos que el hombre penetre en él. Lo mismo ocurre en la vida diaria que puede ser oscura e incomprensible un día, obvia y muy auto-evidente al otro. Solamente un individuo puede abrir las puertas de un secreto y hacer extenuantes esfuerzos para entender que era lo que no estaba claro antes. No es posible medir los esfuerzos en nuestro estudio porque ellos pertenecen a la esfera de los sentimientos y son, por lo tanto, difíciles de expresar. Es difícil comprender lo que otra gente siente. Generalmente, hablar sobre todos los esfuerzos hechos en nuestro mundo responde a la misma actividad egoísta. Un hombre que transforma sus placeres al buscar fragmentos pequeños de Luz generalmente se esfuerza en alcanzarlos usando objetos de nuestro mundo. Esto se basa en el hecho de que está motivado por necesidades egoístas. En Cabalá un esfuerzo es lo que el hombre no puede completar sin herir su propio ego. Después de haber probado toda clase de posibilidades en vano, el hombre dirige su mirada al Creador para enviarle sus demandas. Esta es una verdadera plegaria siguiendo un genuino esfuerzo. Sólo el Creador puede sacarnos de nuestro egoísmo, no hay nada que el hombre pueda hacer al respecto. Si el hombre aún vive bajo la impresión de que él puede mejorar espiritualmente o que quedan algunas opciones, el egoísmo le impedirá llorar genuinamente por el Creador. El egoísmo no traerá la benevolencia del Creador mientras el hombre no se convenza de que si él se rehúsa a seguir el camino de la espiritualidad está muerto y que la jornada sólo puede ser emprendida con ayuda del Creador. Este camino no es similar a ningún otro porque es imposible percibir el siguiente movimiento. Cada nuevo movimiento toma lugar en completa oscuridad y la experiencia pasada queda sin uso en el entendimiento de la progresión futura de uno. Si este no fuera el caso, el hombre usará su razón en lugar de localizar su fe en el Creador por encima de su propio conocimiento y entendimiento. La autenticidad de los esfuerzos propios y de la dirección apropiada puede ser verificada si uno constantemente redirige sus pensamientos hacia el Creador. Uno debe saber que cada sensación nueva es enviada por el Creador por que ésta corresponde a Su deseo. El Creador nos da lo que podemos entender en el momento preciso. Este proceso es privado y no puede ser comparado con ningún otro. Todo lo que podemos hacer es estar conscientes de nuestro egoísmo, nuestro enemigo y encararlo en lugar de dejarnos llevar por su corriente. Esta etapa es compartida por todos los hombres si bien percibido algo diferente en cada uno de ellos. No hay un lazo directo entre la intensidad de nuestro egoísmo y la duración de nuestra jornada espiritual. Nada pasa desde fuera, todo está basado en la energía que el hombre invierte en su petición por ayuda al Creador. Esta petición es difícil de formular porque el egoísmo se siente humillado en esta batalla. Sin la ayuda del Creador y el despliegue de su Luz dentro del Kli, el Kli no se volvería altruista. Sin los atributos de la Luz, el Kli permanecería totalmente egoísta e incapaz de moverse hacia la espiritualidad. No hay otro camino para alcanzar la espiritualidad. Después de haber explorado todas las opciones, el hombre está convencido que no hay una salida y su egoísmo está listo para aceptar ayuda. En orden de alcanzar este grado, el hombre debe poner permanentemente el plano espiritual por encima del físico, aún si él escoge una meta completamente egoísta en un principio (por ejemplo, el deseo de ganar algo de la espiritualidad.) Necesitamos usar todos los medios disponibles ahora en el mundo. A medida de que los deseos egoístas disminuyen necesitamos seleccionar medios para mantener nuestro deseo
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de estudiar Cabalá. Ganar respetabilidad, honores y poder, son factores conductores seguidos por deseos verdaderos para sentir al Creador. Después se vuelve importante ante los ojos del hombre hacer algo para satisfacer al Creador. Nunca debemos descartar los medios a nuestra disposición y al mismo tiempo nunca olvidar que el Creador actúa sobre nosotros usando los diferentes elementos de nuestro mundo. De la cena “seudá mafseket” antes de “Yom Kipur” (Día del Perdón), 1996 “Talmid jajam”, el estudiante del sabio, esos términos describen a quienes directamente con el Creador. ¿Qué puede estudiar uno con el Creador? El único atributo del Creador es satisfacer Su creación. Si el hombre desea adquirir este atributo en orden de satisfacer al Creador justo como el Creador satisface al hombre, el se transforma en el “estudiante del Creador”. Siempre y cuando el hombre haga esfuerzo para trabajar, el Creador oirá su llamada de auxilio. Este proceso deberá ser sincero ya que uno no puede engañar al Creador. El progreso espiritual es una senda interior personal, no es necesario revelarlo a otra gente de otra forma la plegaria de uno puede ser en vano. Cuando las impresiones espirituales empiezan a ser percibidas no hay palabras para describirlas, por lo tanto, un hombre buscando lo divino nunca debe hablar del nivel en el que se encuentra. Cuando el hombre no piensa en nada más que en progresar hacia el Creador, cuando todo su tiempo y energía están dedicados hacia su progresión, el Creador cumplirá sus deseos. Al principio el hombre debe saber lo que se requiere para su corrección, pero, no comprende claramente qué es un Kli (vaso) listo para recibir la Luz divina así como la naturaleza de esa Luz. Los trabajos de Yehuda y Baruj Ashlag proveen instrucciones y métodos globales para progresar espiritualmente. Baal Hashulam nos ha dado especificaciones sobre cómo llevar nuestra progresión espiritual y llevarnos a nosotros mismos más cerca del Creador. ¿Por qué ayunamos durante Yom Kipur? Si a una persona enferma se le pide no comer durante un día completo y vestirse de blanco para curarse de una enfermedad, lo haría por su propio bien. De esta forma muchos hombres cumplen obras apegadas a prescripciones religiosas. Los mandamientos que deben ser observados son sólo aquellos que corresponden a Su voluntad. Nosotros no entendemos cómo lo espiritual está conectado a nuestro mundo y cómo toman los mundos espirituales el aspecto de nuestro mundo material. El hombre estudia, si comprende que no entiende, ésta ya es una verdad. El Creador da al hombre esta impresión porque quiere acercarlo más a Él. En caso opuesto, si Él no quisiera que el hombre se le acercase, le daría satisfacción en su estudio, trabajo, familia. La progresión es posible sólo cuando hay un sentimiento de insatisfacción. Generalmente el hombre está educado para sentir su propia perfección. Esto es como si los maestros despojaran del hombre las posibilidades de levantarse o caerse. En nuestras sociedades modernas la educación está basada en principios de auto-satisfacción. Esto mata al hombre porque su egoísmo es satisfecho. Lo mismo se aplica en nuestro desarrollo espiritual porque sólo el grado de insatisfacción alimenta la inspiración para ir más allá de los límites de los hábitos y la pereza, en orden de elevar la espiritualidad. Esfuerzos individuales en calidad y cantidad nos permiten alcanzar la meta que nos hemos fijado para nosotros mismos. Todos los esfuerzos por estudiar, discutir o diseminar la sabiduría de la Cabalá beneficia grandemente a los que lo hacen. Se convierten en una puerta de acceso, permitiendo que otros en nuestro mundo se vuelvan familiares con el Creador. Para que sea un conocimiento auténtico cabalista debe estar insertado en el corazón del hombre y de sus sentimientos. Las ciencias pueden ser estudiadas pero no modificarán el carácter humano, no requieren del que busca una transformación de su apariencia existencial. Las ciencias solo tratan con una pequeña parte de la creación, en la última parte que está confinada a los límites más estrechos de nuestro mundo. Hoy en día, no obstante,
