Entre la dimensión oculta y la aldea global
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Año 02, No. 5, 2003
ARTÍCULOS Entre la dimensión oculta y la aldea global Un análisis comparativo de la obra de Edward T. Hall y la obra de Marshall McLuhan Rossana Quiroz Ennis Maestría en Antropología, FFyL/IIA, UNAM Resumen: A través del análisis comparativo entre la obra del comunicólogo Marshall McLuhan y el antropólogo Edward T. Hall, se exploran algunos preceptos teóricos que implican la percepción, conocimiento y representación del mundo según la cultura en que estas acciones están inmersas. El eje fundamental de este ensayo se centra en dos interrogantes: ¿hasta qué punto la cultura -material e intelectual- moldea estas acciones? y ¿en qué medida el resultado de las mismas vuelve a moldear la cultura?. Es a partir de este eje que pretenden entretejerse las propuestas teóricas de ambos autores sobre la base de una sola pregunta: ¿de qué forma interactúa una sociedad con su mundo, transformándose y transformándolo?
Introducción Edward T. Hall y Marshall McLuhan tuvieron un interés particular en analizar las distintas formas en que el ser humano percibe, conoce y reproduce la realidad para generar cultura. La obra de ambos autores se ubica en los años sesenta del siglo XX, época de la llamada antropología cultural estadounidense. El auge del psicoanálisis, la neurología y los estudios sobre el funcionamiento de la mente humana, sumados al contexto de la guerra fría y la influencia de esta última en la instrumentación de una "antropología aplicada" norteamericana, forman parte de las circunstancias históricas que dieron vida al pensamiento de Hall y McLuhan. El antropólogo Edward T. Hall, considerado el fundador del estudio de la comunicación intercultural, comenzó su carrera entre los navajo y los hopi del suroeste de Estados Unidos. Sin embargo, los fundamentos de su investigación sobre percepción cultural surgieron del servicio que realizó para el ejercito estadounidense en Europa y Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial. De 1942 a 1945, Hall estuvo a cargo de un regimiento militar de
afroamericanos y posteriormente trabajó también como director del programa de entrenamiento para técnicos del Instituto de Servicios Extranjeros. Fue a través de estas experiencias que Hall expresa haber tenido la oportunidad de observar las múltiples dificultades originadas a partir de una fallida comunicación intercultural. Concluyó entonces que las dificultades básicas al respecto eran consecuencia de la forma en que miembros de diversas culturas percibían la realidad también de diferente manera. Por su parte, Marshall McLuhan ha sido llamado el oráculo de la era electrónica y es particularmente conocido en el medio académico y profesional de la comunicación social. Descrito en varias publicaciones como "un genio del aforismo", McLuhan fue el creador de las frases: la aldea global y el medio es el mensaje. En los círculos académicos este autor ha desempeñado una función controvertida, lo mismo por el contenido de su obra que por la forma en que solía exponerla. Varios científicos no compartían el desenfado y poca formalidad con la que en muchas ocasiones McLuhan planteaba sus ideas o se prestaba a sí mismo en apariciones televisivas, cuando
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este aparato había sido ya bautizado por los intelectuales como "la caja idiota".1 Llevar el campo de los estudios comunicacionales a estándares populares no era para estos científicos una posibilidad factible de generación de conocimiento. Sin embargo, McLuhan sigue siendo una gran influencia así como un persistente punto de referencia para todo el que incursione en la temática de los medios masivos de comunicación. Es posible que Hall y McLuhan hayan entrado en contacto a principios de la década de 1960, cuando la investigación de ambos estaba radicalmente orientada al estudio de la innovación tecnológica y su influencia en la transformación sociocultural. Edward T. Hall -como profesor en el Instituto de Tecnología de Illinois en Chicago- y McLuhan -como director del Centro de Cultura y Tecnología- inauguraron un campo de estudio de la cultura igual de prolífico que de controvertido. Los procesos de percepción, cognición y comunicación por un lado, y los medios, artefactos y tecnologías por el otro, son el eje argumentativo que permite exponer comparativamente la obra de estos dos autores cuyas ideas