Ensayo Final

December 17, 2017 | Author: Jose Luis Tuesta Nole | Category: City, Lima, Cemetery, Society, Space
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“Identidad y Transgresión en la arquitectura funeraria de la periferia Limeña Caso Cementerio Virgen de Lourdes – Villa María del Triunfo” Los Campo Santos, así llamados, o cementerios hoy en día, son en su mayoría lugares destinados a la inhumación o entierro de personas fallecidas. Los cementerios son lugares creados con el fin de albergar el mayor número posible de ciudadanos que por naturaleza o por causas distintas necesitan de esos servicios. El cementerio Virgen de Lourdes, ubicado en la zona de Nueva Esperanza del distrito de Villa María del Triunfo, es conocido por muchos como el segundo cementerio más grande del mundo; al preguntar por el cementerio a los habitantes del distrito, las respuestas son muy variadas pero algo que tienen casi todas en común es la mención de este hecho. Sea cierto o no, el hecho real es que este cementerio ocupa un gran espacio dentro del área urbana y su presencia es muy importante para los habitantes de la zona. Este lugar consta de aproximadamente 60 hectáreas y 120 mil tumbas. El cementerio es escenario de múltiples manifestaciones culturales, llegando algunas de ellas (como el día de los muertos) a albergar a una suma de gente que se presume se aproxima al millón de personas, según lo que cuentan la administración y varios entrevistados. Considerando que en Lima hay alrededor de ocho millones de personas, es bastante difícil pensar que un octavo de la población de la ciudad acuda en un solo día al lugar. No obstante, este es otro de los mitos que se teje alrededor del cementerio. Además, debido a su extensión y la gran concurrencia de visitantes, presenta muchas oportunidades para que diversos negocios surjan concatenándose a la dinámica del lugar. Teniendo todo esto en cuenta, es sorprendente la escasa información que existe sobre el cementerio, especialmente sobre su constitución histórica, lo cual ha significado un gran obstáculo para el presente trabajo. En general, los estudios realizados sobre cementerios parecen estar más relacionadas a los ritos mortuorios que al estudio del espacio y las dinámicas que se enlazan con él. No parece haber surgido un interés por estudiar a los cementerios que surgen dentro de la ciudad como fenómenos urbanos. Otro aspecto que las entrevistas confirman es que en sus inicios en la década de 1960, este fue un cementerio ilegal. Posteriormente, cuando su expansión aún era pequeña, la Municipalidad del distrito decidió tomar medidas, formalizando su existencia y asignándole un espacio situado más cercano a las laderas de los cerros de Nueva Esperanza. El terreno original del cementerio es ahora un complejo deportivo. Hoy en día, la expansión total del cementerio está estimada en unas 60 hectáreas, según datos obtenidos de la oficina administrativa del mismo. Su demarcación final ha sido realizada en función del crecimiento urbano de la zona; los límites físicos del cementerio son las casas que rodean. En algunas zonas, incluso, la distancia entre las tumbas y las casas es de unos

cuantos metros. Visto desde lo alto de los cerros, es difícil distinguir donde terminan las tumbas y donde empiezan las viviendas, sobre todo por la variedad de tamaños y formas que han adoptado las construcciones en su interior. El muro que existe actualmente abarca sólo la parte frontal y fue construido teniendo en mente su extensión inicial. Así mismo, el crecimiento del cementerio se ha visto afectado por los diferentes periodos de expansión de la zona, sobre todo los que empiezan en la década de 1970, a partir de la formación de asentamientos humanos de manera ilegal en todo Lima. Un lugar en el cual convergen personas de distintas etnias y costumbres culturales, es por ello que se lo plantea como la solución a la pregunta: ¿Cómo explicar la arquitectura peruana contemporánea?, pues sencillo, lo hare desde el punto de vista de la identidad y la transgresión existentes en el cementerio en mención. Pero ¿qué es identidad?, según Taylor “la identidad es una manifestación relacional: identidad y alteridad tienen una parte común y están en relación dialéctica. La identidad, entonces, es resultado de interacciones negociadas en las cuales se pone en juego el reconocimiento”, o también como lo describiría Carlos Franco en su libro Política e Identidad “Es la voluntad de vivir colectivamente, es decir la autodeterminación de una conciencia social que no sólo comparte sino también proyecta, imagina utopías, redefine una identidad deseada y prospectiva y la instala, segura, en su horizonte.” Como conclusión podemos definir a la identidad como un constructo influenciado por distintos ingredientes que dan como resultado un producto visible, transmisible y de carácter colectivo, pero podemos notar también que la identidad no acaba en el momento que morimos, sino que también es reflejada en esta segunda etapa, si se la puede llamar así, una cultura presente después de la muerte, cada una con sus respectivas practicas constructivas y sus distintas expresiones culturales, un lugar en el que los estratos sociales, altos y bajos, se combinan o como lo diría este usuario del cementerio: “Yo les digo que por qué me cobran tanto por cada cosa que quiero hacer… y me dicen en la administración que es el cementerio más grande del mundo… a mí qué me importa si es o no es, yo solo quiero enterrar a mis muertos”.