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la ciencia ha empezado a descubrir que existe una relación entre la experiencia y el experimentador. En la Cabalá el investigador sólo puede obtener conocimiento si sus cualidades concuerdan con las del tema de su estudio. Cena de Rosh Jodesh Tishrei (la luna nueva). Sep, 1996 El universo está hecho de dos componentes: el Creador y su deseo de dar placer, así como, la creación y su deseo de recibirlo. El deseo de recibir placer cuando está conectado por una pantalla “a prueba de orgullo” es llamado “partzuf”, un elemento espiritual. Cuando el partzuf permite que la Luz del Creador entre y se dedique al Creador éste realiza el “zevoug de akaa”. Esta acción es llamada “mandamiento”. La Luz en el partzuf es llamada “Torá”. Cuando un hombre cumple un mandamiento físico con una intención espiritual recibe la Luz de la Torá. Su egoísmo es corregido y dos mundos son unidos. Mientras se observan los mandamientos en este mundo, el hombre aún necesita definir qué quiere obtener. La observación mecánica no lleva al progreso espiritual ésta únicamente localiza al hombre en un nivel “espiritualmente inanimado”. Sólo la intención puede ayudar al hombre a entrar en un mundo espiritual. Esta también define su nivel espiritual y el grado de percepción de la Luz espiritual, el Creador. “Un mandamiento sin intención es como un cuerpo sin espíritu”, refiriéndose a que éste es cumplido en un nivel “espiritualmente inanimado”. La enseñanza de la intención adecuada es el propósito y tarea de la Cabalá. Esta representa la parte escondida de la Torá y está basada en enseñanzas preliminares en el estudio del hombre y en cómo definir sus verdaderas intenciones. Finalmente, el hombre se vuelve consciente de su egoísmo y verdadera naturaleza que fomenta su deseo de recibir placer sin considerar las opiniones, pensamientos y deseos de otra gente. Cuando se embarca en este viaje espiritual, el hombre no sabe por qué se levanta temprano en la mañana, estudia y atiende lecturas. Todo esto toma lugar inconscientemente. Sólo una vez que el Creador se le haya revelado, el hombre entenderá que fue guiado a actuar de esa forma y así todo se vuelve más claro. Las palabras no pueden existir sin el hombre que las percibe. Sólo cuando el hombre percibe uno de los fragmentos de la infinita y suave Luz llama a “su mundo” el fragmento percibido. Por el contrario, todos los grados del mundo están latentes en el hombre. Esos grados de conocimiento espiritual corresponden a la adquisición progresiva de conocimiento localizado más allá de los límites de nuestro mundo. El hombre es un punto egoísta en la creación y debe madurar espiritualmente para progresar. Sólo esta maduración - o sea la apertura del punto en el corazón - concuerda con el incentivo inicial, todas las otras acciones se apoyan en esto. Nosotros estamos animados solamente por el deseo de sentir placer en todas las etapas de nuestro desarrollo. Este deseo es llamado “Klipá” (piel, cáscara) porque ésta fuerza protege al hombre mientras éste no haya alcanzado el nivel donde desee remover la piel para disfrutar el fruto. El fruto es el Klipá enmendado, el deseo de otorgar sin retorno, para satisfacer, justo como el Creador. El Klipá es una fuerza espiritual. El cuerpo espiritual del Klipá está compuesto de una cabeza y un cuerpo. La cabeza del Klipá es llamada “conocimiento” y el cuerpo “deseo de recibir”. La “cabeza” de un cuerpo espiritualmente puro es llamada “Fe por encima de la razón” y el “cuerpo” es llamado “la acción de otorgar sin retorno”. Solo un estudio asiduo puede sacar al hombre por encima de estados no deseados en los cuales él se hunde sin ayuda. El estudio diario purifica nuestros pensamientos y nos mueve en la dirección correcta.
Pregunta: ¿Por qué decimos “lehaim"- a la vida- cuando brindamos?
El vino simboliza la Luz de “Jojmá”, la Luz de la vida. A fin de enfatizar que recibimos la Luz de la vida con la ayuda de una pantalla, decimos “lehaim”. De esa forma la Luz recibida brilla sobre nosotros en el nombre de la vida. Esta no es recibida correctamente por vía de los deseos que no están reparados o enmendados. Si ese fuera el caso, la Luz desaparecería y llevaría a la “muerte espiritual”.
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Pregunta: “¿Hay preguntas equivocadas o inservibles?”
No, por que si hay una pregunta significa que un deseo necesita ser satisfecho, por consiguiente, la pregunta tiene el derecho de ser hecha. Aunque la respuesta sea un poco más compleja. Es algunas veces imposible dar una respuesta debido al hecho de que los sentimientos del que cuestiona difieren de aquellos del que responde. Uno debe encontrar una respuesta a sus propias preguntas. Si un hombre tiene apuros espirituales esto significa que hay lazos entre él y el Creador. Aún y si no son claramente sentidos esos lazos existen. Sólo el hombre puede encontrar sus propias respuestas aún si no puede entender qué es lo que está pasando. El mundo espiritual no es nada más que el deseo de recibir y la pantalla (masaj) que se opone a éste. La decisión tomada en el Kli (vaso) empieza como deseo (el Kli egoísta) o con la masaj (un Kli espiritual otorgando sin retorno) o su unión (Kli espiritual recibiendo). El hombre debe esforzarse para aceptar todo lo que le pasa porque todos los eventos son un medio de progreso espiritual. No hay una receta para cada caso en particular y el hombre debe encontrar lo que puede y lo que no, así como el aplicar los métodos expuestos por nuestros maestros. Cuando un hombre se da cuenta que después de haber tratado no puede escapar del pequeño universo de su egoísmo, le habla a Dios y clama por ayuda. El egoísmo siente que es el principio del fin. Sólo en esta situación sin salida puede el Creador ayudar al hombre, porque el hombre está listo para aceptar su ayuda. Todos nosotros alcanzaremos el estado de “gmar tikun”, la obtención de la corrección. Lo que sea que pase todos alcanzaremos nuestra raíz en el “Ein Sof” (mundo sin fin.) Todo está encaminado a la corrección final, el fin de los deseos egoístas. La noción del Mundo sin Fin en todos los días de la vida difiere radicalmente de su verdadero significado en Cabalá. El estudio de las verdaderas fuentes puede acelerar nuestra progresión hacia lo espiritual y permitirnos vivirlo en esta vida, por lo que es llamado el camino de la Torá. La progresión puede también ocurrir a través del sufrimiento, siguiendo la reencarnación del alma, pero, en cualquier caso el resultado es el mismo. El camino de la Torá no significa reducir el sufrimiento o evitarlo. Esta no es la fuerza conducTorá de aquel que sigue el camino de la Torá. El hombre transforma el sufrimiento inducido por deseos egoístas mundanos a sufrimientos correspondientes a la falta de espiritualidad, acortando así acorta el tiempo para llegar a su meta. Cena de Rosh Jodesh Tevet (la luna nueva), 1995 El deseo del hombre por conocer lo divino iguala las aspiraciones más intensas por conocerse a sí mismo. El egoísmo retraza las aspiraciones del hombre porque la naturaleza de éste es buscar auto-satisfacción y la saturación de sus deseos. Cada vez que el hombre se da por vencido en sus ilusiones inmediatamente desea conocer al Creador, Su fuente, Su verdadera naturaleza. El Baal HaSulam estaba listo para hablar a todos, para buscar estudiantes y público en un periódico cuyos artículos más tarde se convirtieron en un libro “Matan Torá” (El regalo de la Torá). La paradoja radica en el hecho de que antes hubiera cabalistas y no estudiantes mientras en la actualidad muchos desean estudiar pero no hay cabalistas. Es la primera vez en la historia que enfrentamos semejante situación. El deseo de estudiar es fomentado de abajo mientras de arriba nos encontramos a nosotros mismos arrojados a la creciente oscuridad espiritual. Esta es una situación constructiva porque da testimonio al hecho de que si nuestro deseo de progresar espiritualmente es genuino las respuestas recibidas serán proporcionales a su intensidad. ¿Qué define el poder de amor entre un hombre y el Creador? Es el grado de sufrimiento y pasión, el grado de sufrimiento debido a la ausencia de Luz dentro del Kli y la pasión que
