El Problema Converso en La Castilla Del Siglo Xv 2005-06

August 3, 2017 | Author: SAGA2000 | Category: Talmud, Inquisition, Jews
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Curso de Doctorado: Minorías Étnico-Religiosas: Judíos y Mudéjares. (Curso 2005/06)

“El PROBLEMA CONVERSO EN LA CASTILLA DEL SIGLO XV”

Macarena Martín Castillo

Prof.: Isabel Montes Romero-Camacho Depto. Historia Medieval Universidad de Sevilla

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Índice:

I. Prologo: La coexistencia de Judíos y Cristianos. II. El origen del Problema Converso. 1. El problema Judío a fines del siglo XIV. 2. Las persecuciones de 1391 3. Del problema Judío al problema converso. 4. La situación religiosa de los conversos. III. La Inquisición en Sevilla y la respuesta de los conversos. 1. La Sevilla del siglo XV. 2. La Corte de los Reyes Católicos y la aparición de la Inquisición. 3. La respuesta conversa a la Inquisición. La Conjura de 1480. IV. Bibliografía V. Cronología de los Judeo-españoles.

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I. Prologo: La coexistencia de Judíos y Cristianos. Nuestra intención a la hora de realizar este trabajo es el análisis del problema conversojudío. Para ello hemos consultado diversas fuentes y se ha realizado un gran esfuerzo de síntesis. Los judíos podían ser desposeídos de sus bienes en cualquier momento, se restringía sus actividades profesionales y modos de vida, y eran confinados en juderías. Pero gozaban de libertad religiosa, la Iglesia no pretendía tener jurisdicción. Toda esta exclusión a las minorías se justifica en que la sociedad medieval, tenía como coordenada básica la profesión de la fe mayoritaria o en el poder. En pocas palabras, era una sociedad en la cual el pecado era un delito y el delito un pecado, un atentado contra Dios mismo. La Península Ibérica es un caso especial en lo que se refiere al desarrollo histórico con respecto al resto de Europa. Podemos resumirlo en dos hechos, el Islam y la Reconquista de los reinos cristianos, hasta la caída del Reino Nazarí de Granada en 1492. A lo largo de ese tiempo existió una coexistencia plagada de conflictos entre las tres religiones, cristiana, islámica y judía. Tanto en los territorios cristianos como en los territorios islámicos, los judíos vivían en sus propias comunidades y, hasta cierto punto eran respetados. Podemos hablar de dos comunidades judías, las afincadas en los reinos cristianos y las andalusíes. A medida que avanza la Reconquista judíos y musulmanes van ha quedar bajo la especial protección de los reyes cristianos y en reconocimiento de esa protección estas comunidades pagaran tributos especiales, a los que se suman los tributos ordinarios. Se permito vivir a dichas comunidades conforme a sus propias normas religioso-legales y dirigidos por sus propias autoridades. La vida para las minorías judía y musulmana, a pesar de todo, no resulta nada fácil. Las aljamas judías son continuamente asaltadas a lo largo de la baja Edad Media, en muchas ocasiones por los ejércitos extranjeros que acuden como aliados de reyes castellanos o aragoneses en los diferentes conflictos que se desarrollan. El sentimiento antijudío estaba muy extendido por la Europa cristiana. Podemos poner por ejemplo: la expulsión de los judíos de Inglaterra en 1290, la expulsión de los judíos de los Reinos de Francia en 1306 o el progromo de 1370 que extermina la totalidad de judíos de la ciudad de Bruselas. Es complejo hablar del problema judío y del problema converso en esos siglos. Entendemos que el conflicto antijudío es uno y el problema converso es otro, aunque interactúen. También hacemos la distinción de un antijudaísmo popular y un antijudaísmo oficial, íntimamente relacionado con los acontecimientos políticos, en este caso concreto, de Castilla en el siglo XV. En el imaginario de la colectividad el judío es un ser dedicado a la usura, despreciable, una especie de arribista social y que influye negativamente en el cristiano. Se tiene la imagen del judío rico que ostenta cargos. El antijudaísmo oficial hace referencia a la idea de unidad del Estado bajo una sola religión, aunque consideramos que esa idea no es una idea madura hasta el reinado de los Reyes Católicos en los albores de la Edad Moderna, cuando se consolida la idea de una monarquía absoluta frente a la nobleza, que se va trasformando en nobleza de servicio a la Corona, o frente a la idea de monarquía pactista.

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Hasta el siglo XIV no existen indicios de intentos de convertir por la fuerza a las minorías, pero es a finales de dicho siglo cuando se rompe la coexistencia entre judíos, y mudéjares, que siempre desempeñaron su papel en el marco establecido intentando evitar conflictos, nunca en pie de igualdad, con los cristianos. Los judíos vivían mayoritariamente en centros urbanos y eran por tanto más vulnerables a los estallidos de violencia que los mudéjares. Contribuían a la economía local de manera esencial como artesanos y pequeños productores de marroquinería, joyería y textil. Pero su papel más destacado, en el imaginario colectivo de las comunidades, era el relacionado con funciones en la Hacienda pública y el desempeño de profesiones liberales, como la medicina. En general desempeñaron una amplia gama de puestos intermedios e inferiores en el ejercicio de la autoridad. La proporción de funcionarios judíos siempre fue pequeña en comparación con la de los cristianos. Hacía 1400 servían en los escalones más bajos del sistema fiscal, más como recaudadores que como tesoreros, y entre 1440 y 1469 sólo un 15% (72 personas) de la totalidad de recaudadores de impuestos de Castilla eran judíos. Todo esto no descarta el hecho de que una elite judía próxima a la corona desempeñase un papel importante en las finanzas de esta. Se identifica al judío con la riqueza, con los prestamista y la usura, con el cobro de impuestos, y se les acusa de crímenes rituales, en definitiva, se convierten en el chivo expiatorio de casi todos los males que pueden acontecer, incluyendo las Epidemias de Peste que azotan Europa desde mediados del siglo XIV. Se les acusa de deicidas: Cuando Pilatos se lava las manos condenando a Jesús aunque en él no ve ningún delito se dice “(...) Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.” [Mateo capitulo 27, versículo 25]. Durante la época medieval el pueblo judío es sometido a diversas formas de castigo y humillaciones. Todo ello es caldo de cultivo para las persecuciones: los pogromos. Los judíos tenían una ventaja como comunidad y es que existía en ella un gran sentimiento de solidaridad. A finales de la Edad Media en Castilla llama la atención la ausencia de herejías formales, quizás como consecuencia de la existencia de múltiples culturas, que aún respetándose, intentaron mantener la pureza de su propia ideología.

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II. El origen del Problema Converso. 1. El problema Judío a fines del siglo XIV. En 1369 termina la Guerra Civil que enfrento a Pedro I1 y a su hermanastro Enrique II de Trastámara (1366-1369). La nueva dinastía va a favorecer a los linajes que le han ayudado en su ascenso al trono, los partidarios de Pedro I se ven obligados a exiliarse, aunque posteriormente serán atraídos a las filas de la Corona con mercedes para conseguir la legitimación de la Dinastía. Con la subida al Trono de Enrique II de Trastámara a aparecer los primeros síntomas del Estado Moderno. Hasta 1369 en Castilla no existía la idea de una serie de instituciones que girasen entorno al poder real. Será Enrique II el que inicie la creación de diferentes instituciones de gobierno. La Guerra Civil en Castilla desde el punto de vista interno es un conflicto complejo. No podemos admitir como valida la imagen de un rey Pedro I defensor de la burguesía y del pueblo, frente a un Enrique de Trastámara defensor de la nobleza. El conflicto hay que entenderlo como un conflicto entre diferentes formas de entender el gobierno: el rey Pedro I entiende el gobierno de forma personalista y Enrique de Trastámara pretende que la nobleza juegue un importante papel en las decisiones del Estado. La propaganda trastámarista presenta al rey Pedro como defensor de musulmanes y judíos. Se van a escribir panfletos en los cuales se atribuye la paternidad del rey a un judío, Pero Gil, de ahí surge el nombre de emperejilados que se da a los partidarios del rey. Durante el conflicto civil fueron muchas las aljamas judías de Castilla que fueron atacadas por los mercenarios ingleses y franceses que apoyaban a uno u otro bando, así como por gente del común, no sin la complicidad en más de una ocasión de las oligarquías urbanas. La política filojudía de Pedro I se contraponía en muchos casos al antijudaismo popular. Lo cierto es que Pedro no hizo sino seguir la política tradicional de la monarquía castellana de protección a la minoría judía.

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Pedro I el Cruel (1334-1369), rey de Castilla y León (1350-1369). Hijo de Alfonso XI y María de Portugal, heredó el trono en medio de una compleja situación política y de una profunda crisis económica. Su padre había tenido diez hijos bastardos con Leonor de Guzmán, entre los que estaba el conde de Trastámara, el futuro Enrique II. Durante el periodo de 1351 a 1353, el reinado de Pedro I estuvo presidido por la figura de Juan Alfonso de Alburquerque, que con su actuación agudizó la crisis política del momento y preparó el estallido de la contienda civil. Durante el gobierno de Alburquerque, Leonor de Guzmán fue asesinada, se preparó la alianza de Castilla con Francia, y se pactó el matrimonio de Pedro I con Blanca de Borbón que se celebró a mediados de 1353. Sin embargo, el rey castellano, nada más conocer que la dote pactada no podía ser pagada, abandonó a su esposa y volvió con María de Padilla, con quien estaba unido sentimentalmente desde 1352. A partir de este momento, y aprovechando la orden de prisión que el rey dictó sobre doña Blanca, se produjo una rebelión nobiliaria capitaneada por el bastardo Enrique de Trastámara, que pretendía el trono castellano; el maestre de Santiago don Fadrique y Juan Alfonso de Alburquerque. La guerra civil no tardó en comenzar y con ella las sangrientas represiones que el rey impuso a los rebeldes y que le valieron el calificativo de Cruel. En 1354 Pedro I se casó con Juana de Castro a la que pronto repudió también. Durante el conflicto civil Pedro I contó con el apoyo de la pequeña nobleza y las ciudades, mientras que muchos de los nobles sublevados se refugiaron en Aragón, donde Pedro IV el Ceremonioso les ofreció su ayuda. La guerra castellana, que duró desde 1356 hasta 1369, se convirtió así en un conflicto peninsular entre Castilla y Aragón. Durante estos años, y en medio de numerosas batallas, se firmaron diferentes treguas. En julio de 1363 se concertó la Paz de Murviedro por la que Calatayud, Tarazona y Teruel pasaron a manos castellanas; el infante Fernando, hermano del rey aragonés, que también aspiraba al trono castellano, fue asesinado. Sin embargo, en 1364 Pedro I reanudó la lucha, y el conflicto peninsular entró a formar parte de la guerra de los Cien Años. En enero de 1366 mercenarios franceses y aragoneses vinieron a España para ayudar al conde de Trastámara en sus pretensiones al trono. Con este apoyo, Enrique fue proclamado rey en Calahorra (marzo de 1366) y se adueñó de todo el reino a excepción de Galicia. Por su parte, Pedro I solicitó ayuda a Inglaterra y pactó con Eduardo el Príncipe Negro, la intervención en la contienda española. De esta manera los ejércitos trastamaristas fueron derrotados en Nájera (1367). Pero el triunfo final fue para Enrique, que consiguió la ayuda de tropas francesas mandadas por Bertrand Du Guesclin. Éstas derrotaron definitivamente a Pedro I en Montiel en marzo de 1369. En este mismo lugar el rey Pedro fue asesinado y el bastardo subió al trono con el nombre de Enrique II.

