Ensayo Libertad

July 17, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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UNIVERSIDAD ADVENTISTA DE CHILE Dirección de Posgrado Magíster en Educación Antropología Filosófica

Ensayo ¿Es el hombre verdaderamente libre dentro del poder? Autor:  José Ramos Sandoval

Profesor: Daniel Vera

Chillán, Enero de 2013

 

INTRODUCCIÓN

“Ninguna época ha logrado tantos y tan dispares conocimientos sobre el hombre como la nuestra… Y, sin embargo, ninguna otra época como la nuestra ha sabido tan poco sobre el hombre. Pues jamás ha sido el hombre tan problemático como ahora.”  ahora.”   Martin Heidegger, hablando de la antropología de Kant

La condición de libertad en la posmodernidad conlleva una serie de interrogantes, que para la antropología filosófica representa un desafío complejo, que sin ser determinante, nos puede dar pistas claves para poder entender la problemática condición de libertad. Muchas veces mencionamos la libertad como un fenómeno supuestamente entendido, pero nos cuesta dar con el sentido de su esencia.

Mi propósito no es dar una interpretación del concepto en sí, sino ver como la antropología filosófica nos ayuda a comprender esta libertad que tanto hablamos, pero que generalmente no somos capaces de definir en un consenso generalizado, así como también dar pistas para entender, en los contextos actuales, sobre lo que significa ser verdaderamente libre en nuestra realidad social.

 

DESARROLLO

La pérdida de identidad, la existencia de incertidumbre y desconcierto sobre el ser humano posmoderno se manifiesta en varios aspectos de la vida individual y social, siendo la libertad, una de las condiciones humanas que más se ve afectada. Joseph Gevaert (2003) nos menciona que esta condición humana debe ser reivindicada sólo a través de una reflexión filosófica, crítica y sistemática sobre el ser y el significado del hombre, convirtiéndose esta reflexión en una de las tareas más urgentes de nuestro tiempo, y que la antropología filosófica está dispuesta a colaborarnos.

La disciplina de la antropología filosófica primero da a entender que el problema de la libertad nos lleva a investigar la génesis de sus posibilidades. Para comprender esta afirmación, es necesario sostener que el hombre está condicionado por estímulos externos al igual que los animales, pero a diferencia de ellos mediante la razón, tiene la posibilidad de desalienarse del medio, es decir, abandonar la esclavitud de las circunstancias que lo rodean, para reflexionar en un estado de conciencia que le permita decidir y tomar la alternativa deseada. Creo que esta posibilidad de frenar las circunstancias para tomar control de la vida en algún momento, otorga condiciones de posibilidad para dar una “sensación”   de libertad que le permita de a poco, lograr un desarrollo integral de sus “sensación” capacidades tanto objetivas como subjetivas. Cabe precisar que esta “sensación”, “sensación” , David Hume (1739) la describía como percepciones objetivas(sensoriales) del ser humano, que al ser internalizadas pasaban a formar las ideas, en este caso, la idea de libertad.

 

Por otra parte, esta condición de libertad representa fenómenos que se repiten en la humanidad. Es decir, asimilamos que la historia del individuo tiene efectos en la historia de la humanidad para construir a través del tiempo realidades socioculturales distintas. En esta afirmación, Augusto Comte (1844), creador de la filosofía positivista, nos confirma esta idea al afirmar que para entender al ser humano y sus condiciones como la libertad, hay que comprender el desarrollo de la Humanidad, que a través de sus ciclos históricos van dirigiendo y estructurando las condiciones de vida de los individuos.

Debo confesar que si bien es válida para el estudio de la sociología esta asimilación historia-hombre, rechazo la afirmación de Comte al sostener que la condición de libertad solo se dé por evolución natural del hombre, y que esta solo sea descrita por métodos científicos. Por esto, afirmo que en la condición de libertad influyen otros aspectos importantes, como por ejemplo el espíritu, la psiquis colectiva y los valores, (en su mayoría relacionados con la religión) que en conjunto con el positivismo de Comte, si nos pueden acercar una mejor comprensión sobre la condición de libertad.

Reitero entonces que la antropología filosófica nos ayudará a replantear los  problemas de la libertad, que conlleva las siguientes interrogantes: ¿Puede el hombre liberarse de las trabas internas de su conducta? y ¿Siempre es ilusoria la sensación de libertad?.

