El Valor de La Solidaridad

August 11, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD

La solidaridad es el apoyo o la adhesión circunstancial a una causa o al interés de otros, por ejemplo, en situaciones difíciles. La palabra solidaridad es de origen latín“solidus” que significa “solidario”.  “solidario”.  Cuando dos o más personas se unen y colaboran mutuamente para conseguir un fin común, se habla de solidaridad. La solidaridad es compartir con otros tanto lo material como lo sentimental, es ofrecer ayuda a los demás y una colaboración mutua entre las personas. En este sentido, se puede citar como ejemplo a La Cruz Roja como símbolo de solidaridad, ya que es una organización imparcial con una misión humanitaria basada en el principio de solidaridad que consiste en proteger la vida y dignidad de las víctimas de guerra y de violencia, así como prestarle asistencia. La solidaridad es sinónimo de apoyo, respaldo, ayuda, protección, que cuando persigue una causa justa cambia el mundo, lo hace mejor, más habitable y más digno.

 

EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD

La solidaridad es uno de los valores humanos tradicionales, emparentado con la compasión y con la generosidad, y que tiene que ver con los ánimos de cooperar y brindar apoyo a una persona necesitada en su mayor momento de vulnerabilidad, sobre todo si ello implica hacer a un lado las necesidades, opiniones o prejuicios personales. La ayuda prestada en un momento de solidaridad, así, se considera desinteresada, vale decir, que no espera una retribución o una ganancia a cambio del servicio prestado. Se supone que constituye un grado de altruismo o desprendimiento, que pone las necesidades ajenas por encima de las propias momentáneamente. Por eso es común apreciarla en situaciones críticas o catastróficas, como las guerras, los desastres naturales o simplemente las épocas problemáticas en la vida de alguien. Del mismo modo, la solidaridad no suele considerarse como una obligación o un mandato, sino que ha de ser voluntaria. Existe, no obstante, un compromiso moral en quienes dispongan de los recursos para ayudar a otros a superar una situación crítica, y nuestra cultura no percibe con buenos ojos a quienes simplemente se rehúsen a hacerlo. Por último, la solidaridad es un requisito en la construcción de relaciones afectivas profundas como el amor o la amistad, dado que generan agradecimiento e incluso un compromiso de reciprocidad en quienes reciben la ayuda desinteresada. Se trata de un valor ampliamente fomentado, como remedio a los males del individualismo y el egoísmo dentro del funcionamiento del mundo.

 

EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD

La solidaridad es un valor por excelencia que se caracteriza por la colaboración mutua que existe entre los individuos, lo que sin duda permite lograr la superación de los más terribles desastres, como guerras, pestes, enfermedades, entre otros, aplicarlo también con nuestros familiares, amigos y/o conocidos que se encuentren en situaciones difíciles y con la ayuda recibida permita salir adelante y mejorar en cierto modo la situación. La solidaridad entre los seres vivos permite resistir las adversidades que se presenta a lo largo de la vida. La persona solidaria no duda en colaborar y apoyar a todos aquellos individuos que se encuentran en situaciones desfavorecidas, lo que permite distinguirse de las personas indiferentes, egoístas ante sus compañeros. Es importante fomentar la solidaridad desde la infancia ya que puede ser vista como la base de otros valores humanos que logra desarrollar valiosas relaciones de amistad, familiares y/o sociales basadas en la ayuda, apoyo, respeto y tolerancia.

 

EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD

La solidaridad nos obliga a ir más allá de nosotros mismos, de nuestros intereses personales o necesidades particulares. Este valor nos invita a preocuparnos por otras personas. Somos solidarios cuando nos damos cuenta de que existen individuos o grupos a los que podemos ayudar: gente que sufre hambre o pobreza extrema, que es discriminada, que vive las consecuencias de un desastre natural, que padece alguna enfermedad, etcétera. Pero esto no basta. Para que la solidaridad esté completa no es suficiente darse cuenta de que podemos brindar apoyo, sino hacerlo. Es decir, se trata de reconocer las necesidades de los demás y actuar. Existen muchas formas en las que puedes poner en práctica la solidaridad. En el cuento que acabas de leer, los vecinos de Martín aportaron cada uno un poco de dinero para que él pudiera ir al campeonato de ajedrez. Pero también se puede ser solidario contribuyendo con nuestro trabajo, nuestro tiempo o dando ánimos a quienes lo necesitan. Y cuando varias personas colaboran para alcanzar un bien común, la solidaridad permite lograr cosas que los individuos por sí solos nunca podrían conseguir. México ha sido siempre un pueblo generoso. Así, cada vez que en nuestro país o en el extranjero ocurre alguna catástrofe de grandes proporciones (terremotos, inundaciones, epidemias, hambrunas) la mayoría colaboramos sin dudarlo. También lo hacemos cuando se requiere recaudar fondos o prestar servicio en favor de los más necesitados.