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sigue la penetración de la Luz divina cuando la unión toma lugar. Esto significa que si un hombre puede sentir verdaderos deseos dentro de sí mismo, sus deseos serán llenados. El problema de la gente que trata de entender o percibir los mundos espirituales es que ellos confían en la razón ignorando que ésta es el producto de nuestra naturaleza egoísta. Esta naturaleza evita que nos relacionemos con el mundo espiritual y generalmente los principiantes en Cabalá siguen este camino. Estamos acostumbrados a incrementar nuestra percepción de cosas primero y después localizar la fe sobre la razón. Esto nos ayuda a entender que el Kli lleno con egoísmo concuerda con el deseo de sentir placer y no la intención de satisfacer al Creador. Un Kli espiritual es el deseo de satisfacer al Creador a través de nuestras obras. Nosotros abrimos libros y estudiamos tratando de entender con nuestra razón. No obstante es imposible sentir lo que es deletreado por el intelecto. Lo mismo pasa con el umbral (majsom), el cual separa a nuestro mundo del mundo espiritual. La percepción de las cosas en nuestro cerebro es secundaria porque en él se procesa información y se satisfacen nuestros deseos. El cerebro es sólo un medio auxiliar, tan pronto como un hombre entiende que esta es la llave para mejorar sus sensaciones y no su conciencia de las cosas, el camino a la espiritualidad claramente se abre a sí mismo ante él. El hombre generalmente no confía en sus sentimientos, primero quiere entender, luego sentir y actuar. Así es que, ¿por qué nos fue dado el cerebro si este es un obstáculo? Para que pudiéramos usarlo y al mismo tiempo progresar al localizar la Fe por encima de la razón. El camino para alcanzarlo está lleno de dificultades y se basa en la prueba y el error. Este camino ayuda al hombre a darse cuenta que todas las situaciones en la vida son ayuda enviada por el Creador para estimular la progresión espiritual. El Creador envía toda clase de fuerzas que son traídas para que el hombre pueda mejorar su auto-control. Sin embargo, una regla de oro necesita ser aplicada y ésta es secreta. ¡Debemos ocultar nuestra meta a nuestro propio egoísmo y aún mas a otra gente! El estudiante en Cabalá debe comportarse discretamente y no mencionar su meta al primero que llegue. Si éste principio no es cumplido, el estudiante puede acarrear contra él fuerzas negativas muy poderosas. Cuando los estudiantes de Cabalá se juntan, no deben hablar de su amor por el Creador ni de sus sentimientos del uno por el otro porque al hacerlo sólo expresan sus opiniones personales y pensamientos subjetivos. La distancia que separa al hombre del Creador es similar a una escalera con peldaños. Nosotros ocupamos el más bajo y el Creador el más alto. Nuestra tarea es subir esta escalera y alcanzar al Creador. Hay algunas formas de progresar. Una consiste en estimulación de abajo, éste es nuestro camino, el hombre anhela espiritualidad y elevación, empieza a leer libros, etc. Otro camino es la estimulación de arriba donde el Creador nos levanta y nos lleva más cerca de Él. ¿Cuál es la diferencia entre esos dos caminos? La estimulación desde arriba corresponde al constante enriquecimiento de nuestro mundo sin hacer caso de todas y cada una de las aspiraciones personales. Aquellos que manifiestan aspiraciones personales son guiados hacia el estudio de la Cabalá y es preferible para el hombre aprovechar lo que le ha sido enviado. El hombre debe comportarse seriamente en este trabajo así como con las capacidades que son enviadas a él. Hay treinta y dos chispas dentro de nosotros “lamed bet nitsoutsim”, el “lev haven” o corazón de piedra. Esto corresponde a un tipo de egoísmo que solamente puede ser corregido cuando la Luz general llamada “Mesías” es corregida. Solo este tipo de Luz puede liberarnos del egoísmo. Necesitamos perseverar en nuestros esfuerzos para liberarnos a
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nosotros mismos del egoísmo y nuestro deseo asistente, el “Mesías” aparecerá y liberará al mundo de sus cadenas.
La perfección y el mundo Sabemos que la esencia de los mandamientos del Creador reside en el amor. Deberíamos conceder la máxima atención y compasión a todos los miembros de la sociedad, así como hacemos con nosotros mismos. Intentemos ver si podemos llevar esto a la fe. Quizás sea posible verificarlo también en la práctica. Creo que el lector apreciará mi disgusto por la mera especulación vacía de contenido. Nuestra generación sabe mejor que otras cómo pueden implementarse en la práctica tales falsas filosofías y luego millones de personas pueden sufrir sólo porque algunas ideas teóricas tomadas como base resultan ser falsas o engañosas. Y así, la teoría entera puede derrumbarse... Puede suceder que, estudiando el mundo y sus leyes y basando nuestras conclusiones sobre hechos, podamos llegar a la conclusión de que es necesario seguir las exigencias del Creador. Si observamos el orden existente en la naturaleza, quedamos maravillados por el increíble control que revela (tanto en el micro como en el macrocosmos). Tomemos por ejemplo algo muy cercano a nosotros: el propio ser humano. Una célula paterna arriba a un lugar seguro y protegido dentro de la madre. Allí recibe todo lo que necesita para crecer y desarrollarse. Nada puede dañarla hasta que nace y se vuelve un organismo separado. Más tarde, la naturaleza incluso implanta en los padres el afecto indispensable por su bebé. De esta forma el niño está absolutamente seguro del amor y del cuidado de quienes lo rodean. Así como el hombre, también los animales y las plantas cuidan mucho a sus retoños y a las generaciones siguientes. Sin embargo, después de que el nuevo organismo, el nuevo individuo ha nacido, se ve obligado a entablar una lucha por la supervivencia que se intensifica a medida que el tiempo transcurre. Esto contrasta vivamente con el calor y el cuidado que lo rodean al comienzo. Esta asombrosa contradicción respecto al control de este mundo ha ocupado las mentes de la humanidad desde tiempos remotos, provocando la formulación de numerosas teorías. EVOLUCION - Esta antigua teoría no considera necesario resolver la contradicción. El Creador ha hecho el mundo y controla todo. Pero como, según los evolucionistas, carece de sentimientos y/o pensamientos, crea cada especie según rigurosas leyes físicas. Tras aparecer, la especie se desarrolla de acuerdo a la evolución, en estricta adhesión al principio de la "supervivencia del más fuerte". Al llamar al Creador con el nombre de "naturaleza", esta teoría enfatiza su carencia de sentimientos y emociones. DUALISMO - Sabemos que la increíble sabiduría de la naturaleza excede por completo las posibilidades humanas. Por lo tanto, predecir y "programar" futuras creaciones y organismos debe incluir algún tipo de retro-alimentación. También el lado que da (la naturaleza) debe tener intelecto, memoria y sentimientos, porque es imposible pretender que reine sólo el azar en todos los niveles de la naturaleza. Siguiendo el hilo de este pensamiento se llega a la idea de la existencia de dos fuerzas: una positiva y la otra negativa. Poseen intelecto y sentimiento y transmiten estas cualidades a todo los que crean. El desarrollo de esta teoría del dualismo trajo aparejada la creación de algunas otras. "Muchos dioses". Al analizar las acciones de la naturaleza y clasificarlas como rasgos de carácter, surgieron ciertas religiones (como la griega antigua) que postulan muchos dioses. Según esta creencia, cada dios controla cierto poder o cierto campo.
