EMMANUEL LEVINAS

May 11, 2017 | Author: Faiver Mañosca | Category: N/A
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SER HOMBRE SIGNIFICA SER CON LOS DEMÁS OSCAR MAURICIO POSADA RESTREPO AGRADECIMIENTOS Agradecer es de personas que se sienten comprometidas con su existencia y se sienten movidas a decir la palabra que le da sentido a lo más profundo de la humanidad. Por eso es que, detrás de la realización de este trabajo “Ser Hombre significa Ser con los demás”, se encuentran muchos artífices a los cuales quiero pronunciar esta palabra: ¡Gracias! Gracias... a mi familia que desde siempre y hasta siempre me han acompañado y me acompañarán en todos los acontecimientos de mi vida. Gracias... a mi tutor Carlos Alberto, “Zoca”, que estuvo dispuesto a leer los textos inacabados y que con su ayuda se transformaron en letra viva. Gracias... a los parceros que siempre estuvieron dispuestos, y lo estarán, a leer y criticar las letras que nos hicieron grandes “Juaco”, “Faiver”, “Cova”, “Juancho”, “El Cofla Hinca”... Sus ideas sirvieron de puente para lo que hoy es una gran edificación... y cómo olvidar a mi amigo, confesor, director espiritual, director académico, hermano y formador, “Johnier” que siempre supo ser reflejo vivo de la alteridad.

PRÓLOGO El tiempo es limitación para el ser finito cuando éste disfruta de la relación consigo mismo en el tú y yo, de aquél que llena el vacío de la trascendencia. En el acompañamiento que Mauricio Posada Restrepo me ha permitido hacer en su trabajo monográfico, sobre el pensamiento, del siempre actual, Emmanuel Levinas, he podido bañarme en el recuerdo de mi experiencia en los claustros de L’institu Chatolique de París, donde descubrí, estudié, profundicé e hice realidad en mi vida el querer de Levinas; hacer del tiempo no sólo un horizonte ontológico del ser, sino un modo del más allá del ser,

como relación de mi pensamiento hacia el Otro, a través de diversas figuras: amigos, compañeros, fieles amantes del bien y de la humanidad, pobres que viven su pobreza como única herencia, en la sociedad del rostro del hombre que me interpela.

Es el rostro, del verdadero hombre quien hace la

representación y lleva al Otro a la presencia y a la co-existencia, donde el tiempo significaría una relación que no compromete la alteridad del Otro, porque el tiempo no es un hecho de un sujeto ilosado, sino que es la relación misma del sujeto con el Otro. Es el rostro el lugar primordial para el encuentro del Otro, es él quien rompe el orden de la fenomenalidad que me ofrece el vivir en la tranquilidad, en la certeza, en la propiedad de mi saber y pensar. El rostro del Otro es irreductibilidad de mi propia trascendencia que se refugia en mí, permanece en mí, aunque físicamente esté ausente, exteriorizado pero eternamente absorbido por mi interior, en lo más íntimo de mi intimidad; allí lo descubro frágil, desnudo y secreto. En la simplicidad de la esencia, el rostro se nos muestra como un signo puro, una firma que se escribe sobre la totalidad de mi existencia y que me identifica al Otro en su realidad, mejor que el mismo nombre.

Es único y

absoluto el rostro del Otro, es la expresión desnuda de su interior que hace la inflexión de mi existencia que me llama y me obliga a “ser” por el Otro. El rostro del Otro es aquel que el hombre no puede matar, porque es el rostro mi propio yo, reflejado en aquél que me habita por toda una eternidad, porque el rostro de mi amigo y hermano no se pierde de mi memoria ni con la propia muerte. Carlos Alberto Hurtado Z. Tutor

CONTENIDO pág. INTRODUCCIÓN

12

1.

HACIA UN PENSAMIENTO MÁS HUMANO

14

1.1

PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN

14

1.2

FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

16

1.3

OBJETIVOS

17

1.3.1 Objetivo general

17

1.3.2 Objetivo específicos

17

1.4

JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

17

1.5

DATOS GENERALES DE EMMANUEL LEVINAS

21

1.6

CORRIENTES FILOSÓFICAS QUE INFLUYERON EN EL PENSAMIENTO DE EMMANUEL LEVINAS

22

2.

ÉTICA DE LA ALTERIDAD, MÉTODO EXISTENCIAL

27

2.1

FILOSOFÍA DEL OTRO

29

2.2

EL YO, LA MISMIDAD, LA TOTALIDAD

32

2.3

SUPERACIÓN DE LA RAZÓN TOTALITARIA

34

2.4

RELACIÓN EXISTENCIAL IRREDUCTIBLE

35

2.5

INTERPRETACIÓN DEL ENCUENTRO

37

2.6

EL LENGUAJE MÁXIMA EXPRESIÓN DEL ENCUENTRO

39

3.

SER HOMBRE SIGNIFICA SER CON LOS DEMÁS

42

3.1

SER CON LOS DEMÁS, IDEA DE COEXISTENCIA

43

3.2

SER COMO PRESENCIA

44

3.2.1 Cuerpo como extensión

45

3.2.2 Cuerpo como expresión

46

3.2.3 Cuerpo como inteligencia

47

3.3

49

EL SER NO ES SÓLO PRESENCIA, SINO ROSTRO

3.4

PARADIGMA RELACIONAL

53

CONCLUSIONES

57

BIBLIOGRAFÍA

60

INTRODUCCIÓN El presente trabajo no pretende dar respuestas últimas al problema del hombre, ni si quiera intenta ampliar conceptos de otras épocas, es sólo un acercamiento a la filosofía de un judío del siglo XX llamado Emmanuel Levinas que pone de manifiesto la responsabilidad que se asume cuando se lanza la mirada a la realidad del existente, que necesita reconocimiento y exige diálogo. En este texto Levinas no encontraría nada nuevo, su obra filosófica es extensa, su pensamiento es maduro, tanto que sus escritos son estudiados en la actualidad en países como Francia, Alemania e Italia. Pero sí se sentiría admirado porque su filosofía está en boga de grandes pensadores. En las siguientes páginas se encontrarán unos apuntes generales de la vida del autor, al igual, que se presentarán las influencias filosóficas que motivaron e inquietaron su pasión por la filosofía, corrientes como la fenomenología, el existencialismo y el personalismo imprimieron en el autor el sello indeleble de su pensamiento existencial dialogal. Más adelante se ira a la corriente levinasiana donde se desarrollará su teoría fundada en el Otro que es esencialmente lenguaje y no poder.

El Otro, más que

confianza en los contenidos del conocimiento que tal vez sea la sombra inmediata de lo que pretenden, es “epifanía del rostro” que se desvela en el mundo y acaece con el slogan “no debes matarme” y que cobra vital preponderancia en la relación del cara-acara, que es la producción original del ser, la meta de todos los términos y conceptos. Así se hallará en Levinas no un loco pensamiento filosófico, sino el desarrollo mismo de la humanidad postmoderna que funda su existencia en lo ético-relacional y de esta manera una forma nueva de conocimiento del hombre. Éste paradigma implica un acercamiento al cuerpo que debe asumirse con sus limitaciones, fortalezas y posibilidades, para poder entender la posición del Otro. Para darle entrada al lector, a la lectura de este texto, se dirá que Levinas intenta sacar al hombre de la egología, que funda todos los conocimientos en la razón y los expone petulantemente, llevando al ser actuar por la voluntad de poder y a olvidarse por completo de la revelación del Otro.

La pregunta por el “Ser” siempre es una aventura que ha estado presente en toda la humanidad. Intentar conocerlo es el riesgo que se corre, por fortuna existen hombres que aun lo quieren correr.

Hoy se hace más urgente esta aventura que

implica compromiso. Comprometerse con la búsqueda de la verdad, es arriesgarse a conocer al hombre mismo que va en busca de ella. Por eso la existencia no exige un riguroso pensamiento elaborado desde los principios más elevados de la razón, sino que implica vivirla a partir las relaciones éticas, es decir, desde el encuentro cotidiano de los seres humanos, sólo desde este encuentro se conoce a Dios. 1.

HACIA UN PENSAMIENTO MÁS HUMANO

1.1

PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN Los hombres no son perfectos, son un proyecto inacabado que se van

construyendo a lo largo de su existencia, es decir, son seres que se están edificando. Entender a los hombres como proyecto, entre lo que son y lo que pueden ser, es comprender la exigencia que los seres tienen de ir más allá, en cambiar, en ser más, logrando de esta manera la dignificación de sus existencias, no en la individualidad, sino en la personalización y la socialización. Además están insertos en el espacio y en el tiempo, lo que refleja la temporalidad y la finitud que poseen. Esta inserción ha permitido que la humanidad se disperse por toda la superficie de la tierra, creando de esta manera un sin número de culturas y civilizaciones, dentro de las cuales, los hombres realizan sus existencias, aprovechando las cualidades y potencialidades que desde su nacimiento les han sido dadas al hombre. Estas culturas y civilizaciones día a día se dividen por las fuerzas políticas, económicas, religiosas, militares, que les gobiernan y que tienen fundamento en diferentes doctrinas y sistemas que no les interesan a los hombres en cuanto hombre, sino sus fines y objetivos. Es decir son sistemas que conocen a hombres por los caminos de lo ideológico/racional dejando de lado la dimensión relacional que tiene tanta profundidad en la Postmodernidad. Algunos de estos sistemas son el capitalismo, utilitarismo, pragmatismo, socialismo, entre otros, que miran a los hombres por sus utilidades y beneficios.

