Ese Dedo Meñique en El Trabajo - Frieda Holler Figallo2

August 26, 2018 | Author: Antonio Wakao | Category: Science, Philosophical Science
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Descripción: Manual de etiqueta para empleados en su centro de trabajo....

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FRiEDA HOLLER FIGALLO

dedo meñique en ei

trabajo

para el éxito profesional

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E SE DEDO MEÑIQUE EN E L T R A BA JO Frieda HoUcr Figallo © Frieda Holler Figallo © Amores Libros Grupo Editorial S.A. Prohibida la reproducción total o parcial Derechas reservados D. Leg. N* 822 Amores Libros Grupo Editorial S.A. Angamos Oeste 526 - Miradores Lima 18 - Perú Telf. 241-6944/F ax. 241 - 2323 Ilustraciones: Constantino Castañeda Balbín Diseño de tapa: Gemidme Vignolo Huamaní Diseño de interiores: Rosa Alarcón Romero P R IM ER A EDICIÓ N Setiembre 2004 7500 ejemplares Hecho el depósito legal 1501412004 / 6459 Ley N* 26905 / D.S. N° 017-98-ED ISBN 9972-9894-1-0 Registro de Proyecto Editorial 11501220400777 Imprenta Editorial El Buho E.l.R.L. San Alberto 201 - Surquillo. Lima 34 - Perú.

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A gradecimientos Deseo dar las gracias a varias personas por su apoyo y sus valiosas recomendaciones: A Jorge Salm ón por su tiem po: leyendo, corrigiendo y sugi­ riendo mejoras. A Javier Aróvak) por apoyarme en la estructura del libro. A M iguel Andrade por sus recom endaciones en e l im portan­ te tem a del vino. A Percy, que entre silencios, conversaciones y consejos pro­ longados m e ayuda a enfocar mi vida sin decaer. G racias a m i madre Yolanda, que a pesar de la distancia de los años está cerca im pregnándom e entusiasm o y deseos de vivir. A m i nieta Isabella por sus m ensajes continuos: -Te amo Abi». «Yo si puedo, tu tam bién-, -L o s grandes no están des­ piertos. viven dorm idos- y otros m ás... A todas las personas que me alientan a seguir escribiendo, que leen m is libros, a aquellas que leen mi columna «Ese dedo m eñique» todos los viernes, a los que me invitan a dictar confe­ rencias en diferentes puntos de nuestro país y a la prensa en general que me apoya siempre. G racias, muchas gracias. D ijo alguna vez Leonardo Da Vinca: -U n libro no se term i­ na... se abandona-. Yo seguiré escribiendo...

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La Imagen y el Usted: *4 más visible anu-cio de si i F aius que afectan la buena rnaoer B « « o propio Soque a retocir sus cualidades Ser m ujer

Actitud paralél Recuerde: kHoy es el cfal lA tfévss* ■ correr nesQoal — ■No peres, continúa tocando' Le imagen dot éxito Diez paulas para que cam bie sus háb tos y Sonrisa y agradecimiento, doe secretos-de i corl eeia La m agia d a las palabras BoQie, no e d iie

Buscando trabajo B trabajo que cfeonAca ¿Está buscando trabajo? C ím o elaborar un curicuiu m vitas V%e*da para una entrevista tobera! Saiga airosa de su entrevista v Deserrvdtura y tacto en su nuevo trabajo Reatos sus sueAoa

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Ser mujer en el trabajo ¿Lae dam a* prim ero? L a im purtueided. ¿M r» c a n oe rru je r? Am e su trabajo, rinda buanoa Irutoe

Cómo vestir en e l trabajo ¿Cóm o deba veear una e je cu to ? 0 com pleto arm ario la m e r* » ¿C u á le s aon lo e acceeorice fem eninoe? Ropa term al lam en*» Todo 1*1 hom bre en a l vea» Lo que daba lanar a l arm ado m aaoJno G alería d a acceaortea r r m o J r o a Ropa d a g ala m a a a ir»

Saludos y presentaciones B aatedo aaanoa d a tea buanoa m odalee D ar la m ano: ta apropiodo o inapropiado Las presertao cnas Las preaerxacionee en grupo ¿CPm o debe desarM Uvarea m ientras ia presentan? Sab er despedirse

U s formas comerciales S a a a u n a s la confianza por trcato ro a G uardar rto m e a ó n deber ótico y cbégaoón toga! Saber deeem efcerse en pútftco Buenos rrcdatoa en a l uao del teióteno S i usted hace la te n a d a toiafcfnca U so apropiado del fax. altavoz y conwatador autom ático Aprenda a usar au celular

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G

Relaciones en la

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O la to u u n e l jefe ¿O flcultadea co n b u jefe? ¿Su je fe la a co so aa«jalm er conseguirá fam iliarizándo­ se con las cualidades que controlan su carácter, com o la com­ prensión, tolerancia y respeto a l prójimo. Conocer su yo interior le perm itirá m ejorar su relación con quienes com parten sus horas de trabajo y vida personal. Soy una convencida de que si usted tiene m ayor control sobre sus emociones, se convertirá en una persona m ás productiva y dis­ puesta a encontrar la arm onía interpersonal. ¿Cómo podrá desarrollar estas cualidades internas? La idea es que identifique y fortalezca sus virtudes y al mismo tiempo com ience a com batir sus puntos débiles. N o tenga la menor duda de que las posibilidades de un cam bio se encuentran en su conciencia y en e l dom inio de sí misma. Inicie su proceso de cam bio! N o será fá c il la prim era vez, pero la segunda será m enos difícil y la tercera m enos aún. Esto puede tom ar tiem po, pero vale la pena porque la elevará a un nivel más alto en el logro de una buena im agen personal y ad­ quirirá confianza en sí misma.

Q uisiera reproducir las opiniones de Rafael M artin del Cam­ po sobre lo que significa ser m ujer «En m i paso por este m undo he conocido personas de to­ das las condiciones sociales, pero a fin de cuentas solo se ha tratado de gente y lo que yo busco es: ¡Una m ujer! Una mujer, que no sea una m uñequita d e aparador, n i la rosa candorosa e ingenua. Ni tam poco que sea la hermosura m ercenaria, ni la m adre sum isa y abnegada o la esclava del hogar. Busco una m ujer que se atreva a ser ella m ism a con todas sus potencialidades. Una mujer, que no tem a ser fuerte, segura e independiente, pues con ello no pierde su fem ineidad y, en cam bio, tom a el lugar que le corresponde en la evolución de la pareja. Una mujer, dispuesta a descubrir y a desarrollar todos sus valores y su potencial, porque los hom bres no maduramos em ocionalm enle jam ás si tenem os com pañeras, madres o her­ manas que han dado poca im portancia a l crecim iento como

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22 persona La evolución supone un crecim iento com partido. Una mujer, que me descargue de todo el peso de un amor no entregado, porque nunca antes alguien lo había reoóKto por completo. Una mujer, que me ayude a verm e com o soy. n o com o creo que soy. Q ue tenga tacto al decirm o m is defectos en el momen­ to en q jo soy m ás receptivo, para que digiera la critica cons­ tructiva y pueda asi florecer com o persona. Una mujer, que sea tierna, s in perder firmeza, sena s¡n ser solemne, deseosa do su­ perarse sin sentirse supenor. dulce sin ser melosa y con la frescura de una jovon, sin sor puenl Una mujer, que sea mi com pañe­ ra en todo, desde tender la cam a jun­ tos hasta adentram os en una aventu­ ra intelectual, pasando por la experien­ cia de trabajar hom bro con hom bro y recorrer ct parque en bicicleta. Una mu/er. que no se atarm e si alguna vez me ve llorar, pues auiero recuperar esa capacidad de ex­ presión repnmida por el m achismo y que me aliente a -darm e perm i­ s o - do sor dóbil y a pedir ayuda a pesar de ser el hom bre fuerte Uno mujor. quo descubra lo que ie gusta en la vida y que se esfuerce por averiguar lo que quiere de la mism a, te­ niendo el valor de pagar el precio de sus más grandes anhelos Una m ujer, que no se deje u ti­ lizar y que nunca m anipule a otro ser humano, incluyendo a su pareja, pues no tiene objeto caer en una sim biosis destructiva, cuando exis­ te la alternativa lum inosa de un ennquecim iento reciproco ... Cuando la encuentre. !a am are intensam enteM aravilloso, ¿verdad? O jalá que estas lineas nos provoque trabajar para m ejorar nuestra calidad de m ujer y ser amadas como realmente nos merecemos.

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«El cambio es una puerta que solo se abre

por dentro» V ie jo d ic h o f r a n c é s

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Recuerde:

¡Hoy es el día! ¿Se siente et ser m ás desafortunado del m undo? ¿Le pare­ ce que su vida no tiene ningún sentido? ¿Amanece abatida y sin deseos ni sueóos? jjjB ie o ve n id a al P laneta Tierra!!! Vive en un m undo de inseguridad a pesar del progreso m a­ terial que ha alcanzado nuestra civilización y cam inando en el siglo XXI parece que el ser hum ano e s el prisionero en una enorm e celda, y lo que es peor, construida por é l mism o... Den­ tro de esta cárcel se m ueven e l hom bre y la m ujer de este siglo com o indefensas criaturas en un m undo realm ente com plicado a pesar de la s llam adas m odernidad, globalización y otros tér­ m inos m uy de moda. Tiene que sobrevivir con los azotes d e la recesión. El auge de la violencia, el m alestar político, las enferm edades crueles, com o e l cáncer y el SIDA, las guerras sangrientas, suicidios, m atanzas, m entiras, burlas, hipocresía, odios, egoísm os, viola­ ciones. ro to s, injusticias sociales, falta de trabajo y educación se sum an ó diario en el horizonte de su vida. La fa lta de fe y de creencia paraliza a l ser. S e tiene m iedo a lo m alo pero no nos orientam os a lo bueno. Frente a esta dura realidad cotidiana, adcm óo, la lucha por la

vida se transform a en una dura batalla que para poder librarla se debe d e sa ro lla r lo que nos sugiere M auras: -U n arte para vi­ v ir-, Y aun asi resulta difícil, porque es un desafío de todos con­ tra todos. Existe un desajuste entre el medio y el ser humano. ¿Debe sublevarse? ¿Ser pasiva? ¿Qué debe hacer? En e l juego de la vida, la m ayor parte de los seres humanos buscam os llegar a la cim a, a la cum bre y trabajam os con la espe­ ranza d e realizam os y de alcanzar nuestra m eta y objetivos. Pero en a vida, para lograr esta m eta debe tener en cuenta que si no adquiere buenos hábitos conscientem ente, seguirá adquiriendo tos matos inconscientem ente. Se h a estudiado la actitud de algunas personas que han logrado llegar a la cum bre. Tenían el hábito de hacer cosas que no les gustaba o que no hacían bien y lo convertían en algo grato y lo sentían así hasta que por fuerza del hábito estaban totalm ente convencidas del pensam iento enterrado en su sub-

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26 consciente, Es interesante observar que m uchas d e las características que adquirim os e n nuestras vidas so n e l resultado desgracia­ dam ente de m alos hábitos.

¿Cuáles son los hábitos que le pueden destruir la vida? El m iedo, la derrota , la ansiedad, la desesperación, la autocompasión, la falta de perdón, el odio, el rencor, e l deseo de venganza, el despecho... Por ejemplo, el quejarse, renegar, pelear, lam entarse de todo y de todos o el hecho de ser negativo es un m al hábito que hace mucho daño y va anulándolo, de a pocos. El fam oso Earl N ightingale afirm a que «Somos lo que pen­ samos» y esto e s un hecho. Lo que piensa de usted m ism a se verá reflejado en sus acti­ tudes y accones y así es que el éxito o el fracaso, puede volver­ se un hábito en su vida. Es incuestionable que m uchas personas nunca triunfan por­ que le tienen m iedo al fracaso, que ni siquiera suelen hacer el mínimo intento. E l tem or a l fracaso o al riesgo puede resultar un serio problema. A lo prim ero que debe obligarse es a avanzar y hacer algo... venza el hábito del m iedo, del fracaso, del temor. Sim plem ente tiene que hacer fuerza, apretar los dientes y seguir, seguir, y seguir. No se quede esperando hasta que se dé la situación perfecta para in iciar y dar el prim er paso, que es el m ás im por­ tante de todos. «Un viaje d e m il leguas com ienza con e l prim er paso» reza un antiguo proverbio chino. Los m alos hábitos pueden elim inarse m etíante dos senci­ llas frases, digo sencillas y no fáciles, pero m ilagrosas «‘yo s i puedo» y «/o quiero». Se dice tam bién que «el éxito se com pone de una serie de pequeñas victorias diarias». La palabra es la fuerza m ás poderosa del mundo. R epitien­ do palabras positivas de am or, esperanza y estím ulo lo pueden llevar a nuevas alturas. En cam bio, las palabras negativas de frustración, odio, vulgaridad lo pueden perjudicar. Debe por lo tanto recordar que «los hábitos son al com ienzo telarañas y con el tiem po se convierten en cables» .

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¡Atrévase a correr riesgos! Siem pre se habla sobre una característica com ún a casi to­ das las personas que han triunfado y que han sido exitosas: todas han tenido «el coraje para arriesgarse a fracasar-». N d hacer nada, no tener nada y no ser nada, evita el fraca­ so... pero tam bién im pide e l éxito. C ualquier cosa de im portan­ cia, im plica riesgo, Pero el que eso im pida la realización de sus sueños es im perdonable. E s una verdad sencilla, única, sin lu­ gar a discusión, clara y real: todo lo que se hace en la vida conlleva un riesgo: ¡g] íg j ■S] gj g ■jg g*

Cuando conduce un vehículo, corre el riesgo de estrellarse, Cuando solicita un trabajo, corre e l riesgo de ser rechazada. Cuando ingresa a la universidad, corre el riesgo de tener c.ue retirarse. Cuando am a, corre el riesgo de ser ignorada, Cuando le sonría a alguien, corre el riesgo de no ser corres­ pondida. Cuando está esperanzada, corre el riesgo de perder la e s­ peranza. Cuando sueña, corre e l riesgo de parecer una idiota soña­ dora. Cuando com ienza una dieta e l lunes, corre el riesgo de no continuarla.

Cuando escribe con auténtico am or, corre e l riesgo de que no la lean. ■g) Cuando pasa por la vida sin capacitarse, corre el riesgo de ser una ignorante. Md pase por la vida lam entándose por lo que no hizo y pudo hacer. W ill Rogers d ijo alguna vez: «Hay cue arriesgarse a trepar a las ramas m ás delgadas, porque a llí se encuentra la fruta»». IVucha gente y m uchos obstáculos podrán interponerse para cerrarle el paso hacia los niveles que se ha propuesto: pero todos pueden ser superados. El ser hum ano tiene la capacidad de hace lo que quiera si cree y está dispuesto a ello, Shakespeare ya lo dijo: «Nuestras dudas son traidoras porque nos hacen perder a m enudo el bien

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28 que hubiéram os podido obtener y que perdem os por nuestro m iedo de intentar». Y Conrad H íton aseveró: « 0 hombre con la ayuda de Dios y su propia dedcación es capaz de cualquier cosa que pueda soñar». Por eso, cuando le í la siguiente historia descubrí que mucho de lo que aprendem os está concentrado en pequeñas anécdo­ tas que nos ofrecen relevaciones extraordinarias.

«No pares,

continúa

tocando»

Deseando dar ánim os a l progreso de su joven hijo a l piano, una m adre lo llevó a un concierto de Paderewski. Después de sentarse, la m adre vio a una am iga en la platea y fue hacia ella para saludarla. Aprovechando la oportunidad para explorar las m aravillas del teatro, el pequeño niño se le ­ vantó y eventualm ente sus exploraciones lo llevaron a una puerta donde estaba escrito: -P ro h ib id a la entrada». Cuando las luces bajaron y el concierto estaba a punto de empezar, la madre regresó a su lugar y descubrió que su hijo no estaba. De repente, las cortinas se abneron y las luces caye­ ron sobre un im presionante piano Steinway. Horrorizada, la m adre vio a su hijo inocentem ente sentado al teclado, tocando la s notas de «Mambrú se fue a la guerra». En aquel m om ento, e l gran m aestro hizo su entrada, rápida­ m ente fue al piano y susurró al oído del niño: «No pares, conti­ núa tocando». Entonces Paderewski extendió su m ano izquierda y empe­ zó a llenar la parte del bajo. Luego, puso su m ano derecha alrededor del niño y agregó un bello arreglo a la m elodía. Jun­ tos, el viejo maestro y el joven aprendiz, transform aron una si­ tuación embarazosa e n una situación m aravillosam ente creativa. El público estaba perplejo. La próxim a vez que se detenga a realizar grandes hechos, escuche atentam ente. Puede o ír la voz del M aestro, susurran­ d o en su oído: «No pares, continúa tocando». Sienta sus brazos am orosos a su alrededor. Sienta que sus fuertes m anos están tocando e l concierto d e su vida. -D io s no llam a a aquellos q u e son capacitados. É l capacita a aquellos que son llamados».

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La imagen

del éxito ¿Quiere usted transm itir la im agen d e una persona de éxito? A lgunas m ujeres y hom bres triunfan porque están destina­ dos a ello: pero la m ayor parte porque ya lo ha resuelto así. Luego q u e una persona se descubre, adquiere confianza en sí m ism a y logra ser auténtica, se im pulsará d e m anera optim is­ ta a conquistar el éxito. Una form a d e ponerse seriam ente en cam ino para lograr una huella im borrable, es adoptando las «Diez guías para lograr el é xito - elaboradas por M arshall Field, uno de los hom bres de m ayor éxito en e l mundo, g ] E l valor del tiem po: no lo desperdicie, g ] E l valor de la perseverancia: no se rinda. F g El placer de trabajar duro: no sea pe­ rezosa.

30 30 ta. g ] El p o d e r de la bondad: n o sea desal­ m ada. g j E l llam ado del deber: no sea irrespon­ sable. 3zJ La sabiduría del ahorro: no sea derrochadora. LrS La virtu d de la paciencia: no sea im paciente. S El m ejoram iento de las destrezas: no deje de practicar. ¿Le caen de sorpresa?, ¿piensa que son muy obvias y sim ples?, ¿las ha practicado todas? El éxito no es com plicado. Las acciones de todos los seres hum anos ra­ cionales están controladas por los pensam ientos y estos están controlados por lo que cada una inyecta constantem ente a su mente o perm ite que otros hagan.

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30 Todo esto quiere decir que puede program ar su mente para se r un ganador. Los pensam ientos y la s proyecciones positivas requieren práctica para que logre un cuadro m ental que form a­ rá parte de su desempeño diario y real El alcance dei ser hum ano debe estar m ás allá de su mano O s i no. ¿para qué existe e l cielo?

Diez pautas para que cambie sus hábitos y tenga

éxito en la vida 1.

A m e su trabajo

Dediqúese a él y a sobresalir en su actividad cualquiera que esta sea. ám ela. Actúe Cuando no se actúa se envejece como e l elástico; en todo trabajo existe una bendición escondida, de­ pende de usted encontrarla. FÁBULA:

-U n hom brecillo que vivía a la onlla d e un cam ino y vendía hot-dogs no tenia radio y por deficiencia ©n la vista no leía dia ­ rios y no veía televisión... en cam bio vendía unos hot-dogs de­ liciosos. Colocó un letrero a la onlla del cam ino anunciando su m er­ cadería y se paraba ahí gritando a los q ue pasaban •Mire usted, los ricos hot-dogs! Las personas paraban y le com praban Con esto aum entó sus com pras de pan y de hot-dogs y ter­ m inó construyendo un pequeño y agradable restauranto. Entonces se le ocurrió m andar a buscar a su hijo que oslaba on la universidad para que lo ayudara a adm inistrar el negocio Pero algo sucedió... El hijo llegó y le dijo: •¿Poro papó, usted no ha escuchado las noticias? Hay una crisis muy sena, no hay dinero y la situación internacional es terrible El padre escuchó y pensó: Entonces redujo sus com pras de p an y hot-dogs. sacó el letrero del cam ino y decidió no in vitar m ás a los que pasaban a

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dram áticam ente y de un día para otro sus ingresos se redujeron... el hom­ bre le dijo muy seguro a su hijo: - Hijo, tú tenías toda la razón del mundo. La crisis es m uy sena... -S o lo debe te n e r m iedo de te­ n e r m ie d o - ¿ seguirá vendiendo hot-dogs o prefiere parar para hab|ar 13 crisis? Se lo pregunta Luis Salardi Martínez. -¿ P or qué m e estás olvidando? ¿Por qué te aburres conmigo? ¿ Por qué m e traicionas? C uando no m e tenías, me buscabas. Algunas veces hasta mo rogabas y sufrías por mí. Sentías celos cuando veías a otros conm igo. # Después de que m e conseguiste, m e dedicaste interés, tu tiem po, tus cuidados y te esforzabas por mí; hasta acudías pun­ tual a nuestras atas. Pero esto fue solo por un tiempo. Yo cuido tu salud y la do tu fam ilia, por s i alguna vez se ve quebrantada. Yo soy quien te proporciona lo que necesitas... hasta un poco de felicidad, y aquí estoy, esperando. Cuídam e igual que antes, y recuerda, yo tam bién puedo can­ sarm e de esperar. Muchos me buscan y sufren por mí. ¿ No adivinas quién soy? C laro, mo estás olvidando: S oy tu trabajo-. 2.

Decida qué es lo qu e quiere

D elina bien sus metas y decídase, nada valioso se obtiene de la vida -s in pagar un peaje-. U n experto en gestión de tiem po sorprendió a quienes asis­ tieron a su conferencia cuando puso sobre la mesa un frasco de cristal de boca ancha y un montón de piedras del tamaño de un puño: -¿.Cuántas piedras entran en el Irasco? -preguntó. M ientras el público hacía sus conjeturas, fue introduciendo piedras en el frasco hasta que no entró una más. Luego pre-

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32 guntó: -¿Está todo lleno? -y todos asintieron. Entonces sacó de debajo de la m esa un cubo con cascajo, puso parte de é l en el frasco y lo agitó. Las piedras m ás peque­ ñas penetraron por los espacios que dejaban las piedras gran­ des El experto volvió a preguntar. -¿Está lleno? -esta vez los asistentes dudaron. -Tal vez no -dijo uno. y acto seguido, el conferencista extrajo un saquito de arena y la m etió dentro del frasco. •¿Y ahora? -inquirió. -iN o! -exclam ó el público. Entonces tom ó un jarro de agua que em pezó a ve rte r dentro del recipiente. Este aún no rebosaba. Terminada la dem ostración, preguntó: -¿Qué acabo de dem ostrar? Uno de los asistentes respondió: -Que no im porta lo llena qué esté tu agenda, s i lo intentas, siempre puedes hacer que quepan m ás cosas. ¡No! -repuso el experto y concluyó: -Lo que e sto nos enseña es que si no ponen las piedras grandes al pnndpio. luego ya no cabrán. ¿C uáles son las gran­ des piedras en sus vidas? ¿Su fam ilia, su pareja, sus amigos, sus sueldos, su salud? No olviden ponerlas pnm ero. El resto hallará su lugar. (G ottfried Kerstin) 3.

S ea elástica y perseverante

Refuerce sus m etas, persista, persista, persista, sea fle xi­ ble. perm eable, puede volver a pararse y contin uar su camino, no será la últim a persona que se cae y puede caerse, pero ¡no puede quedarse en el suelo! ■Siempre tenga presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en artos... Pero lo im por­ tante no cam bia; su fuerza y su convicción no tienen edad. Su espíritu e s el plum ero de cualquier te la de araña. Detrás de cada línea d e llegada, hay una de partida. D etrás de cada logro, hay otro desalío. M ientras esté viva, siéntase viva. Si extraña lo que hacía, vuelva a hacerlo. No viva de fotos amantias...