Huaycan Zona I – Ate Vitarte

Cementerio Virgen de Lourdes

Cerro San Cristobal

Cementerio Virgen de Lourdes

De la misma manera en la cual se construye, en la vida, actualmente en la periferia limeña, de esta misma manera se construye en la muerte, una memoria echa monumento tal como lo diría Ricouer: “[…] la memoria colectiva sólo consiste en el conjunto de huellas dejadas por los acontecimientos que han afectado al curso de la historia de los grupos implicados que tienen la capacidad de poner en escena esos recuerdos comunes con motivo de las fiestas, los ritos y las celebraciones públicas” y no solo eso, el proceso de densificación y sobrepoblación que surgió en los años 70 fue una huella no solo social, sino también constructiva. A menos recursos más pegados a las laderas de los cerros encontraban cobijo. Según Gilis: “Las identidades y las memorias no son cosas sobre las que pensamos, sino cosas con las que pensamos. Como tales, no tienen existencia fuera de nuestra política, nuestras relaciones sociales y nuestras historias”, a partir de ellos Elizabeth Jelin concluye: “Esta relación de mutua constitución implica un vaivén: para fijar ciertos parámetros de identidad (nacional, de género, política o de otro tipo) el sujeto selecciona ciertos hitos, ciertas memorias que lo ponen en relación con «otros». Estos parámetros, que implican al mismo tiempo resaltar algunos rasgos de identificación grupal con algunos y de diferenciación con «otros» para definir los límites de la identidad, se convierten en marcos sociales para encuadrar las memorias. Algunos de estos hitos se tornan, para el sujeto individual o colectivo, en elementos «invariantes» o fijos, alrededor de los cuales se organizan las memorias. “ Pues bien nuestro marco social es el cementerio y no podemos adentrarnos bien a este tema sin conocerlo almenos básicamente, pero debido a los escasos recursos bibliográficos, y a la falta de datos con los que cuenta la administración del cementerio, el presente trabajo ha intentado reconstruir parte de la historia y el funcionamiento del cementerio a través de entrevistas a usuarios, funcionarios y vecinos. A todo esto es menester también definir ¿qué es transgresión?, según la RAE transgresión es “la acción que va contra una ley, norma o costumbre”, no obstante otras de las formas de transgresión es evadir la ley. O también así como lo describiría Gonzalo Portocarrero en su ensayo UNA SOCIEDAD DE COMPLICES, “El corruptor es un cínico que oscila entre la “caradura” que expone al público, negándolo todo y afirmando su inocente obediencia a la ley y, de otro lado, su “mueca obscena” exhibida en lo privado, donde se regocija poniendo al descubierto su entraña transgresiva. La figura del corruptor florece en sociedades y culturas donde la autoridad es débil y la sanción inexistente. Donde se ha perdido el temor a Dios y donde tampoco existe el respeto al

prójimo. Sociedades donde la tolerancia a la transgresión es la norma. En mundos sociales en los que, en una oscura rivalidad a la figura del hombre que cumple la ley, surge un ideal paralelo y mucho más atractivo: el que se burla de todos para salirse con la suya. Este “ideal” no por clandestino deja de ser menos influyente y decisivo” De aquí es donde nacen frases como “goce por la transgresión” o “una sociedad donde todo es bueno si es que los demás también lo hacen.” Pero Transgresión también se lo puede considerar como una respuesta creativa a normas que no tienen en cuenta el contexto, o que resultan agraviantes para el usuario. Entonces ¿Cómo aplicamos estos conceptos al cementerio Virgen de Lourdes? O ¿a la arquitectura peruana contemporánea en general? En América Latina durante el siglo XX se ha dado una urbanización de los espacios rurales y la aparición de asentamientos irregulares. Esto se debe a la aparición de un mercado informal e ilegal de tierras que es el principal mecanismo de acceso de los pobres a éstas. La ilegalidad de este mercado implica agentes de diferentes tipos que transgreden las normas legales asi como también manejan mecanismos económicos para vender y comprar tierras. Cabe resaltar que lo importante no es sólo fraccionar y vender tierra, sino que alguien aparezca como el adquiriente, lo que diferencia al propietario del invasor de terreno.

Podemos apreciar, estera en mano como los mismos pobladores son los encargados de establecer su terreno

Un segundo factor es que los mercados ilegales de terreno no existen sólo por motivos y relaciones económicas sino también por relaciones sociales. Factores como el paisanaje y el parentesco facilitan la compra y venta de tierras entre un agente y el adquiriente. Un tercer factor que podemos considerar es que la habilitación formal de una vivienda implica un costo (de trámites) que eleva el Familias Construyendo sus casas con Esteras y palos precio de la propiedad de manera tal que los (Posible fundación de Villa María del Triunfo) pobres buscan una vivienda fuera del marco Fuente: DESCO de la legalidad y formalidad. Sin embargo, las sanciones caen sólo a los adquirientes y no a los promotores de dichas viviendas y terrenos, mostrando la falta de mano dura de los funcionarios. Por otro lado, la intervención pública no debe basarse sólo en hacer cumplir la ley. También debe habilitar terrenos para los sectores más pobres y así reducir los mercados informales de tierras. Por último, debe regularizar tierras mediante el otorgamiento de títulos de propiedad pero tomando en cuenta que haya una adecuación urbanística en los terrenos, aunque esto, también, eleva los precios de las tierras.

