Ensayos Sobre La Violencia Sexual en Niños y Niñas.
September 6, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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FACULTAD DE EDUCACIÓN
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE EDUCACIÓN INICIAL
ENSAYO IMPOSIBILIDAD DE QUE LA VIOLENCIA SEXUAL CONTRA LOS NIÑOS DESAPAREZCA EN UN FUTURO CERCANO
AUTOR
PROFESOR
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN Políticas Curriculares
LIMA- PERÚ 2013
Imposibilidad de que la Violencia Sexual contra los Niños desaparezca en un futuro cercano
Cuando uno escucha en los medios de comunicación noticias sobre algún tipo de violencia sexual dirigida hacia niños o niñas, por lo general uno se indigna, lamenta que esto haya ocurrido y sigue con sus actividades diarias pensando que este tipo de acciones repudiables ocurren de manera aislada. Sin embargo, investigaciones recientes nos están mostrando que estos hechos aparentemente "aislados" han ocurrido y están ocurriendo con una regularidad pasmosa tanto en el ámbito del hogar, las escuelas, instituciones, la comunidad y conflictos armados; muchas veces no siendo lo suficientemente sancionados por los estados e incluso siendo permitidos por estos, ya sea por la indiferencia estatal o por la l a complicidad de algunos de sus funcionarios. El Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud (Organización Panamericana de la Salud, OPS, 2002) nos indica que: “…en el año 2000, 1,6 millones de personas perdieron la vida por actos
violentos. Aproximadamente la mitad de estos fallecimientos se debieron a suicidios, casi una tercera parte a homicidios, y una quinta parte a conflictos armados. En el año 2000, la tasa de defunciones debidas a la violencia en el conjunto de los países de ingresos bajos a medios fue más de dos veces superior a la de los países de ingresos altos, aunque las cifras varían de unas regiones a otras, e incluso dentro de los países. La mayor parte de los actos violentos no son mortales; tienen como consecuencia lesiones, trastornos mentales y reproductivos, enfermedades de transmisión sexual y otros problemas. Los efectos sobre la salud pueden
durar años, y a veces consisten en discapacidades físicas o mentales permanentes. Además del tributo en sufrimiento humano, la violencia impone costos sociales y económicos que, aunque difíciles de cuantificar, son considerables.” (p. 9).
Consideremos que como dice el informe, esta cantidad de por sí enorme de muertos no es más que la punta del iceberg pues la gran mayoría de las agresiones no matan pero muchas veces dejan secuelas que duran años o incluso de por vida (lesiones físicas f ísicas o mentales). Una forma particular de la violencia, la violencia sexual suele ser el principal flagelo de mujeres y niñas, pero también niños. Como dice Pinheiro (2002): “El abuso sexual, la violencia física y psicológica y el acoso sexual son
formas de violencia que
tienen lugar
en todos los entornos. En la mayoría
de las sociedades, el abuso sexual de niñas y niños es más común dentro del hogar o es cometido por una persona conocida por la familia. Pero la violencia sexual también tiene lugar en la escuela y otros entornos educativos tanto por parte de los padres como de los educadores. Es frecuente que se produzca en entornos laborales muy cerrados, éste es el caso de los niños y niñas trabajadores empleados como trabajadores domésticos en hogares de terceros. También tiene lugar en instituciones y en la comunidad, por parte –pero no exclusivamente – de personas conocidas de las víctimas. Las niñas sufren considerablemente más violencia sexual que los niños y su mayor vulnerabilidad a la violencia en muchos entornos es en gran parte producto de la influencia de relaciones de poder basadas en el género, profundamente arraigadas en la sociedad. Al mismo tiempo, los niños tienen mayor probabilidad de ser víctimas de homicidio y particularmente de la violencia que involucra armas. ” (p. 7).
Las consecuencias de la violencia sexual, así como de la violencia en general, suelen ser duraderas. Como nos refrenda el citado informe de la OPS (2002): “La violencia sexual repercute hondamente en la salud física y mental de las
víctimas. Al igual que las lesiones, se asocia a un mayor riesgo de diversos problemas sexuales y reproductivos con
consecuencias que
se manifiestan
tanto de inmediato como muchos años después de la agresión (28, 128, 142). En la salud mental, las repercusiones son tan graves como en la física, y pueden ser también muy duraderas. La mortalidad asociada a la violencia sexual puede deberse al suicidio, a la infección por el VIH o al homicidio, bien durante la agresión, o bien ulteriormente en los «asesinatos por honor » (22 –24, 143 –145).”
