ADMINISTRACIÓN ALEMANA DE POLONIA
Las tropas alemanas se acercan a Bydgoszcz. Polonia, 18 de septiembre de 1939. — Wide World Photo
Alemania atacó Polonia el 1 de septiembre de 1939. Al cabo de algunas semanas, el ejército polaco fue derrotado. Desde Prusia Oriental y Alemania en el norte y Silesia en el sur, las unidades alemanas, con más de 2.000 tanques y 1.000 aviones, atacaron las defensas polacas a lo largo de la frontera y avanzaron hasta Varsovia en un embate de encierro masivo. Después de un intenso bombardeo, Varsovia se rindió a los alemanes el 28 de septiembre de 1939. Gran Bretaña y Francia, que habían acordado defender a Polonia en caso de un ataque alemán, declararon la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939. La Unión Soviética ocupó Polonia oriental el 17 de septiembre de 1939, de conformidad con el pacto alemán-soviético de agosto de 1939. En octubre de 1939, Alemania anexó la mayor parte de Polonia occidental. El anterior corredor polaco y la Ciudad Libre de Danzig fueron incorporados a la nueva provincia alemana de Danzig-Prusia Occidental. El distrito de Ciechanow (Zichenau), directamente al sur de Allenstein (Olsztyn), Prusia Oriental, fue anexado a la provincia alemana de Prusia Oriental. La anterior provincia polaca de Poznan y parte de Lodz se combinaron en una nueva provincia llamada Warthegau. Finalmente, la parte polaca de Alta Silesia, una pequeña área del sudoeste de Polonia que incluía a las ciudades de Katowice y Oswiecim (Auschwitz), fue incorporada la provincia alemana de Silesia.
El resto de la dividida Polonia que quedó para Alemania según las disposiciones secretas de los acuerdos alemanes-soviéticos de agosto y septiembre de 1939 se organizó en el “Generalgouvernement” (Gobierno General) de Polonia el 26 de octubre de 1939. Los alemanes pusieron al Generalgouvernementbajo autoridad civil con sede en Cracovia. El líder administrativo fue el Gobernador General Hans Frank, abogado y seguidor de Adolf Hitler durante muchos años. La zona se dividió en cuatro distritos administrativos con sede en Cracovia, Varsovia, Radom y Lublin. Cuando Alemania invadió la Unión Soviética en junio de 1941, también conquistó Polonia oriental, que los soviéticos habían anexado según los acuerdos alemanessoviéticos de agosto y septiembre de 1939. La región de los alrededores de la ciudad de Bialystok se anexó en forma administrativa a la provincia alemana de Prusia Oriental,
aunque no se anexó formalmente a Alemania. En el sudeste de Polonia, la región circundante a Lvov (también conocida como Galicia) fue anexada como quinto distrito alGeneralgouvernement. Con la adición de Galicia, la población delGeneralgouvernement superó los 12 millones de habitantes. La parte central del este de Polonia pasó a ser parte de la recientemente establecida administración alemana de Ucrania, mientras que la parte nordeste de Polonia pasó a ser parte de la nueva región administrativa del Comisariato del Reich para el Ostland. Prácticamente toda Polonia siguió bajo ocupación alemana hasta la ofensiva soviética en Polonia oriental en el verano de 1944. ADOLF EICHMANN
Adolf Eichmann, el oficial de las SS encargado de deportar a los judíos europeos. Alemania, 1943. — DIZ Muenchen GMBH, Sueddeutscher Verlag Bilderdienst Uno de los actores cruciales en la deportación de los judíos europeos durante el Holocausto fue Adolf Eichmann (1906-1962), que nació en Solingen, Alemania el 19 de marzo de 1906. En su juventud, se mudó con su familia a Linz, Austria, donde completó la escuela básica y empezó su entrenamiento en ingeniería mecánica, pero sin finalmente terminar sus estudios. En los tiempos inciertos de la economía de los años veinte, pasó de trabajo en trabajo, como jornalero, oficinista, y viajante de comercio para la Vacuum Oil Company AG. En 1932, a instigación de un conocido, Ernst Kaltenbrunner, que luego serviría como su jefe en la Oficina Principal de Seguridad del Estado (Reichssicherheitshauptamt o RSHA), Eichmann se afilió al partido nacional-socialista austriaco (nazi), y las SS. En agosto de 1933, Eichmann se hizo socio de la "Legión Austríaca", una asociación organizada en Bavaria para miembros del partido nazi de Austria sin empleo; aquí Eichmann recibió entrenamiento militar por unos meses. En 1934, con el rango de SSScharführer (sargento primero) Eichmann se unió a la Oficina Principal del Servicio de Seguridad (Sicherheitsdienst(SD)-Hauptamt) y seguía trabajando para esta organización cuando se unió a la RSHA en 1939. A mediados de los años treinta, Eichmann trabajó para la oficina del SD II-112, que tenía entre sus objetivos la vigilancia de organizaciones judías. Asignado a una sección a cargo de actividades sionistas, Eichmann negoció con oficiales sionistas y hizo un tour de inspección de
Palestina en 1937; sus esfuerzos para promocionar una "emigración sionista de judíos de Alemania por cualquier medio" le fue útil para sus futuras actividades. Después del Anschluss en marzo de 1938, durante la cual él personalmente dirigió un asalto contra las oficinas de la Comunidad Cultural Judía, Eichmann trabajó para organizar una Oficina Central de Emigración Judía en Viena (Zentralstelle für jüdische Auswanderung), que abrió oficialmente el 20 de agosto de 1938. Según sus propias estimaciones, la Oficina Central "facilitó" la emigración de 110.000 judíos austriacos entre agosto de 1938 y junio de 1939. La Oficina Central tuvo tanto éxito en su emigración forzada que creó un modelo -- a menudo llamado el "modelo de Viena"-para una Oficina Central del Reich para la Emigración Judía (Reichzentrale für jüdische Auswanderung) que funcionó en toda Alemania. Eichmann comenzó a dirigir la Oficina Central en octubre de 1939. En ésta tuvo menos éxito, particularmente porque la deportación de judíos empezó a reemplazar la emigración como estrategia para lograr una Alemania sin judíos. En esta área, Eichmann iba a jugar un papel crucial. En el verano de 1939, Eichmann se hizo responsable de promover la expulsión de judíos checos del Protectorado de Bohemia y Moravia recién anexado, y creó otra Oficina Central para la Emigración Judía en Praga, siguiendo el modelo de la oficina en Viena. Poco después del estallido de laSegunda Guerra Mundial, organizó el primer intento actual de deportación masiva del llamado Gran Reich alemán. Eichmann coordinó la deportación de unos 3.500 judíos de Moravia y Viena hacia Nisko sobre el río San, en la parte de la Polonia ocupada por los alemanes que sería designada como el Generalgouvernement. Aunque problemas con las deportaciones y un cambio en la política alemana les pusieron fin, los jefes de Eichmann quedaron lo suficientemente satisfechos con su iniciativa como para asegurar que él continuaría jugando un papel en el futuro. Después de la creación de la RSHA en septiembre de 1939, Eichmann se trasladó del SD a la Gestapo y se convirtió en director de la sección (Referat) IV D 4 de la RSHA (Actividades de Liquidación, o Räumungsangelegenheiten) (1940), y después de marzo de 1941, IV B 4 (Asuntos Judíos, o Judenreferat). En octubre de 1940, Eichmann y la oficina IV D 4 organizaron la deportación de casi 7.000 judíos de Baden y Saarpfalz a áreas de la Francia no ocupada. Pero fue desde su posición en la sección IV B 4 de la RSHA, que Eichmann jugó su papel central en la deportación de más de 1,5 millones de judíos de toda Europa a campos y sitios de exterminio en la Polonia ocupada y en partes de la Unión Soviética ocupada. En el otoño de 1941, Eichmann, ahora un SS-Obersturmbannführer(Teniente Coronel) y el jefe de la sección IV B 4 de la RSHA, participó en las discusiones en las que se planeó la aniquilación de los judíos europeos. Como Eichmann iba a estar encargado de transportar los judíos de toda Europa a los campos de exterminio, el jefe de la RSHA
Reinhard Heydrich le pidió que preparase una presentación para la Conferencia de Wannsee, donde oficiales de la RSHA aconsejaron a las agencias apropiadas del gobierno y al partido nazi sobre la implementación de la "Solución Final". Eichmann también informó de estos planes a su red de oficiales, que lo ayudaría a llevar a cabo el trabajo de deportación en las áreas ocupadas por los alemanes, y en los países aliados del Eje. Prominentes entre estos "Eichmann-Männer" (hombres de Eichmann) eran su segundo Rolf Günther, Alois Brunner, Theodor Dannecker, y Dieter Wisliceny. En 1942, Eichmann y sus secuaces organizaron la deportación de judíos de Eslovaquia, Holanda, Francia y Bélgica. En 1943 y 1944 deportaron a los judíos de Grecia, el norte de Italia, y Hungría. Solamente en Hungría se involucró Eichmann directamente en el proceso de las deportaciones. Desde el fin de abril de 1944, seis semanas después que Alemania ocupó Hungría, hasta principios de julio de ese año, Eichmann y sus ayudantes deportaron a unos 440.000 judíos húngaros. Al fin de la guerra, Eichmann cayó prisionero de los estadounidenses, pero se escapó en 1946. Al fin, con la ayuda de miembros de la iglesia católica, logró huir a Argentina. Ahí vivió bajo varios alias, el más famoso Ricardo Klement. En 1960, agentes del Servicio de Seguridad Israelí (Mossad) raptaron a Eichmann y lo llevaron a Israel a ser procesado. El proceso ante un juzgado de distrito en Jerusalén atrajo atención internacional, e historiadores generalmente atribuyen a la cobertura de su juicio(especialmente a través del libro "Eichmann en Jerusalén" de Hannah Arendt) el despertar del interés publico en el Holocausto. El 15 de diciembre de 1961, Eichmann fue hallado culpable de crímenes contra la población judía. Fue ahorcado a medianoche entre el 31 de mayo y el 1 de junio de 1962; las autoridades judías cremaron sus restos y desparramaron sus cenizas en el mar más allá de las aguas Israelíes. ADOLF HITLER Y LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL: 1913-1919 Hitler se mudó a Munich, Alemania, en mayo de 1913. Lo hizo para evitar que lo arrestaran por evadir su obligación de servicio militar en la Austria de los Habsburgo, y financiado por la última cuota de la herencia de su padre. En Munich, siguió a la deriva, viviendo de sus acuarelas y bosquejos hasta que la Primera Guerra Mundial dio una dirección a su vida y una causa con la cual se comprometería totalmente. Según relatos que aún perduran, Hitler era un soldado valiente: fue ascendido al rango de cabo, resultó herido dos veces (en 1916 y 1918) y recibió varias medallas.
Aunque, según trascendió, no se brindaba a extensos discursos políticos en esta época, Hitler parecía ser arrastrado por un antisemitismo político cada vez más despiadado
promulgado por la extrema derecha y que se filtró en la jerarquía militar durante los dos últimos años de la guerra.
En octubre de 1918, Hitler quedó parcialmente ciego en un ataque de gas mostaza cerca de Ypres, Bélgica. Lo enviaron al hospital militar, donde recibió la noticia del armisticio del 11 de noviembre de 1918, cuando estaba recuperándose.
El fin de la guerra fue un desastre emocional para Hitler también. Provocó la amenaza de la desmovilización, lo cual lo separó de la única comunidad en la que se había sentido cómodo y lo devolvió a una vida civil en la que no tenía rumbo ni perspectivas profesionales. El ejército alemán (Reichswehr) empleó a Adolf Hitler como docente e informante confidencial. Fue en su carácter de informante confidencial que Hitler asistió a una reunión del Partido Obrero Alemán (Deutsche Arbeiterpartei, DAP) en una cervecería el 12 de septiembre de 1919.
Si sus años en Viena y el campo de batalla fueron etapas importantes para el desarrollo de una ideología global en Hitler, su servicio en el ejército en 1919 parece haber formado su compromiso con un antisemitismo basado en la teoría racial social de Darwin y la creación de un nacionalismo común fundado en la necesidad de combatir el poder externo e interno de los judíos. El 16 de septiembre de 1919, Hitler emitió su primer comentario escrito sobre el denominado problema judío. Definió a los judíos como una raza y no como una comunidad religiosa, describió el efecto de la presencia judía como una “tuberculosis racial de los pueblos” e identificó que la meta inicial del gobierno alemán era la legislación discriminatoria contra los judíos. La “meta final debe ser, definitivamente, la eliminación total de los judíos”. ADOLF HITLER: PRIMEROS AÑOS (1889–1913) Católico por bautismo, Adolf Hitler (1889-1945) nació el 20 de abril de 1889, en la ciudad fronteriza de Braunau am Inn, situada aproximadamente a 65 millas (105 km) al este de Munich y casi a 30 millas (48 km) al norte de Salzburgo en Alta Austria.
Su padre, Alois Hitler (1837-1903), fue un funcionario de aduana de nivel medio. Hijo natural de Maria Anna Schickelgruber, nació en 1837, Alois Schickelgruber cambió su nombre en 1876 por Hitler, el nombre de pila del hombre que se casó con su madre cinco años después de su nacimiento. La ilegitimidad de Alois Hitler daría lugar ya en la década de 1920 -y aún presente en la cultura popular actual- a la especulación de que el abuelo de Hitler era judío. Lo cierto es que nunca se encontró evidencia creíble que
avalara la noción de la ascendencia judía de Hitler. Los dos candidatos que es más probable que hayan sido el abuelo de Hitler fueron el hombre que se casó con su abuela y el hermano de ese hombre.
En 1898, la familia Hitler se mudó a Linz, la capital de Alta Austria. Hitler, que quería hacer carrera en las artes visuales, tuvo una amarga pelea con su padre, que quería que ingresara a la administración pública de Habsburgo. Tras la muerte de su padre, Hitler finalmente convenció a su madre, Klara Hitler (Pölzl, de soltera) de que le dejara perseguir su sueño de convertirse en un artista. Mientras ella se moría de cáncer de mama en el otoño de 1907, Hitler realizó el examen de ingreso a la Academia de Artes de Viena, pero no fue aceptado. A comienzos de 1908, unas semanas después de la muerte de Klara en diciembre de 1907, Hitler se mudó a Viena, al parecer con la esperanza de volver a intentar ingresar a la Academia de Artes.
Hitler vivió en Viena entre febrero de 1908 y mayo de 1913. Había crecido en una familia de clase media, con relativamente pocos contactos con gente judía, en una región del estado de Habsburgo en la que muchos nacionalistas alemanes se habían decepcionado por el hecho de que el Imperio Alemán, fundado en 1871, no había incluido a las regiones de habla alemana de la Monarquía de los Habsburgo. Sin embargo, el legado de los años en Viena no es tan claro como Hitler lo describe en su autobiografía política. El empobrecimiento y la vida en albergues para personas desamparadas comenzó solo un año después de su llegada, después de haber despilfarrado una generosa herencia dejada por sus padres, y de haber rechazado todos los argumentos de sus familiares vivos y amigos de la familia para que hiciera carrera en la administración pública.
A fines de 1909, Hitler conoció la verdadera pobreza cuando sus fuentes de ingresos se agotaron. Ese invierno, sin embargo, ayudado brevemente por un último obsequio de su tía, comenzó a pintar con acuarelas escenas de Viena para un socio comercial y consiguió dinero suficiente para subsistir hasta que partió rumbo a Múnich en 1913. Es posible que Hitler haya vivido y compartido el antisemitismo general que era común entre los nacionalistas alemanes de clase media. No obstante, él tenía relaciones personales y comerciales con judíos en Viena y, por momentos, dependió en parte de los judíos para su subsistencia. Esta pudo haber sido una excusa para disimular sus sentimientos reales hacia los judíos. No es sino después de la Primera Guerra Mundial que se puede demostrar que Hitler había adoptado una ideología “antisemita”.
En Viena, Hitler fue verdaderamente influenciado por dos movimientos políticos. El primero fue el nacionalismo racista alemán propagado por el político pangermano de Alta Austria, Georg von Schönerer. La segunda influencia clave fue la de Karl Lüger, alcalde de Viena desde 1897 hasta su muerte en 1910. Lüger, que todavía estaba en el poder cuando Hitler llegó a Viena, promovía un antisemitismo que era más práctico y organizacional que ideológico. No obstante, reforzó los estereotipos antisemitas e hizo ver a los judíos como enemigos de las clases media y baja alemanas. Por último, a diferencia de Schönerer, que siempre se había sentido más cómodo con el nacionalismo elitista de las fraternidades estudiantiles, Lüger se sentía más a gusto con las multitudes de las grandes ciudades y sabía cómo canalizar su protesta en su provecho político. Hitler tomó la ideología en gran parte de Schönerer, pero su estrategia y sus tácticas de Lüger. ALEMANIA: POBLACIÓN JUDÍA EN 1933
Una clase de primer grado en una escuela judía. Colonia, Alemania, 1929-1930. — US Holocaust Memorial Museum
Según el censo realizado el 16 de junio de 1933, la población judía de Alemania, incluida la región de Saar (que en ese momento todavía estaba bajo la administración de la Liga de las Naciones), era de aproximadamente 505.000 habitantes en una población total de 67 millones de personas, es decir, menos del 0,75 por ciento. Ese número representaba una disminución de los aproximadamente 523.000 judíos que vivían en Alemania en enero del mismo año. Esta reducción en parte se debió a la emigración que tuvo lugar después de la toma del poder nazi en enero (se calcula que durante 1933 emigraron de Alemania unos 37.000 judíos).
Casi el 80 por ciento (unos 400.000) de los judíos que estaban en Alemania tenían ciudadanía de ese país. El resto eran en su mayoría de ciudadanía polaca. Muchos de ellos habían nacido en Alemania y tenían condición de residencia permanente.
En Alemania, cerca del 70 por ciento de los judíos vivían en zonas urbanas y el 50 por ciento, en las 10 ciudades más grandes. El mayor centro demográfico de judíos estaba en Berlín (aproximadamente 160.000 en 1925), lo cual representaba menos del 4 por ciento de la población total de la ciudad. Le seguían Frankfurt am Main (cerca de 26.000), Breslavia (cerca de 20.000), Hamburgo (cerca de 17.000), Colonia (cerca de
15.000), Hannover (cerca de 13.000) y Leipzig (cerca de 12.000). No obstante, en 1933 uno de cada cinco judíos alemanes aún vivía en ciudades pequeñas. ALIANZA DEL EJE
Los líderes del Eje, Adolf Hitler y el primer ministro italiano Benito Mussolini, se reúnen en Munich, Alemania, 1940. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. La mayor parte de las naciones del mundo estuvieron implicadas en la Segunda Guerra Mundial. Mayormente, dos alianzas principales combatieron en la guerra: el Eje y los Aliados. El Pacto Tripartito del 27 de septiembre de 1940, que establecía una alianza entre Alemania, Italia y Japón, fue conocido como el eje Berlín-Roma-Tokio o como la alianza del Eje. Estos tres países reconocieron la hegemonía alemana sobre la mayor parte del continente europeo, la hegemonía italiana sobre el Mediterráneo y la hegemonía japonesa sobre Asia del Este y el Pacífico. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Eje incluyó a Eslovaquia (noviembre de 1940),Hungría (noviembre de 1940), Rumania (noviembre de 1940) y Bulgaria (marzo de 1941). Finlandia se unió a Alemania para luchar contra la Unión Soviética, pero no firmó el Pacto Tripartito y, técnicamente, no formaba parte de la alianza del Eje.Yugoslavia se unió a la alianza del Eje el 25 de marzo de 1941, pero se retiró dos días después tras un golpe de estado antialemán. Croacia, estado satélite fascista de reciente creación, se unió al Eje el 15 de junio de 1941, después de que Alemania y sus aliados invadieran y dividieran Yugoslavia. A pesar de que se trataba de un estado antidemocrático que simpatizaba con el Eje, España se negó a unirse a esta alianza y a entrar en guerra con los Aliados. La Segunda Guerra Mundial comenzó en Europa con la invasión alemana de Polonia el 1 de septiembre de 1939. El 3 de septiembre, Gran Bretaña y Francia, que habían acordado defender a Polonia en caso de ataque, declararon la guerra a Alemania como respuesta a la invasión. Italia entró en la guerra el 10 de junio de 1940. Japón, en guerra en Asia desde la década de 1930, expandió el conflicto con un ataque sorpresa a la flota americana el 7 de diciembre de 1941 en Pearl Harbor, Hawai. El Eje fue derrotado durante el curso de la Segunda Guerra Mundial. Italia firmó un armisticio con los Aliados en septiembre de 1943. Alemania se rindió de forma incondicional ante los Aliados en mayo de 1945 y lo mismo hizo Japón en septiembre de 1945. ALIYAH BET
El barco de Aliyah Bet (inmigración "ilegal") "Parita", llevando 850 refugiados judíos, atracado en un banco de arena a poca distancia de la costa de Tel Aviv. Los británicos arrestaron los pasajeros y los internaron en el campo de detención de Atlit. Palestina, el 21 de agosto de 1939. — Bildarchiv Preussischer Kulturbesitz
Aliyah Bet es el término hebreo que hace referencia a la inmigración clandestina de los judíos a Palestina entre 1920 y 1948, cuando Gran Bretaña controlaba la región. La palabra hebrea "aliyah" (literalmente, "ascensión") comúnmente se refiere a la inmigración a la Tierra de Israel, mientras que "bet" (el equivalente hebreo de la letra "B") en este caso implica algo extraoficial o secreto. La frase Aliyah Bet describe el movimiento de los refugiados judíos, muchos de ellos sobrevivientes del Holocausto, a quienes las autoridades británicas no permitieron entrar a Palestina. Iniciado por activistas sionistas a medida que se intensificaba la urgencia de que los judíos abandonen Europa, este fenómeno fue llamado por los británicos como inmigración "ilegal". En 1948, más de 100.000 personas habían tomado esta ruta, incluidos más de 70.000 sobrevivientes del Holocausto. La cantidad de inmigrantes a la que se le permitía oficialmente entrar en Palestina nunca satisfacía la demanda y, en períodos de crisis política, los británicos impusieron restricciones estrictas o incluso prohibieron el ingreso. Los refugiados judíos encontraron muchas formas de evadir los cupos de inmigración británicos. Sin embargo, el viaje en barco pronto se convirtió en el principal medio de transporte para Aliyah Bet, con miles de personas que llegaban cada año. En 1938, la Mosad l'Aliyah Bet (organización para la inmigración "ilegal", establecida por la dirigencia judía en Palestina) comenzó a coordinar estos esfuerzos. Durante la Segunda Guerra Mundial, Aliyah Bet continuó, pero a un ritmo más lento y en condiciones más peligrosas, con miles de vidas perdidas en el mar. A pesar de los peligros, se llevaron a cabo 62 de dichas travesías entre 1937 y 1944. Después de la Segunda Guerra Mundial, hubo un aumento drástico en la cantidad de refugiados judíos que intentaban entrar en Palestina. Los horrores del Holocausto, combinados con el antisemitismo y la violencia de la posguerra, impulsaron a la mayoría de los sobrevivientes a abandonar Europa. En particular, decenas de miles de personas que vivían en campos de refugiados, casi todos en la zona de ocupación estadounidense, intentaron unirse a la comunidad judía en Palestina. Organizados por la Mosad l'Aliyah Bet y a través de una red clandestina conocida como la Brihah (palabra hebrea que significa "escape"), los sobrevivientes del Holocausto se mudaron de los campos de refugiados (principalmente en Alemania, Austria e Italia) o
de otros lugares de la Europa Oriental a puntos de encuentro en ciudades portuarias (habitualmente en Italia, Francia, Yugoslavia o Grecia). Los barcos disponibles generalmente eran de baja calidad, con frecuencia viejos barcos de carga, y estaban atestados de pasajeros. Después del extenso e incómodo viaje, la Marina británica interceptaba el 90 por ciento de los barcos. Las autoridades británicas trasladaban a los refugiados a campos de detención, principalmente en la isla mediterránea de Chipre. Para 1948, los británicos mantenían 50.000 refugiados judíos en campos de detención en Chipre.
Esta política resultó ser un desastre en materia de relaciones públicas para el gobierno británico, debido a que la cobertura del periodismo extranjero sobre la situación penosa de los refugiados despertaba compasión. En particular, el caso del "Éxodo"concentró la opinión mundial. Este barco, que transportaba unos 4.500 refugiados judíos, zarpó de Francia en julio de 1947 y fue interceptado por buques destructores británicos incluso antes de ingresar en las aguas territoriales de Palestina. Los pasajeros se resistieron a dejar el barco y se desató la violencia, que culminó con tres refugiados muertos y muchos heridos. Los pasajeros fueron forzados a volver a Marsella, su lugar de embarque; no obstante, las autoridades francesas se rehusaron a retirarlos durante casi un mes. Finalmente, los británicos llevaron la embarcación a Hamburgo, retiraron a los pasajeros por la fuerza y los recluyeron en un centro de detención administrado por los británicos. La situación de los refugiados judíos, muchos de ellos recientemente liberados de campos de concentración nazis, retenidos en campos de detención en tierra alemana era perturbadora. También afectaba la imagen de los británicos como libertadores, lo que provocaba una protesta internacional. En noviembre de 1947, las Naciones Unidas votaron la división de Palestina en dos países (uno judío, otro árabe). Las tropas británicas comenzaron a retirarse de Palestina en abril de 1948, y en mayo de 1948 el líder sionista David Ben-Gurion proclamó el establecimiento del estado moderno de Israel. De inmediato se levantaron todas las limitaciones a la inmigración judía. ÁMSTERDAM
Rozetta Lezer Lopesdias-Van Thyn, a la izquierda, junto a una amiga, llevando en sus chaquetas la obligatoria Estrella de David. Amsterdam, Países Bajos, mayo de 19421943. — US Holocaust Memorial Museum
El 10 de mayo de 1940, los alemanes ocuparon los Países Bajos y establecieron una administración civil dominada por las SS (la guardia élite del estado nazi). Ámsterdam, la ciudad más grande del país, tenía una población judía de aproximadamente 75.000 habitantes, que aumentó a más de 79.000 en 1941. Los judíos representaban menos del 10 por ciento de la población total de la ciudad. De ellos, más de 10.000 eran judíos extranjeros que habían hallado refugio en Ámsterdam en la década de 1930.
El 22 de febrero de 1941, los alemanes arrestaron a cientos de judíos y los deportaron desde Ámsterdam al campo de concentración de Buchenwald primero, y luego al de Mauthausen. Casi todos fueron asesinados en Mauthausen. Los arrestos y este trato atroz conmocionaron a la población de Ámsterdam. Como respuesta, el 25 de febrero los activistas comunistas organizaron una huelga general, a la que se unieron muchas otras organizaciones de trabajadores. Se paralizaron las fábricas más importantes, el sistema de transporte y la mayoría de los servicios públicos. Después de tres días, los alemanes reprimieron brutalmente la huelga y en el proceso neutralizaron las organizaciones de resistencia holandesa. En enero de 1942, los alemanes comenzaron a trasladar a los judíos de las provincias a Ámsterdam, donde solo se les permitía acceder a ciertas secciones de la ciudad. Los judíos extranjeros y sin patria fueron enviados directamente al campo de tránsito de Westerbork. En julio de 1942, los alemanes comenzaron a deportar judíos en masa a campos de exterminio en la Polonia bajo ocupación, principalmente a Auschwitz, pero también a Sobibor. La administración de la ciudad, la policía municipal holandesa y los trabajadores ferroviarios holandeses colaboraron en las deportaciones, al igual que el partido nazi holandés (el Movimiento Socialista Nacional o NSB, por sus siglas en holandés). Las autoridades nazis alemanas y holandesas arrestaban judíos en las calles de Ámsterdam y los llevaban al punto de reunión para las deportaciones: el edificio del teatro municipal. Cuando se reunían cientos de personas en el edificio y en el patio trasero, se las transfería a Westerbork, adonde en octubre de 1942 los alemanes enviaron a todos los judíos que estaban en campos de trabajos forzados y sus familias. Al cabo de pocas semanas, se los deportaba a todos a Auschwitz-Birkenau. En mayo de 1943, las autoridades alemanas ordenaron que 7.000 judíos, incluidos los empleados del consejo judío en Ámsterdam, se reunieran en una plaza de dicha ciudad para su deportación. Solo 500 personas acataron la orden. La respuesta de los alemanes fue rodear el área judía y detener a sus habitantes, y desde mayo a septiembre de 1943, organizaron redadas para aprehender judíos en toda la ciudad.
Las propiedades que los judíos deportados dejaban atrás fueron confiscadas por los alemanes, quienes solamente en 1942 expropiaron y enviaron a Alemania el contenido
de casi 10.000 apartamentos de Ámsterdam. Para evitar que los deportaran, unos 25.000 judíos se escondieron, incluidos al menos 4.500 niños. Cerca de un tercio del total fueron descubiertos, arrestados y deportados. En conjunto, antes de la guerra pereció al menos el 80 por ciento de la comunidad judía holandesa.
En la primavera de 1945, las fuerzas canadienses liberaron a Ámsterdam y al resto de los Países Bajos. ANA FRANK
Extracto del diario de Ana Frank, el 10 de octubre de 1942: "Esta es una foto de mi como me gustaría verme todo el tiempo. Así quizás tendría todavía una chance de ir a Hollywood. Pero me temo que normalmente me veo muy diferente." Ámsterdam, Holanda. — Anne Frank Stichting Ana Frank era una de cientos de miles de niños judíos que murieron en el Holocausto. Nació en Frankfurt, Alemania en 1929, y huyó con su familia a Holanda después de la toma del poder por los nazis en 1933. Los alemanes ocuparon Ámsterdam en mayo de 1940. En julio de 1942, cuando Alemania empezó la deportación de los judíos de Holanda a los campos de exterminio de Auschwitz-Birkenau y Sobibor en la Polonia ocupada, Ana y su familia se escondieron con cuatro personas más, todos judíos. Por dos años, vivieron en un desván secreto atrás de la oficina de un negocio en la calle Prinsengracht No. 263. Amigos de la familia contrabandeaban comida y ropa para ellos, con gran riesgo a sus propias vidas. El 4 de agosto de 1944, la Gestapo (policía secreta estatal de los nazis), que había recibido la información de los vecinos holandeses, descubrió el escondite de los Frank. Los Frank fueron arrestados por la Gestapo y enviados al campo provisional de Westerbork. De allí, en septiembre de 1944, los nazis deportaron a los Frank y a los otros cuatro arrestados, a Auschwitz-Birkenau. En diciembre de 1944, Ana y su hermana Margot fueron transferidas al campo de concentración de Bergen-Belsencerca de Celle, en el norte de Alemania. Murieron de tifus en marzo de 1945, un mes antes de la liberación del campo. La madre de Ana fue asesinada en Auschwitz. Solo el padre de Ana, Otto, sobrevivió la guerra. Las fuerzas soviéticas liberaron a Otto en Auschwitz en enero de 1945. Mientras estuvo escondida, Ana mantuvo un diario en el cual anotaba sus miedos, esperanzas, y experiencias. Encontrado en el desván secreto después que la familia fue
arrestada, el diario fue guardado para Ana por una de las personas que ayudó a esconder a los Frank. Fue publicado después de la guerra en varios idiomas. Ana Frank se ha convertido en un símbolo de la promesa perdida con los niños que murieron en el Holocausto. EL ANTISEMITISMO
Una variedad de volantes, carteles y etiquetas antisemitas. Alemania, 1919. — Institute of Contemporary History and Wiener Library Limited La palabra antisemitismo quiere decir prejuicio o odio a los judíos. El Holocausto, la persecución y el asesinato auspiciado por el Estado de judíos por parte del régimen nazi y sus colaboradores entre 1933 y 1945, es el ejemplo de antisemitismo más extremo de la historia. En 1879, el periodista alemán Wilhelm Marr originó el término antisemitismo, denotando el odio a los judíos, y a varias tendencias políticas liberales, cosmopolitas u internacionales corrientes en los siglos XVIII y XIX y frecuentemente asociadas con los judíos. Estas tendencias incluían la igualdad de derechos civiles, la democracia constitucional, libre cambio, socialismo, capitalismo financiero, y pacifismo. El odio a los judíos, sin embargo, precedió a la época moderna y la acuñación del término antisemitismo. Entre las más comunes manifestaciones de antisemitismo a través las épocas estuvieron los pogroms (ataques contra judíos por las poblaciones locales, frecuentemente animados por las autoridades). Pogroms eran a menudo incitados por rumores que los judíos usaban la sangre de los niños cristianos para propósitos rituales. En la época moderna, el antisemitismo desarrolló una dimensión política. En el último tercio del siglo XIX, partidos políticos antisemitas se formaron en Alemania, Francia y Austria. Publicaciones como Protocolos de los Ancianos de Sión generaron o ayudaron teorías fraudulentas de una conspiración internacional judía. Un componente importante del antisemitismo político era el nacionalismo, cuyos adheridos a menudo denunciaban falsamente a judíos como ciudadanos desleales. El “movimiento voelkisch” xenófobo del siglo XIX —compuesto de filósofos, eruditos, y artistas alemanes que veían el espíritu judío como ajeno a la cultura alemana— formó la noción del judío como “no alemán”. Teóricos de antropología racial daban apoyo científico falso. El partido nazi, fundado en 1919 y guiado por Adolf Hitler, dio una expresión política a las teorías del racismo. En parte, el partido nazi ganó popularidad
con la diseminación de propaganda anti-judía. Millones compraron el libro de Hitler,Mein Kampf (Mi lucha), que pidió la eliminación de los judíos de Alemania. Con la subida al poder de los nazis en 1933, el partido ordenó boicots anti-judíos, organizó quemas de libros, y promulgó legislación anti-judía. En 1935, las Leyes de Nuremburg definieron los judíos por sangre y ordenaron la separación total de los “arios” y “no arios”, así legalizando una jerarquía racista. El 9 de noviembre de 1938, los nazis destrozaron sinagogas y las vidrieras de negocios de judíos por toda Alemania y Austria (un evento hoy conocido como el pogrom de Kristallnacht o Noche de Vidrios Rotos). Este evento marcó una transición a la época de destrucción, en la cual, dentro de la estructura de la Segunda Guerra Mundial, el genocidio sería el único foco del antisemitismo nazi.
ANTISEMITISMO NAZI Dentro del contexto de la depresión económica de la década de 1930 y a través de simbolismos no sólo racistas sino también de antiguos simbolismos sociales, económicos y religiosos, el partido nazi ganó popularidad y, después de tomar el poder, legitimidad, en parte por presentar a los "judíos" como el origen de una variedad de problemas políticos, sociales, económicos y éticos que enfrentaba el pueblo alemán.
Inspirados por las teorías de lucha racial de Adolf Hitler y la "intención" de los judíos de sobrevivir y expandirse a costa de los alemanes, los nazis, como partido oficialista de 1933 a 1938, ordenó boicots contra los judíos, organizó quema de libros y promulgó leyes contra los judíos. En 1935, las Leyes de Nuremberg definieron a los judíos por raza y obligaron la separación total de los "arios" de los "no arios". El 9 de noviembre de 1938, los nazis destruyeron sinagogas y las vidrieras de tiendas cuyos dueños eran judíos por toda Alemania y Austria (Kristallnacht). Estas medidas apuntaban a la segregación legal y social de los judíos de los alemanes y austriacos. Kristallnacht, el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939 y la invasión de la Unión Soviética en 1941 marcaron la transición a la era de la destrucción, en la cual el genocidio se convertiría en el objetivo primordial del antisemitismo nazi. Para justificar el asesinato de los judíos tanto ante los autores como ante los espectadores en Alemania y Europa, los nazis no sólo utilizaron argumentos racistas sino también argumentos derivados de estereotipos negativos antiguos, por ejemplo, que los judíos eran subversivos comunistas, especuladores y acaparadores de la guerra, y un peligro para la seguridad interna debido a su inherente deslealtad y oposición a Alemania. AUSCHWITZ
Entrada principal al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Polonia, fecha incierta. — Beit Lohamei Haghettaot El complejo de campos de concentración de Auschwitz fue el más grande que creó el régimen nazi. Incluía tres campos principales; en todos ellos los prisioneros eran utilizados para realizar trabajos forzados. Uno de los campos también funcionó durante mucho tiempo como campo de exterminio. Los campos estaban ubicados aproximadamente 59 kilómetros al oeste de Cracovia, cerca de la frontera germanopolaca de antes de la guerra, en la Alta Silesia, un área anexada por la Alemania Nazi en 1939 después de invadir y conquistar Polonia. Las autoridades de las SS crearon tres grandes campos principales cerca de la ciudad polaca de Oswiecim: Auschwitz I en mayo de 1940, Auschwitz II (también denominado Auschwitz-Birkenau) a comienzos de 1942 y Auschwitz III (también llamado Auschwitz-Monowitz) en octubre de 1942.
El complejo de campos de concentración de Auschwitz estaba subordinado a la Inspección de Campos de Concentración. Hasta marzo de 1942, la Inspección de Campos de Concentración era una agencia de la Oficina Central de las SS, y desde 1941, de la Oficina Central de Operaciones de las SS. Desde marzo de 1942 hasta la liberación de Auschwitz, la Inspección estuvo subordinada a la Oficina Central de Economía y Administración de las SS.
En noviembre de 1943, las SS decretaron que Auschwitz-Birkenau y AuschwitzMonowitz se convirtieran en campos de concentración independientes. El comandante de Auschwitz I continuó siendo el jefe de guarnición de todas las unidades de las SS asignadas a Auschwitz y se le consideraba el superior de los tres comandantes. Las oficinas de las SS donde se guardaban los archivos de los prisioneros y se dirigían las actividades que estos realizaban continuaron funcionando en Auschwitz I, desde donde se dirigía toda la operación. En noviembre de 1944, Auschwitz II se reunificó con Auschwitz I. Auschwitz III recibió el nuevo nombre de campo de concentración Monowitz.
Los comandantes del complejo de campos de concentración de Auschwitz fueron el Teniente Coronel de las SS Rudolf Hoess desde mayo de 1940 hasta noviembre de 1943, el Teniente Coronel de las SS Arthur Liebehenschel desde noviembre de 1943 hasta
mediados de mayo de 1944, y el Mayor de las SS Richard Baer desde mediados de mayo de 1944 hasta el 27 de enero de 1945. Mientras Auschwitz-Birkenau fue independiente (desde noviembre de 1943 hasta noviembre de 1944) sus comandantes fueron el Teniente Coronel de las SS Friedrich Hartjenstein desde noviembre de 1943 hasta mediados de mayo de 1944 y el Capitán de las SS Josef Kremer desde mediados de mayo hasta noviembre de 1944. El comandante del campo de concentración de Monowitz fue el Capitán de las SS Heinrich Schwarz, quien estuvo en ese cargo desde noviembre de 1943 hasta enero de 1945.
AUSCHWITZ I Auschwitz I, el campo principal, fue el primer campo creado cerca de Oswiecim. La construcción comenzó en mayo de 1940 en una barraca de artillería abandonada del ejército polaco, ubicada en las afueras de la ciudad. Las autoridades de las SS utilizaron todo el tiempo a los prisioneros como mano de obra forzada para ampliar el perímetro del campo. Durante el primer año de existencia de este campo, las SS y la policía limpiaron una zona de aproximadamente 40 kilómetros cuadrados para crear una “zona de desarrollo” reservada para uso exclusivo del campo. Los primeros prisioneros de Auschwitz fueron alemanes traídos desde el campo de concentración Sachsenhausen de Alemania (que habían sido encarcelados por ser delincuentes reincidentes) y presos políticos polacos de Lodz traídos del campo de concentración de Dachau y desde Tarnow en el distrito de Cracovia del Gobierno General (la zona de Polonia bajo ocupación alemana que no estaba anexada a la Alemania Nazi, unida administrativamente a la Prusia oriental alemana o incorporada al territorio soviético ocupado por Alemania). Al igual que la mayoría de los campos de concentración alemanes, Auschwitz I fue construido para cumplir tres objetivos: 1) encarcelar por un periodo indefinido a los enemigos (reales o presuntos) del régimen nazi y de las autoridades de la ocupación alemana en Polonia; 2) suministrar mano de obra forzada para las empresas de construcción de las SS (y luego para la producción de armamentos y otros elementos bélicos); y 3) tener un lugar donde eliminar físicamente a pequeños grupos escogidos de la población, cuya muerte las autoridades de las SS y de la policía consideraban esencial para la seguridad de la Alemania Nazi. Como muchos de los otros campos de concentración, Auschwitz I contaba con cámara de gas y crematorio. En un comienzo, los ingenieros de las SS construyeron una cámara de gas improvisada en el sótano del edificio de la prisión, el Edificio 11. Luego se construyó una cámara de gas permanente, más grande, como parte del crematorio original, en un edificio independiente fuera del recinto donde se encontraban los prisioneros.
En el hospital de la Barraca (Edificio) 10 de Auschwitz I, los médicos de las SS llevaron a cabo experimentos médicos. Realizaron investigaciones seudocientíficas en niños, mellizos y enanos y practicaron esterilizaciones forzosas, castraciones y experimentos de hipotermia en adultos. El más conocido de estos médicos fue el Capitán de las SS Dr. Josef Mengele.
Entre el crematorio y la barraca donde se realizaban los experimentos médicos se levantaba la “Pared Negra”, donde los guardias de las SS ejecutaron a miles de prisioneros.
AUSCHWITZ II La construcción de Auschwitz II, o Auschwitz-Birkenau, empezó en los alrededores de Brzezinka en octubre de 1941. De los tres campos creados cerca de Oswiecim, el campo de Auschwitz-Birkenau tuvo la mayor población de prisioneros. Estaba dividido en más de una docena de secciones separadas por cercas de alambre de púas electrificados y al igual que Auschwitz I, era patrullado por guardias de las SS, incluidos guardias con perros después de 1942. El campo incluía secciones para mujeres, hombres, un campo familiar para romaníes (gitanos) deportados de Alemania, Austria y del protectorado de Bohemia y Moravia, y un campo familiar para las familias judías deportadas del ghetto de Theresienstadt. Auschwitz-Birkenau también contaba con instalaciones para funcionar como centro de exterminio. Desempeñó un papel central en el plan alemán para exterminar a los judíos europeos. Durante el verano y el otoño de 1941, en el sistema de campos de concentración alemanes se utilizó el gas Zyklon B como un instrumento de muerte. En septiembre, en Auschwitz I, las SS probaron por primera vez este gas como instrumento de matanzas. El “éxito” de estos experimentos llevó a la adopción del Zyklon B en todas las cámaras de gas del complejo de Auschwitz. En un comienzo, las SS transformaron dos granjas cerca de Birkenau para utilizarlas como cámaras de gas. La cámara de gas “provisional” número I comenzó a operar en enero de 1942 y luego fue desmantelada. La cámara de gas provisional II operó desde junio de 1942 hasta el otoño de 1944. Las SS determinaron que estas instalaciones eran inadecuadas para la escala de exterminio que tenían prevista para Auschwitz-Birkenau. Cuatro crematorios grandes fueron construidos entre marzo y junio de 1943. Cada uno tenía tres componentes: un área para desnudarse, una gran cámara de gas y hornos crematorios. Las SS continuaron con las operaciones de gaseo en Auschwitz-Birkenau hasta noviembre de 1944.
DEPORTACIONES A AUSCHWITZ Los trenes llegaban con frecuencia a Auschwitz-Birkenau con transportes de judíos de casi todos los países de Europa ocupados por Alemania o de países aliados a ella. Estos transportes llegaron desde 1942 hasta fines del verano de 1944. Un desglose de las deportaciones por países arroja aproximadamente los siguientes números: Hungría: 426.000; Polonia: 300.000; Francia: 69.000; Países Bajos: 60.000; Grecia: 55.000; Bohemia y Moravia: 46.000; Eslovaquia: 27.000; Bélgica: 25.000; Yugoslavia: 10.000; Italia: 7.500; Noruega: 690; otros (incluidos los campos de concentración): 34.000. Con las deportaciones procedentes de Hungría, el papel de Auschwitz-Birkenau como instrumento del plan alemán para asesinar a los judíos de Europa alcanzó su efectividad máxima. Entre fines de abril y comienzos de julio de 1944, fueron deportados aproximadamente 440.000 judíos húngaros, de los que alrededor de 426.000 fueron a Auschwitz. Las SS enviaron aproximadamente a 320.000 directamente a las cámaras de gas en Auschwitz-Birkenau y utilizó alrededor de 110.000 para realizar trabajos forzados en el complejo de campos de concentración de Auschwitz. A las pocas semanas de su arribo, muchos de estos judíos húngaros que realizaban trabajos forzados fueron trasladados por las autoridades de las SS a otros campos de concentración en Alemania y Austria.
En total, aproximadamente 1,1 millones de judíos fueron deportados a Auschwitz. Además, las autoridades de las SS y de la policía deportaron alrededor de 200.000 víctimas de otras colectividades a Auschwitz, entre las que se incluyen: entre 140.000 y 150.000 polacos que no eran judíos, 23.000 romaníes y sintis (gitanos), 15.000 prisioneros de guerra soviéticos y otros 25.000 (civiles soviéticos, lituanos, checos, franceses, yugoslavos, alemanes, austriacos e italianos).
Los recién llegados a Auschwitz-Birkenau tenían que pasar por un proceso de selección. El personal de las SS decidió que la mayoría de ellos no era apta para realizar trabajos forzados y los envió inmediatamente a las cámaras de gas, que estaban disfrazadas como duchas para engañar a las victimas. Los efectos personales de las víctimas eran confiscados y clasificados en el galpón “Kanada” (Canadá) para ser enviados a Alemania. Para los prisioneros, Canadá simbolizaba la riqueza.
Al menos 960.000 judíos fueron asesinados en Auschwitz. Entre las demás víctimas se incluyen aproximadamente 74.000 polacos, 21.000 romaníes (gitanos), 15.000 prisioneros de guerra soviéticos y entre 10.000 y 15.000 ciudadanos de otras
nacionalidades (civiles soviéticos, checos, yugoslavos, franceses, alemanes y austriacos).
El 7 de octubre de 1944, varios cientos de prisioneros asignados al Crematorio IV en Auschwitz-Birkenau se rebelaron contra los guardias cuando se enteraron de que iban a ser asesinados. Durante el alzamiento, los prisioneros mataron a tres guardias y volaron el crematorio y la cámara de gas contigua. Los prisioneros utilizaron explosivos ingresados al campo de contrabando por mujeres judías que habían sido asignadas a trabajos forzados en una fábrica de armamentos cercana. Los alemanes sofocaron el alzamiento y asesinaron a casi todos los prisioneros que habían participado en la rebelión. Las mujeres judías que habían ingresado los explosivos de contrabando fueron ahorcadas públicamente a comienzos de enero de 1945.
Las operaciones de gaseo continuaron, sin embargo, hasta noviembre de 1944; entonces las SS, por órdenes de Himmler, inhabilitaron las cámaras de gas que aún estaban en funcionamiento. En enero de 1945, las SS destruyeron las instalaciones de gaseo restantes, al ver que las fuerzas soviéticas se aproximaban.
AUSCHWITZ III Auschwitz III, también conocido como Buna o Monowitz, fue creado en octubre de 1942 para albergar a prisioneros asignados a realizar trabajos en la fábrica de caucho sintético de Buna, ubicada en las afueras del pueblo polaco de Monowice. En la primavera de 1941, el conglomerado alemán I. G. Farben instaló una fábrica en la que sus ejecutivos pretendían explotar la mano de obra de los campos de concentración para fabricar caucho sintético y combustibles. I. G. Farben invirtió en Auschwitz III más de 700 millones de Reichsmarks (alrededor de 1,4 millones de dólares, a valores de 1942). Desde mayo de 1941 hasta octubre de 1942, las SS habían transportado a prisioneros desde Auschwitz I al “Destacamento Buna”, al principio a pie y luego por tren. A partir de la construcción de Auschwitz III en el otoño de 1942, este campo fue usado como lugar de residencia para los prisioneros utilizados en Buna. Auschwitz III también contaba con un denominado Campo de Educación para el Trabajo para prisioneros no judíos acusados de violar la disciplina del trabajo impuesta por Alemania.
SUBCAMPOS DE AUSCHWITZ
Entre 1942 y 1944, las autoridades de las SS en Auschwitz crearon 39 subcampos. Algunos de ellos fueron creados dentro de la zona designada oficialmente como “zona de desarrollo”, que incluía a Budy, Rajsko, Tschechowitz, Harmense y Babitz. Otros como Blechhammer, Gleiwitz, Althammer, Fuerstengrube, Laurahuette y Eintrachthuette se emplazaron en la Alta Silesia al norte y al oeste del río Vístula. Algunos subcampos se emplazaron en Moravia, como los de Freudental y Bruenn (Brno). En general, los subcampos que producían o procesaban productos agrícolas estaban administrativamente subordinados a Auschwitz-Birkenau; mientras que los subcampos cuyos prisioneros eran utilizados para la producción industrial y de armamentos o en industrias de extracción (por ejemplo: minas de carbón, canteras) estaban administrativamente subordinados a Auschwitz-Monowitz. Después de noviembre de 1943, esta división de responsabilidades administrativas adquirió carácter formal. Los prisioneros de Auschwitz eran utilizados para trabajar en grandes granjas, entre ellas la estación de agricultura experimental en Rajsko. También eran forzados a trabajar en minas de carbón, canteras de piedra, factorías de pescado y especialmente en industrias de armamentos como la Fábrica de Armamentos Alemanes (creada en 1941) que era propiedad de las SS. Periódicamente los prisioneros eran sometidos a una selección. Si las SS consideraban que estaban demasiado débiles o enfermos para continuar trabajando, eran transportados a Auschwitz-Birkenau y asesinados.
En Auschwitz I, los prisioneros seleccionados para realizar trabajos forzados eran registrados y tatuados con números de identificación en el brazo izquierdo. Luego se los asignaba a trabajos forzados en el campo principal o en otras partes del complejo, incluidos los subcampos.
LA LIBERACIÓN DE AUSCHWITZ A mediados de enero de 1945, al ver que las fuerzas soviéticas se acercaban al complejo de campos de concentración de Auschwitz, las SS comenzaron a evacuar Auschwitz y sus subcampos. Las unidades de las SS obligaron a casi 60.000 prisioneros a marchar hacia el oeste desde Auschwitz. Miles habían sido asesinados en los campos en los días previos al inicio de estas marchas de la muerte. Decenas de miles de prisioneros, en su mayoría judíos, fueron obligados a marchar 55 kilómetros con rumbo noroeste hacia Gliwice (Gleiwitz), junto con prisioneros de subcampos ubicados en el este de la Alta Silesia, como Bismarckhuette, Althammer y Hindenburg; o con rumbo este a lo largo de 63 kilómetros (aproximadamente 35 millas) hacia Wodzislaw (Loslau) en la parte occidental de la Alta Silesia, junto con prisioneros de los subcampos ubicados al sur de
Auschwitz, tales como Jawischowitz, Tschechowitz y Golleschau. Los guardias de las SS fusilaban a todo aquel que se rezagaba o que no podía continuar. Durante estas marchas los prisioneros también padecieron frío, hambre y las inclemencias del tiempo. Al menos 3.000 prisioneros murieron sólo en el camino a Gliwice; se estima que 15.000 prisioneros murieron durante las marchas de evacuación desde Auschwitz y los subcampos. Al llegar a Gliwice y Wodzislaw, los prisioneros fueron cargados en trenes de carga sin calefacción y transportados a campos de concentración en Alemania, especialmente a Flossenbürg, Sachsenhausen, Gross-Rosen, Buchenwald, Dachau y también a Mauthausen en Austria. El viaje en tren duró días. Sin comida, sin agua, sin refugio ni abrigo, muchos de los prisioneros murieron en el viaje.
A fines de enero de 1945, los oficiales de las SS y de la policía obligaron a 4.000 prisioneros a evacuar a pie Blechhammer, un subcampo de Auschwitz-Monowitz. Las SS asesinaron alrededor de 800 prisioneros durante la marcha hacia el campo de concentración de Gross-Rosen. Los oficiales de las SS también asesinaron a 200 prisioneros que se quedaron en Blechhammer como consecuencia de las enfermedades o en el intento por ocultarlos. Tras una pequeña pausa, las SS transportaron alrededor de 3.000 prisioneros de Blechhammer desde Gross-Rosen al campo de concentración de Buchenwald en Alemania.
El 27 de enero de 1945, el ejército soviético ingresó a Auschwitz, Birkenau y Monowitz y liberó a alrededor de 7.000 prisioneros, que en su mayoría se encontraban enfermos y moribundos. Se estima que las SS y la policía deportaron al complejo de Auschwitz a por lo menos 1,3 millones de personas entre 1940 y 1945. De estos deportados, 1,1 millones fueron asesinados por las autoridades del campo. AUSCHWITZ A TRAVÉS EL LENTE DE LAS SS: EL ÁLBUM
El comienzo de una ceremonia. — US Holocaust Memorial Museum El álbum fotográfico de Karl Höcker documenta visitas y ceremonias oficiales en Auschwitz e incluye también fotografías más personales, mostrando las varias actividades sociales que disfrutaban él y otros miembros del personal de Auschwitz.
Muchas de las fotos más notables fueron tomadas en Solahütte, una pequeña y poco conocida estación de las SS ubicada a unos 30km al sur de Auschwitz sobre el rió Sola. Archivos revelan que las SS recompensaban a los guardias de Auschwitz que trabajaban de una manera ejemplar con un viaje a Solahütte. Danuta Czech, en su crónica diaria del campo escribió que el 18 de agosto de 1944, “el soldado raso de las SS Johann Antoni y el hombre de las SS Hans Kartusch de la tercera compañía de la guardia de Auschwitz II recibieron ocho días de permiso especial en el centro de recreo de las SS de Solahütte, como reconocimiento por el uso exitoso de sus armas durante el escape de cuatro prisioneros, a pesar de la oscuridad.”
Aunque hay fotos tomadas durante visitas a Solahütte por todo el álbum, una serie de fotos documentan un encuentro social en Solahütte para la jerarquía de las SS. Entre los presentes estaban algunos de los oficiales más conocidos del sistema de campos de concentración.
Rudolf Höss, el ex comandante, volvió a Auschwitz entre mayo y julio de 1944 específicamente para supervisar la llegada de los judíos húngaros. Josef Kramer era el comandante de Auschwitz-Birkenau. Después, como comandante de Bergen-Belsen, seria conocido como la “Bestia de Belsen”. Y el Doctor Josef Ménguele seguía, al tiempo de esta foto, seleccionando “muestras” para sus experimentos médicos de entre los transportes recién llegados de judíos húngaros. Höcker y Baer están ahí, mostrados en conversación con Höss, Kramer, y Ménguele, a con otros oficiales que non han sido identificados todavía.
Quizá la foto más extraordinaria muestra un acordeonista conduciendo un “canto a coro” para aproximadamente 70 hombres de las SS. En la primera fila del grupo está Höcker, SS-Hauptscharführer Otto Moll (el supervisor de las cámaras de gas) Höss, Baer, Kramer, Franz Hössler (comandante del recinto de prisioneras en Birkenau), y Ménguele. Estas son algunas de las únicas fotos conocidas de algunos de estos hombres, incluyendo Ménguele, tomadas mientras estaban asignados a Auschwitz.
Varias paginas están dedicadas a una excursión de un día para las SS Helferinnen (auxiliares mujeres, mujeres jóvenes que trabajaban para las SS como especialistas en comunicaciones) el 22 de julio de 1944. Llegan a Solahütte y bajan corriendo una rampa acompañadas por la música de un acordeonista. Una pagina entera de seis fotos titulada “Hier gibt es Blaubeeren” (Acá están las moras azules) muestra a Höcker distribuyendo platos de moras azules frescas a las mujeres jóvenes sentadas sobre una
cerca. Cuando las mujeres terminan de comer dramáticamente las moras azules para la cámara, una chica posa con lagrimas falsas y un bol invertido. Solamente a unas millas ese mismo día, 150 prisioneros (judíos y no judíos) llegaron en un transporte a Auschwitz. Las SS seleccionaron a 21 hombres y 12 mujeres para trabajar, y asesinaron el resto de los miembros del transporte en las cámaras de gas.
Varias paginas muestran una ceremonia el 1 de septiembre de 1944, conmemorando la inauguración del hospital militar de las SS a la entrada de Birkenau. Los festejos incluyeron una guardia de honor y presentaciones oficiales por Baer y Doctor Enno Lolling. Decenas de oficiales nazi incluyendo muchos de los médicos (más notablemente los doctores Eduard Wirths y Carl Clauberg) y las enfermeras asistieron a la ceremonia. Los Aliados bombardearon el hospital de campo el 26 de diciembre de 1944, donde murieron cinco miembros del personal de las SS.
El álbum también contiene fotografías tomadas muy probablemente en la secuela de ese mismo ataque aéreo del 26 de diciembre de 1944. Estas fotos fueron tomadas solamente unas semanas antes de la evacuación por las SS del campo para prevenir su toma por las tropas soviéticas. Ese día, el grupo de bombardeo 455º de los Estados Unidos atacó blancos en las afueras de Birkenau, donde el hospital militar estaba ubicado, y en las fábricas y refinerías asociados con Auschwitz (ubicados en Auschwitz III-Monowitz). Las fotos de Höcker, con la leyenda “Beisetzung von SS-Kameraden nach einem Terrorangriff” (El entierro de nuestros compañeros de las SS después de un ataque de terrorismo) muestra un desfile con coches de caballos fúnebres, diecisiete ataúdes cubiertos con banderas, y un grupo grande de dolientes, incluyendo viudas y niños. En el servicio fúnebre de las SS hubo ofrendas de coronas, muchas flores, y una guardia de honor militar. Un mes después, las tropas soviéticas liberaron a Auschwitz. AUSCHWITZ A TRAVÉS EL LENTE DE LAS SS: UN CUENTO DE DOS ÁLBUMES
La selección de judíos húngaros en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, mayo de 1944. — Yad Vashem Photo Archives Una comparación del álbum de Höcker y el otro álbum conocido de Auschwitz es adecuada y necesaria. El dueño original de ese álbum, Lili Jacob (luego Zelmanovic Meier), fue deportada con su familia a Auschwitz a fines de mayo de 1944 de Bilke (hoy
Bil'ki, Ucrania), un pueblo pequeño cerca de Berehovo en la región de la Rusia transcárpata que era en ese entonces parte de Hungría. Llegaron el 26 de mayo de 1944, el mismo día que fotógrafos profesionales fotografiaron la llegada del tren y el proceso de selección. Richard Baer y Karl Höcker llegaron a Auschwitz unos pocos días antes de la llegada de este transporte. Después de sobrevivir a Auschwitz, trabajos forzados en Morchenstern, un subcampo de Gross-Rosen, y un traslado a DoraMittelbau donde fue liberada, Lili Jacob descubrió un álbum conteniendo estas fotografías en el cajón de una mesita de luz en un cuartel abandonado de las SS, mientras se recuperaba de tifus. En el álbum, Lili Jacob descubrió primero una foto de su rabino y después encontró también una foto de ella misma, y de muchos de sus vecinos y parientes, incluyendo una foto famosa de sus dos hermanos menores Yisrael y Zelig Jacob. Trajo el álbum original con ella cuando inmigró a los Estados Unidos. Luego publicadas muchas veces, estas imágenes se usaron como prueba en el juicio de Auschwitz en Frankfurt (en el cual Lili Jacob testificó y Karl Höcker fue acusado). En 1983, Lili Jacob donó el álbum de fotografías de la llegada de su transporte a Auschwitz, a Yad Vashem.
No sabemos porque el álbum que descubrió Lili fue creado; posiblemente, el dueño original era Richard Baer, el superior de Höcker. Baer no era solamente el comandante de Auschwitz cuando los judíos húngaros llegaron, sino también el comandante de Dora-Mittelbau, donde fue descubierto el álbum. Sin embargo, es critico ver los dos álbumes uno al lado del otro, porque nos permite presenciar como las SS crearon dos panoramas distintos de la realidad. Lo que es más llamativo del álbum de Auschwitz de Höcker es que no hay fotos de los prisioneros, ni siquiera merodeando en el fondo de las fotos tomadas dentro de Auschwitz mismo.
Aunque el álbum de Höcker no muestra ninguna acción criminal ni inmoral, uno es golpeado por la amoralidad del álbum. Su álbum contiene ninguna foto de las cámaras de gas, cámaras de tortura, ni de trabajos forzados. En vez, captura a los oficiales de las SS ocupándose de sus tareas, socializando, disfrutando del buen tiempo y llevando luto por los compañeros caídos, aparentemente inconscientes de la magnitud de los crímenes que están perpetrando o permitiendo. AUSCHWITZ A TRAVÉS EL LENTE DE LAS SS: FOTOS DE LOS LÍDERES NAZIS EN EL CAMPO
La tapa del álbum fotográfico
— US Holocaust Memorial Museum
Introducción En enero de 2007, el Archivo del Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos recibió una donación de un álbum fotográfico. La inscripción en la primera pagina “Auschwitz 21.6.1944” señaló la rareza del álbum -- existen muy pocas fotografías tomadas durante la guerra del complejo de campos deAuschwitz, que incluía Auschwitz-Birkenau, el centro de exterminio nazi más grande. Aunque su nombre no aparece en ninguna parte del álbum, las fechas de las fotos y varias decoraciones incluyendo cuerdas de ayudante sobre el uniforme del dueño del álbum, indican que el álbum casi ciertamente era de y fue creado por SS-Obersturmführer Karl Höcker, el ayudante del comandante de Auschwitz, SS-Sturmbannführer Richard Baer. Höcker fue asignado a Auschwitz de mayo de 1944 hasta la evacuación del campo en enero de 1945. Las fotografías muestran a Höcker con otros oficiales de las SS en Auschwitz durante el verano y otoño de 1944 y nos dan un nuevo entendimiento de sus vidas y actividades dentro del campo. Aun en los últimos meses de la guerra, después que las tropas soviéticas habían liberado campos de concentración y de trabajos forzados al este, los oficiales de las SS apostados en Auschwitz disfrutaban de funciones sociales y ceremonias formales. El álbum muestra Auschwitz durante un periodo crucial -- el periodo durante la cual las cámaras de gas funcionaban a máxima capacidad -mientras los judíos húngaros llegaban y durante los últimos meses antes de la evacuación del campo. El único otro álbum conocido de fotografías tomadas en Auschwitz, publicado como el “álbum de Auschwitz” (la primera publicación en 1980), muestra específicamente la llegada de los judíos húngaros y el proceso de selección que las SS impusieron sobre ellos.
En diciembre de 2006, un teniente coronel retirado del ejército estadounidense y ex miembro del cuerpo de contrainteligencia (CIC) escribió al archivo del Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos. Como uno de sus varias tareas como agencia de inteligencia militar, el CIC condujo investigaciones de perpetradores nazis para los fiscales de los Estados Unidos en la oficina del fiscal militar general después de la Segunda Guerra Mundial. Mientras estaba prestando servicios en Alemania en 1946, este oficial había encontrado un álbum fotográfico en un
departamento abandonado en Frankfurt y lo había llevado a su casa. Ahora viejo, estaba listo para donarlo al museo, pero quería que su donación quedara anónima.
Karl Höcker, el oficial de las SS dueño del álbum, está en casi todas las páginas de fotografías, pero raramente aparece en documentos históricos. Sin embargo era el ayudante al comandante del complejo de Auschwitz durante algunos de los meses más asesinos de la existencia del campo. Quien era? Como llegó a Auschwitz? Que hizo ahí?
Karl Höcker nació en Engershausen, Alemania, en diciembre de 1911, y era el menor de seis hijos. Su padre, un obrero de la construcción, murió en la Primera Guerra Mundial, y su madre luchó para mantener a su familia. Höcker, que trabajaba de cajero de un banco en Lubbecke, se alistó en las SS en 1933 y se afilió al partido nazi en 1937. Se casó en 1937, tuvo una hija en 1939, y en octubre de 1944, tuvo un hijo. Al estallar la guerra, Höcker fue asignado al campo de concentración de Neuengamme y pasó la guerra entera administrando varios campos de concentración. En 1943, era el ayudante del comandante de Lublin-Majdanek.
Cuando el SS-Sturmbannführer Richard Baer fue nombrado comandante de Auschwitz en mayo de 1944, Höcker también fue reasignado al campo, de nuevo en el puesto de ayudante. Antes de que fuese ejecutado por crímenes de guerra, Rudolf Höss, el comandante más famoso de Auschwitz, describió el papel del ayudante en sus memorias:
[El ayudante] es el primer asistente del Kommandant. Debe asegurar que ningún evento importante en el campo quede desconocido al Kommandant. El ayudante es el superior de todos los suboficiales y la tropa del personal del Kommandant… El oficial de día y el comandante de la primera guardia reportan al ayudante, le presentan sus informes de trabajo y los firman…fuente: Rudolf Höss. Death Dealer: The Memoirs of the SS Kommandant at Auschwitz. (New York: De Capo Press, 1996). Höcker se permaneció en Auschwitz hasta su evacuación, y después se fue con Baer en enero de 1945 cuando Baer asumió control de Dora-Mittelbau. Höcker huyó antes de que los Aliados liberaran el campo. Las tropas británicas lo capturaron cerca de Hamburgo en posesión de la identidad de un soldado de combate. Sin una descripción precisa de él, las autoridades británicas liberaron a Höcker en 1946 después de solamente 18 meses de encarcelación en un campo de prisioneros de guerra. Hasta que fiscales de la Alemania occidental empezaron a buscarlo como consecuencia del juicio de Eichmann, nadie lo fue a buscar. Resumió su vida en Engerhausen con su esposa y
dos hijos. Se había entregado por un procedimiento de de-nazificación en 1952 pero no cumplió ninguna condena. Empezó a hacer jardinería en su tiempo libre y era jefe cajero del banco regional en Lubbecke. Aunque perdió su trabajo cuando fue acusado en 1963 durante los procedimientos de Auschwitz en Frankfurt de 1963-1965, fue contratado de vuelta en 1970 después de su liberación. AUSCHWITZ A TRAVÉS EL LENTE DE LAS SS: EL JUICIO DE FRANKFURT
La rampa en Birkenau, mayo de 1944. — Yad Vashem Photo Archives
En 1963, Karl Höcker finalmente enfrentó cargos penales en el Juicio de Auschwitz en Frankfurt. La inmensa mayoría de su testimonio se centró sobre si había o no servido en “la rampa”; es decir si participó en el proceso de selección que determinaba cuales de los nuevos prisioneros iban a vivir y cuales iban a morir. Höcker testificó que no había elegido el personal de la rampa; nunca había trabajado en la rampa ni había asistido a una selección; nunca había visto la ejecución de un prisionero, y solamente se dio cuenta de la existencia de las cámaras de gas después de su llegada a Auschwitz. Aunque algunos de los testigos declararon que Höcker debió haber trabajado en la rampa, nadie pudo decir con seguridad que había estado ahí. No aparece en la rampa en ninguno de los álbumes fotográficos. Sin embargo, el álbum personal de Höcker lo muestra en contacto directo con los principales perpetradores en Birkenau -- Höss, Kramer, Méngüele y aun el jefe de los crematorios, Moll. Höcker aparece con ellos no solamente en una ocasión, pero casi en cada página. Puesto que muchos de sus colegas de las SS participaron en el proceso de selección, sus declaraciones que no sabía de las selecciones no son creíbles.
Aunque el tribunal en Frankfurt decidió que Höcker, como ayudante de Baer, era generalmente co-responsable del transporte de judíos a Auschwitz-Birkenau en el momento cuando las cámaras de gas estaban operando a más de su máxima capacidad, y que tenía conocimiento especifico de la llegada de transportes a través de telegramas que los anunciaban, los fiscales no pudieron probar que él personalmente participó de los asesinatos. Aunque no pudo ubicar a Höcker sobre la rampa, el tribunal lo declaró
culpable de ayudar y instigar en el asesinato de 1.000 personas en cuatro ocasiones distintas. Fue condenado a solamente siete años de prisión. Con la deducción del tiempo en prisión ya cumplido, Höcker fue liberado en 1970. Recuperó su trabajo como jefe cajero del banco regional en Lubbecke. Karl Höcker murió en 2000 a los 88 años.
Miles de testimonios de sobrevivientes describen las experiencias traumáticas de los prisioneros, pero poco documenta el mundo completamente diferente en que vivían las SS solamente a unos pocos kilómetros. Sin embargo es importante examinar Auschwitz en su totalidad. La gente fotografiada en el álbum de Höcker es la misma que facilitó la llegada del transporte de Lili Jacob. Las fotos en el álbum de Höcker fueron tomadas solamente semanas después de las del álbum de Jacob. Auschwitz no era un campo radicalmente distinto en esas semanas – el personal era igual, el terreno igual, los crímenes iguales. Ya que la única otra colección importante de fotografías del campo fue tomada en 1942, cuando Himmler hizo su visita de inspección, la adición de las fotografías de Höcker al discurso histórico es particularmente valioso. Como se puede entender como ocurrió el Holocausto sin mirar a los perpetradores de los crímenes? La vida del personal de Auschwitz, tal como la pinta el álbum de Höcker parece generalmente feliz y benigna.
Las fotografías tomadas durante la Navidad de 1944 muestran que incluso hasta justo el fin, las SS tuvieron el tiempo y la inclinación para divertirse. Los hombres en las fotografías de Höcker no parecen ser sadistas, sino buenos soldados descansando de su duro trabajo. Quizás esto no es sorprendente. En el juicio de Auschwitz, Höcker negó consistentemente haber cometido ninguna maldad.
Similarmente, Rudolf Höss mantuvo en su autobiografía que a pesar de su papel central en la Solución Final, era todavía una persona moral y decente. Escribió, “El publico general simplemente continúa viéndome como una bestia sanguinaria, el sadista cruel, el asesino de millones, porque las masas no pueden concebir al comandante de Auschwitz de ninguna otra manera. Nunca podrían entender que también tenía un corazón y que no era malo.” Como hombres como Karl Höcker reconciliaban estos dos lados de sus vidas y sus personalidades continua siendo una de las preguntas más inquietantes y sin contestar, y quizás incontestable, del Holocausto. Por esta razón, su álbum es un documento tan impactante y fascinante. AUSTRIA
La multitud vitorea a Hitler a su entrada en Viena. Austria, marzo de 1938. — Wide World Photo
Antes de la Segunda Guerra Mundial, los judíos desempeñaban un papel importante en la vida económica y cultural de Austria. En 1938, Austria tenía aproximadamente 192.000 habitantes judíos, lo cual representaba casi el 4 por ciento de la población total. La abrumadora mayoría de judíos austriacos vivían en Viena, la capital, un importante centro de la cultura, el sionismo y la educación judíos. Los judíos constituían cerca del 9 por ciento de la población de la ciudad. Sin embargo, en diciembre de 1939, esta cantidad se había reducido a solo 57.000, principalmente debido a la emigración.
LA ANSCHLUSS Después de un período prolongado de estancamiento económico, dictadura política e intensa propaganda nazi dentro de Austria, las tropas alemanas ingresaron al país el 12 de marzo de 1938, recibieron el apoyo entusiasta de la mayor parte de la población, y Austria fue incorporada a Alemania al día siguiente. En abril, esta anexión alemana fue retroactivamente aprobada en un plebiscito que se manipuló a fin de indicar que aproximadamente el 99 por ciento de la población austriaca deseaba la unión (conocida como Anschluss) con Alemania. En el plebiscito, no se les permitió votar ni a los judíos ni a los romaníes (gitanos). Después de la Anschluss, los alemanes extendieron rápidamente la legislación antisemita a Austria. EL SISTEMA DE CAMPOS EN AUSTRIA El campo de concentración de Mauthausen se creó en el verano de 1938, después de la incorporación alemana de Austria. Mauthausen se convirtió en el principal campo nazi de Austria. Se construyó cerca de una cantera de piedra abandonada, a lo largo del río Danubio, a unos 20 kilómetros al sudeste de Linz, y los alemanes le asignaron categoría III, para indicar que era un campo penal especial con un régimen severo. A los prisioneros castigados, por ejemplo, se los obligaba a cargar desde la cantera del campo
pesados bloques de piedra y a subirlos 186 escalones, conocidos como “Escalera de la muerte”. Durante la guerra, el trabajo forzado realizado por prisioneros de campos de concentración se volvió cada vez más importante para la producción de armamentos alemanes. En el verano y el otoño de 1944, se crearon subcampos bajo la administración de Mauthausen cerca de fábricas de armamentos en el norte de Austria. El personal de Mauthausen administraba más de 60 subcampos, incluidos Gusen, Gunskirchen, Melk, Ebensee y Amstetten. Miles de prisioneros eran explotados hasta la muerte.
Además de Mauthausen y sus subcampos, otros campos se extendían en Austria desde Lochau, en el oeste, hasta Strasshof, en el este.
LA KRISTALLNACHT EN AUSTRIA El pogrom de la Kristallnacht ("Noche de los vidrios rotos") de noviembre de 1938 fue especialmente brutal en Austria. La mayoría de las sinagogas de Viena fueron destruidas y quemadas a la vista de los cuerpos de bomberos y el público. Las empresas judías también fueron destrozadas y saqueadas. Se arrestaron miles de judíos y se los deportó a los campos de concentración de Dachau o Buchenwald. La emigración judía aumentó drásticamente como respuesta a la incorporación alemana de Austria y a la Kristallnacht. Entre 1938 y 1940, 117.000 judíos abandonaron Austria. DEPORTACIONES DESDE AUSTRIA Durante la Segunda Guerra Mundial, la política alemana con respecto a la población judía se desplazó desde la expropiación y la emigración hacia la deportación forzosa. Los nazis deportaron a miles de judíos desde Austria a la Polonia bajo ocupación y a los otros territorios ocupados de Europa oriental. Las deportaciones masivas sistemáticas desde Viena, al igual que desde las demás partes de la Gran Alemania, comenzaron en octubre de 1941. Los nazis establecieron centros donde debían reunirse los judíos antes de la deportación. Unos 35.000 judíos fueron deportados desde Viena a ghettos de Europa oriental, principalmente a Minsk, Riga y Lodz, y a ghettos de la región polaca de Lublin. A la mayoría de los judíos enviados a Minsk y Riga los fusilaban destacamentos de las Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) poco después de su llegada. Más de 15.000 judíos vieneses fueron deportados a Theresienstadt. También se enviaron miles de judíos a campos de concentración de Alemania. En noviembre de 1942 quedaban solo cerca de 7.000
judíos en Austria, la mayoría de los cuales estaban casados con no judíos. Algunos judíos permanecieron escondidos. Las fuerzas soviéticas y estadounidenses ocuparon Austria en abril y mayo de 1945. LOS AUTORES Los miembros de las SS, el cuerpo de elite del régimen nazi, fueron los principales protagonistas de la “Solución Final”, el plan para asesinar a los judíos de Europa. El jefe de las SS, Heinrich Himmler, y sus subordinados, Reinhard Heydrich, Kurt Daluege y otros, establecieron las SS y el estado policial bajo el mandato de Adolf Hitler y dirigieron los esfuerzos para llevar a cabo la agenda ideológica del régimen. Hacia el final, las SS cometieron incontables actos de asesinato en masa. Las SS y los comandantes de policía como Friedrich Jeckeln y Hans-Adolf Prützmann, y los comandantes de Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) como Arthur Nebe, Karl Jäger, Walter Stahlecker, Emil Rasch y Otto Ohlendorf dirigieron los sanguinarios y sistemáticos fusilamientos de hombres, mujeres y niños en los campos de exterminio de la Unión Soviética ocupada. En la Polonia ocupada, los hombres de las SS, entre ellos Odilo Globocnik, Wilhelm Koppe, Christian Wirth, Franz Stangl, Oswald Pohl, Richard Glücks y Rudolf Höss establecieron campos de exterminio equipados con cámaras de gas para facilitar la línea de montaje del asesinato en masa.
No obstante, las SS por sí solas no podía llevar a cabo el asesinato a semejante escala colosal. La implementación de la “Solución Final” requería la cooperación y la participación de la burocracia militar y de las autoridades civiles alemanas. Las operaciones de deportación en masa requerían la cooperación de Adolf Eichmann de la Oficina Central de Seguridad del Reich con Albert Ganzenmueller de los Ferrocarriles del Estado Alemán y de Joachim von Ribbentrop del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán. Las operaciones de deportación o exterminio de las SS en la Polonia ocupada y de la Unión Soviética ocupada requerían la cooperación de las autoridades de la ocupación civil bajo el mando de Hans Frank, Erich Koch, Hinrich Lohse y otros. El Wehrmacht (ejército alemán), bajo la dirección de Wilhelm Keitel y Alfred Jodl, equipaban a los Einsatzgruppen con transporte y suministros. Bajo las órdenes de los comandantes del ejército como Walter von Reichenau y Erich Manstein, el Wehrmacht también participó en el asesinato en masa de judíos y otros civiles soviéticos y especialmente de prisioneros de guerra soviéticos.
El Reichsbank, el banco central alemán presidido por Walther Funk, servía de lugar de depósito para el dinero y el oro robados y ayudó a financiar las operaciones de
exterminio de las SS. Los médicos alemanes y otros profesionales de la salud implementaron el Programa "Eutanasia" patrocinado por los nazis que asesinó a decenas de miles de personas con discapacidades físicas y mentales que vivían en instituciones. Otros médicos realizaron experimentos médicos crueles y contrarios a la ética, y determinaron en “selecciones” en campos de exterminio qué prisioneros debían vivir y cuáles debían morir. Los empresarios industriales alemanes como Gustav Krupp y los complejos industriales alemanes privados como I.G. Farben y Krupp usaron los obreros de los programas de trabajos forzados dirigidos por Albert Speer y Fritz Sauckel. Una filial de I.G. Farben proporcionó el gas Zyklon B que se usó en las cámaras de gas. AUXILIO Y RESCATE DE LOS JUDÍOS
Durante el Holocausto, innumerables organizaciones y personas judías de todo el mundo hicieron lo que pudieron por salvar a sus hermanos. Si bien estos esfuerzos de rescate fueron iniciados por judíos, la mayoría hubiese tenido muy poco éxito sin la ayuda de numerosas personas compasivas no judías.
RESCATE DE LOS NIÑOS Las acciones organizadas para rescatar a los niños comenzaron incluso antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. La Aliyah de jóvenes (la inmigración de jóvenes), (un movimiento fundado para el traslado de niños judíos desde Alemania a Palestina), auspiciada por la Agencia Judía en Jerusalén, logró llevar más de 14.000 niños sin compañía a Palestina y Gran Bretaña entre 1933 y 1945. En Gran Bretaña, un grupo tutelar conocido como el Movimiento para el Cuidado de los Niños organizó el viaje y albergue de más de 10.000 niños refugiados judíos europeos entre diciembre de 1938 y septiembre de 1939. Dado que estos niños viajaban sin sus padres, la operación se denominóKindertransport (transporte de niños). En Francia, tres organizaciones judías hicieron intentos organizados para rescatar a los niños. El más conocido fue el Oeuvre de Secours aux Enfants (la Sociedad de Ayuda para los Niños; OSE). Otros movimientos activos en esta región fueron el Eclaireurs Israelites de France (un movimiento scout judío) y el Mouvement des Jeunesses Sionistes (un movimiento juvenil sionista). Con operaciones por todo el país, los miembros de estos grupos utilizaban sus instituciones como escondites para los niños
judíos, especialmente para los refugiados extranjeros más vulnerables. También organizaban la liberación de niños de campos de detención, y luego los pasaban de contrabando a la seguridad de Suiza o España. A nivel local en Francia, el Comité rue Amelot, la organización comunista judía "Solidarité" de París, el grupo Service Andres de Marsella y el Groupe Maurice Cachoud de Niza, que se especializaban en el traslado secreto de niños a refugios en Suiza, llevaron a cabo actividades similares. Gracias a estos esfuerzos, se salvaron nada más y nada menos que entre 12.000 y 15.000 niños de la deportación y una muerte casi segura.
ESCAPE A TRAVÉS DEL LEJANO ORIENTE El escape a través de Asia Oriental fue una opción que salvó las vidas de miles de refugiados judíos polacos en Lituania. Organizados por el líder sionista Zorah Warhaftig, muchos refugiados pudieron obtener visas de tránsito de Chiune Sugihara, el cónsul japonés en Kovno, así como de compasivos diplomáticos holandeses. Luego tenían que negociar con las autoridades soviéticas para obtener las visas de salida. En poder de esta documentación, unos 2.178 refugiados judíos polacos ingresaron a Japón entre octubre de 1940 y agosto de 1941. La mayoría de ellos fueron enviados posteriormente a Shanghai, en la China ocupada por los japoneses, donde permanecieron durante todo el transcurso de la guerra. ESFUERZOS DEL YISHUV El Yishuv (asentamiento judío en Palestina) envió 37 paracaidistas a Europa en auxilio de los judíos bajo la opresión nazi. Los nazis capturaron y fusilaron a siete de los paracaidistas, entre ellos, Hannah Szenes (en Hungría), Haviva Reik (en Eslovaquia) y Enzo Sereni (en Alemania). El Yishuv también organizó la inmigración “ilegal” a Palestina, en una operación continua conocida como Aliyah Bet. Los grupos sionistas, especialmente sus jóvenes integrantes, facilitaron la migración tanto de particulares como de grupos pequeños desde Viena, Berlín, Praga y Varsovia, entre otros lugares. En un principio, los barcos de la Aliyah Bet partían desde puertos griegos. Posteriormente, la vía principal era por barco desde el río Danubio, a través del Mar Negro, hacia el Mediterráneo. Estas travesías, que se complicaron más cuando empezó la guerra, fueron llevadas a cabo con el auspicio de dos organizaciones políticas rivales de Palestina: el sionismo socialista (o laborista) y la derecha revisionista. A pesar de los peligros, se llevaron a cabo 62 de dichas travesías entre 1937 y 1944. Desde enero de 1939 hasta diciembre de 1944, 18.879 judíos llegaron a Palestina por
mar. Unos 1.393 pasajeros documentados no llegaron a Palestina y pueden haberse ahogado en el camino.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el Grupo de la Brigada Judía y ex partisanos organizaron la Brihah, el éxodo en masa de 250.000 refugiados a Palestina. El Comité Judío Americano para la Distribución Conjunta y la Agencia Judía de Palestina brindaron una importante ayuda a los sobrevivientes del Holocausto en los campos de refugiados. RESCATE DE LOS JUDÍOS Hubo varios intentos por rescatar a los judíos mediante el ofrecimiento de dinero a las autoridades. En Eslovaquia, el “Grupo Trabajador” una organización secreta para el rescate de judíos encabezada por la dirigente sionista Gisi Fleischmann y el rabino Michael Dov Weissmandel ofrecieron un soborno al capitán de las SS Dieter Wisliceny, el subdirector de Eichmann en la sección judía de las SS y el funcionario que supervisaba la deportación de los judíos eslovacos en 1942. No hay pruebas definitivas de que las deportaciones desde Eslovaquia se hayan suspendido a raíz del soborno, aunque puede haber influenciado la decisión. Se sabe con más certeza que los sobornos de funcionarios eslovacos por parte del Grupo Trabajador ayudaron a la apertura en 1942 de Novaky, Sered y Vihne, tres campos de trabajos forzados a los que los judíos podían ser deportados y permanecer comparativamente a salvo, a diferencia de los campos de exterminio. De este modo, nada más y nada menos que 4.000 judíos eslovacos se salvaron de una muerte segura. En una estrategia conocida como el “Plan de Europa”, los integrantes del Grupo Trabajador también intentaron recaudar entre dos y tres millones de dólares de los judíos del mundo libre para pagarles a los nazis a fin de que suspendan las deportaciones a los campos de exterminio.
En Hungría, se fundó el Comité de Ayuda y Rescate de Budapest en 1941 que participó en varias iniciativas para salvar a judíos polacos, eslovacos y húngaros. En 1943, el grupo se transformó en una rama reconocida de la Agencia Judía para Palestina. En mayo de 1944, después de la ocupación alemana de Hungría, se acercaron a los funcionarios de las SS Adolf Eichmann (uno de los protagonistas de la “Solución Final”) y Kurt Becher. Se cree que Eichmann ofreció “intercambiar” un millón de judíos por ciertos bienes no especificados. Aunque el trato nunca se materializó, debido a las objeciones de los aliados, los negociadores del Comité finalmente persuadieron a los nazis de que permitieran el traslado de 1.684 judíos húngaros para que abandonen
Budapest el 30 de junio de 1944. Tras una breve estadía en Bergen-Belsen, estos judíos llegaron a Suiza. RESCATE DE RABINOS En noviembre de 1939, la Unión de Rabinos Ortodoxos de los Estados Unidos estableció el "Va'ad ha-Hatsala" (comité de rescate), una agencia de ayuda y rescate cuyo objetivo explícito era salvar a los rabinos europeos, estudiantes yeshiva (academia de rabinos) y otros judíos ortodoxos. Entre 1940 y 1941, el Va'ad colaboró en la emigración de aproximadamente 650 rabinos y estudiantes de Lituania a los Estados Unidos, Palestina, Asia central y Shanghai. En 1942, tras la revelación del asesinato en masa del pueblo judío europeo, el Va'ad comenzó a participar en actividades políticas destinadas a rescatar a los judíos bajo la ocupación nazi. Unos 400 rabinos estadounidenses realizaron una marcha de protesta en Washington D.C. el 6 de octubre de 1943. Durante el período comprendido entre 1944 y 1945, el Va'ad, a través de sus ramas en Suiza, Suecia, Turquía y Tánger, promovió iniciativas para rescatar a los judíos. Una de las más exitosas fue el rescate de 1.220 judíos de Theresienstadt. Como resultado de las negociaciones entre la política suiza Jean Marie Musy (patrocinada por el Va'ad) y el jefe de las SS Heinrich Himmler, estos prisioneros fueron liberados en Suiza en febrero de 1945.
A pesar de los diversos y valientes esfuerzos de los grupos judíos que lideraron el rescate de miles de sus correligionarios, poco pudieron hacer para salvar a millones de judíos europeos del genocidio nazi. BÉLGICA
Shoshane Varmel Levy con su hijo, Jules, llevando el parche amarillo obligatorio, en una calle de Amberes. Bélgica, junio de 1942. — YIVO Institute for Jewish Research, New York Después de que los alemanes conquistaron Bélgica en mayo de 1940, las autoridades gubernamentales belgas huyeron a Gran Bretaña, y en Londres, formaron un gobierno en el exilio. Durante la ocupación alemana, el rey Leopoldo III permaneció en el país bajo arresto domiciliario. La administración militar alemana debió convivir con la administración pública belga.
Inmediatamente después de la ocupación de Bélgica, los alemanes establecieron leyes y ordenanzas antisemitas. Restringieron los derechos civiles de los judíos, confiscaron sus propiedades y empresas, les prohibieron el ejercicio de ciertas profesiones y, en 1942, les exigieron el uso de una estrella de David de color amarillo. También arrestaron a los judíos belgas para que realizaran trabajos forzados. Trabajaban principalmente en la construcción de fortificaciones militares en el norte de Francia, y también en otras obras de construcción, fábricas de ropa y de armas, y canteras de piedra en Bélgica.
La administración alemana fue responsable de la deportación de los judíos en Bélgica. Allí vivieron durante la ocupación alemana entre 65.000 y 70.000 judíos, principalmente en Amberes y Bruselas. La abrumadora mayoría de ellos eran judíos extranjeros y sin patria, y casi todos oriundos de Polonia. Habían hallado refugio en Bélgica después de la Primera Guerra Mundial. En el verano de 1940, algunos judíos y refugiados políticos alemanes fueron deportados desde Bélgica a Gurs y a Saint Cyprien, campos de reclusión del sur de Francia.
En Bélgica, hubo gran apoyo para la resistencia a la ocupación alemana. Más de 25.000 judíos se escondieron de las autoridades alemanas a fin de evitar la deportación. La administración pública belga se negó a colaborar en las deportaciones. Como la mayoría de los judíos de Bélgica eran inmigrantes, por lo general desconfiaban de los llamamientos oficiales y era menos probable que informaran a las autoridades sobre su paradero. A las deportaciones las realizaba la policía militar alemana. Entre 1942 y 1944, los alemanes deportaron cerca de 25.000 judíos desde Bélgica al campo de exterminio de Auschwitz. La mayoría de ellos allí fueron asesinados. Los campos de Breendonk y Mechelen eran centros donde se reunía a los judíos para deportarlos. Menos de 2.000 deportados sobrevivieron al Holocausto. Las fuerzas aliadas liberaron a Bélgica en septiembre de 1944. BELZEC La pequeña ciudad de Belzec está situada entre las ciudades de Zamosc y Lvov (L'viv) en el sudeste de Polonia. Durante la ocupación alemana de Polonia en la Segunda Guerra Mundial, esta zona se encontraba en el distrito de Lublin del Gobierno General (la zona de Polonia bajo ocupación alemana que no estaba directamente anexada a Alemania, unida a la Prusia oriental alemana o incorporada al territorio soviético ocupado por Alemania).
En 1940, los alemanes crearon una serie de campos de trabajo a lo largo del río Bug (Buh), que hasta la invasión alemana de la Unión Soviética en junio de 1941 constituía la línea de demarcación entre la Polonia alemana y la Polonia soviética. El cuartel general de este complejo estaba en un campo de trabajo en las afueras de Belzec. Los oficiales de las SS conducían por la fuerza a los judíos deportados desde el distrito de Lublin y otras partes del Gobierno General al campo de trabajo de Belzec y a sus campos secundarios, para construir fortificaciones y zanjas antitanques a lo largo del río Bug. El campo de trabajo de Belzec y sus campos secundarios fueron desmantelados a fines de 1940.
En noviembre de 1941, las SS y las autoridades policiales del distrito de Lublin comenzaron la construcción de un campo de exterminio en el sitio donde anteriormente se emplazaba el campo de trabajo de Belzec. La elección de la ubicación obedeció a las buenas conexiones ferroviarias y a la cercanía a las importantes poblaciones judías de los distritos de Lvov, Cracovia y Lublin del Gobierno General. El campo, que estuvo terminado para finales del invierno de 1942, formaba parte de lo que luego se conocería como Operación Reinhard (también llamada Aktion Reinhard), un plan implementado en Lublin por el jefe de policía y de las SS de Lublin para asesinar a los judíos del Gobierno General. Belzec comenzó a operar el 17 de marzo de 1942, y las primeras comunidades judías deportadas a Belzec fueron las de Lublin y Lvov. Belzec fue el segundo campo de exterminio nazi en comenzar a operar y el primero entre los campos de la Operación Reinhard.
El campo de exterminio estaba ubicado al costado de la línea ferroviaria entre Lublin y Lvov, a sólo 500 metros de la estación de ferrocarril de Belzec. Un pequeño apartadero conectaba el campo con la estación. El personal de las SS y los guardias auxiliares de la policía asignados al campo estaban alojados en un recinto independiente cercano a la estación de trenes.
Las autoridades del campo de exterminio de Belzec estaban integradas por un pequeño grupo de oficiales alemanes de las SS y de la policía (entre 20 y 30) y una unidad auxiliar de guardia de policía compuesta por entre 90 y 120 hombres, todos ellos ex prisioneros de guerra soviéticos de distintas nacionalidades o civiles ucranianos y polacos seleccionados o reclutados para este fin. Todos los miembros de la unidad de guardia eran entrenados en una dependencia especial de la Jefatura de Policía y de las SS de Lublin: el campo de entrenamiento Trawniki. Los comandantes del campo de
Belzec fueron, hasta junio de 1942, el Mayor de las SS Christian Wirth y luego, desde junio de 1942 hasta junio de 1943, el Teniente Primero de las SS Gottlieb Hering.
Los alemanes dividieron Belzec en un área que combinaba administración y recepción y un área separada, donde las SS y la policía podían llevar a cabo las matanzas sin ser vistos por las víctimas que aguardaban en el área de recepción. Un estrecho camino vallado, llamado el “tubo”, conectaba las dos secciones del campo de exterminio. El área de recepción incluía el apartadero y una rampa. El área donde se llevaban a cabo las matanzas incluía las cámaras de gas y las fosas comunes. Desde las cámaras de gas hasta las fosas corrían vías férreas. Cada lado del campo medía 270 metros. Finas ramas insertadas en la valla de alambre de púas y árboles plantados alrededor del perímetro servían de camuflaje para evitar que curiosos observaran desde el exterior las operaciones que se llevaban a cabo dentro del campo.
Las operaciones de gaseo en Belzec comenzaron a mediados de marzo de 1942. Trenes con entre 40 y 60 vagones de carga, cada uno de los cuales transportaba entre 80 y 100 personas hacinadas, llegaban a la estación de ferrocarril de Belzec. Se desprendían veinte vagones de carga por vez y se llevaban desde la estación al campo. A continuación, se ordenaba a las víctimas que bajaran a la plataforma del área de recepción. El personal alemán de las SS y de la policía anunciaba a los deportados judíos que habían llegado a un campo de tránsito y que debían entregar todos sus objetos de valor. Al principio se separaba a los hombres de las mujeres y los niños, pero con el correr de los meses, conforme los arribos se volvían más caóticos porque las víctimas tenían mayor conciencia de lo que les sucedería, los alemanes y los auxiliares entrenados en Trawniki no siempre podían llevar a cabo la separación. A los judíos se les obligaba a desnudarse y a pasar a través del “tubo”, que conducía directamente a las cámaras de gas, señalizadas falsamente como duchas. Una vez que las puertas de la cámara estaban selladas, los guardias auxiliares de la policía encendían un motor instalado en una caseta ubicada en el exterior del edificio. El monóxido de carbono se dirigía a la cámara de gas, matando a todo el que estuviera adentro. El proceso se repetía con los deportados de los siguientes 20 vagones de carga.
Miembros de los Sonderkommandos (destacamentos especiales), que eran grupos de prisioneros seleccionados a quienes se mantenía con vida como mano de obra forzada, trabajaban en el área de exterminio. Retiraban los cuerpos de las cámaras de gas y enterraban a las víctimas en fosas comunes. Otros prisioneros seleccionados para permanecer con vida por un tiempo trabajaban en el área de administración y
recepción; ayudaban a las víctimas que llegaban a bajar del tren, a quitarse sus ropas, confiscaban los objetos de valor y los conducían al “tubo”. También clasificaban las posesiones de las víctimas para preparar su transporte a Alemania y limpiaban los vagones para la próxima deportación. Personal alemán de las SS, de la policía y los guardias entrenados en Trawniki asesinaban periódicamente a los miembros de estos destacamentos de trabajadores judíos y los reemplazaban con personas elegidas entre las que llegaban en los nuevos arribos.
En octubre de 1942, siguiendo órdenes de Lublin, el personal alemán de las SS y de la policía, utilizando grupos de judíos traídos de distintos lugares del distrito de Lublin para realizar trabajos forzados, comenzó a exhumar los cuerpos de las fosas comunes de Belzec y a quemarlos en “hornos” al aire libre fabricados con vías del tren. Los alemanes también utilizaron una máquina para moler los fragmentos óseos y convertirlos en polvo.
DEPORTACIONES A BELZEC Entre marzo y diciembre de 1942, los alemanes deportaron a Belzec, donde eran asesinados, a aproximadamente 434.500 judíos y un número indeterminado de polacos y romaníes (gitanos). La mayoría de las víctimas eran judíos que procedían de los ghettos del sur y sureste de Polonia. Los alemanes también deportaron a Belzec a judíos alemanes, austríacos y checos previamente enviados a los ghettos-campos de tránsito en Izbica, Piaski y otros. DESMANTELAMIENTO DE BELZEC A fines de la primavera de 1943, los prisioneros judíos obligados a realizar trabajos forzados, bajo vigilancia de las SS, la policía y sus auxiliares, habían terminado de exhumar y quemar los cuerpos y habían desmantelado el campo. Para junio de 1943, el trabajo estaba finalizado y los prisioneros fueron fusilados en Belzec o deportados al campo de exterminio de Sobibor para ser gaseados. Una vez desmantelado el campo de Belzec, los alemanes crearon en aquel lugar una granja y plantaron árboles y cultivos para disfrazar la zona. Un antiguo guardia auxiliar de la policía simulaba labrar la tierra. Las fuerzas soviéticas liberaron el área en julio de 1944. BERGEN-BELSEN
Un prisionero del campo de Bergen-Belsen, después de la liberación, Bergen-Belsen, Alemania, posterior al 15 de abril de 1945. — US Holocaust Memorial Museum El campo de Bergen-Belsen se creó en 1940, al sur de las pequeñas ciudades de Bergen y de Belsen, a unos 17 km (11 millas) al norte de Celle, en Alemania. Hasta 1943, Bergen-Belsen fue exclusivamente un campo de prisioneros de guerra. En un principio, allí se retenía a los prisioneros de guerra franceses y belgas y, después de 1941, a los prisioneros de guerra soviéticos. Muchos de los prisioneros murieron víctimas del hambre o de las enfermedades provocadas por negligencias intencionadas.
En 1943, las autoridades alemanas crearon el denominado "campo de residencia" de Bergen-Belsen en una parte del sitio en el que se encontraba el campo de prisioneros de guerra. Este recinto albergaba a varios miles de prisioneros judíos bajo el pretexto de que serían intercambiados por nacionales alemanes retenidos por los aliados occidentales. Muy pocos de los judíos detenidos llegaron a ser intercambiados. En febrero de 1944, los alemanes permitieron que unos 200 prisioneros huyeran a Palestina como intercambio por ciudadanos alemanes que se encontraban en territorio británico y en una ocasión permitieron que más de 1.500 judíos húngaros entraran en Suiza a cambio de dinero en efectivo. Los alemanes esperaban que estos intercambios facilitaran las negociaciones de paz con los oficiales americanos y británicos. En julio de 1944, más de 4.000 de estos judíos de "intercambio" estuvieron retenidos en BergenBelsen. En diciembre de 1944, los alemanes designaron Bergen-Belsen como un campo de concentración.
A lo largo de su existencia, el campo se amplió hasta incluir ocho secciones: un "campo de prisioneros", dos campos para mujeres, un campo especial, un campo de neutrales, el "campo estrella", un campo húngaro y un campo de tiendas de campaña. El "campo de prisioneros" albergaba a prisioneros judíos traídos desde los campos de concentración de Natzweiler-Struthof y deBuchenwald para construir el campo. Se cerró en febrero de 1944. En marzo de 1944, se trajeron a Bergen-Belsen los prisioneros de otros campos de concentración que estaban demasiado enfermos o que ya no eran capaces de trabajar. El campo especial albergaba a judíos de Polonia que tenían en su poder papeles (generalmente pasaportes o visados de entrada) emitidos por países extranjeros. La SS y la policía alemana deportaron a la mayoría de ellos aAuschwitz para que los mataran.
El campo de los neutrales estaba reservado para varios de cientos de judíos que eran ciudadanos de países neutrales; incluidos España, Portugal, Argentina y Turquía. El "campo estrella" albergaba cerca de 4.000 prisioneros judíos, sobre todo de los Países Bajos, que aparentemente iban a ser intercambiados por los nacionales alemanes recluidos por los aliados. Los prisioneros del "campo estrella" no estaban obligados a llevar los uniformes del campo, sino que por el contrario llevaban cosida la Estrella de David en sus ropas (de ahí viene el nombre del campo). El campo húngaro se construyó en julio de 1944 para más de 1.600 judíos húngaros a quienes Heinrich Himmler (jefe de la Gestapo y de la Waffen SS) planeaba intercambiar por dinero y mercancías. Estos prisioneros no llevaban los uniformes del campo, en cambio sus ropas se marcaron con una Estrella de David.
Bergen-Belsen también sirvió como campo de recogida de prisioneros enfermos y heridos transportados desde otros campos de concentración. Se instalaron en una sección separada, el denominado campo hospital. Cuando el campo hospital se saturó, las prisioneras enfermas (entre ellas Ana Frank) se trasladaron al campo de tiendas de campaña. En la enfermería del campo se utilizaron inyecciones letales para matar a muchos prisioneros que estaban gravemente enfermos. A medida que las fuerzas aliadas avanzaban hacia Alemania, a finales de 1944 y principios de 1945, Bergen-Belsen se convirtió en un campo de recogida de los miles de prisioneros judíos evacuados desde los campos cercanos al frente. La llegada de miles de nuevos prisioneros, muchos de ellos sobrevivientes de las marchas de la muerte, inundó el campo. En febrero de 1945 había ya aproximadamente 22.000 prisioneros. Con la llegada de los prisioneros evacuados desde el este, el 15 de abril de 1945 ya había más de 60.000 prisioneros. El hacinamiento, las condiciones sanitarias pobres y la falta de alimento y abrigo adecuados dieron lugar a una epidemia de tifus. En los primeros meses de 1945 murieron decenas de miles de prisioneros, quizás unas 35.000 personas. El 15 de abril de 1945, las fuerzas británicas liberaron el campo de Bergen-Belsen. En el campo encontraron a sesenta mil prisioneros, la mayoría de ellos gravemente enfermos. Miles de cadáveres permanecían sin enterrar dentro de los límites del campo. Más de 10.000 ex-prisioneros, demasiado enfermos para recuperarse, murieron después de la liberación. Después de evacuar Bergen-Belsen, las fuerzas británicas quemaron todo el campo para evitar la propagación del tifus. Durante su existencia, aproximadamente 50.000 personas murieron en el campo de concentración de Bergen-Belsen. Después de la liberación, en los cuarteles de la escuela militar alemana cercanos al campo de concentración original se creó un campo de desplazados que alcanzó más de 12.000 habitantes.
BERLÍN
Los alemanes aplauden a Adolf Hitler cuando deja el Hotel Kaiserhof después de asumir el cargo de canciller. Berlín, Alemania, 30 de enero de 1933. — Wide World Photo Según un censo realizado el 16 de junio de 1933, Berlín, la ciudad capital de Alemania, tenía aproximadamente 160.000 habitantes judíos. La comunidad judía de esa ciudad era la más grande de Alemania, con más del 32 por ciento de todos los judíos del país. Ante la perspectiva de la persecución nazi, muchos judíos emigraron desde Berlín, cuya población judía se redujo por ello a unas 80.000 personas entre los años 1933 y 1939, a pesar del traslado de otros judíos alemanes a Berlín. Al igual que los judíos de toda Alemania, los de Berlín también tuvieron que sufrir persecución y discriminación después de 1933. El 1 de abril de ese año, se produjo un boicot en contra de las tiendas y las empresas judías, medida oficial que estimuló muchos otros boicots no oficiales contra bienes y servicios judíos. En 1933, se despidió o jubiló a la mayoría de los profesionales y de los empleados de la administración pública judíos. En mayo del mismo año, se quemaron públicamente frente al teatro de ópera libros “no alemanes”, es decir escritos por judíos, liberales e izquierdistas, entre otros. Durante el pogrom de la Kristallnacht, la "Noche de los vidrios rotos", de los días 9 y 10 de noviembre de 1938, la mayor parte de las sinagogas de Berlín fueron incendiadas, y las tiendas y viviendas de propietarios judíos sufrieron saqueos y destrozos. El pogrom, o devastación, recibió ese nombre debido a la destrucción de vidrieras, especialmente en la calle Leipziger. En Berlín mataron a un gran número de judíos. Miles fueron arrestados y llevados a campos de concentración, especialmente a Sachsenhausen. DEPORTACIONES DESDE BERLÍN Entre octubre de 1941 y abril de 1943, se realizaron deportaciones de judíos desde Berlín a ghettos y campos de exterminio en Europa oriental. Se establecieron puntos de reunión para las deportaciones en sinagogas de la calle Levetzow y del callejón Heidereuter, en el cementerio judío de la calle Grosse Hamburger, y en la calle Rosen. Más tarde, incluso se usaron como puntos de reunión el edificio de oficinas de la comunidad, y el hogar de ancianos y el hospital judíos. Una vez que en esos centros provisorios se reunían suficientes judíos (generalmente 1.000) para llenar un transporte, se los llevaba a la estación de trenes, en general a los patios de carga de Grunewald y en ocasiones a la estación de tren Anhalter o la de la calle Putlitz. Allí se los subía a vagones para pasajeros o a veces a vagones de carga.
La primera deportación de judíos desde Berlín se produjo en octubre de 1941, cuando se trasladaron 1.000 hacia el ghetto deLodz, en Polonia. En enero de 1942, se habían deportado cerca de 10.000 judíos desde Berlín hacia ghettos de Europa oriental, especialmente a Lodz, Riga, Minsk y Kovno. A los judíos ancianos de Berlín los deportaron a Theresienstadt en 1942 y 1943. A partir de 1942, los judíos de Berlín fueron deportados directamente a los campos de exterminio, principalmente a Auschwitz-Birkenau. En 1943, la mayor parte del personal de la Asociación de Judíos del Reich en Alemania, la organización central representante de los judíos, fue deportado a Theresienstadt. Se disolvieron todas las organizaciones y oficinas judías. La mayoría de los judíos que quedaban en Berlín fueron deportados a fines de abril de 1943. Desde Berlín, se deportaron más de 60.000 judíos: más de 10.000 a los ghettos de Europa oriental, unos 15.000 a Theresienstadt y más de 35.000 a los campos de exterminio de la Polonia bajo ocupación. Cientos de judíos prefirieron suicidarse antes que entregarse a las deportaciones. Miles de ellos se quedaron en Berlín, especialmente los que se escondieron y también las personas que solamente tenían origen parcialmente judío y aquellos judíos cuyo cónyuge no era judío, a quienes inicialmente se excluyó de la deportación. Casi todos los deportados fueron asesinados.
Como uno de los centros de la vida judía en Alemania y como capital del Reich, Berlín fue el foco de planificación de la"solución final", el plan de los nazis para matar a los judíos de Europa. La Conferencia de Wannsee, llamada así por el distrito vacacional del sur de Berlín en el que se celebró, tuvo lugar en enero de 1942. Las autoridades del partido nazi, las SS y el estado alemán se reunieron para coordinar y culminar la “solución final del problema judío”. En la conferencia, se informó a las autoridades que las SS se harían cargo de llevar a cabo la “solución final” y que se deportaría a los judíos de Europa a la Polonia ocupada y se los mataría. La ciudad de Berlín se rindió a las fuerzas soviéticas a principios de mayo de 1945. Alemania se entregó sin condiciones a las fuerzas aliadas el 7 de mayo, lo cual puso fin al “Reich de los mil años” después de 12 sangrientos años. EL BOICOT A LOS JUDÍOS
Durante el boicot anti-judío, hombres de las SA llevan carteles que leen, "Alemanes! ¡Defiéndanse! ¡No les compren a los judíos!" Berlín, Alemania, marzo o abril de 1933. — Dokumentationsarchiv des Oesterreichischen Widerstandes
Después de que los nazis subieron al poder en Alemania el 30 de enero de 1933, el liderazgo nazi decidio efectuar un boicot económico contra los judíos de Alemania. En 1933, cerca de 600.000 judíos vivian en Alemania, menos de un por ciento de la población total. La mayoría de los judíos en Alemania estaban orgullosos de ser alemanes, ciudadanos de un país que había producido a muchos grandes poetas, escritores, músicos y artistas. Más de 100.000 judíos alemanes habían servido en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial, y muchos fueron condecorados.
Los judíos sostenían posiciones importantes en el gobierno y enseñaban en las universidades prestigiosas de Alemania. De los 38 Premios Nobel ganados por escritores y científicos alemanes entre 1905 y 1936, 14 eran judíos. La unión matrimonial entre judíos y no-judíos era común. Aunque los judíos alemanes continuaron encontrando cierta discriminación en sus vidas sociales y carreras profesionales, muchos estaban confiados de su futuro como alemanes. Hablaban el idioma alemán y consideraban a Alemania como su hogar. El 1 de abril de 1933, los nazis realizaron la primera acción planeada a nivel nacional en contra de los judíos: un boicot a negocios y profesionales judíos. El boicot era una represalia y un acto de venganza contra las historias de atrocidades (Gruelpropaganda) que los judíos alemanes y extranjeros, asistidos por los periodistas extranjeros, alegadamente circularon en la prensa internacional para dañar la reputación de la Alemania nazi.
En el día del boicot, tropas nazis (Sturmabteilung; SA) se pararon amenazadoramente frente a tiendas por departamentos, comercios y oficinas de profesionales judíos como doctores y abogados. La Estrella de David fue pintada en amarillo y negro en miles de puertas y ventanas, acompañadas con lemas antisemíticos. Letreros fueron colocados con mensajes que decían, "no compren de judíos" y "los judíos son nuestra desgracia." Por toda Alemania ocurrieron actos de violencia contra judíos y sus propiedades, y la policía intervino en muy pocas ocasiones. Aunque la operación nacional del boicot, organizada por los jefes locales del partido nazi, duró solamente un día, y fue ignorada por muchos alemanes que continuaron haciendo compras en comercios de judíos, esto marcó el principio de una campaña a nivel nacional por el partido nazi contra la población judía alemana. Una semana más tarde, el gobierno pasó una ley restringiendo de empleo del servicio civil a los no arios. Los trabajadores judíos del gobierno, incluyendo profesores en escuelas públicas y universidades, fueron despedidos. BRIHAH
Mujeres y niños judíos que huyeron de Polonia como parte de la Brihah, la huida masiva de judíos de la Europa oriental durante la posguerra, siendo albergados en un centro de recepción. Nachod, Checoslovaquia, verano de 1946. Brihah (palabra hebrea que significa "huida, escape") fue el nombre que recibió la emigración ilegal organizada, de la posguerra, desde Europa oriental a las zonas ocupadas por los Aliados a Palestina o Israel. El traslado clandestino de judíos fuera de Polonia hacia el oeste se originó a raíz de una conferencia organizada por jóvenes sionistas polacos en Lublín a fines de 1944, después de la liberación soviética de la ciudad. Abba Kovner, partisano y poeta, fue uno de los primeros líderes de esta organización liberal que al principio no tenía nada que ver con las autoridades judías en Palestina. Los miembros de las organizaciones sionistas pasaban de contrabando miles de judíos a través de la frontera polaca con Checoslovaquia y Hungría (a través de los Montes Tatras desde Alta Silesia hasta Praga y Budapest) y los trasladaban a campos de refugiados en Alemania, Austria e Italia. Los funcionarios de la Brigada Judía del ejército británico asumieron el control de la operación junto con agentes de laHaganá (el ejército judío clandestino en Palestina) que esperaban pasar de contrabando tantos desplazados como fuera posible a Palestina a través de Italia. El Comité Judío Americano para la Distribución Conjunta financió la operación. Cuando el éxodo de judíos se intensificó después de julio de 1946 (después de un pogrom contra los judíos en Kielce, Polonia), el grupo de Kovner estableció una red de ramales ferroviarios que enviaban a los sobrevivientes (así como también judíos polacos repatriados desde la Unión Soviética) a zonas ocupadas por estadounidenses en Alemania y Austria, así como Italia. Los comandantes de zonas estadounidenses y funcionarios checoslovacos permitían tácitamente la infiltración. Las cifras de la organización Brihah sugieren que entre agosto de 1945 y fines de junio de 1946 (antes del traslado masivo después del pogrom de Kielce) más de 48.000 judíos abandonaron Polonia de esta manera. Después de julio de 1946, al menos 90.000 judíos más abandonaron Polonia. No se conoce con certeza la cantidad total, pero es probable que al menos 150.000 judíos llegaran a campos de refugiados (y, posteriormente, Palestina o Israel) con la ayuda del movimiento de la Brihah.
BUCHENWALD
Se pasa lista a los prisioneros recién llegados, la mayoría judíos arrestados durante Kristallnacht ("la noche de vidrios rotos"), en el campo de concentración de Buchenwald. Buchenwald, Alemania, 1938. — American Jewish Joint Distribution Committee Buchenwald era uno de los campos de concentración más grandes establecidos por los nazis. El campo se construyó en 1937 en un área arbolada sobre la ladera norte del Etterberg, alrededor de cinco millas al noroeste de Weimar en la Alemania oriental central. Antes de que los nazis tomaran el poder, Weimar era mejor conocido como la casa de Johann Wolfgang von Goethe, que representaba la ilustración alemana del siglo XVIII, y como el lugar de nacimiento de la democracia constitucional alemana en 1919, la Republica de Weimar. Durante el régimen nazi, “Weimar” llegó a estar asociado con el campo de concentración de Buchenwald. Buchenwald se inauguró para prisioneros varones en julio de 1937. Las mujeres no fueron parte del sistema de campos de Buchenwald hasta 1944. Los prisioneros eran confinados a la parte norte del campo en una área conocida como el campo principal, mientras los cuarteles de los guardias de las SS y el recinto administrativo del campo estaban ubicados en la parte sur. El campo principal estaba rodeado de una cerca de alambre de púas electrificada, atalayas, y una cadena de centinelas equipados con ametralladoras activadas automáticamente. La cárcel, también conocida como el Búnker, estaba ubicada a la entrada del campo principal. Las SS llevaron a cabo fusilamientos en los establos y ahorcamientos en el área del crematorio.
Muchos de los primeros prisioneros en Buchenwald era prisioneros políticos. En 1938, después de Kristallnacht, las SS y la policía alemana mandaron a casi 10.000 judíos a Buchenwald donde fueron sujetados a tratamientos extraordinariamente crueles. 600 prisioneros murieron entre noviembre de 1938 y febrero de 1939. Empezando en 1941, un programa de variados experimentos médicos involuntarios sobre prisioneros ocurrieron en Buchenwald en cuarteles especiales ubicados en la parte norte del campo principal. Los experimentos médicos con virus y enfermedades contagiosas como el tifus resultaron en cientos de muertes. En 1944, el doctor de las SS Carl Vaernet empezó una serie de experimentos con los que decía que iba a “curar” a los prisioneros homosexuales.
Tambien en 1944, un recinto especial para importantes prisioneros políticos alemanes fue creada cerca del edificio administrativo del campo en Buchenwald. Ernst
Thaelmann, presidente del partido comunista de Alemania antes de que Hitler ascendiera al poder en 1933, fue asesinado ahí en agosto de 1944.
BUCHENWALD: LOS TRABAJOS FORZADOS Y LOS SUBCAMPOS Durante la Segunda Guerra Mundial, el sistema de campos de Buchenwald se convirtió en una fuente importante de trabajo forzado. La población de los prisioneros expandió rápidamente, llegando a 110.000 para fines de 1945. Los prisioneros de Buchenwald trabajaban en la Fábrica de Equipo Alemán (DAW), una empresa poseída y operada por las SS; en las fábricas del campo; y en la cantera del campo. En marzo de 1943, la firma Gustloff abrió una fábrica de municiones en la parte este del campo. Un ramal ferroviario completado en 1943 conectaba el campo con los depósitos en Weimar, facilitando el envío de suministros de guerra. Buchenwald administraba por lo menos 87 subcampos ubicados por toda Alemania, desde Duesseldorf en el Rin a la frontera del Protectorado de Bohemia y Moravia en el este. Los prisioneros de los campos satélites fueron forzados a trabajar mayormente en las fábricas de armamentos, las canteras, y proyectos de construcción. Periódicamente, prisioneros de todo el sistema de campos de Buchenwald tenían que participar en una selección. El personal de las SS mandaba a los que eran demasiados débiles o incapacitados a los centros de eutanasia de Bernberg o Sonnenstein, donde eran asesinados con gas. Otros prisioneros débiles eran asesinados con inyecciones de fenol administrados por el doctor del campo.
LA LIBERACIÓN DE BUCHENWALD Mientras las fuerzas soviéticas avanzaban a través Polonia, los alemanes evacuaron a miles de prisioneros de los campos de concentración de la Polonia occidental. Después de marchas largas y brutales, más de 10.000 prisioneros débiles y agotados de Auschwitz y Gross-Rosen, la mayoría judíos, llegaron a Buchenwald en enero de 1945. A principios de abril de 1945, mientras las fuerzas americanas se acercaban al campo, los alemanes empezaron a evacuar a 28.000 prisioneros del campo principal y otros 10.000 prisioneros de los subcampos de Buchenwald. Alrededor de un tercio de estos prisioneros murieron de agotamiento en camino o poco después de su llegada, o fueron fusilados por las SS. Muchas vidas fueron salvadas por la resistencia de Buchenwald, cuyos miembros tenían puestos administrativos claves en el campo. Bloquearon ordenes nazis y retrasaron la evacuación.
El 11 de abril de 1945, prisioneros sufriendo de inanición y consumidos asaltaron las atalayas, tomando control del campo. Más tarde en ese mismo día, las fuerzas americanas entraron a Buchenwald. Soldados de una división del Tercer Ejército estadounidense encontraron a más de 20.000 personas en el campos, 4.000 de ellos judíos, Aproximadamente 56.000 personas fueron asesinadas en el sistema de campos de Buchenwald, la mayoría de ellos después de 1942. BUDAPEST
Hombre judío identificado con una estrella amarilla lee las reglamentaciones antisemitas recién anunciadas en Budapest. Hungría, 1944. — Magyar Nemzeti Muzeum Torteneti Fenykeptar Budapest, la capital de Hungría y su ciudad más poblada, está situada en las dos márgenes del río Danubio y surgió de la unión de tres ciudades: Buda, Óbuda y Pest.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, vivían en esta ciudad aproximadamente 200.000 judíos, y esto la convertía en el centro de la vida cultural de la comunidad judía de Hungría. A fines de la década de 1930 y principios de la de 1940, era un lugar seguro para los refugiados judíos. Antes de la guerra, llegaron a Budapest unos 5.000 refugiados, principalmente desde Alemania y Austria. En ella también se establecieron 8.000 refugiados judíos eslovacos con el comienzo de las deportaciones de los judíos de ese origen en marzo de 1942.
Hungría era aliada de la Alemania nazi. A pesar de la legislación discriminatoria contra los judíos y el difundido antisemitismo, hasta que Alemania ocupó Hungría en marzo de 1944 la comunidad judía de Budapest estuvo relativamente segura. Con la ocupación, los alemanes ordenaron el establecimiento de un consejo judío en la capital y restringieron rigurosamente la vida de los judíos, confiscaron los apartamentos por ellos ocupados, y arrestaron y recluyeron a cientos en el campo de tránsito de Kistarcsa (originariamente establecido por autoridades húngaras), 24 kilómetros al nordeste de Budapest.
Entre abril y julio de 1944, los alemanes y los húngaros deportaron a los judíos de las provincias de Hungría. A fines de julio, los judíos de Budapest eran prácticamente los únicos que quedaban en Hungría. No se los llevó a ghettos de inmediato, sino que, en
junio de 1944, las autoridades húngaras los distribuyeron en toda la ciudad, en más de 2.000 edificios marcados con estrellas de David. Unos 25.000 judíos de los suburbios de Budapest fueron arrestados y trasladados al campo de exterminio de AuschwitzBirkenau. Después de julio de 1944, los que quedaron en la ciudad se salvaron, al menos por un tiempo, cuando las autoridades húngaras suspendieron las deportaciones. Muchos de ellos buscaron lugares donde esconderse y protegerse. Recibieron la ayuda de diplomáticos extranjeros, tales como el sueco Raoul Wallenberg, quienes organizaron la provisión de documentación falsa y casas seguras para ellos. Estas acciones salvaron decenas de miles de judíos. En octubre de 1944, Alemania orquestó un golpe e instaló un nuevo gobierno húngaro dominado por el partido fascista Cruz Flechada. Los judíos que quedaban en Budapest estaban nuevamente en grave peligro. La Cruz Flechada instituyó un reinado de terror en Budapest, cientos de judíos murieron fusilados y otros fueron reclutados para realizar trabajo forzado.
MARCHA DE LA MUERTE DESDE BUDAPEST El 8 de noviembre de 1944, los húngaros concentraron a más de 70.000 judíos (hombres, mujeres y niños) en la fábrica de ladrillos de Ujlaki, en Óbuda, y desde allí los obligaron a marchar a pie hasta los campos de Austria. Miles fueron fusilados y miles murieron por causa del hambre o la exposición al frío. Los prisioneros que sobrevivieron a la marcha de la muerte llegaron a Austria a fines de diciembre de 1944. Una vez allí, los alemanes los llevaron a distintos campos de concentración, especialmente a Dachau, en el sur de Alemania y Mauthausen, en el norte de Austria, y a Viena, donde se los empleó en la construcción de fortificaciones en torno a la ciudad. EL GHETTO DE BUDAPEST En noviembre de 1944, la Cruz Flechada ordenó que los judíos que quedaban en Budapest se trasladaran a un ghetto cerrado. Allí debían trasladarse a principios de diciembre los que no tenían documentos de protección emitidos por un poder neutral. Entre diciembre de 1944 y fines de enero de 1945, la Cruz Flechada tomó a 20.000 judíos del ghetto, los fusiló a lo largo de las orillas del Danubio y arrojó sus cuerpos al río. Las fuerzas soviéticas liberaron a Budapest el 13 de febrero de 1945. En el momento de la liberación, quedaban más de 100.000 judíos en la ciudad. BULGARIA
El líder búlgaro Bogdan Filov (de pie) y el ministro alemán de relaciones exteriores, Joachim von Ribbentrop (sentado, en el centro), durante la firma del Pacto Tripartito. Con este tratado, Bulgaria se alineó formalmente con los poderes del Eje. Viena, Austria, 1 de marzo de 1941. — Library of Congress Entre 1919 y 1945, Bulgaria era uno de los tantos reinos ubicados en el sudeste de Europa, área comúnmente conocida como los Balcanes, y en 1934 tenía una población de más de seis millones de habitantes. En ese año, de ese total demográfico, los judíos constituían el 0,8 por ciento, o sea aproximadamente 50.000 personas.
EXPANSIÓN DE BULGARIA Después de la derrota de Bulgaria en la Primera Guerra Mundial, los aliados despojaron de territorio al país e impusieron restricciones para el tamaño de las fuerzas armadas búlgaras. El rey Boris III estableció una dictadura militar a principios de la década de 1930 y alineó estrechamente el país con Alemania, su aliado de la Primera Guerra Mundial, con la esperanza de recuperar los territorios que había perdido. La dictadura militar quitó todas las restricciones impuestas sobre las fuerzas armadas de Bulgaria. A principios de marzo de 1941, Bulgaria se unió a la alianza del Ejey, en abril del mismo año, participó en el ataque a Yugoslavia y Grecia liderado por Alemania. A cambio, Bulgaria recibió la mayor parte de la Tracia de Grecia, y también Macedonia y algunas partes del este de Serbia de Yugoslavia. Si bien Bulgaria participó en la campaña de los Balcanes, se negó a ingresar a la guerra contra la Unión Soviética en junio de 1941. PERSECUCIÓN DE LOS JUDÍOS EN BULGARIA A partir de julio de 1940, Bulgaria instituyó legislación antisemita. A los judíos se los excluyó de la administración pública, se los discriminó en su elección de lugares de residencia, se les impusieron restricciones económicas y se les prohibió contraer matrimonio con no judíos. Durante la guerra, Bulgaria, aliada con Alemania, no deportó a los judíos búlgaros, pero sí a los judíos no búlgaros de los territorios que había anexado de Yugoslavia y Grecia. En marzo de 1943, las autoridades búlgaras arrestaron a todos los judíos de Macedonia y Tracia. En Macedonia, anteriormente parte de Yugoslavia, recluyeron a unos 7.000 judíos en un campo de tránsito en Skopje. En Tracia, anteriormente una provincia de Grecia bajo ocupación búlgara, deportaron a unos 4.000 judíos a puntos de reunión de
Bulgaria en Gorna Dzhumaya y Dupnitsa, y se los entregó a los alemanes. En total, Bulgaria deportó más de 11.000 judíos a territorio ocupado por los alemanes. Hacia fines de marzo de 1943, habían deportado a la mayoría de ellos al campo de exterminio de Treblinka, en la Polonia bajo ocupación nazi. Los judíos con ciudadanía búlgara estaban relativamente a salvo de la deportación a territorio ocupado por los alemanes. Sin embargo, todos los hombres judíos búlgaros de entre 20 y 40 años de edad fueron reclutados para trabajos forzados después de 1941, y en mayo de 1943 el gobierno del país anunció la expulsión de 20.000 judíos de Sofía, la ciudad capital, hacia las provincias (en 1934, Sofía tenía aproximadamente 26.000 habitantes judíos, quienes representaban el 9 por ciento de la población total de la capital). La policía reprimió brutalmente las protestas organizadas por búlgaros judíos y no judíos. Al cabo de unas dos semanas, habían expulsado por la fuerza a casi 20.000 judíos.
Además, en la primavera de 1943, el gobierno hizo planes exhaustivos para cumplir con la exigencia nazi de deportar a los judíos de Bulgaria. Protestas importantes y públicas de líderes políticos y clericales clave hicieron que el rey Boris cancelara los planes de deportación.
Si bien Bulgaria estaba aliada con la Alemania nazi, durante la mayor parte de la guerra la Unión Soviética mantuvo relaciones diplomáticas con la nación balcánica. Sin embargo, cuando las fuerzas soviéticas se acercaron a fines del verano de 1944, la Unión Soviética declaró la guerra a Bulgaria. En octubre de 1944, Bulgaria dejó de ser leal a Alemania y le declaró la guerra. Conservó la región de Dobruja, la cual había adquirido de Rumania en 1940. Después de la guerra, Yugoslavia y Grecia recuperaron los territorios anexados por Bulgaria en 1941.
En 1945, Bulgaria seguía teniendo unos 50.000 habitantes judíos, la cantidad que tenía antes de la guerra. Después del rescate de los judíos daneses, el escape de la comunidad judía de Bulgaria de la deportación y el exterminio representa la excepción más importante de cualquier población judía en la Europa bajo ocupación nazi. No obstante, a partir de 1948, más de 35.000 judíos búlgaros decidieron emigrar al nuevo estado de Israel. EN BUSCA DE REFUGIO EN CUBA, 1939
En mayo de 1939, varios barcos, incluido el buque de pasajeros St. Louis, llevó refugiados judíos que huían de la Alemania nazi (incluidas las recientemente anexadas Austria, Bohemia y Moravia) a La Habana, Cuba. El 27 de mayo de 1939, el día que también presenció la llegada delSt. Louis, el Orduña de la British Pacific Steamship Navigation Company arribó en el puerto de La Habana con una tripulación de 120 judíos austriacos, checos y alemanes. Las autoridades cubanas permitieron que 48 pasajeros del Orduña, que tenían permisos de desembarque, ingresaran a Cuba, pero se negaron a permitir el desembarco de los 72 pasajeros restantes. El Orduña volvió a zarpar el 29 de mayo, con destino a Sudamérica, pero sin la certeza de que a los pasajeros se les permitiría desembarcar en algún puerto. Dos días después, a través de un radiograma, los pasajeros apelaron al Presidente Roosevelt por la ayuda de los Estados Unidos, señalando que 67 de los 72 refugiados restantes tenían declaraciones juradas o números de registro para inmigrar a los Estados Unidos y habían pensado en esperar en Cuba mientras se emitían sus visas de entrada. Durante semanas el Orduña buscó un puerto seguro que aceptara a los refugiados. Después de atravesar el Canal de Panamá, el barco hizo breves paradas en puertos de Colombia, Ecuador y Perú. Mientras estaba en Ecuador, un representante del Comité para la Distribución Conjunta (Joint Distribution Committee; JDC) consiguió refugio para cuatro de los 72 judíos. Al mismo tiempo, el capitán del Orduña estableció contacto con el rabino Nathan Witkin, Jr., un representante de la Junta de Bienestar Judío con base en Estados Unidos emplazada en la Zona del Canal controlada por los Estados Unidos. Con el apoyo de la British Pacific Steamship Navigation Company y el JDC, Witkin logró que 68 de los refugiados restantes sean transferidos en Lima, Perú, al barco británico Orbita, que estaba en camino a Europa a través del Canal de Panamá. Witkin luego persuadió a las autoridades estadounidenses de la Zona del Canal para que permitieran a los pasajeros refugiados del Orbita desembarcar en Balboa, una ciudad cerca del extremo del Pacífico de la zona. Una vez en Balboa, siete refugiados judíos obtuvieron visas de entrada chilenas y partieron hacia Chile. Los 55 restantes se quedaron en Balboa en el Fuerte Amador, donde se encuentra la Estación de Cuarentena de la Zona del Canal, hasta fines de septiembre de 1940. Con la ayuda del JDC y la Sociedad de Ayuda al Inmigrante Hebreo con sede en Nueva York, el rabino Witkin dispuso el traslado a los Estados Unidos de los 55 refugiados y 79 refugiados adicionales que habían llegado al Fuerte Amador desde mayo de 1939, en el buque de transporte estadounidense American Legion. El éxito en encontrar refugio en los Estados Unidos para los pasajeros del Orduña no se comparó con el de otros refugiados judíos que llegaron al puerto de La Habana en 1939. A fines de mayo de 1939, el buque francés Flandre trajo 104 pasajeros judíos alemanes,
austriacos y checos a La Habana. Al igual que en los casos del St. Louis y el Orduña, los funcionarios cubanos no permitieron el desembarco de los pasajeros del Flandre y el barco zarpó hacia México. Durante la segunda semana de junio, elFlandre pidió permiso para el desembarco de sus pasajeros refugiados en varios puertos mexicanos, pero sin éxito. Poco tiempo después, los judíos a bordo del Flandre fueron forzados a regresar a Francia, donde posteriormente fueron admitidos pero recluidos por el gobierno francés. Asimismo, el 27 de mayo el Orinoco, el barco gemelo del St. Louis, partió de Hamburgo con 200 pasajeros con destino a Cuba. Informado por radio de las dificultades en La Habana, el capitán del Orinoco desvió el barco a aguas afuera de Cherbourg, Francia, donde permaneció durante días. El trato cubano hacia los refugiados del St. Louis, y en menor grado hacia los tripulantes del Flandre y del Orduña, atrajeron la mirada inquisidora internacional sobre los procedimientos de inmigración de Cuba. No obstante, ni el gobierno británico ni el gobierno francés estaban preparados para aceptar a los refugiados del Orinoco. El gobierno de los Estados Unidos entonces intervino, pero sin entusiasmo. Las autoridades estadounidenses tampoco aceptaron a los refugiados, aunque diplomáticos estadounidenses en Londres presionaron al embajador alemán para que dé garantías de que las autoridades alemanas no perseguirían a los refugiados del Orinoco tras su regreso al imperio alemán. Con esta dudosa garantía, los 200 refugiados regresaron a Alemania en junio de 1939. Su destino sigue siendo una incógnita.
LA BÚSQUEDA DE LOS AUTORES
Documentos de identificación falsos usados por Adolf Eichmann mientras vivía en Argentina bajo el nombre ficticio de Ricardo Klement. — The Jacob Rader Marcus Center of the American Jewish Archives Después de los juicios de posguerra de los nazis, continuó la búsqueda de los autores del Holocausto. Sólo un pequeño porcentaje de estos criminales ha sido llevado ante la justicia. El 11 de mayo de 1960, tres miembros del Servicio Secreto israelí capturaron a Adolf Eichmann cerca de Buenos Aires, Argentina, donde había estado ocultándose desde 1950. Con esto Israel culminaría los diez años de búsqueda de Eichmann, un personaje clave en la implementación de la“Solución Final”. Un tribunal israelí en Jerusalén posteriormente declaró culpable a Eichmann de múltiples cargos, incluidos los
crímenes contra el pueblo judío. Eichmann fue condenado a muerte y ejecutado; esta fue la única vez que Israel aplicó la pena de muerte. Igualmente, los Estados Unidos, a través de la Oficina de Investigaciones Especiales, (Office of Special Investigations; OSI) en el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, persiguió a los sospechosos criminales nazis. Según las leyes estadounidenses, los tribunales de los Estados Unidos no tienen jurisdicción para juzgar personas por crímenes cometidos fuera de los Estados Unidos a menos que los crímenes fueran cometidos contra ciudadanos estadounidenses. Por lo tanto, la OSI litiga con los criminales de guerra nazis por violar las leyes de inmigración y naturalización de los Estados Unidos. En los 21 años transcurridos desde su creación, la OSI ha investigado cientos de casos y promovido la desnaturalización y/o expulsión de los Estados Unidos de más de 117 criminales de guerra nazis. La gran mayoría incluye colaboradores lituanos, letones, ucranianos y alemanes que emigraron a los Estados Unidos poco después de la guerra desde campos de refugiados en Alemania y Austria. Actualmente, la OSI sigue en actividad.
Simon Wiesenthal (1908-2005), un sobreviviente del Holocausto, dedicó su vida a la concienciación pública sobre la necesidad de perseguir y enjuiciar a los nazis que han evadido a la justicia. Después de su liberación, trabajó para la Sección Crímenes de Guerra del Ejército de los Estados Unidos y en 1947 abrió el Centro de Documentación Histórica Judía en Austria. A Wiesenthal se lo reconoce por exhortar a los gobiernos occidentales de la posguerra a localizar y enjuiciar a los criminales nazis que se escaparon así como también por ofrecer pistas que en ocasiones condujeron a su extradición. Entre aquellos sobre los que Wiesenthal aportó pistas a los investigadores de crímenes de guerra se incluyen: Adolf Eichmann, administrador de la “Solución Final”; Franz Stangl, comandante de los campos de exterminio Sobibor y Treblinka; y Karl Silberbauer, el agente de la Gestapo que dirigió el arresto deAna Frank y su familia. Wiesenthal también aportó información que llevó a descubrir que Hermine Braunsteiner Ryan estaba viviendo en el estado de Nueva York. Braunsteiner-Ryan fue la primera criminal nazi en ser extraditada de los Estados Unidos. En 1971, otra renombrada ciudadana cazanazis, Beate Klarsfeld, persiguió a Klaus Barbie (“el carnicero de Lyon”), que actuó como oficial de la policía secreta y jefe de la estación SD en Lyon, Francia. Después de la guerra, Barbie trabajó para la inteligencia militar estadounidense en Alemania. En 1951, se estableció en Bolivia bajo el seudónimo de Klaus Altmann. Durante su juicio de 1987 en Francia, Barbie fue acusado, entre otras atrocidades, de la responsabilidad de una redada en la Unión General de Judíos Franceses en Lyon, donde se arrestaron unos 85 judíos que fueron
deportados al campo de Auschwitz en Polonia. El 4 de julio de 1987, Barbie fue encontrado culpable de crímenes contra la humanidad y condenado a cadena perpetua.
Josef Mengele, el infame médico de las SS que realizó experimentos médicos en prisiones de Auschwitz, fue el objetivo de décadas de búsqueda de varias partes interesadas. En 1949, se le concedió asilo en Argentina. En 1960, Alemania Occidental pidió a la Argentina que extradite a Mengele. Pero, se escapó a Brasil, y desde allí, a Paraguay. Su destino fue una incógnita durante años. Según una versión, se ahogó en Brasil en 1979. En 1985, un análisis de restos humanos que supuestamente pertenecían a Mengele confirmó su muerte.
La búsqueda y el enjuiciamiento de los criminales del Holocausto plantean complejas preguntas morales, así como intrincados problemas de jurisdicción y derecho internacional. Mientras se acercan al ocaso de sus vidas, la gran mayoría de los criminales nazis han logrado librarse de ser castigados. CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE LUBLIN/MAJDANEK: ADMINISTRACIÓN El campo de concentración de Lublin fue más conocido con el nombre de “Majdanek” (“Pequeño Majdan”), debido a su proximidad con el suburbio Majdan Tatarski de Lublin, la capital del distrito de Lublin en el llamado Generalgouvernement (la parte de la Polonia bajo ocupación alemana no anexada directamente a Alemania, anexada a Prusia oriental alemana o incorporada en la Unión Soviética bajo ocupación alemana). El campo estaba ubicado 4,8 km al sudeste de Lublin en el camino que iba hacia Chelm. En una visita a Lublin los días 20 y 21 de julio de 1941, cuatro semanas después de la invasión de la Unión Soviética, Heinrich Himmler, jefe de las SS, ordenó al líder de las SS y la policía del distrito de Lublin, Mayor General Odilo Globocnik de las SS, que estableciera un gran campo de concentración en Lublin, con capacidad para hasta 50.000 prisioneros.
El propósito del campo era tener personas que realizaran trabajos forzados en obras de construcción para bases propuestas de la policía y las SS en Polonia oriental y la Unión Soviética bajo ocupación. Estas instalaciones estaban destinadas a ser complejos agrícolas militarizados e industrializados en los que iban a crecer y expandirse asentamientos alemanes permanentes en Europa oriental, después de que los alemanes aniquilaran físicamente a los judíos y miembros de las élites de liderazgo polaco y soviético. Los prisioneros de Majdanek debían proveer trabajo para el establecimiento de la primera base de las SS y la policía de Lublin. Como ya había escasez de obreros
polacos, debido a las deportaciones forzosas al Reich para suplir las necesidades laborales de ese lugar, Himmler y Globocnik planearon encarcelar a los trabajadores judíos en Majdanek.
Desde octubre de 1941 hasta el 16 de febrero de 1943, Majdanek tuvo la designación oficial “Campo de prisioneros de guerra de las Waffen SS en Lublin”. Esta denominación permitió que las SS explotaran los fondos del estado sin supervisión civil ni militar. A pesar de este subterfugio administrativo, la administración del campo y el destacamento de la guardia de Majdanek, al igual que para otros campos de concentración alemanes como Buchenwald, Dachau y Mauthausen, fue subordinada a la Inspección de Campos de Concentración en Berlín. El 16 de febrero de 1943, como reflejo de las realidades administrativas, las SS dieron a Majdanek el nuevo nombre de “Campo de Concentración de Lublin”. No obstante, lo que distinguió a Majdanek entre los campos de concentración fue que Globocnik, como líder regional de las SS y la policía, ejerció un control sumamente minucioso sobre las operaciones del campo, especialmente dentro del marco de “Operación Reinhard”, hasta su partida de Lublin en septiembre de 1943.
La “Operación Reinhard”, implementada bajo la supervisión de Globocnik entre octubre de 1941 y noviembre de 1943, tenía cuatro objetivos:
1) La aniquilación física de los judíos que vivían en elGeneralgouvernement 2) La explotación de algunos judíos seleccionados para sobrevivir temporalmente realizando trabajos forzados 3) La toma, la evaluación y el reciclaje de ropa, bienes personales, objetos de valor y monedas extraídos a los judíos asesinados en los centros de exterminio 4) La identificación de los llamados bienes ocultos de los judíos en el Generalgouvernement Dentro del marco de la Operación Reinhard, Majdanek se utilizó principalmente para concentrar a los judíos a quienes los alemanes salvaban temporalmente para que realizaran trabajos forzados. En ocasiones funcionaba como un lugar de exterminio para asesinar a víctimas que no podían matar en los centros de exterminio de Operación Reinhard: Belzec, Sobibor y Treblinka II. También contenía un depósito de almacenamiento para bienes y objetos valiosos quitados a las víctimas judías en los centros de exterminio.
Al igual que otros campos de concentración en el Reich, Majdanek también funcionaba como centro de exterminio para grupos perseguidos de personas, entre ellos miembros de la resistencia polaca, rehenes tomados de la prisión de la Policía de Seguridad en Lublin y prisioneros en el mismo campo que eran considerados incapaces de seguir trabajando.
Entre octubre de 1941 y agosto de 1942, Majdanek estuvo comandado por el Coronel de las SS Karl Koch. Después del arresto de Koch por corrupción, estuvo bajo las órdenes del comandante de las SS Max Koegel hasta noviembre de 1942, cuando fue reemplazado por el teniente coronel Hermann Florstedt, quien fue arrestado bajo sospecha de corrupción a fines de octubre de 1943. El teniente coronel de las SS Martin Weiss comandó Majdanek desde el 1 de noviembre de 1943 hasta el 5 de mayo de 1944. El teniente coronel de las SS Arthur Liebehenschel supervisó el campo hasta que los alemanes lo abandonaron a fines de julio.
Si bien al principio estuvo pensado para la encarcelación de 50.000 prisioneros, nunca tuvo tantos prisioneros al mismo tiempo. Majdanek finalmente se dividió en seis recintos. En el otoño de 1943, el recinto I era un campo de mujeres; el recinto II era un hospital de campo para los colaboradores rusos unidos al ejército alemán; el recinto III era un campo de hombres para prisioneros políticos polacos, así como judíos de Varsovia y de Bialystok; el recinto IV era un campo para hombres, principalmente prisioneros de guerra soviéticos, rehenes civiles y prisioneros políticos; el recinto V se utilizaba como hospital de campo para hombres; y el recinto VI, un gran recinto sin desarrollar, fue pensado para albergar barracas adicionales, crematorios, cámaras de gas y fábricas. Los alemanes no finalizaron la construcción de este último recinto antes de que se liberara el campo. CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE LUBLIN/MAJDANEK: ÁREAS DE INVESTIGACIÓN La cantidad total de prisioneros que pasaron por el campo principal de Majdanek no se ha vuelto a calcular a la luz de las últimas investigaciones. Actualmente se calcula que el número de muertes fue entre 80.000 y 110.000 personas solo en el campo principal. La mayoría sucumbió al hambre, enfermedad, exposición al frío y los efectos de la tortura física o el trabajo agotador realizado bajo amenaza de violencia. Las SS asesinaron en las cámaras de gas a algunos prisioneros cuando llegaban y a otros más tarde, cuando los consideraban demasiado débiles para trabajar. La cantidad total de los que murieron en las cámaras de gas de Majdanek es desconocida.
Además de las muertes en el campo principal, las SS y la policía fusilaron entre 15.000 y 20.000 judíos en Trawniki y Poniatowa durante la operación “Festival de la Cosecha” el 3 de noviembre (Trawniki) y el 3 y 4 de noviembre (Poniatowa) de 1943. Se desconoce la cantidad de prisioneros judíos que murieron en los subcampos de Majdanek entre octubre de 1943 y enero de 1945. Por lo tanto, como mínimo, entre 95.000 y 130.000 prisioneros murieron en el sistema de Majdanek entre noviembre de 1941 y enero de 1945. Entre 89.000 y 110.000 de ellos eran judíos. Al menos 20.000 prisioneros no judíos murieron en el campo principal de Majdanek. CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE LUBLIN/MAJDANEK: CONDICIONES
Dos hermanos jóvenes, sentados para una fotografía de la familia en el ghetto de Kovno. Un mes después, fueron deportados al campo de Majdanek. Kovno, Lituania, febrero de 1944. — US Holocaust Memorial Museum Mientras existió, el campo de Majdanek estuvo siempre en obra. Su construcción comenzó en octubre de 1941 con la llegada de 2.000 prisioneros de guerra soviéticos. La mayoría de los prisioneros que estaban en Majdanek eran demasiado débiles para trabajar; en febrero de 1942 prácticamente todos estaban muertos. Las SS también reclutaron a judíos procedentes del campo de la calle Lipowa, ubicado en el centro de Lublin, para que realizaran trabajos forzados y ayudaran a construir este campo. Los días 11 y 12 de diciembre de 1941, las SS arrestaron a más de 300 judíos en las calles de Lublin y seleccionó a 150 de ellos para que fueran los primeros prisioneros judíos encarcelados en Majdanek. Durante enero y febrero de 1942, las SS y la policía seleccionaron judíos polacos del ghetto de Lublin y los llevaron a Majdanek para que realizaran trabajos forzados. En esos mismos meses, también llegaron los primeros prisioneros polacos no judíos. Las condiciones en el campo durante el frío glacial del invierno de 1941-1942 fueron letales. Las SS fusilaron en las afueras del campo o en el bosque de Krepiecki, al norte de Lublin, a los prisioneros que eran demasiado débiles para trabajar.
En la primavera de 1942, los alemanes comenzaron a implementar la llamada “solución final” en el Generalgouvernement dentro del marco de la Operación Reinhard. Las SS desviaron a Majdanek a los prisioneros capaces de trabajar que habían seleccionado de los transportes con rumbo a los centros de exterminio, a menudo cuando el tren estaba parado en la estación central de trenes de Lublin. Entre el 29 de marzo y mediados de junio de 1942, alrededor de 7.000 judíos eslovacos con rumbo
a Auschwitz yBelzec fueron desviados a Majdanek. Las SS también seleccionaron personas para trabajar de los transportes de judíos alemanes, austriacos y checos con destino a los ghettos de los campos de Izbica y Piaski y el centro de exterminio de Sobibor. Antes del verano de 1942, las SS y la policía habían retirado a dos mil judíos checos de los trenes que los llevaban desdeTheresienstadt al distrito de Lublin, y los habían enviado a Majdanek para que realizaran trabajos forzados. Durante las deportaciones desde el ghetto de Varsovia hacia el centro de exterminio de Treblinka en el verano de 1942, aproximadamente 10.000 judíos, la mayoría de ellos de entre veinte y cuarenta años, también fueron desviados a Lublin para que realizaran trabajos forzados; las SS enviaron una cantidad indeterminada de ellos a Majdanek. Cuando el centro de exterminio de Belzec cerró en el otoño de 1942, unos 25.000 judíos que hubieran sido destinados a ese centro fueron enviados a Majdanek. No queda claro si los alemanes mataron a estos judíos de inmediato en Majdanek o si los registraron como prisioneros. Si no los mataron cuando llegaron, prácticamente todos estos judíos murieron o fueron asesinados durante los seis meses siguientes.
Después de que los alemanes destruyeron el ghetto de Varsovia en la primavera de 1943, los funcionarios de las SS y la policía deportaron a Majdanek entre 18.000 y 22.000 sobrevivientes de la sublevación, incluidos mujeres y niños, para que realizaran trabajos forzados, junto con el equipo de algunos de los talleres del ghetto de Varsovia. Las SS pretendían que estos prisioneros trabajaran para el beneficio de un nuevo sistema de despliegue de trabajo de las SS, East Industries, Inc. (Ostindustrie, GmbH). La documentación disponible es insuficiente para determinar cuántos sobrevivientes judíos había del ghetto de Varsovia y si los mataron cuando llegaron a Majdanek. Unos 3.000 de ellos pueden haber sido finalmente trasladados al campo de trabajos forzados de Budzyn. En el invierno de 1941-1942, las autoridades del campo comenzaron a usar gas Zyklon B para asesinar en una cámara de gas provisoria a los prisioneros demasiado débiles para trabajar. Las operaciones de asesinato masivo con gas de guerra comenzaron en Majdanek en octubre de 1942 y continuaron hasta fines de 1943. Aparentemente hubo tres cámaras de gas en Majdanek; al menos dos de ellas eran salones de duchas acondicionadas para el uso de gas Zyklon B. Al menos una de esas dos se usó para matar a seres humanos. Algunas fuentes hablan de una tercera cámara de gas, en la que, según trascendió, se mataba con monóxido de carbono.
Majdanek también tuvo una función importante en la Operación Reinhard; contenía instalaciones de almacenamiento para ropa y objetos personales que robaban a los
judíos antes de que murieran en los campos de exterminio de Belzec, Sobibor y Treblinka II. A los prisioneros de Majdanek también se los reclutó en el gran “Depósito de ropa” (Bekleidungslager) ubicado en la ciudad de Lublin. FESTIVAL DE LA COSECHA Nerviosa por la resistencia judía durante las deportaciones de losghettos de Bialystok y Vilna, respectivamente en agosto y septiembre de 1943, y por las sublevaciones en los centros de exterminio de Treblinka y Sobibor, respectivamente en agosto y octubre de 1943, la dirección de las SS en Berlín decidió matar a los judíos que quedaban en el distrito de Lublin, incluidos los encarcelados en Majdanek. El 3 de noviembre de 1943, en la Operación Erntefest (Festival de la Cosecha), unidades especiales de las SS y la policía enviadas a Lublin específicamente para ese fin, fusilaron a 18.000 judíos en las afueras del campo. Al menos 8.000 de las víctimas eran prisioneros de Majdanek; los otros 11.000 eran personas que realizaban trabajos forzados en otros campos o prisiones de la ciudad de Lublin. Durante la operación, se puso música en altavoces por todo el campo para ahogar el ruido del asesinato masivo. Esta masacre en Majdanek el 3 de noviembre de 1943 fue, por la cantidad de víctimas, la matanza más grande ejecutada en un solo día y en el mismo lugar durante el Holocausto. PRISIONEROS Entre el 29 de abril de 1942 y el 3 de noviembre de 1943, los prisioneros judíos representaban la gran mayoría de los registrados en Majdanek. Investigaciones recientes indican que las SS deportaron entre 74.000 y 90.000 judíos al campo principal de Majdanek (sin contar los subcampos). Al menos 56.500 eran judíos polacos: 26.000 del distrito de Lublin, 20.000 del ghetto de Varsovia, 6.500 del ghetto de Bialystok, y aproximadamente 4.000 deportados de otros campos de trabajo entre noviembre de 1943 y mayo de 1944. Al menos 17.500 vinieron de otros países europeos: 8.500 de Eslovaquia; 3.000 de Bohemia y Moravia; 3.000 de Alemania y Austria; 2.000 de Francia, Holanda y Grecia; y 1.000 judíos de otros países transferidos a Majdanek después del 3 de noviembre de 1943.
Las SS mataron a decenas de miles de judíos en Majdanek. La mayoría de ellos llegaron al campo para realizar trabajos forzados y murieron como resultado de las condiciones de vida brutalmente inhumanas o los mataron en las cámaras de gas después de que los alemanes decidieron que ya no podían seguir trabajando. Las cámaras de gas de Majdanek también se utilizaron para matar a prisioneros que ya no podían trabajar de
otros campos de Lublin, como el campo de la calle Lipowa de esa ciudad. A algunas víctimas judías las mataron en las cámaras de gas cuando llegaron, aunque la documentación actualmente disponible no permite calcular la cantidad. No obstante, a muchos los mataron en fusilamientos. Muchos otros murieron por causa de enfermedad, hambre, exposición al frío y exceso de trabajo.
Si bien funcionó principalmente como un amplio campo de trabajos forzados para judíos polacos, Majdanek también fue un centro de detención para personas que eran efectiva o posiblemente miembros de la resistencia clandestina polaca en elGeneralgouvernement y para polacos sospechosos de violar las rigurosas disposiciones emitidas por las autoridades de la ocupación alemana que dirigían la disciplina laboral. Después de los judíos, los polacos eran la mayor minoría de prisioneros en el campo. A mediados de octubre de 1942, de un total de 9.519 prisioneros registrados en el campo, 7.468 eran judíos (78,45%) y 1.884 polacos no judíos (19,79%). En agosto de 1943, había 16.206 prisioneros en el campo principal: 9.105 eran judíos (56,18%); y 3.893 (24,02%) polacos. Otros prisioneros de Majdanek eran alemanes, austriacos, checos, ucranianos, prisioneros de guerra soviéticos, civiles soviéticos, y algunos otros. Majdanek también funcionó frecuentemente como campo de tránsito o parada temporal para civiles polacos y soviéticos deportados al Reich para realizar trabajos forzados o detenidos temporalmente después de que los alemanes los retiraron de un proyecto de reasentamiento por considerarlos indeseables. Por ejemplo, en 1943, las unidades de las SS y la policía alemana retiraron a unos 16.000 polacos del condado de Zamosc, al sudeste de Lublin, y los retuvieron temporalmente en Majdanek. Himmler había ordenado la “limpieza” de los pueblos polacos del condado de Zamosc como primer paso para la llamada “alemanización de Polonia”. Los alemanes expulsaron a unos 110.000 polacos de la región. Miles de ellos fueron deportados a Auschwitz y Majdanek, y otros miles enviados a realizar trabajos forzados en Alemania.
Después de las matanzas del “Festival de la Cosecha”, los judíos de Lublin/Majdanek dejaron de ser mayoría entre los prisioneros. A fines de 1943, de los 6.562 prisioneros registrados en Majdanek, aproximadamente 71 eran judíos. A mediados de marzo de 1944, cuando llevaron al campo principal a los judíos sobrevivientes de varios subcampos de Majdanek para una eventual evacuación hacia el oeste a Auschwitz y otros campos de concentración del Reich, 834 judíos fueron encarcelados en Majdanek. A algunos los mataron en las cámaras de gas entre marzo y julio de 1944; las SS trasladaron al resto a Auschwitz y Plaszow.
SUBCAMPOS Antes de su conversión formal a un campo de concentración, Majdanek no tenía subcampos formales. A principios del otoño de 1943, los campos de trabajo forzado que quedaban en el distrito de Lublin (Budzyn, Trawniki, Poniatowa, Krasnik, Pulawy, y los campos de Airstrip y Lipowa en Lublin) pasaron a ser subcampos de Majdanek. Seis semanas más tarde, Poniatowa y los dos campos de Lublin se disolvieron después del asesinato de sus prisioneros judíos durante el “Festival de la Cosecha”. Quedó un pequeño destacamento para trabajo judío en Trawniki hasta el traslado de sus aproximadamente 50 prisioneros a Majdanek en mayo de 1944. Debido a su conexión con una fábrica de piezas de aviones, Budzyn sobrevivió hasta el traslado de los últimos 1.000 prisioneros a Majdanek en mayo de 1944. Krasnik se disolvió en marzo de 1944; sus prisioneros fueron trasladados a Majdanek. Pulawy fue evacuado en julio de 1944; se desconoce el destino de su pequeño destacamento de trabajadores judíos.
En los primeros meses de 1944, Majdanek adoptó como nuevos subcampos otros campos de trabajos forzados para judíos fuera del distrito de Lublin, entre ellos Blizyn en el distrito de Radom, ciudad de Radom, y el subcampo de Varsovia, ubicado en las ruinas del ghetto de Varsovia. LIBERACIÓN A fines de julio de 1944, cuando las fuerzas soviéticas se acercaron a Lublin, los alemanes rápidamente evacuaron Majdanek. Las SS habían evacuado a la mayor parte de los prisioneros a campos de concentración ubicados más al oeste durante la primavera de 1944. El 24 de julio, las tropas soviéticas capturaron Lublin y liberaron Majdanek. Los alemanes no tuvieron tiempo para desmantelar el campo por completo. Majdanek fue capturado prácticamente intacto y fue el primer campo de concentración importante en ser liberado. Las autoridades soviéticas invitaron a la prensa a inspeccionar el campo y las pruebas de los horrores que se habían cometido allí. LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN, 1933–1939
Vista de las barracas y de la fábrica de municiones en una de las primeras fotos del campo de concentración de Dachau. Dachau, Alemania, marzo o abril de 1933. — National Archives and Records Administration, College Park, Md.
El termino “campo de concentración” se refiere a un campo en el cual se detiene o se confina a la gente, usualmente bajo condiciones duras y sin respeto a las normas legales sobre el arresto o la encarcelación. Los campos de concentración (Konzentrationslager; KL o KZ) fueron una característica integral del régimen nazi entre 1933 y 1939.
Los primeros campos de concentración en Alemania fueron creados poco después del nombramiento de Hitler como canciller en enero de 1933. Las SA (Sturmabteilung; una organización paramilitar del partido nazi) y la policía empezando en febrero de 1933 a organizar los campos de concentración. Creados por las autoridades locales en forma ad hoc para mantener las masas de personas arrestadas como presuntos adversarios políticos del gobierno, los campos existían a través de toda Alemania. Por ejemplo, había campos ubicados en Oranienburg, al norte de Berlín; en Esterwegen, cerca de Hamburgo; en Dachau, al noroeste de Munich; y en Lichtenburg, en Sajonia. Columbia Haus en Berlín tenía a prisioneros bajo la investigación de la Gestapo (la policía secreta estatal alemana) y operó hasta 1936. Gradualmente, los nazis disolvieron la mayoría de estos primeros campos y los remplazaron con campos de concentración centralizados bajo la jurisdicción exclusiva de las SS (Schutzstaffel; la guardia elite del estado nazi). La expansión del sistema de los campos 1939 El campo de Dachau era el único campo de concentración creado en 1933 y permaneció en operación hasta 1945. Sirvió como modelo para el sistema de los campos de concentración nazis que remplazó a los primeros campos. La rutina cotidiana de Dachau, los métodos de castigo, y las funciones de los guardias de las SS se convirtieron en la norma, con algunas variaciones, para todos los otros campos de concentración alemanes.
Para 1939, seis grandes campos de concentración habían sido establecidos. Además del campo de Dachau, Sachsenhausen (1936), Buchenwald (1937), Flossenbürg (1938), Mauthausen (1938), y Ravensbrueck (1939). Después de 1939, con nuevas conquistas territoriales y grupos más grandes de prisioneros potenciales, el sistema de campos de concentración se expandió rápidamente hacia el este. Con el inicio de la guerra, los campos de concentración se convirtieron cada vez más en sitios donde grupos de enemigos reales o percibidos de la Alemania nazi fueron asesinados abiertamente o forzados a hacer trabajo duro y sin sentido. Aquellos forzados a trabajar eran deliberadamente desnutridos y maltratados con la intención de que fueran “aniquilados por el trabajo”. LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN, 1939–1942
Trabajos forzados en la cantera del campo de concentración de Mauthausen. Austria, fecha incierta. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Los años de 1939 a 1942 fueron testigos de una marcada expansión en el sistema de campos de concentración. En 1938, las autoridades de las SS habían comenzado a explotar el trabajo de los prisioneros de los campos de concentración para su beneficio económico. En septiembre de 1939, la guerra proporcionó una excusa conveniente para prohibir la liberación de los campos y para proporcionar a las SS una mano de obra fácilmente disponible.
Las autoridades de las SS crearon nuevos campos en las cercanías de las fábricas (por ejemplo, las fábricas de ladrillo de Neuengamme en 1940) o en yacimientos de extracción de materias primas (como la cantera de Mauthausen en 1938). Los materiales fabricados o extraídos por la mano de obra prisionera se vendían alReich alemán a través de las empresas que pertenecían a las SS, como la Deutsche Erd- und Steinwerke. A medida que Alemania iba avanzando en la conquista de Europa entre los años 1939 y 1941, las SS crearon varios campos de concentración nuevos en los que encerraba al creciente número de prisioneros políticos, grupos de resistencia y grupos considerados como razas inferiores, como los judíos y los romaníes (gitanos). Entre estos nuevos campos se encontraban: Gusen (1939), Neuengamme (1940), Gross-Rosen (1940), Auschwitz (1940), Natzweiler (1940), Stutthof (1942) y Majdanek (febrero de 1943). Entre 1939 y 1942, Stutthof sirvió como campo de formación para trabajos forzados de la Gestapo.
