Ensayo El Sexto de Jose María Arguedas

July 6, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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ENSAYO EL SEXTO DE JOSE MARÍA ARGUEDAS INTRODUCCIÓN  

José María Arguedas, poseía un estilo antiguo y su obra obra implica lo poético, lo social y cultural, proponiendo nuevos enfoques en una Nación donde hay mucha diversidad pero a la vez hay hostilidades y discriminaciones entre unos y otros. T Tal al vez, el mestizaje mestizaje para Arguedas, estuvo por encima de todo porque buscaba que haya una igualdad entre todas las gentes del Perú, y que no exista esa desigua desigualdad ldad que hasta nuestros días permanece donde unos salen más beneficiados que otros a costa del sacrificio de la mayoría. Sabemos que José María Arguedas era una persona persona mestiza, que vivió en dos mundos diferentes, pero siempre le dio mayor interés al mundo andino debido a que era el más desvalorizado. Sus obras narrativas serían una apuesta por el diálogo. José María Arguedas tuvo una mirada profunda a la literatura yya a que en sus obras, plasma todo sus sentimientos y todo lo que vivió en sus tiempos. Para él nuestro país el Perú engloba una infinidad de culturas y lenguas. Inspirándose en en ello con el propósito de cambiar al país a través de la literatura. Pues muchas personas no tenemos aún claro que todos somos igual iguales, es, que todos somos peruanos, que tenemos un mismo pasado histórico y glorioso que marcó el destino de nuestro país. Por ello nosotros debemos sentirnos orgullosos de ser peruanos peruanos y valorar lo que tenemos. Por estos y otros motivos motivos debemos valorar la importancia literaria de José María Arguedas, y el presente ensayo fue elaborado con ese propósito. FUNDAMENTOS  

En la obra El Sexto, cuenta las experiencias de Gabriel durante su prisión en la conocida cárcel limeña. La fetidez, el aspecto sombrío, el envilecimiento de la persona son las notas primeras que diseñan la forma de la cárcel y su mundo cerrado. Gabriel ingresa en ella a causa de su actividad como líder estudiantil: al hacerlo, tiene la impresión de haber penetrado en una ciudad turbulenta y desconocida. Los personajes que encuentra (criminales, maleantes, degenerados, presos políticos y estudiantes), su conducta, los hechos insólitos convertidos en norma carcelaria, la estratificación del penal  –especie de jaula rectangular dividida en tres pisos horizontales – en donde se distribuyen, de abajo hacia arriba: vagos y asesinos, maleantes no avezados, y detenidos políticos; la noche y la mañana contempladas desde la celda, todo esto, por fin, en frente de Gabriel, y al mismo tiempo en su entorno, lo impele a buscar perspectivas  –íntimas y externas –  para ordenar la secuencia de figuras disformes que lo cercan.  – cosificada en el volumen oscuro de la cárcel, lo incita al recuerdo Esa realidad –que no es paisaje natural – de la infancia serrana, bajo el sol brillante que fustiga el campo. La lluvia menuda, el cielo descolorido le recuerdan que la cárcel está en Lima; el ruido de los a automóviles, utomóviles, la torre de la iglesia ccercana, ercana, no obstante su proximidad, le recortan el espacio y lo insertan en el paisaje de la prisión, crucero principal de la ciudad moderna. El Sexto, erguido y voluminoso, se le asemeja un monstruo que tritura a sus huéspedes imperturbablemente. En diálogo con Cámac, su compañero de celda, sindicalista minero, miner o, intuitivo y serrano como él, Gabriel aprende las más claras lecciones sobre la cárcel y la vida. Cámac tenía un ojo enfermo que le supuraba sin pausa; pero por el sano irradiaba una luz convincente, de tenaz rebeldía. La opacidad y el fulgor de sus ojos impresionan a Gabriel y trasuntan la lucidez y el desvarío de las pláticas; entretanto, el monstruo cosificado adquiere otra significación: en él se apretuja la estructura humana y económica del Perú contemporáneo, sólo que, paradójicamente, el sector popular ocupa el nivel más alto, cual si se hubiese invertido la pirámide social.

