Estados Sexuales de La Mente [Donald Meltzer]

March 30, 2017 | Author: Paco Madrid | Category: N/A
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OBRAS DE DONALD MELTZER

i 1967

El Proceso psicoanalitíco, Hormé, Buenos Aires, 1987

1973

Estados sexuales de la mente, Kargbman, Buenos Aires, 1974 (Esta edici6n)

1975

et al., Exploración del autismo, Paid6s, Buenos Aires, 1984

1978

Desarrollo kleiniano, Spatia, Buenos Aires, 1988

1984

Vida onirica. Una r~isión dela teoria y la tlcnica psicoanalitica, Tecnipublicaciones, Madrid, 1987

1986

et al., Estudios en metapsicologia ampliada, Spatia, Buenos Aires, 1988

1988

Y Martha Harris, La aprehensión de la belleza. El papel del con­ flicto estético en el desarrollo, la violencia y el arte, Spatia, Buenos Aires, 1990

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ESTADOS SEXUALES DE LA MENTE

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Familia y comunidad, Spatia, Buenos Aires, 1990 1992

Claustrum. Una investigación sobre los fenómenos claustrofóbicos; Spatia, Buenos Aires, 1994

1994

Sinceridad y otros trabajos. Obras escogidas de Donald Meltzer, Spatia, Buenos Aires, 1997

1995

et al., Clinica psicoanalitica con niños y adultos, Spatia, Buenos Aires, 1995

1998

Y Martha Harris, Adolescentes, Spatia, Buenos Aires, 1998

1999

Didlogos c1inicos con Donald Meltzer, Revista de la Asociaci6n Psicoanalítica de Buenos Aires, Buenos Aires, 1999

2003

Supervisions with Donald Meltzer. The' Simsbury Seminars, Karnac, London, 2003

Donald Meltzer

Prólogo, traducción, revisión y comentarios (Ed 1974) Leon Grinberg, Alejandro Arbiser,

Sara Z. de Arbiser, Juan F. Rodríguez Pérez,

Jorge O. Winocur y Nasim Yampey

Revisión de la traducción (Ed. 1974) Haydée Fernández de Breyter

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Primera edición en inglés:

SexuaL States ofMind, Clunie Press,Worcester, G.B. , 1973

Primera edición en español:

Estados sexuaLes de la mente, Kargierman, Buenos Aires, 1974

Esta edición, México, 2004

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EsTA EDICIÓN

En 1973 Donald Meltzer publicó su segundo libro, Estados sexuales de La mente. Las tres décadas qúe siguieron vieron la construcción de una obra que es hoy fundamental para la teoría y la clínica psicoanalíticas. Que las ideas de Meltzer se asocien a la "escuela poskleiniana" es menos importante que el hecho de que constituyen una contribución central, e indispensable, al desarrollo del psicoanálisis contemporáneo. Apenas un afio después de su aparición en inglés este libro fue tra­ ducidoal espafiol por un grupo de estudiosos argentinos dirigido por León Grinberg y publicado en Buenos Aires por la editorial Kargieman. Esta tarea pionera permitió que Meltzer comenzara a ser conocido en América Latina: hoy todas sus obras están vertidas al español -gracias en buena parte al esfuerzo de la pequeña editorial argentina, Spatia-, aun cuando la inmensa mayoría sea inconseguible en librerías. La transmisión del conocimiento psicoanalítico en los países de habla española hace pensar en la primera Edad Media, en que copias de los ma­ nuscritos circulaban por los distintos países como especias raras. La edi­ torial Kargieman desapareció en alguna de las penosas vueltas de nues­ tras penosas vidas económicas; con Spatia parece haber ocurrido otro tanto; Julián Yébenes (Tecnipublicaciones), la editorial española que ha publicado algunos títulos de Meltzer, no distribuye en América Latina. Estados sexuales de La mente ha circulado durante casi tres décadas en fo­ tocopias, tan degradadas que han olvidado que alguna vez existió un ori­ ginal impreso y encuadernado en forma de libro. La importancia creciente de la obra de Meltzer nos llevó a preparar esta edición. La hemos revisado con el mayor respeto. Corregimos una buena cantidad de erratas de la edición original de Kargieman (pero la edición en inglés de Chmie Press no es más cuidadosa), trabajo en el . cual con seguridad habremos producido nuevos errores. Asimismo, mo­ difica'1Los alguna vez el texto español para hacer más clara una locución o pald verter un localismo porteño, sintáctico o léxico, a un estilo de uso rriás general. En muy pocas ocasiones corregimos algún error flagrante de traducción.