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Ausencia de control (descontrol). Recientemente, con la aparición de nuevos instrumentos y nuevos métodos tecnológicos, muchos científicos han descubierto un vínculo de unión entre varios campos de nuestro mundo. De esta forma se abandonó la teoría del control del mundo por "muchas fuerzas", surgiendo algunas nuevas ideas. Básicamente, que debe haber una fuerza que nos une y que controla sabiamente al mundo entero. Dado que la humanidad es tan pequeña y despreciable en comparación con esta fuerza, somos abandonados (como humanidad) a nuestros propios recursos. Mientras tanto, a pesar de todas las teorías acerca de la creación de este mundo y su control, la humanidad sigue sufriendo. Y el hombre no comprende por qué la naturaleza, que lo trató con tanta ternura y cuidado en el útero materno, se vuelve luego tan despiadada. Al envejecer, pareciera que necesita aún más de los cuidados de la naturaleza. Y surge una pregunta: ¿no seremos nosotros mismos la causa de la crueldad de la naturaleza hacia el mundo viviente? Todas las acciones de la naturaleza están entrelazadas. Por lo tanto, si infringimos alguna de sus reglas, todo el sistema se desequilibra, tanto si hablamos de la naturaleza como "dirigente", o de un Creador muy sabio con cierto plan y cierto objetivo. La Naturaleza o bien, el Creador (distinción poco importante en principio) actúan sobre nosotros a través de ciertas leyes y reglas. Debemos obedecerlas porque son objetivas y coercitivas (casualmente, según la Cabalá, el valor numérico de la palabra "Elohim”: Dios, es igual al valor numérico de la palabra "Teva": naturaleza. Esto demuestra el vínculo que nos une con el creador a través de las leyes de la naturaleza). Es importante para nosotros comprender las leyes de la naturaleza. Sabemos que si no las observamos, sufriremos. Resulta bastante obvio que el ser humano necesita de la compañía de otras personas. Si alguien decidiera de repente aislarse de la sociedad, se condenaría a una vida colmada de sufrimiento. No podría proveerse de todas las cosas que necesita. Es la propia Naturaleza la que dispone que el hombre viva en sociedad, con sus semejantes. En dicha vida se ve involucrado en dos operaciones: "obtiene" de la sociedad todo cuanto necesita, y por otro lado, tiene que "dar" para garantizar su producción y su trabajo a la sociedad. El que quiebre alguno de estos compromisos provoca un desequilibrio y merece ser castigado por la sociedad. Cuando alguien es culpable de "obtener" demasiado (¡por ejemplo robando!), el castigo viene inmediatamente. Pero cuando, por el otro lado, alguien se niega a "dar" de sí a la sociedad, el castigo por lo general no aparece para nada. De allí que esta condición de "dar" tus talentos y habilidades a la sociedad con frecuencia no se cumple. Por su parte, la Naturaleza actúa como un juez, castigando a la humanidad de acuerdo a su desarrollo. Según la Torá, el cambio de las generaciones en nuestro mundo significa sólo la aparición y desaparición de los cuerpos de la gente. Por otro lado, el alma que llena el cuerpo es el "yo" principal de la persona. Transporta sus deseos, su carácter y sus pensamientos escritos en un "portador" material: las células cerebrales. Esta alma no desaparece, tan sólo cambia de portador. El número de almas es limitado (constante) y va rotando, al bajar a nuestro mundo "vestidas" de nuevos cuerpos constituyen una nueva generación humana. De este modo, respecto a las almas, todas las generaciones, desde la primera a la última, pueden ser consideradas una sola generación. Su vida se remonta al nacimiento de la humanidad, hace algunos milenios. Continuará hasta la muerte de la humanidad, sin importar cuántas formas diferentes adopte cada alma en los diversos cuerpos. La muerte no afecta al alma, pues ésta se compone de una "materia superior". Del mismo modo, cortarnos el pelo o las uñas no afecta nuestro cuerpo ni su vida. Tras crear y entregarnos sus mundos, el Creador nos encomendó una tarea: esforzarnos para encontrarlo y converger con él. Esto debería realizarse mediante el crecimiento espiritual, uniéndonos y elevándonos a nosotros mismos. Pero, surge un gran interrogante: ¿debe la humanidad obedecer la voluntad del Creador? La Cabalá revela un cuadro completo de las distintas maneras en que somos controlados y el resultado es sorprendente. Resulta que, por propia voluntad o a través del sufrimiento, llegaremos eventualmente a la misma
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conclusión. Puede suceder en esta vida o en la próxima, puede suceder a través de la influencia de fuerzas físicas, sociales o económicas. Tarde o temprano cada uno de nosotros y eventualmente toda la humanidad deberá aceptar la idea: ¡La meta y propósito de la Creación deberían ser nuestra meta y propósito en la vida! Al final de todas las generaciones, todos alcanzarán esta meta. La única diferencia reside en la ruta elegida para alcanzarla. Quien se esfuerce por lograr esta meta se beneficiará doblemente. Recibe placer por "converger" con el Creador y esto sucede en lugar del sufrimiento. Lo dramático es que la humanidad todavía no imagina todas las desgracias que tendrá que enfrentar. Sabemos que el objetivo a lograr ya está establecido y que las leyes de la Torá son inmodificables. Y así, sea por nuestro propio sufrimiento personal o por alguna catástrofe global periódica, cada uno de nosotros es conducido hacia la idea correcta. Debemos seguir los mandamientos del Creador. Debemos liberarnos del egoísmo y de la envidia, y desarrollar sentimientos de compasión, ayuda mutua y amor.