Tras el comienzo de la guerra, los campos de concentración también se convirtieron en lugares donde se llevaba a cabo la matanza de pequeños grupos que las autoridades nazis consideraban peligrosos por motivos políticos o raciales. Por ejemplo, varios cientos de judíos holandeses fueron detenidos en represalia por una huelga de tránsito que tuvo lugar en el invierno de 1941 en la que se protestaba contra la persecución de los judíos que los nazis llevaban a cabo en Holanda. En febrero de 1941 fueron enviados a Mauthausen, donde el personal de las SS los exterminó por completo dentro de unos pocos días. En el otoño de 1942 se puso en libertad a miles de "sospechosos de atentar contra la seguridad" que se encontraban en las cárceles alemanas, quienes fueron enviados a campos de concentración y, literalmente, trabajaron hasta morir a través de un programa denominado "Exterminio mediante el trabajo" (Vernichtung durch
Arbeit). Finalmente, los miembros de los movimientos de resistencia nacional capturados eran enviados a los campos de concentración, donde los asesinaban tan pronto como llegaban. Durante este período, en varios de los campos de concentración las autoridades alemanas construyeron cámaras de gas para matar a los prisioneros. Se construyeron cámaras de gas en Mauthausen, Sachsenhausen, Auschwitz I y otros campos. Posteriormente se construyó otra cámara de gas en Dachau, pero jamás se utilizó. LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN, 1942–1945
Prisioneros haciendo trabajos forzados en la fábrica Siemens. El campo de Auschwitz, Polonia, 1940-1944. — Federation Nationale des Deportes et Internes Resistants et Patriots Tras la derrota del ejército alemán en diciembre de 1941 durante su intento de tomar Moscú y tras la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial el 11 de diciembre, las autoridades alemanas comprendieron que Alemania se enfrentaría a una larga guerra. En respuesta a la creciente escasez de mano de obra y a la necesidad de producir armamento, maquinaria, aviones y barcos que reemplazaran las pérdidas alemanas, se crearon más empresas de propiedad de las SS. Las SS también firmaron contratos con empresas públicas y privadas para producir mercancías y proporcionar mano de obra para la industria armamentística alemana y otras industrias relacionadas.
Un famoso ejemplo de cooperación entre las SS y la industria privada fue la creación, en 1942, de una planta de caucho sintético por parte de la empresa I.G. Farben en Auschwitz III (Monowitz). Cada vez se encerraba a más personas en los campos de concentración con el fin de garantizar la existencia de la cantidad necesaria de mano de obra, puesto que la brutalidad del régimen dentro de los campos hacía mermar el número de trabajadores disponibles. Las SS utilizaban las cámaras de gas y otros medios para "deshacerse" de los prisioneros que ya no podían trabajar. Entre 1942 y 1944, se crearon cientos de subcampos para cada campo de concentración. Los subcampos se encontraban dentro de las fábricas y de los lugares de extracción de materia prima o en las cercanías. Por ejemplo, Wiener Neudorf, un subcampo de Mauthausen creado en 1943, se encontraba cerca de una fábrica de aviones al este de Viena (Austria); Sosnowitz se creó en las cercanías de una mina de carbón como subcampo de Auschwitz III/Monowitz; los prisioneros de Dora-Mittelbau trabajaban
bajo condiciones brutales en fábricas subterráneas para la fabricación de cohetes. Las autoridades centrales de las SS intentaron que los comandantes de los campos centraran sus esfuerzos en mantener vivos a los prisioneros, aunque más no fuera para fines del esfuerzo de guerra alemán. Sin embargo, pocos comandantes se tomaron en serio estas instrucciones y ninguno se preocupó por cambiar la cultura de muerte de los campos.
Durante el último año de la guerra, a medida que los alemanes se retiraron hacia el Reich, los prisioneros de los campos de concentración (judíos y no judíos) sufrieron pérdidas catastróficas debido al hambre, el clima, las enfermedades y los malos tratos. Las SS evacuaban además a los prisioneros de los campos de concentración a medida que el frente se acercaba porque los nazis no querían que los presos fueran puestos en libertad. Bajo la vigilancia de las SS, los prisioneros debían marchar a pie bajo el muy duro invierno, sin alimentos, protección o ropa adecuada. Los guardas de las SS tenían orden de disparar a aquellos que no pudieran mantener el paso. Otros prisioneros eran evacuados, en pleno invierno, en vagones de carga descubiertos. Durante este período, los campos de concentración también eran lugares donde los prisioneros, en contra de su voluntad, eran objeto de horrendos y pervertidos experimentos médicos que a menudo tenían resultados letales. En Dachau, por ejemplo, los científicos alemanes experimentaron con prisioneros para determinar el tiempo que el personal de las Fueras Aéreas alemanas podría sobrevivir con una presión de aire reducida o en agua congelada. En Sachsenhausen, se llevaron a cabo varios experimentos con prisioneros para encontrar vacunas contra enfermedades contagiosas mortales. En Auschwitz III, Josef Mengele, doctor de las SS, realizó experimentos con gemelos para buscar formas de aumentar la población alemana criando familias que tendrían gemelos. Estos experimentos eran criminales y letales; en su mayor parte, también se basaban en una ciencia falsa y en fantasías racistas.
Entre 1944 y 1945, los ejércitos de los Aliados liberaron los campos de concentración. Trágicamente, las muertes en los campos continuaron durante varias semanas tras la liberación. Algunos prisioneros ya estaban demasiado débiles como para sobrevivir.
Según los informes de las SS, en enero de 1945 quedaban más de 700.000 prisioneros en los campos. Se estima que aproximadamente la mitad de las muertes que ocurrieron en los campos de concentración entre 1933 y 1945 tuvieron lugar durante el último año de la guerra.
LOS CAMPOS DE EXTERMINIO
Un crematorio del campo de exterminio de Majdanek, fuera de Lublin. Polonia, fecha incierta. — US Holocaust Memorial Museum Los campos nazis de exterminio cumplieron la función exclusiva del asesinato en masa. A diferencia de los campos de concentración, que servían primariamente como centros de detención y trabajo, los campos de exterminio eran casi exclusivamente “fabricas de muerte”. Más de tres millones de judíos fueron asesinados en los campos de exterminio, con gas y fusilamiento. El primer campo de exterminio fue Chelmno, que abrió en el Warthegau (la parte de Polonia anexada a Alemania) en diciembre de 1941. Más que todo judíos, pero también Roma (gitanos), fueron gaseados en camiones. En 1942, en el Gobierno General (un territorio en el interior de Polonia ocupada), los nazis abrieron Belzec, Sobibor, y Treblinka (como parte de la Operación Reinhard) para asesinar sistemáticamente a los judíos de Polonia. Para octubre de 1943, más de 1.7 millones de judíos habían sido gaseados (con monóxido de carbono en cámaras de gas) en los campos de la Operación Reinhard. Hubo solo alrededor de 120 sobrevivientes.
Casi todos los deportados que llegaban a los campos eran mandados inmediatamente a las cámaras de gas (con la excepción de algunos elegidos para trabajar en equipos especiales llamados Sonderkommandos). El campo de exterminio más grande eraAuschwitz-Birkenau en Polonia, que para la primavera de 1943 operaba cuatro cámaras de gas (usando ácido prúsico o Zyklon B). Al culminar las deportaciones, hasta ocho mil judíos eran gaseados cada día en Auschwitz-Birkenau. Para noviembre de 1944, más de un millón de judíos y decenas de miles de Roma, polacos, y prisioneros de guerra soviéticos habían sido gaseados ahí. Otro campo en Polonia, Majdanek, inicialmente un campo de prisioneros de guerra y luego un campo de concentración, era también un sitio de exterminio masivo. Alrededor de 170.000 prisioneros murieron en Majdanek; virtualmente todos eran judíos, soldados y civiles soviéticos, y civiles polacos. Las cifras aproximadas de las personas muertas por gas y otros medios (fusilamiento, ahorcamiento, palizas) no son determinables en base a la documentación disponible. Los últimos dieciocho mil prisioneros judíos del campo fueron fusilados en fosos el 3 de noviembre de 1943, en la operación “Festival de la cosecha” (Aktion Erntefest), mientras parlantes poderosos trasmitían música a fuerte volumen.
Las SS consideraban a los campos de exterminio un secreto de estado. Para obliterar todo rastro de las cámaras de gas, equipos especiales de prisioneros (Sonderkommandos) fueron forzados a retirar los cadáveres de las cámaras de gas y cremarlos. Algunos de los campos fueron transformados en parques; otros fueron camuflados. LOS CAMPOS NAZIS
Prisioneros haciendo trabajos forzados. La fotografía fue tomada durante una inspección de las SS. El campo de concentración de Dachau, Alemania, el 28 de junio de 1938. — Bildarchiv Preussischer Kulturbesitz Los alemanes crearon una serie de instalaciones de detención para encarcelar y eliminar a los “enemigos del estado.” La mayoría de los prisioneros en los primeros campos de concentración era comunistas alemanes, socialistas, social demócratas, romas (gitanos), testigos de Jehová, homosexuales, clérigos cristianos, y personas acusadas de comportamiento “asocial” o anormal. Después de la anexión de Austria en marzo de 1938, los nazis arrestaron judíos alemanes y austriacos y los encarcelaron en los campos de Dachau, Buchenwald, y Sachsenhausen, en Alemania. Después de los pogroms de Kristallnacht en noviembre de 1938, los nazis llevaron a cabo arrestos masivos de hombres judíos y los encarcelaron en campos por periodos breves. Equipos especiales de las SS llamados “Unidades de la calavera” (Totenkopfverbände) vigilaban los campos, y competían unos con otros en crueldad. Durante la Segunda Guerra Mundial, médicos nazis hacían experimentos sobre los prisioneros de algunos campos. Bajo el impacto de la guerra, el sistema de campos nazis creció rápidamente. Después de la invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939, los nazis abrieron campos de trabajos forzados donde miles de prisioneros murieron de agotamiento y hambre. Después de la invasión alemana de la Unión Soviética en junio 1941, los nazis aumentaron el numero de campos de prisioneros de guerra. Algunos de los campos fueron construidos dentro de campos de concentración ya existentes, como en Auschwitz en la Polonia ocupada. El campo de Lublin, luego conocido como Majdanek, fue creado en el otoño de 1941 como un campo de prisioneros de guerra y fue convertido en campo de concentración en 1943. Miles de prisioneros de guerra soviéticos fueron fusilados o gaseados ahí.
Para facilitar la “Solución Final” (el genocidio de los judíos), los nazis abrieron campos de exterminio en Polonia. Chelmno, el primer campo de exterminio, abrió en diciembre de 1941. Ahí los judíos y romas fueron gaseados en camiones. En 1942, los nazis abrieron Belzec, Sobibor, y Treblinka para asesinar sistemáticamente a los judíos del Gobierno General (el territorio en el interior de la Polonia ocupada). Los nazis construyeron cámaras de gas para aumentar la eficiencia del proceso y para hacerlo más impersonal para los verdugos. En Auschwitz, el campo de exterminio de Birkenau tenía cuatro cámaras de gas. Al culminar las deportaciones, hasta ocho mil judíos fueron gaseados cada día.
Los judíos en los territorios ocupados por los nazis eran a menudo primero deportados a campos provisionales, como Westerbork en Holanda, o Drancy en Francia. Los campos provisionales eran usualmente la última parada antes de un campo de exterminio. Bajo la dirección de las SS, los alemanes mataron más de tres millones de judíos en los campos de exterminio de la Polonia ocupada. LOS CENTROS DE EXTERMINIO EN PROFUNDIDAD Durante la Segunda Guerra Mundial, en los países europeos que se encontraban bajo ocupación alemana, los centros de exterminio eran instalaciones establecidas exclusiva o principalmente para el asesinato en masa de seres humanos, al estilo de las líneas de montaje. Los pocos prisioneros que fueron seleccionados para sobrevivir, temporalmente, fueron usados de alguna forma para ayudar en esta función principal. A los centros de exterminio a veces se los denomina "campos de exterminio" o "campos de la muerte". Los campos de concentración funcionaron principalmente como centros de detención y trabajo, y también como lugares para asesinar a grupos más pequeños de personas perseguidas. Por otro lado, los centros de exterminio eran esencialmente "fábricas de muerte". Las SS y la policía alemanas asesinaron a casi 2.700.000 judíos en los centros de exterminio, ya sea por asfixia con gas de guerra o fusilamiento. CHELMNO Chelmno, que comenzó a operar en diciembre de 1941, fue el primer centro de exterminio. Estaba ubicado en la provincia del Reich de Wartheland, que comprendía una parte de la Polonia anexada a Alemania. En Chelmno, una antigua y aristocrática casa solariega funcionaba como área de recepción. Los miembros de un destacamento especial de las SS y la policía bajo el mando del líder de más alto rango de las SS y la policía de Wartheland protegían las instalaciones y mataban gente en camiones en los
que los tubos de escape habían sido modificados para que bombearan monóxido de carbono en los espacios herméticamente cerrados con paneles situados detrás de las cabinas de los vehículos. Los cuerpos luego eran conducidos a un bosque cercano donde se habían cavado fosas comunes. En Chelmno, los alemanes asesinaron al menos a 152.000 personas entre diciembre de 1941 y marzo de 1943 y luego nuevamente en junio y julio de 1944. Prácticamente todas las víctimas eran judíos, pero también había algunos miles de romaníes y sintis (gitanos). OPERACIÓN REINHARD Operación Reinhard (Einsatz Reinhard) se convirtió en el nombre en código del plan alemán de asesinar a aproximadamente dos millones de judíos en el llamado Generalgouvernement (Gobierno General). El Generalgouvernement era la parte de Polonia bajo ocupación alemana que no estaba directamente anexada a Alemania, ni a Prusia oriental alemana, ni había sido incorporada a la Unión Soviética bajo ocupación alemana. Para implementar la “Operación Reinhard”, las SS y la policía construyeron tres centros de exterminio: Belzec y Sobibor, en el distrito de Lublin, yTreblinka II, en el distrito de Varsovia. Los centros de exterminio de la Operación Reinhard estaban a cargo de oficiales de las SS y de la policía que pertenecían al personal del líder de las SS y la policía en Lublin. Los auxiliares de policía entrenados en un campo especial del distrito de Lublin, el campo de entrenamiento de Trawniki, los protegían y facilitaban las operaciones de exterminio. Belzec comenzó sus operaciones en marzo de 1942, simultáneamente con las deportaciones de judíos de Lublin y Lwów (L'viv). Sobibor comenzó sus operaciones en mayo de 1942, con la deportación de judíos del distrito de Lublin provenientes de regiones rurales. Treblinka II comenzó a funcionar en julio de 1942, junto con la mayor deportación de judíos de Varsovia en el verano de 1942.
Entre las víctimas de los centros de exterminio de la Operación Reinhard hubo judíos polacos, alemanes, austríacos, holandeses, franceses, checos y eslovacos, así como también romaníes (gitanos), prisioneros de guerra soviéticos, y polacos. Las SS y la policía asesinaron a la mayoría de los prisioneros deportados a los centros de exterminio de la Operación Reinhard encerrándolos en cámaras de gas fijas dentro de las cuales bombeaban monóxido de carbono (gas letal) mediante motores de camiones. Una minoría de prisioneros fueron fusilados.
Unos pocos prisioneros fueron seleccionados de cada transporte para ayudar con la principal función de los campos: el asesinato de seres humanos. Los miembros de estos destacamentos, a menudo llamados Arbeitsjuden (“judíos de trabajo”) y a veces
llamados colectivamente Sonderkommando (Destacamento Especial), trabajaban en el área de exterminio. Retiraban los cuerpos de las cámaras de gas y, al principio, los enterraban en fosas comunes. A fines de 1942 y 1943, los judíos que realizaban trabajos forzados tuvieron que exhumar los cuerpos enterrados y quemarlos en enormes trincheras en “hornos” improvisados hechos con rieles de ferrocarril. Otros prisioneros seleccionados para sobrevivir temporalmente trabajaron en el área de administración y recepción, facilitando el desembarco de los trenes, el retiro de la ropa de otros prisioneros, la entrega de bienes de valor y el traslado de los recién llegados a las cámaras de gas. También clasificaban las posesiones de las víctimas asesinadas a fin de prepararlas para ser transportadas a Alemania, y eran responsables de la limpieza de los vagones de carga para la próxima deportación. El personal alemán de las SS y la policía y los auxiliares entrenados en Trawniki periódicamente asesinaban a los miembros de estos destacamentos de judíos que realizaban trabajos forzados y los reemplazaban por personas seleccionadas de los transportes recién llegados.
En los centros de exterminio de la Operación Reinhard, las SS y sus auxiliares asesinaron a aproximadamente 1.526.500 judíos entre marzo de 1942 y noviembre de 1943. Belzec dejó de funcionar en diciembre de 1942; Sobibor y Treblinka cerraron en noviembre de 1943. Aproximadamente 300 prisioneros sobrevivieron de los tres campos. Prácticamente todos escaparon de Treblinka II y Sobibor durante los respectivos levantamientos de agosto y octubre de 1943.
AUSCHWITZ-BIRKENAU El centro de exterminio más grande fue Auschwitz-Birkenau, también conocido como Auschwitz II. Estaba ubicado en Alta Silesia, una provincia de la Polonia de entreguerras que fue anexada directamente a Alemania. Las autoridades de las SS establecieron Auschwitz-Birkenau en la primavera de 1942. A diferencia de Chelmno y los centros de exterminio de la Operación Reinhard, el complejo del campo de concentración de Auschwitz no estaba subordinado al líder regional de las SS y la policía, sino que formaba parte del sistema de campos de concentración que estaba a cargo de la Oficina Principal Económica y Administrativa de las SS. Auschwitz-Birkenau fue originalmente concebido como campo de trabajos forzados para grandes cantidades de prisioneros de guerra soviéticos, y más tarde, para judíos que serían utilizados para los proyectos de construcción de las SS. AuschwitzBirkenau se convirtió en un centro de exterminio en las primeras semanas de su existencia. Desde los primeros traslados de judíos eslovacos en la primavera de 1942, las SS establecieron una práctica de selección, mediante la cual los judíos que llegaban
y que no podían trabajar eran enviados directamente a dos cámaras de gas improvisadas.
Durante la primavera de 1942, en los albores de la Conferencia de Wannsee, Himmler y la RSHA designaron a Auschwitz-Birkenau como el destino “final” de los judíos europeos (exceptuando a los judíos de la provincia de Wartheland, el Generalgouvernement y la Unión Soviética bajo ocupación alemana). En respuesta, las autoridades de las SS construyeron cuatro cámaras de gas más grandes y “mejoradas” en Auschwitz-Birkenau, que estuvieron terminadas a comienzos de 1943. Al igual que en otros campos de concentración, pero a diferencia de otros centros de exterminio, las SS usaron gas Zyklon B (ácido prúsico) en las cámaras de gas en Auschwitz-Birkenau. Durante la deportación de judíos húngaros en la primavera de 1944, AuschwitzBirkenau alcanzó su pico en cuanto a capacidad de exterminio: las SS gaseaban 6.000 judíos por día. Hacia noviembre de 1944, las SS habían matado a más de un millón de judíos y decenas de miles de romaníes, polacos y prisioneros de guerra soviéticos en Auschwitz-Birkenau. Al menos 865.000 judíos fueron asesinados inmediatamente después de llegar. La gran mayoría fue asesinada en las cámaras de gas.
A diferencia de los centros de exterminio de Chelmno y la Operación Reinhard, Auschwitz-Birkenau también funcionaba como un campo de trabajos forzados y como centro de detención para grupos de familias judías y gitanas (romaníes y sintis). En realidad, el centro nunca perdió su función original como campo de trabajos forzados, pese a que su función principal se convirtió en el exterminio masivo en 1942. En 1944, las SS exterminaron a los habitantes del campo familiar de judíos, quienes habían sido deportados prácticamente en su totalidad de Theresienstadt a Auschwitz-Birkenau. Las SS también liquidaron a los habitantes del campo familiar de gitanos, familias deportadas de tierras alemanas, austríacas y checas. En estas operaciones, casi 10.800 judíos y aproximadamente 2.900 gitanos fueron asesinados en cámaras de gas. Los campos de la Operación Reinhard y Chelmno fueron desmantelados después de haber cumplido con su trabajo homicida. Auschwitz-Birkenau, por su parte, continuó funcionando como campo de concentración para personas que realizaban trabajos forzados después de la destrucción de las cámaras de gas en noviembre de 1944. Sin embargo, la mayoría de los prisioneros habían sido evacuados de a pie o en trenes antes de la liberación del campo por parte de unidades del ejército soviético, el 27 de enero de 1945.
LUBLIN/MAJDANEK Si bien muchos estudiosos han contado tradicionalmente al campo de concentración de Lublin, ubicado cerca del suburbio Majdan de Lublin en el Generalgouvernement y a menudo conocido como “Majdanek” (pequeño Majdan), como el sexto centro de exterminio, hay investigaciones recientes que echan más luz sobre las funciones y las operaciones de Lublin/Majdanek. Al igual que Auschwitz-Birkenau y a diferencia de Chelmno y los centros de exterminio de la Operación Reinhard, Lublin/Majdanek fue concebido como un campo de trabajos forzados de gran escala, inicialmente para prisioneros de guerra soviéticos y, más tarde, para judíos. En el momento en que las SS lo establecieron en noviembre de 1941, el campo tenía la designación de “Campo de prisioneros de guerra de las Waffen SS en Lublin” y estaba bajo el mando del líder de las SS y la policía del distrito de Lublin. Más tarde se convirtió en parte del sistema de los campos de concentración. A diferencia de Auschwitz, Lublin/Majdanek nunca perdió su función principal como campo de concentración y de trabajos forzados. En noviembre y diciembre de 1942, llegaron allí 24.000 judíos que habrían sido destinados al centro de exterminio de Belzec si los alemanes no hubieran decidido cerrarlo en octubre. Sin embargo, la mayoría de los judíos deportados a Majdanek habían sido preseleccionados como potenciales obreros para realizar trabajos forzados durante las operaciones de los ghettos, en la estación de trenes de Lublin o incluso en los mismos centros de exterminio de Sobibor y Treblinka.
Durante la construcción del campo, desde noviembre de 1941 hasta fines de la primavera de 1943, las condiciones generales de vida en Lublin/Majdanek eran espantosas. Como consecuencia directa, la mayoría de los prisioneros murieron o quedaron lo suficientemente debilitados como para que las SS los mataran en las cámaras de gas debido a su incapacidad para trabajar.
Investigaciones recientes han revelado que por el campo principal de Lublin/Majdanek no pasaron más de 170.000mil prisioneros (y posiblemente hayan sido menos), de los cuales la mitad eran judíos y la mayoría de los restantes eran polacos, prisioneros de guerra y civiles soviéticos, y checos. Entre 80.000 y 90.000 prisioneros eran judíos. Las SS mataron entre 60.000 y 72.000 judíos, aunque menos de la mitad fueron asesinados al llegar y no todas estas víctimas fueron ultimadas en cámaras de gas. La mayoría de las víctimas judías de Lublin/Majdanek murieron como resultado de las brutales condiciones de vida o el maltrato o fueron enviadas a las cámaras de gas en grupos reducidos solo después de haber sido registradas en el campo y haber sido consideradas
incapaces de trabajar. Es posible que 20.000 hayan sido fusilados semanas o meses después de su llegada al campo, incluyendo a los últimos 18.000 prisioneros judíos, que fueron fusilados el 3 de noviembre de 1943 como parte de la operación “Festival de la Cosecha” (Unternehmen Erntefest) en zanjas cavadas inmediatamente afuera del campo.
Entre marzo de 1942 y noviembre de 1943, los prisioneros judíos constituyeron la mayoría -- por momentos abrumadora -- de los prisioneros del campo de concentración de Lublin/Majdanek. Después de los asesinatos del “Festival de la Cosecha” en noviembre de 1943, los judíos pasaron a ser el porcentaje más pequeño de los prisioneros de Majdanek (357 de 6.565 en diciembre de 1943, el 5.44%). Las SS evacuaron prácticamente a todos los prisioneros sobrevivientes de Majdanek a otros campos de concentración situados más al oeste entre abril y julio de 1944, y dejaron solo unos pocos prisioneros que serían liberados por las tropas soviéticas el 23 y 24 de julio de 1944.
EL SECRETO RESPECTO A LOS CENTROS DE EXTERMINIO Las SS consideraban las operaciones de los centros de exterminio como información clasificada altamente secreta. Al igual que con otros aspectos de la llamada Solución Final del Problema Judío y con todos los asuntos relacionados con las operaciones de los campos a cargo de las SS, los perpetradores juraban mantener el secreto y podían ser enjuiciados por divulgar información sin autorización. En parte para mantener este secreto, y en parte por motivos de salud y espacio, en el otoño de 1942, los jefes de las SS les ordenaron a las autoridades de los campos que en adelante quemaran los cuerpos de las personas asesinadas en los centros de exterminio y que exhumaran los cuerpos que ya habían sido enterrados para quemarlos. En los centros de exterminio de la Operación Reinhard y Chelmno, los cuerpos fueron quemados en “hornos al aire libre” hechos con rieles de ferrocarril. Destacamentos especiales de judíos que realizaban trabajos forzados fueron llevados desde otros centros a Belzec y Chelmno para que realizaran esta horrorosa tarea y para que la completasen después de los levantamientos de Treblinka II y Sobibor. Una vez terminado este trabajo, los miembros de estos destacamentos fueron fusilados por las SS o sus auxiliares entrenados en Trawniki. En Auschwitz-Birkenau, en 1942-1943 se construyeron grandes crematorios con las nuevas cámaras de gas. Los destacamentos de judíos que realizaban trabajos forzados, conocidos como Destacamentos Especiales (Sonderkommando) y formados por personas seleccionadas de los traslados entrantes,
eliminaban los cuerpos hasta que las operaciones de gaseo terminaron en noviembre de 1944.
Los centros de exterminio de la Operación Reinhard fueron desmantelados completamente y la tierra se volvió a cultivar para camuflar los sitios con haciendas agrícolas. La casa solariega de Chelmno, que funcionaba como área de recepción para las víctimas, permaneció en pie después de que las SS eliminaran las fosas comunes de un bosque cercano. Los expertos en demolición de las SS destruyeron las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau, pero el campo siguió funcionando como campo de concentración hasta la llegada de las tropas soviéticas el 27 de enero de 1945. CHARLES E. COUGHLIN
El padre Charles Coughlin, líder del Frente Cristiano antisemita, presenta un programa de radio. Detroit, Estados Unidos, 11 de marzo de 1935. — US Holocaust Memorial Museum
Charles E. Coughlin (1891-1979) fue un sacerdote católico estadounidense y una popular figura de radio en la década de 1930. Coughlin ejerció su ministerio en la capilla de Little Flower en Royal Oak, Michigan, de 1926 a 1966, cuando se jubiló.
Durante el primer año de la gestión del presidente demócrata Franklin D. Roosevelt, Coughlin lo respaldó, pero se apartó de él al poco tiempo. A lo largo de la década de 1930, Coughlin usó su popular programa semanal de radio, con un promedio de 3,5 millones de oyentes por semana, y su revista Justicia Social, para difundir sus ideas y atacar a sus enemigos. A partir de 1934, el blanco de Coughlin se centró en Roosevelt, individuos judíos líderes e instituciones judías, todos tildados de comunistas. Coughlin, populista de derecha, abogaba por una forma de corporativismo influenciado por el fascismo italiano. En 1934, organizó la Unión Nacional de Justicia Social, a través de la cual afirmaba que ni el capitalismo ni la democracia tenían futuro en los Estados Unidos. En 1938, la Unión Nacional se transformó en el Frente Cristiano, que apoyaba al fascismo aún más intensamente y que se convirtió en portavoz de la propaganda nazi. Posteriormente, cuando la guerra llegó a Europa, Coughlin respaldó el aislacionismo y acusó a los financistas judíos de estar secretamente intentando involucrar a los Estados Unidos en la guerra.
Coughlin creía en la existencia de una conspiración judía internacional secreta. En 1938, su revista Justicia Social publicó en entregas los desacreditados Protocolos de los sabios de Sión, que Coughlin consideraba verídicos. Estos textos apócrifos de la Rusia zarista supuestamente eran el acta de una reunión de líderes judíos que conspiraban para dominar el mundo. Coughlin habló en repetidas ocasiones de la “amenaza judeo-bolchevique”, afirmando que todos los líderes soviéticos, incluidos Lenin y Joseph Stalin, eran judíos. También acusó a los financistas judíos estadounidenses, principalmente la empresa Kuhn-Loeb de Wall Street, de colaborar con los bolcheviques en sus esfuerzos por desarraigar el cristianismo en Rusia. Si bien Coughlin proclamó públicamente que no era antisemita, sostenía que los males de la sociedad moderna eran causados por una conspiración judía y comunista.
Durante la década de 1930, los esfuerzos judíos para obligar a Coughlin a moderar su retórica antijudía o sacarlo de la radio fracasaron debido a su popularidad y al apoyo que recibió del obispo de Detroit. Coughlin siguió presentando argumentos en contra de la participación estadounidense en la Segunda Guerra Mundial, incluso después del ataque de los japoneses a Pearl Harbor. Estos argumentos lo llevaron a la ruina. Cuando surgió la posibilidad de un juicio por sedición, el obispo de Detroit ordenó a Coughlin que pusiera fin a sus transmisiones y dejara la política.
En la cúspide de su popularidad, Coughlin recibió más correspondencia que el presidente Roosevelt. De hecho, una encuesta realizada a la opinión pública en 1938 demostró que el 25 por ciento de los encuestados apoyaban todas o la mayoría de las ideas del sacerdote. Coughlin fue el activista de derecha estadounidense más visible durante la década de 1930 y su antisemitismo fue una profunda preocupación para el judaísmo de su país. CHECOSLOVAQUIA
Judíos refugiados y sin patria en un campamento en tierra de nadie entre Checoslovaquia y Hungría. Octubre de 1938. — YIVO Institute for Jewish Research, New York Checoslovaquia fue fundada en 1918, después de la disolución del Imperio AustroHúngaro al finalizar la Primera Guerra Mundial. Incluía las provincias checas de
Bohemia y Moravia, Eslovaquia, la provincia de Rutenia Subcarpática (Transcarpatia, de Ucrania), y partes de la Silesia austriaca.
Según los datos del censo anterior a la guerra, la población de Checoslovaquia estaba dividida según líneas étnicas (lengua materna) en aproximadamente 50 por ciento checa, 22,3 por ciento alemana, 16 por ciento eslovaca, 4,78 por ciento magiar (húngara), 3,79 por ciento ucraniana, 1,29 por ciento hebrea e yidish, y 0,57 por ciento polaca. A pesar de su población multinacional y las tensas relaciones con sus vecinos, que codiciaban su territorio, Checoslovaquia siguió funcionando como una democracia parlamentaria hasta la crisis de Munich de 1938.
ANEXIÓN DE LOS SUDETES Después de la toma del poder nazi en 1933, Alemania exigió la “devolución” de la población de etnia alemana de Checoslovaquia, y la tierra en la que vivía, al Reich alemán. A fines del verano de 1938, Hitler amenazó con desencadenar una guerra europea, a menos que los Sudetes fueran cedidos a Alemania. Los Sudetes eran una zona de frontera de Checoslovaquia cuya población era en su mayoría de etnia alemana y que contaba con todas las posiciones defensivas del ejército checoslovaco en caso de una guerra con Alemania. Los líderes de Gran Bretaña, Francia, Italia y Alemania celebraron una conferencia en Munich los días 29 y 30 de septiembre de 1938. En lo que llegó a conocerse como el Pacto de Munich, aceptaron la anexión alemana de los Sudetes a cambio de que Hitler prometiera la llegada de la paz. DIVISIÓN DE CHECOSLOVAQUIA Como consecuencia del Pacto de Munich, renunciaron los líderes del gobierno democrático de Checoslovaquia, y el presidente Beneš abandonó el país y se fue a Francia. Al encontrarse bajo gran presión alemana desde afuera y presión separatista eslovaca desde adentro, lo que quedaba del estado se reestructuró en un régimen autoritario y pasó a llamarse Checo-Eslovaquia, para reflejar con este nombre la importante autonomía concedida a Eslovaquia. Estos esfuerzos no lograron impedir que la Alemania nazi instara a los otros vecinos de Checoslovaquia a que exigieran partes de su territorio. En el otoño de 1938, como resultado del Primer Premio de Arbitraje de Viena, Hungría anexó territorio en el sur de Eslovaquia, y Polonia anexó el distrito Tešin de la Silesia checa. El 15 de marzo de 1939, la Alemania nazi invadió y ocupó las provincias checas de Bohemia y Moravia en lo que quedaba del estado checo-eslovaco, en flagrante
contravención al Pacto de Munich. Las autoridades de la ocupación alemana convirtieron a las dos provincias en un protectorado alemán, anexado directamente al Reich, pero bajo el liderazgo de un Protector del Reich. Kontantin von Neurath, el ex ministro de Asuntos Exteriores alemán, fue Protector del Reich desde marzo de 1939 hasta que fue reemplazado por Reinhard Heydrich, el jefe de la RSHA. Después del asesinato de Heydrich a fines de la primavera de 1942, el jefe de policía Kurt Daluege asumió por poco tiempo el cargo de Protector del Reich. Entre 1943 y 1945, el ex ministro del Interior Wilhelm Frick desempeñó esa función.
Eslovaquia se convirtió en un estado independiente bajo el liderazgo de Jozef Tiso, sacerdote católico cuyos seguidores establecieron una dictadura fascista, autoritaria, unipartidaria, ampliamente influenciada por la jerarquía clerical católica separatista en política interna y estrechamente aliada con la Alemania nazi. El Partido del Pueblo Eslovaco era el partido gobernante. El régimen de Tiso se mantuvo en el poder hasta abril de 1945.
Dos meses más tarde, en mayo, Hungría tomó y anexó la provincia de Rutenia Subcarpática. Checoslovaquia, que se estableció como un nuevo estado en 1918, desapareció del mapa dos décadas después.
Los alemanes y sus colaboradores mataron a aproximadamente 263.000 judíos que habían vivido en el territorio de la República Checoslovaca en 1938. CHELMNO La localidad de Chelmno (en alemán Kulmhof), se encuentra ubicada aproximadamente a 48 kilómetros al noroeste de Lodz sobre el río Ner, un afluente del río Warta, en lo que hoy es la región central occidental de Polonia. Bajo la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial, Chelmno formaba parte de la unidad administrativa de Wartheland (con sede en Poznan/Posen). Las autoridades de las SS y de la policía crearon el campo de exterminio de Chelmno para aniquilar a la población judía de Wartheland, incluidos los habitantes del ghetto de Lodz. Fue la primera instalación fija donde se utilizó gas de guerra para llevar a cabo matanzas de judíos.
El “campo de exterminio” estaba formado por una finca con una casa señorial fuera de uso, ubicada en la misma ciudad de Chelmno, y un gran claro en el bosque ubicado aproximadamente a 4 kilómetros al noroeste de Chelmno, en el lado este del camino a Kolo y lindero hacia el sur con la localidad de Rzuchow. Estos sitios se conocían
respectivamente como el Schlosslager (campo de la casa señorial) y el Waldlager (campo del bosque). En los terrenos de la finca había una gran casa señorial donde se encontraban las oficinas de recepción y que incluía habitaciones donde los prisioneros se desvestían y dejaban sus objetos de valor. El personal de las SS, de la policía y los guardias se alojaban en otros edificios de la ciudad. La casa señorial y los terrenos circundantes estaban rodeados por una gran valla de madera. El claro del bosque donde se encontraban las fosas comunes también estaba vallado.
Las operaciones de exterminio en Chelmno eran llevadas a cabo por las SS y la policía, con autorización del Jefe Superior de las SS y de la Policía del distrito de Wartheland, el General de las SS Wilhelm Koppe. Éste confió la conducción del destacamento especial desplegado en Chelmno al Capitán de las SS Herbert Lange, del Comando de Policía de Seguridad y base del SD (servicio de seguridad) en Poznan. Lange fue reemplazado en abril de 1942 por el Capitán de las SS Hans Bothmann. En 1940, Lange y algunos de los oficiales ya habían tenido experiencia en la matanza de polacos con discapacidades internados en instituciones. La tropa del denominado Destacamento Especial (Sonderkommando) Lange, más tarde llamado Destacamento Especial Bothmann de las SS, estaba bajo el mando de oficiales de la Policía de Seguridad y del SD, y la constituían miembros de la Gestapo, la Policía Criminal y la Policía del Orden. El número máximo de efectivos del Destacamento Especial era un poco menor de 100, de los que aproximadamente 80 pertenecían a la Policía del Orden.
Las SS y la policía comenzaron las operaciones de exterminio en Chelmno el 8 de diciembre de 1941. Durante las primeras cinco semanas, las víctimas fueron judíos residentes de las zonas cercanas del distrito de Wartheland. La policía y las SS transportaban a los judíos en camiones desde sus lugares de residencia hasta los terrenos del castillo en Chelmno. Bajo la vigilancia de miembros del Destacamento Especial, las víctimas descendían de los camiones (de a un camión por vez) en el patio de la casa señorial. Los oficiales de las SS vestían a menudo batas blancas para parecer médicos y les explicaban a los deportados que irían a Alemania a trabajar, pero que primero debían bañarse y desinfectar sus ropas. Así, los judíos ingresaban a la casa señorial. Una vez en el interior, eran conducidos a una habitación trasera donde se desvestían y entregaban sus objetos de valor, a cambio de un recibo, a un civil polaco contratado por el destacamento especial. El personal de las SS y de la policía conducía a los prisioneros desnudos al sótano, donde debían descender por una rampa inclinada e ingresar a la parte posterior de un gran camión revestido con paneles, con capacidad para entre 50 y 70 personas. Cuando el furgón se llenaba, las puertas se cerraban y sellaban. El mecánico de turno colocaba un tubo en el caño de escape del furgón y luego
encendía el motor, llenando así de monóxido de carbono el lugar donde se encontraban hacinados los prisioneros, que morían por asfixia. Una vez muertas las víctimas, se retiraba el tubo del caño de escape y el furgón, ahora lleno de cadáveres, era llevado al campo del bosque, donde los cuerpos se pasaban a fosas comunes previamente excavadas. Si al descargar los cadáveres se encontraban víctimas aún con vida, los oficiales de turno de las SS y de la policía las fusilaban en el campo del bosque.
El 16 de enero de 1942, las SS y la policía comenzaron con las deportaciones desde el ghetto de Lodz. Los oficiales alemanes transportaban a los judíos en tren desde Lodz hasta Kolo, 10 kilómetros al noroeste de Chelmno. Allí, los oficiales de las SS y de la policía supervisaban el traspaso de los judíos de los trenes de carga a un tren de vía angosta que los trasportaba a la estación de Powiercie, 5 kilómetros al noroeste de Chelmno. Luego, los judíos eran transportados en camión desde Powiercie al campo de la casa señorial, donde se los obligaba a entrar en el proceso de exterminio.
De los prisioneros judíos que llegaban, se escogía a unos pocos para integrar un destacamento de trabajos forzados (Sonderkommando) compuesto por entre 50 y 60 hombres desplegados en el campo del bosque, que retiraban los cadáveres de los furgones de gas y los enterraban en fosas comunes. Como las fosas se llenaban rápidamente y el olor de los cuerpos descompuestos impregnaba los alrededores, incluidas las localidades cercanas, en el verano de 1942, las SS y la policía ordenaron que en lo sucesivo, los cuerpos fueran quemados en “hornos” al aire libre fabricados con vías de tren. Los miembros judíos del Sonderkommando también tuvieron que exhumar los cuerpos enterrados en las fosas comunes y quemarlos. Además, clasificaban las prendas de vestir de las víctimas y limpiaban los furgones. Otro pequeño destacamento de aproximadamente 15 judíos trabajaba en la casa señorial, clasificando y embalando los efectos personales de las víctimas. Entre ocho y diez expertos artesanos fabricaban o reparaban diversos artículos para el destacamento especial de las SS. Los miembros del destacamento especial judío eran asesinados periódicamente por oficiales de las SS y de la policía y reemplazados por otros trabajadores seleccionados entre los recién llegados.
DEPORTACIONES A CHELMNO Las SS y la policía efectuaron operaciones de exterminio en Chelmno desde el 8 de diciembre de 1941 hasta marzo de 1943, y luego hicieron lo mismo en el campo del bosque por un breve periodo entre junio y julio de 1944. Desde comienzos de diciembre
de 1941 hasta mediados de enero de 1942, las SS y la policía deportaron a judíos en camiones desde ciudades y localidades cercanas; los primeros transportes incluyeron judíos de Kolo, Dabie, Sompolno, Klodowa, Babiak y Kowale Panskie. Desde mediados de enero de 1942, las SS y las autoridades policiales deportaron a Chelmno a judíos que viajaban hacinados en trenes de carga desde el ghetto de Lodz. Estos transportes incluían a judíos previamente deportados a Lodz procedentes de Alemania, Austria, Bohemia, Moravia y Luxemburgo. Durante todo 1942, las SS y la policía continuaron deportando a judíos de la región del distrito de Wartheland a Chelmno, donde eran asesinados. También fueron víctimas del campo de exterminio de Chelmno varios cientos de prisioneros de guerra polacos y soviéticos. Entre las primeras víctimas del campo también se encontraban muchos de los 5.000 romaníes (gitanos) que en 1941 habían sido deportados desde Austria y encerrados en el ghetto de Lodz.
Después de haber exterminado a casi la totalidad de los judíos que residían en el distrito de Wartheland (además de los que quedaban en el ghetto de Lodz), en marzo de 1943, las SS y la policía pusieron fin a los transportes a Chelmno. Obligaron a los últimos sobrevivientes del destacamento especial judío de trabajos forzados a demoler la casa señorial y los hornos al aire libre que se encontraban en el campo del bosque y luego los fusilaron. Pero en junio de 1944, los alemanes reiniciaron las deportaciones a Chelmno para facilitar el exterminio del ghetto de Lodz. El Destacamento Especial Bothmann de las SS volvió al campo del bosque y supervisó las nuevas operaciones de exterminio. Después de pasar una noche en la ciudad de Chelmno, las víctimas de 1944 eran llevadas al campo del bosque, donde las autoridades del campo habían construido dos cabañas de recepción y dos hornos al aire libre. Los oficiales de las SS y de la policía vigilaban a los judíos mientras se desnudaban y entregaban sus objetos de valor, y luego los mataban por asfixia en un furgón de gas o los fusilaban. Desde mediados de julio de 1944, las SS y la policía deportaron a Auschwitz-Birkenau al resto de los habitantes del ghetto de Lodz.
A comienzos de septiembre de 1944, un grupo de prisioneros judíos, supuestamente traídos de fuera del distrito de Wartheland, fue obligado a exhumar y cremar los cadáveres que quedaban en las fosas comunes de Chelmno, como parte de la Operación 1005 y para eliminar cualquier prueba de las operaciones de exterminio. Una vez finalizado este trabajo en noviembre de 1944, las SS y la policía fusilaron a alrededor de la mitad de los 80 hombres del destacamento. Los alemanes abandonaron el campo de exterminio de Chelmno el 17 de enero de 1945, ya que las tropas soviéticas se
aproximaban. Las SS asesinaron al menos a 152.000 personas en Chelmno entre diciembre de 1941 y marzo de 1943 y en el periodo de junio y julio de 1944. CHIUNE (SEMPO) SUGIHARA
Chiune Sugihara, cónsul general japonés en Kovno, Lituania, quien entre julio y agosto de 1940 emitió más de 2.000 visas de tránsito para refugiados judíos. Helsinki, Finlandia, 1937–1938. — US Holocaust Memorial Museum Chiune (Sempo) Sugihara, nacido el 1 de enero de 1900, fue el primer diplomático japonés enviado a Lituania. Nació en el seno de una familia de clase media de Yaotsu, en la Prefectura de Gifu, en la isla japonesa principal de Honshu, al norte de Nagoya. A veces también se conoce a Sugihara como “Chiune”, una interpretación anterior de la grafía japonesa para “Sempo”, parte de su nombre formal.
Sugihara se recibió del exclusivo Harbin Gakuin, un centro de capacitación japonés para expertos en la Unión Soviética. Como director del Ministerio de Asuntos Exteriores en Manchukuo, un estado títere que Japón había establecido en Manchuria bajo supervisión japonesa, Sugihara negoció la compra del ferrocarril del norte de Manchuria a la Unión Soviética en 1932.
Como Sugihara hablaba ruso con fluidez, los japoneses lo enviaron a Kovno, la capital de Lituania, en noviembre de 1939. Había aprendido el idioma de emigrantes rusos durante 16 años en Harbin, Manchuria. Se le ordenó que proporcionara a Japón información de inteligencia sobre los movimientos de las tropas soviéticas y alemanas en la región báltica.
Sugihara también intercambió información con miembros de organizaciones clandestinas polacas en Lituania y emitió para ellos visas para el tránsito por Japón en 1940. Reconoció la urgencia de la situación de Lituania después de la ocupación de las fuerzas soviéticas en junio de 1940 y la ola de arrestos por parte de la policía secreta soviética que la acompañó. Es posible que Sugihara también haya comprendido que, con Europa occidental sumida en la guerra, la mejor vía de escape para los refugiados de Lituania era una ruta oriental por la Unión Soviética hacia Japón.
En el verano de 1940, cuando los refugiados llegaron con visas falsas para Curazao y otros territorios holandeses en América, Sugihara decidió facilitar su escape de la Europa devastada por la guerra. Como no había recibido instrucciones claras desde Tokio, concedió visas de 10 días para el tránsito por Japón a cientos de refugiados que tenían visas con destino a Curazao. Antes de dejar su consulado en el otoño de 1940, Sugihara incluso dio visas a los refugiados que no tenían documentos para viajar.
Después de que Sugihara emitió unas 1.800 visas, recibió un cable desde Tokio que le recordaba: “Debe asegurarse de que ellos [los refugiados] hayan terminado el procedimiento correspondiente para las visas de ingreso y de que tengan dinero suficiente para viajar o para su estadía en Japón. De lo contrario, no debe darles la visa de tránsito”.
Como respuesta al cable, Sugihara admitió haber emitido visas a personas que no habían terminado todos los trámites necesarios para las visas de destino. Explicó las circunstancias atenuantes: Japón era el único país de tránsito disponible para los que iban en dirección a los Estados Unidos, y sus visas eran necesarias para salir de la Unión Soviética. Sugihara sugirió que a los viajeros que llegaran al puerto soviético de Vladivostok con la documentación incompleta no se les debería permitir subir a bordo de un barco con destino a Japón. La respuesta que llegó desde Tokio fue que la Unión Soviética insistía en que Japón cumpliera con todas las visas ya emitidas por sus consulados.
Cuando Sugihara se fue de Lituania, ya había emitido visas a 2.140 personas. Estas visas cubrieron también a otras 300 personas aproximadamente, en su mayoría niños. Sin embargo, no todos los que tenían visas pudieron irse de Lituania antes de que la Unión Soviética dejara de otorgar visas para la salida.
Sugihara se fue de Lituania a principios de septiembre de 1940. Los japoneses lo trasladaron a Praga en Bohemia y luego a Bucarest, Rumania, aliado de Alemania, donde se quedó hasta el final de la guerra. Durante la victoriosa marcha del ejército soviético por los Balcanes en 1944, los soviéticos arrestaron a Sugihara junto con otros diplomáticos de naciones enemigas. Las autoridades soviéticas los retuvieron a él y a su familia, en buenas condiciones, durante los tres años siguientes. Cuando Sugihara regresó a Japón en 1947, el Ministerio de Asuntos Exteriores lo jubiló con una pequeña pensión, como parte de una gran reducción de personal establecida durante la ocupación estadounidense.
Sugihara tuvo varios trabajos después de la guerra, entre ellos uno para una empresa industrial japonesa en Moscú desde 1960 hasta 1975. Un año antes de su muerte en 1986, Yad Vashem, la Autoridad Nacional para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto en Jerusalén, honró a Sugihara con el título “Justo entre las naciones” por su ayuda a los refugiados en Lituania durante la Segunda Guerra Mundial. COLABORACIÓN
Miembros de la Guardia Hlinka marchan en Eslovaquia, un estado satélite nazi. Fecha incierta. — Czechoslovak News Agency En Europa, el antisemitismo, el nacionalismo, el odio étnico, el anticomunismo y el oportunismo indujeron a ciudadanos de los países ocupados por Alemania a colaborar con los nazis en el genocidio de los judíos de Europa. Esa colaboración fue un elemento crucial de la "solución final". Los colaboradores cometieron algunas de las peores atrocidades del Holocausto. Una serie de aliados alemanes (los países del Eje) cooperaron con los nazis promulgando y haciendo cumplir leyes antisemitas y ayudando en la deportación de judíos a campos de exterminio. En los estados aliados de Alemania, las organizaciones paramilitares fascistas aterrorizaron, robaron y asesinaron a judíos locales, tanto por indicación alemana como por iniciativa propia. La Guardia Hlinka de Eslovaquia, la Guardia de Hierro de Rumania, los Ustasha de Croacia y la Cruz Flechada de Hungría fueron responsables de las muertes de miles de judíos en su territorio nacional. El gobierno croata pronazi de los Ustasha construyó sus propios campos de concentración. A fines de 1941, dos tercios de los judíos de Croacia (más de 25.000) fueron deportados a los campos. La mayoría fueron asesinados al llegar. Los croatas también mataron al menos a unos 250.000 serbios.
Los regímenes colaboracionistas de Italia y Hungría no entregaron judíos para deportarlos hasta que Alemania ocupó esos países. Bulgaria cooperó con los nazis en la deportación de judíos extranjeros, pero no deportó a los judíos que tenían ciudadanía búlgara. La policía y las unidades militares rumanas asesinaron tanto a judíos rumanos deportados como a judíos ucranianos de la Ucrania bajo ocupación rumana, pero se negaron a deportar a judíos de la propia Rumania.
Además de los países del Eje, muchas personas de los países ocupados por los nazis colaboraron con los nazis. Los colaboradores bálticos y ucranianos desempeñaron un papel particularmente importante en el asesinato de judíos de Europa oriental. Muchos sirvieron como guardias en los campos de exterminio y estuvieron involucrados en el gaseo de cientos de miles de judíos. Lituanos, letones, estonios, bielorrusos y ucranianos formaron espontáneamente grupos que la policía y las SS alemanas luego organizaron. Estas unidades se convirtieron en auxiliares de policía despiadados y confiables que apoyaron a las SS y la policía alemana en la masacre de cientos de miles de judíos en la Unión Soviética bajo ocupación.
El gobierno francés de Vichy cooperó con los nazis promulgando el Statut des Juifs (Ley de los judíos), que definía a los judíos por su raza y restringía sus derechos. Las autoridades de Vichy también colaboraron activamente estableciendo campos de reclusión en el sur de Francia, arrestando a judíos extranjeros y franceses y ayudando en la deportación de judíos (principalmente judíos extranjeros que residían en Francia) hacia los campos de exterminio de la Polonia ocupada.
Tras la invasión alemana de Noruega en abril de 1940, Vidkun Quisling, un fascista noruego, se proclamó primer ministro. Los alemanes rápidamente se desilusionaron de él y establecieron su propia administración, pero en ocasiones lo usaban como figura decorativa. La policía y las formaciones paramilitares noruegas ayudaron a las SS y a las unidades de la policía alemana en la deportación de judíos a Auschwitz-Birkenau.
La colaboración de los países del Eje y de los gobiernos pronazis fue esencial para que los nazis implementaran la "Solución final". La policía y los gobiernos pronazis ayudaron en el arresto y la deportación de judíos a campos de exterminio, participaron activamente en la matanza de judíos y en muchos casos cometieron atrocidades contra sus conciudadanos judíos dentro de sus propias fronteras nacionales. ¿CÓMO ENJUICIAR CRÍMENES SIN PRECEDENTES?
El Tribunal Militar Internacional fue convocado conjuntamente por los gobiernos aliados vencedores. Detrás de los jueces, se ven las banderas de la Unión Soviética, Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. El Holocausto fue un crimen sin precedentes compuesto de millones de asesinatos, encarcelamientos ilegales, torturas, violaciones, robos y destrucción. En las secuelas
inmediatas del Holocausto, el mundo se enfrentaba a un desafío: cómo procurar justicia para un comportamiento criminal que alcanzaba dimensiones casi imposibles de imaginar. El Tribunal Militar Internacional (IMT) que tuvo lugar en Núremberg, Alemania, intentó abordar este inmenso desafío sobre una base legal. El año 2005 marca el 60.º aniversario del Tribunal Militar Internacional, el cual fue un hito en la justicia internacional. La conmemoración de este aniversario coincide con numerosas atrocidades cometidas en el mundo actual; crímenes que nuevamente nos desafían a preguntarnos: ¿podrá alguna vez hacerse justicia?
La Alemania nazi planificó e implementó el Holocausto al amparo de la Segunda Guerra Mundial. En ese contexto se creó el Tribunal Militar Internacional, un juicio para los crímenes de guerra. El Tribunal Militar Internacional no fue una corte convocada para imponer condenas por el Holocausto solamente. El Tribunal se constituyó para documentar y enmendar los crímenes cometidos durante el conflicto más masivo que el mundo haya conocido jamás.
En el lenguaje legal del Tribunal Militar Internacional, el Holocausto fue “un crimen contra la humanidad”. Convocado pocos meses después de finalizada la guerra, desde el 20 de noviembre de 1945 hasta que se dictó la sentencia el 1 de octubre de 1946, el tribunal de Núremberg sentó precedentes: en el derecho internacional, en la documentación de registros históricos y en la intención de comenzar de alguna manera, nunca suficiente, la búsqueda de la justicia. ¿CÓMO SE DEFINIERON LOS CRÍMENES? “Nunca antes en la historia jurídica se hizo el esfuerzo de reunir en el ámbito de un único litigio los acontecimientos de una década, que afectan a todo un continente e involucran a muchas naciones, incontables individuos e innumerables hechos”. Robert H. Jackson, fiscal principal estadounidense Hoy la legislación internacional sobre crímenes contra la humanidad ha alcanzado un desarrollo radicalmente mayor que cuando se creó el Tribunal Militar Internacional (IMT) hace 60 años. En la actualidad existen tribunales especiales para la ex Yugoslavia y para el genocidio de Ruanda. El marco y el vocabulario rector para estos tribunales se fundamentan en los precedentes sentados en Núremberg.
Incluso antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, los líderes de las naciones aliadas resolvieron enjuiciar a los responsables de la guerra y de la violencia contra la población civil, incluidos los asesinatos masivos de judíos europeos. Destacados
criminales de guerra cuyos delitos no podían asignarse a una ubicación geográfica en particular serían castigados por decisiones conjuntas de los gobiernos aliados.
En agosto de 1945, se firmó el estatuto del Tribunal Militar Internacional, que traducía la visión de los tiempos de guerra a la realidad. El estatuto establecía un tribunal militar formado por un juez titular y uno suplente de cada uno de los países aliados vencedores: Francia, Gran Bretaña, la Unión Soviética y Estados Unidos. Todas las decisiones del tribunal requerían un voto mayoritario del jurado.
Al tribunal se le confirió autoridad “para intentar castigar a las personas que, actuando en el interés de los países europeos del eje”, cometieron alguna de estas cuatro categorías recientemente definidas de crimen: Cargo uno: conspiración. Conspirar para cometer crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. El cargo de conspiración, y la decisión de juzgar organizaciones alemanas y nazis específicas como acusados ante el tribunal permitió futuros juicios contra todo individuo perteneciente a estas organizaciones criminales. Cargo dos: crímenes contra la paz. Planear y hacer la guerra. Cargo tres: crímenes de guerra. Violaciones de leyes existentes sobre el maltrato de combatientes enemigos y prisioneros de guerra, causando deliberadamente la muerte o hiriendo a la población civil sin necesidad militar. Cargo cuatro: crímenes contra la humanidad. El “asesinato, la exterminación, la esclavitud, la deportación… o la persecución de un individuo por razones políticas, raciales o religiosas”. Este fue el marco jurídico en el cual se juzgaron los crímenes del Holocausto. Uno de los conceptos legales más significativos que surgieron en el Tribunal Militar Internacional fue que el argumento de defensa de seguir órdenes no era una excusa válida para el comportamiento criminal. COMUNIDADES JUDÍAS EN LA ALEMANIA DE LA PREGUERRA Los judíos constituían menos del uno por ciento de la población de Alemania durante la República de Weimar, el período desde el fin de la Primera Guerra Mundial hasta el surgimiento del nacionalsocialismo. Si bien vivían casi exclusivamente en aldeas y pueblos a comienzos del siglo XIX, en el año 1900, la mayoría de los judíos alemanes -aunque no todos ellos -- vivían en grandes ciudades. Mientras que en 1910 el sesenta por ciento de los judíos alemanes vivían en áreas urbanas con más de 100.000 habitantes, en 1933, más del setenta por ciento residían en ciudades. Solamente el diez
por ciento vivía en el campo, mientras que el veinte por ciento vivía en pueblos más pequeños y aldeas. Según un censo de 1925, 564.973 judíos registrados vivían en la República de Weimar, 71,5% de los cuales residían en la mayor provincia de Alemania, Prusia.
Los académicos han comprendido por mucho tiempo que el antisemitismo más agresivo, los repetidos reveses económicos y la inestabilidad política asociada marcaron los límites de la aculturación judía durante la República de Weimar. Sin embargo, en años recientes, investigadores han explorado el modo en que estas tendencias ayudaron a fomentar un sentido de identidad comunitaria entre una amplia gama de judíos alemanes.
Una organización que se encontraba sólo en Europa central, Gemeinde (comunidad; en plural, Gemeinden), actuaba como centro de la vida judío-alemana. Creada para centralizar las actividades judías locales, la Gemeinde incluía a todos los judíos dentro del país, incluso los que no eran ciudadanos. Las Gemeinden, que, durante la República de Weimar, se convirtieron en empresas públicas, eran facultadas por el gobierno para organizar los asuntos locales comunitarios y rituales de los judíos. Contrataban rabinos y funcionarios religiosos, mantenían y construían sinagogas y dirigían diversas instituciones, tales como periódicos, sociedades, bibliotecas, centros de salud y fondos de caridad. Los impuestos, recaudados por el gobierno en nombre de los judíos o por la propia comunidad, sustentaban las actividades comunitarias.
Dentro de las Gemeinden, los judíos expresaban las identidades comunitarias de muchas formas: participación local en movimientos juveniles, grupos sionistas, tales como Brit Shalom, nuevas escuelas judías, fraternidades judías de alumnos, sociedades de atletas, bibliotecas judías, logias B'nai B'rith, sociedades de canto, artes visuales y museos judíos.
A nivel nacional, en 1893, los judíos se organizaron en contra de los ataques antisemitas en la Unión Central de Ciudadanos Alemanes de la Fe Judía. Otras organizaciones, tales como la Asociación de Soldados Judíos del Frente del Reich (más de 100.000 judíos alemanes prestaron sus servicios durante la Primera Guerra Mundial; unos 12.000 murieron por su país) o la feminista Liga de Mujeres Judías, fundada en 1904, representan las muchas formas de solidaridad étnica entre los judíos alemanes antes de la Primera Guerra Mundial y después de ella.
Los intentos de promover un sentido de la identidad judía en Alemania eran muy diferentes a la manera en que se asociaban los judíos en Europa oriental. Los judíos alemanes no desarrollaron ningún sindicato y crearon muy pocas asociaciones profesionales. Aunque muchos judíos eran aclamados en las artes, las actividades culturales como la música y el teatro (excepto la literatura) raramente se organizaban con el auspicio judío.
El perfil profesional de los judíos alemanes difería notablemente del de la población general. Históricamente, los judíos tenían prohibidas muchas iniciativas y estaban representados en forma desproporcionada en algunas áreas de la economía, tales como el periodismo, las leyes, la medicina y la venta minorista. Estaban concentrados en una pequeña cantidad de profesiones (con más frecuencia, en áreas urbanas) y eran especialmente visibles para los detractores, a menudo violentos, de la República de Weimar. Mientras que la mayoría de los judíos alemanes eran de clase media, una importante proporción de los que vivían en la Alemania de Weimar, muchos de los cuales eran refugiados de Europa oriental de habla yidis, se ganaban la vida a duras penas como obreros industriales, artesanos o vendedores ambulantes. La hiperinflación de principios de la década del veinte y la Gran Depresión (ocasionada por la caída de la bolsa de Estados Unidos en 1929) complicaron en gran medida la vida de casi todos los judíos alemanes. LA CONFERENCIA DE WANNSEE Y LA "SOLUCIÓN FINAL"
Richard Heydrich, jefe del SD (Servicio de Seguridad) y gobernador nazi de Bohemia y Moravia. Lugar incierto, 1942. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. El 20 de enero de 1942, 15 funcionarios de alto rango del gobierno alemán y del partido nazi se reunieron en una casa ubicada en el suburbio de Wannsee, en Berlín, para hablar sobre la implementación de la “solución final” y coordinarla. Reinhard Heydrich, segundo en el mando después del jefe de las SS Heinrich Himmler y director de la Oficina de Seguridad Principal del Reich, celebró la reunión con el fin de hacer participar a miembros fundamentales de la burocracia ministerial alemana, incluidos los Ministerios de Asuntos Exteriores y Justicia, cuya colaboración era necesaria para implementar las medidas de exterminio. La “solución final” era el nombre en código que utilizaban los nazis para la destrucción deliberada y cuidadosamente planeada del judaísmo de Europa. La Conferencia de
Wannsee determinó que la manera en que la decisión de Hitler de resolver el “problema judío” a través del asesinato masivo sistemático debía transmitirse a los ministerios y las burocracias adecuados. Los invitados a la conferencia no deliberaron si dicho plan debía ejecutarse o no. Trataron la puesta en marcha de una decisión que ya se había tomado. En el momento de la Conferencia de Wannsee, la mayoría de los participantes ya sabían que el régimen nacionalsocialista se había embarcado en el asesinato masivo de los judíos. Algunos se habían enterado de las acciones realizadas por los Einsatzgruppen(equipos móviles de matanza), que ya estaban masacrando a decenas de miles de judíos en la Unión Soviética bajo ocupación alemana. Otros sabían que estaban matando a los judíos en una “solución local al problema judío” en Serbia. Ninguno de los funcionarios presentes en la reunión se opuso a la política anunciada por Heydrich. Heydrich indicó que aproximadamente 11.000.000 de judíos serían finalmente sometidos a la “solución final”, con las Leyes de Núremberg como base para determinar quién era judío. “Bajo supervisión adecuada, los judíos deben ser... llevados al este”, anunció Heydrich, “y reclutados para trabajo apropiado.... Los judíos con condiciones para trabajar, separados por sexo, serán llevados a esas zonas, en grandes destacamentos de trabajo para construir caminos, y gran parte indudablemente se perderá por el desgaste natural. Los que sobrevivan... deberán ser tratados adecuadamente...”. A pesar de los eufemismos que aparecieron en los protocolos de la reunión, el objetivo de la Conferencia de Wannsee era claro: la coordinación de una política de genocidio de los judíos europeos. CONSEJO DE REFUGIADOS DE GUERRA: ACTIVIDADES
Tercer reunión de la junta directiva del Consejo de Refugiados de Guerra. De izquierda a derecha son Secretario de Estado Cordel Hull, Secretario del Tesoro Henry Morgenthau, Secretario de Guerra Henry Stimson, y Director Ejecutivo John Pehle. Washington, D.C., Estados Unidos, 21 de marzo de 1944. — Franklin D. Roosevelt Library A través del Decreto Ejecutivo 9417 del 22 de enero de 1944, el presidente Franklin D. Roosevelt instituyó el Consejo de Refugiados de Guerra (War Refugee Board, WRB), con la tarea del “rescate y ayuda inmediatos de los judíos de Europa y otras víctimas de la persecución enemiga”. Como organismo gubernamental independiente bajo el Poder Ejecutivo, el WRB funcionó hasta su abolición por el Decreto Ejecutivo 9614 del presidente Harry S. Truman del 15 de septiembre de 1945.
El WRB fue un importante intento por rescatar y ayudar a los judíos y otras personas en peligro bajo la ocupación alemana. Al trabajo del WRB se le ha atribuido haber salvado 200.000 vidas durante el Holocausto.
FINANCIACIÓN DE LA AYUDA Una de las funciones más importantes del WRB era agilizar el proceso para enviar dinero al extranjero con fines de ayuda. En 1943, las conversaciones entre los Departamentos de Estado y del Tesoro acerca de la propuesta de financiación del Congreso Judío Mundial habían llevado meses. La creación del WRB significaba que, en cambio, se podrían expedir licencias similares en cuestión de semanas. El WRB ayudó a enviar $20.000.000 al extranjero para financiar proyectos de ayuda, desde suministrar paquetes de alimentos para prisioneros de campos de concentración hasta financiar movimientos clandestinos en los países ocupados. Organizaciones tales como el Comité Judío Estadounidense para la Distribución Conjunta, el Va'ad haHatsala y el Congreso Judío Mundial propusieron y financiaron dichos planes de ayuda y rescate. Estas y muchas otras organizaciones ahora podían enviar dinero al extranjero para brindar ayuda y asistencia en tierra.
TRABAJO DIPLOMÁTICO Parte del trabajo del WRB era diplomático y se podía llevar a cabo desde Washington. En la primavera de 1944, el organismo envió solicitudes a los Gobiernos de América Central y del Sur, para solicitarles que aceptaran brindar protección a cualquier persona que portara documentos de solicitud de la ciudadanía de sus respectivas naciones. Por ejemplo, si una persona en Hungría tenía documentos salvadoreños, El Salvador acordaba informar a Alemania a través de canales diplomáticos que se trataba de un ciudadano salvadoreño y cumpliría los requisitos para intercambios de prisioneros diplomáticos. El WRB creía que miles de personas se salvaron porque pudieron alegar su condición de ciudadanos, o estar bajo la protección, de naciones de Sur y Centro América, aun cuando sus documentos eran inválidos o falsificados. INFORMACIÓN DE INTELIGENCIA Y NEGOCIACIONES LOCALES El WRB también designó representantes extranjeros en Suecia, Suiza, el Mediterráneo (que incluía África del Norte e Italia), Turquía, Portugal y Gran Bretaña. Estos representantes, muchos de los cuales pertenecían al Departamento del Tesoro o tenían antecedentes en organizaciones de ayuda, proporcionaban importante información de
inteligencia y tenían la capacidad de negociar en tierra con organizaciones judías, funcionarios gubernamentales locales y otros diplomáticos. Por ejemplo, Ira Hirschmann, el representante del WRB en Turquía, trabajó para llevar refugiados de Romania a Palestina. Esto implicó comprar barcos para trasladar a los refugiados, negociar con Romania para dejar partir a los refugiados, negociar con Turquía para permitir que los barcos atracaran y proporcionar tránsito en tren para los judíos, y negociar con Gran Bretaña para admitir los refugiados en Palestina. Como resultado de las negociaciones, alrededor de 6.500 refugiados pudieron llegar a Palestina de manera segura, aunque un barco, el Mefkure, fue trágicamente atacado con torpedos en el mar. FOMENTO DE ALBERGUES SEGUROS PARA LOS REFUGIADOS El WRB alentó constantemente a las naciones neutrales de Europa a mantener sus fronteras abiertas a cualquier refugiado que lograra escapar de territorios ocupados. Sin embargo, temían que se acusaría a los Estados Unidos de no proporcionar un albergue seguro para los refugiados. En junio de 1944, el presidente Roosevelt anunció la formación del Albergue de Emergencia para Refugiados de Fort Ontario, en Oswego (Nueva York). En agosto de 1944, cerca de 1.000 hombres, mujeres y niños, la mayoría de ellos judíos, llegaron del campo de refugiados de Bari en Italia para vivir en Fort Ontario. Sin embargo, debido a que los refugiados ingresaron en los Estados Unidos por fuera de los cupos de inmigración legales, su situación era incierta. A pesar de que algunos de los niños asistían a escuelas públicas locales, los funcionarios estadounidenses no permitían que los refugiados abandonaran el albergue durante períodos prolongados. Puesto que muchos de los refugiados tenían familia en los Estados Unidos, se resistieron a la repatriación a Europa después de la guerra. Cuando Fort Ontario cerró en febrero de 1946 (cinco meses después de la disolución del WRB), el Gobierno de los Estados Unidos admitió discretamente como inmigrantes a los refugiados.
RAOUL WALLENBERG Los alemanes ocuparon Hungría en marzo de 1944. Poco después de que las autoridades húngaras comenzaran a deportar a cientos de miles de judíos húngaros, el WRB se enteró de las deportaciones masivas al centro de exterminio en AuschwitzBirkenau. Al no poder colocar un representante de los Estados Unidos en Budapest (ya que los Estados Unidos estaban en guerra con Hungría, aliada de Alemania), el WRB recibió ayuda del Gobierno sueco. A través de su representante en Estocolmo, Iver
Olsen, el WRB reclutó al empresario sueco Raoul Wallenberg y el Ministerio de Asuntos Exteriores sueco lo asignó a la legación sueca en Budapest. Wallenberg llegó a Budapest el 9 de julio de 1944 -el día en que el último tren de deportación salió de Hungría hacia Auschwitz-Birkenau- y asumió su cargo como tercer secretario en la legación sueca. Con fondos del WRB, distribuyó certificados de protección emitidos por la legación sueca a miles de judíos y logró evitar su deportación de Budapest. Intervino muchas veces para garantizar la liberación de judíos que reclamaban protección sueca y trabajó incansablemente para salvar a tantos judíos como fuera posible.
Trabajando junto con otras legaciones neutrales en Budapest, en especial la legación sueca y Carl Lutz, Wallenberg estuvo en el centro de la operación de rescate más grande y más directa emprendida por el WRB y se le atribuye haber salvado las vidas de miles de judíos.
Wallenberg fue visto por última vez en compañía de funcionarios soviéticos en enero de 1945. Creyendo que era un agente de inteligencia de los Estados Unidos, las autoridades soviéticas lo llevaron a la Unión Soviética, donde falleció en prisión, aunque aún se desconocen los detalles en torno a su muerte.
REVISIÓN DE PROPUESTAS QUE LLAMABAN A LA TOMA MEDIDAS MILITARES El WRB recibió muchas sugerencias de ayuda y rescate por parte de diversas organizaciones extranjeras y nacionales y de ciudadanos estadounidenses preocupados. Algunas propuestas llamaban a la toma de medidas militares por parte de los aliados para detener o disminuir el asesinato en masa de los judíos europeos. Estas incluían instar a los movimientos clandestinos de resistencia en la Europa ocupada por los alemanes a rescatar a los judíos, armar a los judíos para defenderse de los alemanes y sus aliados y colaboradores, esconder a los judíos o llevarlos de contrabando a lugares seguros, bombardear las líneas de ferrocarril que llevaban de Hungría al centro de exterminio de Auschwitz-Birkenau y destruir las cámaras de gas en AuschwitzBirkenau mediante bombardeos aéreos o ataques terrestres por parte de la resistencia polaca o soldados paracaidistas aliados. En general, el WRB dudaba en avalar oficialmente los planes que implicaban el uso de fuerzas militares aliadas para operaciones de rescate o bombardeo. Entre las organizaciones judías, había opiniones encontradas con respecto a qué soluciones militares respaldar. Algunos creían que el bombardeo de las cámaras de gas detendría
las matanzas y salvaría vidas, mientras que otros se oponían con vehemencia, por temor a que muchos prisioneros judíos en Auschwitz fueran asesinados. Y otros se preguntaban si semejante plan realmente evitaría la muerte de judíos.
El 8 de noviembre de 1944, el director del WRB, John Pehle, tras leer los informes traducidos de testigos oculares de las matanzas en Auschwitz, superó sus dudas iniciales e instó fervientemente al Departamento de Guerra de los Estados Unidos a bombardear las cámaras de gas. Seis días antes, el 2 de noviembre, bajo órdenes del Reichsführer-SS (jefe de las SS) Heinrich Himmler, las instalaciones de gaseo en Auschwitz-Birkenau se utilizaron por última vez. Tras analizar la propuesta de Pehle, el Departamento de Guerra respondió que el plan no era factible y que desviaría a las fuerzas aéreas estratégicas aliadas de objetivos militares vitales, alegando que el mejor modo de salvar vidas en Auschwitz sería derrotar a la Alemania nazi tan pronto como fuera posible. CONCLUSIÓN Los historiadores han calculado que las actividades del WRB salvaron 200.000 vidas. Sin embargo, no se cuenta con datos confiables, puesto que gran parte del trabajo del WRB implicaba facilitar los intentos de ayuda y rescate de otras organizaciones. En el informe final del WRB, redactado en septiembre de 1945, el personal escribió lo siguiente: “¼ los logros del Consejo no se pueden evaluar en términos de estadísticas exactas, pero está claro, sin embargo, que cientos de miles de personas y decenas de miles que fueron rescatadas a través de actividades organizadas por el Consejo continuaron viviendo y resistiendo como resultado de sus enérgicos e infatigables esfuerzos”.
El WRB fue un importante intento por rescatar y ayudar a los judíos y otras personas en peligro bajo la ocupación alemana. Aunque no se creó hasta 1944, la institución del WRB proporcionó una clara y coherente política de rescate de los Estados Unidos. Muchos, incluido John Pehle (el primer director del Consejo), se refirieron a los logros del WRB como “escasos y tardíos”. La institución del WRB fue tardía, y no hay forma de saber cuántas vidas se podrían haber salvado si se hubiera creado antes. Pero para quienes el WRB sí salvó, y para los miles que recibieron asistencia gracias al trabajo de ayuda que el WRB facilitó, los esfuerzos no se pueden describir como “escasos”. CONSTRUCCIÓN DE LA SALA DEL TRIBUNAL Y DEL CASO
El Palacio de Justicia de Núremberg, donde se llevó a cabo el juicio a de los criminales de guerra del Tribunal Militar Internacional. Sobre la entrada, flamean las banderas de los cuatro países fiscales (Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética). — National Archives and Records Administration, College Park, Md. En los años veinte y treinta, la ciudad alemana de Núremberg fue sede de mítines masivos y fastuosos del partido nazi. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, más de tres cuartos de la ciudad alemana de Núremberg quedó reducida a escombros. Las potencias aliadas eligieron al Palacio de Justicia como asiento del Tribunal Militar Internacional (IMT) debido a que era el único edificio que permanecía intacto y contaba con capacidad suficiente para la envergadura de este juicio. El lugar albergaba 20 salas de tribunales y una prisión para 1200 prisioneros.
El mayor general I. T. Nikitchenko, el líder de la delegación soviética que luego se desempeñó como juez representante soviético durante el Tribunal Militar Internacional, también estuvo de acuerdo con este edificio, con la condición de que Berlín fuera la sede formal del tribunal. También estuvo de acuerdo Robert H. Jackson, el juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos, representante de la delegación estadounidense y fiscal jefe por los Estados Unidos durante el Tribunal Militar Internacional. Sin embargo, Jackson esperaba que Berlín fuera simplemente un lugar simbólico y que la mayoría de los juicios se llevaran a cabo en Núremberg. El 18 de octubre de 1945, se llevó a cabo la primera sesión oficial del tribunal en Berlín, donde los fiscales formularon las acusaciones. Luego el tribunal se trasladó a Núremberg, donde se realizó la sesión inaugural el 20 de noviembre.
Con el fin de satisfacer las necesidades de este juicio especial, se duplicó el tamaño de la sala de tribunal principal del Palacio de Justicia. Para ello, se derribó una pared y se elevó la altura del techo. También se construyó una tribuna para los visitantes y otra para los periodistas, con una capacidad de 250 representantes de la prensa internacional. A su vez, fue fundamental la instalación de equipos y cableado para el sistema de traducción simultánea. CRACOVIA (KRAKOW) La ciudad de Cracovia (Krakow) está en el sur de Polonia. Antes de 1918, era el asiento de la provincia austriaca de Galicia. En 1939, 60.000 judíos residían en Cracovia, casi un cuarto de una población total de cerca de 250.000 personas.
El ejército alemán ocupó Cracovia la primera semana de septiembre de 1939. La persecución de los judíos comenzó de inmediato y se intensificó después de que los alemanes declararan Cracovia como capital del Gobierno General, esa área de Polonia que Alemania no anexionó directamente a sus provincias del este. En la ciudad, el castillo Wawel se convirtió en la residencia del abogado nazi Hans Frank, que había sido nombrado Gobernador General de Polonia. La prisión de Montelupich se convirtió en una prisión de la policía de seguridad alemana. En 1942, al sur de la ciudad se creó el campo de Plaszow como campo de trabajos forzados para los judíos de Cracovia y sus alrededores. En 1944, Plaszow se convirtió en un campo de concentración.
En mayo de 1940, los alemanes comenzaron a expulsar a los judíos de Cracovia a los terrenos rurales adyacentes. En marzo de 1941 habían expulsado a la mayoría de los judíos. Solamente unos 15.000 permanecían en Cracovia. A principios de marzo de 1941, los alemanes ordenaron la creación de un ghetto que se situaría en Podgorze, al sur de Cracovia, en lugar de en Kazimierz, el tradicional barrio judío de la ciudad. Los alemanes concentraron en el ghetto al resto de los judíos de Cracovia y a miles de judíos de otras ciudades. Casi 20.000 judíos fueron confinados en el ghetto, que se cercó con vallas de alambre de púas y, en algunos lugares, con un muro de piedra. Los tranvías atravesaban el ghetto, pero no realizaban ninguna parada dentro de sus límites. Los alemanes crearon varias fábricas dentro del ghetto, entre ellas las fábricas Optima y Madritsch, en las que se utilizaba a los judíos para realizar trabajos forzados. También se emplearon varios centenares de judíos en fábricas y proyectos de trabajos forzados en el exterior del ghetto.
En marzo de 1942, los alemanes arrestaron en el ghetto a unos 50 intelectuales y los deportaron al campo de exterminio deAuschwitz-Birkenau. En la segunda mitad de 1942, los alemanes deportaron del ghetto a unas 13.000 personas. Durante las deportaciones, Plac Zgody y la fábrica Optima eran los principales puntos de reunión. Enviaron a la mayoría de los deportados al campo de exterminio de Belzec; algunos fueron a Auschwitz, que estaba a solamente 64 km (40 millas) de Cracovia. Durante las deportaciones se fusiló a cientos de personas en el ghetto. En marzo de 1943, los alemanes destruyeron el ghetto de Cracovia. Más de 2.000 personas fueron deportadas a Auschwitz-Birkenau y asesinadas. El resto de la población del ghetto fue deportada al campo próximo de Plaszow.
RESISTENCIA EN EL GHETTO DE CRACOVIA
Desde el momento de su creación, en el ghetto de Cracovia surgió un movimiento de resistencia judía. Las operaciones clandestinas inicialmente se centraban en dar apoyo a organizaciones educativas y de beneficencia. En octubre de 1942, sin embargo, la Organización Judía de Combate (Zydowska Organizacja Bojowa; ZOB), una organización secreta independiente de la ZOB de Varsovia, se preparó para luchar contra los alemanes. La ZOB decidió no luchar dentro de los límites del ghetto, sino que por el contrario decidió utilizar el ghetto como base desde la cual atacar objetivos en toda la ciudad de Cracovia. El ataque más importante de la ZOB tuvo lugar en el centro de Cracovia, en el café Cyganeria, frecuentado por oficiales alemanes. Los combatientes del ghetto de Cracovia también intentaron unirse a grupos de partisanos activos de la región de Cracovia. En una serie de escaramuzas con los alemanes, los combatientes secretos judíos sufrieron grandes pérdidas. En otoño de 1944 el resto de la resistencia escapó de Polonia, cruzando a Eslovaquia y luego a Hungría, donde se unieron a los grupos de la resistencia judía de Budapest. Cracovia siguió siendo el centro administrativo del Gobierno General hasta que los alemanes abandonaron la ciudad en enero de 1945. Las fuerzas soviéticas liberaron Cracovia ese mismo mes. LA CRISIS DE LOS REFUGIADOS DE POSGUERRA Y LA CREACIÓN DEL ESTADO DE ISRAEL
El barco "Pan-York" de refugiados judíos, llevando nuevos ciudadanos al recientemente establecido estado de Israel, atraca en Haifa. El barco viajó desde la Europa meridional hasta Israel, vía Chipre. Haifa, Israel, el 9 de julio de 1948. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis deportaron entre siete y nueve millones de europeos, la mayoría a Alemania. En los meses posteriores a la rendición de Alemania en mayo de 1945, los aliados repatriaron a más de seis millones de refugiados. Entre 1,5 y 2 millones de refugiados rechazaron la repatriación.
La mayoría de los judíos que habían sobrevivido los campos de concentración o que se habían escondido no podían o no querían volver a la Europa oriental por el antisemitismo y la destrucción de sus comunidades durante el Holocausto. Muchos de los que volvieron temían por sus vidas. Por ejemplo, en Polonia hubo varios pogroms violentos. El peor fue el de Kielce en 1946 en el cual murieron 42 judíos, todos
sobrevivientes del Holocausto. Estos pogroms llevaron a un segundo movimiento significativo de refugiados judíos de Polonia hacia el oeste.
Muchos de los sobrevivientes del Holocausto se trasladaron hacia el oeste, a territorios liberados por los aliados. Eran alojados en campos y centros urbanos para refugiados. Los aliados crearon campos en la parte de Alemania que habían ocupado, en Austria y Italia, para los refugiados que esperaban irse de Europa. La mayoría de los refugiados judíos estaba en la zona ocupada por los británicos en Alemania del norte y la zona ocupada por los americanos en el sur. Los británicos establecieron un gran campo de refugiados vecino al campo de concentración de Bergen-Belsen en Alemania. Varios campos grandes con de 4.000 a 6.000 refugiados cada uno -- Feldafing, Landsberg, y Foehrenwald - se hallaban en la zona Americana.
En su punto más alto, en 1947, el numero de los refugiados judíos llegó a aproximadamente 250.000. La Administración de las Naciones Unidas para Ayuda y Rehabilitación (UNRRA) administraba los campos y centros de refugiados, pero los refugiados judíos llegaron a tener una gran autonomía interna.
Una variedad de agencias judías trabajaban en los campos de refugiados. El Comité Judío Americano para la Distribución Conjunta proveía a los refugiados con comida y ropa, y la Organización para la Rehabilitación a través el Entrenamiento (ORT) ofrecía enseñanza profesional. Los refugiados judíos también formaron organizaciones autónomas y muchos trabajaron para la creación de un estado judío en Palestina. En las zonas americanas y británicas había comités centrales de refugiados judíos que tenían como objetivos primarios crear más oportunidades de inmigración y establecer una patria judía en Palestina.
En los Estados Unidos, las restricciones de inmigración limitaron estrictamente el número de refugiados a quienes se les permitió entrar al país. Los británicos, que habían recibido un mandato de la Liga de Naciones para gobernar Palestina, limitaron severamente la inmigración judía, en gran parte por la objeción de los árabes. Muchos países cerraron sus fronteras a la inmigración. A pesar de estos obstáculos, muchos refugiados judíos intentaron irse de Europa lo antes posible.
La Brigada Judía, una unidad formada dentro del ejército británico a fines de 1944, trabajó con ex-partisanos para organizar la Brihah (literalmente, el escape), el éxodo de 250.000 refugiados judíos a través de las fronteras cerradas desde el interior de Europa
hacia la costa para intentar viajar por barco a Palestina. El Mosad le-Aliyah Bet, una agencia creada por los lideres judíos en Palestina, organizó la inmigración "ilegal" (Aliyah Bet) por barco. Sin embargo, los británicos interceptaron la mayoría de los barcos.
Por ejemplo, en 1947 los británicos detuvieron el "Éxodo 1947" en el puerto de Haifa. El barco tenia 4.500 sobrevivientes del Holocausto a bordo, que fueron devueltos a Alemania en naves británicas. En la mayoría de los casos, los británicos detenían los refugiados - más de 50.000 - en campos de detención en la isla de Chipre, en el mediterráneo oriental. El uso de centros de detención como disuasorio falló y el aluvión de inmigrantes intentando entrar a Palestina continuó.
La encarcelación de refugiados judíos - muchos de ellos sobrevivientes del Holocausto puso a la opinión mundial en contra de la política británica en Palestina. En enero de 1946, el informe de la Comisión de Investigación Anglo-Americana llevó a Harry Truman, el presidente de los Estados Unidos, a presionar Gran Bretaña para que admitiera 100.000 refugiados judíos a Palestina.
Mientras la crisis se intensificaba, el gobierno británico decidió presentar el problema de Palestina a las Naciones Unidas (UN). En una sesión especial, la Asamblea General votó el 29 de noviembre de 1947 para dividir Palestina en dos estados nuevos, uno judío y el otro árabe, una recomendación que los lideres judíos aceptaron pero los árabes rechazaron.
Después que los británicos empezaron a retirar sus fuerzas militares de Palestina a principios de abril de 1948, los lideres sionistas decidieron establecer un estado judío moderno. El 14 de mayo de 1948, el presidente de la Agencia Judía para Palestina, David Ben-Gurion, anunció la formación del estado de Israel, declarando "El Holocausto nazi, que consumió millones de judíos en Europa, demuestra de nuevo la urgencia del re-establecimiento del estado judío, que resolverá el problema del desamparo judío abriendo sus puertas a todos los judíos y levantando el pueblo judío a la igualdad en la familia de naciones."
Los sobrevivientes del Holocausto de los campos de refugiados en Europa y de centros de detenciones en Chipre fueron bienvenidos a la patria judía. Muchos de ellos lucharon en la guerra de independencia de Israel en 1948 y 1949. Yad Vashem (la
Autoridad del Recuerdo de Mártires y Héroes), la institución nacional para la conmemoración del Holocausto, se creo en 1953. CULTURA EN EL TERCER REICH: DIFUSIÓN DE LA COSMOVISIÓN NAZI El nacionalsocialismo era mucho más que un movimiento político. Los líderes nazis que llegaron al poder en enero de 1933 deseaban algo más que obtener autoridad política, revisar el Tratado de Versalles, y recuperar y expandir las tierras perdidas después de la humillante derrota en la Primera Guerra Mundial. También querían cambiar el panorama cultural: devolver al país los tradicionales valores “alemanes” y “nórdicos”; suprimir o restringir las influencias judías, “extranjeras” y “degeneradas”; y formar una comunidad racial (“Volksgemeinschaft”) alineada con los ideales nazis. Estos ideales a veces tenían contradicciones: el nacionalsocialismo era moderno, pero antimoderno a la vez; era dinámico y utópico, pero a menudo anhelaba un pasado alemán idílico e idealizado. Sin embargo, en ciertos elementos, los principios culturales nazis tenían su coherencia: priorizaban la familia, la raza y el Volk (pueblo) como las representaciones más altas de los valores alemanes. Rechazaban el materialismo, el cosmopolitismo y el “intelectualismo burgués” y fomentaban las virtudes “alemanas” de lealtad, lucha, abnegación y disciplina. Los valores culturales nazis también consideraban de gran importancia la armonía de los alemanes con su tierra natal (Heimat) y con la naturaleza, y enfatizaban la elevación del Volk y la nación por encima de sus miembros individuales. En la Alemania nazi, un papel importante de la cultura era la difusión de la cosmovisión nazi. Una de las primeras tareas que realizaron sus líderes cuando llegaron al poder a principios de 1933 fue una sincronización (Gleichschaltung) de todas las organizaciones profesionales y sociales con la ideología y la política nazis. Ello también incluía a las organizaciones culturales y artísticas. Joseph Goebbels, el ministro de Propaganda e Información, se esforzó de inmediato por que las comunidades artística y cultural estuvieran alineadas con los objetivos nazis. El gobierno excluyó organizaciones culturales de judíos y de otros grupos supuestamente sospechosos para la política o el arte. El 10 de mayo de 1933, los activistas nazis y los miembros de la Asociación Nacionalsocialista de Estudiantes Alemanes (Nationalsozialistischer Deutscher Studentenbund, o NSDStB) organizaron ceremonias de quema de libros en todo el país en las que arrojaron a las llamas las obras de escritores “no alemanes” como Bertolt Brecht, Thomas Mann, Erich Maria Remarque, y los textos de autores judíos, incluidos escritores alemanes famosos como Franz Werfel, Lion Feuchtwanger y Heinrich Heine. A partir de septiembre de 1933, una nueva Cámara de Cultura del Reich (Reichskulturkammer), organización formada por las Cámaras de Cine, Música,
Teatro, Prensa, Literatura, Bellas Artes y Radio del Reich, se dedicó a supervisar y regular todas las facetas de la cultura alemana. La nueva estética nazi adoptó el género del realismo clásico. Las artes visuales y otros modos de “alta” cultura utilizaron esta forma para glorificar la comunidad, la familia y la vida rural, y el heroísmo en el campo de batalla. Además intentaron dar ejemplos de “virtudes alemanas” como la laboriosidad, la abnegación y la pureza racial “aria”. En la Alemania nazi, el arte no era “el arte por el arte mismo”, sino que tenía un calculado trasfondo propagandista: guardaba un marcado contraste con las tendencias del arte moderno en las décadas de 1920 y 1930, que empleaba principios abstractos, expresionistas o surrealistas. En julio de 1937, en la Casa del Arte Alemán en Munich se estrenó una “Gran Exposición de Arte Alemán” que mostraba la inclinación cultural del gusto artístico nacionalsocialista.
Como contraste, un salón de exposiciones cercano presentaba una “Exposición de Arte Degenerado” (“Entartete Kunst”) con el fin de demostrar al público alemán las influencias “inmorales” y “corruptas” del arte moderno. Muchos de los artistas presentados en esta última exposición, como Max Ernst, Franz Marc, Marc Chagall, Paul Klee y Wassily Kandinsky, se cuentan hoy entre los grandes artistas del siglo veinte. Ese mismo año, Goebbels ordenó la confiscación de miles de obras de arte “degenerado” de museos y colecciones de toda Alemania. Muchas de esas piezas se destruyeron o se vendieron en subastas públicas. En arquitectura, artistas como Paul Troost y Albert Speer construyeron edificios monumentales en una forma clásica y estéril con el fin de expresar la “grandeza duradera” del movimiento nacionalsocialista. En literatura, las autoridades de la cultura nazi promovieron las obras de escritores como Adolf Bartels y el poeta Hans Baumann, de la Juventud Hitleriana. La literatura que glorificaba la cultura rural como base de la comunidad alemana y las novelas históricas que respaldaban la centralidad del Volk eran las obras de ficción preferidas, al igual que los relatos de la guerra que estaban destinados a preparar o sostener a la población para una era de conflicto. La censura fue la otra cara de esta ecuación: la Cámara Literaria confeccionó rápidamente “listas negras” para facilitar la eliminación de libros “inaceptables” de las bibliotecas públicas. El “cultivo del arte” nazi también se extendió al moderno campo del cine. La industria cinematográfica recibió grandes subsidios del estado y demostró ser una importante herramienta para lapropaganda. Películas como Triumph des Willens (El triunfo de la voluntad) y Der Hitlerjunge Quex (El joven hitlerista Quex), del pionero Leni Riefenstahl, glorificaban al partido nazi y a sus organizaciones auxiliares. Otras películas, como Ich klage an (Yo acuso), tenían la intención de conseguir la aceptación
tácita del público del Programa de Eutanasia, aún clandestino, mientras queJud Süss (El judío Sus) y Der ewige Jude (El judío errante) pusieron de manifiesto los elementos antisemitas de la ideología nazi. Las compañías de teatro siguieron el ejemplo del cine alemán, al organizar obras de teatro con la ideología nacionalsocialista, además de funciones tradicionales y clásicas de obras de autores como Johann Wolfgang von Goethe y Johann Friedrich Christoph von Schiller.
En música, las autoridades de la cultura nazi promovieron las obras de gigantes del panteón musical alemán como Johann Sebastian Bach, Ludwig van Beethoven, Anton Bruckner y Richard Wagner, mientras que prohibieron obras clásicas de autores “no arios” como Felix Mendelssohn y Gustav Mahler, y funciones de música jazz y swing, asociadas en la mentalidad nazi a la cultura afroamericana. El mismísimo Adolf Hitler fue durante mucho tiempo admirador de las óperas de Richard Wagner, un artista relacionado con el antisemitismo y la tradición völkisch de la cual los nazis obtuvieron gran parte de su ideología. Asistía con regularidad al Festival de Bayreuth que se celebraba anualmente en honor de Wagner. Pero la música “nazi” no se limitó únicamente a la “alta” cultura: “Das Horst-Wessel-Lied” (“Canción de Horst Wessel”) y “Deutschland, Erwache!” (“Alemania, despierta”) eran algunas de las muchas canciones y marchas que hacían circular los activistas nazis con el fin de fomentar el compromiso con su partido y sus principios ideológicos. Los esfuerzos de las autoridades nazis para regular, dirigir y censurar el arte y la literatura alemana correspondieron a lo que el historiador alemán George Mosse llamó un esfuerzo “hacia una cultura total”. Este esfuerzo también alcanzó los niveles inferiores de cultura que salpicaban la vida cotidiana de los alemanes comunes. El liderazgo nazi, que esperaba dominar Alemania a través de poder político y terror, pero también ganándose “el corazón y la mente” del pueblo, utilizó esta coordinación de la cultura alta y baja para influir en el nivel más básico en las vidas y los actos de sus ciudadanos. CULTURA EN EL TERCER REICH: PERSPECTIVA GENERAL
El ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, pronuncia un discurso ante sus delegados para la prensa y las artes. Berlín, Alemania, noviembre de 1936. — DIZ Muenchen GMBH, Sueddeutscher Verlag Bilderdienst
En 1933, Joseph Goebbels, el Ministro de Propaganda e Información, comenzó la sincronización de la cultura, a través de la cual se alinearon las artes con los objetivos nazis. El gobierno excluyó organizaciones culturales de judíos y de otros grupos supuestamente sospechosos para la política o el arte. Las obras de escritores alemanes líderes como Bertolt Brecht, Lion Feuchtwanger y Alfred Kerr fueron arrojadas a las llamas en una ceremonia de quema de libros en Berlín.
A partir de septiembre de 1933, una Cámara de Cultura del Reich (formada por las Cámaras de Cine, Música, Teatro, Prensa, Literatura, Bellas Artes y Radio del Reich) se dedicó a supervisar y regular todas las facetas de la cultura alemana. La estética nazi enfatizó el valor propagandista del arte y glorificó la vida rural, la “raza aria” y el heroísmo de la guerra. Esta ideología guardaba un marcado contraste con el arte innovador y moderno, como la pintura abstracta, denunciada como “arte degenerado”, “bolchevismo artístico” y “bolchevismo cultural”.
En arquitectura, los nazis construyeron edificios monumentales en una forma clásica y estéril con el fin de expresar la “grandeza” de su movimiento político. En literatura, promovieron las obras de escritores como Adolf Bartels y el poeta Hans Baumann, de la Juventud Hitleriana, y confeccionaron una “lista negra” para facilitar la eliminación de libros “inaceptables” de las bibliotecas públicas. Además de la literatura rural y las novelas históricas que se centraban en el Volk (pueblo), las autoridades de la cultura alemana promovieron novelas de guerra con el fin de preparar a la población para situaciones de conflicto. El “cultivo del arte” alemán (un término para todas las medidas destinadas a la promoción de artistas y del arte) también se extendió al cine. La industria cinematográfica recibió importantes subsidios del estado y fue una importante herramienta para la propaganda. Películas como Triumph des Willens y Der Hitlerjunge Quex de Leni Riefenstahl, glorificaban al partido nazi y la Juventud Hitleriana. Otras películas, como Ich klage an justificaban el Programa de Eutanasia, mientras que Jud Suess (El judío Sus) y Der ewige Jude (El judío errante) perpetuaban los estereotipos antisemitas. En música, los nazis promovieron las obras de compositores alemanes como Johann Sebastian Bach, Ludwig van Beethoven, Anton Bruckner y Richard Wagner, mientras que prohibieron las funciones de piezas de autores “no arios” como Felix Mendelssohn y Gustav Mahler. Adolf Hitler asistía con regularidad a las óperas del Festival de Bayreuth que se celebraba en honor del compositor Richard Wagner. Los nazis difundieron canciones y marchas nacionalistas con el fin de alentar el adoctrinamiento ideológico.
Las compañías de teatro produjeron obras de grandes autores alemanes como Goethe y Schiller, además de obras de teatro con la ideología nacionalsocialista. Para crear un sentido mayor delVolk o la comunidad nacional (Volksgemeinschaft), los nazis ordenaron la construcción de grandes anfiteatros al aire libre. La promoción de la cultura “aria” y la represión de otras formas de producción artística fue otro esfuerzo de los nazis para “purificar” a Alemania. DACHAU
Vista de las barracas y de la fábrica de municiones en una de las primeras fotos del campo de concentración de Dachau. Dachau, Alemania, marzo o abril de 1933. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Creado en marzo de 1933, el campo de concentración de Dachau fue el primer campo de concentración regular creado por los nazis. Heinrich Himmler, en calidad de presidente de la policía de Munich, describió oficialmente el campo como "el primer campo de concentración para prisioneros políticos". Estaba situado en las tierras de una fábrica de municiones abandonada, cerca de la parte noreste de la ciudad de Dachau, a unos 16 km (10 millas) al noroeste de Munich (en el sur de Alemania).
Durante el primer año, el campo albergó a cerca de 4.800 prisioneros y, en 1937, el número se había elevado a 13.260. En un principio, los prisioneros eran comunistas alemanes, socialdemócratas y otros opositores políticos del régimen nazi. Con el tiempo, en Dachau también recluyeron a otros grupos, como testigos de Jehová,romaníes (gitanos), homosexuales, "asociales" y criminales habituales. Durante los primeros años, en Dachau encerraron a pocos judíos y generalmente porque pertenecían a alguno de los grupos anteriormente mencionados o habían cumplido condenas de prisión debido a la violación de las leyes de Nuremberg de 1935. A principios de 1937, la SS, haciendo uso de la mano de obra de los prisioneros, inició la construcción de un gran complejo de edificios sobre el campo original. Los prisioneros fueron obligados a realizar este trabajo, que comenzó con la destrucción de la vieja fábrica de municiones bajo condiciones terribles. La construcción finalizó oficialmente a mediados de agosto de 1938 y el campo permaneció sin cambios hasta 1945. Dachau se mantuvo en funcionamiento durante todo el periodo del Tercer Reich. El número de prisioneros judíos en Dachau se incrementó con el aumento de la persecución de los judíos. Del 10 al 11 de noviembre de 1938, con la resaca de la noche de los cristales rotos (Kristallnacht), más de 10.000 hombres judíos fueron recluidos en
Dachau. (La mayoría de los hombres de este grupo fueron puestos en libertad después de estar encarcelados por varias semanas o meses.) El campo de Dachau era un centro de entrenamiento para los guardias de los campos de concentración de la SS y la organización y la rutina del campo se convirtieron en el modelo de todos los campos de concentración nazis. El campo se dividió en dos secciones: el área del campo y el área de los crematorios. El área del campo consistía en 32 barracas, incluida una para el clero encarcelado por oponerse al régimen nazi y una reservada para los experimentos médicos. La administración del campo estaba situada en la casa del guardia que se encontraba en la entrada principal. El área del campo tenía un grupo de edificios de apoyo, entre los que se encontraban la cocina, la lavandería, las duchas y los talleres, así como un bloque de prisión (bunker). El patio entre la prisión y la cocina central se utilizaba para la ejecución sumaria de prisioneros. Una valla electrificada de alambre de púas, una zanja y un muro con siete torres de vigilancia rodeaban el campo. En 1942, se construyó el área del crematorio junto al campo principal. Incluía el viejo crematorio y el crematorio nuevo (barraca X) con una cámara de gas. No hay pruebas fidedignas de que la cámara de gas de la barraca X fuera utilizada para asesinar seres humanos. En su lugar, los prisioneros experimentaron la "selección"; aquellos que se consideraban demasiado enfermos o débiles para continuar trabajando se enviaban al centro de "eutanasia" de Hartheim situado cerca de Linz, Alemania. Varios miles de prisioneros de Dachau fueron asesinados en Hartheim. Además, la SS utilizó el campo de tiro y las horcas del área de los crematorios como lugares de matanza de los prisioneros.
En Dachau, como en otros campos nazis, los médicos alemanes realizaron experimentos médicos con prisioneros, incluidos experimentos sobre altitudes elevadas en los que se utilizaba una cámara de descompresión, experimentos sobre la malaria y la tuberculosis, experimentos sobre la hipotermia y experimentos para probar nuevos medicamentos. También se obligó a los prisioneros a probar métodos para potabilizar el agua de mar y para interrumpir el sangrado excesivo. Cientos de prisioneros murieron o quedaron lisiados permanentemente como resultado de estos experimentos.
Los prisioneros de Dachau fueron utilizados para realizartrabajos forzados. En un principio, los utilizaron para el funcionamiento del campo, en varios proyectos de construcción y en las pequeñas industrias de artesanía establecidas en el campo. Los prisioneros construyeron carreteras, trabajaron en canteras de grava y drenaron pantanos. Durante la guerra, los trabajos forzados que utilizaban prisioneros de los
campos de concentración eran cada vez más importantes para la producción armamentística alemana. LOS SUBCAMPOS DE DACHAU En el verano y el otoño de 1944, para aumentar la producción de la guerra, a lo largo del sur de Alemania se crearon, cerca de las fábricas de armamento, campos satélite que estaban bajo la administración de Dachau. Sólo Dachau contaba con más de 30 grandes subcampos en los que más de 30.000 prisioneros trabajaban casi exclusivamente en armamento. Miles de prisioneros fueron explotados hasta la muerte. LA LIBERACIÓN DE DACHAU A medida que las fuerzas aliadas avanzaban hacia Alemania, los alemanes comenzaron a trasladar a más prisioneros desde los campos de concentración cercanos al frente para evitar la liberación de una gran cantidad de prisioneros. A Dachau llegaban constantemente medios de transporte desde los campos evacuados, lo que provocó un drástico deterioro de las condiciones. Después de varios días de viaje con poco o nada de alimento o agua, los prisioneros llegaban débiles y agotados, cerca de la muerte. Las epidemias de tifus se convirtieron en un problema serio debido al hacinamiento, a las pobres condiciones sanitarias y al débil estado de los prisioneros. El 26 de abril de 1945, a medida que las fuerzas americanas se acercaban, había 67.665 prisioneros registrados en Dachau y en sus subcampos. De éstos, 43.350 se catalogaron como prisioneros políticos, 22.100 como judíos y el resto se incluía en otras categorías. Al comienzo de ese mismo día, los alemanes llevaron a más de 7.000 prisioneros, sobre todo judíos, a una marcha de la muerte desde Dachau a Tegernsee, lejos al sur. Durante la marcha de la muerte, los alemanes fusilaban a cualquier persona que no pudiera continuar; muchos también morían de hambre, de frío o de agotamiento. El 29 de abril de 1945, las fuerzas americanas liberaron Dachau. A medida que se acercaban al campo, encontraron más de 30 vagones de tren llenos de cuerpos traídos a Dachau, todos en un avanzado estado de descomposición. A principios de mayo de 1945, las fuerzas americanas liberaron a los prisioneros que habían sido enviados a la marcha de la muerte.
El número de prisioneros encarcelados en Dachau entre 1933 y 1945 superó los 188.000. El número de prisioneros que murieron en el campo y los subcampos entre enero de 1940 y mayo de 1945 fue de al menos 28.000 personas, a los cuales hay que añadir los que fallecieron allí entre 1933 y finales de 1939. Probablemente nunca se sabrá la cantidad total de víctimas que murieron en Dachau.
DANZIG
Grafitis antisemitas en comercios de propiedad judía en una calle de Danzig en 1935. El partido nazi local había dominado el Senado de Danzig desde 1933. Danzig (actualmente Gdansk), 1935. — Roger - Viollet En el Tratado de Versalles de 1919, las potencias vencedoras de la Primera Guerra Mundial (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y los otros estados aliados) impusieron a la derrotada Alemania condiciones punitivas para su territorio, milicia y economía. Una de las disposiciones exigía que Alemania cediera Prusia Occidental al estado de Polonia, recientemente reconstruido. Danzig, una ciudad con mayoría étnica alemana, se convirtió en una “ciudad libre” bajo la protección de la Liga de las Naciones (la organización mundial de estados establecida por el tratado), pero con vínculos administrativos con Polonia.
Hitler estaba decidido a anular las disposiciones militares y territoriales del Tratado de Versalles y a incluir a la etnia alemana en el Reich. Como preparación para la guerra con Polonia, en la primavera de 1939 Hitler exigió para Alemania la anexión de la Ciudad Libre de Danzig a Alemania y también el acceso ferroviario extraterritorial por el “Corredor polaco”, la frontera de Polonia con Prusia Oriental.
La ocupación alemana de Bohemia y Moravia en marzo de 1939 (en violación del Pacto de Munich de 1938) convenció a Gran Bretaña y Francia de que no se podía confiar en que Hitler negociara de buena fe. Por esa razón, garantizaron la integridad del territorio polaco contra la agresión alemana. Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939. Gran Bretaña y Francia declararon la guerra a Alemania el 3 de septiembre. De esta manera, la invasión alemana de Polonia dio inicio a la Segunda Guerra Mundial.
Al cabo de algunas semanas, los polacos se rindieron. Alemania anexó la mayor parte de Polonia occidental y Danzig. En septiembre de 1939, los alemanes construyeron el campo de Stutthof en una zona boscosa al oeste de la ciudad del mismo nombre, ubicada a unos 35 kilómetros al este de Danzig.
Originariamente, Stutthof fue un campo de reclusión civil bajo el mando del jefe de policía de Danzig. En noviembre de 1941, se convirtió en un centro de detención de la policía de seguridad para prisioneros políticos y personas acusadas de violar la disciplina laboral. Finalmente, en enero de 1942, Stutthof pasó a ser un campo de concentración en la jurisdicción de la Oficina Principal Económica y Administrativa de las SS. Se crearon más de 100 subcampos de Stutthof en varias partes del norte y el centro de Polonia, entre los que estaba el de Danzig.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Danzig y sus alrededores pasaron a ser parte de Polonia. Los pobladores alemanes huyeron o fueron expulsados. Los polacos dieron a la ciudad el nuevo nombre de Gdansk. EL DELITO DE GENOCIDIO
Raphael Lemkin (derecha) con el embajador Amado de Brasil (izquierda) antes de una sesión plenaria de la Asamblea General en la que se aprobó la Convención sobre la prevención y el castigo del genocidio. Palais de Chaillot, París, 11 de diciembre de 1948. — United Nations Archives and Records Management Section “Los aliados se pronunciaron en Nuremberg sobre una causa contra un Hitler pasado, pero se negaron a imaginar futuros Hitlers o situaciones similares. En pocas palabras, los alemanes fueron castigados solamente por delitos cometidos durante la guerra de agresión o a propósito de ella. Los crímenes contra la humanidad no eran una categoría independiente de delito en sí mismos. Solo se consideraron crímenes cuando se pudo establecer su conexión con otros delitos”. Memorias inéditas de Raphael Lemkin En 1945, no existía ninguna definición legal específica para la destrucción sistemática de un grupo particular de personas. No fue hasta 1944 que surgió una palabra para semejante acto, y hasta 1948 que este acto se penalizó formalmente en el derecho internacional.
En 1944, un abogado judío-polaco llamado Raphael Lemkin (1900-1959) buscó describir las políticas nazis de asesinato sistemático, incluso la destrucción de los judíos europeos. Formó la palabra “genocidio” al combinar geno, de la palabra griega que significa “raza” o “tribu”, y cidio, de la palabra latina que significa “matar”. Al proponer este nuevo término, Lemkin tenía en mente “un plan coordinado de diferentes acciones
destinadas a la destrucción de las bases esenciales de la vida de grupos nacionales con el objeto de aniquilar a dichos grupos". Al año siguiente, el Tribunal Militar Internacional (IMT) en Nuremberg acusó a los líderes nazis de “crímenes contra la humanidad”. La palabra “genocidio” se incluyó en la acusación pero se usó como término descriptivo y no legal.
El 9 de diciembre de 1948, en las sombras del Holocausto y, en gran parte, gracias al incansable esfuerzo del propio Lemkin, las Naciones Unidas aprobaron una Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio. Esta convención estableció el “genocidio” como un delito internacional el cual las naciones signatarias “se comprometen a evitar y sancionar”. Con las palabras de la histórica convención del genocidio:
“«Genocidio» se refiere a cualquiera de los siguientes actos cometidos con la intención de destruir total o parcialmente un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal:
a. Asesinar a miembros del grupo. b. Provocar serias lesiones físicas o mentales a miembros del grupo. c. Imponer deliberadamente en el grupo condiciones de vida calculadas para causar su destrucción física total o parcial. d. Imponer medidas destinadas a prevenir nacimientos dentro del grupo. e. Transferir a niños del grupo a otro grupo por la fuerza”.
DEPORTACIONES A LOS CAMPOS DE EXTERMINIO
Jóvenes soldados alemanes ayudan en la deportación de judíos del ghetto de Zychlin al campo de Chelmno. Los nazis planificaron esta deportación para que cayera en la fiesta judía de Purim. Polonia, 3 de marzo de 1942. — YIVO Institute for Jewish Research, New York Para reorganizar la composición étnica de Europa oriental dentro del marco de la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi usó el transporte ferroviario como método para sacar por la fuerza a integrantes de grupos étnicos del territorio en que vivían. En 1941, los líderes nazis decidieron implementar la "solución final": la aniquilación sistemática y masiva de los judíos europeos. Las autoridades alemanas usaron los sistemas ferroviarios de todo el continente para transportar, o deportar, a los judíos de
sus hogares, principalmente hacia Europa oriental. Una vez que habían comenzado a asesinar metódicamente a judíos en centros de exterminio especialmente construidos, los funcionarios alemanes deportaron a los judíos a esos centros en tren y, cuando no se disponía de trenes o las distancias eran cortas, en camión o a pie. En la Conferencia de Wannsee celebrada el 20 de enero de 1942 cerca de Berlín, oficiales de las SS, el Partido Nazi y funcionarios estatales alemanes se reunieron para coordinar la deportación de judíos europeos a los campos de exterminio que ya estaban en funcionamiento o en construcción en la Polonia bajo ocupación alemana. Los participantes de la conferencia calcularon que la "solución final" implicaría la deportación y el asesinato de 11 millones de judíos, incluyendo a los judíos residentes de los países que no estaban bajo control alemán, como Irlanda, Suecia, Turquía y Gran Bretaña. Las deportaciones a esta escala requerían la coordinación de numerosas agencias gubernamentales alemanas incluyendo la Oficina Principal de Seguridad del Reich (Reichssicherheitshauptamt, RSHA), la Oficina Principal de la Policía, el Ministerio de Transporte y la Oficina de Asuntos Exteriores. Los jefes de la RSHA o las SS y la policía regionales coordinaban y a menudo dirigían las deportaciones. La Policía, a menudo reforzada por auxiliares o colaboradores locales de territorios ocupados, arrestaban y trasladaban a los judíos a los centros de exterminio. Trabajando con el departamento IV B 4 de la RSHA, comandada por el teniente coronel de las SS, Adolf Eichmann, el Ministerio de Transporte coordinaba los itinerarios de los trenes. La Oficina de Asuntos Exteriores negociaba con los aliados de Alemania en el Eje la transferencia de sus ciudadanos judíos a la custodia alemana. Los alemanes intentaron disimular sus intenciones. Trataron de presentar las deportaciones como un "reasentamiento" de la población judía en los campos de trabajo del "Este". En realidad, el "reasentamiento" en el "Este" se convirtió en un eufemismo de transporte a centros de exterminio y aniquilación en masa.
Para las deportaciones, los funcionarios ferroviarios alemanes usaban vagones de carga y de pasajeros. Las autoridades alemanas generalmente no les daban agua ni comida a los deportados durante el viaje, aunque tuvieran que esperar varios días en ramales ferroviarios a que pasara otro tren. Apiñados en vagones de carga herméticamente cerrados y atestados de gente, soportaban intensos calores en verano y temperaturas muy bajas en invierno. Aparte de un balde, no había ninguna instalación sanitaria; el hedor de la orina y el excremento se sumaba a la humillación y el sufrimiento de los deportados. Al carecer de comida y agua, muchos de los deportados morían antes de que el tren llegara a su destino. Los guardias policiales armados que acompañaban los transportes tenían órdenes de dispararle a cualquiera que intentara escapar.
Entre diciembre de 1941 y julio de 1942, los oficiales de las SS y la policía establecieron cinco centros de exterminio en la Polonia ocupada por Alemania: Chelmno, Belzec, Sobibor, Treblinka 2 (Treblinka 1 era un campo de trabajos forzados para judíos) yAuschwitz-Birkenau, también conocido como Auschwitz II. Las autoridades de las SS y la policía del distrito de Lublin del Generalgouvernement (la parte de Polonia bajo ocupación alemana que no estaba directamente anexada a Alemania, ni anexada a Prusia oriental alemana, ni había sido incorporada a la Unión Soviética bajo ocupación alemana) administraban y coordinaban las deportaciones a Belzec, Sobibor y Treblinka en el marco de la “Operación Reinhard”. Las principales víctimas de Belzec eran judíos del sur y sudeste de Polonia, pero también había judíos que habían sido deportados del llamado Gran Reich Alemán (Alemania, Austria, los Sudetes y el Protectorado de Bohemia y Moravia) al distrito de Lublin entre octubre de 1941 y finales del verano de 1942. La mayoría de los judíos deportados a Sobibor provenían del distrito de Lublin. Sin embargo, las autoridades alemanas también transportaron a judíos franceses y holandeses a Sobibor en la primavera y el verano de 1943 y pequeños grupos de judíos soviéticos de ghettos bielorrusos y lituanos a fines del verano de 1943. Los oficiales alemanes transportaron a judíos de los distritos de Varsovia y Radom del Generalgouvernement y del distrito administrativo de Bialystok a Treblinka 2, donde los oficiales de las SS y la policía los asesinaron. Las autoridades alemanas deportaron a Chelmno a la mayoría de los residentes judíos del ghetto de Lodz así como a los sobrevivientes romaníes y sintis (gitanos) de ese ghetto entre enero de 1942 y la primavera de 1943, y luego a principios del verano de 1944. En 1943 y 1944, el centro de exterminio de Auschwitz-Birkenau desempeñó un papel significativo en el plan alemán de matar a los judíos europeos. A partir del final del invierno de 1943, comenzaron a llegar regularmente a Auschwitz-Birkenau trenes con judíos de prácticamente todos los países europeos ocupados por Alemania: desde las lejanías del norte de Noruega hasta la isla griega de Rodas, frente a la costa de Turquía en el sur, desde las laderas francesas de los Pirineos en el oeste hasta el extremo más oriental de los estados bálticos y la Polonia ocupada por Alemania. Otro campo de concentración ubicado cerca de Lublin -- conocido como Majdanek -- se usó para asesinar a grupos perseguidos de prisioneros judíos y no judíos mediante gas y otros medios. Los alemanes asesinaron a casi tres millones de judíos en los cinco centros de exterminio.
OESTE Y NORTE DE EUROPA
Los oficiales alemanes y los colaboradores locales deportaron a los judíos de Europa occidental a través de campos de tránsito, como Drancy, en Francia, Westerbork, en Holanda, y Mechelen (Malinas), en Bélgica. De los aproximadamente 75.000 judíos deportados desde Francia, más de 65.000 fueron deportados desde Drancy a Auschwitz-Birkenau, y cerca de 2.000 a Sobibor. Los alemanes deportaron a más de 100.000 judíos de Holanda, casi todos de Westerbork: cerca de 60.000 a Auschwitz y más de 34.000 a Sobibor. Entre agosto de 1942 y julio de 1944, 28 trenes transportaron a más de 25.000 judíos de Bélgica a Auschwitz-Birkenau vía Mechelen. En el otoño de 1942, los alemanes capturaron a unos 770 judíos noruegos y los deportaron en barco y tren a Auschwitz. En septiembre de 1943, un esfuerzo por deportar a judíos daneses falló cuando la resistencia de Dinamarca alertó sobre la inminente redada y ayudó al escape en masa de los judíos daneses a la Suecia neutral. SUR DE EUROPA Los alemanes deportaron a judíos de Grecia, Italia y Croacia. Entre marzo y agosto de 1943, los oficiales de las SS y la policía deportaron a más de 40.000 judíos de Salónica (norte de Grecia) a Auschwitz-Birkenau, donde el personal del campo mató a la mayoría en cámaras de gas tras llegar. Una vez que los alemanes ocuparon el norte de Italia en septiembre de 1943, deportaron a unos 8.000 judíos, la mayoría de ellos a Auschwitz-Birkenau. Los oficiales alemanes, en virtud de un acuerdo con Croacia, país aliado de Alemania en el Eje, se hicieron cargo de la custodia de unos 7.000 judíos croatas y los deportaron a Auschwitz-Birkenau. Los gendarmes y las unidades militares de Bulgaria arrestaron y deportaron a cerca de 7.000 judíos residentes de la Macedonia ocupada por Bulgaria, previamente parte de Yugoslavia, a través de un campo de tránsito en Skopje. Las autoridades búlgaras concentraron a aproximadamente 4.000 judíos residentes de Tracia, que se encontraba bajo ocupación búlgara, en dos puntos de reunión en Bulgaria y los transfirieron a custodia alemana. En total, Bulgaria deportó a más de 11.000 judíos a territorio controlado por los alemanes. Las autoridades alemanas deportaron a dichos judíos a Treblinka 2 y los asesinaron en cámaras de gas. EUROPA CENTRAL Las autoridades alemanas comenzaron a deportar judíos del Gran Reich Alemán en octubre de 1941, cuando la construcción de los centros de exterminio todavía estaba en etapa de planificación. Entre el 15 de octubre de 1941 y el 4 de noviembre de 1941, las autoridades alemanas deportaron a 20.000 judíos al ghetto de Lodz. Entre el 8 de noviembre de 1941 y octubre de 1942, las autoridades alemanas deportaron a aproximadamente 49.000 judíos del Gran Reich Alemán a Riga, Minsk, Kovno y
Raasiku, todos en el Comisariato del Reich para el Ostland (Bielorrusia,Lituania, Letonia y Estonia ocupadas por Alemania). La gran mayoría de los deportados fueron fusilados por oficiales de las SS y de la policía tras llegar al Comisariato del Reich para el Ostland. Las autoridades alemanas deportaron a aproximadamente otros 63.000 judíos alemanes, austríacos y checos al ghetto de Varsoviay a varios lugares del distrito de Lublin, incluyendo los campos-ghettos de tránsito de Krasnystaw e Izbica y el centro de exterminio de Sobibor, entre marzo y octubre de 1942. Los residentes judíos alemanes de los ghettos de Lodz y Varsovia más tarde fueron deportados junto con los judíos polacos a Chelmno, Treblinka 2 y, en 1944, a Auschwitz-Birkenau. El primer traslado de judíos del Gran Reich Alemán directamente a Auschwitz llegó el 18 de julio de 1942 desde Viena. Desde fines de octubre de 1942 hasta enero de 1945, las autoridades alemanas deportaron a Auschwitz-Birkenau a los más de 71.000 judíos que quedaban en el Gran Reich Alemán. Los alemanes deportaron a judíos ancianos o prominentes de Alemania, Austria, el Protectorado de Bohemia y Moravia y del oeste de Europa al ghetto de Theresienstadt, que también funcionaba como campo de tránsito para deportaciones hacia el este, más a menudo hacia Auschwitz-Birkenau. Entre mayo y julio de 1944, casi 440.000 judíos de Hungría fueron deportados por gendarmes húngaros en cooperación con oficiales de la policía de seguridad alemana. La mayoría de ellos fueron enviados a Auschwitz-Birkenau. Los alemanes, con la cooperación de las autoridades eslovacas, deportaron a más de 50.000 judíos eslovacos a los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau y Majdanek. Los judíos eslovacos fueron los primeros en ser seleccionados para las cámaras de gas en Birkenau. En el otoño de 1944, 10.000 judíos eslovacos fueron deportados a AuschwitzBirkenau por oficiales alemanes de las SS y la policía durante el levantamiento eslovaco. Esta fue la última deportación de gran magnitud a un centro de exterminio.
Entre marzo de 1942 y noviembre de 1943, las SS y la policía deportaron a aproximadamente 1.526.000 judíos, la mayoría en tren, a los centros de exterminio de la Operación Reinhard: Belzec, Sobibor y Treblinka. Entre el 8 de diciembre de 1941 y marzo de 1943, y nuevamente en junio y julio de 1944, aproximadamente 156.000 judíos y algunos miles de romaníes y sintis fueron deportados por oficiales de las SS y la policía al centro de exterminio de Chelmno en tren, camión y a pie. Entre marzo de 1942 y diciembre de 1944, las autoridades alemanas deportaron a aproximadamente 1,1 millón de judíos y 23.000 romaníes y sintis a Auschwitz-Birkenau, la gran mayoría en tren. Menos de 500 sobrevivieron a los centros de exterminio de la Operación Reinhard. Solo un puñado de judíos sobrevivió a los transportes a Chelmno escapando de los trenes, pero no se sabe de nadie que haya sobrevivido la llegada a Chelmno. Es
posible que unos 100.000 judíos hayan sobrevivido la deportación a AuschwitzBirkenau por haber sido seleccionados para realizar trabajos forzados al llegar. DESTINO DE LOS PASAJEROS DEL ST. LOUIS DURANTE LA GUERRA En mayo de 1940, el ejército alemán invadió la Europa Occidental. Los refugiados judíos que habían huido del Reich en el "St. Louis"y que habían encontrado refugio en Francia y en los Países Bajos estaban de nuevo en peligro. Las autoridades francesas, belgas y holandesas internaron a miles de refugiados alemanes, incluyendo docenas de los antiguos pasajeros del "St. Louis". Las autoridades británicas internaron a varios de los antiguos pasajeros del "St. Louis" en la Isla de Man y encerraron a otros en campos de Canadá y Australia. Muchos de los que se encontraban en Bélgica y en Francia fueron llevados a campos de internamiento franceses.
Después de que las autoridades francesas de Vichy firmaran un armisticio con Alemania dividiendo Francia en una zona ocupada y otra no ocupada, los refugiados de la zona de Vichy no ocupada aún podían emigrar legalmente a los Estados Unidos o a cualquier otra parte a través de España y de Portugal. Esta posibilidad existía incluso después de octubre de 1941, cuando los nazis prohibieron la emigración judía de los territorios que habían ocupado. Algunos de los antiguos pasajeros del "St. Louis" pudieron emigrar cuando llegó el turno a los números de cuota de inmigración de los Estados Unidos previamente registrados. Sin embargo, la preparación de un viaje de esta envergadura era complicada desde el punto de vista burocrático y exigía mucho tiempo y dinero. Cualquiera que deseara ir a los Estados Unidos necesitaba un visado de inmigración del consulado estadounidense en Marsella, un visado de salida francés y visados de tránsito para España y Portugal. Los visados de tránsito sólo se podían obtener después de reservar un pasaje en un barco desde Lisboa. Algunos refugiados lograron emigrar, incluso algunos de los miles que estaban presos en los campos de internamiento franceses. Pero en 1942, estas últimas rutas de huída desaparecieron cuando los alemanes comenzaron a deportar judíos de la Europa Occidental a los centros de ejecución nazis del este.
Por lo tanto, al final, los antiguos pasajeros del "St. Louis" vivieron experiencias similares a las de los judíos de la Europa Occidental ocupada por los nazis. Los alemanes asesinaron a muchos de ellos en los centros de ejecución y en los campos de concentración. Otros se ocultaron o sobrevivieron años de trabajos forzados. Algunos
lograron escapar. Los destinos dispares de las familias Seligmann y Hermanns ilustran las diferentes experiencias de los pasajeros.
Cuando el "St. Louis" regresó a Europa, la familia Seligmann (Siegfried, Alma y su hija Ursula), de Ronnenberg, cerca de Hannover (Alemania), se estableció en Bruselas para esperar su visado para los Estados Unidos. Puesto que no estaban autorizados a trabajar, dependían de la ayuda de familiares y de organizaciones judías de refugiados. Cuando los nazis invadieron Bélgica, la policía belga arrestó a Siegfried como "extranjero enemigo" y lo transportó al sur de Francia, donde estuvo retenido en el campo de internamiento Les Milles. Su mujer y su hija viajaron a Francia en busca de él. Fueron arrestadas por la policía francesa en París y enviadas al campo de internamiento Gurs, donde enfrentaron condiciones de privación y enfermedad. A través de la Cruz Roja, Alma y Ursula supieron que Siegfried estaba en Les Milles. En julio de 1941, Alma y Ursula fueron transferidas a un campo en Marsella y los oficiales de Vichy les permitieron solicitar visados de entrada y de tránsito para los Estados Unidos. En noviembre, la familia Seligmann, ya reunida para aquel entonces, se marchó de Francia, atravesó España y Portugal y partió de Lisboa a Nueva York, a donde llegó el 3 de diciembre de 1941. Otra hija, Else, que había logrado llegar a los Estados Unidos a través de Holanda, les estaba esperando en Washington, D.C., donde la familia se asentó.
La familia Hermanns no tuvo tanta suerte. Julius Hermanns, un comerciante textil de Moenchen-Gladbach, estuvo prisionero enDachau y Buchenwald. Después de su liberación, reservó un pasaje para él en el "St. Louis", pero no podía permitirse los billetes y los permisos para su mujer Grete y su hija Hilde, quienes debieron quedarse en Alemania. Cuando el "St. Louis" atracó en Amberes a su regreso de Cuba, Julius fue a Francia con la esperanza de que su familia se pudiera reunir con él allí. Los franceses lo arrestaron como "extranjero enemigo" y fue puesto en libertad en abril de 1940, pero volvieron a arrestarlo poco tiempo después de la invasión alemana. Con el tiempo, lo llevaron a St.-Cyprien, un campo de internamiento cerca de la frontera con España. Posteriormente lo transfirieron a Gurs y Les Milles. Julius, que ahora estaba enfermo, no pudo obtener los papeles de inmigración y los visados necesarios del consulado estadounidense en Marsella. El 11 de agosto de 1942, las autoridades francesas enviaron a Julius en el primer transporte de prisioneros desde Les Milles a Drancy, un campo de tránsito cercano a París. Tres días después, los alemanes lo deportaron al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau situado en la Polonia ocupada, donde murió. El 11 de diciembre de 1941, los alemanes deportaron a Grete y Hilde Hermanns desde
Alemania al ghetto de Riga en Letonia. No se tiene constancia de que hayan sobrevivido la guerra.
DIARIOS DE NIÑOS DURANTE EL HOLOCAUSTO
Tapa de un diario escrito por Elizabeth Kaufmann cuando vivía con la familia del pastor André Trocmé en Le Chambon-sur-Lignon. Le Chambon-sur-Lignon, Francia, 19401941. — USHMM, courtesy of Elizabeth Kaufman Koenig Historia Al menos 1,1 millones de niños judíos fueron asesinados durante el Holocausto.
De los millones de niños que sufrieron la persecución de los nazis y sus socios del Eje, solo unos pocos escribieron diarios que sobrevivieron. En estos relatos, los jóvenes escritores registraron sus vivencias, expusieron sus sentimientos y delinearon el trauma que sobrellevaron durante la pesadilla de aquellos años.
El diario de Miriam Wattenberg El diario de Miriam Wattenberg (“Mary Berg”) fue uno de los primeros diarios de niños que revelaron los horrores del Holocausto a un público más amplio.
Wattenberg nació en Lodz el 10 de octubre de 1924. Comenzó a escribir un diario de los tiempos de guerra en octubre de 1939, poco después de que Polonia se rindiera ante las fuerzas alemanas. La familia Wattenberg escapó a Varsovia, donde en noviembre de 1940, Miriam, junto a sus padres y su hermana menor, tuvo que vivir en el ghetto de Varsovia. Los Wattenberg tenían una posición privilegiada dentro de esta comunidad confinada debido a que la madre de Miriam era ciudadana estadounidense.
Poco antes de la primera gran deportación de los judíos de Varsovia a Treblinka en el verano de 1942, los oficiales alemanes detuvieron a Miriam, a su familia y a otros judíos que llevaban pasaportes extranjeros en la infame prisión de Pawiak. Finalmente, las autoridades alemanas transfirieron a la familia al campo de detención de Vittel, en Francia, y les permitieron emigrar a los Estados Unidos en 1944. El diario de Miriam Wattenberg fue publicado bajo el seudónimo “Mary Berg” en febrero de 1945. Fue uno
de los pocos relatos de un testigo presencial sobre el ghetto de Varsovia que estuvo a disposición de lectores de habla inglesa antes del final de la Segunda Guerra Mundial.
El diario de Ana Frank Ana Frank, que escribió su diario cuando estaba escondida con su familia y algunos conocidos en el ático de un almacén en Ámsterdam, es la niña más famosa que haya escrito un diario durante la época del Holocausto.
Su verdadero nombre era Annelies Frank y nació en Frankfurt del Meno, Alemania, el 12 de junio de 1929. Era la segunda hija del comerciante Otto Frank y de su esposa Edith. Cuando los nazis tomaron el poder en enero de 1933, los Frank huyeron a Ámsterdam para evadir las medidas antisemitas del nuevo régimen. Ana tenía un libro para autógrafos que le habían regalado cuando cumplió doce años y comenzó a usarlo como diario; allí relató detalladamente los hechos que acontecieron en el “anexo secreto”. Siguiendo una pista anónima, la Policía de Seguridad Alemana descubrió el escondite de los Frank el 4 de agosto de 1944 y deportó a los habitantes del anexo a Auschwitz a través de Westerbork.
A fines de octubre o principios de noviembre de 1944, Ana y su hermana Margot llegaron con un transporte desde Auschwitz a Bergen Belsen, donde sucumbieron al tifus a fines de febrero o principios de marzo de 1945. Después de la guerra, Otto Frank, el padre de Ana y único sobreviviente del grupo, regresó a Ámsterdam en el verano de 1945, donde la ex empleada Miep Gies le dio el diario de Ana y algunos documentos adicionales que ella había encontrado en el anexo después del arresto. El primer diario apareció en los Países Bajos en 1947. Publicado en inglés en 1952 como El diario de una niña, el diario de los tiempos de guerra de Ana Frank se ha convertido en uno de los libros más leídos a nivel mundial, lo cual transformó a su autora en un símbolo de los cientos de miles de niños judíos asesinados en el Holocausto. Categorías de diarios Durante un tiempo, la prominencia del diario de Ana Frank eclipsó otras obras escritas por niños in situ durante el Holocausto. Sin embargo, cuando creció el interés por el Holocausto, también se incrementó la publicación de muchos otros diarios que esclarecen la vida de los jóvenes en los tiempos de guerra bajo la opresión nazi. Los jóvenes escritores de los diarios de este período provenían de todos los ámbitos de la vida. Algunos niños procedían de familias pobres o rurales. Otros eran hijos de profesionales de clase media. Algunos crecieron en medio de la riqueza y el privilegio. Unos pocos provenían de familias profundamente religiosas, mientras que otros
crecieron en comunidades asimiladas y seculares. Una gran mayoría de niños, sin embargo, se identificaban con la tradición y la cultura judía, independientemente del grado de su fe personal.
Los diarios de los niños de la época del Holocausto pueden agruparse en tres categorías generales:
1) aquellos escritos por niños que escaparon del territorio controlado por los alemanes y se convirtieron en refugiados o partisanos;
2) aquellos escritos por niños que vivían escondidos; y
3) aquellos escritos por jóvenes que eran residentes de ghettos; que vivían bajo otras restricciones impuestas por las autoridades alemanas; o, menos frecuentemente, que eran prisioneros en campos de concentración.
Diarios de refugiados Los diarios de refugiados generalmente fueron escritos a fines de los años treinta o comienzos de los años cuarenta por niños de padres judíos asimilados de Alemania, Austria o las tierras checas. Muchos de estos diarios hablan del desplazamiento, ya que todos estos niños escritores habían sacrificado la familiaridad del hogar para buscar refugio entre extraños en países distantes.
Algunos escritores huyeron con sus hermanos o padres, como Jutta Salzberg (nac. en 1926 en Hamburgo, Alemania), Lilly Cohn (nac. en 1928 en Halberstadt, Alemania), Susi Hilsenrath (nac. en 1929 en Bad Kreuznach, Alemania) y Elisabeth Kaufmann (nac. en 1926 en Viena, Austria; fall. en 2003). Otros llegaron solos a tierras extranjeras, como en el caso de Klaus Langer (nac. en 1924 en Gleiwitz, Alta Silesia), Peter Feigl (nac. en 1929 en Berlín), Werner Angress (nac. en 1920 en Berlín, Alemania; fall. en 2010) y Leja Jedwab (nac. en 1924 en Bialystok, Polonia).
Los niños cronistas que emigraron por medios legales a menudo describieron las tremendas dificultades burocráticas que suponía conseguir un territorio seguro, y obtener las visas y los documentos necesarios para la emigración. Los cronistas que huyeron ilegalmente describen los viajes terribles por territorios peligrosos y el miedo constante de ser arrestados.
Independientemente de los medios del escape, sin embargo, los diarios de refugiados reflejan la desconcertante y dolorosa pérdida del hogar, el idioma y la cultura; la devastadora separación de familiares y amigos; y el desafío de adaptarse a una vida en un mundo desconocido y a veces alienante.
Diarios escritos en la clandestinidad Como Ana Frank, para evadir las autoridades alemanas algunos jóvenes vivían escondidos en áticos, búnkeres y sótanos de Europa oriental y occidental. Estos escritores describieron las dificultades y los peligros de vivir escondido, como en el caso de Otto Wolf (nac. en 1927 en Mohelnice, Checoslovaquia) en el Protectorado de Bohemia y Moravia; Mina Glucksman, Clara Kramer (nac. en 1927 en Zolkiew) y Leo Silberman (nac. en 1928 en Przemysl) en Polonia; y Bertje Bloch-van Rhijn, Edith van Hessen (nac. en 1925 en La Haya) y Anita Meyer (nac. en 1929 en La Haya) en los Países Bajos.
Estos niños permanecieron físicamente escondidos durante la totalidad o una gran parte del tiempo en que estuvieron ocultos. Los jóvenes a menudo debían permanecer en silencio e incluso inmóviles en sus escondites durante horas. Tanto los niños como sus protectores vivían con el miedo constante de que una pelota o algo dicho en voz alta despertaran la sospecha de sus vecinos.
Otros jóvenes vivían encubiertos a la vista de todos, pasando como no judíos bajo la protección incierta de documentos falsos y la adopción de una identidad ajena, como los niños cronistas Moshe Flinker (nac. en 1926, en La Haya; fall. en 1944, en Auschwitz) en Bélgica y Peter Feigl en Francia. Estos niños debían adaptarse rápida y completamente a las nuevas identidades y entornos. Los jóvenes aprendieron a responder a un nombre ficticio, y a evitar el lenguaje o los gestos que podrían revelar sus orígenes.
La mayoría de los niños judíos eran escondidos por individuos o por instituciones religiosas de una fe diferente; por lo tanto, aprendían a recitar las plegarias y el catecismo de la religión “adoptada” para evitar que sus pares y los adultos sospecharan. Una palabra o un gesto en falso serían suficientes para poner en peligro tanto al niño como a sus salvadores.
Diarios escritos en ghettos, campos o áreas ocupadas
La mayoría de los diarios de la época del Holocausto fueron escritos por niños y jóvenes que residían en ghettos de la Europa ocupada por Alemania. Los diarios de los ghettos a menudo reflejan la segregación, el aislamiento y la vulnerabilidad de sus autores. Exponen la privación y el sufrimiento físico extremos vividos por los escritores, y presentan las penurias y adversidades complejas que los judíos enfrentaron en la lucha por la supervivencia. En los diarios de los ghettos, el lector encuentra un relato de primera mano del terror y la violencia de la persecución nazi, pero también conoce a los jóvenes que intentaban sobreponerse a sus circunstancias a través del estudio, la creatividad y el juego.
Hubo una gran producción de diarios escritos por niños en aquellos lugares donde había muchos ghettos en la Europa oriental controlada por Alemania, particularmente en Polonia y la ex Unión Soviética. Entre ellos, son famosos los diarios de Dawid Sierakowiak (nac. en 1924 en Lodz; fall. en 1943, en el ghetto de Lodz) y de dos adolescentes anónimos de Lodz. Se han encontrado pocos diarios completos en el ghetto de Varsovia, pero las notas fragmentadas de Janina Lewinson (nac. en 1926, Varsovia; fall. en 2010) sobrevivieron y se incorporaron, tiempo después, a las memorias más recientes. Irena Gluck (nac. en 1926; fall. aprox. en 1942), Renia Knoll (nac. en 1927) y Halina Nelken (nac. en 1924 en Cracovia) escribieron diarios en el ghetto de Cracovia. A su vez, Dawid Rubinowicz (nac. en 1927 en Kielce; fall. en 1942 en Treblinka), Elsa Binder y Ruthka Leiblich (nac. en 1926; fall. aprox. en 1942 en Auschwitz) escribieron diarios que registraron la persecución en sus comunidades.
Varios diarios de los tiempos de guerra provenían de ghettos ubicados en los países bálticos: Yitskhok Rudashevski (nac. en 1927 en Vilnius; fall. en 1943, en el bosque de Ponary) y Gabik Heller del ghetto de Vilna en Vilnius, Lituania; Ilya Gerber (nac. en 1924; fall. aprox. en 1943) y Tamara Lazerson (nac. en 1929 en Kaunas) del ghetto de Kovno, en Kaunas, Lituania; y Gertrude Schneider (nac. en 1923 en Viena), una muchacha alemana judía encarcelada en el ghetto de Riga.
Sobrevivieron muchos diarios de Theresienstadt, en Bohemia (actualmente, República Checa), entre ellos los escritos de los hermanos Petr Ginz (nac. 1928 en Praga; fall. aprox. en 1944, Auschwitz) y Eva Ginzová (nac. en 1930 en Praga), Alice Ehrmann (nac. en 1927 en Praga), Helga Weissovà (nac. en 1929 en Praga), Helga Pollackovà (nac. en 1930), Eva Roubickovà (nac. en 1920) y Paul Weiner (nac. en 1931 en Praga).
Numerosos diarios fueron escritos por niños fuera de las paredes del ghetto. Sarah Fishkin (nac. aprox. en 1924; fall. aprox. en 1942), por ejemplo, llevó un diario en la Bielorrusia ocupada, en la ciudad de Rubezhevichi. Riva Goltsman describió los perturbadores primeros seis meses de la ocupación en Dniepropetrovsk, en Ucrania. Leon Wells (nac. en 1925 en Stojanov, junto a Lwów, hoy Lvov, Lviv o L'viv) escribió un diario como miembro joven de una Sonderkommando, unidad en el campo de trabajo forzado en la calle Janów en Lvov (Lwów), mientras que Günther Marcuse (nac. en 1923 en Berlín; fall. en 1944, Auschwitz) relató sus experiencias en el campo de trabajo forzado en Gross-Breesen, que alguna vez fue una granja de capacitación vocacional para jóvenes judíos que esperaban emigrar del Reich. Isabelle Jesion escribió su diario bajo la ocupación alemana en París, mientras que Raymonde Nowodworski (nac. en 1929 en Varsovia; fall. en 1951 en Israel) describió su vida en el Centro Vauquelin, un hogar para niños dirigido por la Unión General de Israelitas de Francia (UGIF). Cada diario refleja un fragmento Los diarios de los niños, adolescentes y jóvenes durante la época del Holocausto reflejan una gran variedad de historias personales y circunstancias en los tiempos de guerra. Sus autores a menudo trataban temas tales como la naturaleza del sufrimiento humano, las dimensiones morales y éticas de la persecución, y la lucha por la esperanza ante la desesperación. Cada diario refleja un fragmento de la vida de su autor, pero, en conjunto, todos los diarios brindan a los lectores una visión diversa y compleja de los jóvenes que vivieron y murieron durante el Holocausto. LA DIFÍCIL SITUACIÓN DE LOS NIÑOS JUDÍOS Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, aproximadamente 1,6 millones de niños judíos vivían en los territorios que los ejércitos alemanes o sus aliados iban a ocupar. Cuando la guerra terminó en mayo de 1945, más de 1 millón y quizás hasta 1,5 millones de niños habían muerto, como víctimas del calculado programa de genocidio nazi. Como escribió el historiador del ghetto de Varsovia Emanuel Ringelblum en 1942, “aun en los tiempos más brutales, brilló una llama de humanidad en el corazón más cruel, y perdonaron a los niños. Pero la crueldad hitleriana es diferente. Es capaz de devorar a nuestros seres más queridos, a aquellos que hacen surgir la mayor compasión: los niños inocentes”. La liberación de la tiranía nazi no terminó con el sufrimiento de los pocos niños judíos que sobrevivieron al Holocausto. Muchos de ellos debieron enfrentar un futuro sin padres, abuelos o hermanos. Persecución La persecución nazi de los judíos comenzó en Alemania en 1933. En 1939, se había privado sistemáticamente a los judíos del país de sus derechos civiles y su propiedad, y
se los había aislado de la comunidad nacional. Las conquistas alemanas en Europa después de 1939 provocaron la implementación de políticas antisemitas en los territorios ocupados. Si bien el ritmo y la severidad de la persecución fueron distintos en cada país, a los judíos se los diferenció, denigró y segregó de sus vecinos. En Europa oriental, los nazis generalmente aislaron a los judíos en ghettos, a menudo establecidos en las secciones más desoladas de una ciudad. En Europa occidental, los campos de internamiento, muchos de los cuales se habían establecido antes para albergar a refugiados y extranjeros enemigos, funcionaban como centros de detención para los judíos. Dichas políticas de aislamiento ayudaron a los nazis cuando comenzaron los fusilamientos masivos y las deportaciones a los centros de exterminio. Muerte En 1941, Hitler tomó la decisión de implementar el asesinato sistemático y en masa de los judíos. Los equipos móviles de matanza siguieron al ejército alemán a la Unión Soviética en junio de 1941, y a fines de ese año, asesinaron a casi un millón de hombres, mujeres y niños judíos. En diciembre, el centro de exterminio de Chelmno inició sus operaciones. Durante 1942, los nazis establecieron otros cinco campos de la muerte para llevar a cabo el gaseo de los judíos de Europa. A todos los judíos los perseguían para matarlos, pero la tasa de mortalidad de los niños era especialmente alta. Solo del 6 al 11% de la población de niños judíos de Europa antes de la guerra sobrevivió en comparación con el 33% de los adultos. A los jóvenes generalmente no los elegían para realizar trabajos forzados, y los nazis a menudo realizaban “acciones de niños” con el fin de reducir la cantidad de “bocas inútiles” en los ghettos. En los campos, a los niños, los ancianos y las mujeres embarazadas se los enviaba rutinariamente a las cámaras de gas inmediatamente después de su llegada. Liberación Después de la derrota de la Alemania nazi, el mundo entero descubrió el sorprendente saldo de víctimas humanas que dejó el Holocausto. Muy pocos niños judíos sobrevivieron. En los centros de exterminio y los campos de concentración de Europa, los experimentos médicos, las enfermedades, el maltrato y el asesinato sistemático se cobraron muchas vidas. De los aproximadamente 216.000 jóvenes judíos deportados a Auschwitz, solo 6.700 adolescentes fueron elegidos para realizar trabajos forzados; casi todos los demás fueron enviados directamente a las cámaras de gas. Cuando liberaron el campo el 27 de enero de 1945, las tropas soviéticas encontraron solo 451 niños judíos entre los 9.000 prisioneros sobrevivientes. Poco después de la liberación, las agencias judías de toda Europa comenzaron a localizar a los sobrevivientes y medir las bajas comunitarias. En los Países Bajos, sobrevivieron unos 9.000 niños judíos. Del casi millón de niños judíos que había en
Polonia en 1939, solo sobrevivieron alrededor de 5.000. La mayoría de ellos sobrevivieron en la clandestinidad. DINAMARCA
Retrato de una clase de jardín de infantes en Copenhague. Gus Goldenburger (fila superior, segundo de la izquierda) era uno de los pocos niños judíos de la clase. Su familia se mudó de Checoslovaquia a Dinamarca, temiendo la creciente oleada del nazismo. Cuando los nazis planearon deportar a los judíos daneses, los Goldenburger pudieron escaparse a Suecia, donde se quedaron hasta el fin de la guerra. Después de la guerra, los Goldenburger volvieron a Copenhague. Fotografía tomada en Copenhague, Dinamarca, 1938–1939. — US Holocaust Memorial Museum Cuando Alemania ocupó Dinamarca el 9 de abril de 1940, la población judía era de aproximadamente 7.500. Alrededor de 6.000 de estos judíos eran ciudadanos daneses y aproximadamente 1.500 eran refugiados. La mayoría de los judíos vivía en la capital del país, Copenhague.
Hasta 1943, la ocupación alemana de Dinamarca fue relativamente benigna. Los alemanes tenían interés en cultivar buenas relaciones con una población a la que consideraban "hermanos arios". Se le permitió al gobierno danés seguir gobernando el país, pero Alemania dominaba la política exterior danesa. En vista de la relativamente pequeña población judía y del rotundo apoyo que los daneses le daban a sus conciudadanos judíos, en un principio Alemania decidió no insistir demasiado en el "problema judío" en Dinamarca. De hecho, el representante del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán en la Conferencia de Wannsee recomendó la exclusión de los países escandinavos de la "Solución Final" con la convicción de que el "problema judío" se resolvería allí una vez que se lograra la victoria general. La situación cambió a principios de 1943. Las victorias de los Aliados convencieron a muchos daneses de que se podía derrotar a Alemania. Aunque había existido una mínima resistencia a los alemanes durante los primeros años de la ocupación, las huelgas laborales y los actos de sabotaje tensaron las relaciones con Alemania. El gobierno danés dimitió a fines de agosto de 1943 en lugar de rendirse a las nuevas exigencias alemanas. En la noche del 29 de agosto, el comandante militar alemán anunció un estado de emergencia. Fue en este momento en que los alemanes decidieron iniciar la deportación de los judíos de Dinamarca. Varias fuentes alemanas filtraron la idea del plan y los daneses no judíos alertaron a la comunidad judía.
La policía alemana comenzó los arrestos en la noche del 1 de octubre de 1943, pero encontró pocos judíos. La policía danesa se rehusó a cooperar. Las protestas populares rápidamente se hicieron notar desde diversos rincones como las iglesias, la familia real danesa y diversas organizaciones sociales y económicas. La resistencia danesa, con la ayuda de muchos ciudadanos daneses comunes, organizaron una operación de rescate parcialmente coordinada y parcialmente espontánea. En un principió ayudó a los judíos a trasladarse a escondites por todo el país y desde allí hacia la costa; los pescadores luego los transportaban en embarcaciones a un lugar neutral, Suecia. La operación de rescate se expandió hasta incluir la participación de la policía y el gobierno danés. Durante un período aproximado de un mes, unos 7.200 judíos y 700 de sus parientes no judíos viajaron hacia la seguridad de Suecia, que aceptaba a los refugiados daneses.
Los alemanes capturaron alrededor de 500 judíos en Dinamarca y los deportaron al ghetto de Theresienstadt. Los daneses exigían información sobre el paradero de sus ciudadanos y los funcionarios del gobierno danés los visitaron en el verano de 1944. También se les permitió a los prisioneros daneses recibir cartas y algunos paquetes. Los judíos daneses permanecieron en Theresienstadt hasta 1945. Cuando la guerra terminó, los alemanes los entregaron a la Cruz Roja de Suecia. El vigor de las protestas danesas probablemente haya impedido su deportación a los campos de exterminio en la Polonia ocupada por los alemanes. En total, murieron unos 100 judíos daneses durante el Holocausto, ya sea en campos nazis o durante su huida de Dinamarca. Esta cantidad relativamente pequeña representa uno de los índices de supervivencia judía más altos de cualquier país europeo. DOCUMENTOS EXIGIDOS PARA OBTENER UNA VISA Los obstáculos burocráticos que enfrentaban los judíos alemanesque intentaban emigrar a fines de la década de 1930 eran agobiantes. Los países exigían tantos documentos que a menudo era casi imposible de obtener. La siguiente es una lista de los documentos que exigía Estados Unidos para obtener una visa. Cinco copias de la solicitud de visa
Dos copias del certificado de nacimiento del solicitante
Número de turno (que establecía el lugar del solicitante en la lista de espera)
Dos patrocinadores: -Preferentemente familiares cercanos del potencial inmigrante
-Se exigía que los patrocinadores fueran ciudadanos estadounidenses o que tuvieran condición de residencia permanente, y tenían que tener seis copias de una Declaración Jurada de Apoyo y Patrocinio completas y autenticadas por notaría Documentos probatorios: -Copia certificada de la última declaración de impuestos federales -Declaración jurada de un banco respecto a las cuentas de los solicitantes -Declaración jurada de cualquier otra persona responsable con respecto a otros activos (declaración jurada del empleador del patrocinador o declaración de calificación comercial) Certificado de buena conducta de las autoridades de la policía alemana, incluyendo dos copias de cada uno de los siguientes documentos: -Informe policial -Antecedentes penales -Antecedentes militares -Otros registros gubernamentales sobre la persona Declaraciones juradas de buena conducta (después de septiembre de 1940) de varias personas desinteresadas responsables
Examen físico en el consulado de EE. UU.
Prueba de permiso para salir de Alemania (impuesto el 30 de septiembre de 1939)
Comprobante de que el potencial inmigrante tenía reservado un pasaje hacia el hemisferio occidental (impuesto en septiembre de 1939) DRANCY
Prisioneros judíos en el campo de Drancy. Francia, entre 1942 y 1944. — Federation Nationale des Deportes et Internes Resistants et Patriots El campo de Drancy, así llamado por el barrio al noreste de Paris donde se encontraba, fue establecido por los alemanes en agosto de 1941 como un campo de internamiento para los judíos extranjeros en Francia; luego se convirtió en el campo principal para inicialmente detener a los judíos que iban a ser deportados de Francia. Hasta el 1 de julio de 1943, la policía francesa manejó el campo bajo el control de la policía de
seguridad alemana. En julio de 1943, los alemanes tomaron control directo del campo y Alois Brunner, un oficial de las SS, fue nombrado comandante del campo.
El campo era un edificio de varios pisos en forma de U que había servido como cuartel policial antes de la guerra. Alambre de púas circundaba el edificio y su patio. El campo tenía una capacidad de alojamiento de 5.000 prisioneros. Cinco subcampos, usados primariamente para almacenar efectos personales confiscados a los judíos, se hallaban a través de Paris: en la estación de Austerlitz, el Hotel Cahen d'Anvers, el depósito de muebles Levitan, el muelle de Bercy, y la Rue de Faubourg. Aproximadamente 70.000 prisioneros pasaron a través de Drancy entre agosto de 1941 y agosto de 1944. Excepto una pequeña minoría de prisioneros (la mayoría de ellos, miembros de la resistencia francesa), la mayoría de los prisioneros de Drancy eran judíos. Unos pocos miles de prisioneros lograron ser liberados durante el primer año de la existencia del campo.
Durante el verano de 1942, los alemanes empezaron sistemáticamente a deportar los judíos de Drancy hacia los campos de exterminio en la Polonia ocupada. En el primer transporte, que partió el 22 de junio de 1942, mil judíos fueron enviados a AuschwitzBirkenau. En total, entre el primer transporte y el último el 31 de julio de 1944, 64.759 judíos fueron deportados de Drancy en 64 transportes. Aproximadamente 61.000 de estos judíos fueron enviados a Auschwitz-Birkenau. Los alemanes también deportaron 3.753 judíos de Drancy al campo de exterminio de Sobibor.
Un tercio de los judíos deportados de Drancy eran ciudadanos franceses. Otros eran judíos extranjeros que habían emigrado a Francia en los años veinte y treinta, y eran originarios primariamente de Polonia, Alemania y, después de 1938, Austria. Muchos de los judíos internados en Drancy eran intelectuales y artistas franceses distinguidos, incluyendo el poeta Max Jacob, el coreógrafo Renee Blum, y el filosofo Tristan Bernard.
El 15 y 16 de agosto de 1944, mientras las tropas aliadas se acercaban, las autoridades alemanas en Drancy quemaron todos los documentos del campo y huyeron. Raoul Nordling, el cónsul general sueco, tomó control del campo el 17 de agosto y pidió a la Cruz Roja de Francia cuidar a los 1.500 prisioneros que quedaron en Drancy. Menos de 2.000 de los casi 65.000 judíos deportados del campo de Drancy sobrevivieron el holocausto. EICHMANN: JUICIO COMO CATARSIS NACIONAL
El acusado Adolf Eichmann toma notas durante su proceso en Jerusalén en 1961. — Israel Government Press Office Las pruebas recopiladas por el Tribunal Militar Internacional en Nuremberg señalaban a un hombre llamado Adolf Eichmann como el autor intelectual de la planificación e implementación de la “Solución Final” para asesinar a los judíos de Europa. Eichmann había eludido su captura después de la guerra.
En 1960, Eichmann vivía en la Argentina con su esposa y tres hijos cuando los agentes israelíes lo secuestraron y lo llevaron a Israel para enjuiciarlo. Después de un juicio dramático y emotivo, Eichmann fue acusado de 15 cargos, incluidos crímenes contra la humanidad y crímenes contra el pueblo judío. Fue encontrado culpable de todos los cargos y condenado a muerte, la única vez que el Estado de Israel se acogió a la pena de muerte. El juicio televisado despertó la atención internacional y la controversia así como una reevaluación no sólo de los crímenes del Holocausto sino también de los autores de los crímenes y su naturaleza de maldad. EINSATZGRUPPEN (EQUIPOS MÓVILES DE MATANZA)
Soldados de unidades no identificados de Einsatzgruppe C (equipo móvil de matanza C) revisan las pertenencias de judíos masacrados en Babi Yar, un barranco cerca de Kiev. Unión Soviética, 29 de septiembre a 1 de octubre de 1941. — US Holocaust Memorial Museum Los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) eran unidades de las SS y personal de la policía alemana. Bajo el mando de los agentes de la Policía de Seguridad (Sipo) y del Servicio de Seguridad (SD), los Einsatzgruppen tenían entre sus tareas el asesinato de personas percibidas como enemigos raciales o políticos que se encontraban detrás del frente en la Unión Soviética ocupada. Estas victimas incluían judíos (hombres, mujeres, y niños), Roma (gitanos), y oficiales del estado y del partido comunista soviético. Los Einsatzgruppen también asesinaron a miles de personas internadas en instituciones para los incapacitados psíquicos. Muchos historiadores creen que el asesinato sistemático de judíos en la Unión Soviética ocupada por batallones de los Einsatzgruppen y Policía de Orden (Ordnungspolizei) era el primer paso del programa nazi para asesinar a todos los judíos europeos.
Durante la invasión de la Unión Soviética en junio de 1941, los Einsatzgruppen siguieron al ejército alemán mientras avanzaba en profundidad en el territorio soviético. Los Einsatzgruppen, a menudo aprovechando el apoyo local, llevaron a cabo operaciones de asesinato masivo. A diferencia del proceso de deportar judíos de los ghettos a los campos, los Einsatzgruppen venían directamente a las comunidades judías y las masacraban.
El ejército alemán proveía apoyo logístico a los Einsatzgruppen, incluyendo provisiones, trasporte, y vivienda. Al inicio, los Einsatzgruppen fusilaban primariamente hombres judíos. Pronto, donde sea que iban los Einsatzgruppen, fusilaban a todos los hombres, las mujeres y los niños judíos, sin hacer caso de edad o sexo, y los enterraban en fosas comunes. Empezando a fines de julio de 1941, batallones de la Policía de Orden, bajo el mando de lideres de las SS y de la policía recientemente nombrados para la Unión Soviética ocupada, se ocuparon de operaciones de aniquilación sistemática contra las comunidades judías más grandes.
Los Einsatzgruppen que seguían el ejército alemán hacia la Unión Soviética estaban compuestos de cuatro grupos del tamaño de un batallón. Einsatzgruppe A se desplegó de Prusia Oriental a través Lituania, Latvia y Estonia hacia Leningrado. Masacró judíos en Kovno, Riga, y Vilna. Einsatzgruppe B empezó en Varsovia en la Polonia ocupada y se desplegó a través de Bielorrusia hacia Smolensk, masacrando judíos en Grodno, Minsk, Brest-Litovsk, Slonim, Gomel, y Mogilev, entre otros lugares. Einsatzgruppe C empezó sus operaciones desde Cracovia y Rzeszow (en la Polonia ocupada) y se desplegó a través Ucrania hacia Kharkov, Kiev, y otras partes. De los cuatro grupos, Einsatzgruppe D era el que operaba más al sur. El personal llevó a cabo masacres en el sur de Ucrania y en Crimea, especialmente en Nikolayev, Kherson, Simferopol, Sevastopol, y Feodosiya.
Los Einsatzgruppen recibieron mucha asistencia de los soldados alemanes, húngaros, y rumanos, colaboradores locales, y otras unidades de las SS. Los miembros de los Einsatzgruppen eran de las SS, las Waffen-SS (formaciones militares de las SS), el SD, la Sipo, la Policía de Orden, y otras unidades policiales.
Para la primavera de 1943, los batallones habían fusilados a más de un millón de judíos y decenas de miles de comisarios políticos soviéticos, partisanos, Roma, y personas incapacitados. Los métodos de la matanza móvil resultaron ineficientes y onerosos psicológicamente para los asesinos. Aun mientras ocurrían estos fusilamientos, los
nazis planearon y empezaron a construir instalaciones especiales de gaseamiento en campos de exterminio creados para asesinar grandes cantidades de judíos. LOS EINSATZGRUPPEN Y OTRAS UNIDADES POLICIALES DE LA UNIÓN SOVIÉTICA Los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) eran equipos alemanes con una tarea especial que estaban principalmente integrados por personal de las SS y de la policía. Los comandantes y los oficiales también integraban la Policía de Seguridad y el Servicio de Seguridad. Las unidades estaban directamente subordinadas a la Oficina Central de Seguridad del Estado (Reichssicherheitshauptamt o RSHA) en Berlín y operaban regionalmente en coordinación con los superiores de las SS y de la policía. Con la orden de seguir al ejército alemán en su incursión en la Unión Soviética, los Einsatzgruppen dependían del ejército para obtener suministros y apoyo logístico.
De acuerdo con el intento alemán de llevar a cabo una guerra ideológica de aniquilación en la Unión Soviética, el dirigente de la RSHA, Reinhard Heydrich, ordenó a los comandantes de los Einsatzgruppe que mataran de forma sistemática a los civiles que estuvieran tras el frente y que se consideraran "enemigos" de la Alemania nazi. Los grupos objetivo de estos asesinatos sistemáticos incluían a los civiles judíos, los romaníes (gitanos), los oficiales del Partido Comunista Soviético y del aparato estatal, y cualquier otra persona que se considerara políticamente o "racialmente" peligrosa.
