El Sistema Educativo Actual de Guatemala
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EL SISTEMA EDUCATIVO ACTUAL DE GUATEMALA (ESTRUCTURA Y BASES LEGALES) INTRODUCCION En al actualidad el sistema educativo guatemalteco, sigue una línea jerárquica, desde los altos niveles gubernamentales, se dirige el destino educacional, apegados a las leyes y al derecho de todo ciudadano al libre acceso de la superación personal, intelectual y social. La constitución de la republica, garante de todos los destinos ciudadanos, dentro del Titulo II, Capitulo II, Sección IV, establece todos los derechos que tienen los guatemaltecos en el ámbito educativo. Pese a que los estatutos en mención no se han modificado, el gobierno siempre tratara de garantizar los mismos. Es por tal razón la importancia del desarrollo siguiente, en el se pretende exponer el sistema actual educativo y las leyes que nos amparan. EL SISTEMA EDUCATIVO ACTUAL DE GUATEMALA (ESTRUCTURA Y BASES LEGALES) El Sistema Educativo Nacional de Guatemala está integrado así: Ministerio de Educación: Es la institución del Estado responsable de coordinar y ejecutar las políticas educativas. Comunidad Educativa: Está formado por educandos, padres de familia y educadores. Centros educativos: Son establecimientos de carácter público, privado o por cooperativas, por medio de las cuales se lleva a cabo el proceso de educación integral. Lo integran educandos, padres de familia, educadores, personal técnico, administrativo y de servicio. El Sistema Educativo Nacional se conforma o integra con dos subsistemas: Educación Escolar: está organizado en niveles, ciclos, grados y etapas en educación acelerada para adultos, con base en programas determinados en la currícula. Los niveles, ciclos, grados y etapas que lo integran son: Primer Nivel: educación preprimaria. Bilingüe y Párvulos (dos a tres años) Generalmente incluye a los niños hasta los seis años de edad. Segundo Nivel: Educación Primaria (primero a sexto grados). Comprende los primeros años de la educación formal. Aquí es donde el individuo desarrolla las habilidades de lecto escritura y cálculo. Las asignaturas tradicionalmente consideradas obligatorias son idioma español, matemáticas, estudios sociales y ciencias naturales. Lo recomendable es que se curse entre los seis y doce años. Hay programas especiales para adultos, impartidos en centros especiales. Tercer Nivel: Educación Media a) Ciclo de Educación Básica, fundamentalmente de formación académica. Suele empezar a los 13 años y, dependiendo del rendimiento del alumno, en Guatemala puede culminarse en un período de tres años. b) Ciclo de Educación Diversificada o Vocacional. Se cursa en dos, o tres, dependiendo de la carrera escogida. Al final se obtiene un título o diploma de graduado en educación secundaria. Subsistema de Educación Extraescolar o Paralela: lo proporciona el Estado a la población excluida o sin acceso a la educación escolar o a la que desea ampliar su formación previa. Un apartado especial merece el Programa Nacional de Autogestión para el Desarrollo Educativo (Pronade), una variante del sistema tradicional, cuyo método de trabajo es la organización de padres de familia en Comités Educativos (Coeduca), quienes administran las escuelas de autogestión comunitaria. Los grandes desafíos 1 Deficiencias de cobertura. El olvido estatal hacia el tema educativo ha llegado al extremo, según voces consultadas, de obviar prescripciones contenidas en la Constitución de la República en materia educativa. Dicho cuerpo jurídico -promulgado hace 20 años- no concibe a la educación sólo como un derecho. El Artículo 74 indica: “Educación obligatoria. Los habitantes tienen el derecho y la obligación de recibir la educación inicial preprimaria, primaria y básica, dentro de los límites de edad que fije la ley.”. Según esto, el esfuerzo fundamental del Estado es lograr el cumplimiento de al menos esos nueve años de escolaridad ordenados por la Constitución. Por aparte, una tendencia generalizada entre las fuentes consultadas es atribuirle a ciertas características del país, como el multilingüismo, la diversidad étnica y los niveles de pobreza generalizada, que Guatemala no tenga los mejores índices educativos de la región centroamericana. Los números ilustran muy bien el panorama. Según datos oficiales de 2002, en ese año se inscribieron 393,728 niños de entre 5 y 6 años, pero la población ubicada dentro de dicho rango superaba los 710 mil. Sólo 4 de cada 10 lograron estudiar.