Las acciones de la Luz Rav Dr. Laitman Hay 3 acciones principales que cumple el Creador, el cual también es conocido como la Luz: Al principio Él crea un deseo y construye el alma del hombre. Luego, en unión con el hombre y de acuerdo a las demandas de este, cuando el hombre puede tomar parte activa en el proceso, el Creador le inicia en la senda de la corrección (Tikun), siempre y cuando el hombre tenga el deseo de hacerlo y se encuentre preparado para ese nivel. Y mientras el Creador conduce al hombre en el proceso de corrección, en esta misma medida le llena con Su Esencia (Atzmuto). El Creador se manifiesta en el hombre, se aloja en su interior y lo colma. En otras palabras, esto significa en el lenguaje de la Cabalá que la Luz crea el recipiente (Kli), lo conduce a la corrección (Tikun) y lo llena. En vez de "Creador" usamos la palabra "Luz" porque de esa manera se denomina a la revelación del Creador en el interior del hombre. Para que podamos tomar parte activa en el proceso de corrección y en el llenado del recipiente, necesitamos saber de qué manera debemos hacerlo, dónde exactamente se encuentra el "punto" en que tenemos que concentrar nuestros esfuerzos, ya que de otra manera podríamos estar buscando durante 20 ó 30 años, sin llegar al resultado deseado. En el mundo hay muchos que se ocupan de la Cabalá, leen varios libros, estudian durante días y noches, se visten con una ropa especial, hacen ejercicios, etc. Qué no han hecho tantas personas durante miles de años con el fin de recibir una gota de espiritualidad, una sensación de lo superior, para poder encontrar alguna conexión con el Creador, unirse con Él, y en cierta forma, encontrar el tiempo y el lugar comunes al Creador y al hombre, donde el hombre pudiera conectarse al Creador y el Creador al hombre. Pero el Creador no responde a la mayoría sino sólo a unos pocos de aquellos que están dispuestos a afrontar todos los sufrimientos posibles y limitaciones, con la finalidad de conocerle. Baal Hasulam (rabino Yehuda Ashlag) habla sobre esto en sus cartas: que mucha gente, durante miles de años, realmente se martirizaron sólo con el fin de encontrar al Creador;
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pero, Él no les contestó. Baal Hasulam consideró a este aspecto de la búsqueda, como el orgullo más grande de todos los orgullos. Hay que entender el significado de esta frase, ya que no es tan simple hacerlo. Es decir, hay algún tipo de código y tenemos que buscar el verdadero, para poder establecer realmente el canal de comunicación entre nosotros y el Creador, o más bien, construirlo de nuevo, limpiarlo, ya que toda conexión entre el Creador y el hombre ya existe de por sí. Hoy en día como antes, nosotros estudiamos en libros que se estudiaban en el pasado. Actualmente, se pregunta ¿por qué si en el pasado la gente no logró con el estudio de dichos libros establecer la conexión con el Creador, ahora es más grande la perspectiva de lograrlo a través del estudio de los mismos libros? El éxito en dichos estudios depende de la exigencia que aflore en el hombre en relación a los mismos, es decir, que depende de lo que él quiera conseguir del estudio mismo. El estudio es igual que "recibir visitas", el tiempo cuando el hombre tiene una solicitud y tiene el permiso de hacerla al Creador. Entonces lo más importante aquí es saber qué es lo que hay que pedir y no dejar de hacerlo. Como alguien que esté enfermo gravemente y piense todo el tiempo que debe sanar y que ninguna otra cosa en el mundo diferente a esta, le interese ni exista para él. Así también nosotros, igual que un enfermo grave, tenemos que pensar sólo en nuestra enfermedad, que nos falta establecer la conexión con el Creador. Y si esa conexión se realiza, junto a ella se realizarán todas las otras cosas.
El alma como un sistema en el modelo del universo Sistema – es una totalidad de elementos que existen en relación a, y en conexión el uno al otro, lo cual genera cierta integridad – unidad. Características de un sistema En nuestra opinión, el alma es un sistema unido y total del universo; siendo su característica principal la integridad, es decir, la inhabilidad de reducir cualquier sistema a la suma de sus partes. Esto significa que donde existe un alma común, llamada “Adam”, en realidad sólo esta alma existe. Todas las partes que se han separado no son sus fragmentos separados, sino algo completamente diferente. En un nivel en el cual se reúnan de nuevo en esa estructura común, éstas partes ya forman un solo organismo común. Es decir, cualquier estado de cada alma individual, cada objeto individual, está definido sólo por el grado en el que esté conectado con el resto de los objetos. Únicamente en esto podemos encontrar su nivel o grado, para registrar su estado y definir sus cualidades. Podemos caracterizarlo sólo al nivel que es compatible con sus objetos remanentes, como también al nivel en que estos objetos separados, estas almas separadas, se interconectan unas a otras; esto quiere decir que cierto factor común, integridad, esencia, estructura, y orden emergen entre ellas. Esta estructura posee una cualidad completamente nueva y diferente. No es una simple suma de estos elementos separados, sino una creación cualitativamente diferente. Es lo que crean juntas, gracias a la interconexión entre cada una. Lo que ha sido creado es una nueva manera de obrar, un sistema totalmente nuevo. Jerarquía Cada componente de un sistema se ve a sí mismo como la parte más importante, y como el organizador principal de las demás partes. Cada componente de un sistema se comporta exactamente de la misma manera. Cada alma independiente es la principal en relación con el resto de ellas.
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Es decir, como resultado de la separación en diferentes partes del alma común y la subsiguiente reconexión, tenemos una situación en la cual éstas se imponen a las demás, y cada una de ellas adquiere las cualidades de la asociación entera. Es de común acuerdo que la cantidad de almas individuales después del rompimiento del alma original, el objeto unificado, es de seiscientas mil. Entonces, nosotros teníamos una sola alma, la cual se quebró en seiscientos mil pedazos, y ahora, reuniéndonos todos juntos, estas piezas forman un nuevo sistema que es equivalente al original, multiplicado por seiscientos mil: estas son seiscientas mil almas individuales, existiendo entre ellas, imponiéndose a cada una de las demás almas. Esto significa que obtenemos un sistema, que es absoluto, ya que cada uno de sus elementos es el principal, definiendo y conectando al resto y al mismo tiempo, dejando a los demás conectarse a él. Pluralidad de descripciones La pluralidad de descripciones resulta del hecho que cada objeto original consiste en sus cuatro niveles: inanimado, vegetativo, animado, y humano. Por lo cual, cada uno de estos niveles se dividen en varios subniveles, etc., lo que significa que, principalmente, es ilimitada en cada una de sus partes y su interacción total. Es por eso que podemos describir un sistema, estructurarlo en cada uno de sus niveles, y verlo desde diferentes ángulos; la totalidad de éstos, en general, es equivalente. Nosotros no podemos decir cuál de esas partes es mejor, peor, alta o baja, ya que si el sistema es perfecto (y así resulta al final), entonces cada aspecto de él es también perfecto. Sólo expresa su perfección de diferentes maneras, en un lenguaje diferente. Un hombre puede ser descrito como una planta, un animal, un elemento biológico, social, o espiritual. Y esto incluiría toda su información. Desde el punto de vista de un sicólogo o un filósofo, la personalidad de un humano es un objeto sistemático en que es parte de diferentes sistemas (físico, social, etc.); un humano es un sujeto activo; y la personalidad misma es un sistema especial que es abierto y en desarrollo. Sobre esto, algunas características específicas se podrían añadir a las comunes, tales como el propósito de la existencia de un ser vivo técnicamente complejo, así como los sistemas sociales y sus habilidades auto-organizativas, cambiando su propia estructura. La ciencia de la Cabalá tiene la oportunidad de examinar el alma humana como un sistema abierto de auto-desarrollo del universo y de buscar nuevas características de este sistema y nuevas formas de su funcionamiento.