Por esta razón, es que “SER MÁS” se convierte en este

momento de la historia en un reto, puesto que los hombres sólo reflejan la voluntad de

poder, y la necesidad de las otras personas sólo la buscan por sus capacidades para los trabajos y por los beneficios que ellas brindan. El hombre vive tiempos difíciles que lo reducen a una guerra absurda que deja como resultado la desfiguración de las personas. Esta guerra se convierte para ellos como la única vencedora, capaz de destruir a toda la humanidad. ¿Será esto la deshumanización del hombre? ¿Será la violencia el camino de los hombres para dominar el mundo? Para lograr un acercamiento a la respuesta, se debe realizar un estudio profundo “del hombre moderno, conquistador, en permanente rivalidad, que siente la necesidad de afirmarse con fuerza para tener la impresión de existir”1. Se ha opacado el valor de las personas que son criatura de Dios y por este mismo hecho, irrepetibles, únicos, y se ha entregado la felicidad al consumo, al lujo, a la vanidad, olvidando que las personas son superiores a todas las cosas. Por eso se hace urgente encontrar horizontes de reflexión que traten de dar respuesta a las actuales circunstancias que vive el hombre postmoderno; para eso se utilizará la doctrina de Emmanuel Levinas como puente de comprensión de la otra persona, que invita, no sólo a comprenderla, sino a comprometerse de manera radical en la responsabilidad. 1.2

FORMULACION DEL PROBLEMA Si se considera el valor de la persona opacado, por las circunstancias de guerra,

sociedad totalitaria, voluntad de poder, es necesario plantear una serie de cuestionamientos que ayuden a enfocar la investigación y hacer énfasis en la persona humana que clama dignidad y justicia, ya que ésta es una denuncia del carácter inhumano de la sociedad capitalista donde nació el desinterés por la persona. ¿Desde qué experiencias –hechos- puede el hombre de hoy redescubrirse como persona? ¿Es lo ideológico-racional el único camino valido de acercamiento al hombre?

1.3 1

OBJETIVOS

COMBLIN, José. Antropología Cristiana: Interferencias filosóficas. Paulinas: Madrid, 1985. p. 67

1.3.1 Objetivo general. Redescubrir el valor del Otro como esencial a la existencia humana única y completa, a través de la investigación de Levinas, para ayudar a entender el paradigma relacional de la posmodernidad. 1.3.2 Objetivos específicos. ♣ Conocer el pensamiento levinasiano como camino del hombre hacia el Otro. ♣ Valorar a la luz del pensamiento de Levinas, la dignidad y el clamor de justicia del hombre actual. ♣ Entender la vida del hombre como posibilidad. 1.4

JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN Para justificar este trabajo monográfico es importante entender que el hecho de

ser persona, no sólo se ve reflejado en su singularidad, es decir, en su cuerpo que lo pone de frente al mundo, sino que la persona debe tener una relación profunda con la ecología y con los hombres que le acompañan en ella. Es por eso que José Comblin en su libro Antropología Cristiana dice: “El hombre no es simplemente persona, sino que el ser persona es una posibilidad que se le brinda. El hombre tiene que nacer como persona. Pues bien, ese nacimiento no se lleva a cabo más que en la comunicación entre personas en la reciprocidad entre persona y persona”2. El hombre como posibilidad que se ofrece, es el contacto más profundo que se tiene con el mundo del Otro hombre que interpela, cuestiona e invita a comprometerse con él, no de manera parcial o superficial, sino como una totalidad que lo cobija y abraza.

Pero la realidad que se vive es diferente, cruel, dura, no sólo porque los

hombres se matan con los ojos vendados de la indiferencia y el egoísmo, sino porque han perdido de sus mentes y sus corazones las fibras existenciales más profundas del existir humano, se les ha olvidado que la otra persona “EXISTE”, “ESTÁ”, y quiere comunicarse, dialogar. Es así como el filósofo judío Emmanuel Levinas, entendiendo a los hombres como posibilidad le otorga un papel fundamental a la ética, colocando en el centro de 2

Ibid., p. 67.

ésta el problema del Otro. Sostiene que las relaciones entre el “YO y el OTRO” se basan en el altruismo, la responsabilidad, porque éstas son relaciones del “uno-para-elotro”. Levinas dice que la verdad se basa en las palabras del Otro, se constituye en el oír al Otro como nuestro. ”En la contraposición cara a cara surge el destello de la primera racionalidad, inteligibilidad, significación, la infinitud de la razón la cual se presenta en el rostro”3. Este pensamiento encamina esta investigación en la dirección del Otro como centro del trabajo monográfico, ya que los seres tienen miedo de revelarse completamente, de darse a conocer. Además el ser tiene miedo de lo desconocido, del Otro, que tiene su propia palabra, condición, modo de ser.

Esta persona que se puede conocer, admirar y

valorar no se le tiene en cuenta; claro está que el ritmo del mundo es bastante acelerado y sus diferentes visiones determinista, psicologista, economista, estatista, científica, ayudan a que sólo se vea en el hombre postmoderno los valores del tener, del poder y del placer como si fueran sinónimo de la felicidad humana, imposibilitando así, el conocimiento de los valores humanos que lo empujan a la unidad. Por otro lado, la sociedad de consumo representada en el liberalismo económico que muestra una visión individualista del hombre, según ésta, la dignidad de la persona consiste en la eficacia económica y la libertad individual. De esta manera la sociedad se cierra a las posibilidades de un cambio social basado en el carácter preponderante que exige la justicia social, colocándose, en cambio, como servidora asidua de una sociedad capitalista. El individualismo es un fenómeno que se aleja de la presencia amorosa y siempre viva del prójimo. Este fenómeno ira creciendo cada vez más, si se permite que el “sistema” siga absorbiendo al hombre, si se deja que sus sueños e ideas se consuman ante la devastadora idea del capitalismo, no se puede dejar que la existencia se prive del conocimiento del Otro mundo, del conocimiento del prójimo que interpela al hombre. Por eso es, que nuestra investigación pretende profundizar acerca del Otro, como aquél que interpela.

3

LEVINAS, Emmanuel. Totalité e infinit. La Haye, 1961. p. 168 - 169

Se tiene un reto grande en la postmodernidad y es el de no permitir que el “ser” se consuma en el “tener, poder y placer” como perfección de su existencia, al contrario, estamos invitados a despertar el “ser”, capaz de ponerse en presencia del otro, es en este encuentro persona-persona donde se da el contacto que se comunican las existencias. He ahí, la gran oportunidad para proclamar la irremplazable existencia del existente. La tarea en este trabajo monográfico es proclamar la existencia del existente desde los escritos de Emmanuel Levinas, como aquél que nos exige una respuesta ante la apertura que la postmodernidad le da a lo relacional como fuente principal de acercamiento.

Para esto se realizará un estudio profundo de la obra filosófica de

Levinas y así se determinarán las implicaciones que su pensamiento tiene en la actualidad.

Apenas inicia la aventura investigativa y apasionante de la filosofía

levinasiana, que va a servir, no sólo como requisito académico, sino como cultivación de los esfuerzos intelectuales que van en busca de la verdad. 1.5

DATOS GENERALES DE EMMANUEL LEVINAS Emmanuel Levinas nació en Kaunas-Lituania en 1906, creció con la Biblia

hebrea en el seno de una familia judía. A nivel de literatura, Levinas acudía a los escritos de “Pushkin y Tolstoy”§. Vivió a los once años la revolución Rusa de 1917 en Ucrania.

Posteriormente se trasladó a Francia con la intención de formarse

intelectualmente. Inicia su formación filosófica en 1923 en la universidad de Estrasburgo; allí el movimiento fenomenológico, iniciado por Husserl cautivo sus motivaciones filosóficas. Después Levinas se dirige hacia Friburgo donde termina como profesor en fenomenología. Ha sido profesor en las universidades de poitiers y ParísNanterre. Con el tiempo entro en contacto con las filosofías existenciales, especialmente con el mundo de Heidegger, pero llevando a un extremo la “explotación ontológica” que pasa del ser del ente a la “apertura ante el ser” y que va luego “mas allá

§ §

PUSHKIN: escritor romántico ruso, nació en Moscú (1799 – 1837). Autor de poesías, dramas y novelas. TOLSTOY: escritor soviético (1883 – 1945). Autor de los relatos El oro negro, Pedro el grande, Iván el terrible. Escribió también poesías y obras de teatro.

del ser”. No se trata, ni de un “ser otro”, ni de una negación. El más allá de la esencia es el puro “des-interés”. Pero hay que entender que el más allá para Levinas es “ser para el otro” como tentativa que se lleva a cabo mediante un puro humanismo del Otro. Pero tal vez la acusación mas grave que Levinas hace a estas filosofías de la existencia es su culto por la libertad. “La libertad como fundamento infundado de la subjetividad conduce a plantear lo arbitrario como absoluto”4. Sin embargo en sus obras posee lenguaje de dichas filosofías. Durante la ocupación de Francia por los nazis fue llevado a un campo de concentración, hecho que marcaría su protesta personal, en contra de un sistema totalitario fascista. Todo esto se convirtió para él, en un motivo fundamental dentro de su obra literaria, constituyéndose en negación de todo sistema totalitario amenazante para la liberación del individuo.

