Encuentro 15 La Edificación Espiritual en La Pequeña Comunidad Corregido

LA EDIFICACIÓN ESPIRITUAL EN LA PEQUEÑA COMUNIDAD

SER COMUNIDAD Encuentro 15

eva Evangelización Hacia la Nu

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NTRODUCCIÓN

Buscando profundizar uno de los elementos fundamentales de la reunión semanal de la pequeña comunidad, hoy reflexionaremos sobre la edificación espiritual, como un ejercicio al servicio de la construcción de la misma.

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RACIÓN INICIAL

CANTO: A EDIFICAR LA IGLESIA ¡A edificar la Iglesia (2) a edificar la Iglesia del Señor! Hermano, ven, ayúdame; hermana, ven, ayúdame, a edificar la Iglesia del Señor.

Yo soy la Iglesia, tú eres la Iglesia, somos la Iglesia del Señor. Los blancos son la Iglesia, los negros... Los curas son la Iglesia, los laicos... Los niños son la Iglesia, los viejos...

SALMO 116: ACCIÓN DE GRACIAS Ant: Señor tu eres bueno, te damos gracias. INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO (Se sugiere hacer la Invocación que aparece en la carpeta u otra apropiada)

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LUMINACIÓN BÍBLICA

(Hacer Lectio Divina con el texto del Evangelio del Domingo próximo.)

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ATEQUESIS

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“Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como bronce que suena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo amor, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes, y 1. Tomado del Instructivo para Pequeñas Comunidades, Red Nacional de Nueva Evangelización, Pereira.

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entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, nada me aprovecha. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. El amor no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño. Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido. Ahora subsisten la fe, la esperanza y el amor, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es el amor. Busquen el amor”. (I Corintios 13,1‐13; 14,1) El hombre creado a imagen y semejanza de Dios, está invitado a vivir en el Amor, a ejemplo de esa misteriosa pero a la vez maravillosa comunión en el amor que forman el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Dios es Amor, es Comunión en el Amor, y en un acto de amor sin límites se abre al ser humano y le revela la hondura y grandeza del amor verdadero en la persona del Señor Jesús: "Tanto amó Dios al mundo que envió a su único Hijo para que todo el que crea en Él no perezca sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16). La vocación connatural del hombre al amor debe desarrollarse en comunidad, por tanto, la base de la comunidad cristiana es el amor ( 1 Jn 4,11‐13). Es el amor el que permite la acogida de los hermanos como don de Dios, la perseverancia en la pequeña comunidad y el compromiso en la construcción de la misma. Buscando que la pequeña comunidad, fruto del proceso de evangelización, se fortalezca como “comunidad de amor” (Cf. Deus Caritas Est No. 19), se propone el ejercicio de la edificación espiritual como una estrategia que ayuda a ser efectiva la comunión y el crecimiento comunitario. El momento central y más importante de la reunión semanal, es la edificación mutua, ya que es aquí precisamente donde se construye progresivamente la fraternidad de unos con otros, que es el objetivo de la pequeña comunidad. La oración nos abre el corazón y nos llena del amor de Dios, la Palabra despierta nuestra conciencia y deja en nosotros un profundo deseo de conversión, la catequesis nos alimenta y orienta a vivir como auténticos cristianos y en la edificación espiritual vertimos todo lo anterior, para empezar a hacer vida lo que ya tenemos en nosotros. La verdadera comunidad no puede reducirse sólo a lo “social”, lo “devocional” o lo “intelectual”, sino que su función principal es la construcción de la fraternidad.

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La edificación espiritual no debe tomarse como una obligación, sino como un brote espontáneo entre personas que han tenido la experiencia del encuentro con Dios, que se han convertido a Él y que, al reunirse para compartir su experiencia de vida cristiana, progresivamente van experimentando el amor de unos a otros, y esto los lleva a desear el bien de los demás, y en proporción de su caminar unidos en el Señor, se van conociendo y se van interesando por todos los aspectos de la vida de cada uno de los miembros de la comunidad. La edificación espiritual siempre debe hacerse en Dios y hacia Él, con el fin de ir construyendo el Cuerpo de Cristo en amor sincero y en interés profundo de unos por otros, acogiéndose y aceptándose incondicionalmente como personas. Nada de los demás nos debe ser indiferente. En la edificación espiritual es sumamente importante saber escuchar, interesarse realmente por el problema del otro, tener empatía, meterse en los zapatos del otro, para tratar de ver las cosas desde su punto de vista y todo a la luz de Dios y su Palabra. La edificación espiritual tiene varios aspectos y elementos que deben ser tocados en la reunión semanal, aunque no todos necesariamente en la misma reunión, pero que no pase mucho tiempo sin que se toque alguno. La propuesta es realizarla tres veces al mes y se puede tomar un aspecto distinto para cada reunión. a)Testimonio En este punto compartimos con los demás, la experiencia personal de Dios, lo que Él está haciendo en nosotros y a través de nosotros, lo que vamos conociendo de Él y su plan de amor en el caminar diario. Es un momento para proclamar la gloria de Dios y santificar su nombre, compartiendo con los demás su poder entre nosotros. Al compartir testimonios, nos edificamos, porque contagiamos la fe viva en un Dios realmente vivo y actuante en nuestras vidas. b)Revisión de vida Consiste en revisar los diferentes aspectos de nuestra vida, confrontándonos con la voluntad de Dios y su Palabra. Se revisarán específicamente todos los elementos del estado de vida de cada uno, para ver cómo, por dónde se puede y se va transformando por la presencia de Dios en: la familia, el trabajo, el estudio, la sociedad… En otra reunión se revisa cómo andamos en relación con los medios de crecimiento espiritual: Palabra, Oración y Eucaristía. Revisión que no debe quedarse en el solo