Reencarnación y Cabalá Ninguno de nosotros es un alma nueva, todos hemos acumulado experiencias de vidas previas en otras encarnaciones. En cada generación, a lo largo de los últimos seis mil años, descendieron almas que ya habían estado aquí en ocasiones anteriores. No son almas nuevas, sino con alguna forma diferente de desarrollo espiritual. Las almas descienden a la Tierra de acuerdo a un orden determinado: ingresan al mundo de forma cíclica. Su número no es infinito: vuelven una y otra vez, progresando en su corrección. Los nuevos cuerpos físicos que ocupan son más o menos parecidos, pero los tipos de almas que descienden son diferentes. Esto es lo que se conoce popularmente como reencarnación. los cabalistas usan la expresión "desarrollo de las generaciones". Esta interrelación o conexión entre el alma y el cuerpo colabora con la corrección del alma. Nos referimos al ser humano como "alma" y no como "cuerpo". El cuerpo en sí puede ser reemplazado, como se reemplazan hoy en día los órganos. El cuerpo es útil sólo como recipiente desde dónde el alma puede actuar. Cada generación se parece físicamente a la anterior, pero difieren una de otra porque en cada oportunidad las almas bajan con la experiencia acumulada de sus vidas previas aquí. Llegan con sus fuerzas renovadas por su estadía en el cielo. Por lo tanto, los objetivos y deseos de cada generación difieren de los de la generación anterior. Esto explica el desarrollo específico de cada una de ellas. Inclusive la generación que no alcance el deseo de conocer la verdadera realidad o el reconocimiento divino,
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cumplirá su tarea a través del sufrimiento. Esa será su forma de progresar hacia la auténtica realidad. Todas las almas se originan en una, llamada "el alma del primer hombre". Esto no se refiere al Adán que conocemos, sino a una realidad espiritual interna. Partes del alma del primer hombre descienden al mundo para encarnar, tomando forma de cuerpos y provocando la conexión entre el cuerpo y el alma. La realidad está diseñada para que las almas desciendan y se autocorrijan. Al encarnar aumentan su nivel 620 veces respecto al nivel inicial. El orden en que descienden a encarnar en esta realidad va de sutiles a densas. El alma del primer hombre consta de muchas partes y muchos deseos, algunos sutiles, otros densos, según su cantidad de egoísmo y crueldad. Llegan a nuestro mundo primero las partes sutiles y luego las densas, con sus correspondientes requerimientos de corrección. Al corregir los deseos más sutiles, pueden luego ayudar a corregir los más densos, los más problemáticos. En su descenso al mundo, las almas han adquirido experiencia a través de su sufrimiento. Esto se conoce como "el camino del sufrimiento", ya que esta experiencia desarrolla el alma. Cada vez que reencarna, aumenta su impulso inconsciente de buscar respuestas a las preguntas acerca de su existencia, de sus raíces y de la importancia de la vida humana. Existen, según esto, almas que son más y menos desarrolladas. Las más desarrolladas tienen tal enorme urgencia de reconocer la verdad, que no soportan limitarse a los confines de este mundo. Si se las provee de herramientas correctas, libros adecuados e instrucción acorde, llegarán a reconocer el mundo espiritual. La Cabalá también distingue entre almas descendentes más o menos puras o refinadas, según la medida de la corrección requerida. Las que requieren una corrección mayor son llamadas "menos refinadas". Las distintas almas descendentes requieren diferentes guías y correcciones, específicas para cada generación, así como líderes adecuados para conducir su progreso espiritual. En sus libros y grupos de estudio transmiten el método de descubrimiento de la verdadera realidad más adecuado para su generación. En esta era mediática, pueden aparecer por televisión, por radio o más comúnmente por Internet. Al principio (antes de que apareciera el alma del Ari), reinaba una era de acumulación de experiencia y de persistencia en el mundo. Progresaban hacia la corrección con su mera existencia. El sufrimiento acumulado agregó urgencia en la búsqueda del alivio. El deseo de dejar atrás el sufrimiento fue la fuerza motivadora del desarrollo de las generaciones. Cuando en el siglo XVI, apareció el Ari, declaró que a partir de su generación, los hombres, las mujeres y los niños de todas las naciones podían y debían introducirse en la Cabalá. Había llegado el momento del desarrollo generacional en que las almas descendentes podían reconocer la verdadera realidad, completando su corrección con el propio método del Ari. Podían cumplir lo que se esperaba de ellas. Aún en su cuerpo físico, el alma tiene un solo deseo: retornar a sus raíces. Los cuerpos físicos, en su deseo de recibir, las arrastran de vuelta a este mundo. Pero el ser humano desea conscientemente elevar su espíritu. El esfuerzo resultante de la gran fricción creada por esta dicotomía le ayuda a elevarse 620 veces por encima de su nivel anterior. Si un alma no completa su tarea, reencarnará en el mundo con más necesidad de corrección. A veces creemos que debemos negar nuestros deseos y anhelos para ser más exitosos en la próxima reencarnación. Pensamos que no deberíamos desear nada sino un poco de alimento y estar tirados al sol como un gato. Sin embargo, en la realidad ocurre todo lo contrario, pues la próxima vez seremos aún más crueles, demandantes, exigentes y agresivos. El Creador quiere que nos colmemos de placeres espirituales, que seamos plenos. Esto sólo es posible a través de un deseo enorme. Sólo mediante un deseo corregido podremos alcanzar realmente el mundo espiritual, tornándonos fuertes y activos. Un deseo pequeño no nos hará mucho daño, pero tampoco mucho bien. El deseo "corregido" sólo funciona a partir del estímulo correcto. No lo poseemos automáticamente, sino que lo adquirimos mediante el estudio correcto de la Cabalá. Existe una pirámide de almas, basada en el deseo de recibir. En su base se encuentran muchas almas con pequeños deseos terrenales, buscando una vida confortable de tipo animal: comida, sueño, sexo. El nivel siguiente, con menor número de almas, contiene aquéllas que desean adquirir riqueza. Se trata de personas deseosas de dedicar su vida entera a hacer dinero y aún a sacrificarse en aras de la riqueza. A continuación se encuentran las que harían cualquier cosa con tal de controlar a los demás, gobernar y alcanzar posiciones de poder. Otras aún menos numerosas poseen un deseo
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todavía mayor por conocer: son los científicos y académicos que pasan su vida empeñados en un descubrimiento específico, sin interesarse por ninguna otra cosa. El deseo más intenso, compartido sólo por unos pocos, es el de alcanzar el mundo espiritual. Todos están incluidos en la pirámide. El hombre a su vez posee la misma pirámide de deseos en su interior, la cual debe invertir, de modo que el peso vaya al deseo más puro, el deseo infinito de verdad. Debe rechazar y descartar sus deseos terrenales, poniendo todos sus esfuerzos y energía en aumentar el deseo de espiritualidad. Lo logrará estudiando de la manera correcta. Cuando realmente buscamos aumentar el anhelo de espiritualidad, la Luz Circundante, el mundo espiritual oculto, comienza a reflejarse en nosotros, provocándonos desear aún más. En esta etapa, resulta crucial estudiar en grupo bajo la guía de un cabalista [ver el capítulo "Cómo estudiar Cabalá"]. El mayor cambio que observamos en las almas que descienden hoy, radica en su deseo definido de lograr un sistema espiritual. Hasta la gente común busca algo más allá de este mundo, algo espiritual. Aunque esta "espiritualidad" todavía incluye todo tipo de atajos, trucos mágicos y grupos esotéricos que prometen respuestas a sus seguidores, indica una búsqueda de la auténtica realidad. Si las almas de esta generación aumentan más su deseo, probablemente hagan surgir un método nuevo adecuado para ellas. En los últimos quince años se ha activado y acelerado el descenso de las nuevas almas. Su deseo es mucho mayor y más genuino. Quieren lograr la auténtica verdad y nada más. Cuando comprendamos realmente cómo se nos aplica y nos afecta la realidad, dejaremos de hacer lo prohibido e insistiremos en hacer lo correcto. Entonces percibiremos la armonía existente entre nosotros y el verdadero mundo. Mientras tanto, abusamos y luego nos damos cuenta de que hemos abusado. No podemos escapar a dicha situación. Es por ello que la humanidad se encuentra en un callejón sin salida, inmersa en dificultades cada vez mayores. Descubriremos que no nos queda otra alternativa sino reconocer el mundo espiritual del cual formamos parte. Este reconocimiento nos conducirá a una nueva situación, en la que comenzaremos a actuar concientemente al unísono y no como individuos aislados. Todos estamos conectados en una alma, de una generación a otra. Compartimos una responsabilidad colectiva. Es por ello que el cabalista es considerado "fundador del mundo". Afecta al mundo entero y el mundo entero lo afecta a él.