han sido tan persistentes como polémicas y poco comprendidas a través de cuatro décadas. Los conceptos e influencias teóricas de Hall y McLuhan Hall se valió del término proxémica para referirse a las observaciones y teorías interrelacionadas del empleo que hace el hombre del espacio, empleo que resulta en una elaboración especializada de la cultura2 (Hall, 1966: 6). Es éste el concepto que Hall utiliza en su libro La dimensión oculta para explorar las implicaciones culturales del espacio personal y el espacio social, así como la percepción que el ser humano tiene de ambos. Su tesis se funda en los principios expuestos por el químico e ingeniero alemán Benjamín Lee Worf para quien la lengua es un elemento primordial en la formación del pensamiento. Para Worf la percepción está programada por la lengua que se habla y
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ninguna filosofía o creencia puede considerarse disociada del lenguaje. Según Hall, estos principios son aplicables al resto del comportamiento humano y, de hecho, a toda la cultura: diferentes culturas habitan diferentes mundos sensorios y es preciso descubrir cómo son utilizados los sentidos en una u otra comunidad. La propuesta del comunicólogo estadounidense Marshall McLuhan guarda cierta correspondencia con las ideas de Hall.3 Uno de los aforismos más famosos de McLuhan es el de la aldea global. Con este precepto, McLuhan hacía referencia a la influencia de los medios electrónicos en el cambio de la percepción cultural del espacio. Los usuarios de estas modernas tecnologías están atrapados por dos formas distintas de percibir al mundo: el espacio visual -lineal, cuantitativo y característico del mundo occidental-, en contraste con el espacio auditivo -holístico, cualitativo y característico de Oriente. La televisión, la computadora, el satélite y la red global de medios de comunicación llevan a un espacio acústico, un espacio sin fronteras, una aldea global. En este sentido McLuhan se adelanta, y de hecho da nombre, al concepto de globalización, que hoy preocupa a numerosos investigadores. Sin embargo, McLuhan y Hall no sólo comparten su interés por el espacio, por cómo se percibe y por cómo se transforma. Ambos entienden que toda tecnología es una extensión del cuerpo o la mente del ser humano.4 En este sentido, la lengua, como extensión del pensamiento, es para los dos autores la primera de todas las tecnologías. Otra idea que parecen compartir es la de la existencia de una serie de servomecanismos condicionados por la cultura y delicadamente controlados, que mantienen la vida nivelada de un modo bastante parecido a la acción de un piloto automático (Hall, 1966: 11). Con esto se hace referencia a una especie de inconsciencia humana respecto a la influencia que ejerce sobre la forma de
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percibir el mundo el hecho de transformar el espacio o crear tecnología. McLuhan llama "numbness"5 a esta inconciencia, el efecto sedante que sufre cualquier usuario bajo la influencia de cualquier medio o tecnología. De alguna u otra forma, la tecnología creada termina por atrapar a su creador. Más adelante retomaremos esta idea, considerada por algunos críticos como un determinismo tecnológico. Finalmente, ambos autores comparten las categorías de contraste entre el espacio acústico y el espacio visual. La tecnología como extensión del cuerpo humano Como antropólogo, Hall declara que adquirió la costumbre de buscar el principio y escudriñar las subestructuras biológicas de las que nace un aspecto dado del comportamiento humano. Ésta es una clara orientación en el libro de Hall, donde la analogía entre hombre y animal está presente en todo momento, así como ciertas consideraciones evolucionistas en torno a la aparición de los sentidos de percepción humana. McLuhan, por su parte, tiende más hacia el análisis de la comunicación humana a través de los medios tecnológicos entendidos como ambientes en sí mismos y, de hecho, como ambientes que tienden a transformar la propia percepción humana y, en consecuencia, la cultura; todo ello en una compleja dinámica de interacción. La tecnología tiene la capacidad de crear nuevas relaciones sociales y -como bien lo explica John B. Thompson-6 el despliegue de los medios técnicos (electrónicos o masivos) separa la interacción social del lugar físico y al separar la interacción social del lugar físcio, dicho despliegue de medios técnicos permite a los individuos representar a otros que están distantes (Thompson, 2002: XXIX). Hay que considerar que mientras el enfoque de Hall tiende hacia un biologisismo, el de McLuhan tiende en cambio hacia un análisis de los medios y la cultura a partir de la literatura y el