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En la Corte de Pedro I había judíos ocupando altos cargos. Algunos Hablan de monopolio judío en lo referente a la Hacienda regia. Fueron tesoreros mayores Samuel ha-Leví de Toledo y el sevillano Francisco Fernández Marmolejo. A medida que Enrique II se va afianzando en el trono, va retomando la antigua tradición de protección a los judíos. En las Cortes de Toro de 1371, el rey se niega a llevar a la práctica las peticiones de segregación de los judíos, sobretodo en lo referente a los signos externos que los identifican. En las de Burgos de 1377 y 1379 se hacen peticiones referentes al cumplimiento del Ordenamiento de Alcalá de 1348 (en el reinado de Alfonso XI) con respecto a la concesión de cargos públicos a judíos y a la persecución de la usura. La política de Enrique II con respecto a los judíos fue de protección, lo que permitió la recuperación de las aljamas y la continuidad de la presencia de los judíos en los cargos públicos. Todo parece indicar que hacia 1375 se produjo un crecimiento de la mentalidad antijudía. Se aducen a este hecho razones como la intervención pontificia por parte del Papa Gregorio XI (1370-1378), para que se llevase a cabo una política de segregación de los judíos y en su Bula del 28 de octubre de ese año 1375 recomienda al rey que ningún judío tuviera ningún poder sobre ningún cristiano, el crecimiento del antijudaismo popular y la presión de los conversos. Este último punto es motivo de debate entre los diferentes estudiosos consultados. No parece haber acuerdo sobre si existe una responsabilidad directa del converso en cuanto al endurecimiento de la política llevada a cabo hacia la minoría judía. Lo que si es cierto es que existen testimonios de intelectuales conversos atacando a los judíos, pero esto no es indicativo de que fuese un elemento de presión de especial significado en el entramado ideológico, político y religioso que se desarrollo en contra de la minoría judía. El sucesor de Enrique II fue su hijo Juan I de Castilla 2(1379-1390). El inicio de su reinado coincidió con las crisis del siglo XIV. Estas crisis no sólo fueron económicas o demográficas, sino que tuvieron un tinte ideológico, que según narran las crónicas fue percibido por la población: • Autonomía del hombre frente a Dios. • Crisis política: luchas entre la nobleza y la monarquía. • Crisis moral: el Cisma de Aviñón3. 2

Juan I de Castilla (1358-1390). Nació en Épila (Zaragoza). Juan I consolidó el poder de la Casa de Trastámara, instaurada en el trono castellano en 1369 por su padre, y desarrolló la política legislativa iniciada por éste. En 1385 creó el Consejo Real. Reforzó el poder de la Corona frente al de la nobleza. Juan invadió Portugal para desbaratar los proyectos de Juan de Gante, duque de Lancaster e hijo de Eduardo III de Inglaterra, que había asumido el título de rey de Castilla, y del rey Fernando I de Portugal, situación creada en el contexto del proceso de internacionalización de la guerra de los Cien Años, conflicto en el cual Castilla se encontraba aliada a Francia. Fernando I se rindió en 1382 tras ser derrotado por la flota castellana en la batalla de Saltes (1381), y firmó la Paz de Elvas, dando su hija, la infanta Beatriz de Portugal, en matrimonio a Juan I. Tras la muerte de Fernando I (1383) Juan declaró nuevamente la guerra a Portugal, pretendiendo hacer valer supuestos derechos sucesorios a la Corona portuguesa adquiridos por su enlace, pero fue derrotado en la batalla de Aljubarrota (1385) por Juan I de Portugal. En 1386 rechazó la invasión de Juan de Gante y ambos zanjaron sus diferencias mediante el Acuerdo de Bayona (1388), por el que se concertó el matrimonio de Catalina, hija de Gante con el hijo de Juan, Enrique (más tarde Enrique III de Castilla ). En el tramo final de su reinado aparecieron los primeros signos de una grave crisis social y económica. 3 El gran cisma de Occidente empezó con la elección polémica del Papa Urbano VI en 1378. Los cardenales que le eligieron, abrumados por este comportamiento errático, le retiraron su obediencia y declararon nula la elección de Urbano puesto que se realizó durante una época de grandes disturbios en Roma, nombrando en su lugar a un nuevo Papa, Clemente VII. Urbano respondió excomulgando a Clemente y sus seguidores y creando su propia escuela de cardenales .Para los historiadores actuales no es posible reconocer la validez de estas dos elecciones. En cualquier caso, fue cuando Clemente se trasladó a Aviñón y se granjeó la adhesión del rey francés, que el cisma comenzó de verdad. El apoyo a cualquiera de los dos Papas venía determinado por las preferencias políticas hacia ambos gobernantes. Durante el medio siglo que duró el cisma, se propusieron una serie de soluciones, incluyendo el cese de los Papas, pero sólo la convocatoria de un concilio ofreció verdaderas esperanzas. Los cardenales y los obispos de ambos bandos se reunieron en Pisa en 1409, pero sus esfuerzos sólo

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Durante el reinado de Juan I se empieza a notar cierto endurecimiento en su política con respecto a los judíos. Para algunos autores en las Cortes de Briviescas de 1387 empiezan a aflorar un antijudaismo de corte oficial y en el Concilio de Palencia de 1388 la Iglesia castellana comenzó a intentar llevar a la práctica un programa general contra los judíos. 2. Las persecuciones de 1391 Las persecuciones de ese año sobrepasaron el espacio geográfico de la Corona de Castilla, afectando a los Reinos de la Corona de Aragón y Navarra. Estas persecuciones son un punto y aparte en la historia de la Judería en la Península. Se produjeron en ese clima de violencia muchas conversiones de judíos al cristianismo. En 1378 el arcediano de Ecija Fernán Martínez inicia sus actividades antijudías a través de sermones, valiéndose de su cargo de eclesiástico para ordenar el derribo de sinagogas en las localidades del arzobispado sevillano. El asalto coincide con un momento critico en la coyuntura política castellana. Por una parte nos encontramos ante un periodo de minoría de edad del rey, siendo el reino tutelado por un amplio consejo de regencia. Dicha amplitud hace que las funciones del consejo se encuentren muy diluidas. Por tanto, en 1391, los judíos se encuentran sin su principal protector, el rey. Por otra parte muere el arzobispo de la diócesis sevillana Pedro Barroso y es investido Fernán Martínez como uno de los provisores de la sede vacante, alcanzando el mayor poder. En junio de 1391 se consuma el asalto a la judería de Sevilla, siendo esta destruida y un número indeterminado de judíos fueron asesinados, según Collantes de Terán fue mayor el número de emigrados y de conversos. Las fuerzas de asalto a la aljama estaban compuestas, según cronistas de la época por gentes de baja condición social, los “matadores de judíos”, que contaron con la complicidad de las elites urbanas. La violencia se fue extendiendo por el valle del Guadalquivir y después por toda la Península. Se asalto la judería de Córdoba, de Toledo, que había liderado el judaísmo peninsular hasta entonces quedo reducida a la mínima expresión, y de Burgos entre otras ciudades. El Consejo de regencia envió ordenes a todas las ciudades con la intención de evitar la catástrofe. En la Corona de Aragón se asalto la judería de Valencia, Barcelona y Gerona, entre otras. El mapa de los asentamientos judíos quedó totalmente trastocado. Algunas de las juderías más importantes desaparecieron para siempre, otras se despoblaron de manera notable. Muchos de los judíos supervivientes se dispersaron por pueblos y aldeas rurales, pocas juderías reunían más de cien familias en esos momentos. Sevilla, según datos de Julio Valdeón contaba con unas 500 familias judías, hacía 1441 sólo quedaban unas 50 familias. Según Collantes Terán en los años siguientes a 1391 se convirtieron al cristianismo entorno a unos 100.000 judíos, mientras que 75.000 permanecieron en su fe. Las conversiones en masa en esos momentos de peligro bien pudieron ser para salvar la vida y el patrimonio. Sin embargo, el fenómeno de conversión de judíos al cristianismo no dejo de crecer a lo largo de todo el siglo XV.

consiguieron añadir un tercer Papa. El Concilio de Constanza (1414-1418) llevó al cese o deposición de los Papas en pugna y la elección de Martín V (1417-1431) quien contó con reconocimiento universal. El escándalo del cisma reforzó durante algún tiempo la teoría conciliar de la Iglesia intensificando asimismo la llamada de la reforma de la cual surgió la Reforma protestante.

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Dichas conversiones se hicieron en masa, sin una catequización básica, siendo el origen de un nuevo conflicto, el problema converso. En 1393 Juan I de Castilla promulga las primeras ordenanzas para separar a los conversos de los judíos. 3. Del problema Judío al Problema Converso. Como ya hemos comentado, a lo largo del siglo XV el número de conversos fue en aumento4. Muchos de estos cristianos nuevos pertenecían a familias que habían desempeñado un papel muy activo en los Reinos Cristianos desde hacia más de un siglo. Con su conversión se sorteaba cualquier tipo de barrera para ostentar cargos público oficiales. Para muchas de las fuentes consultadas, se estableció una competencia entre los recién llegados y las viejas oligarquías de pueblos y ciudades. A lo largo de todo el siglo XV los conflictos entre diferentes facciones nobiliarias por el control de las ciudades y los enfrentamientos con la monarquía, que se esforzaba por asentar su poder, fueron una constante. El elemento converso podía ser considerado como un elemento desestabilizador del precario equilibrio de fuerzas en estos sucesos. Como principales causas de las conversiones ya en el siglo XV podemos citar: las campañas a favor de conversión masiva llevadas a cabo por importantes hombres de la Iglesia como el dominico valenciano Vicente Ferrer5 o como Pedro Luna (el controvertido Papa Benedicto XIII), la extrema debilidad y la escasa cohesión de la comunidad judía y el progresivo abandono de la tradicional legislación de protección a la comunidad judía por parte de la Corona, tanto castellana como aragonesa. La comunidad judía había sucumbido a los graves daños sufridos en 1391. Por otra parte se extendió entre sus miembros una grave crisis espiritual profunda y duradera, que provocó la aparición de movimientos mesiánicos y el avance progresivo del averroísmo racionalista6, que llevó a muchos al descreimiento.