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Cuando el grupo dirigido por Grinberg trabajó en el texto de Meltzer, no exisrla aún la edici6n de las obras de Freud en Amorrorru que, para bien y para mal, constituye nuestra Standard Edition. Modificamos siem­ pre las referencias de tal manera de hacerlas fácilmente localizables para el lector, no así la traducción de los textos freudianos, hecha por el pro­ pio grupo argentino, que tiene la ventaja de ser menos farragosa que la de Amorrorru. (Nos referimos siempre a la edición en español de Freud como AE, es decir, Amorrortu Editores, así como la Standard Edition es referida como SE.) También: regularizamos los rlrulos y las ediciones de las obras citadas tanto por Meltzer como por el ~ rupo argentino en sus útiles notas al pie de cada capítulo, para que su referencia correspondiera con la última aparición editorial conocida de los autores en cuestión. Este es, pues, el resultado del esfuerzo del copista medieval anónimo que, parad6jicamente, emplea los más avanzados sistemas electr6nicos. La desesperación de que ninguna editorialestablecida pusiera en circu­ lación, en treinta años, una edición razonable de este libro y la imposi­ bilidad de tomar contacto con el titular de los derechos, pese a numero­ sas tentativas, nos llev6 a publicar ahora Estados sexuales "en secreto". Se trata de una edición de cien ejemplares fuera de comercio y sin fines de lucro. Su finalidad es establecer una versión impresa para que las máqui­ nas fotocopiadoras, que sí lucran, proporcionen a los estudiantes pági­ nas menos borrosas y más legibles, y así puedan abordar sin cataratas la lecrura de un texto fundamental de uno de los más grandes psicoanalis­ tas de nuestro tiempo. Alimentamos el ardiente deseo -la posmoder­ nidad que tOdo lo consagra, también admite los milagros-, de que una editorial establecida repare el daño , ofrecemos para ello nuestro trabajo. Estamos convencidos de que Meltzer, tan poco amigo de institucio­ nes y formalidades, a sus ochenta años, comprenderá, y quizá disfrutará, el oximoron que encierra esta pequeña perversidad de buena intenci6n.

RECONOCIMIENTOS Entre las muchas personas -pacientes, esrudiantes, colegas y amigos- que me han ayudado a delimitar los conceptos contenidos en este volumen, debo destacar a aquellos que me alentaron especialmente y colaboraron en la preparaci6n del manuscrito y el libro: Esther Bick, Parti Koock, Roger Money-Kyrle, Elizabeth Bon Spillius, Adrian Stockes, Doreen WeddelL

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fNDICE

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PRÓLOGO . . •

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INTRODUCCIÓN

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. Primera parte: HISTORIA •Sección A: LA TEOR[A DEL DESARROLLO PSICOSEXUAL

Capítulo 1: El método psicoanalítico y sus teorías

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31

Capítulo 2: La sexualidad infantil y

el complejo de Edipo . . . . . . . . . .

41

Capítulo 3: Fases del desarrollo y series organizacionales

53

Capítulo 4: Del dolor-y-temor al amor-y-dolor

63

Sección B: SOBRE LA TEOR[A FREUDIANA DE LA PSICOPATOLOCfA SEXUAL

Capítulo 5: La fenomenología clínic~ del narcisismo

75

Capítulo 6: Aproximación clínica a las perversiones.

81

Segunda parte: REVISI6N ESTRUCTURAL DE LA TEORíA SEXUAL Introducción a la part~ II:

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Sección A: DESARROLLO PSICOSEXUAL

Capítulo 7: Identificación y socialización en

la adolescencia . . . . . . . .

. 95

Capítulo 8: Saliendo de la adolescencia

105

Capítulo 9: Las bases introyectivas de las tendencias

polimorfas en la sexualidad adulta . .

113

Capítulo 10: La génesis del superyó-ideal.

127

. . . .

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Sección B: PSICOPATOLOGÍA SEXUAL CLfNlCA

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Capítulo 12: Sexualidad infantil polimorfa.

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Capítulo 13: Sexualidad infantil perversa .

149

Capítulo 14: Terror, persecusión y temor .

163

Capítulo 11: Sexualidad adulta polimorfa .

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PRÓLOGO

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El título de este libro, Estados sexuales de la mente, anticipa, desde

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Capítulo 17: Trabajo, juego y sublimación. . .

199

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Capítulo 18: Revisión estructural de la teoría de las perversiones y las adicciones. . . . Capítulo 19: Perversión de la transferencia.