arte. Ésta es una distinción que vale la pena considerar en el contraste del pensamiento entre ambos autores. En este sentido fisiobiológico, al hablar de territorialidad, Hall explica que se trata de un concepto básico en el estudio del comportamiento humano mediante el cual un ser vivo declara característicamente sus pretensiones a una extensión de espacio que defiende contra los miembros de su propia especie (Hall, 1966: 14). Una de las principales funciones de la territorialidad es que garantiza la propagación de la especie regulando la densidad de población. Esta primera relación cuerpo-espacio nos acerca a la idea de una integración entre ambas dimensiones, donde la extensión corporalmental está implícita en la movilidad y en las marcas territoriales que resultan de la misma. Pero sobre todo, resalta una analogía importante en la relación cuerpoespacio expuesta por Hall: que el sistema de comportamiento humano se produjo evolutivamente de forma muy parecida a la formación de los sistemas anatómicos. Según Hall, en este proceso de evolución, la territorialidad debió desempeñar papel fundamental. Al igual que la relación general entre la edad evolutiva de los sistemas de recepción respecto a la cantidad y calidad de información que esos sistemas transmiten al sistema nervioso central del organismo. El sistema nervioso central, por su parte, es un punto importante en la obra de McLuhan. Para él, si la lengua es la extensión de la mente, la rueda la extensión del pie, la escritura una extensión de la vista, los medios electrónicos modernos corresponden a una extensión del sistema nervioso del ser humano. La comunicación de ideas o sentimientos ya no es ordenada conceptualmente, sino que alude a una participación directa en la experiencia. La tendencia general de la comunicación moderna es hacia la participación en un proceso, más que hacia la aprehensión de conceptos. Y esta gran revolución, íntimamente ligada a la
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tecnología, es una cuyas consecuencias no han sido estudiadas, aunque han comenzado a ser sentidas (Gordon, 1997: 152). McLuhan explicó los medios de la siguiente manera: cualquier cosa que altera el factor de tiempo en el flujo de información, así como el factor espacial, alterando, en consecuencia, las condiciones de la cultura. Pero hay algo más: la tecnología y los medios de comunicación creados por el ser humano, no sólo son extensiones de su organismo, también se convierten, al mismo tiempo, en amputaciones sobre su cuerpo. McLuhan sostiene que cada vez que el ser humano sufre un cambio, particularmente un cambio adaptativo como consecuencia de la creación de una nueva tecnología o medio, hay una experiencia dolorosa en el organismo. Las tecnologías crean nuevos ambientes y estos nuevos ambientes crean dolor y el sistema nervioso del cuerpo se cierra para bloquear ese dolor. En el caso de la rueda, por ejemplo, la presión de cargar le fue quitada al pie. Sin embargo, una nueva presión fue creada al separar la función del pie de los movimientos del cuerpo. Sobre una carreta, al pedalear una bicicleta o manejando un auto, la acción que ejecuta el pie en ese momento es tan especializada que le impide por lo pronto llevar a cabo la función básica del pie que es caminar. Aunque un medio -la rueda- ha proporcionado la capacidad de moverse mucho más rápido, en realidad lo que ha hecho es inmovilizar, paralizar una parte del cuerpo. En este sentido las tecnologías extienden a la vez que amputan. La amplificación se convierte en amputación. El sistema nervioso reacciona a la presión y la desorientación que implica la parálisis de uno de sus miembros y reacciona a través del bloqueo de la percepción (Gordon, 1997: 203). Una vez bloqueado, el ser humano no es conciente de los efectos que le producen las nuevas tecnologías y los medios. La noción de que se trata de extensiones del organismo es apenas un punto de partida dentro de