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33 S*ga. aunque toóos esperen quo abandone. No deje que se oxide eí hierro que hay en usted Haga que en vez de lástima. le tengan respeto. Cuando por los artos no pueda correr, trote. Cuando n o pueda trotar, cam ine Cuando no pueda caminar, use el bastón. Pero ¡nunca so detenga»- E ste es e l mensaje m aravfloso que nos dejó la M adre Teresa de Calcuta 4. Fo rm e en usted el hábito de aprender

D edique le un tiem po a la capacitación constante, la capaci­ tación es inversión, nunca es ni tiem po ni dinoro perdido. Parti­ cipe en charlas, sem inarios, cursos libres, le a . perfecciónese siempre Las palabras de David Thoreau nos recuerdan que. -E l di­ nero es la gran obsesión de nuestra época Sería bueno que usted se diera cuenta de que el lugar más seguro para una inversión está dentro de sí m sm a: en conoam ientos y educa­ ción. Es la riqueza que nunca podrán arrebatarle y la inversión quo da lo s m ejores dividendos durante toda su vnda5. S ig a el cam ino d e lo s lideres exitosos

Evité aJ perdedor, al negativo, al alarm ista, a i chismoso, como si fueran una plaga contagiosa. Relaciónese solo con personas positivas, seguras de s i m ism as, confiada*, persistentes, entu­ siastas. alegres, llegará a ser una de ellas -L o sem ejante atrae lo se m e ja n te -, d*ce Conroe Méndez, prim era m etafísica e n Latinoamérica, postulado que a través d e l tiem po está to­ mando cada vez más fuerza 6. Utilice su tiem p o d e m anera Inte­ ligente

Todos los seres hum anos tienen et m ism o tiem po, solo que uno s lo aprovechan, en cam bio otros lo des­ perdician El tiem po e s un recurso no renovable, no se puede recuperar, no per­ dona. nadío le puede añadir un solo rranuto a su día. Con e l tiem po solo existen dos aXematvas gastarlo o invertirlo Disfrutar cada instante de su tiempo, es su único patnmomo E l hom bre inventó el tiem po... e l pasado, e l pre­ sente y el futuro, pero el universo no tiene tiempo

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34 P or eso es necesario «Aprender a darse tiem po»: 0BJ Darse tiem po para pensar, es e l origen del poder. ggj Darse tiem po para jugar, es e l secreto de la eterna juventud. ZÉ Darse tiem po para leer, es fuente de sabiduría. SÉ Darse tiem po para orar, es e l m ayor poder en la tierra. Darse tiem po para am ar y ser am ado, es un privilegio dado por Dios. cfií Darse tiem po para reír, es la música del alma. SÉ Darse tiem po para ser am istoso, es el cam ino de la felicidad. S3 Darse tiem po para trabajar, es el precio d e l éxito, gg Darse tiem po para dar, un día es dem asiado corto para ser egoísta. Destierro de su vocabulario las frases: «mañana lo haré» o «si hubiera...». El pasado es historia, es cheque cancelado, ló ­ melo solamente com o m arco de referencia. Hoy es el día, es lo único que le pertenece, e l presente, el aquí y e l ahora. ¡Viva por lo tanto cada día. cada instante, com o si fuera e l últim o! En realidad lo es... y vívalo tan bien que m e­ rezca ser recordado. 7. Utilice su creatividad, es un don de Dios

Atrévase y rompa sus propios lím ites. N o sea una oveja, sea la directora del rebaño. Se sentirá de m aravilla. ¿Conoce usted cuáles son las diez causas por las que no se asciende en el trabajo? 1. M irar dem asiado el reloj. 2. Hacer las cosas a medias. 3. Tener e l trabajo atrasado. 4. Estar siem pre refunfuñando. 5. No tener confianza en s i misma. 6. No poner el corazón en su trabajo. 7. Tener com o excusa «se m e olvidó» o «tuve m ucho trabajo». 8. No atreverse a obrar conform e a l propio criterio. 9. Estar contenta con ser m ujer de segunda categoría. 10. Creer que no vale la pena estudiar ni interesarse por nada. 8. Trate a todos c o m o s i se tra ta ra d e «su cliente de un millón»

No prejuzgue nada r* a nadie, trate a todos los que la ro-

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35 deán com o si fueran lo m ás im portante en su vida. Le recuerdo ese fam oso letrero que debe tener cada una colgado del cuello: «Hazme sentir im portante». Leí una anécdota que m e parece interesante reproducir: «Durante m i segundo sem estre en la Escuela de Enferme­ ría, nuestro profesor nos d io un exam en sorpresa. Yo era una estudiante consciente y leí rápidam ente todas las preguntas, hasta que llegué a la últim a: '¿C uál es el prim er nombre de la m ujer que lim pia la escuela?’ Seguramente era un tipo de brom a. Yo había visto muchas veces a la m ujer que lim piaba la escuela. Ella era alta, cabello oscuro, com o de cincuenta años, pero, ¿cómo iba yo a saber su nom bre? Entregué mi examen, dejando la últim a pre­ gunta en blanco. Antes de que term inara la clase, alguien le preguntó a l profesor si la últim a pregunta contaría para la nota del examen. -Absolutamente -dijo e l profesor-. En sus carreras ustedes conocerán m uchas per­ sonas. Todas son significativas. Ellas m e­ recen su atención aun si ustedes solo les sonríen y dicen [hola! Nunca o lvid ó e sa lección. También aprendí que su nombre era Dorothy y que todo3 som os im ­ portantes». 9. Trabaje fu erte y de m anera in­ teligente

Su actitud lo dem uestra todo. Crea que puede y lo conseguirá. Aprenda todo lo que pueda de sus funciones y de sus com pañeros. Desarrolle un só­ lido program a de m etas a corto, m edia­ no y largo plazo. Sea persistente, nunca renuncie a sus sueños ni con el m ínimo pensam iento. Recuerde la s tres «erres» de un tantra hindú: Respétese a s i mism a. Respete a los dem ás. Responsabilícese de to ­ das sus acciones.

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36 10. Cree m ilagros en su vida

Como dijo Zig Z ig la r «Crea en la m agia de creer». Para tenerlo todo, ofrézcalo todo a todos los que la rodean. Sea bondadosa en sus actos con los demás, recibirá sus propias recompensas. Encárguese de sf m ism a, no sea una persona difícil de llevar, recuerde que es absolutam ente res­ ponsable de sus actos, logros, éxitos y fracasos, no le eche la culpa a nadie, |no se haga la víctim a! «No somos responsables de la cara que tenem os, somos responsables de la cara que ponemos». Se dice que hace tiem po, en un pequeño y lejano puebla, había una casa abandonada. C ierto día, un perrito, buscando refugio del sol, logró entrar a la casa. El pequeño perro subió lentam ente las viejas escaleras de m adera, a l final de las cua­ les se encontró con una puerta sem i abksita, lentamente se metió en e l cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto había m il perros m ás. El perrito com enzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los m il perrr.os hicieron lo m ism o. Posteriorm ente sonrió y le ladró alegrem ente a uno de ellos, los m il perritos sonrieron y ladraron alegrem ente con él. Cuando salió d e l cuarto, se quedó pensando: «¡Q ué lugar tan agradable, vaya venir más seguido a visitarlo!». Tiem po después, otro perro callejero entró al m ism o sitio, pero a diferencia del prim ero, al ve r a los otros m il, se sintió amenazado y em pezó a gruñir y a ladrarles ferozm ente; obvia­ mente los mil perritos tam bién le gruñeron y le ladraron. Cuando salió del cuarto pensó: «¡Q ué lugar lan horrible es este, nunca más volveré a entrar allí». Cuando salía, recién se dio cuenta de un viejo letrero que se encontraba en e l frente y que decía: «La casa de los m il espe­ jos». Todos los rostros del m undo son espejos. Decida cuál rostro llevará por dentro y ese será e l que m ostrará. Recuerde que el reflejo de sus gestos y acciones se repite en los dem ás, com o en un espejo.

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Sonrisa decim iento: secretos U ro de suscitad os para conseguir e l estilo propio es aprenp ^ trrklarjp m irona; |0 im portante es que esta $ea siem pre qpay£ y amistosa» solo así transm itirá sus mejores deseos. Pero tan im portante ctyn o la m irada, es la sonrisa. Nunca olvide sonreír. De la expresión que tenga dependerá la im pre­ sión que deje. Sepa que la jo n risa .e s gratis v gracias a ella se pueden conseguir grandes cosas. La sonrisa será su p ip jn r a liad a a la hora de proyectar la imagen de una persona ggradable. afectuosa y cordial. Pero, cuidado con exagerar: su sonrisa debe se r moderada. de lo contrario la otra persona podría pensar que usted se está b u ria o d a ilfi^ lia . Recuerde que es m uy cistinto reírse con una que reírse de una. Una sonrisa franca com place a cualquiera mu­ cho m ás que un m illar de cosas. P or eso no debe ser com prada, pedida, prestada n i robada, por­ que la sonrisa no rinde bereficio si no es brinda­ da de m anera espontánea, sincera y gratuita. Se dice que a quien sonríe, la vida le son­ ríe, que la vida es un espejo que reprodu­ ce lo que proyectam os en él. Trate de tallar en su rostro esa sonrisa sincera para transm itirla durante todo el día. Una sonrisa no solo alegrará el cora­ zón de otras personas, también em ­ bellecerá su rostro y le proporcio­ nará un encanto especial. Nada debe se r tan im portan­ te com o para quitarle la fres­ cura de una sonrisa. Deténga­ se unos segundos, m ire direc­ tam ente a los ojos de quien le habla, y sonríale. ¡Le cam biará la vida!

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Todos sabemos que no existen palabras m ágicas, pero si palabras que obran por aú& dfem age. Los tiem pos de A lí Babá y e l «Ábrete sésamo» han pasado y el lanzar a l aire una voluta de hum o no hace aparecer un genio amigo. Pero usted posee un poder: «el de las palabras», a l usarlo, usted consigue que los dem ás la ayuden a hacer cosas mejo­ res y con m ejor voluntad. Repita estas cuatro palabras que son im portantes para con­ seguir la sim patía de la gente que la rodea, especialm ente en el hogar y e l trabajo: «Estoy orgullosa de ti». ¿Por qué no se las dice a su secretaria, a su jefe, a sus subordinados, a sus amigas, a su m arido, a su pareja, a sus hijos? Dígales que está orgulloso de algo que ellos han hecho. Procure que esas cuatro palabras los haga sentirse felices y verá cóm o les devolverá la alegría perdida y les prenderá la mecha de la acción con am or y entusiasm o. Tampoco olvide frases tan significativas como: «¿Cuál es su opinión?», «¿Me haría el favor de...?», «M uchas gracias por...». ¿Se ha percatado de que son palabras que garantizan el apoyo de los dem ás? Son ta n fáciles de pronunciar y se usan tan raras veces. Le vuelvo a recordar que todas siem pre debe­ mos llevar colgado en e l pecho un gran letrero que diga: «Hazme sentir im portante». Destine unos instantes en decirlas y habrá adquirido para el futuro la certeza de que todos atenderán más fácilm ente sus deseos, sugerencias y solicitudes. Recuerde tam bién que la m ejor palabra del m undo es «no­ sotros» y la peor «yo», la consideram os muy fácil de escribir, m ás fácil aún de decir; pero pocos deseam os en realidad oírla. Am ado Ñervo nos d ic e a l respecto:

Una Una Una Una

palabra cualquiera puede ocasionar una discordia. palabra cruel puede d e stru ir una vida. palabra am arga puede crear odio. palabra brutal puede golpear y matar.

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39 Una palabra agradable puede suavizar e l camino. Una palabra a tiem po puede ahorrar un esfuerzo. Una palabra alegre puede ilum inar e l día. Una palabra con am or y cariño puede cu ra r y bendecir. No olvide que existen palabras que obran com o por arte de magia, busque esas palabras y convénzase de que con e l po­ der que encierran ganará m ás am igos, m ás seguridad, más confianza y felicidad.

isle nada m ás agradable, fortalecedor y positiscuchar un elogio sincero, cálido y afectivo. No común escucharlo, ya que aparentem ente se ás con la destrucción, el chism e, e l rum or y el o verbal. Parece que la crítica es una constanjestras sociedades. me olvidado e l elogio que e s una habilidad muy útil y ayuda a m antener relaciones m ás cáli­ das y positivas con los dem ás, especialm ente con la fam ilia, am igos, pareja sentim ental y, por cierto, oon los com pañeros d el trabajo. ero, qué es un elogio? Según e l Diccionario de cadem ia Española: «Alabanza de la s cualidaáritos de alguien o de a lg o -. No es lo mismo onja o la adulación, m uchas personas se conivés del elogio dem ostrará s u estim a y respeto >tra persona adem ás de decirle que está atenm irándola. No solam ente e s agradable escuelogio sino que tiende a s e r recíproco, une a ia s y son trem endam ente gratificantes, asgraciadamente, se señala más lo que disestá m al hecho, la equivocación, que el traba­ jo bien hecho, el vestido bien cosido, e l presupuesto bien plani­ ficado, e l evento bien realizado, e l regalo bien com prado o la llamada hecha a tiempo. Se suele decir que no hay tiem po para perder en elogios,

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40 porque lo que eslá bien hecho es o b vio y no hay necesidad de decirlo. Lo m ism o sucede con las frases tan olvidadas y necesi­ tadas entre las parejas: «Te amo», «¡Q ué bien te queda ese tem o!». «¡Que linda y elegante estás!». Hace algún tiem po, prefiero no recordar cuánto, m e dijeron que las frases relativas a la ropa, la elegancia e im agen, eran un absurdo, que tenía que decirlas solo si la im agen no estaba bien, si era desaliñada, grotesca, fuera de tono, de lo contrario, lodo era obvio... ¡qué lástim a da la persona que no sabe elogiar y solo sabe criticar! Los elogios deben ser sinceros, específicos y personalizados. Qué desagradable es escuchar uno que sea generalizado, ¿se podrá creer en él? D ecirlo sin m irar a lo s ojos directam ente tam ­ poco será tan creíble, y si e l tono de voz no tiene el entusiasm o debido, tam poco funcionará. En los elogios se debe u tilizar el nom bre de la persona aludi­ da. se hará m ás gratificante para e l que los escucha. Y no tema aceptar elogios, nadie dirá que usted e s una vanidosa o petu­ lante porque los agradece; sea educada y agradecida siem pre, recuerde que ¡usted se los m erece! La autoestim a y el sentido de la m odestia, en ciertas perso­ nas. están tan desarrollados que estas n o se creen merecedoras de las expresiones que contienen elogios. Otras, en cambio, se sienten obligadas a responder con otro elogio y no entienden que el elogio es un regalo sin envoltura. Acéptelo con gratitud y sonrisa sincera; solo responda: «¡Gracias!» con una sonrisa sincera. Si usted es jefa en alguna com pañía, sea agradable y atenta con sus em pleados. Hay un sinfín de oportunidades para alen­ tar, elogiar y estim ular a las personas que están a su alrededor. No sea tím ida, no tem a que la m alinterpreten, y no trate de bus­ car cosas excepcionales para elogiar, e so es no ser realista. Busque aspectos destacables y aum ente la frecuencia de los elogios; pero no lo haga cuando tenga que pedir favores, de lo contrano sentirá que es m anipuladora y deshonesta. Esto no seria un elogio sino «una lis o n ja - q u e es un halago fingido, generalm ente utilizado para captar la atención o e l tavor nece­ sitado. De igual m anera la adulación es; « H acer o decir con inten­ ción, a veces inm oderadam ente, lo que se cree que puede agra­ dar a otro».

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« De todos los medios que

conducen a la fortuna Los más seguros son la

perseverancia y

el trabajo» REYBAUD

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: El trabajo qué) U na m ujer que trabaja es un m iem bro ac­ tivo del m ovim iento económ ico del mundo, sustenta las necesidades de su hogar y con­ sigue determ inada autonom ía, sabiéndose útil y productiva en su com unidad. Por e l contrario, quien no trabaja no solo enfrenta las dificultades que im plica care­ cer de un ingreso económ ico para cubrir sus necesidades elem entales, sino que su autoestim a decrece y afecta su «yo interior» al sentirse a l m argen del sistem a. Hasta hace algunos pocos años, era lim itado el núm ero de m ujeres que trabajaba; sobre todo en los países latinoam erica­ nos. Las prioridades de la m ujer se inclinaban m ás a encontrar el anhelado m atrim onio y a form ar una fam ilia estable. Pero no todas las m ujeres se conform aban viviendo de ese modo, hasta cierto punto lim itado y lim itante, y muchas de ellas se rebelaron en diferentes form as y estilos, em prendieron ca­ rreras profesionales perm itidas solam ente a l género masculino y lograron éxito intelectual im poniendo la presencia femenina en un m undo dom inado por los hombres. En esle tercer m ilenio, las posibilidades laborales se han abierto totalm ente a las m ujeres. Esto no quiere decir que lo hem os logrado todo, pero sí que hem os evolucionado y sabe­ m os que todavía nos queda m ucho terreno por conquistar o, com o diría Mamami, mi abuela m aterna a quien siem pre re­ cuerdo con amor, todavía queda «mucho pan por rebanar». La oficina, nuestro centro laboral se convierte prácticamente en una segunda casa y será m uy importante que sepa conducir­ se adecuadamente, aplicando sus conocimientos de etiqueta. La persona trabajadora y ejecutiva que hace de la etiqueta un estilo de vida, es sincera, optim ista y considerada. La eti­ queta es sinónim o de prudencia, de saber escuchar y de callar, pues la grandeza m uchas veces exige silencio. La etiqueta la ayudará a asum ir una actitud que la mantenga optim ista, alegre y positiva. Encontrará su propia satisfacción si

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44 sabe cóm o entablar un tip o de relación de respeto con sus je ­ fes. sus subalternos, y con los com pañeros que la rodean. Esas relaciones deben ser caracterizadas por las cuatro com ­ pañerismo. consideración, colaboración y com unicación. Gracias a la etiqueta tendrá en cuenta la puntualidad, e l or­ den, el respeto a la privacidad, e l buen uso del teléfono, e l cui­ dado de su apariencia, e l tono adecuado de su voz y el lengua­ je de su cuerpo, es decir, a desenvolverse com o una persona que aspira a crecer, cultivar una buena im agen personal y man­ tenerla así por e l resto d a §u vida.

buscando. rabaio'

¿Está

Qué éqolvocados están quienes piensan que e l tra­ bajo es una m aldición que cayó sobre e l hom bre cuan­ do Adán y Eva desobedecieron a Dios en e l Paraíso. Por e l contrario, es una bendición que dignifica al ser hum ano, lo eleva en su estatus y m ejora su calidad de vida. En nuestro país, com o m uchos en e l mundo, hay una escasez m uy grande de trabajo. Esta e s una situación preocupante, pero cierta. Sin embargo, ¿es motivo para desanim arse? Por supuesto que no. Vea esa realidad com o un desafío para re­ doblar sus esfuerzos tendientes a una m ejor capacitación personal. Si usted tiene un trabajo, sabe que es un bien m uy preciado e l que tiene entre sus ma­ nos. En cam bio, si no lo tiene, ¿qué espera para salir a buscarlo? N adie vendrá a su casa a ofre­ cérselo. ¿Qué hacer para conseguir un em pleo? Sabe­ m os que en e l m ercado laboral la oferta supera lar­ gam ente la dem anda; en otra s palabras, son mu­ chas postulantes para tan pocos puestos. Este des­ equilibrio hace que la com petencia sea ardua, sin em bargo, un buen punto de partida consiste en saber qué es lo que buscan las empresas.

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45 Las grandes com pañías requieren personas que no soto acrediten conocim iento, profesionalism o y talento, sino tam bién espíritu ganador y optim ism o, que crean en lo que hacen y se identifiquen con la em presa plenam ente. Es bueno conocer lo que U. Steven Brown nos dice en un pensam iento que siem pre debe tom ar en cuenta a la hora de ir a solicitar un nuevo trabajo: «Se solicitan: m ás personas que hagan algo por m ejorar las cosas, m enos que las desaprueben. M ás personas que actúen, m enos que hablen. M ás personas que digan: ¡puede hacerse!, m enos que digan: ¡no puede hacerse! Más personas que inspiren confianza a tos dem ás, menos que arrojen un chorro de agua fría sobre tos que han dado, aunque sea, un solo paso en la dirección correcta. M ás perso­ nas que se interesen en las cosas y hagan algo para m ejorar­ las, m enos que se sienten a un lado sin hacer m ás que encon­ trar defectos. M ás personas que señalen lo que es correcto, m enos que insistan en señalar lo que es incorrecto. Más personas que en­ ciendan una vela, m enos que m aldigan la oscuridad*».

Leí en una revista para jóvenes que la m ejor m anera de pre­ parar un currículum vitae u hoja de vida era ser original. La pregunta es: ¿y si quien revisa e l docum ento presentado es m uy convencional? Su hoja de vida será su carta de presentación y m i consejo es que se parezca a usted misma, sin perder de vista que se realiza en un am biente que de todas m aneras es formal. La inform ación debe ser breve, oportuna y d ara, sin que esté reñida con el buen gusto. El orden y la lim pieza son dos factores prim ordiales en su presentación. El prim er paso es m encionar todos sus datos personales, com o su nom bre com pleto, dom icilio, teléfono y estado civil. El siguiente punto es su form ación académ ica, señale su nivel de estudios, y si tiene m aestrías, doctorados o postgrados no olvi­ de indicarlos. Especifique claram ente las fechas de inicio y cul-

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46 minación en cada caso. Su experiencia laboral o profesional d ebe esta r debidam en­ te dispuesta en orden cronológico inverso, e s decir, d esde el último trabajo hasta el prim ero. Incluya e l nom bre de la s em pre­ sas, el tiempo d e duración y cuáles fueron su s funciones y res­ ponsabilidades. No olvide m encionar o tras habilidades, com o idiom as que domina o program as d e cóm puto q u e estudió. E n cu an to a los idiomas, indique cuál es s u nivel: principiante, interm edio o avan­ zado. Recuerde m encionar las aptitudes y virtudes personales que crea apropiadas para e l puesto a l que postula. S u habilidad creativa, la facilidad para tra b a ja r en equipo y bajo presión son referencias que pueden a brirle m u ch as puertas. Finalm ente, incluya alg un a s referencias laborales y perso­ nales que den fe d e su capacidad laboral y personal; recuerde que aquí no están contem plados su s parientes. E n lo posible, anexe una carta de presentación d on d e exponga los motivos por los cuales cree que e s la persona idónea para e l pue sto de trabajo. Las siguientes recom endaciones le se rá n útiles para elabo­ rar una buena hoja de vida: Si no es de fácil lectura, es probable que no la tom en en cuenta. S u estructura debe ser cla ra y concisa. No use un tipo d e letra ilegible, que n o se a m uy gran­ de ni m uy pequeña; en com putadora el núm ero 12 para la fue n te será apropiado.

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No m ienta. D iga la ve rd ad sin sobrevalorarse. ni subestimarse. La falta de ortografía e n un currículum no e s un sim ple error, sino una falla capital: e s inconcebible una falla de ese tipo. Procure una presentación original p ara distinguir su cu rrí­ culum . Haga cualquier cosa (pertinente) para llam ar la aten­ ción de los seleccionadores. Un file en ve z d e un sobre de m anila, un d iseño novedoso, use su creatividad. N unca m encione sus puntos débiles o deficiencias. Se trata d e conseguir e l trabajo, no d e perderlo. Si n o le piden que, in clu ya fotografía, no la envíe. Pero si se la solicitan, envíe u n a actualizada, a colores y de buena calidad.

