Espiritualidad Biblica PDF
August 17, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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ESCRITUR
FUENTE D E VID S E GUN S
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ESPIRITU ESPIRITU
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GUSTIN
P . ROMÁN DE LA INMACULADA, O. C. D.
San Pablo escribiendo a s u discípulo Timoteo le dice: Pues toda l a Es Es critura es divinamente Í:l1spirada y útil pa r a ensefiar, p ara argüir p ara corregir p a r a educar en l a justicia a fin de que el hombre de Dios sea perfecto consumado en toda obra buena (1). Y esto se lo dice refiriéndose concretamente a los Libros del Antiguo Testamento. Desde entonces es este principio el que preside. con inmensas proporciones el estudio exposi ción de las Sagradas Escrituras. Una lectura no mUJy a fondo de los Santos Padres a partir de los Apostólicos, nos hace caer en l a cuenta que ellos ven en l a Sagrada Escritura en el Nuevo Testamento sobre todo, más que u n a fuente de teología, u n a fuente de vida espiritual. Más que a buscar pruebas p ara los dogmas van a buscar ensefianzas ejemplos, convencimientos pa r a l a vida de piedad cristiana. Se podía hacer u n Enchiridion bellísimo con textos patristicos, en que resaltan este valor espiritual í f cristianizador de las Sagradas Escrituras d e mil maneras con textos claros y explicito s y con comparaciones í f símiles ingenuos encantadores (2). A este mismo fin obedece esa rica tipología riqu:ísima acomodación bíblica t an ampliamente usaespiritual. Modos da por los Santos Padres en orden a l a vida cristiana que aprendieron en los Apóstoles, sobre todo e n San Pablo que adoctrinado en las escuelas rabínicas de Jerusalén en las que tanta preponderancia tenía l a Torá p a r a l a vida piadosa del pueblo, los usa con frecuencia en sus epístolas. Este empuje patrístico se mantiene como una tradición en los escritores posteriores si bien perdiendo algo de aquella sobriedad
1)
2)
I I Timt. 3 16-17, Cfr. u n guión brevísimo sobre este p a rtic u la r e n
D.
B.
S.
Escritu e, p o r
c. 475.
Vol.
14
1955)
REVISTA
DE
ESPIRITUALIDAD
págs.
281-298
H. ;Hopfl.,
282
¡¡OMÁN
DE LA
INMACULADA, O.
C
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mesura, que en los Padr es resalta. Y aun los mismos escolásticos, que van a busrcLl a 18 Sagrada Escritura las pruebas de sus tesis teológicas, con m ás o lllenos acierto fortuna, no olvidan este matiz importantísimo. E n los últimos años son los Romanos Pontífices quienes insisten sobre este valor espiritual Iy cristianizador de l a Biblia en las grandes Encíclicas L,\:,Óll XIII nos d k e que es l a Sagrada Escritura una armería, donde tenemos todo género de armas, no sólo para defender l a Iglesia y
bíblicas.
conocer a Cristo, sino también p a ra nuestra perfección espiritual. Que en ella encLlentran los varones apostóUcos prescripciones llenas de santidad, exhortaciori8s que mueven con suavidad y fuerza, insignes ejemplos en todo géner,} de virtudes. Todo ello basado en el ejemplo de Cristo y de los Apóstoles en el comportamiento de los m ás santos y doctos varones de l a Antigua Iglesia, que alimentaban s u espíritu en l a Escritura (3). Benedicto XV insiste en estas mismas ideas concentrándolas en el ej emplo de San Jeronimo que de l a Escritura sacó su am or a Cristo, a l a Eucaristía y a l a Virgen María (4). Finalmente, P i o X I I no sólo insiste una vez más, como sus antecesores, e n el uso que de l a Escritura deben hacer los predicadores p a ra que sus predicaciones hagan fruto e n los fieles, sino que hace u n llamamiento sobre l a necesidad de l a Escritura en nuestros tiempos pa.ra que los individuos y los pueblos vuelvan a Cristo, que tiene palabras vida eLerna, y es el divino consolador de los afligidos. Y Cristo
está en las Escrituras Santas (5). San Agustin, como expresamente lo recuerda León XIII (6), es uno de esos varoné varoné S santos y doctos que se alimentaban espiritualmente de l a Biblia. Se mantiene en l a línea general de su época, pero sabiendo poner, como en tc ,·lo cmmto toca, ráfagas de s u genio y de su agudísimo ingenio. NUESTRO PROPOSITO
L a obn. vastedad l 1 f ;
exegética o escriturística de San Agustin es amplia, de una ] a común. Abarcó, con aquella capacidad de genio, puntos va -
riadísimos de la Sagr ada Escritura. Y por su ejemplo y sus teorías con tribuyó C 111 pocos a l desarrollo de l a Biblia en l a Iglesia. Harnack llega a decir q m a partir del siglo v l a Escritura h a recibido en l a Iglesia de Occidente u n lugar distinto a l que tiene e n l a de Oriente: se mantiene más e n primer plano y esto se explica sobre todo .por l a influencia de San Agustin (7). Por no citar más que u n ejemplo esta influencia se nota en l a exégesis del Salm.o 2 en s u verso 6 aplicándolo a l a generación eterna del Verbo, contra l a exégesis corriente mesiánica, que él, con el peso in menso ele s u autOl .idad, vino como a canonizar (8).
(3)
Proviae ltissinws Deus. E . B., ns. 69-75. Spiritus Parac itus. E . B., ns. 497-506. P r i m u m i n is paginls cibus quael endL1S est, u n d e v i t a sp i r i t u s a d pCl fcctlonehl alatur. Nro. 495. (5) Divino a m a n t e Spi1 itU. AAS. X X X V (1943), pp. 320-3. 6) Providentissi1ntts Deus. E. B., n. 78. (7) Freeis de l'histoi,'c des dogmes, p. 152, a p u d DTC. Augustin, c. 2285. (8) Cfl . A. COLUHGA: a Realeza de Cristo, en {(Ciencia Tomista», 38 (1928), p. 15. (4)
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LA
SDA.