Vemos entonces que ante una falta de iniciativa estatal de atender la demanda de los sectores socioeconómicos más pobres, surgen distintos actores que buscan formar una oferta fuera de la ley. En el caso de Lima, el promotor inmobiliario jugó un importante papel adelantándose al Estado. Si bien este último dinamizó el crecimiento urbano a partir de una política de endeudamiento a fin de construir la infraestructura necesaria, fue el actor Familias migrantes de distintas zonas llegando a inmobiliario quien se ocupó en adquirir los Villa María dl triunfo Fuente: DESCO terrenos y distribuirlos mediante una estrategia de precios diferenciados. De hecho, este adopta diferentes estrategias para ajustarse a las características de la demanda de los diversos sectores socioeconómicos. Por ejemplo, en el caso de Lima trabajado por Julio Calderón en su libro “La ciudad ilegal: Lima en el Siglo XX”: los inmigrantes italianos aprovecharon en comprar haciendas de personas de la élite para trabajarlas y en algún momento venderlas. Cuando el Estado comenzó a invertir en infraestructura para conectar diversos puntos de la ciudad, las personas de los sectores socioeconómicos más altos buscaron mudarse lejos del centro. Ante esta situación, los italianos comenzaron a vender las tierras de manera que ayudaron a urbanizar esas nuevas zonas de la ciudad. Por otro lado, si bien el Estado contribuía con infraestructura, su iniciativa para crear complejos habitacionales que atendieran las demandas de la población obrera no fueron suficientes. Frente a la necesidad del sector popular de acceder a una vivienda propia, los promotores inmobiliarios empezaron a ofrecer a esta gran demanda, tierras de baja calidad y no destinadas originalmente para la urbanización, adquiridas y lotizadas de forma legal o ilegal. Finalmente, el Estado reconoció como legítimos aquellos terrenos adquiridos mediante vías que escapaban a lo formal, potenciando esta clase de prácticas. Es este marco teórico es el que nos ayudará a comprender el Cementerio Virgen de Lourdes ya que hay una demanda de terrenos más variada en contraposición de lo que la Municipalidad cubre para mantener a todos sus difuntos cerca y poder realizar construcciones que les permita expresarse culturalmente. Quizás este sea el problema fundamental o el eje alrededor del cual lo demás ocurre, puesto que al no haber el espacio suficiente, no solo para los entierros sino también para los servicios básicos, para el óptimo, en la medida que optimo sea posible, desarrollo del flujo social involucrado no solo en las expresiones culturales, más aun en las expresiones comerciales que más adelante ahondare.

Caravana de Usuarios dirigiéndose al cementerio Virgen de Lourdes / Día de los muertos

Desarrollo urbano de la zona de nueva esperanza Son pocos los estudios que se han hecho sobre el desarrollo del distrito de Villa María del Triunfo, pero sobre todo, de Nueva Esperanza. Sin embargo, un informe realizado por DESCO brinda datos al respecto. Villa María del Triunfo se ubica en el Cono Sur de Lima, limitando con Villa el Salvador y Lurín al sur, al este con Pachacamác, al norte con La Molina y Santiago de Surco, y al oeste con Villa el Salvador y San Juan de Miraflores. Consta de una zona urbana, una de lomas y una donada para la fábrica de Cementos Lima. Su zona urbana está conectada por la Av. Pachacútec al norte y la Panamericana Sur. Esta zona consta de 6 divisiones; Nueva Esperanza es el sector 4. Es aquí en donde se encuentra el cementerio Virgen de Lourdes, a la altura del paradero 11 de la avenida 26 de Noviembre. La zona en donde se encuentra ubicada Nueva esperanza resalta por tener un suelo de piedra y arena móvil. El Estado en la década de los 1950 construyó una línea ferroviaria que pasaba por una curva al fondo de una quebrada de la zona. Esta curva fue conocida como la ‘curva de Nueva Esperanza’. Además, la presencia de pendientes a lo largo y ancho de la zona es notable; un 87% del territorio está compuesto por las mismas. Todo esto ocasiona que sea un área vulnerable a deslizamientos y fenómenos telúricos. Sin embargo, eso no ha detenido que se urbanice la zona, sobre todo, mediante la informalidad. En la década de 1970, el boom migratorio hizo que el crecimiento poblacional de la ciudad se incremente. Uno de los principales puntos de afluencia fue el Cono Sur, y la zona de Nueva Esperanza experimentó en estos años un gran crecimiento urbano. El aumento de pobladores llevó a que los lotes fueran más pequeños ante la falta de espacio; de 273 habitantes por hectárea, se pasó a 324.

En esta imagen se puede apreciar la ruta que hacía el tren en relación con el trazo original del núcleo histórico de Nueva Esperanza.

El área principal de expansión se dio en este sector ubicado en Virgen de Lourdes, perteneciente a Nueva Esperanza (Villa María 4) - Villa María del Triunfo. A la izquierda de la vía principal (Av. 26 de Noviembre, paradero 11) se ubicó un nuevo núcleo urbano, actualmente muy activo y principal centro de servicios del sector.

Ante la gran expansión producida, la Municipalidad de Villa María del Triunfo intervino para tratar de poner orden. Sin embargo, su influencia llegó principalmente a las partes más antiguas. Los nuevos barrios quedaron en su mayoría relegados a zonas de terrenos de baja calidad, en las pendientes más elevadas y sin acceso a servicios urbanos como electricidad, agua y desagüe.