213

su enunciado, gran parte de las problemáticas complejas y signifi­ cativas que, en romo al tema de la sexualidad, el autor desarrolla en esta obra. Por de pronto, vuelve a replantear varios de los aspec­ tos esenciales de la evolución psíquica y biológica del individuo que siguen manteniendo su vigencia desde que Freud escribiera Tres ensayos de teorfa sexual, una de sus contribuciones más valiosas y originales para el conocimiento humano. Quizás no sea casual que se trate de uno de los artículos de Freud que ha sufrido mayo­ res modificaciones y agregados en el curso de sus distintas edicio­ nes; se debe -entre otras cosas- a su temática tan controversial y trascendente como lo es, por ejemplo, todo lo referente al descu­ brimiento de la sexualidad infantil y a la extensión del concepto de sexualidad. Uno de los méritos más destacables en el enfoque de Meltzer es que no se dedica a estudiar conductas sexuales, sino más bien mo­ dalidades de funcionamiento mental que se relacionan con carac­ terísticas de la sexualidad infantil y adulta. Intenta crear de este modo una nueva metapsicología de las perversiones -como así también de las adicciones- a la luz de la teoría estructural. El pun­ to de partida es el de una organización narcisista infantil que asu­ me el control de la personalidad sometiendo a la parte adulta y a los objetos buenos internos a una actitud pasiva de abandono y en­ trega. Para Meltzer, el significado específico del impulso perverso consiste en alterar lo "bueno" para convertirlo en "malo", aunque conservando la apariencia de bueno. A su juicio, no hay actividad humana que no pueda ser pervertida por estas estructuras infan­ tiles narcisistas del self, sea por medio de la seducción, la amenaza, I la corifusión, etcétera. Lo que caracteriza esencialmente la calidad '

Capítulo 15: Los orígenes del juego fetichista de las perversiones sexuales. . . . . . . . . Capítulo 16: Sobre la diferenciación ambisexual-bisexual

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219

Tercera parte: APLICACIONES DE LA TEORÍA 227 Capítulo 20: Tiranía. . . . . . . . . . . . . . . . Capítulo 21: "La revolución permanente" de las generacio nes. . . . . . . . . . . . . . . . . 239 Capítulo 22: Implicaciones pedagógicas de la teoría estructural psicosexual . . . . . . . . . . Capítulo 23: La realidad psíquica de los nifios no nacidos

247

Capítulo 24: La arquitectónica de la pornografía

259. 265

APf.NDICE DE LAS IDEAS CENTRALES.

279

BIBLIOGRAF(A .

285

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Pero, y tal como lo sostiene Melanie Klein, la virulencia de la des­ tructividad podrá ser modificada a través de la paulatina integra­ ción de las partes malas y agresivas del self con los aspectos mas constructivos y reparadores del mismo. Meltzer sugiere que a la forma adjetiva, "perversa", se la considere en relación con el im­ pulso instintivo (por ejemplo "sexualidad perversa"), mientras que el sustantivo "perversión" sea considerado como un termino noso­ lógico que abarca la organización infantil narcisista con las carac- . terísticas anteriormente descritas ("perversión sexual"). Otro de los aportes valiosos del libro corresponde a la reseña crítica de los principales trabajos de Freud, Abraham y Klein sobre el tema, enfocando el estudio detallado de la organización pregeni­ tal de la libido, la bisexualidad y la confusión de zonas erógenas, entre otrOS temas. Describe la evolución de las ideas esenciales de Freud a partir de los primeros modelos mentales que utilizara (mo­ delos neurofisiológico, óptico, hidrodinámico, etcétera), hasta lle- . gar a la teoría estructural que otorga mayor gravitación y jerarquía a las instancias psíquicas, a las relaciones objetales y a lo motiva­ cional, que a! interjuego de fuerzas energéticas en la conceptuali­ zación de la dinámica psíquica. Meltzer postula, por otra parte, una concepción original de! prin­ cipio econóritico que deja de conceptualizar como una economía

cuantitativa mecánica o física, o una fuerza vinculada a cargas y

contracargas energéticas. Usa e! término "económico" en el sentido

que se dice que un gobierno tiene una política económica y pasa a

considerarla como una relación cualitativa que conduce a la abstrac­ ción y a la simbolización.

En otros capítulos del libro se considera el mundo adolescente

como una institución socia! definida. Después de señalarse la im­

portancia que tiene para e! adolescente e! poder proyectar aspectos.