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Domínguez Ortiz aporta como posibilidad la existencia en España hacia 1500 de unos 250.000 ó 300.000 individuos, sobre una población urbana de un millón, de individuos descendiente de judeoconversos. 5 San Vicente Ferrer (Valencia 1350- Vannes, Francia1419), religioso y teólogo, tuvo gran influencia en el destino de la Corona de Aragón y en el desarrollo del Cisma de Aviñón, por su defensa del Papa Clemente VII frente al romano Urbano VI. Considerado en muchos tratados de su época ante todo como un político, fue consejero de numerosos monarcas. La influencia de sus sermones era respetada e, incluso, temida. Existe constancia de que en una de sus alocuciones públicas reunió en Barcelona a 25.000 de las 35.000 personas que en 1409 habitaban esta ciudad. Ingresó en la Orden de Predicadores dominicos en 1367. Al concluir sus estudios volvió a Valencia como profesor y predicador. En 1380 publicó De moderno ecclesiae schismate, dedicado al rey Pedro IV el Ceremonioso de Aragón. Fue consejero de la Corona aragonesa y participó en el llamado “compromiso de Caspe” por el que se eligió rey de Aragón al castellano Fernando I de Antequera. Fundó una comunidad ambulante que se dedicó a la predicación, recorriendo España y parte de Europa. Se hizo muy popular por el tremendismo de su oratoria y por las procesiones nocturnas y penitencias públicas que ejecutaban los miembros de su comunidad itinerante, iniciadas al grito de "¡Misericordia!". Sus predicaciones le llevaron por Saboya, Lombardía, Suiza, Lyon, al País Vasco, Andalucía, Toledo, Valencia, Rosellón, Cataluña, Borgoña y Aragón. 6 Averroes (1126-1198), filósofo, físico, jurista malikí y teólogo asharí hispanoárabe. Introductor del pensamiento aristotélico en Occidente, su figura ocupa un lugar de honor en la historia del pensamiento medieval. Mantenía que las verdades metafísicas pueden expresarse por dos caminos: a través de la filosofía (según pensaban Aristóteles y los seguidores del neoplatonismo) y a través de la religión (como se refleja en la idea simplificada y alegórica de los libros de la revelación). Aunque en realidad Averroes no propuso la existencia de dos tipos de verdades (filosófica y religiosa), sus ideas fueron interpretadas por los pensadores cristianos, que las calificaron como “teoría de la doble verdad”. Rechazó el concepto de la creación del mundo “en el tiempo”, pues mantenía que el mundo no tiene principio. Dios es el “primer motor”, la fuerza propulsora de todo movimiento, que transforma lo potencial en lo real. El alma individual humana emana del alma universal unificada. Los amplios comentarios de Averroes sobre las obras de Aristóteles (encargados por Yusuf I) fueron traducidos al latín y al hebreo, y tuvieron una gran influencia en la edad media, tanto en el escolasticismo y la filosofía cristiana como entre los filósofos judíos. Su principal obra original fue Tahafut al-Tahafut (La destrucción de la destrucción). Fue también autor de escritos sobre medicina, astronomía, derecho y gramática.

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El judaísmo medieval se había desarrollado a partir de dos culturas de gran notoriedad: la sefardí (en la península Ibérica) y la asquenazí (en los territorios del Sacro Imperio Romano). Las actividades de los sefardíes se enfocaron principalmente a la filosofía y al sistema de codificación legal sin olvidar las ciencias o la poesía. Opuestamente a esto, los asquenazíes se dedicaron al intenso estudio del Talmud babilónico7. La gran escuela para el estudio del Talmud, en estos territorios, comenzó sus actividades en el siglo XI, bajo la dirección del estudioso Salomón ben Isaac (Rashí) de Troyes, y continuó dirigido por sus nietos y estudiantes, conocidos como tosafistas, quienes crearon la literatura de tosafot (‘adiciones’ a los comentarios que Rashí hizo del Talmud). A través de todo el periodo medieval, el judaísmo se vio constantemente revitalizado por movimientos místicos, éticos y piadosos. En el siglo XV se percibe a través de las fuentes judías el proceso de filtración del pietismo asquenazi en las comunidades judías sefardíes, percibido como una necesidad de renovación de la fe frente a corrientes más racionalistas como el averroísmo. Dentro de los movimientos místicos y piadosos, uno de los más importantes fue el de los españoles del siglo XIII, creadores de la Cábala8, cuya obra de mayor importancia fue el Sefer ha-zohar (Libro del Esplendor), escrito por Moisés de León. La Cábala es una teosofía esotérica que contiene elementos del gnosticismo y del neoplatonismo; describe la naturaleza dinámica de la divinidad y ofrece una valiosa interpretación simbólica de la Torá y de los mandamientos. Comenzó en círculos reducidos y muy exclusivos de estudiosos. Será después de la expulsión de los judíos sefardíes en 1492 cuando adquiera popularidad, viéndose su divulgación facilitada por la interpretación mítico-mesiánica que de ella hizo Isaac ben Solomon Luria (1534-1572). La Cábala luriana (o luriánica) explicaba a los judíos exiliados el significado cósmico de su sufrimiento y les otorgaba un importante papel en el drama cósmico de la redención. La principal acusación que pesa sobre los conversos se refiere a la falsedad de su conversión y a la práctica oculta del judaísmo. Se argumenta que la única finalidad de su conversión es la de alcanzar posiciones de poder para gobernar a los cristianos. Tan pronto como el converso es bautizado, pasaba a formar parte de la Iglesia y era responsable ante sus leyes de cualquier desviación de la ortodoxia. Los orígenes de la institución inquisitorial los encontramos en el siglo XII, como respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produjo en el sur de Francia un cambio de opinión dirigida de forma destacada contra la doctrina albigense. La doctrina y práctica albigense parecían nocivas respecto al matrimonio y otras instituciones de la sociedad y, tras los más débiles esfuerzos de sus predecesores, el Papa Inocencio III (1198-1216) organizó una cruzada contra esta comunidad. Promulgó una legislación punitiva contra sus componentes y envió predicadores a la zona. Sin embargo, los 7

El Talmud es el cuerpo de ley civil y religiosa del judaísmo, que incluye comentarios sobre la Torá o Pentateuco. El Talmud consta de un código de leyes, denominado Mishná, y de un comentario sobre éste, llamado Guemará. El material del Talmud relativo a las decisiones de los sabios acerca de las cuestiones legales en disputa se conoce como Halajá; las leyendas, anécdotas y refranes del Talmud, que se utilizan para ilustrar la ley tradicional, reciben el nombre de Hagadá. Existen dos compilaciones del Talmud: el Talmud palestinense (a veces llamado Talmud de Jerusalén) y el Talmud babilónico. Ambas contienen la misma Mishná, pero cada una tiene su propia Guemará. El contenido del Talmud palestinense fue escrito por eruditos palestinos entre el siglo III y comienzos del siglo V d.C.; el del Talmud babilónico, por eruditos que lo escribieron entre el siglo III y comienzos del siglo VI d.C. El Talmud babilónico se convirtió en el predominante porque las academias rabínicas de Babilonia sobrevivieron a las de Palestina durante varios siglos. 8 Cábala (en hebreo, ‘tradición recibida’), término que, en su sentido genérico, designa al misticismo judío en todas sus variantes. En sentido específico, se utiliza para nombrar a cada una de las dos escuelas cabalísticas: la alemana (centrada en la oración y meditación) y la hispana, que derivó hacia la especulación y la teosofía esotérica y que cristalizó en el siglo XIII en la península Ibérica y Provenza y de donde derivan todos los movimientos religiosos posteriores en el judaísmo.

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diversos intentos destinados a someter la herejía no estuvieron bien coordinados y fueron relativamente ineficaces. La Inquisición en sí no se constituyó hasta los estatutos Excommunicamus de 1231 del Papa Gregorio IX (1227-1241). Con ellos el Papa redujo la responsabilidad de los obispos en materia de ortodoxia, sometió a los inquisidores bajo la jurisdicción del pontificado, y estableció severos castigos. El cargo de inquisidor fue confiado casi en exclusiva a los franciscanos y a los dominicos, a causa de su mejor preparación teológica y su supuesto rechazo de las ambiciones mundanas. Al poner bajo dirección pontificia la persecución de los herejes, Dos inquisidores con la misma autoridad, nombrados directamente por el Papa, eran los responsables de cada tribunal, con la ayuda de asistentes, notarios, policía y asesores. Los inquisidores fueron figuras que disponían de imponentes potestades, porque podían excomulgar incluso a príncipes. Restringida en principio a Alemania y Aragón, la nueva institución entró enseguida en vigor en el conjunto de la Iglesia, aunque no funcionara por entero o lo hiciera de forma muy limitada en muchas regiones de Europa, como sería el caso de Castilla. Volviendo al problema conversos, nos encontramos ante unas personas que durante generaciones han practicado un judaísmo rabínico que imponía rituales minuciosos que afectaban cualquier faceta de la vida del creyente. Muchos de estos usos son difíciles de erradicar de la vida del nuevo cristiano, ya que son costumbres referentes a la higiene o la alimentación. Por otra parte el modo en que las conversiones se llevaron a cabo despertó el recelo de las autoridades, ya que no fueron obligados a una instrucción doctrinal en su nueva fe. Se les llegó a considerar como una quinta columna en el seno de la Iglesia. Los conversos según varios autores consultados, no podían ser sinceramente conversos. Podían educar a sus hijos y nietos como cristianos, pero su conversión siempre estaría en entredicho por ser producto de la violencia, por ser un acto meramente formal o por no albergar sentimientos religiosos arraigados. Es difícil penetrar en las conciencias de quienes se convirtieron, quizás muchos de ellos lo hicieron de forma sincera. La comunidad judía denomino a los conversos forzosos anusim y a los conversos sinceros meschudaim. La muerte de Enrique III abre un periodo de regencia en Castilla por la minoría de edad de su heredero Juan II (1406-1454). En ese periodo los éxitos de Enrique III en lo referente al restablecimiento del poder real se vinieron abajo. En su testamento, Enrique III es consciente de las dificultades que se plantearían en caso de una regencia y además refleja en él el concepto de monarquía propio del siglo XV. Tuvo en el la precaución de intentar equilibrar las diferentes fuerzas que se disputarían la tutoría del heredero. Los términos del testamento disgustaron mucho a la reina viuda doña Catalina de Lancaster. En el testamento se destacan los siguientes puntos: • • •

El niño Juan II quedaba en manos de Diego López de Zúñiga y de Juan Velasco, que fallecerán en 1417. El monarca quedaría en manos de la nobleza de servicio. El gobierno de la Corona lo compartirían Catalina y el infante don Fernando (hermano de Enrique III de Castilla). Se prohibió introducir modificaciones en el testamento.

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El infante don Fernando es un personaje clave en la historia de la Península, siendo un buen general y un mejor político. En sus manos se encontraba un gran poder y un extenso patrimonio, en 1407 nadie podía competir con él. A comienzos de ese año logró que se sustituyera la regencia conjunta por una regencia que dividía el Reino en áreas de influencia para cada regente: el norte sería para el gobierno de la Reina Catalina de Lancaster, el sur para él. Por otra parte, logró un acuerdo con los custodios de niño-rey, nombrados en el testamento de Enrique III: se les concedía una renta anual de 12.000 florines de oro, a cambio de que devolviesen la custodia a su madre. Con esto conseguía disminuir el poder de los cortesanos en el gobierno. En otoño inicia una campaña contra el Reino de Granada que es un desastres para el ejercito castellano. Los fracasos en la guerra provocaron que entorno a la reina, a Juan Velasco y a Diego López de Zúñiga, se formara un grupo de descontentos. Se enfrentaron directamente al infante en la rebelión abierta de la nobleza en las calles de Segovia el 19 de junio de 1408. Luis Suárez asegura que el talento político del infante don Fernando se demostró cuando, a partir de marzo de 1409, fue capaz de restablecer una liga de nobles como su partido: Zúñiga, Velasco, Dávalo, etc. Los grandes linajes se vuelven fernandinos. Años después estos nobles serán los que defiendan la candidatura del infante al trono de Aragón. En esta situación reanuda la guerra contra Granada, siendo el objetivo Antequera, que es conquistada en 1410. En 1412 por el Compromiso de Caspe, Fernando de Antequera se convierte en rey de la Corona Aragonesa. En su paso por la regencia de Castilla dejó bien situado a sus hijos, los llamados Infantes de Aragón. Durante el periodo de minoría de edad de Juan II se tomaron duras medidas de segregación contra los judíos. Los regentes dejaron patente su cambio de actitud hacia la minoría judía con el Ordenamiento de Valladolid de 1405. En si este Ordenamiento no suponía ninguna novedad, pero hay dos notas destacadas: que es la última vez que las Cortes tratan el problema judío a petición de la monarquía y que este ordenamiento refleja una firma decisión de acabar con el problema judío. Hacia 1412 se promulga el llamado Segundo Ordenamiento de Valladolid, que vuelve a insistir en los mismos puntos del primer ordenamiento. Las disposiciones vigentes sobre estos puntos solían ser incumplidas por lo general. Un acontecimiento importante fue el debate abierto a principios del siglo XV entre teólogos cristianos y judíos en relación con la validez del judaísmo. En la Corona de Aragón se organiza la llamada Disputa de Tortosa (1412-1414), que fueron promovidas por el converso Jerónimo de Santa Fe y el converso Pablo de Santa María. En estos debates los teólogos judíos siempre aparecían a la defensiva frente a los cristianos. Dos puntos fueron los fundamentales en el debate: si Cristo era el verdadero Mesías y sobre las supuestas mentiras que encerraban los textos talmúdicos. En realidad lo que se hizo fue un alegato contundente a favor de la superioridad del cristianismo. Estas disputas fueron el detonante de una nueva oleada de conversiones de judíos, junto con la bula de 1415 del Papa Benedicto XIII9 contra los judíos. Estas leyes antijudias fueron anuladas por el Papa Martín V (1417-1431). 9 Benedicto XIII antipapa (1394-1423) durante el Gran Cisma de Occidente (1378-1417), cuando dos (y más tarde tres) papas reclamaron, de forma simultánea, su legitimidad como cabezas de la Iglesia católica apostólica romana. Pedro Martínez de Luna se doctoro en Derecho Canónico en la Universidad de Montpellier, fue nombrado diácono cardenalicio por el Papa Gregorio XI. Contribuyó a la elección del Papa Urbano VI, lo que negó al ponerse del lado de los cardenales franceses, en 1378, para la elección de Roberto de Ginebra como antipapa con el nombre de Clemente VII. Tras fallecer éste en 1394,