E S C I n T l ~ R A
FUENTE DE VIDA ESPIRITUAL SEGÚN S. AGUSTÍN
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No vamos a estudiar aquí su canon de las Sagradas Escrituras, de los más antiguos (9), n i l a precisión que dió a l a doctrina de l a inspiración resaltando s u ,origen divino y, por consiguiente, s u inerrancia y veraci dad, y s u autoridad máxima e incomparable 10). N i vamos a valorar sus principios hermenéuticos de que se guarde de interpretaciones aventuradas contrarias a l a ciencia, que daTía ocasión de irrisión a los incrédulos 11) o el tan discutido de l a multiplicidad de sentidos 12). Dentro rya del cam } o de l a exégesis es difícil formular u n juicio de conjunto. E n general, si exceptuamos D e Genessi a d littcra771: y los Comentarios a las Epístolas a los R0771anosy a los Gálatas, s u exégesis n o es literal, es más bien mís tica y alegórica y en este género es incomparable. Contribuyó mucho a este género de exégesis s u fin parenético, moral y de vida práctica que le llevó a exageraciones de sentido místico. Al querer armonizar los dos Tes tamentos usa de u n alegorismo exagerado. Con todo, a medida que avanza en s u vida, se esfuerza más y más por atarse a l sentido literal. Esto se observa en s u lucha con los maniqueos y luego contra los pelagianos. Haciendo u n parangón entre el Obispo de Hipona y el solitario de Be lén, existe entre ellos l a diferencia de u n hombre, que sobrecargado de trabajos múltiples, no estudia l a palabra de Dios sino para alimentar su piedad, edificar s u pueblo, fundamentar una doctrina, y l a de u n sabio que consagra a s u estudio l o mejor de sus días y sus noches y hace de l a Biblia el centro de sus investigaciones (13). San Agustín es ante todo u n teólogo, u n pastor de almas.
E n este artículo únicamente vamos a estudiar cómo para San Agustín l a Sagrada Escritura es una fuente de vida espiritual y cristiana. Podía mos afirmar que casi toda l a obra bíblica de San Agustín obedece a dos razones: .1.ma de carácter apologético: l a defensa de l a autoridad de los Libros inspirados; otra de cal ácterespiritual: s u c(j)nvencimiento de l a utilidad y finalidad práctica de los Libros Santos. A esto obedece su rica tipología y variada y atTevida aoomodación bíblicas. Esto mismo nos d a l í a i d e a de la amplitud que tomaría este trabajo s i quisiéramos lleg ara todas sus partes y derivaciones. San Agustín n o com puso ningÚIl tratado ,s0bre el valor espiritual de l a Sagrada Escritura ,como ,co mo escl ibió u n tratado de Hermenéutica bíblico -homilética «el monu mento histórico más útil para conocer el carácter de l a exégesis de esta
c. 8, n, 13, l\IL, 34, 41. L . n , c. 6, NIL, 34, 39; Confes., L. 7, c. 21, n. 27, p. 596; L. XIII, c, 29, n. 44, p. 950; De Consens11 Evang., L, l , c. 35, n, 54, NIL, 34, 1070; Cont7 a Faust. JI., L., XI, c 5, ML, 42, 249; L . 2 3 , c . 5 . l\IL, 42, 469; De Genes, ad litt., L . n, c. 5, n. 9, NIL, 34, 267,; Y muchos más. Todo el libro De Consensu E'vangelista,1'um y la contro versia con San Jerónimo sobre l a disputa de Efeso no tienen otra finalidad que excluir todo error y mentira d e la S, ,Escritura. De Gen. ad l i t t (11) L. ,1, ce, 19-21. n. 39. ML, 34, 260. Cfr. A . FERNÁNDEZ: D e M ente S. Augustíni 'relate ad unitatem se sus lit t eralis . Ver:(12) b u m Domini (1927), 278-84. (13) Cfr. Oeuv,7 es de Sai11 t Augus t in, 12 Les Re'visíons. Introduction par Gustave Bardy, c. 5, pp. 104-5 (Paris, i950). De D oc t r. Christ (9) L. n , Cj7 . De Voct1 , C hr i st., (10)
ROMÁN
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DE LA INMACULADA
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época»
14), Y el primero en el D e Doct.rina Ch1'istíana ¡ u n libro de apologética bíblico-evangélica en el D e Concordia Evang,eUstm'um o de exégesis como los arriba mencionados, o de exposición doctrinal como el de Ene1'1'ationes i n Psalmos , los Tractaius 10 i n Ioannis Ev angelium
y
Tmctatus X in) Epistolam Ioannis. A juzgar por lo que hemos espigado en sus escritos sobre el valor doctrinal de l a Sagrada Escritura hubiera sido una obra interesante. Pero no l a escribió 15). Con todo se podía formar todo u n libro con textos suyos u n guión. únicamente a este particular. Este artículo no será más U n guión más de principios que de aplicaciones. Y a que de otro modo tendríamos que trasladar aquí pasajes enteros, muy bellos, pero demasiado largos, de sus obras de exposición doctrinal, en que recomienda las virtudes o fustiga los vicios e inculca los consejos de vida espiritual, y a que apenas hay una ,y otros que no l a haga a base precisamente de l a Sa grada Escritura. y así, concretado nuestro trabajo, queremos advertir que nos hemos ce ñido a las obras escriturísticas del Santo ,y a algunas otras de carácter espiritual.