Más adelante entró en contacto con autores de

corriente personalista, este movimiento imprimió un carácter personal en su propuesta ética. De 1945 a 1979, Levinas fue director de la normal Israelita de oriente donde instruyó a muchos profesores para la escuela de la alianza israelí universal. Después de perfeccionar su obra filosófica muere en 1995 en Francia. 1.6

CORRIENTES FILOSÓFICAS QUE INFLUYERON EN EL PENSAMIENTO DE

EMMANUEL LEVINAS E. Levinas desde sus inicios en la filosofía mostró gran interés por profundizar, conocer y descubrir el ser concreto en todas sus dimensiones. El movimiento fenomenológico fue el primero en cautivar sus inquietudes intelectuales, no solo por la influencia que dicho movimiento tenía en el mundo francés hacia el siglo XX, sino porque Husserl como fundador, gozaba de mucho reconocimiento por sus ideas acerca de la búsqueda de las esencias en los fenómenos. Estas motivaciones llevaron a Levinas hacia Alemania, más concretamente a Friburgo, donde tuvo un encuentro personal con Husserl, allí profundiza la fenomenología y termina como profesor, en sus primeros trabajos intentó criticar la interpretación husserliana de la conciencia, desde la 4

LEVINAS, Emmanuel. Totalidad e Infinito: Las filosofías de la existencia. Sígueme: Salamanca, 1997. p. 30.

relación teórica, estas críticas le sirvieron para obtener su tesis de doctorado que tituló: “Teoría de la intuición en la fenomenología de Husserl (1930)” §. Pero es bueno detenerse un poco en los pensamientos de Edmundo Husserl (1859-1938). Éste introdujo en la filosofía el término fenomenología como el arte de dar a luz la verdad mediante el estudio de los fenómenos que se le presentan al hombre. La fenomenología pone de frente al hombre con el mundo universal y total, para volver a las cosas mismas y obtener de ellas su verdadero significado. El método utilizado por ésta corriente filosófica, es la búsqueda radical de las esencias, partiendo de los hechos, es una mirada profunda al interior del mundo, de los hombres y sus vidas futuras con sus fallas y aciertos. Este método es un esfuerzo por superar las exigencias de la pura razón, para satisfacer las necesidades existenciales de los seres humanos. Además este método inductivo permite desvelar la verdad de los fenómenos. E. Levinas asume la doctrina fenomenológica, pero le da un profundo sentido metafísico expresado directamente en la relación del “cara a cara”, donde el rostro del Otro se le revela al hombre como exterioridad. El rostro se constituye para él como manifestación que hechiza desde el momento mismo de su revelación. Desde éste punto de vista asume “la percepción del rostro del Otro como fenomenologización del noúmeno”5. De esta manera se puede concluir que los fenómenos son una manifestación que encierran verdades trascendentales. Todos estos elementos son tenidos en cuenta por Levinas, al plantear una ética de la alteridad donde el Otro convoca al Yo al movimiento.

Más adelante Levinas inquieto por la esencia de los fenómenos se

encuentra a la vera del camino con las filosofías existenciales, más concretamente con el mundo de Heidegger (1889-1976), un filosofo de una profundidad ontológica extraordinaria; este autor se encontraba frente a dos pensamientos fundamentales que influyeron en su obra filosófica. M. Heidegger intenta mostrar una investigación ontológica, que rompa con la metafísica tradicional, por eso inicia un análisis existencial del hombre que abarque su § § 5

En este libro Levinas reconoce explícitamente la influencia Heideggeriana. Ibid., p. 15. Ibid., p. 18.

modo especifico de existir. En la ontología de Heidegger el ser se manifiesta como un “estar ahí” en la realidad concreta; en la cual la existencia humana se concibe como un arrojamiento a la finitud de su existencia y sus posibilidades, de enfrentarse a la nada que le sobreviene con la muerte. Para Levinas es fundamental conocer la corriente existencialista y en especial la filosofía de Heidegger porque este hecho le servirá en su pensamiento para trascender la ontología que es simplemente existencia, mientras que el autor manifiesta la existencia como el “hay” que exige una respuesta e invita al hombre a comunicarse. El existencialismo de Heidegger hay que entenderlo como el ser que está hecho para la muerte, ésta se constituye en la angustia fundamental de toda su existencia. La filosofía de la alteridad elaborada por Levinas no negará las angustias vividas por los hombres, pero “la alteridad se impondrá como exigencia mantener este solipsismo fundamental en el que sujeto aspira a lo otro estando solo y separado”6. Además Levinas dirá que el hombre no es un “ser para la muerte”, sino que es un “ser para más allá de la muerte”, lo que revela un pensamiento metafísico-religioso, es decir que aspira a la trascendencia. Por último, el personalismo fue importante en la construcción del término de la alteridad. Esta corriente, que inició en Norteamérica a finales del siglo XIX y principios del XX, se difundió por Francia especialmente por Emmanuel Mounier (1905 – 1950) mayor representante de este pensamiento, que tiene fuerte influencia teísta cristiana. Esta corriente intentó reconocer la persona como primer elemento espiritual del ser y reconocen a Dios como la persona suprema. No pretenden transformar el mundo, sino la persona, a través del auto perfeccionamiento espiritual de la misma. Estas ideas sirvieron a Emmanuel Levinas para desarrollar la teoría de la Ética de la alteridad, centrada en la experiencia del “rostro” y del “cara a cara”. Con esta ambientación histórica queda claro que en “la obra de este autor palpitan las inquietudes fundamentales de estas corrientes filosóficas”7. Por eso, en el siguiente capítulo lo fundamental es explicar los términos de ética y alteridad, para comprender 6 7

Ibid., p. 29. Ibid., p. 28.

de manera lógica, la postura levinasiana de la epifanía del rostro y del cara a cara, que ayudarán a descubrir el valor del otro. 2.

ÉTICA DE LA ALTERIDAD, MÉTODO EXISTENCIAL

Emmanuel Levinas influenciado por Edmundo Husserl en sus primeros años de contacto con la filosofía, encuentra un método significativo para presentar la ética de la alteridad que rompe y choca con el mundo de la imagen que bombardea al hombre postmoderno, tanto así, que se habla de la cultura del icono que aleja a la persona de una conciencia crítica y reflexiva frente a la presencia del otro prójimo. Es por eso que el paso filosófico del autor, es exponer un método de búsqueda trascendental que parte de las experiencias de la conciencia. Éste, deja entrever que Levinas en sus escritos respira una profunda fenomenología, ya que él pretende conocer, desde los hechos que revela el interior del hombre, toda una conducta que se encuentra encaminada hacia lo totalmente otro, a lo exterior. El deseo es la clave para comprender y sustentar dicho método que el autor propone como camino de entendimiento de las experiencias vividas. Se convierte en un “deseo metafísico que tiende hacia lo totalmente otro, hacia lo absolutamente otro”8. Deseo que no se puede confundir con nostalgia, ni añoranza del ser por un lugar desconocido, más bien, el deseo metafísico desea el más allá de lo que puede sencillamente colmarlo; este “es absoluto, si el ser que desea es mortal y lo Deseado invisible”9. La invisibilidad no significa ausencia, sino que demanda relaciones con lo que no está dado. El método supone una situación ética precisada por la realidad existencial de un ‘yo’ que en un determinado momento se encuentra con un ‘Otro’, el cual, se manifiesta a través de su exterioridad, es decir, el cuerpo, el rostro, la mirada, la palabra. Ante este evento, de la presencia del Otro, el yo responde. Su respuesta puede tener varias direcciones, una de ellas, es la de querer dominar la conciencia subjetiva del Otro, haciendo imposible la relación ética de la alteridad. Esta vía es la más codiciada y practicada por los sistemas sociopolíticos asfixiantes, que reducen la vida del hombre a la dominación de sus intereses, entre ellos se destaca el capitalismo, 8

LEVINAS, Emmanuel. Totalidad e Infinito: Metafísica y Trascendencia. Sígueme – Salamanca 1997. p.57. 9 Ibid., p. 58.

socialismo, pragmatismo. Otra vía es la de no permitir que la subjetividad del existente, cuestione la propia existencia. Por consiguiente lo que pretende Levinas es cambiar las realidades que niegan o violentan al Otro y hacen imposible la relación de alteridad y en vez de eso, propone relaciones de justicia y de bondad con el Otro. Para finalizar el autor expresa que “el deseo que en rigor hay que diferenciarlo de una necesidad, encuentra su cumplimiento en la experiencia del “rostro”, es decir, del hecho de que mi mirada se cruza con la mirada del otro”10. Esta situación abre la esfera de la aspiración que presenta una realidad viva, que se entiende en doble sentido, por un lado, se muestra una certeza que se interpreta a si misma hablando, por otro, hay en la mirada que afecta a la mía un mensaje que dice “no -debes - matarme”. Así el doble sentido ofrecerá la garantía necesaria al hombre de la autocrítica y el conocimiento objetivo. El deseo lleva la propia existencia a reconocer la fuerza con que se impone el Otro e introduce en la persona una verdadera experiencia metafísico-religiosa, entendida, no como orientación dogmática-racional, sino como experiencia ética-relacional. La ética de la alteridad, como método existencial es una manera de reconocer al Otro, no sólo a nivel intimista y privado, sino esencialmente ético, es decir, no necesita ser dilucidado, sino que en el encuentro, el Otro se impone por su propia luz. Aquí se hace necesario profundizar en el conocimiento del Otro, ya que es el eje desde el cual, se entiende la filosofía levinasiana y se inicia el camino hacia la comprensión del rostro que es ante todo expresión.