A medida que el ejército alemán se adentraba en territorio soviético, los Einsatzgruppen seguían a las tropas y llevaban a cabo operaciones de masacre. En un principio, el personal de los Einsatzgruppe, asistido por auxiliares de policía reclutados localmente y otras unidades de las SS y de la policía alemana, disparaba principalmente a los hombres judíos. A finales de julio de 1941, tras el despliegue de unidades con más personal de las SS y de la policía en la Unión Soviética ocupada, estas unidades, incluidos los Einsatzgruppen, comenzaron a aniquilar a comunidades judías completas, incluyendo tanto a hombres como mujeres y niños.
Cuatro Einsatzgruppe del tamaño de un batallón y varios batallones de policía fueron desplegados por la Unión Soviética. El Einsatzgruppe A avanzó desde Prusia oriental a través de Lituania, Letonia y Estonia hacia Leningrado. Sus integrantes masacraron a los judíos en Kovno, Riga y Vilna. El Einsatzgruppe B partió desde Varsovia en la Polonia ocupada y se movió hacia Smolensk, en el este, a través de Bielorrusia. Sus integrantes asesinaron a los judíos en Grodno, Minsk, Brest-Litovsk, Slonim, Gomel y
Mogilev, entre otros lugares. El Einsatzgruppe C comenzó sus operaciones en el área de Cracovia y se dirigió a través de Ucrania hacia Kiev y Donetsk, masacrando judíos y otros en Lvov, Tarnopol, Zolochev, Kremenets, Kharkov y Kiev. El Einsatzgruppe D operaba al sur de Ucrania, extendiendo las matanzas a las ciudades de Nikolayev, Kherson, Simferopol, Sevastopol y Feodosiya.
En la primavera de 1943, los Einsatzgruppe y otras unidades de las SS y de la policía habían asesinado a más de un millón de judíos y decenas de miles de oficiales políticos soviéticos, romaníes y personas discapacitadas.
Entre las mayores masacres perpetradas por los integrantes de los Einsatzgruppe, junto con el personal de las SS y de la policía, se encuentra el asesinato sistemático de 34.000 judíos en Babi Yar, un barranco situado al noroeste de Kiev, entre el 29 y el 30 de septiembre de 1941. Otra operación masiva fue el asesinato de más de 25.000 judíos letones del ghetto de Riga en dos períodos breves, el 29 y el 30 de noviembre de 1941 y el 8 y el 9 de diciembre de 1941.
En 1943, cuando los alemanes comenzaron a retirarse, las unidades especiales de las SS y de la policía, incluido el subcomando (Teilkommando) 1005, bajo las órdenes del oficial de las SS Paul Blobel, intentaron eliminar del territorio soviético cualquier rastro de los fusilamientos masivos y los asesinatos en los furgones de gas. El personal de las SS y de la policía obligó a pequeños grupos de judíos a exhumar los cuerpos de las fosas comunes y a cremarlos. Una vez que los trabajadores judíos finalizaban con estas espeluznantes tareas, los alemanes les disparaban en pequeños grupos, obligando así al grupo siguiente a cremar los restos del grupo que había sido asesinado antes que ellos. Los alemanes continuaron con este intento de eliminar las pruebas de las masacres a medida que el ejército soviético proseguía con la liberación de Ucrania y Bielorrusia entre 1943 y 1944. EJEMPLOS DE LEGISLACIÓN ANTISEMITA, 1933–1939 Durante los seis primeros años de la dictadura de Hitler, el gobierno en todos los niveles (del Reich, estatal y municipal) adoptó cientos de leyes, decretos, directivas, pautas y reglamentaciones que restringieron progresivamente los derechos humanos y civiles de los judíos en Alemania. Los siguientes son ejemplos de la legislación antisemita en la Alemania nazi entre 1933 y 1939: 1933 31 de marzo
El jefe de salud de la ciudad de Berlín suspende por decreto a los médicos judíos de los servicios de caridad de la ciudad. 7 de abril La Ley para la Restauración del Servicio Civil Profesional (Law for the Reestablishment of the Professional Civil Service) excluye a los judíos del servicio gubernamental. 7 de abril La Ley sobre la Admisión a la Profesión Legal (Law on the Admission to the Legal Profession) prohíbe que se admitan judíos en la profesión de la abogacía. 25 de abril La Ley contra la el Congestionamiento en las Escuelas y las Universidades (Law against Overcrowding in Schools and Universities) limita la cantidad de estudiantes judíos en las escuelas públicas. 14 de julio La Ley de Desnacionalización (De-Naturalization Law) revoca la ciudadanía de los judíos nacionalizados e “indeseables”. 4 de octubre La Ley para Editores (Law on Editors) prohíbe que los judíos ocupen cargos editoriales. 1935 21 de mayo La Ley del Ejército (Army Law) expulsa del ejército a los oficiales judíos. 15 de septiembre Los líderes nazis anuncian las Leyes de Nuremberg (Nuremberg Laws). 1936 11 de enero La Orden Ejecutiva de la Ley de Impuestos del Reich (Reich Tax Law) prohíbe que los judíos se desempeñen como asesores impositivos. 3 de abril La Ley de Veterinarios del Reich (Reich Veterinarians Law) expulsa a los judíos de la profesión veterinaria. 15 de octubre El Ministerio de Educación del Reich prohíbe que los maestros judíos enseñen en escuelas públicas. 1937 9 de abril El alcalde de Berlín ordena que las escuelas públicas no admitan a niños judíos hasta nuevo aviso.
1938 5 de enero La Ley sobre la Alteración de Nombres y Apellidos (Law on the Alteration of Family and Personal Names) prohíbe que los judíos se cambien el nombre. 5 de febrero La Ley para la Profesión de Subastador (Law on the Profession of Auctioneer) excluye a los judíos de esta profesión. 18 de marzo La Ley de Armas (The Gun Law) prohíbe que los judíos comercialicen armas. 22 de abril El Decreto contra el Camuflaje de Empresas Judías (Decree against the Camouflage of Jewish Firms) prohíbe que las empresas de propiedad judía se cambien el nombre. 26 de abril La Orden para la Divulgación del Patrimonio de los Judíos (Disclosure of Jewish Assets) exige que los judíos declaren todas las propiedades que superen los 5.000 reichsmarks, o marcos alemanes. 11 de julio El Ministerio del Interior del Reich prohíbe la entrada de los judíos a centros de salud. 17 de agosto La Orden Ejecutiva sobre la Ley sobre la Alteración de Nombres y Apellidos (Law on the Alteration of Family and Personal Names) exige que los judíos adopten un nombre adicional: "Sara” para las mujeres e “Israel” para los hombres. 3 de octubre El Decreto para la Confiscación de la Propiedad Judía (Decree on the Confiscation of Jewish Property) regula la transferencia de bienes de judíos a alemanes no judíos. 5 de octubre El Ministerio del Interior del Reich invalida todos los pasaportes alemanes portados por judíos. Los judíos deben entregar sus pasaportes viejos, que serán válidos únicamente después de que se les haya sellado la letra “J”. 12 de noviembre El Decreto para la Exclusión de Judíos de la Vida Económica Alemana (Decree on the Exclusion of Jews from German Economic Life) cierra todas las empresas cuyos propietarios son judíos. 15 de noviembre El Ministerio de Educación del Reich expulsa a todos los niños judíos de las escuelas públicas. 28 de noviembre El Ministerio del Interior del Reich restringe la libertad de movimiento de los judíos.
29 de noviembre El Ministerio del Interior del Reich prohíbe que los judíos tengan palomas mensajeras. 14 de diciembre Una Orden Ejecutiva de la Ley sobre la Organización de Trabajo Nacional (Law on the Organization of National Work) cancela todos los contratos estatales celebrados con empresas de propietarios judíos. 21 de diciembre La Ley para Parteras (Law on Midwives) prohíbe que las judías ejerzan la profesión. 1939 21 de febrero Decreto Relacionado con la Entrega de Metales y Piedras Preciosas de Propiedad de Judíos (Decree Concerning the Surrender of Precious Metals and Stones in Jewish Ownership). 1 de agosto El Presidente de la Lotería Alemana prohíbe la venta de boletos de lotería a judíos.
ELIE WIESEL
Vista de la ciudad transilvana de Sighet antes de la guerra. — USHMM, courtesy of Mitchell Eisen Nunca olvidaré esa noche, la primera noche en el campo, la cual convirtió mi vida en una larga noche, siete veces maldecida y siete veces sellada. Nunca olvidaré aquel humo. Nunca olvidaré las caras pequeñas de los niños, cuyos cuerpos vi convertirse en espiral de humo bajo un silencioso cielo azul. Nunca olvidaré estas llamas que consumieron para siempre mi fe. Nunca olvidaré ese silencio nocturno el cual me privó, para toda la eternidad, del deseo de vivir. Nunca olvidaré aquellos momentos en los cuales asesinaron a mi Dios y mi alma y convirtieron mis sueños en polvo. Nunca olvidaré estas cosas, aunque esté condenado a vivir tanto como Dios mismo. Nunca. Tomado de Elie Wiesel, Night (Nueva York: Bantam, 1982), pág. 32. Esta cita también aparece en la Exposición Permanente del Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos. Elie Wiesel nació en Sighet, Rumania, el 30 de septiembre de 1928.
Wiesel obtuvo el Premio Nobel de la Paz y fue profesor de la Universidad de Boston. Trabajó gran parte de su vida adulta a favor de las personas oprimidas. Su experiencia personal delHolocausto le ha permitido hacer uso de su talento como escritor, docente y narrador para defender los derechos humanos y la paz en todo el mundo. La tierra natal de Wiesel era Sighet, Transilvania (Rumania, entre los años 1940 y 1945 Hungría). Cuando él tenía 15 años, los nazis lo deportaron a Auschwitz junto con su familia. Allí fallecieron su madre y su hermana menor. Sus dos hermanas mayores sobrevivieron. Wiesel y su padre fueron más tarde trasladados aBuchenwald, donde su padre murió. Después de la guerra, Wiesel estudió en París y donde más tarde fue periodista. No obstante, guardó silencio sobre lo que padeció como prisionero en los campos. Durante una entrevista con el escritor francés Francois Mauriac, este convenció a Wiesel de que pusiera fin a ese silencio. Posteriormente, Wiesel escribió La Nuit(La noche). Desde su publicación en 1958, La Nuit se ha traducido a 30 idiomas y se han vendido millones de copias. En La Nuit, Wiesel describe las experiencias y emociones que vivió en manos de los nazis durante el Holocausto: el arresto de sus familiares y vecinos en la ciudad rumana de Sighet; la deportación en un vagón de ganado al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau; la división de su familia para siempre durante el proceso de selección; la angustia mental y física que él y los demás prisioneros sufrieron cuando los despojaron de su humanidad; y la marcha de la muerte desde Auschwitz-Birkenau hasta el campo de concentración de Buchenwald. En 1978, el presidente estadounidense Jimmy Carter lo puso al mando de la Comisión Presidencial sobre el Holocausto. En 1980, fue presidente fundador del Consejo Conmemorativo sobre el Holocausto de Estados Unidos. Wiesel también es presidente fundador de la Academia Universal de Culturas con sede en París.
El esfuerzo de Wiesel por defender los derechos humanos y la paz en todo el mundo le ha hecho merecedor de la Medalla Presidencial de la Libertad, la Medalla de Oro del Congreso de los Estados Unidos y el Premio Medalla de la Libertad, el rango deGrandCroix en la Legión de Honor francesa y, en 1986, el Premio Nobel de la Paz. Ha recibido más de 100 títulos honorarios de instituciones de educación superior. Tres meses después de haber recibido el Premio Nobel de la Paz, Wiesel y su esposa Marion crearon la Fundación Elie Wiesel para la Humanidad. La misión de esta es promover la causa de los derechos humanos y la paz en todo el mundo mediante la creación de un nuevo foro para la discusión de asuntos éticos urgentes que la humanidad confronta.
Los más de 40 libros que Wiesel escribió han ganado numerosos premios, entre ellos el Premio Médicis por A Beggar in Jerusalem(Un mendigo en Jerusalén), el Prix Livre Inter por The Testament(El testamento), y el Gran Premio de Literatura de la Ciudad de París por The Fifth Son (El quinto hijo). El primer volumen de las memorias de Wiesel, All Rivers Run to the Sea (Todos los ríos van al mar), se publicó en Nueva York (Knopf) en diciembre de 1995. El segundo volumen, And the Sea is Never Full (Y el mar nunca se llena), se publicó en Nueva York (Knopf) en noviembre de 1999. Elie Wiesel ha sido Profesor Distinguido de Estudios Judaicos en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (1972-1976), y el primer Profesor Invitado “Henry Luce” de Humanidades y Pensamiento Social en la Universidad de Yale (1982-1983). Desde 1976, es profesor de Humanidades de la cátedra Andrew W. Mellon en la Universidad de Boston, donde también es profesor universitario. EMIGRACIÓN Y LA CONFERENCIA DE EVIAN
Hotel Royal, sede de la Conferencia de Evian sobre refugiados judíos de la Alemania nazi. Evian-les-Bains, Francia, julio de 1938. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Entre 1933 y 1941, los nazis intentaron convertir a Alemania en un país "Judenrein" (limpio de judíos) haciendo tan difícil la vida de los aproximadamente 600.000 judíos alemanes, que éstos se vieran forzados a salir del país. En 1938, cerca de 150.000 judíos alemanes, uno de cada cuatro, ya habían abandonado el país. Después de que Alemania anexionó a Austria en marzo de 1938, otros 185.000 judíos fueron puestos bajo dominio nazi. Muchos judíos alemanes y austríacos que deseaban huir no encontraban un país que quisiera acogerlos. Un porcentaje considerable intentó ir a los Estados Unidos, pero no pudieron obtener los visados de inmigración necesarios. En 1924, el Congreso de los Estados Unidos había establecido cuotas de inmigración que limitaban el número de inmigrantes y discriminaba en contra de los grupos considerados racialmente o étnicamente no deseables.
En respuesta a la creciente presión política, el presidente Franklin D. Roosevelt convocó a una conferencia internacional para facilitar la emigración de refugiados de Alemania y de Austria y para crear una organización internacional que buscara una solución general al problema de los refugiados. A principios de julio de 1938, los delegados de 32 países se reunieron en el balneario francés de Evian, en el lago
Ginebra. Roosevelt escogió a Myron C. Taylor, un hombre de negocios y amigo cercano, para que representara a los Estados Unidos en la conferencia. Durante la cumbre, que duró 9 días, un delegado tras otro se alzó para expresar su compasión por los refugiados. Pero la mayoría de los países, incluyendo los Estados Unidos y Gran Bretaña, daban excusas para no admitir más refugiados. Sólo la República Dominicana aceptó admitir refugiados adicionales. Los asistentes a la conferencia crearon el Comité Intergubernamental de Refugiados (ICR), que procuraba el acercamiento a "los gobiernos de los países de refugio con la intención de desarrollar oportunidades para el asentamiento permanente" e intentaba persuadir a Alemania de que cooperase en el establecimiento de "condiciones para la emigración ordenada". El ICR recibió muy poca autoridad y prácticamente ningún fondo u otro tipo de ayuda de las naciones que lo integraban. Sus logros fureron mínimos, hasta que, en septiembre de 1939, todos sus esfuerzos acabaron con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
En referencia a la Conferencia de Evian, el gobierno alemán comentó lo "asombroso" que era que los países extranjeros criticaran a Alemania por su trato a los judíos pero que ninguno de ellos les abriera sus puertas. A pesar de que la prensa informó con todo detalle de las persecuciones antisemitas que tuvieron lugar durante los sucesos de la violenta Kristallnacht ("Noche de los cristales rotos") de noviembre de 1938, los estadounidenses se mantuvieron reticentes a recibir a los refugiados judíos y las cuotas se mantuvieron intactas. Incluso los esfuerzos de algunos estadounidenses de salvar a los niños resultaron fallidos: el proyecto de ley Wagner-Rogers, un intento de admitir 20.000 niños refugiados de origen judío que estaban en peligro, no fue aprobado por el Senado en 1939 ni en 1940. La negativa a admitir más refugiados estuvo condicionada por los difundidos prejuicios raciales que existían entre los estadounidenses, entre los que se incluían actitudes antisemitas por parte de oficiales del Departamento de Estado de los Estados Unidos. En medio de la Gran Depresión, muchos estadounidenses también creían que los refugiados competirían con ellos por los puestos de trabajo y sobrecargarían los programas sociales creados para ayudar a los necesitados. ¿ES ALGUNA VEZ DEMASIADO TARDE PARA BUSCAR JUSTICIA? “Dios mío, sabía que esto sucedería. Sabía que vendrían”. Hermine Braunsteiner Ryan, ama de casa de Queens, Nueva York, y ex guardia del campo de concentración Majdanek Mientras el Tribunal Militar Internacional de Núremberg y numerosas cortes posteriores enjuiciaron a oficiales nazis y sus colaboradores, muchos criminales menos
conocidos pudieron evadir la justicia. Incluso algunos que habían participado en el asesinato de miles de civiles inocentes lograron escaparse de Europa, a menudo adoptando nuevas identidades y viviendo sus vidas sin ser detectados ni condenados. Mientras individuos y gobiernos intentaban atraparlos en los años y las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, vencía el plazo establecido por la ley de prescripción (20 años para casos de asesinato).
Hoy continúan los esfuerzos para responsabilizar a algunos de los perpetradores restantes, lo cual plantea estas preguntas: ¿es alguna vez demasiado tarde para pagar por un crimen?; ¿la justicia retrasada es justicia denegada?
El 14 de Julio de 1954, el New York Times reveló que un ama de casa de la ciudad de Nueva York era, en realidad, una ex guardia de los campos de concentración Ravensbrueck y Majdanek. Había sido conocida como “la yegua” porque pateaba brutalmente a los prisioneros con la punta de acero de sus botas. Hermine Braunsteiner ya había cumplido dos penas cortas en prisión en su Austria natal por maltrato a los prisioneros de Ravensbrueck, un pasado criminal que no había revelado a su esposo estadounidense ni a las autoridades de los Estados Unidos. En respuesta a un pedido de extradición de Alemania Occidental para enfrentar un juicio por los crímenes que ella cometió Majdanek, el gobierno de los Estados Unidos le revocó la ciudadanía a Braunsteiner Ryan e inició los procedimientos de deportación, sobre los cuales la extradición tuvo prioridad. En 1973, ella fue la primera criminal nazi en ser extraditada desde los Estados Unidos. En 1981, Braunsteiner Ryan fue condenada a dos cadenas perpetuas. Fue liberada en 1996 debido a su delicado estado de salud y murió tres años más tarde en un asilo de Alemania. ESCAPE DEL TERRITORIO EUROPEO OCUPADO POR LOS ALEMANES
Afiche judío con la leyenda: "Préstanos ayuda para realizar rescates, Fondo para Reclutamientos y Rescates". Palestina, 22 de julio de 1943. — Central Zionist Archives Incluso antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, muchos judíos intentaban escapar a países que no estuvieran bajo el control nazi. Entre 1933 y 1939, más de 90.000 judíos alemanes y austriacos huyeron a países vecinos (Francia, Bélgica, los
Países Bajos, Dinamarca, Checoslovaquia y Suiza). Después de que comenzó la guerra el 1 de septiembre de 1939, el escape se tornó mucho más difícil. La Alemania nazi permitió técnicamente la emigración del Reich hasta noviembre de 1941. Sin embargo, había pocos países dispuestos a aceptar refugiados judíos y en tiempos de guerra obstaculizaban el ingreso a aquellos que intentaban escapar. Entre 1941 y 1942, con el comienzo del fusilamiento sistemático de judíos en la Unión Soviética y la deportación de los judíos europeos a campos de exterminio, el escape se tornó literalmente una cuestión de vida o muerte.
La mayoría de los no judíos ni ayudaban ni impedían la “Solución Final” y relativamente pocas personas ayudaban a los judíos a escapar. Entre aquellos que ayudaron a los judíos se encontraban diversas organizaciones judías locales e internacionales, como el Comité para la Distribución Conjunta, la Agencia Judía para Palestina y el Congreso Judío Mundial. Además, personas no judías compasivas, motivadas por la oposición al nazismo, por principios morales y religiosos, o por compasión humana, brindaron ayuda a los judíos en algunos momentos de tremendo riesgo personal.
ESCAPE A LA POLONIA OCUPADA POR LOS SOVIÉTICOS Y EL INTERIOR DE LA UNIÓN SOVIÉTICA Entre 1939 y 1941, casi 300.000 judíos polacos, casi el 10 por ciento de la población judía polaca, huyeron de zonas de Polonia ocupadas por los alemanes y cruzaron a la zona soviética. Si bien las autoridades soviéticas deportaron decenas de miles de judíos a Siberia, Asia central y otras áreas remotas del interior de la Unión Soviética, la mayoría de ellos logró sobrevivir. Después del ataque alemán a la Unión Soviética en junio de 1941, más de un millón de judíos soviéticos huyó hacia el este a las regiones asiáticas del país, escapando de una muerte segura. A pesar de las duras condiciones del interior de la Unión Soviética, aquellos que escaparon allí constituyeron el grupo más grande de judíos europeos que logró sobrevivir el ataque nazi. ESCAPE A PAÍSES NEUTRALES Cerca de 30.000 judíos fueron admitidos en Suiza, aunque se calcula que 20.000 fueron rechazados en la frontera suiza. España permitió el ingreso de casi 30.000 refugiados judíos, principalmente desde 1939 a 1941. A estos refugiados, mayoritariamente provenientes de Francia, se les permitió cruzar España en su camino hacia Portugal. La presión alemana redujo la cantidad de judíos a los que se les permitió el ingreso a España a menos de 7.500 durante los años de 1942 a 1944, aunque
los cónsules españoles repartieron entre 4.000 y 5.000 documentos de identidad (cruciales para escapar) a los judíos en diversas partes de Europa. Portugal (un país neutral que tenía buenas relaciones con los Aliados) permitió que varios miles de judíos llegaran al puerto de Lisboa. Una vez en Lisboa, varias organizaciones judías estadounidenses y francesas ayudaron a los refugiados a llegar a los Estados Unidos y Sudamérica. La Suiza neutral proporcionó asilo a algunos judíos noruegos en 1940 y prácticamente a la totalidad de la comunidad judía danesa en octubre de 1943. El movimiento de la resistencia danesa organizó el escape de 7.000 judíos daneses y 700 de sus parientes no judíos a través del canal Sund a Malmo, Suecia. ESCAPE A TRAVÉS DE LOS BALCANES A PALESTINA Desde 1937 hasta 1944, el movimiento sionista organizó el escape de 18.000 judíos de Europa central y oriental a Palestina. En un principio, se utilizaron los puertos griegos para embarcarse en el viaje a los puertos palestinos. Más adelante, los refugiados judíos lo hicieron a través de los puertos del Mar Negro en Bulgaria y Rumania. Muchas de las embarcaciones necesitaban recargar combustible en los puertos turcos. A pesar de los esfuerzos de Turquía por impedir que estos barcos atracaran, más de 16.000 judíos pasaron por Turquía en camino a Palestina. En un trágico incidente, el “Struma”, un barco que transportaba refugiados con destino a Palestina, fue hundido fuera de la costa de Turquía. Aunque no se conoce con exactitud la causa del hundimiento, se supone que un submarino soviético atacó el “Struma” con torpedos por error. ESCAPE A ZONAS OCUPADAS POR LOS ITALIANOS Las fuerzas italianas protegían a los judíos en las zonas de ocupación italianas en Yugoslavia, Francia y Grecia. Desde mediados de 1942 hasta septiembre de 1943, Italia ayudó a los judíos en varias de las zonas que ocupaba. Éstas incluían Dalmacia y Croacia, donde 5.000 judíos encontraron refugio; el sur de Francia, donde huyeron al menos 25.000 judíos; y Grecia, donde 13.000 refugiados judíos encontraron asilo provisional. A pesar de las incesantes demandas y protestas de los alemanes, fascistas croatas y la policía de Vichy, las autoridades italianas se rehusaron a entregar a estos judíos. Los italianos también ampliaron su protección de los judíos en Túnez.
ESCRITORES Y POETAS EN LOS GHETTOS
Shmerke Kaczerginski, un partisano judío en el área de Vilna. 1944–1945. — YIVO Institute for Jewish Research, New York A partir de 1939, las autoridades alemanas segregaron a los judíos polacos en ghettos o zonas restringidas. Originariamente establecidos para separar a los judíos de las poblaciones que no lo eran, los ghettos sirvieron de escenario para el exterminio de los judíos europeos. En terribles condiciones de vida y bajo la constante amenaza de deportación, los judíos buscaron preservar su humanidad y su cultura a través de canciones y versos. El poema en yídish "Es Brent" (Está ardiendo) de Mordecai Gebirtig (escrito en 1938 en respuesta un pogrom en Polonia) se convirtió en el himno de la resistencia clandestina en el ghetto deCracovia. Gebirtig continuó escribiendo tanto después de huir de Cracovia, rumbo a la cercana ciudad de Lagiewniki, como después de ser obligado a trasladarse de ese lugar al ghetto de Cracovia. En el ghetto de Vilna y en campos de trabajo en Estonia, Hirsh Glik escribió canciones de resistencia, incluso el famoso “Himno de los partisanos". Éste se convirtió en el tema musical de la Organización de Partisanos Unidos de Vilna, a la cual Glik pertenecía. Los escritores y los poetas expresabanresistencia artística y espiritual. En el ghetto de Varsovia, Itzhak Katzenelson escribió poemas, obras de teatro y ensayos llenos de esperanza que interpretaban la situación en el ghetto a la luz de la historia judía. En 1943, Katzenelson fue deportado al campo de Vittel en Francia (donde escribió el poema "Canto del pueblo judío asesinado"). En 1944, lo deportaron al campo deAuschwitz, donde lo asesinaron. El historiador Emanuel Ringelblum fundó el archivo clandestino del ghetto de Varsovia, Oneg Shabbat, donde se almacenaron objetos que documentaban la vida en ese lugar. Una cantidad de residentes de ghettos, tales como Chaim Kaplan en Varsovia, escribieron diarios. Cuando los nazis intentaron utilizar a Shmaryahu Kaczerginski y a Abraham Sutzkever para clasificar valiosos libros para confiscar, estos dos escritores de Vilna salvaron unas 8.000 piezas. Mientras se ocultaban en el bosque, entrevistaron partisanos y registraron sus declaraciones.
Durante la liquidación del ghetto de Lodz, en el verano de 1944, el escritor Isaiah Spiegel escondió algunos de sus escritos en un sótano. Llevó el resto a Auschwitz, donde fueron confiscados cuando llegó. Después de la guerra, Spiegel regresó a Lodz y encontró 16 de las historias escondidas. Pudo reconstruir el resto de memoria. Las experiencias de los judíos durante el Holocausto se reflejan en las obras de los escritores y los poetas de los ghettos. En los ghettos de la Europa oriental bajo
ocupación alemana -- donde la superpoblación, las terribles condiciones sanitarias y el hambre eran la norma -- la actividad cultural constituía una forma de rebeldía. EL ESTADO BIOLÓGICO: HIGIENE RACIAL NAZI, 1933–1939 Rudolf Hess, el segundo en el mando después de Hitler, afirmó que el nazismo era “biología aplicada”. Durante el Tercer Reich, una variante de la eugenesia políticamente extremista y antisemita determinó el curso de la política de estado. El régimen de Hitler promocionó la “raza nórdica” como su ideal eugenésico e intentó dar a Alemania la forma de una comunidad nacional cohesiva que excluía a cualquier persona considerada “menos valiosa” o “racialmente extranjera” debido a su herencia. Las medidas de la salud pública para controlar la reproducción y el matrimonio estaban destinadas a fortalecer el “cuerpo nacional” eliminando los genes de la población que representaban una amenaza biológica. Muchos médicos y científicos alemanes que habían respaldado las ideas de higiene racial antes de 1933 adoptaron el nuevo énfasis que el régimen daba a la biología y a la herencia, las nuevas oportunidades profesionales y los fondos adicionales para la investigación.
La dictadura de Hitler, respaldada por el amplio poder policial, silenció las críticas de la eugenesia nazi y los partidarios de los derechos individuales. Una vez que todas las instituciones culturales y educativas y los medios de comunicación estuvieron bajo control nazi, la eugenesia racial se extendió en la sociedad y las instituciones alemanas. Los judíos, considerados “extranjeros”, fueron excluidos de las universidades, los institutos de investigación científica, los hospitales y la atención médica pública. Las personas con cargos altos que eran consideradas “poco fiables” desde el punto de vista político tuvieron un destino similar.
LA BATALLA DE LOS NACIMIENTOS Haciéndose eco de los continuos temores eugenésicos, los nazis pregonaron las advertencias de la “muerte nacional” planteadas por los demógrafos e intentaron revertir la tendencia de la caída en la tasa de nacimientos. La Ley de Salud Marital de octubre de 1935 prohibió las uniones entre “saludables por herencia” y personas consideradas genéticamente ineptas. Casarse y tener hijos se convirtió en un deber nacional para los “racialmente aptos”. Hitler proclamó en un discurso pronunciado el 8 de septiembre de 1934: “En mi estado, la madre es el ciudadano más importante”. Para tomar medidas contra previas preocupaciones eugenésicas sobre los efectos del alcohol, el tabaco y la sífilis, el régimen nazi fomentó la investigación, llevó a cabo campañas de educación pública y promulgó leyes que en conjunto tenían el objetivo de
eliminar el “veneno genético” asociado a defectos de nacimiento y daño genético para las generaciones futuras. En 1936, se estableció la Oficina Central del Reich para Combatir la Homosexualidad y el Aborto, con el fin de redoblar los esfuerzos para la prevención de actos que obstaculizaran la reproducción. En un discurso de 1937 que asociaba la homosexualidad a la disminución de la tasa de nacimientos, el jefe de la policía alemana Heinrich Himmler afirmó: “Un pueblo de buena raza con pocos hijos tiene un boleto de ida hacia la tumba”.
PROGRAMA MASIVO DE ESTERILIZACIÓN El 14 de julio de 1933, la dictadura nazi cumplió con los sueños que durante mucho tiempo tuvieron los partidarios de la eugenesia al promulgar la Ley para la Prevención de Descendencia con Enfermedades Genéticas, basada en una ley de esterilización voluntaria redactada por los funcionarios de salud de Prusia en 1932. La nueva ley nazi fue también autoría de Falk Ruttke, abogado, Arthur Gütt, médico y director de asuntos de salud pública, y Ernst Rüdin, psiquiatra y uno de los primeros líderes del movimiento de higiene racial alemana. Estaban sujetos a la ley los hombres y las mujeres que “sufrían” de alguna de las nueve condiciones supuestamente hereditarias: debilidad mental, esquizofrenia, trastorno maniaco depresivo, epilepsia genética, corea de Huntington (una forma mortal de demencia), ceguera genética, sordera genética, deformidad física severa y alcoholismo crónico. Los tribunales especiales para la salud hereditaria le dieron a la medida de esterilización un halo de debido proceso, pero la decisión de esterilizar generalmente era una cuestión de rutina. Casi todos los más reconocidos especialistas en genética, psiquiatras y antropólogos en algún momento u otro comparecieron ante dichos tribunales y exigieron la esterilización de aproximadamente 400.000 alemanes. Para los hombres, el método habitual de esterilización era la vasectomía, y para las mujeres, la ligadura de trompas, un procedimiento invasivo que causó cientos de muertes.
OPINIONES PROVENIENTES DEL EXTRANJERO La reacción internacional ante la ley de esterilización nazi fue variada. En los Estados Unidos, algunos periódicos señalaron la escala masiva de esta política y expresaron temor de que los “hitlerianos” aplicaran la ley a los judíos y los detractores políticos. En el mismo país, los partidarios de la eugenesia, en cambio, consideraron que la ley no era “una apresurada improvisación del régimen de Hitler”, sino el desarrollo lógico de ideas previamente sostenidas por los “mejores especialistas” de Alemania. En la década de 1930, los principales especialistas en genética estadounidenses y británicos criticaron en forma creciente a las organizaciones establecidas de eugenesia por mezclar los prejuicios con una interpretación anticuada y simplista de la herencia
humana. Al mismo tiempo, y más allá de los círculos eugenésicos, la esterilización obtuvo apoyo como una forma de reducir los costos de la atención institucional y la ayuda a los pobres. Los índices de esterilización aumentaron en algunos estados de los Estados Unidos durante la Depresión y durante ese mismo período se promulgaron nuevas leyes en Finlandia, Noruega y Suecia. En Gran Bretaña, la oposición católica bloqueó una ley propuesta. En ningún lugar la cantidad de personas esterilizadas se acercó a la escala masiva del programa nazi.
SEGREGACIÓN DE LOS JUDÍOS La ley de 1933 no exigía la esterilización de las minorías étnicas definidas como “racialmente extranjeras”. No obstante, la “Ley para la Protección de la Sangre” anunciada en Núremberg el 15 de septiembre de 1935 criminalizó el matrimonio o las relaciones sexuales entre alemanes judíos y no judíos. Poco tiempo después, los líderes nazis dieron un paso más adelante en la segregación biológica, al discutir en privado el objetivo de la “emigración completa” de los judíos. Después de la incorporación de Austria en marzo de 1938 (Anschluss), el funcionario de las SS Adolf Eichmann coordinó la emigración forzada de decenas de miles de judíos austriacos. Los ataques organizados por los nazis el 9 y 10 de noviembre de 1938 (Kristallnacht) contra judíos alemanes y austriacos y a la propiedad judía convenció a muchos de los judíos que quedaban en el Reich de que irse era la única opción que tenían para sobrevivir.
LOS ESTADOS UNIDOS Y EL HOLOCAUSTO
Cartel antisemita que equipara los judíos con el comunismo. Estados Unidos, 1939. — Jewish War Veterans Museum Durante la Segunda Guerra Mundial, el rescate de judíos y otras personas que estaban en la mira de la Alemania nazi no era prioritario para el gobierno de los Estados Unidos. Tampoco fue siempre claro para los estrategas políticos aliados el modo en que podían llevar a cabo acciones de rescate a gran escala en Europa. INMIGRACIÓN A LOS ESTADOS UNIDOS EN LA ERA DEL HOLOCAUSTO Las políticas del Departamento de Estado de los EE.UU. dificultaron a los refugiadosla obtención de visas de ingreso. A pesar de la continua persecución de judíos en Alemania, la actitud del Departamento de Estado se vio influenciada por las
dificultades económicas de la Depresión, que intensificó las bases del antisemitismo, el aislacionismo y la xenofobia. La cantidad de visas de ingreso se vio aun más limitada por la inflexible aplicación por parte del Departamento de una Ley de Inmigración restringida promulgada por el Congreso de los EE.UU. en 1924. A partir de ese año, los Estados Unidos limitaron mucho más la inmigración al ordenar a los cónsules estadounidenses en el extranjero que demoraran las aprobaciones de visas por razones de seguridad nacional. No obstante, en 1939 y 1940, un poco más de la mitad de todos los inmigrantes que llegaron a los Estados Unidos fueron judíos, en su mayoría refugiados provenientes de Europa. En 1941, el 45 % de todos los inmigrantes a los Estados Unidos fueron judíos. Después del ingreso de Estados Unidos a la guerra en diciembre de 1941, el pequeño flujo de inmigración prácticamente se detuvo, justamente cuando el régimen nazi comenzaba sistemáticamente a asesinar a los judíos de Europa. A pesar de los muchos obstáculos, sin embargo, más de 200.000 judíos encontraron refugio en los Estados Unidos desde 1933 a 1945; la gran mayoría antes de finalizar el año 1941.
RESPUESTA DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO DE LOS EE.UU. A LA NOTICIA DE LA “SOLUCIÓN FINAL” En agosto de 1942, el Departamento de Estado recibió un informe enviado por Gerhart Riegner, el representante en Ginebra del Congreso Judío Mundial (WJC, por sus siglas en inglés). Dicho informe revelaba que los alemanes estaban implementando una política para aniquilar físicamente a los judíos de Europa. Los funcionarios del Departamento se negaron a transmitir el informe a su destinatario, el líder judío estadounidense Stephen Wise, por entonces presidente del Congreso Judío Mundial. A pesar de la demora del Departamento de Estado en hacer público el exterminio masivo, ese mismo mes Wise recibió el informe a través de canales británicos. Solicitó permiso al Departamento de Estado para dar a conocer su contenido. El subsecretario de Estado Sumner Welles solicitó a Wise que no publicara la información hasta que la misma fuera confirmada por el Departamento de Estado. Wise estuvo de acuerdo y, después de tres meses, el Departamento de Estado le notificó que sus fuentes eran veraces. El 24 de noviembre de 1943, Wise dio una conferencia de prensa para anunciar que la Alemania nazi estaba implementando una política de aniquilación de los judíos europeos. Unas semanas después, el 17 de diciembre, los Estados Unidos, Gran Bretaña y otros diez gobiernos aliados emitieron una declaración que denunciaba la intención de la Alemania nazi de asesinar a los judíos de Europa. La declaración advirtió a ese país de que sería considerado responsable de estos crímenes.
COBERTURA DE LA PRENSA DE LOS EE.UU. SOBRE LA “SOLUCIÓN FINAL” Durante la era del Holocausto, la prensa estadounidense no siempre publicó los informes completos de las atrocidades nazis ni les asignó la importancia debida. Por ejemplo, el New York Times, el principal periódico de la nación, generalmente restó importancia al asesinato de judíos en su cobertura de noticias. La prensa estadounidense había denunciado la violencia nazi contra los judíos de Alemania ya en 1933. Dio extensa cobertura a las Leyes de Nuremberg de 1935 y a la legislación antisemita alemanaampliada en 1938 y 1939. La violencia auspiciada por el estado y generalizada a nivel nacional el 9 y 10 de noviembre de 1938, conocida como la Kristallnacht (Noche de los cristales rotos), fue portada de diarios en todos los EE.UU. así como la infame predicción de Hitler expresada en el Reichstag (parlamento alemán) el 30 de enero de 1939, de que una nueva guerra mundial significaría la aniquilación de la “raza” judía. A medida que se agravaba la magnitud de los actos de violencia contra los judíos en 1939 - 1941, muchos periódicos estadounidenses describían las operaciones de fusilamiento alemanas, primero en Polonia y, más tarde, después de la invasión de la Unión Soviética. La identidad étnica de las víctimas no siempre quedaba aclarada. Algunos informes describían las operaciones alemanas de asesinato masivo con la palabra “exterminio”. Ya el 2 de julio de 1942, el New York Times informó acerca de las operaciones del centro de exterminio de Chelmno, basándose en fuentes de la resistencia polaca. El artículo, sin embargo, apareció en la página 6 del periódico. Si bien la cobertura del New York Times de la declaración de los aliados condenando el exterminio masivo de judíos europeos apareció en la portada, la publicación de la información más específica divulgada por Wise apareció en la página 10, minimizando significativamente su importancia.
LOS ESTADOS UNIDOS Y EL HOLOCAUSTO: INICIATIVAS DE RESCATE Durante la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos no lograron actuar en forma decisiva y específica con respecto a las víctimas del Holocausto. En general, los oficiales estadounidenses justificaban tal inacción argumentando que la victoria militar sobre Alemania ofrecía las mejores oportunidades de detener la matanza. En respuesta a la presión generada por la divulgación de la "Solución final" a fines de 1942, representantes de los EE.UU. y de Gran Bretaña se reunieron en Bermuda el 19 de abril de 1943 con el propósito de encontrar soluciones a los problemas de losrefugiados en tiempos de guerra. Ninguno de los gobiernos inició programas de
rescate y no surgieron propuestas significativas de la conferencia. El 28 de julio de 1943, el mensajero clandestino polaco Jan Karski notificó al presidente Roosevelt acerca de informes de asesinatos en masa que había recibido de líderes judíos del gueto de Varsovia y el gueto de tránsito de Izbica. Presionado por la opinión pública interna y por su propio gabinete, en particular el Secretario del Tesoro Henry Morgenthau, Jr. y su personal, el 22 de enero de 1944 Roosevelt publicó la Orden ejecutiva 9417. Esta ordenanza instituyó la Junta para los Refugiados de Guerra (WRB, por sus siglas en inglés) directamente bajo sus órdenes y financiado por fondos discrecionales provenientes de su fondo de emergencia. Su propósito era tomar todas las medidas dentro del marco de la política estadounidense “a fin de rescatar a las víctimas de la opresión enemiga en peligro de muerte inminente” y para “proporcionar alivio y ayuda coherentes con la prosecución exitosa de la guerra”. Roosevelt ordenó a los departamentos de Estado, del Tesoro y de Guerra que “ejecuten los planes, programas y medidas formulados por los miembros de la junta además de proporcionarles información y ayuda”.
En el verano de 1944, el WRB fundó el Centro de refugiados de Fort Ontario en Oswego, Nueva York, a fin de facilitar el rescate de los refugiados en peligro. El lugar sirvió de albergue para 983 refugiados de la ex Yugoslavia que habían logrado llegar a Italia. En agosto, esos refugiados, 918 de los cuales eran judíos, llegaron al centro. El éxito más notable del WRB, sin embargo, fue su trabajo a través de las misiones diplomáticas neutrales en la Hungría ocupada por los alemanes durante el verano y el otoño de 1944. Los fondos del WRB respaldaron los esfuerzos del diplomático sueco Raoul Wallenberg, del diplomático suizo Charles Lutz y de otros en sus intentos por rescatar a decenas de miles de judíos de Budapest que serían deportados. Las autoridades estadounidenses no iniciaron acciones para rescatar o proporcionar asilo seguro a los refugiados antes de la instauración de la Junta para los Refugiados de Guerra en 1944. Cuando se fundó la junta, las cuatro quintas partes de los judíos que serían asesinados durante el Holocausto ya habían muerto. LOS ESTADOS UNIDOS Y EL HOLOCAUSTO: POR QUÉ NO BOMBARDEARON AUSCHWITZ Los Estados Unidos y el Holocausto: Por qué no bombardearon Auschwitz
Durante la primavera de 1944, los aliados recibieron información más explícita acerca del proceso de asesinato masivo por gaseo llevado a cabo en Auschwitz-Birkenau. Algunos días 10.000 personas eran asesinadas en sus cámaras de gas. Desesperadas, las organizaciones judías realizaron diversas propuestas para detener el proceso de
exterminio y rescatar a los judíos que quedaban en Europa. Unos pocos líderes judíos demandaban el bombardeo de las cámaras de gas de Auschwitz; otros se oponían. Del mismo modo que algunos oficiales aliados, ambas partes temían el saldo de muertos o la propaganda alemana que podría sacar provecho del bombardeo de los prisioneros del campo. Nadie estaba seguro de los resultados. Incluso después de que las fuerzas aéreas angloamericanas desarrollaran la capacidad para atacar blancos en Silesia (donde se encontraba el complejo de Auschwitz) en julio de 1944, las autoridades estadounidenses decidieron no bombardear Auschwitz. Los funcionarios estadounidenses explicaron esta decisión en parte con el argumento técnico de que los aviones estadounidenses no tenían la capacidad para llevar a cabo asaltos aéreos en esos blancos con la precisión suficiente y en parte con el argumento estratégico de que los Aliados tenían la función de bombardear exclusivamente blancos militares a fin de ganar la guerra lo más rápidamente posible.
El bombardeo aliado de Auschwitz-Birkenau a mediados de julio de 1944 no habría salvado a los casi 310.000 judíos húngaros que los alemanes habían asesinado al llegar al centro de exterminio entre el 15 de mayo y el 11 de julio de 1944. Más aun, las barracas ubicadas en las cercanías de las cámaras de gas en Birkenau albergaban a 51.117 prisioneros (31.406 eran mujeres y niños).
Durante el verano y el otoño de 1944, el Congreso Judío Mundial y la Junta para los Refugiados de Guerra (War Refugee Board) enviaron solicitudes al Departamento de Guerra de los EE.UU. para que Auschwitz fuera bombardeado. Esas solicitudes fueron denegadas. El 14 de agosto, John J. McCloy, subsecretario de Guerra, indicó que “semejante operación podría ser ejecutada únicamente mediante el desvío de considerable respaldo aéreo (…) ahora involucrado en operaciones decisivas en otros lugares y, en cualquier caso, su eficacia sería tan dudosa que no garantizaría el uso de nuestros recursos”. No obstante, en el plazo de una semana, la Fuerza Aérea de los EE.UU. llevó a cabo un intenso bombardeo de las plantas de goma y aceite sintético I.G. Farben (Buna) cerca de Auschwitz III -situado a menos de cinco millas de distancia del centro de exterminio de Auschwitz-Birkenau.
A los prisioneros del complejo de Auschwitz, el bombardeo cercano les dio esperanzas. Tiempo después, un sobreviviente recordaría: “Ya no temíamos a la muerte; al menos no a esa muerte. Cada bomba que explotaba nos llenaba de alegría y renovaba nuestra confianza en la vida”.
En las décadas siguientes, la decisión de los Aliados de no bombardear las cámaras de gas o los rieles de ferrocarril que se dirigían a Auschwitz ha dado origen a amargos debates. Los partidarios del bombardeo siguen argumentando que una acción de esa envergadura, si bien habría matado algunos prisioneros, podría haber retrasado las operaciones de exterminio y, en última instancia, quizás habría salvado vidas. LOS ESTADOS UNIDOS Y EL HOLOCAUSTO: RESPUESTA ESTADOUNIDENSE AL HOLOCAUSTO DURANTE LA POSGUERRA Entre 1945 y 1951, después del Holocausto, los Estados Unidos (junto con Gran Bretaña) se convirtieron en protectores de más de un millón de personas desplazadas (DP) en las zonas ocupadas de Alemania, Austria, Italia y Checoslovaquia, incluyendo a 250.000 judíos en el período pico de finales de 1945. La Administración de las Naciones Unidas para Ayuda y Rehabilitación y diversas agencias privadas de socorro ayudaron a las potencias aliadas occidentales a enfrentar este inmenso desafío. Hasta septiembre de 1945, desplazados judíos y no judíos vivieron en los mismos campos. A veces esto obligaba a las víctimas judías del Holocausto a vivir con sus antiguos perpetradores o con otras personas cuyas ideologías antisemitas les recordaban dolorosamente al Holocausto. Los desplazados judíos que, en su mayoría, se sentían inseguros, protestaban contra estas condiciones de vida. Muchos también resentían el trato duro e insensible que recibían por parte de algunos militares estadounidenses. La práctica de permitir que la policía alemana ingresara a los campos en busca de contrabando reflejaba la indiferencia al trauma psicológico que sufrían los sobrevivientes del reciente Holocausto. Las protestas contra la forma en que el personal militar estadounidense trataba a los judíos en los campos de desplazados en Bavaria indujeron al presidente Harry S Truman a enviar a Earl Harrison, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Pennsylvania, a la zona de ocupación estadounidense en Alemania para investigar.
El informe elaborado por Harrison, presentado en agosto de 1945, instó a Truman a ordenar la separación de los judíos de los no judíos y el trato más considerado hacia los sobrevivientes judíos en los campos de desplazados. Las autoridades estadounidenses facilitaron mejoras importantes en las condiciones de vida al permitir que las agencias de socorro judías privadas operaran en los campos de desplazados. También otorgaron mayor autonomía a los residentes.
El presidente Truman respaldó una política inmigratoria más abierta a favor de los desplazados judíos. Por decreto ejecutivo, entre 1946 y 1948, 16.000 refugiados judíos ingresaron a los Estados Unidos. Con la aprobación de la Ley de Personas Desplazadas
en 1948, el Congreso concedió aproximadamente 400.000 visas a inmigrantes fuera del sistema de cupos. Ochenta mil de esas visas fueron emitidas para personas desplazadas judías. ESTONIA
Sitio donde miembros de Einsatzgruppe A (equipo móvil de matanza A) y colaboradores estonios llevaron a cabo una ejecución masiva de judíos en septiembre de 1941. Kalevi-Liiva, Estonia, después de septiembre de 1944. — DIZ Muenchen GMBH, Sueddeutscher Verlag Bilderdienst Estonia es el estado báltico más pequeño y más septentrional. Desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta 1940, fue una república independiente. En 1939, los habitantes judíos de Estonia eran aproximadamente 4.500, un porcentaje muy pequeño de la población del país. Casi la mitad de ellos vivían en Tallin, la ciudad capital. El resto vivía en otras ciudades, como Tartu, Valga, Parnu, Narva, Viljandi, Rakvere, Voru y Nomme.
La Unión Soviética ocupó Estonia en junio de 1940 y anexó el país en agosto del mismo año. Las autoridades soviéticas obligaron a las instituciones judías a disolverse. Durante ese período, al menos la mitad de los judíos abandonaron el país. En el verano de 1941, los nazis gradualmente lo ocuparon después de que Alemania invadió la Unión Soviética.
Durante la ocupación alemana, se incluyó a Estonia en el Comisariato del Reich para el Ostland, una administración civil alemana que incluía a los estados bálticos y Bielorrusia occidental. Desde el principio, los alemanes sometieron a los judíos a severas medidas, como confiscarles las propiedades y obligarlos a usar distintivos amarillos para identificarlos como judíos. Estas medidas fueron solo temporales, mientras los nazis se preparaban para asesinar a todos los judíos de Estonia. Las SS y la policía alemana, junto con los auxiliares de Estonia, masacraron a los judíos de ese país a fines de 1941. Durante la ocupación alemana, allí no se crearon ghettos.
A partir de 1942, enviaron a decenas de miles de judíos de otros países europeos a campos de trabajos forzados dentro de Estonia. El campo principal era Vaivara. Los judíos que realizaban trabajos forzados construyeron defensas militares para el ejército alemán y extrajeron petróleo de esquisto. Miles de judíos extranjeros fueron también
asesinados en Kalevi Liiva. Con el avance del ejército soviético en el otoño de 1944, los nazis evacuaron los campos de Estonia y de otros campos de los países bálticos. A algunos judíos los transfirieron por vía marítima al campo de concentración de Stutthof, cerca de Danzig. A varios miles los obligaron a realizar marchas de la muerte a lo largo de la costa báltica.
En septiembre de 1944, la Unión Soviética anexó nuevamente a Estonia como una de sus repúblicas. Si bien los judíos que habían huido de allí a una relativa seguridad dentro de la Unión Soviética regresaron después de la guerra, de los judíos de Estonia que quedaban en el país en el momento de la ocupación alemana prácticamente no sobrevivió ninguno. EVASIÓN DE LA JUSTICIA
Franz Stangl, comandante del campo de exterminio de Treblinka. Polonia, fecha incierta. — The Jacob Rader Marcus Center of the American Jewish Archives “No es el asesino en Stangl lo que nos aterra, es el ser humano”. Elie Wiesel “Aunque no hubiese hecho otra cosa en mi vida más que atrapar a este malvado hombre [Stangl], mi vida no habría sido en vano”. Simon Wiesenthal Después de los juicios de posguerra de los nazis, continuó la búsqueda de los autoresdel Holocausto. Sólo un pequeño porcentaje de estos criminales ha sido llevado a la justicia. La búsqueda y el enjuiciamiento de los criminales del Holocausto plantean complejas preguntas morales, así como intrincados problemas de jurisdicción y derecho internacional. Al llegar al ocaso de sus vidas, la gran mayoría de los criminales nazis han logrado librarse de ser castigados. Franz Stangl fue el comandante de los campos de exterminio de Sobibor yTreblinka, donde se asesinó sistemáticamente a más de un millón de personas. Los superiores de Stangl lo elogiaban por ser el comandante del campo que “hizo la mayor contribución al programa de exterminio”. En 1967, Stangl fue arrestado mientras salía de la fábrica de automóviles donde trabajaba. Un informante vendió la nueva dirección de Stangl al renombrado cazanazis Simon Wiesenthal. Stangl había estado viviendo con su esposa y tres hijas en Brasil desde 1951 con su propio nombre. Fue extraditado a Alemania
Occidental y, tras un extenso juicio, condenado a cadena perpetua por el asesinato de 400.000 personas. Sólo seis meses después de ser sentenciado, Franz Stangl murió en prisión de un ataque cardíaco. "ÉXODO 1947"
Niñas judías, desembarcadas a la fuerza por soldados británicos del barco "Exodus 1947", de pie tras una cerca de alambre de púas. Fotografía tomada por Henry Ries. Campo de refugiados de Poppendorf, Alemania, septiembre de 1947. — Henry Ries / The New York Times Copyright © The New York Times. El "Éxodo 1947" era un gastado barco de pasajeros propiedad de los Estados Unidos botado en 1928. Originalmente llamado "President Warfield", navegó las aguas de la Bahía de Chesapeake entre Baltimore y Norfolk durante más de una década. Transferido a los británicos bajo el acuerdo “Lend-Lease” (préstamo-arrendamiento) como parte de un grupo de barcos de poco calado, posteriormente el "President Warfield" fue desplegado en la invasión de Normandía. Después de la Segunda Guerra Mundial, regresó a aguas estadounidenses. Sin embargo, el barco iba a participar en un evento más que le aseguró su lugar en la historia, que simboliza la lucha por la inmigración sin restricciones a Palestina. Inicialmente vendido como chatarra por poco más de 8.000 dólares, el barco fue comprado por la Haganá (una organización militar judía clandestina). El personal de la Haganá planeó atracar el barco en Europa para transportar a los judíos que intentaban inmigrar ilegalmente a Palestina. Las penurias de los pasajeros del barco atraerían la atención mundial. En julio de 1947, el "President Warfield" zarpó de Sete, Francia, hacia Palestina con más de 4.500 hombres, mujeres y niños judíos, todas personas desplazadas o sobrevivientes del Holocausto. Incluso antes de que el barco (para ese entonces su nombre había cambiado a "Éxodo 1947") llegara a las aguas territoriales de Palestina, buques destructores británicos lo rodearon. Se suscitó un enfrentamiento en el que un tripulante y dos pasajeros judíos resultaron asesinados. Docenas sufrieron heridas de bala y otras lesiones.
Con miras de dar el ejemplo con el "Éxodo 1947", los británicos transfirieron a los pasajeros a tres navíos de la armada que regresaban a Europa. Los buques primero atracaron en Toulon, Francia, donde se obligó a los pasajeros a desembarcar. Cuando las autoridades francesas se rehusaron a emplear la fuerza para bajar a los refugiados
del barco, las autoridades británicas, temiendo una mala opinión pública, trataron de esperar hasta que los pasajeros desembarcaran voluntariamente. Cuando los pasajeros, entre ellos muchos niños huérfanos, ejercieron presión mediante la declaración de una huelga de hambre, los británicos se vieron forzados a llevarlos de regreso a Hamburgo en la zona de Alemania ocupada por los británicos. En medio de la indignación pública mundial, las autoridades británicas obligaron a los pasajeros a desembarcar; algunos por la fuerza. Luego los pasajeros fueron trasladados a campos de refugiados en Alemania.
Cuando se enteraron de las novedades, los refugiados de los campos de toda Europa protestaron a gritos y con huelgas de hambre. Estallaron grandes protestas a ambos lados del Atlántico. El bochorno público resultante para Gran Bretaña jugó un rol importante en el cambio diplomático de compasión hacia los judíos y el final reconocimiento de un estado judío en 1948. EXPANSIÓN DE ALEMANIA ANTES DE LA GUERRA
Durante la remilitarización de la región del Rin, los civiles alemanes saludan a las fuerzas alemanas que cruzan el río Rin, lo que viola abiertamente el Tratado de Versalles. Mainz, Alemania, 7 de marzo de 1936. — US Holocaust Memorial Museum En la Conferencia de Lausana de 1932, Alemania, Gran Bretaña y Francia acordaron la suspensión formal de los pagos de compensaciones impuestos a los países derrotados después de la Primera Guerra Mundial. Por eso, cuando Adolf Hitler asumió como canciller de Alemania en enero de 1933, ya se habían revisado las disposiciones financieras del Tratado de Versalles (el acuerdo de paz posterior a la Primera Guerra Mundial). Hitler estaba decidido a anular las disposiciones militares y territoriales restantes del tratado y a incluir a la etnia alemana en el Reich como un paso hacia la creación de un imperio alemán en Europa.
Las fuerzas armadas alemanas participaron de un rearme secreto incluso antes de que los nazis llegaran al poder. A partir de entonces, los nazis apoyaron el rearme y expandieron rápidamente la producción de armas. El 16 de marzo de 1935 volvió a introducirse la conscripción militar, lo cual violó abiertamente el Tratado de Versalles. Al mismo tiempo, Hitler anunció la expansión del ejército alemán a más de 500.000 hombres.
En el Pacto de Locarno de 1925, Alemania reconoció tanto la inviolabilidad de sus fronteras con Francia y Bélgica como la desmilitarización de la región del Rin. Sin embargo, el 7 de marzo de 1936, Hitler repudió este acuerdo y ordenó que las fuerzas armadas alemanas (Wehrmacht) ingresaran en la desmilitarizada región del Rin. La acción de Hitler fue condenada por Gran Bretaña y Francia, pero ninguna de las dos naciones intervino. Después de un período prolongado de intensa propaganda dentro de Austria, las tropas alemanas ingresaron al país el 12 de marzo de 1938 y recibieron el apoyo entusiasta de la mayor parte de la población. Austria fue incorporada a Alemania al día siguiente. En abril, esta anexión alemana fue retroactivamente aprobada en un plebiscito que se manipuló a fin de indicar que aproximadamente el 99 por ciento de la población austriaca deseaba la unión (conocida como Anschluss) con Alemania. En el plebiscito, no se les permitió votar ni a los judíos ni a los romaníes (gitanos). EL PACTO DE MUNICH Y LA DIVISIÓN DE CHECOSLOVAQUIA En 1938, Hitler amenazó con desencadenar una guerra europea, a menos que los Sudetes, una zona de frontera de Checoslovaquia con una mayoría de etnia alemana, fueran cedidos a Alemania. Los líderes de Gran Bretaña, Francia, Italia y Alemania celebraron una conferencia en Munich, Alemania, los días 29 y 30 de septiembre de 1938, en la que aceptaron la anexión alemana de los Sudetes a cambio de que Hitler prometiera la llegada de la paz. Checoslovaquia, que no participaba de las negociaciones de Munich, aceptó bajo la importante presión de Gran Bretaña y Francia. El 15 de marzo de 1939, Hitler violó el Pacto de Munich y actuó en contra del estado checoslovaco. Proclamó a las provincias checas de Bohemia y Moravia como un protectorado alemán, y las fuerzas alemanas las ocuparon. Eslovaquia se convirtió en un estado independiente, estrechamente aliado con Alemania. Hungría, que había anexado territorio en el sur de Eslovaquia después de la conferencia de Munich, tomó la Transcarpatia, de Ucrania. Checoslovaquia dejó de existir.
Poco más de una semana después, el 23 de marzo de 1939, las tropas alemanas ocuparon Memel. Lituania no pudo impedir la ocupación. Hitler también presentó exigencias territoriales sobre Polonia en la primavera de 1939. Exigió la anexión de la Ciudad Libre de Danzig a Alemania y también el acceso ferroviario extraterritorial por el llamado Corredor polaco a Prusia Oriental. Convencidos de que Hitler no iba a negociar de buena fe, Gran Bretaña y Francia garantizaron la integridad del territorio polaco contra la agresión alemana. Con la decisión de Hitler de atacar Polonia, a fines del verano de 1939 Europa estaba al borde de la guerra.
EXPANSIÓN DE ALEMANIA DURANTE LA GUERRA Durante los tres primeros años de la Segunda Guerra Mundial, desde septiembre de 1939 a noviembre de 1942, una serie de victorias militares permitieron la dominación alemana del continente europeo.
En septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia. Al cabo de algunas semanas, los polacos se rindieron. Los alemanes anexaron la anterior ciudad libre de Danzig y la totalidad de Polonia occidental, incluidas las provincias de Prusia Occidental, Poznan, Alta Silesia y Lodz (con el nuevo nombre de Litzmannstadt). En octubre de 1939, la parte central y el sur de Polonia se organizaron en el Generalgouvernement (Gobierno General) de Polonia. Entre abril y junio de 1940, Alemania conquistó Dinamarca yNoruega. Los alemanes permitieron que el gobierno danés se quedara y gobernara, pero se prohibieron las elecciones. Noruega pasó a estar bajo la administración de un comisario político del Reich alemán, quien gobernó con la asistencia del ejército alemán y las autoridades de ocupación de las SS y la policía, y la colaboración de la policía y la administración noruegas. El 10 de mayo de 1940, las fuerzas alemanas invadieron Europa occidental. Luxemburgo se rindió ese día y fue finalmente anexado a Alemania. El ejército holandés se rindió el 15 de mayo; los belgas capitularon el 28 de mayo. Se puso a los Países Bajos al mando de un comisario político del Reich alemán; una administración civil alemana supervisaba la colaboración de una administración holandesa. Bélgica quedó bajo ocupación militar alemana. Francia firmó un armisticio con los nazis el 22 de junio de 1940. Según los términos del armisticio, el norte y la costa atlántica de Francia quedaron bajo ocupación militar alemana, mientras que el sur de Francia, incluida la costa mediterránea, quedó bajo la jurisdicción de un gobierno francés colaboracionista encabezado por Henri Petain, héroe de la Primera Guerra Mundial. Este régimen, conocido como la Francia de Vichy, si bien declaró ser neutral durante la guerra, fue totalmente dependiente de la Alemania nazi en su política exterior y también en la mayoría de sus políticas internas. Después de la exitosa llegada de los aliados al norte de África francés en noviembre de 1942, las tropas alemanas ocuparon el sur de Francia. En marzo de 1941, en un esfuerzo por ayudar a Italia, su aliado del Eje, la Alemania nazi invadió Yugoslavia y Grecia. Yugoslavia se desintegró al cabo de dos semanas. Con sus aliados italianos, los alemanes dividieron Eslovenia y anexaron la parte nordeste del país, auspiciaron un estado croata dependiente (incluida Bosnia-Herzegovina) bajo el liderazgo del movimiento fascista Ustasa, y dejaron a Serbia bajo ocupación militar. Después de perder su costa noroeste ante la Albania anexada a Italia y la Tracia
anexada a Bulgaria, Grecia fue dividida en zonas de ocupación alemana e italiana, bajo sendos gobiernos militares.
Las tropas alemanas también asistieron a las italianas para sacar las fuerzas británicas de la Libia controlada por Italia e invadir el Egipto controlado por Gran Bretaña en la primavera de 1941.
En junio de 1941, la Alemania nazi invadió la Unión Soviética. Después de expulsar a las fuerzas soviéticas de Polonia oriental, que la Unión Soviética había ocupado y anexado en 1939 de conformidad con el Pacto alemán-soviético, los alemanes anexaron la parte administrativa del distrito de Bialystok a Prusia Oriental e incorporaron Galicia Oriental, la región cercana a Lvov en el sudeste de Polonia, en el Gobierno General.
Entre julio y principios de diciembre de 1941, las tropas alemanas conquistaron los estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), Bielorrusia, la mayor parte de Ucrania, y grandes extensiones de territorio ruso. A principios de diciembre de 1941, los alemanes impusieron el estado de sitio en Leningrado en el norte, llegaron a las afueras de Moscú en el centro, y conquistaron Rostov, la entrada al Cáucaso, en el sur. Después de sufrir horrorosas derrotas en manos del ejército soviético en el invierno de 1941-1942, las tropas alemanas reanudaron la ofensiva en el verano de 1942. A principios del otoño, habían llegado a los límites geográficos de la expansión del Eje: Estalingrado y la parte central de la región caucásica en la Unión Soviética y El Alamein en Egipto.
Cuando los vientos de la guerra se volvieron en contra de Alemania entre noviembre de 1942 y julio de 1943, las tropas de este país siguieron extendiendo el gobierno alemán directo. Después de que los italianos se rindieron a los aliados en septiembre de 1943, los alemanes invadieron las partes norte y central de Italia, así como también Albania, Yugoslavia y Grecia bajo ocupación italiana. En marzo de 1944, las fuerzas alemanas ocuparon Hungría para evitar que abandonara la alianza del Eje. Incluso cuando las tropas soviéticas se levantaron por la frontera de Prusia Oriental e ingresaron a territorio alemán en agosto de 1944, las tropas alemanas invadieron y ocuparon Eslovaquia, después de que la resistencia de este país iniciara un levantamiento. EXPERIMENTOS MÉDICOS NAZIS
Friedrich Hoffman, con una pila de registros de defunción en mano, testifica acerca del asesinato de 324 sacerdotes católicos que fueron expuestos a la malaria durante unos experimentos médicos de los nazis en el campo de concentración de Dachau. Dachau, Alemania, 22 de noviembre de 1945. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Durante la Segunda Guerra Mundial, algunos médicos alemanes realizaron experimentos dolorosos, y a menudo mortales, en miles de prisioneros de los campos de concentración sin su consentimiento. Los experimentos médicos contrarios a todo sentido ético que fueron llevados a cabo durante el Tercer Reich se pueden dividir en tres categorías. La primera abarca los experimentos dirigidos a la facilitación de la supervivencia del personal militar del Eje. En Dachau, los médicos de la Fuerza Aérea alemana y de la Institución experimental alemana para la aviación realizaron experimentos sobre altitudes elevadas, utilizando cámaras de baja presión, para determinar la altitud máxima desde la cual la tripulación de un avión dañado podría lanzarse en paracaídas con seguridad. Los científicos realizaron experimentos sobre la congelación en los que utilizaban a los prisioneros para encontrar un tratamiento efectivo contra la hipotermia. También utilizaban a los prisioneros para probar varios métodos de potabilización del agua de mar. La segunda categoría de experimentos estaba dirigida al desarrollo y comprobación de productos farmacéuticos y de métodos de tratamiento para las lesiones y enfermedades a las que el personal militar alemán y el personal de ocupación estaban expuestos en los campos. En los campos de concentración alemanes de Sachsenhausen, Dachau, Natzweiler, Buchenwald y Neuengamme, los científicos probaron compuestos de inmunización y sueros para la prevención y tratamiento de enfermedades contagiosas; entre ellas la malaria, el tifus, la tuberculosis, la fiebre tifoidea, la fiebre amarilla y la hepatitis infecciosa. En el campo de Ravensbrueck se realizaron experimentos con injertos óseos y experimentos para probar la eficacia de las drogas sulfa de nuevo desarrollo (sulfanilamida). En Natzweiler y Sachsenhausen se sometió a los prisioneros al fosgeno y al gas mostaza para poder probar los posibles antídotos. La tercera categoría de experimentos médicos pretendía progresar en los principios raciales e ideológicos de la visión nazi. Los más infames eran los experimentos de Josef Mengele en Auschwitz. Mengele llevó a cabo experimentos médicos con gemelos. También dirigió experimentos serológicos con romaníes (gitanos), al igual que Werner Fischer en Sachsenhausen, para determinar cómo las diversas "razas" soportaban las diferentes enfermedades contagiosas. La investigación de August Hirt en la Universidad de Estrasburgo también pretendía establecer la "inferioridad racial judía."
Otros experimentos horripilantes, que pretendían ampliar los objetivos raciales de los nazis, consistían en una serie de experimentos de esterilización llevados a cabo principalmente en Auschwitz y Ravensbrueck. Allí, los científicos probaron varios métodos en su esfuerzo por desarrollar un procedimiento eficiente y barato para la esterilización total de los judíos, romaníes y de otros grupos considerados racial o genéticamente indeseables por los nazis. LOS FERROCARRILES ALEMANES Y EL HOLOCAUSTO
Deportación de judíos a Riga, Letonia. Bielefeld, Alemania, 13 de diciembre de 1941. — Bildarchiv Preussischer Kulturbesitz La Conferencia de Wannsee tuvo lugar el 20 de enero de 1942, en Berlín, a fin de coordinar la implementación de la propuesta "Solución final". En Wannsee, las SS calcularon que la “solución final” -la cual ya había comenzado- involucraría en última instancia a once millones de judíos europeos. Los artífices nazis vislumbraron la inclusión de judíos que vivían en países neutrales o sin ocupación, como Irlanda, Suecia, Turquía y Gran Bretaña. La red ferroviaria europea desempeñó un papel crucial en la implementación de la "solución final". Los judíos de Alemania y de la Europa bajo su ocupación eran deportados en ferrocarril a campos de exterminio en la Polonia ocupada por los alemanes, donde eran asesinados. Los alemanes intentaban ocultar sus intenciones mortíferas llamando a estas deportaciones "reasentamiento en el Este". A las víctimas se les decía que se las trasladaba a campos de trabajo, pero, en realidad, desde 1942, la deportación significaba el viaje a centros de exterminio para la mayoría de los judíos.
Las deportaciones a esta escala exigían la coordinación de numerosos ministerios del gobierno alemán y organizaciones estatales, que incluían la Oficina Principal de Seguridad del Reich (RSHA), el Ministerio de Transporte y la Oficina de Relaciones Exteriores. La RSHA coordinaba y dirigía las deportaciones, el Ministerio de Transporte organizaba los itinerarios de los trenes, y la Oficina de Relaciones Exteriores negociaba con los Estados aliados de Alemania la entrega de sus judíos.
Los alemanes usaban vagones de carga y de pasajeros para las deportaciones. No les daban agua ni alimento a los deportados, aún cuando los transportes debían esperar días en ramales ferroviarios a que pasaran otros trenes. Los deportados que estaban en
vagones de carga sellados sufrían de calor intenso en verano, de temperaturas heladas en invierno y del hedor de orina y excremento. Más allá de un balde, no se les ofrecía nada más para las necesidades sanitarias. Sin comida ni agua, muchos deportados morían antes de que los trenes llegaran a su destino. Guardias armados le disparaban a quien intentaba huir. Entre el otoño de 1941 y el de 1944, millones de personas fueron transportadas en ferrocarril a los campos de exterminio y otros centros similares en la Polonia y la Unión Soviética bajo ocupación. FRANCIA
Vista de una calle del barrio judío de París antes de la guerra. París, Francia, 1933-1939. Durante el período de entreguerras, Francia fue una de las naciones más liberales en la apertura de sus puertas a los refugiados judíos procedentes de Polonia, Rumania y Alemania. No obstante, en 1939 el gobierno francés impuso restricciones para la inmigración judía y estableció campos de reclusión para los refugiados. Cuando Alemania derrotó a Francia en junio de 1940, había aproximadamente 350.000 judíos en el país. Más de la mitad de ellos eran refugiados de Alemania que habían llegado durante la década de 1930.
Francia firmó un armisticio con Alemania en junio de 1940. Según los términos del armisticio, el norte de Francia fue ocupado en forma directa por Alemania; las provincias orientales de Alsacia y Lorena fueron anexadas a Alemania. El sur de Francia permaneció sin ocupación y fue gobernado por una gestión francesa bajo el liderazgo del mariscal Henri Philippe Petain. La capital del régimen de Petain era la ciudad de Vichy. La Francia de Vichy, que era originariamente neutral, colaboró estrechamente con Alemania.
Después de la derrota de Francia, el gobierno de Vichy promulgó legislación antisemita, incluida la Statut des Juifs (Ley de los Judíos), promulgada en dos partes en octubre de 1940 y junio de 1941. Esta ley integral excluía a los judíos de la vida pública; exigía su despido de cargos en la función pública, el ejército, el comercio y la industria; y les prohibía el ejercicio profesional (en medicina, derecho y enseñanza, por ejemplo). En julio de 1941, Vichy inauguró un extenso programa de "arianización", mediante el cual se confiscaba la propiedad de judíos para el estado francés. Muchos judíos quedaron en la indigencia. Los extranjeros fueron particularmente vulnerables. A miles
de ellos los enviaron a campos de reclusión, como Gurs cerca de la frontera con España, donde muchos murieron. Las autoridades alemanas también deportaron a 4.000 judíos desde Gurs a Auschwitz. En otras partes de Francia, otros campos importantes donde recluyeron a los judíos (en su mayoría extranjeros) fueron Saint-Cyprien, Rivesaltes, Le Vernet y Les Milles. También hubo muchos campos más pequeños.
A principios de 1942, comenzaron los preparativos para la inclusión de judíos de Europa occidental en la “solución final”. Ese verano comenzaron las deportaciones desde Francia. La policía francesa arrestó a los judíos, principalmente los que no tenían ciudadanía de ese país, en las zonas ocupadas y las no ocupadas (Vichy). A mediados de julio, capturaron a 13.000 judíos en París y los recluyeron durante varios días en el estadio deportivo Velódromo de Invierno. Se los tuvo sin comida ni agua hasta su deportación a Auschwitz. En toda Francia, reunieron a los judíos en campos, los cargaron en vagones de ganado y los enviaron al campo de tránsito de Drancy, al nordeste de París. Más de 60 transportes separados salieron de Drancy durante 1942. La mayoría de ellos fueron a Auschwitz-Birkenau. Drancy fue la última parada antes del viaje a Auschwitz para al menos 62.000 judíos deportados desde Francia.
Miles de judíos huyeron a la parte sudeste de Francia después de que el ejército italiano ocupara territorio al este del río Ródano a fines de 1942. Las autoridades italianas se negaron a entregar judíos a los alemanes, a pesar de las repetidas demandas de estos. Si bien muchos judíos de la zona italiana fueron arrestados por los alemanes después de septiembre de 1943, miles de ellos lograron esconderse o escapar a Suiza.
La última deportación desde Francia a Auschwitz se produjo en agosto de 1944. Durante la guerra, más de 77.000 judíos deportados desde Francia fueron asesinados en campos nazis. De todos ellos, la tercera parte eran ciudadanos franceses y más de 8.000 eran niños menores de 13 años.
Más del 75 por ciento de los judíos que vivían o habían encontrado refugio en Francia en 1939 lograron sobrevivir. Esta alta tasa de supervivencia se debió a diversos factores, entre ellos la dispersión de los judíos en muchas localidades, una mínima presencia policial alemana y la ayuda de no judíos.
La llegada de los aliados a Normandía, en el noroeste de Francia, el 6 de junio de 1944, marcó el comienzo de la liberación de Francia de la dominación de Vichy y Alemania. A
fines de 1944, las fuerzas aliadas liberaron Francia. Para evitar que los capturaran, muchas autoridades de Vichy huyeron a Alemania.
ROOSEVELT Y LA CRISIS DE LOS REFUGIADOS Cuando los nazis tomaron el poder en Alemania en enero de 1933, Roosevelt, con menos de dos semanas en su mandato, estaba absorto en la Gran Depresión y sus consecuencias para los Estados Unidos y el resto del mundo. También se estaba ocupando de crear su gabinete y de completar la transición a la nueva administración demócrata. No obstante, el nuevo presidente estaba extremadamente bien informado acerca del régimen de Hitler y sus políticas antisemitas, y muy pronto percibió a la Alemania nazi como una amenaza para intereses vitales de los Estados Unidos. Sin embargo, a medida que la persecución de los judíos en Alemania se intensificaba durante los años treinta, Roosevelt no incluyó entre sus prioridades un esfuerzo por responder al creciente problema de los refugiados creado por las políticas nazis. Brindar albergue en los Estados Unidos para los refugiados judíos alemanes era extremadamente difícil por diversas razones. Entre ellas se encontraban cuestiones generales relacionadas con la inmigración en los Estados Unidos. El nuevo sistema de cupo de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (Immigration and Nationality Act, INA) de 1924 en los Estados Unidos impuso estrictas restricciones a la inmigración sobre la base de la nacionalidad. Además, en 1930, el predecesor de Roosevelt, el presidente Herbert Hoover, anunció que, dado el grave desempleo durante la Depresión, a partir de ese momento las autoridades de inmigración de los Estados Unidos interpretarían una prohibición de 1917 de la inmigración personas “con probabilidades de convertirse en una carga pública” para incluir a personas que tenían la capacidad de trabajar, pero que, en las condiciones de la Depresión, tenían pocas probabilidades de encontrar trabajo.
Dadas las continuas dificultades económicas en los Estados Unidos durante los años treinta, el Gobierno de Roosevelt respaldó esta interpretación extremadamente restrictiva de Hoover y excluyó con eficacia a los refugiados judíos con formación profesional y, potencialmente, a cualquier persona que no tuviera un trabajo garantizado al llegar a los Estados Unidos. Finalmente, el Departamento de Estado creó impedimentos burocráticos adicionales, tales como la necesidad de proporcionar certificados de buena conducta expedidos por la policía alemana.
El efecto neto de estos obstáculos administrativos y legales fue reducir drásticamente la inmigración desde Alemania al 10% del cupo asignado durante principios y mediados de los años treinta. Si bien era claramente comprensivo ante la difícil situación de los alemanes judíos, Roosevelt, sumamente consciente de la oposición en el Congreso y de la antipatía entre el público en general hacia la inmigración a gran escala, no interfirió demasiado en el proceso burocrático hasta 1938. Tal como Louis Brandeis, juez de la Corte Suprema, escribió a Felix Frankfurter, en aquella época profesor en la Facultad de Derecho de Harvard, el 29 de abril de 1933: “F. D. [Franklin Delano] ha demostrado ampliamente que no tiene sentimientos antisemitas… Pero esta medida o, mejor dicho, determinación para que no haya ninguno [es decir, ningún cambio en la política de inmigración de Hoover] es una vergüenza para los Estados Unidos y para el Gobierno de F. D.”.
Sin embargo, la cantidad de inmigrantes judíos admitidos en los Estados Unidos aumentó gradualmente durante los años treinta, a través de los esfuerzos de Frances Perkins, secretario de Trabajo, entre otros. El Departamento de Trabajo (que controló el Servicio de Inmigración y Naturalización hasta 1940) realizó negociaciones con el Departamento de Estado para limitar la cantidad de documentos que los solicitantes de visas debían presentar e introdujeron la práctica de permitir que los patrocinadores depositaran fianzas para garantizar que un solicitante de inmigración no se convirtiera en una carga pública. El presidente Roosevelt no tomó posición sobre estos temas.
Después de que la anexión de Austria por parte de Alemania en marzo de 1938 generara una nueva avalancha de refugiados del Reich, la Casa Blanca se involucró más en el tema de los refugiados. Roosevelt combinó los cupos alemanes y austríacos y sondeó a su gabinete sobre la posibilidad de sancionar una ley para aumentar el cupo estadounidense, solamente para recibir la respuesta de que el Congreso no aprobaría semejante ley. El 6 de julio de 1938, convocó una conferencia sobre los refugiados en Évian-les-Bains (Francia). El presidente de los Estados Unidos tenía la esperanza de que los países participantes se comprometerían a recibir algunos refugiados, aunque su meta más amplia era crear una organización intergubernamental que radicara judíos del Reich en grandes cantidades en áreas remotas de África, América del Sur y otros lugares. Roosevelt invirtió cierto tiempo y esfuerzo, y estaba dispuesto a invertir algo de dinero, en estos esquemas de reasentamiento masivo durante 1938 y 1939. A pesar de obtener poco éxito en términos generales, su creciente participación en el problema de los refugiados ayudó a completar los cupos para alemanes y austríacos por primera y única vez: 27.300 alemanes y austríacos, en su mayoría refugiados judíos, ingresaron en los Estados Unidos en 1939.
Sin embargo, para este momento, con cientos de miles de judíos del Reich que pedían desesperadamente una visa estadounidense, el cupo no era ni con mucho suficiente para satisfacer la demanda. Y Roosevelt tampoco estaba dispuesto a impulsar flexibilidad alguna en las restricciones del cupo, ni siquiera ante circunstancias excepcionales. En junio de 1939, el presidente se negó a permitir el ingreso de los pasajeros del St. Louis en los Estados Unidos. Esto hubiera requerido un decreto ejecutivo o una ley del Congreso. De manera similar, Roosevelt no tomó medidas con respecto al proyecto de ley Wagner-Rogers, presentado en febrero de 1939, el cual hubiera admitido a 20.000 niños refugiados judíos en los Estados Unidos por fuera del cupo. La pasividad del presidente hacia estos pedidos se debía, en parte, a la feroz oposición política. Los opositores de Roosevelt en el Congreso amenazan con introducir leyes que reducirían el cupo, en lugar de aumentarlo. Después de que la Alemania nazi inició la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia, Roosevelt, como muchos funcionarios gubernamentales y civiles estadounidenses, sospechaba que los refugiados de la Europa controlada por los alemanas eran potenciales espías del Eje, quienes proporcionarían inteligencia al enemigo y quienes, si se les permitía radicarse libremente en los Estados Unidos, actuarían como una “quinta columna” en caso de una invasión alemana o japonesa. Los refugiados judíos eran especialmente vulnerables a esta percepción porque se presuponía (y así era con frecuencia) que tenían familiares bajo el control alemán, cuyas vidas podrían utilizarse como incentivo para convertirlos en espías.
En una conferencia de prensa el 5 de junio de 1940, Roosevelt declaró: “Ahora bien, por supuesto, se debe controlar al refugiado porque, lamentablemente, hay algunos espías entre los refugiados, tal como se ha comprobado en otros países. Y no todos ellos son espías voluntarios. Es una historia bastante horrenda, pero en algunos de los otros países a los que han ido los refugiados alemanes, especialmente los refugiados judíos, descubrieron una gran cantidad de espías absolutamente comprobados”. Mientras que en 1940 Roosevelt brindó su apoyo a James G. McDonald, su asesor con respecto a los refugiados, para facilitar la admisión de algunos miles de intelectuales, artistas, políticos y rabinos europeos por encima del cupo, el Departamento de Estado y los defensores de una política de inmigración restrictiva en el Congreso prevalecieron en relación con el problema más general de los refugiados. Como resultado, el flujo de refugiados disminuyó poco a poco entre 1941 y 1945.
ROOSEVELT Y EL HOLOCAUSTO Evaluar el papel de Roosevelt durante el Holocausto se hace muy difícil debido a la
relativa falta de documentación acerca de su manera de pensar. Tras la entrada de los Estados Unidos en la guerra en diciembre de 1941, Roosevelt y el primer ministro británico Winston Churchill determinaron que la principal prioridad de los aliados era ganar la guerra y que este era el mejor método para rescatar a los judíos y otras víctimas de las potencias del Eje. Frente a la propaganda nazi, que describía la participación de los aliados en la guerra como en nombre de “los judíos”, Roosevelt y Churchill decidieron no señalar el maltrato y el asesinato en masa de los judíos europeos por parte de los alemanes como foco clave del conflicto y prefirieron referirse en general a la meta de poner fin al maltrato y asesinato de civiles bajo el régimen del Eje. Además, el rescate de civiles en tiempo de guerra detrás de las líneas enemigas seguía teniendo escasa prioridad para los aliados. Después de la confirmación del Departamento de Estado en noviembre de 1942 sobre el intento por parte de los alemanes de aniquilar a los judíos europeos, las autoridades estadounidenses y británicas, a iniciativa de Gran Bretaña, llevaron a cabo una conferencia sobre los refugiados en Bermuda, en abril de 1943. Aunque la revelación del accionar alemán estimuló la presión pública para la toma de medidas, la conferencia en Bermuda no generó nuevas iniciativas; sus magros resultados aumentaron el enojo y la frustración de los judíos estadounidenses que estaban decididos a rescatar a los correligionarios restantes.
En enero de 1944, Roosevelt fue presionado por su secretario del Tesoro, Henry Morgenthau, Jr., y por la comunidad judía estadounidense para tomar algún tipo de medidas para rescatar a los judíos sobrevivientes. Morgenthau presentó ante Roosevelt pruebas del sabotaje sistemático de los modestos esfuerzos de rescate en Romania por parte del Departamento de Estado. Roosevelt emitió un decreto ejecutivo para instituir el Consejo de Refugiados de Guerra (War Refugee Board, WRB), un organismo independiente del Gobierno de los Estados Unidos directamente subordinado al presidente. Aunque las intenciones de Roosevelt no se pueden documentar, la mayoría de los historiadores están de acuerdo en que las designaciones del secretario de Guerra Henry Stimson y del subsecretario de Estado Edward Stettinius en el Consejo tenía el efecto de mantener el nuevo organismo bajo control y de permitir que los funcionarios del Departamento de Estado interfirieran con los planes y las medidas del Consejo. Por ejemplo, en la España neutral, el embajador estadounidense Carlton Hayes, buscando evitar conflictos con la dictadura pro-Eje de Francisco Franco, intentó detener el flujo de refugiados, algunos de los cuales habían recibido ayuda del WRB, de la Francia bajo ocupación alemana hacia España. A pesar de la tardía fecha de su creación, el WRB facilitó el rescate de tal vez 200.000 judíos, lo que plantea dolorosas e intrigantes
preguntas acerca de lo que podría haber sucedido si tal esfuerzo se hubiera iniciado antes.
Una evaluación equilibrada de las políticas de Roosevelt con respecto a los refugiados judíos y al Holocausto también debe considerar el contexto histórico general. Roosevelt estaba absorto por la grave depresión económica y la guerra, y era consciente de los sentimientos aislacionistas, antisemitas y xenófobos en el Congreso y entre el público estadounidense. La burocracia de su propio Gobierno era, a fin de cuentas, un impedimento para la inmigración a gran escala. Esta oposición reflejaba el sentimiento popular general. Si bien Roosevelt realmente simpatizaba con los judíos y otros sometidos al asesinato y al terror patrocinado por el Eje, su participación en los problemas de los refugiados y los esfuerzos de rescate se mantuvo escasa. Esta renuencia a asumir riesgos políticos en relación con la política de refugiados contrasta enormemente con su audacia como líder político en otros ámbitos. GARDELEGEN En 1945, mientras las tropas aliadas penetraban en la Alemania nazi, las SS empezaron a evacuar prisioneros de los campos de concentración en las áreas periféricas, forzándolos en marchas de la muerte hacia el interior del Reich. Era parte de un esfuerzo desesperado para proseguir la guerra y prevenir la caída de los prisioneros en manos de los enemigos, donde podrían testificar contra sus perseguidores. Después que el ejército estadounidense cruzó el Rin y comenzó su marcha hacia el centro de Alemania, la administración SS del campo de Dora-Mittelbau ordenó la evacuación de prisioneros del campo principal y de varios de los campos satélites el 3 y 4 de abril. El objetivo era transportar los prisioneros por tren o a pie a los campos de concentración en Bergen-Belsen, Sachsenhausen, o Neuengamme. En pocos días, unos 4.000 prisioneros de Dora-Mittelbau, sus campos satélites, y un subcampo de Neuengamme llegaron al área de Gardelegen, donde tuvieron que bajarse de los vagones de carga porque los trenes no podían avanzar más debido al daño causado por los bombardeos aéreos a las vías del tren. Enormemente superados en número por los prisioneros, los guardias empezaron a reclutar fuerzas auxiliares del cuerpo de bomberos, la fuerza aérea, la guardia civil, la Juventud Hitleriana y otras organizaciones, para vigilar los prisioneros. El 13 de abril, más de mil prisioneros, muchos de ellos enfermos y demasiados débiles para continuar la marcha, fueron tomados del pueblo de Gardelegen a un granero grande en la finca de Isenschnibbe y encerrados dentro del edificio. Los guardias ahí reunidos bloquearon las puertas e incendiaron el granero con paja empapada de gasolina.
Mientras el calor y llamas crecían dentro del edificio, los prisioneros buscaban escaparse del incendio excavando bajo las paredes del granero. Fueron asesinados por los guardias. El próximo día, las SS y auxiliares locales volvieron para eliminar la evidencia de su crimen. Planeaban quemar lo que quedaba de los cuerpos y el granero, y asesinar a cualquier sobreviviente del incendio. El rápido avance de la 102º división de infantería americana (102nd Infantry Division), sin embargo, impidió que las SS y sus cómplices pudieran completar este plan.
El 14 de abril, la 102º división entró Gardelegen y el día siguiente descubrieron la atrocidad. Encontraron los cadáveres de 1.016 prisioneros en el granero que todavía ardía y en zanjas cercanas, donde las SS habían dejado sus restos quemados. También entrevistaron a varios de los prisioneros que lograron escapar del fuego y los fusilamientos. A los pocos días, fotógrafos del cuerpo de señales del ejército de los Estados Unidos llegaron a documentar el crimen nazi y para el 19 de abril de 1945, la historia de la masacre en Gardelegen empezó a aparecer en la prensa occidental. Ese día, el New York Times y el Washington Postescribieron artículos sobre la masacre, citando a un soldado americano que dijo: Nunca estuve tan seguro antes de por que exactamente estaba luchando. Antes de esto, hubiera dicho que esas historias eran propaganda, pero ahora uno sabe que no lo eran. Están los cuerpos y todos ellos están muertos. El 21 de abril de 1945, el comandante local de la 102º división ordenó a entre 200 y 300 hombres del pueblo de Gardelegen dar un entierro correcto a los prisioneros asesinados. Durante los próximos días, los civiles alemanes exhumaron 586 cuerpos de las zanjas y recuperaron 430 cuerpos del granero, poniendo a cada uno en una tumba individual. El 25 de abril, la 102º división efectuó una ceremonia para honrar a los muertos y construyó una lápida conmemorativa de las victimas, que decía que los ciudadanos de Gardelegen tendrían la responsabilidad de que las "tumbas se mantengan por siempre verdes como la memoria de estos desafortunados será mantenida en los corazones de los amantes de la libertad en todas partes". También el 25 de abril, el Coronel George Lynch se a dirigió los ciudadanos en Gardelegen con la siguiente declaración:
Se le ha dicho al pueble alemán que las historias de las atrocidades alemanas eran propaganda de los aliados. Aquí pueden ver por ustedes mismos. Algunos dirán que los nazis son los responsables de este crimen. Otros apuntarán a la Gestapo. La responsabilidad no es de ninguno de ellos - es la responsabilidad del pueblo alemán. La llamada Raza Superior ha demostrado que es superior solamente en el crimen, la crueldad y el sadismo. Ha perdido el respeto del mundo civilizado.
GENOCIDIO
Profesor Raphael Lemkin (izquierda) y Ricardo Alfaro de Panamá (presidente del Comité Legal de la Asamblea) conversando antes de la sesión plenaria de la Asamblea General en la que se aprobó la Convención sobre la prevención y el castigo del genocidio. — United Nations Archives and Records Management Section El término "genocidio", que no existía antes de 1944, es un término muy específico que hace referencia a los crímenes masivos cometidos contra grupos. Los derechos humanos, tal y como se indica en la Constitución de los Estados Unidos de América o en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 de las Naciones Unidas, se refieren a los derechos de los individuos.
En 1944, intentando describir la política nazi de cometer asesinatos en forma sistemática, incluyendo el objetivo de eliminar a la comunidad judía europea, un abogado polaco judío llamado Rafael Lemkin (1900-1959), creó la palabra "genocidio" combinando geno-, término griego que significa raza o tribu, con -cidio, del término latín que significa matar. Al proponer este nuevo término, Lemkin se refería a "un plan coordinado compuesto por diferentes acciones que apuntan a la destrucción de los fundamentos esenciales de la vida de grupos nacionales, con el objetivo de aniquilar dichos grupos". El año siguiente, el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg acusó a los principales nazis de "crímenes contra la humanidad". La palabra "genocidio" se incluyó en el acta, pero como un término descriptivo y no legal. El 9 de diciembre de 1948, a la sombra del Holocausto y en gran parte gracias a los inagotables esfuerzos del propio Lemkin, las Naciones Unidas aprobaron la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio. Esta Convención establece que el "genocidio" es un crimen internacional que las naciones firmantes deben "evitar y sancionar". Define el genocidio como: Se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal: (a) Matanza de los integrantes del grupo; (b) Lesión grave a la integridad física o mental de los integrantes del grupo; (c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;
(d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; (e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo. A pesar de que a lo largo de la historia han tenido lugar muchos casos de violencia dirigida a grupos determinados, incluso después de que la Convención entrara en vigor, el desarrollo legal e internacional del término se concentra en dos períodos históricos diferentes: el período que abarca desde la acuñación del término hasta su aceptación por la ley internacional (1944-1948) y el período de su activación con la creación de tribunales de guerra internacionales para perseguir los crímenes de genocidio (19911998). Otra de las principales obligaciones que surgen de la Convención, evitar el genocidio, sigue siendo un desafío al que las naciones y los individuos todavía se enfrentan. EL GENOCIDIO DE LOS ROMA EUROPEOS (GITANOS), 1939–1945
Marzahn, el primer campo de internamiento para roma (gitanos) en el Tercer Reich. Alemania, fecha incierta. — Landesarchiv Berlin Los roma (gitanos) estaban entre los grupos elegidos por razones raciales para ser perseguidos por el régimen nazi y la mayoría de sus aliados.
Los nazis consideraban a los roma “inferiores racialmente” y el destino de los roma en algún sentido era paralelo al de los judíos. Los roma estaban sujetos a encarcelación , trabajos forzados, y masacre. También estaban sujetos a deportación a los campos de exterminio. Los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) mataron a decenas de miles de roma en los territorios orientales ocupados por los alemanes. Además, miles fueron asesinados en los campos de exterminio de Auschwitz-Birkenau, Chelmno, Belzec, Sobibor, y Treblinka. Los nazis también encarcelaron a miles de roma en los campos de concentración de Bergen-Belsen, Sachsenhausen, Buchenwald, Dachau, Mauthausen, y Ravensbrueck. El 21 de septiembre de 1939, Reinhard Heydrich, jefe de la Oficina Principal de Seguridad del Reich, se encontró con oficiales de la Policía de Seguridad (Sipo) y del Servicio de Seguridad (SD) en Berlín. Decidió a deportar a 30.000 roma alemanes y austriacos al este - del gran Reich alemán al Gobierno General, un territorio dentro de la Polonia ocupada por los alemanes. Este plan fracasó debido a la oposición de Hans Frank, gobernador general nazi de la Polonia ocupada, y la decisión de priorizar las deportaciones de los judíos de Alemania.
Hubo sin embargo varias deportaciones de roma. Alrededor de 2.500 roma fueron deportados a Polonia en abril y mayo de 1940. La mayoría fueron privados de comida y murieron como resultado del trabajo forzado. Los que se enfermaban o quedaban incapacitados fueron fusilados. Otros 5.000 roma fueron deportados a Lodz, donde fueron detenidos en un área separada dentro del ghetto de Lodz. Los que sobrevivieron las condiciones horribles del ghetto de Lodz fueron luego deportados del ghetto al campo de exterminio de Chelmno, donde murieron en camiones de gas.
En preparación para su eventual deportación de Alemania, todos los roma fueron confinados en campos (Zigeunerlager). Con la suspensión de deportaciones de roma en 1940, estos campos se convirtieron en campos de largo plazo para roma. Marzahn en Berlín junto con Lackenbach y Salzburg en Austria eran de los peores de estos campos. Cientos de roma murieron a consecuencia de las condiciones horrendas. Los alemanes de la zona se quejaban constantemente de los campos, exigiendo la deportación de los roma internados ahí para “proteger la moralidad y la seguridad publica”. La policía del barrio usó estas quejas para apelar oficialmente a Heinrich Himmler, el jefe de las SS, para que reanudara las deportaciones de los roma al este.
En diciembre de 1942, Himmler firmó una orden para la deportación de todos los roma en Alemania. Aunque Himmler permitió algunas excepciones, estas fueron a menudo ignoradas al nivel local. Hasta los soldados del ejército alemán (Wehrmacht) que se encontraban en sus casas con licencias temporarias fueron capturados y deportados por ser roma.
Los roma de Alemania fueron deportados a Auschwitz, donde un campo especial fue establecido para ellos en Auschwitz-Birkenau - el “campo de las familias gitanas”. Familias enteras fueron encarceladas juntas. Los mellizos y enanos fueron separados y sujetos a experimentos médicos seudo-científicos conducidos por el SS Capitán Dr. Josef Méngele. Los médicos nazis también usaban prisioneros romani en los experimentos médicos de los campos de Ravensbrueck, Natzweiler-Struthof, y Sachsenhausen.
El “campo de las familias gitanas” en Auschwitz estaba plagado de epidemias -- tifus, viruela, y disentería que redujeron severamente la población del campo. En mayo de 1944, los alemanes decidieron liquidar el campo. Al rodear las SS el campo, encontraron a los roma armados con tubos de hierro y otras armas improvisadas. Los alemanes se retiraron y aplazaron la liquidación. Después ese mismo mes, las SS
transfirieron a alrededor de 1.500 roma que eran todavía capaces de trabajar fuera del campo de las familias. Casi 1.500 más fueron transferidos en agosto. Los roma restantes, alrededor de 3.000, fueron asesinados. Por lo menos 19.000 de los 23.000 roma enviados a Auschwitz murieron ahí. En las áreas de Europa ocupadas por los alemanes, el destino de los roma variaba de país a país, dependiendo de las circunstancias locales. Los nazis en general encarcelaban a los roma y luego los transportaban a Alemania o Polonia para hacer trabajos forzados o para ser exterminados. Muchos roma de Polonia, Holanda, Hungría, Italia, Yugoslavia, y Albania fueron fusilados o deportados a los campos de exterminio y matados. En los estados bálticos y las áreas de la Unión Soviética ocupadas por los alemanes, los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) mataban roma al mismo tiempo que mataban a los judíos y los lideres comunistas. Miles de hombres, mujeres, y niños romani murieron en estas acciones. Por ejemplo, muchos roma fueron fusilados junto con los judíos en Babi Yar, cerca de Kiev.
En Francia, las autoridades pusieron en práctica medidas restrictivas contra los roma incluso antes de la ocupación alemana del país. Las deportaciones de los roma empezaron desde la Francia ocupada hacia fin de diciembre de 1941. En la zona no ocupada, los oficiales del gobierno de Vichy bajo la supervisión de Xavier Vallat y el ministerio de los asuntos judíos internaron alrededor de 3.500 roma. La mayoría de ellos fueron mandados a campos en Alemania como Buchenwald, Dachau, y Ravensbrueck.
Los rumanos no pusieron en practica una política sistemática de exterminio de los roma. No obstante en 1941 entre 20.000 y 26.000 roma del área de Bucarest fueron deportados a Transnistria, en la Ucrania ocupada por los rumanos, donde miles murieron de enfermedades, inanición, y el tratamiento brutal. En Serbia, en el otoño de 1941, los pelotones de ejecución del ejército alemán (Wehrmacht) mataron a casi la población entera de los hombres adultos romani junto con la mayoría de los hombres adultos judíos, como represalia por la matanza de soldados alemanes por los luchadores serbios de la resistencia. En Croacia, los Ustasa (los fascistas croatas aliados con Alemania) mataron a tanto como26.000- 28.000 roma. Muchos roma fueron internados y murieron en el campo de concentración de Jasenovac. No se sabe precisamente cuantos roma murieron en elHolocausto. Aunque las estadísticas y los porcentajes exactos no se pueden establecer, los historiadores calculan que los alemanes y sus aliados mataron entre 25 y 50 por ciento de todos los roma europeos. De los aproximadamente un millón de roma que vivían en Europa antes de la guerra, aproximadamente 220.000 murieron.
Después de la guerra, la discriminación contra los roma continuó cuando la Republica Federal de Alemania decidió que todas las medidas tomadas contra los roma antes de 1943 eran políticas legitimas del estado y los roma no tenían derecho a restitución. La encarcelación, la esterilización, y hasta la deportación fueron consideradas como políticas legitimas. Más, la policía criminal de Bavaria asumió los archivos de investigación de Robert Ritter, incluyendo su registro de los roma en Alemania. Ritter, el experto racial nazi sobre los roma, retuvo sus credenciales y volvió a su trabajo anterior en psicología de niños. Los esfuerzos para someter al Dr. Ritter a juicio por su complicidad en la matanza de los roma terminó con su suicidio en 1950.
El canciller alemán Helmut Kohl reconoció el genocidio nazi contra los roma en 1982. Para ese momento, la mayoría de los roma que hubieran tenido derecho a la restitución bajo la ley alemana ya habían muerto. LOS GHETTOS
Un cartel, en alemán y latvio, advirtiendo que personas que intentan atravesar la reja o contactar habitantes del ghetto de Riga serán fusiladas. Riga, Latvia, 1941-1943. — US Holocaust Memorial Museum El termino “ghetto” viene del nombre del barrio judío de Venecia, establecido en 1516. Durante la Segunda Guerra Mundial, los ghettos eran distritos urbanos (de menudo cerrados) en los cuales los alemanes forzaron a la población judía a vivir en condiciones miserables. Los ghettos aislaban a los judíos, separándolos de la población no judía así como de las otras comunidades judías. Los nazis crearon más de 400 ghettos. Los alemanes consideraban la creación de los ghettos como una medida provisoria para controlar y segregar a los judíos. En varios lugares, los ghettos duraron poco tiempo. Con la implementación de la“Solución Final” en 1942, los alemanes sistemáticamente destrozaron los ghettos y deportaron los judíos a los campos de exterminio donde fueron asesinados. Algunos judíos fueron deportados desde los ghettos a campos de trabajo forzado ocampos de concentración. La mayoría de los ghettos (ubicados principalmente en la Europa oriental ocupada por los nazis) estaban cerrados con muros, rejas de alambre de púas, o portones. Los ghettos eran extremamente insalubres y estaban atestados. El hambre, la escasez crónica, los inviernos duros, y la falta de servicios públicos resultaron en brotes epidémicos y una alta mortalidad.
El ghetto más grande en Polonia era el ghetto de Varsovia, donde aproximadamente 450.000 judíos fueron hacinados dentro de un área de 1.3 millas cuadradas. Otros ghettos importantes eran los de Lodz, Krakow (Cracovia), Bialystok, Lvov, Lublin, Vilna,Kovno, Czestochowa, y Minsk. Los nazis exigían a los judíos usar insignias o brazales que los identificaban como judíos y también que muchos hicieran trabajos forzados para el gobierno alemán. La vida cotidiana en los ghettos fue administrada por los consejos judíos (Judenraete), cuyos miembros eran nombrados por los nazis, y la policía judía, que fue forzada por los alemanes a mantener orden dentro del ghetto y a facilitar las deportaciones a los campos de exterminio.
Actividades ilegales – como contrabandear comida o armas, hacerse miembro de un movimiento juvenil, o asistir eventos culturales – ocurrían frecuentemente sin la aprobación de los consejos judíos (aunque en muchos casos el consejo judío sí patrocinaba actividades culturales).
En algunos ghettos, miembros de la resistencia judía organizaron insurrecciones armadas. La más grande fue la sublevación del ghetto de Varsovia en 1943. También hubo rebeliones violentas en Vilna, Bialystok, y Czestochowa, y varios otros ghettos más pequeños. En agosto de 1944, los nazis completaron la destrucción de Lodz, el ultimo ghetto importante.
En Hungría, la creación de los ghettos no empezó hasta la primavera de 1944, después de la invasión y ocupación alemana del país. En menos de tres meses, la policía húngara, en coordinación con los alemanes, deportó casi 440.000 judíos de los ghettos húngaros. La mayoría fueron mandados a Auschwitz-Birkenau. En Budapest, los judíos fueron confinados a casas marcadas (llamadas casas de la estrella de David). En noviembre, después de un golpe patrocinado por los alemanes, el partido fascista húngaro estableció formalmente un ghetto en Budapest. Alrededor de 63.000 judíos fueron confinados en un área de 0.1 milla cuadrada. Los 25.000 judíos con pasaportes protectivos (emitidos por países neutrales) fueron puestos en un ghetto “internacional” en otra sección de la ciudad. En enero de 1945, las fuerzas soviéticas liberaron Budapest y los judíos húngaros que estaban en los ghettos.
GRECIA
Miembros de la familia Amarillo posan frente a su casa en Salónica. Adelante, de izquierda a derecha, están Tillie Amarillo y Sarika Yahiel. Sentadas detrás de ellas están sus madres: Louisa Bourla Amarillo y Regina Amarillo Yahiel. De pie están Saúl Amarillo, Isaccino Yahiel e Isaac Yahiel. Salónica, Grecia, entre 1930 y 1939. — US Holocaust Memorial Museum El 28 de octubre de 1940, la Italia fascista invadió Grecia desde sus bases en Albania, las cuales Italia había ocupado y anexado en abril de 1939. Sin embargo, en cuestión de días, el ejército griego volvió a expulsar a los italianos a las montañas de Albania, donde el conflicto llegó a un punto muerto. Con el fin de asegurar el flanco balcánico y anticiparse al ataque a la Unión Soviética planificado para el 22 de junio de 1941, Hitler ordenó la invasión de Yugoslavia y Grecia. El 6 de abril de 1941, los alemanes y los italianos atacaron, con el apoyo de unidades de Bulgaria, Hungría y Rumania. Yugoslavia, en estado de desintegración política, se rindió el 17 de abril. El 28 de abril, la mayor parte de Grecia continental había sido dominada.
Después de la rendición de los griegos en junio, Alemania, Italia y Bulgaria dividieron el país en zonas de ocupación. Alemania ocupó Macedonia occidental (incluida Salónica), la Tracia oriental a lo largo de la frontera greco-turca, los alrededores de Atenas, Creta occidental y las islas griegas septentrionales del mar Egeo, cerca de Turquía. Bulgaria ocupó la Tracia occidental. Italia ocupó el resto de Grecia continental, Creta oriental y las islas griegas meridionales del mar Egeo, el Mediterráneo oriental, el mar Jónico y el mar Adriático. Alemania e Italia ocuparon en conjunto Atenas, la capital griega.
En el momento de la ocupación del Eje en 1941, en Grecia vivían aproximadamente 100.000 judíos. Su destino se veía ampliamente influenciado por las distintas prioridades que Alemania, Italia y Bulgaria les asignaban.
ZONAS DE GRECIA BAJO OCUPACIÓN ITALIANA A pesar de su alianza con Alemania, el gobierno italiano se negó a implementar el asesinato en masa de los judíos y las autoridades militares italianas en general los protegían. Miles de judíos que vivían en la zona bajo ocupación alemana huyeron a la relativa seguridad de la zona de ocupación italiana. Solo después de la rendición italiana a los aliados el 8 de septiembre de 1943, los alemanes ocuparon el resto de Grecia y sometieron a todos los judíos griegos a la “solución final”.
ZONAS DE GRECIA BAJO OCUPACIÓN ALEMANA Antes de la guerra, la mayor comunidad de judíos griegos estaba en Salónica, ubicada en el norte de Grecia, y más tarde, en la zona de ocupación alemana. En el momento de la ocupación alemana, Salónica tenía una población judía de aproximadamente 50.000 habitantes. En julio de 1942, se asignaron 2.000 hombres judíos de Salónica a proyectos de trabajos forzados para el ejército alemán. Se pagó a los nazis un rescate por otros 7.000 hombres, con fondos recaudados por la desesperada comunidad judía, procedentes, por ejemplo, de la venta del antiguo cementerio judío a la municipalidad de Salónica. En febrero de 1943, los alemanes concentraron a los judíos de Salónica en dos zonas deghettos de la ciudad. Entre marzo y agosto de ese año, más de 40.000 fueron deportados por las autoridades alemanas desde Salónica al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Los miembros de las SS asentados en Birkenau asesinaron a prácticamente todos los judíos de Salónica a medida que iban llegando. ZONAS DE LOS BALCANES ANEXADAS A BULGARIA Bulgaria intentó anexar la Tracia occidental en 1941. En marzo de 1943, en cumplimiento de las exigencias de Alemania, las unidades militares y de gendarmería de Bulgaria concentraron a unos 4.000 judíos de Tracia en puntos de reunión en Radomir, Dupnitsa y Gorna Dzhumaya; desde allí, los búlgaros enviaron a estos judíos a Viena en tren y barcazas. Al final del mes, las autoridades de las SS y la policía de Alemania habían deportado a los judíos de Tracia al campo de exterminio de Treblinka, donde el personal alemán y los guardias auxiliares de la policía los asesinaron. OCUPACIÓN ALEMANA DE LA GRECIA CONTINENTAL Una vez que Italia se rindió a los aliados el 8 de septiembre de 1943, Alemania ocupó la totalidad de Grecia. Durante 1944, los alemanes iniciaron las deportaciones desde la zona de Grecia que antes estaba ocupada por Italia: 800 judíos de Atenas, casi 2.000 de la isla de Corfú y casi 2.000 de la isla de Rodas. El ejército y las unidades navales de Alemania concentraron a estos judíos en puntos de reunión y los deportaron a Auschwitz-Birkenau, donde la gran mayoría fue asesinada al llegar. La decisión de Rumania de cambiar de bando y unirse a los aliados el 23 de agosto de 1944, y la ocupación soviética de Bulgaria a principios de septiembre hizo que la posición militar alemana en Grecia se volviera insostenible. El Alto Comando del Ejército Alemán ordenó que Grecia se evacuara vía Yugoslavia. En ese momento, ya habían muerto en el Holocausto al menos 60.000 judíos griegos. Miles de ellos lograron sobrevivir escondiéndose en casa de amigos o uniéndose a los miembros de la resistencia.
GRUPOS DE LA RESISTENCIA EN EL BOSQUE DE PARCZEW Un proyecto del Miles Lerman Center Se calcula que unos 20.000 a 30.000 judíos lucharon en grupos de la resistencia en los bosques de Europa oriental. En Polonia, generalmente se excluía a los judíos de los grupos de la resistencia debido a las actitudes antisemitas y anticomunistas. Por ejemplo, el ejército nacionalista polaco generalmente se negaba a aceptar judíos. Si bien los grupos de la resistencia soviética eran más abiertos a reclutar judíos, la formación de una resistencia soviética y polaca más fuerte en 1943 llegó demasiado tarde para la gran mayoría de los judíos de Europa oriental que fueron asesinados en fusilamientos y gaseos masivos.
El movimiento de la resistencia judía en Polonia comenzó a tomar forma en el verano de 1942, un momento de mayor cantidad de deportaciones a los campos de exterminio de Treblinka,Sobibor, Auschwitz y Belzec. Algunos judíos consiguieron escapar al bosque antes y durante las deportaciones, y las persecuciones inmediatas organizadas por la policía provocaron el establecimiento de grupos armados para luchar contra las persecuciones y asegurar condiciones dignas para los refugiados que vivían en los bosques. A diferencia de los polacos, que organizaron los grupos de la resistencia, los grupos judíos eran organizados apresuradamente después de la llegada a los bosques, tenían poca o ninguna experiencia militar, casi no podían contar con la ayuda de la población de los alrededores, y a menudo tenían la carga adicional de ocuparse de los refugiados no armados. Aun así, en algunas áreas, el grupo de la resistencia judía pudo funcionar y tener algo de éxito. El área que abarcaba los condados de Parczew y Wlodawa cerca de Lublin en el Gobierno General se convirtió en uno de los principales campos de batalla del movimiento de la resistencia judía. El bosque de Parczew, una zona de bosques y lagos con algunos caminos transitables, fue un lugar ideal para la actividad de la resistencia. Algunos destacados líderes de la resistencia fueron Ephraim (Frank) Bleichman y Shmuel (Mieczslaw) Gruber. Gruber pasó a ser el segundo en el mando después de Yechiel Greenshpan, quien lideró las fuerzas judías en el bosque de Parczew, y Bleichman fue uno de los dos comandantes del pelotón de Greenshpan.
El grupo luchó junto con la Guardia Popular en varios combates intensos contra las fuerzas alemanas, utilizando ametralladores y explosivos para volar ferrocarriles, además de alimentos y otras provisiones lanzadas desde el aire por las fuerzas soviéticas. Participaron también en la toma de la ciudad de Parczew el 16 de abril de 1944.
HADAMAR
Vista de la pared que rodeaba el cementerio del Instituto de Hadamar. Se habían colocado trozos puntiagudos de vidrio para disuadir a los curiosos. Esta fotografía fue tomada por un fotógrafo militar estadounidense poco después de la liberación de Hadamar. Alemania, 5 de abril de 1945. — Courtesy of Rosanne Bass Fulton Mientras la 2ª División de Infantería cruzaba Alemania, descubrió varios de los escenarios de los crímenes nazis. A comienzos de abril de 1945, la unidad capturó la ciudad alemana de Hadamar, que albergaba una clínica psiquiátrica donde casi 15 mil hombres, mujeres y niños fueron asesinados entre 1941 y marzo de 1945 en el marco del programa nazi de "eutanasia". En la primera fase de las operaciones de exterminio (de enero a agosto de 1941), el personal de Hadamar asesinó a unos 10.000 pacientes alemanes asfixiándolos con monóxido de carbono en una cámara de gas que imitaba a un cuarto de duchas. De agosto de 1942 al 24 de marzo de 1945, aproximadamente 4.420 personas murieron en Hadamar.
Los médicos residentes y el resto del personal directamente asesinaron a la mayoría de estas víctimas, entre las que había pacientes alemanes con discapacidades, ancianos mentalmente desorientados provenientes de áreas bombardeadas, niños "medio judíos" de las instituciones de asistencia social, personas que realizaban trabajo forzado psicológica y físicamente discapacitados y sus hijos, soldados alemanes y soldados extranjeros de la Waffen-SS considerados incurables desde el punto de vista psicológico. Casi todas estas personas fueron asesinadas por el personal médico y administrativo de Hadamar mediante sobredosis letales de drogas y negligencia deliberada. HEINRICH HIMMLER: BIOGRAFÍA Heinrich Himmler (1900-1945) fue el líder del Reich (Reichsführer) de las temibles SS del partido nazi, de 1929 a 1945. Himmler presidió un vasto imperio ideológico y burocrático que, para muchos dentro del Tercer Reich y fuera de él, lo definía como el segundo hombre más poderoso de Alemania durante laSegunda Guerra Mundial. Al recibir la responsabilidad total por la seguridad del imperio nazi, Himmler fue el funcionario principal y de alto rango a cargo de concebir y supervisar la implementación de la denominada solución final: el plan nazi para asesinar a los judíos de Europa.
Himmler nació en una familia católica, conservadora y de clase media, en Munich, Alemania, el 7 de octubre de 1900. Su padre, Gebhard, era maestro en la escuela secundaria académica (Gymnasium) de Ludwig, en esa ciudad. En 1913, la familia de Himmler se mudó a Landshut, una ciudad ubicada a unos 64 kilómetros al nordeste de Munich, luego de que Himmler padre aceptara el trabajo de vicedirector de la escuela secundaria de esa ciudad. El joven Himmler era inteligente, tenía buena capacidad de organización y era fervorosamente patriótico. Durante la Primera Guerra Mundial, soñaba con servir en el frente como oficial y, utilizando los contactos que su padre le facilitó a regañadientes, dejó la escuela secundaria para comenzar su entrenamiento como cadete del ejército el 1 de enero de 1918. Pero el 11 de noviembre de 1918, antes de que finalizara su entrenamiento, Alemania firmó el armisticio que daba fin a la Primera Guerra Mundial.
Himmler se graduó de la escuela secundaria en Landshut, en julio de 1919. Después de que las restricciones que impusiera sobre Alemania el tratado de paz de Versalles destruyeran sus esperanzas de alistarse en el ejército (Reichswehr), estudió agricultura en la Universidad Técnica de Munich. Allí, ingresó a una fraternidad de alumnos nacionalista alemana y comenzó una profunda lectura de la literatura racista nacionalista (Völkisch), popular en la extrema derecha del espectro político alemán en el período de entreguerras. Cuando recibió su título universitario, en agosto de 1922, Himmler era un nacionalista völkisch fanático y un activista político.
Obligado a trabajar en una fábrica procesadora de estiércol en Schleissheim, cerca de Munich, Himmler se contactó con los nacionalsocialistas a través del jefe de personal de las SA, Ernst Röhm. En agosto de 1923, se unió al partido nazi, al que le dedicó toda su vida profesional luego de renunciar a su trabajo un mes después. El 9 de noviembre de 1923, Himmler marchó con Adolf Hitler, Röhm, Hermann Göring y otros líderes nazis en el Putsch de la cervecería contra el gobierno alemán.
Desempleado y sin nada que hacer después del fracaso del Putsch, Himmler encontró trabajo de secretario y asistente personal de Gregor Strasser, a quien Hitler designó líder de propaganda del Reich del partido nazi en 1926. Himmler también creó su propia reputación de orador y organizador en el partido. Sus discursos ponían énfasis en los siguientes temas: la “consciencia racial”, el culto a la raza alemana, la necesidad de la expansión y los asentamientos alemanes y la lucha contra los eternos enemigos de Alemania. Estos “eternos enemigos” eran el capital “judío”, el “marxismo” (es decir, el socialismo, el comunismo y el anarquismo), la democracia liberal y los pueblos eslavos.
Mientras construía su reputación política, encontró tiempo en 1928 para casarse con Margarete Conczerzowo, con quien tuvo una hija, Gudrun, en 1929.
El 6 de enero de 1929, Adolf Hitler, el Führer (líder) del partido nazi, designó a Himmler Reichsführer de las SS. Las SS, que en 1929 contaban con un total de 280 hombres, dependían de las SA y tenían dos funciones principales: ser guardaespaldas de Hitler y otros líderes nazis, y promocionar las suscripciones para el periódico del partido nazi, Der Völkischer Beobachter (El Observador Nacionalista Racial). Desde este insignificante comienzo, Himmler percibió una oportunidad para el desarrollo de un cuerpo de elite para el partido nazi. Para cuando los nazis tomaron el poder en enero de 1933, las SS contaban con más de 52.000 personas. Himmler también introdujo en las SS dos funciones clave relacionadas con las metas centrales a largo plazo del partido nazi: seguridad interna y custodia de la pureza racial.
Después de desplegar sus SS en abril de 1931 para aplastar una sublevación de las SA (guardias de asalto nazis) de Berlín contra el liderazgo de Hitler (lo cual inspiró la adopción del lema de las SS “Mi honor es lealtad”), Himmler creó el Servicio de Seguridad (Sicherheitsdienst, SD) en el verano de 1931. El SD vigilaba a los opositores de Hitler dentro del partido nazi y reunía información de inteligencia sobre los líderes y las actividades de otros partidos políticos, además de funcionarios del gobierno federales y locales. En agosto de 1934, el segundo Führer del partido nazi, Rudolf Hess, anunció que, a partir de ese momento, el SD sería la única agencia que reuniría y evaluaría información de inteligencia política en el Tercer Reich.
El último día de 1931, Himmler también creó la Oficina de Raza y Asentamiento (Rasse- und Siedlungsamt) de las SS para evaluar solicitudes de hombres de estas fuerzas que querían casarse en virtud de un nuevo “Decreto de matrimonio” interno. La “experiencia” desarrollada en este papel de conservación de la “pureza racial” en las SS se utilizó después, durante la guerra, para determinar si una persona era “alemana” o no. Como mínimo, una decisión positiva suponía un puesto trabajo y mejores raciones en el territorio ocupado por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Como máximo, la decisión acerca del origen étnico podía ser de vida o muerte.
En los cinco años a partir de que los nazis tomaran el poder en enero de 1933, Himmler colocó a las SS en una posición inexpugnable al asumir el control de las fuerzas de la policía alemana. El 9 de marzo de 1933, fue designado presidente provisional de la policía en Munich. Tres semanas después, fue nombrado comandante de la Policía
Política de Baviera. A fines de 1934, Himmler buscó y obtuvo el mando de cada uno de los departamentos de la policía política estatal de Alemania y los centralizó en una única y nueva agencia en Berlín, la Policía Secreta Estatal Alemana (Geheime Staatspolizei, Gestapo).
Luego de que Hitler lo designara Reichsführer de las SS y jefe de la Policía Alemana, el 17 de junio de 1936, Himmler centralizó las diversas fuerzas de investigación de la policía criminal de Alemania en la Oficina de la Policía Criminal del Reich (Reichskriminalpolizeiamt) y unió a la Gestapo y la Policía Criminal en la Oficina Principal de la Policía de Seguridad (Hauptamt Sicherheitspolizei). En septiembre de 1939, Himmler fusionó la Policía de Seguridad y el SD en la Oficina Principal de Seguridad del Reich (Reichssicherheitshauptamt, RSHA), la agencia que se encargaría de implementar el Holocausto de 1941 a 1942. También unificó y centralizó las fuerzas de la policía uniformada (Ordnungspolizei, Orpo) de Alemania.
De 1933 a 1934, Himmler también se aseguró que las SS tuvieran el control sobre un sistema de concentración centralizado. Si bien diversas autoridades civiles y agencias de policía habían establecido campos de concentración autónomos durante 1933 para encarcelar enemigos políticos del gobierno nazi, Hitler -que estaba impresionado con el campo de concentración de Dachaucreado por las SS en marzo de 1933- autorizó a Himmler a crear un sistema centralizado de campos de concentración. Aunque esta Inspección de Campos de Concentración de las SS redujo a cuatro la cantidad de estos establecimientos en 1937, el sistema creció durante la guerra e incluyó de 30 a 40 campos principales y cientos de subcampos. En este sistema, las autoridades de las SS de los campos de concentración mataron a alrededor de dos millones de prisioneros (judíos, prisioneros políticos, romaníes [gitanos], los denominados asociales, condenados reincidentes, homosexuales, testigos de Jehová, etc.). Como recompensa por su papel en el asesinato de Ernst Röhm y los jefes de las SA, del 30 de junio al 2 de julio de 1934, Hitler anunció que las SS eran una organización independiente y que Himmler era su subordinado en su nueva función de Führer de Alemania, un cargo que colocaba su autoridad fuera de las leyes del estado alemán. Esta relación de mando fue la base para el inmenso poder que Himmler acumuló durante la Segunda Guerra Mundial. Al ligar la organización de las fuerzas de la policía alemana a las SS, Himmler logró eliminar la revisión administrativa o judicial externa del personal, las finanzas, las acciones y las operaciones de la policía. Como Reichsführer de las SS, Himmler recibía órdenes directamente de Hitler para llevar a cabo políticas ideológicas que las leyes del estado no permitirían. Esta “autoridad del
Führer” basada en la ideología permitió la autorización de la encarcelación por tiempo indefinido y el asesinato en masa. Los líderes nazis justificaban esta cadena de mando fuera de la ley y las políticas iniciadas con su autorización mediante la legislación de emergencia nacional posterior al incendio del Reichstag en 1933 y la emergencia intensificada creada por la guerra.
Himmler expandió su autoridad durante la guerra. El 7 de octubre de 1939, poco tiempo después de que Alemania conquistara y dividiera Polonia con la Unión Soviética, Hitler designó a Himmler Comisario Político del Reich para el Fortalecimiento de la Reserva Étnica Alemana (Reichskommissar für die Festigung deutschen Volkstums, RKFDV), un cargo que autorizaba a éste y a las SS a planear, iniciar y controlar el avance de los proyectos de reasentamiento alemán en la Polonia bajo ocupación y, más adelante, en la Unión Soviética. En carácter de RKFDV, las organizaciones al mando de Himmler tenían la última palabra en cuanto a quién era alemán, dónde debían vivir las personas de etnia alemana y qué poblaciones debían ser trasladadas o aniquiladas para crear espacio para los pobladores alemanes.
En julio de 1941, Hitler extendió la autoridad de Himmler a las operaciones de seguridad y asentamiento en la Unión Soviética que estaba ocupada por los alemanes. La exclusiva responsabilidad de Himmler en la seguridad detrás de las primeras líneas autorizaba a los equipos móviles de matanza (Einsatzgruppen) y otras unidades policiales y de las SS a iniciar y dirigir el asesinato en masa de judíos, oficiales soviéticos, romaníes (gitanos) y discapacitados que vivían en instituciones con el apoyo de las autoridades alemanas militares y de ocupación civil. Con el consentimiento de Hitler, las SS, dentro de sus responsabilidades en asuntos de seguridad y asentamiento, asumieron el liderazgo en la planificación y la implementación de la denominada solución final del problema judío y en las operaciones de aniquilación en todo el Reich en contra de romaníes (gitanos) y discapacitados que vivían en instituciones. En 1937, las SS asumieron el control de la Oficina de Enlace para los Alemanes Étnicos (Volksdeutsche Mittelstelle), la cual satisfacía las necesidades de las personas de etnia alemana que vivían fuera del Reich. Estas necesidades incluían vestimenta y equipamiento doméstico para comunidades de personas de etnia alemana instaladas recientemente. Estos artículos que las SS suministraban provenían, en parte, de efectos personales tomados de judíos asesinados en los centros de exterminio.
Quizás como reflejo del creciente poder de las SS en el estado, Hitler designó a Himmler ministro del Interior, en julio de 1943; de igual importancia fue el hecho de que esa designación guardara poco significado en la realidad de poder del Tercer Reich.
A fin de fortalecer la posición de las SS sobre las elites alemanas establecidas después de una guerra victoriosa, Himmler convenció a Hitler, a fines de 1939, de permitir la creación de fuerzas armadas de las SS, conocidas como Waffen SS. Si bien, inicialmente, solo contaban con cuatro divisiones, las Waffen SS finalmente presentaron más de 20 divisiones, armaron a medio millón de hombres y crearon una estructura de mando y operaciones para competir con el ejército alemán. Ese mismo año, Himmler creó un sistema disciplinario independiente para las SS, puesto que ni tribunales civiles ni militares tenían competencia para investigar delitos perpetrados por miembros de las SS y la policía o sus unidades auxiliares.
Como, según la opinión de Hitler, las derrotas militares habían reducido el prestigio de los generales, las SS de Himmler también usurparon la autoridad de las fuerzas armadas alemanas. En febrero de 1944, la Policía de Seguridad y el SD asumieron el control del Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. Luego del fracaso del putsch militar del 20 de julio de 1944, Hitler designó a Himmler comandante del Ejército de Sustitución (un cargo responsable de entrenar y supervisar al personal militar) y le dio el poder sobre los asuntos relacionados con los prisioneros de guerra. En diciembre de 1944, Himmler hizo realidad su antiguo sueño de tener autoridad en el campo cuando Hitler lo designó comandante en jefe del Grupo de Ejército del Alto Rin en el sudoeste de Alemania.
A pesar de las apariencias, Himmler no era todopoderoso en el Tercer Reich. Su rival más importante y poderoso durante el último año de la guerra era Martin Bormann, el secretario de Hitler y el jefe de la Cancillería del partido nazi. El aparato del partido nazi, anclado en el poder político de sus líderes provinciales (Gauleiter) que también ocupaban cargos en el estado como comisarios de defensa regional, ganó importancia cuando la guerra llegó a Alemania con la invasión de los ejércitos aliados. De modo similar, Albert Speer, ministro de Armamentos y Producción Bélica, ejerció un gran poder en los últimos años de la guerra, a pesar de sus protestas de falta de poder ante las SS después de la guerra.
Algunos consideran que Himmler era un chiflado, y que su fascinación con lo oculto, su interés en proyectos poco viables (como la búsqueda de los orígenes de la raza aria en el
Tíbet), sus visiones de sí mismo como la reencarnación de un emperador medieval alemán y la manera pedante de su estilo de vida personal, los problemas maritales y los desórdenes financieros de sus hombres y oficiales de las SS permitían que sus subordinados (como el jefe de la Policía de Seguridad y el SD, Reinhard Heydrich) fueran los que realmente dirigían las SS detrás de bambalinas, tolerando las excentricidades de Himmler como tapadera de sus propias ambiciones más prácticas. Esta visión es imprecisa. Himmler era un organizador hábil y un administrador capaz que comprendía cómo obtener poder y utilizarlo, y era la fuerza conductora ideológica y organizativa detrás del surgimiento de las SS. Además, comprendía a sus hombres y sabía cómo conseguir que fueran leales a su persona y al concepto de la elite nazi a la cual pertenecían. Su capacidad para darles libertad a sus subordinados para que ejercieran iniciativas de implementación de la política nazi fue un factor importante del éxito mortífero de muchas operaciones de las SS. Cuando asumió el mando de estas fuerzas, Himmler reconoció la importancia de la seguridad interna y la determinación de la pureza racial para el movimiento nazi y expandió con éxito las funciones de las SS para cumplir estas necesidades ideológicas y prácticas. Himmler comprendía la importancia del poder policial separado de las limitaciones legales y la supervisión estatal. Persuadió a Hitler, con el argumento de que existían poderosos rivales en el partido y el estado, de que la fusión de las SS y la policía forjaría el instrumento para que el régimen nazi alcanzara sus metas ideológicas centrales y a largo plazo.
Fue Himmler a quien Hitler confió la planificación y la implementación de la “solución final”. En su discurso más citado, ese 4 de octubre de 1943 en Poznan, a un grupo de generales de las SS, Himmler justificó en forma explícita el asesinato en masa de los judíos europeos con las siguientes palabras: “Aquí frente a ustedes, quiero referirme explícitamente a un asunto muy serio… Aquí quiero decir... la aniquilación del pueblo judío... La mayoría de ustedes sabrá lo que significa cuando 100 cadáveres yacen uno junto al otro, o 500 ó 1.000... Esta página de gloria en nuestra historia nunca se ha escrito ni se escribirá jamás… Teníamos el derecho moral, estábamos obligados con nuestro pueblo a matar a estas personas que querían matarnos a nosotros”.
Después del fracaso del putsch del 20 de julio de 1944, Himmler jugó con la idea de negociar una paz separada con los aliados occidentales mientras continuaba la lucha contra la Unión Soviética. Durante el invierno de 1944 y 1945, pensó en usar a los prisioneros de los campos de concentración como moneda de cambio para iniciar esas negociaciones. En abril de 1945, Himmler se reunió con el representante del Congreso Judío Mundial en Estocolmo, Suecia, Hilel Storch, para tratar la apertura de negociaciones. En parte, porque los aliados no negociarían con un hombre tan
implicado en crímenes nazis y, en parte, porque Himmler no podría separarse de Hitler o de la creencia de que, de algún modo, los alemanes ganarían la guerra, sus desganados tanteos fracasaron. En abril de 1945, Himmler solicitó al conde Folke Bernadotte, vicepresidente de la Cruz Roja de Suecia, que transmitiera un ofrecimiento de rendición en el frente occidental al general Dwight D. Eisenhower, comandante en jefe de las fuerzas aliadas. Hitler recibió la noticia del ofrecimiento en la rodeada Berlín la noche del 28 al 29 de abril de 1945. En uno de sus últimos actos oficiales, Hitler despojó a Himmler de todos sus cargos y ordenó su arresto.
Si bien había asegurado constantemente a sus oficiales y hombres de las SS que, en última instancia, él se responsabilizaría por todas sus acciones, el fin de la guerra encontró a Himmler vestido con el uniforme de la Policía Secreta de Campo con documentos a nombre de Heinrich Hitzinger. Fue capturado por soldados rusos el 20 de mayo de 1945 y entregado a los británicos, a quienes finalmente confesó su identidad. El 23 de mayo de 1945, mientras le practicaban un registro de cavidades corporales, Himmler se suicidó mordiendo una cápsula de cianuro que ocultaba en la boca para ese preciso propósito. HISTORIA DE LA ESVÁSTICA
Postal fotográfica en la que puede verse la imagen de una multitud de alemanes saludando superpuesta a una imagen ampliada de Hitler y de un soldado de asalto. Munich, Alemania, aproximadamente en 1932. — USHMM, courtesy of James Sanders La esvástica tiene una larga historia. Se usaba al menos 5.000 años antes de que Adolf Hitler diseñara la bandera nazi. La palabra “esvástica” proviene del sánscrito svastika, que significa “buena fortuna” o “bienestar”. El motivo (una cruz en forma de gancho) aparentemente se utilizó por primera vez en la Eurasia del Neolítico, quizás para representar el desplazamiento del sol en el cielo. En nuestros días es un símbolo sagrado para el hinduismo, el budismo, el jainismo y el odinismo. Es común verla en templos o casas en India o Indonesia. Las esvásticas también tienen una historia antigua en Europa, ya que aparecen en artefactos de culturas europeas anteriores al cristianismo. El símbolo resurgió a fines del siglo XIX, después del extenso trabajo del famoso arqueólogo Heinrich Schliemann, quien descubrió la cruz en forma de gancho donde estaba la antigua Troya. Schliemann la relacionó con formas similares halladas en
piezas de cerámica en Alemania y su teoría fue que era un “importante símbolo religioso de nuestros antepasados remotos”.
A principios del siglo XX, la esvástica se usaba mucho en Europa. Tenía numerosos significados. El más común era un símbolo de buena suerte y augurios. Sin embargo, al trabajo de Schliemann pronto lo continuaron movimientos völkisch, para quienes la esvástica era un símbolo de “identidad aria” y orgullo nacionalista alemán. Esta conjetura de la ascendencia cultural aria del pueblo alemán probablemente sea uno de los motivos principales por los que el partido nazi adoptó formalmente la esvástica o Hakenkreuz (en alemán, cruz en forma de gancho) como su símbolo en 1920. No obstante, el partido nazi no fue el único en usar la esvástica en Alemania. Después de la Primera Guerra Mundial, varios movimientos nacionalistas de extrema derecha adoptaron la esvástica como símbolo. La asociaron a la idea de un estado racialmente “puro”. Cuando los nazis obtuvieron el control de Alemania, las connotaciones de la esvástica habían cambiado para siempre.
En Mein Kampf, Adolf Hitler escribió: “Yo mismo, entre tanto, después de innumerables intentos, establecí la forma final; una bandera con fondo rojo, un disco blanco y una esvástica negra en el centro. Después de prolongadas pruebas, también hallé la proporción definitiva entre el tamaño de la bandera y el tamaño del disco blanco, así como la forma y el grosor de la esvástica”. La esvástica se convertiría en el icono más reconocible de la propaganda nazi, y aparecería en la bandera a la que Hitler hace referencia en Mein Kampf, así como también en pósteres para las elecciones, bandas para el brazo, medallones y distintivos para organizaciones militares y de otra naturaleza. La esvástica fue un símbolo poderoso usado para provocar orgullo entre los arios, pero también causó terror a los judíos y otros grupos considerados enemigos de la Alemania nazi. A pesar de sus orígenes, la esvástica se ha relacionado tanto con la Alemania nazi que los usos actuales frecuentemente generan controversia. EL HOLOCAUSTO
Otros artículos
Una fotografía de la preguerra de tres niños judíos con su niñera. Dos de los niños murieron en 1942. Varsovia, Polonia, 1925-26.
— US Holocaust Memorial Museum El Holocausto fue la persecución y el asesinato sistemático, burocráticamente organizado y auspiciado por el Estado de aproximadamente seis millones de judíos por parte del régimen nazi y sus colaboradores. "Holocausto" es una palabra de origen griego que significa "sacrificio por fuego". Los nazis, que llegaron al poder en Alemania en enero de 1933, creían que los alemanes eran una "raza superior" y que los judíos, considerados "inferiores", eran una amenaza extranjera para la llamada comunidad racial alemana.
Durante la era del Holocausto, las autoridades alemanas persiguieron a otros grupos debido a su percibida "inferioridad racial": los romaníes (gitanos), los discapacitados y algunos pueblos eslavos (polacos y rusos, entre otros). Otros grupos fueron perseguidos por motivos políticos, ideológicos y de comportamiento, entre ellos los comunistas, los socialistas, los testigos de Jehová y los homosexuales. En 1933, la población judía de Europa ascendía a más de nueve millones, y la mayoría de los judíos europeos vivía en países que la Alemania nazi ocuparía o dominaría durante la Segunda Guerra Mundial. Para el año 1945, los alemanes y sus colaboradores habían asesinado aproximadamente a dos de cada tres judíos europeos como parte de la "Solución final", la política nazi para asesinar a los judíos de Europa. Si bien las principales víctimas del racismo nazi fueron los judíos, a quienes consideraban el mayor peligro para Alemania, entre las otras víctimas se incluyen 200 mil romaníes (gitanos). Como mínimo, 200 mil pacientes discapacitados física o mentalmente, en su mayoría alemanes y que vivían en instituciones, fueron asesinados en el marco del llamadoPrograma de Eutanasia. A medida que la tiranía nazi se propagaba por Europa, los alemanes y sus colaboradores perseguían y asesinaban a millones de otras personas. Entre dos y tres millones de prisioneros de guerra soviéticos fueron asesinados o murieron de inanición, enfermedades, negligencia o maltrato. Los intelectuales polacos no judíos fueron perseguidos y asesinados por los alemanes. Millones de civiles polacos y soviéticos fueron deportados para realizar trabajos forzados en Alemania o en la Polonia ocupada, donde generalmente trabajaban y muchas veces morían en condiciones deplorables. Desde los primeros años del régimen nazi, las autoridades alemanas persiguieron a los homosexuales y a otras personas cuyos comportamientos no se ajustaban a las normas sociales prescritas. Miles de oponentes políticos (incluidos comunistas, socialistas y sindicalistas), así como disidentes religiosos (como los testigos de Jehová), fueron perseguidos por oficiales de la policía alemana. Muchas de estas personas murieron como resultado de la encarcelación y el maltrato.
En los primeros años del régimen nazi, el gobierno nacionalsocialista estableció campos de concentración para detener a oponentes políticos e ideológicos tanto reales como supuestos. En los años previos al estallido de la guerra, los oficiales de las SS y la policía encarcelaban en estos campos a cada vez más judíos, romaníes y otras víctimas del odio étnico y racial. Para concentrar y controlar a la población judía y al mismo tiempo facilitar la deportación posterior de los judíos, los alemanes y sus colaboradores crearon ghettos, campos de tránsito y campos de trabajos forzados para los judíos durante los años de la guerra. Asimismo, las autoridades alemanas establecieron numerosos campos de trabajos forzados, tanto en el denominado Gran Reich Alemán como en territorios ocupados por los alemanes, para personas no judías a quienes los alemanes buscaban explotar laboralmente. Después de la invasión de la Unión Soviética en junio de 1941, losEinsatzgruppen (equipos móviles de matanza) y más adelante, los batallones militarizados de oficiales de la Policía iban detrás de las líneas alemanas para llevar adelante operaciones de asesinato en masa de judíos, romaníes y oficiales del partido comunista y del estado soviético. Las unidades alemanas de las SS y la policía, con el apoyo de unidades de la Wehrmacht y de la Waffen SS, asesinaron a más de un millón de hombres, mujeres y niños judíos junto con cientos de miles de otras personas. Entre los años 1941 y 1944, las autoridades alemanas del régimen nazi deportaron a millones de judíos desde Alemania, los territorios ocupados y los países de muchos de sus aliados del Eje hacia los ghettos y loscentros de exterminio, también llamados centros de la muerte, donde fueron asesinados en cámaras de gas diseñadas especialmente para tal fin. Durante los últimos meses de la guerra, los guardias de las SS trasladaron a los prisioneros de los campos en tren o en marchas forzadas, también denominadas “marchas de la muerte”, en un intento por evitar que los Aliados liberaran a grandes cantidades de prisioneros. A medida que las fuerzas aliadas se trasladaban por Europa en una serie de ofensivas contra Alemania, empezaron a encontrar y liberar a prisioneros de los campos de concentración, así como a los prisioneros que estaban en el camino en marchas forzadas desde un campo hacia otro. Las marchas continuaron hasta el 7 de mayo de 1945, el día en que las fuerzas armadas alemanas se rindieron incondicionalmente a los Aliados. Para los Aliados occidentales, la Segunda Guerra Mundial finalizó en Europa oficialmente al día siguiente, el 8 de mayo (día V-E), mientras que las fuerzas soviéticas anunciaron su “día de la victoria” el 9 de mayo de 1945. Después del Holocausto, muchos de los sobrevivientes encontraron refugio en los campos de refugiados que administraban las fuerzas aliadas. Entre 1948 y 1951, casi 700 mil judíos emigraron a Israel, incluidos 136 mil judíos refugiados de Europa. Otros
judíos refugiados emigraron a Estados Unidos y a otros países. El último campo de refugiados se cerró en 1957. Los crímenes cometidos durante el Holocausto devastaron a la mayoría de las comunidades judías de Europa y eliminaron totalmente a cientos de comunidades judías de los territorios ocupados de Europa Oriental.
HUNGRÍA ANTES DE LA OCUPACIÓN ALEMANA
Este afiche exhorta a los judíos: "Proteja los intereses judíos. No compre a nuestros enemigos. No vaya a ver sus películas." Hungría, 1937-1938. — Magyar Nemzeti Muzeum Torteneti Fenykeptar Hungría había sido uno de los perdedores de la Primera Guerra Mundial. Después de que en 1919 se anunciara que se iban a imponer términos de paz punitivos a Hungría (entre ellos la pérdida del 66 por ciento del territorio que tenía antes de la guerra), renunció el gobierno de coalición de la posguerra. El poder pasó a manos de una coalición socialista comunista bajo el liderazgo del comunista Béla Kun, quien estableció una “República Soviética”, que no duró mucho tiempo.
Cuando cayó el régimen de Kun después de la invasión rumana de junio de 1919, llegó al poder el almirante Miklós Horthy, que había sido oficial en la armada austrohúngara, como líder de una coalición conservadora nacionalista. Esta coalición anuló gran parte de las reformas democráticas promulgadas en Hungría inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial. Horthy asumió el cargo de regente para el rey de Habsburgo, quien nunca regresaría a Hungría, y presidió durante los siguientes 24 años un sistema de gobierno aristocrático autoritario, casi feudal, en el que a pesar de todo funcionaba un parlamento y se permitía la oposición política. Entre los opositores de la oligarquía conservadora aristocrática estaban los nacionalistas radicales y los fascistas de clase media y clase trabajadora. Muchos de esos políticos pidieron que se tomaran medidas más radicales para “resolver el problema judío”.
Presionada por los nacionalistas radicales y los fascistas locales, Hungría progresivamente cayó bajo la influencia de Alemania cuando el régimen nazi se consolidó en la década de 1930. Cuando Alemania comenzó a trazar nuevamente los límites nacionales en Europa, Hungría pudo recuperar territorio (con ayuda de Alemania y de Italia). Este territorio incluyó el sur de Eslovaquia,
de Checoslovaquia (1938); Rutenia Subcarpática, de la desmembrada Checoslovaquia (1939); el norte de Transilvania, de Rumania (1940); y la región de Backa, de la desmembrada Yugoslavia (1941). En noviembre de 1940, Hungría se unió a laalianza del Eje. Las tropas húngaras y las alemanas participaron juntas en la invasión de Yugoslavia (abril de 1941) y la Unión Soviética (junio de 1941). Según un censo de 1941, Hungría, incluidos los territorios recientemente anexados, tenía 825.000 habitantes judíos, menos del 6 por ciento de la población total. Esta cifra comprendía a 100.000 convertidos al cristianismo a quienes, según las leyes raciales de Hungría promulgadas entre 1938 y 1941, se los clasificaba como judíos. Las leyes raciales de Hungría tomaron como modelo a las Leyes de Núremberg de Alemania. Las leyes revocaron la condición de ciudadanía igualitaria otorgada a los judíos de Hungría en 1867 y, entre otras disposiciones, definieron a los “judíos” en términos raciales, les prohibieron casarse con no judíos y los excluyeron del ejercicio de diversas profesiones. También prohibieron el empleo de judíos en la función pública y restringieron sus oportunidades en la vida económica.
En 1939, el gobierno húngaro, después de haber prohibido que los judíos formaran parte de las fuerzas armadas, estableció un servicio de trabajos forzados para hombres jóvenes con edad de portar armas. En 1940, la obligación de realizar trabajos forzados se extendió a todos los hombres judíos sanos. Después de que Hungría ingresó a la guerra, los que realizaban trabajos forzados fueron organizados en batallones de trabajo bajo el comando de las autoridades militares húngaras para realizar trabajo de construcción relacionado con la guerra, a menudo bajo condiciones brutales. Al menos 27.000 trabajadores judíos húngaros padecieron condiciones de frío extremo, carecían de refugio, alimentos y atención médica adecuados, y murieron antes de la ocupación alemana de Hungría en marzo de 1944.
En el verano de 1941, las autoridades húngaras deportaron a unos 20.000 judíos, la mayoría de los cuales vivían en Rutenia Subcarpática. Ninguno de ellos había podido conseguir ciudadanía húngara. Estos judíos fueron deportados a Kamenets-Podolski en la Ucrania bajo ocupación alemana, donde los fusilaron destacamentos de los Einsatzgruppe (equipos móviles de matanza) nazis. En enero de 1942, las unidades militares húngaras asesinaron a 3.000 judíos y serbios en Novi Sad, la ciudad principal de la Yugoslavia anexada a Hungría. Sin embargo, cuando el gobierno alemán comenzó a presionar a los húngaros en 1942 para que entregaran a los judíos ciudadanos húngaros a la custodia alemana, Miklós Kallay, el primer ministro de Horthy, se negó a obedecer, a pesar de la importante presión de la derecha radical local. Irónicamente, la mayoría de los judíos húngaros se salvaron de la deportación antes de la ocupación
alemana en 1944, debido a que los nazis no controlaban directamente las actividades internas de sus aliados. HUNGRÍA DESPUÉS DE LA OCUPACIÓN ALEMANA
Retrato de una familia judía húngara. Ellos fueron deportados a Auschwitz donde fueron matados, poco tiempo después de que se tomara esta foto. Kapuvar, Hungría, el 8 de junio de 1944. — US Holocaust Memorial Museum Después de la derrota alemana de 1942-1943 en Estalingrado en el frente oriental, una batalla en la que las unidades húngaras sufrieron tremendas pérdidas, el almirante Miklós Horthy y el primer ministro Miklós Kallay reconocieron que era probable que Alemania perdiera la guerra. Con la aprobación tácita de Horthy, Kallay intentó negociar un armisticio distinto para Hungría con los aliados occidentales. Con el fin de impedir esta iniciativa, las fuerzas alemanas ocuparon Hungría el 19 de marzo de 1944. Se permitió que Horthy siguiera como Regente, pero Kallay fue destituido, y los alemanes pusieron en su lugar como primer ministro al general Dome Sztojay, quien antes había sido ministro húngaro ante Berlín y apoyaba con fanatismo a los alemanes. Sztojay hizo que Hungría continuara con la guerra y colaborara con los alemanes en sus esfuerzos por deportar a los judíos húngaros.
En abril de 1944, las autoridades húngaras ordenaron que los judíos que vivían fuera de Budapest (aproximadamente 500.000) se concentraran en ciertas ciudades, generalmente sedes regionales del gobierno. Los gendarmes húngaros fueron enviados a las regiones rurales para arrestar a los judíos y llevarlos a las ciudades. Las zonas urbanas en que obligaron a los judíos a concentrarse estaban cerradas y eran conocidas como ghettos. A veces, los ghettos abarcaban el área de algún antiguo vecindario judío y, en otros casos, eran simplemente un solo edificio, como una fábrica. En algunas ciudades húngaras, obligaban a los judíos a vivir al aire libre, sin techo ni baño. Las provisiones de alimentos y agua eran peligrosas e inadecuadas. Prácticamente no contaban con atención médica. Las autoridades húngaras prohibieron que los judíos salieran de los ghettos y la policía vigilaba los perímetros de los recintos. Los gendarmes a menudo torturaban a los judíos y les quitaban sus objetos personales de valor. Ninguno de esos ghettos existió durante más de unas pocas semanas y muchos fueron eliminados en cuestión de días.
A mediados de mayo de 1944, las autoridades húngaras, en coordinación con la Policía de Seguridad Alemana, comenzaron a deportar sistemáticamente a los judíos húngaros. El coronel Adolf Eichmann de las SS era el jefe del equipo de “expertos en deportación” que trabajaban con las autoridades húngaras. La policía de este país realizaba los arrestos y obligaba a los judíos a subir a los trenes de deportación. En menos de dos meses, deportaron a cerca de 440.000 judíos desde Hungría en más de 145 trenes. A la mayoría los deportaron a Auschwitz, pero también enviaron a miles a la frontera con Austria para que los hicieran cavar trincheras para las fortificaciones. A fines de julio de 1944, la única comunidad judía que quedaba en Hungría era la de Budapest, la ciudad capital.
Al ver que la situación militar empeoraba y que recibía amenazas (de los líderes aliados) de juicios por crímenes de guerra, Horthy ordenó que se detuvieran las deportaciones el 7 de julio de 1944. En agosto, destituyó al gobierno de Sztojay y reanudó los esfuerzos por llegar a un armisticio, esta vez con la Unión Soviética, cuyo ejército estaba en las fronteras de Hungría. Horthy había iniciado las negociaciones finales con los comandantes del ejército soviético a mediados de octubre, cuando los alemanes auspiciaron un golpe de estado. Arrestaron a Horthy e instalaron un nuevo gobierno húngaro bajo el mano de Ferenc Szalasi, el líder del partido fascista y radicalmente antisemita Cruz Flechada.
Durante el régimen de Szalasi, grupos de la Cruz Flechada instauraron un reino de terror arbitrario contra los judíos de Budapest. Cientos de hombres y mujeres judíos fueron violentamente asesinados. Muchos otros murieron a causa de las brutales condiciones de trabajos forzados a los que los sometía la Cruz Flechada.
En noviembre de 1944, el régimen de la Cruz Flechada ordenó que los judíos que quedaban en Budapest fueran a un ghetto que, con una superficie de 25 hectáreas, se convirtió en la residencia temporal de aproximadamente 70.000 personas. Varios miles de judíos de Budapest también debieron marchar a pie bajo guardia húngara hacia la frontera con Austria durante noviembre y diciembre de 1944. Muchos de ellos que eran demasiado débiles para seguir marchando con tanto frío fueron fusilados en el camino.
En enero de 1945, con las fuerzas soviéticas ya instaladas en la sección Pest de Budapest, Hungría firmó un armisticio. Las fuerzas soviéticas liberaron la sección Buda de la ciudad el 13 de febrero de 1945. Las tropas soviéticas expulsaron a las últimas
unidades alemanas y sus colaboradores de la Cruz Flechada de Hungría occidental a principios de abril de 1945.
De los aproximadamente 825.000 judíos que vivían en Hungría en 1941, unos 63.000 murieron o los mataron antes de la ocupación alemana de marzo de 1944. Bajo ocupación alemana, poco más de 500.000 murieron por causa del maltrato o fueron asesinados. Unos 255.000 judíos, menos de la tercera parte de los que habían vivido dentro de la ampliada Hungría en marzo de 1944, sobrevivieron al Holocausto. Cerca de 190.000 de ellos eran residentes de Hungría con sus fronteras de 1920. LAS IGLESIAS ALEMANAS Y EL ESTADO NAZI
Clérigos católicos y oficiales nazis, entre ellos Joseph Goebbels (extrema derecha) y Wilhelm Frick (segundo, de derecha a izquierda), hacen el saludo nazi. Alemania, fecha incierta. — Bayerische Staatsbibliothek La población de Alemania en 1933 rondaba los 60 millones. Casi todos los alemanes eran cristianos, ya sea católicos romanos (aproximadamente 20 millones) o protestantes (aproximadamente 40 millones). La comunidad judía de Alemania en 1933 era inferior al 1% de la población total del país.
¿De qué modo los cristianos y sus iglesias en Alemania reaccionaron al régimen nazi y a sus leyes, especialmente a la persecución de judíos? La ideología nazi que discriminaba a la raza judía convergió con el antisemitismo que estaba generalizado en toda Europa en ese momento y estaba profundamente arraigado en la historia cristiana. Para demasiados cristianos, las interpretaciones tradicionales de las escrituras religiosas parecían respaldar estos prejuicios.
Las actitudes y acciones de católicos y protestantes alemanes durante la era nazi estaban moldeadas no solo por sus creencias religiosas sino también por otros factores, a saber:
•Repercusión negativa contra la República de Weimar y los cambios políticos, económicos y sociales que ocurrieron en Alemania durante la década de 1920; •Anticomunismo;
•Nacionalismo; y •Resentimiento hacia la comunidad internacional después de la Primera Guerra Mundial, que Alemania perdió y por la cual fue forzada a pagar cuantiosas compensaciones. Estos fueron algunos de los motivos por los cuales la mayoría de los cristianos de Alemania acogieron el surgimiento del nazismo en 1933. También fueron persuadidos por la declaración sobre “cristianismo positivo” mencionada en el Artículo 24 de la Plataforma del Partido Nazi de 1920, en la que se leía:
"Exigimos la libertad de todos los credos religiosos en el estado, en tanto que no pongan en peligro la existencia del estado ni entren en conflicto con la cultura y las creencias morales de la raza germánica. El Partido como tal se atiene al punto de vista de un cristianismo positivo sin atarse confesionalmente a ningún credo en particular. Combate el espíritu materialista judío a nivel nacional e internacional y está convencido de que la recuperación permanente de nuestro pueblo solo podrá lograrse desde las bases del bien común antepuesto al bien individual". A pesar del manifiesto antisemitismo de esta declaración y de su vinculación entre una "libertad" religiosa y una comprensión nacionalista y discriminatoria de la moral, muchos cristianos de Alemania interpretaron esto como una afirmación de los valores cristianos.
IGLESIAS PROTESTANTES EN LA ALEMANIA NAZI La mayor iglesia protestante en Alemania en la década de 1930 era la Iglesia Evangélica, compuesta por 28 iglesias regionales o Landeskirchen que incluían las tres tradiciones teológicas más importantes que habían surgido a partir de la Reforma: la luterana, la reformada y la unida. La mayoría de los 40 millones de protestantes eran miembros de esta iglesia, si bien existían las llamadas iglesias protestantes "libres" menores, como la metodista y la bautista. Históricamente la iglesia Evangélica alemana se consideraba uno de los pilares de la cultura y la sociedad alemanas, con una tradición teológica de lealtad al estado. Durante la década de 1920, surgió un movimiento dentro de la Iglesia Evangélica Alemana llamado Deutsche Christen o "cristianos alemanes". Los "cristianos alemanes" abrazaron muchos de los aspectos raciales y nacionalistas de la ideología nazi. Cuando los nazis llegaron al poder, este grupo procuró crear una "iglesia del Reich" nacional y propugnó una versión "nazificada" del cristianismo. Bekennende Kirche, la "Iglesia Confesionista", surgió en oposición a los “cristianos alemanes”. Su documento fundacional, la Profesión de Fe de Barmen, declaraba que la
iglesia debía fidelidad a Dios y a las escrituras, no a un Führer terrenal. Tanto la Iglesia Confesionista como los "cristianos alemanes" siguieron formando parte de la Iglesia Evangélica Alemana, y el resultado fue una Kirchenkampf, o "lucha religiosa" dentro del protestantismo alemán: un debate y una lucha constantes por el control entre los que buscaban una iglesia "nazificada", los que se oponían y los denominados líderes eclesiásticos "neutrales" cuya prioridad era evitar el cisma religioso y cualquier tipo de conflicto con el estado nazi. Los integrantes más famosos de la Iglesia Confesionista fueron el teólogo Dietrich Bonhoeffer, ejecutado por participar en la conspiración para derrocar al régimen, y el pastor Martin Niemöller, que pasó siete años en campos de concentración debido a sus críticas contra Hitler. Sin embargo, estos clérigos no fueron representativos de la Iglesia Confesionista; a pesar de sus ejemplos, la Kirchenkampf protestante fue principalmente un asunto interno de la iglesia, no una lucha contra el nacionalsocialismo. Incluso en la Iglesia Confesionista, a la mayoría de los líderes religiosos les preocupaba principalmente bloquear la interferencia estatal e ideológica en los asuntos de la iglesia. No obstante, de hecho hubo miembros del clero y laicos que se opusieron al régimen y lo resistieron, incluso hubo quienes ayudaron a los judíos y los ocultaron. LA IGLESIA CATÓLICA ROMANA EN LA ALEMANIA NAZI La Iglesia Católica no se dividió entre facciones ideológicas diferentes tan drásticamente como la Iglesia Protestante, y nunca sufrió una Kirchenkampf interna entre esas partes. Desde un principio, los líderes católicos fueron más recelosos del nacionalsocialismo que los protestantes. El nacionalismo no estaba tan profundamente arraigado en la Iglesia Católica alemana, y el anticatolicismo exacerbado de figuras tales como Alfred Rosenberg, un destacado ideólogo nazi durante el ascenso nazi al poder, planteó un problema entre los líderes católicos de Alemania y el Vaticano. Además, el partido Centro Católico había sido un aliado clave del gobierno de la coalición en la República de Weimar durante la década de 1920 y estaba alineado tanto con los socialdemócratas como con el Partido Demócrata alemán izquierdista, enfrentándolo políticamente contra los partidos de derecha como los nazis. De hecho, antes de 1933, algunos obispos les prohibieron a los católicos de sus diócesis que se afiliaran al partido nazi. Esta prohibición quedó sin efecto después del discurso de Hitler del 23 de mayo de 1933 ante el Reichstag, en el que describía al Cristianismo como el “cimiento” de los valores alemanes. El partido Centro se disolvió en 1933 como parte de la firma de un concordato entre el Vaticano y representantes del gobierno nazi, y varios de sus líderes fueron asesinados en la purga de Röhm en julio de 1934.
RESUMEN En ambas iglesias alemanas había miembros, incluidos clérigos y destacados teólogos, que abiertamente apoyaban al régimen nazi. Con el tiempo se desarrollaron sentimientos antinazis tanto en los círculos protestantes como en los católicos a medida que el régimen nazi ejercía cada vez más presión sobre ellos. A su vez, el régimen nazi vio posibilidades de disenso en las críticas de la iglesia a las medidas estatales. Por ejemplo, cuando se leyó una declaración protestante desde los púlpitos de las iglesias confesionistas en marzo de 1935, las autoridades nazis reaccionaron enérgicamente arrestando por poco tiempo a más de 700 pastores. Después de que la encíclica papal de 1937, Mit brennender Sorge ("Con viva preocupación"), se leyera desde los púlpitos católicos, la Gestapo confiscó copias de oficinas diocesanas en todo el país. La estrategia general de los líderes protestantes y católicos de Alemania fue la precaución con respecto a la protesta y la transigencia con el estado nazi dentro de lo posible. En ambas iglesias hubo críticas internas acerca de la ideología discriminatoria nazi y las nociones de "arianismo", y surgieron movimientos en ambas iglesias para defender a sus miembros considerados "no arios" por las leyes raciales nazis (por ejemplo, los judíos conversos). Sin embargo, durante todo este período, casi no hubo oposición pública al antisemitismo ni voluntad por parte de los líderes eclesiásticos de oponerse públicamente al régimen contra los asuntos de antisemitismo y la violencia oficialmente avalada contra los judíos. Hubo católicos y protestantes que individualmente alzaron la voz a favor de los judíos, y pequeños grupos dentro de ambas iglesias que se involucraron en actividades de rescate y resistencia (por ejemplo, la Rosa Blanca y Herman Maas).