CONSIDHRAClUNES SOBRE L A IN FLU EN C IA D E L A SAGRADA
ESCRITURA E N SU CONVERSION
E n l a vida y en l a obra de San Agustín se nota u n progreso palpable en el estudio y utilización de l a Sagrada Escritura. Quizás los primeros con tactos con l a Biblia se los deba a su madre, Mónica, cristiana fiel y santa, que formó el alma del niño Agustín sembrando en ella l a semilla de Cristo. Y digo esto porque entonces las Sagradas Escrituras eran leídas por los simples fieles con veneración, como consta del Acta de los mártires escili tanos, martirizados precisamente en Cartago en el siglo I l , que guardaban entre otros libros las epístolas de San Pablo 16). E l primer contacto formal con l a Biblia de que tenemos certeza, es a sus diecinueve años, después de leer el Hortensius, de Cicerón. y si l a obra del orador romano le llegó hasta el fondo del alma, despertando s u espíritu filo sófico y elocuente, l a Biblia, en su vanidad le decepcionó profundamente, por s u forma t an poco elegante y por los prodigios y misterios que componen su fondo. Chocó con su orgullo 17). De ahí su derivación hacia el maniqueísmo en el que vivió nueve años. Estos años rea.firmaron s u aversión por l a Biblia
14) 15)
DTC., c. 2300.
Porque aunque quisiera parecerse algo a u n libro así, el Speculum hoy parece de. mostrado que n o es de S Agustín. Cfr. G. DE PLINVAL: Une eUV¡'e apochryphe de Sa in t Augus. t ~ n : (C. S. E. L., X l I ). U n cas etrange de substitution literaire. le Sp e cu tu m q u is ignorat .. AUG,;,sTI;;US MAGISTER. C "ngres I n t e r n a t i o n a l augustlnien, Pa r í s , 21-24 septembre 1954. Uo mmu n wa twn s. E t u d e s Auglstlnienns, París, 1954, 2 vOls., 1160 'págs. 16) Cfr. A c t a s de los Mártires Texto bilingüe.", p o r Daniel Ruiz Bueno BAC Ma drid, 1951, pp. 352-5. . . . 17) Confesiones. L. l I I , c. 5, n. 9, p. 4 )3. Las citas de las Confesiones las hacemos p o r la edición del P. Angel Custodio Vega, BAC, 1946.
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SDA. SDA. ESCRITURA, FUENT FUENTE E DE VIDA ESPIRITUA ESPIR ITUAL L SEG ÚN S. AGUSTíN AGUST íN
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¡y por las interpretaciones de los comentadores católicos 18). Con todo será ésta quien le h a g a volver a l verdadero camino. A l a impresión de las conferencias de Elpidio, que había oído y a en Cartago, sentida en s u retiro de Roma, que alegaba tales casos de l a Sagrada Escritura, que n o era fácil refutarle 19), se añaden las explicaciones de San Ambrosio, resplandeciente por sus virtudes ¡y el tesoro maravilloso de las Sagradas Escrituras, que fueron p a r a él t m r3Jyo de luz en medio de aquellas tinieblas maniqueas. Sus sermones magistrales, e n los que explica las Sagradas Escrituras, l a Ley y los Profetas, mostrando el espíritu oculto bajo l a letra, le hacen emprender el estudio de l a Biblia con u n espíritu nuevo 20). Era el retorno a l a fe, pero a una fe mal esclarecida en muchos puntos, como la. profecía de Isaías, que siguió siendo p ara él como libro sella do, y sometida a muchas pruebas, pero y a firme y definitiva 21). Era u n retorno casi exclusivamente intelectuaL De principios ,y verdades. Faltaba l a conversión del corazón y de costumbres: renuncia práctica del pecado. Pero el camino estaba empezado. Y si el descubrimiento del neoplatonismo, de elevado espiritualismo ¡y hondo sentido bíblico alegórico hicieron progresar s u conversión intelectual dándole claridades decisivas, mas no le han facilitado l a reforma de su vida. Por el contrario a sus viejas miserias
pasadas han :¡tñadido el orgullo ,y l a propia suficiencia. Son las venerables Escrituras, con preferencia a todas el Apóstol San Pablo,cogidas con avidez 22), las que le llevan a l a conversión del corazón, y a que leyéndolas le penetran por modos maravillosos e n sus entrañas 23) y el espíritu de humildad y de compunción aparece en su espíritu. Entonces es cuando se entabla l a lucha e n su espíritu 24) hasta que llega l a escena del jardín donde oye una voz de niño, que le dice: Tolle et lege, repetidas veces. Coge el libro, lee esta sentencia de San Pablo: Non i n comessationibus et
ebrietatibus, non in cubiculis et impudicitiis, non i n contentione et aemutatione, sed induite Dominum Iesun Christum et carnis providentiam ne tecel'itis in concupiscentiis 25). Al punto que lee, como si se hubiera infil
trado e n s u corazón u n a luz de seguridad, se disiparon todas las tinieblas de sus dudas y todas las debilidades ry flaquezas de s u espíritu 26). Allí
mismo resuelve cortar con toda su vida anterior ¡y seguir evangélicos sobre todo el de l a continencia perfecta 27).
los consejos
Confeso L. V, e. 11, n. 2, p . -195. Ibídem. 20) Confeso L . VI, e. 4, ll. 6, p . 521. 21) «Sed m e non sínebas ullis fluetibus eogitatlonis au ferri ab ea fide, q u a eredebam et esse t e e t esse Ineommutabilam su b stan tlam t u a m e t esse de hominibus curam e t iudicium tu u m e t in Xto. Filio tuo, Domino nostro, atque Scrlpturls SancUs, q u as Eeclesiae tu ae catho· lieae eo m m en d aret auetoritas, viam t e possuisse salutls humanae a d eam vitam quae post halle m o rtem f ut ur a est.» Confeso L. VII, c. 7, n. 11, P. 574. 22) Confeso L. VII, e. 21, n. 27, p. 594: «Avidissime arrípui>>. (2l ) Haee mihi illviseerabantur miris modls, 'cum minimum apostolorum tuorum I Cor., 15, 9) legerem.l> Confeso L. VII, c. 21, n. 27, p. 598. 24) Confeso L. VII, C. 20, n. 26, p p . 593-5. 25) R o m 13, 13. 26) Confeso L. VIII, e. 12, ll. 30, PP. 645--7. 27) Convertisti enim me ad te, u t nec uxorem quaererem, nec aliquam spem saeeull IlUjus stans in ea regUla fielei, in qua me ante to t annos ei revelaras. Contes. L. VIII, e. 20, n. 30, P. 648.