 

EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD

 Antes de definir el término es necesario establecer su origen. Este concepto proviene del término del latín soliditas que hacía referencia a una realidad homogénea, entera y unida donde los elementos que conformaban ese todo eran de igual naturaleza. De este modo, el concepto de solidaridad describe la adhesión de modo circunstancial a una causa o a proyectos de terceros. El término se utiliza en forma habitual para denominar una acción de perfil dadivoso o bienintencionado. De todas maneras, su raíz etimológica hace referencia a un comportamiento in-solidum, es decir, que se enlazan los destinos de dos o más personas. Por lo tanto, ser una persona solidaria no se limita al ofrecimiento de ayuda, sino que implica un compromiso con aquel al que se intenta ayudar. El sentido más básico de la solidaridad supone que se desarrolla sin distinción, límites o condicionamientos de sexo, raza, nacionalidad, religión ni de afiliación política. La única finalidad de la solidaridad puede apuntar al ser humano en estado de necesidad. De todas formas, el uso del término ha quedado desvirtuado ante el abuso del discurso político y el denominado marketing solidario. La verdadera solidaridad es ayudar a alguien sin recibir nada a cambio y sin que nadie se entere. Ser solidario es, en su esencia, ser desinteresado. La solidaridad se mueve sólo por la convicción de justicia e igualdad.

 

EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD

Los seres humanos vivimos en sociedad, corremos el  el  riesgo de mirarnos en exceso el ombligo a nosotros mismos porque cualquier persona vive dando un peso excesivo al yo cuando en realidad, no debemos perder de vista que el bien común se expresa a través de la fórmula “nosotros”. Es decir, nunca se debe de sentir indiferencia ante el dolor ajeno porque la empatía que surge del corazón nos lleva a conectar con los demás buscando la forma de  de  ayudar. Así lo muestra la solidaridad, un valor muy importante para una sociedad desarrollada en la que se trabaja de una forma constante para defender los derechos de los colectivos más vulnerables, haciendo frente a las injusticias sociales.

 

EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD

La solidaridad muestra la ayuda altruista, generosa y desinteresada que surge del corazón a partir de la máxima que afirma que “hay que dar sin esperar nada a cambio” porque aquel que da lo mejor de sí mismo al otro descubre que ya recibe el mayor premio y la mejor recompensa: el bien es un tesoro que aporta una inmensa satisfacción personal tanto aquel que da como a aquel que lo recibe. Existen entidades sociales que trabajan por el bien común. Entidades que necesitan del apoyo constante de personal voluntario implicado en la causa. Existen muchas formas diferentes de ser solidario. Por ejemplo, se puede apoyar a una entidad de ayuda social con una cantidad económica. Pero también es posible ser solidario colaborando como voluntario con una organización. En este caso, el voluntario dedica una parte de su tiempo personal a la realización de una labor. Existen distintas actividades de ayuda social, por ejemplo, visitar a ancianos que viven solos para hacerles compañía durante un tiempo semanal. Así como cualquier ser humano tiene una inmensa capacidad de superación y puede crecer como persona de una forma f orma constante, una sociedad también puede ser cada día mejor. Pero para eso, se necesita la implicación de las personas que construyen esa sociedad. Personas con valores solidarios capaces de luchar por aquello en lo que creen.

 

EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD

Se conoce con el término de solidaridad a aquel sentimiento o también considerado por muchos un valor, a través del cual las personas se sienten y reconocen unidas y compartiendo las mismas obligaciones, intereses e ideales y conformando además uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta la ética moderna. A instancias de la Sociología, el término solidaridad goza de una especial participación en dicho contexto, siendo, como dijimos, un sentimiento que supone la unidad de los lazos sociales que unirán a los miembros de una determinada sociedad. De este modo se dice que una acción es solidaria cuando está orientada a la satisfacción de las necesidades de los otros y no a las propias. Así, la idea de solidaridad expresa el apoyo a una causa ajena. En ese sentido, se trata de un tipo de ayuda o colaboración que viene precedida por un sentimiento de empatía por las circunstancias de los demás. La solidaridad se puede entender desde una perspectiva individual y colectiva y, por otro lado, como un fenómeno sociológico relacionado con la dimensión moral del ser humano.

 

EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD

La solidaridad es uno de los valores éticos, se define como la capacidad del ser humano para sentir empatía por otra persona y ayudarla en los momentos difíciles, es un sentimiento de unidad en el que se buscan metas e intereses comunes. La solidaridad permite el desarrollo de las familias modernas o núcleos de población, al generar un sentimiento de superación grupal, por efecto de este valor ético, las personas luchan por una meta en común, permitiendo superarse de manera personal así como de manera comunitaria. En las sociedades modernas, cada persona se desarrolla de manera personal, pero para sobrevivir en sociedad se necesita de otras personas, y es ahí donde la solidaridad hace su trabajo, permitiendo que el colectivo una fuerzas en pro de una bien común.

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