En Nueva Esperanza, los actores involucrados en su desarrollo urbano son por un lado el Estado, que inicialmente construyó infraestructura vial y reubicó a pobladores de otras zonas, y por el otro los mismos pobladores que fueron ocupando terrenos vacíos y que no estaban pensados para la expansión de la ciudad. La llegada de un gran número de los últimos fue potenciada por la constante actividad de la municipalidad para regularizar y dotar de servicios básicos a la población. Vemos también que, a pesar de la calidad deficiente del terreno de la zona, este ha sido un factor poco importante para evitar la invasión de terrenos. Los pobladores, de pocos recursos económicos y sin posibilidades de poder pagar por un terreno, prefieren asegurar un espacio para si mismos antes de preocuparse por la estabilidad o el acceso a servicios. La mayor parte de las persona tuvo acceso a su terreno a través de invasiones, y los cambios en las viviendas se han realizados paulatinamente, tardando varios años en levantar las diferentes partes de la casa. Los usuarios del cementerio que fueron entrevistados provienen tanto de Villa María del Triunfo como de zonas cercanas. La mayoría de ellos obtuvieron el terreno de sus viviendas por invasión o por reubicaciones y donaciones realizadas por el Estado. Para ellos entonces, el terreno para la vivienda no es algo por lo cual uno necesariamente tenga que pagar. Así mismo, no están acostumbrados a que se tengan que realizar trámites formales referidos al terreno y a la construcción. Vemos que el caso de Nueva Esperanza ha sido un caso en donde el actor estatal le seguía los pasos a los invasores, tratando de poner cierto orden al reconocer las apropiaciones de terrenos y abasteciendo a estas nuevas poblaciones de servicios básicos y acceso vial. De la misma forma, para el proceso constructivo de las viviendas, no se ha visto la necesidad de solicitar permisos de construcción. Se asume que estos no son necesarios.

De lo popular a lo general: El espacio Público La ciudad popular representa el actual sistema derivado de la auto urbanización, cuya consolidación produjo un cambio estructural de la ciudad en su totalidad (haciendo ya imposible poder estudiar la ciudad formal y la ciudad popular como fenómenos aislados y no complementarios), as antiguas definiciones de barriada, pueblo joven y asentamiento humano, son actualmente insuficientes al hablar de una ciudad que entró en una efectiva fase de consolidación física de su tejido urbano, esto se evidencia por ejemplo en el caso de lima sur (Villa María Del Triunfo), donde mientras reconocemos barrios de 30 o 40 años de antigüedad, podemos encontrar –en los mismos distritos y a distancias relativamente cercanas- barrios de ocupación muy reciente (después de los años noventa), sobre terrenos marginales que aún no cuentan con servicios básicos y que se hallan en condiciones muy precarias de habitabilidad. Es, por lo tanto, también discutible afirmar que la población que la habita representa la minoría de la población urbana en el país. Sólo en lima encontramos que un 40% de la población habita en barrios populares y que dos terceras partes de la construcción en el perú son auto-producidas. La complejidad de la ciudad popular define muchos de los aspectos de la sociedad peruana de nuestros días y requiere pues de entradas y enfoques particulares para

entenderla e intervenirla, que se basen en asumir en principio la permeabilidad entre los que denominamos popular y formal, para luego analizar sus diversos componentes: el espacio público es un componente central por lo tanto analizar la configuración del espacio público y la manera cómo se utiliza, gestiona e imagina es fundamental para entender esta complejidad. A todo esto ¿qué entendemos por espacio público? sintetizando el aporte del filósofo alemán Jurgen, Habermas, Dagnino, Olivera y Panfichi señalan que: “de acuerdo con esta óptica, los espacios públicos son instancias deliberativas que permiten el reconocimiento y le dan voz a nuevos actores y temas, que no son monopolizadas por algún actor social o político o por el Estado mismo, sino que son heterogéneos, es decir, que reflejan la pluralidad social y política; que, por lo tanto, visibilizan el conflicto ofreciendo una opción para manejarlo de manera que se reconozcan los intereses y las opiniones en su diversidad...”, ósea en términos más generales el Espacio Público es uno de los elementos que definen a la ciudad y la condición urbana como tal. Las definiciones que se construyen alrededor de él son tan variadas como las mismas imágenes que ellos nos tienden a evocar: desde aquellas más sencillas como la relación física de espacio público-vacío-abierto, espacio privado-lleno-cerrado; hasta planteamientos más complejos como aquel que lo define como un ámbito de nuestra vida social donde se construye opinión pública. En principio diremos que el espacio público corresponde a aquel territorio de la ciudad donde cualquier persona tiene derecho a estar y circular libremente (como un derecho); ya sean espacios abiertos como plazas, calles, parques, etc.; o cerrados como bibliotecas públicas, mercados, cementerios, etc. Es en este punto que nace la ironía, pues este (el cementerio) es un espacio público cerrado pero la definición ha cerrado no aplica en Virgen de Lourdes puesto que el único margen definido es aquel muro que tan solo separa la parte frontal de la interna. Para un mayor contexto conozcamos la historia del Cementerio Virgen de Lourdes y su dinámica externa e interna.

Cementerio de Virgen de Lourdes (Historia) En la relación de cementerios de Lima que se encuentra en la página web de la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA), figura que el Cementerio Virgen de Lourdes está en funcionamiento desde hace 76 años. Considerando que el documento fue emitido en el año 2007, eso significaría que este existe desde 1931. Sin embargo, tomando en cuenta que la zona de Nueva Esperanza empezó a ser poblada recién en la década de 1950, este dato no parece ser del todo confiable. En la misma administración no están seguros pero estiman que ha de tener aproximadamente unos 50 años de antigüedad. Una revisión de los escasos datos que existen en Internet sitúa sus orígenes entre 1950 y 1970. Las entrevistas realizadas entre vecinos de la zona confirman que las primeras tumbas aparecieron en algún momento de la década de 1960. Los vecinos entrevistados, la administración y las fuentes consultadas coinciden en que, en sus inicios, el cementerio fue ilegalmente construido para abastecer las necesidades de los nuevos pobladores de la zona que contaban con escasos recursos.