18)
19)
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ROMÁN DE- LA INII'IACULADA, O. C. D.
Podemos concluir de aquí con el P. Boyer: Es por e l camino mostrado. por las Escrituras por el que Agustín h a marchado hacia l a conversión del. corazón» (28). Como se ve las etapas ele l a conversión de S a n Agustín están informadas e n s u parte fundamental por l a Sagrada Escritura. Ella es l a que diÓ el tiro de gracia a s u hombre viejo y le hizo nacer a l hombre nuevo, a l a nueva Cl'eatura. No tiene n a ~ l a d e extraño; pues, el alto aprecio tiene de l a Biblia como fuente de salud y vid¡¡, cristiana, y l a estima, que deja traslucir por San Pablo. El papel que ella jugó e n s u conversión le hizo u n enamorado de l a misma. Son los Libros Sagrados sus delicias.
que.
Lo dice el
Santo en u n texto
lleno
de emoción:
«Tus escrituras sean mis castas delicias; ni yo' 111e engaüe en ellas con ellas engañe a otros. Atiende, Selior, y ten compasión, Sé ñor, Dios mío, luz de los ciegos ciegos y fo fort rtal aleza eza de los débiles ... Dame es pacio para meditar en los entresijos de tu ley y no quieras cerrarla contra los que llaman, pues no en vano quisiste que se escribiesen los oscuros secretos de tantas páginas. ¿O es que estos bosques n o tienen sus ciervos, que se alberguen en ellos, y vuelvan, y corran; y pasten, y descansen y rumien? ¡Oh, Señor ' pel'feccióname y revélamelos. T u voz es mi gozo, t u voz sobre toda afiuencia de deleites. Dame lo que amo. porque yo amo y esto es don tuyo .. T e confesaré cuanto descubriere ni
la la alabanza meditaré en 118,18), 118,18) , .. Ve, 25,7) de en Ti, libros y escucharé las maravillas voz dede t u ley (Salm. (Salm. y beberé Dios mío, de donde viene este deseo: M e contaron los inicuos sus deleites, pero no son como t u ley, Señor. He aquí de dónde es mi deseo» (29). tus
La Sagrada Escritura era su libro de meditación ,y el alimento espiritual de s u alma. Durante s u retiro en Casiciaco, los Salmos viniel'ona' ser pa r a Agustin \ p ara sus discípulos el tema siempre renovado ele sus me ditaciones y plegarias 30). Y e n s u estudio usa de las normas que' dejó consignadas en sus obras: diligencia \ piedad (31). y fué tanto lo que l a estuclió, l a meditó, l a penetró, que se pueele hablar de u n a docÜ'ina bíblica de S a n Agustín, Y s i e n los primeros libros del Santo apenas si aparecen algunas 'Citas bíblicas, a partir del 393 todas sus obras están rebosantes del recuerdo, de citas, de comentarios del Libro Santo. Fenómeno que re:3alta a ú n m á s e n sus cartas (32).
VALUR E S P I R i T U A L Y
CRISTIA.NIZA.DOR DE LA
SA GIIA DA
eSCRITURA
L a enseüanza de San Agustín sobre el alto valor espiritual ele la' Sagrad a Escritura, es clara y rica. No puede haber eluda acerca d e s u ptmsa-
(28) C hT ist ianisnw et l1eojJlato isme dans la fOI 1I1atlon de S, A ¡¡01lstin, e, I I l , p. 2. Pa rís, 1920), p . 126. (29) Confeso L. XI, C. 2, p . 798, ~ O ) Confeso L. IX, c. 4, ns, 8-11, 1'1', 666-672. (H1) E t diligentia i gi t ur e t pietas adhibenda e s t : altero fiet u t s cientes i nve ni a m us ; altero u t s cire m e r e a m u r . De MOl'ib1ls Eccl. L, I,. C. I, n, 1, :ML, 32, 1310. Cfr. D e Sel'mane l J o mi n i n mont e, L. l , c, 3, n. 10, ML, 34, 1233. (32) Cfr, D O U A I S : Saint A1101lstin et la Bible e n R e v u e Biblíque (1893), p p , 6 ~ - 8 1 ,
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LA
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SDA. ESCRITURA,
FUENTE
DE VIDA ESPIRITUAL SEGÚN S. AGL ST1N
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Son variadas .las fórmulas bajo las qlle el Santo enseña ¡y, recomienda. l a utilidad saludable y el valor espiritual de los Libros Santos. Como p a r a dar a entender de una manera terminante cuán to quiere inculcar esta enseñanza vital y vivida a su.s lectore. y o(Yentes. Enseñanza vital, y a que San Agustín más que doctrina fria 1 seca, nos transmite sus vivencias. Se nota hasta e n l a lectura de sus escritos. Lo miento
a este respecto.