2.1

FILOSOFÍA DEL OTRO Para comprender el significado que tiene el Otro en la filosofía de Levinas hay

que presentar de manera breve, la concepción del otro que tiene Martín Buber y Gabriel Marcel, para establecer la diferencia. La noción del otro en estos autores, no se capta por una actitud teórica, sino “que requiere una relación de trascendencia que no es el conocimiento que, en última instancia, conlleva la reificación del objeto 10

CORETH, E. et al. La Filosofía del Siglo XX. Herder: Barcelona, 1989. p. 78

conocido”11. Pero más específicamente Buber realizó una antropología basada en la relación . “El ser humano de acuerdo con Buber, se constituye como persona en esa relación, y no ya a partir de su relación con el mundo material. La relación es una relación de reciprocidad: cada persona nace despertada por la otra. Lo que el descubre en el , y viceversa, no es la subjetividad del otro, ni su propia subjetividad, sino realmente al Otro: hay una relación directa e inmediata”12. Se ve como Buber expone las relaciones del en la interacción. Sin embargo para Levinas “no es la analogía del Mismo lo que conduce al Otro. La relación del Yo con el Otro no es primeramente conceptualización. Esto equivale a la reducción del Otro al yo (al Mismo)”13. El término intermedio que se pone entre el objeto conocido y el sujeto es la distancia que existe entre, la mano y el objeto que es por esencia transitable y por eso no se puede hablar de trascendencia. Además Levinas elude el termino libertad porque “otra libertad como la mía no es Otro”14. Estas diferencias de trascendencia, analogía y libertad son las que llevan a Levinas a plantear el Otro “no como un yo situado en la otra orilla, sino que se presenta siempre a distinto nivel. Es, por una parte, el huérfano, la viuda y el extranjero indefenso y necesitado ante el cual soy rico. La relación no parte del sujeto hacia el Otro, decidida desde mi libertad, sino que siempre viene inicialmente hacia mí”15. Esta condición del Yo frente al Otro se hace posible cuando se admite, no la explotación, sino que se decide ponerse en situación de ayuda frente a la existencia que expone su debilidad y a la vez su riqueza, expresada en la exterioridad. Así se establece la diferencia del Otro de Martín Buber y Gabriel Marcel con la idea del Otro de Levinas, imponiéndose esta última, por la exigencia del rostro que se revela de manera horizontal y directa como lo absolutamente Otro y haciendo que “el hombre se haga hombre real y persona cuando se convierta de su afirmación subjetiva y de su voluntad de poder para aceptar la interpelación del Otro y mirar el 11 12

LEVINAS, Op. cit., p. 36. COMBLIN, José. Antropología Cristiana. Interferencias Filosóficas. Paulinas – Madrid 1985. p. 66

13

LEVINAS, Op. cit, p.36. 14

Ibid., p.37. 15

Ibid., p. 37.

rostro del Otro: la víctima, el pobre, la viuda, el huérfano, como dice la Biblia. El pobre revela la realidad de la vida y del hombre, transforma todas las estructuras” 16. Con este pensamiento el autor dilucida la realidad del Otro, que no tiene ninguna relación con el poder, ni con la maldad, antes bien, la realidad del Otro obliga a tomar otra actitud. Ahora es necesario tener claro los términos de Ética y Alteridad que ofrecerán una nueva dimensión a la exposición del Otro como esencial a mi existencia, para establecer los paradigmas de Levinas, con respecto, al “cara – a – cara” y a la experiencia y significado del “rostro”. “Ética: explicación y fundamentación filosóficas del fenómeno moral desde los niveles tanto teóricos como prácticos. Estudia la base moral de la conciencia y de los actos humanos”17. “Alteridad: proviene del latín alter: otro. Se define desde la perspectiva ética como capacidad del hombre de considerar a su prójimo como un otro, que le llama a tenerlo presente, en una relación en la que deje ser un “para si” egocéntrico y se comprometa moralmente en la relación con el otro, sin que por ello pierda o se debilite su propia identidad”18. La precisión de estos términos da una visión global. ¿Para qué sirven? Para comprender la posición levinasiana de la ética de la alteridad, como una nueva metafísica que quiere ir más allá de lo que simplemente aparece y acontece en el actuar diario del hombre.

2.2

EL YO, LA MISMIDAD, LA TOTALIDAD El Yo es un sujeto único, que existe como un donde las cosas

exteriores le sirven de medio para satisfacer sus instintos y necesidades primarias, de ahí, que el Yo deseche de su escala de necesidades los objetos que no son útiles, es decir, quedan reducidos a la indiferencia y en caso más extremo al desprecio. De igual manera el Yo es un apasionado por el ejercicio de su libertad, hecho que lo pone en 16

COMBLIN, Op. Cit., p. 67.

17

BRUGGER, Walter. Diccionario de filosofía. Barcelona: Herder, 1983. p. 222 FERRATER, Mora, José. Diccionario de Filosofía (tomo I). 5ª. Ed. Buenos Aires: Editorial Suramericana. 1971. p. 85. 18

relación con los objetos y las personas. Estas características del Yo (utilidad y libertad) son la realidad presentada por Levinas como el que se aplica a la realidad individual y social. Es así como Levinas presenta los precedentes de la moral de la alteridad, donde el Yo como realidad individual o social, busca la realización de sus propios intereses. Esto se llama en lenguaje del autor, desarrollo de la egoísta que inclina al sujeto, al deseo de dominio y al ejercicio arbitrario de la libertad. Actitudes que no dan entrada al otro, por el contrario se ve alienado. De esta manera surge lo que Levinas llama Totalidad.

Desde la filosofía se concibe como una realidad metafísica de

absolutismo, de universalidad, que reacciona ante la revelación del ser particular. Dicha Totalidad intenta asumir al ser que surge, reduciéndolo a sus fines. Este hecho niega los derechos de aquel ser, negándole su alteridad. El carácter antiético desvelado de la Totalidad, se hace visible en la reducción de lo individual, en provecho de lo particular, en la desaparición del Otro por lo Uno; ocasionando la perdida sistemática de la persona, de su alteridad por el sujeto concreto. Realidades como la encierran al hombre en la preocupación de sus angustias, problemas, situaciones, cerrando el horizonte existencial a su propio mundo.

La no permite establecer valores tan

importantes como el compartir, ya que, en esa manera de estar solo, el Yo responde a sus agitaciones, haciendo imposible la relación ética de la alteridad que el autor propone. Por otro lado, la Totalidad lleva al Yo, a englobar la existencia del ser que brota, cortando de esta manera, la libertad de ese ser para imponer la del Yo de manera arbitraria.

Una Totalidad como la describe Levinas pone de manifiesto el

carácter manipulador o violento del Yo frente al Otro (que se manifiesta como exterioridad). Dicha manipulación hace pensar que el hombre solo busca la solución de sus problemas en la utilización del Otro. ¿No es acaso la forma más directa del hombre postmoderno para obtener sus fines? ¿Es el ser un fin? ¿Es la Totalidad, el camino seguro de encuentro con el Otro? no, la Totalidad es una afirmación intensa de la . Además el hombre vive una realidad de individualismo exagerado, de conciencias egoístas y estados tiranizantes que no permiten la entrada del ser que

acontece. ¿Cómo encontrar un equilibrio entre lo individual y lo social cuando el sujeto deja en el anonimato al Otro para conseguir sus fines? Lo cierto es, que la historia trae para cada época sus retos, dificultades y situaciones existenciales, que el ser mismo debe identificar y resolver para redescubrir en la presencia histórica del Otro, la verdad y razón de su existencia. Levinas en toda su obra filosófica denuncia las irregularidades que se dan al interior de sistemas totalitarios basados en demostraciones racionales, por eso se hace necesario, realizar una ruptura con la totalidad. 2.3

SUPERACIÓN DE LA RAZÓN TOTALITARIA Con lo anterior tiene que quedar claro que: la mismidad y la totalidad hacen

imposible la relación ética de la alteridad. Es así como surge, para tener un lenguaje cercano al autor, el término de la Otredad que no es anulado por la totalidad pero ¿cómo el mismo que se exhibe como egoísmo, puede estar en relación con Otro, sin privarlo inmediatamente de su alteridad?19 Esa relación del Mismo y el Otro “es el lenguaje” que lleva al Yo a salir de si mismo para comunicarse, por eso “la alteridad sólo es posible a parir del Yo”20. Romper con la totalidad significa abrir un espacio ético al interior de la conciencia totalitaria, para acercarnos a la relación con el otro que exige justicia, caridad y bondad. Se tiene que ver una concientización del Yo, un cambio de actitud que favorezca la relación del cara a cara. 2.4

RELACIÓN EXISTENCIAL IRREDUCTIBLE

En la relación del cara-a-cara Levinas expone una correlación entre la exterioridad del que aparece, con la interioridad del sujeto cognoscente. Relación que pretende fundar una nueva metafísica, que será leída desde el encuentro, desde la unión, que parte del Yo y es sostenida por el Otro. Así se encuentra en Levinas un profundo sentido metafísico al exponer la relación del cara-a-cara como relación irreductible. Esta apertura ante el ser, denota un esfuerzo profundísimo por ir más allá de la realidad que simplemente aparece. Más allá que es entendido como un ser-para19

LEVINAS, Op. cit. P. 62.