El cementerio estaba localizado unos 100 metros más abajo de donde se encuentra ahora, en un espacio de aproximadamente unos 500 metros cuadrados que hoy en día es un complejo deportivo. Con el pasar del tiempo y al crecer, la Municipalidad se encargó de formalizarlo. Las tumbas ya existentes fueron reubicadas ladera arriba, quedando cerca de las faldas de los cerros. Se levantó un muro pensado para la extensión inicial que se proyectaba para el cementerio. El cementerio experimentó su primer crecimiento masivo en la década de 1970, lo cual coincide con el boom migratorio de la zona de Nueva Esperanza. En distintas épocas, diversos grupos pequeños de personas han invadido terrenos destinados a la expansión del cementerio. En estos casos, la Municipalidad fue reubicando a dichos pobladores en las laderas opuestas al cementerio o en terrenos vacíos cercanos al mismo. Eventualmente, la zona urbanizada se fue formando alrededor del cementerio, estableciendo definitivamente sus límites. En la medida en que el cementerio ha ido creciendo y los negocios relacionados al mismo han ido apareciendo, la presencia de la Municipalidad se ha ido incrementando progresivamente en el sentido de regular las actividades y proveer acceso vial, aunque ha descuidado necesidades básicas como el acceso al agua y proveer instalaciones sanitarias adecuadas. Hoy en día, la velocidad con la que el cementerio crece internamente se ha reducido considerablemente. Los entrevistados comentan que hasta hace algunos años, podían observarse alrededor de 15 entierros diarios. Hoy en día, estos se han reducido a unos tres o cuatro. Esto coincide con el alto grado de consolidación que ha alcanzado la zona; lo que especulamos que el cementerio ha experimentado crecimientos acelerados a la par con las olas migratorias que provocaron la rápida expansión de la zona. Aunque en la administración no están seguros, calculan, tomando en cuenta todos los años, un promedio general de 7 entierros al día, lo que significaría aproximadamente 120 mil entierros en total. Dinámica interna

El cementerio está dividido en dos márgenes por un camino parcialmente asfaltado. El margen derecho está cubierto en gran parte por pabellones y mausoleos, mientras que el margen izquierdo está compuesto casi en su totalidad por tumbas individuales o construcciones que se han hecho sobre las mismas. Entre estos dos márgenes, podemos hallar 15 sectores, de los cuales, 14 están prácticamente llenos. Estos sectores reciben sus nombres a partir de una denominación popular que fue adoptada recientemente por la Municipalidad del distrito. Entre estos nombres, podemos hallar la zona Quinceañera (donde la mayoría de personas enterradas son jóvenes), Capilla, Huancaínos, Noventas, Noventa y cinco, Sindicato, Bebés, Nueva Esperanza, Margen Izquierdo, Margen

Derecho, Santa Cruz, Ficus, etc. El cementerio cuenta también con un área destinada a un proyecto de arborización, que se está llevando a cabo en la actualidad. Según información recopilada por la administración, la venta de terrenos de todo tamaño se remonta a los primeros años de actividad. Se vendieron terrenos de todo tamaño, siendo el límite la voluntad y posibilidad de pago de los compradores. Esta práctica duró hasta aproximadamente el año 1992. Algunos usuarios entrevistados declaran haber comprado terrenos más allá de esta fecha, pero no se alejan demasiado, por lo que es plausible decir que la venta se dio hasta mediados de la década de 1990. En la actualidad, la Administración del cementerio brinda derecho a entierro. Es decir, el usuario no es propietario del terreno donde tiene a su difunto, lo que impide que las personas compren espacio por adelantado, comercialicen tierras o las dejen de herencia. Como hemos visto, casi todos los sectores están técnicamente llenos. El que posee más espacio disponible es la zona Ficus, que es la zona más nueva y más alejada de la puerta principal. No obstante, según lo que declaró uno de los funcionarios que se entrevistó: siempre hay la posibilidad de “acomodar” a un difunto en algún espacio de las zonas llenas en el que pueda caber; todo es cuestión de conversarlo. Una frase muy descriptiva de lo que Mausoleos municipales completamente llenos e podemos conocer y de la dinámica social insignificantes en relación al tamaño total del que se desarrolla internamente en este cementerio. cementerio, se puede notar también la respuesta creativa, o para algunos transgresora, que instintivamente da el usuario, algo que, en su forma de decirlo, es de lo más normal. Esta es probablemente la causa del aparente desorden que se puede apreciar sobre todo en las zonas más antiguas, en donde, en muchos casos, el espacio reglamentario para cada entierro no parece haber sido respetado. Eso lleva a tres problemas: Por un lado, hay quejas de los usuarios por invasión de terrenos, los cuales tratan de demarcar el propio por medio de piedras y cemento. Por otro lado, la administración misma siente poco respeto por el espacio de las tumbas; al construir o reparar caminos, sucede que suelen cortar algunas tumbas para hacer espacio. Por último, las personas que toman más espacio para las tumbas no sólo invaden espacios ajenos, sino que también suelen invadir lugares destinados al acceso a las distintas zonas del cementerio. Esto lleva a que el acceso de los usuarios que tienen difuntos en las zonas más alejadas o elevadas, sea muy difícil. Una de las quejas más comunes en nuestras entrevistas es justo esta dificultad del acceso ante la falta de organización de tumbas por parte de la administración. Otro problema que hemos hallado entre los usuarios repercute en la sensación de seguridad

