Ensayo- Psicologìa Positiva

Universidad Autónoma de Bucaramanga Facultad de Ciencias de la Salud Programa de Psicología Actualización Psicológica

Ensayo: Psicología Positiva: la psicología de la felicidad y el bienestar

Presentado a: Sergio Armando Ribero Marulanda

Presentado por: Karen Tatiana León Fuentes

Floridablanca, Colombia 2017

Psicología Positiva: la psicología de la felicidad y el bienestar A lo largo de la historia de la psicología, se puede evidenciar un énfasis de estudio de la infelicidad que de la vida feliz. Esto, porque se ha centrado en los problemas relacionados con trastornos mentales, vulnerabilidad emocional, psicopatología, déficit, entre otros. No obstante hacia 1999 surge una nueva psicología, definida por Martín Seligman como Psicología Positiva, apareciendo no precisamente como una rama de la disciplina psicológica, sino como un movimiento científico dentro de la psicología que se orienta en el “estudio de las experiencias de carácter positivo, los rasgos individuales positivos y los programas que ayudan a las personas a mejorar su calidad de vida” (Bellver, 2016); enfatizando en el funcionamiento óptimo de las personas. Si bien cierto, como lo plantea Vera (2006), al mencionar el término de psicología positiva suele asociarse con alguna corriente de filosofía espiritual o un método milagroso de autoayuda (p.3). Sin embargo, estas conjeturas se alejan notablemente del sentido real de este enfoque, teniendo en cuenta que, “con la misma rigurosidad científica, focaliza su atención en un campo de investigación e interés distinto al adoptado tradicionalmente: las cualidades y características positivas humanas” (Vera, 2006). Se podría afirmar que la psicología tiene como reto “despatologizar” las condiciones humanas disminuyendo la terminología negativa y propiciando el empleo de conceptualizaciones más positivas en el ámbito de la salud mental. Con base en este planteamiento emerge la psicología positiva, buscando desarrollar una visión más amplia de la psicología centrada en el daño y en la psicopatología para que se enfatice en las virtudes y potencialidades del ser humano.

Asimismo, uno de los acontecimientos que favorecieron la consolidación de este enfoque fue la definición de “salud” dada por la OMS (1948),”estado de completo bienestar físico, mental y social y no simplemente la ausencia de enfermedad o discapacidad”; dando la posibilidad de diferenciar la salud positiva de la negativa. Es así como se concibe el bienestar desde un componente hedónico y otro eudaimònico. El primero, refiere al bienestar subjetivo que estudia la felicidad desde la perspectiva de las emociones positivas y la satisfacción con la vida y el segundo, trata del bienestar psicológico donde la felicidad está en relación con el crecimiento y la realización personal y se pretende desarrollar las capacidades de una persona para que disfrute de una vida virtuosa. Para el abordaje de la comprensión y construcción de las cualidades más positivas de un individuo, la psicología positiva se apoya en ocho constructos para investigar y promover todo lo relacionado con el bienestar subjetivo y psicológico de los individuos. Según Bellver (2016), los constructos relevantes son los siguientes: 1) felicidad, que representa el nivel de satisfacción de la persona respecto a su vida (felicidad hedónica) y felicidad como bienestar personal (felicidad eudaimònica); 2) bienestar subjetivo, formado por la satisfacción vital, afecto positivo y afecto negativo; 3) bienestar personal, basado en el Modelo de Ryff (1989) donde hay distintos dominios en el desarrollo personal adecuado que incluyen la autonomía, el control, la aceptación personal, el crecimiento y las relaciones positivas con propósito; 4) emociones positivas, las cuales juegan un papel en la evolución humana, amplían el alcance de la atención y la cognición, permitiendo el pensamiento flexible ante diversas situaciones; 5) resiliencia, definida como la capacidad que tienen las personas para adaptarse a situaciones traumáticas y salir fortalecidas de la experiencia; 6) optimismo,

característica psicológica que predispone a las personas a ver y juzgar el futuro de manera más positiva; 7) creatividad, como la capacidad de producir y crear cosas nuevas, bien sea obras de arte, pensamientos o resolución de problemas novedosos; y 8) fortalezas, son características psicológicas que provocan emociones positivas y son barreras que protegen de la enfermedad. En este punto es donde se hace presente el reto para la psicología positiva como estudio científico, teniendo en cuenta que los constructos mencionados anteriormente, para que sean válidos y confiables, deben ser medibles. En este sentido, Peterson y Seligman (2004), desarrollaron un modelo de virtudes en acción (VIA), donde establecen una clasificación de las fortalezas del individuo. Desde esta perspectiva, se tiene que este enfoque psicológico ha realizado intervenciones basadas en la investigación científica, con el objetivo de reducir los síntomas, cultivando y potencializando el bienestar a través de la participación intencional y la ejecución de actividades de esfuerzo. Para finalizar, se debe destacar el énfasis de este enfoque en la mejora de la calidad de vida de las personas con base en una metodología científica. Además, proporciona la oportunidad de introducir elementos en las políticas públicas en cuanto al bienestar y la salud mental, mejorando la vida de las personas dentro de los parámetros psicológicos. Entonces, ¿sería válido afirmar que la psicología positiva carece de respaldo científico y por tanto no hace parte de la disciplina psicológica?

Referencias bibliográficas Bellver, Rocío. (2016). Psicología Positiva: concepto, historia y aplicaciones. Recuperado de https://www.lifeder.com/psicologia-positiva/ Vera, Beatriz. (2006). Psicología positiva: una nueva forma de entender la psicología. Papeles del Psicólogo. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa? id=77827102