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análisis sino que lleve al cambio y a la transformación de aquellos aspectos que necesitan ser cambiados. c) Búsqueda de la voluntad de Dios Una vez que hemos revisado detenidamente nuestra vida, no sólo en un momento, sino ante cada nueva circunstancia que lo amerite, debemos buscar con sinceridad qué quiere Dios ante eso, y la comunidad es un elemento importante para ayudar a discernir la voluntad de Dios. Pero para que la comunidad pueda realmente ayudar en este discernimiento, ésta debe:   

Estar centrada en Cristo y no en intereses particulares Estar caminando en el Espíritu de Dios y no en los criterios del mundo En todo momento buscar agradar a Dios.

Y cada persona que, dentro de la comunidad busca con sinceridad la voluntad de Dios para su vida, debe estar en una actitud de “mutua corresponsabilidad”, confiando que Dios le manifiesta su voluntad en la comunidad creyente. Esto significa, no hacer ninguna cosa importante en la vida sin compartirlo y consultarlo con los hermanos de comunidad, pidiendo su discernimiento en un clima de oración. Esto no es que tengamos por fuerza que seguir lo que la comunidad nos dice, pero si escucharla. Un cristiano adulto busca la voluntad de Dios en su Palabra, en los Sacerdotes y en la pequeña comunidad, pero después de escuchar, él mismo debe decidir lo que cree es la voluntad de Dios. Por lo tanto no significa eludir la propia responsabilidad, sino decidir teniendo en cuenta el discernimiento comunitario. d) Corrección fraterna Siguiendo el criterio evangélico “Si tu hermano te ofende, ve y corrígelo, tú y él a solas. Si te escucha has ganado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de uno o dos, para que el asunto se resuelva por dos o tres testigos. Si no les hace caso, informa a la comunidad. Y si no hace caso a la comunidad considéralo un pagano o un recaudador de impuestos.” (Mateo 18,15‐17), es decir, una persona que se ha alejado mucho y por lo tanto necesita más ayuda y más oración, realizar la corrección con respeto, prudencia, sin constituirnos en jueces sino buscando el bien del hermano, teniendo en cuenta que la persona que está alejada es por la que hay que estar más preocupados y tener más misericordia. Este aspecto de la edificación espiritual necesita que la comunidad esté bien integrada y con cierta madurez para poder realizarla.

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DIFICACIÓN ESPIRITUAL

A partir de la catequesis compartida, ¿Qué significa para ti colocar la vida en fe, en tu pequeña comunidad?

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RACIÓN DE UNOS POR OTROS

PRECES ESPONTÁNEAS (alabanza, súplica, acción de gracias...) ORACIÓN: DE GRATITUD Gracias Padre, oh Dios del Cielo dueño absoluto y Creador sobre los cielos y tierra de tu doctrina de amor. Gracias por la esperanza que nos ayuda a vencer, la que nos muestra el camino y sostiene nuestra fe. Por tu bondad infinita, por tu amor y poder, bajo tu amparo y tu guía nos permites hoy crecer. Porque aún entre guerras internas nos sueles dar las armas que nos liberan: tu paz, tu amor, tu verdad.

Gracias Señor por la vida en toda su intensidad, por tu luz y la apertura que nos da la capacidad de ser y sentirnos libres para amar tu voluntad. Por tu gran misericordia que perdona la maldad. Por mostrarnos lo divino que existe en la humanidad. Porque pese a todo ruido al silencio o al dolor, presentimos tu presencia y podemos oír tu voz. Amén.

PADRE NUESTRO Y AVE MARÍA ABRAZO DE LA PAZ

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(Espacio para escribir las reflexiones)

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