de los usuarios, el cuál además se ve potenciado por la falta de un muro alrededor de todo el cementerio y de personal de seguridad. Los encuestados sienten que tanto sus difuntos como las tumbas en sí no están seguros. Hay algunos que creen que los cuerpos pueden ser sacados de los entierros para utilizar el espacio. Sin embargo, la mayoría siente inseguridad no tanto en cuanto al robo del cuerpo sino al robo de artículos de las tumbas y construcciones. Quienes tienen entierros en suelo ven sus tumbas alteradas (piedras movidas, plantas y jardineras robadas). En el caso de los nichos, parece bastante común que ocurran robos de lápidas. Por último, los entrevistados con mausoleos declaran que hay varios casos de robos de puertas y rejas. Al respecto, la administración declara que, si bien no hay seguridad contratada, los casos de robos son mínimos. Esto es porque los vendedores informales, limpiadores y albañiles que laboran dentro del cementerio se organizan por su cuenta para vigilar el lugar. Ellos harían esto puesto que están interesados en que su negocio se mantenga; la falta de seguridad repercutiría en la afluencia de personas al lugar, por lo que sus ventas se verían afectadas. Vemos entonces que el manejo formal de tierras en el cementerio es solo aparente, pues no logra consolidar un orden en la distribución de tumbas de manera que se facilite el acceso a las diversas zonas. Así mismo, la demanda de seguridad por parte de los usuarios permite ver la fuerte de necesidad de no sólo centrar el control en evitar entierros clandestinos, sino también en evitar robos de artículos de las tumbas. Con el fin de obtener un espacio dentro del cementerio, y dado que ya no se venden terrenos con anticipación, es un requisito indispensable presentar la constancia de defunción a la administración, la cual luego deberá ser aprobada por el consejo del cementerio en la Municipalidad del distrito. Esto significa que conseguir un espacio previo a la muerte de una persona, es imposible por la vía formal en la actualidad.

Tumba enrejada como respuesta al temor de que los objetos sean robados o alterados

De la misma manera que construimos en vida, lo hacemos también en la muerte. Vivienda enrejada por temor a los numerosos robos en la zona

Posteriormente, en caso de poseer un terreno o nicho previo a la defunción, el pago a ser realizado será de 280.40 soles que incluye únicamente el derecho de sepelio. Así mismo, aquellas personas que no sean propietarias deberán efectuar un pago de 529.60 soles que incluye el derecho de sepelio y excavación de la fosa.

En épocas anteriores, la municipalidad ofrecía nichos a precios, que si bien parecen altos, cuando son comparados con los fuertes costes de construir nichos, pabellones y mausoleos privados (que incluyen una serie de trámites y permisos) son percibidos como relativamente bajos. La inversión en construcciones privadas familiares como mausoleos puede alcanzar la suma de 13.000 soles, según los testimonios recogidos, a diferencia de los nichos en pabellones cuyo precio fluctuaba entre 1200 y 1700 soles.

Se puede apreciar el modo en cómo se da la propaganda popular para la construcción de nichos

En la actualidad, ya no hay nichos disponibles en los pabellones de la municipalidad (aunque en la administración declaran que hay planes de construir algunos otros); sin embargo estos han sido reemplazados por la venta de nichos en construcciones particulares. Por otro lado, debemos resaltar que hay trámites después del pago de derecho de sepelio. Estos se relacionan con permisos para realizar cualquier modificación a la tumba: cavar la fosa, pintar el nicho, poner rejas, poner mayólicas, etc. La adquisición de estos permisos representa un gasto extra al que ya se había estimado. De no ser así, si bien la De distintas formas y cada una más creativa administración no tiene un catastro bien que la otra, se podría decir que estos son los definido de los entierros, si es muy organizada trabajadores de la asociación. al momento de ejercer control sobre los pagos. De esta manera, no sólo tienen controlado que no se produzcan entierros clandestinos, sino también, que las personas cumplan con todos los gastos que requiere una tumba; cualquier intento de pasar por encima de las reglas establecidas en cuanto a la construcción y modificación de tumbas es inmediatamente detectada. Un punto que consideramos interesante está vinculado a la prohibición de trabajar los terrenos con albañiles que no pertenezcan a la asociación del cementerio. A pesar de que esto puede ser considerado como un mecanismo de organización y formalización también implica una inversión monetaria mucho mayor para los usuarios de este establecimiento. Otro aspecto que mencionan los entrevistados es el hecho de la variación de pagos y costos con cada cambio de administración, la cual parece ocurrir frecuentemente. Para ellos, no hay coordinación entre cada administración, y cobran lo que quieren. Más aún, el hecho de no saber qué se hace con los fondos recaudados, y al no ver mejoras en la infraestructura del lugar, los lleva a decir que existe corrupción. Por último, a partir de las entrevistas realizadas a diferentes usuarios que han tenido algún problema con respecto a la invasión de espacios por culpa de la administración (debido a que esta en ocasiones, ante la ausencia de un catastro claro, ha asignado espacios que estaban previamente vendidos aunque sin construcción) logramos

averiguar que ellos mismos tuvieron que solucionar dichos problemas, corriendo con todos los gastos a pesar de los errores cometidos. Pero esta dinámica no queda simplemente en la respuesta a la inseguridad o el tráfico de terrenos, y para ir aún más lejos analicemos la siguiente imagen:

Cierto, a simple vista pudiera ser que pensemos que no tiene nada en especial puesto que ¿Qué tienen don señoritas que venden refrescos en botella de especial? ¿Acaso esto no se ve también en muchos lugares?, pero vayamos más allá y miremos el contexto: No solo es, el hecho de la reutilización de materiales para otro fin, el caso de las botellas de gaseosas recicladas y reemplazadas su contenido por cebada, sino también el contexto de la misma pues cabe resaltar, si acaso aun no resulta obvio, que esta actividad se realiza en el medio de un cementerio o campo santo. Notemos como a partir de una necesidad o, en términos administrativos, demanda existe una respuesta inmediata y creativa. El espacio se muestra ahora como un espacio multifuncional, versátil y acorde con lo que ocurre en su interior. Este simple hecho ya nos sirve para demostrar, en palabras de Juan Tokeshi que “La Casa que crece con la familia” y en este caso la casa es el cementerio Virgen de Lourdes. Para ahondar aún más Tokeshi continua: “… la vivienda que se inicia como unifamiliar (el soñado chalet) y termina como multifamiliar (en edificio), convirtiendo una necesidad en fórmula. Una manera de brindar cobijo a la familia extensa, se adaptan ambientes y se aloja a más de una unidad familiar. Mecanismo de socialización que refleja el sentir de una ciudad de inmigrantes, cuanto de ese vínculo se expresa en los...” Una mezcla única, intercultural y de acorde a las necesidades, en donde un espacio no solo es una cosa sino es a la vez muchas ayudando entender la diversidad, la forma y la tipología, a través de ingredientes básicos como la identidad y la memoria.