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la compleja dinámica que implica la relación humano-espacio y cómo se transforman mutuamente. Espacio, ambiente, medio. Las tecnologías como ambientes y como agentes que transforman el espacio El territorio, sostiene Hall, es en todos los sentidos de la palabra una prolongación del organismo marcada por señales visuales, vocales y olfativas. El hombre ha creado prolongaciones materiales de la territorialidad, así como señaladores territoriales visibles e invisibles. Hall identifica este territorio primario como un espacio de caracteres fijos. Significa que el orden y diseño específico que el ser humano crea en el espacio que habita, responde a una serie de normas ocultas, interiorizadas, que rigen el comportamiento humano en cuanto a su desplazamiento por la tierra.7 La disposición de aldeas, villas y ciudades y del campo entre ellas no es casual, sino que sigue un plan que cambia según el tiempo y la civilización (Hall, 1966: 127-128). El espacio de caracteres semifijos es aquel donde los elementos que lo conforman pueden ser transportados y reorientados, modificación que también tiene efectos sobre el comportamiento humano. El espacio y los elementos fijos y semifijos que lo constituyen operan sobre los hombres apartándolos (espacios sociofugos) o congregándolos (espacios sociopetos).8 El medio ejerce una influencia sobre el hombre y su comportamiento, tanto en la vida privada como en la social. Para McLuhan esta influencia es expuesta de forma más dinámica y menos simplificada. Este autor no habla de espacios o distancias entre individuos, sino de ambientes y medios de comunicación. Los espacios fijos, semifijos e informales o públicos, no son otra cosa que ambientes y medios tecnológicos en constante interacción con sus usuarios. Estos ambientes, medios y tecnologías, al ser extensiones del organismo y la mente, ejercen un efecto transfor-
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mador lo mismo sobre el cuerpo que sobre el comportamiento. El énfasis que pone el autor en los medios y tecnologías como ambientes, supone la necesidad de conocer las características específicas de cada caso, qué sentido físico del organismo extienden, qué implica la extensión de tal o cual parte del organismo en el comportamiento y qué sucede cuando estos radios de extensión de los sentidos se combinan. Así como Hall divide los espacios en sociopetos y sociofugos, McLuhan divide los medios en calientes y fríos. Mientras los medios calientes motivan una mayor interacción entre un emisor y un receptor, los medios fríos tienden a inhibir dicha interacción. Estos dos pares de categorías de contraste, espacios sociopetos/sociofugos y medios calientes/fríos, se refieren, precisamente, a niveles y dinámicas de interacción entre sujetos. El espacio acústico y el espacio visual Al tocar el tema de los sentidos físicos del hombre y la percepción, ambos autores entienden que existe una relación reciproca entre el mundo externo y el interno. Esta relación hace evidente la necesidad de una perspectiva sicológica del problema. Sin embargo, existe también una base fisiológica común a todos los humanos, a la que hay que recurrir invariablemente en el intento de explicar la influencia de la percepción de los sentidos sobre el comportamiento cultural. La vista, por ejemplo, fue el último de los sentidos en formarse y resulta, a decir de Hall, el más complejo de todos. Mientras la visión es síntesis, la audición es, como lo explica McLuhan, holística. Con la vista, el hombre sintetiza la experiencia, aprende al ver y lo que aprende influye en lo que ve (Hall, 1966: 85). La distinción entre campo visual y mundo visual responde a esta interrelación, la cual implica una diferenciación entre lo que se ve y lo que se percibe (se interioriza). La visión sintetiza, selecciona, y la selección está mediada por la percepción, que a su vez está mediada por la
cultura. Al analizar el medio de la imprenta como una nueva tecnología inventada por Gutemberg, McLuhan descubrió el impacto que tuvo en la sociedad la transición de la oralidad a la mecanización de la escritura.9 La imprenta transformó un ambiente sonoro en un ambiente visual y al hacerlo transformó también la forma de percibir el mundo en la sociedad occidental. El efecto de la imprenta sobre el espacio de las sociedades literadas resulta evidente para McLuhan. La tecnología de la imprenta, al ser capaz de generar numerosas copias de un escrito, promovió un sentido de identidad privada e inicio un proceso de anulación de la palabra hablada, ese espacio acústico que congrega a las personas en torno al orador y promueve la comunicación verbal entre los congregados. Hoy, las nuevas