Después de 1945, el silencio de los líderes eclesiásticos y la complicidad generalizada de los "cristianos comunes" obligaron a los líderes de ambas iglesias a abordar los problemas de culpabilidad y complicidad durante el Holocausto-un proceso que continúa a nivel internacional hasta nuestros días. INVASIÓN ALEMANA DE EUROPA OCCIDENTAL, MAYO DE 1940
Vista de Rotterdam después del bombardeo alemán en mayo de 1940. Rotterdam, Países Bajos, 1940. — Instytut Pamieci Narodowej
La campaña contra los Países Bajos y Francia duró menos de seis semanas. Alemania atacó el Oeste el 10 de mayo de 1940. Inicialmente, los comandantes británicos y franceses habían pensado que las fuerzas alemanas atacarían a través del centro de Bélgica como lo habían hecho en la Primera Guerra Mundial y enviaron fuerzas rápidamente a la frontera franco-belga para detener el ataque alemán. Sin embargo, el principal ataque alemán atravesó el bosque de las Ardenas en el sudeste de Bélgica y el norte de Luxemburgo. Tanques e infantería alemanes atravesaron rápidamente las líneas defensivas francesas y avanzaron hacia la costa.
Bélgica y los Países Bajos se rindieron en mayo. Más de 300.000 tropas francesas y británicas fueron evacuadas de las playas cercanas a Dunkerque a través del Canal de la Mancha hacia Gran Bretaña. París, la capital francesa, cayó en manos de los alemanes el 14 de junio de 1940. Como parte del acuerdo de armisticio que Francia firmó con Alemania el 22 de junio, ésta ocupó el norte de ese país y toda su costa atlántica hasta la frontera con España. Se estableció un nuevo gobierno francés en la ciudad de Vichy, que se encontraba en la parte no ocupada del sur de Francia. El gobierno de Vichy, al mando del mariscal Henri Petain, declaró la neutralidad en la guerra entre Alemania y Gran Bretaña pero, en virtud de las disposiciones del armisticio, estaba obligado a cooperar con Alemania. Los alemanes veían la derrota de la Real Fuerza Aérea (RAF) británica como requisito previo para una invasión de las Islas Británicas. Cuando la fuerza área alemana no pudo ganar superioridad aérea sobre el sudeste de Inglaterra en 1940, Hitler pospuso la invasión hasta la primavera de 1941. Después de que se emitiera la primera orden operativa para la invasión alemana de la Unión Soviética en diciembre de 1940, la de Gran Bretaña se pospuso indefinidamente. INVASIÓN ALEMANA DE POLONIA: REFUGIADOS JUDÍOS EN 1939
Las tropas alemanas se acercan a Bydgoszcz. Polonia, 18 de septiembre de 1939. — Wide World Photo Cuando Alemania invadió Polonia en septiembre de 1939, cientos de miles de refugiados judíos y no judíos huyeron del ejército alemán que avanzaba hacia Polonia oriental, con la esperanza de que el ejército polaco pudiera detener el avance de los alemanes hacia el oeste. Muchos de los refugiados huyeron con un destino específico en mente. Se trasladaron a pie o con cualquier transporte disponible (automóviles,
bicicletas, carretas o camiones) por las obstruidas rutas que iban hacia el este. La mayoría se llevó solo lo que podía cargar consigo.
Como huyeron tan de repente, pocos refugiados hicieron planes para imprevistos o dedicaron tiempo a prepararse adecuadamente para un largo viaje. Después de la división de Polonia entre Alemania y la Unión Soviética, las autoridades gubernamentales polacas huyeron del país y en Londres formaron un gobierno en el exilio. Los refugiados que procedían de Polonia oriental se enfrentaron con la posibilidad de un largo exilio de su hogar.
Cuando los soviéticos anexaron Polonia oriental, atraparon a unos 300.000 refugiados judíos de la Polonia bajo ocupación alemana. La gran mayoría de estos refugiados se quedaron en la Polonia bajo ocupación soviética. En 1940 y 1941, los oficiales de la policía secreta soviética arrestaron y deportaron, como “elementos poco fiables”, a cientos de miles de residentes de Polonia oriental, incluidos miles de refugiados judíos de la Polonia bajo ocupación alemana. Los arrestados fueron deportados a Siberia, Asia central, y otros lugares del interior de la Unión Soviética. Unos 40.000 refugiados judíos siguieron huyendo de Polonia, por temor al arresto y la persecución en territorio bajo ocupación alemana o soviética. Más de la mitad de los que huyeron de Polonia fueron a Rumania y Hungría. Otros 15.000 fueron a Lituania, la mayoría a Vilna, Kovno y regiones vecinas.
Miles de refugiados escaparon al sur y reservaron pasajes en barcos que salían de los puertos del mar Negro en Bulgaria y Rumania. Para llegar a la Palestina controlada por los británicos, que era su destino final, era necesario reabastecer los botes de combustible en Turquía. Sin embargo, las autoridades turcas intentaron evitar que los refugiados viajaran por su país a menos que tuvieran permisos de Gran Bretaña para ingresar a Palestina. El Informe Oficial Británico de mayo de 1939 había limitado estrictamente la inmigración judía a Palestina.
La política turca que restringía el tránsito de refugiados a Palestina redujo las posibilidades de escapar y finalmente condujo a la tragedia. En febrero de 1942, el barco “Struma” se hundió en la costa de Turquía. Llevaba a 769 refugiados judíos que intentaban llegar a Palestina. Las autoridades turcas se habían negado a permitir que el bote atracara en Estambul y lo habían llevado a remolque hacia el mar Negro. A las pocas horas el bote se hundió, probablemente como resultado de un golpe de torpedo
proveniente de un submarino soviético cuyo comandante quizás lo confundió con un barco de provisiones del Eje. Solo un pasajero del “Struma” sobrevivió.
El gobierno húngaro toleró el ingreso de los refugiados judíos provenientes de las vecinas Polonia y Eslovaquia, y por lo general no deportó a los judíos húngaros a territorio bajo ocupación alemana. Sin embargo, después de la ocupación alemana de Hungría en marzo de 1944, las autoridades húngaras deportaron a los judíos húngaros y los refugiados judíos polacos por igual. Los alemanes asesinaron a la mayoría en Auschwitz-Birkenau en la primavera y el verano de 1944.
De los 15.000 judíos polacos que hallaron refugio en Lituania, un grupo de 2.100 judíos polacos escapó hacia el este. Desde Lituania, su largo viaje de más 9650 km los llevó a bordo del Ferrocarril Transiberiano hacia Vladivostok y luego por buque de vapor hacia Japón. Varios de estos refugiados escaparon gracias al incansable esfuerzo de muchas personas. La ayuda más importante provino de fuentes inesperadas: representantes del gobierno en el exilio holandés y de Japón, aliado de la Alemania nazi. La actividad humanitaria que estos realizaron en el verano de 1940 fue el acto fundamental de rescate para los refugiados judíos polacos que vivían temporalmente en Lituania.
Algunos refugiados no pudieron escapar de Polonia antes de que las autoridades soviéticas y alemanas controlaran el país. Cuando algunos refugiados llegaron a la línea de demarcación alemana-soviética y a las fronteras de Polonia con los países vecinos, las encontraron cerradas y bajo estricta vigilancia. Algunos refugiados intentaron cruzar a escondidas, a menudo corriendo gran peligro. A los que atrapaban intentando cruzar las zonas bajo ocupación o tratando de huir sin documentos, los guardias de las fronteras soviéticas y alemanas los arrestaban y los sometían a violencia arbitraria.
Para otros, la posibilidad del exilio permanente lejos de su hogar resultaba abrumadora. Sin un centavo, cansados de vagar sin rumbo y desesperados por ver nuevamente a sus familias que estaban en la zona de Polonia bajo ocupación alemana, algunos refugiados volvieron a su hogar, cruzando la línea de demarcación alemanasoviética hasta llegar a la Polonia bajo ocupación alemana. INVASIÓN DE LA UNIÓN SOVIÉTICA EN JUNIO DE 1941
Fuerzas alemanas con sus provisiones en el cruce de un río camino al frente. Unión Soviética, octubre de 1941. — US Holocaust Memorial Museum Con el nombre en código "Operación Barbarroja", la Alemania nazi invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, en lo que fue la operación militar alemana más grande de la Segunda Guerra Mundial. La destrucción de la Unión Soviética mediante el uso de la fuerza militar, la eliminación permanente de lo que se percibía como amenaza comunista hacia Alemania, y la confiscación de importantes tierras dentro de las fronteras soviéticas para establecer asentamientos alemanes a largo plazo habían sido una política central del movimiento nazi desde la década de 1920. Adolf Hitler siempre había considerado el pacto alemán soviético de no agresión, firmado el 23 de agosto de 1939, como una maniobra táctica y temporal. En julio de 1940, apenas semanas después de la conquista alemana de Francia y los Países Bajos, Hitler decidió atacar a la Unión Soviética durante el año siguiente. El 18 de diciembre de 1940, firmó la Directiva 21 (llamada en código "Operación Barbarroja"), la primera orden operativa para la invasión de la Unión Soviética. Desde el principio de la planificación operativa, el ejército y las autoridades policiales alemanas intentaron emprender una guerra de aniquilación contra el estado comunista y los judíos de la Unión Soviética, a quienes definían como la "base racial" del Estado soviético. Durante los meses de invierno y primavera de 1941, los oficiales del Alto Comando del Ejército (Oberkommando des Heeres, OKH) y la Oficina Principal de Seguridad del Reich (Reichssicherheitshauptamt, RSHA) negociaron acuerdos para el despliegue de unidades especiales (Einsatzgruppen) de la Policía de Seguridad y el Servicio de Seguridad (Sicherheitsdienst, SD) por detrás de las primeras líneas para aniquilar físicamente a judíos, comunistas y otras personas consideradas peligrosas para el establecimiento de un gobierno alemán a largo plazo en territorio soviético. Con 134 divisiones con máxima capacidad de lucha y 73 divisiones más para el despliegue detrás del frente, las fuerzas alemanas invadieron la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, antes de que se cumplieran dos años de la firma del pacto alemánsoviético. Tres grupos del ejército que contaban con más de tres millones de soldados alemanes, apoyados por 650 mil soldados de los aliados de Alemania (Finlandia y Rumania), a los que luego se sumaron unidades de Italia, Croacia, Eslovaquia y Hungría, atacaron la Unión Soviética a lo largo de un amplio frente que iba desde el Mar Báltico en el norte hasta el Mar Negro en el sur. Durante meses la dirigencia soviética se había negado a aceptar las advertencias que las potencias occidentales le hacían sobre la acumulación de tropas alemanas a lo largo de su frontera occidental. De este modo, los alemanes y sus socios del Eje lograron una sorpresa táctica casi completa. Gran parte de la fuerza aérea soviética existente fue destruida en tierra.
Inicialmente, los ejércitos soviéticos fueron superados. Las unidades alemanas sitiaron a millones de soldados soviéticos que, al tener cortadas las provisiones y los refuerzos, no tuvieron muchas más opciones que rendirse. A medida que el ejército alemán se adentraba más en el territorio soviético, unidades de las SS y la policía seguían las tropas. Las primeras en llegar fueron los Einsatzgruppen de la Policía de Seguridad y la SD, a quienes la RSHA había encargado el reconocimiento y la eliminación de aquellas personas que pudieran organizar e implementar la resistencia a las tropas de ocupación alemanas, identificar y concentrar a los grupos de personas que eran “hostiles” al régimen alemán en el Este, establecer redes de inteligencia y conseguir documentación e instalaciones clave.
Conocidos también como “equipos móviles de matanza”, los Einsatzgruppen comenzaron sus operaciones de matanzas en masa, principalmente de hombres judíos, funcionarios del partido comunista y del estado y romaníes soviéticos, y a menudo con la ayuda del personal del ejército alemán, establecieron ghettos y otras instalaciones de contención para concentrar grandes cantidades de judíos soviéticos.
A partir de fines de julio, con la llegada de los representantes de Himmler, los líderes de más alto rango de las SS y la policía y refuerzos significativos, las SS y la policía, apoyados por auxiliares reclutados en forma local, comenzaron a aniquilar físicamente a comunidades judías enteras en la Unión Soviética. El éxito obtenido en el frente militar y en el asesinato de los judíos soviéticos contribuyó a la decisión de Hitler de deportar a los judíos alemanes a la Unión Soviética ocupada, a partir del 15 de octubre de 1941, comenzando así lo que se llamaría la política de "Solución final": la aniquilación física de los judíos europeos. A pesar de las pérdidas catastróficas durante las primeras seis semanas de la guerra, la Unión Soviética no colapsó como habían anticipado los líderes nazis y los comandantes del ejército alemán. A mediados de agosto de 1941, la resistencia soviética se endureció y sacó a los alemanes de su cronograma poco realista. Sin embargo, a fines de septiembre de 1941, las fuerzas alemanas llegaron a las puertas de Leningrado en el norte. Tomaron Smolensk en el centro y Dnepropetrovsk (Dnipropetrovs'k) en Ucrania. En el sur, cubrieron la Península de Crimea. A principios de diciembre, las unidades alemanas llegaron a las afueras de Moscú.
Pero después de meses de campaña, el ejército alemán estaba exhausto. Los estrategas alemanes, que habían confiado en un colapso soviético rápido, no habían equipado a sus tropas para la lucha en invierno. Y como esperaban que el personal militar viviera
de lo que producía la tierra de una Unión Soviética conquistada a costa de la población local, que según los cálculos alemanes moriría de hambre por millones, los estrategas alemanes no proporcionaron los alimentos y medicamentos suficientes. Peor aún fue que las tropas alemanas avanzaban tan rápidamente que superaban a sus líneas de suministro, y dejaban así flancos apenas defendidos vulnerables al contraataque soviético a lo largo del trecho de 1.000 millas (1.609 km) que iba desde Berlín hasta Moscú.
El 6 de diciembre de 1941, la Unión Soviética lanzó un gran contraataque contra el centro del frente y expulsó a los alemanes de Moscú en medio del caos. Sólo unas semanas más tarde, los alemanes pudieron estabilizar el frente del este de Smolensk. En el verano de 1942, los alemanes retomaron la ofensiva con un ataque a gran escala en el sur y sureste hacia la ciudad de Estalingrado (Volgogrado) sobre el río Volga y hacia los yacimientos petrolíferos del Cáucaso. Cuando los alemanes llegaron en septiembre de 1942 a las afueras de Estalingrado y se acercaron a Groznyj (Groznyy) en el Cáucaso, aproximadamente a 120 millas (193 km) de las costas del Mar Caspio, la dominación alemana de Europa alcanzó su extensión geográfica mayor. LA INVENCIÓN DE UNA PALABRA Y EL PALADÍN DE UNA CAUSA: LA HISTORIA DE RAFAEL LEMKIN Rafael Lemkin, un jurista polaco-judío, nació en 1900 en una pequeña granja cerca de Wolkowysk, Polonia. Sus memorias detallan su familiarización de joven con la historia de los ataques otomanos contra los armenios (que la mayoría de académicos cree que constituye el genocidio), pogroms antisemíticos, y otras historias de violencia contra grupos que formaron sus creencias sobre la necesidad de la protección legal de los grupos.
Ya en 1933 estaba trabajando en foros internacionales para introducir medidas de seguridad para grupos étnicos, religiosos y sociales, pero sin éxito. Cuando el ejercito alemán invadió Polonia, se escapó de Europa, eventualmente llegando a los Estados Unidos, donde fué nombrado profesor en la Duke University. Se mudó a Washington, D.C. en el verano de 1942 para trabajar en el departamento de guerra como analista. Luego documentó las atrocidades nazis en su libro de 1944, El régimen del Eje en la Europa ocupada. En este texto, introdujo la palabra “genocidio”.
“Por el término 'genocidio' queremos decir la destrucción de una nación o de un grupo étnico. Esta palabra nueva, inventada por el autor para denotar una práctica antigua
en su versión moderna, se compone de la antigua palabra griega genos (raza, tribu) y de la palabra latina cide (matar). … En términos generales, el genocidio no significa necesariamente la destrucción inmediata de una nación, salvo cuando se realiza por el exterminio masivo de todos los miembros de una nación. En cambio, intenta significar un plan coordinado, comprensivo de diversas acciones, con el propósito de destruir los fundamentos esenciales de la vida de grupos nacionales y de aniquilar los grupos en sí. El genocidio se dirige contra el grupo nacional como una entidad, y las acciones del mismo son dirigidas a los individuos, no en su calidad de individuos, pero como miembros de un grupo nacional” (80). Más tarde trabajó con un equipo de americanos en la preparación de los juicios de Nuremberg, donde logró incluir la palabra “genocidio” en la acusación contra los líderes nazis. Pero el genocidio no era todavía un crimen legal, y el veredicto en Nuremberg no cubría ataques contra grupos durante tiempos de paz, solamente crímenes cometidos como parte de una guerra agresiva. Mientras estaba en Nuremberg, Lemkin también se enteró de la muerte de 49 miembros de su familia, incluyendo sus padres, en campos de concentración, el ghetto de Varsovia, y en las marchas de la muerte.
Volvió de Europa determinado a ver el término “genocidio” incorporado al derecho internacional y empezó a buscar apoyo para esto en las primeras sesiones de las Naciones Unidas. Sus esfuerzos infatigables para ganar el apoyo de las delegaciones nacionales y de los lideres internacionales fueron eventualmente recompensados. El 9 de diciembre de 1948, las Naciones Unidas aprobaron la Convención de las medidas de precaución y castigo del genocidio. Lemkin no se conformó con sólo este documento, y dedicó el resto de su vida a instar a distintas naciones a aprobar legislación apoyando la Convención. Murió en 1959, empobrecido y agotado por sus esfuerzos. ITALIA
El líder fascista Benito Mussolini (centro) con sus asesores. Italia, década de 1920. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. En octubre de 1922, el rey Víctor Manuel III nombró primer ministro de Italia al dirigente del partido fascista italiano, Benito Mussolini. Poco tiempo después, los fascistas establecieron una dictadura.
La comunidad judía italiana, una de las más antiguas de Europa, ascendía a aproximadamente 50.000 personas en 1933. Los judíos habían vivido en Italia durante más de doscientos años. En la década de 1930, los judíos italianos estaban completamente integrados a la cultura y sociedad italiana. Había relativamente muy poco antisemitismo aparente entre los italianos. A principios de la década de 1930, el fascismo italiano no se concentró en el racismo ni en el antisemitismo.
En 1938, en parte debido a la presión de la Alemania nazi, el régimen fascista italiano aprobó leyes antisemitas. Estas leyes prohibían el matrimonio entre judíos y no judíos y apartó a los maestros judíos de las escuelas públicas. Los judíos extranjeros que vivían como refugiados en Italia fueron recluidos en campos de detención, donde vivían en condiciones tolerables: las familias permanecían unidas y los campos ofrecían escuelas, actividades culturales y eventos sociales.
ÁREAS OCUPADAS POR LOS ITALIANOS Italia se unió a la Segunda Guerra Mundial en junio de 1940 como aliada de Alemania, con ansias de establecer un nuevo imperio italiano. Italia ocupó territorio en Yugoslavia (1941), Grecia (1941) y una pequeña porción del sur de Francia (1942). Aunque estaba aliada a Alemania, la Italia fascista no cooperó de buena gana con el plan nazi para exterminar a los judíos de Europa. Los italianos en general se rehusaban a participar en el genocidio, o a permitir deportaciones de Italia o las zonas de ocupación italiana en Yugoslavia, Grecia y Francia a los campos de exterminio nazis. Los funcionarios y oficiales militares italianos generalmente protegían a los judíos y las áreas ocupadas por los italianos eran relativamente seguras para ellos. Entre 1941 y 1943, miles de judíos escaparon de territorio ocupado por alemanes a Italia y a territorio ocupado por italianos.
ÁREAS DE ITALIA OCUPADAS POR LOS ALEMANES Los reveses militares en el norte de África y la invasión aliada de Sicilia y el sur de Italia en 1943 contribuyeron a derrocar la dictadura de Benito Mussolini. El rey Víctor Manuel III ordenó la detención de Mussolini. Pietro Badoglio, el nuevo primer ministro, negoció un cese del fuego con los Aliados a comienzos de septiembre de 1943. Las fuerzas alemanas ocuparon rápidamente la mayor parte del norte y centro de Italia. Soldados paracaidistas alemanes liberaron a Mussolini de la prisión y lo instalaron
como el jefe de un gobierno títere pro-alemán ubicado en Salo al norte de Italia. Las fuerzas alemanas también ocuparon las zonas italianas en Yugoslavia, Grecia y Francia. La ocupación alemana del norte de Italia alteró radicalmente la situación de los judíos italianos, la mayoría de quienes vivían en el norte. Las autoridades alemanas comenzaron casi de inmediato a deportar a los judíos tanto de las áreas de Italia ocupadas por los alemanes como de las anteriores zonas de ocupación italiana en el sur de Europa.
ITALIA OCUPADA POR LOS ALEMANES: CAMPOS Y DEPORTACIONES En octubre y noviembre de 1943, los alemanes organizaron la redada de judíos en Roma, Milán, Génova, Florencia, Trieste y otras ciudades importantes del norte de Italia. Los judíos eran confinados en campos de tránsito como el campo Fossoli di Carpi, originalmente un campo de detención dirigido por los italianos aproximadamente a 20 kilómetros al norte de Módena, y el campo Bolzano en el noreste de Italia, establecido a fines de 1943. Periódicamente, los nazis deportaban judíos de estos campos al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. En Trieste, las autoridades nazis torturaron y asesinaron aproximadamente a 5.000 personas, en su mayoría, prisioneros políticos, en La Risiera di San Sabba, que funcionaba principalmente como un campo de detención policial. San Sabba también funcionó como un campo de tránsito para deportar judíos del noreste de Italia a Auschwitz-Birkenau. Algunos judíos fueron deportados de San Sabba y varias docenas de judíos fueron asesinados allí. Mantua, Milán y Borgo San Dalmazzo fueron otros puntos de reunión para los judíos durante las deportaciones de Italia.
Bajo la ocupación alemana, las autoridades nazis deportaron unos 8.000 judíos de Italia a Auschwitz-Birkenau y otros campos nazis. Casi 2.000 judíos fueron deportados de Rodas, una isla del Mar Egeo que había sido parte de Italia antes de la guerra. Alrededor de 7.600 de los deportados fueron asesinados. Debido a que las autoridades italianas obstruían las deportaciones y muchos judíos italianos lograron ocultarse o escapar hacia el sur a zonas de Italia ocupadas por los Aliados, más de 40.000 judíos sobrevivieron el Holocausto en Italia.
A fines de abril de 1945, partisanos comunistas capturaron y ejecutaron a Mussolini. Las fuerzas alemanas en Italia se rindieron ante los aliados el 2 de mayo de 1945. JASENOVAC
Roma (gitanos) deportados a Kozare y Jasenovac, dos campos de concentración en Croacia. Yugoslavia, julio de 1942. — Muzej Revolucije Narodnosti Jugoslavije El campo de Jaseonvac consistía de cinco instalaciones de detención establecidas entre agosto de 1941 y febrero de 1942 por las autoridades del llamado Estado Independiente de Croacia. Mientras Alemania y sus aliados del Eje invadían y dividían Yugoslavia en abril de 1941, alemanes e italianos apoyaron la proclamación del llamado Estado Independiente de Croacia por la Ustaša, una organización fanáticamente nacionalista, fascista, separatista y terrorista, el 10 de abril de 1941.
Después de tomar el poder, las autoridades de la Ustaša construyeron numerosos campos de concentración en Croacia entere 1941 y 1945. Esto campos se usaron para aislar y asesinar judíos, serbios, roma (también conocidos como gitanos), y otras minorías no católicas, así como a croatas que eran adversarios políticos y religiosos del régimen. El campo más grande era el de Jasenovac, un conjunto de cinco campos sobre la orilla del río Sava, unas 60 millas al sur de Zagreb. Se calcula actualmente que el régimen de la Ustaša asesinó entre 56.000 y 97.000 personas en Jasenovac entre 1941 y 1945.
A fines de agosto de 1941, las autoridades croatas crearon los primeros dos campos del complejo de Jaseonvac - Krapje y Brocica. Estos dos campos se cerraron cuatro meses después. Los otros tres campos en el complejo eran: Ciglana, establecido en noviembre de 1941 y desmontado en abril de 1945; Kozara, establecido en febrero de 1942 y desmontado en abril de 1945; y Stara Gradiška, que había sido un centro de detención independiente para prisioneros políticos desde el verano de 1941 y fue convertido en un campo de concentración para mujeres en el invierno de 1942.
Los campos eran vigilados por la policía política croata y el personal de la milicia Ustaša, que era la organización paramilitar del movimiento Ustaša.
Las condiciones de los campos de Jasenovac eran horrendas. Los prisioneros recibían muy poca comida. Las instalaciones de vivienda e higiene eran totalmente inadecuadas.
Peor aún, los guardias torturaban, aterrorizaban y asesinaban los prisioneros libremente.
Desde su creación en 1941 hasta la evacuación en abril de 1945, las autoridades croatas asesinaron a miles de personas en Jasenovac. Entre las victimas se hallaban: entre 45.000 y 52.000 residentes serbios del llamado Estado Independiente de Croacia; entre 8.000 y 20.000 judíos; entre 8.000 y 15.000 roma (gitanos); y entre 5.000 y 12.000 croatas y musulmanes, que eran adversarios políticos y religiosos del régimen.
Las autoridades croatas asesinaron entre 330.000 y 390.000 residentes serbios de Croacia y Bosnia durante el periodo del gobierno Ustaša; más de 30.000 judíos croatas fueron asesinados en Croacia o en Auschwitz-Birkenau.
Entre 1941 y 1943, las autoridades croatas deportaron judíos de todo el llamado Estado Independiente a Jasenovac y fusilaron muchos de ellos en los sitios de matanza cercanos de Granik y Gradina. Los responsables del complejo de campos no mataron a los judíos que tenían habilidades o entrenamiento especiales, como médicos, electricistas, carpinteros, y sastres. En dos operaciones de deportación, en el verano de 1942 y marzo de 1943, las autoridades croatas permitieron a los alemanes transferir la mayoría de los judíos sobrevivientes de Croacia (alrededor de 7.000 en total), incluyendo la mayoría de los que todavía estaban vivos en Jasenovac, a AuschwitzBirkenau en la Polonia ocupada.
A medida que el movimiento de la resistencia partisana bajo el comando del líder comunista Josip Broz (Tito) se acercaba a Jasenovac a fines de abril de 1945, varios cientos de prisioneros se rebelaron contra los guardias del campo. Muchos de los prisioneros murieron; unos pocos lograron escaparse. Los guardias asesinaron a la mayoría de los prisioneros sobrevivientes antes de desmontar los últimos tres campos de Jasenovac a fines de abril. Los partisanos invadieron Jasenovac a principios de mayo de 1945.
La determinación del número de victimas en Yugoslavia, Croacia, y Jasenovac es altamente problemática debido a la destrucción de muchos de los documentos relevantes, la inaccesibilidad prolongada que han tenido académicos independientes respecto de los documentos que sobrevivieron, y las agendas ideológicas de los académicos y el periodismo partisano de la posguerra, que han sido y continúan influídos por la tensión étnica, el prejuicio religioso, y el conflicto ideológico. Las
estimaciones ofrecidas aquí son basadas sobre el trabajo de varios historiadores que han usado censos y cualquier otra documentación disponible en los archivos alemanes, croatas, otros en la ex Yugoslavia y en otros lugares.
A medida que más documentos se hacen accesibles y más investigaciones se hacen sobre los documentos del régimen Ustaša, historiadores y demógrafos serán capaces de determinar cifras más precisas que las que hay disponibles al presente. JOHN DEMJANJUK: JUICIO A UN COLABORADOR NAZI
El acusado John Demjanjuk habla de los documentos que se muestran en una gran pantalla en el tribunal. Jerusalén, Israel, 27 de julio de 1987. — Israel Government Press Office El ucraniano soviético John Demjanjuk ocupó el banquillo de los acusados en cuatro procedimientos judiciales diferentes por supuestos delitos cometidos mientras se desempeñaba como colaborador del régimen nazi. El juicio que enfrenta actualmente en Alemania puede ser la última vez que se procese a un criminal de guerra de la época nazi. Si ello sucediera, implicaría el fin del período de 65 años de juicios iniciado con el Tribunal Internacional Militar de Núremberg.
Perspectiva general El ucraniano John (Iwan) Demjanjuk ocupó el banquillo de los acusados en cuatro procedimientos judiciales diferentes por delitos cometidos mientras se desempeñaba como colaborador del régimen nazi. La participación de Demjanjuk en el Holocausto se investiga desde 1975. Debido a juicios realizados en los Estados Unidos, perdió la ciudadanía de ese país en dos ocasiones, fue deportado una vez y extraditado dos, para ser procesado en una oportunidad en Israel y en otra, en Alemania. El juicio de Demjanjuk en Alemania, que terminó en mayo de 2011, puede ser la última vez que se procese a un criminal de guerra de la época nazi. En tal caso, implicaría el fin del período de 65 años de juicios iniciado con el Tribunal Internacional Militar de Núremberg.
Algunos hechos del pasado de Demjanjuk no están en discusión. Nació en marzo de 1920 en Dobovi Makharyntsi, un pueblo de Vinnista Oblast en lo que era la Ucrania soviética. Demjanjuk fue reclutado por el ejército soviético y capturado por tropas alemanas en la batalla de Kerch en mayo de 1942. En 1952 emigró a los Estados Unidos,
donde obtuvo la ciudadanía en 1958. Se estableció en Seven Hills, un suburbio de Cleveland, Ohio, y trabajó durante muchos años en una planta automotriz de la empresa Ford.
Primer juicio: Israel, 1987 El Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DOJ) adujo que Demjanjuk había falsificado sus documentos de inmigración y ciudadanía para ocultar su servicio en la Segunda Guerra Mundial en el centro de exterminio de Treblinka, por lo cual, comenzó a investigarlo en 1975 e inició el proceso de desnaturalización en su contra en 1977. El caso había comenzado como una investigación del campo de Sobibor, debido a los supuestos servicios de Demjanjuk en ese centro de exterminio y a las declaraciones de un testigo soviético llamado Ignat' Danil'chenko a fines de los años cuarenta. Según Danil'chenko, había conocido a Demjanjuk cuando ambos prestaron servicio en Sobibor y en el campo de concentración de Flossenbürg hasta 1945. Sin embargo, sobrevivientes judíos reconocieron en unas fotos a Demjanjuk prestando servicio en Treblinka cerca de las cámaras de gas. En consecuencia, funcionarios del gobierno de los EE. UU. presentaron cargos por su desempeño en Treblinka. En 1979, la nueva Oficina de Investigaciones Especiales (OSI) del Departamento de Justicia de los Estados Unidos se hizo cargo de la fiscalía del caso.
Tras una extensa investigación y un juicio en 1981, el Tribunal Federal de Distrito de Cleveland le revocó a Demjanjuk su ciudadanía estadounidense. Mientras las autoridades de ese país procedían a deportarlo, el gobierno israelí solicitaba su extradición. Luego de una audiencia obligatoria, las autoridades estadounidenses extraditaron a Demjanjuk a Israel para que fuera juzgado por los cargos de crímenes contra el pueblo judío y contra la humanidad. Demjanjuk era la segunda persona que se juzgaba por estos cargos en Israel. El primero fue Adolf Eichmann, declarado culpable en 1961 y ejecutado en 1962.
El juicio comenzó en Jerusalén el 16 de febrero de 1987. La fiscalía sostenía que cuando Demjanjuk era prisionero de guerra de los alemanes, se ofreció como voluntario para unirse a una unidad especial de las SS (Schutzstaffel o escuadras de protección) en el campo de entrenamiento de Trawniki (cerca de Lublin, Polonia), donde se entrenó como policía auxiliar para participar en la Operación Reinhard, plan para asesinar a todos los judíos que residían en la Polonia ocupada por Alemania. La fiscalía acusó a Demjanjuk de ser guardia del centro de exterminio de Treblinka, donde los prisioneros lo conocían como “Iván el terrible”, y también de operar y mantener los motores diesel
utilizados para bombear monóxido de carbono en las cámaras de gas de Treblinka. Varios sobrevivientes judíos de Treblinka identificaron a Demjanjuk como “Iván el terrible”, prueba clave de que estuvo en el centro de exterminio. Campo de entrenamiento de Trawniki Una prueba fundamental fue la tarjeta de identidad de Demjanjuk del campo de Trawniki, que se encontró en un archivo soviético. Las autoridades en Trawniki emitían tales documentos a los hombres encargados de proteger los destacamentos fuera del campo. La defensa de Demjanjuk manifestó que la tarjeta era una falsificación soviética, a pesar de varias pruebas forenses que verificaron su autenticidad. Demjanjuk, que por entonces tenía 67 años de edad, testificó en su defensa y sostuvo que había pasado la mayor parte de la guerra como prisionero de guerra cautivo en manos de los alemanes en un campo cerca de Chelm, Polonia. La tarjeta de identidad fue clave para los cargos presentados por el gobierno estadounidense y por la fiscalía israelí. Sin embargo, no ubicaba a Demjanjuk en Treblinka, sino como guardia en una propiedad de las SS en Okzów, cerca de Chelm, en septiembre de 1942, y como guardia en el centro de exterminio de Sobibor desde marzo de 1943. Aunque la tarjeta contenía cierta información que contradecía el testimonio de los sobrevivientes de Treblinka, era el único documento disponible que ubicaba a Demjanjuk en Trawniki como policía auxiliar (es decir, en la reserva de auxiliares de donde se seleccionaban los guardias de Treblinka). No se encontró prueba irrefutable de los tiempos de guerra que ubicara a Demjanjuk en Treblinka.
Tatuaje de Demjanjuk Otra prueba a favor de los argumentos de la fiscalía fueron las cicatrices del brazo izquierdo de Demjanjuk, restos de un tatuaje que identificaba su tipo de sangre. Las autoridades de las SS iniciaron la práctica de tatuar el tipo de sangre en las Waffen SS(SS militares) en 1942. También tenían los mismos tatuajes algunos miembros de las Unidades de la Calavera de las SS en el sistema alemán de campos de concentración, ya que se consideraban vinculados a las Waffen SS en los aspectos administrativos después de 1941. Sin embargo, el tatuaje del tipo de sangre nunca se implementó de manera sistemática. Por lo tanto, esta prueba física solo sugería, pero de ninguna forma probaba, que Demjanjuk podría haber actuado como guardia en un campo de concentración. La existencia de cicatrices de un “tatuaje de las SS” desorientó a las fiscalías tanto en los Estados Unidos como en Israel en cuanto a su importancia, dado que existía una confusión en la cultura popular entre el tatuaje del tipo de sangre (obligatorio) y el tatuaje de runas de las SS (voluntario). No existen pruebas de que se tatuara a los prisioneros de guerra que se entrenaban como policías auxiliares en Trawniki.
Veredicto y apelación israelíes Basado principalmente en la identificación realizada por los sobrevivientes, el tribunal israelí condenó a Demjanjuk y lo sentenció a muerte el 25 de abril de 1988. Era la segunda vez que un tribunal israelí imponía la pena de muerte a un acusado condenado (la primera vez fue a Eichmann). Mientras la apelación de Demjanjuk se presentaba en la Corte Suprema israelí, la Unión Soviética se desintegraba en 1991. En consecuencia, tanto la fiscalía como la defensa tuvieron acceso a cientos de miles de páginas de documentos previamente desconocidos. En los registros de la ex KGB ucraniana en Kiev, la defensa de Demjanjuk encontró docenas de declaraciones de ex guardias de Treblinka que habían sido enjuiciados por las autoridades soviéticas a principios de los años sesenta.
Ninguno de ellos identificó a Demjanjuk en Treblinka. Sin embargo, sistemáticamente se referían a un Ivan Marchenko, quien había prestado servicios como operador de un motor de gasolina en Treblinka desde el verano de 1942 hasta el levantamiento de los prisioneros en 1943, y quien se había destacado por ser un policía auxiliar particularmente cruel y el autor de actos que coincidían con lo que recordaban los sobrevivientes judíos de Treblinka. Luego de regresar a Trawniki en agosto de 1943, Marchenko fue transferido a Trieste, Italia, y desapareció hacia el final de la guerra. Su destino sigue siendo una incógnita.
Sin embargo, la sola existencia de estas declaraciones creó duda razonable suficiente de que Demjanjuk alguna vez hubiera prestado servicios en Treblinka. Esto hizo que la Corte Suprema Israelí anulara la condena de Demjanjuk el 29 de julio de 1993, sin efecto de cosa juzgada, lo que significa que la fiscalía israelí podría juzgarlo por cargos relacionados con otros delitos.
Nuevas pruebas en archivos de la ex Unión Soviética Tal procedimiento fue posible gracias a que en los archivos del Servicio de Seguridad Federal de la Federación Rusa de Moscú se descubrió correspondencia interna del personal del campo de entrenamiento que funcionaba en Trawniki. Estos documentos ubicaban a Demjanjuk en el centro de exterminio de Sobibor a partir del 26 marzo de 1943 y en el campo de concentración de Flossenbürg desde el 1 de octubre de 1943. Las pruebas que lo ubicaban en Sobibor coincidían con la información de la tarjeta de identidad de Trawniki y con el testimonio de Danil'chenko. Además, tras la extradición de Demjanjuk a Israel, los investigadores de la OSI, mientras revisaban registros originales administrativos y del personal procedentes de
Flossenbürg, encontraron referencias al nombre de Demjanjuk vinculado a su número de identificación militar en Trawniki (1393), lo cual corroboraba de forma independiente el testimonio de Danil'chenko de que Demjanjuk había prestado servicios en Flossenbürg.
En el verano de 1991, un miembro de la OSI que investigaba los Archivos Nacionales Lituanos en Vilnius buscando documentación relacionada con un batallón de la policía lituana encontró por casualidad un documento según el cual Demjanjuk había sido miembro de la guardia entrenada en Trawniki en un destacamento del campo de concentración de Majdanek entre noviembre de 1942 y principios de marzo de 1943.
Ciudadanía estadounidense recuperada y revocada nuevamente Tras su primera extradición a Israel, la familia de Demjanjuk había presentado ante el Departamento de Justicia de los Estados Unidos una solicitud en el marco de la Ley de Libertad de Información, a fin de tener acceso a todos los archivos de investigación de la OSI relacionados con Demjanjuk, Trawniki y Treblinka. Luego de recibir estos documentos y después de años de litigio, la defensa estadounidense presentó una demanda contra el gobierno de los EE. UU. para invalidar la revocación de la ciudadanía y acusó a la OSI por mala conducta de la fiscalía. Mientras tanto, a pesar de contar con la opción legal correspondiente, las autoridades israelíes no enjuiciaron a Demjanjuk por sus actividades en Sobibor y se preparaban para liberarlo. En junio de 1993, un funcionario designado en representación de la Corte estadounidense concluyó que la OSI había ocultado inadvertidamente documentación que podría haber sido útil para la defensa de Demjanjuk en 1981. Basado en tal conclusión, el Sexto Circuito del Tribunal de Apelación de Cincinnati ordenó a la fiscal general de los Estados Unidos, Janet Reno, permitir el regreso de Demjanjuk al país. Después de otros cinco años de litigio, el 20 de febrero de 1998, el Tribunal de Distrito de Cleveland le devolvió la ciudadanía estadounidense a Demjanjuk, pero sin efecto de cosa juzgada, dejando la opción abierta para que la OSI procediera con una nueva causa sobre la base de nuevas pruebas.
Con cinco años de una atenta revisión de miles de documentos relacionados con Trawniki disponibles recién en 1991, los investigadores de la OSI pudieron analizar documentos de los tiempos de guerra para rastrear todo el desempeño de Demjanjuk como guardia entrenado en Trawniki y como guardia de un campo de concentración de 1942 a 1945. Con esas pruebas nuevas, el equipo de la OSI pudo comprender sobre una base más documentada cuál había sido la importancia del campo de Trawniki durante
el Holocausto y de qué modo las autoridades de los campos asignaban funciones al personal.
En 1991, la OSI inició un nuevo proceso de desnaturalización en contra de Demjanjuk, con el argumento de que había prestado servicios como policía auxiliar entrenado en Trawniki, Sobibor y Majdanek, y luego como miembro del Batallón de la Calavera de las SS en Flossenbürg. Como consecuencia, en 2002 Demjanjuk volvió a perder la ciudadanía estadounidense. Esta vez, para siempre. Luego de que un tribunal de apelación federal confirmara esta decisión, la OSI inició un procedimiento de deportación en diciembre de 2004. Un año más tarde, en diciembre de 2005, el Tribunal de Inmigración de los Estados Unidos ordenó que se deportara a Demjanjuk a su Ucrania nativa.
Demjanjuk apeló la orden de deportación por varios motivos. Entre ellos, argumentó que dada su edad y su salud deteriorada, la deportación constituiría tortura, y buscó protección bajo la Convención de las Naciones Unidades contra la Tortura. El 19 de mayo de 2008, la Corte Suprema de los Estados Unidos rechazó esa apelación. El mismo año, las autoridades alemanas expresaron su interés en juzgar a Demjanjuk por cargos de cómplice de asesinato durante su servicio en Sobibor.
Segundo juicio: Alemania, 2009 Demjanjuk fue trasladado de los Estados Unidos a Alemania en mayo de 2009. A su llegada, las autoridades alemanas lo arrestaron y lo recluyeron en la prisión de Stadelheim, en Múnich. En julio de 2009, la fiscalía alemana lo acusó por 28.060 cargos de cómplice de asesinato en Sobibor. Las autoridades jurisdiccionales alemanas se basaron en los asesinatos de las personas traídas a Sobibor en 15 trenes desde el campo de Westerbork de los Países Bajos entre abril y julio de 1943. Ello incluía a ciudadanos alemanes que habían huido a Holanda en los años treinta.
Demjanjuk, de 89 años de edad, sostuvo que estaba demasiado débil para ser procesado, pero el tribunal dispuso que el juicio podía proseguir con dos sesiones de 90 minutos por día. En noviembre de 2009, nuevamente ocupó el banquillo de los acusados. Durante este juicio, las pruebas que implicaban a Demjanjuk no se basaron en el testimonio de sobrevivientes, sino en la documentación de los tiempos de guerra, la cual revelaba que había prestado servicios en Sobibor. Debido a que los testigos anteriores habían fallecido, el tribunal de Múnich aceptó que se leyera en el juicio el
testimonio de los sobrevivientes, a fin de facilitar las conclusiones sobre asesinato masivo, y determinar la identidad y ciudadanía de muchas de las víctimas.
Luego de 16 meses de juicio, el proceso se cerró a mediados de marzo de 2011. El 12 de mayo de 2011, Demjanjuk fue declarado culpable y condenado a cinco años de prisión. Demjanjuk murió en un asilo de ancianos alemán el 17 de marzo de 2012.
Interés internacional Hace tres décadas que los juicios de John Demjanjuk captan la atención de los medios internacionales. Estas batallas legales ponen de manifiesto la dependencia mutua entre los registros históricos y la larga búsqueda de justicia con el fin de desagraviar los crímenes contra la humanidad. JOSEF MENGELE
Josef Mengele, médico alemán y capitán de las SS. En 1943, fue nombrado médico de la guarnición militar de las SS (Standortartz) de Auschwitz. Como tal, tenía la responsabilidad de diferenciar y seleccionar a quienes eran aptos para trabajar y a aquellos que serían destinados a las cámaras de gas. Mengele asimismo realizó experimentos con los prisioneros del campo, en especial con hermanos gemelos. Lugar y fecha inciertos. — National Museum of Auschwitz-Birkenau
Josef Mengele fue médico de las SS, de reputación infame por sus experimentos médicos inhumanos con prisioneros de campos de concentración en Auschwitz.
Nació el 16 de marzo de 1911 en Günzburg, cerca de Ulm, y era el hijo mayor de Karl Mengele, próspero fabricante de herramientas agrícolas. En 1935, Mengele obtuvo el doctorado en antropología física en la Universidad de Múnich. En enero de 1937, en el Instituto de Biología Hereditaria e Higiene Racial de Frankfurt, se convirtió en asistente del Dr. Otmar von Verschuer, un destacado científico muy conocido por sus investigaciones con gemelos.
En 1937, Mengele se unió al partido nazi. El año siguiente, el mismo año en que recibió su título de médico, se unió a las SS. En junio de 1940, fue reclutado en el ejército y
luego se ofreció como voluntario en el servicio médico de las Waffen-SS (fuerzas armadas de las SS). Si bien la documentación es escasa y a menudo contradictoria respecto de las actividades de Mengele desde esta época hasta comienzos de 1943, es claro que, en primer lugar, se desempeñó como experto médico para la Oficina Principal de Raza y Asentamiento (Rasse- und Siedlungshauptamt o RuSHA) en el verano de 1940 en la Oficina Central de Inmigración (Einwandererstelle) Nordeste de Posen (actualmente, Poznan) y, después de ello, tuvo el cargo de oficial médico en el “Wiking” de la división de las SS (Batallón V de pioneros de las SS), con el cual participó en acciones de guerra en el frente oriental.
Mengele fue herido en campaña y regresó a Alemania en enero de 1943, donde comenzó a trabajar en el Instituto Káiser Guillermo (KWI) de Antropología, Genética Humana y Eugenesia dirigido por su antiguo mentor von Verschuer. En abril de 1943, lo ascendieron al rango de capitán de las SS. Este progreso antecedió brevemente el traslado de Mengele a Auschwitz, el 30 de mayo de 1943.
Durante su infame cargo en el campo de concentración, Josef Mengele no fue el único médico en Auschwitz ni, como la sabiduría popular sostiene a menudo, el médico de mayor rango en el campo. Esta “distinción” pertenecía al capitán de las SS, Dr. Eduard Wirths, cuyo cargo de médico de guarnición lo responsabilizada de todos los asuntos médicos del complejo entero de campos. Mengele comenzó su carrera en Auschwitz en la primavera de 1943 como oficial médico responsable del “campo de gitanos” de Birkenau. Varias semanas después de su liquidación, asumió un nuevo cargo de jefe médico de campo de Auschwitz II (es decir, Birkenau) en noviembre de 1943, aún bajo la jurisdicción de Wirths.
Alrededor de 30 médicos trabajaban en Auschwitz durante el período en que Mengele fue asignado al campo. Como requisito de sus “rondas”, el personal médico realizaba “selecciones” de prisioneros en la rampa y determinaba, entre la masa de personas que llegaban a Auschwitz, quién sería retenido para que trabaje y quién moriría inmediatamente en las cámaras de gas. Conocido como el “ángel de la muerte" o, a veces, como el "ángel blanco" por su conducta cruel y fría en la rampa, Mengele es asociado con esta "tarea de selección" más estrechamente que cualquier otro oficial médico en Auschwitz aunque, según la mayoría de los relatos, no realizaba esta tarea más a menudo que cualquiera de sus colegas. Sin dudas, esta asociación se explica en parte con su notoriedad después de la guerra, pero la imagen omnipresente de Mengele en la rampa en tantos relatos de sobrevivientes también se relaciona con que él a
menudo aparecía “fuera de servicio” en el área de selección, siempre que llegaban trenes llenos de nuevos prisioneros, en busca de gemelos.
Mengele se había interesado en el uso de gemelos para la investigación médica gracias a Verschuer, famoso por experimentar con mellizos y gemelos a fin de rastrear el origen genético de diversas enfermedades. Durante la década de los treinta, la investigación de gemelos se consideraba una herramienta ideal para estimar los factores de variantes de la herencia humana y el entorno. Mengele, con su mentor, había realizado una cantidad de protocolos de investigación lícita con gemelos como sujetos de prueba durante toda esa década. Entonces, en Auschwitz, con toda la libertad para mutilar o matar a sus sujetos, llevó a cabo una amplia gama de experimentos agónicos y a menudo letales con gemelos judíos y romaníes ("gitanos”), la mayoría de los cuales eran niños.
Tenía muchos otros intereses de investigación, los cuales incluían una fascinación por la heterocromía, una condición en la cual los iris de una persona tienen diferente color. Durante toda su estadía en Auschwitz, Mengele juntó los ojos de sus víctimas asesinadas en parte para brindar "material de investigación" a su colega Karin Magnussen, investigador de pigmentación ocular del KWI. También condujo él mismo diversos experimentos con el objeto de revelar el secreto para cambiar artificialmente el color de los ojos. De un modo menos difundido, documentó con afán, en prisioneros de los campos, el avance de la noma, una clase de gangrena que destruye las membranas mucosas de la boca y otros tejidos.
Mengele avalaba firmemente la doctrina de la teoría racial nacionalsocialista y participó en una gran variedad de experimentos dirigidos a ilustrar la falta de resistencia a diversas enfermedades entre judíos o romaníes. También intentó demostrar la “degeneración” de la sangre judía o “gitana” a través de la documentación de rarezas físicas y la recolección de muestras de tejido y partes del cuerpo. Muchos de sus “sujetos de prueba” murieron a causa de la experimentación o fueron asesinados para facilitar la autopsia.
Al igual que la mayoría de los “científicos” que trabajaban en el entorno de los campos de concentración, Mengele obtenía la ayuda de médicos capacitados entre la población de prisioneros para que realizaran las tareas más macabras o rutinarias y la autopsia de las víctimas muertas. Debemos muchos de nuestros primeros conocimientos de las actividades de Mengele en Auschwitz al Dr. Miklos Nyiszli, un prisionero médico que fue forzado a asistir a Mengele y luego publicó sus experiencias inicialmente en su
idioma nativo, el húngaro, en 1946. (Su libro “Auschwitz: A Doctor's Eyewitness Account” se publicó en inglés en 1960).
Josef Mengele esperaba utilizar la “investigación” que había cosechado en Auschwitz para obtener su habilitación, una segunda tesis posdoctoral necesaria para la admisión a un cuerpo docente universitario como profesor en tierras de habla alemana. Nunca cumplió su objetivo. En cambio, en enero de 1945, cuando el ejército soviético avanzaba por el Oeste de Polonia, Mengele huyó de Auschwitz. Pasó las siguientes semanas en el campo de concentración de Gross-Rosen hasta su evacuación y luego se fue hacia el Oeste para evadir su captura por las fuerzas soviéticas.
En la posguerra inmediata, Mengele estuvo bajo la custodia de Estados Unidos. Sin embargo, sin saber que su nombre ya estaba en la lista de criminales de guerra buscados, los funcionarios estadounidenses lo liberaron rápidamente. Desde el verano de 1945 hasta la primavera de 1949, el médico, con documentos falsos, trabajó como peón de campo cerca de Rosenheim, Baviera. En esa época, su próspera familia lo ayudó a emigrar a Sudamérica. Mengele se estableció en Argentina.
Puesto que sus crímenes habían sido bien documentados ante el Tribunal Militar Internacional (IMT) y otros tribunales de posguerra, las autoridades de Alemania Occidental emitieron una orden de arresto para Mengele en 1959 y una solicitud de extradición en 1960. Alarmado por la captura de Adolf Eichmann en Buenos Aires ese mismo año, Mengele se trasladó a Paraguay y luego a Brasil y pasó los últimos años de su vida cerca de San Pablo. Con su salud cada vez peor, sufrió un accidente cerebrovascular mientras nadaba en un centro vacacional cerca de Bertioga, Brasil, el 7 de febrero de 1979 y se ahogó. Lo enterraron en un suburbio de San Pablo con el nombre ficticio “Wolfgang Gerhard”.
En 1985, la policía alemana, trabajando con pruebas que había confiscado recientemente de un amigo de la familia Mengele en Günzburg, localizó su tumba y exhumó su cuerpo. Luego, expertos forenses brasileños identificaron que los restos eran de Josef Mengele. En 1992, pruebas sobre el ADN confirmaron esta conclusión. Mengele había eludido a sus captores durante 34 años. JUDÍOS ALEMANES DURANTE EL HOLOCAUSTO, 1939–1945
Dos mujeres judías alemanas que llevan la estrella de David amarilla. Alemania, 27 de septiembre de 1941. — DIZ Muenchen GMBH, Sueddeutscher Verlag Bilderdienst A pesar de la emigración de aproximadamente 300.000 judíos alemanes en los años posteriores a la toma del poder de los nazis, en Alemania quedaban casi 200.000 judíos al principio de la Segunda Guerra Mundial. Durante la guerra, a los judíos que estaban en ese país, al igual que en todas las zonas de la Europa bajo ocupación alemana, los deportaron y mataron como parte de la “solución final”.
Después del estallido de la guerra en septiembre de 1939, el gobierno impuso nuevas restricciones legislativas a los judíos que quedaban en Alemania. Se los sometió a un estricto toque de queda y se los excluyó de ciertas áreas de las ciudades. Una vez que comenzó el racionamiento de alimentos, recibieron raciones reducidas y se les prohibió comprar determinados productos. Otras restricciones limitaron los períodos en que podían comprar comida y otras provisiones. Las autoridades alemanas también ordenaron que los judíos entregaran a la policía sus radios, artefactos eléctricos, bicicletas y automóviles. A partir de septiembre de 1941, los nazis prohibieron a los judíos el uso del transporte público y exigieron que todos los mayores de seis años usaran distintivos con una estrella amarilla. Si bien los ghettos por lo general no estaban establecidos en Alemania, se obligaba a los judíos mediante estrictas ordenanzas de residencia a vivir en ciertas áreas de las ciudades alemanas, concentrándolos en “edificios judíos”. Las primeras deportaciones desde el Reich alemán se realizaron en febrero de 1940 como parte del Plan de Nisko y Lublin. El plan exigía una reserva judía en la región de Lublin delGeneralgouvernement (Gobierno General), un territorio en el interior de la Polonia bajo ocupación nazi. Este plan fracasó porque el destino designado, la ciudad de Nisko, no estaba totalmente preparado para recibir a los deportados y las autoridades alemanas del Generalgouvernement también se quejaron de que había tantos judíos en Polonia que era imposible absorber aún más de Alemania. Una segunda deportación de judíos alemanes se produjo en octubre de 1940, cuando Josef Buerckel, el líder del distrito, decidió eliminar de su región a todos los judíos. Unos 7.500 de las regiones de Baden y Saar del suroeste de Alemania fueron deportados a Francia. A la mayoría los recluyeron en el campo de Gurs, administrado por colaboradores franceses. A fines de septiembre de 1941, incluso antes de que se establecieran los campos de exterminio en la Polonia bajo ocupación, comenzaron las deportaciones sistemáticas de
judíos desde Alemania. Entre octubre y diciembre de 1941, deportaron a casi 50.000, la mayoría de ellos a ghettos en Lodz, Varsovia, Minsk, Kovno y Riga. Los judíos alemanes enviados a Lodz y Varsovia más tarde fueron deportados junto con los polacos a los campos de exterminio de Chelmno, Treblinka y Auschwitz.
Algunos deportados desde el Reich alemán (entre ellos judíos de Austria y los territorios checos anexados de Bohemia y Moravia) a ghettos en los estados bálticos y Bielorrusia fueron fusilados poco después de su llegada, por los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza). A los judíos que sobrevivieron a la matanza inicial los encerraron en “secciones alemanas” especiales de los ghettos orientales, donde los segregaron de los judíos locales. Dichas secciones se establecieron, por ejemplo, en Riga y Minsk. A la mayoría de los judíos de Alemania los mataron durante la destrucción de esos ghettos. En 1942 y 1943, la mayoría de los judíos que quedaban en Alemania fueron deportados directamente a los campos de exterminio, principalmente a Auschwitz-Birkenau. Los nazis deportaron a judíos ancianos o destacados de Alemania, así como también judíos de Austria, el Protectorado de Bohemia y Moravia, y Europa occidental, al ghetto de Theresienstadt. Para la mayoría de ellos, la deportación a Theresienstadt fue un preludio de la deportación hacia el este. Se los transportaba rutinariamente desde Theresienstadt hacia ghettos en Polonia y los estados bálticos, y también directamente a los campos de exterminio de la Polonia bajo ocupación. Decenas de miles murieron en el ghetto de Theresienstadt, la mayor parte a causa del hambre o de epidemias.
Después de que las deportaciones en masa terminaron a principios de 1943 quedaron oficialmente en Alemania solo unos 15.000 judíos. Casi todos los que fueron deportados desde ese país fueron asesinados. La mayoría de los judíos que quedaban estaban casados con no judíos o se los clasificaba racialmente como judíos parciales y por eso estuvieron exentos de la deportación hasta 1944-1945. Varios miles de judíos permanecieron escondidos hasta el final de la guerra. Los nazis mataron a unos 170.000 judíos alemanes durante el Holocausto. LOS JUDÍOS SEFARDÍES DURANTE EL HOLOCAUSTO
Miembros de la familia Amarillo posan frente a su casa en Salónica. Adelante, de izquierda a derecha, están Tillie Amarillo y Sarika Yahiel. Sentadas detrás de ellas están sus madres: Louisa Bourla Amarillo y Regina Amarillo Yahiel. De pie están Saúl Amarillo, Isaccino Yahiel e Isaac Yahiel. Salónica, Grecia, entre 1930 y 1939.
— US Holocaust Memorial Museum
El Holocausto nazi que devastó al pueblo judío europeo y prácticamente aniquiló su cultura milenaria también destruyó los grandes focos de población europea de judíos sefardíes (o judíos españoles) y llevó a sus tradiciones y dialectos únicos casi a su extinción. Las comunidades judías sefardíes de Francia y los Países Bajos en el noroeste hasta Yugoslavia y Grecia en el sureste casi desaparecieron.
En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad sefardí europea se concentraba en los países balcánicos de Grecia, Yugoslavia y Bulgaria. Sus principales centros eran Salónica, Sarajevo, Belgrado y Sofía. La experiencia de las comunidades judías balcánicas durante la guerra varió enormemente y dependió del tipo de régimen en que cayeron.
Las comunidades judías de Serbia y del norte de Grecia, entre ellos los 50.000 judíos de Salónica, cayeron bajo la ocupación alemana directa en abril de 1941 y soportaron todo el peso y la intensidad de las medidas represivas nazis desde la confiscación, la humillación y el trabajo forzado hasta la toma de rehenes, y finalmente la deportación a Auschwitz-Birkenau y el exterminio entre marzo y agosto de 1943. La población judía del sur de Grecia cayó bajo la jurisdicción de los italianos que se abstuvieron de promulgar leyes contra los judíos y resistieron siempre que pudieron los esfuerzos alemanes por trasladarlos a Polonia, hasta que la rendición de Italia el 8 de septiembre de 1943 llevó a los judíos bajo el control alemán.
Los judíos sefardíes en Bosnia y Croacia fueron gobernados por un estado satélite católico fascista creado por los alemanes desde abril de 1941, que los sometió a acciones similares a los pogroms antes de arrearlos como ganado a campos locales donde fueron asesinados junto a serbios y romaníes (gitanos).
Los judíos de Macedonia y Tracia estaban controlados por fuerzas de ocupación búlgaras que después de dejarlos sin patria, los rodearon y entregaron a los alemanes para su deportación.
Por último, los judíos de Bulgaria propiamente dicha estaban bajo el dominio de un aliado nazi que los sometió a destructivas leyes antisemitas, pero que en última instancia sucumbió a la presión de los parlamentarios, clérigos e intelectuales de no deportarlos. Así se salvaron más de 50.000 judíos búlgaros.
EL JUICIO DE EICHMANN
Adolf Eichmann, el oficial de las SS encargado de deportar a los judíos europeos. Alemania, 1943. — DIZ Muenchen GMBH, Sueddeutscher Verlag Bilderdienst Después de la Segunda Guerra Mundial el criminal de guerra naziAdolf Eichmann huyó de Austria hacia la Argentina en donde vivió bajo el nombre de Ricardo Klement. En mayo de 1960, agentes del servicio de seguridad israelita atraparon a Eichmann en la Argentina y lo llevaron a Jerusalén para enjuiciarlo en una corte israelí. Eichmann declaró desde una cabina de cristal a prueba de balas. El juicio de Eichmann despertó el interés internacional, trayendo las atrocidades nazis a la vanguardia de las noticias del mundo. Los testimonios de los sobrevivientes del Holocausto, especialmente de los combatientes de los ghettos como Zivia Lubetkin, generaron interés en la resistencia judía. El juicio incitó una nueva oportunidad en Israel; muchos sobrevivientes del Holocausto se sentían capaces de compartir sus experiencias mientras que el país enfrentaba este capítulo traumático.
El procurador general de Israel, Gideon Hausner, firmó una acusación contra Eichmann por 15 cargos, incluyendo crímenes contra la gente judía y crímenes contra la humanidad.
Los cargos contra Eichmann fueron numerosos. Después de la conferencia de Wannsee (enero de 1942), Eichmann coordinó las deportaciones de los judíos de Alemania y de otras partes de Europa occidental, meridional y norteña, a los campos de exterminación (a través de sus representantes Alois Brunner, Theodor Dannecker, Rolf Guenther, Dieter Wisliceny y de otros de la Gestapo). Eichmann planeó la deportación detalladamente. Trabajando con otras agencias alemanas, determinó cual sería la deportación apropiada de los judíos y se aseguró que su oficina se beneficiara de los activos confiscados. También coordinó la deportación de diez mil gitanos (Romaní/Sinti). Eichmann también fue acusado por ser miembro de organizaciones criminales - Tropas de Asalto (SA), Servicio de Seguridad (SD), y la Gestapo - las cuales ya habían sido declaradas organizaciones criminales en el ensayo de Nuremberg en 1946. Como jefe de la sección de la Gestapo para asuntos judíos, Eichmann coordinó con el jefe principal
de la Gestapo, Heinrich Mueller, un plan para expulsar a los judíos de Alemania a Polonia, lo cual fijó el patrón para las deportaciones futuras.
Por esos y otros cargos más, Eichmann fue encontrado culpable y condenado a muerte. El 1 de junio de 1962 Eichmann fue ahorcado. Su cuerpo fue cremado y las cenizas fueron esparcidas en el mar, más allá de las aguas territoriales de Israel. La ejecución de Adolf Eichmann ha sido la única vez que Israel ha decretado una sentencia de muerte. EL JUICIO DE HADAMAR El juicio de Hadamar (del 8 al 15 de octubre de 1945) fue el primer juicio de atrocidades masivas que tuvo lugar en la zona de Alemania ocupada por los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. En los primeros meses de la ocupación, los juicios americanos se centraron solamente en las violaciones clásicas de la ley internacional, principalmente en los asesinatos de personal militar de los Aliados que ocurrieron en los últimos meses de la guerra. Sin embargo el descubrimiento a fines de marzo de 1945 de las instalaciones de “eutanasia” de Hadamar cerca de Limburg sobre el río Lahn en la Alemania occidental central fascinó al publico americano, y impulsó a las autoridades militares estadounidenses a realizar sus primeros esfuerzos para juzgar los crímenes asociados con las políticas persecutorias de la Alemania nazi. Hadamar había sido una instalación de “eutanasia” desde 1941. Entre enero y agosto de ese año, unas 10.000 personas incapacitadas mental y físicamente habían sido gaseadas ahí bajo los auspicios de la Operación T4. Esta operación de asesinato fue temporalmente detenida en agosto de 1941. Cuando fue restablecida el verano siguiente en 1942, el personal médico de Hadamar empezó otra vez a asesinar pacientes incapacitados. Desde 1942 hasta el fin de la guerra en mayo de 1945, la instalación se cobró 4.400 victimas adicionales por sobredosis letales de medicación.
Las autoridades americanas inicialmente querían juzgar a los médicos, enfermeros, y personal administrativo de Hadamar que tenían bajo su custodia, por los asesinatos de casi 15.000 pacientes alemanes, pero rápidamente descubrieron que no tenían jurisdicción para hacerlo bajo el derecho internacional. Antes de la publicación en diciembre de 1945 de la ley número 10 del Consejo Aliado de Control, que permitía la incriminación elástica de “crímenes contra la humanidad”, y que fue introducida en la acusación del Tribunal Militar Internacional (TMI) de Nuremburg, los tribunales militares estadounidenses no podían juzgar a ciudadanos alemanes por el asesinato de
sus conciudadanos. Antes de los juicios de Nuremberg, el derecho internacional los limitaba a procesar crímenes contra su personal militar y civil estadounidense, y de sus aliados, en los territorios donde tenían control. Los acusadores americanos sin embargo encontraron una laguna jurídica. Entre las victimas se contaban 476 trabajadores soviéticos y polacos con tuberculosis que fueron enviados a su muerte en Hadamar en los últimos meses de la guerra. Como estos trabajadores eran ciudadanos de países aliados con los Estados Unidos, los acusadores americanos podían empezar acciones legales contra siete acusados de Hadamar asociados con los asesinatos de “los trabajadores del este.” El 15 de octubre de 1945, Leon Jaworski, el acusador principal, que ganaría fama en los años setenta como el Fiscal Especial del caso de Watergate, obtuvo condenas para todos los acusados. El tribunal militar estadounidense de seis miembros condenó a muerte en la horca a Alfons Klein, el jefe de administración, y Heinrich Rufo y Karl Willig, dos enfermeros. Por su vejez, el jefe de médicos, Adolf Wahlmann, recibió pena de cadena perpetua que fue finalmente conmutada. Dos empleados de la administración de Hadamar recibieron condenas de 35 y 50 años, respectivamente, mientras la única mujer acusada, Irmgard Huber, recibió la condena más liviana de 25 años de cárcel. El 14 de marzo de 1946, Klein, Rufo, y Willig fueron ahorcados.
Los crímenes de “eutanasia” fueron transferidos a principios de 1946 a tribunales alemanes recientemente reconstituidos. Un tribunal alemán en Frankfurt a principios de 1947 juzgó a 25 empleados de Hadamar, incluyendo al doctor Wahlmann y la enfermera Huber por las muertes de unos 15.000 pacientes alemanes asesinados en la instalación. EL JUICIO A LOS MÉDICOS: EL CASO MÉDICO DE LOS JUICIOS POSTERIORES DE NÚREMBERG
Cuatro mujeres polacas llegan a la estación de trenes de Núremberg para comparecer como testigos de la fiscalía en el juicio a los médicos. De izquierda a derecha, Jadwiga Dzido, Maria Broel-Plater, Maria Kusmierczuk y Wladislawa Karolewska. 15 de diciembre de 1946. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. El 9 de diciembre de 1946, un tribunal militar estadounidense inició procesos penales en contra de 23 prominentes médicos y administradores alemanes por su participación voluntaria en crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Durante el juicio a los médicos, el general de brigada Telford Taylor fue el fiscal jefe. En su discurso de apertura por la fiscalía, Taylor dijo: “Los imputados en este caso están acusados de asesinatos, torturas y otras atrocidades cometidos en nombre de las ciencias médicas. La cantidad de víctimas de estos crímenes asciende a cientos de miles. Solo unos pocos siguen con vida. Algunos de los sobrevivientes comparecerán en esta sala de tribunal. Pero la mayoría de estas pobres víctimas fueron masacradas directamente o murieron mientras se las torturaba. En su mayoría, son muertos anónimos. Para sus asesinos, estas desdichadas personas no eran individuos en absoluto. Llegaban en grandes cantidades y eran tratados peor que animales”.
En la Alemania nazi, los médicos alemanes planearon y llevaron a cabo el programa de “eutanasia”, la matanza sistemática de aquellos a quienes consideraban “no merecedores de la vida”. Las víctimas incluían a los enfermos mentales institucionalizados y a los discapacitados físicos. Además, durante la Segunda Guerra Mundial, los médicos alemanes realizaron experimentos médicos pseudocientíficos utilizando miles de prisioneros de los campos de concentración sin su consentimiento. Como resultado, la mayoría de ellos murieron o quedaron discapacitados en forma permanente. Las víctimas más frecuentes de los experimentos eran judíos, polacos, rusos y romaníes (gitanos).
Después de casi 140 días de procedimientos, que incluyeron el testimonio de 85 testigos y la presentación de 1.500 documentos, los jueces estadounidenses pronunciaron su veredicto el 20 de agosto de 1947. Dieciséis de los médicos fueron declarados culpables. Siete fueron sentenciados a muerte. Fueron ejecutados el 2 de junio de 1948. JUICIOS DE CRÍMENES DE GUERRA
Oficiales nazi de alto rango en el juicio antes el Tribunal Militar Internacional. Nuremberg, Alemania, 1945. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Empezando en el invierno de 1942, los gobiernos de las potencias Aliadas anunciaron su determinación de castigar los criminales de guerra nazis. El 17 de diciembre de 1942, los lideres de Estados Unidos, Gran Bretaña, y la Unión Soviética hicieron publica la primera declaración colectiva que reconoció el exterminio masivo de los judíos europeos y resolvió procesar los responsables por la violencia contra civiles.
La Declaración de Moscú de octubre de 1943, firmado por el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, el primer ministro inglés Winston Churchill, y el líder soviético Josef Stalin, afirmó que en la ocasión de un armisticio las personas consideradas responsables de crímenes de guerra serían mandadas al país en el cual los crímenes habían sido cometidos y ahí juzgados según las leyes de la nación interesada. Los grandes criminales de guerra, cuyos crímenes no podrían ser asignados a ningún lugar geográfico, serían castigados por decisiones tomadas conjunto por los gobiernos Aliados. Los juicios de los oficiales alemanes principales ante el Tribunal Militar Internacional (TMI), los juicios más conocidos de la posguerra, ocurrieron en Nuremberg, Alemania, ante jueces representando las potencias Aliadas.
Entre el 18 de octubre de 1945 y el 1 de octubre de 1946, el TMI procesó a los veintidós principales criminales de guerra por conspiración, crímenes en contra de la paz, crímenes de guerra, y crímenes contra la humanidad. El TMI definió los crímenes contra la humanidad como “el asesinato, el exterminio, la esclavitud, la deportación...o las persecuciones sobre bases políticas, raciales, o religiosas.” Doce de los acusados fueron condenados a muerte, entre ellos Hans Frank, Hermann Goering, Alfred Rosenberg, y Julius Streicher. El TMI condenó tres a cadena perpetua, y cuatro a condenas de diez a veinte años. Tres fueron absueltos.
Bajo la égida del TMI, los tribunales militares americanos condujeron otros doce juicios en Nuremberg de oficiales alemanes de alto rango. Estos juicios son a menudo referidos como los Procesos Posteriores de Nuremberg. Miembros de la Gestapo (la policía secreta estatal) y de las SS, junto con industriales alemanes, fueron procesados por sus papeles en la aplicación de las leyes de Nuremberg, la arianización, los fusilamientos masivos de judíos en los campos de concentración, los fusilamientos por los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza), las deportaciones, los trabajos forzados, la venta de Zyklon B, y los experimentos médicos.
La gran mayoría de los juicios por crímenes de guerra fue de funcionarios y oficiales de segundo y tercer rango. Ellos incluyeron los guardias y los comandantes de los campos de concentración, los oficiales de la policía, los miembros de los Einsatzgruppen, y los doctores que participaron en experimentos médicos. Estos criminales de guerra fueron procesados por tribunales militares en las zonas inglesas, americanas, francesas, y soviéticas de la Alemania y la Austria ocupada, y también en Italia.
Otros criminales de guerra fueron procesados por los tribunales de los países donde habían cometido los crímenes. En 1947, un tribunal en Polonia condenó a muerte a Rudolf Hoess, comandante de Auschwitz. En los tribunales de la Alemania occidental, muchos de los ex-nazis no recibieron sentencias severas, basado en que cumplir ordenes de los superiores fue a menudo decretado una circunstancia atenuante. Por consiguiente, varios criminales nazis volvieron a vidas normales en la sociedad alemana, especialmente en el mundo de negocios. Los esfuerzos de los cazadores de nazis (como Simon Wiesenthal y Beate Klarsfeld) llevaron a la captura, la extradición, y el juicio de varios nazis que se habían escapado de Alemania después de la guerra. El proceso de Adolf Eichmann, celebrado en Jerusalén, capturó la atención del mundo entero. Muchos criminales de guerra, sin embargo, no fueron nunca procesados ni castigados. La busca de criminales de guerra nazis continúa hasta hoy. JUICIOS POSTERIORES DE NÚREMBERG
El 20 de diciembre de 1945, el Consejo de Control para Alemania promulgó la Ley N.° 10 con el fin de establecer “las bases de un sistema legal uniforme para enjuiciar a criminales de guerra y otros criminales similares que no hayan sido juzgados por el Tribunal Militar Internacional”. Después del Tribunal Militar Internacional, se designó al general Telford Taylor como fiscal principal de lo que luego se conoció como los juicios posteriores de Núremberg, con el auspicio de la Oficina del Gobierno Militar “para juzgar y condenar a personas acusadas de haber cometido crímenes reconocidos como tales en el Artículo II de la Ley N.° 10 del Consejo de Control”.
Debido a que el Tribunal Internacional Militar ya había establecido que eran delito los crímenes de guerra, la guerra de agresión y los crímenes contra la humanidad, estos juicios tenían el propósito de determinar la culpabilidad de nazis de segundo rango acusados de dichos crímenes. En total, Estados Unidos imputó a 183 acusados en 12 juicios posteriores de Núremberg. Estos juicios tuvieron como resultado 12 penas de muerte, 8 cadenas perpetuas y 77 penas de encarcelamiento. Otros acusados fueron absueltos. Como resultado de la clemencia de posguerra, las autoridades que revisaron los casos posteriormente conmutaron muchas condenas por períodos más breves y liberaron a algunos individuos por el tiempo de condena ya cumplido.
Los 12 juicios posteriores fueron: Juicio n.º 1: El caso médico; Juicio n.º 2: El caso Milch; Juicio n.º 3: El caso de los jueces; Juicio n.º 4: El caso Pohl; Juicio n.º 5: El caso Flick; Juicio n.º 6: El caso de la I.G. Farben; Juicio n.º 7: El caso de los rehenes; Juicio n.º 8: El caso RuSHA; Juicio n.º 9: El caso Einsatzgruppen (escuadrones móviles de la muerte); Juicio n.º 10: El caso Krupp; Juicio n.º 11: EL caso de los ministerios; Juicio n.º 12: El caso del Alto Comando. KIEV Y BABI YAR
Fotografía aérea de Babi Yar, tomada por la Fuerza Aérea alemana. 26 de septiembre 1943. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Kiev era la capital de la Ucrania soviética cuando los alemanesinvadieron la Unión Soviética en junio de 1941. En esta ciudad vivían unos 160.000 judíos, es decir alrededor del 20 por ciento de su población. Antes de la ocupación alemana, de Kiev huyeron aproximadamente 100.000 judíos. Las fuerzas alemanas ingresaron a Kiev el 19 de septiembre de 1941. Junto con el resto de Ucrania, la ciudad fue incorporada en el Reichskommissariat de Ucrania, encabezado por Erich Koch, líder del distrito nazi de Prusia oriental. Durante los primeros años de la ocupación alemana, dos importantes explosiones, aparentemente provocadas por ingenieros militares soviéticos, destruyeron los cuarteles generales alemanas y parte del centro de la ciudad. Los alemanes usaron el sabotaje como pretexto para asesinar a los judíos que quedaban en Kiev, que en ese momento eran alrededor de 60.000. La mayoría eran mujeres, niños, ancianos y enfermos que no habían podido huir. El 28 de septiembre de 1941, miembros de los Einsatzgruppe(equipos móviles de matanza) C, respaldados por otras unidades policiales y de las SS y auxiliares ucranianos, asesinaron a más de la mitad de la población judía de Kiev en Babi Yar, un barranco ubicado al noroeste de la ciudad. Este fue el asesinato en masa más grande en un solo lugar durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando las víctimas llegaron al barranco, los destacamentos de los Einsatzgruppe los fusilaron en pequeños grupos. Según los informes que los Einsatzgruppe dieron a los cuarteles generales, masacraron a 33.771 judíos en dos días. En los meses posteriores a la masacre, las autoridades alemanas ubicadas en Kiev mataron a otros miles de judíos en Babi Yar, así como también a grupos no judíos, entre ellos romaníes (gitanos), comunistas y prisioneros de guerra soviéticos. Se calcula que en Babi Yar asesinaron a unas 100.000 personas. El ejército soviético liberó a Kiev el 6 de noviembre de 1943.
KINDERTRANSPORT, 1938–1940
Pasaporte de Gertrud Gerda Levy, que partió de Alemania en agosto de 1939 en un transporte de niños (Kindertransport) a Gran Bretaña. Berlín, Alemania, el 23 de agosto de 1939. — US Holocaust Memorial Museum Kindertransport (transporte de niños) fue el nombre informal de una serie de esfuerzos de rescate que entre 1938 y 1940 llevaron miles de niños judíos refugiados desde la Alemania nazi a Gran Bretaña. Después de que los nazis perpetraran un violento ataque a los judíos en Alemania durante el pogrom de Kristallnacht (“la noche de los vidrios rotos”) de 9–10 noviembre de 1938, el gobierno británico relajó las restricciones de inmigración para ciertas categorías de refugiadosjudíos. Animado por la opinión pública británica y los esfuerzos constantes de los comités de ayuda para refugiados, en particular el Comité Británico para los Judíos de Alemania y el Movimiento para el Cuidado de los Niños de Alemania, las autoridades británicas consintieron permitir el ingreso a Gran Bretaña de niños menores de 17 años provenientes de Alemania y territorios anexados por Alemania (Austria y ciertas partes de Checoslovaquia) sin limitarlos a una cantidad específica. Los ciudadanos u organizaciones debían garantizar el pago del cuidado, educación y eventual emigración hacia fuera de Gran Bretaña de cada niño. A cambio de esta garantía, el gobierno británico acordó permitir que los niños refugiados no acompañados ingresaran en el país con visas de viaje temporarias, entendiéndose que cuando “la crisis hubiera pasado”, los niños regresarían con sus familias. Los padres o tutores no podían acompañar a los niños. En el programa se incluyeron algunos pocos infantes, que durante el transporte quedaron al cuidado de otros niños. El primer transporte de niños llegó a Harwich, Gran Bretaña, el 2 de diciembre de 1938, llevando unos 200 niños de un orfanato judío en Berlín que había sido destruido en el pogrom deKristallnacht. Como este convoy, la mayoría de los transportes partían por tren desde Berlín, Viena, Praga y otras ciudades importantes de Europa Central. Los niños de pueblos pequeños viajaban desde sus casas hasta estos puntos de reunión para unirse a los transportes. Organizaciones judías dentro del Gran Reich Alemán— específicamente la Representación Reich de Judíos en Alemania, con sede general en Berlín (y después de principios de 1939, su sucesora la Asociación Reich de Judíos en Alemania), y también la Organización de la Comunidad judía (Kultusgemeinde) en Viena—planeaban los transportes. Estas asociaciones generalmente favorecían a los niños cuya emigración era urgente porque sus padres estaban en campos de concentración o no podían ya mantenerlos. También daban prioridad a niños sin hogar
y huérfanos. Los niños elegidos para un Kindertransport viajaban por tren a puertos en Bélgica y los Países Bajos, desde donde se embarcaban hacia Harwich. (Al menos uno de los primeros transportes partió desde el puerto de Hamburgo en Alemania, y algunos de los niños de Checoslovaquia fueron transportados por avión directamente a Gran Bretaña.) El último transporte desde Alemania salió el 1 de septiembre de 1939, justo el día en que comenzó la Segunda Guerra Mundial, y el último transporte desde Holanda partió para Gran Bretaña el 14 de mayo de 1940, día en que el ejército holandés se rindió a las fuerzas alemanas. En total, la operación de rescate llevó a Gran Bretaña entre 9.000 y 10.000 niños, unos 7.500 de ellos judíos, desde Alemania, Austria, Checoslovaquia y Polonia. Después de llegar a Harwich, los niños con patrocinadores iban a Londres para encontrarse con sus familias adoptivas. Los niños que no tenían patrocinadores eran alojados en un campamento de verano en Dovercourt Bay y en otras instalaciones hasta que alguna familia decidiera adoptarlos o hasta que se pudieran organizar albergues para cuidar a grupos más numerosos de niños. Muchas organizaciones y ciudadanos participaron en la operación de rescate. Dentro de Gran Bretaña, el Movimiento para el Cuidado de los Niños de Alemania coordinó la iniciativa de rescate. Judíos, cuáqueros y cristianos de muchas confesiones trabajaron juntos para llevar niños refugiados a Gran Bretaña. Alrededor de la mitad de los niños vivía con familias adoptivas. Los demás se alojaban en albergues y en granjas por toda Gran Bretaña.
En 1940, las autoridades británicas recluyeron en calidad de extranjeros enemigos a alrededor de 1.000 niños del programa de transporte de niños en la Isla de Man y en otros campos de detención en Canadá y Australia. A pesar de ser catalogados como extranjeros enemigos, algunos de los niños del programa posteriormente se unieron al ejército británico y combatieron en la guerra contra Alemania.
Después de la guerra, muchos niños del programa de transporte de niños se convirtieron en ciudadanos de Gran Bretaña, o emigraron a Israel, los Estados Unidos, Canadá y Australia. La mayoría de estos niños nunca más vería a sus padres, que fueron asesinados durante el Holocausto. KOVNO
Judíos mudándose al ghetto de Kovno. Lituania, 1941-1942. — US Holocaust Memorial Museum
Entre 1920 y 1939, Kovno (Kaunas), situada en Lituania central, era la capital del país y la ciudad más grande. Tenía una población judía de entre 35.000 y 40.000 personas, cerca de un cuarto de la población total de la ciudad. Los judíos se concentraban en el sector comercial, artesano y profesional de la ciudad.
Kovno era también un centro de estudios judíos. El yeshiva de Slobodka, un distrito empobrecido de la ciudad, era una de las instituciones de estudios judíos superiores más prestigiosas de Europa. Kovno poseía una rica y variada cultura judía. La ciudad tenía casi 100 organizaciones judías, 40 sinagogas, muchas escuelas de estudio en yídish, 4 escuelas secundarias de estudio en hebreo, un hospital judío y gran cantidad de negocios judíos. También era un importante centro sionista.
La vida judía de Kovno se vio interrumpida cuando la Unión Soviética ocupó Lituania en junio de 1940. La ocupación llegó acompañada de detenciones, confiscaciones y la eliminación de todas las instituciones libres. Las organizaciones colectivas judías desaparecieron de la noche a la mañana. Las autoridades soviéticas confiscaron las propiedades de muchos judíos. Mientras tanto, el frente lituano activista, fundado por emigrantes lituanos nacionalistas en Berlín, difundió clandestinamente literatura antisemita en Lituania. Entre otros temas, la literatura culpaba a los judíos de la ocupación soviética. Cientos de judíos fueron exiliados a Siberia.
Después de la invasión alemana de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, las fuerzas soviéticas huyeron de Kovno. Justo antes, y tras la ocupación alemana de la ciudad el 24 de junio, las mafias lituanas anti-comunistas y pro-alemanas habían comenzado a atacar a los judíos (a quienes culpaban injustamente de la represión soviética), especialmente a lo largo de las calles de Jurbarko y Krisciukaicio. Estos vigilantes de derecha asesinaron a centenares de judíos y llevaron a docenas de judíos al garaje Lietukis, en el centro de ciudad, y les asesinaron allí.
A principios de julio de 1941, los destacamentos de Einsatzgruppe alemanes (equipos móviles de matanza) y sus auxiliares lituanos comenzaron masacres sistemáticas de judíos en varios de los fuertes que rodeaban Kovno. Dichos fuertes habían sido construidos por los zares rusos en el siglo diecinueve para defender la ciudad. Los destacamentos de Einsatzgruppe y los auxiliares lituanos fusilaron a miles de hombres, mujeres y niños judíos; principalmente en el noveno fuerte, pero también en el cuarto y en el séptimo fuerte. A los seis meses de la ocupación alemana de la ciudad, los
alemanes y sus colaboradores lituanos habían asesinado la mitad de todos los judíos de Kovno.
Los nazis crearon una administración civil bajo el mando del Mayor General Hans Kramer. Entre julio y el 15 de agosto de 1941, los alemanes concentraron al resto de los judíos, unas 29.000 personas, en un ghetto creado en Slobodka. Era un área de pequeñas casas rudimentarias y sin agua corriente. El ghetto constaba de dos partes, denominadas el ghetto "pequeño" y el "grande", que estaban separadas por la calle Paneriu. Cada ghetto estaba cercado por vallas de alambre de púas y estaba estrechamente vigilado. Ambos estaban atestados, cada persona disponía de menos de 3 metros (10 pies) cuadrados de espacio para vivir. Los alemanes reducían el tamaño del ghetto de forma constante, forzando a los judíos a trasladarse varias veces. Los alemanes destruyeron el ghetto pequeño el 4 de octubre de 1941 y mataron a casi todos sus habitantes en el noveno fuerte. Más adelante ese mismo mes, el 29 de octubre de 1941, los alemanes llevaron a cabo lo que se conoció como la "Gran acción." En un solo día, fusilaron a 9.200 judíos en el cuarto fuerte.
El ghetto de Kovno proporcionó a los militares alemanes mano de obra para trabajos forzados. Los judíos se utilizaban principalmente para trabajos forzados en varios lugares fuera del ghetto, especialmente en la construcción de una base aérea militar en Aleksotas. El Consejo Judío (Aeltestenrat, o consejo de ancianos), dirigido por el Dr. Elchanan Elkes, también creó talleres dentro del ghetto para aquellas mujeres, niños y ancianos que no podían participar en las brigadas de trabajo. Con el tiempo, en estos talleres trabajaron casi 6.500 personas. El consejo esperaba que los alemanes no mataran a los judíos que estaban trabajando para el ejército.
En el otoño de 1943, la SS asumió el control del ghetto y lo convirtió en el campo de concentración de Kauen. El papel del Consejo Judío se restringió drásticamente. Los nazis dispersaron a más de 3.500 judíos a los subcampos en los que una estricta disciplina gobernaba todos los aspectos de la vida diaria. El 26 de octubre de 1943, la SS deportó a más de 2.700 personas del campo principal. La SS envió a aquellos considerados como aptos para trabajar a campos de trabajo en Estonia y deportó a los niños y ancianos a Auschwitz. Pocos sobrevivieron.
El 8 de julio de 1944, los alemanes evacuaron el campo, deportando a la mayoría de los judíos que quedaban al campo de concentración de Dachau, en Alemania, o al campo de Stutthof, cerca de Danzig, en la costa báltica. Tres semanas antes de que el ejército
soviético llegara a Kovno, los alemanes arrasaron el ghetto con granadas y dinamita. 2.000 personas murieron quemadas o fusiladas mientras trataban de escapar.
A lo largo de años de dificultades y horror, la comunidad judía de Kovno documentó su historia en archivos secretos, diarios, dibujos y fotografías. Muchos de estos elementos estaban enterrados en el suelo cuando se destruyó el ghetto. Descubiertos tras la guerra, estos pocos restos escritos de una comunidad que una vez fue próspera proporcionan la evidencia del desafío, la opresión, la resistencia y la muerte de la comunidad judía. Por ejemplo, George Kadish (Hirsh Kadushin), mediante una cámara oculta, fotografió en secreto las adversidades de la vida cotidiana dentro del ghetto a través del ojal de su abrigo.
El ghetto de Kovno contaba con varios grupos judíos de resistencia. La resistencia adquirió armas, desarrolló áreas de entrenamiento secretas dentro del ghetto y estableció contacto con los guerrilleros soviéticos de los bosques que rodeaban Kovno. En 1943, se creó la Organización Judía de Combate General (Yidishe Algemeyne Kamfs Organizatsye), compuesta por los principales grupos de resistencia del ghetto. Bajo la dirección de esta organización, unos 300 combatientes del ghetto se escaparon del ghetto de Kovno para unirse a los grupos partisanos. Cerca de 70 murieron en acción. El Consejo Judío de Kovno apoyó de forma activa las actividades clandestinas del ghetto. Es más, varios policías judíos del ghetto participaron en actividades de la resistencia. Los alemanes ejecutaron a 34 miembros de la policía judía por realizar tales actividades.
El ejército soviético liberó Kovno el 1 de agosto de 1944. De los pocos sobrevivientes judíos de Kovno, 500 habían sobrevivido en bosques o búnkers; los alemanes habían trasladado a otros 2.500 a campos de concentración en Alemania. KRISTALLNACHT
Un negocio de un propietario judío destrozado durante Kristallnacht (la "noche de vidrios rotos"). Berlín, Alemania, noviembre de 1938. — Wide World Photo Kristallnacht -- literalmente, la “noche de cristal”, es referida a menudo como “la noche de los vidrios rotos”. El nombre se refiere a la ola de violentos pogroms anti-
judíos que ocurrieron el 9 y el 10 de noviembre de 1938 por toda Alemania, la Austria anexada, y las áreas de los Sudetes de Checoslovaquia recientemente ocupadas por tropas alemanas. Instigada primariamente por los oficiales del Partido nazi y miembros de las SA (Sturmabteilungen o guardias de asalto) y la Juventud Hitleriana,Kristallnacht debe su nombre a los fragmentos de vidrios rotos que cubrían las calles alemanas después del pogrom -- vidrios rotos de las ventanas de sinagogas, casas, y negocios judíos saqueados y destrozados durante la violencia. Tras la violencia, el gobierno alemán anunció que la Kristallnacht había estallado como un estallido espontáneo de sentimiento público en respuesta al asesinato de Ernst vom Rath, un oficial de la embajada alemana en Paris. Herschel Grynszpan, un judío polaco de 17 años, había asesinado al diplomático el 7 de noviembre de 1938. Unos días antes, las autoridades alemanas habían expulsado del Reich a miles de judíos de ciudadanía polaca que vivían en Alemania; Grynszpan había recibido noticias que sus padres, residentes de Alemania desde 1911, estaban entre los expulsados. Inicialmente vedados de entrar a su Polonia natal, los padres de Grynszpan y los otros judíos expulsados se encontraron varados en un campo de refugiados cerca del pueblo de Zbaszyn en la región fronteriza entre Polonia y Alemania. Viviendo ya él mismo ilegalmente en Paris, un Grynszpan desesperado aparentemente buscó venganza por las precarias circunstancias de su familia apareciendo en la embajada alemana y disparándole al oficial diplomático designado para asistirlo.
Vom Rath murió el 9 de noviembre de 1938, dos días después del atentado. El día de su muerte coincidió por casualidad con el aniversario del golpe de 1923, ocurrido en una cervecería de Múnich. El aniversario era un día importante en el calendario Nacional Socialista. El liderazgo del Partido nazi, reunido en Múnich para la conmemoración, eligió usar la ocasión como pretexto para lanzar una noche de excesos antisemitas. El ministro de Propaganda Joseph Goebbels, un instigador principal del pogrom, dio a entender a la “Guardia Vieja” del partido allí reunida que el “Judaísmo Mundial” había conspirado a cometer el asesinato de vom Rath y anunció que, “el Führer ha decidido que … las manifestaciones no deberán ser ni preparadas ni organizadas por el Partido, pero en tanto estallen espontáneamente, no deben obstaculizarse”. Las palabras de Goebbels parecen haber sido tomadas como una orden para desencadenar el pogrom. Después de su discurso, los líderes regionales del Partido ahí reunidos dieron instrucciones a sus oficinas locales. La violencia empezó a estallar en varias partes del Reich durante toda la noche y la madrugada del 9 al 10 de noviembre. A la una y veinte de la mañana el 10 de noviembre,Reinhard Heydrich, en su capacidad de jefe de la Policía de Seguridad (Sicherheitspolizei) mandó un telegrama urgente a las oficinas centrales y estaciones locales de la Policía Estatal y a los líderes de las SA en
sus varios distritos, que contenía directivas respecto a los disturbios. Equipos de las SA y la Juventud Hitleriana a través Alemania y sus territorios anexados participaron en la destrucción de casas y negocios judíos; miembros de muchos de los equipos llevaban ropa de civiles para apoyar la ficción que los disturbios eran expresiones de la “reacción del público indignado”. A pesar de la apariencia exterior de una violencia espontánea, y los caracteres locales del pogrom en las distintas regiones del Reich, las órdenes centrales que venían de Heydrich contenían instrucciones específicas: los alborotadores “espontáneos” no podían tomar medidas que pudieran dañar personas o propiedad alemana no judía; no podían someter a los extranjeros (aún los extranjeros judíos) a actos violentos; y tenían que sacar los archivos de las sinagogas antes de destrozar esas y otras propiedades de las comunidades judías, y debían transferir esos archivos al Servicio de Seguridad (Sicherheitsdienst, o SD). Las órdenes también indicaban que los oficiales de la policía debían arrestar la mayor cantidad de judíos que las cárceles locales pudieran alojar, preferiblemente hombres jóvenes y sanos. Los alborotadores destrozaron 267 sinagogas a través de Alemania, Austria, y los Sudetes. Muchas sinagogas ardieron toda la noche, a plena vista del público y los bomberos, que habían recibidos ordenes de intervenir solamente para prevenir que la llamas se extendieran a edificios cercanos. Miembros de las SA y la Juventud Hitleriana a través del país destrozaron las vitrinas de aproximadamente 7.500 establecimientos comerciales de propiedad judía y los saquearon. Los cementerios judíos también fueron particular objeto de profanación en muchas regiones.
El pogrom fue particularmente destructivo en Berlín y Viena, hogar de las dos comunidades judías más grandes del Reich alemán. Grupos de hombres de las SA rondaban por las calles atacando judíos en sus casas y forzándolos a realizar actos de humillación publica. Aunque el asesinato no figuraba en las directivas centrales, Kristallnacht se cobró las vidas de por lo menos 91 judíos entre el 9 y 10 de noviembre. El archivo policial del periodo documenta que un alto número de violaciones y suicidios ocurrieron con posterioridad a los disturbios. Mientras el pogrom se extendía, unidades de las SS y la Gestapo (policía secreta estatal) bajo instrucciones de Heydrich arrestaron a hasta 30.000 hombres judíos y transfirieron a la mayoría desde las cárceles locales a Dachau, Buchenwald, Sachsenhausen y otros campos de concentración. Kristallnachtmarca la primera instancia en la cual el régimen nazi encarceló a judíos en una escala masiva basándose simplemente en su etnicidad. Cientos murieron en los campos a causa del tratamiento brutal que soportaron; la mayoría consiguieron la liberación en los próximos tres meses bajo la condición que empezaran el proceso de emigración de Alemania. Por cierto, los
efectos de Kristallnacht servirían para estimular la emigración de judíos de Alemania en los meses venideros. Inmediatamente después del pogrom, muchos líderes alemanes, como Hermann Göring, criticaron las extensas pérdidas materiales que resultaron de los disturbios antisemíticos, señalando que si no se hacía nada para intervenir, las compañías de seguro alemanas -- no los comercios de propiedad judía -- serían quienes cargarían con el costo de los daños. Sin embargo, Göring y otros jefes del partido nazi decidieron usar la oportunidad para introducir medidas para eliminar a los judíos y la percibida influencia judía de la esfera económica alemana. El gobierno alemán hizo una declaración inmediata que “los judíos” mismos eran culpables del pogrom e impusieron a la comunidad judía-alemana una multa punitiva de mil millones de Reichsmark(unos 400 millones dólares estadounidenses a las tasas de 1938). El gobierno del Reich confiscó todas las indemnizaciones pagadas por las compañías de seguro a los judíos cuyos negocios y casas fueron saqueados o destrozados, dejando a los dueños judíos personalmente responsables por los costos de todos los arreglos. En las semanas siguientes, el gobierno alemán promulgó docenas de leyes y decretos destinados a privar a los judíos de su propiedad y sus medios de vida. Muchas de estas leyes impusieron una política de “arianización” -- la transferencia de activos y empresas de propiedad judía a propiedad “aria”, usualmente por una fracción de su valor real. Subsiguiente legislación excluyó a los judíos, ya sin derecho a trabajar en el sector público, de ejercer sus profesiones en el sector privado y avanzó aún más en la eliminación de los judíos de la vida pública. Los oficiales de educación alemanes expulsaron a los niños judíos que todavía asistían a las escuelas alemanas. Los judíos alemanes perdieron su derecho a tener una licencia de conducir o de ser dueños de un automóvil; y la legislación impuso restricciones sobre el acceso al transporte público. Los judíos no podían ir más a los teatros, cines y sala de conciertos “alemanes”.
Los eventos de Kristallnacht representaron uno de los más importantes puntos decisivos de la política antisemita nacionalsocialista. Los historiadores han notado que después del pogrom, la política anti-judía se concentró más y más concretamente en las manos de las SS. Además, la pasividad con la cual la mayoría de los civiles alemanes respondió a la violencia señalaba al régimen nazi que el público alemán estaba preparado para medidas más radicales. El régimen nazi expandió y radicalizó las medidas dirigidas a la completa eliminación de los judíos de la vida social y económica alemana en los años venideros, moviéndose eventualmente hacia políticas de emigración forzada, y finalmente hacia la realización de una Alemania “libre de judíos” (judenrein) a través la deportación de la población judía “hacia el este”.
Así, Kristallnacht figura como un momento decisivo fundamental en la persecución de los judíos por los nazis, que culminó en el intento de aniquilar a los judíos europeos.
LE CHAMBON-SUR-LIGNON
Niños judíos refugiados por la población protestante del pueblo de Le Chambon-surLignon. Francia, 1941. — US Holocaust Memorial Museum Nadie preguntó quién era judío y quién no, de dónde veníamos, quién era nuestro padre o si podíamos pagar. Simplemente, nos aceptaron con calidez, dieron refugio a los niños, que por lo general no tenían padres, niños que tenían pesadillas y lloraban por las noches. Elizabeth Koenig-Kaufman, refugiada en Le Chambon cuando era niña Entre diciembre de 1940 y septiembre de 1944, los pobladores de la localidad francesa de Le Chambon-sur-Lignon (5.000 habitantes) y las aldeas de la meseta circundante (24.000 habitantes) dieron refugio a unas 5.000 personas, de las cuales aproximadamente 3.000 a 3.500 eran judíos que huían de las autoridades de Vichy y de los alemanes.
Guiados por el pastor André Trocmé de la iglesia reformada de Francia, su esposa Magda y su asistente, el pastor Edouard Theis, los residentes de estos pueblos ofrecieron refugio en viviendas privadas, hoteles, granjas y escuelas. Hicieron tarjetas de identificación y de ración para los refugiados, y en algunos casos los guiaron para cruzar la frontera a Suiza, cuya posición era neutral. Estas medidas de rescate fueron poco comunes durante el período del Holocausto, ya que participó de ellas la mayoría de la población de toda una región.
HISTORIA Le Chambon-sur-Lignon es una localidad ubicada en la meseta de Vivarais en el departamento de Alto Loira de Auvernia, una región montañosa en la parte central del sur de Francia. Hasta noviembre de 1942, se encontraba en la zona no ocupada de ese país. La historia de Le Chambon y sus alrededores influenció la conducta de sus residentes durante el régimen de Vichy y bajo la ocupación alemana. Al igual que los protestantes hugonotes (calvinistas), habían sufrido la persecución de las autoridades
católicas en Francia durante los siglos xvi al xviii, y más tarde dieron refugio a otros protestantes que huían de la discriminación y la persecución. Muchas personas de Le Chambon consideraban a los judíos un “pueblo elegido”, y cuando los guías acompañaban a los que estaban en peligro 300 kilómetros hasta la frontera suiza, sabían que seguían el mismo camino que habían recorrido sus perseguidos hermanos hugonotes varios siglos antes. En la meseta de Vivarais, la memoria colectiva de su propio sufrimiento como minoría religiosa generó fuertes sospechas en los gobiernos autoritarios. La mayoría de los hugonotes de la zona se negaron a colaborar con el gobierno de Vichy, a jurar lealtad al mariscal Pétain (jefe de estado del régimen de Vichy) y a hacer sonar las campanas de la iglesia en su honor. Una vez que el gobierno de Vichy se estableció en junio de 1940, André Trocmé, pacifista comprometido, se embarcó en una campaña de desobediencia civil pacífica contra las autoridades. Trocmé, que a menudo predicaba en contra del antisemitismo, repudió la masiva redada de los judíos en París en el Velódromo de Invierno en julio de 1942 en un sermón público el 16 de agosto, en el cual afirmó: “la iglesia cristiana debe arrodillarse y pedir perdón a Dios por sus actuales defectos y cobardía”.
Si bien los seguidores de Trocmé y Theis fueron los principales catalizadores de la actividad de rescate sin violencia en la meseta de Vivarais, muchos otros participaron de la campaña, entre ellos pastores protestantes de las parroquias cercanas, católicos, cuáqueros estadounidenses, judíos, protestantes suizos, evangélicos, estudiantes de distintas creencias y no creyentes.
RESCATE La campaña de rescate organizado comenzó durante el invierno de 1940, cuando el pastor Trocmé se puso en contacto con el Comité Estadounidense de Servicio de los Amigos (American Friends Service Committee), cuáqueros, en Marsella con el fin de ayudar en la provisión de suministros a los 30.000 judíos extranjeros que estaban en campos de reclusión en el sur de Francia. Trocmé inició una relación laboral con el líder cuáquero estadounidense Burns Chalmers, quien le dijo que si bien los cuáqueros podrían liberar a los reclusos de los campos, estos no tendrían adónde ir, ya que no había nadie preparado para ofrecerles refugio. Trocmé le aseguró a Chalmers que su pueblo, Le Chambon, recibiría a los refugiados. Chalmers consiguió negociar la liberación de muchos judíos, especialmente niños, de algunos de los campos del sur, entre ellos Gurs, Le Milles y Rivesaltes. Además de los que llegaron a Le Chambon como resultado de esta campaña de rescate organizado, los
judíos y otros grupos que estaban en peligro también llegaron a este pueblo solos o en grupos pequeños, una vez que corrió la voz de que la meseta de Vivarais era un lugar de refugio donde se los recibía con hospitalidad.
Los refugiados eran en su mayoría judíos nacidos en el extranjero, sin ciudadanía francesa. Gran parte de ellos eran niños. Se dispersaron entre los pequeños pueblos y granjas aislados de la región montañosa que rodeaba a Le Chambon. La Sociedad de Ayuda para los Niños (Oeuvre de Secours Aux Enfants, OSE), una organización de atención a niños franco-judíos, desempeñó un papel importante para acompañar a los niños a Le Chambon y colocarlos en hogares privados, casas de huéspedes, y en siete hogares financiados especialmente para brindarles refugio. La organización de cuáqueros, los congregacionalistas estadounidenses, la Cruz Roja Suiza e incluso gobiernos nacionales como el de Suecia aportaron fondos para el mantenimiento de los hogares. Los refugiados recibían documentos de identidad falsos, alimentos y ropa. Los niños incluso asistían a la escuela y participaban en organizaciones de jóvenes. Con el fin de mantener una apariencia de normalidad y ocultar la presencia de judíos en las comunidades, los niños asistían con frecuencia a los servicios religiosos protestantes. Sin embargo, Trocmé también fomentó los servicios judíos clandestinos. Siempre que los habitantes de los pueblos se enteraban de la inminente visita de la policía de Vichy o redadas de la Policía de Seguridad Alemana, trasladaban a los refugiados a la zona rural y acompañaban a algunos de ellos a la frontera suiza. El Comité para la Coordinación de Actividades para los Desplazados (Comité InterMouvements Auprès Des Évacués, CIMADE), una organización protestante de refugiados, fue especialmente activo en la búsqueda de rutas de escape a Suiza. Una de las rutas clandestinas más comunes era la que iba de Le Chambon a Annemasse y hasta la frontera con Suiza. Al verse perseguidos por las autoridades de Vichy y por los alemanes, otros refugiados además de los judíos acudieron a Le Chambon en busca de asilo. Entre ellos se encontraban republicanos españoles que habían huido de los campos de reclusión, alemanes antinazis y muchos jóvenes franceses que intentaban evitar ser deportados a Alemania para realizar trabajos forzados. La región también refugió a miembros de la resistencia francesa, que se hizo activa en la región en 1942.
BAJO OCUPACIÓN ALEMANA La unidad y la solidaridad de la población local obligaron a las autoridades de Vichy a actuar con cautela en la región. A veces los policías de Vichy daban a los pueblos advertencias informales antes de realizar las búsquedas. Sin embargo, este patrón
cambió después de que los alemanes ocuparon el sur de Francia en noviembre de 1942. El 13 de febrero de 1943, la policía francesa arrestó a los pastores Trocmé y Theis, al igual que a Roger Darcissac, el director de la escuela primaria local, y los recluyó en un campo en Saint-Paul d'Eyjeaux, cerca de Limoges. Después de 28 días, las autoridades francesas liberaron a los tres hombres, quienes siguieron realizando actividades de rescate hasta fines de 1943, cuando debieron esconderse por causa de los rumores de un nuevo arresto. En ese momento, Magda Trocmé asumió el liderazgo de la iniciativa de rescate. El 29 de junio de 1943, la policía alemana allanó una escuela secundaria local y arrestó a 18 estudiantes. Los alemanes identificaron a cinco de ellos como judíos y los enviaron a Auschwitz, donde murieron. La policía alemana también arrestó a su maestro Daniel Trocmé, primo del pastor Trocmé, y lo deportaron al campo de concentración Lublin/Majdanek, donde las SS lo mataron. Roger Le Forestier, médico de Le Chambon, especialmente activo en ayudar a los judíos a obtener documentos falsos, fue arrestado y posteriormente fusilado el 20 de agosto de 1944, en la prisión de Montluc por orden de la Gestapo en Lyon.
La Primera División Blindada Francesa liberó la meseta de Vivarais los días 2 y 3 de septiembre de 1944.
RECONOCIMIENTO En 1990, el estado de Israel reconoció a todos los habitantes de Le Chambon y los pueblos cercanos conjuntamente como “Justos entre las naciones”. Además, a partir de diciembre de 2007, los israelitas han premiado a 40 personas de Le Chambon y sus alrededores con la designación de “Justos”. El presidente francés Jacques Chirac reconoció oficialmente el heroísmo del pueblo durante una visita que hizo a ese lugar el 8 de julio de 2004. En enero de 2007, el gobierno francés honró a los habitantes de Le Chambon en una ceremonia en el Panteón de París. Le Chambon y sus pueblos vecinos son un excepcional ejemplo de esfuerzo de rescate colectivo durante el Holocausto. LA LEGISLACIÓN ANTI-JUDÍA EN LA ALEMANIA DE LA PREGUERRA
Abogados judíos en fila para aplicar por un permiso para aparecer ante los tribunales de Berlín. Regulaciones nuevas establecidas en el Párrafo Ario (una serie de leyes
promulgadas en abril de 1933 para purgar judíos de varias esferas de estado y sociedad) permitían a solamente 35 de aparecer ante el tribunal. Berlín, Alemania, 11 de abril de 1933. — Wide World Photo El antisemitismo y la persecución del los judíos eran principios centrales de la ideología nazi. En 1920, los nazis publicaron un Programa partidario de 25 puntos. En este programa los miembros del partido nazi declararon públicamente su intención de segregar a los judíos de la sociedad “aria” y de abolir sus derechos políticos, legales, y civiles. Poco después de tomar el poder, los lideres nazis empezaron a cumplir su promesa de perseguir los judíos alemanes. La primera ley limitando los derechos de los judíos fué la "Ley de la Restauración de la Administración Publica" promulgada el 7 de abril de 1933. Esta ley decretó que los funcionarios y empleados judíos así como aquellos "políticamente poco confiables" serian excluidos de la administración publica. La nueva Ley de la Administración Publica fué la primera formulación del así llamado "Párrafo Ario," utilizado después en distintas normas para excluir a los judíos (y por extensión a otros "no arios") de distintas organizaciones, profesiones, y sectores de la vida pública. En abril de 1933, una ley alemana limitó el número de estudiantes judíos en las escuelas y universidades alemanas. Eses mismo mes, otra ley redujo marcadamente la "actividad judía" en las profesiones médicas y legales. Leyes y decretos subsiguientes limitaron el reembolso que podían obtener los médicos judíos del seguro de salud estatal.
En Nuremberg, en la reunión anual del partido celebrada en septiembre de 1935, los lideres nazis anunciaron nuevas leyes institucionalizando muchas de las teorías raciales prevalecientes en la ideología nazi. Estas "Leyes de Nuremberg" excluían a los judíos alemanes de la ciudadanía del Reich, y les prohibía de casarse o tener relaciones sexuales con personas "alemanas o de sangre alemana." Otras normas complementarias los privaron de la mayoría de sus derechos políticos. Los judíos fueron privados del derecho a votar y no podían ser funcionarios públicos.
Las Leyes de Nuremberg no identificaban a un judío como alguien con determinadas creencias religiosas; la primer enmienda a la Leyes de Nuremberg definía en cambio a un judío como cualquier persona que tenia tres o cuatro abuelos judíos, sin importar si esa persona se reconocía a si misma como judía o parte de la comunidad judía. Muchos alemanes que no habían practicado el judaísmo o que no lo habían hecho en años se encontraron en manos del terror nazi. Incluso gente con abuelos judíos que se habían convertido al cristianismo podían ser definidos como judíos.
En las semanas que precedieron y durante los Juegos Olímpicos de invierno y verano de 1936, que se celebraron en Garmisch-Partenkirchen y Berlín respectivamente, el régimen nazi atenuó mucho de su retórica y sus actividades anti-judías públicas. El régimen hasta quitó algunos de los carteles que decían "Los judíos no son bienvenidos" de los lugares públicos. Hitler no quería que las críticas internacionales a su gobierno resultaran en la transferencia de los Juegos Olímpicos a otro país. Tal pérdida hubiera sido un golpe serio al prestigio alemán. Asimismo, los lideres nazis no querían desalentar el turismo internacional y los ingresos que éste podía atraer durante el año de las Olimpíadas.
En 1937 y 1938, las autoridades alemanas intensificaron de nuevo la persecución legislativa de los judíos alemanes. El gobierno se propuso a empobrecer a los judíos y sacarlos de la economía alemana exigiéndoles registrar su propiedad. Aun antes de los Juegos Olímpicos, el gobierno nazi había iniciado la práctica de “arianizar” las empresas judías. La "arianizacion" significaba el despido de los empleados y directores judíos de una compañía y/ o la absorción de las empresas judías por alemanes no judíos que las compraban a precios viles fijados por el gobierno o los oficiales del partido nazi. En 1937 y 1938, el gobierno prohibió a médicos judíos tratar a no judíos, y también revocó las licencias de los abogados judíos.
Después del pogrom de Kristallnacht (la "noche de los vidrios rotos") del 9 al 10 de noviembre de 1938, los lideres nazis intensificaron los esfuerzos de "arianizacion" y reforzaron las medidas para aislar físicamente y segregar a los judíos de sus compatriotas alemanes. se les prohibió a los judíos asistir a las escuelas y universidades públicas, así como a cines, teatros y centros deportivos. En muchas ciudades, se les prohibió a los judíos la entrada a zonas designadas como "arias". Decretos y ordenanzas continuaron expandiendo las limitaciones de los judíos en su vida profesional. Para septiembre de 1938, por ejemplo, los médicos judíos se hallaban efectivamente impedidos de tratar a pacientes "arios". En agosto de 1938, las autoridades alemanas decretaron que a mas tardar el 1º de enero de 1939, hombres y mujeres judías cuyos nombres fueran de origen "no judío" tenían que agregarles, respectivamente, "Israel" o "Sara". Todos los judíos fueron obligados a portar tarjetas de identidad que indicaran su descendencia judía y, en el otoño de 1938, todos los pasaportes de judíos fueron sellados con la letra "J" para identificarlos. A medida que los líderes nazis aceleraban sus preparativos para la guerra de conquista que planeaban comenzar en Europa, la legislación antisemita en Alemania y Austria preparó el camino hacia una más radical persecución de los judíos.
LENI RIEFENSTAHL Leni Riefenstahl (Helene Riefenstahl) era una bailarina, actriz, y directora de cine alemana mejor conocida por sus importantes películas de propaganda a favor del partido nacional-socialista (nazi).
Nacida en Berlín el 22 de agosto de 1902, Riefenstahl empezó su larga y extraordinaria carrera como bailarina de danza moderna. Después que una herida de rodilla temporalmente paró su vocación, Riefenstahl se fascinó con las posibilidades del cine, especialmente las películas sobre la naturaleza. Fue la estrella de un número de películas mudas del director alemán Arnold Fanck, típicamente ambientadas en los Alpes (llamados Bergfilme), en las cuales la joven Riefenstahl figura como la principal y atlética figura femenina. Popular como actriz con el público alemán en la época del cine mudo, Riefenstahl dirigió su primera película importante, Das Blaue Licht (La luz azul), en 1932. La película fue bien recibida, y más importante atrajo la atención de un político en ascenso que se enorgullecía de tener ambiciones artísticas, Adolf Hitler. Ese mismo año, Riefenstahl había escuchado a Hitler hablar en una reunión publica y quedó fascinada por su oratoria y su capacidad de hipnotizar al público. Hitler vio a Leni Reifenstahl como una directora que podía usar la estética para producir una imagen de una Alemania fuerte imbuida de temas de poder y belleza Wagnerianos. En 1933, le pidió a Riefenstahl dirigir una película corta, Der Sieg des Glaubens (La victoria de la fe), filmada ese año en la reunión del partido nazi en Nuremberg. La película fue un modelo por su trabajo más famoso, Triumph des Willens (El triunfo de la voluntad), filmado en la reunión de Nuremberg al año siguiente, en 1934. Riefenstahl inicialmente rechazó el pedido de Hitler para hacer la película, pero cedió cuando recibió recursos ilimitados y libertad artística total. El triunfo de la voluntad, con sus imágenes evocativas y si innovadora técnica cinematográfica, figura como una película épica del cine documental, y es generalmente considerada una de las películas de propaganda más hábiles jamás producida. La película ganó varios premios, pero por siempre unió su tema, el nacional-socialismo, con su artista, Riefenstahl. Igualmente impresionante fue la dirección de Riefenstahl en la película Olimpia, que capturó con efectividad inolvidable las imágenes de los Juegos Olímpicos del verano de 1936 en Berlín. Fue para Olimpia que Riefenstahl desarrolló varias técnicas cinematográficas, como usar cámaras montadas sobre vías (conocido hoy como plano de seguimiento). La mezcla vigoroso de estética, deporte, y propaganda de Olimpia ganó otra vez para Riefenstahl elogio y premios, incluyendo el premio a la
Mejor Película Extranjera en el festival de cine de Venecia y un premio especial de la Comité Olímpico Internacional por su representación de la alegría del deporte. Según la misma Riefenstahl, la llegada de la Segunda Guerra Mundial y la rápida intensificación de la violencia bajo el régimen nazi tuvieron un efecto adverso sobre ella y su carrera. En los primeros días de la campaña polaca, un incidente parece haber debilitado la confianza de Riefenstahl en el movimiento que glorificó en imágenes cinemáticas. Mientras acompañaba a las tropas alemanas cerca de Konskie, la directora presenció la ejecución de ciudadanos polacos, fusilados como represalia por un ataque partisano contra tropas alemanas. Riefenstahl aparentemente dejo su filmación ese día para pedirle a Hitler personalmente que no permitiera tal violencia arbitraria. El incidente puede haber sembrado la semilla de la duda en su mente, pero no le impidió filmar el desfile triunfante de Hitler en Varsovia unas pocas semanas después.
Después de la guerra, Riefenstahl intentó separarse de la naturaleza criminal del régimen nazi, sugiriendo que su deber era a su oficio y no necesariamente a las autoridades nazis que encargaron sus películas. En lo que ella y otros dirían después era un esfuerzo para evitar más trabajos de propaganda, Riefenstahl había empezado a filmar Tiefland (Tierras Bajas) en 1940. Una historia ubicada en los Pirineos españoles, Tiefland era un proyecto que había archivado anteriormente cuando un resuelto Hitler la convenció de emprender El triunfo de la voluntad. Rodado cerca de Kitzbühl, Austria, la filmación se arrastró por casi cuatro años. Para aumentar el sabor gitano de la película, ayudantes de Riefenstahl arreglaron “pedir prestados” como extras unos 51 jóvenes prisioneros roma del cercano campo de trabajos forzados en Maxglan-Leopoldskron. Para las escenas de interior, filmadas en Berlín-Babelsberg en 1942, Riefenstahl usó como extras por lo menos 66 prisioneros roma y sinti, casi todos hombres, del campo de Berlín-Marzahn para gitanos. Acusaciones que la policía criminal alemana devolvió los roma, después que cumplieron sus “obligaciones”, a los campos de gitanos de Maxglan y Marzahn (Zigeunerlager) y luego los deportaron a sus muertes en Auschwitz, fueron lo suficientemente serias para involucrarla en un juicio civil. El pleito fue abandonado en 2002 solamente después que su compañía de producción retractó una declaración publica que Riefenstahl había hecho, en la cual afirmó que todos los extras habían sobrevivido la guerra. Tiefland se estrenó en 1954, ocho años después que las autoridades francesas de ocupación en el Tirol arrestaron a Riefenstahl y confiscaron sus materiales cinematográficos en enero de 1946. En los años de la posguerra, Leni Riefenstahl fue objeto de cuatro procedimientos de denazificación, que finalmente la declararon un simpatizante nazi (Mitläufer). Aunque nunca fue miembro del partido nazi, Riefenstahl encontró difícil superar su asociación con las películas de propaganda que había hecho durante la primera etapa del los nazis,
y enfrentó dificultades para recuperar su posición en la comunidad de cine alemán. Su experiencia fue muy distinta de la de su colega Veit Harlan, que había dirigido trabajos de propaganda nazi seminales, tales como Jüd Süss yKolberg, pero que había vuelto a una carrera de cine floreciente en los años cincuenta. Riefenstahl se volcó a la fotografía, y publicó en los años setenta un volumen ilustrado sobre la primitiva tribu de los Nuba de Sudan; en sus setenta, desarrolló un interés nuevo en la cinematografía submarina. A través su larga carrera, Leni Riefenstahl desarrolló una nueva estética e introdujo técnicas de cine innovadoras, pero no pudo escapar su pasada asociación como propagandista nazi y permaneció una figura controversial hasta el fin de su vida. Murió de cáncer en Pocking, Alemania, el 8 de septiembre de 2003, unas pocas semanas después de cumplir 101 años. LETONIA
Las fuerzas alemanas ocuparon Riga a comienzos de julio de 1941. Aquí se evidencian los daños producidos por la guerra en la ciudad de Riga, en las áreas ennegrecidas alrededor de las ventanas del edificio. Riga, Letonia, agosto de 1941. — US Holocaust Memorial Museum
Letonia es uno de los estados bálticos. Está ubicada entre Estonia, al norte, y Lituania, al sur. Fue una república independiente desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta 1940. En 1935, vivían en Letonia 94.000 judíos, alrededor del 5 por ciento de su población total. Casi la mitad de ellos vivían en Riga, la ciudad capital. Los judíos de Letonia estaban representados en todas las clases sociales y económicas. Había una red de escuelas judías con un buen desarrollo y más de 100 instituciones.
La Unión Soviética ocupó Letonia en junio de 1940 y anexó el país en agosto del mismo año. En junio y julio de 1941, los alemanes lo ocuparon después de que Alemania invadió la Unión Soviética. Durante la ocupación alemana, se incluyó a Letonia en el Comisariato del Reich para el Ostland (Reichskommissariat Ostland), una administración civil alemana que abarcaba a los estados bálticos y Bielorrusia occidental. Destacamentos de los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) alemanes, junto con auxiliares de Letonia y Lituania, masacraron a la mayoría de los judíos letones. Se establecieronghettos en Riga, Daugavpils y Liepaja, las ciudades más grandes. Varios
cientos de judíos del ghetto de Riga organizaron una resistencia contra los alemanes. Otros pequeños grupos intentaron escapar del ghetto. Los nazis deportaron a miles de judíos alemanes y austriacos alghetto de Riga en 1941 y principios de 1942. Los Einsatzgruppen y la policía asesinaron a la mayoría de ellos. A principios de 1943, solo quedaban en Letonia unos 5.000 judíos. Se concentraron en los ghettos de Riga, Daugavpils y Liepaja, y en algunos campos de trabajo. El campo más grande era Kaiserwald, cerca de Riga, y más tarde fue designado como campo de concentración. En 1944, el ejército soviético volvió a ingresar a Letonia, que nuevamente se convirtió en una república soviética. Solo algunos cientos de judíos se quedaron en ella. Unos 1.000 judíos de Letonia regresaron de los campos de concentración nazis; también sobrevivieron varios otros miles que habían escapado a la Unión Soviética durante la guerra. Sin embargo, las horrorosas pérdidas sostenidas durante el Holocausto nazi devastaron por completo al judaísmo letón. EL LEVANTAMIENTO DEL GHETTO DE VARSOVIA
Soldados alemanes dirigen la artillería contra un nido de la resistencia durante el levantamiento del ghetto de Varsovia. Varsovia, Polonia, entre el 19 de abril y el 16 de mayo de 1943. — US Holocaust Memorial Museum Entre el 22 de julio y el 12 de septiembre de 1942, las autoridades alemanas deportaron o asesinaron alrededor de 300.000 judíos en el ghetto de Varsovia. Las unidades de las SS y de la policía deportaron 265.000 judíos al campo de exterminio de Treblinka y 11.580 a campos de trabajos forzados. Los alemanes y sus tropas auxiliares asesinaron a más de 10.000 judíos en el ghetto de Varsovia durante las operaciones de deportación. Las autoridades alemanas concedieron permiso a sólo 35.000 judíos para permanecer en el ghetto, mientras que más de 20.000 judíos permanecieron en el ghetto a escondidas. Para los 55.000 a 60.000 judíos como mínimo que quedaban en el ghetto de Varsovia, la deportaciónparecía inevitable. En respuesta a las deportaciones, el 28 de julio de 1942 varias organizaciones judías clandestinas crearon una unidad de autodefensa armada conocida como la Organización Judía de Combate (Zydowska Organizacja Bojowa; ZOB). Se estima que en el momento de su formación, el tamaño de la ZOB era de aproximadamente 200 miembros. El partido revisionista (la derecha sionista, conocida como el Betar) formó otra organización de resistencia, la Unión Militar Judía (Zydowski Zwiazek Wojskowy; ZZW). Aunque inicialmente había tensión entre la ZOB y la ZZW, ambos grupos
decidieron trabajar conjuntamente para contrarrestar los intentos alemanes por destruir el ghetto. En el momento del levantamiento, la ZOB tenía alrededor de 500 combatientes en sus filas, mientras que la ZZW tenía alrededor de 250. Si bien los esfuerzos por establecer contacto con el movimiento clandestino militar polaco (Armia Krajowa, o Ejército Nacional) no tuvieron éxito durante el verano de 1942, la ZOB estableció contacto con el Ejército Nacional en octubre, y consiguió una pequeña cantidad de armas, en su mayoría pistolas y explosivos, de sus contactos con el Ejército Nacional. De acuerdo con la orden del Reichsführer SS (líder de las SS) Heinrich Himmler en octubre de 1942 de liquidar el ghetto de Varsovia y deportar a sus residentes robustos a campos de trabajos forzados en el distrito Generalgouvernement de Lublín, las SS y unidades de la policía alemana intentaron reanudar las deportaciones en masa de judíos desde Varsovia el 18 de enero de 1943. Un grupo de combatientes judíos, armados con pistolas, se infiltraron en una columna de judíos que estaban siendo llevados por la fuerza al Umschlagplatz (punto de transferencia) y, al dar una señal planeada de antemano, rompieron filas y lucharon contra sus escoltas alemanas. La mayoría de estos combatientes judíos murió en la batalla, pero el ataque desorientó lo suficiente a los alemanes como para permitir que los judíos encolumnados en Umschlagplatz tuvieran la oportunidad de dispersarse. Después de capturar entre 5.000 y 6.000 residentes del ghetto para su deportación, los alemanes suspendieron las deportaciones el 21 de enero. Alentados por el supuesto éxito de la resistencia, que creían haber suspendido las deportaciones, los miembros de la población del ghetto comenzaron a construir búnkeres subterráneos y albergues como preparación para un levantamiento en el caso de que los alemanes intentaran una última deportación de todos los judíos restantes en el reducido ghetto. Las fuerzas alemanas intentaron comenzar con la operación para liquidar el ghetto de Varsovia el 19 de abril de 1943, la noche de Pascua judía. Cuando las SS y las unidades policiales entraron en el ghetto esa mañana, las calles estaban desiertas. Casi todos los residentes del ghetto se habían ocultado en escondites o búnkeres. La reanudación de las deportaciones era la señal de un levantamiento armado en el ghetto.
El comandante de la ZOB Mordecai Anielewicz comandó a los combatientes judíos en el levantamiento del ghetto de Varsovia. Armados con pistolas, granadas -- muchas de ellas de fabricación casera -- y unas pocas armas automáticas y rifles, los combatientes de la ZOB sorprendieron a los alemanes y sus tropas auxiliares el primer día de lucha, forzando la retirada de las fuerzas alemanas fuera del muro del ghetto. El comandante alemán, General de las SS Jürgen Stroop informó la pérdida de doce hombres, asesinados y heridos, durante el primer ataque al ghetto. El tercer día del
levantamiento, las fuerzas policiales y de las SS de Stroop comenzaron a arrasar el ghetto, edificio por edifico, para forzar a los judíos restantes que salgan de sus escondites. Los combatientes de la resistencia judía hicieron ataques esporádicos desde los búnkeres, pero los alemanes redujeron sistemáticamente el ghetto a escombros. Las fuerzas alemanas asesinaron a Anielewicz y a quienes estaban con él en un ataque al búnker del comando de la ZOB en el número 18 de la calle Mila, que capturaron el 8 de mayo.
Aunque las fuerzas alemanas quebraron la resistencia militar organizada en pocos días desde el comienzo del levantamiento, personas y grupos pequeños se escondieron o lucharon contra los alemanes durante casi un mes.
Para simbolizar la victoria alemana, Stroop ordenó la destrucción de la Gran Sinagoga de la calle Tlomacki el 16 de mayo de 1943. El ghetto en sí estaba en ruinas. Stroop informó que había capturado 56.065 judíos y destruido 631 búnkeres. Calculó que sus unidades habían asesinado hasta 7.000 judíos durante el levantamiento. Las autoridades alemanas deportaron aproximadamente otros 7.000 judíos de Varsovia a Treblinka, donde prácticamente todos ellos fueron asesinados en las cámaras de gas apenas llegaron. Los alemanes deportaron a la mayoría de los judíos restantes, aproximadamente 42.000, al campo de concentración de Lublín/Majdanek y a los campos de trabajos forzados de Poniatowa, Trawniki, Budzyn y Krasnik. A excepción de unos pocos miles de trabajadores de los campos de Budzyn y Krasnik, las SS y las unidades policiales alemanas posteriormente asesinaron a la mayoría de los judíos de Varsovia deportados a Lublín/Majdanek, Poniatowa y Trawniki en noviembre de 1943 en la “Operación Festival de la Cosecha” (Unternehmen Erntefest). Los alemanes habían planeado liquidar el ghetto de Varsovia en tres días, pero los combatientes del ghetto resistieron durante más de un mes. Incluso después del fin del levantamiento del 16 de mayo de 1943, judíos individuales que se ocultaban en las ruinas del ghetto continuaron atacando las patrullas de los alemanes y sus tropas auxiliares.
El levantamiento del ghetto de Varsovia fue el más grande, simbólicamente el levantamiento judío más importante, y el primer levantamiento urbano en la Europa ocupada por los alemanes. La resistencia en Varsovia inspiró otros levantamientos en ghettos (por ejemplo, Bialystok y Minsk) y campos de exterminio (Treblinka y Sobibor). En la era de la posguerra, el levantamiento del ghetto de Varsovia simbolizó no sólo la resistencia judía ante los alemanes y sus colaboradores durante la Segunda Guerra
Mundial, sino que también sirvió de señal de que los judíos ya no responderían pasivamente a quienes los persiguieran y aniquilaran. En la actualidad, la ceremonia de los Días del Recuerdo que conmemora las víctimas y los sobrevivientes del Holocausto se vincula con las fechas del levantamiento del gueto de Varsovia. LEVANTAMIENTOS JUDÍOS EN GHETTOS Y CAMPOS, 1941-1944 RESISTENCIA EN GHETTOS Entre 1941 y 1943, se desarrollaron movimientos de resistencia clandestinos en alrededor de 100 ghettos en la Europa oriental bajo ocupación nazi (cerca de una cuarta parte de todos los ghettos), especialmente en Polonia, Lituania, Bielorrusia y Ucrania. Sus metas principales eran organizar levantamientos, huir de los ghettos y asociarse a unidades de partisanos en la lucha contra los alemanes. Los judíos sabían que los levantamientos no detendrían a los alemanes y que solamente un puñado de combatientes lograría huir para unirse a los partisanos. Aún así, algunos judíos decidieron resistir. Las armas ingresaban a los ghettos de contrabando. Los habitantes de los ghettos de Vilna, Mir, Lachva (Lachwa), Kremenets, Czestochowa, Nesvizh, Sosnowiec, Tarnow, etc. se resistieron con la fuerza cuando los alemanes comenzaron a deportar a sus poblaciones. En Bialystok, el movimiento clandestino organizó un levantamiento justo antes de la destrucción final del ghetto en septiembre de 1943. La mayoría de sus combatientes, principalmente jóvenes y mujeres, murió durante el combate.
El levantamiento del ghetto de Varsovia en la primavera de 1943 fue la mayor sublevación de judíos. Cientos de ellos lucharon contra los alemanes y sus auxiliares en las calles del ghetto. Miles de judíos se negaron a obedecer las órdenes de los alemanes de reportarse en un punto de reunión para su deportación. Al final, los nazis incendiaron el ghetto hasta sus cimientos para obligarlos a salir. Si bien sabían que la derrota era segura, los judíos del ghetto lucharon desesperada y valientemente.
RESISTENCIA EN CAMPOS En las condiciones más adversas, los prisioneros judíos lograron iniciar una resistencia y levantamientos en algunos campos nazis. Los trabajadores judíos sobrevivientes originaron levantamientos en los campos de exterminio de Treblinka, Sobibor y Auschwitz-Birkenau. Alrededor de 1.000 prisioneros judíos participaron en la sublevación de Treblinka. El 2 de agosto de 1943, los judíos tomaron las armas que
pudieron encontrar (picos, hachas y algunas armas de fuego robadas del arsenal del campo) y lo incendiaron. Alrededor de 200 lograron escapar. Los alemanes volvieron a capturar a cerca de la mitad de ellos y los asesinaron. El 14 de octubre de 1943, prisioneros de Sobibor asesinaron a 11 guardias de las SS y auxiliares de la policía e incendiaron el campo. Alrededor de 300 prisioneros escaparon al abrirse paso entre el alambre de púas y arriesgar sus vidas en el campo minado que rodeaba el lugar. Volvieron a capturar a más de 100 y, luego, los fusilaron.
El 7 de octubre de 1944, prisioneros asignados al Crematorio IV en Auschwitz-Birkenau se rebelaron después de enterarse de que iban a asesinarlos. Los alemanes doblegaron la sublevación y asesinaron a casi todos los cientos de prisioneros implicados en la rebelión.
Otros levantamientos en campos ocurrieron en Kruszyna (1942), Minsk-Mazowiecki (1943) y Janowska (1943). En varias decenas de campos, prisioneros organizaron huidas para asociarse a unidades de partisanos. Se lograron algunos escapes exitosos, con el del campo de trabajo de la calle Lipowa en Lublin.
A pesar de que se los superaba en cantidad y en potencia de fuego, algunos judíos en ghettos y campos opusieron resistencia a los alemanes con la fuerza. El espíritu de estos esfuerzos trasciende el fracaso de detener las políticas genocidas de los nazis. LA LIBERACIÓN DE LOS CAMPOS NAZIS
Poco después de su liberación, niños sobrevivientes de Auschwitz caminan fuera de sus barracas. Polonia, posterior al 27 de enero de 1945. — US Holocaust Memorial Museum Mientras las tropas Aliadas avanzaban a través de Europa en una serie de ofensivas contra Alemania, empezaron a encontrar prisioneros de los campos de concentración. Muchos de estos prisioneros habían sobrevivido las marchas de la muerte al interior de Alemania.
Las fuerzas soviéticas en julio de 1944 fueron las primeras en encontrar un campo nazi importante, el de Majdanek cerca de Lublin, Polonia. Sorprendidos por el rápido adelanto de los soviéticos, los alemanes intentaron esconder la evidencia de exterminio masivo destruyendo el campo. El personal del campo incendió el crematorio grande,
pero en la apurada evacuación quedaron intactas las cámaras de gas. En el verano de 1944, los soviéticos también llegaron a los campos de exterminio de Belzec, Sobibor, y Treblinka. Los alemanes habían desmontado estos campos en 1943, después que la mayoría de los judíos polcaos habían sido matados.
En enero de 1945, los soviéticos liberaron Auschwitz, el campo de exterminio y concentración más grande. Los nazis habían forzado a la mayoría de los prisioneros de Auschwitz en las marchas de la muerte, y cuando los soldados soviéticos entraron al campo encontraron vivos a solamente algunos miles de prisioneros hambrientos. Había abundante evidencia del exterminio masivo en Auschwitz. Los alemanes habían destrozado la mayoría de los depósitos en el campo, pero en los que quedaban los soviéticos encontraron las pertenencias de las victimas. Descubrieron, por ejemplo, cientos de miles de trajes de hombres, más de ochocientos mil vestidos de mujeres, y más de catorce mil libras de cabello humano. En los meses siguientes, los soviéticos liberaron otros campos en los Países Bálticos y en Polonia. Poco después de la rendición de Alemania, las fuerzas soviéticas liberaron los campos principales de Stutthof, Sachsenhausen, y Ravensbrueck.
Pocos días después que los nazis empezaran a evacuar el campo, las fuerzas americanas liberaron el 11 de abril de 1945 el campo de concentración de Buchenwald cerca de Weimar, Alemania. El día de la liberación, una organización de resistencia de prisioneros tomó control de Buchenwald para prevenir atrocidades por los guardias en retirada. Las fuerzas americanas liberaron más de veinte mil prisioneros en Buchenwald. También liberaron los campos principales de Dora-Mittelbau, Flossenbürg, Dachau, y Mauthausen.
Las fuerzas británicas liberaron campos en Alemania del norte, incluyendo Neuengamme y Bergen-Belsen. A mediados de abril de 1945, entraron al campo de concentración de Bergen-Belsen, cerca de Celle. Encontraron vivos alrededor de sesenta mil prisioneros, la mayoría en condición critica por una epidemia de tifus. Más de diez mil murieron de malnutrición o enfermedad a las pocas semanas de la liberación.
Los liberadores enfrentaron condiciones inexpresables en los campos, donde pilas de cadáveres estaban sin enterrar. Solamente con la liberación de los campos fue posible exponer al mundo las atrocidades de los nazis. Los prisioneros que sobrevivieron parecían esqueletos a causa de las demandas de los trabajos forzados y la falta de
nutrición adecuada. Muchos estaban tan débiles que no podían moverse. La enfermedad era un peligro constante, y muchos de los campos tuvieron que ser quemados para prevenir la difusión de epidemias. Los sobrevivientes de los campos enfrentaban un largo y difícil camino a la recuperación. LITUANIA
La multitud observa el resultado de la masacre en Lietukis Garage, donde nacionalistas lituanos a favor de Alemania mataron a más de 50 hombres judíos. A las víctimas las golpearon, les arrojaron agua con mangueras y luego las asesinaron con barras de hierro. Kovno, Lituania, 27 de junio de 1941. — Dokumentationsarchiv des Oesterreichischen Widerstandes Lituania es el estado báltico más meridional. Los judíos de este país tenían una cultura propia bien definida y desarrollada, que incluía un dialecto especial del idioma yiddish. El judaísmo de Lituania desempeñó un papel importante en muchas ideologías judías, entre ellas el movimiento de trabajadores judíos, el sionismo y el pensamiento religioso racional. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Lituania tenía aproximadamente 160.000 habitantes judíos, lo cual representaba alrededor del 7 por ciento de la población total. Fue un país independiente desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta 1940. El 16 de enero de 1939, Lituania y Alemania firmaron un pacto de no agresión. No obstante, en marzo de ese año Alemania anexó el territorio lituano de Memel-Klaipeda, una región con mayoría étnica alemana. La Unión Soviética ocupó Lituania en junio de 1940 y anexó el país en agosto del mismo año. En 1941, la población judía de Lituania creció por una afluencia de refugiados de la Polonia bajo ocupación alemana, y llegó a 250.000 habitantes, o el 10 por ciento de la población total.
En junio y julio de 1941, los alemanes ocuparon Lituania después de que Alemania invadió la Unión Soviética. Durante la ocupación alemana, se incluyó a Lituania en el Comisariato del Reich para el Ostland (Reichskommissariat Ostland), una administración civil alemana que abarcaba a los estados bálticos y Bielorrusia occidental. Los lituanos causaron violentos disturbios contra los judíos poco antes e inmediatamente después de la llegada de las fuerzas alemanas. En junio y julio de 1941, destacamentos de losEinsatzgruppen (equipos móviles de matanza) alemanes, junto con auxiliares de Lituania, comenzaron a asesinar a los judíos de Lituania. A fines de
agosto de 1941, habían fusilado a la mayoría de los judíos de la zona rural del país. En noviembre de 1941, los alemanes también masacraron a la mayoría de los judíos que se habían concentrado en ghettos en las ciudades más grandes. Los 40.000 judíos que habían sobrevivido se concentraron en losghettos de Vilna, Kovno, Siauliai y Svencionys, y en varios campos de trabajo. Las condiciones de vida eran miserables, había gran escasez de alimentos, brotes de enfermedades y superpoblación. En 1943, los alemanes destruyeron los ghettos de Vilna y Svencionys, y convirtieron los ghettos de Kovno y Siauliai en campos de concentración. Unos 15.000 judíos de Lituania fueron deportados a campos de trabajo en Letonia y Estonia, y unos 5.000 fueron deportados a centros de exterminio en Polonia, donde los asesinaron. Poco antes de retirarse de Lituania en el otoño de 1944, los alemanes deportaron a cerca de 10.000 judíos de Kovno y Siauliai a campos de concentración de Alemania. Las tropas soviéticas volvieron a ocupar Lituania en el verano de 1944. En los tres años anteriores, los alemanes habían asesinado a alrededor del 90 por ciento de los judíos de Lituania, una de las tasas más altas de víctimas en Europa. LODZ
Trabajadores judíos en una fábrica de refinadura de cueros. El ghetto de Lodz, Polonia, entre 1941 y 1944. — Beit Lohamei Haghettaot La ciudad de Lodz se encuentra a 120 km (75 millas) al suroeste de Varsovia, Polonia. Los judíos de Lodz formaban la segunda mayor comunidad de judíos, después de Varsovia, en la época de la preguerra en Polonia. Las tropas alemanas ocuparon Lodz una semana después de que Alemania invadiera Polonia, el 1 de septiembre de 1939. Lodz se anexionó a Alemania como parte del Warthegau. Los alemanes cambiaron su nombre por el de Litzmannstadt en honor al general alemán Karl Litzmann, quien conquistó la ciudad durante la Primera Guerra Mundial.
A principios de febrero de 1940 los alemanes crearon un ghetto en la zona noreste de Lodz. Cerca de 160.000 judíos, más de un tercio de la población de la ciudad, fueron hacinados en una pequeña área. Con vallas de alambre de púas, los alemanes aislaron el ghetto del resto de Lodz. Unidades especiales de policía vigilaban el perímetro del ghetto, mientras que mantener el orden en su interior era responsabilidad de la policía judía. El área del ghetto se dividió en tres partes, partiendo de la intersección de dos carreteras
principales. La intersección quedaba fuera del ghetto. Sobre las dos vías públicas se construyeron puentes que conectaban las tres partes del ghetto. Los tranvías para los ciudadanos de Lodz que no eran judíos atravesaban el ghetto, pero no se les permitía parar allí.
En la época previa a la guerra, Lodz había sido uno de los principales centros industriales de Polonia. Bajo la ocupación alemana, el ghetto de Lodz se convirtió en un importante centro de producción. Ya en mayo de 1940, los alemanes crearon fábricas en el ghetto y utilizaron a los residentes judíos para realizartrabajos forzados. En agosto 1942 dentro del ghetto había casi 100 fábricas. Las principales fábricas producían textiles, especialmente uniformes, para el ejército alemán. Mordechai Chaim Rumkowski, presidente del Consejo Judío del ghetto de Lodz, quiso evitar la destrucción del ghetto haciéndolo lo más productivo posible. Creía que la mano de obra judía, esencial para las fábricas alemanas, evitaría la posible deportación de judíos y, así, el ghetto de Lodz sobreviviría hasta el final de la guerra. Las condiciones de vida en el ghetto eran horrendas. La mayoría de los barrios no tenían ni agua corriente ni sistema de alcantarillado. Los trabajos forzados, el hacinamiento y la hambruna eran los rasgos distintivos del día a día. Una inmensa mayoría de los residentes del ghetto trabajaba en las fábricas alemanas y lo único que recibían a cambio de los empresarios eran escasas raciones de comida. Más del 20 por ciento de la población del ghetto murió como resultado directo de las severas condiciones de vida.
DEPORTACIONES AL GHETTO DE LODZ Entre 1941 y 1942, casi 40.000 judíos fueron deportados al ghetto de Lodz: 20.000 desde Alemania, Austria, el Protectorado de Bohemia y Moravia, y Luxemburgo; y casi otros 20.000 desde los pueblos provinciales más pequeños del Warthegau. Cerca de 5.000romaníes (gitanos) fueron deportados al ghetto desde Austria, principalmente desde la provincia de Burgenland. Estos fueron confinados en un bloque de edificios separado. DEPORTACIONES DESDE EL GHETTO DE LODZ En enero de 1942, las autoridades alemanas comenzaron a deportar judíos desde Lodz al campo de exterminio de Chelmno. En septiembre de 1942, habían deportado a Chelmno a más de 70.000 judíos y cerca de 5.000 romaníes. En Chelmno, un destacamento especial de la SS utilizaba los furgones de gas móviles (furgonetas con un compartimiento herméticamente sellado que servían de cámara de gas) para matar a
los judíos deportados. Antes de la deportación, se concentraba a los judíos en diversos puntos de reunión del ghetto. En un principio, los alemanes solicitaban al Consejo Judío que confeccionara las listas de los deportados. Como este método no cumplía con las cuotas requeridas, los alemanes recurrieron a las redadas policiales. Durante las operaciones de deportación, el personal alemán fusiló y mató a cientos de judíos, incluyendo niños, ancianos y enfermos. Entre septiembre de 1942 y mayo de 1944 no se realizaron deportaciones importantes desde Lodz. El ghetto se parecía a un campo de trabajos forzados. En la primavera de 1944, los nazis decidieron destruir el ghetto de Lodz. En aquel entonces, Lodz era el último ghetto que quedaba en Polonia y en mayo de 1944 contaba con una población de unos 75.000 judíos. En junio y julio de 1944 los alemanes reanudaron las deportaciones desde Lodz y cerca de 3.000 judíos fueron deportados a Chelmno. A los residentes del ghetto se les dijo que los estaban trasladando a campos de trabajo en Alemania. En agosto de 1944, los alemanes deportaron a los sobrevivientes del ghetto al campo de exterminiode Auschwitz-Birkenau.
LA LUCHA CONTRA LA NEGACIÓN DEL HOLOCAUSTO: ORÍGENES DE LA NEGACIÓN DEL HOLOCAUSTO La política nazi hizo mucho para facilitar la negación delHolocausto, aun cuando la operación de exterminio se desplegaba por toda la Europa bajo ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. El Holocausto era un secreto de estado en la Alemania nazi. Los alemanes escribían lo menos posible. La mayoría de las órdenes de asesinato eran verbales, en particular, en los rangos superiores. La orden de Hitler de exterminar judíos se emitía sólo en caso de necesidad. En general, los líderes nazis evitaban la planificación detallada de las operaciones de exterminio y preferían proceder de un modo sistemático, pero a menudo improvisado. Los alemanes destruyeron la mayor parte de la documentación que sí existía antes del fin de la guerra. Prácticamente todos los documentos que sobrevivían y que se relacionaban directamente con el programa de exterminio tenían la clasificación y el sello “Geheime Reichssache” (altamente confidencial), lo cual requería un manejo especial y su destrucción para impedir que los capturara el enemigo. Heinrich Himmler, líder de las SS del Reich y jefe de la policía alemana, dijo en un discurso secreto a los generales de las SS en Posen, en 1943, que el asesinato en masa de los judíos europeos era un secreto que jamás debía quedar registrado. A fin de ocultar lo más posible la operación de exterminio a los que la ignoraban, Hitler ordenó que nunca se hablara directamente de los asesinatos en documentación alemana o en declaraciones públicas. En su lugar, los alemanes utilizaban nombres en
código y palabras neutras para referirse al proceso de exterminio. Por ejemplo, en el lenguaje nazi, “acción” (Aktion) se refería a una operación violenta contra civiles judíos (u otros) por parte de las fuerzas de seguridad alemanas, “reasentamiento en el Este” (Umsiedlung nach dem Osten) se refería a la deportación forzosa de civiles judíos a centros de exterminio en la Polonia bajo ocupación alemana, y “tratamiento especial” (Sonderbehandlung) significaba asesinato. Tanto en esa época como más adelante, esos eufemismos impedían una comprensión clara de lo que los nazis estaban haciendo. El objeto era, en parte, facilitar el proceso de exterminio al ocultar a las víctimas su destino el mayor tiempo posible. La resistencia judía generalizada sólo sería posible una vez que los judíos comprendieran que la política nazi era asesinarlos a todos. Además, Hitler no podía suponer que prácticamente nadie se manifestaría en contra del exterminio de los judíos. Incluso dentro de su propio partido, había personas que estaban de acuerdo con la campaña de persecución de los judíos pero que, en ocasiones, rechazaban el asesinato sistemático. Por ejemplo, Wilhelm Kube, el administrador civil alemán de la Bielorrusia bajo ocupación, apoyaba totalmente el asesinado de judíos bielorrusos, pero se manifestaba en contra cuando las SS deportaban judíos alemanes a Minsk y los fusilaban allí. Hitler tenía motivos para temer una posible reacción desfavorable si todos los detalles del Holocausto se hacían públicos. Los eufemismos beneficiaban el secreto, ya que sólo los que sabían el “verdadero” significado de las palabras comprenderían el sentido más profundo de las declaraciones públicas o interpretarían con precisión los registros documentales.
Además del uso del leguaje en código, Heinrich Himmler intentaba destruir los restos físicos de las víctimas de las operaciones de exterminio para ocultar el proceso de matanza a los ejércitos aliados que avanzaban. Asignó al oficial de las SS, Paul Blobel, para que comandara la Operación (Aktion) 1005, el nombre en código de los planes alemanes de destrucción de pruebas forenses en centros de asesinato en masa. Las SS obligaban a los prisioneros a reabrir fosas comunes en centros de exterminio en la Polonia bajo ocupación alemana y en campos de exterminio al aire libre en el antiguo territorio soviético, y a cremar los cuerpos para eliminar las pruebas del asesinato en masa. Por ejemplo, en Babi Yar, Kiev, en el verano de 1943, enBelzec a fines de 1942 y en Sobibor y Treblinka en el otoño de 1943, se reabrieron fosas comunes y se cremaron los cuerpos. De este modo, los alemanes y sus colaboradores destruyeron muchas de las pruebas forenses de asesinato en masa (aunque no todas) antes de que los ejércitos soviéticos invadieran la escena de estos crímenes. Hacia fines de la guerra, después de que la noticia del Holocausto llegara a Gran Bretaña y los Estados Unidos, los líderes nazis intentaron contrarrestar la condena
aliada de las políticas nazis para los judíos con una campaña coordinada de desinformación. El 23 de junio de 1944, los nazis permitieron la visita de una comisión de la Cruz Roja Internacional al ghetto Theresienstadten la Bohemia bajo ocupación, donde hoy se encuentra la República Checa. Esperaban cubrir las operaciones de exterminio en los territorios orientales bajo ocupación al presentar buenas condiciones para los judíos en Theresienstadt. La comisión de la Cruz Roja estaba formada por dos funcionarios daneses y un representante suizo. La visita duró sólo seis horas. Fue un estudiado engaño. Las autoridades de las SS intensificaron las deportaciones de judíos desde el ghetto para aliviar la superpoblación y lo arreglaron plantando jardines, pintando casas y abriendo cafeterías, teatros, etc. para la visita. Incluso ordenaron a los prisioneros cómo comportarse durante la inspección y dar informes positivos sobre las condiciones del ghetto. Sin embargo, cuando la visita finalizó, las autoridades de las SS reanudaron las deportaciones de judíos, sobre todo al centro de exterminio Auschwitz en la Polonia bajo ocupación alemana. La visita había cumplido el objetivo: confundir a la opinión pública internacional acerca de la verdadera naturaleza de las políticas nazis para los judíos. A pesar de los esfuerzos de los nazis para mantener en secreto el Holocausto que se estaba llevando a cabo, se filtró información. Los mismos autores hablaban sobre lo que hacían. En ocasiones, los sobrevivientes de operaciones de asesinato en masa atestiguaban sobre el programa de exterminio. Organizaciones clandestinas judías y polacas se esforzaban mucho para revelar al mundo exterior lo que los alemanes hacían en Europa Oriental. A veces, la información era incompleta, contradictoria e imprecisa en algunos de los detalles específicos, pero la política general y el patrón de eventos eran claros en la segunda mitad de 1942.
Sin embargo, las barreras psicológicas de aceptar la existencia del programa de exterminio nazi eran considerables. El Holocausto era irracional y no tenía precedentes. Era inconcebible que una nación avanzada e industrializada movilizara sus recursos para asesinar a millones de civiles pacíficos, que incluían mujeres, niños, ancianos y hasta los más pequeños. Al hacerlo, los nazis a menudo actuaban en contra de los intereses económicos y militares de Alemania. Por ejemplo, intensificaban la operación de exterminio y asesinaban trabajadores judíos calificados, aun cuando la escasez de mano de obra amenazaba con socavar el esfuerzo bélico alemán.
Mucha gente respondía a informes sobre el exterminio alemán de civiles judíos comparándolos con las noticias sobre las atrocidades alemanas en la Bélgica y el norte de Francia bajo ocupación durante la Primera Guerra Mundial. Los medios británicos en la Primera Guerra Mundial aducían que la ocupación alemana era monstruosa, que
los soldados alemanes cometían muchas atrocidades contra civiles indefensos en la Bélgica bajo ocupación alemana. Acusaban que soldados alemanes mataban bebés con bayonetas, desfiguraban mujeres y asesinaban civiles con gas de guerra emitido por el ejército. Después de la guerra, se supo que los aliados habían inventado muchas de esas historias para maximizar el apoyo popular del esfuerzo bélico. Debido a esa experiencia, mucha gente no creía los informes de operaciones de asesinato en masa durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en este caso, los informes, en general, eran precisos.
Si bien en la actualidad algunas personas, debido a las políticas nazis descriptas anteriormente, son engañadas para que duden de la veracidad del Holocausto, otras lo niegan por razones más abiertamente racistas, políticas y estratégicas. Estos negadores comienzan con la premisa de que el Holocausto no ocurrió. Esta premisa favorece sus propósitos más amplios. Niegan el Holocausto como artículo de fe y ningún argumento racional puede disuadirlos. Esta negación es irracional, en gran medida desligada de los hechos históricos o de la enormidad del evento. Algunas personas niegan el Holocausto debido a un antisemitismoinnato o a un odio irracional a los judíos. De hecho, algunos eruditos han llamado al Holocausto el “nuevo antisemitismo”, porque recicla muchos de los elementos del antisemitismo previo a 1945 en un contexto posterior a la Segunda Guerra Mundial. Los negadores del Holocausto sostienen que los informes del Holocausto son, en realidad, parte de un vasto y oscuro plan para hacer sentir culpable al mundo blanco occidental y para promover los intereses de los judíos. Incluso durante el Holocausto, algunas personas en los Estados Unidos pensaban que los informes de las masacres alemanas de civiles judíos eran, en verdad, informes de propaganda política diseñados para obligar al gobierno a dar un trato y una consideración especiales a los judíos.
Muchas personas que niegan el Holocausto sostienen que el supuesto “engaño” benefició sobre todo los intereses del Estado de Israel. Para estas personas, la negación del Holocausto es también un ataque a la legitimidad del Estado de Israel. Por último, otros niegan el Holocausto porque desean ver el resurgimiento del racismo nazi. Insisten en que el nazismo era una buena filosofía política y que sólo la prensa “negativa” causada por informes del genocidio que perpetraron los nazis impide el renacimiento de este movimiento en la actualidad. Niegan el Holocausto para poder atraer seguidores hacia un nuevo movimiento nazi.
Por lo tanto, la negación del Holocausto une una amplia variedad de grupos de odio de extrema derecha en los Estados Unidos y en otros lugares, desde segregacionistas del Ku Klux Klan hasta skinheads que buscan revivir el nazismo de activistas extremistas musulmanes que intentan destruir Israel.
Los negadores del Holocausto desean discutir la propia existencia del Holocausto como un hecho de la historia. Por sobre todo, aspiran a ser considerados eruditos legítimos portadores de un argumento histórico. Ansían atención, un espacio público para manifestar lo que llaman “el otro lado de la cuestión”. Puesto que los legítimos eruditos no dudan que el Holocausto ocurrió, dichas aseveraciones no forman parte de los debates históricos. Si bien los negadores insisten en que la idea del Holocausto como mito es un tema razonable de debate, está claro, a la luz del abrumador peso de las pruebas de que el Holocausto ocurrió, que el debate que los negadores proponen trata más sobre políticas antisemitas y de odio que sobre la historia. LA LUCHA CONTRA LA NEGACIÓN DEL HOLOCAUSTO: PRUEBAS DEL HOLOCAUSTO PRESENTADA EN NUREMBERG
Oficiales nazi de alto rango en el juicio antes el Tribunal Militar Internacional. Nuremberg, Alemania, 1945. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. El más conocido de los procesos por crímenes de guerra celebrado después de terminar la Segunda Guerra Mundial fue el juicio a los grandes criminales de guerra alemanes que tuvo lugar en Nuremberg, Alemania. Los jefes del régimen nazi fueron juzgados ante el Tribunal Militar Internacional (TMI) en Nuremberg, compuesto de jueces de Gran Bretaña, Francia, la Unión Soviética, y los Estados Unidos. El TMI juzgó a veintidós alemanes como principales criminales de guerra por conspiración, crímenes contra la paz, crímenes de guerra, y crímenes contra la humanidad. Pero el juicio de Nuremberg fue más que un juicio a oficiales nazis del gobierno, militar y la economía. Su legado duradero incluyó la recopilación deliberada de un archivo publico de los crímenes horrendos, incluyendo los del Holocausto, cometidos por los alemanes y sus colaboradores durante la Segunda Guerra Mundial. Los acusadores americanos en el juicio de Nuremberg decidieron que la mejor prueba contra los criminales de guerra nazi era la documentación acumulada por el estado nazi mismo. Querían condenar a los criminales de guerra nazi con sus propias palabras. Mientras los alemanes destruyeron algunos de los documentos históricos al fin de la guerra y otros fueron destruidos durante el bombardeo aliado de ciudades alemanas, los ejércitos aliados capturaron millones de documentos durante la conquista de Alemania en 1945. Los acusadores aliados presentaron unas 3.000 toneladas de documentos durante el juicio de Nuremberg. Más de una década después, empezando
en 1958, el Archivo Nacional de los Estados Unidos, junto con la Asociación Histórica Americana, publicó 62 volúmenes de índices para todos los documentos capturados por el ejército estadounidense al fin de la guerra. Más de 30 volúmenes adicionales fueron publicados antes del fin del siglo XX.
El ejército estadounidense hizo muchos hallazgos importantes de documentos y botín de los nazis, entre ellos oro, moneda, y trabajos artísticos, así como la documentación descubierta el 7 de abril de 1945 por ingenieros de la 90ª división de infantería (U.S. 90th Infantry Division) en la mina de sal de Kaiseroda en Merkers, Alemania. Millones de documentos fueron capturados en varios lugares, incluyendo los del Alto Comando del Ejército Alemán; archivos de Krupp, Henschel y otros grupos industriales; material de la Luftwaffe (las fuerzas aéreas alemanas); de Heinrich Himmler (el jefe de la policía alemana y líder de las SS); del Ministerio de Asuntos Exteriores; y de muchos otros.
Aun en los casos donde los archivos habían sido destrozados, los Aliados pudieron reconstruir hasta cierto punto eventos y operaciones usando los documentos que sí se encontraron. Los documentos de la Oficina Principal de Seguridad del Estado (RSHA), por ejemplo, fueron quemados en el sótano de su oficina regional en Praga pero copias de muchos de los documentos de la RSHA se encontraron en los archivos de las oficinas locales de la Gestapo (la policía secreta estatal) por toda Alemania. Los documentos capturados relatan las políticas y acciones del estado nazi. El Protocolo de la Conferencia de Wannsee, que documentaba la cooperación de varias agencias estatales alemanas, y los Informes de los Einsatzgruppen, que documentaban el progreso de los equipos móviles de matanza designados para matar judíos durante la invasión de la Unión Soviética en 1941, estaban entre los documentos más importantes presentados en el juicio de Nuremberg.
Durante el juicio de Nuremberg, la dedicación que la Alemania nazi tuvo para filmarse a sí misma también fue convertida en prueba de sus crímenes. Desde el inicio del partido nazi en los años veinte y durante la Segunda Guerra Mundial, fotógrafos y equipos de cámara grabaron (a menudo con orgullo) las atrocidades que llevaron a cabo conforme lo dictaba su ideología. Hacia el fin de la guerra, equipos de personal militar de los Aliados trabajaron incansablemente para ubicar, recoger, y clasificar estos documentos fotográficos.
Además de la fotografía y filmación oficial producida a instancias del estado nazi, soldados y policías alemanes tomaron muchas fotos y películas de operaciones contra
los judíos y otros civiles. Documentaron la humillación publica de los judíos, su deportación, su asesinato masivo, y su encarcelación en los campos de concentración. Estas fotos eran una evidencia visual muy potente de los crímenes de guerra nazi. Por ejemplo, los fiscales Aliados entregaron el llamado "Informe Stroop", que incluía como apéndice un álbum de fotos tomadas bajo las ordenes de Jürgen Stroop, líder de la policía y las SS, que documenta su destrucción del levantamiento del ghetto de Varsovia en la primavera de 1943. Según las calculaciones de Stroop, sus fuerzas capturaron más de 55.000 judíos; de éstos, asesinaron a por lo menos 7.000 y mandaron a 7.000 más al campo de exterminio de Treblinka.
