Ensayo sobre :"Querido Diego te abraza Quiela" de Elena Poniatowska.

EL SOL DE MÉXICO SOBRE LAS GÉLIDAS TIERRAS EUROPEAS: “QUERIDO DIEGO TE ABR AZA AZA QUIELA” DE ELENA PONIATOWSKA

 Nombre: Francisca Ramos Valenzuela Fecha: 1-07-2013 Querido Diego te abraza Quiela escrito por Elena Poniatowska, es un texto que se nos

 presenta a modo epistolar, visto desde la perspectiva de Angelina Beloff (más bien conocida como Quiela). Un total de doce cartas que nos narran en forma cronológica su día a día en ausencia de Diego. Una historia a base de realidad, puesto que Diego Rivera fue un destacado muralista mexicano y Angelina Petrovna Belova, su nombre real, fue una pintora rusa poco conocida debido a que su relación con Rivera eclipsó hasta cierto punto su carrera, por lo cual mantuvo un perfil bajo durante su vida de artista. Ahora bien, todo esto se desenvuelve en el contexto de postguerra; de la Primera Guerra Mundial sufrida en Europa más bien llamada período de entreguerras. Angelina, en busca de mejores oportunidades como artista debido a la escasez de recursos existentes en su país, viaja a Francia, porque allí se estaba a la vanguardia de las nuevas expresiones de la  pintura. Así, la ciudad luz  de  de París atraía a artistas de muchos países, de entre ellos también México, y es aquí donde Angelina y Diego se conocen, formando una relación de pareja de la cual da fruto a un hijo, apodado por Quiela,  Dieguito, pero que a causa de las enfermedades existentes y la situación de postguerra (Francia aquí no se libra) finalmente fallece a tan solo catorce meses de nacido. Esto genera un quiebre en la relación, y un fuerte quiebre emocional en Quiela. Diego se marcha a México dejando sola a Angelina. Ésta a su vez, mantiene una relación obsesiva con Diego, enviándole cartas regularmente a  pesar de que él nunca responde (pero sí le envía dinero de vez en cuando). Finalmente, existe una conjunción de factores que dan a explicar el actuar de Quiela. El período de entreguerras, el abandono de su país natal, la soledad por la ausencia de Diego explican de cierta forma su necesidad por ser contenida, y en esto la personalidad de Diego es muy importante. Él era el contraste de Quiela. Como el blanco y el negro. Él generaba admiración dentro de su círculo de amistad, conformado en su mayoría por europeos, debido a su desplante y personalidad cautivadora, fresca, latina; resaltando sus orígenes.

Todo esto en contraposición con lo que era Quiela en esos momentos. No tenía identidad, no tenía un soporte emocional que la contuviese o que llenase aquel vacío de no sentirse  parte de algo. Al final Quiela, en su búsqueda por contención, termina adoptando la nacionalidad mexicana. Ella quería ser así, como Diego, pues lo idolatraba. Sentía como suya aquellas tierras que jamás había visto con sus propios ojos, pero que las conocía a través de los ojos de Diego, pues él nunca renegó de sus raíces, al contrario, las mostraba cual pavo real ostenta de sus plumas. Por eso el abandono la afecta directamente, pues vuelve a quedar sola otra vez, abandonada sin lugar a donde ir, sin saber quién es. Ella realmente quería estar allá. Quería ser mexicana (cosa que finalmente cumple, después de una evolución completa del personaje conforme avanza la historia). Pero para hacer un análisis completo, debemos destacar las personalidades y/o conductas de Angelina y Diego. Al respecto, David Viscott, Psiquiatra y escritor estadounidense dice lo siguiente: “Aceptar nuestra vulnerabilidad en lugar de tratar de ocultarla es la mejor manera de adaptarse a la realidad”.

Dicha cita, no podría ser más concluyente respecto de Angelina. Ella, en su calidad de extranjera, se sentía vulnerable al estar en un país desconocido. En muchas partes del texto lo hace notar, como a continuación cito: “(…) Algo me duele tanto que tengo que recargarme contra la pared. El otro día un gendarme se acercó: „Madame, ¿Vous êtes malade?‟ Moví de un lado a otro la cabeza, iba a responderle que era el amor, ya lo ves, soy rusa, soy sentimental y soy mujer pero pensé que mi acento me delataría y los funcionarios franceses no quieren a los extranjeros.”