En el nivel primario, de 1.8 millones que debieron asistir a clases, un 87.5% (1.5 millones) lo lograron. En los básicos sólo 2 de cada 10 jóvenes se inscribieron. En el diversificado (sector fuera de la regulación constitucional) sólo 1 de cada 10 jóvenes entre los 16 y 18 años pudo matricularse. Para los jóvenes del área rural (entre 15 y 19 años) la cobertura apenas es de 47%. En los grupos de 20 a 29 años la situación es mucho más dramática, pues casi sólo uno de cada cuatro jóvenes tiene acceso a algún grado de educación primaria. Los datos generales anteriormente enunciados revelan un primer desafío para el sistema educativo: la cobertura es insuficiente con el esquema actual. La solución al problema apenas empieza a vislumbrarse. Después de años de trabajar sin planes educativos, hasta el año pasado se definió una prioridad: el programa Primaria para Todos para el 2007. La siguiente sería Tercero básico para todos al año 2015. Será hasta entonces cuando se podrá afirmar que se ha cumplido el mandato constitucional. 2 El dilema de la calidad. Aunque hay quienes tienden a separar el problema de la cobertura de el de la calidad educativa, lo cierto es que en la educación moderna hay quienes sostienen que esta última debe ir antes que la primera. No es posible, según dicha creencia, seguir llevando a las aulas a personas que se van a formar con las mismas deficiencias de quienes han llegado antes. En todo caso, la calidad representa un segundo gran desafío y los elementos identificados para alcanzarla se relacionan, en primer lugar, con la capacitación de los maestros, tanto en términos del contexto sociocultural como en las destrezas que exige el mundo globalizado de hoy. Otra parte relacionada con la calidad es la garantía de un tiempo efectivo de aprendizaje. En Guatemala se ha definido un ciclo escolar mínimo de 180 días de clases, aunque algunos estudios sugieren que los estudiantes reciben sólo 130 días. Una manera de comprobar la calidad educativa son los resultados comparativos del Programa Nacional de Evaluación del Rendimiento Escolar (Pronere) aplicados entre 1997 y el año 2000 a estudiantes de tercero y sexto grados de primaria de centros educativos privados y públicos, urbanos y rurales. Los rendimientos más altos en el tercer año se registran en lectura, pero descienden en el sexto grado, donde las mejores notas son las de matemáticas. Simultáneamente, los fenómenos de fracaso, repitencia y deserción aparecen como otro desafío estrechamente ligado a las deficiencias de calidad educativa. En 2001 el 30% de los alumnos del primer grado de primaria no logró ser promovido, y el 13% de los inscritos abandonó los estudios durante el ciclo. En el nivel secundario el panorama indica que sólo una tercera parte de los alumnos aprueba los tres grados de básicos. Sólo un 9% lo cursa en tres años. Pero esto no es un problema únicamente para el estudiante. También lo es para el Estado, porque la repitencia y deserción son cuantificables. En el año 2001, el costo de no aprobar la Primaria fue de Q435 millones, la repitencia alcanzó los Q296 millones y la deserción representó un costo de Q139 millones. Es decir, Q870 millones que pudieron tener mejor destino. 3 La apropiada pertinencia. Los expertos afirman que el sistema educativo debe ser un reflejo del contexto social y cultural del país; que se valore y aprecie la diversidad que existe en todo sentido, y se integre al elemento escolar. A esto le llaman pertinencia. No es un secreto que en pleno siglo XXI un niño indígena de Quiché, tiene que aprender en idioma K´iché. Los datos demuestran que el 78% de los niños indígenas asisten a escuelas donde se imparten clases sólo en español. La pertinencia no va sola. Con ella entra en juego también la equidad y tiene importancia cuando se encuentra que hay marcadas diferencias entre una región y otra del país, o entre el área rural y la urbana. Esas diferencias deben tomarse en cuenta y aplicar el principio de equidad: darle más al que menos tiene. 