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vestida para una

entrevista laboral Escoja su ropa de acuerdo a l cargo a l que postula. No exagere con los atuendos, a veces resultan inapropiados y no son bien vistos por los evaluadores. ¡Sería irónico que vaya m ás lujosa que la propia due­ ña de la em presa! Le recom iendo que vista un sastre de dos piezas de color neutral, sobrio, sin escotes profundos, el lar­ go de la falda debajo de las rodillas, tacos ejecutivos Üamás aguja), cabello recogido, m aquillaje ejecuti­ vo, poco perfum e, los accesorios discretos y no bulliciosos, m edias nylon. Fíjese que todo su atuen­ do indique orden, pulcritud, lim pieza y, sobre todo, eficiencia. Busque sobriedad y com odidad en su vesti­ menta, son dos cualidades que sum arán puntos a favor de su evaluación. No tenga duda que lo prim ero que evaluarán en usted será su apa­ riencia y gusto para vestir profesionalm ente. En una entrevista de trabajo sus ropas tam ­ bién hablan por usted. Escoja las prendas que m ejor le queden y con las que se sienta más confortable, porque eso es lo que va a transm i­ tir a sus evaluadores. Si viste ropas que no le dan libertad de m ovim iento, se sentirá atrapada y las co­ sas no saldrán com o quiere. El traje puede potenciar su estilo y la propia perso­ nalidad: si tiene apariencia de ser m uy joven para el puesto a l que postula, vístase clásica y conservadora. Antes de salir, párese frente al espejo, arréglese y cer­ ciórese de que está im pecable. S i va a ser entrevista­ da en diferentes días, procure no repetir la m isma ropa.

salga airosa de su

entrevista ¡La felicito!, su hoja de vida ha sido escogida en-

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48 tre muchas y le ha brindado la posibilidad de entrevistarse con los seleccionadores. El currículum ya hizo su parte, ahora le toca a usted. No deje que los nervios la dominen y prepárese para la últim a fase de su aventura en la búsqueda de un empleo: pgj Infórm ese sobre la: em presa a la que postula: a qué se de­ dica, cuál es su m ercado, la antigüedad que tiene, son re­ quisitos fundam entales; además, indague sobre quién la entrevistará, sus hobbies, profesión, años en e l puesto, etc., la ayudará a rom per el hielo. ¡g ] «A quien madruga Dios le ayuda», por ningún m otivo llegue sobre la hora, hágalo m inutos antes, evitará la carrera final y la apariencia de aprem io que se refleja en e l rostro. La puntualidad es la educación de las reinas, y su evaluación com enzó cuando cruzó la puerta de la em presa. pgl Si lleva un portafolios no lleve cartera. No está vendiendo nada. Lleve siem pre sus tarjetas personales, una agenda para hacer apuntes y un buen lapicero. ñSI Si tiene que esperar en una antesala, hágalo con tranquili­ dad, sin dem ostrar ansiedad o nerviosism o. Evaluarán todo lo que usted haga, su desenvolvim iento físico y oral. Solo así podrá defin ir e l p erfil que tiene que m ostrar, no se olvide que en una entrevista está vendiéndose a sí mism a. San Mateo dijo: «Muchos son lo s llam ados, pocos los elegidos». Rgl Cuando la hagan pasar no se le ocurra besar a su entrevis­ tador F stirft su hrazn nara saludarlo

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49 puesto. Actúe en form a natural, preste atención a todo k> que le dice su entrevistador y esté lista para responder calm adam ente. Que se le sienta confiada y segura, f f i G ran parte del éxito en una entrevista de trabajo está en la m odulación de la voz. Cuando responda a las preguntas hágalo con voz clara y firm e, y p o r ningún m otivo tutee al entrevistador n i le acepte invitación alguna, esas confian­ zas son perjudiciales. Tampoco acepte preguntas íntimas ni relacionadas con su vida personal.

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N o perm ita respuestas evasivas en tom o a su rem unera­ ción. «Depende de u ste d -, «Vamos a v e r-, «De acuerdo a su rendim iento». Debe ser respondida en form a directa, pre­ císelo con la m ejor de sus sonrisas. Si le es im posible por las evasivas constantes, m encione la cantidad que desea ganar. Pregunte tam bién p o r los beneficios adicionales, seguros, vacaciones, bonificaciones, horario de trabajo y todo lo que le interese. N o deje nada pendiente y que luego pueda traer m alos entendidos. Si luego de la entrevista el puesto le es ofrecido, tóm elo si usted está de acuerdo en todo lo conversado, incluyendo su salario. No se le ocurra decir: «Lo tengo que pensar-, «Estoy esperando una respuesta de otra em presa- o «Ten­ go que consultarlo con m i papá, m arido o novio...» porque perdió usted su oportunidad. No deje de preguntar qué día em pieza y a qué hora debe llegar. Y por favor, ¡sea puntual siem pre! Si en cam bio la entrevista ha finalizado y no tiene una idea clara, no se sienta inhibida y pregunte cuándo tendrá su evaluación y respuesta. Es lo correcto, no se preocupe, está en su derecho. Repase si no ha olvidado ninguna pregunta por hacer, es de pésim o gusto retroceder para tocar un tem a que no fue cubierto.

f f i Despídase am ablem ente. Recuerde que la tensión juega a veces m alas pasadas. Controle cada uno de sus m ovim ien­ tos y no tropiece con nada. M anténgase serena y cordial. No envíe ninguna tarjeta de agradecim iento por la entrevista ni tam poco llam e constantem ente para saber la respuesta.

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Desenvoltura y tacto en su nuevo trabajo Montesquieu so lía decir: «Un pueblo defiende con m ás em ­ peño sus costum bres que sus leyes». P or nada d e l m undo olvi­ de esta sentencia cuando em piece a trabajar con personas que aún no conoce. S i e s nueva en la em presa donde trabaja, no pretenda im poner sus normas y su m odo d e trabajo, debo recor­ darle que n o es m ás que una extraña para sus com pañeros y tendrá que ganarse su confianza co n m ucho ta cto y paciencia. Antes d e que usted llegue ya existía una form a establecida de proceder y trabajar. Es usted quien deberá a da p ta rse a los códigos ya establecidos. Escuche, observe y aprenda cóm o funcionan las cosas. Una vez asim iladas, a p iiqu e la s y trate de adaptarse a ese ntm o entendiendo la filosofía d e trabajo d e su nuevo centro de labores y respetándola. En cada una d e su s palabras, e n ca d a a cto q u e realice, trate siem pre de inspirar confianza, seriedad y re speto hacia su per­ sona. Pregunte s i n o sabe algo, y se a hum ilde para recibir co n ­ sejo y ayuda de lo s que tienen m á s tiem po e n e l trabajo. Está com probado q u e las buenas relaciones e n tre los traba­ jadores repercuten directam ente e n la productividad d e la em ­ presa y en e l é x ito profesional. S i usted se encuentra rodeada de un am biente agradable, donde e l respeto y la s buenas for­ m as son e l pilar d e las interrelaciones co n sus com pañeros de trabajo, no tenga duda d e que su producción a lcanzará e l más alto nivel. La cortesía n o puede dejar d e se r u n soporte e n su s relacio­ nes laborales. S u s com pañeros n o tienen por q u é pagar los platos rotos si llega d e m al genio. Todos los problem as de casa se dejarán guardados e n un ca jó n y n o se llevarán a la oficina. Recuerde que los buenos m odales son la e xpresión de la e ti­ queta y la práctica no e s privilegio d e ningún g rupo especial ni de ningún am biente, es a lg o que toda p e rso n a que aspira a crecer debe cu ltiva r y mantener. = g M antenga siem pre su escritorio o lugar de trabajo ordena­ do y atractivo a la vista. Tenga u n ce sto p a ra la basura, no deje papeles en e l piso y docum entos e n cim a del escritorio, guárdelos e n su cajón.

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51 g g ] No se pinte las uñas, no se m aquille, no se peine, ni lea novelas en horas de trabajo, aunque no tenga nada que hacer, esto deja una muy m ala impresión. r g l Le recuerdo que no debería fum ar, pero si lo hace es por­ que está aceptado com o regla en su centro de trabajo, de lo contrario, no se alreva y m enos en un lugar cerrado. g g j Su oficina, escritorio o el espacio para trabajar, no es lugar apropiado para comer. S i acostum bra a tom ar café varias veces al día, podrá hacerlo en su escritorio, pero debe pre­ ocuparse que la taza sucia sea retirada inmediatamente. I*g1 Por favor, escape de los consabidos chismes y rumores do oficina. Se puede ver envuelta en situaciones embarazosas y posibles catástrofes laborales. Decídase y diga: «No me interesan los asuntos personales de los demás», y póngale punto final a los rumores, g g Sus m anías y hábitos particulares déjelos en casa. La di­ versidad de personalidades que se congregan en el trabajo es tan grande que si cada una liberara sus m anías sin res­ petar al resto, la oficina se convertiría en un manicomio. Algunos dan golpecitos con los dedos sobre el escritorio, otros hacen ruidos con la boca. No son agresiones propia­ mente. ¡pero cóm o molestan! F g¡ O tras personas son distraídas y hacen esto de manera es­ pontánea, su deber es advertírselo: una buena táctica es ser directa pero educada, pedi ríes por favor que suspendan su actividad porque distraen a l resto de sus compañeros. Todo se puede solucionar con una sonrisa sincera. Antiguam ente estaba prohibida la m úsica para trabajar. Ac­ tualm ente se ha com probado qu e la m úsica suave y orquestada crea ondas de creatividad, paz y calma para trabajar con mucho más rendim iento. A las vacas se les pone m úsica para que den m ejor y más leche, y las plantas crecen más fuertes, alegres y con m ejor color, g g Háblele con am or a esa planta que tiene junto a su escntorio. aunque la crean loca. M is hijos se reían de m í cuando me escuchaban, pero cuando fueron adultos lo compren­ dieron. Actualm ente me despido de ellas cuando salgo de viaje y las saludo al regresar cada día del trabajo, g ] Si no tuviera nada que hacer, no incomode o distraiga a sus com pañeros por este sim ple hecho. Denota falta de consi-

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52 deración y de respeto a l trabajo del otro, a d e m á s causará muy m ala im presión en su jefe. F g i Sea firm e con e l consabido D on Juan d e la oficina. Trátelo con cordialidad pero con firm eza y so lo para asuntos rela­ cionados con su trabajo. V p o r favor, no le acepte nada... ni siquiera ¡un inocente cafecito! V ivirá m ás tranquila, se lo aseguro. Comportarse adecuadam ente e n diferentes situaciones es también saber decir «no» cuando se a necesario y también saberse defender con altura si alguien intenta sobrepasar­ se, o saber halagar cuando sea p rudente y conveniente. g j j Es una rotunda falta de respeto tra ta r co n palabras extre­ m adam ente cariñosas a su s com pañeros de trabajo. No piense que de esa m anera agradará m ás y sum ará puntos a su favor, por el contrario, solo devalúa su im agen frente al resto. «D e lo sublim e a lo ridículo n o hay más que un paso», reza un dicho que resulta a q u í m uy oportuno. Llam ar «mi amor», «negrita linda», «mi rey» o «chatita», resulta poco menos que ofensivo en e l entorno laboral. Por favor, destierre esas palabras d e su vocabulario. • g j El uso de los servicios higiénicos e s com ún p ara todos, cuí­ delos y déjelos com o quisiera encontrarlos: lim pios, orde­ nados, con los papeles en e l basurero, los pisos limpios y sin d ejar e l agua corriendo. E nvuelva en un papel o en su bolsita la toalla higiénica o el tam pa x antes de tirarlos al basurero. No use el papel higiénico por m etros n i lo deje fuera de su rollo. ¡Y tam poco se lo lleve! B al Cuando esté por retirarse del tra ba jo no em piece a arreglar sus artículos personales m e dia h ora antes. «La hora no es media hora antes ni m edia hora después, la hora e s la tora», además estaría dem ostrando poco interés por sus labores. Sea puntual, tanto para llegar a su trabajo com o p ara asistir a una cita de negocios, a un evento social, cultural o políti­ ca. «La puntualidad n o conoce fronteras».

Realice sus suenas Me im agino que usted com o todas la s m ujeres y hombres

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53 por igual ingresaron en e l colegio con sueños en m ulticolor y salieron de é l con otros en blanco y negro. ¿Qué había pasado? Es sim plem ente el problem a de luminosidad. Al ingresar en e l colegio con sus seis años, e l panorama a su alrededor era m uy vistoso, atractivo y lleno de color; prom e­ tía un futuro parecido a las páginas que adornan los cuentos de hadas. Pero qué distinta es su perspectiva cuando uno sale del co­ legio a los diecisiete años... No solo han vanado las imágenes que se evocan en los sueños, sino los matices y la intensidad del color. Para enton­ ces, con la influencia de sus valores, su carácter casi definido y la orientación vocacional, poca o mucha, que haya recibido, sus sueños para el futuro son más confusos; una tarea de elec­ ción, descarte y eliminación. Para m uchos, es difícil responder a la pregunta: ¿Qué espe­ ra de la vida? Para pocos, el cam ino está señalado: estudiar, trabajar, for­ m ar un hogar, tener hijos, am ar con intensidad, divertirse y pa­ sarla bien. etc. Pocas veces he visto y escuchado a una niña, que desde que tuvo uso de razón supiera a qué se iba a dedicar en la vida. Mi hija Frieda Ximena siem pre supo y d ijo que quería sei médi­ co veterinario, carrera que finalizará, Dios mediante. Hasta a llí, solo se trata de un espejismo que le atraerá por la vida con distintas posibilidades de realización porque tanto su inclinación vocacional para el trabajo com o autorrealización en e l am or no han hecho su aparición. Hablar de éxito a esta altura es m uy prem aturo, pero este factor debió de haber estado en sus sueños. Es posible que antes de los veinte ya hubiera definido su cam ino por recorrer; solo le faltaba identificar los personajes con quienes habría de iniciar la travesía. Nathaniel Hawthome, un m aestro de la historia corta norte­ am ericana, escribió la historia de David Swan, un pobre jovencito que lleno de sueños e ideales cam inó hacia Bastan en bus­ ca de éxitos. Cansado y sediento se quedó dorm ido al lado de una fuente después de haber saciado su sed.

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54 Mientras dorm ía pasó por su im provisado lecho una pareja de ancianos acaudalados deseosos de encontrar a un joven para adoptarlo; ingresó saltando y bailando una adinerada chi­ quilla que quedó enamorada del dulce sueño de David y, final­ mente. ingresaron dos perversos y avezados delincuentes que intentaron perpetrar un crim en horrible en la creencia de que el muchacho tenía algún dinero suelto. Nada ocurrió mientras la fortuna, el am or y la m uerte estu­ vieron rozando el destino de David y sin que él tuviera noción alguna, porque después de un sueño reparador, el jovencitose despertó y siguió su camino a conquistar sus sueños. ¡Qué bueno que así sean las cosas! Que vaya por el mundo sin nada preestablecido para ver m ejor el objetivo que ousca. Pero una vez que haya divisado en e l horizonte vocacional lo que quiere ser. luche con tesón por alcanzarlo. Planifique su vida para que llegue a ese objetivo en forma gradual y progresiva. Quizás a pocos, es m ejor y m ás prudente realizar e l ascen­ so, especialm ente cuando tiene algunas dificultades de tipo fa­ m iliar. económ ico o de salud. Pero no desmaye en el cam ino. Descanse, si desea com o David, para recuperar sus fuer­ zas. Aquí las palabras de Hellen Keller, la fam osa escritora cie­ ga. adquieren verdadero significado: «Mantenga su mirada al sol y no podrá ver las sombras**. Si tuvo sueños de juventud que aún no ha realizado, vaya iras ellos, a lo m ejor está a tiem po para conquistar sus metas y ser feliz o más feliz todavía. No se detenga a pensarlo, solo planifique cóm o llegar a su objetivo y REALICE SUS SUEÑOS...

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« Cualquier cosa

que hagan las mujeres tienen que hacerla

dos veces mejor que los hombres

E

ara ser consideradas i mitad de buenas que ellos»

C H A R L O T T E W H ITT O N

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¿Las damas primero? Afortunadamente, las mujeres hemos avanzado lo sufi­ ciente para asegurar que estamos haciendo grandes con­ quistas en el terreno laboral y profesional. Y no soto eso, sino que las mujeres trabajadoras aparentemente hemos resultado más honradas que el hombre. Al menos, el porcentaje de juicios a las mujeres funcionarías por diferentes delitos no es significativo. Si usted trabaja en una gran empresa esta­ rá som etida a un mundo de com petencia don­ de deberá luchar por una constante superación, s o bresalir, em bellecerse, cuidar su silueta, vestirse mejor, leer más y estar enterada de lo que sucede en el mundo para que su conversación sea variada y amena. Es su responsabilidad. Es decir, aprender a ser más com petiti­ va y a no conformarse. En el am biente laboral las deferencias que tienen las mujeres en el ám bito social quedan suspendidas. El trato con ellas es exactam ente igual que con tos hom- i bres. La jerarquía se determina explícitam ente por el / i cargo que ocupa dentro de su trabajo. Ij |No se asuste!, esos cam bios se hacen indispen- i ¡ sables en el entorno laboral y es una realidad que / J debe asumir. Los tratos que se guarden para con J J l usted serán los m ismos que para sus colegas hombres, por esa igualdad hemos luchado durante muchos artos. También sepa que si bien la palabra «señora» es utilizada en e l protoco­ lo social para designar a una m ujer casada y «señorita- a una m ujer soltera, e l protocolo laboral no entiende de sexo, edad, ni estado civil, sino de jerarquías. Recuerdo aquella ocasión en que tuve que hacer una entre­ vista, y pregunté: «¿En qué puedo atenderla, señora?». Ella, ofendida, me contestó: «|No soy señora, soy señorita!». Tran­ quilamente le respondí: «Usted sabe que existen muchas se­ ñoritas, pero quedan muy pocas señoras». La señora lo pensó y me dijo: «G radas, señora, por la enseñanza». Cuando se curse una invitación para una cena o comida de

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58 trabajo, es norm al que e l titular sea la m ujer y no su acom pa­ ñante o esposo. Sin em bargo, la m ujer debe proyectar siem pre la im agen de una ejecutiva fem enina y no la de una m ujer dura, am biciosa de poder, de dom inio, con m odales m asculinos. La oficina de la m ujer ejecutiva debe tener la apariencia de una oficina, no la de una habitación personal; preocúpese de que su espacio cuente con buenos m uebles, con detalles fe ­ m eninos que dem uestren su personalidad, inclinaciones y pa­ satiempos favoritos, a s i com o flores, plantas y algunas fotogra­ fías de la fam ilia, hijos, esposo y cuadros que adornen las pare­ des con calidez y color. ¿M aquillarse? S i. Y estar perfectam ente arreglada pero en form a apropiada para cada ocasión. M antenga la m oderación, es su obligación. Si es capaz de proyectar un prim er im pacto positivo, tiene ganado e l prim er encuentro en cualquier batalla que pueda librar. «La que tiene fe en s i m ism a, no necesita que los dem ás crean en e lla -, nos dice M iguel de Unamuno.

La impuntualidad ¿tiene cara de mujer? ¿9)

¡Si supieran las personas tardonas lo determ i­ nante que es la puntualidad ante e l ojo de los je ­ fes! Lo m ás trágico es que las excusas son las m ism as y que adem ás nadie las cree: e l tráfico es un caos, e l transporte público es lento o el auto se descom puso a últim o momento. 'N X Es cierto que nadie está libre de caer en una de estas situaciones. ¡Pero qué sospechoso resulta cuando son frecuentes y justifican todas sus tardanzas! Una persona precavida vale por dos: si \

\

V V M \

531)6 que lales imPrevis,os son J r

amén^ ,odos,osd,as’ e s m e ‘

' i jo r que los asum a y tome cartas en e l asunto. Actualm ente, las em presas son 'L V in fle x ib le s con la im puntualidad y

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59 existen sanciones que pueden llegar hasta e l despido si las tardanzas son reiteradas. P or años se ha considerado la im puntualidad com o una característica fem enina. Aún hoy no hem os logrado desplazar este concepto absurdo. Si usted suele llegar, sistem áticam ente, unos m inutos tarde todos los días, la solución es sim ple: levántese m ás temprano de lo acostum brado. Adelante su reloj diez m inutos, y problem a solucionado. Sin em bargo, es un error creer que durm iendo m enos se gana m ás horas; si todos los días llega cansada o som nolienta trabajará m uy m al y perderá m ás tiem po del que piensa ganar. Lo que podría hacer es acostarse m ás tem prano y brindar a su cuerpo e l descanso que realm ente necesita.

Ame su trabajo, rinde buenos frutos Para m uchas personas e l trabajo es una carga. Para otras, es un castigo. Sin em bargo, e l trabajo es noble, desarrolla al ser hum ano, lo dignifica y lo diferencia de otros. Realice siem pre su trabajo con afán de perfección, en e l que com prom eta toda su creatividad y deseo de superación. Pien­ se en su autorrealización y ejecútelo con el privilegio de estar haciendo «su trabajo» y com partirlo con los demás. Recuerdo claram ente que corría e l año 1985 y Ruby -una antigua am iga- acababa de graduarse en la Universidad de Lima com o Bachiller de Adm inistración de Em presas y estaba en la etapa m ás d ifícil de su carrera: conseguir trabajo. Le pedí sus datos y los llevé a l banco donde yo trabajaba (que aún recuerdo y a l que agradezco en mi form ación profe­ sional). Ruby tuvo entrevistas hasta e l cansancio; luego vino la noticia: había una vacante, casi se desm aya de alegría, pero se desvaneció cuando se enteró que era para ¡cajera! No m enos­ preciaba e l puesto, sino que le parecía injusto para una bachi­ lle r que había estudiado cinco años en la universidad. La con­ vencí, ¡y vaya que me costó tiem po y argumentos! Hoy, veinte años después, es una profesional de prim er ni­ vel. Logró por sus propios m éritos un gran título que ostenta con orgullo, seriedad y m ucho profesionalism o. Una muestra real que la perseverancia, e l «am or a l trabajo» y la paciencia

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60 rinden los mejores frutos. El am or a l trabajo conduce nuevam ente al -e stu ­ d io - porque en él siem pre habrá un m odo de ejercitar la creatividad; tam bién conduce a la -innovaciónporqué el m ercado de hoy no és él de ayer y rvo será el de m añana, y finalm ente a la -superación perm a­ nente- porque ¡quién no desea ser m ejor profesional cada día! g g j W alter Uphaus nos recom ienda respecto al trabajo: «Cuan~ do hay que cum plir una tarea, la debe hacer inm ediatam en­ te, aunque le parezca de poca im portancia-. Termine cual­ quier cosa que com ience y haga más de lo que esperan de usted, cam ine ese kilóm etro extra sin que se lo pidan. - f f Sea productiva: trate de convertirse en perfeccionista y haga de su trabajo una obra de arte. Los detalles cuentan. No pretenda hacer cosas extraordinarias; más bien haga co­ sas ordinarias con todo esmero. Uphaus nos dice tam bién que: -S u trabajo ha de ser com o un juego o deporte. D edi­ qúese a él con el m ism o entusiasm o-, rg * -H aga de su trabajo una expresión de su persona, conviér­ talo en parte de usted. Valore todo lo que el trabajo le da. y este le ayudará a apreciar lo que realm ente im porta-, dice el psicólogo y científico social David Niven. ¡^3 Si trabaja para una em presa, no im porta el puesto que ocu­ pe en ella, usted es una relacionista pública perm anente. La m anera cóm o trabaja, su actitud frente al público exter­ no o interno revelarán la calidad de su trabajo, t i Si atiende directam ente a los clientes de la em presa, dirija su actuación especialm ente a ellos, atienda todos sus pedi­ dos. busque resolver todos sus problem as. Un cliente satis­ fecho hablará favorablem ente de su trabajo y eso será un punto im portante para su evaluación. Trabaje con interés y dedicación, haga como si fuera la due­ ña del negocio, ¿quién sabe? quizá algún día llegue a serfo. C laro que para e sto tam bién se debe contar con la actitud de los jefes, gerentes y em presarios. Se espera de ellos una m entalidad m ucho más abierta, m ás hum ana e inteli­ gente. rg * El trabajo es un factor im portante de producción y los em­ presarios deben considerar los recursos hum anos com o el

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61 m ás valioso patrim onio con que cuentan, entonces la cui­ darán, prom overán, capacitarán, m otivarán, protegerán y hasta engreirán. Hace m uchos años, cuando recién empezaba a traba­ jar, lo hice para el Departam ento Edito­ rial del entonces Diario La Prensa de don Pedro Beltrán. Él era un hombre increíble, gran periodista, estupendo M inistro de Econom ía al q ue todos res­ petaban y adm iraban, con muy justas razones. Yo era muy joven y recién empezaba m i vida fuera del cascarón, recién salida del colegio. B eltrán era un -g ra n jefe», enérgico, exigente y perfeccionista. Yo ayudaba a la periodista Elsa Arana Freire algunas veces, y m e tenía que quedar fuera de m is horas de trabajo. Don Pe­ dro (como le decía todo el m undo con res­ peto) salía al Cream R ica del Jirón de la Unión y m e Iraía un gran helado, sonriente y am o­ roso. com o m uestra de agradecim iento y consi­ deración. A mí ¡se m e helaban las piernas, no lo podía creer! Todo un personaje engriendo a una joven secretaria. El am or al trabajo está íntimamente ligado al por­ venir de un pueblo. A sí lo concibieron los econom is­ ta s de todos los tiem pos. A sí tam bién lo pensó O ctavio Mavila. autor del -D ecálogo del D esarrollo-. Hace falta que nos m etam os en la cabeza que el trabajo es y debe ser la única fuente de riqueza y bienestar colectivo. Eleve el -a m o r al trabajo» al nivel más im portante en su tabla de valores. ¿Y cóm o se logra ese am or tan especial? T ra­ bajando con pleno sentido de responsabilidad, entendiendo que su trabajo es deber sagrado, pnm ero con usted m ism a, luego con su cen­ tro de trabajo y finalm ente con la sociedad entera. Recuerdo siem pre una experiencia viví-

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62 da hace m ás de catorce años. Trabajaba en un banco nacional y todos en esa entidad sabíam os y reconocíam os que estába­ m os n a l pagados; pero nos ocntíam oc folisoe. Éram os un sóli­ do grupo hum ano en nuestras responsabilidades, nos quedá­ bamos fuera de hora (sin cobrar horas extras) y sentíamos nues­ tro trabajo com o una bendición, no com o una carga. Me ofrecieron un sinfín de oportunidaces de trabajo y mu­ chísim o m ejor remunerados. En una ocasón especial me ten­ taron. ¡No sabía qué hacer! Al conversar con m i m adre aquella vez, que nunca he olvidado, me preguntó sabiam ente: «Frieda, ¿te sigues levantando todos los días sonriendo y contenta para ir a trabajar?» Le respondí afirm ativam ente, asom brada. Y ella solo dijo: «Entonces ya sabes qué hacer» Nc» tuve que hacer m ucho esfuerzo para com prenderla y asi lo hice, me quedé sin poder ahorrar n i un solo centavo... ¡pero feliz y contenta! Después vinieron tiem pos m ejores, com o todo en la vida, especialm ente cuando se tiene am or a l trabajo.