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Castilla se convierte en escenario de una pugna entre los infantes de Aragón, las ligas nobiliarias (con familias como Enríquez, Lope Davalo y Manrique) y don Álvaro de Luna, hijo de un destacado servidor de Enrique III, que desde 1420 no ceso en su ascensión en el poder hasta su ejecución en 1453. En 1419 Juan II de Castilla es declarado mayor de edad, siendo ese el momento en que aparece la figura de don Álvaro. La mayoría de edad de Juan II coincidió con una renovación de la política de tolerancia, lo que hizo que se viviera un periodo de relativa calma hasta 1449. Con el visto bueno de Álvaro de Luna se redacto en 1432 unos Estatutos que en adelante regirían como forma de gobierno para las aljamas de Castilla. Lo que parece quedar en evidencia es que el problema converso no sólo tiene un carácter religioso, sino que además tiene un carácter de conflicto social, manifestando las complejas rivalidades existentes entre los distintos grupos sociales que componían el mundo urbano. La primera explosión significativa de luchas por el poder tuvo lugar en Toledo. En 1449 hubo serios disturbios dirigidos contra el valido de Juan II don Álvaro de Luna10, al que se acuso de favorecer a los judíos. Los cristianos viejos se reunieron para determinar si los conversos podían seguir ostentando cargos públicos. Pedro Sarmiento, uno de sus cabecillas propuso un estatuto especial conocido como Sentencia-Estatuto en contra de los conversos, siendo este aprobado. La primera reacción fue la del Papa Nicolás V (1447-1455) que el 24 de septiembre de 1449 expidió la bula Humani Generis Inimicus, en la que denuncia cualquier tipo de discriminación contra los cristianos nuevos. Otra bula de la misma fecha excomulgaba a Sarmiento y sus seguidores. El estado de guerra civil reinante en Castilla hizo que el rey, en 1450, pidiera al Papa la suspensión de la excomunión y en 1451 aprobara la Sentencia-Estatuto. En esas mismas fechas Juan II va a solicitar al Papado la delegación de poderes inquisitoriales para perseguir a los cristianos judaizantes, se incluía en una de las cláusulas la posibilidad de perseguir a los obispos conversos acusados de criptojudaísmo. Fue un intento en toda regla de crear una inquisición castellana, pero las circunstancias políticas no favorecieron su instauración. La victoria de los cristianos viejos sobre los conversos se volvió a repetir en 1468, un año después de nuevos motines en Toledo, cuando el rey Enrique IV (1454-1474), confirmo en sus cargos municipales a los que ocupaban el lugar de conversos desde 1449 y concedió a Ciudad Real el privilegio de excluir a todos los conversos de los cargos municipales. En 1473 se produjeron levantamientos anticonversos en varias ciudades andaluzas, especialmente en Córdoba. En Jaén se decapito al converso condestable de Castilla Miguel Lucas de Iranzo, en el altar mayor de la Catedral por defender a la población conversa.

Benedicto fue elegido para sucederle por los cardenales de Aviñón, pese a la oposición de Francia. Al ser depuesto en el Concilio de Pisa (1409), el Papa Luna se encerró en la fortaleza de Peñíscola, donde murió sin haber renunciado a sus reclamaciones, después de haber sido depuesto, de nuevo, en 1417, en el Concilio de Constanza. 10 Álvaro de Luna (1390?-1453), político español. Hijo de un destacado servidor de Enrique III, se convirtió en el valido (principal figura del gobierno y de la corte) de Juan II de Castilla (1406-1454). Álvaro de Luna aglutinó en torno a sí a los partidarios de fortalecer la monarquía, frente a los propósitos de la oligarquía de controlar el poder real. En este proyecto sus principales enemigos fueron los infantes de Aragón y la alta nobleza castellana. En 1420 Álvaro de Luna fue nombrado condestable. Las alianzas entre el partido aragonés y los grandes castellanos que temían el poder del valido, provocaron su destierro de la corte en 1427 y en 1440. Finalmente, Juan II, hombre de débil carácter, presionado por su mujer, Isabel de Portugal, y por la alta nobleza, permitió la detención y ejecución de Álvaro de Luna en Valladolid.

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Cuando el 23 de julio de 1454 empieza a reinar Enrique IV, sucesor de Juan II, el Reino estaba lleno de esperanzas y se preveía un cambio. El aspecto del nuevo rey era, según las crónicas, no muy bueno. Su vida trascurriría envuelta en difamaciones. La debilidad de su carácter sólo era conocida por los más allegados. Enrique IV promueve el entendimiento con un noble director para gobernar, Juan Pacheco marques de Villena. No fue en absoluto alguien especialmente dotado para el gobierno, su intención fue la de aumentar su riqueza. El rey se convierte en un instrumento para cumplir los objetivos de la nobleza, encabezada por Pacheco. Esta política daño la monarquía, hasta el punto de relegar al rey a un papel secundario. El rey en una política poco coherente, apoyo a los conversos, a los que prometió dinero en abundancia así como una participación en la industria de la lana, a lo que se opuso la nobleza. Por otra parte la guerra contra Granada se ha convertido en una larga guerra de desgaste. La tercera guerra de Granada descontenta a los nobles, ya que no pueden lucirse en acciones de guerra y con ello conseguir señoríos. Entre 1457 y 1459, Pacheco gobernara Castilla, mientras que el poder real va disipándose. Luis Suárez piensa que en estos años el objetivo de Pacheco es afianzarse en el poder. En la primavera de 1460, la nobleza se reúne para rehacer la liga nobiliaria. Su programa consiste en “lograr el bien del Reino”, por medio del recorte de gastos y por el reconocimiento del infante Alfonso como príncipe heredero, ya que Enrique IV y Juana de Portugal no tenían hijos. Desde 1463 hasta 1468, la alta nobleza se enfrenta a Enrique IV por la cuestión sucesoria. Cuando los nobles sublevados contra el monarca buscan legitimar su comportamiento, anteponen los derechos de el infante Alfonso, hijo del segundo matrimonio de Juan II con Isabel de Portugal, por varón y legitimidad de nacimiento a los de Juana, hija de Enrique IV . En 1465, la nobleza rebelde forma la llamada “Farsa de Ávila”, donde es destronado Enrique IV y es coronado el infante Alfonso. La pugna durara hasta la muerte del infante en 1468, convertido con once años en un juguete en manos de la nobleza que cambia de bando constantemente. Los derechos al Trono pasaron a la hermana de Alfonso, Isabel. En ese momento fue cuando más importante se hizo el poder demostrar la ilegitimidad de Juana, ya que no se podía anteponer Isabel a su sobrina por la preferencia de ser varón. Enrique IV cederá a las pretensiones de la nobleza y firmara la Concordia de los Toros de Guisando, el 18 de septiembre de 1468, por la cual Isabel era reconocida como heredera. Isabel, que pasaba a ser princesa de Asturias y recibía un amplio patrimonio, debería casarse con el consentimiento previo del rey. Juana, la hija de Enrique IV, quedaba desplazada de la posible sucesión. Pero la boda de Isabel con el infante aragonés Fernando, celebrada en Valladolid en 1469, motivó la anulación, por parte de Enrique IV, de la Concordia de los Toros de Guisando, en 1470. Juana fue designada nuevamente heredera. La Guerra de Sucesión de Castilla, estalla en 1974 a la muerte de Enrique IV, entre los partidarios de la sucesión del trono de Castilla de su hija Juana la Beltraneja y los partidarios de Isabel de Castilla Isabel, sostenida por una parte de la nobleza y del clero y con el apoyo ciudadano, se declaró reina. Las facciones de la nobleza favorables a Juana concertaron su matrimonio con Alfonso V de Portugal, que aportó a la guerra civil armas y diplomacia al tiempo que la internacionalizó.

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El 4 de septiembre de 1479 se firmó el Tratado de Alcáçovas que reanudaba la habitual política de amistad entre Castilla y Portugal y salvaguardaba los intereses atlánticos de los dos países. Esto pone fin a la guerra Castellana. Sin duda la cuestión conversa alcanzo un relieve muy especial durante el reinado de los Reyes Católicos. No es de extrañar que fuese durante su reinado cuando se tomase medidas tan drásticas como la expulsión de los judíos y la creación del Tribunal de la Inquisición. Por aquellos años la comunidad judía apoyo a la que iba a ser su nueva valedora la reina Isabel, lo mismo que la comunidad conversa. 4. La situación religiosa de los conversos. La situación de ambigüedad religiosa en la que queda el cristiano nuevo nos conduce a una importante pregunta, que es planteada tanto por cristianos, como por judíos, es decir, ¿son los conversos judíos?. Los judíos que permanecían fieles a su religión se plantean como deben ser sus relaciones con los conversos. Tenemos que tener presente que entre ellos existían vínculos familiares, una parte de la familia se convierte y la otra no, que difícilmente el cambio de religión puede romper. Los rabinos consultados en estas cuestiones hacían la distinción entre los conversos obligados, a los que había que rescatar, y los conversos renegados de su fe. La conclusión fue que todos los conversos debían ser tratados como renegados, por tanto no eran bien mirados por la comunidad judía. Desde la perspectiva cristiana los conversos eran judíos practicantes, que actuaban como cristianos En la década de 1480 se publica un libelo antisemita anónimo “El Alborayco”, en el que se asegura que los conversos no son cristianos, ni judíos practicantes. Se les identifica como alboraycos, haciendo referencia al mítico animal de Mahoma, que no era ni mula, ni caballo (al-buraq). Muchos autores modernos identifican al converso con el judío. Yitzhak Baer por ejemplo, afirma que los conversos y judíos eran un solo pueblo con un mismo destino. Los testimonios sobre la verdadera situación religiosa de los conversos se pueden dividir en tres grupos: el de los judíos, el de los conversos y el de los enemigos de los conversos. Para los judíos no parece caber dudas de que los conversos son cristianos. Judíos y conversos podían reunirse en ocasiones familiares, pero eran conscientes de las diferencias existentes entre ellos. Las controversias sobre la cuestión del origen pusieron de relieve el prominente papel de los intelectuales conversos, que dirigieron sus trabajos específicamente contra los judíos y en defensa de la fe cristiana. Destacan cronistas conversos como Álvar García de Santa María, Diego de Valera y Alonso de Palencia, así como los poetas Juan de Mena y Juan de Encina. Entre los escritos de conversos sobre las controversias de origen podemos destacar el de el obispo Pablo de Santa María “Scrutinium Scripturarum” (1432), la obra “Hebraeomastix” del medico Jerónimo de Santa Fe (Josuha Halorqui), o la obra de Pedro de Caballería “Zelus Christi contra Judaeos” (1450). Todas ellas son obras basadas en conocimientos sólidos de la cultura judía y apelaban a un debate teológico contra la obstinada incredulidad de los judíos no convertidos.