tecnologías aplicadas a los medios de comunicación han vuelto a construir un espacio acústico que, al ser virtual, conlleva otra serie de implicaciones socioculturales. Sin embargo, este espacio acústico se caracteriza por la amputación de fronteras de tiempo y espacio. Al ser amputada la síntesis propia de la visión, el sentido que se extiende es el sentido del oído, cuyas características esenciales, tanto físicas como culturales, no han sido cabalmente estudiadas en este contexto. Mientras Hall intenta explicar el espacio acústico y el visual de acuerdo con sus características fisiológicas, McLuhan lo hace a partir de sus características históricas y culturales. Describe al espacio acústico como el conjunto mental de la civilización occidental, tal como ha procedido durante los últimos 4000 años para esculpir una imagen de sí misma monolítica y lineal, una imagen que enfatiza el funcionamiento del hemisferio izquierdo del cerebro y que, en el proceso, glorifica el razonamiento cuantitativo. El espacio acústico, en cambio, es una proyección del hemisferio derecho del cerebro humano, una postura mental que aborrece el dar prioridades y rótulos y que enfatiza las cualidades tipo norma del
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pensamiento cualitativo. El espacio acústico está basado en el holismo, la idea de que no hay un centro cardinal sino varios centros flotando en un sistema cósmico que sólo exalta la diversidad (McLuhan, 1996: 15). Comentarios finales La pertinencia de analizar las obras de Hall y McLuhan de manera comparativa, radica en su carácter pionero en cuanto al papel de la percepción humana y su relación con la producción de cultura. Concebir el espacio y la tecnología como extensiones de las capacidades humanas, tanto perceptivas como biomecánicas, es tal vez el punto de encuentro más obvio entre las propuestas que presentan estos dos analistas de la tecnología. Básicamente, su pensamiento se encuentra dividido por una concepción biologisista por parte de Hall y un enfoque heterodoxo -mezcla de culturalismo y estructuralismo- por parte de McLuhan. Las coincidencias que han sido expuestas, tales como la interdependencia transformadora entre el ser humano y su medio, así como la propuesta neurológica que divide el cerebro (la realidad percibida y la cultura misma) en hemisferios visual y acústico, deben ser entenidas con cautela y tomando en cuenta AÑO 1911 1914 1932 1933 1934 1936 1937 1938 1939 1942
EDWARD T. HALL
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MARSHALL MCLUHAN Nació en Edmonton, Alberta, Canadá
Nació en Webster Groves, Missouri Estudia en la Universidad de Manitoba Hasta 1937 trabaja en las reservaciones navajo y hopi del suroeste de Estados Unidos Obtiene el grado de antropólogo en la Universidad de Denver
Obtiene la maestría en la misma universidad Estudia en la Universidad de Cambridge. Hasta 1937 es profesor en la Universidad de Wisconsin Hasta 1944 es profesor en la Universidad de St. Louis
Obtiene la maestría en la Universidad de Arizona Obtiene la maestría en la Universidad de Cambridge y se casa con Corinne Lewis Obtiene doctorado en la Universidad de Columbia. Hasta 1945 realiza servicio como comandante del regimiento afroamericano en Europa y Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial
1943 1946
los objetivos propios del trabajo de cada uno de los autores, así como el desarrollo y alcance de los estudios neurológicos durtante aquellos años. Si bien Hall enfatiza la atención en las singularidades con las que cada cultura aplica su percepción para construir medios sensorios, McLuhan busca y expone -de cierta forma- las estructuras universales que entran en juego y transforman la relación entre la percepción humana y la tecnología creada y utilizada, relación que modifica la propia estructura social y cultural. Es quizá por esta razón que en su momento se ha acusado a McLuhan de un determinismo tecnológico; al tiempo en que se vuelve evidente el enfoque estructuralista de su obra, principalmente a través de la diferenciación que hace entre medios fríos y calientes, así como en la forma de concebir la realidad material y la realidad conceptual como fenómenos ciertamente dinámicos, pero esencialmente estructurales. Se presenta a continuación un cuadro biográfico cronólogico de ambos autores que sintetiza principalmente su trayectoria académica, las fechas de sus respectivas publicaciones y el desarrollo de sus investigaciones.