Con respecto a la interrogante de si ¿puede el hombre liberarse de las trabas internas de su conducta?, considero apoyar mi reflexión en el filósofo posmoderno Michel Foucault (1988), que entre su numerosos ensayos, da pistas en el mundo moderno acerca de las

 

 posibilidades del hombre para “resistirse resistirse””  de sus conductas que lo atan de cierta forma a una esclavitud moderna. Primero hay que considerar en el mundo actual, que la consolidación de las democracias occidentales ha reflejado un proceso histórico de aparentes libertades que no ha parado (desde los inicios del capitalismo a finales de la edad media, como contraposición a la sociedad estamental medieval que mostraba más condiciones de esclavitud que libertad). Además el proceso de la doble revolución, como llamaba el historiador Eric Hobswamn (1994) a la revolución industrial y francesa, seguía fortaleciendo una cierta apariencia de libertad en los individuos, abrazadas por fundamentos ideológicos liberales que se mantienen generalmente hasta ahora, con leves modificaciones del mercado.

En la actualidad, cuesta creer que esta sensación de libertad la vivimos realmente,  porque la carga de obligaciones, deberes y “aparentes” derechos  derechos  en la vida cotidiana, va regulando nuestra conducta consciente, y sin darnos cuenta, también nos regula inconscientemente. Foucault (1988) menciona que esta regulación es conocida como  poder , que representa la estructura sistemática política que sostiene las bases de nuestra sociedad actual, por lo que es muy difícil socavarlo, e incluso imposible de destruirlo. Es más, Arancibia de Calmels (2007) nos menciona, citando a Foucault en su obra “Vigilar y castigar”, que castigar”,  que el funcionamiento de estos mecanismos del poder no acontece solamente en las paredes de instituciones religiosas, hospitales o prisiones, estos van más allá, pues encuentra que la sociedad toda puede marchar al ritmo de una prisión, cuando estos mecanismos se ponen en juego para lograr el control y la dominación total de la conducta que dan por el contrario esta apariencia de libertad.

 

Para Foucault (1988), simplemente este poder no ha podido ser enfrentado con fuerzas parejas, salvo excepciones que dieron la apariencia de resistirse contra este poder,  para dar libertad a las masas como fue la doctrina ideológica de Carlos Marx en el “Manifiesto   comunista” “Manifiesto comunista”,, que dio origen a la revolución de los trabajadores para controlar los medios de producción. Por otra parte, estas resistencias, también las podemos ver a niveles de comportamiento cultural, como por ejemplo el surgimiento en la década de los 60 de los hippies, o en los 70 de los punk, que fueron expresiones muchas veces de anarquía contra el sistema, pero en el fondo solo fueron solo una muestra más de resistencia a las trabas de libertad que impone el poder.

Por otra parte, no hay que olvidar que el concepto poder también tiene relación con la facultad humana de hacer lo que se quiere, o lograr aquello a lo cual se aspira en nuestra realidad social. Por eso Otto Friedrich Bollnow (1984) menciona que la libertad se extiende desde la posibilidad del movimiento corporal hasta el alcance o consecución de metas en la realización de sí mismo. No consiste en el poder sobre algo, sino en el poder para hacer algo. Está conectado con lo creador del hombre, confluyendo por ejemplo en la posibilidad de crear obras artísticas, la potencia en el hombre es aquello que le permite imponer lo que quiere hacer realidad en un ambiente que siempre se le resiste (poder), y es hostil como las trabas de la libertad que ya hemos explicado anteriormente.

Otro punto importante a considerar es el ordenamiento jurídico existente desde el siglo XIX hasta ahora, que por una parte ha dado licencias de libertad, especialmente en el mundo de la competencia, donde el mercado regula las leyes que da las pautas de esta

 

aparente libertad, apoyado con premisas célebres como la del filósofo inglés John Locke (1690),, que consideraba que “la fuente de la justicia se encuentra en el cumplimiento de los (1690)  pactos”. Pero que por otra parte, condena a los cuerpos de las personas, aislándolos, excluyéndolos para que dé a poco estos individuos permanezcan en condiciones de vida al límite de la muerte para que, sin necesidad de leyes de exterminio, sean excluidos definitivamente. Creo que la crueldad de este sistema, apoyado por prácticas explotadoras a través de la historia, ha sido hasta ahora, una aberración apoyada muchas veces por el peso de una razón, que no es razonable la condición de dignidad del hombre.