propios en la vida grupal de la pandilla, se encaran los conflictos

que se le presentan en relación con el sentimiento de identidad. El

grupo podrá resultar "terapéutico" porque funciona. como un con­

tinente adecuado para las identifICaciones proyectivas de! adoles­

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cente, aliviándolo de gran parte:de sus ansiedades persecutorias y confusionales y permitiéndole un mejor contacto con la realidad. Pero creemos que el tema que despierta mayor interés es e! que se refiere a la diferenciación metapsicológica entre la sexualidad adulta y la infantil, y que abarca las diferencias entre las tendencias polimorfas y las tendencias perversas de la sexualidad adulta. Mel­ tzer se basa en la concepción freudiana acerca de la "sexualidad in­ fantil perverso-polimorfa", separando sus aspectos polimorfos de los perversos en relación con la estructura psíquica y la evolución. Destaca los aspectos maduros y más evolucionados del acto se­ xual adulto (cuya privacidad -sostiene- debe ser respetada en e! curso de un tratamiento analítico) que se caracteriza por la cali­ dad humana y no cosificada delv(nculo, la búsqueda de la rela­ ción con el objeto total, una integración de! superyó-ideal y e! pre­ . dominio del funcionamiento de la identifICación introyectiva que conduce a una comunicación genuina. En cambio, en la sexuali­ . dad infantil (o -a veces- en los juegos preliminares del coito adul­ to) pueden privar la satisfacción de tendencias parciales, como así también el vínculo con objetos parciales, la descarga instintiva sin consideración por la pareja, y el funcionamiento predominante del mecanismo de identificación proyectiva. Se deben distinguir los aspectos polimorfos de los aspectos perversos de la sexualidad infan­ til. Los primeros comprenden la actitud competitiva, los celos edípicos, la confusión de zonas erógenas, la tendencia masturba­ toria, y tienen como motivación subyacente la de evitar la exclu­ sión, superando la tensión desencadenada por los deseos insatisfe­ chos. En las tendencias perversas encontramos como características esenciales la envidia, los celos regresivos, e! sadismo, el ataque des­ tructivo contra la pareja y el triunfo maníaco sobre las angustias depresivas y persecutorias. Otro aspecto importante es el de la correlación que establece entre el trabajo, la sexualidad "adulta" y el juego auténtico del ni­ ño como manifeStaciones maduras de la parte adulta de la perso­ nalidad (sea que se trate de un niño o de un adulto propiamente dicho), y su diferenciación de la actividad de seudo-trabajo, sexua­

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lidad "infantil" y seudo-juego (compulsivo y sin goce) que corres­ ponden a la organización infantil de la personalidad (ya sea del adulto o del niño). Para el autor todo trabajo es sexual en su significado. "Trabajo" y "sexualidad" no pueden relacionarse al estilo del huevo y la ga­ llina, pues el segundo término es el más amplio, sobre todo si se reconoce su cualidad "parental", esto es, que constituye una resul­ tante de la identificación introyectiva con los padres internos. Tal criterio hace redundante el concepto de sublimación, y que el pla­ cer del trabajo necesite considerarse como desexualizado en nin­ gún sentido. El trabajo no puede diferenciarse del seudo-trabajo por su fenomenología o descripción sino por el análisis de la fan­ tasía inconsciente y las motivaciones. Queremos ha,cer notar -por otra parte- que para Meltzer el tér­ mino homosexual no es necesariamente sinónimo de perversión, sino que se trata de una expresión meramente descriptiva y feno­ menológica que no marca las diferencias entre lo perverso y lo poli­ morfo. Así -por ejemplo- una determinada fantasía homosexual puede ser la expresión de la necesidad de satisfacer la parte femeni­ na del varón (o masculina de la mujer) en un momento dado, sin contener elementos sádicos o destructivos como ocurre en la ho- . mosexualidad perversa. Esta última estaría incluida entre las ma­ nifestaciones de la parte psicótica de la personalidad. Además, propone diferenciar con mayor precisión el concepto de "bisexualidad" del de "ambisexualidad", señalando que este úl­ timo representa una manifestación psicopatológica en que las ten­ dencias homosexuales y heterosexuales aparecen con simultaneidad ("hermafroditismo psicosexual o inversión anfígena" según Freud) con un tipo específico de relación objetal y fantasía inconsciente subyacente, y un mayor o menor componente destructivo y auto­ destructivo. En todo caso, insiste en la conveniencia de distinguir y categorizar metapsicológicamente lo que es verdaderamente pa­ tológico de lo que no lo es en las desviaciones del comportamiento sexual ya que, en este terreno, reina bastante ambigüedad tanto se­ mántica como conceptual.

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En el capítulo del libro en que desarrolla el tema sobre la "ar­ quitectónica de lo pornográfico" estudia la relación entre el artista y el espectador de la obra de arte y la compara con las fantasías existentes en los vínculos sexuales entre los individuos con sus as­ pectos amorosos y reparatorios, Obien con sus componentes sádi­ cos. No descarta -por ejemplo- que la motivación social del artis­ ta para crear y exhibir pueda contener fantasías perversas. Destaca además la importancia de la imagen visual como núcleo esencial de la fantasía inconsciente. Pero en el impulso voyerístico de la ex­ presión pornográfica, el componente visual es esencialmente des­ integrador. La escena primaria y la fantasía son componentes in­ faltables en todos los estados sexuales de la mente. Queremos señalar que Meltzer se ocupa también del tema del aborto con sus dramáticas repercusiones en sus protagonistas prin­ cipales: la mujer embarazada, su pareja y el médico interviniente. Es fundamental conocer la realidad psíquica subyacente a la expe­ riencia del embarazo. Si ha predominado la identificación intro­ yectiva, la mujer -
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