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Los escritos antijudíos cuando se dirigían a las masas populares eran en sus argumentos y su tono muy diferentes a las obras citadas. En esa línea encontramos la obra de fray Alonso de Espina, confesor de Enrique IV, “Fortalitium Fidei contra Judaeos” (1460). En ella aviva el odio hacia contra los judíos y cristianos nuevos. Para Espina los crímenes de los judíos y conversos, que no dejan de ser lo mismo, son interminables: traidores, homosexuales, blasfemos, infanticidas, envenenadores disfrazados de médicos y usureros. La obra de Espina se considera que influyo en la estructuración de la Inquisición española, pero sus ideas no eran nuevas y según algunos especialistas, más que este modelo la Inquisición copio el modelo inquisitorial francés. Los apologistas conversos se preocuparon por defenderse de las críticas, subrayando la autenticidad del cristianismo que procesaban. Negaban la existencia de judaizantes entre las filas de los cristianos nuevos, y si reconocían su existencia decían que eran un número ínfimo. El cronista y secretario real Hernando del Pulgar11daba fe de la presencia de judaizantes entre los cristianos, apuntando como causa el uso de la persecución para forzar la conversión, en lugar de la predicación y la catequesis. Los enemigos de los conversos decían que todos ellos eran judaizantes, siendo una amenaza para la religión y la fe cristiana. Lo cierto es que no estaba claro que implicaba ser judaizante, incluso los inquisidores en el comienzo de su labor no tenían una idea clara acerca de ese delito. Estos desconocían la ley judía, por tanto acusaban a las gentes de errores que atañían más a elementos culturales que a elementos religiosos. Los cristianos viejos que compartían dudas y momentos de falta de fe no eran considerados herejes, mientras que si esas mismas dudas eran expresadas por conversos si se les consideraban herejes. En conclusión, no podemos afirmar que a finales de la década de 1470 existiera ningún movimiento judaizante, destacado o probado, entre los conversos. Tampoco existe ningún dato que indique que existiera algo similar a finales del siglo XV. Un elemento curioso que contribuyó a acrecentar el sentimiento contra los conversos, fue la conciencia por parte de estos de poseer una identidad diferenciada. A mitad del siglo XV, los conversos formaban una minoría poderosa, segura de su posición social y estaban orgullosos de ser cristianos y de su ascendencia judía. La tendencia lógica ante esta situación es la de vivir separados, creando sus propias cofradías, casándose entre ellos y levantando un muro de defensa más que de arrogancia ante los cristianos viejos.

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Hernando del Pulgar (c. 1430-1493), escritor español, cronista oficial de los Reyes Católicos. Hijo de un escribano judeoconverso de Toledo, pasó a formar parte, hacia 1450, de la corte del rey castellano Juan II, y de la del hijo de éste, Enrique IV, sobre cuyo reinado realizó una crónica hoy desaparecida. Para este último monarca desempeñó dos embajadas, en Francia y en Roma. Secretario de la reina Isabel I desde su llegada al trono (1474), pasó a ser su cronista oficial (y de su marido Fernando II de Aragón) en 1481. Publicó la fundamental Chronica de los muy altos y esclarecidos reyes Catholicos don Fernando y doña Ysabel (que ha pasado a ser conocida simplemente como Crónica de los Reyes Católicos), que abarcaba el reinado de los mismos desde 1481 hasta 1490. Escrita en castellano, aunque incurre en distintos errores cronológicos, su magnífica prosa la convierte en una obra significativa. Así mismo escribió, entre otras: Libro de los claros varones de Castilla (1486), semblanza apologética de distintas figuras destacadas del reinado de Enrique IV; Glosas a las coplas de Mingo Revulgo, en las que comentaba esas composiciones satíricas del siglo XV; o Letras, colección de 32 cartas, publicada en 1485, en las que se acentúa aún más su carácter de humanista.

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III. La inquisición en Sevilla y la respuesta de los conversos. 1. La Sevilla del siglo XV. Las dificultades internas del Reino de Castilla entre 1369 y 1406, explican la paz que se mantiene con el Reino de Granada, exceptuando algunos incidentes fronterizos, entre 1370 y 1406. Con ello los territorios fronterizos, entre ellos el Reino de Sevilla, se encuentran con un problema menos. En la región sevillana pronto se hicieron notar los efectos de la victoria de Enrique II de Trastámara. Con él habían ganado la guerra una nobleza nueva, deseosa de privilegios, y de incrementar con estos los señoríos jurisdiccionales o plenos, y la trasmisión de estos por la vía del mayorazgo. En la región sevillana nos encontramos con linajes que poco a poco se van haciendo con los resortes de poder en al ciudad, vinculando sus intereses a la oligarquía de caballeros que ocupan los cargos de mando en Sevilla. Fueron favorecidos los linajes de los Guzmán12 (Condes de Niebla), los Ponce de León, los de la Cerda 13y los Pérez de Guzmán. Lo cierto es que los intereses entre los grandes nobles y el patriciado urbano sevillano a menudo resultaban contrapuestos, por lo que la ciudad se vio envuelta en luchas intestinas, sobre todo en 1382, en 1391-1394 y en 1398. Enrique II y Juan I tuvieron que transigir con aquella situación que ponía en peligro la autoridad de la monarquía y la autonomía del gobierno concejil de Sevilla. Enrique III intento modificar el rumbo de los acontecimientos mediante acciones escalonadas. Introdujo la figura del Corregidor en la ciudad, dirimió las contiendas sobre señoríos entre los de la Cerda y los Pérez de Guzmán, intento solucionar los conflictos suscitados por el ataque a la judería de 1391, elevó un nuevo linaje, el de los Stuñiga, como elemento moderador, completo el ordenamiento jurídico del Concejo. Su muerte prematura dejo a medias estas medidas. Los intentos de Fernando de Antequera para crear en Sevilla y otras ciudades intereses que secundasen los de sus hijos, los infantes de Aragón, reanudaron las pendencias internas en la ciudad, especialmente entre 1416 y 1420. El telón de fondo era la permanente rivalidad entre las dos grandes casas nobles, las de Guzmán Conde de Niebla y la de Ponce de León Señores de Marchena, que desde 1369 luchaban por el dominio del gobierno municipal. Ambas facciones procuraban estar siempre a bien con el grupo de dominio en la Corte, por tanto el triunfo del partido monárquico de Álvaro de Luna hacia 1430, no supuso especialmente perjudicial para ningún linaje. En 1433 hubo en Sevilla una efímera conspiración tendente a apoderarse de su alcázar y defensas para alzarla como una república urbana según el ejemplo de la italianas. La empresa corrió a cargo de Fadrique de Aragón, Conde de Luna. Los enfrentamientos entre los Infantes de Aragón y Álvaro de Luna, trajeron la guerra de nuevo al Reino de Sevilla en 1444, cuando el infante Enrique atacó Sevilla, con el apoyo de 12 Casa De Medinasidonia: tiene su origen en el título otorgado por Juan II en 1445, a un descendiente de Guzmán el Bueno, Juan Alonso de Guzmán, Conde de Niebla y de Sanlúcar de Barrameda. 13 Enrique II de Castilla otorgo a Isabel de la Cerda (última descendiente de Fernando de la Cerda, primogénito de Alfonso X), el Condado de Medinaceli en 1368. El V conde de Medinaceli es compensado por su apoyo al bando de Isabel I de Castilla, con la trasformación de su Condado en el Ducado de Medinaceli.

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los Ponce de León, en un intento de quebrar la voluntad de los Guzmanes, partidarios del partido monárquico. La consecuencia para Sevilla de estas tensiones políticas fue, entre otras, la expansión del poder señorial de la alta nobleza. Ninguno de los dos linajes se vio perjudicado. Los Ponce de León obtuvieron en 1440 el Condado de Arcos y los Guzmanes reintegraron a su señorío plazas que les habían sido arrebatadas y recibieron en 1445 el titulo de Duques de Medinasidonia. Otra rama de este linaje formo el señorío de la Algaba, al tiempo que se consolida en el Viso el linaje Saavedra y en Alcalá de los Gazules el linaje Ribera. A partir de 1445 se consuma el control de los Guzmán y los Ponce de León sobre el gobierno municipal de Sevilla, gracias a los vínculos que los anudan con linajes del patriciado urbano. El rey Enrique IV, a partir de 1455 procuró favorecer la influencia de Juan Pacheco en la ciudad, lo que provoco una fuerte resistencia del Duque de Medinasidonia. Los Ponce de León no querían tampoco un elemento nuevo de poder en la ciudad, pero su actuación fue la de favorecer a ese poder y si llegara el caso actuar como aliado de Pacheco para obtener ventajas sobre los Guzmán. Entre 1462 y 1464 hizo crisis la línea política de Enrique IV. Su valido Juan Pacheco lo que hizo fue favorecer sus intereses personales y de grupo. En la zona de Sevilla, aparte de su colaboración con los Ponce de León, favoreció la instalación de un señorío en Osuna, siendo titular de este su hermano Pedro Girón, y además, por matrimonio, el mismo era señor de Moguer. En la década de 1460 acontecieron años de carestía y revueltas populares. Cuando en 1465 se produce la llamada Farsa de Ávila, la situación en Sevilla es muy tensa, pero ninguna de las dos facciones nobiliarias que controlaban la ciudad, más férreamente en esos momentos, se sometió plenamente a ninguno de los dos bandos. En 1469, muerto el Infante Alfonso, Enrique IV viaja a Andalucía y reconoció todo lo hecho por esas facciones en ese tiempo. Durante la Guerra Civil Castellana la ciudad y su región se vio envuelta en violentos enfrentamientos. El Duque de Medinasidonia fue desde el principio partidario de Isabel de Castilla, frente a la facción de Juan Pacheco que apoyaba la candidatura de Juana. Contó con la alianza de su yerno, Rodrigo Ponce de León, ahora también marques de Cádiz. La reina Isabel I de Castilla realizó un viaje a Andalucía, entre julio de 1477 y diciembre de 1478, siendo durante casi todo el tiempo Sevilla su Corte. 2. La Corte de los Reyes Católicos y la aparición de la Inquisición. Durante los primeros años de su reinado los Reyes Católicos pusieron en práctica una política favorable a los judíos. Vuelven a aparecer judíos en la Corte: Abraham Señero, Mayr Melamed, Vidal Astori, Abraham y Vidal Bienveniste o Isaac Abarbanel. Según parece, el complejo proceso que culminaría con la expulsión de los judíos y la instauración de la Inquisición se inicio en las Cortes de Madrigal de 1476, en plena Guerra Civil.