La diferencia entre la ciencia de la Cabalá y la religión La religión asume que el Creador cambia Su actitud hacia una persona dependiendo de sus acciones. La ciencia de la Cabalá, sin embargo, establece que la Fuerza Superior es invariable, y que las acciones de una persona no pueden afectar de ninguna manera. En vez de esto, las acciones de la persona pueden cambiarla. La persona tendrá la habilidad de percibir el Gobierno Superior de una manera diferente, como si sus propios cambios tuvieran como finalidad asemejarse a Él. Podrá percibirlo como bueno y amable, mientras que al incrementar la diferencia entre sus propiedades (recibir) y las del Creador (conferir), sentirá que la actitud del Creador es más negativa. Hay muchas expresiones en los textos cabalistas indicando la firmeza en la actitud del Creador hacia los seres creados: “No cambio mi nombre” (del hebreo: Ani HaVaya lo Shiniti), “Él es bueno y confiere bondad a Sus criaturas, buenas y malas (Tov ve Metiv le Raim u le Tovim), la Luz Superior es absolutamente inamovible” (Or Elion Nimzta be Menuja Mujletet). Por lo tanto, un rezo es llamado auto-juicio o auto-análisis. Esto ocurre cuando una persona no apela al Creedor, sino que en vez, se juzga a sí mismo, se analiza a sí mismo con respecto a la Fuerza Superior invariable. Esta actitud hacia sí mismo y hacia el Creador constituye la diferencia entre la Cabalá y la religión. A pesar de que la religión provoca ciertos cambios personales, ésta se basa en
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implorar al Creador. En este mundo, las religiones son similares a las creencias más antiguas, que en gran medida practican el soborno a las fuerzas superiores de la naturaleza. La Cabalá es rechazada por las religiones como religión de masas, basándose en la convicción que una persona sólo necesita pedir al Creador y todo cambiará desde arriba para su ventaja, ya que el Creador dirigirá su mirada a ésta. Un creyente está convencido que Él existe y que todo lo gobierna. A fin de mejorar cualquier cosa, uno sólo necesita pedirle al Creador, en vez de cambiar uno mismo. Las masas religiosas interpretan los cambios religiosos como la siembra de buenas semillas, tales como ayudar a otros por compasión, pero sin cambiar la naturaleza de uno mismo y hacerlo de igual forma ante el Creador. La convicción de cambio en la actitud del Creador hacia la persona es motivo de envidia: ¿Quién recibe un trato más amoroso por parte del Creador y quién es más “escogido por la Divinidad”?. Esto causa antagonismo que surge no sólo dentro de la gente si no también dentro de las religiones. Los representantes de varias denominaciones religiosas tienen disputas sobre cuáles plegarias están inclinadas a ser más tomadas en cuenta por el Creador. La Cabalá establece que el Creador es invariable. En el proceso de corrección de una persona, esta merece ver una mejoría en la firmeza de la actitud del Creador. Por lo tanto, mientras más sea corregida una persona, más va a justificar las acciones del Creador. La Cabalá define que en vez de rezar uno debería empezar a cambiar. Por consecuencia, la Cabalá provoca odio por parte de grupos religiosos, ya que indirectamente ésta los acusa de hipocresía. Para una mejor comprensión de la actitud de los cabalistas hacia el Creador, podemos tomar un libro de rezo cabalístico. No contiene palabras ordinarias que expresen emociones humanas. Por el contrario, consiste en numerosos símbolos que designan acciones espirituales que la persona debe realizar mientras se corrige a sí misma y como consecuencia, recibir la Luz del Supremo. Esta es la diferencia entre las nociones de un Dios religioso y de un Creador cabalista. El estudio cabalístico de la estructura del universo le da a una persona una idea clara del Creador, cuyas propiedades están en la cúspide de la escalera espiritual y las de sí mismo, que se encuentran en la parte más baja de la escalera. Los peldaños de la escalera representan los diversos mundos. El propósito de la Creación es ascender de forma independiente y fusionar los deseos de uno mismo con los del Creador. Este ascenso implica un cambio interno de las propiedades de la persona, a partir de una intención egoísta en todos sus pensamientos y deseos hacia una intención altruista. El hombre asciende los peldaños de la escalera, donde cada uno de ellos representa un grado de similitud con el Creador. Naturalmente, estudiar la estructura del universo de forma tan minuciosa, previene a la persona de imaginar que su relación con el Creador depende de los pedidos que haga. Imagine un padre de familia perfecto en nuestro mundo. Es obvio que un niño no puede evocar ningún amor adicional por sí mismo por ninguna de sus acciones, ya que el amor de padre o madre es eterno y perfecto. La proyección externa de este amor (la percepción del niño), depende únicamente de los estados por lo que la persona pasa a fin de llegar a conocer la Creación en su totalidad, para ganar experiencia y para igualarse al Creador en su mente y en su corazón. De esto se deduce que aunque la transformación deseada podamos hacerla dentro de nosotros mismos, y por consecuencia, sentir la invariable buena actitud del Creador hacia nosotros, de hecho, difícilmente puede ser llamada corrección. Esto es porque tenemos que transitar a través de todos los niveles, los estados extremos, los cambios y las sensaciones, a fin de obtener la experiencia y la habilidad necesarias para sentir el universo en su totalidad de principio a fin. La corrección sólo significa nuestra actitud hacia cualquier cosa que nos ocurra. Cuando, a pesar de lo que suceda, evaluemos y aceptemos todo lo que pasa como algo absolutamente beneficial, hará surgir la sensación de felicidad y placer. Esto lleva a una situación en la que la persona descubre que en realidad nada cambia, excepto su actitud hacia el estado constante en el que existe. La persona ha sido creada y ha existido siempre en dicho estado. De más está decir que el estudio de la Cabalá ofrece el concepto de la Creación y del lugar que la persona ocupa dentro de ésta, el que naturalmente lo disuade del rezo, lo cual es la parte más importante y el acto central en las prácticas religiosas, todo lo demás está organizado a su alrededor.
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En el caso de la sabiduría de la Cabalá, ésta dirige a la persona de manera natural hacia una reflexión interna y a la transformación, la cual hace que evite los ritos o siga cualquier orden religioso. Es por ello que todas las religiones se oponen a la Cabalá.