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« Una corbata bien anudada es

el primer paso serio en

la vida

de un hom bre»

O SC A R WILDE

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¿Cómo

debe vestir una ejecutiva? Muchas veces he recibido llamadas telefónicas de empresarios que desea­ ban una cita privada para conversar acerca de la apariencia de algunas eje­ cutivas de su empresa. Me he quedado asombrada de lo que oí en todas esas oportunidades: «Señora, necesito que ayude a una excelente profesional que no puede ascender por culpa de su apa­ riencia personal». ¿En este nuevo siglo?, ¡no lo podía creer! Alguna vez leí que las mujeres se pa­ san la vida frente al espejo, pero que no saben cómo son en realidad. Creo que es cierto. Es lamentable tener que escribir sobre la poca personalidad de algunas mujeres que jn o saben qué hacer con ellas mismas! El vestido más lindo del mundo, si no le queda bien, será un verdadero desperdicio. Luzca un atuendo de acuerdo a su acti­ vidad. Una imagen personal, pulcra y elegante es y será siem­ pre su m ejor carta de presentación y dirá más que mil palabras.

El com pleto

armario femenino Apenas se incorpore al m undo laboral, escoja y combine sus prendas siguiendo siempre dos reglas fundamentales: sen­ tirse cómoda y lucir bien. Los errores que cometen algunas mujeres a l comprar y pla­ near su clóset, están en adquirir demasiadas prendas de me­ nor calidad para poder tener m ayor variedad. Un error común, difícil de controlar, es el comprar diez vestidos regulares en vez de dos sensacionales, o diez pares de zapatos baratos en to­ dos los colores y formas, en vez de tres pares de la mejor cali­

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66 dad posible. Aprenda a controlar el afán de tener mucho y sea m ás selectiva. Su armario, para que sea completo, debe estar compuesto por las siguientes prendas: La blusa. Es importante que sea cómoda, que su hechura sea de calidad y de buen acabado, es la prenda que más ex­ puesta está a las miradas de su entorno. |Y cuidado con la transparencia de su blusa! El escote deberá ser discreto y no revelador. Le doy un secreto: para lucir variedad se pueden añadir cuellos falsos o lazos y combinarlos con un pañuelo. Parecerá que ha comprado una blusa nueva. La falda. Las faldas con más de dos centímetros sobre las rodillas no son apropiadas para el trabajo, ni ceñidas que reve­ len la forma de sus glúteos, ni con aberturas indiscretas que se abran paso hasta el final de sus nuslos. Ciertos detalles, que resultan atractivos en la vida sociai, son considerados provoca­ tivos en el trabajo y no denotan profesionalismo ni senedad. El saco. De excelente corte y entalle perfecto, con un largo que armonice con su estatura y figura. Un buen saco transmite elegancia, pero también la persona que lo lleva debe compor­ tarse con elegancia; en caso contrario, no habrá equilibrio entre prenda y persona. Queda bien con falda o pantalón, y mejor si lo combina con un pañuelo, estos contagian de alegría la sobrie­ dad de nuestras prendas y no hay nada más apropiado para marcar distancias con la exigente sobriedad del vestir masculino. E l pantalón. No se le ocurra llevar uno m uy apretado a l tra­ bajo. especialmente las mallas, en la oficina están fuera de lu­ gar. no solo por ser muy informales sino por su afán provoca­ dor. En lo posible compre pantalones de buen corte y que no se arruguen demasiado. El largo ideal del pantalón debe llegar al doblez del pie por el frente y media pulgada sobre el zapato por detrás. La ropa in te rio r. Evite exhibir sus prendas íntimas. Es por eso que se les llama así. No luzca los tirantes de su brassiere. No es prudente que debajo de una blusa blanca lleve un brassiere negro y menos aún si es de encaje. Si el pantalón que usa es muy ceñido será inevitable que se note su ropa interior, por eso evite toda prenda pegada al cuer­ po. Si prefiere evitar el brassiere en la oficina, le recomiendo que solo lo haga si su entorno es exdusivo de mujeres. De lo

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67 contrario, los hombres podrían advertirlo y jocharán a volar su imaginación!

¿Cuáles son los

accesorios femeninos? Un accesorio fuera de lugar pone en peligro toda la imagen que pretenda transmitir. ¿Cómo los usará apropiadamente? El secreto consiste en mirarse al espejo con ellos, sin dejarse en­ gañar por una misma, ni por la pareja o la mamá para quien siempre seremos regias. Los zapatos. Al respecto, Mary Me Fadden nos dice: «Un par de zapatos malos arruina la elegancia de una ejecutiva-. Existen de diferentes estilos: sport, casual y formales, que van de acuerdo a la hora, clima y ocasión. No se puede poner el calzado que se le antoje si desea ser una ejecutiva elegante. La mejor alternativa para la oficina son los zapatos de taco mediano, preferente­ mente cerrados y de buena fabricación; no los escoja de colores m uy vivos ni exageradamente adornados. Los zapatos son los principales dela­ tores de su vida: por ellos descubren si es atrevida o conservadora, ordenada o desordenada. Sea como fuera, téngalos siempre bien lustrados y cuidados. Casi todos nos fijamos en los zapatos de la per­ sona que tenemos al frente. Cuando era soltera recuerdo clara- / # ) mente que m e e n a n c a b a un marine muy I I ^ atractivo, galán en aquella época. Salía I con él encantada hasta que le miré los [ zapatos... jnunca más volvimos a salir! 11 Hoy, com o mujer adulta, soy más exi- A l gente aún. Las m edias. Dan un toque de sua- J vidad a las piernas y contribuyen a la / / - \ \ elegancia del atuendo profesional feme- J ] ü x

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nino, porque una m ujer sin medias es una mujer incompleta, especialmente si lleva zapatos cerrados. Es conveniente que las medias sean del color de su piel, ni m ás claras, ni más oscuras; buscando la so­ briedad por sobre todo. En el caso de medias panta­ lón, las de color hum o o negras, sean brillantes o mate, son las m ás elegantes y se ven muy bien tan­ to con el zapato de cuero o d e gamuza. En invierno nunca las use de color blanco. Deben ser armo­ niosas con el color de la falda o el pantalón. Toda mujer precavida tendrá un par de me­ dias de repuesto en su oficina porque son tan frágiles que se corren al menor descuido. La me­ dias se cambiarán diariamente. La cartera. Leí alguna vez que: «La mayoría de mujeres preferirían perder a sus maridos en lugar de sus carteras, ya que los primeros pueden ser reem­ plazados. no así el contenido de las carteras». La cartera la acompaña a todas partes con excep­ ción de la cam a y la piscina. Fue un accesorio creado por la maravillosa diseñadora Coco Chanel con el fin de liberar los brazos de la m ujer elegante. Antiguamente, una dam a bien vestida, no salía de su casa si no tenía zapatos y cartera del mismo mate­ rial y color. Actualmente, basta con tener la cartera del tono que armonice o que sea de la misma gama que la del zapato. En el mundo de los negocios, la cartera es tan o m ás impor­ tante que los zapatos mismos, p o r ser más visible. Es por eso que la calidad de la cartera debe mantenerse en óptimas condi­ ciones. nada de manchas, raspones, bordes gastados, carte­ ras destartaladas o con adornos despintados. Dos carteras de buen gusto y distintos colores son suficien­ tes para alternadas en su trabajo. Estas deben ser de acuerdo a su tamaño y constitución. No e s lógico que una mujer peque­ ña use una cartera enorme, ni una m ujer alta una muy peque­ ña. Esas desproporciones juegan en su contra. Es recomendable que sean d e cuero y una de ellas deberá ser negra, indefectiblemente. Al elegir su cartera prefiera un diseño discreto, los accesorios constituyen el complemento de

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69 un vestuario, no debe por lo tanto ser punto focal para llamar la atención. Y por favor no olvide que todas las carteras deben limpiarse por dentro y por fuera. El p o rta fo lio . Usted no es un hombre, no tiene por qué usar uno demasiado masculino que esté lleno de claves y llaves, o que sea grande, rectangular y serio. No es un elemento necesario para todas las mujeres que trabajan, aunque para algunas es parte esencial de su vesti­ menta. Felizmente, existen en el mercado maletines para muje­ res ejecutivas de colores de moda, com o el azul, guinda, y toda clase de marrones para superar la rigidez de lo masculino. Son muy femeninos, prácticos y funcionales. Tenga en cuenta siempre la calidad revisando cierres, cos­ turas bien hechas y un acabado elegante. Un secreto para im­ presionar cuando abra su portafolio es poner a la vista un juego de bolígrafos de la m ejor calidad. Si usa portafolio, no se atreva a usar además una cartera. Calculadoras, agendas, tarjetas personales. Serán de bue­ na calidad, limpios, profesionales y de colores serios; si tienen su logotipo o iniciales, que no estén rayados ni despintados, piense que al usarlos usted se representa en ellos y deberá hacerlo con dignidad y orgullo para que no se sienta avergon­ zada y tenga que ofrecer disculpas. Estos accesorios los usan también los hombres. Lo s anteojos. No solo sirven para ver mejor sino que defi­ nen su apariencia. A las mujeres con cara de niña, les caen magníficamente pues les aumenta algunos años y les da una apariencia sofisticada e intelectual. No los compre porque le gusta cómo le quedan a su herma­ na, cómprelos porque el diseño de la montura está de acuerdo a la forma de su rostro. Si son lunas oscuras deberá quitárselos en la oficina o en lugares bajo techo o cuando hable con al­ guien. Resulta impersonal y es descortés hablar cuando no se ven los ojos de su interlocutora. El pañuelo. Los chales, capas, pashm inasy ruanas dan un toque de glam our;de color, de elegancia, de individualidad. Por lo general, intimidan al grueso de las mujeres, le tienen miedo a lo que estos representan: personalidad definida y estilo propio. V iene n en to d o tip o de d is e ñ o s . A p re n d a a u sa rlo s creativamente, en nuestro instituto podemos enseñarle, teñe-

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70 mos un curso muy completo que la ayudará. Los som breros y guantes. ¡Qué lástima que ya no los usen con frecuencia! Mujeres de la generación de m i abuela y hasta de mi madre los usaban para casi toda ocasión y qué lindas y elegantes se veían. R e g re sa b a d e un v ia je d e lo s E s ta d o s U n id o s de Norteamérica, y mi hermano Herbert y mi cuñada Ingrid amoro­ samente me esperarían en el aeropuerto tal com o habíamos acordado. Llegué puntualmente, pasé aduana y miré y esperé un buen rato a que aparecieran sin éxito. Decidí entonces to­ mar un taxi y frustrada ir a mi casa sola. A la hora llegaron ellos a casa. Yo traía un sombrero maravi­ lloso puesto y no me habían reconocido ni se habían imaginado que viajaría con uno; además llamó mucho la atención en el aeropuerto, me preguntaban dónde lo había comprado y me felicitaban por la elegancia de usar un sombrero. Los guantes deben armonizar con los colores del sombrero, la cartera y los zapatos para dar equilibrio. En los accesorios es necesario repartir el color tres veces, en la cabeza, el tórax y las piernas, de esa forma se da equilibrio y ba­ lance a la vestimenta final. Se deben usar con seguridad, personali­ dad y confianza, de lo contrario mejor no los use. El perfum e. Proyecta una for­ ma de ser, transmite sensualidad a toda hora y su aroma es único en la reacción química de cada piel. Por lo tanto, no se debe comprar por el envase, por que está de moda o por imitación. Se debe probar directamente so­ bre la piel y en los lugares donde late el pulso. Espere a que se eva­ pore el alcohol y quede el aroma para ver su reacción. Colóquelo detrás de las orejas, muñecas, de­ trás de las rodillas y en su profun­ do escote. Existen m uchas personas

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71 que proyectan su imagen, personalidad y estilo en una fragan­ cia. Son tan fieles a ella que han convertido esa fragancia en su sello personal. Para la oficina, por favor, olvídese de los aromas intensos, guárdelos para una cena o reunión especial. La mujer usará un perfume o colonia muy suave, m ás aún s i comparte su oficina con oirás personas; una fragancia fuerte resulla ofensiva para sus compañeros. Imagine si todos en su oficina decidieran usar perfumes de arom as intensos... ¡no se podría respirar! La bisutería. He dejado para el final la bisutería pues es también el toque final del vestuario, le da sentido, lo personali­ za. Se trata de aretes, pulseras, collares, prendedores. ¿Lo ideal? Nada de escasez ni de excesos. Sin ostentacio­ nes, recuerde que lo elegante no está necesariamente en el lujo ni en la opulencia. La seriedad y la naturalidad son necesa­ rias para lucir bien. El exceso de joyas es de pésimo gusto, no solo por el exhi­ bicionismo económico, algunas parecen estar gritando «tengo mucho dinero». Con esta demostración de cursilería solo está señalando poca autoestima y poco respeto por sí misma, y esto vale tanto para el hombre com o para la mujer, claro está. Es preferible desarrollar un sentido del balance y equilibrio de diseños, texturas y colores. Ya lo dijo Georgio Armani: «Con mucha frecuencia las mujeres usan accesorios equivocados, bolsos desproporcionados para el tamaño del cuerpo, tacos demasiados altos para mujeres de m uy baja estatura y exceso de joyas». Los aretes son uno de m is vicios. M e encantan y siempre se me pega el ojo en las vitrinas de exhibición. ¡Si no m e pongo aretes, me siento desnuda! ¿Cuándo usarlos? Siempre, pues adornan, embellecen, dan color, luz y complementan un atuendo, cualquiera que sea el estilo. Los collares y pulseras son maravillosos accesorios siem­ pre y cuando sepa cómo utilizarlos. Tenga ambos, lo mismo, perlas, dorados o plateados, piedras de colores, etc., de mane­ ra que resalten el atuendo elegantemente. El prendedor o broche es sin duda alguna un accesorio prác­ tico. versátil y elegante. Se luce con personalidad propia en un saco, abrigo, pañuelo, chal, vestido, chaleco y hasta en una

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72 chompa (suéter). Los anillos son piezas necesarias para lucir en los dedos de la mano, aunque ahora se usen tam bién en los pies... deben ser de acuerdo al tamaño de los dedos y de la mano. Manos chiquitas con anillos chicos y m anos grandes con anillos gran­ des. Pueden realzar una m ano u opacarla. Su uso depende únicamente de su personalidad y seguridad en sí misma. No los usa si entorpece su trabajo y le causa complicaciones. En el trabajo deberá usar las joyas indispensables, la oficina no es siempre el m ejor lugar para lucirlas. Un reloj fino y de buen acabado resalta la prestancia de una mujer, pero si viene acom pañado de sorteas en todos los de­ dos, prendedores y aretes lo pierde, el resto le quita brillo. Pue­ de usar todos estos accesorios si su personalidad se lo perm i­ te. Yo soy una amante de las sortijas. Uso cuatro, y si pudiera me pcndría más, ¡me encantan!

Ropa formal femenina El diseñador Ivés Saint-Laurent creó el esmoquin femenino con pantalón. Su inten­ ción fue equiparar la elegancia femenina con la masculina. Sin embargo, el vestido es y se­ guirá siendo la vestimenta elegante más apro­ piada para usted por que resalta toda su femi­ neidad. La llamada gala femenina no es muy estric­ ta. Brinda flexibilidad para realizar combinacio­ nes de prendas y colores, regidas siem pre por el buen gusto. Sin e n t o g o , todas estas com­ binaciones se pueden agrupar en dos tipos: el vestido largo y el vestido corto. E l v es tid o larg o o tra je de noche. Es la prenda m ás elegante, equivalente al frac masculino. Su elegancia tiene que ver con las telas que se utilizan en su confección, como los rasos, sedas, terciopelos, entre otras. De la mis­

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73 m a forma, los complementos, en la medida de lo posible, debe­ rán ser de gran calidad. Es la oportunidad de lucir lo m ejor de su joyero. jg j Va sea en cualquiera de sus variedades, com o los vestidos discretos, los que tienen escotes, tirantes sugerentes o es­ paldas al aire, el vestido siempre deberá ser largo y cubrir las piernas completamente. Los colores serán aquellos que vayan mejor con su tono de piel, aunque últimamente la moda está siendo flexible. £1 Los zapatos deben ser altos y de taco fino. El accesorio ideal es un bolso de m ano pecueño (sobre o vanite), de metal, carey o de tela con pedrería. No use cartera colgada del hombro, desmerece el atuerdo. g j Las joyas que m ejor se lucen son los collares, pendientes y pulseras de gia n calidad. Las perlas y diamantes son la más alta expresión de la eleganda y nunca pasan de moda. El vestido corto. Mal conocido como traje de coctel, es una prenda para usarse en el día o a media tarde. Elegante y de corte clásico, su tejido depende de la temporada y es ideal para la mayoría de ocasiones. « g El largo deberá ser hasta la rodilla o, ligeramente, encima de ella. Por ningún motivo será tan corto com o la mínifalda. g Se permiten más colores que en el vestido largo, g Como toda prenda femenina, los diseños pueden ser varia­ dos y marcados por la moda, aunque los escotes serán más discretos y las espaldas poco descubiertas pues estas son características propias de los vestidos de norhe Los com plementos son importantes, el uso de joyas admite atrevidos diseños, g Los zapatos serán a media altura, de corte actual y que hagan ju ego con el vestido y la cartera; preferiblemente medianos y pueden ser de diversos materiales. Con la ropa de gala no se puede llevar reloj pulsera.

Todo un hom bre

en el vestir Transcribo lo que Zairo Lara le preguntaría:

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74 ¿Qué d ase de hombre es usted? Algunos hombres son como canoas: Solo andan a remo y a veces a la deriva... Algunos son como gatitos: Contentos cuando los miman... Algunos son como globos de gas: Uenos de aire y listos para explotar... Algunos son como los anundos intermitentes de los almace­ nes: Se encienden y se apagan... Algunos son como una batería descargada: Sin ninguna energía... Algunos son como tráileres en las grandes carreteras: Tienen que ser remolcados... Algunos son como el clima: Inestable y mudable... Algunos son como el telescopio: Pueden ver el trabajo... pero a larga distancia... Algunos son como los niños: Sin sentido de responsabilidad... Algunos son como el microscopio: Siempre sacando a la luz los pequeños errores de los de­ más... Algunos son como el nacer del sol: Siempre podemos depender de él... Algunos son como el peñón de Gibraltar: Firmes, constantes, inmutables e inapelables... ¿Qué d ase de hombres es usted? Un hombre del siglo XXI, al igual que la mujer, tiene la suerte de conocer que la eleganda no es materia de tener mucho di­ nero ni de salir de viaje para vestirse bien. Todo se puede lograr si tiene la información apropiada y desea hacerla. Ya lo comprobará. Algunos secretos para lu d r elegante con el temo, la camisa, la corbata, los zapatos, los pañuelos, el jean o el biazen El temo debe vestir bien al hombre y caer perfecta­ mente en los hombros. Los cuadros y las rayas del saco deben calzar y empalmar unos con otros, si no es así, no lo use, no está bien confeccionado.

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75 El largo del saco debe cubrir la curvatura del trasero. La basta del pantalón deberá caer sobre el zapato (no cho­ rreada, abultada ni con pliegues) de manera que las medias no aparezcan cuando camine. 3S1 Por lavor, no use tem o blanco en invierno, solo en verano, y de lino; tampoco accesorios blancos, de lo contrario pare­ cerá recién salido del hospital. US! Si usa un tem o azul no necesitará zapatos azules, podrá ” usar negros de vestir, con pasador y liso, pero las medias sí deben ser del color del pantalón o del color de los zapatos, pero de seda, transparentes y finas. gSJ La corbata nunca descansará encima de la barriga ni den­ tro del pantalón, sino encima de la correa del pantalón. El pantalón de vestir siempre tendrá dos bolsillos laterales. •^3 Las camisas de rayas solo con fondo blanco. ggj Los puños clásicos con un solo botón, si tiene dos, úselo ” como opción para ajustar un poco más el puño. ggj Los gemelos para el estilo clásico y con puño volteado, es decir, con doble puño, g g La camisa clásica de color blanco se deberá usar con boto­ nes blancos. fg j Los monogramas pueden expresar respeto por el hombre que los usa, será reconocido entre los demás. flC! No use corbatas con dibujos, con colores aberrantes, metalizados o con sellos publicitarios, es ridículo y se pue­ de prestar a burtas irónicas, g g El pie del cuello de una camisa debe ser entre 2 y 2 1/2 cms. para abotonarse bien y la parte de atrás entre 4 y 4 1/ 2cm s. En el saco lineal, el último botón debe estar desabotonado siempre, esto le da la amplitud para sentarse sin arrugar el saco. El resto de los botones estarán cerrados siempre. 3g] En el caso de cuatro botones, el primero y el cuarto botón desabotonadas y el resto abotonados. \Funciona y se ve genial! j g Las líneas del pantalón deben caer rectas, no deben hacer curvas. ^ 3 La camisa no debe salir más de 1 cm. de la manga del saco.

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76 R61 El cuello con presilla es para mantener la corbata m ás alta y solamente para el hombre de cuello largo. ASI Usualmente el pantalón elegante se observa en la hechura y la confección, sin pliegues, liso. g g Las costuras laterales del pantalón deben ser rectas no para adelante. a ? ¿La corbata y el pañuelo haciendo juego? Es para los hom­ bres clásicos pero es opcional, si desea acompañe una corbata de diseño con un pañuelo diferente pero d e color entero. 3 3 El cuello sin botón visible se usará para reuniones form a­ les, se ve elegantísimo. íg ¡ Si desea usar un je an clásico, limpio, nuevo con un saco, este puede ser de tw eed de lana y con zapatos mocasín y polo de algodón de un soto color, con cuello o sin él. S j El je an con zapatillas solo para actividades deportivas. [£ ] El je an con camisas d e algodón de cuadros, lineales, de color entero y con una buena correa de cuero. Recuerde que deberá ser más ancha y con hebilla más grande que la que usa para el pantalón de vestir. Las bastas curvas de las camisas deben ir dentro del pan­ talón y las de bastas rectas encima del pantalón. Si va a usar lana en cualquier prenda y le pica o tiene pro~ blemas alérgicos, le recomiendo una receta de «Mamami», echarse talco antes de ponerse la prenda, ¡no habrá pica­ zón! 3Ü Para retirar las pelusas propias en la prenda negra, solo humedezca sus manos y páselas sobre la prenda, n o use scotch, tape u otros materiales. Dañan la tela y retiran muy poco o nada. Los pliegues de un pantalón de hombre o de mujer deben estar confeccionados hacia las caderas, h a d a fuera, nunca hacia adentro para evitar las bolsas que engordan, ensan­ chan y son inelegantes. BsJ El blazer; ese saco que no debe faltar en el guardarropa del hombre elegante, debe ser de color azul marino general­ mente, con botones dorados o plateados, pero evitando sím­ bolos. animales o escudos grabados. ■g. Los botones preferiblemente opacos y discretos.

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77 £ ] No use e l blazer con zapatillas, ¡ni pensarlo! ig ¡ No se puede poner un blazer para una actividad formal, siempre es cruzado y con doble fila de botones que deben estar siempre abotonados al estar de pie. y desabotonados al sentarse. Recuerde que la compra de un blazer de calidad no es un gasto sino una inversión, pues es una vestimenta clásica que le puede durar muchos años. Es sumamente práctica y no pasa de moda nunca.