Obtiene el doctorado en la Universidad de Cambridge Estudios posdoctorales de sociología y antropología cultural en la Universidad de Columbia. Conduce las investigaciones sobre la administración del gobierno militar de Truk.
Profesor del Colegio de Asunción, Windsor, Ontario.
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1948 1950 1951
Hasta 1948 dirige el Departamento de Antropología de la Universidad de Denver y estudia las relaciones raciales en la misma localidad Hasta 1950 es profesor en el Colegio de Bennington de Vermont, donde trabaja con Erich Fromm Hasta 1955 es director del programa de entrenamiento Punto IV en el Instituto de Servicios Foráneos de Washington DC Hasta 1956 está afiliado a la Escuela de Psiquiatría de Washington
1952 1953
Profesor de tiempo completo Seminario de cultura y comunicación de la fundación Ford
1955 1959
Publica Antropología de las maneras Publica El lenguaje silencioso
1960
Hasta 1963 vuelve a estar afiliado a la Escuela de Psiquiatría en Washington
1962 1963
Publica La novia mecánica
Hasta 1967 es profesor de antropología en el Instituto de Tecnología de Illinois, Chicago. Conduce una investigación sobre proxémica y encuentros interétnicos
1964 1965 1966 1967
Publica La dimensión oculta
1976 1977
Publica Más allá de la cultura Participa en la Conferencia de la Asociación Internacional de Comunicación en Berlín
1979
Editor asociado del diario Explorations, editado por Edmundo S. Carpenter. Desde 1953 Director del proyecto Comprendiendo los nuevos medios para la Asociación Nacional de Comunicadores Educacionales y para la Oficina de Educación Estadounidense Publica La galaxia de Gutemberg: la creación del hombre tipográfico Hasta 1979 dirige el Centro de Cultura y Tecnología en la Universidad de Toronto orientado al estudio de las consecuencias físicas y sociales de los medios de comunicación y la tecnología Publica Comprendiendo los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano Recibe el grado académico honorario de la Universidad de Windsor, D. Litt Recibe el grado honorario de la Universidad de Asunción Publica El medio es el mensaje, con diseño visual de Quentin Fiore y producido por Jerome Agel. Recibe grado académico honorario de la Universidad de Manitoba, Simon Fraser, y Grinnell University de Iowa. Recibe el premio Molson por su aportación a las ciencias sociales. Publica Guerra y paz en la aldea global, con diseño visual de Quentin Fiore y producido por Jerome Agel
Profesor del Colegio de St Michael, Universidad de Toronto. Desde 1946 Muere el 31 de diciembre
1980 Vive retirado en Santa Fe, Nuevo México. De vez en cuando da conferencias en SIETAR y el Instituto de Verano de Comunicación Intercultural
Notas 1 McLuhan reconocía el efecto sedante de la televisión sobre sus usuarios. Esta observación le llevaría a desarrollar el concepto de numbness, un efecto que todo artefacto, tecnología o medio produce sobre su usuario. En este contexto, resulta oportuno señalar que McLuhan no pretendió jamás defender las nuevas tecnologías o la tendencia globalizante de su época, sino simplemente señalar el hecho de su existencia, así como la forma en que el ser humano ignoraba los efectos que una nueva creación tecnológica tendría
sobre él mismo. En su último trabajo, McLuhan intentó precisamente construir un modelo de análisis de tecnologías que permitiera prever el efecto que una nueva creación tecnológica tendría sobre su usuario. Llamó a este modelo tétrade. 2 Para Edward T. Hall la comunicación es el meollo de toda la cultura. Esta afirmación encuentra su base en Franz Boas y sus colaboradores, quienes pusieron en evidencia la estrechez de la lengua indoeuropea como modelo para analizar todas las lenguas. A través del estudio de la lengua de los indios americanos y la de
