Emilio Lledó

December 11, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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1 Emilio Lledó, La memoria del logos El mito de la caverna y sus diferentes lecturas Emilio Lledó interpreta el mito de la caverna como si fuera el plano de un rodaje cinematográfico, en tal caso Platón sería un adelantado de Louis Lumiere. Emilio Lledó propone varias lecturas de este texto alegórico para mostrarnos que de ninguna manera es arcaico sino por el contrario muy cercano al hombre de hoy. Esto se debe a que nadie escribe por escribir, si Platón escribió este mito es porque quiere decirnos algo al hombre de hoy. Lectura antropológica. Los prisioneros se encuentras en un espacio cerrado, clausurado, y su existencia se encuentra encadenada. Así es nuestra vida, nacemos en una sociedad no elegida, con unas estructuras férreas y una ideología heredada. Además de los prisioneros hay otros personajes que pasean detrás de ellos trasladando objetos y sólo pueden mirar la tierra del camino. Ellos engañan a los prisioneros haciéndoles creer que las sombras de los objetos que ven son reales, pero al mismo tiempo ellos son engañados porque se encuentran dentro del teatro platónico de la caverna. Recordemos que la caverna simboliza embaucamiento, farsa, simulacro, apariencia. Por eso decimos que estos personajes son “engañadores engañados”. Pero a su vez, hay un alienador no alienado, alguien fuera de la oscuridad que programó el absoluto engaño. Son unos personajes ausentes que hacen que el fuego de la caverna se mantenga siempre vivo para así sostener la farsa. También hay unos personajes liberadores, alguien que desata a los prisioneros y los obligue a emprender la ardua subida. No sabemos muy bien por qué pero en la caverna andan juntos los fantasmas de la libertad y la mentira. No basta con soltar la cadena, con sentir la posibilidad de caminar. La libertad absoluta vacía no existe. Solo existe como liberación, como camino que asciende y que deja descubrir la trampa y la miseria. Pero aun así, el homo viator, el prisionero suelto, puede descubrir la falsedad, entrever la hoguera, los hombres ante ella, el desfile de las sombras inertes, y así aceptar esa “aparente” realidad. Pero podemos hacer también una lectura epistemológica. Los cuatro espacios de la caverna (prisioneros, engañadores engañados, fuego, el afuera de la caverna) expresan cuatro niveles de conocimiento. Podríamos hacer también una lectura social. En el mito se nos habla del acomodo que los prisioneros satisfechos han ido haciéndose en la caverna. Aceptando la sombra como realidad y negándose a aceptar su integración con la nada, cabe llenar el vacío y la necedad con el cultivo de la sumisión al engaño. Subyace también a la escenografía platónica una lectura psicoanalítica. Es muy posible que este mito estuviese influido por el orfismo y por su interpretación del alma y del destino. La caverna remite también a una hermenéutica individual en la que se da un paulatino proceso de autoconocimiento. Cargados de imágenes reflejadas, sin que la conciencia pueda asumir otra cosa que el reflejo, sin poder saltar sobre la sombra impuesta, la clausura del prisionero se convierte en condena.

2 También podríamos hacer una lectura televisiva para mostrar la des-información en la que estamos sumidos hoy por hoy a través de la televisión. Otra lectura que cabe realizar es política en el sentido de que la dialéctica de la corrupción que anida en el interior de la atmósfera de la caverna admite la posibilidad de un cambio. Es decir la posibilidad de una revolución liberadora. Pero al mismo tiempo, puede hacerse una lectura trágica en el sentido de admitir que no hay posibilidad alguna de mejorar la vida y a los hombres aun cuando renovemos la forma de la caverna.

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