Entrevista narrativa..pdf

March 3, 2021 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Consideraciones acerca de la entrevista narrativa. (Versión preliminar. Se ruega no citar)

Fernando Robles

¿Qué es la entrevista narrativa? La entrevista narrativa es un procedimiento científico social que no sigue el esquema convencional pregunta-respuesta. En la entrevista narrativa al informante se le solicitará exponer la historia de un suceso en el que haya participado. Todo eso debe suceder de manera improvisada. Por lo tanto, el núcleo central de la entrevista narrativa arranca de la narración del entrevistado de un suceso que haya vivido personalmente. La función del entrevistador consiste en motivar al entrevistado para que relate de principio a fin una historia referida a un suceso poniendo especial atención a todos los acontecimientos relevantes de la misma. Esto se hace posible mediante el posicionamiento de una (o más) preguntas de carácter generativo al comienzo de la entrevista. Ejemplo: “Quisiera que me contaras cómo se ha desarrollado la historia de tu vida. Yo creo que lo mejor es que empecemos con tu nacimiento, seguimos con tu infancia y después me cuentas todo lo que ha sucedido hasta el día de hoy. Te puedes tomar todo el tiempo que quieras, incluso puedes contar detalles, porque para mí es interesante todo lo que es interesante para ti”. Las historias improvisadas tienen un carácter espontaneo porque no han sido planificadas de antemano, no obedecen a una pauta predeterminada que siga o pretende una cierta estandarización. El núcleo central de una entrevista narrativa es el relato de la historia de una constelación de sucesos, que el compañero(a) de entrevista por lo menos haya vivido en parte personalmente. Por lo tanto la forma dominante de exposición es justamente la narración de una historia. A menudo se hace un uso abusivo del concepto de “entrevista narrativa” cuando en realidad lo que se está haciendo es usar el formato de la entrevista abierta, en la que sólo se incluyen episodios de sucesos diversos (“pequeñas historias”).

Formas de exposición en narraciones. Repetimos que el principio fundamental de la entrevista narrativa es el relato de una historia que se vivió personalmente. En éstos relatos se reconstruyen experiencias pasadas y se les actualiza contextualmente. Del recuerdo presente se expone una verdadera corriente de sucesos pasados: se cuenta en primer lugar la situación de partida (cómo comenzó todo) y en seguida se escogen una serie de experiencias, las que aparecen como relevantes y se relatan secuencialmente (como se fueron desarrollando las cosas), hasta que se llega a la exposición de la situación al final de su desarrollo (qué resultó de todo esto). En el contexto de la producción de narraciones como forma dominante de exposición, pueden almacenarse otras formas narrativas, por ejemplo exposiciones, auto-descripciones y argumentaciones. La exposición argumentativa de teorías propias puede ser construida como constelación esclarecedora. Ejemplo: “En por qué se fue simplemente, eso es algo que hasta el día de hoy no sé. No me lo quedo explicar hasta ahora…” Las descripciones sirven para exponer estados, situaciones, procedimientos típicos, así como también se pueden referir a estados internos. Ejemplo: “De pronto me sentí libre. Me sentí como flotando, podía hacerlo todo, yo tenía la impresión que podía tocar la luna, yo lo creí realmente en ese tiempo” Pero también pueden referirse a hechos externos o del entorno, de los cuales el relator piensa que al oyente no le son conocidos y que sin ese conocimiento no son compresibles ni creíbles. Ejemplo: “Era completamente normal en Filipinas, que los padres les meten miedo a sus niños con los demonios, que vienen en la noche cuando se han portado mal. Y de alguna manera los padres también creían en ellos. Eso es inimaginable aquí, que ellos mismos crean que existen…”

Las narraciones contienen en lo fundamental, tres formas principales de descripción: relatar, describir y argumentar (Kallmeyer y Schütze, 1977)

Dominancia de la estructura del relato en la entrevista narrativa. El tema central de las entrevistas narrativas es siempre un acontecimiento o una constelación de sucesos entrelazados, una secuencia de hechos que confirman una historia (o una parte de ella) y que en sí configura ese suceso en calidad de soporte. Se puede tratar de la historia de la vida de una persona así como también de la historia del cierre de una empresa o de la historia de la fusión de dos territorios antes divididos territorialmente. Contable es siempre solamente una “historia-de”, pero no un estado o una rutina que se repite constantemente. Yo no puedo exponer mediante una narración mi trabajo, cómo es mi relación con mi computador o mi postura respecto de los reactores nucleares o mi postura política. Todo lo anterior lo puedo describir y puedo también (para especificar mi descripción) incluir la narración de algún episodio. Pero en todos estos casos permanece siendo la forma dominante de presentación la descripción. Yo describo mis sentimientos o yo describo cómo opera mi trabajo rutinariamente. Ejemplo: “A las 7 me voy a casa, tomo mi auto o uso los medios de trasporte públicos. Pero a las 7 en punto meto mi tarjeta y me voy)” Al contrario, en la entrevista narrativa la forma dominante es siempre la narración, en cuyo contexto se expone el proceso de desarrollo del tema de mi narración. Mi postura respecto de los reactores nucleares o mi postura política no es narrable, narrable es la historia de cómo llegué a tener esa postura (y no otra). Lo mismo con la opinión que puedo tener de la derecha chilena. Ejemplo: ” Yo creía que las cosas eran así porque así tenían que ser. Hasta que se me prendió la empolleta. Ahí estoy yo, me dije, mirando cómo los de la derecha posan de democráticos mientras guardaron un silencio cómplice durante el período de dictadura y se asesinaba a la gente a gusto y gana de los que tenían en poder. Entonces dije basta…”