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Año 02, No. 5, 2003 los esquimales, estos investigadores descubrieron que cada familia lingüística era una ley por sí misma, un sistema cerrado, cuyas normas debía revelar y escribir el lingüista (Hall, 1966: 6). 3 De hecho, ambos autores se citan mutuamente en sus publicaciones y es fácil suponer en ambas partes la influencia del pensamiento psicologista que en la década de los 1960 permeó gran parte de las ciencias humanas. 4 Hall hace referencia a Weston La Barre como la fuente de esta idea general. Este antropólogo postula que "el hombre hizo pasar la evolución de su cuerpo a sus prolongaciones y que al hacerlo aceleró enormemente el proceso de la evolución" (Hall, 1966: 9). McLuhan, por su parte, concede el crédito al investigador Wyndham Lewis y al seminario del Centro de Cultura y Tecnología que fundó y coordinó en la Universidad de Toronto. La creación del Centro de cultura y tecnología en la Universidad de Toronto fue en realidad una continuación de un seminario en cultura y comunicación creado en 1953 por McLuhan en la misma universidad. La investigación llevada a cabo en este centro era caracterizada como el seguimiento de la obra pionera de Harold Innis, quien a través de su libro The Bias of Communication inauguró la exploración de las consecuencias psíquicas y sociales de las tecnologías como extensiones del ser humano. Fue Innis, según McLuhan, quien descubrió el poder transformador de las tecnologías en la sensibilidad psíquica y la organización social, estableciendo un puente con el pensamiento de Samuel Butler, científico que en el siglo XIX describió la cultura y la tecnología como sistemas auto modificantes y orgánicamente relacionados (Gordon, 1997:160). Por otra parte, y de manera más específica, la idea de los medios electrónicos como extensiones del sistema nervioso central, ha sido referida inicialmente al filósofo católico Pierre Teilhard de Chardin. Vale la pena subrayar el carácter interdisciplinario del Centro de Cultura y Tecnología en Toronto, donde se reunían investigadores de diversas disciplinas. Los antropólogos examinaban la naturaleza de la comunicación en sociedades preliteradas, los economistas lidiaban con el rol que jugaba el dinero en sociedades mercantiles y premercantiles, mientras los especialistas en literatura se orientaban a explorar las vías sensorias de los medios y sus consecuencias sociales. 5 Una traducción propuesta por el doctor Luis Alberto Vargas para el término numbness es el de parestesia. 6 Es pertiente señalar que el propio Thompson, en el prefacio de su libro Ideología y cultura moderna, califica el enfoque de McLuhan como "idiosincrático y, en algunos aspectos, poco plausible".
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7 He aquí la justificación del título del libro de Hall: La dimensión oculta. 8 El autor ha explicado previamente las diferencias entre especies de contacto y de no contacto, así como el papel del hacinamiento y/o aislamiento en el comportamiento de acuerdo con la especie. 9 Thompson afirma esta misma tesis con la siguiente frase: A diferencia de la situación dialógica de una conversación, en la que quien escucha es también un emisor potencial, la comunicación masiva instituye una ruptura fundamental entre el productor y el receptor (Thompson, 2002: XXVII). En McLuhan esto mismo se expresó como oralidad vs mecanización de la escritura.
Referencias Gordon, W. Terrence 1997 Marshall McLuhan. Escape into Understanding. A Biography. Basic Books Perseus Books Group - Stoddart Publishing Co. Ltd., Nueva York. Hall, Edward T. 1966 La dimensión oculta. Título original: the hidden dimension, publicado por Anchor Books, vigésima edición en español 2001, Siglo Veintiuno Editores, México. McLuhan Marshall y Bruce R. Powers 1996 La aldea global. Transformaciones en la vida y los medios de comunicación mundiales en el siglo XXI. La globalización del entorno. Libro del hemisferio derecho. Último trabajo de Marshall McLuhan, titulo original en ingles: The Global Village, 1989, Oxford Universitary Press, tercera reimpresión en español, traducido por Claudia Ferrari, Editorial Gedisa, Barcelona. Thompson, John B. 2002 Ideología y cultura moderna. Teoría crítica social en la era de la comunicación de masas. traducción de Gilda Fantinati Caviedes, primera reim-presión de la segunda edición (1990), Universidad Autónoma Metro-politana, México.
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