que enseña lo h a vivido. Lo que lentamente h a ido recogiendo y (lescubrien do lo h a enriquecido con su experiencia de cada dia 33). Cuanto S a n Agustín afirma de l a Escritura, de s u valor 8,:mtificador, de su utilidad salvadora, de s u fuerza redentora, de ser luz, 3'facia, ba lanza de las acciones, espejo de pecados, espectáculo a.grad;:;,ble, pan y
sólido, leche, bebida, consuelo, guía, socorro, solaz, medicina, tesoro escondido, dadora de Cristo, dulce compañe1co en el ca d ~ v e r s i 6 n mino, nube fecundante, vino generoso, carta de lo alto... es porque lo había sido y lo era p a r a él. San Ag'ustín nos enseña lo '1ue lnbía vivido ¡y vivía, alimento
1)
TEXTOS
EXPLíCITOS
La Sagrada Escritura s ú t i l y saludable. San AgustÍlL parte del principio de que l a Sagrada Escritura no es absolutamente necesaria p a r a l a saivación, y a que hay anacc}¡'etas que se pueden salvar .y santificar sin ella (34). P o r otra parte está hecha por el hombre, por causa y bien de él (35). Por eso l a Escritura le es útil y saludable. Los Libros Santos son divinos y saludables 36). Son los libros de l a piedad salubérrima 37), los libl OS de nuestra salud 38). Cuanto en ellos está escrito 100 está para nuestra salud e instrucción (39). San Juan, a l escribir el Evangelio, escoge sólo aquello que había de servir p ara l a salud de los ('.reyentes (40). E n
A)
(0:l) (04)
C fr. S. c . 1101. u s ti n D. subnixus, BOYER: itaque spe Au e t gearitate HomoCH. fide,Saint eaque ineoncussl\s retinen non indiget Scripturis nisi a d alios instruendos. ¡ t a que m u lti p e r haee t r i a etiam In solitudille sine codi cibus vivunt. D e Doetr. Ch1';st. L. 1, e. 37, n. 43. ML. 34, 36. ::Ió) A n omnla. quae facit Pa t e r pe r Filium faeit e t ideo nunc Paeiam i-S dietum est, u t ipsi homini pr opt e r q u em Scriptura ipsa faeta est, ita in se ipsü demo,cstraretur .. De Gen. ad lit. op. impe1·¡. e. 16, n, 56. ML. 34, 241-2. (36) Ipsa quoque obseurltas divinorum salubrlumque dietorum taH eloque'ltiae miscenda fllerat in qua iprofi ere noster intellectus non solum inventione verurn etia}::l exercitatione Qeoeret. De Doctr. Christ. L. IV, e. 6, n. 9. ML. 34, 93; ne contr,a ,Scl'iptm'as Sanctas e , salubres allquld sibi dicere viderentur, qúi eas p erv ersa e t adversa m en te legc1'l1l1t. C o n tm
Faust. M. L. 22, e. 59, ML. 42, 347. (:l7) PerieuIosius au tem e rra n t quidam lnfirmi fratres q u l cu m lstos im iüs ele eoeles tiu m c o r p o r u m n u m eris vel de qulbusllbet elementorum mundi huius quaestic. ibus subtiliter e t coplose dlsserere audiunt, evaneseunt e t eas slm cu m suspirio :praeponel:écs e t magnos putantes, saluberr mae pietatis Ubros c u m fastidio r e pe t unt e t quos dulcitel' ¡101101'are debe rento v ix p atien ter attln g u n t a segetis asperitate abhorrentes, e t &pinarum flOl'i-bUS inhiantes. De Gen. ad lit. L. 1, e. 20, n. 40. ML. 34, 262. (38) No ha y que responder lo mismo a los fieles que a los hombres «c¡'li ealmnniari libros nostrae salutis affeetant». De Gen. ad lit. L. 1, e. 21, n. 41. ML. 34, 262.
(39) Omnla quae leg u n tu r de Scripturis Sanctls ad instruetioncm et salu. em nostram, intente oportet audlre. Trae. X n Spistolam loan. T. n n. 1. ML, 35, 1938, (40) Nam cum m u lta feeisset Dominus Iesus, n o n omnia sCl'lpta sunt ... elect.a su n t autem q u a e seriberentul', quae saluti .éredentlum suffieere videbantur. T·ract. , ;¡. Toall. Evang, T. 49, n , 1. ML. 35, 1746. .
ROMÁN DE
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LA
INMACULADA, O.
C,
D.
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las Escrituras Santas Dios h a puesto el camino de l a salud humana 41). Están escritas para utilidad de l a vida presente ry consecución de l a fu tura 42). Este principio ry convicción de l a utilidad espiritual de ¡as Sagradas Escrituras es lo que le inspira l a carta que dirigió a l anciano Obispo de Hipona, cuando ,ylelectura nombróde slua auxiliar, hacia principios del 391, una prórroga para dedicarse pidiéndoleValerio, a l estudio Sagrada Escritura, esperando así instruirse en los saludabilísimos consejos de l a Escritura 43). Los autores sagrados no enseñaron las cosas que no habían de ser útiles y provechosas para l a salvación eterna porque el Espíritu Santo que hablaba por ellos sólo quería enseñar las cosas provechosas 44), y no intentaba hacer matemáticos, sino cristianos 45). Nada hay más útil y saludable que las Escrituras Sagradas para cuantos las leen y las oyen con piedad 46).