4 El financiamiento insuficiente. Las necesidades del sector educativo no han obtenido una respuesta proporcional en materia financiera. Ello se refleja en que el dinero destinado no supere el 2% del Producto Interno Bruto, cuando en la mayoría de países de Latinoamérica el gasto está alrededor del 4%, según datos del PNUD. Pese a ello, algo se ha logrado y los recursos asignados al Ministerio de Educación (Mineduc) se han incrementado en los últimos años. En 1990, el presupuesto ejecutado por la cartera era de Q472 milones, mientras en 2001 llegó a Q2,858 millones (1.8% del PIB). De esos recursos, la mayoría son destinados al pago de maestros. Dicho sector cobró en 1990 alrededor de Q350 millones, mientras el año pasado llegó a Q2,389 millones. La insuficiencia de recursos educativos ha generado reacciones entre la sociedad, como el caso de la Gran Campaña por la Educación, un movimiento social que ha reunido a casi un centenar de instituciones afines al tema, y que desde 1999 ha insistido en reclamarle al Gobierno un incremento presupuestal. Esta es la base, afirman sus representantes, para lograr que haya más cobertura, tanto cuantitativa como cualititativamente. Sin embargo, parte del problema es que Guatemala es uno de los países con menor tasa de tributación en Latinoamérica. Educación, ¿para todos? “La educación es un derecho fundamental de todos, hombres y mujeres, de todas las edades y en el mundo entero”, reza parte del Preámbulo de la Declaración Mundial sobre Educación para Todos, de la Organización de Estados Iberoamericanos, emitida en abril de 2000.
Un anhelo loable, cuya aplicación en países como Guatemala -cuyos indicadores educacionales son los más bajos de Centroamérica- no parece tan fácil de alcanzar. De casi cuatro millones y medio de alumnos en edad escolar (4.3 millones de 5-18 años de edad, según el INE), más de dos millones no tienen acceso a la educación. ¿Y el resto de población en edad no escolar? Si bien algunas voces expertas aseguran que el acceso a las universidades es una decisión libre de cada individuo, también es cierto que no todos los guatemaltecos desean o pueden seguir una carrera de nivel superior. Surge aquí un nuevo desafío: la educación extraescolar. Es desafío porque no hay recursos para todos y las políticas del Estado privilegian la atención en la escuela primaria. Esto podría significar un costo de oportunidad muy alto, porque condena a quienes están fuera del sistema educativo a quedarse estáticos. Sólo algunos esfuerzos aislados caminan en esa dirección: las escuelas sabatinas para adultos; los programas de educación a distancia o ciertos esfuerzos para promover mano de obra calificada. No se han hecho esfuerzos formales, tanto en el Mineduc como en las universidades para vincular la producción con el proceso educativo y que verdaderamente se promueva una “Educación para todos” en sentido literal, un requisito indispensable para entrar en la órbita de la competitividad, y para hacer realidad los sueños de Víctor Hugo y de Kant. Bases Legales Para poder hacer una presentación sobre la actual Ley de Educación Nacional, es una condición sine qua non, el estudio de los principios constitucionales que debieron servir de marco, en su momento para la elaboración y promulgación de dicha Ley. La Sección cuarta, capítulo II de los Derechos Sociales, de la Constitución Política de República de Guatemala, se refiere directamente a la Educación. El primer principio reza así: “Artículo 71. Derecho a la educación. Se garantiza la libertad de enseñanza y de criterio docente. Es obligación del Estado proporcionar y facilitar la educación a sus habitantes sin discriminación alguna. Se declara de utilidad y necesidad públicas la fundación y mantenimiento de centros educativos, culturales y museos”. El segundo principio sobre los fines de la educación nos dice: “La educación tiene como fin primordial el desarrollo integral de la persona humana, el conocimiento de la realidad y cultura nacional y universal. Se declaran de interés nacional la educación, la instrucción, formación social y la enseñanza sistemática de la Constitución de la República y de los derechos humanos”. El Artículo 73 establece claramente que la familia es fuente de la educación y los padres tienen el derecho a escoger la que ha de impartirse a sus hijos menores. Da al Estado la posibilidad de subvencionar a los centros educativos privados gratuitos y exige que la ley regule lo relativo a esta materia. Manda que los centros educativos privados funcionen bajo la inspección del Estado y agrega que estos centros educativos están obligados a llenar, por lo menos, los planes y programas oficiales de estudio. Constitucionalmente les otorga el privilegio de gozar de la exención de toda clase de impuestos y arbitrios. Permite la enseñanza religiosa al decir que ésta es optativa en los establecimientos oficiales y podrá