Lo que debe tener el

armario masculino El armario masculino será más sobrio que el femenino y es­ tará compuesto por menos prendas, mas no por ello debe ser menos práctico y útil. Las prendas indispensables para el hom­ bre de trabajo son las siguientes: La cam isa. Los sacos deben usarse con camisa de manga larga debido a que los puños sobresalen por debajo de la man­ ga de aquellos, completando la decoración de la pieza. La camisa blanca es la formalidad por excelencia. En luga­ res de trabajo que no exijan formalidad, puede vestir una cami­ sa de manga corta, pero lo suficientemente larga que le cubra el codo. Si la camisa es de cuello abierto no debe permitir que se vea la camiseta, y mucho menos que tenga mensajes o pu­ blicidad. El pantalón. Cuando se los pruebe, antes de comprados, ponga en los bolsillos todas las cosas que usualmente lleva en ellos. Solo asi estará en condiciones de ver cóm o le va a que­ dar realmente. No olvide que la cintura estará a la altura de su ombligo, de esta manera estiliza su figura y mejora el entalle de la prenda en su cuerpo. El pantalón con doblez lo utilizará únicamente si tiene una estatura adecuada, nunca si es pequeño. No se concibe en el ejecutivo un pantalón mal planchado y sin el filo correctamente marcado. El saco. Es la prenda masculina por excelencia. Si bien es cierto que también se ha hecho popular entre las mujeres, en los hombres se luce más por ser una prenda que resume toda

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78 la masculmidad. Cuando lome asiento desabotonará los botones del saco cruzado, y cuando se ponga de pie lo abotonará inmediata­ mente. Si usa saco de botonadura sencilla, mantenga siempre el último botón desabrochado. Los bolsillos y las solapas deben caer lisos, sin arrugas ni fruncidos. Es preferible que el saco le quede un poco suelto en lugar de ajustado y parezca que está atrapado en su propia ropa. El terno. Lo utilizará básicamente para situaciones de mu­ cha formalidad, sugiere la jerarquía de una persona. Si usted jefatura un grupo sepa que un tem o de matices oscuros pro­ yecta seriedad y autoridad. Para que encuentre los co­ lores y combinaciones ideales es bueno que tenga en cuenta su tono de piel. No recomiendo las telas sintéticas puesto que no tienen buena caída ni lucen bien a sim ple vista. Las telas lustrosas no son ideales para la oficina, son muy elegantes, e s preferible usarlas en reuniones después de las cinco. La corbata. La «/oca/e» romana tal vez sea la pri­ mera corbata de la historia, era una pieza de tela que colgaba del cuello y la usaban los legionarios para secarse el sudor y limpiarse la nariz. En estos días la corbata ha evolucionado tanto que se ha ' £' 'V i convertido en la prenda masculina por excelencia. Para el trabajo cuente con corbatas de diferentes colo­ res y diseños, de tal manera que siempre pueda esco­ ger una que armonice con sus sacos y camisas. Apren­ da a anudar una corbata. No le recomiendo usar una corbata del mismo color de su traje. El contraste resul­ ta actualmente más agradable. La seda e s el material por excelencia para las corbatas, no solo porque su caída es perfecta sino porque el nudo de la corbata se enlaza m ejor que nunca en esta tela. La ropa Interior. En el caso de la trusa, los mode­ los más usados son el slip de algodón o los boxers. El primero es m ás cómodo y no se marca debajo de la ropa. El boxer. en cambio, al ser más grande muchas veces incomoda con los pantalones que son m uy ceñi-

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79 dos. Usted elegirá su prenda ideal, sabiendo que lo más impor­ tante es su comodidad.

Galería de accesorios masculinos Los zapatos. ¿Sabia que hasta 1880 no había diferencia entre el zapato izquierdo y derecho? Ambos eran idénticos y. com o se imagina, ocasionaban muchos dolores a los pobres pies. Luego, con la fabricación en serie, se comenzó a diferen­ ciar el diseño del zapato derecho con el izquierdo. Una encuesta reveló que los zapatos son una de las prime­ ras cosas que las dam as ven en un caballero. S u calidad y acabado dicen mucho de este. Al igual que con las mujeres, su personalidad se refleja en esta prenda de vestir; la manera de cuidarlos y llevarlos dirá si usted es desordenado o pulcro. Cuando se encuentre en situaciones de mucha formalidad, el calzado negro es la mejor elección porque combina con todo y es el color que representa la máxima elegancia. Si no quiere hacerse problemas con las combinaciones, la m ejor alternativa es usar los zapatos del mismo color que el de su pantalón. Los zapatos blancos o d e colores m uy llamativos no son adecua­ dos para la oficina ni para ocasiones formales. Los calcetines. Cuando un hombre cruce la pierna los calce­ tines deben ser tan largos que no permitan verle la piel. El color de sus calcetines debe combinar con el de sus zapatos o el de su pantalón. Ojo, com binar no significa que sean del mismo color, sino que sean complementarios. Un elástico en buenas condiciones hará que los calcetines queden estirados y no se caigan o arruguen produciendo una desagradable sensación de descuido. Los calcetines blancos son inaceptables en u n temo, solo pueden ser usados con za­ patillas deportivas y eventualmente con mocasines. El cin turón . Elegantes y apropiados para un ejecutivo se­ rán indefectiblemente de cuero. Lo ideal es que tenga uno ne­ gro y otro marrón o color vino. De esta manera podrá combinar­ los con sus prendas según convenga. Una pulgada de ancho es lo recomendable y. en lo posible, debe buscar com binar con los zapatos. La hebilla, sobria, quedará alineada a los botones

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80 de la camisa. E l perfume. Nada de esencias fuertes y seductoras que se perciban desde varios metros de distancia. Com o ya dije, las fragancias suaves son las idóneas para el ambiente laboral. Un perfume moderado es agradable y hasta hace atractivo a un ejecutivo cuando nos acercamos a él. El pañuelo. Uno de color blanco es indispensable en el bol­ sillo izquierdo trasero del pantalón, el que se usará para secar­ se la transpiración o la nariz. Un segundo pañuelo irá en el bolsillo superior del saco, y es recomendable que esta prenda armonice con la corbata y con el color de la camisa. Los anteojos. Al igual que con las mujeres, el diseño ideal para usted depende de su tipo de rostro. Si tiene rasgos finos usará lentes de montura liviana y cristales pequeños. Si. por el contrario, tiene facciones muy marcadas, podrá usar monturas grandes y lunas amplias. El p o rta fo lio o m aletín. El secreto son los cierres dorados, le darán un toque de distinción. Los colores ideales son el ne­ gro o marrón, y el cuero el material idóneo. Su dimensión debe ser más grande que el de las mujeres. Es vital que lo mantenga en perfectas condiciones por dentro y por fuera. No sabe lo desagradable que es estar ante un maletín que se abre y se ve un gran desorden al interior. No olvide incluir un buen lapicero. Hablará por usted. La bisutería. En su vida privada, todas las que quiera; en el trabajo, procure llevar las indispensables, como un buen reloj que, si es de manecillas y no análogo, es mejor. También pue­ de llevar alguna otra prenda que destaque por su sobriedad. En su trabajo, a diferencia de su vida social, es preferible pecar de modesto que de ostentoso.

Ropa de gala masculina Cuando una ceremonia o actividad social tiene trascenden­ cia. se hace imprescindible la ropa de gala. En el caso del hom­ bre esta ropa está claramente definida, se limita generalmente a tres posibilidades: esmoquin, chaqué y frac que generalmen­ te no se usan en países latinoamencanos.

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« Donde hay

buena educación no has distinción de clases» C O N F U C IO

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El saludo: esencia de los buenos modales Abraham Valdelomar solía visitar la calle Ca­ pón, a principios del siglo pasado, en la vieja Lima. Allí descubrió que los inmigrantes chinos, asentados en el barrio, se saludaban con una ex­ presión que el escritor reprodujo así: c h i fá y que significaba -¿ ya comiste?». Era una antigua fór­ mula para saludar, que. sin embargo, no era solo una fórmula retórica, realmente la persona era in­ vitada a com er algo, por más m odesto que esto fuera. Los japoneses saludan con una reverencia que pone de manifiesto la sensibilidad de su cultura; los gélidos rusos lo hacen con tres be­ sos en la mejilla o uno en la boca, y en África todavía existen tribus que utilizan tambores para comunicar a sus vecinos sus mejores deseos. El saludo es una manifestación social de cor­ tesía. muestra de respeto y afecto. Nos lo en­ señan desde pequeños, y a pesar de eso, para muchos, el momento del saludo resulta em ba­ razoso porque no están seguros de hacerla correctamente. f g j Siempre que la saluden corresponda de la misma manera. Negar el saludo es un agra­ vio m uy serio que denota una actitud de rechazo total hada las personas. t t f j Una frase corta pero amable es suficiente para empezar una interrelación de la m ejor manera en nuestro país, i g j Pienso que el saludo no solo es el principio, sino también la esenda de los buenos modales, por eso debe hacerse m i­ rando a los ojos como señal de transparencia y sinceridad. INunca ocultando la mirada! g g Toda persona que se acerca a un grupo debe saludar. Si por descuido alguien no lo hizo, usted puede darle una lec­ ción que no olvidará jamás, tomando la iniciativa y saludán­ dola. No perderá categoría si toma la iniciativa, por el con-

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84 trario, dará un buen ejemplo. pgl ¿Pero cuál es la manera correcta de hacerlo? En nuestro país se saluda con la mano, con un beso, e inclusive con un fuerte abrazo, depende de la situación en que se encuentre y a quién tenga al frente.

Dar la mano: lo apropiado e inapropiado El origen del saludo con la mano es una vieja costumbre del tiempo en que los hombres eran fieros guerreros: cuando m os­ traban su mano abierta era para demostrar que no traían armas y que venían en son de paz. Los siglos pasaron, la historia cambió y el apretón de manos se convirtió en el saludo por excelencia. Dar la mano es el saludo correcto entre personas que se conocen o cuando se hace una presentación. La forma correc­ ta de dar la mano es ofrecerla abierta y completa. Por favor, no ofrezca solo los dedos, ese gesto la delatará como una persona tím ida y poco sincera. El apretón debe durar dos o tres segundos, man­ teniendo la mano firme y no blanda, tampoco lo haga muy fuerte porque puede dañar a quien está salu­ dando. i Pero tenga cuidado con los hombres fornidos, po­ drían triturar su mano! gg] Junto al leve apretón está la sacudida, movimiento que debe partir del codo y no del hombro. Se hace en forma vertical, no horizontal, la otra persona podría pensar que intenta arrancarle la mano. F61 No olvide que al momento d e ofrecer la mano debe brindar la mejor de sus sonrisas y m irar a los ojos amigablemente, de lo contrario, la persona a la que saluda puede suponer que lo hace por obligación y no por placer. rgfl Si le están presentando a una persona, preste atención y escuche bien su nombre. Sería lamentable que cuando ten­ ga que despedirse incurra en una equivocación o tenga una «laguna mental*». Nunca dé la mano a nadie con los guantes puestos, tampo­ co con lentes oscuros, ocultar su mirada es señal de mala educación. Sus manos deben estar impecables, limpias y

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85 secas; de no ser así, es preferible que se excuse de ofre­ cerla. Nunca dé la mano izquierda, g g Si está cargando una pila de libros o archivos, quizá no sea conveniente dar la mano. En el intento de saludar podría tirar todo. Una leve inclinación de la cabeza y una sonrisa amable y sincera serán la solución. Le aseguro que la en­ tenderán. s i No salude a través de una mesa, póngase de pie y acérquese hacia la persona para saludarla, g g No extienda la mano delante de la cara de otra persona, hágalo por detrás y tampoco salude con la mano izquierda, ni siquiera en el saludo de la paz en misa. S I Si están sentados, los jóvenes (de ambos sexos) deben ponerse siempre de pie para saludar a sus mayores.

Las presentaciones No es lo mismo saludar a un viejo amigo que a un nuevo compañero de trabajo o a un cliente importante. Las relaciones con sus compañeros comienzan con las presentaciones, estas son más que una simple formaJidad, tienen por objeto que dos personas que van a trabajar juntas se conozcan y sepan quién es quién en el entorno laboral. Es conveniente que usted sepa que en el trabajo siempre existen pequeñas diferencias. ^ La persona de menor jerarquía es presentada a la de ma­ yor jerarquía. Es decir, el subordinado será presentado ante el jefe. Por ejemplo; -D octor Uccelli. permítame presentar­ le a Erika Ames, estudiante de derecho de la Universidad Católica, quien trabajará com o asistente de su área. Erika. el doctor Uccelli es el gerente de la empresa» . g g Se presenta un ejecutivo joven a un ejecutivo m ayor «Se­ ñor César, le presento a Antoinette Coronado, nueva inte­ grante de nuestro equipo d e marketing. Antoinette. el señor Casas es vicepresidente de nuestra compañía». fg ] Para el saludo en el trabajo no es necesario estrechar la mano o besar en la mejilla a todas las personas que vemos a diario en la oficina, com o e s nuestra costumbre desgra­ ciadamente. jImagínese si todos los días los ciento cincuenta miembros de una empresa se saludasen dándose un beso!

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86 ri¿¡ Con un «buenos días» o un «buenas tardes» mientras se cruzan, será suficiente. * Bal Vuelvo a recordarle que palabras com o «por favor» y «gra­ cias» abren más puertas que la prepotencia. Si usted es una persona de carácter fuerte tenga especial cuidado por­ que sin quererlo podría avasallar a sus compañeros. Si desea conversar con alguno de ellos, lo correcto e s que vaya a buscarlo a su escritorio u oficina. No está bien que lo haga venir a su oficina a menos que haya una persona de rango superior en la suya a quien no puede dejar sola y sea necesaria la presencia de su compañero. Fgl Si es una reunión formal y usted una ejecutiva, deberá po­ nerse de pie cuando su colega ingrese a su oficina, lo salu­ dará y presentará a los visitantes, indicándole dónde tomar asiento. Ese gesio elegante revela que ambos son de la misma jerarquía. g g Si entra a la oficina de una persona y esta se encuentra hablando por teléfono, espere a que termine su conversa­ ción, no tome asiento sin permiso. Y si es usted quien está al teléfono, tom e en cuenta la situación y agilice su diálogo, no haga esperar a su compañero. pg] Los términos y frases usuales para presentar, son: «Le vaya presentar a...», mencionando el nombre y título de la perso­ na que presenta, luego presentará a la otra persona de la misma manera: «Señora Tapia, permítame presentarle a Miguel Aliaga, am igo de la casa de muchos años, quien es ingeniero civil. Miguel, la señora Tapia es la arquitecta que diseñó nuestro departamento». F^I Si usted es presentada también debe decir algo. Lo usual es: «Encantada», «Mucho gusto», «Encantada de conocerla». s g ¿Y si se le olvida el nombre de la persona a quien está — presentando? Le recomiendo salir del aprieto, diciendo: «¿Ustedes se conocen, verdad?» Si son un hombre y una mujer los involucrados, le corresponde al hombre decir: «Qué tal, Emilio Paredes»; luego ella continuará: «Soy Violeta Segú». Los desconocidos deben ayudarla fingiendo que se cono­ cen. Pero si esto no ocurriese, usted no debe dudar y decir que olvidó el nombre, sin ninguna incomodidad. Su sinceri­ dad será bien tomada.

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87 gg] Si cuando alguien la está presentando, olvida su nombre, debe ayudarlo mencionando su nombre a la persona que es presentada, no a quien los presentó.

Las presentaciones Las presentaciones en grupo si len producirse en reuniones sociale como fiestas, agasajos o recepcic nes que en e l mundo laboral son comuñes. Lo ideal en este tipo de eventos es que las personas se presenten y sean presentadas con educación y mucho respeto. Pg ] Cuando haya muchos invita­ dos en una reunión no es ne­ cesario que el recién llegado sea presentado a todos los a s is te n te s . Si u s te d e s lí anfitriona, lo mejor será que lo que a uno de los grupos que le sea m ás afín, ogj Al hacer la presentación debe mencionar el nombre de la persona que llega y luego cada una de las personas se van identificando, empezando por las señoras. Una dam a jamás estará circulando de un grupo a otro to­ mando e l lugar de la anfitriona, usted la presentará ante un grupo y ella permanecerá en este. Serán los caballeros de otros grupos quienes deben acercarse a saludarla si es que la conocen. Ella también podría saludarlos a la distancia, con una sonrisa y un asentimiento de cabeza. Qg Si se trata de un congreso o una actividad equivalente y usted e s una de las organizadoras o anfitriona, será la en­ cargada de hacer las presentaciones; estas se harán hasta donde sea prudente. Lo recomendable es que todos partici­ pen en las presentaciones para facilitar el contacto y su ta­ rea com o anfitriona. Fg¡ Al presentar a una pareja de esposos, evitará muchas con­ fusiones diciendo simplemente: -L o s esposos Flores. Ai-

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88 cg

rg ]

ASI

Fgf

berto y Marina», luego dará los nom bres de las personas que conforman el grupo, En una reunión con innumerables invitados, puede estar exonerada de hacer todas las presentaciones. En este caso, no está mal que los invitados se presenten a s í mismos, por el contrario, facilitarán su labor de anfitriona. Si son los caballeros quienes tienen que presentarse entre sí, bastará con que se acerquen, digan su nombre clara­ mente y se den la mano. Cualquiera puede tom ar la iniciati­ va y la otra persona deberá corresponder de la m ism a m a­ nera. Para presentarse a sí mismo, el caballero dirá su nombre y apellido. No es necesario que diga su cargo si se trata de una reunión social. En cienos casos, como en la calle, banco, consultorios, etc., no es prudente que una dam a d é su nom bre a un señor que se presenta solo, a menos que lo haga con tal respeto y educación que no tenga m ás que corresponderle.

¿Cómo debe desenvolverse

mientras la presentan? Ciertos detalles son de sum a impor­ tancia en el momento que la están pre­ sentando, detalles que no terminarán allí si no que deben guardar armonía con la conducta que demostrará luego de ser presentada. 3g| El caballero, al ponerse de pie ya sea para se r presentado, presen­ tar o saludar, permanecerá de pie hasta que usted tome asiento o se aleje. También lo hará cuando una señora se levante de la m esa para retirarse. El caballero siem pre se

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89 pondrá de pie. s g Usted debe permanecer sentada para ser presentada, ex­ cepto cuando sea la anfitriona para recibir a un invitado o cuando la otra persona sea mayor o tenga un cargo muy importante. Si usted es quien presenta, evite confusiones al presentar a dos personas. En el caso d e un matrimonio, decir algo asi como: «Roberto López y su jefa (refiriéndose a la esposa)», puede ser mal interpretado por las otras personas, o muy mal recibido por el matrimonio López. Después de las presentaciones, si se vuelven a ver dos personas que han sido anteriormente presentadas, es la mujer quien debe dar señales de reconocimiento. De no ser así, un caballero no tomará ninguna forma de iniciativa. Es la mujer quien decide si la relación debe o no continuar, pero la etiqueta dice que usted debe saludar a todas las personas que le han sido presentadas.

despedirse Hay personas que hacen demasiado largas, incómodas y hasta insoportables sus despedidas. ¡Tenga cuidado! No vaya a echar a perder su imagen luego de que ha sabido demostrar su educación durante toda la reunión. Sería desastroso que en usted se cumpla el refrán: «Tanto nadar para morir en la playa». Si usted es la anfitriona y sus invitados empiezan a mar­ charse, póngase cerca de la puerta, corresponda a sus agra­ decimientos y despídalos deseándoles buenas noches. Si no le alcanzó la comida u ocurrió un suceso desagrada­ ble durante la reunión, no lo comente a la hora de la despe­ dida, solo diga a sus invitados lo agradable que fue tenerlos en casa. ^ S i tuvo un invitado realmente importante y usted vive en un edificio, acompáñelo hasta el ascensor o la escalera. Pero si tiene que despedir a muchas personas, delegue a alguien para que acompañe a su invitado hasta la calle. &5¡ Si usted es invitada, jam ás olvide agradecer a su anfitnón. Su despedida debe ser breve, no le quite mucho tiempo. Algo como: «Muchas gracias por invitarme, pasé una no-

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90 che encantadora», estará m uy bien. f é j Si tiene que salir temprano de la reunión, hágalo con mu­ cha discreción, podría hacer pensar al resto de invitados que la reunión ya terminó. Recuerde llamar al día siguiente para agradecer la invita­ ción, ¡será la diferencia! flg] No todas las despedidas se realizan al final d e una reunión, hay algunas que ocurren en un aeropuerto o una estación de buses. En estos casos evite las despedidas interm ina­ bles o trágicas, sobre todo si la persona a quien despide solo fue un huésped pasajero. Lo apropiado e s que se des­ pida tan pronto como el viajero haya facturado su equipaje.

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« Las buenas formas están hechas de sacrificios

insignificantes» R A L P H W ALD O E M E R S O N

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Secretarias: la confianza por excelencia «Pocas cosas son tan útiles a una persona com o darte responsabilidad y dem ostrarte nuestra confianza», estas son palabras d e W alter Uphaus que caen m uy bien a una labor tan impor­ tante com o el secretariado. La palabra «secretaria» viene de «secreto» y es a sí com o la discreción juega un papel importantísimo dentro de sus funciones. Antiguamente se tenía el concepto de que una secretaria era una mujer q u e desempeñaba labores meramente mecáni­ cas. com o tom ar un dictado o efectuar una trascripción. Esta idea ha perdido vigencia. Si recordamos que la verdadera dignidad humana radica en la virtud, resultaría un deber primordial como secretaria ganar la estimación y el respeto de todos los que trabajan con usted El fundam ento espiritual de una secretaria es ia confianza, que exige com o principales condiciones la honestidad, trans­ parencia y ética profesional. Quien no ha vivido e l mundo del trabajo de oficina (recuerdo claramente cuando fui secretaria por muchos años), no podría imaginar nunca toda la esforzada labor que realiza la secretana para que los documentos, oficios, circulares, invitaciones, car­ tas. memorándums, resoluciones y hasta discursos, estén he­ chos con pulcritud y sin errores... usted sabe que si los comete le puede costar e l trabajo. Por importante que sea cualquier documento, no tendría nin­ gún significado s i no fuera por la habilidad, destreza y cariño con que usted cuida del texto, la coma, el punto, las mayúscu­ las, el párrafo. Todo lo que usted escribe, ve y oye en su centro de trabajo, quedará registrado solamente en su memoria. Su labor com ­ prende no solo trabajar con la máquina de escribir o la compu­ tadora, sino tratar con seres humanos, por lo que deberá tener

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94 sensibilidad y percepción psicológica, así como también gran dominio de sí misma, ya que se espera y se le exige paciencia, comprensión, tolerancia, buen humor y buena disposición de ánimo para el trato continuo con el jefe, compañeros de trabajo y público en general. El secretariado convoca otros temas com o las responsabili­ dades. la moralidad y la ótica, y exige además tener presente una serie de aspectos de su vida: ser elegante pero sencilla, simpática pero recatada, moderna pero femenina, comunicativa pero discreta (especialmente en lo que al secreto profesional concierne). Usted debe saber que con su labor, eficiencia y ho­ nestidad, contribuye al bienestar general, e infunde vida y belle­ za a una oficina. Como secretaria no tendrá un horario de trabajo estricto; sabrá el horario de entrada, pero no el de sali­ da. Su aporte, honradez, sencillez, simpatía, dedicación, comunicación y compañerismo, aparte de su profesionalismo, siempre se­ rán elementos indispensables para el éxito de sus funciones.

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Guardar inform ación:

deber ético y obligación legal En las películas de espionaje, los espías soportan las torturas que les infringen y pre­ fieren m orir antes de revelar sus secretos. Sin ser necesario llegar a esos extremos, la actitud de los espías resulta en este caso un buen ejemplo. Una de las personas más ligadas al mane­ jo de información, en muchos casos por su cercanía a los ejecutivos que manejan las gran­ des decisiones de la empresa, es la secretaria. El fundamento espiritual de una secretaria es la confianza y la honestidad profesional. Por eso, no habrá nada m ás carente de ética que usted revele información; incluso puede traer graves

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95 consecuencias, como el despido o la denuncia judicial. De he­ cho, nuestro Código Penal tipifica esta acción y la sanciona con cárcel. La responsabilidad que tiene usted com o secretaria es muy grande. Su objetivo es manejar y organizar la información que su jefe le confía y protegerla contra cualquier elemento que amenace su condición de reservada. La discreción debe ser como un signo que la distinga, y debe llevarla consigo incluso en los pequeños detalles, hay personas que no tienen por qué saber ciertos datos que solo a usted le son confiados; defienda el derecho de intimidad de su empre­ sa. sobre todo con personas que muestren curiosidad o un inte­ rés demasiado sospechoso.