Aquí la forma dominante de exposición es la narración, se cuenta una historia, la historia de la transformación de mi postura política.

Las fases fundamentales en la entrevista narrativa. El comienzo de la entrevista. A diferencia de la entrevista convencional, la entrevista narrativa no se estructura de acuerdo al juego pregunta-respuesta. Más bien, el entrevistado no es tal sino que es considerado como el compañero de entrevista, como relator. Él cuenta sin ningún tipo de presiones o interrupciones la historia de una constelación de sucesos que ha vivido personalmente, para lo cual se le da todo el tiempo posible, evitando las interrupciones. Durante el relato, el entrevistador asume el rol de oyente, no interrumpe ni entrega juicio alguno acerca de lo escuchado. Para exponer adecuadamente el desarrollo de la entrevista narrativa hay que considerarla como una secuencia de tareas, que los compañeros de interacción deben resolver. Naturalmente que la primera tarea corre por cuenta del entrevistador y consiste en encontrar a un compañero y motivarlo a que sea su compañero de interacción y que esté dispuesto a sacrificar tiempo (fase de reclutamiento [1]). Si la conversación se produce, la próxima tarea que le corresponde al entrevistador consiste en informarle al compañero de interacción acerca de la especificidad de la entrevista narrativa. En seguida, le debe formular la petición de relatar la historia que está a la orden del día, deberá explicarle plásticamente en qué consiste “relatar” e “historia”. Cuando el entrevistador tiene la impresión de que su compañero ha comprendido su tarea y está de acuerdo con ella, se produce el cambio de turno del hablante. Entonces, el entrevistador le pide a su compañero comenzar con el relato (fase de entrada [2]). Al dar cumplimento a la tarea que se la ha encomendado, comienza la fase principal del relato [3]. Durante la fase en la cual el compañero de interacción toma su rol de relator, el entrevistador es solamente oyente. El entrevistador debe tratar de “meterse dentro del relato”, de comprender la perspectiva del hablante y sobre todo debe hacer extensiva esta comprensión a los

signos que ejecuta (hmmmm), de tal manera que el narrador pueda tener la seguridad que el modo en que está desempeñando su trabajo corresponde a las expectativas del oyente. En que escucha debe asentir. Si el narrador pone fin a su relato, esto lo hace generalmente con una coda. Ejemplo: “Bueno, yo creo que eso sería todo. Espero que te sea útil”. Con ello le da a entender al entrevistador que le corresponde tomar el turno del habla. Es el comienzo de la fase de aclaración [4]; entonces, el entrevistador le pide al relator precisar los pasajes de su relato que sean opacos y de poca claridad. Para ello es necesario introducir estímulos para que la narración se efectúe. Si pasada esta fase el potencial narrativo del narrador se ha agotado, entonces el entrevistador puede comenzar con la fase del balance [5] (o también llamada recuento). En esta fase, se le formulan preguntas al narrador las que apuntan a la explicación teórica que él encuentra adecuada para el suceso o la cadena de sucesos que ha relatado. Se trata de obtener un balance de la historia, con la cual el “sentido del todo” se pueda comprimir (Hermanns et al., 1984) Problemas relativos a la guía de la entrevista narrativa. La asunción del rol del narrador sitúa al compañero de entrevista (entrevistador) frente a una tarea insólita, porque la predisposición del entrevistador, tal como en las entrevistas de televisión, lleva implicado siempre el juego circular de preguntas que se formulan y respuestas que se responden. El entrevistador puede considerar su tarea como difícil: sobre todo si se trata de un entrevistador inexperto el tendrá seguramente la impresión que está siendo “cargante”, “inoportuno” o “pesado” cuando debe enfrentar el relato de una historia de la vida del compañero de interacción y sobre todo cuando se enfrenta al relato de historias íntimas. Para poder deshacerse en lo posible rápidamente de esta tarea embarazosa y moleta, tienden frecuentemente a formular la petición de relatar la historia de forma explícitamente precipitada, temeraria y abreviada. Eso es ciertamente un error. No obstante, si el ambiente de ambas personas (sentadas una enfrente de la otra) continúa siendo frío e impersonal, entonces el compañero de interacción no puede poder ni desarrollar la sensación de que existen las condiciones adecuadas para “sonsacar” una historia que debe ser