B)
de las preocupaciones de San Agustín en su lucha contra los maniqueosfué dar a entender cómo e n el Antiguo Testamento está Cristo escondido. Todo el libro 12 de s u obra Contra Faustum Maniqu.eum no tiene otra finalidad. Por él van dis curriendo todos los símbolos ry figuras del Viejo Testamento, los personajes insignes, las profecías, para demostrar que en todas las Antiguas Es crituras encuentra a Cristo que le d a descanso, le inflama el deseo, y lo sorbe con avidez 4Q). Increpa a los Donatistas porque, admitiendo a Cristo enseñado por las L a Sagrada EscritU1 a nos da a C1 isto.-Una
41) Cfr. nota 21. 42) Quae autem reperimus stultis seu malevolis videri peccata esse equae non sunt,
nec tamen in eis eminent aliqua exempla virtutem haee quoque intuemur, quam ob causam illis inserta sint Litteris, quas ad utilitatem vitae praesentis regendae e t futurae adipisceD dae conditas salubrlter credimus. Contra Faust. M. L. 22, c. 26. ML. 42, 418. Quaecumque scripta sunt in illis LibriS Veteris Testamentl omnia verissimae atque utilissimae pro aeterna l b . L. 32, c. 14. ML. 42, 505. laudamus,consilils accipimus, approbamus. vita 4 ~scripta ) «Me eSSe saluberrimis suis reddet instructum.» Carta 21. ML. 33, 90. de Scripturis 44) Multi enim multum disputant de lis ,rebus quas maiore prudentia nostri auctores omisserm1t ad beatam vitam non prefuturas diseentibus; et occupantes, quod peius est, multum pretlosa e t rebus salubribus Ílnpendenda tempora spatia .. Breviter dicendum est de figura coeli hoc scisse auctores nostros quod veritas habet; sed Spiritus Dei qui per ipsos loquebatur noluisse ista docere homines nulli saluti profutura. De Gen. ad lit . L. n c. 9, n. 20. ML. 34, 370. Cfr. L. V, c. 8, n. 23. ML. 34, 329. 45) Non legitur in Evangelio Dominum dixisse: mitto vos Paracletum, qui vos doceat de eursu soHs e t lunae. Christlanos enim facere volebat non mathematlcos. De Actis cum Felice M . L. 1, n. 10. ML. 42, 525. Aun cuando este texto no se refiere a l a Sagrada Escritura, sino a la misión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, teniendo e n cuenta la doctrina de' San Agustln sobre el erigen divino de la misma se puede muy bien apliCar a ella. Sobre este origen divino cfr. Contra Epistolam Pa rmeniani, L. I n c. 2, n. 10. ML. 43, 90; Contra Faust. AL L. VI, c. 5, ML. 42, 232; De Mor/bus Eccl. L. 1, c. 23, n. 43. ML. 32, H330; D e Gen. ad lit, L. IV, c. 34, n. 53. ML. 34, 319; De cons. Evang. L. n c. 21, n. 52. ML. 34, 1102; L. UI, e. 7, n. 30. ML. 34, 1175-6. 46) Quid veri utilius atque salubrius pie legentibus vel audientibus Ulas Sacras Litteras consuUt a c prospicl potuit. Contra Faust. M. L. XXII, c. 96. ML. 42, 464. 47) Christus mlhi ubique ilIorum librorum, ubique ilIarum Scripturarum peragranti e t
anhelant ipsi , In mihi sudore reficit: et quod invenero avide L. XII, e. 27-28, ML.
damnatlonis sive ex suae sive ex inflammat occulto occurrit humanae, inventionis aperto desiderium quod id eillo x nonnnlla dificultate et sorbeam, medullisque reconditum salubriter teneam. C o n t r a Faust. M. 42, 269. Cfr. Tract. X in loan. Epist. T. n nn. 1-2. ML. 35, 1989.
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LA
SDA. ESCRITURA, FUENTE DE VIDA ESPIRITUAL SEGÚN S. AGUSTÍN
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Escrituras, n o admitían a l a Iglesia (48). La Sagrada Escritura es u n campo donde está l a piedra fundamento de nuestro edtficio espiritual que es Cristo (49). S u sabiduría es el corazón de Cristo que se licúa como l a cera p a r a bien de los enfermos e intelección de las mismas (50). Los libros proféticos, si no vemos e n ellos a Cristo, son insípidos ;y fatuos, son p u r a agua. Pero viendo e n ellos a Cristo se convierten e n vino, que no sólo sabe
al paladar, sino además emborracha. Porque el Evangelio nos d a a Cristo, viene a ser éste el buen vino (51). Cristo e n s u vida es además l a norma de las costumbres (52). Agustín nos d a el consejo de que en los Libros Santos hemos de mirar los castigos eternos que se intiman, los hechos que se narran, lo futuro que se predice, y lo que se manda o aconseja (53). E l Se1'món d e ~ Monte es u n código perfecto de vida cristiana; e n él se en cuentra cuanto pertenece a las costumbres mejores (54). E l Nuevo Testa mento nos ensefia y manda cómo debemos vivir p ara vivir bien y llegar a l a verdadera felicidad (55).
C
De
tTaS f Ó 1
m u ~ a s . - S a n
aquí que no vivir conforme a l Evangelio
es
vivir muertos espiritual-
(48) Ecce S crip tu rae communes, ecce ubi nevimus Christum, ecce ubi novimus EccIeslam. Si C h ristu m i p s u m tenetis, I p s a m Ecclesiam q u are n o n tenetis? Si i n ipsum Christum q u e m legitis e t non videtis, tam en p ro p ter veritatemi S crip tu raru m creditis, q u are Ecclesiam ne gastis q u am t legitis e t videtis? Carta. 105, c. 5. ML. 33,403. Cfr. Quaest. Evang. L. n c. 4, ML. 35, 1330, (49) P u tem u s S c r i p t u r a m Dei tan q u am a g r u m esse, u b i volumus aliquid edificare. Non simus p ig ri nec superficie c o n t e n t i : fodiamus altius donec perveniamus ad p etram : Pe t r a au tem e r a t C h r i s t u s (1 Coro 10, 4). Trae. n Evang. loan. T . 22, n . 1. ML. 35, 1582.
(50) Faetwm est c o r m e u m t a n q u a m cera tiquescens i1L m em o Vt;ntns mei: V e n t r e m s u u m dieit infirmos in Ecclesia sua. Quomodo c o r ipslus íChristus) factus est sicut cera? COl ipsius S c r i p t u r a Ipsius, i d est, sapientia Ipsius quae e r a t i n Scripturis. Clausa enim e r a t S crip tu ra: n e m o illam intelligebat: cruciflxus est Deminus, e t liquefacta est sicu t cera u t omnes infirmi intelligerent scripturas. E n a r r a t i o n e s n Psal. XXXI. ML. 36, 175.