Estos informes recientes, no pueden más que alarmarnos y conducirnos a preguntar ¿Tendrá algún día fin la violencia sexual contra niños y niñas? Con la información que organismos como la UNICEF, la ONU y expertos independientes brindan sobre la naturaleza de la violencia, las características de la mente humana, la falta de compromiso de los estados, y la insuficiente toma de conciencia del del común de las personas, personas, me conduce conduce a sostener que n
es imposible que la violencia sexual contra niños y niñas desparezca en un futuro cercano. Los subsiguientes argumentos no buscan defender una posición fatalista y resignada, pero si enfatizar las condiciones reales en que nos hayamos para luchar contra esta perniciosa forma de violencia, la agresión sexual hacia los niños y niñas. La violencia como fenómeno es compleja y difusa y una de las limitaciones para no comprenderla bien y no percatarse de la magnitud de este problema es: “la falta de una definición clara del problema. La violencia es un fenómeno
sumamente difuso y complejo cuya definición no puede tener exactitud científica, ya que es una cuestión de apreciación. La noción de lo que son comportamientos aceptables e inaceptables, o de lo que constituye un daño,
está influida por la cultura y sometida a una continua revisión a medida que los valores y las normas sociales evolucionan. En la generación anterior, por ejemplo, la palmeta formaba parte de los castigos habituales en los colegios británicos, y se utilizaba para golpear a los alumnos en las nalgas, las piernas o las manos. Hoy, un profesor británico puede ser procesado por utilizar cualquier tipo de coerción física con un niño.” (OPS, 2002, pp. 2-3).
Es decir, la violencia, aparte de su complejidad está condicionada por lo que una sociedad particular considera como un trato aceptable (aunque sea violento) hacia los niños. Aunque también hay que reconocer que las normas y valores sociales pueden cambiar para mejor. Sin embargo, investigaciones la investigación llevada a cabo por la OPS (2002) ha distinguido entre tres categorías, según el autor del acto violento. La violencia dirigida a uno mismo como los comportamientos suicidad y autolesiones. Los intentos suicidas van pensamientos suicidas, planeamiento, búsqueda de medios para la ejecución, intento, consumación. La violencia interpersonal se divide en violencia intrafamiliar, usualmente entre miembros de la familia o compañeros sentimentales, y violencia comunitaria, entre individuos no relacionados entre sí, y que pueden conocerse o no. El primer grupo abarca violencia contra la pareja, niños, ancianos, etc. El segundo grupo abarca violencia juvenil, casual, sexual, en escuelas, en el trabajo, prisiones, etc. La violencia colectiva es ejercida por miembros de algún grupo frente a otros grupos buscando alcanzar objetivos, políticos, económicos o sociales. Puede manifestarse como conflictos armados, terrorismo, crimen organizado entre otros. Esta distinción es útil para trabajar sobre la violencia pero también nos revela su gran complejidad Somos animales sociales, muy complejos y sofisticados pero animales también. Esto significa que como muchas otras especies, tenemos condicionamientos biológicos de los cuales no es fácil escapar. Las actitudes violentas y la agresividad hoy se sabe que tienen un origen neuronal carencias específicas en la estructura cerebral parecen estar bajo tendencias violentas o
muy impulsivas y el conocerlas permitiría prevenirlas. El saber esto, nos conduce a marginar a individuos con predisposición a la violencia o aminorar la responsabilidad en criminales por haber un condicionamiento biológico. Sin embargo, en cierta medida las investigaciones sugieren que el entorno tiene un también impacto en el cerebro, pues en individuos con predisposición a la violencia, el afecto y cuidado en la infancia pueden reducir el riesgo que se conviertan en adultos violentos (Castro-Perea, 2007). Aunado a esto, desde la Psicología (Punset, 2010) nos da una perspectiva ambigua, pero realista, sobre nuestra capacidad para ser bondadosos o malvados. Y pone en cuestión esa ética “presentista” que los medios de
comunicación suelen promover en los jóvenes, es decir, el vivir el momento, sin medir las consecuencias. Las Psicología la descubierto que este patrón de pensamiento puede ser peligrosísimo pues las personas tienen la capacidad de ser buenas o malas, cariñosas o insensibles, creativas o destructivas. La mente empuja a unos a volverse héroes y a otros villanos. La situación que hace que uno se convierta en villano, villano, puede tornar a otro en héroe. No se se conoce bien la razón. Si se piensa en perspectiva, antes de tomar una decisión se sopesan costes y beneficios. Si se piensa solo en el presente, no se reflexiona en las consecuencias de los actos. La maldad se da en personas que se quedan atrapadas en el presente. Si, por ejemplo, violan a una mujer no piensan en que sucederá con dicha fémina a lo largo de su vida. Solo piensan en su placer del momento. Hoy se sabe que muchas veces los principales agresores son familiares, o personas muy cercanas a las víctimas, y en caso de ser familiar, por temor o vergüenza, las agresiones sexuales no son reveladas por los niños o su misma familia. Bardales y Huallpa (2005) nos dicen que: “... dentro del entorno familiar, las niñas y los niños señalaron
principalmente a los tíos como los agresores sexuales, seguidos por los primos y el padre. En el ámbito escolar, las menciones más frecuentes recayeron en el compañero de colegio y el profesor(a). Fuera de los dos ámbitos anteriores, los niños y niñas declararon haber sido víctimas de los
vecinos o de algún desconocido. En algunos casos también fue mencionado el empleador.” (p. 54).