Más documentación provino del cuerpo de señales del ejército de los Estados Unidos, que al fotografiar y filmar las operaciones americanas durante la guerra, también jugó un papel importante en documentar las atrocidades nazis y del Holocausto. Muchas de las fotos y filmaciones de los campos de concentración recién liberados fueron tomadas por fotógrafos del ejército como Arnold E. Samuelson y J Malan Heslop. Una cantidad de estas imágenes fueron luego transmitidas a agencias de noticias en los Estados Unidos y otros países, donde ayudaron a informar el mundo del los horrores del nazismo y la situación apremiante de los prisioneros de los campos de concentración.
El 29 de noviembre de 1945, la acusación del TMI introdujo una película de una hora titulada "Los campos de concentración nazis". Cuando se encendieron las luces en el Palacio de Justicia todos los allí reunidos se quedaron en silencio. El impacto humano de esta evidencia visual fue un momento decisivo en el juicio de Nuremberg. Trajo al Holocausto dentro de la sala de justicia.
Los testimonios de testigos oculares, tantos de los perpetradores como de los sobrevivientes, formaron la base de lo que sabemos sobre el Holocausto, incluyendo detalles del aparato de muerte de Auschwitz, las atrocidades cometidos por los Einsatzgruppen y otros equipos policiales de las SS, la destrucción del ghetto de Varsovia, y el cálculo estadístico original que fijaba en seis millones el número de judíos asesinados. Muchas personas que participaron directamente en el programa de asesinato murieron antes del fin de la guerra, pero los Aliados interrogaron muchos de los que aun estaban vivos en preparación para el juicio. Ninguno de los perpetradores negó el Holocausto. La mayoría solamente trataron de desviar su responsabilidad por los asesinatos.
Tres perpetradores claves dieron evidencia directamente relacionada al Holocausto: Hermann Goering, el oficial más importante del estado nazi juzgado en Nuremberg, testificó abiertamente sobre la persecución de los judíos alemanes desde el ascenso al poder del partido nazi en 1933 hasta el estallido de la guerra en 1939; Otto Ohlendorf declaró directamente sobre su unidad, Einsatzgruppe D, que asesinó 90.000 judíos en el sur de Ucrania en 1941; y el comandante de Auschwitz, Rudolf Hoess, testificó francamente sobre el gaseamiento de más un millón de judíos en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau durante la guerra. Los tres afirmaron que llevaron a cabo las ordenes legítimas del estado.
Aunque el testimonio de los perpetradores sobre el programa de asesinato es escalofriante en su franqueza, el testimonio de los sobrevivientes, entonces y hoy, es a menudo el mejor antídoto a la negación del Holocausto. Los sobrevivientes del Holocausto vivieron directamente las políticas de genocidio de los nazis. Su testimonio es personal, inmediato, y por esta razón convincente. Los testimonios de sobrevivientes como Marie-Claude Vaillant-Couturier que testificó en Nuremberg sobre sus experiencias en Auschwitz, y Elie Wiesel, que escribió el libro "Noche" después de la guerra sobre su deportación de la Transilvania ocupada por los Húngaros a Auschwitz en 1944, proveen el elemento humano. Testigos como estos comunican lo que fue ser el blanco del genocidio.
Tomados en su conjunto, los documentos, fotografías, películas, y el testimonio de perpetradores y sobrevivientes en los juicios de las posguerra proveyeron una documentación del Holocausto ineludible e innegable. LUXEMBURGO Después de la ocupación alemana en mayo de 1940, la Gran Duquesa de Luxemburgo y su gobierno huyeron a Gran Bretaña. Luego de un período de administración militar, el país quedó bajo una administración civil alemana encabezada por Gustav Simon, jefe de distrito de la provincia alemana colindante de Koblenz-Trier. En agosto de 1942, Alemania anexó formalmente Luxemburgo.
Antes de la guerra, vivían en Luxemburgo más de 3.500 judíos. La mayoría de ellos había emigrado de Europa oriental. Además, en el pequeño ducado hallaron refugio más de 1.000 refugiados judíos alemanes. Las Leyes de Núremberg se introdujeron en Luxemburgo el 5 de septiembre de 1940, y después de ellas siguieron varias otras ordenanzas antisemitas. Sin embargo, en la práctica, se pedía a los judíos que
abandonaran el país. A partir del 8 de agosto de 1940, hasta que los alemanes prohibieron la emigración el 15 de octubre de 1941, más de 2.500 judíos se fueron de Luxemburgo, en su mayoría hacia la zona no ocupada de Francia. Muchos de esos judíos fueron más tarde deportados desde Francia a campos de exterminio en la Polonia bajo ocupación. Las autoridades alemanas recluyeron a alrededor de 800 judíos en el campo de tránsito de Fuenfbrunnen, cerca de la ciudad de Ulflingen en el norte de Luxemburgo. Entre octubre 1941 y abril de 1943, deportaron a 674 judíos desde Fuenfbrunnen en ocho transportes hacia Lodz, Auschwitz y Theresienstadt. Se cree que solo 36 judíos de Luxemburgo sobrevivieron a los campos nazis. El cálculo de la cantidad total de los judíos de Luxemburgo asesinados durante el Holocausto oscila entre 1.000 y 2.500. En estas cifras se incluye a los que mataron en los campos nazis, en Luxemburgo, o después de la deportación desde Francia. UNA MALETA OLVIDADA: MISIÓN DE RESCATE DE MANTELLO
Muchos certificados fueron enviados a judíos que luego adoptaron papeles activos en las operaciones de rescate y resistencia en la Europa bajo ocupación. Este certificado se envió a Julien y Vivette Samuel, líderes de la Sociedad de Ayuda para los Niños (Oeuvre de Secours aux Enfants, OSE) de Francia. — US Holocaust Memorial Museum
Alrededor de 2005, una mujer encontró una misteriosa maleta en su sótano en Ginebra, Suiza. En el interior encontró más de mil certificados de la Segunda Guerra Mundial, los cuales tenían el sello oficial del Consulado de El Salvador y fotografías de hombres, mujeres y niños. ¿Qué eran estos documentos? ¿Por qué documentos oficiales de décadas pasadas y que pertenecían a un país centroamericano habían quedado olvidados en un sótano suizo? ¿Cuántos de estos documentos llegaron a sus destinatarios? Su historia revela una de las iniciativas de rescate de mayor escala del Holocausto, aunque la menos conocida.
George Mandel era un hombre de negocios húngaro de religión judía que en los años previos a la Segunda Guerra Mundial se hizo amigo de un diplomático salvadoreño, el coronel José Arturo Castellanos. Castellanos fue nombrado cónsul general de El Salvador en Ginebra y designó primer secretario del consulado a Mandel, quien había
cambiado su apellido a la versión española “Mantello”. En la Europa ocupada por los nazis, los judíos que eran ciudadanos o que tenían documentos oficiales de otros países a menudo podían evitar que los deportaran. Con el consentimiento de Castellanos, George Mandel-Mantello utilizó su puesto diplomático para emitir documentos que identificaban a miles de judíos europeos como ciudadanos de El Salvador. Envió a la Europa bajo ocupación copias autenticadas de estos certificados, para que sus portadores se salvaran de los nazis.
Después de encontrarlos, Enrico Mandel-Mantello, hijo de George Mandel-Mantello, donó los certificados originales al Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos.
Cada uno de los certificados cuenta la historia particular de un sobreviviente o víctima del Holocausto. Queremos saber todo lo posible sobre los miles de beneficiarios de los certificados de El Salvador. Si usted o alguien que usted conoce recibió un certificado de ciudadanía salvadoreña, comuníquese con Judith Cohen a
[email protected].
¿Cuándo comenzó George Mandel-Mantello a distribuir los certificados? En 1942, amigos judíos que estaban en Suiza comenzaron a pedirle a Mandel-Mantello si podría emitir documentos de ciudadanía salvadoreña para sus familiares. El rumor llegó a representantes de varias organizaciones judías, quienes también se comunicaron con Mandel-Mantello para ofrecerle información y fotografías de las personas que intentaban salvar. ¿A dónde se enviaron los certificados? A través de un mensajero diplomático, durante la guerra se enviaron copias de los certificados a toda Europa. Se enviaron a casi todos los países de la Europa bajo ocupación, algunos incluso a campos de reclusión franceses, a Theresienstadt, en Checoslovaquia, y a Auschwitz, en Polonia. Después de la invasión alemana a Hungría en marzo de 1944, la emisión de certificados se aceleró. Se calcula que en total, MandelMantello emitió alrededor de cinco mil certificados, muchos de ellos con nombres y fotografías de miembros de familias. Enrico Mandel-Mantello donó al Museo más de mil originales y también una copia del Protocolo de Auschwitz. ¿Sobrevivieron todas las personas que recibieron un certificado? Muchas personas que recibieron certificados sobrevivieron. Algunas se fueron a Suiza; otras fueron enviadas a campos especiales en Bergen-Belsen para ciudadanos extranjeros. Algunos certificados evitaron que sus portadores fueran deportados. No obstante, a menudo los certificados llegaban demasiado tarde, como en el caso de los
padres del mismo Mandel-Mantello. En otros casos, los alemanes no los aceptaban. El Museo espera continuar con las investigaciones para saber exactamente cómo muchas personas se salvaron gracias a estos certificados. ¿Cómo sobrevivieron los certificados? Después de imprimir cada certificado “oficial” de ciudadanía, Mandel-Mantello realizó copias autenticadas (Photostat) que envió a la Europa bajo ocupación a través de una valija diplomática o del sistema de mensajeros clandestinos judíos. Él conservó consigo los originales en Suiza, gracias a lo cual están casi intactos. ¿Cuál es la conexión entre Mandel-Mantello y el Protocolo de Auschwitz? En abril de 1944, dos judíos eslovacos, Rudolf Vrba y Alfred Wetzler, escaparon de Auschwitz y escribieron un informe con unas de las primeras descripciones confiables del campo hechas por testigos presenciales. El diplomático rumano Florian Manoliu, quien ayudó a Mandel-Mantello en su campaña de rescate, recibió una copia del Protocolo e inmediatamente se la entregó a Mandel-Mantello en junio. MandelMantello comprendió la importancia del Protocolo, realizó copias, lo tradujo, lo distribuyó al clero protestante suizo y lanzó una campaña de prensa internacional condenando las atrocidades nazis.
LAS MARCHAS DE LA MUERTE En enero de 1945, el Tercer Reich estaba al borde de la derrota militar. Las fuerzas soviéticas se extendían a través la Europa oriental, preparados para repeler las fuerzas alemanas hacia el interior del Reich. Después del fracaso de la sorpresiva ofensiva alemana a través las Ardennes (en el frente occidental) en diciembre de 1944, las fuerzas aliadas en el oeste estaban listas para invadir Alemania. El ejército soviético había hecho públicas las atrocidades nazis en Majdanek, que sus tropas invadieron en julio de 1944. Por eso, las autoridades de las SS ordenaron a los comandantes de los campos de concentración evacuar a sus prisioneros. Este plan estaba dirigido a prevenir que los prisioneros cayeran en las manos de los aliados y dieran mas pruebas del masivo asesinato nazi. Estas evacuaciones eran frecuentemente llevadas a cabo mediante marchas forzadas de los prisioneros.
El término “marcha de la muerte” fue probablemente acuñado por los prisioneros de los campos de concentración, para referirse a las marchas forzadas de los prisioneros, recorriendo largas distancias bajo fuerte guardia y condiciones invernales extremamente duras. Durante estas marchas de la muerte, los guardias de las SS maltrataban brutalmente a los prisioneros. Siguiendo órdenes explícitas de fusilar a los prisioneros que no podían caminar más, los guardias de las SS mataron a cientos de
prisioneros en camino. Miles de prisioneros también murieron de exposición a condiciones climáticas extremas, inanición, y agotamiento. Las marchas de la muerte eran especialmente comunes al fin de 1944 y principios de 1945, mientras los nazis intentaban transferir los prisioneros a campos en el interior de Alemania. Las marchas de la muerte más grandes empezaron en Auschwitz y Stutthof, poco antes de que las fuerzas soviéticas liberaran estos campos.
No obstante, las fuerzas aliadas liberaron a cientos de miles de prisioneros mientras avanzaban hacia el centro de Alemania. El 25 de abril de 1945, las fuerzas soviéticas se reunieron con las fuerzas americanas en Torgau, sobre el río Elbe, en el centro de Alemania. Las fuerzas armadas alemanas se rindieron incondicionalmente en el oeste el 7 de mayo y en el este el 9 de mayo de 1945. El 8 de mayo de 1945 fue proclamado el día de la victoria en Europa. Hasta casi el último día de la guerra, las autoridades alemanas marcharon prisioneros a varios lugares en el Reich. MAUTHAUSEN
Trabajos forzados en la cantera del campo de concentración de Mauthausen. Austria, fecha incierta. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. El campo de concentración de Mauthausen fue establecido poco después de que Alemania se anexionara Austria en marzo de 1938. Se construyó cerca de una cantera abandonada, junto al río Danubio, a unos 5 km (aprox. tres millas) de la ciudad de Mauthausen, situada en el norte de Austria, 20 km (12,5 millas) al sureste de Linz.
La construcción comenzó en julio de 1938 con un grupo de 300 prisioneros transferidos desde el campo de concentración de Dachau. A principios de octubre, Mauthausen tenía unos 565 prisioneros, en su mayoría políticos y criminales comunes. En diciembre de 1939, este número había aumentado a 2.772, principalmente criminales, "asociales", opositores políticos y objetores religiosos, incluyendo los Testigos de Jehová. Posteriormente, también comenzaron a ingresar en Mauthausen opositores antinazis de los países ocupados, así como militares británicos y americanos. Hasta mediados de 1944 hubo relativamente pocos judíos en Mauthausen, pero entonces comenzaron a llegar en gran número desde Hungría y Auschwitz, así como transferidos desde otros campos.
Mauthausen llegó a constar de tres secciones principales: Campo I, el campo regular. Campo II, el área de talleres del campo, donde los prisioneros realizaban trabajos forzados para empresas y proyectos de la SS (en la primavera de 1944, estas barracas fueron habilitadas para albergar prisioneros). Campo III, un campo de cuarentena construido a principios de 1944 para mantener a los prisioneros recién llegados aislados de los demás prisioneros. A lo largo del muro exterior, frente a la explanada destinada a pasar lista, había varios edificios de piedra destinados a servicios del campo (cocina, duchas y lavandería). La prisión del campamento y la cámara de gas (esta última construida probablemente a mediados de 1941) también se encontraban en estos edificios. El crematorio se encontraba muy cerca. En un área cercana al crematorio, los alemanes fusilaban a los prisioneros que habían sido enviados a Mauthausen para ser ejecutados.
Al sur del campo principal, junto a la vía de entrada al campo, se encontraba el campo del hospital. Llamado el "campo de los rusos", fue construido originalmente para prisioneros de guerra soviéticos. A partir de la primavera de 1943, los prisioneros enfermos o débiles se mantenían en esta llamada "enfermería", donde recibían poco o ningún tratamiento y se enfrentaban a una muerte prácticamente segura. En el lado opuesto se encontraba el campo de carpas, compuesto por 16 grandes tiendas de campaña, erigidas en otoño de 1944 para albergar a los numerosos grupos de judíos húngaros que iban ingresando. Los diferentes campos estaban rodeados por muros o por alambradas electrificadas, o incluso por ambos. Torres de vigilancia y guardianes de la SS rodeaban todo el complejo. El área de administración y los cuarteles de la SS se encontraban en el área occidental del campo.
A principios de 1941, los nazis calificaron a Mauthausen como el único campo de categoría III, la categoría reservada a los campos con el régimen más duro. Según el decreto oficial, Mauthausen estaba reservado a los prisioneros "culpables de acusaciones realmente graves, incorregibles, asociales y convictos por causas criminales, es decir, gente en custodia preventiva, con pocas probabilidades de poder ser reeducada". Los internos así denominados eran sometidos a condiciones inhumanas, consistiendo la más infame en forzarles a subir pesados bloques de piedra por los 186 escalones de la mina del campo. Estos escalones eran conocidos como "escalera de la muerte".
Periódicamente, los prisioneros integrados en el sistema del campo de Mauthausen eran sometidos a una selección. Aquellos prisioneros a quienes los nazis juzgaban
demasiado débiles o enfermos para trabajar eran separados de los demás y asesinados en la cámara de gas propia de Mauthausen, en estaciones de gaseado móviles o en el cercano centro de ejecución por "eutanasia" de Hartheim. Los médicos del campo que actuaban en la enfermería utilizaban inyecciones de fenol para matar a los pacientes demasiado débiles para moverse. Los médicos nazis también sometían a los prisioneros de Mauthausen a experimentos médicos pseudocientíficos relacionados con la testosterona, infestaciones de piojos, tuberculosis y procedimientos quirúrgicos.
Aunque la mayoría de los prisioneros morían por fusilamiento, horca, golpes y palizas, hambre y enfermedades, Mauthausen disponía de una cámara de gas capaz de matar a unas 120 personas simultáneamente. La cámara de gas se utilizaba generalmente cuando llegaban los transportes de prisioneros. Se organizaban asesinatos en masa especiales para demostrar la eficacia del sistema a altos dignatarios nazis que visitaban el campo, como Heinrich Himmler, Ernst Kaltenbrunner y Baldur von Schirach, quienes podían observar las matanzas a través de un pequeño visor incorporado en la puerta de entrada.
MAUTHAUSEN: TRABAJOS FORZADOS Y SUBCAMPOS Los prisioneros de Mauthausen fueron utilizados intensivamente para trabajos forzados. Al principio, los prisioneros tuvieron que participar en la construcción del campo y trabajaron en la cantera cercana. Durante la guerra, los trabajos forzados realizados por prisioneros de los campos de concentración fueron adquiriendo cada vez más importancia para la producción armamentística alemana. Durante el verano y el otoño de 1944 se fueron estableciendo otros subcampos, que se administraban desde Mauthausen y se construían cerca de fábricas de armamento por todo el norte de Austria. Había más de 60 subcampos, entre ellos Gusen, Gunskirchen, Melk, Ebensee y Amstetten. En ellos, miles de prisioneros tuvieron que trabajar hasta la muerte. LA LIBERACIÓN DE MAUTHAUSEN Según conseguían las fuerzas aliadas avanzar hacia el interior de Alemania, los nazis iban evacuando los campos de concentración más cercanos al frente, impidiendo la liberación de un gran número de prisioneros. A principios de 1945 comenzaron a llegar a Mauthausen transportes procedentes de los campos evacuados, especialmente de Auschwitz, Sachsenhausen y Gross-Rosen. El campo estaba cada vez más atestado, lo cual deterioró aún más las ya terribles condiciones de vida. Muchos prisioneros murieron de hambre o enfermedad. Las epidemias de tifus redujeron aún más la población del campo.
Se estima en 199.400 el número de prisioneros que pasaron por Mauthausen entre 1938 y mayo de 1945. De ellos, se cree que unos 119.000 murieron en Mauthausen y sus subcampos. Un tercio de ellos eran judíos. Las fuerzas americanas liberaron Mauthausen el 5 de mayo de 1945. "EL MAYOR JUICIO POR ASESINATOS DE LA HISTORIA"
El Procurador General de Justicia Benjamin Ferencz en el juicio a los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza). — US Holocaust Memorial Museum, courtesy of Benjamin Ferencz “Nuremberg me enseñó que crear un mundo de tolerancia y compasión sería una larga y ardua tarea. También me enseñó que, si no nos dedicábamos a desarrollar leyes mundiales efectivas, la misma mentalidad cruel que hizo posible el Holocausto podría algún día destruir a toda la humanidad”. --Benjamin B. Ferencz En el Tribunal Militar Internacional (IMT) y en los Procesos Posteriores de Nuremberg, la documentación de las pruebas y el proceso de los crímenes estaban entrelazados. Benjamin B. Ferencz participó en estas dos tareas esenciales. Ferencz nació en los Montes Cárpatos de Transilvania, en 1920. Su familia se trasladó a los Estados Unidos cuando él tenía diez meses de edad. Luego de graduarse de la Facultad de Derecho de Harvard, en 1943, se unió a un batallón de artillería antiaérea que se preparaba para invadir Francia. Cuando se revelaron las atrocidades nazis al término de la guerra, Ferencz fue transferido a una Sección de Crímenes de Guerra recientemente creada del Ejército de los Estados Unidos para recolectar pruebas de los crímenes. Ferencz fue enviado a Berlín junto con otros 50 investigadores para registrar oficinas y archivos nazis. En sus manos habían pruebas abrumadoras del genocidio. Los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) cometieron algunas de las más brutales atrocidades del Holocausto, entre ellas, las masacres de alrededor de un millón de judíos y decenas de miles de comisarios políticos soviéticos, partisanos, romaníes y personas discapacitadas. Ferencz se convirtió en fiscal principal para los Estados Unidos en lo que la agencia Associated Press dio a llamar “el mayor juicio por asesinatos de la historia”: el Caso Einsatzgruppen de los Procesos Posteriores de Nuremberg. Veinticuatro acusados
fueron imputados por el asesinato de más de un millón de personas. Ferencz tenía sólo 27 años de edad. Éste fue su primer caso.
El tribunal de Nuremberg observó que “el cargo de homicidio intencional, en este caso, alcanza semejantes proporciones fantásticas y supera en tal medida los límites de credibilidad que la verosimilitud debe ser sostenida con un afirmación repetida cien veces”. Veintidós de los acusados fueron declarados culpables. En total, 14 fueron sentenciados a muerte, dos a cadena perpetua, y cinco recibieron sentencias de 10 a 20 años. Uno de los culpables fue liberado inmediatamente con la condena cumplida. Finalmente, sólo 4 de las 14 sentencias de muerte se llevaron a cabo. Las sentencias de los otros acusados, todos asesinos de masas condenados, fueron luego conmutadas o reducidas.
Ferencz, un participante activo de los juicios en Nuremberg posteriores al Holocausto, comenta que su principal objetivo había sido establecer un precedente legal que fomente un mundo más humano y seguro en el futuro. Benjamin Ferencz es un franco partidario de la actual Corte Criminal Internacional y de otras campañas para reemplazar el “dominio de la fuerza por el dominio del derecho”. EL MOVIMIENTO PARA BOICOTEAR LAS OLIMPÍADAS DE BERLÍN DE 1936
Un transeúnte se detiene a leer un cartel que anuncia la celebración de una reunión pública, fijada para el martes 3 de diciembre, con el propósito de instar a los estadounidenses a boicotear las Olimpíadas de Berlín de 1936. Nueva York, Estados Unidos, 1935. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Poco tiempo después del ascenso de Hitler al poder en 1933, observadores de los Estados Unidos y otras democracias occidentales comenzaron a cuestionar lo ético de respaldar las Olimpíadas de Berlín organizadas por el régimen nazi. En respuesta a los informes sobre la persecución de los atletas judíos en 1933, Avery Brundage, presidente del Comité Olímpico de los Estados Unidos (AOC, por sus siglas en inglés), señaló: “Los pilares básicos del renacimiento olímpico moderno se verán debilitados si se permite a los países individuales restringir la participación por motivos de clase social, credo o raza”. En un principio, Brundage, al igual que muchos otros integrantes del movimiento olímpico, evaluaron la posibilidad de trasladar las Olimpíadas a otro país. Luego de una inspección breve y ceñida de las instalaciones deportivas alemanas en
1934, Brundage declaró públicamente que los atletas judíos estaban recibiendo un trato justo y que las Olimpíadas se realizarían según lo previsto.
El debate respecto de la participación en las Olimpíadas de 1936 alcanzó su punto máximo en los Estados Unidos, país que tradicionalmente contaba con una de las delegaciones más numerosas de las Olimpíadas. Para fines de 1934, las posturas de ambas partes se encontraban claramente delimitadas. Avery Brundage se oponía a los intentos de boicot, ya que alegaba que la política no tenía lugar en el ámbito deportivo. Luchó para enviar a la delegación estadounidense a las Olimpíadas de 1936 y adujo que: “Las Olimpíadas pertenecen a los atletas y no a los políticos”. En el panfleto del Comité Olímpico de los Estados Unidos, titulado “Fair Play for American Athletes” (Juego limpio para los atletas estadounidenses), manifestó que los atletas estadounidenses no debían involucrarse en el actual “altercado judío-nazi”. En 1935, mientras que la controversia respecto de las Olimpíadas se tornaba más álgida, Brundage denunció la existencia de una “conspiración judío-comunista” para dejar a los Estados Unidos fuera de las Olimpíadas. El juez Jeremiah Mahoney, presidente de la Unión Atlética Amateur, lideró los esfuerzos de boicot en contra de las Olimpíadas de 1936, destacando que Alemania había vulnerado las reglas olímpicas que prohíben la discriminación por motivos de raza o religión. Desde su punto de vista, la participación en las Olimpíadas indicaría el respaldo al Tercer Reich. Mahoney fue uno de diversos líderes católicos a favor del boicot. Fiorello La Guardia, alcalde de la ciudad de Nueva York, Al Smith, gobernador del estado de Nueva York y James Curley, gobernador del estado de Massachusetts, también se oponían a la participación del equipo estadounidense en las Olimpíadas de Berlín. El periódico católico The Commonweal (8 de noviembre de 1935) aconsejaba boicotear a una Olimpíada que daría el visto bueno a la doctrina nazi radicalmente anticristiana. Otro importante partidario del boicot, Ernest Lee Jahncke (antiguo secretario adjunto de la Armada de los Estados Unidos), fue expulsado del Comité Olímpico Internacional (IOC, por sus siglas en inglés) en julio de 1936, luego de que manifestara abiertamente su ferviente oposición a la realización de las Olimpíadas en Berlín. El IOC eligió deliberadamente a Avery Brundage para ocupar su puesto. Jahncke es el único miembro expulsado en los 100 años de historia del IOC.
Franklin D. Roosevelt, presidente de los Estados Unidos, no participó del debate sobre el boicot, pese a las advertencias de diplomáticos estadounidenses de alto rango que señalaban la explotación nazi de las Olimpíadas para fines propagandísticos. Roosevelt se mantuvo fiel a una tradición de 40 años en la que el Comité Olímpico de los Estados
Unidos operaba independientemente de cualquier influencia externa. William E. Dodd, Embajador de los Estados Unidos en Alemania, y George Messersmith, jefe de la legación de los Estados Unidos en Viena, condenaron la decisión del Comité Olímpico de los Estados Unidos de ir a Berlín. Muchos editores de periódicos estadounidenses y grupos antinazis, liderados por Jeremiah Mahoney, presidente de la Unión Atlética Amateur, no estaban dispuestos a aceptar las falsas promesas del régimen nazi respecto de la situación de los atletas judíos alemanes. No obstante, Avery Brundage manipuló con determinación a la Unión Atlética Amateur y, tras una votación cerrada, se decidió enviar a la delegación estadounidense a Berlín. Finalmente, los esfuerzos de boicot de Mahoney se vieron frustrados.
También surgieron intentos de boicot efímeros en Gran Bretaña, Francia, Suecia, Checoslovaquia y los Países Bajos. Los socialistas y comunistas alemanes exiliados hicieron pública su oposición a la realización de las Olimpíadas mediante publicaciones en periódicos como Arbeiter Illustrierte Zeitung (El Periódico Ilustrado de los Trabajadores). Algunos partidarios del boicot estaban a favor de organizar contraolimpíadas. Uno de los eventos más grandes fueron las “Olimpíadas Populares”, que iban a disputarse en el verano de 1936 en Barcelona, en España. Dicho evento fue cancelado luego del estallido de la guerra civil española en julio de 1936, en simultáneo con la llegada de miles de atletas. Algunos atletas judíos provenientes de distintos países también decidieron boicotear las Olimpíadas de Berlín. En los Estados Unidos, algunos atletas judíos y organizaciones como el Congreso Judío Estadounidense y el Comité Judío de Trabajo respaldaron el boicot de las Olimpíadas de Berlín. No obstante, después de que la Unión Atlética Amateur de los Estados Unidos votara a favor de la participación en diciembre de 1935, los otros países siguieron su ejemplo. Cuarenta y nueve equipos de atletas provenientes de todo el mundo participaron en las Olimpíadas de Berlín, número que superó a todas las ediciones anteriores. MOVIMIENTOS JUVENILES JUDÍOS EN POLONIA DURANTE LA GUERRA: DE LA MINORÍA AL LIDERAZGO
Retrato grupal de los miembros del movimiento juvenil sionista socialista Hashomer Hatzair. En la fotografía, atrás, de izquierda a derecha: Tzvi Braun, Shifra Sokolka y Mordechai Anielewicz. Sentados adelante, Moshe Domb y Rachel Zilberberg ("Sarenka"). Varsovia, Polonia, 1938.
— USHMM, courtesy of Leah Silverstein Hammerstein Un proyecto del Miles Lerman Center En muchas ciudades, en los tiempos anteriores a la guerra (en Kalisz, por ejemplo), los grupos sionistas ocupaban, en el mejor de los casos, una posición secundaria detrás de otras organizaciones políticas judías con diferentes orientaciones y metas, tales como el partido bundista socialista o el partido tradicionalista Agudath Israel, el cual representaba a la gran población judía ortodoxa. Sin embargo, durante toda la guerra, miembros de movimientos de jóvenes sionistas adoptaron posiciones de liderazgo en organizaciones de resistencia en ghettos y de lucha de partisanos.
A comienzos de la guerra, en septiembre de 1939, la mayoría de los líderes oficiales judío-polacos huyeron de Varsovia y de las otras ciudades importantes de Polonia rumbo a la Unión Soviética o al extranjero, o fueron capturados, encarcelados y ejecutados. Algunos de los líderes que sí se quedaron durante la guerra fueron obligados a participar en el Judenrat (consejo judío) de sus ciudades y pueblos durante ese período. Sin embargo, después del inicio de la guerra, una cantidad de líderes de la juventud sionista que habían logrado huir hacia el Este decidieron regresar a la Polonia bajo ocupación. Este fue el caso de los líderes del movimiento juvenil de Varsovia, muchos de los cuales habían huido hacia Vilna para escapar de la invasión nazi en Septiembre de 1939. Los líderes juveniles de movimientos (como Hashomer Hatzair, Dror, Betar y He-Halutz), tales como Mordechai Anilewicz , Zivia Lubetkin, Yitzhak Zuckerman, Josef Kaplan, Frumka Plotnicka, Tosia Altman y Samuel Breslaw, eligieron regresar voluntariamente después de varios meses en Rusia y Lituania. Los que regresaron a Varsovia estaban motivados por un sentido de la responsabilidad como líderes locales, no solo con sus jóvenes chanichim (miembros del movimiento) sino con la comunidad judía en su totalidad.
Bajo la ocupación alemana, la juventud sionista organizada trabajó para comprender mejor las necesidades de la comunidad judía en un sentido más amplio. Mientras que, antes de la guerra, sus actividades se habían concentrado en la “elite” de la juventud judía que se capacitaba para la aliyah hacia Palestina, durante ella, su sentido de la responsabilidad y el alcance de sus actividades se ampliaron. Como parte de su esfuerzo educativo, los movimientos de jóvenes sionistas establecieron kibutz y escuelas clandestinas en los ghettos. A través de la actividad continua durante la guerra, la comunicación entre ghettos y la creación de una prensa clandestina, los grupos de jóvenes sionistas mantenían una mejor organización de sus movimientos que otros grupos políticos (los cuales cayeron o fueron seriamente debilitados por el peso de la
persecución alemana y las políticas de exterminio). Tosia Altman, por ejemplo, pasó la primera mitad de 1940 viajando a diversas ramas de Hashomer Hatzair en el Generalgouvernement y Galicia para asistir en la organización del movimiento.
A su vez, estos líderes de movimientos juveniles se convirtieron en los líderes de la resistencia de los ghettos y tomaron la iniciativa de determinar la acción política y social en la clandestinidad. Antes de la guerra, los movimientos juveniles dependían en gran parte de los shlichim (emisarios) de Palestina para decidir sobre la creación de políticas. Sin embargo, durante la guerra, al estar mayormente incomunicados con el mundo exterior y ser mucho más independientes y autónomos que antes, los movimientos juveniles funcionaron como fuente de información del mundo exterior y surgieron como alternativa de organización de líderes aparte del Judenrat. Puesto que los líderes de los movimientos juveniles eran mucho más jóvenes que los demás líderes políticos, no se enfrentaron con la tarea extremadamente difícil de formar parte del Judenrat. No obstante, los movimientos juveniles comenzaron rápidamente a criticar mucho al Judenrat y a la policía judía y, a menudo, los convertían en los primeros blancos de sus ataques políticos y físicos en la vida clandestina dentro de los ghettos. En muchos casos, los movimientos juveniles fueron los primeros que evaluaron las primeras masacres judías como parte de un programa exhaustivo y, por lo tanto, fueron decisivos para la organización inicial de la resistencia. La movilidad de los líderes de los movimientos juveniles también les permitió hacer públicas las primeras noticias de las atrocidades en Lituania, como en el caso del regreso de Tosia Altman desde Vilna a Varsovia a fines de 1941. Aún así, muchos miembros de los grupos juveniles fueron muy autocríticos después de la guerra por no haber reconocido el peligro ni haber organizado la resistencia antes. A pesar de esa autocrítica, sus acciones durante el período de ocupación alemana colocaron a los movimientos juveniles en una excelente posición para asumir el liderazgo después de la guerra, tanto desde su propio punto de vista como del de otros sobrevivientes. LAS MUJERES DURANTE EL HOLOCAUSTO
Ana Frank a los once años, dos años antes de esconderse con la familia. Ámsterdam, Holanda, 1940. — Anne Frank Stichting Los nazis tenían los judíos como objetivos para la persecución y la muerte. Pero las mujeres, tanto judías como no judías, eran a menudo sujetas por los nazis a una persecución única y brutal.
Algunos campos y ciertas áreas dentro de los campos de concentración eran designados específicamente para mujeres. En mayo de 1939, los nazis abrieron el campo de Ravensbrueck, el campo de concentración más grande creado para mujeres. Más de 100.000 mujeres pasaron por Ravensbrueck hasta la liberación en 1945. En 1942, un campo de mujeres fue creado en Auschwitz (donde las primeras prisioneras eran las mujeres deportadas de Ravensbrueck). En Bergen-Belsen, un campo de mujeres fue creado en 1944. Miles de prisioneras judías de Ravensbrueck y Auschwitz fueron transferidas a Bergen-Belsen. Ni las mujeres ni los niños fueron salvados de las operaciones nazis de asesinato masivo. Las mujeres perecieron al lado de los hombres en los territorios soviéticos ocupados por los alemanes, las victimas de los fusilamientos masivos de los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza). Las mujeres, especialmente ellas con niños pequeños, eran a menudo las primeras de ser “seleccionadas” para gaseamiento en los campos de exterminio.
En los ghettos y los campos, los nazis detenían mujeres para realizar trabajos forzados. Los médicos nazis a menudo usaban las mujeres judías y gitanas para experimentos de esterilización y otros experimentos humanos inmorales. En los campos y los ghettos, las mujeres eran particularmente vulnerables al acoso y la violación. Las mujeres judías embarazadas a menudo trataban de ocultar sus embarazos o eran forzadas a hacer abortos.
Algunas mujeres -- como Haika Grosman en Bialystok -- eran lideres o miembros de organizaciones de la resistencia en los ghettos. Otras mujeres participaron activamente en la resistencia armada de los campos. En Auschwitz, Ella Gartner, Regina Safir, Estera Wajsblum, y Roza Robota proveyeron la pólvora que los prisioneros del Sonderkommando usaron para volar una cámara de gas y matar a varios guardias SS en octubre de 1944. Otras mujeres participaron activamente en las operaciones de ayuda y rescate de los judíos en la Europa ocupada. Entre ellas, la paracaidista judía Hannah Szenes y la sionista Gisi Fleischmann, cuyo Grupo Trabajador (Pracovna Skupina) intentó parar las deportaciones de judíos de Eslovaquia. NEGACIÓN DEL HOLOCAUSTO E INFORMACIÓN ERRÓNEA Los historiadores legítimos rechazan la negación del Holocaustoporque la creencia de que este nunca existió no concuerda con los hechos históricos generalmente conocidos y bien documentados. La negación del Holocausto está centrada en un odio irracional vinculado con el antisemitismo.
Los que niegan el Holocausto ignoran las numerosas pruebas que avalan su existencia e insisten en que es un mito inventado por los aliados, los comunistas soviéticos y los judíos para lograr objetivos propios. Según la “lógica” de los que lo niegan, los aliados necesitaban el “mito del Holocausto” para justificar su ocupación de Alemania en 1945 y la “implacable” persecución de los acusados nazis. Además insisten en que los judíos necesitaban el “mito del Holocausto” para obtener generosos pagos de Alemania en concepto de indemnización y para justificar la creación del estado de Israel. Insisten, entonces, en la existencia de una gran conspiración que involucra a las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, a los judíos y a Israel, y cuyo fin es difundir el Holocausto en pos de fines propios.
Una de sus estrategias es afirmar en forma simplista que si pueden desacreditar un hecho del Holocausto, toda su historia también puede desacreditarse. Cierran los ojos a la mayor parte de las pruebas de este acontecimiento histórico y se concentran en tres argumentos específicos que, según ellos, refutan la realidad del Holocausto en su totalidad.
En primer lugar, argumentan que como no hay ni un solo documento que describa el Holocausto o con la firma de Hitler ordenando su ejecución, todo es un engaño. Para respaldar este argumento, rechazan todas las pruebas que se presentaron en Nuremberg. Denuncian que la intención genocida del estado nazi y los miles de órdenes, memorandos, notas y otros registros que documentan el proceso de la destrucción son un invento. Como no pueden respaldar sus argumentos de que los documentos son apócrifos, afirman que su contenido se malinterpretó en forma deliberada. Además, insisten en que los aliados usaron torturas a fin de obtener las confesiones de la autoría de las matanzas y que los testigos de crímenes nazis cometidos en contra de los judíos mintieron motivados por intereses personales. En segundo lugar, los que niegan el Holocausto insisten en que los “pocos” judíos que perecieron murieron de causas naturales o que el estado nazi los ejecutó en forma legítima por delitos reales. Afirman que los judíos y las potencias aliadas exageraron la cantidad de judíos asesinados durante la guerra. Prácticamente todos los historiadores coinciden en que en el Holocausto se asesinaron entre 5,1 y 6 millones de judíos. Cada vez que eruditos legítimos intentan precisar esta cantidad utilizando fuentes históricas y métodos demográficos fidedignos, los que niegan el Holocausto dicen que la imprecisión en el número exacto de muertes dentro de ese rango unánimemente aceptado constituye una prueba de que toda la historia del Holocausto fue un invento y señalan que la cantidad de muertes de judíos durante la Segunda Guerra Mundial ha sido exagerada.
Finalmente, aseguran que los nazis no utilizaron cámaras de gaspara matar a los judíos y niegan la existencia de los campos de exterminio. Centran su atención en Auschwitz y creen que si pudieran desmentir la idea de que los nazis usaban cámaras de gas en Auschwitz para matar a los judíos, sería suficiente para desacreditar también toda la historia del Holocausto. Quieren que el suceso histórico sea motivo de debate. Por sobre todo, aspiran a ser considerados eruditos legítimos portadores de un sólido argumento histórico. Ansían un espacio público para manifestar lo que llaman “el otro lado de la cuestión”. Los estadounidenses que niegan el Holocausto con frecuencia imitan las formas y las prácticas de los eruditos, a fin de poder disfrazar frente al público la naturaleza de sus opiniones.
A menudo dicen ser especialistas en el Holocausto, pero si se examinan sus credenciales, son especialistas, si es que lo son, en otros campos no relacionados con el tema. Arthur Butz, un estadounidense que negaba el Holocausto, era profesor de ingeniería en la Universidad del Noroeste (Northwestern University). Fred Leuchter, también estadounidense, declaró ser especialista en la construcción de cámaras de gas para ejecuciones, pero un tribunal británico determinó que tal afirmación no tenía fundamento. Los que niegan el Holocausto generalmente colocan notas al pie en sus escritos para citar las publicaciones de otros que piensan como ellos. Se rigen por convenciones seudoacadémicas. El Instituto de Revisión Histórica de California (Institute for Historical Review in California), centro del movimiento de negación del Holocausto en los Estados Unidos, publicó hasta hace poco un periódico seudoacadémico con artículos escritos por figuras importantes de dicho movimiento: Arthur Butz (EE. UU.), Bradley Smith (EE. UU.), Fred Leuchter (EE. UU.), Ernst Zundel (Alemania, Canadá), David Irving (Gran Bretaña), Robert Faurisson (Francia), Ahmed Rami (Suecia) y Carlo Mattogno (Italia). Si bien el Instituto de Revisión Histórica prácticamente no publica activamente textos impresos ni en la Web desde principios de siglo, las publicaciones anteriores siguen apareciendo en Internet. La negación del Holocausto en Internet es especialmente un problema en los Estados Unidos, donde la Primera Enmienda de la Constitución garantiza la libertad de expresión. Se considera que no se transgrede la legislación estadounidense cuando se niega el Holocausto ni cuando se difunde la instigación al odio basado en el prejuicio antisemita o nazi. Algunos países europeos como Alemania y Francia han criminalizado la negación del Holocausto y han prohibido las publicaciones nazis y neonazis. Con el fin de eludir estas leyes en Europa, algunas personas que niegan el Holocausto han acudido a Internet, para crear un sitio web con sede en Estados Unidos al que pueden acceder usuarios de otros países. El Internet es
ahora la principal fuente de literatura sobre la negación del Holocausto y el principal medio de reclutar organizaciones que suscriben tal negación.
Los eruditos legítimos no tienen dudas de que el Holocausto ocurrió. Las aseveraciones de los que dicen lo contrario no forman parte de los debates históricos auténticos. La negación del Holocausto es en realidad una cuestión de antisemitismo y políticas irracionales, no de historia ni de justicia. LOS NEGROS DURANTE EL HOLOCAUSTO
Fotografía de propaganda nazi, en la que se representa la amistad entre una mujer "aria" y una mujer negra. La leyenda reza: "Resultado: pérdida del orgullo de raza". Alemania, antes de la guerra. — Wide World Photo
El destino de las personas de raza negra entre 1933 y 1945 en la Alemania nazi y los territorios bajo ocupación alemana incluyó desde el aislamiento hasta la persecución, la esterilización, los experimentos médicos, la encarcelación, la brutalidad y el asesinato. Sin embargo, no hubo un programa sistemático para su eliminación, como en el caso de los judíos y otros grupos.
Después de la Primera Guerra Mundial, los aliados despojaron a Alemania de sus colonias africanas. El ejército alemán ubicado en África (Schutztruppen), al igual que los misioneros, los burócratas coloniales y los pobladores, regresó a Alemania y se llevó consigo sus actitudes racistas. El Reichstag (parlamento alemán) ordenó la separación de blancos y negros al promulgar una ley en contra de los matrimonios mixtos en las colonias africanas. Después de la Primera Guerra Mundial y el Tratado de Versalles (1919), los victoriosos aliados ocuparon la región del Rin en Alemania occidental. El uso de tropas coloniales francesas, algunas de las cuales eran negras, en estas fuerzas de ocupación agravó el racismo contra los negros en Alemania. La propaganda racista contra los soldados negros los describía como violadores de mujeres alemanas y portadores de enfermedades venéreas y de otros tipos. A los hijos de los soldados negros y mujeres alemanas se los llamaba “bastardos de la región del Rin”. Los nazis, en ese momento un pequeño movimiento político, los consideraban una amenaza para la pureza de la raza germana. EnMein Kampf (Mi lucha), Hitler dijo que “... fueron los judíos los que
trajeron los negros hasta el Rin, con el objetivos evidente de arruinar a la raza blanca por ellos detestada, y con la consecuencia lógica de bastardearla”. A los niños mulatos alemanes africanos se los marginaba en la sociedad alemana, se los aislaba social y económicamente, y no se les permitía asistir a la universidad. La discriminación racial les prohibía conseguir la mayoría de los trabajos, incluido el servicio en el ejército. Con la llegada de los nazis al poder, se convirtieron en un objetivo de la política racial y demográfica. En 1937, la Gestapo (policía secreta del estado alemán) ya había arrestado en secreto y esterilizado por la fuerza a muchos de ellos. A algunos los sometieron a experimentos médicos; otros “desaparecieron” misteriosamente.
La naturaleza racista del régimen de Adolf Hitler se disimuló brevemente durante las Olimpíadas de Berlín en agosto de 1936, cuando Hitler permitió que 18 atletas afroamericanos compitieran para el equipo de los Estados Unidos. No obstante, el permiso para competir lo concedió el Comité Olímpico Internacional y no el país anfitrión.
Los alemanes africanos adultos también fueron víctimas de esta situación. Tanto antes como después de la Primera Guerra Mundial, muchos africanos llegaron a Alemania como estudiantes, artesanos, artistas, ex combatientes o funcionarios coloniales de bajo rango, como cobradores de impuestos, que habían trabajado para el gobierno colonial del imperio. Hilarius (Lari) Gilges, bailarín profesional, fue asesinado por las SS en 1933, probablemente por ser negro. La esposa alemana de Gilges más tarde recibió de manos de un gobierno alemán de la posguerra una indemnización por este asesinato cometido por los nazis.
Algunos afroamericanos, atrapados en la Europa bajo ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial, también fueron víctimas del régimen nazi. Muchos de ellos, como la artista de jazz Valaida Snow, fueron encarcelados en campos de reclusión del Eje para ciudadanos extranjeros. El artista Josef Nassy, que vivía en Bélgica, fue arrestado como extranjero enemigo y retenido durante siete meses en el campo de tránsito de Beverloo en la Bélgica bajo ocupación alemana. Más tarde fue trasladado a Alemania, donde pasó el resto de la guerra en el campo de reclusión de Laufen y su subcampo, Tittmoning, ambos en la Alta Baviera.
Los negros europeos y estadounidenses fueron también recluidos en el sistema de campos de concentración nazi. Lionel Romney, marinero de la Marina Mercante de los
Estados Unidos, fue encarcelado en el campo de concentración de Mauthausen. Jean Marcel Nicolas, un ciudadano haitiano, fue encarcelado en los campos de concentración de Buchenwald y Dora-Mittelbau en Alemania. Jean Voste, belga africano, fue encarcelado en el campo de concentración de Dachau. Bayume Mohamed Hussein de Tanganica (actualmente Tanzania) murió en el campo de Sachsenhausen, cerca de Berlín.
Los prisioneros de guerra de raza negra debieron padecer la encarcelación ilegal y malos tratos por parte de los nazis, que no cumplieron con las normas impuestas por la Convención de Ginebra (acuerdo internacional sobre la manera de conducir la guerra y el trato a los soldados heridos y capturados). El teniente coronel Darwin Nichols, piloto afroamericano, fue encarcelado en una prisión de la Gestapo en Butzbach. A los soldados negros de los ejércitos estadounidense, francés y británico los hicieron trabajar hasta matarlos en obras de construcción o murieron como resultado del maltrato recibido en campos de concentración o para prisioneros de guerra. A otros ni siquiera los encarcelaron, sino que las SS o la Gestapo los mató de inmediato.
Algunos miembros afroamericanos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos fueron liberadores y testigos de las atrocidades cometidas por los nazis. El 761.° Batallón de Tanques (unidad de tanques compuesta en su totalidad por afroamericanos), anexado a la 71.° División de Infantería, Tercer Ejército de los Estados Unidos, bajo el mando del General George Patton, participó en la liberación de Gunskirchen, un subcampo del campo de concentración de Mauthausen, en mayo de 1945. LOS NIÑOS
Un niño desnutrido come en las calles del ghetto de Varsovia. Varsovia, Polonia, entre 1940 y 1943. — US Holocaust Memorial Museum Los niños eran victimas especialmente vulnerables de los nazis. Es estimado que más de un millón de niños fueron asesinados bajo el gobierno nazi en Alemania y la Europa ocupada.
En los ghettos, muchos murieron por falta de comida, ropa y vivienda. Los nazis consideraban que los niños del ghetto no eran productivos. En general no fueron
usados para trabajos forzados, lo que aumentaba sus chances de deportación a los campos de concentración y exterminio. Los niños judíos eran de las primeras victimas cuando los alemanes y sus colaboradores querían destruir una comunidad judía, fusilándolos o deportándolos a los campos de exterminio. Tras la selección en Auschwitz y otros campos, la mayoría de los niños eran mandados directamente a las cámaras de gas. Otros niños de los campos, especialmente mellizos, eran usados en experimentos médicos de los nazis. También hubo fusilamientos de niños por las SS y fuerzas policiales en Polonia y la Unión Soviética. Los líderes del Consejo Judío (Judenrat) fueron forzados a tomar la decisión, difícil y controvertida, de llenar las cuotas para la deportación de niños. Janusz Korczak, director de un orfanato en el ghetto de Varsovia, se negó a abandonar los niños elegidos para la deportación, y los acompañó en el transporte a Treblinka. A pesar de la aplastante persecución sufrida en manos de los nazis, muchos niños descubrieron formas de sobrevivir. Muchos niños contrabandeaban comida al ghetto. Algunos participaron en movimientos juveniles activos en la resistencia. Muchos escaparon a campos de partisanos.
Algunas personas no judías ofrecieron lugares para esconder niños y algunas veces como en el caso de Ana Frank, para otros miembros de la familia también. “Kindertransport” (el trasporte de los niños) fue el nombre informal del rescate de miles de niños judíos a Gran Bretaña desde Alemania y los territorios ocupados entre 1938 y 1940. En Francia, casi toda la población protestante del pueblo Le Chambon-sur Lignon escondió niños judíos. En el período posterior al Holocausto, los refugiados buscaron por toda Europa los niños que se habían perdido. Miles de huérfanos estaban en campos de refugiados. Muchos niños se fueron de Europa oriental como parte del éxodo masivo (Brihah) hacia las zonas aliadas, en camino al Yishuv (el asentamiento judío en Palestina). A través de la Aliyah de jóvenes (la inmigración de jóvenes), miles emigraron al Yishuv, y luego al estado de Israel cuando fue establecido en 1948.
LOS NIÑOS OCULTOS: ALTERNATIVAS
Separarse de los hijos era una experiencia difícil para los padres que los dejaban con familias adoptivas. Eda Künstler le confió esta fotografía de sí misma a la salvadora de su hija, Zofji Sendler. En el reverso estaba escrito "Madre verdadera de Anita". — US Holocaust Memorial Museum
La gran mayoría de los judíos de la Europa bajo ocupación alemana nunca se ocultaron, por muchos motivos. Ocultarse significaba tener que dejar a los familiares, arriesgarse a recibir castigo inmediato y severo, y encontrar a una persona o familia dispuesta a brindar refugio. Muchos judíos, sin duda alguna, conservaban la esperanza de que la amenaza de muerte pasaría o que podrían sobrevivir hasta la victoria de los aliados.
Lamentablemente, la disposición o la capacidad de las poblaciones no judías de rescatar vidas judías nunca era de la misma escala que el vehemente deseo de los nazis de destruirlos. Incluso en los países donde el odio hacia los ocupantes alemanes era profundo, el antinazismo no necesariamente generaba ayuda para los judíos. Los nazis describían a los judíos como portadores de enfermedades, criminales o agentes “bolcheviques” ansiosos por socavar las bases de la sociedad europea. Los nazis además desalentaban el rescate: amenazaban con castigar severamente a quienes fueran descubiertos ayudando a los judíos. LOS NIÑOS OCULTOS: LA BÚSQUEDA DE LAS FAMILIAS
Después de la guerra, miles de niños judíos terminaron en orfanatos de toda Europa como resultado del Holocausto. Los niños pequeños de este hogar de niños de Etterbeek, Bélgica, sobrevivieron en la clandestinidad, pero sus padres fueron deportados a Auschwitz. — Gift of Margit Meier
Cuando la guerra terminó en 1945, los judíos de Europa que sobrevivieron comenzaron de inmediato la difícil y dolorosa búsqueda de familiares. Los padres buscaron a los niños que habían dejado en conventos, orfanatos o con familias sustitutas. Los comités locales de judíos de Europa intentaron registrar a los vivos y contar a los muertos. Los servicios de localización establecidos por la Cruz Roja Internacional y las organizaciones de ayuda a los judíos colaboraron en las búsquedas, pero estas a menudo eran prolongadas porque los nazis, la guerra y los traslados demográficos masivos en Europa central y oriental habían desplazado a millones de personas.
La búsqueda de la familia era mucho más que una búsqueda de familiares. A menudo implicaba la traumática búsqueda de niños para volver a descubrir su verdadera identidad. Los que habían sido bebés cuando los ocultaron no tenían recuerdos de sus padres biológicos ni conocimiento de sus orígenes judíos. La única familia que muchos habían conocido era la de sus salvadores. Por eso, cuando los familiares o las
organizaciones judías los descubrían, comúnmente se mostraban recelosos y a veces se resistían a sufrir otro cambio.
Cuando las distintas zonas fueron liberadas del régimen alemán, las organizaciones judías se apresuraron a localizar a los sobrevivientes y reunir a las familias. En todos los lugares, se enfrentaron con la devastación que dejó el Holocausto. En Lodz, Polonia, por ejemplo, los nazis habían reducido la población judía de antes de la guerra de más 220.000 a menos de 1.000 habitantes.
Después de la guerra, los padres judíos a menudo pasaron meses y años enteros buscando a los hijos que habían ocultado. Si tenían suerte, encontraban a sus hijos que todavía estaban con el salvador original. No obstante, muchos recurrían a servicios de localización, artículos de diarios y registros de sobrevivientes con la esperanza de hallar a sus hijos.
Muchas veces, la búsqueda de familiares terminaba en trágicas noticias de hijos que habían desaparecido o habían sido asesinados, o de que no habían quedado familiares vivos que reclamaran a los niños.
Los huérfanos y las batallas por la custodia En cientos de casos, los salvadores se negaban a entregar los niños ocultos a sus familias o a organizaciones judías. Algunos exigían que se “rescatara” a los niños con una remuneración financiera. Otros se habían apegado a los niños y no querían entregarlos. En casos más complejos, los tribunales tenían que decidir a quién darle la custodia del niño. Algunos salvadores desobedecían las decisiones de los tribunales y ocultaban a los niños por segunda vez.
El futuro de miles de niños huérfanos judíos se volvió un asunto apremiante. En los Países Bajos, a más de la mitad de los 4.000 a 6.000 sobrevivientes se los declaró “niños adoptivos de la guerra”(Oorlogspleegkinderen), y a la mayoría los pusieron bajo la custodia de un comité del estado. A la gran mayoría los devolvieron a algún familiar sobreviviente o a una organización judía, pero más de 300 fueron entregados a familias no judías. Identidad robada Los padres, los parientes o los representantes de organizaciones judías que reclamaron a los niños a menudo se enfrentaron con ambivalencia, antagonismo y a veces, resistencia. Después de varios años de ocultar su verdadera identidad, para algunos
niños judíos ocultos el judaísmo se convirtió en un símbolo de la persecución, mientras que el cristianismo les brindó seguridad. Algunos niños incluso repetían frases antisemitas que habían aprendido de compañeros de clase y adultos. Los que habían sido demasiado jóvenes para recordar a sus padres conocían solamente a su familia adoptiva, y la religión y a menudo la nacionalidad de esta. Muchos realmente querían a sus familias sustitutas y se negaban a que los entregaran a los brazos de un “extraño”. En algunos casos, a algunos jóvenes se los tenía que retirar a la fuerza de sus familias sustitutas. Para varios niños ocultos, el fin de la guerra no terminó con las experiencias traumáticas.
Conservación de la memoria Inmediatamente después de la guerra, los sobrevivientes del Holocausto comenzaron a documentar los crímenes de los nazis contra el pueblo judío, registrar sus experiencias y recordar a los que murieron. Esto a menudo suponía el doloroso regreso al pasado reciente. En 1948, las organizaciones judías en Polonia, Hungría y Alemania ya habían compilado más de 10.000 testimonios escritos.
Cientos de niños que habían estado ocultos narraron el tremendo dolor de los días de la supervivencia. Muchos intentaron recuperar un pasado que los nazis les habían robado: familias que nunca habían conocido o que eran solo recuerdos lejanos, y hasta sus propios nombres de nacimiento. Otros se sorprendieron de enterarse de que eran judíos. Al hurgar en los lugares más recónditos de sus vidas anteriores, estos sobrevivientes especiales conservan el recuerdo de los padres que los trajeron al mundo, los salvadores que los rescataron y un tiempo que amenazó con devorarlos. LOS NIÑOS OCULTOS: DESCUBIERTOS
Las denuncias de judíos a autoridades alemanas venían de distintas fuentes, a veces, incluso, de sus "protectores". En 1944, Eva y Liane Münzer (en esta fotografía) fueron denunciadas a la policía como resultado de una pelea doméstica entre sus salvadores. El marido furioso denunció a su esposa y a las dos niñas judías. Las hermanas Münzer fueron enviadas a Auschwitz, donde fueron asesinadas. — Alfred Munzer
La vida de los que se ocultaban era siempre peligrosa. En toda la Europa bajo ocupación alemana, los nazis concertaron sus esfuerzos para localizar a los judíos que estaban ocultos. Las autoridades alemanas y sus colaboradores castigaban severamente a los que ayudaban a los judíos y ofrecían recompensas a las personas que estuvieran
dispuestas a entregarlos. A partir de marzo de 1943, la Gestapo (policía secreta del estado alemán) otorgó a algunos judíos de Alemania el aplazamiento de la deportación a cambio de un seguimiento de sus correligionarios que vivían en la clandestinidad. En la primavera de 1945, cuando el régimen nazi quedó en ruinas, estos informantes ya habían entregado a 2.000 judíos. En otros países, los vecinos traicionaban a otros por dinero o por el apoyo del régimen. En la Polonia bajo ocupación alemana, los chantajistas les quitaban dinero o propiedades a los judíos amenazándolos con entregarlos a las autoridades.
Los judíos ocultos fueron descubiertos por casualidad durante las redadas en busca de conscriptos para el trabajo forzado, células de la resistencia, comerciantes del mercado negro, o en búsquedas de documentos al azar. Un lapsus al hablar, unos documentos falsos mal hechos o las habladurías podían provocar arrestos y deportaciones. LOS NIÑOS OCULTOS: DIFICULTADES
Algunos niños judíos sobrevivieron al Holocausto porque contaron con la protección de personas e instituciones de otras creencias religiosas. Los niños aprendían rápidamente las oraciones y los rituales de la religión "adoptada", con el fin de mantener su identidad judía oculta, incluso de sus mejores amigos. Esta fotografía muestra a dos niños judíos ocultos, Beatrix Westheimer y su primo Henri Hurwitz, con el sacerdote católico Adelin Vaes, con motivo de la primera comunión de Beatrix. Ottignies, Bélgica, mayo de 1943. — Beatrice Muchman
Una vez que tomaron la decisión de ocultarse, los padres, los niños y los salvadores debieron enfrentar abrumadores desafíos. Algunos niños pudieron hacerse pasar por no judíos y vivir abiertamente. Los demás tuvieron que vivir en la clandestinidad, a menudo en altillos o sótanos. Los niños que se hicieron pasar por cristianos tuvieron que ocultar cuidadosamente su identidad judía de vecinos curiosos, compañeros de clase, informantes, chantajistas y la policía. Hasta el más mínimo lapsus al hablar o en la conducta podía poner en peligro al niño y a su salvador.
Para vivir como no judío se necesitaban documentos de identidad falsos, que eran difíciles de conseguir en la Europa bajo ocupación alemana y eran revisados con frecuencia por las autoridades. Durante la guerra, los niños a menudo tenían que
trasladarse de un refugio a otro. Para los niños que debían dejar a sus padres, el dolor emocional de la separación era constante y las preocupaciones, muchas.
Documentos falsos Para que los judíos pudieran hacerse pasar por “arios”, era fundamental que tuvieran documentos de identidad falsos, los cuales a menudo se conseguían a través de contactos con la resistencia antinazi. Mediante el uso de documentos falsificados o adquiridos, como certificados de nacimiento o de bautismo, los judíos a veces podían conseguir documentos legítimos de las autoridades con un nombre falso. Estas artimañas representaban grandes riesgos para el portador porque los alemanes y las fuerzas policiales que colaboraban con ellos examinaban minuciosamente los documentos de identidad en sus frecuentes búsquedas de judíos, miembros de la resistencia y personas que evadían el trabajo conscripto. Tenía que mantener oculta y en secreto mi condición judía. No debía revelarla porque si lo hacía, el castigo sería la muerte. Me perdí los mejores años de mi niñez y adolescencia. Me despojaron de mi nombre, de mi religión, de mi idealismo sionista. Regine Donner Lugares de escondite No todos los niños judíos podían hacerse pasar por “arios” y disfrutar de la relativa libertad de movimiento en el mundo exterior. Los que tenían “aspecto judío”, no hablaban el idioma local o su presencia en la familia de un salvador generaba muchas preguntas tenían que ocultarse. Se ponía a los niños en sótanos y altillos, donde tenían que quedarse quietos, incluso sin moverse, durante varias horas. En las zonas rurales, los niños ocultos vivían en graneros, establos, gallineros y refugios en el bosque. Cualquier ruido (conversaciones, pasos) podía provocar la sospecha de los vecinos y tal vez incluso una redada policial. Durante los bombardeos, los niños judíos tenían que permanecer ocultos, sin poder huir a la seguridad de los refugios. Bajo estas condiciones, los niños a menudo sufrían la falta de interacción humana y tenían que soportar aburrimiento y temor. Circuncisión Según una tradición que se remontaba al patriarca bíblico Abraham, se circuncidaba ritualmente a los niños varones como señal del pacto del pueblo judío con Dios. Aun en los días más funestos de la persecución nazi, ellos intentaron cumplir con esta práctica. Como a los no judíos de Europa continental generalmente no se los circuncidaba, la policía alemana y colaboracionista comúnmente controlaba a los hombres que apresaban en las redadas. A los niños que intentaban ocultar su identidad judía, podían descubrirlos si usaban un baño público o participaban en deportes. En raras ocasiones,
se sometían a dolorosos procedimientos para disimular la marca de la circuncisión o incluso se vestían de mujer. Escondite bajo una religión distinta Miles de niños judíos sobrevivieron al Holocausto porque contaron con la protección de personas e instituciones de otras creencias religiosas. Un gran número de conventos católicos en la Polonia bajo ocupación alemana recibieron a jóvenes judíos en forma independiente. Los católicos de Bélgica ocultaron a cientos de niños en sus casas, escuelas y orfanatos, y los ciudadanos protestantes franceses de Le Chambon-surLignon y sus alrededores dieron refugio a varios miles de judíos. En Albania y Yugoslavia, algunas familias musulmanas ocultaron a los más jóvenes. Los niños aprendían rápidamente las oraciones y los rituales de su religión “adoptada” con el fin de mantener oculta su identidad judía incluso a sus mejores amigos. Muchos jóvenes se bautizaban en el cristianismo, con o sin el consentimiento de sus padres.
Varios salvadores Era difícil encontrar un salvador, especialmente uno que se ocupara de los gastos del niño o la niña durante varios años. Algunas personas aprovechaban la desesperación de una familia perseguida para cobrarles dinero y luego faltar a su promesa de ayuda, o peor aun, entregarlas a las autoridades para obtener una recompensa adicional. Era común que el estrés, la angustia y el temor impulsara a los benefactores a echar a los niños judíos de sus casas. Los grupos organizados de rescate frecuentemente trasladaban jóvenes de una familia o institución a otra para garantizar la seguridad tanto del niño como de los padres sustitutos. En los Países Bajos ocupados por Alemania, los niños judíos se quedaban en un promedio de más de cuatro lugares diferentes; algunos cambiaban de escondite más de una docena de veces.
Separación de la familia Entre los recuerdos más dolorosos de los niños ocultos estaba la separación de los padres, abuelos y hermanos. Por varios motivos (falta de espacio, incapacidad o falta de disposición de un salvador para recibir a una familia completa, o la decisión de los padres de no abandonar a otros miembros de la familia en el ghetto) muchos niños judíos tuvieron que ocultarse solos. En Francia, por ejemplo, la Sociedad de Ayuda para los Niños (Oeuvre de Secours aux Enfants, OSE) podía sacar de contrabando a los niños, pero no a sus padres, de los campos de internamiento. La separación era un tormento para padres y niños. Cada uno temía por la seguridad del otro y se sentía impotente para hacer algo al respecto. Los jóvenes y sus padres a menudo tenían que soportar su pena en silencio para no poner en peligro la seguridad
del otro. Para muchos niños ocultos, la separación durante la guerra se hizo permanente.
Seguridad La seguridad de los niños ocultos dependía del secreto estricto. Las familias sustitutas inventaban minuciosas explicaciones de la presencia de un nuevo rostro en su hogar: decían que los niños eran parientes lejanos, amigos o miembros sobrevivientes de hogares bombardeados. Los conventos y los orfanatos ocultaban la identidad judía de los jóvenes de los documentos, los compañeros de clase y el personal. Los grupos organizados de rescate frecuentemente cambiaban a los niños de lugar y mantenían registros en código para impedir el descubrimiento de sus gastos. En algunas redes de rescate, no se permitía que los padres tuvieran contacto con sus hijos ni conocieran su paradero. Los niños entendían bien su necesidad de seguridad. Se mantenían alejados de situaciones en las que su verdadera identidad pudiera quedar expuesta, conservaban un nombre y una religión falsos, y evitaban gestos o formas de hablar que pudieran interpretarse como “judías” o extranjeras.
Maltrato Los niños judíos que vivían ocultos generalmente recibían buenos tratos por parte de sus salvadores. Pero no todos los jóvenes tenían esa experiencia. Como no podían acudir a las autoridades locales para pedir ayuda o porque tenían miedo de que los entregaran, algunos niños tenían que soportar el maltrato físico o sexual de sus “protectores”. Según estudios realizados en los Países Bajos, se calcula que más del 80% de los niños ocultos entrevistados recibieron buenos tratos de sus salvadores, mientras que el 15% recibían malos tratos ocasionales, y alrededor del 5% era directamente maltratado. LOS NIÑOS OCULTOS: EXPRESIONES Durante todo el Holocausto, los artistas y escritores judíos documentaron de forma conmovedora sus experiencias en los campos, ghettos, bosques y lugares de escondite. Si bien las oportunidades y los materiales para expresar sus alegrías, tristezas, anhelos, ira y penas en creaciones literarias y artísticas se veían enormemente limitados, muchísimas obras, de adultos y niños, se conservaron, aunque no todos sus creadores sobrevivieron.
Aunque nunca se sabrá cuántos niños judíos registraron sus pensamientos en obras escritas, artísticas o musicales, se han preservado muchos diarios, cientos de dibujos y algunos poemas y canciones para permitir vislumbrar sus mundos personales, lo cual deja un legado duradero de su opresión y su resistencia.
Obras de arte Judíos de todas las edades en toda Europa realizaron miles de pinturas, dibujos y collages durante el Holocausto. Las obras se hicieron a instancias de jefes nazis o las iniciaron agencias de ayuda en campos de reclusión o funcionarios judíos en los ghettos. Muchas se hicieron en secreto en campos de concentración. Las obras de arte resultantes reflejan las experiencias de vida de los judíos y están impregnadas de desesperación, ira, o en raras ocasiones, esperanza. Los dibujos que se muestran aquí son un estudio de contrastes. Un niño que vivía como no judío en Francia creó una serie de imágenes en ese lugar, donde podía bosquejar la naturaleza y la ciudad. Para la segunda serie de imágenes, una niña oculta en un apartamento de Lvov dibujó lo que recordaba o la parte de la vida que alcanzaba a ver desde su ventana.
Diarios En los diarios, una de las formas más íntimas de escribir, se registran los pensamientos, las esperanzas, los temores y las aspiraciones más recónditos. Generalmente no están destinados al público ni a los ojos indiscretos. Para los niños ocultos, además, la naturaleza personal de los diarios presentaba un grave peligro. Cualquier detalle acerca de la familia o la identidad verdadera de una persona podía traicionar a su autor y a su salvador. Si bien no todos los niños ocultos tuvieron el permiso o la posibilidad de escribir diarios, los que existen ofrecen una visión fascinante de la mente y las experiencias de estos jóvenes. LOS NIÑOS OCULTOS: VIDA COTIDIANA La crueldad del gobierno nazi y las barbaridades de la guerra obligaron a algunos niños a madurar más de lo normal para su edad. Un niño sobreviviente describía a estos niños como “gente mayor con cara de niños, sin rastros de alegría, felicidad ni inocencia infantil”. Los niños y las niñas judíos ocultos debieron adaptarse a sus circunstancias anormales. Para ello improvisaban juegos, aprovechaban las escasas oportunidades educativas disponibles y se ganaban con su propio trabajo la precaria existencia que tenían.
Las experiencias cotidianas de los niños ocultos variaban dependiendo de si podían vivir abiertamente y asistir a la escuela y relacionarse con otras personas de su edad, o si tenían que estar ocultos físicamente. Para los que no podían salir, la vida ocultos estaba a menudo llena de dolor, tormento y aburrimiento. La lectura, el juego y la expresión creativa podían ayudar a llenar las interminables horas y desviar temporalmente la atención de los niños de su situación desesperada.
Juguetes y juegos El juego es una parte fundamental de la experiencia de vida de los niños, ya que estimula la creatividad, la interacción social y el desarrollo mental. Aun en los ghettos y los campos de concentración, los niños judíos buscaban consuelo en los juegos. Para los niños ocultos que a menudo tenían pocas pertenencias, los juguetes tenían un significado especial. Podían ayudar a establecer un vínculo entre los niños y sus salvadores o reafirmar un lazo con sus padres o su familia ausente. Los juegos también tenían la importante función de ayudar a recuperar cierta apariencia de infancia normal para los jóvenes que vivían bajo circunstancias anormales. Educación Desde tiempos antiguos, la educación ha sido un elemento importante de la cultura judía. Sin embargo, cuando Alemania tomó el control de Europa, las oportunidades de asistir a escuelas y universidades al principio se limitaron drásticamente, hasta que finalmente se eliminaron por completo. Para los niños ocultos en edad escolar con aspecto “ario”, la rutina de concurrir a clase y estudiar ayudó a recuperar cierto sentido de normalidad en sus vidas, y quizás sus nuevos amigos les dieron el consuelo que tanto necesitaban. Los niños que se tenían que ocultar físicamente tenían pocas oportunidades de recibir educación formal, pero siempre que podían también intentaban estudiar a través de la lectura y la escritura.
Trabajo Los niños judíos ocultos frecuentemente compartían las tareas domésticas y las responsabilidades laborales con las familias que los refugiaban. En las zonas rurales, a menudo cuidaban animales y ayudaban en la siembra y la cosecha. En entornos urbanos, los niños judíos trabajaban en fábricas o vendían comestibles u otros artículos en el mercado abierto y el mercado negro. En algunos casos, los jóvenes mayores huían a los bosques para ganarse la vida o unirse a los miembros de la resistencia en el combate contra los nazis. Ropa Cuando los judíos se vieron obligados a trasladarse a los ghettos o fueron deportados a campos de concentración, los nazis los privaron de la mayor parte de sus posesiones
limitando drásticamente la cantidad de bienes muebles que podían llevar. Una vez que trasladaban a los judíos, los nazis restringían el flujo de bienes que les hacían llegar. Los niños que se ocultaban tenían que trasladarse rápida y discretamente, y por ese motivo tenían que dejar las pocas posesiones que tenían. La mayoría de ellos llevaban poco más que ropa. Debido a la escasez durante la guerra, conseguir ropa nueva era generalmente difícil, por lo cual los salvadores hacían ropa para niños con retazos o vestían a los más chicos con prendas usadas. NORUEGA
Tropas y bombarderos alemanes en un campo aéreo improvisado durante la batalla por la conquista de Noruega. 3 de mayo de 1940. — Wide World Photo Alemania invadió Noruega el 8 y 9 de abril de 1940. Alemania intentó asegurar las bases navales para usarlas contra la flota británica en el Mar del Norte y para garantizar los envíos fundamentales de minerales de hierro desde Suecia, de posición neutral. A pesar de los intentos británicos de ayuda, Noruega se rindió a Alemania el 10 de junio. El rey Haakon VII y el gobierno noruego huyeron a Londres. Vidkun Quisling, que en 1933 había fundado una organización fascista tomando como modelo el partido nazi alemán, se autoproclamó primer ministro. A partir de ese momento, el nombre de Quisling se convirtió en sinónimo de colaboración. Los alemanes rápidamente se desilusionaron de él y establecieron su propia administración, pero en ocasiones lo usaban como figura decorativa.
En el momento de la invasión alemana, había aproximadamente 1.700 judíos en Noruega, entre ellos unos 200 refugiados alemanes y austriacos que habían hallado en ese país un lugar seguro en la década de 1930. Las restricciones impuestas a los judíos al principio eran esporádicas, pero con la invasión alemana de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, numerosos judíos del norte del país fueron encarcelados. Los arrestos de los judíos noruegos comenzaron en el otoño de 1942, con el apoyo de la policía y las formaciones paramilitares noruegas a las SS y las unidades policiales alemanas. A principios de octubre, las autoridades arrestaron a todos los hombres judíos de Trondheim, una ciudad portuaria del norte de Noruega. El 26 y el 27 de octubre, 260 hombres judíos fueron arrestados en Oslo, la capital de Noruega. Durante la noche del 25 y 26 de noviembre de 1942, todos los judíos que quedaban en Oslo, incluidos mujeres, niños, enfermos y discapacitados, fueron arrestados y recluidos. Los
deportaron en el “Donau”, un barco solicitado por el gobierno de Quisling, que los llevó a Alemania. Desde allí, los deportaron al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.
En las semanas siguientes, a pesar de las protestas de los líderes religiosos y algunos segmentos de la población de Noruega, continuó la reclusión y la deportación de los judíos. Afortunadamente, los policías y miembros de los movimientos clandestinos advirtieron a muchos judíos de los arrestos por anticipado. Aproximadamente 900 judíos, más de la mitad de los que había en Noruega, escaparon a la Suecia neutral con la ayuda de los movimientos clandestinos. Muchos otros se ocultaron.
Entre 1940 y 1945, deportaron a más de 760 judíos desde Noruega. Solo unos 25 regresaron después de la guerra; a la mayoría de los demás los asesinaron en Auschwitz. El 8 de mayo de 1945, las fuerzas alemanas que estaban en Noruega se rindieron a los aliados. Quisling fue arrestado y declarado culpable de traición. Lo ejecutaron el 24 de octubre de 1945. OBSTÁCULOS A LA INMIGRACIÓN EMIGRACIÓN DE ALEMANIA Hasta que la Alemania nazi comenzó la Segunda Guerra Mundialen 1939, las leyes antisemitas de Alemania sirvieron para “alentar” y en última instancia para forzar una emigración en masa de los judíos alemanes. El gobierno hizo todo lo posible para inducir el éxodo de judíos de Alemania. Además de hacerles la vida imposible, las autoridades alemanas redujeron los obstáculos burocráticos de manera que los que deseaban irse pudieran hacerlo más fácilmente. Al mismo tiempo, los nazis consideraban que las pertenencias de los judíos y su capital financiero eran propiedad alemana, y no tenían ninguna intención de permitir que los refugiados se llevaran nada de valor material con ellos. La mayoría de los que huyeron tuvieron que renunciar a los títulos de sus propiedades y negocios, y estuvieron sujetos a impuestos a la emigración cada vez más onerosos que redujeron sus bienes. Por otra parte, las autoridades alemanas restringieron la cantidad de dinero que podía transferirse al exterior desde bancos alemanes, y permitían que cada pasajero sólo pueda sacar del país diez reichsmarks (alrededor de 4 dólares estadounidenses). La mayoría de los judíos alemanes que lograron emigrar estaban completamente empobrecidos en el momento en que pudieron irse.
OBSTÁCULOS A LA INMIGRACIÓN Muchas naciones en las que los judíos alemanes buscaban asilo imponían grandes obstáculos a la inmigración. Los procesos de solicitud de visas de entrada eran complicados y exigentes, y requerían que los potenciales inmigrantes suministren información de bancos, médicos y la policía alemana sobre ellos mismos y sus familiares. En el caso de los Estados Unidos, los solicitantes debían presentar declaraciones juradas de múltiples patrocinadores, además de conseguir un número de espera dentro de un cupo establecido para su país de origen, lo que limitaba en gran medida sus probabilidades de emigrar. Toda esta burocracia existía como telón de fondo de otras penurias: competencia con miles de personas igualmente desesperadas, correo lento que dificultaba la comunicación con los posibles patrocinadores, penurias económicas y medidas opresivas en Alemania que hacían que aun la tarea más simple sea un calvario. Por último, muchos de los que deseaban huir tenían, por necesidad, que presentar solicitudes de ingreso en numerosos países. No es de extrañar que para muchos judíos en Alemania en la década de 1930, el intento de emigrar fuera más que un trabajo de tiempo completo.
LA DÉCADA DE 1930 A fines de la década de 1930, una terrible depresión económica mundial reforzó a través de Europa y los Estados Unidos un temor existente y la desconfianza de los extranjeros en general, así como el antisemitismo en particular. Por sobre todas las cosas, la gente temía que los inmigrantes pudieran competir por sus trabajos, recargar los ya agobiados servicios sociales o verse tentados como trabajadores empobrecidos por las promesas de los agitadores sindicales o movimientos comunistas nacionales. Incluso los funcionarios públicos de países democráticos no eran inmunes a dichas creencias. La mayoría de los países, entre ellos, Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña, eran reacios a aumentar los cupos de inmigrantes para admitir grupos muy grandes de refugiados, especialmente los empobrecidos y los desposeídos. De hecho, los Estados Unidos se negaron a reducir los numerosos obstáculos para obtener una visa de inmigrante, con el resultado de que hasta 1938, el cupo de inmigración de Alemania no estaba completo. Muchos de los judíos alemanes que estaban en peligro inminente fueron obligados a emigrar a otros lugares, como Francia, los Países Bajos y Checoslovaquia, donde finalmente los alcanzó la conquista alemana.
Los obstáculos burocráticos para la emigración eran abrumadores. En lugar de agilizar el proceso para permitir el ingreso de más refugiados, las naciones exigían mucha documentación que a menudo era prácticamente imposible de conseguir. En algunos casos, los refugiados literalmente se enfrentaban a un callejón sin salida: para conseguir una visa se necesitaba un comprobante de haber reservado un pasaje en un barco, y para reservar un pasaje en barco se necesitaba un comprobante de visa.
CONFERENCIA DE EVIAN Después de que Alemania anexara a Austria en marzo de 1938 y la violencia callejera impulsada por los nazis tanto en Austria como en Alemania aumentara radicalmente la cantidad de judíos alemanes y austriacos con deseos de emigrar, el Presidente Franklin D. Roosevelt de los Estados Unidos se vio presionado a abordar la intensificada crisis de los refugiados. Su respuesta consistió en proponer una conferencia internacional que se celebrara en la ciudad turística francesa de Evian-les-Bains entre el 6 y el 15 de julio de 1938. Al mismo tiempo, el tono de la invitación reflejaba la incertidumbre internacional y la de los Estados Unidos acerca de la situación de los refugiados. Treinta y tres naciones fueron invitadas y se les aseguró que "no se esperará que ningún país reciba una mayor cantidad de inmigrantes que lo permitido por las leyes existentes". OHRDRUF
Los generales Einsenhower, Patton, y Bradley miran los cadáveres de prisioneros de Ohrdruf, un subcampo de Buchenwald. Alemania, 12 de abril de 1945. — US Holocaust Memorial Museum
El campo de Ohrdruf era un subcampo del campo de concentración de Buchenwald, y fue el primer campo liberado por las tropas americanas. El campo de Ohrdruf se creó en noviembre de 1944 cerca del pueblo de Gotha, Alemania. Los prisioneros de Ohrdruf fueron forzados a trabajar en la construcción de un ferrocarril que terminaba en un propuesto centro de comunicación, que nunca fue completado debido al rápido avance de los americanos. A fines de marzo de 1945, el campo tenía una población de prisioneros de alrededor de 11.700, pero a principios de abril las SS evacuaron casi todos los prisioneros y los forzaron en marchas de la muerte a Buchenwald. Los guardias de los SS asesinaron a muchos de los restantes
prisioneros que estaban demasiado enfermos como para caminar hasta los vagones de tren. Cuando los soldados de la 4ª división blindada entraron al campo, descubrieron pilas de cuerpos, algunos cubiertos de cal, y otros parcialmente quemados sobre piras. Las condiciones espantosas de este descubrimiento llevaron al General Dwight D. Eisenhower, comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa, a visitar el campo el 12 de abril, con los generales George S. Patton y Omar Bradley. Después de esta visita, Eisenhower envió un cable a George C. Marshall, el director del estado mayor conjunto en Washington, describiendo su viaje a Ohrdruf:
…los más interesante - aunque horrible - de lo que vi durante el viaje fue la visita a un campo de internamiento alemán cerca de Gotha. Las cosas que vi no se pueden describir. Mientras estaba visitando el campo, me encontré con tres hombres que habían sido prisioneros y por un ardid u otro pudieron escaparse. Los entrevisté con un intérprete. La evidencia visual y el testimonio verbal de la inanición, crueldad y bestialidad eran tan intensos que me dejaron un poco enfermo. En un cuarto, donde estaban apilados veinte o treinta hombres desnudos, muertos de inanición, George Patton no quiso ni entrar. Dijo que se enfermaría si lo hacía. Yo entré a propósito, para estar en posición de dar evidencia deprimera mano de estas cosas si alguna vez, en el futuro, se desarrollara una tendencia a decir que estas alegaciones son solamente “propaganda”. Viendo los crímenes nazis cometidos en Ohrdruf impactó fuertemente a Eisenhower, y quería que el mundo supiera lo que ocurrió en los campos de concentración. El 9 de abril de 1945, otra vez envió un cable a Marshall pidiendo traer miembros del Congreso y periodistas a los campos recién liberados para que pudieran traer la horrible verdad de las atrocidades nazis al publico americano. Escribió: Continuamos descubriendo campos de concentración alemanes para prisioneros políticos donde condiciones de horror indescriptible reinan. Visité uno de estos yo mismo y le aseguro que lo que ha sido publicado sobre ellos hasta la fecha ha sido una descripción insuficiente. Si puede ver alguna ventaja en pedir a una docena de los lideres del Congreso y a una docena de editores prominentes que hagan una visita corta a este teatro [de guerra] en un par de aviones C-54, yo haré arreglos para que sean conducidos a uno de estos lugares donde la evidencia de bestialidad y crueldad es tan intensa que no les quedará duda en sus mentes de que estas eran las prácticas normales de los alemanes en estos campos. Tengo esperanzas que algunas personas británicas en categorías similares visiten el área al norte para presenciar similar evidencia de la atrocidad.
Ese mismo día, Marshall recibió permiso del Ministro de Guerra, Henry Lewis Stimson, y del Presidente Harry S. Truman para que estas delegaciones visiten los campos liberados.
Ohrdruf también causó una impresión grande sobre el general George S. Patton. Lo describió como "uno de las escenas más horrorosas que he visto". Relató en su diario que
En un cobertizo…había una pila de alrededor de 40 cuerpos humanos completamente desnudos en las últimas etapas de inanición. Estos cuerpos eran ligeramente espolvoreados con cal, no con el propósito de destrozarlos sino para quitar el hedor. Cuando el cobertizo estaba lleno -- supongo su capacidad sería alrededor de 200, los cuerpos se llevaban a un foso a una milla del campo donde eran enterrados. Los prisioneros afirmaron que 3.000 hombres, que habían sido fusilados o habían muerto de inanición, habían sido enterrados así desde el 1º de enero.
Cuando estábamos llegando con nuestras tropas, los alemanes pensaron que sería conveniente eliminar la evidencia de su crimen. Así hicieron que algunos de los esclavos exhumaran los cuerpos y los pusieron sobre una parilla gigantesca compuesta de vías de tren de 60 centímetros sobre bases de ladrillo. Vertieron brea sobre los cuerpos y después crearon un fuego con madera de pino y carbón. Las operaciones fueron un fracaso porque había una pila de huesos, cráneos, y torsos quemados humanos sobre o bajo de la plancha que daba cuenta de muchos cientos. El descubrimiento por la 4ª división blindada del campo de Ohrdruf abrió los ojos de muchos soldados americanos a los horrores perpetrados por los nazis durante el Holocausto.
LAS OLIMPÍADAS NAZIS DE BERLÍN DE 1936: VOCES AFROAMERICANAS Y EL PAÍS DEL SEGREGACIONISMO
Vista de una calle de Berlín, sede de los Juegos Olímpicos de verano, en la que pueden apreciarse las banderas de las Olimpíadas y de Alemania (con la esvástica). Berlín, Alemania, agosto de 1936. — DIZ Muenchen GMBH, Sueddeutscher Verlag Bilderdienst
Luego de que el Comité Olímpico Internacional calmara las preocupaciones respecto de la seguridad de los atletas negros en la Alemania nazi, la mayoría de los periódicos afroamericanos se opusieron al boicot contra las Olimpíadas de 1936. Los escritores de periódicos como Philadelphia Tribune y Chicago Defenderconsideraban que las victorias olímpicas de los atletas negros debilitarían la ideología racial nazi respecto de la supremacía “aria”. También esperaban que dichas victorias fomentaran un nuevo sentimiento de orgullo negro en los Estados Unidos. En la edición del 14 de diciembre de 1935 del periódico Chicago Defender, se informó que los corredores afroamericanos estrella Eulace Peacock, Jesse Owens y Ralph Metcalfe eran partidarios de participar en las Olimpíadas porque consideraban que sus victorias servirían para repudiar las teorías raciales nazis. En 1936 una gran cantidad de atletas de raza negra fueron aspirantes a las Olimpíadas y finalmente 18 afroamericanos (16 hombres y 2 mujeres) fueron a Berlín. Esto triplicaba la cantidad de los que habían competido en los juegos de Los Ángeles de 1932.
Para estos atletas de raza negra, las Olimpíadas les brindaba una oportunidad especial. En la década de 1930, los negros sufrían discriminación en casi todas las áreas de la vida de los Estados Unidos. Las leyes “Jim Crow”, diseñadas por blancos con el fin de segregar y quitar poder a los negros, prohibían que los afroamericanos accedieran a muchos trabajos e ingresaran a espacios públicos tales como restaurantes, hoteles y otros establecimientos. En el sur particularmente, los negros vivían con el temor constante de ser víctimas de actos de violencia racistas. El ejército de los Estados Unidos los siguió segregando durante la Segunda Guerra Mundial.
En los deportes, las oportunidades para los negros estaban limitadas en los ámbitos universitario y profesional. Los periodistas de raza negra criticaron a los partidarios del boicot contra las Olimpíadas por hablar tanto de la discriminación contra los atletas en tierras extranjeras pero no tratar el problema en su país. Argumentando que todos los atletas olímpicos negros provenían de universidades del norte a las que concurrían principalmente estudiantes blancos, dijeron que esto demostraba la inferioridad del equipo y de las instalaciones para el entrenamiento en las universidades tradicionalmente de estudiantes negros, donde en la década de 1930 recibían educación la mayoría de los afroamericanos.
Los atletas afroamericanos que compitieron en las Olimpíadas de 1936 en Berlín ganaron 14 medallas. La constante discriminación económica y social que debieron
enfrentar los atletas negros a su regreso a los Estados Unidos puso de manifiesto la ironía de su victoria en la Alemania del racismo. LAS OLIMPÍADAS NAZIS, BERLÍN 1936
Adolf Hitler y Joseph Goebbels firman autógrafos a miembros del equipo canadiense de patinaje artístico durante las Olimpíadas de invierno. Garmisch-Partenkirchen, Alemania, febrero de 1936. — US Holocaust Memorial Museum INTRODUCCIÓN Durante dos semanas en agosto de 1936, la dictadura nazi de Adolf Hitler camufló su carácter racista y militarista mientras era anfitrión de las Olimpíadas de Verano. Dejando de lado su agendaantisemita y los planes de expansión territorial, el régimen explotó las Olimpíadas para impresionar a miles de espectadores y periodistas extranjeros presentando la imagen de una Alemania pacífica y tolerante. Tras rechazar una propuesta de boicot contra las Olimpíadas de 1936, los Estados Unidos y otras democracias occidentales perdieron la oportunidad de adoptar una postura que -según manifestaron algunos observadores del momento -- podría haber limitado el poderío de Hitler y respaldado la resistencia internacional a la tiranía nazi. Al concluir los Juegos Olímpicos, se aceleraron las políticas expansionistas de Alemania y la persecución de los judíos y otros “enemigos del estado”, lo que culminó en la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE VERANO DE 1936 En 1931, el Comité Olímpico Internacional escogió a Berlín como sede de las Olimpíadas de Verano de 1936. Esto significó el regreso de Alemania a la comunidad internacional tras su aislamiento después de la derrota de la Primera Guerra Mundial. Dos años después, Adolf Hitler, líder del partido nazi, asumió el cargo de canciller de Alemania y rápidamente transformó la frágil democracia del país en una dictadura unipartidista que persiguió a judíos, romaníes (gitanos), todos los oponentes políticos y otros. La pretensión nazi de controlar todos los aspectos de la vida alemana también abarcó los deportes. Las imágenes del deporte alemán de la década de 1930 sirvieron para promover el mito de la superioridad y el poderío físico de la raza “aria”. En esculturas y otras formas de expresión, los artistas alemanes idealizaron el tono muscular firme y la fortaleza heroica de los atletas además de acentuar ostensiblemente las facciones arias. Dichas imágenes también reflejaban la
importancia que el régimen nazi confería a la aptitud física, un requisito esencial para el servicio militar. En abril de 1933, se instituyó una política de “Sólo arios” en todas las organizaciones deportivas alemanas. Los atletas “no arios” -- judíos o medio judíos y romaníes (gitanos) -- eran sistemáticamente excluidos de las instalaciones y asociaciones deportivas alemanas. La Asociación de Box Alemana expulsó al campeón aficionado Erich Seelig en abril de 1933 por su condición de judío. (Seelig posteriormente retomó su carrera boxística en los Estados Unidos). Otro atleta judío, Daniel Prenn -- el tenista alemán mejor clasificado -- fue expulsado del equipo de la Copa Davis de Alemania. Gretel Bergmann, una atleta de salto en alto de primer nivel, fue expulsada de su club alemán en 1933 y del equipo olímpico alemán en 1936.
Los atletas judíos expulsados de los clubes deportivos alemanes acudieron en gran número a diferentes asociaciones judías, incluidos los grupos Macabeos y El Escudo, y a improvisadas instituciones segregadas. Pero estas instalaciones deportivas judías no estaban a la altura de los grupos alemanes bien financiados. Los romaníes (gitanos), incluido el boxeador sinti Johann Rukelie Trollmann, también fueron excluidos de los deportes alemanes.
Como un gesto simbólico para aplacar la opinión internacional, las autoridades alemanas permitieron que la esgrimista alemana de origen judío Helene Mayer representara a Alemania en los Juegos Olímpicos de Berlín. Se alzó con la medalla de plata en esgrima individual femenino y, como todos los demás medallistas alemanes, realizó el saludo nazi en el podio. Después de las Olimpíadas, Mayer regresó a los Estados Unidos. Ningún otro atleta judío compitió para Alemania. Sin embargo, nueve atletas judíos ganaron medallas en las Olimpíadas nazis, incluida Mayer y cinco húngaros. Siete atletas masculinos judíos de los Estados Unidos fueron a Berlín. Al igual que algunos competidores judíos europeos en las Olimpíadas, muchos de estos jóvenes hombres fueron presionados por las organizaciones judías para boicotear los Juegos Olímpicos. Como en ese momento la mayoría no conocía a fondo la magnitud ni el propósito de la persecución nazi de los judíos y otros grupos, estos atletas decidieron competir.
En agosto de 1936, el régimen nazi intentó camuflar sus violentas políticas racistas mientras auspiciaba las Olimpíadas de Verano. Se retiraron temporalmente la mayoría de los letreros antisemitas y los periódicos moderaron su dura retórica. De esta manera,
el régimen aprovechó los Juegos Olímpicos para presentar a los espectadores y periodistas extranjeros una falsa imagen de una Alemania pacífica y tolerante.
En los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Suecia, Checoslovaquia y los Países Bajos surgieron movimientos para boicotear las Olimpíadas de Berlín de 1936. El debate sobre la participación en las Olimpíadas de 1936 tuvo mayor intensidad en los Estados Unidos, que tradicionalmente enviaba una de las delegaciones más numerosas a los Juegos Olímpicos. Algunos de los que proponían el boicot apoyaban una contra Olimpíada. Una de las más importantes fue la “Olimpíada Popular” planeada para el verano de 1936 en Barcelona, España. Fue cancelada después del estallido de la Guerra Civil Española en julio de 1936, justo cuando habían comenzado a llegar miles de atletas.
Atletas judíos individuales de numerosos países también decidieron boicotear las Olimpíadas de Berlín. En los Estados Unidos, algunos atletas judíos y organizaciones judías como el Congreso Judío Estadounidense y el Comité Laboral Judío apoyaron un boicot. Sin embargo, una vez que la Unión de Atletas Aficionados de los Estados Unidos votó por la participación en diciembre de 1935, otros países acataron la resolución y el movimiento a favor del boicot fracasó.
Los nazis realizaron preparativos elaborados para las Olimpíadas de Verano del 1 al 16 de agosto. Se construyó un enorme complejo deportivo y banderas olímpicas y esvásticas adornaban los monumentos y las casas de una festiva y concurrida Berlín. La mayoría de los turistas ignoraba que el régimen nazi había retirado temporalmente los letreros antisemitas, ni sabían de una redada policial de romaníes en Berlín ordenada por el Ministro del Interior alemán. El 16 de julio de 1936, unos 800 romaníes que vivían en Berlín y sus alrededores fueron arrestados y recluidos bajo guardia policial en un campo especial en el suburbio berlinés de Marzahn. Las autoridades nazis también ordenaron que los visitantes extranjeros no debieran estar sujetos a las penas judiciales de las leyes alemanas contra la homosexualidad.
El 1 de agosto de 1936, Hitler inauguró las 11° edición de las Olimpíadas. Las fanfarrias dirigidas por el famoso compositor Richard Strauss anunciaron la llegada del dictador a la multitud en su gran mayoría alemana. Cientos de atletas en uniformes de gala de debut marcharon hacia el estadio, equipo por equipo, en orden alfabético. Dando inicio a un nuevo ritual olímpico, un corredor solitario llegó portando una antorcha que, de
relevo en relevo, inició su recorrido en la sede de las antiguas Olimpíadas de Olimpia, en Grecia.
Cuarenta y nueve delegaciones de atletas de todo el mundo compitieron en las Olimpíadas de Berlín, más que en cualquier otra Olimpíada. Alemania presentó la delegación más numerosa con 348 atletas. La delegación estadounidense fue la segunda más numerosa, con 312 miembros, incluidos afroamericanos. El Presidente del Comité Olímpico Estadounidense Avery Brundage dirigió la delegación. La Unión Soviética no participó en los Juegos Olímpicos de Berlín.
Alemania promovía hábilmente las Olimpíadas mediante coloridos pósteres y anuncios a doble página. Las imágenes de los atletas relacionaban a la Alemania nazi con la antigua Grecia, simbolizando el mito racial nazi que sostenía que la superior civilización germana era la legítima heredera de una cultura “aria” de la antigüedad clásica. Esta visión de la antigüedad clásica enfatizaba las características raciales “arias” ideales: personas rubias de ojos azules, de aspecto heroico y facciones delicadas.
Los esfuerzos propagandísticos concertados se extendieron mucho más allá de las Olimpíadas con el lanzamiento mundial, en 1938, de “Olympia”, el controvertido documental sobre las Olimpíadas dirigido por la cineasta alemana y seguidora nazi Leni Riefenstahl. El régimen nazi la escogió para realizar esta película sobre las Olimpíadas de Verano de 1936. Alemania salió victoriosa de la 11º edición de las Olimpíadas. Sus atletas se adueñaron de la mayoría de las medallas, y la hospitalidad y capacidad organizativa alemanas se llevaron todos los elogios de los visitantes. La mayoría de las fuentes de información se hicieron eco de un artículo publicado por el New York Times que señalaba que las Olimpíadas habían devuelto a Alemania a "la comunidad mundial" y le habían restituido su "humanidad". Otros tenían la esperanza de que este pacífico intervalo perdurara. Sólo unos pocos periodistas, entre ellos William Shirer, pensaban que el brillo alemán era una mera fachada que ocultaba un régimen racista y opresivamente violento. Mientras se presentaban los informes posolímpicos, Hitler proseguía su paso con grandes planes de expansión para Alemania. Se reanudó la persecución de los judíos. Dos días después de finalizadas las Olimpíadas, el capitán Wolfgang Fürstner, director de la Villa Olímpica, se suicidó luego de que fuera dado de baja del servicio militar debido a su ascendencia judía.
Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939. A tan sólo tres años de las Olimpíadas, el "hospitalario" y "pacífico" anfitrión de los Juegos Olímpicos desató la Segunda Guerra Mundial, un conflicto que causó una destrucción incalculable. Al concluir los Juegos Olímpicos, se aceleraron las políticas expansionistas de Alemania y la persecución de los judíos y otros “enemigos del estado”, lo que culminó en el Holocausto. LAS OLIMPÍADAS NAZIS, BERLÍN 1936: INAUGURACIÓN DEL RELEVO DE LA ANTORCHA OLÍMPICA
El 1 de agosto de 1926, Hitler inauguró en Berlín, Alemania, los XI Juegos Olímpicos de verano. Dando inicio a un nuevo ritual olímpico, un corredor solitario llegó portando una antorcha que, de relevo en relevo, inició su recorrido en la sede de los antiguos Juegos Olímpicos, Olimpia, en Grecia. Esta fotografía muestra al último de los portadores de la antorcha olímpica llegando a Berlín para encender la Llama Olímpica, para así dar inicio a los XI Juegos Olímpicos de verano. Berlín, Alemania, 1 de agosto de 1936. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. El 13 de mayo de 1931, el Comité Olímpico Internacional, liderado por el Conde Henri Baillet-Latour de Bélgica, escogió a Berlín como sede de las Olimpíadas de Verano de 1936. Esto significó el regreso de Alemania a la comunidad internacional tras su derrota en la Primera Guerra Mundial. Dos años después, Adolf Hitler, líder del partido nazi, asumió el cargo de Canciller de Alemania y transformó rápidamente la frágil democracia alemana en una dictadura unipartidista. La policía arrestó a miles de detractores políticos y los encarceló en campos de concentración sin juicio mediante. Asimismo, el régimen nazi puso en práctica políticas raciales que apuntaban a "purificar" y fortalecer al pueblo "ario" germano. Tras la puesta en marcha de una implacable campaña, Alemania comenzó a excluir a medio millón de judíos de todos los aspectos de la vida germana.
Durante dos semanas en agosto de 1936, la dictadura nazi de Adolf Hitler camufló su carácter racista y militarista mientras era anfitrión de las Olimpíadas de Verano. Dejando de lado su agenda antisemita y los planes de expansión territorial, el régimen explotó las Olimpíadas para impresionar a miles de espectadores y periodistas extranjeros presentando la imagen de una Alemania pacífica y tolerante. Alemania promovía hábilmente las Olimpíadas mediante coloridos pósteres y anuncios a doble página. Las imágenes de los atletas relacionaban a la Alemania nazi con la antigua
Grecia. Dichas representaciones simbolizaban el mito racial nazi que sostenía que la superior civilización germana era la legítima heredera de una cultura "aria" de la antigüedad clásica. Los esfuerzos propagandísticos concertados se extendieron mucho más allá de las Olimpíadas con el lanzamiento internacional, en 1938, de “Olympia”, el controvertido documental sobre las Olimpíadas realizado por la cineasta Leni Riefenstahl.
El 1 de agosto de 1936 Hitler inauguró los Juegos de la 11° edición de las Olimpíadas. Las fanfarrias dirigidas por el famoso compositor Richard Strauss anunciaron la llegada del dictador a la multitud en su gran mayoría alemana. Cientos de atletas en uniformes de gala de debut marcharon hacia el estadio, equipo por equipo, en orden alfabético. Dando inicio a un nuevo ritual olímpico, un corredor solitario llegó portando una antorcha que, de relevo en relevo, inició su recorrido en la sede de las antiguas Olimpíadas de Olimpia, en Grecia.
Las Olimpíadas de 1936 fueron las primeras en realizar el recorrido de la antorcha. Cada uno de los 3.422 corredores encargados de portar la antorcha corrió un kilómetro (0,6 millas) a lo largo del recorrido de relevos desde la sede de las antiguas Olimpíadas en Olimpia, Grecia, hasta Berlín. El ex-atleta olímpico alemán Carl Diem modeló el relevo de acuerdo con el que se había corrido en Atenas en 80 A.C. Se adecuaba perfectamente a los propagandistas nazis, que usaban desfiles y marchas con antorchas encendidas para atraer a los alemanes, especialmente a los jóvenes, al movimiento nazi. La antorcha fue realizada en 1936 por Krupp, una compañía alemana reconocida por su producción de acero y armamentos.
OPERACIONES DE GASEO
El castillo de Hartheim, un centro de matanza de eutanasia donde personas con incapacidades físicas y mentales fueron asesinadas por gaseamiento y inyección letal. Hartheim, Austria, fecha incierta. Los nazis comenzaron a experimentar con gas venenoso para realizar masacres a finales de 1939, con la matanza de los enfermos mentales ("eutanasia"). Se utilizaba el eufemismo nazi "eutanasia" para referirse a la matanza sistemática de aquellos alemanes que los nazis consideraban "indignos de vivir" debido a que padecían alguna
enfermedad mental o impedimentos físicos. Como parte del programa del eutanasia se crearon seis instalaciones de gaseo: Bernburg, Brandenburg, Grafeneck, Hadamar, Hartheim y Sonnenstein. Estos centros de matanza utilizaban gas de monóxido de carbono puro fabricado químicamente. Después de la invasión alemana de la Unión Soviética en junio de 1941 y de los fusilamientos masivos de civiles por parte de los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza), los nazis experimentaron con los furgones de gas para realizar masacres. Los furgones de gas eran camiones herméticamente sellados con el tubo de escape del motor dirigido hacia el compartimiento interior. El uso de los furgones de gas comenzó después de que los miembros de los Einsatzgruppe se quejaran de la fatiga de batalla y de la angustia mental causadas por el fusilamiento de una gran cantidad de mujeres y niños. El gaseo también resultó ser menos costoso. Los Einsatzgruppen gasearon a cientos de miles de personas, principalmente judíos, romaníes (gitanos) y enfermos mentales. En 1941, la SS llegó a la conclusión de que la deportación de judíos a los campos de exterminio (para ser gaseados) era la manera más eficiente de alcanzar la "solución final". Ese mismo año, los nazis abrieron el campo de Chelmno en Polonia. Allí se mató a romaníes y a judíos del área Lodz(Polonia) en furgones de gas móviles. En 1942, las masacres sistemáticas en cámaras de gas estáticas (con gas de monóxido de carbono generado por motores diesel) comenzaron en Belzec, Sobibor y Treblinka, todos en Polonia. Mientras las víctimas se "descargaban" de los vagones para ganado se les decía que debían desinfectarse en las "duchas". Los guardias nazis y ucranianos a veces gritaban y golpeaban a las víctimas, a las que se ordenaba que entraran en las "duchas" con los brazos levantados para que así en la cámara de gas cupiera la mayor cantidad de gente posible. Cuanto más se llenaban las cámaras de gas, más rápido se asfixiaban las víctimas. Los nazis buscaban constantemente formas de exterminio más eficientes. En septiembre de 1941, en el campo de Auschwitz en Polonia se realizaron experimentos con Zyklon B (usado previamente para la fumigación) en los que se gaseó a unos 600prisioneros de guerra soviéticos y a 250 prisioneros enfermos. Los gránulos de Zyklon B se convertían en un gas mortal al entrar en contacto con el aire. Se demostró que era el método de gaseo más rápido y se seleccionó como medio para realizar masacres en Auschwitz. En el momento álgido de las deportaciones, se gaseaba a más de 12.000 judíos cada día en Auschwitz. Los campos de concentración como Stutthof, Mauthausen, Sachsenhausen y Ravensbrueck, aunque no estaban diseñados específicamente como campos de exterminio, también contaban con cámaras de gas. Las cámaras de gas eran relativamente pequeñas, construidas para matar a aquellos prisioneros que los nazis
consideraran "no aptos" para trabajar. La mayoría de estos campos utilizaba Zyklon B como agente exterminador en sus cámaras de gas.
PACTO ALEMÁN-SOVIÉTICO
El ministro nazi de Relaciones Exteriores, Joachim von Ribbentrop (izquierda), el líder soviético Joseph Stalin (centro) y el ministro soviético de Relaciones Exteriores, Viacheslav Molotov (derecha), en la firma del pacto de no agresión entre Alemania y la Unión Soviética. Moscú, Unión Soviética, agosto de 1939. — Wide World Photo El pacto alemán-soviético, también conocido como pacto Ribbentrop-Molotov por los dos ministros extranjeros que negociaron el acuerdo, tenía dos partes. El acuerdo económico, firmado el 19 de agosto de 1939, estipulaba que Alemania entregaría productos manufacturados a cambio de materia prima soviética. La Alemania nazi y la Unión Soviética también firmaron un pacto de no agresión durante diez años el 23 de agosto de 1939, en el que cada uno de los firmantes prometió no atacar al otro.
El pacto alemán-soviético permitió que Alemania atacara Polonia el 1 de septiembre de 1939 sin temor a la intervención soviética. El 3 de septiembre de 1939, Gran Bretaña y Francia, que habían garantizado cinco meses antes la protección de las fronteras de Polonia, declararon la guerra a Alemania. Estos sucesos marcaron el comienzo de laSegunda Guerra Mundial. El pacto de no agresión del 23 de agosto contenía un protocolo secreto que establecía la división de Polonia y el resto de Europa oriental en esferas de interés soviético y alemán. De conformidad con este plan, el ejército soviético ocupó y anexó Polonia oriental en el otoño de 1939. El 20 de noviembre de 1939, la Unión Soviética atacó Finlandia, lo cual precipitó una guerra de invierno de cuatro meses, después de la cual la Unión Soviética anexó zonas fronterizas de territorio finlandés, especialmente cerca de Leningrado. Con la indulgencia alemana, la Unión Soviética también aseguró su esfera de interés en Europa oriental en el verano de 1940. Los soviéticos ocuparon e incorporaron los estados bálticos y tomaron las provincias rumanas de Bukovina del norte y Bessarabia.
Después de que los alemanes derrotaron a Francia en junio de 1940, los diplomáticos alemanes trabajaron para asegurar los vínculos de Alemania en el sudeste de Europa. En noviembre de 1940, Hungría, Rumania y Eslovaquia se unieron a la alianza del Eje.
Durante la primavera de 1941, Hitler inició planes con sus aliados de Europa oriental para invadir la Unión Soviética. Hitler siempre había considerado que el pacto alemán-soviético de no agresión era una maniobra táctica y temporal. El 18 de diciembre de 1940, firmó la Directiva 21 (llamada en código “Operación Barbarroja”), la primera orden operativa para la invasión de la Unión Soviética. Desde el principio de la planificación operativa, el ejército y las autoridades policiales alemanas intentaron luchar una guerra de aniquilación contra el estado comunista y los judíos de la Unión Soviética, a quienes definían como la “base racial” para el estado soviético.
Las fuerzas alemanas invadieron la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, antes de que se cumplieran dos años de la firma del pacto alemán-soviético. LOS PAÍSES BAJOS
Las fuerzas alemanas durante el ataque militar en Rotterdam durante la campaña occidental. Rotterdam, Países Bajos, mayo de 1940. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Después de la invasión alemana de los Países Bajos en mayo de 1940, se instaló una administración civil bajo los auspicios de las SS. Arthur Seyss-Inquart fue nombrado comisario político del Reich. Presidió una administración alemana que incluía a muchos nazis austriacos. Ellos, por su parte, debían supervisar la función pública holandesa. Este acuerdo sería funesto para los judíos de los Países Bajos.
Durante 1940, las autoridades de la ocupación alemana prohibieron que los judíos participaran en la función pública y les exigieron que declararan los bienes de sus empresas. En enero de 1941, las autoridades alemanas exigieron que todos los judíos se registraran como tales. Se registraron un total de 159.806 personas, incluidas 19.561 personas nacidas de matrimonios mixtos. El total incluía a unos 25.000 refugiados judíos del Reich alemán. En febrero de 1941 se estableció un consejo judío.
El arresto de varios cientos de judíos jóvenes (enviados a los campos de concentración de Buchenwald yMauthausen) desencadenó una huelga general de los trabajadores holandeses el 25 de febrero de 1941 y un endurecimiento de la policía nazi. Las autoridades alemanas y sus colaboradores holandeses segregaron a los judíos de la población general holandesa y encarcelaron a 15.000 judíos en los campos de trabajos
forzados administrados por los alemanes. Luego ordenaron la concentración de judíos enÁmsterdam y enviaron a los judíos extranjeros y sin patria al campo de tránsito de Westerbork en la parte nordeste del país. Algunos de los judíos de las provincias que quedaban fueron enviados al campo de Vught. A partir del 29 de abril de 1942, se exigió a los judíos que usaran una estrella de David amarilla en su ropa. Las deportaciones de judíos de los Países Bajos comenzaron en el verano de 1942. El último tren salió desde Westerbork hacia Auschwitz el 3 de septiembre de 1944. Durante estos dos años, los alemanes y sus colaboradores holandeses deportaron a 107.000 judíos, la mayoría a Auschwitz y Sobibor, donde los asesinaron. Solo 5.200 sobrevivieron. Además, entre 25.000 y 30.000 judíos se ocultaron, con la ayuda de los movimientos clandestinos holandeses. Las dos terceras partes de los judíos holandeses que se ocultaron lograron sobrevivir. La geografía de los Países Bajos hacía que resultara difícil escapar. La despiadada eficiencia de la administración alemana y la colaboración voluntaria de los administradores y los policías holandeses condenaron a los judíos de los Países Bajos. Menos del 25 por ciento de los judíos holandeses sobrevivieron al Holocausto. PARÍS
Vista de la calle Rosiers en el barrio judío de París, antes de la Segunda Guerra Mundial. París, Francia, fecha incierta. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Cuando los alemanes invadieron Francia en mayo de 1940, unos 175.000 judíos vivían o habían hallado refugio en París. Muchos al principio se fueron de la ciudad, pero regresaron después de que se firmara el armisticio en junio y de que París se convirtiera en sede de la administración militar alemana. La mayoría de los judíos parisinos vivían en los distritos 4, 11, 18 y 20. A fines de septiembre de 1940, los alemanes realizaron un censo que registró 150.000 judíos en París, entre ellos 64.000 extranjeros.
La persecución de los judíos de París comenzó en octubre de 1940, cuando los nazis bombardearon siete sinagogas de la ciudad. El oficial de la Policía de Seguridad Alemana Theodor Dannecker, “experto en judíos” de las SS, ordenó la centralización de las organizaciones judías, la “arianización” o transferencia de las empresas judías a propietarios no judíos, y varias otras medidas antisemitas. Durante 1940-1941, los alemanes arrestaron a 10.000 judíos en París. Una cantidad similar huyó de la ciudad a la zona no ocupada del sur. En 1942, los alemanes comenzaron deportaciones sistemáticas de judíos extranjeros y sin patria de París a los campos de tránsito
deDrancy, Beaune-la-Rolande y Pithiviers. La policía francesa ayudó en los arrestos para esas deportaciones. Desde estos lugares, las autoridades alemanas deportaron a los judíos a campos de exterminio. En junio de 1942, se ordenó a los judíos de París que usaran distintivos con una estrella de David amarilla para poder identificarlos fácilmente. A mediados de julio, la policía francesa concentró a 13.000 judíos en el estadio deportivo Velódromo de Invierno en la parte central del sur de París. Después de haber estado durante varios días sin comida ni agua, estos judíos fueron deportados por Drancy a Auschwitz-Birkenau. Aunque miles de judíos lograron ocultarse, cerca de 30.000 fueron deportados desde París durante 1942. A mediados de 1943, quedaban 60.000 judíos en la ciudad. Los alemanes comenzaron a deportar residentes judíos de orfanatos, hogares de ancianos y hospitales. A principios de 1944, los alemanes también comenzaron a deportar a ciudadanos judíos de Francia. Miles de judíos se ocultaron en París o huyeron para ocultarse en otros lugares en las provincias francesas. Otros miles huyeron a los países neutrales España, Portugal o Suiza. Al menos 3.000 judíos turcos, húngaros e italianos fueron repatriados. Muchos judíos se unieron a la resistencia francesa. Varias organizaciones clandestinas y semiclandestinas ayudaron a los judíos parisinos. Entre ellas se encontraban la “Solidarité” comunista, la “Amelot” bundista, la Sociedad de Ayuda para los Niños (Oeuvre de Secours des Enfants, OSE), y varios grupos sionistas clandestinos. Las fuerzas aliadas liberaron a París el 25 de agosto de 1944. Al menos 50.000 judíos parisinos, la mayoría de ellos nacidos en el extranjero, habían sido deportados y asesinados. LOS PARTISANOS BIELSKI HISTORIA El grupo partisano Bielski, que operó en Bielorrusia occidental entre 1942 y 1944, fue uno de los esfuerzos más significativos de laresistencia judía contra la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Si bien los miembros de este grupo peleaban contra los alemanes y sus colaboradores, sus líderes priorizaban el brindar refugio seguro a los judíos, especialmente mujeres, niños y ancianos que lograban huir hacia los bosques. Bajo la protección del grupo Bielski, más de 1.200 judíos sobrevivieron a la guerra. Fue uno de los esfuerzos de rescate más exitosos durante el Holocausto. Después de invadir la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, los alemanes ocuparon Bielorrusia occidental (antes de 1939, ese territorio había sido parte de Polonia; después de la invasión alemana a Polonia en 1939, fue anexionada a la Unión Soviética
por un acuerdo anterior con Alemania). Allí las autoridades alemanas asesinaron a decenas de miles de judíos en el distrito de Nowogrodek (Novogrudok), incluidas las ciudades de Lida y Nowogrodek, entre julio de 1941 y el final de la primavera de 1942, y a quienes no habían matado los confinaron a los guetos en todo el distrito. Cuando las SS alemanas y las unidades policiales liquidaron estos guetos en 1942–1943, mataron a la mayoría de los que aun los habitaban. Después de que los alemanes asesinaran a sus padres y a dos hermanos en el gueto de Nowogrodek en diciembre de 1941, tres hermanos sobrevivientes de la familia Bielski— Tuvia (1906–1987), Asael (1908–1945) y Zus (1910–1995)—fundaron un grupo partisano. Al principio, los hermanos Bielski solo intentaban salvar sus propias vidas y las vidas de sus familiares. Huyeron a los bosques cercanos de Zabielovo y Perelaz, donde formaron el núcleo de un destacamento partisano que, al principio, reunía unos 30 familiares y amigos.
Los miembros de la familia escogieron a Tuvia Bielski, un antiguo activista sionista, veterano del ejército polaco y líder carismático, para que comandara el grupo. Su hermano Asael se convirtió en su segundo al mando, mientras que Zus quedó a cargo del reconocimiento. Un cuarto hermano, mucho más joven que ellos, Aharon (1927- ), también formaba parte del grupo.
La familia Bielski se había dedicado a la agricultura en el poblado cercano de Stankiewicze, por eso los hermanos conocían bien la región. Estar familiarizados con su geografía, costumbres y habitantes los ayudó a eludir a las autoridades alemanas y a sus colaboradores bielorrusos. Con la ayuda de amigos bielorrusos no judíos, pudieron adquirir armas. Más tarde los partisanos Bielski agregaron a su arsenal armas capturadas a los alemanes, armas soviéticas y equipos suministrados por partisanos soviéticos.
Tuvia Bielski hizo de salvar las vidas de sus camaradas judíos su principal misión. Los Bielski animaron a judíos de los guetos cercanos de Lida, Nowogrodek, Minsk, Iwie, Mir, Baranowicze, entre otros, a escapar y a unirse a ellos en el bosque. Frecuentemente enviaban guías a los guetos para que escoltaran a las personas al bosque. A fines de 1942, una misión especial salvó a más de cien judíos del gueto de Iwie precisamente cuando los alemanes planeaban liquidarlo. Los exploradores de Bielski constantemente buscaban en los caminos a fugitivos judíos necesitados de protección.
Muchos judíos ocultos en los bosques en pequeños grupos familiares se unieron al grupo Bielski; los partisanos judíos que servían en organizaciones partisanas soviéticas también se sumaron a los Bielski en un intento por escapar del antisemitismo de sus unidades. El flujo de sobrevivientes judíos engrosó el grupo Bielski en más de 300 personas hacia fines del año 1942.
Hasta el verano de 1943, el grupo llevó una vida nómade en el bosque. Sin embargo, en agosto de 1943, los alemanes comenzaron una cacería humana masiva dirigida contra los partisanos rusos, polacos y judíos de la región. Desplegaron más de 20.000 militares y oficiales de las SS y la policía. Más aun, ofrecieron una recompensa de 100.000 reichmarks a cambio de información que los llevara a la captura de Tuvia Bielski. El grupo Bielski, que ya contaba con unos 700 judíos, era especialmente vulnerable a ser descubierto por las patrullas alemanas. En parte temían que los paisanos locales que les proveían de alimentos los traicionaran. Como resultado, el grupo se trasladó, en diciembre de 1943, a lo que se convertiría en su base permanente en el bosque Naliboki, una región pantanosa y de difícil acceso en la orilla derecha del río Niemen, al este de Lida y al noreste de Nowogrodek.
Fue en este entorno primitivo y poco prometedor que el grupo Bielski formó una comunidad. A pesar de encontrar cierta oposición dentro del grupo, Tuvia Bielski nunca cejó en su determinación de aceptar y proteger a todos los refugiados judíos, sea cual fuere su edad o su sexo. Los Bielski jamás rechazaron a nadie y permitieron la creación de un “campamento” familiar móvil—en efecto, una comunidad judía en el bosque. El grupo organizó en talleres a los refugiados judíos que eran trabajadores calificados. Emplearon al menos a 200 personas, incluidos zapateros, sastres, carpinteros, guarnicioneros y herreros.
Además, el grupo puso en marcha un molino, una panadería y una lavandería. Los líderes organizaron una primitiva enfermería, una escuela para los niños, una sinagoga e incluso un tribunal con cárcel. Los grupos de trabajo proveían de alimentos al campamento y desmalezaban el terreno donde podían para cultivar trigo y cebada.
COOPERACIÓN CON OTROS GRUPOS PARTISANOS El bosque Naliboki estaba bajo la administración de partisanos soviéticos, donde fuera que los alemanes no estuvieran. Si bien el grupo Bielski no tenía orientación ideológica, Tuvia Bielski y los demás líderes cooperaban con los partisanos soviéticos: el mismo
Bielski entabló una relación de amistad con el comandante regional de los partisanos soviéticos, el general Vasily Yefimovich Chernyshev (cuyo nombre en código era “Platon”). A pesar del predominio de opiniones antisemitas en varios destacamentos partisanos soviéticos, el general “Platon” protegió al grupo Bielski. Reconocía la función vital del campamento como base de mantenimiento para los partisanos soviéticos. En 1944, los líderes del campamento recibieron armas de cuarteles partisanos soviéticos. Bielski rechazó los pedidos soviéticos de proporcionar una unidad de operaciones de entre los casi 150 hombres de su grupo que estaban involucrados en operaciones armadas. No deseaba abandonar a los hombres casados, a las mujeres y a los niños, porque sabía que no sobrevivirían sin la protección de los hombres armados del grupo. En 1943, esta preocupación lo impulsó a adentrarse junto con todo el grupo en las regiones más inaccesibles del bosque. Posteriormente, aunque de hecho el grupo permaneció unido y bajo el mando de Tuvia Bielski, formalmente se dividió en los destacamentos “Kalinin” y “Ordzhonikidze” de la Brigada Kirov de partisanos soviéticos.
Al mismo tiempo que salvaba vidas y protegía a los no combatientes del campamento, el grupo Bielski llevó a cabo varias misiones operativas. Atacó a los oficiales de la policía auxiliar bielorrusa, así como a los granjeros locales sospechosos de asesinar judíos. El grupo averió trenes alemanes, hizo estallar vías ferroviarias, destruyó puentes y facilitó escapes de los guetos judíos. Los combatientes Bielski a menudo se reunían con partisanos soviéticos en operaciones contra defensas e instalaciones alemanas; mataron a muchos alemanes y a sus colaboradores bielorrusos.
LIBERACIÓN El 22 de junio de 1944, tropas soviéticas iniciaron una ofensiva masiva en Bielorrusia oriental. En seis semanas, el ejército soviético había destruido el Centro del Grupo del Ejército Alemán y avanzaba en dirección al oeste hacia el río Vístula en Polonia, liberando a toda Bielorrusia. Al momento de la liberación, el grupo Bielski estaba compuesto por 1.230 personas. Más del 70 por ciento eran mujeres, ancianos y niños que, de otro modo, habrían perecido bajo la ocupación alemana. Se calcula que unos 50 miembros del grupo Bielski fueron asesinados, una tasa de muertes inusualmente baja en comparación no solo con otros destacamentos partisanos sino también con otros grupos judíos de la región. En 1945, después de la Segunda Guerra Mundial, Tuvia y Zus Bielski emigraron con sus familias a Palestina. Lucharon en las fuerzas armadas israelíes durante la guerra de 1948 que instauró el estado israelí. Más tarde inmigraron a los Estados Unidos. Asael
fue reclutado en el ejército soviético. Murió en el frente en Prusia oriental, en febrero de 1945. LA PERSECUCIÓN DE LOS HOMOSEXUALES DEL TERCER REICH
Una pareja homosexual. Berlín, Alemania, hacia 1930. — Schwules Museum Mientras la homosexualidad de los hombres siguió siendo ilegal en la Alemania de Weimar bajo el Párrafo 175 del código penal, los activistas alemanes por los derechos de los homosexuales se hicieron líderes globales en los esfuerzos para reformar la condena social de la homosexualidad. Muchos en Alemania vieron la tolerancia de los homosexuales de la república de Weimar como un símbolo de la decadencia de Alemania. Los nazis posaban como cruzados morales que querían eliminar de Alemania el “vicio” de la homosexualidad para ayudar a ganar la lucha racial. Una vez que tomaron el poder in 1933, los nazis intensificaron la persecución de los hombres homosexuales alemanes. La persecución variaba desde la disolución de las organizaciones homosexuales al internamiento de homosexuales en campos de concentración.
Los nazis creían que los homosexuales eran hombres débiles y afeminados que no podían luchar por la nación alemana. Veían a los homosexuales como gente que probablemente no produciría hijos y no contribuiría a aumentar la tasa de natalidad alemana. Los nazis sostenían que las razas inferiores producían mas hijos que los “arios”, de modo que cualquier cosa que disminuyera el potencial reproductivo alemana era considerada un peligro para la raza.
El jefe de las SS Heinrich Himmler dirigió la persecución en aumento de los homosexuales en el Tercer Reich. Las lesbianas no se consideraban una amenaza a las políticas raciales de los nazis y en general no fueron objeto de persecución. Similarmente, los nazis en general no tenían como blanco los homosexuales no alemanes, salvo cuando eran activos con parejas alemanas. En la mayoría de los casos, los nazis estaban preparados a aceptar los ex homosexuales a la “comunidad racial” con la condición que se hicieran “racialmente concientes” y abandonara su estilo de vida.
El 6 de mayo de 1933, estudiantes dirigidos por las SA (Sturmabteilung) entraron en el Instituto para la Ciencia Sexual en Berlín y confiscaron la excepcional biblioteca.
Cuatro días después, la mayoría de esta colección de más de 12.000 libros y 35.000 imágenes irremplazables fué destrozada junto con miles de otras obras de literatura “degenerada” en la quemazón de libros en el centro de Berlín. Los materiales que quedaron nunca fueron recuperados. Magnus Hirschfeld, fundador del instituto y pionero en el estudio científico de las sexualidad humana, se encontraba dando una conferencia en Francia y decidió no volver a Alemania.
La destrucción del Instituto era el primer paso hacia la erradicación de una cultura abiertamente gay o lesbiana. La policía cerró bares y clubes como el “Eldorado” y prohibió la publicaciones como Die Freundschaft (la Amistad). En esta etapa inicial los nazis llevaron los homosexuales a la clandestinidad, destrozando sus redes de apoyo. En 1934, la Gestapo (la policía secreta estatal) instruyó a la policía local para que mantuviera listas de todos los hombres que tomaban parte en actividades homosexuales. La policía en muchas partes de Alemania ya había estado haciendo esto por varios años. Los nazis usaban estas “listas rosadas” para cazar homosexuales durante las acciones de policía. El 28 de junio de 1935, el Ministerio de Justicia modificó el Párrafo 175 del código penal. Las revisiones proveyeron una base legal para extender la persecución de los homosexuales. Los oficiales del ministerio ampliaron la categoría de las “actividades indecentes criminales entre hombres” al incluir cualquier acto que podría ser interpretado como homosexual. Los tribunales luego decidieron que bastaba hasta la intención o el pensamiento. El 26 de octubre de 1936, Himmler formó dentro de la Policía de Seguridad, la Oficina Central del Reich para Combatir el Aborto y la Homosexualidad. Josef Meisinger, ejecutado en 1947 por su brutalidad en la Polonia ocupada, dirigió esta nueva oficina. La policía tenía el poder de tener en custodia protectiva o arresto preventivo a los considerados peligrosos a la fibra moral de Alemania, y podía encarcelar indefinidamente -- sin juicio -- a quienes quisieran. Además, los homosexuales recientemente liberados eran inmediatamente arrestados de nuevo y enviados a campos de concentración si la policía pensaba que era probable que iban a continuar participando en actos homosexuales.
De 1937 a 1939, los años de la mayor persecución nazi a los homosexuales, la policía hacia redadas en sus lugares de reunión, confiscaban libretas de direcciones, y creaban redes de informantes y agentes clandestinos para identificar y arrestar a personas sospechadas como homosexuales. El 4 de abril de 1938, la Gestapo anunció una directiva indicando que los hombres condenados por homosexualidad podrían ser encarcelados en campos de concentración. Entre 1933 y 1945 la policía arrestó aproximadamente 100.000 hombres como homosexuales. La mayoría de los 50.000
condenados por los tribunales pasaron tiempo en prisiones regulares, y entre 5.000 y 15.000 fueron internados en campos de concentración.
Los nazis internaron a algunos homosexuales en campos de concentración inmediatamente después de haber tomado el poder en enero de 1933. Los internados venían de todas partes de la sociedad alemana, y a menudo tenían solamente la causa de su encarcelación en común. Algunos homosexuales estaban internados equivocadamente bajo otras categorías, y los nazis a propósito calificaban mal a algunos prisioneros políticos como homosexuales. Los prisioneros identificados por un triangulo rosado que significaba la homosexualidad fueron tratados muy mal en los campos. Según muchos relatos de los sobrevivientes, los homosexuales eran uno de los grupos más abusados en los campos.
Algunos nazis creían que la homosexualidad era una enfermedad que podía ser curada, y. diseñaron políticas para “curar” a los homosexuales de su “enfermedad” a través de la humillación y el trabajo duro. Los guardias se burlaban de los prisioneros homosexuales y los pegaban al llegar al campo, muchas veces separándolos de otros prisioneros. Rudolf Hoess, comandante de Auschwitz, escribió en sus memorias que los homosexuales estaban separados para prevenir la propagación de la homosexualidad a otros prisioneros y guardias. Personal a cargo de los destacamentos de trabajo en la fábrica de cohetes de Dora-Mittelbau o en las canteras de Flossenbürg y Buchenwald a menudo daban tareas mortales a los homosexuales.
La sobrevivencia en los campos tomó muchas formas. Algunos prisioneros homosexuales obtuvieron trabajos administrativos y de oficina. Para otros prisioneros, la sexualidad se hizo una forma de sobrevivir. A cambio de favores sexuales, algunos Kapos protegían a un prisionero elegido, usualmente de edad joven, dándole comida extra y protegiéndolo de los abusos de otros prisioneros. Los homosexuales mismos muy raramente se hacían Kapos debido a la falta de una red de apoyo. La protección de los Kapos no era protección contra la brutalidad de los guardias. En cualquier caso, el Kapo muchas veces se cansaba de un individuo, algunas veces matándolo y encontrando otro en el próximo transporte. Aunque prisioneros individuales podían asegurarse una medida de protección de alguna manera, como grupo los homosexuales carecían de la red de apoyo que tenían otros grupos. Sin esta ayuda para mitigar la brutalidad, era poco probable que los prisioneros homosexuales sobrevivieran mucho tiempo.
Una forma de sobrevivencia disponible para algunos homosexuales era la castración, que algunos oficiales de la justicia criminal apoyaban como una manera de “curar” la perversión sexual. Los acusados homosexuales en casos criminales o en campos de concentración podían consentir a la castración a cambio de sentencias menores. Más tarde, los jueces y los oficiales de los campos de las SS podían ordenar la castración de un prisionero homosexual sin su consentimiento.
Los nazis interesados en encontrar una “cura” para la homosexualidad ampliaron este programa para incluir la experimentación sobre prisioneros homosexuales de los campos de concentración. Estos experimentos causaban enfermedad, mutilación, y hasta muerte, y no tuvo como resultado ningún conocimiento científico.
No existen estadísticas conocidas sobre el número de homosexuales que murió en los campos. LA PERSECUCIÓN NAZI DE LOS PRISIONEROS DE GUERRA SOVIÉTICOS
Columna de prisioneros de guerra soviéticos del frente ucraniano. Kharkov, la Unión Soviética, 18 de junio de 1942. — La Documentation Francaise
El 22 de junio de 1941 Alemania invadió la Unión Soviética con tres millones de soldados alemanes, reforzados por tropas finlandesas, rumanas, húngaras, italianas, eslovacas, y croatas. En unas pocas semanas, las divisiones alemanas conquistaron las republicas de Latvia, Lituania, y Estonia. En septiembre los alemanes sitiaron Sebastopol y Leningrado, y hacia fines de octubre cayeron las ciudades de Minsk, Smolensk, Kiev, Odessa y Kharkov. Millones de soldados soviéticos fueron rodeados, aislados de provisiones y refuerzos, y forzados a capitular.
Para la Alemania nazi este ataque no era una operación militar cualquiera. La guerra contra la Unión Soviética era una guerra de aniquilación entre el fascismo alemán y el comunismo soviético; una guerra racial entre los “arios” alemanes y los “infrahumanos” judíos y eslavos. Desde el principio esta guerra de aniquilación contra la Unión Soviética preveía asesinar los prisioneros de guerra en gran escala. Las autoridades alemanas veían a los prisioneros soviéticos como una amenaza particular, y los consideraban no solamente infrahumanos eslavos sino también como parte del “peligro
comunista,” que estaba conectado, en la mente de los alemanes, a una conspiración judía.
El tratamiento brutal dado a los prisioneros de guerra soviéticos violaba todas las normas de la guerra. Según algunas fuentes, alrededor de 5,7 millones de soldados soviéticos cayeron en manos alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Según el comando del ejército alemán, en enero de 1945 sólo alrededor de 930.000 prisioneros de guerra soviéticos quedaban en manos alemanas. El ejército alemán utilizó alrededor de un millón de prisioneros de guerra soviéticos como auxiliares del ejército alemán y de las SS. Aproximadamente medio millón de prisioneros de guerra soviéticos habían escapado de la custodia alemana o habían sido liberados por el ejército soviético mientras éste avanzaba hacia Alemania por la Europa oriental. Al fin de la guerra, los restantes 3,3 millones, o aproximadamente 57 por ciento de los prisioneros, estaban muertos. Después de los judíos, los prisioneros de guerra soviéticos fueron el grupo más grande de victimas de la política racial nazi.
Este número de victimas no fué ni un accidente ni un resultado automático de la guerra. Fué la política premeditada del estado nazi. El tratamiento dado por los alemanes a los prisioneros de guerra soviéticos fué dramáticamente diferente del dado a los prisioneros de guerra de Gran Bretaña y los Estados Unidos, países que los nazis veían como racialmente iguales. De los 231.000 prisioneros británicos y estadounidenses encarcelados por los alemanes durante la guerra, solamente 8.300 -3,6 por ciento -- murieron en manos de los alemanes. PERSECUCIÓN NAZI: SIMON WIESENTHAL
“Cuando la historia mire al pasado, quiero que la gente sepa que los nazis, que mataron a millones de personas, no salieron impunes”. Simon Wiesenthal Simon Wiesenthal, sobreviviente del Holocausto, dedicó su vida a concientizar al público de la necesidad de perseguir y enjuiciar a los nazis que evadieron la justicia.
Después de su liberación, Wiesenthal trabajó para la Sección Crímenes de Guerra del Ejército de los Estados Unidos y en 1947 abrió el Centro de Documentación Histórica Judía en Austria. Durante décadas, Wiesenthal presionó a los gobiernos occidentales
para que localizaran y enjuiciaran a los criminales nazis que habían escapado, y también proporcionó pistas que en ocasiones condujeron a sus extradiciones. Wiesenthal ofreció pistas a los investigadores de crímenes de guerra para que encontraran a Adolf Eichmann, administrador de la “solución final”; Franz Stangl, comandante de los campos de exterminio Sobibor y Treblinka; y Karl Silberbauer, el agente de la Gestapo que dirigió el arresto de Ana Frank y su familia. Otra información brindada por Wiesenthal permitió descubrir que la ex guardia de un campo de concentración Hermine Braunsteiner Ryan vivía en Nueva York como una sencilla ama de casa. Braunsteiner Ryan fue la primera criminal nazi en ser extraditada desde los Estados Unidos.
La tenacidad de Wiesenthal y su inagotable pasión por rastrear a los perpetradores inspiraron a los sobrevivientes del Holocausto y de otros genocidios a creer que la justicia puede prevalecer y prevalecerá, incluso con el paso del tiempo. Wiesenthal murió en septiembre de 2005, luego de una vida de contundente activismo. LA POBLACIÓN JUDÍA DE EUROPA EN 1933
Retrato de una familia judía. Pinsk, Polonia, hacia 1922. En 1933, la población judía de Europa era alrededor de 9,5 millones. Este numero representaba más de 60 por ciento de la población judía del mundo a ese tiempo, calculada a 15,3 millones. La mayoría de los judíos en Europa antes de la guerra vivía en la Europa oriental. Las comunidades judías más grandes en esta área estaban en Polonia, con alrededor de 3.000.000 judíos; la parte europea de la Unión Soviética, con 2.525.000; Rumania con 980.000; y tres estados bálticos, con una población judía combinada de alrededor de 255.000 (95.000 en Latvia, 155.000 en Lituania, y 5.000 en Estonia).
En la Europa central antes de la guerra, la comunidad judía más grande estaba en Alemania, con alrededor de 525.000 miembros. Seguía Hungría con 445.000, Checoslovaquia con 357.000, y Austria con 250.000. En la Europa occidental las comunidades más grandes estaban en Gran Bretaña con 300.000 judíos; Francia con 220.000; y Holanda con 160.000. En la Europa meridional, Grecia tenía la población judía más grande con alrededor de 73.000 judíos. También había comunidades judías importantes en Yugoslavia (70.000), Italia (48.000) y Bulgaria (50.000).
Antes de que los nazis tomen poder en 1933, Europa tenía una cultura judía dinámica y sumamente desarrollada. En poco más de una década, la mayoría de Europa sería conquistada, ocupada o anexada por la Alemania nazi y la mayoría de los judíos europeos -- dos de cada tres -- sería muerta. LA POBLACIÓN JUDÍA DE EUROPA EN 1945 En el Holocausto murieron aproximadamente seis millones de judíos. Se destruyeron las comunidades judías de toda Europa. Muchos de los sobrevivientes decidieron abandonar Europa y comenzar una nueva vida en Israel o en los Estados Unidos. Los cambios de población que produjo el Holocausto y la emigración judía son asombrosos.
Según el American Jewish Yearbook, la población judía de Europa ascendía a unos 9,5 millones de judíos en 1933. En 1950, la población judía de Europa había descendido a 3,5 millones. En 1933, el 60% de todos los judíos vivían en Europa. En 1950, la mayoría de los judíos (51%) vivían en el continente americano (Norteamérica y Sudamérica), mientras que sólo un tercio de la población judía del mundo vivía en Europa. Las comunidades judías de Europa Oriental quedaron devastadas. En 1933, Polonia contaba con la mayor población judía de Europa, que ascendía a más de tres millones de personas. En 1950, la población judía de Polonia se había reducido a unos 45.000. La Unión Soviética contaba con la mayor población judía restante, que sumaba unos dos millones de judíos. La población judía de Rumania descendió de 980.000 judíos en 1933 a unos 280.000 en 1950. La mayoría de estas pérdidas demográficas se debieron al Holocausto, y el resto se debió a la emigración de Europa posterior a la guerra.
La población judía del centro de Europa también se vio diezmada. Alemania contaba con una población de 565.000 judíos en 1933, y en 1950 sólo quedaban 37.000. Hungría contaba con 445.000 judíos en 1933, y en 1950 sólo restaban 190.000. La población judía de Checoslovaquia se redujo de unos 357.000 judíos en 1933 a 17.000 en 1950, mientras que la de Austria se redujo de unos 250.000 a tan sólo 18.000 judíos.
En Europa Occidental, las comunidades judías más grandes se encontraban en Gran Bretaña, con aproximadamente 450.000 judíos (300.000 en 1933) y en Francia, con 235.000 integrantes (225.000 en 1933). En el sur de Europa, la población judía se redujo drásticamente: en Grecia, pasó de unos 100.000 judíos en 1933 a sólo 7.000 en 1950; en Yugoslavia descendió de unos 70.000 a 3.500; en Italia bajó de cerca de 48.000 a 35.000; y en Bulgaria pasó de 50.000 en 1933 a tan sólo 6.500 en 1950 (la reducción de la población judía de Bulgaria se debió a la emigración posterior a la
guerra). Por lo tanto, el centro demográfico de la comunidad judía europea se trasladó de Europa Oriental a Europa Occidental.
LOS POGROMS
Niños alemanes, atrás de un hombre de las SS, miran mientras incendien objetos religiosos de la sinagoga de Zeven durante Kristallnacht (la "noche de vidrios rotos"). Zeven, Alemania, el 10 de noviembre de 1938. — Leo Baeck Institute Pogrom es una palabra rusa que significa un ataque o disturbio. Las connotaciones históricas del término incluyen ataques violentos por las poblaciones locales contra judíos en el imperio ruso y por todo el mundo. En la época moderna, resentimiento económico y político contra los judíos, y el antisemitismo religioso tradicional, han sido usados como pretextos para los pogroms. En la Rusia zarista, la población cristiana llevó a cabo olas de progroms entre 1881 y 1917. Organizados localmente con el ánimo del gobierno y la policía, los agresores de los pogroms raptaron y asesinaron sus víctimas judías y saquearon su propiedad. Durante la guerra civil que siguió la revolución bolchevique de 1917, decenas de miles de judíos murieron en la violencia del pogrom en la región de la Ucrania y en la Polonia oriental (entre 1918 y 1920).
Después del ascenso al poder del partido nazi en Alemania en 1933, Adolf Hitler desanimó actos de violencia “desordenados”. Kristallnacht (la “noche de vidrios rotos”), la serie de disturbios que incluía el incendio de sinagogas por todo Alemania el 9 y 10 de noviembre de 1938, fue el primer acto de violencia masiva contra la comunidad judía alemana. Durante la Segunda Guerra Mundial, los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) sistemáticamente eliminaron comunidades judías en Polonia y la Unión Soviética. Los oficiales de la policía nazi incitaron a los ciudadanos de lanzar pogroms (con grados variados de espontaneidad) en pueblos como Bialystok, Kovno, Lvov, y Riga. En Iasi, Rumania, por lo menos 8.000 judíos fueron asesinados durante un pogrom de 1941, realizado con el apoyo de la dictadura militar fascista.
Los pogroms no terminaron con la Segunda Guerra Mundial. En Kielce, Polonia, un pogrom fue lanzado en 1946. Una muchedumbre de residentes locales atacó judíos después que rumores falsos se difundieron que los judíos estaban usando la sangre de niños cristianos para rituales. Cuarenta y dos judíos murieron y alrededor de cincuenta fueron heridos.
El pogrom de Kielce era una de los factores que resultó en una migración masiva de cientos de miles de judíos que habían sobrevivido el Holocausto. Conocido como la Brihah, este movimiento trajo a judíos de Polonia y otros países de la Europa oriental a los campos de refugiados en la Alemania, la Austria y la Italia ocupadas por los Aliados. LA POLICÍA ALEMANA EN EL ESTADO NAZI
La policía registra a un mensajero empleado por el periódico socialdemócrata VORWAERTS. Berlín, Alemania, 4 de marzo de 1933. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Cuando los nazis llegaron al poder en enero de 1933, muchos policías permanecieron escépticos con respecto al partido y sus intenciones. La agitación nazi, especialmente en los últimos años de la República de Weimar, había sido subversiva y la policía había investigado con vigor tanto a los nazis como a los comunistas. Sin embargo, Hitler se hacía pasar por un campeón del orden público y afirmaba que conservaría los valores alemanes tradicionales. La policía y muchos otros conservadores esperaban con ansias la ampliación del poder policial prometido por un Estado centralizado fuerte, acogieron el fin de las políticas faccionarias y aceptaron la finalización de la democracia.
De hecho, el Estado nazi alivió muchas de las frustraciones que la policía había vivido en la República de Weimar. Los nazis protegieron a la policía de la crítica pública al censurar a la prensa. Dieron fin a las luchas callejeras eliminando la amenaza comunista. Incluso, se aumentó el personal policial mediante la incorporación de organizaciones paramilitares nazis como oficiales de policía auxiliares. Los nazis centralizaron y financiaron por completo la policía para que combatiera mejor a las bandas de delincuentes y promoviera la seguridad estatal. El Estado nazi incrementó el personal y la capacitación y modernizó el equipamiento policial. Los nazis ofrecieron a la policía la más amplia libertad en cuanto a arrestos, encarcelación y trato de prisioneros. La policía pasó a tomar “acción preventiva”, es decir, a arrestar sin las pruebas necesarias para la condena en un tribunal y, verdaderamente, sin ninguna supervisión judicial.
Al principio, los policías conservadores estaban satisfechos con los resultados de su cooperación con el Estado nazi. Se redujo mucho la delincuencia y acabó la operación de las bandas de criminales. Se restauró el orden. Pero había un precio. El Estado nazi no era una restauración de la tradición imperial. En esencia, era completamente racista. Los nazis tomaron el control de las fuerzas de la policía tradicional de la República de Weimar y las transformaron en un instrumento de represión estatal y, finalmente, de genocidio.
El Estado nazi fusionó la policía con las SS y el Servicio de Seguridad (Sicherheitsdienst, SD), dos de las organizaciones nazis más radicales y comprometidas ideológicamente. Heinrich Himmler, jefe de las SS, también se convirtió en el jefe de todas las fuerzas de la policía alemana. Su compañero, Reinhard Heydrich, del SD, se convirtió, al mismo tiempo, en el jefe de la Policía de Seguridad, a cargo de proteger el régimen nazi. La ideología nazi se volvió parte de todas las actividades policiales. La policía era una figura central no solo para conservar el orden público sino también para combatir a los denominados enemigos raciales que designaba el Estado nazi. Fue en este contexto que la “acción policial preventiva" asumió unas consecuencias tan terribles. Las SS, el SD y la policía fueron los principales autores del Holocausto. LA POLICÍA ALEMANA: DE LA REPÚBLICA DE WEIMAR A LA DICTADURA NAZI Entre los deberes más importantes de la policía en cualquier sociedad están los de mantener el orden público y hacer cumplir la ley. Estos deberes pueden ser especialmente problemáticos cuando se produce un cambio importante en la organización política de la sociedad.
Los nazis llegaron al poder en Alemania, en enero de 1933, estableciendo una dictadura que acabó con el experimento democrático alemán que había durado doce años: la República de Weimar. No obstante, la policía, que había sido acusada de defender la democracia, se integró de un modo relativamente fácil al régimen nazi. No existió ni una purga ni una renuncia sistemática de policías.
La mayoría de los policías en 1933 no eran nazis, aunque si eran profundamente conservadores. Se consideraban profesionales neutrales y servidores imparciales de la ley. Sus creencias políticas personales no deberían interferir en sus obligaciones. Sin embargo, los miembros de la policía resultaron estar dispuestos a apoyar a un gobierno nazi que había destruido la democracia en Alemania. La policía, en particular, y los conservadores, en general, apoyaron a los nazis en 1933. Los conservadores llegaron a
ver a la dictadura nazi como solución no solo para las debilidades de la República de Weimar sino también para toda una serie de dificultades profesionales características de la fuerza policial.
Las mayores debilidades de la República de Weimar provenían de sus orígenes. Alemania perdió la Primera Guerra Mundial, lo cual debilitó seriamente a la monarquía y acabó en la declaración de la República de Weimar, en 1918. A pesar de la responsabilidad monárquica en el fracaso de la Primera Guerra Mundial, muchos alemanes culparon a los partidos demócratas por la derrota y por el humillante tratado de paz subsiguiente. Los policías eran particularmente recelosos de los partidos demócratas (los socialdemócratas, los del centro, los liberales) porque habían sido entrenados bajo la monarquía para considerarlos enemigos del Estado. En la República de Weimar, dominaban estos partidos. Los policías continuaron sirviendo al Estado, en parte, porque se consideraban profesionales destinados a aplicar las leyes independientemente de sus sentimientos personales. La mayoría de ellos no eran demócratas convencidos.
La desarticulación económica de la Primera Guerra Mundial y la desestabilización que causaron las compensaciones que esta generó significaron que los gobiernos de la República de Weimar nunca tuvieran suficiente dinero. La policía enfrentó recortes de fondos en la contratación, la capacitación, los ascensos y los aumentos salariales. Tampoco había dinero para la modernización, como la compra de nuevos equipos forenses o armas de fuego. Esta pérdida de fondos se hizo más apremiante por la reducción de oportunidades de progreso y nombramientos que produjo la afluencia de policías de territorios cedidos por Alemania a países vecinos después de la Primera Guerra Mundial. Se debió encontrar cargos para estos policías, aún cuando los costos operativos se redujeron al máximo. La falta de progreso profesional subsiguiente desmoralizaba a los jóvenes reclutas y a los nuevos policías.
Mientras el personal policial sufría de recortes presupuestarios, la dificultad económica generalizada en la República de Weimar contribuía a un rápido aumento de la delincuencia. Se desarrollaron y crecieron bandas criminales involucradas en la prostitución, las drogas, el juego, la pornografía y los robos. Estas bandas estaban bien organizadas y, a menudo, operaban a través de las fronteras estatales, lo cual frustraba las investigaciones policiales. No existía una fuerza policial nacional durante la República de Weimar. Cada estado de la federación alemana tenía sus propias fuerzas policiales y se regía por sus propias políticas. La ausencia de coordinación policial
dificultaba las investigaciones penales desde un estado a otro. La policía de la República de Weimar no estaba a la altura de estas bandas.
Mientras la delincuencia común se expandía en la República de Weimar, la delincuencia política se disparó durante la constante inestabilidad. Miles de veteranos armados y unidades paramilitares asociadas con partidos políticos de extrema derecha e izquierda participaban en disturbios y ataques al Estado. Algunas de estas fuerzas paramilitares tenían poderosas armas y mucha gente que las seguía y, a veces, superaban a la policía en cantidad y en potencia de fuego. La delincuencia desenfrenada y el descontento político llevaron al personal policial hasta el límite.
A pesar de su profesionalismo, los policías tenían dificultad para ajustarse al nuevo orden democrático de la República de Weimar. Estaban frustrados por las restricciones de la autoridad policial. Algunas causas penales eran descartadas porque la policía no podía proteger los derechos del acusado o porque se excluían pruebas importantes debido a procedimientos policiales indebidos. La aparición de una prensa libre y altamente crítica de las operaciones policiales exacerbó estos fracasos. La crítica pública fomentó una mentalidad de estado de sitio entre los policías, quienes estaban ofendidos porque el público los culpaba cuando las restricciones constitucionales y la falta de fondos les ataban las manos. LA POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS HACIA LOS REFUGIADOS JUDÍOS, 1941– 1952
Un policía militar estadounidense admite a un padre con su hija, ambos personas desplazadas, en el albergue para refugiados de Fort Ontario. Oswego, Nueva York, Estados Unidos, después del 4 de agosto de 1944. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Aunque Estados Unidos había aceptado a miles de judíos bajo el cupo combinado de alemanes y austriacos desde 1938 a 1941, no siguió una política de rescate organizada ni específica para las víctimas judías de la Alemania nazi hasta comienzos de 1944.
Si bien algunos activistas estadounidenses tenían la sincera intención de auxiliar a los refugiados, había grandes obstáculos a cualquier flexibilidad en los cupos de inmigración estadounidense, entre ellos, la oposición pública a la inmigración en tiempos de depresión económica, xenofobia y sentimientos antisemitas tanto en el
público general como entre algunos funcionarios clave del gobierno. Una vez que los Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial, el Departamento de Estado puso en práctica políticas de inmigración más estrictas por miedo a que pudieran extorsionar a los refugiados para que trabajen como agentes para Alemania.
No fue hasta enero de 1944 en que el Presidente Franklin D. Roosevelt, bajo la presión de algunos funcionarios de su propio gobierno y de una comunidad judía estadounidense que ya por entonces estaba completamente al tanto de la magnitud del asesinato en masa, tomó medidas para rescatar a los judíos europeos. Luego de debates con los funcionarios del Departamento del Tesoro, estableció el Consejo de Refugiados de Guerra (War Refugee Board; WRB) para facilitar el rescate de los refugiados en peligro. Con la ayuda del Comité Judío Americano para la Distribución Conjunta y el Congreso Judío Mundial, así como organizaciones de la resistencia en la Europa ocupada por los alemanes, el WRB colaboró en el rescate de varios miles de judíos en Hungría, Rumania y otros lugares de Europa.
En abril de 1944, Roosevelt también ordenó que Fort Ontario, Nueva York, se convirtiera en un puerto libre para los refugiados. Sin embargo, sólo se admitió a unos pocos miles de refugiados allí y eran de zonas liberadas, no de las zonas ocupadas por los nazis. No estaban en peligro inminente de deportación hacia los campos de exterminio en la Polonia ocupada por los alemanes.
Finalmente, la victoria de los aliados puso fin al terror nazi en Europa y a la guerra en el Pacífico. Sin embargo, los judíos liberados, que estaban enfermos y agotados, emergieron de los campos de concentración y de los escondites para descubrir que el mundo no tenía un lugar para ellos. Despojados de sus hogares y familias y renuentes a regresar a sus tierras natales de antes de la guerra, a estas personas desplazadas judías se les unieron en cuestión de meses más de 150.000 judíos que escapaban del feroz antisemitismo en Polonia, Hungría, Rumania y la Unión Soviética.
La mayoría procuró comenzar una nueva vida fuera de Europa. Palestina, seguida de los Estados Unidos, fue el destino predilecto de los sobrevivientes del Holocausto judío. Las restricciones en la inmigración aún estaban en vigor en los Estados Unidos después de la guerra, y la legislación para acelerar la admisión de las personas desplazadas judías era lenta en llegar.
El Presidente Harry S. Truman estaba a favor de una política de inmigración liberal hacia las personas desplazadas. Enfrentado con la inacción del congreso, emitió un decreto, la “Directiva Truman”, el 22 de diciembre de 1945. La directiva exigía que los cupos de inmigración existentes se designaran para las personas desplazadas. Si bien la inmigración general a los Estados Unidos no aumentó, se admitieron más personas desplazadas que antes. Alrededor de 22.950 personas desplazadas, de las cuales dos tercios eran judías, ingresaron a los Estados Unidos entre el 22 de diciembre de 1945 y 1947 bajo las disposiciones de la Directiva Truman.
Para poder aumentar los cupos de inmigración existentes se necesitaba la acción del congreso. En 1948, tras una intensa presión por parte de la comunidad judía estadounidense, el congreso aprobó una ley para admitir a 400.000 personas desplazadas en los Estados Unidos. Casi 80.000 de éstas, o casi el 20 por ciento, eran personas desplazadas judías. El resto eran cristianos de Europa Oriental y los países bálticos, muchos de ellos habían sido sometidos a trabajos forzados en Alemania. No obstante, los requisitos de entrada favorecían en tal grado a los peones agrícolas que el Presidente Truman llamó a la ley “flagrantemente discriminatoria contra los judíos”. El congreso enmendó la ley en 1950, pero para ese entonces la mayoría de las personas desplazadas judías en Europa se habían ido al recientemente establecido estado de Israel (fundado el 14 de mayo de 1948).
Para 1952, 137.450 refugiados judíos (incluidas cerca de 100.000 personas desplazadas) se habían establecido en los Estados Unidos. La ley enmendada de 1948 fue un momento decisivo en la política de inmigración estadounidense y estableció un precedente para crisis de refugiados posteriores. LA POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS Y SU IMPACTO EN LOS JUDÍOS EUROPEOS Han surgido algunas controversias acerca de la política estadounidense y el impacto que provocó en los judíos europeos durante la era del Holocausto.
ADMISIÓN DE INMIGRANTES Una de las controversias involucra la admisión de inmigrantes de la Alemania nazi a los Estados Unidos. Influenciada por las dificultades económicas de la Depresión que exacerbaron el antisemitismo, el aislacionismo y la xenofobia populares, la política sobre refugiados del Departamento de Estado de los EE.UU. y su estricta (y cuestionablemente legal) aplicación de la Ley de Inmigración de 1924 dificultó a los
refugiados la obtención de visas de ingreso, a pesar de la continua persecución de judíos en Alemania. Si bien varios países europeos permitieron la inmigración limitada de judíos (p. ej., Gran Bretaña, Francia, Bélgica y Holanda) antes de 1938, muchos de esos refugiados desaparecieron a medida que la Alemania nazi conquistó Europa. Los países latinoamericanos también habían sido un destino potencial para los refugiados, aunque después de 1938 estas naciones expresaron cada vez más su rechazo a admitir más inmigrantes. Una excepción importante fue Bolivia, que admitió unos 30.000 desde 1938 a 1941.
A partir de 1940, los Estados Unidos restringieron aun más la inmigración al ordenar a sus cónsules que demoraran las aprobaciones de visas por razones de seguridad nacional. Después del ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial en diciembre de 1941, el pequeño flujo de inmigración prácticamente se detuvo, justamente cuando el régimen nazi comenzaba sistemáticamente a asesinar a los judíos de Europa. A pesar de los muchos obstáculos, sin embargo, más de 200.000 judíos encontraron refugio en los Estados Unidos desde 1933 a 1945; la gran mayoría antes de finalizar el año 1941.
PUBLICACIÓN DE INFORMES DEL GENOCIDIO Otra controversia gira en torno a la demora del Departamento de Estado en publicar informes acerca del genocidio. En agosto de 1942, el Departamento recibió un informe telegrafiado de Gerhart Riegner, el representante en Ginebra del Congreso Judío Mundial (WJC, por sus siglas en inglés). Dicho informe revelaba que los nazis planeaban asesinar a los judíos de Europa. Los funcionarios del Departamento se negaron a transmitir el informe a su destinatario, el líder judío estadounidense Stephen Wise, por entonces presidente del WJC. Sin embargo, ese mismo mes Wise recibió el informe a través de canales británicos y solicitó permiso al Departamento de Estado para publicar su contenido. El subsecretario de Estado Sumner Wellers solicitó que Wise se abstuviera de revelar el contenido del cable de Riegner al público. Wise estuvo de acuerdo y solo reveló la información contenida en el cable a la prensa el 24 de noviembre de 1942, un día después de que Welles le notificara que el Departamento de Estado había confirmado la veracidad de su contenido. El 17 de diciembre de 1942, los Estados Unidos, Gran Bretaña y otros diez gobiernos aliados emitieron una declaración que revelaba y denunciaba la intención de Hitler de asesinar a los judíos de Europa. La declaración advirtió a la Alemania nazi de que sería considerada responsable de estos crímenes.
RESCATE También han surgido otras cuestiones. Una de ellas concierne a la falta de acción por parte de los Estados Unidos con respecto al rescate de las víctimas del Holocausto. Desde 1941 hasta 1945, la prioridad absoluta de los gobiernos aliados fue ganar la guerra. El 19 de abril de 1943, representantes estadounidenses y británicos se reunieron en Bermuda para encontrar soluciones a los problemas generales de los refugiados en tiempo de guerra, pero ninguno de los gobiernos inició programas de rescate. El 28 de julio de 1943, el mensajero clandestino polaco Jan Karski notificó al presidente Franklin D. Roosevelt acerca de informes de asesinatos en masa que había recibido de líderes judíos del gueto de Varsovia y el gueto de tránsito de Izbica. Sin embargo, las autoridades estadounidenses no iniciaron acciones para rescatar o proporcionar asilo seguro a los refugiados antes de 1944, cuando se instauró el Consejo de Refugiados de Guerra. El 22 de enero de 1944, Roosevelt, presionado por los judíos estadounidenses y por su propio secretario del Tesoro, Henry Morgenthau Jr., instituyó el Consejo de Refugiados de Guerra (War Refugee Board, WRB) como una agencia independiente a fin de facilitar el rescate de los refugiados en peligro. En agosto de 1944, el WRB y el Ministerio del Interior de los Estados Unidos fundaron el Centro de refugiados de Fort Ontario en Oswego, Nueva York. El lugar sirvió de albergue para 983 refugiados de Yugoslavia que habían logrado llegar a Italia. Dos tercios de los residentes del Centro de refugiados eran judíos. Cuando se fundó el WRB, sin embargo, cuatro quintos de los judíos que morirían en el Holocausto ya habían muerto. No obstante, los esfuerzos del Consejo de Refugiados de Guerra contribuyeron al rescate de aproximadamente 200.000 judíos.