Saber desenvolverse en público Podríamos recordar en todo momento que el mundo no le pertenece exclusivamente y que lo com parte con millones de millones de seres humanos, los cuales tienen sus mismos de­ rechos y obligaciones, pero que también viven en él, animales y plantas, que hay que respetar y cuidar. Es de pésimo gusto que hable a gntos en tonos subidos o simplemente reírse estrepitosamente sin respetar a los demás. No ensucie su medio ambiente, sea una persona ecológica, no lance papeles, bolsas o desechos a cualquier piso, el de su casa, la calle, la playa, el parque, en su centro de estudios o de trabajo. Si está en el cine, teatro, hospital, el derecho al silencio debe ser respetado. Los comentarios hágalos al term inar la función o al salir del hospital. Recuerde la discreción. Sea cordial, am able, educada, son­ riente en todo momento, sin exagerar. Los saludos, las palma­ das repetidas, carcajadas, sonoros com entarios fuera de tono «solo avergüenzan Y molestan**. Es absolutamente incorrecto mascar chicle, hacer globos, reventarlos, pegarlos en las sillas, en los platos o en las mace­ tas, es tan fácil, ¡solo busque el tacho con basura! Los besos, abrazos y demostraciones d e cariño, deben re­

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96 servarse solo para los momentos íntimos. Tiene que estar cons­ ciente y observe las reglas del buen gusto y decoro al manifes­ tar sus sentimientos ya que estos no tienen por qué ser com ­ partidos con el público. ¿Tocar o no to c a r? El tacto es uno de los cinco sentidos del ser humano y reco­ nozca que debe desarrollarlo en el momento preciso y permiti­ do, pero en público tiene que limitarse. Evite tocar repetidamente y aprenda a sustituir las manos con palabras, ya que es importante tener un espacio físico en­ tre las dos personas que se están comunicando. Tiene que dejar aclarado que en la relación íntim a y privada es otro tema y está permitido todo lo que ambos decidan libre­ mente.

Buenos modales en el uso del teléfono Si e n los documentos escritos, la ortografía y la redacción es lo más importante, en la comunicación telefónica lo son la voz y la brevedad. Su voz es lo único que la otra persona percibe de usted, en ese m o­ mento usted es la imagen de su empresa. El teléfono no e s un monstruo, no le tema, póngalo a su ente­ ro servicio y acostúmbrese a utilizarlo debidamente, mostrando respeto hacia las personas que están al otro lado de la línea, g g El volumen y la entonación correctos son equivalentes a una sonrisa en el trato interpersonal. Dicen m ucho de us­ ted. ag] Espere unos segundos para que la persona responda y sea quien inicie la conversación. ■g¡ Si la empresa es grande y existen muchos departamentos, es necesario q u e se identifique además con su nombre: «Departamento de Promoción, Carmen Benavides la salu­ da». r g | Acuérdese de su tono de voz: am able y sin titubeos y no deje de sonreír. @g] No admita bromas ni adivinanzas: que le inform en el motivo

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d e la llamada. cgj S i tiene que dejar a la persona que llam ó en línea, no tarde m ás de dos minutos, es una falta de corte­ sía hacer esperar más de ese tiempo. Cuando retome la lla­ mada. agradezca la espera y continúe con su información. S No haga llamadas personales desde su centro d e trabajo. Solo las hará si tiene mucha ur­ gencia. Ftfl Las secretarias y recepcionistas tie n e n e l d e b e r d e p ro te g e r la pnvacidad de su jefe y de las personas que la empresa. í g j Infórmese del nombre y em presa de la persona que llama antes de transferir una llamada. Es el jefe quien decidirá si recibe la llamada en ese momento, no se tome atribuciones que no tiene. N o tome la iniciativa, salvo las excepciones que ya conoce. Aprenda a utilizar las frases adecuadas: «Sí, se lo paso enseguida...». ¿Si no aprendió a expresarse correctamen­ te, qué hará entonces?, ¿buscar excusas? Su jefe y su in­ terlocutor merecen respeto. HS1 «Está en una reunión...» es una frase muy trillada que ya no da buenos resultados. Nunca deje una llamada sin contestar. Acepte el fastidio una sola vez. S I N o hable a dos personas simultáneamente, es de muy mala educación. ggj N o le tenga terror a la contestadora automática. No cuelgue sin dejar el mensaje, está dem ostrando m uy poca educa­ ción, además de estar fuera de la modernidad. g g N o coma, no masque chicle, ni beba cuando está hablando por teléfono. N o dé las quejas por teléfono, son mucho más efectivas por escrito o tratadas personalmente. Cuide siempre su lenguaje, sea cortés y educada. Con m alas palabras y gritos no se

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98 logra nada. g g Guarde moderación cuando ingresa una llamada de larga distancia No grite ni se atolondre. ^ No se aproveche del teléfono, conviértase en su amiga. ¡ag] No haga llamadas en exceso, y menos a celulares. Apren­ da a controlarse. agt Si han preguntado por una persona que no está presente, ofrézcase a tomar nota de su nombre y del número donde devolver la llamada. Nunca está de más preguntar al inter­ locutor «¿Desea dejar un mensaje?». Es etiqueta elemental que la persona a quien le hacen una llamada conteste lo antes posible, sin hacer esperar. Si está muy ocupada, comuníquelo a la recepcionista de su em­ presa y pídale que no le pasen llamadas por algunas horas. BS1 ¿Quién tiene la preferencia: la visita que acaba de recibir o una llamada telefónica? Sin duda, la visita, a menos que sea una comunicación de capital importancia. En tal caso, se excusará con su invitado y agilizará su conversación te­ lefónica. Es de mala educación dejar plantada a una perso­ na mientras conversa por teléfono. OS3 Si usted está hablando por teléfono y un compañero la inte­ rrumpe con algo en ese momento, discúlpese, pida que la esperen unos instantes y trate de resolver el asunto rápida­ mente. Luego continúe con su conversación telefónica. E á No se interrumpe una conversación telefónica ya iniciada, a menos que se trate de una verdadera emergencia. f g j Si usted es la recepcionista, cuando llaman a un ejecutivo de su empresa y este se encuentra ocupado, no active la melodía de espera sin preguntar a la persona que llamó si quiere esperar o dejar un mensaje. Si desea esperar, ad­ viértale que la pondrá en espera y no olvide preguntarle cada medio minuto si quiere seguir esperando. « g Si recibe dos llamadas por distintos teléfonos, deberá dar prioridad a la primera, y antes de contestar la segunda se disculpará, prometiendo devolver la llamada a la brevedad posible.

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Si usted hace la

llamada telefónica rg \ Primero debe saludar y decir claramente su nom- / í f i S bre y el de la compañía que representa; luego / j y preguntará por la persona con quien desea haAT blar. Lo correcto es tratar de usted a la persona que le contesta el teléfono, si nota que J \ \ | es una secretaria o recepcionista S ¡ / \\ joven, eso no le da derecho . j^ r r Z - j) ^ a tutearla. g Si la persona con quien de- ( V /t) sea hablar contesta el te” lófono. dígale quién le habla y luego adviértale que la co nve rsa dor* va a ser larga. Eso le permitirá saber a la persona si tendrá el tiempo suficiente para atenderla con calma y tranquilidad, rg ] Si ha equivocado un número no cuelgue sin antes ofrecer disculpas. Si no le contestan el teléfono luego de la sétima timbrada, no es correcto dejarlo sonar infinitamente, debe colgar e intentarlo en otro momento. gS¡ Si la persona a quien llama no se encuentra, y la situación lo amerita, déjele un recado o el número de su empresa para que le devuelva la llamada, g ] Cuando no pueda contestar sus llamadas por alguna razón de emergencia, delegue a alguien y autorice a esa persone a ofrecer disculpas al interlocutor por no contestar perso­ nalmente. r g l Si llama a un igual o a un superior con ayuda de su secreta­ ria, no olvide que deberá estar a l teléfono cuando le contes­ ten, no hacerlo supone una falta de consideración hacia su interlocutor. Si llama a una persona de rango inferior, la se­ cretaria la anunciará y le pasará luego la llamada. ñgl El criterio y el sentido común deben estar del lado de usted, que es la persona que llama. Si percibe que su llamado ha sido inoportuno, no dude en tom ar la iniciativa y decirle a su interlocutor que lo conveniente e s hablar en otro momento, g Si se interrumpe la llamada por motivos ajenos a ambos (una falla del sistema), quien llamó es el encargado de vol-

j

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100 ver a comunicarse, a menos que el corte haya sido un des­ cuido de quien la recibió. ffgl Si 3e llama a otro país, debe tener en cuenta la diferencia de horarios. No olvide que hay lugares donde las personas duermen mientras otras trabajan. f t f l Usted terminará la llamada por ser quien llamó. Pero si es una «eterna conversadora», quien recibió la comunicación está en todo su derecho de provocar una despedida.

uso apropiado del fax, altavoz y contestador autom ático E l fax Solo lo usará para pasar documentos importantes. Pero debe enviarlo bajo ciertas pautas: 3 g j En la primera página debe consignar el nombre y número del destinatario del fax. No olvide mencionar el número de páginas que envía y el nombre y número de teléfono y fax del remitente. rg ] Antes de enviarlo, advierta al destinatario cuá­ les son los documentos que va a remitir, nun­ ca descarte la posibilidad de un corte de trans­ misión. Recuerde que el fax es un medio de comunicación para asuntos la­ borales. No le recomiendo transmi­ tir información personal, del otro lado pueden encontrarse personas que no respetarán su privacidad. Bel No olvide conservar siempre una copia de cada fax enviado. El altavoz La finalidad del altavoz e s poder hacer conferencias telefónicas o tener las manos libres. Esta segunda situación es m ás fre­ cuente en una empresa, puesto que

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101 las oficinas suelen revisarse documentos vía telefónica. Antes de usado tiene que prevenir a su interlocutor y comu­ nicado quién está en su oficina. Es posible que su interlocutor le pida que no lo use, y está en todo su derecho. Muchas perso­ nas hacen m al uso de este sistema activándolo cuando están presentes personas a quienes no les incumbe el asunto del que se conversa. El contestador automático

Las empresas modernas tienen un sistema computa rizado para recibir y pasar llamadas. Las personas que llamen deben saber que se toparán con voces grabadas que le informa­ rán qué teclas presionar para alcanzar el anexo deseado. No se enfade por esto, no es falta de respeto que le responda una máquina, es una muestra del avance de la tec­ nología y debe adecuarse a la moderSu mensaje debe ser concreto y directo, sin hacer comentarios innecesarios, y claro, si quiere que le devuelvan la llamada no olvide dejar su nom­ bre y teléfono. No es raro escuchar que el contestador auto­ mático o la llamada en espera nos ponga músi­ ca. Este detalle puede convertirse en una mo­ lestia si no existe b je n criterio para elegir la música y el volumen adecuados. Deben ser me­ lodías suaves e instrumentales, nada de ruidos que causen incomodidad en el interlocutor.

Aprenda a

usar su celular Este pequeño pero eficaz aparatito se ha convertido con toda derecho en el compañe­ ro inseparable del ejecutivo de hoy. Pero casi mismo tiempo en una verdadera moles­ tia para quienes no lo usan. ¿Quién no se

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102 ha encontrado con aquellas personas que usan e l celular sin el menor respeto por las personas que están a su alrededor. Sue­ nan en e l cine, en los conciertos, ¡hasta en la iglesia! Es peor cuando el dueño del celular levanta la voz com o si todos quisie­ ran enlerarse do sus intimidades. Y muchos no solo gritan, sino que hacen ademanes bruscos o caminan de un lugar para otro, exhibiéndose ridiculamente. El celular se usa en llamadas de suma importancia. Si us­ ted. por la naturaleza de su trabajo, debe estar e n la calle y la comunicación por celular es parte de su rutina, sea prudente, procure apartarse a un lado, donde esté sola, y n o incomode a nadie. El ruido del celular en determinados momentos resulta des­ esperante. Si está en una importante reunión de trabajo o de negocios, no se le ocurra tenerlo encendido. Desconéctelo, es una falta de respeto tenerlo encendido, quedará m uy mal ante el resto d e personas. Lo ideal sería no contestar el celular en lugares públicos. Pero algunos profesionales, com o un médico, no puede darse este lujo puesto que las emergencias se presentan sin aviso. Lo que s í es inaceptable es el uso del celular para contarse chismes. El sentido común y el respeto hacia quienes la rodean la ayudarán siempre a manejar la situación.

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« Al conbinar un corazón cálido con el conocimiento

y la educación, aprendemos 3 r e s p e t a r los puntos de vista y los derechos de los dem ás» D ALA I LAM A

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El trato con

el ¡efe La palabra jefe se pronuncia mejor cuando reconocemos en este personaje a un líder. El jefe puede ser hombre o mujer, en ambos casos es vital mantener una buena relación con él. A diferencia del trato con los colegas, con su jefe guarde las for­ mas que responden a la naturaleza de sus funciones. Recuer­ de que las órdenes provienen de él y es usted quien debe cum ­ plirlas. Un jefe busca una persona en quien confiar, alguien que le brinde soluciones y no problemas. S i su jefe le ha encomenda­ do una tarea y se le presentan problemas, no se lo comunique de inmediato porque esto la pintará com o una persona irresolu­ ta, incapaz de hallar soluciones. La distancia jerárquica no le impide consultar si tiene dudas. Si hay algo que no entiende, pregunte, venza el temor que la sobrecoge. Es peor que haga las cosas mal, entonces s i sería su responsabilidad. Evite la zalamería. Las zalameras son una especie que se preocupa solo de halagar a costa de todo... y de todos, son personas que tarde o temprano verán reveladas sus verdade­ ras intenciones y su falta de talento. Tampoco se le ocurra tratar a su jefe solo por su primer nom­ bre. No estaría respetando los límites establecidos en el trato jefe/empleada. Si su jefe es hombre, joven y buen mozo, con mayor razón. En el entorno laboral, cuando dos personas acaban de co­ nocerse se tratarán de usted, luego, si son compañeros cerca­ nos de trabajo y su trato es cotidiano, llegarán a tutearse. Este razonamiento no se aplica entre el jefe y el subalterno. El trato hacia su jefe siempre será de «usted». Y lo ideal sería que el mismo trato sea del jefe hacia la empleada, pero muchos jefes la tutearán sin m ás ni más. ¿Eso supone que por ser jefes tienen autoridad para tutearla? Por supuesto que no. Es una treta sicológica que. si la incomoda, deberá corregir pi­ diéndole a su jefe que por favor la trate d e «usted».

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¿Dificultades con su jefe? Existen jefes con personalidades diversas. Las mujeres que hemos trabajado durante años con jefes sabemos por expe­ riencia que existen algunos que son neuróticos, mal educados, intransigentes y que pueden llevar a sus empleadas a) borde de la locura. Se dice que una de las soluciones es cambiar de trabajo o hacerse de la vista gorda y de oídos sordos. Pero no siempre es lo correcto. Recuerde que por m ás jefe que sea no tiene derecho a ofenderla bajo ninguna forma. No per­ mita que abusen de su cargo, de ser asi puede que­ jarse a un superior inmediato. En todo caso, tenga siempre una conversación alturada y en privado con su jefe. No se le ocurra llo­ rar haciéndose la víctima y menos aún delante de sus com ­ pañeros de trabajo. Una mujer elegante, digna y segura de si misma tiene que conocer sus limitaciones en su centro de tra­ bajo. No busque la compasión y el apoyo de sus compañeros de trabajo. Haga sus redamos, peticiones, sugerencias y recomen­ daciones en privado, tendrá mejor aceptación y resultados. g g El problema m ás frecuente hoy en día e s la jefa que puede llegar a ser una espina m uy difícil de sacar. Podría tomar una actitud hostil contra usted si llega a verla com o una rival en potencia. ¿Qué hacer? Elevarle el ego. elogiar de forma mesurada el ' trabajo que realiza y todo lo que está aprendiendo de ella. Su actitud de aprendiz la colocará en otro plano y sus rela­ ciones mejorarán, g g ¿Y si la critica mucho? Converse en privado haciéndole com ­ prender que hace lo mejor que puede, que está poniendo mucho interés y esfuerzo en lograr lo que se le encarga. Pídale que cualquier comentario que haga sobre su trabajo sea en privado. Evite de todas las formas posibles una con­ frontación, y al finalizar la conversación no se olvide de dar­ le las gracias por haberla escuchado. ¿Y si tiene un jefe que no sabe delegar responsabilidades?

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rCT Un jefe así puede herir mortalmente su autoestima. Tenga una conversación privada sin utilizar palabras com o -usted siempre...» o -nunca m e da...». No se queje, al contrario, presente alternativas, sugerencias; que su jefe sienta que está dispuesta a cooperar en todo lo que pueda. HC1 ¿Tiene un je fe silencioso, parco, que no la m ira y es monosilábico? Es difícil trabajar con un jefe así, pero no imposible. Hágale preguntas que no pueda contestar con un «sí» o un «no», sino que tengan que ser pensadas y elaboradas, así estará logrando que su jefe rompa la barre­ ra del silencio y se sienta cómodo. f g ] ¿Y si su jefe es indeciso? Es mucho más fácil porque él necesita de usted. Recomiéndele discretamente, con fra­ ses como: - y o le sugeriria...», -usted preferiria...», -e s po­ sible que...». De ninguna manera le diga: -y o haria...», «yo pienso que...», atentaría contra su autoridad y provocaría un rechazo en él. g ] ¿Tiene un jefe que comparte sus intimidades? De ninguna manera lo acepte. Está aprovechándose de su calidad de jefe y sobrepasando los límites do las relaciones profesio­ nales. cayendo en las del plano personal e íntimo. Lo más probable es que, sin darse cuenta, usted pudo haber esti­ mulado esta situación. r d ¿Qué hacer en este caso? Dígale que usted ya tiene sufi­ cientes problemas personales que atender, que no puede ayudarlo y que preferiria no conocerlos. Sea cortés pero enérgica. No se desarme, g g ¿Es hostil y agresivo? Háblele suavemente, dígate que siente que su comportamiento es agresivo y que desea conocer cuáles son los motivos que lo impulsan hacia esa actitud, que por favor modifique su comportamiento. Escuche lo que tenga que decirle, no de ninguna respuesta inmediata, agra­ dezca y retírese a meditar. Todas las personas involucradas en una empresa desean trabajar en armonía y creatividad para impulsar el desarro­ llo personal. Si después no siente que -a lg o - ha cambiado estará en libertad de tomar otro tipo de acción en aras de su dignidad.

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¿Su jefe la acosa sexualmente? El acoso sexual puede producirse desde cuando se comete una agresión física directa hasta una broma con do­ ble sentido, y resulta totalmente ofen­ sivo e inaceptable para quien la reci­ be. Además interfiere y altera el am ­ biente de sana camaradería, y desde luego repercute directamente en la pro­ ductividad de la acosada, por eso es obli­ gación de las compañías establecer políti­ cas que eviten que inescrupulosos den rienda suelta a sus bajos instintos. Una reciente Ley peruana, la 27942, obliga a los empleadores a capacitar a sus trabajadores sobre las normas y políticas contra el hostiga4miento sexual en la empresa, y a adoptar medidas necesarias para que este cese. El acoso sexual, según la Ley, se manifiesta cuando hay de por medio una relación jerárquica, y la forma m ás común es la del jefe con la subalterna. Cuando ocurre esto, la acosada se encuentra entre la espada y la pared, porque de no aceptar las «proposiciones» del jefe pone en riesgo su puesto de trabajo. La mejor manera de frenar un acoso sexual es afrontándolo firme y seriamente ante el acosador para que cambie su actitud. Si se siente acosada y el acosador es su jefe, pregúntele si su actitud o su vestimenta están provocando esta situación. Si así fuera, corrija su actitud inmediatamente. Si no es así, dígale que usted no está interesada en él y que este tipo de comportamiento va en contra de la imagen de una empresa seria y profesional. Si continúa el acecho, adviértale que tendrá que utilizar otros canales dentro de la empresa para inform ar sobre su compor­ tamiento. Generalmente suelen cambiar inmediatamente. Y lue­ go que todo está aclarado pueden desarrollarse relaciones co­ rrectas, profesionales y eficientes, hasta llegar a ser buenos amigos. La situación que hemos analizado suele ser una bomba ex­ plosiva. Por lo tanto no la comente con nadie y menos con sus compañeros de labores. Recuerde que tiene que resolverla

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109 personalmente. Pero tampoco olvide que la Ley que mencioné lineas arriba también la faculta a tomar medidas firmes, como denunciar a su jefe legalmente, solicitar una indemnización o dar por terminado el contrato de trabajo. Pero antes de tomar medidas tan drásticas usted podría con­ versar sobre esta situación a un superior o al departamento de recursos humanos para que la aconsejen y le presten ayuda. Lo que jam ás debe permitir es tolerar, bajo ningún motivo, una situación como esta. Ciertas situaciones de acoso suelen producirse en almuer­ zos de trabajo y viajes con el jefe. ¿Puede un jefe invitar a al­ morzar a su secretaria? No habrá problemas siempre y cuando sea, estrictamente, para asuntos de trabajo. Si se trata de un viaje, evite las reuniones en las habitaciones del hotel, prescin­ da de las copas o los brindis y rehuya todos los lugares y situa­ ciones que considere peligrosos, inapropiados.

¿Debe servirle

el café a su jefe? Muchas ejecutivas ven con malos ojos y hasta como un acto denigrante preparar el famoso café para el jefe. ¿Es degradan­ te que una profesional se tome la molestia con un quehacer de ese tipo? Pues no lo es. en verdad. Si e s cierto que no existe un contrato que determine que una secretaria o asistente deba preparar café, esto se toma como una muestra de cortesía y deferencia para el jefe. Es una muestra de consideración que, hecha en el momento oportuno, dejará en todos la imagen de una empleada con mucho tacto y educa­ ción. Pero también es cierto, que ese cafó, en un momento deter­ minado. puede llegar de las manos de ese jefe. Es una cues­ tión de calidades de persona. Al igual que el café, existen casos particulares en los que se sentirá confundida frente a situaciones que no han sido especi­ ficadas oportunamente, y no sabe si hacerlas o no porque... ¿Son parte d e su responsabilidad o es una «viveza» del jefe? Si su jefe le pide ayuda para com prar regalos para su cónyu­ ge o sus dientes, acepte sin problemas, siempre y cuando esté

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110 dentro de su horario de trabajo. Sin embargo, otro tipo de tareas que no tienen nada que ver con la oficina, com o mecanografiar trabajos privados, no deberían ser solicitadas, a menos que sea fuera del horario de trabajo y con una compensación extra.

Se cree que nadie escoge de quién va a enamorarse, ni cuán­ do va a surgir el amor. Pero esto no puede ser excusa para que­ brar los códigos elementales de ética en el mundo laboral. No es conveniente establecer amoCon la existencia de una reíación amorosa dentro de una empresa, se suelen generar favoritismos, divulgación de secretos, se trastocan normas, se hacen comentarios malintencionados, y hasta se alteran los horarios. Todo esto, com o comprenderá, rompe con la ética y perjudica mucho a la empresa y la más perjudicada es usted como mujer. Así usted sea una persona muy profesional y m antenga una relación amorosa con algún compañero o jefe sin que afecte su normal desempeño, quedará expuesta a los comentarios y el chisme. De igual manera, el día que consiga un logro o recono­ cimiento, más de uno pensará que no es por sus méritos labo­ rales, sino por su afinidad con alguien «especial». Si, por el contrario, usted es la simple espectadora de un romance, manténgase como tal. No intervenga, no lo comente, critique o alabe. La mejor actitud es la del silencio; s i la aplica, no se meterá en conflictos ni apuros. Recuerde que muchas veces: «Quien sale de redentor, termina crucificado». En algunas empresas se prohíbe la contratación d e cónyu­ ges. Y si dos personas que trabajan juntas contraen matrimo­ nio, es ótico que él o ella renuncie o que cambien de área para evitar conflictos laborales y personales que afecten la producti­ vidad.