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Durante la primera estancia de los Reyes en Sevilla en 1477, con la intención de pacificar Andalucía, un dominico fray Alonso de Hojeda dio noticias a estos de los desmanes que a su juicio habían cometido los conversos. En esas quejas fue secundado por el cardenal de la ciudad Pedro González de Mendoza. En esas quejas se reiteraba la situación de que los conversos no eran judíos, ni cristianos, sino herejes, y que los conversos judaizaban abiertamente. En 1478 el cardenal Mendoza encomendó la evangelización de los conversos de su diócesis a fray Fernando de Talavera, prior del Monasterio de Santa María del Prado. Fray Fernando era de origen converso, lo que hizo suponer que su predica surtiría mayor efecto. Sus argumentos de persuasión, para sacar al judío o al judaizante de su error, eran que las profecías se habían cumplido en Jesús, la ley de Moisés había quedado superada. En su lucha por desarraigar costumbres contrarias a la tradición cristiana, Talavera no pierde ocasión de afear públicamente dichas costumbres, y en denunciar el error y la apostasía que estas suponían. Elaboro Talavera unas ordenanzas para que la vida cristiana reluciese en al ciudad. Entre estas ordenanzas encontramos: la orden de que en toda casa cristiana hubiese alguna imagen de la cruz o de la Virgen o de Santos, para incitar la devoción de sus moradores; la prohibición de lavar a los muertos como preconiza el ritual hebreo y la prohibición de comer carne degollada según el ritual judío. El Cardenal Mendoza aprobó esta ordenanzas. El ambiente que pudieron ver los Reyes Católicos y los testimonios sobre el comportamiento herético de los conversos les convenció de la necesidad de presionar al Papado para que se les permitiera fundar una nueva Inquisición. Con ello se pretendía cumplir dos objetivos prioritarios, apaciguar una sociedad envuelta en una conflictividad casi endémica, y asegurar la identificación de la Monarquía con el cristianismo. El 1 de noviembre de 1478, el Papa Sixto IV firmó la bula fundacional de esta nueva institución, que quedaba en manos de la Monarquía, la cual podía nombrar a los Inquisidores. El Tribunal no se puso en funcionamiento inmediatamente, sino que se fue aplazando. Según Pulido Serrano, Fernando de Talavera y el arzobispo Mendoza se mostraron reacios a tomar medidas tan duras, y pidieron a los reyes un aplazamiento en la puesta en marcha de los Tribunales. En ese tiempo ambos intentaron una labor de catequesis entre los cristianos nuevos. Para ellos la herejía judaizante era producto de los escasos esfuerzos de la Iglesia para completar la evangelización de los cristianos nuevos. El ambiente bélico en Castilla, con la campaña contra Granada, y las urgencias de la nueva monarquía por asentar un orden pacifico, precipitaron las actuaciones inquisitoriales. El 27 de diciembre de 1480, los monarcas se deciden a aplicar la bula Papal , no sin antes haber reestructurado la administración de sus reinos en las Cortes de Toledo de ese mismo año. No parece que la Corona, ni primeros defensores de la Inquisición mirasen más allá de los limites de Andalucía, en su intento sincero de establecer la ortodoxia en unos territorios que habían sido durante muchos años fronterizos. En sus primeros años el Tribunal limito sus actividades a la zona sur, especialmente en Sevilla y Córdoba .

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3. La respuesta conversa a la Inquisición. La Conjura de 1480. La sociedad sevillana en 1480 era una sociedad en plena ebullición y conformación de lo que será la ciudad del quinientos, la del descubrimiento, la colonización y el comercio. La implantación de la inquisición modifico, no sabemos hasta que punto por falta de fuentes, la estructura de esta sociedad urbana. La llegada de los inquisidores causó natural inquietud y alarma a la minoría conversa. Advierten el peligro, pero no pueden medir el alcance real de la implantación del Tribunal, ni las consecuencias de su actuación. Los conversos sevillanos seguían juzgando la realidad con arreglo a los comportamientos políticos desarrollados a lo largo del siglo XV. La pacificación de la ciudad por los reyes debieron entenderla como la demostración de la fuerza política de los monarcas, pero no entendieron el mensaje de dominio sobre las conciencias. Quizá sea esta la causa del fracaso de las campañas de evangelización de fray Fernando de Talavera y del cardenal Mendoza. Según la tradición unos cristianos nuevos se reunieron para debatir su situación en casa de uno de ellos, en la collación de San Juan de la Palma. Esta asamblea de notables estaba compuesta por: • • • • • • • • • • • • • • • •

Diego de Susán (padre de la Susona). Pedro Fernández Benadeva . Abolafia el Perfumado. Alemán Pocasangre (mayordomo de Sevilla). Pedro Fernández Cansino (caballero veinticuatro, jurado del Salvador). Alonso Fernández Lorca. Gabriel de Zamora (caballero veinticuatro). Aillón. Pedrote “el de las Salinas”. Medina “el barbado, hermano de los Baenas, obligado a dar carne a Sevilla”. Sepúlveda y Codobilla (hermanos que tenían la casa de pescado salado de Portugal) y su sobrino el bachiller Rodilla. Pedro Ortiz Maillete (el cambiador de Santa María a cal de la Mar). Pedro de Jaén (caballero veinticuatro), el Manco y su hijo Juan de Almonte. Los Aldafes de Triana, hermanos que vivían en el Castillo de San Jorge. Álvaro Sepúlveda el viejo, padre de Juan de Jerez de Loyola. Cristóbal Pérez Mondadina, “el de San Salvador”.

Junto a otros, esta elite conversa inicio un debate sobre la amenaza del Tribunal de la Inquisición. Eran conscientes de sus influencias y de su poderío económico. Esta reunión y todo lo que rodea a esta supuesta conjura esta envuelta en la leyenda, ya que no existen documentos que la confirmen. Al parecer fue la traición de la hija de Diego de Susán la que impidió el levantamiento. Según H. Kamen toda la historia acerca de la conspiración y de la traición no es más que un mito. Lea en su historia de la Inquisición, da cierta veracidad a la historia. Diego de Susán habría propuesto el reclutar hombres de confianza, almacenar armas y tomar arrestar a los inquisidores. El plan fue aprobado a pesar de las reticencias de muchos de los presentes.

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La conspiración se descubre al ser detenido Pedro Fernández Benedeva, mayordomo de la Catedral, requisándose en su casa de la calle Abades armas para cien hombres. Este era uno de los personajes más ricos y poderosos de la comunidad conversa de Sevilla. Lo cierto es que no puede concluirse de forma definitiva, que lo que llevo a Benedeva a armarse fuera la preparación de una conjura contra la implantación del Tribunal de la Inquisición, y no la prevención contra cualquier enfrentamiento de banderias, como los referidos en el apartado anterior. Un grupo de conversos armado no era nada extraño, era un comportamiento social admitido. El recuerdo de las guerras civiles y de las agitaciones sociales estaba aún demasiado vio, como para no tener presente ciertas prevenciones. Individualmente los conversos participan de la red de fidelidades en los conflictos de banderías. Es decir, no constituían un grupo social cohesionado. Sin embargo, no se puede negar que a pesar de sus diferencias existe una mentalidad propia nacida de asumir su ascendencia, de las funciones económicas que preferentemente ejercía, de las normas de su vida religiosa, y de la adopción de un comportamiento y una mentalidad propia. Esa conciencia se va a proyectar en la creación de mecanismos de solidaridad, a veces revestidos en forma de hermandad o cofradía religiosa. En su artículo Ollero Pina concluye que, los conversos sevillanos tenían firmemente establecida antes de 1478-1480 una organización solidaria y que hasta el último momento confiaron en detener la persecución a la que estaban abocados. Los primeros inquisidores llegan a Sevilla en 1480. El cronista Andrés Bernáldez habla de la huida de 8.000 conversos sevillanos. Los inquisidores iniciaron su labor con gran celo, tanto es así que Fernández Benadeva es condenado y relajado en el tercer Auto de Fe que se celebro en Sevilla, el 21 de abril de 1481. A partir de 1480 observamos como se endurece el trato que la Corona da a los judíos. Fue en las Cortes de Toledo cuando se dio un plazo de dos años a toda la población judía para que se apartase en barrios especiales, convenientemente aislados, con el fin de evitar todo tipo de relación con los cristianos. La justificación de esta resolución era la de proteger a los conversos de los daños que podían causarles el trato con los judíos. En 1483 y por iniciativa de la Inquisición, los reyes aceptan la expulsión de los judíos de Andalucía en un plazo de seis meses. Muchos huyeron a Extremadura o a Portugal. En 1486, tras el asesinato del inquisidor aragonés Pedro de Arbués a manos de un grupo de conversos, se dieron ordenes para que desaparecieran las juderías de Zaragoza y Albarracín (Teruel). El problema de los conversos judaizantes, sin aparente solución, fue lo que precipito el decreto de expulsión general de los judíos en 1492. De los aproximadamente 200.000 judíos que vivían repartidos por España, algo más de un tercio abandonó la Península. El resto abrazo el cristianismo.

20

IV. Bibliografía: •

Henry CH. Lea : “Historia de la Inquisición Española”. Edt. Fundación Universitaria Española / 3 volúmenes. (Madrid 1983).



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H. H. Ben-Sasson: “Historia del Pueblo Judío”. Edt. Alianza editorial (MadridBarcelona 1988).

22

V. Cronología de los judeo-españoles Año

Acontecimientos

70

Toma y destrucción de Jerusalén por Tito.

132

Levantamiento de bar-Koziba (Bar Kochba, el hijo de la Estrella) en Jerusalén contra Roma.

135

Adriano repele la rebelión. Resistencia y suicidio colectivo de judíos en Masada. Los judíos son expulsados de Israel.

175

Redacción de la Mishná por Yehuda Ha-Nasi, como actualización de la Torá, en Galilea.

220

Lápida hebrea de Adra.

314

Concilio de Elvira (Granada). En él se dedica ya especial atención a las relaciones entre judíos e hispanos.

415

Invasión visigoda de la Península. Los arrianos visigodos protegen a los judíos.

589

III Concilio toledano. Conversión del rey Recaredo al catolicismo restablecimiento de las normas represivas dictadas por el Concilio de Elvira.

612

Accede Sisebuto al trono visigodo, con voluntad de cumplir los preceptos del III Concilio toledano. Edicto de expulsión.

629

Los judíos son expulsados del reino franco de Dagoberto. El emperador Heraclio conquista Jerusalén.

633

IV Concilio toledano. Se insiste en la separación total entre judíos y cristianos.

675

Regreso de judíos a España bajo el reinado de Wamba.

694

XVII Concilio toledano. El rey Egica persigue a los judíos, acusándoles de conspirar con los musulmanes marroquíes.

711

Invasión musulmana de la Península. Comienza un período de auge judío en la España islámica. La invasión se produce al mando de Muza ben Nossair (musulmán) y Tarik, bereber al que se reconoce como judío de la tribu de Simeón.

845

Ramiro I de Asturias manda quemar a magos y nigromantes de sus reinos. Entre los condenados hay algunos judíos.

863

Muhammad I convoca en Córdoba un concilio ecuménico al que asisten cristianos judíos y musulmanes.