Gabriel ensambla su análisis con las desordenadas observaciones de Cámac, y reconoce que le confieren razón al minero; mas, aparte el acuerdo conceptual, percibe que una fuerza emotiva, lo aproxima a éste y otros hombres de distintos credos, y que en cambio lo separa del frío sustento analítico que caracteriza a los dirigentes de los partidos organizados en el penal. En la tabulación de las cos costumbres tumbres carcelarias, de la conducta de los reclusos, y de las amistades y los odios, entra en juego un conjunto de apreciaciones y sentimientos pertinazmente serranos. Las tres figuras capitales: Gabriel, Cámac, Juan, son de origen andino. La intuición y el sentimiento, la reminiscencia y la furia despojada de doctrina, hermanan a estos hombres en su percepción del país como secuencia de espacios (sierra-costa), y como espacio con profundidad, en el prisma de base rectangular que es el Sexto y todo el Perú. La vida carcelaria debería ser entonces una experiencia compartida, mas, puesto que en ella se revelan igual que al microscopio los vicios y virtudes del país, Gabriel descubre que el suyo, como el problema de los otros políticos, no es un caso personal, no es un caso de conciencia, y sin embargo está anegado de individualismo. nodel se país; goza;sin la embargo, soledad se junto aenlalas escoria humana, en El aleja Sextoa se hallan los seres "La mássoledad idealistas la sufre": discrepancia cuestiones prácticas los hombres más que las ideas, y lo que distingue a la persona,  –para Gabriel ¡intelectual! –  – no son las teorías,

 

sino la conducta. Frente al monstruo cosificado, los hombres se autodefinen y desunen, a pesar de haber comprendido el secreto de la cárcel y de la sociedad. Después de oír las opiniones de Cámac sobre el estado del Perú y el remedio de su crisis, Gabriel comenta: "Aun en la cárcel me parecían temerarias esas palabras". "Tenía 23 meses de secuestro en el penal y había h abía recuperado allí el hábito de la libertad". No se había juzgado con tan punzante amargura a nuestros regímenes dictatoriales; en ellos, la cárcel, negación de la persona, disforme reflejo de la sociedad, le ofrece al hombre lo que la vida ciudadana le arrebata: la libertad de comprender y de expresarse; le promete, en fin, el sueño de un nuevo país. Y aunque sólo sea en el plano simbólico, esta realidad se desborda del prisma, y expande e incorpora las secciones parciales del territorio en un nuevo "todo" ideal. Ese ideal habita en el Sexto; en ese sentido uno de los reclusos dirá "Esta es nuestra casa…".  CONCLUSIÓN 

Gabriel ingresa en ella a causa de su actividad como líder estudiantil: al hacerlo, tiene la impresión de haber ha ber penetrado en una ciudad turbulenta y desconocida. Los personajes que encuentra (criminales, ma maleantes, leantes, degenerados, presos políticos y estudiantes), su conducta, los hechos insólitos convertidos en norma carcelaria, la estratificación del penal.   Las tres figuras capitales: Gabriel, Cámac, Juan, son de origen andino. La intuición y el sentimiento, la reminiscencia y la furia despojada de doctrina, hermanan a estos hombres en su percepción del país como secuencia de espacios (sierra-costa), y como espacio con profundidad, en el prisma de base rectangular que es el Sexto y todo el Perú.   En El Sexto se hallan los seres más idealistas del país; sin embargo, la discrepancia en las cuestiones prácticas aleja a los hombres más que las ideas, y lo que distingue a la persona, –para Gabriel ¡intelectual! –  –  no son las teorías, sino la conducta. Frente al monstruo cosificado, los hombres se autodefinen y desunen, a pesar de haber comprendido el secreto de la cárcel y de la sociedad.  Arguedas define a "El Sexto" como una escuela vicio, pero a laha vez comopero una aescuela deesperanza de generosidad. Y es que en ese lugar el escritor encontró lo peordel que la sociedad parido la vez la de quienes luchaban por cambiarla, sufriendo no solo la privación de la libertad sino torturas y sufrimientos. Al margen de las menudas disputas doctrinarias que se dan entre los l os presos políticos, existe ideales comunes que en determinados momentos hermana a todos ellos: la lucha contra una dictadura totalitaria y el deseo por implantar en el país la justicia social.

TODAS LAS SANGRES Nuestro país es multicultural y plurilingüista pero a pesar de ello la gente es muy m uy prejuiciosa y no aprecia verdaderamente lo nuestro por el contrario se avergüenzan de su patria. Se debería cambiar esa discriminación por apoyo para que nuestras tradiciones, creencias, costumbres y folklore prevalezcan porque a pesar de ser uno de los países con más historia lamentablemente no la valoramos y se va perdiendo.. Por eso en este ensayo se habla sobre José Maria Arguedas y sus obras que presentan un mensaje multicultural.  Al fallecer la madre de José Maria Arguedas su padre se vuelve a casar, y pasó el tiempo la madrastra siempre como castigo mandaba a Arguedas con los empleados y los campesinos, Luego, el Indigenismo de José María Arguedas no fue un hecho fortuito sino también producto de las enseñanzas de José Carlos Mariátegui, las que provocaron en él una gran preocupación que marcó un cambio de rumbo en la literatura: “Yo declaro con todo júbilo que sin Amauta …