Nótese el siguiente ejemplo, la casa de la Familia Cortez, veamos como a medida que el tiempo pasa la vivienda crece de acorde con las necesidades suscitadas y dan origen a un conglomerado de actividades. En una misma casa Convergen, un estudio de abogados, Seguros generales de SOAT, una bodega, una tienda de Productos E’BEL y por supuesto la vivienda multifamiliar.

Como dice García Márquez: “…en la memoria se mezclan planos temporales, no históricos, con múltiples sentidos y que están llenos de recovecos, cargados de energías que permanecen en nuestras vidas involuntariamente…” se podrían entender como la diversidad de las

costumbres que permanecen en nosotros tales como, en el caso del cementerio: la puesta de flores, populares por así decirlo, en cada lapida o mausoleo; los músicos y su música tradicional tales como huaynos, chicha, salsa (todo a gusto del cliente); la venta de comida para ser puesta u ofrendada en el respectivo nicho, esta comida también variada y de acorde al gusto del cliente. Pero eso no es todo, hablamos de espacio multifuncional y de respuesta de la construcción de acorde a las necesidades, pues bien, otra de las cosas que se puede notar también son los baños al paso habilitados dentro del cementerio, como si de un organismo vivo se tratara, que se alimenta, que se interconecta, que desecha. Un lugar que por 50 céntimos puede ser utilizado. Se puede ver a la arquitectura, no solo a las costumbres, como “una simulación de una receta de cocina que en primer lugar, se debe conocer los productos locales tradicionales arquitectónicos (costumbres) , para luego analizarlos, descomponerlos y desarmarlos, destruyendo sus imágenes primigenias hasta no reconocer ningún trazo, icono o estructura.” Como diría Jorge Burga “… seguidamente, tomar los más importantes y empezar a cocerlos a fuego lento, agregar algunas especias y productos compatibles o pertinentes, hasta que quede listo el platillo.” A medida que el presente ensayo avanza es en donde se debe entender aún mejor, el significado de lo popular y el vínculo con la arquitectura chicha o arquitectura chola, no solo por la expresión exterior sino también por las dinámicas al interior que venimos descubriendo. Como Eustaquio, de oficio minero, que “descubrió que la belleza de las piedras no se aprecian desde su cara externa, que es menester apreciarla desde su interior, logro que sólo es posible por su oficio, cuando ingresamos al socavón y horadamos la roca cincel en mano y descubrimos que cada golpe desprende la belleza que las piedras conservan como un mundo reservado”. Como las lapidas que crecieron, como las casas que se construyeron con la diversidad familias e intensidad de costumbres.

Las Tradicionales flores utilizadas en cada uno de los nichos para, a manera ornamental, ser usadas como decoración.

Música huayno tocada a pedido del usuario para, a palabras del entrevistado: “Recordar a su esposo, y que se sienta feliz para que no vaya a Joder (me parece conveniente conservar las palabras tal y como fueron escuchadas puesto que esto también refleja el imaginario y vocabulario de la zona) en la casa”

La popular venta de Flores y comida “al paso” dentro del cementerio, característico por frases como: “pase pase casero, pruebe noma” o “…sin compromiso, ¿cuánto le doy?

Dinámica Externa El dialogo entre lo que sucede en el interior y lo que existe en el exterior es muy similar, puesto que la única barrera, si se la puede considerar acaso, es la pared que divide el cementerio con el reto de la ciudad. Pero sin embargo esto solo ocurre en esta parte pues en las zonas más altas el límite entre lo que es vivienda y lo que es cementerio es casi difuso. Veamos incluso como en la medida que uno se va acercando a Villa María del triunfo (Desde Ñaña) el paisaje mismo va cambiando, a medida que se avanza la tipología de movilidad cada vez se altera llegando a convertir al moto taxi en la principal movilidad de la zona. Apenas pones un pie en el último paradero de nueva esperanza ya sientes que esa entrañable zona te cuenta su historia, una zona que se vive, se huele, se observa, en donde Todo converge. Al tan solo llegar se siente ese aroma característico de las flores silvestres para los cementerios, el agua embotellada para regar dichas flores. Una mezcla de interculturalidad cada vez aún más notaria. Las calles completamente ocupadas por vendedores ambulantes principalmente de comida: desde el choclo sancochado, hasta platos más elaborados a base de chancho y por supuesto su infaltable papa, o camote. Y no podemos evitar mencionar la existencia también de algunos juegos al paso. Remarcando aún más lo que a lo largo de este ensayo hemos estado mencionando. Por lo tanto la arquitectura peruana contemporánea responde a todas estas dinámicas puesto que la manera en la que uno construye, es la manera en la que uno percibe, su cultura, su identidad.