875

Judá Hebreo se establece en Barcelona bajo el reinado de Carlos el Calvo.

23

y

900

Primera referencia a la presencia de judíos en León.

905

Primeras noticias de la existencia de comunidades judías en el reino de Navarra.

958

Hasdai ben Shaprut de Córdoba cura de su obesidad a Sancho I el Craso, rey de León y de Navarra.

970

Muerte de Hasdai ben Shaprut, que ha escalado los más importantes cargos políticos de Al Andalus.

974

Carta puebla de Castrojeriz. En ella el conde Fernán González de Castilla otorga igualdad de derechos a cristianos y judíos.

993

Nace Samuel Hanaguid (Ibn Nagrella).

1002

Muerte del caudillo musulmán Almanzor y comienzo de la desintegración del Califato de Córdoba. Los judíos se esparcen por los reinos de Taifas.

1013

Matanza de judíos en Córdoba causada por la intervención judía en las luchas internas por el Califato.

1020

Concilio de León. Primeras leyes de este reino relativas a judíos. Nace Selomó ibn Gabirol.

1035

Asalto y matanza en la judería de Castrojeriz a la muerte de Sancho III el Mayor

1050

Hay noticias de la presencia en Barcelona de judíos que se dedican principalmente a la acuñación de moneda.

1056

Muere Samuel Hanaguid (Ibn Nagrella).

1058

Muerte de lbn Gabirol.

1066

Matanzas de judíos en el reino de Granada. El papa Alejandro II aconseja a los obispos castellanos que respeten la vida de los judíos.

1069

Florece el astrónomo Ben Yahia (Azarquiel) compilador de las Tablas Toledanas.

1070

Código dels Usatges, en el que se reglamenta la presencia de los judíos en el condado de Barcelona. Nueva matanza de judíos en Granada.

1075

Nace Yehudá Ha-Leví.

1085

Conquista de Toledo por Alfonso Vl. Comienza una intensa in migración de judíos desde Al Andalus a la España cristiana.

1086

Unos cuarenta mil judíos combaten junto a Alfonso VI contra los almorávides en la batalla de Zalaca.

1088

Los judíos ortodoxos del reino de Castilla persiguen a los judíos caraitas venidos de 24

la zona musulmana y les obligan a establecerse sólo en las zonas fronterizas. 1090

Alfonso Vl de Castilla otorga la Carta inter Christianos et Judaeos, donde se regulan derechos y obligaciones de éstos en su reino.

1099

Primera Cruzada. Godofredo de Bouillon conquista Jerusalén.

1107

Yusuf ben Texufin y sus almorávides ponen sitio a la ciudad judía de Lucena.

1109

Matanzas en las juderías castellanas a raíz de la muerte del rey Alfonso VI.

1123

Los judíos burgaleses organizan un escuadrón de voluntarios para luchar por Castilla contra Sancho Aznar

1125

Yehudá Ha-Leví; escribe El Cuzarí.

1126

Fundación de la Escuela de Traductores de Toledo, de la que forman parte numerosos intelectuales judíos.

1127

Nacimiento de Benjamin de Tudela.

1130

Fecha fijada por Yehudá Ha-Leví para la llegada del Mesías. Surge uno falso en Córdoba: Moshé Dray.

1132

Auge intelectual de Abraham ibn Ezra.

1135

Nace Maimónides.

1139

Alfonso Vll de Castilla concede un fuero especial a los judíos de Guadalajara, equiparándoles a los caballeros de su reino.

1141

Muere Yehudá Ha-Leví.

1145

El rey de Navarra García Ramírez cede la sinagoga de Estella al obispo de Pamplona para que sea consagrada.

1148

Invasión almohade en Al Andalus y destrucción de la ciudad judía de Lucena. Emigración masiva de judíos a la zona cristiana de la Península.

1150

La Escuela de Traductores de Toledo se enriquece con la incorporación de Gerardo de Cremona.

1156

Los judíos toledanos intervienen en las pugnas políticas creadas por la minoría de edad de Alfonso VIII.

1162

Sublevación de judíos y musulmanes en Granada contra los invasores almohades. Fuerte represión ante esta resistencia.

1170

El rey Sancho de Navarra encomienda a los judíos la defensa de los castillos de Tudela y Funes. Fuero concedido por Fernando II a los judíos de Salamanca. 25

1177

El fuero de Palencia exime a los judíos de la jurisdicción real y les hace depender directamente del obispo y del cabildo.

1180

Matanza de judíos en Toledo, instigada por altos personajes de la corte castellana y por la probable leyenda de la judía Raquel. En el fondo de esta matanza está la derrota cristiana en Alarcos y la sospecha de que los judíos toledanos vendieron esclavos cristianos a los almohades en el mismo campo de batalla.

1190

Fuero de Cuenca. Hay en él una implícita igualdad de trato para judíos y cristianos pero se establece tajantemente la separación doméstica de ambos pueblos.

1196

Es quemada la judería de León por orden de Alfonso VIII de Castilla y Pedro II de Aragón. Los judíos leoneses son sometidos a un régimen de esclavitud.

1200

En torno a esta fecha comienzan los estudios cabalísticos en los reinos cristianos peninsulares.

1204

Muerte de Maimónides en Fostat. Aparece la primera traducción hebrea de su Guía de Descarriados.

1208

Crecimiento máximo de la aljama de Palencia bajo la protección del obispo y del cabildo.

1212

Batalla de las Navas de Tolosa. Significa el fin del auge de los almohades y el comienzo de la gran reconquista castellana.

1213

Carta puebla de Tlascala (Toledo) en la que figuran considerables privilegios para la comunidad judía.

1215

IV Concilio de Letrán. En él se especifica que los judíos residentes en la Europa cristiana deben ostentar signos distintivos que les diferencien de los cristianos.

1219

Concordia del arzobispo de Toledo Ximénez de Rada con los judíos de su diócesis. Fernando III el Santo obtiene del papa Honorio III la supresión de las señales distintivas para los judíos del reino de Castilla.

1225

Primera referencia en escrituras públicas a la presencia de judíos en el principado de Asturias.

1228

El viernes santo hay un intento de saqueo de la aljama de Gerona. Los judíos son salvados en última instancia por las tropas de Jaime I el Conquistador

1230

Asalto a varias juderías del reino de León a consecuencia de la muerte del rey Alfonso Xl.

1232

Queda establecido el tribunal del Santo Oficio -la Inquisición- encomendado al cuidado de los frailes dominicos.

1233

El arzobispo de Santiago de Compostela decreta que los judíos gallegos cumplan los requisitos impuestos por el Concilio de Letrán (véase 1215). 26

1234

Los monjes franciscanos del sur de Francia queman públicamente los libros del filósofo judío Maimónides.

1235

Muerte del cabalista Ezra ben-Salomón. Conquista de Mallorca por Jaime I el Conquistador. La isla tiene un fuerte contingente de ciudadanos judíos que son absolutamente respetados por el rey catalanoaragonés.

1238

Toma de Valencia por Jaime I. El rey favorece a los judíos establecidos en la ciudad y presuntos colaboradores en la conquista. concediéndoles repartimientos.

1240

Los judíos comienzan a ocupar cargos públicos importantes en el reino de Castilla.

1247

Carta puebla de Carmona (Sevilla). Se establecen privilegios a los judíos que vinieran a habitar la ciudad.

1248

Conquista de Sevilla por Fernando III el Santo. Una de las condiciones de la capitulación es que la ciudad se entregue vacía de musulmanes.

1249

Jaime I de Aragón concede privilegios a los judíos de su reino para ejercer oficios gremiales.

1250

El papa Inocencio IV fuerza a los obispos castellanos a cumplir severamente la separación entre judíos y cristianos en sus diócesis.

1252

Muerte de Fernando III de Castilla. Su hijo y sucesor Alfonso X hace grabar sobre su tumba un epitafio en latín, castellano, árabe y hebreo.

1256

Una bula del papa Alejandro IV permite al rey Teobaldo II de Navarra prohibir a los judíos de su reino el ejercicio de la usura

1257

Jaime I de Aragón protege a la aljama de Lérida contra la quema de libros judaicos ordenada por el papa Gregorio IX.

1263

Jaime I de Aragón ordena que sean tachados de los libros hebreos aquellos pasajes que resulten peligrosos o contrarios a la fe cristiana. Se mantienen las controversias del cabalista Nahmánides de Gerona con el converso Pau Cristiá

1265

Proceso contra Nahmánides.

1266

Se construye en Zaragoza un puente sobre el río Ebro con el producto del impuesto que pagan los judíos de la ciudad.

1267

Se concede autorización para el establecimiento de la Universidad rabínica de Barcelona. Nahmánides emigra a Israel.

1270

Muerte de Nahmánides en Akko.

1272

Alfonso X se hace cargo de la ciudad de Murcia. Conquistada por su suegro Jaime I de Aragón. Dispone que los judíos de la ciudad vivan apartados de los cristianos.

27

1273

Una cédula de Jaime I confirma los privilegios y las franquicias concedidas con ocasión de la conquista de las islas a los judíos que las habitaban.

1274

Ataque cristiano al burgo de San Cernín de Pamplona, con la colaboración de los judíos de la Navarrería.

1277

Destrucción de la Navarrería -con la aljama de Pamplona por soldados franceses, a consecuencia de los sucesos de 1275

1278

Nuevo saqueo del call de Gerona, provocado y ordenado por el obispo Pere de Castellnou. Los judíos son protegidos por el rey Pedro III.

1280

Prendimiento y ejecución del almojarife judío don Cag de la Maleha por orden del rey Alfonso X de Castilla

1281

Alfonso X impone tributo extraordinario de 12.000 maravedíses a las aljamas de Castilla y León.

1283

Pedro III de Aragón reduce las posibilidades de los judíos de su reino para el ejercicio de cargos públicos y el cobro de rentas reales.

1284

Pedro III pide tributos extraordinarios a los judíos de Aragón para fortificar las fronteras del reino frente al peligro francés

1285

Los almogávares, tropas mercenarias de Aragón, saquean el call de Gerona antes de entrar en batalla contra las tropas de Felipe de Francia. Pedro III ordena ahorcar a los responsables del saqueo.

1286

Moisés de León termina el Séfer ha Zohar, libro fundamental de la Cábala.

1288

Los judíos de Huesca contribuyen a la campaña de Alfonso III de Aragón en Sicilia con tributos extraordinarios.

1290

Expulsión de los judíos de Inglaterra.

1291

Repartimiento de Huete.

1293

Cortes de Valladolid. Leyes restrictivas contra judíos.

1294

Primera acusación conocida en España de crimen ritual por parte de judíos, en Zaragoza.

1295

Profecías de los rabinos castellanos consignan este año como el de la llegada del Mesías (es el 5055 de la era judía).

1297

Un edicto del rey Jaime II de Aragón pone a los judíos bajo la jurisdicción y el capricho de los obispos aragoneses y de la orden de los dominicos.

1301

El concejo de Toro consigue que los pleitos con los judíos se sometan a un juez designado por el rey y no a un juez propio. 28

1305

Las Cortes convocadas en Medina del Campo obtienen del rey Fernando IV de Castilla la promesa de que los judíos no ejerzan como cobradores de impuestos.

1306

Expulsión de judíos de los reinos de Francia.

1308

Vejaciones a los judíos navarros de Estella por el senescal de la ciudad.

1309

Acusación de crimen ritual en Mallorca. Severas medidas restrictivas contra los judíos.

1311

El Concilio de Vienne anula la orden de los templarios y trata de ayudar al pueblo judío.