Además, su investigación investigación también revela que: “Uno de cada diez niños ha sufrido de alguna forma de violencia sexual.
Habiendo una relación de dos niñas por cada niño. Siendo estas miradas obscenas (62.1%), tocamientos incómodos (40%), realizar tocamientos a alguien (27.4%), relaciones sexuales forzadas (7.4%). Las niñas sufrieron en mayor proporción de miradas obscenas, tocamientos incómodos, o relaciones sexuales forzadas; los niños sufrieron en mayor proporción de ser obligados a tocar a alguna persona”. (Bardales & Huallpa, p. 54).
Por último, los estados no solo ni tienen la su suficiente ficiente iniciativa para combatir combatir la violencia sexual hacia los niños sino que “en todas las regiones, en absoluta contradicción con las obligaciones de los [mismos] Estados con respecto a los derechos humanos y a las necesidades de desarrollo de los niños y niñas, muchas formas de violencia contra la infancia siguen siendo legales, autorizadas por [estos] y socialmente aprobadas. ” (Pinheiro, 2002, 24). Aunado a esto, está el hecho de que el costo de subsanar estas lesiones a la niñez de los diferentes estados, hace que esta sea una carga económica y social bastante onerosa. No se busca sostener que la situación de violencia, particularmente violencia sexual, hacia los niños no vaya o no pueda cambiar, o no esté cambiando. Pero, hay toda una cantidad de variables que se reúnen y hacen un todo complejo y confuso que incide en que cuando se combate la violencia contra los niños desde una arista, esta vuelve a emerger por otros muchos aspectos propios de la naturaleza humana individual y de la condición actual de la sociedad. Por ello, tiene que trabajarse desde un abordaje multicausal, trabajando a la vez dimensiones psicológicas, económicas, políticas, socioculturales para poder combatir contrala agresión sexual a los niños. En conclusión, es imposible que la violencia sexual contra los niños y niñas desaparezca en un futuro cercano, pues la situación actual de gran violencia que sufren muchos niños en el mundo, el hecho de que muchas veces los
propios victimarios son familiares, profesores o personas cercanas, la situación de que en muchas sociedades aún es “normal” agredir a los niños (incluso
físicamente), el impacto negativo permanente sobre los mismos niños que puede hacer que estos e vuelvan en su adultez victimarios, las disposiciones biológicas a la violencia, el peso del entorno que puede volver a una persona “buena” en un ser cruel o la misma indiferencia o incluso rol activo de los
propios estados en la agresión a los niños hacen que sea en verdad difícil darle solución a este problema que perjudica tanto a quienes son el futuro de nuestra especio humana. Se ha procurado mostrar varias de las taras que dificultan acabar con el sufrimiento que muchos niños y niñas experimenta en el mundo día a día, pero hay que reconocer que hay mucha gente socio-centrista (en contraste a los egocentristas o egoístas) que busca mejorar la calidad de vida de estos niños , aunque su ayuda sigue siendo insuficiente. ¿Qué haremos cada uno de nosotros por contribuir a aminorar el sufrimiento de estos niños y niñas?
BIBLIOGRAFÍA Organización Panamericana de la Salud. (2002). Informe Mundial sobre la
Violencia y la Salud: Resumen. Washington, D.C.: Autor.
Castro-Perea, O. (16 de noviembre de 2007). Descubiertas las bases
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las niñas. Washington, D.C.: Naciones Unidas. Retrieved from
http://www.crin.org/docs/Informe_Mundial_Sobre_Violencia.pdf Bardales, O. y Huallpa, E. (2005). Maltrato y Abuso Sexual en Niñas, Niños y
Adolescentes: Estudio realizado en los distritos de San Martín Martín de Porres, Cusco e Iquitos. Lima: Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social
Punset, E. (4 de abril de 2010). Redes 54: La pendiente resbaladiza de la
[Archivo de video]. Redes para la Ciencia. De: maldad [Archivo http://www.redesparalaciencia.com/2559/redes/2010/redes-54-la-pendienteresbaladiza-de-la-maldad Castro-Perea, O. (16 de noviembre de 2007). Descubiertas las bases neurológicas de la agresión humana . Tendencias 21. Recuperado de:
http://www.tendencias21.net/Descubiertas-las-bases-neurologicas-de-laagresion-humana_a1906.html agresion-humana_a1906.html
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