no sería nada, que sin las doctrinas sociales difundidas después de la primera guerra mundial tampoco habría sido nada”.   Por ejemplo: “LOS RIOS PROFUNDOS”, que es una novela con contenido indigenista; que nos

demuestra como los indios eran discriminados, pero también demuestra como ellos querían hacer valer sus derechos y también nos demostraba como Ernesto sobrevivió en un mundo plagado de odio y racismo. Ernesto es los un adolescente queindios. se sitúa en el límite que une separa en para el mundo de blancos condeel catorce mundo años de los Después de haber sidoy criado una

 

comunidad indígena, en su nuevo exilio, Ernesto es un personaje errático que recorre el sur peruano hasta quedar internado en un Colegio Religioso de Abancay, porque su padre, un abogado de provincias, inestable e itinerante, no puede encontrar nunca donde fijar su residencia. JOSÉ MARÍA ARGUEDAS “Arguedas es el escritor de los encuentros y desencuentros de todas las razas, de todas las

lenguas y de todas las patrias del Perú. Pero no es un testigo pasivo, no se limita a fotografiar y a describir, toma partido.”

Hace algunos años, vivió entre nosotros, un hombre (sería mejor otro sustantivo como pensador o personaje) que consagró su existencia a defender y difundir los valores del universo andino. Su música, su baile, tradición, todo aquello que constituye en nuestro más autentico patrimonio cultural. Para alcanzar su objetivo, se entregó con igual dedicación y talento a especialidades tan diversas como la literatura, la antropología y la docente (la docencia), luchando siempre por lograr la integración y aceptación de todos los pueblos, de todas las sangres que dan d an vida a este Perú al que tanto amó. Nació el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas. Era el segundo hijo del abogado cusqueño Don Victor Manuel Arguedas, (y de Doña Victoria, porque si pones coma parece que estas enumerando varios padres) de Doña Victoria Altamirano de Arguedas. Cuando José María apenas cumplia 3 años, su madre falleció y el niño tuvo que ir a vivir en (a) la casa de su abuela paterna. Tres años después, su padre volvió a casarse con una viuda adinerada, sin saber hasta que (qué) punto su nuevo matrimonio marcaria para siempre la vida y obra de su hijo. El tiempo en que José María vivió en personalidad, la casa de su madrasta, entrede susese siete y diez años de edad, dejó unael huella profunda en su las vivencias período se convirtieron en absecionantes (¿obsesionantes?)recuerdos que fueron materia prima de sus creaciones literarias.

ENSAYO LOS RIOS PROFUNDOS INTRODUCCIÓN 

Los ríos profundos, publicado en 1958, es una novela del escritor peruano José María Arguedas. Tiene hondas raíces autobiográficas. Ernesto, su protagonista y narrador en primera persona, es hijo de blancos, pero sus primeros años transcurren en una comunidad india, cuyo mundo primitivo, puro, sumergido en la naturaleza y entretejido de magia, será constantemente el refugio de sus recuerdos y nostalgias. El título de la obra alude a la profundidad de los ríos andinos, que nacen en la cima de la Cordillera de los Andes, pero a la vez se refiere a las sólidas y ancestrales raíces de la cultura andina, la que, según Arguedas, es la verdadera identidad nacional del Perú. Según la crítica especializada, esta novela marcó el comienzo de la corriente neoindigenista, pues presentaba por primera vez una lectura del problema del indio desde una perspectiva más cercana. Fama que va a compartir con el escritor mexicano Juan Rulfo. La mayoría de los críticos coinciden en que esta novela es la obra maestra de Arguedas. FUNDAMENTOS 

Los ríos profundos es para muchos la síntesis más perfecta del mundo andino y el español. Su autor, el escritor y antropólogo peruano José María Arguedas, concibe toda su literatura alrededor de un proyecto: un país dividido entre dos culturas (la andina, de origen quechua, y la urbana, de raíces europeas) que deben integrarse en una relación armónica de carácter mestizo. Y resulta ser en esta obra, "Los ríos profundos"; donde mejor se plasman los grandes dilemas, angustias y esperanzas que ese proyecto plantea.