OTRAS INSTITUCIONES ESTADOUNIDENSES Además de las acciones del gobierno estadounidense, se ha criticado públicamente la conducta de otras instituciones estadounidenses durante la era del Holocausto. Una de esas instituciones es la conformada por los medios de comunicación estadounidense, que no siempre publicaron los informes completos de las atrocidades nazis y no otorgaron al asesinato masivo de judíos europeos la atención que merecía. Por ejemplo, el New York Times, el principal periódico de la nación cuya cobertura de noticias sistemáticamente restó importancia al asesinato de judíos. BOMBARDEO DE AUSCHWITZ Finalmente han surgido controversias acerca de la decisión de no bombardear el centro de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Durante la primavera de 1944, los aliados recibieron información más explícita acerca del proceso de asesinato masivo en cámaras de gas llevado a cabo en Auschwitz-Birkenau. A partir de fines de la primavera,
algunos líderes judíos les rogaron, sin éxito, a los funcionarios del gobierno de Estados Unidos que bombardearan las cámaras de gas y los rieles de ferrocarril que conducían al campo de concentración. Incluso después de que las fuerzas aéreas angloamericanas desarrollaron la capacidad para atacar blancos en Silesia (donde se encontraba Auschwitz) en 1944, las autoridades estadounidenses decidieron no bombardear las cámaras de gas ni las líneas de ferrocarril utilizadas para trasladar prisioneros a Birkenau. Los funcionarios estadounidenses explicaron esta decisión en parte con el argumento técnico de que los aviones estadounidenses no tenían la capacidad para llevar a cabo asaltos aéreos en esos blancos con la precisión suficiente y en parte con el argumento estratégico de que los Aliados tenían la función de bombardear exclusivamente blancos militares a fin de ganar la guerra lo más rápidamente posible. Desde finales de la década de 1960, la decisión de los Aliados de no bombardear las cámaras de gas o los rieles de ferrocarril que se dirigían a Birkenau ha dado origen a enérgicos y amargos debates entre los intelectuales y entre el público general de los Estados Unidos.
PERSONAS DESPLAZADAS Entre 1945 y 1951, los Estados Unidos (junto con Gran Bretaña) se convirtieron en tutores de más de un millón de personas desplazadas (DP) en Alemania, Austria, Italia y Checoslovaquia, incluyendo a 250.000 judíos en el período pico de finales de 1945. La Administración de las Naciones Unidas de Socorro y Reconstrucción y diversas agencias privadas de socorro ayudaron a las potencias aliadas occidentales a enfrentar este inmenso desafío. Hasta septiembre de 1945, desplazados judíos y no judíos vivieron juntos en los mismos campos. A veces esto obligaba a las víctimas judías del Holocausto a vivir con sus antiguos perpetradores o con otros no judíos con ideologías antisemitas que les recordaban dolorosamente al Holocausto. Los desplazados judíos que, en su mayoría, se sentían inseguros, protestaban contra estas condiciones de vida y contra el trato que recibían por parte de los militares estadounidenses, que permitían el ingreso de la policía alemana a los campos para buscar contrabando. Estas prácticas reflejaban la indiferencia de los aliados de la posguerra ante la difícil situación psicológica de los deportados judíos europeos. Las protestas contra la forma en que el personal militar estadounidense trataba a los judíos en los campos de desplazados en Bavaria indujeron al presidente Harry S Truman a enviar a Earl Harrison, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Pennsylvania, a la zona de ocupación estadounidense en Alemania para investigar. El informe elaborado por Harrison, presentado en agosto de 1945, instó a Truman a ordenar la separación de los judíos de los no judíos y el trato más considerado hacia los sobrevivientes judíos. Las autoridades estadounidenses facilitaron mejoras importantes en las condiciones de
vida al permitir que las agencias de socorro judías administraran los campos y al otorgar mayor autonomía a los concejos de desplazados.
Después de la Guerra, el presidente Truman privilegió las iniciativas por relajar las restricciones inmigratorias estadounidenses en favor de los desplazados judíos. Un decreto ejecutivo de diciembre de 1945 permitió el ingreso de 16.000 judíos a los Estados Unidos entre 1946 y 1948. Con la aprobación de la Ley de Personas Desplazadas en 1948, las autoridades estadounidenses concedieron aproximadamente 400.000 visas a inmigrantes fuera del sistema de cupos. Los desplazados judíos recibieron 80.000 de esas visas. POLÍTICA EXTERIOR ALEMANA, 1933-1945
Hitler observa un desfile que celebra la reintegración de la región de Saar a Alemania. Territorio de Saar, Alemania, marzo de 1935. — US Holocaust Memorial Museum Después de la llegada de los nazis al poder, el gobierno de Adolf Hitler condujo una política exterior que apuntaba a la incorporación dentro del Reich de personas de etnia alemana (Volksdeutsche) que vivían fuera de las fronteras de Alemania, a la dominación alemana de Europa occidental y a la adquisición de un vasto y nuevo imperio de "espacio para vivir" (Lebensraum) en Europa oriental. Hitler calculaba que la concreción de la hegemonía alemana en Europa demandaría entablar una guerra, especialmente en Europa del Este. Los eslavos “de raza inferior” deberían ser expulsados hacia el Este de los Urales, o de lo contrario esclavizados o exterminados. Además de la adquisición del Lebensraum, Hitler preveía que la “expulsión hacia el Este” destruiría el bolchevismo.
De 1933 a 1938, Konstantin von Neurath, diplomático de carrera conservador, se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores de Alemania. Durante su mandado, Alemania condujo una política revisionista dirigida a vencer las restricciones impuestas sobre ella por el Tratado de Versalles y a quitarle la iniciativa diplomática a Gran Bretaña y Francia. Alemania se retiró de la Liga de Naciones, comenzó un rápido rearme, firmó un pacto de no agresión con Polonia, volvió a adquirir el territorio de Saar mediante un plebiscito, ayudó militarmente a los partidarios de Francisco Franco en la Guerra Civil Española y volvió a militarizar la región del Rin.
De 1938 a 1945, Joachim von Ribbentrop, miembro del partido nazi y ex embajador en Gran Bretaña, tuvo el cargo de ministro de Relaciones Exteriores. Durante estos años, Alemania afianzó sus vínculos con la Italia fascista y con Japón al firmar el Pacto AntiComintern, dirigido a combatir el comunismo internacional, el Pacto de Acero (con Italia) y el Acuerdo de las Tres Potencias (con Italia y Japón).
En 1938, Alemania adquirió nuevos territorios mediante la amenaza de guerra. En febrero, Hitler presionó al canciller austríaco Kurt Schuschnigg para que firmara el acuerdo austríaco-alemán (Berchtesgaden Diktat) que incorporaba nazis al gabinete austríaco. El mes siguiente, Alemania llevó al cabo el Anschluss, la anexión de Austria. Entonces, Hitler comenzó a exigir una solución de la crisis de los Sudetes, un conflicto sobre la región homónima de Checoslovaquia ocupada mayormente por personas de etnia alemana. El 30 de septiembre de 1938, el Primer Ministro británico Neville Chamberlain (defensor de la pacificación), el Primer Ministro francés Edouard Daladier, el Primer Ministro italiano Benito Mussolini y Hitler firmaron el Pacto de Munich, mediante el cual se cedían los Sudetes a Alemania. En marzo de 1939, Alemania ocupó y desmembró el resto del estado checoslovaco.
En agosto de 1939, Ribbentrop firmó el pacto alemán-soviético de no agresión. Este acuerdo fue un alejamiento temporario de la política exterior de Alemania, que era normalmente anticomunista, y permitió a Hitler la libertad de atacar Polonia el 1 de septiembre de 1939 sin temor a la intervención soviética. Gran Bretaña y Francia, aliados de Polonia, declararon la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939. La agresiva política exterior de Hitler causó el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. LA POSGUERRA En 1945, cuando las tropas Aliadas entraron a los campos de concentración y de exterminio, descubrieron pilas de huesos y cenizas -- testimonio del genocidio nazi. Los soldados también encontraron miles de sobrevivientes sufriendo hambre y enfermedad. Después de su liberación, muchos sobrevivientes judíos se negaron volver a sus antiguas casas por el antisemitismo que persistía en Europa. Los que volvieron temían por su vida. En Polonia, por ejemplo, hubo varios pogroms, el peor en Kielce en 1946; 42 judíos murieron. Muchos sobrevivientes sin hogar emigraron al oeste hacia los territorios liberados por los Aliados, donde fueron puestos en campos de refugiados como Bergen-Belsen en Alemania. Estos campos eran administrados por Administración de las Naciones Unidas para Ayuda y Rehabilitación (UNRRA) y el ejército de los Estados Unidos.
Varias agencias judías ayudaron los refugiados. El Comité Judío Americano para la Distribución Conjunta suministraba los refugiados con comida y ropa. La Organización para la Rehabilitación a través del Entrenamiento (ORT) ofrecía entrenamiento profesional. Los refugiados también formaron organizaciones y muchos trabajaron por la creación de un estado judío en Palestina.
La organización más grande de sobrevivientes, Sh'erit ha-Pletah (“resto sobreviviente”), presionó para lograr más oportunidades de emigración. Pero en los Estados Unidos había restricciones a la inmigración legal. Los ingleses limitaron la inmigración a Palestina, y muchas fronteras en Europa estaban cerradas.
La Brigada Judía (un equipo palestino judío en el ejército inglés) fue formado al fin de 1944. Junto con ex partisanos, la Brigada Judía ayudó a organizar la Brihah, el éxodo de 250.000 refugiados judíos de Europa. Judíos que ya vivían en Palestina organizaron la inmigración “ilegal” por barco (también conocido como Aliyah Bet). Muchos de estos buques fueron interceptados por los ingleses. En 1947, la nave “Éxodos 1947”, yendo con 4.500 sobrevivientes del Holocausto hacia Palestina, fue forzada a volver a Alemania por los ingleses. En la mayoría de los casos, los ingleses detuvieron a los refugiados en campos de detención en Chipre.
Con la creación del estado de Israel en mayo de 1948, refugiados en grandes cantidades empezaron a llegar al nuevo estado soberano. Los Estados Unidos admitieron alrededor de 80.000 refugiados judíos entre 1945 y 1952. EL PROGRAMA DE EUTANASIA
La autorización de Adolf Hitler para el programa de Eutanasia (Operación T4), firmada en octubre de 1939, pero fechada el 1 de septiembre de 1939. El término “eutanasia” (literalmente, “buena muerte”) se refiere usualmente a causar la muerte sin dolor de un individuo con una enfermedad crónica o incurable. En el uso nazi, sin embargo, “eutanasia” se refería a la matanza sistemática de los discapacitados mentales y físicos que estaban internados en instituciones, sin el conocimiento de sus familias. Se piensa que el planeamiento del programa de eutanasia empezó en julio de 1939. En octubre de 1939 Hitler firmó una autorización secreta para proteger a los médicos, el personal médico, y los administradores que participaban en el programa de posibles
procedimientos penales en su contra; esta autorización fué antedatada al 1 de septiembre de 1939, para sugerir que el programa de eutanasia estaba relacionado con medidas de guerra. El nombre de clave de esta operación secreta era T4, en referencia a la dirección de la calle (Tiergartenstrasse 4) de la oficina que coordinaba el programa en Berlín. Seis instalaciones de gaseamiento fueron creados como parte del programa de eutanasia: Bernburg, Brandenburg, Grafeneck, Hadamar, Hartheim, y Sonnenstein. Las víctimas del programa de eutanasia incluían originalmente niños y adultos con incapacidades o anomalías físicas o con enfermedades mentales. Los médicos de T4 seleccionaban pacientes para la muerte. Estos médicos raramente examinaban personalmente a los pacientes en este proceso; a menudo basaban sus decisiones sobre los documentos médicos y los diagnósticos del personal de las instituciones donde las víctimas se hallaban internadas.
Los que eran seleccionados eran transportados por el personal de T4 a los sanatorios que servían como instalaciones centrales de gaseamiento. Les decían a las víctimas que iban a someterse a una evaluación física y tomar una ducha para desinfectarse. En vez, eran asesinados en cámaras de gas usando monóxido de carbono puro. Sus cuerpos eran inmediatamente quemados en crematorios adyacentes a los edificios de gaseamiento. Las cenizas de las víctimas cremadas eran tomadas de una pila común y puestas en urnas sin preocuparse de la identificación correcta. Una urna era enviada a la familia de cada victima, junto con un certificado de muerte enumerando una causa y fecha de muerte ficticia. La muerte imprevista de miles de personas hospitalizadas, cuyos certificados de muerte enumeraban causas y lugares de muerte extrañamente similares, dió lugar a sospechas. Eventualmente, el programa de eutanasia se convirtió en un secreto a voces.
Hitler ordenó parar el programa de eutanasia al fin de agosto de 1941, dado el conocimiento público generalizado de la medida y la estela de protestas privadas y públicas sobre las matanzas, especialmente de miembros del clero alemán. Sin embargo, esto no significó el fin de la operación de las matanzas de eutanasia. En agosto de 1942, las matanzas recomenzaron, aunque secretamente. Las víctimas ya no eran asesinadas en instalaciones de gaseamiento centrales, sino por inyección letal o sobredosis de drogas en varias clínicas dispersas por toda Alemania y Austria. También muchas de estas instituciones privaban sistemáticamente las víctimas adultas e infantiles de comida. El programa de eutanasia continuó hasta los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, creciendo y llegando a incluir una amplia gama de víctimas: los llamados asociales, pacientes geriátricos, víctimas de bombardeos, y extranjeros que hacían trabajos forzados.
Durante la fase inicial de las operaciones, de 1939 hasta 1941, alrededor de 70.000 personas murieron en el programa de eutanasia. En el procedimiento del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg (1945-1946), se calculó que el numero total de víctimas era de 275.000 personas.
El programa de eutanasia estableció el uso de las cámaras de gas y los crematorios para el asesinato sistemático. Los expertos que participaron en el programa de eutanasia fueron instrumentales en el establecimiento y la operación de los campos de exterminiousados después para llevar a cabo la “Solución Final”. LA PROPAGANDA DE LOS NAZIS
Esta foto se origina en una película producida por el Ministro de Propaganda del Reich. Muestra dos médicos en una sala de un asilo no identificado. La existencia de los pacientes en la sala se describe como "la vida es solamente una carga". Tales imágenes de propaganda tenían la intención de provocar la simpatía pública para el programa de eutanasia. — US Holocaust Memorial Museum
"La propaganda intenta forzar una doctrina sobre la gente… La propaganda opera sobre el público general desde el punto de vista de una idea y los prepara para la victoria de esta idea." Adolf Hitler escribió estas palabras en su libro Mein Kampf (1926), en el cual por primera vez aboga por el uso de la propaganda para difundir los ideales del nacional-socialismo -- entre ellos racismo, antisemitismo, y anti-bolshevismo. Tras la toma del poder por los nazis en 1933, Hitler estableció un ministerio de ilustración pública y propaganda encabezado por Joseph Goebbels. La meta del ministerio era asegurar que el mensaje nazi fuera comunicado con éxito a través del arte, la música, el teatro, las películas, los libros, la radio, los materiales educativos, y la prensa.
Había varios públicos para la propaganda nazi. A los alemanes se les recordaba la lucha contra los enemigos extranjeros y la subversión judía. Durante periodos que precedían la adopción de legislación o medidas ejecutivas contra los judíos, las campañas de propaganda creaban un ambiente tolerante de la violencia contra judíos, en particular en 1935 (antes de las leyes raciales de Nuremberg de septiembre) y en 1938 (antes del aluvión de legislación económica antisemita que siguió la noche de los cristales rotos). La propaganda también fomentaba la pasividad y la aceptación de las medidas
propuestas contra los judíos, porque éstas aparecían representando al gobierno nazi como interviniendo y "restaurando el orden".
La discriminación -- real y percibida -- contra la población alemana en países de la Europa oriental que como Checoslovaquia y Polonia habían ganado territorio a costa de Alemania después de la primera guerra mundial, fue un tema de la propaganda nazi. Esta propaganda intentó obtener la lealtad política y la llamada conciencia racial entre las poblaciones étnicamente alemanas. También intentó engañar los gobiernos extranjeros -- incluyendo las potencias Europeas -- y convencerlos de que la Alemania nazi sólo estaba haciendo demandas razonables de concesiones y anexos.
Después de la invasión alemana de la Unión Soviética, la propaganda nazi dirigida a los civiles en Alemania y a los soldados, policías y auxiliares no alemanes sirviendo en los territorios ocupados enfatizó los temas que unían al comunismo soviético con el judaísmo europeo, presentando a Alemania como defensora de la cultura "occidental" contra la amenaza "judeo-bolchevique", y pintando una imagen apocalíptica de lo que ocurriría si los soviéticos ganaran la guerra. Esto fue el caso en particular después de la derrota catastrófica de los alemanes en Stalingrado en febrero de 1943. Estos temas pueden haber sido útiles para persuadir a los alemanes nazis y no nazis, como así a colaboradores locales a seguir luchando hasta el fin.
Las películas en particular jugaron un papel importante en diseminar el antisemitismo, la superioridad del poderío militar alemán, y la maldad intrínseca de los enemigos tal como eran definidos por la ideología nazi. Las películas nazis representaban a los judíos como criaturas "subhumanas" infiltrándose en la sociedad aria. Por ejemplo, El Judío Eterno (1940), dirigida por Fritz Hippler, describía a los judíos como parásitos culturales vagabundos, consumidos por el sexo y el dinero. Algunas películas, como El triunfo de la voluntad (1935) de Leni Riefenstahl, glorificaban a Hitler y el movimiento nacional socialista. Otros dos trabajos de Leni Riefenstahl, Los Festivales de las Naciones y El Festival de la Belleza (1938), presentaban los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín y fomentaban el orgullo nacional por el éxito del régimen nazi en las Olímpíadas. Los diarios en Alemania, sobre todo Der Stürmer (El Atacante), imprimían tiras cómicas que usaban caricaturas antisemitas para representar a los judíos. Después que los alemanes empezaron la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia en septiembre de 1939, el régimen nazi usó la propaganda para inculcar en los ciudadanos y soldados alemanes que los judíos eran no solamente subhumanos sino también
enemigos peligrosos del Reich alemán. El régimen intentaba obtener apoyo, o por lo menos asentimiento, para las políticas dirigidas a remover permanentemente a los judíos de las áreas alemanas. Durante la implementación de la llamada Solución Final, el asesinato masivo de los judíos europeos, los oficiales de las SS en los centros de exterminio forzaron a las victimas del Holocausto a mantener la decepción necesaria para poder deportar los judíos de Alemania y la Europa ocupada lo más fácilmente posible. Los oficiales de los campos de concentración y exterminio forzaron a los prisioneros, muchos de los cuales serían asesinados en las cámaras de gas, a mandar postales a sus casas diciendo que los trataban bien y vivían en condiciones buenas. Así, las autoridades de los campos usaban la propaganda para cubrir las atrocidades y el asesinato masivo.
En junio de 1944, la Policía de Seguridad alemana permitió a un equipo de la Cruz Roja Internacional inspeccionar el campo-ghetto de Theresienstadt, ubicado en el Protectorado de Bohemia y Moravia (hoy la Republica Checa). Las SS y la policía establecieron Theresienstadt en noviembre de 1941 como un instrumento de propaganda para el consumo domestico en el Reich alemán. El campo-ghetto se usó como una explicación para los alemanes que estaban confundidos por la deportación de judíos alemanes y austríacos ya ancianos, veteranos de la guerra incapacitados o artistas y músicos famosos localmente, hacia "el este" para "trabajar". En preparación para la visita de 1944, el ghetto se sometió a un programa de "embellecimiento." Después de la inspección, los oficiales de las SS en el protectorado produjeron una película usando a los residentes del ghetto como prueba del tratamiento benévolo que los "residentes" judíos de Theresienstadt supuestamente disfrutaban. Cuando la película se completó, los oficiales de las SS deportaron a la mayoría del "elenco" al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.
El régimen nazi usó la propaganda efectivamente para movilizar a la población alemana a apoyar sus guerras de conquista hasta el final del régimen. La propaganda nazi fue también esencial para motivar a los que llevaban a cabo el asesinato masivo de los judío europeos y de otras victimas del régimen nazi. También sirvió para asegurar la aquiescencia de millones de otros -- como testigos inocentes -- en la persecución racial y el asesinato masivo. PROPAGANDA: CONSOLIDACIÓN DE LA NACIÓN
Cartel: "Gran Alemania: Sí el 10 de Abril" (1938). Este cartel de elección subraya el mensaje de subirse al tren político nazi, representado por las manos alzadas en un saludo nazi unido. La propaganda nazi frecuentemente enfatizaba el poder de un movimiento de masas para impulsar hacia adelante al país, sutilmente sugerido por el ángulo hacia arriba de las manos. Este cartel tipifica la estrategia propagandística de usar eslóganes simples y confiados, con una gráfica audaz que a menudo usaba los colores característicos de los nazis: rojo, negro y blanco. Bundesarchiv Koblenz (Plak 003-003-085) — Bundesarchiv Crisis del gobierno alemán Entre 1919 y 1932, período en la historia alemana conocido como la República de Weimar, Alemania estuvo gobernada por una serie de gobiernos de coalición. Durante este tiempo, ningún partido político logró establecer una mayoría parlamentaria. Los desacuerdos en las políticas económicas y la creciente polarización política entre los partidos de izquierda y de derecha impedían la formación de una coalición factible. Después de junio de 1930, una sucesión de cancilleres abandonaron la búsqueda de una mayoría parlamentaria que funcionara. Manipularon las leyes de emergencia de la Constitución alemana (Artículo 48) que habían sido establecidas por los políticos alemanes para preservar la democracia en tiempos de malestar y descontento, y gobernaron por decreto presidencial sin el consentimiento parlamentario. Esta estructura de gobierno estabilizó la economía y el sistema parlamentario, y también calmó temporalmente la violencia en las calles.
El mito nazi En estos tiempos de inestabilidad, el Partido Nazi surgió de una relativa oscuridad y alcanzó prominencia nacional. Logró aumentar drásticamente el apoyo del público, definiéndose como un movimiento de protesta contra la corrupción y la ineficacia del “sistema” de Weimar. Denunciaba a la República de Weimar como una maraña de inestabilidad e inacción, definida por la humillación y la desolación de la derrota en la Primera Guerra Mundial y los términos punitivos del Tratado de Versalles posterior a la guerra. Los propagandistas nazis promovían el partido como el único movimiento alemán que hablaba por todos los alemanes no judíos, sin distinción de clase social, religión ni región. Los nazis opinaban que los demás partidos políticos eran grupos de intereses especiales dedicados a sus propios intereses mezquinos. Los propagandistas nazis también apelaban a los deseos populares de orden después de un período de violentos disturbios civiles. Con la promesa de unificar a Alemania, dar empleo a los
seis millones de ciudadanos desempleados de la nación y restaurar los “valores tradicionales alemanes”, Hitler cosechó un apoyo popular masivo.
El encanto de unirse a un movimiento de masas Uno de los fundamentos principales de la ideología y la propaganda nazi fue la creación de una “Comunidad Nacional” (Volksgemeinschaft), la unión racial de todos los alemanes “arios” que transcendería todas las diferencias de clase social, religión y región. El conflicto político y las luchas sociales que caracterizaron a la democracia parlamentaria en el período de Weimar precedente no tenían cabida en la nueva sociedad nacionalsocialista. A diferencia de la protección de los derechos personales ratificada en la Constitución de Weimar de los años anteriores, los propagandistas nazis ubicaban al bienestar general de la comunidad nacional por encima de la preocupación por lo individual. Todos los alemanes “de raza pura”, identificados como “camaradas nacionales” (Volksgenossen), estaban obligados a ayudar a los menos adinerados y a sacrificar su tiempo, sus salarios e incluso sus vidas por el bien público. En teoría, ni una modesta situación económica ni pertenecer a una familia humilde serían un impedimento para el avance social, militar o político. La propaganda nazi tuvo un rol crucial en vender el mito de la “Comunidad Nacional” a los alemanes que anhelaban la unidad, la grandeza y el orgullo nacional, y una ruptura de la estratificación social rígida del pasado. De este modo, la propaganda ayudó a preparar al público alemán para un futuro definido por la ideología nacionalsocialista. Preparación del pueblo para la guerra Los propagandistas en tiempos de guerra a menudo buscan justificar el uso de la fuerza militar describiéndola como moralmente necesaria y defendible. En el verano de 1939, cuando Hitler concluyó sus planes para la invasión de Polonia, la población de Alemania estaba tensa y temerosa. No había multitudes en las calles clamando guerra, como había sucedido al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914. El fantasma de esta guerra y las muertes de dos millones de soldados alemanes atormentaban la memoria popular. La maquinaria de propaganda nazi tenía la tarea de lograr el apoyo público para una nueva guerra.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los propagandistas nazis disfrazaron la agresión militar dirigida a la conquista territorial como actos de defensa étnica necesarios para la supervivencia de la “civilización aria”. Describían a Alemania como una víctima, o víctima potencial, de los agresores extranjeros, como una nación amante de la paz obligada a tomar las armas para garantizar la seguridad del pueblo alemán, o para defender a Europa del comunismo.
A pesar del avance de las tropas británicas y estadounidenses por el Oeste y el avance de las tropas soviéticas por el Este a fines del verano de 1944, los líderes nazis se negaron a rendirse y pidieron al pueblo que continuara luchando en un intento suicida de evitar lo inevitable. Los propagandistas nazis insistían con la amenaza de la aniquilación de la vida y la cultura alemanas en manos del “bolchevismo judío” si los Aliados ganaban la guerra. De manera poco realista garantizaban la victoria a través de armas milagrosas o de la sola fuerza de voluntad del Führer y del pueblo alemán. Al enfrentarse con la derrota, el régimen de Hitler respondió con un mayor terror y con propaganda destinada a inspirar el fanatismo. PROPAGANDA: CONSTRUCCIÓN DEL FUTURO: EL ADOCTRINAMIENTO DE LOS JÓVENES
Jóvenes alemanes asistiendo al mitin de la Conferencia nacional del Partido en el Campo Zepplin de Nuremberg alzan sus manos haciendo el saludo Hitleriano. Nuremberg, Alemania, septiembre de 1938. — TimePix
“Estos niños y niñas ingresan a nuestras organizaciones [a los] diez años, y a menudo por primera vez respiran aire fresco. Después de cuatro años de estar en la categoría Jóvenes pasan a la Juventud Hitleriana, donde permanecen cuatro años más... Y aunque aún no son nacionalsocialistas completos, pasan al Servicio de Trabajo y son preparados durante otros seis o siete meses... Y si les llega a quedar algún rastro de conciencia de clase o estatus social... lasWehrmacht [Fuerzas Armadas alemanas] se encargarán de que desaparezca”. --Adolf Hitler (1938) A partir de 1920, el Partido Nazi eligió a la juventud alemana como una audiencia especial para sus mensajes de propaganda. Estos mensajes resaltaban que el Partido era un movimiento de jóvenes: dinámico, fuerte, progresista y esperanzado. Millones de jóvenes alemanes fueron convencidos por el nazismo en las aulas y a través de actividades extracurriculares. En enero de 1933, la Juventud Hitleriana tenía solo 50 mil miembros, pero al finalizar el año esta cifra había aumentado a más de dos millones. Hacia 1936 la pertenencia a la Juventud Hitleriana había aumentado a 5,4 millones antes de convertirse en obligatoria en 1939. Posteriormente, las autoridades alemanas prohibieron o disolvieron las organizaciones juveniles rivales.
La educación en el Estado nazi
La educación en el Tercer Reich sirvió para inculcar a los alumnos la visión nacionalsocialista del mundo. Los educadores e intelectuales nazis exaltaban las razas nórdicas y otras razas “arias” y denigraban a los judíos y a otros pueblos considerados inferiores llamándolos “razas bastardas” parasitarias, incapaces de crear una cultura o civilización. Después de 1933, el régimen nazi purgó el sistema escolar público de maestros judíos o considerados “políticamente poco confiables”. No obstante, la mayoría de los educadores permanecía en sus puestos y se unió a la Liga Nacionalsocialista de Maestros. Hacia 1936, el 97% de todos los maestros de escuelas públicas, unas 300 mil personas, se habían unido a la Liga. De hecho, los maestros se unieron al Partido Nazi en mayor número que ninguna otra profesión.
Tanto en el aula como en la Juventud Hitleriana, la enseñanza tenía el propósito de producir ciudadanos alemanes conscientes de su raza, obedientes y capaces de sacrificarse, dispuestos a morir por el Führer y por la Patria. Un componente clave del entrenamiento de la Juventud Hitleriana era la devoción a Adolf Hitler. La juventud alemana celebraba su cumpleaños (el 20 de abril) -feriado nacional- como iniciación al Partido. Los adolescentes alemanes juraban lealtad a Hitler y prometían servir a la nación y a su líder como futuros soldados. Las escuelas desempeñaban un papel importante en la difusión de las ideas nazis a la juventud alemana. Mientras los censores eliminaban algunos libros de las aulas, los educadores alemanes introducían nuevos libros de texto que enseñaban a los estudiantes el amor a Hitler, la obediencia a la autoridad del Estado, el militarismo, el racismo y el antisemitismo.
Desde el primer día de clases se infundía a los niños alemanes el culto a Adolf Hitler. Su retrato estaba presente en todas las aulas. Los libros de texto con frecuencia describían la emoción que sentía un niño al ver al líder alemán por primera vez.
Los juegos de mesa y los juguetes para niños eran otra manera de difundir la propaganda racial y política entre los jóvenes alemanes. Los juguetes también se utilizaban como medio de propaganda para inculcar el militarismo en los niños.
Organizaciones juveniles La Juventud Hitleriana y la Liga de Jóvenes Alemanas fueron las principales herramientas que utilizaron los nazis para formar las creencias, el pensamiento y las acciones de la juventud alemana. Los líderes de la juventud utilizaban actividades grupales muy controladas y montajes de propaganda, como grandes concentraciones en
las que abundaban rituales y espectáculos, para crear la ilusión de una comunidad nacional que se extendía a través de las divisiones religiosas y de clases sociales que caracterizaban a Alemania antes de 1933.
El propósito original de la Juventud Hitleriana, fundada en 1926, era entrenar a los niños para el ingreso a las SA (Tropas de Asalto), una formación paramilitar del Partido Nazi. Sin embargo, después de 1933, los líderes de la juventud buscaron integrar a los niños en la comunidad nacional nazi y prepararlos para servir como soldados en las Fuerzas Armadas o, posteriormente, en las SS.
En 1936, la pertenencia a los grupos juveniles nazis pasó a ser obligatoria para todos los varones y las mujeres de entre diez y diecisiete años. Las reuniones después de clases y los viajes de campamento los fines de semana patrocinados por la Juventud Hitleriana y la Liga de Jóvenes Alemanas enseñaban a los niños a ser fieles al Partido Nazi y a los futuros líderes del Estado nacionalsocialista. En septiembre de 1939, más de 765 mil jóvenes servían en roles de liderazgo en las organizaciones juveniles nazis que los preparaban para estos roles en el ejército y en la burocracia de la ocupación alemana.
La Juventud Hitleriana combinaba deportes y actividades al aire libre con ideología. Del mismo modo, la Liga de Jóvenes Alemanas hacía hincapié en el atletismo colectivo, como la gimnasia rítmica, que las autoridades de salud alemanas consideraban menos agotadora para el cuerpo de la mujer y mejor orientada para prepararlas para la maternidad. Las exhibiciones públicas de estos valores alentaban a hombres y mujeres jóvenes a abandonar su individualidad en favor de los objetivos del colectivo ario.
Servicio militar Al cumplir los dieciocho años, los varones debían alistarse de inmediato en las Fuerzas Armadas o en el Servicio de Trabajo del Reich, para lo que habían sido preparados a través de las actividades de la Juventud Hitleriana. Los materiales de propaganda exigían una devoción aun más fanática a la ideología nazi, incluso cuando la milicia alemana era derrotada una y otra vez.
En el otoño de 1944, cuando los ejércitos Aliados cruzaron las fronteras de Alemania, el régimen nazi reclutó a jóvenes alemanes menores de dieciséis años para defender al Reich, junto con adultos de más de 60 años, en las unidades de “Volkssturm” (Tropas de Asalto Populares).
Después de la rendición incondicional de las Fuerzas Armadas alemanas en mayo de 1945, algunos niños alemanes, como este joven derrotado que fue capturado por soldados Aliados, continuaron peleando en grupos de guerrilla conocidos como “Hombres lobo”. Durante el año siguiente, las autoridades de ocupación Aliadas exigieron a los alemanes jóvenes que se sometieran al proceso de “desnazificación” y formación para la democracia destinado a contrarrestar los efectos de doce años de propaganda nazi. PROPAGANDA: LA CREACIÓN DE UN LÍDER
Las técnicas de propaganda modernas—que incluían imágenes fuertes y mensajes simples—ayudaron a convertir a este Hitler nacido en Austria de un extremista poco conocido en uno de los principales candidatos en las elecciones presidenciales alemanas de 1932. El estilo de este cartel es similar a los de algunas estrellas del cine de la época. Cartel de elección, 1932. Fotografía tomada por Heinrich Hoffmann — US Holocaust Memorial Museum - Collections
“Cuántos lo admiran [a Hitler] con conmovedora fe, como la persona que los ayudará, los salvará, los liberará de la angustia insoportable.” -Louis Solmitz, maestro de escuela de Hamburgo, 1932. El intenso deseo público de tener líderes carismáticos ofrece un terreno fértil para la propaganda. A través de una imagen pública cuidadosamente orquestada del líder del Partido Nazi Adolf Hitler durante el período políticamente inestable de Weimar, los nazis explotaron este anhelo para consolidar el poder y promover la unidad nacional. La propaganda nazi facilitó el rápido ascenso del Partido Nazi a una posición de prominencia política y, finalmente, al control de la nación por parte de los líderes nazis. En particular, el material de campaña para las elecciones de la década de 1920 y los primeros años de 1930, así como también el convincente material visual y las apariciones públicas atentamente controladas, se unieron para crear un “culto al Führer” en torno a Adolf Hitler. Su fama creció a través de los discursos que pronunciaba en las grandes concentraciones, los desfiles y la radio. En esta figura pública, los propagandistas nazis mostraban a Hitler como un soldado listo para el combate, como una figura paterna y como un líder mesiánico elegido para rescatar a Alemania. Las técnicas de propaganda modernas -que incluían imágenes fuertes y mensajes simples- ayudaron a impulsar a este Hitler nacido en Austria que, de ser un extremista poco conocido, se convirtió en uno de los principales candidatos en las elecciones
presidenciales alemanas de 1932. La propaganda de la Primera Guerra Mundial tuvo una influencia significativa en el joven Hitler, que sirvió como soldado en el frente de batalla desde 1914 hasta 1918. Como muchos otros, Hitler creía firmemente que Alemania había perdido la guerra no por la derrota en el campo de batalla, sino como resultado de la propaganda enemiga. Hitler suponía que los vencedores de la Primera Guerra Mundial (Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos e Italia) habían recorrido las calles con mensajes claros y simples que alentaban a sus propias fuerzas y, al mismo tiempo, debilitaban el deseo alemán de combatir. Hitler comprendió el poder de los símbolos, la oratoria y la imagen, y formuló eslóganes para su partido político que eran simples, concretos y conmovedores para llegar a las masas.
Entre 1933 y 1945, la adulación pública a Adolf Hitler fue una característica siempre presente en el espacio público de la vida alemana. Los propagandistas nazis describían a su líder (Führer) como la personificación viviente de la nación alemana, que irradiaba fuerza y una inquebrantable devoción por Alemania. Los anuncios públicos reforzaban el concepto de Hitler como el salvador de una nación alemana derrotada por los términos del Tratado de Versalles posterior a la Primera Guerra Mundial. El culto a Adolf Hitler fue un fenómeno masivo fomentado deliberadamente. Tanto los propagandistas nazis como los artistas producían pinturas, letreros y bustos del Führer, que luego eran reproducidos en grandes cantidades para ser colocados en lugares públicos y en los hogares. La editorial del Partido Nazi imprimió millones de copias de la autobiografía política de Hitler,Mein Kampf (Mi Lucha) en ediciones especiales, incluyendo ediciones para recién casados y traducciones al sistema Braille para personas ciegas. La propaganda nazi idolatraba a Hitler como un talentoso estadista que traería estabilidad, crearía puestos de trabajo y restauraría la grandeza de Alemania. Bajo el régimen nazi se esperaba que los alemanes mostraran lealtad pública al “Führer” de maneras casi religiosas, como hacer el saludo nazi y saludar a las personas en la calle diciendo “¡Heil Hitler!”, el llamado “saludo alemán”. La fe en Hitler fortaleció los lazos de unidad nacional, y el no acatamiento de esta ideología significaba disensión en una sociedad donde la crítica abierta al régimen y a sus líderes constituía un motivo de encarcelamiento. PROPAGANDA: DEFINICIÓN DEL ENEMIGO: LOS EXCLUIDOS
La propaganda nazi a menudo representaba a los judíos como participantes en un complot para provocar la guerra. En esta foto, un estereotipo judío conspira entre bastidores para controlar a las potencias aliadas, representadas por las banderas británica, americana y soviética. La leyenda dice: "Detrás de las potencias enemigas: el judío". Hacia 1942. — USHMM Collection, Gift of Helmut Eschwege
“Me convertí en nacionalsocialista porque me motivó la idea de la Comunidad Nacional. Lo que nunca había imaginado es la cantidad de alemanes que no eran considerados dignos de pertenecer a esta comunidad.” -Memorias de posguerra de una mujer alemana que participó activamente en los programas de la juventud nazi Un factor esencial en la creación de un grupo cohesivo es definir quién estará excluido del grupo. Los propagandistas nazis colaboraron con las políticas del régimen identificando públicamente a los grupos que había que excluir, incitando el odio o cultivando la indiferencia, y justificando la condición de parias de estos grupos ante la población. La propaganda nazi desempeñó un papel crucial en vender el mito de la “Comunidad Nacional” a los alemanes que anhelaban la unidad, la grandeza y el orgullo nacional, y la ruptura de la estratificación social rígida del pasado. Pero un aspecto secundario y más siniestro del mito nazi era que no todos los alemanes eran bienvenidos en la nueva comunidad. La propaganda ayudó a definir quién estaría excluido de la nueva sociedad y justificó las medidas tomadas contra los marginados: judíos, sintis y romaníes (gitanos), homosexuales, disidentes políticos y alemanes considerados genéticamente inferiores y peligrosos para la “salud nacional” (personas con enfermedades mentales y discapacidades físicas o intelectuales, epilépticos, personas sordas o ciegas de nacimiento, alcohólicos crónicos, drogadictos y otros).
Propaganda antisemita Aprovechando las imágenes y los estereotipos preexistentes, los propagandistas nazis describían a los judíos como una “raza extranjera” que se alimentaba de la nación receptora, corrompía su cultura, aprovechaba su economía y esclavizaba a sus trabajadores y granjeros. Esta odiosa descripción, si bien no era nueva ni exclusiva del Partido Nazi, se convirtió en una imagen respaldada por el Estado. Cuando el régimen nazi tomó el control de la prensa y las editoriales después de 1933, los propagandistas adaptaron los mensajes a diversas audiencias, incluyendo a los alemanes que no eran nazis y que no leían los periódicos del partido. Las exhibiciones públicas de antisemitismo en la Alemania nazi adoptaron diversas formas, desde letreros y periódicos, hasta discursos en la radio y filmaciones. Los propagandistas ofrecían un lenguaje antisemita más sutil a los alemanes educados de clase media ofendidos por las
caricaturas groseras. Los profesores universitarios y los líderes religiosos daban respetabilidad a los temas antisemitas incorporándolos en sus conferencias y sermones en la iglesia.
Otros marginados Los judíos no eran el único grupo excluido de la visión de la “Comunidad Nacional”. La propaganda ayudó a definir quién estaría excluido de la nueva sociedad y justificó las medidas tomadas contra los marginados: judíos, romaníes (gitanos), homosexuales, testigos de Jehová y los alemanes considerados genéticamente inferiores y peligrosos para la “salud nacional” (personas con enfermedades mentales y discapacidades físicas o intelectuales, epilépticos, personas sordas o ciegas congénitamente, alcohólicos crónicos, drogadictos y otros).
Identificación, aislamiento y exclusión La propaganda también sentó la base para el anuncio de importantes estatutos antisemitas en Nuremberg el 15 de septiembre de 1935. Los decretos se establecieron tras una ola de violencia antisemita perpetrada por radicales impacientes del Partido Nazi. La Ley para la Protección de la Sangre y el Honor Alemanes prohibía el matrimonio y las relaciones sexuales extramatrimoniales entre judíos y personas de “sangre alemana” o “sangre relacionada”, y la Ley de Ciudadanía del Reich definía a los judíos como “sujetos” del Estado, una categoría de segunda clase.
Las leyes afectaban a unos 450 mil “judíos completos” (definidos como los judíos que tenían cuatro abuelos judíos y pertenecían a la religión judía), y a otros 250 mil (que incluía a los judíos conversos y los Mischlinge, los que tenían algún parentesco judío), que en total sumaban un poco más del uno por ciento de la población alemana. Varios meses antes del anuncio de las “Leyes de Nuremberg”, la prensa del Partido Nazi incitó enérgicamente a los alemanes a luchar contra la contaminación racial, y uno de los temas principales fue la presencia de los judíos en las piscinas públicas. Control de las instituciones culturales A través del control que ejercía la Cámara de Cultura del Reich sobre las instituciones culturales como los museos, los nazis generaron nuevas oportunidades para difundir la propaganda antisemita. Lo más notable fue una exposición llamada “El Judío Eterno”, que atrajo a 412.300 visitantes, más de cinco mil por día, en el Deutsches Museum de Munich entre noviembre de 1937 y enero de 1938. La exposición estuvo acompañada de interpretaciones especiales del Teatro Estatal de Bavaria, en las que se repetían los temas antisemitas que se presentaban en la exposición. Los nazis también asociaban a
los judíos con el “arte degenerado”, tema de una exposición complementaria en Munich a la que asistieron dos millones de personas.
Una de las secuencias más tristemente célebres de la filmación compara a los judíos con ratas que transmiten infecciones, inundan el continente y devoran valiosos recursos. Der ewige Judees una filmación particular no solo por las caracterizaciones viles y groseras que se acentúan con la truculenta secuencia del ritual de un carnicero judío matando una res, sino también por su excesivo énfasis en la naturaleza extranjera de los judíos de Europa Oriental. En una de las secuencias de la filmación se muestran estereotipos de judíos polacos con barba transformados en judíos afeitados con un 'aspecto occidental'. Estas escenas de “desenmascaramiento” tenían por objeto mostrar a la audiencia alemana que no había diferencias entre los judíos que vivían en los ghettos de Europa Oriental y los que habitaban los vecindarios alemanes. Der ewige Jude termina con el infame discurso de Hitler ante el Reichstag el 30 de enero de 1939: “Si la comunidad financiera judía internacional dentro y fuera de Europa lograse conducir a las naciones una vez más a una guerra mundial, el resultado no sería la …victoria del pueblo judío, sino la aniquilación de la raza judía en Europa”. El discurso pareció anunciar una radicalización de la solución del “Problema Judío” en la “Solución Final” por venir, y fue un presagio de los asesinatos en masa. Venta del genocidio Si bien la mayoría de los alemanes no estaba de acuerdo con la violencia antisemita, la aversión por los judíos, fácil de despertar en tiempos difíciles, se extendió más allá de los leales al Partido Nazi. La mayoría de los alemanes aceptaba, al menos pasivamente, la discriminación contra los judíos. Un informe clandestino preparado en enero de 1936 por un observador de los líderes del Partido Socialdemócrata Alemán en el exilio señalaba: “La sensación de que los judíos pertenecen a otra raza hoy se ha generalizado”.
Durante el tiempo que precedió a las nuevas medidas contra los judíos, las campañas de propaganda crearon una atmósfera tolerante de la violencia contra los judíos o explotaron la violencia -tanto calculada como espontánea- que se generaba para alentar la pasividad y la aceptación de las leyes y los decretos antisemitas como un medio para restaurar el orden público. La propaganda que demonizaba a los judíos también sirvió para preparar a la población alemana, en el contexto de una emergencia nacional, para medidas más duras, como las deportaciones en masa y, finalmente, el genocidio.
Propaganda nazi en la Polonia ocupada
El régimen nazi no limitó solo a Alemania la distribución de propaganda que relacionaba a los judíos con alimañas o enfermedades. En la Polonia ocupada, la propaganda nazi reforzó la política de confinar a los judíos en ghettos describiéndolos como una amenaza a la salud que requería cuarentena. Al mismo tiempo, los alemanes encargados de elaborar las políticas creaban una profecía autocumplida al limitar severamente el acceso de los residentes de los ghettos a alimentos, agua y medicamentos. Las películas educativas alemanas que se les mostraban a los niños en las escuelas de Polonia identificaban a los judíos como portadores de piojos y tifus. El gobernador del distrito de Varsovia, Ludwig Fischer, comunicó la distribución de “tres mil letreros de gran tamaño, siete mil letreros pequeños y 500 mil panfletos” para informar a la población polaca sobre la amenaza a la salud que representaban los judíos que vivían en los ghettos. Sin duda, esta información alarmista impidió la ayuda pública a los judíos de los ghettos de la Polonia ocupada por los alemanes. PROPAGANDA: ENGAÑO AL PÚBLICO
Un cartel antisemita publicado en Polonia en marzo de 1941. El texto dice: "Los judíos son piojos; causan tifus". Este cartel fue publicado por los alemanes con la intención de infundir entre los polacos cristianos miedo a los judíos. — Muzeum Okregowe w Rzeszowie / Historical Museum of Rzeszow
“No cabía en el sentido común que fuera posible exterminar a cientos de miles de judíos”, Yitzhak Zuckerman, líder de la resistencia judía en Varsovia La propaganda sirvió como una herramienta importante para obtener el apoyo de la mayoría del público alemán que no había respaldado a Adolf Hitler y avanzar con el programa radical nazi, que requería el consentimiento, el apoyo o la participación de un amplio sector de la población. Un nuevo aparato de propaganda estatal liderado por Joseph Goebbels, combinado con el uso del terror para intimidar a aquellos que no se sometían al régimen, buscaba manipular y engañar a la población alemana y al mundo exterior. A cada paso del camino, los propagandistas predicaban un atractivo mensaje de unidad nacional y un futuro utópico que tocaba una fibra sensible en millones de alemanes. Al mismo tiempo, iniciaban campañas que facilitaban la persecución de los judíos y de otros grupos que estaban excluidos de la visión nazi de la “Comunidad Nacional”.
Propaganda, política exterior y conspiración para hacer la guerra
Del mismo modo que durante la República de Weimar, el rearme fue un elemento clave de la política nacional alemana después de la asunción nazi a principios de 1933. Los líderes alemanes esperaban lograr este objetivo sin precipitar la intervención militar preventiva de Francia, Gran Bretaña, o de los estados ubicados en la frontera este de Alemania, Polonia y Checoslovaquia. El régimen tampoco quería asustar a la población alemana temerosa de otra guerra europea. El fantasma de la Primera Guerra Mundial y la muerte de 2 millones de soldados alemanes en ese conflicto bélico aún atormentaban la memoria popular. Durante la década de 1930, Hitler describió a Alemania como una nación victimizada, esclavizada por las cadenas del Tratado de Versalles posterior a la Primera Guerra Mundial, y privada del derecho a la autodeterminación nacional.
En todo el mundo, los propagandistas en tiempos de guerra buscan justificar el uso de la violencia militar describiéndola como moralmente necesaria y defendible. Actuar de otro modo pondría en peligro la moral pública y la fe en el gobierno y en sus fuerzas armadas. Durante la Segunda Guerra Mundial, los propagandistas nazis disfrazaron la agresión militar dirigida a la conquista territorial como actos de defensa justos y necesarios. Describían a Alemania como una víctima, o víctima potencial, de los agresores extranjeros; como una nación amante de la paz obligada a tomar las armas para proteger a su pueblo o defender a la civilización europea del comunismo. Los objetivos de guerra manifestados en cada etapa de las hostilidades casi siempre ocultaban las reales intenciones nazis de expansión territorial y guerra racial. Se trataba de propaganda engañosa destinada a embaucar o desorientar a la población en Alemania, en las tierras ocupadas por Alemania y en los países neutrales.
Preparación de la nación para la guerra En el verano de 1939, cuando Hitler y sus asistentes finalizaron los planes para la invasión de Polonia, la población de Alemania estaba tensa y temerosa. Los alemanes estaban envalentonados por la reciente y sensacional expansión de la frontera alemana en los países vecinos de Austria y Checoslovaquia, que se había realizado sin disparar una sola bala; pero no salieron a las calles pidiendo guerra, como había hecho la generación de 1914.
Antes del ataque alemán a Polonia del 1º de septiembre de 1939, el régimen nazi lanzó una agresiva campaña en los medios de comunicación para obtener el apoyo público para una guerra que pocos alemanes deseaban. Para presentar la invasión como una acción defensiva moralmente justificable, la prensa alemana resaltó las “atrocidades polacas”, haciendo referencia a la discriminación y la violencia física reales o supuestas
dirigidas contra los alemanes residentes en Polonia. Los medios de comunicación condenaron el “belicismo” y el “chovinismo” polaco, y también atacaron a Gran Bretaña por incitar a la guerra, al prometer defender a Polonia en caso de una invasión alemana.
El régimen nazi incluso montó un incidente en la frontera que tenía por objeto hacer creer que Polonia iniciaba las hostilidades contra Alemania. El 31 de agosto de 1939, hombres de las SS vestidos con uniformes del ejército polaco “atacaron” una emisora de radio alemana en Gleiwitz. Al día siguiente, Hitler anunció a la nación alemana y al mundo entero su decisión de enviar tropas a Polonia en respuesta a las “incursiones” polacas en el Reich. La Oficina de Prensa del Reich del Partido Nazi dio instrucciones a la prensa de evitar el uso de la palabra guerra. A modo de táctica destinada a presentar a Alemania como víctima de la agresión, debían informar que las tropas alemanas simplemente habían repelido los ataques polacos. Y la responsabilidad de declarar la guerra recaería sobre los británicos y los franceses. En un esfuerzo por influir sobre la opinión pública tanto en el ámbito nacional como internacional, la maquinaria de propaganda nazi difundió historias de nuevas “atrocidades polacas” una vez iniciada la guerra. Publicitaban ataques a alemanes en ciudades tales como Bromberg (Bydgoszcz), donde los civiles polacos que huían y los soldados del ejército mataron entre cinco mil y seis mil alemanes, a quienes percibían en el fragor de la invasión como traidores de quinta columna, espías, nazis o francotiradores. Al exagerar a 58 mil la cifra real de víctimas de origen alemán asesinadas en Bromberg y en otras ciudades, la propaganda nazi enfervorizó las pasiones y dio una “justificación” para la cantidad de civiles que los alemanes tenían intenciones de asesinar.
Los propagandistas nazis convencieron a algunos alemanes de que la invasión de Polonia y las posteriores políticas de ocupación tenían justificación. Para muchos otros, la propaganda reafirmó un sentimiento antipolaco profundamente arraigado. Los soldados alemanes que prestaron servicio en Polonia tras la invasión escribieron cartas a sus hogares en las que se reflejaba el apoyo a la intervención militar alemana para defender a los alemanes residentes en Polonia. Algunos soldados expresaban su desprecio y desdén por la “criminalidad” y la “subhumanidad” de los polacos, y otros miraban a la población judía residente con repugnancia y comparaban a los judíos polacos con las imágenes antisemitas que recordaban del periódico Der Stürmer o de la exposición llamada el “Judío Eterno”, y más tarde, de la película del mismo nombre. Los noticieros también tuvieron una importancia central en los esfuerzos del Ministro de Propaganda Alemana, Goebbels, de formar y manipular la opinión pública durante
la guerra. Para ejercer un mayor control sobre el contenido de los noticieros una vez comenzada la guerra, el régimen nazi fusionó las empresas de noticieros rivales de todo el país en una sola empresa, la Deutsche Wochenschau (Perspectiva Semanal de Alemania). Goebbels colaboró activamente en la creación de cada entrega, incluso en la edición y la revisión de los guiones. Se publicaron cortos de 20 a 40 minutos de duración editados a partir de doce a dieciocho horas de grabación filmadas por fotógrafos profesionales que un mensajero llevaba a Berlín todas las semanas. La distribución de los noticieros se extendió ampliamente cuando la cantidad de copias de cada episodio aumentó de 400 a 2 mil, y se crearon decenas de versiones en idiomas extranjeros (incluidos el sueco y el húngaro). Los cines rodantes llevaban los noticieros a las áreas rurales de Alemania. Propaganda engañosa El 1º de septiembre de 1939, las fuerzas alemanas invadieron Polonia. La guerra que el régimen nazi desató provocaría sufrimiento y pérdidas humanas incalculables. Después de la invasión alemana a la Unión Soviética en el verano de 1941, las políticas antisemitas del nazismo dieron un giro radical hacia el genocidio. La decisión de aniquilar a los judíos europeos fue anunciada en la Conferencia de Wannsee el 20 de enero de 1942 a los oficiales de alto mando del Partido Nazi, de las SS y del Estado alemán, cuyas agencias contribuirían a implementar una “Solución Final al Problema Judío” en toda Europa. Después de esta conferencia, la Alemania nazi implementó el genocidio en todo el continente, con la deportación de judíos de toda Europa a los centros de exterminio de Auschwitz-Birkenau, Treblinka y a otros centros ubicados en la Polonia ocupada por los alemanes.
Los líderes nazis pretendían engañar a la población alemana, a las víctimas y al mundo en relación con su política genocida hacia los judíos. ¿Qué sabía el alemán medio sobre la persecución y el asesinato en masa de los judíos? A pesar de la transmisión pública y la publicación de declaraciones generales sobre el objetivo de eliminar a “los judíos”, el régimen utilizaba una propaganda engañosa que ocultaba detalles específicos de la “Solución Final”, y los controles a la prensa impedían que los alemanes leyeran las declaraciones de los líderes aliados y soviéticos en las que condenaban los crímenes alemanes.
Al mismo tiempo, se inventaban historias positivas como parte del engaño planificado. Un folleto impreso en 1941 informaba con entusiasmo que, en la Polonia ocupada, las autoridades alemanas habían puesto a trabajar a los judíos, habían construido hospitales, habían establecido comedores comunitarios para los judíos, les habían repartido periódicos y ofrecido capacitación vocacional. A través de letreros y artículos
se le recordaba constantemente a la población alemana que no debía olvidar las historias atroces que la propaganda aliada había difundido sobre los alemanes durante la Primera Guerra Mundial, como la falsa acusación de que los alemanes les habían cortado las manos a niños belgas.
Los perpetradores también les ocultaban sus intenciones asesinas a muchas de sus víctimas. Antes y después de lo sucedido, los alemanes utilizaron eufemismos engañosos para explicar y justificar las deportaciones de judíos de sus viviendas a ghettos o a campos de tránsito, y desde los ghettos y campos a las cámaras de gas en Auschwitz y otros centros de exterminio. Los funcionarios alemanes colocaban un sello con la inscripción “evacuado”, una palabra con connotación neutral, en los pasaportes de los judíos que eran deportados de Alemania y Austria al ghetto “modelo” de Theresienstadt, cerca de Praga, o a ghettos situados en el Este. Los burócratas alemanes definieron las deportaciones de los ghettos como “reasentamientos”, aunque dichos “reasentamientos” generalmente terminaban en la muerte. Propaganda nazi sobre los ghettos Un tema recurrente en la propaganda antisemita nazi era que los judíos transmitían enfermedades. Para evitar que las personas que no eran judías intentaran ingresar en los ghettos y vieran las condiciones en las que vivían los judíos, las autoridades alemanas colocaban en la entrada letreros de cuarentena que advertían sobre el peligro de enfermedades contagiosas. La falta de higiene adecuada y de suministro de agua, sumado a las raciones insuficientes de alimentos, rápidamente deterioraban la salud de los judíos de los ghettos, y estas advertencias se convirtieron en una profecía autocumplida cuando el tifus y otras enfermedades infecciosas devastaron a las poblaciones de los ghettos. La propaganda nazi posterior utilizó estas epidemias provocadas por el hombre para justificar el aislamiento de los judíos “mugrientos” de la población en general.
Theresienstadt: un engaño propagandístico Uno de los engaños más tristemente célebres del nazismo fue la creación de un campoghetto para judíos en noviembre de 1941 en Terezín, en la provincia checa de Bohemia. Conocido por su nombre alemán Theresienstadt, este lugar funcionó como un ghetto para judíos ancianos y judíos prominentes de Alemania, Austria y las tierras checas, y como un campo de tránsito para los judíos checos que vivían en el Protectorado de Bohemia y Moravia controlado por los alemanes.
Anticipándose al hecho de que algunos alemanes pudieran considerar poco convincente la historia oficial del envío de judíos al Este para realizar trabajos en relación con los judíos ancianos, los veteranos de guerra discapacitados y los músicos o artistas destacados, el régimen nazi cínicamente difundió la existencia de Theresienstadt como una comunidad residencial donde los judíos alemanes y austríacos ancianos o discapacitados podían "jubilarse" y vivir en paz y seguridad. Esta ficción fue inventada para ser difundida dentro del Gran Reich Alemán. En realidad, el ghetto sirvió como un campo de tránsito para deportaciones a ghettos y centros de exterminio en la Polonia ocupada por Alemania y a sitios de exterminio en los Estados Bálticos y Bielorrusia ocupados por Alemania.
En 1944, ante la presión de la Cruz Roja Internacional y de la Cruz Roja Danesa tras la deportación de unos 400 judíos daneses a Theresienstadt en otoño de 1943, los oficiales de las SS permitieron la visita de los representantes de la Cruz Roja a Theresienstadt. En aquel momento, las noticias del asesinato de judíos en masa habían llegado a la prensa mundial y Alemania estaba perdiendo la guerra. Como un engaño elaborado, las autoridades de las SS aceleraron las deportaciones del ghetto antes de la visita y ordenaron a los prisioneros que permanecían en el lugar que "embellecieran" el ghetto: los prisioneros tuvieron que crear jardines, pintar casas y renovar las barracas. Las autoridades de las SS organizaron eventos sociales y culturales para los dignatarios que realizaron la visita. Cuando los representantes de la Cruz Roja se retiraron, las SS reanudaron las deportaciones desde Theresienstadt, que finalizaron en octubre de 1944. En total, los alemanes deportaron a aproximadamente 90 mil judíos alemanes, austríacos, checos, eslovacos, holandeses y húngaros desde el campo-ghetto hacia sitios y centros de exterminio en el “Este”. Solo unos pocos miles lograron sobrevivir. Más de 30 mil prisioneros más murieron en Theresienstadt, principalmente a causa de enfermedades o por inanición.
Visita de la Cruz Roja a Theresienstadt Hacia 1944, la mayor parte de la comunidad internacional conocía la existencia de campos de concentración y sabía que los alemanes y sus socios del Eje maltrataban brutalmente a los prisioneros en estos campos, pero desconocían con exactitud los detalles precisos sobre las condiciones de vida en estos campos.
En 1944, los funcionarios de la Cruz Roja Danesa, que ante los informes alarmantes que circulaban sobre el destino de los judíos bajo la dictadura nazi estaban preocupados por los casi 400 judíos daneses deportados por los alemanes a Theresienstadt en el otoño
de 1943, exigieron que la Cruz Roja Internacional, con sede en Suiza, investigara las condiciones de vida en el campo-ghetto. Después de una demora considerable, las autoridades alemanas aceptaron permitir la inspección de la Cruz Roja al campo-ghetto en junio de 1944.
La información recopilada durante esta investigación sería transmitida a todo el mundo. Los periódicos de EE. UU. y de todo el mundo cubrieron algunos aspectos de la investigación de la Cruz Roja.
Filmación para propaganda: la mira puesta en Theresienstadt Ya en diciembre de 1943, los oficiales de las SS de la Oficina de Emigración Judía en Praga, afiliada de la Oficina Principal de Seguridad del Reich (RSHA), decidieron filmar una película sobre este campo. La grabación, gran parte de la cual fue filmada durante el verano posterior a la visita de la Cruz Roja, muestra a los prisioneros del ghetto asistiendo a conciertos, jugando al fútbol, trabajando en huertas familiares y descansando en las barracas y fuera de ellas bajo el sol. Las SS obligaron a los residentes a trabajar como escritores, actores, decoradores, editores y compositores. Muchos niños participaron en la filmación a cambio de comida, incluyendo leche y dulces, que normalmente no recibían. El propósito que perseguían los funcionarios de rango medio de la RSHA con esta filmación no está del todo claro. Quizás tenían la intención de que la filmación fuera vista fuera de Alemania, ya que en 1944 el público alemán podría haberse preguntado por qué los residentes de los ghettosparecían vivir una vida mejor y más lujosa que muchos alemanes en tiempos de guerra. Finalmente, las SS terminaron la filmación en marzo de 1945, pero nunca la exhibieron. De hecho, la filmación completa no sobrevivió a la guerra. Al igual que con otros esfuerzos por engañar al pueblo alemán y al mundo entero, el régimen nazi se benefició con la renuencia del ser humano promedio por llegar a comprender las dimensiones de estos crímenes. Los líderes de las organizaciones de resistencia judía, por ejemplo, intentaron advertir a los residentes de los ghettos sobre las intenciones de los alemanes, pero aun los que habían oído hablar sobre los centros de exterminio no necesariamente creían lo que habían escuchado. “No cabía en el sentido común que fuera posible exterminar a cientos de miles de judíos”, expresó Yitzhak Zuckerman, líder de la resistencia judía en Varsovia.
Propaganda constante hasta el amargo final La victoria soviética en defensa de Moscú el 6 diciembre de 1941 y la declaración de guerra de Alemania a Estados Unidos cinco días después, el 11 de diciembre,
aseguraron un conflicto militar prolongado. Tras la catastrófica derrota alemana en Estalingrado en febrero de 1943, el desafío de mantener el apoyo popular para la guerra se volvió aún más desalentador para los propagandistas nazis. Los alemanes ya no podían conciliar las noticias oficiales con la realidad, y muchos comenzaron a escuchar las transmisiones radiales extranjeras para obtener información precisa. Las personas que asistían a los cines comenzaron a rechazar los noticieros y a considerarlos propaganda descarada. Goebbels incluso ordenó a los cines cerrar sus puertas antes de proyectar el episodio semanal, lo que obligaba a los espectadores a verlo si querían ver la película en cartel.
Hasta el final de la guerra, los propagandistas nazis mantuvieron la atención pública centrada en lo que le sucedería a Alemania en caso de una derrota. El Ministerio de Propaganda explotó particularmente la divulgación de un plan económico de posguerra para Alemania desarrollado en 1944 por Henry Morgenthau, Jr., Secretario del Tesoro de la administración Roosevelt. Morgenthau imaginaba despojar a Alemania de su industria pesada y regresar el país a una economía agraria. Historias como estas, que ayudaron en algo a fortalecer la resistencia cuando las tropas Aliadas ingresaron a Alemania, tenían como objetivo intensificar el miedo a la capitulación, alentar el fanatismo y pedir la destrucción constante del enemigo. PROPAGANDA: EVALUACIÓN DE LA CULPA: CRÍMENES NAZIS Y JUICIOS DE POSGUERRA
El acusado Julius Streicher, editor del periódico antisemita Der Stürmer, en el estrado durante el juicio del Tribunal Militar Internacional por los principales criminales de guerra en Nuremberg. 29 de abril de 1946. — National Archives and Records Administration, College Park, Md.
“Dimos a los nazis lo que ellos les negaron a sus oponentes: la protección de la ley.” --Ex Secretario de Guerra de EE. UU., Henry Stimson, en referencia al Tribunal Militar Internacional creado en Nuremberg, Alemania. ¿Existe realmente un vínculo directo entre las palabras y los actos? ¿Pueden las palabras y las imágenes motivar a las personas a cometer actos de genocidio? Cuando la guerra en Europa llegó a su fin en mayo de 1945, los Aliados debieron enfrentarse con la tremenda tarea de reformar la sociedad alemana y reeducar a su población después de doce años de dominio nazi y un régimen constante de propaganda fundada en el
odio. El “nazismo”, como expresó el escritor judío alemán Victor Klemperer en 1946, se había “filtrado en lo más hondo de las personas a través de palabras, modismos y estructuras oracionales que les fueron impuestas a través de millones de repeticiones y que asimilaron mecánica e inconscientemente”. Los Aliados obligaron a los alemanes a enfrentarse con su pasado reciente al dejar al descubierto la criminalidad del régimen nazi en los juicios a los líderes de la nación y erradicar los vestigios del culto al Führer y la propaganda de Joseph Goebbels. Por primera vez en la historia, los tribunales de crímenes de guerra juzgaron a los propagandistas: personas cuyas palabras, imágenes y artículos contribuyeron a la agresión, la persecución y el asesinato en masa perpetrados por los nazis.
Tribunal Militar Internacional: un juicio sin precedentes Durante la guerra, los Aliados advirtieron en reiteradas ocasiones a Alemania y a las demás potencias del Eje su determinación de castigar a los funcionarios del Gobierno, el Ejército o el Partido Nazi responsables de acciones criminales. El Tribunal Militar Internacional fue creado en Nuremberg el 20 de noviembre de 1945. A través de la difusión del juicio a los líderes nazis entre la población alemana, los Aliados esperaban desacreditar el régimen de Hitler y dejar al descubierto el alcance de la agresión y los asesinatos en masa. Doscientos cincuenta periodistas de todas partes del mundo estuvieron presentes en el Palacio de Justicia. Para asegurarse de que el pueblo alemán recibiera las noticias de los juicios, las autoridades de ocupación Aliadas aumentaron la asignación de papel de periódico para la prensa alemana y, durante el tiempo que duró el juicio, las estaciones de radio transmitieron informes con comentarios varias veces al día. A partir del 7 de diciembre de 1945, los noticieros comenzaron a transmitir informes regulares sobre el juicio al público que acudía a los cines en todo el mundo.
En muchos aspectos, los juicios de Nuremberg no tuvieron precedentes. Nunca antes tantos líderes nacionales habían sido juzgados por un tribunal compuesto por sus conquistadores militares. Veinticuatro personas, que representaban a todos los sectores de la política bajo el régimen nazi, fueron acusadas de cuatro delitos: plan común o conspiración para cometer crímenes contra la paz; crímenes contra la paz; crímenes de guerra; y crímenes contra la humanidad. Entre los acusados se encontraban dos personas vinculadas a la creación o la difusión de la propaganda nazi. Los argumentos contra el editor del periódicoDer Stürmer, Julius Streicher, y el Ministro de Propaganda e Información Pública, el oficial Hans Fritzsche, se basaron totalmente en sus acciones como propagandistas. La acusación incluyó una declaración que afirmaba que la propaganda era “una de las armas más poderosas que poseían los conspiradores [quienes] desde el comienzo […] valoraron la urgencia de inculcar al pueblo alemán los
principios y la ideología nacionalsocialistas” y quienes usaron la propaganda “para preparar psicológicamente el terreno para la acción política y la agresión militar”. ¿Existe una conexión entre las palabras y los actos? El gran desafío que debió enfrentar la fiscalía en sus argumentos contra Streicher y Fritzsche fue probar una conexión directa y causal entre las actividades de los propagandistas nazis y la implementación de una política de agresión o asesinato en masa. Nuevamente, ¿existe realmente una conexión directa entre las palabras y los actos? El caso Streicher resultó el más sólido de los dos: los veintidós años de circulación de Der Stürmerproporcionaron evidencia suficiente sobre el odio fanático de Streicher a los judíos y los llamados a la acción contra ellos. El tribunal declaró a Streicher culpable de crímenes contra la humanidad y concluyó que los veintitrés artículos publicados enDer Stürmer entre 1938 y 1941 habían llamado al exterminio de los judíos. La evidencia principal que se utilizó para determinar que Streicher tenía conocimiento de la “Solución Final” fue su subscripción a un periódico suizo judío llamado Israelitische Wochenblat (Israelita Semanal), que publicaba informes de las matanzas nazis. El tribunal declaró que “la incitación de Streicher al asesinato y el exterminio en el momento en que los judíos del Este eran asesinados en las más horribles condiciones claramente constituye una persecución por motivos políticos y raciales en relación con 'crímenes de guerra', según se definen en el Estatuto, y esto constituye un 'crimen contra la humanidad'”. El tribunal sentenció a Streicher a la pena de muerte por ahorcamiento. El 16 de octubre de 1946 a las 2:12 de la madrugada Streicher fue conducido a la horca y colgado. Los juicios de la posguerra confirmaron el rol importante que ejerció la propaganda para mantener el apoyo popular al régimen nazi y justificar la persecución de los judíos y de otras víctimas de la era del Holocausto. El juicio a los propagandistas por “crímenes contra la humanidad” sentó un precedente importante invocado por los organismos y tribunales internacionales hasta el presente. Desnazificación Mucho tiempo antes del final de la guerra, los Aliados prometieron destruir el militarismo alemán y el nazismo. Tras la derrota alemana en mayo de 1945, las autoridades de ocupación comenzaron a implementar dicho objetivo de guerra. En la Conferencia de Potsdam (julio-agosto de 1945), las naciones victoriosas establecieron los principios fundamentales para la reforma de Alemania: la nación sería completamente desarmada y desmilitarizada; sus fuerzas armadas serían eliminadas; y su población, “desnazificada” y reeducada.
Durante el período de posguerra inmediato, en la Alemania ocupada por los Aliados, la “desnazificación” implicó el cambio de nombre de las calles, los parques y los edificios
que tuvieran asociaciones militaristas o nazis; la eliminación de monumentos, estatuas, letreros y emblemas relacionados con el nazismo o el militarismo; la confiscación de propiedades del Partido Nazi; la eliminación de propaganda nazi de la educación, los medios de comunicación alemanes y las numerosas instituciones religiosas que tenían líderes y clérigos pronazis; y la prohibición de desfiles o himnos militares o nazis, o la exhibición pública de símbolos nazis.
Los soldados aliados, los prisioneros de los campos de concentración y los alemanes contrarios a Hitler se vengaron de los símbolos nazis quemando o destruyendo banderas, estandartes y letreros blasonados con la cruz esvástica. En un momento que fue captado por las cámaras, los soldados estadounidenses dinamitaron la inmensa cruz esvástica del estadio de Nuremberg, el lugar de las antiguas concentraciones nazis.
Para los que fueron testigos de este episodio, ya sea personalmente o a través de los noticieros de los cines, la explosión simbolizó el fin del nazismo y el comienzo de una nueva era. Era necesario desacreditar el culto al Führer, y se demostró que el ex líder alemán había sido un maníaco asesino de masas cuyas políticas habían provocado el sufrimiento de millones de europeos y habían conducido a la destrucción de Alemania. Los equipos de filmación documentaron el momento en que los trabajadores derribaron con mazas un enorme busto de metal de Hitler y derritieron las planchas de impresión de plomo de su autobiografía, Mein Kampf, para producir tipos para un periódico democrático para la nueva Alemania. La distribución de propaganda nazi continúa siendo ilegal en la Alemania actual. Aceptación de la culpa El pueblo alemán que seguía los juicios de posguerra contra los propagandistas vio cómo las figuras de los medios, como Julius Streicher para evitar la horca, o la directora de cine Leni Riefenstahl para salvar su carrera y su reputación, no asumieron la responsabilidad por su participación en los crímenes nazis y se mostraron poco arrepentidos. La excepción a esta actitud fue la declaración de Hans Fritzsche como acusado en Nuremberg: “Después de que la forma totalitaria de gobierno ha provocado la catástrofe del asesinato de 5 millones de personas, considero que esta forma de gobierno es incorrecta aun en tiempos de emergencia. Creo que con cualquier tipo de control democrático, incluso con un control democrático restringido, esta catástrofe hubiera sido imposible”. El ex locutor de radio concluyó: “Toda persona que después de Auschwitz continúe adherida a la política racial, se ha declarado a sí misma culpable”. Fueron las nuevas generaciones de alemanes, incluidos los intelectuales, que nacieron después de la guerra, y que participaron activamente en las últimas tres décadas del
siglo veinte, quienes cuestionaron la conducta de sus padres y abuelos durante los años del nazismo. La fiscalía en Nuremberg tuvo dificultades para probar que Streicher tenía conocimiento y era personalmente responsable de la implementación de la “Solución Final”. Un artículo redactado para Der Stürmer el 4 de noviembre de 1943 sugiere que Streicher tenía conocimiento de esto: “Realmente es cierto que, por así decirlo, los judíos han desaparecido de Europa y que la 'reserva judía del Este', originaria de la plaga judía que ha atormentado durante siglos a los pueblos de Europa, ha dejado de existir. Pero el Führer del pueblo alemán al comienzo de la guerra profetizó lo que ahora ha sucedido”. En su testimonio personal de defensa, Streicher insistió en que solo había oído hablar de los asesinatos en masa mientras era prisionero de los Aliados. También afirmó que sus discursos y artículos no tenían por objeto incitar a los alemanes, sino solo “informar” e “instruir” sobre “un asunto que, en mi opinión, era uno de los problemas más importantes”. Streicher, a quien los psiquiatras habían evaluado como una persona cuerda pero obsesionada con el odio a los judíos, resultó ser una persona poco sincera e indigna de confianza. En el último alegato en la sala del tribunal de Nuremberg, la fiscalía detalló la culpabilidad del acusado: “El acusado Streicher es cómplice de la persecución de los judíos en Alemania y en los territorios ocupados, que culminó con el asesinato en masa de un número estimado de seis millones de hombres, mujeres y niños. La propaganda publicada en Der Stürmer y en otras publicaciones de Streicher, de la cual admitió ser responsable, tenía la intención de despertar el miedo y el odio fanáticos a los judíos e incitar el asesinato. Esta propaganda fue difundida, además, en un país en el que no existía un libre mercado de ideas; en el que, de hecho, como el acusado Streicher conocía bien y aprobaba, ningún argumento contrario podía ser expresado públicamente; y en el que, por ende, el impacto de dicha propaganda tenía una fuerza claramente previsible y peculiarmente arrolladora. A través de la propaganda destinada a incitar el odio y el miedo, el acusado Streicher se dedicó durante veinticinco años a crear la base psicológica fundamental para llevar a cabo un programa de asesinato en masa. Esto solo bastaría para declarar su culpabilidad como cómplice del programa criminal de exterminio”. Al no poder probar que Streicher tenía una conexión ocasional con la implementación real del asesinato en masa, la fiscalía aceptó el argumento de que Streicher activamente “recomendó y promovió el programa de exterminio” mientras se estaban cometiendo los asesinatos en masa. Hans Fritzsche, del Ministerio de Propaganda, fue el oficial alemán de menor rango juzgado por el Tribunal Militar Internacional. Fritzsche probablemente terminó en el banquillo de los acusados junto con los oficiales alemanes de mayor rango porque la muerte del Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, dejó a los Aliados sin un acusado
para representar al Ministerio de Propaganda e Información Pública. Además, los Aliados occidentales estaban deseosos de calmar a los soviéticos mediante la selección de Fritzsche, uno de solo dos acusados de Nuremberg en custodia soviética en 1945. Fritzsche se había desempeñado como director de la División de Radio del Ministerio de Propaganda y conducía su propio programa Hier Spricht Hans Fritzsche! (¡Habla Hans Fritzsche!). El fiscal del caso Fritzsche intentó probar la culpabilidad del acusado basándose en las descaradas declaraciones antisemitas de sus muchas transmisiones, que la BBC había interceptado y traducido al inglés. “Fritzsche no está en el banquillo de los acusados como un periodista libre”, argumentó el fiscal, “sino como un eficiente y controlado propagandista nazi… que ayudó sustancialmente a fortalecer el poderío nazi sobre el pueblo alemán [y] que hizo más digeribles los excesos de estos conspiradores en la conciencia del pueblo alemán”. El tribunal consideró que la evidencia no era convincente y declaró a Fritzsche inocente de las tres acusaciones que pesaban sobre él. “Al parecer, en algunas ocasiones Fritzsche realizó fuertes declaraciones de naturaleza propagandista en sus transmisiones”, concluyó el tribunal. “Pero el Tribunal no está en condiciones de afirmar que estas declaraciones tuvieran la intención de incitar al pueblo alemán a cometer atrocidades contra los pueblos conquistados, y esta persona no puede ser declarada participante de los crímenes que se le imputan. Su objetivo fue más bien despertar el sentimiento popular en apoyo de Hitler y del esfuerzo bélico alemán”. El fallo del tribunal en el caso Fritzsche estableció una importante distinción entre discurso de odio o propaganda de odio e incitación. Si bien Fritzsche realizó transmisiones y declaraciones antisemitas durante el ejercicio de su cargo, no llamó específicamente al asesinato en masa de los judíos de Europa. Esto distingue claramente su propaganda de la de su coacusado Julius Streicher. (Únicamente el juez soviético, el Teniente General I. T. Nikitchenko, disintió: “La difusión de mentiras provocativas y el engaño sistemático de la opinión pública fueron tan necesarios para la realización de los planes de los hitleristas como lo fue la producción de armamentos y la elaboración de planes militares”). Posteriormente, Fritzsche fue juzgado como “delincuente de primera categoría” por el tribunal de desnazificación de Nuremberg y sentenciado a nueve años de prisión en un campo de trabajo. Si bien se le prohibió volver a escribir, escribió sus memorias mientras estaba en prisión y las publicó bajo un seudónimo. Su sentencia fue reducida y quedó en libertad en 1950. Trabajó en publicidad y relaciones públicas hasta 1953, cuando murió de cáncer a la edad de 53 años.
Otros propagandistas sometidos a juicio
Los juicios de posguerra a los propagandistas nazis continuaron después del Tribunal Militar Internacional, pero el resultado combinado de los juicios posteriores no ayudó en gran medida a esclarecer el problema legal de asociar las palabras con los actos. Además de la condena al ex Jefe de Prensa del Reich, Otto Dietrich, emitida por el Tribunal Militar de EE. UU., los tribunales de "desnazificación" alemanes juzgaron y condenaron al magnate de la prensa nazi Max Amann, al director de cine Fritz Hippler (director de la película 'Der ewige Jude'), y al dibujante de historietas del periódico Der Stürmer, Philipp Ruprecht (conocido por los lectores como "Fips"). Otros propagandistas fueron absueltos, entre ellos la directora de cine Leni Riefenstahl (directora de 'El triunfo de la voluntad'). Un tribunal británico condenó por traición (debido a sus transmisiones de propaganda nazi) al estadounidense William Joyce (Lord Haw Haw), quien fue ejecutado. El Gran Mufti de Jerusalén, Hajj Amin alHusayni, que había transmitido por radio propaganda pro-Eje desde Berlín al mundo árabe, fue arrestado en 1945 en la zona de Alemania ocupada por los franceses. Escapó a Egipto, donde continuó produciendo y difundiendo propaganda antisionista, antisemita y antiisraelita.
Por primera vez en la historia Por primera vez en la historia, los tribunales de crímenes de guerra juzgaron a los propagandistas: las personas cuyas palabras, imágenes y artículos contribuyeron a la agresión, la persecución y el homicidio en masa perpetrados por los nazis. Los juicios de la posguerra confirmaron el rol importante que ejerció la propaganda para mantener el apoyo popular al régimen nazi y justificar la persecución de los judíos y de otras víctimas de la era del Holocausto. El juicio a los propagandistas por los “crímenes contra la humanidad” sentó un precedente importante invocado por los organismos y tribunales internacionales hasta el presente. PROPAGANDA: REDACCIÓN DE LAS NOTICIAS
En Berlín, una mujer alemana lee un ejemplar del diario Berliner Illustrierte, que muestra fotos de la visita oficial de Mussolini a Berlín en septiembre de 1937. — US Holocaust Memorial Museum
Joseph Goebbels, quien comenzó su carrera como periodista, escribió en su diario (el 14 de abril de 1943) la siguiente reflexión sobre la pérdida de independencia de la prensa
durante la guerra: “Todo hombre que aún conserve algo de honor tendrá cuidado de no convertirse en periodista”.
Cuando Hitler llegó al poder en 1933, Alemania poseía una infraestructura de comunicación bien desarrollada. En Alemania se publicaban más de 4.700 periódicos diarios y semanales por año;más periódicos que en cualquier otra nación industrializada, con una circulación total de 25 millones de ejemplares. Si bien Berlín era la capital de la prensa, las imprentas de ciudades pequeñas dominaban la circulación de periódicos (el 81% de todos los periódicos alemanes estaban en manos de empresas locales). Los ocho periódicos publicados en las principales ciudades tenían reputación internacional. La industria cinematográfica alemana se ubicaba entre las mejores del mundo, sus películas recibían elogio internacional, y la nación era pionera en el desarrollo de la radio y la televisión. Control de la prensa Cuando Hitler asumió el poder en 1933, los nazis controlaban menos del tres por ciento de los 4.700 periódicos que circulaban en Alemania. La eliminación del sistema político multipartidario no solo provocó la desaparición de cientos de periódicos producidos por los partidos políticos proscritos, sino que también permitió que el Estado se apoderara de los equipos y las plantas de impresión de los Partidos Comunista y Socialdemócrata, que a menudo eran entregados directamente al Partido Nazi. En los meses posteriores, los nazis establecieron el control o ejercieron influencia sobre los organismos de prensa independientes. Durante las primeras semanas de 1933, el régimen nazi utilizó la radio, la prensa y los noticieros para avivar el temor de un “levantamiento comunista” pendiente y luego canalizó la ansiedad popular en medidas políticas que erradicaron las libertades civiles y la democracia.
En unos pocos meses, el régimen nazi destruyó la libertad de prensa alemana antes vigorosa. Hacia 1941, la editorial Eher del Partido Nazi se había convertido en la mayor editorial de la historia alemana y su periódico principal, Völkischer Beobachter(El Observador Nacional) había alcanzado una circulación de más de un millón de ejemplares. El periódico Völkischer Beobachter (El Observador del Pueblo), que Hitler había comprado para el partido en 1920, anunciaba reuniones y otras noticias a los miembros del partido y extendía el alcance del partido más allá de las reuniones del partido y la cervecería. La circulación aumentó con el éxito del movimiento nazi, llegando a más de 120 mil ejemplares en 1931 y a 1,7 millones hacia 1944. Editado por el escritor antisemita e ideólogo nazi Alfred Rosenberg, el Völkischer Beobachter se especializaba en breves hipérboles de los temas predilectos de los nazis: la humillación del Tratado de
Versalles, la debilidad del sistema parlamentario de Weimar y el flagelo mundial del judaísmo y el bolchevismo, temas que eran contrastados con eslóganes patrióticos nazis. Un hombre, un periódico Der Stürmer fue el periódico antisemita más tristemente célebre de Alemania. Este periódico era editado y dirigido por el líder provincial nazi [Gauleiter] Julius Streicher, ex maestro de escuela convertido en activista nazi. El periódico se publicó durante más de 20 años, entre 1923 y 1945, y contenía historias espeluznantes sobre “asesinatos rituales”, crímenes sexuales y delitos financieros de judíos. Durante la República de Weimar, las argumentaciones injuriosas y difamatorias de Der Stürmer frecuentemente terminaban en acciones legales presentadas por políticos escandalizados y organizaciones judías contra el mismo Streicher y el periódico. Cuando el nazismo asumió el poder, la fortuna del periódico y de su editor mejoró de manera vertiginosa. La circulación del periódico aumentó drásticamente de 14 mil ejemplares en 1927 a casi 500 mil en 1935. Aunque los visitantes extranjeros y muchos alemanes, incluyendo algunos propagandistas nazis, consideraban que el monotemático periódico era ofensivo, Hitler se negó a cerrar Der Stürmer, aun después de que un tribunal del Partido Nazi sacara a Streicher de su cargo político y del partido por corrupción. Durante la década de 1930, los alemanes podían encontrar al Der Stürmer en todas las calles de Alemania. Streicher colocaba vitrinas exhibidoras en las calles para promover su propaganda antisemita y aumentar la circulación. Para llenar todas estas vitrinas y suscripciones, algunas veces aumentaba la tirada del periódico a dos millones de ejemplares. Periódicos judíos como respuesta comunitaria Aunque la maquinaria de propaganda nazi absorbió a la prensa alemana al servicio de su ideología racista, los periódicos publicados por las comunidades judías locales (Gemeinden) para sus miembros se convirtieron en una línea vital de comunicación para los judíos de las ciudades y los pueblos de toda Alemania, y un vínculo entre las comunidades locales y los líderes de las organizaciones judías nacionales. Cuando se produjo el boicot a negocios judíos en toda la nación en abril de 1933, Arno Herzberg, jefe de la Agencia Telegráfica Judía en Berlín, escribió: “Las nuevas circunstancias en las que ahora se encuentra el pueblo judío alemán también anuncian una nueva era para la prensa judía. Esta nueva era introduce tareas de mayor alcance para el periodismo judío. Anteriormente la prensa judía tenía una existencia serena. No atendía las inquietudes del judío alemán promedio… Todo esto ha cambiado de manera
fundamental en la era en que los judíos son excluidos de los círculos sociales e intelectuales alemanes”.
Estos periódicos comunales publicaban artículos y editoriales destinados a fortalecer una identidad judía positiva frente a la deshonrosa propaganda antisemita oficial y a asesorar y alentar a los miembros de la comunidad para enfrentar los desafíos diarios que suponía la vida bajo la legislación nazi antisemita. A medida que aumentaba el número de judíos que emigraban de Alemania, muchas comunidades judías locales (Gemeinden) desaparecían y sus periódicos cerraban. El 11 de noviembre de 1938, tras la violencia de pogrom de la "Noche de los vidrios rotos" (Kristallnacht), el Gobierno alemán prohibió la publicación de los demás periódicos comunales judíos. A partir de ese momento, los judíos debían recibir todas las noticias y anuncios oficiales del boletín Jüdisches Nachrichtenblatt, controlado por el gobierno. Las autoridades alemanas no exigían a los periódicos comunales judíos adherirse a las reglamentaciones impuestas para la prensa alemana en general. Por ejemplo, las publicaciones judías no estaban obligadas a publicar los temas de debate palabra por palabra o a repetir la propaganda oficial emitida por el Ministerio de Propaganda en sus conferencias de prensa diarias. Las autoridades alemanas prohibían a los no judíos comprar o leer estos periódicos comunales judíos.
Nuevos caminos para la propaganda: cine, radio y televisión Los nazis comprendían el poder y la atracción de las tecnologías emergentes, como el cine, el altavoz, la radio y la televisión al servicio de la propaganda. Estas tecnologías ofrecían a los líderes nazis un medio para la difusión masiva de sus mensajes ideológicos y un vehículo para reforzar el mito de la Comunidad Nacional (Volksgemeinschaft) a través de la experiencia comunal de ver y escuchar. Después de 1933, la radio alemana transmitía los discursos de Hitler en los hogares, las fábricas e, incluso, en las calles de las ciudades a través de altavoces. Los funcionarios del Ministerio de Propaganda de Goebbels vieron la gran promesa que significaba la radio para la propaganda. El ministerio otorgó importantes subsidios para la fabricación de la económica “Radio del pueblo” (Volksempfänger) y facilitar así su venta. Hacia 1935, se habían vendido aproximadamente 1,5 millones de estas radios, lo que convirtió a Alemania en el país con una de las mayores audiencias radiales del mundo. En 1935, Alemania se convirtió en la primera nación en introducir el servicio de televisión regular. El Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, vio el gran potencial de propaganda del nuevo medio, pero creía que se podría aprovechar mejor a través de la experiencia colectiva, como el cine o el teatro.
Detrás de los titulares: manipulación nazi de los medios de comunicaciónKristallnacht La noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, los líderes nazis provocaron una ola de violencia que devastó las comunidades judías en todo el Gran Reich Alemán y escandalizó a la opinión pública mundial. Ante la insistencia del Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, los líderes nazis locales y regionales comenzaron una destrucción y brutalidad sin sentido, utilizando el asesinato de un diplomático alemán en París en manos de un adolescente judío para justificar la violencia. En “la noche de los vidrios rotos” (Kristallnacht), los agitadores destruyeron o dañaron unos 7.500 negocios judíos, incendiaron cientos de sinagogas y asesinaron a 91 judíos. En los días siguientes, la Policía de Seguridad Alemana arrestó a aproximadamente 30 mil hombres judíos y los encarceló en los campos de concentración de Buchenwald, Dachau y Sachsenhausen. Incluso cuando los periódicos de todo el mundo informaron los hechos y las consecuencias de esta terrible noche, el Ministerio de Propaganda Alemana se ocupó de realizar un control de los daños a través de una campaña de prensa orquestada que buscaba justificar las pasiones detrás de la violencia, atribuyéndolas a la “indignación espontánea” del pueblo alemán, y minimizar el alcance real de las muertes y la destrucción.
La manipulación bajo cuerda de la prensa respecto a este hecho revela las operaciones de control de la información -y del daño- de la maquinaria de propaganda nazi (tanto al público alemán como al público internacional) y la rapidez con la que respondía a la crítica y a las noticias de último momento.
Transmisiones prohibidas: la radio extranjera como una fuente alternativa de noticias En tiempos de guerra, los gobiernos generalmente restringen y censuran el acceso público a la información para evitar que los datos importantes se filtren al enemigo o para aislar a la población de la información que podría debilitar la moral pública. Cuando Alemania invadió Polonia el 1º de septiembre de 1939, el régimen nazi implementó medidas draconianas para evitar que su población recibiera información del exterior. El Gobierno alemán prohibió a sus ciudadanos escuchar transmisiones extranjeras, y hacerlo constituía un delito. Los tribunales alemanes podían condenar a prisión o, incluso, a la muerte a las personas que difundiesen historias recogidas de estaciones de radio enemigas.
Temerosas por lo ocurrido en la Primera Guerra Mundial (cuando la propaganda Aliada deterioró la moral alemana y propició el descontento), las autoridades alemanas tenían la esperanza de que la amenaza de un castigo severo por escuchar transmisiones extranjeras respaldara los esfuerzos de aislar a la población de las “mentiras” del enemigo. A pesar de los atentos y vigilantes ojos y oídos de los informantes de la Gestapo y del Partido Nazi, millones de alemanes recurrían a la British Broadcasting Corporation (BBC) y a otras estaciones de transmisión prohibidas para recibir información. LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
"Si alguna vez un texto pudo producir un odio masivo, es este….Este libro no es sino mentiras y difamación." Elie Wiesel, Ganador del Premio Nobel de la Paz Los Protocolos de los Sabios de Sion es la publicación antisemita más famosa y ampliamente distribuida de la época contemporánea. Sus mentiras sobre los judíos, que han sido desacreditadas repetidamente, continúan circulando hoy en día, especialmente por Internet. Los individuos y grupos que han utilizado los Protocolos están unidos por un propósito común: diseminar el odio a los judíos. Los Protocolos es totalmente una obra de ficción, escrita intencionalmente para culpar a los judíos de una variedad de males. Los que la distribuyen afirman que documenta una conspiración judía para dominar el mundo. Pero la conspiración y sus presuntos lideres, los Sabios de Sion, nunca existieron. El origen de una mentira En 1903, partes de Los Protocolos de los Sabios de Sion fueron publicadas por entregas en un diario ruso, Znamya (La Bandera). La versión de los Protocolos que ha perdurado y que ha sido traducida a docenas de idiomas, sin embargo, fue publicada por primera vez en 1905 en Rusia como apéndice al libro El Grande en el Pequeño: El Advenimiento del Anticristo y el Dominio de Satán en la Tierra, por el místico y escritor ruso Sergei Nilus. Aunque el origen exacto de los Protocolos no se conoce, su intento fue presentar a los judíos como conspiradores contra el estado. En 24 capítulos, o protocolos supuestamente las actas de las reuniones de los lideres judíos los Protocolos "describen" los "planes secretos" de los judíos para dominar el mundo mediante la manipulación de la economía, el control de los medios de comunicación, y el fomento de los conflictos religiosos. Después de la revolución rusa en 1917, emigrantes anticomunistas trajeron los Protocolos a Occidente. Poco después, ediciones circularon a través de Europa, los
Estados Unidos, Sudamérica, y Japón. Una traducción árabe apareció por primera vez en los años veinte. Comenzando en 1920, Henry Ford, el magnate de los automóviles, publicó en su diario, The Dearborn Independent, una serie de artículos basada en parte sobre los Protocolos. El libro El Judío Internacional, incluyendo esta serie, fue traducido a por lo menos 16 idiomas. Tanto Adolf Hitler como Joseph Goebbels, que fue mas tarde el ministro de propaganda nazi, elogiaron a Ford y El Judío Internacional. El fraude revelado En 1921 el diario de Londres, Times, presentó evidencia concluyente que los Protocolos eran un plagio tosco. El diario confirmó que los Protocolos habían sido copiados en gran parte de una sátira política francesa que no mencionaba a los judíos El Dialogo en el Infierno entre Machiavelli and Montesquieu (1864). Otras investigaciones revelaron que un capítulo de Biarritz (1868), una novela escrita por el prusiano Hermann Goedsche, también "inspiró" los Protocolos. La época nazi Alfred Rosenberg, ideólogo del partido nazi, introdujo Hitler a losProtocolos al principio de los años veinte, cuando Hitler estaba desarrollando sus ideas. Hitler se refirió a los Protocolos en algunos de sus primeros discursos políticos, y durante su carera explotó el mito que los "judíos-bolcheviques” conspiraban para controlar el mundo. Durante los años veintes y treintas, Los Protocolos de los Sabios de Sion jugó un papel importante en la propaganda nazi. El partido nazi publicó por lo menos 23 ediciones de los Protocolos entre 1919 y 1939. Siguiendo la toma del poder por los nazis en 1933, algunas escuelas usaron los Protocolos para indoctrinar a los estudiantes. El fraude revelado En 1935, un tribunal suizo multó a dos lideres nazis por circular una edición alemana de los Protocolos en Berne, Suiza. El presidente del tribunal declaró durante el proceso que losProtocolos eran "difamatorios", "falsificaciones obvias", y "tonterías ridículas". El Senado de los Estados Unidos emitió un informe en 1964 declarando que los Protocolos eran "fabricados." El Senado califico a los contenidos de los Protocolos de "galimatías" y criticó a los que diseminaban los Protocolos por usar la misma técnica de propaganda que Hitler. En 1993, un tribunal ruso dictaminó que Pamyat, una organización nacionalista de extrema derecha, había cometido una acto antisemita al publicar los Protocolos. A pesar de estas revelaciones repetidas de los Protocolos como estafa, sigue siendo el texto antisemita más influyente de los últimos cien años, y continúa atrayendo a una variedad de individuos y grupos antisemitas.
Los Protocolos hoy en día Según el "Informe sobre el Antisemitismo Mundial" emitido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos en 2004, la intención inequívoca de los Protocolos es de incitar el odio hacia los judíos e Israel. En los Estados Unidos y Europa, neonazis, partidarios de la supremacía de la raza blanca, y los que niegan la existencia del holocausto promocionan y circulan los Protocolos. Libros basados sobre los Protocolos se encuentran en todo el mundo, hasta en países con pocos judíos como Japón. Muchos libros de texto escolares por todo el mundo árabe e islámico presentan los Protocolos como hechos ciertos. Innumerables discursos políticos, editoriales, y hasta dibujos animados se derivan de los Protocolos. En 2002, la televisión estatal de Egipto trasmitió una miniserie basada sobre losProtocolos, un evento condenado por el departamento de estado de los Estado Unidos. Hamas, la organización palestina, se apoya en parte sobre los Protocolos para justificar sus actos de terrorismo contra civiles israelíes. El Internet ha aumentado dramáticamente el acceso a losProtocolos. Aunque muchos sitios de la red desenmascaran losProtocolos como una estafa, el Internet facilita el uso de losProtocolos para diseminar el odio a los judíos. Hoy, una búsqueda típica de Internet produce varios cientos de miles sitios que diseminan, venden o discuten los Protocolos o los exponen como un fraude. LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION: CRONOLOGÍA Esta cronología describe las fechas importantes de Los Protocolos de los Sabios de Sion, la publicación antisemita más ampliamente distribuida de la época contemporánea. Los Protocolos, supuestamente las actas de reuniones secretas de lideres judíos, describen un conspiración presunta para dominar el mundo. La conspiración y sus lideres, los llamados Sabios de Sion, nunca existieron. Aunque los Protocolos han sido desacreditados repetidamente, continúan a inspirar ellos que quieren diseminar el odio de los judíos. 1864 Maurice Joly, escritor satírico político francés , escribe El Dialogo en el Infierno entre Machiavelli y Montesquieu. El libro de Joly nunca menciona a los judíos pero mucho de los Protocolos serían fabricados sobre ideas contenidas allí dentro. 1868 Hermann Goedsche, escritor prusiano, publica la novela Biarritz, en la cual doce tribus de Israel se reúnen secretamente en el cementerio judío de Praga. El libro de Goedsche, como el de Joly, contiene ideas incorporados en la fabricación de los Protocolos.
1897-1899 Aunque el origen de los Protocolos se sigue debatiendo, fue probablemente fabricado bajo la dirección de Pytor Rachovsky, jefe de la división extranjera de la policía secreta (Okhrana) de Rusia en Paris. 1903 Una versión abreviada de los Protocolos se publica en un diario de San Petersburgo, Rusia, Znamya (La Bandera). 1905 Místico y escritor ruso Sergei Nilus incluye los Protocolos como apéndice a su libro, El Grande en el Pequeño: El Advenimiento del Anticristo y el Dominio de Satán en la Tierra. Para 1917, Nilus publica cuatro ediciones de los Protocolos en Rusia. 1920 La primera edición de los Protocolos escrita en una idioma no rusa se publica en Alemania. 1920 Los Protocolos se publican en Polonia, Francia, Inglaterra, y los Estados Unidos. Estas ediciones culpan la revolución rusa sobre los conspiradores judíos y alertan sobre la expansión del comunismo hacia el Occidente. 1920 Lucien Wolf, un periodista y diplomático británico, revela losProtocolos como un plagio fraudulento en el libro, El Duende Judío y los Protocolos Falsificados de los Sabios de Sion. 1920 Henry Ford, el magnate de los automóviles, publicó en su diario,The Dearborn Independent, una versión americanizada de losProtocolos llamada El Judío Internacional, que fue traducida a más de una docena idiomas. 16-18 agosto de 1921 El periodista Phillip Graves revela los Protocolos como un plagio en una serie de artículos en el diario de Londres, Times. 1921 El periodista Herman Bernstein del New York Herald, publica La Historia de una Mentira: Los Protocolos de los Sabios de Sion, la primera revelación de los Protocolos como fraude para el publico americano. 1923 El teorizador nazi, Alfred Rosenberg, escribe Los Protocolos de los Sabios de Sion y la Política Judía Mundial. El libro de Rosenberg alcanza un publico grande, necesitando tres ediciones en el año.
1924 Benjamin Segel, un periodista alemán-judío, revela que losProtocolos son falsificados en su libro, Die Protokolle der Weisen von Zion, kritisch beleuchtet (Los Protocolos de los Sabios de Sion, Críticamente Iluminados. 1924 Joseph Goebbels, luego el Ministro Nazi de la Propaganda y Ilustración, escribe en su diario: “Creo que Los Protocolos de los Sabios de Sion son una falsificación…. [Sin embargo], creo en la verdad intrínseca pero no la verdad factual de los Protocolos.” 1925-26 En su tratado, Mein Kampf, Hitler escribe: “Hasta que punto la existencia de este pueblo esta basada en una mentira continua, se muestra en Los Protocolos de los Sabios de Sion, que son tan odiados infinitamente por los judíos….Porque una vez que este libro se ha convertida en la propiedad común de un pueblo, la amenaza judía pude ser considerada desecha. 1927 Henry Ford emite una disculpa pública por la publicación de losProtocolos, y admite que son falsificaciones flagrantes. Ford dirige que las copias restantes del libro, El Judío Internacional, sean quemadas, y ordena a las casas editoriales al exterior de dejar de publicar el libro. Las editoriales extranjeras ignoran sus directivas. 1933 Los nazis toman poder en Alemania. El Partido Nazi publica por lo menos 23 ediciones de los Protocolos antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. 1935 Un tribunal en Berne, Suiza, dictamina contra un partido de nazis suizos acusados de circular los Protocolos en una manifestación pro-nazi. Walter Meyer, el presidente del tribunal, llama losProtocolos “tonterías ridículas”. 1938 Padre Charles E. Coughlin, conocido como “el cura de la radio,” publica los Protocolos por entregas en su diario, Justicia Social. 1943 Una edición de los Protocolos se publica en la Polonia ocupada por los alemanes. 1964 La Comisión Judicial del Senado de los Estados Unidos emite un informe titulado, Los Protocolos de los Sabios de Sion: Un Documento Histórico “Inventado”. La comisión concluye: “La subcomisión cree que los buhoneros de los Protocolos son vendedores de un prejuicio no americano y que difunden odio y disensión entre los americanos.
1974 Los Protocolos se publican en India bajo el título, La Conspiración Internacional contra los Indios. 1985 Una edición de los Protocolos en idioma inglés se publica en Iran por la Organización de la Propagación Islámica. 1988 El Artículo 32 del Pacto del Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS) dice: “El plan sionista no tiene límite. Después de Palestina, los sionistas aspiran a extender del Nilo al Euphrates. Cuando han digerido esta región, aspiraran a una expansión adicional, etcétera. Su plan esta expresado en losProtocolos de los Sabios de Sion, y su conducta actual es la mejor prueba de lo que estamos diciendo.” 1993 En Moscú, los Protocolos son declarados falsos en un juicio de Pamyat, una organización ultra-nacionalista que publicó losProtocolos en 1992. 2002 La televisión satélite egipcia transmite una serie de 41 partes,Jinete sin Caballo, que es basada principalmente sobre losProtocolos. 2002 El Senado de los Estados Unidos aprueba una resolución recomendando que el gobierno de Egipto y otros países árabes no dejen que la televisión estatal transmita cualquier programa que preste legitimidad a los Protocolos. 2003 Al Shatat (La Diáspora), una serie de televisión de 30 partes, se transmite en el canal Al-Manar TV de la Hizbullah. La serie representa un “gobierno judío mundial” como esta descrito en losProtocolos. 2003 Una exhibición de libros sagrados de las religiones monoteístas en la Biblioteca de Alejandría incluye una copia de los Protocolos al lado del Torá. UNESCO emite una denuncia pública de la exhibición. 2004 Los Protocolos se publican en Okinawa, Japón. 2005 Una edición de los Protocolos publicada en la Ciudad de México sugiere que el Holocausto fue dirigida por los Sabios de Sion a cambio de la creación del estado de Israel. 2005 Una edición de los Protocolos de los Sabios de Sion, autorizada por el Ministro de
Información sirio, afirma que los Sabios de Sion coordinaron los ataques terroristas en los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001. 2007 Una búsqueda típica de Internet de los Protocolos produce varios cientos de miles sitios. PRUEBAS DEL HOLOCAUSTO
Miembros del ejército estadounidense organizando pilas de documentos alemanes recopilados por los investigadores de crímenes de guerra como pruebas para el Tribunal Militar Internacional. — National Archives and Records Administration, College Park, Md.
CÓMO SABEMOS LO QUE SABEMOS “El propósito del juicio de Núremberg no fue solamente, ni siquiera principalmente, condenar a los jerarcas de la Alemana nazi… De muchísima más importancia, me pareció desde el comienzo, fue la creación de un registro del régimen de Hitler que resistiera la prueba de la historia". Robert Storey, jefe de la fiscalía de los Estados Unidos Las metas del Tribunal Militar Internacional (IMT) trascendieron la sentencia y la pena. Los creadores del tribunal estaban armando en forma deliberada un registro público de los horrorosos crímenes cometidos por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, incluso los del Holocausto. El Fiscal Jefe estadounidense Robert Jackson estaba preocupado porque "salvo que se creara un registro... las futuras generaciones no creerían lo horrible que fue la verdad".
A fin de evitar cualquier acusación que se basara exclusivamente en testimonios personales, los cuales las generaciones futuras podrían considerar tendenciosos, los fiscales decidieron fundamentar su caso en los miles de documentos escritos por los propios alemanes. Estas masas de documentos se tradujeron a los cuatro idiomas oficiales del tribunal, se analizaron en cuanto a su importancia y se reprodujeron para su distribución entre los abogados defensores y otros participantes del juicio. La fiscalía presentó otras pruebas a través de objetos, diagramas y fotografías tomadas por fotógrafos nazis en campos de concentración.
Diecinueve equipos de investigación leyeron detenidamente los registros alemanes, entrevistaron testigos y visitaron los sitios de las atrocidades para armar el caso.
La declaración testimonial de testigos presenciales presentada en los juicios de Núremberg sentó las bases de mucho de lo que sabemos del Holocausto, incluso los detalles de la maquinaria mortífera de Auschwitz, las atrocidades cometidas por los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza), la destrucción del ghetto de Varsovia y el cálculo estadístico original de seis millones de judíos asesinados. QUEMA DE LIBROS
Estudiantes alemanes reunidos en torno a libros que consideran "no alemanes". Los libros se quemarían públicamente en la Opernplatz de Berlín. Berlín, Alemania, 10 de mayo de 1933. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. La “quema de libros” se refiere a la destrucción por fuego de libros u otros materiales escritos. Usualmente llevado a cabo en un contexto público, la quema de libros representa un elemento de censura y usualmente se origina en una oposición cultural, religiosa o política a los materiales en cuestión.
La quema de libros tiene una historia larga y siniestra; y tal vez el más famoso de estos eventos -- la quema de libros bajo el régimen nazi el 10 de mayo de 1933 -- tuvo un precedente en la Alemania del siglo XIX. En 1817, asociaciones de estudiantes alemanes (Burschenschaften) eligieron el tricentésimo aniversario de las 95 tesis de Lutero para celebrar un festival en el castillo de Wartburg en Thuringia, donde Lutero había buscado refugio después de su excomunión. Los estudiantes, manifestando en favor de un país unificado -- Alemania en ese momento era un baturrillo de estados -- quemaron textos y literatura anti-nacional y reaccionaria que los estudiantes veían como “no alemana”. En 1933, las autoridades alemanas nazis se esforzaron por sincronizar organizaciones profesionales y culturales con laideología y política nazi (Gleichschaltung). En línea con este empeño, Joseph Goebbels, Ministro Nazi de Esclarecimiento Popular y Propaganda, empezó a esforzarse por alinear el arte y lacultura alemana con los objetivos nazis. El gobierno purgó a las organizaciones culturales de judíos y de otros oficiales políticamente sospechosos o que representaban o creaban obras de arte que los ideólogos nazis consideraban “degeneradas”.
En su esfuerzo para sincronizar la comunidad literaria, Goebbels tenía un fuerte aliado en la Asociación de Estudiantes Alemanes Nacionalsocialistas (Nationalsozialistischer Deutscher Studentenbund, or NSDStB). Los estudiantes universitarios alemanes formaban parte de la vanguardia del temprano movimiento nazi y, a fines de la década de 1920, muchos tuvieron cabida en los rangos de varias formaciones nazis. El ultranacionalismo y el antisemitismo de las organizaciones estudiantiles seculares de clase media habían sido intensos y explícitos durante décadas. Después de la Primera Guerra Mundial, muchos de los estudiantes se oponían a la República de Weimar (1919-1933) y encontró en el nacionalsocialismo una buena forma de canalizar su hostilidad y descontento político. El 6 de abril de 1933, la Oficina Principal de Prensa y Propaganda de la Asociación de Estudiantes Alemanes Nazis anunció públicamente una “acción contra el espíritu no alemán” en todo el país, que tendría como punto culminante una purga literaria o la “limpieza” (Säuberung) mediante el fuego. Las sedes locales de la organización proporcionaron a la prensa comunicados y artículos por encargo, ofrecieron listas negras de autores “no alemanes”, costearon la presentación de figuras reconocidas del nazismo para que hablaran en reuniones públicas y negociaron para obtener tiempo para transmisiones radiales. El 8 de abril, la asociación de estudiantes redactó sus doce "tesis" -- una evocación deliberada de las 95 tesis de Martín Lutero: declaraciones que describían los fundamentos de un idioma y una cultura nacional "puros". Publicitaban las tesis mediante carteles que atacaban el “intelectualismo judío”, sostenían la necesidad de “purificar” el idioma y la literatura alemanes y exigían que las universidades fueran centros del nacionalismo alemán. Los estudiantes describieron su “acción” como una respuesta a la “campaña de difamación” mundial de los judíos contra Alemania y una afirmación de los tradicionales valores alemanes. El 10 de mayo de 1933, en un acto simbólico de ominosa trascendencia, los estudiantes universitarios quemaron más de 25.000 volúmenes de libros “no alemanes”, presagiando un período de censura estatal y control de la cultura. La tarde del 10 de mayo, en la mayoría de las ciudades universitarias, los estudiantes de derecha marcharon con antorchas en “contra del espíritu no alemán”. Los rituales programados convocaban a altos funcionarios nazis, profesores, rectores y dirigentes estudiantiles universitarios para que se dirigieran a los participantes y espectadores. En los lugares de reunión, los estudiantes arrojaron al fuego los libros saqueados y “no deseados” con gran ceremonia, con bandas musicales, y los llamados “juramentos de fuego”. En Berlín, unas 40.000 personas se reunieron en el Opernplatz para escuchar a Joseph Goebbels pronunciar un discurso fogoso: “¡No a la decadencia y corrupción moral!” impuso Goebbels a la multitud. “¡Sí a la decencia y la moralidad en la familia y el estado! Así envío a las llamas las obras de Heinrich Mann, Ernst Gläser, Erich Kästner.”
Entre los autores cuyos libros los líderes estudiantiles quemaron esa noche se contaban socialistas famosos como Bertolt Brecht y August Bebel; el fundador del concepto de comunismo, Karl Marx; escritores críticos “burgueses” como el dramaturgo austriaco Arthur Schnitzler, así como “influencias extranjeras corruptoras”, entre ellas el autor americano Ernest Hemingway. Los fuegos consumieron también varios escritos del autor alemán Thomas Mann, que ganó el premio Nobel en 1929 y cuyo apoyo de la República de Weimar y critica del fascismo provocó la ira de los nazis, y los trabajos del autor de éxito internacional Erich Maria Remarque, cuya descripción impávida de la guerra, Sin novedad en el frente, los ideólogos nazis vilipendiaron como “una traición literaria a los soldados de la Guerra Mundial”. Erich Kästner, Heinrich Mann y Ernst Gläser, denigrados en la retórica devastadora de Goebbels, representaban los primeros críticos literarios alemanes del régimen nazi, aunque Heinrich Mann había ganado fama como el autor de Professor Unrat, que apareció en los cines alemanes en 1930 como “El Ángel Azul”; y Kästner era primariamente conocido por su literatura para niños y jóvenes. Otros escritores incluidos en las listas negras eran los autores americanos Jack London, Theodore Dreiser y Helen Keller, cuya creencia en la justicia social la animó a abogar por los discapacitados, el pacifismo, mejores condiciones para los obreros industriales, y el derecho al voto de las mujeres. Pero no todas las quemas de libros tuvieron lugar el 10 de mayo, como los estudiantes alemanes habían planificado. Algunas fueron pospuestas algunos días por lluvia. Otras, respondiendo a la preferencia de los capítulos locales de las organizaciones, tuvieron lugar el 21 de junio, el solsticio de verano, una fecha tradicional de celebraciones con fogatas en Alemania. No obstante, en 34 ciudades universitarias a través de toda Alemania la “Acción contra el espíritu no alemán” del 10 de mayo fue un éxito, lo que le valió una amplia cobertura en los medios. En algunas ciudades, especialmente en Berlín, hubo transmisiones de radio que llevaron los discursos, las canciones y las consignas ceremoniales “en vivo” a innumerables oyentes alemanes. La promoción de la cultura “aria” y la supresión de otras formas de producción artística fue otro esfuerzo nazi por “purificar” a Alemania. Naturalmente los autores judíos estaban entre los escritores cuyos trabajos eran quemados, entre ellos algunos de los escritores contemporáneos más famosos del momento, como Franz Werfel, Max Brod y Stefan Zweig.
También estaba entre los libros quemados la obra del querido poeta judío-alemán del siglo XIX, Heinrich Heine, que escribió enAlmansor, su obra de teatro de 1820-1821, la admonición famosa, “Dort, wo man Bücher verbrennt, verbrennt man am Ende auch Menschen": “Ahí donde se queman libros se acaban quemando también seres humanos”.
¿QUIÉN JUZGÓ EL CASO?
Robert H. Jackson, fiscal principal estadounidense, fotografiado en la época del Tribunal Militar Internacional (1945-1946). En 1941, Jackson había sido designado juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos. En 1945, el juez Jackson tomó una licencia para desempeñarse como principal fiscal estadounidense de los crímenes de guerra en los juicios de Núremberg a los ex líderes alemanes. Regresó a la Corte Suprema en 1946. — USHMM, courtesy of John W. Mosenthal En el verano de 1945, representantes de las naciones aliadas vencedoras (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética) se reunieron en Londres para analizar la creación de un Tribunal Militar Internacional. Había vastas cuestiones por resolver: cómo y dónde se reuniría tal tribunal, cuáles serían los cargos delictivos y qué perpetradores serían juzgados.
El presidente estadounidense Harry S. Truman emitió una orden ejecutiva para designar al juez de la Corte Suprema Robert H. Jackson como representante de los Estados Unidos y fiscal principal. Aunque los ingleses y soviéticos anteriormente se habían opuesto a hacer un juicio (argumentando que los líderes nazis debían ser ejecutados de inmediato), las cuatro potencias en Londres se comprometieron a llevar adelante un juicio. Luego de semanas de acaloradas discusiones sobre la jurisdicción, los procedimientos, las convenciones y la selección de los acusados, los representantes de los cuatro países aliados firmaron un acuerdo en donde sentaron las bases para una corte sin precedentes: el Tribunal Militar Internacional (IMT).
En total, 51 miembros de cuatro equipos de fiscales nacionales presentaron alegatos ante el Tribunal Militar Internacional y cientos de personas más trabajaron en la División de Documentación, la División de Interrogación, la División de Proyectos Especiales y como personal auxiliar en el juicio. EL RACISMO
Una ilustración antisemita de una película nazi. El título, traducido del alemán, dice: "Como una raza extranjera los judíos no tenían derechos civiles en la edad media.
Tenían que residir en una sección del pueblo limitada, en un gueto". Lugar y fecha incierta. — US Holocaust Memorial Museum
Los racistas son personas que creen que características biológicas innatas y heredadas determinan el comportamiento humano. La doctrina del racismo afirma que la sangre es la marca de la identidad nacional-étnica y sostiene que las características innatas determinan biológicamente el comportamiento humano. Juzga el valor de un ser humano no por su individualidad, pero exclusivamente por su pertenencia en una “nación colectiva de raza”. Muchos intelectuales, incluyendo científicos, han dado apoyo seudocientífico a las ideas racistas. Pensadores racistas del siglo XVII, como Houston Stewart Chamberlain, ejercían una influencia considerable sobre mucha gente de la generación de Adolf Hitler.
El racismo, especialmente antisemitismo racial (prejuicio contra u odio a judíos basado sobre teorías biológicas falsas), fue siempre una parte integral del Nacional Socialismo alemán (nazismo). Los nazis percibían toda la historia humana como la historia de una lucha biológicamente determinada entre las razas. Los nazis postularon que los movimientos políticos como marxismo, comunismo, pacifismo, y internacionalismo, eran antinacionalistas y reflejaban un intelectualismo judío peligroso y racialmente basado. En 1931, las SS (Schutzstaffel; la guardia elite del estado nazi) establecieron una Oficina de Raza y Asentamiento para realizar “investigación” de razas y para determinar la aceptabilidad de posibles cónyuges de los miembros de las SS. Después de su ascenso al poder, los nazis aprobaron las Leyes de Nuremberg en 1935, que codificaban una supuesta definición biológica del judío. Los racistas nazis siempre consideraban los enfermos mentales y físicos como manchas sobre el panorama genético de la llamada raza maestra y, en cuanto eran capaces de concebir hijos, como un peligro biológico a la pureza de la raza aria. Después de una planificación cuidadosa y de recoger información durante los últimos seis meses de 1939, los médicos alemanes empezaron a asesinar pacientes incapacitados en toda Alemania en una operación que llamaban de manera eufemística la "eutanasia".
Según las teorías nazis sobre raza, alemanas y otros europeos del norte eran “arios”, una raza superior. Durante la guerra, los médicos nazis realizaron falsos experimentos médicos intentando identificar pruebas físicas de la superioridad aria y la inferioridad de los no arios. A pesar de matar innumerable prisioneros no arios en el curso de estos experimentos, los nazis no pudieron encontrar ninguna prueba de sus teorías de diferencias biológicas de raza entre los seres humanos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los lideres nazis empezaron lo que ellos llamaban una “limpieza de casa étnica” en los territorios orientales ocupados de Polonia y la Unión Soviética. Esta política incluía el asesinato y aniquilación de “razas” enemigas, incluyendo el genocidio de judíos europeos y la destrucción de los líderes de los pueblos eslavos. El racismo nazi produjo asesinatos en una escala sin precedentes.
Si te ha interesado esta información, te recomendamos: Hilberg, Raul. La destrucción de los judíos europeos. Madrid: Akal, 2005. Joan i Tous, Pere, y Heike Nottebaum, eds. El olivo y la espada: estudios sobre el antisemitismo en España (siglos XVI-XX). Tübingen: Niemeyer, 2003. Koonz, Claudia. La conciencia nazi: la formación del fundamentalismo étnico del Tercer Reich. Barcelona: Paidós, 2005. Milgram, Avraham, ed. Entre la aceptación y el rechazo: América Latina y los refugiados judíos del nazismo. Jerusalem: Yad Vashem, 2003.
RAOUL WALLENBERG Y EL RESCATE DE LOS JUDÍOS DE BUDAPEST
Fotografía del pasaporte de Raoul Wallenberg. Suecia, junio de 1944. — US Holocaust Memorial Museum Raoul Wallenberg nació el 4 de agosto de 1912 en Estocolmo, Suecia.
Estudió en los Estados Unidos en los años treinta y volvió a Suecia, donde se dedicó a los negocios. En junio de 1944, el Consejo estadounidense de refugiados de guerra (War Refugee Board, o WRB) lo convenció de viajar a Hungría. Como diplomático integrante de la Legación sueca, Wallenberg debía hacer lo que le fuera posible para ayudar y salvar a los judíos húngaros.
Wallenberg llegó a Budapest el 9 de julio de 1944 como primer secretario de la Legación sueca en Hungría. A pesar de su total falta de experiencia en la diplomacia y las operaciones clandestinas, dirigió uno de los esfuerzos más extensos y exitosos de la guerra. Su trabajo con el WRB y el Congreso Judío Mundial impidió la deportación de decenas de miles de judíos húngaros al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.
Hungría había sido aliada de Alemania, pero las derrotas alemanas y el aumento de las bajas en la fuerzas húngaras llevó a Hungría a pedir un armisticio con los Aliados. Para
prevenirlo, las tropas alemanas ocuparon Hungría el 19 de marzo de 1944 y forzaron al jefe de estado, Miklos Horthy, a nombrar un gobierno pro-alemán con Dome Sztojay como primer ministro. El gobierno de Sztojay estaba preparado no sólo a continuar la guerra sino también a deportar a los judíos húngaros a la Polonia ocupada por Alemania. Poco después de la ocupación alemana, oficiales húngaros empezaron a hacer redadas de judíos, que eran luego transferidos a manos de los alemanes.
Para julio de 1944, húngaros y alemanes habían deportado aproximadamente 440.000 judíos de Hungría, casi todos de ellos a Auschwitz-Birkenau. Allí las SS asesinaron aproximadamente 320.000 de ellos a su llegada al campo y mandaron al resto a hacer trabajos forzados en Auschwitz y otros campos. Casi 200.000 quedaban en Budapest; las autoridades húngaras intentaban deportarlos también conforme lo pidieran las alemanas.
Con la autorización del gobierno sueco, Wallenberg empezó, a poco de llegar a Budapest, a distribuir certificados de protección expedidos por la Legación sueca a los judíos en Budapest. Usó fondos suecos y del WRB para crear hospitales, guarderías, y comedores, y para designar más de 30 “casas seguras” o refugios que eventualmente formaron el núcleo del “ghetto internacional” en Budapest. El ghetto internacional estaba reservado para aquellos judíos (y sus familias) que tenían certificados de protección emitidos por un país neutral.
Después de que el partido fascista húngaro “Cruz Flechada” tomó el poder en Hungría con la ayuda de los alemanes el 15 de octubre de 1944, el nuevo gobierno recomenzó las deportaciones de judíos, las cuales Horthy había parado. Como las tropas soviéticas habían ya cortado las rutas de transporte a Auschwitz, las autoridades húngaras forzaron a decenas de miles de judíos de Budapest a marchar hacia el oeste a la frontera con Austria. Durante el otoño de 1944, Wallenberg intermedió varias veces, y a menudo personalmente, para asegurar la liberación de los titulares de certificados de protección, y también de las personas con documentación falsa, tratando de salvar a la mayor cantidad de gente posible.
Colegas de Wallenberg en la Legación sueca y diplomáticos de otros países neutrales también participaron en las operaciones de rescate. Carl Lutz, el cónsul general de la Legación suiza, expidió certificados de emigración y colocó a casi 50.000 judíos en Budapest bajo protección suiza como emigrantes potenciales a Palestina. Giorgio
Perlasca, un comerciante italiano, haciéndose pasar como diplomático español, expidió visas falsas y estableció casas seguras, incluyendo una para niños judíos.
Cuando las tropas soviéticas liberaron Budapest en febrero de 1945, más de 100.000 judíos estaban aún en la ciudad, resultado de los esfuerzos de Wallenberg y sus colegas. La ultima vez que se vió a Wallenberg fué en compañía de oficiales soviéticos, a mediados de enero de 1945. Murió en una prisión soviética supuestamente el 17 de julio de 1947, aunque la circunstancias exactas de su muerte aún no se conocen. LOS REFUGIADOS
Refugiados del Sudetenland, después de su anexión por Alemania, llegan a Praga. Praga, Checoslovaquia, hacia octubre 1938. — US Holocaust Memorial Museum Entre 1933, cuando el partido nazi subió al poder, y 1939, más de 300.000 judíos migraron de Alemania y Austria. Los países occidentales temían un flujo de refugiados, especialmente como consecuencia de los pogroms de Kristallnacht (la “Noche de Vidrios Rotos”, 9-10 de noviembre de 1938). Aunque 85.000 refugiados judíos llegaron a los Estados Unidos entre marzo de 1938 y septiembre de 1939, este nivel de inmigración era mucho más bajo que la cantidad que buscaba asilo. En laConferencia de Evian en 1938, ningún país excepto la Republica Dominicana estaba preparado a aumentar las cuotas de inmigración. En 1939, tanto Cuba como los Estados Unidos se negaron a admitir más de 900 refugiados judíos que habían viajado por el barco “St. Louis” desde Hamburgo, Alemania. El barco fue forzado a volver a Europa donde últimamente muchos de los pasajeros perecieron en campos de concentración o exterminio. Más de 50.000 judíos alemanes migraron a Palestina durante los años treinta bajo los términos del Acuerdo de Haavara (de Transferencia). Pero con la promulgación por Parlamento del Libro Blanco de 1939, los británicos pusieron varias limitaciones severas sobre la inmigración judía a Palestina. Mientras la cantidad de destinaciones acogedoras disminuía, decenas de miles de judíos alemanes, austriacos, y polacos migraron a Shangai, uno de los pocos lugares sin requerimientos de visa.
Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras los informes delgenocidio nazi filtraban al oeste, el Departamento de Estado estadounidense no aflojó sus limites estrictos de inmigración. A pesar de las restricciones de los británicos, una cantidad limitada de
judíos pudo entrar a Palestina durante la guerra a través de la inmigración ilegal (Aliyah Bet) u otras medidas. Gran Bretaña mismo limitó su admisión de inmigrantes en 1938-1939, aunque el gobierno británico si permitió la entrada de alrededor de 10.000 niños judíos en un programa especial de transporte de niños, llamado “Kindertransport”. En la Conferencia de los Aliados en Bermuda en 1943, ninguna propuesta concreta para el rescate fue adoptada. Suiza tomó aproximadamente 30.000 judíos, pero rechazó a miles más en la frontera. España tomó un numero limitado de refugiados y luego los mandó rápidamente al puerto portugués de Lisboa. Desde ahí, miles consiguieron viajar a los Estados Unidos por barco en 1940-1941, aunque miles más no pudieron obtener visas de entrada a los Estados Unidos.
Después de la guerra, cientos de miles de sobrevivientes encontraron asilo en campos administrados por los Aliados. En los Estados Unidos, las restricciones de inmigración seguían en efecto. La inmigración a Palestina (Aliyah) seguía severamente limitada. Los británicos internaron a inmigrantes ilegales a Palestina en campos de detención en Chipre entre 1945 y 1948.
Con la creación del estado de Israel en mayo de 1948, refugiados judíos entraban a raudales a ese estado soberano nuevo. Los EU admitió 400.000 refugiados entre 1945 y 1952, aproximadamente veinte por ciento de ellos sobrevivientes judíos del Holocausto. LOS REFUGIADOS (PERSONAS DESPLAZADAS) Desde 1945 a 1952, más de 250.000 refugiados judíos fueron alojados en campos y centros urbanos en Alemania, Austria y Italia. Estas instalaciones eran manejadas por las autoridades aliadas y la Administración de las Naciones Unidas para Ayuda y Rehabilitación (UNRRA). Entre las preocupaciones de los refugiados judíos en los años que siguieron al Holocausto se hallaban los problemas de la vida cotidiana en los campos de refugiados, el sionismo, y la emigración.
LA VIDA COTIDIANA Poco después de la liberación, los sobrevivientes empezaron a buscar a sus familias. UNRRA creó la Agencia Central de Búsqueda para ayudar a los sobrevivientes a localizar parientes que habían sobrevivido los campos de concentración. Emisiones por radios publicas y avisos en los diarios propalaban listas de sobrevivientes y donde se
hallaban. El intento de reunir familias iba mano a mano con la creación de nuevas familias. Había muchas bodas y nacimientos en los campos de refugiados. Se crearon escuelas, y maestros vinieron de Israel y los Estados Unidos para enseñar a los niños en los campos de refugiados. El judaísmo ortodoxo también tuvo un renacimiento ya que yeshivot (escuelas religiosas) se crearon en varios campos, incluyendo Bergen-Belsen, Foehrenwald, y Feldafing. Las fiestas religiosas eran grandes ocasiones para reuniones y celebraciones. Agencias judías de voluntarios proveían los articulas religiosos para uso tanto diario como festivo.
Los refugiados también transformaron los campos en centros culturales y sociales. A pesar de las condiciones inhóspitas - muchos de los campos eran anteriormente campos de concentración y cuarteles del ejército alemán - organizaciones sociales y profesionales abundaban. El periodismo surgió con más de 170 publicaciones. Varias compañías de teatro y música visitaron los campos. Clubes deportivos de distintos centros de refugiados se desafiaban entre si.
EL SIONISMO El sionismo (el movimiento para volver a la patria judía en lo que era entonces la Palestina controlada por los británicos) era quizás la cuestión más incendiaria de la época para los refugiados judíos. En números crecientes, de 1945 a 1948, los sobrevivientes judíos, sintiendo un nacionalismo reforzado por la falta de autonomía en los campos y teniendo pocas naciones abiertas a ellos, eligieron la Palestina controlada por los británicos como su destino preferido. Los refugiados se convirtieron en una fuerza influyente en el movimiento sionista y en el debate político sobre la creación de un estado judío, y condenaron los obstáculos puestos por los británicos a la inmigración judía a Palestina. Granjas y comunas de entrenamiento agrícola se crearon en los campos de refugiados para prepararlos a una vida de pioneros. Grupos de juventud sionistas inculcaron entre los jóvenes la afinidad por Israel. El líder de la comunidad judía en Palestina, David Ben-Gurion, visitó los campos de refugiados varias veces en 1945 y 1946. Sus visitas mejoraron la moral de los refugiados y los pusieron a favor de un estado judío. La Agencia Judía (la autoridad judía de facto en Palestina) y soldados judíos de la Brigada Judía del ejército británico consolidaron aun más la alianza entre refugiados y sionistas, a menudo ayudando los intentos de inmigración ilegales. Las protestas masivas contra la política británica se volvieron comunes en los campos de refugiados.
EMIGRACIÓN Después de la liberación, los aliados se prepararon para repatriar a los refugiados judíos, pero muchos de ellos se negaron o se sintieron incapaces de volver. Los aliados deliberaron y demoraron por años antes de resolver la crisis de emigración, aunque algunos oficiales aliados habían propuesto soluciones pocos meses después de la liberación. En un informe de agosto de 1945 al Presidente Truman, Earl Harrison propuso un traslado de población masivo de Europa a la Palestina controlada por los británicos o a los Estados Unidos. El informe influyó al Presidente Truman a ordenar que preferencia fuera dada a los refugiados, especialmente a las viudas y huérfanos, en las cuotas de inmigración a los Estados Unidos. Gran Bretaña sin embargo sostuvo que los Estados Unidos no tenían derecho a dictar la política británica sobre el ingreso de judíos a Palestina. Truman solo no podía aumentar las restringidas cuotas de inmigración estadounidenses y británicas, pero si consiguió presionar a Gran Bretaña a apoyar la Comisión de Investigación Anglo-Americana. Las sugerencias formuladas por esta delegación bi-nacional incluían permitir el ingreso de 100.000 refugiados judíos a Palestina. El rechazo de Gran Bretaña del informe reforzó la determinación de muchos judíos de llegar a Palestina. Desde 1945 a 1948, as pesar de las patrullas británicas, la organización Brihah (“escape”) trasladó ilegalmente a más de 100.000 judíos a Palestina.
Marineros británicos capturaron muchos de los barcos usados en las operaciones e internaron a sus pasajeros en campos en la isla de Chipre. El ataque británico contra uno de estos barcos, elÉxodo 1947, atrajo publicidad mundial y reforzó el apoyo a la lucha por la inmigración de los refugiados. El 14 de mayo de 1948, los Estados Unidos y la Unión Soviética reconocieron al estado de Israel. El Congreso americano también aprobó la Ley de los Refugiados en 1948, autorizando el ingreso de 200.000 refugiados a los Estados Unidos. Al principio las estipulaciones de la ley la hacían desfavorable para los refugiados judíos, pero el Congreso enmendó la ley en 1950. Para 1952, más de 80.000 refugiados judíos habían inmigrado a los Estados Unidos bajo la Ley de los Refugiados, con la ayuda de las agencias judías. Con más de 80.000 refugiados judíos en los Estados Unidos, alrededor de 136.000 en Israel, y otros 20.000 en otras naciones, incluyendo Canadá y Sudáfrica, la crisis de emigración terminó. Para 1952, casi todos los campos de refugiados habían sido cerrados. Los refugiados judíos empezaron vidas nuevas en sus patrias nuevas alrededor del mundo.
REFUGIADOS JUDÍOS ALEMANES Y AUSTRIACOS EN SHANGHÁI
Bund, la famosa calle portuaria de Shanghai, en los años treinta. — Ralph Harpuder En los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, Shanghái fue una ciudad dividida. En 1842, cuando el entonces pequeño puerto se abrió para el comercio occidental, Gran Bretaña, los Estados Unidos, Francia, Italia y Portugal establecieron derechos extraterritoriales en las llamadas concesiones extranjeras de la ciudad: el Establecimiento Internacional, administrado por un consejo municipal de potencias extranjeras, y la Concesión Francesa, encabezada por el cónsul general francés.
Antes de la llegada de los judíos que huían de la persecución nazi y la guerra en Europa, estas concesiones fueron sede de dos importantes grupos judíos. El grupo más antiguo y más pequeño estaba formado por unos 700 judíos sefardíes, cuyos padres y abuelos habían llegado de Irak como comerciantes a mediados del siglo XIX y rápidamente ascendieron en la escala social y económica. La segunda comunidad, que era más grande, estaba formada por miles de judíos que habían huido de Rusia a China como refugiados durante la Revolución de 1917. La mayoría de ellos se ganaba la vida modestamente como propietarios de pequeños comercios.
Después de la guerra chino-japonesa de 1937, grandes sectores de Shanghái cayeron bajo control japonés, incluida la parte del Establecimiento Internacional conocida como Hongkew.
Se calcula que en un principio 17.000 judíos alemanes y austriacos fueron llegando poco a poco a Shanghái cuando comenzó la persecución nazi de los judíos en 1933, y después de la violencia de la Kristallnacht de 1938, llegaron en oleadas. Estos primeros refugiados por lo general inmigraban a Shanghái como familia. Estos miles de refugiados, que fueron despojados de la mayor parte de sus bienes antes de huir del Reich, irrumpieron en Hongkew porque no podían darse el lujo de vivir en ninguna otra parte en las concesiones extranjeras. Durante la década de 1930, la policía nazi alentó la emigración judía de Alemania, y los pasajes en barco permitían que las personas obtuvieran la libertad, aun de los campos de concentración. Al principio, Shanghái parecía un refugio poco probable, pero cuando se hizo evidente que la mayoría de los países del mundo estaban limitando o negando el ingreso a los judíos, se convirtió en la única opción disponible. Hasta agosto de 1939,
no se requerían visas para entrar a Shanghái. Ernest Heppner, que había huido de Breslavia con su madre en 1939, recordó que “lo principal era salir de Alemania, y con tal de lograrlo, realmente en ese momento a la gente no le importaba adónde iba” (Ernest Heppner, Historia Oral del museo USHMM, 1999).
Llegar a Shanghái era una conmoción, especialmente para los que acaban de bajarse de un buque europeo en el que camareras uniformadas les habían servido el desayuno y ahora debían hacer una fila para recibir su almuerzo en un comedor de beneficencia. Una vez que los refugiados se establecían, encontrar trabajo era todo un desafío, y muchos tuvieron que depender de al menos un poco de ayuda caritativa.
No obstante, la mayoría de los judíos alemanes y austriacos se las arreglaron bien. A pesar de los golpes que recibió la economía de Shanghái como consecuencia del conflicto chino-japonés, algunos de ellos se adaptaron bien, y aprovecharon las oportunidades que la ciudad les ofrecía. La familia Eisfelder, que llegó a fines de 1938, abrió y puso en marcha el Café Louis, un popular lugar de reunión para refugiados durante todos los años de la guerra. Otros establecieron pequeñas fábricas o industrias artesanales, ejercieron como médicos o maestros, o trabajaron como arquitectos o albañiles para transformar secciones del bombardeado Hongkew. En 1940, una zona que rodeaba la calle Chusan era conocida como “Pequeña Viena”, debido a sus cafeterías, fiambrerías, clubes nocturnos, tiendas y panaderías de estilo europeo.
Cuando los refugiados que vivían en Shanghái ascendieron repentinamente de unos 1.500 a fines de 1938 a cerca de 17.000 un año más tarde, los judíos locales se sintieron abrumados y presionados para buscar los recursos necesarios para ayudar a las familias humildes. El Comité para la Asistencia de Refugiados Judíos Europeos en Shanghái, formado en 1938 por judíos locales destacados, recurrió al Comité para la Distribución Conjunta de Nueva York para recibir fondos adicionales. La asignación de este último comité aumentó de $5.000 en 1938 a $100.000 en 1939. Incluso esto apenas alcanzó para cubrir las crecientes demandas. A fines de 1939, más de la mitad de los refugiados necesitaban ayuda financiera para los alimentos o la vivienda.
El Comité para la Asistencia estableció cinco refugios grupales para una minoría de judíos alemanes y austriacos totalmente empobrecidos. Estos refugios se llamaron Heime (“hogares” en alemán). El Heim de la calle Ward que abrió en enero de 1939 se hizo rápidamente en un ex cuartel y se acondicionó con camas cuchetas estrechas y duras, debajo de las cuales los residentes guardaban las pocas pertenencias
que tenían. A fines de 1939, vivían unas 2.500 personas en los Heime. Dormían en cualquier parte, entre seis y 150 en una habitación. Otras 4.500 personas comían en comedores de beneficencia establecidos en el Heime, pero vivían en otras partes, en habitaciones alquiladas. Muchos de ellos recibían ayuda para pagar en forma total o parcial los costos de sus viviendas. REFUGIADOS JUDÍOS ALEMANES, 1933–1939
Pasajeros abordo el barco "St. Louis". Estos refugiados de la Alemania nazi fueron forzados a volver a Europa después que Cuba y los Estados Unidos les negaron refugio. Mayo o junio de 1939. — US Holocaust Memorial Museum Varios factores determinaron el flujo y reflujo de la emigración de la comunidad judía alemana. Entre ellos se puede mencionar el grado de presión ejercido sobre dicha comunidad en el país y la disposición de otras naciones para admitir a los inmigrantes judíos. No obstante, ante la creciente represión legal y violencia física, muchos judíos huyeron de Alemania. Hasta octubre de 1941, la política alemana alentó oficialmente la emigración judía. Gradualmente, sin embargo, los nazis procuraron privar de su propiedad a los judíos que huían de Alemania mediante el cobro de un impuesto de emigración cada vez más alto y la restricción de la cantidad de dinero que se podía transferir al extranjero desde los bancos alemanes.
En enero de 1933, la demografía total de Alemania incluía unos 523.000 judíos, lo cual representaba menos del 1 por ciento. En su mayoría, la población judía era urbana y aproximadamente una tercera parte vivía en Berlín. La respuesta inicial a la toma del poder nazi fue una importante ola de emigración (37.000 a 38.000 habitantes), gran parte de ella a los países vecinos europeos (Francia, Bélgica, los Países Bajos, Dinamarca, Checoslovaquia y Suiza). Los nazis atraparon más tarde a la mayoría de estos refugiados, después de la conquista de Europa occidental en mayo de 1940. Quienes eran especialmente proclives a emigrar eran los judíos políticamente activos. Durante los primeros años del régimen nazi, otras medidas que estimularon la decisión de emigrar fueron la destitución de los judíos de la función pública y el boicot contra tiendas de propietarios judíos auspiciado por los nazis.
Durante los dos años siguientes, la cantidad de emigrantes se redujo. Esta tendencia quizá se debió en parte a la estabilización de la situación política nacional, pero también fue consecuencia del estricto cumplimiento de restricciones para la
inmigración estadounidense, así como también la creciente renuencia de los países europeos y del Commonwealth británico a aceptar más refugiados judíos.
A pesar de la aprobación de las Leyes de Nuremberg en septiembre de 1935 y las ordenanzas relacionadas posteriores que privaron a los judíos alemanes de derechos civiles, la emigración judía se mantuvo más o menos constante.
Los sucesos de 1938 aumentaron drásticamente la emigración judía. La anexión alemana de Austria en marzo, el aumento de ataques personales a los judíos durante la primavera y el verano, el pogrom nacional de la Kristallnacht (“Noche de los cristales rotos”) en noviembre y la posterior confiscación de la propiedad judía provocaron un aluvión de solicitudes de visas. Si bien resultaba difícil encontrar un destino, unos 36.000 judíos se fueron de Alemania y Austria en 1938, y 77.000, en 1939. La repentina oleada de emigrantes provocó una importante crisis de refugiados. El presidente Franklin D. Roosevelt convocó a una conferencia en Evian, Francia, en julio de 1938. A pesar de la participación de delegados de 32 países, entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Canadá y Australia, solo la República Dominicana decidió aceptar más refugiados. Esta difícil situación de los refugiados judíos alemanes, perseguidos en su país y rechazados en el extranjero, también se ve ilustrada por la travesía del “St. Louis”.
Durante 1938 y 1939, en un programa conocido como elKindertransport, el Reino Unido admitió a 10.000 niños judíos sin compañía de adultos como medida de emergencia. En 1939 fue también la primera vez que los Estados Unidos completó su cupo combinado para alemanes y austriacos (que ahora también incluía a la anexada Checoslovaquia). Sin embargo, este límite de ninguna manera satisfacía la demanda. A fines de junio de 1939, 309.000 judíos alemanes, austriacos y checos habían presentado su solicitud para un cupo de 27.000. En septiembre de 1939, aproximadamente 282.000 judíos se habían ido de Alemania y 117.000 de la anexada Austria. De todos ellos, unos 95.000 emigraron a los Estados Unidos, 60.000 a Palestina, 40.000 a Gran Bretaña y unos 75.000 a América Central y del Sur, especialmente a Argentina, Brasil, Chile y Bolivia. Más de 18.000 judíos del Reich alemán también pudieron encontrar refugio en Shanghai, en la China bajo ocupación japonesa.
A fines de 1939, unos 202.000 judíos se quedaron en Alemania y 57.000 en la anexada Austria, muchos de los cuales eran ancianos. En octubre de 1941, cuando se prohibió
oficialmente que los judíos emigraran, los que quedaban en Alemania ya eran apenas 163.000. La gran mayoría de ellos fueron asesinados en campos y ghettos nazis durante el Holocausto.
EL REFUGIO EN LATINOAMÉRICA
Hotel Royal, sede de la Conferencia de Evian sobre refugiados judíos de la Alemania nazi. Evian-les-Bains, Francia, julio de 1938. — National Archives and Records Administration, College Park, Md.
La mayor parte de los países latinoamericanos permaneció relativamente abierta a los inmigrantes desde 1918 a 1933. Después de la toma de poder de los nazis en Alemania, sin embargo, cuando la búsqueda de refugio se intensificó, la resistencia tanto popular como oficial a aceptar a los judíos europeos y a otros extranjeros aumentó. Entre 1933 y 1945, los gobiernos latinoamericanos permitieron inmigrar oficialmente a solamente 84.000 refugiados judíos, menos de la mitad del número que habían autorizado a entrar durante los quince años anteriores. Otros entraron en estos países a través de cauces ilegales. La negativa de los países latinoamericanos a ofrecerles ingreso a más refugiados judíos provenía de varias causas. Elantisemitismo creciente era sin duda una razón, tal como el temor a la competencia económica. En ciertos casos, había resentimiento por el hecho de que algunos refugiados judíos que habían entrado bajo la condición de hacer trabajos agrícolas luego fueron a parar en las ciudades. Además, la simpatía de algunos latinoamericanos de descendencia alemana por la ideología nazi y las teorías raciales también contribuyó al creciente antisemitismo. Durante la Gran Depresión, lideres políticos y gobiernos por toda la región explotaron la crisis económica para desarrollar bases populistas. Las políticas de gobernantes como Getulio Vargas (Brasil), Roberto Ortiz (Argentina), Arturo Alessandri (Chile), Lazaro Cardenas (México), y Fulgencio Batista (Cuba) muestran esta tendencia, que fomentó el desarrollo de partidos políticos anti-inmigrantes o plataformas y fuertes campañas en la prensa contra las leyes de inmigración. Estas actitudes fueron reflejadas en leyes de inmigración cada vez más estrictas que fueron introducidas por toda Latinoamérica a fines de los 1930 (México en 1937; Argentina en 1938; Cuba, Chile, Costa Rica, Colombia, Paraguay y Uruguay en 1939). Los resultados de estas
leyes fueron asombrosos. Argentina, que había permitido entrar a 79.000 inmigrantes judíos entre 1918 y 1933, solo admitió oficialmente a 24.000 entre 1933 y 1943. Otros 20.000 judíos entraron a la Argentina ilegalmente, cruzando la frontera desde países vecinos. Brasil permitió entrar a 96.000 inmigrantes judíos entre 1918 y 1933, pero solamente a 12.000 entre 1933 y 1941.
En este clima, las autoridades cubanas se negaron a permitirle la entrada a la mayoría de los pasajeros del barco St. Louis cuando atracó en La Habana en mayo de 1939. Aunque el St. Louis llevaba un número inusualmente alto de posibles inmigrantes y los medios de comunicación prestaron mucha atención al asunto, el incidente no fue aislado. Pasajeros de los barcos Orduña, Flandre, y Orinoco se encontraron en situaciones similares. En noviembre de 1941, el gobierno alemán prácticamente cortó el movimiento de refugiados judíos hacia Latinoamérica cuando prohibió toda emigración judía de los territorios bajo su control. Los no judíos encontraron que era más fácil emigrar a algunos países latinoamericanos. México permitió entrar a solamente 400 refugiados judíos entre 1933 y 1945, pero expidió por lo menos 16.000 visas de inmigración a refugiados republicanos españoles entre 1938 y 1945, y más de 1.400 visas a refugiados católicos polacos entre 1939 y 1941. Brasil propuso tomar varios miles de refugiados no judíos de Finlandia y de territorios bajo control alemán, incluyendo católicos definidos como “no arios” bajo el sistema de clasificación racial de los nazis.
Había excepciones a esta fría acogida. En la Conferencia internacional de Evian sobre la crisis de los refugiados, el Presidente Rafael Leonidas Trujillo ofreció admitir hasta 100.000 judíos a la República Dominicana. El gobierno dominicano posteriormente donó tierra en Sosuá, una ciudad sobre la costa norte de la isla, para el establecimiento de un asentamiento agrícola judío. A pesar del apoyo del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt y del Departamento de Estado de los Estados Unidos, y de la inversión de una cantidad de dinero considerable por parte de judíos en los Estados Unidos, la República Dominicana dejó entrar a solamente 645 judíos desde 1938 a 1945 y la población de la colonia de Sosuá llego a su pico con 476 residentes en 1943. Sin embargo, las autoridades dominicanas expidieron alrededor de 5.000 visas a judíos europeos entre 1938 y 1944, aunque la mayoría de los destinatarios nunca echaron raíces en la República Dominicana. Ello no obstante, estos documentos fueron fundamentales para permitirles huir de la Europa ocupada por los nazis. Menos conocida es la entrada de más de 20.000 refugiados judíos entre 1938 y 1941 a Bolivia. Fundamentales en esta iniciativa fueron los esfuerzos de Mauricio (Moritz) Hochschild, un magnate minero judío-alemán que controlaba un tercio de la
producción mineral en Bolivia y que tenía lazos políticos con el presidente boliviano Germán Busch. Después de la Guerra del Chaco contra Paraguay (1932-1935), Busch trató de estimular la economía boliviana dejando entrar a inmigrantes europeos. Hochschild usó esta oportunidad para facilitar un movimiento regular de inmigrantes judíos alemanes y austriacos, que consiguieron visas a través de cinco consulados bolivianos en Europa (Zurich, Paris, Londres, Berlín, y Viena). Los refugiados llegaban por barco a Arica, Chile, de donde eran llevados por tren hasta La Paz, Bolivia, en lo que vino a ser llamado el Express Judío. Con la ayuda del Comité Judío Americano para la Distribución Conjunta, con sede en los Estados Unidos, Hochschild creó instalaciones para los inmigrantes, muchos de los cuales posteriormente cruzaron ilegalmente por las fronteras porosas de Bolivia a países vecinos, especialmente Argentina. (La Sociedad de Protección a los Inmigrantes Israelitas, o SOPRO, creada por Hoschschild, tenía oficinas en La Paz, Cochabamba, Potosí, Sucre, Oruro, y Tarija.) Después que la Alemania nazi y sus colaboradores del Ejeempezaron a llevar a cabo el asesinato masivo de los judíos europeos en 1941, algunos gobiernos latinoamericanos expidieron pasaportes, visas, y documentos de ciudadanía a través de sus legaciones europeas. Estos documentos jugaron un papel importante en el rescate de judíos, aunque muchos nunca llegaron a los países que expidieron los documentos. Sin embargo, estos documentos a menudo les permitieron empezar su viaje a un lugar seguro. Empezando en 1942, El Salvador expidió hasta 20.000 pasaportes disponibles a judíos bajo ocupación nazi a través su Cónsul General en Ginebra, José Arturo Castellanos. Estos pasaportes fueron especialmente útiles para salvar vidas enBudapest en 1941, cuando los judíos húngaros eran la última comunidad judía intacta en la Europa ocupada. Latinoamérica era un destino importante para muchos sobrevivientes del Holocausto. Más de 20.000 refugiados judíos inmigraron a la región entre 1947 y 1953. Su destino primario era Argentina, que vino a ser el hogar de por lo menos 4.800 sobrevivientes del holocausto. Otros se asentaron en Brasil, Paraguay, Uruguay, Panamá y Costa Rica, entre otros países. REGRESO DEL "ST. LOUIS" A EUROPA
El "St. Louis", con más de 900 refugiados judíos a bordo, espera en el puerto de La Habana. El gobierno cubano negó la entrada a los pasajeros. Cuba, 1 o 2 de junio de 1939. — US Holocaust Memorial Museum
El 6 de junio de 1939, el St. Louis zarpó nuevamente hacia Europa. Siete días más tarde, cuando el barco estaba cruzando el Atlántico, se llegó a un acuerdo que dio nuevas esperanzas a los pasajeros. En conjunto con otras organizaciones judías europeas y representantes del gobierno, Morris Troper, el director europeo del Comité para la Distribución Conjunta (JDC, por sus siglas en inglés), había hecho arreglos para que los pasajeros del St. Louis ingresaran a Gran Bretaña, Francia, Bélgica y los Países Bajos. Gran Bretaña recibió 287 pasajeros, Francia 224, Bélgica 214 y los Países Bajos 181. El St. Louis atracó en Amberes, Bélgica, el 17 de junio, después de un mes de viaje por el mar. Menos de tres meses después, estalló la Segunda Guerra Mundial. Dentro de un año, toda Europa occidental estaría bajo ocupación alemana, y los ex pasajeros del St. Louis que habían regresado al continente nuevamente estarían amenazados por el terror nazi. Antes de desembarcar, los pasajeros contestaron cuestionarios que los representantes del gobierno y las agencias de ayuda tal vez usaron para decidir su destino. Se les preguntó los nombres de los amigos y parientes que tenían en Gran Bretaña, Francia, Bélgica y los Países Bajos, además de detalles sobre sus solicitudes de visas estadounidenses y el número de turno en la lista de espera para ingresar a los Estados Unidos. Los refugiados recibirían solo asilo temporal y debieron aceptar que finalmente deberían emigrar a hogares más permanentes en otras partes. Se suponía que se irían tan pronto como llegara su turno en la lista de espera para ingresar a los Estados Unidos o cuando tuvieran otro lugar para ir. Los funcionarios del gobierno, preocupados por la creciente llegada de refugiados judíos procedentes del Reich, dejaron en claro que el trato brindado a los pasajeros del St. Louis era un caso excepcional y no un precedente para otros que huían de Alemania. Los pasajeros destinados a Bélgica fueron los primeros en desembarcar, y tomaron un tren especial hacia Bruselas, donde pasaron la noche. Los que no tenían parientes en la ciudad fueron llevados a un centro para refugiados en la provincia de Lieja.
Los pasajeros elegidos para ir a los Países Bajos se embarcaron al día siguiente en el barco Jan van Arkel. Cuando llegaron a Róterdam, las autoridades holandesas los llevaron a un centro para refugiados temporal, donde se quedaron hasta que encontraron vivienda o los trasladaron a otros campos para refugiados.
Los pasajeros asignados a Francia y Gran Bretaña subieron a un buque de carga que había sido reacondicionado para trasladarlos. El barco llegó el 20 de junio a Boulognesur-Mer, donde desembarcaron los que iban a destinos dentro de Francia. Al día siguiente, fueron a Le Mans, Laval y otras ciudades francesas. El JDC hizo arreglos para
que la Sociedad de Ayuda para los Niños (Oeuvre de Secours aux Enfants, OSE) cuidara a unos 60 niños. Colocaron a estos niños en varios hogares en Montmorency, al norte de París. El 21 de junio, los asignados a Gran Bretaña llegaron a Southampton y un tren especial los llevó a Londres. Allí, el Comité de Ayuda a los Judíos Alemanes consiguió alojamiento para los que no se quedaban con familiares o amigos. La mayoría de las personas se mudaron a hogares privados u hoteles, pero unos 50 hombres solteros fueron llevados a un anterior campo del ejército británico en Kent, que el gobierno británico había designado para uso de los refugiados.
Los anteriores pasajeros enfrentaron incertidumbre y dificultades financieras. Después de irse de Alemania, los nazis los habían despojado sistemáticamente de sus bienes. Se les prohibía trabajar. Por lo tanto, dependían totalmente de sus parientes y de las agencias de ayuda a los judíos. Para evitar que se convirtieran en carga pública, el JDC aceptó asignar $500.000, una parte importante de sus fondos, para el sustento de los refugiados.
La mayoría de los anteriores pasajeros tenían la esperanza de encontrar hogares permanentes, principalmente en los Estados Unidos. Las 600 ó más personas que estaban en listas de espera para recibir visas estadounidenses esperaron pacientemente a que llegara su turno en las listas. Otros intentaron obtener permisos de ingreso en consulados extranjeros, pero pocos países estaban dispuestos a aceptar inmigrantes empobrecidos. Lo que empeoró las cosas fue el Informe Oficial emitido por el gobierno británico en 1939, que limitó la inmigración a Palestina. REINHARD HEYDRICH: BIOGRAFÍA
El General de las SS Reinhard Heydrich en su oficina durante su cargo como jefe de la policía bávara. Múnich, Alemania, 11 de abril de 1934. — Bildarchiv Preussischer Kulturbesitz El general de las SS Reinhard Heydrich fue el jefe de:
- El Servicio de Seguridad del Reichsführer-SS (Sicherheitsdienst, SD) de 1931 a 1942.
- La Policía Secreta Estatal Alemana (Geheime Staatspolizei, Gestapo) de 1934 a 1936.
- La Policía de Seguridad Alemana (Sicherheitspolizei, SiPo), formada por la Gestapo y las fuerzas de investigación de la policía criminal (Kriminalpolizei, Kripo), de 1936 a 1942.
- La Oficina Principal de Seguridad del Reich (Reichssicherheitshauptamt, RSHA); después de septiembre de 1939, la Policía de Seguridad y el SD se unieron formalmente bajo el mando de Heydrich en la RSHA.
Mientras aún era jefe de la RSHA, Heydrich se desempeñó como Protector del Reich en funciones del Protectorado de Bohemia y Moravia, de 1941 a 1942. La RSHA era la agencia de las SS y de la policía que se encargaba más directamente de la implementación del plan nazi de asesinar a los judíos europeos durante la Segunda Guerra Mundial.
Con una profunda motivación para servir a la causa nazi, Heydrich vivía atormentado por inseguridades personales que compensaban su gran ambición y algunas de sus imprudentes aventuras amorosas. A diferencia de muchos de los líderes nazis de alto rango, el aspecto físico de Heydrich coincidía con el estereotipo ario: alto, rubio, esbelto y atlético. Hasta su muerte, siguió siendo un músico talentoso, capaz de emocionar a sus rivales hasta las lágrimas tocando el violonchelo. Irritado desde la niñez por rumores de que su abuela era judía, Heydrich había ordenado a investigadores genealógicos de las SS que establecieran los hechos: él no tenía antepasados judíos. Era un deportista y un piloto de aviones intensamente competitivo que, para la angustia de sus superiores, insistía en realizar misiones aéreas sobre Francia, Noruega y el sur de Rusia. Quizás lo más importante para su carrera es que era un adicto al trabajo, imaginativo y enérgico, que comprendía las intenciones implícitas de sus superiores y cómo transformar esas atroces visiones en políticas.
Bautizado como católico apostólico, había nacido el 7 de marzo de 1904 en Halle an der Saale, a 32 kilómetros al noroeste de Leipzig, en el estado alemán de Sajonia. Su padre, Bruno Heydrich, era cantante de ópera y el director del conservatorio de música de Halle, que el mismo había fundado en 1901. La Primera Guerra Mundial y sus secuelas resultaron ser una catástrofe para la familia Heydrich. Bruno Heydrich apenas podía mantener abierto el conservatorio debido a la economía impuesta en la posguerra. Mientras su familia padecía problemas económicos, Heydrich, aún adolescente, se vio seducido por el nacionalismo racista (völkisch) y fue testigo de manifestaciones, huelgas y batallas callejeras en Halle durante el último año de la guerra y el posterior
caos revolucionario. A pesar de estas actividades no escolares, tuvo excelentes calificaciones y se graduó del colegio secundario en la primavera de 1922. Defraudó las esperanzas de su padre, que esperaba que se dedicara a la música, al alistarse en la Armada alemana el 30 de marzo de 1922, menos de un mes después de cumplir 18 años.
Como oficial de la Armada, Heydrich se especializó en señales y comunicaciones. Abandonó a la hija de un oficial de la Armada de alto rango, a quien le había prometido matrimonio, por otra mujer, Lina von Osten, con quien se casaría más adelante. Un tribunal de honor militar, escandalizado por su comportamiento irreverente durante su audiencia, falló que había deshonrado al cuerpo de oficiales de la Armada del Reich y lo obligó a renunciar a su cargo en abril de 1931. Cuando Heydrich era un civil desempleado, en medio de la Gran Depresión y con una nueva novia fanática del nacionalsocialismo, un amigo de la familia le presentó al jefe de las SS, Heinrich Himmler, en Munich. Con la intención, en ese momento, de crear un servicio de inteligencia interna para el partido nazi, Himmler se impresionó tanto con las propuestas de Heydrich que lo introdujo en las SS en agosto de 1931 y le encomendó el desarrollo del SD. En enero de 1933, el SD liderado por Heydrich se había convertido en la agencia de inteligencia más importante dentro del partido nazi. En junio de 1934, el vicejefe del partido nazi, Rudolf Hess, la nombró la única agencia autorizada para reunir información de inteligencia política dentro del Tercer Reich. Cuando Himmler fue nombrado comandante de la fuerza de investigación de la policía política de Baviera, el 1 de abril de 1933, designó a Heydrich como el segundo a cargo. Himmler y Heydrich centralizaron los departamentos de la policía política de Alemania en la Gestapo. Cuando las SS de Himmler se independizaron de las SA (guardias de asalto nazis) -después de la purga de su jefe de personal, Ernst Röhm, y de los principales líderes de esta fuerza que tuvo lugar del 30 de junio al 2 de julio de 1934-, Heydrich tomó el mando de la Gestapo y continuó siendo jefe del SD. Nueve días después de su nombramiento como Reichsführer SS (Líder de las SS del Reich) y jefe de la policía alemana, el 17 de junio de 1936, Himmler designó a Heydrich jefe de la nueva Oficina Principal de la Policía de Seguridad (Hauptamt Sicherheitspolizei) que reunió en una agencia a la Gestapo y las fuerzas de investigación de la Policía Criminal.
De 1936 a 1939, el cargo formal de Heydrich fue “Jefe de la Policía de Seguridad y del SD”. Después de que la Alemania nazi desencadenara la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia, Himmler vinculó formalmente a la Policía de Seguridad y al SD decretando la creación de la RSHA, el 27 de septiembre de 1939, al mando de Heydrich. La nueva agencia era potencialmente tan poderosa que Heydrich mantuvo en secreto su
existencia formal hasta su muerte en 1942. La correspondencia que salía de la RSHA llevaba el membrete anterior a 1939: “el jefe de la Policía de Seguridad y el SD".