impartirse dentro de los horarios ordinarios, sin discriminación alguna. Los habitantes tienen el derecho y la obligación de recibir educación inicial, preprimaria, primaria y básica, dentro de los límites de edad que deberá fijar la ley de educación; agrega que la educación impartida por el Estado es gratuita y que el Estado proveerá y promoverá becas y créditos educativos. Prescribe la norma constitucional que la educación científica, la tecnológica y la humanística constituyen objetivos que el Estado deberá orientar y ampliar permanentemente. El Estado promoverá la educación especial, la diversificada y la extraescolar. La alfabetización se declara de urgencia nacional y determina que es obligación social contribuir a ella. El Estado debe organizarla y promoverla con todos los recursos necesarios. Expone que la administración del sistema educativo deberá ser descentralizada y regionalizada. Obliga a que en las zonas de predominante población indígena, la enseñanza deberá impartirse preferentemente en forma bilingüe. Exige que la ley especifique la forma y modo de la obligación que tienen los propietarios de empresas industriales, agrícolas, pecuarias y comerciales de establecer y mantener, escuelas, guarderías y centros culturales para sus trabajadores y población escolar. En el Artículo 78 se establece el principio constitucional con relación al magisterio. Es el Estado el que debe promover la superación económica, social y cultural del magisterio, incluyendo el derecho a la jubilación que haga posible su dignificación efectiva. Agrega este artículo, un principio jurídico de la protección a los derechos adquiridos, repitiendo que estos tienen carácter de mínimos e irrenunciables. Pide a la ley la regulación de estas materias.
El siguiente artículo se refiere a la enseñanza agropecuaria declarándola de interés nacional, así como el estudio, aprendizaje, explotación, comercialización e industrialización agropecuaria. A la Escuela Nacional Central de Agricultura se le otorga constitucionalmente su autonomía al crearla como entidad descentralizada, con personalidad jurídica y patrimonio propio, a la cual encarga el desarrollo la organización, la dirección y el desarrollo de los planes de estudio agropecuario y forestal de la nación en el ámbito de enseñanza media; ordenando que se regirá por su ley orgánica, correspondiéndole una asignación no menor del cinco por ciento del presupuesto ordinario del Ministerio de Agricultura. Insiste el artículo 80 en que el Estado reconoce y promueve la ciencia y la tecnología como bases fundamentales del desarrollo nacional, también estableciendo que la ley normará lo pertinente. El último artículo de esta sección manda que los títulos y diplomas cuya expedición corresponde al Estado, tengan plena validez legal.10 Los derechos adquiridos por el ejercicio de las profesiones acreditadas por dichos títulos, deben ser respetados y no podrán emitirse disposiciones de cualquier clase que los limita y restrinjan. CONCLUSIONES 1. En la actualidad existen, muchas deficiencias en el sistema educativo, las leyes establecidas en la constitución de la republica no se cumplen a cabalidad, en la mayoría de establecimientos educativos, provocando anarquía en el sistema educacional del país. 2. Las autoridades de gobierno pretenden dar atención a la educación, cuando por mal manejo administrativo, legado en gobiernos pasados es imposible, aunando los posibles actos de corrupción del presente. 3. Se debe tomar en serio la Reforma Educativa, que desde años atrás con los acuerdos de paz se puso en marcha, hoy parece que este es tema de olvido, pues la situación educacional de Guatemala se encuentra en un punto de estancamiento. RECOMENDACIÓN Es de mucha importancia que como promotores de educación, generemos un cambio en la estructura educacional del país, se debe comenzar por mostrar una actitud de cambio propia, siendo más responsables en las actividades que desarrollamos en los centros educativos donde prestamos nuestros servicios, y sobre todo enseñando la realidad a nuestros estudiantes, ya que ellos serán los que en un futuro conduzcan los destinos de nuestra nación., BIBLIOGRAFIA 1. Menéndez, Luis Antonio La Educación en Guatemala Guatemala, C.A. Septiembre 2002 C.J.F Computación. 2. Gonzáles Orellana, Carlos Historia de la Educación en Guatemala Guatemala, C.A. 1980 Universidad de San Carlos de Guatemala
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