20

Ibid., p. 63.

Otro; pensamiento que revela lo humano que se esconde detrás de los conceptos, humanidad que se muestra no como teórica sino como ‘tentativa’ que invita al ser a sentir, experimentar, vivir, estar en proximidad con. Reconociendo su libertad finita el Yo escapa de sí mismo para reconocer en la presencia del Otro, el ser encarnado que se expresa. La relación del cara-a-cara es dirigida por Levinas por una estructura formal que es “la idea de lo infinito en nosotros”21. Para esto es necesario existir separado y relacionarse con la metafísica para encontrar lo trascendente. Pero la preocupación que interesa se encuentra en el sentido positivo de esta estructura que se precisa como relación ética fundante. Ésta presupone una conjunción de trascendencia que rompa con la totalidad. “La conjunción entre el Mismo y el Otro en la que se sostiene, su vecindad verbal, es el recibimiento de frente y de cara del Otro, por mí”22. El Otro que hace frente revela su rostro y “recibir al Otro es cuestionar mi libertad”23. Cuestionamiento que pone en juego mi egoísmo, mi subjetividad para estar dispuesto al Otro. Con estas razones define Levinas el cara-a-cara como: “relación ética que no se refiere a ninguna ontología previa. Ella rompe el englobamiento clausurante –totalizante y totalitario- de la mirada teorética. Ella se abre, a modo de responsabilidad, sobre el Otro hombre –sobre el inenglobable-: ella va hacia lo infinito. Ella conduce al exterior sin que sea posible sustraerse a la responsabilidad, a la que apela de tal modo”24. Se ve claramente en la filosofía levinasiana que el Otro es precisamente lo que no se puede neutralizar en un contenido conceptual, esto sería violentarlo y convertirlo en Mismo. Más bien, el Otro como aquél que sostiene la relación ética y hace posible el diálogo. Por eso, es que el acontecer del Otro, es lo único que posibilita la relación del cara-a-cara. Aquí en este punto se debe encontrar el sentido por el cual el Yo se siente cuestionado. 21

Ibid., p. 103.

22

Ibid., p. 104.

23

Ibid., p. 108.

24

Ibid., p. 9.

2.5

INTERPRETACIÓN DEL ENCUENTRO La necesidad del Otro parte de un ser que no tiene necesidades, o más

exactamente nace más allá de todo lo que puede faltarle o satisfacerle. Necesidad que es entendida como deseo. “El deseo del Otro que vivimos en la más trivial experiencia social, es el movimiento fundamental, la pura transportación, la orientación absoluta, el sentido”25. Es decir, más que una necesidad es un deseo profundo por conocer el mundo del Otro. La relación del cara-a-cara, abre las puertas de la manifestación del Otro que produce la significación. Hay que saber las condiciones en las cuales el Otro llega a mí, es decir, saber que llega de un contexto cultural y esto ilumina la relación por la luz del mundo. He ahí, “la comprensión del Otro es, así una hermenéutica, una exégesis”26. Sin embargo la ‘epifanía del rostro’ implica un significado propio, independiente de la recibida por el mundo. El Otro, aquí expuesto, no sale al paso sólo a la luz del contexto, ya que sin esta mediación, significa por si mismo. Por eso dicha presencia se puede enunciar así: “el fenómeno que es la aparición del Otro, es también rostro, o dicho de otro modo (para mostrar esta entrada siempre novedosa en la inmanencia y la historicidad esencial del fenómeno): la epifanía del rostro es una visitación” 27. Con esta manifestación de la epifanía del rostro, se expresa un ser viviente que perfora su propia esencia, es decir, el rostro habla, lo que lo hace salir de su apariencia y darse a la apertura, de tal manera, “que el rostro se me impone, sin que pueda hacerme el sordo a su llamada, ni olvidarlo, quiero decir, sin que pueda dejar de ser responsable de su miseria”28. De igual manera como el recibimiento del Otro, cuestiona mi libertad, la epifanía

del

rostro,

cuestiona

la

conciencia.

¿Qué

significa

esto?

Que

el

cuestionamiento de sí es precisamente la recepción, la acogida, de lo ‘absolutamente Otro’. “Ser Yo, significa, por lo tanto no poder sustraerse de la responsabilidad, como si todo el edificio de la creación, reposara sobre mis espaldas”29. Este hecho lo confirma 25 26

27

LEVINAS, Emmanuel. Humanismo del Otro Hombre: Sentido y ética. Siglo XXI: México, 1974. p. 56. Ibid., p. 58. Ibid., p. 59.

28

Ibid., p. 61. 29

en su unicidad, su respuesta. Todo el proceso se da como un movimiento ético al interior de la conciencia. La conclusión más exacta que se puede dar es que al “descubrir la orientación y el sentido único, en la relación moral, es precisamente poner al Yo como ya cuestionado por el Otro, al que desea y en consecuencia como criticado en la rectitud misma de su movimiento”30.

Así, queda clara la importancia del Otro que une mi

existencia con el existente, haciendo posible la relación ética de la alteridad donde el Yo se siente cuestionado, desde el principio por dicha presencia. 2.6

EL LENGUAJE MÁXIMA EXPRESIÓN DEL ENCUENTRO El acceso a los seres, en la medida que se refiere a los sentidos, en especial la

visión, permite ejercer un poder, un sentido, fuera del ya mencionado cuestionamiento de las conciencia. ¿En qué consiste dicho poder? ¿Es el ser un sujeto qué desarrolla poderes? Hasta el momento sólo se ha visto en la relación del cara-a-cara, como desde el momento mismo de la aparición, el Otro significa; pero éste a pesar de significar por la visión, tiene desde su interior una fuerza que no se expresa como residuo o conquista de la animalidad, sino como elemento esencial de la humanización del Otro, y esto es el lenguaje. Así se afirma que “la palabra resalta sobre la visión”31. La esencia de este lenguaje es la relación con el Otro. ¿El lenguaje supera al dato (presencia del Otro) en cuanto a la significación? Sí, “es evidente, por lo tanto, que el lenguaje por el cual la significación se produce en el ser es un lenguaje hablado por espíritus encarnados”32. La riqueza del cuerpo humano está en el gesto corporal que es la celebración del mundo, por éste se puede comunicar el hombre. De ahí que Merleauponty considere que “el cuerpo es un sensible sentido – allí está, según él su gran maravilla. En tanto que sentido está todavía de este lado, del lado del sujeto; pero en tanto que sensible está ya de aquél lado, del lado de los objetos. Une la subjetividad del percibir con la objetividad del expresar”33. Se encuentra en el cuerpo humano una Ibid., p. 62. Ibid., p. 67. 31 LEVINAS, Totalidad e infinito, Op. cit., p. 208. 30

32

LEVINAS, Humanismo del Otro Hombre, Op. cit., p. 31.

33

Ibid., p. 31.

riqueza invaluable que enlaza subjetividad y objetividad. Es de esta manera como la significación supera al dato, ya que el recibir datos no sería la manera original de referirse al ser, más bien por medio del lenguaje, el rostro expresa desde su desnudez, el clamor de justicia y de respeto, a la misma vez que compromete al que descubre a la responsabilidad, responsabilidad que no ha elegido pero de la cual no se puede escapar, sustraerse de ésta, es la manera más directa de alejarse de la presencia del rostro que se expresa, su lenguaje quedaría reducido al olvido y no se estaría aceptando la posición que viene por parte de la otra persona, posición que no supera la nuestra, la complementa. El lenguaje hace posible el encuentro. Por eso Levinas de forma enfática dice que “la relación del Yo y del Otro no violenta, más explícitamente desarrollada, es la del lenguaje.

El lenguaje a pesar de presentarse también como obra y poder (como

retórica y propaganda) es esencialmente, no violento”34. Finalmente se encuentra en Levinas una filosofía existencial-dialogal insuperable que abarca todo el ser del hombre, iniciando por el encuentro significativo de la presencia del Otro, que es el absolutamente Otro, pasando por la significación que produce la aparición y terminando con el dialogo, que encuentra su mayor expresión en el lenguaje, que como se afirmó anteriormente es esencialmente no violento. Levinas, filósofo Judío del siglo XX, presenta todo un pensamiento, que intenta sacar el ser de la neutralidad en que se le tiene sometido.

Neutralidad que hace referencia a las

relaciones que vive el mundo postmoderno, esto trae consigo una pregunta que se hace fundamental ¿qué significa lo relacional en el mundo de la postmodernidad? Además el pensamiento del autor invita a preguntarse, de manera constante por el ser y el actuar del hombre que vive determinado por la historia y por las realidades de tiempo, espacio, sin olvidar la mayor de las realidades que acompaña el caminar diario de los hombres y es la muerte. Todas estas inquietudes serán el cometido del próximo capitulo, donde se tratara de abordar el paradigma de lo relacional partiendo de la situación histórica que determina el actuar del hombre. 3. 34

SER HOMBRE SIGNIFICA SER CON LOS DEMÁS

LEVINAS, Totalidad e Infinito, Op. cit., p. 38.

