Encuentros de Formación Diezmo

Diezmo: experiencia de fe, de amor y de compartir Presentación El mes de julio dedicamos para la concientización del Diezmo en toda la Diócesis. El objetivo es la evangelización a través del diezmo, la manera más cristiana de participar económicamente en nuestras comunidades. El apóstol san Pablo orientaba a los cristianos de Corinto: Poderoso es el Señor para concederles abundantes bienes, para que teniendo siempre lo necesario, alcance para toda clase de necesidades (2Co 9,8). El diezmo es uno de los medios para decir al Padre: estamos aquí, Señor para colaborar con tu Reino. Danos un corazón generoso y un espíritu fraterno para que podamos cada día entender mejor tu Palabra. El diezmo no es un impuesto, una obligación, una tasa o una tarifa de donde se quita un carnet para quedar libre de las otras obligaciones. El diezmo es ante todo un compartir gratuito, consciente, desde el corazón, con sinceridad y generosidad. Cada uno dé conforme ha decidido en su corazón, sin penas y lamentos, porque Dios ama a quien da con alegría (2Co9,7). El diezmo es un gesto de fe de quien se siente responsable por la Iglesia de Cristo y quiere que el Reino de Dios se haga realidad en la comunidad cristiana. Que estos encuentros con la Palabra de Dios nos ayuden a comprender más profundamente y convertirnos en diezmistas fieles y comprometidos. Buen trabajo a todos!

ORACIÓN DE LOS DIEZMISTAS NIÑOS

Padre bondadoso, que todo lo creaste por amor, te damos gracias por la vida. Agradecemos por nuestros padres y familiares, por nuestra iglesia y por nuestra comunidad de hermanos en la fe. Pedimos para que tu Espíritu de amor nos ilumine y nos oriente en la fe y en nuestra vocación de bautizados. Para que desde temprano aprendamos a ser fieles en la oración y en la fraternidad, compartiendo nuestra vida en la comunidad y dando testimonio de

diezmistas niños con amor y fidelidad, por Jesucristo, tu Hijo y nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN DEL DIEZMISTA Señor, te alabamos por las maravillas de tu creación y te bendecimos por habernos creado a tu imagen y semejanza. Somos conscientes que en cada ser humano existe una semilla del bien que debemos cultivar siempre para que dé buenos frutos. Te agradecemos por el don de la vida de cada uno de nosotros y de nuestras familias y te agradecemos por nuestra comunidad de hermanos y por la posibilidad de celebrar juntos los misterios de nuestra fe. Te agradecemos por el dinamismo de los grupos pastorales y movimientos de nuestra comunidad y hoy en particular por la pastoral del diezmo, por los diezmistas y por los que participarán como diezmistas en la comunidad asumiendo más concretamente la misión de mantener y anunciar la gran obra de evangelización que es el anuncio del Reino de Amor y Justicia, presente en medio de nosotros. Que nuestro agradecimiento por todas tus bendiciones que recibimos nos ayude a ser cada vez más fieles a nuestro compromiso de bautizado y miembro activo de esta Iglesia a la que pertenecemos y amamos. Amén.

PRIMER ENCUENTRO: ¿POR QUÉ EL DIEZMO? 1. Preparando el ambiente: preparar el lugar de encuentro con cariño, cuidar la limpieza, ordenar las sillas de preferencia en círculo, preparar carteles, música, en fin preparar un lugar acogedor. Preparar una alfombra en el centro con flores y velas para la Biblia que nos recordará durante el encuentro a la Palabra de Dios. Cuidar de la recepción de los participantes con todo detalle y amabilidad. 2. Acogida: Canto de acogida: Animador: hermanos y hermanas, sean todos bienvenidos. En este encuentro somos invitados para escuchar y acoger la Palabra de Dios sobre el Diezmo. Juntos iremos descubriendo los fundamentos bíblicos de la práctica del Diezmo y comprenderla profundamente para que luego asumamos esa práctica con mucha convicción. Alegres entonces cantemos.

Canto inicial. 3. Saludo inicial. Animador: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. La gracia y la paz de Dios que nos reconcilió consigo por Cristo, este con todos ustedes. Bendito sea Dios. Lector: hermanos y hermanas, el Señor nos dio la vida, nos eligió y nos envió con una MISIÓN. Nuestra misión es transformar la comunidad con nuestro testimonio especialmente con la pastoral del diezmo. Así mismo, somos o seremos diezmistas y además de lo que entregamos materialmente a la Iglesia somos animadores de la comunidad para que también ella descubra el valor del compartir. Jesús nos llama para ser fieles y comprometidos en el bien común. Todos: Señor Dios de amor y fuente de vida. Aquí está nuestro Diezmo. Traemos con alegría, libre y voluntariamente. Queremos hacer de este gesto una fuente de alegría para todos aquellos que serán beneficiados. Sabemos Señor que podemos más pero nos ponemos en camino, nos iniciamos para crecer cada vez más en esta práctica de generosidad. Sabemos de los beneficios que alcanzamos con esta práctica. Sabemos de la tentación de desistir, el desaliento. Pero también sabemos que tu generosidad y gratuidad hacia cada uno de nosotros. Ahora aprendemos poco a poco a compartir en esta escuela de la generosidad. Cada día y cada mes percibimos tu amor hacia nosotros. Nos reconforta y nos libera de las angustias, de las mezquindades, de nuestro egoísmo. Es un bálsamo suave. Percibimos tu presencia amorosa que nos llena el corazón y nos gratifica. Te agradecemos Señor. Que nunca nos falte el pan de cada día. Amén. Canto: 4. RECIBAMOS LA PALABRA DE DIOS Animador: recibamos la Palabra de Dios que nos enseña el camino del compartir. (se presenta la Biblia al grupo y pasa de mano en mano y luego se coloca en el centro). Canto: Lectura: Números 18,28-29 Reflexión: Animador: esta es una de las mejores reglas del diezmo: la mejor parte debe ser reservada para Dios. Esta es la regla principal. El diezmo fue entregado al