Al mando de Heydrich, la Policía de Seguridad y el SD eran la principal agencia a cargo del análisis de inteligencia y las medidas ejecutivas para eliminar a los numerosos enemigos internos y externos del estado nazi. El SD creó departamentos de inteligencia para el estudio de los presuntos artificios a largo plazo de cada uno de los enemigos del Reich: “judíos de todo el mundo”, “marxistas” (comunistas, socialdemócratas y sindicalistas), “iglesias políticas” (por ejemplo, luteranos y el clero católico que se oponían al régimen y miembros de otras religiones protestantes, tales como los testigos de Jehová, cuyos miembros no aceptaban la autoridad del estado nazi), opositores nacionalistas de derecha y masones. La Gestapo arrestaba a estos opositores políticos y, cuando correspondía, los incorporaba a campos de concentración mediante la autoridad policial otorgada por una Orden de custodia preventiva (Schutzhaftbefehl).
La Kripo investigaba los denominados “actos y comportamientos delictivos no políticos”. Los oficiales de la Kripo arrestaban a aquellos cuyo presunto comportamiento delictivo o antisocial se consideraba peligroso para el Reich. Además de personas con antecedentes penales, los oficiales de la Kripo arrestaban homosexuales, romaníes y sintis (gitanos) y gente que participaba en todo lo que la Kripo consideraba comportamiento “asocial”. De modo similar a la Orden de arresto protector, la Kripo utilizaba una Orden de detención preventiva (Vorbeugungshaftbefehl) como instrumento de arresto y encarcelamiento por tiempo indefinido.
Heydrich y Himmler compartían la visión de la identidad de los enemigos a largo plazo de la raza alemana y de las medidas que tomar contra ellos. Al igual que Himmler, Heydrich creía que la destrucción de opositores manifiestos y “visibles” no era suficiente para garantizar la seguridad y la supervivencia de la raza alemana según la definían los nazis. Estos opositores incluían: activistas comunistas y socialdemócratas; adeptos intelectuales y organizativos de la democracia liberal, el nacionalismo conservador tradicional y los valores cristianos; judíos con cargos importantes en los movimientos democráticos liberales y marxistas en Alemania y Austria e intelectuales judíos sin afiliación que se oponían al régimen nazi.
Sin embargo, estos enemigos “visibles” tenían vínculos internacionales y se alinearon con enemigos “camuflados” que intentaban, desde adentro, destruir los lazos
“naturales” entre los líderes nazis y el pueblo alemán. Según explicó Heydrich en abril de 1936, los alemanes con consciencia racial debían darse cuenta de que la “lucha eficaz contra el enemigo debe surgir del reconocimiento de que todos los enemigos visibles y aparentes no son más que la punta del iceberg de peligrosas fuerzas espirituales inalterables". Los propios enemigos eran “eternamente los mismos": “los judíos, los masones y el clero con orientación política”. Las fuentes ideológicas camufladas, escondidas e “invisibles” de estos “enemigos” se encontraban en el “residuo infeccioso” del “espíritu masónico, liberal y judío”; modos de pensar (democracia, comunismo, individualismo liberal y cristiano) que eran consecuencias de características raciales presuntamente heredadas. Solamente la destrucción completa de las “fuentes biológicas" de ese pensamiento eliminaría el peligro presentado por esas influencias.
En última instancia, los opositores judíos “invisibles” eran los mismos judíos -según los definían los nazis- y los que “pensaban como judíos”: comunistas, liberales, demócratas, defensores de los derechos de las minorías, masones, clérigos cristianos que se oponían al régimen, comunistas soviéticos y las clases dirigentes estadounidenses y británicas que se oponían a la expansión “natural” de la Alemania nazi. Para estar absolutamente a salvo, los Nazis debían destruir a los miembros de la denominada raza judía, cuya composición genética creaba la base de ese pensamiento, y las clases dirigentes eslavas y asiáticas, cuya herencia incorporaba una inclinación a seguir a los líderes judíos.
Heydrich desarrolló algunos de estos temas en sus escritos de mediados de la década de los treinta y los utilizó para apoyar a los jefes de la Policía de Seguridad y el SD en “la solución del problema judío”.
En 1938, “expertos” del SD, al mando del primer teniente de las SS Adolf Eichmann, demostraron ser líderes con imaginación en “asuntos judíos” (Judenangelegenheiten) al crear una estación de una sola parada en Viena (Zentralstelle für jüdische Auswanderung) para facilitar la emigración forzosa de judíos desde Austria y financiar esas operaciones con la extracción de fondos de miembros más adinerados de la comunidad. Las SS y la policía manejaron la violencia de la Kristallnacht (“noche de cristal”, conocida comúnmente como la “noche de los cristales rotos”) directa y exclusivamente hacia los judíos. A raíz del pogromo, implementaron la primera redada de judíos -alrededor de 30.000- simplemente porque eran judíos. Las SS y la policía encarcelaron a las víctimas de esta primera “deportación” interna con la esperanza de
que una estadía en un campo de concentración aceleraría la decisión de emigrar y restaría importancia al abandono de sus bienes.
Impresionado por el dinámico liderazgo de Heydrich en la competencia con funcionarios del partido nazi y el estado alemán por encabezar la “solución del problema judío”, Hermann Göring, la reconocida segunda autoridad después de Hitler en este asunto, autorizó a Heydrich, el 24 de enero de 1939, a desarrollar planes para una "solución del problema judío" en el Reich alemán.
Cuando la Alemania nazi comenzó la expansión militar, Heydrich creó los grupos de operaciones (Einsatzgruppen) de la Policía de Seguridad y el SD. Les encomendó una gama de tareas de seguridad: la toma de edificios y documentación claves, la creación de operaciones de inteligencia y la identificación y la eliminación de opositores reales y aparentes al régimen alemán. Los einsatzkommandos (destacamentos de operaciones) fueron en primer lugar a Austria después del Anschluss, en marzo de 1938, y a los Sudetes después de su anexión a principios de octubre de ese año. Consiguieron documentación e información de inteligencia e identificaron y arrestaron “enemigos”. Cuando Alemania invadió Polonia en 1939, seis Einsatzgruppen se trasladaron a ese país detrás de las primeras líneas de tropas y fusilaron o identificaron personas que consideraban peligrosas, entre las que estaban miles de miembros de la elite nacionalista y cultural polaca. También coordinaron la concentración de las comunidades judías de Polonia en grandes ciudades para su “futura eliminación”.
Con la invasión de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, la Alemania nazi se embarcó en una guerra contra su archienemigo en Europa: el comunismo soviético. Heydrich creía que los judíos soviéticos formaban la “base biológica” del estado soviético. Por lo tanto, dio órdenes explícitas de que los cuatro Einsatzgruppen de la Policía de Seguridad y el SD que siguieron al ejército alemán dentro de la URSS aniquilaran físicamente a los judíos que ocupaban cargos en el partido comunista soviético y el estado soviético. En la práctica -y quizás en virtud de un acuerdo verbal previo a la invasión- los Einsatzgruppen aniquilaron a la mayoría de los judíos con edad de portar armas desde los primeros días de la invasión. A comienzos de agosto, después de identificar a los judíos y concentrarlos en ghettos o centros de detención, el personal de los Einsatzgruppen coordinó fuerzas mayores de las SS y la policía en operaciones de eliminación de comunidades judías enteras en la Unión Soviética.
El 31 de julio de 1941, Göring autorizó a Heydrich a coordinar los recursos del Reich “para una solución total del problema judío en el área de influencia alemana en Europa”. Con este fin, Heydrich debía entregar un borrador con las medidas propuestas “para implementar la deseada solución final del problema judío”. En los seis meses siguientes, mientras la Policía de Seguridad regional y los comandantes del SD coordinaban la aniquilación de los judíos soviéticos, los primeros trenes llenos de judíos alemanes, austríacos y checos se trasladaban hacia el Este, rumbo a centros de exterminio en el denominado Comisariato del Reich para el Ostland (una región de ocupación civil alemana que incluía a los estados bálticos y la mayor parte de Bielorrusia). Oficiales de la Policía de Seguridad y el SD del Departamento IV B 4 de la RSHA organizaron las redadas dentro de Alemania con las agencias de policía locales y el transporte en tren con el Ministerio de Transporte del Reich y los Ferrocarriles del Estado Alemán (Deutsche Reichsbahn). La Policía de Seguridad regional y los comandantes del SD en el Comisariato del Reich para el Ostland dirigieron las operaciones para fusilarlos después de que llegaran.
El 20 de enero de 1942, Heydrich invitó a funcionarios de alto rango de diversos ministerios del Reich (incluso el ministro de Relaciones Exteriores, de Justicia, del Interior y funcionarios de ocupación civil en el Gobierno General y el Comisariato del Reich para el Ostland) a una conferencia en una casa en Wannsee, en el límite sudoeste de Berlín. En esta conferencia de Wannsee, presentó planes, autorizados por el propio Hitler, para coordinar una “solución final del problema judío” en toda Europa. Informó a los participantes que Hitler había autorizado la aniquilación física de los judíos europeos y había designado a las SS -específicamente la RSHA al mando de Heydrichpara que coordinaran la “política de la solución final”. Les inculcó la necesidad de la participación activa de sus agencias para garantizar el éxito final de la operación. Aún cuando planeaba los elementos de lo que sería el aspecto exterminador del Holocausto, Heydrich buscaba otras áreas en las que asegurar el predominio de las SS en la Alemania nazi. Tanto Himmler como Heydrich aspiraban a demostrar que las SS podían administrar territorios dentro del Reich y fuera de él con más eficacia que los burócratas civiles o los oficiales militares, a quienes esperaban suplantar con la elite de las SS después de la victoria alemana. Después de que la invasión de la Unión Soviética incitara a un movimiento de resistencia comunista antes inactivo en Bohemia y Moravia a realizar actos de sabotaje, Hitler despidió al Protector del Reich Konstantin von Neurath y designó a Heydrich como Protector del Reich en funciones en septiembre de 1941. En primer lugar, Heydrich ordenó una estrecha ola de terror dirigida a líderes de la oposición reales y supuestos en el territorio checo. En octubre y noviembre de 1941, tribunales especiales
del Protectorado condenaron a la pena de muerte a 342 personas y “entregaron a la Gestapo” a otras 1.289. En noviembre, Heydrich también creó el campo-ghetto de Theresienstadt. Bajo su mando, 14.000 judíos alemanes y austríacos y más de 20.000 judíos checos fueron deportados de Theresienstadt al ghetto de Lodz, al Gobierno General y al Comisariato del Reich para el Ostland. En carácter de Protector del Reich en funciones, Heydrich cortejaba obreros y granjeros checos, cuya capacidad productiva era necesaria para el esfuerzo bélico alemán, con salarios y paquetes de beneficios equivalentes a los de sus colegas alemanes. El resultado de sus políticas fue la reducción en un 73% de los actos de sabotaje en un plazo de seis meses. En la primavera de 1942, las autoridades alemanas pudieron jactarse de la pacificación del Protectorado. Algunos han especulado que Heydrich quería, posteriormente, asumir un cargo civil de alto rango recién creado en el norte de Francia y Bélgica bajo ocupación.
Heydrich estaba tan seguro de que su plan de pacificación había tenido éxito que ignoraba descaradamente medidas para su propia seguridad y viajaba por Praga en un vehículo abierto. El 27 de mayo de 1942, mientras Heydrich viajaba por una ruta conocida rumbo al aeropuerto para volar al cuartel general de Hitler, dos agentes checos en paracaídas lograron lanzar una granada de mano bajo su vehículo. Si bien el propio estallido no logró herirlo de muerte, las astillas de la granada en su pierna y la parte inferior de su espalda causaron una infección que le provocó la muerte el 4 de junio de 1942.
Tanto Hitler como Himmler lloraron la muerte de este despiadado ejecutor de la “solución final”. Hitler describió a Heydrich como “uno de los mejores nacionalsocialistas, uno de los más acérrimos defensores del concepto del Reich alemán y uno de los mayores adversarios de todos los enemigos de este Reich”. Más adelante, Himmler elogiaría la lealtad de Heydrich ante la elite de las SS unificadas: “… con toda la ambición que invirtió en su Policía de Seguridad y su Oficina Principal de Seguridad del Reich, él veía todo, antes que nada, desde el punto de vista de todas las SS”.
La RSHA que Heydrich creó y la política de la “solución final” que inició serían terriblemente efectivas después de su muerte. Los alemanes y sus aliados del Eje exterminaron a alrededor de seis millones de judíos entre 1941 y 1945. Los jefes de las SS y la policía en la Polonia bajo ocupación nombrarían una operación de exterminio de 1,7 millones de judíos Operación “Reinhard” en “honor” al más despiadado profesional del asesinato en masa.
EL RESCATE
El doctor Joseph Jaksy posa con (de izquierda a derecha): Valeria Suran, Lidia Suran, y su esposa. Las hermanas Suran eran entre 25 judíos que el Doctor Jaksy rescató durante la guerra. Checoslovaquia, fecha incierta. — US Holocaust Memorial Museum A pesar de la indiferencia de muchos europeos y la colaboración de otros en el asesinato de los judíos, miles arriesgaron sus vidas para ayudar a los judíos. El rescate de los judíos tomó muchas formas.
El rescate más notable ocurrió en la Dinamarca ocupada por los nazis. En octubre de 1943 las autoridades daneses fueron avisadas a una redada inminente por las SS de los judíos daneses. La resistencia danés organizó una operación de rescate, en la cual pescaderos daneses transportaron alrededor de 7.200 judíos (de una población judía total en Dinamarca de 7.800) a la seguridad en la Suecia neutral.
En Polonia, también había casos de polacos tratando de ayudar a judíos. Zegota, la resistencia polaca que dio asistencia a los de judíos, empezó operaciones en 1942. Miembros del ejército nacionalista [Polish Home Army] y el ejército comunista [Polish People's Army] atacaron posiciones alemanas durante el levantamiento del ghetto de Varsovia en abril de 1943. Aún, la resistencia polaca solo proveyó una cantidad mínima de municiones a combatientes judíos.
Algunas iglesias, orfanatos, y familias europeos proveyeron lugares para esconder a los judíos, y en algunos casos, individuales ayudaron a judíos ya escondiéndose (como Ana Franky su familia en Holanda). En Francia, los protestantes del pueblo de Le Chambon-sur-Lignon dieron refugio a varios miles de judíos, uno de muchos ejemplos de actos de rescate en Francia, Bélgica, e Italia. Algunos individuos también usaron su influencia personal para ayudar a los judíos. En Budapest, el diplomático sueco Raoul Wallenberg, el diplomático suizo Carl Lutz, y el ciudadano italiano Giorgio Perlasca dieron a decenas de miles de judíos “pases protectivos” falsificados que los eximían de la mayoría de las medidas anti-judías y de la deportación. El industrialista alemán Oskar Schindler estableció una fabrica (de utensilios de cocina de hierro esmaltado) fuera del ghetto de Cracovia, Polonia, y protegió los empleados judíos de la deportación. Los planes del gobierno búlgaro de deportar a los judíos de Bulgaria en la primavera de 1943 fallaron a causa de la
intervención energética por políticos y religiosos importantes de Bulgaria; esta actividad indujo al rey búlgaro, Boris III, de cancelar la deportación. Otros no judíos, como Jan Karski, un mensajero para el gobierno polaco en el exilio, intentó llamar atención a los planes nazis de asesinar los judíos. Karski se reunió con lideres judíos en el ghetto de Varsovia, y transmitió sus reportajes de los asesinatos masivos a los lideres Aliados, incluyendo el Presidente Franklin D. Roosevelt. Oficiales del gobierno estadounidense no actuaron al recibir el aviso de Karski.
Un pequeño número de grupos religiosos americanos tomaron parte en los esfuerzos de rescate. La Comisión de Servicio de Cuáqueros Americanos coordinó actividades de auxilio para los refugiados judíos en Francia, Portugal, y España. La Comisión también obtuvo visas de entrada a los Estados Unidos para niños judíos en Francia. RESISTENCIA ESPIRITUAL EN LOS GHETTOS Las privaciones de la vida en el ghetto y el miedo constante al terror nazi hicieron que la resistencia fuera difícil y peligrosa, pero no imposible. Además de la resistencia armada, los judíos se comprometieron con diversas formas de oposición no armada. Entre ellas se incluían intentos de huída de los ghettos a bosques próximos, incumplimiento de las órdenes nazis por parte de ciertos líderes de la comunidad judía, entrada de contrabando de alimento en los ghettos y resistencia espiritual. Por resistencia espiritual se entiende el intento de las personas de mantener su humanidad, integridad personal, dignidad y sentido de la civilización frente a los intentos nazis de deshumanizarlos y degradarlos. En general, la resistencia espiritual se refiere al rechazo a permitir que se quiebre el espíritu de la persona en medio de la degradación más horrible. Las actividades culturales y educativas, el mantenimiento de la documentación de la comunidad y las prácticas religiosas clandestinas son tres ejemplos de la resistencia espiritual.
CULTURA Y EDUCACIÓN A lo largo de toda la Polonia ocupada, dentro de los ghettos se organizaron cientos de escuelas y clases clandestinas. Cuando iban y venían de las clases en los diversos apartamentos y sótanos, los estudiantes ocultaban sus libros bajo su ropa. En muchos ghettos los judíos pasaron de contrabando libros y manuscritos para que fueran custodiados y se abrieron bibliotecas secretas en numerosos ghettos. Entre estas bibliotecas clandestinas se incluye la biblioteca secreta de Czestochowa (Polonia), que
atendió a más de 1.000 lectores. Los activistas crearon una biblioteca con 60.000 volúmenes en el ghetto de Theresienstadt, cerca de Praga. En los ghettos los judíos también se involucraban, en la medida de lo posible, en una variedad de actividades culturales. A diferencia de las escuelas, éstas no siempre estuvieron prohibidas por las autoridades alemanas. A pesar de las dificultades de la vida cotidiana, en muchos ghettos tenían lugar conciertos, conferencias, producciones de teatro, cabarets y concursos de arte.
DOCUMENTACIÓN DE LA VIDA DE LA COMUNIDAD En muchos ghettos varios grupos establecieron archivos secretos y de forma metódica escribieron, recopilaron y almacenaron informes, diarios y documentos sobre la vida cotidiana en los ghettos. Estos esfuerzos sirvieron para recopilar pruebas de la situación de los judíos de la Europa ocupada y también intentaban reafirmar un sentido judío de la comunidad, de la historia y de la civilización frente a la aniquilación física y espiritual. El más conocido de estos archivos es el del ghetto de Varsovia, cuyo nombre en código era Oneg Shabbat ("Por la alegría del Sabbath"), que fue fundado por el historiador Emanuel Ringelblum (1900-1944). Después de la guerra, se rescataron algunos de estos archivos de los escombros del ghetto de Varsovia. Dichos documentos han proporcionado una valiosa documentación sobre la vida y la muerte dentro del ghetto. En el ghetto de Bialystok, el activista Mordechai Tenenbaum, que había llegado a Bialystok desde Varsovia en noviembre de 1942 para organizar el movimiento de resistencia, creó archivos del ghetto siguiendo el modelo de Oneg Shabbat. También se mantuvo un archivo en el ghetto de Lodz, pero a diferencia de los archivos de Varsovia y de Bialystok, no era enteramente clandestino y por lo tanto funcionaba con ciertas limitaciones. Éstas y muchas otras colecciones más pequeñas documentan la vida cotidiana en los ghettos. ACTIVIDADES RELIGIOSAS Los alemanes prohibieron los servicios religiosos en la mayoría de los ghettos, así que muchos judíos rezaban y llevaban a cabo ceremonias en secreto (en sótanos, áticos y cuartos traseros) mientras otros montaban guardia. Sólo en Varsovia, en 1940 existían 600 grupos de oración judíos. Las autoridades rabínicas decidían en los conflictos religiosos en base a la ley religiosa e intentaron adaptar esta ley a las circunstancias diferentes y difíciles en las que se encontraba la comunidad. Los rezos ayudaban a mantener la moral y reafirmaban la identidad cultural y religiosa, además de proporcionar consuelo espiritual. Muchos judíos ortodoxos que se oponían al uso de la
fuerza física vieron en el rezo y las prácticas religiosas la forma más verdadera de resistencia.
LA RESISTENCIA JUDÍA
Soldados alemanes arrestan judíos durante la sublevación del ghetto de Varsovia. Polonia, mayo de 1943. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. Las políticas de opresión y genocidio alimentaron la resistencia a los nazis en el Tercer Reich y la Europa ocupada. Tanto judíos como no judíos respondieron a la opresión nazi de varias maneras.
La resistencia armada organizada era la forma más potente de oposición judía a los nazis. La sublevación armada más grande fue la del ghetto de Varsovia durante abril y mayo de 1943, que fue empezada por rumores de que los nazis iban a deportar los habitantes que quedaban en el ghetto al campo de exterminio de Treblinka en Polonia. Mientras las fuerzas alemanas entraban al ghetto, los miembros de la Organización Judía de Combate (Zydowska Organizacja Bojowa; ZOB) lanzaban a los tanques alemanes granadas de mano. Les llevó a los nazis veintisiete días destrozar el ghetto y sofocar la ultima resistencia.
Sublevaciones ocurrieron en Vilna y Bialystok y en varios otros ghettos. Muchos de los combatientes de los ghettos sabían que la resistencia armada de unos pocos no podía salvar las masas judías de la destrucción, pero luchaban por el honor judío y para vengar la matanza de tantos judíos.
Varios combatientes resistieron escapándose de los ghettos y yéndose a los bosques donde se juntaban con los partisanos. Algunos directores de los consejos judíos (Judenrat) resistieron no cumpliendo las ordenes, y negándose a entregar judíos para su deportación.
Sublevaciones ocurrieron en tres campos de exterminio. En Sobibor y Treblinka, prisioneros con armas robadas atacaron al personal de las SS y sus colaboradores ucranianos. La mayoría de los rebeldes fueron fusilados, aunque varios docenas de prisioneros se escaparon. En Auschwitz, cuatro mujeres judías ayudaron a algunos
judíos que trabajaban en los crematorios a volar uno de los crematorios. Las cuatro fueron asesinadas. En la mayoría de los países satélites u ocupados por los nazis, la resistencia judía se concentró en la ayuda y el rescate. Las autoridades judías en Palestina mandaron paracaidistas clandestinos como Hannah Szenes a Hungría y Eslovaquia para ayudar los judíos. En Francia, varios elementos de la resistencia judía se juntaron y formaron l'Armee Juive (ejército judío). Muchos judíos lucharon en los movimientos nacionales de resistencia en Bélgica, Francia, Italia, Polonia, y otros países de la Europa oriental.
Los judíos en los ghettos y los campos también respondieron a la opresión nazi con formas de resistencia espiritual. La creación de instituciones culturales judías, la continuación de practicas religiosas, y la voluntad de recordar y contar la historia de los judíos (a través, por ejemplo, el archivo Oneg Shabbat en Varsovia) eran intentos conscientes de preservar la historia y vida comunal del pueblo judío a pesar de los esfuerzos nazis de erradicar a los judíos de la memoria humana.
RESISTENCIA JUDÍA ARMADA: PARTISANOS
Partisano judío ahorcado con un letrero que declara: "Somos partisanos y hemos disparado a soldados alemanes." Minsk, entre 1941 y 1944. — US Holocaust Memorial Museum La mayor parte de la resistencia armada judía se produjo después de 1942, en un esfuerzo desesperado, después de que quedó claro para los que oponían resistencia que los nazis habían asesinado a la mayoría de sus familiares y correligionarios. A pesar de la gran cantidad de obstáculos (como falta de armamentos y capacitación, operaciones en una zona hostil, renuencia a separarse de las familias y el siempre presente terror nazi), muchos judíos de toda la Europa bajo ocupación alemana intentaron oponer resistencia armada en contra de los alemanes. En forma individual y en grupos, los judíos participaron de la oposición a los alemanes y sus compañeros del Eje. Las unidades de resistencia operaron en Francia, Bélgica, Ucrania, Bielorrusia, Lituania y Polonia. Los judíos también lucharon en organizaciones generales de resistencia francesa, italiana, yugoslava, griega y soviética.
RESISTENCIA JUDÍA ARMADA EN EUROPA ORIENTAL En Europa oriental, las unidades judías lucharon contra los alemanes en
los ghettos urbanos y detrás de las primeras líneas en los bosques. Si bien la mayor parte de la resistencia armada judía comenzó en 1943, debe observarse que los movimientos de resistencia general en la región, que operaban en circunstancias más propicias y con una población local más favorable, también comenzaron recién en 1943. A pesar del mínimo apoyo e incluso la hostilidad antisemita de los habitantes de los lugares cercanos, miles de judíos pelearon contra los alemanes en Europa oriental. Surgieron unidades de resistencia en más de 100 ghettos en Polonia, Lituania, Bielorrusia y Ucrania. Los judíos se resistieron cuando los alemanes intentaron establecer ghettos en varias pequeñas ciudades de Polonia oriental en 1942. Se produjeron levantamientos en Starodubsk, Kletsk, Lachva, Mir, Tuchin y varias otras ciudades. Cuando los alemanes eliminaron los ghettos más importantes en 1943, se encontraron con resistencia judía armada en Cracovia, Bialystok, Czestochowa, Bedzin, Sosnowiec y Tarnow, además de un levantamiento importante en Varsovia. Miles de judíos escaparon de los ghettos y se unieron a grupos de resistencia en bosques cercanos. Los judíos de Minsk, por ejemplo, establecieron siete unidades de lucha de resistencia. Los de Vilna, Riga y Kovno también formaron grupos de resistencia. En Bielorrusia occidental, Ucrania occidental y Polonia oriental, se establecieron campos familiares en los que los judíos civiles reparaban armas, confeccionaban ropa, cocinaban para los soldados y ayudaban en las operaciones de la resistencia soviética. Unos 10.000 judíos sobrevivieron a la guerra refugiándose en unidades de la resistencia judía. Por ejemplo, el campo establecido por Tuvia Bielski en el bosque Naliboki en 1942, dio refugio a más de 1.200 judíos.
Incluso hubo levantamientos en los campos de exterminio de Treblinka, Sobibor y Auschwitz durante los años 1943 y 1944. RESISTENCIA JUDÍA ARMADA EN EUROPA OCCIDENTAL En enero de 1942, se fundó el “Armée Juive” (ejército judío), un grupo de resistencia de judíos franceses, en Toulouse, Francia. Estaba formado por miembros de movimientos de juventud sionista y operaba en Toulouse, Niza, Lyon, París y sus alrededores. Sus miembros trajeron dinero de contrabando desde Suiza a Francia para ayudar a los judíos a ocultarse, llevaron a escondidas al menos a 500 judíos y no judíos a la España neutral, y participaron en las sublevaciones de 1944 contra los alemanes en París, Lyon y Toulouse. “Solidarité”, una unidad comunista judía, también atacó a personal alemán en París. Muchos judíos también se unieron a la resistencia general francesa. En Bélgica, una unidad de resistencia combinada judía y no judía (también llamada “Solidarité”) hizo descarrilar un tren de deportación en abril de 1943. El 25 de julio de 1942, los miembros de la resistencia judía atacaron e incendiaron los archivos de la
organización que los nazis habían impuesto a los judíos de Bélgica. Los judíos también fueron activos en los movimientos clandestinos holandeses e italianos. No se debe exagerar el impacto de la resistencia judía armada. Hizo poco para impedir que la organización nazi implementara el asesinato en masa de los judíos. La mayor parte de la resistencia judía a los nazis se centró en el rescate, el escape y la ayuda para los que se ocultaban, y en la resistencia espiritual. Sin embargo, la resistencia armada organizada fue la forma más directa de oposición judía a los nazis. LA RESISTENCIA NO JUDÍA
Dietrich Bonhoeffer, teólogo protestante alemán que fue ejecutado en el campo de concentración de Flossenbürg el 9 de abril de 1945. Alemania, fecha incierta. — DIZ Muenchen GMBH, Sueddeutscher Verlag Bilderdienst Entre 1933 y 1945, una variedad de grupos resistió a los nazis. Entre los primeros oponentes al nazismo en Alemania eran los comunistas, socialistas, y lideres de los sindicatos. Aunque las jerarquías dominantes de la iglesia apoyaban el gobierno nazi, teólogos alemanes individuos como Dietrich Bonhoeffer oponían al régimen. Bonhoeffer fue ejecutado en 1945. Dentro de la elite conservadora y el estado mayor alemán, focos de oponentes al régimen nazi existieron. En julio de 1944, una coalición de estos grupos atentó sin éxito contra la vida de Adolf Hitler.
La resistencia tuvo lugar en áreas ocupadas por los nazis fuera de Alemania. En Francia, General Charles de Gaulle abogaba por la resistencia abierta contra el régimen Vichy que colaboraba con los nazis. Después de ocupación de Dinamarca en abril de 1940, un movimiento de resistencia empezó operaciones ahí; sus actividades incluían matando informadores, asaltando instalaciones militares alemanes, y saboteando líneas de ferrocarriles. En febrero de 1941, la población holandés montó una huelga general contra los arrestos y tratamiento brutal de los judíos.
En la Unión Soviética, Checoslovaquia, Yugoslavia, Grecia y Polonia, guerrilleros, llamados partisanos, ofrecieron resistencia armada y participaron en sabotaje contra los nazis. En mayo de 1942, agentes checos asesinaron Reinhard Heydrich, el gobernador nazi del protectorado de Bohemia y Moravia. En retaliación, los nazis fusilaron todos los hombres del pueblo de Lidice. En agosto de 1944, el ejército polaco [Polish Home Army] empezó una revuelta (el levantamiento polaco de Varsovia). Dentro de dos meses, los nazis suprimieron la rebelión. Ese mismo mes, partisanos
eslovacos lanzaron una lucha armada (el levantamiento nacional eslovaco) contra el gobierno Hlinka que era pro-alemán.
Miembros de otros grupos que eran victimas resistieron los nazis. En mayo de 1944, las SS ordenó a los roma (gitanos) dejar sus barracas en el campo de familias gitanas de Auschwitz(probablemente para ser mandados a las cámaras de gas). Armados con cuchillos y hachas, los roma se negaron irse. Las SS se retiraron. Los testigos de Jehová resistieron el nazismo a través del desafío. Se negaron a servir en el ejército alemán, y como prisioneros en los campos de concentración organizaron grupos de estudio ilegales. Otras formas de resistencia no violenta incluyeron dando refugio a judíos, escuchando ilegalmente los programas de la radio Aliada, y produciendo periódicos clandestinos anti-nazi. RESPUESTAS ESTADOUNIDENSES INMEDIATAS A LAS QUEMAS DE LIBROS POR PARTE DE LOS NAZIS
El doctor Bernard Deutsch, presidente del Congreso Judío-Americano (centro), y el rabino Stephen S. Wise (derecha) participan en una manifestación masiva en contra del trato de los nazis a los judíos alemanes. La manifestación tuvo lugar el mismo día de la quema de libros en Alemania. Nueva York, Estados Unidos, 10 de mayo de 1933. — Roger - Viollet
Organizaciones antifascistas, grupos de judíos estadounidenses y numerosos escritores, intelectuales y periodistas reconocieron el siniestro objetivo de la "guerra cultural" de los nazis, que hizo de la sangre y la raza una fuente de inspiración. El Congreso JudíoAmericano esperaba ampliar la coalición de estadounidenses antinazis, utilizando las quemas de librosdel 10 de mayo como una causa común. Por eso, instó a que se realizaran manifestaciones callejeras masivas ese mismo día. Cuando las listas negras alemanas de literatura circularon por la prensa, hubo escritores estadounidenses que publicaron declaraciones de solidaridad con sus hermanos condenados. Durante la década de 1930, con el aumento del aluvión de escritores alemanes emigrantes, las organizaciones literarias estadounidenses brindaron ayuda donde pudieron como respuesta a la crisis. MANIFESTACIONES El 10 de mayo de 1933, el mismo día de las quemas de libros en Alemania, hubo manifestaciones callejeras masivas en decenas de ciudades estadounidenses. Los manifestantes, hábilmente organizados por el Congreso Judío-Americano, protestaron
contra los implacables ataques de los nazis contra los judíos: el continuo hostigamiento, las redadas policiales, los arrestos y las golpizas, así como la destrucción de las propiedades de los judíos y el boicot contra sus negocios. En la manifestación más grande hasta esa fecha en la historia de la ciudad de Nueva York, cien mil personas marcharon durante más de seis horas para protestar contra los sucesos de Alemania y las quemas de libros. También hubo otras manifestaciones masivas de otros grupos estadounidenses en ciudades de todo el país, como Filadelfia, Cleveland y Chicago. RESPUESTA DE LA PRENSA ESTADOUNIDENSE Los periódicos de todos los rincones de Estados Unidos cubrieron tanto las hogueras de los nazis como las protestas estadounidenses. Las opiniones editoriales fueron casi unánimes en cuanto a la condena de los hechos, pero dispar en su retórica. Algunos periódicos tildaron las acciones de los estudiantes alemanes de "tontas", "ineficaces", "sin sentido" o "infantiles". La revista The New Yorker se tomó a la ligera las "actividades extracurriculares de los estudiantes nazis". El ensayista E. B. White bromeó diciendo: "Nosotros nunca quemamos libros, salvo para que no lleguen a las manos del gran jurado". Pero otros, como Ludwig Lewisohn del semanario de opinión The Nation, vaticinaron el advenimiento de un "período obscuro", un ataque "demente contra la vida de la mente, los valores intelectuales y los derechos del espíritu humano". En su cobertura de las quemas de libros en Berlín, la revista NewsWeek empleó el término "Holocaust" (Holocausto) en el título principal de su informe semanal de noticias de Alemania. En la portada de la edición del 27 de mayo, NewsWeek publicó una imagen de la quema de libros de Berlín. The Nation presentó las quemas de libros como un rito pagano de los adeptos a los nazis, los militaristas prusianos, los industrialistas con monóculo, los secuaces de las SA y la corrupta Juventud Hitleriana. New York City's Forward, un diario escrito en yidish que abogaba por la justicia social y los derechos de los judíos, protestó enérgicamente contra las políticas nazis. El 10 de mayo, la caricatura política del periódico -- titulada El Führer -mostraba a Hitler empuñando una antorcha apuntando a una gran cantidad de libros. En su edición del 14 de mayo de 1933, publicó una página completa de fotografías de escritores reconocidos cuyos libros habían sido quemados. ESCRITORES i. Autores En respuesta al acto de "embriaguez nacional" envuelta en "una ceremonia estúpida", como más tarde Thomas Mann describió las quemas de libros por parte de los nazis, una serie de escritores estadounidenses condenó públicamente la "acción" de los estudiantes alemanes. Helen Keller escribió una carta abierta a los estudiantes alemanes en la que afirmaba el poder perdurable de las ideas contra la tiranía. Cuando los escritores alemanes tuvieron que exiliarse, sus colegas estadounidenses, en especial
los integrantes de la izquierdista Liga de Escritores Estadounidenses (League of American Writers), se esforzaron por ayudar a los emigrantes y a sus familias a escapar de Europa, proporcionándoles dinero, visas, refugio, paquetes de alimentos, donaciones, declaraciones juradas de apoyo, así como libros y contratos para escribir guiones. ii. P.E.N. P.E.N. International (poetas, dramaturgos, ensayistas, editores y novelistas) fue fundada en 1912 para fomentar buenas relaciones en el ámbito de la literatura internacional, crear puentes para unir fronteras culturales y trabajar en beneficio de la libertad de expresión en cualquier lugar donde ésta estuviera en peligro. En abril de 1933, los nazis excluyeron del Centro alemán de P.E.N. a los comunistas, los judíos y los escritores de ideas liberales. El Congreso de P.E.N. International que tuvo lugar en Dubrovnik, Yugoslavia, el 26 de mayo de 1933 -apenas dos semanas después de las quemas de libros- fue testigo de una confrontación en la cual algunos delegados acusaron a los alemanes de violar los principios de la organización. Tras la aprobación de una moción que permitía un discurso de Ernst Toller, un dramaturgo judío-alemán exiliado cuyos trabajos habían sido quemados, la delegación alemana se retiró en protesta. EXILIOS Y AYUDA A REFUGIADOS La expulsión de judíos y opositores políticos de las universidades, las quemas de libros y los continuos actos de persecución instigaron a escritores, artistas, médicos y otros profesionales a huir de Alemania. Si bien Estados Unidos parecía ser un refugio para emigrantes intelectuales, la mayoría de los refugiados se encontró con una política inmigratoria de exclusión. Los funcionarios consulares de EE. UU. reflejaron las actitudes xenófobas, de rechazo a los refugiados y hasta cierto punto antisemitas de parte de los estadounidenses. Interpretaron al pie de la letra las leyes inmigratorias que imponían cuotas y exigían garantías de que los inmigrantes no se convertirían en una carga pública. Los obstáculos eran enormes, pero entre 1933 y 1941, con ayuda de grupos privados, 200 mil inmigrantes de la Alemania nazi llegaron a las costas estadounidenses. Contrariamente a la relativa inacción del gobierno de EE. UU., decenas de organizaciones privadas de voluntarios ad hoc respondieron a la crisis de 1933 y al desplazamiento de estudiantes, académicos y artistas alemanes. Alvin Johnson, director de la Nueva Escuela de Investigación Social, rápidamente consiguió fondos del benefactor Hiram Halle y, para finales de ese año, reunió un cuerpo docente de científicos sociales emigrantes que constituyó el núcleo de una “Universidad en el exilio”. El Comité de Emergencia para Ayudar a Intelectuales Alemanes Desplazados (Emergency Committee in Aid of Displaced German Scholars), fundado por Stephen
Duggan, director del Instituto de Educación Internacional, trabajó con directores de museos, bibliotecarios y rectores de universidades para rescatar y conseguirles empleo a eminentes académicos de las artes y las letras, las ciencias naturales, las ciencias sociales y la medicina.
A partir de mayo de 1933, el Emergency Committee in Aid of Displaced German Scholars hizo donaciones a decenas de instituciones académicas para que crearan puestos para profesores honorarios con la ayuda de filántropos judíos, la Fundación Rockefeller, Carnegie Corporation y Oberlaender Trust. A lo largo de sus 12 años de historia, el comité ayudó a 355 intelectuales y profesionales desplazados entre más de 6 mil solicitantes. A los 25 años, y antes de incorporarse al personal europeo de Columbia Broadcasting System, Edward R. Murrow trabajó como secretario del Emergency Committee in Aid of Displaced German Scholars.
Tras las quemas de libros, la mayoría de los escritores que estaban en las listas negras lograron huir de Alemania. Sin embargo, algunos escritores como Erich Mühsam y Carl von Ossietzky no tuvieron la misma suerte. Quedaron atrapados en Alemania y murieron en campos de concentración después de ser encarcelados y torturados. Muchos de los que escaparon tuvieron dificultades para comenzar una nueva vida. Algunos, como Kurt Tucholsky, Ernst Toller y Stefan Zweig, perdieron las esperanzas y se suicidaron. Durante la década de 1930, los escritores que habían emigrado fueron los principales responsables de mantener vivo el recuerdo de las quemas de libros ante el público estadounidense, perfilándose públicamente como víctimas de los autos de fe nazis a través de exhibiciones, conferencias, conmemoraciones y, en 1938, con una manifestación en el consulado alemán de la ciudad de Nueva York. ROMA, ITALIA
Un mercado al aire libre en el sector judío de la Roma de preguerra. Roma, Italia, antes de 1939. — YIVO Institute for Jewish Research, New York En el momento de la ocupación alemana del norte y el centro de Italia a principios de septiembre de 1943, vivían aproximadamente 12.000 judíos en Roma. Los ocupantes alemanes intentaron incluir a los judíos italianos en la “solución final”.
El comandante de la Policía de Seguridad Alemana (Sipo) y el Servicio de Seguridad (SD) de Roma cobraron un rescate por los judíos locales. Exigieron unas 110 libras de oro a cambio de la seguridad de la comunidad judía de Roma. Si bien la comunidad judía entregó el rescate a fines de septiembre de 1943, los alemanes seguían pensando en deportar a los judíos de Roma. Las SS confiscó el registro de los judíos romanos, que había llevado la comunidad judía en la sinagoga principal de Roma, y las deportaciones comenzaron a mediados de octubre de 1943. Las SS capturó a los judíos dondequiera que viviesen, y los llevó a un colegio militar en el centro de Roma. Después de varios días, las SS deportó a más de 1.000 judíos al campo de exterminio de AuschwitzBirkenau. Otros arrestos posteriores terminaron con la deportación a Auschwitz de alrededor de 800 judíos romanos. A casi todos los mataron en Auschwitz.
Como la policía italiana no participó en estos arrestos y la mayoría de los italianos se oponían a las deportaciones, muchos judíos italianos consiguieron ocultarse. Por cada judío capturado en Roma por los alemanes, al menos 10 escaparon y se ocultaron, muchos de ellos en el Vaticano, a cuya cabeza estaba Pío XII, el Papa de la Iglesia católica romana. Ubicado en el corazón de Roma, el Vaticano tenía la condición de estado soberano neutral. Durante la ocupación, Alemania reconoció y respetó esta neutralidad. Sin embargo, el papa Pío XII no condenó públicamente las políticas y las acciones de Alemania hacia los judíos. Otras instituciones católicas de Roma brindaron ayuda y refugio a muchos judíos.
Los alemanes ocuparon Roma durante nueve meses. Si bien 1.800 judíos fueron deportados desde esta ciudad, más de 10.000 judíos sobrevivieron. La mayoría de ellos consiguieron ocultarse en Roma. Las fuerzas estadounidenses liberaron la ciudad el 4 de junio de 1944, y los judíos salieron de sus escondites para participar en la ceremonia de liberación que se celebró en la sinagoga principal de Roma. LA ROSA BLANCA En 1942, Hans Scholl, un estudiante de medicina de la Universidad de Munich, su hermana Sophie, Christoph Probst, Willi Graf, y Alexander Schmorell fundaron el movimiento “la rosa blanca”, uno de los pocos grupos alemanes que denunció las políticas del genocidio nazi.
La tiranía nazi y la apatía de los ciudadanos alemanes frente a los “crímenes abominables” del régimen enfurecieron a los miembros idealistas de la “rosa blanca”. Muchos de ellos habían escuchado del asesinato masivo de los judíos polacos; Hans
Scholl, cuando era soldado en el frente oriental, había visto de primera mano el maltrato de los judíos haciendo trabajos forzados y escuchó de la deportación de números grandes de polacos a los campos de concentración.
El grupo se amplió a una organización de estudiantes en Hamburgo, Freiburg, Berlín, y Viena. Bajo gran riesgo los miembros de la “rosa blanca” transportaron y enviaron por correo folletos mimeografiados que denunciaban el régimen. En su intento de parar la guerra, abogaron por el sabotaje de la industria de armamentos. “No nos quedaremos silenciosos,” escribieron a sus compañeros. “Somos tu remordimiento de conciencia. La rosa blanca no les dejará tranquilos!” Los estudiantes sabían que solamente la fuerza militar podía parar a los nazis y limitaron sus objetivos a conseguir “una renovación desde dentro del espíritu alemán severamente herido.”
Después de la derrota del ejercito alemán en Stalingrado a fines de enero de 1943, los Scholl distribuyeron folletos exhortando a los estudiantes de Munich a la rebelión. Pero el mes siguiente, un conserje en la universidad que los vio con los folletos los denunció a la Gestapo (la policía secreta estatal).
El régimen ejecutó a Hans y Sophie Scholl y a Christoph Probst el 22 de enero de 1943. Oficiales también finalmente arrestaron y ejecutaron a Kurt Huber, un profesor de filosofía que había dirigido el movimiento, y al resto de los miembros de la rosa blanca.
Durante su juicio, Huber permaneció leal la ética de Immanuel Kant, el filosofo alemán del siglo XVIII, y concluyó su defensa con palabras del discípulo de Kant, Johan Gottlieb Fichte:
Y actuará como si Sobre Usted y sus hechos Dependiera el destino de toda Alemania. Y Usted solo fuera el responsable. LA SALA DEL TRIBUNAL DE NÚREMBERG
Vista exterior del Palacio de Justicia de Núremberg. Núremberg, Alemania, entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946.
— US Holocaust Memorial Museum, courtesy of Robert Kempner
¿Por qué Núremberg? Durante el verano de 1945, el SHAEF (Cuartel General Supremo de las Fuerzas Expedicionarias Aliadas) y la organización que lo sucedió, USFET (Fuerzas Estadounidenses en el Teatro de Operaciones Europeo) realizaron un estudio de posibles lugares donde establecer el Tribunal Militar Internacional (IMT). Se llegó a la conclusión de que debía elegirse Núremberg. A pesar de que más de tres cuartos de la ciudad quedaron reducidos a escombros, Núremberg contaba con las únicas instalaciones que permanecían intactas (el Palacio de Justicia) con capacidad suficiente para el juicio.
Tras recorrer la ciudad y el Palacio de Justicia, que albergaba 20 salas de tribunales y una prisión para 1200 prisioneros, los delegados de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética recomendaron a sus respectivos gobiernos que Núremberg era el lugar indicado para el primer Tribunal Militar Internacional.
El mayor general I. T. Nikitchenko, el líder de la delegación rusa que luego se desempeñó como juez representante ruso durante el Tribunal Militar Internacional, también estuvo de acuerdo, con la condición de que Berlín fuera elegida sede del tribunal. Jackson, representante de la delegación estadounidense y fiscal jefe por los Estados Unidos durante el Tribunal Militar Internacional, también aprobó esta propuesta, pero esperaba que Berlín fuera simplemente un lugar simbólico. El 18 de octubre de 1945, se llevó a cabo la primera sesión oficial del tribunal en Berlín, donde los fiscales formularon las acusaciones. Luego el tribunal se trasladó a Núremberg.
Construcción de la sala del tribunal y del caso El principal objetivo de la reconstrucción del Palacio de Justicia era la sala del tribunal principal, cuyo tamaño se duplicó a fin de satisfacer las necesidades del juicio. Para ello, se derribó una pared y se elevó la altura del techo. También se construyó una tribuna para los visitantes y otra para los periodistas, con una capacidad de 250 representantes de la prensa internacional. A su vez, fue fundamental la instalación de equipos y cableado para el sistema de traducción simultánea.
Traducción en la sala del tribunal El juicio de Núremberg fue una experiencia precoz de la traducción simultánea. El estatuto del Tribunal Militar Internacional establecía que los acusados tenían derecho a
un juicio justo y que debían traducirse todos los procedimientos a los idiomas que los acusados entendieran. Debido a las complejidades del juicio, el objeto del juicio y los distintos idiomas que hablaban los abogados defensores, los fiscales y los jueces, se decidió que lo óptimo sería usar un sistema de traducción simultánea.
IBM desarrolló un sistema de traducción basado en el sistema Filene-Finlay y en otro sistema desarrollado anteriormente y usado en la Sociedad de las Naciones en 1931. En la vieja versión, los discursos eran pretraducidos y luego leídos simultáneamente en varios idiomas. Sin embargo, ese sistema no permitía traducir los intercambios imprevistos que generalmente se producen durante un juicio. En Núremberg, el sistema de traducción tenía cinco canales. El primer canal contenía las transmisiones textuales del orador. Los otros canales eran inglés, ruso, francés y alemán. Cada participante del juicio tenía auriculares y podía seleccionar el canal de su preferencia. Había seis micrófonos ubicados en la sala del tribunal: uno por cada juez, el estrado de los testigos y el podio del orador.
Tres equipos de intérpretes trabajaron bajo la dirección del coronel Leon Dostert y del comandante Alfred Steer. Dos equipos se turnaban en la sala de tribunal, mientras el tercer equipo de reserva se sentaba en otra habitación y escuchaba los procedimientos. Un cuarto equipo de traductores auxiliares estaba disponible para otros idiomas tales como yidis y polaco. Además, otros dos intérpretes se sentaban en un banco detrás de los jueces.
En el juicio se fijó un límite de 60 palabras por minuto (igual a la velocidad de dictado), pero este método era cuatro veces más rápido que la interpretación consecutiva, para la cual el orador debe hacer pausas frecuentes. Un monitor que operaba un interruptor de control en la sección de interpretación encendía una luz amarilla para avisarle al orador si hablaba muy rápido, o una luz roja para indicarle que debía detenerse y repetir lo que había dicho.
IMB proporcionó la nueva tecnología gratuitamente para el juicio, con la condición de que el gobierno estadounidense pagara los costos de envío e instalación. Gracias al éxito del sistema utilizado en Núremberg, posteriormente IMB pudo vender el sistema para su uso en las Naciones Unidas. LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Las tropas alemanas se acercan a Bydgoszcz. Polonia, 18 de septiembre de 1939. — Wide World Photo El gobierno de Hitler tenía como meta la adquisición de un gran imperio nuevo que le proveyera “espacio vital” (Lebensraum) in Europa oriental. Hitler calculó que la realización de la hegemonía alemana en Europa exigiría la guerra.
Después de asegurar la neutralidad de la Unión Soviética (con el pacto de no-agresión entre Alemania y la URSS), Alemania desató la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939. Gran Bretaña y Francia respondieron con la declaración de guerra contra Alemania el 3 de septiembre. El 9 de abril de 1940, las fuerzas alemanas invadieron Noruega y Dinamarca, y en mayo de 1940, Alemania empezó el asalto de Europa occidental. La Unión Soviética ocupó los estados del Báltico en junio de 1940, y los anexó en agosto de 1940. Italia, miembro del Eje, entró en la guerra en junio de 1940. Desde el 13 de agosto hasta el 31 de octubre de 1940, la aviación nazi atacó a Inglaterra en la campaña conocida como la “Batalla de Inglaterra”. Después de dominar los Balcanes con la invasión de Yugoslavia y Grecia el 6 de abril de 1941, Alemania invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, en una violación directa del pacto alemán-soviético. En junio y julio de 1941, los alemanes también ocuparon los estados del Báltico. Stalin, el líder soviético, se convirtió en un líder importante del grupo aliado, junto con el presidente de los EE.UU., Franklin Delano Roosevelt, y el primer ministro de Gran Bretaña, Winston Churchill. El 7 de diciembre de 1941, Japón (uno de las potencias del Eje) bombardeó Pearl Harbor, Hawai. Los Estados Unidos inmediatamente declararon la guerra a Japón. El 11 de diciembre, Alemania y Italia declararon la guerra a los Estados Unidos.
Empezando con la llegada en 1942 de las tropas americanas a África del norte, los Aliados obtuvieron una cantidad de victorias militares. El 2 de febrero de 1943, el 6º Ejército alemán se rindió a los soviéticos en Stalingrado. En septiembre, los Aliados invadieron Italia, que se rindió el 8 de septiembre, pero Mussolini estableció un régimen fascista en Italia del norte. Las fuerzas alemanas luego invadieron Italia del norte, y avanzaron hacia el sur para encontrarse con las fuerzas aliadas. Las tropas alemanas mantuvieron Italia del norte hasta mayo de 1945.
El 6 de junio de 1944 (el día D), doscientos cincuenta mil soldados aliados llegaron a Francia, que fue liberada para fin de agosto. Las fuerzas aéreas aliadas atacaron las
fabricas industriales nazis, tales como la del campo de Auschwitz (aunque las cámaras de gas nunca fueron un blanco). Los soviéticos empezaron una ofensiva el 12 de enero de 1945, y liberaron Polonia y Hungría. A mediados de febrero de 1945, los Aliados bombardearon Dresden, y casi cien mil civiles fueron muertos. El 29 de abril, Hitler se suicidó. Berlín fue capturada por las fuerzas soviéticas en mayo de 1945, y los alemanes se rindieron el 7 de mayo de 1945. En agosto, la guerra en el Pacifico terminó, poco después de que los EE.UU. usaran bombas atómicas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, matando instantáneamente ciento veinte mil civiles. Japón se rindió formalmente el 2 de septiembre. La Segunda Guerra Mundial resultó en aproximadamente 55 millones de muertos en el mundo. LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL EN PROFUNDIDAD La Alemania nazi y el imperio japonés desataron la Segunda Guerra Mundial con la intención de establecer, mediante la conquista militar, un dominio permanente sobre Europa y Asia respectivamente. Estos dos países eran los miembros más importantes de la alianza del Eje, que estaba basada en el anticomunismo y la insatisfacción con el orden mundial después de la Primera Guerra Mundial. Bajo el liderazgo del dictador Adolf Hitler, la Alemania nazi buscaba la adquisición de un vasto y nuevo imperio de "espacio vital" (Lebensraum) en Europa Oriental y en la Unión Soviética. El liderazgo nazi calculaba que la concreción de la hegemonía alemana en Europa demandaría entablar una guerra y comenzó a planificar una guerra europea a partir del día en que los nazis llegaron al poder a fines de enero de 1933.
El imperio japonés seguía una política de conquistas militares que gozaba del apoyo de su emperador, la cúpula militar y muchos miembros de la élite culta que buscaban el dominio y la influencia de Japón en todo el este asiático y el Océano Pacífico. En 1936, Alemania y Japón formaron un frente anticomunista que apuntaba a la Unión Soviética. Ese mismo año la Italia fascista y la Alemania nazi formaron la alianza del Eje, poco después de que Italia concretara su brutal y exitosa conquista de Etiopía.
Japón inició su política de conquistas militares invadiendo el territorio chino de Manchuria en septiembre de 1931. Seis años más tarde, en julio de 1937, Japón invadió a la propia China y así desató la Segunda Guerra Mundial en Asia.
Después de incorporar a Austria y las tierras de los checos sin tener que recurrir a la guerra en 1938 y 1939, y habiéndose asegurado la neutralidad de la Unión Soviética, gobernada por el dictador Joseph Stalin, mediante un pacto de no agresión, Alemania
invadió Polonia. La invasión del 1 de septiembre de 1939 inició la Segunda Guerra Mundial en Europa. Como habían permitido que la Alemania nazi destruyera el estado checoslovaco de entreguerras, Gran Bretaña y Francia habían garantizado la integridad de las fronteras de Polonia en abril de 1939. Entonces respondieron a la invasión alemana de Polonia declarándole la guerra a Alemania el 3 de septiembre. En un mes, las fuerzas alemanas y soviéticas conquistaron Polonia y dividieron el estado polaco. El cese temporal posterior a la derrota de Polonia finalizó el 9 de abril de 1940 cuando las fuerzas alemanas invadieron Noruega yDinamarca. Dinamarca se rindió ese mismo día. Noruega resistió hasta que, a comienzos de junio, las fuerzas alemanas pudieron ocupar todo el país. El 10 de mayo de 1940, Alemania comenzó a atacar a Europa Occidental invadiendo Francia y los Países Bajos(Holanda, Bélgica y Luxemburgo), que eran neutrales. A fines de mayo, los Países Bajos quedaron bajo ocupación alemana. El 22 de junio de 1940, Francia firmó un armisticio con Alemania. El armisticio posibilitó la ocupación alemana de la mitad norte de Francia y permitió el establecimiento de un régimen colaboracionista en el sur con sede en Vichy. Del 10 de julio al 31 de octubre de 1940, los alemanes libraron, y finalmente perdieron, una batalla aérea contra Inglaterra, conocida como la Batalla de Gran Bretaña. Según los acuerdos con la Alemania nazi en 1939 respecto a la esfera de influencia, la Unión Soviética invadió Finlandia a fines de noviembre de 1939. Tras una amarga batalla librada en invierno, los soviéticos forzaron a los finlandeses a ceder el territorio de las costas del norte del Lago Lagoda, situadas al norte de Leningrado (San Petersburgo), y la costa del Ártico en marzo de 1940. Alentada por los alemanes, la Unión Soviética ocupó los estados bálticos en junio de 1940 y se los anexó en agosto de ese mismo año. Los soviéticos también le quitaron Besarabia y el norte de Bucovina a Rumania a fines de junio de 1940.
Italia entró a la guerra el 10 de junio de 1940 e invadió el sur de Francia el 21 de junio. Insatisfecho con la parte del botín que le había tocado a Italia en las negociaciones del armisticio, el dictador fascista Benito Mussolini atacó Grecia en octubre de 1940 desde Albania (tomada por los italianos en abril de 1940). A fines de octubre de 1940, los italianos también atacaron las fuerzas británicas en Egipto desde Libia, que estaba bajo control italiano. Ambas aventuras terminaron en un desastre militar que requirió la intervención de Alemania. Alemania incitó a Hungría, Rumania y Eslovaquia en noviembre de 1940 y a Bulgaria en marzo de 1941 para que se unieran al Eje. En abril de 1941, Alemania -con el apoyo de Italia, Hungría y Bulgaria -- invadió y desmembró a Yugoslavia. A mediados de junio, las potencias del Eje habían doblegado a Grecia. Del colapso de Yugoslavia surgió el llamado Estado Independiente de Croacia, bajo la dirección de la
organización fascista y terrorista Ustasha. El nuevo Estado, que comprendía a Bosnia y Herzegovina, formalmente se unió al Eje el 15 de junio. Alemania ocupó el este de Eslovenia, el Bánato serbio y la mayor parte de la propia Serbia. Italia tomó a Istria y el oeste de Eslovenia, unió la provincia de Kosovo a Albania y ocupó la costa croatadálmata y Montenegro. Hungría anexó a Backa, situada en el noreste de Yugoslavia, la Macedonia bajo ocupación búlgara y la provincia serbia de Pirot. Después de permitir que Bulgaria ocupara la Tracia griega, Alemania e Italia dividieron a Grecia en zonas de ocupación, con los italianos en el oeste y los alemanes en el este. El 22 de junio de 1941, los alemanes y sus socios del Eje (excepto Bulgaria) invadieron la Unión Soviética en absoluta violación del Pacto Alemán-Soviético de agosto de 1939. Finlandia, que buscaba desagraviar su derrota del invierno de 1939-1940, se unió al Eje y a la invasión alemana. A fines de octubre de 1941, las tropas alemanas se habían adentrado profundamente en la Unión Soviética, invadiendo los estados bálticos y sitiando a Leningrado en el norte; habían invadido Smolensk y marchaban hacia Moscú en el centro; habían tomado Kiev (Kyiv) y se acercaban a Rostov en la desembocadura del río Don en el sur. El endurecimiento de la resistencia del Ejército Rojo en agosto y nuevamente en noviembre de 1941 evitó que los alemanes tomaran las ciudades clave de Leningrado y Moscú. El 6 de diciembre de 1941, las tropas soviéticas lanzaron una importante contraofensiva que expulsó a los alemanes permanentemente de las afueras de Moscú. Un día después, el 7 de diciembre de 1941, Japón, que todavía estaba librando batalla en la China continental, lanzó un ataque aéreo sorpresa en Pearl Harbor, Hawái. Estados Unidos inmediatamente le declaró la guerra a Japón. Gran Bretaña hizo lo mismo. El 11 de diciembre, Alemania e Italia le declararon la guerra a Estados Unidos. Durante el invierno de 1941-1942, los japoneses atacaron y conquistaron Filipinas, la Indochina francesa (Vietnam, Laos y Camboya) y el Singapur británico. Al finalizar la primavera y comenzar el verano de 1942, los británicos pudieron frenar el avance japonés en Birmania; y Estados Unidos derrotó firmemente a la armada japonesa en Midway en el Pacífico. En agosto de 1942, las fuerzas estadounidenses detuvieron el avance japonés en las islas del Pacífico en dirección a Australia, en Guadalcanal, en las Islas Salomón.
En mayo de 1942, la Real Fuerza Aérea británica llevó adelante un asalto a la ciudad alemana de Köln (Colonia) con mil bombarderos, y ésta fue la primera batalla en territorio alemán. Durante los tres años siguientes, las fuerzas aéreas aliadas bombardearon sistemáticamente ciudades y plantas industriales de todo el Reich, con lo que en 1945 habían reducido a escombros a buena parte de las zonas urbanas de Alemania.
A fines de 1942 y comienzos de 1943, las fuerzas anglo-estadounidenses lograron una serie de significativos triunfos militares en el norte de África. El hecho de que las fuerzas armadas francesas de Vichy no resistieran permitió que los Aliados ocuparan rápidamente el norte francés de África hasta la frontera tunecina a pocos días de desembarcar en las costas de Marruecos y Argelia, el 8 de noviembre de 1942. Esto también desencadenó la ocupación alemana de la Francia de Vichy el 11 de noviembre de 1942. La victoria británica sobre los Afrika Korps alemanes en El Alamein (Egipto) a fines de octubre de 1942 precipitó la huída de las unidades militares del Eje hacia el oeste atravesando Libia y el este de Túnez. Atrapadas en Túnez, las fuerzas del Eje en África, aproximadamente 150.000 soldados en total, se rindieron en mayo de 1943.
En junio de 1942, los alemanes y sus socios del Eje reanudaron su ofensiva en la Unión Soviética, y llegaron a Stalingrado (Volgogrado) sobre el río Volga, tomaron la península de Crimea y penetraron en las profundidades de la región del Cáucaso a fines de septiembre de 1942. En noviembre, las tropas soviéticas lanzaron una contraofensiva en el noroeste y sudoeste de Stalingrado que aisló a las fuerzas alemanas que estaban en la ciudad. El 2 de febrero de 1943, el Sexto Ejército Alemán se rindió ante los soviéticos. Los alemanes organizaron una ofensiva más en Kursk en julio de 1943, la mayor batalla con tanques de la historia, pero las tropas y los tanques soviéticos debilitaron el ataque y asumieron una iniciativa militar que no volverían a abandonar. A fines de 1943, los alemanes se vieron forzados a evacuar el Cáucaso y a abandonar Kiev.
En julio de 1943, los aliados occidentales desembarcaron con éxito en Sicilia. Esto precipitó la decisión del Gran Consejo del Partido Fascista Italiano de deponer a Mussolini. Al mando del Mariscal de Campo Pietro Badoglio, el ejército italiano aprovechó el vacío político para derrocar al régimen fascista y reemplazarlo por una dictadura militar. A comienzos de septiembre, inmediatamente antes del desembarco de las fuerzas anglo-estadounidenses en Salerno, cerca de Nápoles, el gobierno de Badoglio se rindió incondicionalmente ante los Aliados el 8 de septiembre. Las tropas alemanas apostadas en Italia tomaron el control del norte de Italia y continuaron resistiendo. Mussolini, que había sido arrestado por las autoridades militares italianas, fue rescatado por comandos de las SS en septiembre y estableció (bajo supervisión alemana) un régimen títere neofascista en el norte de Italia. Los Aliados desembarcaron exitosamente cerca de Anzio, en las inmediaciones del sur de Roma, pero no pudieron tomar Roma hasta comienzos de junio de 1944. Las tropas alemanas continuaron ocupando el norte de Italia y resistieron tenazmente hasta que se rindieron, el 2 de mayo de 1945. Tras la liberación de Roma, las fuerzas aéreas aliadas
pudieron bombardear blancos alemanes en Europa Oriental, como las plantas de combustible y goma sintéticos de Auschwitz-Monowitz en Silesia. El 6 de junio de 1944 (el día D), más de 150.000 soldados aliados desembarcaron en las costas de Normandía (Francia). Después de estar atrapados en la costa de Normandía durante seis semanas, los británicos y los estadounidenses lograron escapar el 25 de julio y liberaron París el 25 de agosto. El 11 de septiembre de 1944, las primeras tropas estadounidenses cruzaron hacia Alemania. En diciembre, toda Francia, la mayor parte de Bélgica, y parte del sur de Holanda habían sido liberadas.
El 22 de junio de 1944, las fuerzas soviéticas destruyeron el Centro del Grupo del Ejército Alemán en el este de Bielorrusia. Partieron rápidamente hacia el oeste hasta el río Vístula frente a Varsovia el 1 de agosto de 1944. A comienzos de agosto, las tropas soviéticas, que habían conquistado la provincia de Besarabia al este de Rumania, aparecieron en el río Prut y prepararon un golpe en el corazón de Rumania, con lo que precipitaron la rendición de Rumania el 23 de agosto. Los búlgaros se rindieron el 8 de septiembre de 1944. Estos acontecimientos forzaron a los alemanes a evacuar Grecia, Albania y el sur de Yugoslavia. Para adelantarse a los esfuerzos del gobierno húngaro orientados a buscar la paz por separado, Alemania había ocupado Hungría el 19 de marzo de 1944. Entonces, en octubre, Alemania había patrocinado un golpe de estado del extremista Partido de la Cruz Flechada para evitar otro esfuerzo húngaro por rendirse. Finalmente, la aparición de tropas soviéticas en la frontera finlandesa indujo a los finlandeses a pedir el armisticio el 12 de septiembre de 1944. En agosto de 1944, el clandestino Ejército Nacional polaco y las organizaciones de la resistencia nacional eslovaca se levantaron contra los alemanes para liberar Varsovia y Eslovaquia del dominio alemán; los alemanes pudieron reprimir ambos levantamientos.
El 16 de diciembre de 1944, los alemanes lanzaron un infructuoso contraataque en Bélgica y el norte de Francia, conocido como la Batalla de las Ardenas. El día de Año Nuevo, las tropas británicas y estadounidenses habían obligado a los alemanes a replegarse a Alemania. El 12 de enero de 1945, los soviéticos reanudaron la ofensiva y liberaron Varsovia y el oeste de Polonia. En diciembre, los soviéticos habían rodeado Budapest, aunque la ciudad no cayó hasta el 13 de febrero de 1945. A comienzos de abril, los soviéticos habían expulsado a lo que quedaba del régimen de la Cruz Flechada de Hungría y habían forzado la rendición de la República Eslovaca fascista con la caída de Bratislava, el 4 de abril de 1945. El 13 de abril, los soviéticos tomaron Viena, mientras los partisanos del Mariscal Josip Tito imponían la huída de los líderes de la Ustasha y el colapso del llamado Estado Independiente de Croacia.
A mediados de febrero de 1945, los Aliados bombardearon Dresde y mataron a unos 35.000 civiles alemanes. Las tropas estadounidenses cruzaron el río Rin en Remagen el 7 de marzo de 1945. El 16 de abril de 1945, una ofensiva final soviética permitió que las fuerzas soviéticas cercaran Berlín. El 30 de abril de 1945, mientras las tropas soviéticas avanzaban hacia la Cancillería del Reich, Hitler se suicidó. El 7 de mayo de 1945, Alemania se rindió incondicionalmente ante los Aliados occidentales en Reims y el 9 de mayo ante los soviéticos en Berlín.
Después de expulsar a los japoneses de las Islas Salomón en noviembre de 1942, las fuerzas británicas y estadounidenses comenzaron a moverse lentamente hacia el norte, de isla en isla hacia Japón, mientras las fuerzas británicas trabajaban con el Gobierno Nacionalista Chino para luchar contra los japoneses en China. En una campaña paralela, el movimiento comunista chino luchaba contra los japoneses al tiempo que se defendía de los ataques de los nacionalistas. En octubre de 1944, las tropas estadounidenses desembarcaron en Filipinas. En mayo de 1945, las tropas británicas y estadounidenses habían conquistado Okinawa, la última de las principales bases japonesas antes de la del propio Japón. El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó la primera bomba atómica en Hiroshima y luego lanzó una segunda bomba atómica en Nagasaki, el 9 de agosto. El 8 de agosto, la Unión Soviética le declaró la guerra a Japón e invadió el territorio de Manchuria bajo ocupación japonesa. Menos de una semana más tarde, el 14 de agosto de 1945, Japón aceptó rendirse; la ceremonia formal tuvo lugar el 2 de septiembre. La Segunda Guerra Mundial había terminado.
Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial murieron 55 millones de personas en todo el mundo. Si bien las siguientes estadísticas están sujetas a variaciones en el material fuente disponible, sirven como referencia para hacer cálculos. En batalla, Estados Unidos tuvo 292.129 bajas y 139.709 desaparecidos en acción. La Unión Soviética tuvo 8.668.400 bajas y otros 4.559.000 desaparecidos. Alemania tuvo 2.049.872 bajas y 1.902.704 desaparecidos. China tuvo 1.324.516 bajas y 115.248 desaparecidos. Japón tuvo 1.506.000 bajas y 810.000 desaparecidos. Gran Bretaña tuvo 397.762 bajas y 90.188 desaparecidos.
La enorme cantidad de civiles muertos es igualmente sobrecogedora. La Unión Soviética perdió 14.012.000 civiles, cifras que incluyen entre un millón y un millón y medio de judíos. China perdió más de un millón de civiles, mientras que Polonia perdió casi cinco millones de civiles, entre quienes había tres millones de judíos.
EL SISTEMA DE LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN EN PROFUNDIDAD Las autoridades alemanas del nacionalsocialismo establecieron una variedad de centros de detención para confinar a quienes ellos definían como opositores políticos, ideológicos o raciales al régimen. Con el tiempo, el amplio sistema de los campos llegó a incluir campos de concentración, donde las personas eran encarceladas sin respeto por las normas que habitualmente se aplican al arresto y la custodia; campos de trabajos forzados; campos de prisioneros de guerra; campos de tránsito; y campos que servían como centros de exterminio, con frecuencia llamados campos de exterminio o campos de la muerte.
En los primeros años del Tercer Reich, varias autoridades centrales, regionales y locales de Alemania establecieron campos de concentración para detener a opositores políticos al régimen, que incluían a comunistas, socialistas, sindicalistas y otros alemanes de círculos políticos liberales y de izquierda. En la primavera de 1933, las SS establecieron el campo de concentración de Dachau, que sirvió como modelo para un sistema de campos de concentración centralizado y en expansión bajo el mando de las SS. Durante 1934, el Reichsführer de las SS (el jefe de las SS), Heinrich Himmler, centralizó esos campos de prisioneros mediante órdenes de “custodia protectora” (Schutzhaft) bajo una agencia llamada el Cuerpo de Inspección de Campos de Concentración (Inspekteur der Konzentrationslager; IKL). Himmler nombró jefe del IKL al comandante del campo de concentración de Dachau, Theodor Eicke. En 1939, Richard Glücks reemplazó a Eicke como Inspector de Campos de Concentración y mantuvo este puesto hasta 1945.
Subordinado a la Oficina Principal de las SS de 1934 a 1939 y a la Oficina Principal de Operaciones de las SS de 1939 hasta comienzos de 1942, el IKL se convirtió en un departamento de la Oficina Principal Económica y Administrativa de las SS (SSWirtschafts-Verwaltungshauptamt; WVHA) en marzo de 1942. Este cambio respondió a la decisión de Himmler de utilizar el trabajo de los campos de concentración más intensamente en el apoyo del esfuerzo bélico alemán.
Las Unidades de la Calavera de las SS (SS-Totenkopfverbände; SS-TV), denominadas así por la insignia que usaban en la solapa del uniforme, más tarde llamadas Batallones de la Calavera de las SS (Sturmbann) y, finalmente, Regimientos (Standarten), comandaban, administraban y custodiaban los campos de concentración. Estas unidades subordinadas al IKL se hicieron famosas por su crueldad.
La Policía de Seguridad Alemana (Sicherheitspolizei; Sipo) tenía la responsabilidad exclusiva de los arrestos así como de las órdenes de encarcelación, liberación, ejecución u otros castigos disciplinarios “oficiales”. La Policía de Seguridad fue incorporada a la Oficina Principal de Seguridad del Reich (Reichssicherheitshauptamt; RSHA) junto con el Servicio de Seguridad de las SS (Sicherheitsdienst; SD) en 1939. Consistía en dos ramas de las fuerzas de investigación de la policía prenazi: las agencias de investigación de la Policía Política alemana, centralizadas y con el nuevo nombre de Policía Secreta del Estado (Gestapo, por Geheime Staatspolizei) en 1934, investigaban delitos con motivaciones políticas; mientras que las agencias de Investigación de la Policía Criminal, centralizadas en 1936-1937, investigaban delitos que aparentaban no tener motivaciones políticas.
No obstante, el IKL, era el responsable de los prisioneros de los campos de concentración desde el momento en que llegaban hasta el momento en que morían en el campo o eran liberados. El comandante del campo y el personal del Batallón de la Calavera de las SS eran responsables de la constante crueldad “no oficial” que a menudo conducía -y con ese fin estaba pensada- a asesinatos “no oficiales”. Cada una de estas muertes tenía que ser informada a la Policía de Seguridad. Habitualmente se describían como “suicidios”, muertes “accidentales” y “asesinatos justificados” de prisioneros que estaban “tratando de escapar”, “atacando a un guardia”, “saboteando la producción” o “incitando a los prisioneros a la rebelión”. Las autoridades de los campos también informaban los asesinatos como muertes por enfermedad grave, como “problemas cardíacos” o “interrupción de la circulación”.
Desde 1933, el sistema de los campos de concentración, incluyendo tanto prisioneros como guardias, no estaba sujeto a inspección por parte de ninguna autoridad judicial o administrativa externa a las SS y el aparato policial. Como estaban basados en una jurisdicción extralegal autorizada por Hitler como Führer, los campos de concentración permanecieron literalmente fuera de las leyes del estado alemán. Estaban pensados para funcionar como centros de detención para personas a quienes los líderes nazis consideraban un peligro subversivo para la raza alemana. La encarcelación en un campo de concentración rara vez estaba vinculada a un delito específico o a una actividad subversiva concreta; las SS y la policía ordenaban la encarcelación en base a sospechas de que una persona había cometido un delito o participaba en actividades subversivas o era probable que hiciera cualquiera de ambas cosas en el futuro.
Por lo tanto, las personas podían ser encarceladas en campos de concentración indefinidamente 1) sin jamás ser acusadas de un acto específico; 2) después de ser absueltas de cargos relacionados con un delito específico; 3) después de salir libres de prisión tras haber cumplido una sentencia dictada por un tribunal alemán debido a un acto específico; 4) o porque las autoridades policiales y las SS consideraban que esa persona-a menudo debido a la supuesta inferioridad racial o presunta “hostilidad contra Alemania” impulsada por motivos raciales-era un peligro para la sociedad alemana.
Después de que los jefes de las SS, con la bendición de Hitler, separaran a las fuerzas de investigación de la policía prenazi de la supervisión administrativa y judicial del estado en los años 1933-1936, solo las autoridades centralizadas de las SS y la policía podían determinar quién era un peligro para la “raza” alemana y ordenar la encarcelación de personas en un campo de concentración. Para quienes eran considerados opositores políticos y raciales al Reich, la Gestapo emitía órdenes de “custodia protectora” (Schutzhaft), que autorizaban la encarcelación en campos de concentración de judíos, socialdemócratas, comunistas, liberales, francmasones, testigos de Jehová, clérigos que se oponían a los nazis, miembros de los movimientos opositores nacionales, no alemanes en general después de que Alemania comenzara a ocupar Europa, y aquellos cuyo comportamiento -real o supuesto- pudiera ser interpretado como oposición por motivos políticos.
A las personas cuyos comportamientos o acciones reales o supuestos se consideraban delictivos pero de naturaleza no política, o socialmente desviados de modo que representaban un presunto peligro para la sociedad alemana, la oficina de la Policía Criminal les emitía órdenes de “arresto preventivo” (Vorbeugungshaft). Según estas órdenes, a menudo motivadas más por prejuicios raciales y sociales que por delitos reales, losromaníes y los sintis (gitanos), los supuestos antisociales, los delincuentes reincidentes, los homosexuales y los presuntos sospechosos para la seguridad fueron encarcelados en campos de concentración. Si bien en el texto de estas órdenes de arresto había límites respecto al tiempo durante el cual un prisionero podía ser encarcelado, en la práctica, las encarcelaciones solían prolongarse indefinidamente. Tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Himmler prohibió, en términos generales, la liberación de prisioneros de los campos de concentración durante la guerra. Además de funcionar como centros de detención para personas consideradas peligrosas para el Reich, el sistema de los campos de concentración sirvió para otros dos propósitos clave del régimen nazi. Primero, en consonancia con la relación estrecha entre el Cuerpo de Inspección de Campos de Concentración y las oficinas comerciales y
administrativas de las SS, los campos se convirtieron en la fuente de mano de obra barata que realizaba trabajos forzados para las empresas operadas por las SS y de su propiedad. Después de 1938 y en plena Segunda Guerra Mundial, la mano de obra de los campos de concentración fue usada para la producción de materiales de construcción para verdaderos proyectos de edificación dirigidos por las SS (que incluían la ampliación de campos existentes y la construcción de nuevos campos).
En casos excepcionales, los prisioneros de los campos de concentración fueron “cedidos en arriendo” a firmas privadas, como las plantas de combustible y goma sintéticos de I.G. Farben establecidas en 1941 en Monowitz, Alta Silesia, cerca del campo de concentración de Auschwitz. Después de incorporar los campos de concentración a la WVHA en 1942, las SS involucraron cada vez más a los prisioneros de los campos de concentración en la producción destinada al esfuerzo bélico alemán, y los asignó, aún bajo la guardia de las SS, a empresas alemanas estatales y privadas, que compensaron a las SS por la mano de obra cada vez más escasa.
Los campos de concentración, que estaban fuera del alcance de las autoridades judiciales alemanas, siempre habían sido lugares donde las SS podían matar a los prisioneros. Sin embargo, tras el comienzo de la guerra, los campos se convirtieron cada vez más en lugares destinados al asesinato sistemático de individuos y pequeños grupos de personas.
Esos grupos comprendieron: prisioneros de guerra soviéticos seleccionados por los oficiales de la Gestapo como particularmente peligrosos; miembros de grupos de resistencia nacionales; personas a quienes la Policía Criminal (Kripo) consideraba criminales particularmente violentos; grupos de partisanos, reales o supuestos; prisioneros de “noche y niebla” del oeste de Europa; los civiles polacos y soviéticos en Alemania que realizaban trabajos forzados y que fueron acusados de mantener relaciones sexuales con mujeres alemanas o de haber cometido un delito violento; y oficiales militares estadounidenses y británicos recapturados, que se habían escapado de campos de prisioneros de guerra y que iban a ser asesinados según las disposiciones del llamado Decreto de Bala de 1944.
Esos prisioneros, al igual que los judíos europeos que fueron asesinados en las cámaras de gas al llegar a los centros de exterminio, nunca fueron oficialmente registrados como prisioneros, pero por lo general fueron asesinados dentro de las 24 horas de su llegada. Debido a la creciente cantidad de estas operaciones de exterminio a pequeña escala y la
necesidad de un modo eficiente de matar prisioneros que se habían vuelto demasiado débiles para trabajar, las autoridades de las SS equiparon varios campos de concentración con cámaras de gas durante 1941-1942.
Incluso antes de la guerra, el sistema de los campos se amplió con la construcción de los campos principales de Sachsenhausen (1936); Buchenwald, cerca de Weimar (1937); Flossenbürg yMauthausen (1938); el campo de concentración de mujeres de Ravensbrück (1939); Auschwitz (1940), que más tarde también funcionaría como centro de exterminio; y Natzweiler, en Alsacia (1941). Con el aumento de la necesidad de hacer trabajar a los prisioneros, especialmente después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades de las SS de estos campos importantes establecieron campos satélite. Buchenwald, por ejemplo, tenía 88 campos satélite, o subcampos, al final de la guerra en 1945. Algunos campos satélite, como Gross-Rosen y Neuengamme, los dos subcampos de Sachsenhausen, crecieron tanto que se convirtieron en campos de concentración de pleno derecho. La mayoría de los prisioneros de los primeros campos de concentración representaban verdaderos o supuestos opositores políticos al régimen. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, la creciente población de prisioneros comenzó a incluir a quienes disentían por motivos ideológicos o religiosos, como los testigos de Jehová y los miembros disidentes del clero. Dicha población incluía, asimismo, a personas cuyo comportamiento no cumplía con las normas sociales existentes, como los homosexuales, los vagabundos, otras personas supuestamente “antisociales” y los romaníes, quienes, para los líderes nazis, representaban al mismo tiempo un elemento criminal y de raza extranjera en tierra alemana. Los delincuentes habituales también fueron encarcelados en campos de concentración a comienzos de la década de 1930, con frecuencia después de haber cumplido sus sentencias legítimas en prisión. Después de los progroms de la Kristallnacht ("Noche de los cristales”, más conocida como la "Noche de los vidrios rotos") en noviembre de 1938, los oficiales de la policía y las SS llevaron adelante arrestos masivos de hombres judíos adultos a quienes encarcelaron en campos como Dachau, Buchenwald y Sachsenhausen. El trato particularmente brutal que sufrían los judíos en los campos de concentración contribuyó a impulsar más la emigración de los judíos alemanes y austríacos. El estallido y la expansión de la guerra alteraron radicalmente la estructura y la composición del sistema de los campos de concentración. La población de los campos aumentó enormemente con la llegada de extranjeros que realizaban trabajos forzados, opositores políticos y combatientes de la resistencia extranjeros, y prisioneros de guerra.
Antes de la deportación general de judíos del llamado Gran Reich Alemán en octubre de 1941, el rápido crecimiento de la población de prisioneros de muchos campos de concentración en territorio alemán inspiró algunas de las primeras selecciones de prisioneros. Los médicos de las SS y los llamados funcionarios de la eutanasia realizaron estas selecciones. A partir de la primavera de 1941, los funcionarios alemanes enviaron a la muerte a los prisioneros enfermos y exhaustos de Dachau, Sachsenhausen, Buchenwald, Mauthausen, Flossenbürg, Gross-Rosen, Niederhagen, Neuengamme, Ravensbrück y Auschwitz a varios centros de exterminio por eutanasia bajo los auspicios de la Operación 14f13: la extensión del llamado programa de eutanasia del sistema de campos de concentración. Además, durante la Segunda Guerra Mundial, los médicos nazis realizaron experimentos médicos en los prisioneros de algunos campos. Los experimentos para probar medicamentos y tratamientos médicos, formular estrategias de rescate y supervivencia para las tropas del Eje que se encontraban en el campo de batalla, inventar métodos eficientes y económicos de esterilización y sostener las teorías nazis raciales y antisemitas se cobraron la salud y la vida de miles de prisioneros de campos de concentración. Uno de los hechos más significativos que alteraron la estructura de los campos de concentración fue la decisión de deportar y asesinar sistemáticamente a los judíos europeos. Para facilitar esta "solución final" (la aniquilación física de los judíos), los oficiales de las SS y la policía establecieron cuatro centros de exterminio exclusivamente para este fin en la parte de Polonia que se encontraba bajo ocupación alemana: Chelmno, Belzec,Sobibor y Treblinka. El personal de las SS y la policía de cada uno de estos campos usaron monóxido de carbono para asesinar a una gran cantidad de judíos. La cúpula de las SS también construyó un centro de exterminio en el sistema de campos de concentración. Auschwitz II, mejor conocido como Auschwitz-Birkenau, comenzó las operaciones de exterminio en la primavera de 1942. En Auschwitz-Birkenau, dentro del sistema del campo de concentración, las SS tenían un centro de exterminio que poseía cuatro cámaras de gas y que, en el punto álgido de las deportaciones, podía matar hasta 6.000 judíos por día. Para garantizar un flujo eficiente de judíos de los países bajo ocupación alemana, los funcionarios alemanes y sus colaboradores establecieron campos de tránsito, comoWesterbork, en Holanda, o Drancy, en Francia, desde los cuales los oficiales de las SS y la policía coordinaban la deportación de judíos franceses y judíos en territorio francés, principalmente hacia Auschwitz. En Auschwitz II, los artífices de la “solución final”, con vistas a una mayor eficiencia, usaron el pesticida Zyklon B (ácido prúsico) para matar a los prisioneros por medio de gas. A partir de 1941, las autoridades de las SS construyeron cámaras de gas para matar a grupos más pequeños de prisioneros
como parte de las operaciones de “rutina” de Auschwitz I,Lublin/Majdanek, Sachsenhausen, Mauthausen y otros campos de concentración. Cuando el Tercer Reich comenzó a colapsar, miles de prisioneros de los territorios ocupados por Alemania fueron forzados a marchar hacia el interior de Alemania para evitar la captura masiva de prisioneros por parte de las fuerzas aliadas. Los prisioneros sobrevivientes describieron estas experiencias brutales como “marchas de la muerte” debido a la alta tasa de mortalidad y la crueldad con la que los guardias de las SS les disparaban a quienes no podían seguirles el paso. Debido tanto a las marchas forzadas como al colapso de los envíos de provisiones a los campos durante el último invierno de la guerra, el número de muertes de los prisioneros por hambre, enfermedad y exposición al frío aumentó enormemente. Los historiadores calculan que casi la mitad de los más de 700 mil prisioneros dejados en el sistema de campos de concentración en enero de 1945 habían muerto a fines de mayo. Cientos más murieron incluso después de la liberación porque sus cuerpos habían sufrido demasiado maltrato como para sobrevivir. En los últimos meses de la guerra, el descubrimiento por parte de los aliados de los horrores del sistema de los campos alemanes dejó a la vista del mundo entero el escalofriante alcance de las atrocidades nazis. Algunos intelectuales calculan que el régimen nazi encarceló a cientos de miles, incluso a millones de personas en el sistema de campos de concentración entre 1933 y 1945. Es difícil calcular la cantidad total de muertes. Según lo indica un cálculo, hubo entre 795.889 y 955.215 muertes de prisioneros registrados, sin contar las muertes de los prisioneros judíos registrados en Auschwitz y Lublin/Majdanek. Si se cuenta la cantidad de judíos (registrados y no registrados) asesinados en Auschwitz (aproximadamente un millón) y en Lublin/Majdanek (al menos 89 mil), la cantidad de muertes en el sistema de campos de concentración oscila entre 1.885.889 y 2.045.215. SISTEMA DE CLASIFICACIÓN EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN NAZIS
Prisioneros formados mientras pasan lista en el campo de concentración de Buchenwald. En sus uniformes llevan los parches triangulares que servían para clasificarlos y sus números de identificación. Buchenwald, Alemania, 1938-1941. — US Holocaust Memorial Museum Las primeras víctimas de la persecución en la Alemania nazi fueron, entre otros, los detractores políticos, especialmente comunistas, socialdemócratas y sindicalistas. Los testigos de Jehová se negaban a formar parte del ejército nacional o jurar obediencia a Adolf Hitler, y por eso también fueron perseguidos. Los nazis hostigaron a los hombres homosexuales alemanes, cuya orientación sexual consideraban un
obstáculo para la expansión de la población alemana. A loshomosexuales “habituales” los encarcelaban en prisiones; a muchos de ellos los remitieron a campos de concentración después de que completaran su condena. Los nazis perseguían a los que consideraban de raza inferior. La ideología racial de los nazis denigraba principalmente a los judíos, pero también difundía odio hacia los romaníes (gitanos) y los negros. Los nazis veían a los judíos como enemigos raciales y los sometían a arresto arbitrario, reclusión y asesinato. A los romaníes también los individualizaban y los perseguían debido a sus antecedentes raciales. Los nazis consideraban inferiores a los polacos y otros eslavos, y los elegían para subyugarlos, obligarlos a realizar trabajos forzados y a veces matarlos. Los prisioneros judíos recibían el peor de los tratos en los campos de concentración nazis. A partir de 1938, se identificó a los judíos de los campos con una estrella amarilla que se les cosía a sus uniformes de prisión, una distorsión del símbolo de la estrella de David judía. Después de 1939 y con ciertas variaciones en cada campo, se identificaron fácilmente las categorías de prisioneros con un sistema de marcas que combinaba un triángulo de color invertido con letras. Los distintivos que cosían en los uniformes de los prisioneros permitían a los guardias de las SS identificar los presuntos antecedentes para la encarcelación.
A los criminales se los marcaba con triángulos invertidos de color verde, a los prisioneros políticos con rojo, a los “asociales” (incluidos romaníes, rebeldes, vagabundos y otros grupos) con negro o, en el caso de los romaníes en algunos campos, marrón. A los homosexuales se los identificaba con triángulos rosas y a los testigos de Jehová, con unos de color púrpura. A los prisioneros no alemanes se los identificaba con la primera letra del nombre de su país natal en alemán, la cual se cosía en su distintivo. Los dos triángulos que formaban el distintivo de la estrella judía eran amarillos, a menos que se incluyera al prisionero judío en alguna de las otras categorías de prisioneros. A los prisioneros políticos judíos, por ejemplo, se los identificaba con un triángulo amarillo debajo de un triángulo rojo.
Los nazis exigían a los judíos que usaran la estrella de David amarilla no solo en los campos, sino también en todos los territorios de Europa que ellos ocupaban. SOBIBOR
Retrato de algunos de los participantes en la sublevación del campo de exterminio de Sobibor. Polonia, agosto 1944. — US Holocaust Memorial Museum El pequeño pueblo de Sobibor está en las cercanías de la actual frontera este de Polonia, aproximadamente a 5 kilómetros al oeste del río Bug (Buh) y 8 kilómetros al sur de Wlodawa. Durante la ocupación alemana de Polonia en la Segunda Guerra Mundial, esta área se encontraba en el distrito de Lublin del Gobierno General (la zona de Polonia bajo ocupación alemana que no estaba directamente anexada a Alemania, unida a la Prusia oriental alemana o incorporada al territorio soviético ocupado por Alemania).
Las autoridades alemanas de las SS y de la policía construyeron el campo de Sobibor en la primavera de 1942. Fue el segundo campo de exterminio dentro del marco de la Operación Reinhard, un plan implementado por el Jefe de las SS y de la Policía de Lublin para asesinar a los judíos del Gobierno General. Se construyó al costado de la línea ferroviaria de Chelm-Wlodawa, en una región arbolada, pantanosa y poco poblada. El campo cubría un área rectangular de 400 por 600 metros. El sitio se camufló con ramas insertadas en la valla de alambre de púas y árboles plantados alrededor del perímetro. Toda el área estaba rodeada por un campo minado de 15 metros de ancho.
Las autoridades del campo de exterminio de Sobibor estaban integradas por un pequeño grupo de oficiales alemanes de las SS y de la policía (entre 20 y 30) y una unidad de guardia auxiliar de la policía compuesta por entre 90 y 120 hombres, todos ellos ex prisioneros de guerra soviéticos de distintas nacionalidades o civiles ucranianos y polacos seleccionados o reclutados para este fin. Todos los miembros de la unidad de guardia eran entrenados en una dependencia especial de la Jefatura de las SS y de la Policía de Lublin: el campo de entrenamiento Trawniki. Los comandantes del campo de exterminio de Sobibor fueron, desde abril hasta agosto de 1942, el Teniente Primero de las SS Franz Stangl, y desde agosto de 1942 hasta noviembre de 1943, el Capitán de las SS Franz Reichleitner.
El campo de exterminio de Sobibor estaba dividido en tres partes: un área de administración, un área de recepción y un área de matanza. El área de administración incluía las oficinas del campo, el alojamiento de los guardias alemanes y de los guardias entrenados en Trawniki asignados al campo y las barracas para los prisioneros que componían la mano de obra. El área de recepción incluía el apartadero, la rampa, las barracas donde las víctimas se desnudaban y los almacenes para las posesiones de las
víctimas. El área de matanza incluía cámaras de gas, fosas comunes y barracas para los prisioneros asignados a trabajos forzados. Un estrecho camino vallado, llamado el “tubo”, conectaba el área de recepción con el área de matanza.
Después de algunos experimentos, en mayo de 1942 las autoridades del campo comenzaron las operaciones de gaseo. A la estación de Sobibor llegaban trenes de 40 a 60 vagones de carga. En el área de recepción se introducían veinte vagones por vez; allí los guardias del campo ordenaban a las víctimas que bajaran de los trenes y que subieran a la plataforma. Los oficiales alemanes de las SS y de la policía anunciaban a los deportados que habían llegado a un campo de tránsito y que debían entregar todos sus objetos de valor. Luego ordenaban a los judíos que ingresaran a las barracas y los obligaban a desnudarse y pasar a través del “tubo”, que conducía directamente a las cámaras de gas, señalizadas falsamente como duchas. A las mujeres se les rapaba el pelo en barracas especiales que había dentro del “tubo”. Una vez que las puertas de las cámaras de gas estaban selladas, en una habitación adyacente los guardias encendían un motor que conducía monóxido de carbono a las cámaras de gas, matando a todo el que estuviera dentro. El proceso se repetía con los siguientes vagones de carga.
Miembros del Sonderkommando o destacamento especial (grupos de prisioneros seleccionados que eran mantenidos con vida como mano de obra forzada) trabajaban en el área de matanza retirando los cuerpos de las cámaras de gas y enterrando a las víctimas en fosas comunes. Otros prisioneros que eran seleccionados para permanecer con vida por un tiempo trabajaban en el área de administración y recepción, ayudando a las víctimas que llegaban a bajar del tren y quitarse sus ropas, confiscando sus objetos de valor y conduciéndolos al “tubo”. También clasificaban las posesiones de las víctimas asesinadas para su transporte a Alemania y limpiaban los vagones para la próxima deportación. Personal alemán de las SS, de la policía y los guardias entrenados en Trawniki asesinaban periódicamente a los miembros de estos destacamentos de trabajadores judíos y los reemplazaban con personas elegidas entre las que llegaban en los nuevos arribos.
En el otoño de 1942, siguiendo órdenes emanadas de Lublin, personal alemán de las SS y de la policía obligó a grupos de judíos seleccionados de transportes recién llegados a exhumar los cuerpos de las fosas comunes de Sobibor y quemarlos en “hornos” al aire libre fabricados con vías de tren. Los alemanes también utilizaron una máquina para moler los fragmentos óseos y convertirlos en polvo. Estas acciones tenían como objetivo eliminar todo rastro de las matanzas.
Los oficiales alemanes de las SS y de la policía efectuaron deportaciones a Sobibor entre mayo de 1942 y el otoño de 1943. Entre fines de julio y septiembre de 1942, las deportaciones por tren a Sobibor desde localidades situadas al sur se suspendieron mientras se realizaban tareas de reparación en la línea de ferrocarril Chelm-Lublin.
Los oficiales alemanes de las SS y de la policía deportaron a Sobibor a judíos que provenían principalmente de las regiones norte y este del distrito de Lublin del Gobierno General. También deportaron a Sobibor a judíos procedentes del territorio soviético bajo ocupación alemana, así como de Alemania, Austria, Eslovaquia, Bohemia, Moravia, los Países Bajos y Francia. En total, los alemanes y sus auxiliares asesinaron en Sobibor a por lo menos 167.000 personas.
A fines de la primavera de 1943, los prisioneros de Sobibor organizaron un grupo de resistencia, alentados por la sensación de que las matanzas en el campo estaban llegando a su fin y porque llegaron noticias de que Belzec había sido desmantelado y que todos los prisioneros sobrevivientes habían sido exterminados. Después de considerar varias opciones de escape y ante el aumento del número de prisioneros con entrenamiento militar por la llegada, a fines de septiembre, de gran cantidad de ex prisioneros de guerra judío-soviéticos provenientes del gueto de Minsk, los prisioneros optaron por un alzamiento, seguido por el aniquilamiento de los oficiales alemanes importantes del campo. El 14 de octubre de 1943, con aproximadamente 600 prisioneros en el campo, los que conocían el plan de alzamiento iniciaron la operación. Los prisioneros mataron a alrededor de una docena de efectivos alemanes y de guardias entrenados en Trawniki. Ese día unos 300 prisioneros lograron escapar del campo de exterminio; alrededor de 100 fueron capturados en un posterior operativo de captura y más de la mitad de los sobrevivientes restantes no vivió para presenciar el fin de la guerra.
Después de la revuelta, los alemanes y los guardias entrenados en Trawniki desmantelaron el campo de exterminio y fusilaron a los prisioneros judíos que no se habían escapado en el alzamiento. De acuerdo a discusiones mantenidas por los jerarcas de las SS en el verano de 1943, los alemanes habían intentado transformar las dependencias primero en un corral de aislamiento para mujeres y niños deportados hacia el oeste desde la invadida Bielorrusia (después de que sus padres y esposos fueran asesinados en las llamadas operaciones antirresistencia) y luego en un depósito de municiones. Aunque no se tiene información de la llegada de nuevos prisioneros a Sobibor después del asesinato de los prisioneros judíos que quedaban en noviembre de
1943, un pequeño destacamento de guardias entrenados en Trawniki permaneció en el antiguo campo de exterminio al menos hasta fines de marzo de 1944. LA "SOLUCIÓN FINAL"
Judíos del ghetto de Lodz subiendo a los trenes de carga para su deportación al campo de exterminio de Chelmno. Lodz, Polonia, entre 1942 y 1944. — National Museum of American Jewish History, Philadelphia Sigue siendo incierta la fecha exacta en que los lideres nazis decidieron llevar a cabo la “Solución Final”, el plan de aniquilar los judíos. El genocidio de los judíos fue la culminación de una década de política nazi bajo el gobierno de Hitler.
La persecución y segregación de los judíos fue llevada a cabo en varias etapas. Después que el partido nazi llegó al poder, el racismo impuesto por el estado resultó en legislación antisemita, boicots, “arianización”, y los pogroms de Kristallnacht, que se dirigían a aislar sistemáticamente los judíos de la sociedad alemana y forzarlos a salir de Alemania.
Después de la invasión alemana de Polonia en 1939 (el inicio de la Segunda Guerra Mundial), la política antisemita se desarrolló en un detallado plan para concentrar y eventualmente aniquilar a los judíos europeos. Los nazis primero crearon ghettos en el Gobierno General (un territorio en Polonia central y oriental en la cual los alemanes crearon un gobierno alemán) y el Warthegau (un área de Polonia occidental anexado a Alemania). Los judíos polacos y de Europa occidental fueron deportados a estos ghettos. Después de la invasión alemana de la Unión Soviética en 1941, Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) empezaron operaciones de matanza dirigidas a comunidades enteras de judíos. Las SS, la guardia exclusiva del estado nazi, pronto vieron los métodos de los equipos móviles -- predominantemente fusilamientos o camiones de gas -- como ineficientes y psicológicamente difíciles para los ejecutantes. El 31 de julio de 1941, Hermann Goering autorizó a Reinhard Heydrich a preparar y ejecutar “una solución completa del problema judío”.
En el otoño de 1941, Heinrich Himmler encargó a SS General Odilio Globocnik (el líder de las SS y la policía para el distrito de Lublin) de la aplicación de un plan para matar sistemáticamente a los judíos del Gobierno General. “Aktion Reinhard” fue el nombre
en clave dado a la operación por Heydrich (que había sido el encargado de la preparación de la “Solución Final” y que fue asesinado por partisanos checos en mayo de 1942). Tres campos de exterminio fueron creados en Polonia como parte de la Aktion Reinhard -- Belzec, Sobibor, y Treblinka. Al llegar a los campos, los judíos eran mandados directamente a las cámaras de gas. El asistente de Globocnik, SS Comandante Hermann Hoefle, estaba encargado de organizar las deportaciones a los campos de la Aktion Reinhard. Los nazis también gasearon judíos en otros campos de exterminioen Polonia: Auschwitz-Birkenau (que era el campo más grande), Majdanek, y Chelmno. En Majdanek, grupos de judíos considerados incapaces de trabajar fueron gaseados. En Chelmno, los judíos fueron gaseados en camiones. Los nazis sistemáticamente asesinaron a más de tres millones de judíos en los campos de exterminio. En su totalidad, la “Solución Final” exigió el asesinato de los judíos de Europa por gaseamiento, fusilamiento, y otras medidas. Casi seis millones de judíos murieron -dos tercios de los judíos que vivían en Europa en 1939. LA "SOLUCIÓN FINAL" EN PROFUNDIDAD Sigue siendo incierto el momento en el que los líderes nazis decidieron implementar la "Solución final": el plan de aniquilar a los judíos de Europa. El genocidio de los judíos fue la culminación de una década de política alemana bajo el régimen nazi y la realización de un objetivo central del dictador nazi, Adolf Hitler.
En los años del régimen nazi que precedieron a la Segunda Guerra Mundial, las políticas de persecución y segregación dirigidas a los judíos alemanes se centraron en el objetivo de la expulsión. Una vez que el partido nazi tomó el poder en 1933, el racismoauspiciado por el estado generó la legislación antisemita, boicots, "arianización" y violencia callejera masiva, como en los progroms de la Kristallnacht, comúnmente conocida como la "Noche de los vidrios rotos". Con todas estas medidas, los líderes nazis buscaban expulsar a los judíos de Alemania aislándolos sistemáticamente de la sociedad y eliminándolos de la economía alemana, quitándoles cualquier oportunidad de ganarse la vida en ese país. Los alemanes iniciaron la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia en septiembre de 1939. Los líderes nazis entonces cambiaron las prioridades en la política antisemita de expulsión del territorio controlado por Alemania a la concentración de poblaciones de judíos europeos en lugares adecuados para su futura eliminación definitiva. Lo que no está claro es si los líderes nazis ya estaban pensando en el asesinato en masa como su "solución" al llamado problema judío.
Como medida provisional, mientras los altos mandos consideraban las opciones a largo plazo, las autoridades alemanas establecieron ghettos en el Generalgouvernement (la parte de Polonia bajo ocupación alemana que no estaba directamente anexada a Alemania, ni a Prusia oriental alemana, ni había sido incorporada a la Unión Soviética bajo ocupación alemana) y en el distrito de Wartheland, comúnmente llamado Warthegau (un área del este de Polonia directamente anexada al Reich alemán). Desde fines de 1939, las autoridades alemanas de las SS y la policía deportaron judíos polacos, alemanes, austríacos y checos a estos ghettos. Los alemanes invadieron la Unión Soviética en 1941. Los líderes de las SS, la policía y las fuerzas armadas alemanas habían concluido acuerdos previos a la invasión. Según estos acuerdos, las unidades de las SS y de la policía -- incluyendo losEinsatzgruppen (equipos móviles de matanza) de la Policía de Seguridad Alemana, el SD y los batallones de la policía alemana -- seguirían a las tropas alemanas al territorio soviético recientemente ocupado. Funcionando como equipos móviles de matanza, llevaron adelante operaciones de fusilamiento con el fin de aniquilar a comunidades judías enteras. En el otoño de 1941, las SS y la policía introdujeron los camiones móviles de gas. Estos camiones cerrados con paneles, en los que los tubos de escape habían sido modificados para que bombearan monóxido de carbono (gas letal) en los espacios herméticamente cerrados y éste matara a quienes estaban encerrados, complementaron las operaciones de fusilamiento que ya estaban en marcha. Las autoridades de ocupación alemanas llevaron adelante operaciones de fusilamiento de judíos y de otros a quienes consideraban enemigos potenciales del dominio alemán permanente en el Este. Estas operaciones duraron hasta que los alemanes evacuaron la Unión Soviética en la primera mitad de 1944. Dado que las SS y la policía solían no tener suficiente mano de obra para llevar adelante estas operaciones, cuando era necesario, recibían el apoyo de auxiliares locales reclutados y de unidades de las fuerzas armadas alemanas. Los alemanes y sus colaboradores asesinaron entre un millón y un millón y medio de judíos en las operaciones de fusilamiento o en los camiones de gas en la Unión Soviética ocupada.
Cuatro semanas después de la invasión a la Unión Soviética, el 17 de julio de 1941, Hitler le encomendó al jefe de las SS, Heinrich Himmler, la responsabilidad de todos los asuntos de seguridad de la Unión Soviética ocupada. Hitler le otorgó a Himmler amplia autoridad para eliminar físicamente cualquier presunta amenaza para el dominio permanente de Alemania. Dos semanas más tarde, el 31 de julio, el mariscal del Reich Hermann Göring, en calidad de segundo al mando después de Hitler, autorizó a Reinhard Heydrich, jefe de la Oficina Principal de Seguridad del Reich (Reichssicherheitshauptamt; RSHA) y subordinado directo de Himmler, a que hiciera
los preparativos para la implementación de una "solución completa del problema judío". En adelante, las SS en general y la RSHA en particular gozaron de la potestad de Hitler para la toma de decisiones a fin de coordinar la implementación de la "solución final". Cabe destacar que la RSHA consistía en la Policía de Seguridad (la Gestapo y la Policía Criminal) y el Servicio de Seguridad (Sicherheitsdienst-SD).
En octubre de 1941, Himmler autorizó al General de las SS, Odilo Globocnik -- líder de las SS y la policía del distrito de Lublin y el Generalgouvernement -- a implementar un plan destinado a asesinar sistemáticamente a todos los judíos que residían en el Generalgouvernement. En 1942, este proyecto recibió el nombre en código de "Operación Reinhard" (Einsatz Reinhard), en referencia a Heydrich (quien había sido autorizado a coordinar la implementación de la "solución final" y fue asesinado por agentes checos en mayo de 1942 en Praga). Para llevar a cabo el asesinato en masa de unos dos millones de judíos, Globocnik creó un departamento con su personal para la Operación Reinhard. Uno de sus asistentes, el Mayor de las SS Hermann Höfle, coordinaría la deportación de los judíos con civiles locales y autoridades de las SS y la policía. El capitán de la Policía Criminal Christian Wirth, un veterano del programa de "Eutanasia", estableció, bajo la supervisión de Globocnik, tres centros de exterminio en la Polonia ocupada por Alemania: Belzec, Sobibor y Treblinka II. Globocnik y su personal organizaron el asesinato en masa de 1.700.000 judíos en los centros de exterminio de la Operación Reinhard y en los fusilamientos en todo el Generalgouvernement. La gran mayoría de las víctimas eran judíos polacos, aunque también hubo judíos alemanes, austríacos, checos, holandeses, franceses, yugoslavos y griegos que murieron en los centros de exterminio de Reinhard. Un objetivo secundario de la Operación Reinhard era explotar a una pequeña minoría de judíos que residían en el Generalgouvernement en los trabajos forzados antes de asesinarlos. A medida que los ghettos de Polonia eran eliminados sistemáticamente, aquellos que habían sido seleccionados para vivir temporalmente fueron deportados a los campos de trabajos forzados de la Operación Reinhard y al campo de concentración de Lublin/Majdanek. Este campo se estableció en 1941 bajo la autoridad de la Inspección de Campos de Concentración de Berlín. Si bien fue concebido y en la práctica funcionó principalmente como campo de concentración, donde se albergaba a prisioneros políticos y judíos que realizaban trabajos forzados, Majdanek funcionó en ocasiones como centro de exterminio para los judíos que residían en el Generalgouvernement. Tenía cámaras de gas, en las cuales las SS asesinaron a decenas de miles de judíos, principalmente a aquellos que realizaban trabajos forzados que estaban demasiado débiles como para trabajar.
Para implementar la "solución final" en el distrito de Wartheland, las autoridades regionales alemanas construyeron el centro de exterminio de Chelmno, a unas treinta millas (48 km) al noroeste de Lodz. Las SS y la policía mataron al menos a 152.000 personas, principalmente judíos, pero también algunos miles de romaníes (gitanos) en camiones de gas. Para asesinar a los judíos de la "Gran Alemania", así como los judíos que residían en áreas bajo ocupación o influencia alemana del oeste, sur, sudeste y norte de Europa, en la primavera de 1942, Himmler designó como centro de exterminio a Auschwitz II (Auschwitz-Birkenau). Auschwitz-Birkenau, junto con el campo principal de Auschwitz, estaba subordinado a la Inspección de Campos de Concentración de Berlín. AuschwitzBirkenau, originalmente concebido como un enorme campo de trabajos forzados para prisioneros de guerra soviéticos, y más tarde, para judíos que realizaban trabajos forzados, comenzó a funcionar como centro de exterminio en la primavera de 1942. Allí, las autoridades de las SS asesinaron a aproximadamente un millón de judíos de varios países europeos, incluyendo judíos de Alemania, Austria, Checoslovaquia, Noruega, Francia, los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, la región oeste y sudeste de Polonia bajo ocupación alemana, Yugoslavia, Grecia, Italia y Hungría. En la Serbia ocupada por Alemania, un territorio parte deYugoslavia en la preguerra, los alemanes mataron a los judíos en camiones de gas y en operaciones de fusilamiento, con procedimientos muy parecidos a los usados en la parte de la Unión Soviética ocupada. Durante la implementación de la "solución final", las autoridades alemanas y sus colaboradores mataron a seis millones de judíos -- dos tercios de los judíos que vivían en Europa en 1939 -- mediante gas asfixiante, fusilamientos y otros medios. LAS SS Desde sus modestos comienzos, la organización de las SS (Schutzstaffel o “escuadras de protección”), se convirtió en un estado virtual dentro del estado de la Alemania nazi, en el que trabajaban hombres que se consideraban la “élite racial” del futuro nazi. En el estado nazi, las SS se hicieron cargo de la seguridad, la identificación del origen étnico, la política de establecimiento demográfico, y la recopilación y el análisis de información de inteligencia. Controlaban las fuerzas policiales alemanas y el sistema de los campos de concentración. Además, concibieron e implementaron planes diseñados para reestructurar la composición étnica de Europa oriental y la Unión Soviética bajo ocupación.
A partir de 1939, las SS asumieron la responsabilidad de “resolver” el llamado problema judío y después de 1941, sus líderes planificaron, coordinaron y dirigieron la
llamada “solución final”. Esta “solución” consistía en la aniquilación de los judíos europeos, lo que ahora conocemos como el Holocausto. LAS SS ANTES DE LA TOMA DEL PODER NAZI En 1925, Adolf Hitler, Führer del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei, NSDAP), o partido nazi, fundó las SS. Esta organización, que estaba subordinada al jefe de personal de las SA (Sturmabteilungen, o tropas de asalto), tenía las siguientes obligaciones: proteger a Hitler y otros líderes y oradores nazis, proveer seguridad para las reuniones políticas, y conseguir suscriptores para el periódico del partido nazi, llamado Der Völkischer Beobachter (El Observador del Pueblo). El 20 de enero de 1929, cuando las SS contaban con 280 hombres, Hitler nombró a Heinrich Himmler Reichsführer-SS (líder de las SS del Reich). Himmler consideró que esta era una buena oportunidad para desarrollar un cuerpo élite del partido nazi basado en las visiones nacionalistas raciales (völkisch) de la “pureza racial”, y que la lealtad a Hitler era la personificación del futuro de la nación alemana. Mediante una rigurosa selección de candidatos para el ingreso a las SS basada en la ascendencia “racial” y la fiabilidad política, transformó a las SS en una guardia de élite formada por el mejor “material racial” disponible en Alemania con una absoluta lealtad al liderazgo de Hitler del movimiento nazi y la nación alemana y a la visión de Hitler del futuro a largo plazo del Tercer Reich. Antes de que los nazis tomaran el poder en Alemania, Himmler introdujo dos funciones clave para las SS: seguridad interna y custodia de la pureza racial. Pocos meses después de que las SS aplastaran un levantamiento contra el liderazgo de Hitler iniciado por las SA de Berlín, inspirándose en el lema de las SS, “Mi honor es lealtad”, Himmler creó el Servicio de Seguridad (Sicherheitsdienst-SD) en el verano de 1931. El SD reunió información de inteligencia sobre los opositores de Hitler dentro del partido nazi, los líderes y las actividades de otros partidos políticos, además de funcionarios del gobierno federal y local. En agosto de 1934, Rudolf Hess, segundo líder del partido nazi, anunció que el SD sería a partir de ese momento la única agencia autorizada para reunir y analizar información de inteligencia política en el Tercer Reich. A fines de 1931, Himmler estableció una Oficina de Raza y Asentamiento de las SS (Rasse- und Siedlungsamt) para evaluar las solicitudes de hombres de las SS que querían casarse con un nuevo “decreto de matrimonio” interno. Esta “pericia”, desarrollada mediante el mantenimiento de la “pureza racial” en las SS, se utilizaría más tarde durante la guerra para determinar si una persona era “alemana” o no. Dicha determinación, como mínimo, podía significar trabajo y mejores raciones de alimentos para los residentes en territorio bajo ocupación alemana durante la Segunda Guerra
Mundial. Para los polacos que realizaban trabajos forzados en el Reich acusados de tener relaciones sexuales con mujeres alemanas, esta “evaluación racial” podía ser la diferencia entre la vida y la muerte. LAS SS COMO FUERZA EJECUTIVA IDEOLÓGICA Cuando los nazis tomaron el poder en enero de 1933, las SS tenían más de 52.000 miembros. Como recompensa por su participación en el asesinato de Ernst Röhm y el liderazgo máximo de las SA entre el 30 de junio y el 2 de julio de 1934, Hitler anunció que las SS era una organización independiente. Himmler, el jefe de las SS, era ahora subordinado de Hitler en la nueva función de este como Führer (líder) de Alemania. Como Führer, Hitler ya no era un político ni ejecutivo regido por las limitaciones legales del estado alemán, sino más bien un símbolo de la supervivencia y la grandeza futura de Alemania, con autoridad para actuar más allá de las leyes del estado con el fin de garantizarlas. La subordinación de Himmler a Hitler dentro de esta cadena de mando “Führer-Ejecutivo” fue la base del inmenso poder que las SS acumuló durante el régimen nazi. Como jefe de las SS, Himmler recibió autoridad directamente de Hitler para llevar a cabo políticas ideológicas que las leyes del estado no permitían. Esta “autoridad del Führer” basada en la ideología permitió la autorización de la encarcelación indefinida en el sistema de campos de concentración y el asesinato masivo. Los líderes nazis justificaron esta cadena legal de mando adicional y las políticas iniciadas con su autorización con los decretos de emergencia nacional posteriores al Incendio del Reichstag en 1933 y, después de 1939, con la intensificada emergencia generada por la guerra. LAS SS Y EL HOLOCAUSTO Durante los años anteriores a la guerra, las SS compitieron con poderosos rivales en el partido nazi y la organización del estado a fin de tener autoridad para dirigir esfuerzos hacia una “solución” del llamado problema judío en Alemania.
En 1934, las SS establecieron un departamento especial en el SD para “investigar” el “problema judío”. En 1938, los “expertos” del SD, guiados por el primer teniente coronel de las SS Adolf Eichmann, demostraron ser líderes con imaginación en “asuntos judíos” (Judenangelegenheiten) al crear una estación de una sola parada en Viena (Zentralstelle für jüdische Auswanderung) para facilitar la emigración forzosa de judíos de Austria y financiando dichas operaciones con fondos extraídos a miembros más adinerados de la comunidad.
Más tarde ese año, las SS y la policía condujeron la violencia deKristallnacht (literalmente la “noche del cristal”, pero más conocida como la “Noche de vidrios rotos”) directa y exclusivamente hacia los judíos. Como consecuencia del pogrom, los oficiales de policía realizaron el primer arresto de judíos simplemente por ser judíos. La encarcelación de aproximadamente 30.000 judíos alemanes, austriacos y de los Sudetes en campos de concentración, donde cientos de ellos murieron, tenía la intención de acelerar su decisión de emigrar y reducir su reticencia a dejar sus bienes. Impresionado con la iniciativa, la imaginación y el dinamismo del enfoque de las SS, Hermann Göring, la reconocida segunda autoridad después de Hitler en “asuntos judíos”, autorizó el 24 de enero de 1939 a la Policía de Seguridad y el jefe del SD Reinhard Heydrich a elaborar planes para una “solución al problema judío” en el Reich alemán. Después de que la Alemania nazi desencadenó la Segunda Guerra Mundial en Europa con la invasión de Polonia, los líderes de las SS siguieron compitiendo con sus rivales por la “solución” de un “problema judío” que afectaba ahora a toda Europa. Con la invasión de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, Alemania se embarcó en una guerra contra su archienemigo en Europa: el comunismo soviético. El 17 de julio de 1941, Hitler encomendó la responsabilidad por la seguridad detrás de las primeras líneas en la URSS exclusivamente a las SS de Himmler y la policía, y extendió la autoridad de las SS para la implementación de planes de asentamiento y políticas demográficas para la Unión Soviética bajo ocupación.
Desde el principio de la invasión, los Einsatzgruppen de la Policía de Seguridad y el SD, con apoyo del ejército alemán y auxiliares reclutados en forma local, habían fusilado a prácticamente todos los hombres judíos con edad de portar armas en las zonas de la URSS que habían ocupado. A fines de julio, con la llegada de líderes de más alto rango de las SS y la policía para coordinar operaciones de mayor escala con unidades más extensas de las SS y la policía, estos comenzaron a eliminar comunidades judías enteras en la URSS. El 31 de julio de 1941, Göring autorizó a Heydrich, en ese entonces jefe de la RSHA, a coordinar los recursos del Reich “para una solución total del problema judío en la zona de influencia alemana en Europa”. Para este fin, Heydrich debía entregar un informe de las medidas que proponía llevar a cabo “para implementar la deseada solución final del problema judío”. En los seis meses siguientes, mientras la Policía de Seguridad regional y los comandantes del SD coordinaban la aniquilación de los judíos soviéticos, llegaron los primeros trenes llenos de judíos alemanes, austriacos y checos hacia el este con rumbo a los centros de exterminio en el llamado Comisariato del Reich para el Ostland
(una región de ocupación civil alemana que incluía a los estados bálticos y la mayor parte de Bielorrusia).
La Policía de Seguridad y los oficiales del SD del Departamento IV B 4 de la RSHA, a las órdenes de Adolf Eichmann, acordaron con las agencias de policía locales realizar los arrestos dentro de Alemania, y con el Ministro de Transporte del Reich y el Director de Ferrocarriles del Estado Alemán (Deutsche Reichsbahn), realizar el transporte por tren. La Policía de Seguridad Regional y los comandantes del SD en el Comisariato del Reich para el Ostland comandaron las operaciones para fusilar a los judíos alemanes, austriacos y checos cuando llegaran. El 20 de enero de 1942, Heydrich invitó a funcionarios clave de distintos ministerios del Reich a una conferencia en una casa ubicada en Wannsee, en el límite sudeste de Berlín. En esta Conferencia de Wannsee, presentó los planes para coordinar una “solución final del problema judío” en toda Europa. Informó a los participantes que Hitler había autorizado la operación y designado a las SS para coordinar la “política de solución final”. Los convenció de la necesidad de la participación activa de sus agencias para garantizar el éxito final de la operación.
Las SS lideraron todas las operaciones más importantes de la“solución final”. Las autoridades de las SS regional y la policía fueron responsables del asesinato de un millón de judíos soviéticos en fusilamientos entre 1941 y 1943, aunque los gendarmes y los militares rumanos mataron a varios cientos de miles de judíos ucranianos y rumanos, directamente fusilándolos o indirectamente a través del abandono deliberado, la falta de alimentos y suministros médicos en la Transnistria bajo ocupación rumana. El personal de las SS y el jefe de policía en el distrito de Lublin del Gobierno General, el General de las SS Odilo Globocnik, coordinó el asesinato de aproximadamente 1.700.000 residentes judíos del Gobierno General y el distrito de Bialystok entre marzo de 1942 y noviembre de 1943. Esta operación de asesinato masivo llamada Operación “Reinhard” en honor de Heydrich (el planificador de la solución final que murió después de un intento de asesinato a fines de la primavera de 1942) se implementó principalmente en los centros de exterminio establecidos para ese fin en Belzec, Sobibor y Treblinka II.
Bajo la autoridad del líder de las SS y la policía para el distrito de Wartheland (sede Poznan), el Comando Especial de las SS (Sonderkommando) Lange, llamado así por su comandante, el capitán de las SS Herbert Lange, asesinó a más de 150.000 residentes
judíos de “Wartheland”, entre ellos la mayoría de los residentes del ghetto de Lodz, en camionetas de gas en el centro de exterminio de Chelmno. Finalmente, la Oficina IV B 4 de la RSHA, bajo el comando de Adolf Eichmann, coordinó la deportación de aproximadamente 1,5 millones de judíos de todos los territorios bajo ocupación alemana y la Europa bajo influencia alemana al complejo de campos de concentración de Auschwitz, a campos de tránsito en el Gobierno General, y a centros de exterminio en el Comisariato del Reich para el Ostland. Los que las SS deportaron al Gobierno General fueron asesinados durante el curso de la Operación “Reinhard”. Las unidades regionales de las SS y la policía alemanas, respaldada por auxiliares y unidades militares alemanas, fusilaron a la gran mayoría de los judíos deportados al Comisariato del Reich para el Ostland. Las autoridades del campo de las SS asesinaron a alrededor de un millón de judíos en Auschwitz, de los cuales, asesinaron a unos 865.000 en las cámaras de gas apenas llegaron.
Para conseguir la muerte de hasta seis millones de judíos europeos, las SS necesitaron la participación activa de agencias y personal de las fuerzas armadas alemanas, autoridades de la organización del estado alemán y de ocupación civil, auxiliares no alemanes que prestaban servicio en la policía alemana, autoridades militares y de ocupación civil, personal de los gobiernos de los compañeros del Eje de Alemania, y decenas de miles de testigos civiles de Alemania y las otras naciones del Eje y de la Europa bajo ocupación alemana. Sin embargo, las organizaciones de las SS y la policía bajo el comando de Himmler desempeñaron el papel más importante en la coordinación del terrible éxito de la solución final.
LAS SS Y OTRAS VÍCTIMAS Como la agencia de seguridad principal del Tercer Reich, las SS y también la policía asumieron el liderazgo en las operaciones contra otros enemigos reales y supuestos del Tercer Reich. La responsabilidad por la identificación de los romaníes, sintis y lalleri (gitanos) de Alemania, Austria, los Sudetes, y el Protectorado de Bohemia y Moravia recayó sobre la Policía Criminal en la RSHA de Heydrich. El 8 de diciembre de 1938, Himmler emitió un decreto sobre “Combatir el fastidio gitano” (Bekämpfung der Zigeunerplage) que autorizaba la persecución de romaníes y sintis por causa de su “raza”. Después de la autorización de Himmler el 16 de diciembre de 1942, la Policía Criminal alemana deportó entre 13.000 y 20.000 romaníes y sintis del Gran Reich alemán a Auschwitz. Menos de 2.000 sobrevivieron. Las unidades policiales y de las SS alemanas, respaldadas por las autoridades militares alemanas, asesinaron una cantidad desconocida de romaníes en la Unión Soviética y Serbia durante la ocupación alemana.
Si bien algunos médicos y otros profesionales de la salud, bajo la dirección general del jefe de la cancillería del Führer de Hitler, implementaron operaciones para matar a personas con discapacidades en Alemania, Austria y el Protectorado, los oficiales de la Policía Criminal de la RSHA desempeñaron un papel decisivo para la implementación de la Operación T-4, la más conocida de estas operaciones de asesinato, con la cual los oficiales alemanes mataron a aproximadamente 70.000 personas.
El asesinato masivo de los prisioneros de guerra soviéticos fue principalmente responsabilidad del personal de las Wehrmachtque administraban los campos de prisioneros de guerra; pero la Policía de Seguridad y el SD rutinariamente seleccionaban a esos prisioneros para fusilarlos, según las pautas de la RSHA. Finalmente, las unidades policiales y de las SS en la Polonia bajo ocupación estuvieron a cargo de la matanza de decenas de miles de miembros de las élites culturales y políticas polacas, además de la deportación y los movimientos demográficos dentro de Polonia que provocaron otras decenas de miles de muertes. LAS SS Y EL SISTEMA DE CAMPOS En 1933-1934, Himmler, el jefe de las SS, aseguró el control de la organización sobre un sistema de campos de concentración centralizado.
En toda Alemania, varias autoridades civiles y agencias de policía establecieron campos de concentración durante 1933, con el fin de encarcelar a los enemigos políticos del gobierno nazi. Debido a la buena impresión que le causó el campo de concentración deDachau establecido por las SS en marzo de 1933, Hitler autorizó a Himmler a centralizar esos campos bajo el liderazgo de las SS. Himmler estableció (en la Oficina Principal de las SS) una Inspección de Campos de Concentración bajo el liderazgo del comandante del campo de Dachau y General de las SS Theodor Eicke. Después de 1934, las autoridades de ls SS comandaron todos los campos de concentración de Alemania y los territorios bajo ocupación alemana. Las unidades conocidas como Unidades de la Calavera de las SS (SS-Totenkopfverbände) custodiaban y administraban los campos. Si bien la Policía de Seguridad (Gestapo y Kripo) tenía autoridad exclusiva para encarcelar, liberar y ordenar “oficialmente” la ejecución de los prisioneros, la vida cotidiana de los prisioneros estaba en las brutales y despiadadas manos de los comandantes del campo y estas Unidades de la Calavera de las SS, que no formaban parte de las fuerzas policiales. En 1937, había solo cuatro campos de concentración en Alemania; en 1944, había aproximadamente treinta campos principales y cientos de subcampos ubicados en todo
el Gran Reich alemán y la Europa bajo ocupación alemana. Antes de 1938, la gran mayoría de los prisioneros de los campos de concentración eran detractores políticos del régimen nazi, con minorías de romaníes y sintis (gitanos), testigos de Jehová, homosexuales, delincuentes reincidentes y los llamados “asociales”. A los romaníes y los sintis a menudo se los clasificaba como “criminales” y/o “asociales”. Si bien en realidad la mayoría de los romaníes y sintis de Alemania estaban establecidos y algo integrados a la sociedad alemana, las SS y la policía los veían como estereotipos negativos tradicionales de gitanos delincuentes y personas antisociales. Asimismo, con la drástica expansión del cumplimiento de leyes policiales que criminalizaban los actos homosexuales reales y supuestos consentidos entre adultos, comúnmente se clasificaba a los homosexuales de los campos como “criminales” y “asociales”.
A pesar de su presencia en números fuera de la proporción de su porcentaje en la población alemana, los judíos siguieron siendo una minoría entre los prisioneros antes de 1938. En la mayoría de los casos, los oficiales de la Gestapo o la Kripo encarcelaron a los judíos en los campos por haber sido activistas en los partidos social demócrata, comunista o liberal demócrata, por haber sido opositores visibles del partido nazi o las políticas específicas nazis o por haber sido partidarios de políticas o miembros de organizaciones que los nazis consideraban “hostiles para el estado y la raza”. Ejemplos de tal son la afiliación a logias masónicas de tendencia demócrata, el activismo en organizaciones dedicadas al pacifismo o la paz y el entendimiento internacional, o la defensa de derechos para minorías nacionales u homosexuales.
Después de la expansión alemana de 1938, la disponibilidad de prisioneros para trabajos forzados en el sistema de campos de concentración adquirió mayor importancia. Las SS estaban decididas a que el Reich de los mil años fuera gobernado por su élite selecta, de “raza pura”. Para garantizar este desarrollo, los líderes invirtieron importantes recursos humanos y financieros en la planificación de la construcción de los asentamientos alemanes en Polonia y la Unión Soviética según sus visiones del gobierno alemán permanente. A mediados de la década de 1930, los líderes de los campos de concentración de las SS y el jefe de la Oficina Principal de Administración de las SS (SS-Verwaltungshauptamt), el General de las SS Oswald Pohl, reconocieron el potencial de los prisioneros de los campos de concentración para realizar trabajo forzado con el fin de producir materiales de construcción, y finalmente hacer el trabajo manual para construir y mantener estos asentamientos. En ese momento, las SS buscaron a varias empresas, como laDeutsche Erd- und Steinwerke (DESt; Obras alemanas de piedra y tierra) y la Deutsche
Ausrüstungswerke (DAW; Obras alemanas de equipos) para producir materiales de construcción y equipos para las SS. Los sitios de Sachsenhausen (1936), Buchenwald (1937), Flossenbürg (1938) y Mauthausen (1938) se eligieron para construir campos de concentración precisamente por su proximidad a tierra adecuada para fabricar ladrillos, a fábricas de ladrillos o a canteras de piedra. En 1938, la Policía Criminal inició dos arrestos masivos de los considerados “haraganes” y asociales, en parte destinados a aumentar la población de los campos de concentración disponible para realizar trabajos forzados. Los romaníes y los sintis (gitanos) fueron algunos de los grupos de haraganes y asociales que la Kripo encarceló. En los primeros tres años de la guerra, los líderes de las SS expandieron el sistema de campos de concentración no simplemente para detener a las decenas de miles de nuevos prisioneros políticos de nacionalidad no alemana que elegían resistirse a las políticas de la ocupación alemana, sino también para aumentar la reserva de mano de obra disponible para los asentamientos que las SS pensaban construir ahora que Polonia y la Unión Soviética occidental estaban bajo dominio alemán. Los líderes de las SS tomaron la decisión de construir nuevos campos de concentración gigantescos en Auschwitz-Birkenau y Lublin-Majdanek (1941-1942) con la expectativa de miles de prisioneros de guerra soviéticos que estarían disponibles para realizar trabajos forzados (1941) y, más tarde, decenas de miles de trabajadores judíos (enero a marzo de 1942).
Después de la primavera de 1942, la inmensa mayoría de los prisioneros de Auschwitz y Majdanek (hasta noviembre de 1943) eran judíos. En abril de 1942, AuschwitzBirkenau tuvo una doble función como centro de exterminio. Hasta noviembre de 1943, Lublin-Majdanek funcionó principalmente como un campo de trabajos forzados para judíos dentro del marco de la Operación “Reinhard”. Las SS también usaron Majdanek de vez en cuando como centro de exterminio, en el cual las SS y la policía mataron a los judíos durante la Operación “Reinhard”.
En el invierno de 1942, resultó evidente que Alemania iba a participar en una larga guerra y que las necesidades laborales para la producción de la guerra alemana no podrían cubrirse ni siquiera con la deportación de millones de trabajadores civiles de la Polonia y la Unión Soviética bajo ocupación. Después de ese momento, el liderazgo de la administración de las SS y la Inspección de Campos de Concentración reclutó mano de obra remunerada para los campos de concentración, de conformidad con contratos firmados por agencias y empresas privadas civiles y militares alemanas que producían armamentos, materiales para la guerra (por ejemplo, uniformes) y materiales de construcción para reparar o reemplazar las instalaciones destruidas por los bombardeos de los aliados. Para facilitar este proceso, Himmler incorporó la
Inspección de Campos de Concentración, ahora liderada por el General de las SS Richard Glücks, a la Oficina Principal Económica y Administrativa de las SS (SSWirtschafts-Verwaltungshauptamt-WVHA) presidida por Pohl en marzo de 1942. A partir de ese momento, los campos de concentración y sus prisioneros, las empresas de propiedad de las SS y las oficinas administrativas de las SS estuvieron juntas en una sola agencia. Bajo los auspicios de la WVHA, la cantidad de subcampos se multiplicó en cientos y hasta miles. Las empresas que usaban mano de obra para los campos de concentración variaban de grandes combinaciones estatales como Hermann-GöringWerke y grandes conglomerados corporativos privados como la combinación química I.G. Farben, hasta pequeñas empresas privadas como la Fábrica Alemana de Vajilla Enlozada de Oskar Schindler (Deutsche Emalwarenfabrik) en Cracovia, Polonia. Durante la Segunda Guerra Mundial, las autoridades de los campos de las SS mataron en el sistema de campos de concentración a alrededor de dos millones de prisioneros (judíos, prisioneros políticos, romaníes (gitanos), los llamados asociales, condenados reincidentes, homosexuales, testigos de Jehová, entre otros). TATUAJES Y NÚMEROS: EL SISTEMA PARA IDENTIFICAR PRISIONEROS EN AUSCHWITZ Durante el Holocausto, a todos los prisioneros de los campos de concentración se los tatuaba en el mismo complejo: en el campo de concentración de Auschwitz, formado por Auschwitz I (campo principal), Auschwitz II (Auschwitz-Birkenau) y Auschwitz III (Monowitz y los subcampos). A los prisioneros que llegaban se les asignaba un número de serie del campo, que se cosía a sus uniformes. Solo se daba un número de serie a los prisioneros seleccionados para trabajar; a los que eran enviados directamente a las cámaras de gas, no se los registraba ni se los tatuaba. Al principio, a los prisioneros que estaban en el hospital o que iban a ser ejecutados, las autoridades de las SS les marcaban el número de serie del campo con tinta indeleble en la parte del uniforme que cubría el pecho. Cuando los prisioneros eran ejecutados o morían de alguna otra manera, se les quitaba la ropa con el número de serie. Dada la tasa de mortalidad en el campo, era imposible identificar los cuerpos después de que se les quitaba la ropa. A fin de identificar los cadáveres de los prisioneros registrados, las autoridades de las SS iniciaron la práctica del tatuaje.
Al principio, se usaba un sello especial de metal que tenía números intercambiables compuestos de agujas de aproximadamente un centímetro de largo. De este modo era posible marcar el número de serie completo de una sola vez en la parte superior izquierda del pecho del prisionero. Luego se frotaba tinta en la herida sangrante.
Como el método del sello de metal resultó ser poco práctico, se comenzó a usar un dispositivo de una sola aguja, que perforaba en la piel el contorno de los dígitos del número de serie. El lugar del tatuaje se cambió al lado externo del antebrazo izquierdo. Sin embargo, en 1943 los prisioneros de varios transportes tenían el número tatuado en el lado interno superior del antebrazo izquierdo. Generalmente, el número se tatuaba cuando se lo asignaba, en el momento del registro. A los prisioneros enviados directamente a las cámaras de gas nunca se les asignaba ni tatuaba un número.
El sistema de tatuaje comenzó en Auschwitz en el otoño de 1941. Como al campo llegaban miles de prisioneros de guerra soviéticos, y miles morían rápidamente, las autoridades de las SS comenzaron a tatuarlos con el fin de identificarlos. En Auschwitz II (Birkenau), el personal de las SS inició la práctica del tatuaje en marzo de 1942 para poder identificar los numerosos prisioneros que llegaban, se enfermaban y morían rápidamente. En ese momento, la mayoría de los prisioneros registrados en el complejo de Auschwitz eran judíos. En la primavera de 1943, las autoridades de las SS de todo el complejo de Auschwitz adoptaron la práctica de tatuar a casi todos los prisioneros anteriormente registrados y recién llegados, incluidas las mujeres. Las excepciones a esta práctica eran los prisioneros de nacionalidad alemana y los “prisioneros de reeducación”, que estaban en un complejo separado. Los “prisioneros de reeducación” o “prisioneros de educación laboral” eran personas no judías de prácticamente todas las nacionalidades europeas (pero en Auschwitz principalmente civiles soviéticos, polacos, checos y alemanes) que habían eludido la disciplina de trabajos forzados impuesta a los trabajadores civiles en zonas controladas por los alemanes.
La primera serie de números de prisioneros se introdujo en mayo de 1940, mucho antes de que comenzara la práctica del tatuaje. Esta primera serie se asignó a los prisioneros de sexo masculino, se siguió usando hasta enero de 1945 y terminó con el número 202.499. Los números de esta serie se asignaron a judíos de sexo masculino hasta mediados de mayo de 1944. En octubre de 1941, se introdujo una nueva serie de números de registro y se la usó hasta 1944. Los números de esta serie se asignaron a aproximadamente 12.000 prisioneros de guerra soviéticos (a algunos de los prisioneros de guerra asesinados en Auschwitz nunca se los registró ni se les asignó un número). En marzo de 1942, se introdujo una tercera serie de números con la llegada de las mujeres prisioneras. Desde ese momento y hasta mayo de 1944, se identificaron aproximadamente 90.000 prisioneras con una serie de números creada para ellas. Cada nueva serie de números introducida en Auschwitz comenzaba con “1”. A algunas prisioneras judías (no a todas), se les tatuaba un triángulo debajo del número de serie.
Para evitar tener que asignar números excesivamente altos de las series generales a la gran cantidad de judíos húngaros que llegaron en 1944, las autoridades de las SS introdujeron nuevas secuencias de números a mediados de mayo de 1944. Esta serie, precedida por la letra “A”, comenzaba con “1” y terminaba en “20.000” Una vez que se llegaba al número 20.000, se iniciaba una nueva serie que comenzaba con “B”. Unos 15.000 hombres recibieron tatuajes con la serie “B”. Por algún motivo desconocido, la serie “A” para las mujeres no se detuvo en 20.000 y siguió hasta 30.000.
En enero de 1942, se introdujo una serie de números diferente para los prisioneros de “reeducación” que no habían recibido números de la serie general. Los números de esta nueva serie se asignaban en forma retroactiva a los prisioneros de “reeducación” que habían muerto o sido liberados, mientras que los números reemplazados de la serie general eran reasignados a recién llegados “generales”. Este fue el único caso en la historia de Auschwitz de números que se “reciclaron”. Se registraron aproximadamente 9.000 prisioneros en la serie de “reeducación”. A partir de 1943, a las prisioneras de “reeducación” se les asignaron números de su propia serie, que también comenzaba con “1” y tenía aproximadamente 2.000 números.
A partir de febrero de 1943, las autoridades de las SS emitieron dos series de números diferentes para los prisioneros romaníes (gitanos) registrados en Auschwitz: una para los hombres y otra para las mujeres. En agosto de 1944, se asignaron 10.094 números de la primera serie y 10.888 de la segunda. Además del número de serie, a los prisioneros gitanos se les daba la letra “Z” (“Zigeuner” es “gitano” en alemán). Las autoridades del campo asignaron más de 400.000 números de serie de prisioneros (sin contar aproximadamente 3.000 números dados a prisioneros policiales recluidos en Auschwitz debido al hacinamiento en las prisiones, a quienes no se incluyó en el conteo diario de prisioneros). EL TERCER REICH
Los alemanes aplauden a Adolf Hitler cuando deja el Hotel Kaiserhof después de asumir el cargo de canciller. Berlín, Alemania, 30 de enero de 1933. — Wide World Photo El asenso al poder de los Nazis provocó el fin de la Republica Weimar, una democracia parlamentaria establecida en Alemania después de la Primera Guerra Mundial. Siguiendo el nombramiento de Adolf Hitler como canciller el 30 de enero de 1933, el
estado nazi (también referido como el Tercer Reich) rápidamente se transformó en un gobierno en el cual los alemanes no tenían ningún derecho básico garantizado. Después de un incendio sospechoso en el Reichstag (el Parlamento alemán), el 28 de febrero de 1933, el gobierno promulgó un decreto que suspendió los derechos civiles constitucionales y creó un estado de emergencia en el cual decretos oficiales podían ser promulgados sin confirmación parlamentaria.
En los primeros meses de la cancillería de Hitler, los Nazis instituyeron una política de “coordinación” -- el alineamiento de individuos y instituciones con los mismos objetivos de los nazis. La cultura, la economía, la educación y la ley, todos vinieron bajo control de los nazis. El gobierno nazi también intentó “coordinar” las iglesias alemanas y, aunque no fue enteramente logrado, ganó apoyo de una mayoría de clérigos católicos y protestantes.
Una propaganda extensiva fue usada para difundir los objetivos y ideales del gobierno. Con la muerte del presidente alemán Paul von Hindenburg en agosto de 1934, Hitler asumió los poderes de la presidencia. El ejército prestó juramento de lealtad personal a Hitler. La dictadura de Hitler dependía sobre su puesto como Presidente del Reich (director del estado), Canciller del Reich (director del gobierno), y Fuehrer (director del partido nazi). Según el “principio Fuehrer”, Hitler estaba fuera del estado legal y él mismo determinó cuestiones de política.
Hitler determinó la legislación domestica y asuntos exteriores. La política exterior de los nazis fue guiada por la creencia racista que Alemania era biológicamente destinada a expandir al este por fuerza militar y que una población ampliada y racialmente superior debería establecer una autoridad permanente en Europa oriental y en la Unión Soviética. Aquí las mujeres tenían un papel importante. La política de población agresiva del Tercer Reich animó mujeres “racialmente puras” a tener cuantos niños arios posibles.
Dentro de este sistema, las personas “racialmente inferiores”, como los judíos y los gitanos, serían eliminadas de la región. La política exterior de los nazis se dirigió desde el inicio para hacer una guerra de aniquilación contra la Unión Soviética, y los años de paz del gobierno nazi fueron pasados preparando el pueblo alemán para la guerra. En el contexto de esta guerra ideológica, los nazis planearon y llevaron a cabo el Holocausto, el asesinato masivo de los judíos, que eran considerados el enemigo “racial” principal.
La crítica abierta del gobierno fue suprimida por la Gestapo (policía secreta estatal) y el Servicio de Seguridad (SD) del partido nazi, pero el gobierno de Hitler era popular con la mayoría de los alemanes. Sin embargo había algo de oposición alemán al estado nazi, que iba desde disidencia hasta el intento de asesinar Hitler el 20 de julio de 1944.
Los Aliados vencieron la Alemania nazi y forzaron la rendición alemana el 8 de mayo de 1945. EL TERCER REICH EN PROFUNDIDAD Tanto dentro de Alemania como fuera de ella, el término "Tercer Reich" se usó a menudo para describir el régimen nazi en ese país, que se extendió desde el 30 de enero de 1933 al 8 de mayo de 1945.
La llegada de los nazis al poder marcó el comienzo del Tercer Reich. Acabó con la República de Weimar, una democracia parlamentaria establecida en la Alemania vencida después de la Primera Guerra Mundial. Los últimos años de esta República estuvieron hostigados por el estancamiento político, la creciente violencia política callejera y la depresión económica. Estos años también estuvieron caracterizados por líderes que, sin un compromiso firme con la democracia, estaban dispuestos a invocar legislaciones de emergencia como reemplazo del consentimiento parlamentario.
Después de la designación de Adolf Hitler como Canciller, el 30 de enero de 1933, los líderes del nuevo Gobierno (una coalición de nazis y nacionalistas alemanes) pasaron rápidamente a suspender los derechos civiles básicos de todos los alemanes. Luego de un sospechoso incendio en el Reichstag (Parlamento alemán), el 28 de febrero de 1933, el Gobierno alegó falsamente que había sido la señal de un esfuerzo comunista de derrocar al Estado. Proclamó el estado de emergencia en un decreto que suspendía los derechos civiles constitucionales y permitía a Hitler decretar más legislación sin la confirmación parlamentaria.
En los primeros meses del mandato de Hitler, los nazis establecieron una política de “coordinación” (la alineación de los individuos y las instituciones con los objetivos nazis). En seis meses, los nazis proscribieron a todos los otros partidos políticos, incluso a sus socios de coalición, los nacionalistas alemanes, o los forzaron a una disolución "voluntaria".
La cultura, la economía, la educación y la ley quedaron bajo el control nazi. El régimen nazi también intentó “coordinar” las iglesias alemanas y, aunque no lo logró completamente, ganó el apoyo de la mayoría de los clérigos católicos y protestantes. Asimismo, los Nazis lograron movilizar especialmente el apoyo de las elites cultas y profesionales de Alemania, que incluían a abogados, policías, docentes y médicos. También obtuvieron el respaldo de la elite que ocupaba la función pública al cumplir con las promesas electorales de destruir el Tratado de Versalles, devolver a Alemania a los rangos de las grandes potencias, sacar a la nación de la depresión, recuperar las calles de los delincuentes y los subversivos, aplastar la amenaza comunista y crear oportunidades laborales para jóvenes profesionales.
Con gran éxito, los funcionarios nazis usaron un gran despliegue de propaganda, creada con cuidadosa destreza, para apelar, cuando fuera necesario, a metas sociales, económicas y nacionales más generales. Buscaban atraer a nacionalsocialistas convencidos y a los alemanes que no eran nazis, a la vez que menoscababan cualquier sentimiento en su contra.
El presidente alemán Paul von Hindenburg murió en agosto de 1934. Hitler había conseguido el apoyo del ejército con la purga de Röhm, el 30 de junio de 1934. Abolió la presidencia y se proclamó Führer del pueblo alemán (Volk). Todo el personal militar y todos los funcionarios públicos prestaron un nuevo juramento de lealtad personal hacia Hitler como Führer. Quien también conservó el cargo de canciller del Reich (jefe del Gobierno).
Con este rango, Hitler se encontraba fuera de todas las restricciones legales del aparato del Estado siempre que sentía la necesidad de adoptar políticas y tomar decisiones que considerara precisas para la supervivencia de la raza alemana. Esta línea de autoridad fuera de la ley, conocida como “Führer Ejecutivo” (Führerexekutiv) o "El Principio del Führer” (Führerprinzip), se prolongaba hasta los rangos del partido nazi, las SS, la burocracia estatal y las fuerzas armadas. Permitía a los organismos del partido, el Estado y las fuerzas armadas operar fuera de la ley cuando fuera necesario para lograr metas ideológicas del régimen mientras mantenían la ficción de estar cumpliendo con las normas legales.
A menudo, los observadores internos y extranjeros, y algunos de los propios nazis malinterpretaban que la noción del “principio del Führer” significaba obediencia absoluta a los superiores. Según lo comprendían los líderes nazis, el concepto sí
encarnaba obediencia, pero también suponía el uso de bastante imaginación e iniciativa. Esto permitía a un individuo con la certeza de estar “trabajando para el Führer” desoír a su superior en ciertas circunstancias en que las medidas que proponía o tomaba demostraran una mejor comprensión de las metas a largo plazo del régimen nazi.
Hitler tenía la última palabra tanto en legislación nacional como en política exterior. La política exterior nazi se guiaba por la creencia racista de que Alemania estaba destinada biológicamente a expandirse hacia el Este mediante la fuerza militar y que una población alemana extendida y de raza superior debía establecer un gobierno permanente en Europa oriental y la Unión Soviética. Aquí, las mujeres tenían un rol vital. La agresiva política demográfica del Tercer Reich alentaba a las mujeres "de raza pura” a dar a luz tantos niños "arios" como fuera posible. No obstante eso, durante la guerra el régimen nazi fomentaba la participación activa de mujeres alemanas en diversas actividades, particularmente en el Este bajo ocupación. Éstas tareas incluían la participación en organizaciones benéficas y de asistencia social que utilizaban ropa y equipamiento doméstico reciclados, tomados de víctimas judías del Holocausto, hasta la enseñanza de versiones nazis de historia europea en escuelas para personas de etnia alemana, en la Polonia y la Unión Soviética bajo ocupación.
Como principio absoluto de seguridad nacional, la ideología nazi requería la eliminación de los pueblos de "raza inferior" (tales como los judíos y los romaníes) y de los enemigos políticos implacables (tales como los comunistas) de las regiones donde vivían alemanes. En su política exterior durante la década de los treinta, los líderes nazis, desde el principio, intentaron librar una guerra de aniquilación contra la Unión Soviética. El Gobierno nazi gastó importantes recursos durante los años de paz para preparar al pueblo alemán para esa guerra. En el contexto de batalla ideológica, los alemanes planearon e implementaron el Holocausto, el asesinato en masa de los judíos, a quienes los líderes nazis consideraban el principal enemigo "racial".
Los factores clave que evitaron el desarrollo de una resistencia organizada del régimen nazi incluían:
-La represión de la disidencia política abierta por parte de la Gestapo (policía secreta estatal) y el Servicio Secreto (SD) del partido nazi.
-La gran popularidad de Hitler entre los alemanes.
-El apoyo abrumador de casi todos los alemanes por defender al Tercer Reich frente a la Unión Soviética.
Sin embargo, había cierta oposición alemana a políticas o personalidades específicas del Estado nazi, a menudo expresada en disconformidad personal y actos individuales de rebeldía contra ordenanzas nazis. Además, hubo dos importantes atentados contra la vida de Hitler. El primero lo llevó a cabo una persona sola, Georg Elser, en noviembre de 1939. El segundo involucró a una pequeña conspiración de líderes militares alemanes, inspirados por el coronel Klaus Schenk Count von Stauffenberg, quien intentó asesinar a Hitler el 20 de julio de 1944 y reemplazar el régimen nazi con uno autoritario-conservador bajo una dictadura militar temporaria.
Si bien se desarrollaron otros pequeños y aislados grupos de resistencia, incluso una resistencia comunista poco organizada, la vasta mayoría de los alemanes apoyó el régimen nazi hasta su caída. Alemania se rindió ante los aliados el 8 de mayo de 1945. Ese día, el “Tercer Reich” llegó a su fin.
Terminología: “Tercer Reich” La designación “Tercer Reich” fue acuñada en 1922 por el escritor e intelectual nacionalista völkisch y conservador romántico Arthur Moeller van den Bruck. En su publicación Das Dritte Reich (El Tercer Reich), Moeller vislumbraba el surgimiento de un imperio germano antimarxista y antiliberal en el cual todas las divisiones de clases sociales se reconciliarían en la unidad nacional bajo un carismático “Führer” (líder). El “Tercer Reich” de Moeller se refería a dos imperios germanos anteriores: El imperio franco medieval de Carlomagno y el imperio germano bajo la dinastía prusiana de Hohenzollern (1871-1918). TESTIGOS DE JEHOVÁ
Helene Gotthold, un testigo de Jehová, fue decapitada por sus creencias religiosas el 8 de diciembre de 1944 en Berlín. Está fotografiada con sus hijos. Alemania, 25 de junio de 1936. — US Holocaust Memorial Museum Los Testigos de Jehová fueron víctimas de una intensa persecución bajo el régimen nazi, debido a que se negaban a aceptar la autoridad del estado por sus conexiones
internacionales y porque se oponían con vehemencia tanto a la guerra en nombre de una autoridad temporal como a un gobierno organizado en temas de conciencia.
Transcurridos sólo algunos meses desde el momento en que los nazis tomaron el poder, los gobiernos regionales, en primer lugar los de Baviera y Prusia, comenzaron la ofensiva en contra de los Testigos de Jehová interrumpiendo sus reuniones y saqueando sus oficinas locales para luego ocuparlas. El 1 de abril de 1935, el Reich y ministro del interior prusiano ordenó a los oficiales locales a cargo disolver la Sociedad de la Atalaya.
Muchas de las acciones de los Testigos de Jehová suscitaban el antagonismo de las autoridades nazis. Los testigos sostenían que eran apolíticos y que sus acciones no estaban en contra de los nazis, pero el hecho de no estar dispuestos a realizar el saludo nazi, ni formar parte de las organizaciones del partido o permitir a sus niños formar parte de la Juventud Hitleriana, su negativa a participar en las denominadas elecciones o plebiscitos, y su negativa a adornar sus hogares con las banderas nazis los hacían blancos de sospechas. Una unidad especial de la Gestapo (policía secreta del estado) creó un registro de todas las personas sospechadas de ser Testigos de Jehová. Los agentes de la Gestapo se infiltraron en las reuniones de estudio de la Biblia. Si bien los Testigos de Jehová como tales no estaban prohibidos, muchas de las actividades básicas para el ejercicio de su fe se volvieron progresivamente blancos de ataque. Sobre todo, las autoridades trataron de prohibir la distribución de publicaciones, que se producían en forma local o que se ingresaban de contrabando de otros países en grandes cantidades, y que para los nazis eran claramente subversivas.
Cuando en marzo de 1935 se restableció en Alemania el servicio militar obligatorio, el conflicto con los testigos se agudizó. Por negarse a enlistarse o a realizar tareas relacionadas con la actividad militar y por continuar con las reuniones ilegales, se incrementaron los arrestos de Testigos de Jehová, quienes eran juzgados por las autoridades judiciales y encarcelados en prisiones y campos de concentración.
En 1939, un número estimado en 6.000 testigos (incluidos algunos de Austria y Checoslovaquia) estaban detenidos en prisiones o campos. Otros huyeron de Alemania, continuaron con sus prácticas religiosas en privado o bien las abandonaron por completo. Algunos fueron víctimas de torturas en un intento por hacerlos firmar declaraciones en las cuales renunciaban a su fe, pero pocos cedieron ante esta presión.
En los campos de concentración, todos los prisioneros llevaban marcas de distintas formas y colores para que los guardias y oficiales de campo pudieran identificarlos por categorías. Los Testigos de Jehová llevaban parches triangulares color púrpura. Aun en los campos, ellos continuaban con sus reuniones y sus oraciones, y las actividades misioneras para captar adeptos a su fe. En el campo de concentración de Buchenwald, crearon una imprenta clandestina y distribuían panfletos religiosos. Las condiciones en los campos nazis eran duras para todos los prisioneros. Muchos murieron de hambre, por enfermedades, de agotamiento, por exposición al frío y por el trato cruel. Los Testigos de Jehová que estaban cautivos se mantenían en base al apoyo mutuo y porque creían que su sufrimiento era parte de su trabajo para Dios. Los testigos, en forma individual, dejaban atónitos a los guardias al negarse a realizar rutinas militares como pasar lista o enrollar vendajes para los soldados que peleaban en el frente. Al mismo tiempo, las autoridades del campo consideraban que los testigos eran relativamente confiables, ya que se negaban a escapar y no ofrecían resistencia a los guardias. Por esta razón, los oficiales y guardias de campo nazis utilizaban generalmente a los testigos como empleados domésticos.
De los 25.000 a 30.000 alemanes que en 1933 eran Testigos de Jehová, un número estimado en 20.000 continuó activo durante el período nazi. Los restantes huyeron de Alemania, renunciaron a su fe, o practicaron su fe dentro del ámbito familiar. De los que permanecieron activos, aproximadamente la mitad recibió condenas de un mes a cuatro años de prisión, con un promedio de 18 meses, en alguna oportunidad durante la era nazi. De los condenados o sentenciados, entre 2.000 y 2.500 fueron enviados a campos de concentración, de los cuales, entre 700 y 800 aproximadamente no eran alemanes (este número incluye alrededor de 200 a 250 holandeses, 200 austriacos, 100 polacos, y entre 10 y 50 belgas, franceses, checos y húngaros).
El número de Testigos de Jehová que murió en campos de concentración y prisiones durante la era nazi se estima en 1.000 alemanes y 400 de otros países, incluidos unos 90 austriacos y 120 holandeses aproximadamente. (Los Testigos de Jehová que no eran alemanes sufrieron un porcentaje de muertes considerablemente más alto que los testigos alemanes). Además, aproximadamente unos 250 Testigos de Jehová alemanes fueron ejecutados luego de ser juzgados y condenados por tribunales militares por negarse a prestar servicios en el ejército alemán. TESTIGOS DE JEHOVÁ: PERSECUCIÓN ENTRE 1870 Y 1936
Waltraud Kusserow, un testigo de Jehová, fue arrestada varias veces por negarse a hacer el saludo "Heil Hitler". Pasó dos años y medio en la cárcel. Alemania, posterior a 1945. — US Holocaust Memorial Museum Durante el régimen nazi, los Testigos de Jehová eran blanco de persecución porque se negaban, por sus convicciones religiosas, a jurar lealtad a un gobierno mundano o a prestar servicios en sus fuerzas armadas. Los Testigos de Jehová también se dedicaban a actividades misioneras para captar adeptos a su fe. Los nazis percibieron la negativa a comprometerse con el estado y los esfuerzos por tratar de convertir a la gente como actos abiertamente políticos y subversivos. A diferencia de los judíos y romaníes (gitanos) que eran perseguidos por los nazis por motivos raciales, los Testigos de Jehová tenían la posibilidad de evitar la persecución y el daño personal si se sometían a la autoridad del estado y servían en las fuerzas armadas. Como tal sometimiento violaba sus creencias religiosas, la gran mayoría de los Testigos de Jehová se negó a abandonar su fe, incluso ante la inminencia de la persecución, la tortura en los campos de concentración o la muerte.
Fundada en la ciudad estadounidense de Pittsburg en 1872 por Charles Taze Russel como la Sociedad Internacional para el Estudio de la Biblia, el grupo tomó el nombre de “Testigos de Jehová” en 1931. La sociedad comenzó la actividad misionera en Europa en la década de 1890. En 1902, se abrió en Elberfeld, Alemania, la primera oficina sucursal de la Sociedad de la Atalaya. En Alemania, los Testigos de Jehová se hicieron conocidos como la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia. A comienzos de la década de 1930, un número estimado entre 25.000 y 30.000 alemanes (el 0,38 % del total de una población de 65 millones) era miembro de los Testigos de Jehová o simpatizaba con ellos.
Incluso antes de 1933, los Testigos de Jehová fueron objeto de prejuicios. Las corrientes dominantes de las iglesias católica y luterana los consideraban herejes. Además, los ciudadanos consideraban invasiva la tarea misionera de los testigos de golpear las puertas de las casas y predicar. Los estados alemanes habían intentado poner un freno a la tarea misionera a través del estricto cumplimiento de las leyes contra el proselitismo. En varias oportunidades, algunas jurisdicciones por separado prohibieron la literatura religiosa de los testigos, incluidos las revistas La Atalaya y La Edad de Oro. Durante el periodo de Weimar, sin embargo, los tribunales alemanes fallaban a menudo a favor de la minoría religiosa.
Antes de que los nazis llegaran al poder, grupos nazis locales (funcionarios partidarios u hombres de la SA) que actuaban fuera de la ley, irrumpían en las reuniones de estudio de la Biblia y agredían a los testigos.
Luego de que los nazis llegaron al poder, la persecución de los Testigos de Jehová se intensificó. Los testigos creían que pertenecían al Reino de Jehová y consideraban a todos los poderes mundanos aliados involuntarios de Satán. Se negaban a jurar lealtad al régimen nazi. Además, sus contactos internacionales organizativos y teológicos le causaban repugnancia a la policía del estado nazi. Al principio, la indiferencia de los testigos hacia el estado nazi se manifestaba en la negativa a levantar los brazos en el saludo Heil Hitler, la negativa a formar parte del Frente de Trabajo Alemán (al que todos los trabajadores asalariados se vieron obligados a unirse luego de que los nazis declararan ilegales a los sindicatos), la negativa a participar en las colectas de acción social de los nazis y a votar en las elecciones. Asimismo, no formaban parte de los desfiles y mítines políticos nazis. Las autoridades nazis denunciaron a los Testigos de Jehová por sus vinculaciones con los Estados Unidos y se burlaban de la supuesta profecía revolucionaria de su prédica que anunciaba que el Apocalipsis antecedería el reinado de Cristo en la tierra como parte del plan de Dios. Vincularon a los Testigos de Jehová a la idea nazi de “judaísmo internacional”, señalando la dependencia de los testigos de determinados textos del Viejo Testamento. Los nazis experimentaban este tipo de conflictos con varias de las sectas protestantes más pequeñas, pero sólo los Testigos de Jehová se negaron a levantar sus brazos o a jurar lealtad al estado.
Cuando Alemania restableció el servicio militar obligatorio en 1935, los Testigos de Jehová en general se negaron a enrolarse. En Alemania, como en los Estados Unidos, se negaron a prestar servicios en las fuerzas armadas durante la Primera Guerra Mundial. Aunque no eran pacifistas, se negaban a portar armas en nombre de cualquier poder temporal. Los nazis persiguieron a los Testigos de Jehová por no presentarse para alistarse en el servicio militar obligatorio y arrestaron a aquellos que realizaban tareas misioneras por considerar que debilitaban la moral de la nación.
Los niños de los Testigos de Jehová también padecieron bajo el régimen nazi. En clase, los maestros ridiculizaban a los niños que se negaban a hacer el saludo Heil Hitler o a cantar canciones patrióticas. Los directores encontraban razones para expulsarlos. Siguiendo el ejemplo de los adultos, los compañeros de clase evitaban o golpeaban a los niños de los testigos. En ocasiones, las autoridades solicitaban que se les quitaran los
niños a los padres que eran testigos y se los enviara a otras escuelas, orfanatos u hogares privados para que fueran criados como “buenos alemanes”. Apenas asumió Hitler como canciller, las autoridades bávaras prohibieron la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia. Durante la primavera y el verano de 1933, la mayoría de las jurisdicciones alemanas hizo lo mismo. En 1933, la policía ocupó las oficinas de los testigos en dos oportunidades y confiscó literatura religiosa. A pesar de la persecución y el hostigamiento oficial, los testigos continuaron con las reuniones y la distribución de literatura de manera encubierta. A menudo, la literatura se ingresaba de contrabando desde el exterior.