Conclusión: La imposición del actual modelo económico que no considera la planificación o sostenibilidad sobre los procesos de nuestras ciudades ha marcado con mayor intensidad una huella que se originó en ellas desde el mismo momento en el cual fueron fundadas: la desigualdad. Las condiciones no se ajustan a una participación de la ciudadanía en igualdad de condiciones sino que pueden ser medidos en escala piramidal, cada uno de los distintos estratos con sus respectivos intereses que solo contribuyen a brindar beneficios sectorizados que, en el tejido urbano, se ven reflejadas en nuevas y más intensas formas de exclusión social y espacial. En todo este contexto se genera la necesidad de un espacio público en donde el anonimato sea base de la interacción social como lo dijo Manuel Delgado en “El Animal Público” (Cuarta edición 1999) “…el espacio público es escenario del anonimato, que es la base de cualquier forma verdadera de integración social; en el sentido que nos libera de justificar nuestro origen, condición social, idiosincrasia, etc. y nos establece como iguales el uno con el otro.” Pero no solo por esto es que se justifica el origen del cementerio Virgen de Lourdes, sino también por el hecho de que a partir de una necesidad, la de enterrar a sus seres queridos, nace un espacio. Un espacio que sirvió a lo largo del ensayo para definir la mezcla de funciones, la multiculturalidad, las respuestas creativas (transgresión), la memoria colectiva reflejada en una edificación y la naturaleza de la arquitectura peruana contemporánea de la periferia limeña. Una arquitectura que no es exclusiva de los estratos más bajos, sino que es inclusiva a todo aquella persona que comparte esa memoria colectiva y o identidad independientemente del estrato social. Un cementerio, o una arquitectura caracterizada por la multifuncionalidad de espacios, la adaptabilidad, la morfología característica que simplemente son reflejo de los imaginarios. Cada uno como ingrediente del constructo, de la identidad. Una cultura y una arquitectura variada:

En donde la identidad,la diversidad, la cultura, creatividad, la memoria e incluso la transgresión… Transgreden a la Muerte.

Relación de entrevistas a otros actores – Datos resumidos Actores dentro del cementerio Lucy, vendedora Trabaja hace 5 años en zona Santa María. Hay entre 4 y 5 entierros diarios. Administración: tramite se hace en la puerta con el papel del consejo. Albañiles: son del cementerio. Observaciones: Cementerio ha crecido hasta el pie del cerro. Los nichos cerca de la puerta Tienen mayor demanda, zonificación es reciente y adoptada del uso popular. Orador Vive en Chorrillos. Tiene 14 años trabajando en el cementerio. Hay una baja de entierros debido a la competencia y al alza de precios. Ya casi no hay terrenos. Entierros son cuidados por agentes ocultos. Funcionario Trámites: - Se necesita tener un certificado de defunción para acceder al servicio - El cementerio brinda servicios, no terrenos. Antes si, hace 20 años (pero entrevistados dicen que no). - Pago de sepelio y fosa es de 529.60 soles. - Municipalidad construyo 7 pabellones que ya están llenos. - Toda construcción necesita permisos de la administración. - Administración asigna el espacio pero puede buscar espacios libres a pedido. - Medidas del espacio: para niños es el tamaño, para adultos es 2 x 0.7 mt - No hay renovación de permisos; los difuntos quedan allí para siempre. Historia - Cementerio empezó en donde está el complejo deportivo hoy en día. - Es terreno propicio porque la tierra cuenta con hormigón y piedra. - Antiguamente habían 14 entierros diarios pero ahora oscilan entre los 3 y 5 debido a la oferta de cementerios privados. - Hay supervisores que cuidan que se respeten las zonas de pase. - Hay control de invasiones. - Se dan exoneraciones para indigentes y por eso no hay invasiones. Es un cementerio folklórico y costumbrista, el cementerio del pueblo en donde hay celebración sin límites. Administradora Historia: - Cementerio tiene aproximadamente 50 años y la venta de terrenos fue hasta 1992. - No habían límites con la venta de terrenos (podían ser de cualquier tamañao). - Se paró la venta de tierras para preservar espacios. - Se preservan espacios para la construcción de pabellones por parte de la Municipalidad. Esta planea continuarlas.

- Los entierros que se dan en compras externos (nichos y mausoleos que prestan servicios), sólo se necesita presentar el documento matriz (boletas, ventas y autorización). - Todas las construcciones están saneadas. Cada entierro por nicho cuesta 183.4 soles. Problemas con entierros: - Como la situación económica es difícil en la zona sur, entran cuerpos ilegales pero se les orienta. - En la puerta hay gente que controla que no hayan entierros ilegales además de 2 supervisores dentro del cementerio. - Hay registro de todas las personas enterradas. A partir de éste se ha sacado el cálculo de 7 sepelios diarios. En total hay 120 mil entierros. - Existía un plan de crecimiento hasta 1990, sin embargo ya no planea crecer más. Ahora planean crecer a los aires, ya no espacialmente. - Los entierros se producen en similares cantidades en todas las zonas. - El cementerio brinda servicios de exhumación y inhumación aparte de sepelio. - Margen derecho es preferido por ser un terreno más plano.

Actores fuera del cementerio Vecina Cementerio empezó siendo pequeño donde ahora es el estadio. Había pocos entierros al principio. Al aumentar, la municipalidad tomo acciones. Levantaron el muro inmediatamente y sacaron a personas del terreno para que haya más espacio. 1970 empieza a llenarse, hoy ya no hay sitio. Antes había invasiones de vivienda pero iban desalojando para avanzar. Bodeguero Llegó su establecimiento en 1980. Municipio ahora regula y cobra 50 céntimos al día. La municipalidad ha ido haciendo cambios, como poner jardín y vías de acceso.

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