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«El que tiene fe en sí mismo, no necesita

que los demás

crean en él» M IG U E L D E U N A M U N O

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Pautas para ascender

laboralmente Jefe viene del latín «caput», que significa «cabeza» y es sinónimo de conductor y guía. Para llegar a serlo n o basta bus­ car un ascenso a toda costa, usted tiene que desarrollar su personalidad y su trato, sentirse una verdadera lideresa. Ya habíamos visto en la primera parte de este libro que us­ ted puede programar su mente para convertirse en ganadora, que los grandes proyectos requieren de una actitud mental po­ sitiva. En el entorno laboral necesitará mucha práctica para lo­ grar un excelente cuadro mental que forme parte d e su desem­ peño diario. Es decir, desarrollar calidad y excelencia. En su trabajo, en su puesto, en su profesión, tiene respon­ sabilidades específicas, dediqúese a estas con todo su ser. La «excelencia» exige dosis enormes de trabajo sacrificado, tiene alma de tirana porque no muestra compasión alguna, no acep­ ta condiciones ni atiende excusas, no perdona errores y castiga sin piedad «la audacia», descuenta el «apresuramiento» y no se contenta con lo «simplemente bueno» . La excelencia n o se queda en lo «mínimo aceptable», no se deje atrapar por lo «mediocre» porque tiene que conocer que ello es retroceso, recorta las alas, reduce el campo de visión y aletarga las facultades. Para llegar a ser la cabeza de su empresa, busque siempre lo óptimo, atrévase a caminar en busca de la perfección. No todo es fácil, debe pagar un precio alto: esfuerzos, sacrificios, privaciones, incomprensiones, envidias, celos, rumores, insom­ nio... todo esto es normal, nadie ha llegado a ser líder sin haber pagado derecho de piso. El triunfo no es algo que se da de la noche a la mañana, sino que se hace poco a poco, paso a paso, día a día. (No se detenga, no se estanque!. Nunca se dé por satisfecha ni cometa el error d e creer que ya alcanzó todo lo que podía. Alfonso Arau, famoso cineasta mexicano, director de la pelí­ cula «Como agua para chocolate», al narrar el secreto de su éxito, explica m uy bien lo que he dicho: «Cuando una persona trabaja muy duro, lo m ás lógico es que tenga éxito y sea colocada en un pedestal. Cuando se está

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114 allí se siente muy sabroso, pero el secreto es no quedarse más de dos días porque se te empiezan a acercar las palomas y acabas convertido en una estatua cubierta de suciedad. Cuan­ do el éxito te lleva al pedestal, debes permanecer allí lo sufi­ ciente para disfrutarlo, pero después tienes que bajarte y volver a empezar». Robert Marcóse, conocido banquero, señala en -L a impor­ tancia de las cosas sm importancia», un libro sobre el éxito en el trabajo, seis factores fundamentales para ascender laboralmente. Al contrario de lo que mucha gente piensa. Marcóse considera poco profesional reconocer el ascenso en la ayuda de la -buena suerte». Esta no existe ¡cada ser humano labra su propia suerte! Para él, los seis secretos para lograr un ascenso son: 1. Hacer todo, es decir no solo haga lo útil e indispensable, sino también aquellas labores que puedan parecer se­ cundarias o superfluas. 2. Aquello que haga, hágalo bien, tome un verdadero inte­ rés por lo que hace y acabará disfrutando su trabajo, asi considere que no corresponde a su vocación. 3. Tenga confianza en s i misma, no se mortifique pensando que hay otras personas más hábiles que usted, es usled misma la persona a la que tiene que superar. 4. Nunca subestime a los demás, si bien es cierto que es importante que tome conciencia del valor de su trabajo, reconozca los méritos de los demás; si ve que alguien fue ascendido, no sienta envidia, piense más bien: -¿qué hizo él que no hice yo?». 5. Mantenga la objetividad y el equilibrio ante los problemas laborales, nada es tan desastroso como lo parece en el primer momento, m uchos problemas suelen arreglarse con facilidad si mantiene la calma. 6. Tenga fe en el -apoyo de afuera», es decir, en lo que está más allá del entorno físico o laboral, como su propio ta­ lento o personas afines, como su cónyuge o su pareja. Por mi parte, yo conozco otros cuatro factores dentro de los cuales usted se debe manejar s i aspira a un ascenso: Ambición. Es decir, ser más, tener más, hacer más. Entu­ siasmo. Sentir un fuego interno que la lleve a la acción. Perseverancia. La decisión firme e inquebrantable de llegar a ser lo que quiere.

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115 Fe. Tener una convicción profunda de que lo logrará.

Cualidades de un

líder

La diferencia entre un líder y un ¡efe es que el jefe ordena y el líder predica con el ejem plo. B ob Nelson en su libro «1001 formas de tomar la iniciativa en el trabajo», señala que todo líder, en . relación con sus trabajadores, se ca­ racteriza por tres factores básicos: 1. Inspira a los demás a actuar: es decir, hace entrar en acción a sus empleados para alcanzar el objetivo deseado. 2. Sabe comunicar: porque la comu­ nicación es el medio más eficaz de juntar a los trabajado­ res de una organización. Un líder no solo inspirará a otros con sus palabras, sino que «pintará visiones fascinantes del futuro, lo cual motiva al resto a seguirlo». 3. Apoya y facilita: porque el líder sabe respaldar a quienes trabajan con él, «y en lugar de frenar a sus seguidores, aplaude sus esfuerzos en voz alta». Muchos jefes llegan a serlo sin saber precisamente cómo, sin conocer sus atributos o saber dónde se encuentra el liderazgo. Si es uno de estos jefes, permítame reflexionar junto a usted con las acertadas palabras brotadas del fondo del cora­ zón y la razón de Kal Krause: «El liderazgo no conoce edad ni límites de jerarquía. Es evi­ dente tanto en su presencia como en su ausencia. El liderazgo está presente en las capitales de las naciones como en los par­ ques infantiles. Se le puede observar en los pies ágiles de los jóvenes atletas como en los lentos coloquios de los abuelos. El liderazgo puede estar en el momento del triunfo como en un instante de oración. Liderazgo es decir sí para asum ir la responsabilidad adecuada, o decir no para rechazar una tenta­ ción malsana. El liderazgo no se envanece en la victoria, ni desespera nunca

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116 en la derrota. Porque es una cierta «elegancia de conducta» que trasciende en todas las circunstancias». ¿Y cómo llevar el liderazgo a la práctica? A continuación le dejo algunas pautas sobre las cualidades que debe demostrar una gran lideresa. Encontrará que las reglas de corte­ sía son fundamentales para mejorar no solo sus rela­ ciones con los subordinados sino también su im a­ gen personal: Un espíritu generoso se preocupa por brindar lo mejor de sí a sus trabajadores, su mejor disposición y atención ante cualquier duda o requerimiento. Esta cualidad es fruto de la bondad y no solo es aplicable para los jefes sino para toda persona en general. Las grandes alegrías o las m ás com o profundas tristezas deben saber controlarse. Como jefa, usted será ejemplo de comportamiento y no celebrará una buena noticia dando brincos como un canguro, ni recibirá una noticia sorpren­ dente con la boca abierta y los ojos saltones, g g Cuando una cosa no le ha salido com o deseaba, contróle­ se y busque la serenidad mental y la estabilidad del cora­ zón para manejar la situación de la mejor manera. Por su posición en la compañía, está expuesta a múltiples tensio­ nes, propias del trabajo. S i no sabe controlarse y manejar la crisis con aplomo su imagen frente a sus empleados se irá devaluando. ^ Ya sea para mantener una conversación o para conocer mejor a las personas que trabajan con usted, es necesario saber escuchar. Esto significa dejar hablar a su interlocutor mientras usted este pensando en otros asuntos, menos en lo que le están diciendo. Esto causaré una pésima imagen suya frente a sus empleados, quienes se sentirán desam­ parados con alguien que no tom a en cuenta sus preocupa­ ciones. Recuerde que tal vez escuchando pueda conocer los motivos por los cuales ese empleado no rinde como debe. Dios no ha dado dos orejas y una sola boca. Adivine para qué. fg j Si un jefe no es comprensivo no es jefe. Para manejar con tino y prudencia los conflictos de un grupo humano debe ponerse en el lugar de la otra persona para conocer con mayor certeza, su verdad; es decir, ponerse en los zapatos

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117 del otro. ñg| Cervantes dijo en uno de sus libros: «En la llaneza y la hu­ mildad suelen esconderse los regocijos más aventajados». El hecho de que haya conseguido un lugar importante y jeíature un grupo o un área, no quiere decir que mantendrá una actitud arrogante hacia el resto de personas, como una manera de demostrar que usted es más importante en ese lugar. Las normas de etiqueta dicen lo contrario, cuanta más sabiduría posea, mayor humildad expondrá. La persona que reboza sencillez no solo se hará querer sino también respe­ tar y admirar. g g Aun en las situaciones m ás críticas una verdadera lideresa mantiene el optimismo y lo contagia a sus dirigidos. Su ac­ titud es el último bastión cuando la esperanza de todos se va carcomiendo. Como jefa, no puede mantener la mala costumbre de ver solo el lado negativo de las cosas, porque hasta en las situaciones más adversas hay algo positivo que rescatar. La optimista siempre será más valorada que la pesimista, lo que no significa desconocer las dificultades sino buscar hasta el final una solución. ;

No hace menos, sino más, a la jefa que emplea la amabilidad en el trato con sus empleados. Es el resultado de la buena educación que, llevada a la oficina, consigue resul­ tados asombrosamente positivos. El distintivo de la cordia­ lidad es la sonrisa. Decía Horacio: «Nada impide decir la verdad sonriendo». Aunque debe tener criterio para aplicar esta frase, no le dirá a nadie que está despedido mostrando una sonrisa de oreja a oreja, ¿verdad? ¿Qué será de usted si llega tarde y es la primera en retirar­ se? No durará mucho en su puesto. Eso es seguro. Como jefa debe ser un ejemplo de puntualidad, y si tiene que que­ darse horas extras, lo hará sin dudarlo. Dicen que «La pun­ tualidad es cortesía de reyes, deber de caballeros y necesi­ dad de personas de negocios».

Trece errores del

jefe

Repase los trece errores fatales que puede cometer un jefe. Se lo recomienda U. Steven Brown: 1. No aceptar la responsabilidad personal.

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118 2. No desarrollar a sus empleados. 3. Controlar resultados y no pensamientos. 4. Quejarse públicamente. 5. Manejar a todos de la misma manera. 6. Olvidar la importancia de las utilidades. 7. Concentrarse en problemas y no en objetivos. 8. Ser un amigo no un jefe. 9. No establecer normas de conducta. 10. No entrenar a su gente. 11. Permitir la incompetencia. 12. Reconocer solamente empleados estrellas. 13. Manipular a la gente de acuerdo a sus necesidades.

Nunca descuide

cortesía Una je fa no debe olvidar sus comienzos ni el sacrificio que le costó conseguirlo. Así como es importante que un empleado sepa tratar a su jefe, también es correcto que com o jefa ponga en práctica algunas reglas de cortesía con sus subalternos. No deje que se le suba a la cabeza su ascenso y maltrate a sus empleados. Con amenazas no conseguirá nada positivo. Hay jefes que imponen su autoridad con modales bruscos, lo que pone en evidencia, no su capacidad de jefe, sino sus limita­ ciones para hacerse obedecer de buenas formas. Cuando sea necesario hacer una reprim enda a un subal­ terno no deje qu e la ira le gane. Contrólese y la reprimenda será más objetiva si está tranquila y lo hace a solas. Recuerde que la com unicación es mejor que la crítica. S i optimiza la comunicación con las personas que trabajan para usted, los resultados en su centro laboral serán excelentes. Empiece cambiando la form a de comunicarse con sus empleados. A continuación le dejo diez pautas sobre el - S i antes decía, aho­ ra debo decir»: Así como es importante reír lo es también hacerlo en el 1momento oportuno: pagt No lance una broma al aire sin antes haber valorado a la persona que va dirigida.

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119 fgfi Tenga sentido común para captar el estado de ánimo de la otra persona. f§g\ Un comentario inoportuno puede resultar inadecuado y pue­ de causar resentimientos. En cambio uno divertido y sim pático alegrará la reunión. El buen humor puede evitar discusiones. Contribuye a mejorar la calidad de su vida Fgfl El humor también puede sorprender con salidas ocurrentes que el otro no espera escuchar y le provocan risa. g |J Haga bromas para aliviar la tensión de la vida diaria. pgT Sea creativa y disfrute con las personas que lo rodean. No sea acartonado, sea espontáneo, no programa todo lo que va a ocurrir en su vida... no piense en las consecuen­ cias: ni trate de adivinar lo que va a suceder, solo viva el presente, al fin y al cabo es lo único que tiene. PgT Su atractivo personal aumentará en la medida que los de­ más lo consideren una persona que contagie su buen hu­ mor y optimismo. g ) Si le ha sucedido un percance y se dio un tremendo golpe... no maldiga la mesa ni a su pareja por reírse ríase usted también... La vida tiene derecho a sorprendemos algunas veces con situaciones maravillosas y otras con dificultades. Pero está en la mejor escuela de la vida y tiene que aprender a vivirla con sentido del humor. Las llamadas de atención son d e m uy mal gusto cuando se hacen en público y no consigue n sino atentar contra la autoestima; en cambio, si un cliente le expresa el buen desem­ peño de este empleado, hágalo conocer a su grupo de trabajo, felicite a quien se lo merece. Existe un momento propicio para todo, un momento para hacer un comentario gracioso que amenice el ritmo de trabajo o un momento para hacer una reprimenda. Evite tomarse liberta­ des con sus subordinados, que en lugar de estrechar vínculos marcarán más las distancias. Por otro lado, si tiene dudas de cómo dirigirse ante un em­ pleado, lo más conveniente es que le consulte primero si puede tutearlo, si este le da el permiso recién hágalo. En ciertas oca­ siones será más conveniente tratarlo de usted, como cuando

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120 llegan personas de afuera, eso brindará una m ejor imagen de su empresa. Hay ocasiones en que el jefe es mucho menor que el subor­ dinado, si ese es su caso, el trato hacia ese em pleado debe ser el mismo que a sus demás trabajadores, pero con la considera­ ción natural que merece una persona de más edad. Si usted se hizo acreedora a una felicitación, un reconoci­ miento o un premio por su trabajo, al momento de agradecer no deje de mencionar a sus empleados y la manera cómo contri­ buyeron en dicho logro, en lo posible mencione el nombre de cada uno de ellos. Este es uno de los actos de cortesía más importante de una jefa para con sus empleados.

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« Es bueno tener un final a cada jomada, pero al final

es la jomada lo que importa» U R S U L A K . D E G Ü IN

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¿Para qué sirve

la ética? La filosofía se dedicó a examinar los usos y costumbres de las personas y a señalar aquellas form as que permitían a una comunidad vivir en equilibrio y armonía. Esta parte de la filoso­ fía es la ética. La ética nos dice qué actos son los que de ante­ mano se distinguen entre lo bueno y lo malo, lo correcto e inco­ rrecto. lo que es justo e injusto. Desde la ética, lo que es bueno para usted necesariamente debe ser bueno para los demás, a menos que no sea ótico. Y esto trae a colación un tema que suele confundirse con la ótica, la legalidad. Ética y legalidad no son lo mismo. La legali­ dad le permitirá vivir mejor en relación con las leyes, en otras palabras, le permitirá convivir en armonía con el resto de perso­ nas; pero la ótica la ayudará a vivir m ejor con su propia con­ ciencia, consigo misma. Muchas ejecutivas consideran que algunos de los actos que realizan en su desempeño profesional no son malos porque no vulneran las leyes del Estado, sin embargo, no meditan en cómo se sentirían interiormente si cometieran un acto que puede ser legal pero deshonesto. La ética profesional no es distinta a la ética personal, la ética es una sola y está presente en todos los terrenos de su vida. En su actividad profesional, la ética siempre surgirá de ma­ nera espontánea: cuando tenga que tom ar una decisión con sus empleados, guardar reserva de información o cambiar de trabajo. La mayoría de los actos relacionados con la ética esta­ rán determinados, entre otros, por un valor fundamental: la ho­ nestidad. La honestidad se aprende en la infancia y se practica toda la vida. Si usted no la aprendió desde pequeña, quizá lo más fácil será ser honesta solo cuando la están viendo, pero ¿y cuando nadie la ve?, ¿adiós a los valores, la ética y el buen ejemplo? ¿Será cierto que todo ser humano tiene su precio? Leí en un artículo que: «Para ser buena, uno debe dejar de ser honrada». ¿Se puede imaginar qué clase de conducta moral puede tener quien lo pensó y luego lo escribió? Aquí entran en juego las normas éticas que aprendió desde

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124 la infancia. Si siempre mostró una imagen de persona honrada y justa, habrá sembrado entre quienes la rodean una excelente reputación; y cuidar su reputación es lo más importante. Si lo ve de este modo, quizá no sea su título, su trabajo, su posición social, su ideología, el dinero o el poder lo más impor­ tante, sino su reputación, pues a través de ella sostendrá aque­ llos otros elementos de su vida que se vuelven com plementa­ rios pues hoy están y mañana... ¿quién sabe? Recuerde a aque­ llos que ostentaron el poder y hoy están juzgados, en cárceles o prófugos de la justicia. ¿Cómo debe practicar la ótica en el trabajo? Respetando las reglas, normas y pautas al interior de su empresa, evitando la ••viveza criolla», siendo una persona digna en todos sus actos, comprometiéndose con la palabra dada y respetándola siempre. ¿Cuáles son los principios y valores centrales q u e debe prac­ ticar? La dignidad, la verdad, la lealtad, la disciplina, el respeto y la honestidad, entre otros. Se dice que la diferencia entre e l hombre que v triunfa y el que fracasa no es la inteligencia o el \ poder. No es tampoco la oportunidad o la buej na suerte. Es simplemente el punto de vista moral, ético, decente que tiene y practica.

No trabaje

solo por dinero Para muchas personas, su motivación laboral no se encuentra precisamente en el am or al trabajo, sino en la obligación, la necesidad de «ganarse la vida» y en «tener un trabajo seguro». Me encantaría que las personas amaran su trabajo, que salieran temprano de sus casas pensando no solo en que ganarán dinero, sino que las hará desarrollarse personal y profesionalmente, que aplicarán sus cono­ cimientos y contnbuirán al progreso del país. Si bien es cierto que hay personas que envidian a otras por su inteligencia, espiritualidad, virtudes, cultura o moral, las más lo hacen p o r otro tipo de

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125 Gracias a Dios, algunas personas han despertado a otras alternativas, se están haciendo m ás activas en sus obligacio­ nes y m ás conscientes de las decisiones que toman. Descubra su «propósito de vida- y alcáncelo a través de su trabajo y su carrera profesional, viva con la satisfacción de saber que su trabajo es pieza importante de la gra n maquinaria que mueve al país y al mundo todos lo días. No menosprecie su trabajo p o r el hecho de sentir que la crisis lo agobia. Trabaje con dedicación, identifiqúese con lo que hace e irá viendo cómo en su em presa comenzarán a tener un mejor concepto de la tarea q u e desarrolla. Trabajando con dedicación hallará que el trabajo tiene otras compensaciones aparte del dinero; el compañerismo, la leal­ tad, la capacitación, son factores que permiten que valga la pena salir a trabajar todas las mañanas con una sonrisa, como la que tengo a l levantarme y darle gracias a Dios por un trabajo y otras bendiciones.

Recuerde que con el dinero se compra... Una casa, pero no un hogar, un libro, pero no la sabiduría; un aliado, pero no un amigo; los cosméticos, pero no la gracia natural; el sexo, pero no el amor; la fiesta, pero no la felicidad: las drogas, pero no la paz; el armamento, pero no la segu ridad; la medicina, pero no la salud; la comida, pero no la vida; un crucifijo, pero no la fe; un lugar en el cementerio, mas no en el cielo. Por lo tanto, fortalezca su espíritu ya que con el dinero no consigue lo m ás importante, jaunque usted no lo crea!

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¡Acostúmbrese

a decir la verdad! Ocultar o callar aquello que es necesario que e l jefe sepa es una forma de mentira, de sacarle la vuelta a su empresa. Si usted ha obtenido un dato que considera beneficioso para la empresa, será desleal no revelarlo en su debido momento, y aún peor si esta información está relacionada directamente con las funciones que usted desarrolla. Se pueden perder valiosas oportunidades por culpa de tan grave omisión. Algunas ejecutivas cometen esta falta sin m ala intención, lo hacen por ignorancia, por inseguridad, por no estar absoluta­ mente seguras de que la información que tienen e s realmente valiosa para la empresa. Una situación grave es cuando, deliberadamente, se deja de decir la verdad. Esta es una muy mala política porque tarde o temprano la verdad llega a saberse. «Zozobra la verdad, mas nunca ahogada la verás», dice sabiamente el refrán. Lo cierto es que todos los actos de nuestra vida retornan a nosotros con el mismo peso. Si usted acostumbra a mentir, sus compañeros harán lo mismo con usted; y recuerde que todo lo que usted dé con la mano derecha, la vida le devolverá con la izquierda, pero multiplicado por cinco veces. Decir la verdad le traerá beneficios pues siempre tendrá mayor posibilidad d e recibir a cambio lo que usted brinda. «La verdad es la estrella sin la cual el alma humana n o es más que noche», solía decir Víctor Hugo. Un problema para decir la verdad puede ser el verse obliga­ da a dar una mala noticia, a muchos empleados les incomoda ser portadores de noticias desagradables o dolorosas. En este caso, le recomiendo ensayar algunas maneras de expresar este tipo de noticias. No se vea obligada a mentir por e l simple he­ cho de tener que transmitir una noticia negativa.

Empeñe su palabra... ¡y cúmplala! ¿Se ha preguntado cuántas veces ha faltado a su palabra?, ¿recuerda el núm ero de desplantes y desaires que ha cometi­

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127 d o por dejar de cumplir sus promesas? Quizá estas preguntas le parezcan algo indiscretas, pero es bueno que se las haga personalmente para que sepa cuán leal es ante la palabra em­ peñada. Incumplir con lo ofrecido es otra manera frecuente de faltar a la ótica. Muchas ejecutivas se preocupan demasiado por res­ petar los términos de un contrato firmado en un papel, pero suelen olvidar aquellos compromisos que se formalizaron solo de palabra, ¡pregúntele a los políticos! Es cierto, el incumplimiento d e un contrato puede llevarla a sufrir un engorroso proceso judicial, lo que representa un alto costo de tiempo y dinero; ¿pero se ha preguntado cuáles son las consecuencias de faltar a la palabra empeñada? El alto costo quizá no se contabilice en dinero, pero estará de acuerdo con­ m igo en que puede hacerle perder valiosas amistades o todo el respeto que había ganado entre sus colegas y superiores. Si incumplir un compromiso e s grave, aún más grave será incumplir varios y acostumbrarse a esta conducta. Lo único que ganará será perder el respeto ante sí misma, lo que representa un fracaso personal. ¡No corra riesgos! Ante una propuesta, mida primero sus posibilidades, y si descubre que no podrá cumplirla, no se comprometa. Muchas ejecutivas se han visto obligadas a cambiar de tra­ bajo o trasladarse a otras ciudades por su mala reputación producto de los tratos incumplidos. Faltar a la palabra empeñada le creará una pésima imagen ante sus dientes, quienes inclusive pueden propagar esa mala imagen y echar a perder su carrera. Carlos Alberto Torres lo deja c la ro :«Recuerde que hay algo m ás fuerte que el hierro, más duradero que el acero y de más valor que el oro, ese algo es... la palabra del hombre íntegro».