1312

Ciertas irregularidades en los pagos de impuestos de las aljamas castellanas obligan a Fernando IV a reestructurar el sistema de cobros, en las cortes convocadas en Palencia.

1313

Un concilio convocado en Zamora y las Cortes de Dueñas dictan restricciones contra los judíos, impidiéndoles incluso el ejercicio de la medicina con pacientes cristianos.

1315

El obispo de Mallorca impone multas y reduce privilegios a la comunidad judía de la ciudad. Construcción de la sinagoga de Córdoba. que aún se conserva.

1319

Reedificación de la Navarrería de Pamplona y la aljama de la ciudad, por orden del rey Carlos IV tras su destrucción en 1277.

1320

Matanza de judíos a manos de tropas francesas en el norte de Aragón y Navarra. Comienza la llamada Guerra de los Pastores.

1321

Conversión de Abner de Burgos.

1322

El obispo de Zaragoza confisca en nombre de la Iglesia los bienes de los judíos de la ciudad.

1326

Los judíos del reino musulmán de Granada son obligados a llevar divisa que los distinga de los creyentes islámicos

1327

Asaltos a distintas juderías navarras en momentos en los que el reino se encuentra sin monarca después de la muerte de Carlos IV

1328

Alfonso IV de Aragón acoge en su reino a judíos emigrados de Navarra, en cuyo reino y sobre todo en Tudela se están produciendo graves persecuciones coincidentes con la muerte del rey Carlos IV y la crisis dinástica que ocasionó. Los cronistas hebreos cifran en más de 10.000 los judíos muertos en este pogrom, cifra que parece bastante excesiva.

1336

Los judíos de la Navarrería de Pamplona son reducidos a residir en una aljama tapiada.

29

1340

Las aljamas de Portugal llegan a un acuerdo a escala nacional para pagar en comunidad los tributos exigidos por la hacienda real.

1341

El ayuntamiento de la ciudad de Sevilla decreta que los judíos vendan sus productos y hagan sus transacciones comerciales únicamente dentro de las aljamas en que habitan.

1348

La Peste Negra. Las juderías navarras son especialmente afectadas por la epidemia. Hay asaltos y matanzas en las de la Corona de Aragón, sobre todo en las de Barcelona. Gerona y Tarragona, en Cataluña. y en las de Valencia y Sagunto. Cortes de Alcalá. Alfonso XI propone que los judíos dejen de ser banqueros para hacerse agricultores.

1350

Samuel Ha Leví es nombrado tesorero de Pedro I de Castilla.

1351

Cortes de Valladolid. Nuevas medidas restrictivas a judíos

1354

Conferencia convocada por las aljamas de Castilla. en la que se tratan los problemas comunes de todas ellas y sobre todo, el fenómeno de los malsines, conversos esquiroles

1355

Ataque a la judería de Toledo por las tropas del pretendiente al trono de Castilla, el bastardo Enrique de Trastámara se calculan 1.200 judíos muertos

1357

Construcción de la sinagoga del Tránsito en Toledo

1360

Matanza de judíos en Nájera. después de la batalla que mantienen ante la ciudad las tropas del rey Pedro I y las del pretendiente Enrique de Trastámara.

1361

Muere Samuel Ha Leví a manos de Pedro I de Castilla.

1366

Bertrand Duguesclin cerca Toledo. Los judíos de la aljama resisten valerosamente defendiendo la puerta del Cambrón, vecina a la judería. Varias juderías castellanas son esquilmadas por los mercenarios extranjeros que intervienen a favor de uno y otro de los contendientes de la guerra civil. Sufren especialmente las juderías de Briviesca. Aguilar de Campoo y Villadiego

1369

Un decreto real castellano ordena la confiscación de bienes de los judíos toledanos, a la vez que aumenta sus tributos.

1370

Un pogrom extermina la totalidad de los judíos de la ciudad belga de Bruselas. La reina Juana de Navarra protege a los judíos amenazados de su reino.

1371

Pedro IV de Aragón obliga a los judíos de Valencia a no habitar viviendas que se encuentren fuera del call que tienen asignado. Cortes de Toro. Nuevas medidas antijudías

1375

Fecha de composición del Atlas catalán de Abraham Cresques, judío mallorquín. Primeras quejas expresadas por los judíos a causa de las arbitrariedades racistas de Ferrant Martínez, llamado el arcediano de Écija. El papa Gregorio XI recuerda a la 30

corona de Castilla su obligación de no proteger a sus súbditos judíos 1379

Juan I de Castilla pone a los judíos de su reino bajo la protección de sus monteros de Espinosa. Para el sustento de dicha fuerza los judíos tienen que pagar un impuesto de 12 maravedíes por Torá

1380

Comienzan matanzas generales de judíos en Francia. que se extienden hasta 1382.

1382

El infante don Juan de Aragón autoriza la construcción de una nueva sinagoga en Zaragoza.

1383

La aljama de Sevilla protesta ante el rey Juan I de Castilla por el trato recibido del arcediano de Écija. que está proclamando abiertamente el pogrom. Las cortes prohiben a los judíos residir en barrios cristianos.

1384

Las aljamas navarras, muy deterioradas, se unen para pagar en conjunto los tributos ordenados por la corona. La de Pamplona, en esta circunstancia, es especialmente pobre.

1385

Las tropas inglesas del duque de Lancaster toman Ribadavia, en Galicia. La judería de la ciudad es saqueada e incendiada, tras la defensa llevada a cabo por sus judíos.

1388

Don Pedro Tenorio, el obispo de Toledo, nombra gran rabino de la ciudad a su médico, Rabbi Hayen.

1389

Don Pedro Gómez Barroso, arzobispo de Sevilla. prohibe las actividades antijudias de Ferrant Martínez, el arcediano de Écija.

1390

Censo de judíos en Castilla. Se recuentan 3.600 cabezas de familia. Muere el arzobispo de Sevilla y queda como máxima autoridad en la diócesis el arcediano de Écija, que ordena inmediatamente la destrucción de las sinagogas y de todos los libros hebreos de la diócesis y el traslado de las lámparas santas judías a la catedral de Sevilla. Muere Juan I de Castilla en Alcalá de Henares. Conversión de Salomón Ha Levi (Pablo de Santa María) rabino mayor de Castilla y toda su familia.

1391

En el mes de junio comienza el gran pogrom contra los judíos en las ciudades españolas. Matanzas en Sevilla, Valencia y Barcelona.

1392

Juan I de Aragón funda la segunda aljama de Barcelona y permite la creación de una nueva universidad rabínica.

1393

Juan I de Aragón encarga al Rabbi Hasdai Crescas la restauración especial de la sinagoga de Valencia.

1395

Enrique III de Castilla castiga al arcediano de Écija por "alborotador del pueblo".

1401

Martín I prohibe la restauración del call de Barcelona. Carlos de Navarra vende los bienes de los judíos de su reino.

1404

Las cortes de Valladolid son las únicas de Castilla que se pronuncian a favor de los 31

judíos perseguidos en el reino. 1406

Muerte de Enrique III de Castilla. Su médico, don Mayr, es acusado de haberla provocado: es sometido a tormento, durante el cual muere.

1408

Los judíos castellanos y aragoneses son obligados a no vivir fuera de las juderías y a llevar trajes distintivos especiales.

1412

Estatuto de convivencia restringida entre cristianos y judíos propuesto por la reina doña Catalina de Lancaster y posiblemente redactado y dirigido por el obispo burgalés don Pablo de Santa María judío converso. Comienzan las predicaciones del dominico Vicente Ferrer para conseguir la conversión en masa de los judíos peninsulares. En Segovia se acusa a los judíos de profanar la hostia. La sinagoga se convierte en iglesia, hoy del Corpus Christi. Se promulgan las leyes restrictivas de Ayllón y Cifuentes.

1413

Tienen lugar las llamadas Disputaciones de Tortosa: Josué Ha Lorquí, converso fanático, discute con rabinos de las aljamas aragonesas.

1415

Bula del papa Benedicto XIII o antipapa, según se mire, contra los judíos. La bula provoca conversiones en masa. Se consagran la sinagoga de Barbastro y varias sinagogas catalanas.

1424

Alfonso V de Aragón prohibe que los judíos se instalen en Barcelona. Les permite únicamente una residencia de paso, siempre que lleven distintivos especiales.

1429

Una epidemia diezma la judería de Zaragoza.

1432

Sínodo judío en Valladolid, bajo la presidencia de Rabbi Abraham Benveniste.

1434

Concilio de Basilea. El representante de Castilla en el concilio es Alfonso de Cartagena, converso, hijo del obispo burgalés Pablo de Santa María. Se recuerda su defensa de los privilegios eclesiales y sociales de Castilla.

1435

Muerte del obispo Pablo de Santa María, converso y arzobispo de Burgos.

1448

Una nueva epidemia afecta gravemente a las juderías aragonesas.

1449

Trece israelitas toledanos de familias principales son excluidos de la función pública que ejercían después de una matanza en la aljama. Saqueo y asesinatos en la judería de Ciudad Real.

1461

Aparece el Fortalitium Fidei del converso Fr Alonso de Espina, alegato contra los judíos. Estos escritos habrán de servir de consignas para el inquisidor Torquemada.

1467

Los conversos toledanos provocan un motín en la ciudad, a consecuencia del cual son duramente castigados.

1469

Protesta en las Cortes de Ocaña por las actividades usurarias de los judíos castellanos. 32

1473

Aparece el Almanaque Perpetuo, del judío salmantino Abraham Zacuto. Quema de judíos en Valladolid y persecución de conversos en Córdoba.

1474

El alcaide del Alcázar de Segovia, el converso Andrés Cabrera, logra a duras penas impedir una matanza masiva de judíos en la aljama de la ciudad.

1476

Una pretendida celebración de cultos judíos en el Viernes Santo provoca en Castilla una violenta reacción popular contra los conversos.

1478

Se autoriza el establecimiento de la Inquisición en Castilla.

1480

Las Cortes convocadas en Toledo acuerdan la prohibición de convivencia entre judíos y cristianos en Castilla. Son nombrados inquisidores generales de los reinos hispánicos Tomás de Torquemada en Castilla y Pedro de Arbués en Aragón.

1481

Se publica un edicto de gracia al que se acogen unos veinte mil conversos en Castilla para escapar a los tribunales de la lnquisición. La lnquisición comienza a actuar en Sevilla.

1482

Se instala en Guadalajara la primera imprenta judía. Se imprimen los Comentarios, de David Kimji.

1483

Se establece un tribunal del Santo Oficio en Ciudad Real. Por muerte de Arbués Torquemada es nombrado inquisidor general.

1484

Los regidores de Burgos acuerdan que ningún judío pueda comerciar en comestibles y vituallas.

1485

Se completa la expulsión de judíos de Andalucía.

1486

La ciudad de Vitoria acuerda medidas represivas contra los judíos de su aljama.

1487

Toma de Málaga por los Reyes Católicos. Don Abraham Senior, administrador real, logra rescatar a muchos judíos por veinte mil doblas jaquesas, embarcándoles con destino a África en dos galeras.

1491

Comienza el sitio de Granada. Don Abraham Senior y don Ishaq Abravanel abastecen económicamente a las huestes cristianas. Proceso del llamado Santo Niño de la Guardia.

1492

Enero: toma de Granada. Son dadas seguridades a los judíos de la ciudad. Edicto de Expulsión, decretado en los reinos de Castilla y de Aragón. Julio: Salida de España de los judíos no conversos.

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