Al principio, los líderes de los Testigos de Jehová intentaron encontrar una manera para trabajar con el gobierno nazi. En octubre de 1934, la conducción de los testigos envió una carta al gobierno del Reich donde explicaba sus creencias centrales y expresaba su compromiso con la neutralidad política. La carta planteaba que los Testigos de Jehová “no estaban interesados en cuestiones políticas, sino que estaban completamente comprometidos con el Reino de Dios bajo el mando de Cristo su Rey”. Las autoridades alemanas respondieron con hostigamiento político y económico. Los testigos que continuaron con las tareas misioneras o que se negaron a formar parte de las organizaciones nazis perdieron sus trabajos y los beneficios sociales y de desempleo, o fueron arrestados.
En respuesta a los esfuerzos nazis por destruir la secta, los Testigos de Jehová se convirtieron en una isla de resistencia espiritual a la demanda nazi de un compromiso alemán absoluto hacia el estado. La Sociedad Internacional de Testigos de Jehová apoyó pública y completamente los esfuerzos de sus hermanos que se encontraban en Alemania. En una convención internacional que se realizó en Lucerna, Suiza, en septiembre de 1936, los delegados de los testigos de todas partes del mundo emitieron una resolución en la que condenaban severamente al régimen nazi. La organización internacional también publicó literatura donde se denunciaba la persecución nazi a los judíos, comunistas y socialdemócratas, y se criticaba la remilitarización de Alemania y la nazificación de las escuelas y universidades, y se condenaba la agresión nazi a las religiones organizadas. TESTIMONIOS DE LOS SOBREVIVIENTES
El Holocausto fue la persecución y el asesinato sistemático burocráticamente organizado de aproximadamente seis millones de judíos por el gobierno nazi y sus colaboradores. “Holocausto” es una palabra de origen griega, que significa “sacrificio por fuego.” Los nazis, que tomaron el poder en Alemania en enero de 1933, creían que los alemanes eran una “raza superior” y que los judíos, considerados “inferiores”, no merecían vivir. Durante el Holocausto, los nazis también tuvieron en su mira a otros grupos por razón de su percibida “inferioridad racial”: los romas (gitanos), los discapacitados, y algunos grupos eslavos (polacos, rusos, y otros). Otros grupos fueron perseguidos por razones políticas, religiosas o de orientación sexual: comunistas, socialistas, testigos de Jehová y homosexuales. Historias personales: testimonios de los sobrevivientes THERESIENSTADT
Judíos alemanes, llevando etiquetas de identificación, antes de su deportación a Theresienstadt. Wiesbaden, Alemania, agosto de 1942. — Bildarchiv Preussischer Kulturbesitz
El “campo-ghetto” de Theresienstadt existió durante tres años y medio, entre el 24 de noviembre de 1941 y el 9 de mayo de 1945. Durante su existencia, cumplió con tres funciones: 1) En primer lugar, funcionó como campo de tránsito para los judíos checos que los alemanes deportaban a centros de exterminio, campos de concentración y campos de trabajos forzados en Polonia, Bielorrusia y los estados bálticos bajo ocupación alemana. 2) En segundo lugar, fue un ghetto-campo de trabajo al que las SS deportaron y en el que luego encarcelaron ciertas categorías de judíos alemanes, austriacos y checos según la edad, discapacidad por causa de servicio militar o por ser celebridad local en las artes y otros aspectos culturales. Con el fin de ocultar o dar información errónea sobre la aniquilación física de los judíos deportados desde el Gran Reich alemán, el régimen nazi utilizó la ficción general, principalmente dentro de Alemania, de que los judíos deportados serían reclutados para trabajo productivo en la zona este. Como parecía poco convincente que los judíos ancianos pudieran realizar trabajos forzados, los nazis usaron a Theresienstadt para ocultar la naturaleza de las deportaciones. 3) En tercer lugar, funcionó para retener a los judíos de los grupos anteriormente mencionados. Se esperaba que las condiciones de pobreza que había allí aceleraran la muerte de muchos deportados, hasta que las SS y la policía pudieran deportar a los sobrevivientes a los centros de exterminio de la zona este.
Theresienstadt no fue ni un ghetto como tal ni estrictamente un campo de concentración. Funcionó como “asentamiento”, campo de reunión y campo de concentración, y por eso se lo reconoció como ghetto y campo de concentración. Fue un establecimiento único que logró funcionar como herramienta de engaño. ENGAÑO NAZI Theresienstadt tuvo una importante función propagandística para los alemanes. El propósito declarado públicamente de la deportación de los judíos desde Alemania era su “reasentamiento en el este”, donde los obligarían a realizar trabajos forzados. Como parecía poco convincente que los judíos ancianos pudieran realizar trabajos forzados, los nazis usaron el ghetto de Theresienstadt para ocultar la naturaleza de las deportaciones. En la propaganda nazi, se describía cínicamente a Theresienstadt como una “ciudad balnearia” donde los judíos alemanes ancianos podían “jubilarse” con seguridad. Sin embargo, las deportaciones a Theresienstadt eran parte de la estrategia de engaño nazi. Elghetto era en realidad un centro de reunión para la deportación aghettos y centros de exterminio en la Europa oriental bajo ocupación nazi. Los alemanes cedieron a la presión posterior a la deportación de judíos daneses a Theresienstadt y permitieron que la Cruz RojaInternacional visitara el campo en junio de 1944. Todo fue un estudiado engaño. Los alemanes intensificaron las deportaciones desde el ghetto poco antes de la visita, y “embellecieron” el lugar. Crearon jardines, pintaron las casas y renovaron los cuarteles. Los nazis organizaron eventos sociales y culturales para los dignatarios visitantes. Una vez que terminó la visita, los alemanes reanudaron las deportaciones desde Theresienstadt, que continuaron hasta octubre de 1944. DEPORTACIONES DESDE THERESIENSTADT A partir de 1942, las autoridades de las SS deportaron a los judíos desde Theresienstadt a otros ghettos, campos de concentración y campos de exterminio en la Europa oriental bajo ocupación nazi. Las autoridades alemanas asesinaban a los judíos cuando llegaban a los ghettos de Riga, Varsovia, Lodz, Minsk y Bialystok, o los deportaban a los campos de exterminio. También salían transportes de Theresienstadt directamente hacia los campos de exterminio de Auschwitz, Majdanek y Treblinka. Decenas de miles de personas morían en el ghetto, en su mayoría a causa de enfermedades o de hambre. En 1942, la tasa de mortalidad dentro del ghetto fue tan alta que los alemanes construyeron, en la parte sur, un crematorio con capacidad para recibir casi 200 cuerpos por día.
De los aproximadamente 140.000 judíos trasladados a Theresienstadt, cerca de 90.000 fueron deportados a otros puntos de la zona este, donde encontrarían la muerte casi con seguridad. Unas 33.000 personas murieron en Theresienstadt.
VIDA CULTURAL EN THERESIENSTADT A pesar de las terribles condiciones de vida y la constante amenaza de deportación, Theresienstadt tenía una desarrolladavida cultural. Destacados artistas judíos, principalmente procedentes de Checoslovaquia, Austria y Alemania, creaban dibujos y pinturas, algunos de ellos descripciones clandestinas de la cruel realidad del ghetto. Escritores, profesores, músicos y actores daban conferencias, conciertos y funciones de teatro. En el ghetto había una biblioteca con más de 60.000 volúmenes. Quince mil niños pasaron por Theresienstadt. Aunque estaba prohibido, asistían a la escuela. Hacían pinturas, escribían poesías e intentaban mantener de alguna manera un vestigio de normalidad. Aproximadamente el 90 por ciento de esos niños perecieron en campos de exterminio. THERESIENSTADT: "ASENTAMIENTO DE RETIRO" PARA JUDÍOS ALEMANES Y AUSTRIACOS
La deportación de los judíos de Hanau, cerca de Frankfurt am Main, al ghetto de Theresienstadt. Hanau, Alemania, el 30 de mayo de 1942. — US Holocaust Memorial Museum Antes de junio de 1942, los judíos del Protectorado eran los únicos “residentes” del campo-ghetto de Theresienstadt. Comenzando con un transporte de 50 judíos de Berlín que llegaron el 2 de junio de 1942, las autoridades alemanas deportaron a Theresienstadt judíos de Alemania, Austria, Danzig, Luxemburgo y los Sudetes. En 1942, llegaron 47.478 judíos a Theresienstadt procedentes del Gran Reich alemán (32.878 de Alemania, 13.922 de Austria, 213 de Luxemburgo, 110 de Danzig y 355 de los Sudetes). En 1943, llegaron 5.398 judíos al campo-ghetto de Theresienstadt procedentes del Reich (5.281 de Alemania, 96 de Luxemburgo, 17 de los Sudetes y 4 de Danzig). En 1944, el campo-ghetto recibió a 1.983 judíos del Reich (1.671 de Alemania, 227 de Austria, 81 de los Sudetes, 3 de Danzig y 1 de Luxemburgo). Finalmente, hasta el 20 de abril de 1945, en ese año 2.134 judíos del Gran Reich alemán fueron deportados a Theresienstadt (1.954 de Alemania, 158 de los Sudetes y 22 de Austria). En total, entre el 2 de junio de 1942 y el 20 de abril de 1945, llegaron 58.087 judíos a Theresienstadt
procedentes del Gran Reich alemán (41.783 de Alemania, 15.266 de Austria, 611 de los Sudetes, 310 de Luxemburgo y 117 de Danzig). De estos 58.087 judíos del Gran Reich alemán, los alemanes deportaron a 23.670 (16.098 de Alemania, Danzig, los Sudetes y Luxemburgo; y 7.572 de Austria), cerca del 41%, a centros de exterminio en el este.
Si bien las deportaciones desde y hacia Theresienstadt ilustran su función principal como campo de tránsito, las instalaciones también funcionaron como ghetto. Aunque en este campo encarcelaban a los judíos, a diferencia de los campos de concentración y tránsito reales, vivían allí bajo una administración judía. Hasta enero de 1943, Jakob Edelstein presidió el Consejo de Ancianos, aunque en el otoño de 1942, se vio ensombrecido y fue maniobrado por los líderes alemanes y austriacos. En enero de 1943, Adolf Eichmann, con la intención de mantener el liderazgo judío dividido y en consecuencia pasivo, decidió designar a Paul Eppstein de Berlín y Benjamin Mermelstein de Viena para formar parte de un triunvirato del Consejo, con Eppstein como único enlace con la administración de las SS. Si bien el Consejo Judío de Ancianos le debía totalmente a las autoridades alemanas la implementación de órdenes y las selecciones para las deportaciones, el Consejo Judío de Ancianos funcionaba como una autoridad cuasi municipal, además de la administración de un campo de trabajos forzados. El Consejo organizaba los servicios municipales, como vivienda, electricidad y agua, servicios sanitarios y de aguas residuales, vigilancia, y servicios religiosos, judiciales y postales. También funcionaba como cuerpo de coordinación central para organizar al personal en destacamentos de trabajo.
Entre las cuadrillas en las que trabajaban los “residentes” de Theresienstadt había varios talleres dentro del campo-ghetto, por ejemplo, de carpintería, artículos de cuero, sastrería y tiendas de máquinas. El consejo asignó mujeres para que trabajaran en la cocina, limpiaran los cuarteles y las habitaciones comunes, trabajaran en las huertas del campo-ghetto y se desempeñaran como enfermeras o camilleras en las llamadas “salas de enfermos”. Los “residentes” menos afortunados trabajaban fuera del campo en proyectos de construcción y en las minas cercanas a Kladno, en su mayoría bajo la supervisión directa de las SS y la policía. Por último, el Consejo de Ancianos organizaba actividades educativas, eventos culturales y celebraciones religiosas. Como las SS se ocupaban poco de lo que sucedía dentro del campo-ghetto o de lo que hacían los “residentes” en su tiempo libre (Freizeitgestaltung) siempre y cuando esto no implicara subversión, sabotaje o
violación de las reglas del campo-ghetto, el Consejo tenía una importante autonomía para la organización de estos eventos. En todos estos elementos, incluido el hecho de que los prisioneros usaban ropas civiles, Theresienstadt se parecía más a un ghetto que a un campo de concentración. Por supuesto, esta autonomía tenía una terrible desventaja: el Consejo de Ancianos tenía autonomía para racionar los alimentos, los cuales destinaba a quienes podían trabajar, y hacía que los ancianos y los discapacitados quedaran más vulnerables a la enfermedad y el hambre. Más grave aún era el criterio de los miembros del Consejo para elegir a quiénes deportarían y quiénes se quedarían; es decir, quién tendría posibilidad de vivir y quién moriría. Los líderes judíos se manejaron con la suposición de que la productividad laboral y la obediencia a los alemanes facilitaría el desarrollo de Theresienstadt en una ciudad judía modelo y permitiría la supervivencia de la mayoría de sus habitantes, una ilusión a la que se aferraron algunos “residentes” del ghetto aun después de las primeras deportaciones en enero de 1942. La administración de las SS demostró iniciativa en la manipulación. Para mantener la ilusión local, las autoridades alemanas regionales tranquilizaron a los ancianos, veteranos de guerra y personajes destacados con artimañas como contratos de compra de viviendas, “depósitos” para alquileres y transporte, incentivos para que los futuros “residentes” firmaran pólizas de seguros de vida para el estado alemán. Después de su llegada a mediados de 1942, los judíos alemanes y austriacos se convirtieron en la mayoría de los residentes “permanentes” de Theresienstadt, pues gran parte de los judíos checos ya habían sido deportados hacia el este. En agosto de 1942, los alemanes permitieron que se creara un banco de administración judía con billetes especiales en los cuales estaba Moisés con las tablas de la ley en sus manos. Durante la segunda mitad de 1942, la administración de las SS puso fondos de los bienes judíos confiscados en manos del Consejo de Ancianos para financiar las mejoras. No obstante, el oscuro telón de fondo de las deportaciones estaba siempre presente detrás de los esfuerzos para que las instalaciones fueran un lugar llevadero para su población promedio de 45.000 habitantes.
En el verano de 1942, con Theresienstadt temporalmente casi vacío, el Consejo de Ancianos asignó varios hogares para alojar a los niños. Un legado espiritual de gran importancia del campo-ghetto y su administración fue la atención prestada al bienestar y la educación de los niños. Se tenía la esperanza de mantener a los niños separados de los adultos y reducir de esta manera la vulnerabilidad de los pequeños a la depresión y la desesperación. En general, gracias a estos esfuerzos, los niños tuvieron mejor alojamiento y comida que los adultos, y tuvieron la oportunidad de aprender de algunos
de los más sofisticados pedagogos y maestros de la Europa Central de habla alemana, quienes estaban entre los judíos destacados que llegaban a Theresienstadt. De hecho, 247 niños nacieron en el campo-ghetto entre noviembre de 1941 y el 20 de abril de 1945, y cinco más durante las dos últimas semanas de la guerra. Algunos de los esfuerzos realizados por los niños fueron brindarles educación y aliento para que hallaran consuelo y pulieran sus habilidades en el dibujo y la pintura. Se sabe que cerca de 600 de los casi 10.000 niños que ingresaron a Theresienstadt en algún momento dibujaron o pintaron obras bajo la guía de maestros como el famoso artista judío austriaco Friedl Dicker-Brandeis.
THERESIENSTADT: CAMPO DE TRÁNSITO Y CAMPO DE CONCENTRACIÓN PARA JUDÍOS ALEMANES Y AUSTRIACOS Por debajo de los esfuerzos por sobrellevar una vida con las más difíciles condiciones acechaba la cruel realidad de Theresienstadt: su función como campo de concentración y como campo de tránsito de camino a los centros de exterminio del este.
En su capacidad pico, en septiembre de 1942, Theresienstadt retuvo a aproximadamente 60.000 prisioneros metidos en una zona con calles de poco más de 640 metros de largo. Las provisiones de comida y medicamentos apenas alcanzaban para sobrevivir prolongados períodos, especialmente para los ancianos y las personas de salud delicada.
Las SS y la policía comenzaron a deportar judíos checos desde Theresienstadt el 9 de enero de 1942. Durante los diez meses siguientes, 32 transportes llevaron a 42.005 personas, la mayoría de ellos judíos del Protectorado, desde Theresienstadt a lugares de la zona este. Los destinos fueron: Riga, Letonia (12 de enero, 19 de enero y 20 de agosto de 1942); Minsk y Baranoviche (actualmente, Baranavichy), Bielorrusia (17 y 31 de julio, 4 y 25 de agosto, 8 y 22 de septiembre); Raasiku, Estonia (5 de septiembre de 1942); los campos-ghettos de Izbica y Piaski en el distrito de Lublin del Generalgouvernement (11 y 17 de marzo, 1 y 23 de abril); otros lugares en el distrito de Lublin (Rejowiec, 18 de abril de 1942; Zamosc, 28 y 30 de abril de 1942; Siedliszcze, 9 de mayo de 1942; Lublin, 17 de mayo de 1942 y Ujasdow, 25 de mayo de 1942); el ghetto de Varsovia (25 de abril de 1942) y directamente al centro de exterminio de Treblinka (18, 21, 23, 26 y 29 de septiembre y 5, 8, 15, 19 y 22 de octubre de 1942). Salvo una pequeña minoría de algunos de los transportes seleccionados para realizar trabajos forzados, los alemanes fusilaron a los judíos deportados a Letonia, Estonia y Bielorrusia en los centros de exterminio y trasladaron a los que llegaron
alGeneralgouvernement a los centros de exterminio de Belzec,Sobibor y Treblinka. De los 2.003 judíos checos que llegaron a Riga en enero, solo 128 sobrevivieron a la guerra; las SS y la policía fusilaron a la mayoría de los demás poco después de su llegada. Asimismo, la gran mayoría de los 12.003 judíos checos deportados al Generalgouvernement entre marzo y mayo de 1943 murieron en las cámaras de gas de los centros de exterminio de la Operación Reinhard o en los centros de trabajo del campo de concentración de Lublin/Majdanek y otros campos de trabajos forzados para judíos en el distrito de Lublin. Incluso después de la llegada de los primeros judíos alemanes, dos transportes de judíos checos, cada uno con 1.000 personas, salieron de Theresienstadt hacia el Generalgouvernement los días 12 y 13 de junio de 1942. Si bien no hay pruebas que documenten el destino de la mayoría de ellos (se sabe que 85 hombres seleccionados del transporte del 13 de junio murieron en Lublin/Majdanek), es probable que el destino de estos dos transportes haya sido Sobibor. Se desconoce si alguna de las personas de esos dos transportes sobrevivió. De los 18 transportes que fueron hacia los estados bálticos, Bielorrusia y Treblinka entre el 14 de julio de 1942 y el 22 de octubre de 1942, llevando a 25.004 personas, entre ellas por primera vez judíos de Alemania y Austria, se sabe solo de 55 personas que sobrevivieron (45 de ellas sobrevivieron a los fusilamientos de Raasiku). De los 42.005 judíos deportados desde Theresienstadt hacia el este entre el 9 de enero y el 22 de octubre de 1942, hasta donde se conoce, sobrevivieron solo 224 personas (aproximadamente el 0,5 por ciento), y más de la mitad de ellos estaban entre los deportados a Riga en enero.
A fines del verano de 1942, las SS y la policía ya habían completado la deportación de la mayoría de los judíos checos y habían establecido la creciente importancia del complejo de campos de concentración de Auschwitz, incluido Auschwitz II (AuschwitzBirkenau), para la aniquilación de los judíos europeos y la explotación de la capacidad laboral de una minoría a la que escogían para sobrevivir temporalmente. A partir de ese momento, las SS deportaron a los judíos alemanes, austriacos y checos sobrevivientes a Auschwitz, donde las posibilidades de sobrevivir, si bien eran mínimas, seguían siendo un poco mejor que en los estados bálticos, Bielorrusia y el Generalgouvernement. El 26 de octubre de 1942, menos de 48 horas después de la llegada del último transporte procedente de Theresienstadt con rumbo a Treblinka, las SS enviaron el primer transporte a Auschwitz, con 1.866 personas. Cuando llegó el transporte, las autoridades de las SS seleccionaron a 247 personas, en su mayoría hombres, para registrarlos como prisioneros, y mataron a las otras 1.619 personas en las cámaras de gas.
Entre el 26 de octubre de 1942 y el 28 de octubre de 1944, los alemanes deportaron a 46.750 judíos desde Theresienstadt a Auschwitz en 27 transportes. Los primeros doce transportes, que llevaron entre 20.168 y 20.204 pasajeros, llegaron a Auschwitz entre el 26 de octubre de 1942 y el 20 de marzo de 1944. En un esfuerzo por “limpiar” a Theresienstadt para recibir a los visitantes de la Cruz Roja esperados en junio de 1944, las SS deportaron a 7.503 habitantes del ghetto a Auschwitz en tres transportes (15, 16 y 18 de mayo de 1944). La visita de la Cruz Roja en junio trajo un período de calma en las deportaciones desde mediados de mayo hasta fines de septiembre de 1944: las SS enviaron 10 judíos a Auschwitz el 2 de julio de 1944. Las autoridades del campo los registraron a todos como prisioneros. El período de calma terminó el 28 de septiembre. Entre el 28 de septiembre y el 28 de octubre de 1944, las SS transportaron a 18.402 judíos desde Theresienstadt a Auschwitz en 11 transportes. Solo 1.574 sobrevivieron a la guerra. A fines de octubre, quedaban 11.077 “residentes” en Theresienstadt. Durante los siguientes seis meses, hasta el 15 de abril de 1945, 3.432 judíos alemanes y austriacos fueron deportados a Theresienstadt.
A pesar de todos los esfuerzos del Consejo de Ancianos Judíos y los habitantes del campo-ghetto para pasar de la mejor manera posible por una situación atroz, las condiciones de vida en elghetto con respecto a provisiones de alimentos, medicamentos, mantenimiento de las estructuras residenciales, provisión de servicios básicos y superpoblación en un espacio reducido provocaron una tasa de mortalidad en el campo-ghettocomparable a la de campos de concentración del Reich comoDachau y Buchenwald. En 1942, la tasa de mortalidad dentro delghetto se aceleró tan drásticamente que los alemanes construyeron, en la parte sur, un crematorio con capacidad para recibir casi 200 cuerpos por día. Entre el 24 de noviembre de 1941 y el 20 de abril de 1945, 141.184 personas vivieron en el campo-ghetto en algún momento. De los aproximadamente 88.323 judíos a los que deportaron los alemanes, unos 3.500 sobrevivieron a la guerra. Otros 33.521 ”residentes” de Theresienstadt murieron en el ghetto a causa de enfermedades, hambre, exposición al frío o mientras realizaban trabajos forzados sin ropa, alimento ni equipos adecuados. Al saldo de muertos deben agregarse 430 personas que murieron después de que la Cruz Roja Internacional se hiciera cargo de proporcionar alimentos a los prisioneros a principios de mayo de 1945, y otras 1.137, que murieron durante el mes posterior a la liberación. La cantidad total de muertos en Theresienstadt fue de 35.088 personas. A pesar de que la cantidad de ancianos que pasaron por Theresienstadt aumentó el porcentaje de prisioneros vulnerables a las condiciones impuestas por las SS, esta cantidad de muertes, particularmente en consideración de la tasa de supervivencia de las
deportaciones, refleja la realidad de la vida cotidiana que expuso la ficción creada por las SS como la falsedad brutal y cínica que realmente era. THERESIENSTADT: CAMPO DE TRÁNSITO PARA LOS JUDÍOS CHECOS
Parche triangular rojo que debía usar el prisionero político checo Karel Bruml en Theresienstadt. La letra "T" significa "Tscheche" ("checo", en alemán). — USHMM, courtesy of Charles and Hana Bruml
A partir del 15 de marzo de 1939, la comunidad religiosa judía en Praga determinó que aproximadamente 125.000 judíos, según lo “definido” en las Leyes Raciales de Núremberg de 1935, vivían en el territorio del Protectorado de Bohemia y Moravia. En contraste, el 1 de octubre de 1941, la comunidad religiosa judía pudo identificar a 88.105 personas, una reducción de 37.000, debido principalmente a la emigración legal (26.000) e ilegal (5.000 a 6.000). Más de la mitad vivía en Praga. Inicialmente, los líderes de la comunidad de Praga recibieron con agrado la existencia del campo-ghetto de Theresienstadt, creyendo que la concentración de los judíos checos en tierra checa era preferible a la deportación al este. Antes del establecimiento del campo-ghetto, los alemanes habían deportado a cerca de 6.000 judíos checos en seis transportes: cinco desde Praga alghetto de Lodz, y uno desde Brno a Minsk, Bielorrusia. En diciembre de 1941, las SS designaron al líder sionista Jacob Edelstein como presidente del Consejo Judío de Ancianos en el campo-ghetto. Cuando Edelstein llegó a Theresienstadt el 4 de diciembre de 1941, él y sus colaboradores estaban decididos a evitar más deportaciones al este. Para esto organizaron una comunidad productiva con fondos propios que a los alemanes les resultaría indispensable para su participación en la guerra. Entre el 24 de noviembre de 1941 y el 15 de abril de 1945, las autoridades alemanas deportaron a Theresienstadt entre 73.608 y 73.958 judíos que vivían en el Protectorado de Bohemia y Moravia. Los deportados llegaron en 98 trenes, en grupos de tantas como 1.000 o tan pocas como 50 personas. Algunos judíos del Protectorado llegaron en grupos aun más pequeños, o individualmente.
En 1941, 7.365 judíos del Protectorado llegaron a Theresienstadt. Durante 1942, el año pico de la implementación de la política de la“solución final” de los nazis, 54.627 judíos del Protectorado llegaron a Theresienstadt. En 1943, Theresienstadt alojó a otras 7.877
personas procedentes del Protectorado; en 1944, solo a 420; y finalmente, en 1945, a 3.669. Antes de junio de 1942, los judíos del Protectorado eran los únicos “residentes” de Theresienstadt. Esto cambió en 1942: comenzando con un transporte de 50 judíos de Berlín que llegaron el 2 de junio de 1942, las autoridades alemanas deportaron a Theresienstadt judíos de Alemania, Austria, Danzig, Luxemburgo y los Sudetes. Entre el 15 de octubre de 1941 y el 27 de octubre de 1944, las SS y la policía alemana deportaron entre 75.000 y 80.000 judíos checos de Bohemia y Moravia a centros de exterminio o campos de trabajos forzados en el Generalgouvernment*, los estados bálticos bajo ocupación alemana, Bielorrusia bajo ocupación alemana y elghetto de Lodz. Los alemanes deportaron 60.382 judíos del Protectorado por Theresienstadt a centros de exterminio y campos de trabajos forzados en el este. Estos 60.382 judíos representaban cerca del 82% de la cantidad total de personas llegadas al campo-ghetto. Según se conoce, menos de 3.100 de estos deportados sobrevivieron. Además, 6.152 judíos checos murieron en el ghetto, por lo cual posiblemente hayan quedado unos 7.000 sobrevivientes judíos checos en mayo de 1945. Theresienstadt cumplió con una escalofriante eficacia su función como estación de tránsito para los centros de exterminio. THERESIENSTADT: ESTRUCTURA DE LAS SS Y LA POLICÍA A diferencia de los campos del sistema de campos de concentración, el “campo-ghetto” de Theresienstadt estaba subordinado a las autoridades de las SS que hacían funcionar la sucursal de Praga de la Oficina Central de Emigración Judía. Esto reflejó el estado especial de Theresienstadt como estación de tránsito. El primer teniente coronel de las SS, Siegfried Seidl, que estaba a cargo de establecer y comandar el campo-ghetto, denunció directamente al jefe de esa oficina, el capitán de las SS Rolf Günther. Günther, por su parte, denunció a Adolf Eichmannen la Oficina Principal de Seguridad del Reich (RSHA) IV B 4 en Berlín. Como instalación administrada por las SS y la policía, Theresienstadt también estaba bajo el mando del líder de las SS y la policía en Praga, el teniente general de las SS Karl Hermann Frank. Seidl fue comandante desde el 24 de noviembre de 1941 hasta el 3 de julio de 1943. El primer teniente coronel de las SS Anton Burger reemplazó a Seidl y se desempeñó como comandante de Theresienstadt hasta enero de 1944. El primer teniente coronel de las SS Karl Rahm reemplazó a Burger, y siguió siendo comandante hasta que las SS abandonaron el campo el 5 de mayo de 1945.
En los cuarteles del comandante se empleó a 28 miembros y/o candidatos a miembros de las SS. Las autoridades y los oficiales no comisionados eran empleados de la RSHA. Los hombres reclutados, entre ellos asistentes administrativos y choferes, eran
principalmente de etnia alemana procedentes de Eslovaquia. Además, los cuarteles del comandante emplearon a 18 civiles, en general residentes locales, de etnia alemana y checa, en una variedad de puestos (cocineros, electricistas, choferes, etc.).
Un Departamento Checo Especial de Gendarmería (Gendarmerie-Sonderabteilung) reclutado por el Destacamento Provincial de Gendarmería de Bohemia que contaba con 150 a 170 hombres, proporcionó los guardas del perímetro para el campo-ghetto de Theresienstadt. El capitán de gendarmería Theodor Janecek comandó el Destacamento Especial desde noviembre de 1941 hasta fines de agosto de 1943; el teniente coronel de gendarmería Miroslaus Hasenkopf lo reemplazó el 1 de septiembre de 1943. Con el fin de evitar el desarrollo de contactos entre los prisioneros judíos y los guardas checos, las SS ordenaron al Destacamento Provincial de Bohemia que rotara con frecuencia el personal del departamento especial. El departamento alemán de policía política (Geheime Staatspolizei-Gestapo) estableció un cuartel de interrogación-inteligencia en el Pequeño Fuerte, ubicado frente al río Ohre desde el campo-ghetto. Este cuartel estaba especialmente dirigido a lo que se consideraba el “peligro para el Reich” representado por los habitantes del campoghetto. Además de identificar y eliminar cualquier posibilidad de resistencia, el Pequeño Fuerte funcionó como una prisión de la Gestapo y como cuartel para evaluar la inteligencia sobre lo que estaba sucediendo en el campo-ghetto y sus alrededores. Si bien la mayoría de los encarcelados y torturados en el Pequeño Fuerte eran prisioneros políticos no judíos, los oficiales de la Gestapo también arrestaron, encarcelaron y mataron judíos allí, principalmente desde Litomerice y otras ciudades de los Sudetes y Bohemia. Diecisiete de los prisioneros judíos que sobrevivieron a su experiencia en el Pequeño Fuerte fueron enviados por el río a Theresienstadt (once en 1942, cinco en 1943 y uno en 1944). THERESIENSTADT: FUNDACIÓN El emperador austriaco José II fundó la plaza fuerte de Theresienstadt (actualmente: Terezín) el 22 de septiembre de 1784. Le puso el nombre de su madre, la emperatriz María Teresa. La plaza fuerte estaba ubicada a aproximadamente 1,6 kilómetros al sudeste de la ciudad de Leitmeritz (actualmente: Litomerice). Funcionó como pequeña base militar para la Monarquía de los Habsburgo hasta 1918 y después para la Primera República Checoslovaca hasta 1938.
Cuando los alemanes ocuparon los Sudetes en octubre de 1938 después del Pacto de Munich del 29 de septiembre de ese mismo año, la nueva frontera incluía a Litomerice
dentro del Gran Reich alemán y Theresienstadt estaba en lo que quedaba del estado checoeslovaco.
Después de que ocuparon el resto de las provincias checas de Bohemia y Moravia, y las reorganizaron en el Protectorado de Bohemia y Moravia en marzo de 1939, los alemanes usaron la ciudad como base militar hasta fines del verano de 1941. En 1941, la base albergó a aproximadamente 3.500 soldados y 3.700 civiles. Prácticamente todos los adultos civiles empleados trabajaban para los militares.
Cuando las SS y la policía alemana estaban planificando las primeras deportaciones de judíos alemanes, austriacos y checos a lugares del este (entre ellos Lodz, Riga, Kovno y Minsk) a principios de octubre de 1941, decidieron convertir a Theresienstadt en un campo de tránsito-ghetto. En una reunión secreta en la que participaron Adolf Eichmann, jefe del Departamento IV B 4 (judíos) de la Oficina Principal de Seguridad del Reich, y el capitán de las SS Rolf Günther, jefe del “Centro para la Emigración Judía” de Praga (fundado en el verano de 1939), el jefe de la RSHA Reinhard Heydrich expresó su preferencia por el centro de Theresienstadt como primera estación para los judíos de Bohemia y Moravia. Con la autorización de Hitler, las SS ahora tenían la intención de deportarlos a la Polonia, Bielorrusia y los estados bálticos bajo ocupación alemana. El 30 de octubre de 1941, Heydrich encomendó al primer teniente coronel de las SS Siegfried Seidl la responsabilidad de establecer y comandar el campoghetto planificado. Después de recibir instrucciones de Eichmann y Günther, Seidl negoció con las autoridades militares alemanas para obtener el centro para las SS. Trasladaron a los soldados y reasentaron a los civiles. El 19 de noviembre, Seidl ordenó a los líderes de la Comunidad Religiosa Judía de Praga, incluido el vicepresidente, Jacob Edelstein, que entregaran a 1.000 miembros de la comunidad como trabajadores para el reacondicionamiento de las barracas en un “asentamiento” para judíos. Al mediodía del 24 de noviembre de 1941 llegaron los primeros 1.000 judíos a Theresienstadt. Heydrich, el jefe de la RSHA, anunció la función de Theresienstadt como “asentamiento” para ciertas categorías de judíos a los funcionarios de las SS, el estado y el partido nazi reunidos en la casa de Wannsee el 20 de enero de 1942 para hablar sobre la implementación de la “solución final”. Declaró que los judíos mayores de 65 años que vivían en Alemania y Austria no serían “evacuados” hacia el este para “trabajar”, sino que serían “trasladados a un ghetto para ancianos” en Theresienstadt. También serían “trasladados” los judíos alemanes y austriacos veteranos de la Primera Guerra Mundial que cumplieran con al menos uno de dos criterios: gravemente discapacitados debido a
heridas de guerra y/o veteranos que recibieron la Cruz de Hierro Primera Clase o superior. Heydrich observó clara y cínicamente el papel que Theresienstadt debía desempeñar para las explicaciones oficiales de la política de solución final dentro del Reich: esta “solución práctica” iba a “eliminar de una sola vez las muchas intervenciones [a favor de estos judíos]”. Heydrich ordenó más tarde que Theresienstadt no debería adaptarse al llamado Mischlinge (cónyuges judíos de alemanes no judíos y la descendencia de dichos matrimonios). Después de la muerte de Heydrich, se agregó una tercera categoría de judíos a la lista de idoneidad para Theresienstadt: judíos destacados, especialmente artistas, músicos y otras figuras culturales cuya desaparición en un centro de exterminio podría generar preguntas en sus comunidades o incluso en el extranjero.
Desde sus comienzos, entonces, Theresienstadt debía cumplir con una doble función: campo de tránsito para los judíos de Bohemia y Moravia y “comunidad de retiro” para los judíos ancianos y los veteranos de guerra discapacitados o condecorados. En la propaganda nazi, se describía cínicamente a Theresienstadt como una “ciudad balnearia” donde los judíos alemanes ancianos podían “jubilarse” con seguridad. Las SS inventaron la ficción de Theresienstadt principalmente para que dentro de Alemania y Austria se sostuviera otra ficción sobre las deportaciones (que el Reich estaba deportando a sus habitantes judíos para que “trabajaran” en el este) y para responder específicamente a los ciudadanos del Reich que se preguntaban públicamente cómo los ancianos y los veteranos de guerra gravemente discapacitados podrían ser productivos para trabajar en el este. No obstante, en ocasiones, cuando lo creyó políticamente conveniente, Himmler usó la ficción para los extranjeros también, por ejemplo en su conversación con el dictador italiano y aliado del Eje Benito Mussolini en octubre de 1942, cuando describió a Theresienstadt como un ghetto donde los ancianos podían obtener sus pensiones y beneficios, para vivir de acuerdo con sus propios deseos. Theresienstadt también tuvo una tercera función: un campo de tránsito a largo plazo, porque las autoridades alemanas de los judíos alemanes y austriacos afirmaron que su propósito era proteger, ya que las condiciones dentro del campo-ghettocontribuyeron a la alta tasa de mortalidad, inusual y claramente intencionada, de sus residentes. THERESIENSTADT: OTROS PRISIONEROS Además de los judíos del Gran Reich alemán y el Protectorado, después de junio de 1942 fueron enviados a Theresienstadtpequeños grupos de prisioneros judíos de otros países bajo ocupación alemana.
En el grupo más grande había 4.894 holandeses y tres franceses que fueron transportados desde los Países Bajos en 1943 y 1944, en su mayoría desde el campo de tránsito de Westerbork, pero también de Bergen-Belsen. Muchos de los 297 judíos que llegaron a Theresienstadt procedentes de los Países Bajos en 1943 eran en realidad alemanes o austriacos que habían emigrado a los Países Bajos durante la década de 1930. Las SS deportaron a 3.010 judíos holandeses (61,5 por ciento) a Auschwitz; al menos otros 169 murieron en el campo-ghetto de Theresienstadt antes del 15 de abril de 1945. Aproximadamente 1.500 sobrevivieron. En agosto de 1943, las unidades de las SS y la policía que se desplegaron en la destrucción del ghetto de Bialystok, capturaron a varios miles de judíos que se habían ocultado. Dividieron a los prisioneros por edad (adultos y niños), y luego separaron a los hombres y las mujeres adultos. Fusilaron a los adultos mientras los identificados como niños, la mayoría menores de 14 años, observaban. Como los niños mayores tenían conocimiento de los fusilamientos masivos y las deportaciones del ghetto y de rumores precisos sobre las cámaras de gas, las autoridades del campoghetto encarcelaron a todos los niños en un cuartel aislado, y eligieron a 53 residentes del campo-ghetto, entre ellos un médico, varias enfermeras y Ottilie Kafka, la hermana del destacado escritor judío checo Franz Kafka, para que cuidaran de los niños. Los 53 cuidadores también estaban aislados en un cuartel cuidadosamente vigilado para que no pudieran transmitir la información de su traumatizada responsabilidad a otros prisioneros del campo-ghetto. El 5 de octubre de 1943, por motivos igualmente confusos, pero más coherentes con la política alemana, las SS colocaron a los 1.196 niños sobrevivientes y sus 53 cuidadores en un transporte que los llevó a Auschwitz. Ninguno de los niños ni sus cuidadores sobrevivieron. Después del esfuerzo frustrado de las autoridades alemanas por capturar y deportar a la población judía de Dinamarca a principios de octubre de 1943, la policía alemana envió en barco a los 456 de los 476 judíos daneses que capturaron a Theresienstadt, donde vivieron en un complejo separado. Los 20 daneses restantes llegaron a Theresienstadt en 1944 de los campos de concentración de Ravensbrück y Oranienburg. Los prisioneros daneses se beneficiaron con la obstinada perseverancia con que las autoridades danesas molestaron a las autoridades alemanas para que permitieran que se enviaran provisiones a los prisioneros y permitieran que los representantes de la Cruz Roja danesa visitaran Theresienstadt. De los 476 judíos daneses, 423 sobrevivieron a la guerra. Otros 52 murieron en el campo y uno fue deportado, se supone que a Auschwitz.
THERESIENSTADT: ÚLTIMAS SEMANAS, LIBERACIÓN Y PRUEBAS DE LA POSGUERRA
Las SS y la policía usaron el levantamiento eslovaco como oportunidad para arrestar a los últimos judíos eslovacos. A fines de 1944, poco después del colapso de la sublevación, las SS y la policía trasladaron a 416 judíos eslovacos del campo de tránsito de Sered a Theresienstadt, ya que las tropas soviéticas habían cortado las líneas ferroviarias y las rutas que iban hacia Auschwitz. Otros 1.031 judíos eslovacos llegaron a principios de abril de 1945, después de la evacuación de Sered. El 8 de marzo de 1945, llegaron a Theresienstadt entre 1.070 y 1.150 judíos húngaros que habían sido deportados a la frontera austriaca el otoño anterior. Además 37 eslovacos y 35 húngaros murieron antes del 15 de abril de 1945. En diciembre de 1944, las SS reconstituyeron el Consejo de Ancianos Judíos en Theresienstadt. Jacob Edelstein, representante de los judíos del Protectorado, había sido deportado a Auschwitz en el transporte del 15 de diciembre de 1943; las SS lo fusilaron allí el 20 de junio de 1944. Las SS fusilaron a Paul Eppstein, representante de los judíos alemanes, en Theresienstadt el 27 de septiembre de 1944, en vísperas de la última ola de deportaciones a Auschwitz. De esta manera, Benjamin Murmelstein, representante de los judíos austriacos, asumió el liderazgo del Consejo solo, con Leo Baeck como segundo mandatario.
En 1945, con la esperanza de usar los prisioneros sobrevivientes de Theresienstadt para regatear en las negociaciones abiertas con las potencias occidentales, el Reichsführer de las SS Heinrich Himmler, el Jefe de la Policía de Seguridad Ernst Kaltenbrunner y otros líderes de las SS aceptaron, como símbolo de buena fe, la liberación de 1.200 prisioneros de Theresienstadt a cambio de cinco millones de francos suizos aportados por organizaciones judías en una cuenta de depósito en garantía en Suiza. Los 1.200 judíos (523 alemanes, 433 holandeses, 153 austriacos y 91 del Protectorado) llegaron a Suiza el 5 de febrero de 1945. La noche del 14 al 15 de abril de 1945, las SS permitieron que el personal de la Cruz Roja sueca se llevara a los 423 judíos daneses sobrevivientes de Theresienstadt en camiones con destino a Dinamarca.
Entre el 20 de abril y el 2 de mayo de 1945, Theresienstadt perdió su singularidad con la masiva llegada al campo-ghetto de entre 13.500 y 15.000 prisioneros de otros campos y subcampos de concentración (principalmente Buchenwald y Gross-Rosen). La mayoría eran judíos, pero no todos. Más de 9.000 tenían ciudadanía polaca o húngara antes de la Segunda Guerra Mundial. La cantidad total de prisioneros en Theresienstadt aumentó durante los 42 meses de su existencia a más de 154.000 personas. En mayo de 1945, la cantidad total de prisioneros en el campo superó los 30.000, de los cuales cerca de 17.000 habían estado allí antes del 20 de abril.
Después de visitar nuevamente el campo el 6 y el 21 de abril de 1945, la Cruz Roja Internacional se hizo cargo de su administración el 2 de mayo de 1945. Rahm, el comandante de las SS y el resto de los integrantes de la organización huyeron los días 5 y 6 de mayo. El disperso ejército alemán y las unidades de las SS siguieron combatiendo contra las fuerzas soviéticas en los alrededores del campo-ghetto, que pasó a ser parte del frente de batalla el 8 de mayo. Las tropas soviéticas ingresaron al campo el 9 de mayo y al día siguiente se hicieron cargo de sus prisioneros. A fines de agosto de 1945, la mayor parte de los anteriores prisioneros se había ido del campo, para ser reemplazados por las personas de etnia alemana arrestadas por las autoridades checas y soviéticas. Después de la guerra, las autoridades checas enjuiciaron a varios miembros del personal de las SS, entre ellos los comandantes Seidl y Rahm, quienes fueron condenados, sentenciados a muerte y ejecutados en Litomerice. El comandante Burger huyó a Alemania occidental y, si bien fue condenado a muerte por las autoridades checas en ausencia, se estableció en Essen, donde vivió con un nombre falso hasta su muerte en diciembre de 1991. De los comandantes de la gendarmería checa, Theodor Janecek murió en prisión esperando su juicio en 1946, mientras que un tribunal checo en Litomerice halló culpable de traición a Miroslaus Hasenkopf y lo sentenció a 15 años de reclusión. Hasenkopf murió en la prisión en 1951. THERESIENSTADT: VIDA CULTURAL Naturaleza muerta con un violín y una partitura tras las rejas de una prisión, dibujada en 1943 por Bedrich Fritta (1909-1945), artista judío checo que dibujó y pintó las condiciones del campo-ghetto de Theresienstadt. Fritta fue deportado a Auschwitz en octubre de 1944, donde murió una semana después de su llegada. — USHMM, courtesy of Edgar and Hana Krasa A pesar de las terribles condiciones de vida y la constante amenaza de deportación, Theresienstadt tenía una desarrollada vida cultural. Lo que caracterizó la vida cultural del campo-ghetto fue en primer lugar las actividades de miles de artistas profesionales y no profesionales, sus conciertos, funciones de teatro, obras de arte, lecturas de poesías y composición de obras musicales: una expansión de cultura paralela bajo condiciones terriblemente difíciles. Theresienstadt fue el único campo de concentración en el que se practicó la vida religiosa, en forma más o menos tranquila, comenzando con la celebración de la primera noche de Hanukkah a fines de diciembre de 1941. La biblioteca del ghettotenía más de 10.000 volúmenes en hebreo. Tanto dentro como fuera del marco de la “universidad abierta”, se dieron más de 2.300 conferencias (más de una por día de la existencia del campo-ghetto) sobre temas tan variados como arte, medicina, economía o historia judía.
El Requiem de Verdi se representó en Theresienstadt. El compositor Viktor Ullmann, alumno de Arnold Schönberg, escribió 20 obras musicales, aunque no pudo terminarlas a todas antes de su deportación en 1944. Otras figuras de importancia europea o mundial que fueron prisioneros en Theresienstadt son los compañeros compositores de Ullmann, Carlo S. Taube, Gideon Klein, Pavel Haas y Zigmund Schul; los artistas Bedrich Fritta (seudónimo para Fritz Taussig), Leo Haas, Felix Bloch, Max Placek y Peter Kien, quien fue también un talentoso poeta, al igual que Friedl Dicker-Brandeis; el arquitecto Norbert Troller; el teólogo-filósofo Leo Baeck; y el autor de libros y compositor de canciones para niños, Ilse Weber.
Muchos piensan que la ópera de Victor Ullmann, Der Kaiser von Atlantis; oder der Tod dankt ab (El emperador de la Atlántida, o La muerte abdica), escrita con la colaboración de Peter Kien, es una de las creaciones más importantes del legado espiritual de la era del Holocausto. Con igual emoción y reverencia se recuerda la ópera infantil del prisionero de Theresienstadt Hans Krása,Brundibár, que se representó 55 veces durante la existencia del campo-ghetto, y en una ocasión durante la visita de los representantes de la Cruz Roja Danesa e Internacional en 1944. Quizás el legado más precioso de Theresienstadt sea la colección de pinturas de niños, obra de arte que, más allá de su propio valor intrínseco, es testimonio del coraje de los niños y sus maestros, quienes siguieron viviendo, enseñando, pintando, aprendiendo, y teniendo esperanza, a pesar del constante temor de muerte violenta, un temor basado en una evaluación realista de la situación en que se encontraban. THERESIENSTADT: VISITA DE LA CRUZ ROJA
Fotografía de unos niños judíos en el ghetto de Theresienstadt tomada durante una inspección de la Cruz Roja Internacional. Antes de la visita de los miembros de la Cruz Roja Internacional, el ghetto fue "embellecido" con el fin de engañar a los visitantes. Checoslovaquia, 23 de junio de 1944. — Comite International de la Croix Rouge Los alemanes cedieron a la presión posterior a la deportación de judíos daneses a Theresienstadt, y permitieron que representantes de la Cruz Roja Danesa y la Cruz Roja Internacional visitaran el campo en junio de 1944. Todo fue un estudiado engaño. Los alemanes intensificaron las deportaciones desde el ghetto poco antes de la visita, y “embellecieron” el lugar. Crearon jardines, pintaron las casas y renovaron los cuarteles. Los nazis organizaron eventos sociales y culturales para los dignatarios visitantes. Una
vez que terminó la visita, los alemanes reanudaron las deportaciones desde Theresienstadt, que continuaron hasta octubre de 1944. Los líderes daneses, desde el rey Cristián hacia abajo, insistieron en que la Cruz Roja Danesa visitara a los deportados daneses para obtener información de primera mano sobre el trato que recibían en Theresienstadt. Los diplomáticos alemanes sintieron que la posición de su país en Dinamarca y Suecia iba a deteriorarse, al punto de perjudicar los intereses alemanes. Las Wehrmacht (fuerzas armadas alemanas) querían paz y calma en Dinamarca, y en Suecia los alemanes esperaban seguir importando los armamentos necesarios para la guerra. Bajo importante presión, la Oficina Principal de Seguridad del Reich (RSHA) aceptó estudiar el asunto y, a fines de 1943, ordenó a las autoridades del campo-ghetto de Theresienstadt que “prepararan” las instalaciones. Después de varios rodeos, la RSHA finalmente autorizó la visita de los representantes de la Cruz Roja Internacional y la Cruz Roja Danesa para junio de 1944 y ordenó al personal de las SS en Theresienstadt que completara los preparativos. Se tomaron bien estudiadas medidas para disimular las condiciones del ghetto y representar una atmósfera de normalidad. Las SS hicieron participar al Consejo de Ancianos Judíos y los “residentes” del campo-ghetto en un programa de “embellecimiento”. Los prisioneros crearon jardines, pintaron los complejos de viviendas, renovaron los cuarteles, y desarrollaron y pusieron en marcha programas culturales para entretenimiento de los dignatarios visitantes para convencerlos de que el “asentamiento de ancianos” era real. Las autoridades de las SS intensificaron las deportaciones de los judíos desde el ghetto para aliviar la superpoblación, y como parte de los preparativos en el campo-ghetto, 7.503 personas fueron deportadas a Auschwitzentre el 16 y el 18 de mayo de 1944. El 23 de junio de 1944, como estaba planeado, dos delegados de la Cruz Roja Internacional y uno de la Cruz Roja Danesa visitaron elghetto, acompañados por el comandante de Theresienstadt, primer teniente coronel de las SS Karl Rahm y uno de los que compartían el mando con él. Las instalaciones se habían “limpiado” y reacondicionado como un pueblo modelo. Entre las pistas que daban a entender que no todo estaba bien se encontraba el ojo morado del “alcalde” de la “ciudad”, papel desempeñado por Paul Eppstein, miembro del Consejo de Ancianos que representaba a los judíos alemanes. A pesar de estas pistas, los inspectores de la Cruz Roja Internacional fueron engañados. Esto se debió en parte a que ellos esperaban encontrarse con las condiciones de un ghetto polaco, con gente muerta de hambre en las calles y policías armados en el perímetro. La administración judía, bajo coacción de los alemanes, invitó a la delegación visitante a presenciar el juicio a una persona “acusada” de robo que “justo tenía lugar en ese momento”, a un partido de fútbol en el predio del campo lleno de multitudes
entusiastas y a una función de la ópera infantil Brundibár, representada en un salón que se había construido específicamente para esa ocasión. Como resultado de los preparativos para la visita de la Cruz Roja, el verano de 1944 fue, como escribió más tarde un sobreviviente, “el mejor momento que pasamos en Terezín. Nadie pensaba que se realizarían nuevos traslados”.
Como consecuencia de la inspección, las autoridades de las SS en el Protectorado produjeron una película que mostraba a los residentes del ghetto como prueba del buen trato que supuestamente se daba a los “residentes” judíos de Theresienstadt. En la propaganda nazi, se describía cínicamente a Theresienstadt como una “ciudad balnearia” donde los judíos alemanes ancianos podían “jubilarse” con seguridad. Cuando se terminó la película, las autoridades de las SS deportaron a la mayoría del “elenco” al centro de exterminio de Auschwitz-Birkenau. A pesar del esfuerzo realizado para la película de propaganda, las autoridades alemanas finalmente decidieron no proyectarla. LOS TRABAJOS FORZADOS
Prisioneros en un campo de trabajos forzados en el campo de concentración de Ravensbrueck. Alemania, entre 1940 y 1942. — US Holocaust Memorial Museum La ideología nazi mantenía que el trabajo manual duro era la mejor manera no solo de castigar a los opositores intelectuales sino también de “educar” a los alemanes a ser “conscientes racialmente” y apoyar los objetivos raciales del Nacional Socialismo. Desde la creación de los primeros campos de concentración y las instalaciones de detención en el invierno de 1933, los trabajos forzados -- a menudo humillantes y sin sentido, e impuestos sin equipo, ropa, alimentación, y descanso adecuados -- formaron una parte central del régimen de los campos de concentración.
Empezando en 1938, los nazis explotaron cada vez más los trabajos forzados de “los enemigos del estado” para obtener ganancias económicas y para satisfacer la escasez de mano de obra. Esta práctica se intensificó en la primavera de 1942, siguiendo cambios en la administración nazi de los campos de concentración. Por ejemplo, en el campo de Auschwitz-Monowitz en Polonia, decenas de miles de prisioneros judíos hicieron trabajos forzados en la fábrica de caucho de I.G. Farben Buna.
Los nazis impusieron los trabajos forzados a los judíos de la población civil, tanto dentro como fuera de los campos de concentración, aún antes de la guerra. Para el fin de 1938, la mayoría de los hombres judíos viviendo en Alemania tenían que hacer trabajos forzados para varias autoridades del Reich. En la Polonia ocupada, las autoridades alemanas organizaron los trabajos forzados para los judíos alrededor de los ghettos, tanto si estaban cerrados o no, y en campos especiales de trabajos forzados para judíos bajo la jurisdicción militar de las SS, civiles alemanes, o militares alemanes. Por ejemplo, en el ghetto de Lodz los nazis establecieron 96 plantas y fábricas que producían materiales de guerra. En la Unión Soviética ocupada, y en otros lugares después que los alemanes empezaron a asesinar sistemáticamente a los judíos polacos, los trabajos forzados de los judíos tuvieron lugar exclusivamente dentro de los campos de concentración.
Para los judíos, la capacidad de trabajar a menudo significaba la posibilidad de sobrevivir después que los nazis empezaron a llevar a cabo la “Solución Final”. Los judíos estimados incapaces de trabajar eran los primeros en ser fusilados o deportados.
Inmediatamente después de la creación por los alemanes, en octubre de 1939, del Gobierno General en la Polonia ocupada, todos los hombres judíos y muchos polacos fueron obligados a hacer trabajos forzados sin pago en beneficio de las autoridades de ocupación alemanas. Empezando en 1940, las autoridades alemanas reunieron a civiles polacos, hombres y mujeres, y los deportaron al Reich para hacer trabajos forzados en las fábricas y granjas alemanas.
Los nazis también siguieron una política consciente de “aniquilación a través del trabajo”, bajo la cual ciertas categorías de prisioneros literalmente trabajaban hasta morir; es decir, eran puestos a trabajar bajo condiciones que resultarían directa y deliberadamente en enfermedades, heridas, y muertes. Por ejemplo, en el campo de concentración de Mauthausen, los prisioneros eran forzados a subir corriendo, cargando piedras pesadas, los 186 escalones que llevaban fuera de la cantera.
Después de la invasión alemana de la Unión Soviética en junio de 1941, los alemanes dejaron que los prisioneros de guerra soviéticos murieran por falta de cuidados (comida, ropa, vivienda y atención medica insuficientes). Pero en la primavera de 1942 las autoridades alemanas empezaron a utilizar los prisioneros de guerra soviéticos para hacer trabajos forzados en varias industrias de guerra. Cientos de miles de civiles
soviéticos también fueron deportados a Alemania, Austria y Bohemia-Moravia donde la mayoría, encarcelados en llamados campos de residencia, hacían trabajos forzados.
Al fin de la guerra, millones de refugiados no alemanes se hallaban en Alemania, victimas de las políticas nazis de deportación al Reich para trabajar. LOS TRABAJOS FORZADOS EN PROFUNDIDAD Antes de que los nazis tomaran el poder, muchos encargados del cumplimiento de la ley, profesionales del bienestar social y trabajo social, así como muchos de los ciudadanos alemanes comunes creían que el trabajo obligatorio era un modo productivo de integrar a los marginados sociales dentro de la fuerza de trabajo local. Creían que el trabajo permitiría que estos marginados adoptaran hábitos sociales adecuados y disciplina personal. Los supuestos marginados incluían a beneficiarios de asistencia social, delincuentes juveniles y otras personas involucradas en delitos menores, personas por cualquier motivo incapaces de mantener un empleo y personas que tenían comportamientos socialmente inaceptables, como el excesivo consumo de alcohol o la promiscuidad sexual.
La noción básica, compartida por profesionales y ciudadanos comunes de otros lugares de Europa y Norteamérica, era que el mantenimiento del “orden” social dependía del trabajo productivo de todos los ciudadanos y que quienes no podían o no se empleaban por iniciativa propia debían ser obligados a hacerlo.
La ideología nazi también consideraba que el trabajo manual pesado era uno de los mejores modos no solo de castigar a los oponentes intelectuales, sino también de "educar" a los alemanes para que fueran "racialmente conscientes" y apoyaran los objetivos raciales del nacionalsocialismo. Desde el establecimiento de los primeros campos de concentración e instalaciones de detención en el invierno de 1933, el trabajo forzado -- a menudo vano y humillante, e impuesto sin el equipo, la ropa, la alimentación ni el descanso adecuados -- constituyó una parte central del régimen de los campos de concentración. El hecho de tildar a quienes estaban encarcelados en los campos de concentración de criminales, subversivos y antisociales que serían “educados” en los campos para que obtuvieran la disciplina social y de trabajo adecuada, permitió que los jerarcas nazis pudieran aprovechar la conformidad e incluso el apoyo del pueblo alemán a los campos de concentración. Ya en 1937, la economía del Reich comenzó a sufrir la escasez de mano de obra en sectores clave. Mientras los jerarcas nazis se preparaban para la guerra, los jefes de las
SS vieron en el sistema de los campos de concentración una conveniente reserva de obreros para realizar trabajos forzados a fin de producir materiales de construcción para futuros asentamientos de las SS en Europa oriental. Estos asentamientos marcarían los centros neurálgicos del “Reich de los mil años”. Por este motivo, muchos de los campos de concentración establecidos a mediados de la década de 1930 estaban ubicados cerca de canteras y fábricas. Por ejemplo, Sachsenhausen (1936) fue construido al lado de una fábrica de ladrillos; Mauthausen (1938) y Gross-Rosen (1940), al lado de canteras de piedra. Después de 1938, los nazis explotaron cada vez más el trabajo forzado de los "enemigos del estado", supuestos antisociales y presuntos criminales, para obtener beneficio económico y cubrir la desesperante escasez de mano de obra. En 1938, la Policía Criminal Alemana llevó a cabo dos importantes arrestos de supuestos antisociales y presuntos criminales para aumentar la cantidad de personas disponibles que realizaran trabajos forzados en los campos. Los planes iniciales de albergar a grandes cantidades de prisioneros de guerra soviéticos y, más tarde, judíos que realizaran trabajos forzados en Auschwitz-Birkenau yLublin/Majdanek en el invierno de 1941 y 1942 también apuntaban a generar una fuerza laboral cautiva para los grandes planes de construcción de las SS. Además de las SS, las autoridades civiles alemanas también necesitaban mano de obra barata para proyectos inmediatos de construcción, renovación urbana y transporte. A fines de 1938, las autoridades municipales alemanas utilizaron para trabajos forzados en diversos proyectos municipales a judíos alemanes y austríacos, que en su mayoría habían sido privados de oportunidades de empleo independiente por la legislación antisemita.
Cuando Alemania conquistó Polonia en el otoño de 1939 y estableció el Generalgouvernement, las autoridades de ocupación alemanas exigieron que todos los hombres judíos y polacos realizaran trabajos forzados no remunerado. Las autoridades alemanas exigieron que los judíos polacos vivieran en ghettos y los emplearon en trabajos forzados, principalmente manual. Por ejemplo, en el ghetto de Lodz, el estado alemán y empresarios privados establecieron 96 plantas y fábricas que producían productos para el esfuerzo bélico alemán. Después de que los alemanes invadieran la Unión Soviética y los soviéticos detuvieran a los invasores antes de Moscú a fines del otoño de 1941, la economía alemana, que necesitaba producir para una guerra prolongada, desarrolló una insaciable necesidad de trabajos forzados. Ya en 1941, las autoridades de las SS utilizaron decenas de miles de prisioneros judíos en trabajos forzados en la planta de goma I.G. Farben de “Buna” situada en Monowitz, a menos de dos millas (3 km) del campo de concentración de
Auschwitz en la Polonia bajo ocupación alemana. A comienzos del verano de 1940, las SS regionales y las autoridades civiles de la Polonia ocupada ya explotaban a los judíos en campos especiales de trabajos forzados para judíos bajo la jurisdicción de las SS, las autoridades civiles o militares alemanas. Después de las principales operaciones de fusilamiento en la Unión Soviética ocupada en 1941 y 1942 y las principales operaciones de deportación de judíos de la Polonia ocupada acentros de exterminio en 1942 y 1943, la mayoría de los judíos restantes de Polonia y la Unión Soviética bajo ocupación sobrevivieron realizando trabajos forzados en estos campos especiales para judíos o en campos de concentración. Durante la implementación de la "solución final", fue la capacidad de trabajar la que les ofreció a los judíos la posibilidad de sobrevivir, ya que aquellos que no eran considerados aptos para trabajar fueron los primeros en ser fusilados o deportados. En la primavera de 1942, Himmler reorganizó la administración de los campos de concentración y los vinculó a la Administración de Empresas de las SS de la Oficina Principal Económica y Administrativa de las SS. El propósito de estos cambios administrativos era movilizar el trabajo de los campos de concentración para utilizarlo más en los armamentos de los alemanes y en industrias afines. Entre 1942 y 1945, se establecieron cientos de subcampos de los campos de concentración en las cercanías de minas de carbón, fábricas de municiones y piezas de aviones, sitios para túneles subterráneos y otros lugares convenientes para la producción de productos destinados al esfuerzo bélico alemán. En el verano de 1942, por ejemplo, Auschwitz-Monowitz, o Auschwitz III, se convirtió en un subcampo de Auschwitz.
A partir de 1940, las autoridades alemanas arrestaron a civiles polacos, tanto hombres como mujeres, y los deportaron al Reich para que realizaran trabajos forzados en fábricas y granjas alemanas. Después de permitir deliberadamente que más de dos millones de soldados soviéticos capturados murieran por negligencia (insuficiencia de comida, ropa, refugio o atención médica) en campos de prisioneros de guerra en el otoño y el invierno de 1941-1942, las autoridades alemanas decidieron utilizar a los prisioneros de guerra soviéticos para realizar trabajos forzados en varias industrias relacionadas con la guerra en Alemania y la Polonia ocupada, a menudo albergándolos en recintos especiales de campos de concentración. De 1942 a 1944, los alemanes deportaron a casi tres millones de civiles soviéticos a Alemania, Austria y BohemiaMoravia para que realizaran trabajos forzados. La mayoría de ellos fueron encarcelados en los llamados campos residenciales y fueron estrictamente segregados de la población alemana. Los alemanes también deportaron a civiles de otros países europeos ocupados para que trabajaran en el Reich. En agosto de 1944, más de 7.500.000 de trabajadores
no alemanes fueron registrados al servicio del Reich; la gran mayoría eran personas que realizaban trabajos forzados.
Aquellos que realizaban trabajos forzados en Alemania y violaran la llamada disciplina laboral (por ejemplo, dormir en el trabajo) podían ser enviados a Campos de Educación Laboral, a cargo de la Policía de Seguridad Alemana, donde las condiciones de vida y de trabajo, así como las tasas de mortalidad, eran similares a las de los campos de concentración.
Las autoridades de las SS y la policía señalaban a ciertas categorías de prisioneros para que fueran "aniquilados a través del trabajo". Esos prisioneros literalmente dejaban la vida en el trabajo; es decir que eran puestos a trabajar en condiciones que directa y deliberadamente conducían a la enfermedad, las lesiones y la muerte. Por ejemplo, en el campo de concentración de Mauthausen, las SS forzaban a los prisioneros a correr los 186 escalones que había que subir para salir de la cantera de piedra, cargando pesadas piedras, hasta que se caían y luego les negaban la comida, el descanso o los medicamentos necesarios para que se recuperaran. Los funcionarios del Ministerio de Justicia Alemán enviaron aproximadamente 20.000 personas convictas por delitos, y que cumplían sentencia en prisiones del Ministerio de Justicia, al sistema de campos de concentración en el otoño y el invierno de 1942 y 1943, en el marco de un acuerdo con Himmler para que esos prisioneros fueran “aniquilados a través del trabajo”. En cuatro meses, más de dos tercios de estos prisioneros habían sido obligados a trabajar hasta morir.
La naturaleza arbitraria de la vida y la muerte de los campos de concentración y la negativa de las autoridades de las SS que dirigían los campos a proporcionar suficiente alimento, medicamentos, tiempo para descansar, y ropa y equipamiento adecuados para una vida de trabajo manual pesado, les hacía sentir a muchos de los prisioneros de los campos de concentración que la “aniquilación a través del trabajo” era el objetivo para todos los prisioneros.
Cuando la corriente de la guerra se volvió en contra de Alemania en 1942 y 1943, la necesidad de mano de obra aumentó y la capacidad de los alemanes de extraer trabajadores de la Unión Soviética ocupada disminuyó debido a la derrota militar. La administración de los campos de concentración buscó inducir a los comandantes de los campos a que tomaran medidas para prolongar la vida de aquellos que realizaban trabajos forzados, quienes en 1944 se habían convertido en un bien más preciado. No
obstante, los comandantes de los campos encontraron dificultad para cambiar los hábitos arraigados e ideológicamente reforzados de tratar a los prisioneros de modo tal que aumentara la tasa de mortalidad; para las SS, los prisioneros siguieron siendo “el enemigo detrás del alambrado”.
Pese a la disminución insignificante de las tasas de mortalidad en los campos durante los veranos de 1943 y 1944, los prisioneros continuaban muriendo en grandes cantidades. En los centros de exterminio en 1943 y 1944, donde el trabajo forzado nunca fue el principal propósito, la tasa de mortalidad, obviamente, no disminuyó. Después de las colosales derrotas alemanas en el verano y el otoño de 1944, la tasa de mortalidad de los trabajadores de todos los campos aumentó astronómicamente.
Al finalizar la guerra, millones de personas desplazadas no alemanas, incluyendo algunas decenas de miles de judíos que habían sobrevivido a la "solución final", permanecieron en Alemania como legado de los esfuerzos nazis de explotar mediante trabajos forzados a quienes percibían como racialmente inferiores. TRADUCCIÓN EN LA SALA DEL TRIBUNAL
Los idiomas oficiales de los juicios de Núremberg fueron inglés, francés, ruso y alemán. Los intérpretes hacían traducciones simultáneas de los procedimientos. Las transmitían a los participantes del juicio a través de un conmutador. Núremberg, Alemania, noviembre de 1945. — Wide World Photo
Los juicios de Núremberg fueron una experiencia precoz de la traducción simultánea. El estatuto del Tribunal Militar Internacional establecía que los acusados tenían derecho a un juicio justo y que, en consecuencia, debían traducirse todos los procedimientos a los idiomas que los acusados entendieran. Cada uno de los cuatro jueces internacionales también debía entender los procedimientos. La empresa estadounidense IMB desarrolló un sistema de traducción basado en otro anterior usado en la Sociedad de las Naciones en 1931. En la vieja versión, los discursos eran pretraducidos y luego leídos simultáneamente en los diferentes idiomas.
En el tribunal de Núremberg, se utilizaron cinco canales de traducción. El primer canal contenía las transmisiones textuales del orador. Los otros canales eran traducciones al
inglés, ruso, francés y alemán. Cada participante del juicio tenía auriculares. Había seis micrófonos ubicados en la sala del tribunal: uno por cada juez, el estrado de los testigos y el podio del orador. Tres equipos de intérpretes trabajaron bajo la dirección de Leon Dostert, teniente coronel del ejército de los Estados Unidos, y Alfred Steerel, capitán de corbeta de la armada de los Estados Unidos. Dos equipos se turnaban en la sala de tribunal, mientras el tercer equipo de reserva se sentaba en otra habitación y escuchaba los procedimientos. Un cuarto equipo de traductores auxiliares estaba disponible para otros idiomas tales como yidis y polaco. Además, otros dos intérpretes se sentaban en un banco detrás de los jueces.
Debido a estas necesidades complejas de la traducción, en el juicio se fijó un límite de 60 palabras por minuto. Un monitor que operaba un interruptor de control en la sección de interpretación encendía una luz amarilla para avisarle al orador si hablaba muy rápido, o una luz roja para indicarle que debía detenerse y repetir lo que había dicho. IMB proporcionó la nueva tecnología gratuitamente para el juicio, con la condición de que el gobierno estadounidense pagara los costos de envío e instalación. Gracias al éxito del sistema utilizado en Núremberg, posteriormente IMB pudo vender el sistema para su uso en las Naciones Unidas. TREBLINKA Las autoridades de la Operación Reinhard (también conocida como Aktion Reinhard) eligieron como lugar para el campo de exterminio de Treblinka un área poco poblada cerca de los pueblos de Treblinka y Malkinia. Malkinia estaba ubicado en la línea principal de ferrocarril entre Varsovia y Bialystok, aproximadamente 80 kilómetros al noreste de Varsovia, en el Gobierno General (la zona de Polonia bajo ocupación alemana que no estaba directamente anexada a Alemania, unida a la Prusia oriental alemana o incorporada al territorio soviético ocupado por Alemania).
En noviembre de 1941, con los auspicios del Jefe de las SS y de la Policía del distrito de Varsovia en el Gobierno General, las autoridades de las SS y de la policía crearon un campo de trabajos forzados para judíos, conocido como Treblinka, que posteriormente pasaría a llamarse Treblinka I. El campo también sirvió como uno de los denominados Campos de Educación para el Trabajo para polacos no judíos que en opinión de los alemanes hubieran violado la disciplina del trabajo. Tanto los presos polacos como los judíos, encarcelados en recintos independientes del campo de trabajo, eran utilizados como mano de obra forzada, que en su mayoría trabajaba en una cantera de grava cercana.
En julio de 1942, las autoridades de la Operación Reinhard finalizaron la construcción de un campo de exterminio conocido como Treblinka II, ubicado aproximadamente a 1,6 kilómetros de distancia del campo de trabajo. Cuando Treblinka II comenzó a operar, otros dos campos de la Operación Reinhard, Belzec y Sobibor, ya estaban en funcionamiento.
El campo de exterminio Treblinka II estaba ubicado cerca de Wolka Okraglik, un pueblo polaco al costado de la línea ferroviaria de Malkinia-Siedlce. Los alemanes construyeron un ramal de ferrocarril que conducía desde el campo de trabajo, Treblinka I, al campo de exterminio, Treblinka II, y que se conectaba también con la estación de Malkinia. El lugar donde se encontraba el campo de exterminio estaba densamente arbolado y oculto.
El campo tenía un diseño trapezoidal de 400 por 600 metros. El sitio estaba camuflado con ramas insertadas en la valla de alambre de púas y árboles plantados alrededor del perímetro, que bloqueaban toda vista del campo desde el exterior. A lo largo de la valla y en cada una de las cuatro esquinas se colocaron torres de vigilancia de 8 metros de altura.
El campo estaba dividido en tres partes: el área de recepción, el área de residencia y el área de matanza. El área de residencia contaba con alojamiento para el personal alemán y la unidad de guardia. También contaba con oficinas administrativas, una clínica, almacenes y talleres. Una sección contaba con barracas donde se albergaban los prisioneros judíos seleccionados de entre los recién llegados para obligarlos a colaborar con la función del campo: las matanzas.
Las autoridades del campo de exterminio de Treblinka II estaban integradas por un pequeño grupo de oficiales alemanes de las SS y de la policía (entre 25 y 35) y una unidad de guardia auxiliar de la policía compuesta por entre 90 y 150 hombres, todos ellos ex prisioneros de guerra soviéticos de distintas nacionalidades o civiles ucranianos y polacos seleccionados o reclutados para este fin. Todos los miembros de la unidad de guardia eran entrenados en una dependencia especial de la Jefatura de las SS y de la Policía de Lublin: el campo de entrenamiento Trawniki.
Los comandantes del campo de exterminio de Treblinka II fueron, desde julio hasta agosto de 1942, el Teniente Segundo de las SS Dr. Irmfried Eberl; desde agosto de 1942
hasta agosto de 1943, el Capitán de las SS Franz Stangl; y desde agosto de 1943 hasta noviembre de 1943, el Teniente Segundo de las SS Kurt Franz.
Las autoridades del campo de trabajos forzados de Treblinka I estaban integradas por un pequeño grupo de oficiales alemanes de las SS y de la policía (entre 15 y 25) y una guardia auxiliar de policía de aproximadamente 90 hombres, todos ellos entrenados en el campo de entrenamiento de Trawniki. Desde 1941 hasta 1944, el comandante del campo de trabajo de Treblinka fue el Capitán de las SS Theodor van Eupen. A diferencia de Treblinka II, cuyo comandante se reportaba a las autoridades de la Operación Reinhard, el comandante de Treblinka I estaba subordinado al Jefe de las SS y de la Policía de Varsovia.
Los trenes de entre 50 y 60 vagones que se dirigían al campo de exterminio se detenían primero en la estación de Malkinia. Veinte vagones por vez se desprendían del tren y se llevaban al campo de exterminio. Los guardias ordenaban a las víctimas que bajaran de los vagones en el área de recepción, en la que se encontraban el apartadero y la plataforma. Los oficiales alemanes de las SS y de la policía anunciaban a los deportados que habían llegado a un campo de tránsito y que debían entregar todos sus objetos de valor. El área de recepción también incluía una “plaza de deportación” vallada donde había dos barracas en las que los deportados (los hombres por un lado y las mujeres y los niños por el otro) debían desnudarse. Contaba también con dos grandes almacenes donde las posesiones de las víctimas confiscadas a su arribo eran clasificadas y guardadas antes de ser enviadas a Alemania vía Lublin.
Un camino vallado y camuflado, conocido como el “tubo”, llevaba del área de recepción a la entrada de la cámara de gas, situada en el área de exterminio. Las víctimas eran obligadas a pasar desnudas por este camino y entrar en las cámaras de gas, señalizadas falsamente como duchas. Una vez que las puertas de la cámara estaban selladas, un motor que se encontraba afuera del edificio bombeaba monóxido de carbono al interior de las cámaras de gas, matando a todo el que estuviera adentro. Miembros del Sonderkommando (destacamento especial), grupos de prisioneros judíos seleccionados que eran mantenidos con vida como mano de obra forzada, trabajaban en el área de exterminio, retirando de las cámaras de gas los cuerpos, que inicialmente enterraban en fosas comunes. A fines de 1942 y 1943, los judíos obligados a realizar trabajos forzados tuvieron que exhumar los cuerpos enterrados y quemarlos en grandes zanjas que funcionaban como “hornos” provisionales fabricados con vías de tren.
Otros prisioneros que eran seleccionados para permanecer con vida por un tiempo trabajaban en el área de administración y recepción, ayudando a las víctimas que llegaban a bajar del tren y quitarse sus ropas, confiscando sus objetos de valor y conduciéndolos al “tubo”. También clasificaban las posesiones de las víctimas asesinadas para su transporte a Alemania y limpiaban los vagones para la próxima deportación. Personal alemán de las SS, de la policía y los guardias entrenados en Trawniki asesinaban periódicamente a los miembros de estos destacamentos de trabajadores judíos y los reemplazaban con personas elegidas entre los que llegaban en los nuevos arribos. A las víctimas que estaban demasiado débiles para llegar a las cámaras de gas por sus propios medios se les decía que recibirían atención médica. Los miembros del Sonderkommando los llevaban a un área camuflada que estaba caracterizada con una bandera de la Cruz Roja, como si se tratara de un hospital. Allí, eran fusilados por personal de las SS y de la policía.
DEPORTACIONES A TREBLINKA Las deportaciones que llegaban a Treblinka provenían principalmente de los ghettos de los distritos de Varsovia y Radom en el Gobierno General. Entre finales de julio y septiembre de 1942, los alemanes deportaron a Treblinka aproximadamente a unos 265.000 judíos procedentes del ghetto de Varsovia. Entre agosto y noviembre de 1942, las autoridades de las SS y de la policía deportaron a Treblinka II a aproximadamente unos 346.000 judíos procedentes del distrito de Radom. Desde octubre de 1942 hasta febrero de 1943, los alemanes deportaron a Treblinka II a más de 110.000 judíos que provenían del distrito de Bialystok (una zona de la Polonia bajo ocupación alemana que se encontraba anexada administrativamente a la Prusia oriental alemana). A Treblinka también fueron transportados al menos 33.300 judíos del distrito de Lublin. Las autoridades alemanas de las SS y de la policía deportaron a Treblinka a judíos que provenían de las zonas ocupadas por Bulgaria en Grecia (Tracia) y Yugoslavia (Macedonia). También deportaron a Treblinka II a unos 8.000 judíos venidos de Theresienstadt en Bohemia. Otro pequeño grupo de judíos, en cantidad no determinada, fueron asesinados en Treblinka II; los alemanes los habían deportado desde Alemania, Austria, Francia y Eslovaquia a través de distintos lugares de tránsito dentro del área del Gobierno General. Además, en Treblinka II fue asesinado un número indeterminado de romaníes (gitanos) y polacos.
Las deportaciones a Treblinka continuaron hasta mayo de 1943; después de esa fecha llegaron algunos transportes aislados. A partir del otoño de 1942, las autoridades del campo, bajo las órdenes de Lublin, comenzaron a exhumar los cuerpos de las fosas
comunes y a quemarlos para borrar las pruebas de la masacre. Se forzó a prisioneros judíos a realizar este espantoso trabajo. La quema de cadáveres continuó hasta finales de julio de 1943.
RESISTENCIA Y LEVANTAMIENTO EN TREBLINKA Los prisioneros judíos de Treblinka organizaron un grupo de resistencia a comienzos de 1943. Cuando las operaciones del campo estaban a punto de finalizar, los prisioneros temieron que los asesinarían y desmantelarían el campo. Durante el fin de la primavera y el verano de 1943, los líderes de la resistencia decidieron iniciar un levantamiento. El 2 de agosto de 1943, los prisioneros se apoderaron silenciosamente de las armas que había en la armería del campo, pero fueron descubiertos antes de que pudieran asumir el control. Cientos de prisioneros asaltaron la entrada principal en un intento por escapar. Muchos murieron por los disparos de las metralletas. Más de 300 escaparon, pero la mayoría de ellos fueron rastreados por las SS alemana, la policía y tropas militares y posteriormente asesinados. Bajo las órdenes de Lublin, personal alemán de las SS y de la policía supervisó a los prisioneros sobrevivientes que fueron obligados a desmantelar el campo. Una vez finalizado este trabajo, las autoridades alemanas de las SS y de la policía fusilaron a los prisioneros sobrevivientes. EL FIN DE LOS CAMPOS DE TREBLINKA Los alemanes habían ordenado que Treblinka II fuera desmantelada en el otoño de 1943. Desde julio de 1942 hasta noviembre de 1943, los alemanes asesinaron en este campo de exterminio a entre 870.000 y 925.000 judíos. Treblinka I, el campo de trabajos forzados, continuó operando hasta fines de julio de 1944. Mientras el campo de exterminio se encontraba en funcionamiento, algunos de los judíos que llegaban eran seleccionados y enviados a Treblinka I, mientras que quienes estaban muy débiles para trabajar allí eran enviados a Treblinka II para ser asesinados. A fines de julio de 1944, mientras las tropas soviéticas se acercaban al área, las autoridades del campo y los guardias entrenados en Trawniki fusilaron a los prisioneros judíos que quedaban (entre 300 y 700) y desmantelaron y evacuaron el campo a toda prisa. La última semana de julio de 1944, las tropas soviéticas tomaron el campo de trabajo y el campo de exterminio. TRIBUNAL MILITAR INTERNACIONAL DE NÚREMBERG
El Tribunal Militar Internacional fue convocado conjuntamente por los gobiernos aliados vencedores. Detrás de los jueces, se ven las banderas de la Unión Soviética, Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. A comienzos del invierno de 1942, los gobiernos de las potencias aliadas anunciaron su determinación de castigar a los criminales de guerra nazis.
El 17 de diciembre de 1942, los líderes de los Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética hicieron pública la primera declaración conjunta donde se reconocía oficialmente el exterminio masivo de judíos europeos y se determinaba que se enjuiciaría a los responsables de la violencia perpetrada contra poblaciones civiles. Aunque algunos líderes políticos eran partidarios de ejecuciones inmediatas en lugar de juicios, los aliados finalmente decidieron formar un Tribunal Militar Internacional. Así lo expresaba Cordell Hull: “una condena después de un juicio como este será la sentencia de la historia y los alemanes no podrán decir que se les arrancó por la fuerza una confesión de culpabilidad”.
La Declaración de Moscú, firmada en octubre de 1943 por el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, el primer ministro británico Winston Churchill y el líder soviético Josef Stalin, afirmaba que, durante un armisticio, las personas consideradas responsables de crímenes de guerra serían enviadas al país donde se habían cometido los crímenes, a fin de que fueran juzgadas conforme a las leyes de dicha nación. Destacados criminales de guerra cuyos delitos no podían asignarse a una ubicación geográfica en particular serían castigados por decisiones conjuntas de los gobiernos aliados.
Los juicios de los principales funcionarios alemanes ante el Tribunal Militar Internacional (TMI) (los juicios contra crímenes de guerra más conocidos del período de posguerra) comenzaron oficialmente en la ciudad alemana de Núremberg el 20 de noviembre de 1945, seis meses y medio después de que Alemania se rindiera. Cada uno de los cuatro países aliados (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética) proporcionó un juez y un equipo de fiscales. Geoffrey Lawrence, juez principal de Gran Bretaña, fue el presidente del tribunal. Los reglamentos del juicio surgieron a partir de la delicada conciliación de los sistemas judiciales europeos y anglo-estadounidenses. Un equipo de traductores interpretaron simultáneamente todos los juicios en cuatro idiomas: inglés, francés, alemán y ruso.
Tras un extenso debate, se seleccionaron veinticuatro acusados que fueran una muestra representativa de la dirigencia diplomática, económica, política y militar nazi. Adolf Hitler, Heinrich Himmler y Joseph Goebbels nunca fueron juzgados, ya que se habían suicidado antes de que finalizara la guerra. El Tribunal Militar Internacional decidió no hacerles un juicio póstumo para no generar la sensación de que aún podrían estar vivos. En realidad, solo veintiún acusados fueron enjuiciados. El empresario industrial Gustav Krupp había sido incluido en la acusación original, pero era un anciano y estaba enfermo. Por ello, en audiencias preliminares se decidió excluirlo de los juicios. Martin Bormann, el secretario del partido nazi, fue juzgado y condenado in absentia. Robert Ley se suicidó en las vísperas del juicio. El Tribunal Militar Internacional imputó a los acusados por los cargos de crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. El Tribunal Militar Internacional definió los crímenes contra la humanidad como “asesinato, exterminio, esclavitud, deportación… o persecución por razones políticas, raciales o religiosas”. Se incluyó un cuarto cargo por conspiración con el fin de abarcar crímenes cometidos conforme a la ley nacional nazi antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial. A partir de esto, los tribunales posteriores contarían con jurisdicción para enjuiciar a cualquier individuo miembro de una organización delictiva. Por lo tanto, el Tribunal Militar Internacional también imputó a varias organizaciones nazis por considerarlas delictivas, a saber: el Gabinete del Reich, la cúpula dirigente del partido nazi, la guardia de élite (las SS), el Servicio de Seguridad (SD), la Policía Secreta del Estado (Gestapo), las tropas de asalto o Stormtroopers (SA), y el personal general y el Alto Comando de las Fuerzas Armadas alemanas.
Los acusados tuvieron el derecho a elegir sus abogados. Asistieron a los juicios diariamente más de 400 visitantes, así como también 325 corresponsales de 23 países.
Robert Jackson, fiscal principal estadounidense, decidió fundar su caso en un conjunto de documentos escritos directamente por los nazis, en lugar de declaraciones de testigos, para que no pudiera decirse que el juicio se basaba en testimonios parciales o tendenciosos. Los testimonios presentados en Núremberg revelaron muchos datos sobre el Holocausto, como detalles del aparato asesino de Auschwitz, la destrucción del ghetto de Varsovia y las aproximadamente seis millones de víctimas judías.
Los jueces dieron su veredicto el 1 de octubre de 1946. Se necesitaban al menos tres jueces para efectivizar la condena. Doce acusados, entre los que se encontraban Joachim von Ribbentrop, Hans Frank, Alfred Rosenberg y Julius Streicher, fueron
sentenciados a pena de muerte. Los condenados fueron enviados a la horca, los cuerpos se cremaron en Dachau y las cenizas se esparcieron en el río Isar. Hermann Goering escapó de su sentencia de muerte suicidándose la noche anterior. El Tribunal Militar Internacional condenó a tres acusados a cadena perpetua y a cuatro acusados, a prisión por diez a veinte años. Tres fueron absueltos.
El juicio del Tribunal Militar Internacional de Núremberg fue apenas uno de los primeros y más famosos de los juicios contra crímenes de guerra que se realizaron posteriormente. Después de 1945, la abrumadora mayoría de juicios por crímenes de guerra procesaron a funcionarios y oficiales de rangos inferiores. Se incluyó a guardias y comandantes de los campos de concentración, oficiales de policía, miembros de los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) y médicos que participaron en experimentos médicos. Estos criminales de guerra fueron juzgados por tribunales militares en los primeros años del período de posguerra en las áreas británicas, estadounidenses, francesas y soviéticas de Alemania y Austria ocupadas, y también en Italia.
El 17 de octubre de 1946, apenas un día después de la ejecución de los acusados del Tribunal Militar Internacional, el presidente estadounidense Harry Truman nombró a Telford Taylor nuevo fiscal principal estadounidense para los crímenes de guerra. Taylor enjuició a 183 funcionarios alemanes de alto rango en doce juicios distintos. Estos tribunales militares estadounidenses en conjunto suelen llamarse los juicios posteriores de Núremberg. Miembros de la Gestapo y de las SS, junto con empresarios industriales alemanes, fueron juzgados por su participación en la aplicación de las leyes de Núremberg, la “arianización”, los fusilamientos masivos de judíos en campos de concentración, los fusilamientos de los Einsatzgruppen y las deportaciones.
Otros criminales de guerra fueron juzgados por los tribunales de los países donde habían cometido los crímenes. En 1947, un tribunal en Polonia condenó a pena de muerte a Rudolf Hoess, comandante del campo Auschwitz. En los tribunales de Alemania Occidental, muchos de los ex nazis no recibieron condenas severas debido a que cumplir órdenes de superiores constituía a menudo una circunstancia atenuante. Por consiguiente, varios criminales nazis volvieron a su vida normal en la sociedad alemana, especialmente en el mundo de los negocios.
Los esfuerzos de los cazadores de nazis (como Simon Wiesenthal y Beate Klarsfeld) permitieron la captura, la extradición y el juicio de varios nazis que se habían escapado
de Alemania después de la guerra. El juicio de Adolf Eichmann, llevado a cabo en Jerusalén en 1961, captó la atención del mundo entero. Sin embargo, muchos criminales de guerra nunca fueron juzgados ni castigados. TRIBUNAL MILITAR INTERNACIONAL: LOS ACUSADOS
Los acusados en el banquillo en el juicio a los criminales de guerra del Tribunal Militar Internacional de Núremberg. Noviembre de 1945. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. El 18 de octubre de 1945, los fiscales principales del Tribunal Militar Internacional (IMT) leyeron las acusaciones contra 24 oficiales nazis de alto rango. Los cuatro cargos presentados contra estos oficiales fueron:
1. Conspiración para cometer crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad 2. Crímenes contra la paz 3. Crímenes de guerra 4. Crímenes contra la humanidad Gustav Krupp von Bohlen und Halbach (1870-1950) Prominente industrial alemán y presidente de la Asociación de Industrias del Reich, cuya posición en el Adolf-Hitler-Spende(Fondo Adolf Hitler) le aportó beneficios económicos. Como resultado de la influencia ejercida desde su posición, la firma de Krupp se benefició con instalaciones en el este de Europa, y durante la guerra usó una gran cantidad de mano de obra esclava. Se consideró que estaba demasiado enfermo como para enfrentar un juicio en el Tribunal Militar Internacional y también en el caso Krupp posterior de Núremberg de 1947. Murió en 1950. Robert Ley (1890-1945) En 1933, después de la disolución de todos los sindicatos alemanes, Ley estableció el Deutsche Arbeitsfront (Frente de Trabajo Alemán, DAF). Siendo líder del Frente de Trabajo Alemán, Ley fue conocido como el “dictador indiscutible del trabajo” en Alemania. Los miembros de la organización ascendieron a 25 millones. Sin embargo, durante la guerra, Ley fue eclipsado en asuntos laborales por rivales tales como Albert Speer y Fritz Sauckel, sus coimputados en 1945. Obsesionado con la idea de convertirse en mártir, Ley se suicidó en su celda en Núremberg poco antes del inicio del juicio. Martin Bormann (1900-1945) En 1933, Bormann se convirtió en Jefe del Estado Mayor con Rudolf Hess, segundo en
el mando después de Hitler. Era prácticamente desconocido para el público alemán, pero en su cargo de asesor cercano a Hitler, Bormann ejerció mucho poder entre bastidores en los asuntos de política interna. Después de que Hess volara a Gran Bretaña, Bormann se convirtió en jefe de la cancillería del partido (1941) y, oficialmente en 1943, secretario del Führer. El accionar de Bormann podía verse en una serie de políticas internas que incluían el saqueo de obras de arte, la persecución de judíos, las campañas de “eutanasia” y la expansión de programas de trabajo esclavo. También firmó una serie de decretos que ordenaban deportaciones judías al este. Bormann murió cuando intentaba huir de Berlín durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, pero durante mucho tiempo se pensó que había escapado con vida. Se lo juzgó in absentia en Núremberg, donde fue sentenciado a muerte. Las autoridades de Alemania Occidental lo declararon oficialmente muerto en 1973, cuando se descubrieron e identificaron sus restos. Karl Dönitz (1891-1980) Comandante de la flota de submarinos alemanes U-Boat desde 1939. En 1943, Dönitz sucedió a Erich Raeder cuando fue nombrado Comandante Supremo de la Marina de Guerra alemana. En mayo de 1945, fue nombrado presidente del Reich según lo estipulado en el testamento de Hitler, después de que este se quitara la vida. Dönitz fue declarado culpable de los cargos dos y tres, y fue sentenciado a diez años de prisión. Hans Frank (1900-1946) Fundador de la Organización de Abogados Nacionalsocialistas, abogado de Hitler en el juicio de Reichswehr de 1930 y Gobernador General de Polonia ocupada por los nazis después del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Como Gobernador General, Frank fue responsable de la explotación de la población, y la deportación y ejecución de judíos. Fue declarado culpable de los cargos tres y cuatro, y sentenciado a muerte. Lo ejecutaron el 16 de octubre de 1946. Wilhelm Frick (1877-1946) Ministro del Interior del Reich desde 1933 a 1943 y Protector del Reich (Reichsprotektor) de Bohemia y Moravia. Durante los primeros años decisivos de la dictadura nazi, Frick fue el mentor de la legislación que excluyó a los judíos de la vida pública, abolió los partidos políticos y envió a los disidentes políticos a campos de concentración. Frick fue declarado culpable de los cargos dos, tres y cuatro, y sentenciado a muerte. Lo ejecutaron el 16 de octubre de 1946. Hans Fritzsche (1900-1953) Jefe de la División Radial del Ministerio de Propaganda. Fritzsche fue un funcionario de tercer rango del Ministerio de Propaganda que no había estado a cargo de tomar decisiones políticas, pero fue incluido en el banquillo en Núremberg in absentia del fallecido Josef Goebbels y para aplacar a los funcionarios soviéticos, que lo habían
tenido bajo su custodia. Aunque el Tribunal Militar Internacional lo absolvió, luego fue arrestado nuevamente y llevado ante los tribunales de desnazificación alemanas. Fue sentenciado a nueve años de prisión y liberado en septiembre de 1950. Walther Funk (1890-1960) Ministro de Economía y Presidente del Reichsbank. Funk participó desde el principio en la exclusión de los judíos de la economía, y también participó en la confiscación de objetos de valor y activos financieros de las víctimas del Holocausto. Funk fue declarado culpable de los cargos dos, tres y cuatro, y sentenciado a cadena perpetua. Fue liberado en 1957 debido a su delicado estado de salud. Hermann Göring (1893-1946) Comandante Supremo de la Luftwaffe (Fuerza Aérea), Presidente del Reichstag (Parlamento Alemán), Director del Plan Cuatrienal y el sucesor reconocido de Hitler en el estallido de la guerra en Europa. Luego de la Noche de los vidrios rotos (Kristallnacht) en noviembre de 1938, Göring fue una parte fundamental de la campaña de “arianización” que excluía a los judíos de la economía alemana. Fue él quien ordenó a Reinhard Heydrich que se dedicara denodadamente a elaborar una “solución final” al “problema judío”. Perdió el favor de Hitler a medida que la guerra avanzaba. Sus esfuerzos por entrar en negociaciones con los aliados occidentales alentaron a Hitler a expulsarlo del partido casi hacia el final de la guerra, pero Göring compareció como acusado principal en el banquillo de Núremberg. Göring fue declarado culpable de los cuatro cargos y sentenciado a muerte. En las vísperas de la fecha de su ejecución, se suicidó con cianuro. Rudolf Hess (1894-1987) Secretario personal de Hitler durante mucho tiempo y líder adjunto del partido nazi (hasta 1941). En mayo de 1941, Hess voló a Escocia con la esperanza de lograr la paz entre Alemania e Inglaterra. Lo arrestaron y enviaron a prisión inmediatamente. Hess fue declarado culpable de los cargos uno y dos, y sentenciado a cadena perpetua. Fue el único de los acusados que cumplió la totalidad de la condena; se suicidó en la prisión a los 93 años de edad. Alfred Jodl (1890-1946) Jefe del Estado Mayor de Operaciones de las Fuerzas Armadas. En ese cargo, dirigió todas las campañas militares, excepto aquellas en contra de la Unión Soviética. Jodl fue declarado culpable de los cuatro cargos y sentenciado a muerte. Fue ahorcado el 16 de octubre de 1946. Ernst Kaltenbrunner (1903-1946) Jefe de la Oficina Principal de Seguridad del Reich (RSHA) y Jefe de Seguridad Policial, después del asesinato de Reinhard Heydrich. En ese cargo, controló la seguridad policial, el SD y la Gestapo. Fue una figura primordial en la “solución final” durante los
últimos años de la guerra. Fue declarado culpable de los cargos tres y cuatro, y sentenciado a muerte. Fue ahorcado el 16 de octubre de 1946. Wilhelm Keitel (1882-1946) Jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas. Keitel fue declarado culpable de los cuatro cargos y sentenciado a muerte. Fue ahorcado el 16 de octubre de 1946. Erich Raeder (1876-1960) Comandante en Jefe de la Marina alemana hasta su renuncia y retiro en mayo de 1943. Raeder fue declarado culpable de los cargos uno, dos y tres, y sentenciado a cadena perpetua. Fue liberado debido a su delicado estado de salud en 1955 luego de haber cumplido nueve años de su condena. Alfred Rosenberg (1893-1946) Principal filósofo oficial del partido nazi, jefe del Departamento de Asuntos Exteriores del partido nazi, Ministro del Reich para los territorios ocupados del este. Rosenberg estableció una organización cuya misión era saquear y confiscar los tesoros culturales de los judíos europeos, y llevarlos a Alemania. Como Ministro del Reich para los territorios ocupados del este, participó en el exterminio de judíos y en la deportación de civiles soviéticos para trabajo esclavo. Rosenberg fue declarado culpable de los cuatro cargos y sentenciado a muerte. Fue ahorcado el 16 de octubre de 1946. Fritz Sauckel (1894-1946) Plenipotenciario general para la utilización de mano de obra. En este cargo, Sauckel fue responsable de proveer mano de obra, y respondiendo a la mayor demanda de trabajadores, millones fueron tomados de los territorios ocupados como mano de obra esclava. Fue declarado culpable de los cargos tres y cuatro, y sentenciado a muerte. Sauckel fue ahorcado el 16 de octubre de 1946. Hjalmar Schacht (1877-1970) Presidente del Reichsbank hasta 1939 y plenipotenciario general para la economía de guerra. Suplantado por Göring en los asuntos económicos, fue destituido del Ministerio de Economía en 1937 y permaneció como ministro sin cartera hasta 1943. Después del intento de asesinato de Hitler en 1944, Schacht fue enviado a un campo de concentración por tener ciertos lazos con los miembros de la resistencia conservadora. Si bien fue absuelto en Núremberg, el tribunal de desnazificación lo juzgó y sentenció a ocho años en un campo de trabajo. Fue liberado en 1948. Arthur Seyss-Inquart (1892-1946) Gobernador del Reich de Austria, gobernador adjunto de Hans Frank en el gobierno general de Polonia ocupada y comisionado de los Países Bajos ocupados. En este último cargo, Seyss-Inquart compartió la culpabilidad en la deportación de judíos holandeses y el fusilamiento de rehenes. Fue declarado culpable de los cargos dos, tres y cuatro, y sentenciado a muerte. Seyss-Inquart fue ahorcado el 16 de octubre de 1946.
Albert Speer (1905-1981) Arquitecto de Hitler, y Ministro de Armamento y Municiones del Reich desde 1942. En 1937, Speer fue designado inspector general para proyectos de construcción en Berlín y responsable de reconstruir Berlín. Su área estuvo a cargo de supervisar los apartamentos de los cuales se expulsaba a los judíos y que luego eran asignados a no judíos. Como Ministro de Armamento y Municiones del Reich, Speer usó a millones de trabajadores esclavos para aumentar la producción. Durante el juicio de Núremberg, Speer reconoció la culpabilidad del régimen y su responsabilidad personal por haber usado mano de obra esclava. Su demostración de arrepentimiento le valió una condena más benévola: fue declarado culpable de los cargos tres y cuatro, y sentenciado a veinte años de prisión. Fue liberado en 1966. Julius Streicher (1885-1946) Propagandista y editor de Der Stürmer, un virulento periódico antisemita. Fue líder en la organización del primer boicot oficial del Reich de la Alemania nazi contra los negocios de los judíos en abril de 1933. Para el año 1940, Streicher había perdido credibilidad en los círculos del partido. Streicher fue declarado culpable del cargo cuatro y sentenciado a muerte. Fue ahorcado el 16 de octubre de 1946. Konstantin von Neurath (1873-1956) Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania (1932-1938), Protector del Reich para Bohemia y Moravia (1939-1941). Neurath fue declarado culpable de los cuatro cargos y sentenciado a quince años de prisión. Fue liberado en 1954 debido a su delicado estado de salud luego de haber cumplido ocho años de su condena. Franz von Papen (1879-1969) Ex canciller de Alemania, embajador en Austria (1934-1938) y embajador en Turquía (1939-1944). Siendo embajador en Austria, allanó el camino para la Anschluss. Fracasó en sus intentos de persuadir a Turquía de que se uniera a Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Papen fue absuelto de todos los cargos en Núremberg. En 1949, un tribunal de desnazificación lo sentenció a cumplir una condena en un campo de trabajo, pero fue inmediatamente liberado tras las apelaciones. Joachim von Ribbentrop (1893-1946) Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania. Participó en la anexión de Bohemia y Moravia, y en el ataque a Polonia en septiembre de 1939. Ribbentrop también persuadió a los líderes de otros países para que deportaran a los judíos a campos de concentración. Fue declarado culpable de los cuatro cargos y sentenciado a muerte. Fue ahorcado el 16 de octubre de 1946. Baldur von Schirach (1907-1974) Líder de la Juventud Hitleriana (1933-1940) y Gauleiter en Austria (1940-1945). En este cargo, sus responsabilidades incluían deportar a los judíos de Viena a Polonia.
Schirach fue declarado culpable del cargo cuatro y sentenciado a veinte años de prisión. Fue liberado en 1966. USO INDEBIDO DE LAS IMÁGENES DEL HOLOCAUSTO EN LA ACTUALIDAD: ¿CUÁNDO SE TRATA DE ANTISEMITISMO? Muchas imágenes de la era del Holocausto se han vuelto fácilmente reconocibles, ya sean símbolos de la propaganda nazi (como la esvástica) u objetos o lugares que ahora son reconocidos por su asociación con el genocidio (como los alambres de púa o las vías del ferrocarril que conducen al centro de exterminio deAuschwitz-Birkenau). La ubicuidad y la validez de estos iconos visuales reflejan: 1) El horror que evocan los crímenes cometidos en la era del Holocausto;
2) Una prolongada fascinación con el simbolismo y la propagandanazis; y 3) La difusión de la conciencia del Holocausto a través de esfuerzos educativos, medios de comunicación masivos y la cultura popular.
Algunas de estas imágenes visuales han llegado a servir como sinónimo del Holocausto mismo o incluso del mal en términos más generales. El criterio común y la familiaridad de estas imágenes también las ha llevado a ser utilizadas indebidamente en modos que distorsionan el registro histórico, atacan la memoria de quienes fueron asesinados por los alemanes y sus colaboradores, y sirven de cubierta para el prejuicio y el odio. En la actualidad, los símbolos y las imágenes de la era del Holocausto se utilizan indebidamente con mucha frecuencia, a saber:
1) Para atacar a los judíos o a las instituciones judías;
2) Para criticar al gobierno de Israel comparando sus acciones con las de la Alemania nazi o negando su legitimidad al afirmar que el Holocausto es una mentira usada para justificar la existencia de un estado judío moderno; y
3) Como calificativos que simbolizan el colmo de la maldad, ya sea para proponer una agenda política o en situaciones de ofensas relativamente menores (por ejemplo, llamar nazi a un profesor cruel).
Algunos problemas reflejan un intento consciente e informado de atacar y deslegitimar un blanco judío en particular. Por ejemplo, una imagen caricaturizada que compara la
Franja de Gaza con el gueto de Varsovia es un esfuerzo palpable por demonizar las políticas israelíes y cerrar un debate razonable comparándolas con las políticas del genocidio nazi. De un modo similar, un cartel utilizado en una protesta pública en Washington, D.C., en marzo de 2012, mostró una versión distorsionada pero reconocible de la bandera israelí en la que una esvástica empapada en sangre reemplazaba la estrella de David.
Cuando los individuos o los gobiernos se apropian indebidamente de iconografía del Holocausto para utilizarla como arma contra los judíos o el estado judío, no solo lo hacen con la intención de sacar provecho del dolor que provoca su memoria sino también con la esperanza de que esas imágenes consigan el apoyo a su causa de personas que no son antisemitas. Las imágenes del Holocausto vinculadas con la política israelí también sacan provecho de acusaciones más antiguas acerca de una conspiración judía para controlar el mundo (como es el caso del libro Los protocolos de los sabios de Sión) al insinuar que la atención al Holocausto es parte de una estrategia siniestra para recibir un tratamiento especial para el estado judío. De igual manera, estas conexiones visuales son comparables a tipos de negación del Holocausto que argumentan que el registro histórico ha sido distorsionado para que los judíos puedan sacar ventaja material o política. Muchos de estos usos indebidos de las imágenes del Holocausto son acciones calculadas de los refutadores del Holocausto o de personas con puntos de vista antisemitas. Algunos provienen de una ingenuidad desubicada, por ejemplo, el caso de un estudiante que garabatea una esvástica en la pared de una escuela. Es posible que ese estudiante sepa que este es un símbolo nazi o simplemente un símbolo prohibido; su intención es probablemente más rebelde que antisemita. El significado de tal acto es radicalmente diferente si una esvástica y una estrella de David son pintadas por un estudiante universitario en la puerta del dormitorio de un estudiante judío. Este es un caso claro de uso en la actualidad de un símbolo de la era del Holocausto con fines maliciosos.
La esvástica tiene una larga historia y ya se usaba al menos 5.000 años antes de los nazis. Es un símbolo sagrado para el hinduismo, el budismo y otras religiones asiáticas, y es común verla en templos o casas de India o Indonesia. Las esvásticas también tienen una historia antigua en Europa, ya que aparecen en artefactos de culturas anteriores al cristianismo. A pesar de sus antiguos orígenes, este símbolo se ha asociado tanto con la Alemania nazi que los usos actuales del mismo frecuentemente generan controversia, ya sea que se los conciba como declaraciones visuales de odio o no.
No todas las imágenes nazis se usan indebidamente contra los judíos. Es común ver el modo en que tales ataques menoscaban el discurso político en los Estados Unidos. En un ejemplo reciente, durante un debate público sobre la reforma del sistema de atención de la salud, se hicieron referencias frecuentes a los “paneles de la muerte” con comparaciones tanto implícitas como explícitas entre las propuestas actuales y el programa nazi de “eutanasia” o asesinato de los discapacitados. En muchos mítines, los manifestantes agitaban letreros que mostraban al presidente Barack Obama con un pequeño bigote al estilo de Adolf Hitler. Del mismo modo, los opositores de la legislación dirigida a los inmigrantes ilegales en los EE.UU. también han equiparado esas medidas con las implementadas en la Alemania nazi. Las imágenes del Holocausto también han sido adoptadas por los defensores de los derechos de los animales al establecer paralelismos entre el genocidio nazi y las granjas industriales de los Estados Unidos.
En estos casos y en muchos otros, el contexto importa. Una cosa es mostrar caricaturas antisemitas del diario nazi Der Stürmercomo parte de un programa educativo sobre los peligros de la propaganda. Otra cosa totalmente distinta es que las mismas caricaturas u otras que adoptan analogías visuales similares se utilicen para atacar a oponentes en la actualidad. Quienes eligen iconos reconocibles del Holocausto al servicio de causas políticas contemporáneas, trivializan la memoria de los millones de personas asesinadas y, al mismo tiempo, degradan el nivel de debate contemporáneo. VARIAN FRY
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Varian Fry en Marsella. Francia, 1940–1941. — Annette Fry
Varian Fry (1907-1967) fue un periodista estadounidense que ayudó a refugiados antinazis a escapar de Francia.
Después de que Alemania invadiera Francia, en junio de 1940, la Comisión de Rescate de Emergencia, una organización de ayuda privada estadounidense, envió a Fry a Francia para auxiliar a refugiados antinazis que corrían peligro de ser arrestados por la Gestapo (policía secreta estatal alemana). En Marsella, la red de colaboradores de Fry
falsificaba documentos y creaba rutas de escape clandestinas. Fry ofreció ayuda a refugiados antifascistas, tanto judíos como los que no lo eran, bajo amenaza de ser extraditado a la Alemania nazi en virtud del Artículo 19 del armisticio franco-alemán (la cláusula de “rendición por solicitud”). Fry permaneció en Francia durante 13 meses. Era vigilado en forma constante y, más de una vez, las autoridades lo interrogaron y lo detuvieron. Estableció una organización de ayuda francesa legal, el Centro de Ayuda Estadounidense, y trabajó en forma encubierta con medios ilegales (fondos del mercado negro, documentos falsificados, vías de paso secretas en las montañas y rutas marinas) para rescatar de Francia a refugiados en peligro.
Los esfuerzos de Fry resultaron en el rescate de unas 2.000 personas, incluyendo distinguidos artistas e intelectuales como Marc Chagall, Max Ernst, Franz Werfel, Lion Feuchtwanger y Heinrich Mann. Sus actividades encubiertas enfurecieron por igual a funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos y la Francia de Vichy y, en septiembre de 1941, fue expulsado de Francia.
Poco tiempo antes de su muerte, el gobierno francés le concedió la Orden de Caballero de la Legión de Honor. Fue el único reconocimiento oficial que recibió en su vida. Fry murió sorpresivamente en 1967 cuando revisaba sus memorias. Dejó abundante material escrito y fotográfico que documenta sus experiencias en Francia. MISIÓN: RESCATE (ASSIGNMENT: RESCUE), la versión de sus memorias que Fry reescribió para lectores jóvenes, fue publicada poco tiempo después de su muerte.
En 1991, el Consejo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos concedió a Varian Fry la Medalla de la Liberación de Eisenhower. En 1994, también fue distinguido por Yad Vashem con el título de “Justo entre las Naciones” (Righteous Among the Nations). VARSOVIA
Un área comercial en la calle Nalewki en el barrio judío de Varsovia. Varsovia, Polonia, 1938. — courtesy of Leopold Page Photographic Collection La ciudad de Varsovia, la capital de Polonia, flanquea las dos orillas del río Vistula. Varsovia fue establecida como la capital del estado polaco resucitado en 1919. Antes de
la Segunda Guerra Mundial, la ciudad era un centro de la vida y la cultura judía en Polonia. La población judía de Varsovia antes de la guerra era de más de 350.000 personas y constituía alrededor del 30 por ciento de la población total de la ciudad. La comunidad judía de Varsovia era la más grande tanto en Polonia como Europa, y era la segunda más grande en el mundo después de Nueva York.
Durante la invasión alemana de Polonia el 1 de septiembre de 1939, Varsovia sufrió ataques aéreos y bombardeos fuertes. Las tropas alemanas entraron a Varsovia el 29 de septiembre, poco después de su rendición.
Empezando a fin de septiembre de 1939, los oficiales alemanes obligaron a los judíos de Varsovia a llevar brazaletes blancos con la estrella de David en azul. Siguiendo ordenes de los alemanes, los lideres de las comunidades judías nombraron candidatos para un consejo judío (Judenrat), los cuales los alemanes confirmaron. Las autoridades alemanes cerraron las escuelas judías, confiscaron las propiedades judías, y obligaron a los hombres judíos a hacer trabajos forzados. Disolvieron las organizaciones judías pero dejaron que los judíos manejaran sus propias organizaciones de beneficia y asistencia.
EL GHETTO DE VARSOVIA El 12 de octubre de 1940, los alemanes decretaron la creación de un ghetto en Varsovia. El decreto obligó a todos los residentes judíos de Varsovia a mudarse a un área designada, la cual las autoridades cerraron al resto de la ciudad en noviembre de 1940. El ghetto fue rodeado por un muro que tenía más de 10 pies de altura, coronado con alambre de púas, y vigilado para prevenir movimientos entre el ghetto y el resto de Varsovia. Las oficinas del consejo judío estaban ubicadas en la calle Grzybowska en la parte sur del ghetto. Las organizaciones intentaron cubrir todas la necesidades de los residentes del ghetto, que luchaban constantemente por sobrevivir. Entre las organizaciones activas de asistencia social estaban la Sociedad judía de ayuda mutua, la federación de asociaciones en Polonia para el cuidado de huérfanos, y la Organización para la rehabilitación a través del entrenamiento.
Emanuel Ringelbaum, un historiador que tuvo un rol importante en los esfuerzos judíos de autoayuda, creó una organización clandestina que trató de proporcionar información fidedigna de los eventos que estaban ocurriendo en el país a través la
existencia del ghetto. Este archivo se hizo conocido come el “Oneg Shabbat” (“Por la celebración del Shabbat”, y también como el Archivo Ringelbaum). Solo parcialmente recuperado después de la guerra, el archivo Ringelbaum demostró ser una fuente inestimable de información sobre la vida en el ghetto y la política alemana hacia los judíos polacos.
Las SS y la policía alemana llevaron a cabo la primera deportación del ghetto de Varsovia al campo de exterminio de Treblinka en julio de 1942. Para el 6 de septiembre, los alemanes habían deportado a alrededor de 300.000 judíos de Varsovia. Llevaron a cabo una segunda deportación en enero de 1943, en la cual alrededor de 5.000 judíos fueron deportados. La tercera y última ola terminó esa primavera, el 16 de mayo. Unos 50.000 sobrevivientes del ghetto de Varsovia fueron deportados en abril-mayo de 1943 a Treblinka, los campos de trabajos forzados de Poniatowa y Trawniki, y Majdanek, después de que los alemanes derrotaron un levantamiento de armado de los judíos que quedaban en el ghetto que duró un mes.
En agosto de 1944, el ejército polaco, un grupo de resistencia no comunista con unidades en toda la Polonia ocupada, se levantó contra la ocupación alemana en un esfuerzo para liberar Varsovia. Mientras las fuerzas soviéticas permanecieron en la orilla este del río Vistula, los alemanes aplastaron le revuelta y arrasaron el centro de la ciudad. Las tropas soviéticas liberaron una Varsovia devastada en enero de 1945. EL VIAJE DEL ST. LOUIS
Refugiados judíos a bordo del barco de refugiados "St. Louis". Se denegó la entrada del barco a Cuba y los Estados Unidos en 1939. Alemania, 1939. — US Holocaust Memorial Museum El 13 de mayo de 1939, el transatlántico alemán "St. Louis" partió desde Hamburgo (Alemania) hacia La Habana (Cuba). A bordo viajaban 937 pasajeros. Casi todos eran judíos que huían del Tercer Reich. La mayor parte eran ciudadanos alemanes, algunos provenían de Europa Oriental y unos pocos eran oficialmente "apátridas".
La mayoría de los pasajeros judíos habían solicitado visados para los Estados Unidos y tenía planeado permanecer en Cuba sólo hasta que pudieran entrar en dicho país. Durante la travesía del "St. Louis", hubo sin embargo indicios de que las condiciones políticas en Cuba podrían impedir que los pasajeros desembarcaran allí. El
Departamento de Estado de los Estados Unidos en Washington, el consulado estadounidense en La Habana, algunas organizaciones judías y agencias de refugiados estaban al tanto de la situación. Desafortunadamente, los propios pasajeros lo ignoraban y la mayor parte de ellos serían enviados de vuelta a Europa.
Desde la Kristallnacht (la persecución antisemita de la "Noche de los cristales rotos" del 9 y 10 de noviembre de 1938), los nazis habían estado intentando acelerar el ritmo de la emigración forzosa de judíos. El Ministerio de Asunto Exteriores alemán y el Ministerio de Propaganda de Joseph Goebbels esperaban que la negativa de otros países a admitir a los judíos contribuyera a la realización de los objetivos antisemitas del régimen. Antes incluso de que el barco zarpara, los propietarios del "St. Louis", la línea entre Hamburgo y América, sabían que era posible que los pasajeros tuvieran problemas para desembarcar en Cuba. Pero los pasajeros, que tenían en su poder certificados de descarga emitidos por el Director general de inmigración cubano, desconocían que, ocho días antes de que el barco zarpara, el Presidente cubano Federico Laredo Bru había emitido un decreto que invalidaba todos los certificados de descarga. Para entrar a Cuba era necesario contar con una autorización por escrito de la Secretaría de Estado y de Trabajo de Cuba y el pago de un bono de 500 dólares. (Los turistas de EE.UU. estaban exentos de pagar el bono.)
El viaje del "St. Louis" atrajo la atención de una gran cantidad de medios de comunicación. Incluso antes de que el barco saliera de Hamburgo, los periódicos derechistas cubanos, que albergaban sentimientos pro-fascistas, anunciaron la inminente llegada de la nave y solicitaron que se pusiera fin a la continua admisión de refugiados judíos. Cuando se denegó la entrada a Cuba a los pasajeros del "St. Louis", la prensa estadounidense y europea llevó la historia a millones de lectores de todo el mundo. A pesar de que por lo general los periódicos estadounidenses relataban la situación de los pasajeros con un alto grado de compasión, sólo unos pocos sugirieron que los refugiados deberían ser admitidos en los Estados Unidos.
Sin saberlo, los pasajeros iban a convertirse en las víctimas de una amarga lucha interna entre los integrantes del gobierno cubano. El Director general de la oficina de inmigración del país, Manuel Benítez González, se encontraba bajo el escrutinio público debido a la venta de los certificados de descarga. De forma rutinaria, había vendido dichos documentos por 150 dólares o más y, según las estimaciones realizadas por los oficiales estadounidenses, había amasado un fortuna personal de entre 500.000 y 1.000.000 de dólares. A pesar de que era el protegido del Coronel en jefe del ejército
cubano (y futuro presidente) Fulgencio Batista, la corrupción de Benítez y los beneficios que había amasado alimentaron el resentimiento del gobierno cubano, lo cual llevó a su dimisión.
Cuando el "St. Louis" llegó al puerto de La Habana el 27 de mayo, sólo se permitió el desembarco de 28 pasajeros. Seis de ellos no eran judíos (4 españoles y 2 cubanos). Los restantes 22 pasajeros disponían de documentos de entrada válidos. Otro pasajero terminó en el hospital de La Habana tras un intento de suicidio.
Más que el dinero, los factores de mayor peso en Cuba eran la corrupción y las luchas de poder interno. El país atravesaba una depresión económica y muchos cubanos estaban resentidos con el relativamente alto número de refugiados que ya se encontraban en Cuba, incluidos 2.500 judíos, que se consideraban como competidores para los escasos trabajos.
La hostilidad contra los inmigrantes tenía otras dos raíces: el antisemitismo y la xenofobia. La creciente aversión se veía alimentada por los agentes de Alemania, así como por los movimientos de derecha locales, como el partido nazi cubano. Varios periódicos de La Habana y de las provincias fomentaron estos sentimientos al publicar acusaciones de que los judíos eran comunistas. Tres de los periódicos (Diario de la Marina, Avance yAlerta) eran propiedad de la influyente familia Rivero, que apoyaba de forma incondicional al líder fascista español Francisco Franco. Los informes sobre la llegada del "St. Louis" provocaron una enorme manifestación antisemita en La Habana el 8 de mayo, cinco días antes de que el barco zarpara de Hamburgo. Esta manifestación antisemita, la más grande en la historia de Cuba, había sido patrocinada por Grau San Martín, un ex presidente cubano. El portavoz de Grau, Primitivo Rodríguez, urgió a los cubanos a "luchar contra los judíos hasta echar al último". La manifestación atrajo a 40.000 personas. Otros miles la escucharon por la radio.
El 28 de mayo, el día después de que el "St. Louis" llegara a La Habana, Lawrence Berenson, un abogado que representaba al Comité Judío Americano para la Distribucíon Conjunta (JDC), llegó a Cuba para negociar en nombre de los pasajeros del "St. Louis". Berenson había sido presidente de la Cámara de comercio cubanoestadounidense y tenía amplia experiencia empresarial en Cuba. Se reunió con el Presidente Bru, quien se negó a permitir que los pasajeros entraran al país. El 2 de junio, Bru ordenó que el barco se marchara de aguas cubanas. Pero mientras el "St.
Louis" navegaba lentamente hacia Miami, las negociaciones continuaron. Bru se ofreció a admitir a los pasajeros si el JDC abonaba un bono de 435.500 dólares (500 dólares por pasajero). Berenson realizó una contraoferta, que Bru rechazó, y luego rompió las negociaciones.
El "St. Louis" navegaba tan cerca de Florida que los pasajeros podían ver las luces de Miami y enviaron un telegrama al Presidente Franklin D. Roosevelt para solicitarle refugio. Roosevelt nunca respondió. El Departamento de Estado y la Casa Blanca ya habían decidido no permitirles la entrada a los Estados Unidos. Un telegrama del Departamento de Estado enviado a un pasajero informaba de que los pasajeros debían "esperar su turno en la lista de espera y luego cumplir con los requisitos necesarios para obtener el visado de inmigración para ser admitidos en los Estados Unidos". Los diplomáticos estadounidenses en La Habana solicitaron al gobierno cubano que admitiera a los pasajeros por motivos "humanitarios".
Las cuotas establecidas en la Ley de inmigración de 1924 limitaban estrictamente el número de inmigrantes que se podían admitir en los Estados Unidos cada año. En 1939, la cuota anual combinada de inmigración germano-austríaca ascendía a 27.370, cifra que se alcanzaba rápidamente. De hecho, ya había una lista de espera de varios años. La única manera de otorgar los visados a los pasajeros del St. Louis era negándoselos a los miles de judíos alemanes que ya habían solicitado un visado. El Presidente Roosevelt podría haber emitido un decreto para admitir refugiados adicionales, pero decidió no hacerlo por varios motivos políticos.
La opinión pública estadounidense, a pesar de que simpatizaba ostensiblemente con la situación de los refugiados y condenaba la política de Hitler, seguía favoreciendo las restricciones de inmigración. La Gran Depresión había dejado a millones de estadounidenses sin empleo y temerosos de la competencia económica para los escasos trabajos disponibles. También había alimentado el antisemitismo, la xenofobia, el nativismo y el aislacionismo. Una encuesta de Fortune Magazine realizada en aquel entonces indicó que el 83% de los estadounidenses se oponía a la flexibilización de las restricciones de inmigración. Muy pocos políticos estaban dispuestos a desafiar el sentir de la nación. Al tiempo que los pasajeros del "St. Louis" buscaban asilo, el proyecto de ley Wagner-Rogers, que hubiera permitido la admisión de 20.000 niños judíos provenientes de Alemania independientemente de la cuota existente, fue rechazado en el comité. El presidente Roosevelt guardó silencio en lo referente al proyecto de ley Wagner-Rogers y a la
admisión de los pasajeros del "St. Louis". Siguiendo la negativa del gobierno de los Estados Unidos de permitir el desembarque de los pasajeros, el "St. Louis" regresó a Europa el 6 de junio de 1939. Las organizaciones judías (particularmente el JDC) negociaron con los gobiernos europeos para permitir que los pasajeros fueran admitidos en Gran Bretaña, Holanda, Bélgica y Francia. Muchos de los pasajeros que desembarcaron en la Europa continental más adelante se encontraron bajo el poder nazi. VÍCTIMAS DE LA ERA NAZI: IDEOLOGÍA RACIAL DE LOS NAZIS EL HOLOCAUSTO El Holocausto es un hecho central para nuestra comprensión de la civilización occidental, el estado nación y la sociedad burocrática moderna, así como la naturaleza humana. Se trató del asesinato en masa premeditado de millones de civiles inocentes. Impulsado por una ideología racista que consideraba a los judíos como “indeseables parásitos” dignos solo de erradicación, los nazis implementaron el genocidio en una escala sin precedentes. Eligieron a todos los judíos de Europa para la destrucción: los enfermos y los sanos, los ricos y los pobres, los ortodoxos religiosos y los convertidos al cristianismo, los ancianos y los jóvenes, incluso los niños. Aproximadamente dos de cada tres judíos que vivían en Europa antes de la guerra fueron asesinados en el Holocausto. Cuando la Segunda Guerra Mundial terminó en 1945, habían muerto seis millones de judíos europeos; más de un millón de las víctimas eran niños. Incluso estas estadísticas son engañosas, dado que la mayoría de los sobrevivientes vivía en áreas de Europa no ocupadas por Alemania durante la guerra: áreas del este de la Unión Soviética, Gran Bretaña, Bulgaria y estados neutrales como España, Portugal, Suiza y Suecia. Decenas de miles de judíos también sobrevivieron en la Europa bajo ocupación alemana escondidos o como prisioneros en campos de concentración hasta la liberación. Los alemanes y sus colaboradores eran implacables a la hora de capturar y matar a los judíos en las áreas de Europa que controlaban.
Mucho se ha escrito sobre lo que ocurrió durante la era del Holocausto y sobre dónde, cuándo y cómo los nazis llevaron adelante sus planes homicidas. Sin embargo, para comenzar a comprender las acciones de los nazis, en primer lugar es necesario analizar y comprender la base teórica que los condujo a concebir semejantes planes. Un examen de los principios de la ideología nazi de la raza explica en parte su implacable compromiso con la aniquilación física de los judíos europeos.
LA IDEOLOGÍA NAZI DE LA RAZA Adolf Hitler, el Führer (líder) del partido Nazi, formuló y articuló las ideas que llegaron a conocerse como la ideología nazi. Se consideraba a sí mismo un pensador profundo y riguroso y estaba convencido de que había encontrado la clave para comprender un mundo extraordinariamente complejo. Creía que las características, actitudes, habilidades y comportamientos de una persona estaban determinados por su presunta constitución racial. Desde el punto de vista de Hitler, todos los grupos, razas o pueblos (usaba esos términos indistintamente) poseían rasgos inherentes e inmutables que se transmitían de generación en generación. Ningún individuo podía superar las cualidades innatas de la raza. Toda la historia humana podía explicarse en términos de la lucha de razas. Para formular su ideología de la raza, Hitler y los nazis tomaron ideas de los darwinistas sociales alemanes de fines del siglo XIX. Al igual que los darwinistas sociales que los precedieron, los nazis creían que los seres humanos se podían clasificar colectivamente en “razas” y que cada una de esas razas tenía características distintivas que se habían transmitido genéticamente desde la primera aparición de los humanos en tiempos prehistóricos. Estas características heredadas no solo se relacionaban con la apariencia externa y con la estructura física, sino que también influían en la vida mental, los modos de pensar, las habilidades creativas y organizativas, la inteligencia, el gusto y la valoración de la cultura, la fortaleza física y la destreza militar.
Los nazis también adoptaron la visión de los darwinistas sociales respecto a la teoría darwiniana de la evolución respecto a la “supervivencia del más apto”. Para los nazis, la supervivencia de una raza dependía de su capacidad para reproducirse y multiplicarse, la acumulación de tierras para mantener y alimentar a esa población en crecimiento, y el cuidado en mantener la pureza de su patrimonio genético para así preservar las características “raciales” únicas con las que la “naturaleza” la había dotado para que tuviera éxito en la lucha por sobrevivir. Como cada “raza” buscaba expandirse, y dada la finitud del espacio en la Tierra, la lucha por la supervivencia se traducía “naturalmente” en conquista violenta y confrontación militar. Por lo tanto, la guerra -- incluso la guerra constante -- era parte de la naturaleza, una parte de la condición humana.
Para definir una raza, los darwinistas sociales establecían estereotipos, tanto positivos como negativos, de la apariencia, el comportamiento y la cultura de los grupos étnicos, que supuestamente eran invariables y estaban arraigados en la herencia biológica, eran inmutables a lo largo del tiempo e inmunes a cambios en el entorno, el desarrollo intelectual o la socialización. Para los nazis, la asimilación de un miembro de una raza
por parte de otra cultura o grupo étnico era imposible porque los rasgos hereditarios originales no podían cambiar: solamente se podían degenerar a través de la llamada mezcla de razas.
GRUPOS PERSEGUIDOS Los nazis definían a los judíos como una “raza”. Los nazis, quienes consideraban que la religión judía era irrelevante, atribuyeron una amplia variedad de estereotipos negativos sobre los judíos. Asimismo, atribuyeron el comportamiento “judío” a una herencia inalterable, determinada biológicamente, que impulsaba a la “raza judía”, al igual que otras razas, a luchar por la supervivencia por medio de la expansión y a expensas de otras razas. El concepto ideológico de raza de los nazis, si bien clasificaba a los judíos como el “enemigo” prioritario, también señalaba a otros grupos para la persecución, el encarcelamiento y la aniquilación. Esos grupos comprendían a romaníes (gitanos),discapacitados, polacos, prisioneros de guerra soviéticos y afroalemanes. Los nazis también identificaron como enemigos y como un riesgo para la seguridad a los disidentes políticos,testigos de Jehová, homosexuales y presuntos antisociales, ya sea porque se oponían conscientemente al régimen nazi o porque algún aspecto de su comportamiento no se ajustaba a las percepciones nazis de las normas sociales. Buscaban eliminar a los inconformistas nacionales y a las llamadas amenazas raciales a través de una purga perpetua de la sociedad alemana. Los nazis creían que las razas superiores no solo tenían el derecho sino que tenían la obligación de sojuzgar e incluso exterminar a las inferiores. Creían que esta lucha de razas era coherente con las leyes de la naturaleza. Los nazis perseguían una visión estratégica de una raza alemana dominante que controlara a los pueblos sometidos, especialmente a los eslavos y a los llamados asiáticos (nombre con el que se referían a los pueblos de las zonas soviéticas del Asia Central y las poblaciones musulmanas de la región del Cáucaso), a quienes consideraban innatamente inferiores. Con fines propagandísticos, los nazis solían enmarcar a esta visión estratégica en términos de una cruzada para salvar a la civilización occidental de estos bárbaros “orientales” o “asiáticos” y sus líderes y organizadores judíos.
EL COLECTIVO RACIALMENTE DEFINIDO Para Hitler y otros líderes del movimiento nazi, el valor último de un ser humano no yacía en su individualidad, sino en su pertenencia a una colectividad racialmente definida. El objetivo principal de un colectivo racial era garantizar su propia
supervivencia. La mayoría de la gente estaría de acuerdo en que los humanos tienen un instinto individual de supervivencia, pero Hitler asumía que había un instinto colectivo de supervivencia centrado en la pertenencia a un grupo, un pueblo o una raza (usando estos términos indistintamente). Para los nazis, este instinto colectivo de supervivencia siempre implicaba salvaguardar la pureza de la “raza” y la lucha por el territorio contra las “razas” competidoras. Según Hitler y otros, mantener la pureza de la raza era importante porque la mezcla de razas con el tiempo conduciría a la degradación y degeneración de una raza hasta el punto de perder sus características distintivas y, en efecto, perder la capacidad de defenderse efectivamente y así quedar condenada a la extinción. Hitler insistía en que el territorio era vital porque el crecimiento de la población de una raza lo requería. Hitler creía que, sin territorio nuevo para sostener a una población en crecimiento, la raza terminaría estancándose y finalmente desaparecería.
Los nazis también postularon la idea de una jerarquía cualitativa de razas en la que no todas las razas eran iguales. Hitler creía que los alemanes pertenecían a un grupo superior de razas al que llamaba “ario”. Hitler afirmaba que la raza “aria” alemana había sido mejor dotada que las demás y que esa superioridad biológica destinaba a los alemanes a estar al mando de un vasto imperio en Europa Oriental.
LA RAZA "ARIA" Pero Hitler advertía que sobre la raza “aria” alemana pesaba una amenaza de disolución tanto interna como externa. La amenaza interna estaba oculta en los matrimonios mixtos entre alemanes “arios” y miembros de razas inherentemente inferiores: judíos, romaníes, africanos y eslavos. Se decía que la descendencia de estos matrimonios diluía las características superiores reflejadas en la sangre alemana y que eso debilitaba la raza en su lucha por la supervivencia contra otras razas. El Estado alemán de entreguerras había debilitado más la raza “aria” alemana tolerando la procreación entre personas a quienes los nazis consideraban genéticamente degeneradas y una influencia perjudicial para la higiene de la raza en su totalidad: gente con discapacidades físicas o mentales, delincuentes habituales o profesionales y personas que se involucraban compulsivamente en “comportamientos desviados” desde el punto de vista social, según la percepción de los nazis. Entre este grupo se encontraban los desamparados, las mujeres supuestamente promiscuas, la gente que no podía mantener un trabajo o los alcohólicos, entre otros.
La raza “aria” alemana también enfrentaba una amenaza de disolución externa porque, según Hitler, la República de Weimar estaba perdiendo la competencia por la tierra y la población en manos de las razas eslava y asiática, que eran “inferiores”. En esta competencia, la “raza judía” había pulido su herramienta socialista tradicional -- el comunismo soviético -- para movilizar a los eslavos, considerados de otro modo incapaces, y hacerles creer a los alemanes que el instrumento artificial del conflicto de clases sustituía al instinto natural de la lucha racial. Hitler creía que la falta de espacio vital reducía la tasa de natalidad de los alemanes a niveles peligrosamente bajos. Para empeorar las cosas, Alemania había perdido la Primera Guerra Mundial y, por el Tratado de Versalles, había sido forzada a cederles a sus vecinos miles de millas de tierras valiosas. Para sobrevivir, sostenía Hitler, Alemania debía romper el encierro en el que sus enemigos mantenían al país y conquistar vastos territorios de los eslavos en el Este. La conquista del Este le proporcionaría a Alemania el espacio necesario para expandir enormemente su población, los recursos para alimentar a dicha población y los medios para concretar el destino biológico de ser la raza superior con el estatus que le corresponde a una potencia mundial.
ELIMINACIÓN DE LOS ENEMIGOS RACIALES Hitler y el partido nazi señalaron a sus enemigos raciales en términos claros e inequívocos. Para Hitler y los nazis, los judíos representaban un enemigo prioritario, tanto dentro como fuera de Alemania. Su supuesta constitución racial y genética inferior generaba los sistemas de explotación del capitalismo y el comunismo. En su impulso por expandirse, los judíos promovían y usaban estos sistemas de gobierno y organización estatal, incluyendo constituciones, proclamaciones de igualdad de derechos y paz internacional, para socavar la conciencia de raza de las razas superiores -- como la alemana -- y para posibilitar la disolución de la sangre superior a través de la asimilación y los matrimonios mixtos. Los judíos usaban herramientas que estaban bajo su control o sujetas a su manipulación -- los medios de comunicación, la democracia parlamentaria con su énfasis en los derechos individuales, y las organizaciones internacionales dedicadas a la reconciliación pacífica de los conflictos nacionales -- para llevar su expansión de impulso biológico al poder mundial. Si Alemania no actuaba decididamente contra los judíos tanto en el interior como en el exterior, sostenía Hitler, las hordas infrahumanas de eslavos y asiáticos incivilizados que los judíos podían movilizar eliminarían a la raza “aria” alemana.
Para Hitler, la intervención gubernamental para segregar las razas, promover la reproducción de quienes poseían las “mejores” características, evitar la reproducción de quienes poseían características inferiores y prepararse para guerras expansionistas ponía a la nación alemana en sintonía con su instinto natural de supervivencia biológicamente determinado. Además, fomentaba la conciencia “natural” de raza entre el pueblo alemán, una conciencia que los judíos buscaban suprimir a través de la democracia parlamentaria, acuerdos internacionales de cooperación y conflicto de clases. Hitler creía que, en virtud de su superioridad racial, los alemanes tenían el derecho y la obligación de quitarles territorio en el Este a los eslavos, los “asiáticos” y sus titiriteros judíos. Al perseguir estos objetivos, insistía Hitler, los alemanes seguían sus propios instintos naturales. Para derrotar y dominar a los eslavos definitivamente, la raza superior alemana tenía que aniquilar a las clases dirigentes de la región y a los judíos, que eran la única “raza” capaz de organizar a las razas inferiores a través de una embrutecedora doctrina comunista bolchevique, que era una ideología “judía” biológicamente fijada.
Para eliminar esta doctrina perniciosa, y peligrosa para la supervivencia alemana, había que eliminar al pueblo que era su abanderado por naturaleza. Hitler creía que ese era el modo en que funcionaba la naturaleza. A fin de cuentas, el programa de guerra y genocidio de Hitler derivaba de lo que él veía como una ecuación: los alemanes "arios" tendrían que expandirse y dominar, un proceso que exigiría la eliminación de todas las amenazas raciales -- especialmente la judía -- o de lo contrario serían ellos quienes enfrentarían la extinción. LAS VICTIMAS POLACAS
Ciudadanos polacos ahorcados por los nazis en Sosnowiec. Polonia, durante la guerra. — YIVO Institute for Jewish Research, New York La ocupación alemana de Polonia era excepcionalmente brutal. Los nazis consideraban los polacos a ser inferiores racialmente. Siguiendo la derrota militar de Polonia por Alemania en septiembre de 1939, los alemanes empezaron una campaña de terror. La policía alemana fusiló a miles de polacos y requirió que todos los hombres polacos hagan trabajos forzados. Los nazis querían destruir la cultura polaca con la eliminación del liderazgo político, religioso, y intelectual polaco. Esto fue hecho en parte por el odio alemán de la cultura polaca y en parte para impedir la resistencia contra la ocupación.
En mayo de 1940, las autoridades de la ocupación alemana lanzaron AB-Aktion, un plan para eliminar la intelectualidad polaca y el liderazgo. El objetivo era de matar a los lideres polacos con gran rapidez, y así metiendo miedo en la población general y disuadiendo la resistencia. Los alemanes fusilaron a miles de maestros, curas y otros intelectuales en matanzas masivas en y acerca de Varsovia, especialmente en la prisión Pawiak. Los nazis mandaron a miles más al campo de concentración nuevamente construido en Auschwitz, a Stuthof, y a otros campos de concentración en Alemania donde polacos no judíos constituían la mayoría de los prisioneros hasta marzo de 1942. Los nazis tomaron medidas represalias indiscriminadas contra las poblaciones en áreas donde encontraban resistencia. Estas políticas incluían expulsiones masivas. En noviembre de 1942, los alemanes expulsaron más de 100.000 personas de la región de Zamosc; muchos fueron deportados a los campos de Auschwitz y Majdanek. Aproximadamente 50.000 niños polacos fueron llevados de sus familias, transferidos al Reich, y sujetos a las políticas de “alemanización”.
Siguiendo el anexo de Polonia occidental a Alemania, Hitler ordenó la “alemanización” del territorio polaco. Los gobernadores nazis (como Arthur Greiser en el Warthegau y Albert Forster en Danzig-Prussia oeste) expulsaron cientos de miles de polacos de sus casas en el Gobierno General. Más de 500.000 alemanes étnicos fueron luego asentados en estas áreas.
Un gobierno en exilio polaco dirigido por Wladyslaw Sikorski fue establecido en Londres. Era representado en tierra polaca por la resistencia “Delegatura”, cuya función primaria era de coordinar las actividades del Ejército Domestico Polaco (Armia Krajowa). La resistencia polaca organizó un levantamiento violento masivo contra los alemanes en Varsovia en agosto de 1944. La revuelta duró dos meses pero fue eventualmente aplastado por los alemanes. Más de 200.000 polacos murieron en el levantamiento.
Entre 1939 y 1945, por lo menos 1,5 millones de ciudadanos polacos fueron deportados al territorio alemán para hacer trabajos forzados. Cientos de miles también fueron encarcelados en campos de concentración nazis.
Es calculado que los alemanes mataron a por lo menos 1,9 millones de polacos no judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Además, los alemanes asesinaron a por lo menos 3 millones de ciudadanos judíos de Polonia.
LA VIDA EN LAS SOMBRAS: LOS NIÑOS OCULTOS Y EL HOLOCAUSTO
Durante una redada de deportación en Polonia oriental en 1942, Gitta Rosenzweig—en ese entonces, de tres o cuatro años—fue enviada a un escondite. Terminó en un orfanato católico. En 1946, Ida Rosenshtein, una amiga de la familia y sobreviviente, supo del paradero de la niña y la reclamó. El orfanato, después de negar que tuviera a una niña judía, cedió la custodia luego de que Ida reconociera a Gitta y un comité judío local pagara un dinero por "rescate". En esta foto, se ve a Gitta el día en que dejó el orfanato. — Gift of Gitta Rosenzweig
Cuando la Segunda Guerra Mundial terminó en 1945, había seis millones de judíos europeos muertos. Los habían matado en elHolocausto. Más de un millón de las víctimas eran niños. Impulsados por una ideología racista que consideraba a los judíos “indeseables parásitos” dignos solo de erradicación, los nazis implementaron el genocidio en una escala sin precedentes. Todos los judíos de Europa fueron elegidos para la destrucción: los enfermos y los sanos, los ricos y los pobres, los ortodoxos religiosos y los convertidos al cristianismo, los ancianos y los jóvenes, incluso los niños.
No obstante, miles de niños judíos sobrevivieron a esta cruel matanza, muchos de ellos porque estaban ocultos. Con identidades cambiadas y a menudo ocultos físicamente del mundo exterior, estos jóvenes enfrentaron temor, dilemas y peligro constante. Su vida estaba en las sombras, donde cualquier comentario descuidado, denuncia o los murmullos de vecinos inquisitivos podía llevar al descubrimiento y la muerte. VIENA
El exterior de un comercio de propiedad judía dañado por el bombardeo nazi austríaco antes de la anexión de Austria. Viena, Austria, entre 1933 y 1938. — Dokumentationsarchiv des Oesterreichischen Widerstandes Viena fue durante cinco siglos la capital de un gran imperio multinacional bajo la dinastía de los Habsburgo, de habla alemana. Después de 1918, pasó a ser la capital de la pequeña República de Austria. En 1934, en Viena había 1,9 millones de habitantes, lo cual era el 28 por ciento de la población total del país. En 1938, vivían unos 170.000 judíos en la ciudad, además de aproximadamente 80.000 personas de ascendencia
mixta judía y cristiana. Incluidos los convertidos del judaísmo, la población judía vienesa puede haber llegado a 200.000, más del 10 por ciento de los habitantes de la ciudad. Viena era un importante centro de cultura y educación judía. La ciudad era también un centro de pensamiento sionista y Theodor Herzl, el padre del sionismo, había estudiado en la Universidad de Viena. Muchos judíos vieneses estaban bien integrados en la sociedad y la cultura urbana. Los judíos constituían altos porcentajes de los médicos y abogados, empresarios y banqueros, artistas y periodistas de la ciudad.
En marzo de 1938, la Alemania nazi incorporó a la República Austriaca en lo que llegó a conocerse como “Anschluss”. Una vez que asumieron el poder, los nazis rápidamente aplicaron legislación antisemita alemana a Viena y al interior de Austria. El propósito de esta legislación era excluir a los judíos de la vida económica, cultural y social de la anterior Austria. Las autoridades cerraron las oficinas de la comunidad judía y enviaron a los miembros del consejo al campo de concentración de Dachau. Antes del verano de 1939, el gobierno ya había cerrado o confiscado cientos de fábricas y miles de empresas de propietarios judíos. EMIGRACIÓN DESDE VIENA Después del Anschluss, Viena se convirtió en el centro de la emigración judía desde Austria. Los que trataban de conseguir visas y otros documentos necesarios para emigrar debían hacer largas filas, día y noche, frente a oficinas municipales, policiales y de pasaportes. A los aspirantes a emigrantes se los obligaba a pagar una tarifa de salida y a declarar todas sus propiedades inmuebles y la mayor parte de sus bienes muebles, los cuales eran confiscados cuando salían del país. En 1938, el capitán de las SS Adolf Eichmann (quien más tarde sería el más ferviente “experto” en deportaciones del Reich), en conjunto con el Inspector de la Policía de Seguridad y el SD en Viena, General de Brigada Walter Stahlecker (quien más tarde sería comandante de un escuadrón móvil de matanza,Einsatzgruppe A), estableció una Oficina Central para Emigración Judía en Viena. Antes del 17 de mayo de 1939, cerca de la mitad de la población judía total de Austria había emigrado, con lo cual quedaban solo unos 121.000 judíos en Austria (casi 8.000 en Viena). Si bien el ritmo de la emigración disminuyó poco a poco con la creciente amenaza de guerra y su estallido en septiembre de 1939, otros 28.000 judíos pudieron salir de Austria entre mayo de 1939 y mediados de 1942. LA KRISTALLNACHT EN VIENA El pogrom de noviembre de 1938, popularmente conocido como
laKristallnacht (“Noche de los vidrios rotos”), fue especialmente brutal en Viena. A los miembros del partido nazi y sus varias organizaciones paramilitares (incluidas las SA y SS) se le unieron civiles, envalentonados por la falta de intervención policial, para formar multitudes “espontáneas” que incendiaron con antorchas la mayoría de las sinagogas y pequeñas casas de oración de la ciudad. Muchas de ellas quedaron totalmente destruidas a la vista del público y el personal del departamento de bomberos, que intervenían solo cuando las llamas amenazaban con llegar a los edificios vecinos. Las empresas judías también fueron destrozadas y saqueadas. La policía alemana arrestó a unos 6.000 judíos austriacos y los deportaron al campo de concentración de Dachau. Una pequeña cantidad de los arrestados fueron enviados al campo de concentración de Buchenwald. Solo fueron liberados los que prometieron emigrar de inmediato, dejando todos sus bienes. Veintisiete judíos austriacos fueron asesinados durante el curso del pogrom. DEPORTACIONES DESDE VIENA Durante la guerra, la política alemana con respecto a la población judía se desplazó desde la expropiación y la emigración hacia la deportación forzosa. Las deportaciones masivas sistemáticas de los judíos vieneses comenzaron en el otoño de 1939 cuando, por orden de Eichmann, las autoridades policiales y de las SS deportaron a unos 1.500 judíos desde Viena a un campo de detención en Nisko, Polonia. A fines del invierno de 1941, los alemanes deportaron a otros aproximadamente 4.500 judíos vieneses a la Polonia bajo ocupación (principalmente a Izbica y otros ghettos de la región de Lublin), donde a la mayoría los asesinaron más tarde. En el otoño de 1941 y la primavera de 1942, los alemanes deportaron a otros miles de judíos desde Viena a ciudades de la Unión Soviética bajo ocupación (Riga, Kovno, Vilna y Minsk). Las autoridades policiales y de las SS ubicadas en el lugar asesinaron a esos judíos, en su mayoría en fusilamientos masivos. Miles de judíos vieneses también fueron deportados a los ghettos de Lodz y Theresienstadt. En octubre de 1942, solo quedaban unos 8.000 judíos en territorio austriaco. Las autoridades alemanas deportaron a aproximadamente 1.900 de esos judíos en 1943 y 1944. Algunos permanecieron escondidos. Muchos de los que quedaban en Viena estaban casados con personas no judías. En total, las SS y la policía deportaron a unos 47.555 austriacos al este. La gran mayoría de esos judíos, junto con unos 18.000 refugiados en Austria, fueron asesinados durante el Holocausto. TRABAJOS FORZADOS EN VIENA En 1944, las autoridades policiales y de las SS de Alemania, con la ayuda de gendarmes húngaros, deportaron a decenas de miles de judíos húngaros a Austria para que
realizaran trabajos forzados. Miles de judíos húngaros fueron encarcelados en el campo de trabajo Strasshof de Viena, donde los reclutaron para construir fortificaciones. Varios de los campos de trabajos forzados de Viena estaban bajo la administración del campo de concentración de Mauthausen. Las fuerzas soviéticas liberaron a Viena el 4 de abril de 1945. Bajo la ocupación conjunta de los aliados, Viena, al igual que Berlín, fue dividida en cuatro zonas. Este acuerdo conjunto de poder compartido terminó formalmente en mayo de 1955. VILNA
Un grupo de partisanos judíos en el bosque Rudniki, cerca de Vilna, entre 1942 y 1944. — US Holocaust Memorial Museum Tanto Polonia como Lituania reclamaron Vilna (Vilnius) después de la Primera Guerra Mundial. Las fuerzas polacas ocuparon Vilna en 1920 y, antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial, la ciudad formaba parte del noreste de Polonia.
Bajo las condiciones del pacto entre Alemania y la Unión Soviética, Vilna, junto con el resto de Polonia del este, fue ocupada por las fuerzas soviéticas a finales de septiembre de 1939. En octubre de 1939, la Unión Soviética transfirió la región de Vilna a Lituania. En aquellos momentos la población de la ciudad era de 200.000 personas, incluidos más de 55.000 judíos. Además, entre 12.000 y 15.000 refugiados judíos de la parte de Polonia ocupada por Alemania encontraron refugio en la ciudad. Las fuerzas soviéticas ocuparon Lituania en junio de 1940 y en agosto de 1940 incorporaron Vilna, junto con el resto de Lituania, a la Unión Soviética. El 22 de junio de 1941, Alemania atacó a las fuerzas soviéticas en el este de Europa. El ejército alemán ocupó Vilna el 24 de junio de 1941, el tercer día después de la invasión.
EL GHETTO DE VILNA En julio de 1941, la administración militar alemana publicó una serie de decretos en contra de los judíos. Durante ese mismo mes, los Einsatzgruppen alemanes (equipos móviles de matanza), ayudados por auxiliares de Lituania, mataron a 5.000 hombres judíos en el bosque de Ponary, a 13 km (8 millas) de Vilna. Una administración civil alemana tomó el control de Vilna en agosto de 1941. Al final del mismo mes, los alemanes mataron a otros 3.500 judíos en Ponary.
A principios de septiembre de 1941 los alemanes establecieron dos ghettos (el ghetto nº 1 y el ghetto nº 2) en Vilna. Aquellos judíos a los que se les consideraba incapaces de trabajar se les concentraba en el ghetto nº 2. En octubre de 1941, los destacamentos de los Einsatzgruppe alemanes y los auxiliares lituanos destruyeron el ghetto nº 2 y mataron a su población en Ponary. La prisión de Lukiszki sirvió como centro de recogida de los judíos que se iban a llevar a Ponary y a los que se iba a fusilar. A finales de 1941, los Einsatzgruppen habían matado a cerca de 40.000 judíos en Ponary. Se obligó a los judíos del ghetto nº 1 a trabajar en fábricas o en proyectos de construcción fuera del ghetto. Algunos judíos fueron enviados a los campos de trabajo de la región de Vilna. En operaciones de matanza periódicas, la mayoría de los habitantes del ghetto fueron masacrados en Ponary. Desde la primavera de 1942 hasta la primavera de 1943, en Vilna no se realizaron operaciones de masacre. Los alemanes reanudaron las matanzas durante la liquidación final del ghetto nº 1 a finales de septiembre de 1943. Los niños, los ancianos y los enfermos fueron enviados al campo de exterminio de Sobibor o fueron fusilados en Ponary. A los hombres que sobrevivieron los enviaron a los campos de trabajo de Estonia, mientras que las mujeres fueron enviadas a los campos de trabajo de Letonia.
RESISTENCIA EN EL GHETTO DE VILNA El ghetto de Vilna tenía un movimiento de resistencia judíasignificativo. En 1942 se formó un grupo de partisanos judíos conocidos como la Organización de Partisanos Unidos (Fareynegte Partizaner Organizatsye; FPO) que funcionaba dentro del ghetto. La resistencia creó lugares ocultos para esconder armas y se preparó para luchar contra los alemanes. A principios de septiembre de 1943, al darse cuenta de que los alemanes pretendían llevar a cabo la destrucción final del ghetto, los miembros de la resistencia lucharon contra los alemanes, que habían entrado en el ghetto para comenzar las deportaciones. El Consejo Judío, sin embargo, acordó cooperar en las deportaciones de judíos desde el ghetto, con la esperanza de reducir al mínimo la matanza. Por lo tanto, el FPO decidió huir a los bosques próximos para luchar contra los alemanes. Algunos combatientes del ghetto escaparon de la destrucción final del mismo, huyendo a través de las alcantarillas para unirse a los guerrilleros en los bosques de Rudninkai y de Naroch en las afueras de la ciudad. En septiembre de 1943, en un intento de destruir la evidencia de la matanza de judíos en Ponary, los alemanes obligaron a los destacamentos de trabajadores judíos a abrir las fosas comunes y quemar los cadáveres. En Ponary se siguió matando a los judíos de los campos de trabajo próximos.
Durante la ocupación alemana, en Ponary fueron masacrados decenas de miles de judíos de Vilna y de los alrededores, así como prisioneros de guerra soviéticos y cualquiera que fuera sospechoso de oponerse a los alemanes. Las fuerzas soviéticas liberaron Vilna en julio de 1944. WESTERBORK El campo de Westerbork estaba ubicado en el sector noreste de los Países Bajos, en la provincia holandesa de Drenthe, cerca de las localidades de Westerbork y Assen. El gobierno holandés creó un campo en Westerbork en octubre de 1939 para recluir a refugiados judíos que habían ingresado a los Países Bajos de manera ilegal. El campo permaneció en funcionamiento después de la invasión alemana a los Países Bajos en mayo de 1940. En 1941 su población alcanzaba un número de 1.100 refugiados judíos, la mayoría de ellos provenientes de Alemania.
Desde 1942 hasta 1944, Westerbork funcionó como campo de tránsito para judíos holandeses antes de ser deportados a loscentros de exterminio de Polonia, ocupada por Alemania. A comienzos de 1942, los alemanes ampliaron el campo. En julio de ese año, la policía de seguridad alemana, con la ayuda de una compañía de las SS y de la policía militar holandesa, tomó el control de Westerbork. Erich Deppner fue designado comandante del campo, y la actividad del Westerbork, como campo de tránsito de las deportaciones hacia el este, comenzó con trenes de deportados que partían todos los martes. Desde julio de 1942 hasta el 3 de septiembre de 1944, los alemanes deportaron 97.776 judíos desde Westerbork: 54.930 a Auschwitz en 68 transportes, 34.313 a Sobibor en 19 transportes, 4.771 al gueto de Theresienstadt en 7 transportes, y 3.762 al campo de concentración de Bergen-Belsen en 9 transportes. La mayoría de los deportados a Auschwitz y Sobibor fueron asesinados al llegar. El campo de Westerbork tenía una “doble vida”. Mientras que la mayoría de los prisioneros permanecía en el campo por poco tiempo antes de ser deportados, había también una población de campo “permanente” de 2.000 personas, la mayoría de ellos judíos alemanes, miembros del consejo judío, empleados del campo y determinadas categorías de personas exentas de ser deportadas. Los alemanes alentaban a este grupo a realizar actividades “normales” como metalistería, trabajos en el área de la salud y actividades culturales. Una unidad de policía judía mantenía el orden y colaboraba con los transportes. Al final, sin embargo, la mayoría de los prisioneros “permanentes” también fueron enviados a los campos de concentración y campos de muerte.
A comienzos de abril de 1945, debido a que las tropas aliadas se aproximaban al campo, los alemanes abandonaron Westerbork. El 12 de abril de 1945, las fuerzas canadienses lo liberaron y encontraron a 876 prisioneros. YUGOSLAVIA
En el ayuntamiento de Sarajevo, se iza una bandera con una esvástica después de que las fuerzas alemanas capturaran la ciudad. Sarajevo, Yugoslavia, 16 de abril de 1941. — National Archives and Records Administration, College Park, Md. En 1941, vivían en Yugoslavia unos 78.000 judíos, incluidos cerca de 4.000 judíos extranjeros o sin patria que habían hallado refugio en el país durante la década de 1930.
En abril de 1941, la Alemania nazi invadió el sudeste de Europa, los Balcanes. Las fuerzas alemanas pudieron ocuparlos rápidamente gracias al apoyo de unidades militares de Italia, Bulgaria y Hungría.
La ex Yugoslavia fue dividida entre los vencedores. El noroeste fue ocupado por Alemania, que anexó el norte y el este de Eslovenia, y ocupó Serbia. En el norte, Alemania e Italia establecieron el estado fascista y proalemán de Croacia. También en el norte, Hungría se quedó con Backa, la región alrededor de Subotica. Bulgaria anexó la Macedonia yugoslava (el área sur, entre las ciudades de Skopje y Bitola). Italia ocupó las zonas costeras.
El destino de los judíos que vivían en Yugoslavia se vio afectado por los conflictos políticos y tácticos de Alemania y sus aliados.
SERBIA Alemania ocupó Serbia, donde estableció un gobierno militar en 1941. La mayoría de los judíos fueron recluidos en campos de concentración: en Topovske Supe, Sajmiste, Schabatz y Nisch. En agosto de 1941, la mayoría de los hombres recluidos fueron fusilados. En 1942, las SS trajeron una camioneta de gas (un camión con un compartimiento herméticamente cerrado que funcionaba como una cámara de gas) al
campo de Sajmiste, donde habían recluido a la mayoría de las mujeres y los niños judíos. Al menos 8.000 mujeres y niños judíos murieron de esta forma a fines de mayo. CROACIA En Croacia se creó un estado títere de los alemanes (en abril de 1941) y la Ustasha (fascistas croatas) instituyeron un reinado de terror y mataron sistemáticamente a serbios, judíos y romaníes (gitanos). Los fascistas croatas asesinaron o expulsaron a cientos de miles de serbios, violaron a sus mujeres y torturaron a los hombres, e incendiaron sus aldeas rurales, cuyos habitantes mataron. A fines de 1941, cerca de dos tercios de los judíos de Croacia habían sido encarcelados en campos de todo el territorio (Jadovno, Kruscica, Loborgrad, Djakovo, Tenje, Osijek y Jasenovac). La Ustasha asesinó más de 20.000 judíos en el campo de concentración de Jasenovac, a unos 96 kilómetros de la capital, Zagreb. En 1942 y 1943, unos 7.000 judíos fueron deportados desde Croacia a Auschwitz-Birkenau. Muchos judíos croatas que sobrevivieron a la guerra buscaron refugio en las zonas ocupadas por Italia. Las autoridades de este país rechazaron las exigencias alemanas de entregarlos, y en cambio reunieron en el campo de la isla de Rab, en la zona italiana, a muchos de los que estaban en la Yugoslavia bajo ocupación italiana. Después de que el gobierno italiano aceptara un armisticio con los aliados en septiembre de 1943, Alemania ocupó la zona italiana de Yugoslavia. Los miembros de la resistencia yugoslavos ayudaron a muchos ex prisioneros de Rab a evitar que las fuerzas alemanas los capturaran.
YUGOSLAVIA BAJO OCUPACIÓN HÚNGARA Y BÚLGARA Inicialmente, Hungría, aliado de Alemania, no deportaba a los judíos desde el territorio que ocupaba en Yugoslavia. Pero el ejército y la policía húngaros asesinaron a miles de judíos y serbios en la ciudad yugoslava de Novi Sad en enero de 1942. La deportación de la mayoría de los judíos del territorio bajo ocupación húngara comenzó poco después de que los alemanes ocuparan Hungría en marzo de 1944. Los alemanes concentraban a los judíos de la región de Backa (anteriormente parte de Yugoslavia) en tres campos: Backa-Topolya, Baja y Bacsalmas, y desde allí los deportaban a Auschwitz. A la mayoría los mataron en Auschwitz-Birkenau. Bulgaria no deportó a los judíos búlgaros, pero sí a los judíos no búlgaros de los territorios que había anexado de Yugoslavia y Grecia. En marzo de 1943, Bulgaria arrestó a todos los judíos de Macedonia, anteriormente parte de Yugoslavia, y de la Tracia, anteriormente parte de Grecia. En Macedonia, unos 7.000 judíos fueron recluidos en un campo de tránsito en Skopje. En la Tracia, se deportaron unos 4.000
judíos a puntos de reunión de Bulgaria en Gorna Dzhumaya y Dupnitsa, y se los entregó a los alemanes. Bulgaria deportó más de 11.000 judíos a territorio ocupado por los alemanes, y hacia finales del mes a la mayoría de ellos al campo de exterminio de Treblinka, en la Polonia bajo ocupación alemana. Las tropas alemanas se retiraron del noroeste de Yugoslavia a fines de abril de 1945. Aproximadamente 60.000 judíos yugoslavos fueron asesinados en el Holocausto. Miles de judíos yugoslavos sobrevivieron escondiéndose en casa de amigos o vecinos, o uniéndose a los miembros de la resistencia.