Practique la ética incluso cuando va a renunciar a su trabajo Todas tenemos derecho a buscar mejores oportunidades en la vida. Si usted es consciente de que se encuentra bien capa­ citada y desarrolla muy bien su trabajo, seguramente sentirá

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128 que merece ascender en la escala laboral y buscará un trabajo que le ofrezca mayores oportunidades y mejores beneficios. Si consigue un nuevo trabajo, será ótico que se conduzca sobre la base de ciertas reglas que son esenciales para no de­ jar un mal recuerdo ni tenga problemas con su empresa. Procure hablar con el ejecutivo de mayor rango y expliquele en los mejores términos la razón de su partida. Si el ejecutivo es una persona seria, oomprenderá sus razones e inclusive le deseará suerte en su nueva etapa laboral. Nunca sugiera que en el caso de mejora de sueldo estaría dispuesta a quedarse. Eso es un gran desatino pues se parece mucho a la extorsión. Si lo hace, seguramente habrá perdido toda la reputación ganada durante tantos años por su desem ­ peño laboral. Jamás comunique su decisión a pocos días de partir. Es una gran descortesía y pondrá en problemas a la oficina de personal de la em­ presa. Hágalo por lo menos con un mes de anticipación y, si lo considera apropiado, ofrézcase a buscar a la persona que la reemplazará Si se desempeña en ven­ tas, puede ocurrirle que otra em­ presa la busque para proponerle un contrato de trabajo más atrac­ tivo del que ahora tiene. Esto pue­ de suceder no necesariam ente porque usted es la reina de las ven­ tas, sino porque lo que quieren de usted es su cartera de clientes. Sea sensata, antes de tom ar una decisión, piénselo bien, tómese su tiempo y analice fríamente la razón por la que proponen un contrato en términos más interesantes. Si no es la cartera de dientes, puede ser otro tipo de información, indusive confidendal, que. dado el mo-

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129 mentó, buscarán extraérsela. Pero la Idea también puede partir de usted misma, es decir ofrecer información a otra empresa a cam bio de un jugoso con­ trato. Este comportamiento está totalmente reñido con la ética. Además, ¿se ha puesto a pensar cuánto tiem po más duraría en la nueva empresa luego de proporcionar la información que necesitan? Sea prudente y piense que si la empresa en la que actual­ mente trabaja cumple puntualmente con su remuneración, le ofrece todos sus derechos laborales y tiene el mejor concepto de usted y del trabajo que desarrolla, merece a cam bio su leal­ tad y un comportamiento ético y honesto en todo momento. Si tiene que retirarse de todas maneras, sea honrada para no divulgar datos, información confidencial, o robarse la propie­ dad intelectual, como me ha sucedido con alguna profesora que se llevó mi temario para dietario en otro lugar. No duró mucho porque la falta de ética se paga.

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«Al hablar uno debe cuidarse de tres cosas: • Hablar antes de ser interrogado, se llama indiscreción. • No hablar cuando se nos pregunta, se llama

ralta de delicadeza. • Hablar sin reparar en el estado de ánimo de la persona con quien se habla,

se llama ceguera» C O N F U C IO

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Protocolo y relacio n es públicas Cada vez e s m ás evidente que todo cuanto nos rodea comunica y en una em­ presa. escritorios, uniformes, papelería, colo­ res de las paredes, todo está enviando mensa­ jes a los jefes, socios, clientes y empleados. Las relaciones públicas de una empresa se hacen a partir de la evaluación e identificación de la política que una em presa r-\ adoptará para mejorar su imagen o captar • el interés del público. El protocolo se entendía solo como una parte de las relaciones oficiales y diplomáticas, pero hoy se ha extendi­ do a los círculos políticos, financieros, económicos y empresariales. En una pala­ bra, a todo el campo laboral. El protocolo es la etiqueta en las relacio­ nes profesionales. Con el protocolo se perfecciona la actividad empresarial, y no solo entre una empresa y sus clientes exter­ nos, sino también dentro de una empresa, mejorando las rela­ ciones personales con los clientes internos, es decir, con todos sus compañeros de trabajo.

¿Quién es un

cliente? Es verdad que esta pregunta debería hacérsela cualquier empleada, pues todas somos relacionistas públicas de la em­ presa donde trabajamos, sin embargo, es de importancia espe­ cial para quien tiene a su cargo la imagen de la empresa. Preguntarse quién es un cliente mejorará su trabajo como empleada y m ás aún si se desempeña como relacionista publi­ ca, pues buscando la respuesta irá conociendo el perfil del cliente promedio, sus preferencias, modo de vida, necesidades bási­ cas y su idea de lo que es para él una empresa.

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134 «Cli» viene de una palabra en lalin que significa «auxilio, xxirro» y «ente» significa «persona». Toda persona jue solicita un servicio se convierte en su cliente y usted en proveedor de su servicio. ¿Qué desea un cliente? Quiere atención, forma­ lidad. interés personal, sen/icio de confianza, infor.....ción, satisfacción, sentirse importante, que no lo sub­ estimen. buenos modales, honradez, que se interesen por sus problemas personales, educación y halagos sinceros. g g Un cliente es la persona más importante en cualquier em­ presa. =6T) No es solo dinero en la caja registradora, es un ser humano con los sentimientos iguales a los suyos y merece ser trata­ do con todo respeto. gg¡ El cliente no es una interrupción, es el principal propósito. ¿Cree usted que el cliente le hace un favor cuando recurre a su empresa? El cliente es parte de su negocio, no es un extraño. El cliente es una persona que tiene necesidades y deseos. Es su deber satisfacerlo debidamente y merece la atención más cortés que pueda darle, es la vida misma d e lodo ne­ gocio. ES El cliente hace prosperar a la empresa para la cual trabaja, debe ser su amigo, sin él tendría que cerrar las puertas del negocio o de su trabajo. |Q ue esto nunca se le olvide!

Como se atiende El público y los clientes son la razón de ser de todo acto, ceremonia o evento social que comprometa la imagen de la compañía, por lo tanto, el trato es la principal arma a la hora de tratar con el público. Las reglas generales para una excelente atención al público no discrim ina ninguna de las opciones d e se r anfitriona, impulsora, promotora, vendedora o propagandista. En todas estas funciones de promoción, secretaria, recepcionista y aten­ ción al cliente el trato y desenvolvimiento serán los mismos:

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135 PiSl Salude a todas las personas que asistan con los términos adecuados «buenos días, tardes o noches» y nunca «bue­ nas» a secas que no es la forma de saludar, no expresa nada. f¡g¡\ Mencione «señor», «señora», «joven», «señorita» después de saludar, y al referirse a alguna otra situación: «sí señor» o «si señora», según sea el caso, g g Trate de «usted» a todas las personas del entorno, aun­ que sean jóvenes, g g N o m astique chicle, es de pésim o gusto, aunque en Norteamérica sea una costumbre, usted no rumie como las vacas. Eg| En lugares donde hay mucha aglomeración de público ten­ ga a flor de labios las expresiones de «bienvenido», «con mucho gusto», «encantada», «por favor», «muchas gra­ cias», «gracias por haber venido», etc. g g Camine a un ritmo normal. Aunque esté apurada, no corra, el público no debe sentir su apuro. e g j Esté atenta a todo lo que sucede a su alrededor. Utilice su criterio, tino, iniciativa, educación y seguridad, g g Practique la moderación en todo momento, no bese a los invitados, aunque los conozca, tampoco los toque. 0gJ No confunda el evento social con su trabajo. ¡ag Esfuércese para que el invitado se sienta com o en su casa ¡engreído com o un bebé! N o sa lg a a tra b a ja r con e sco te s p ro fu n d o s e insinuantes, o con ropa provocativa, no la conducirán a nada bueno y honesto. Si está con otra compañera no esté pegada a ella conversando o cuchicheando, cada una debe desa­ rrollar su trabajo sola, para eso le están pagando sus servicios. Si está trabajando, no puede comer aun si los invitados lo hacen, aunque la inviten a sus mesas o insista el jefe o la per­ sona que la contrató. Solo lo podrá hacer cuando termine su trabajo. g g No puede quejarse del hambre que pueda sentir, solo le queda aguantar. 3 En todo caso, si se conoce y sabe que va a sentir deseos

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136 de comer algo, hágalo anles de salir a trabajar, tampoco se trata de ir demasiado satisfecha porque le dará modorra por la digestión. g g Está prohibida la posición d e espectadora cuando trabaja, tendrá que circular en la reunión o en la posición del trabajo encomendado. « g Si tiene que perderse un show por trabajar, lo hará sin rene­ gar ni quejarse, ya sabía que estaba contratada para traba­ ja r no para sentarse a mirar lo que sucede en el escenario. flg j Cuando trabaja atendiendo al público no debe fumar, ni sen­ tarse en las mesas que están destinadas a los invitados, t g La conversación que tenga durante el evento debe ser inte­ resante y agradable, no puede tocar temas relacionados con el trabajo que está desempeñando, ni comentar los pro­ blemas internos suscitados antes del evento, ni asuntos fa­ miliares que a nadie interesan, y menos aún sobre la remu­ neración percibida. g f l ¡Cuidado con la bebidal la ocasión invita a beber, y si no mantiene el control es fácil embriagarse. El espectáculo podría ser deprimente. Además de perjudicar su imagen y su nombre, perderá toda opción de trabajos futuros. ñST No lleve bolsas de plástico a su lugar de trabajo, son feas. pgí No hable de tarifas ni aproveche la ocasión para pedir au­ mentos y/o promesas para futuros contratos de trabajo. Estos le llegarán si deja una buena imagen de su desempeño. 3¡g Respete el horario para entrar y salir de su trabajo, tómese su tiempo y no llegue agitada y transpirada. ft* \ No hable en secreto con nadie ni en otro idioma delante de los invitados. fg ¡ No se junte en grupos con los invitados o con los compañe­ ros de trabajo, no pierda el tiempo. La contrataron para tra­ bajar. S ¡ No se le ocurra llevar niños a su centro de trabajo, no jue­ gue con los niños si están e n la reunión, sea amable con ellos y vea que no interrumpan en el evento. S ¡ Sonría siempre y muéstrese segura y confiada, pero recuer­ de que no debe tocar a los invitados, tampoco gritar, levan­ tar la voz o hacer señales con las manos. ñSfl No use lentes con lunas oscuras o de sol en lugares cerra-

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137 dos com o oficinas, restaurantes, iglesias, elevadores, clíni­ cas, cines o teatros. g j Si en su trabajo debe colocar banderolas, revise que las letras estén bien ubicadas al ponerlas y no al revés. Si pue­ de, ensaye antes. Si entrega un certificado o u n diploma, enséñelo con el con­ tenido hacia afuera y derecho, no tape el contenido ni lo lleve boca abajo, las fotos se reproducen asi. Los trofeos o diplomas se tom an con las dos manos y se 1 llevan de esa misma manera para ser entregados. Si entrega flores, llévelas sobre el lado izquierdo, recosta­ das y las entrega con la mano y brazo derecho extendido. Por favor ¡no bese a nadie mientras trabaja! No me cansaré de repetido jamás, fg ) Reconozca con anticipación el escenario, teatro, jardín o patio donde trabajará, el lugar debe ser familiar para usted antes del evento, de esta manera evitará tropiezos, incon­ venientes y momentos embarazosos. Revise la lista de los invitados con los nombres y apellidos, el número de mesas y sillas, determine la ubicación del área, fíjese dónde está ubicada la playa de estacionamiento de automóviles, dónde están los baños, la cocina, la recep­ ción, si están en orden los folletos, las flores, los diplomas o trofeos, revise bien los programas, los horarios, los tumos. No deje nada al azar. fag) Ubique a los invitados pero n o los siente ni les jale las sillas, fíjese que estén bien atendidos en las mesas, pero usted no debe hacerlo, esa es función de los mozos o de las per­ sonas que se han contratado. Al caminar delante d e los invitados, voltee de vez en cuando para ver si la están siguiendo, muchas veces se quedan conversando con amigos, no los pierda de vista, es doble trabajo para usted el volver a encon­ trarlos. No interrumpa el paso de los invitados parándose en los pasillos o estorbando en el camino. Muestre especial cortesía y educación con las personas im­ pedidas o con habilidades diferentes. Respete y no utilice los lugares ni espacios permitidos solo para ellos. No se haga de la

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138 vista gorda ni crea que nadie la ve. ¡La viveza criolla no tiene cabida en la vida diaria si queremos recuperar los valores per­ didos! fg ¡ No lleve objetos de valor ni dinero en la cartera o en el ma­ letín de trabajo, no siempre puede dejarlos en un lugar se­ guro, averigüe con anticipación si contará con un casillero con candado y llave o cajón de un escritono para guardar sus artículos personales. pgl Si tiene que arreglarse y cambiarse de ropa en el lugar de trabajo, sea precavida y lleve todo lo que va a necesitar. Por favor, no pida prestado, da una imagen m uy poco profesio­ nal, además es un problema de higiene y estética. No permita bromas, tomaduras de pelo, chistes subidos de tono o de doble sentido ni vulgaridades de ninguna espe­ cie. «Respetos guardan respetos- y más cuando está us­ ted trabajando. Por ningún motivo acepte una invitación para bailar con un invitado, con el jefe o con sus hijos, recuerde que la contra­ taron para realizar un trabajo y no para que divierta a nadie. Tenga en cuenta un lema muy especial: «Los invitados y los jefes son intocables», es decir jfrutas prohibidas! Recuerde siempre no tirar las puertas y tocar antes de in­ gresar a una habitación u oficina. PCT En este tipo d e trabajo se tiene que demostrar que se pue­ de compartir espacio y respeto con las demás personas... «¡La cortesía no cuesta nada pero gana todo! HSf Si por casualidad descubre un romance, manténgase ale~ jada com o espectadora, niéguese a intervenir o participar, diga no a toda clase de rumores. f t f l No acepte confesiones íntimas y tampoco haga comenta­ rios al respecto, no critique lo que sucede. Una actitud de silencio es siempre la más acertada y no le traerá conse­ cuencias. pgi ¿Le duelen los pies y está cansada? Jamás se saque los zapatos, |no le volverán a entrarl Trate de comprar zapatos de muy buena calidad y que sean cómodos, del número correcto. No pida zapatos prestados, es un artículo muy personal. Busque la postura correcta para descansar sin recostarse o

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139 apoyarse en las sillas, pared o barandas, no le puede de­ mostrar a los invitados su cansanoo. f f f l Si su trabajo lo debe realizar de pie, busque conocer cual es la parada oficial, la posición de un pie delante del otro formando una T. y no olvide cuidar las manos y brazos, no los cruce, es señal de cansancio y aburrimiento. Todos los invitados la observan y comentan. Cuide el lenguaje de su cuerpo. gg] Si tiene problemas en la columna, callos, juanetes, mareos o es de salud débil, no acepte este tipo de trabajo, solo le traerá problemas. x * ¿Tiene que retocarse 7 Recuerde que nunca en público, es ~ señal de pésima educación, excúsese y vaya al tocador (como se dará cuenta, no me he refendo al baño). ^ ¿Cuándo es el momento de comer, tomar café, fumar, quitarse los zapatos y darse un buen baño caliente y descan­ sar?: solo cuando se vayan los invitados o cuando haya terminado su turno y esté en su casa, hacerlo antes es mostrar mala educación.

La tarjeta de presentación El mundo ejecutivo está plagado de tarjetas de presenta­ ción. Pero el uso de estas cartulinas rectangulares que nos es­ meramos en entregar a todo el mundo y también recibimos a diestra y siniestra, tiene sus reglas de etiqueta: 3g¡ Su tarjeta de presentación es también la de su compañía, las representa a ambas. Por eso debe resumir dos caracte­ rísticas: senciliez y buen gusto. ifg*, El tamaño estándar es de nueve centímetros de largo por cinco y medio de ancho, elaboradas con un material resis­ tente y de buena calidad, de tal manera que pueda entrar fácilmente en su portatarjetas. nunca las use dentro de su bolsillo. Siempre estará actualizada y conservada en perfecto esta­ do. Si está suda o dañada es preferible no entregarla, puesto que la tarjeta que entrega es la imagen que proyecta en los demás profesionales. Acuérdese que ¡así como la ven, la

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tratan! No e s elegante diseñar tarjetas de formas extrañas o de colores llamativos que hieran el buen gusto. Casi siempre el color es el blanco, salvo los pasteles. La sobriedad en una tarjeta de presentación es sinónimo de distinción, Las tarjetas de presentación no son de exclusividad mas­ culina. Es correcto y necesario que la m ujer que trabaja tenga también sus propias tarjetas. Sin em bargo, no exis­ ten tarjetas «masculinas» y -femeninas». Todas tienen el mismo diseño, tamaño y color, El texto debe ser breve, con los datos elementales: logotipo y nombre de la empresa, nombres y apellidos completos, su cargo, dirección postal y electrónica; puede añadir su página web además de los teléfonos fijos y fax. El número del celular solo si k) usa para el trabajo, de lo contrario debe ser privado. Está permitido colocar el título que tiene: doctor, ingeniero, gerente, arquitecta, pintora, escritora, entre otros.

fS I Si su padre tiene su mismo nombre, no olvide colocar sus dos apellidos. Y en su tarjeta no ponga «hijo» o «Jr.» (Jú­ nior, anglicismo que equivale a hijo), e s de pésimo gusto. pg] No se colocan las palabras «Señora», «Señorita» o «Se­ ñor» antes del nombre. En algunos países aún se coloca, en caso de viudez, el nombre de la señora: «Yolanda Figallo viuda d e Holler» pero no es necesario. f g j Si usted es divorciada, es de nuevo soltera. A sí debe apa­ recer e n su tarjeta de presentación, e g Las tarjetas de negocios son totalmente diferentes a las tar­ jetas llamadas de visita. Estas se utilizan sin mayores da­ tos. safvo el nombre y apellido. Los datos adicionales se escriben al momento de ser entregadas, y se utilizan para enviar regalos, flores, o escribir una nota de pósame o feli­ citación. pg* Se acostumbra también, cumpliendo ciertas norm as de la etiqueta de hoy. usar tarjetas con los nombres y apellidos de ambos cónyuges: Jesús Ochoa Zavala y, en el región seguido. Elsa Durand Art-Nissen. En este caso, no se colo­ ca el título de doctor, g j Cuando llegue a su cita de negocios entréguele su tarjeta a

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141 la secretaria, al mismo tiempo que menciona e l nombre de la persona con quien tiene la cita, para que ella pueda ma­ nejar la situación. ^ St usted llegó a la hora señalada y la persona está ausente, e s correcto dejarle su tarjeta com o testimonio fiel que estu­ vo presente a la hora indicada. Lo correcto es que la llamen para disculparse y concertar una nueva cita. agí Nunca olvide que su tarjeta no es un volante para repartirla a diestra y siniestra. Es muy importante ser oportuna y ac­ tuar con soltura, jamás demuestre desesperación por en­ tregar su tarjeta, la idea es que la reciba quien realmente tenga interés en comunicarse con usted. Si está en una reunión, deberá haber sido presentada an­ tes de entregarla. Es de uso común haber entablado una conversación previa en la que el curso de la conversación propicie el intercambio de tarjetas. Si usted recibe una tarjeta, lo menos que puede hacer so—1 bre la base de la buena educación, es entregar también la suya. ■451 Si está interesada en que una persona en especial tenga su tarjeta, haga que alguien la presente primero y entréguesela luego de entablar un diálogo. ^ V por favor, jamás entregue una tarjeta en la m esa mientras ” esté comiendo.

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«La cazuela de dos asociados no esta

ni caliente ni fría» T A LM U D ( S i g l o II)

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Agasajos y negocios Los agasajos en los negocios son comunes, y los realizan generalmente los gerentes o altos ejecutivos de la empresa hacia sus principales clientes. La organización de un agasajo contará siempre con la asesoría de la oficina de protocolo de la empre­ sa, porque uno de los principales objetivos del agasajo es me­ jorar la imagen de la compañía. Para lograrlo, tenga m uy claro cuáles son las razones para agasajar en los negocios. Se organiza un agasajo fundamen­ talmente por tres razones: 1 . Por afecto. 2 . Por agradecimiento. 3. Por interés... aunque cueste admitirlo. De estas tres razones se desprenden otras diversas. Si us­ ted es gerente o alta ejecutiva d e su empresa, puede agasajar: 1 . Para devolver la hospitalidad que le han ofrecido. 2 . A fin de conocer a una persona que le pueda interesar como posible colaborador, socio o miembro en su negocio o trabajo. 3. Para devolver, solicitar favores, o ambas cosas. 4. Para que conozca a la competencia, averigüe sus objeti­ vos, u obtenga cooperación en cuestiones de interés común. 5. Para averiguar y enriquecer a su clientela. 6. Para atraer a su campo a personas de interés. 7. Para convencer a los dudosos. 8. Para encontrar solución oportuna de un determinado pro­ blema. 9. Para iniciar o cerrar una operación. 10. Para celebrar un triunfo. 11 . Para agradecer la destacada labor de una colaboradora o colega. 12. Para honrar a una personalidad, institución o empresa. 13. Para lanzar una personalidad, un producto o un servicio. 14. Para darse a conocer. 15. Para informar sobre una realidad o aclarar una situación. 16. Para transmitir un mensaje. 17. Y para un largo etcétera.

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146 Sin embargo, no olvide que la elección de un tipo o modo de agasajo está en función de los objetivos trazados los medios económicos, medios humanos y técnicos, y el tiempo del que dispone para ello. La manera más usual de agasajar es mediante una comida, organizando desayunos, almuerzos, cenas, banquetes, un cóctel o recepción. En cuaquiera de las formas, se hace con gente que estará colocada de un modo determinado para asegurar la eficacia del agasajo. V para ello existe una manera correcta de situar a las personas, a través de las precedencias. La precedencia es la primacía o preferencia en el lugar y asiento. Indica la colocación de las personas en u r determina­ do orden, de acuerdo a su rango, nivel o relevancia. Dentro de un sentido estricto, el orden va en virtud del nivel o rango oficial establecido por una norma legal, tradición o uso; pero en sentido amplio, en virtud de su importancia real dentro de la aocitdad. Es decir, «que estén en su sitio» quienes si lo tienen en in a relación oficial, y quienes «siendo importantes» y no lo tienen, tengan también un lugar preferencial. como una gran escritora, jurista, banquera, pintora o periodista. Pero la precedencia hay que aplicarla con flexibilidad, nunca con rigidez, es una guía, no un cinturón de castidad ni un corsé. Tampoco olvide que ante un invitado importante, los ejecuti­ vos de mayor rango en la empresa serán los anfitriones. S i se trata de un evento especial y el invitado es un empre­ sario o ejecutivo importante, recíbalo en la puerta. La persona encargada será el jefe de relaciones públicas. Si la visita es un Ministro o su equivalente, entonces será el Presidente de la empresa quien lo reciba.

¿Dónde y cuándo se realiza el agasajo? El desayuno d e negocios. Puede comenzar por invitar a un desayuno de negocios, considerando que, como ejecutiva que invita a tempranas horas, estará bien descansada para comenzar a tratar asuntos de trabajo. Este desayuno puede llevarlo a cabo tanto en casa como en

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147 un sitie público: cafeterías, hoteles, coffee sheos, co­ medores empresariales, el propio despacho o clubes. Será de corta duración, aproximadamente sesenta minutos, y la hora correcta para invitar es entre las siete y nueve de la mañana. En cuanto a la indumentaria, será la misma que usa para la oficina. g g Si invita a un ciudadano inglés, por favor, además del desa­ yuno continental, con cafó o té y tostadas, no deje de po­ nerle huevos, salchichas y tocino. E l alm uerzo d e negocios. Si desea puede agasajarlo con un almuerzo de negocios, que tendrá lugar generalmente en un restaurante, club privado o en su propio despacho. . £ ] Lo importante es que el servido sea rápido. Se almuerza viandas ligeras y no muchos platos. Se pueden ofrecer ape­ ritivos y viro. Pero no insista si al invitado no le provoca ingerir alcohol a esa hora. Si el almuerzo es en su casa, se requerirá mucha puntuali­ dad de parte de los invitados com o de la anfitriona. El a l­ muerzo tendrá una duración de entre una y dos horas. qSI También puede invitar almuerzos rápidos, son reuniones que no duran m ás de una hora. Si hay ejecutivas y son compañeras de trabajo, solo se exige un cordial saludo, nada de besitos. Se ubicarán sin protocolo en la mesa, sg] También puede organizar almuerzos o cenas en su casa. Si se trata de un almuerzo, no pueden asistir las esposas ni esposos de los ejecutivos; tampoco el suyo. ■ ' s v

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A c tu a lm e n te e s re g id o ra p o r S a n Is id ro y c o lu m n is ta d e l d ia rio P e rú 2 1 . S u p rim e r lib ro , ‘‘E se d e d o m e ñ iq u e ’*, e s y a un c lá s ic o d e io s m a n u a le s d e e tiq u e ta e n el P e rú ; h a v e n d id o d e s d e su p u b lic a c ió n

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m á s d e 9 0 m il e je m p la re s.

A h o ra . F rie d a H o lle r d a u n a m ira d a a l m u n d o la b o ra l y d e s c u b re c o n d u c ta s in a d e c u a d a s q u é a fe c ta n la p ro d u c tiv id a d e n el tra b a jo . B a jo ej p rin c ip io d e q u e •sóm os p o rta d o r e s d e la im a g e n d e ia e m p re s a p a r a la q u e tra b a ja m o s , su g ie re la m e jo r m a n e ra d e tr a ta r a l o s c lie n te s p a ra q u e n o h u y an d e n u e stro s n e g o c io s y re s p o n d e a u n a se rie d e d u d a s s o b re el p ro to c o lo e n re u n io n e s d e n e g o c io s.

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