narrada en condiciones de distención. Otro error que se comete a menudo consiste en el siguiente comportamiento: que una vez que fue narrada la historia no se consulte al compañero de interacción acerca de sucesos relacionados con la narración, sino que, por el contrario, se pregunte por motivos, estados, rutinas o argumentos que tienen que pueden ser expresados en calidad de descripciones Ejemplos: “Quiero que me expliques cómo es eso de crecer en un pueblo chico” “Quisiera que me digas por qué estudiaste Trabajo Social y no otra cosa” En éstos y otros casos similares, el compañero de interacción no puede comprender que lo que se desea de él es la narración de una historia; a éstas peticiones poco claras se les da en llamar “ensaladas” que conducen a la confusión antes que a clarificar las cosas. Siguiendo éste camino errático se levantan entrevistas narrativas que por lo general son pobres en contenido (e información) o cuya forma dominante de exposición claramente no es la narración. Además, por los resultados insatisfactorios se la responsabilizará al compañero de interacción. Con ello, el entrevistador que no trabajó bien, busca mediante falsificaciones un chivo expiatorio para su mal desempeño. Durante la fase que hemos llamado de narración principal, el entrevistador está obligado a abstenerse de realizar cualquier intervención que interrumpa al compañero de interacción: esto en válido tanto para las cuestiones temáticas como para las intervenciones evaluativas. Ejemplos: “¿Y cómo es que llegaste a la idea de renuncia a trabajo?” “Pero eso que dijiste recién no se lo puedes achacar a los otros…” Durante la fase principal del relato, se deben evitar las preguntas, especialmente aquellas que persigan el esclarecimiento de lo relatado. Ejemplo: “¿Es el jefe de sección el mismo del cuál dijiste recién que te había jugado sucio?” Estructura y aplicación de la entrevista narrativa. Las exposiciones narrativas tal como las que se producen en narraciones improvisadas se caracterizan porque obtienen su particularidad no sólo

debido al contenido temático que de ellas resulta, sino también debido a que en su estructura textual se encuentran particularidades que entregan una explicación acerca de cualidades experienciales del compañero de interacción. De tal modo que mediante medios narrativos se hace posible determinar en qué momento del pasado se transformó la experiencia de situaciones y/o el Yo del relator y cuándo comenzó una “nueva etapa” en su vida (punto de quiebre). Dichos solapamientos de umbrales de temporalización se esclarecen a través de medios de referencia formales (o también mediante marcaciones temporales). Ejemplo: “…y de la manera que te cuento, todo aconteció para la satisfacción de todos. Pero entonces pasó lo de la crisis asiática. Yo me acuerdo que mi padre tenía un pequeño negocio de importaciones…el que se vino abajo…Todo se vino abajo…” Del mismo modo, a través de la estructura del texto queda de manifiesto en qué relación se encuentra el relator respecto del acontecer de los hechos. Y si está en sus manos un cierto control de las condiciones de sus acciones o si no le queda otra opción que reaccionar a dichas condiciones, las que encuentran fuera de su ámbito de influencia. Una comparación de los resultados del análisis de la estructura formal y la estructura del contenido de las narraciones con las teorías propias del compañero de interacción (con las cuales el narrador cuenta el desarrollo de los acontecimiento), muestra en la generalidad de los casos que las personas saben mucho más de sus vidas y que lo que hacen explicable (en la medida que es narrable), en comparación a lo que lo pueden exponer en sus propias teorías acerca de esos mismos hechos. Esos saberes están a disposición del informante en el nivel de las exposiciones narrables pero no en el nivel de las teorías propias. Al contrario, a un investigador que analiza una historia de vida o un fragmento de la misma, le es posible acceder a la disponibilidad de aquellos aspectos de la historia narrada por medio de las abstracciones analíticas que el afectado en el momento de la narración le ha puesto a disposición mediante teorías propias (Schütze, 1987). La entrevista narrativa suministra una enorme riqueza de datos como formato de interacción, pues se remite exclusivamente a las teorías prácticas y cotidianas y a todo el saber que encierran (Heinemeier y Robert, 1984).

Bibliografía. Kallmayer W. y Schütze, F. (1977): Konversatiosanalyse, Studium Linguistik, 1, pp. 1-28 Hermmans, T. et Biografieanalytische Frankfurt, New York.

al. (1984): Berufsverlauf von Ingenieuren. Auswertung narrativer Interviews, Campus,

Schütze, F. (1987): Das narrative Interview in Interaktionsfeldstudien, Fernuniversität Hagen. Heinemeier, S y Robert, G. (1984): “Es bleibt also net aus, dass man so denkt (..) was macht eigentlich, wenn jetzt wirklich nix wird, vielleicht bis nächstes früjahr uns so weil…” En: M. Kohli y G. Robert, Biographie und soziale Wirklichkeit. Neue Beiträge und Forschungsperspektiven, Mezlter, Stuttgart, pp. 142-163.

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