La investigación ha arrojado datos exactos de la ética de la alteridad propuesta por Emmanuel Levinas. Su filosofía es una protesta directa, en contra de todos los sistemas totalizantes y totalitarios que no tienen presente a la otra persona, por ejemplo, el nacionalsocialismo creado por Hitler en 1923 y vivido desde 1933 hasta 1945, este sistema llevó acabo desastrosos atropellos en contra de la humanidad, sus ideas fueron una absurda y violenta deshumanización, sus campos de concentración fueron una muestra letal del mal uso de la libertad del hombre, tanto así, que si el siglo XX comenzó con la muerte de Dios, propuesta por Friedrich Nietzsche (1844 – 1900), en los campos de concentración la pregunta central fue ¿dónde estaba Dios cuando la raza “aria” exterminaba 2500 judíos en el día? Y la pregunta por el hombre ¿Es el hombre un objeto qué puede ser exterminado cómo cualquier otro animal? El presente capítulo pretende hacer un acercamiento al Otro, que en primer momento se tiene que preocupar por el yo, es decir, nadie puede aceptar al Otro sin antes haber asumido su existencia. Por eso, se desarrollará en las primeras páginas la idea de co-existencia y la importancia que tiene el ser de asumir su cuerpo antes de relacionarse con los demás, para finiquitar con el paradigma relacional de la postmodernidad que ayudará a entender el carácter ético de la época y así compaginar la filosofía de Levinas con la realidad. .1

SER CON LOS DEMÁS, IDEA DE COEXISTENCIA Es indiscutible que la existencia del hombre se caracteriza por estar en relación

con otros, lo que lleva a la vida humana a distinguirse por ser con los demás. El hombre desde su nacimiento se siente despertado a respetar y a valorar a un tú que lo ha arrojado a la vida y lo dona, para que oriente su vida compartiendo con los demás. Es así como Joseph Gevart en su libro “el problema del hombre”, haciendo referencia a la vida del hombre con relación a los demás dice: “el ser con los demás, en su significado más profundo y genuino, significa que el hombre no está nunca solo” 35. Por más que la época actual viva en un individualismo exagerado, no puede negar la huella humana que se extiende a lo largo y ancho del mundo, revelando los diferentes valores 35

GEVART, Joseph. El problema del hombre. Salamanca: Sígueme, 1993, p. 46

que se han creado en la historia, como son los avances científicos y valores como el respeto y la amistad, que revela en la vida del hombre un acompañamiento de Otro. Es así como la “idea de co-existencia incluye también que la existencia se desarrolla y se realiza junto con otros en el mundo, y que el sentido mismo de la existencia está ligado a la llamada del otro que quiere ser alguien delante de mí, o me invita a ser alguien delante de él, en el amor y en la construcción de un mundo más humano”36. 3.2

SER COMO PRESENCIA ¿Qué es lo que hace posible el reconocimiento del Otro?, ¿Por qué el yo,

reconoce en el tú una presencia absolutamente diferente?, ¿Qué hace presente al hombre en el mundo? El cuerpo, hace al hombre inconfundible e irrepetible. “en las relaciones con los demás, el cuerpo humano es ante todo presencia” 37. Esta es una condición que se refiere exclusivamente a la existencia humana, las cosas están para ser aprehendidas, -reloj, buró, lámpara- para que el ser les de sentido, las modifique; en cambio el cuerpo como presencia, tiene pleno sentido porque su ser está orientado hacia los demás, al cuerpo presente solo le importa el cuerpo ausente para establecer comunicación y reconocimiento.

Estos dos verbos comunicar y reconocer son

menester del hombre para fundar desde el encuentro con otro, una relación no rutinaria o monótona, sino recíproca; esta relación fundante será siempre nueva, no exactamente porque el yo y el tú tengan presencia continua o permanente, sino que cada vez que encuentran, ambos poseen argumentos humanos como sus signos, movimientos y palabras que ayudan en su crecimiento. El cuerpo como presencia tiene características propias que lo distinguen de los demás seres y lo elevan a la cúspide más victoriosa de la humanidad, y son la extensión, la significación y la inteligencia, entre muchas, pero se mirará el cuerpo desde estas tres dimensiones. 3.2.1 Cuerpo como extensión. El cuerpo desde su aparición en el mundo ocupa un lugar que lo revela, lo distingue, porque nace determinado por una cultura, un lenguaje, una creencia, que van determinando su existencia. Estos factores ayudan al individuo a asumir el espacio como cuerpo presente, que está, al igual, que tiene la posibilidad, no 36 37

Ibid., p. 46. Ibid., p. 94.

agotada, sino prematura, de abalanzarse hacia los objetos con el fin de aprehenderlos, dominarlos y realizar transformaciones. La extensión, además, encierra o trae implícito el concepto de finitud, es decir, el cuerpo se reconoce como ser orgánico que tiene funciones específicas nacer, crecer, reproducirse, envejecer y entregarse a los brazos de la ausencia definitiva de la muerte. Al igual que se reconoce como ser humano, sexuado (varón – hembra), que está llamado a desarrollar su vocación ontológica, de ser más, frente al mundo que le pertenece, pero que a su vez comparte con otros. La extensión, pues, pone de manifiesto al hombre en el mundo, en cuanto lo percibe con el propio cuerpo, de ahí que Merleau-Ponty en su libro, la fenomenología de la percepción, diga: “de igual manera será preciso despertar la experiencia del mundo tal como se nos aparece en cuanto somos del mundo por nuestro cuerpo, en cuanto percibimos el mundo con nuestro cuerpo”38. Así se concluye que el hombre goza de un espacio vital en la tierra que lo identifica y le ayuda a comprender. Los objetos le sirven de prolongación. 3.2.2 Cuerpo como expresión. No es de dudar que el cuerpo experimenta al interior de su ser el deseo de manifestar y expresar. El deseo es la fuente más confiable para la realidad porque sólo quien desea y sueña, aspira a verdades originales llenas de transparencia, deseos cubiertos de piel y huesos que tienden a transformar ideas existentes para mejorar la propia existencia, es decir, que la expresión cobra verdadero sentido porque el cuerpo significa en si mismo, por eso “el cuerpo como expresión de la persona, es el lugar de toda humanización y por tanto de toda cultura; al revestirse el cuerpo de significados humanos, el cuerpo se humaniza y el hombre entra de esta forma en el mundo humanizándolo”39. Con lo anterior queda claro que el cuerpo es la persona humana en cuanto se expresa, se comunica con los demás, con el deseo firme de hacer el mundo más humano. Esta posición frente al mundo trae consigo una exigencia al cuerpo humano y es la de asumirlo, sólo quien asume su cuerpo es capaz de vivir auténticamente, de ahí que Merleau-Ponty afirme que “ya se trate del cuerpo del otro o del mío propio, no 38 39

MERLEAU-PONTY, Maurice. Fenomenología de la Percepción. Barcelona: península 1975. p. 222. GEVAERT, Op. cit., p. 94.

dispongo de ningún otro medio de conocer el cuerpo humano más que el de vivirlo, eso es, recogerlo por mi cuenta como el drama que lo atraviesa y confundirme con él”40. Así es, el cuerpo se puede definir como una estructura compleja de huesos, coyunturas, arterias, cerebro, genitales, manos, pies, sentidos, que está diseñado perfectamente para equivocarse, sólo en la medida que el hombre sepa recoger los vestigios de sus caídas, será capaz de madurar y avanzar en su proceso de construcción. Por último decimos que el hombre, gracias a su cuerpo se expresa, inclinando su existencia por las sendas de la comunicación que lo llevan a relacionarse. 3.2.3 Cuerpo como inteligencia. El hombre se caracteriza por reflexionar sobre sus acciones, es capaz de analizar la realidad que lo identifica, piensa en los objetos para modificarlos, es decir, al cuerpo le compete recrear, dar otro aspecto a las cosas. Además su inteligencia lo lleva a establecer relaciones maduras con los miembros de la sociedad, para ocupar un puesto dentro de ella, por ello es conciente que debe formarse, instruirse, con el fin de adquirir los conocimientos suficientes para las tareas de dominio instrumental de esta época industrial. Esta dimensión de la formación, cobra vital importancia en la postmodernidad, ya que uno de sus paradigmas es el pluralismo, es decir, una época donde todos los días aparecen nuevos pareceres, nuevos estilos, formas de pensar y asumir la vida, por ejemplo, el hedonismo (entregar la vida al placer), el consumismo (depositar la vida al confort), la famosa cultura “Light” (todo se reduce a lo practico, se usa y se bota).