Ciencia y Cabalá Todo lo que sabemos acerca de nuestro mundo está basado en estudios humanos. Cada generación estudia nuestro mundo y transmite su conocimiento a la siguiente. De esta forma, cada generación comprende el marco en el que ha de moverse y su posición relativa respecto a las demás generaciones. En cada era, la humanidad utiliza el mundo circundante. Lo mismo ocurre en el plano espiritual. Cada generación de cabalistas, desde Abraham en adelante, estudia y descubre los mundos espirituales. Al igual que en la investigación científica, transmiten el conocimiento adquirido a las generaciones siguientes. En este mundo poseemos un sentido general llamado "deseo de recibir", con cinco receptores (los cinco sentidos). Cuando alguien sufre una corrección, obtiene el sexto sentido, conocido como " sentido espiritual" y funciona según estos cinco sentidos. Los científicos también utilizan sólo sus cinco sentidos. Solemos considerar "objetivo" cualquier instrumento de precisión, de avanzada, técnico, mecánico u otro. Sin embargo, en última instancia, lo que hay es un ser humano examinando, midiendo y evaluando los resultados de la investigación, con sus cinco sentidos. Obviamente, no puede suministrar una respuesta exacta y objetiva a lo realizado por los sentidos. En cambio la Cabalá, fuente de toda sabiduría, sí puede hacerlo. Al comenzar a estudiar la realidad, descubrimos que no podemos estudiar ni comprender lo que está más allá, por lo que permanece desconocida, no revelada para nosotros. Al no poder verla, tocarla o saborearla, nos preguntamos si realmente existe. Sólo los cabalistas que alcanzan la Luz abstracta superior más allá de nuestros sentidos pueden comprender verdaderamente nuestra auténtica realidad. los cabalistas nos informan que más allá de nuestros sentidos sólo existe la Luz abstracta superior, carente de forma, llamada “creación”. Imaginen que nos encontramos en medio de un océano, en un mar de Luz. Percibimos distintas sensaciones aparentemente incorporadas allí, en la medida que lo permite nuestra capacidad de comprensión. No oímos lo que acontece fuera. Lo que llamamos "escuchar" es en realidad la respuesta de nuestros tímpanos a los estímulos externos. Simplemente sabemos que nuestro tímpano reacciona dentro de nuestro oído. Lo evaluamos internamente y lo aceptamos como un acontecimiento externo. No sabemos lo que está realmente sucediendo fuera de nosotros, sólo percibimos la reacción de nuestros sentidos ante ello. Lo mismo sucede con los demás sentidos: vista, gusto, tacto y olfato. Nunca podemos salir de nuestra "caja". Lo que sea que afirmemos acerca de los acontecimientos externos es en realidad la imagen que pintamos en nuestro interior. Esta restricción es imposible de superar. El estudio de la Cabalá puede ayudarnos a ampliar los límites de nuestros sentidos naturales para lograr el sexto sentido, con el cual conoceremos la auténtica realidad fuera y dentro de nosotros mismos. Ésta es la verdadera realidad. Mediante ella, podremos experimentar la reacción externa de nuestros sentidos. Si dirigimos correctamente nuestros cinco sentidos, podremos ver la verdadera imagen de la realidad. Sólo necesitamos interiorizar las características del mundo espiritual. Es como una radio que sintoniza una determinada longitud de onda. La longitud de onda existe fuera de la radio, la cual recibe y reacciona. El ejemplo se aplica a nosotros también. Si tenemos aunque sea una mínima chispa del mundo espiritual, comenzaremos a sentirla en nuestro interior. A lo largo de su evolución, el cabalista adquiere más y más características espirituales, conectándose así con todos los niveles del mundo espiritual, todos construidos según el
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mismo principio. El estudiante de Cabalá comprende, percibe, evalúa y trabaja con todas las realidades, tanto materiales como espirituales, sin diferenciarlas. Alcanza el mundo espiritual mientras se encuentra inserto en este mundo. Percibe ambos mundos sin fronteras divisorias entre ellos. Sólo quien experimente esta verdadera realidad puede ver las razones de lo que le acontece aquí. Entiende las consecuencias de sus actos. Por primera vez se torna verdaderamente práctico, viviendo y percibiendo todo y sabiendo qué hacer consigo mismo y con su vida. Antes no podía saber para qué nació, quién es y cuáles son las consecuencias de sus actos. Todo se incluía en los límites del mundo material y lo abandonaba en el mismo estado que ingresó. Entretanto, nos encontramos todos en el nivel llamado "este mundo". Nuestros sentidos están igualmente limitados, por eso vemos todos la misma imagen. Baal Hasulam escribe: "Todos los mundos superiores e inferiores están incluidos en el hombre." Esta frase es clave para quien se interesa en la sabiduría de la Cabalá y en vivir la realidad circundante. Esta realidad incluye los mundos superiores y este mundo, juntos forman parte del ser humano. Ahora comprendemos el mundo mediante elementos materiales o físicos. Al estudiar, agregaremos elementos adicionales que nos permitirán descubrir cosas que hoy no podemos ver. Nuestro nivel es muy bajo, pues estamos ubicados en diagonal opuesta al nivel del Creador. Comenzamos a elevarnos a partir de este nivel al corregir el deseo. Entonces descubrimos otra realidad circundante, aunque en realidad no cambió nada. Cambiamos nosotros en nuestro interior y en consecuencia nos volvemos conscientes de los otros elementos que nos rodean. Más tarde, estos elementos desaparecen y percibimos que todo se debe exclusivamente al Creador, al Todopoderoso. Los elementos que comenzamos a descubrir gradualmente se denominan "mundos". No debemos imaginar la realidad espiritual, sino percibirla. Imaginarla nos aleja de su alcance. los cabalistas alcanzan los mundos superiores a través de sus sentidos, así como nosotros alcanzamos el mundo material. Los mundos se interponen entre nosotros y el Creador, ocultándolo de nosotros. Como dice Baal Hasulam, es como si nos filtraran la Luz. Vemos la realidad circundante distorsionada. De hecho, podemos decir que no hay nada entre nosotros y el Creador. Estas interferencias, los mundos entre nosotros, son máscaras colocadas sobre nuestros sentidos. No lo vemos en su verdadera forma, vemos sólo elementos fracturados. En hebreo, el origen del término "olam" (mundo) es "alama" (ocultar). Parte de la Luz se transmite, parte se oculta. Cuanto más elevado es el mundo, menos se oculta. Los habitantes de este mundo pintan diversas imágenes de la realidad. La lógica dictamina que la realidad debería ser uniforme para todos. Sin embargo, uno escucha una cosa, otro otra; éste ve una cosa, aquél otra. Baal Hasulam lo ilustra mediante el ejemplo de la electricidad: en nuestros hogares hay tomacorrientes que contienen energía abstracta que enfría, calienta y crea vacío o presión según las características propias del artefacto que se le conecta. Pero, la energía no tiene forma propia, es abstracta. El artefacto revela el potencial de la electricidad. Podemos decir lo mismo de la Luz superior, el Creador sin forma. Cada uno percibe al Creador según su nivel de corrección. Al iniciar el estudio, es posible que la persona perciba sólo su propia realidad y ninguna fuerza superior. Gradualmente irá descubriendo, mediante el uso de sus sentidos, la verdadera realidad expandida. Al avanzar, si corrige todos sus sentidos según la Luz Circundante, no habrá ninguna separación entre él y la Luz, entre el hombre y el Creador, como si no hubiera
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ninguna diferencia entre sus características. Se logra entonces la santidad, el nivel más elevado de espiritualidad. ¿Cómo podrá un principiante dominar esta ciencia si ni siquiera puede comprender a su maestro como corresponde? La respuesta es muy simple. Esto sólo es posible elevándonos espiritualmente por encima de este mundo. Para ello debemos liberarnos de todo rastro de egoísmo material y considerar el logro de los valores espirituales como nuestro único objetivo. Anhelo y pasión sólo por lo espiritual en nuestro mundo, ésta es la llave para el Mundo Superior
Espiritualidad y Cabalá El ser humano es incapaz de efectuar un movimiento que no signifique alguna ganancia para él. Esta ganancia es el combustible que lo mantiene en marcha. Puede ser a corto o largo plazo. Si uno siente que no habrá beneficio presente ni futuro, detendrá inmediatamente su accionar. El ser humano no puede existir sin sentir que ganará algo. La Cabalá enseña al hombre a recibir. Para lograr la espiritualidad, toda persona debe expandir su voluntad de recibir y no desviarse de ella. Debe desplegar su voluntad de absorber todos los mundos, incluido éste. Es el propósito para el cual fuimos creados. No hace falta volverse monje, asceta o retirarse de la vida. El judaísmo, por el contrario, obliga al hombre a casarse, tener hijos, trabajar y llevar una vida plena, pues el mundo está construido para conducirnos de modo adecuado y preciso al mejoramiento. Sin embargo, debe aprender a recibir, a utilizar correctamente su voluntad sin limitarla. Nada debe ser abandonado, todo ha sido creado por algún motivo y no es necesario apartarse de la vida. Puede suceder que alguien que comienza a estudiar la Cabalá no tenga sentimientos espirituales y se lance al estudio con la ayuda de su intelecto. Pero es el corazón el que debemos abrir mediante nuestro intelecto. Un corazón desarrollado discrimina lo correcto de lo incorrecto y nos conduce naturalmente a las acciones y decisiones correctas. los cabalistas comienzan por enseñar espiritualidad en pequeñas dosis para que los estudiantes acrecienten su voluntad de recibir más Luz, más conciencia y más percepción espiritual. Una voluntad más poderosa trae aparejados más profundidad, mayor comprensión y mayores logros, permitiendo que la persona alcance su mayor nivel posible de espiritualidad, hasta las raíces de su alma.
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