(51) B o n u m e n i m v in u m Christus serv av it usque adhuc id est Evangelium suum... ve· lamen dicit ad apertionem prophetiae u t non intelligeretur. Tollitur velamen Cum t r a n s i e r i s a d Dominum: tollitur insientia c u m transieris ad D o m i n u m e t quod aqua e r a t v i n u m tibi sito Lege libros amnes propheticos non intellecto Christo, q u id tam insipidum e t f a t u m in venies? intellige ibi Christum non so l u m sapit quod legls sed etiam Inebrlat .. E r g o prophe t i a a b antiquis temporibus e x q u o p r o r s u s c ur r i t o r d o nascentium in genere humano de Christo n o n tacu it sed occultum ibi erat, adhuc enim e r a t a q u a . 2 ract. in loan. l Jvano. T, IX, nn. 2-4. ML. 35, 1459. (52) T o t a i t a q u e v ita eius (Christi) in terris pe r h o m i n e m q u e m suscipere digna u s est disciplina m o ru m fuit. D e Ve1'a Religione, c, XVI, nn. 31-32. ML. 34, 135, ( 53) I n libris au tem omnibus sanctis in tu eri o p o rtet q u a e ibi aetern a i n t i m e n t u r q u a e facta n arren tu r, q u ae fu tu ra p raen u n tien tu r, q u a e a g e n d a p r a e c i p i a n t u r vel moneantur. De Gen. ad lit . L . 1, c. 1, n. 1. ML. 34, 247. S e r m o n e m q u e m locutus est Dominus nos e r Iesus Christus sicut i n Evangelio se (54) cundo M a t t h a e u m legimus si pie sobrieque consideraverit p u t o quod inveniet in eo q u an tu m ad mores optimos pertinet, perfectum vitae christianae modum... Hoc dixi u t app.areat istum sermonem omnibus praeceptis quibus vita cnristlana in fo rm atu r esse perfectum. De Sermone. D o m i n i n Monte. L. 1, c, 1, n. 1. ML. 34, 1229-30. (55) V i d e a m u s quemadmodum I p s e Dominus i n Evangelio nobis .praeCepit eSse vivendum: quomodo etiam P a u l u s Apostolus. Y sigue e x p o n i e n d o el precepto del a m o r a Dios con textos del E v a n g e ~ i o , S. Plablo, y Antiguo Testamento. De Moribus Eccl, L. 1, c. VIII, n. 14 ss. ML. :l2, 1316. DlCat nobis idem Paulus q u i d sit iste Christus Iesus Dominus noster: Vocatis i n q u i t praedicamus Christum Dei v irtu tem e t Dei Sa.pientiam. Quid, lpse Christus nonne inquit, Ego Sum Veritas? Si e r g o q u a e r i m u s q u i d sit bene vivere, i d e s t a d beatitudinem b e n e vivendo tendere, d e r i t profecto am are v irtu tem , a m a r e sapientiam, a m a r e veriatem, et amare e x toto corde, to ita anima A '{ n · o mente. l b , L, 1, c 13, n . 22. ML. 32, 1320-1. Cfr. c. 16, n . 26 y C. 18. ML. 32, 1322 Y 1326. t
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ROMÁN
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DE LA
INMACULADA,
O.
C.
D.
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mente (58). Nos enseña en qué está l a disciplina espiritual del alma (57) e n .qué consiste el cumplimiento de l a voluntad d ~ Dios (58). Nos amonesta contra l a dormición y pereza del ánimo (59) y ,que hemos de tomar el consejo bueno de quienquiera que venga (60). E l que se alimentó por dentro de l a palabra de Dios aprende a vencer las tentaciones (61), a propósito de las tentaciones de Cristo. No hruy libros t an destructores de l a soberbia ry encastillamiento en el pecado. Ni palabras t an puras que persuadan a l a humilde confesión ry adoración de Dios (62). L a Sagrada, Escritura desciende a riosotros p a r a elevarnos, como el Verbo de Dios (63). Nos llama hacia dentro, a l recogimiento interior de las cosas de fuera (64). H a sido dada a los pequeñuelos p a r a contrarrestar el influjo de los ene migos (65). Hablando del milagro de Jonás en el vientre del cetáceo, entre otras razones, menci.ona l a de que mueve más l a realidad que l a figura p ara inclinarse por l a historicidad del mismo (66). Nos habla de los auxilios solaz de las Sagradas Escrituras (67). E n fin; Dios quiso escribir las Sagradas Escrituras p ara consuelo nuestro (68).
(56) Venit e t Evangelimn, praedicatur regnum coelormn, diffamatur ubique Christus, mi-· n a t u r gehennam, vitam promittit aeternam, e t ipsa contemnitur. T r a n s g r e d i u n t u r homines Jilvangelium: ecce q u a r t u s dies mortis. T,-act. in loan. Evang. T. XLIX, n. 12. lVIL, 35, 1753. (57) Haec tamen disciplina de q u a n u n c agimus, quae animi medicina est qUantlUl1 Scripturis ipsis divinis colllgi licet in duo distribuitur, ·ccereitionem e t instructionem. Coercitio tlmore, instruetio yero amare perlicitur. De M01'ibus Eccle. L. 1, e. 28,d n, 55. lVIL. 32, 1333. (58) Nam fieri voluntatem Del cum obtemperatur praeceptis eiuB ipse Dominus dicit euro a1t: lVIeus cibus est u t faciam v o l u n t a t e m eius q u i m e missit (Io, 4, 34). De Se7 rnone D om . i n Monte. L. n c. 6, n. 21. lVIL. 31, 1278-9. (59) Quid autem p r o f e r r i manifestius de Veteri Testamento contra istam dormitionem animi, p a r q u a m fit u t n'on sentiamus quasi minutatlm serpentem perniciem quam illud quod. a P r o p h e t a dictlUl1 est: Qui spernit modiea, paulatim decidet (Eecli, 19, 1). De Mo,-ibus, Ecc . L, 1, c. 24, n, 45, lVIL. 32, 1330. (60) Sobre el consejo de Jetró a MOisés (Ex, 18, 18) dice: I n quo Seriptura nos a d m o n e t p e r q u e m liber hominem d e t u r consiliuro veritatis, n o n debere contemni. Libe7' Quaest, in Pent. L. 2, q. 68. lVIL. 34, 619. til) Quam ob r e m quisquis intus verbo Dei pascitur, n o n q u a e r i t i n ista eremo voluptatem. Quia uni Deo tantlUl1 subjectus est, n o n q u a e r i t i n m e n t e i d est in te rre n a elatione jactantiam. Quisqnis aeterno spectaculo inconmutabilis vertitatis adhaerescit, n o n p e r fastígilUl1 h u j u s corporis id est p e r ocnios praecipitatur, u t temporalia e t inferiora .cognoscat. De' VeTa R.eMgione, c. 38, n. 71. ML. 34, 153-H14, (62) Neque enim novimus arios libros ita destruentes superbiam, i t a destruentes inimlcum et defensorem resistentem reconcillationi tuae defendendo peccata sua. Non novl, Domine, n o n noví alia t a m casta eloquia quae sic m i h i p e r s u a d e r e n t confessionem e t l e n i r e n t cervicem meam jugo tuo e t invitarent colere te, gratis. Confeso L. 13, c. 15, n. 17, p . 920. (63) Sed Scrlptura nos non levat nisi descendat a d nos; sieut Verbtun ,Caro factum descendil u t l e v a r e t n o n cecidit u t jaceret. Tract. n loan. Evang. T . 107, n. 6. lVIL. 35, 1914. Scriptura a u t e m Dei verusque Intellectus n o n solum periclitantem liberat sed e t demerslUl1 a, p r o f u n d o elevat. E n a r r a t . i n Psals. in PS. S l , 1, n. 3. lVIL. 36, 259. (64) Ergo Scriptura Divina intro nos revocat a jaetationi h u ju s f ~ i e i forinsecus e t ab ista. superficie q u a e j a c t a t u r ante homines r e v o c a t nos intro. T7 act. X i n Epist. loan. T. 8, n. 9. 35, 2041. (65) Inclinavit
ML.