Frente a esta amalgama de

pensamientos surgen los interrogantes ¿qué hacer? ¿Qué escoger? ¿Qué es lo que más conviene a mi existencia? Al hombre le quedan dos caminos. El primero es criticar su época, que sería el camino más facilista, obsoleto, ridículo, mediocre. Este camino lo siguen hombres insatisfechos con su existencia, hombres que miran al pasado con nostalgia y peor aun se quieren quedar en él, que hacen suya la famosa frase “todo tiempo pasado fue mejor” y no son capaces de vivir y aceptar la actualidad, con esto perdería todo sentido su cuarto de hora en el espacio vital, es decir, en la tierra quedando para siempre atados a los recuerdos. No se quiere decir con esto que la historia no haya que mirarla, no, porque es un hecho que la historia se tiene en cuenta 40

MERLEAU-PONTY, Op. cit., p. 103.

por dos motivos, uno porque es huella humana y otro porque no se repite (sólo la repiten los que no la conocen), lo que no se puede es mirarla y quedarse en ella, como contemplando el último grito de la historia. El segundo camino es el de asumir con responsabilidad la formación para elegir. Si se vive en un mundo pluralista, se debe formar para optar; si las puertas del mundo se abren por diferentes caminos, es deber del hombre dirigir la existencia por el camino que más lo dignifique, para esto se forma. Claro está, el lector se preguntará y la gente que no tiene la oportunidad de formarse ¿con qué criterio se enfrentaría a la época actual? Es deber de los lideres (se hace referencia a la gente que mueve masas, políticos, sacerdotes, etc.) dar a conocer las diferentes formas y estilos que se dan en la actualidad, para que las personas que no tienen la posibilidad de formarse, opten por el parecer que los dignifique. El cuerpo como inteligencia es conciente de sus limites, sabe perfectamente que sus intenciones son más profundas que la propia expresión, que “el cuerpo es frágil y limitado en su adaptabilidad…, se ve sometido a todas las fuerzas que atraviesan el mundo físico y biológico; tiene hambre y sed, necesita descanso y silencio, ejercicio y distinción”41, hasta la más alta tecnología queda disminuida por un error, un desanimo o cuando la enfermedad posee al cuerpo débil y lo reduce a la cama. Por último sabe que va a morir y que su muerte no va a cambiar el curso del mundo y de la historia, “por muy y aparentemente desastrosa que sea, la muerte es siempre condición humana”42, aquí se encuentra instalado el drama existencial de la muerte, si es condición humana morir por ley biológica, ¿dónde está el logro del hombre? En el aplazamiento de la muerte, es decir, la existencia misma, cada día de vida es una oportunidad para realizarse auténticamente, su logro radica en el recuerdo de sus pensamientos, en su forma de amar y respetar, en el encargo de las ideas y valores en manos de otros para que los realicen, si se logra esto se superaría la ley biológica y se integraría la existencia; ya que el hecho de no tener comunicación sensible, no significa exactamente que la persona deja de vivir, su voz siempre será un pensamiento vivo en la voz de los otros. Por último se reafirma la exhaustiva tarea que tiene el cuerpo como 41 42

GEVART, Op. cit., p. 103. Ibid., p. 311.

inteligencia de dejar huella humana en la existencia, para que sus co-existentes siempre tengan puntos de referencia que confirmen la experiencia de vivir auténticamente. 3.3

EL SER, NO ES SÓLO PRESENCIA, SINO ROSTRO La relación irreductible expuesta por Levinas en el cara-a-cara se explica desde

la “epifanía del rostro”. Es importante hacer aquí una reflexión acerca de esta parte del cuerpo, ya que es la que más se expone y la que menos se sabe describir. El rostro adquiere una dimensión fundamental ya que “el ser no tiene solamente un cuerpo, sino también un rostro. Es un rostro que no puede ser transplantado o cambiado. Un rostro es un mensaje, muchas veces sin que lo sepa la misma persona ¿no es quizás el rostro humano una mezcla viviente de rostro y significado? Todos lo vemos y nadie logra describirlo ¿no es quizás un milagro extraordinario el que entre tantos centenares de millones de rostros no haya dos iguales? ¿Y que ningún rostro permanezca perfectamente igual durante más de un minuto? Es la parte del cuerpo más expuesta, la más conocida y es también la menos descriptible, la encarnación de la unicidad ¿Quién puede mirar un rostro como si fuera un lugar común?”43,

y en realidad el

hombre goza de un privilegio extraordinario, el de poder contemplar muchos rostros, todos ellos con características totalmente diferentes por ejemplo, los ojos expresan el sentido de la comunicación y traen implícito el concepto de verdad, si se mira bien, cada vez que alguien necesita ratificar una idea, lo primero que hace es decirle a la otro persona, “míreme a lo ojos”, porque tiene la plena seguridad que la mirada de frente confirma la idea que nace en el pensamiento. Además la mirada trae consigo varias formas de mirar, la triste, la alegre, la escéptica, la de asombro, la de placer, la confiada, la discreta, la enérgica, la engreída y la de indiferencia por eso se dice que la “mirada y las formas de mirar manifiestan al hombre y sus actitudes fundamentales en relación con los demás”44. Los seres humanos cuando dejan de mirar a los otros a los 43

A. HESCHEL. Chi è l’uomo?, p. 67-68, citado por GEVAERT, Joseph. El problema del hombre. Salamanca: Sígueme, 1993. p. 98. 44

Ibid., p. 98.

ojos desconocen la verdad que se encuentra reposada en ellos, evitando el contacto de frente y por tanto no los reconocen. Todas las partes del cuerpo tienen un modo de lenguaje que las identifica, pero en particular la boca es fundamental, por ella ejecutamos las palabras que son la fuente más original y las más utilizadas para la comunicación. “sólo el hombre habla, siempre que se está en presencia de seres humanos, se está en presencia de determinadas formas de leguaje”45, y es que las palabras manifiestan la forma como el ser percibe el mundo y en esta medida enriquece la comunicación, por eso es que la relación o encuentro con otro individuo es una mezcla de lenguajes que van en busca de la comprensión. La filosofía actual va por esta línea de pensamiento, intentando resolver los problemas que el lenguaje deja entrever en los diálogos humanos, es decir, los caminos de la filosofía van en busca de interpretación. Merleau-Ponty distingue entre palabra hablante y palabra hablada, “la primera es aquella en la que la intención significativa se encuentra en estado naciente. La otra es el acto de expresión que constituye un mundo lingüístico y un mundo cultural”46. Es deber del hombre asumir la palabra del otro como expresión sublime de la cultura, esto no quiere decir que se deba aceptar todos los pensamiento que de su boca provienen, sino que su palabra se impone a mi responsabilidad comprometiendo mi escucha. La palabra le permite al hombre desplazarse en el mundo y de esta manera realizar el sentido de su existencia. Lo que se tendría que examinar es el modo cómo se utiliza el lenguaje, si éste está hecho para manifestar el mundo, cómo se explica que unos lo hagan para destruir, otros para amenazar, en fin, el hombre debe revisar la utilización del leguaje. En la filosofía moderna el pensamiento cartesiano se caracterizó, frente al problema del hombre, por afirmar que “la inteligencia habla en la pura interioridad de la conciencia, sin tener en el fondo necesidad de palabras”47, las palabras sólo se utilizaban para expresar pensamientos ya formados al interior de la conciencia. El pensamiento actual, sin poner la palabra por encima del pensamiento, le da a la palabra 45

Ibid., p. 98.

46

MERLEAU-PONTY., Op. cit., p. 213. GEVART., Op. cit., p. 50.

47

el ambiente propicio para el pensamiento, de ahí que “la palabra no es sólo desvelamiento del mundo y de las cosas; es también esencialmente revelación de la persona”48. De esta manera el pensamiento y la palabra adquieren una dimensión dialogal que se funda en el principio mismo de su experiencia. Cuando el leguaje existente no alcanza para expresar los pensamientos, se crean términos nuevos o técnicos para enriquecer el lenguaje y la ciencia.

Estos adquieren una dimensión

fundamental a la hora de realizar tratados o escritos científicos que se utilizan para el estudio de los intelectuales. El lenguaje hace posible el conocimiento de las teorías científicas y por eso del mundo, no se quiere decir con esto que sea el único camino, porque existe también la experiencia, las prácticas. En fin, el rostro desde el lenguaje le da apertura al ser a una forma de conocimiento que se interpreta hablando. Dentro del rostro los oídos también tienen su función central en la escucha, ésta posibilita el que yo me comunique y comprometa mi realidad con la del otro. Para concluir estas ideas acerca del rostro se dice que éste tiene una función privilegiada que no se encuentra separada del resto del cuerpo, al contrario trabaja en conjunto con el. Si el rostro es la identidad misma del ser humano, el hombre debe agotar más energías en el conocimiento de éste y no reducir su conocimiento a expresiones como el rostro es una mascara, conozco perfectamente un rostro; y se dice que no se puede reducir, porque el lenguaje del rostro es tan profundo, que no actua como una mascara de la cual se dispone para cambiar cada vez que yo quiera, ni se puede describir la perfección de un rostro. Queda la invitación al ser para que lance su mirada penetrante al rostro, tratando siempre de desvelar el sentido y la emoción que este expresa, para no simplificarlo o reducirlo en conceptos no apropiados para la significación. 3.4

PARADIGMA RELACIONAL Cada época histórico-filosófica tiene una visión o paradigma que la caracteriza,

por ejemplo, la edad media fundó su conocimiento en la preponderancia de las verdades teológicas, basadas en la revelación. Desde aquí, se intentó resolver todas 48

Ibid., p. 51.

las inquietudes que nacían en la conciencia de los hombres de la época.

En la

modernidad se absolutizó la razón depositando en ella todo conocimiento posible del hombre, dejándola como único camino válido de acercamiento a él.