 

Teniendo en cuenta que se trata de una novela de corte autobiográfico, la época en que está ambientada la narración es la década de 1920, bajo el oncenio de Augusto B. Leguía. Para ser más exactos, fue el año de 1924 en que Arguedas estudió el quinto de primaria en el colegio de  Abancay, dirigido por los padres mercedarios. Se trata de una novela de formación articulada sobre dos pilares estructurales de dilatada tradición literaria, como son, por un lado el motivo del viaje y por el otro el del héroe adolescente que protagoniza el tránsito de la infancia a la edad adulta. Ambos motivos son de fácil rastreo a lo largo de la literatura, tanto aislados como combinados, arrancados, desde la Biblia y la épica clásica, pasando por la picaresca hasta llegar a la literatura del siglo XX. La novela narra el proceso de maduración de Ernesto, un muchacho de 14 años quien debe enfrentar a las injusticias del mundo adulto del que empieza a formar parte y en el que debe elegir un camino. El relato empieza en el Cuzco, ciudad a la que arriban Ernesto y su padre, Gabriel, un abogado itinerante, en busca de un pariente rico denominado El Viejo, con el propósito de solicitarle trabajo y amparo. Pero no tienen éxito. Entonces reemprenden sus andanzas a lo largo de muchas ciudades y pueblos del sur peruano. En Abancay, Ernesto es matriculado como interno en un colegio religioso mientras m ientras su padre continúa sus viajes en busca de trabajo. Ernesto tendrá entonces que convivir con los alumnos del internado que son un microcosmos de la sociedad peruana y donde priman normas crueles y violentas. Más adelante, ya fuera de los límites del colegio, el amotinamiento de un grupo de chicheras exigiendo el reparto repart o de la sal, y la entrada en masa de los colonos o campesinos indios a la ciudad que venían a pedir una misa para las víctimas de la epidemia de tifo, originará en Ernesto una profunda toma de conciencia: elegirá los valores de la liberación en vez de la seguridad económica. Con ello culmina una fase de su proceso de aprendizaje. La novela finaliza cuando Ernesto abandona  Abancay y se dirige a una hacienda de propiedad de «El Viejo», situada en el valle del Apurímac, a la espera del retorno de su padre. El mayor porcentaje de la novela se desarrolla en la ciudad de Abancay. Otros escenarios son mencionados en los dos primeros capítulos de la novela: el Cuzco y diversas ciudades costeñas y serranas del sur y centro del Perú, lugares que Ernesto, el protagonista, recorre acompañando a su padre antes de instalarse en Abancay.  Abancay es un pueblo con pequeños barrios separados por huertas de moreras, m oreras, y con campos c ampos de cañaverales que se extienden hasta el río Pachachaca. Lo rodea la hacienda Patibamba, Pa tibamba, cuyo patrón no la vendía y por ello la ciudad no podía expandirse. Un árbol característico de Abancay es el nativo pisonay, que en primavera se llena de flores grandes y rojas. Lugares importantes de Abancay donde se desarrolla la novela son el Colegio religioso o internado, con su enorme patio polvoriento; el barrio de Huanupata, tugurio maloliente poblado de chicherías, donde también se podían encontrar mujeres fáciles; la Plaza de Armas; la Avenida Condebamba, que es una amplia alameda sembrada de moreras. Ya en las afueras hacia abajo se alza el puente del Pachachaca, símbolo de la conquista española, sostenido sost enido por bases de cal y canto y que pese a sus siglos de vida aún se mantiene firme y aguanta las embestidas del río que pasa bajo su arco. El viaje de Ernesto, el protagonista de la novela, pasa por tres etapas. La L a corta estancia en Cuzco conforma la primera etapa del viaje iniciático de Ernesto; Cuzco es ciudad sagrada y centro del mundo en el que se unen cielo y tierra. La segunda etapa es el largo peregrinar del protagonista siguiendo los pasos de su padre por toda la geografía del Perú. La estancia en Abancay constituye la tercera parte del viaje del protagonista; Abancay romperá la idea del orden natural que Ernesto había aprendido con los indios, porque en esa ciudad aparecerá materializado el mal. La última etapa del viaje de Ernesto consiste en la vuelta a emprender el camino que lo integra con las sierras, los ríos y el pasado, pues ese será, paradójicamente, su futuro. Son dos los narradores que relatan los diferentes capítulos de la novela. Uno es el mismo protagonista que narra su historia interior, y el otro es el narrador que narra la historia global. Pero se trata de un narrador no del todo omnisciente, de una omnisciencia restringida que no cuenta más allá de lo que podría saber Ernesto. Se ha vuelto común en la bibliografía señalar deficiencias en la organización de Los ríos profundos, inclusive entre aquellos que enaltecen su esplendor estético y la consideran la mejor