sacerdote Aaron. ¿Todos entregamos el diezmo en la Iglesia? Algunos creen que sustituyen su diezmo con prácticas de caridad, colaboración en los grupos, en campañas de solidaridad. ¿Es la práctica correcta? ¿Cuál es tu experiencia con el diezmo? ¿Exiges algo a cambio para entregar tu diezmo? Algo en particular. ¿Dónde y a quién debemos entregar el Diezmo? Y nosotros que trabajamos en la Iglesia, ¿entregamos nuestro diezmo? ¿POR QUÉ EL DIEZMO? Lector: ya escuchamos mucho sobre el Diezmo. Sabemos que es un gesto de agradecimiento a Dios y de reconocimiento de su poder y compromiso con la comunidad. Sabemos que el diezmo se destina al mantenimiento de la Iglesia en general. El diezmo tiene cuatro dimensiones: religiosa, eclesial, misionera y caritativa. Lector: la primera dimensión es la religiosa. En ella el fiel reconoce que todo viene de Dios. La consciencia del valor de los dones es al mismo tiempo consciencia de nuestra transitoriedad en el mundo. Eso nos lleva a participar de esta experiencia y usar los bienes con más libertad y desapego pues todos somos invitados por el Señor a buscar primero el REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA (Mt 6,33). Lector: la segunda dimensión es la eclesial. En ella los fieles experimentan la consciencia de ser miembros de la Iglesia, corresponsables para que la comunidad tenga lo necesario para la realización del culto divino y para el desarrollo de su Misión. Los fieles se abren para las necesidades de toda la Iglesia. La consciencia de ser Iglesia nos lleva a asumir más concretamente la vida comunitaria, participamos activamente en todo y recibimos el bien de la fe y damos testimonio real. De esta manera cada uno nos envolvemos en el esfuerzo de llevar adelante la Misión de la Iglesia de Cristo. Mediante nuestra práctica del diezmo la Iglesia cuenta con más posibilidades y recursos para la evangelización. Se afianza nuestro sentido de pertenencia a la Iglesia de Cristo. Es real. No es un simple cumplido o un rótulo. Lector: la tercera dimensión es la misionera. En ellas los fieles, corresponsables de su comunidad, toman consciencia de que muchas comunidades no logran responder a las necesidades de su comunidad y por lo tanto necesitan el apoyo de otras comunidades. La práctica del diezmo nos permite compartir con las comunidades más pobres y afianzar nuestro sentido de comunión. Vivimos concretamente la comunión y el compartir. Lector: la cuarta dimensión es la caridad. En ellas los fieles manifiestan el cuidado con los pobres. Una de las características de las primeras

comunidades cristianas fue que entre ellos nadie pasaba por necesidades porque todo se distribuía conforme a la necesidad de cada uno (Hch 4,34-35). La atención y el cuidado de los pobres es una característica de nuestra Iglesia. La opción preferencial por los pobres está explícitamente en nuestra fe en Cristo. La caridad para con los pobres es una dimensión constitutiva de nuestra misión. No es un accesorio ni un adorno. Es irrenunciable. Es nuestra esencia. Animador: de esta manera podemos concluir que el Diezmo tiene la misión de organizar el culto divino, promover y sustentar a los ministros, las obras de caridad, la misión de la Iglesia en todos los ámbitos. PARA DIALOGAR: - ¿Cuál es tu experiencia con tu comunidad? ¿Cómo te sientes? - ¿Puedes compartir tu experiencia de Dios? - ¿Cuáles son tus experiencia de conversión? - ¿Ya hiciste la experiencia del diezmo? - ¿Cómo puede ayudar tu diezmo a la misión de la Iglesia?

Animador: las personas tienen miedo de dar lo mejor para la Iglesia porque luego cree que le faltará para cubrir sus compromisos personales o familiares. No tengamos miedo. Hagamos nuestra experiencia de fe. Hagamos nuestras peticiones. 1. Señor, enséñanos a separar nuestro Diezmo con alegría y generosidad. Todos: Señor, que seamos diezmistas fieles. 2. Señor, ayúdanos a reconocer que la Iglesia es nuestra comunidad y el lugar donde debemos entregar nuestro diezmo. 3. Señor, fortalece nuestra pastoral en el servicio auténtico y comprometido.

Animador: Dios de misericordia, escucha nuestros pedidos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.