Después los

contemporáneos basados en la existencia misma, en las angustias y necesidades del hombre arrojado a sus posibilidades, intentaron llevar al hombre a la búsqueda de sus horizontes. Como se puede ver hasta aquí, todos los hombres de las distintas épocas se esforzaron por vivir y responder a las realidades que se presentaron en ella; nunca fue su propósito superar una época o escribir libros con el fin de hacerlo, cada pensador intentó ampliar el horizonte de comprensión que se tenía de una época a otra, esto lo hace partiendo siempre de la realidad que se vive. Por eso, el paradigma postmoderno no intenta ir en busca de esencias trascendentales, no pretende encontrar principios como el agua, el aire, ni el ser, ni la sustancia o el pensamiento, ni explicar la lucha de clases o el espíritu absoluto, sino que respondiendo a la realidad que le acompaña (individualismo,

hedonismo,

consumismo,

narcisismo,

pluralismo,

experiencia,

subjetivismo, etc.) le da apertura a lo relacional, que lleva la vida del hombre a comprender que nunca está solo. Toda su existencia está dirigida a compartirla con otros, inclusive el individualismo ha llevado a desarrollar nuevas formas de comunicarse, un individuo que se instale en su cuarto tiene la imperiosa necesidad de encender su computador y chatear con infinidad de personas, además tiene la posibilidad de mirarla por medio de cámaras, y micrófonos para hablar con ellas si así lo desea, pero esta relación se priva de algo importante, la presencia, la cercanía y encanto del cuerpo y la verdad del rostro, pero sin embargo no deja de ser una relación. Lo relacional desde Levinas se entiende desde el encuentro frente a frente que une dos mundos, que revela lo oscuro del horizonte de cada uno e invita a comprometerse con él, esa responsabilidad irreductible que lleva asumir compromisos de escucha, respeto, bondad y justicia, que en la filosofía del autor no son valores, sino gritos del rostro que los reclama para ser alguien delante de mí y yo alguien delante de él. Lo relacional es la clave que jalona a los jóvenes en el intento por hacer de sus existencias experiencias autenticas, es claro, en este intento se cae en relativismo y se pierde la obligación que se tiene con el Otro. El paradigma relacional abre la esfera de entender al hombre

como posibilidad, es decir, como aquel ser que siempre está dispuesto a abrir sus brazos para recibir otra existencia necesitada de reconocimiento y viceversa, como el individuo que necesita ser reconocido por Otro. En esta medida el hombre es un ser de doble posibilidad como el que da y a la misma vez recibe. Es así, como en lo relacional existen unas experiencias que llevan al hombre a redescubrirse como persona en la sociedad. Experiencias que le ayudaran a mirar el mundo con ojos más humanos, llenos de deseo por transformar el presente de guerra que opaca la existencia misma, estas experiencias son: el encuentro que lleva al diálogo, la escucha que lleva al compartir, la comprensión, que lleva al respeto y la no-identificación que recuerda el carácter de unicidad del ser, que por más que quiera hacerse responsable del Otro, no puede perder su punto vista, en esta medida se hace una crítica a Levinas, porque se puede caer en el error de pensar, que si no estoy en relación con el Otro, el Yo pierde toda autenticidad, y esto sería un grave error porque los espacios de soledad también favorecen el crecimiento de la existencia auténtica, la fortalecen y en esta medida el hombre se realiza. Para concluir, la postmodernidad revela un carácter ético que pone su sello en la definición misma del hombre, que se revela en el sentimiento. El ser se dedicó a sentir, aunque se cae en el error de declinar el sentimiento en el placer para mi bien sin pensar en el otro. Pero viéndolo desde un aspecto positivo, el sentimiento es la capacidad de relación más directa y espontánea para establecer comunicación y reconocimiento por el Otro. La postmodernidad hace un gran aporte a la filosofía cuando enseña que lo ideológico-racional, no es el único camino válido de conocimiento del hombre, sino que lo ético-relacional es otro camino que le da apertura al encuentro, al diálogo, a la aceptación y lleva a la misma existencia a reconocer que su conducta debe estar dirigida hacia el perfeccionamiento de Otro, es decir, darle sentido a algo, sólo desde esta medida se entiende la co-existencia y se da apertura a la creación de nuevos valores. La postmodernidad es la época de los hombres de hoy, no de los hombres del pasado porque ya no existen, ni de los hombres del futuro porque aun no concurren. La historia se escribe viviéndola.

CONCLUSIONES Este trabajo implica una responsabilidad grande. Acercarse al pensamiento de Emmanuel Levinas es acercarse al Otro, a la existencia misma de la otra persona que necesita ser reconocida, recibida y al mismo tiempo aparece como responsabilidad irreductible, que compromete mi existencia. La filosofía existencial dialogal en la que se inscribe al autor, deja ver el caudal de humanismo que su teoría desborda.

Dirigir la mirada hacia la existencia es

encontrarnos con otros hombres que necesitan la afirmación de su ser, teniendo en cuenta que traen en su rostro las angustias vividas por la cotidianidad y las sufridas por la realidad inevitable de la muerte. De ahí que el hombre se hace persona cuando se convierte de su afirmación subjetiva y de su voluntad de poder para aceptar la interpelación del Otro, que exige otra actitud, la del diálogo, la escucha y el compartir. El Otro es aquel que no se puede neutralizar, ni identificar, el encuentro que se produce es un complemento, su presencia es un reclamo directo de justicia, de respeto ♣

y altruismo . La ética de la alteridad, fuera de ser una aproximación ontológica previa, como lo ven algunos críticos, es una metafísica, que en principio no hay que reducirla a los fundamentos teológicos porque perdería su significación, sino entenderla en la relación con los hombres, en la vida social; ya que no se entiende un conocimiento de Dios separado de los hombres. Sólo el lenguaje ético producido en la manifestación del rostro y en el encuentro cara-a-cara, describe el camino de búsqueda de los hombres por mejorar sus relaciones. Por eso la metafísica se desenvuelve en las relaciones éticas. La filosofía de Levinas ayuda a comprender el paradigma relacional de la postmodernidad. Época que es considerada en “crisis” ¿cuál crisis? ¿acaso los griegos fueron criticados por no vivir como los modernos? ¿o los hombres medievales criticados por no vivir como los contemporáneos? ¿será que la guerra es excusa para señalar una época en crisis? Parece que se hubieran olvidado de los siglos anteriores donde  ♣

Hay que entender que justicia, respeto y altruismo, no son valores, sino gritos del rostro.

también se asesinaba, demostrando la deshumanización que los invadía. También se acusa la postmodernidad por el individualismo que aleja a los hombres del encuentro (como se afirmó en las primeras páginas), pero éste sólo revela un aislamiento, un miedo de orientarse hacia la realidad del existente que impide la relación ética. Además cada época no nace para superar a otra, sino para ser vivida con intensidad respondiendo a las realidades y acaeceres diarios. El ser está invitado a superar sus angustias para comunicarse con un lenguaje ético que se acerque a lo profético, es decir, un lenguaje que haga posible la comprensión y creación de nuevos valores, eso si, que estén dirigidos a dignificar la existencia. Con Levinas es obvio que el Otro necesita reconocimiento, escucha y ayuda y que mí vida debe asumir la responsabilidad del ser que aparece y encuentra cumplimiento en la experiencia del rostro. Pero aquí se hace una crítica a la teoría del autor, porque se puede llegar a pensar que el Yo se tiene que olvidar de sí mismo para darle toda la preponderancia al Otro. Esto no es así. En las relaciones interpersonales tanto el Yo, como el Otro, aportan su rostro, su cuerpo, sus ideas y su visión del mundo por medio del lenguaje, darle la primacía al Otro equivale a desconocer la propia historia y el carácter de unicidad del ser. Además se corre el riesgo de alienar la propia existencia. Para finiquitar es importante decir que antes de asumir la existencia de Otro, se debe aprehender el propio cuerpo, con el fin de comprender sus límites y potencialidades para entregar al Otro lo mejor. El rostro es todo un reto, porque mirarlo no significa que sea un lugar común, su riqueza radica precisamente en el desconocimiento, en su ideal sagrado de desvelamiento. Conocer un rostro implica esclarecer su esencia, que es profundamente humana; todos sus signos y expresiones revelan las actitudes frente a los demás. La filosofía Levinasiana es una forma práctica de acercarse al Otro, esas relaciones que en ocasiones parecen imposibles sólo requieren disposición y apertura.

La existencia es muy corta para desgastarla en

rencores abusivos y volátiles, se tiene que vivir con la convicción de hacer crecer a otras, no con la idea aniquilarlos. La existencia se hace auténtica cuando se pone en relación con los demás.

BIBLIOGRAFÍA COMBLIN, José. Antropología Cristiana. Madrid: Paulinas, 1985. 283 p. CORETH, E. et al. La Filosofía del Siglo XX. Barcelona: Herder, 1989. 294 p. GEVAERT, Joseph. El Problema del Hombre. Salamanca: Sígueme, 1993. 360 p. LEVINAS, Emmanuel. Totalidad e infinito. Salamanca: Sígueme, 1977. 315 p. ________. Humanismo del Otro hombre. México: Siglo XXI, 1974. 136 p. MERLEAU-PONTY, Maurice. Fenomenología de la Percepción. Barcelona: Península, 1975. 476 p.

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