 

novela de Arguedas. Pero lo cierto es que lo que menos le falta a esta novela es una estructura definida, ya que no sólo dispone de una, sino de dos. Paralelo al deambular por el Perú y al proceso de formación de Ernesto, se halla un sistema de planos que, a veces interpuestos entre ellos, dan la clave al verdadero significado de la novela. En la obra se distinguen dos narradores. El primero es el narrador principal, un hombre adulto que evoca su niñez, es decir, una versión adulta de Ernesto. El segundo es una especie de narrador cognoscitivo cuya intervención es esporádica, se encarga de completar y mejorar la comprensión del lector respecto a los sucesos de la novela, aportando datos no conocidos por los lectores, sobre todo en temas de etnología. En Los ríos profundos Arguedas presenta una visión del universo como un todo interrelacionado y el acercamiento mágico a ese mundo consiste en intentar descubrir los caminos subterráneos que se mueven entre los seres, las cosas y los valores espirituales. Sin embargo esta percepción integradora y panteísta no es compartida por todos los personajes de la novela, tan sólo por el pueblo indígena y por Ernesto, el protagonista “introducido” por una infancia pasada en el ayllu

y en su quebrada madre. Esta magia es para Ernesto su guía vital y la encuentra en la memoria de las piedras vírgenes del muro inca, de donde capta al palparlas con sus manos la ternura y solidaridad de sus antepasados; la magia se encuentra de igual modo en los ríos, a los que otorga el papel de divinidad purificadora ya que es sangre que desciende de la sierra y trae consigo recuerdos de un pasado feliz. Esta magia también se apodera de su voz convirtiéndola en canto y de este modo pasa a formar parte del lenguaje del mundo. Es decir, aunque escrita en castellano, Los ríos profundos es una novela pensada y cantada en quechua. El zumbaylú, que en un primer momento puede no parecer relacionado con el pasado, representa r epresenta en la novela la identidad profunda de la memoria, la naturaleza y la música. Se trata de un simple trompo, que qu e actúa como un objeto integrador que sirve para hacer funcionar los recuerdos más recónditos. Para Ernesto es el instrumento ideal en cuanto que es capaz de captar la interrelación existente entre los objetos. A la vez que evoca a la Naturaleza es objeto pacificador que purifica los espacios negativos. La dimensión al mismo tiempo histórica y mítica de la obra de Arguedas parece evidente. Pero la misma mirada que se fija en el pasado legendario evocando mitos de hace miles de años, se fija también en el presente y mucho más en un futuro histórico que reconcilie a los pueblos del Perú, en el que proyecta siempre la memoria de los mitos y el recuerdo personal de su infancia. Este presente se hace visible en la revolución de las chicheras, en el borracho que orina sobre el muro...Así, la misión de Ernesto es la de recuperar el pasado y ser capaz de relacionarlo con el presente. Los ríos profundos es una novela que se sustenta sobre una antítesis. Esta antítesis viene dada por dos grandes conceptos unidos al hombre desde su existencia: el Bien y el Mal. Este ha sido el aspecto más estudiado de la obra, puesto que q ue de aquí parten la caracterización y clasificación de los personajes. Es interesante la clasificación que establece Gladys Marín al respecto. Mantiene que el mundo del Colegio está marcado por los signos del bien y del mal y que se da a lo largo de la historia un proceso de transformación que lleva a unos a la liberación y a otro a la condenación. CONCLUSIONES  La obra “Los Ríos Profundos”, refiere

la política de conducción dentro del Internado a cargo del

Obispo de Abancay. En la ciudad, la política gubernamental del Perú de aquel entonces, mantenía el feudalismo feudalismo peruano, permitiendo la existencia de los hacendados gamonales y la servidumbre de los campesinos que no ejercían propiedad privada sobre las tierras que trabajaban. También podemos considerar un valor social, porque muestra la heterogeneidad de razas existentes en la educación de la escuela religiosa, refiriéndose tanto de estudiantes provenientes de su casa como de los que permanecían en el internado.  Arguedas narra la disconformidad y la lucha de la clase media conformado por las comerciantes (chicheras) ante el desabastecimiento fortuito de la sal contra las autoridades gubernamentales y empresarios que acaparaban con fines de elevar precios. En la obra distingo dos narradores: El narrador principal, un hombre adulto que evoca su niñez, el segundo un narrador cognoscitivo cuya intervención es esporádica.

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