Diego, en esta situación, llenaba aquel espacio de ausencia en Quiela. Él era su muro contra la identidad perdida pues lo cubría por ella. Él era un país donde Quiela podía vivir y sin embargo, al dejarla sola, la deja a su suerte sin saber qué hacer. Por eso ella le envía cartas desesperadas de amor y desconsuelo, pues vuelve a quedar en la nada, como un ser humano en blanco a la deriva de sus emociones.

Otro de los vestigios que dan cuenta de su condición vulnerable es el mismo hecho de escribir las cartas, aun sabiendo que no recibe respuesta. Pero este factor termina por ser un factor de cambio positivo en ella, puesto que actúa a modo de introspección; una meditación en torno a lo que ha sido y lo que ha hecho a través de las cartas. Como si fuese un diario de vida. Se nota claramente la evolución del personaje de Angelina, desde el hecho principal que desencadena todo hasta el final donde alcanza una especie de estabilidad: La muerte de su hijo, el quiebre con Diego y luego el renacimiento al fortalecer su deseo de visitar tierras mexicanas. Es el cambio de objetivo, más que nada: El deseo de Diego como la sombría soledad en su vida, y luego la esperanza de una nueva vida en México. Hay un punto que tampoco debemos olvidar, y que también es importante dentro de lo que significa la pérdida de identidad en Quiela. Ese punto es la guerra, más específicamente, el período de entreguerras, justamente donde se desarrolla el escenario que da vida al texto. Este período estuvo caracterizado por la crisis socioeconómica, la desolación de la humanidad y la desesperación de la gente que hizo prosperar los gobiernos totalitarios. Diego, en parte, estaba en plena conclusión del alzamiento idealista de Izquierdas en México, la postrevolución que cargaba con júbilo y esperanza contrastaba enormemente con el pesimismo y el desahucio europeo. Aun así, teniendo todos estos antecedentes, nos surge una gran duda. ¿Qué pasa si en realidad, el desánimo de Quiela era a causa de la muerte de su hijo (un dato no menor, debido al trauma que conlleva) y no a causa de su pérdida de sentimiento de unidad con la esencia de su ser? ¿Con su madre tierra y sus costumbres? ¿Es acaso este un fundamento irrelevante al explicar las causas de su comportamiento? Es imposible negar que haya múltiples investigaciones acerca de las consecuencias y traumas que entrega a los ciudadanos que viven en estado de guerra o como en este caso, de  postguerra. De hecho recibe el nombre de “Estrés Postraumático” y existen distintos niveles

de padecimiento, como en este caso podemos notar algunos en Quiela: la ansiedad, la sobreexcitación, el insomnio, etc. Por lo tanto, descartamos el hecho de que este dato es irrelevante pues influye en la conducta de aquellos que viven en situación de traumas constantes relacionados con los conflictos bélicos.

Este hecho deja en claro que el deseo de ser contenida por Diego y su búsqueda por  pertenecer se ve afectado por los acontecimientos de la época. Ahora bien, en el caso de Diego notamos lo mismo; su entusiasmo sobresaliente, su carisma atrayente y aquella admiración que generaba en todo aquel que estuviese cerca de él. Un sobresalto que en algún momento del texto lo llegaron a comparar con un borracho. Finalmente Quiela, debido a su pérdida de nacionalidad por las guerras, se deja influenciar por el orgullo mexicano que existía en y termina siendo una mexicana más. Quizás por eso, al llegar a México, no hace intentos por reencontrarse con Diego, ni le interesa, pues aquel vacío emocional finalmente fue llenado por aquellas tierras que nunca su pie tocó, pero qué sí lo hizo su corazón. Y para concluir dejamos una última evidencia, una última huella que Quiela dejó tras sus  pasos al avanzar con ganas a las cálidas tierras mexicanas: “(…) Trece años después, impulsada por pintores mexicanos amigos suyos,  Angelina Beloff logró ir a la tierra de sus anhelos. No buscó a Diego, no quería molestarlo. Cuando se encontraron en un concierto en Bellas Artes, Diego pasó a  su lado sin siquiera conocerla”.

Tampoco Quiela hizo ademán de hacerse notar. Dejando todo atrás, botando o quizás simplemente olvidando, en lo más recóndito de su corazón, su pasar por el frío suelo herido de Europa. Ella ahora era mexicana. Y era todo lo que le importaba.

BIBLIOGRAFÍA

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PONIATOWSKA, Elena. Querido Diego, te abraza Quiela. Santiago, Lom, 200.

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VISCOTT, David.  Emotional resilience, simple truths for dealing with the unfinished business of your past . Three Rivers Press, 368.

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