Ensayo (Relación Orador Auditorio) Beba

RELACIÓN ORADOR AUDITORIO BETSABE Z SALAS A

La oratoria según considera Cicerón, es el arte de hablar en público con la finalidad de persuadir al oyente. El objetivo de la oratoria es conquistar a la audiencia y esto se logra deleitando y atrayendo, para lo cual el orador debe actuar con propiedad. La relación que se debe establecer entre el orador y el auditorio es sumamente relevante, pues de allí depende que se cumpla con el objetivo de cualquier orador que es movilizar al auditorio, motivar a la audiencia e incluso influir en el estado de animo interno de los oyentes. Para el presentador el punto clave debe ser crear un ambiente de comodidad, confianza y control entre él y el auditorio, de modo tal que las cosas fluirán de la mejor manera si el público se siente a gusto, en un ambiente de confianza y para que esto ocurra, el orador debe conocer y manejar adecuadamente los aspectos vinculados a la oratoria. En este sentido, en el presente ensayo se pretende indagar en referencia a la oratoria, conocer los aspectos más relevantes y atender a las orientaciones dadas en virtud de la formación del orador y su presentación ante un auditorio. Al hablar en público, las posibilidades de distraerse son muchas, pero si el orador tiene sus ideas bien claras y organizadas esto no debe ser un problema. De modo que, el orador podrá captar la atención del auditorio y tener la colaboración de sus oyentes de manera tal que estos dejen de lado sus propias ideas para abordar las que propone el orador, pero éste debe ser muy hábil y resaltar los detalles y características que contengan alguna razón o beneficio o ventaja para el auditorio. Esto se conoce como persuasión. En su acción, el orador debe mantener un perfil moral acorde a las expectativas del auditorio, pues es desagradable escuchar a un narrador cuyos pensamientos no son propios o pretenden manipular y crear especulaciones. Mientras que un mensaje que se lleva con honradez y verdad llega al espíritu del auditorio y se empieza a crear ese ambiente de confianza al que se desea llegar. Por tal motivo, el orador que desea dominar a su auditorio debe sentir lo que dice y estar convencido de ello para transmitirlo con propiedad y elocuencia. Una de las características más importantes en el perfil de un buen orador es la serenidad, mantener el equilibrio que se precisa para dirigirse a un público es una de las cualidades más relevantes en la personalidad de un orador. Al lograr el dominio de sí mismo y de las propias emociones al hablar, se entra en un ambiente de seguridad y tranquilidad pues en algún momento en el auditorio uno de los oyentes puede plantear sus ideas y puede captar la atención del resto de la audiencia, de modo que el orador debe escuchar sus argumentos detenidamente y esperar a que culmine para abordarlo debidamente, con fundamentos fiables y válidos, ilustrando con ejemplos y casos específicos y asegurándose que el material recopilado para su preparación provenga de fuentes fidedignas.

El discurso en la oratoria se puede definir como: “toda serie de palabras convenientemente enlazadas, que sirven para expresar el pensamiento…” “También llamamos discurso a todo razonamiento de alguna extensión, dirigido por una persona a otras, generalmente con el fin de persuadir”(Camarota – Mingrone) Las partes de la oratoria tomaron gran importancia para los antiguos retóricos y las clasificaron de la siguiente manera: 1.- El Exordio, introducción o preámbulo. 2.- Proposición o enunciación. En que se expone el asunto 3.- División, ordenada distribución de los varios puntos que puede abrazar la argumentación del discurso oratorio. 4.-Narración, en que se refieren los hechos. 5.-Confirmacion o conclusión, en que se aducen los argumentos y razones para demostrar lo cierto de las proposiciones o premisas propuestas 6.- Refutación, en que se rebaten las objeciones. 7.- Peroración o epílogo, en que se enumeran las pruebas y se trata de mover, con más eficacia que antes, el anónimo del auditorio. Pero para los retóricos modernos no existen reglas para la división del discurso, de tal manera que solo puede realizarse de esta forma: un buen exordio; desarrollar un argumento según las maneras que exija este, las circunstancias y el ambiente y sentar una conclusión eficaz. Por consiguiente, el discurso se dividirá en: Una cabeza pequeña: el exordio. Es una de las partes más importantes, pues la primera impresión ante el auditorio es lo que va a favorecer o desfavorecer la presentación del orador. Muchas cosas van a depender de este primer contacto con el auditorio, las primeras palabras utilizadas por el orador, su presentación personal, su aspecto físico, la gestualización, la acentuación y pronunciación de las palabras, el tono de voz, estos aspectos son los que más considera e impresionan al auditorio. Un gran cuerpo o desarrollo, este último subdividido en solo dos miembros Proposición o proposiciones (juicios) y confirmación- conclusión (argumentación).Se anuncian con claridad y sencillez el asunto de que se tratara el tema, pudiéndolo ilustrar con relatos y anécdotas, en la mayor brevedad posible. Se buscara captar el interés de los oyentes para poder dominar el auditorio. Una cola también pequeña: el epílogo. No por ser el final pierde su importancia, es aquí donde las últimas palabras que pronuncia el orador quedan sonando en el oído del auditorio y son las que recordaran por largo tiempo.

El discurso es sumamente importante, debe ser ameno, eficaz, convincente real y el orador debe introducir algunas preguntas y afirmaciones que sustenten y aporten sentido a su presentación. El auditorio es una muchedumbre compuesta por un número de personas de diferentes inteligencias, voluntad y aptitudes físicas, pero no todos saben, quieren ni pueden escuchar con igual intensidad. Los oyentes de un auditorio se agrupan alrededor de un orador ya sea por: curiosidad, casualidad o razones de interés profesional. Las condiciones físicas del auditorio deben ser buenas para posibilitar la transmisión del mensaje. Entre ellas tenemos: buena iluminación, una temperatura apropiada, ni muy frio ni con mucho calor, no se debe exponer el público ni a los rayos del sol ni al viento y mucho menos a la lluvia, el sonido debe estar en correspondencia con el espacio empleado.