ergo Scripturas Deus u s q u e a d infantilUl1 e t lactentium capacitatem, sicut In alio psalmo c a n l t u r : e t inclinavit coelum e t descerídit (ps. 17, 19) e t hoc fecit propter inimlcos q u l p e r superblam ioquacitatis Inimici crucis Christl, etiam cum aliqua v e r a d i c u ñ t parvulis autem e t lactentibus prodesse n o n possunt. I t a d e s t r u i t u r inimicus e t defensor. E n a r . al. i n Psals. i n ·ps. 8. lVIL. 36, 112. (66) N o n enim frustra factum e s t sed t a m e n factlUl1 esto Si enim m o v e n t a d lidem q u a e flgurate tantlUl1 dicta nOn facta s u n t; q u a n t o magis debere debent quae ligurate n o n t a n t u m dicta sed facta sunt, n a m slcut hlUl1ana consuetudo verbis ita divina potentla etiam factis loquitur. Epist, cn, q. 6. lVIL. 33, 383. (67) Tales autern spiritales e ra n t p a t r i a r c h a e e t prophetae omnesque in populo Israel p e r quO nobls Spiritus Sanctus ipsa Scripturaruro e t auxilia e t solacia ministravit. De Doct. Clwist, L. 3, c. 9. lVIL. 34, 71. Cfr. EnQ7 1 at. in Psals, in ips. 35, n. 9. ML. 36, 647. in. (68) Legite Scriptm as Ideo voluit Deus u t scrlberentur u t n o s c o n s o l a r e m u s . Ena7·rat. Psals. i n ps, 33, 2, n. 17. ML. 36, S17. .
LA SDA. ESCRITURA, FUENTE. DE VIDA ESPIRITUAL SEG ÚN S. AGUSTÍN
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Refiriéndose a los predicadores llega a decir el Santo que tanto aprovecharán cuanto hayan ellos adelantado e n el estudio y meditación d e los Libros Santos (69). La Escritura es fuente de gozos espirituales para los que peregrinan aún sobre l a tierra. El Santo, que lo había experimentado así, nos lo dice claramente en u n texto, reflejo de sus mismas experiencias:
«Además, se reconocen en la gracia del Señor muchos que, des preciando el mundo y todas las cosas que en el mundo pueden pro porcionar algún deleite, eligen vivir rectamente, mientras viven aquí e n la tierra, gozando de algunos consuelos espirituales. Pero estos gozos, ¿de dónde pueden provenirles a los que peregrinan sobr·e la tierra, sino de la divina palabra, de la palabra de Dios, de alguna parábola de las Santas Escrituras, meditada e investigada atentamen te, de la dulzura del hallazgo, precedido del trabajo de la búsqueda? Hay deleites santos y buenos en los libros, que nada tienen que ver con los deleites puestos en el oro o en la plata, en los manjares o en la lUjuria. .. » (70). 2
SÍMILES y COMPARACIONES
Siempre fué propio de los grandes genios y agudos ingenios, no sólo decir cosas altas e ingeniosas, sino saber encerrarlas en semejanzas y com paTaciones, captadoras de l a atención del que oye o lee. San Agustín no sólo nos habla de l a utilidad, de l a salubridad de los Libros Santos con textos explícitos ¡y términos precisos; h a sabido también. envolver esta misma verdad en imágenes sueltas, ·comparaciones bellas ¡y expresivas. AqUÍ vamos a recoger algunas solamente. a) Una imagen que usa frecuentemente el Santo es l a de que las Sagradas Escrituras, el Evangelio, son una medicina, u n antibiótico. Los Libros Santos son libros medicinales (71). Los preceptos del Antiguo ¡y Nuevo Testamento son una medicina apropiada a los diversos tiempos (72). Cura ele l a idolatría y de los pestíferos afectos (73). L a Sagrada Escritura tiene medicamentos para todas las enfermedades del alma (74). E l Evangelio
(09) Sapienter autem dicit homo tanto magis vel minus quantum Scripturis Sanctis magis mtnusve profecit. De DoCt1·. Christ. L. 4, c. 5, n. 7. ML. 34, 92. (70) E narrat . n Psals. in ps. 38, n. 2. ML. 36, 413. 71) Proinde isti (maniquel) s i volunt non faIsae atque adumbratae, sed verae ac solldae pu
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