Estas trabas de la libertad, se incorporan a la sociedad actual en todos los aspectos. Uno de ellos, por ejemplo, es el trabajo en donde millones de personas en el mundo entregan el valor de su trabajo y tiempo para recibir un salario que no es congruente con su valor-tiempo. Esta explotación laboral, que la tenemos presente en hombres y mujeres, es un obstáculo importante, ya que las estructuras del poder, dirigidas por las grandes corporaciones mundiales ordenan de cierta forma el mundo, donde los estados muchas veces son títeres manipulados por estas inversiones, modificando las leyes para oprimir y explotar más a los individuos, aprovechándose al máximo de la vitalidad de sus cuerpos y sus mentes.

Por todos estos aspectos, la previsible conducta humana hace que el poder oprima aún más, y deja un sentimiento de incertidumbre hacia el futuro, donde la falta de conciencia de libertad individual no permite a los hombres desarrollar al máximo sus capacidades, y tampoco expresar la autenticidad de su espíritu, el que muchas veces inconsciente trata de salir de nuestra alma para gritar desde el cuerpo de los condenados, o

 

desde la cárcel de carne para Platón, para escapar, sentir que estamos vivos y llevar una vida digna. Quizás ahora podemos entender que existan las grandes protestas sociales, que desde el fondo de su condición de precaria libertad, quieren ser voz y voto dentro del sistema, sin que necesariamente estén en contra, quieren ser incluidos. Esta idea de inclusión también debería entregar condiciones de libertad, sin que necesariamente este  privado de libertad.

Tomo por ejemplo el caso del arquitecto Bosco Gutiérrez que en un discurso luego de liberarse de secuestradores en México, con condiciones durísimas, de soledad, logra entender que la privación de libertad no es la de su espíritu, de su alma, siguiendo a Platón entonces, se inmortaliza en este cautiverio entregado a Dios, y logra liberarse en condiciones óptimas mediante el culto al espíritu libre. Por eso, afirmo también que las condiciones de libertad se perciben de mejor manera subjetiva que objetiva, porque  pragmáticamente suele confundirse. Además el hombre para salir de estas trabas, debe conocerse a sí mismo y explorar su yo interior que le abre el camino a todas las decisiones que lo más profundo de su espíritu quiere para él.

Es en esta fuerza espiritual que la condición de libertad debe plantearse en nuestros tiempos, modelando el progreso humano con una educación para la vida que permita al hombre decidir libremente y actuar de forma más preparada. Creo que esta puede ser la fórmula para no solo resistir el poder, sino para tomar compromisos hacia el futuro creando nuevas condiciones que garanticen espacios propicios para el ejercicio integral de la libertad individual y social, permitiendo manifestar todas nuestras expresiones del espíritu,  porque hoy en día es una necesidad urgente y necesaria para transmitir la más auténtica

 

expresión de nuestro espíritu individual y colectivo, que transformará la nuevas condiciones de la humanidad.

 

CONCLUSIÓN

La complejidad de entender que es la libertad en la actualidad, nos deja una sensación de desencanto frente a las circunstancias del poder, que sin darnos cuenta, nos regula inconscientemente, dándonos una falsa apariencia.

Pero no podemos olvidar que como seres humanos no solo somos cuerpo, sino que espíritu, y este elemento es el “hombre en potencia” potencia”  que nos permite enfrentar al poder, resistiéndolo, o adecuando nuestras realidades a los contextos necesarios. El medio social (sistema) puede oprimir la libertad de los cuerpos, pero no la del espíritu, y esta es la esencia para comenzar a entender lo que significa realmente la libertad. Sostengo firmemente que es el espíritu del hombre es el que da alas para convertir y enfrentar la vida en forma libre.

 

BIBLIOGRAFÍA PRIMARIA

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Otto Friedrich Bollnow; Antropología Filosófica; Alemania

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Gevaert,, Joseph; “El problema del Hombre”; Edit. SIGUEME; España; 2003.  Gevaert 2003.  

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Arancibia de Calmels; El lugar del cuerpo en la Antropología de la intimidad”. Congreso Internacional. STA (Sociedad Tomista Argentina). Argentina; 2007

BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA

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Foucault, Michel, “El sujeto y el poder”; REVISTA MEXICANA DE SOCIOLOGÍA; México; 1988

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Comte, Augusto; “Discurso sobre el espíritu positivo”. (Traducción positivo”.  (Traducción Julián Marías); Francia; 1844.

-

Hume, David; “Tratado sobre la naturaleza humana”; Escocia; 1739.  1739.  

-

Hobsbawmn, Eric; “Historia del siglo XX”; Edit. CRÍTICA; Reino Unido; 1994.  1994. 

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Locke, John; “Segundo tratado sobre gobierno civil”; Reino Unido; 1690  1690  

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